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Full text of "Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural"

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BOLETIIsr 


DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 


DE  HISTORIA  NATURAL 


MADRID 

ESTABLECIMIENTO    TIPOGRÁFICO   DE   FORTANET 

IMPRESOR  DE   LA   REAL  ACADEMLA   DE   LA   HISTORIA 

Calle  de  la  Libertad,  núm.  29 

^9o^ 


f/ 


REGLAMENTO 


DE   LA 


SOCIEDAD  mmu  DE  HISTOIUH  MTMAL  . 


CAPÍTULO  PRIMERO. 
CoPislitución  de  la  Sociedad. 


Artículo  1.°  La  Sociedad  Española  de  Historia  Natural 
tiene  por  objeto  el  cultivo  y  adelantamiento  de  esta  Ciencia,  y  es- 
pecialmente el  estudio  de  las  producciones  naturales  de  España 
mediante  la  publicación  de  cuanto  á  dichas  producciones  se  refie- 
re y  la  formación  de  colecciones  de  las  mismas. 

Art.  2.°  Se  compone  de  Socios  Protectores,  Honorarios,  Co- 
rrespondientes extranjeros,  Numerarios  y  Agregados;  sin  distin- 
ción de  nacionalidad. 

Art,  3.°  Son  Socios  Protectores,  las  personas  ó  entidades 
que  por  haber  favorecido  á  la  Sociedad  con  donativos  de  notoria 
importancia,  fundaciones  de  Premios  ú  otros  servicios  de  gran 
valia,  acordase  la  Sociedad  incluirlas  en  esta  categoría  á  pro- 
puesta de  la  Junta  Directiva. 

Su  nombramiento  deberá  hacerse  en  sesión  extraordinaria  y 
por  votación  secreta;  recibirán  un  diploma,  el  Reglamento,  y 
gratuitamente  las  publicaciones  de  la  Sociedad. 

Art.  4.°  Son  Socios  honorarios  las  personas  que,  habiendo 
prestado  á  la  Ciencia  servicios  eminentes,  sean  admitidos  como 
tales,  con  las  mismas  formalidades  que  se  expresan  en  el  pá- 
rrafo segundo  del  artículo  anterior. 

Recibirán  un  diploma,  el  Reglamento  y  las  publicaciones  de  la 
Sociedad  á  título  gratuito. 

Su  número  no  podrá  exceder  de  10. 

Art.  5.°  Son  Socios  Correspondientes  extranjeros,  los  nacio- 
nales de  otros  Estados  que  se  hayan  hecho  acreedores  á  esta  dis- 
tinción por  sus  donativos  á  la  biblioteca  de  la  Sociedad;  serán 
nombrados  á  propuesta  de  tres  Socios  aprobada  por  la  Sociedad 


4  EEGLAMENTO   DE    LA   SOCIEDAD  ESPAÑOLA 

en  sesión  ordinaria,  y  recibirán  un  diploma,  el  Reglamento  y  la 
Memoria  con  la  relación  de  los  trabajos  en  que  se  haya  ocupado 
la  Sociedad  durante  el  año,  en  la  que  figurará  la  lista  de  las  pu- 
blicaciones recibidas  en  el  mismo  y  la  de  los  Sres.  Socios.  Po- 
drán recibir  todas  las  publicaciones  de  la  Sociedad  abonando  la 
cuota  anual  de  10  pesetas. 

Art.  6."  Los  Socios  numerarios  serán  propuestos  por  uno  de 
los  Socios  en  sesión  ordinaria,  decidiéndose  su  admisión  en  la 
inmediata  por  mayoría  de  votos,  previo  informe  de  otros  tres  So- 
cios nombrados  al  efecto. 

Sus  derechos  y  obligaciones  serán  los  siguientes: 

a.  Pagarán  una  cuota  anual  de  15  pesetas  los  nacionales 
y  16,50  los  extranjeros,  la  cual  harán  llegar  sin  descuento  al 
Tesorero  en  la  época  de  admisión  y  posteriormente  en  el  mes  de 
Enero  de  cada  año,  ó  la  de  16  pesetas  los  primeros  si  prefiriesen 
pagar  por  trimestres  adelantados  allí  donde  hubiere  sección  ó 
representante  de  la  Sociedad. 

h.  Recibirán  un  diploma,  el  Reglamento  y  las  publicaciones 
todas  de  la  Sociedad  desde  el  año  en  que  se  verifique  su  ingreso 
y  tendrán  voto  en  las  sesiones  que  la  Sociedad  celebre. 

c.  Cesarán  de  pertenecer  á  la  Sociedad  si  dejasen  transcu- 
rrir un  año  sin  satisfacer  su  cuota  anual  ó  si  manifestaren  por 
escrito  su  decisión  de  no  continuar  perteneciendo  á  ella,  quedando 
en  uno  y  otro  caso  borrados  de  la  lista  de  Socios  y  relevados  del 
pago  de  la  cuota  desde  el  año  siguiente  al  en  que  se  tome  tal 
resolución. 

d.  Podrá  el  Socio  numerario  quedar  exento  del  pago  de  la 
cuota  anual  mediante  el  abono  de  la  suma  de  300  pesetas  ingre- 
sada en  caja  de  una  sola  vez,  ó  de  la  de  100- durante  tres  anuali- 
dades consecutivas;  una  vez  liberado  será  considerado  Socio  nu- 
merario vitalicio,  y  á  título  de  prima  recibirá  una  serie  de  diez 
volúmenes  de  los  Anales  de  la  Sociedad  (de  los  señalados  al 
efecto),  y  anualmente  y  de  por  vida  cuanto  publique  aquélla.  Esta 
cláusula  no  es  aplicable  á  las  corporaciones  que  fuesen  admitidas 
en  concepto  de  socios  numerarios. 

e.  Toda  persona  que  hiciese  donativo  á  la  Sociedad  de  la 
suma  de  500  pesetas,  será  considerado  como  Socio  numerario 
per^petuo  con  iguales  derechos  que  los  anteriores ;  su  nombre 
figui'ará  á  perpetuidad  en  la  lista  de  los  Socios,  y  al  lado  de  los 
fundadores. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  5 

/.  Las  cantidades  recaudadas  por  liberaciones  de  cuotas  y  los 
donativos  que  se  hicieran  por  el  concepto  indicado  en  el  párrafo 
anterior  se  capitalizarán  en  valores  públicos,  al  efecto  de  que  sólo 
su  renta  se  invierta  en  los  gastos  de  la  Sociedad. 

Art.  7.°  Son  Socios  agregados,  las  personas  que  á  propuesta 
de  un  Socio  numerario  sean  admitidas  con  las  formalidades  que 
éstos. 

Pagarán  una  cuota  anual  de  8  pesetas  en  la  misma  forma  y 
términos  que  los  numerarios,  ó  de  9  si  prefiriesen  abonarla  por 
trimestres  adelantados,  donde  hubiere  Sección  ó  representación 
de  la  Sociedad. 

Recibirán  un  diploma,  el  Reglamento  y  el  Boletín  de  la  Socie- 
dad; tendrán  voz  sin  voto  en  las  sesiones  y  podrán  dejar  de 
pertenecer  á  la  Sociedad  por  las  mismas  causas  que  los  nume- 
rarios. 

CAPÍTULO  IL 

Organización  y  funoionaniiento  de  la  Sociedad. 

Art.  8.°  La  Sociedad  nombrará  anualmente  su  Junta  Direc- 
tiva compuesta  del  Presidente,  Vicepresidente,  Secretario,  Vice- 
secretario, Tesorero,  Vicetesorero  y  Bibliotecario,  que  serán  ele- 
gidos por  mayoría  de  votos  entre  los  Socios  numerarios  residentes 
en  Madrid. 

Art.  9.°  Se  procederá  en  la  sesión  ordinaria  del  mes  de  Di- 
ciembre al  nombramiento  de  las  personas  que  hayan  de  desem- 
peñar estos  cargos  desde  el  mes  de  Enero  inmediato,  no  pudiendo 
ser  reelegido  el  Presidente  hasta  después  de  dos  años. 

Art.  10.  Corresponde  al  Presidente  dirigir  las  discusiones,  y 
su  voto  será  decisivo  en  caso  de  empate. 

Art.  11.  El  Secretario  extenderá  el  acta  de  las  sesiones,  es- 
tará encargado  de  la  correspondencia  científica,  y  ejercerá  el  car- 
go de  Contador. 

Art.  12.  El  Tesorero  recaudará  las  cuotas  de  los  Socios, 
hará  los  pagos  acordados  por  la  Sociedad,  y  distribuirá  las  publi- 
caciones de  ésta,  presentando  al  fin  de  cada  año  las  cuentas  docu- 
mentadas, que  deberán  examinarse  por  una  Comisión  nombrada 
al  efecto. 

Art.   13.     El   Bibliotecario  cuidará  de  la   Biblioteca,  dando 


6  REGLAMENTO    DE    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

cuenta  en  todas  las  sesiones  de  las  publicaciones  recibidas,  y  á 
fin  de  año  presentará  un  estado  de  la  misma  con  la  lista  de  las 
obras  con  que  se  haya  aumentado  la  Biblioteca  por  donativos  y 
por  cambios. 

Art.  14.  La  Sociedad  se  reunirá  en  sesión  ordinaria  el  pri- 
mer miércoles  no  festivo  de  cada  mes,  exceptuando  los  de  Agosto 
y  Septiembre  en  que  no  habrá  sesiones. 

Art.  15.     El  orden  de  las  sesiones  será  el  siguiente: 

1.°     Lectura  y  aprobación  del  acta  de  la  sesión  anterior. 

2°    Asuntos  administrativos  en  este  orden: 
a  Presentación  y  admisión  de  Socios. 
h  Comunicación  de  la  correspondencia. 
c  Pi-oposiciones  y  asuntos  diversos. 

3."     Comunicaciones  científicas. 

Art.  16.  No  será  permitida  discusión  alguna  que  sea  extra- 
ña al  objeto  de  la  Sociedad. 

Art.  17.  Podrá  concurrir  á  las  sesiones  cualquiera  persona 
que  no  pertenezca  á  la  Sociedad,  siempre  que  previamente  sea 
presentada  á  la  mesa  por  uno  de  los  Socios. 

Art.  18.  En  la  última  sesión  de  cada  año  leerá  el  Secretario 
una  Memoria  acerca  del  estado  de  la  Sociedad  y  de  los  trabajos 
científicos  en  que  se  haya  ocupado  durante  el  año. 

Art.  19.  El  Presidente  convocará  á  sesión  extraordinaria  cuan- 
do lo  crea  oportuno,  ó  en  virtud  de  petición  por  escrito  de  cinco 
Socios,  no  pudiéndose  en  ella  tratar  sino  de  los  asuntos  para  que 
hubiese  sido  convocada  y  que  deben  ser  conocidos  de  antemano 
de  los  Socios. 

CAPÍTULO  III. 

Comisionéis. 

Art.  20.  Una  Comisión  llamada  «de  Publicación»,  compuesta 
del  Presidente,  Tesorero  y  Secretario  de  la  Sociedad  y  otros  tres 
Socios  nombrados  con  este  objeto  en  la  última  sesión  ordinaria  de 
cada  año,  será  la  encargada  en  el  ejercicio  siguiente  de  examinar 
las  Memorias  y  comunicaciones  científicas  que  hayan  sido  dirigi- 
das ala  Sociedad  por  sus  Socios  ó  por  personas  ajenas  á  ella  y  de 
elegir  las  que  crea  más  convenientes  para  su   publicación,  vigi- 


DE   HISTORIA   NATURAL.  7 

lando  y  cuidando  la  impresión  de  estos  trabajos  y  remitiendo  á  la 
del  Catálogo  aquellos  en  que  deba  entender  ésta. 

Art.  21.  Habrá  una  Comisión  llamada  «de  Catálogos»,  com- 
puesta de  siete  Socios,  en  la  que  ejercerá  el  cargo  de  Presidente 
el  más  antiguo  de  los  elegidos  y  el  de  Secretario  el  que  sea  desig- 
nado al  efecto  por  la  misma.  Dicha  Comisión  tendrá  el  carácter 
de  pei'manente,  siendo  cubiertas  las  vacantes  que  en  ella  se  pro- 
duzcan mediante  propuesta  de  la  misma  aprobada  por  la  Junta 
general  en  votación  ordinaria  en  la  primera  sesión  celebrada  des- 
pués de  ocurrir  aquélla. 

Tiene  esta  Comisión  el  encargo  de  reunir,  ordenar  y  conservar 
en  el  local  de  la  Sociedad  las  papeletas  redactadas  por  los  Socios 
referentes  á  la  preparación  de  los  Catálogos  de  las  producciones 
de  España,  Bibliografía  histórico-natural.  Biografías  de  natura- 
listas españoles  y  Diccionario  de  Historia  Natural  de  voces  técni- 
cas y  vulgares. 

Esta  Comisión,  cuando  el  estado  de  sus  trabajos  lo  exija,  podrá 
subdividirse  é  incorporarse  á  ella  mayor  número  de  Socios,  soli- 
citándolo de  la  Junta  Directiva  y  procediendo  á  elección  de  los  can- 
didatos presentados  por  la  Comisión  en  sesión  ordinaria. 

Art.  22.  La  Comisión  «de  Catálogos»  deberá  celebrar  sesio- 
nes independientemente  de  las  ordinarias  de  la  Sociedad  todos  los 
meses,  entregando  á  la  Comisión  de  Publicación  los  Catálogos  y 
demás  trabajos  que  le  están  encomendados  y  que  tendrán  cabida 
en  las  Memorias  á  medida  que  se  vayan  formando. 

Se  entenderá  directamente  con  los  Socios,  facilitándoles  cuan- 
tos datos  le  sean  pedidos,  resolviendo  las  dudas  que  les  ocurran  y 
remitiendo  papeletas  en  las  que  precisamente  deberán  los  Socios 
comunicar  los  datos  que  recojan. 

Asimismo  la  Comisión  del  Catálogo  será  la  depositarla  de  las 
colecciones  típicas  de  especies  españolas  y  dibujos  que  á  ellas  se 
refieran. 

CAPÍTULO    IV. 

Publicaciones. 

Art.  23.  La  Sociedad  Española  de  Historia  Natural  hará 
dos  publicaciones  regulares,  sin  perjuicio  de  las  extraordinarias 
que  pudiere  convenirle  dar  á  luz  por  razones  especiales  :  serán 
aquéllas:  1.°  El  Boletín.  2."  Las  Memorias  de  la  Sociedad. 


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8  REGLAMENTO   DE    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

El  Boletín  se  publicará  por  meses,  excepto  en  los  de  vacacio- 
nes, y  comprenderá  el  extracto  del  acta  de  las  sesiones  y  las  co- 
municaciones que  se  hagan  á  la  Sociedad  y  que  no  excedan  de 
ocho  páginas  de  impresión  por  autor  y  sesión,  subordinadas  siem- 
pre al  acuerdo  prudencial  de  la  Comisión  de  Publicaciones  por  la 
extensión  que  deba  tener  el  Boletín. 

Las  Memorias  aparecerán  por  tomos  completos  con  numeración 
correlativa,  comprendiendo  necesariamente  estudios  sobre  los  tres 
grupos  de  seres  naturales,  siempre  que  hubiere  materiales  para 
ello;  y,  tendrán  cabida  en  ellas,  los  estudios  generales  sobre  Bio- 
logía ,  los  descriptivos  y  organográficos ,  los  trabajos  sinópticos  y 
monografías,  los  necrológicos  y  bibliográficos  y  los  catálogos  de 
las  producciones  naturales  de  la  Península  Ibérica  y  Baleares 
(estos  últimos  con  paginación  independiente). 

Art.  24.  Los  trabajos  destinados  á  las  Memorias  habrán  de' 
ser  originales,  salvo  lo  que  en  casos  especiales  pudiera  acordar 
lá  Sociedad  ,  y  serán  publicados  según  el  orden  de  presentación 
dentro  de  cada  grupo,  quedando  facultada  la  Comisión  de  Publi- 
cación para  alterar  este  orden  cuando  las  circunstancias  lo  acon- 
sejen. 

Los  trabajos  que  deban  ir  acompañados  de  láminas  ó  grabados 
deberán  ser  presentados  por  sus  autores  con  los  dibujos  definiti- 
vos para  que  puedan  ser  reproducidos  por  cualquiera  de  los  pro- 
cedimientos tipográficos  en  uso. 

Los  grabados  intercalados  y  las  láminas  se  ejecutarán  bajo  la 
dirección  déla  Comisión  de  Publicación,  abonando  la  Sociedad  la 
mitad  de  los  gastos  que  ocasionen^  siempre  que  su  número  no 
fuere  excesivo,  siendo  el  resto  de  cuenta  de  los  autores,  enten- 
diéndose ésto  para  los  ejemplares  que  constituyen  la  tirada  de  la 
Sociedad;  pero  los  autores  podrán  presentar  los  clichés  de  los  gra- 
bados intercalados  que  hayan  de  acompañar  á  las  notas  destina- 
das al  Boletín,  teniendo  derecho  á  que  se  les  abone,  en  este  caso, 
la  mitad  de  su  importe  al  precio  que  la  Sociedad  acostumbre  á 
pagarlos. 

Art.  25.  Los  autores  de  trabajos  publicados  en  las  Memorias 
tienen  derecho  á  recibir  gratuitamente  50  ejemplares  de  ellos,  sin 
variación,  pudiendo  obtener  mayor  número  abonando  previamente 
su  importe  según  la  tarifa  que  se  publicará  en  las  cubiertas  del 
Boletín;  pero  deberán  indicar  con  claridad  en  el  manuscrito  la 
tirada  que  desean. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  f> 

Los  autores  de  comunicaciones  que  se  inserten  en  el  Boletín  no 
recibirán  gratuitamente  ejemplares  de  ellas;  mas  podrán  obtener 
los  que  deseen  del  pliego  ó  pliegos  en  que  esté  incluido  su  trabajo 
á  precio  de  tarifa,  para  lo  que  habrán  de  indicar  claramente  en  el 
manuscrito  de  sus  notas  ó  comunicaciones  el  número  de  ejempla- 
res que  desean. 

Los  autores  podrán  hacer  tiradas  especiales  de  los  trabajos  que 
publiquen,  tanto  en  las  Memorl^s  como  en  el  Boletín,  pero  ha- 
brán de  anunciarlo  con  anticipación  y  entenderse  directamente 
con  la  imprenta  por  lo  que  respecta  á  su  coste,  quedando  obliga- 
dos á  conservar  en  dichas  tiradas  la  indicación  de  que  el  artículo 
ha  visto  la  luz  en  las  publicaciones  de  la  Sociedad. 

Igual  obligación  tendrán  los  autores  que  publiquen  traduccio- 
nes de  sus  trabajos  ó  hicieren  reimpresiones  de  los  mismos,  para 
lo  que  habrán  de  solicitar  previamente  la  venia  de  la  Sociedad. 

Art.  26.  Serán  devueltos  á  sus  autores  los  manuscritos  que 
no  se  hayan  publicado  dos  años  después  de  haber  sido  leídos  en 
la  Sociedad. 

Art.  27.  Las  opiniones  emitidas  en  los  trabajos  publicados  por 
la  Sociedad  son  de  la  exclusiva  responsabilidad  de  sus  autores. 

Art.  28.  La  Sociedad  se  reserva  el  derecho  de  imprimir  los 
trabajos  científicos  que  se  le  remitan  en  idioma  extranjero,  siem- 
pre que  lo  tenga  por  conveniente. 

Art.  29.  Quedarán  en  poder  de  la  Sociedad  los  manuscritos 
de  las  Memorias  que  se  inserten  en  las  publicaciones  de  aquélla. 

Art.  30.  Ningún  trabajo  se  puede  insertar  en  las  publicacio- 
nes de  la  Sociedad  sin  haber  sido  leído  antes  en  las  sesiones,  ya 
en  totalidad,  ya  en  extracto. 

CAPÍTULO  V. 

Excursiones  y  conferencias. 

Art.  31.  La  Sociedad  Española  de  Historia  natural  realizará 
excursiones  que  serán  acordadas  en  sesión  ordinaria,  en  la  que  se 
establecerán  las  condiciones  á  que  deben  sujetarse  los  que  se  ins- 
criban, lo  que  habrá  de  hacerse  en  el  local  de  la  Sociedad  con  ocho 
días  por  lo  menos  de  antelación  á  la  fecha  señalada.  La  Sociedad 
cuidará  de  dar  la  mayor  publicidad  posible  á  este  señalamiento, 
con  el  fin  de  que  puedan  concurrir  á  la  excursión  las  personas 


10  REGLAMENTO    DE    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

que,  sin  ser  Socios,  se  interesen  de  algún  modo  por  esta  clase  de 
estudios,  obteniendo  antes  la  venia  del  Presidente. 

Realizará  asimismo  una  excursión  anual,  á  la  que  podrán  asis- 
tir los  naturalistas  extranjeros,  á  quienes  se  facilitarán  por  el  Se- 
cretario de  la  Sociedad  cuantos  datos  se  dignen  solicitar,  asi  como 
billetes  á  precio  reducido  desde  la  frontera,  si  se  obtuvieren  de 
las  Compañías  de  ferrocarriles  por  gestiones  de  la  Junta  Directi- 
va: las  condiciones  y  reglas  á  que  deban  sujetarse  los  que  se 
inscriban  serán  publicadas  en  el  Boletín  de  la  primera  sesión  del 
año,  así  como  el  programa  de  la  excursión. 

Art.  32.  La  Sociedad,  por  medio  de  sus  miembros  que  á  ello 
«e  presten,  dará  conferencias  de  carácter  técnico  y  de  vulgariza- 
-ción  científica,  anunciándolas  por  medio  de  la  prensa  con  la  de- 
bida antelación. 

CAPÍTULO  VL 

Serciones. 

Art.  33.  La  Sociedad  Española  de  Historia  Natural  podrá 
autorizar  la  formación  de  Secciones  de  la  misma  en  todos  aque- 
llos puntos  donde  lleguen  á  reunirse  15  Socios  residentes,  lle- 
vando cada  Sección  el  nombre  de  la  localidad  respectiva:  se  regi- 
rán por  el  presente  Reglamento,  y  en  consecuencia  nombrarán  su 
Junta  Directiva,  compuesta  de  Presidente,  Vicepresidente^  Secre- 
tario y  Tesorero,  que  funcionará  con  arreglo  al  articulado  del 
■capítulo  II. 

Las  actas  de  las  Secciones,  una  vez  aprobadas  por  éstas,  asi 
■como  los  trabajos  científicos  que  en  las  mismas  se  presenten,  de- 
berán remitirse  por  el  Secretario  de  cada  una  de  ellas  á  la  Socie- 
dad, para  los  efectos  del  Reglamento  en  lo  que  á  éstos  se  refiere 
(Comisión  de  Publicación,  Publicaciones,  etc.)- 

Art.  34.  Los  acuerdos  de  las  Secciones  sólo  podrán  versar 
sobie  asuntos  económicos  ó  administrativos  que  con  ellas  se  re- 
lacionen y  que  en  nada  afecten  al  interés  general  de  la  Sociedad. 

Art.  35.  Cada  Sección  formará,  con  la  anticipación  conve- 
niente, un  presupuesto  anual  de  gastos,  que  habrá  de  enviar  á  la 
Sociedad  para  su  aprobación  en  la  sesión  de  Diciembre;  y  obteni- 
da ésta  será  su  importe  abonado  al  Sr.  Tesorero  de  la  Sección,  el 
cual  rendirá  cuenta  de  su  gestión  al  Tesorero  general  con  la  anti- 


DE   HISTORIA   NATURAL.  U 

cipación  necesaria,  á  fin  de  que  los  ingresos  y  gastos  presupues- 
tados de  la  Sección,  así  como  el  estado  de  su  personal,  puedan 
figurar  en  las  relaciones  que  se  leen  en  la  sesión  de  Diciembre 
por  el  Secretario  y  Tesorero  de  la  Sociedad. 

CAPÍTULO  VIL 
Disposiciones  generales. 

Art.  36.  Todos  los  Socios  tendrán  derecho  á  consultar  las 
obras  de  la  biblioteca  en  el  local  destinado  al  efecto,  sin  que  pue- 
dan sacarlas  del  mismo  por  ningún  concepto. 

Art.  37.  Los  objetos  naturales  que  la  Sociedad  reciba  y  no 
juzgue  convenientes  para  sus  colecciones,  servirán  para  formar 
otras  destinadas  á  los  establecimientos  públicos  de  enseñanza, 
donde  se  crea  que  puedan  ser  más  provechosos  y  conservarse 
para  ser  estudiados  con  mayor  facilidad  por  los  naturalistas,  dan- 
do conocimiento  de  todo  ello  al  remitente. 

Atr.  38.  Todos  los  Socios  están  facultados  para  poder  copiar, 
extractar  ó  examinar,  por  sí  ó  por  medio  de  tercera  persona,  los 
libros,  dibujos  y  documentos  de  carácter  científico  que  se  conser- 
van en  la  Biblioteca  de  la  Sociedad^  así  como  para  estudiar  y 
dibujar  los  ejemplares  de  las  colecciones,  previa  autorización  fir- 
mada por  el  Socio,  la  cual  será  visada  por  el  Bibliotecario  ó  por 
el  Secretario  déla  Comisión  de  Catálogos,  según  el  caso;  mar- 
cándose por  estos  señores  los  sitios  y  horas  en  que  dicho  trabajo 
haya  de  verificarse,  si  el  autorizado  es  persona  extraña  á  la  So- 
ciedad. 

Art.  39.  Todos  los  años  se  publicará  en  el  Boletín  una  lista 
de  los  Socios  pertenecientes  á  la  Sociedad,  así  como  la  indicación 
de  los  que  por  cualquiera  causa  hayan  dejado  de  pertenecer  áella 
durante  el  último  año.  En  ella  se  hará  constar  la  especialidad  que 
cultive  cada  uno,  á  fin  de  que  puedan  establecerse  relaciones 
científicas  entre  los  Socios  que  se  dediquen  á  un  mismo  género 
de  estudios. 

Art.  40.  Para  modificar  el  Reglamento  ó  disolver  la  Sociedad, 
se  necesitará  una  proposición  fundada  y  firmada  por  cinco  Socios, 
la  cual  se  presentará  en  sesión  ordinaria.  Si  en  ella  fuere  tomada 
en  consideración,  se  nombrarán  cinco  Socios  que  emitan  un  in- 
forme razonado,  el  cual  se  discutirá  y  votará  en  sesión  extraordi- 


12  REGLAMENTO   DE    LA    SOCIEDAD    DE    HISTORIA   NATURAL. 

naria,  convocada  expresamente  con  este  objeto,  no  siendo  admi- 
tida la  proposición  si  no  fuere  aprobada  por  las  dos  terceras  par- 
tes de  los  Socios  residentes  habitualmente  en  Madrid.  En  caso  de 
no  reunirse  este  número,  bastarán  las  dos  terceras  partes  de  los 
Socios  presentes  en  la  sesión  inmediata. 

Art.  41.  En  caso  de  disolución  de  la  Sociedad,  las  colecciones 
y  libros  que  pudieran  pertenecería  serán  donados  á  los  centros  de 
enseñanza  en  los  que  se  crea  que  puedan  ser  más  convenientes  y 
conservarse  mejor  para  su  más  fácil  estudio  y  consulta  por  los 
naturalistas,  y  los  fondos  que  existan  se  destinarán  á  los  Estable- 
cimientos de  Beneficencia,  respetándose  las  cláusulas  de  las  do- 
naciones, si  las  hubiere. 


Presentado  para  su  aprobación  en  el  Gobierno  civil  el  17  de  Enero  de  1901,  con- 
forme á  las  disposiciones  vigentes. 


JUNTA     DIRECTIVA. 


SOCIEDAD   ESPAÑOLA   DE   HISTORIA   NATURAL 

Presidente D.  Blas  Lázaro  é  Ibiza.  /^\^- ,-'^*^^'V'Cj 

Ticepresiderite D.  Federico  Oloriz  y  Ag-uilera.    Z^-  ^''í^^^^^iy.i 

Tesorero D.  Ig-nacio  Bolívar  y  Urrutia.    r^¡ "      "' ^         "•"  ^ 

Secretario D.  Salvador  Calderón  y  Arana,  luj i  L  I  B  R  A  R  Y 

Vicesecretario D.  José  María  Dtismet  y  Alonso\^ 

BMiotecario D.  Rafael  Blanco  y  Juste.  ^^NÍ!» as5>^^ 

Vicetesorero D.  Antonio  García  Várela.  X^   0    }3^ 

Comisión  de  pudlicación. 

1).  Francisco  de  P.  Martínez  y  Sáez. —  D.  José  Macplierson. 
D.  Germán  Cerezo  y  Salvador. 

Comisión  de  Catálogos. 

U.  Gabriel  Puig*  y  Larraz.  — D.  Blas  Lázaro  é  Ibiza.  — D.  José 
Rodríg-uez  Mourelo.— 1).  José  María  Uusmet  y  Alonso.— 1).  Juan 
Manuel  Díaz  del  Villar.— I).  Enrique  Pérez  Zúñig-a.— D.  Ang-el 
Cabrera  Latorre. 


SECCIÓN  DE  SEVILLA. 

Presidente D.  Fernando  Halcón,  Marqués  de  San  Gil. 

Vicepresidente D.  José  María  Benjumea  y  Pareja. 

Tesorero D.  Julio  del  Mazo  y  Franza. 

¡Secretario D.  Federico  Chaves  y  Pérez  del  Pulg-ar. 

Vicesecretario I).  José  J.  Arráez  v  Carriás. 


SECCIÓN  DE  ZARAGOZA. 

Presidente D.  Manuel  Díaz  de  Arcaya. 

Vicepresidente D.  Hilarión  Jimeno. 

Tesorero D.  Félix  Gila  y  Fidalg-o. 

Secretario D.  Pedro  Moyano  y  Moyano. 

Vicesecretario D.  Juan  P.  Soler  y  Carceller. 


Socios  fundadores. 


D.  José  Argutnosa.  f 

D.  Ignacio  Bolívar  y  ürrutia. 

Excma.  Sra.  D.^  Cristina  Brunetti 

de  Lasala,  Duquesa  de  Mandas. 
D.  Francisco  Cala,  f 
Excma.  S."D.a  Amalia  de  Heredia, 

Marquesa  Viuda  de  Casa  Loring. 
Exorno.  Sr.  D.  Miguel  Colmeiro. 
D.  Antonio  Cipriano  Costa,  f 
Excmo.  Sr.  D.  Cesáreo  Fernández 

Losada. 
D.  Saturnino  Fernández  de  Salas,  f 
D.  Manuel  María  José  de  Galdo.  f 
D.  Joaquín  González  Hidalgo. 
D.  Pedro  González  de  Velasco.  f 


D.  Ángel  Guirao  y  Navarro,  f 

D.  Joaquín  Hysern.  f 

D.  Marcos  Jiménez  de  la  Espada    f 

D.  Rafael  Martínez  Molina    f 

D.  Francisco  de  Paula  Martínez  y 

Sáez. 
D.  Manuel  Mir  y  Navarro. 
D.  Patricio  María  Paz  y  Membiela.  f 
Excma.  Sra.  Condesa  de  Oñate.  f 
D.  Sandalio  Pereda  y  Martínez,  f 
D.  Laureano  Pérez  Arcas,  f 
D.  José  María  Solano  y  Enlate. 
D.  Serafín  de  Uhagón. 
D.  Juan  Vilanova  y  Piera.  f 
D.  Bernardo  Zapater  y  Marconell. 


Presidentes  que  ha  tenido  esta  Sociedad  desde  su  fundación 
en  8  de  Febrero  de  1871. 


1871- 

■72.  Excmo.  Sr.  D.  Miguel  Col- 
meiro. 

1886. 

1873. 

D.  Laureano  Pérez  Arcas,  f 

1887. 

1874. 

limo.  Sr.  D.  Ramón  Llórente 
y  Lázaro,  f 

1888. 

1876. 

limo.    Sr.    D.    Manuel   Abe- 
leira.  f 

1889. 

1876. 

Excmo.  Sr.  Marqués  de  la  Ri- 
vera, t 

1890. 

1877. 

limo.  Sr.  D.  Sandalio  Pereda 

1891. 

y  Martínez,  f 

1892. 

1878. 

D.  Juan  Vilanova  y  Piera.  f 

1893. 

1879. 

Excmo.   Sr.   D.   Federico   de 
Botella  y  de  Hornos,  f 

1894. 

1880. 

D.  José  Macpherson. 

1895. 

1881. 

D.  Ángel  Guirao  y  Navarro,  f 

1882 

Excmo.   Sr.    D.  Máximo  La- 
guna. 

1896. 

1883. 

Excmo.  Sr.  D.  Manuel  Fer- 

1897. 

nández  de  Castro,  f 

1898. 

1884. 

D.  Pedro  Sáinz  Gutiérrez,  f 

1899. 

1885. 

D.  Serafín  de  Uhagón. 

1900. 

D.  Antonio  Machado  y  Nú- 
ñez.  f 

limo.  Sr.  D.  Carlos  Castel. 

Excmo.  Sr.  D.  Manuel  M.  J. 
de  Galdo.  f 

D.  Ignacio  F.  de  Henestrosa, 
Coode  de  Moriana.  f 

D.  Francisco  de  P.  Martínez 
y  Sáez. 

D.  Carlos  de  Mazarredo. 

D.  Laureano  Pérez  Arcas,  f 

Excmo.  Sr.  D.Máximo  Laguna 

Excmo.  Sr.  D.  Daniel  de  Cor- 
tázar. 

D.  Marcos  Jiménez  de  la  Es- 
pada, t 

D.  José  Solano  y  Eulate,  Mar- 
qués del  Socorro. 

D.  Santiago  Ramón  y  Cajal. 

D.  Manuel  Antón  y  Ferrándiz, 

D.  Primitivo  Artigas. 

D.  Gabriel  Puig  y  Larraz. 


LISTA  DE  LOS  SEÑORES  QUE  COMPONEN 


LA 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 

EN    1."   DE    ENERO   DE    1901. 


Socios  protectores. 

EN    ESPAÑA. 

S.  M.  el  Rey  D.  Alfonso  XIII. 

S.  A.  el  Archiduque  Luís  Salvador. 

EN    EL     EXTRANJERO. 

S.  M.  G.  el  Rey  D.  Garlos  de  Portugal. 

S.  A.  S.  el  Príncipe  Alberto  de  Monaco. 

M.  Henri  de  Lacaze-Duthiers,  Profesor  de  Zoología  y  Anatomía 
comparadas  en  la  Facultad  de  Ciencias,  Director  de  Ios- 
Laboratorios  de  Banyuls-sur-Mer  y  de  RoscoíT. 


IC  LISTA    DE   LOS   SEÑORES    QUE    COMPONEN 


Socios  Correspondientes  extranjeros.  O 

MM.  Acloque  (Alexandre).-~69,  Avenue  de  Segur,  París. — (His- 
toria natural  general.) 

Andué  (Ernesl),  Nolai-io  honorario;  de  la  Sociedad  ento- 
mológica de  Francia.  — 17,  rae  des  Promenades,  Gray 
(Haule-Saóne,  Francia). — (Himenópteros,  especialmente 
Formícidos  y  Mutilidos.) 

Balsamo  (Francesco). — Yia  Salvator  Rosa,  -290,  Napoli  (Ita- 
lia).— (Botánica  y  principabnenle  algas.) 

Bedel  (Louis),  de  ia  Sociedad  entomológica  de  Francia. — 
20,  rne  de  l'Odéon,  Paris. — (Coleópteros  palear cticos.) 

Blanchard  (Dr.  Raiihacl),  Profesor  en  la  Facultad  de  Me- 
dicina, Director  de  los  Archives  de  Parasitologie. — 
226,  Boulevard  Saint  Germain ,  Paris. — (Entomología 
general.^  Hirudineos.) 

Bois  iDenre). — 15,  rué  Faidherhe,  Saint  Mandé  (Seine), 
Francia. — [Botánica.] 

BoMBici  (Prof.  L.),  Director  del  Gabinete  mineralógico  de 
la  Universidad  de  Bologna,  Italia. — (Mineralogía.) 

BoRMANs  (Auguste  de). — 53,  via  GoíTredo  Casalis,  Torino 
(Italia). — (Forficúlidos  J 

Brizi  (Ugo). — Museo  Agrario,  Via  Santa  Susana,  Roma 
{lVd\Í8i).  —( ¡htánica  y  principalmente  flora  de  Italia.) 

BucKiNG  (Dr.  H.),  Profesor  en  la  Universidad  de  Strasburgo, 
Alemania. 

Gamerano  (Lorenzo),  Profesor  de  Anatomía  comparada  y 
Director  del  Museo  zoológico  de  la  Universidad. —  Palazzo 
Carignano,  Tarín,  Italia. — (Anatomia  comparada,  Gor- 
diidos.) 

Chevreu.x  (Edonard). — Pioute  du  Cap,  Bóne  (Gonstanlina) 
Ai-gelia. — (Crustáceos  anfipodos.) 

Cohén. —  Profesor  en  la  Universidad  de  Greifs\vald  (Alema- 
nia).— (Mineralogía.) 


(1)  Con  el  objeto  de  fomentar  las  relaciones  científicas  entre  los  socios,  se  indica 
entre  paréntesis  y  con  letra  bastardilla,  después  de  las  señas  de  su  domic  lio,  si  el 
socio  cultiva  en  la  actualidad  más  especialmente  algún  ramo  de  la  Historia  natural 


LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA    DE    HISTORIA   NATURAL.  17 

MM.  CoiNCY  (Auguste  de). — Gháteau  de  Gourtoiseau  par  Trigué,- 
res  (Loiret),  Francia. 

Dervieux  (Ermanno). — Via  Massena.  34. — Torino  (Italia). 

De  Toni  (Joannes  Baptista). — Via  Regate,  2236,— Padova 
(Italia). 

FiNOT  (P.  Adrien  Prosper),  Capitán  de  Estado  Mayor,  reti- 
rado.—27,  rué  Saint-Honoré,  Fontainebleau,  Francia. — 
(Ortópteros.) 

FouMOUZE  (Armand),  Doctor  en  Medicina.— 78,  Faubourg 
Saint-Denis,  Paris. — (Entomología  médico- farmacéutica.) 

Gkikie  (Sir  Archivald).— F.  R.  S.  Firmyu  Street,  28.— S.  W. 
London. — (Geología.) 

G-ESTfto  (Raffaello),  Doctor,  Vicedirector  del  Museo  cívico  de 
Historia  natural. — Villeta  Dinegro,  Genova  (Italia). — 
(Coleópteros.) 

GiARD  (Alfred),  Profesor  de  Zoología  en  la  B'acultad  de  Cien- 
cias, Director  del  Laboratorio  de  Wimereux  y  del  Bulle- 
tin  Scientipque  de  la  Frunce  et  de  la  Belgiqíie. — 14,  rué 
Stanislas,  Paris. — (Evolución,  Parasitismo,  Crustáceos.) 

GiRARD  (Albert  Alexandre),  Secretario  científico  de  S.  M. — 
Lisboa  (Portugal). — (Ictiología  y  Malacología.) 

Heckel  (Edouard),  Profesor  en  la  Facultad  de  Ciencias. — 
31,  Cours  Lieutand,  Marseille  (Francia). — (Botánica.) 

HoRVÁTH  (Géza) ,  Doctor  en  Medicina,  Director  del  Museo 
nacional  de  Hungría. — Museumring,  12,  Budapest. — 
Austria-Hungría, — (Hemipteros.) 

Janet  (Charles).  —  Rué  Saint-Jacques,  Beauvois  (Oise), 
Francia. — (Costumbres  y  anatomía  de  las  hormigas.) 

KoNOw  (Friedrich  Wilhelm).  —  Teschendorf,  Grossherz 
(Meklenburg),  Alemania,  —  (Himenópteros  y  especial- 
mente Tentredínidos,  Chalastogastra.J 

Kraatz  (Gustav),  Doctor  en  Filosofía,  Redactor  de  la 
Deutschen  Entomologischen  Zeitschrift.  —W.  9,  Links- 
trasse,  28,  Berlín. — (Coleópteros.) 

LuBBOCK  (Sir  .John  W.),  Bart.  M.  D. — Saint  James,  2,  Lon- 
dres, S.  W.;  también  en  Down  (Kent),  High  Elms. — 
(Antropología.,  costumbres  de  Insectos,  Formícidos.) 

Meünier   (Stanislas),   Profesor  de  Geología  del  Museo  de 
Historia  natural. — 7,  Boulevard  Saint-Germain,  Paris. 
— (Litología.J 
N.»  1. -Enero,  1901.  2 


LISTA    DE    LOS   SEÑORES   QUE   COMPONEN 

MM.  MoNTANDON  (Arnald  L.) — Filaréte,  Strada  Viilor,  Bukarest, 
Rumania, — (Ilemipteros,   principalmente   heterópteros.] 

Nery  Delgado  (J.  F),  Geólogo. — Rúa  de  D.  Garlos  I,  35, 
Lisboa. — (Geología.) 

Olivier  (Henry). — Baroches-au- Eíoulme  (Orne),  Francia. 

PiGCiOLi  (Gomm.  Francesco),  Director  del  Instituto  fores- 
ta!.— Vallombrosa  (Italia). — (Botánica.) 

PiCGioi.i  (Lodovico),  Sub-Inspector  forestal. — Vallombrosa 
(Italia). — f  Botánica.) 

PoRTER  (Garlos  E.) — Director  general  del  Museo  y  de  la 
Revisía  Chilena  de  Historia  natural. — Casilla,  1 108,  Val- 
paraíso, Ghile. —  (Histología,  Crustáceos  decápodos  y 
hemípteros.) 

Preüdhomme  de  Borre  (Alfi-ed),  Individuo  de  varias  Socie- 
dades científicas.— Villa  Ja  Fauvette,  Petit  Saconnex, 
Ginebra,  Suiza. — (Entomología  general,  geografía  ento- 
mológica, coleópteros  y  principalmente  heterómeros  é 
hidrocántarosj 

Richard  (Jules),  Doctor  en  Giencias,  Director  del  Museo 
oceanógrafico. — Monaco. — (Crustáceos  inferiores. J 

Salomón  (Dr.  W.) — Instituto  Mineralógico  de  la  Universi- 
dad.— Heidelberg,  Alemania. 

ScuDDER  (Samuel  Hubbard). — 156,  Brattle  Street,  Cam- 
bridge (Estados-Unidos). — ( Macrolepidópteros,  Ortópte- 
ros é  insectos  fósiles.) 

Türnez  (W.  Henri),  De  la  Gomisión  Geológica  de  los  Esta- 
dos-Unidos (Washington)  DG. — (Geología.) 

Socios  numerarios  (1). 

1896.  Aguilar  y  Cuadrado  (D.  Miguel),  Paseo  de  Atocha,  9, 

■2.°,  Madrid. 
1894.     Aguilar  y  Esteban  (D.  Cipriano  Luís),  Licenciado  en 
Ciencias  físico-químicas.  —  Plaza   del   Olivo,    7,   Cala- 
tay  ud . — (Botánica.) 

1897.  Alaejos  y  Sanz  (D.  Luís),  Licenciado  en  Ciencias  natu- 

rales.— Estación  de  Biología  marina.  Santander. 


(1)     El  nombre  de  los  socios  numerarios  va  precedido  de  la  cifra  que  indica  el  año 
de  su  admisión  en  la  Sociedad  y  el  de  los  socios  fundadores  de  la  abreviatura  S.  F. 


LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA    DE    HISTORIA   NATURAL.  1» 

1898.  Allbutt  (D.  Enrique  A.),  de  la  Sociedad  geológica  de 
Leed  y  de  la  de  Medicina  de  Atenas. — 24  Park  Square. 
—  Leeds,  York  (Inglaterra). — (Geología.) 

4898.  Alloza  Blasco  (D.  Leandro),  Alumno  de  la  Escuela  de 
ingenieros  de  Caminos. — G.  de  las  Veneras,  4,  pral.,  y 
en  verano  en  Castellón. — (Geología.) 

■1896.  Alorda  y  Sampol  (p.  Jaime). —  Harina,  28,  pral.,  Palma 
de  Mallorca. — (Lepidópteros  y  moluscos.) 

4894.  Álvarez  de  Toledo  y  Acuña  (ü.  Fernando),  Conde  de 
Caltabellota. —  Palazzo  Bivona,  Largo  Fernandina,  Ña- 
póles (Italia). 

*i894.  Álvarez  Sereix  (D.  Rafael),  Ingeniero  de  Montes,  Go- 
bernador civil  de  las  Baleares.  —  C.  de  las  Huertas, 
41,  3.\  Madrid. 

1893.     Antiga  (D.  Pedro).— G.  de  Cortes,  313,  Barcelona. 

1875.  Antón  y  Ferrándiz  (D.  Manuel),  Catedrático  en  la  Facul- 
tad de  Ciencias,  Jefe  de  la  Sección  de  Antropología  y 
Secretario  del  Museo  de  Ciencias  naturales. — C.  de  Oló- 
zaga,  5  y  7,  Madrid. — (Antropología.) 

-1894.  Aragón  y  Escacena  (D.  Federico),  Licenciado  en  Ciencias 
naturales,  Director  del  Colegio  de  San  Vicente  Ferrer. 
— Astorga  (León). 

4898.  Aramruru  y  Altuna  (D.  Pedro),  Doctor  en  Medicina,  Ca- 
tedrático en  la  Escuela  de  Veterinaria. — Zaragoza. 

1885.  Aranzadi  y  Una  muño  (D.  Telesforo),  Doctor  en  Farmacia 
y  en  Ciencias  naturales,  Catedrático  en  la  Facultad  de 
Farmacia  de  la  Universidad. — Barcelona. —  (Antropolo- 
gía y  Botánica. J 

1896.  Arráez  y  Carriás  (D.  José),  Abogado.— C,  de  Miguel 

del  Cid,  28,  Sevilla. — (Antropología  crimijial.) 

1887.  Artigas  (D.  Primitivo),  Ingeniero  Jefe  de  Montes. — 
C.  del  Reloj,  9,  pral.  izq.,  Madrid. — (Silvicultura.) 

1889.  Aulet  y  Soler  (D.  Eugenio),  Presbítero,  Doctor  en  Cien- 
cias físico-químicas  y  Licenciado  en  naturales,  Catedrá- 
tico en  el  Instituto  de  Huesca. — Oiot  (Gerona). 

1873.  Avila  (D.  Pedro),  Director  de  la  Escuela  de  Ingenieros 
de  Montes. — El  Escorial. 

1900.  AzAM  (D.José),  Arquitecto. — 14,  rué  de  Trans,  Dragui- 
gnan  (Var),  Francia. — (Ortópteros  y  Hemípteros.) 

1897.  AzPEiTiA  Y  Moros  (D.  Florentino),  Profesor  en  la  Escuelt? 


.20  .n  .:LISTA    DE   LOS    SEÑORES   QUE    COMPONEN 

de   Minas, — Glorieta    del  Cisne,   3,   hotel,    Madrid. — 
(Malacologia.) 
1872.     Barboza  du  Bogage  (Excmo.  Sr.  D.  José  Vicente),  Direc- 
tor del  Museo  de  Historia  natural. — Lisboa. — (Mamífe- 
ros, aves  y  reptiles.) 

1891.  Barras  de  Aragón  (D.  Francisco  de  las),  Doctor  en  Cien- 

cias  naturales,   Catedrático   en  el   Instituto. — Avila. — 
(Entomología  y  Botánica.) 
1895.     Bartolomé  del  Cerro  (D.  Abelardo),  Doctor  en  Ciencias 
naturales. — C.  de  Daoiz,  5,  Madrid. 

1889.  Becerra  y  Fernández  (D.  Antonio),  Doctor  en  Ciencias 

naturales,    Catedrático    en    el    Instituto. — ^ Almería. — 

(Entomología  agrícola  y  dibujo  científico.) 
1894.     Benedicto  Latorre  (D.  Juan),  Farmacéutico. —  Monreal 

del  Campo  (Teruel).  —(Botánica  y  moluscos  terrestres.) 
1898.     Benjumea  y  Pareja  (D.  José). — C.  de  Pedro  del  Toro,  11, 

Sevilla. 

1890.  Blanco  del  Valle  (D.  Eloy),  Catedrático  de  Historia  na- 

tural en  el  Instituto. — Ciudad-Real. 

1892.  Blanco  y  Juste  (D.  Rafael),  Licenciado  en  Ciencias  na- 

turales, Ayudante  por  oposición  del  Museo. — C.  de  San- 
doval,  4,  pral.,  Madrid. 

1898.  Blas  y  Manada  (D.  Macario),  Doctor  en  Farmacia. — 
C.del  Caballero  de  Gracia,  3,  Madrid. 

s.  F.  Bolívar  y  Urrutia  (D.  Ignacio),  Catedrático  en  la  Facul- 
tad de  Ciencias,  Jefe  de  la  Sección  de  Entomología  en  el 
Museo. — C.  de  Moreto,  1,  Madrid. — (Ortópteros,  Uemip- 
teros  y  Arquípteros.) 

1872.  Bolívar  y  Urrutia  (D.  José  María),  Licenciado  en  Medi- 
cina.— C.  de  las  Salegas,  2,  Madrid. 

1882.  Bolos  (  D.  Ramón),  Farmacéutico,  Natur;i.lisla. — C.  de 
San  Rafael,  Olot  (Gerona). — (Botánica. J 

1898.  BoROBio  (D.  Patricio),  Catedrático  en  la  Facultad  de  Me- 
dicina.— Coso,  100,  Zaragoza. — (Pediatría.) 

1872.  BoscÁ  Y  Casanoves  (D.  Eduardo),  Licenciado  en  Medici- 
na, Catedrático  de  Historia  natural  en  la  Universidad, 
Director  de  Paseos  y  arbolados. — Paseo  del  Grao,  Va- 
lencia.— (Reptiles  de  Europa.) 

1900.     BoscÁ  Y  Seytre  (D.  Antimo),  Ayudante  por  oposición  de 

;  ._        ]a  Facultad  de  Ciencias. — Valencia. 


LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA   DE    HISTORIA   NATURAL.  21" 

1900.     Brañas  (D.  Gonzalo),  Farmacéutico. —  La  Coruña. 

1877.  Bkeñosa  (D.  Flafael),  Ingeniero  de  Montes  de  la  Real 
Gasa, — San  Ildefonso  (Segovia). — (Cristalografía.) 

1883.  Buen  y  del  Gos  (D.  Odón),  Gatedrálico  de  Historia  natu- 
ral en  la  Universidad, — Barcelona. — (Botánica.) 

1897.  BuRR  (D.  Malcolm). — Dormans  Park,  East  Grinslead  (In- 
glaterra).— (Ortópteros  y  en  especial  forficúlidos.J 

1892.  Gaballero  (D.  Ernesto) ,  Gatedrático  de  Física  en  el  Ins- 
tituto.—  Pontevedra.  —  (Diatomean.) 

1891.  Gabrera  Y  Díaz  (D.  Anatael),  Médico  cirujano. — Laguna 

de  Tenerife  (Islas  Ganarias). — (Himenópteros.) 

1896.  Gabrera  y  Latorre  (D.  Ángel). — G.  de  la  Beneficencia, 

18,  M-dávid.— (Vertebrados.) 

1897.  Gáceres  y  González  (D,  Juan). —  G.  del  Duque,  8,  Garta- 

gena. — (Entomologia.) 
1900.     Gáceres  Gómez  (D.  Mariano),  Doctor  graduado  en  Giencias 
físico-Ljuí micas. — Mendizábal,  34,  Madrid. 

1892.  Calandre  y  Lizana  (D.  Luís).  —  Pasaje  de  Gonesa,  Car- 

tagena. 

1872.  Calderón  y  Arana  (D.  Salvador),  Gatedrático  de  Minera- 
logía y  Botánica  en  la  Facultad  de  Giencias,  Jefe  de  la 
Sección  de  Mineralogía  en  el  Museo. — G.  de  Sagasta,  9, 
3.°,  Madrid. — (Geología  y  Petrología.) 

1889.     Gamps  (Sr.  Marqués  de).  —  Canuda,  16,  pral.,  Barcelona. 

1872.  Cánovas  (D,  Francisco),  Gatedrático  jubilado  de  Historia 
natural. — Lorca  (Murcia). — (Paleontología  y  Estudios 
prehistóricos.) 

1893.  Cañal  y  Migolla  (D.  Carlos),  Profesor  auxiliaren  la  Fa- 

cultad de  Filosofía  y  Letras. — G.  del  Rosario,  19,  Sevi- 
lla.— (Prehistoria.) 

1893.  Capelle  (R.  P.  Eduardo),  S.  J.  —  Colegio  de  Gaousou, 

Toulouse  (Francia). — (Prehistoria.) 

1894.  Garbo  y  Domenech  (D.  Manuel),  Ayudante  por  oposición 

en  la  Facultad  de  Giencias. — G.  del  Notariado  2,  3.",  2.*. 
Barcelona. 
1877.  Carvalho  Monteiro  (Excmo.  Sr.  D.  Antonio  Augusto  de), 
Doctor  en  Derecho  y  en  Giencias  naturales  por  la  Uni- 
versidad de  Coimbra,  y  miembro  de  la- Sociedad  de  Acli- 
matación de  Río  Janeiro.  —  Rúa  do  Alecrim,  70,  Lisboa 
(Portugal). — ( Lepidópteros.  J 


2*  LISTA    DE   LOS    SEÑORES    QUE   COMPONEN 

1900.     Casares  Descansa  (D.  Román),  Farmacéutico. — Santiago. 
1874.     Castel  (limo.  Sr.  D.  Garlos),  Ingeniero  de  Montes,  de  la 

Real  Academia  de  Ciencias  exactas,  físicas  y  naturales. 

— C.  del  Desengaño,  1,  pral.,  dra.,  Madrid. 

1876.  Castellarnau  y  de  Lleopart  (D.  Joaquín  María  de),  In- 

geniero Jefe  de  Montes. — Segovia. — (Micrografia.) 
1884.     Cazurro  y  Ruíz  (D.  Manuel),  Doctor  en  Derecho  y  en 
Ciencias  naturales.  Catedrático  en  el  Instituto. — Gerona. 
— (Ortópteros  y  dípteros  de  Europa^  Micrografia.) 

1895.  Cerezo  (D.  Germán),  Catedrático  de  Zoología  y  Mineralo- 

gía aplicadas  á  la  Farmacia. — Ballesta,  16,  Madrid.  . 

1872.  Cervera  (Excmo.  é  Limo.  Sr.  D.  Rafael),  de  la  Real  Aca- 
demia de  Medicina.  —  C.  de  Jacometrezo,  66,  2.°  dere- 
cha, Madrid. 

1891.  Chaves  y  Pérez  del  Pulgar  (D.  Federico),  Doctoren  Cien-^ 
cias  físico-químicas. — C.  de  Jesús,  17,  Sevilla. — (Mine- 
ralogía y_  Cristalografía.) 

1872.  CoDiNA  y  Langlin  (D.  Ramón),  Socio  residente  del  Cole- 

gio de  Farmacéuticos  de  Barcelona,  numerario  de  la 
Academia  de  Ciencias  naturales  y  de  Artes  de  la  misma,, 
de  la  Academia  de  Medicina  y  Cirugía,  Doctor  en  Far- 
macia.— C.  de  San  Pablo,  70,  Barcelona. 

1873.  CoDORNiu  (D.  Ricardo),  Ingeniero  de  Montes.— Murcia. 

1896.  Colegio  de  San  Juan  de  Letrán  (Sr.   Rector  del). — Ma- 

nila (Filipinas). 

s.  F.  CoLMEiRO  (Excmo.  Sr.  D.  Miguel ),  Caballero  Gran  Cruz 
de  la  Orden  de  Isabel  la  Católica,  de  las  Reales  Acade- 
mias de  la  Lengua,  de  Medicina  y  de  Ciencias,  Doctor 
en  Ciencias  y  en  Medicina,  Catedrático  jubilado  de  la 
Universidad  Central.  — C.  del  Barquillo,  8,  2."  izquier- 
da, Madrid. — (Botánica.) 

1898.  Colomina  y  Carolo  (D.  Alejandro  de).  Doctor  en  Ciencias 
naturales,  Catedrático  en  el  Instituto. — Pontevedra. 

1878.  CoMERMA  (D.  Andrés  A.),  Ingeniero  de  la  Armada.— 
Ferrol. 

1877.  Corral  y  Lastra  (D.  Rafael),  Farmacéutico,  Socio  corres- 

ponsal del  Colegio  de  Farmacéuticos  de  Madrid,  Individuo 
de  la  Academia  Nacional  de  Agricultura,  Industria  y  Co- 
mercio de  París,  de  la  Sociedad  Linneana  Matritense  y 
de  la  de  Higiene.— C.  de  Daoíz  y  Velarde,  5,  Santander. 


LA   SOCIEDAD    ESPAÑOLA   DE    HISTORIA   NATÜHAL.  23: 

1892.  Corrales  Hernández  (Ü.  Ángel),  Licenciado  en  Ciencias 

naturales,  Profesor  auxiliar  en  3I  Instituto. — Jaén. 
1872.     Cortázar  (Excmo.  Sr.  D.  Dauiel  de),  Ingeniero  Jefe  de 
Minas,  de  las  Reales  Academias  de  la  Lengua  y  de  Cien- 
cias exactas,  físicas  y  naturales,  Consejero  de  Instruc- 
ción pública. — C.  de  Velázquez,  32,  hotel,  Madrid. 

1897.  Cortina  y  Poveda  (D.  Enrique),  Disecador  del  Museo  de 

Ciencias  naturales. — C.  de  Carnpoainor,  4,  Madrid. — 
fTaxidermia.) 

1874.     CouDER  (D.  Gerardo),  Ingeniero  de  Montes. — Avila. 

1872.  Crespí  (D.  \ntonio),  Licenciado  en  Farmacia  y  en  Cien- 
cias naturales,  Catedrático  en  el  Instituto. — C.  de  Pere- 
grina, 80,  2.",  Pontevedra. 

1872.  CuNi  Y  Martorell  (  D.  Miguel),  Individuo  de  la  Real 
Academia  de  Ciencias  naturales  y  Arles. — C.  de  Codols, 
18,  Barcelona. — (Botánica  y  Entomología.) 

1889.  Dargent  (D.  Florismundo). — Moralejo,  5,  Aguilar  (Cór- 

doba). 

1893.  Dávila  (D.   Marino),   Catedrático  en  el   Instituto. —  Ba- 

dajoz. 
1899.     Díaz  (R.  P.  Filiberto),  Doctor  en  Ciencias,  Ayudante  por 
oposición  del  Museo  de  Ciencias  naturales. —  C.  de  San 
Miguel,  21  duplicado,  Madrid. 

1898.  Díaz  de  Argaya  (D.  Manuel),  Doctor  en  Ciencias,  Cate- 

drático de  Historia  natural  en  el  Instituto. — C.  de  la  In- 
dependencia, 7,  Zaragoza. 

1890.  Díaz  del  Villar  (D.  Juan  Manuel),  Licenciado  en  Medi- 

cina, Catedrático  en  la  Escuela  de  Veterinaria. — C.  de 
Atocha,  127  d.",  Madrid. — (Epizoarios  y  Entomozoarios.) 

1894.  DíEz  Solorzano  (D.  Manuel). — C.  de  Blanca,  Santander. 
1890.     DoLLFUS  (D.  Adriano),  Director  de  la  Feuille  des  Jeunes 

Naturalistes.  —  Rué  Pierre  Charron  ,  35,  París. — (Isó- 
podos.) 

1898.  Domenech  (R.  P.  Estanislao),  Profesor  de  Historia  natu- 

ral en  el  Colegio  del  Sagrado  Corazón. — C.  de  Lauria,  21 , 
Barcelona. 

1899.  Domínguez  (D.  Antonio  A.)  —  Laguna  de  Tenerife. — (Co- 

leópteros de  Canarias.) 
1898.     DossET  (D.  José  Antonio),  Doctor  en  Farmacia. — G.   de 
D.  Juan  de  Aragón,  20,  Zaragoza. — (Diatomeas.) 


24  LISTA   DE    LOS   SEÑORES    QUE    COMPONEN 

1890.  DusMET  Y  Alonso  (D.  José  M.),  Doctor  en  Ciencias  natu- 
rales.— Plaza  de  Santa  Cruz,  7,  Madrid. — (Himenó'p- 
teros.) 

1898.  Egaña  (D.  Jesús  de),  Ingeniero  industrial,  Comandante 
de  Artillería. —  C.  de  Santa  Engracia,  3,  Zaragoza. — 
(Geología. J 

1898.  Eleicegui  (D.  Antonio),  Catedrático  en  la  Facultad  de  Far- 
macia.— Santiago. 

1888.  Elizalde  y  Eslava  [h.  Joaquín),  Licenciado  en  Ciencias 
naturales.  Catedrático  en  el  Instituto. — Logroño. 

1894.  Engiso  y  Mena  (D.  Juan),  Licenciado  en  Derecho. — 
Huerca! -Overa  (Almería). — (Entomología.) 

1875.  Espejo  (Excmo.  Sr.  D.  Zoilo),  Catedrático  de  Ciencias  na- 
turales en  el  Instituto  agrícola  de  Alfonso  XIÍ  y  Secreta- 
rio general  de  la  Asociación  de  Agricultores. — C.  de 
Fuencarral,  97,  pral,  Madrid. — (Agricultura  y  Botánica.) 

1875.  EsPLUGA  y  Sancho  (D.  Faustino),  Licenciado  en  Ciencias 
naturales,  Director  del  Colegio  de  1.*  y  2."  enseñanza  de 
Nuestra  Señora  de  la  Piedad  y  Profesor  auxiliar  en  el 
Instituto. — Toledo. 

1890.  Fereal  (D.  César). — G.  de  la  Salud,  13,  principal  dere- 
cha, Madrid. 

1874.  Fernández  de  Castro  (D.  Ángel),  Ingeniero  de  Montes. — 

C.  de  Fabiola,  5,  Sevilla. 

1900.  Fernández  de  Gata  y  Calache  (D.  Manuel),  Doctor  en 
Farmacia. — Villavieja  (Salamanca). 

s.  F.  Fernández  de  Losada  (Excmo.  Sr.  D.  Cesáreo),  Caballero 
Gran  Cruz  de  la  Orden  de  Isabel  la  Católica,  Gran  cor- 
dón de  la  de  Metjidié,  Comendador  de  número  de  la  de 
Carlos  III,  condecorado  con  la  Cruz  de  primera  clase  de 
Beneñcencia  y  con  otras  de  distinción  por  méritos  cientí- 
ficos y  de  guerra,  Socio  de  varias  corporaciones  cientí- 
ficas nacionales  y  extranjeras,  Inspector,  Médico  Mayor 
del  Cuerpo  de  Sanidad  militar,  Doctor  en  Medicina. — 
C.  de  Valencia,  1,  pral.,  Madrid. 

1893.  Fernández  Duro  (D.  Gabriel),  Coronel  de  Artillería. — 
Burgos. — (Lepidópteros.) 

1890.  Fernández  Navarro  (D.  Lucas),  Doctor  en  Ciencias,  Ca- 
tedrático en  el  Instituto. — Soria. — (Mineralogía.) 

1875.  Ferrand  y  Couchoud  (D.  Julio),  Ingeniero  Jefe  de  la  pri- 


LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA    DE    HISTORIA   NATURAL.  25 

mera  sección  de  vía  y  obras  de  los  Ferrocarriles  Anda- 
luces.— G.  de  Infanzones,  5,  Sevilla. 

1900.  Ferrando  y  Más  (D.  Pedro),  Licenciado  en  Ciencias.— 
G.  de  San  Bartolomé,  27,  Madrid. 

1885.  Ferrer  (D.  Garlos),  Doctor  en  Medicina  y  Bachiller  en 
Giencias. — Ronda  de  la  Universidad,  16,  1.°,  Barcelona. 

1879.  Flórez  y  González  (D.  Roberto).  —  Gangas  de  Tineo 
(Oviedo) . — (Entomología.) 

1877.     Fortanet  (D.  Ricardo).— G.  de  la  Libertad,  29,  Madrid. 

1888.  Fuente  (D.  José  María  de  la),  Presbítero.  —  Pozuelo  de 
Galatrava  (Giudad-Real). — (E^itomologia,  Coleópteros  de 
Europa,  Admite  cambios  de  estos  insectos.) 

189Ü.  Fuset  y  Tubiá  (D.  José),  Doctor  en  Giencias  naturales, 
Gatedrático  en  el  Instituto  de  Palma. —  Mallorca, — 
(Gusanos  y  Dibujo  científico.) 

1899.  Gallegos  y  Sardina  (D.  Ventura),  de  las  Sociedades 
entomológicas  de  Bélgica  y  Stettin,  de  la  de  Higiene  de 
París,  de  la  Gentral  de  Apicultura  é  Insectología  de 
Fi-ancia. — Mendoza  (República  Argentina). 

1872.  García  y  Arenal  (D.  Fernando),  Ingeniero  del  puerto  de 
Vigo. — Pontevedra. 

1887.  García  y  Baza  (D.  Regino),  Ayudante  de  Montes.  —  Ma- 
nila. 

1894.  García  y  García  (D.  Antonio),  Profesor  auxiliar  en  el 
Instituto. — Huelva. 

1877.  García  y  Mercet  (D.  Ricardo),  Farmacéutico  de  Sanidad 
militar. —  Madrid. — (Coleópteros  y  dípteros  de  Europa.) 

1899.  García  Várela  (D.  Antonio),  Licenciado  en  Giencias  na- 

turales, Ayudante  por  oposición  en  el  Museo. — G.  de  la 
Bolsa,  6,  Madrid,  ó  Garballino  (Orense). 
1892.     Garrido  Barrón  (D.  Joaquín),  Catedrático  de  materia  far- 
macéutica animal  y  mineral  en  la  Universidad. — Ma- 
nila. 

1900.  Gelabert  Rincón  (Rvdo.  D.  José).— Llagoslera,  Gerona. 

— (Mineralogía  y  Geología.) 
1884.     Gila  y  FiDALfio  (D.  Félix),  Catedrático  de  Historia  natural 

en  la  Universidad.— Zaragoza. — (Botánica  y  Geología.) 
1890.     GoiTiA   (D.  Alejandro),   Licenciado  en  Ciencias.— G.  de 

San  Quintín,  8,  bajo  dha.,  Madrid. 
1886.     GÓMEZ  Carrasco  (D.  Enrique),  Licenciado  en  Giencias 


26  LISTA    DE    LOS    SEÑORES   QUE    COMPONEN 

naturales. — G.  de  Leganitos,  39,  3."*,  Madrid.  —(Coleóp- 
teros de  Europa.) 
1894.     GÓMEZ  OcAÑA  (D.  José),  Catedrático  de  Fisiología  en  la 
Facultad  de  Medicina,  de  la  R.  Academia  de  Medicina. — 
C.  de  Atochfi,  127  dup.",  Madrid. 

1898.  González  Arintero  (Fr,  Juan),  Profesor  de  Historia  na- 

tural, Licenciado  en  Ciencias,  Vice-Rector  en  el  Cole- 
gio de  PP.  Dominicos. — Salamanca. 

1887.  González  y  García  de  Menesks  (D.  Antonio),  Ingeniero 
industrial.  —  C.  de  Martínez  Montañés,  15,  Sevilla. 

1872.  González  Linares  (D.  Augusto),  Catedrático  de  Historia 
natural  en  la  Facultad  de  Ciencias  y  Director  de  la  Esta- 
ción de  biología  marina. — Santander. 

1893.  González  Pérez  (D.  Lino  Victoriano),  Farmacéutico. — 
Sisante,  La  Roda  (Cuenca). 

1900.     Gota  (D.  Antolin). — Zaragoza. 

1899.  Graiño  (D.  Celestino),  Doctor  en  Farmacia,  premiado  en 

varias  Exposiciones. — Aviles  (Asturias). —  (Ornitología. 
Admite  cambios.) 

1882.  Gredilla  y  Gauna  (D.  Apolinar  Federico),  Catedrático  de 
la  Facultad  de  Ciencias,  Jefe  de  la  Sección  de  cultivos 
en  el  Jardín  Botánico.— C.  de  la  Estrella,  7,  principal, 
Madrid. — f Geología  y  Botánica.) 

1898.  Gregorio  y  Rocasolano  (D.  Antonio),  Doctoren  Ciencias, 
Profesor  auxiliar  en  la  Facultad. — Plaza  de  la  Constitu- 
ción, 4,  Zaragoza. — (Gramíneas.) 

1893.  Guillen  (D.  Vicente),  Médico- cii'ujano,  Jardinero  mayor 
del  Botánico. — Valencia. 

1898.  Halcón  (D.  Fernando),  Marqués  de  San  Gil. — G.  de  Al- 
fonso XII,  50,  Sevilla. — (Patología  vegetal. J 

1890.  Hernández  y  Álvarez  (D.  José),  Licenciado  en  Cienciae 
naturales.  Conservador  por  oposición  en  la  Escuela  de 
Montes. —  El  Escorial  (Madrid),  ó  C.  de  Montserrat,  9  y 
11,  pral.  dra.,  Madrid. —  (Botánica.) 

1893.  Hernández  Pacheco  y  Esteban  (D.  Eduardo),  Doctor  en 
Ciencias  naturales,  Catedrático  en  el  Instituto. — Córdo- 
ba.—^Geoíogía.j 

1875.  Heyden  (D.  Lucas  von),  Mayor  de  reserva.  Doctor  en 
Filosofía,  honoris  causa,  individuo  de  las  Sociedades 
Entomológicas  de  Alemania,  Francia,  San  Petersburgo, 


LA   SOCIEDAD   ESPAÑOLA   DE    HISTORIA   NATURAL.  27 

Suiza,  Italia,  etc.,  Caballero  de  las  Ordenes  del  Águila 
Roja  prusiana,  de  la  Cruz  de  Hierro  y  de  San  Juan. — 
Schlosstrasse ,  54,  Bockeuheim,  Frankfuri  am  Main. — 
(Coleópteros.) 

1898.  Hierro  (D.  Fibicio),  Farmacéutico. — Sautillana  de  Cam- 

pos, Estación  Las  Cabanas  (Falencia). 

1888.  Hoyos  (D.  Luís),  Doctor  en  Ciencias  naturales  y  en  Dere- 
cho, Catedrático  en  el  Instituto. — Toledo. —  (Antro- 
pología.) 

1895.  HuiDOBRO  Y  Hernández  (D.  José),  Doctor  en  Ciencias  na- 
turales.— C.  de  San  Bernardo,  52,  Madrid. 

1899.  Ibáñez  Díaz  (D.  Francisco  Antonio),  Duque,  9,  Cartagena. 

— (Botánica.) 

1895.  Ibarlugea  (D.   Casto),  Catedrático  de  Agricultura  en  el 

Instituto. — Moreras,  6,  2.°,  Cáceres. 
1873.     Iñarra  Y  Echevarría  (D.  Fermín),  Profesor  auxiliar  por 

oposición,  de  la  sección  de  CienciaL>  físico-químicas  y 

naturales  en  el  Instituto  del  Cardenal  Cisneros. — C.  de 

Silva,  10,  3.°,  Madrid. 
1899.     Iranzo  (D.  Juan  Enrique),  Catedrático  de  la  Facultad  de 

Medicina. — Zaragoza. 

1896.  Jiménez  Cano  (D.  Juan),  Licenciado  en  Ciencias  natura- 

les.— Casa  Blanca  (Cuenca). — (Lepidópteros.) 

1884.  Jiménez  de  Cisneros  (D.  Daniel),  Catedrático  de  Historia 
natural  en  el  Instituto. — C.  de  Langreo,  14,  Gijón. 

1899.  Jiménez  Munuera  (D.  Francisco  de  P.) — Alto,  9,  Carta- 
gena.— (Botánica.) 

1898.  Jimeno  (D.  Hilarión),  Doctor  en  Ciencias,  Director  del 
Laboratorio  químico  municipal.  —  Coso,  127,  Zara- 
goza. 

1895.  Rheil  (D.  Napoleón  M.),  Profesor  en  la  Escuela  de  Co- 
mercio, Socio  del  Club  de  Historia  natural  de  Praga  y  de 
las  Entomológicas  de  Berlín,  Stet-tin  y  Dresde. — Ferdi- 
nandstrasse,  38,  Praga  (Bohemia). 

1872.  Laguna  (Excmo.  Sr.  D.  Máximo),  Ingeniero  de  Montes 
de  la  Real  Academia  de  Ciencias. — Travesía  de  la  Ba- 
llesta, 8,  2.°  izq.,  Madrid. — (Botánica.) 

1872.  Larrinúa  y  Azcona  (  D.  Ángel),  Doctor  en  Derecho. — 
San  Marcial,  22,  San  Sebastián  (Guipúzcoa). — (Omitolo 
gía  y  Coleópteros.) 


28  LISTA    DE  LOS   SEÑORES   QUE    COMPONEN 

1884.  Lauffer  (D.  Jorge). —  G.  de  la  Lealtad,  13,  2.°  derecha> 
Madrid. — (Coleópteros  de  Europa.) 

1880.  Lázaro  é  Ibiza  (D.  Blas),  Doctor  en  Pharmacia  y  en  Cien- 
cias, de  la  Real  Academia  de  Ciencias,  Catedrático  de 
la  Facultad  de  Farmacia. — G.  de  Carranza,  10,  3.°,  Ma- 
drid.— (Botánica.) 

1897.     Llanas  (D.  José  María),  Farmacéutico  militar. — Madrid. 

1891.  Lo  BiANco  (D.  Salvador),  Comendador. — Estación  Zooló- 
gica, Ñapóles  (Italia). 

1900.  LÓPEZ  (D.  Julián),  Farmacéutico. —  San  Ciprián,  Vivero 
(Lugo). 

1889.  LÓPEZ  DE  ZuAzo  (D.  José),  Doctor  en  Ciencias  naturales, 
Catedrático  en  el  Instituto  de  Burgos. 

1897.  Magiñeira  y  Pardo  (D.  Federico  G.),  Cronista  oficial  de 

Ortigueira  (Coruña). — (Prehistoria.) 
1878.     Mag-Lennan  (  D.  José),  Ingeniero. — Portugalete  (Bilbao). 

1872.  Macphehson  (D.  José). — G.  de  la  Exposición,  4,  Barrio  de 

Monasterio.  Madrid. — (Mineralogía  y  Geología.) 
1887.     Madrid  Moreno  (D.  José),  Doctor  en  Ciencias,  Jefe  del 
G¿ibinete  micrográfico  municipal  y  Profesor  en  la  Fa- 
cultad de  Ciencias. —  C.  de  Serrano,  40,  Madrid. —  (Mi- 
crogriifia.) 

1898.  Marcos  y  Zamora  (D.  Jacinto),  Licenciado  en  Ciencias. — 

C.  de  D.  Jaime  I,  59,  Zaragoza. — (Mineralogía.) 

1873.  Marín  y  Sancho  (D.  Francisco),  Licenciado  en  Farmacia. 

G.  de  Silva,  49,  2."  derecha,  Madrid. 
1878.     Marti  y  Lleopart  (D.   Fj-ancisco  María  de),   Licenciado 
en  Derecho  civil  y  canónico. — G.  de  Sania  Ana,  8,  prin- 
cipal, Tarragona. 

1899.  Martin  Ayuso  (D.  Dionisio),  Catedrático  de  Agricultura 

en  el  Instituto  de  Oviedo. 
1893.     Martínez  (R.  P.  Zacarías),  Licenciado  en  Ciencias  natu- 
rales, Real  Colegio. — El  Escorial  (Madrid). 

1874.  Martínez  y  Ángel  (D.  Antonio),  Doctor  en  Medicina. — 

G.  de  Goya,  9,  pral.,  Madrid. 
1874.  Martímez  Añibarro  (D.  José),  Doctor  en  Ciencias,  Miem- 
bro de  las  Sociedades  Entomológicas  de  Francia  y  de 
Bélgica,  Correspondiente  de  la  Española  de  Antropolo- 
gía y  de  las  Económicas  de  León  y  Gerona,  Presidente 
de  la  Comisión  Antropológica  de  la  provincia  de  Bur- 


LA    S0C1!::DAD    ESPAÑOLA   DE    HISTORIA    NATURAL.  29 

gos. — C.  de  Alcalá,  lOi,  Madrid. — (Mineralogía  y  Geo- 
logía.) 

188'J.  Martínez  Escalera  (D.  Manuel). — Villaviciosa  de  Odón 
(Madrid). — (Coleópteros  de  Europa.) 

1892.  Martínez  Fernández  (D.  Antonio),  Doctor  en  Ciencias 
naturales,  Profesor  en  la  Facultad  de  Ciencias. — Ovie- 
do.— (Entomología.,  especialmente  Ortópteros.) 

1897.  Martínez  Gámez  (R.  P.  Vicente),  Profesor  de  Ciencias 

naturales  en  el  Colegio  Calasancio. — Sevilla. — (Ornito- 
logía de  España.) 

1889.  Martínez  Pacheco  (D.  José),  Doctor  en  Farmacia. — C.  de 
San  Miguel,  21  duplicado,  principal,  Madrid. 

s.  F.  Martínez  y  Sáez  (I).  Francisco  de  Paula),  Catedrático  en 
la  Facultad  de  Ciencias,  Jefe  de  la  Sección  de  üsteozoolo- 
gía  en  el  Museo. — G.  de  San  Quintín,  6,  principal,  Ma- 
drid.— (Coleópteros  de  Europa.) 

1873.  Martínez  Vigil  (limo.  Sr.  D.  Ramón),  Obispo  de  la  dió- 
cesis, ex-Catedrálico  de  Historia  natural  en  la  Univer- 
sidad de  Manila. — Oviedo. 

1898.  Más  y  Guindal  (D.  Joaquín),  Oficial  2."  de  Sanidad  mili- 

tar.— C.  del  Conde  Duque,  40,  pral.  dra.,  Madrid. 

1898.  Mateos  Pérez  (D.  Félix),  Profesor  en  la  Escuela  de  Vete- 
rinaria.— C.  de  la  Montera,  8,  Zaragoza. 

1882.  Mazarredo  (D.  Garlos),  Ingeniero  de  Montes. — G.  de 
Claudio  Coello,  24,  Madrid, — (Neurópteros  y  Arácnidos.) 

1897.  Mazo  y  Franza  (D.  Julio  del),  Abogado. — Arguijo,  5,  Se- 
villa.— (  Ornitología.  J 

1884.  Mederos  Y  Manzanos  (D.  Pedro),  Licenciado  en  Ciencias 
naturales. — San  Lorenzo  (Gran  Canaria). 

1888.  Medina  Ramos  (D.  Manuel),  Doctor  en  Medicina,  Cate- 
drático de  Anatomía  en  la  Escuela  de  Medicina. —  San- 
ta María  de  Gracia,  15,  Sevilla.  —  (Himenópleros.) 

1892.  Mendoza  (D.  Antonio),  Jefe  del  Laboratorio  provincial  en 
el  Hospital  de  San  Juan  de  Dios. — G.  de  Santa  Isabel, 
34,  Madrid. 

1879.  Mercado  y  González  (D.  Matías),  Médico  cirujano  titular. 
— Nava  dei  Rey  (Valladolid). — (Entomología.) 

1897.  Merino  (R.  P.  Baltasar),  S.  J.,  Profesor  de  Física  y  Quí- 
mica en  el  Colegio  de  La  Guardia  (Pontevedra). — (Bo- 
tánica.) 


aO  LISTA    DE    LOS    SEÑORES   QUE    COMPONEN 

1894.  MiQUEL  É  Irizar  (D.  Manuel  de),  Comandante  de  Inge- 
nieros.— C.  de  Lauria,  39,  Valencia. 

s.  F.  MiR  Y  Navarro  (D.  Manuel),  Catedrático  de  Historia  na- 
tural en  el  Instituto. — J~*aseo  de  Gracia,  4o,  2.°,  1.*,  Bar- 
celona. 

1876.  MiRALLES  DE  IMPERIAL  (D.  Clemente). — Rambla  de  Estu- 
dios, 1,  2.*^,  1.*,  Barcelona. 

Í894.  Mora  y  Vizcayno  (D.  Manuel  de),  Licenciado  en  Ciencias 
naturales. — Valverdedel  Camino  (Huelva). 

t881.  MoRAfiUEs  Y  DE  Manzanos  (D.  Fcrnaudo),  Presbítero. — 
C.  del  General  Barceló,  Palma  (Mallorca). — (Coleópteros, 
himenópteros,  dípteros,  hemipteros  y  ortópteros  de  las 
Baleares  y  conchas  de  Europa  y  exóticas.  Admite  conchas 
á  cambio  de  cualquier  orden  deÍ7isectos  de  la  isla.) 

1900.  Moroder  Y  Sala  (D.  Federico). — Alboraya,  8,  Chalet, 
Valencia. 

1898.  MoYANO  Y  Moyano  (D.  Pedro),  Profesor  auxiliar  y  Disec- 
tor anatómico  de  la  Escuela  de  Veterinaria. — Coso,  129, 
Zaragoza. — (Etnología  zootécnica.) 

1896.  MuGUKUzA  (D.  Federico  de),  Licenciado  en  Medicina  y  Ci- 
rugía.— Elgoibar  (Guipúzcoa). 

-1898.  Muñoz  Ramos  (D.  Eugenio),  Doctor  en  Farmacia,  Licen- 
ciado en  Ciencias  físico-químicas.  Director  del  Laborato- 
rio municipal  y  provincial.— Valladolid. — (Micrografia.J 

1889.  Muso  Y  Moreno  (D.  José),  Ingeniero  de  Montes.  — C.  de 
los  Dos  Amigos,  3,  principal,  Madrid. 

1889.  Nacher  y  Vilar  (D.  Pascual),  Catedrático  en  la  Facultad 
de  Ciencias  de  la  Universidad. — Granada. 

1896.  Navas  (R.  P.  Longinos),  S.  J.,  Profesor  en  el  Colegio  de 
Nuestra  Señora  del  Recuerdo. — Chamartín  de  la  Rosa 
'(Madrid). — fGeologíay  Entomología,  especialmente  Neu- 
rópteros.J 

1873.  Nieto  y  Serrano  (Excmo.  é  limo.  Sr.  D.  Matías),  Mar- 
qués de  Guadalerzas,  Consejero  de  Instrucción  pública, 
Presidente  de  la  Real  Academia  de  Medicina. — C.  de 
Genova,  11,  Madrid. 

1898.  NovoA  Y  Alvarez  (D.  Francisco),  Socio  corresponsal  del 
Instituto  arqueológico  de  Pontevedra,  Comendador  de  la 
Real  Orden  militar  de  Cristo  de  Portugal,  Médico  muni- 
cipal de  Tornillo. — (Por  Tuy),  Goyan. 


LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA   DE    HISTORIA   NATURAL.  SI 

.187-2.     Oberthür   (D.  Garlos),  de  la  Sociedad  Entomológica  de 

Francia.— Faubourg  de  París,  20,  Rennes  (Ile-et-Vilai- 

ne),  Francia. — (Lepidópteros.) 
187^2.     Oberthür  (D.  Renato),  de  la  Sociedad  Entomológica  de 

Francia. — Fanbourg  de  París,  20,  Rennes  (Ile-et-Vilai- 

ne),  Francia. — (Coleópteros.) 
1897.     Olavarría  y  Gutiérrkz  (D.   Marcial  de),   Ingeniero  de 

Minas. — G.  de  las  Huertas,  82,  pral.,  Madrid. 

1896.  Olóriz  (D.  Federico),  de  la  Real  Academia  de  Medicina, 

Gatedrático  en  la  Facultad  de  Medicina. —  G.  de  Atocha, 
96,  Madrid. — (Antropología.) 

1887.  Onís  (D.  Mauricio  Garlos  de),  Licenciado  en  Giencias. — 
Galle  de  Santa  Engracia,  23,  principal,  Madrid. 

1899.  Gramas  y  González  (D.  Pablo).— Norte,  5,  Santa  Grnz  de 
Tenerife. — (Coleópteros  y  Ornitología  de  Canarias.) 

1890.  Ortega  y  Mayor  (D.  Enrique).— G.  de  Garretas,  14,  Labo- 
ratorio químico,  Madrid. 

1897.  Orueta  (D.  Domingo  de).  Ingeniero  de  Minas.— Gijón. — 

(Fauna  inferior  marina  del  Cantábrico.) 
1899.     Otero  (D.  Julio). — Zaragoza. 
1894.     Palacios  (D.  Pedro),  Ingeniero  Jefe  del  Guerpo  de  Minas, 

de  la  Real  Academia  de  Giencias. — G.  de  Gedaceros,  8, 

Madrid. 

1898.  Palomar   (D.  x\lejandrol.  Médico  de  la  Armada. — G.  de 

Llauder,  1,  primero,  Barcelona. 

1873.  Palou  y  Flores  (limo.  Sr.  D.  Eduardo),  Gonsejero  de 
Instrucción  pública.  Decano  y  Gatedrático  en  la  Uni- 
versidad.— G.  de  los  Reyes,  8,  Madrid. 

1881.  Pantel  (R.  P.  José),  S.  J.— Vals  prés  Le  Puy,  Haute 
Loire  (Francia). — fAnatomia  de  ins.,  Ortópteros.) 

1898.  Pardinas  Esteban  (limo.  Sr.  D.  Galixto),  Licenciado  en 
Giencias,  Jefe  superior  honorario  de  Administración 
civil. — Independencia,  23,  Zaragoza. — (Estudios  prehis- 
tóricos.) 

1898.  Pardo  (D.  José),  Licenciado  en  Farmacia.— Valdealgorfa, 
por  Zaragoza  y  Alcañiz  (Teruel). — (Botánica.) 

1898.  Passapera  Gampderá  (D.  Mariano),  Farmacéutico. — G.  de 
Fuencarral,  110,  Madrid. 

1890.  Pau  (D.  Garlos),  Farmacéutico. — Segorbe  (Castellón). — 
(Botánica.) 


32  LISTA    DE    LOS    SEÑORES   QUE    COMPONEN 

1882.  Paúl  y  Arozaiíena  (D.  Manuel  José  de). — G.  de  San  Pa- 

blo, 71,  Sevilla. — (Patología  vegetal.) 

1898.  Pella  y  Forgas  (D.  Pedro),  Ingeniero  industrial,  químico 
y  mecánico,  Socio  de  mérito  de  las  Económicas  Arago- 
nesa y  Gerundense  de  Amigos  del  País  y  del  Ateneo  de 
Teruel,  Ingeniero  Jefe  de  la  explotación  del  Ferrocarril 
de  Cariñena  á  Zaragoza. — Estación  de  Gariñena,  Zara- 
goza.— (Geología.) 

189o.  Pérez  Arcas  (D.  Antonio),  Abogado. — G.  de  Santa  Tere- 
sa, 7,  3.",  Madrid. 

1881.  Pérez  Lara  (D.  José  María). — Jerez  de  la  Frontera  (Cá- 
diz) . — (Botánica . ) 

1873.  Pérez  Ortego  (D.  Enrique),  Doctor  en  Ciencias. — Pro- 

fesor auxiliar  en  el  Instituto  del  Cardenal  Cisneros. — 
C.  de  San  Bernardino,  95,  Madrid. 

1894.  Pérez  Zúñiga  (D.  Enrique),  Profesor  auxiliaren  la  Facul- 

tad de  Medicina.— C.  del  Fúcar,  19  y  21,  Madrid. 

1886.  PiELTAiN  Y  Bartoli  ( D.  José  María),  Abogado. — G.   de 

Múrelo,  1,  1.°,  Madrid. 

1889.  Pino  y  Vivo  (D.  José),  Farmacéutico. — Murcia. 

1887.  Prado  y  Sáinz  (D.  Salvador),  Doctor  en  Ciencias  naturales, 

Catedrático  en  el  Instituto.  Guadalajara. — (Mineralogía.) 

1874.  PuiG  y  Larraz  (D.  Gabriel),  Ingeniero  de  Minas. — C.  de 

Fomento,  1  duplicado,  1.°  derecha,  Madrid. 

1890.  QuADRAS   (D.  José  Florencio). — Relatores,   5,   Madrid. — 

(Malacologia.) 

1895.  Ramón  y  Gajal  (D.  Pedro),  Catedrático  en  la  Facultad  de 

Medicina. — Zaragoza. 
1892.     Ramón  y  Gajal  (D,  Santiago),  de  las  Reales  Academias 
de  Medicina  y  Ciencias,  Catedrático  en  la  Facultad  de 
Medicina,  Consejero  de  Instrucción  pública. — G.  de  Ato- 
cha, 64,  pral.,  Madrid. — (Histología.) 

1883.  Reyes  y  Prosper  (D.  Eduardo),  Doclor  en  Ciencias  natu- 

rales, Jefe  de  la  Sección  de  herbarios  en  el  Jardín  Botá- 
nico.— G.  de  la  Palma  Alta,  30,  Mddvid.—(Dibíijo  cien- 
tífico.,  Cristalografía  y  Botánica.) 

1886.  RiojA  y  Martín  (D.  José),  Doctor  en  Ciencias,  Catedrático 
en  la  Facultad  de  Ciencias. — Oviedo. 

1886.  Río  (D.  José),  Ingeniero  de  Montes.  — C.  de  Fernando  el 
Santo,  7,  Madrid. 


LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA   DE    HISTORIA    NATURAL.  33 

1896.  RivAs  Mateos  (D.  Marcelo),  Catedrático  en  la  Facultad  de 
Farmacia  de  la  Universidad. — Barcelona. — (Botánica.) 

1872.  RivKiíA  (D.  Emilio),  Doctor  en  Ciencias  naturales,  Secre- 
tario y  Catedrático  de  Historia  natural  en  el  Instituto. 
—  Plaza  de  la  Aduana,  13,  Valencia. 

1890.  RouniGUEz  (D.  Ulpiano),  Farmacéutico. — Madrid. — (Botá- 
nica.) 

1884.  Rodríguez  Aguado  (D.  Enrique),  Doctor  en  Ciencias  y 
Medicina,  Profesor  auxiliar  de  la  Facultad  de  Ciencias. 
— C.  de  Silva,  2,  \.\  Madrid. 

1898.  Rodríguez  Ayuso  (D.  Manuel),  Ingeniero  Agrónomo,  Di- 
rector de  la  Granja-Escuela  experimental. — C.  de  la 
Independencia,  14,Zai'agoza. — (Plantas  de  gran  cultivo.) 

1872.  Rodríguez  y  Femenías  (D.  Juan  .).)— C.  de  la  Libertad,  48, 
Mahón  (Menorca). — (Botánica.) 

1880.  Rodríguez  Mourelo  (D.  José),  Profesor  de  Química  in- 
dustrial orgánica  en  la  Escuela  Superior  de  Artes  é  In- 
dustrias.— G.  de  Serrano,  96,  3.°,  Madrid. — (Minera- 
logia.) 

1890.  Rodríguez  Pérez  (D.  Felipe),  Licenciado  en  Ciencias  na- 
turales.— Largo  Fernandina,  Palazzo  Bivona,  Ñapóles 
(Italia). — (Botánica,  fanerógamas.) 

1872.  Rubio  y  Galí  (Excmo.  élliuo.  Sr.  D.  Federico),  de  la  Real 

Academia  de  Medicina. — Paseo  de  Recoletos,  25,  Madrid. 
1887.     Ruíz  Arana  (D.  Segundo  S.),  Licenciado  en  Farmacia. — 
Caparroso  (Navarra). 

1873.  Saavedra   (Excmo.  Sr.  D.  Eduardo),  Ingeniero  de  Cami- 

nos, Individuo  de  las  Reales  Academias  de  la  Lengua, 
de  Ciencias  y  de  la  Histoi-ia,  Consejero  de  Instrucción 
pública. — C.  de  Fuencarral,  74  y  76,  principal,  Madrid. 

1890.  Sáenz  y  López  (D.  Juan),  Licenciado  en  Ciencias  natura- 
les, Director  del  Colegio  de  Santa  Ana. — Mérida  (Ba- 
dajoz). 

1896.  Salazar  y  Quintana  (D.  Francisco  de),  Licenciado  en  Far- 
macia.— Plaza  de  Antón  Martín,  44,  Madrid. 

1896.  S.ÁNCHEZ  (D.  Bartolomé), — C.  del  Duque,  8,  Cartagena,  en 
memoria  de  su  hijo  D.  José  Sánchez  Gómez  f  en  1896. 

Í891.  Sánchez  Navarro  y  Neumann  (D.  Emilio),  Doctor  en  Cien- 
cias naturales. — Calle  de  los  Reyes  Católicos,  8,  Puerto 
Real  (Cádiz). — (Entomología.) 

N."  L-Enero,  1901.  3 


m  LISTA  DE  LOS  SEÑORES  QUE  COMPONEN 

1885.  Sánchez  y  Sánchez  (D.  Domingo),  Doctor  en  Ciencias  na- 
turales ,  Ayudante  por  oposición  del  Museo.  —  G.  del 
Grafal,  17,  Madrid. —  f Anatomía.) 

1899.  Sanchíz  Pertegas  (Excmo.  Sr.  D.  José). — C.  de  San  Vicen- 
te, 151,  Valencia. 

1872.  San  Martín  (limo.  Sr.  D.  Basilio),  de  la  Real  Acade- 
mia de  Medicina. — Galle  de  Villalar,  5,  principal,  Ma- 
drid. 

1895.  Santo  Domingo  y  López  (D.  Agustín),  Licenciado  en  Cien- 
cias naturales. — C.  de  San  Segundo,  16  y  i 8,  Ávila. 

1898.  Santos  y  Abreu  (D.  Elias) ,  Licenciado  en  Medicina  y  Ci- 
rugía y  Director  del  Museo  de  Historia  natural  y  Etno- 
gráfico.— Santa  Cruz  de  La  Palma  (Canarias).  —  (Ento- 
mología y  Botánica.) 

1879.  Sanz  de  Diego  (D.  Maximino),  Disecador  1.°  por  oposi- 
ción del  Museo  de  Ciencias  naturales. — C.  de  San  Ber- 
\  nardo,  94,  1.",  Madrid. — { Comerciante  en  objetos  y  libros 
de  Historia  natural  y  en  utensilios  para  la  recolección^ 
preparación  y  conservación  de  las  colecciones,  cambio  y 
venta  de  las  mismas  en  todos  los  ramos.) 

1900.  Saulcy  (Feliciano  Caignart  de). — 3,  rué  Chátillon,  Metz. 
(Loraine). — (Coleópteros  y  Ortópteros  de  Europa.) 

1897.  Segall  (D.  José),  Ingeniero  de  Montes,   Profesor  en  la 

Escuela. — El  Escorial. 
1886.     Seebold  (D.  Teodoro),  Ingeniero  civil,  de  la  Sociedad  de 
Ingenieros  civiles  de  París,  Comendador  de  la  Orden  de 
Carlos  III,  Caballero  de  varias  órdenes  extranjeras. — 
Square  du  Roule,  2,  París. — (Lepidópteros.) 

1898.  Segovia  y  Corrales  (D,  Alberto),  Catedrático  de  Zoología 

general  en  la  Facultad  de  Ciencias  de  la  Universidad 
Central. — C.  de  Leganitos,  47,  Madrid. 
1897.     Seras  y  González  (D.  Antonio). — C.  de  Orienle,  Sevilla. 
— (Histología.) 

1899.  Silva  Ta vares  (Eíícmo.  Sr.  D.  Joaquín  de),  Profesor  en  el 

Colegio  de  San  Fiel,  Portugal. 

1889.  SiMARRO  (D.  Luís),  Doctor  en  Medicina. — C.  del  Conde  de 

Aranda,  1,  Madrid. — (Histología.) 
1880.     Simón  (D.  Eugenio). — Villa  Said,  16,  París. — {Arácnidos.)- 

1890.  SiRET  (D.  Luís),  Ingeniero. — Águilas  (Murcia). — (Geolo- 

gía y  Antropología.) 


LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA    DE   HISTORIA    NATURAL.  85 

s.  F.       Solano  y  Eulate  (D.  José  María),  Marqués  del  Socorro, 
Catedrático  en  la  Facultad  de  Ciencias,  Jefe  de  la  Sec- 
ción de  Geología  en  el  Museo. — C.  de  Jacometrezo,  41,' 
Madrid. — (Mineralogía  y  Geología.) 

1H98.  Soler  y  Carceller  (D.  Juan  Pablo),  Doctoren  Ciencias, 
Profesor  auxiliar  en  la  Facultad  de  Ciencias. — C.  de 
Flandro,  14,  Zaragoza. — (Micro- química.) 

1896.  Steva  de  la  Vega  (D.  Enrique),  Subdelegado  de  Farma- 

cia, Licenciado  en  Ciencias  físicas  y  químicas  y  Profe- 
sor mercantil. — Santoña  (Santander). 

1897.  Surmely  y  Marghal  (D.  Eduardo),  Profesor  de  Lenguas. 

— C.  de  la  Concepción  Jerónima,  15  y  17,  2.*,  Madrid. 
— (Botánica  y  Entomología. j 
1899.    TarazOxNa  y  Blanch  (D.  Ignacio),  Catedrático  de  la  Facul- 
tad de  Ciencias. —  Barcelona. 

1899.  Tarín  y  Juaneda  (D.  Rafael),  Doctor  en  Ciencias  natura- 

les, Ayudante  de  la  Universidad. —  Francos,  30,  Valla - 
dolid. 

1900.  ToRREMOGHA  Tellez  (D.  Loreuzo),  Médico  militar. — Ma- 

drid (Getafe). 
1882.     ToRREPANDO  (Sr.  Conde  de),  Ingeniero  de  Montes. — C.  de 

Ferraz,  48,  hotel,  Madrid. 
1893.     Traizet  (D.  Emilio). — 42  Rué  Notre  Dame  de  Nazareth, 

París. — (Coleópteros  de  Europa.) 
1893.     Truán  (D.  Luís). — Gijón  (Asturias). — (Coleópteros.) 

1896.  Tutor  (D.  Vicente),  Doctor  en  Medicina. — Calahorra  (Lo- 

groño) . — (Coleópteros.) 

s.  F.  Uhagón  (D.  Sei-afín  de).  Miembro  de  las  Sociedades  En- 
tomológicas de  Fi-ancia  y  Berlín. — Calle  de  Juan  de 
Mena,  11,  Madrid. — (Coleópteros  de  Europa.) 

1900.     Urdaniz  (D.  Julián  José). — San  Ciprián,  Vivero  (Lugo). 

1897.  ÜRQUÍA  Y  Martín  (D.  Ildefonso).— P."  de  Villasis,  Sevilla. 
1895.     Val  y  Jull4n  (D.  Vicente  de).  Licenciado  en  Farmacia, 

Socio  corresponsal  de  los  Ilustres  Colegios  de  Farmacia 
de  Madrid  y  Barcelona,  de  la  Sociedad  española  de  Hi- 
giene, Corresponsal  de  la  Médico-Quirúrgica  española  y 
de  otras  varias  Corporaciones,  premiado  en  varias  Expo- 
siciones.— Boquiñeni  y  Luceni  (Zaragoza). — (Botánica.) 
1900.  Vales  Failde  (D.  Javier),  Presbítero  y  Abogado. —  C.  del 
Almirante,  2  quint. ,  2.",  Madrid. 


36  LISTA    DE    LOS    SEÑORES    QUE    COMPONEN 

1887.  Vázquez  Figueroa  y  Canales  (D.  Aurelio),  Inspector  Jefe 
de  Telégrafos,  jubilado. — G.  de  Mendizábal,  39,  3.°,  Ma- 
drid.— (Lepidópteros  de  Europa.) 

1872.  Vayreda  y  Vila  (D.  Estanislao).  — Liado,  Gasa  Olivas  (Ge- 

rona).— (  Botánica. J 

1873.  Velaz  de  Medrano  (D.  Fernando),  Ingeniero  de  Montes. 

— Soria. 
1894.     Vicioso  y  Trigo  (D.  Benito),  Licenciado  en  Farmacia. — 

G.  de  Bodeguilla,  9,  Galatayud. — (Botánica.) 
1899.     Vidal  y  Gompaire  (D.  Pío),  Ayudante  por  oposición  del 

Museo  de  Giencias  naturales. —  Galle  del  Piamonte,  6, 

Madrid. 

1896.  ViÑALs  Y  Torrero  (D.  Francisco),  Doctor  en  Medicina. — 

G.  de  San  Roque,  4,  principal,  Madrid. 
1872.     Yañez  (limo.  Sr.  D.  Teodoro),  Gatedrálico  en  la  Facul- 
tad de  Medicina  de  la  Universidad,  de  la  Real  Acade- 
mia de  Medicina.— G.  de  la  Magdalena,   19,  principal, 
Madrid. 

1897.  Zamora  y  Garrido  (D.  Justo),  Licenciado  en  Farmacia, 

Director  del  Goiegio  de  segunda  enseñanza  de  San  Agus- 
tín.— Siles  (Jaén),  Valdepeñas,  Infantes. — [Entomología 
y  especialmente  de  la  Sierra  de  Segura.) 
s.  F.     Zapater  y  Margonell  (D.  Bernardo),  Presintero. — Alba- 
rracín  (Teruel). — (Lepidópteros  ) 


Socios  agregados. 

1897.  Ángulo  y  Tamay-o  (ü.  Francisco),  Doctoren  Medicina. — 

G.  de  San  Andrés,  25,  pral.,  Madrid. 

1898.  Arií5o  Cenzano  (D.  Julio). — G.  del  Goso,  100,  Zaragoza. 
1898.     Borao  del  Frasno  (D.  Jerónimo). — G.  del  5  de  Marzo, 

1  triplicado,  Zaragoza. 
1898.     Bosque  Rivas  (D.  Ángel). — Paseo  de  Sagasta,  nüm.  14, 

Zaragoza. 
1898.     Glaver  y  Navarro  (D.  José  María). — G.  de  Ganfranc,  3, 

Zaragoza. 

1898.  Coscolla  Díez  (D.  Emeterio). — Galatayud  (Zaragoza). 

1899.  Deop  (D.  Ramón). — Zaragoza. 

1900.  Eguía  (D.  Robustiauo). — Zaragoza. 


LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA   DE    HISTORL\    NATURAL.  37 

1809.  Escribano  y'  Ramón  de  Moncada  (D.  Francisco),  Licen- 
ciado en  Medicina. — Argamasilla  de  Alba  (Ciudad-Real). 

1890.  Fernández  y  Cavada  Lomelino  (D.  Pedro). — C.  de  Santa 
Clara,  8  y  10,  Santander. 

1900.     Gutiérrez  ángulo  (D.  Andrés). — Zaragoza. 

1899.  Gutiérrez  Prieto  (D.  Jacinto),  Licenciado  en  Medicina. 
— C.  de  Quintana,  31,  2."  dra.,  M;idrid. 

1899.  Herránz  (D.  Clemente). — Zaragoz  i. 

1898.     Izquierdo  (D.  Juan  Antonio),  Catedrático  de  Ampliación 

de  Física  en  la  Universidad. — Granada. 
1898.     Llórente  de  Pablos  (D.  Julián). — G.  de  San  Miguel,  43 

y  45,  Zaragoza. 

1900.  Mezo  (D.  Juan). — Zaragoza. 

1898.  Ossuna  (D.  Manuel  de). — Puerto  de  la  Cruz  (Islas  Cana- 
rias). ■ 

1897.  Relimpio  y  Ortega  (D.  Federico),  Catedrático  en  la  Facul- 
tad de  Ciencias. — C.  de  Cervantes,  16,  Sevilla. 

1893,  ViLA  Y  Nadal  (D.  Antonio),  Catedrático  en  la  Facultad  de 
Ciencias  de  la  Universidad. — Santiago  (Galicia). 

RESUMEN. 

Socios  protectores i 

—  correspondientes 39 

—  numerarios 274 

—  agregados 19 

Total 337 


Socios  que  han  fallecido  en  1900. 

1889.  GiMiER  (D.  Luís). 

1872.  LÓPEZ  Seoane  (D.  Víctor). 

1882.  MoRAGUEs  É  Ibarra  (D.  Ignacio). 

1872.  Rivera  (Sr.  Marqués  de  la). 

1874.  Sélys-Longchamps  (Sr.  Barón  Edmundo  de). 

1897.  Teixeiro  (Sr.  D.  Maximino). 

1872.  Themols  y  Borrell  (D.  Federico). 

1893,  Vera  (D.  Francisco  de  Asís). 

El  Vicesecretario, 

José  M.  Dusmet  y  Alonso. 


RELACIÓN 

DEL  ESTADO  DE  LA  SOCIEDAD  Y  DE  SU  ¡BIBLIOTECA 

LEÍDA  EN  L^  SESIÓN  DE  DICIEMBRE  DE  1900 

POR 

D.  SALVADOR  CALDERÓN  Y  ARANA 

T 

D.    RAFAEL   BLANCO    Y   JUSTE 


El  puesto  de  confianza  que  á  vuestra  g-enerosidad  exclusi- 
vamente debo  me  oblig'a  á  desempeñar  nuevamente  la  tarea 
reglamentaria  de  hacer  la  historia  de  la  Sociedad  duranteel 
último  año,  y  trataré  de  que  sea  en  breves  y  sencillas  palabras. 

Una  vez  más  he  de  repetir  que  exclusivamente  al  entusias- 
mo científico  de  sus  miembros  y  á  su  perseverancia  se  debe 
haber  podido  continuar  la  obra  emprendida  hace  ya  veinti- 
nueve años,  merced  á  la  iniciativa  de  sabios  y  venerados  pro- 
fesores, pocos  de  los  cuales  viven  todavía,  si  bien  subsisten 
todos  en  el  recuerdo  de  los  naturalistas  aquí  cong-reg-ados. 

El  último  año  transcurrido  ha  sido,  como  el  anterior,  fecun- 
do en  iniciativas  encaminadas  no  sólo  á  asegurar  la  vida  de  la 
Sociedad  sino  á  darla  nuevo  y  más  vivo  impulso.  Recordaré 
ante  todo  ^que  las  novedades  ensayadas  en  los  dos  últimos 
años,  y  respecto  á  cuyo  éxito  muchos  abrig-aban  temores  in- 
fundados, han  sido  coronadas  por  un  resultado  de  todo  punto 
lisong'ero :  me  refiero  principalmente  á  la  extensión  dada  á  la 
sección  de  las  Actas  y  al  reparto  mensual  de  éstas,  sin  aumento 
de  personal  administrativo,  resultados  ambos  que  se  han  ve- 
nido sosteniendo,  g"racias  á  la  fecunda  labor  de  unos  y  al  tra- 
bajo enojoso  que  otros  generosamente  han  querido  imponerse, 
pudiendo  ya  darse  por  alcanzado  definitivamente  el  plantea- 
miento de  esta  importante  reforma.  Otro  tanto  cabe  decir  res- 
pecto á  la  creación  de  las  categorías  de  Socios  protectores  y 


ESTADO  DE  LA  SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL.       39 

•correspondientes  extranjeros,  fundada  en  motivos  que  por 
haber  sido  expuestos  en  la  Memoria  del  pasado  año,  no  he  de 
repetir  ahora.  Se  recordará  también  con  satisfacción  la  galan- 
tería con  que  acog-ieron  nuestra  circular  rog-ándoles  favore- 
cieran nuestra  Biblioteca  con  sus  publicaciones,  los  naturalis- 
tas eminentes  del  extranjero  á  quienes  nos  dirig-imos,  y  hoy 
podemos  añadir  que  ig-ual  atención  hemos  merecido  de  otros 
muchos  sabios  á  quienes  expreso  en  este  momento  en  nombre 
vuestro  la  g-ratitud  de  la  Sociedad,  ascendiendo  ya  á  39  el 
número  de  nuestros  correspondientes  extranjeros.  El  Sr.  Bi- 
bliotecario os  pondrá  de  manifiesto  la  importancia  que  este 
movimiento  ha  tenido  en  el  departamento  de  su  carg-o. 

No  es  mucho,  señores,  que  el  buen  resultado  alcanzado  al 
intentar  nuevas  empresas  haya  estimulado  á  alg"unos  socios  á 
acometerlas  aún  mayores.  Se  deben  sobre  todo  al  Sr.  Martínez 
Escalera  atrevidas  iniciativas  encaminadas  unas  á  romper  con 
■ciertos  moldes  que  se  estiman  g-astados  y  otras  á  aunar  con- 
certadamente los  trabajos  de  los  socios  que  se  dedican  á  la  ex- 
ploración del  territorio  de  la  Península,  á  fin  de  Ueg'ar  á  com- 
poner y  publicar  un  catálog-o  de  sus  producciones  minerales  y 
orgfánicas,  reuniendo  para  ello  todo  linaje  de  materiales  con- 
ducentes á  este  fin:  notas,  papeletas,  dibujos  y  ejemplares. 
Asunto  tan  transcendental  ha  sido  madura  y  ampliamente  dis- 
cutido, y  aunque  unánimes  todos  en  alabar  los  g-enerosos  pro- 
pósitos del  Sr.  Martínez  Escalera,  en  punto  á  la  posibilidad  de 
su  realización  se  han  señalado  dos  tendencias  bien  definidas: 
una  conservadora,  si  puedo  calificarla  así,  que  responde  al 
temor  de  que  nuestros  medios  no  corran  parejas  con  la  mag-- 
nitud  de  la  empresa,  y  de  que  pudiera  arriesg-arse  por  ello  la 
vida  actual  de  la  Sociedad,  modesta,  pero  seg-ura;  otra  ten- 
dencia radical,  que  fía  en  el  entusiasmo  de  todos,  despertado 
y  avivado  ante  el  propósito  de  lanzarse  por  nuevos  derroteros 
y  que  no  se  resig-na  á  que  los  años  transcurran  sin  que  salg^a- 
mos  de  una  vida  que  sin  ser  realmente  láng'uida,  nos  ha  man- 
tenido siempre  á  un  mismo  nivel  sin  log-rar  aumentar  de  un 
modo  sensible  ni  el  número  de  nuestros  adeptos  ni  los  hori- 
zontes (le  nuestra  obra.  Ya  habéis  visto  que  la  seg'unda  ten- 
dencia ha  imperado,  sin  que  los  vencidos  se  hayan  sentido 
por  ello  molestados,  sino  que  se  han  manifestado  sinceramente 
dispuestos  á  cooperar  al  éxito  de  las  nuevas  empresas;  prueba 


40:  RELACIÓN    DEL    ESTADO    DE   LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

fehaciente  de  que  un  interés  objetivo  y  ning'ún  amor  propio, 
ha  constituido  como  siempre  vuestra  común  aspiración. 

Para  llevar  á  cabo  tales  propósitos  se  ha  nombrado  una  Co- 
misión de  reformas  del  Reg-lamento,  la  cual  ha  cumplido  dili- 
g-ente  su  cometido,  y  su  proyecto,  ya  aprobado  unánimemente 
por  la  Sociedad,  es  nuestro  Reg-lamento  actual.  Se  acaba  de 
nombrar  por  lo  mismo  este  año  una  nueva  Comisión,  la  de 
Catálogos,  á  la  cual  corresponde  una  difícil  y  laboriosa  tarea, 
la  de  iniciar  la  forma  en  que  se  han  de  reunir  y  coleccionar 
los  datos  referentes  á  las  producciones  naturales  de  la  Penín- 
sula, que  oportunamente  se  irán  publicando,  venciendo  las 
dificultades  que  la  práctica  irá  dando  á  conocer  y  algunas  que 
ya  han  señalado  ciertos  socios. 

Y  paso  á  ocuparme  de  nuestros  trabajos  científicos  durante 
el  año  transcurrido. 

La  prontitud  con  que  en  la  sección  de  Actas  aparecen  los 
trabajos,  ha  animado  á  varios  de  nuestros  más  activos  conso- 
cios á  seguir  colaborando  en  ellas  y  enriqueciéndolas  con  los 
frutos  de  su  continua  labor.  Recordaré  entre  éstos  á  los  seño- 
res Pau,  de  Seg-orbe;  Martínez  Escalera  y  el  R.  P.  Navas,  de 
Madrid;  Moyano,  de  Zarag-oza;  Chaves,  de  Sevilla;  Barras,  de 
Avila;  Hernández  Pacheco,  de  Córdoba,  y  alg'unos  otros,  á 
todos  los  cuales  se  debe  la  sostenida  publicación  de  noticias- 
histórico-naturales  relativas  á  nuestro  país  y  la  variedad  de. 
asuntos  tratados,  que  supera  notoriamente  á  la  de  los  años 
anteriores. 

A  ello  han  seg-uido  cooperando  con  loable  perseverancia  las 
Secciones  de  Sevilla  y  Zarag-oza,  inspiradas  en  los  mismos 
propósitos  de  investig-ar  y  dar  á  conocer  la  naturaleza  de  sus 
respectivas  regiones. 

En  la  sección  de  Memorias  han  podido  aparecer  varios  de 
los  trabajos  atrasados,  cuyo  número  había  llegado  á  constituir 
un  verdadero  conñicto,  en  la  imposibilidad  de  publicarlos  todos 
con  la  prontitud  debida,  dado  el  número  de  pág'inas  que  nues- 
tros medios  económicos  nos  permiten  dedicarles. 

Este  año  han  venido  á  sumarse  á  los  pendientes  de  publica- 
ción los  siguientes  trabajos:  Cabrera  Latorre  (A.),  Estudios 
sobre  una  colección  de  monos  americanos;  R.  P.  Baltasar  Merino, 
Contribución  d  ¡a  /lora  de  Galicia.  Suplemento  2.° 

No  hay  duda  que  la  abundancia  de  notas  y  trabajos  origi- 


DE    HISTORIA   NATURAL    Y    DE    SU   BIBLIOTECA.  41 

nales  imponía  la  necesidad  de  cambiar  alg-ún  tanto  la  forma 
y  aun  el  fondo  de  nuestras  publicaciones.  Aísí  lo  han  compren- 
dido los  autores  de  Memorias  orig-inales,  que  en  todos  los  casos 
en  que  esto  es  posible,  prefieren  reducir  sus  escritos  á  la  parte 
de  novedad  que  encierran,  al  objeto  de  que  puedan  tener  ca- 
bida en  la  sección  de  las  Actas,  la  cual,  ampliada  considerable- 
mente, constituirá  en  lo  sucesivo  el  Boletín  que  se  repartirá  á 
todos  los  señores  socios.  Trabajos  hay  que  no  son  susceptibles 
de  extractarse  y  que  por  su  extensión  tenían  que  aparecer 
fragmentariamente  en  cuadernos  y  hasta  en  tomos  distintos 
de  nuestros  Anales,  perdiendo  así,  al  menos  en  la  forma,  su 
unidad  y  dificultándose  su  consulta,  por  lo  cual  se  ha  pensado 
en  la  conveniencia  de  publicar  dichos  trabajos  como  Memo- 
rias completas,  independientes  del  Boletín  y  sin  época  fija  de 
aparición. 

Nuestra  Sociedad  ha  cumplido  este  año  un  g-rato  deber  mo- 
ral: el  de  asociarse  á  la  Universidad  de  Barcelona  para  hacer 
una  manifestación  de  respeto  y  afecto  al  venerable  sabio  La- 
caze-Duthiers  con  quien  nos  unen,  además  de  lazos  g-enerales 
de  admiración  hacia  el  g-ran  maestro,  los  particulares  por  lo 
referente  á  su  influencia  en  la  cultura  histórico-natural  espa- 
ñola. Nuestro  consocio  el  Sr.  Barras,  cumplió  el  encarg'o  de 
ofrecerle  el  diploma  de  socio  protector  el  día  de  la  solemne 
ceremonia  en  que  la  Comisión  de  la  Universidad  de  Barcelona 
le  entreg-ó  el  mag-nífico  busto  ejecutado  por  Benlliure. 

También  este  último  año  como  en  los  anteriores  hemos  ex- 
perimentado pérdidas  dolorosas  por  extremo:  el  Sr.  D.  Víctor 
López  Seoane,  bien  conocido  en  el  mundo  científico  por  sus 
múltiples  trabajos,  especialmente  sobre  la  fauna  de  Galicia, 
proseguidos  con  una  asombrosa  perseverancia  y  sólo  por  g-usto 
y  vocación;  D.  Francisco  de  Asís  Vera,  presbítero  residente  en 
Cádiz,  sobre  cuya  provincia  remitió  un  trabajo  g-eológ-ico  apa- 
recido recientemente  en  nuestros  Anales;  D.  Maximino  Teixei- 
ro,  ilustrado  profesor  del  claustro  de  medicina  de  Santiago^ 
que  gozaba  de  justa  fama  como  médico  eminente  y  que  des- 
empeñó repetidas  veces  el  Rectorado  de  aquella  Universidad, 
y  en  la  actualidad  ostentaba  la  representación  de  aquel  claus- 
tro en  el  Senado;  D.  Ignacio  Moragues  é  Ibarra,  de  Mallorca, 
grande  aficionado  al  estudio  de  los  insectos,  á  cuyo  conocí- 


4-2  RELACIÓN    DEL    ESTADO   DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

miento  contribuyó  descubriendo  buen  número  de  coleópteros 
de  aquel  país;  D.  Federico  Trémols,  eminente  botánico  y  cate- 
drático de  la  Facultad  de  Farmacia  de  la  Universidad  de  Bar- 
celona, que  pertenecía  á  esta  Sociedad  desde  su  fundación, 
como  también  el  Sr.  López  Seoane. 

Hay  que  ag-reg-ar  á  aquellas  pérdidas  las  de  otros  señores  so- 
cios que  por  haber  abandonado  los  estudios  que  aquí  cultiva- 
mos ó  por  sus  múltiples  ocupaciones,  se  han  dado  de  baja  du- 
rante el  año  transcurrido ,  que  son  los  numerarios  señores: 

Acosta  (D.  Juan),  Cortijo  (D.  Ang-el),  CoscoUano  (D.  José), 
Gordón  (D.  Antonio),  Guallar  (D.  Eug-enio),  López  Cañizares 
(D.  Baldomero),  López  Peláez  (D.  Pedro),  Muñoz  Cobo  (D.  Luís), 
Pruna  (D.  José),  Rivas  García  (D.  José),  Sales  Ferré  (D.  Ma- 
nuel), Soldevilla  (D.  Juan),  Toro  (D.  Cayetano),  Fernández  Iz- 
quierdo (D.  Alvaro),  Alavés  (D.  Demetrio)  y  Álvarez  Ruellan 
(D.  Manuel). 

Como  compensación  á  estas  bajas,  tenemos  que  señalar  el 
ingreso  de  diecisiete  socios  numerarios  y  cinco  ag-reg^ados, 
nueva  esperanza  de  obreros  dilig"entes  en  la  obra  que  viene 
elaborando  esta  Sociedad  con  un  fin  absolutamente  científico 
y  desinteresado  durante  veintinueve  años  sin  un  solo  momento 
de  interrupción  ni  desaliento. 

El  Secretario, 

Salvador  Calderón. 


ESTADO    DE    LA.    BIBLIOTECA. 


Los  constantes  y  activos  trabajos  realizados  por  la  Sociedad 
DE  Historia  Natural  durante  los  años  que  cuenta  de  existen- 
cia, han  encontrado  su  natural  recompensa  en  el  extraordina- 
rio desarrollo  adquirido  por  la  misma,  así  como  en  el  consi- 
g"uiente  aumento  de  sus  relacionss  con  las  Sociedades  extran- 
jeras. 

Es  claro  reflejo  de  ésto,  la  importancia  actual  de  su  Biblioteca, 
dig-na  ya  de  llamar  la  atención  de  todo  naturalista,  tanto  por 
la  considerable  cantidad  de  publicaciones  en  ella  acumuladas, 


DE    HISTORIA    NATURAL    Y   DE    SU    BIBLIOTECA.  43 

cuanto  por  el  valor  que  representan  las  reputadas  firmas  de 
sus  autores,  así  como  por  la  circunstancia  de  ser  únicas  g-ran 
número  de  ellas  en  las  bibliotecas  de  nuestro  país. 

Este  estado  de  prosperidad  que  viene  realizándose  prog-resi- 
vamente  desde  hace  muchos  años,  ha  sufrido  modernamente 
tan  notable  aumento,  que  ha  lleg-ado  casi  á  duplicar  en  menos 
de  cinco  años  el  material  ya  existente  en  la  Biblioteca  el  año 
1896,  y  del  cual  ya  tienen  conocimiento  los  señores  socios  por 
el  catálog'o  publicado  en  la  misma  fecha. 

A  tan  satisfactorios  resultados  han  contribuido  principal- 
mente determinados  acuerdos  tomados  por  la  Sociedad  y  las 
modificaciones  introducidas  en  su  antig'uo  Reg-lamento;  refor- 
mas todas  que,  como  se  esperaba,  han  venido  á  afianzar  y  es- 
timular los  g-randiosos  entusiasmos  de  los  aficionados,  que  con 
loable  desinterés  han  correspondido  enviando  g-ran  número  de 
trabajos  y  prestando  de  este  modo  su  valiosa  cooperación  á  la 
constitución  de  esta  Biblioteca,  que,  privada  de  todo  apoyo 
oficial,  representa  hoy,  por  lo  tanto,  la  suma  de  los  esfuerzos 
individuales  de  todos  los  amantes  de  este  g-énero  de  conoci- 
mientos. 

Transcurrido  el  presente  año  sin  que  la  Sociedad  haya  expe- 
rimentado ning-una  baja  en  los  cambios  que  anteriormente 
tenía  establecidos,  se  ha  visto,  por  el  contrario,  solicitada  de 
adquirir  otros  nuevos,  como  efectivamente  lo  ha  verificado, 
con  12  Sociedades  extranjeras  de  g-ran  prestig-io,  y  que,  su- 
madas á  las  85  con  que  ya  contaba,  vienen  á  formar  el  total 
de  97,  que  es  el  número  de  entidades  de  carácter  científico  que 
en  la  actualidad  constituyen  la  fuente  de  ing-reso  de  la  Biblio- 
teca en  el  concepto  de  caniMo. 

No  de  menor  consideración  es  el  número  de  publicaciones 
recibidas  como  donativos,  por  ascender  á  unas  450  próxima- 
mente, cuyo  número  justifica  sobradamente  el  celo  y  desinte- 
rés de  los  donantes,  entre  los  que  se  ven,  ya  respetables  maes- 
tros, ya  notables  aficionados,  y  á  todos  los  cuales  la  Sociedad 
rinde  con  este  motivo  su  tributo  de  ag-radecimiento. 

Como  podrá  observarse  en  la  adjunta  lista,  continúan  hon- 
rando la  Biblioteca  con  sus  publicaciones  personalidades  tan 
salientes  por  todos  conceptos  como  S.  A.  el  Príncipe  de  Mona- 
co y  el  Archiduque  Luís  Salvador,  cuyos  donativos  del  pre- 
sente año  no  desmerecen  de  los  realizados  en  años  anteriores, 


44  RELACIÓN    DEL    ESTADO    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÍÑ'OLA 

y  que  ya  conoce  la  Sociedad  por  haberlos  juzg-ado  con  elog-io 
en  oportuna  ocasión.  A  estos  eg'reg'ios  donantes  hay  que  agre- 
g-ar  hoy  un  conjunto  de  nombres  pertenecientes  á  personali- 
dades universalmente  conocidas  y  respetadas  dentro  de  la  cien- 
cia que  sería  ocioso  enumerar  aquí,  y  que  por  sus  trabajos 
científicos  y  por  su  interés  en  beneficio  de  estos  conocimientos 
se  han  hecho  acreedores  al  título  con  que  la  Sociedad  los  ha 
disting'uido  al  venir  á  formar  parte  de  la  misma. 

Con  tales  elementos  se  ha  constituido  el  ing-reso  del  pre- 
sente año,  que  en  números  redondos  podemos  apreciar  como 
de  1.000  publicaciones;  incremento  anual  muy  notable,  dada 
la  modesta  vida  de  la  Sociedad,  y  que  permite,  por  lo  tanto, 
considerar  como  verdaderamente  halag-üeño  el  estado  actual 
de  su  Biblioteca. 

Así,  pues,  al  terminar  esta  Sociedad  el  año  vig-ésimo  nono  de 
su  fundación,  puede  ostentar  unos  4.000  volúmenes,  propor- 
cionados en  su  mayoría  á  cambio  de  sus  publicaciones  por 
Sociedades  de  todo  el  mundo,  y  otros  4.000  folletos  de  gTan 
valor  científico  por  lo  general ,  cuyo  detalle  se  consig-na  en  el 
citado  catálog-o  de  1896  y  en  las  Memorias  presentadas  por  el 
Bibliotecario,  seg-ún  ordena  el  Reg-lamento,  en  los  meses  de 
Diciembre  de  los  años  97,  98,  99  y  la  presente. 

Arsenal  científico  es  todo  éste  que  desearíamos  ver  en  cons- 
tante movimiento  para  su  consulta,  como  prueba  palpable  de 
la  importancia  que  reporta  en  la  vulg-arización  de  los  conoci- 
mientos histórico-naturales,  los  cuales  tan  directamente  influ- 
yen en  la  tan  deseada  cultura  g-eneral. 

Y  dadas  estas  explicaciones,  que  creemos  de  nuestro  deber 
hacer  presente  á  todos  los  que  contribuyen  á  tan  lisonjeros 
resultados,  exponemos  á  continuación  la  lista  de  las  Corpora- 
ciones -^  revistas  con  las  que  cambiamos  nuestras  publicacio- 
nes, y  lá  de 'las  obras  recibidas,  especificando,  seg-ún  costum- 
bre, el  concepto  de  cambio  ó  donación  con  que  lo  han  sido. 

Academia  nacional  de  Ciencias,  Córdoba  (República  Argentina). 

Academia  Real  das  Sciencias  de  Lisboa. 

Académie  des  Sciences  de  Cracovie. 

Académie  des  Sciences  de  Paris. 

Academy  of  Science,  St.  Louis,  Mo.  (Estados-Unidos). 

American  Asotiation  for  the  Advancement  of  Science,  Cincinnati  (E.-U). 

Annaes  de  Sciencias  Naturaes,  Fez  do  Douro  (Porto). 


DE    HISTORIA    NATURAL    Y    DE    SU    BIBLIOTECA.  45 

Australian  Mnseum,  Sydney  (Australia). 

Buífalo  Society  of  Natural  Sciences 

BuUetin  scientifique  de  la  France  et  de  la  Belgique,   sous  la  direction  de 

MM.  Alfred  Giard  et  Jales  de  Guerne.  París. 
Chicago  Academy  of  Sciences. 
Chicago  entomological  Society. 
Comisión  del  Mapa  geológico  de  España ,  Madrid. 
Comissao  dos  trabalhos  geológicos  de  Portugal,  Lisboa. 
Entomologische  Nachrichten,  Berlín. 
Entoniologiska  Fórenínguen,  Stockholm,  Suecia. 
Essex  lustitute,  Salem,  Mass.  (Estados-Unidos). 
Faculté  des  Sciences  de  Marseille. 
Fíeld  Columbian  Museun,  Chicago  (E.-U.) 
Fondation  de  P.  Teyler  van  der  Hulst,  Haarlem  (Holanda). 
Giornale  de  Science  naturali  et  economiche  de  Palermo. 
Illustrierte  Zeitschrift  für  Eutomologíe,  Neudamm. 
Instituto  geológico  de  México.  ' 

lowa  Academy  of  Sciences. 
Jardín  botánico  de  Tíflis. 
K.  K.  Naturhistorisches  Hofmueeum,  Wieu. 
K.  K.  Zoologisch-botanische  Gesellschaít,  Wien, 
Laboratorio  ed  Orto  Botánico,  Siena. 
Meriden  Scientifique  Association. 

Missouri  Botanical  Garden,  St.-Loiiis  (Estados  LTnidos). 
Musée  d'Hístoire  naturelle  de  Genéve  (Suiza). 

Musée  zoologique  de  l'Académie  impériale  des  Sciences  de  St.  Pétersburg. 
Musei  di  Zoología  ed  Anatomía  comp.  della  Reale  Universitá  di  Torino. 
Museo  Cívico  di  Storía  naturale  di  Genova. 
Museo  de  La  Plata,  Buenos  Aires. 
Museo  de  Valparaíso,  Chile. 
Museo  nacional  de  Buenos  Aires. 
Museo  nacional  de  Ciencias  naturales,  Montevideo. 
Museo  nacional  de  Costa-Kíca. 
Museu  Paulista,  San  Paulo,  Brasil. 
Muséum  d'Hístoire  Naturelle,  París. 
Museum  natíonal  Hongroís,  Budapest. 

Museum  of  Comparative  Zoology  at  Harvard  College.  Cambridge  (E.-ü). 
Natural  History  Society  of  Glasgow. 
Naturse  Novítates. 

Naturhistorische  Gesellschaft  Nürnberg. 

New-York  State  Museum  University  of  the  State  of  New- York. 
Peabody  Muscuai  of  American  ArchíBology  and  Ethnology,  Cambridge. 
Physíkalisch  Medicinísche  Gesellschaft,  Würzburg. 


46  KELACIUN    DEL    ESTADO    DE    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Portugalia,  Porto. 

Real  Academia  de  Ciencias  y  Artes  de  Barcelona. 

Beale  Academia  dei  Liucei,  Roma. 

Royal  Microscopical  Society,  London. 

Royal  Physical  Society,  Edimburgh  (Inglaterra). 

Smithsonian  Institution,  Washington. 

Sociedad  científica  <  Antonio  Álzate  >,  México. 

Sociedad  científica  Argentina,  l>ueno8  Aires. 

Sociedad  Geográfica  de  Madrid. 

Sociedad  Mexicana  de  Historia  natural,  México. 

Sociedade  Broteriana,  Coimbra. 

Societá  di  Naturalisti,  Napoli. 

Societá  entomológica  italiana,  Firenze. 

Societá  italiana  di  Scienze  Naturali,  Milano. 

Societá  romana  per  gli  studi  zoologici,  Roma. 

Societá  toscana  di  Scienze  naturali,  Pisa. 

Societatis  entomologicse  Rossicpe,  Tiflis. 

Société  botanique  de  Copenhague. 

Société  botanique  de  France,  Paris. 

Société  botanique  de  Lyon. 

Société  des  Sciences  naturelles  de  l'Ouest  de  la  France,  Nantes. 

Société  d'Histoire  naturelle  de  Toulouse. 

Société  entomologique  de  Belgique,  Bruxelles. 

Société  entomologique  de  France,  Paris. 

Société  entomologique  de  St.  Pétersbourg. 

Société  entomologique  Suisse,  Berne. 

Société  fran^aise  de  Botanique,  Toulouse. 

Société  géologique  de  France,  Paris. 

Société  hollandaise  des  Sciences,  Haarlem  (Holanda). 

Société  impériale  des  naturalistes  de  Moscou. 

Société  Linnéenne  de  Bordeaux. 

Société  Linnéenne  de  Normandie^  Caen. 

Société  Linnéenne  du  Nord  de  la  France,  Amiens. 

Société  ouralienne  d'Amateurs  des  Sciences  nat.,  Ekathérinenburg  (Rusia)* 

Société  Royale  malacologique  de  Belgique,  Bruxelles. 

Société  scientifique  du  Chili,  Santiago. 

Société  Zoologique  de  France,  Paris. 

The  American  Naturalist,  Philadelphia. 

United  Slates  Department  of  Agriculture,  Washington. 

United  States  Geological  Survey,  Washington. 

United  States  national  Museum,  Washington. 

Universitas  Regia  l'redericiana,  Cristiania. 

Université  de  Toulouse 


DE    HISTORIA    NATURAL    Y   DE   SU    BIBLIOTECA.  47 

üniversité  Royale  d'Upsala. 

Vereins  für  naturwissenchaftliche  Unterhaltung  zu  Hamburg  (Alemania). 

Wisconsin  Academy  of  Sciences. 

Wisconsin  Geological  and  Natural  History  Survey. 

Zoologischer  Anzeiger,  Leipzig. 


Obras  recibidas  á  cambio: 

Academia  R.  das  Sctencias  de  Lisboa. — Joriml  de  Sciencias  mathematicas 
pliysicas  é  natwaes.  2.^  serie,  tomo  vi,  n.  xxx  (Fevreiro,  1900). 

AoADÉMiE  DES  SciENCEs  DE  Paris. — Comptcs  reticlus  hebdomadaires  des  séan- 
ces.  Tome  cxxix,  u.  22-26;  tome  cxxx,  n.  1-26;  tome  cxxxi,  n.  1-20. 

—  Tahles  des  comptes  rendus  des  séances.  Premier  semestre  1899. 
AcADÉMiE  DES  SciENCES  DE  Cracovie. — Bulletíii  Ínter national.  Année  1899: 

Octobre,  Novembre,  Décembre.  Année  1900:  Janvier,  Février,  Mars, 

Avril,  May,  Juin,  Juillet. 
AcADEMT  op  Science  of  St.  Loxjis. — Transactions.  Vol.  viii,  n.  1-2,  17-20; 

vol.  IX,  n.  l-r>,  7. 
AoADEMY  oF  SciENCEs  OF  Chicago.—  Fortíeth  Annual  Report,  For  the  Year 

1897. 

—  Geological  and  Natural  History  Survey.  BuUetin,  n.  ii-iii,  part.  i. 
Annaes  de  Sciencias  naturaes  de  Porto. — Vol.  vi. 

BüFFAi.o  Society  of  Natural  Sciences. — BuUetin.  Vol.  v,  n.  1-.5;  vol.  vi, 

numero  1. 
Chicago  Entomológica l  Society. — Memoirs.  Vol.  i,  n.  i. 
Comisión  del  Mapa  geológico  de  España.  Madrid. — Boletín.  Tomo  xxv 

(v  de  la  2.a  serie). 
Entomologische  Nachrichten.  Berlín. — Jahrgangxxv:  Heft  xx-xxii,  xxiv. 

Jahrgang  xxvi:  Heft  i-xxi. 
EssEx  Institute.  Salem. — BuUetin.  Vol.  28,  n.  7-12;  vol.  29,  n.  7-12;  vol.  30, 

n.  1-6. 
Faculté  des  Sciences  de  Marseille. — Annales.  Tome  iii,  fase,  ii;  tome  ti, 

fase,  ii;  tome  x,  préface,  fase.  i-vi. 
Field  CüLüMBiAN  MüSEüM.  Chicago.— PubHc,  n.  23,  25-44,  distribuidas  de 

esta  forma:  Geological  Series.  Vol.  i,  n.  37.—  Botanical  Series.  Vol.  i, 

n.  4-5;  vol.  ii,  n.  1. — Zoological  Series.  Vol.  i,  n.  9-17. — Anthropological 

Series.  Vol.  ii,  n.  2-3. — Report  Series.  Vol.  i,  n.  4-5. 
Fondation  Teyler.  Harlem. — Archives  del  Musée  Teyler.  Serie  ii,  vol.  vi, 

cinquiéme  partie;  vol.  viij  premiére  partie. 

HORAE  SOCIETATIS  ENTOMOLOGICAE  ROSSICAE.  St.  PÉTERSBÜRG. — TomO  XXXIi; 

XXXIII,  n.  1-2,  y  xxxiv. 
Illustrierte  Zeitschrift  für  Entomologie.  Neudamm. — Band  5.  n.  1-23. 


48  RELACIÓN    DEL   ESTADO    DE   LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Instituto  geológico  de  México. — Boletín,  u.  12  13. 

lowA  AcADEMY  OF  SciEXCEs. — Proceedinfjs.  Vol.  vi  (1899). 

Jardín  botánico  nv.  Tifus  (Cáucaso). — Libro  IV  (en  ruso). 

Laboratorio  ed  orto  botánico  di  Siena.  —  Balletino    Vol.  terzo,  fascci- 

colo  1  II. 
Meriden  Scientific  Association. —  Transactions.  Vol.  viii. 
Missouri  Botanical  Garden.  St.  Lüuis. — Ninih  Report  (1898). —  Tenth  Re- 

port  [\89^J).—Elevenih  Report  (1900). 

MUSÉE  ZOOL,OG1QÜE  DE  l'AcADÉMIE    IMPÉRIALE    DES    SciENCES    DE    St.    PÉTERS- 

BOURG. — Annuaire,  1899,  n.  3-4,  (tomo  iv);  1900,  n.  1-2  (tomo  v). 
MüSEí  DI  Zoología  er  Anatomía  comparata  della  R.  Universita  di  To- 

Riífo. —BoUetino.  N.  354-367,  376. 
Museo  nacional  de  Buenos- Aires.  —  Comunicaciones.  Tomo  i,  n.  5  7;  tomo  ii, 

fase.  XV. 
Museo  nacional  de  Costa-Rica.  San  José. — Informe  de  1899  á  1900. 
Museo  nacional  de  Montevideo. — Anales.   Tomo  ii,  fase,  xii;  tomo  in, 

fase,  xiii-xiv. 
Müseum  d'Histoire  naturelle  de  París.  —  Bulletin.  Anuée  1899,  n.  3-8; 

1900,  núm.  1. 
Museum  of   Comparative   Zooi.oGY  AT  Harvard-College.   Cambridge. — 

Bulletin.  Vol.  xxxi,  n.  7;  xxxii,  1-8;  xxxili-xxxiv,  xxxv,  3-8;  xxxviii, 

n.  4-5.' 
Naturwissenschaftliche    Unterhaltüng   zu   Hamburg. —  Verhandlungen. 

Band.  x. 
Peabody  Museum  of  American  ArcHíEology  and  Ethnology.  Cambridge. 

— Eighteenth  and  Nineteenfh  Annual  Reports.  Vol.  iii,  n.  5-6. 
Physikalisch-medizinischen  Gesellschaft  zu  Würzburg. — Fesischrift  zur 

Feier  ihres  Fünfzigjahriyen  Bestehens.  Würzburg,  1 899. 

—  Siízmgs-Berichte.  Jahrg.  1899,  n.  6-7;  Jahrg.  1900,  n.  1. 

—  Verhandlungen.  Band.  xxxiii,  n.  4. 

Portugalia.  Porto. — Materiaes  para  o  estudo  do  pavo  piortuguez.  Tomo  i, 

fase.  2." 
Real   Academia  de  Ciencias  y  Artes  de  Barcelona. —iJoZeíín.    Tercera 

época,  vol.  i,  n  25-26. 

—  Año  académico  de  1899  á  1900.  Nómina  del  personal  académico.  1900. 
Reale  Academia  dei  Lincei.  Roma. — Atti.  (Serie  quinta),  vol.  ix.  fase.  1 

(1."  y  2.°  semestre),  fase.  2-12  (de  todos  éstos  sólo  el  1.""  semestre). 
Revista  chilena  de  Historia  natural. — Año  iii,  n.  9-11;  iv,  1-4,  6,  8-9. 
Revub  suisse  de  zoologie.  Gen¿ve. — Tome  vii,  fase.  3  et  dernier;  tome  viir, 

fase.  1-2. 
RoYAL  MioROScopiCAL  Society. — Joumal.  1899,  part.  vi  (December);  1900, 

part.  i-v  (February-October). 
RoYAL  Physical  Society.  Edinburg. — Proceedings.  Session  1898-99. 


DE    HISTORIA    NATURAL   Y    DE    SU    BIBLIOTECA.  49 

Smithsonian  Institütion  Washington.  —  Annual  Report.  1895   (June); 
1896-97  (June,  July). 

—  Bulleün  of  the  (U.  S.)  National  Museum.  Núm.  47;  parí,  ii  y  ni. 

—  Proceedings.  Vol.  sx  (1898). 

Sociedad   científica  «Antonio  Álzate».  México.  —  Mewonas  y  Revista. 

Tomo  XII,  n.  1-12;  xiv,  16. 
Sociedade  Broteriana.  Coimbra. — Boletim.  Tomo  xvi,  fase.  2-4. 
Sociedad  española  de  Historia  natural,  Madrid.— ylíiaíes.  Serie  ii,  t.  viii 

(xxviii). 
Sociedad  geográfica  de  Madrid. — Boletín.  Tomoxn,  4.°  trimestre  de  1899, 

tomo  xLii,  l.*^'  y  3.*''^  trimestres  de  1900, 

—  Revista  de  (jeografia  colonial  y  mercantil.  Núm.  24  (Diciembre  de  1899); 

números  25-28  (Febrero-Junio  de  1900);  núm.  31  (Noviembre). 
Sociedad  Mexicana  db  Historia  natural.  México  —  La  Naturaleza  pe- 
riódico científico.  Tomo  ii,  cuaderno  núm.   12;  tomo  iii,  cuader- 
nos 1-4, 

SoCIETA     di    SCIENZE     NATÜRALI     ED    ECONOMICHE    DI    PaLERMO. —  Gíomale    iH 

scienze  naturali  ed  economiche.  Vol.  xxii  (1899). 
SociETA  ENTOMOLÓGICA  ITALIANA.  FiRENZE. — Biilletino.  Aniio  tieiitaunesimo. 
trimestre  i-iv;  anno  trentaduesimo,  trimestres  i-iii. 

SOCIETA    ITALIANA    DÍ    SCIENZE    NATURALI.     MlLANO. Atti.    Volume    XXXVIII, 

Fascicolo  4,"  (fogli  22-30);  volume  xxxix,  fascicolos  l.*'-2.°(fogli  1-11). 

SOCIETA    ROMANA    PER    GLI    STÜDI    ZOOLOGICI.    RoMA.  —  BolletinO .     AnnO    VIH, 

fase.  i-T, 

SOCIETA  TOSCANA  DI  SciENZE  NATURALI.   PlSA — Atti.  PrOCCSSi  VCrhali.  Vol.  XII' 

SociÉTÉ  BOTANiQUE  DE  COPENHAGUE.  —  BotoMÍsk  TidskHft.  Tome  23,  fase.  I, 
SociÉTÉ   BOTANiQUE   DE    France.    Paris — Bulletin.  Tome  xli  (1   Janvier); 

tome  xLiv  (session  extraordinaire  á  Barcelonnette,  Aoút  1897,  troi- 

siéme  et  derniére  partie);  tome  xlvi,   numeres  6-8  (Juin-Novem- 

bre  1899);  tome  xlvii,  números  1-7  (Janvier-Juillet  1900). 
SociÉTÉ  des  sciences  naturelles   de   l'Üuest  de   la   Frange.    Nantes  — 

Bulletin.  Tome  8,  2"  trim.;  tome  9,  1-4  trim. 
SociÉTÉ  d'histoire  naturblle  de  Toulouse. — Bulletin   trimtstriel.  Année 

xxviii  (Avril-Septembre), 
SociÉTÉ  entomologique  a  Stockholm, — Entomologisk   Tidskrift.  Arg.  20, 

hiift  1-4;  Arg.  21,  hiift  2, 
SociÉTÉ  entomologique  de  Belgique.  Brüxelles. — Anuales.  Tome  xlui^ 

números  xi  y  xii;  tome  xlit,  números  i-x, 
SociÉTÉ  entomologique   suisse.  Schaffhausen.  —  Mittheilu/igen.    Vol,   x, 

Heft.  6  y  7. 
SociÉTÉ  GÉOLOGiQUE  DE  France,  Paris. — Bulletlii.  Tome  xxvii  (3,"'  serie), 

números  4  y  6. 
SociÉTÉ  hollandaise  dks  sciencks  á  Hablem,  La  Haye, — Archives  Neerlan- 

N."  1,-Enero,  1901.  4 


50  RELACIÓN    DEL    ESTADO   DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

daises  des  sciences  exactes  et  naturelles.  Serie  ii,  tome  iii,  2*  -5'  livrai- 

sons;  serie  ii,  tome  iv,  1'  livraison. 
SociÉTÉ  IMPÉRTALE  DES  NATURAUSTES  i)K  Moscoc. — Bulleti».  Année  1899, 

números  1-4. 
SociÉTÉ  linneenne  de  Bordeaux. — Actes.  Volume  liv  (sixiéme  serie,  t.  iv). 
SociÉTÉ  linneenne  de  Normandie.  Caen.  —  BuJletin.  4*  serie,  S""  volume 

(1",  2'  fascicule);  b"  serie,  2*  volutne. 

—  Mémoires.  xix  volume,  3'  fascicule. 

SociÉTÉ  linneenne  du  Nord  de  la  Frange.  Amiens. — Bulletin.  Tome  xiii 
et  XIV,  números  293-312. 

SociÉTÉ  OORALIENNE  d'aMATEÜRS   DES    SCIENCES  NATURELLES.  EkATERINEMBURG. 

Bulletin.  Tome  xx,  livr.  1;  tome  xxi,  annexe  au  T.  xxi. 
SociÉTÉ  ROYALE  MALACOLOGiQUE  DE  Belgique.  Bruxelles. — AnuaUs.  Tome 
XXI  (189(5),  fase.  2;  tome  xxii-xxiii  (1897-98). 

—  BuUetins  des  séances.  Tome  xxxiv  (,1899);  págs.  1-128. 
SociÉTÉ  sciENTiFiQUE  DU  Chili. — Tome  IX,  4-5''  livraison. 

SociÉTÉ  zooLOGiQUE  DE  France.  Paris. — Bulletin.  Tome  xxiii,  números  7 

et  8;  11  et  dernier,  tome  xxiv. 
Termeszetrajzi    Fuzetek.    Budapest.  —  Vol.    xxii    (1899),    partes   in-iv; 

vol.  xxm  (1900),  partes  x-iv. 
The  American  Association  for  the  Adtancement  of  Science.  Easton. — 

Proceediiigs.  Vol.  xlvii-xlviii  (1898-99). 
The|  American  Natüralist.  Boston. —  Vol.  xxxiii-xxxiv,  números  396-404 

(December-August);  num.  406  (October). 
The  Geological  Institution  of  the  University  of  Upsala. — Bulletin. 

Vol.  IV,  part.  2." 
United  States  Geological  Survey.  Washington.  —  Geologic  Atlas  of  the 

United  States.  Marysville  folio.  California.  Washington,  1895. 

—  Geologic  Atlas  ofthe  United  States.  Big  trees  folio.  California.  Washing- 

ton, 1898. 

—  Atlas  to   accompany  monograph  XXXI  on,  the  Oeology  of  the  Aspen 

district  Colorado.  Washington,  1898. 

—  Bulleth}.  1897,  n.  149;  1898,  n.  88-89,  150-156;  1899,  n.  157-162. 

—  Annual  Beport.  1896-97,  part.  i-v;  1897-98,  part.  i-v  (texto  y  atlas)  vi; 

1898-99,  part.  i-vi  (ésta  en  dos  volúmenes). 

—  Monographs.  xxix-xxxii  (part.  ii);  xxxiii-xxxviii. 

United  States  National  Müseum.  Washington. — Proceedings.  Volume  19; 
Volume  21. 

Université  de  Toülouse. — Bulletin.  Fascicule  num.  10  (Juiilet  1899);  fas- 
cicule num.  11  (Janvier  1900). 

—  Aimuaire.  Année  1899-1900. 

—  Du  traiíement  radical  des  kistes  sinoviaux  folliculaires  ou  ganglions  du 

poignet,  par  Marc.  Dauge.  Toulouse,  1898. 


DE    HISTORIA   NATURAL   Y   DE    SU   BIBLIOTECA.  51 

Université  de  Toüloüse.  —  Contribution  ¿i  l'étude  des  tumeurs  crániennes 
d'origine  congénitale  (varíete  de  pseudo-encephalie)  par  B.  1.  Alhert 
Andrieu.  Toulouse,  1898. 

—  Etude   de  la  gangrene   des   membres  chez  les  neuro-arthritiques ,  par 

Laurent  Bares.  Toulouse,  1898. 

University  of  THE  State  of  New- York. — State  Museum  Report.  49,  vol.  1-2 
(1895);  50,  vol.  1  (1896). 

ZooLOGiscH-BOTANiscHEN  Gesellschaft.  Wien. —  Verhandlungen.  Band  xlix' 
Heft.  9,  10;  Band  l,  Heft.  1-6. 

ZooLOGiscHER  Anzkiger.  Leipzig.— Baiid  xxiii;  números  600-615;  num.  617" 

WiscoNsiN  Geological  and  Natural  History  Survet. — Bulletin.  Núme- 
ros 1  y  2  (1898). 

WiscoNsiN  Academy. — Transactioits.  Vol.  xi  (1896-97). 

Como  donativos. 

Albert  1'^''  (S.  A.  S.  LE  Prince). — Resultáis  des  campagnes  scientifiques  ac- 
complies  sur  son  yachts.  Fase,  xiii,  Crustaces  decapodes.  —  Fase,  xiv 
Nudibranches  et  Marsenia — Fase,  xv,  Gephyriens. — Fase,  xvi,  Am- 
phipodes. 

—  Carte  IV.  Itineraires  du  yacht  iPrincesse  Atice*  dans  1' Archipel  des 

Agores.  1896,  1896,  1897. 

—  Sur  la  deuxihne  campagne  de  la  tPrincesse- Atice  2^>.  (Academia  des 

Sciences  de  Paris,  1900.) 

—  Deuxihne  voyage  au  Spitzberg  (Mus.  de  Hist.  nat. ,  1900.) 

(Don.  de  S.  A.  S.) 
Archiduque  Luís  Salvador. — Bovgie.  Praga,  1899.  (Don.  de  S.  A.) 

Acloque  {A.)—-Faune  de  France.  Orthopt'eres ,  Neuropteres ,  Himénopt'eres, 

Lépidopteres ,   Hemiptéres,    Diptéres,  Aphaniptéres ,    Thysanopteres, 

Rhipipteres.  Paris,  1897. 

—  Faune  de  France.  Mammiféres,  Oiseaiix,  Poissons,  Reptiles,  Batraciens, 

Protochordes.  Paris,  1900. 

—  Faune  de  France.  Coleoptercs.  Paris. 

—  Faune  de  France.  Arachnides,  Crustaces,  Myriapodes,  Vers,  Mollusques, 

Phytozoaires,  Protozoaires.  Paris. 

—  Sous  le  microscope.  Abbeville,  1900.  (Don.  del  Sr.  Acloque.) 
Algué  (R.  P.  José).  —Baguios  ó  ciclones  filipinos.  Estudio  teórico-práctico. 

Manila,  1897.  (Don.  del  P.  Navas.) 

Ayuntamiento  de  Madrid. — Estadística  demográfica,  Enero-Abril,  1900. 

—  Anuario  estadístico  demográfico.  Años  1897  y  1898. 

Balsamo  (Francesco). —  Impressioni  dal  vero  cenno  geohgico-botanico  suW 
isola  rf'  Ischia.  Napoli,  1883. 

—  Commemorazioni  del  barone  Prof.  Vicenzo  Cesati.  Napoli,  1883. 


52  RELACIÓN    DEL   ESTADO   DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Balsamo  (Francesco).— Le  diatomee  della  cascata  di  Casería.  Napoli,  1884. 

—  Alyhe  della  haia  di  Assab,  raccolteda  G.  B.  Licata.  Napoli,  1885. 

—  Sulla  storia  naturale  delle  alr/he  d'  acqtia  dolce  del  comune  di  Napoli. 

Napoli,  1885. 

—  Homonymiae    algarum    in   plantis    animalibusque    Tentamen.    Napoli, 

1888. 

—  Diatomee  contenutc  nel  cannh  digerente  di  alcune  Aplysiae  raccolte  dal 

capitana  G.  Chierchia  nel  viaggio  di  circumnavegazione  della  R.  Cor- 
vetta  Vettor  Pisani  nell  1884-85.  Napoli,  1890. 

—  Sulla  visibilitá  delle  strie  delle  Diatomee  in  rapporto  ai  sistenú  offici  ed 

ai  mczzi  d'  inchisione.  Napoli,  1891. 

—  Ricerche  sulla  penetrazione  delle  radiazioni  nelle  piante.  Parte  prima. 

Método  di  ricerca.  (Riassunto).  (Soc.  bot.  italiana,  1891.) 

—  SulV  assorhimento  delle  radiazioni  nelle  piante.  Napoli,  1891. 

—  Elenco  delle  piante  raccolte  in  África.  Napoli,  1891. 

—  Index  ad  F.  Traug.  Kuetzingii  species  Algarum.  Napoli,  1892. 

—  Contribuzione  alia  Flora  Africana,  piante  delle  Canarie  é  del  Congo 

raccolte  da  G.  Zenker.  Centuria  prima.  Napoli,  1892-93. 

—  Manipolo  di  alghe  napolitane.  Napoli,  1892. 

—  Ilioduro  di  metilene  nella  preparazione  delle  diatomee.  Napoli,  1893. 

—  Titoli  di  mérito  del  Prof  Francesco  Balsamo.  Napoli,  1894. 

—  Ad  homonymian  algarum  addenda.  Napoli,  1893. 

—  Ricerche  sulla  penetrazione  delle  radiazioni  nelle  piante.  (Part.  i).  Na- 

poli, 1894. 

—  Necrologia  del  Professore  Giuseppe  Antonio  Pasquale.  Napoli,  1894. 

—  Una  mezza  centuria  di  piante  raccolte  dal  socio  G.  Zenker  al  Congo. 

Napoli,  1895. 

—  SulV  uso  di  un  sistema  divergente  per  ingrandire  I'  imagine  nel  micros- 

copio. Napoli,  1895. 

—  Iconnm  algarum.  Index  adjecto  generum  algarum  omnium.  Índice  siste- 

mático. Napoli.  Fase.  I-IV  (1895);  fase.  V-  VI  (1898-99). 

—  Intorno  ad  una  sostanza  colorante  della  Salpichroma  rhomboidea  Miers. 

Napoli,  189(i. 

—  Achille  Costa.  Napoli,  1898. 

—  Iconum   algartim.  Index   adjecto  generum   algarum    omnium.   Napoli, 

1898-99.  (Don.  del  Sr.  Balsamo.) 

Balsamo  (F.),  Fatta  (A.),  Giordano  (G.  C.)—Reliquie  cesatiane.  Crittoga- 
me  del  R.  Orto  Botánico  raccolte  dal  Prof.  Barone  V.  Cesati,  Alghe, 
Zicheni,  Muschi.  (Estratto  della  E.  Accademia  delle  Scienze  Fis.  e 
Mat.  di  Napoli.)  Ñapóles,  1885.  (Don.  del  Sr.  Balsamo.) 

Bedel  (L.) — Varias  comunicaciones  presentadas  á  la  Sociedad  entomoló- 
gica de  Francia  en  sesiones  de  los  afíos  1882,  83  y  84.  Paris. 

—  Synopsis  de  coléopt'eres  européens.    Cryptophagidae  pai    Edm.  Reitter. 


DE   HISTORIA    NATURAL    Y   DE    SU  BIBLIOTEGA.  58 

(Traduction  par   Bedel)    { « L'Abeille» ,  Journal  de   Entomologie, 
18í)0-92.) 
Bedel  (L.) — Synopsis  des  especes  du  genre  Aeolus  Esch.  d'Europe  et  de 
la  Bussie  d'Asie  par  Edm.  Reitter.  (Traduction  par  Bedel).  L'Abeille, 
1892. 

—  Synopsis  des  Chironitis,  Onitis  et  Bubas  de  la  región  méditerranéenne. 

Extrait  de  la  Monographie  des   Onitides  de  G.    Van  Lansberge  par 
L.  Bedel.  L'Abeille,  1892. 

—  Synopsis  des  Macrosiagon  méditerranéens.  L'Abeille,  1895. 

—  Recherches  synonymiques  et   rectificatives  a  la  mémoire  tsur  quelques 

coléoptéres  nouveaux  ou  peu  connus  de  la  famille  des  carabiques »  ^?ar 

T.  Tschitscherine.  L'Abeille,  1897. 
^  Diagnoses  de  deux  nouveaux  Dromius  de  Barbarie.    (Bull.  de  la  Soc. 

Ent.  de  France.  Paris,  1900.)  (Don.  del  Sr.  Bedel.) 

Bedel  (L.)  et  Bleuse  (L.)  —  Diagnose  d'un   nouveau  Mylabre  saharien. 

Description  d'un  Mylabre  du  Sud-Oranais.  (BuUetin  de  la  Soc.  Ent. 

de  France.  Paris,  1899).  (Don.  del  Sr.  Bedel.) 

Blanchard  (Raphael). —  Nouveau  cas  de  Filarla  loa.  (Archives  de  Parasi- 

tologie.  Paris,  1899.) 

—  Notes  de  Parasitologie  sino-japonaise.  (Ibd.,  1900.) 

(Don.  del  Dr.  Blanchard.) 
Bois  (D.) — Statistique  Horticole  du  département  de  la  Seine.  (Soc.  nationale 
d'Horticulture  de  France.  Paris,  1897.) 

—  Les  plantes  nouvelles  et  les  plantes  d'Australie.   (Ibd.,  1898.) 

—  Notice  biographique  sur  Baptiste-Ruse  Charmeux.  (Ibd.,  1899.) 

—  Compfe  rendu  des  trnvaux  de  la  Société  nationale  d^ Horticulture  de  France 

pendant  l'année  1S98.  Paris,  1899. 

—  Cas  de  pistillodie  dans  un  Begonia  tubereux  a  jieurs  cristées  et  dans  le 

Begonia  semperflorens  *tigrette>.  (Soc.  nat.  d'Hort.  de  France.  Paris, 
1899.) 

—  L'Actinostemma  panioulatum  cucurbitacée  grimpanfe  ornementale  nou- 

velle  et  le  pey-mou  chináis.  Paris,  1900. 

—  Aperen  historique  sur  la  Société  nationale  d' Horticultore  de  France  (1827 

á  1899).  (Soc.  nat.  d'Hort.  de  France.  Paris,  1900.) 
Bois  (D.)   ET   GiBAULT  (G.) — Le  premier  projet  de  jardín  pittoresque  en 
France.  Le  jar  din  idelectabley  de  Bernard  Palissy.  (Ibd.,  1896.) 

—  La  vegetación  et  le-'s  productions  horticoles  des  lies  Canaries.  (Ibd.,  1895.) 

—  L'arboriculture  et  la  culture  inaraichh-e  en  Tunisie.  (Ibd.,  1897.) 

—  L' Horticulture  dans  la  Noiivelle-Galles  du  Sud  (Australie).  (Ibd.,  1897.) 

—  Statistique  horticole  de  la  France.  Paris,  1898.  (Don.  del  Sr.  Bois.) 
Bois  (E.)  ET  Paillieux  {A.)—Leivisia.  Paris,  1889. 

—  Crosne  epiaire  a  chapelets,  histoire  d'un  nouveau  légume.  (Revue  des 

Sciences  naturelles  appliquées.  Paris,  1889.) 


54  RELACIÓN    DEL    ESTADO    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Bojs  (E.)  ET  Paillieux  (A.) — Le  Matamhala  (Coleus  tuberosus  Benth).  In- 
trodudion  et propagntion  au  Gahon-Congo.  (Revue  des  Sciences  natu- 
relles  appliquées.  París,  1891.) 

—  Lis  comestibles.  (Bull.  de  la  Soc.  d'Hist.  nat.  d'Autun.) 

(  Don.  del  Sr.  Bois.) 
BoMBicci  (L.) — Corso  di  Geología  é  Física  terrestre,  applicate  ai  materiali 
da  costruzíoni.  Bologna,  1881. 

—  Corso  di  Litologia,  filoni  metalliferi,  rocce,  pietre  edilizie,  niarmi.  Bo- 

logna, 1885. 

—  Météorites  du  cabinet  de  Minéralogie  de  la  Royale  Université.  Bologua, 

1888. 

—  Svlla  lucentezza  e  striatura  liscia  delle  superficie  nelle  salbande  dei  filoni 

metalliferi  e  nelle  rocce  scagliose.  Bologna,  1888. 

—  Sul  giacipiento  é  sul  tipo  litologico  della  Roccia  oligoclasite  di  monte 

Cavaloro  (Bolognese).  Bologna,  1889. 

—  Alia  memoria  di  G.  Meneghini.  Bologna,  1889. 

—  La  collezione  di  ambre  siciliane,  posseduta  dal  Museo  di  mineralogía  della 

R.  Universita  di  Bologna.  Bologna,  1890. 

—  Sulle  inclusioni  di  ciottoli ,  2^'>'ol}abilmente  pliocenici  o   qunternari  nei 

grossi  e  limpidi  cristalli  di  Seleniíe  di  Monte  Donato  (Bologna).  Bo- 
logna, 1890. 

—  Sul  tre  memorie  preséntate  alia  R.  Academia  delle  Scíenze  delV  Istitiito 

di  Bologna.  Febbraio,  1890. 

—  Nuove  ricerche  sulla  Melanofiogite  della  miniera  Qiona  presso  Racal- 

muto  in  Sicilia. — Le  gradazioni  della  sferoedria  nei  cristalli.  Sue  coe- 
sistenze  nelle  forme  normalmente  reticolari. —  Altri  esempli  di  contor- 
sioni  elicoidi  nelle  facce  e  negli  aggregatí  simmetrici  dei  cristalli.  Bo- 
logna, 1891. 

—  Considerazioni  sidle  analogie  di  struttura  mimetica  fra  la  pirite,  la  bo- 

leite,  la  melanofiogite  ed  ultre  sostanze.  ídem,  1892. 
---  Réponse  á  la  Note  de  M.  Georges  Fríedel  du  11  Féviier  1892  concernant  la 
composition  chimique  et  la  structure  de  la  Melanophlogite.  París,  1892. 

—  Siilla''coesistenza  delle  due  inverse  plagiedrie  sopra  una  faccia  di  un  cris- 

talío  di  Qaarzo  di  Carrara  e  sulle  spirali  di  Airy  preséntale  da  una 
sezione  ottica  dello  stesso  cristallo  e  di  altri. —  Sulle  guglie  conoidi  rhn- 
piazzantile piramidi  esagono-isosceloedriche  in  due  esemplari  di  Quarzo 
del  Valiese  e  dell  hola  d^  Elba.—  Loro  correlazioni  con  i  rilievi  lan- 
ceolari  del  Quarzo  di  Porretta. — Sulle  modificazioni  degli  spigoli  ver- 
ticali  nei prisini  esagoni  di  Quarzo  di  Carrara  e  sti  quelle  che  struttu- 
ralmente  vi  corrispondono  nei  cristalli  di  altre  specie  nihierali.  Bolo- 
gna, 1892. 
' —  Illavoro  meccanico  (manvale)  igienico,  educativo,  riposante,  annesso  alie 
scuole  elementari.  Bologna,  1893. 


DE    HISTORIA    NATURAL    Y    Dlí    SU    BIBLIOTECA.  55 

BoMBicci  (L.) — Dalí'  Asilo  inf cintile  aW  Ateneo,  attraverso  le  questioni  so- 
ciali.  Bologna,  1893. 

—  Rivendicazione  della  imorita  degli  studi  e  delle  coaclusioni  sul  solleva- 

iitento  deír  Appeiinino  Emiliano  per  via  di  scorrimenío  e  di  pressioni 
laterali  e  la  diretta  azione  dclla  gravita.  ídem,  1893. 

—  Le  notevoli  particolaritá  dei  cristalli  mimetici  cubiformi  di  jjirite  gialla, 

scoperti  nelle  mame  grigic  terziarie  antiche  dei  monti  della  Riva  f  Valle 
del  Dardagna,  Appennino  Bolognese).  Ídem,  1893. 

—  11  Prof.  Ernesto  Mallard.  (R.  Acad.  delle  Scienze  dell'  Istituto  de  Bo- 

logna, 1894.) 

—  Sulla  intrusione  forzata  ascendente  di  argille ,  fattesi  simili  alie  a.  sca- 

gliose  con  breccioline  verdí  associate,  nelle  fratture  verticali  de'  hanchi 
selenitici,  presso  Bologna.  Bologna,  1895. 

—  La  cremazione  dei  cadaveri,  dinanzi  alia  religione,  alia  scienza,  alia 

civilta.  ídem,  1895. 

—  11  tirocinio  sperimentale  di  compimento  ai  corsi  universitari  di  scienze 

fidche  e  naturali.  ídem,  1897. 

—  Le  interessanti  anomalie  ( dissimmetrie  é  spostamenti)  dei  tnirahili  cris- 

talli di  Solfo  nativo,  della  miniera  di  Ga-Bernardi.  Confronto...  etc. 
ídem,  1898. 

—  Sulla  cuhosilicite  e  sulla  stai  posizione  tassonomica  nella  serie  delle  va- 

rietá  di  sílice  anídra  é  idrata.  ídem,  1899. 

—  Per  Paolo  Gorini.  Discorsi  contmemorativi  per  I'  inaugurazione  del  mo- 

numento eretto  in  Lodi.  Lodi,  1899. 

—  Sidla  forutazione  della  grandine  e  sulla  pratica  degli  spari  per  dimi- 

nuiré i  danni  recati  da  essa  aW  agricoltura.  Bologna,  1899. 

—  Nuove  considerazioni  sulla  prohahilita  che  talune  anomalie  di  forma,  nei 

cristalli,  dipendano  da  durevoli  movimenti  negli  spazi  naturalmente 
cristalligeni.  ídem,  1899. 

—  índice  delle  pubblicazioni  del  Prof.   Luigi  Bomhicci  dal  1858-1900. 

ídem,  1900. 

—  Le  principan  modalita  dell'  acqua  cristallizzata.  ídem. 

—  Alcuni  esempi  di  Minerali  riproducenti  le  modalita  sferoedriche  é  le 

altre,  dell'  acqua  cristallizzata.  ídem.  (Don.  del  Prof.  Bombicci.) 

BoRMANs  (A.  de). — Description  d'une  nouvellc  espéce  de  pomphagide.  (Société 
Entomologique  de  Belgique,  1879.) 

—  Liste  des  orthopteres  recoltas  dans  l'Afrique  Australe  par  M.  Selys-Fan- 

son.  (ídem,  1880.) 

—  Etude  sur  quelques  dermapteres  éxotiques.  (Anal,  de  la  Soc.  Esp.  de 

HiST.  Nat.,  1880.) 

—  Spedizione  italiana  neW  África  Equatoriale.  Risultati  zoologici.  Ortot- 

íeri.  (Annali  del  Mus.  Civ.  di  St.  Nat.  di  Genova).  Genova,  1881. 

—  Faune  orthoptérologique  des  lies  Hawai  ou  Sandivich.  (ídem,  1882.) 


56  RELACIÓN    DEL    ESTADO   DE   LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

BoRMANs  (A.  de). — Le  creciere  delV  yacht  ^Corsaro*  del  capitana  armatore 
Enrico  D'Albertis.  ( Annali  del  Mus.  Civ.  di  St.  Nat.  di  Genova,  1883.) 

—  Spedizione  italiana  velV  África  Equatorial.  Risultati  zoologici.  Ortotteri. 

Parte  segunda.  (ídem,  1883.) 

—  Un  été  a  Rouge-Cloítre.  (Société  Entomologique  de  Belgique).  Bruxel- 

les,  1883. 

—  Note  sur  les  orthopteres  recueillis  par  M.  Weyers,  A.  Águilas,  province 

de  Murcie  (Espagne).  (ídem,  1884.) 

—  Materiali  per  lo  studio  della  Fauna  Tunisina  raccolti  da  G.  e  L.  Doria. 

(Ann.  del  Mus.  Civ.  di  St.  Nat.  di  Genova).  Genova,  1885. 

—  Notes  sur  les  Chrysidides  des  environs  de  Bruxelles.  (Société  Entomolo- 

gique de  Belgique,  1887.) 

—  Viaggio  di  Leonardo  Fea  in  Birmania  e  regioni  vicine.  Dermapthres. 

(Ann.  del  Mus.  Civ.  di  St.  Nat.  di  Genova).  Genova,  1888.  — Deuaciejne 
partie,  1894. 

—  Quelques  dermaptéres  du  7nusée  civiquede  Genes.  {Ann.  del  Mus.  Civ.  di 

St.  Nat.  di  Genova,  1900.)  (Don.  del  Sr.  de  Bormans.) 

BoRST  (Dr.  Maxl — Berichte  üher  Arbeiten  aus  dem  pathologischen  Institut 

der  üniversitát  Wurzburg.  Wurzburg,  1899. 
Brizi  (Dott.  Ugo). — Addenda  adjioram  italicam.  Muschi  nuovi  per  la  Pro- 
vincia di  Roma.  (R.  Istituto  Botánico  di  Roma.  Genova,  1889.) 

—  Addenda  ad  Jioram  italicam.  Prima  e  seconda  contribuzione  alV  Epati- 

cologia  romana.  (ídem,  1889.) 

—  Addenda  ad  jioram  italicam.  Contribuzione  alV  Epaticologia  italiana. 

(Ídem,  1899.) 

—  Note  di  Briologia  italiana.  Genova,  1890. 

—  Appunti  di  Briologia  Romana.  ídem,  1891. 

—  Appunti  di  Teratologia  briologica.  Roma,  1892. 

—  Contribuzioni  alia  conoscenza  della  flora  delV  África  oriéntale.  ídem, 

1893. 

—  Reliquie  notarisiane.  I.  Muschi.  ídem,  1892. 

—  Sopra  alcune  particolarita   morfologiche ,  istologiche  e  biologiche  dei 

Cyathophorum.  ídem,  1893. 

—  Su  alcune  briofite  fossili.  (Soc.  bot.  italiana,  1893.) 

^—  Bryophytae  abyssinicae  a  el.  Prof.  O.  Penzig  collectae.  Genova,  1893. 

—  Sul  Cycoconium  oleaginum  Cast.  ídem,  1894. 

—  Sulla  brunissure  o  annerimento  dellefoglie  della  vite.  Modena,  1895. 

—  Micromiceti  nuovi  per  la  flora  romana.  (Soc.  bot.  italiana.  1895.) 

—  Gli  effetti  dannosi  dell'  anidride  solforosa  sulla  vegetazione.  Módena, 

1896. 

—  Una  nuova  malattia  (antracnosi)  del  Mandorlo.  Firenze,  1896. 

—  Saggio  monográfico  del  genere  Rhynchostegium  (del  Giornale  Malpighia 

Genova,  1896.) 


DE    HISTORIA    NATURAL    Y    DE    SU    BIBLIOTECA.  57 

Brizi  (Dott.  Ugo). — Sul  disseccamento  dei  germogli  del  gelso.  (R.  Accademia 
dei  Lincei).  Roma,  1896. 

—  Contributo  alio  studio  morfológico,  biológico  é  sistemático  delle  muscinée. 

(R.  Istituto  Botánico  di  Roma,  1897.) 

—  Una  malattia  dei  tralci  della  vite,  caúsala  dalla   tBotrytis  cinéreas. 

Modena,  1897. 

—  Ueher  die  Fdulnis  der  Rehentriehe  durch  tBotrytis  cinereay  verursacht, 

Jena,  1897. 

—  La  bacteriosi  del  sedaño.  (R.  Accademia  dei  Lincei,  1897.) 

—  Una  malattia  bactérica  delV  Apiura  graveolens  L.  Jena,  1897. 

—  Ricerche  botaniche  sulle  principali  adulterazioni  della  polvore  di  Soni- 

maco  (Rhu8  Coriaria  L.)  Módena,  1897. 

—  Etiología  della  malsania  del  Corylus  avellana  L.  (R.  Accad.  dei  Lincei). 

Roma,  1897. 
Brizi  (U.)  b  Cuboni  (G.) — La  fersa,  del  ¡/elso.  Ricerche  sulla  natura  della 

malattia  e  sul  modo  di  comhatterla.  Roma,  1896. 

%  (Don.  del  Sr.  Brizi.) 

BücKiNG  (}í)~Beitrage  zur  Geologie  von  Célebes,  1899. 

—  Leucitbasal  aus  der  Ger/end  von  Bangkadjene  in  Siid-Celebes,  1899. 

—  Cordierit  von  Nord-Celebes  und  aus   den  sog.  verglasten  Sandsteinen 

Mitteldeutschlands,  1900. 

—  Zur  Geologie  der  Minahassa,  1900.  (Don.  del  Sr,  Bucking.) 
Bdrr  (Malcolm.) — Essai  sur  les  Eumastacides.  (Soc    Esp.  de  Hist.  Nat. 

1899.)  (Don.  del  Sr.  Burr.) 

Chevriíüx  (Ed.) — Campagnes  de  la  <.Melita>.  Description  d'un  amphipode 
notweau  appartenant  au  genre  Grubia  Czerniawski.  (Soc.  Zool.  de 
France,  1900.) 

—  Campagnes  scientifiques  du  Prince  Albert  1".  Fac.  xvi.  Amphipodes,  par 

Chevreux.  (Repetido  por  haberlo  regalado  también  el  Príncipe.) 

—  Gammarus  Simoni,  nov.  esp.  Amphipode  des  eaux  douces  d'Algerie  et  de 

Tunisie.  (Soc.  Zoolog.  de  France,  1894.)       (Don.  del  Sr.  Chevreux.) 
CocKERELL  (T.  D.  A.) —  Dircctiotis  for  collecting  and  preserving  scale  ¿n- 

sects  (coccidce).  (Smithsonian  Institutlon).  Washington,  1897. 
Cohén  (E.)  —  Ueber  eine  aórdlich  von  Pretoria  (Transvaal-Republik)  in 

Qranit  gelegene  Salzpfanne.  Wien,  1879. 

—  Ueber  eine  Pseudomorphose  nach  Markasit  aus  der  Kieide  von  Arcana 

auf  Rugen,  1886. 

—  Ueber  pleochroitische  Sófe  im  Biotit.  (Separat-Abdruck  aus  dem  Neuen 

Jahrbuch  für  Mineralogie,  etc.,  1888.) 

—  Chemische   Untersuchung  des  Meteoreisens  von   S.  Juliao   de  Moreira^ 

Portugal,  sowie  einiger  anderer  hexaédrischen  Eisen.  (ídem,  1899.) 

—  Das  Obere  Weilerthal  und  das  zunachst  angrenzende  Qebirge.  Strass^ 

burg,  1889. 

N.»  1.— Eaero,  1901.  * 


58  RELACIÓN    DEL    ESTADO    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Cohén  (E.)  —  Zusammenjstellung  petrographischer  Untersuchungsmeíhoden 
nehst  Angahe  der  Literatur.  Berlin,  1 890. 

—  Contacterscheinungen  an  den  Liparit-Lakkolithtn  der  Gegend  von  Pja- 

tigorslc  im  nórdlichen  Kaukasus,  18í)0. 

—  Die  Goldproduction  Transvaals  im  Jahre  1889.  Greifswald,  1891. 

—  Meteoreisen.  Studien  ii-x.  (KK.  Naturhist.  Hofmuseums.)  Wien,  1892. 

—  ücber  ein  angehliches  Meteoreisen  von  Rugen,  1894.  (Separat-Abdruck 

:uis  dera  Mittheilungen  des  naturwisenschaftlichen  Vereines  fur 
Keu-Vorpommern  und  Eügen.) 

—  Verzeichniss  der  Meteoriten  in  der  Greifswalder  Sammlungen  1  Juli  1895. 

(ídem,  1895.) 

—  Ueber  ein  bei  der  teclmischen  Darstellung  von  phosphorsaurem  Natrium 

sich  bildendes  Phosphat.  (ídem,  1896.) 

—  Ueber  den  Meteoritenfall  bei  Madrid.  (ídem,  1896.) 

—  Zusammenstellung  petrographischer  Unter.^uchi(ngsmethoden  nehst  An- 

gabe  der  Literatur.  Stuttgart,  1896. 

—  Die  Meteoriten  von  Laborel  und  Guareña.  (KK.  Naturhistoriscben  Hof- 

museums). Wien,  1896. 

—  Ueber  ein  angebliches  Meteoreisen  von  Walker  Co.;  Alabanza,  Vereinigte 

Staaten.  (Separat-Abdruck  aus  den  Mittheilungen  des  Naturw.  Ve- 
reines  fur  Neu-Vorp.  und  Rugen,  1897.) 

—  Ueber  das  Vorkommen  von  Eisencarbid  (Cohenit)  im  terrestrischen  Ni- 

ckeleisen  von  Niakornnk  bei  Jakobshavn  in  Nord-Grónland.  1897. 

—  Ueber  ein  neues  Meteoreisen  von  Locust  Grave,  Henrg  Co.,  Nord-Caro- 

lina,  Vereinigte  Staaten.  («Akademie  der  Wissenschaf ten  zu  Berlin»). 
Berlin,  1897. 

—  Das  Meteoreisen  von  Forsyth  Co.,  Georgia,  Vereinigte  Staaten.  (ídem). 

Berlin,  1897. 

—  Ein  neues  Meteoreisen  von  Beaconsfield   Colonic   Victoria,  Australien. 

(ídem).  Berlin,  1897. 

—  Ueber  eine  zum   Schneiden  von  Meteoreisen  geeignete  Maschine.  Wien, 

1898. 

—  Ueber  ein  neues  Meteoreisen  von  Ballinoo  am  Murchisonjlttss,  Aurtralien. 

(Akademie  der  Wissenschaf  ten).  Berlin,  1898. 

—  Ueber  das  Meteoreisen  von  Cincinnnti ,  Vereinigte  Staaten.  (ídem,  1898.) 

—  Ueber  das  Meteoreisen  von  Morradal  bei  Grjotli  zwischeu  Skiaker  und 

Stryn,  Norwegen.  Christiania,  1898. 

—  Ueber  den  WiUfing'schen  Tauschwerth  der  Meteoriten  im   Vergleich  mit 

den  Handelspreisen.  Ueber  das  Meteoreisen  von  Quesa,  Provinz    Va- 
lencia, Spanien.  Greifswald,  1899. 

—  Ueber  den  Meteoriten  von  Zsadany,  Temesvar  Comital,  Banat. 

—  Ueber  ein  neues  Meteoreisen  von  San  Cristóbal  Antofagasta.  Chile.  Ber- 

lín, 1898. 


nii    HISTORIA    NATURAL    Y    DK    SU    BIBLIOTECA.  59 

Cohén  (E.  )  —  Turmalinhornfels  aus  der  ümgebung  der  Capstadt.  (Tscher- 
mak's  Miueral  u  petrogr.  Mitth.) 

—  MilüithaiKjitgestein  und  calcitfuhreuder  Aplit  aus  Südafrika.  (ídem.) 

—  Die  beiden  Meteoreisen  von  Los  Muchachos,  Tucsoii,  Arizona. 

—  Contacterscheinungen  an  den  Liparit-Lakkolithen  der  Gegend  von  Fjati- 

gorsk  iin  nórdlichen  Kaukasus.  (Don.  del  8r.  Cohén.) 

Cohén  (E.)  und  Deecke  (W.) — Sind  die  Stórungen  in  der  Lagerung  der 
Kreide  an  der  Ostküste  von  Jasnmnd  (Rugen)  durch  Faltuvgen  zu 
erkláren?  1899. 

—  Úber  Geschiebe  aus  Neu-Vorpommern  und  Rugen.  Erstc  Fortsetzung. 

Berlin,  1896.  (Don.  del  «r.  Cohén.) 

Cohén  (E.)  und  Weinschenk  (E.)—  Meteoreisen  Stitdien.  (KK.  Naturhisto- 

rischen  Hofmuseums).  Wien,  1891.  (Don.  del  Sr.  Cohén.) 

CoiNCY  (Augnste  de). — Écloga  Plantarum  Hispanicarum.  París,  189.3, 

—  Écloga  altera  ¡üaiüarum  Hispa nicarum.  Paris,  1895. 

—  Un  Linaria  nouveau  de  la  flore  d'Espagne,  Linaria  Gobantesiana.  (Bul- 

letin  de  l'Herbier  Boissier.  Courtoiseau,  1896.) 

—  Heterospermie  de  certains  ilíthiunema  heterocarpes.  Paris,  1896. 

—  Un  Alyssum  nouveau  de  la  flore  d'Espagne,  Alyssum  amoris.  Géneve, 

1895. 

—  Centaurea  niaroccana.  (Bull.  de  l'Herbier  Boissier.  Courtoiseau,  1896.) 

—  Une  nouvelle  espece  de  caucalis.  (C.  homoephylla).  (Idem.j 

—  Un  iTeucriunii  niéconnu  de  la  flore  d'Espagne  (T.  saxatile.)  (Journal  de 

Botanique).  Paris,  1897. 

—  Écloga  tertia,  plantarum  hispanicarum.  Paris,  1897. 

—  Burgos  au  point  de  vue  botanique.  (Bull.  Herbier  Boissier).  Géneve,  1 898. 

—  Remarques  sur  le  Juniperus  thuriferai.  et  les  especes  voimies  d.u  bassin 

de  la  Méditerranée.  (Soc.  botanique  de  Trance,  1898.) 

—  Écloga  quarta  plantarum  hispanicarum.  Paris,  1899. 

(Don.  del  Sr.  Coincy.) 
CoRY  (Charles  B.) — Tlie  Birds  of  Eastern  North  America.  Water  Birds. 
Part.  I.  Key  to  the  families  and  species.  Chicago,  1899. 

—  The  Birds  of  Eastern  North-America.  Part.  ii.  Land  Birds.  Chicago, 

1899.  (Don.  del  Field  Columbian  Museum.) 

Dervikux  (E.) — La  Cristellaria  galea  Fichtel  é  Molí.  (Musei  di  Zoologia 
della  (Jniversitá  di  Torino,  1890.) 

—  Le  cristellarie  terziarie  del  Piemonte.  Poma,  1891. 

—  11  genere  Cristellaria  Lamarck,  studiato  nelle  swe  specie.  Roma,  1892. 

—  Studio  sui  foraminiferi  pliocenici  di  Villarresxna.  Torino,  1892. 

—  Le  Frondicularie  terziarie  del  Piamonte.  Torino,  1893. 

—  Osservazioni  sopra  le  Tireoporinae  é  deserizione  del  nuovo  genere  Flabe- 

Uiporus.  Torino,  1893. 

—  Sopra  un  anomalia  in  un  esemplare  di  Cristellaria  Lmk.  Torino,  1894. 


60  RELACIÓN    DEL    ESTADO    DE    LA   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Dervieüx  (E.)— Jje  Nodosarie  terziarie  del  Piemonte.  Roma,  1894. 

—  I  foraminiferi  della  zona  ad  lAmphisteginat  presso  pavona  d'  Alessan- 

dría.  Torino,  1895, 

—  £e  marginuline  e  vaginuline  terziarie  del  Piemonte.  Roma,  1895. 

—  Foraminiferi  Tortoniani  del  Tortonese  italiano.  Roma,  1895. 

—  Collezioni  di  Storia  naturale;  norme  generali  e  pratiche  pubblicate  per 

gli  allitvi  delle  scuole  normali  preparaíorie ,  tecniche,  operaie...  etc. 
Torino,  189(5. 

—  Exame  micropaleontolo/^icn  di  un  calcare  rosso-cupo  del  «ítas  superiores 

di  MoHSunmiano  (Val  di  Nievole)  in  Toscana.  Roma,  1896. 

—  Settimo  Congresso  geológico  internazionale.  Russia  1897.  Eelazione  del 

Socio  Corr.  Sac.  Ermanno  Dervieüx. 

—  Osservazioni  paleozoologiche ,  sopra  le  linguline  terziarie  del  Piemonte. 

Roma,  1898. 

—  Foraminiferi  terziarii  del  Piemonte  e  specialmente  sul  Gen.  Polymor- 

phina  D'  Orhigny.  (Societá  geológica  italiana.  1899.) 

—  Nuove  specie  di  Foraminiferi.  Torino,  1899.       (Don.  del  Sr.  Dervieus.) 
Ddbront  (A.) — Liste  des  oríhoptéres  recueilles  jusqu  ici  en  Ligurie.  {Knx\. 

del  Mus.  Civ.  di  St.  Nat.  di  Genova.  1878.) 

—  Crociera  del  Violante  comandato  dal  capitano  armatore  Eurico  D'Alhertis 

durante  V  anno  1876.  Catalogo  degli  Ortotteri.  (ídem).  Genova,  1878. 

—  Essai  sur  le  genre  Chelidura.  (ídem).  Genova,  ]  878. 

—  Enumeration  d£S  Orthopteres  rapportes  par  MM.  J.  Doria,  O.  Beccari  et 

L.  M.  d'  Albertis  des  regions  Indienne  et  Austro-Malaise.  Dermapie- 
res.  (ídem).  Genova,  1879. 

—  Notes  sur  quelques  Orthopteres  de  Sardaigne.  (ídem).  Genova,  1879. 

—  Etude  sur  quelques  forficulides  exotiques.  (Anal,  de  la  Soc.  Esp.  de 

HisT.  Nat.  1879.)  (Don.  del  Sr.  Bormans.) 

FiNüT  {Pi.á.)—Quelq%ies  Orthopteres  des  Caiilerets  (Hautes-Pyrénées).  (Soc. 
entom.  de  France.  1882.) 

—  Les  Orthopteres  de  la  France.  Catalogue  accompagne  de  tableaux  dicho- 

tomiques,  renseignements  sur  l'habitat  et  les  mreursdes  especes,  procedes 
de  chasse  et  de  conservation,  Paris,  1883. 

—  Nouveau  catalogue  des  Orthopteres  de  la  France.  Caen,  1884. 

—  Description  de  la  Forfícula  Lesnei.  Finot.  (Soc.  entom.  de  France.  1887.) 

—  Faune  de  la  France.  Insectes  Orthopteres,  Thysanoures  et  Orthopteres 

proprement  dits.  Paris,  1890. 

—  Faune  de  l'Algerie  et  de  la  Tunisie.  Ínsteles  Orthopteres.  Paris,  1897. 
FiNOT  (Ad.)  ET  BoNNET  (Ed.) — Breves  diagnoses  Orthopterorum  novorum  e 

regno  Tunetano.  (Soc.  entom.  de  France.  1884.) 

—  Mission  scientifique  de  Tunisie  1883  84.  Catalogue  raisonné  des  Orthop- 

teres de  la  regence  de  Tuiíis.  Montpellier,  1885. 

(Donativos  del  Sr,  Fjuot.) 


DE    HISTORIA    NATURAL    V    Ulí    SU    BIBLIOTECA.  61 

Gallardo  (D.  Ángel). — Notas  fitoteratológicas.  (Muaeo  Nacional  de  Bue- 
nos-Aires. 1899.) 

—  Observaciones  morfológicas  y  estadísticas  sobre  algunas  anomalías  de 

Digitalis  purpurea  L.  (ídem,  1900.) 
Gbikie  (Sir  Archibald).  — o»  the   Oíd  Red  Sandstone  of  western  Europa. 
Edinburgh,  1878. 

—  On  the  Carboniferus  Vulcanic  Rocks  of  the  Basin  of  the  Firth  of  Forth, 

their  slructure  in  the  Field  and  under  the  Microscope.  Edinburgh, 
1879. 

—  The  History  of  Volcanic  Action  dxiring  the  Tertiary  Perica  in  the  Bri- 

tish  Isles.  Edinburgh,  1888. 

—  Address  delivered  at  the  anniversary  meeting  of  the  Geological  Society 

of  London.  On  the  2th  of  February  1891.  London.  1891. 

—  Address  delivered  at  the  anniversary  meeting  of  the  Geological  Society  of 

London.  On  the  19th  o f  February  1892.  London,  1892. 

—  Address.  Report.  1892.  London,  1892. 

—  On  the  Pre-Cambrian  Rocks  of  the  British  Isles.  Chicago,  1893. 

—  Sur  la  slructure  rubannée  des  plus  nnciens  Gneiss  et  des  Gabbros  ter- 

tiaires.  Zurich,  1894. 

—  The  Latest  Volcanoes  of  the  British  lales.  (Geological  Society  of  Glas- 

gow. 1895.) 

—  The   Tertiary  Basalt-plateatix  of  North-tvestern    Europe.  Edinburgh, 

1896. 

—  Address  to  the  Geological  section.  Dover,  1899.    (Don.  de  Sir  A.  Geikie.) 
Geikik  (Sir  Archibal)  t  Teall  (J.  J.  H.)  — On  the  Banded  structure  of  some 

Tertiary  Gabbros  in  the  Isle  of  Skye.  (Quarterly  Journal  of  the  Geo- 
logical Society.  1894.)  (Don.  de  Sir  A.  Geikie.) 
Gi.AR»  (Alfred). — Sur  untype  nouoeídi  et  aberrant  de  la  famille  des  Sa- 
bellides.  (Société  de  Biologie).  Paris,  1893. 

—  Evolution  des  étres  organisés.  Sur  certains  cas  de  dedoublement  des  cour- 

bes de  Galton  dus  au  parasitisme  et  sur  le  di¡n,orphisme  d' origine  para- 
sitaire.  (Academie  des  Sciences).  Paris,  1894. 

—  Sur  certains  cas  de  dedoublement  des  courbes  de  Galton  das  au  parasi- 

tisme et  sur  le  dimorphisme  d'origine  parasitaire.  (Société  de  Biologie). 
Paris,  1894. 

—  Sur  l'aufotomie  parasitaire  et  ses  rapports  avev  Vautotomie  gonophorique 

et  la  schizogonie.  Paris,  1897. 

—  Sur  les  regenerations  hypotypiques.  (Ídem).  Paris,  1897. 

—  Sur  deux  Cochenilles  nouvelles  ürthezida  fodiens  nov.  spec.  et  Rhizacus 

Eloti  nov.  spec,  par  asiles  des  racines  du  Cofeier  a  la   Guadeloupe. 
(ídem).  Paris,  1897. 

—  Sur  la  distribution  géographique  des  cochenilles  du  genre  Margarodes  et 

sur  deux  esp'eces  nouvelks  de  ce  genre.  (ídem).  Paris,  1897. 


ni  RELACIÓN    DIÍL    ESTADO    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

GiABD  (Alfred). — L'Army  worm  en  France.  (Leucania  unipunctata  Haw.^=± 
L.  extranea  Gn.)  (Sooiété  entomologique  de  France).  Paris,  1898. 

—  Sur  les  cephalonomia  parasites  des  larves  de  ptinides.  (ídem)    Paris, 

1898. 

—  Sur  Vexistence  de  Phyllotoma  Aceris  Kaltenbach  aux  environs  de  París. 

(ídem).  Paris,  1899. 

—  La  Cochenüle  de  San  José.  (Aspidiotus  perniciosiis  Gomstak).  Paris,  1899. 

—  Sur  le  determinisme  de  la  métavtorphose.  Paris,  1900. 

—  Sur  Vexistence  de  Ceratitis  capitata  Wied,  var.  hispánica  de  Breme  aux 

environs  de  Paris.  (Acad.  des  Sciences  de  Paris.  1900.) 
GiARD  (M.  Alfred)  et  Büisine  (K.)---Quatrieme  note  sur  le  genre  Marga- 
rodes.  (Société  de  Biologie).  Paris,  1895.  (Don.  del  Sr.  Giard.) 

González  Fragoso  (R.)— Apuntes  para  la  flora  de  la  ])rovincia  de  Sevilla. 

Criptógamas.  Madrid,  1883. 
GoRDON  T  DE  AcosTA  (D.  Antonio). — El  azúcar  como  alimento  del  hom- 
bre. Habana,  1899. 

—  La  Legislación  sanitaria  escolar  en  los  principales  Estados  de  Europa. 

Habana,  1900.  (Don.  del  Sr.  Gordón  ) 

Heckki.  (Édouard). — Le  Sterculia  tomentosa  et  la  gomme  qu'rl  fournit. 
(Repertoire  de  pharmacie.  1899.) 

—  Sur  le  processus  germinatif  dans  la  graine  de  Ximenia  Americana  L.  et 

sur  la  nature  des  ecailles  radiciformes  a  cette  espiece.  (Revue  genérale 

de  botanique.  1899.) 
Heckel  (Édonard)  et  ScHLAGnENHAUFFEN  (Fr.)—  Sur  le  tuhercule  aérien  du 

Dioscorea  Hofta.  Ide  Cordemoy.  (Soc.  nationale  d'acclimatation   de 

France).  Paris,  1899.  (Don.  del  Sr.  Heckel.) 

HoRVÁTH  (Dr.  G.)—Quatre  especes  et  quatre  varietés  nouvelles  d'heteroptéres 

palearctiques.  (Revue  d'Entomologie.  1898  )    (Don.  del  Sr.  Horváth.) 
Janet  (Charles).— Su?-  les  Nematodes  des  glandes  phar y ngiennes  des  Four- 

mis  (Pelodera  sp.)  (Oomptes  rendas  de  l'Académie  des  Sciences  de 

Paris,  1893).  (Núm.  1.) 

—  Sur  les  Nerfs  de  l'Antenne  et  les  Organes  chordotonaux  chez  les  Fourmis. 

(ídem,  1894). '(Núm.  2.) 

—  Sur  le  Systeme  glandulaire  des  Fourmis.  (Ídem,  1894).  (Núm.  3.) 

—  Sur  les  Nids  de  la  Vespa  crabo    Ordre  d' apparitions  des  premier  alveo- 

les.  (ídem,  1894).  (Núm.  4.) 

—  Sur  la  Vespa  crabo  L.,  Ponte,  conservation  de  la  chaleur  dans  le  nid. 

(ídem,  1895).  (Núm.  5.) 

—  Observations  sur  les  Frelons.  (ídem,  1895).  (Núm.  6.) 

—  Sur  les  muscles  des  Fourmis,  des  Guépes  et  des  Abeilles.  (ídem,  1895). 

(Núm.  7.) 

—  iSitír  les  rapports  des  Lepismides  myrmécophiles  avcc  les  Fourmis.  (ídem, 

J896).  (Núm.  8.) 


DE    HISTORIA    NATURAL    Y   DE    SU   BIBLIOTECA.  63 

Janet  (Charles).  —  Sur  les  rapports  du  Discopoma  comata  Seríese  avec 
le  Lasius  uiixtus  Nylander.  (ídem,  1897).  (Núm.  9.) 

—  Sur  les  rapports  de  l'Antennophorus  Uhlmanni  Haller  avec  le  Lasius 

mixtus  Nylander.  (ídem,  1897).  (Núm.  10.) 

—  Srir  les  limites  morphologiqíies  des  anneaux  du  tegument  et  sur  la  sifua- 

tion  des  memhranes  articulaires  diez  les  Hymenopteres  arrivcs  a  l'état 
d'imago.  (ídem,  1898).  (Núm.  11.) 

—  Sur  une  cavilé  da  tegument  servant  chez  les  Myrmicinae  a  étaler  au 

contactde  l'uir  un  p)roduit  de  secrétion.  (ídem,  1898).  (Núm.  12.) 

—  Reaction  alcaline  des  chambres  et  galeries  des  nids  de  Fourmis.  Durce 

de  la  vie  des  Fourmis  decapitées.  (ídem,  1898).  (Núm.  13.) 

—  Sur  un  organe  non  decrit  servant  á  la  fermeture  du  réservoir  du  venin 

et  sur  la  mode  de  fonctionncment  deVaiguillon  diez  les  Fourmis.  (ídem, 
1898).  (Núm.  14.) 

—  Sur  le  mecanisme  du  vol  chez  les  Insectes.  (ídem,  1899).  (Núm.  15.) 

—  Eludes  sur  les  fourmis,  les  guépes  et  les  aheiUes.  Sur  Vespa  cratro  L. 

histoire  d'un  nid  depuis  son  origine.  (Soc.  zool.  de  France.  1895.) 

—  Eludes  sur  les  fourmis...  Structure  des  memhranes  articiúaires  des  tendons 

et  des  muscles  (Myrmica,  Camponotus,  Vespa,  Apis).  Limoges,  1895. 

—  Eludes  sur   les   fourniis...    Limites  m,orphologiques  des  anneaux  post- 

cepJialiques  et  mitsculature  des  anneaux  post-tlioradques  diez  la  Myr- 
mica rubra.  Lille,  1897. 

—  Eludes  sur  les  fourmis...  Systeme  glandulaire  tegumentaire  de  la  Myr- 

mica rubra,  Observations  diverses  sur  les  Fourmis. 

—  Eludes  sur  les  fourmis...  Aiguillnn  de  la  Myrmica  rubra,  Appareil  de 

fermeture  de  la  glande  ce  venia.  Paris,  1898. 

—  Eludes  sur  les  fourmis,  les  guepes  et  les  aheilles.  Anatomie  du  corselet  de 

la  Myrmica  rubra  Reine.  (Soc.  zool.  de  France.  1898 ) 

(Don.  del  Sr.  Janet.) 
KoELLiKER  {A.)—Kurzer  Bericld  üher  den  Anntomischen  Kongress  zu  Pa- 

via.  1900.  Würzburg,  1900. 
KoNow  (Fr.  W.) — Sprachliche  Bemerkung.  (Wiener  Entomologiscbe  Zei- 

tung.  1890.) 

—  Neue  Blattwespen.  (ídem.  1891.) 

—  Analytische  TJehersicht  der  europciischen  Artcn  der  Tenthrediniden-Gat~ 

/Mw^r  Schizocera  Latr.  (ídem.  1892.) 

—  Neue   europdische  Blnttioespen   nebst  Bcmerkungen  über  einige   bisher 

verkannte  Arten.  (ídem,  1894.) 

—  Neue  Tentlirediniden.  (ídem.  1894.) 

—  PhilologiscJie  Randbemerkung.  (ídem.  1894.) 

—  Neue  palaarctisdie  Blattwespen.  (ídem.  1895.) 

—  Une  noiivelle  Tenthredinite  de  France.  (Soc.  des  Sciences  nat.  de  l'ouest 

de  la  France.  1896.) 


64  líRLAClON    DKL    KSTaDO   T)V.    Í.A    «íOCIKDAD    RSPANOLA 

KoNow  (Fr.  W.) — Neue  oder  wenig  bekannte  Tenthrediniden  únd  eine  ana- 
lytische  Ubersicht  der  Gattung  Holcocneme.  Kuw.  (Termeszetrajzi 
Fuzetek.  1895.) 

—  Analytische   und   kritische   Bearheitung    der    Gattung    Amauronema- 

tas  Kuw.  (ídem.  1895.) 

—  Ueber  wenig  bekannte  oder  bisher  zweifelhafte  soioie  einige  neue  palaark- 

tische  Tenthrediniden.  (Entomol.  Nachrichten.  1896.) 

—  Neue  und  einige  bisher  verkannte  Arten  aus  der  Fawilie  der  Tenthredi- 

nidem.  (Ídem.  1896.) 

—  Zwei  neue  Siriciden  und  einige  palaarktische  Tenthrediniden.  (Id..  1897). 

—  Ueber  die  Hyelini,  Tenthredinarum  tribus.  (ídem.  1897.) 

—  Ueber  die  Tenthrediniden-Galtungen  Cimbex    und   Trichiosoma.   i-ii. 

(Wiener  Entom.  Zeitiing.  1897.) 

—  Neue  palaearctische  Tenthrediniden.  {ídem.  1897.) 

—  Systematische  und  kritische  Bearbeitung  der  Siriciden- Tribus  Oryssini. 

(Termeszetrajzi  Fuzetek.  1897.) 

—  Systematische  und  kritische  Bearbeitung  der  Blattwespen-Tribus  Lydi- 

ni  II.  (KK.  naturhistorischen  Hofmuseums.  1897.) 

—  Eine  neue  Tenthredo-Art?  (Entom.  Nachrichten.  1897.) 

—  Species  incertae  sedis  vel  inepte  Tenthredinibus  adscriptae.  (Wiener  En- 

tomologische  Zeitung.  1897.) 

—  Systematische  und  kritische  Bearbeitung  der  Siriciden -Tribus  Siricini. 

(ídem.  1898  ) 

—  Ueber  die  Tenthrediniden- Tribus  Lophyrini.  (Entomolog.  Nachrichten. 

1898.) 

—  Neue  Arten  aus  den  Blatttvespen-Gattungen,  Allantas  Jur.  und  Tenthre- 

dopsis  Costa.  (KK.  Zoologisch-botanischen  Gesellschaft  in  Wien. 
1898.) 

—  Neue  Tenthrediniden.  (Wiener  Entom.  Zeitung.  1898.) 

—  Ein  neues  System  der  Chalastogastra?  (ídem.  1898.) 

—  Neue  Chalastogastra- Gattungen  und  Arten.  (Entomolog.  Nachrichten. 

1898.) 

—  Ueber  die  Tenthrediniden-Gattung  Amasis  Leach.  (Wiener  Entom.  Zei- 

tung, 1898.) 

—  Neue  asiatische  Tenthrediniden.  (Entomol.  Nachrichten.  1898.) 

—  Neuer  Beitrag  zur  Synonymie  der  Chalastogastra.  (ídem,  1898). 

—  Neue  asiatische  Tenthrediniden.  (ídem,  1898). 

—  Neue  Tenthredinidae  aus  Südamerika.  (ídem,  1898). 

—  Einige  neue  Chalastogastra- Gattungen  und  Arten.  (ídem,  1899). 

—  Ueber  einige  neue  Chalastogastra.  (Wiener  Entom.  Zeitung,  1899.) 

—  Neue  südamerikanische  Tenthredinidae  beschrieben.  (Museo  N.  de  Bue- 

nos Airea,  1899). 

—  Neue  Tenthredinidae.  (Entom.  Nachrichten,  1899.) 


DE    HISTORIA    NATURAL   Y    DE    SU   BIBLIOTECA.  65 

KoNOW  (Fr.  W.) — Neue  südamerikanische  Strombocerus-Arten  (Fam.  Ten- 
thredinoe).  (Wiener  Entomologische  Zeitung.  1899.) 

—  Synonymische  und  krifische  Bemerkungen  zu  Leach,  Zool.,  MiscelL,  1817, 

und  Stephens.,   llliistr.   Brit.  Ent.   Band.    Vil  1835.    (Illustrierten 
Wochenschrift  für  Entomologie.) 

—  Analytische  Tabelle  zum  Bestimmen  der  bisher  beschriebenen  Larven  der 

Hymenopteren  Unterordmmg  Chalastogastra.  (ídem.) 

—  TJeber  fossile  Blatt-und  Halmioespen.  (Entom.  Nachrichten.  1897.) 

—  Essai  sur  la  classification  des  Symenoptéres.  (Revue  d'Entomol.  1898.) 
Weiterer  Beitrag  zur  Synonymie  der  Tenthrediniden.  (1898.) 

—  Chalastogastrorum  novce  species  et  varietates,  quas  D.  Escalera  ex  Asia 

minore  reportavit.  (Soc.  esp.  de  Hist.  nat.  1899.) 

—  Zioei  neue  Blathoespen-Arten.  (Akademie  der  Wissenschaften  zu  Ber- 

lín. 1888  (Don.  del  iSr.  Konow.) 

Kraus  (Dr.  G.)— Rede  zur  des  50  jcihrigen  Bestehens  der  physikalisch-me- 

dieinischen  Gesellsehaft  in  Würzburg,  1900.  (Don.  del  Sr.  Kraus.) 

Lksne  (P.) — Animaux  articules  recueillis  en   Indo- Chine  par  M.  Pavie  et 

offerts  au  Museum  d'Histoire  naturelle  de  Paris.  (Bull.  du  Museum 

d'Histoire  naturelle).  Paris,  1896.  (Don.  del  Sr.  Lesne.) 

LüBROCK  (Sir  John). —  Observations  on  Ants,  Bees,  and   Wasps.  (Linnean 

Socety's  Journal.  1878;  ii,  1886;  ix,  1881;  xi,  1888.) 

—  On  the  Sense  of  Color  among  some  of  the  Lo loer- Animáis,  i  y  ii  part. 

(Tdem,  1881,  1883.) 

—  Phytobiological  observations;  on  the  forms  of  seedlings  and  the  causes  to 

which  they  are  due.  (ídem,  1886.) 

—  On  the  Attractions  of  Hoioers  for  Insects.  (ídem,  1897.) 

—  On  Buds  and  sypules.  (ídem,  1897.) 

—  An   address  delivered  to   The  Entomological  Society  of  London,  at  the 

annual  general  meeting.  (ídem,  1868.)  (Don.  de  Sir  Sr.  Lubbock.) 

Mainwaring  (G.  B.)  y  Grünwkdel  {AVüqtí).  —  Dictionary  of  the  Lepcha- 
Language.  Berlín,  1898.  (Don.  de  los  autores.) 

Martínez  de  la  Escalera  (D.  M.)—  Examen  del  grupo  Bathyscíse  de  Es- 
imña.  (Soc.  esp.  de  Hist.  nat.  1899).  (Don.  del  autor.) 

Mascareñas  (Dr.  D.  E.) — El  aire  liquido.  (Conferencia  dada  en  el  Salón  de 
actas  de  la  Real  Academia  de  Ciencias  y  Artes  de  Barcelona).  Bar- 
celona, 1900.  (Don.  de  la  E.  Academia.) 

Montandon  (A.  L.) — Hemipteres-hetéropteres.  Une  nouvelle  forme  dans  le 
genre  Ranastra,  description  de  une  espéce  nouvelle.  (Société  des  Scien- 
ces de  Bucarest-Roumanie.  1898.) 

—  Hemiptera  cryptocerata.  Notes  et  descriptions  d'especes  nouvelles ,  no  3-6 

(Ídem,  1898-99.) 

—  Hemipteres-hetéropteres.  Plataspidince.   Notes   et   descriptions   d'especes 

nouvelles.  (Soc.  Entom.  de  Belgíque.  1899.) 

N.»  1.— Enero,  1901.  5 


m  RELACI(3N    DEL    ESTADO   DE   LA   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

MoNTANDON  (A  L. ) — Nouvelles  especes  d' Hemipferes-hetéropferes  (VAlgerie 
tt  de.  Tunisie. 

—  Hemiplera  cryptoceraia.  s.  fam.  3íonony china e.  Notes  ef  descriptions 

d' especes  nouvelles.  Bucarest,  1899;  2""^  partie,  1900. 

—  Hemiptera-heteroptera.  Especes  nouvelles  de  la  f aune  palear  etique.  Buca- 

rest, 1900. 

—  Faune  entoniologiqve  du  Delagoa.  111  Uemipteres.  Bucarest,  1900. 

(Don.  del  Sr.  Montandon.) 

Observatorio  astronómico  y  meteorológico  de  Madrid. — Instrucciones 
para  la  ohservación  del  eclipse  total  de  sol  del  28  de  Mayn  de  1900. 
Madrid,  1900.  (Don.  del  Director.) 

Observatorio  del  Colegio  Nacional  «San  Vicente».  Ecuador. — Boletín 
7nefeoroló[iico.  Años  1895-97  (estos  tres  incompletos);  1898,  1899  (in- 
completo). (Don.  de  D.  Francisco  Campos.) 

Oi,iviER  (l'abbé  H.) — Exposé  systématique  el  description  des  Lichens  de  VOuest 
et  du  JVord-onest  de  ¡a  France.  V  et  2^'""  partie.  (Don,  del  Sr.  Olivier.) 

Pknzig  (O.)  ET  Saccardo  (P.  A.)—Diagnoses  fungorum  novorum  in  Ínsula 
Java  collectorum.  (Series  prima).  Genova,  1897;  (series  secunda),  1898. 

(Don.  del  Sr.  Saccardo.) 

Preüdhomme  de  Borre  (A.) — Sur  le  Sargas  nitidus  Mcigen  et  sur  sa  capture 
en  Belgique.  (Soc.  entom.  de  Belgique.  1899.) 

—  Sur  une  noticie  d'un  entomologisie  anglais  M.  Sladen  qui  a  étudié  en 

captivité,  ílans  des  nids  artificiéis  de  son  invention,  les  especes  anglaises 
du  genre  Bourdon  (Bombus).  (Archives  des  Sciences  physiques  et 
naturelles).  Genéve,  1899, 

—  Nota  preserdacla  en  sesión  del  16  de  Febrero  de  1899  á  la  Soc.  de  Física 

é  Historia  natural  de  Ginebra,  anunciando  el  estudio  publicado  por 
Cari.  Grevé  «so&re  la  distrihución  geográfica  de  Ivs  Perisdactilos, 
Zamnungios  y  Artiodactilos  no  rumiantes. i  (Ídem,  Genéve,  1899.) 

(Don.  del  Sr.  Preadhomme  de  Borre.) 

PuiGGARi  (Dr.  D.  J,  I.)  —  Noticia  sobre  algunas  criptóganias  Jialladas  en 
Apiahy,  provincia  de  San  Pablo  en  el  Brasil.  Apiahy,  1881. 

(Don.  del  Sr.  Puiggari.) 

Eey-PaiLhade  (M.  J.  de\ — Projet  d' étahlissement  d'un  systeme  tmetre- 
grdmme-jour»  2)0ur  Vunification  des  mesures  j^hysiologiques.  Toulouse, 
1899.  (Don.  del  autor.) 

EiCHARD  (Dr.  Jules). — Les  campagnes  scientifiqueé  de  S.  A.  S.  le  Prince  Al~ 
bert  i"  de  Monaco.  Monaco,  1900.  (Don.  del  Sr.  Richard.) 

—  Essai  sur  les  crustacés  consideres  dans  leurs  rapports  avec  V higiene,  la 

médecine  et  la  parasitologie.  Lille,  1900. 
EivAs  Mateos  (D.  Marcelo).— Estudios  preliminares  para  lafiora  de  la  pro- 
vincia de  Cáceres  (continuación).  (Soc.  esp.  de  Hist.  nat.  1899.) 

(Don.  del  autor.) 


DE    HISTORIA   NATURAL    Y   DE    SU    BIBLIOTECA.  67 

Saccardo    (P.    a.) — Sulla  piü  antica  imhhlicazione  di  plantae  exsiccatae. 
(Soc.  botánica  italiana.  1899.) 

—  Di  Domenico   Vandelli  e  della  parte  cJi  ebhe  lo  studio  padovano,  nella 

riforma  deW  istruzione  superiore  del  Portogallo  nel  settecento.  Padova, 
1900.  (Dr.  del  Sr.  Saccardo.) 

Salomón  (Dr.  ^^ .)  —  Wermrite  (dipiro)  di  Breno.  Milano,  1896. 

—  SuW  origine,  huIV  eta  e  sulla  forma  di  giacitura  delle  masse  granitoidi 

della  conca  periadriatica.  Milano,  1897. 

—  Sul  modo  di  determinare  il  valore  variahile  della  rifrazione  della  luce  in 

sezioni  sottili,  comunque  oriéntate  di  Minerali  oíticamente  uniassici) 
a  rifrazione  e  birifrangenza  conosciute. 

—  Studi  geologici  e  pefrografici  sul  monte  Aviólo,  ti  ella  regione  lombarda 

del  gruppo  dell  Adamello.  (Giornale  di  Mineralogia,  Cristall.  e  Petr., 
diretto  da!  Dott.  Sansoni).  Pavia,  1891. 

—  Sopra  idcune  rocxe  metamorfiche,  intercluse  nella.  tonalite.  (ídem).  1892, 

—  Ntiove  osservazioni  nelle  regioni  di  Cima  d'  Asta  e  dell' Adamello.  (ídem). 

1892. 

—  Bemerkungen  zu  der  Cathrein'schen  Arbeit.  Dioritische  Gang-und  Stock- 

gesteine  niin  dem  Pusterthale.  Heidelberg,  1896. 

—  Die  Kri/sínllform  des  Acetylesters  des   o-oxytriplienylmethans.  Heidel- 

berg, 1898. 

—  Ueber  das  Alter  des  Asta-Granites.  1898. 

—  Ueber  eine  neue  Bildun<¡íiweise  der  dritten  Modification  des  Schwefels. 

1899. 

—  Ueber  einen  Doppelgang  van  Mintttc  und  Granitporphyrbei  Schriesheim 

im  Odemvald.  1899. 

—  Essai  de  nomenclnture  des  roches  metamorfiques  de  contad.  Paris,  1900. 

—  Neue  Bemerkungen  zu  den  von  A.  Cathrein  gegen  mich  gerichteten  An- 

griffen.  Pleidelberg,  1900. 

—  Die  KryataUformen  des  MetliyUithers  des  Dibrom-p-oxy-Mesttylalkohols 

und  des  p-p-Dimetliyl-benzoins.  1900. 

—  Kónnen  Gletscher  in  ausfehendem  Fels  kare,  Seebecken  und  Thaler  ero- 

diren?  Stuttgart,  1900. 

—  Ueber  Fseudomortotis  und  Pleuronectites.  Berlin,  1900. 

—  Ueber  eine  neue  Bildwnjsiveise  der  dritten  Modification  des  Schwefels. 

(Don.  del  Sr.  Salomón.) 
ScHMiDT  (Joh). — Notes  critiques  sur  les  Histerides  des  íles  Cauüries,  avec 
observations  synonymiques.  L'  Abeille,  1895, 

—  Description  d'un  hisleride  algérien  dn  genrc  Pachylopus  et  remarques 

sur  la  compjosilion  de.  ce  genre.  (Soc,  entom.  de  Frauce.  1896.) 

(Don.  del  autor.) 
ScüDDER  (S.  H.) — The  fossil  insects  of  tlie  green  river  shales.  (Bull.  of  the 
Siirvey).  Washington,  1878, 


68  EELAClÜN    DEL    ESTADO   DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

ScDDDER  (S.  H  ) — Frngments  of  the  coarser  analomy  of  diurna  I  Lepidoptera.- 
Cambridge,  1882. 

—  The  species  of  the  orthnj)teran  genus  Derotmema.  (Amer.  Academy  of 

Arts  and  Sciences.  1900.)  (Don.  del  Sr.  Scudder.) 

Selts-Longchamps. — Revisión  des  Diplax  palearctiques.  Bruxelles,  1884. 
Sjóstróm  (O.) — Die  chemische  üntersuchiing  der  Meteoreisen.  (Mittheilun- 

gen  des  naturw.  Vereins  fur  Nenvorpommern  und  Rugen.  1898.) 
Starr  Jordán  (David). —  The  Fishes  of  Sinaloa.  1895. 

Tassi  (Doct  Fl.) — Furigi  novi  Australiani.  Senis,  1900.        (Don.  del  autor.) 
Thoulet  (M.  J.)— Carie  hathimétrique  des  lies  Agores.  1899. 

(Don.  de  S.  A.  S.  le  Prince  Albert  I."  de  Monaco. 
ToNi  (G.  B.  de). — Secondo  pugillo  di  tripolitane.  (Bolletino  del  R.  Inst.  Bot. 
deír  Universitá  Parmense).  Parma,  1893. 

—  Intorno  ad  una  Bacillariea  (Suriraya  helvética  Brun.)  confermatn  pro- 

pia della  florula  lacustre  alpina.  (ídem).  Parma,  1893. 

—  Intorno  alia  nota  di  D.  Levi-Morenos.  «Le  diverse  ipotesi  sul  fencmeno 

del  Mar  Sporco  nelV  Adriaticoi .  Venecia,  1893. 

—  In  morte  del  Prof.  Francesco  Saccardo.  Padova,  1896. 

—  Frammenti  vinciani.  II.  Una  frase  allusiva  a  Stefano  Ghisi.  Venecia, 

1897. 

—  Nota  ittiologica  risguardante  il  genere  Trygon  Adans.  Padova,.  1898. 

—  Degli  studi  intorno  agli  alimenti  dei  pesci.  Padova,  1898. 

—  Calvi    Ger alano.  II  manoscrito  H  di  Leonardo  da    Vinci,  il  ti  Fiare  di 

Virtui  e  r  (lAcervat  di  Ceceo  d''  Ascali.  Cantrihuto  ad  tino  studio  sui 
fonti  di  Leonardo  da  Vinci.  (Archivo  storico  lombardo).  Padova,  1899, 

—  I  recenti  studi  di  talassografia  Norvegese.  1899. 

—  Lampropedia  violácea  (Bréb)  nella  flora  Véneta.  (R.  Istitnto  Véneto  di 

Scienze,  Lettere  ed  Arti.  1899.) 

Toxi  (G.  B  de),  Bullo  (G.  S.)  t  Paoletti  (Gí.)—Alcnne  notizie  sul  lago 
D'  Arqua- Petrarca.  Venezia,  1892. 

ToNi  (G.  B.  de)  Y  David  Levi. —  Flora  Algologica  della  Venezia.  Parte 
prima.  Lefloride  Venezia,  1885.  Parte  segunda.  Le  Melanoficee.  1886. 
Parte  terza.  Le  Cloroficee.  1888.  Parte  cuarta.  Le  Mizoficee  ¡cianofi- 
cee).  1892.  Parte  quinta.  Le  BacWariee  (diatomce).  1898. 

ToNi  (G.  B.)  ED  FoRTí  (Achule). —  Contrihuto  alia  conoscenza  del  2>lancton 
del  lago  Vetter.  Venezia,  1900.  (Don.  del  Sr.  de  Toni.) 

Torremocha  Telí.ez  (D.  C.  Lorenzo). —  Termogenesis,  icrmolisis  y  termo- 
taxis.  Madrid,  1899.  (Don.  del  autor.) 

TuFTS.  coi,LE(JE  sTUDiES.— No  5  (March,  1898);  no  6  (February,  1900). 

Vera  y  Chilier  (Francisco  Asís  de). — Memoria  sobre  la  formación  de  las 
rocas  de  la  provincia  de  Cádiz.  (Soc.  esp.  de  Hist.  xat.  1900.) 

El   Biiliotecai-io, 

Rafael  Bla>;co  y  .íuste. 


boletín 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 


Sesión  del  9  de  Enero  de  1901. 

PRESIDENCIA   DE  D.  BLAS    LÁZARO    É   IBIZA. 

Leída  el  acta  de  la  sesión  anterior,  fué  aprobada. 

Asiste  el  Sr.  Barras,  de  Avila. 

— El  Sr.  Puig"  y  Larraz,  después  de  dar  g-racias  á  la  Socie- 
dad por  el  carg'o  con  que  le  había  honrado,  invitó  á  los  señores 
eleg'idos  en  la  sesión  anterior  para  formar  la  Junta  directiva 
del  corriente  año  y  tomar  posesión  de  sus  puestos. 

— El  Presidente,  Sr.  Lázaro  é  Ibiza,  hizo  uso  de  la  palabra 
para  manifestar  á  la  Sociedad  la  sincera  g-ratitud  que  la  debía 
por  haberle  desig'uado  para  un  puesto  que  habían  ocupado  an- 
tes de  él  personas  eminentes  en  las  ciencias  naturales.  Mani- 
festó que  la  Sociedad  continúa  sus  tradiciones  de  trabajo  sin 
interrupción,  tratando  de  ampliarlas  con  las  nuevas  reformas, 
que  no  cambian  en  esencia  el  plan  hasta  aquí  seg'uido,  sino 
que  constituyen  nuevos  intentos  para  dar  á  aquél  mayor  des- 
arrollo. Terminó  pidiendo  un  voto  de  g'racias  para  los  indivi' 
dúos  de  la  Junta  saliente,  que  fué  aprobado  por  unanimidad. 

— El  Vicepresidente,  Sr.  Oloriz,  también  expresó  su  g-ratitud 
por  el  nombramiento  con  que  la  Sociedad  le  había  honrado  y 
para  el  cual  no  se  creía  con  méritos  suficientes. 

— El  Sr.  Lázaro  dio  cuenta  á  continuación  del  fallecimiento 
del  Excmo.  Sr.  Marqués  de  la  Ribera,  consocio  nuestro  desde 
el  año  1872,  miembro  de  la  Sociedad  Geológica  Alemana  y  au- 
tor de  un  importante  Estudio  sobre  las  turmalinas  y  descripción 
de  sns principales  variedades,  con  cinco  láminas,  publicado  en  el 
tomo  III  de  nuestros  Anales,  y  otro  sobre  El  Eozoon  canadense, 
•aparecido  en  el  tomo  v  de  los  mismos.  Poseía  el  finado  una 


':o  boletín  de  la  sociedad  española 

espléndida  colección  de  minerales,  que,  como  los  demás  me- 
dios de  estudio  reunidos  en  sus  larg'os  viajes,  puso  siempre  á 
disposición  de  cuantas  personas  quisieron  utilizarlos.  Por  es- 
tos y  otros  muchos  méritos  personales,  era  el  Marqués  de  la 
Ribera  uno  de  los  hombres  de  ciencia  más  queridos  y  respeta- 
dos de  España,  y  cuya  muerte  verán  con  honda  pena  los  indi- 
viduos de  esta  Sociedad.  Se  acordó  constase  así  en  el  acta. 

También  participó  á  la  Sociedad  que  nuestro  consocio  señor 
Rodríguez  Mourelo  había  sido  nombrado  profesor  de  Química 
industrial  org-ánica  de  la  Escuela  Central  de  Artes  é  Industrias 
de  Madrid,  felicitándole  con  este  motivo  en  nombre  de  todos, 
por  lo  que  dio  las  g-racias  el  Sr.  Rodríg-uez  Mourelo. 

Correspondencia.  —  El  Secretario  leyó  una  comunicación  de 
nuestro  consocio  D.  Federico  Rubio  y  Galí,  dando  g-racias  por 
la  felicitación  que  le  dirig-ió  la  Sociedad  con  motivo  del  quin- 
quag'ésimo  aniversario  de  su  licenciatura  en  medicina. 

Otra  de  la  Sociedad  Entomológ-ica  de  Bélg-ica  participando  el 
fallecimiento  del  Barón  Edmundo  de  Sélys-Long'champs,  cuya 
lectura  fué  oída  con  sentimiento,  acordándose  hacerlo  así  pre- 
sente tanto  á  la  expresada  Sociedad  como  á  la  familia  del 
finado,  que  ha  tenido  también  la  atención  de  participarnos  tan 
triste  suceso. 

Con  este  motivo  manifestó  el  Sr.  Bolívar  que  aun  cuando 
sabía  que  otro  señor  Socio  se  proponía  leer  una  noticia  necro- 
lóg-ica  acerca  de  los  méritos  del  ilustre  sabio  cuya  pérdida 
todos  lamentamos,  se  creía  en  el  deber  de  decir  alg-unas  pala- 
bras en  elüg'io  del  finado,  ya  que  le  había  correspondido  la 
honra  de  presentarle  en  nuestra  Sociedad,  cuando  enterado 
apenas  de  su  constitución  quiso  asociarse  á  nuestras  tareas 
para  alentarnos  á  perseverar  en  nuestro  propósito.  Manifestó 
deber  al  Sr.  de  Sélys-Long-champs  g-randes  atenciones,  habién- 
dole encontrado  siempre  propicio  á  resolverle  cuantas  dudas 
se  le  ocurrieron  en  el  estudio  de  los  neurópteros,  debiéndole 
también  una  numerosa  colección  que  el  Sr.  Bolívar  reg-aló  más 
tarde  al  Museo  de  Madrid,  y  es  hoy  el  principal  núcleo  de  la 
colección  de  odonatos  de  este  establecimiento,  estando  etique- 
tadas todas  las  especies  de  mano  del  mismo  Sélys,  y  por  fin, 
fué  el  arbitro  en  la  controversia  suscitada  con  motivo  de  la 
determinación  de  la  lang-osta  que  forma  la  plag-a  en  Extrema- 


DE    HISTOHIA    NATURAL.  "Jl 

dura,  y  que  desde   entonces  se  atribuye  exclusivamente  al 
Stauronotus  maroccanvs  Thunb.  (1). 

Aprobación  de  cuentas. — El  Sr.  Rodrig-uez  Mourelo,  presidente 
de  la  Comisión  de  revisión  de  cuentas,  leyó  el  sig-uiente  dic- 
tamen: 

«Los  socios  que  suscriben,  desig-nados  en  la  sesión  de  5  de 
»Diciembre  de  1900  para  examinar  y  comprobar  las  cuentas  de 
»esta  Sociedad  que  con  referencia  al  mismo  año  presentó  en 
»dicha  sesión  el  Sr.  Tesorero,  D.  Igmacio  Bolívar,  tienen  el 
»g-usto  de  manifestar  que  las  han  encontrado  en  todo  confor- 
»mes  con  los  comprobantes,  resultando  que  existe  á  favor  de 
>da  Sociedad  un  saldo  de  215,02  pesetas,  y  créditos  de  2.033,12 
»pesetas. 

»E1  estado  económico  de  la  Sociedad  Española  de  Historia 
»Natural  es,  como  se  ve,  altamente  satisfactorio,  debiéndose 
Ȏsto,  muy  principalmente,  al  constante  celo  del  Sr.  Tesorero, 
»para  quien  la  Comisión  solicita  un  voto  de  gracias,  á  la  vez 
»que  propone  la  aprobación  de  las  cuentas  comprobadas. — Ma- 
»drid  10  de  Diciembre  de  1900.— José  Rodríguez  Mourelo. — 
»Aurelio  Vázquez  Fig-ueroa. — Ang-el  Cabrera  Latorre.» 

La  Sociedad  aprobó  el  dictamen  y  el  voto  de  gracias  solici- 
tado para  el  Tesorero,  haciéndolo  extensivo  á  los  Tesoreros  de 
las  Secciones  de  Sevilla  y  Zaragoza,  D.  Julio  del  Mazo  y  don 
Félix  Gila,  y  á  los  Sres.  D.  Emilio  Rivera  y  D.  José  Fuset,  que 
han  representado  á  la  Sociedad  en  Valencia  y  Barcelona  con 
gran  interés  y  asiduidad. 

Admisiones. — D.  Daniel  Gutiérrez  Martín,  residente  en  Ma- 
drid, calle  del  Marqués  de  Santana,  núm.  24,  presentado  por 
los  Sres.  Lázaro  é  Ibiza  y  Sanz  de  Diego. 

Presentaciones.— D.  César  Sobrado  Maestro,  Dr.  en  Farmacia, 
residente  en  Madrid,  calle  de  las  Minas,  núm.  13,  presentado 
por  el  Sr.  Lázaro  é  Ibiza. 

Comunicaciones  verbales. — El  Sr.  Martínez  Escalera  expuso  la 
conveniencia  de  que  nuestra  Sociedad  eleve  á  los  Poderes  pú- 
blicos una  Exposición  pidiendo  que  la  Historia  Natural  forme 


(1)    Rl  resultado  de  esta  controversia  puede  leerse  ea  el  Bulletiii  de  la  Sociéld  ento- 
mologique  de  Belgique^  t.  20,  x. 


•72  boletín    de   la.    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

parte  de  la  enseñanza  primaria  en  España.  Después  de  varias  ob- 
servaciones de  los  Sres.  Cáceres  Gómez,  Vázquez  Fig-ueroa, 
Bolívar  y  el  Presidente,  se  acordó  que  la  idea  apuntada  se  ma- 
dure más  despacio  y  se  discuta  en  otra  sesión  para  ver  el  modo 
de  realizarla. 

Nuestro  disting-uido  consocio  Sr.  Más  y  Guindal  comunicó  á 
la  Sociedad  varias  citas  de  plantas  por  él  observadas  y  recog-i- 
das  en  sus  expediciones  por  las  provincias  de  Santander,  Ma- 
drid (Majadahonda-Romanillos  y  Aranjuez  á  Ontíg-ola),  Bar- 
celona (Horta)  y  Toledo;  todas  ellas  de  interés  para  el  objeto 
que  se  propone  la  Sociedad  de  alleg-ar  datos  para  la  formación 
del  Catálog'O  de  las  producciones  naturales  de  la  Península, 
por  lo  que  se  acordó  pasaran  á  dicha  Comisión,  manifestando  al 
8r.  Más  el  aprecio  con  que  la  Sociedad  recibía  su  trabajo,  y  ro- 
g-arle,  igualmente  que  á  todos  los  socios  que  quieran  colaborar 
en  la  redacción  de  listas  de  especies,  que  las  extiendan  en  las 
papeletas  aprobadas  por  la  Sociedad,  las  cuales  les  serán  faci- 
litadas por  la  Comisión  del  Catálog-o,  que  á  la  vez  les  dará  las 
instrucciones  necesarias  para  la  conveniente  uniformidad  de 
este  trabajo. 

— El  Presidente  dio  cuenta  de  otras  notas  recibidas,  que 
son:  Al  gimas  formas  transitorias  de  las  especies  españoJas  del 
género  Drosera ,  por  el  Sr.  Rivas  Mateos ;  Noiiibres  regionales 
salmantinos  de  algunas  plantas  espontáneas,  por  el  Sr.  Fernán- 
dez de  Gata,  y  Algunas  especies  raras,  unieras  ó  criticas  de  la 
jlora  gallega,  por  el  R.  P.  B.  Merino,  acordándose  pasaran  á  la 
Comisión  de  publicación. 

Excursiones. —  Tratóse  á  continuación  de  las  que,  seg^ún  el 
nuevo  Reg'lamento,  debe  realizar  la  Sociedad,  y  el  Sr.  Bolívar 
indicó  el  proyecto  que  algunos  socios  alentaban  de  llevar  á 
■cabo  una  excursión  por  las  provincias  de  Almería  y  Granada 
durante  las  vacaciones  de  la  Semana  Santa;  y  no  habiendo  otro 
proyecto  presentado,  se  acordó  anunciar  en  las  cubiertas  del 
Boletín  los  datos  referentes  á  la  duración,  plan  y  presupuesto 
de  lo  iniciado  por  el  Sr.  Bolívar,  á  fin  de  que  llegue  á  cono- 
cimiento de  todos  los  socios,  para  que  puedan  tomar  parte  en 
«Ha  los  que  lo  desen. 

También  se  acordó  realizar  la  primera  excursión  mensual  el 
día  23  del  corriente;  se  dirigirá  á  Montarco,  estación  del  ferro- 


DE    HISTORIA    NATURAL.  73 

carril  de  Madrid  á  Arg-anda,  y  los  socios  que  deseen  concurrir 
se  enterarán  de  las  condiciones  en  el  local  de  la  Sociedad  unos 
días  antes. 

Conferencias. — Se  pasó  á  tratar  de  las  que  debe  dar  nuestra 
Sociedad  para  propag-ar  la  afición  y  los  conocimientos  de  las 
(•iencias  naturales,  en  cumplimiento  de  lo  prevenido  en  el 
nuevo  Reg-lamento,  y  el  Presidente  invitó  á  ios  socios  presen- 
tes, ofreciéndose  desde  lueg-o  varios  de  ellos  á  satisfacer  los 
deseos  del  Sr.  Lázaro,  conviniéndose  en  que  por  ahora  se  da- 
ría una  conferencia  mensual,  para  lo  que  el  Sr.  Rodríg-uez 
Mourelo  g-estionará  del  Ateneo  científico  y  literario  la  concesión 
del  local  necesario  al  efecto. 

Publicaciones. — El  Tesorero  manifestó  que  vencidas  las  di- 
ficultades que  habían  retrasado  la  publicación  de  los  cuader- 
nos de  las  Memorias,  se  habían  por  fin  publicado  los  cuader- 
nos 1."  y  2.°  del  tomo  xxix  bajo  una  misma  cubierta,  quedando 
en  prensa  el  3.°  y  que  entre  este  tomo  y  el  que  se  publicaría 
en  el  año  corriente,  que  sería  el  décimo  de  la  seg-unda  serie  y 
el  treinta  y  último  de  los  Anales,  se  podrán  dar  á  luz  todas  las 
Memorias  que  la  Sociedad  tenía  en  cartera,  de  conformidad 
con  lo  propuesto  por  la  Junta  directiva  anterior.  También  se 
ha  publicado  y  repartido  el  Acta  de  la  sesión  de  Diciembre, 
con  lo  que  queda  terminada  la  serie  de  las  Actas.  Manifestó, 
por  último,  que  esperaba  podría  repartirse  el  primer  cuaderno 
del  Boletín  en  lo  que  resta  de  mes,  á  pesar  de  que  en  él  ha- 
brían de  tener  cabida  la  lista  de  socios  y  la  relación  del  estado 
de  la  Sociedad  y  de  su  Biblioteca,  además  del  acta  de  la  sesión 
que  se  estaba  celebrando,  con  las  numerosas  comunicaciones 
de  que  se  iba  á  dar  cuenta. 

Secciones. — La  de  Sevilla  celebró  su  sesión  del  mes  de  Di- 
ciembre el  día  7  del  mismo,  bajo  la  presidencia  de  D.  Manuel 
Medina,  aprobando  el  proyecto  de  presupuesto  para  1901,  que 
es  el  sig'uiente : 

Mozo  para  repartir ¿50  ptas. 

Impresión  de  citaciones 5     — 

Total 35  ptas. 


74  BOLETÍN    DE    LA    SOCIEDAD  ESPAÑOLA 

También  quedó  aprobada  la  nueva  Junta  directiva  en  esta 
forma: 

Presidente,  D.  Fernando  Halcón,  marqués  de  San  Gil. 

Vicepresidente,  D.  José  María  Benjumea  y  Pareja. 

Tesorero,  D.  Julio  del  Mazo  y  Franza. 

Secretario,  D.  Federico  Chaves  y  Pérez  del  Pulg-ar. 

Vicesecretario,  D.  José  J.  Arráez  y  Carrias. 

Se  leyó  una  nota  del  Sr.  Hernández  Pacheco,  Datos  sobre  he 
flora  micológica  de  Jos  alrededores  de  Córdoba,  que  se  publicará 
en  el  acta. 

La  Sección  de  Zaragoza  celebró  sesión  el  día  26  de  Diciem- 
bre de  1900,  bajo  la  presidencia  de  D.  Patricio  Borobio,  y  se 
aprobó  la  consig-nación  de  30  pesetas  al  dependiente  para  re- 
partir las  citaciones  de  dicha  Sección. 

Se  nombró  la  sig-uiente  Junta  directiva: 

Presidente,  D.  Manuel  Díaz  de  Arcaya. 

Vicepresidente,  D.  Hilarión  Jimeno. 

Tesorero,  D.  Félix  Gila  y  Fidalg-o. 

Secretario,  D.  Pedro  Moyano. 

Vicesecretario,  D.  Juan  P.  Soler  y  Carceller. 

Se  presentó  una  nota  del  Rvdo.  P.  Navas  acerca  de  La  cueva 
de  Maderiiela,  que  se  publicará  en  el  acta. 


Notas  y  comumcaciones. 
El  Barón  Edmundo  de  Sélys-Longchamps 

(Noticia  necrológica) 

POK  EL 

R.    P.    LONGINOS   NAVAS. 

Pérdida  en  extremo  sensible  acaba  de  experimentar  nuestra 
Sociedad  con  la  muerte  del  Barón  Edmundo  de  Sélys-Long-- 
champs,  ocurrida  en  Lieja  (Bélgica),  el  día  11  del  pasado  Di- 
ciembre. Pocos  personajes  contará  nuestra  Sociedad  de  la  talla 
de  Sélys-Long-champs.  Desde  el  año  1874  pertenecía  á  ella  y  la 
ennoblecía  con  su  ilustre  nombre,  como  honraba  á  la  Sociedad 
Zoológica  de  Francia,  que  lo  contaba  entre  sus  miembros  hono- 


DE   HISTOHIA   NATUHAL.  75 

rarios,  y  á  la  Entomológ-ica  de  Bélg-ica,  de  que  fué  presidente. 
Además,  muchas  otras  Corporaciones  científicas  se  g-loriaban 
de  tener  al  ñnado  Barón  entre  sus  socios  de  número,  correspon- 
dientes ii  honorarios. 

Durante  más  de  medio  sig-lo  ha  ocupado  lug-ar  preferente  en 
el  mundo  sabio.  Ya  el  año  1836  dióse  á  conocer  por  su  Essai 
monograpJiique  sur  les  CampagnoJs  des  environs  de  Liége.  Poco 
después,  en  1840,  publicó  su  famosa  Monogra-pMe  des  Lihelhi- 
lidées- d' Euro]}e ,  obra  fundamental- para  todos  los  que  después 
han  querido  estudiar  esta  sección  de  los  Neurópteros  de  Euro- 
pa. Desde  entonces,  aunque  no  descuidó  el  cultivo  de  otros  ra- 
mos de  la  Historia  Natural,  especialmente  insectos  Lepidópte- 
ros y  Ortópteros,  dedicóse  por  completo  al  estudio  de  los  Odo- 
natos,  abarcando  en  su  investig-ación  á  los  de  todo  el  mundo. 
De  su  fecunda  pluma  brotaron  continuamente  sabias  mono- 
"•rafías  ó  enumeraciones  y  descripciones  aisladas,  que  serán 
siempre  consultadas  como  oráculos  por  los  que  á  semejantes 
estudios  se  dediquen.  A  él  en  g'ran  parte  se  debe  el  rápido  in- 
cremento que  tomó  el  estudio  de  los  Odonatos  en  diferentes 
naciones  durante  la  seg'unda  mitad  del  sig'lo  que  acaba  de  ter- 
minar. Su  labor  ha  sido  fructífera.  En  los  albores  de  su  carre- 
ra entomológ-ica,  en  1838,  se  conocían  apenas  159  especies  de 
Odonatos,  descritos  brevemente  por  Burmeister  en  su  Manual 
de  Entomolog-ía,  y  aquella  cifra  se  elevó  á  2. 000  en  1895,  cinco 
años  antes  de  su  muerte.  Su  colección  propia,  seg-uramente  la 
mejor  del  mundo,  no  contaba  menos  de  1.550  especies  en  1895, 
seg"iin  atestignia  él  mismo. 

A  las  eminentes  dotes  científicas  juntaba  aquellas  que  sue 
len  acompañar  á  los  g-randes  sabios:  laboriosidad  incansable 
y  benig-nidad  sin  límites  para  con  aquellos  que  á  él  acudían 
en  demanda  de  sus  luces. 

También  en  la  política  ocupó  los  más  altos  puestos,  forman- 
do parte  del  Senado  por  espacio  de  cuarenta  y  cinco  años  y 
siendo  varias  veces  su  presidente. 

Por  más  que  había  lleg-ado  á  la  avanzada  edad  de  87  años 
(nació  en  París  en  25  de  Mayo  de  1813),  su  robustez  hacía  pro- 
meternos todavía  se  alarg-ase  mucho  tiempo  su  preciosa  exis- 
tencia. Escribíame  en  Junio  de  1899:  «Le  temps  me  manque 
souvent  pour  satisfaire  á  mes  correspondants;  mais  g-ráce  á 
Dieu,  malgTé  mes  85  ans,  ma  santé  est  encoré  bonne,  et  je 


"6  boletín  de  la.  sociedad  española 

puis  me  livrer  á  la  Chasse  aux  Insectes  et  a  leur  étude,  lors- 
que  mes  occupations  parlementaires  et  celles  de  chef  de  famil- 
le  me  le  permettent.»  Tales  palabras  me  hacían  aug-iirar  lar 
gos  años  de  vida:  así  es  que  me  ha  sorprendido  la  noticia  do- 
lorosa  de  su  muerte.  Exting-uióse  apaciblemente  aquella  exis- 
tencia tan  laboriosa,  teniendo  el  consuelo  de  morir  en  brazos 
de  su  familia  y  confortado  con  todos  los  auxilios  de  la  Ig-lesia. 
Aunque  enumerar  todas  las  obras  del  Barón  de  Sélys-Long^- 
champs  es  para  mí  tarea  imposible  en  estos  momentos,  no 
quiero,  sin  embarg-o,  defraudar  á  nuestros  consocios  privándo- 
les de  la  lista  de  las  principales  publicaciones  de  que  teng-o 
noticia,  debidas  á  su  docta  pluma. 

Lista  de  las  principales  publicaciones  del  Barón  Edmundo 
de  Sélys-Lougchamps. 

«Essai  monog-raphique  sur  les  Campag-nols  des  environs  de 
Liég-e.»  1836. 

«Monog-raphie  des  Libellulidées  d'Europe.»  1840. 

'xRevue  des  Odonates  ou  Libellules  d'Europe.»  1850. 

«Monog-raphie  des  Caloptérygines.»  1854. 

«Synopsis  des  Caloptéryg-ines.»  1853-79. 

«Monog-raphie  des  Gomphines.»  1857. 

«Névroptéres  de  Tile  de  Cuba.»  (En  la  obra  de  D.  Ramón  de 
la  Sag-ra.)  1887. 

«Synopsis  des  Gomphines.»  1854-78. 

«Névroptéres  de  la  Corsé.»  1862. 

«Odonates  de  l'Alg-érie.»  1865-66. 

«Odonates  recueillis  á  Madag'ascar  et  Comore.»  1867. 

«Névroptéres  de  Ming-rélie.»  1868. 

«Odonates  des  íles  Seychelles.»  1868 

«Nouvelle  revisión  des  Odonates  de  TAlg^érie.»  1870. 

«Synopsis  des  Cordulines.»  1871. 

«Apercu  statistique  sur  les  Névroptéres  Odonates.»  1871. 

«Matériaux  pour  une  Faune  Névi^optérolog-ique  de  l'Asie  sep- 
tentrionale.»  1872. 

«Revisión  des  Psocides  décrites  par  Rambur,  suivie  de  la 
li.ste  des  espéces  observées  en  Belgique.»  1872. 

«Note  sur  plusieurs  Odonates  de  Madag'ascar  et  des  íles  Mas- 
careignes.»  1872. 

«Synopsis  des  Ag-ríonines.»  1860-1877. 


DE   HISTORIA    NATURAL.  77 

«Observation  sur  V Acridium  j)eregrimim.y>  1878. 

«Note  sur  deux  Libelluliues  du  <>-enre  Uí'othemis.y>  1878. 

«Odonates  de  la  Rég-ion  de  la  Nouvelle  Guiñee.»  1878. 

«Nouvelles  obsei'vations  sur  les  Odonates  de  la  Rég-ion  de 
la  Nouvelle  Guiñee.»  1879. 

«Revisión  des  Ophiogomphus,  etc.»  1879. 

«Note  sur  une  race  de  VAscaJapIíus  b<piicns  (la  var.  Cunii 
Sélys.)»  1880. 

«Distribution  des  Insectes  Odonates  en  Afrique.»  1881. 

«Odonates  des  Philippines.»  (Anales  de  la  Sociedad  espa- 
ñola DE  Historia  natural.)  1882-91. 

«Le  g-uépier  en  Belg'ique.»  1882. 

«Sur  la  reproduction  des  ang-uilles.»  1882. 

«Les  Odonates  du  Japón.»  1883'. 

«Revisión  des  Diplax  paléarctiques.»  1884. 

«Rectification  concernant  V Onycliogomphus  Genei.y>  1885. 

«Odonates  nouveaux  dePékin.»  1887. 

«Odonates  de  l'Asie  mineure  et  Revisión  de  ceux  de  la  fau- 
ne  paléarctique.»  1887. 

«Névroptéres  recueillis  dans  l'Asie  céntrale.»  1887. 

«Catalog-ue  raisonné  des  Orthoptéres  et  des  Névroptéres  de 
laBelg-ique.»  1888. 

«Odonates  recueillis  aux  lies  Loo-choo.»  1888. 

iiPalceophJeMa,  etc.»  1889. 

«Odonates  de  Sumatra.»  1891. 

«Odonates  du  voyage  de  M.  Leonardo  Fea  en  Birraanie  »  1891. 

«Le  prog'rés  dans  la  connaissance  des  Odonates.»  1896. 

«Causeries  odonatolog-iques  »  (Núms.  1-9.)  1890-97. 

Además  numerosos  artículos  ó  notas  en  diversas  Revistas 
científicas. 

Especies  españolas  del  génsro  Dorcadion  Dalm. 

POR 

D.    MANUEL    MARTÍNEZ    DE    LA    ESCALERA. 

Cuerpo  oblongo,  más  ó  menos  alargado  y  pubescente,  ador- 
nado por  lo  común  de  fajas  loi:g'itudinales  vellosas  de  dis- 
tinto color  que  el  fondo;  patas  cortas  y  robustas;  antenas  más 
cortas  que  el  cuerpo,  robustas  y  finamente  pubescentes;  man- 
díbulas fuertes,  poco  arqueadas;  protórax  convexo  provisto  de 


■78  boletín    de    la  SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

tubérculos  laterales  salientes  más  ó  menos  pronunciados;  éli- 
tros soldados. 

Insectos  propios  de  las  estepas  y  terrenos  ásperos;  marcha- 
do res. 

Es  g-énero  muy  homog-éneo  en  el  que  pueden,  sin  embar- 
§•0,  hacerse  g-rupos  muy  naturales;  la  gran  mayoría  de  las 
especies  españolas  están  caracterizadas  por  una  costilla  long"i- 
tudinal,  lisa,  saliente  y  desprovista  de  pubescencia,  más  pro- 
nunciada en  las  que  ocupan  la  reg-ión  central  (sierras  de  Gua- 
darrama, Cuenca  y  Teruel),  cuya  costilla  va  perdiendo  en  in- 
tensidad á  medida  que  las  especies  avanzan  hacia  el  S. ,  te- 
niendo las  andaluzas  el  protórax  simplemente  punteado,  como 
en  minulicorne,  mucidum,  mus,  Amori,  etc.,  mientras  que  las 
del  NO.  de  la  Península  tienen  el  protórax  muy  rug-oso  y  aun 
escabroso  en  cas/ilianmn,  3ínlsan¿í,  Seoanei,  etc.       '' 

Todas  ellas  suelen  estar  bastante  localizadas,  siendo  extra- 
ordinariamente variables  en  su  coloración  y  dibujo,  con  infi- 
nidad de  anomalías  individuales  que  hacen  difícil  su  deter- 
minación específica,  lo  cual  ha  dado  lug-ar  á  una  sinonimia 
bastante  confusa,  puesto  que  las  descripciones,  sin  tener  á  la 
vista  los  tipos,  son  insuficientes  cuando  por  todo  carácter  se 
da  la  coloración  y  disposición  de  las  fajas  vellosas,  3^  éstas, 
como  dig'o  antes,  son  muy  variables  dentro  de  la  especie  y  se 
repiten  en  otras  distintas;  si  á  ello  se  añade  que  los  caracteres 
que  pudieran  llamarse  org-ánicos  son  asimismo  variables  en  hi 
especie,  por  ejemplo,  la  costilla  frontal  y  la  media  protorácica, 
las  callosidades  y  tubérculos  laterales,  costillas  de  los  éli- 
tros, etc.,  se  comprenderá  la  dificultad  de  determinar  alg-unas 
especies  muy  afines. 

Así  es  que  he  adoptado  en  los  cuadros  el  empleo  simultá- 
neo de  estos  caracteres  org-ánicos  y  de  los  que  se  sacan  de  la 
l^ubescencia  del  protórax,  que  es  más  constante  que  la  de  las 
fajas  elitrales,  pudiendo  afirmarse  que,  en  alg-una  especie, 
ejemplares  que  no  estén  bien  frescos  con  la  pubescencia  ínte- 
g-ra  son  indeterminables,  no  para  un  ojo  experimentado,  sino 
para  el  que  sin  materiales  de  comparación  pretenda  hacerlo. 

He  procurado  en  la  determinación  de  las  especies  indicar 
su  variabilidad  en  los  términos  de  las  descripciones  que  re- 
sultan quizás  alg'o  vag'as,  dando  al  fin  de  ellas  las  afinidades 
de  cada  una  con  las  más  próximas;  asimismo  he  procurado 


DE    HISTORIA    NATURAL.  '.9 

también  emplear  casi  las  mismas  palabras  en  todas  ellas,  aún 
á  riesgo  de  monotonía  y  quizás  con  excesiva  minuciosidad: 
¡están  tan  lejos  los  tiempos  de  Linneo  y  de  las  frases  cortas 
para  caracterizar  las  especies  de  coleópteros! 

Pudiera  creerse  al  ver  aparecer  en  el  presente  trabajo  una 
quincena  de  especies  nuevas  entre  cuarenta  españolas,  que 
el  amor  desmesurado  del  mi/il  me  había  impulsado  á  hacer 
«•rupos  arbitrarios  prodig-ando  su  número;  mas,  considerando, 
de  una  parte,  que  las  especies  existen  sin  que  el  naturalista 
pueda  hacer  rectamente  más  que  aplicarlas  un  criterio  más  ó 
menos  amplio;  de  otra,  que  el  g-énero  Dorcadioíi  está  profusa- 
mente representado  en  España,  donde  cada  sierra  ó  estepa  po- 
see especies  típicas,  y  por  fin,  que  me  ha  cabido  ea  suerte 
explorar,  con  algún  detenimiento,  nuestro  suelo,  siquiera  sea 
en  zonas  reducidas;  la  objeción  del  número  excesivo  de  nove- 
dades, perderá  alg-una  fuerza,  máxime  si  cuando  con  mi  crite- 
rio he  ag-rupado  buen  g'olpe  de  las  especies  de  Chevrolat,  en  lo 
que  he  creído  fueran  formas  permanentes,  bien  limitadas;  con 
el  mismo  habré  debido  considerar  lo  que  estimo  especies  nue- 
vas, sin  que  este  último  arg-umento  pretenda  llevar  al  ánimo 
de  nadie  la  convicción  de  que  lo  hecho  por  mí  es  bueno,  ni  eri- 
girme en  autoridad  de  especialista,  antes  al  contrario,  confe- 
sión de  ñaquezay  deseo  de  que  otros  más  competentes  ilustren 
la  cuestión. 

Cúmpleme  ahora  dar  las  g-racias  por  sus  comunicaciones  á 
los  naturalistas  nacionales  y  extranjeros  que  me  han  prestado 
ayuda,  á  los  Sres.  Uhag-ón,  Martínez  y  Sáez,  Bolívar,  Lafuente. 
Navas,  etc.,  entre  los  primeros,  y  Y.  He^^den,  Pie,  y  Oberthür. 
entre  los  seg"undos,  haciendo  muy  especial  mención  de  este 
último,  de  cuya  incomparable  colección  dispong-o  como  de  cosa 
propia,  merced  á  su  amor  por  la  Entomología,  y  á  cuya  colec- 
ción pertenecen  casi  todos  los  tipos  que  sirven  de  base  á  este 
trabajo,  y  asimismo  atestiguo  mi  gratitud  públicamente  á  mi 
amigo  el  Sr.  LaufFer,  quien  teniendo  reunidos  grandes  mate- 
riales para  hacer  una  Revisión ,  generosamente  los  ha  some- 
tido ámi  examen,  pudiendo  él,  con  mayores  luces,  realizar  este 
mismo  trabajo  que  yo  intento;  ejemplo  raro  de  desprendi- 
miento que  quizás  sea  en  daño  de  la  Ciencia. 


80  BOLETÍN    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 


CUADRO    DE    LOS    GRUPOS. 

1  (6)    Especies  de  costilla  media  protorácica,  más  ó  menos 

indicada. 

2  (5)     Costilla  media  protorácica  saliente,  entera  desde  la  base 

al  borde  anterior ,  lisa  y  brillante  y  fuertemente  pro- 
nunciada, más  ó  menos  surcada  en  el  centro;  flan- 
queada de  bandas  pubescentes  unicolores  ó  bicolores 
bien  limitadas. 

3  (4)     Protórax  con  dos  fajas  long'itudinales  peladas  desde  la 

base  al  borde  anterior  á  más  de  la  costilla  media. 

Sección  A,  tipo  BD.  Graellsi,  Ghilianii. 

4  (3)     Protórax  totalmente  pubescente,  sin  fajas  peladas  longi- 

tudinales ni  más  espacios  lisos  que  la  costilla  media 
y  unas  pequeñas  callosidades  redondeadas  cuando 
existen,  circundadas  por  la  pubescencia. 

Sección  B,  tipo  DD.  Uhagoni,  Heydeni. 

5  (2)     Costilla  media  protorácica,  poco  ó  nada  saliente  sin  lle- 

g'ar  á  la  base  ni  al  borde  anterior  y  flanqueada  de  una 
pubescencia  más  ó  menos  densa,  sin  constituir  fajas 
ó  bandas  long"itudinales  distintas. 

Sección  C,  tipo  DD.  Lesnei,  Bouviefi, 
f)  (1)     Sin  costilla  media  protorácica. 

7  (8)    Protórax  punteado.  Sección  D,  tipo  D.  Amori,  steparium. 

8  (7)    Protórax  rug"oso.  Sección  E,  tipo  DD.  Mulsmiii,  Seoanei. 

Sección  A. 

Especies  con  la  costilla  media  protorácica  saliente,  entera 
desde  la  base  al  borde  anterior  y  más  ó  menos  surcada  eh  el 
centro,  "flanqueada  de  bandas  pubescentes  unicolores  ó  bico- 
lores bien  limitadas. 

Protórax  con  dos  fajas  longitudinales  desprovistas  de  pubes- 
cencia de.sde  la  base  al  borde  anterior  á  más  de  la  costilla  media. 
1  (4)  Bandas  pubescentes  protorácicas  unicolores,  blancas, 
ocupando  dos  estrechos  surcos  formados  por  la  costi- 
lla y  las  callosidades  lisas,  salientes  y  oblongas  que 
ocupan  g-eneralmente  todo  el  espacio  de  las  fajas  des- 
provistas de  pubescencia,  resultando  el  protórax  con 
tres  costillas  lona-itudinales. 


DE   HISTORIA  NATURAL.  «1 

2  (3)  Élitros  totalmente  pubescentes,  sin  costillas  ni  espacios 
lisos  pelados,  faja  sutural  pubescente  blanca  y  es- 
trecha. 

Patas  y  antenas  negras,  pasando  al  color  castaño  y  al  rojo; 
cabeza  con  una  costilla  longitudinal  lisa,  más  estrecha  en  la 
región  frontal  y  surcada  en  toda  su  extensión  desde  el  vértice 
al  labro;  élitros  totalmente  pubescentes,  bicolores  ó  tricolores, 
con  el  fondo  de  pubescencia  pardo  obscura  aterciopelada,  va- 
riando al  rojizo  dorado  y  al  blanco,  según  predominan  las  ban- 
das coloreadas  sustituyendo  al  fondo. 

En  la  forma  típica  además  de  las  fajas  blancas  estrechas 
marginal  y  sutural,  con  una  faja  humeral  blanca  generalmen- 
te más  ancha  hacia  el  final  que  en  su  nacimiento,  otra  supra 
humeral  de  tono  rojizo  dorado  ó  gris  sucio  que  nace  cerca  del 
húmero  y  se  prolong-a  hasta  cerca  del  final  del  élitro  paralela- 
mente á  la  faja  humeral,  y  otra  linear  blanca,  comunmente 
sólo  indicada  en  su  nacimiento,  equidistante  de  la  sutural  y 
humeral  y  que  se  prolonga  á  veces  entera  ó  interrumpida 
flanqueando  á  la  supra-humeral.   D.  Graelisi  Grlls.  nec  Chevr. 

Sin.  D.  aUernaium  Chevr.  =Z>.  Segomaiiimi  Cliew.^ cosíicol/e 
Chevr. 

Loe.  Navacerrada,  Peñalara,  Reventón;  altitud  2.000  m. 

Antenas  y  patas  rojas,  fondo  de  los  élitros  del  color  rojizo  do- 
rado de  la  faja  supra-humeral  del  tipo,  cuya  faja  no  es  visible 
aquí,  siendo  los  élitros,  por  tanto,  bicolores  y  con  las  otras 
fajas  blancas ,  como  en  él. 

Sub-especie  longipenne  Chex i\  =  Gh^aellsi  Chevr.  =  v.  Ohr- 
thuri  Gangl.;  loe.  Escorial;  altitud  1.500  m. 

Antenas  y  patas  rojas,  fondo  de  los  élitros  blanco,  siendo 
apenas  distintas  las  fajas  de  dicho  fondo  y  desprovisto  de  la 
supra-humeral,  resultando  los  élitros,  por  tanto,  unicolores. 

Sub-especie  cinereum  Lauff.,  v.  nova;  loe.  Robregordo;  alti- 
tud 1.500  m. 

Por  lo  demás,  hay  toda  suerte  de  combinaciones  en  la  coloración  de  las 
fajas,  anchura  ó  adelgazamiento  y  desaparición  de  la  supra-humeral  y 
mayor  ó  menor  longitud  de  la  dorsal;  doy  á  continuación  el  resultado  del 
examen  de  los  tipos  de  Ciievrolat,  existentes  en  el  Museo  Británico. 

D.  alternaUím  Chevr.  no  es  válido:  son  un  q^  y  una  Q  en  los  que  la 

costilla  protorácica  es  poco  saliente  y  las  callosidale?   pof;o   marcadas; 

fajas  como  en  la  forma  típica  del  D.  Graelisi  Glls. 

N.»  1.— Enero,  1901.  6 

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í  ■ 


m  boletín  de  la  sociedad  española 

D.  Segovianum  Chevr.  no  es  válido:  es  un  cT  con  la  faja  supra  humeral 
de  los  élitros  nula  y  con  la  costilla  protorácica  más  fuertemente  surcada 
que  de  ordinario. 

D.  Graellsi  Chevr.  es  igual  á  v.  Obertlmri  Gangl.,  y  son  tres  ejemplares 
de  la  sub-especie  longipanne  del  cuadro. 

D.  Inv gipenne  Chevr.  es  exactamente  un  Graellsi  Chevr.,  en  el  que  la 
f}ij:i  dorsal  sólo  está  indicada  en  la  base,  así  en  la  forma  típica  como  en  la 
Bub-espicie  lovgipenne  del  cuadro;  en  el  ejemplar  típico  of  de  Chevrolat, 
dicha  línea  se  prolonga  hasta  cerca  del  final  del  élitro,  modificación  pura- 
mente individual,  que  se  repite  en  casi  todas  las  especies  de  Dorcadion. 

Chevrolat  describió  sus  Graellsi  y  longípenne  sobre  ejemplares  de  patas 
rojas  de  D.  Graellsi  Glls.  pin  faja  supra  humeral,  y  creó  su  alternntum  so- 
bre ejemplares  típicos  de  la  misma,  todos  ellos  recibidos  de  Graells,  á  los 
que  hay  que  considerar  como  tipos:  conservo  por  ello  el  nombre  de  Graellsi 
psara  la  especie  y  me  limito  á  admitir  el  áQlongipenneChQvr.  parala  sub- 
especie  ó  raza  ya  citada  para  la  cual  Ganglbauer  impuso  el  de  v.  Obertiiuri. 

Y  no  me  es  posible  conservar  los  otros  á  título  de  variedades  en  espe- 
cie cuyos  individuos  toman  caracteres  de  coloración  indistintamente  de 
las  que  pudieran  considerarse  como  tales;  así  he  visto  Graellsi  de  patas 
negras  en  que  la  faja  supra-humeral  es  agrisada  y  tan  ancha  que  se  une  á 
las  humeral  y  dorsal,  Graellsi  de  patas  negras  sin  faja  supra  humeral, 
como  Segovianum  Chevr.,  pero  con  toda  suerte  de  pasos  de  unión  de  unas 
á  otras  sin  ningún  carácter  orgánico  que  acompañe  á  estas  modificaciones 
en  la  coloración:  la  var.  ovale  está  constituida  por  las  99  desprovistas  de 
pubescencia,  y  no  he  podido  ver  (^'q;'  de  ella. 

Establezco  las  dos  sub-especies  para  marcar  los  límites  dentro  de  los 
que  varía  la  especie,  la  mayor  ó  menor  extensión  de  los  tubérculos,  la  es- 
tría de  la  costilla  protorácica,  generalmente  nula,  aparte  de  que  la  fuerte 
impresión  de  la  base  y  la  costilla  frontal  son  tan  sujetas  á  modificaciones 
individuales  que  sobre  ellas,  en  el  D.  Graellsi,  no  es  posible  establecer 
caracteres;  yo  expresaría  la  idea  de  que  en  su  evolución  el  D  Graellsi  no 
había  encontrado  los  caracteres  definitivos,  que  fluctúa  entre  varios  y  que 
la  exagerí^ción  de  las  callosidades  protorácicas  que  le  distinguen  de  todas 
las  españolas  parece  ser  la  predominante  con  los  casos  de  regresión  indi- 
viduales de  callosidades  más  moderadas  que  tienden  al  tipo  corriente  de 
los  afines  hispanicum,  Dejeani,  Ghiliani,  etc. 

3  (2)     Élitrcs  con  algunos  espacios  lisos  costiformes  long-itu- 
dinales.  D.  hispanicum  Muís. 

(Aberraciones  con  callosidades  protorácicas  exageradas,  parecen  á  pri- 
mera vista  D.  Graellsi  sub-especie  cinereum,  pero  distintas  de  él  por  tener 
aún  en  algún  ejemplar  de  costillas  apenas  pronunciadas  y  pubescencia 
blanca  casi  completa,  las  corditas  negras  erizadas  en  los  húmeros  y  parte 


DE  HISTORIA   NATURAL.  83 

anterior  de  los  élitros  que  faltan  en  (?raeZ/si  cuya  pubescencia  es  más  corta 
y  sentada,  además  de  los  costados  desprovistos  de  pubescencia,  cosa  que 
no  ocurre  en  éste.) 

4  (1)      Bandas  pubescentes  protorácicas  unicolores  ó  bicolo- 

res, sin  callosidades,  ó  cuando  éstas  existen,  peque- 
ñas, poco  pronunciadas,  sin  cubrir  todo  el  espacio 
desnudo  de  pubescencia. 

5  (16)    Élitros  con  espacios  lisos  long-itudinales,  más  ó  menos 

costiformes,  desprovistos  de  pubescencia. 

6  (11)     Protórax  con  bandas  pubescentes  unicolores,  blancas, 

á  ambos  lados  de  la  costilla. 

7  (10)     Sutura  de  los  élitros  pubescente,  de  color  blanco. 

8  (9)       Cabeza  provista  de  una  costilla  lisa,  más  ó  menos  ele- 

vada, visible  en  toda  su  extensión  desde  el  vértice  al 
epístoma,  y  fuertemente  surcada. 

Patas  y  antenas  neg-ras,  pasando  al  tono  rojizo;  élitros  más 
ó  menos  pubescentes,  con  espacios  lisos  pelados  más  ó  menos 
costiformes  y  en  número  variable,  afternando  estas  costillas 
con  las  fajas  pubescentes  blancas  ó  bicolores  (blancas  y  pardo 
rojizas);  en  las  partes  desprovistas  de  pubescencia,  sentada, 
blanca,  que  parecen  desnudas  por  verse  los  teg-umentos  ne- 
gros, existen  unas  cerditas  rígidas,  erizadas,  neg-ras  ó  rojizo 
obscuras,  difícilmente  perceptibles,  y  algo  más  densas  en  la 
reg-ión  humeral  y  tercio  anterior  de  los  élitros. 

En  la  forma  típica  hay  una  costilla  lisa,  paralela  á  la  sutura 
blanca,  otra  costilla  supra  humeral  que,  naciendo  cerca  del 
húmero,  viene  á  unirse  á  la  primera  en  elcuarto  posterior  del 
élitro,  siendo  paralela  á  la  tercera  ó  humeral ,  de  suerte  que 
resulta  el  élitro,  además  de  las  fajas  pubescentes  blancas,  su- 
tural y  marg"inal  con  otras  dos  pubescentes,  blancas  también, 
de  las  cuales  una  naciendo  en  la  base  concluye  en  la  unión  de 
la  primera  costilla  con  la  supra-humeral  y  la  otra  es  sólo  visi- 
ble en  el  tercio  posterior  del  élitro  por  fundirse  cerca  de  los 
húmeros  las  costillas  supra-humeral  y  humeral  y  ocupar  la 
pubescencia  sólo  el  fondo  de  los  surcos.  D.  hispanicum  Mis. 
•  Sin.  B.  nigroUneatum  Chevr. 

Loe.  Navacerrada,  Peñalara,  Reventón,  Robreg-ordo;  altitud 
2.000  á  1.500  m. 

Ocurre  muy  frecuentemente  que  las  costillas  se  obliteran  por  ser  anchas 
y  poco  salientes  ó  se  adelgazan  hasta  formar  verdaderas  aristas,  y  ello 


84  boletín    de    la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

trae  modificaciones  en  la  pubescencia  que  ocupa  menos  ó  más  espacio 
hasta  invadir  toda  la  parte  visible  del  élitro  (pues  en  los  costados  los  te- 
gumentos son  desnudos) ;  y  ocurre  también  que  la  pubescencia  blanca  se 
transforma  en  gris  ó  pardo  rojiza,  comenzando  por  la  segunda  faja  en  el 
centro  del  élitro,  extendiéndose  esta  coloración  á  la  tercera  y  conservando 
el  color  blanco  en  la  sutura  y  margen ,  con  lo  que  resultan  los  élitros  tri- 
colores. 

No  admito  variedades  por  no  tener  éstas  límites  fijos,  aunque  la  especie 
sea  en  extremo  variable  y  toque  en  algunos  casos  en  la  sub-especie  cine- 
reum  del  D.  Graellsi  cuando  se  presentan  en  algunos  individuos  callosida- 
des protorácicas  exageradas  conjuntamente  con  una  gran  invasión  de  la 
pubescencia  blanca;  mas,  en  este  caso,  las  patas  negras  y  las  cerditas  de 
la  base  de  los  élitros  la  distinguen. 

La  var.  encaustum  está  formada  sobre  ejemplares  QQ  en  que  falta  la 
pubescencia  blanca  sin  conservar  más  que  las  cerditas  rígidas  erizadas 
negras. 

9  (8)     Cabeza  simplemente  estriada  en  el  lug-ar  de  la  costilla 

long-itudinal. 

Especie  muy  afine  á  la  anterior  de  la  que  se  disting'ue  ade- 
más por  la  falta  de  cerditas  ríg-idas  en  el  tercio  anterior  de  los 
élitros,  por  su  tamaño  g-eneralmente  menor  y  por  la  pubescen- 
cia menos  densa.  Sufre  las  mismas  modificaciones  en  cuanto  á 
la  disposición  y  número  de  costillas  y  fajas  vellosas,  asimismo 
blancas  y  más  ó  menos  anastomosadas;  no  he  visto  ejemplares 
de  patas  rojas,  pero  no  creo  difícil  existan  por  ser  caso  muy 
frecuente  en  las  especies  españolas.  D.  albicans  Chevr. 

Sin.  ReinosíB  Bris. 

Loe.  Reinosa. 

10  (7)  Sutura  de  los  élitros  lisa,  desprovista  de  pubescencia. 
Patas  y  antenas  neg'ras.  Élitros  sin  costillas  ni  más  eleva- 
ciones que  la  sutura  lisa  y  desprovista  de  pubescencia  y  el 
reborde  marg-inal  que  la  tiene  blanca,  muy  raras  veces  con  el 
comienzo  vag-amente  indicado  de  una  costilla  supra-humeral 
como  en  Perezi;  con  una  corta  y  clara  pubescencia  negra  ú 
obscuro  rojiza  muy  fina  y  erizada  y  con  dos  manchas  blancas 
que,  sin  lleg-ar  á  la  base,  se  corren  á  lo  larg-o  de  la  elevación 
sutural  hasta  el  fin  de  los  élitros,  donde  se  unen  con  el  mar- 
g-en  y  que  recuerdan  á  la  del  Perezi  y  con  la  terminación  en 
el  cuarto  posterior  de  aquéllos  de  una  faja  humeral  blanca 
borrada  en  su  parte  anterior.  D.  Laufferi  Esc. 

Loe.  Cercedilla, 


DE    HISTORIA   NATURAL.  85 

Especie  que  sirve  de  transición  entre  D.  Mspanicum  y  D.  GM- 
liani,  como  ocurre  por  su  distribución  g-eog-ráfica  (el  Mspanicíim 
no  baja  de  Navacerrada  y  el  GJiüiani  está  en  El  Escorial,  ocu- 
pando la  presente  la  región  intermedia). 

Distinto  de  hispanicum  por  la  falta  de  costilla  entera  en  la 
cabeza  y  de  callosidades  protorácicas,  así  como  por  la  pubes- 
cencia de  las  fajas  protorácicas,  menos  densa,  además  de  la 
sutura  ancha  y  desnuda;  distinto  del  Ghiliani  por  no  tener  la 
pubescencia  de  las  fajas  protorácicas  bicolor  y  por  la  falta  de 
la  costilla  supra  humeral  que  delimita  en  Ghiliani  dos  zonas 
en  la  pubescencia,  blanca  la  interna  y  pardo  rojiza  ó  g-ris 
sucio  la  externa. 

11  (6)     Protórax  con  bandas  pubescentes  bicolores,  línea  fina 

blanca  flanqueando  á  la  costilla  media  y  ancha  banda 
adyacente  color  g-ris  sucio  ó  pardo  rojizo. 

12  (15)  Protórax  sin  callosidades  lisas, 

13(14)  Sutura  de  los  élitros  lisa,  ancha,  desprovista  de  pu- 
bescencia y  con  una  costilla  supra  humeral  lisa  des- 
nuda á  más  del  espacio  infra  humeral  pelado. 
Patas  y  antenas  negras  pasando  al  tono  rojizo;  élitros  trico- 
lores con  la  sutura  lisa  pelada  y  brillante  como  la  costilla 
supra  humeral  que,  naciendo  cerca  del  húmero,  corre  acer- 
cándose á  la  sutura  sin  unirse  á  ella,  con  una  faja  pubescente 
blanca  además  de  la  marg'inal,  flanqueando  á  la  sutura  lisa  y 
ocupando  el   espacio   comprendido  entre  éstas  y  la  costilla 
supra  humeral,  y  con  otra  faja  de  color  g-ris  sucio  ó  pardo 
rojizo  desde  dicha  costilla  hasta  la  parte  redoblada  del  élitro 
(espacio  infra  humeral),  que  está  pelado  en  dicha  zona,  como 
ocurre  en  his'panicum,  albicans,  Laiiferi,:y  alg-o  menos  en  iTisi- 
diosmny  Pere2i\  la  costilla  supra  humeral  puede  ser  más  ó  me- 
nos larg-a  y  pronunciada.  D.  Ghiliani  Chevr. 
Sin.  Reichei  Chevr. 
Loe.  El  Escorial. 
14  (13)     Sutura  de   los  élitros  pubescente  y  sin  costillas  ni 
más  espacios  lisos  que  el  infra  humeral,  pues  los  in- 
dicios de  la  costilla  supra  humeral  están  cubiertos 
por  la  pubescencia. 
Patas  y  antenas  neg-ras  pasando  al  tono  rojizo,  cabeza  con 
costilla  sólo  indicada  en  el  occipucio  y  finamente  surcada 
hasta  el  epístoma. 


m  boletín  de  la  sociedad  española 

Élitros  además  de  las  fajas  pubescentes  blancas  sutural  y 
marg-inal,  con  una  mancha  irreg-ular  frecuentemente  fundida 
con  la  sutural  y  ocupando  el  medio  del  élitro  sin  lleg-ar  á  la 
base  ni  al  fin  de  él,  y  con  otra  pequeña  lineal  en  la  conclu- 
sión del  mismo  que  se  acentúa  á  veces  prolong-ándose  hacia 
el  húmero  sin  lleg-ar  á  él,  es  decir,  con  faja  humeral  borrada 
en  su  nacimiento;  con  el  fondo  del  élitro  totalmente  pubes- 
cente, de  color  pardo  obscuro  ó  pardo  rojizo  aterciopelado, 
menos  en  la  reg-ión  infra-humeral  que  está  desnuda. 

Frecuentemente  la  mancha  del  medio  del  élitro  y  la  parte 
que  subsiste  de  la  humeral,  pasan  del  color  blanco  al  g-ris 
rojizo,  ya  en  parte  ya  en  su  totalidad,  en  ejemplares  mal  con- 
servados. D.  Perezi  Glls. 

Loe.  El  Escorial. 

La  var.  anthracinum  Chevr.,  está  constituida  por  ejemplares  Q  Q  con 
los  tegumentos  negros  al  descubierto,  desprovistos  de  pubescencia  ó  á  lo 
sumo  con  las  cerditas  negras  erizadas  del  fondo;  no  conozco  ^f  of. 

15  (12)     Protórax  con  dos  callosidades  pequeñas  oblong-as  y 
lisas  y  sutura  de  los  élitros  estrecha,  pubescente, 
blanca;  con  un  espacio  infra-humeral  liso  despro- 
visto de  pubescencia. 
Patas  y  antenas  rojizas  con  pubescencia  caediza  g-ris.  Ca- 
beza provista  de  una  costilla  lisa  visible  en  toda  su  long-itud 
desde  el  vértice  al  epístoma  (aunque  más  ancha  en  la  reg-ión 
occipital),  finamente  surcada  y  ñanqueada  por  una  ancha  faja 
pubescente  pardo  rojiza  y  otra  adyacente  externa  de  color 
g-ris,  habiendo  además  y  en  la  reg-ión  frontal  solamente,  una 
pequeña  lista  blanca  interpolada  entre  la  costilla  lisa  y  la  faja 
ancha  pardo  rojiza. 

Protór^x  lig-eramente  más  ancho  que  larg-o  en  el  cf  y  nota- 
blemente más  en  la  Q,  con  una  costilla  lisa  long-itudinal  en- 
tera y  saliente  finamente  surcada  y  ñanqueada  de  dos  fajas 
pubescentes  bicolores  (blanca  la  interna,  que  es  lineal,  y  pardo 
ó  pardo  rojiza  la  externa,  que  es  ancha),  con  dos  espacios  ad- 
yacentes desprovistos  de  pubescencia  desde  la  base  al  borde 
anterior  del  órg-ano,  que  en  dicha  zona  aparece  fuertemente 
reticulado,  menos  en  dos  callosidades  lisas,  brillantes  y  oblon- 
g-as, poco  elevadas,  que  no  pasan  del  medio  de  la  banda  des- 
nuda; y  con  otras  dos  fajas  pubescentes  grises  menos  densas 


DE    HISTORIA   NATURAL.  8T 

-cubriendo  los  tubérculos  laterales  que  son  poco  pronun- 
ciados. 

Élitros  alg-o  más  de  dos  veces  más  largos  que  anchos,  cubier- 
tos de  una  pubescencia  pardo  obscura  aterciopelada,  excepto 
en  dos  estrechas  fajas  laterales  infra-liumerales  desnudas  como 
en  D.  Perezi:  con  la  faja  sutural  pubescente  blanca  así  como 
la  marg-inal  entera;  con  una  faja  humeral  blanca  descom- 
puesta en  lúnulas  en  el  ^f  y  entera  en  la  Q,  visible  desde  el 
húmero  hasta  el  final  del  élitro;  y  con  otra  faja  dorsal  asimismo 
blanca,  estrecha,  lineal,  equidistante  de  la  sutural  y  humeral 
y  que  indicada  sólo  en  su  nacimiento  en  el  c/,  se  prolong-a  en 
la  Q  hasta  el  tercio  posterior  del  élitro,  existiendo  además  en 
la  9  un  espacio  muy  estrecho  liso  costiforme  supra-humeral  y 
que  más  indica  una  aberración  individual. 

Ofrece  el  aspecto  de  D.  Martinedv.  PaiiieU,  del  que  se  dis- 
ting-ue  por  las  fajas  longitudinales  peladas  del  protórax,  por 
las  pubescentes  bicolores,  que  son  como  en  Pereii  en  dicho  ór- 
gano, además  de  tener  las  bandas  de  los  élitros  lisas,  desnudas 
en  la  regióninfra-humeral  que  nunca  existen  en  Martinezi. 

D.  insidiosum  sp.  n. 

Loe.  Cuenca;  procedencia  incierta;  1  cf  1  Q  en  mi  colección. 
16  (5)    Élitros  totalmente  pubescentes. 

Patas  y  antenas  negras,  cabeza  con  costilla  sólo  indicada  en 
el  vértice  y  finamente  surcada  hasta  el  epístoma.  Protórax  con 
pubescencia  bicolor  como  en  la  especie  anterior  flanqueando 
á  la  costilla  media,  que  es  lisa,  saliente,  entera  y  fuertemente 
surcada  y  dos  espacios  desnudos  adyacentes  á  las  fajas  vellosas, 
fuertemente  reticulados  con  pequeñas  callosidades  oblongas 
poco  pronunciadas,  casi  nulas  en  algún  ejemplar. 

Élitros  además  de  las  fajas  pubescentes  blancas  sutural  y 
marginal,  con  otra  también  blanca  humeral  más  ancha  hacia 
el  fin  del  élitro  que  en  la  base,  donde  algunas  veces  se  bo- 
rra; y  con  otra  supra-humeral  más  ó  menos  larga  y  ancha 
que  corre  paralela  á  la  humeral  copiando  á  la  del  Grraellsi, 
solamente  que  es  blanca  aquí  y  siendo  nula  raramente: 
con  el  fondo  totalmente  pubescente  de  color  pardo  obscuro 
aterciopelado ,  sin  espacio  alguno  desprovisto  de  pubes- 
cencia. 

Fácilmente  confundible  con  el  Grraellsi  por  la  disposición  de 
ias  fajas  vellosas  de  los  élitros,  pero  bien  distinto  por  las  fajas 


?8  boletín  de  la  sociedad  española 

pubescentes  bicolores  del  protórax  (1)  y  las  callosidades  pe- 
queñas. D.  Dejeani  Chevr. 
Loe.  Sierra  de  Béjar,  Gredos. 

Repartido  en  las  colecciones  con  el  nombre  de  alternattim. 

Notas  críticas  sobre  el  género  Dorcadion  Dalm. 

POR 

D.  JOKGE  LAUFFER. 

Desde  liace  algún  tiempo,  son  objeto  de  mi  estudio  predi- 
lecto las  especies  españolas  de  Dorcadion,  g-énero  muy  intere- 
sante, pero  que  á  causa  de  la  g-ran  variedad  á  veces  dentro  de 
la  misma  especie  y  de  la  g-ran  afinidad  que  existe  entre  espe- 
cies distintas  ofrece  serias  dificultades  aun  para  el  entomólogo 
más  versado  en  la  materia. 

Comprendiendo  que  sólo  disponiendo  de  un  material  abun- 
dante se  podrían  resolver  las  dudas  acerca  del  valor  de  algu- 
nas especies,  cuyos  autores  desgraciadamente  ya  no  están 
entre  los  vivos,  he  explorado  distintas  localidades  de  la  sierra 
de  Guadarrama  én  busca  de  representantes  del  género  en 
cuestión  y  no  en  balde,  puesto  que  tuve  la  suerte  de  encontrar 
buen  número  de  ejemplares,  perteneciendo  muchos  de  ellos  á 
formas  y  variedades  de  las  tan  discutidas  especies  descrita» 
por  Chevrolat. 

Esto,  unido  al  material  recogido  en  diferentes  partes  de  la 
Península  que  varios  de  nuestros  consocios  se  han  servido  en- 
treg'arme,  permite  formar  una  opinión  más  concreta  acerca  de 
las  referidas  especies  y  hasta  la  descripción  de  otras  nuevas. 

Como  nuestro  consocio,  mi  particular  amigo  Sr.  Martínez 
Escalera >  me  habla  enterado  hace  poco  de  su  propósito  de 
publicar  un  cuadro  sinóptico  de  los  Dorcadion  españoles,  me 
apresuro  á  dar  á  conocer  las  siguientes  especies  y  varieda- 
des para  que  las  incluya  en  su  trabajo,  el  que,  hecho  por  un 
entomólogo  tan  inteligente,  ha  de  estar  necesariamente  bien 
pensado  y  seguramente  facilitará  mucho  el  estudio  del  género. 


(1)  La  faja  lineal  blanca,  adyacente  á  la  costilla  protorácica,  que  caracteriza  á 
DD.  Dejeani,  Pereú,  insidiosum  y  Gfíiüani  siendo  muy  fina,  es  menester  apreciarla  en 
ejemplares  frescos. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  89 

Réstame  dar  las  gracias  á  los  Sres.  Bolívar,  Becerra,  Uha- 
g-ón  y  R.  P.  Navas  (S.  J.),  quienes,  bien  sea  por  haberme  pro- 
porcionado especies,  bien  por  sus  valiosos  consejos,  me  ayu- 
daron mucho  en  este  trabajo  y  muy  particularmente  á  D,  Fran- 
cisco de  P.  Martínez  y  Sáez,  el  que  con  la  amabilidad  que 
tanto  le  disting-ue,  puso  su  rica  colección  á  mi  disposición. 

Dorcadion  vallisoletanum  nov.  spec. 

Oblongum,  nigrum,  griseo-olivaceo-tomentosum.  Capite 
antice  sulcato,  profunde  inaequaliter  punctato,  interstitiis 
punctulatis;  vértice  thoraceque  fortiter  atque  reticulatim  pun- 
ctatis,  spina  laterali  prothoracis  acuta;  elytris  subquadratis, 
(in  Q  latioribus)  leviter  convexis,  modice  punctatis;  abdomine 
breviter  cinéreo  vestito;  antennis  pedibusque  nigris,  ferru- 
^ineo-pubescentibus. — cf' Long".  13,5,  Lat,  5,2.  Q  Long*.  16,2, 
Lat.  6,7  mm. 

Patria:  Valladolid.  Collect.  Pérez  Arcas,  Martínez  Escalera. 

Afin  al  B.  Spinola  Dalm.,  del  que  se  distingue  además  de 
la  pubescencia,  por  su  forma  proporcionalmente  más  corta, 
más  ancha  y  casi  paralela,  sobre  todo  en  la  9  en  la  que  los 
élitros  (que  en  su  parte  media  tienen  6,7  mm.  de  ancho  por 
10,5  de  largo,  en  el  cT  5,2  por  9  de  larg'o),  se  estrechan  poco 
hacia  el  final,  lo  que  da  al  insecto  un  aspecto  extraño,  alg-o 
parecido  al  de  los  lUonohammus. 

La  pubescencia  gris  verdosa  de  la  cabeza,  protórax  y  élitros 
es  fina  y  muy  caediza,  como  lo  demuestran  las  9  9  que  he  po- 
dido examinar,  que  la  han  perdido  casi  por  completo.  Las  an- 
tenas y  patas  son  neg'ras  con  pubescencia  rojiza  poco  densa. 

Aun  admitido  el  caso,  que  no  creo  imposible,  de  tener  el 
D.  Spinolíp  Qxy  estado  sumamente  fresco,  un  tomento  pareci- 
do, había  motivo  para  mantener  la  nueva  especie  que  por  su 
forma  difiere  notablemente  de  aquélla. 

Dorcadion  Escalerae  n.  sp. 

Oblongo-ovatum,  nigrum,  nitidum,  nudum;  corpore  subtus 
leviter  ferrugineo  pubescente  punctato;  vértice  thoraceque  for- 
titer rugoso-cicatricosis;  prothorace  transverso,  medio  haud 
€ostatü,  spina  laterali  subacuta;  elytris  brevibus,  convexis, 
dilatatis,  haud  dense  punctatis.— Long-.  10-13,  Lat.  4-5  mm. 

Patria.  Monte  Cauno,  P.  Navas,  S.  J.  colleg-it. 

Afin  al  D.  Spinolm  Dalm.  (D.  Mulsa7iíi  Bñs.),  del  cual  di- 


90  boletín  de  la  sociedad  española 

fiere  en  que  es  mucho  más  pequeño  (c/  c/  10  mm.  de  long-.  por 
4  de  ancho,  Q  2  13  por  5,3),  en  proporción  más  corta  y  más  an- 
cha aún  en  loS(f(f,  recordando  los  pequeños  ejemplares  del 
B.  Marmoiiani  E&cal.  La  puntuación  en  la  parte  media  del  pro- 
noto, es  sumamente  g-ruesa  y  desig-ual,  dejando  muchas  veces 
g-randes  intervalos  rugosos,  más  ó  menos  lisos  en  su  super- 
ficie; la  de  los  élitros  suele  ser  menos  densa  y  g-ruesa  que  en 
el  D.  SpínoI(F  Dalm. 

No  creo  que  el  color  rojizo  de  las  patas  y  antenas  que  pre- 
sentan la  mayor  parte  de  mis  ejemplares  deba  tomarse  por 
carácter,  pues  lo  atribuyo  á  que  los  insectos  eran  ya  viejos- 
cuando  se  cog"ieron. 

Dorcadion  Becerrae  nov.  sp. 

Elong-atum,  nigrum,  supra  murino-vel  ochraceo-tomen- 
tosum,  infra  cinereo-pubescens;  antennis  pedibusque  ferrug-i- 
neis;  capite  convexo ,  costa  long-itudinali  antice  augusta ,  pos- 
tice  latiere,  g-labra  et  uitida,  medio  sulcata,  utrinque  albo- 
lineata;  prothorace  transverso,  haud  g-rosse  impresso  punctato, 
subtiliter  reticulato,  costa  longitudinali  elevata,  nítida,  haud 
vel  leviter  sulcata,  lineis  quatuor  albidis;  supra  tuberculum 
spinosum  área  minutissima  g-labra,  plus  minusve  distincta; 
in  singulig  elytris  fasciis  quatuor  albidis:  suturali,  marg-inali, 
humeralique  latiore  et  cum  marg-inali  antice  et  postice  con- 
juncta,  integris,  quarta  ad  basim  inter  suturalem  et  humera- 
lem  breve.— Long-.  10,5—13,  Lat.  4—5,2  mm. 

Patria:  Soria.  Becerra,  coUegit. 

Cuerpo  prolong-ado,  neg-ro,  revestido  en  la  parte  superior  de 
pubescencia  pardo-rojiza,  corta,  casi  pulverulenta,  y  de  otra 
menos  densa  pero  más  larga  y  resistente  en  la  parte  inferior. 

Cabeza  con  pubescencia  blanquecina  y  una  costilla  lisa, 
finamente  asurcada,  la  que  ancha  y  brillante  en  el  vértice, 
se  estrecha  repentinamente  en  la  depresión  interantenal,  y 
está  ñanqueada  por  dos  líneas  blancas,  que  empezando  en  el 
vértice  pasan  por  encima  de  la  frente. 

Protórax  con  costilla  long-itudinal  entera,  lisa  y  saliente, 
sin  ó  con  un  ligero  surco  y  con  una  faja  blanca,  mediana- 
mente ancha  á  uno  y  otro  lado,  y  otra  del  mismo  color  más 
estrecha  é  incompleta  encima  del  tubérculo  lateral.  El  espacio 
entre  las  dos  fajas  está  ocupado  por  una  ancha  banda  pardo- 


DE    HISTORIA   NATURAL.  91 

rojiza,  en  cuya  parte  media  hay  una  pequeña  callosidad  re- 
donda, más  ó  menos  lisa,  brillante  y  muy  poco  saliente.  Pero 
esta  callosidad  no  es  un  carácter  constante,  puesto  que  en 
alg-unos  ejemplares  no  existe,  siendo  completa  la  banda  de 
color.  Los  tubérculos  laterales  poco  ag-udos  pero  bien  pronun- 
ciados, y  la  parte  por  debajo  de  ellos  con  lig-era  pubescencia 
leonada. 

Élitros  casi  paralelos,  con  fajas  blancas  sutural  y  marg-inal, 
estrechas,  reuniéndose  ésta  en  la  base  y  en  el  ápice  con  la  pri- 
mera que  es  más  ancha;  además  hay  una  corta  línea  basilar 
del  mismo  color  y  equidistante  de  aquéllas,  que  en  alg^u- 
nas  9  9  se  prolong-a  hasta  más  allá  de  la  mitad  del  élitro. 

Antenas  y  patas  con  excepción  de  los  tarsos,  que  son  un  poco 
más  obscuros,  rojas,  finamente  pubescentes  así  como  la  parte 
abdominal.  Solamente  en  las  coxas  aparece  esta  pubescencia 
blanquecina  más  densa  y  larg'a. 

Esta  especie  pertenece  al  gTupo  cuyo  tipo  representa  el 
D.  Martinezi  Pérez,  al  que  sin  embarg-o  se  parece  poco  y  del 
que  se  distingue,  abstracción  hecha  del  color,  por  su  tamaño 
mucho  menor,  (los  ^  cf  g'raudes  sólo  alcanzan  12,5,  las  Q9  13 
milímetros  contra  15  y  17  respectivamente  en  el  D.  Martinezi) 
y  por  su  forma  casi  paralela,  las  callosidades  protorácicas 
menos  pronunciadas  y  el  tomento  corto,  casi  pulverulento. 

Dorcadion  Graéllsi  Graélls  var.  Cazurroi  n.  var. 

A  forma  typica  differt:  articulo  primo  antennarum  pedibus- 
que  rufis,  pictura  corporis  elytrorumque  autem  dissimilis  fas- 
ciis  albidis  latioribus,  staturaplerumque  validiore.  Long-.  11 — 
15,5.  Lat.  3,7 — 5,5  mm. 

Patria:  Cercedilla  reg-ione  montana  inferiore.  Lauffer  col- 
leg-it. 

Esta  variedad  de  caracteres  constantes  en  la  reg'ión  en  que 
se  encuentra,  se  disting-ue  de  la  forma  típica  por  el  color  rojo 
de  las  patas  y  del  primer  artejo  de  las  antenas  (los  tarsos  y  ar- 
tejos restantes  más  obscuros),  siendo  estas  partes  completa- 
mente neg-ras  en  el  GraeJJsi. 

En  la  variedad  el  dibujo  blanco  no  suele  ser  de  un  color  tan 
puro,  sino  g-eneralmente  amarillento;  y  tanto  las  líneas  y  fajas 
blancas  como  la  interhumeral  leonada  son  más  anchas.  En 
casi  todos  mis  ejemplares,  la  faja  humeral  es  entera  y  la  línea 


92  boletín    de   la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

basilar  se  prolonga  alguna  vez  hasta  cerca  del  ápice  del  élitro. 
El  tamaño  del  insecto  es  el  mismo  ó  mayor  que  el  del  tipo. 

En  resumen,  se  puede  decir  que  el  Cazurroi  es  la  única  forma 
que,  aparte  las  diferencias  antes  indicadas,  presenta  por  com- 
pleto el  aspecto  del  D.  alternatum  Chevr.,  ó  sea  del  verdadero 
D.  GfraeUsi  Graélls. 

Se  encuentra  en  los  alrededores  de  Cercedilla,  en  la  parte 
baja  y  bastante  lejos  del  Puerto  de  Navacerrada. 

Dorcadion  Graéllsi  Graélls  var.  cinereum  n.  var. 

A  forma  Oberthüri  Gg-lb.  próxima  sed  elytris  omnino  ci- 
ñereis, fasciis,  excepta  liumerali,  parum  distinctis;  pronoto 
€osta  media  lateralibusque  valde  elevatis.  Long.  11  — 14. 
Lat.  3,5—5  mm. 

Patria:  Somosierra.  Lauífer  collegit. 

Por  sus  élitros  aplanados,  más  largos  y  proporcioiíalmente 
más  estrechos  en  la  base,  es  poco  parecida  al  Graellsi  típico,  y 
más  próximo  á  la  var.  Oberthüri. 

El  bonito  tomento  pardo-rojizo  con  reflejos  dorados  de  esta 
última  forma  está  sustituido  en  el  dnerenm  por  otro  de  color 
blanco  agrisado  (pero  más  corto  y  caedizo).  Dicha  coloración 
€S  causa  de  que  no  siempre  se  distingan  bien  las  líneas  y  fajas 
blancas  que  en  los  élitros  se  componen  de:  sutural,  humeral  y 
marginal  enteras,  y  línea  basilar  corta,  que  á  veces  se  pro- 
longa hasta  cerca  del  ápice.  La  pubescencia  del  abdomen  es 
blanquecina  ó  leonada.  Las  antenas  y  patas  rojas  como  en  el 
Oberthüri  y  Cazurroi.  De  las  tres  costillas  lisas  protorácicas,  la 
del  medio  es  muy  saliente  y  convexa,  y  las  dos  laterales  an- 
chas, muchas  veces  enteras  y  separadas  de  la  mediana  por  un 
surco  siempre  profundo. 

En  las  hembras  varía  el  color  del  tomento,  lleg-ando  en  al- 
g-unos  ejemplares  al  pardo-rojizo;  entonces  (y  sobre  todo  com- 
parando las  hembras  de  la  misma  talla)  el  parecido  entre  el 
cinereum  y  el  Becerree  viene  á  ser  sorprendente,  tanto  que 
sería  algo  difícil  distinguirlos  si  no  fuera  por  las  diferencias 
del  pronoto. 

Dorcadion  hispanicum  Muís  (^y  Opuse,  ii,  p.  48,  1853;  Q  Chevr., 

Berl.  Ent.  Z.,  1862,  p.  339). 
De  esta  especie,  cuya  área  geográfica  comprende  la  parte 


DE    HISTORIA   NATURAL  9:? 

Nordeste  de  la  Sierra  de  Guadarrama,  desde  el  Puerto  de  Na- 
vacerrada  hasta  Somosierra  y  quizás  más  allá,  he  podido  ob- 
servar las  tres  razas  sig-uientes:  1/,  la  de  Penal  ara,  la  más 
pequeña,  normal,  g-eneralmente  ejemplares  de  9,5-12,5  mm.: 
2/,  la  del  Puerto  de  Naracerrada,  Reventón,  Lozoya,  muy 
robusta,  con  dibujo  bien  pronunciado  y  que  presenta  con  fre- 
cuencia hermosos  ejemplares  de  16,5  mm.  de  largo  por  6  de 
ancho,  y  3/,  la  de  Rohregordo,  Somosierra,  etc.,  también  g-ran- 
de,  pero  muy  esbelta,  de  élitros  larg-os,  brillantes,  rara  vez 
rug-osos,  y  que  en  los  c^c/"  se  ensanchan  poco  hacia  la  mitad, 
lo  que  da  al  cuerpo  una  forma  cónica  prolong-ada.  Muchos 
ejemplares  de  esta  raza  ofrecen  en  el  pronoto  una  lig-era  ana- 
logía con  el  D.  Graellsí  \)Oit  el  tamaño  de  las  costillas  laterales 
y  el  surco  bastante  profundo  que  las  separa  de  las  del  medio. 

En  las  otras  dos  razas  las  costillas  laterales  suelen  ser  menos 
pronunciadas,  y  á  veces  faltan  del  todo. 

La  variación  en  la  forma  del  dibujo  blanco  de  los  élitros  está 
mencionada  ya  por  el  eminente  entomólog-o  Sr.  Gang-lbauer 
en  SU.&  Bestwwinuffs- TadeUen  der  Ceram'bycideii  y  consiste  en 
que  al  lado  de  la  faja  dorsal  se  presenta  otra  externa,  estrecha 
y  abreviada  en  los  dos  extremos,  y  una  humeral  (como  conti- 
nuación de  la  apical)  que  atenuándose  llega  hasta  la  base. 

En  algunos  casos  las  tajas  se  ensanchan  (var.  nigrolinealwm 
Chevr.);  en  otros  hasta  tal  punto,  que  la  pubescencia  blanca 
ag-risada  cubre  toda  la  parte  superior  del  élitro,  dejando  libre 
solamente  una  corta  línea  basilar  intrahumeral  y  la  zona  lisa 
supra-marginal. 

La  variedad  Q  encaustum  Chevr.  es  totalmente  negra,  es 
decir,  carece  de  tomento  blanco. 

Dorcadion  hispanicum  var.  erythropus  n.  var. 

A  forma  typica  antennis  pedibusque  rufis  tantum  diflfert. 

Patria:  Somosierra.  Lauffer  collegit. 

Entre  los  ejemplares  pertenecientes  á  la  raza  de  Robregordo  y 
Somosierra  cogidos  por  mí  en  aquella  región  hay  tres  9$  con 
las  patas  y  el  primer  artejo  de  las  antenas  rojos  y  los  demás 
artejos  y  los  tarsos  más  obscuros. 

De  muchas  especies  se  encuentran  ejemplares  inmaturos  en 
los  que  el  color  normalmente  negro  de  las  antenas  y  patas  tira 
más  ó  menos  al  rojo;  pero  no  se  hallan  en  este  caso  las  Q9  que 


94  boletín   de   la.  SOCIEDAD  ESPAÑOLA 

me  han  servido  para  la  descripción  de  la  nueva  variedad^ 
puesto  que  han  sido  cog-idas  en  completo  estado  de  desarrollo. 

Dorcadion  hispanicum  Muís.  var.  brunneofasciatum  n.  var. 

A  forma  typica  differt:  fascia  dorsali  tomentosa  elytrorum 
brunnea,  fasciis  albidis  capite  thoracequebrunneo  variegatis. 

Patria :  Sierra  de  Guadarrama.  Coll.  Lauífer,  Martínez 
Saez,  etc. 

En  esta  variedad  el  tomento  blanco  de  la  faja  ó  fajas  dorsa- 
les de  los  élitros  está  en  mayor  ó  menor  extensión  sustituido 
por  otro  de  color  pardo-rojizo  que,  en  este  caso,  suele  mezclarse 
también  con  el  blanco  del  protórax  y  de  la  cabeza,  quedando 
siempre  en  la  base  de  los  élitros  una  línea  blanca,  más  ó  me- 
nos corta. 

He  cog'ido  bastantes  ejemplares,  todos  bien  desarrolla- 
dos, de  esta  variedad,  á  la  que  pertenecen  quizás  también  los 
hallados  en  Peñalara  por  los  disting'uidos  entomólog-os  v.  Hey- 
den,  Baulny  y  Piochard  de  la  Brúlerie,  considerados  por 
ellos  como  formas  híbridas.  A  ella  se  refiere  sin  duda  el 
ejemplar  Q  de  la  colección  del  Sr.  R.  Oberthür,  de  que  nos 
habla  el  Sr.  Gang-lbauer  en  sus  antes  mencionadas  ^^,9^.  Tabe- 
llen. El  tener  el  ejemplar  en  cuestión  un  élitro  lisiado  ó  abo- 
llado, será  probablemente  debido  á  una  causa  extraña  durante 
el  desarrollo  del  insecto  y  no  á  la  supuesta  hibridación,  puesto 
que  entre  tantos  ejemplares  cog-idos  por  mí,  no  se  encuentra 
este  defecto  en  mayor  proporción  que  entre  los  de  la  forma 
típica. 

Hallándose  la  nueva  variedad  también  en  sitios  donde,  como 
por  ejemplo,  en  el  Puerto  de  Navacerrada,  no  vive  en  compa- 
ñía del  alternatum  Chevr.,  no  puede  admitirse  que  se  trate  de 
una  form^  híbrida,  de  que  todavía  no  he  visto  ejemplo  en  el 
g-énero  Dorcadion. 

Dorcadion  Perezi  Graélls  (An.  Soc.  entomol.  de  Fr.  1851  p.  24). 

Pertenece  por  la  existencia  de  un  espacio  liso  supramarg-i- 
nal  en  los  élitros  al  mismo  grupo  que  la  especie  anterior,  y  es 
por  su  tomento  bicolor  y  por  el  número  y  forma  de  las  fajas 
afin  al  D.  Ghilianii  Chevr. 

El  dibujo  blanco  de  los  élitros  consiste  en:  fajas  sutural  y 
marg-inal  íntegras,  dos  dorsales  y  otra  apical  abreviadas.  Las 
fajas  dorsales  no  suelen  pasar  del  segundo  tercio  del  élitro,  y 


DE    HISTORIA   NATURAL.  05 

g-eneralmente  anastomosadas  con  la  sutural  forman  una  sola 
mancha  que  por  la  invasión  del  tomento  obscuro  en  la  parte 
basilar  de  las  dorsales,  adquiere  un  dibujo  en  forma  de  ala- 
barda. La  apical  se  prolong-a  alg'una  vez  por  encima  del  áng-ulo 
humeral  hasta  la  base. 

No  he  podido  encontrar  esta  especie  más  que  en  los  altos  que 
coronan  el  Escorial  y  siempre  bastante  tiempo  después  de 
haber  desaparecido  la  nieve. 

Dorcadion  Perezi  Q  var.  anthracinum  Chevr.  (Bullet.  de  la 
Soc.  entomolog-.  de  Fr.  1870,  p.  86.) 

Esta  variedad,  á  pesar  de  no  ser  pubescente,  tiene,  como  las 
variedades  neg-ras  del  Mspaniciim,  Laiifferi  y  GMlianii,  una 
débil  pubescencia,  sólo  visible  con  la  lente,  y  que  se  compone 
de  cortos  pelos  neg-ros  y  erizados.  Es,  como  la  de  las  especies 
anteriores,  bastante  rara. 

Aprovecho  la  ocasión  para  refutar  en  este  lug-ar  la  creencia 
de  alg'unos  entomólog-os  que  consideran  las  variedades  no  pu- 
bescentes como  formadas  por  ejemplares  frotados;  contra  esta 
creencia  puedo  citar  el  hecho  de  haber  encontrado  en  mis  fre- 
cuentes excursiones  á  la  sierra  á  principio  de  la  temporada, 
estas  variedades  en  estado  tan  fresco  que  se  descompusieron 
al  día  sig-uiente,  lo  que  no  me  sucedió  nunca  con  ejemplares 
cog-idos  más  tarde.  Además,  por  muy  frotado  que  esté  un 
ejemplar  de  las  especies  que  nos  ocupan,  siempre  quedarán 
vestig-ios  del  tomento. 

La  verdadera  causa  de  esta  particularidad  no  se  conoce  aún; 
quizás  se  deba  á  circunstancias  especiales  ocurridas  durante 
la  transformación  del  animal. 

Sabido  es  que  la  falta  de  tomento  se  observa  sólo  en  las 
hembras. 

Dorcadion  Perezi  Graélls  Q  var.  septemvittatum  n.  var. 

A  forma  typica  diífert:  elytris  fascia  dorsali  in  lineas  abbre- 
viatas  duas  soluta,  basi  apiceque  strig-a  brevissima  albida 
ornatis,  fascia  humerali  integ"ra. 

Q    Long\  11,5.  Lat.  4  mm. 

Patria:  Sierra  de  Guadarrama,  Escorial.  Lauffer  coUeg-it. 

Élitros  con  tomento  color  castaño-obscuro  y  con  tres  fajas  y 
cuatro  líneas  blancas.  Aquéllas,  que  son:  la  sutural,  la  hume- 
ral y  la  marginal,  son  completas,  distinguiéndose  las  dos  últi- 


96  BOLETÍN    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

mas  por  su  mayor  anchura.  Entre  la  sutural  y  la  débil  costilla 
granulosa  suprahumeral,  á  un  milímetro  de  la  base,  hay  dos 
líneas  bien  separadas  que  no  Ueg-an  á  la  seg-unda  mitad  del 
élitro;  la  tercera  ó  basilar  es  muy  corta,  y  prolong-ada  dividiría 
las  dos  dorsales;  la  cuarta,  también  corta  y  paralela  á  la  hu- 
meral, empieza  más  arriba  del  ápice,  y  prolong-ada  en  la  di- 
rección que  lleva,  alcanzaría  la  dorsal  externa. 

Tuve  la  suerte  de  encontrar  este  ejemplar  que  en  el  dibujo 
de  los  élitros  difiere  tanto  de  la  forma  típica  que  parece  ente- 
ramente perteneciente  á  otra  especie;  bastante  motivo  (á  mi 
modo  de  ver)  para  ser  descrito  como  variedad. 

Dorcadion  Ghilianii  Chevr.  (Synon.  D.  Reichei  Chevr.) 
(Berl.  Eatom.  Zeitschr.,  1862,  p.  338  y  342.) 

Muy  afin  al  D.  Perezi  Graells.  La  descripción  poco  precisa 
que  nos  dejó  Chevrolat  de  esta  especie,  hace  difícil  reconocerla, 
si  como  se  ha  de  suponer,  el  insecto  que  se  considera  hoy 
como  el  D.  Ghilianii  es  la  especie  descrita  por  Chevrolat,  quien 
en  la  descripción  hace  caso  omiso  del  tomento  bicolor  en  la 
cabeza,  protórax  y  élitros  que  tienen  todos  los  ejemplares  de 
la  colección  del  Sr.  Martínez  Elscalera  y  de  la  mía.  Sólo  en  la 
descripción  del  D.  Reichei  habla  Chevrolat  de  la  sutura  lisa, 
elevada  y  neg-ra  que  es  característica  en  la  especie  que  tene- 
mos por  D.  Ghilianii  y  en  el  Lanferi  Escal.  La  faja  humeral, 
blanca  y  entera  que  según  el  mismo  autor  tiene  la  hembra 
tipo,  no  está  más  que  iniciada  en  los  ejemplares  que  poseo, 
destacándose  en  forma  de  una  corta  línea  sobre  el  tomento 
amarillo  sucio  del  fondo. 

Patria:  Sierra  de  Guadarrama,  Escorial,  Las  Navas.  Colección 
Escalera,  P.  Gabriel  Strobl,  Lauífer. 

Dorc&dion  Ghilianii  Chevr.  9  var.  ebeuinum  n.  v.  (var.  midwm 
Strobl.  i.  1.) 

A  forma  typica  corpore  nudo,  haud  tomentoso  disting'uenda. 

Carece  por  completo  de  tomento,  teniendo  tan  sólo  una  es- 
pecie de  pubescencia  de  pelitos  cortos,  aislados,  negros  y  eri- 
zados. En  los  ejemplares  que  he  podido  examinar,  los  élitros 
son  opacos,  salvo  la  sutura,  la  costilla  y  el  espacio  supramar- 
g-inal,  que  resultan  más  brillantes. 

Se  distingue  de  la  var.  encausium  Chevr.  por  la  falta  de  las 
callosidades  laterales  protorácicas;  y  de  la  misma  y  de  la  var. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  97 

snbpoUtimi  Laaff.  por  la  presencia  de  costillas  brillantes  en  los 
élitros.  De  la  var.  anthracímim  Clievr.  difiere  en  la  puntuación 
mucho  más  fuerte  de  la  cabeza  y  del  protórax.  Colección 
P.  Gabriel  Strobl,  LauflFer.   . 

Dorcadion  Laufferi  Escal.  (Anales  Soc.  Esp.  de  H.  N.  1900., 
Act.  p.  236.) 

Afin  al  Perezi  Graélls  y  Ghiliann  Chevr.  Es  especie  muy 
bonita,  que  llama  la  atención  por  el  contraste  que  forma 
la  pureza  del  tomento  blanco  con  el  neg-ro  brillante  del  resto 
desnudo  de  los  élitros. 

Como  el  Sr.  Escalera  dispuso  de  muy  pocos  ejemplares  al 
hacer  la  descripción,  me  permito,  de  acuerdo  con  él,  comple- 
tarla respecto  á  alg'unos  caracteres. 

Antenas  gruesas  y  larg-as,  lleg-ando  con  frecuencia  en  los  ofcf 
hasta  la  parte  apical,  en  las  QQ  bastante  más  allá  de  la  mitad 
del  élitro.  Patas  robustas. 

Los  ejemplares  no  frotados  tienen  en  el  vértice  de  la  cabeza 
dos  líneas  blancas  que,  perdiendo  en  intensidad,  pasan  por  en- 
cima de  los  alvéolos  en  que  se  insertan  las  antenas,  lleg-ando 
hasta  el  borde  anterior  del  epístoma;  entre  estas  líneas  hay 
otras  dos  más  estrechas  del  mismo  color  que  g-uarnecen  el  fino 
surco  frontal.  Protórax  g-rueso  y  rugosamente  punteado,  con 
una  línea  blanca  á  uno  y  otro  lado  de  la  costilla  lisa  y  otra 
bastante  débil  é  incompleta  encima  de  los  tubérculos  laterales. 
El  espacio  entre  estas  líneas  ó  listas  está  g-eneralmente  des- 
provisto de  tomento. 

Uno  de  los  caracteres  más  notables  de  esta  especie  y  del 
D.  GhíHanii  es  la  sutura  neg'ra,  lisa  y  brillante,  de  los  élitros. 
El  número  de  las  fajas  blancas  es  ig-ual  que  en  el  D.  Perezi; 
son:  una  sutural  y  marg-inalínteg-ras,  dos  dorsales  más  larg-as 
que  en  aquella  especie  y  una  corta  apical  como  vestig-io  de  la 
humeral. 

Las  dorsales  están  en  los  d'c^  casi  siempre  completamente 
anastomosadas  con  la  sutural;  atenuadas  hacia  el  final  y 
abreviadas  en  la  base  por  una  manchita  cuneiforme  de  un  to- 
mento obscuro,  forman  una  gran  mancha  ó  faja  alarg-ada,  alg-o 
parecida  á  un  arpón.  En  las  9?,  y  sobre  todo  estando  un  poco 
frotadas,  se  disting-ue  á  veces  muy  bien  la  separación  entre 
las  fajas  dorsales.  Es  más  robusto,  más  convexo  y  más  ovalado 

N.»l. -Enero,  1901.  7 


í»s  boletín  de  la  sociedad  española 

que  el  D.  GhiUani,  del  que  se  distíng-ue,  entre  otras  particula- 
ridades, por  la  falta  de  las  costillas  desnudas  y  brillantes  de 
los  élitros. 

Long-.  10,5—17.  Lat.  3,7—6,5  mm. 

Patria:  Sierra  de  Guadarrama,  carretera  de  Navacerrada, 
Oarg-anta  del  Espinar. 

Dorcadion  Laufferi  Escal.  9  var.  subpolitum  n.  var. 

A  forma  typica  corpore  nudo  tantum  distincta. 

Variedad  desprovista  de  tomento  que  se  disting-ue  de  la 
var.  encaiistiim  Chevr.  por  la  falta  de  las  callosidades  laterales 
protorácicas;  de  la  var.  anthracmnm  Chevr.,  además  de  su  ma- 
yor tamaño  y  antenas  más  gruesas,  por  la  puntuación  más 
g-ruesa  de  la  cabeza  y  del  pronoto,  y  de  la  var.  eheiiimim  Lauff. 
por  la  falta  de  las  costillas  algo  brillantes  de  los  élitros. 

Patria:  Sierra  de  Guadarrama,  Garg-anta  del  Espinar,  Lau- 
ífer  coU. 

Dorcadion  Spinolse  Dalm.  (in  Sch.  app,  ad  syn.  p.  174)= 
D.  Mulsanti  Bris.  (An.  Soc.  Ent.  de  Fr.,  1866,  p.  420.) 

Esta  especie  se  extiende  formando  lig-eras  variedades  y  razas 
desde  Reinosa,  provincia  de  Santander,  por  la  de  Oviedo,  la 
de  Zamora,  hasta  las  fronteras  de  Portug-al  en  la  de  Salamanca 
(Ciudad  Rodrig-o,  Las  Hurdes),  encontrándose  también  en  la 
de  Burg-os.  Los  ejemplares  recogidos  en  Las  Hurdes  por  el  se- 
ñor Sanz  de  Dieg-o  suelen  tener  los  áng-ulos  humerales  salien- 
tes, alg-o  prolong-ados  eu  dirección  al  protórax  y  en  este  mismo 
vestigios  de  una  costilla  longitudinal,  lisa  y  brillante,  visible- 
mente asurcada  en  toda  su  extensión.  Los  de  Burgos  se  distin- 
guen por  la  brillantez  de  sus  élitros. 

Algujaas  formas  transitorias  de  las  especies  españolas 
del  género  Drosera. 

POR 

D.    MARCELO   RIVAS   MATEOS. 

Cuando  se  analizan  ejemplares  de  una  misma  especie  reco- 
gidos en  distintas  localidades,  suelen  encontrarse  diferencias 
que,  si  con  frecuencia  no  son  lo  suficientemente  notables  para 
instituir  variedades,  al  menos  nos  dan  clara  idea  de  la  diver- 
sidad de  formas  locales  y  de  las  modificaciones  que  los  indivi- 
duos sufren  por  adaptación  al  medio  luchando  por  la  existencia. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  99 

Para  poder  encontrar  estas  relaciones  de  las  especies,  pue- 
den estudiarse  un  buen  número  de  individuos  que  procediendo 
de  especies  próximas  sean,  si  es  posible,  de  ig-ual  y  distinta 
localidad;  por  lo  reg*ular  las  condiciones  de  vida  son  diferentes 
y  por  lo  tanto  los  individuos  al  adaptarse  modifican,  en  defen- 
sa propia,  su  org-anización  para  poder  proseg-uir  la  existencia. 
En  la  inmensa  mayoría  de  los  g-éneros  podemos  observar  el 
cumplimiento  del  principio  de  la  evolución  org-ánica;  la  exis- 
tencia de  formas  transitorias  es  quizá  una  de  las  pruebas  más 
decisivas  de  la  inneg*able  preponderancia  de  la  energ-ía  de 
adaplació?i  sohre  la  otra  tendencia  antag-ónica  representada  por 
la  herencia  que,  como  es  sabido,  tiende  al  loantenimiento  de 
la  especie.  Aparte  de  la  selección  sexual  natural  y  sólo  tenien- 
do en  cuenta  ese  desequilibrio,  insensible  á  veces,  g-rande  en 
otras,  entre  las  dos  tendencias  adaptación  y  conservación  pre- 
existentes en  las  formas  vivas,  podríamos  explicar  el  por  qué 
de  la  existencia  de  esos  individuos  transitorios,  que  no  vienen 
á  ser  más  que  especies  en  vías  de  formación. 

En  la  época  presente  el  catálog-o  de  plantas  faneróg-amas 
y  criptóg-amas  ñbroso-vasculares  de  la  Flora  española  está 
muy  adelantado,  pues  son  muchos  los  valles  y  montañas 
que  han  sido  visitados  por  los  aficionados  á  la  ciencia  lin- 
neana  y  publicada  después  la  lista  de  las  especies  encontradas 
ó  en  libros  especiales  ó  en  nuestros  Anales  de  la  Sociedad  Es- 
pañola  de  Historia  Natural.  Es  verdad  que  estos  trabajos  tie- 
nen notoria  importancia,  pero  la  actual  empresa  que  hay  que 
acometer  es  el  estudio  de  las  relaciones  que  tienen  entre  sí  las 
especies  veg-etales  y  la  org-anización  de  esos  mismos  seres  para 
que  más  tarde  las  g-eneraciones  venideras  de  la  humanidad 
puedan  ver  la  evolución  en  toda  su  majestuosa  mag-nitud  y 
resolver  otros  problemas  más  gfrandiosos  que  hoy  á  nuestra 
vista  aparecen  enig-máticos. 

Me  propong-o  desarrollar  en  una  serie  de  artículos  todo  lo 
que  de  notable  poseo  en  mi  herbario  español  referente  á  for- 
mas transitorias;  en  este  primero  expong-o  las  correspondientes 
al  g-énero  Drosera,  de  cuyo  g-rupo  existen  tres  especies  en 
nuestra  Flora:  Drosera  rotundifolia  L.,  D.  longi folia  L.  y 
D.  intermedia  Hayn. 

Drosera  rotmidifolia  L.,  sp.  pl.  402.— Escapo  recto,  bastante 
mas  larg'o  que  las  hojas;  éstas  que  son  radicales  y  forman  una 


100  boletín  de  la  sociedad  española 

roseta,  son  de  limbo  orbicular  con  el  marg-en  y  haz  llenos  de 
pestañas  g-landulosas;  peciolo  alg-o  velloso  por  la  parte  supe- 
rior y  desprovisto  de  pelos  g-landulosos.  Flores  en  cima  escor- 
pioidea;  sépalos  lineares  obtusos,  más  cortos  que  los  pétalos 
y  conniventes  durante  la  época  de  maduración  del  fruto;  pé- 
talos blancos;  estig-ma  acabezuelado,  entero  ó  escotado  y  color 
blanquecino;  cápsula  oblong-a,  lisa,  sin  surcos  y  más  larga 
que  el  cáliz;  semillas  con  arilo,  finamente  estriadas  y  alg-o 
fusiformes.  Fl.  Mayo,  Ag-osto. 

Drosera  longifolia  L.,  sp,  pl.  403. — Como  la  especie  anterior 
muestra  el  escapo  recto  y  bastante  más  larg-o  que  las  hojas; 
hojas  espatuladas,  larg'as  é  insensiblemente  adelg-azadas  hacia 
la  base  por  lo  que  resultan  algo  cuneiformes;  peciolo  lampiño 
ó  escasamente  pestañoso.  Cáliz  como  en  la  especie  anterior; 
pétalos  rosados;  estig-ma  mazudo  y  no  escotado;  cápsula  obtu- 
sa, alg'O  angulosa  y  lisa;  semillas  poco  arrugadas,  con  arilo  y 
forma  ovoideo-oblongas.  Fl.  Julio,  Agosto. 

Drosera  intermedia  Hayn.  in  Schrad.  Journ.,  1801,  p.  37. — 
Escapo  torcido  en  la  base,  recto  en  la  terminación,  apenas 
más  largo  que  las  hojas;  éstas  son  trasovado-cuneiformés  con 
el  peciolo  completamente  lampiño.  Sépalos  muy  obtusos  y  ex- 
tendidos por  el  vértice  cuando  madura  el  fruto,  pétalos  blan- 
cos; estig-ma  escotado,  plano  y  rojizo;  cápsula  piriforme  y 
asurcada;  semillas  tuberculosas,  aovado-oblong-as.  Fl.  Julio, 
Agosto. 

Entre  la  D.  rotundifolia  y  D.  longifolia  existe  una  multitud 
de  formas  transitorias  que  las  relaciona  de  un  modo  insensi- 
ble; la  paulatina  y  gradual  modificación  de  las  hojas  y  del 
estigma,  hace  que  sea  difícil  la  exacta  clasificación  de  algu- 
nos ejemplares.  No  hay  que  olvidar  que  Schereider  denomina 
D.  Totundifolia-anglica  á  una  especie  intermedia  entre  la 
D.  rotmidifolia  y  D.  longifolia  (D.  anglica  Huds.),  ó  sea  la  D.  ol)o- 
X)ata  Mertens  et  Kochs,  y  que  esta  forma  acompaña  con  alguna 
frecuencia  á  la  D.  rotundifolia  en  la  Sierra  de  Gredos,  Pirineo 
catalán  y  otras  localidades  montañosas.  Las  hojas  de  la  D.  ol)o- 
vata  M.  et  K.,  según  los  ejemplares  que  tenemos  á  la  vista  y 
que  proceden  de  Gredos,  tienen  una  forma  intermedia  entre 
la  D.  rotmidifolia  y  D.  longifolia;  el  limbo  es  trasovado  é  in- 
sensiblemente adelg-azado  en  la  base;  el  peciolo  es  menos  ve- 
lloso que  en  la  D.  rotundifolia  pero  más  que  en  la  Z>.  longifolia. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  101 

Las  relaciones  de  las  dos  especies  se  hace  mucho  más  mani- 
fiesta en  las  flores  de  los  ejemplares  que  estamos  estudiando, 
y  en  efecto,  la  forma  y  long'itud  de  los  sépalos  tanto  tienen  de 
común  con  una  y  otra  especie ,  los  pétalos  son  Mancos  y  algo 
rosados  en  el  margen;  estig-ma  en  maza  y  escotado;  caja  ovoidea 
y  lisa.  Como  se  ve,  la  B.  obovata  M.  et  K.,  es  una  forma  genui- 
namente  intermedia,  el  anillo  de  transición  entre  la  D.  rotim- 
difoHa  y  D.  longifoUa;  tiene  como  la  primera  los  pétalos  blan- 
cos, sonrosados  en  el  margen  (D.  longifoUa),  estig-ma  mazudo 
(D.  longifoUa),  escotado  {D.  rotundifolia) .  En  fin,  el  aspecto 
de  esta  planta,  la  forma,  hasta  en  el  detalle,  se  ve  como  una 
combinación  de  las  dos  especies;  esta  es,  pues,  la  razón  qué 
tienen  alg-unos  botánicos  para  no  considerar  como  especie  la 
D.  obovata  M.  et  K.,  (D.  rotundifolia-anglica  Schid.)  •'  -^ 

La  B.  rotundifoUa^Q  Sierra  de  Béjar  (Salamanca,  Avila,  Cá- 
ceres),  tiene  bastantes  puntos  de  contacto  con  la  B.  interme- 
dia Hayn.;  pueden  considerarse  como  caracteres  esenciales  de 
esta  última  especie,  la  tortuosidad  del  escapo  en  la  base,  lo 
muy  obtusos  que  son  los  sépalos  y  que  el  estig-ma  es  plano  y 
escotado;  pues  bien,  estos  ejemplares  de  Sierra  de  Béjar  y 
sobre  todo  los  recog-idos  en  el  sitio  denominado  «Venerofrío», 
próximo  al  Tejadillo  que  da  vista  al  Valle  de  Plasencia,  tienen 
el  estigma  plano  aunque  no  escotado  y  los  sépalos  bastante 
obtusos;  las  hojas  son  verdaderamente  de  B.  rotundifolia.  El 
estig-ma  de  los  g-enuinos  ejemplares  de  B.  rotundifolia  no  es 
francamente  mazudo  sino  con  tendencia  á  formar  maza,  y 
estos  ejemplares  que  estudio  lo  tienen  marcadamente  plano  y 
sabido  es  que  esta  forma  del  estig-ma  corresponde  á  la  B.  in- 
termedia. 

En  turberas  del  Trampal,  de  la  misma  Sierra  de  Béjar,  y  á 
una  altitud  próximamente  de  1.900  m.,  se  hallan  rodalitos  de 
B.  rotundifolia  mezclados  con  B.  longifoUa;  el  aspecto  de  aque- 
llos ejemplares  es  tan  distinto  de  todos  los  que  poseo  de  otras 
localidades,  que  la  verdad,  me  hicieron  dudar  de  si  se  trataba 
de  una  especie  nueva  para  la  Flora  española;  bien  pronto  me 
convencí  de  lo  contrario  al  examinar  detenidamente  los  ejem- 
plares; pero  lo  que  no  deja  de  ser  curioso  y  tener  en  mi  con- 
cepto mucha  importancia,  es  que  aquellas  formas  híbridas 
(rotundifolia-longifoUa)  tienen  bastante  parecido  con  la  B.  in- 
termedia,. ñiQudiO  así  que  esta  especie  no  se  encuentra  en  la 


1^2  boletín  de  la  sociedad  española 

Sierra  de  Béjar,  ni  teng-o  noticia  se  haya  encontrado  en  nin- 
gún otro  punto  de  la  región  central.  Estos  curiosísimos  ejem- 
plares no  tienen  el  escapo  recto  en  la  base,  sino  algo  curvo, 
poco  más  largo  que  las  hojas  y  los  sépalos  son  7)my  obtusos;  el 
estigma  es  mazudo.  Las  hojas  son  poco  distintas  de  la  D.  ro- 
tundi folia  y  los  pétalos  y  frutos  como  la  D,  longifolia. 

Poseo  algunos  ejemplares  de  D.  intermedia  recogidos  por  mí 
en  las  riberas  del  Miño,  no  muy  lejos  de  Tuy  (Galicia),  donde 
es  muy  abundante;  por  lo  general  son  genuinos,  pero  en  algu- 
no de  ellos  se  ve  que  el  peciolo  es  algo  pubescente  y  la  forma 
del  limbo  parecido  al  de  la  D.  longifolia.  Quizá  por  esta  forma 
del  limbo  y  poca  tortuosidad  del  escapo,  el  difunto  profesor 
D.  Esteban  Quet,  separó  en  su  herbario,  que  hoy  se  conserva 
en  la  Facultad  de  Farmacia  de  esta  Universidad  de  Barcelo- 
na, unos  ejemplares  recogidos  en  las  riberas  del  Miño,  á  los 
que  puso  la  siguiente  etiqueta:  iDrosera  intermedia-longi folia. 
Miño  (Tuy).  Julio  1884.» 

,  Para  terminar,  haré  una  somera  indicación  sobre  unos  ejem- 
plares de  D.  longifolia  recogidos  por  el  Dr.  D,  Federico  Tre- 
mols  en  una  de  sus  últimas  excursiones  al  Pirineo  Catalán; 
dice  la  etiqueta:  i<Drosera  anglica  Huds?  var Nuria.  Agos- 
to, 1897.»  En  estos  ejemplares  no  pueden  estudiarse  bien  las 
flores  y  por  lo  tanto  transcribo  íntegra  la  nota  que  dicho  botá- 
pico  pone  en  el  final  de  la  etiqueta:  «Pétalos  de  color  rosa, 
estigma  marcadamente  mazudo  y  entero.»  Por  la  simple  ins- 
pección de  dichos  ejemplares,  yo  diría  se  trataba  de  la  D.  in- 
iermedia  Hayn,  porque  las  hojas,  escapo,  inñorescencia,  fruto 
y  semilla,  son  como  las  que  presentan  los  típicos  ejemplares 
que  tengo  de  esta  especie,  pero  en  la  nota  se  dice  que  el  es- 
tigma es  marcadamente  mazudo  y  entero,  y  éste  es  un  carác- 
ter esenciallsimo  de  la  D.  anglica  Huds.  {D.  longifolia  L.). 
Vemos  aquí  otra  forma  transitoria,  otra  especie  en  vía^s  de 
formación. 

Polimorfismo  de  las  hojas  del  Ricino 

POR 

D.    EDUARDO   REYES   Y   PROSPER. 

El  poliformismo  de  las  hojas  de  una  misma  planta,  aun 
constriñéndose  sólo  á  su  morfología  externa,  ha  sido  objeto 
de  profundos  y  curiosos  estudios. 


DÉ   HÍStORIA  KATüRAt.  '  1158 

Descartando  los  conocidos  y  notabilísimos  casos  en  que  las 
hojas  de  la  misma  planta  cambian  sus  formas  y  sus  funciones, 
por  encontrarse  en  distinto  medio,  y  prescindiendo  también 
de  los  cambios  de  forma  observados  en  la  proximidad  de  kis 
cubiertas  florales  ó  bien  en  la  proximidad  de  la  tierra,  en  las 
hojas  denominadas  con  impropiedad  radicales,  hay  casos  cu- 
riosos de  polimorfismo  foliar,  no  comprendidos  tampoco  en 
los  fenómenos  de  filodización  y  filomorfosis.  ' 

Citan  los  botánicos  org-anóg-rafos  el  polimorfismo  del  Sym- 
phoricarpus  racemosus  Michx.,  el  de  las  hojas  de  la  Broimo- 
netia  2^wpyrifera  Vent.,  y  alg-unos  otros  más. 

Convencido  de  que  al  estudiar  cada  teoría  debemos  hacer 
observaciones  propias,  al  par  que  repetir  en  lo  posible  las  que 
citan  los  autores,  he  procurado  ver  en  bastantes  plantas  casos 
de  polimorfismo  foliar. 

El  ricino  (Ricimis  communis  L.),  es  planta  anual  en  el  clima 
de  Madrid  y  planta  perenne  en  Valencia,  y  en  los  frondosos 
ricinos  que  crecen  cerca  de  la  orilla  del  mar  en  los  jardines 
de  alg'unas  casas  en  el  Cabañal,  pude  ver  una  diferencia  de 
formas  de  hojas  en  un  mismo  pie  de  planta  que  me  ha  pareci- 
do curiosa. 

En  dichos  ricinos  desde  lueg'o  se  advierte  una  forma,  que 
por  lo  repetida  que  se  encuentra,  podríamos  llamar  normal 
ó  común.  Esta  forma  la  represento  en  la  fig-.  A.  Entre  ella  se 
hallan  intercaladas  las  formas  que  afectan  las  fig-uras  B,  C,  D, 
E,  F,  G  y  H.  Todas  ellas  están  alg-o  esquematizadas  en  la  re- 
presentación. 

Numerando  los  lóbulos  de  dichas  hojas  fig-uradas,  veremos 
que  la  más  sencilla  de  las  formas,  la  B,  sólo  tiene  6  lóbulos. 

Duplicación  del  raquis  núm.  1  de  la  forma  B  nos  presenta 
la  fig".  C  que  parece  iniciar  la  forma  común  A.  Más  parecida 
aún  á  la  forma  común  es  la  representada  en  la  fig*.  Z?,  donde 
ya  se  manifiestan  muy  claramente  los  lóbulos  1  y  2. 

Otra  derivación  de  la  forma  sencilla  B  podemos  observar  en 
la  fig".  E,  en  la  que  el  lóbulo  4  de  la  forma  B  aparece  dando 
orig-en  á  dos  rudimentos  de  lóbulos  (4  y  5  de  la  fig-.  E).  El 
lóbulo  correspondiente  al  núm.  6  de  la  fig*.  B  vemos  que  tam- 
bién se  bifurca  dando  origen  á  otros  dos  lóbulos  rudimenta- 
rios (7  y  8  de  la  fig-.  E). 

Formas  también  procedentes  del  tipo  B  son  las  figuradas 


^m 


BOLETÍN    DE  LA   SOClEÜAÍ)  ESPAÑOLA 


con  las  letras  Fy  G  por  duplicación  de  sus  lóbulos  2  y  6.  La 

forma  G  se  presenta 
con  más  frecuencia  que 
lai^. 

Por  último,  merece 
particular  mención  la 
forma  H ,  que  parece 
derivarse  de  la  forma 
común  A  por  bifurca- 
ción del  lóbulo  5  que 
da  orig-en  á  los  lóbu- 
los rudimentarios  5y6 
de  la  fig-.  H. 

Vemos  ,  pues  ,  que 
hay  tendencias  en  di- 
chos ricinos  á  que  las 
hojas  teng-an  8  lóbulos, 
pues  todas  las  varian- 
tes que  se  pueden  de- 
ducir de  la  forma  sen- 
cilla^, que  por  cierto 
no  es  muy  frecuente, 
conducen  á  la  forma 
común  A  y  ésta  á  su 
vez  á  la  ZT  ó  á  la  for- 
ma G. 

Todas  las  formas  aquí 
representadas  se  han 
tomado  del  natural  en 
hojas  completamente 
adultas,  y  aunque  sus 

formas  Comparativamente  sean  transición  unas  de  otras,  en 

la  planta  las  fig-uras  descritas  eran  ya  permanentes  para  cada 

hoja. 


boletín 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 


Sesión   del   6   de  Febrero   de   1901. 

PRESIDENCIA    DE    D.    FEDERICO    OLORIZ. 

Se  leyó  y  aprobó  el  acta  de  la  sesión  anterior. 
Asiste  el  limo.  Sr.  D.  Ag-ustín  Sarda,  Director  de  la  Escuela 
Normal  Central  de  maestros  de  Madrid. 

Correspondencia. —El  Secretario  leyó  una  comunicación  del 
Bibliotecario  de  la  Universidad  de  Toulouse  anunciando  el 
envío  de  los  Archives  de  Zuologíe  expérhnentale  et  genérale  co- 
rrespondientes á  los  años  1892  á  1900,  los  cuales  se  lian  reci- 
bido en  efecto,  y  al  que  debe  corresponder  nuestra  Sociedad 
remitiendo  los  tomos  que  completan  la  colección  de  nuestros 
Anales  que  posee  aquella  Universidad. 

Otra  del  Dr.  Jules  Richard,  Director  del  Museo  oceanog-ráfico 
de  Monaco,  anunciando  que  están  instaladas  en  dicho  centro 
todas  las  colecciones  recog-idas  en  las  campañas  del  Hirondelle 
y  de  la  Princesse-AIice,  donde  deberá  dirig-irse  la  correspon- 
dencia relativa  al  Museo  ó  á  los  trabajos  científicos  del  Príncipe. 

Admisiones. — Quedó  admitido  como  socio  D.  César  Sobrado 
Maestro,  de  Madrid,  presentado  en  la  sesión  anterior. 

Presentaciones.— D.  Vicente  Pérez  Cano,  residente  en  Madrid, 
calle  Mayor,  59,  presentado  por  D.  Ang-el  Cabrera  Latorre;  don 
José  Maxim.  Correa  de  Barros,  de  San  Martinho  d'Anta,  Sabro- 
za,  Portug-al,  presentado  por  D.  Jorge  LauflFer;  y  el  Instituto 
de  2.*  enseñanza  de  Guadalajara,  que  solicita  fig-urar  en  la 
lista  de  socios,  á  propuesta  del  catedrático  de  dicho  estableci- 
miento D.  Salvador  Prado  y  Sáinz. 

N."  2 -Febrero,  1901.  8 


106  boletín  de  la  sociedad  española 

Fallecimientos. — Se  participó  el  de  D.  Enrique  Gómez  Carras- 
co, que  pertenecía  á  la  Sociedad  desde  1886  y  tomó  parte  ac- 
tiva en  sus  trabajos  durante  larg-o  tiempo.  Era  el  finado  Licen- 
ciado en  Ciencias  naturales  y  entusiasta  entomólog-o,  y  con- 
tribuía con  sus  frecuentes  excursiones  á  la  exploración  de  la 
fauna  española.  Su  colección  de  coleópteros,  muy  numerosa 
y  perfectamente  dispuesta  y  ordenada,  encierra  muchas  es- 
pecies interesantes  y  numerosos  datos  g"eog"ráficos  que  sería 
conveniente  recog-er. 

Las  excelentes  prendas  personales  que  adornaban  al  señor 
Gómez  Carrasco  de  todos  eran  conocidas,  así  como  su  asidui- 
dad para  el  trabajo  y  su  entusiasmo  científico,  que  nunca  des- 
mayó aun  en  medio  de  las  contrariedades  de  la  vida  que  ag-o- 
biaron  por  modo  harto  cruel  á  nuestro  pobre  amig-o.  Sirva  de 
consuelo  á  su  familia  esta  manifestación  de  duelo  que  la  Su- 
ciedad le  envía. 

Ig-ualmente  se  acordó  constara  en  el  acta  el  sentimiento  con 
que  se  había  sabido  el  fallecimiento  del  socio  de  Zarag'oza, 
D.  Jacinto  Marcos  Zamora,  de  que  se  da  cuenta  en  el  acta  de 
aquella  Sección. 

Proposiciones. — Continuó  la  discusión  pendiente  sobre  la  pro- 
posición hecha  por  el  Sr.  Martínez  Escalera  en  la  sesión  ante- 
rior referente  á  la  conveniencia  que  en  su  concepto  tendría 
que  nuestra  Sociedad  elevara  á  los  Poderes  públicos  una  ex- 
posición pidiendo  que  la  Historia  Natural  forme  parte  en 
nuestro  país  de  la  enseñanza  primaria. 

El  Sr.  Bolívar  presentó  al  Sr.  Director  de  la  Escuela  Normal 
de  maestros  de  Madrid,  D.  Ag-ustín  Sarda,  á  quien  había  supli- 
cado nos  honrase  con  su  asistencia  á  esta  sesión  y  nos  diese 
sus  luces  sobre  la  cuestión  apuntada  y  respecto  á  la  oportuni- 
dad y  forma  de  realizar  aquel  pensamiento.  Invitado  á  hablar 
por  el  Sr.  Presidente,  el  Sr.  Sarda,  después  de  ag-radecer  la 
atención  que  se  le  había  dispensado,  expuso  la  historia  del 
asunto,  su  estado  actual  y  las  g-estiones  que  á  su  juicio  podría 
hacer  con  más  provecho  nuestra  Sociedad,  con  el  objeto  in- 
dicado. 

La  ley  de  Instrucción  pública  de  1857  disponía  ya  se  diese 
en  las  Escuelas  primarias  superiores  enseñanza  de  Ag-ricul- 
tiira,  Industria  ó  Comercio,  seg-ún  las  condiciones  de  cada 


DE    HISTORIA   IÑATURAL.  107 

localidad;  pero  faltando  base  científica  á  los  maestros,  en  la 
práctica  resultó  ineficaz  el  cumplimiento  de  tal  disposición. 

En  las  Escuelas  Normales  de  Maestros  se  han  enseñado  siem- 
pre la  Física  y  la  Historia  natural;  mas,  por  varias  causas, 
aparte  los  tiempos  de  Montesinos,  en  que  brillaron  en  la  Cen- 
tral sabios  como  Massarnau,  Rodríg-uez,  el  inolvidable  D.  Lu- 
cas de  Tornos  y  otros,  y  salvo  honrosas  excepciones,  esas  en- 
^señanzas  han  sido  muy  deficientes. 

En  la  Normal  Central  de  Maestras  se  establecieron  en  1881, 
a\  reorg-anizarse  dicha  Escuela  siendo  ministro  de  Fomento  el 
Sr.  Albareda,  y  con  má'fe  ó  menos  desarrollo  han  seguido  sub- 
sistiendo hasta  hoy,  pero  sólo  desde  el  curso  último  se  han 
establecido  en  las  demás  Escuelas  Normales  de  Maestras. 

En  la  actualidad  se  inicia  un  movimiento  en  favor  de  la 
enseñanza  científica  de  los  maestros,  que  promete  dar  fruto 
dentro  de  pocos  años:  según  el  Programa  de  G  de  Julio  úl- 
timo, decretado  por  el  actual  Ministro  de  Instrucción  pública, 
i?r.  García  Alix ,  se  prescriben  los  estudios  científicos  para 
maestros  y  maestras  con  aplicación  á  la  Agricultura  y  á  la 
Higiene,  debiendo  darse  estas  enseñanzas  desde  el  primer 
curso  y  seguir  en  los  cuatro  restantes.  En  el  Normal  forman 
un  grupo  independiente  del  de  Letras,  y  se  prescribe  que 
revistan  un  carácter  esencialmente  práctico;  y  así  se  hace  ya 
en  dicha  Central,  donde  se  han  instituido  cursos  especiales 
á  cargo  de  profesores  también  especiales  que  marchan  muy 
bien  y  que  darán  excelentes  resultados.  No  procede,  pues,  so- 
licitar se  incluyan  en  los  Programas  clases  de  ciencias  físicas 
y  naturales,  puesto  que  esto  -está  ya  decretado;  á  juicio  del 
Sr.  Sarda,  sería  más  útil  la  gestión  de  la  Sociedad  pidiendo  de 
los  Poderes  públicos  se  ampliaran  los  Programas  de  ciencias 
en  todas  las  escuelas  de  niños  y  de  niñas,  sea  cualquiera  su 
€lase.  Quizás  también  convendría  solicitar  se  abriera  un  con- 
curso para  premiar  los  mejores  Manuales  sobre  dichas  cien- 
CÍÜ.S  con  aplicación  á  la  Hig-iene  y  á  la  Ag-ricultura,  que  se 
presentasen;  entendiéndose  que  estos  libros  no  habían  de  des- 
tinarse á  servir  de  textos  para  los  niños,  á  los  que  sólo  se  debe 
enseñar  con  hechos,  con  experimentos,  con  ejemplares  y  con 
■excursiones,  sino  destinados  á  la  instrucción  de  los  maestros. 

Hicieron  varias  observaciones  los  Sres.  Vázquez  Figueroa. 
Rodríguez  Mourelo,  Cerezo  y  Gredilla,  que  el  Sr.  Presidente 


108  boletín  de  la  sociedad  española 

resumió  diciendo  que,  seg-ún  la  opinión  dominante  entre  lo& 
que  habían  tomado  parte  en  la  discusión ,  urg-ía  dar  conoci- 
mientos sistemáticos  de  ciencias  físicas  y  naturales  en  las  Es- 
cuelas elementales  de  nuestro  país;  pero  que  los  pareceres  se- 
dividían  en  punto  al  modo  de  realizarlo;  seg"ún  unos,  con 
ayuda  de  libros,  y  sin  este  medio,  seg"ún  otros.  Expuso  des- 
pués su  opinión  de  que  la  Sociedad  no  debía  limitarse  á  hacer 
su  exposición  á  los  Poderes  públicos  en  términos  vag'os,  sino 
presentando  un  modelo  de  un  cuestionario  y  una  ó  varias  lec- 
ciones con  el  carácter  elemental  y  pedag-óg-ico  que  debieran 
revestir  los  Manuales  de  que  hablaba  el  Sr.  Sarda,  invitando  á 
todos  los  socios  presentes  que  tuvieran  para  ello  tiempo  á  traer 
para  la  sesión  próxima  alg-ún  trabajo  en  este  sentido,  y  en 
particular  á  los  Sres.  Rodríg-uez  Mourelo,  Cerezo,  Gredilla  y 
Calderón,  Finalmente,  el  Sr.  Bolívar,  se  congratuló  de  haber 
invitado  al  Sr.  Sarda  y  propuso  que,  en  recompensa  á  la  aten- 
ción que  éste  había  tenido  con  la  Sociedad,  los  socios  que 
hacen  excursiones,  recog-ieran  en  ellas  objetos  para  formar 
una  colección  española  que  sirviera  para  la  enseñanza  en  la 
Escuela  Normal,  de  la  que  es  Director  el  Sr.  Sarda,  proposición 
que  fué  acog-ida  con  satisfacción  por  los  socios ,  así  como  por 
el  Sr.  Sarda  que  dio  las  g-racias  á  la  Sociedad  por  un  obsequio 
que  esperaba  había  de  ser  de  gTan  utilidad  para  la  Escuela. 

Comunicaciones  verbales.— El  Sr.  Calderón  dijo  lo  sig-uiente: 
El  gran  ejemplar  del  meteorito  de  Quesa  (Valencia),  notable 
hierro  meteórico  de  que  hemos  tenido  ocasión  de  ocuparnos  el 
Sr.  Boscá  y  yo  en  esta  Sociedad  en  notas  anteriores  (1),  ha  sido 
vendido  por  su  poseedor  al  Museo  de  Historia  natural  de  Viena, 
donde  forma  parte  de  tan  importante  colección. 

Nosotros  sólo  pudimos  disponer  para  su  estudio  de  frag-- 
nientos  inuy  pequeños,  en  tanto  que  en  Viena  podrán  com- 
pletarle con  mayores  elementos.  Nos  ha  parecido  por  eso  inte- 
resante transcribir  la  sig-uiente  noticia  del  Profesor  Cohén  en 
un  trabajo  recientemente  aparecido  (2): 


(!)  Boscá:  El  meteorito  de  Quesa  {Valencia),  Anal.  Soc.  esp.  de  Hist.  nat.,  t.  viii, 
Actas,  p;ig.  53;  y  Calderón,  idem,  pág.  217. 

(2)  VerzeicJmiss  der  Meteoriten  in  der  Qreifswalder  Sammlung  am  1.  Jamiar  1901^ 
p.  26.— Mitth.  d.  Natiirwissensch.  Ver./.  Neuvorpommern  u.  Rugen,  32  Jahrg. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  l.<» 

«Seg'ún  comunicación  particular  del  Sr.  Profesor  Berwerth, 
las  láminas  anchas  del  meteorito  de  Quesa,  se  encuentran  en 
los  límites  de  las  octaedritas  con  láminas  finas  y  las  de  las 
medianas.  En  consideración  á  su  contenido  en  Ni  +  Co  debe 
incluirse  en  el  primer  tipo.» 

— El  Sr.  Cabrera  Latorre  manifestó  que  después  de  publica- 
dos sus  Estudios  sobre  una  colección  de  monos  americanos  (1),  y 
al  ocuparse  en  clasificar  alg'unas  de  las  pieles  que  sin  montar 
se  conservan  en  el  Museo  de  Ciencias  naturales,  habia  hallado 
alg-unas  de  éstas,  pertenecientes  á  monos  del  viaje  al  Pacífico, 
de  cuya  existencia  no  tenía  conocimiento  al  redactar  su  tra- 
bajo. Afortunadamente,  son  todas  de  especies  ya  en  éste  men- 
cionadas y  de  las  mismas  localidades,  de  modo  que  sólo  hay 
que  hacer  alguna  corrección  en  lo  que  se  refiere  al  número 
de  ejemplares. 

De  Mycetes  senicuJus  hay  dos  pieles; -de  Lagothrix  P'ópyigii, 
una  de  9  adulta;  de  CeMs  capucinus,  tres;  de  Ha-paU  jnjgmceay 
una;  de  Midas  QraeUsi,  dos,  y  de  M.  lagonotus,  otras  dos. 

Ning-una  de  ellas  ofrece  en  su  coloración  particularidad 
alg'una  que  merezca  ser  mencionada. 

— El  Sr.  Secretario  dio  cuenta  de  las  comunicaciones  reci- 
bidas, que  son:  Datos  ¡jara  ¡a  fauna  de  ¡a  provincia  de  Ciudad- 
Real,  por  el  Sr.  de  La  Fuente;  //  castagno  dal  miocene  a  noi  e  le 
sue  presenti  varietd  colturali,  por  el  Socio  correspondiente 
extranjero,  Sr.  Lodovico  Piccioli;  ambos  trabajos  pasaron  á  la 
Comisión  de  publicación.  Manifestó  también  haberse  recibido 
dos  nuevas  Notas  geográfico-hotánicas  de  nuestro  consocio, 
Sr.  Más  y  Guindall,  complemento  de  las  presentadas  en  la 
sesión  anterior  y  que  se  refieren  á  especies  alcarreñas  recogi- 
das en  diferentes  puntos  de  la  provincia  de  Guadalajara  y  en 
las  inmediaciones  de  Lérida  y  pueblos  próximos  á  esta  capital. 
Entre  las  últimas  figura  el  Carex  filiformis,  especie  nueva 
para  la  Flora  española;  descubrimiento  importante  ratificado 
por  nuestro  Presidente  Sr.  Lázaro,  y  que  acredita  la  importan- 
cia de  estas  exploraciones  locales  y  la  necesidad  y  convenien- 
cia de  alentar  á  nuestros  consocios  á  la  investig-ación  detenida 
y  minuciosa  de  nuestra  Península.  La  Sociedad  acogió  con 


(1)    Anal,  de  la  Soc.  esp.  de  Hist  nat.,  tomo  xxix,  pág.  65,  1900. 


lio  BOLETÍN    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

satisfacción  las  Notas  referidas  y  acordó  pasaran  á  la  Comi- 
sión de  Catálog-os  para  utilizar  los  numerosos  datos  que  con- 
tienen. 

Secciones. — La  de  Sevilla  celebró  sesión  el  27  de  Enero  de- 
1901,  bajo  la  presidencia  del  señor  Marqués  de  San  Gil,  y  en 
ella  tomó  posesión  la  Junta  nombrada  en  la  sesión  anterior,, 
leyéndose  las  siguientes  comunicaciones  bibliográficas  de  don 
Francisco  de  las  Barras: 

I.  Uno  de  los  libros  más  interesantes  desde  el  punto  de  vista 
de  la  historia  de  España  en  América,  es  el  publicado  recien- 
temente en  Sevilla  por  el  disting*uido  ing-eniero  de  Minas  don 
Manuel  de  la  Puente  y  Olea  con  el  título  Los  trabajos  geográfi- 
cos de  la  Casa  de  Contratación  de  Sevilla. 

Aunque  la  índole  de  la  obra  no  corresponde  exactamente  al 
objeto  de  nuestra  Sociedad,  su  importancia  y  la  naturaleza  de 
alg-unos  datos  que  contiene  justifica  el  que  se  dé  aquí  una  li- 
gera noticia  de  aquélla. 

Consta  de  tres  partes.  La  primera  se  ocupa  de  la  historia  de 
la  Casa  de  Contratación  de  Sevilla  y  de  las  expediciones  á  des- 
cubrir que  en  ella  se  org-anizaron,  desde  la  de  Juan  de  la  Cosa 
hasta  el  viaje  de  Mag-allanes. 

La  seg-unda,  de  g-ran  interés  histórico  científico,  contiene 
datos  tan  importantes  como  el  descubrimiento  y  estudio  de  la 
corriente  marina,  conocida  hoy  con  el  nombre  de  Gíilf-Stream 
por  el  piloto  y  cartóg-rafo  de  la  Casa  de  Sevilla  Andrés  Morales, 
en  1515,  y  como  la  invención  de  un  aparato  para  determinar 
las  variaciones  de  la  ag-uja  mag-nética  por  el  boticario  sevillano 
Felipe  Guillen. 

La  tercera  y  última  parte  se  ocupa  del  aumento  de  la 
fauna  y  flora  americana  por  los  españoles,  importando  casi 
todas  las  plantas  que  habían  de  ser  en  lo  sucesivo  fuentes  del 
enriquecimiento  de  aquellos  países.  Trata  primero  de  la  ñora, 
estudiando  por  separado  la  introducción  del  trigo,  arroz,  le- 
g-umbres  y  hortalizas;  naranjos  y  limoneros,  la  vid,  frutales 
españoles,  el  olivo,  la  caña  dulce,  los  plátanos,  ñores,  plantas 
aromáticas,  etc.  Después  trata  de  la  fauna,  ocupándose  primero 
de  los  animales  de  carg-a  y  trabajo,  como  el  caballo  y  burro,  y 
lueg-o  de  los  productores  de  carne  y  leche,  como  la  vaca,  cabra^ 
cerdo  y  oveja. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  111 

Con  las  lig-eras  indicaciones  que  quedan  hechas  y  añadir,  en 
cuanto  á  la  extensión  del  trabajo,  que  es  un  libro  en  folio  de 
451  pág-inas,  basta  para  comprender  la  importancia  de  la  obra 
realizada  por  el  Sr.  de  la  Puente. 

11.  El  disting-uido  y  activo  botánico  Mr.  A.  de  Coincy,  que 
tanto  ha  contribuido  al  estudio  de  nuestra  flora  con  numero- 
sas  excursiones  y  publicaciones,  acaba  de  enriquecerla  dando 
á  conocer  alg"unas  especies  y  variedades  nuevas  contenidas  en 
la  nota  núm.  11  de  la  serie  que  viene  publicando  con  el  título 
Plantes  nouvelles  de  ¡a  flore  tVEspagne,  inserta  en  el  Journal  de 
Botanique,  t.  xiv,  correspondiente  á  1900,  núm.  4. 

Se  ocupa  el  trabajo  de  ocho  plantas  interesantes  de  nuestro 
país,  haciendo  su  crítica  y  describiendo  las  siguientes  especies 
y  variedades  nuevas:  Centaurea  Lagascm  Nyn.  var.  Llorencis 
Coincy. — Crepis  lampsanoides  Frol.  var  Gredensis  Coincy.— Zi- 
naria  intricata  Coincy. — Betónica  Alopecurus  L.  var.  Amoris 
Coincy. — Globularia  oscensis  sp.,  vel  var.  Coincy. 

En  el  mismo  tomo  del  Joiiriial  de  Botaniquey  con  el  núm.  6, 
se  inserta  por  el  citado  Mr.  de  Coinc}^  otra  nota  crítica,  breve, 
pero  muy  interesante,  titulada  L'Echimn  Maritimum  Willd, 
esi-il  une  espéce? 

Como  conclusión  de  este  trabajo  y  resultado  del  estudio  de 
los  ejemplares  recog^idos  recientemente  en  Sierra  Nevada,  de- 
duce que  debe  desaparecer  la  especie  en  cuestión,  pasando  á  la 
sinonimia  del  Fckiu?)i  plantagiaeum  L. 

La  Sección  de  Zaragoza  celebró  sesión  el  30  de  Enero  de  1901 
bajo  la  presidencia  de  B.  Patricio  Borobio,  tomando  en  ella  po- 
sesión la  junta  directiva  nombrada  en  la  de  Enero,  ocupando 
la  presidencia  D.  Manuel  Díaz  de  Arcaya. 

Se  hicieron  las  siguientes  presentaciones  de  nuevos  socios: 

Numerarios. — D.  Mariano  Sánchez  Bruil,  catedrático  de  Agri- 
cultura en  el  Instituto  de  seg-unda  enseñanza  de  Zarag'oza,  pre- 
sentado por  D.  Juan  Pablo  Soler;  D.  Marceliano  Isabal  y  don 
José  Esteban  García  Fraguas,  presentados  por  D.  Félix  Gila  y 
Fidalgo. 

Agregados. — D.  José  Sánchez  Pérez,  presentado  por  D.  Juan 
Pablo  Soler. 

El  Sr.  Jimeno  leyó  una  nota  referente  á  un  autóg-rafo  de  don 
Ig-nacio  Jordán  de  Asso,  cuyos  clichés  fotozincográficos  pre- 


112  boletín  de  la  sociedad  española 

sentó,  é  hizo  la  sig-uiente  comunicación  sobre  la  electrólisis  de 
la  potasa  en  una  pared  de  Zarag-oza. 

El  día  20  de  Enero  de  1901 ,  me  remitió  el  ing-eniero  jefe  de 
la  Compañía  Electra  Peral  Zarag'ozana,  Sr.  (larnica,  muestra 
de  una  substancia  pastosa  y  blanca  que  se  había  encontrado 
junto  á  la  acometida  de  la  red  g-eneral  que  penetra  por  la 
fachada  de  la  casa  número  56  de  la  calle  de  Cerezo,  advirtién- 
dome que  los  operarios  que  recog-ieron  el  producto  al  hacer 
una  reparación,  afirmaban  que  era  luminoso,  y  que  al  caer  á 
la  calle,  mojada  por  la  lluvia,  desprendió  luz. 

La  masa,  por  su  aspecto,  parecía  un  hidrato  cáustico  deli- 
cuescente, acusaba  reacción  alcalina  intensa,  coloreaba  la 
llama  con  tinte  violeta,  apreciable  á  través  de  un  vidrio  azul 
y  al  romperse  las  porciones  más  duras  y  consistentes  del  pro  • 
ducto,  se  advertían  en  el  interior  puntos  y  manchas  de  una 
substancia  grisácea  que  descomponía  el  ag-ua,  inflamándose 
el  hidróg"eno. 

Como  mis  sospechas  podían  tener  fundamento  en  lo  que 
antecede,  traté  por  ag-ua  la  materia  sometida  á  ensayo, .y  se 
disolvió  parcialmente,  haciendo  lo  propio  el  residuo,  mediante 
lig-ero  exceso  de  ácido  clorhídrico. 

Evaporadas  distintas  g-otas  de  las  dos  soluciones,  después 
de  neutralizar  la  primera,  dio  con  el  cloruro  platínico  abun- 
dantes octaedros  y  tetraedros  amarillos  de  cloro-platinato  po- 
tásico, y  la  seg-unda,  cristales  de  sulfato  calcico  en  maclas  y 
flechas. 

Son  estas  reacciones  más  que  suficientes  para  comprender 
que  la  substancia  á  que  me  refiero,  era  hidrato  potásico  for- 
mado por  electrólisis,  y  que  esta  misma  acción,  suficientemente 
intensa  y  continuada,  lleg-ó  á  separar  potasio  en  estado  metá- 
lico, procediendo  el  yeso  del  material  que  revestía  la  fachada. 
Ig'norando  si  tan  sing-ular  fenómeno  se  ha  observado  en 
parte  alg-una,  me  limito,  por  ahora,  á  dar  cuenta  de  él. 
haciendo  constar  que,  por  haber  dispuesto  el  Sr.  Garnica  que 
no  se  tocase  la  acometida  en  cuestión,  pude  cuatro  días  más 
tarde,  recoger  nueva  cantidad  de  producto,  acumulado  como 
el  primero,  en  las  proximidades  del  alambre  neg-ativo,  corroído 
en; sus  envolventes. 

El  orig-en  de  la  potasa  hallada  en  tal  sitio,  es  lo  que  me 
resta  por  averig-uar,  pero  como  se  trata  de  un  muro  viejo  y  de 


DE    HlSTOlilA   NATURAL.  113 

una  casa  que  por  su  aspecto  debe  contar  más  de  dos  sig-Ios, 
situada  en  calle  estrecha,  húmeda  y  sombría,  quizá  los  efectos 
de  una  nitrificación  revelen  el  proceso  químico  al  analizar  los 
materiales  que  me  he  proporcionado. 

El  Sr.  Üreg-orio  y  Rocasolano  presentó  una  nota  del  Sr.  Pau, 
de  Seg-orbe,  ütuldd'd  Plauias  tenielanas  recogidas  por  D.  Anto- 
nio Badal. 

El  Sr.  Gila  dio  cuenta  del  fallecimiento  del  socio  D.  Jacinto 
Marcos  Zamora,  acordándose  constara  en  el  acta  el  sentimiento 
que  causaba  tan  sensible  pérdida,  encarg-ando  al  Sr.  Greg-orio 
la  redacción  de  una  noticia  necrológ-ica  sobre  el  finado. 

El  Sr.  Soler  dio  lectura  á  un  resumen  de  todos  los  trabajos 
llevados  á  cabo  en  los  dos  años  que  cuenta  de  existencia  la 
Sección,  y  que  patentiza  su  floreciente  estado. 


Notas  y  comunicaciones. 
Algunas  especies  raras,  nuevas  ó  criticas  de  la  Flora  gallega 


EL   II.    P.    BALTASAR   MERINO. 

A.unque  en  otra  ocasión,  si  los  propósitos  que  abrig-amos  se 
cumplen,  haremos  una  relación  alg-o  extensa  de  nuestros  via- 
jes de  herborización  por  Galicia,  especialmente  de  los  verifi- 
cados en  el  transcurso  de  1900;  iremos,  desde  lueg'o,  por  me- 
dio de  algunas  notas,  adelantando  la  noticia  de  las  especies 
raras,  nuevas  ó  críticas  que  hemos  tenido  la  buena  fortuna  de 
encontrar.  Y  si  alg-uien  se  extrañare  de  que  aún  quedan  espe- 
cies por  descubrir,  recuerde  que  no  es,  ni  mucho  menos,  la 
Flora  española,  entre  las  europeas,  la  mejor  conocida  (por 
falta,  sin  duda,  de  suficiente  número  de  cultivadores  de  la  bo- 
tánica sistemática),  y  que  entre  las  varias  reg"iones  de  nuestra 
península  quizás  la  g-alleg-a  sea  de  las  menos  exploradas. 
Y  aquí  paréceme  oportuno  consig-nar  la  autorizada  opinión  del 
Sr.  Pau,  á  cuyo  ilustrado  criterio  he  sometido  g'ustoso  todas 
las  especies  g-alleg-as,  que  de  a'g-ún  modo  se  apartan  y  diferen- 
cian de  las  ya  conocidas  en  otras  rcg-iones:  díceme,  pues,  en  la 
última  carta:  «La  flora  g'alleg-aes  difícil  por  tratarse  casi  siem- 


lu  boletín  de  la  sociedad  española 

pre  de  especies  escépticas,  formas  g-eográficas ,  pequeñas  es-. 
pedes,  como  ahora  dicen.  Es  la  única  reg-ión  española  que  pre- 
senta mayor  número  de  especies  en  vías  de  diferenciación.» 

La  reg-ión  donde  hemos  log-rado  penetrar  el  verano  pasado, 
estoy  casi  seg-uro  que  no  ha  sido  pisada  por  ningnin  botánico; 
la  multitud  de  especies  raras,  en  su  g-ran  mayoría  nuevas  para 
la  Flora  g-alleg-a,  lo  da  bastante  á  entender.  Además,  existen 
especies  que  por  una  causa  ó  por  otra  van  ocupando  cada  día 
habitación  más  restring'ida  y  se  refug'ian  en  parajes  más  re- 
cónditos. Y  si  esto  sucede  con  varias  de  las  ya  conocidas,  ¿cómo 
neg-ar  a  priori  que  acontezca  lo  propio  con  otras  aún  no  descu- 
biertas y  que  quizás  no  lo  han  sido  por  esta  misma  razón? 

Esto  supuesto ,  hé  aquí  alg'unas  de  las  que  hemos  recog-ido 
y  estudiado. 

JPohjsüchnm  rigidum  DC.  Encontrado  al  pie  de  la  dehesa  lla- 
mada Rog-ueira,  en  lo  más  internado  del  Courel,  á  1.100  m.  so- 
bre el  mar.  Nueva  para  la  Flora  g-alleg-a.  A  poca  distancia  vi- 
mos el  P.  filix  mas  Rth.,  con  cada  seg-mento  primario  partido 
en  otros  dos  también  primarios,  pero  de  seg-undo  orden;  el 
mismo  fenómeno  teratológ-ico  hemos  notado  en  alg-unos  indi- 
viduos del  Asplenium  filix  femina  Brnhd.  M.  P.  Izoard  lo  ha 
observado  en  el  Scolojjendriiim  ojicinah  Sm. 

Phalaris  paradoxa  L.,  v.  irevis  (v.  n.).  «Gracilior,  thyrso  ova- 
to.»  En  los  arenales  de  la  playa  de  San  Ciprián  (Lug-o). 

Arrheiíatherum  elalius  M.  K. ,  v.  y)  Maristatuin  (v.  n.).  «Pa- 
lea floris  fertilis  inferiore  long-a  arista  g-eniculata  prsedita.» 
En  los  campos  de  Lor,  no  lejos  de  Quirog-a  (Lug-o). 

Koeleria  crassipes  Lg-e.  La  especie  vive  en  los  terrenos  cali- 
zos del  valle  de  Lózara,  y  la  variedad  7ievadensis  Hack.  en  los 
recuestos  alg-o  despejados  de  la  mencionada  Rog-ueira:  las  ho- 
jas son'ríg-idas  con  marg-en  callosa  y  el  tirso  aovado-oblong-ó, 
no  cilindrico  como  en  la  especie. 

Poa  sudetica  Hke.  Esta  planta  que  habita  en  los  Pirineos 
aparece  abundante  en  lo  más  elevado  y  frag-oso  de  la  Rog-ueira 
1.400-1.500  m.  sobre  el  mar,  asociada  á  otras  de  g-ran  interés, 
tales  como  A  denostyhs  pyrenaica  Lg-e. ,  A  conitum  Lycoctomim  L., 
ComaUaria  verticiUata  L.,  Eryngmm  Duriaecumm  Gay.,  Eii- 
phorUa  hiberna  L.,  Chamaenerium  angii^tifolium  Scop.,  Doroni- 
ctim  austriacum  Jacq.,  Ranuncíihis  aconitifoUns  L. ,  Veratrum 
alhnm  L.,  etc.,  etc. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  11& 

Nardíirus patens  Hack.  «Culmo  (5-10  dm,  alto  vel  ultra,  spica 
laxa  saepe  basi  ramosa,  ramis  strictis,  spiculis  quam  in  specie 
multoties  majoribus,  lanceolatis,  5-9  floris.»  Vive  en  los  sem- 
brados de  Diomondi,  Ayuntamiento  de  Saviñao  y  en  los  de 
Chantada  iLug-o).  Ha  cundido  tanto,  sobre  todo  en  los  campos 
del  primero  de  dichos  pueblos,  que  constituye  una  terrible 
calamidad  para  los  labradores,  que  no  hallan  manera  de  ex- 
terminarla. Seg-ún  el  8r.  Pau,  esta  variedad  se  acerca  al  A^ar- 
dunis patens  Hackel,  especie  portug-uesa. 

Lolimn  remotum  Schv.  (L.  UnicoJa  Souder.),  v.  Rodriguedi ., 
V.  n.  «Spiculis  g-luma  long-ioribus,  palea  interiore  aristam  ea- 
dem  2-3  long-iorem  g-erente.»  En  los  montes  entre  Galdo  y  Vi- 
vero (Lugo),  Dedicóla  con  sumo  g-usto  á  mi  amig*o  D.  Marceli- 
no Rodríg-uez  Franco,  residente  en  Galdo,  quien  no  sólo  me 
acompañó  en  las  excursiones  por  aquellos  campos  y  montes  de 
Galdo  y  Vivero,  sino  que  me  ha  remitido  ya  dos  colecciones  de 
plantas  por  él  bien  preparadas  ,  en  la  última  de  las  cuales  ve- 
nía la  PoteniiUa  mixta  Nolte,  que  no  se  había  encontrado 
hasta  ahora  en  la  Península,  seg'ún  creemos. 

Entre  las  orquídeas  recolectadas  son  nuevas  para  la  Flora  de 
Galicia: 

Orchis  coriophora  L.\  montes  de  Galdo,  cerca  de  Vivero 
(Lug-o). 

Orchis  provincialis  Balb.;  prados  de  Lor,  cerca  de  Quirog-a 
(Lug'o). 

Orchis  conopsea  L.;  campos  de  Ber  y  de  Chantada  (Lug-o). 

Aceras  authrojmphora  R.  Br.;  entre  piedras,  en  el  valle  Lózara 
(Lug-o). 

Ophrys  apifera  Huds. ;  en  Diomondi,  cerca  de  Chantada. 

Además  es  abundante  en  las  colinas  que  rodean  á  Galdo,  la 
Orchis  bifolia  L. 

Cardiius  australisJovd.  Envista  de  la  muestra  remitida  hace 
notar  el  Sr.  Pau  que  entre  las  subespecies  ó  formas  creadas  á 
expensas  de  la  especie  típica  Carduns  nigrescens  Will.,  existe 
el  C.  australis  Jord.,  el  cual  comparado  con  nuestros  ejempla- 
res no  se  diferencia  de  un  m.odo  apreciable.  Cog-ido  en  las  pen- 
dientes del  valle  de  Lózara,  cerca  de  Santalla  (Lug-o),  y  nueva 
para  la  Flora  española. 

Heterotaenia  Pañi  (sp.  n.). 

«Tubere  g-loboso,  minuto,  cicerismag-nitudine:  caule  erecto^ 


116  boletín  de  la  sociedad  española 

^•racili,  patule  piloso,  basi  flexuoso,  siraplici  vel  frequentius 
ápice  1-2  ramos  umbella  termiiiatos  et  axim  primarium  supe- 
rantes, edente:  foliis  triang-ularibus  parvis:  iuferioribus  (cito 
(leciduis)  et  mediis  petiolatis,  pinnatisectis,  seg-mentis  ovatis 
pinnatifidis  v.  dentatis,  lobis  dentibusque  acutis;  superioribus 
in  vag'ina  sessilibus,  trisectis,  seg-mentis  aug-uste  linearibus, 
integris  v.  laciniatis;  vag-inis  ómnibus,  marg-ine  praesertim 
<lense  patule  pilosis:  umbellse  radiis  8  12  g-labris,  subaequi- 
long-is;  involucro  et  involucello  nullo:  petalis  albis,  obcordatis, 
•exterioribus  radiantibus,  profunde  bilobis,  apiculo  inflexo, 
medio  vitta  fusca  notatis:  diachenio  oblong'o-ovato  sursum 
attenuato,  fusco,  nitido,  striato,  et  ápice  carpophori  indivisi 
adnexo;  jug-is  obsoletis;  styllopodio  hemisphaerico  styliis  di- 
verg'entibus  subtriplo  breviore.» 

Ad  vicum  Diomondi,  iu  nemore  pertinente  ad  villam  nomi- 
ne Las  Cortes  notam  in  prov.  Incensé. 

Esta  planta  de  la  sección  de  las  tuberosas,  tribu  de  las  Ami- 
ms,  presenta  un  porte  y  conjunto  de  caracteres  tan  sing-ular 
que  al  primer  aspecto  se  diferencia  notablemente  de  todas  las 
especies  de  dicba  sección,  y  seg-ún  el  parecer  del  Sr.  Pau,  qui- 
zás fuera  más  conveniente  crear  un  nuevo  g'énero  que  aplicarla 
á  alg-uno  de  los  ya  conocidos.  Las  hojas  no  son  sobredescom- 
puestas,  sino  simplemente  pinado-hendidas,  y  los  seg-mentos 
•en  las  inferiores  y  inedias  anchos;  por  los  estilos  sólo  diver- 
g-entes  y  no  doblados  se  asemeja  á  un  Conopodium;  pero  el  dia- 
quenio,  el  estilopodio  y  el  carpóforo  son  propios  del  Hetero- 
taenia.  > 

Astrocarpus  lalifolius  (sp.  n.). 

xLaete  virens,  perennis,  multicaulis,  procumbens:  caulibus 
cito  denudatis  ramos  foliosos  edentibus,  e  quorum  ápice  rosu- 
latü  ramuli  floriferi  prodeunt:  foliis  carnosis,  oblong-is  v.  oblon- 
g-o-spathulatis  4-5  cm.  long-.  5-7  mm.  latis  (sectione  latiore): 
racemis  elong-atis,  laxifloris;  pedicellis  X  mm.  L,  fructiferis 
incrassatis ;  sepalis  quatuor  orbicularibus ,  quinto  superiore 
minore,  ovato,  acutiusculo,  ómnibus  vel  sub  anthesi  reflexis; 
petalis  g-landulai  affixis;  superioribus  7-9  laciniatis,  Ínfimo 
una  lacínula  constante:  starainibus  12-16  g-labris,  antheris  ña- 
vis;  carpidiis  ssepius  7  g-labris ,  g-ibbis,  g-ibbere  styllum  supe- 
rante.» 

Hace  ya  seis  años  que  se  cultiva  esta  planta  en  el  botánico 


DE    HISTORIA   NATURAL.  117 

del  Coleg-io,  trasladada  de  los  arenales  de  la  playa,  sin  que 
haya  experimentado  la  más  mínima  modificación.  Fuera  de 
los  caracteres  expuestos,  comparada  con  el  A .  Chisii  Gtiy,  aun- 
que en  todo  más  gruesa,  es,  sin  embarg-o,  más  blanda  y  her- 
bácea, y  no  pudiendo  sostenerse  derecha  á  causa  del  peso  de 
las  hojas  carnosas  y  ramos  floríferos  vive  tendida  sobre  la  are- 
na. Dase  en  los  arenales  de  la  costa  entre  La  Guardia  y  Oya, 

Viaje  del  Sr.  Martínez  Escalera  á  Persia 

Mamíferos 

POR 

D.    ÁNGEL    CABRERA    LATORRE. 

En  la  introducción  á  su  obra  sobre  la  Zoolog-ía  de  Persia,  dice 
Blanford,  hablando  de  lo  poco  estudiadas  que  están  alg-unas 
partes  de  este  reino  bajo  el  punto  de  vista  científico:  «Inmensas 
extensiones  del  país  no  han  sido  jamás  exploradas  por  ning-ún 
zoólog'o.  Conocemos  muy  imperfectamente  la  fauna  de  las  lla- 
nuras que  se  extienden  desde  el  Tig-ris  hasta  el  pie  de  los  mon- 
tes Zag-ros,  y  aun  sabemos  menos  de  los  animales  que  habitan 
estos  montes»  (1).  Las  reg'iones  á  que  el  naturalista  inglés  hace 
referencia,  y  de  las  que  la  primera,  la  de  las  llanuras,  traspasa 
la  frontera  persa  para  internarse  en  la  Turquía  asiática,  son 
precisamente  las  en  g-ran  parte  recorridas  hace  unos  dos  años 
por  nuestro  consocio  D.  Manuel  Martínez  Escalera,  y  de  ellas 
procede,  por  consig-uiente,  la  pequeña  colección  de  mamíferos 
objeto  de  estas  notas.  Dicho  esto,  creo  fácil  de  comprender  la 
importancia  de  esta  colección;  mas  por  si  el  hecho  de  venir  de 
localidades  tan  poco  visitadas  no  bastase  á  hacerla  interesante^ 
añadiré  que  lo  es  también  porque  de  las  14  especies  que  la 
componen,  el  Museo  de  Madrid  tan  sólo  poseía  una  (Vesjyentgo 
Kiililii),  lo  que  además  comunica  cierto  valor  á  su  adquisición. 

Las  especies  que  en  la  colección  fig'uran  son  casi  todas  de 
pequeño  tamaño,  perteneciendo  en  su  mayor  parte  al  orden  de 
los  roedores.  Entre  las  que  en  este  caso  se  encuentran,  he  ha- 
llado una  que  me  ha  parecido  nueva  y  como  tal  la  describo 
más  adelante. 

(1)    EastPersia;n,Zoolog7/,\S'G,^éig.2. 


118  boletín  de  la  sociedad  española 

1.  Vesperugo  Kuhlii  Natter. 

Tres  cfcT  y  doce  QQ.  Bag'dad  (Marzo). 

2.  Taphozous  nudiventris  Cretzsclim. 
Un  (f  y  una  Q.  Mohammerah  (Octubre). 

Creo  que  este  quiróptero  no  había  sido  hasta  ahora  encon- 
trado en  Persia.  pues  ni  Blanford  lo  cita  en  su  obra,  ni  Troues- 
sart,  en  su  Catalogiis  Mammalium ,  le  asig'na  como  localidad 
parte  alg'una  de  este  país. 

3.  Mustela  boccamela  Cetti. 
Un  solo  ejemplar.  Alto  Karoum. 

4.  Vulpes  leucopus  Blyth. 

Una  cabeza  en  mal  estado.  Alto  Karoum. 

5.  Myoxus  dryas  Schreb. 

Un  ff.  Alto  Karoum?,  una  Q  y  tres  hijuelos.  Chag-ajor  (Julio). 

6.  Meriones  erythrurus  Gray. 
Una  9.  Bag'dad  (Marzo). 

7.  Dipodillus  dasyurus  AVag-n. 
Una  9  joven.  Amarah  (Abril). 

He  determinado  esta  especie  seg-ún  la  característica  y  des- 
cripción publicadas  por  Wagmer  (1).  En  el  ejemplar  de  la  co- 
lección, sin  erabarg-o,  nótase  una  pequeña  diferencia,  por  ser 
■el  pelo  de  la  cola  más  bien  escaso  que  abundante,  pero  esto 
acaso  sea  debido  á  la  poca  edad. 

8.  Mus  bactrianus  Blyth. 

Dos  ejemplares.  Bag'dad  (Marzo);  Amarah  (Abril). 

9.  Nesokia  Hardwickii  var.  Huttoni  Blyth. 
Tres  ejemplares.  Bag'dad  (Marzo). 

10.  N.  argyropus  sp.  nov. 

N.  villosa,  siipra  ex  isadeUino  nigroque  variegata,  siibtus  albes- 
€6718,  pedibus  argentaiis,  cauda  mediocriíer  pilosa,  tuberculis 
plantañbus  quinqué. 

Un  sblo  ejemplar  Q  en  alcohol.  Chag-ajor,  en  la  vertiente 
oriental  de  los  montes  Bakhtyari,  á  cerca  de  2.500  m. 

Por  su  tamaño  y  aspecto  g-eneral  esta  especie  se  parece  bas- 
tante á  la  N.  Hardwickii.  Tiene,  sin  embarg'O,  la  cabeza  más 
voluminosa,  y  la  parte  desnuda  de  la  nariz  es  doblemente  an- 
cha. Los  dedos  de  los  pies  anteriores  son  alg'o  más  g-ruesos;  el 
seg-undo,  que  en  la  N.  HardwicMi  es  ig-ual  al  cuarto,  aquí  es 

(1)    Archives für  Nalttrgeschichte,  1, 1812,  pág.  20. 


DE    HISTORIA   NATURAL. 


119 


mucho  más  corto,  lleg-ando  apenas  á  la  mitad  del  dedo  medio, 
y  siendo,  por  consig'uiente,  solo  un  poco  más  larg-o  que  el 
quinto.  La  disposición  de  los  cinco  tubérculos  de  la  palma  es 
la  misma  en  ambas  especies.  En  los  dedos  posteriores  nótase 
también  alg-una  desemejanza,  pues  mientras  la  especie  Bard- 
nickii  tiene  el  segundo  y  el  cuarto  ig-uales  y  el  tercero  más 
larg-o,  la  que  ahora  es  objeto  de  nuestra  atención  presenta  el 
tercero  y  cuarto  ig-uales,  siendo  también  de  notar  la  desig-ual- 
dad  entre  el  primero  y  el  quinto,  que  en  la  otra  Nesokia  son 
casi  de  la  misma  long-itud. 

Pero  lo  que  constituye  el  carácter  más  peculiar  de  la  N.  ar- 
gyropM,  en  lo  que  respecta  á  los  pies,  es  el  número  de  tubércu- 
los en  los  posteriores.  Todas  las  Nesokia  hasta  ahora  conocidas 
llevan  en  la  planta  seis  de  estas  tube- 
rosidades ,  seg'ún  parece  indicar  Tho- 
mas  cuando,  al  hablar  de  la  A",  henga- 
lensis  en  uno  de  sus  interesantes  tra- 
bajos zoog-ráficos,  dice  que  son  «cinco 
en  los  pies  anteriores  y  seis  en  los  pos- 
teriores, como  en  las  otras  especies  del 
subg-énero»  (1),  y  seg'ún  yo  mismo  he 
podido  observar  en  los  ejemplares  de 
N.  Eardwickii  que  forman  parte  de 
esta  colección  (véase  a  en  el  g-rabado); 
pero  la  nueva  especie  es  una  excep- 
ción á  esta  reg-la,  pues  en  sus  plantas  sólo  se  observan  cinco 
tubérculos,  estando  el  tercer  par  de  los  tres  que  en  las  demás 
Nesokia  se  cuentan  sustituido  por  una  sola  verrug-a  muy  gran- 
de, de  forma  ovalada  y  colocada  un  poco  más  cerca  del  borde 
interno  del  pie  que  del  externo  {h  en  la  figura). 

Color  variado  de  amarillo  de  arena  y  negro.  El  pelo  es  muy 
largo  y  espeso,  negruzco  en  una  gran  extensión  á  partir  de  la 
raíz,  luego  de  color  de  arena  y  en  la  punta  negro;  según  la 
proporción  en  que  está  cada  uno  de  estos  colores,  el  matiz 
general  varía;  en  el  dorso  predomina  el  negruzco,  el  color  de 
arena  en  los  flancos,  y  en  la  cabeza  viene  á  establecerse,  por 
decirlo  así,  el  equilibrio,  resultando  un  color  pardo  amarillen- 


Pies  posteriores  derechos  de 

la  Nesokia  HardunchU  (a)  y 

la  A',  argyropus  {h). 


(1)    Proreedings  0/  thi  Zool.  Soc  of  London,  1881,  pág-.  527.  Thomas  considera  ;í  las 
Nesokia,  por  lo  menos  al  escribir  esto,  como  un  subgénero  del  género  Mus. 


120  boletín  de  la  sociedad  española 

to.  El  pelo  de  las  partes  inferiores  es  ceniciento  obscuro  con  las 
puntas  blancas.  Los  cuatro  pies  están  por  encima  cubiertos  de 
abundante  vello,  espeso  y  aterciopelado,  de  un  bonito  color  g"ris 
blanco  de  plata,  que  contrasta  notablemente  con  el  resto  del 
pelaje,  siendo  este  carácter  el  que  primero  me  llamó  la  atención 
j  el  que  me  hizo  dar  á  la  especie  el  nombre  argyropus  (de 
apyupo;,  plata,  y  r.fñi^  pie).  Estc  mismo  color  plateado  se  encuen- 
tra alrededor  de  la  boca,  siendo  también  el  de  los  pelillos  que, 
en  más  abundancia  que  en  la  N.  HardiricMi,  cubren  á  medias 
las  escamas  de  la  cola.  El  pelo,  muy  corto,  de  encima  de  la  nariz 
es  pardo  claro  con  reflejos  acerados.  Los  bigotes  neg-ros  y  blan- 
cos. Las  uñas,  que  son  larg-as  y  ag-udas,  tienen  un  matiz  ama- 
rillo sucio.  Los  incisivos  superiores  anaranjados,  los  inferiores 
amarillos. 

Las  sig-uientes  medidas  son  las  del  único  ejemplar. 

Long'itud  en  línea  recta  desde  la  base  de  los  incisivos  supe- 
riores hasta  la  raíz  de  la  cola,  155  mm.;  long'itud  de  la  cola, 
109  mm.;  de  la  cabeza,  45  mm.;  de  la  oreja,  13  mm.;  desde  la 
oreja  al  ojo,  19  inm.;  desde  el  ojo  á  la  nariz,  17  mm.;  del  pie 
anterior,  sin  uñas,  15  mm.;  del  pie  posterior,  sin  uñas,  30  mm. 

Las  mamas  están  en  número  de  seis  (un  par  pectoral  y  dos 
ing-uinales). 

11.  Arvícola  mystacinus  De  Filippi. 
Once  ejemplares.  Alto  Karoum. 

En  la  coloración  de  esta  especie  se  observa  cierta  lig^era  va- 
riabilidad. Casi  todos  los  ejemplares  ofrecen  un  color  g-eneral 
pardo,  pero  en  alg-unos  este  matiz  está  limitado  á  la  línea  media 
del  dorso  y  sustituido  en  los  costados  por  amarillo  rojizo  de  ar- 
cilla. El  pelo  del  vientre  es,  en  un  individuo  no  muy  adulto, 
de  un  color  ceniciento  uniforme,  mientras  en  los  demás  tiene 
las  puntas  blancas. 

12.  Bipus  Loftusi  Blanf. 

Once  ejemplares.  Eag'dad  (Marzo),  un  ejemplar.  Schouster. 

13.  Alactaga  indica  Gray, 

Cinco  ejemplares.  Bag-dad  (Marzo).  Tres  ejemplares. 
Schouster. 

Como  nota  curiosa,  conviene  advertir  que  los  naturales  del 
país  están  en  la  creencia  de  que  la  Alactaga  y  el  Bipus  Loftusi 
son  los  distintos  sexos  de  una  misma  especie. 

14.  Gazella  subgutturosa  Guldn. 


DE    HISTORIA  NATURAL.  121 

Solamente  hay  la  cabeza  de  un  cf  con  las  manchas  obscuras 
completamente  borradas.  Schouster. 

Nombres  regionales  salmantinos  de  algunas  plantas 
espontáneas 


D.    MANUEL    FERNANDEZ   DE    GATA, 

El  conocimiento  de  los  nombres  con  que  se  designan  alg-unas 
de  las  plantas  que  veg-etan  espontáneamente  en  una  determi- 
nada región,  es  siempre  de  la  mayor  importancia  para  el  botá- 
nico que  trata  de  herborizar  en  aquélla,  y  constituye  un  dato 
no  despreciable  con  el  cual  se  integra  el  conjunto  de  los  que 
constituyen  la  flora  de  dicha  reg-ión. 

Por  poco  extensa  que  ésta  sea,  debe  considerarse,  para  el 
objeto  que  nos  ocupa,  dividida  y  subdividida  en  diferentes  cir- 
cunscripciones, que  aunque  de  ig'ual  veg-etación  alg-unas  de 
ellas,  varían,  sin  embargo,  los  nombres  no  castizos  con  que  el 
vulgo  denomina  los  seres  del  reino  vegetal. 

Limitándome  ahora  solamente  al  partido  de  Vitigudino,  en- 
clavado al  NO.  de  la  provincia  de  Salamanca,  considero  en  él 
las  siguientes  circunscripciones  que  el  vulgo  ha  sancionado 
con  los  nombres  de  El  Ahadeiigo,  que  comprende  la  mitad  me- 
ridional del  partido,  La  Ribera  y  La  Ramajerla,  que  forman  la 
otra  mitad  septentrional;  aquélla  constituyendo  las  dos  ter- 
ceras partes  del  lado  del  O.,  y  ésta  la  otra  tercera  parte  del 
de  el  E. 

Los  nombres,  que  difieren  de  los  comunmente  adoptados,  y 
con  los  cuales  se  intitulan  las  plantas  en  estas  ciramscripcio- 
nes,  vienen  á  ser  algunas  veces  caprichosas  denominaciones 
del  que  las  hauiko,  pero  otras  no  son  sino  resultado  de  una 
bien  razonada  observación  que  el  conocimiento  experimental 
de  sus  propiedades  ha  venido  á  sugerirles. 

Las  especies  que  el  vulgo  ha  bauthado  y  sancionado  por  el 
uso,  tengan  ó  no  aplicación  por  algún  concepto,  son  las  que 
crecen  en  las  inmediaciones  de  los  pueblos  ó  cerca  de  las  vi- 
viendas de  éstos,  al  paso  que  las  que  vegetan  en  el  bosque,  en 
los  prados  ó  en  las  tierras  labrantías,  son  especialmente  seña- 
ladas por  lamente  del  campo  en  atención  á  sus  virtudes  médi- 

N."  2. -Febrero,  1901.  9 


1?2  BOLETÍN    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

cas,  empleándose,  seg-ún  frase  del  primero,  como  remedios  ca- 
seros. 

Hé  aquí,  finalmente,  la  lista  de  «Nombres  reg-ionales  sal- 
mantinos del  partido  de  Vitigudino»,  que  comprende  las  plan- 
tas espontáneas  por  mí  recolectadas  y  clasificadas. 

Nombres  castizos.  Nombres  regionales. 


Ova  de  río Conferva  rivnlaris  L Limios. 

Veg-ino  (Abaden 


Carbón  del  trig'o.    Ustilago  Triiici  Jens. 


\  g-o  y  Ram aje- 
ría),  Alcaor  (Ri- 
bera). 

I  Cag-ada  de  cig-üe- 
ña   (Abadeng-o 


,    ,  ,        .  Lycoper don  mátense  qX  Bo  ,         -r.        .     , 
Cuesco  de  lobo...  ]  I     y  Ramajeria) 

Cag-ajorra   (Ri- 
bera). 

(A  todas  las  especies  que) 

Hong-os ^.  1,       n  [Monterillas. 

(     tienen  sombrerillo ) 

Evernia  Prunastri  Ach. . .    Mocos  de  peña. 

Festiica  duriuscula  L Barcea. 

Brüa  máxima  L Pendientes. 

/Añade jas  (Aba- 

^  ,  7.  ,  .^   ,,     \     deng-oyRama- 

Cotcmcmn  Clementet  GvWs.^     .     ,  ^    -^  ^     , 

jeria).  Pata  de 


cabra  (Ribera). 

Rusco Ruscus  aculeatvs  L Yerdenace. 

Cebolla  albarra-i  ^^     .        ,,  .„    ^,,   .  ^  u  n      -u-  i 

Urqinea  iScilIa  Stem Cebolla  chirle. 

na )      ^ 

Guitarrillo Muscari  comosum  Mili. . . .  Hierba  rig'iosa. 

Narcissus  BuUocodmm  L.  Campanillas. 

AlUu  sphamrocefalnm  L..  Ajo  de  cigüeña. 

Espadilla GJadioJus  segetum  Gawl. .  Galas  de  avión. 

Satirión Orchis  Morio  L Tijeritas. 

Serapias  Lingua  L — 

Hierba  carmín.  .    Pliytholacca  decandra  L. .  Carmesí  (Ribera). 

Hidrolapato  me-)  .         ^  (Acedera  de  la- 

[  Ríimex  cvíspiis  L 

ñor )  '     garto. 

Jara  estepa Cistíis  ¡anrifolius  L Jaracepa. 

Rábano  silvestre.   Raj^hanvs Raphanistr'umh.  Labrestos. 


Nombres  castizos. 

Lechetrezna. .. . 

Uva  de  g"ato 

Ombligo  de  Ve- 
nus  

Eetama  común. 
Retama  blanca. 

Alverja 


Terebinto.  . 

Relojes,  . . . 
Almizcleña 


Pamplina 

Quebrantahue- 
sos  


Peonía.  . . . 

€inosbarbo 
Zarzamora. 
Endrinera. 
Ninfea. . . . , 


DE    HISTORIA  NATURAL.  123 

Nombres  regionales. 

En2)horMa  helioscojrialu.  .    Mamona. 
Sedum  acre  L • Pan  de  cuco. 

UmMIicus  2^endulmns  DC.   Basilios. 

Jie¿amas2}/iarocarpaBoiss.  Escoba  rubial. 

i?,  monosperma  Boiss Escoba  blanca. 

Ádenocarpíis IlispanicusBC.  Tiratudellos. 

Vicia  sativa  L Alverjaca. 

V.  angustifolia  All Alverjilla. 

V.  Narbo7iensis  L Alverjón. 

^     ,  .    7        T  (Guisantes  silves- 

Lathyrus  Aphaca  L 

•^  ^  /     tres. 

BiserruJa  Pelecinus  L Manillas. 

Cornipedrera  (Ri- 

^.,     .     ^     -,.    ,,      T        \     bera)yFidi- 
P'istacia  Teremntfmsh. . .  ,,     ., 

i     g-uera  (lusita- 
nismo (ídem). 
Erodium  cíconium  WiUá..    Peinetas. 

F.  mosc/iaíum  L'Herit Mantillinas. 

Maruja  (Ribera  y 

.  W111        ^     Ramajería1,Re- 

Steliana  medta  ^\  lUd.  ...  .      , , ,     , 

I     gajo   (Abaden- 
go). 

( Raniincíilus  hederacetis  L. .    Quebrantahuesos 

) 

R.  fluiians  Lamk Embudes. 

^           •    ^     T  i  Mamona   (Aba- 

R.  murtcatus  L ] 

r     dengo). 

Rosa    maldita 

-n       •      r.    ^    •  TI  •         Á     (Abadengo  y 
íP(Eoma  Broten  Boiss.  et\     '         .     ,  ° 
'     ^     ^  Ramaieriaj.Es- 

{     Reut i  *•      /' 

\     caramon  dama- 
nos  (Ribera). 

^     ,     ,    ,     ^  .      ^    í  M  o  n  i  o  1  i  n  o  s  ( a  1 

Fruto  de  la  Rosa  camna  L.  .         .    ^  ^ 

'     mismo  fruto). 

Rubus  discolor  W Zarzera. 

^  .         ^  (Bruñera,  y  bru- 

Prumis  sptnosa  L \  ,  ,     \.    , 

{     ños  a  los  frutos. 

Nymphaa  alba  L Platos. 


124  boletín    de   la   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Nombres  castizos.  Nombres  regionales. 


Nenúfar Niiphar  hiteiim  Sm Platos. 

Tapsia. Thapsia  villosa  L Galas  pajizas, 

^        ,     ,  .   ^         iCorruviela  ÍRibe- 

Corres-iiela Co?woIvmus  arvensis  L.  . .  , 

i     ra). 

Raspilla Asperugo  procumhens  L. , .   Azotaleng-uas. 

„.    ,  C  Verdolaga   (Aba- 

Hierba  verrug-ue- i  ^^  ,.  ^        .  T   ^       1  X     • 

]^Heliotroptum  europíBum  \u.l     deng-o),  impro- 

(     pió. 

Estramonio Datura  Stramonium  L Hierba  topera. 

Escrofularia  ma- )  7    ,     •  •      t  u  •     i    t. 

ScropJmlana  canina  L —    Hoia  de  Troya, 
yor ) 

Linaria  spartea  Hoffm .  . .   Baleo  montesino. 

Dig-ital Bigiialis  purpurea  L Villoria  (Ribera). 

i  Villoría  (Abaden- 

—  D.  TJiapsiil, g-o   y  Ramaje- 

'     ría) . 

,.     ,.    ^         i  Hortelana  de  pe- 
Mastranzo Menina  roUmdi  folia  L.  . .  ] 

f       ITO. 

Cantueso Lavandula  Stcechas  DC . . .  Tornillo  cabezudo 

Tomillo  blanco , .    Thymus  Mastichina  L Tomillo  salsero . 

Lamium  amplexicaule  L. .  Perlitas. 

L.  puvfureum  L — 

,    (Hierba  mazaro- 

Brunela BruneUaiJulgaris Moench. 

•^  '     quera. 

( Hierba  de  las  al- 

Llantén  menor. .   Pmitago  lanceolata  L 

'     morranas. 

Llantén  blanque- 1  _      ,,.         _  .        ,.,, 

^       '  P.  albicans  L Arg-adillo. 


orno 

Cachurrera    me- J  ^^     ^, .  .  ^  t^       4. 

\Xmitmum  spinosum  L Peg-otes. 

ñor. \ 

Brionía Bryonia  dioica  .Jacq Uvas  de  perro. 

Madreselva Lonicera  Verichjmenum  L.  Silva  (Ribera). 

Saúco Samhmis  nigra  L Canillero. 

Yezg-o S.  Ehuh'S  L — 

Aciano.  -. Centaurea  Cyanus  L Baleo  cabezudo. 

\  ArzoUa  (Abaden¡- 
Cardo  estrellado .    C  CaJcitrapa  L j     ^ 

Escaba cabezuela  MichroloncMs Chisii  Spach.   Baleo  m acho. 
M.  Dnrieui  Spach..  ídem. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  125 

Nombres  castizos.  Nombres  regionales. 


Perpetuas  amari-;  ^^  ,.  ,  „,     ,       ,,^   ^  Manzanilla  de 

^  [Helichryson  St(£chas  DC. 

lias )  '     olor. 

-,       .  ^  I  Hierba  de  lasque- 
Hierba  cana Senecio  viugans  L ]  , 

f     maduras. 

H.  de  Santiag-o. .    S.Jacobaal^ Cachapedo. 

S.  (iaUicus  Chaix — 

„     ,  ,.  ■   .j, -,.    ^  V Manzanilla  cabe- 

Meaperros Santohnarosmanmfoha  L  J 

'     zucia. 

^  .         ^  í  Achicoria  leche- 

Lecnug'a  virosa. .    Lactuca  virosa  L 

°  '     rieg-a. 

Manzanilla  loca.    Anacijclus  clavatus  P Galas  de  burro, 

Cachurrera    ma-  /  ^  ■     r.       j.  ^       • 

iLappa  onajor  Gaert Respigones. 

Notas  geológicas 


EL   R.    P.    LONGINOS   NAVAS. 

La  cueva  de  Maderuela  en  Vera  (provincia  de  Zaragoza),  (i) 

(Continuación)  (2). 

8.  Sus  HABITANTES. — «Cada  caverna  'tiene  su  historia  y  me- 
rece un  estudio  especial»,  ha  dicho  Boule  (3).  La  historia  de 
las  cuevas  comprende  así  su  formación  primera  como  las  vici- 
situdes que  haya  tenido,  en  las  cuales  no  desempeñan  infe- 
rior papel  los  habitantes.  Los  de  la  caverna  de  Maderuela  son 
bastante  variados,  por  más  que  ella  no  sea  muy  extensa. 

A.  Plantas. — Sólo  las  criptóg-amas  inferiores  tienen  vida 
posible  en  la  profundidad  de  las  cavernas,  y  en  la  de  Made- 
ruela he  hallado  una  sola  especie,  colonias  de  un  hong'o  pará- 
sito en  restos  de  conejo  y  en  excreciones  del  carnicero  que  lo 
devorara.  Dicho  hong"o  es  probable  pertenezca  á  la  especie 
Mucor  mnceclo. 


(1)  Por  una  alteración  del  texto  en  la  pág.  298  {Actan  de  Diciembre  de  esta  Socie- 
dad), resulta  el  sentido  ininteligible  ó  falso.  Léase:  «La  segunda  de  estas  leyes  es 
fácil  comprobarla  aun  sensiblemente  en  la  cueva  de  Maderuela,  cuya  temperatura 
la  percibimos  más  y  más  semejante  á  la  del  exterior  á  medida  que  nos  acercamos  á 
la  boca. 

(2)  Véanse  las  Actas  de  la  Sociedad,  sesión  del  5  de  Diciembre  de  1900,  p.  292. 

(3)  Boule:  L'Anthropologie,  189Í,  p.  19  et  s.,  apud  Martel,  loe.  cit.  p.  126. 


1-26  boletín    de    la    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

B.  Animales. — No  lie  tenido  la  fortuna  de  hallar  en  la  ca- 
verna de  Maderuela  ning-uno  de  los  animales  propiamente 
cavernícolas,  ó  sea  completamente  cieg"os.  Es  posible  que  los 
haya,  aunque  poco  probable  que  sean  numerosos.  Fuera  de 
estos  habitantes  indígenas,  los  hay  huéspedes  más  ó  menos 
pasajeros,  si  bien  alg-unos  han  establecido  y  tienen  aún  su 
habitación  en  ella  con  carácter  permanente. 

a.  Articulados.  — 1."  Arácnidos. — En  el  corredor  más  in- 
terno F  se  ven  numerosas  telas  de  araña  en  las  paredes  y  aun 
capullos  ovíg-eros,  prueba  inequívoca  de  que  en  la  caverna 
viven  y  se  reproducen  las  arañas.  Consultado  por  mí  nuestro 
consocio  el  insig-ne  aracnólog-o  Sr.  Simón,  ha  resultado  que 
así  los  ejemplares  vivos  ó  muertos  como  los  capullos  ovíg-eros 
enviados  pertenecían  todos  á  la  especie  Tegenaria  domestica. 
Vése,  pues,  que  juntamente  con  las  especies  más  ó  menos 
anoftalmas  pueden  vivir  en  las  cavernas  alg-unas  de  las  que 
moran  ordinariamente  en  nuestros  sótanos. 

2."  Insectos. — De  los  Ortópteros  encontré  sólo  la  extremidad 
de  un  Acridido,  probablemente  del  g-énero  Stenodothrus,  en 
lo  interior  de  la  g-alería  F  en  que  habitan  principalmente  las 
arañas. 

En  esta  misma  g-alería  descubrí  alg-unos  Microlepidópteros 
y  en  mucho  mayor  número  en  la  de  entrada  A,  donde  abun- 
dan en  diferentes  épocas  del  año  las  Noctuas  Spintherops  spe- 
ctriim,  Siñntherops  catophanes  (1),  junto  con  alg-ún  micro  del 
g-énero  Pteropliorus  y  otros. 

En  lo  más  profundo  hallé  también  alg-unos  Dípteros, 
h.     Vertebrados. — Residuos  se  ven  de  alg-ún  pequeño  Roedor 
perteneciente  á  la  familia  de  los  Múridos  ó  de  los  Arvicólidos 
que  parece  tienen  su  nido  ó  vivienda  en  la  g-alería  postrera  F 
de  la  caverna. 

En  un  pequeño  recodo  del  corredor  G,  que  tiene  trazas  de 
haber  sido  el  cado  ó  manida  de  zorros  ó  lobeznos  halláronse 
huesos  de  conejo  mondos  y  quebrados,  como  también  otro  que 
sería  de  cordero  ó  cabritillo,  delatando  así  la  existencia, 
siquiera  pasajera,  en  la  cueva  de  un  Carnicero,  probablemente 
la  especie  Canis  vulpes. 


(I)    Determinadas  por  nuestro  consocio  D  Gabriel  Fernández  Duro. 


DE    HISTORIA   NATURAL  127 

Los  (Quirópteros  se  ven  revolotear  en  el  recodo  C  de  la  sala 
principal.  No  me  ha  sido  dado  ver  á  qué  especie  ó  especies 
pertenecen,  pero  puedo  decir  que  en  la  comarca  existen  por 
lo  menos  las  especies  VesperlUiomurimis,  Vespertilio  pipistrd- 
lits  y  Plecotus  anritus,  las  cuales  fácilmente  hallarán  abrig-o 
y  vivienda  en  la  caverna. 

Indicios  poderosos  hay  de  que  la  misma  ha  sido  morada  del 
Hombre  en  diferentes  épocas.  Las  rocas  que  forman  el  corre- 
dor J. , ofrecen  señales  de  haber  sido  descantilladas  en  épocas 
muy  remotas  en  los  sitios  donde  hacen  muy  ang-osto  el  paso. 
Tal  vez  no  erraría  quien  atribuyese  en  buena  parte  la  des- 
composición que  se  nota  en  los  materiales  de  los  corredo- 
res .1,  D,  E,  F  principalmente,  á  la  continua  acción  del  ácido 
carbónico  que  de  la  sala  D  se  iba  difundiendo,  si  esta  fué  en 
tiempos  habitación  humana.  Además,  en  las  inmediaciones 
de  la  cueva  se  han  hallado  dos  instrumentos  de  piedra  que 
poseo,  uno  de  sílex  tallado  perteneciente  á  la  época  paleolí- 
tica y  otro  de  arenisca  pulimentada  referible  á  la  neolítica. 
Ambos  materiales,  sílex  y  arenisca,  no  escasean  en  los  valles 
de  Veruela.  Excavaciones  metódicas  practicadas  en  la  cueva, 
así  en  el  rellano  exterior  de  la  misma,  el  cual  ofrece  todo  el 
aspecto  de  un  hog-ar  funerario,  como  en  el  vestíbulo  L"  y  en 
la  sala  I),  es  de  creer  que  suministrarían  nuevos  y  más  cier- 
tos datos  de  la  estancia  é  historia  del  hombre  en  la  cueva  de 
Maderuela.  No  habiéndome  sido  posible  llevarlas  á  cabo  por 
mí  propio,  consig-no  estas  observaciones  por  si  alg-ún  natura- 
lista puede  proseg"uir  las  investig-aciones  en  la  misma  cueva. 

9.  FÓSILES  DE  LA  CUEVA  DE  MaDERUELA  Y  DE  SUS  INMEDIA- 
CIONES.— Réstame  dar  una  lista  de  las  especies  fósiles  halladas 
en  la  cueva  de  Maderuela  y  sus  contornos,  las  cuales  no  inclu- 
yo entre  los  moradores  de  la  misma  aunque  en  ella  se  encuen- 
tren, por  haber  vivido  antes  de  su  formación,  si  bien  acaso  no 
sea  imposible  que  alg-una  g-rieta  ó  cavidad  de  ella  se  formase 
durante  la  época  misma  en  que  los  valles  de  Veruela  estaban 
cubiertos  por  el  mar  jurásico. 

Y  antes  he  de  declarar  que  la  determinación  de  la  mayor 
parte  de  las  especies  la  debo  al  ilustre  paleontólogo  español 
1).  Lucas  Hallada.  Bien  fué  menester  su  consumada  pericia, 
pues  varias  de  ellas  están  en  tan  mal  estado  de  conservación, 
que  hacen  su  determinación  muy  dificultosa. 


128 


boletín  de  la  sociedad  española 


Señalaré  con  un  *  las  especies  que  recuerdo  haber  sido  ha- 
lladas por  mí  dentro  de  la  misma  cueva  y  con  -|-  las  que  por 
no  hallarse  citadas  en  la  Sinopsis  paleontológica  de  España 
del  Sr.  Mallada  de  1885,  ni  en  su  Catálog-o  g-eneral  de  1892, 
parecen  nuevas  para  España. 


Ammonites  Bakerice  Sow. 

—  Humphriesi  Sow. 

—  raricostatus  Zieten. 
Pleurotomaria  sp. 
Cerythium  sp. 

Natica  sp. 
t  *  Nerincea  scaJaris  d'  Orb. 

*  Ostrea  gregaria  Sow. 

Pectén  cequivalvis  Sow.  (lejos  de 
la  cueva). 
*■     —      sp. 

*  Spondylus  sp. 
Pholadomya  deltoidea  Sow. 
Unió  Idubedce  Palacios  et  Sán- 
chez (cerca  de  Trasmoz?) 

Cardium  sp. 
Astarte  sp. 

Trigonia  denticulata  Sow. 
—       costulata  Licet. 
f       Terebratula  Buckmani  Dav. 

—  maxillata  Sow. 

—  Philipú  Morris. 

—  furciliensis  Haas, 
t               —         fí/hid'  Oppel. 

—  (Waldheimia)  ca- 

rinata  Sow. 


Terebratula  (  Waldheimia)  obo- 
vata  Sow. 
t       Terebratulina  coarctata  Sow. 
Rhynchonella    inconstans   Sow. 
Pyg áster  Peronni?  Cott. 
Cidaris  Lcemani  Cott. 

—  lamillosa  Cott. 

—  bathonica  Cott. 

*  —      spinulosa  Ranner. 

t  *  Rhabdocidaris   hórrida  Lorio!. 

*  Pentacrinus  sp. 

*  Millericrinus  Escheri  Loriol. 
t  *  —  Hoferi  Merian. 

f       Acrosalenia     pseudodeco- 

rata  Cott. 
f  *  Cyathophora  tuberosa  Buncan. 
j  *  —         insignis  Buncan. 

f  *  Isastrcea  gibbosa  Buncan. 

*  Intricaria  bajociensis?  Defr. 
f  *  Thecosmilia  obtusa. 

*  Heteropora  ficidina  Mich. 
Ctenosteum      semielonga- 

tum?  Etal. 
Thecocyathus  sp. 
Turbinolia  sp. 

I 


10.  Cüasificación  de  la  cueva  de  Maderuela. — Para  ter- 
minar esta  nota  intentaré  referir  la  cueva  de  Maderuela  á  al- 
g-uno  de  los  g-rupos  en  que  las  cavidades  naturales  de  la  tierra 
pueden  dividirse.  De  paso  aventuraré  un  ensayo,  siquiera  muy 
incompleto,  de  las  ag-rupaciones  que  de  las  cuevas  pueden  ha- 
cerse por  diferentes  conceptos. 

1.°  Por  su  extensión. — Pueden  las  cuevas  ser  simplemente 
grutas  cuando  tienen  escasa  anchura  y  profundidad,  ó  caver- 
nas, si  éstas  dimensiones  son  considerables. 

De  ambas  divisiones  participa  la  cueva  de  Maderuela.  Tiene 


DE   HISTORIA    NATURAL.  123 

de  gruta  el  vestíbulo  primero  de  la  cueva  exterior  y  de  ca- 
verna toda  la  seg'unda  parte  ó  cueva  interior,  con  parte  del 
vestíbulo  seg-undo,  ó  en  su  totalidad  si  se  considera  un  todo 
con  el  canal  que  á  lo  interior  conduce. 

2."  Por  su  posiciÓ7i. — Divídense  las  cuevas  en  verticales  ó 
simas  y  horizontales  ó  cavernas,  con  más  ó  menos  desigualdad 
é  inclinación  del  suelo.  Puede  haberlas  también  mixtas,  como 
lo  es,  V.  gr.,  la  de  Armand  en  Lozére  (Francia),  explorada  y 
bellamente  descrita  por  Martel. 

La  de  Maderuela  pertenece  á  la  categ^oría  de  las  cavernas 
propiamente  dichas,  ya  que  el  desnivel  del  suelo  es  insigni- 
ficante. 

3."  Por  Sil  y  acimiento  .—'ñon  tantas  las  divisiones  por  este 
concepto,  cuantos  son  los  terrenos  g-eológ-icos  en  que  se  en- 
cuentran, pudiendo,  empero,  disting-uirse  en  dos  grupos: 
ígneos  y  sedimentarios ,  distinguiéndose  entre  estos  los  secun- 
darios y  calizos  por  ser  caverníferos  por  excelencia. 

En  el  jurásico,  como  se  ha  dicho,  se  abre  la  cueva  de  Made- 
ruela. 

4."  Por  su  edificio  ó  materiales. — Son  los  más  frecuentes  los 
calizos,  pero  pueden  ser  también  los  graníticos,  basálticos  y  de 
otra  cualquiera  naturaleza.  Basálticas  son  las  célebres  de  Fin- 
g-al  y  de  los  Quesos. 

5.°  Por  su  contenido. — A.  Inorgánico.— Son  <7«í6;oí«5  si  con- 
tienen ó  arrojan  g-ases  diferentes  del  aire  atmosférico.  Tal  es 
la  célebre  gruta  del  Perro  (Italia)  que  desprende  ácido  carbó- 
nico y  la  de  Pozuelo  de  Calatrava  (Ciudad-Real)  de  la  misma 
naturaleza,  segn'in  el  Sr.  Puig"  (1).  Acuosas  se  llamarán  si  tie- 
nen ríos  ó  lagos  subterráneos,  así  de  ag-ua  dulce,  que  es  lo 
ordinario,  como  de  ag-ua  salada  ó  salobreña,  seg"ún  acontece 
en  la  del  Drag-ón,  en  Mallorca. 

B.  Orgánico. — Contienen  animales  comunes  casi  todas.  Al- 
bergan animales  cavernícolas  las  más  profundas  y  obscuras. 
En  España,  por  ejemplo,  las  cuevas  de  CoUbató  y  de  las  Mara- 
villas en  Carcag*ente  (Escalera)  y  la  sima  de  Puig-moltó  (Font 
y  Sag-ué)  en  Barcelona  (2). 


(1)  Puig:  Cavernas  y  simas  de  Espa-ua,  p.  105. 

(2)  Butlleti  del  Centre  excursionista  de  Catalunya^  núm.  57  (Octubre  de  1899,,  pá- 
gina 24-2). 


J30  boletín  de  la  sociedad  española 

C.  Restos  de  org-anisinos.— (?.  Restos  del  hombre  y  de  su 
industria.  Son  muchas  las  exploradas  de  este  g-énero. 

1.  Restos  de  otros  animales,  v.  g-r.  g-uano  de  los  mureiéla- 
g-os,  huesos  de  mamíferos,  etc.,  como  en  las  más  de  las  caver- 
nas y  simas. 

c.  Fósiles  propiamente  dichos,  como  en  la  de  Maderuela, 
lo  cual  es  propio  de  ella.  En  otras  cuevas  se  hallarán  fósiles, 
pero  en  el  suelo  ó  en  las  paredes  como  formando  parte  del 
terreno,  mas  no  inherentes  á  la  misma  cueva  como  tal,  según 
acontece  á  la  de  Maderuela,  donde  los  fósiles  revisten  el  inte- 
rior de  las  paredes  y  no  se  hallan  en  el  espesor  de  ellas.  Los 
fósiles  de  la  cueva  de  Maderuela  se  pueden  llamar  tan  propios 
suyos  y  de  su  fábrica,  como  las  estalactitas  lo  son  de  otras 
cuevas. 

6."  Por  su  destino.— ü.  Para  habitación  del  hombre  en  vida. 
1.  Para  su  sepultura  después  de  muerto.  A  la  primera  categ-o- 
ría  parece  perteneció  la  cueva  de  Maderuela,  sin  que  por  ello 
excluyamos  la  seg-unda, 

7.°  Por  su  c»í7¿7íí%.— Resumiendo  ó  completando  lo  que  han 
dicho  varios  autores,  podemos  reducir  á  tres  los  orígenes  ó 
las  causas  inmediatas  de  la  formación  de  las  cavernas  y  simas. 

1.^  El  calor  hipogénico. — k  éste  han  de  referirse  las  que 
Martel  (1)  llama  caxernes  d' explosión  y  las  grottes  de  rejroidis- 
sement  existentes  en  las  Azores,  Islandia,  Lipari,  etc.,  fabrica- 
das por  alguna  erupción  lávica  ó  basáltica  y  su  consiguiente 
enfriamiento,  que  deja  cavidades  á  manera  de  g-ig-antescas 
burbujas. 

2."  El  enfriamiento  ietrá^neo.— Merced  al  enfriamiento  pau- 
latino de  la  corteza  terrestre  se  originan  los  fenómenos  de 
retracción  y  consig-uientes  grietas  ó  rendijas  (los  joints  de 
Martelo  entre  estrato  y  estrato  ó  paralelos  á  ellos  y  las  roturas 
ó  quiebras  (las  diaclases  de  los  autores  franceses),  más  ó  me- 
nos perpendiculares  á  las  capas  g-eológ-icas. 

A  esta  formación  deben  reducirse  las  cavernas  debidas  á  lo 
que  llama  Martel  la  préexisten'.ce  des  flssures  des  roches.  A  ella 
también  parece  deba  finalmente  referirse  la  cueva  de  Made- 
ruela. Las  g*alerías  laterales  A ,  B,  F.  Ci  indicarían  la  línea  de 


(1)    Martel:  La  Spéleologie,  p.  11. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  1:íí 

unión  de  los   estratos  .y  la  D  una  rotura  ó   quiebra  de  los 
mismos. 

3.^  El  agua  epigénica  ó  epigeica  (1).— Por  su  doble  acción 
física  y  química,  ya  sea  que  obre  una  sola,  ya  las  dos,  bien 
simultánea  bien  sucesivamente,  el  agua  lia  producido  ó  dado 
el  último  retoque  á  la  mayoría  de  las  cavernas.  Por  este  con- 
cepto las  cuevas  pueden  ser  de  orig-en  terrestre  si  lo  es  el  agua 
que  por  su  filtración  ó  arrastre  las  ha  eng-endrado,  ó  de  ori- 
gen marino  si  el  agua  del  mar  las  ha  excavado  con  su  repe- 
tido oleaje,  como  lo  son  muchas  de  las  cuevas  formadas  en 
las  costas,  y  en  España  la  del  Drag'ón,  seg'ún  la  explicación 
de  Martel  (2).» 

Datos  para  la  flora  micológica  de  los  alrededores  de  Córdoba 

POR 

D.  EDUARDO  HERNÁNDEZ  PACHECO. 

Es  esta  nota  continuación  de  la  inserta  el  pasado  año  en  las 
Actas  áQ  esta  Sociedad,  Sección  de  Sevilla,  correspondientes  al 
mes  de  Febrero,  pág.  114.  En  ella  incluyo  aquellas  especies  de 
hong'os  basidiomicetos  que  he  recolectado  en  los  alrededores 
de  Córdoba  y  que  no  enumeré  en  la  nota  anterior. 

Entre  las  localidades  aquí  citadas,  merece  especial  mención 
la  de  Campo  Bajo,  pequeña  meseta  situada  en  el  distrito  piri- 
tífero  de  Cerro  Murciano,  cuyos  yacimientos  de  cobre  fueron 
en  épocas  prehistóricas  y  romanas  objeto  de  intensa  explota- 
ción, y  que  actualmente  vuelven  á  serlo,  siguiendo  los  traba- 
jos antiguos.  Esta  localidad  ofrece  condiciones  muy  abonadas 
para  el  desarrollo  de  la  flora  micológ-ica,  pues  cubierto  el 
suelo  de  una  vegetación  de  matorral,  dominando  los  jarales, 
asociados  á  especies  arbóreas  de  encinas  y  pinos,  se  origina 
gran  cantidad  de  hojarasca  que  por  su  obstrucción  proporcio- 
na abundantes  materiales  nutritivos  á  los  hongos  que  allí 
vegetan  en  gran  número;  encontrando  estas  criptógamas  el 


(1)  Epigénica  se  llamaría  del  griego  Ir.',  encima  y  la  R.  y;v  que  significa  produc- 
ción; pero  con  más  propiedad  epigeica  de  Ir.!,  y  yr)  tierra. 

(2)  Boletín  de  la  Comisión  del  Mapa  geológico  de  España,  tomo  xxiv,  de  la  2.*  serie 
el  IV,  correspondiente  al  año  1897. 


132  BOLETÍN    DE   LA.   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

^rado  de  humedad  necesario  para  su  vida,  merced  á  las  cir- 
cunstancias topográficas  del  lug-ar  y  á  la  acción  protectora, 
que  siempre  produce  el  matorral  asociado  á  la  veg-etación  ar- 
bórea. Una  correría  micológ-ica  hecha  en  época  oportuna  sería 
mucho  más  fructífera  que  lo  fué  la  que  realicé,  pues  no  siendo 
la  botánica  el  principal  objeto  de  la  excursión,  sólo  pude  reco- 
gev  aquellas  especies  que  incidentalmente  encontraba. 

Los  sotos  de  las  márg-enes  del  Guadalquivir  los  he  vuelto  á 
visitar  con  fruto,  pero  si  bien  el  número  de  individuos  es 
mayor  en  estos  sitios,  no  alcanzan  á  la  riqueza  en  especies  de 
las  localidades  de  la  sierra. 

Entre  las  especies  aquí  citadas  llamo  la  atención  respecto  al 
PoJysacum  o'assipes  D.  C. ,  que  en  g-ran  abundancia  he  encon- 
trado en  la  citada  localidad  de  Campo  Bajo.  Los  individuos 
recogidos  corresponden  á  dos  formas  muy  diferentes,  unos  de 
mayor  tamaño  y  forma  de  maza  pueden  incluirse  en  la  varie- 
dad arenaria,  ó  sea  á  la  llamada  Pisolithicus  arenarms  por 
Albertini  y  Schwenitz;  los  otros  tienen  semejanza  externa  con 
^\gyinQñ  Sderoderma  (S.  verríicosum  P.,  por  ejemplo), .  distin- 
guiéndose de  la  variedad  anterior  por  su  tamaño  mucho 
menor,  unos  4  cm.  de  diámetro,  por  término  medio,  de  forma 
^•lobulosa  deprimida,  enraizado  por  un  micelio  ramificado  y 
convertido  en  estroma,  que  se  une  al  aparato  esporífero  por 
un  estrechamiento  á  modo  de  cuello.  Si  bien  el  tamaño  y  for- 
ma de  las  esporas  es  ig-ual  en  las  dos  formas,  los  demás  carac- 
teres difieren  bastante  para  constituir  á  lo  menos  una  variedad 
distinta  de  la  anterior. 

Las  obras  de  que  he  hecho  uso  en  las  determinaciones  de 
€stos  hong-os,  son  las  sig-uientes:  L  Costantin  et  Düfour,  Nou- 
'velle  Flore  des  Champignons;  L.  Düfour,  Atlas  des  Champí gno7is: 
L  MoYEN.  Les  Champignons ;  B.  Lázaro  é  Ibiza,  Compendio  de 
Ja  flora  española,  t.  i;  Telesforo  de  Aranzadi,  Setas  ú  hongos 
del  país  vasco,  y  de  los  cuadros  que  tomados  principalmente 
de  la  flora  de  París,  de  M,  Lanesan,  incluye  el  Sr.  de  Buen  en 
el  tomo  n  de  su  Botánica. 

Las  especies  de  que  se  trata  son  las  sig-uientes: 

Vo\\^ovkceo^.—Meruliuslacrymans  Vulf.,  sobre  Schinus  molle, 
Jardín  Botánico. — Bcedalea  quercina  P. ,  sobre  troncos  podri- 
dos. Abundante. -5o/e¿;«í  appendiculatus  Sch.,  entre  jarales, 
Campo  Bajo.— Polypor US  lucidus  Leys. ,  sobre  álamo  blanco, 


DE   HISTORIA  NATURAL.  13» 

Soto  de  la  Conchuela.  Campo  Bajo. — Polyporus  versicolor  Fr., 
sobre  naranjos,  sierra  de  Córdoba. 

Ag-aricáceos. —  Volvaria  lomlycina  Sch.,  sierra  de  Córdoba. 
—  V.  speciosa  Fr. ,  sierra  de  Córdoba. — Lepiota  excoríala  Sch., 
arroyo  de  Pedroches. — Armillaria  mellea  Fr.,  sobre  troncos  de 
Tamarix,  Soto  de  la  Conchuela. — Pholiota  miitaMJis  Sch.,  junto 
á  los  chopos,  alamedas  de  las  márg-enes  del  Guadalquivir.-^ 
8tro]}haria  odtusala  Fr.,  arroyo  de  Pedroches. —  Clitocyhe  ce- 
russaia  Fr.,  entre  el  musg'o  y  la  hojarasca,  sierra  de  Córdoba. 
— Galera  Sp.,  en  los  asientos  de  estercoleros  y  praderas  muy 
abonadas,  Campo  de  la  Verdad. —  Coprinus  atramentariiisYv., 
cortijo  de  la  Conchuela. — Coprimis  digitalis^^i.i&c'h.,  entre  la 
hojarasca.  Abundante. —  Russvla  cinefica  Sch.  var.  fragilis, 
entre  jarales.  Campo  Bajo. —  CoUybia  platypliylla  Pers.,  ala- 
medas, junto  al  río. — Pleuroíus  corMicopoidesV.  var.  sapidns, 
sobre  fresno,  Soto  de  la  Conchuela. 

Licoperdáceos.  —  Lycoperdoii  pratense  P.,  Campo  Bajo. — 
L.  codalum  Bull.,  Campo  Bajo.— ^omte  plmnlca  P. ,  Campo 
Bajo. 

Polisacáceos.— i'oZyMwm  crassipes  DC,  Campo  Bajo. 

Datos  para  la  fauna  de  la  provincia  de  Ciudad-Real  O 


DON     JOSÉ    MAKIA    DE    LA    FUENTE. 

XTV. 

Especies  de  Pozuelo  de  Calatrava. 

Coleópteros. 

Oxypoda  magnicollis  Fauvel.  (Not.  Ent. ,  1878;  vi,  p.  65.) — 
Especie  del  N.  de  África,  nueva  para  Europa. 

Oxypoda  Juctifera  Fauvel.  (Mém.  Soc.  Linn.  Norm.,  1879;  xv, 
p.  30.)— También  del  N.  de  África  é  ig-ualmente  nueva  para 
Europa. 

ThyJacites  hirsiitus  n.  sp.— Oblong-o-elong-atus,  nig-er,  cinc- 


el)   Véanse  las  Actas  de  esta  Sociedad  de  1898,  páginas  129  y  l'T,  202  y  24(i;  las  de 
1898,  páginas  83,  97  y  205;  las  de  1899,  páginas  £0  y  210,  y  las  de  1900,  pág.  188. 


134  boletín    de    la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

reo-squamosus.  Prothorax  arquatim  cupreo-squamosus,  bili- 
neatus.  Elytra  ante  apicem  obsolete  albido-oculata.  Opacus, 
totus,  in  elytris  subseriatim,  brunneo-hirsatus,  pilis  iníjíqiiali- 
bus,  lon^ioribus. 

Ca'piU  an<^ustius,  fronte  plana,  oculis  prominentibus.  Ros- 
/nm¿  subquadratum ,  latitudine  paulo  long-ius,  long-itudinali- 
ter  sulcatum.  Antennce  minus  crassse;  funiculi  articulis.  1." 
elong-ato,  cónico,  3-7  moniliformibus,  clava  valde  incrassata, 
elong"ato-ovata.  Prothorax  transversus,  a  latere  rotundato- 
ampliatus,  densissime  subg'ranulatim  squamosus,  punctis  mi- 
nutis  sparsis.  Elytra  subovalia,  Immeris  subrotundatis;  late 
sulcato-panctata,  interstitiis  elevatis,  punctulatis.  Femora  in- 
tus,  tibiiE,  utrinque  long-e  hirsuti.  Tihice  anticm  intus  vix  pers- 
picue  denticulatae,  subrectae,  ápice  valde  dilatatae. 

Long-.  10.— Lat.  4,5  mm. 

Ab  ómnibus  cong-eneribus:  fuUo.  chalcogrammus,  etc.,  pilo- 
sitate  longe  erecta,  facile  distinctus. 

Marzo.  Dos  ejemplares  debajo  de  las  piedras:  cerro  de  «El 
Gato». 

Baris  ¡gni/er  n.  sp. — B.  corinthio  simillibus,  paulo  major, 
latior;  prothorace  minus  ang-usto,  minus  cónico,  ad  ang'ulos 
posticos  non  distincte  albido-squamoso;  humeris  obtusis;  pe- 
dibus  parce  squamosis. 

Cupreus  vel  cupreo-violaceus,  supra  subg"laber. 

Capul  subtiliter  minus  dense  punctulatum.  Prothorax  sub- 
conicus ,  long'itudine  paulo  latior ,  profunde  minus  crebre 
punctatus,  linea  media  long-itudinali  Isevissima,  plag-aque  la- 
teral! obsoleta  notatus.  Smitellum  subpunctiforme.  Elytra  basi 
et  ápice  paulo  attenuata,  humeris  obtusis,  striis  dorsalibus 
distincte  punctulatis,  interstitiis  latioribus ,  subsequalibus, 
margiilibus  subelevatis,  obsolete  non  serie  punctulatis.  Pedes 
piloso  subsquamosis. 

Long-.  3,5.— Lat.  1,7  mm. 

Junio,  Noviembre.  Cuatro  ejemplares  debajo  de  las  piedras 
en  la  lag-una  de  «La  Inesperada»,  junto  á  los  muros  del  Kiosko. 

GyMnetron  sapiens  Fst.  (Berl.  Entom.  Zeitschrift. ,  1885;  pá- 
gina 242.)— Especie  propia  de  Arg-elia,  nueva  para  Europa. 
Mayo,  al  borde  de  los  arroyos. 

Plalynas'pis  luteoniljTa  v.  Karamani  Ws.  (Bestimrn.  Tabell. 
■der  europ.  Coleopt.,  1885;  p.  55.) 


DE    HISTORIA   NATURAL.  135 

Julio.  Cinco  ejemplares  recog'idos ,  entre  otros  muchos  de 
la  forma  típica,  mang-ueando  los  bordes  de  los  arroyos  en  la 
Virg-en  de  los  Santos.  Esta  variedad,  encontrada  por  primera 
vez  en  Spalato  (Dalmacia)  por  el  Dr.  H.  Karaman,  nos  parece 
que  no  ha  sido  citada  todavía  en  España. 

Hemípteros. 

Oncotylus  setuJosus  B..-^c\\.  (Wanz.  Ins.,  iv,  p.  30.)— Se  en- 
cuentra en  Hung-ría,  Grecia  y  Rusia,  pero  no  se  ha  citado,  que 
sepamos,  de  España.  Dos  ejemplares  en  Julio  sobre  la  Centau- 
rea paniculata  Boíl. 

Nota,  sobre  Dorcadion  Navasi  M.  Escalera. 

Hace  alg-ún  tiempo  que  fig-uran  en  mi  colección  cuatro  ejem- 
plares (dos  (f:f  y  dos  Q9)  de  un  Borcadion  etiquetado  por  mí 
mismo,  después  de  un  maduro  examen,  con  el  nombre  de 
Dore.  onoJitor?,  así,  con  el  sig-no  de  duda  por  encontrar  entre 
estos  individuos  y  los  que  poseo  del  verdadero  D.  molitor  al- 
gunas diferencias. 

No  fiándome  de  mis  pobres  conocimientos,  y  deseando  acla- 
rar el  asunto  y  tener  seg-uridad  de  que  los  coleópteros  perte- 
necían á  la  mencionada  especie,  los  envié  para  su  revisión 
(cuidando  de  hacer  desaparecerla  etiqueta  para  evitar  prejui- 
cios) al  insig-ne  entomólogo  de  Paskau,  Edmundo  Reitter.  que 
me  los  devolvió  con  el  mismo  nombre  que  yo  les  había  dado, 
Borcadion  molitor,  pero  avanzando  un  poco  más,  es  decir,  sin 
el  signo  de  duda. 

Estos  ejemplares,  que  me  fueron  remitidos  en  consulta  desde 
Zarag-oza  por  el  padre  Navas,  pertenecen  al  Borcadion  Navasi 
descrito  recientemente  (Anales  de  la  Soc.  esp.  de  His.  nat., 
Acias  de  1900,  p.  234)  por  nuestro  consocio  D.  Manuel  Martínez 
Escalera. 

Como  alg-uno  de  los  conceptos  de  la  descripción  orig-inal 
tiene  necesidad,  á  nuestro  juicio,  de  ser  rectificado  ó  ampliado, 
nos  va  á  permitir  el  Sr.  Escalera  que  intentemos  la  rectifica- 
ción ó  ampliación  con  nuestros  ejemplares  á  la  vista,  copiando 
desde  lueg-o,  para  mayor  claridad,  sus  mismas  palabras. 

«1.°  Color  pardo  obscuro...  con  los  palpos  neg-ros...  Cuerpo 
»con  fajas  blancas.  2.°  Cabeza...  densamente  pubescente  de 
»blanco.  3.°  Protórax...  con  una  costilla...  surcada  en  toda 


136  boletín    de   la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

»sii  long-itud.  4.0  Élitros.,  con  una  faja  humeral  interrumpida 
»formando  lúnulas  desig-uales...  excepto  en  una  9  en  que  la 
»faja  humeral  es  entera  en  toda  su  long-itud.  Otra  faja  también 
»blanca  (como  las  anteriores...  entre  la  sutura  j  el  húmero  no 
»pasa  de2mm.  de  longitud,  menos  en  la  hembra  dicha  en  la 
»que  la  tercera  faja...  continúa  entera  hasta  cerca  del  ápice.» 
(M.  Escalera.) 

1.0  El  color  g-eneral  en  una  de  mis  Q9  es  pardo  claro  con 
las  fajas  blancas  amortig-uadas  en  su  color,  que  resulta  más 
bien  de  un  color  g-ris  sucio  que  blanco,  al  contrario  de  los  otros 
ejemplares,  en  los  que  dichas  fajas  son  de  un  blanco  puro;  los 
palpos,  participando  del  color  g-eneral  del  cuerpo,  son  rojizos, 
como  las  patas,  con  el  último  artejo  casi  g-labro  y  más  obscu- 
ro que  los  otros,  excepto  la  extremidad  misma  que  es  de  un 
rojo  vivo.  Este  punto  rojizo  en  la  extremidad  de  los  palpos  se 
presenta  también  en  los  dos  efe/;  tan  sólo  la  Q  restante  los 
tiene  completamente  neg-ros. 

2."  La  pubescencia  blanca  de  la  parte  anterior  de  la  cabeza 
(hasta  la  base  de  las  antenas)  se  halla  sembrada  de  numerosos 
pelitos  neg-ros,  de  tal  suerte,  que  el  color,  en  vez  de  ser  como 
el  del  vértice,  de  un  blanco  puro,  es  g-risáceo,  notándose  la  di- 
ferencia á  simple  vista  en  los  cuatro  individuos. 

3.°  El  surco  de  la  costilla  lisa  del  protórax  desaparece  en  un 
ejemplar  cf  casi  por  completo,  pues  sólo  hacia  el  medio  se  nota 
una  pequeña  línea  hundida,  que  no  alcanza  á  un  milímetro 
de  long-itud. 

4.°  La  faja  blanca  humeral  es  entera  en  los  cuatro  indivi- 
duos que  poseo,  yendo  desde  la  base  hasta  el  ápice  y  fundién- 
dose en  este  punto  (excepto  en  una  Q  cuya  faja  no  alcanza  el 
ápice  mismo)  con  la  marg-inal  y  la  sutural.  La  que  hay  entre 
la  sututa  y  el  húmero  es  muy  desig-ual.  En  un  cf  apenas  lleg-a 
á  un  milímetro;  en  el  otro  casi  hasta  el  ápice,  pero  dejándose 
ver  sólo  de  trecho  en  trecho.  En  las  Q2  4  y  5  mm.  respectiva- 
mente. 

Una  observación  más. 

Conste  que  no  nos  g-uía  al  publicar  esta  última  nota  el  deseo 
de  la  exhibición,  sino  el  amor  á  la  verdad.  Si  el  Sr.  Martínez 
Escalera  lo  cree  así  y  aún  es  tiempo ,  puede  tomarla  en  consi- 
deración: de  todos  modos,  nos  basta  la  satisfacción  de  la  pro- 
pia conciencia. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  137 


La  triquina  espiral  ( TñcMiia  spiralis  Owen).  (i) 


D.    JUAN    MANUEL   DÍAZ   VILLAR. 

Son  pequeños  vermes  que,  cuando  adultos,  tienen  el  cuerpo 
delg"adísimo  como  un  cabello,  apenas  apreciable  á  simple  vis- 
ta; su  parte  posterior,  lig-eraraente  abultada,  es  cilindrica,  y  la 
anterior  va  estrechándose  g'radualmente  de  atrás  adelante.  El 
macho  mide  una  long-itud  de  1,5  mm.  por  40  milésimas  de  an- 
cho, y  la  hemhra  de  3  á  4  mm.  de  largo  por  60  milésimas  de 
ancho. 

La  triquina  Ueg-a  á  su  completo  desarrollo  ó  adquiere  sus 
órganos  g-enitales  en  los  intestinos  delgados  de  los  mamíferos 
y  de  las  aves  (triquina  intestinal),  en  cuyo  estado  pueden 
distinguirse  bajo  el  aspecto  de  pequeños  filamentos  blanque- 
cinos, que  se  agitan  en  el  moco  y  en  la  superficie  intestinal. 

Las  larvas  (triquina  muscular)  emigran  á  los  músculos  de  los 
seres  en  que  se  albergan,  vagan  libres  por  alg-unos  días,  y  una 
vez  alojadas  en  la  fibra  contráctil,  se  arrollan  en  espiral  y  se 
enquistan.  Ya  en  esta  fase  de  enqiiistamiento,  pueden  existir 
vivas  y  aptas  para  entrar  en  evolución  por  espacio  de  muchos 
años;  pero  jamás  Ueg-an  á  su  completo  desarrollo  ó  estado  se- 
xuado, sin  que  antes  sean  ingeridas  en  un  animal  de  tempe- 
ratura constante. 

Cuando  se  introduce  en  el  estómag-o  de  un  mamífero  carne 
que  contenga  triquina  enquistada,  el  jugo  g-ástrioo  disuelve 
las  paredes  del  quiste  en  donde  se  halla  encerrado  el  parásito, 
dejándole  en  libertad.  En  este  momento  los  sexos  no  son  dis- 
tintos; pero  bien  pronto  se  desarrollan  los  órg-anos  g-enitales,  y 
al  cabo  de  dos  ó  tres  días  adquieren  su  estado  sexual  perfecto, 
entregándose  entonces  á  la  reproducción.  Los  huevos  fecunda- 
dos se  desarrollan  en  una  dilatación  del  oviducto  de  la  triqui- 
na, en  donde  se  realiza  el  nacimiento  de  los  nuevos  vermes, 
que  son  expulsados  por  la  vulva,  por  lo  que  son  ovovivíparas. 

Las  hembras  fecundadas  se  introducen  en  la  mucosa  intes- 
tinal donde  tiene  lugar  el  nacimiento  que  comienza  á  los  cinco 


(1)    Esta  nota  va  encaminada  á  divulgar  el  conocimiento  de  la  triquina  y  á  preca- 
ver 8U  desarrollo. 

N."  2.— Febrero,  1901.  10 


138  boletín    de    la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Ó  seis  días  de  efectuarse  la  cópula  y  continúa  durante  un  mes 
próximamente,  en  cuyo  tiempo  se  supone  que  de  cada  hem- 
bra se  derivan  10.000  ó  15.000  embriones.  Después,  las  triqui- 
nas intestinales  son  evacuadas  poco  á  poco  con  las  materias 
fecales,  de  modo  que  al  cabo  de  seis  semanas  apenas  si  se  en- 
cuentra el  parásito  en  el  intestino  de  la  víctima. 

Los  embriones,  en  el  momento  que  salen  del  cuerpo  de  la 
mailre^  atraviesan  las  paredes  intestinales  y  la  cavidad  visce- 
ral del  ser  en  que  se  alberg-an,  y  emig-ran  á  los  músculos  es- 
triados principalmente,  trasmigración  que ,  en  parte ,  la  efec- 
túan de  una  manera  activa,  abriéndose  paso  á  través  del  tejido 
conjuntivo,  y,  en  parte,  con  ayuda  de  la  corriente  sang'uínea. 
una  vez  alojados  en  los  haces  primitivos,  perforan  el  sarcole- 
ma  y  penetran  en  la  fibra  muscular,  cuya  substancia  deg"enera, 
al  paso  que  proliferan  activamente  los  núcleos  musculares,  y 
fijándose  las  larvas  en  una  distensión  tubulosa  de  la  referida 
fibrilla  se  transforman  en  el  espacio  de  catorce  días  en  g-usano 
arrollado  en  espiral ,  alrededor  del  cual ,  y  dentro  del  sarcole- 
ma,  se  forma  una  cápsula  transparente  en  forma  de  limón, 
dentro  de  la  que  queda  encerrado  el  nuevo  helminto.  Los 
músculos  muy  abundantes  en  fibras  tendinosas  ó  que  están  en 
contacto  con  superficies  óseas,  como  el  diafragma,  los  maséte- 
ros  y  los  respiratorios,  son  los  más  expuestos  y  los  que  con 
preferencia  les  sirven  de  morada,  debido,  sin  duda,  á  que  el 
tejido  lig-atorio  y  los  huesos  constituyen  un  obstáculo  insupe- 
rable á  la  marcha  invasora  del  gusano,  y,  por  tanto,  éstos  se 
ven  obligados  á  residir  en  g-ran  número  en  dichos  músculos. 

El  quiste  se  forma  á  expensas  de  la  substancia  muscular 
degenerada  y  del  sarcolema,  cuyo  capsulamiento  principia  por 
una  vesícula  oblonga,  delgada  y  transparente,  que  forma  una 
envoltura  protectriz  al  nuev^o  helminto.  En  el  interior  de  ésta 
se  observan  algunas  veces  tres  ó  cinco  triquinas;  pero,  por  lo 
general,  existe  una  sola  ó  dos  en  un  mismo  quiste,  en  donde 
después  de  adquirir  cierto  grado  de  desarrollo,  se  dispone  en 
espiral  y  queda  inmóvil:  es  decir,  en  estado  de  vida  latente. 

En  estas  condiciones,  lleg'a  la  triquina  muscular  á  su  com- 
pleto desarrollo  en  poco  más  de  catorce  días,  y  entonces  mide 
próximamente  1  mm.  de  largo  por  40  milésimas  de  ancho;  el 
cuerpo  se  presenta  bajo  el  aspecto  de  un  fino  cabello  ensorti- 
jado, adelgazado  en  sus  extremidades, .sobre  todo,  en  la  ante-^ 


DE    HISTUKIA    NATURAL 


133 


i'ior;  su  tubo  dig-estivo  es  semejante  al  del  estado  adulto,  y  ha- 
cia el  tercio  posterior  se  disting-ueu  ya  los  rudimentos  de  los 
órganos  g-enitales.  La  figura  adjunta  representa  la  triquina 

enquistada  en  los  múscu- 
los de  los  cerdos  decomisa- 
dos en  el  Matadero  de  esta 
corte,,  en  donde  se  han  re- 
gistrado, en  poco  más  de 
tres  meses,  16  casos  de  tri- 
quinosis porcina,  y  ha 
sido  tomada  del  natural 
por  D.  Ang'el  Cabrera  La- 
torre  de  preparaciones  he- 
chas por  los  alumnos  de 
la  cátedra  de  Higiene  de 
la  Escuela  de  Veterinaria 
de  Madrid. 

Los  animales  que  pue- 
den ser  invadidos  por  tan 
terrible  helminto  son  muy 
numerosos.  Por  la  vía  ex- 
perimental se  han  llegado 
á  infectar  los  músculos  de 
g-ran  número  de  mamífe- 
ros; pero  espontáneamen- 
te sólo  se  ha  comprobado  la  infestación  en  el  hombre,  cerdo, 
jabalí,  hipopótamo,  rata  doméstica,  ratón,  perro,  zorro  y  gar- 
duña. La  triquina  puede  adquirir  su  estado  sexuado  en  los 
intestinos  de  las  aves;  pero  las  larvas  jamás  se  han  observado 
en  los  músculos  de  estos  animales,  debido  quizás  á  la  inepti- 
tud de  los  embriones  para  verificar  en  ellos  la  emigración. 

El  hombre  toma  casi  siempre  su  triquina  del  cerdo,  y  este 
animal  de  los  pequeños  roedores  citados,  por  lo  que  considera- 
mos conveniente  dar  á  conocer  las  especies  de  ratas  que  viven 
en  la  Península.  (Lámina  i.) 

*  * 


Tri(iuina  muscular  enquistada  ,  tomada  del 
natural  con  aumento  de,[00  diámetros;  el 
quiste  de  la  izquierda  contiene  dos  larvas. 


La  rata  común  ó  negra  (Mus  rattus)  con  la  subespecie  ale- 
xandñnus,  y  la  rata  turón  ó  emigradora  (Mus  decumamis),  pa- 
recen ser  los  animales  en  quienes  este  vermes  se  perpetúa  y 


140  boletín  de  la.  sociedad  española 

encuentra  su  residencia  habitual,  en  razona  que  estos  pequeños 
roedores  matan  y  devoran,  cuando  pueden,  á  sus  semejantes. 

La  rata  común  ó  neg-ra  (Mus  rattus  L.)  tiene  la  cola  bastante 
más  larg-a  que  la  cabeza  y  el  cuerpo  juntos,  las  orejas  anchas 
y  larg-as,  llegando  hasta  los  ojos  cuando  se  las  echa  hacia  ade- 
lante, y  las  crestas  del  cráneo  poco  marcadas.  Su  color  es  ne- 
gruzco, negro  ó  pardinegro,  con  un  matiz  ceniciento  en  la 
parte  inferior  del  vientre,  según  puede  verse  en  la  lámina.  En 
esta  especie  se  hallan  algunas  veces  ejemplares  albinos,  y  una 
variedad  (intermedius  Ninni),  que  es  gris  clara,  con  el  vientre 
blanco,  y  una  faja  negruzca  á  lo  largo  del  dorso.  (Lámina  i, 
figura  1.) 

La  subespecie  ( Mus  ratius  alexandrimis  E.  Geoíf.)  sólo  se  di- 
ferencia por  su  color  pardo  leonado,  á  veces  algo  rojizo,  las 
partes  inferiores  blancas,  y  la  garganta  con  frecuencia  amari- 
llenta. (Lám.  I,  fig'.  2.) 

El  origen  de  la  rata  común,  con  la  subespecie  alexandrimis 
y  la  variedad  inte^'medius,  no  se  conoce  aún  de  un  modo  posi- 
tivo. Unos  autores  suponen  que  vinieron  á  Europa  siguiendo 
á  los  primeros  pueblos  emigrantes;  piensan  otros  que  lo  hicie- 
ron en  la  época  de  la  invasión  de  los  bárbaros,  y  no  falta  quien 
crea  que  proceden  de  África,  y  vinieron  con  los  árabes,  por  lo 
menos  la  subespecie  ahxcmdrinus.  Ninguna  de  estas  hipótesis 
ofrece  visos  de  veracidad,  siendo  la  más  aceptable  la  que, 
fundándose  en  la  costumbre  que  las  ratas  tienen  de  seguir 
á  los  grandes  ejércitos,  supone  que  estos  roedores  vinieron  á 
Europa  siguiendo  á  los  hombres  y  caballos  que  regresaron  á 
fines  del  siglo  xi  después  de  la  primera  cruzada.  El  hecho  de 
datar  del  siglo  xii  los  documentos  más  antiguos  que  acerca  de 
estos  molestos  animalillos  se  conservan,  vienen  á  dar  fuerza  á 
esta  opinión. 

Algunos  autores  sospechan  que  las  primeras  ratas  que  'vi- 
nieron á  Europa  eran  de  la  subespecie  alexandrinus ,  y  que 
luego  han  ido  variando  de  color.  De  ser  así,  habría  que  supo- 
ner que  las  que  hoy  existen  de  esta  especie  proceden  de  emi- 
graciones muy  recientes. 

Actualmente,  esta  especie  no  es  tan  abundante  como  en 
otro  tiempo,  pues  es  muy  perseguida  por  el  Mus  decummms; 
pero  aún  no  ha  llegado  á  extinguirse  del  todo. 

La  rata  turón  ó  emigradora  (Míis  decumanus  Pall.)  presenta 


DE    HISTORIA    NATURAL.  141 

la  cola  bastante  más  corta  que  la  cabeza.y  el  cuerpo  juntos;  las 
orejas  medianas,  de  modo  que  no  lleg-an  á  los  ojos  cuando  se 
las  echa  hacia  adelante;  las  crestas  del  cráneo  bastante  salien- 
tes; el  color  pardo  claro  ó  rojizo,  más  pálido  y  algo  g-ris  en  las 
partes  inferiores.  Á  esta  especie  corresponde  la  variedad  ma%- 
rus  Waterh,  que  es  neg-ruzca,  asemejándose  por  esto  á  la  rata 
común;  pero  difiere  de  ésta  por  su  cola  y  orejas  más  cortas. 
Como  tipo  déla  especie  que  nos  ocupa,  exponemos  el  ejemplar 
representado.  (Lám.  i,  fig-.  3.) 

La  existencia  de  esta  rata  en  nuestro  país,  data  de  fecha  re- 
lativamente reciente.  En  los  años  1725  á  1730,  millares  de  es- 
tos roedores  entraron  en  Europa  por  la  Rusia  oriental,  atrave- 
sando el  Volg-apor  la  parte  de  Astrakan,  y  extendiéndose  poco 
á  poco  hacia  el  O.,  invadieron  aquella  parte  del  mundo.  Hay 
quien  afirma  que  las  referidas  bandadas  de  roedores  proceden 
de  la  Persia;  mas  Filippi,  Hutton,  Blanford  y  otros  muchos 
autores  que  conocen  bien  este  reino  y  sus  animales,  afirman 
que  entre  éstos  no  se  encuentra  el  Mus  demmanus,  siendo  un 
verdadero  absurdo  suponer  que  toda  la  especie  hubiese  aban- 
donado su  país  natal  para  pasar  á  Europa. 

Otros  dicen  que  proceden  de  las  Indias  Orientales,  afirman- 
do alg-unos  que  de  éstas  fué  á  Inglaterra  un  barco  cinco  años 
después  de  la  emigración  descrita,  llevando  en  él  numerosas 
ratas  de  esta  especie.  No  obstante,  hay  que  advertir  que  en  la 
India  sólo  se  las  halla  en  las  ciudades  más  populosas  que 
mantienen  comercio  con  Europa,  lo  que  nos  induce  á  sospe- 
char que  han  ido  allí  en  barcos  de  esta  procedencia.  Acerca  de 
ésto,  la  opinión  más  acertada  es  la  de  Blyth,  quien  supone  que 
la  especie  en  cuestión  debe  tener  su  cuna  en  el  O.  del  Asia 
Central. 

Por  lo  demás,  no  sabemos  á  punto  fijo  cuándo  se  presenta- 
ron estas  ratas  en  Madrid.  En  París  aparecieron  en  1753,  mien- 
tras que  en  Suiza  no  fueron  frecuentes  hasta  1809. 

Como  profilaxis  fundamental  proponemos  la  conveniencia 
de  destruir  los  citados  roedores,  observando  los  preceptos  si- 
guientes: 

1."    Se  exterminarán  por  medio  de  substancias  tóxicas,  dis- 


146'  BOLETÍK  DE  LA  SOGIEUAD  ESPAÑOLA 

puestas  cbnveniéntemen te  en  las  alcantarillas,  acometidas.- 
pozos  negros  y  demás  residencias  habituales,  con  las  debidas 
precauciones,  y  á  beneficio  de  sus  enemig-os  naturales,  espe- 
oiálménte  los  perros  Griffons,  llamados  ratoneros. 

^2."  Las  autoridades  dictarán  medidas  encaminadas  á  reco- 
ger dé  la  vía  publica  los  cadáveres  de  estos  múridos  para  so- 
meterlos á  la  cremación,  impidiendo  que  sean  confundidos 
con  las  inmundicias,. como  sucede  en  la  actualidad;  y 

3."  Prohibición,  bajo  penas  severas,  de  emplazar  los  ceba- 
deros de  cerdos  en  los  corrales,  muladares  y  demás  locales 
destinados  á  depósitos  de  basuras  que  puedan  contener  restos 
de  animales  sospechosos  de  infestación  triquinica. 


Notas  sinonímicas  sobre  el  género  Dorcadiotí  Dalm. 


D.    MANUEL   MARTÍNEZ    ESCALERA. 

El  Sr.  Pie,  de  Dig'oin,  en  el  número  de  Diciembre  pasado  del 
Bol.  de  la  S.  E.  de  France,  pretende  rectificar  la  sinonimia 
de  alg-utías  de  mis  nuevas  especies  y  variedades  del  g-énero 
Borcadíon  Dalm.,  aduciendo  el  que  yo  he  empleado  para  las 
primeras,  nombres  dados  por  él  á  unas  variedades  de  su  fabri- 
cación y  el  que  para  una  variedad  mía  he  dado  el  de  una  es- 
pecie de  todos  conocida. 

Y  ya  que  el  S'r.  Pie,  erigiéndose  en  definidor,  quiere  enmen- 
darme la  plana  y  atribuirse  alg-unas  especies  más  por  ese  su 
sistema,  bueno  será  hacer  presente  el  por  qué  no  estimo  en- 
nada  su  opinión. 

Una  variedad  no  tiene  vida  propia;  así  D.  v.  ru^pes  Esc,  ni 
se  dice  ni  debe  decirse  porque  no  se  sabe  á  qué  pertenece  y 
será  menester  decir  D.  BolivaH  v.  ru^pes  'Esc,  por  la  misma 
razón  que  no  se  dice  Bolivari  Lauíf. ,  sino  Dorcadion  BolivaH 
Lauff.:  y  qué  duda  tiene  que  puede  emplearse  el  nombre  es- 
pecífico de  BolivaH  para  tantos  cuantos  g-éneros  de  coleópteros 
existan  sin  causar  confusión  ni  aumentarla  sinonimia;  lueg'o 
para  las  variedades  podré  yo  emplear  el  nombre  de  rnfifes 
cuantas  veces  lo  crea  oportuno;  y  así  bien  está  mi  v.  rufipes. 
del  D.  Bolivari  Lauff.,  hasta  tanto  que  otro  entomólog"o  más 


DE   HISTORIA   NA.TURAL.  táS 

clarividente  ló  eleve  á  lá  categ-oría  de  especie ,  en  cuyo  caso 
sí  será  reo  de  sinonimia  y  podrá  en  justicia  ser  desbautizado: 
cosa  que  no  ocurrirá  con  las  variedades  del  Sr.  Pie  en  el  D.  Bo- 
livari,  por  la  sencilla  razón  de  que  no  son  variedades  siquiera, 
como  diré  en  el  curso  de  mi  Revisión.  ,      • 

Y  hé  aquí  el  por  qué  me  he  creído  con  derecho  á  emplear 
para  una  variedad  un  nombre  específico  de  Fabricius  de  todos 
conocido  y  á  usar  otros  de  variedades  de  Pie,  que  no  lo  son 
tanto,  para  mis  especies;  las  cuales  hasta  nueva  orden  siguen 
siendo  D.  Lauferi  Esc,  y  D.  grisescens  Esc,  haciendo^  caso 
omiso  de  los  nombres  dados  por  el  Sr.  Pie. 

Las  leyes  de  nomenclatura  zoológ-ica  aprobadas  en  los  di- 
versos Cong-resos  nada  dicen  contra  esto ,  y  en  cambio  son 
muchos  los  ejemplos  que  podrían  referirse  que  demuestran  mi 
aserto ;  y  para  sólo  citar  uno  bien  reciente ,  recordaré  que  el 
eminente  entomólogo  de  Ginebra,  M.  Henri  de  Saussure,  hace 
bien  poco  tiempo  ha  descrito  una  especie  con  el  nombre  dé 
Maura  breTÍpe?inis  existiendo  ya  una  Maura  rugulosa  var.  dré- 
vipemiis  Bol.,  sin  que  á  nadie  se  le  haya  ocurrido  que  el  nom- 
bre dado  por  M.  de  Saussure  debía  ser  substituido. 

* 

*  * 

En  el  número  de  Enero  de  las  Acias  de  la  Soc.  esp.  de  His- 
toria Nat.  describo  como  nuevo  mi  D.  insidiosum  cuyo  nom- 
bre debe  pasar  á  sinonimia  de  I).  Seguntianu7)i  Dan. 

Tenía  yo  los  dos  ejemplares  c^  y  9  sobre  los  cuales  describí 
la  especie  mezclados  con  D.  Uhagoni,  sin  etiqueta  y  en  su 
lug'ar  un  número  impreso;  en  ini  reciente  viaje  á  Reúnes, 
buscando  la  procedencia  exacta  de  dicha  especie  vinimos  á 
dar  el  Sr.  Rene  Oberthür  y  yo,  por  la  preparación  de  los  insec- 
tos y  otros  números  semejantes  sobre  otros  Borcadion  de  Cuen- 
ca, en  que  pudieran  provenir  de  Korb,  y  efectivamente  corres- 
pondían á  un  envío  hecho  por  dicho  señor  y  cuya  lista  halla- 
mos, averig-uando  que  procedían  de  Sig'üenza  y  no  de  Cuenca 
como  erróneamente  dije:  lectura  más  atenta  del  D.  ¡Segun- 
lianuTn  Dan.,  y  la  localidad  de  los  ejemplares  en  cuestión  han 
aclarado  este  punto:  así,  deberá  decirse  D.  Í7isidiosum  Esc.= 

D.  Seguntiamim  Dan. 

» 

*  * 


144  boletín    de    la    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

El  Sr.  Lafuente,  de  Pozuelo  de  Calatrava,  sin  conocer  los 
tipos  de  mi  D.  Navasi  atribuye  dicha  especie  á  D.  molitor,  lle- 
g-ando  á  ampliar  la  descripción  de  tipos  que  no  ha  visto,  lo 
cual  es  un  colmo  de  observación  al  que  no  todos  lleg-an:  el  se- 
ñor Lafuente  después  de  consultarlos  con  el  Sr.  Reitter,  des- 
cribe unos  ejemplares  que  le  envió  el  P,  Navas,  de  Zarag-oza, 
erg"o  todos  los  Dorcadion  de  Zarag-oza  que  envía  el  P.  Navas, 
son  D.  moHtor  para  el  Sr.  Lafuente;  pero  es  el  caso  que  en  Za- 
rag-oza existen  tres  especies,  7)iol¡tor,  Navasi,  y  otra  que  poseo 
innominada:  procure  el  Sr.  Lafuente  conocerlas,  y  entonces 
estará  en  su  punto  la  filípica  conminatoria  con  que  concluye 
su  disertación. 

* 

He  visto  en  la  colección  Oberthür  D.  senegalense  Thoms,  que 
no  es  más  que  un  D.  molitor  y  muy  verosímilmente  de  Zarag-oza 
pudiendo  atribuirse  el  cambio  de  localidad  á  una  etiqueta  mal 
escrita  ó  mal  interpretada  por  ser  parecidos  en  manuscrito  los 
comienzos,  Sarag.  Seneg.  de  las  dos  localidades  confundidas; 
de  todas  suertes,  D.  senegalense  no  lleg-ó  á  ser  descrito. 


BOLETÍN 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 


Sesión  del  6  de  Marzo  de  1901. 

PKESIDENCIA    DE    DON    BLAS    LÁZAEO    É    IBIZA. 

Se  leyó  y  aprobó  el  acta  de  la  sesión  anterior. 
Asiste  D.  Calixto  Tomás  y  Gómez,  catedrático  de  la  Escuela 
de  Veterinaria  de  Córdoba. 

Correspondencia. — El  Secretario  dio  cuenta  de  una  circular  de 
la  Unión  Zoológ-ica  Italiana  anunciando  que  la  seg-unda  Asam- 
blea del  Convenio  zoológ-ico  nacional  tendrá  lug"ar  en  Ñapó- 
les el  próximo  Abril,  y  enviando  tarjetas  para  las  personas 
que  deseen  inscribirse;  de  la  Comisión  de  propag-anda  para  la 
Exposición  provincial  de  Málag-a  para  el  año  1901,  y  de  la  So- 
ciedad malag-ueña  de  Ciencias  Físicas  y  Naturales,  partici- 
pando la  constitución  de  su  nueva  Junta  directiva. 

Admisiones.  —  Quedaron  admitidos  como  socios  numerarios 
D.  Vicente  Pérez  Cano,  de  Madrid,  calle  Mayor,  59,  y  D.  José 
Maxim.  Correa  de  Barros,  de  San  Marthino  d'Anta,  Sabroza, 
Portug-al,  presentados  en  la  sesión  anterior;  acordándose  fig"u- 
rase  en  la  lista  de  socios  el  Instituto  de  seg'unda  enseñanza 
■de  Guadalajara. 

Se  hicieron  veinte  presentaciones  de  nuevos  socios. 

Proposiciones. — Continuando  la  discusión  pendiente  sobre  la 
proposición  del  Sr.  Martínez  Escalera,  referente  á  si  nuestra 
Sociedad  debería  elevar  á  los  Poderes  públicos  una  exposición 
pidiendo  que  la  Historia  natural  fig-ure  en  la  enseñanza  pri- 
maria y  en  qué  forma  debería  redactarse  aquella  exposición, 
el  Sr.  Presidente  rog'ó  á  los  señores  que  habían  tenido  la  ama- 
bilidad de  prometer  algún  trabajo  como  cuestionario  ó  lección 

N.»  3.-Marzo,  1901.  11 


146  boletín    de   la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

que  sirviera  de  modelo  para  un  libro  destinado  á  la  instruc- 
ción délos  maestros  en  la  ciencia  de  que  se  trata,  que,  á  serles 
posible,  lo  presentasen  en  la  sesión  próxima,  pues  por  el  in- 
terés de  la  cuestión  y  por  la  inneg-able  utilidad  de  tales  traba- 
jos, convenía  que  esta  deliberación  no  se  interrumpiese.  El 
Sr.  Calderón  leyó  una  breve  lección  sobre  la  cristalización  y 
los  cristales  en  general,  y  el  Sr.  Bartolomé,  tres  lecciones  de 
un  breve  cuestionario  de  Historia  natural  que  podría  servir 
para  las  escuelas  de  párvulos. 

Hicieron  uso  de  la  palabra  sobre  la  proposición  discutida  los 
Sres.  Artigas,  Gredilla,  Cerezo,  Olóriz,  Gómez,  Puig- y  Barto- 
lomé, éste  último  estimulando  á  los  Sres.  Socios  á  que  am- 
plíen el  ofrecimiento  de  objetos  recogidos,  hecho  á  la  Escuela 
Normal  de  Madrid,  á  todas  las  de  España,  y  explicó  cómo 
se  enseñan  las  ciencias  físicas  y  naturales  á  los  niños  en  la 
Escuela  Froebel  de  Madrid.  El  Sr.  Olóriz  invitó  al  Sr.  Presi- 
dente á  que  recoja  las  diversas  indicaciones  que  sobro  la  cues- 
tión se  han  ocurrido  á  los  diferentes  socios  que  han  interve- 
nido é  intervengan  en  esta  discusión  y  condense  la  resultante, 
lo  cual  le  parecía  más  práctico  que  el  nombramiento  de  una 
Comisión,  como  otros  Sres.  Socios  habían  propuesto. 

El  Sr.  Presidente,  D.  Blas  Lázaro,  dijo  que  sentía  mucho 
que  una  indisposición  pasajera  le  hubiera  impedido  asistir  á 
la  sesión  anterior,  por  haberse  suscitado  en  ella  una  cuestión 
que  le  interesa  vivísimamente,  y  sobre  la  cual  tiene  alguna 
experiencia  por  su  intervención  desde  hace  veinte  años  en  la 
enseñanza  de  Ciencias  de  la  Escuela  Normal  Central  de  Maes- 
tras. 

Haciéndose  cargo  de  algunas  de  las  indicaciones  hechas  en 
la  sesión  anterior,  expuso  su  opinión  de  que  los  libros  de  lec- 
turas .científicas  en  las  escuelas  primarias  constituían  un  me- 
dio de  muy  escasa  eficacia  para  propagar  estos  conocimientos, 
y  que  en  cuanto  á  libros  para  los  maestros  no  eran  realmente 
necesarios,  pues  éstos  podían  manejar  con  fruto  los  corrientes 
en  los  Institutos  y  Universidades  para  adquirir  los  conoci- 
mientos teóricos  necesarios,  siendo  más  útil  cuanto  tendiese 
á  difundir  entre  los  individuos  de  tan  digna  clase  los  cono- 
cimientos prácticos  y  la  conveniente  cultura  en  el  manejo  del 
material. 

Expuso  su  convencimiento  de  que  la  proposición  del  se- 


DE   HISTORIA   NATURAL  U7 

ñor  Escalera  debía,  desde  lueg-o,  ser  aprobada;  pero  que,  reco- 
nociendo la  dificultad  de  que  la  enseñanza  de  las  nociones 
científicas  en  todas  las  escuelas  primarias  fuese  todo  lo  fructí- 
fera que  era  de  desear,  si  el  personal  encarg-ado  de  ella  no 
tenía  la  debida  preparación,  como  era  de  temer,  creía  también 
que  esperar  á  que  el  nuevo  personal  que  hoy  se  halla  en  vías 
de  formación  en  nuestras  Escuelas  Normales  sustituyese  al 
mag-isterio  primario  actual,  suponía  una  espera  demasiado 
larg-a;  y  que,  como  por  otra  parte,  era  de  temer  que  g-ran  parte 
de  este  personal  no  saliese  bastante  iniciado  por  las  condicio- 
nes especialísimas  en  que  esta  reforma  se  había  establecido, 
deberían  proponerse  alg-unas  medidas  que  facilitasen  la  adqui- 
sición de  los  conocimientos  necesarios  á  los  maestros  de  hoy  á 
fin  de  que  estos  pudiesen  inaug-urar  las  enseñanzas  científicas 
en  más  breve  plazo. 

Que  por  el  momento  le  ocurría  que  podrían  org-anizarse  por 
los  físicos,  químicos  y  naturalistas  que  á  ello  se  prestasen, 
cursos  breves  y  prácticos  sobre  las  cuestiones  científicas  más 
indicadas  para  los  cursos  primarios  en  las  capitales  de  distrito 
universitario  y  en  todas  las  poblaciones  en  que  hubiese  ele- 
mentos para  ello,  á  fin  de  que  los  maestros  actuales  y  venide- 
ros adquiriesen  cierta  práctica  de  los  experimentos  y  observa- 
ciones más  importantes.  Los  maestros  podrían  concurrir  á  estos 
cursos  durante  las  vacaciones  escolares  como  hoy  lo  hacen  á 
las  Asambleas  oficialmente  establecidas,  las  cuales  podrían  ser 
sustituidas  por  estos  cursos  ó  coincidir  con  ellos.  También 
podrían  establecerse  comisiones  de  personal  práctico  en  la 
experimentación  científica  que  fuesen  recorriendo  las  diferen- 
tes comarcas  y  dando  en  ellas  cursos  breves  y  prácticos  para 
familiarizar  á  los  maestros  con  la  experimentación  y  con  el 
manejo  del  material,  como  se  hace  con  no  mal  éxito  en  otros 
países  de  Europa.  Debería  también  pedirse  para  que  las  ense- 
ñanzas científicas  dadas  en  las  Normales  actualmente  no  pare- 
ciesen ser  tenidas  como  conocimientos  secundarios  ó  de  ador- 
no ,  que  éstas  interviniesen  en  las  oposiciones  á  escuelas  pú- 
blicas al  par  de  la  Geog-rafía  ó  de  la  Historia,  cosa  que  hoy  bo 
sucede,  pues  no  se  piden  más  que  en  las  escuelas  superiores 
de  niños,  y  aun  en  éstas,  con  un  carácter  muy  especial. 

Estas  y  otras  medidas  que  podrían  proponerse,  debieran     ^^h-*— "-—i.^ 
acompañar  á  la  petición  fundamental  contenida  en  la  propo--/^v!.*il/4/ 

juj  I  L  I  B  f^  A  P  ' 


148  boletín    de    la    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

sición  del  Sr.  Martínez  Escalera  para  que  dicha  reforma  se  es- 
tableciese en  condiciones  favorables  y  sin  esperar  larg-os  años, 
como  supondría  el  aguardar  cruzados  de  brazos  hasta  que  sur- 
giera otra  generación  de  maestros. 

Secciones. — La  de  Zakagoza  celebró  sesión  el  día  27  de  Fe- 
brero, bajo  la  presidencia  de  D.  Manuel  Díaz  Arcaya,  que- 
dando admitidos  como  socios: 

Numerarios. — D.  Mariano  Sánchez  Bruil,  catedrático  de  Agri- 
cultura en  el  Instituto  de  segunda  enseñanza;  D.  Marceliano 
Isabal,  abogado,  y  D.  José  Esteban  García  Fraguas,  doctor  en 
Medicina  y  profesor  en  el  Instituto  de  segunda  enseñanza,  to- 
dos de  Zaragoza,  y  presentados  en  la  sesión  anterior. 

Agregado. — D.  José  Augusto  Sánchez  Pérez,  alumno  de  Cien- 
cias, presentado  en  la  misma  sesión. 

Se  hicieron  cuatro  nuevas  presentaciones. 

El  Sr.  Gregorio  y  Rocasolano  leyó  la  siguiente  noticia  necro- 
lógica: 

«En  su  sesión  última,  esta  Sección  de  la  Sociedad  Española 
DE  Historia  Natural  me  confió  el  encargo  de  dedicar  un  re- 
cuerdo á  la  memoria  de  nuestro  querido  y  malogrado  CQnsocio 
D.  Jacinto  Marcos  Zamora,  fallecido  en  esta  ciudad  el  20  de 
Enero  del  corriente  año;  y  cumplo  este  triste  deber,  apenado 
mi  espíritu  por  la  reciente  pérdida  del  amigo  entrañable,  poro 
halagado  por  tener  ocasión  de  recordaros  los  merecimientos 
de  nuestro  malogrado  compañero. 

D.  Jacinto  Marcos  Zamora  nació  en  Valladolid  el  año  1864, 
y  en  dicha  ciudad  hizo  los  estudios  de  segunda  enseñanza, 
pasando  después  á  Madrid,  donde  fué  alumno  de  la  facultad 
de  Ciencias,  y  más  tarde  á  Zaragoza,  en  cuya  Universidad  y 
en  el  curso  de  1883-84,  recibió  el  grado  de  licenciado  en  Cien- 
cias físico-químicas  con  nota  de  sobresaliente. 

En  el  curso  de  1884-85,  hizo  en  la  Universidad  Central  los 
estudios  del  doctorado  en  la  referida  facultad  y  sección,  y  en 
1886  fué  nombrado,  previa  oposición,  ayudante  de  las  cátedras 
de  Quínaica  de  la  Universidad  de  Zaragoza. 

Desde  esta  fecha  hasta  la  de  su  prematura  muerte  dio  pal- 
pables muestras  de  su  amor  al  trabajo  y  entusiasmo  por  la 
enseñanza,  desempeñando  en  diversas  épocas  en  nuestra  fa- 
cultad de  Ciencias  las  cátedras  de  Ampliación  de  la  Física, 


DE   HISTORIA   NATURAL.  149 

Mineralogía  y  Botánica,  Zoolog'ía,  Química  inorgánica,  y  sin 
retribución  alg-una  y  durante  ocho  cursos  completos,  la  de 
Cosmog-rafía  y  Física  del  g-lobo. 

Dio  gallarda  prueba  de  su  celo  por  la  enseñanza  privada  en 
su  gestión  como  director  del  Coleg-io  Politécnico  de  esta  ciu- 
dad, cargo  que  desempeñaba  desde  1893. 

Ha  muerto  nuestro  compañero  en  plena  juventud,  cuando 
apenas  ha  podido  revelarnos  algo  de  lo  que  sus  talentos  ate- 
soraban, trayendo  su  pérdida  con  siniestro  poder  la  más  pro- 
funda de  las  ang-ustias  sobre  una  esposa  que  ha  quedado  sin  el 
compañero  de  su  vida  y  unos  niños  que  han  quedado  sin  pa- 
dre... ¡Pobres  huérfanos! 

Vida  dedicada  por  entero  al  trabajo  fué  la  de  nuestro  inol- 
vidable consocio;  pero  al  rudo  trabajo  de  la  enseñanza,  por  el 
que  sentía  verdadera  vocación,  y  lleno  de  inteligencia,  de  fe  y 
de  entusiasmo  para  el  cumplimiento  de  su  aug'usta  misión, 
dejó  de  pertenecer  al  mundo  de  los  vivos.  ¡Descanse  en  paz!» 

El  mismo  Sr.  Gregorio  Rocasolano  dio  lectura  á  una  nota 
remitida  por  el  Sr.  Pan,  de  Seg-orbe,  continuación  de  la  leída 
en  la  sesión  anterior,  sobre  Plantas  teruelanas. 

— El  Sr.  Sánchez  Pérez  presentó  una  nota  dando  cuenta  de 
una  Excursión  a  Mezalocha  (Zaragoza),  verificada  por  el  cate- 
drático Sr.  Gila  en  compañía  de  sus  alumnos. 

— El  Sr.  Jimeno  dio  lectura  á  unas  Noticias  históricas  sobre 
terremotos  acaecidos  en  España. 

—  Por  último,  el  Sr.  Gila  anunció  que  iba  á  organizar  para 
la  próxima  Semana  Santa  una  excursión  de  Riela  á  Calata- 
yud  en  compañía  de  sus  alumnos,  invitando  á  los  señores  so- 
cios que  deseen  tomar  parte  en  ella ,  para  lo  cual  daría  á  co- 
nocer oportunamente  las  condiciones. 

Notas  y  comunicaciones. 
Una  especie  nueva  para  la  flora  de  Europa 

POR 

DON    CARLOS   PAU. 

D.  Francisco  Jiménez  Munuera,  de  Cartagena,  se  ha  servido 
remitirme  en  consulta  ocho  muestras  de  vegetales;  desconocí 
el  remitido  con  el  número  6  por  hallarse  reducido  á  la  parte 


1»  boletín  de  la  sociedad  española 

superior  de  la  planta,  y  por  lo  tanto  no  ser  posible  apreciar  si 
se  trataba  de  una  especie  anual  ó  de  raíz  perenne,  y  con  flo- 
res, menos  una  umbela  que  trae  frutitos  muy  jóvenes;  así  es 
que  rog-ué  á  dicho  señor  repitiera  de  nuevo  el  envío  con  bue- 
nos y  completos  ejemplares.  Al  colocarla  estos  días  (26  de  Fe- 
brero) en  mi  colección  descubro,  á  pesar  de  lo  defectuoso  del 
ejemplar,  que  pertenece  á  una  especie  nueva  para  la  ñora 
europea. 

■  Se  trata  de  la  Selinopsis  fmtida  Coss.  et  Dur. 

Tanto  esta  especie  como  su  añne  la  iS.  montana  Coss.  et  Dur. 
entran  en  el  plan  de  morfolog-ía  específica  á  que  pertenece  la 
PimpineUa  dicJwtomaDC;  por  consig-uiente  opino,  dada  esta 
afinidad  morfológ-ica,  que  la  SeUnopsis  foslida  debe  calificarse 
de  Pimpinella  foBtida. 

■  De  los  restantes  números  merecen  citarse  la  Cutandia  scle- 
Tiroides  Wk. ,  especie  sumamente  rara  en  España,  y  que 
Willkomm  no  menciona  en  sus  obras  mas  que  de  una  sola 
localidad  (cabo  de  Gata),  y  oiAstragalus  Mauritaniciis  Coss.  et 
Dur.,  recog-ida  únicamente  en  España  por  los  viajeros  Porta, 
Rig-o  y  Reverchou. 

Como  todas  estas  localidades  son  mucho  más  meridionales, 
los  descubrimientos  de  nuestro  estimado  consocio  tienen  suma 
importancia  desde  el  punto  de  vista  g-eog-ráfico,  por  aumentar 
el  área  de  su  dispersión  hasta  Cartag-ena. 

Plantas  teruelanas  recogidas  por  D.  Antonio  Badal 

POR 

DON    CARLOS    PAU. 

Sabido  es  que  el  Sr.  Badal,  cura  de  Las  Parras  de  Martín, 
fué  uno  de  los  principales  colaboradores  de  los  íSnpJementos  de 
Lóseos,  y  que  á  este  botánico  se  debía  valiosa  cooperación  en 
dichos  trabajos.  Publicado  lo  más  importante  de  su  colección, 
tanto  en  las  obritas  citadas  como  en  nuestras  Notas  botánicas; 
seg-ado  el  campo,  como  quien  dice,  no  nos  queda  otro  recurso 
que  espig-ar  con  cuidado  en  las  nuevas  remesas  de  hierbas 
que  hemos  recibido  recientemente,  debidas  á  rueg-os  de  don 
José  Pardo,  que  veía  con  sentimiento  permanecieran  inéditas 
y  en  peligro  de  perderse  y  desapapecer. 

Las  publicaciones  indicadas  no  son  el  único  inconveniente 


DE   HISTORIA   NATURAL.  151 

para  quitar  novedad  á  los  descubrimieutos  del  Sr.  Badal.  Re- 
cogidas sus  hierbas  quizás  con  anterioridad  á  la  de  otros  botá- 
nicos teruelanos,  resulta  que,  por  no  haberse  hecho  públicas, 
pasamos  por  descubridores  Benedicto,  Zapater,  Almag-ro,.  Re- 
verchon  y  yo  mismo,  como  lo  demuestran  Astragalus  aiislria- 
cus,  Armería  liUoralis,  Geum  heterocarpum ,  Conopoclium  Boiir- 
gaei  y  otras  especies  más. 

Conocidas  y  estudiadas  las  sierras  meridionales  aragonesas 
lo  bastante  para  que  podamos  permitirnos  alg-unas  generali- 
zaciones, se  ve  que  difieren  apenas  en  su  fisonomía  botánica 
general;  y  esta  misma  uniformidad  teruelana  se  extiende  por 
las  tierras  valencianas  limítrofes  que  se  corren  desde  el  Maes- 
trazgo Alto  hasta  el  río  Blanco.  Hay  que  tener  en  cuenta  que 
entre  las  especies  que  no  dan  carácter  botánico  se  observa  que 
las  sierras  orientales  presentan  más  «reliquias  aquilónicas» 
que  las  occidentales,  á  pesar  de  su  menor  elevación.  Intriga 
al  naturalista  este  fenómeno,  y  al  pretender  explicárselo  acu- 
de á  su.  mente  el  que  las  plantas  dichas  debieran  llegar  cami- 
nando de  Oriente  á  Occidente;  mas  tropieza  en  seguida  el  geó- 
grafo en  que  no  puede  aplicarse  esta  misma  suposición  á  las 
tierras  meridionales  que  miran  á  Poniente,  porque  aquí  las 
especies  siguieron  rumbo  totalmente  diverso,  es  decir,  vinie- 
ron de  Occidente. 

Debió  existir,  además,  un  no  pequeño  impedimento  entre 
las  tierras  orientales  y  occidentales,  porque  faltan  en  la  parte 
oriental  especies  occidentales;  y  recíprocamente,  lo  mismo 
sucede  en  la  parte  occidental.  Este  obstáculo  contuvo  la  mar- 
cha de  ambas  invasiones  y  se  opuso  á  la  mezcla  de  las  colo- 
nias emigrantes;  pero  jamás  pudo  ser  este  obstáculo  tan  garan- 
de como  el  que  se  opuso  á  la  venida  de  las  plantas  directa- 
mente del  Norte;  yo  me  inclino  á  creer  que  fué  simplemente 
orog-ráfico. 

Debió  existir,  á  mi  modo  de  ver,  una  enorme  y  alta  cordi- 
llera que  con  sus  regiones  desnudas  y  nieves  casi  eternas  im- 
pidió el  paso  á  las  plantas  de  un  lado  á  otro;  y  da  fuerza  á  este 
sentir  el  que  dichas  «reliquias.»  vengan  á  subsistir  en  los  ribe- 
tes de  las  sierras  teruelanas  sin  encaramarse  en  las  cumbres 
ni  aparecer  por  el  interior.  Es  posible  que  Penyagolosa  venga 
á  ser  los  restos  que  nos  quedan  de  aquella  altísima  y  enorme 
cordillera,  lo  mismo  que  San  Just. 


152  boletín    de   la   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Como  muestra  de  las  recolecciones  del  Sr.  Badal  daré  en  ^ 
primer  lugar  las  Rosáceas,  continuando  en  notas  sucesivas 
con  las  restantes,  evitando  en  lo  posible  nombrar  especies  ya 
publicadas  y  citar  las  muy  vulgares. 

SpircBci  iihnaña  L.  var.  foJns  suMus  argentéis.— ^\qvv2í  Palo- 
mita en  Villarluengo. 

Ruhiis  idmis  L.  —  Rara  en  Peñacerrada,  término  de  Forta- 
nete  (Sierra  Palomita).  En  la  sierra  de  Albarracín  debe  abun- 
dar, según  ejemplares  del  Sr,  Zapater,  Parece  faltar  en  Jaba- 
lambre  y  Penyagolosa. 

Geum  nivale  L. —  Linares,  en  el  Mas  de  la  Balsa;  Fortanete, 
en  Peñacerrada.  Recientemente  ha  sido  también  descubierta 
en  la  Sierra  de  Albarracín  por  los  Sres.  Zapater  y  Almagro. 

G.  Jieteroc(irpum~Qo\&^. —  Escorihuela,  en  el  pico  de  Castel- 
frío.  4  Agosto,  1886. 

Esta  hierba,  que  hemos  sacado  de  entre  algunos  pies  de  la 
Alchemilla,  la  dimos  por  especie  nueva  para  la  flora  arago- 
nesa; la  etiqueta  del  Sr.  Badal  trae  la  fecha  de  recolección  en 
cuatro  ó  seis  años  anterior  á  la  nuestra  de  Jabalambre.  Es, 
pues,  el  Sr.  Badal  el  primero  que  la  recogió  en  Arag'ón. 

Bosa  Mathonneti  Crepín. —  Fortanete,  en  Peñacerrada.  7  Ju- 
lio, 1890. 

Forma  más  herbácea,  menos  leñosa  y  de  hojas  mayores  que 
nuestros  rosales  R.  spÍ7iosissima  L.  y  R.  myriacantha  DC. ,  de 
los  cuales  no  es  más  que  variedad,  y  que  poseo  también  de 
La  Puebla  de  Valverde  desde  el  año  1892. 

En  el  monte  de  Bañón,  junto  á  la  carretera,  y  en  Monreal 
del  Campo,  ha  recogido  el  Sr.  Benedicto  otra  forma  sin  ñores 
ni  frutos  parecida  á  la  R.  rubeJla  Sm.,  y  más  todavía  á  la  sor- 
MfoUa  Godet,  que  á  ser  verdaderamente  espontánea  pertene- 
cería á*una  de  las  especies  más  curiosas  de  la  Península,  pues 
ning'uria  de  sus  afines  se  ha  descubierto  en  España. 

R.  molUs  Sm.  (vid.  Crepín). —  Esta  especie  ya  fué  indicada 
como  descubierta  por  el  Sr.  Badal,  pero  no  hemos  dado  con 
exactitud  el  sitio  al  nombrarla  Sierra  de  Mosqueruela,  cuando 
Willkomm  (SuppL,  p.  224)  al  citarla  la  lleva  junto  á  Mosque- 
ruela. Son  dos  las  muestras  recibidas:  la  una  se  encuentra  rara 
«en  Valdelinares,  hacia  el  Mas  de  Gimeno,  camino  de  Lina- 
res»; la  remitida  últimamente  es  de  Peñacerrada,  en  Fortanete 
(Sierra  Palomita). 


DE   HISTORIA   NATURAL.  153 

Rosa  corylifolia  Fr. —  Peñacerrada,  en  Fortanete.  Parecida  á 
la  R.  fruletorum  Bess. 

El  aspecto  y  los  aguijones  son  ciertamente  de  la  R.  glauca 
y  de  su  subordinada  i2.  corylifolia  Fr.,  pero  los  estilos  son  mu- 
cho menos  erizados  ó  peludos;  tampoco  trae  la  muestra  frutos 
para  apreciar  el  importante  carácter  sacado  de  la  persistencia 
ó  no  de  los  sépalos.  Yo  me  inclino  á  creerla  una  subcanina 
Christ. ,  pero  la  carencia  de  buenas  muestras  y  completas  nos 
impiden  dar  nada  como  seg'uro. 

Este  es  uno  de  los  inconvenientes  que  tiene  el  g-énero  Rosa. 
pues  la  mayoría  de  los  herborizadores  españoles  estamos  im- 
posibilitados de  procurarnos  muestras,  completas,  y  por  con- 
siguiente de  adelantar  en  el  conocimiento  de  los  rosales  de  la 
flora  española,  que  tantísimo  deja  que  desear. 

J./'c/¿ew¿?7/«  w¿í;¿or  Huds.  — Frecuente  en  Fortanete;  también 
en  Mosqueruela,  en  las  masías  de  Valtuerta,  y  en  el  pico  de 
Castelfrío  de  Escorihuela. 

Pertenece  esta  especie  al  núm.  3394  del  SnppJementum  de 
Willkomm,  y  tiene  por  sinónimos,  entre  otros,  A.  mihjaris  L. 
var.  suhsericea  Gaud.,  A .  pubescens  Lam. ,  A.  vulyaris  var.  ky- 
brida  Roth.,  A.  hybrida  L.,  etc. 

II. 

Catairosa  aquatica  P.  B.  -  Fortanete,  en  Peñacerrada;  1890. 

El  descubrimiento  de  esta  especie  es  mny  interesante  para 
la  ñora  arag-onesa,  porque  no  se  conocía  con  seg'uridad  más 
que  en  los  Pirineos;  pues  las  citas  zaragozanas  de  Asso  y 
Echeandía,  seg-ún  Lóseos  y  Pardo  (Ser.  imp.,  p.  445),  proba- 
blemente no  pertenecían  á  esta  especie. 

El  Catálogo  de  Palomita  trae  el  Aira  aquatica;  pudiera  ser- 
vir de  confírraación  la  muestra  del  Sr.  Badal,  porque  Forta- 
nete, á  pesar  de  no  consignarlo  el  catálogo  en  la  relación  de 
pueblos  que  nos  da,  se  encuentra  con  Troncha,  Villarluengo, 
Cañada  de  Benatanduz  y  Cantavieja  en  las  faldas  de  la  sierra 
Palomita.  Ha  sido  recogida,  además,  en  Camarena. 

Odón  lites  seroiiua  Rchb.  p  latiJolia.—  O  divergens  Jord.— 
O.  rubra  P.  ¡3  divergens  Lge.— O.  rubra  P.  var.  latifolia  Coss. 

En  las  Parras  de  Martín.  En  mi  herbario  la  hay  de  Albarra- 
cín  (Zapater),  Monreal  del  Campo  (Benedicto),  Calatayud  (Vi- 
cioso) y  abundante  de  Gea  de  Albarracín  y  Jabalambre. 


154  boletín    de   la.   SOCIEDAD  ESPAÑOLA 

Hieracium  CapdevaUi  Pau.— En  las  peñas  de  la  Cueva  de 
las  Palomas  (Parras  de  Martín),  17  de  Septiembre  de  1881. 

Apenas  difiere  del  tipo  catalán  y  es  nueva  para  la  ñora 
arag-onesa. 

Ephedra  distacJnja  L. — En  Orrios. 

No  podíamos  sospechar  que  esta  especie  apareciera  en  el 
partido  judicial  de  Teruel,  porque  todas  las  muestras  que 
conocíamos  pertenecen  á  la  E.  Nebrodensis  Tin.,  tan  abun- 
dante entre  Teruel  y  Albarracín.  Se  extiende  hasta  Calatayud 
(B.  Vicioso)  y  se  encuentra  en  Monrealdel  Campo  (Benedicto). 

He  visto  y  recog'ido  la  E.  distachya  L.  junto  al  mismo  puente 
Contreras  del  río  Gabriel  (Minglanilla). 

Silaiis  virescens  Boiss.  — Las  Parras  de  Martín. 

Indico  esta  especie,  á  pesar  de  haberla  citado  Lóseos  (Suple- 
mento 5.°,  p.  5),  porque  Wiükomm  no  consig-na  más  que  la 
planta  recogida  por  Lóseos  en  Cantavieja  y  se  trata  de  una 
especie  no  conocida  en  España  antes  de  los  descubrimientos 
de  Lóseos  y  Badal.  Es  idéntica  á  los  ejemplares  de  mi  her- 
bario. 

Astragalus  aiistriaciis  L. — Las  Parras  de  Martín;  22  de  Junio 
de  1883. 

A  no  haber  permanecido  inédita  esta  noticia  hubiera  lla- 
mado la  atención  semejante  descubrimiento,  que  después  de 
haberse  recog-ido  y  publicado  la  especie  de  las  sierras  de 
Albarracín  y  Mosqueruela  y  Monreal  del  Campo  ha  perdido 
su  interés. 

Ca7^ex  nutans  Rost.—C.  paludosa  Lóseos,  p.  p.! 

«Valdeconejos  en  la  confluencia  bajo  de  la  ermita  de  San 
Juan,  16  de  Julio  de  1882.»— «Valdeconejos  en  la  umbría,  5  de 
Abril  del  81.»  Planta  perteneciente  á  especie  nueva  parala 
flora  española. 

La  C.  paludosa  Good.,  abundante  en  la  Cañada  de  Valdeco- 
nejos (Badal),  Calata3'ud  (Vicioso)  y  Tramacastilla  (Zapater). 

Cynoglossospermum  barhatum  (M.  B.)  form.  Zapateril .  —EcM- 
nospemmm  bai'baium  Leh.m.,  subsp.  aragonense  Rev.  et  Freyer. 
— E.  Zapatera  Pau,  \ih.—E.  patulum  Lehm.,  v...?  Pau,  Not. 
bot.,  II,  pág.  32. 

Las  Parras  de  Martín,  3  de  Julio  de  1883.— Esta  especie, 
apenas  diversa  del  tipo,  pues  los  caracteres  en  que  se  fundó 
la  separación,  según  recientes  muestras,  no  son  constantes,  y 


DE   HISTORIA    NATURAL.  155 

fué  recog-ida  por  el  Sr.  Zapater  en  la  sierra  de  Albarracín, 
poco  después  por  el  Sr.  Badal;  de  1891  á  93,  en  las  tierras  cul- 
tivadas de  las  cercanías  de  Teruel,  por  el  Sr.  Benedicto;  en 
1892,  por  el  Sr,  Reverchon  en  la  sierra  de  Jabalambre  y  en 
Julio  de  1895,  por  mí  en  Sacañet  (Valencia)  y  Jabalambre. 

En  la  sierra  de  Albarracín  (Zap.)  se  encuentra  asociada  con 
el  Cynoglossospermuní  LappiUa  (L.)  y  en  Las  Parras  de  Martín 
(Badal)  lo  mismo.  En  Calatayud  no  parece  hallarse  más  que 
e.ste  último  (Vicioso). 

Armería  fiilicauUs  Boiss.,  p  minor  Boiss.  — Fortanete,  en  Pe- 
ñacerrada. 

Carece  de  corolas  casi  por  completo;  en  los  restos  de  una 
ñor  creo  descubrir  la  forma  candida. 

AntirrJiiniim  Utigiosum  Pau  (A.  Barrelieri  auct.  arag-.). — 
Las  Parras  de  Martín. 

La  especie,  sumamente  extendida  por  toda  la  provincia  y 
tierras  vecinas,  se  corre  desde  la  sierra  de  Chiva  (límite  del 
área  hasta  Cataluña).'  Sube  hasta  la  Ming'lanilla,  siendo  nueva 
para  Castilla. 

Senecio  Carpetanus  Boiss.  (S.  Celtibericus  Pau). 

Esta  planta,  no  conocida  más  que  por  los  ejemplares  dese- 
cados g-uardados  en  el  herbario  Pavón,  fué  descubierta  por  el 
Sr.  Badal;  posteriormente  ha  sido  recog-ida  en  abundancia 
por  varios  colectores.  Es  notable  la  localidad  de  Monreal  del 
Campo  (S.  Benedicto),  porque  quizás  pudiera  corresponder  á 
la  Cineraria  pahislris  de  Asso,  especie  que  nos  es  desconocida. 

Lonicera  Xylosteum  L. — Las  Parras  de  Martín. 

Efectivamente  es  especie  no  rara  en  las  montañas  teruela- 
nas,  pero  la  indico  porque  me  extraña  que  el  Sr  Badal  escriba 
en  la  etiqueta  ^.Lonicera injrenaica  L.  de  Lóseos». 

La  L.  Xijlosteiim  L.  en  la  sierra  de  Albarracín  (Zapater);  yo 
la  recog-í  junto  á  Camarena. 

Teucrium  pyrenaicum  L. — Villarlueng-o,  en  la  sierra  Palo- 
mita, cerrada  de  la  Torre  Villores.  1.400  m.  alt.  Confirma  las 
indicaciones  de  Asso  y  Xarne. 

Es  la  localidad  más  apartada  (reliquia  iñrenaica)  que  de  la 
cordillera  pirenaica  se  conoce.  Se  presenta  esta  planta  lig'e- 
ramente  diversa  del  tipo  por  las  hojas  más  ang-ostamente 
cuneadas;  la  g-labrescencia  se  observa  ig-ualmente  en  los 
ejemplares  asturianos  y  vascong-ados,  aunque  no  sea  tan  exa- 


156  boletín   de    la    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

g-erada;  noto,  además,  la  pequenez  de  las  hojas  en  uno  de 
mis  varios  ejemplares  pirenaicos.  La  forma  dominante  del 
tipo  es  la  macrophylla. 

Asiragalns  muticus  Pau  (A.  nevadensis  auct.  arag-.).— Valde- 
conejos,  en  el  barranco  al  pasar  el  monte. 

Debe  ser  muy  raro  el  Asir.  Boissieri  Fiscb.  en  las  montañas 
orientales  de  Teruel;  yo  no  lo  poseo.  En  la  Balma,  de  donde  lo 
indicaron  Lóseos  y  Pardo,  no  pude  encontrarlo.  Seg"uramente 
habrá  desaparecido  de  las  ramblas  del  río  Valenciano,  en 
donde  lo  recogió  el  Sr.  Pardo,  arrastrado  por  las  ag-uas  y 
traído  allí  por  estas  mismas  de  alg-una  sierra  cercana,  que 
quizás  no  sea  arag"onesa. 

Plcmiago  Badali  n.  sp. — Pl.  medim  L.  afñnis,  sed  foliis  viri- 
dibus,  g-labris,  aliena. 

Planta  verde,  hojas  en  rosca,  carnosas,  opacas,  rara  vez 
pubescentes  hacia  su  parte  superior,  ligeramente  pestañosas, 
aovado  ú  oblong-o-elípticas,  obtusas,  adelgazadas  en  corto 
peciolo,  más  ó  menos  dentado  al  margen  generalmente  ondea- 
do, con  tres  á  siete  nervios,  pero  lo  más  constante  son  cinco; 
pedúnculos  erectos,  algo  encorvados  en  la  base,  tenues,  del- 
gados, alampiñados  en  su  mitad  inferior  y  ligeramente  asur- 
cados; espigas  cilindricas,  brácteas  lanceoladas,  brevemente 
escariosas  y  con  el  dorso  redondeado,  más  cortas  que  el  cáliz; 
segmentos  calicinos  elíptico-oblongos,  escamosos,  menos  la 
quilla  dorsal  aguda  y  verde;  mucronados;  corola  blanca,  pla- 
teada, brillante,  cápsula... 

Las  Parras  de  Martín  (Badal,  sin  fecha);  sierra  de  Albarra- 
cín,  en  Priegos  (Zapater,  1887);  Sacañet,  en  el  reino  de  Valen- 
cia, á  1.500  m.  de  altura.  Lugares  húmedos;  Julio  de  1895. 

Erinus  Mspanicus  P.— Las  Parras  de  Martín. 

Los  botánicos  aragoneses  no  indicaron  esta  forma  como  de 
su  país;  únicamente  Lóseos  (Trat.,  p.  122)  cita  de  Bielsa  la 
variedad  glahratiis,  que  ciertamente  no  pertenece  á  la  pro- 
puesta por  Lange.  Este  último  autor,  á  nuestro  entender,  ha 
fraccionado  indebidamente  este  tipo  específico  y  ha  prescin- 
dido, de  los  caracteres  morfológicos  constantes  y  de  los  geo- 
gráficos. 

Todas  las  formas  españolas  se  pueden  reducir  á  dos  tipos: 
el  uno  de  primer  orden,  E.  alpinus  L.;  el  otro  subordina- 
do, E.  hispanicns  P.  Considérese  el  segundo  bien  como  sub- 


DK    HISTORIA    NATURAL.  157 

especie,  bien  como  variedad,  por  más  que  para  nosotros  la 
«variedad»  carece  la  inmensa  mayoría  de  las  veces  de  valor 
taxonómico  alg'uno  y,  en  cambio,  otras  veces  representa  «pe- 
queñas especies»,  y  que  por  esta  causa  debiera  desterrarse  la 
voz  «variedad»  en  taxonomía,  sustituida  en  ocasiones  por 
forma  ó  variación,  y  en  otros  por  subespecie  ó  pequeña  espe- 
cie, considérese,  repito,  como  la  escuela  de  cada  naturalista 
le  sug'iera,  lo  cierto  es  que  en  España  existen  dos  tipos  geo- 
gráficos distintos,  acompañados  de  caracteres  morfológ-icos, 
alrededor  de  los  cuales  podemos  ag-rupar  las  formas  conoci- 
das. Ambos  tipos  presentan  formas  lampiñas  y  formas  vello- 
sas y  pubescentes,  pero  en  variaciones  intermedias  que  indi- 
can la  clara  distinción  en  el  E.  alpimis  L. 

El  E.  hispanicus  P.  no  es  ig-ual  al  E.  aJpiniis  L.  p  Jdrsu- 
tus  G.  G.,  seg-ún  Lang-e  expuso  en  el  Prodr.  fl.  Msp.,  ii,  p.  592, 
porque  E.  hispanicus  P.  no  existe  en  la  flora  de  Francia. 

Bajo  el  nombre  de  E.  aljñmis  var.  hirsiUus  Lg-e.  (non  Gr. 
Godr.)  ó  E.  cdpiniis  L.  var.  viUosus  Lg-e.  nos  da  su  autor  las 
formas  pirenaicas  del  E.  alpinus  L.  cubiertas  de  pelos  blancos 
y  lanosos  y  el  E.  his'paniciis  P. 

El  E.  aljñnus  L.  ¡3  glabratus  Lang-e  pug.  es  una  forma  glahra 
et  microphyUa  del  E.  hispariicus  P.;  pero  también  incluye 
alg'una  forma  g-labra  pirenaica  del  ^.  alpimis  L.;  porque  la 
verdadera  variedad  glabratus  Lg-e.  es  propia  de  Asturias, 
Cantabria  y  Castilla  la  Vieja;  como  el  Erinus  hispa7iiciis  P. 
tuvo  su  centro  de  creación  quizas  en  Valencia  y  es  forma 
propia  de  la  reg-ión  oriental  y  austro-oriental. 

Infiérese  de  lo  expuesto  la  necesidad  de  revisar  de  nuevo 
todas  las  citas  é  indicaciones  de  los  autores  que  nos  precedie- 
ron si  queremos  lleg-ar  al  exacto  conocimiento  de  nuestra 
flora. 

El  E.  hispanicus  P.  existe  en  Peñag-olosa,  en  donde  con  más 
frecuencia  y  abundancia  lo  he  visto,  Sierra  de  Canales  ó  Sa- 
cañet,  Sierra  de  Pina  y  Sierra  Mariola,  faltando  por  consi- 
g-uiente  el  E.  alpimis  L. 


158  BOLETÍN    DE   LA   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Sobre  los  caracteres 
y  la  clasificación  del  puerco  espin  pequeño  de  Colombia 

POH 

D.    ÁNGEL    CABHERA    LATORRE. 

En  el  año  1865  describió  Gray  por  vez  primera  un  cercolábido 
de  Colombia  bajo  el  nombre  de  Eretliizon  rufescens,  creyendo 
conveniente  formar  con  la  nueva  especie  un  subg-énero  dentro 
del  g-énero  EretM:on,  subg-énero  que  denominó  EcMno2)rocta 
por  el  hecho  de  tener  la  gTupa  cubierta  de  espinas  larg-as  y  rí- 
gidas, á  diferencia  de  los  congéneres  anteriormente  conocidos, 
que  la  presentan  poblada  de  larg-as  cerdas,  entre  las  que  se 
ocultan  alg'unas  espinas  cortas  (1).  A  decir  verdad,  no  es  muy 
completa  la  descripción  hecha  por  Gray,  quien  se  muestra  un 
tanto  vacilante  en  lo  que  respecta  á  la  edad  del  ejemplar  que 
le  sirvió  para  establecer  la  especie,  por  no  haberle  sido  posible 
examimar  el  cráneo. 

Ocho  años  después,  entre  las  colecciones  que  al  Museo  de 
Madrid  envió  desde  Bog-otá  el  Sr.  Gutiérrez  de  Alba,  vino  un 
ejemplar  de  cierto  puerco  espín  denominado  en  Qolomhm ¡merco 
espin  'peqiieño.  Desconociendo,  sin  duda,  la  especie  por  Gray 
establecida,  el  docto  catedrático  D.  Francisco  Martínez  y  Sáez 
diputó  este  ejemplar  por  un  verdadero  EretJmon  eirixantlms 
Brandt,  y  con  este  nombre  lo  citó  en  los  Anales  de  nuestra 
Sociedad,  serie  i,  tomo  ii. 

Afirma  el  Sr.  Martínez  que  «convienen  bien  á  esta  piel  la 
descripción  y  lámina  que  asig-na  á  la  especie  Brandt  en  sus 
Mammalium  exoticorum  novormn  Descriptiones  et  Icones  y>,  no 
obstante  lo  cual  siempre  se  me  hizo  difícil  creer  que  se  hallase 
en  Colombia  un  animal  de  especie  puramente  norte-americana; 
pero  como  jamás  vi  el  ejemplar  en  cuestión  sino  á  través  de  los 
cristales  de  un  armario  más  bien  sombrío  que  claro,  no  quise 
manifestar  mis  dudas.  Hace  poco,  habiéndolo  tenido  en  mis 
manos,  y  habiendo  podido,  por  consig-uiente,  estudiarlo  con 
todo  detenimiento,  mis  sospechas  quedaron  confirmadas  y  yo 
convencido  de  que  q\  puerco  espin  pec^ueño  y  el  Erethizon  nifes- 
ceyís  son  un  mismo  animal. 

(1)    Proceeáings  of  the  Zoológica!  Society  of  London,  1865,  pág.  321,  lám.  xi. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  159 

Pero,  ¿es  realmente  un  Erethizon  la  especie  de  que  tratamos? 
Así  lo  supuso  Gray,  y  lueg-o  el  Sr.  Martínez  fué  de  la  misma 
opinión;  en  cambio,  Trouessart  la  coloca  en  el  g-énero  Coendú  ó 
Cercolahes,  considerándola,  aunque  con  alg-una  duda,  como  una 
subespecie  del  Ccrcolahes  prehensilis  (1).  Por  mi  parte,  si  de  la 
primera  de  estas  opiniones  me  aparto  por  completo,  no  estoy 
del  todo  conforme  con  la  segunda,  y  los  motivos  que  á  esto  y 
á  aquello  me  oblig-an  son  los  que  me  han  movido  á  redactar 
estas  líneas. 

En  primer  lugar,  el  puerco  espín  pequeño  no  puede  ser  un 
Erathizon  porque  sólo  tiene  cuatro  dedos  en  las  extremidades 
abdominales,  cuando  precisamente  uno  de  los  principales  ca- 
racteres de  aquel  género  es  el  tener  en  ellas  cÍ7ico  dedos,  casi 
de  la  misma  longitud  todos  ellos.  La  lámina  que  al  trabajo  de 
Gray  acompaña,  aunque  puede  ser  calificada  de  buena  y  da 
una  idea  muy  exacta  del  animal,  no  peca  por  lujo  de  detalles; 
pero  me  ha  parecido  que  en  ella  los  dedos  posteriores  están 
también  en  número  de  cuatro  solamente. 

Por  otra  parte,  tampoco  se  trata  de  un  Cercolahes,  porque 
aunque  por  sus  pies  lo  parezca,  la  notable  brevedad  de  su  cola 
le  aparta  de  un  género  exclusiv^amente  formado  por  especies 
de  cola  larga  y  prensil,  y  mucho  más  del  Cercolahes ¡weliensilis, 
del  que  además  se  distingue  por  la  forma  del  cráneo,  bastante 
singular  en  esta  última  especie  para  que  algunos  autores  hayan 
querido  formar  con  ella  un  grupo  especial  fSynetheres  F.  Cuv.) 

Siendo  necesario  un  lugar  donde  pueda  ser  colocado  este 
animal,  que  sin  ser  Erethñon  ni  Cercolahes  tiene  caracteres  de 
uno  y  otro,  no  creo  haya  inconveniente  en  elevar  á  género  el 
subgénero  creado  por  Gray,  debiendo  por  lo  tanto  llamarse  á 
la  especie  EcMnoprocta  rufescens. 

Algunos  detalles  que  pueden  servir  para  completar  la  defi- 
ciente descripción  de  Gray,  pondrán  más  de  manifiesto  las  ra- 
zones que  á  proponer  la  creación  de  un  nuevo  género  me  han 
inducido. 

Por  su  aspecto  pesado,  sus  miembros  cortos,  su  hocico  alto  y 
sus  ventanas  nasales  muy  juntas,  el  EcMnoprocta  se  asemeja 
realmente  al  género  en  que  primeramente  fué  colocado;  pero 
al  observar  sus  pies  estas  semejanzas  pierden  todo  su  valor.  Las 

(1)    Catalogus  Mammal.  tam  vivent.  quamfossü.,  1897,  pág.  621. 


160  boletín  de  la  sociedad  española 

extremidades  anteriores  son  en  un  todo  semejantes  á  las  de  los 
Cercolahes;  las  posteriores,  como  las  de  éstos,  sólo  llevan  cuatro 
dedos  armados  de  uñas  larg-as  y  corvas;  pero  el  tubérculo,  ó 
por  mejor  decir,  el  pequeño  abultamiento  que  ocupa  el  lug-ar 
del  dedo  interno,  está  á  medias  cubierto  por  una  plaquita  cór- 
nea que  puede  ser  considerada  como  una  uña  rudimentaria. 
La  cola  no  se  parece  en  nada  á  la  de  los  Cercolahes,  no  siendo 
tampoco  completamente  de  Erethhon.  Es  muy  corta,  puesto 
que  ocupa  menos  de  Vü  c^e  la  longitud  total  del  animal,  más 
bien  cilindrica  que  aplanada,  y  está  del  todo  cubierta  de  cer- 
das de  un  color  neg-ro  parduzco. 

El  pelaje,  si  asi  puede  decirse,  de  este  roedor,  no  tiene  ig'ual 
en  ninguno  de  los  dos  g"éneros  próximos.  En  el  dorso  yo  no  he 
hallado  cerdas  ni  pelos,  sino  solamente  espinas  larg-as,  delga- 
das y  en  extremo  blandas  y  flexibles,  que  no  ofrecen  re- 
sistencia alg-una  al  contacto  de  la  mano  cuando  ésta  se  pasa  en 
el  mismo  sentido  en  que  están  dirigidas,  ó  sea  de  la  cabeza  á 
la  cola.  Todo  el  cuerpo  está  cubierto  de  estas  lig-eras  púas,  lo 
mismo  que  la  cabeza,  donde  son  alg-o  más  ríg'idas;  pero  única- 
mente en  la  regúón  del  sacro  es  en  donde  se  presentan  verdade- 
ramente duras  y  erizadas,  á  la  vez  que  más  g-ruesas  y  algo  más 
cortas.  En  el  pecho  y  en  los  costados,  por  el  contrario,  se  van 
haciendo  más  delg-adas  y  blandas,  hasta  quedar  en  el  abdomen 
reducidas  á  lo  que  podríamos  llamar  «pelo  espinoso»  (syiiiy 
hair  de  los  autores  ing-leses).  Todas  estas  espinas,  cualquiera 
que  sea  su  longitud  y  dureza,  son  de  un  blanco  amarillento  en 
casi  toda  su  longitud,  con  un  ancho  anillo  neg"ro  cerca  de  la 
punta,  y  ésta  teñida  de  rojizo  de  naranja  bastante  vivo,  que  es 
el  color  que  más  se  ve  al  exterior.  A  cada  lado  de  la  cara  alg"u- 
nas  espinas  del  todo  blancas  forman  una  mancha,  y  otras  ig-ua- 
les  se  hallan  en  la  parte  superior  de  la  cabeza,  carácter  que 
Gray,  suponiéndolo  acaso  individual,  señala  también  en  el 
ejemplar  por  él  estudiado.  Los  pies  están  cubiertos  de  pelos 
duros,  alg-o  cerdosos,  de  color  pardo  claro.  Los  mostachos  son 
muy  largos,  neg-ros,  con  puntas  pardas;  cerdas  á  ellos  pareci- 
das, larg-as  y  tiesas,  salen  en  muy  escasa  cantidad  de  entre  las 
espinas  que  cubren  los  miembros. 

Longitud  desde  el  hocico  á  la  raíz  de  la  cola,  0,385  m.;  de  la 
cola,  0,10  m. 

Atendiendo  sin  duda  á  estas  dimensiones  relativamente  pe- 


DE   HISTORIA   NATURAL.  161 

quenas  y  á  la  delicadeza  de  las  espinas,  indicaba  Gray  la  posi- 
bilidad de  que  el  individuo  que  él  observó  fuese  joven,  posibi- 
lidad que  Trouessart,  en  su  Catalogus,  parece  haber  convertido 
en  aseveración.  No  está  en  mi  mano  contradecir  ni  confirmar 
esta  opinión,  pues  que  no  he  visto  dicho  individuo;  solamente 
diré  que  en  la  lámina  de  Gray  aparece  igual  al  nuestro,  y  de 
que  éste  es  adulto  teng-o  la  más  completa  seguridad. 

El  cráneo  del  EcMnoprocta  se  asemeja  al  del  Cercolabes  villo- 
sus  F.  Cuv.  más  que  al  de  ning-ún  otro  animal,  hasta  el  punto 
de  que  viendo  uno  y  otro,  sin  conocer  su  procedencia,  á  la 
primera  ojeada  pudiera  creerse  que  pertenecían  á  una  misma 
especie.  Con  todo,  fijándose  un  poco  se  puede  apreciar  una 
multitud  de  diferencias  más  ó  menos  notables,  siendo  la  prin- 
cipal el  excesivo  estrechamiento  de  la  bóveda  palatina  entre 
las  dos  filas  de  molares,  lo  que  relaciona  al  EcMnoprocta  con 
el  género  Ch(Btom¡js,  en  el  que  dicho  estrechamiento  es  uno  de 
los  más  importantes  caracteres.  El  plano  del  occipital  es  me- 
nos oblicuo  que  en  el  Cercolabes  mllosus,  los  huesos  de  la  nariz 
un  poco  más  largos  y  los  arcos  zigomáticos  más  finos  y  más 
separados  de  la  caja  del  cráneo.  En  la  mandíbula  inferior  la 
apófisis  del  ángulo  es  más  delgada,  más  deprimida  y  ligera- 
mente encorvada  hacia  arriba.  Muchas  suturas  están  ya  com- 
pletamente soldadas,  permitiendo  apreciar  el  estado  adulto 
del  ejemplar. 

Las  dimensiones  de  este  cráneo  son  las  siguientes: 

Longitud  desde  la  base  de  los  incisivos  hasta  el  borde  inferior 

del  agujero  occipital  (1) 61  mm 

Anchura  en  la  parte  más  saliente  de  los  arcos  zigomáticos 42 

Anchura  de  los  frontales  detrás  de  las  apófisis  postorbitarias.  . .  20 

Longitud  de  los  huesos  nasales 21 

Longitud  de  la  mandíbula  inferior  desde  la  base  de  los  incisivos 

hasta  la  punta  de  la  apófisis  angular 58 

Altura  de  la  misma  mandíbula  hasta  el  cóndilo 20 

Los  dientes  en  nada  difieren  de  los  del  g'énero  Cercolahes; 
como  en  el  C.  vil/osus  y  al  contrario  de  lo  que  en  el  C.  pre/ien- 


(1)    Por  estar  el  occipital  un  poco  estropeado  me  ha  sido  imposible  tomar  la  longi- 
tud hasta  su  parte  más  saliente. 

N.»  3. -Marzo,  1901.  12 


162  BOLETÍN    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

silis  se  observa,  los  incisivos  inferiores  son  más  larg-os  que  los 
superiores. 

El  sig-uiente  cuadro,  deducido  de  lo  anteriormente  expuesto,, 
muestra  de  una  manera  clara  y  concisa  las  relaciones  entre  el 
nuevo  g-énero  y  los  demás  de  la  familia  CercolaMdce. 

A.  Molares  superiores  con  la  corona  tan  ancha  como  larg-a, 
dividida  transversalmente  en  dos  lóbulos.  Arcos  zig"0- 
máticos  desprovistos  de  apófisis  postorbitarias. 

Tribu  Cercola¡)in(B. 

a.      Pies  posteriores  con  cuatro  dedos  y  un  rudimento  de 

pulg-ar  apenas  marcado.  Cola  más  ó  menos  cilindrica, 

1).      Cola  larg-a  y  prensil.  El  rudimento  de  pulg-ar  sin  uña. 

Género  Cercolahes  F.  Cuv, 
V .    Cola  corta.  El  rudimento  de  pulg-ar  con  una  uña  tam- 
bién rudimentaria.  Género  Echinoprocta  Gray, 
a' .     Pies  posteriores  con  cinco  dedos.  Cola  corta  y  aplanada. 

Género  Erethizon  F.  Cuv, 

A' .     Molares  superiores  con  la  corona  más  larg-a  que  ancha, 

dividida  transversalmente  en  tres  lóbulos.  Arcos  zig-o- 

máticos  provistos  de  apófisis  postorbitarias  que  lleg-an 

casi  á  unirse  con  las  de  los  frontales.   Tribu  Chatomynm. 

Género  Chcetomys  Gray. 

Plantas  de  Sierra  de  Béjar 


DON     MARCELO    RIVAS    MATEOS. 

En  las  Actas  de  Diciembre  del  último  año,  pág-.  282,  veo  pu- 
blicadas unas  Ligeras  mdicacio7ies  sobre  un  viaje  botánico,  en 
las  que  el  Sr.  Pau,  de  Seg-orbe^  da  cuenta  de  la  excursión  rea- 
lizada por  la  sierra  de  Béjar  durante  tres  días  del  verano  an- 
terior, sin  marcar  cuáles  sean. 

Pero  es  el  caso  que  dicho  señor,  con  una  intención  que  á  mí 
no  se  me  alcanza ,  trata  de  zaherirme  y  molestarme  en  repeti- 
das referencias  á  las  notas  que  de  una  excursión  á  la  misma 
sierra  tuve  el  honor  de  comunicar  á  nuestra  Sociedad  y  que 
fueron  publicadas  en  las  Actas  de  1897. 


DE   HISTORIA    NATURAL.  163 

Trátame  el  Sr.  Pau  con  evidente  injusticia,  manifiesta  des- 
confianza de  mis  citas  y  hasta  Ueg-a  á  acusarme  de  notoria  li- 
gere^a,  frase  escrita  acaso  con  más  facilidad  que  meditación, 
pero  que  con  facilidad  no  menor  se  ha  publicado  en  nuestras 
Actas,  donde  los  miramientos  y  mutua  cortesía  entre  los  natu- 
ralistas no  suelen  dejar  espacio  para  los  ataques  personales; 
cuento,  pues,  con  hallar  idénticas  facilidades  para  rechazar 
una  crítica  que  me  parece  injusta.  Mas  no  emplearé  para  ello 
fórmulas  tan  acentuadas  y  expresivas  como  las  que  el  Sr.  Pau 
ha  usado  en  alg-unos  casos  contra  naturalistas  dig-nos  de  todos 
los  respetos,  pues  además  del  disg-usto  que  siempre  producen 
tales  acritudes,  creo  que  sólo  las  formas  correctas  caben  en 
nuestras  Actas ,  por  lo  cual  me  limitaré  á  poner  en  su  lugar 
la  verdad  de  los  hechos. 

Estos  son,  sencillamente,  que  hace  tres  años  hice  una  excur- 
sión á  la  sierra  de  Béjar,  y  que  habiendo  repetido  el  Sr.  Pau 
esta  excursión,  con  mayor  apremio  de  tiempo  y  parece  que  no 
en  los  mismos  días,  no  hemos  coincidido  del  todo  en  las  espe- 
cies recogidas. 

Todos  los  naturalistas  experimentados,  y  como  no  me  duelen 
prendas  ni  siento  tristeza  alguna  en  reconocer  los  méritos  del 
prójimo,  creo  que  el  Sr.  Pau  lo  es,  comprenderán  que  si  dicho 
señor  repitiese  la  misma  excursión  en  cualquiera  de  los  años 
venideros  y  siguiese  el  mismo  itinerario,  hasta  donde  es  po- 
sible en  una  montaña  que,  naturalmente,  no  tiene  calles  tra- 
zadas ni  manzanas  numeradas,  no  hallaría  las  mismas  especies 
que  halló  este  verano  y  encontraría  alguna  más.  ¿Por  qué, 
pues,  el  Sr.  Pau  se  sorprende  de  tales  diferencias  y  se  cree  au- 
torizado para  adoptar  tan  inconsiderada  actitud  con  este 
motivo? 

Afirmar  que  una  especie  existe  en  una  localidad  en  vista  de 
los  ejemplares  en  ella  recogidos  es  cosa  fácil;  pero  para  negar 
las  recolecciones  de  otro  se  necesita,  además  de  una  talla  de 
maestro,  que  yo  no  regatearé  al  Sr.  Pau,  que  la  localidad  en 
cuestión  esté  muy  lejana  del  área  conocida  de  dicha  especie. 
Yo  he  remitido,  para  ser  presentados  á  la  Sociedad,  ejemplares 
de  las  especies  que  el  Sr.  Pau  ha  tenido  á  bien  negarme,  y  este 
es  mi  mejor  aigumento;  pero  bueno  será  que  examine  si  había 
siquiera  pretexto  para  tales  dudas. 

Ignoro  con  qué  fundamentos,  que  no  acusen  ^¿o^orm  ligereza. 


164  BOLETÍN    DE    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

supone  dicho  señor  en  cuanto  halló  unos  brezos,  que  seg-ún  él 
eran  Erica  arbórea  y  E.  Aragonensis,  que  las  especies  por  mí 
citadas  (Erica  cinérea  y  E.  tetralix)  lo  fueron  por  confusión  con 
las  que  él  vio.  Precisamente  tales  especies  no  pueden  confun- 
dirse con  las  por  él  citadas,  ni  pueden  ser  dudosas  para  nadie 
(véase  los  ejemplares),  ni  eran  nuevas  ni  raras  en  aquella  re- 
gión. La  Erica  cinérea  es  harto  vulg-ar,  y  entre  las  muchas  lo- 
calidades en  que  podría  citarla,  básteme  recordar  que  es  común 
en  todo  Portug-al,  desde  Yalenca  do  Miño  á  los  Alg-arbes  (datos 
numerosísimos,  desde  los  de  Clusio  y  Brotero),  que  se  encuen- 
tra en  la  provincia  de  Salamanca  (Comisión  forestal)  y  en  los 
montes  de  Toledo  (Pomata,  Comisión  forestal).  ¿Habría  motivo 
para  dudar  que  la  especie  en  cuestión  existiese  en  sierra  de 
Béjar  (provincia  de  Salamanca)  aunque  nadie  la  hubiese  visto? 
¿Por  qué,  si  yo  la  recog"í  allí,  me  ha  de  reconvenir  el  Sr.  Pau? 

En  cuanto  á  la  otra  especie,  la  Erica  tetralix,  las  circuns- 
tancias del  caso  son  más  curiosas.  Citada  estaba  ya  en  Gredos 
por  Reuter,  en  Salamanca  y  Ciudad-Rodrig-o  por  la  ComJsión 
de  Ing-enieros  de  Montes,  en  toda  Extremadura  por  la  Comisión 
Forestal,  hasta  en  la  sierra  de  Andévalo  (Huelva)  por  Colmeiro; 
en  la  Alcarria  (Palau,  Ing-enieros  de  Montes),  sierra  de  Riaza 
(Comisión  Forestal),  en  Portug-al  (Brotero,  Salvador,  Hoífmann, 
Link)  y  por  mí  en  la  sierra  de  Piornal.  ¿Es  que  no  es  especie 
propia  de  alturas?  Cítanla  en  el  Pico  de  Arvás  (Lag-asca,  Co- 
misión Forestal),  en  Cuernavacas  (Leresche),  en  Peña  de  Fran- 
cia (Clusio  y  Quer).  Pero  se  conoce  que  en  la  sierra  de  Béjar  no 
podía  ser  admitida  hasta  que  la  hallase  el  Sr.  Pau.  Afortuna- 
damente, y  esto  es  lo  más  curioso,  dos  pág-inas  después  dice  el 
ilustre  botánico  de  Seg-orbe  que  la  halló  en  la  Hoya  de  la  Cue- 
va, que  es  como  si  dijésemos  el  corazón  de  aquella  montaña. 
La  vio  por  fin,  ¡loado  sea  Dios!;  pero  ¿valía  la  j)ena  de  adoptar 
tales  actitudes  para  venir  á  parar  en  esto? 

Con  ig-uales  fundamentos,  y  sin  hacer  uso  de  «notorias  ligre- 
rezas»,  me  niega  la  existencia  de  la  Santolina  rosmarinifolia 
(falta  en  absoluto  en  todo  el  terreno  recorrido,  dice).  La  tal 
planta,  que  puede  verse  entre  las  que  remito,  existe  en  abun- 
dancia en  Somosierra,  en  todo  el  Guadarrama,  en  Gredos  (Le- 
resche), en  el  valle  del  Xerte  (Bourgeau);  en  la  sierra  de  Béjar 
la  pone  el  veto  el  Sr.  Pau ,  pero  la  había  cuando  yo  fui  y  con- 
tinúa en  Portugal,  donde  ya  la  citó  Brotero,  abundando  en  la 


DE    HISTORIA    NATURAL.  165 

sierra  de  la  Estrella  y  cercanías  de  Coimbra.  Confiemos  en  que 
otra  vez  la  hallará  mi  crítico. 

Mencionaba  yo  en  el  relato  de  aquella  excursión  un  al  pa- 
recer Ulex,  aún  no  determinado,  y  mi  caritativo  comentador 
afirma,  sin  más,  que  es  la  Genista  Lusitanica,  sin  ver  que  esta 
especie  la  cité  ya  entonces  y  no  podía  tenerla  determinada  y 
sin  determinar  al  mismo  tiempo.  En  esto  se  revela  lo  meditado 
y  detenido  de  semejantes  censuras. 

Lamento  tales  ocurrencias  y  nada  más  ag-reg-aré;  pero  no 
podía  callarme  ante  ciertas  g-enialidades,  pues  si  me  creo  obli- 
g-ado  á  acatar  toda  crítica  sensata  y  razonada,  no  puedo  reco- 
nocer que  nadie  teng-a  la  exclusiva  en  estas  materias  ni  debo 
transigir  con  injustificadas  pretensiones. 

Un  autógrafo  de  D.  Ignacio  Jordán  de  Asso 


DON    HILARIÓN    JIMENO. 

Voy  á  tener  el  g-usto  de  dar  á  conocer  á  la  Sociedad  española 
de  Historia  natural,  un  autóg-rafo  inédito  del  sabio  arag-onés 
D.  Ig-nacio  Jordán  de  Asso  y  del  Río,  que  con  otros  de  familia 
conservaba  apreciado  en  todo  su  valor  histórico,  mi  amig-o  y 
docto  profesor  de  Calatayud  D.  Alberto  García,  hasta  que, 
favoreciéndome  demasiado,  lo  puso  á  mi  disposición  con  in- 
estimable g-enerosidad. 

Los  prefacios  de  las  obras  escritas  por  Asso  para  mayor  ilus- 
tración de  la  Gea,  Flora  y  Fauna  reg'ionales,  consig-nan  las 
distintas  excursiones  que  aquel  insig-ne  naturalista  realizó  por 
territorio  arag-onés  acopiando  los  materiales  que  sirvieron  de 
base  á  sus  trabajos. 

En  la  Syno'psis  stirpium  indigenarum ,  impresa  en  Marsella 
siendo  D.  Igmacio  cónsul  de  España  en  Burdeos,  consta  que 
por  el  año  1783  recorrió  su  autor  los  Pirineos  y  la  Sierra  de 
Guara  con  provechosos  resultados;  y  á  este  viaje  alude  el 
documento  que  presento  á  la  Sociedad,  creyendo  retratar  en 
uno  de  sus  aspectos  más  característicos  la  figura  del  escritor 
insig'ne  que  dedicó  por  entero  su  vida  á  la  ciencia  y  á  la  patria. 

El  orig"inal  que  poseo  es  como  sig-ue: 


-i^iL  zpz,!^  /rg% 


p\v-^:Áep     yy^TTM?/''    ^^^rerv^    ^e.    ^  ^tA^C      v^  ri^k^ 

6^    '^cAjff/r/oU^ ^(^^      77»^*    ¿?ü^í/ 


W-i^ 


>7  p^j^^f^^ . 

ó       ^0 


t^  C..-v^     ^^^  /r^cí7      //t^ 


DE    HISTORIA   NATURAL.  169- 

¡Qué  bien  se  delatan  en  el  documento  transcrito  las  ansias 
de  saber  que  ag-uijonearon  siempre  la  fecunda  actividad  de 
Asso ! 

Su  soberano  entendimiento  lleg"ó  á  conocer  y  dominar  las 
ciencias  de  su  época,  debiéndole  trabajos  de  sing-ular  estima 
la  jurisprudencia  y  la  literatura,  la  economía  y  la  filología,  la 
historia  natural  y  la  numismática;  y  cuando  en  sus  últimos 
años  pelig'raba  la  independencia  de  España  á  la  que  sirvió  con 
desinterés  en  el  extranjero,  sacrificó  cuanto  poseía,  inspirando 
á  los  defensores  de  Zarag-oza  desde  la  célebre  Gaceta  de,  los 
Sitios,  sentimientos  de  fe  y  de  patriotismo. 

Vida  tan  llena  de  enseñanzas,  debe  ser  expuesta  para  ejem- 
plo de  todos  en  esta  edad,  cuando  parecen  ag-otadas  las  ener- 
g-ías  nacionales  porque  no  existe  el  esfuerzo  individual  que  es 
el  que  verdaderamente  ha  de  eng-endrarlas. 

¡Trabajar,  pensando  siempre  en  enaltecer  la  patria,  es  lo 
que  hizo  mientras  vivió  D.  Ig-nacio  Jordán  de  Asso,  por  eso  su 
labor  perdura  en  la  ciencia  y  la  historia  le  otorg-ó  laureles  y 
palmas! 

Nombres  regionales  salmantinos  de  algunos  animales 

POR 

D.    MANUEL    FERNÁNDEZ   DE    GATA. 

ni.  (1) 

Nombres  castizos.  AveS.  Nombres  regionales. 

Charla Turdus  viscivorus  L Pajarita-zorra. 

Tordo —     miisicns  L Chirivía. 

Arrendajo Grarrulus  glandarius  L Alcaraván. 

Passer  hispaniolensis  Tem.   Pimpina. 

Jilg-uero Carduelis  elegans  Steph. . .    Pico-romo. 

Pardillo Linaria  horealis  Vieill Cag-anchín. 

Anda- río. Charadrius  hiaticula  L. . .    Pica-peces. 

Frailecillo VaneUus  cristatus  Mey Chorlito. 

Gallina  de  ag'ua.. .    Fúlica  atra  L Gallina  cieg-a. 

Reptiles. 

Culebras  de  tierra.   Rhinechis  scalaris  Boié Bastardos. 

»  Ccelojjeltis   monsiKSsnlambS 

Herm » 

>  Coluder  comTimnis  TidiVidi . . .  » 

(1)    Véase  el  Acta  de  Septiembre  de  esta  Sociedad  de  1900,  pág.  231. 


170  boletín  de  la  sociedad  española 

Excursión  á  Muel  y  al  pantano  de  Mezalocha 

POR 

D.    JOSÉ    A.    SÁNCHEZ   PÉREZ. 

El  día  29  de  Enero ,  aprovechando  la  vacación  y  confiando 
en  la  benevolencia  del  tiempo,  veriñcamos  una  excursión  de 
carácter  cientiñco  dirigida  por  el  Sr.  Gila,  en  la  que  tomaron 
parte  los  individuos  de  esta  Sociedad  Sres.  Soler  y  Mateos,  el 
catedrático  de  la  Facultad  de  Ciencias  Sr.  Ríus  y  Casas,  unos 
20  alumnos  del  Prof.  Sr.  Gila  y  los  encargados  de  las  clases 
prácticas  de  Mineralogía. 

La  inclemencia  del  tiempo  no  correspondió  á  nuestros  bue- 
nos deseos,  pues  aunque  el  día  apareció  despejado,  poco  antes 
de  llegar  á  mitad  de  camino  vimos  aparecer  por  el  N.  densos 
nubarrones  y  á  la  vez  se  levantó  un  cierzo  fuerte  y  frío,  que  en 
unión  á  lo  poco  pródiga  que  se  muestra  la  Naturaleza  en  el 
crudo  invierno,  nos  obligó  á  limitar  la  excursión  á  la  Geolo- 
gía, pues  no  pudimos  recoger  nada  que  aportase  datos  ó  mos- 
trara ejemplos  de  la  fauna  y  flora. 

La  vía  férrea  sale  de  Zaragoza  atravesando  el  terreno  de 
aluvión  característico  que  viene  á  constituir  las  orillas  del 
Huerva,  pudiéndose  observar  el  terreno  de  acarreo  constituido 
por  limos  arenosos  y  arcillosos,  y  los  hacinamientos  de  cantos 
rodados,  llamados  en  Aragón  graveras,  que  se  han  formado 
por  los  materiales  que  el  Huerva  acarrea  de  las  regiones  por 
que  atraviesa.  A  pocos  kilómetros  de  Zaragoza  sirve  la  línea 
férrea  de  límite  de  separación  entre  el  terreno  cuaternario  y  el 
mioceno,  apareciendo  á  los  ojos  del  excursionista  el  siguiente 
paisaje  geológico:  al  N.  está  situada  la  Sierra  de  la  Muela, 
formada  por  capas  miocenas,  al  E.  queda  Zaragoza  y  al  S.  y  O. 
se  ve  la^  denudación  actual  que  sobre  el  terreno  citado  ejerce 
el  agua- de  lluvia,  constituyendo,  por  su  continua  acción  des- 
gastadora, esos  grandes  artesones  volcados,  dispuestos  de 
manera  que  entre  ellos  se  forman  acantilados,  cortaduras  ó 
barrancos,  por  los  que  puede  verse  la  señal  ó  huella  que  deja 
el  agua  á  su  paso  ó  bien  constituyen  la  madre  de  riachuelos. 
Esa  denudación  llega  á  originar  conos  de  mucha  altura  que 
pueden  presentarse  encadenados  ó  á  distancias  enormes,  pu- 
diendo  reconocerse  su  estratificación  concordante. 

Hasta  Muel  se  camina  siempre  por  el  terreno  aluvial;  pero 


DE    HISTORIA   NATURAL.  171 

desde  allí  tomamos  la  ruta  del  pantano,  dejando  ala  izquierda 
la  veg-a  del  Huerva  y  á  la  derecha  la  cadena  de  montes  que 
parte  del  Moncayo. 

Toda  la  cuenca  del  Huerva,  desde  Muel  hacia  arriba,  está 
constituida  por  marg-as,  arcillas  y  arenas,  de  facies  completa- 
mente distintas,  de  color  rojizo  característico;  en  una  palabra, 
aparecía  á  nuestros  ojos  un  terreno  de  aspecto  nuevo  y  curioso 
estudio. 

Caminando  hacia  el  pantano  nos  llamó  sobremanera  la 
atención  la  inmensa  cortadura  que  la  cadena  de  montañas 
miocénicas  presentaba,  y  que  nos  recordaba  los  famosos  caño- 
nes del  Colorado  que  con  tanto  relieve  pintan  los  libros  clá- 
sicos de  Geolog-ía.  El  causante  del  corte  de  terreno  fué  un 
afluente  del  Huerva  que  viene  desde  Jaulín  atravesando  el 
mioceno  y  produciendo  ese  inmenso  canal. 

A  unos  7  km.  de  Muel  se  encuentran  las  obras  del  pantano 
de  Mezalocha. 

Esta  excursión,  bajo  el  punto  de  vista  g-eológico,  fué  intere- 
san tísima  para  los  alumnos,  que  por  tener  su  residencia  en 
Zarag"oza  no  se  habían  hecho  carg-o  de  los  terrenos  que  he- 
mos visitado;  fué  interesante,  repito,  porque  en  el  viaje  ex- 
plicó el  Sr.  Gila  los  terrenos  por  que  íbamos  atravesando,  cua- 
ternario, mioceno  y  liásico,  dando  detalles  acerca  de  su  for- 
mación y  recordando  su  característica. 

Uno  de  los  puntos  más  culminantes  de  la  excursión  fué  la 
observación  de  una  columna  de  arcilla,  de  unos  10  m.  de  altu- 
ra, que  sostenía  una  piedra  enorme  cuya  cara  superior  sería 
de  1  m.2 

Otra  circunstancia  curiosa  y  de  importancia  es  la  estratifi- 
cación que  próxima  al  pantano  presenta  el  terreno  liásico, 
Ueg-ando  á  existir  á  unos  100  m.  de  aquel  un  corte  en  el  que 
se  observan  más  de  1.000  capas  de  caliza  cristalina  g"ris  con 
marcado  paralelismo,  unas  veces  horizontales  y  otras  obli- 
cuas, pero  paralelas  entre  sí. 

Como  recuerdo  de  la  excursión  trajimos  muestras  de  calizas 
de  varias  clases  y  una  admirable  geoda  en  un  ejemplar  calizo. 
Además  sacamos  fotografías  de  la  columna  natural  antes 
mencionada,  los  estratos,  el  trog-loditismo  que  conservan  mu- 
chos pueblos  de  la  reg'ión  arag-onesa,  y  alg-unas  otras  vistas 
de  interés  g-eológico,  siquiera  sea  local. 


172  boletín    de    la    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Materiales  para  una  revisión  del  género  Asida 

POR 

D.    MANUEL   MARTÍNEZ    ESCALERA. 
I. 

Especies  españolas  aterciopeladas  al  menos  ¡parcialmente. 

1  (11).  Élitros  con  ó  sin  costillas,  con  pubescencia  negra 
aterciopelada,  y  protórax  con  ó  sin  pubescencia  ig-ual  á  la  de 
los  élitros. 

2  (5).  Élitros  sin  costillas,  cubiertos  totalmente  por  la  pu- 
bescencia negra  aterciopelada  y  circundados  por  una  faja  asi- 
mismo pubescente,  de  color  blanco-plateado;  protórax  sin  pu- 
bescencia ig-uai  á  la  de  los  élitros. 

3  (4).  Cuerpo  muy  paralelo;  élitros  con  la  faja  blanco-pla- 
teada ancha,  remontando  posteriormente  hasta  )%  de  la  lon- 
g-itud  del  élitro,  quedando  reducida  la  pubescencia  neg-ro- 
aterciopelada  á  una  isla  oblong-a  que  ocupa  menos  espacio 
que  el  cubierto  por  la  pubescencia  blanca;  protórax  casi  para- 
lelo en  sus  lados,  con  los  áng-ulos  posteriores  bastante  ag-udos 
y  prolong-ados  hacia  atrás;  forma  g-eneral  como  A.  inquinata. 

A.  luctuosa  Boisd.  ?¿ec  Rambur. 

Sin.  A.  luctuosa  var.  minor  Rosh. 
Loe.  Alg-eciras.— 1  q^  coll.  Oberthür,  tipo  de  v.  minor  Rosh. 
en  un  todo  conforme  con  la  fig"ura  que  acompaña  á  la  descrip- 
ción orig-inal  de  Boisduval,  con  la  cual  concuerda. 

4  (3).  Cuerpo  sensiblemente  estrechado  en  la  reg-ión  hume- 
ral; élitros  con  la  faja  blanco-plateada  estrecha,  del  mismo 
ancho  en  toda  su  extensión,  ocupando  la  pubescencia  neg-ro- 
aterciopelada  mucho  mayor  espacio  que  el  cubierto  por  la  pu- 
bescencia blanca;  protórax  sensiblemente  redondeado  en  sus 
lados,  con  su  mayor  anchura  hacia  el  medio  como  en  las  de- 
más especies  del  g-rupo.  A.  argenteolimbata  sp.  n. 

Sin.  A.  luctuosa  Ramb. 
Loe.  Ronda.— 1  9  coll.  M.  Sáez.— Ronda,  seg-ún  La  Brñlerie, 
Heyden,  Pérez  Arcas:  á  esta  especie  pertenece  el  (f  de  la  coll. 
Oberthür  del  A  .  luctuosa  Ramb. ,  tipo  de  Rosenhauer,  sin  eti- 
queta de  localidad  (San  Roque?),  conforme  con  la  fig-ura  de 
Rambur. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  173 

5  (2).  Élitros  con  costillas  eu  número  variable  y  protórax 
<;on  ()  sin  manchas  pubescentes  aterciopeladas. 

6  (10).     Protórax  con  manchas  pubescentes  aterciopeladas. 

7  (8,  9).  Con  cuatro  manchas  pequeñas  en  el  disco,  de  las 
cuales  las  del  medio  son  alg'o  mayores  y  long-itudinales  y  las 
externas  redondeadas;  puntuación  de  las  partes  desnudas  del 
protórax,  confluente,  densa,  de  impresiones  alarg-adas  como 
hechas  á  cincel;  bordeado  de  una  pubescencia  corta  negra  y  diri- 
gida hacia  atrás;  élitros  con  una  costilla  entera  desde  la  base 
hasta  el  X  posterior,  lisa  y  saliente  como  la  sutura  y  reborde 
marg-inal  y  flanqueada  como  ésta  por  una  estrecha  línea  de 
pubescencia  g'ris  plateada  más  visible  hacia  su  terminación 
y  más  caediza  que  la  pubescencia  neg"ra  aterciopelada  que 
ocupa  todo  el  resto  del  élitro,  la  cual  persiste  aún  en  ejempla- 
res muy  viejos  y  frotados. 

Loe.  Málag-a. —  Coll.  M.  Sáez,  Uhag-ón,  Escalera,  Museo  de 
Madrid,  Oberthür.  A.  holosericea  Germ. 

Sin.  A.  Ramhuri  Sol.  . 

En  algunos  ejemplares,  y  más  frecuentemente  en  las  Q  9,  hay  vestigios 
de  una  segunda  costilla  suplementaria  en  el  tercio  posterior  del  élitro;  y 
en  todos  los  ejemplares  que  he  visto,  flanqueando  al  reborde  marginal, 
hay  una  faja  estrecha  mate  finamente  granulosa  y  desprovista  de  pubes- 
cencia gris  plateada,  cuya  pubescencia  flanquea  exclusivamente  á  la  su- 
tura y  costilla. 

8  (7,  9).  Con  cuatro  manchas  g-randes  en  el  disco,  de  las 
cuales  las  del  medio  tienden  á  unirse  con  otras  dos  suplemen- 
tarias triang"ulares  que  ocupan  el  borde  anterior;  puntuación 
de  las  partes  desnudas  menos  densa  y  confluente  que  en  la 
especie  anterior;  bordeado  de  íina  pubescencia  corta,  roja  y  diri- 
gida hacia  atrás;  élitros  con  dos  costillas  enteras,  de  las  cuales 
la  primera  nace  en  la  base  y  la  seg"unda  á  X  de  ella  sin  unirse 
en  su  conclusión ,  lisas  y  salientes  como  la  sutura  y  reborde 
marg-inal  y  flanqueadas  como  ellas  por  unas  estrechas  líneas 
de  pubescencia  g-ris  plateada  más  caediza  que  la  neg-ra  ater- 
ciopelada que  ocupa  todo  el  resto  del  élitro. 

A.  Sanchez-Gomezi  sp.  n. 
Loe.  Mazarrón,  Almería.— Col.  Uhag-ón,  Escalera,  Museo  de 
Madrid,  Oberthür. 

En  cuatro  ejemplares  (¿"^^  y  QQ  de  Palomares  de  Vera  la  pubescencia 
del  borde  del  protórax  es  negra  como  en  holosericea  y  Clementei,  y  la  se- 


174  boletín    de    la   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

gunda  costilla  es  más  corta,  casi  nula  en  un  of  que  poseo;  pero  las  man- 
chas del  protórax  son  exactamente  como  en  Sánchez- Gómez  i. 

V.  almeriensis  v.  n 

9  (7,  8).  Con  dos  manchas  grandes  en  el  disco  formadas 
por  la  fusión  de  las  cuatro  primitivas  y  las  dos  del  borde  ante- 
rior; puntuación  de  las  partes  desnudas  tan  densa  como  en 
A.  holosericea,  pero  con  los  puntos  redondos;  hordeado  de  una 
'pubescencia  corta,  negra  y  dirigida  hacia  atrás;  élitros  con  dos 
costillas  enteras,  de  las  cuales  la  primera  nace  en  la  base  y  la 
segunda  muy  cerca  de  ella,  lisas  y  salientes  basta  su  conclu- 
sión, donde  se  unen  en  el  cuarto  posterior  del  élitro  ,  y  flan- 
queadas, como  la  sutura,  por  unas  estrechas  líneas  de  pubes- 
cencia gris  plateada  menos  visible  que  en  las  especies  ante- 
riores, nula  por  lo  general  y  con  todo  el  resto  del  élitro  cu- 
bierto por  la  pubescencia  negra  aterciopelada. 

A.  Clementei  P.  Are. 
Sin.  A .  Solieri  Ramb. 
Loe.  Granada. —  Col.  M.  Sáez,  Uhagón,  Escalera,  Museo  de 
Madrid,  Oberthür. 

Poseo  un  ejemplar  de  Granada  con  duda,  cuyos  élitros  tienen  una  cos- 
tilla y  vestigios  sólo  de  la  segunda,  con  el  reborde  marginal  y  sutura  con 
pubescencia  blanco-argentada  tan  viva  como  en  los  ejemplares  de  Palo- 
mares de  la  var.  almeriensis  de  A.  Sanchez-Gomezi,  pero  con  dos  manchas 
grandes  en  el  protórax;  con  él  concuerda  un  ejemplar  de  la  coU.  Oberthür 
con  etiqueta  (Andalucía).  Aun  convencido  de  que  se  trata  de  otra  especie, 
pues  presenta  otras  diferencias  con  Clementei,  Sánchez- Gomczi  y  holosericea, 
la  falta  de  materiales  y  la  inseguridad  de  procedencia  me  impiden  deno- 
minarla. 

En  la  col.  M.  Sáez  existe  un  ejemplar  q^  de  Jerez  de  la  Frontera,  reco- 
gido por  el  Sr.  Laguna ,  que  no  puedo  referir  á  ninguna  de  las  especies 
citadas,  pues  aun  teniendo  los  élitros  como  holosericea  presenta  el  protó- 
rax desprovisto  de  manchas  pubescentes,  y  su  puntuación  es  diferente; 
es  una  especie  que,  á  mi  juicio,  sirve  de  enlace  á  las  citadas  y  á  la  si- 
guiente, pero  que  no  es  posible  describir  por  falta  de  ejemplares. 

10  (6).  Protórax  sin  manchas  pubescentes  aterciopeladas; 
puntuación  de  éste  clara,  de  puntos  aislados  redondos  sobre 
fondo  brillante ,  bordeado  de  una  corta  pubescencia  negra; 
élitros  con  dos  costillas  enteras  como  Clementei,  unidas  en  el 
cuarto  posterior  del  élitro,  lisas  y  con  los  intervalos  provistos 
de  pubescencia  negra  aterciopelada  como  las  especies  anterio- 


DE    HISTORIA   NATURAL.  HS 

res;  forma  general  del  cuerpo,  alarg-ada,  paralela,  menos  es- 
trechada en  la  reg-ión  humeral  que  sus  afines. 

A.  Martinezi  sp.  n. 
Loe.  Osuna.— Dos  c/c/  y  dos  QQ  col.  M.  Sáez. 

11  (1).  Élitros  con  costillas  y  desprovistos  de  pubescencia 
neg"ra  aterciopelada;  protórax  con  manchas  pubescentes  ater- 
ciopeladas. 

12  (13).  Con  cuatro  g-randes  manchas  aterciopeladas  en  el 
disco  y  dos  suplementarias  triang-ulares  que  ocupan  el  borde 
anterior,  exactamente  como  en  ¡Sanchez-Gomezi ,  bordeado  de 
una  corta  pubescencia  roja;  élitros  con  dos  costillas  enteras 
como  en  la  ya  citada  especie,  de  la  que  se  distingue  por  la 
falta  total  de  pubescencia  negra  aterciopelada  en  estos  órg-a- 
nos,  ocupando  su  lugar  alg-unos  pelitos  cortos  rojos  aislados, 
difícilmente  visibles.  A.  lorcana  sp.  n. 

Sin.  A.  CUmentei  v.  lorcana  Per.  A. 
Loe.  Lorca. — Col.  M.  Sáez,  Uhag-ón,  Escalera,  Museo  de  Ma- 
drid. 

13  (12).  Con  dos  manchas  grandes  en  el  disco,  formadas 
por  la  fusión  de  las  cuatro  primitivas  y  las  dos  del  borde  ante- 
rior; bordeado  de  una  corta  pubescencia  neg-ra;  élitros  con  dos 
costillas  enteras  lisas  como  CUmentei,  unidas  en  el  cuarto  pos- 
terior del  élitro,  pero  más  gTuesas  que  en  ella,  y  además  con 
otra  tercera  suplementaria  más  ó  menos  pronunciada  entre 
la  seg-unda  y  el  reborde  marg-inal,  y  uniéndose  á  ella  en  su 
terminación  en  los  ejemplares  que  la  tienen  bien  acusada; 
desprovistos  totalmente  de  pubescencia  y  con  los  espacios  in- 
tercostales muy  ligeramente  rug-osos  en  sentido  transversal 
en  los  efe/  y  más  en  las  99;  especie  más  brillante  que  la  an- 
terior. A.  Oberthüri  sp.  n. 

Loe.  Galera.— Coll.  Marmottan,  Oberthür,  Escalera. 

Noticias  históricas  sobre  algunos  terremotos  acaecidos 
en  España 


D.    HILARIÓN    JIMENO. 

Por  si  no  fueron  coleccionados  anteriormente,  presento  á  la 
Sección  varias  noticias  relativas  á  fenómenos  sísmicos  ocurrí- 


ne  boletín  de  la  sociedad  española 

dos  en  España,  que  reuní  hace  años  para  un  trabajo  inédito, 
y  que  con  las  referencias  de  los  autores  y  obras  que  las  con- 
signan pueden  ampliar  las  interesantes  notas  publicadas  en  el 
Boletín  de  la  Sociedad  por  los  Sres.  Hernández  Pacheco  y 
Barras  y  contribuir  á  la  formación  de  un  catálogo  sobre  tan 
importante  asunto. 

500  años  antes  de  Jesucristo. — Grandes  terremotos  en  toda 
la  costa  de  mar,  manifestándose  sus  efectos  en  los  Pirineos. — 
(Véase  la  Crónica  de  Florián  de  Ocaonpo,  libro  ii,  cap.  xl.) 

348  años  antes  de  Jesucristo.— Terribles  terremotos  en  luga- 
res vecinos  á  la  costa  de  nuestro  mar  Mediterráneo.  Señalada- 
mente padeció  gran  peligro  Sagunto  ó  Monvedre. — (Crónica 
de  Florián  de  Ocampo,  libro  iii,  cap.  xxv.) 

La  isla  de  Cádiz  y  toda  la  marina  frontera  de  la  Andalucía 
padeció  grandes  terremotos  ó  temblores  que  derrocaron  edifi- 
cios y  mataron  g-entes. — (Véase  Crónica  de  Florián  de  Ocampo, 
libro  IV,  cap.  xliv.) 

En  tiempo  de  los  Escipiones  ocurrieron  terremotos  en  Cádiz 
y  la  mar  anduvo  muchos  días  tan  gruesa,  con  bravezas  y  co- 
rrientes excesivas,  que  pasó  hasta  más  adelante  de  donde  so- 
lía.— (Véase  Crónica  Florián  de  Ocampo,  libro  v,  cap.  xxxix.) 

Año  585.  —  Reinando  Leovigildo  sintiéronse  terremotos  en 
los  Pirineos,  cayendo  grandes  peñascos  que  causaron  daños  á 
hombres  y  ganados. —  (Véase  Ambrosio  de  Morales  en  su  Cró- 
nica, libro  XI,  cap.  lxxi.) 

Año  1356,  reinando  D.  Pedro  I  de  Castilla. — «E  este  año  fué 
el  terremoto,  vigñlia  de  Sant  Bartolomé  e  cayeron  las  man- 
zanas que  estaban  en  la  torre  de  Sancta  María  de  Sevilla,  e 
tremió  la  tierra  en  muchos  logares  del  Regno  en  aquel  día,  e 
fizo  gran  destroimiento  en  el  Regno  de  Portogal  e  en  el  Al- 
garbe  e  derribó  la  capilla  de  Lisbona  que  había  fecho  el  Rey 
Don  k\i<dVí%id.  — (Crónicas  de  los  Reyes  de  Castilla,  por  el  Canci- 
ller López  de  Ayala,  tomo  i,  pág.  215,  edición  de  Llaguno.) 

La  nota  vii  dice:  «Las  manzanas  de  la  torre  de  Sevilla  eran 
unas  grandes  bolas  que  la  servían  de  remate,  y  advierte  que 
Matteo  Villani  hizo  mención  de  estos  terremotos,  cap.  84,  li- 
bro 6,  haciendo  constar  que  fueron  en  la  noche  del  30  de 
Septiembre  al  1."  de  Octubre,  causando  muchas  víctimas  en 
Córdoba.» 

Año  1373,  reinando  Pedro  IV  de  Aragón. — «En  este  año  á 


DE   HISTORIA  NATURAL.  171 

do3  del  mes  de  Febrero,  siendo  de  noche,  hubo  tan  g-ran  terre- 
moto que  cayeron  g-randes  peñascos  de  los  montes  Pirineos,  en 
el  Condado  de  Ribag-orza,  y  murieron  muchas  g-entes  en  las 
montañas  y  en  la  tierra  llana  y  se  hundieron  muchas  torres  y 
castillos  y  fue  muy  g-rande  el  daño  que  se  recibió. >•>— (Anales 
de  Zurita,  parte  n,  libro  x.) 

Año  1396,  reinado  de  D.  Martín  de  Arag-ón. — «En  este  año 
á  diez  y  ocho  de  Diciembre  hubo  g-randes  terremotos  en  el 
reino  de  Valencia  y  en  las  comarcas  que  confinan  con  Castilla 
y  en  la  Serranía  hasta  Tortosa,  y  desde  hora  de  tercia  hasta  la 
hora  de  completas  tembló  la  tierra  tres  veces,  y  en  el  reino  de 
Valencia  se  hundieron  diversas  torres  é  ig-lesias  y  el  monas- 
terio de  Vadig-na,  y  seg-ún  escribe  D.  Martín  de  Alpartir  en  la 
obra  que  compuso  de  la  Cisma,  que  fue  familiar  del  Papa  Be- 
nedicto, en  la  villa  de  Alg-ecira  del  reino  de  Valencia  dos  fuen- 
tes manaron  ag-ua  muy  hedionda  y  de  color  ceniza  y  se  vieron 
otras  señales  muy  prodig-iosas.» — (Anales  de  Zurita,  parte  ii, 
libro  X.) 

Año  1431,  reinando  D.  Juan  II  de  Castilla.  —  «Estando  el 
Rey  en  su  alcázar  de  Cibdad  Real  en  Martes  á  veinte  é  cuatro 
dias  del  mes  de  Abril  del  dicho  año,  cuanto  á  hora  de  vísperas 
hizo  un  terremoto  en  que  cayeron  alg-unas  almenas  del  alcázar 
é  muchas  texas  é  abrióse  una  pared  en  el  monasterio  de  San 
Francisco  desa  cibdad,  é  cayeron  dos  piedras  de  la  bóveda 
de  la  capilla  de  la  iglesia  de  San  Pedro.  El  Rey  estaba  dur- 
miendo, é  como  sintió  el  terremoto  salió  á  muy  g-ran  priesa  al 
patio  del  alcázar  é  dende  al  campo.» — (Crónica  de  D.  Juan  II, 
año  XXV.) 

Año  1504,  reinando  D.  Fernando  el  Católico. — «En  este  año 
se  padeció  g-eneralmente  gTande  esterilidad  y  hambre  por  toda 
Italia  y  España  y  en  otros  reinos:  y  el  día  de  Viernes  Santo 
'hubo  en  Castilla  y  el  Andalucía  g-randes  terremotos,  señalada- 
mente en  Sevilla  y  Carmona,  y  se  abrieron  los  cruceros  de  di- 
versas iglesias  y  de  g-randes  fortalezas  y  edificios  y  se  cayeron 
muchos  lienzos  de  muros  y  torres;  fue  tan  repentino  el  espanto 
y  terror  que  causó  en  las  g-entes,  que  caían  de  su  estado  como 
personas  sin  ning-un  sentido,  y  murieron  muchos  de  las  ruinas 
de  las  casas  y  lug-ares  públicos,  y  el  daño  que  se  recibió  en 
alg-unos  lug-ares  que  están  á  las  riberas  del  Guadalquivir  fue 
muy  g-rande  especialmente  desde  Alcalá  del  Rio  arriba,  así 

N."  3.-Marzo,  1901.  13 


Í78  boletín    de    la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

como  eu  Santillana  y  Tócina.» — (Anales  de  Zurita,  libro  v,  ca- 
pítulo 84.) 

Año  1526. —  En  el  mes  de  Junio,  estando  el  emperador  en 
Granada,  un  terremoto  puso  en  consternación  á  sus  habitantes. 

Año  1531. — «No  habían  ¡¡asado  dos  meses  desde  que  en  Ho- 
landa aconteció  furiosa  tempestad  de  tres  días,  cuando  se  vio 
en  la  ciudad  de  Lisboa  otro  poco  menor  terremoto  y  lo  mismo 
sucedió  en  Santander  y  Almería,  Murieron  en  tierra  muchas 
g'entes  y  perecieron  muchos  navios.»  El  temblor  se  repitió  en 
Lisboa  durante  ocho  días. —  (Véase  Historia  del  Emperador 
Carlos  V.  por  fray  Prudencio  de  Sandoval.) 

Año  1642. — En  el  mes  de  Ag'osto  se  sintió  un  terremoto  en 
Burg-os. —(Véase  Pellicer,  Avisos  políticos.) 

Año  1680. — Produjéronse  en  alg-unos  puntos  de  España  es- 
pantosos terremotos.  Se  menciona  como  notable  en  Sevilla  el 
ocurrido  el  día  9  de  Octubre. 

Año  1775. — «En  la  mañana  del  1.°  de  Noviembre,  fiesta  de 
Todos  los  Santos,  sintióse  en  Cádiz,  de  improviso,  un  temblor 
de  tierra  cuya  violencia  fué  creciendo  poco  á  poco  hasta  de- 
rribar alg'unas  casas  y  estremecer  los  más  sólidos  edificios  con 
violentos  vaivenes...  por  espacio  de  diez  minutos?»— (Véase  la 
obra  Retratos  de  antaño,  por  el  R.  P.  Luís  Coloma,  de  la  Com- 
pañía de  Jesús,  pág-inas  192  y  sig-uientes)  (1). 

Año  1775.— «En  la  noche  del  1,°  de  Noviembre  cesó  de  ma- 
nar el  ag-ua  mineral  de  la  presente  villa  Caldas  de  Malave- 
Ua  á  consecuencia  de  los  terremotos  que  se  experimentaron  la 
noche  anterior  y  posterior,  volviendo  al  cabo  de  un  mes  á  su 
curso  natural.»  Estos  terremotos  coincidieron  con  los  memo- 
rables de  Lisboa.— (Nota  que  fig-ura  en  los  libros  parroquiales 
de  Míilavella,  seg-ún  el  ilustrado  ing-eniero  D.  Luís  Mariano 
Vidal.) 

Año  1778? — El  Memorial  Literario,  señalando  ciertos  tem- 
blores de  tierra  ocurridos  en  las  vertientes  de  los  Pirineos  y 
apuntando  las  erupciones  de  ag-ua  de  Hinojosa,  concluía  di- 
ciendo: «Vemos  aquí  los  efectos  de  los  terremotos  de  Cataluña 
y  continuados  sus  fenómenos  y  resultas...»— (Discurso  del  se- 


(l)    El  Sr.  Calderón  ha  dado  también  en  esta  Sociedad  noticias  históricas  de  este 
■terremoto.  (Anales  de  la  Soc.  esp.  de  Hist.  nat.  ,  tomo  xxiv,  Actas,  pág.  180.) 


DE    HISTORIA   NATURAL  1*79 

ñor  Cortázar  en  la  Academia  de  Ciencias  exactas,  físicas  y  na' 
turales.  Madrid,  1884.) 

Año  1798.— «En  la  tarde  del  día  11  de  Ag-osto  y  noche  si- 
g'uiente  se  oyeron  alg'unos  temblores  de  tierra,  y  de  estos  y 
otros  que  se  notaron  en  varios  días  del  mismo  mes,  del  de  Sep- 
tiembre y  el  de  Octubre,  se  desviaron  alg-unas  fuentes  de  ag-ua 
mineral  de  las  varias  que  hay  en  esta  villa  y  su  recinto,  otras 
perdieron  mucha  de  su  ag-ua  y  hasta  Noviembre  de  1799  no 
han  recobrado  su  estado  primitivo.»— (Nota  que  fig-ura  en  los 
libros  parroquiales  de  Malavella,  seg"ún  el  mencionado  inge- 
niero D.  Luís  Mariano  Vidal.) 

Año  1803. — El  13  de  Enero  de  este  año  se  sintieron  en  Ma- 
drid, á  las  cinco  y  tres  cuartos  de  la  tarde,  dos  movimientos 
de  oscilación,  que  en  La  Carolina,  Granada,  Málag-a  y  Motril, 
principalmente,  fueron  de  mayor  intensidad. — (Variedades  de 
Ciencias,  Literatura  y  Artes,  tomo  i,  páginas  227  y  siguientes.) 

Año  1829.— El  día  21  de  Mayo  y  en  los  tres  siguientes  se  de- 
jaron sentir  en'  Valencia  y  Murcia  terremotos  que  llenaron  de 
espanto  y  desolación  á  sus  habitantes. 

Año  1841.— Durante  el  verano  ocurrió  en  Huelva  un  temblor 
de  tierra  cuyas  circunstancias  refiere  el  sabio  ingeniero  D.  Da- 
niel Cortázar  en  su  discurso  de  entrada  en  la  Academia  de 
Ciencias  exactas,  físicas  y  naturales.  Madrid,  1884. 

Año  1858.  — Temblor  de  tierra  que  se  advirtió  en  Madrid  y 
Sevilla,  en  esta  última  capital  durante  16  seg'undos. —  (Véase 
artículo  del  catedrático  Sr.  Machado  en  el  tomo  cii,  pág.  20  de 
la  Revista  contemporánea.) 

Año  1863. — En  10  de  Junio  comenzó  una  serie  de  movimien- 
tos sísmicos  en  la  provincia  de  Almería  que,  extendiéndose 
después  por  Murcia  y  Granada,  llegaron  á  acusarse  en  las  Ba- 
leares, Italia,  Grecia  y  Argelia,  y  estos  movimientos,  si  bien 
con  diferente  intensidad,  continuaron  durante  tres  meses. — 
(Véase  Los  terremotos  de  la  provincia  de  Almería,  por  D.  Casia- 
no de  Prado,  Revista  Minera,  tomo  xiv.) 

Mr.  A.  Daubrée,  en  un  estudio  aparecido  en  la  Remie  des 
Deux  Mondes,  afirma  que  en  Andalucía,  además  de  los  indica- 
dos, ocurrieron  temblores  de  tierra  apreciables  en  las  siguien- 
tes fechas:  1802,  1823,  1826,  1836  y  1845.— (Livraison  du  leí- 
Abril  1885.) 


J80  boletín  de  la  sociedad  española 

Noticias  sobre  algunos  fosfatos  y  arseniatos  raros 
ó  poco  conocidos  de  nuestra  Península 

PÜR 

D.    SALVADOR   CALDERÓN. 

Como  materiales  para  la  sección  de  Mineralog-ia  del  futuro 
Catálüg'o  que  se  propone  formar  nuestra  Sociedad  he  reunido 
la  lista  de  las  especies  á  que  se  refiere  el  epígrafe  precedente, 
y  que  á  mi  juicio  merece  ofrecerse  á  la  consideración  de  las 
personas  aficionadas  á  estos  estudios,  por  si  alg-una  posee  más 
datos  que  pudieran  completarla. 

En  todas  las  ramas  de  la  Historia  natural  son  necesarios  los 
catálogos  locales,  y  especialmente  en  nuestro  país,  pero  qui- 
zás en  ninguna  tanto  como  en  Mineralogía,  por  la  diversidad 
de  obras,  revistas  y  publicaciones  nacionales  y  extranjeras  en 
que  las  noticias  sobre  localidades  se  hallan  dispersas.  Yo  mis- 
mo, que  por  afición  y  por  deber  reúno  hace  tiempo  datos  sobre 
este  particular,  ignoraba  hasta  hace  poco  la  existencia  en 
nuestra  Península  de  varias  de  las  especies  que  á  continua 
ción  se  enumeran. 

Vivianita  (Fe^  P^  0^  8  H'^  O.  Monosimétrica).— Paillette  y  Be- 
zard  {Coiip  d'mil  s.  I.  gis.  et  Ja  comp.  cMm.  de  qiielq.  min.  de  fer 
de  la  prov.  des  Astur.,  1849)  la  mencionan  asociada  á  la  farma- 
cosiderita  en  ciertos  minerales  de  hierro  de  Asturias.  Sospecho 
que  en  ciertas  fosforitas  de  Logrosán  se  presenta  accidental- 
mente como  materia  pigmentaria.  El  Sr.  Pedro  Gomes  (Com- 
mum.  d.  Direcc.  d.  Trahalh.  geoL.  t.  iii^  1898)  la  ha  citado  de 
la  mina  de  S.  Domingos. 

Libethenita  ((Cu  OH)  Cu  PO^  Rómbica).  —  Mina  de  Bugalho 
(distrito  de  Évora)  y  Heredad  de  Arouca  (Alcoutim),  según  Pe- 
dro Gomes.  (Id.) 

Olivinita  ((Cu  OH,  Cu  As  0^).— La  Escuela  de  Minas  de  Ma- 
drid posee  dos  ejemplares  españoles  que  deben  referirse  á  esta 
especie.  Uno  procede  de  Villamanín  (León),  y  es  de  color  verde 
obscuro,  brillo  aterciopelado  muy  intenso  y  estructura  laminar 
alabeada.  El  otro  ejemplar  es  de  Onís  (Oviedo),  en  ríñones  de 
color  verde  aceitunado,  y  está  asociado  á  otros  minerales  de 
cobre  en  las  cavidades  de  una  roca  feldespática. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  181 

Autunita,  mica  de  urano  (Ca  (UO'^j^  pa  o»,  SH^  O.  Rómbica).— 
Tras-os-Montes,  Marváo  y  Castello  de  Vide,  seg-úii  Pedro  Go- 
mes. (Id.) 

Wawelita  (3  AI2  0^.  2  P^  0"\  12  H''  O.  Rómbica). —Sierra  de  Por- 
taleg-re  en  Portugal,  seg'ún  Pedro  Gomes.  (Id.)  No  será  difícil 
se  encuentre  asociada  á  las  fosforitas  de  Extremadura  con  ca- 
rácter accidental,  aunque  no  ha  sido  citada,  pues  así  suele 
hacerlo  en  otras  localidades  extranjeras. 

Eritrina,  flores  de  cobalto  ([As  0*]^  Co^  8  H'^  O.  Monosimétrica). 
Acompaña  á  los  arseniuros  y  sulfoarseniuros  de  cobalto  en  su 
conocida  forma;  tal  sucede  en  Gistain  (Pirineos  de  Huesca), 
Asturias,  Almería  y  Granada.  En  esta  última  el  Sr.  Rodríguez 
(Rev.  min. ,  t.  11 ,  1S51 ,  p.  586)  cita  del  criadero  de  Molvizar, 
cerca  de  Motril ,  grupos  cristalizados  resáceos  en  agregados 
radiantes  preciosísimos.  La  Universidad  de  Sevilla  posee  un 
ejemplar  procedente  del  Cerro  (Huelva)  y  otro  con  cobaltina 
de  la  Sierra  de  Filabres.  En  Portugal  hay  eritrina  en  las  minas 
de  Palhal  y  de  Telhadella  (Aveiro),  según  el  Sr.  Pedro  Go- 
mes. (Id.) 

Amiabergita  ([As  O^J^  Ni^.  8  H'^  O.  Monosimétrica).— Sin  duda 
debe  ser  esta  la  especie  que  el  antiguo  mineralogista  Herrgen 
(An.  de  Hist.  nat. ,  t.  iii,  1801)  menciona  del  valle  de  Gistain 
con  el  nombre  de  ocre  de  Kíqjfernickel.  En  la  mina  Aurora  de 
Peñaflor  y  en  Lora  del  Río  recogí  bellos  ejemplares  proceden- 
tes de  la  oxidación  de  la  disomosa,  con  la  cual  se  halla  aso- 
ciada (Anal.  Soc.  Españ.,  t.  xv,  p.  140).  También  existe  del 
mismo  modo  y  en  abundancia  en  el  residuo  aurífero  que  queda 
del  lavado  de  las  tierras  inmediatas  á  la  casa  de  la  Compañía 
de  la  citada  mina.  He  regalado  ejemplares  á  los  Museos  de 
Sevilla  y  de  Historia  natural  de  Madrid. 

La  Universidad  de  Sevilla  los  posee  de  annabergita  con  aná- 
logas circun.stancias  de  Bailen  (Jaén)  y  Carratraca.  Aparece 
accidentalmente  como  película  en  los  nodulos  de  grafito  de 
Benahavis  (Genth:  Ami.  Chem.  Journ.  i,  p.  324). 

Está  citada  además  de  las  minas  de  níquel  de  cabo  Ortega! 
y  de  Peñamellera,  acompañando  á  otros  minerales  del  mismo 
metal  y  con  pirita  alterada,  de  cuya  última  procedencia  hay 
ejemplares  en  ñloncillos  y  mamelones  verdes  ñbroradiados, 
con  aspecto  de  malaquita,  en  los  Museos  de  la  Escuela  de  Mi- 
nas y  de  la  Comisión  del  Mapa  geológico. 


182  boletín    de    la    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

La  menciona  asimismo  de  la  mina  de  Telhadella  (Aveiro) 
Pedro  Gomes. 

Cabrerita  ( [As  O'^p  (Ni,  Mg-,  Co)».  SHHJ.  Monosimétrica).— De 
esta  especie  española,  denominada  así  por  Dana  en  alusión  á 
la  Sierra  Cabrera  (Almería),  de  donde  procede,  puede  verse  la 
descripción  en  la  Mineralogía  de  Naumann  y  Zirkel  (1)  y  otras 
obras  modernas. 

Scorodita  (Fe-  As-  0^  +  4  H^  O.  Rómbica).— Este  arseniato  fé- 
rrico hidratado  ha  sido  mencionado  de  Portugal  por  el  señor 
Pedro  Gomes  (Id.)  como  existiendo  en  las  sig-uientes  localida- 
des: Ancora  (Vianna  do  Castello)  y  Castelloes  (Villa  Nova  de 
Famalicáo).  De  España  no  está  citado,  pero  seg"urainente  se 
hallaría  reconociendo  ciertas  manchas  verdosas  de  las  arseno- 
piritas  y  piritas  de  muchas  localidades. 

Haidingerita  (As  0^  Ca  H.  H^  O.  Rómbica).  — El  Sr.  Naranjo 
(Elein.  Min.  gen.,  1862,  p.  235),  dice  que  aparece  en  España, 
aunque  con  escasez,  sobre  minerales  de  plata,  níquel  y  cobalto 
arsenical.  Sólo  hemos  visto  esta  vaga  indicación. 

Farmacolita  (As  0^  Ca  H.  5  H^  O.  Monosimétrica).— El  Sr.  Na- 
ranjo (Id.)  la  menciona  con  la  misma  ambig-üedad  que  la  es- 
pecie anterior,  pero  Paillette  y  Bezard  (Oper.  cit.)  especifican 
más,  diciendo  que  pequeñas  porciones  de  este  arseniato  hidra- 
tado de  color  rosa  ó  rojo  aparecen  bajo  la  forma  de  hebras  se- 
dosas en  los  criaderos  de  mercurio  del  distrito  de  Mieres  (Astu- 
rias), cuya  presencia  indica  por  lo  general  la  del  cinabrio. 
Esto  se  explica  bien  porque  allí,  particularmente  en  la  zona 
donde  los  romanos  explotaron  dicho  sulfuro,  sobre  todo  junto 
á  La  Peña,  se  mezclan  con  él  los  minerales  arsenicales  arseno- 
pirita  y  rejalgar.  Hállase  también  en  el  valle  de  Gistain,  Piri- 
rineos  de  Arag-ón ,  con  los  minerales  de  níquel  y  cobalto,  aun- 
que en  pequeña  cantidad. 

Bindlieimita  (H'*  Pb^  Sb^  O'"'^).  — De  este  antimoniato  de  plomo 
hidratado,  raro  y  conocido  desde  hace  poco  tiempo,  existen  en 
el  Museo  Británico  dos  ejemplares  de  localidades  españolas, 
seg-ún  se  ha  servido  comunicarme  particularmente  el  señor 
Spencer,  Director  de  la  Sección  de  Mineralogía  de  tan  impor- 


(1)    Elementos  de  Mineralogía,  por  Naumanu  y  Zirkel,  trad.  por  M.  Madariaga.  Ma- 
drid, 1891,  pág.  662. 


DE   HISTORIA.  NATURAL.  1«3 

tante  centro,  á  saber:  Sierra  Almagrera  (Almería)  y  Lomo  de 
Bas,  A^'-uila  (Murcia). 

Farmacosiderita  ( [As  0'']^  Fe  [Fe  O  Rf.  6  H  O.  Reg-ular).— Pail- 
lette  (Oper.  cit.)  halló  esta  substancia  íntimamente  unida  á 
ciertos  minerales  de  hierro  de  Lena,  AUer  y  Oviedo. 

Conicalcita  (Konichalcit). — Breithaupt  dio  á  conocer  con  este 
nombre  un  doble  arseniato  hidratado  de  cobre  y  cal  procedente 
de  Hinojosa  de  Córdoba,  cuya  descripción  puede  verse  en  los 
Pogg.  Ann.  lxxviii,  1849,  p.  139.  Seg-ún  análisis  de  Fritzsche, 
su  fórmula  es  la  sig-uiente  : 

(As,  P,  V)  O''  (Cu,  Ca)  [Cu.  OH].  X  H"^  O. 

El  Museo  de  la  Escuela  de  Minas  de  Madrid  posee  un  ejem- 
plar donado  por  el  8r.  Cía,  sabio  profesor  que  fué  de  la  misma, 
en  masa  verdosa  arríñonada,  que  se  parece  á  la  malaquita. 

Plomo-goma  (P^  O»^  AP  Pb.  9  H^  O..  Exag-onal).— Dice  el  Sr.  Na- 
ranjo (^0;j6'r.  ciL,  p.  377)  que  es  posible,se  encuentre  este  hidro- 
aluminato  de  plomo  en  la  mina  La  Regla,  de  Sierra  Almag-re- 
ra,  de  donde  tenía  un  pequeño  ejemplar  que  lo  parece  por  sus 
caracteres  exteriores.  También  del  Barranco  de  la  Torre,  en  la 
misma  provincia  de  Almería,  hay  una  muestra  en  el  Museo  de 
la  citada  Escuela  de  Minas,  que  entre  varios  minerales  de  plo- 
mo parece  llevar  el  de  que  tratamos.  Difícil  es  afirmarlo  con 
certeza,  pues  con  el  nombre  de  plomo-g-oma  se  han  descrito  y 
analizado  compuestos  que  acusan  cantidades  de  ácido  fosfó- 
rico, óxido  plúmbico  y  alúmina  muy  variables,  con  caracteres 
'físicos  diferentes,  lo  cual  deja  bastante  vag-uedad  en  la  defini- 
ción de  esta  especie. 

Calcouranita  ([PO'']^  [ÜO^^  Ca.  8  H^  O.  Tetrag-onal).— Aunque 
confundiéndola  con  la  uranita  ha  sido  citada  de  las  minas  de 
cobre  de  la  cordillera  de  Guadarrama,  en  Colmenar  Viejo,  por 
Herrg-en  (Min.  geogr.  de  Esp.,  An.  de  Hist.  nat.,  t.  iii,  1801, 
p.  111)  y  Ramón  Espiñeira  (Exjms.  de  los  compañ.  de  las  suhs. 
metal.,  1803),  y  de  Galapag-ar  y  Torrelodones  en  g-ranito,  por 
Naranjo  (Oper.  cil.,  p.  385).  Conócese  mejor  con  las  fosforitas 
de  Trebejo,  Valencia  de  Alcántara,  Alburquerque  y  Albalá, 
junto  á  Mont'hichez,  al  S.  de  la  provincia  de  Cáceres  (Mallada, 
Explic.  del  Mapa  geol.,  t.  i,  p.  176).  El  Sr.  H.  Pacheco,  que  ha 
recogido  abundantes  ejemplares  de  esta  región,  y  es  el  pri- 


'184  boletín    de   la  SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

mero  que  los  ha  estudiado  detenidamente,  dice  se  presentan 
en  bellas  hojuelas  cristalinas,  de  color  verde  hierba,  midiendo 
de  2  á  3  min.  y  aun  más  de  lado,  en  un  granito  porfídico  alte- 
rado que  forma  las  salbandas  de  los  filones  de  fosforita,  abun- 
dando más  en  la  proximidad  de  los  óxidos  de  hierro  que  hay 
en  dichos  filones.  Ofrecen  cristalización  bien  marcada,  con  el 
pinacoide  básico  muy  desarrollado  y  con  visible  exfoliación 
prismática. 

En  Portug-al  se  cita  de  la  mina  de  Tapada  d'Ayres  (Sabug-o- 
sa)  y  Villa  maior  (Sabug-al). 

Ganomatita  (Hierro  sub-sulfoarseniatado). —  Paillette  y  Bezard 
(Oper.  cit.)  la  mencionaron  como  accidental  y  mezclada  con 
otras  substancias  en  Hieres  (Asturias);  pero  no  puede  aseg-u- 
rarse  que  corresponda  exactamente  á  aquélla,  cuya  fórmula 
no  se  halla  aún  bien  establecida  (1).  Otro  tanto  decimos  de 
alg-unos  hallazg-os,  al  parecer  de  la  misma  especie,  en  los  filo- 
nes piritíferos  de  la  provincia  de  Huelva,  especialmente  de  la 
Cueva  de  la  Mora  (Museo  de  la  Universidad  de  Sevilla). 

Por  vía  de  apéndice  diremos  dos  palabras  sobre  la  prixiia, 
con  cuyo  nombre  desig-nó  Leymerie  (Cours  de  oninér.,  París, 
1867,  pág".  302)  al  plomo  arseniatado  hidratado,  mencionán- 
dolo de  cuatro  localidades,  y  una  de  ellas  España  (probable- 
mente será  Linares).  Semejante  nombre  no  fig-ura  en  ning-uno 
de  los  doctrinales  ni  catálog-os  clásicos  modernos,  con  excep- 
ción del  de  la  Colección  ele  Mineralogia  del  Museo  de  Historia 
natural  de  París  del x>resente  año  (pág*.  38);  pero  allí  está  como 
un  sinónimo  de  la  mimetita,  que  es  una  sal  anhidra,  siendo 
así  que  Leymerie  dice  de  un  modo  terminante  que  «el  análisis 
de  la  prixita  indica  esencialmente  un  arseniato  de  plomo  que 
contiene  10  por  100  de  ag-ua.» 

En  vista  de  esta  contradicción  sería  muy  conveniente  bus- 
car ejemplares  en  la  indicada  localidad  con  los  caracteres  físi- 
cos que  señala  aquel  mineralogista  en  su  obra  citada,  y  com- 
probar si  en  realidad  se  trata  de  una  substancia  anliidra,  y 
entonces  de  la  mimetita,  ó  si  debe  rehabilitarse  como  indepen- 
diente la  prixita  de  Leymerie. 


(1)     Según  el  profesor  A.  Lacroix  es  una  variedad  de  la  pitticita. 


BOLETÍN 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 


Sesión  extraordinaria  del  18  de  Marzo  de  1901. 

PRESIDENCIA    DE    DON    BLAS    LÁZARO    É    IBIZA. 

— El  Sr.  Secretario  leyó  el  acta  de  la  sesión  anterior,  que 
fué  aprobada. 

— El  Sr.  Presidente  dio  cuenta  del  objeto  de  esta  sesión  ex- 
traordinaria, en  la  cual  procedía  admitir  los  Sres.  Socios  pre- 
sentados en  la  anterior,  confirmar  el  acuerdo  tomado  por  la 
Junta  directiva  en  sesión  del  13  de  los  corrientes  autorizan- 
do á  la  Sección  de  Barcelona  para  celebrar  sesiones,  y,  en  fin^ 
votar  los  Socios  honorarios  que  dicha  Junta  propone. 

Admisiones.  —  Quedaron  admitidos  como  socios  numerarios 
los  Sres.  D.  Juan  de  Ag-uilar  Amaty  Banús,  Consejo  de  Ciento, 
387,  EntomoJogia:  D.  Jaime  Almera,  presbítero,  cañón ig-o  de  la 
Catedral,  Sag-ristans  1 ,  3.°,  Geología  y  Paleontología;  D.  Casi- 
miro Brug-ués  y  Escuder,  doctor  en  Farmacia  y  en  Ciencias, 
calle  delBruch,  66,  Histología  vegetal;  D.  José  Casares  y  Gil, 
decano  de  la  facultad  de  Farmacia,  Rambla  de  Cataluña,  29, 
A7iülisis  químico  mineral;  D.  Antonio  Casares  y  Gil,  médico 
militar.  Rambla  de  Cataluña,  29,  Hepáticas  y  musgos;  D.  Eduar- 
do Finestres  y  Foch,  Vila-Vilá,  134,  3.°,  Mineralogía:  D.  Jaime 
Ferrer  y  Hernández,  Montaner,  66,  2.°,  Mineralogía;  D.  Rafael 
Folch  y  Andreu,  alumno  de  Farmacia,  Casa  de  Caridad,  Bo- 
tánica; D.  Norberto  Font  Sag-ué,  presbítero,  Fontanella,  13, 
Geología;  D.  Luís  Gig-erei  Morentín,  catedrático  de  la  Univer- 
sidad, Pelayo,  17,  Mineralogía;  D.  Florentino  Jimeno  Eg'urbi- 
de ,  doctor  en  Farmacia,  Plaza  Real;  D.  Manuel  Llenas  y  Fer- 
nández, Liado,  8,  2°,  Botánica;  D.  Moisés  Nacente  y  Gonzá- 
lez, catedrático  de  Ciencias  de  la  Universidad,  Diputación,  415; 

N.o  4  —Abril,  1901.  14 


]8í)  boletín    DK    la   SüCIHbAD    ESPAÑOLA 

D.  Benito  Oliver  Rodés,  Rambla  de  San  José,  23,  Análisis  quí- 
mico mineral;  D.  José  Rives  Mampoey,  Diputación,  441.  3.", 
Botánica;  D.  Enrique  Soler  y  BatUe,  farmacéutico  militar,  Cor- 
tes, 372,  1.",  Botánica;  D.  José  Tió  y  Salvador,  Balmes,  7,  3.", 
Histología  vegetal;  D.  Juan  Tomás  y  Radó,  Fortuny,  4,  entre- 
suelo, Mineralogía;  todos  de  Barcelona,  propuestos  en  la  sesión 
anterior  por  D.  Marcelo  Rivas  Mateos.     * 

D.  José  Benet  Andreu,  catedrático  en  el  Instituto  de  Teruel, 
y  D.  José  CoscoUano  y  Burillo,  profesor  auxiliar  en  el  de  Cór- 
doba, propuestos  por  D.  Ig-nacio  Bolívar. 

Se  propone  ig-ualmente  para  fig-urar  en  la  lista  de  socios  la 
cátedra  de  Historia  natural  de  la  Universidad  de  Barcelona, 
la  Facultad  de  Farmacia  de  la  misma  Universidad  y  la  Biblio- 
teca del  Instituto  de  Soria. 

Nombramiento  de  socios  honorarios. —  Se  leyó  el  dictamen  de  la 
Junta  Directiva  relativo  al  nombramiento  de  socios  honora- 
rios, manifestando  el  Sr.  Presidente  que  con  el  fin  de  dar  cum- 
plimiento á  lo  que  dispone  el  art.  4.°  del  Regdamento,  la  Junta 
Directiva  había  estudiado  detenidamente  esta  cuestión,  á  fin 
de  proponer  á  la  Sociedad  las  personas  más  eminentes  en  los 
diversos  ramos  de  las  ciencias  naturales,  procurando  al  mismo 
tiempo  que  estuviesen  representadas  en  lo  posible  las  diver- 
sas nacionalidades  que  más  contribuj^en  al  desarrollo  y  pro- 
greso de  las  ciencias  naturales,  y  que  en  tal  concepto  proponía 
para  socios  honorarios  á  los  sabios  que  se  expresan  á  conti- 
nuación: 

Sir  Archivald'Geikie,  Director  general  del  Servicio  g-eoló- 
g-ico  de  la  Gran  Bretaña  é  Irlanda,  individuo  de  la  Real  so- 
ciedad de  Londres,  correspondiente  del  Instituto  de  Francia, 
autor  de  muchas  publicaciones  notables  y  especialmente  del 
conocido  Text  Booh  of  Geology ,  uno  de  los  doctrinales  más 
famosos  escritos  sobre  esta  ciencia;  es  además  correspondiente 
de  nuestra  Sociedad. 

Ph.  Yan  Tbieg-en,  Profesor-administrador  del  Museo  de  His- 
toria natural  de  París,  Miembro  del  Instituto  de  Francia,  cuya 
personalidad  es  bien  conocida  entre  nosotros  por  sus  obras  de 
conjunto  en  que  ha  reñejado  el  estado  actual  de  la  Botánica, 
pero  cuyo  renombre  se  cifra  principalmente  en  numerosos 
trabajos  de  investig-ación  acerca  de  la  estructura  de  los  veg-e- 


DE    HISTORIA   NATURAL.  IS": 

tales,  de  su  anatomía  comparada  y  de  numerosas  cuestiones 
■de  fisiología  vegetal  y  de  criptogamia. 

Adolf  Engler,  botánico  de  grandes  iniciativas,  que  ha  con- 
cebido obras  tan  extensas  como  la  titulada  Die  natürlichen 
Pflaiuen  FamiUeiv,  que  dirige  en  unión  de  Prantl,  y  la  deno- 
minada Die  Vegetation  der  Erde,  con  O.  Drude,  y  por  fin  la  lla- 
mada Das  P flan: ensni che  (Regni  vegetabilis  conspectus).  Es 
profesor  de  Botánica  y  Director  del  Jardín  y  Museo  botánicos 
de  Berlín,  y  de  él  puede  decirse  que  ha  cultivado  todas  las 
ramas  de  la  ciencia  de  los  vegetales,  incluso  la  paleontología. 

D.  Santiago  Ramón  y  Cajal,  nuestro  consocio  y  ex-presiden- 
te,  cuya  historia  y  triunfos  científicos  son  harto  conocidos  para 
que  se  necesite  relatarlos. 

Cari  Brunner  von  Wattenwyl,  el  célebre  entomólogo  vien- 
nés.  Consejero  áulico,  y  autor  de  numerosas  monog'rafías  des- 
criptivas y  de  sistematización  que  le  han  conquistado  puesto 
eminente  entre  los  que  cultivan  la  Zoolog-ía  sistemática,  ha- 
biéndose también  ocupado  en  el  estudio  del  transformismo  y 
del  mimetismo  en  los  insectos.  Su  Sijstéme  des  Orthoptéres  es 
la  obra  que  más  ha  hecho  progTCsar  el  estudio  de  este  orden 
de  insectos. 

Sir  John  Lubbok,  Lord  Abevury,  tan  reputado  por  sus  cono 
cimientos  sobre  Antropología  y  sobre  las  costumbres  de  los 
himenópteros  y  las  metamorfosis,  instinto  é  intelig*encia  de 
los  animales;  autor  de  importantes  publicaciones  de  índole 
muy  diversa,  y  correspondiente  de  nuestra  Sociedad. 

Albert  Gaudry,  Miembro  del  Instituto  de  Francia,  profesor 
de  Paleontología  en  el  Museo  de  Historia  natural  de  París, 
autor  de  numerosos  estudios  en  que  ha  revelado  su  notable  y 
vigorosa  personalidad  científica,  particularmente  en  Les  en- 
dialnements  du  monde  animal,  Considérations  sur  les  mammifé- 
res  qui  ont  vecu  efi  Furope  á  la  fln  de  l'époque  miocéne,  Maté- 
riaux  pour  l'histoire  des  tenqjs  qnaternaires  y  Les  ancétres  de 
oíos  animaux  dans  les  iemps  géologiques. 

Samuel  Hubbard  Scudder,  autor  de  valiosísimas  monogra- 
fías sobre  los  insectos  fósiles,  entre  ellos  los  terciarios  de  la 
América  del  Norte,  que  ha  dado  á  conocer  la  Comisión  geoló- 
gica de  los  Estados-Unidos  en  un  grueso  volumen  de  sus  pu- 
blicaciones, y  redactor  de  la  parte  entomológica  del  gran  Tra- 
tado de  Paleontología  del  profesor  Zittel. 


188  boletín    de  la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Puesto  á  votación  el  nombramiento  de  estos  socios  honora- 
rios fué  acordado  por  aclamación. 

Acuerdos. — Por  unanimidad  se  tomó  el  de  aprobar  lo  dis- 
puesto por  la  Junta  directiva  respecto  á  que  la  Sección  de  Bar- 
celona se  considere  restablecida  conforme  alo  solicitado  por  el 
Sr.  Rivas  Mateos  en  nombre  de  los  socios  residentes  en  aquella 
capital.  La  Sección  de  Barcelona  fué  la  primera  en  constituir- 
se, y  en  realidad  continúa  establecida,  aun  cuando  hace  tiem- 
po no  haya  celebrado  sesiones;  no  se  trata,  por  tanto,  de  cons- 
tituir una  nueva  Sección  de  la  Sociedad,  y  así  lo  ha  entendido- 
la  Junta  directiva,  acordando  manifestarlo  al  Sr.  Rivas  Mateos 
á  fin  de  que,  convocados  por  este  señor,  que  viene  represen- 
tando á  la  Sociedad  en  concepto  de  Tesorero  de  aquella  Sec- 
ción, puedan  los  socios  de  Barcelona  nombrar  su  Junta  direc- 
tiva y  celebrar  sesiones,  de  las  que  la  Sociedad  espera  muchos- 
y  valiosos  trabajos  en  atención  á  la  conocida  actividad,  entu- 
siasmo científico  y  extremada  competencia  de  los  coleg-as  con 
que  allí  contamos. 


Sesión  del  10  de  Abril  de  1901. 

presidencia   de    don   BLAS    LÁZARO    É    IBIZA. 

Se  leyó  el  acta  de  la  sesión  anterior,  la  cual  fué  aprobada. 

Correspondencia. — El  Secretario  dio  cuenta  de  una  circular  de 
la  Sociedad  de  Amantes  de  las  Ciencias  naturales  de  Ekathe- 
rinenbourg-  invitando  á  todas  las  Instituciones  y  Sociedades 
correspondientes  á  tomar  parte  el  4  de  Junio  próximo  en  el 
jubileo'  de  su  presidente  el  doctor  Alejandro  Andreevitch 
Mislawsky. 

De  nuestro  consocio  D.  Román  Casares,  manifestando  que 
acepta  con  g'usto  la  representación  de  la  Sociedad  en  San- 
tiago, por  ser  útil  de  alg-una  manera  á  esta  corporación.  La 
Sociedad  acordó  dar  las  g-racias  al  Sr.  Casares,  no  dudando- 
que  mediante  su  g-estión  aumentará  el  número  de  socios  en 
aquella  importante  población. 

Presentaciones.— Se  hicieron  tres  nuevas  propuestas  de  Socios. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  189 

Proposiciones. — Continuando  la  discusión  pendiente  sobre  la 
proposición  del  Sr.  Martínez  Escalera,  el  Sr.  Presidente  dio 
lectura  á  un  articulo  remitido  por  su  autor,  nuestro  consocio 
-de  Valencia,  D.  Emilio  Ribera,  y  publicado  en  el  núm.  607  de  la 
Revista  Contemporánea^  correspondiente  al  15  de  Marzo  de  este 
año,  sobre  el  asunto  que  se  debatía  y  que  aquél  no  había 
enviado  á  la  Sociedad  en  la  creencia  de  que  habría  termi- 
nado en  ella  la  discusión  referente  á  la  enseñanza  elemental  de 
las  Ciencias  en  las  escuelas  primarias  de  nuestro  país.  La  So- 
ciedad oyó  con  interés  dicho  artículo,  aplaudiendo  las  ideas 
en  él  contenidas,  y  que  se  acordaban  perfectamente  con  las 
dominantes  entre  los  que  tomaron  parte  en  la  discusión  re- 
ferida. 

El  Sr.  Ribera,  después  de  lamentar  el  atraso  considerable 
en  que  estamos  respecto  á  otras  naciones  por  lo  que  toca  á 
medios  de  educación,  propone  que  debe  comenzarse  por  dotar 
á  las  Escuelas  normales  de  material  abundante  para  lecciones 
■de  cosas,  á  fin  de  que  los  futuros  profesores  se  familiaricen  con 
su  uso  haciendo  oblig-atorio  el  que  en  él  se  adiestren  y  que 
íueg'o  lo  empleen  en  las  escuelas;  que  se  abran  concursos  para 
la  formación  de  cartillas  y  cartones  con  viñetas  y  cromos  bien 
pensados  y  ejecutados,  á  fin  de  que  se  simultanee  la  enseñanza 
de  los  rudimentos  literarios  con  los  histérico-naturales  de  apli- 
cación á  los  usos  de  la  vida;  que  se  hag-an  oblig-atorias  las 
grandes  excursiones  escolares  en  las  normales  y  las  pequeñas, 
pero  repetidas  semanalmente,  en  las  escuelas  elementales  y 
superiores,  y  las  visitas  á  las  fábricas  ó  á  los  talleres  de  pe- 
queñas industrias  y  en  especial  á  las  ag-rícolas. 

Se  dio  lectura  á  una  carta  del  profesor  de  Física,  Química 
é  Historia  natural  de  la  normal  de  Granada,  D.  José  Hueso, 
dirigida  al  Sr.  Bolívar,  en  la  que  da  cuenta,  á  petición  de  nues- 
tro consocio,  de  los  elementos  de  que  dispone  on  aquella  es- 
cuela para  la  enseñanza  de  los  múltiples  problemas  de  la  asig"- 
natura  de  que  está  encarg-ado,  y  manifiesta  su  opinión  sobre 
el  asunto  que  se  debate,  por  lo  que  es  de  interés  para  el  cono- 
cimiento del  estado  actual  de  la  enseñanza  de  las  ciencias  en 
las  escuelas.  Dice  así: 

«Conocido  el  interés  de  usted  y  de  los  demás  señores  que 
forman  esa  Sociedad  por  la  difusión  y  vulg-arización  de  esta 
clase  de  conocimientos,  me  permito  exponer  á  usted  las  si- 


ffio  boletín  de  la  sociedad  española 

g-uiéntes  consideraciones,  llevado  á  ello  por  mi  afición  y  mi: 
carg"o,  por  si  cree  que  merecen  alguna  atención,  ya  que  con 
tan  buen  acuerdo  han  llevado  á  esa  Sociedad  la  cuestión  de 
la  enseñanza  de  las  ciencias  naturales  en  las  escuelas  de  ins- 
trucción primaria. 

Que  sería  útilísimo  el  que  entrasen  en  el  prog-rama  de  estas 
escuelas  los  tales  conocimientos,  por  vulg-ares  que  fuesen,  está 
en  la  conciencia  de  todos.  Pero  ¿cómo  conseg-uirlo?  A  mi  en- 
tender no  basta  con  que  se  log-re  una  ley  que  así  lo  dispong-a; 
hoy  se  tropieza  con  una  g-ran  dificultad,  la  ig-norancia  de  la 
mayoría  de  los  maestros  en  esta  clase  de  conocimientos. 

En  las  escuelas  normales  se  ha  mirado  siempre  con  escaso 
interés  esta  clase  de  estudios  (claro  que  hablo  en  g-eneral,  pues 
en  esto,  como  en  todo,  pueden  citarse  honrosas  excepciones);- 
se  ha  considerado  como  sobrado  difícil  el  estudio  de  la  Física^ 
y  como  casi  imposible  el  de  los  principios  de  la  Química;  y  en- 
Historia  natural  se  ha  lleg-ado  á  lo  sumo  á  aprender  el  esque- 
leto del  hombre  y  los  nombres  de  las  principales  visceras  deL 
mismo. 

La  mayor  parte  de  los  maestros  presienten  la  importancia 
de  las  ciencias  naturales  y  son  campo  abonado  para  el  desarro- 
llo de  las  mismas,  siendo  los  primeros  en  quienes  hay  que 
pensar  para  que  suba  el  nivel  científico  de  nuestra  sociedad;, 
pero  no  se  les  ha  enseñado;  por  reg-la  g-eneral  no  pueden  ex- 
plicar de  un  modo  satisfactorio  cualquiera  de  los  más  senci- 
llos fenómenos  naturales  á  un  muchacho  curioso  y  preg-untón.. 

Y  cuando  se  ha  puesto  el  maestro  en  estas  condiciones, 
cuando  apenas  se  le  ha  hecho  saborear  el  placer  de  la  verdad 
científica  y  del  estudio  de  la  Naturaleza,  no  hay  que  pedirle- 
que  despierte  estos  sentimientos  en  el  niño;  si  la  ley  le  oblig-a 
y  se  le  da  una  cartilla  de  Historia  natural,  por  ejemplo,  la 
hará  quizá  aprender  á  sus  alumnos,  pero  sin  calor,  sin  pres- 
tarle su  atención,  en  una  palabra,  será  un  libro  más  de  me- 
moria, y  no  es  esto  lo  que  creo  debe  buscarse. 

Con  el  actual  plan  de  estudios  podrá  conseg-uirse  quizá  alg-u- 
na  cosa;  es  de  suponer  que  los  nuevos  maestros,  recibiendo- 
durante  cuatro  años  en  las  Normales  los  primeros  elementos- 
de  la  ciencia,  estén  lueg'o  más  dispuestos  á  prestar  á  estos  co- 
nocimientos toda  la  atención  que  merecen. 

Los  que  saliendo  hoy  con  sus  profesores  á  alguna  excursión. 


DE    HISTORIA    NATUllAL.  191 

se  liayan  dedicado  un  poco  á  observar  la  Naturaleza,  esos  es- 
tán conquistados;  el  que  en  el  campo  ha  contado  una  vez  los 
estambres  de  una  flor  ó  ha  segniido  con  interés  el  desarrollo 
de  una  yema,  ese  llevará  al  campo  á  sus  alumnos  para  ense- 
ñarles lo  mismo;  quien  con  sus  profesores  haya  recog-ido  alg-u- 
na  orug-a  y  haya  asistido  lueg"0  á  su  conversión  en  mariposa, 
con  seg"uridad  repetirá  la  experiencia  á  la  vista  de  los  niños 
cuando  se  encuentre  al  frente  de  su  escuela;  si  se  le  ha  ense- 
ñado á  disting-uir  el  cuarzo  de  la  caliza,  á  no  tomar  por  oro 
las  piritas  ni  confundir  la  mica  con  la  plata,  tendrá  placer  en 
enseñar  lo  mismo  en  cuantas  ocasiones  se  le  presenten. 

Pero  para  todo  esto  se  necesita  material  de  estudio:  la  Física 
requiere  aparatos  y  algnino  también  la  Química,  y  modelos  y 
colecciones  la  Historia  natural;  y  desg"raciadamente  en  la  ma- 
yoría de  las  Escuelas  Normales  se  carece  en  absoluto  de  todos 
estos  elementos. 

Cuando  á  principios  de  este  curso  me  hice  carg'o  de  la  asig*- 
natura  de  Ciencias  naturales  en  la  Escuela  Normal  Superior 
de  Maestros  de  Granada,  todo  el  material  científico  se  reducía 
á  dos  barómetros  iilútiles,  un  pequeño  imán,  una  brujulita 
y  unas  cuantas  láminas  de  Botánica  y  Zoolog-ía.  En  nuestras 
excursiones  hemos  recog-ido  alg-unos  minerales  y  plantas,  y  se 
está  formando  una  colección  de  insectos.  Pero  esto  no  es  bas- 
tante; y  se  comprende  que  con  tal  falta  de  elementos  es  impo- 
sible ni  aun  aproximarse  á  lo  que  se  podría  conseg-uir. 

Alg-una  mayor  atención,  pues,  respecto  á  este  asunto,  es  lo 
que  creo  debe  pedirse  á  quien  deba  y  pueda  prestarla. 

Y  como  esto  es  claro,  me  parece  que  alg-o  se  conseguirá;  y 
así  pensando,  teng-o  fe  en  el  porvenir. 

Pero  ¿cómo  esperar  á  mañana?  ¿Es  posible  ag-uardar  tran- 
quilos en  asunto  de  tal  importancia?  Opino  que  no;  debe  es- 
perarse andando.  Si  sin  maestros  no  hay  escuela,  ha  de  diri- 
g-irse  la  acción  sobre  los  actuales  maestros,  y  eso  puede  ha- 
cerlo la  Sociedad  española  de  Historia  natubai,;  publíquense 
manuales  de  estas  ciencias  en  que,  huyendo  de  lo  puramente 
especulativo,  se  tienda  á  divulgarlas  por  su  aspecto  de  utili- 
dad y  de  atractiva  belleza;  dense  baratos,  consígase  pueda 
adquirirlos  el  maestro  con  el  presupuesto  de  material  para 
las  escuelas,  y  se  empezará  á  marchar. 

Cautivan  de  tal  modo  las  ciencias  naturales,  que  el  probie- 


192  BOLETÍN    DE  LA   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

ma  de  conseg'uir  que  tomen  carta  de  naturaleza  en  las  escue- 
las primarias  se  reduce,  á  mi  entender,  á  saber  iniciar  á  los 
maestros  en  las  mismas.» 

El  Sr.  Rodríg-uez  Mourelo  leyó  una  lección  de  Mineralog-ia, 
escrita  para  uso  de  los  niños  de  las  escuelas  de  párvulos.  El 
Sr.  Bartolomé  presentó  también  dos  trabajos  en  el  mismo  sen- 
tido: uno  consiste  en  una  lección  sobre  los  carbones  minera- 
les, destinada  á  los  alumnos  de  diversos  g-rados,  y  el  otro  es  un 
modelo  del  medio  de  que  se  puede  valer  el  maestro  para  des- 
arrollar ante  sus  pequeños  discípulos  un  asunto  de  Historia 
natural.  Por  último,  el  Sr.  Artig-as  dio  lectura  de  un  trabajo 
pedag'óg-ico  también,  pero  de  distinta  índole  que  los  anteriores 
que  había  escrito;  consiste  éste  en  un  curso  breve  sobre  Mon- 
tes que  podría  darse  en  12  lecciones,  de  una  hora,  en  las  Escue- 
las normales  de  maestros  y  maestras. 

Todos  estos  trabajos  interesaron  por  extremo  á  la  Sociedad, 
y  el  Sr.  Presidente,  en  nombre  de  ella,  felicitó  y  dio  g-racias 
á  sus  autores  por  el  celo  é  intelig'encia  que  habían  mostrado 
•en  asunto  de  tanta  importancia,  prometiendo  resumir  la  dis- 
cusión deduciendo  en  breves  consideraciones  el  resultado  déla 
misma. 

Comunicacioues  verbales. — El  Sr.  Presidente  dijo  que  la  Socie- 
dad había  realizado  las  excursiones  anunciadas. 

Aunque  la  estación  se  hallaba  en  el  presente  año  bastante 
-atrasada,  no  habían  dejado  de  hacerse  alg-unas  recolecciones 
útiles,  especialmente  en  lo  que  á  plantas  se  refiere;  pero  que 
todavía  no  era  posible  dar  noticias  precisas  de  los  resultados 
obtenidos,  hasta  que  dichas  recolecciones  se  hayan  estudiado, 
ofreciendo  ocuparse  oportunamente  de  los  hallazgos  más  inte- 
resantes. 

Presentó  también  una  nueva  publicación  sobre  plantas  de 
España  en  los  términos  siguientes: 

Los  señores  socios  pueden  examinar  la  Écloga  quinta  que 
M.  Aug-uste  Coincy  ha  tenido  la  amabilidad  de  remitirnos. 
Como  las  anteriores,  ofrece  muy  vivo  interés  para  el  estudio 
-de  nuestra  ñora,  pues  salvo  la  parte  en  ella  consag'rada  al  es- 
tudio de  la  var.  gallica  del  Juniperiis  ihurifera  del  Delfinado, 
se  refiere  al  estudio  de  nuevas  especies  y  variedades  de  plañ- 
ías españolas  dadas  á  conocer  por  el  autor.  La  Reseda  luteola 


DE    HISTORIA  NATURAL.  193 

\d,v .  partita ,  Medicago  ononidea,  TrifoUum  Carteiense,  Centau- 
rea Ronyi,  Centaurea  Setabensis,  Áster  Hispanicus ,  Boucerosia 
Hispánica,  Linaria  2)roxima,  Linaria  intrincata,  Globularia  Os- 
ce7isis,  Atriplex  rosea  var,  ilicifolia,  y  Cfastridiíim  oMongum,  son 
las  comprendidas  en  este  nuevo  estudio  de  M.  Coincy,  publi- 
cado con  ig-uales  condiciones  editoriales  en  la  impresión  y  en 
las  láminas  que  las  que  ya  otras  veces  liemos  tenido  ocasión 
de  encomiar  en  las  series  anteriores.  De  desear  es  que  el  ilus- 
trado botánico  francés  persevere  en  el  estudio  y  publicación 
de  las  plantas  nuevas  de  nuestro  país. 

El  mismo  Sr.  Presidente  presentó  los  modelos  de  papeletas, 
ya  impresos,  que  la  Sociedad  distribuirá  entre  las  personas 
que  deseen  cooperar  á  la  obra  de  los  Catálog-os. 

Secciones. — La  de  Sevilla  celebró  sesión  el  día  20  de  Marzo 
bajo  la  presidencia  del  Sr.  Marqués  de  San  Gil,  leyéndose 
una  comunicación  remitida  por  el  Sr.  Calderón,  de  Madrid, 
titulada  Aptrntes  sobre  el  nitro  en  España. 

La  Sección  de  Zaragoza  celebró  sesión  el  día  27  bajóla  pre- 
sidencia de  D.  Manuel  Díaz  de  Arcaya;  se  admitieron  los  So- 
cios presentados  en  la  sesión  anterior,  que  son  los  señores: 

Numerarios.— Wvcio.  Sr.  D.  Simón  Vila  Vendrell,  decano  de 
la  Facultad  de  Ciencias  en  la  Universidad  de  Zarag-oza,  y  don 
Mariano  Ballestero  y  Pardo,  licenciado  en  Ciencias  y  director 
de  la  Azucarera,  propuestos  por  D.  Hilarión  Jimeno,  y  D.  An- 
drés Salvador  y  Gil,  propuesto  por  D.  Juan  Pablo  Soler. 

Agregados. —  D.  Luís  Urzola  y  Gil,  presentado  por  D.  Félix 
Gila  y  Fidalg-o. 

Se  propuso  también  por  el  Sr.  Presidente  fig-urasen  en  la 
lista  de  socios  el  Casino  de  Zarag-oza,  el  Casino  Mercantil  In- 
dustrial y  Agrícola  y  el  Instituto  de  seg-unda  enseñanza  de 
Zarag-oza. 

El  Sr.  Jimeno  leyó  unas  Noticias  históricas  sobre  algunas 
piedras  meteóricas  caídas  en  EsimTia.  El  Sr.  Gila  presentó 
unos  ejemplares  de  Hippu7'ites  procedentes  de  Seg-ovia,  y  dos 
tipos  de  pórfidos  de  la  sierra  de  Guadarrama.  Por  último,  el 
R.  P.  Domenech  dio  lectura  á  una  nota  bibliográfica  remitida 
por  el  R.  P.  Navas  sobre  dípteros  de  España  del  P.  Gabriel 
Strobl. 


194  boletín    de   la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 


Notas  y  comunicaciones. 


Nuevos  estudios  sobre  las  agallas  W 


D.    MANUEL   FERNANDEZ    DE    GATA. 


Clasificación  de  las  agallas  en  general. 

Las  clasificaciones  que  hasta  ahora  se  han  hecho  de  la& 
agallas  en  general  son  todas  sistemáticas.  El  carácter  que  ser- 
vía de  base  á  éstas  era  tan  secundario  y  los  g-rupos  formados 
de  constitución  tan  artificiosa,  que  nin¿,''una  de  las  propuestas 
ha  sido  adoptada  en  el  estudio  de  dichas  producciones  morbo- 
sas. AgTupar  éstas  seg'ún  sus  analog-ías  y  diferencias,  tomando- 
por  base  la  subordinación  de  caracteres  y  la  relativa  impor- 
tancia de  éstos  sería  establecer  la  verdadera  «clasificación 
natural  metódica». 

No  es  de  extrañar  que  ésta  todavía  se  desconozca  si  se  con- 
sidera la  complejidad  de  caracteres  que  presentan  las  ag-a- 
llas,  la  dificultad  para  saber  á  cuáles  se  ha  de  dar  la  prefe- 
rencia y  lo  mucho  que  aún  resta  conocer  en  lo  que  atañe  á 
su  org-anización  y  estructura  anatómicas. 

Aunque  los  caracteres  que  disting-uen  una  de  otra  no  sean 
por  sí  solos  suficientes,  ofrecen  importancia  suma  para  fun- 
damentar con  sólida  base  la  única  verdadera  clasificación. 
A  conseg-uirlo  tendemos  con  el  sig-uiente  esbozo  de  Clasifica- 
ción natural  fundada  en  los  caracteres  de  estructura. 


(1)    Extractados  del  Discurso  del  Doctorado  (todavía  inédito)  del  mismo  autor. 


DE   HISTORIA   NATURAL. 


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196  boletín    de    la   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

En  esta  clasificación  califico  de  ag-allas  incompletas  á  las 
que  todos  los  autores  conocen  con  el  nombre  de  falsas;  deno- 
minación que  encuentro  impropia  para  las  agallas  sin  zona 
mitritiva  y  las  considero  tan  verdaderas  como  las  tituladas 
completas,  que  poseen  esta  última,  apoyándome  para  ello  en 
ios  razonamientos  sig-uientes: 

\°  Su  formación,  desarrollo  y  definitiva  constitución  res- 
ponde de  todo  en  todo  á  los  diferentes  conceptos  que  integ'ra 
la  definición  que  hoy  se  da  de  las  ag-allas. 

2.°  Los  caracteres  en  que  se  funda  tan  errónea  denomina- 
ción nada  dicen  respecto  á  que  deje  de  formarse  la  excrecen- 
cia «con  participación  activa  del  órg-ano  afectado» ,  carácter 
fundamental  que  sirve  para  diferenciar  unas  de  otras. 

,3.°  Las  agallas  falsas  se  dice  que  «están  provistas  de  una 
abertura  por  lo  menos  en  un  momento  dado  de  su  desarrollo». 
Pues  bien;  este  carácter  no  es  exclusivo  de  las  comprendidas 
€11  dicho  g-rupo ;  en  efecto ,  la  agalla  glandifila  del  rolle  se 
abre  naturalmente  por  contracción  lateral  de  los  tubérculos 
internos  que  la  cierran  al  principio  para  dar  salida  después 
á  los  insectos  que  en  ella  se  desarrollan. 

Y  4.°  Porque  las  ag-allas  que  con  toda  propiedad  deben 
llamarse  falsas,  son  las  formadas  por  simple  arrollamiento  del 
órg-ano  afectado  sin  participación  fisiológica  del  tejido  que  le 
constituye  ,  como  acontece  en  la  agalla  foliar  del  chopo  y  la 
agalla  foliar  del  laurel  y  en  alg-unas  más. 


II. 

Agallas  de  las  cupnllferas  indígenas. 

Las  especies  del  g-énero  Quercus  ofrecen  g-ran  número  de 
excrecencias  producidas  todas  ellas  por  diferentes  himenóp- 
teros  del  g-rupo  de  los  cinípidos. 

Las  agallas  de  las  cupulíferas  que  crecen  en  nuestro  país  (1) 
pueden  agruparse,  para  su  clasificación  por  el  «órgano  vege- 


(1)  Son  conocidas  en  la  provincia  de  Salamanca  con  el  nombre  de  Bogallas,  las 
que  presentan  tubérculos  y  no  tienen  forma  esférica,  y  Bogallos  las  que  poseen  esta 
forma,  más  ó  menos  perfecta,  y  carecen  de  tubérculos  en  su  superficie. 


DK    HISTORIA   NATURAL.  197 

tativo  donde  tienen  su  orig-en»,  que  unas  veces  es  el  mismo 
en  que  aparecen  insertas,  cuando  están  completamente  for- 
madas, como  sucede  en  las  agallas  foliares,  y  otras  es  dife- 
rente, como  ocurre  en  las  gemi-foliares,  las  cuales  se  desarro- 
llan en  la  yema  de  una  hoja  y  aparentemente  se  insertan  en 
la  base  del  peciolo  de  ésta  ó  en  las  ramillas  foliares. 

Atendiendo  al  supradiclio  carácter,  ordeno  sistemáticamente 
las  20  especies,  por  mí  recolectadas,  como  expresa  el  sig-uiente 
«cuadro  sinóptico»:  (1.^  clasificación). 

I.)  Eadiculares Agalla  radiculai-  de  la  encina. 

II.)  Corticales Agalla  cortical  del  roble. 

,  r>  j  í    De  la  encina. 

/  Bedegares ... 
\  {    Del  roble. 

III.)  Gemi-rameales ^  Agalla  del  alcornoque. 

Agalla  cornicular  del  roble. 

T,   j      j  í    De  la  encina. 

Redondas.  . .  > 

i    Del  roble. 

IV.)  Gemi-foliares \    Agallones. . .  ^    ^®  ^^  encina, 

'    Del  roble. 
Agalla  coronada  indígena. 

Agalla  reniforme  de  la  encina. 

Agalla  esférica  del  roble. 
V.)  Foliares {    Agalla  esferoidea  del  roble. 

Agalla  lenticular  del  roble. 

Agalla  falsa  agalla  del  roble. 
VI.)  Gemi-florales Agalla  bracteolada  del  roble. 

(    De  la  encina. 

VII.1  Florales \   -r.  ^      ,., 

(    Del  roble. 

VIII.)  Glandífilas Del  roble. 

Las  ag-allas  de  las  cupulíferas  indíg-enas  se  desarrollan  una» 
en  dos  ó  más  especies  de  Quercí(s;  tal  sucede  con  los  «Bedeg-a- 
res»:  el  de  la  encina  aparece  casi  en  ig"ual  proporción  sobre  el 
roble  y  el  de  éste,  aunque  con  menos  frecuencia,  también  se 
encuentra  en  la  encina.  Otras,  por  el  contrario,  viven  única  y 
exclusivamente  sobre  determinadas,  especies;  ejemplo  de  ello 
tenemos  en  la  ag-alla  del  alcornoque,  en  la  corniculada  del  ro- 
ble, y  en  la  gdandífila,  que  se  desarrollan  respectivamente  so- 
bre el  Q.  Siiier  L.,  Q,.  Toza  Bosc.  y  Q.  pedunculala  Ehrh. 

Por  la  mayor  ó  menor  abundancia  en  que  aparecen  dentro 


193  boletín    de    la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

■de  una  misma  circunscripción,  como  la  recorrida  por  mí  (1), 
■considero  coíminisimas,  las  «redondas  mayores»  y  los  «ag-allo- 
nes»;  2^oco  abundantes,  «la  del  alcornoque»  las  «foliares»  la 
«g-landifila»  y  la  «bracteolada»;  lastante  raras,  la  «cortical»  y 
la  «corniculada»;  y  rarísima  la  «falsa  ag-alla  foliar  del  roble». 

Después  de  secas  todas  flotan  en  el  ag-ua,  menos  la  agalla 
del  alcornoque. 

No  todas  son  ig-ualmente  ricas  en  tanino.  Las  «redondas  ma- 
yores» y  los  «agallones»  son  en  las  que  más  abunda  dicho  g-lu- 
cósido.  Es  mucho  menor  en  las  demás,  é  insig-nificante  ó  casi 
nula  la  proporción  que  de  él  contienen  la  ag-alla  del  alcorno- 
que, la's  «foliares»  y  las  «florales»,  y  carecen  del  mismo  la 
«bracteolada»  y  la  «falsa  ag-alla  foliar  del  roble». 

Atendiendo  á  la  manera  como  se  forman  éstas  excrecencias, 
son  sencillas  las  agallas  propiamente  dichas,  que  son  la  ma- 
yoría, cada  una  de  las  cuales  es  un  individuo  veg-etal,  de  cre- 
cimiento uniforme  y  limitado;  y  conqniesias  ó  «bedeg-ares»  las 
formadas  por  yuxtaposición  de  muchas  sencillas,  resultando 
de  aquí  que  el  crecimiento  de  estas  ag-allas  es  desigual  é  ili- 
mitado. Las  sencillas  pueden  ser  unicelulares  (ó  unilociilares)  y 
pluricelulares  {diüiiriloculares),  seg-ún  que  consten  de  una  sola 
celda  ó  cámara  larvar  ó  de  muchas  incomunicadas  entre  sí. 
A  su  vez  las  unicelulares  pueden  tener  una  larva  única,  que 
más  tarde  lleg-a  á  insecto  perfecto  y  llamo  nnilartares ,  ó  dos  ó 
más  larvas,  á  las  que  titulo  multilarTares.  Entre  las  primeras 
pudiérase  calificar  de  sinelarvas  á  la  «ag-alla  esferóidea  del  ro- 
ble», porque  por  excepción  es  la  única  excrecencia  que  pre- 
senta vacía  la  cámara  larvar  por  aborto  constante  del  huevo  en 
€lla  depositado. 

Y  la.& 2^1  wí'iceliil ares  pueden  tener  las  celdas  larvares  centra- 
les, formadas  en  la  capa  nutritiva,  situada  en  el  centro  geomé- 
trico de  la  agalla;  excéntricas,  producidas  también  en  la  capa 
nutritiva,  que  en  estas  se  halla  fuera  de  aquel  centro  y  ocupa 
la  zona  media;  y  ¡periféricas,  aquellas  que  las  presentan  en  la 
zona  externa. 

Con  arreglo  á  estos  caracteres  clasifico  sistemáticamente  las 
agallas  de  las  cupulíferas  indígenas  de  la  manera  siguiente: 
(2.^  clasificación). 

(1)    Límites  O.  y  S.  del  partido  de  Vitigudino  (Salamanca). 


/  Unilarvares . 


res.  . 


Pluricelu- 
lares. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  199 

'  Agalla  del  alcornoque. 

—  coronada  indígena. 

—  reniforme  de  la  encina. 

—  lenticular  del  roble. 

—  esférica  del  roble. 
/Unicelula-  \                                   f    "  esferoidea  del  roble. 

—  bracteolada  del  roble. 

—  floral  del  roble. 

!  ,,  ,,.,  í' Agallas  corticales. 

Multilarvares . 

f  Agallas  radiculares. 

Agallas   sen- I  ,,  Agallón  de  la  encina. 

„:iia„  \  /  Unacamara  central  1 

"^^^^ '  '  .  ...    \  Agallón  del  roble. 

y  varias  periie-<, 

i  Agallas  redondas  mayores 

de  la  encina  y  del  roble. 

I  Varias  centrales  y  \  Agallas  redondas  menores 

varias  periféricas  '      de  la  encina  y  del  roble. 

Una   excéntrica  y) 

Agalla  glandifila. 
vanas  periféricas  ) 

Varias  excéntricas ) 

...    f  Agalla  cornicular  del  roble, 
y  vanas  perifé-/ 
1        .  \  Agalla  floral  de  la  encina. 

\     ricas ; 

Agallas  com- ^  De  muchas  sencillas  unicelu-^Bedegar  de  la  encina. 

puestas /      lares  y  unilarvares '  Bedegar  del  roble. 


Apuntes  sobre  el  nitro  en  España. 


D.    SALVADOR   CALDERÓN. 

Nuestra  Península  es  sumamente  rica  en  eflorescencias  de 
nitro,  que  se  producen  de  una  manera  natural  en  la  superfi- 
cie del  suelo,  ríe  las  rocas,  de  las  paredes  de  antig-uas  cons- 
trucciones y  de  las  g*rutas  y  cavernas,  merced  á  un  conjunto 
de  circunstancias  favorables  para  el  desarrollo  de  las  bac- 
terias de  la  nitrificación ;  circunstancias  relacionadas  con  el 
clima  y  la  composición  de  las  rocas  predominantes  en  vastas 
regalones  del  país.  Esta  cuestión  interesante  no  sabemos  se 
liaya  tratado  por  los  naturalistas  modernos  con  referencia 
■á  España,  y  nos  ha  parecido  curioso  resumir  los  datos  que 
liemos  podido  recog-er  respecto  á  la  distribución  en  ella  de  las 
formaciones  nitríferas. 


200  boletín  de  la.  sociedad  española 

Los  antig-uos  geógrafos  y  naturalistas  se  fijaron  más  que  los 
modernos  en  la  abundancia  y  riqueza  de  las  nitrerías  natura- 
les de  la  Península,  y  no  faltó  quien  notara  que  fuera  de  ella 
sólo  el  Eg'ipto  y  la  Persia  ofrecen  este  proceso  evolutivo  en 
semejante  grado  cuando,  como  en  nuestro  país,  sobrevienen 
lluvias  después  de  un  prolong-ado  tiempo  cálido.  «Si  el  poder 
divino,  exclama  Bowles  (1),  aniquilase  el  salitre  de  las  basu- 
ras de  Francia  y  de  las  paredes  artificiales  y  plantíos  de  Ale- 
mania, las  tierras  de  España  solas  podrían  dar  salitre  para 
toda  Europa  hasta  el  fin  del  mundo,  sin  auxilio  del  álcali  fino 
de  las  cenizas  de  los  veg-etales,  como  el  interés  oblig-ase  á  la 
industria  á  perfeccionar  las  operaciones  y  todas  las  tierras 
nitrosas  se  empleasen  en  hacer  salitre.»  Hay  que  tener  en 
cuenta  que  Bowles,  como  otros  varios  de  su  tiempo,  referían 
al  nitro  una  g-ran  parte  de  las  eñorescencias  del  suelo  de  la 
Mancha  y  Arag-ón  que  son  principalmente  de  sulfato  de  mag*- 
nesia,  según  observó  el  famoso  Proust  con  mucho  acierto. 

En  las  rocas  y  tierras  resultantes  de  su  alteración  que  se 
nitrifican  ,  como  ciertas  molasas  y  calizas,  al  cabo  de  cierto 
tiempo  de  sequía,  se  forman  agregados  fibrosos  que  producen 
cutículas  blancas,  más  ó  menos  delgadas,  de  un  salitre  que  es 
una  mezcla  de  nitrato  de  potasa  y  nitrato  de  cal,  cuando  no 
de  nitrato  impuro  de  cal  y  de  magnesia.  La  producción  de 
estas  sales  contribuye  poderosamente  á  la  desagregación  de 
estas  rocas  y  al  empobrecimiento  del  suelo,  cuya  vegetación 
llegan  á  ahogar  casi  por  completo.  El  citado  Proust  se  ocupó 
del  efecto  destructor  de  la  nitrificación  en  España,  mencio- 
nando que  en  Zaragoza  sus  eñorescencias  borraban  de  día  en 
día  las  pinturas  y  arruinaban  la  bóveda  del  famoso  santuario 
de  Nuestra  Señora  del  Pilar,  y  que  apenas  había  piedra  de 
sillar  exenta  de  salitre.  «Últimamente,  añadía,  reconocí  en 
El  Escorial  que  la  sosa  ya  va  carcomiendo  sin  el  menor  res- 
peto aquellas  soberbias  columnas  acanaladas  de  mármol  rojo 
del  Panteón»  (2). 

En  los  tiempos  modernos ,  el  profesor  D.  Ramón  Torres 
Muñoz  de  Luna,  de  feliz  recuerdo,  se  ha  ocupado  del  proceso 


(1)  Bowles:  'Introducción  á  la  Uist.  nát.  y  á  la  Qeogr.  física  de  España,  2.'  edi- 
ción. 1782,  piSg.  54. 

(2)  Pkoust:  Sol/re  el  salitre.  «.4nal.  de  Hist  nat.^>,  1. 1, 1799. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  201 

-de  la  nitrificación  y  manera  de  propag-ar  en  España  esta 
industria  (1),  considerándolo  como  natural  y  espontáneo  en 
nuestros  climas  templados;  pero  éste,  como  los  demás  traba- 
jos sobre  el  mismo  asunto  anteriores  á  los  prog-resos  de  la 
bacteriolog'ía,  sólo  ofrecen  hoy  interés  histórico. 

Hay  en  el  país,  como  queda  dicho,  no  pocas  cuevas  en  las 
que  se  produce  nitro,  á  veces  en  bastante  cantidad.  Citaremos 
después  las  Cuevas  del  Salitre,  á  una  leg-ua  próximamente  de 
•Somiedo,  en  Asturias,  llamadas  así  por  las  eflorescencias  de 
•esta  sal  que  revisten  su  interior;  en  Guadalajara  la  pequeña 
mina  de  carbón  de  San  Rafael,  en  Valdesotos,  ofrece  eflores- 
cencias semejantes  en  las  paredes  de  contacto  con  la  hulla; 
las  cuevas  de  MontenegTos,  junto  á  Peñaflor  en  la  Sierra  Mo- 
rena, parece  proporcionaron  dicho  producto  en  cantidad  sufi- 
ciente para  ser  explotadas;  otro  tanto  se  dice  de  las  minas  ó 
•cuevas  de  San  Felipe  y  Horceg-uilla  en  la  sierra  de  Filabres, 
y  en  las  de  La  Morcig-uilla,  La  Sarna  y  Las  Narices,  en  Serón, 
todas  en  la  provincia  de  Almería. 

La  forma  en  que  más  abunda  el  salitre  en  España,  es  natu- 
ralmente la  de  eflorescencias  é  impreg-naciones  en  tierras 
propicias  para  su  producción,  de  las  cuales  mencionaremos 
las  principales  localidades  de  que  tenemos  noticia. 

Existen  tierras  nitrosas  en  la  misma  provincia  de  Madrid,  y 
Proust  celebró  las  condiciones  de  su  salitre,  del  cual  decía 
que  no  necesitaba  refinarse  muchas  veces,  como  el  que  se 
prepara  en  las  cercanías  de  París.  Seg-ún  Prado,  existieron 
fábricas  en  alg-ún  tiempo  en  Madrid  (2).  En  ig-uales  condicio- 
nes aparece  en  Tembleque,  provincia  de  Toledo,  en  muchos 
pueblos  de  la  Mancha,  como  el  término  de  Quero,  la  veg-a  de 
Herencia,  los  alrededores  de  San  Juan,  Tembleque  y  Yillaca- 
ñas,  Ruidera,  donde  hubo  fábrica  de  pólvora  por  cuenta  del 
Estado  (3). 


(1)  Memorias  de  la  Real  Academia  de  Ciencias,  tomo  ni,  2.'  serie.  1863. 

(2)  Prado:  Descripción  física  y  geológica  de  la  provincia  de  Madrid,  1864,  pág.  146. 

(3)  Para  convertir  las  tierras  nitriflcadas  en  nitrato  de  potasa  impuro  se  sigue  en 
la  Mancha  la  práctica  que  vamos  á  exponer,  ateniéndonos  á  la  descripción  del 
Sr.  Torres  Muñoz  de  Luna  en  su  citada  Memoria.  Los  fondos  de  tinajas  análogas  á 
las  del  Toboso  los  entierran  en  barro,  y  en  su  interior  colocan  un  capacho,  es  decir 
■un  redondel  de  estera,  y  lo  cubren  con  una  capa  de  ceniza.  Sobre  éste  echan  las  tie- 
cras  salitrosas  y  las  lixivian  con  aguas  procedentes  de  anteriores  operaciones.  El 

N.»4.-\bril.  190L  15 


202  boletín    de    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

En  Arag'ón  abundan  asimismo  las  tierras  nitrosas,  y  alg-u-, 
ñas  son  conocidas  en  el  país  por  la  buena  calidad  del  pro- 
ducto con  el  que  se  hacía  antes  mucha  pólvora,  siendo  repu- 
tada como  la  mejor  de  España  la  de  Villafeliche.  En  otras- 
localidades  el  nitro  está  mezclado  con  sulfato  de  mag-nesia, 
como  sucede  en  Calatayud  y  muchos  otros  términos.  Las  rocas 
calizas  del  trías  de  esta  provincia  y  su  continuación  por  la  de 
Guadalajara,  son  altamente  propensas  á  la  nitrificación,  y  no 
es  raro  ver  las  antig-uas  casas  señoriales  corroídas  en  su  base 
por  esta  verdadera  caries  de  las  piedras. 

Sig-uen  las  tierras  mencionadas  por  la  provincia  de  Log-roño^. 
como  acontece  entre  San  Pedro  é  Ig-ea  de  Cornag-o. 

En  Asturias  parece  escaso  el  nitro  y  de  pobres  condiciones; 
pero  debemos  hacer  mérito  de  una  capa  de  tres  á  cuatro  líneas 
de  espesor  que  se  descubrió  en  la  montaña  de  Navajos,  del 
concejo  de  La  Pola  de  Somiedo  por  haber  sido  objeto  de  aná- 
lisis y  de  un  informe  especial  en  el  sig-lo  xviii,  seg-ún  el  cual 
se  trataba  de  un  producto  único  en  el  mundo  por  su  pureza,. 
y  cifrando  en  el  hallazg-o  g-randes  esperanzas  (1).  Nada  de 
ésto  era  fundado,  y  lo  único  que  tuvo  importancia  en  este 
estudio  fué  el  análisis  practicado  en  la  Casa  de  Moneda  de 
Madrid  por  D.  Doming-o  García  Fernandez;  trabajo  suma- 
mente notable  para  su  tiempo  y  el  primero  con  carácter  ana- 
lítico sobre  el  nitro  que  creemos  se  haya  realizado.  Seg-ún  él,, 
la  sal  de  Navajos  posee  la  sig'uiente  composición: 


líquido  filtra  lentamente,  cayendo  en  una  especie  de  barreños  impermeables  cons- 
truidos debajo  de  las  tinajas.  Estos  primeros  líquidos  se  evaporan  espontáneamente- 
al  aire  en  dichas  vasijas  y  abandonan  lo  que  en  el  país  llaman  c^aws  del  salitre,  es- 
decir,  el  jjitro  impuro,  el  cual  suelen  disolver  nuevamente  para  cristalizarlo  segunda 
vez  y  dejarlo  desecar. 

Este  salitre  impuro  lo  llevaban  á  vender  á  las  fábricas  de  refinación  que,  bajo  la 
dependencia  del  Cuerpo  de  Artillería,  tenía  el  Gobierno  establecidas  en  Tembleque, 
Alcázar  de  San  Juan  y  algún  otro  punto,  en  las  cuales  se  pagaba  á  los  salitreros  el 
precio  de  su  mercancía  con  arreglo  al  nitrato  potásico  real  que  contenía,  calculán- 
dolo allí  mediante  una  prueba  basada  en  la  solubilidad  y  cristalización  de  estos- 
nitros  comparada  coa  la  de  muestras  químicamente  puras. 

(1)  Informe  sobre  el  salitre  natural  descubierto  en  Asturias,  por  D.  Domingo  G.  Fer- 
nandez.  «Anal,  de  Hist.  nat.»;,  t.  x,  1709. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  20U 

Sulfato  de  cal 3,10 

Nitro  potásico 84,1 3 

Cloruro  calcico 1,17 

Residuo 11,17 

Agua  higroscópica  ? ; 0,43 

100 


Las  molasas  de  diferentes  puntos  de  Cataluña  muestran  con 
profusión  eflorescencias  de  salitre  (nitrocalcita),  aunque  ig-no- 
ramos  que  en  ning-uno  se  haya  tratado  de  explotarle,  quizás 
por  no  presentar  condiciones  propicias  para  ello  (1). 

Andalucía  ofrece  muchas  tierras  nitrosas  en  las  provincias 
de  Málag-a,  Granada  y  Almería,  así  como  Lorca  en  Murcia. 
Las  marg-as  pliocenas  con  azufre  de  Benamaurel  y  las  marg-as 
yesosas  del  partido  de  Baza  suministran  buenos  ejemplos. 
Explótase  en  el  país,  en  pequeña  escala,  por  el  lavado  de 
dichas  tierras,  concentrando  después  las  lejías  y  verificando 
el  refinado  en  calderas  que  al  efecto  tienen  dispuestas  (2).  En 
Almería  hubo  bastante  extracción  de  salitre,  que  se  enviaba 
á  Granada  para  la  refinación.  El  Estado  sólo  sostiene  actual- 
mente fábricas  de  pólvora  encomendadas  al  Cuerpo  de  Arti- 
llería en  Murcia  y  Granada,  siendo  la  primera  la  más  impor- 
tante, las  cuales  envían  comisiones  para  comprar  el  nitro  en 
los  sitios  de  producción  antes  indicados. 

Terminaremos  con  una  interesantísima  observación  del 
eminente  químico  Proust,  tantas  veces  citado  en  estos  apun- 
tes. Habiendo  purificado  alg-unas  libras  de  salitre  de  la  Man- 
cha (no  se  sabe  de  qué  paraje),  encontró  después  de  las  últi- 
mas cristalizaciones  nitratina,  ó  sea  nitrato  de  sosa.  «Hasta 
ahora,  añade,  creo  que  nunca  ó  rara  vez  se  había  manifestado 
esta  especie  entre  las  sales  nativas.»  En  efecto,  en  la  época  en 
que  escribía  no  se  tenía  noticia  de  las  g-randes  formaciones 
de  nitratina  del  Perú,  de  modo  que  esta  es  la  primera  indica- 
ción hecha  sobre  el  hallazg-o  de  dicha  especie  en  estado  na- 
tural. 


(1)    La  nitrocalcita  se  puede  convertir  en  nitro  verdadero  adicionándola  sales  de 
potasa  que  reaccionan  sobre  su  materia. 

■  (2)    G.  Tarín:  Reseña  física  y  geológica  de  la  provincia  de  Granada.  Bol.  Com.  Mapa 
geol.,  t.  VIII,  pág.  130.  1881. 


?04  boletín  I)K  la  .socii:dad  IíSPAÑOLA 

Se  infiere  de  los  datos  precedentes  que  en  las  reg-iones  este- 
parias de  España  tienen  representación  las  tres  principales 
especies  de  nitratos  naturales  que  se  conocen;  abundantísimo 
como  en  pocas  comarcas  del  mundo,  el  nitro  potásico  de  for- 
mación contemporánea;  mezclada  con  él  en  la  Mancha,  la 
nitratina  ó  nitro  sódico,  y  en  eflorescencias  coposas  en  las 
calizas  y  molasas  de  Cataluña  y  Arag-ón  la  nitrocalcita  ó  nitro 
calcico  hidratado. 

Un  nuevo  medio  de  cultivo  para  diferenciar  el  Bacillvs  tífico 
del   coli,   según  Mankowskí 


D,  JOSÉ  MADRID  MORENO. 

El  año  pasado  publicóse  en  el  Centralllatt  für  Bakteriolo- 
gie  &  (1)  una  nota  del  Dr.  Mankowskí,  de  Kiew,  referente  aun 
nuevo  medio  de  cultivo  para  diferenciar  el  bacilo  tífico  del 
coli;  cuestión  que  desde  larg'o  tiempo  viene  ocupando  la  aten- 
ción de  muchos  investig-adores,  existiendo  al  presente  una  bi- 
blíog'rafía  extensísima  sobre  el  particular  con  un  sin  número 
de  fórmulas  y  procedimientos  para  hallar  más  ó  menos  rápi- 
damente los  referidos  bacilos  en  su  placa  de  cultivo.  La  difi- 
cultad que  existe  de  encontrar  y  aislar  en  las  ag'uas  potables 
el  bacilo  tífico,  por  la  variedad  de  formas  que  se  le  asemejan, 
ha  motivado  numerosos  trabajos,  que  más  que  á  aclarar  la 
cuestión,  vienen  á  entorpecerla  con  nuevas  fórmulas  para  po- 
ner aquél  de  manifiesto.  En  realidad  sólo  mediante  una  com- 
probación personal  en  el  laboratorio  es  dado  decidirse  en  el  te- 
rreno, de  la  práctica  por  la  elección  de  tal  ó  cual  procedimien- 
to, en  vista  de  los  resultados  obtenidos. 

Se  trata  de  un  problema  bastante  difícil  de  resolver,  cuando 
se  investig-a  aquel  microorg-anismo  en  un  ag-ua  que  se  sospe- 
cha sea  el  vehículo  de  propag-ación  de  la  fiebre  tifoidea,  pues 
los  procedimientos  del  análisis  son  demasiado  lentos  ante  la 


(1)    N."  1,  XX  vil.  Band,  6  Januar  KOO.— JF/íí  nenes  N&hzsubstrat  zur  Isolierung  wn 
Typhtis  bacillen  und  des  Bacierhim  coli  conitmiuis. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  205 

ansiedad  de  la  opinión  pública  en  conocer  sus  resultados,  no 
quedando  bien  parada  ante  el  vulg'o  la  bacteriología  y  mucho 
menos  la  reputación  científica  de  los  encarg-ados  de  dar  dicta- 
men sobre  el  particular.  En  fecha  no  muy  lejana  tuvimos  la 
desg'racia  de  tropezar  con  éste  asunto,  y  no  faltaron  personas 
que  fantaseasen  sobre  la  bondad  de  las  ag-uas  buscando  en  el 
trayecto  de  las  canalizaciones  la  epidemia,  sin  tomarse  la  mo- 
lestia de  pasarse  larg-as  horas  en  el  laboratorio  investig-ando 
si  existía  ó  no  en  las  ag-uas  el  g-ermen  productor  de  la  enfer- 
medad. 

A  no  dudarlo  se  ha  exag-erado  mucho,  achacando  siempre  al 
ag'ua  las  epidemias  de  esta  clase,  lo  cual  se  debe  á  que  antes 
de  que  se  conocieran  los  caracteres  típicos  y  diferenciales  de 
los  dos  bacilos,  todos  los  investig-adores  encontrasen  en  las 
ag'uas  sospechosas  el  bacilo  tífico,  confundiéndolo  sin  duda  al- 
g"una  con  las  formas  coli-bacilares,  con  lospseudo-tíficos  y  con 
todo  ese  cortejo  de  bacilos  que  al  parecer  ofrece  tanta  semejanza 
con  el  tífico.  Esto  es  lo  que  ha  inducido  á  los  bacteriólog'os  á  tra- 
bajar en  tan  importante  asunto;  y  así  como  antes  se  hallaba  á 
todas  horas  el  bacilo  tífico  en  las  ag-uas,  si  se  reg"istran  ahora 
los  datos  sobre  las  epidemias,  se  estudian  con  detenimiento  dón- 
de residen  las  causas  y  se  practican  los  análisis  bacteriológicos, 
se  verá  que  son  muy  contadas  las  veces  en  que  un  investig-ador 
se  atreva  á  afirmar  la  existencia  en  aquel  elemento  del  citado 
bacilo.  La  concurrencia  vital  por  una  parte,  la  rapidez  de  la 
infección,  la  temperatura  y  la  composición  del  medio  son  cau- 
sas que,  á  no  dudarlo,  influyen  en  la  permanencia  más  ó  menos 
prolongada. en  el  ag-ua  de  dicho  bacilo. 

Expuestos  rápidamente  estos  hechos  indicaremos  que  el  pro- 
cedimiento de  Mankowski  consiste  en  preparar  una  decocción 
de  hong'os  comestibles  ó  venenosos  á  la  qué  se  añade  1,50  por 
100  de  ag-ar,  1  por  100  de  peptona  y  0,5  por  100  de  sal  común. 
Seg-ún  dicho  investig-ador  los  bacilos  de  la  flora  intestinal  cre- 
cen muy  difícilmente  en  este  medio,  á  excepción  del  tífico  y 
del  coli.  Con  objeto  de  comprobar  la  utilidad  de  esta  nueva  g-e- 
latina,  la  preparé  seg-ún  la  expresada  fórmula,  aplicándola  al 
análisis  del  agua  potable.  Contemporáneamente  sembré  cuatro 
muestras  procedentes  de  otras  tantas  fuentes  de  Madrid,  del 
viaje  Bajo  Abroñig-al,  en  agar  nutritivo  ordinario  y  en  agar  de 
hongos,  y  á  la  dosis  de  Vio  ^^  ce,  procediendo  después  de  ocho 


206 


boletín  de  l.^  sociedad  española 


días  de  permanencia  en  estufa  437°  al  contado  de  colonias.  Los 
resultados  fueron  los  sia-uientes: 


AGAR 

NUTRITIVO. 

AGAR  DE   HONGOS. 

Aguan."  1 

1.450  colonias. 

Agua  n.°  1.  760  colonias  y  2  mucoríneas. 

—          2 

4.260       — 

—          2.       4 

-           3 

600       — 

-          3.      19 

-           4 

360       — 

—           4.      23  y  1  mucorinea. 

Eepetí  en  idénticas  condiciones  esta  prueba,  obteniendo  re- 
sultados semejantes,  lo  que  indica  que  la  g'elatina  de  liong"os 
no  es  apropiada  para  el  desarrollo  de  toda  clase  de  microorg"a- 
nismos  del  ag'ua,  como  sucede  con  la  gelatina  y  el  ag-ar  ordi- 
narios. 

Sembré  una  muestra  de  bacilo  tífico  procedente  del  Instituto 
Pasteur  y  otra  que  procedía  de  la  autopsia  de  un  tifoso  del  Hos- 
pital g-eneral,  en  varias  placas  de  ag-ar  de  hong-os.  A  las  veinti- 
cuatro horas  de  cultivo  á  37°  dichas  colonias  presentaban  exu- 
berante desarrollo,  siendo  mayores  que  las  que  se  desarrollan 
en  g-elatina,  más  opacas,  con  g-randes  plieg'ues,  centro  más 
obscuro,  no  ofreciendo  la  transparencia  y  delicadeza  de  línea 
que  se  observan  en  la  g-elatina  nutritiva. 

Ig-ual  resultado  obtuve  con  muestras  de  bacilo  coli  proceden- 
tes de  una  diarrea  y  del  ag-ua  potable.  En  vista  de  esto  mezclé 
caldos  de  cultivo  de  tífico  y  coli,  haciendo  diversas  placas  con 
ag-ar  de  hong-os.  Los  resultados  á  que  lleg-ué  no  fueron  ya  tan 
diferenciales;  apelando  á  la  separación  de  colonias  y  siembra 
•en  otros  medios,  es  como  podrán  disting-uirse  uno  de  otro,  y 
contando  ya  de  antemano  con  la  presencia  de  ambos  bacilos. 

No  nle  fué  ya  tan  fácil  diferenciar  el  tífico,  colocando  un  cul- 
tivo de" éste  en  caldo  nutritivo  junto  á  una  pequeña  cantidad 
de  ag-ua  del  Lozoya,  también  en  caldo  nutritivo,  pues  la  mayo- 
ría de  las  veces  no  log-ré  encontrar  aquel  bacilo  patóg-eno.  En 
alg-unas  placas  á  37°  y  á,  las  veinticuatro  horas  de  cultivo  ob- 
servé colonias  transparentes  de  2  á  3  mm.  de  diámetro.  Con  el 
microscopio  se  notaban  las  líneas  ó  surcos  de  coloración  más 
■obscura,  como  asimismo  el  centro.  Sólo  el  examen  microscó- 
pico de  las  bacterias,  junto  á  los  demás  medios,  denotaba  que 
se  trataba  de  aquel  bacilo.  La  ventaja  que  ofrece  el  ag-ar  de 


DE   HISTORIA    NATURAL.  207 

liong-os  es  que  permite  colocarse  en  estufa  á  37°,  pudiéndose  á 
las  veinticuatro  horas  obtener  las  colonias  ya  desarrolladas. 

Cambié  el  ag-ar  por  la  g-elatina,  añadiendo  á  esta  substancia 
la  decocción  de  hong-os  repitiendo  las  pruebas  anteriores.  Los 
resultados  fueron  casi  idénticos,  con  la  desventaja  de  la  rápi- 
da liquefacción. 

Sembrando  diversos  microorg-anismos  en  el  ag-ar  de  hong-os 
he  observado  que  alg'unos  se  desarrollaban  perfectamente,  ta- 
les como  eXBaciUus  lactis  aerogenes,  B.  Uquefaciens,  B.  vermicu- 
■laris,  Micrococcus  sul'phiirens,  Sarcina  lútea,  M.  coronatus;  en  la 
gelatina  de  hong-os  se  desarrollan  bien  el  BaciUus  typliosus,  el 
coli,  Micrococcus  cereus  albus,  B./íamis  aureus,  Micrococcus roseus, 
M.  prodigiosus,  Proteiis  vulgaris,  B.  implextis  y  M.  suIpMireus. 
Como  quiera  que  alg-unos  de  los  microorg-anismos  enumerados 
tienen  su  orig-en  en  el  tubo  intestinal  y  materias  pútridas,  y 
■cuya  presencia  en  alg-unas  ag'uas  de  Madrid  es  frecuente,  la  in- 
vestig-ación  del  bacilo  tífico  y  coli  en  los  medios  con  decocción 
úe  hong-os  no  supera  ni  lleva  ventaja  alg'una  á  muchos  de  los 
ja  conocidos,  seg-ún  las  diferentes  investigaciones  que  he  prac- 
ticado, ni  tampoco  en  su  aplicación  al  análisis  bacteriológ'ico 
4e  las  aguas  potables. 

Relación  de  plantas  menorquinas 


DON    CARLOS    PAU. 

A  las  quinientas  plantas  menorquinas  remitidas  por  D.  An- 
tonio Pons  y  Guerau,  de  Mahón,  he  de  añadir  las  siguientes, 
menos  una  insignificante  minoría  que  son  repetidas.  No  es  ne- 
cesario encarecer  el  valor  de  tal  colección,  quizás  única  en  el 
Continente;  bastará  decir  que  el  reciente  catálogo  de  nuestro 
•consocio  el  Sr.  Rodríguez  Femenias,  y  todavía  no  publicado  ni 
terminado,  que  he  tenido  el  gusto  de  estudiar,  lleva  numera- 
das ochocientas  sesenta  y  cuatro  fanerógamas.  A  pesar  de  es- 
tos recientísimos  trabajos  todavía  el  Sr.  Pons  Guerau  presenta 
varias  especies  y  formas  nuevas  para  la  flora  particular  de  Me- 
norca y  algunas  para  la  general  de  las  Baleares.  Marcaré  con 
un  asterisco  las  que  el  Sr.  Rodríguez  Femenias  no  consigna 
en  su  obra. 


im  boletín  de  la  sociedad  española 

'  Como  se  trata  de  una  reg"ión  en  que  las  citas  de  autores  son? 
casi  siempre  muy  reducidas,  la  indicación  de  las  especies,. 
aunque  sean  vulg-ares,  siempre  tiene  relativa  importancia;, 
por  esta  causa  no  omitiremos  ning-una. 

Adonis  mUmimalis  L. — Eafal  Fort  (Alayor). 
*      —     micrantha  DC— Biniparracliet  (Mahón);  Sto.  Tomás- 
(S.  Cristóbal).  Muestras  del  primer  envío. 

Véase  á  Barceló  (Fl.  bal.,  p.  567).  El  Sr.  Rodríg"uez  Femenías 
admite  la  misma  teoría;  pero  sospecho  que  la  forma  de  los  au- 
tores menorquinos  pudiera  pertenecer  á  la  última  del  Sr.  Pons,. 
lo  que  hay  que  comprobar. 

Ranuncuhis  Baudotii  Godr.  í.^  Jluitans  Gr.  Godr. — Canasia.- 
El  Sr.  Porta  indica  en  la  Canasia  el  R.  confussiis  Godr.,  y  "Will- 
komm  (seg-ún  Barceló  y  Rodríg-uez  Femenías),  el  R.  aquati- 
lis  L.  V.  heteropJiylhis  DC. 

Nuestra  planta  se  aparta  por  sus  flores  menores  y  estambres- 
más  cortos  que  la  cabezuela  de  los  carpelos.  Es  menor  en  todos 
sus  órg-anos  que  los  varios  ejemplares  del  R.  Bmidoiii  que  po- 
seo en  mi  herbario,  acercándose  alg"o  al  R.  tripartitus  DC.;. 
pero  el  receptáculo  oblong-o  lo  disting-ue  en  seg-uida. 

R.  macrophyUíis  Desf.  (Binifabini). — R.  Sardous  Crz,  var.  tv^ 
derculatus  Oclak.  (Estancia  Cebollar,  Mahón.) — R.  triJobus  Desf. 
(Alcoitx,  Mercadal). — R. parviflorus  L.  (Deyá  Vell;  Rafal  Fort). 
— R.  muricatiis  L.  (Rafal  Rubi). —  Nigella  Damascena  L.  (Deyá 
Vell). — Pmoiúa  Cambessedesii  Wk.  (Rafal  Fort;  Ferrerías). — 
Papaver  seiigerum  DC.  (Ferrerías;  Rafal  Y ovt).— Fumaria  offlci- 
nalish.  (Rafal  Yovl).—Rhapha7ms  Raphanistrnmlu.  (Binillanti,. 
Mahón). — Sinapis  arvensish.  (Sto.  Tomás,  Mercadal). — Sisym- 
brium  officinaU  L.  (Rafal  Rubi). 

Especie  citada  por  Cursacli,  Ramis  y  Oleo,  seguin  el  Sr.  Ro- 
dríg-üez  Femenías.  Barceló  no  la  indica  más  que  de  Mallorca. 
Yo  la  recog'í  en  Ibiza. 

Cardaviine  hirsuta  L.  (huerto  Rafal  Fort). — * Alyssiim  Lybi— 
cum  Viv.  (Rafal  Fort). 

La  muestra  de  Menorca  posee  flores  mayores,  sépalos  sub— 
persistentes.  Diñere  notablemente  del  A.  maritimum  L.  de- 
Ibiza.  Nueva  para  la  flora  balear. 

Lepidimn  Draba  L.  (camino  Alzag-otar). —  Senebiera  pinnati- 
fida  DC.  (calles  de  Mahón).— Ci5¿'?^5  alhidus  L.  (Rafal  Rubi). — 
C.  salmmfolius  L.   (Rafal  ^\ih\) .  — Helianthermmi  guUaium- 


DE    HISTORIA   NATURAL.  W» 

L.  (Rafal  Fort,  Son  VevvoX.—Fumana  glutinosa  L.  (Rambás). — 
*F.  glutinosa  L.  var.  Barrelieri  Ten.  (Rafal  Rubi). 

Ni  Barceló  ni  Rodríg'uez  indican  esta  forma  en  las  Baleares. 

Fumana  Icsvis  Cav.  var.  viridis  Ten.  (Rambás,  Alayor). — 
Poli/gala  rwpestris  Pourr.  (Rafal  Rubi).  —  Frankenia  hirsuta  L. 
(arenal  de  Son  Bou,  }Aü\\ó\\).—Sihiie  lusitanica  L.  (Rafal  Fort.^ 
Rafal  Rubi). — S.  molUssima  Sibth.  (peñascos  sombríos  de  Bi- 
nicudillet,  San  Cristóbal).  —  Linum  gallicum  L.  (Canasia). — 
L.  strictum  L.  (id.) — *Z.  spicatum  Lamk.  (id.)— Z.  angustifo- 
Zmw¿  Huds.  (Rafal  Rubi,  Sto.  Tomás,  S.  Cristóbal). — MaUami- 
noricensis  Camb.  (Mezquita  de  Mahón). — Lavatera  maritimcc 
Gon.  (Son  Roter,  Barranco  de  Se  Valí).— Z.  crética  L.  (Rafal 
Fort).— A lt/í(sa  /lirsuta  L.  (Son  Pons,  l^íahón.) .—  Geranium  co- 
lumbinum  L.  (Binifabini).— ír.  molle  L.  (Rafal  Rubi).  — 6^.  Eo- 
bertianum  L.  var.  purjmreum  Vill.  (Binifabini). —  HijpericuTn 
'perfoliatum  L.  (Rambás).  — ZT.  halearicum  L.  (S.  Cristóbal).— 
Ruta  cJialepensis  L.  (Rambás). — Cneornm  tricoccum  L.  (Mezqui- 
ta).— Anagyris  foetida  L.  (Son  Puig-.,  Alayor). — Cahjcotome  sjñ- 
nosa  Lk.  (Alcoitx,  Mercadal).— 0;¿o;¿i,?  crispa  L.  (Binibeca,  Ma- 
hón; Cala  Binisefullar). —  0.  recUnata  L.  (Canasia).— O.  mimt- 
iissimaL.  (camino  viejo  de  Biniquerda;  Rafal  Rubi. — Anthyllis 
spinosissima  Pourr.  (Biniparrachet).— J..  rubra  Gm.  (Rafal  Ru- 
bi).— Medicago  marina  L.  (Son  Bou).~lf.  apiciilata  Willd.  (Bi- 
nillanti). — Trifolium  scabnmi  (Bec  Nou;  Son  Nou).— r.  mariti- 
mu/n  Huds.  (Binillanti).— Z".  stellatimi  L.  (Rafal  Rubi).— T.  an- 
gustifolinm  L.  (Canasia).  — Z".  resíipinatum  L.  (Binillanti). — 
T.  procumbens  L.  a  minus  K.  (Binisarmeña)  p  majiis  K.  (Santo 
Tomás,  S.  Cristóbal).— Z>oí'ymM/;¿  sufruticosum  Vill.  (Rafal 
Fort). — *Z>.  gracile  Jord.  (Binifabine,  Mercadal). 

No  citado  en  las  Baleares.  El  ejemplar  del  primer  envío  es 
idéntico  á  la  planta  valenciana  de  la  Dehesa  de  Valencia,  junta 
al  lag-o  de  la  Albufera;  la  indicada  de  Mercadal  no  es  tan  her- 
bácea. 

Lotus  hispidus  Desf.  (Binisarmeña).— Z.  corniculatus  L.  var. 
crassifolius  P.  (Rafal  Fort).— *Z.  decumbens  Poir.  var.  PresUi 
Ten.  (Rambás).— Z.  tomifolius^L.  (Mezquita).— Z.  creticus  L. 
(Son  Bou,  Binillanti).— Z.  tetraphyllus  L.  f.  (Monte  Toro;  Rafal 
^\\\>\].—Astragalus  hamosus  L.  (Son  Sancho,  Alayor).— P^om- 
lea  bituminosa  L.  (Rafal  Fon).— Vicia  parvi/lora  Cav.  (Mezqui- 
ta).—V.pícbescens  DC.  (Son  Bou,  Alayor).— V.  parvi /lora  Cav. 


<2io  boletín  de  la  sociedad  española 

var.  major,  foUis  latíoribus  (Alcoitx).  —  *V.  macrocmya  Mor. 
(Binifabini;  nueva  para  las  Baleares). — *V.  angustifolia  All. 
(Rafal  Fort.)— *r.  Mrta  Balb.  (Son  Sancho). 

No  creo  esté  citada  esta  forma  por  los  autores  insulares. 
,  Lathyrus  Ochnis  DC.  (Son  Sancho). — L.  Aphaca  L.  (Rafal 
Fort). — L.  Cícera  L.  (Binifabini;  Rafal  Fort). — L.  aimmis  L. 
{Binillanti). — Coronilla  júncea  L.  (Borrassos  Nous,  Alayor). — 
Hippocrepis  íinisiUquosa  L.  (Son  'Bon).  —  E'piloJ)m7n  tetrago- 
mim  L.  (Binillanti). — Lythrum  fiexuosuwi  Lag*.  (Rambás,  Ala- 
yor; camino  de  la  Albufera). — L.  Hyssopifolia  L.  (Recibí  esta 
especie  y  ho}^  no  la  encuentro  para  dar  localidad.) — *L.  Thy- 
mifolia  L.  (Entre  muestras  de  Cala  Mezquita.) 

Especie  nueva  para  la  flora  balear.  También  el  Sr.  Pons  me 
remite  una  muestra  de  la  fuente  de  Torrenti  que  pertenece  á 
un  g"énero  nuevo  para  la  ñora  menorquina:  es  MyriopJnjUuon, 
pero  ning'uno  de  los  tres  pies  ó  frag-mentos  trae  el  ápice  florido 
para  saber  la  especie  á  que  pertenece.  Pudiera  ser  el  M.  spí- 
catum  L. 

Tamarix  africana  Poir.  (Rafal  Fort,  Rambás,  Binillanti  Nou, 
■Son  Bou). — Daucus gummifer  Lam.  (Deyá  Vell). —  Torilis  liete- 
ropJiylla  Guss.  (Canasia). — T.  nodosa  L.  í.^ pedwiculata  (id.) 

La  planta  de  Canasia  presenta  la  particularidad,  para  mí 
■desconocida,  de  llevar  umbelas  notablemente  pedunculadas. 

Orlaya  maritima  K.  (Sto.  Tomás,  Mercadal). —  Thapsia  villo- 
■sa  L.  (Gala  "Q{m^QÍ\ú\?L).— Pastinaca  lucida  L.  (Mezquita).— i/«- 
gydaris  tomentosa  K.  (Rafal  Fort), —  CEnanthe  glolulosa  L.  (Bi- 
nillanti, camino  de  la  Albufera). — CE .  apii/olia Bvot.  (Son  Puig-, 
Alayor). 

Especie  nueva  para  la  flora  de  las  Baleares  y  que  debieron 
recog-er,  seg'ún  suposición  del  Sr.  Rodríg"uez  (p.  58),  Ramio, 
'Herná^idez,  Oleoy  Casall,  que  la  denominaron  (E.  pimpinelloi- 
des.  El  mismo  señor  Rodríg-uez  supone  que  la  planta  recogida 
por  él  en  Son  Bou  pudiera  pertenecer  á  la  apii/olia  ig'ual- 
.mente-. 

Scandix pecten-veneris  L.  (Rambás,  Biniparrachet). —  Coninm 
maculatum  L.  (Barranco  Sta.  Ménica;  Mercadal).  —  Lonicera 
implexa  k\X.  (Rafal  Fort;  Sto,  Tomás;  Mercadal). — *Z.  'palen- 
tina Pau  (Rafal  Fort). 

•  Especie  nueva  para  la  flora  balear.  Alg'ún  autor  antig'uo, 
icomo  Cursach,  había  disting-uido  dos  formas  en  Menorca,  pero 


DE    HISTORIA   NATURAL.  211 

las  asimilaba  á  especies  de  Linneo;  los  restantes  autores  no 
consig-naban  más  que  una.  Los  descubrimientos  del  Sr.  Pons 
Guerau  confirman  la  existencia  de  las  dos  formas  de  Cursach, 
así  que  las  determinaciones  específicas  estuvieron  equivo- 
cadas. 

Aspernla  Icenigata  L.  (Rafal  Fort). — *Centranthus  orMcuJatus 
Dufr.  (Rafal  Fort,  Rafal  Rubi). —  Valerianella  microcarpa  Lois. 
(Rafal  Fort,  Bec  Nou,  Rafal  J{w\)\).—Phagna¡on  sordidum  DC. 
(Rafal  Fort).— P/¿.  saxaiile  Cass.  (i(\..)— Senecio  Rodriguezii  Wk. 
(Binillanti). — Santolina  chamcBcyparissns  L.  (Biniparracliet). — 
Asteriscns  spinosus  G.  G.  (Rafal  Rubi,  Son  Pons). — Pulicaria 
odora  L.  (Rambás,  Alayor,  Binillanti). 

La  creo  idéntica  á  mis  muestras  sicilianas  y  andaluzas. 

*HelichTysiim  decimibens  Lag-.  (Rambás). — *Fi¡ago  spaihulata 
Presl.  '^^  prostrata  Lg-e.  (Deyá  Vell). — Sihjhmn  Mariamim  G. 
{Biniparracliet). — Centaurea  melitensis  L.  (Binifabini). — Hyose- 
ris  radiata  L.  (Rafal  Rubi). — Sonchtis  arvensis  L.  (Biniparra- 
chet).  —  "S.  asper  Vill.  var.  puvgens  Bisch.  (Mezquita).  —  Rei- 
chardia picroidesVi.  (Sto.  Tomás).— i?,  tingitanah.  (id.) — Crepis 
bulbosa  L.  (Rafal  Rubi).  —  Cr.  Triasii  Camb.  (Deyá  Vell). — 
Campánula  Frinus  L.  (Bec  Nou,  Biniparrachet).  —  Pentagonia 
hybridah.  (Rafal  B.\i\)\).—Cycla')ne7i  halearicum^\í.  (Cuartera- 
dos,  Alayor).— Cor?5  monspeliensis  L.  (camino  Binig-uarda  A-'ell, 
Alayor).  —  Vinca  media  H.  et  L.  (Rafal  Fort). —  Vincetoxicum 
nigrum  L.  (Rambás).— F.  apodum^X^.  (Binillanti). —  Erythríea 
pulcAella  Kovn.  (Binisarmeña,  Mahón,  Sta.  Pousa,  Ferrerías). 
— B.  Centauriiim  Pers.  (Rambás,  camino  Albufera). —  E.  mari- 
tima  Pers.  (Rambás;  Son  Perrol  y  Esquellé).  — *C/¿/ora  (baleá- 
rica). 

He  recibido  tres  muestras  que  ning-una  pertenece  á  las  espe- 
cies ó  formas  baleares  que  nos  dan  los  autores;  sospecho  que  se 
trata  de  una  especie  propia  de  las  Baleares ,  porque  la  planta 
que  traje  de  Ibiza,  y  que  clasifiqué  de  Chl.  intermedia  Ten., 
á  pesar  de  ser  muy  jóvenes  los  ejemplares,  corresponde  á  esta 
misma  forma  menorquina.  Aspecto  y  hojas  de  Chl.  intermedia 
Ten.;  alg-unos  ejemplares  son  tan  robustos  y  tan  altos  como  los 
mayores  de  la  Chl.  perfoliata  L.;  lacinias  calicinales  como  las 
de  la  Chl.  serótina  K.  ¿An  Chlora  serótina  K.  var.  baleárica'? 
(Mezquita,  Son  Bou,  Binisarmeña). 
.    Convolvulus  cantábrica  L.  (Rambás). — Lithospermum  arxen- 


212  boletín    de   la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

se  L.  (Son  Vmg).—Echiíim  italiciim  L.  (Deyá  Vell). — E.  ¡^arm- 
fiorum  M.  (Dait  Gibraltar).— *^"'.  creliciim  L.  (Binillanti  Vell). 

Especie  nueva  para  la  flora  de  las  Baleares. 

Myosotis  hispida  Schl.  (Barranco  Rafal  Fort). — HeliotroiñuTn 
curassavicíim  L.  (carretera  villa  Carlos).— 6'e/á'/«  crética  L.  (Ra- 
fal Fort).  —  Scrophularia  j^eregrina  L.  (id.)  —  Digitalis  clulia 
Rodr.  (Binillanti). —  THxago  apula  Stev.  var.  versicolor  W.  (Bi- 
niparrachet,  Canasia). — T.  viscosa  L.  (Mezquita,  Rafal  Fort). 
—  Ko'psia  ramosa  L.  (Rafal  Rubi). — K.  AñiteU  F.  Sch.  (id.) — 
Orolamche  Jlederts  Bnhy  (Deyá  Vell,  Rafal  ¥ovt).  —  ZavcínduIa 
Stcechas  L.  (Rambás). — Meniha  Pulegimn  L.  (Biniparrachet). — 
Micromeria  filiformis  Bentli.  (Binillanti  Vell,  Rafal  Fort). — 
Stachys  hirta  L.  (Qimí^Xiim). —MarruMum  vuIgareL.  (Binipa- 
rrachet).— Teucrium  Chammlnjs  L.  (Rambás,  Alayor). — T.  ma- 
joricum  Rouy  (Biniparrachet).  — FerZ'e»»  ojficinalis  L.  (Ram- 
bás).— Plantago  ¡anceolata  L.  (Rafal  Rubi).—/'/.  Lagopns  L.  (id.) 
— PJ.  BeUardi  k\\.  (Son  Blanch  Nou ,  Alayor).— P/.  crassifo- 
lia  Forsk.  (Rafal  Fort).—/*/.  psyUimn  L.  (id.)  — *P/.  mariti- 
ma  L.  (id.) 

Esta  especie,  nueva  para  la  flora  balear,  ha  venido  en  el  mis- 
mo plieg'o  con  la  P.  crassifolía  Forsk.  El  ejemplar  es  demasia- 
do hermoso,  garande  y  bueno^  para  que  dudemos  de  la  deter- 
minación. 

Statice  mimiüjiora  Guss.  y  *8t.  psiloclada  Boiss.  (Binipa- 
rrachet). 

■  Esta  última  especie  no  se  conocía  en  España  más  que  por  la 
indicación  de  Boissier,  seg-ún  el  herbario  de  Pavón ,  pero  sin 
localidad  ni  región.  La  he  recog-ido  en  ejemplares  muy  jóve- 
nes en  las  «tosqueras»  de  Jávea  (Alicante). 

Planta  sumamente  cercana  de  la  St.  mimitif.ora  y  difícil  de 
separar  por  los  ejemplares  de  Mahón,  en  donde  al  parecer  cre- 
cen mezcladas. 

Chenojjodium  múrale  L.  (Biniparrachet). —  Beta  marítima  L. 
(Rambás). — Rumex píilcherl,.  (Son  Sancho). — R.  conglomeratus 
Murr.  (Binisarmeña).— ^.  crispus  L.  (Rambás,  Son  Bou).— 
R.  Bucephalophorus  L.  (Rafal  Fort).  —  Osyris  alba  L.  (camino 
Bech  Y ell). -  Eup/¿07-bia  Peplis  L.  (Pto.  Mahón).— ^.  heliosco- 
pia  L.  (Verjel  de  J.  Mir). — E.  ñavopurpurea  Willk.  (Estancia 
Confit.  Mercadal). — Eaphorbia  imbricata  Vahl.  f.'  parvifolia 
Wk.  (Mezquita,  Biniparrech;  Esfreus);  '^f.'*  angustifolia  Willk. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  213 

<Biniparrech ,  Cala  Binisefulla,  Esfreus).— ^.  dendroides  L.  (Se 
Yall).  — ^.  Characias  L.  (Son  BoiQv).—  ürt'ica  membranácea 
Pourr.  (Borrassos  Vell,  Alayor).  —  AUium  subhirsutum  L.  (Bi- 
niparrachet). — A  .  roseum  L.  (Rafal  Fort).— Tamus  communis  L. 
(id.) — Gladiolus  lUyriciis  K.  (Deyá  Vell,  Rafal  Rubí). —  Cromis 
Cambcssedesn  Gay  (Son  Ferrol,  Mahón), — Narcissíis seroíinus  L. 
(Son  Sancho).— Paucraiium  mari¿Í7mim  L.  (Binibeca,  Mabón). 
—  Serajiias  liinjna  L.  (Rafal  Fort,  Rafal  Rubí,  Esquellé). — 
S.  occultata  Gay  (Rafal  Rubí,  Son  Bou). — Aceras  'pyramidalis  L. 
(Son  Bou,  Rafal  Rubí).  —  OrcMs  fragrans  Poli.  (Son  Bou). — 
Ophrys  tentliredmifera  W.  (Camino  Adrag-otars,  Binillanti,  Ra- 
fal Rnbi,  Esquellé). — *0.  arachiiites  Rchb.  (Cuarteradas,  Ala- 
jor). —  0.  specidnm  Lk.  (Rafal  Rubí,  Pozos  Alcaichis).— Z¿mo- 
dorum  abortimim  Sw.  (camino  Binig-uarda  Vell).— ^rwm  ?teZ¿- 
€iim  Mili.  (Rafal  YoYt).  —  Juncus  multiflorus  Desf.  (Binillanti, 
Rambás).  —  /.  maritimus  Lam.  (Mezquita,  Binillanti,  Albu- 
fera). 

El  Sr.  Rodríg'uez  se  resiste  á  considerar  como  ,/.  maritimus 
Lam.  la  planta  de  Menorca,  á  pesar  de  nuestras  determinacio- 
nes, que  debió  conocer  por  mediación  del  Sr.  Pons,  pues  dice 
en  la  página  181:  «Seg'ún  el  disting-uido botánico  Sr.  Gandog-er 
esta  planta  no  es  más  que  una  variedad  del/,  mariümiis  Lam., 
pero  el  tipo  no  crece  en  las  Baleares.» 

Seg-uramente  lo  copiado  viene  en  confirmación  de  lo  escrito 
■en  la  pág-ina  142,  pues  al  traer  las  citas  que  se  han  dado  del 
J.  maritimus  Lam.  en  el  número  743,  añade:  «Pudiera  haberse 
confundido  con  la  especie  anterior.»  La  especie  anterior  es  el 
J.  Tommassinii  Parí. 

Ig-noro  si  Parlatore  dio  ó  no  dio  bajo  /.  Tommassinii  una  for- 
ma idéntica  á  la  de  Menorca,  por  no  conocer  la  especie  autén- 
tica: pero  sí  puedo  decir  que  todos  los  autores  que  yo  conozco 
consideran  el  /.  Tommassinii  Parí,  como  variedad  ó  forma  de- 
pendiente del ./.  acutíis  L.  y  no  del  /.  maHtimus  Lam.,  siendo 
^sto  lo  admitido  hoy  día. 

Ahora,  si  la  forma  menorquina  pertenece  ó  no  realmente  al 
J.  maritimus  Lamk.,  no  puedo  aseg-urarlo,  por  más  que  yo  asi 
lo  crea  después  de  haberla  comparado  con  las  muestras  catala- 
nas, aragonesas,  vascong'adas,  galleg-as,  valencianas,  tuneci- 
nas, alemanas,  suecas  y  norueg"as. 

Scirpiis  Holoschcenus  L.  (Rambás). — Se.  maritimus  L.  (id.) — 


214  boletín    de   la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Heleocharis  palustris  L.  (Binillanti).  —  *  Car  ex  ammopJiila  W. 
(sitios  húmedos  de  Binillanti). — *C.  miiricata  L.  (id.) 
Las  dos  formas  son  nuevas  para  la  flora  de  las  Baleares. 
Carex  distans  L.  (Rafal  Fort). — Phalaris  coerulescens  DesL 
(sitios  húmedos  de  Alcoitx).— PA.  7iodosa  L.  (Sto.  Tomás,  San 
Cristóbal). — AntJioxcmthum  odoralum  L.  (Rafal  Fort). — Andro- 
pogon  pubescens  Vis.  (Rafal  Fort). — PoJypogon  maritimum  W. 
(Binillanti). —  Lagurus  ovatus  L.  (Rafal  Fort). — S tipa  júncea  L. 
(Bonaxos  Nous). — Piptatherum  cosruJescensV.  B.  (Rafal  Fort). — 
P.  muIii/lojiimV.B.  (Biniparrachet,  Son  Sancho). — Avena  Mr- 
bata  Brot.  (Rafal  Fort).— Rolcus  ümatus  L.  (Binillanti).— i^^^ 
trivialis  L.  (Binillanti,  Rafal  Fort). 

En  uno  de  los  ejemplares  me  parece  ver  la  Poa  atiica  B.  et  H.; 
pero  como  es  incompleto,  y  esta  especie  apenas  difiere  de  la 
trimalis,  no  lo  puedo  aseg-urar.  Deberá  serlo,  porque  la  Púa 
attica  B.  et  H.  es  ig'ual  á  la  P.  trivialis  L.  var.  flaccida  Willk. 

Brim  máxima  L.  (Rafal  Fort).— ^.  minor  L.  (id.) — Mélica 
Magnolii  G.  G.  (id.) — M.  major  S.  S.  (iñ..)  — Scleropoa  rigida 
Gris,  (id.) — Cíitandia  maritima  L.  (Canasia). — * Dactylis- hispá- 
nica Roth,  f.*  viridifolia  (Canasia,  Rafal  Fort). 

Yo  veo  esta  planta  con  hojas  verdes;  la  hispánica  las  tiene 
g-laucas  (D.  glaucescens  Willd.).  Además  las  g-lumillas  en  unos- 
pies  son  apenas  pestañosas,  en  otros  mucho  más.  A  la  escota- 
dura de  la  g-lumilla  inferior  no  se  le  puede  conceder  hoy  día 
valor  alg'uno.  Después  de  haber  revisado  uno  por  uno  todos  los 
ejemplares  de  mi  colección,  noto  que  la  D.  glomerata  L.  pre- 
senta las  gdumillas  más  acuminadas.  La  forma  de  la  panoja 
nada  indica,  pues  no  hay  cosa  más  variable. 

Vnlpia  geniciilata  Lk.  (Binillanti).  —  Festuca  Feíiax  Lag-. 
(Ramb^ís). — Bromus  maximiis  Desf.  (Rafal  Rubi). — Br.  mollis  L. 
(Sto.  Tomás,  Rafal  Rubi);  var.  leiostachys^l.  K.  (Binillanti). — 
* Hordeum  Gussoneanum  Parí,  (id.) 

Nuevo  para  las  Baleares. 

JEgUops  ovala  L.  (Rafal  Fort). — JE.  ventricosa  Tausch.  (Ram- 
bás).  —  *Agropyrum  littorale  Dum.  f.^  lasiorhachis  (Binillanti). 
— *J..  campestre  G.  G.  f.*  lasiorhachis  (Binillanti  Nou). — *A.  su- 
hilaiiim  Schreb.  (Rambás). 

Seg"ún  lo  expuesto,  el  carácter  principal  del^.  Caldesii  Goi- 
ran  puede  encontrarse  en  varias  especies. 

Brachypodiivm  sylvaticxim  R.  et  Sch.  (Binillanti).  —  Br.  pin- 


DE    HISTORIA    NATURAL.  215 

natum  P.  B.  (Rambás). — *Br.  mucronatum  Wk.  (Binillanti). 

Especie  nueva  para  la  flora  de  las  Baleares. 

Brachypod'nun  disiachyíim  P.  B.  f."  monoslachya  (Rafal  Fort); 
f.'  íristachya  (Canasia). —  Gaudinia  fragilis  P.  B.  (Binillanti). 
— Lepturus  cylindricus  Trin.  (id.) 

Noticias  históricas  sobre  algunas  piedras  meteóricas 
caídas  en  España 


DON    HILARIÓN    JIMENO. 

Año  1300.— «Una  crónica  manuscrita  que  se  conserva  en  el 
Museo  Nacional  de  Pestli,  Hung-ría,  reñere  la  caída  en  Ara- 
g-ón  de  g-randes  piedras  meteóricas.» 

Cita  de  Mr.  Stanislas  Munier  en  su  obra  Météorites  de  la  En- 
cyclopédie  chimique  publiée  sous  la  direction  da  M.  Frémy,  1884. 

Año  de  1433,  reinando  D.  Juan  II  de  Castilla. — «Partió  (el 
Rey)  de  Cibdad-Rodrig-o  en  comienzo  del  año  de  mil  y  cuatro 
cientos  é  treinta  y  tres  años  lunes,  cinco  días  de  Enero,  é  ca- 
minando vieron  todos  una  g-ran  llama  que  iba  corriendo  por 
el  cielo  é  duro  g-ran  rato,  á  dende  á  poco  dio  un  tronido  tan 
garande  que  se  ovo  á  siete  ó  ocho  leg'uas  dende. — (Crónica  de 
D.  Juan  II,  año  xxvii.) 

Quien  quiera  que  fuese  el  ing-eniosísimo  autor  del  falso  Ceoi- 
tón  epistolario,  escrito  en  el  sig'lo  xvii,  seg-ún  la  crítica  más 
autorizada,  merece  recordarse  la  explicación  que  el  supuesto 
Bachiller  Cibda-Real  atribuía  al  Deán  de  Burg-os,  cuando  co- 
mentaba en  la  carta  LXXIV  el  fenómeno  á  que  se  refiere  la 
Crónica  veracísima  en  todo. 

«El  Dean  de  Burg-os  diz,  que  cree  ser  materia  de  la  más  pri- 
mera reg-ion  viscosa  é  condensa  que  el  sol  la  encendió,  é  su 
peso  no  la  dejo  desfacer  así  lueg-o,  é  la  natura  del  fueg-o  la 
traia  de  acá  para  allá,  mientras  que  se  g-asto  lo  viscoso,  é  su  fin 
fue  el  tronido.» 

Año  1438,  reinando  D.  Juan  II  de  Castilla. — «Estando  el  Rey 
allí  en  Roa  en  el  dicho  año  le  fue  dicho  como  en  Maderuelo, 
villa  del  Condestable,  había  acaescido  una  cosa  tan  maravillosa 
que  jamas  fue  vista  ni  oida  en  el  mundo,  la  cual  fue,  que  veiaii 
por  el  aire  venir  piedras  muy  g-randes  como  de  tova,  livianas. 


■216  boletín    de    la    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

que  no  pesaban  mas  que  pluma  é  aunque  daban  á  alg"unos  en 
la  cabeza,  no  hadan  daño  ning'uno,  y  destas  cayeron  muy 
^•ran  muchedumbre  en  la  dicha  villa  é  cerca  della  y  como  en 
€sto  el  Rey  dubdase  é  todos  los  que  lo  oian,  mando  al  Ba- 
chiller Juan  Ruiz  de  Agredo,  Alcaide  en  su  corte  que  fuese 
á  saber  si  esto  erp.  verdad;  el  cual  fue  é  no  solamente  fue  cer- 
tificado ser  así:  mas  traxo  algunas  de  aquellas  piedras  tan 
gTandes  como  una  pequeña  almohada  é  tan  livianas  como 
pluma  é  todas  huecas  y  floxas  de  que  el  Rey  e  todos  los  que 
vieron  se  maravillaron  mucho.» — (Crónica  de  D.  Juan  II,  año 

XXXII.) 

(Se  continuará.) 


Errata. — En  la  primera  línea  de  la  pág-ina  114  del  Boletín 
se  ha  puesto  «especies  escépticas»  por  «especies  excéntricas». 
Asimismo  en  la  pág-.  115  debieron  suprimirse  las  dos  líneas 
últimas  del  primer  aparte,  que  dicen:  «Seg-ún  el  Sr.  Pau,  esta 
variedad  se  acerca  al  Nardurus  i^atens  Hackel,  especie  portu- 
-g"uesa»,  ya  que  es  precisamente  la  que  allí  señala  el  autor. 
(Nota  del  P.  B.  Merino  «Alg-unas  especies  raras,  nuevas  ó  crí- 
ticas de  la  Flora  g-alleg'a».) 


BOLETÍN 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 


Sesión  del  1."  de  Mayo  de  1901. 

PRESIDENCIA    DE    DON    BLAS   LÁZARO    É   IBIZA. 

— El  Sr.  Secretario  leyó  el  acta  de  la  sesión  anterior,  que 
fué  aprobada. 

Correspondencia.— Se  dio  cuenta  de  una  circular  dirigida  por 
la  Comisión  nombrada  para  honrar  el  quincuag-ésimo  aniver- 
sario en  la  enseñanza  del  profesor  Luís  Bombicci-Porta  en  30 
de  Abril  próximo  pasado,  á  la  cual  había  contestado  adhirién- 
dose la  Junta  directiva  por  no  haber  tiempo  de  consultarlo  á. 
la  general,  acuerdo  que  aprobó  la  Sociedad  por  tratarse  de 
sabio  tan  meritísimo,  y  correspondiente  nuestro. 

Admisiones.  —  Quedaron  admitidos  como  Socios  numerarios 
los  Sres.  D.  Arturo  Caballero,  alumno  de  Ciencias,  y  D.  Cesá- 
reo Martínez,  Licenciado  en  Ciencias  naturales,  residentes 
ambos  en  Madrid,  presentados  en  la  sesión  anterior  por  el  se- 
ñor García  Várela,  y  D.  Calixto  Tomás  Gómez,  catedrático  en 
la  Escuela  de  Veterinaria  de  Córdoba,  presentado  por  el  señor 
Díaz  del  Villar.  Se  hizo  una  presentación  de  socio  ag-reg-ado  y 
la  de  varias  corporaciones. 

Acuerdos.  —  Se  tomaron  los  siguientes:  Acceder  al  cambio 
solicitado  con  el  BntUeti  de  la  InsiUudó  catalana  d' Historia 
natural;  regalar  un  ejemplar  de  las  publicaciones  de  la  Socie- 
dad á  la  Unión  escolar;  dar  las  gracias  al  Príncipe  de  Monaco 
por  sus  importantes  donativos  últimos  y  á  los  editores  G.  Ca- 
rré  et  N.  Naud  por  el  de  los  tomos  de  la  biblioteca  «Scientia». 

N."  5  -Mayo,  190L  16 


ái8  boletín  de  la  sociedad  española 

Proposiciones. — Para  terminar  la  discusión  sobre  la  proposi- 
ción del  Sr.  Martínez  Escalera,  el  Sr.  Presidente  en  nombre 
suyo  y  del  Sr.  Secretario,  y  cumpliendo  el  encarg-o  que  la 
Sociedad  les  había  encomendado,  hizo  alg-unas  consideracio- 
nes sobre  las  opiniones  emitidas  por  los  señores  Socios  que 
tomaron  parte  en  la  discusión,  leyendo  después  las  conclusio- 
nes sig'uientes: 

1.*  Coincidiendo  todas  las  opiniones  en  reconocer  la  conve- 
niencia de  que  las  nociones  más  importantes  de  Física,  Quí- 
mica é  Historia  natural,  y  especialmente  las  que  mayor  apli- 
cación pueden  tener  á  los  usos  comunes  de  la  vida,  fig-uren 
en  las  escuelas  primarias  elementales  y  superiores,  tanto  de 
niños  como  de  niñas,  al  lado  de  las  de  Gramática,  Aritmética, 
Historia  y  demás  que  se  desig-nan  en  la  leg"islación  actual; 
acuerda  aprobar  la  proposición  presentada  en  la  sesión  de 
Enero  por  el  Sr.  Martínez  Escalera  y  solicitar  del  Ministerio  de 
Instrucción  pública  que  se  dicten  las  disposiciones  necesarias 
para  la  realización  de  tan  beneficioso  proyecto. 

2."  ínterin  las  Escuelas  Normales,  con  arreglo  á  su  reciente 
reorg-anización ,  procuran  la  formación  de  un  personal  de 
maestros  primarios  convenientemente  instruidos  en  las  ense- 
ñanzas científicas,  y  mientras  el  mag'isterio  actual  no  haya 
sido  sustituido  por  el  así  formado,  convendría  proponer  alg-u- 
nas  medidas  que  tendiesen  á  facilitar  á  los  actuales  maestros 
la  adquisición  de  cierta  suma  de  conocimientos  científicos 
referentes,  sobre  todo,  al  dominio  práctico  de  las  manipula- 
ciones y  procedimientos  de  preparación  de  los  materiales  que 
la  Naturaleza  puede  suministrar  en  las  respectivas  localidades 
en  que  ejercen  su  profesión,  al  carácter  que  conviene  dar  á 
estas 'primeras  nociones  en  las  escuelas,  y  á  la  forma  más 
apropiada  para  que  esta  enseñanza  resulte  clara,  atractiva  y 
asimilable  dadas  las  condiciones  intelectuales  de  la  niñez. 

Entre  los  medios  que  pueden  conducir  á  este  resultado 
fig-uran: 

a)  La  redacción  de  manuales  breves  dedicados  al  mag-iste- 
rio,  en  los  que  se  compendien  las  nociones  más  importantes 
con  arreg-lo  al  estado  actual  de  la  ciencia. 

I)  La  publicación  de  lecciones  modelos  que  den  idea  clara 
de  la  forma  más  conveniente  de  iniciar  el  conocimiento  de 
estas  cuestiones. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  219 

c)  El  establecimiento  de  lecciones  prácticas  desarrolladas 
ante  un  piiblico  de  maestros  y  alumnos  de  las  Escuelas  Nor- 
males por  personas  de  reconocida  competencia  en  las  diversas 
especialidades. 

d)  El  establecimiento  de  cursos  breves  (10  lecciones)  bajo 
la  dirección  de  personal  procedente  de  las  facultades  científi- 
cas, en  los  que  los  maestros  y  normalistas  practiquen  las  expe- 
riencias adecuadas,  sirviéndose  del  material  más  barato  posi- 
ble y  de  los  instrumentos  más  sencillos.  (En  Historia  natural 
deberá  recomendarse  muy  especialmente  el  reconocimiento 
de  los  g-randes  g-rupos  orgánicos,  el  de  los  animales  y  plantas 
útiles  y  perjudiciales,  el  de  los  minerales  más  usuales  y  el 
manejo  del  microscopio  con  pequeños  aumentos.) 

e)  Convendría  también  que  se  estableciesen  misiones  cien- 
tíficas que  visitasen  las  diferentes  comarcas  divulg-and'o  el 
conocimiento  práctico  de  estas  cuestiones  entre  el  mag-isterio 
alejado  de  las  capitales. 

f)  La  Sociedad  española  de  Historia  natural  se  ofrece  á 
resolver  las  consultas  que  los  maestros  se  sirvan  hacer,  tanto 
respecto  de  la  determinación  de  los  g-randes  g-rupos  org-ánicos 
y  de  las  especies  vulg-ares  como  en  lo  referente  á  procedimien- 
tos de  recolección,  preparación  y  conservación  de  los  seres  na- 
turales. 

3."  Sería  también  conveniente  que  en  lo  sucesivo  se  inclu- 
yesen las  nociones  de  Física,  Química  é  Historia  natural  entre 
las  materias  sobre  que  han  de  versar  los  ejercicios  de  oposi- 
ción á  escuelas  públicas,  tanto  elementales  como  superiores, 
ig-ualmente  para  las  de  niños  que  para  las  de  niñas,  advir- 
tiéndolo así  en  las  respectivas  convocatorias. 

4.^  Sería  muy  útil  para  la  formación  del  personal  que  se 
autorizase  á  un  profesor  de  ciencias  de  una  Escuela  Normal 
en  cada  distrito  universitario  para  concurrir  durante  un  curso 
á  los  laboratorios  y  trabajos  prácticos  de  las  enseñanzas  cien- 
tíficas de  la  respectiva  Universidad.  Estas  autorizaciones  no 
deberían  prorrog-arse  ni  repetirse  hasta  pasados  tres  años 
entre  el  personal  de  una  misma  Escuela  Normal,  á  fin  de  que 
el  beneficio  de  estas  prácticas  se  hiciese  extensivo  al  mayor 
número  posible  de  establecimientos  y  de  personas. 

Los  profesores  que  utilizasen  estas  autorizaciones  disfruta- 
rían su  sueldo  ínteg-ro  y  deberían  oficiar  al  Rector  respectivo 


220  boletín    de   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

al  comenzar  el  curso,  manifestando  cuáles  eran  los  trabajos, 
libremente  elegúdos,  á  que  iban  á  dedicarse  durante  el  mismo 
y  presentar  al  Rector  en  la  primera  quincena  de  Junio  certi- 
ficaciones expedidas  por  los  profesores  universitarios,  las  que 
acreditasen  haber  concurrido,  por  lo  menos,  á  tres  laborato- 
rios ó  enseñanzas  prácticas  y  haber  demostrado  en  ellos  asi- 
duidad y  aprovechamiento.  En  ning-ún  caso  deberían  sufrir 
examen. 

5.^  Se  acuerda  que  una  comisión  de  la  Sociedad  presente 
al  Exemo.  Sr.  Ministro  de  Instrucción  pública  una  instancia 
razonada  en  la  que,  exponiendo  sucintamente  lo  que  se  soli- 
cita  y  reflejando  el  pensamiento  que  informan  las  conclusio- 
nes anteriores,  se  formule  la  proposición  orig-inaria  de  esta 
discusión,  acompañada  de  las  indicaciones  que  puedan  con- 
tribuir á  aseg"urar  sus  resultados  en  la  práctica. 

6.**  Esta  exposición  ira  acompañada  de  un  ejemplar  de 
cada  uno  de  los  números  del  Boletín  que  contienen  referen- 
cias de  estas  discusiones. 

7.*  La  comisión  que  visite  al  Excmo.  Sr.  Ministro  está  auto- 
rizada para  manifestar  que  nuestra  Sociedad  ofrece  su  coope- 
ración y  la  de  sus  Secciones  de  provincias,  en  la  forma  en  que 
pueda  ser  útil,  para  el  planteamiento  y  desarrollo  de  la  nueva 
enseñanza,  y  pone  á  la  disposición  del  personal  del  magiste- 
rio, la  colección  formada  por  todas  las  comunicaciones,  pro- 
puestas, lecciones  y  prog-ramas  que  con  este  motivo  se  han 
servido  dirig-irla  muchos  de  sus  Socios  y  cuantas  se  reciban 
en  lo  sucesivo. 

8^  Se  acuerda  invitar  á  los  señores  Socios  para  que  conti- 
núen enviando  lecciones  y  conferencias  redactadas  en  la  for- 
ma q-ue  crean  más  conveniente  para  que  los  maestros  obten- 
g-an  el  resultado  á  que  se  aspira,  las  cuales  procurará  la  So- 
ciedad que  sean  publicadas  en  los  periódicos  profesionales  ó 
donde  juzg-ue  más  oportuno,  seg'ún  su  índole. 

La  Sociedad,  después  de  lig-eras  observaciones,  aprobó  uná- 
nimemente las  precedentes  conclusiones,  acordando  un  voto 
de  g"racias  para  los  Sres.  Presidente  y  Secretario  por  el 
acierto  con  que  habían  resumido  las  muchas  indicaciones  y 
discusiones  á  que  había  dado  lug-ar  la  referida  proposición,  y 
que  una  Comisión,  compuesta  por  los  socios  que  el  Sr.  Presi- 
dente desig"ne,  se  encarg-ue  de  entreg^ar  al  Excmo.  Sr.  Minis- 


DE    HISTORIA   NATURAL.  221 

tro  de  Instrucción  pública  la  exposición  mencionada  en  la  5/ 
■conclusión. 

Ig'ualmente  se  acordó  procurar  que  estos  acuerdos  se  inser- 
tasen en  los  periódicos  de  mayor  circulación. 

Comunicaciones  verbales. — El  Sr.  Presidente  manifestó  que  se 
hacían  g-estiones  encaminadas  á  log-rar  que  formara  parte  de 
la  proyectada  expedición  á  las  posesiones  españolas  del  g-olfo 
de  Guinea  un  naturalista,  que  proponía  fuera  el  Sr.  Martínez 
Escalera,  tan  avezado  á  este  g-énero  de  expediciones,  ya  que 
no  fuera  posible  por  ahora  org-anizar  una  Comisión  científica 
más  numerosa,  con  lo  que  se  mostró  conforme  la  Sociedad. 

El  Sr.  Uhag-ón  comunicó  una  nota  de  nuestro  consocio  el 
Sr.  D.  Lucas  von  Heydeii,  de  Francfort,  sobre  MíitiUdos  de 
España.  Con  este  motivo  el  Sr.  Bolívar  manifestó  que  en  la 
colección  del  Museo  de  Madrid  existían  muchas  especies  de 
esta  familia  no  citadas  de  España  y  procedentes  de  localidades 
muy  diversas;  pero  que,  como  todos  los  datos  referentes  á  ellas 
habían  de  aparecer  en  la  monografía  que  prepara  nuestro  con- 
socio M.  E.  Andró,  no  creía  conveniente  publicarlos  por  anti- 
cipado. 

El  Sr.  Artig-as  manifestó  su  deseo  de  que  se  corrigiera  el  acta 

anterior  en  lo  referente  á  su  comunicación  sobre  enseñanza 

-de  la  ciencia  en  las  Escuelas,  debiendo  decirse  en  vez  de  «en 

un  curso  breve  sobre  montes»,  «en  el  prog-rama  de  un  curso 

breve  de  silvicultura»,  que  es  lo  que  él  se  proponía. 

Secciones. — La  de  Barcelona  celebró  sesión  extraordinaria 
el  11  de  Abril  de  1901. 

Reunidos  en  la  Cátedra  de  Mineralog'íay  Zoología  de  la  Fa- 
cultad de  Farmacia  de  aquella  Universidad  la  mayoría  de  los 
señores  Socios  residentes  en  Barcelona,  se  procedió  á  verificar 
.sesión  extraordinaria. 

El  Sr.  Rivas  Mateos  expuso  en  concreto  el  objeto  de  la  con- 
vocatoria, que  no  era  otro  que  el  de  hacer  revivir  la  Sección 
•de  Barcelona  de  la  Sociedad  española  de  Historia  natural, 
ya  que  se  contaba  con  más  que  suficiente  número  de  socios  de 
los  que  previene  el  Reg-lamento  y  con  naturalistas  consag-ra- 
-áos  al  estudio,  con  cuyas  publicaciones  bastaría  para  dar  vida 
y  reálee  á  la  Sección. 


222  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

A  continuación  el  mismo  Sr.  Rivas  Mateos  leyó  los  artículos 
del  Reglamento  referentes  al  asunto  de  que  se  trataba  é  invitó 
k  los  Sres.  Socios  para  que  designasen  por  votación  la  Junta 
directiva  de  la  vSección,  quedando  eleg-ida  por  mayoría  la  si- 
guiente: 

Presidente,  limo.  Sr.  D.  José  Casares  Gil. 

Vicepresidente,  D.  Carlos  Ferrer. 

Tesorero,  D.  Ig*nacio  Tarazona  Blanchs. 

Secretario,  D.  Marcelo  Rivas  Mateos. 

Yicesecretario,  D.  Manuel  Carbó  y  Domenech. 

Invitado  el  Sr.  Presidente ,  D.  José  Casares ,  á  ocupar  el. 
sitial  que  le  correspondía,  dio  gracias  en  términos  muy  pre- 
cisos y  sencillos  á  los  Sres.  Socios  por  haberle  elegido  inme- 
recidamente para  presidir  las  sesiones  de  la  Sección  barcelo- 
nesa de  la  Sociedad  española  de  Historia  natural,  envian- 
do un  respetuoso  y  cariñoso  saludo  á  la  Junta  directiva  de 
Madrid  y  á  las  de  las  Secciones  de  Sevilla  y  Zaragoza.  Celebró 
con  entusiasmo  el  despertar  de  la  de  Barcelona  é  hizo  resaltar 
la  idea  de  que  el  vínculo  que  en  este  momento  nos  unía  no  era 
otro  que  el  de  la  amistad,  el  trabajo  é  investigación  científica, 
dejando  á  un  lado  todo  lo  que  pudiera  rozarse  con  ideas  polí- 
ticas y  religiosas,  porque  éstas  no  se  acomodaban  al  carácter 
eminentemente  científico  de  la  antigua  y  simpática  Sociedad- 
de  que  formamos  parte.  Hizo  finalmente  un  llamamiento  á  los 
naturalistas  y  á  la  juventud  estudiosa  para  que  cooperaran  con 
sus  trabajos  y  publicaciones  á  dar  vida  y  realce  á  la  Sección 
de  Barcelona  de  la  Sociedad  española  de  Historia  natural.. 

Se  hizo  una  nueva  propuesta  de  socio. 

Notas  y  comunicaciones. 


Contribuciones  á  la  fauna  ibérica. 

MíUülidce  (Hymenoptera) 

POR 
D.  LUCAS  VON  HEYDEN. 

Durante  mi  viaje  á  España  y  Portugal,  en  1868,  encontré^ 
en  unión  de  mi  amigo  D.  Carlos  Piochard  de  la  Brulerie,  algU'- 


DE    HISTOHIA    NATURAL.  223 

nos  MutUlidm  que  el  Sr.  Vizconde  Robert  du  Buysson  lia  tenido 
la  bondad  de  clasificar,  y  cuya  lista  va  á  continuación: 

1.  MiUilla  eiiropteci  L.  Q. — Albas,  provincia  de  León. 

2.  —      partita  Klug-.  Q. — Sierra  Morena;  Almuradiel, 

A-'enta  de  Cárdenas. 

3.  —      maura  L.  var.  arenaria  F.  g.  — Sierra  Morena; 

Almuradiel. 

4.  —      imnctaia  Latr.  (quadrimaculaia  Luc.)  Q. — Alpu- 

j arras;  Lanjarón. 

5.  —      ims'Wa  Klug-.  (quadripunctata  Lep.)  9-  —  Sierra 

Morena;  Venta  de  Cárdenas. 

6.  —      (Slenomutilla)  argentata  Vill.   var.   llfasciata 

Klug'.  d"^-  —  Muy  frecuente  en  las  dunas  de 
Tarifa.  Parásito,  el  icneumónido ,  Pezümacltiis 
formicarius  F. 

7.  —      (subg-en.  Myrmüla)   dorsata  F.  var.   excoriata 

Le-p. =S2)inoI(e  Lep.  9.— Sierra  Morena;  Venta 
de  Cárdenas,  Andalucía;  camino  de  Gaucín  á 
San  Roque. 

8.  —      (M.)  cajñtata  Lac.  Q.— Gaucín  á  San  Roque. 

9.  —      (M.)  calva  Vill.  var.  distincta  Lep.  Q. — Toledo; 

Venta  de   Cárdenas;  Portugal;  Serra  da  Es- 
trella; Cea. 
10.         —      fü/.j  C'/íí'm  Spin.— Sierra  Morena;  AlmuradieL 
IL  —      (Dasijlahris)  rnhrosignata  Radoschkowski  of. — 

Venta  de  Cárdenas. 

Poseo  además  en  mi  colección  (revisada  pordu  Buysson)  las 
especies  sig-uientes: 

12.  MiUiUa  littoraUs  Petag-na  Q. — Andalucía. 

13.  —      stridula  Rossi  Q. — Cartag-ena,  col.  Handschuch. 

14.  —      manra  L.  9  típica.— ídem,  id. 
»15.         —      IriUia  Petag-na  Q. — ídem,  id. 

16.         —      5  maciílata  Cyrill;  quadrinotata  Klug-.  C-. — Ba- 
leares, Menorca  (A.  v.  Homeyer). 


224  boletín    de    LA.  SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Noticias  históricas  sobre  algunas  piedras  meteórlcas 
caídas  en  España 

POR 

DOíí    HILARIÓN   JIMENO. 

(Conclusión). 

Año  de  1520. — I).  Dieg-o  de  Zayas  en  la  pág-.  272  de  sus  Ana- 
les de  Aragón,  habla  de  tres  piedras  que  en  el  mes  de  Mayo 
con  súbita  tempestad  disparó  el  cielo,  en  un  pag-o  entre  los 
lug-ares  de  Sandía  y  Oliva.  Era  cada  una  de  una  arroba,  de 
color  y  temple  del  pedernal,  haciendo  fe  de  este  portento, 
seg-ún  el  citado  escritor,  lo  que  g-uarda  Oliva  en  un  lieremito- 
rio  suyo,  donde  pendiente  de  aquellas  techumbres,  al  eng-arce 
de  una  cadena  de  hierro,  declaró  haberla  visto  D.  Antonio  de 
Guevara,  Obispo  de  Mondoñedo  y  cronista  del  Emperador. 

Pero  ning-ún  hecho  de  esta  índole  fué  descrito  con  más  de- 
talles, que  el  ocurrido  en  las  cercanías  de  Sig-ena,  Huesca, 
el  17  de  Noviembre  de  1773 ,  y  al  cual  hace  referencia  el  docu- 
mento que  á  continuación  transcribimos,  dirig-ido  por  el  Ca- 
pitán g-eneral  de  Arag-ón  al  Excmo.  Sr.  D.  Manuel  de  Roda, 

«En  Noviembre  último  se  habló  en  esta  capital,  Zarag-oza, 
de  un  suceso  acaecido  el  17  del  referido  mes,  en  la  Huerta  de 
Sena,  lug-ar  del  territorio  de  Sixena,  siendo  éste,  que  á  medio 
día,  estando  la  esfera  terrestre  sin  aparato  de  tempestad,  se 
oyó  por  tres  veces  un  ruido  extraordinario,  á  cuyo  sonido  da- 
ban diversas  explicaciones  y  que  en  seguida  había  caído  una 
piedra  de  nueve  libras  y  una  onza  de  peso  á  la  inmediación 
de  dos''hombres;  que  uno  dé  ellos  se  acercó  y  lo  retrajo  el  olor 
fétido  que  sintió,  que  después  reparado  del  susto,  lo  tocó  con 
la  azada  que  se  servía  para  su  labor  en  la  tierra,  que  él  mis- 
mo fué  á  poner  sobre  ella  una  mano  y  la  retiró  por  estar  muy 
caliente,  y  que  al  fin  templándose  más,  la  recog-ió  y  la  llevó 
en  su  chupa  á  Sena  habiéndola  presentado  al  Cura  el  que  se 
quedó  con  ella. 

No  me  pareció  mirar  con  indiferencia  este  fenómeno,  y  des- 
pués de  haber  hecho  conversación  de  él  con  varios  sujetos  de 
conocida  erudición^  me  determiné  aprevenir  á  la  justicia  de 


DE   HISTORIA   NATURAL.  225 

Sena  que  hiciese  una  información  formal  del  suceso  y  me  re- 
mitiese la  piedra,  con  seg-uridad  de  ser  la  misma  de  que  se 
trata. 

En  cumplimiento  de  mi  disposición  me  envió  la  información 
el  alcalde  de  Sixena  y  la  piedra  en  una  caja  sellada  con  las 
armas  del  Monasterio  de  religiosas  del  Orden  de  San  Juan,  de 
cuyo  señorío  es  el  territorio,  y  las  mismas  relig-iosas  me  envia- 
ron otro  pedacito  de  piedra  ig-ual  á  la  g-rande,  que  se  cree  parte 
de  ella,  por  medio  del  Recibidor  de  Malta  en  este  Reyno. 

Lueg'O  que  tuve  la  información  y  el  cajoncito,  abrí  éste  en 
presencia  del  Muy  Reverendo  Arzobispo,  de  D.  Juan  Tomas  de 
Micheo,  Reg-ente  de  esta  Real  Audiencia  y  de  los  oidores  de 
ella  D.  Mig-uel  de  Villava  y  D.  Felipe  de  Rivero,  que  la  casua- 
lidad hizo  que  concurriesen  á  un  propio  tiempo  en  el  Palacio 
de  S.  M.  en  que  resido:  se  vio  la  piedra,  y  se  discurrió  sobre 
su  especie,  caída  y  otras  circunstancias,  resultando  de  esta 
conversación  que  se  encarg-ase  D.  Mig-uel  de  Villava  que  hicie- 
se alg'unas  preg-untas  al  alcalde  de  Sixena. 

El  alcalde  de  Sixena  se  dedicó  á  la  averig'uación  para  infor- 
mar á  las  preg'untas  y  me  envió  la  información  que  nueva- 
mente se  le  había  pedido ,  y  en  ésta  se  halla  contestado  el 
extraordinario  ruido  repetido  tres  veces  en  el  día  17  de  No- 
viembre con  admiración  de  unos,  susto  de  otros,  y  con  uniforme 
comprobación  de  él;  siendo  de  advertir  que  no  hay  quien  dig-a 
que  precedió  relámpag-o  como  es  reg-ular  en  las  tempestades. 

Dejo  á  los  sabios  que  discurran  si  la  piedra  fué  erupción 
de  la  tierra  que  la  fermentación  le  dio  impulso  para  elevarse 
hasta  lo  perceptible  de  la  esfera  terrestre,  y  que  su  g-ravedad 
la  precipitó  al  paraje  en  que  se  vio  caer;  si  alg-ún  torbellino 
levantó  porción  de  materias  que  se  unieron  por  la  recíproca 
atracción  que  tendrían  para  juntarse,  formándose  la  piedra, 
y  que  cayó  ésta  de  la  nube  en  que  tuvo  efecto  esta  operación, 
ó  que  cayendo  alg-una  exalación  mayor  que  las  reg-ulares, 
hallase  la  piedra  en  el  territorio  en  que  terminó  su  actividad, 
le  comunicase  su  calor,  la  toxtase  en  su  superficie  y  dejase  el 
olor  de  sus  materias  que  se  notó.  Yo  sólo  dig-o  por  mí,  que  el 
suceso  cuando  no  sea  positivamente  sing-ular,  no  es  común. 

Con  la  seg-unda  información  me  envió  el  alcalde  de  Sixena 
dos  pedacitos  más  de  piedra,  los  cuales  puse  con  la  g-rande  y 
habiendo  hecho  hacer  análisis  del  que  ya  he  dicho  me  entre- 


226  boletín    de    LA   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

g-ó  el  Recibidor  de  Malta,  se  hallan  las  partes  separadas,  que 
contiene  otro  papel  con  su  rotulata  que  lo  indica. 

Me  ha  parecido  que  tanto  la  piedra  g-rande  como  las  peque- 
ñas, y  la  que  por  medio  de  operaciones  practicadas  por  perito 
se  halla  con  separación  de  partes,  con  las  informaciones  he- 
chas en  el  asunto  merece  hacerse  presente  al  Rey,  y  para  este 
fin  dirijo  todo  á  V.  E.  suplicándole,  que  lo  eleve  á  su  Real 
conocimiento  renovando  V.  E.,  con  este  motivo,  mi  venera- 
ción á  los  Reales  pies  de  S.  M. 

Dios  g'uarde  á  Y.  E.  muchos  años  como  deseo.  Zaragoza  5  de 
Febrero  de  1774. — Antonio  Manso. 

Excmo.  Sr.  D.  Manuel  de  Roda. 
\    (Copia  coetánea  del  original  que  ig-noro  si  fué  publicado.) 

El  meteorito  de  Sixena  que  se  conserva  en  el  Museo  de 
Madrid  fué  analizado  por  Proust  y  modernamente  ha  dado 
nombre  al  Tipo  24  de  la  clasificación  de  Mr.  Meunier,  que 
agrupa  los  de  su  especie,  figurando  en  primer  lug-ar  la  Sige- 
oiita. — (Stanislas  Meunier;  Op..  cit.,  pág\  188.) 

Dípteros  de  España,  por  el  P.  Gabriel  Strobl. 

(Nota  bibliográfica) 

POK 

EL    R.    P.    LONGINOS   NAVAS. 

Habiéndome  comunicado  nuestro  consocio  D.  Jorg-e  Lauífer 
un  folleto  que  lleva  por  título  Spamsclie  Dlpteren,  publicado 
durante  los  años  últimos  1898,  1899  y  1900  en  la  Wiener  Ento- 
mologische  Zeitnng,  creí  desde  lueg-o  sería  de  interés  para  los 
naturalistas  españoles  dar  de  él  una  sucinta  noticia,  ya  que 
en  veinte  años  ó  más  acaso  no  haya  visto  la  luz  pública  estu- 
dio de  tanto  mérito  referente  á  dípteros  de  España. 

Su  autor  es  el  P.  Gabriel  Strobl ,  profesor  en  el  convento  de 
Admont,  en  la  Estiria  (Austria),  bien  conocido  entre  los  dipte- 
rólogos  de  Europa  por  sus  concienzudos  trabajos  sobre  dípte- 
ros de  su  patria  (1).  Con  el  presente  viene  á  ilustrar  los  de  la 


(1)    Bástenos  citar,  omitienclo  otras,  las  siguientes  publicaciones  del  P.  Strobl: 
Die  fjsterreichischen  Arlen  von  Hilara.  Wien,  1892. 

Beitriige  z%ir  Dipterenfauna  des  osterreichea  Littorales.  6  Theile.  Wien,  1893. 
Die  AntJiomijinen  Steiermarks.  Wien,  1893-94. 
Die  Dipteren  von  Steierinark.  '¿  Theile.  Graz,  1893-98. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  227 

muestra  dando  á  conocer  la  parte  dipterológ-ica  de- una  excur- 
-sión  de  solas  cinco  semanas  verificada  por  él  á  través  de  Es- 
paña durante  el  verano  de  1898. 

Quinientas  ocho  especies  de  dípteros,  sin  contar  las  varie- 
dades y  formas,  fueron  el  fruto  de  aquella  rápida  excursión. 

Aunque  muchas  de  las  especies  citadas  de  España  por  el 
P.  Strobl  lo  son  indudablemente  por  primera  vez  para  nuestra 
nación,  las  omitiré,  sin  embarg'o,  por  no  hacer  excesivamente 
larft-a  esta  nota,  limitándome  á  consignar  los  nombres  de  las 
formas  nuevas  que  se  describen  en  el  estudio  del  P.  Strobl. 
Son  las  sig'uientes: 

Asílidos. 

Pseudoholopogon  (nov.  g-en.)  chaJcog áster  L. 

•  '^  Bombílidos. 

•Cyrtosia  andahisiaca. — Játiba. 

Émpidos. 

Rampliomijia  andalusiaca. — Játiba. 

—  iiiiibrii^ennis  Mg-.  var.  Morenm. — Cárdenas. 
Empis  tesseUata  F.  subspec.  castellana. — Madrid,  Cárdenas. 

—  Morena. — Sierra  Morena. 

—  Mikii. — Algeciras,  Cárdenas. 

—  graciUtarsis. — Sierra  Morena. 

—  jjenuaria  Fall.  var.  haldensis. — Monte  Baldo. 

—  ciliatopennata  Str.  var.  cantábrica. — Brincóla. 
Hilara  fíisitibia. — Madrid,  Cárdenas. 

—  qnadriclaxata. — Alg-eciras. 

—  Ustriata  Zett.  var.  crt;¿^rt¿'rfra.— Brincóla,  Alg-eciras. 

—  fuUHarba. — Irún,  Alg-eciras. 

—  cingulata  Dlb.  var.  ^I/oítíí^?.— Cárdenas. 
Microphorus  pUimanus. — Sierra  Morena. 
■'(Edalea  brevicornis. — Sierra  Morena. 

Tachydromia  pubicornis  Zett.  var.  brimnetibia.— Monte  Baldo. 

—  cinereoTÜtata. — Algeciras. 

—  major  Zett.  f."  minor. — ^lonte  Baldo. 

—  ciirsitans  F.  var.  hispánica. — Irún,  Játiba. 

—  pseudomacnlipes. — Algeciras. 

—  ialdensis.— Monte  Bdlüo. 


/ 

2Í8  BOLETÍN    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

TacJnjdromia  baldensis  var.  nigrifemur. — Monte  Baldo. 

—  minuta  Mg-.  var.  obsciirípes.— Sierra  Nevada,  Já- 

tiba. 

—  andalusiaca. — Alg-eciras. 

—  mimUissima. — Madrid,  Cárdenas,  Ronda. 

Dolicópidos. 

BoUcho])us  anual usiacus. — Alg-eciras. 
Gijmnoternus  MoreníB. —Qierra  Morena. 

—  quadri^hiíKS.—Algecir&s. 
ZamprocAroímis  defectimis. — Alg-eciras. 

^  Pseudocrojjsilus  (nov.  g-en.)  maculijjennis. — Alg-eciras,  Irún. 
—  claripennis . — Alg-eciras,  Irún. 

Campsicnemus  um'bri2iennis  Lw.  var.  hispánica. — Irún,  Brincóla, 
Cárdenas. 

Loncoptéridos. 
LoncJioptera  irisiis  Mg-.  var.  ¡JseudoirUineata. — Sierra  Morena. 

Sírfidos. 

XaniJwgramma  marginaU  Lw.  var.  iJ/orej¿<p.— Cárdenas. 
iSyrphus  baJteaitis  Deg-.  f.*  andalusiaca. — Alg-eciras,  Játiba_ 
Sgrifia  2ñpiens  L.  var.  odscurípes. —Algecir-ds. 

Pipuncúlidos. 
Pipunculus  nigritiilus  Zett.  var.  griseifrons.—Cette. 

Conópidos. 
Myopa  dorsalis  Fbr.  var.  minor. — Madrid. 

Múscidos. 

Parahyposiena  (nov.  g-en.)  diversipes. — Irún,  Alg-eciras. 
Melanomelia  (nov.  g-en.)  aterrima. — Alg-eciras,  Sierra  Nevada^ 
Cosnosia  MiMi  Str.  var.  hispánica. — Alg-eciras. 
Elgiva  dorsalis  Mg-.  var.  ohscuriventris. — Irún,  Brincóla. 

—      irivitiata.— España,  Servia. 
Sapromyza  andalusiaca. — Játiba. 
Calohata  ocioannulata. — Sierra  Morena. 
Psila  nigroiíBniaia.—Jküha. 
Capnotera  hyalipennis. — Irún. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  229 

A nlkracopkaf/a  andahisiaca.—J ntihñ. 

Eutroplut  ThaJhammeri  Strobl,  var.  Msjjanica.—Wádñd,  Játiba. 

Chloropisca  rufa  Macq.  var.  nigroxUlata. — Sierra  Morena. 

—  —    var.  rarieii/íaía.—lhid. 
nydrellia  nigricans  Stenli.  var.  hispánica. — Alg-eciras. 
HyacUna  giítiaUi  Hal.— var.  olscuripes.—kX^^QAXd.^,  S.  Morena. 

—  —      var.  nigripes. — Irún. 

ScatopJiila  quadriliíieata. — Ronda,  Sierra  de  la  Nieve. 
Rhicnoessa  alóogutlaia. —A.\geciva&. 

—  aU'OseluIüsa. — Alg'eciras. 

OchtMpMIa  corónala  L\v.  var.  nigripes. — Alg-eciras,  Sierra  Mo- 
rena. 
Lodioptera  alh  orna  culata. — Játiba, 
Agromyza  lútea  Mg-.  var.  meridionalis. — Sierra  Morena. 

—  scuteJlala  Fall.  var.  fnscolimbata.  —  Alg-eciras,  Ron- 

da, Irún. 

—  nigripes  Mg-.  var.  rondensis. —  Ronda. 

—  grossicornis  Zett.  var.  crassisela. — Sierra  Morena, 

—  pulicarioides. — Alg-eciras. 
Ceratomyza  deniicornis  Pz.  var.  nigriventris. — Irún. 

—  —         var.  nigrosculellata. — x\lg-eciras. 
Pliytomyza  ajlnis  Fall.  ydv.favicoxa. — Alg-eciras,  Irún. 

—  Morence. — Sierra  Morena. 

—  7ievadensis .—  ^'iQvva  Nevada. 
8pli(Bfocera pusilla  Mg-.  var.  nigripes .—k\^^QAX2i's>. 
Limosina  limosa  Fall.  var.  varicornis. — Alg-eciras. 

—  pUirisetosa. — Alg-eciras. 

—  andalusiaca. — Alg-eciras. 

Bibiónidos. 

Dilophus  femoratus  Mg-.  var.  andalusiaca.— i kiihdu,  Sierra  Ne- 
vada, Sierra  Morena. 
BiMo  Johannis  L.  var.  nigri fémur. —  Sierra  Aiscurre. 

Micetofílidos. 

Sciara  ThoniíB  L.  var.  nevadensis. — Sierra  Nevada. 

—  odtusicatcda.— Ronda,  Sierra  Morena. 

—  qtíinquelineata  Macq.  var.  alpujarrensis. — Alpujarras. 

—  Morena. — Sierra  Morena. 

Boletina  analis  Mg*.  var.  postposita. — Brincóla. 


230  boletín    de    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Quironomiclos. 

Ceraiopogon  cantabñcus. — Bi-incola, 

—  2MUcaris  L.  var.  algecirensis. — Alg-eciras. 

—  flavipes  lsie\g .  y^v.  flaioscuiellata. — Alg-eciras. 

—  Morenm. — Sierra  Morena, 

—  casiellamis . — Sierra  Morena,  Madrid. 

—  paUideiarsus. — Madrid,  Játiba. 
Tanypíis  casteliamcs .—Qien-Si  Morena. 

Díxidos. 

Díxa  macúlala  Meig-.  f.^  nel/tdosa.— Sierra  Nevada. 
—         —        var.  dilatata — Brincóla. 

f 

Tipúlidos. 

Típula  saginaia  Berg-r.  var.  ohscuriventris. — Sierra  Aiscurre. 

—  pseudogig antea. —iHerva  Aiscurre. 

—  irí/asckuIaia.—íiieTra  Morena. 

—  Moreim. — Sierra  Morena. 

—  acumitiaia.— Sierra  Morena,  Madrid. 
Limnohia  aniumnalis  Stg-.  f."  unicolor. — Monte  Baldo. 

—        tristis  Sclium.  f.^  maculosa. — Brincóla. 
Ceranomyia  caloptera  Mik.  var.  odscura. — Alg-eciras. 
Trimicra  andalusiaca. — Alg*eciras. 
Rliynclíolopus  crassipes. — Bri n cola . 

Eesnmen  de  los  dípteros  nuevos  descritos  por  el  P.  Strobl: 

Géneros,  4;  especies,  54;  subespecies,  1;  variedades,  43;  for- 
mas, ^5. 

Como  se  ve,  más  de  la  décima  parte  de  las  especies  de  díp- 
teros encontradas  por  el  P.  Strobl  en  España  son  nuevas  para 
la  ciencia.  Resultado  es  éste  harto  halag-üeño  para  cualquier 
naturalista  que  á  tales  estudios  se  dedicase. 

Para  templar  el  rubor  que  nos  cubre  el  rostro  ante  la  idea 
de  que  semejantes  trabajos  no  los  haya  llevado  á  cabo  alg-ún 
naturalista  español,  felicitémonos  de  que  al  menos  nuestras 
riquezas  naturales  las  conozcan,  estimen  y  estudien  los  sabios 
extranjeros,  y  de  que  uno  de  ellos  sea  el  relig'ioso  benedictino 
P.  Gabriel  Strobl. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  231 

La  casiterita  y  los  filones  estanníferos  de  nuestra  Península 

POR 

D.    SALVADOR    CALDERÓN. 
B  i  IdIío  grafía. 

1847.     F.  Cútoli:  Mera,  sobre  miu.  estaño  prov.  Pontevedra  y  Orense. 

1850-52.     Escosura:  Miu.  de  estaño  de  Zamora.  Rev   minera,  i  á  ni. 
—  Martínez  Alcíbar:  Sobre  min.  estanníf.  de  Galicia.  Rev.  mine- 

ra (varios  tomos). 

1853,     P.  López:  Mem.  geogn.  agrícol.  prov.  Asturias,  p.  15. 

1856.     Dufrénoy:  Traite  de  minéralogie,  1856,  iii,  p.  300,  y  Atlas,  pl.  113, 
fig.  380  y  pl.  114,  fig.  381. 

1858.     Scbulz:  Descrip.  geol.  de  Astur.,  p.  18. 

1862.     Naranjo:  Elem.  de  Miner.  gener.,  p.  380. 

1864.     Prado:  Descrip.  fís.  y  geol.  prov.  Madrid,  p.  106. 

1874.     Cortázar:  Bol.  Com.  Mapa  geol.,  p.  24. 

1876.  M.  García:  Fil.  estann.  prov.  Salamanca.  Bol.  Com.  Mapa  geol.,  iii. 

1877.  Becke:  Tschermak's  min.  Mittb.,  p-  243-200. 

1880.     Gil  y  Maestre:  Descrip.  fís.  y  geol.  prov.  Salamanca. 

1882.  Barrois:  Redi.  s.  1.  terr.  anciens  des  Astur.  et  de  la  Gallee,  p.  137. 

1883.  Puig  y  Larraz:  Descrip.  fís.  y  geol.  prov.  Zamora,  p.  412. 
1889-90.     Espina  y  Capo:  Com.  ejecut.  Estad,  minera. 

1893.  Breidenbach:  Die  Zinnlagerstilten  Portugals  (Glückauf,  p.  1032 

y  1050. 

1894.  Quiroga:  Traduce.  Miner.  Tschermak,  p.  282. 

1895.  Mallada:  Explic.  Mapa  geol.  de  España,  i,  p.  173  y  545. 
1898.     Pedro  Gomes:  Commun.  d.  Sec9.  dos  Trabalh.  geol.,  ni,  p.  202. 
1900.     Bolívar  y  Calderón:  Elem.  de  Hist.  nat.,  Geol.,  p.  116. 

Sin  que  pueda  decirse  que  tenemos  en  España  una  riqueza 
extraordinaria  de  estaño,  no  dejan  de  alcanzar  cierta  impor- 
tancia los  yacimientos  de  esta  mena  que  existen  en  la  par- 
te NW.  de  nuestra  Península,  de  los  cuales,  así  como  de  otros 
mucho  menos  considerables  que  se  hallan  en  otros  parajes  de 
la  misma,  vamos  á  presentar  un  breve  trabajo  de  conjunto. 

Se  ha  cuestionado  mucho  sobre  si  los  antig-uos  explotaron  ó 
no  nuestra  zona  estannífera  y  si  formaba  parte  de  la  reg-ión  de 
Las  Casitérides,  no  bien  definida.  Los  Sres.  P.  López  y  Cortázar 
(lanía  cuestión  como  resuelta,  afirmando  que  hoy  está  fuera 


532  BOLETÍN    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

de  duda  que  las  naves  de  los  mercaderes  de  Tiro  abordaban 
al  litoral  de  Galicia  en  busca  del  estaño,  y  que  existen  en  el 
país  los  restos  de  los  lavaderos. 

La  casiterita  se  presenta  bajo  dos  formas:  en  g-ranos  sueltos 
y  en  filones.  Estos  últimos,  aunque  suelen  llamarse  filones 
estanníferos,  son  en  realidad  cuarzosos,  en  los  que  se  presen- 
tan de  una  manera  accidental  é  irreg'ular  concreciones,  nodu- 
los y  aun  bolsadas  de  casiterita  de  tamaño  tan  variable  que 
sería  imposible  dar  una  idea  de  su  término  medio,  pues  los 
hay  desde  el  g-randor  de  un  piñón  hasta  el  de  una  nuez,  y  al- 
g'unos  mucho  mayores.  Los  mismos  filones  que  los  contienen 
ofrecen  también  muy  diversa  potencia.  Como  excepcionales 
cita  el  Sr.  Espina  y  Capo  pequeñas  vetas  tendiendo  á  la  forma 
ñloniana  en  el  término  de  Brandilanes,  provincia  de  Sala- 
manca; pero  aun  en  este  caso  no  constituyen  todavía  verda- 
deros filones,  como  nota  acertadamente  el  citado  ing-eniero. 

Caracteres. — No  faltan  buenos  cristales  y  maclas  en  la  reg-ión 
de  la  casiterita  de  Galicia  y  Salamanca.  Fig-uran  de  antig-uo 
en  las  colecciones  los  de  San  Pedro  de  Rozados  y  Orense;  de 
Salamanca  presentó  el  ing-eniero  D.  Manuel  García  mag-níficos 
ejemplares  á  la  Exposición  de  Viena  que  llamaron  mucho  la 
atención,  y  nosotros  los  hemos  visto  voluminosos  de  Bernoy, 
mina  Nueva  Cornouailles,  formados  por  el  protoprisma  y  la 
protopirámide,  combinados  con  el  deutoprisma  y  la  deutopi- 
rámide  y  en  codo,  seg-ún  la  macla  del  rutilo.  La  casiterita  de 
San  Bartolomé  de  Penouta,  en  la  provincia  de  Orense,  se  ha 
citado  varias  veces  por  los  mineralogistas  á  causa  de  sus  cris- 
tales muy  rebajados,  casi  reducidos  á  la  cara  P.  El  Museo  de 
Historia  natural  y  el  de  la  Escuela  de  Minas  de  Madrid  poseen 
muy  .buenos  ejemplares  de  la  reg-ión  á  que  nos  referimos.  Así 
en  esta  última  existe  uno  de  1  dm.,  consistente  en  una  g-ran 
macla  g-eniculada  de  entre  Montes  y  Avión,  en  Orense,  conte- 
niendo hojas  de  mica  en  tal  cantidad,  que  en  la  fractura  pa- 
rece una  roca  de  mica  y  casiterita;  de  la  misma  localidad  hay 
un  mag-nífico  pico  de  estaño,  neg-ro,  donado  por  Schulz;  un 
gran  cristal  incompleto  de  Presqueiro,  Montes,  con  brillo  mar- 
cadamente resinoide  y  color  morado  en  la  fractura,  y  de  San 
Pedro  de  Rozados  un  bello  g-rupo  de  cristales  estudiado  por  el 
Sr.  Cía,  eminente  profesor  que  fué  de  aquella  Escuela,  que, 
seg-ún  él,  se  componen  de  «prismas  con  las  caras  primitivas  1/" 


DE    HISTORIA   NATURAL.  233 

y  las/¿i,  ^í^l-2,  modificados  en  las  aristas  básicas  por  los  pla- 
nos d\  j  en  los  áng'ulos  por  los  planos  a^  (1).» 

Dufrénoy  hace  especial  mérito  de  dos  cristales  de  la  colec- 
ción de  Heuland,  procedentes  de  Monterrey  y  notables  por  una 
truncadura  en  el  vértice  que  forma  la  base  del  prisma.  Ambos 
están  fig-urados  en  el  Atlas  del  Tratado  de  este  mineralog-ista, 
y  son  los  únicos  que  poseen  semejante  disposición  entre  los 
allí  presentados.  Ofrecen  las  caras  /¿i  (110),  «'  (321),  b^  (311), 
P  (001),  y  uno  de  ellos  además  la  cara  prismática  i/ (101). 

En  los  buenos  cristales  de  las  mencionadas  localidades  suele 
mostrarse  muy  bien  una  estriación  vertical,  dispuesta  de  modo 
que  las  líneas  alternan  en  el  prisma  dominante  con  las  caras 
pequeñas  de  otro,  ambos  de  desig-ual  valor  y  ocupando  diversa 
posición,  de  suerte  que  un  sistema  brillante  y  liso  alterna  con 
otro  mate  }'  flexuoso. 

Examinando  Becke  los  diversos  ejemplares  de  casiterita  que 
se  encuentran  en  las  colecciones  alemanas,  y  entre  ellos  de 
España  (Beariz,  Carballino,  provincia  de  Orense),  disting-ue  en 
esta  especie  tres  tipos  ó  facies:  uno  que  llama  sajón-bohemio, 
otro  el  de  ag'ujas  de  Cornwally  otro  el  de  cristales,  en  que  do- 
mina la  cara  c  (001),  que  es  el  de  Pitkaranta,  Al  primero,  que 
es  el  principal,  pertenecen  los  ejemplares  de  Orense,  y,  en  ge- 
neral, los  de  toda  la  zona  estannífera  hispano-portug-uesa. 

Fuera  de  dicha  zona  se  conocen  pocos  cristales  de  casiterita 
en  la  Península,  y  carecen  de  importancia.  En  Asturias  los  hay 
pardo-obscuros  implantados  en  la  masa;  escasos  en  Hoyo  de 
Manzanares,  en  la  provincia  de  Madrid,  y  en  las  cercanías  de 
Mérida,  en  la  de  Badajoz. 

El  ing-eniero  y  reputado  químico  D.  Enrique  Hauser  nos  ha 
comunicado  particularmente  el  análisis  por  él  practicado  de 
una  casiterita  del  término  de  Avión,  siendo  la  muestra  ensa- 
yada mineral  menudo  procedente  de  concentración  por  lavado. 

Bióxido  de  estaño ■.  - 63,C85 

Arsénico 0,178 

Cobre 0,280 

Plomo 1,022 

Hierro 0,197 

Azufre 0,381 

(1)    Correspondeálacombinación  (101),  (110),  (210),  (311),(321).       ^ 

N.»  5. -Mayo,  1901.  17 


234  boletín    de   LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Oxido  ferroso 3,003 

—     mangánico 1,488 

Alúmina 0,020 

Cal 2,495 

Magnesia 0,081 

Acido  túngstico 1,735 

—     nióbico ]  1,375 

Sílice 13,623 


Suma 99,563 


De  este  estudio  se  infiere  que  el  mineral  no  es  puro,  sino  que 
engloba  otras  especies,  y  entre  ellas  alg-una  poco  frecuente^ 
como  la  columbita  ú  otra  afín. 

De  otros  ejemplares  peninsulares  se  han  hecho  sólo,  que  se- 
pamos, ensayos  incompletos,  aunque  suficientes  para  probar 
que  las  casiteritas  de  los  filones  de  Galicia  y  Salamanca  con- 
tienen cantidades  variables  de  óxido  de  hierro,  arcilla,  ácido 
silícico  y  otros  cuerpos  no  determinados;  las  más  puras,  en 
g-eneral,  son  las  de  los  aluviones,  y  entre  ellas  á  las  de  El  Viso 
se  les  ha  asig'nado  una  ley  de  hasta  60  por  100. 

Ya  hemos  dicho  que  en  el  cuarzo  filoniano  el  mineral  de  es- 
taño suele  presentarse  de  preferencia  en  g-ranos  de  muy  diverso 
tamaño,  y  también  los  hay  á  veces  sueltos.  En  ciertos  aluvio- 
nes de  Galicia,  Zamora  y  Salamanca  constituyen  cantos  roda- 
dos que  exteriormente  parecen  de  cuarcita,  pero  que  se  distin- 
g-uen  desde  lueg'O  de  ella  al  cog-erlos  con  la  mano,  por  su  gran 
peso;  en  la  Escuela  de  Minas  los  hay  de  tamaño  de  nueces,  y 
otras  veces  son  arenosos,  como  lueg'o  veremos. 

Otras  variedades  de  casiterita  son  raras  en  nuestro  país,  y  no 
se  han  visto  aún  en  él  alg-unas  de  las  mencionadas  de  las  loca- 
lidades clásicas  extranjeras.  Recordaremos  solamente  unas 
muestras  concrecionadas  que  cita  Massart  de  los  pequeños 
criaderos  de  Cartag-ena. 

Asociaciones. — Preséntase  la  casiterita  con  mica,  seg-ún  se  ha 
dicho,  en  íntima  unión,  formando  en  ocasiones  como  una  ver- 
dadera roca;  el  cuarzo  también  hemos  indicado  le  sirve  de  ma- 
triz las  más  veces,  siendo  los  filones  de  éste,  por  lo  común,  le- 
chosos y  otras  veces  hialinos  y  ahumados,  con  numerosas  g-eo- 
das  cristalinas,  y  no  es  raro  vayan  con  el  estaño  turmalinas  y 
otros  silicatos,  por  ejemplo  en  San  Pedro  de  Rozados;  á  ellos 


DE    HISTORIA   NATURAL.  235 

suele  asociarse  la  ^voIfl'amita;  en  Cartag-ena  acompaña  al  cuarzo 
la  baritina.  Como  minerales  metálicos  es  bastante  constante  la 
pirita  arsenical,  aunque  no  en  g-ran  cantidad,  el  óxido  de  hierro 
en  el  filón  de  Carbajosa,  en  Zamora,  la  cuprita  en  otros  de  la 
misma  provincia  y  la  g-alena  en  uno  de  Cartag-ena: 

Yacimientos. — Los  filones  de  cuarzo  estannífero  arman  en  el 
g-ranito  y  en  los  terrenos  arcaico  y  paleozoico.  Entre  los  prime- 
ros pueden  citarse  muchos  de  Galicia,  de  Zamora  y  varios  de 
los  principales  de  Portug-al;  fuera  de  esta  zona  los  hay  también 
en  Asturias,  en  Salave  como  mineral  accesorio  de  las  quersanti- 
tas  cuarcíferas  recientes  de  Barrois,  en  el  Hoyo  de  ^Manzanares, 
en  la  provincia  de  Madrid,  y  en  Mérida.  En  Zamora  se  suele 
ver  pasar  los  mismos  filones  del  g-ranito  al  g-neis,  y  en  el  con- 
tacto de  estas  dos  rocas  están  la  mayoría  de  los  de  Portug-al;  los 
de  Martinamor,  en  la  provincia  de  Salamanca,  encajan  en  el 
g-neis,  como  lo  hacen  en  Galicia,  y  otros  en  el  turmalinífero  de 
Pesqueiras,  en  el  clorítico  de  Montes  y  en  las  micacitas  de  Mon- 
terrey. Por  lo  que  hace  á  las  provincias  de  Zamora  y  Salaman- 
ca, los  yacimientos  estanníferos  están,  por  lo  g-eneral,  dentro 
de  los  terrenos  cámbrico  y  silúrico,  y  en  las  zonas  de  contacto 
de  éstos  y  el  g-neis,  correspondiendo,  como  los  demás  del  país, 
al  tipo  de  los  antig-uos  yacimientos  de  estaño  acompañado  de 
fluosilicatos. 

En  toda  la  reg-ión  hay  aluviones  estanníferos  más  ó  menos 
considerables  procedentes  de  la  ruina  de  los  filones;  tal  su- 
cede, sobre  todo,  en  la  provincia  de  Orense  y  en  las  de  Sala- 
manca y  Zamora,  en  las  depresiones  del  terreno  próximas  á 
aquellos;  la  casiterita  en  g-ranos  rodados,  en  arenas  mezcladas 
con  otros  minerales,  interpuesta  en  arcilla  micacífera,  forma 
depósitos  de  variable  espesor,  como  lueg-o  veremos. 

Localidades. — Hay  en  la  Península  una  zona  propiamente 
estannífera  y  varios  pequeños  yacimientos  aislados  fuera  de 
ella,  respecto  á  los  cuales  poseemos  aún  pocas  noticias. 

«La  reg-ión  estannífera,  dice  el  Sr.  Mallada,  comienza  en  el 
pueblo  de  Merza,  límite  N.  de  la  provincia  de  Pontevedra,  cru- 
za la  de  Orense  por  el  monte  Testeiro  y  la  Sierra  de  Suido, 
donde  se  hallan  enclavados  los  criaderos  más  importantes  de 
los  términos  de  Beariz  y  Avión;  se  inclina  después  al  W.;  sigrne 
por  Rivadavia,  Freas  de  Eiras,  Monterrey  y  Villar  de  Ciervos 
(Zamora),  hasta  el  vecino  reino  de  Portug-al.» 


236  BOLETÍN    DE   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Los  filones  rara  vez  exceden  de  27  cm.,  derivándose  ramiñ- 
caciones  que,  por  lo  general,  no  pasan  de  10,  desprovistos  de 
interés  industrial;  suelen  estar  cruzados  por  otros  estériles  de 
cuarzo,  y  se  alinean  de  NE.  á  SW. 

Poco  tenemos  que  añadir  á  lo  dicho  por  lo  que  se  refiere  al  es- 
taño de  Galicia.  Ailemás  de  la  zona  de  los  principales  criaderos 
de  Lousame  y  Cabana,  en  Coruña,  y  otros,  hay  filoncillos  en  las 
micacitas  de  Monterrey,  en  el  gneis  turmalinífero  de  Pesquei- 
ras,  Avión,  Couso  de  Avión  y  Doade  y  en  el  micáceo  y  cloríti- 
co  de  Montes.  En  la  provincia  de  Orense  hemos  mencionado  por 
sus  bellos  cristales  Carballino  y  Beariz;  en  este  último  se  dio 
}iace  algún  tiempo  con  un  stockwerck  de  granito  estannífero 
de  una  riqueza  excepcional,  del  cual  hay  buenos  ejemplares 
en  el  Museo  Británico.  En  el  término  de  Forcaray  y  la  provin- 
cia de  Pontevedra,  se  ha  descubierto  hace  pocos  años  un  im- 
portante yacimiento.  Del  deshecho  de  los  filones  resultan, 
como  queda  dicho,  aluviones  con  el  mineral  de  que  tratamos 
en  el  término  de  Beariz  y  en  otros  de  la  misma  provincia. 

En  Zamora  hay  muchos  filoncillos,  ó  más  bien  vetillas  de 
cuarzo  con  casiterita,  unas  veces  cristalizada  y  otras  en  masas 
más  ó  menos  voluminosas,  sobre  todo  en  la  zona  de  contacto 
del  g'neis  con  el  granito,  como  sucede  en  Carbajosa,  Pino  de 
Oro,  Yilladepera,  Almaraz,  Arcillera,  etc.  Estos  y  otros  dimi- 
nutos criaderos  que  consisten  en  vetillas  repetidas  á  interva- 
los de  2  m.,  parece  ser  los  haces  de  un  tronco  único  que  radi- 
cara en  la  profundidad.  Hállanse  en  las  depresiones  del  suelo 
inmediatas  á  los  citados  filones,  depósitos  aluviales  constituí- 
dos  por  arcilla  micacífera  con  cantos  cuarzosos  y  granos  roda- 
dos de  casiterita,  alcanzando  á  veces  el  volumen  de  avellanas 
y  nueces,  trocitos  de  turmalina,  algunas  raras  pajuelas  de  oro, 
cristates  rodados  de  granate,  etc.  Estos  aluviones  presentan  un 
espesor  de  3  m.  en  las  inmediaciones  de  Yilladepera,  y  desde 
Pereruela  al  Duero. 

Existen  en  la  provincia  de  Salamanca  criaderos  en  un  todo 
análogos  á  los  de  Zamora:  en  general  son  más  ricos  los  de  esta 
última,  pero  en  aquélla,  en  cambio,  la  zona  del  estaño  es  mu- 
cho más  extensa.  La  riqueza  aumenta  según  nos  aproximamos 
á  los  3°  longitud  W.  y  á  los  43°  latitud  N.  Ya  hemos  dicho  que 
los  filones  salmantinos  encajan  en  las  pizarras  paleozoicas  y 
excepcionalmente  el  de  Martinamor,  sito  en  el  cerro  de  la  Ata- 


DE   HISTORIA   NATURAL.  237 

laya,  que  es  muy  potente,  en  el  ^-neis.  La  localidad  clásica  de 
esta  provincia  es  San  Pedro  de  Rozados,  conjunto  de  filones  en 
una  extensión  de  unos  17  km.  aproximadamente,  y  cuya  dis- 
tribución y  límites  no  pueden  determinarse  por  estar  el  terre- 
no cubierto  de  tierra  vegetal  y  monte.  Aparecen  allí  magnífi- 
cos ejemplares  cristalizados,  acompañados  de  turmalina  y 
otros  silicatos  que  figuran  en  los  gabinetes  mineralógicos. 
Otros  varios  filones  radican  en  el  terreno  cámbrico  de  Sala- 
manca, en  los  términos  de  Terrubias,  Santo  Tomé  de  Rozados, 
Bernoy  y  Cemprón;  en  este  último  los  granulos  ^y  cristales  de 
casiterita  son  de  color  de  vino  claro  y  encendido  y  van  asocia- 
dos á  turmalina,  arsenopirita  y  algo  de  wolframita.  La  ero- 
sión de  los  filones  ha  dado  lugar,  como  en  las  otras  provin- 
cias antes  mencionadas,  á  aluviones  estanníferos,  de  los  cua- 
les el  de  San  Pedro  de  Rozados  ocupa  una  extensión  conside- 
rable. 

Como  queda  dicho,  la  región  estannífera  española  se  extien- 
de por  Portugal,  si  bien  no  pasa  de  los  40°  de  latitud  por  los 
distritos  de  Braganza,  Villa  real  y  Oporto;  aparece  además  en 
Vizeu,  de  Tras-os-Montes.  Según  Breidenbach,  los  filones  de 
Tras-os-Montes  están  en  el  contacto  del  gneis  con  el  granito,  y 
la  ley  de  los  minerales  es  mayor  en  la  parte  que  arma  en  el 
segundo;  pero  el  gneis  contiene,  además,  pizarras  anfibólicas 
con  casiterita.  Pedro  Gómez  cita  las  siguientes  localidades  por- 
tuguesas del  óxido  de  que  tratamos:  minas  de  Brunosinho,  del 
Carvalhal,  de  S.  Martinho  d'Angueira,  de  Paradella,  de  Mon- 
tesinho,  de  las  Teixugueiras,  de  las  Malhadinhas,  de  Villa- 
rinho  do  Monte  (todas  en  Tras-os-Montes),  de  la  Rebordosa 
(distrito  de  Oporto);  Sierra  de  Maráo,  Covello  de  Paiva  i^San 
Pedro  do  Sul). 

Fuera  de  la  región  estannífera  hispano-portuguesa  que  que- 
da mencionada,  los  restantes  yacimientos  del  país,  aunque  no 
bien  conocidos,  parecen  tener  muy  escasa  importancia.  Pas- 
cual López  y  Cortázar  afirmaron  que  los  antiguos,  quizás  los 
fenicios,  explotaron  yacimientos  en  Salabe,  á  legua  y  media 
sobre  la  costa  E.  de  Rivadeo,  y  en  Ablaneda,  una  legua  al  S. 
de  Salas,  en  los  cuales  hoy  apenas  quedan  señales  de  mine- 
ral; según  Schulz,  los  vaciados  producidos  por  la  antigua 
extracción  pasan  de  4  millones  de  metros  cúbicos.  Hoy  todo  lo 
que  se  conoce  en  Asturias  respecto  al  óxido  de  que  tratamos, 


238  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Son  pobres  masas  en  Salas,  mezcladas  con  mica  blanca,  y  en 
ellas  alg-unos  cristales  pardo  obs.curos. 

En  las  cercanías  de  Mérida  (Badajoz)  hay  pequeñas  masas 
y  cristalinos  en  terreno  g-ranítico,  y  otras  indicaciones  vag-as 
se  han  hecho  respecto  á  casiteritas  de  Extremadura,  que  no 
son  suficientes  para  juzg-ar  si  se  trata  de  una  prolongación  de 
la  zona  estannífera  principal  ó  si  solo  de  manifestaciones  ais- 
ladas. 

En  la  sierra  de  Guadarrama  también  se  conocen,  aunque 
pequeños,  alg-unos  yacimientos  de  estaño.  Prado  dio  como  se- 
g-uro  el  de  Hoyo  de  Manzanares  en  la  provincia  de  Madrid,  con 
alg-unos  cristalitos,  en  el  g-ranito,  y  como  dudoso  uno  de  el  Es> 
corial. 

Vag-amente  cita  la  casiterita  de  la  provincia  de  Valladolid 
el  profesor  é  ingeniero  Naranjo,  dato  que  merecería  com- 
probarse. 

En  las  zonas  oriental  y  meridional  son  muy  escasos  hasta 
ahora  los  hallazgos  de  mineral  de  estaño.  Debemos  á  Massart 
noticias  de  los  yacimientos  en  el  distrito  de  Cartagena  y  de 
ellos  uno  explotado  en  la  mina  San  Isidoro,  formando  una 
masa  que  medía  2  m.  de  potencia  en  el  afloramiento  pero 
que  se  reducía  á  algunos  centímetros  á  los  60  m.  de  profun- 
didad. El  mineral  consistía  en  una  casiterita  concrecionada 
con  ganga  de  baritina  y  cuarzo;  en  otro  yacimiento  más  insig- 
nificante estaba  asociada  á  galena. 

Se  ha  citado  sin  detalles  el  mineral  que  nos  ocupa  de  la  pro- 
vincia de  Jaén,  de  la  cual  hay  un  ejemplar  con  cuarzo  despro- 
visto de  procedencia  precisa  en  la  Universidad  de  Sevilla,  y 
sólo  consiste  en  porciones  pequeñas  sin  ninguna  circunstan- 
cia especial.  Por  último,  con  duda  le  han  mencionado  algunos 
mineros  como  de  la  provincia  de  Murcia,  y  en  la  colección  del 
reputado  ingeniero  D.  Pablo  Ochayta  Martínez,  figuraba  un 
ejemplar  teniendo  por  localidad  Sierra  de  Bacares,  que  debe 
referirse  á  dicha  provincia;  pero,  al  menos  por  lo  que  se  refiere 
á  otras  citas  de  la  misma,  M.  Petigaud  dice  con  razón  que  pro- 
ceden de  haberse  tomado  por  casiterita  rocas  anfibólicas  im- 
pregnadas de  hierro  oxidado,  con  granate  ú  otras  substancias, 
aparte  de  que  la  confusión  puede  haberse  hecho  en  ocasiones 
intencionalinente  con  propósitos  fraudulentos. 

ProdiíCCÍÓ7i, — Como  hemos  dicho,  es  indudable  que  los  anti- 


DE    HISTORIA   NATURAL.  239 

g'iios  explotaron  el  estaño  en  Galicia  y  lo  exportaron  á  otros 
países,  y  en  Asturias  y  Portug-al  también  se  han  reconocido 
vaciados  de  extracción  al  parecer  considerables  en  sitios  en 
que  hoy  apenas  quedan  vestig-ios  de  mineral.  Seg-ún  el  Sr.  Cor- 
tázar, la  mayor  parte  de  los  criaderos  de  Zamora  eran  cono- 
cidos y  están  apuntados  en  el  reg-istro  g-eneral  de  las  minas 
de  Castilla  como  concedidos  los  permisos  de  beneficio  á  fines 
del  siglo  XVI  y  principios  del  xvii,  y  aun  alg'uno  citado  ya 
por  Plinio  y  Posidonio.  Sin  embargo,  se  atendieron  poco  los 
yacimientos  peninsulares  hasta  el  año  1887,  en  que  la  su- 
bida extraordinaria  que  tuvo  el  estaño  inició  bastante  mo- 
vimiento minero  en  aquella  reg-ión ,  sobre  todo  en  Galicia, 
donde  esta  substancia  ha  constituido  hasta  hace  poco  el  único 
elemento  de  riqueza  mineral  explotado.  Al  principio  se  redu- 
cía la  extracción  á  un  verdadero  merodeo,  cog-iendo  el  mine- 
ral de  más  fácil  acceso  y  Vendiéndolo  á  intermediarios  que  lo 
exportaban  á  Ing'laterra;  pero  después,  y  merced  sobre  todo 
al  concurso  de  capitales  extranjeros,  se  ha  ido  normalizando 
esta  industria  minera.  Las  casiteritas  y  wolframitas  de  Lou- 
same  (Coruña),  parece  se  intentan  explotar  en  g-rande  seg-ún 
los  preparativos  hechos  para  ello,  incluso  la  construcción  de 
una  fábrica.  Produjeron  las  minas  de  Tiro  y  Sidón,  del  término 
de  Carbia  (Pontevedra),  seg-ún  una  de  las  últimas  estadísti- 
cas, 50  quintales  métricos  de  estaño  y  19  de  wolframita  en 
un  año.  En  los  aluviones  de  Beariz  y  de  El  Viso,  que  son  muy 
extensos,  la  ley  se  calcula  en  2  por  100  y  la  casiterita  es  suma- 
mente rica,  presentándose  más  abundante  en  ciertas  bolsadas 
en  las  que  el  mineral  está  envuelto  en  una  materia  arcillosa 
y  donde  se  explota  con  más  ventaja;  sin  embargo,  en  varios 
de  estos  aluviones,  como  sucede  en  la  provincia  de  Orense,  el 
beneficio  es  tan  poco  lucrativo  que  sólo  se  emplean  en  él  algu- 
nas mujeres  y  niños  de  las  parroquias  de  Girasga  y  Presqueira, 
del  ayuntamiento  de  Beariz. 

Ya  hemos  indicado  que  los  yacimientos  de  la  provincia  de 
'Zamora  son  más  ricos  que  los  de  Salamanca,  pero,  en  cambio, 
en  esta  última  es  más  extensa  que  en  la  anterior  la  zona  es- 
tannífera. Una  y  otra  están  muy  mal  dotadas  de  medios  de 
comunicación,  resultando  los  pocos  que  existen  demasiado 
costosos,  y  los  carbones  están  lejos;  dichas  minas  se  encuen- 
tran paralizadas  en  su  mayoría.  Sin  embargo,  en  las  de  Alma- 


»4(i  boletín  de  la  sociedad  española 

ráz  parece  se  llevaban  á  cabo  hace  poco  trabajos  de  investig-a- 
ción.  Los  extensos  aluviones  estanníferos  y  los  filones  de  San 
Pedro  de  Rozados,  que  representan  una  riqueza  de  considera- 
ción, se  explotan  alg-o  por  dos  Compañías,  una  ing-lesa  y  otra 
alemana,  aunque  luchando  con  las  expresadas  dificultades  y 
con  la  de  la  g-ran  escasez  de  ag-ua  necesaria  para  el  lavado. 

En  Portug-al  es  muy  semejante  el  estado  de  las  cosas,  reco- 
nociéndose en  él  señales  de  antig-uas  explotaciones,  que  se 
cree  datan  en  parte  del  tiempo  de  los  árabes,  las  cuales  no 
exceden  de  30  m.  de  profundidad. 

Para  dar  una  idea  de  la  producción  en  España  del  estaño 
diremos  sólo  que  en  1888  se  obtuvieron  en  el  país  4  t.  que  va- 
lieron 2.700  pesetas;  se  elevó  la  cifra  por  la  g-ran  subida  que 
el  metal  tuvo  en  el  mercado,  en  1890  hasta  41  t.,  y  en  1891 
á  69,  después  del  cual  disminuyó  la  producción  hasta  34  t. 
en  1893,  que  valieron  18.000  pesetas.  En  la  última  estadística 
de  1900  sólo  Galicia  fig-ura  como  productora  de  mineral  de 
estaño  con  las  cantidades  siguientes: 


Provincias. 

Toneladas. 

Valor 
á  bocamina. 

Corufia , 

Orense . 

Pontevedra  (1) 

40 

14 

9 

30000 

10.000 

2.250 

57 

42.250 

/ 

(1)    Todo  su  estaño  procede  de  la  mina  Estradense,  del  término  de  Forcarey,  recien- 
temente demarcada. 


BOLKTÍ  N 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 


Sesión  del  5  de  Junio  de  1901. 

PRESIDENCIA    DE    DON    ULAS    LÁZARO    É    IBIZA. 

Leída  el  acta  de  la  sesión  anterior,  fué  aprobada.  Asiste  á 
la  sesión  D.  Carlos  del  Río,  presentado  por  el  Sr.  Calderón. 

Correspondencia. — El  Sr.  Secretario  leyó  una  carta  del  pro- 
fesor L.  Bornbicci,  dando  gracias  á  la  Sociedad  por  haberse 
adherido  á  la  manifestación  que  le  tributó  la  Universidad  de 
Bolonia.  Acompañan  á  dicha  carta  periódicos  y  un  folleto  en 
que  se  relata  este  interesante  acto. 

Otra  del  Sr.  Girard  acusando  recibo  en  nombre  de  S.  M.  el 
Rey  de  Portugal  del  tomo  xxix  de  nuestros  Anales  y  dando 
las  gracias. 

Otra  del  profesor  H.  de  Lacaze  Duthiers  dando  g-racias  á  la 
Sociedad  por  el  envío  del  tomo  xxix  y  manifestando  le  remite 
al  laboratorio  Arag-o  para  que  esté  á  disposición  de  cuantos 
naturalistas  frecuentan  aquel  centro. 

Otras  de  los  Sres.  D.  Santiago  Ramón  y  Cajal,  Sir  Archiwaid 
Geikie,  Lord  Avebury  y  Cari.  Brunner  von  Wattenwyl,  dando 
gracias  por  sus  nombramientos  de  socios  honorarios.  Este  úl- 
timo anuncia  el  envío  de  varias  de  sus  obras  para  la  biblio- 
teca de  nuestra  Sociedad. 

El  Sr.  Arnold,  de  Munich,  participa  también  el  envío  de 
varios  libros.  Se  han  recibido  numerosas  publicaciones  del 
Sr.  Dollfus,  de  París,  del  Sr.  Cannaviello,  de  Ñapóles,  y  un 
ejemplar  de  la  obra  sobre  Criptógamas  vasculares  de  Qitiío,  en- 
viado  por  su  autor  el  P.  Sodiro  por  intermedio  del  R.  P.  Navas. 

El  Profesor  1).  Calixto  Tomás,  da  gracias  por  su  admisión.;    ^ 

N.»  e.-Janio,  190L  18 


242  boletín    de   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Admisiones. — D.  Melquíades  Criado,  ayudante  de  Naturalista 
de  la  Comisión  del  Muni,  socio  ag-reg-ado,  presentado  en  la 
sesión  anterior  por  los  Sres.  Sanz  de  Dieg-o  y  Bolívar. 

Se  acordó  fig-urasen  en  la  lista  de  socios  la  Real  Biblioteca 
de  Berlín  (Konigliche  Bibliotek ,  Berlin  W.  64,  Beliren- 
strasse  40),  las  bibliotecas  de  los  Institutos  de  Santiag-o,  Avila, 
Almería  y  Palma  de  Mallorca,  á  solicitud  de  los  profesores  de 
dichos  establecimientos  Sr.  D.  Cándido  Ríos  y  Rial  y  de  los 
consocios  Sres.  Barras,  Becerra  y  Fuset. 

Se  hicieron  dos  nuevas  propuestas  de  socio  numerario  y 
quedó  sobre  la  mesa  la  solicitud  de  admisión  para  otras  biblio- 
tecas. 

Se  admitieron  como  socios  correspondientes  extranjeros  á 
los  Sres.  Adrien  DoUfus,  de  París,  rué  Fierre  Charron,  34, 
Dr.  J.  Arnold,  de  Munich,  el  profesor  Eurico  Cannaviello,  de 
Ñapóles,  vía  Nilo,  32,  y  el  P.  Sodiro,  de  Quito. 

Proposiciones.— El  Sr.  Bolívar  manifestó  que  solicitan  el  cam- 
bio de  publicaciones  con  las  de  nuestra  Sociedad  laFeuille 
des  Jeunes  naturalistes  de  París,  y  la  Academia  de  Ciencias  de 
Filadelfia,  Estados-Unidos,  quedando  acordado  acceder  á  lo 
solicitado  en  vista  de  la  importancia  de  dichas  publicaciones, 
bien  conocidas  de  todos  los  naturalistas. 

Se  leyó  la  sig'uiente  proposición  enviada  por  el  Sr.  Barras: 

Un  ensayo  realizado  en  la  clase  de  Historia  natural  del  Ins- 
tituto de  Avila  durante  este  último  curso  con  el  propósito  de 
que  los  alumnos  adquirieran  alg"unas  nociones  de  antropome- 
tría y  una  conversación  tenida  ante  varios  consocios  con  el 
sabio  antropólog'o  Sr.  Olóriz,  nuestro  Vicepresidente,  el  cual 
encareció  la  importancia  de  que  las  medidas  antropométricas 
de  los  individuos  que  están  creciendo  y  desarrollándose  se  re- 
pitieran anualmente  para  apreciar  las  modificaciones  sufridas 
por  cada  uno,  han  sido  las  causas  de  decidirnos,  dada  la  reco- 
nocida importancia  del  asunto,  á  llamar  acerca  de  él  la  aten- 
ción de  la  Sociedad  é  indicar  alg-o  de  lo  que  á  nuestro  modo 
de  ver  sería  realizable  en  punto  á  dichos  trabajos  de  me- 
dición. 

Claro  está  que  el  medio  único  en  la  práctica  tiene  que  ser 
el  valerse  de  los  alumnos  de  los  centros  oficiales  de  enseñan- 
za, y  esto  no  sería  difícil  de  conseg"uir  con  alg-ún  auxilio,  del 


DE    HISTORIA    NATURAL.  243 

'Gobierno.  Indudable  es  que  para  este  fin  no  podría  menos  de 
ser  atendida  por  la  Superioridad  cualquier  proposición  ó  peti- 
ción de  nuestra  Sociedad,  que  iría  garantizada  por  nombres 
tan  prestig-iosos  como  los  de  los  Sres.  Olóriz,  mi  querido  maes- 
tro Antón,  Hoyos  y  Aranzadi,  tan  distinguidos  en  esta  clase 
de  estudios. 

La  aspiración  puede  concretarse  á  que  cada  alumno  sea 
medido  anualmente  desde  que  ingresa  en  la  primera  ense- 
ñanza hasta  que  termina  por  completo  su  carrera,  y  á  que 
los  resultados  de  estas  medidas  adquieran  desde  lueg-o  la  pu- 
blicidad suficiente  para  que  el  arsenal  de  datos,  que  en  poco 
tiempo  se  habían  de  reunir  así,  no  quedase  oculto  y  olvidado, 
sino  que  entrase  en  seguida  en  circulación  para  su  aprove- 
chamiento. 

Desde  luego,  para  utilizar  los  trabajos  y  darles  unidad, 
sería  indispensable  se  presentara  una  cartilla  donde,  con  gran- 
dísima claridad  y  sencillez,  se  dieran  las  instrucciones  nece- 
sarias para  hacer  las  mediciones  y  que  la  acompañara  un  mo- 
delo de  hoja  antropométrica  conteniendo  sólo  los  datos  más 
esenciales.  Ambas  cosas,  al  realizarse  la  idea,  debían  ser 
repartidas  con  profusión. 

La  Sociedad  podría  desde  luego  nombrar  una  comisión  ó 
sección  de  investigaciones  antropológicas  que  fuese  la  encar- 
g-ada  por  el  Estado  de  coleccionar  y  publicar  los  datos  que  se 
reunieran  de  toda  España,  si  es  que  el  Estado  no  comisionaba 
á  algún  centro  que  con  carácter  oficial  los  reuniera.  También 
puede  la  Sociedad  dar  cursos  prácticos  y  breves  de  antropo- 
metría para  aumentar  en  lo  posible  el  número  de  personas 
que  recojan  datos. 

En  cuanto  á  la  manera  de  poner  en  práctica  la  expresada 
idea  en  los  tres  grados  de  enseñanza,  nos  encontramos  en  la 
primaria  con  que  sería  necesario  que  los  maestros  poseyeran 
conocimientos  antropométricos,  y  claro  es  que,  si  bien  no  sería 
difícil  que  los  adquirieran  los  que  en  la  actualidad  siguen  sus 
estudios  en  las  Normales,  raya  en  lo  imposible  conseguirlo 
úe  los  que  están  ejerciendo;  por  tanto,  esta  es  labor  de  tiempo 
que  podría,  sin  embargo,  prepararse  desde  luego,  exigiendo 
un  ejercicio  práctico  de  antropometría  en  las  oposiciones  á 
escuelas,  y  considerando  de  mérito  preferente  en  los  concur- 
sos los  trabajos  de  antropometría  realizados  con  los  alumnos, 


24-t'  boletín    de    la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

con  tal  de  que  presentaran  recibo  de  haber  lleg-ado  las  obser- 
vaciones ó  ejemplares,  si  los  hubieran  publicado,  al  centro  6- 
comisión  g'eneral  que  existiera  oficialmente. 

En  la  seg-unda  enseñanza  es,  acaso,  donde  con  más  facili-- 
dad  puede  implantarse  lo  que  decimos,  pues  en  todos  los  Ins- 
titutos existe  un  catedrático  de  Historia  natural  y  un  profesor 
de  Gimnasia,  titular  ó  médico,  bastando,  por  consig-uiente, 
una  disposición  para  que  entre  ambos,  puestos  de  acuerdo, 
hag"añ  el  trabajo  de  medir  todos  los  años  á  sus  alumnos,  para 
los  cuales  sería  oblig-atorio,  y  abriendo  á.  cada  uno  en  el  pri- 
mer curso  una  hoja  en  la  que,  en  los  sucesivos,  se  anotarían 
las  variaciones  que  sufriera.  Podría  disponerse  que  los  resul- 
tados de  cada  curso  se  publicaran  en  las  Memorias  anuales  del 
Instituto,  estableciendo  la  oblig'ación  de  remitir  ejemplares  al 
centro  ó  comisión  g'eneral  antropológica. 

Más  arduo  nos  parece  realizar  dicho  proyecto  en  las  Univer- 
sidades, al  menos  con  carácter  oblig'atorio  para  los  alumnos; 
pero  no  para  los  catedráticos  de  Historia  natural,  que  con  el 
personal  auxiliar  podían  verificar  las  mediciones  de  los  de  su 
clase  y  de  todos  los  que  lo  desearan,  y  publicar  los  resultados 
en  la  Memoria  del  establecimiento,  no  omitiendo  la  oblig-a- 
ción  del  envío  de  ejemplares  á  hi  comisión  central. 

No  se  nos  ocultan  las  dificultades  de  llevar  á  la  práctica 
tales  proyectos  y  las  enormes  deficiencias  de  los  mismos  me- 
dios que  proponemos;  pero  en  las  actuales  circunstancias 
sería  inútil  pedir  á  los  Poderes  públicos  nada  que  represente 
nuevos  g"ravámenes  al  Presupuesto.  Lo  único  de  lo  indicado 
que  supone  alg-i^n  g-asto  es  la  adquisición  del  material  necesa- 
rio de  antropometría,  si  bien  éste  podría  conseg'uirse  con  la 
consig-nación  de  material  de  cada  establecimiento  docente. 

Como  estas  lig-eras  indicaciones  se  encaminan  únicamente- 
á  llamar  la  atención  de  los  señores  socios  acerca  del  asunto 
bosquejado,  nos  limitamos  á  lo  dicho,  esperando  que  si  las 
creen  dig-nas  de  ser  tomadas  en  consideración ,  las  discutan  k 
fin  de  resolver  lo  más  práctico  y  conducente. 

Invitado  el  Sr.  Olóriz  á  manifestar  su  opinión  sobre  la  pro- 
posición que  acababa  de  leerse,  después  de  alabar  el  buen 
deseo  que  le  animaba,  expuso  sobre  ella  alg-unas  considera- 
ciones de  carácter  práctico.  En  primer  lug"ar  hizo  notar  que- 
parte  .de  lo.  que  deseaba  pedir  el  Sr.   Barras  á  los  Poderes- 


DE    HISTOKIA    NATURAL.  245 

públicos  está  ya  mandado;  así  existe  una  disposición  según 
la  cual  los  catedráticos  de  Gimnasia  deben  practicar  medidas 
sobre  los  alumnos  y  enviarlas  al  Museo  pedag-úg-ico,  liabiénT- 
dose  publicado  instrucciones  y  una  cartilla  en  la  Gaceta. 
Existe  en  nuestro  país  un  trabajo  notable  sobre  el  asunto:  la 
Cartilla  del  Sr.  Ballesteros,  maestro  de  Córdoba,  premiada  con 
medalla  de  oro  en  la  Exposición  de  Chicag'o,  y  de  la  cual  se 
han  ag-otado  ya  dos  ediciones  y  se  prepara  la  tercera,  y,  sin 
embarg-o,  hasta  ahora  han  sido  escasísimos  los  resultados  ob- 
tenidos. Por  lo  que  se  refiere  á  los  establecimientos  de  ense- 
ñanza primaria  aún  crecen  las  dificultades,  como  fácilmente 
se  comprende,  para  obtener  datos  antropométricos,  sobre  todo 
utilizables. 

'  Opina  el  Sr.  Oloriz  que  del  Estado  no  se  puede  esperar  nada 
práctico  para  el  objeto  de  la  proposición,  y  á  lo  más  conven- 
dría influir  para  que  no  cree  trabas;  mayor  eficacia  tendría  la 
propag-anda  con  carácter  privado  entre  los  profesores  de  Gim- 
nasia, los  catedráticos  de  Historia  natural  de  los  Institutos  y 
alg-ún  maestro  de  los  que  ya  han  mostrado  interés  por  estos 
trabajos,  é  ir  aumentando  sucesivamente  el  núcleo  que  con 
ellos  se  formara,  en  la  intelig-encia  siempre  de  que  el  fruto 
sólo  se  recog-ería  después  de  bastantes  años.  En  vista  de  todas 
estas  consideraciones  propone  el  Sr.  Oloriz  se  piense  despacio 
en  el  asunto,  formulando  una  proposición  más  concreta. 

El  Sr.  Presidente  propuso  se  confiara  la  ponencia  al  Sr.  Olo- 
riz, lo  cual  fué  aceptado  unánimemente  por  la  Sociedad,  ofre- 
ciéndose éste  á  hacerlo,  aunque  declarando  de  antemano  las 
dificultades  que  el  asunto  presentaba. 

Comunicaciones  verbales. — El  Sr.  Presidente  dio  cuenta  de  ha- 
ber entregado  al  Excmo.  Sr.  Ministro  de  Instrucción  pública, 
acompañado  de  una  Comisión  de  la  Sociedad,  la  exposición  en 
que  se  pide  que  las  nociones  más  importantes  de  Física,  Quí- 
mica é  Historia  natural,  fig'uren  en  las  enseñanzas  de  las  escue- 
las elementales  y  superiores,  seg-ún  propuso  el  Sr.  Martínez  Es- 
calera, y  ha  sido  objeto  de  detenida  discusión.  Después  de  alg-u- 
nas  consideraciones  sobre  los  motivos  que  han  impulsado  á  la 
Sociedad  á  elevar  á  los  Poderes  públicos  la  mencionada  exposi- 
ción, el  Sr.  Presidente  entreg-ó,  asimismo,  al  Sr.  Conde  de  Roma. 
nones  los  números  del  Boletín  en  que  constan  las  discusiones  y 


246  boletín    de  LA   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

acuerdos  referentes  al  asunto,  y  le  hizo  presente  la  cooperacióit 
que  aquélla  ofrece  para  el  planteamiento  de  la  nueva  ense- 
ñanza, cumpliendo  los  acuerdos  tomados  en  la  sesión  anterior. 
El  Excmo.  Sr.  Ministro  de  Instrucción  pública  escuchó  atenta- 
mente todas  las  consideraciones  que  le  fueron  expuestas,  pres- 
tando una  afectuosa  acogida  á  la  Comisión  de  nuestra  Socie- 
dad, cuyas  observaciones  prometió  estudiar  detenidamente.. 

El  Sr.  Artíg-as  indicó  que  la  Sociedad  debía  estar  ag-radecida 
al  Sr.  Presidente  é  individuos  que  le  acompañaron  por  su  dili- 
g-encia  y  buen  resultado  de  su  cometido,  acordándose  consig- 
narlo así  en  el  acta. 

El  Sr.  Presidente  manifestó  su  satisfacción  por  el  éxito  obte- 
nido en  lasg-estiones  encaminadas  á  que  un  naturalista  forma- 
se parte  de  la  expedición  que  en  breve  saldrá  para  las  posesic* 
nes  españolas  delg-olfo  de  Guinea,  pues  se  ha  conseg-uido  vaya 
con  este  carácter  nuestro  disting-uido  consocio  el  reputado  na- 
turalista y  viajero  Sr.  Martínez  Escalera,  á  quien  ayudará  en 
sus  faenas  de  recolección  D.  Melquíades  Criado,  también  con- 
socio nuestro.  Como  se  trata  de  una  empresa  rodeada  de  peli- 
g'ros  y  fatig'as  y  de  personas  con  quienes  nos  unen  lazos  de 
amistad  y  de  solidaridad  científica,  proponía  fueran  á  despe- 
dirlos á  la  Estación  el  ¡¡róximo  día  7  aquellos  consocios  á  quie- 
nes no  se  lo  impidieran  urg'enter,  ocupaciones. 

El  mismo  Sr.  Presidente  dio  cuenta  á  la  Sociedad  de  que  la 
Comisión  de  Catálog-os  proyectaba  la  formación  de  un  Diccio- 
nario de  los  nombres  vulg'ares  de  animales,  tanto  de  los  nom- 
bres castellanos  como  de  los  reg-ionales,  y  que  á  este  fin  se  ha- 
bían dirig-ido  á  las  Secciones  de  provincias  solicitando  su  con- 
curso; y  en  la  imposibilidad  de  hacerlo  individualmente  con 
todas  Jas  personas  que  pudieran  contribuir  á  este  fin,  rogaba 
se  tuviese  esta  manifestación  como  dirig-ida  á  todos  nuestros 
consocios.  Que  siendo  esta  obra  de  verdadero  interés  creía  po- 
der contar  con  la  cooperación  de  todos  los  amantes  de  las  cien- 
cias naturales,  cuyos  datos  debían  inscribirse  en  las  papeletas 
impresas  á  este  fin,  pues  la  remisión  de  listas  creaba  un  g"ran 
trabajo  á  la  Comisión  oblig'ándola  á  rehacer  cuanto  le  envia- 
ban; y  por  último,  que  para  desvanecer  toda  duda  respecto  de 
la  forma  del  trabajo,  la  mencionada  Comisión  había  formulado 
las  reg'las  necesarias  que  convenía  se  insertasen  en  las  cubier- 
tas del  Boletím. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  247 

Ig-ualmente  dio  cuenta  de  que  las  papeletas  correspondien- 
tes á  datos  de  la  fauna  y  flora  de  nuestro  país  habían  sido 
solicitadas  ya  por  varios  de  nuestros  consocios,  y  aun  alg-unos 
habían  sido  tan  activos  que  habían  comenzado  á  remitir  datos 
interesantes.  Comprendiendo  la  Comisión  que  era  muy  posible 
que  el  número  de  papeletas  necesario  fuese  enorme,  con  au- 
mento considerable  de  g'astos  para  la  Sociedad  y  recarg-o  ex- 
cesivo de  trabajo  para  la  Comisión  y  sus  dig-nos  auxiliares, 
si  no  se  formulaban  reglas  precisas  sobre  lo  que  convenía 
recomendar  para  evitar  tales  contingencias,  había  acordado 
aquélla  llamar  la  atención  de  cuantos  la  honraban  remitién- 
dola datos  respecto  de  las  sig-uientes  indicaciones: 

1,^  Son  de  utilidad  escasa  ó  nula  las  papeletas  referentes  á 
especies  que  por  su  vulg-aridad  y  abundancia  pueden  conside- 
rarse como  existentes  en  todas  partes,  como  Ccipsella  Biirsa-pas- 
toris,  Caléndula  arvensis,  Lamiam  aniplexicaule ,  Apis  mellifica 
y  Mus  decuma7ius,  por  ejemplo. 

2."  Son  también  de  escaso  interés  las  papeletas  referentes  á 
especies  citadas  ya  en  muchas  localidades  de  una  misma  re- 
gión, á  no  ser  que  se  trate  de  especies  críticas. 

3."  Se  recomienda  muy  especialmente  que,  en  todo  caso,  se 
cercioren  si  las  especies  que  se  proponen  citar  lo  han  sido  an- 
teriormente de  la  misma  localidad  por  alg'ún  otro  autor. 

4."  Sería  muy  conveniente  que  se  encaminasen,  de  prefe- 
ferencia,  las  observaciones  hacia  las  especies  nuevas,  raras  ó 
críticas,  cuyas  áreas  de  distribución  no  pueden  considerarse 
todavía  bien  determinadas. 

5.*  Se  ruega,  en  fin,  á  los  remitentes  que  llenen  íntegra- 
mente las  papeletas,  sin  omitir  las  indicaciones  geográficas. 

El  Sr.  Bolívar  participó  haberse  recibido  la  fototipia  del  bus- 
to del  Sr.  Lacaze  Duthiers  acompañada  de  una  memoria  en  que 
se  hace  relación  del  acto  de  la  entreg'a  que  tuvo  lugar  en  la 
Sorbona,  y  al  que  asistieron  varios  de  nuestros  consocios  y  en 
representación  de  la  Sociedad  el  Sr.  Barras.  También  presentó 
una  nota  sobre  el  género  Tceniopoda  Stal. 

El  Sr.  Rodríguez  Mourelo  dio  cuenta  de  sus  últimos  experi- 
mentos relativos  á  sulfures  fosforescentes,  prometiendo  pre- 
sentar en  breve  una  nota  más  detallada  sobre  este  asunto. 

El  Sr.  Calderón  habló  del  terremoto  sentido  en  Málaga  el  día 
24  de  Mayo  último  á  las  cuatro  y  algunos  minutos  de  la  ma- 


248  BOLETÍN    DE    LA   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

ñaua.  Fué  precedido  de  un  ruido  subterráneo  muy  perceptible, 
después  del  cual  se  sintieron  las  sacudidas  durante  cuarenta 
y  cinco  seg-undos,  al  decir  de  los  periódicos,  alarmando  al 
vecindario  en  términos  de  que  muchas  familias  se  lanzaron  á 
las  calles,  y  varias  personas,  asustadas,  pedían  auxilio  desde 
los  balcones.  No  lian  ocurrido  desg-racias  personales,  pero  se 
derrumbaron  alg-unos  muros  en  casas  ruinosas  situadas  en  las 
afueras  de  la  población.  Posteriormente  han  llegado  noticias 
de  que  en  la  Alsacia  y  otras  regiones  de  Alemania  se  sintie- 
ron casi  contemporáneamente  sacudidas  lo  bastante  intensas 
para  producir  g-ran  alarma. 

Secciones. — La  de  Barcelona  celebró  sesión  en  1."  de  Mayo 
hnjo  la  presidencia  de  D.  José  Casares,  leyéndose  el  acta  de  la 
anterior,  la  que  fué  aprobada. 

Quedó  admitido  como  socio  D.  Eamón  Casamada  Mauri, 
presentado  por  D.  José  Casares  en  la  sesión  anterior.  Se  hicie- 
ron tres  nuevas  propuestas  de  socios  numerarios. 

El  Sr.  De  Buen  dio  lectura  de  una  nota  sobre  Za  extensión  y 
carácter  de  laregwn  volcánica  de  OJot,  y  presentó  después,  para 
que  fuera  examinado  por  los  Socios,  un  Nantiliis  del  Brasil  de 
pequeñas  dimensiones,  que  mostraba  en  su  interior  y  cerca 
del  orificio  del  sifón  unas  hermosas  perlas  con  finísimas  irisa- 
ciones. El  Sr.  Jimeno  (I).  Francisco),  dio  lectura  de  una  nota 
sobre  La  mina  de  Piiig-Pedrós  (Barcelona).  A  continuación  pre- 
sentó el  Sr.  Antig-a  un  trabajo  de  M.  Tournier  titulado  Des- 
criptions  de  quelques  Hyménopiéres  d'Europe  et  confins.  El  señor 
Finestres  leyó  una  nota  sobre  Pirita  de  hierro  del  3Iontjuich, 
y  otra  el  Sr.  Rivas  Mateos,  titulada  Foranas  transitorias  de  las 
especie^  españolas  del  género  Silene,  Sección  Behen. 

La  Sección  de  Sevilla  celebró  sesión  el  5  de  Abril  bajo  la 
presidencia  del  Sr.  Marqués  de  San  Gil,  leyéndose  una  comu- 
nicación de  D.  Francisco  de  las  Barras  titulada  Noticias  sodre 
algunos  monstruos  existentes  en  el  Gabinete  del  Instituto  de  Ávila. 
El  mismo  socio  hizo  la  comunicación  siguiente: 
'  Revisión  des  es2)éces  critiques  du genre  i<Echiiimy> par  M.  A,  de 
ooincy.  Premiére  serie.  ( Extrait  du  Journal  de  Botanique, 
tomo  XIV,  números  10  y  11,  1900). 

'  Una  de  las  cuestiones  de  actualidad  que  tanto  en  la  Zoolo- 
gía como  en  la  Botánica  descriptivas  preocupan  hoy  más  á  los 


DE  HISTORIA    NATURAL.  249 

naturalistas  es,  como  se  sabe,  el  número  excesivo  de  especies 
descritas  y  la  confusión  y  poca  exactitud  en  las  descripciones 
de  muchas,  produciendo  en  alg-unos  g-éneros  g-raves  dificulta- 
des para  la  clasificación.  La  importancia  de  evitar  tales  confu- 
siones es  más  patente  desde  que  desapareció  el  erróneo  concep- 
to de  que  clasificar  era  el  último  fin  de  la  Historia  natural,  y 
ha  entrado  la  ciencia  en  un  periodo  en  que  la  determinación 
de  las  especies  se  considera  sólo  corno  un  medio  de  ordenar  los 
conocimientos. 

Por  esto  ha  de  ser  muy  útil  todo  trabajo  que  teng-a  por  obje- 
to disipar  dudas  en  la  descripción  y  limitación  de  los  g-éneros 
y  especies. 

De  esta  naturaleza  es  la  nota  cuyo  título  precede  del  emi- 
nente botánico,  nuestro  consocio  el  Sr.  Coincy,  de  quien  tan- 
tas veces  nos  hemos  ocupado  á  causa  de  lo  mucho  que  ha  con- 
tribuido y  contribuye  al  estudio  de  la  flora  española. 

Dicha  nota,  de  16  pág-inas,  es  primera  serie,  y  ha  de  ser  se- 
g-uida  por  otras,  pues  en  ella  dice  el  autor  que  tiene  la  inlen- 
■rióu  de  proceder  á  %ma  o-evisióii  de  las  formas  criticas  de  la  cuen- 
ca del  Mediterráneo;  trabajo  cuya  sola  enunciación  expresa 
suficientemente  su  importancia. 

Ya,  seg-ún  indica,  presentó  y  publicó  en  las  actas  del  Con- 
^•reso  botánico  de  1900  unas  bases  para  la  clasificación  y  limi- 
tación del  g-énero  iíV/¿mm  (sentido  estricto),  al  cual  divide  en 
•dos  secciones:  Eleuterolepis,  cuando  el  anillo  basilar  interno  de 
la  corola  está  compuesto  de  escamas  claramente  separadas,  y 
G-amoleiús  cuando  forma  una  membrana  continua  más  ó  me- 
nos lobada. 

«Es  necesario,  dice,  rehacer  las  descripciones  y  hacerlas  lo 
más  precisas  posible.  Este  es  un  trabajo  fastidioso,  pero  que  se 
ha  hecho  necesario  por  las  discordancias  que  reinan  en  los 
trabajos  sistemáticos  sobre  las  especies  de  este  difícil  g-é- 
nero » 

No  podemos,  dada  la  corta  extensión  de  la  nota,  extractar 
aquí  la  concienzuda  crítica  que  hace  de  cada  especie,  limitán- 
donos á  enumerar  éstas  y  hacer  alg'una  que  otra  lig-era  in- 
<licación. 

Echium  confíisum  Coincy.  La  describe  detenidamente,  citán- 
dola de  toda  la  costa  oriental  de  España,  especialmente  de 
Oartag-ena  y  Almería,  y  añadiendo  que  por  el  interior  avanza 


250  boletín    de   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

hasta  Chinchilla.  También  se  conoce  de  Baleares  y  otras  islas 
del  Mediterráneo.  No  estará  demás  añadir  que  al  hacer  la  cri- 
tica dice:  «El  E.  confíisiim  se  encuentra  en  casi  todos  los  her- 
barios con  el  nombre  de  E.  maritiimmi.» 

E.  Granatense  Coincy.  Lo  describe  citándolo  de  Guadix  (Gra- 
nada). Hace  notar  las  diferencias  de  talla  que  alcanza  esta 
planta,  seg-ún  crezca  en  terrenos  fértiles  ó  áridos,  y  fija  sus  ca- 
racteres diferenciales  con  el  E.  mugare  L.  var.  ¡^^^^slulatum 
Sibth. 

Además  de  las  dos  especies  nuevas  que  preceden,  se  ocupa 
de  las  sig-uientes:  E.  mugare  L.,  del  cual  admite  cuatro  varie- 
dades, citando  sólo  de  España  la  var.  pustiilatum  Sibth  et  Sm.^ 
de  toda  la  Península,  y  la  var.  Salmanticiim  Lag-.  de  los  alre- 
dedores de  Salamanca;  E.  tuhercidatiim  Hífg-.  et  Link.  de  Gi- 
braltar  y  Cartag-ena;  E.  grandiflorum  Desf.,  que  dice  no  haber 
encontrado  en  España;  E.  aiistrale  Lam.  de  la  España  austro- 
oriental;  E.  ■ijlantagineum  L.,  que  cita,  por  último,  de  toda  la 
reg'ión  mediterránea  en  g-eneral. 

La  Sección  de  Zaragoza  celebró  sesión  el  día  5  de  Mayo 
bajo  la  presidencia  de  D.  Patricio  Borovio,  leyendo  el  Sr  Dos- 
set  lo  siguiente : 

En  el  camino  que  conduce  desde  Alcorisa  á  Castellote,  en 
la  provincia  de  Teruel,  y  cerca  ya  del  fondo  del  Val  de  Nuez, 
existe  una  fuente  que  pasa  por  tener  la  propiedad  de  matar  la 
Veg-etación.  Semejante  creencia,  no  justificada,  por  cuanto  el 
ag'ua  que  de  ella  brota  se  utiliza  para  el  riego  de  un  pequeño 
olivar,  tiene  quizá  su  fundamento  en  el  aspecto  de  la  peque- 
ña acequia  por  donde  corre,  al  salir  del  reducido  depósito 
donde  se  la  recoge  durante  el  verano  y  en  épocas  de  sequía. 

Sorprende  en  este  pequeño  cauce  que  al  borde  de  una  cuesta 
estrecha,  pedregosa  y  sucia,  se  le  ve  con  las  márgenes  pobladas 
de.  veg'etación  hasta  la  orilla  del  ag-ua.  Esta  última  es  comple- 
tamente diáfana,  y  se  desliza  con  un  espesor  de  3  á  4  cm.  sobre 
un  lecho  blanco  puro,  de  aspecto  nacarado  y  superficie  lisa.  El 
sedimento  que  constituye  este  lecho  es  una  masa  g-elatinosa, 
alg'o  coherente,  de  espesor  variable  con  las  ondulaciones  del 
fondo  y  la  velocidad  de  la  corriente,  y  removiéndolo  se  desha- 
ce en  abundantes  porciones  á  manera  de  coágnilos.  Los  cuer- 
pos extraños  que  partiendo  de  las  márg-enes  tocaban  en  el 
agua  hallábanse   cubiertos  del  mismo  precipitado,  y  donde 


DE    HISTORIA   NATURAL.  ,  251 

éste  lia  quedado  expuesto  al  aire  aparece  desecado,  alg*o  duro 
y  de  color  rojizo. 

El  manantial,  de  caudal  escaso,  brota  entre  capas  de  arcilla 
inferiores  á  las  areniscas  características  del  terreno  cretáceo 
de  la  provincia  de  Teruel,  y  próximas  á  los  yacimientos  de 
lig-nito.  Más  que  verdadero  manantial  son  pequeñas  filtra- 
ciones que  casi  no  puede  determinarse  por  dónde  emerg-en,. 
pues  el  terreno  estaba  reblandecido  cuando  yo  le  vi,  en  Di- 
ciembre de  1898,  y  formando  uno  de  los  lados  del  depósito  en 
que  el  propietario  almacena  el  ag-ua,  y  que  en  aquella  ocasión 
estaba  abierto,  con  señales  de  llevar  alg-ún  tiempo  en  esta 
disposición. 

El  recuerdo  de  lo  que  había  observado  en  los  manantiales 
de  Mediana,  de  las  Salmorreras  de  Albalate,  los  alumbres  de 
Ariño  y  el  aspecto  del  precipitado  g-elatinoso,  hicieron  que 
fijara  mi  atención  en  el  terreno  por  donde  fluía  el  ag'ua,  y 
pude  notar  que  el  sedimento  blanco  faltaba  en  uno  de  sus 
lados  y  supuse  desde  luego  que  en  aquel  terraplén  de  6  á  8  m.- 
de  superficie  emerg-en  ag'uas  que  atravesando  terrenos  distin- 
tos han  disuelto  diferentes  sales. 

Admitiendo  que  una  de  las  ag'uas  lleve  bicarbonato  magné- 
sico y  la  otra  sulfato  de  alúmina,  podía  explicarse  la  precipita- 
ción de  alúmina  g-elatinosa,  que  es  lo  que  constituye  el  sedi- 
mento nacarado,  por  las  sig-uientes  reacciones: 

(S0^)5  AP  +  2  (C0=')2  H2  Mg—  2  SO''  Mg-  +  4  CO'^  -{-  SO''  Al^  (HO;* 

El  sulfato  básico  de  alúmina  formado  en  presencia  de  nue- 
va cantidad  de  bicarbonato  magmésico  orig"inaría 

SO''  A12  (HO)''  H-  (C0^)2  H2  Mg-  =z  SO ''  Mg-  -f  2  CO^  -f-  Al 2  (H0)« 

Autoriza  para  suponer  estas  reacciones  la  presencia  de  ácido 
sulfúrico  en  el  sedimento  g-elatinoso,  é  indicios  de  cal  y  mag-- 
nesia,  cloro  y  ácido  carbónico,  constituyendo  carbonato  de 
mag-nesio  y  cloruro  calcico.  En  el  líquido  claro  existe  sulfata 
mag-nésico  y  cloruro  calcico. 

En  atención  á  lo  mucho  que  en  la  actualidad  preocupan  la& 
exploraciones  mineras  en  la  provincia  de  Teruel,  donde  indu- 
dablemente se  encontrarán  especies  interesantes  y  acaso  nue- 
vas, como  una  de  Molinos,  estudiada  por  D.  Hilarión  Jimeno. 


•152  boletín    de    la    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

de  que  dará  cuenta  en  breve,  he  creído  pertinente  comunicar 
esta  observación,  realizada  no  lejos  del  mismo  Molinos,  y  cu- 
yas aguas  tienen  salida  por  el  Val  de  Nuez. 

Notas  y  comunicaciones. 


Descriptions  de  quelques  Hijmén02)ieres  d'Europe  et  confins 

PAR 

H.    TOURNIER    DE   GENÉVE. 

Tiphia  Antigee  n.  sp. — 9.  Le  premier  seg-ment  de  l'abdomen 
oífre  á  sa  partie  supérieure,  vers  le  milieu  environ  de  sa  lon- 
g-ueur,  une  carene  ou  empátement  transversal  lisse.  Corps  noir 
médiocrementbrillant;  antennes  roug-e  de  rouille,  d'une  teinte 
plus  clíiire  prés  de  l'extrémité,  les  deux  premiers  articles  noirs, 
le  premier  long-uement  cilié  de  poils  g"ris  arg-ent,  brillants. 
Tete  fortement,  subgTossiérement  et  densément  ponctuée,  la 
ponctuation  ne  laisse  entre  elle  que  des  intervalles  excessive- 
ment  étroits,  ce  qui  la  fait  paraitre  subconfluente;  la  pubes- 
cence  en  est  long'ue,  brunátre,  plus  foncée  sur  le  front  prés  de 
ocelle  (1).  Partie  antérieure  du  pronotum  ponctuée  comme  la 
tete,  bord  postérieur  de  ce  seg-ment  mat,  il  ne  .montre  que 
quelques  points  tres  fins,  tres  épars.  Mésonotum  coriacé,  cha- 
g"riné,  subvariolé,  sa  surface  ne  laisse  pas  voir  une  ponctua- 
tion détacliée.  Scutellum  sculpté  de  méme,  cependant  l'on 
observe  antérieurement  entre  la  ponctuation  quelques  espa- 
ces étroits  et  brillants.  Métanotum  mat  finement  coriacé-clia- 
g-riné  sur  le  disque,  oíi  il  est  marqué  de  quelques  points  fins, 
épars,  jnais  bien  distincts;  les  bords  latéraux  et  postérieurs 
sont  un  peu  plus  fortement  ridés  chag-rinés  que  le  disque; 
carenes  long"itudinales  sur  celui-ci,  toutes  trois  tres  nettement 
acenses,  rég"uliéres,  elles  atteig'nent  toutes  le  bord  postérieur 
du  seg-ment,  les  laterales  converg-ent  postérieurement  et  se 
relient  presque  á  ce  point  a  la  carene  médiane.  Abdomen  assez 
brillant,  fortement  et  g-rossiérement  ponctué,  la  ponctuation 
est  tres  espacée,  en  quelque  sorte  dispersée  et  laisse  entre  elle 


(1)    Chez  l'uu  des  deux  exemplaires  que  j'ai  sous  lesyeux,  la  tete  est  frotée  ou  dé- 
iiudée. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  253 

de  grands  espaces  lisses,  aiix  seg-ments  5^  et  6^  elle  est  visible- 
meiit  plus  serrée  et  par  suite  ceux-ci  sont  presque  mat.  Le 
ventre  est  brillant,  parsemé  d'une  ponctuation  subrápeuse. 
tres  lache;  la  valve  anale  est  subtronquée  á  I'extrémité,  bor- 
dee á  ce  point  d'une  frang-e  de  poils  blancliátres  serrés;  la 
surface  est  densément  et  assez  finement  ponctuée  et  laisse 
voir  au  milieu  une  carene  longútudinale  obsoléte,  lisse.  Les 
pattes  sont  noires,  avec  les  éperons  des  tibias  roug-e  de  rouille 
foncé,  les  épines  sur  la  tranche  des  tibias  postérieurs  sont  noi- 
res. Les  ailes  sont  courtes  et  transparentes  (chez  l'un  des  deux 
sujets  que  j'ai  sous  les  yeux  elles  sont  un  peu  enfumées).  Tou- 
tes  les  nervures  sont  d'un  jaune  rouille  pále,  le  stigma  est 
noir,  petit,  tres  étroit.  La  pubescence  du  thorax,  de  l'abdomen 
et  des  pattes  est  blanclie.  Long-.  13-14  mili. 

J'ai  étudié  deux  exemplaires  Q  de  cette  jolie  espéce  ,  ils 
m'ont  été  adressés  par  M.  Pedro  Antiga  de  Barcelone ,  ento- 
molog-iste  zélé  auquel  je  me  fais  un  plaisir  de  la  dédier.  Le  cf 
est  encoré  inconnu.  Dans  l'étude  faite  par  moi  des  espéces  du 
g-enre  TipMa  (Ann.  de  la  Soc.  entom.  de  Belg-ique,  t.  xxxiii, 
1889),  j'ai  creé,  pour  faciliter  l'étude  des  $  de  ce  g-enre,  deux 
g*roupes  principaux,  á  savoir: 

L     Ailes  completes,  entiéres  (pag-e  3). 

IL     Ailes  incomplétes,  rudimentaires  (pag-e  4). 

J'aurais  mieux  fait  alors,  de  diré  ailes  incomplétes  ou  rudi- 
mentaires, c'est  ce  que  me  demontre  aujourd'hui  l'espéce  que 
je  viens  de  décrire,  car  elle  a  les  ailes  incomplétes,  mais  non 
rudimentaires.  Dans  le  g-roupe  I  les  ailes  chez  toutes  les  espé- 
ces s'étendent  au  moins  jusqu'au  bord  apical  du  4^  seg-meilt 
abdominal;  chez  T.  AntigaT.  elles  sont  abreg-ées,  sans  étres 
rudimentaires  et  ne  se  prolong-ent  pas  au  delá  du  milieu  du 
2^  seg-ment  abdominal,  enfin  chez  les  T.  Lethyerryi  T.,  Puto-- 
ni  T.  et  brevipennís  Lucas  les  ailes  sont  tout  a  fait  rudimentai- 
res et  atteig-nent  au  plus  I'extrémité  du  métathorax. 

Je  posséde  encoré  de  ce  g-enre  quelques  espéces  intéressan- 
tes  et  inédites,  j'en  donne  ici  une  breve  description;  il  est  pro- 
bable qu'elles  se  rencontreront  en  Espag-ne. 

LocALiTÉ..  -Tibidabo,  18  mars  1900  et  Gava,  5  aoút  1899. 

Tiphia  rudepunotata  n.  sp. — :fQ.  Cette  espéce  ne  peut  se 
comparerqu'á  la  Olcesel  Tourn.;  d'une  taille  un  peu  supérieu- 
re,  elle  s'en  disting-ue  par  la  ponctuation  bcaucoup  plus  gros- 


254  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

se,  plus  rude  et  qui  quoique  subconfluente  est  mieux  déta- 
■cliée  que  chez  Olccsei;  sur  le  scutellum  la  ponctuation  laisse 
entre  elle,  á  la  partie  antérieure  quelques  espaces  étroits  lis- 
ses  et  brillants;  le  métanotum  est  plus  g-rossiérement  ridé  que 
chez  Olcesei,  les  trois  carenes  long-itudinales  sont  nettement 
définies,  la  médiane  est  un  peu  abrég-ée  avant  Textrémité. 
Abdomen  g-rossiérement  et  assez  densément  ponctué,  la  ponc- 
tuation est  médiocrement  serrée,  mais  un  peu  plus  condensée 
prés  de  la  marg-e  apicale  des  segrnents;  sur  les  seg-ments  5-6 
la  pOnctuation  est  beaucoup  plus  serrée  et  subconfluente  lon- 
g-itudinalement;  le  ventre  est  lisse,  brillant,  les  seg-ments  sont 
marqués  de  g-ros  points  rápeux  espacés  et  irrég-uliers;  la  valve 
anale  est  larg-e,  arrondie  a  l'extrémité,  assez  long-uement  mais 
peu  densément  ciliée  au  bord  postérieur,  sa  surface  est  fine- 
ment  et  densément  ponctuée,  elle  ne  montre  pas  une  carene 
long-itudinale  médiane.  Antennes  noires,  les  derniers  articles 
plus  ou  moins  ferrug-ineux ;  pattes  noires,  éperons  de  tous  les 
tibias  roug-e  rouille,  épines  de  la  tranche  des  tibias  postérieurs 
roug-e  de  rouille  foncé.  Pubescence  du  corps  et  des  pattes  assez 
long-ue,  d'un  g-ris  arg-entin.  Ailes  un  peu  enfumées,  sans  reñets 
bleuátres,  nervures  jaune  foncé,  stig-ma  allong-é,  étroit,  noir; 
cellule  cubitale  ouverte.  cf  d'une  taille  un  peu  inférieure  de 
celle  de  la  9;  antennes  entiérement  noires,  long-ues,  ponctua- 
tion plus  serrée  et  plus  dense  que  chez  l'autre  sexe,  surtout 
sur  le  premier  seg-ment  abdominal;  stig-ma  des  ailes  plus 
g-rand,  beaucoup  plus  larg-e,  la  cellule  radíale  est  fermée  á 
son  extrémité,  avant  d'atteiudre  l'extrémité  de  la  cubitale.  Les 
épines  des  tibias  postérieurs  sont  roug-e  rouille  foncé.  Long-. 
17-20  mili. 

Cette  intéressante  espéce  a  été  capturé  aux  environs  de  Tan- 
g-er  (Maroc)  par  M.  Vaucher. 

Ici  vient  se  placer  une  forme  intéressante,  mais  que  pour  le 
moment,  je  ne  puis  sig-naler  que  comme  une  variété  de  T.  mo- 
rio  Fabr. ,  elle  a  les  plus  g-rands  rapports  avec  cette  derniére, 
mais  elle  s'en  disting-ue  nettement  parce  que  la  cellule  radíale 
des  ailes  antérieures  est  totalement  fermée  á  l'extrémité  et 
fait  par  cela,  exception  k  toutes  les  autres  Q  de  ce  g-roupe.  Je 
désig-ne  cette  forme  sous  le  nom  de  completa  T. 

Je  n'ai  sous  les  yeux  que  deux  9  du  Jura. 

T.  longicornis  n.  sp. — Q.  Appartient  encoré  au  g-roupe  dont 


DE    HISTORIA   NATURAL.  255 

le  premier  seg-raent  abdominal  est  marqué  d'une  carene  trans- 
versale  prés  du  milieu  de  sa  long-ueur.  D'une  taille  un  pea 
inférieure  á  T.  moño,  dont  elle  est  voisine  par  les  ailes  non 
troublées,  mais  cependant  encoré  plus  hyalines  que  chez  cette 
derniére;  dififére  encoré  de  celle-ci  par  les  antennes  plus  lon- 
g'ues,  moins  épaisses  et  par  les  articles  2-6  visiblement  dentés 
en  scie  á  leur  ang-le  apical  interne.  La  ponctuation  de  la  tete 
est  forte  et  serrée,  sans  étre  confluente;  les  antennes  sont  noi- 
res,  ferrug-ineuses  á  l'extrémité,  le  premier  article  porte  un 
faisceau  de  poils  jaune  doré.  La  partie  antérieure  du  protho- 
rax,  le  mésothorax  et  le  scutellum  sont  g-rossiérement  etyien- 
sément  ponctués,  la  partie  antérieure  du  dernier  montre  quel- 
ques  intervalles  lisses  et  brillan ts;  métanotum  mat,  finement 
chagrinésur  le  disque,  plus  fortement  prés  des  bords  latéraux 
et  postérieurs,  il  est  marqué  au  milieu  de  trois  fines  carenes 
longitudinales  bien  completes,  réguliérement  accusées  par- 
tout,  elles  sont  assez  espacées  antérieurement,  puis  se  ré- 
trécissent  réguliérement  pour  s'unir  en  arriére  a  la  carene 
médiane.  Abdomen  brillant ,  fortement  mais  peu  densément 
ponctué,  les  seg-ments  4-6  sont  cependant  ponctués  beaucoup 
plus  densément  et  plus  rég-uliérement  que  les  précédents. 
Yentre  brillant,  assez  fortement  el  plus  densément  ponctué 
que  chez  les  espéces  precedentes;  valve  anale  aussi  large  que 
long-ae,  arrondie  á  Textrémité,  son  contour  apical  maig-re- 
inent  cilié  de  g-ris  jaunátre,  surface  densément  et  assez  forte- 
ment ponctuée^  ponctuation  un  peu  plus  forte  prés  de  l'ex- 
trémité qu'á  la  base.  Pattes  noires,  éperons  des  tibias  roug-e 
rouille  clair,  épines  des  tibias  intermédiaires  et  postérieurs 
rouge  rouille  foncé.  Pubescence  de  tout  le  corps  et  des  pattes, 
d'un  gris  roussátre,  peu  brillante.  Ailes  hyalines,  nervures 
jaune  rouille,  stigina  petit  allongé,  noir  poix,  cellule  radíale 
ouverte.  Long*.  13-16  mili. 

Découverte  par  Mr.  G.  Olcése  á  Tánger  (Maroc). 

T.  Vaucheri  n.  sp.— 9.  Cette  jolie  espéce  appartient  au  gTou- 
pe  dont  le  premier  seg-ment  de  l'abdomen  est  sans  carene  ni 
empatement  transversal  á  sa  partie  supérieure.  C'est  avec 
T.femorata  la  plus  g-rande  espéce  de  cette  división,  se  distin- 
g-ue  facilement  de  celle-ci  par  sa  couleur  totalement  noire.  Les 
antennes  noires,  sont  relativement  épaisses  et  courtes;  les  pat- 
tes sont  noires  avec  les  éperons  des  tibias  ferrugineux;  les 


856  HÜLETIN    DE   LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

épines  des  tibias  postérieurs  sont  de  cette  méme  couleur;  leí^ 
ailes  sont  un  peu  enfumées,  les  nervures  et  le  stig-nia  sont 
noir  poix;  la  celliile  radíale  est  ouverte  árextrémité.  La  ponc- 
tuation  de  la  tete  est  forte,  mais  peu  serrée,  elle  laisse  entre 
elle  des  espaces  lisses  etbrillants,  au  moins  deux  fois  aussi 
g-rands  que  les  points  eux  mémes.  Protliorax  antérieurement 
ponctué  comme  la  tete,  postérieurement  lisse  et  brillant;  mé- 
sothorax  densément  et  fortement  ponctué,  la  ponctuation  est 
plus  serrée  au  milieu  que  vers  les  bords;  métanotum  mat^ 
finement  chag-riné  et  á  par  cela  assez  densément  et  finement 
ponctué;  les  trois  carenes  longitudinales  du  milieu  sont  fines, 
entiéres  et  bien  accusées,  elles  sont  subparalléles  sur  toute 
leur  long-ueur.  Abdomen  fortement  ponctué,  la  ponctuation 
est  peu  serrée  sur  les  deux  premiers  segmients,  elle  est  un  peu 
plus  forte  sur  les  seg"ments  3  et  4;  subconñuente  sur  les  seg-- 
ments  5  et  6.  Ventre  plus  fortement  et  plus  densément  ponc- 
tué que  cliez  les  autres  espéces  de  ce  g-roupe,  sur  les  seg-ments 
3,  4,  5  la  ponctuation  est  plus  serrée,  mais  moins  g-rosse  que 
sur  le  deuxiérne;  valve  anale  plus  iong'ue  que  larg-e,  densé- 
ment et  finement  ponctuée,  la  ponctuation  est  un  peu  plus 
forte  vers  Pextrémité;  la  marg-e  apicale  est  frang-ée  de  quel- 
ques  poils  jaunátres  peu  serrés.  Long-.  14-15  mili. 

Cette  espéce  a  été  récoltée  aux  environs  de   Tang-er  par 
M.  Vaucher,  auquei  j'ai  le  plaisir  de  la  dédier. 

Oxybelus  macuiiventris  n.  sp. — Qcf.  Dernier  seg-ment  abdo- 
minal dorsal  (anus)  noir  cliez  les  deux  sexes.  Corps  noir  riclie- 
ment  orné  de  jaune,  cette  couleur  est  répartie  chez  la  Q  com- 
me suit:  sur  le  bord  antérieur  du  prothorax  en  une  bande 
transversale  large  vers  les  bords  et  tres  étroite  au  milieu  oú 
elle  egt  subinterrompue;  en  un  point  sur  le  calus  situé  de  cha- 
qué cóté  devant  les  ailes;  sur  le  tliorax,  les  écailles  des  ailes;. 
sur  le  postécusson  les  lamelles  laterales  et  l'extrémité  de  l'épi- 
ne  tlioracique;  sur  l'abdomen,  les  cinq  premiers  seg-ments  sont 
presque  entiérement  jaune,  le  noir  n'existe  un  peu  larg-ement 
qu'au  milieu  du  premier  et  du  second  seg-ment;  les  troisiéme 
et  quatriéme  n'ont  de  noir  qu'une  petite  tache  transversale 
básale;  le  bord  postérieur  est  entiérement  jaune;  le  cinquiéme 
segrment  est  totalement  de  cette  derniére  couleur;  le  premier 
seg-ment  ventral  est  orné  d'une  larg-e  tache  jaune.  Les  pattes 
sont  d'un  noir  brunátre,  les.cuisses  antérieures  et  intermé- 


DE   HISTORIA    NATURAL.  257 

diaires  larg-ement  tachées  de  jaune  á  leur  tranche  inférieure; 
les  tibias  antérieurs  sont  presque  entiérement  jaunes,  les  in- 
terrnédiaires  et  les  postérieurs  sont  taches  de  jaune  á,ia  base; 
tarses  antérieurs  ferrugineux,  les  autres  sont  bruns,  avec  les 
deux  derniers  articles  roug-e  rouille.  Chez  le  cf  la  couleur  jau- 
ne est  moins  larg-ement  distribu ée  que  chez  la  9;  11  a  une  ta- 
che jaune  arrondie  de  chaqué  cote  du  scutellum  et  les  lamel- 
les  laterales  du  postécusson  de  cette  méme  couleur,  l'épine 
thoracique  est  entiérement  noire,  les  écailles  des  ailes  ne  sont 
pas  d'un  jaune  puré,  elles  sont  un  peu  tachées  de  brunátre. 
Sur  les  seg-ments  abdominaux,  le  jaune  ne  se  montre  qu'á 
rétat  de  taches  laterales  assez  grandes  sur  les  premiers  seg- 
raents,  puis  diminuant  g-raduellement  de  hauteur  jusqu'au 
cinquiéme  seg-ment;  sur  les  seg-ments  3,  4,  5,  elles  sont  rédui- 
tes  á  des  traits  transversaux,  s'unissant  presque  au  milieu. 
surtout  sur  le  cinquiéme ;  le  premier  seg-ment  ventral  est  en- 
tiérement noir.  Les  pattes  sont  á  peu  prés  tachées  de  jaune, 
comme  chez  la  Q,  mais  les  parties  des  cuisses  qui  chez  celle-ci 
sont  d'un  brun  foncé  sont  noires  chez  le  (V";  les  tarses  inter- 
médiaires  et  postérieurs  sont  ferrug-ineux,  le  premier  article 
est  plus  foncé.  Chez  9c^,  la  ponctuation  du  dessus  du  corps 
est  forte,  serrée  et  ne  laisse  entre  elle  que  des  intervalles  beau- 
coup  plus  étroit  que  les  points  eux  mémes,  elle  est  subég-ale 
sur  la  tete,  le  tliorax  et  l'abdomen,  elle  apparait  cepeudant  un 
peu  plus  fine  et  plus  serrée  sur  la  tete;  le  dernier  seg-ment 
dorsal  (anus)  offre  une  ponctuation  grossiére,  subconfluente 
long'itudinalement  et  rápense.  Le  ventre  est  parcimonieuse- 
ment  parseméde  g-ros  points  espacés,  disposés  en  lig-nes  trans- 
versales sur  les  seg-ments  postérieurs;  la  valve  ventrale  est 
ferrug-ineuse  a  i'extrémité,  ñnement  carénée  long'itudinale- 
ment et  finement  pouctuée  de  chaqué  cote  de  cette  carene. 
La  pubescence  du  corps  est  tres  courte,  tres  ñne,  g-rise,  un  peu 
plus  long-ue  et  d'un  blanc  arg-ent  brillant  sur  la  partie  anté- 
rieure  de  la  tete.  Les  ailes  sont  hyalines.  Long-.  9  8-10  mili.; 
cf  6-7,5  mili.  J'ai  inspecté  2  Q  1  cT-  Une  Q  recue  de  M.  Pedro 
Antig-a  á  Barcelone  et  1  Q  1  c/  récoltés  ici  le  24  juillet  1884  sur 
un  terrain  sec  et  aride ,  composé  de  sable  et  de  limón  d'allu- 
vion. 

Oxybelus  nigriventris  n.  sp. — 9.  Dernier  seg-ment  abdomi- 
nal dorsal  noir.  Cette  espéce  presque  aussi  g-rande  que  la  pré- 

N.'e.-Junio,  1901.  19 


258  boletín    de    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

cédente,  en  est  voisine  par  la  disposition  des  couleurs  et  par 
cela  me  dispense  d'ane  aussi  long-ue  description.  Le  pronotuní 
n'ofifre  pas  de  jaune  au  bord  antérieur,  les  calus  du  devant 
des  ailes  sont  jaunes,  les  écaillettes  des  ailes  sont  jaunes  lar- 
g-eraent  tachées  de  brunátre;  les  lamelles  postscutellaires  sont 
jaunes,  l'épine  thoraciqne  est  un  peu  en  g'outtiére,  faiblemeut 
élarg-ie  au  bout,  oú  elle  est  arrondie  et  comme  tout  le  reste  du 
thorax,  elle  est  noire.  L'abdomen  oífre  les  méraes  taches  que 
chez  Tespéce  precedente  ,  mais  partout  sur  les  cinq  seg-ments, 
raoins  g-randes  et  isolées  de  tous  cotes  par  la  c()uleur  noire. 
Le  ventre  est  entiérement  noir;  les  pattes  sont  noires;  le  ge- 
noux  et  une  partie  du  devant  des  tibias  antérieurs  sont  jau- 
nes; les  tarses  sont  ferrugineux;  les  tibias  intermédiaires  n'ont 
qu'une  petite  tache  jaune  au  sommet  de  leur  branche  infé- 
rieure,  les  postérieurs  sont  entiérement  noirs;  tarses  intermé- 
diaires et  postérieurs  noiratres,  dernier  article  ferrugineux. 
Ailes  hyalines.  La  ponctuation  est  distribuée  comme  chez 
O.  macíiUventris ,  mais  elle  est  partout  plus  forte,  moins  serrée 
et  laisse  entre  elle  surtout  sur  le  thorax  et  Tabdomen  des  in- 
tervalles  presque  aussi  larg-es  que  les  points  eux-mémes. 
Long.  8,5  mili. 

Inspecté  une  9?  découverte  par  M.  Pedro  Antiga  a  Monistrol 
au  mois  de  mai,  y  M.  Garriga  le  23  juillet  1895. 

Oxybelus  opacus  n.  sp. — rf.  Noir  mat,  extrémité  des  anten- 
nes,  une  tache  sur  les  mandibules,  le  devant  des  tibias  et  tar- 
ses antérieurs  roug'e  rouille  foncé,  ainsi  que  le  dernier  article 
des  tarses  intermédiaires  et  postérieurs.  Écailles  des  ailes  bru- 
nátres.  Les  premier  et  second  segments  de  Tabdomen  sont 
marqués  de  chaqué  cote  d'un  petit  trait  blanc,  peu  visible  sur 
le  second  segment.  Cette  espéce  est  d'une  forme  trapue  et  ro- 
busto, partout  fortement  et  grossiérement  ponctuée,  surtout 
.sur  Tabdomen  ou  la  ponctuation  laisse  entre  elle  des  inter- 
valles  tres  étroits,  brillants.  La  tete  et  le  thorax  sont  couverts 
par  une  tres  fine  pubescence  grisfe,  courte,  conché,  qui  empé- 
che  surtout  sur  le  thorax,  d'aprécier  la  sculpture  du  seg'ment. 
Ailes  hyalines.  Épine  thoracique  assez  larg-e,  un  peu  creusée 
en  gouttiére,  subbifide  au  bout.  Long.  7  mili. 

Je  n'ai  vu  qu'un  (f  de  cette  curieuse  espéce ,  il  a  été  récolté 
par  M.  Pedro  Antiga  á  Balenya,  24  juin  1900. 

Sphecodes  Antigae  n.  sp. — Qcf.  Jolie  espéce  qui  comme  pres- 


DE    HISTORIA   NATURAL.  259 

que  tous  les  Sjihecodes  est  roug-e  et  noire;  9  iioire  avec  les  qua- 
trepremiers  seg-ments  abdüminaux  rouges;  antennes  et  pattes 
bruñes,  les  tibias  et  les  tarses  sont  plus  clairs,  ferrugineux, 
surtout  les  postérieurs.  Pubescence  de  la  tete  et  du  thorax 
courte,  g-rise;  tete  fortement  et  densément  ponctuée;  thorax 
peu  fortement  et  moins  densément  ponctué  que  la  tete,  les 
points  sont  assez  espacés  pour  laisser  entre  eux  des  intervalles 
lisses  plus  g-rand  que  les  points  eux  mémes.  Écusson  paré 
d'une  ponctuation  semblable  á  celle  du  thorax.  mais  lespoiní" 
sont  encoré  plus  espacés.  Tous  les  seg-ments  abdominaux  sont 
partout  finement  et  densément  ponctués,  la  ponctuation  s'é- 
tend  jusqu'au  bord  apical,  sans  laisser  une  marg-e  postérieure 
lisse  et  brillante;  le  quatriéme  seg'ment  est  ponctué  de  méme, 
mais  la  marg-e  postérieure  parait  lisse  et  brillante;  elle  laisse 
voir,  avec  un  fort  g-rosissement  quelques  points  tres  fins,  épars; 
seg"ments  5  et  suivants  noiratres,  fortement  ponctués.  La  pu- 
bescence du  ventre,  surtout  aux  derniers  seg*ments  et  sur  la 
valve  anale  est  bruñe.  Les  ailes  sont  un  peu  enfumées,  les 
nervures  sont  brunátres.  Le  cf  ressemble  beaucoup  á  la  Q,  il 
est  d'une  forme  g-énérale  un  peu  plus  allong-ée;  les  antennes 
sont  plus  long-ues,  a  articles  un  peu  nodiformes;  la  pubescence 
du  devant  de  la  tete  est  plus  ahondante  que  chez  la  Q  et  d'un 
blanc  arg-ent;  la  ponctuation  de  la  tete  du  thorax  et  du  scu- 
tellum  est  analog-ue  á  celle  que  l'on  voit  chez  la  9,  cependant 
elle  est  un  peu  moins  lache  sur  le  thorax  et  le  scutellum. 
L'abdomen  est  taché  de  noir  á  la  base  du  premier  seg*raent 
abdominal  et  au  milieu  du  troisiéme:  tous  les  seg-ments  sont 
densément,  ég-alement  et  fortement  ponctués  sur  toute  leur 
surface.  Les  pattes  sont  noires  avec  tes  tarses  et  les  g-enoux 
brunátres.  Cette  espéce  ne  peut  étre  confondue  avec  aucune 
de  celles  qui  ne  sont  connues;  quoique  un  peu  voisine  de 
■S.  Hispanicus,  elle  s'en  separe  facilement  par  la  pubescence 
de  la  tete,  qiii  chez  cette  derniére  (Q)  est  long-ue  bruñe  et 
méme  noire,  tandis  qu'elle  est  courte  et  blanche  chez  S.  A7iti- 
gcB  9;  par  la  ponctuíition  des  seg-ments  abdominaux,  qui  chez 
S.  Antigce  ne  laisse  pas  de  marg-e  apicale  lisse  et  brillante, 
tandis  que  chez  8.  Hupanicus  cela  se  voit  sur  tous  les  seg-- 
ments; enfin  par  la  conformation  des  parties  g-énitales  du  zf 
•qui  sont  ici  tout  autrement  construites  que  chez  S.  Hispamcus. 
Inspecté  1  9  1  q^,  que  j'ai  recus  de  M.  Pedro  Antig-a  sous  le 


260  boletín   de    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

nom  de  aS'.  Hispaniais.  Cette  dénomination  étant  inexacte,  j'aí 
le  plaisir  de  lui  donner  le  nom  de  rentomolog'iste  auquel  ron 
doit  déjá  bien  des  découvertes  intéressantes. 
LoCALiTÉ.     Ribas  (Barcelone),  21  mai  1899. 

Formas  transitorias  de  las  especies  españolas  del  género 

8'Uene  (Sección  Behen). 


D.    MARCELO   RIVAS   MATEOS. 

Al  gTupo  Behen  del  género  Sihne  corresponden  cuatro  espe- 
cies españolas  S.  inflata  Sm.,  S.  marili?na  With.,  S.  commiitata 
Gass.  y  S.  Thorei  L. 

En  el  Prodromus  Floree  Hispanice  de  M.  Willkomm  y 
J.  Lang-e,  forman  el  subg-énero  BeJien  Bohrb  [Physalocalyx 
Wk.),  t.  III,  pág-.  668.  En  la  Flora  española  del  Dr.  B.  Lázaro, 
t.  II,  pág-.  533,  constituyen  la  Sección  Behen.  primera  del  g-énero 
de  que  tratamos.  Estas  cuatro  especies,  que  son  rizocárpicas, 
se  disting'uen  con  g-ran  facilidad  de  las  restantes  del  compli- 
cado g-énero,  por  presentar  el  cáliz  vejig-oso,  y  sobre  todo,  pé- 
talos con  prefloración  empizarrada,  á  diferencia  de  las  restan- 
tes especies,  que  muestran  prefloración  retorcida. 

Las  cuatro  especies  indicadas  forman  un  g-rupo  muy  natural; 
la  relación  morfológ-ica  que  existe  entre  ellas  es  tan  g-rande, 
que  alg'unas  formas  son  de  crítica  colocación;  estas  formas  crí- 
ticas, transitorias,  existentes  en  nuestro  herbario  y  en  el  que 
fué  del  Dr.  Tremols,  son  las  que  vamos  á  estudiar,  pero  ante& 
definiremos  las  especies  típicas. 

Suene  inflata  Sm.— Rizocárpica;  cepa  ramosa  y  delg-ada;  ta- 
llos ascendentes  y  g-arzos;  hojas  lanceoladas,  alg-o  puntiag-udas 
ó  mucronadas;  inflorescencia  en  panoja  corimbiforme  y  con 
brácteas  escariosas;  cáliz  vejigoso,  muy  inflado;  pétalos  blan- 
cos, bipartidos  en  la  parte  superior  y  con  dos  g-ibas  en  la  g-ar- 
g-anta;  estilos  eng-rosados  hacia  la  base.  Cápsula  ovoideo-g-lo- 
bosa,  sostenida  por  un  tecáforo  grueso,  bastante  más  corto  que 
el  fruto;  semillas  algo  arriñonadas  y  erizadas  de  prominentes 
tuberculitos  cónicos. 

Suene  maritima  With. — Rizocárpica;  cepa  leñosa,  muy  rami- 
ficada; tallos  cespitosos,  tendidos  circularmente;  hojas  crasas,. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  261 

lanceoladas,  con  el  marg-en  cartilaginoso;  flores  solitarias  ó 
reunidas  en  corto  número;  cáliz  trasovado,  vejig'oso,  umbi- 
licado y  con  cinco  dientes  triang-ulares  poco  obtusos;  péta- 
los bipartidos  en  su  parte  superior,  con  dos  escarpitas  acumi- 
nadas en  la  g-arganta.  Cápsula  ventrudo-g-lobosa,  con  tecá- 
foro  mitad  más  corto  que  ella;  semillas  negruzcas  y  tubercu- 
losas. 

Sile7ie  commntata  Gass.— Rizocárpica;  cepa  vivaz,  ramosa; 
tallos  ascendentes  g-arzos  y  lampiños;  hojas  g-randes,  mucro- 
nadas, las  superiores  doble  larg-as  que  anchas,  las  inferiores 
trasovadas  y  adelg-azadas  en  peciolo,  unas  y  otras  lampiñas  y 
sin  pestañas  en  el  borde;  flores  blancas,  inclinadas  y  dispues- 
tas en  cima  poco  densa,  con  brácteas  escariosas;  cáliz  veji- 
g-oso,  umbilicado,  quinquedentado,  con  los  dientes  anchos  y 
triang-ulares;  pétalos  bipartidos,  sin  escamas.  Cápsula  ovoidea,, 
sostenida  por  un  tecáforo  mucho  más  corto  que  ella;  semillas 
no  tuberculosas  y  de  un  color  alg"o  ceniciento. 

8ilene  Thorei  L.— Rizocárpica;  cepa  ramosa  y  larg-a;  cespito- 
sa, con  ramos  cilindricos  y  radiantes;  hojas  carnosas,  g-laucas, 
con  marg-en  cartilag-inosa  y  dentada;  las  superiores  sentadas  y 
ovales,  las  inferiores  débilmente  estrechadas  en  peciolo,  casi 
orbiculares;  flores  solitarias  ó  reunidas  en  corto  número  (2-3), 
cáliz  umbilicado,  con  dientes  blancos  en  el  marg-en  y  obtusos; 
pétalos  blancos,  de  limbo  casi  cuadrado.  Cápsula  subg'lobosa; 
semillas  g-risáceas  y  tuberculosas. 

Las  cuatro  especies  descritas  constituyen  una  serie  muy  cu- 
riosa y  digna  de  toda  consideración  científica;  por  su  aspecto 
ya  se  disting-uen  notablemente  del  resto  de  las  incluidas  en  el 
g-énero  Sihne.  Por  de  pronto,  si  colocamos  ejemplares  típicos 
de  las  cuatro  especies  en  este  orden:  SiUne  coínmutata,  S.in- 
fiata,  S.  Thorei  y  S.  marllinia,  lo  primero  que  salta  á  la  vista  es 
el  g-radual  decrecimiento  en  mag-nitud  de  los  individuos,  y  so- 
bre todo,  del  tamaño  de  las  hojas.  Si  lueg-o  nos  fijamos  en  la 
forma  de  éstas,  veremos  que  desde  la  ^S'.  Thorei,  cuyas  hojas 
son  ovales,  casi  redondas,  hasta  la  8.  maritiriia,  que  las  tiene 
lanceoladas,  aparecen  dos  transiciones,  representadas  por  la 
S.  commntata,  con  hojas  oblong-o-lanceoladas,  y  por  la  S.  in- 
nata, que  las  tiene  lanceoladas,  puntiag-udas.  La  S.  inflaia 
var.  minor  Moris,  se  aproxima  mucho  á  la  S.  maritima,  pues 
como  ésta,  ofrece  las  hojas  bastante  angostas,  y  á  veces  pare- 


262  boletín    de   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

cen  lineares.  La  S.  injiata  var.  cUiata  Lg-e.  muestra  las  hoja& 
elíptico-ovales,  siendo  intermedias  entre  las  de  la  8.  Thoreiy 
la  commutata. 

Unos  ejemplares  de  Murcia,  correspondientes  á  la  S.  commu- 
tata (f.  13,  Wk.,  t.  III,  pág'.  669)  y  que  teng-o  á  la  vista,  pre- 
sentan las  hojas  superiores  á  las  de  la  S.  Thorei,  con  la  diferen- 
cia de  que  en  éstas  el  marg-en  es  cartilag-inoso  aserradito,  j 
entero  el  de  aquélla. 

En  la  Flora  del  Dr.  Amo  y  Mora,  y  en  la  sección  ó  subg"éne- 
ro  PhysaJocalyx,  tomo  vi,  pág-.  190,  se  estudia  como  especie  la 
S.  Alpina  Tlim,  al  paso  que  en  las  obras  de  Willkomm  y  Láza- 
ro se  considera  como  variedad  de  la  S.  inflata.  No  hay  para 
qué  ocuparse  del  por  qué  no  debe  ser  considerada  como  espe- 
cie la  8.  Al2mia,  por  ser  asunto  resuelto  por  autoridades  botá- 
nicas, como  las  citadas  anteriormente;  pero  no  dejan  de  tener 
g"ran  importancia,  en  el  asunto  de  que  tratamos,  los  ejempla- 
res alpinos  de  la  S.  inflata.  Estos  individuos  alpinos  pueden 
ag-ruparse  en  tres  secciones:  1.%  angustí  folia  (S.  iu^ata  var^ 
oninor  Moris),  hojas  lanceoladas,  estrechas  y  carnosas;  flor  so- 
litaria, terminal;  cáliz  umbilicado.  Sierra  Nevada.  2.%  lanci fo- 
lia, hojas  g-enuinamente  lanceoladas,  marg-en  con  pestañas  rí- 
g-ida-s;  flor  solitaria,  terminal;  cáliz  umbilicado.  Sierra  Neva- 
da. 3.^*,  lalifolia.  hojas  gdaucas,  aovadas,  con  marg-en  pestaño- 
so; flor  g'rande,  terminal;  brácteas,  cuando  existen,  escariosas 
en  el  borde;  cáliz  poco  ó  nada  umbilicado.  Pirineos,  Montseny. 
La  forma  angusli folia  ya  hemos  dicho  se  relaciona  con  la  S.  ma- 
rítima; la  forma  latifolia,  relaciona  íntimamente  la  /S'.  inflata 
con  la  8.  Thorei,  tanto,  que  para  diferenciarlas  es  preciso  fijar- 
se en  la  fig-ura  de  los  pétalos  ó  en  las  semillas,  pero  teniendo 
presente  que  algunos  individuos  del  S.  Thorei  muestran  las 
semillas  poco  tuberculosas  y  pudieran  confundirse  con  las  del 
S.  Ínflala  var.  latifolia  (S.  uniflora  D.  C),  que  aunque  no  pro- 
piamente tuberculosas,  son  bastante  ásperas. 

Forma  transitoria  muy  notable  entre  las  S.  rnaritima  y  S.  in- 
flata, representan,  á  no  dudarlo,  ciertos  ejemplares  de  la  pri- 
mera especie,  que  se  encuentran  en  las  costas  de  Arosa  (Gali- 
cia). En  Villag-arcía,  Puebla,  Isla,  Chazo  y  otros  puntos  de  la 
ría  se  halla  la  S.  marítima  f.  genuina;  pero  además  se  ven  otro& 
individuos  que,  correspondiendo  á  aquella  especie,  se  separan 
bastante  del  tipo  g-eneral.  Bien  puede  considerarse  como  una 


DE    HISTORIA   NATURAL.  263 

variedad,  á  la  que  denominaremos  var.  angulata,  atendiendo 
á  la  disposición  especial  del  tallo;  éste  es,  en  efecto,  ang-uloso, 
sobre  todo  en  los  entrenados  inferiores,  y  forma  unas  tortuosi- 
dades parecidas  á  un  zlg-zás  bastante  pronunciado;  las  ramas 
son  poco  ó  nada  cespitosas;  las  hojas,  más  g-randes  que  las  que 
muestra  la  forma  tipica,  son  crasas,  con  marg-en  poco  cartila- 
ginoso, entero,  no  espinuloso.  Corresponde  esta  variedad  á  la 
S.  maritima,  porque  los  pétalos  tienen  dos  escamas  acumina- 
das y  colocadas  en  la  garganta  y  por  la  disposición  del  fruto; 
pero  el  aspecto  de  ella  recuerda  mucho  á  la  S.  injiata. 

Poseo  unos  ejemplares  de  8.  commutata  procedentes  del  her- 
bario del  difunto  naturalista  Dr.  Tremols,  recog-idos  en  la  pro- 
vincia de  Cartagena  el  12  de  Mayo  de  1888,  si  bien  la  etiqueta 
no  expresa  quién  fuese  el  recolector,  ni  tampoco  localidad  de- 
terminada. Por  la  simple  inspección  de  estos  ejemplares  se 
nota  que,' siendo  todos  correspondientes  á  la  especie  indicada 
en  la  etiqueta,  hay,  sin  embargo,  dos  formas  bien  distintas: 
una  típica,  con  hojas  grandes,  trasovales  y  flores  inclinadas 
formando  cima  de  2-3  flores,  con  brácteas  pequeñas  y  escario- 
sas;  la  otra  forma  se  aproxima  á  la  var.  longifolia  (Wk.,  Pro. 
Fl.  Hisjh,  tomo  III,  pág-.  669),  sin  coincidir  en  todos  los  carac- 
teres asignados  á  la  variedad  genuina.  No  obstante,  la  tengo 
en  mi  herbario  referida  á  la  forma  Wk. ;  las  hojas  son  estre- 
chas, lo  mismo  las  superiores  que  las  inferiores,  pero  sobre 
todo  estas  últimas  ofrecen  un  punto  muy  semejante  á  las  bá- 
sicas de  la  S.  injiata;  la  mayoría  de  los  ejemplares  llevan  4  flo- 
res grandes,  con  pétalos  blancos,  y  aunque  el  estado  de  aqué- 
llos no  permite  asegurarlo,  quizá  con  nerviaduras  purpúreas. 
El  pedúnculo  de  las  flores  terminales  es  cuatro  veces  más  largo 
que  el  cáliz,  y  en  la  mitad  de  aquél  existen  dos  brácteas  opues- 
tas, escariosas,  sumamente  acuminadas  en  el  ápice;  en  la  axila 
de  cada  una  de  estas  brácteas  se  implanta  una  flor  muy  peque- 
ña con  relación  á  las  terminales,  siendo  el  pedúnculo  mitad 
más  corto  que  el  cáliz;  á  veces  estas  florecillas  quedan  atrofia- 
das; el  fruto  y  semilla  corresponden  al  tipo  g'eneral. 

El  estado  de  los  ejemplares  últimamente  descritos  no  con- 
siente estudio  más  detenido;  mas  como  dispong-o  de  algunas 
semillas,  cultivaré  la  planta,  lo  que  permitirá  conocerla  me- 
jor; de  todos  modos,  creo  se  trata  de  una  forma  transitoria  bas- 
tante notable. 


264  boletín    DR    LA   SOCIEDAD    ESPAMOLA 

El  género  Tíeniopoda  Stal 

POR 

D.    IGNACIO    BOLÍVAK. 

El  g-énero  Tmniopoda  Stal  sólo  comprende  tres  especies  en  el 
Catalogue  d' A cridiens  áQ  k.  PictetyH.  de  Saussure  (Schaífouse 
Avril,  1887),  que  son  las  T.  Síq)erJ)a  Stál,  picticornis  Stfil  y  cen- 
tiirio  Drury;  pero  allí  se  omite  la  descrita  por  Burmeister  equi- 
vocadamente como  centiirio  (Handbuch  der  Enlomologie,  ii,  pá- 
g-ina  620);  pues  aunque  bajo  este  nombre  confundió  el  citado 
autor  dos  especies,  como  ya  se  consig-na  en  aquel  catálog'o  en 
la  sinonimia  del  DicAyopJiorus  microptems,  en  el  que  figura  la 
cita  por  lo  que  respecta  á  la  9,  queda  sin  recoger  la  del  of,  que 
no  aparece  en  ning'una  de  las  especies  de  Tíeniopoda,  á  cuyo 
g-énero  indudablemente  corresponde.  Para  ella  propong"0  el 
nombre  de  Biirmeisteri.  sig-uiendo  la  costumbre  en  tales  casos 
establecida. 

Además  de  estas  especies  conozco  otras  que  no  han  sido 
descritas  y  cuyas  diag-nosis  daré  en  esta  nota  acompañándolas 
con  un  cuadro  sinóptico  para  hacer  resaltar  los  caracteres  di- 
ferenciales. 

Pero  es  indudable  que  el  g-énero  debe  comprender  aún  ma- 
yor número  de  ellas,  por  lo  que  interesa  poner  en  claro  las 
hoy  conocidas  como  base  de  futuras  investigaciones  que  es 
de  desear  realicen  nuestros  coleg-as  mexicanos. 

El  dimorfismo  sexual  no  radica  tan  sólo,  en  las  especies  de 
este  g"énero,  en  la  diferencia.de  tamaño,  que  me  parece  obser- 
var varía  poco  del  uno  al  otro  sexo,  sino  más  bien  en  la  lon- 
g"itud  de  los  élitros  y  en  la  disposición  de  las  áreas  dilatadas 
de  las  alas. 

Excusado  es  decir  que  Thomas  en  sus  Acrididce  of  North 
America,  p.  179,  ha  confundido  en  la  sinonimia  de  la  Bliomalea 
cenUirio  dos  especies,  si  bien  en  la  descripción  sólo  se  refiere 
á  una,  que  es  el  BictijoiJlioraa  microjyterus  Pal.  de  Beauv.,  y 
que  la  Romaica  (sic)  Marci  Serv.  (Oít/i.,  p.  623)  me  parece  una 
simple  variedad  de  coloración  de  la  misma  especie  de  Diciyo- 
phorus. 

El  siguiente  cuadro  puede  servir  para  la  separación  prima- 
ria de  las  especies. 


DE    HISTORIA.   NATURAL.  265 

a.  Élitros  y  campo  radial  del  ala  neg-ruzcos  en  el  extremo, 
pero  terminados  por  un  borde  pálido.  Artejos  interme- 
dios de  las  antenas  amarillentos  ó  rojizos,  con  el  borde 
terminal  neg-ro. 
h.    Pronoto  de  color  neg-ro  lig-eramente  verdoso,  con  el  bor- 
de posterior  y  la  quilla  dorsal  recorridos  por  una  faja 
amarilla.  Área  dilatada  del  ala  estrecha. 

T.  Burmeisteri  sp.  n. 

hb.  Pronoto  de  color  claro,  destacándose  apenas  el  borde  y 

la  linea  media  de  la  quilla,  que  son  de  un  amarillo 

más  limpio  que  el  resto.  Área  dilatada  del  ala  muy 

ancha.  T.  picticornis  Stal. 

aa.  Élitros  terminados  por  una  estrecha  marg-en  neg-ra  apical; 

campo  radial  del  ala  neg-ro  en  el  extremo  sin  reborde 

apical  blanco.  Artejos  intermedios  de  las  antenas  de  color 

amarillo  rojizo  uniforme. 

c.  Cresta  del  pronoto  y  áng-ulos  humerales  adornados 
con  una  faja  neg-ra;  la  cresta  de  la  metazona  más 
alta  que  la  de  la  prozona.  Élitros  y  área  radial  del 
ala  ang-uloso-redondeados  en  su  extremo. 
d.  Cresta  del  pronoto  recorrida  por  una  estrecha  faja 
media,  pálida.  Élitros  distintamente  estrechados 
hacia  el  ápice  en  el  tercio  apical.  Área  dilatada  del 
campo  anal  de  las  alas,  poco  más  ancha  que  la 
postradial   y   con   escasas   nerviaeiones.    Tamaño 
menor. 
e.  Tamaño  mayor  Q  (02  mm.)  Fajas  neg-ras  laterales 
de  la  cresta  del  protórax  ,  prolong-adas  desde  el 
ápice  hasta  más  allá  del  medio.     T.  superba  Stál. 
ee.  Tamaño  menor  Qf  (25  mm.,  Q  37  mm.)  Fajas  ne- 
g-ras  laterales  de  la  cresta  del  protórax,  prolon- 
g-adas hasta  la  punta  posterior  del  mismo. 

T.  gultnrosa  sp.  n- 
dd.  Cresta  del  pronoto  recorrida  sólo  por  la  faja  neg'ra, 
sin  linea  pálida  á  lo  larg-o  de  la  arista.  Élitros  no 
estrechados  en  el  ápice.  Área  dilatada  del  campo 
radial  de  las  alas  muy  ancha,  limitada  posterior- 
mente por  una  vena  eng-rosada  y  fuertemente  en- 
corvada. T.  centurio  Drury. 
€c.  Cresta  del  pronoto  sin  fajas  neg-ras,  del  color  del  resto, 


266  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

lo  mismo  que  las  quillas  laterales  de  la  metazona. 
Élitros  y  campo  radial  del  ala  redondeados  en  el  ex- 
tremo. T.  ¡mlchella  sp.  n. 

T.  Burmeisteri  sp.  n. 

Rhomalea  centiirio  Burm.,  1839.  Handb.  der  Ent.  ii,  p.  620,  2. 
of  (Sin.  excl). 

Colore  nig-ro.  Caput  nig-rum,  linea  media  verticis,  marg-ini- 
bus  occipitalibiLS,  frontis  carinis,  nec  non  labro  plus  minusve, 
croceis.  Vértex  inter  oculos  latissimus.  Antenníe  crocepe  basi 
apiceque  nig-rse,  articulis  intermediis  basi  apiceque  ang-ustis- 
sime  nig-ro-cing-ulatis.  Pronotum  antice  g"ibbosum  pone  sul- 
cura  deplanatum,  suaviter  rug-oso-punctatum  ;  prozona  tecti- 
forme  carinata.  metazona  carina  compressiuscula;  antice  obtu- 
se,  postice  acute  angulatam.  Elytra  ápice  femorum  posticorum 
haud  atting-entia,  apicem  versus  ang-ustata,  nig-ro  fusca,  an- 
g'uste  viridi-venosa  basi  apiceque  nig-ra,  ápice  immo  ang-ustis- 
sime  paluda.  Alie  sang^iinese  ubique  nig-ro  limbatae,  ápice  late 
nig-rpe  atque  ang-ustissime  pallide  lirabat0e,.area  radialis  obtuse 
ang'ulato-rotundata:  interstitium  scalare  arefe  analis  modice 
ampliatum  vix  latius  quam  interstium  radialem,  parum  reg-u- 
lariter  reticulaíum.  Femora  antica  nig-ra.  Femora  postica  fla- 
vo-lineata  areaque  externa  flavo-reticulata.  Tibife  omnes  supra 
flavo-unilineatae.  Abdomen  nig-rum.  Q 

Lung-.  corp.  55  mm.;  pron.  16  mm.;  elytr.  32  mm.;  fem.  post. 
26  mm. 

Loe.  México  (P.  Navas).  El  intervalo  anal  de  las  alas,  ó  sea 
el  área  dilatada  del  campo  anal,  mide  2,8  mm.  de  anchura, 
contándose  en  él  desde  la  base  hasta  el  medio  unas  doce  venas 
transversas  muy  delg-adas  y  paralelas,  y  desde  el  medio  hasta 
su  terminación  unas  siete  irreg-ulares.  Los  élitros  tienen  el 
borde  anterior  alg-o  surcado  en  el  tercio  medio.  La  distancia 
entre  los  ojos  es  de  3,8  mm.  Burmeister  ha  confundido  bajo 
un  mismo  nombre  dos  especies,  como  lo  prueba  el  incluir  en 
la  sinonimia  la  Rhom.  microplera  Serv.,  que  no  es  otra  que  su 
Rh.  gigantea,  y  el  citar  la  fig-ura  34  de  StoU,  que  corresponde 
también  á  la  misma  especie,  y  la  3  de  la  lám.  41  de  Drury,  que 
en  manera  alg-una  responde  á  la  descripción  de  la^/¿.  centiirio 
de  Burmeister,  como  puede  comprobarse  leyendo  la  descripción 
á  la  vista  de  la  fig-ura  «nigra,  capile  anleimarum  hasi pronoto- 
que  fíiscis,  hoc  fidvo-marginaio;  elyiris  nigris,  fulvo-venosis.» 


DE   HISTORIA    NATURAL.  iCÜ 

T.  picticornis  Stal.  Rec.  Ortliop.  i,  1873,  p.  51. 

Colore  ñavo-testaceo.  Vértex  subfuscus  medio  flavescens. 
Ínter  oculos  minus  latus.  Antenna?  basi  apiceque  fusc£e;  arti- 
culis  intermediis  basi  apiceque  ang-ustissime  nig-ro-cing-u- 
latis.  Pronotum  pone  sulcum  typicuní  deplanatum ,  suaviter 
rug-oso-subareolatum;  prozona  tectiformiter  carinata,  metazo- 
na  carina  compressiuscula;  antice  obtuse,  postice  acute  ang'ii- 
latum;  dorso  prozonfe  subinfiiscato  tantum  carina  nava  Isevi- 
g-ata.  Elytra  apicem  femoruin  distincte  superantia,  apicein 
versus  haud  ang-ustata,  pallida,  fusco-areolata,  ante  apicem 
fusca,  sed  ápice  inmo  ang-uste  pallido.  Alee  sang-uina;,  área 
radialis  máxima  parte  fusca  ápice  ang'ulato-rotundata  atque 
ang-uste  pallide  marg'inata;  interstitium  scalare  áreas  analis- 
máxime  ampliatum  medio  fere  duplo  latius  quam  interstium 
radialein,  reg-ulariter  transverso  venosum,  postice  vena  incras- 
sata  terminatum;  área  analis  fusco-circundata.  Pedes  nig-ro  et 
flavescente  testaceo  varieg-ati,  antici  extus  intermedii  intus 
nigris.  Feraora  postica  nig-ra,  carinis  atque  reticulo  are»  me- 
diae,  pallidis.  Abdomen  supra  fuscum  linea  media  pallida  or- 
natum. 

cr"  Long".  corp.  45  mm.;  pron.  15  mm.;  elytr.  40  mm.;  fem. 
post.  26  mm. 

Loe.  Ventanas,  Durang-o,  2.000  pies  de  alt.  (mi  col.)  El 
área  dilatada  de  las  alas  mide  en  su  latitud  máxima  6  mm.,  y 
toda  ella  está  recorrida  por  venas  paralelas  en  número  de 
unas  18;  la  vena  que  limita  posteriormente  esta  área  es  muy 
g-ruesa  y  fuertemente  encorvada.  Los  élitros  tienen  el  borde 
anterior  recto  durante  una  buena  porción  de  la  parte  media,, 
pero  no  se  estrechan  hacia  el  ápice  en  su  tercio  posterior.  La 
distancia  entre  los  ojos  por  encima  de  la  cabeza  es  de  2,5  mm. 

T.  superba  Stal. 

MonacMdiíinisiiperbiim  Stal.  Ofv.  Vet.  Ak.  Forh  1855,  p.  352,  1. 

Tteaiojmda  sitperba  Stál.  Rec.  Orth.  i,  p.  50,  1. 

T.  equiií  Burm.  simillima  videtur,  major,  crista  pronoti 
altiore,  in  lobo  postico  altissima,  utrinque  vitta  ang-usta  late- 
rali  nigra  ab  ápice  ultra  médium  ducta  notata,  crista  lobi 
postici  illa  lobi  antici  altiore,  fortiter  rotundata,  elytris  ápice 
nigro-marg-inatis,  apud  feminain  apicem  abdominis  superan- 
tibus  vel  subsuperantibus  9  Long-.  62  mm.  (Stal). 

Loe.     Honduras.  No  he  visto  ejemplares  de  esta  especie. 


■¿<í8  BOLETÍN    DE   LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

T.  gutturosa  sp.  ii. 

Colore  albiclo-subarg-enteo?  Capite,  clypeo,  labro  nec  non  scro- 
bis  antennarum  tantum  nig-ro-varieg-atis.  Antennse  basi  bre- 
viter,  ápice  late  nig-rse.  Pronotum  dimidio  antico  rug-oso-areo-- 
latiim,  postice  rug-uloso-punctatum;  prozona  acute  tectiforme, 
crista  a  latere  visa  vix  arquata,  metazona  carina  media  acuta, 
arcuata;  autice  obtuse  postice  acute  productum:  crista  tota 
atrinque  fascia  nig-ra  nitida  ornata,  linea  media  ang'ustissima 
pallida  percurrens,  carinis  metazonse  nig-ro  pictis.  Elytra  api- 
cem  femorum  parum  superantia,  oblong-a,  apicem  versus  levi- 
ter  ang"ustata,  marg-o  antico  usque  médium  subrectum  deinde 
suaviter  curvatus,  areolis  principalibus  nig-ro  repletis;  ápice 
immo  ang-ustissime  nig-ro  marg-inato,  obtuse  ang-ulato  rotun- 
dato.  AlfB  pallidfe  (in  vivo  sang-uinese?)  ubique  nig-ro  lirabatíE, 
venis  campi  radiali  plurirnis  fusco  circundatis;  interstitium 
scalare  árese  analis  parum  dilatatum  venis  paucis  reticulatum. 
Pedes  antici  extus  intermedii  intus  nig-ri,  pars  pallida  linea 
nig-ra  plerumque  in  punctos  soluta.  Femora  postica  pallida, 
área  externo-media  maculis  biseriatis  ornata.  Tibiae  posticse 
nig-rae,  carina  supero-externa  pallida.  Abdomen  dorso  nigrum 
linea  media  nec  non  lateribus  strig-iis  seriatis  pallidis.  Seg-- 
mentum  analem  nig-ro-cruciatum. 

cr"  Long-.  corp.  25  mra.;  pron.  11  mm.;  elytr.  24  mm.;  fem. 
post.  18  mm. 

9     Long-.  corp.  37  mm.;  pron.  14  mm.;  elytr.  22  mm. 

Loe.     Escuintla  (Guatemala);  mi  col. 

Especie  de  pequeño  tamaño  cuya  coloración  en  vivo  es  quizá 
distinta  de  la  que  presentan  los  ejemplares  que  he  examinado, 
y  que  acusan  haber  permanecido  alg-ún  tiempo  en  alcohol.  El 
área  dilatada  de  las  alas  en  el  J  sólo  mide  2,5  mm.  de  latitud 
máxim'a,  y  cuenta  únicamente  siete  ú  ocho  venas  transversas, 
por  lo  que  las  tres  areolas  últimas  son  muy  anchas,  casi  cua- 
dradas; debe  ser  muy  afin  á  la  anterior. 

T.  centurio  Drury. 

Locusta  (Ruiidüderes)  centurio  Drury,  1773.  Exot.  Entomolo- 
g-y,  p.  88,  pl.  xLi,  fig-.  3;  StoU,  pl.  vi  b,-fig-.  19.  RJiomalea  eqites 
Burmeister,  Handb.  der  Ent.  ii,  p.  620,  3. 

Colore  pallide  ochraceo.  Capite,  clypeo,  labro  nec  non  foveo- 
lis  antennarum  nig-ris.  Antennae  basi  breviter,  ápice  late  nig-rse. 
Pronotum  dorso  rug-oso-impresso ;  prozona  acute  tectiformiter 


DE    HISTORIA    NATURAL.  2()i> 

cristata,  a  latere  visa,  antice  posticeque  humiliore,  metazona 
carina  media  acuta  arcuata;  antice  obtuse,  postice  acate  pro- 
ductum ,  crista  tota  nec  non  carinis  metazonfe  nig-ris.  Elytra 
apicem  femorum  distincte  superantia,  elong-ata,  subparaliela, 
ápice  snbtruncata,  marg-ine  antico  máxima  parte  recto;  areo-- 
lis  plurimis  maculis  rotiindatis  occupantibus;  ápice  nig-ro  lim- 
bato.  Alse  sang-uinese  nigTO  limbata?,  área  radialis  máxima 
parte  fusca,  ápice  late  nig-ro,  interstitium  scaiare  arejB  analis 
bene  dilatatum  fere  duplo  latins  quam  área  postradialis,  vena 
postica  incrassata,  arquata. 

cf  Long".  corp.  42  mm.;  pron.  14  mm.:  elytr.  40  mm.;  fem. 
post.  25  mm. 

Loe.     México,  Procopp.  Museo  de  Budapest. 

Especie  de  g-ran  tamaño,  puesto  que  las  dimensiones  anota- 
das corresponden  al  macho.  Pll  área  dilatada  de  las  alas  mide 
5  mm.,  y  cuenta  unas  18  venas  transversas  dispuestas  con  bas- 
tante reg-ularidad.  Es  muy  semejante  á  la  primera,  salvo  en 
los  caracteres  señalados  en  el  cuadro  y  en  el  pronoto,  cuya 
cresta  es  más  comprimida  y  más  arqueada  en  la  metazona. 
Una  Q  imperfectamente  desarrollada  tiene  46  mm.  de  longitud 
y  16  en  el  pronoto.  Es  de  advertir  que  en  la  fig-ura  de  Drury 
falta  la  faja  neg-ra  de  la  cresta  del  pronoto,  á  pesar  de  que  la 
descripción  hace  mención  de  ella. 

Var.  reticularis.  Diífert  antennis  basi  apiceque  exceptis 
croceis;  elytris  fuscis,  ang-ustissime  pallide  areolatis;  inter- 
vallum  scaiare  arefe  analis  alarum  hyalinum  multo  minus 
reticulatum  (venis  tantum  propre  14),  statura  minore. 

cf  Long-.  corp.  35  mm.:  pron.  13  mm.;  elytr.  35  mm.  fem. 
post.  24  mm. 

Loe.    México,  Procopp.  Museo  de  Budapest. 

T.  pulchella  sp.  n. 

Colore  flavo  testaceo.  Antennse  basi  brevissime,  ápice  late 
nig-rfe.  Pronotum,  rugoso  areolatum,  prozona  acute  tectiforme, 
metazona  crista  valde  arcuata  et  subcucuUata  (a  latere  visa 
convexa),  antice  obtuse,  postice  acute  productum.  Elytra 
ovata,  ápice  rotundata,  angustissime  nig-ro-marg-inata,  mar- 
g-ine antico  distincte  arcuato,  ñavescentia  sparse  nig-ro  areo- 
lata.  AlíB  dilute  sang-uinese,  nigro  limbatse,  área  radialis  basi 
fusca,  ápice  rotundata,  interstitium  scaiare  are^e  analis  hya- 
linum dimidio  latius  quam  aream  postradialem,  venis  trans- 


•270  boletín    de    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

versis  paucis,  obliquis.  Pedibus  abdomineqüe  uti  in  species 
príecedentes. 

q"  Long".  corp.  35  mm.;  pron.  12  mm.;  elytr.  25  mm. ;  fem. 
post.  20  mm. 

Loe.     México,  P.  Valcárcel  (mi  col.) 

El  área  dilatada  del  campo  anal  mide  3  mm.  en  su  mayor 
anchura,  3^  es  media  vez  más  ancha  que  la  postradial. 

Considero  como  una  variedad  de  esta  especie  otro  ejemplar 
que  me  ha  comunicado  el  P.  Navas,  de  menor  tamaño  y  con 
el  área  dilatada  poco  más  ancha  que  la  postradial  y  más  reg^u- 
larmente  reticulada.  Sólo  un  examen  comparativo  de  muchos 
ejemplares  puede  decidir  respecto  á  la  variabilidad  de  que  son 
susceptibles  estas  especies,  y  por  tanto  de  si  la  variedad  que 
acabo  de  describir  debe  elevarse  á  la  categ-oría  de  especie.  Las 
dimensiones  de  dicho  ejemplar  son  : 

Long'.  corp.  30  mm.;  pron.  9,5  mm.;  elytr.  21  mm.;  fem. 
post.  18  mm. 

Mina  de  Puig-Pedrós,  Papiol  (Barcelona) 

POR 

DON    FRANCISCO   JIMENO.  . 

A  unos  4  km.  al  N.  de  Papiol  existe,  entre  unos  montes  de 
terreno  terciario  en  el  sitio  llamado  Puig^-Pedrós,  una  masa 
de  g-ranito  en  la  que  se  halla  empotrado  un  depósito  de  fluo- 
rina donde  se  observan  filones  de  g"alena;  y  no  es  raro  descu- 
brir ejemplares  de  malaquita,  azurita  y  calcopirita,  de  los  cua- 
les vamos  á  dar  alg'unas  noticias. 

Fhiorina. — Este  mineral  se  encuentra  con  frecuencia  en 
masas  cristalizadas,  observándose  en  las  formas  de  los  distin- 
tos ejemplares  marcada  tendencia  octaédrica;  suele  ocurrir 
que  aparecen  los  cristales  en  formas  más  ó  menos  irreg-ulares, 
debido  á  la  falta  de  espacio  en  su  crecimiento.  En  la  colec- 
ción de  la  cátedra  de  mineralogía  de  la  Facultad  de  Farma- 
cia de  Barcelona  existen  unos  cuantos  ejemplares  notables, 
entre  los  que  merecen  especial  mención  por  su  marcada  irre- 
¿■ularidad  en  el  crecimiento,  un  cristal  que  presenta  como  do- 
minante la  forma  octaédrica,  y  en  combinación  con  ésta  se 
halla  el  cubo;  pero  con  la  particularidad  de  ofrecer  una  de  sus 


DE    HISTORIA   NATURAL.  271 

facetas,  enormemente  más  desarrollada  que  las  otras  cuatro 
laterales  á  ella,  y  en  el  sitio  correspondiente  á  su  cara  opuesta 
no  se  observan  ni  rudimentos  de  truncadura,  terminando  por 
el  vértice  de  las  caras  del  octaedro;  no  dejan  por  esto  de  en- 
contrarse ejemplares  perfectamente  determinados,  pues  en  la 
misma  colección  se  disting*ue,  precisamente  por  la  reg'ulari- 
dad  de  sus  facetas,  una  forma  combinada  del  octaedro  con  el 
cubo. 

No  sólo  aparece  este  mineral  en  cristales,  sino  que  es  tan 
frecuente  ó  más  hacerlo  también  en  masas  compactas  que  os- 
tentan muy  variados  colores,  blancos,  y  rosáceos,  rojizos,  par- 
duzcos,  verdosos,  etc.,  etc.,  notables  alg-unos  de  ellos,  por 
ofrecer  incrustaciones  de  cristalitos  de  diversas  variedades  de 
cuarzo,  cosa  muy  natural,  por  la  circunstancia  de  hallarse  la 
mina  empotrada  en  terreno  g-ranítico;  en  la  citada  colec- 
ción existen  unos  mag-níficos  ejemplares  de  fluorina  que  tie- 
nen incrustados  una  multitud  de  cristales  de  falso  topacio. 

Galena.— k  causa  de  su  poca  extensión  los  ñlones  de  este 
sulfuro  en  la  citada  mina,  tienen  escasa  ó  ning-una  impor- 
tancia industrial,  hasta  el  punto  de  que  sus  explotadores 
sólo  utilizan  la  fluorina  para  las  fábricas  de  vidrio;  se  pre- 
senta en  masas  compactas  y  en  formas  cúbicas;  científica- 
mente considerados,  son  curiosos  alg-unos  de  los  ejemplares 
recog-idos,  por  destacarse  en  ellos  perfectamente  el  filón  de 
galena  entre  la  fluorina. 

Malaquita,  Azurita  y  Calcopirita.— ^^to^  minerales  no  tan 
frecuentes  en  el  terreno  como  los  anteriores,  suelen  hallarse, 
sobre  todo  los  dos  primeros,  formando  masas  compactas  en  el 
g'ranito. 

La  pirita  de  hierro  de  Montjuich  (Barcelona) 


D.    EDUARDO    FINESTRES   Y    FOSCH. 

En  el  cerro  de  Montjuich,  correspondiente  al  terreno  tercia- 
fio  miocénico  marino,  y  en  la  cantera  llamada  del  CasteJlá, 
hemos  encontrado  yendo  de  excursión  con  el  Sr.  Tió,  unos 
curiosos  ejemplares  de  pirita  de  hierro,  alg-unos  con  su  trans- 
formación en  limonita  afectando  ó  no  la  forma  cristalog-ráfica 


2*2  BOLETÍN    DE   LA   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

de  la  pirita,  y  otros  en  los  cuales  puede  observarse  la  descom- 
posición de  la  pirita  en  óxido  férrico  hidratado  (limonita). 

Se  encuentra  la  pirita  en  la  cantera  por  encima  de  donde 
practican  las  excavaciones,  formando  un  veteado  horizontal 
sin  interrupción,  sobre  un  terreno  de  color  ceniciento,  y  al 
extraer  la  pirita  verifícalo  junto  con  una  piedra  que  llaman 
de  galha,  y  que  no  es  sino  una  raarg-a  arcillosa  muy  endu- 
recida. 

En  alg-unos  parajes  obsérvase,  que  casi  perpendicular  á  la 
dirección  de  la  veta  de  pirita,  existe  una  serie  de  líneas  pa- 
ralelas de  color  amarillento,  que  son  de  limonita. 

Los  cristales  de  pirita  presentan  un  vivo  lustre  metálico, 
amarillo  de  latón,  con  irisaciones  muy  hermosas,  lo  que  hace 
sea  aquélla  perceptible  á  reg-ular  distancia  en  días  de  sol  es- 
pléndido. 

Están  formados  los  cristales  por  la  ag-rupación  de  cubos,  sin 
otras  formas  en  combinación,  y  alg-unos  ejemplares  los  pre- 
sentan en  considerable  número,  pequeños,  agrupados  de  tal 
suerte  que  dan  lug-ar  á  otro  cubo  mayor. 

En  alg-unos  ejemplares  extraídos,  puede  observarse  que  ofre- 
cen sus  bordes  alterados  en  una  substancia  pardo  rojiza;  es  la 
pirita  que  por  la  oxidación  é  hidratación  del  sulfuro,  conviér- 
tese en  limonita. 

La  transformación  va  del  exterior  al  interior,  pues  rompien- 
do uno  de  estos  ejemplares  que  presentan  ya  sus  bordes  alte- 
rados, encuéntrase  al  interior  un  núcleo  de  pirita  sin  que  se 
haya  limonitizado. 

También  encontramos  en  Montjuich  limonita  compacta,  de 
un  color  amarillento,  y  pseudomórfica,  de  forma  cúbica,  por 
derivar  de  la  pirita. 


BOLETÍN 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 


Sesión  del  3  de  Julio  de  1901. 

PRESIDENCIA    DE    DON    PRIMITIVO    ARTIGAS. 

Se  leyó  y  aprobó  el  acta  de  la  sesión  anterior. 

Asiste  D.  Pascual  Naclier  y  Vilar,  Catedrático  de  la  Univer- 
sidad de  Granada  é  individuo  de  esta  Sociedad. 

El  Sr.  Presidente  dijo  que  ante  todo  se  debía  consagrar  un 
recuerdo  cariñoso  á  la  memoria  de  su  expresidente  y  socio 
fundador,  limo.  Sr.  D.  Mig'uel  Colmeiro,  fallecido  después  de 
la  última  sesión,  y  enalteció  con  frases  sentidas  los  méritos  del 
eminente  maestro  que  con  sus  estudios  sobre  Botánica  se  liabía 
conquistado  una  reputación  europea.  Se  acordó  constase  en  el 
acta  el  sentimiento  de  la  Sociedad  por  la  pérdida  que  ella  y  la 
ciencia  española  habían  experimentado  con  la  muerte  de  tan 
distinguido  naturalista. 

■El  Sr.  Bolívar  propuso,  y  así  fué  aceptado,  que  se  encomen- 
dase áalg-uno  de  los  socios  botánicos  la  redacción  de  un  escrito 
necrológ-ico  del  finado,  para  que  se  publicase  en  las  Memo- 
rias acompañado  del  retrato  del  Sr.  Colmeiro  como  se  ha  hecho 
en  casos  análog-os,  acordándose  encomendar  este  trabajo  al 
Presidente  D.  Blas  Lázaro. 

Se  dio  cuenta  del  fallecimiento  del  socio  numerario  D.  Ang-el 
Larrinúa,  Doctor  en  Derecho,  que  pertenecía  á  la  Sociedad 
desde  la  fundación  de  ésta;  su  extraordinaria  afición  á  las 
ciencias  naturales  se  manifestó  primeramente  en  el  campo 
de  la  entomología,  á  la  que  se  dedicó  muchos  años,  reali- 
zando frecuentes  excursiones  por  la  sierra  próxima,  por  lo 
que  su  nombre  aparece  con  frecuencia  en  los  primeros  tomos 
de  nuestros  Anales,  con  motivo  de  sus  hallazg-os  y  descu- 

N.»  7.- Julio,  1901.  20 


974  boletín    de   LA   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

brimientos.  Grande  afícionado  también  á  la  caza,  se  dedicó 
en  los  últimos  años  á  formar  una  colección  de  aves  de  los  alre- 
dedores de  San  Sebastián,  en  Guipúzcoa,  donde  residía  y  don- 
de ha  fallecido  k  los  49  años  de  edad,  leg"ando,  seg-ún  creemos,' 
su  colección  muy  numerosa  ya  é  interesante,  al  Instituto  de 
aquella  población.  La  Sociedad  acordó,  á  propuesta  del  Sr.  Pre- 
sidente, hacer  constar  en  el  acta  el  sentimiento  que  la  causaba 
la  pérdida  de  tan  entusiasta  colaborador. 

Correspondencia. —  Se  han  recibido  las  sig-uientes  comunica- 
ciones: 

De  los  señores  Samuel  H.  Scudder,  de  Boston,  Ph.  van  Tie- 
g-hen,  de  París,  A.  Eng-ler,  de  Berlín,  y  A.  Gaudry,  de  París, 
dando  gracias  por  su  nombram.iento  de  socios  honorarios  y 
alentando  á  la  Sociedad  á  proseg'uir  en  sus  tareas  que  la  han 
conquistado  puesto  tan  distingnüdo  entre  las  demás  sociedades 
científicas. 

De  D.  Eduardo  Chaquert,  Director  del  Museo  de  Historia  na- 
tural de  la  Real  Academia  de  Ciencias  y  Artes  de  Barcelona, 
por  su  nombramiento  de  socio  numerario. 

Del  Director  del  Field  Columbian  Museum,  por  el  envío  del 
tomo  IX,  serie  2^,  de  nuestros  Anales. 

Del  Presidente  de  La  Unión  Escolar,  por  el  envío  del  Boletín. 

De  la  Sociedad  botánica  de  Ginebra  invitando  á  la  nuestra 
para  la  reunión  que  tendrá  lug-ar  en  dicha  ciudad  el  7  de 
Agosto  próximo  con  objeto  de  concentrar  los  trabajos  biblio- 
gráficos sobre  Botánica. 

Un  prospecto  de  la  Revue  Russe  d\Entomologie. 

El  socio  honorario,  Sr.  Brunner  de  Wattenwyl,  ha  hecho  un 
importante  y  valioso  envío  de  publicaciones  de  extraordinario 
interés  y  mérito  de  que  es  autor,  pudiendo  los  socios  presentes 
admirar  las  bellas  láminas  de  la  obra  sobre  la  coloración  de 
los  insectos,  de  la  que  nos  ha  remitido  dos  ejemplares  con  el 
texto  en  inglés  en  uno  de  ellos  y  en  alemán  en  el  otro. 

D.  Federico  Albert,  Jefe  de  la  Sección  de  Ensayos  zoológicos 
y  botánicos  del  Ministerio  de  Industria,  en  Santiago  de  Chile, 
comunica  su  deseo  de  que  dicho  centro  se  pong'a  en  relación 
con  los  análogos  de  nuestro  país,  anunciando  el  envío  de  algu- 
nas de  sus  publicaciones  para  mostrar  el  carácter  y  resultado 
de  sus  trabajos;  envía,  además,  dicho  señor,  el  manuscrito  de 


DE    HISTORIA   NATURAL.  ¿75 

un  estudio  de  que  es  autor  sobre  las  falcónidas  de  Chile,  solici- 
tando una  crítica  sobre  él  y  ofreciéndolo  por  si  la  Sociedad 
quisiera  publicarlo.  Acordóse  dar  las  g-racias  al  Sr.  Albert 
por  sus  publicaciones  y  comunicarle  que  la  Sociedad,  como 
tal  Corporación,  no  puede  erig-irse  en  juez  de  trabajos  cientí- 
ficos, como  lo  ha  manifestado  en  otras  ocasiones,  y  que  el  ma- 
nuscrito sobre  las  falcónidas  pasara  á  la  Comisión  de  publica- 
ción para  que  informe  si  por  su  índole  y  objeto  puede  inser- 
tarse en  los  Anales. 

Admisiones. — Quedaron  admitidos,  como  socios  numerarios, 
D.  Carlos  del  Río,  de  Madrid,  presentado  en  sesión  anterior 
por  el  Sr.  Calderón,  y  D.  Manuel  Sanromán  Elena,  párroco  de 
x\storg-a,  propuesto  por  el  Sr.  Arag-ón  yEscacena.  Quedó  admi- 
tida, también,  la  Biblioteca  de  Administración  militar. 

Se  hicieron  dos  nuevas  propuestas  de  socios,  así  como  las  de 
otras  Bibliotecas. 

El  Sr.  Bolívar  propuso,  y  así  quedó  aceptado,  el  cambio  de 
nuestras  publicaciones  con  la  Remie  Rvsse  d'Eiitomologie. 

Comunicaciones  verbales. — El  Sr.  Secretario  presentó  un  tra- 
bajo del  Sr.  Macpherson  titulado  Ensayo  de  Historia  evolutiva 
de  la  Península  Ibérica,  el  cual  pasó  á  informe  de  la  Comisión 
de  publicación. 

El  Sr.  Reyes  (D.  Eduardo)  leyó  á  continuación  un  estudiu 
sobre  Inclusiones  cristalinas  en  los  peciolos  de  las  hojas  de  las 
begonias,  indicando  que  se  había  apresurado  á  concluirlo  y 
presentarlo  en  esta  sesión  como  testimonio  de  recuerdo  á  su 
maestro  D.  Mig-uel  Colmeiro,  de  quien  ha  sido  el  último  ayu- 
dante. Dicho  estudio  pasó  á  la  Comisión  de  publicación. 

El  Sr.  Nacher,  de  Granada,  expuso  la  conveniencia  de  que 
los  catedráticos  de  Historia  natural  de  provincias  dieran  á  la 
Sociedad  noticias  y,  si  fuera  posible,  ejemplares  de  las  espe- 
cies obtenidas  en  las  expediciones  que  deben  hacer  con  sus 
alumnos  en  cumplimiento  del  Decreto  del  Sr.  García  Alix. 

También  se  ocupó  de  los  trabajos  realizados  por  la  Sociedad 
para  logTar  que  la  enseñanza  elemental  de  las  ciencias  fig"ure 
en  las  escuelas  primarias  y  superiores,  haciendo  notar  la  pre- 
dilección que  por  éstas  suelen  mostrar  los  párvulos,  como  había 
comprobado  en  la  Escuela  Manjón  de  Granada.  Se  lamentó  de 


276  fiOLETÍN   DE   LA   SOCIEDAD  ESPAÑOLA 

que  los  libros  elementales  publicados  sobre  Historia  natural 
en  nuestro  país  conteng-an  con  frecuencia  errores  de  importan- 
cia, llamando  la  atención  sobre  la  conveniencia  de  que  la  So- 
ciedad procure  que  se  corrijan  en  otras  ediciones  ó  como  cre- 
yere más  acertado. 

El  Sr.  Bartolomé  y  del  Cerro,  recog-iendo  alg-unas  frases  del 
Sr.  Nacher,  dijo  que  entendía  que  todos  los  individuos  de  la 
Sociedad  estábamos  en  el  deber  de  correg-ir  las  faltas  que 
supiéramos  que  existen  en  los  libros  de  Historia  natural  pues- 
tos en  manos  de  los  niños,  para  evitar  que  se  inculcasen  tales 
errores,  añadiendo  que  si  bien  podía  esto  producir  alg-ún  roce 
personal  con  los  autores,  había  que  emprenderlo  con  altura  en 
bien  de  la  educación  nacional. 

El  mismo  Sr.  Bartolomé  y  del  Cerro,  indicó  que  por  no  haber 
podido  ver  al  Sr.  Olóriz,  encarg-ado  de  la  ponencia  sobre  la 
proposición  hecha  en  la  sesión  anterior  por  el  Sr.  Barras,  pre- 
sentaba una  hoja  antropométrica  obtenida  de  los  Jardines  de 
la  Infancia  y  aprobada  por  el  Ministerio  de  Fomento  en  la  épo- 
ca en  que  fué  Director  g-eneral  D.  Eduardo  Vincenti,  que  í5e  pre- 
ocupaba con  vivo  interés  de  todas  las  cuestiones  de  enseñanza. 
Después  de  aprobada  la  indicada  hoja,  se  pidieron  los  instru- 
mentos necesarios  para  su  cumplimiento,  los  cuales  no  con- 
cedió el  Gobierno,  nombrando  entonces  una  profesora  de  g-im- 
nástica,  la  cual  tomó  alg-unos  datos  que  por  lo  incompletos  no 
han  dado  el  resultado  apetecido. 

También  presentó  el  Sr.  Bartolomé  y  del  Cerro  los  estatutos 
y  un  folleto  acerca  de  la  sociedad  escolar  humanitaria  y  de 
protección  de  los  animales  y  plantas  de  Málag-a  por  creer  que 
pueden  interesar  á  la  Sociedad,  principalmente,  en  lo  que 
se  refitire  á  la  atención  que  deben  prestar  los  niños  á  las  lec- 
ciones de  Historia  natural.  Estos  folletos  Ueg-aron  á  sus  manos 
merced  á  la  visita  que  hizo  el  Sr.  García  de  Toledo,  presidente 
de  la  Sociedad  humanitaria  de  Málag-a  á  la  Escuela  Froebel. 

El  Sr.  Artig-as  se  ocupó  del  proyecto  de  traslación  del  Jardín 
Botánico  de  Madrid  á  otro  sitio,  y  aunque  declarando  que  no 
hay  temor  por  ahora  de  que  se  pretenda  realizar  una  trasla- 
ción precipitada,  que  sería  funesta,  opina  que  convendría  dar 
á  la  Junta  Directiva  plenas  atribuciones  para  que  durante  los 
meses  de  vacaciones  en  que  la  Sociedad  no  celebra  sesión, 
pudiera  tomar  las  iniciativas  que  creyera  convenientes  para 


DE  HISTORIA    NATURAL.  277 

representarla  cerca  de  los  Poderes  públicos,  si  ocurriera  cual- 
quier novedad  que  pusiera  en  peligTO  la  existencia  de  aquel 
centro  científico.  Asi  se  acordó  después  de  las  observaciones 
de  varios  señores  socios,  conformes  todos  ellos  en  que  la  So- 
ciedad debe  oponerse  por  cuantos  medios  estén  á  su  alcance  á 
que  se  realize  la  traslación  en  las  lamentables  condiciones  en 
que  se  llevó  á  cabo  la  del  Museo  de  Historia  natural,  g-estio- 
nando  cerca  del  Gobierno  para  evitarlo,  como  entonces  se  hizo. 
Los  ofrecimientos  y  declaraciones  del  Sr.  Ministro  respecto  k 
este  punto,  son  completamente  tranquilizadores  y  manifiestan 
bien  claramente  su  deseo  de  contribuir  al  eng-randecimiento  y 
desarrollo  del  Jardín  y  del  Museo,  como  era  de  esperar  de  la 
alta  cultura  y  amor  á  las  instituciones  científicas  del  ilustre 
político  que  dirig-e  hoy  el  Ministerio  de  Instrucción  pública  y 
Bellas  Artes. 

El  Sr.  Dusmet  dijo  lo  sig'uiente: 

El  20  del  pasado  Junio  verifiqué  en  compañía  del  Sr.  Váz- 
quez una  excursión  en  la  cual  recog-í  bastantes  himenópteros, 
que  no  creo  deba  enumerar,  atendiendo  á  lo  acordado  por  la 
Sociedad  respecto  á  las  citas  de  especies. 

Alg-una  indicación  será,  no  obstante,  de  interés.  líncontré 
un  ejemplar  Qf  de  la  MeJUurya  clavicornis  Latr.,  ápido  muy 
poco  frecuente,  que  no  creo  haya  sido  citado  de  España.  Por  lo 
menos  no  existe  en  la  colección  del  Museo  de  Historia  Natural, 
ni  en  la  mía,  no  estando  enumerados  en  las  publicaciones  de 
nuestra  Sociedad  la  especie,  ni  siquiera  el  g'énero. 

Al  ir  desde  el  apeadero  de  Fortuna  al  pueblo  de  Rivas,  nos 
vimos  molestados  por  nubes  de  hormig-as  aladas  en  número 
realmente  extraordinario;  pues  aunque  muchas  veces  se  en- 
cuentren, en  dicha  ocasión  lleg-aban  á  ceg-arnos  é  impedir  la 
marcha.  Eran  casi  todos  cid"  con  alg-unas  9Q  (que  quizá  no  lle- 
g-asen  en  número  al  1  por  100  de  los  primeros),  y  estaban  for- 
madas por  un  Leptothorax,  que  creo  sea  el  L.  Rottenhergi  Em. 
De  confirmarse  mi  sospecha,  sería  un  hallazg-o  feliz;  pues 
Mr.  Ernest  André,  en  su  Species  des  Hyménoptéres,  dice  que  no 
se  conoce  el  (f  de  dicha  especie.  Por  falta  de  tiempo  no  he  po- 
dido averig'uar  si  con  posterioridad  á  la  publicación  de  dicha 
obra,  ha  sido  descubierto. 

Por  la  tarde,  al  recorrer  las  cañadas  entre  el  cerro  de  Rivas 
y  la  estación  de  Montarco,  nos  molestó  bastante  por  su  abun- 


278  boletín    de    LA   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

dancia  un  pequeño  hemíptero.  Pero,  al  llegar  á  dicha  estación, 
nos  sorprendió  la  cantidad  enorme  del  mismo  que  había  en  la 
pared  que  estaba  á  la  sombra,  así  como  en  los  postes  inmedia- 
tos del  telég"rafo.  Dicho  hemíptero,  es  el  Phiiy¡)¡ax  salmee  Schill., 
especie  que,  aunque  común,  no  suele  presentarse  en  tal  abun- 
dancia. Como  caso  curioso,  indico  por  consiguiente  esa  in- 
vasión. 

El  Sr,  Calderón  leyó  á  continuación  la  sig-uiente  noticia  bi- 
bliog-ráfica. 

«Climat  et  uvux  minerales  d'Espagne,  par  le  Dr.  A.  Labat. 
París,  1901. 

Con  este  título  ha  aparecido  recientemente  un  opúsculo  de 
78  páginas  escrito  por  el  Dr.  Labat,  expresidente  de  la  Socie- 
dad de  hidrología  de  París.  Como  es  sabido,  nuestro  país  es 
uno  de  los  más  ricos  en  aguas  minerales.  Kubio  hizo  mención 
de  1.200,  y  este  número  ha  crecido  con  los  descubrimientos 
posteriores  hasta  1.500,  próximamente  tantas  como  Francia. 

La  parte  más  interesante,  á  nuestro  juicio,  del  trabajo  á  que 
nos  referimos,  es  el  de  la  clasificación  de  las  aguas  minerales, 
en  la  cual  el  autor  dice  siente  tener  que  separarse  de  lo  admi- 
tido por  los  hidrólogos  españoles.  «No  puedo,  dice,  colocar  La 
Garriga,  con  Cl  10  NaO,  entre  las  aguas  cloruradas;  tíobrón 
con  0.10  de  CO^  NaO,  ni  Alanje,  con  2C0,  CaO  0,11;  entre  las 
bicarbonatadas,  Bellús  entre  las  sulfatadas  calcicas  con  SO" 
CaO,  0.17,  etc.  Veremos  que  la  mayoría  de  estas  aguas,  dise- 
minadas así  en  grupos,  son  termales  simples.  Se  ocupa  después 
del  nitróg-eno  y  de  las  aguas  nitrogenadas,  clase  que  los  mé- 
dicos españoles  han  defendido  en  los  congresos  de  Sevilla 
(1882),  Barcelona  (1888)  y  en  otros  internacionales,  y  que,  sin 
embargo,  no  figura  en  los  tratados  clásicos  de  hidrología,  limi- 
tándose.el  autor  á  recordar  aquí  lo  que  dijo  en  1889  en  un  tra- 
bajo especial  sobre  la  cuestión:  que  los  famosos  710  cm.^  de 
nitrógeno  de  Panticosa,  quedaron  reducidos  á  15  por  los  tra- 
bajos del  Sr.  Saenz  Diez,  análogamente  á  como  ha  acontecido 
en  otras  aguas  semejantes  del  extranjero,  al  rectificarse  erró- 
neos análisis  antiguos.  No  pocos  manantiales  sencillos  y  sul- 
furosos de  los  Pirineos,  de  Auvernia  y  de  Alemania,  contienen 
igual  proporción  de  nitrógeno  que  aquél.  Nota,  en  fin,  el  autor 
que  muchas  aguas  de  España,  como  las  de  Italia,  escapan  por 
su  complejidad  á  una  clasificación  química  precisa,  encontrán- 


DE    HISTORIA    NATURAL.  ^TO 

dófeé  én  ellas  frecuentemente  asociados  principios  clorurados, 
sulfurados  y  ferruginosos  y  que  abundan  mucho  las  débilmen- 
te termales,  siendo  numerosas  las  muy  calientes  y  cuyo  brote 
excede  de  1.000  m.^ 

Después  va  describiendo  el  autor  lig-eramente  las  ag-uas  prin- 
cipales de  España  por  reg-iones  en  que  halla  analog-ías  de  te- 
rrenos, de  clima,  y  á  menudo  de  constitución;  y  aunque  esta 
parte  de  su  trabajo  ofrece  escasa  novedad,  no  deja  de  ser  inte- 
resante para  dar  una  idea  á  los  extranjeros  de  nuestra  riqueza 
hidrológica. 

Secciones. — La  de  Barcelona  celebró  sesión  el  día  4  de  Junio 
último  bajo  la  presidencia  de  D.  José  Casares  Gil.  Quedaron 
admitidos  como  socios  numerarios  los  Sres.  D.  José  M.  BoíRl. 
Dr.  en  Medicina,  que  fué  propuesto  por  D.  Pedro  Antiga; 
D.  Eduardo  L.  Chaquert,  Director  del  Museo  de  Historia  natu- 
ral de  la  Real  Academia  de  la  Historia,  que  se  dedica  á  Mine- 
ralogía; D.  Eduardo  Fontseré  Ribas,  Catedrático  de  la  Facultad 
de  Ciencias  de  la  Universidad  y  D.  José  Agell,  alumno  de  la 
Facultad  de  Farmacia,  propuestos  en  la  sesión  anterior  por 
D.  Marcelo  Rivas  Mateos. 

Se  leyeron  dos  trabajos:  uno  de  D.  José  Casares  Sobre  la ¡we- 
sencia  del  fiíioruro  sódico  en  algunas  agiias  minerales  y  otro  de 
D.  Marcelo  Rivas  Mateos  titulado  Bamondia  'pyrenaica  Rich. 
var.  Lazari  Riv.  Mat.,  acompañado  de  un  dibujo  á  lápiz  de  la 
misma  ejecutado  por  el  Sr.  Aranzadi. 

El  Sr.  D.  Jaime  Ferrer  dijo  lo  siguiente: 

Tomando  parte  en  una  de  las  excursiones  zoológicas  que 
durante  el  curso  pasado  el  Dr.  de  Buen  organizó  á  la  vecina 
villa  de  Blanes,  aproveché  la  llegada  del  Dr.  Rivas  Mateos  que 
con  un  grupo  de  estudiantes  de  esta  Universidad,  se  disponía 
á  recorrer  aquellos  ali-ededores  para  herborizar,  acompañán- 
dolos en  el  trayecto  que  media  entre  Blanes  y  la  ermita  de 
Santa  Cristina,  término  de  Lloret  del  Mar,  y  distante  de  la  pri- 
mera unos  4  km. 

Salimos  de  Blanes  por  el  camino  vecinal  que  conduce  á  la 
ermita,  abandonándolo  después  de  haber  herborizado  en  él  un 
corto  trayecto,  para  ascender  á  las  pequeñas  colinas  que  ro- 
dean el  poblado  y  recorrer  sus  cimas,  yendo  á  encontrarlo  de 
nuevo  en  el  término  de  Lloret;  seguimos  herborizando  por  los 


280  BOLETÍN    DE   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

sembrndos  y  pequeños  matorrales  que  se  hallan  en-  aquella 
parte  del  litoral,  terminando  la  expedición  después  de  haber- 
recorrido  los  alrededores  de  Santa  Cristina,  en  donde  nos  es- 
peraba el  Dr.  de  Buen. 

Recog'imos  59  especies  cuya  lista  remito  á  la  Comisión  de 
Catálogo. 

La  Sección  de  Sevilla  celebró  sesión  el  día  5  de  Mayo  último 
bajo  la  presidencia  de  I).  Manuel  de  Paúl,  leyéndose  una  nota 
enviada  por  D.  Salvador  (Jalderón,  de  Madrid  ,  titulada  Apun- 
tes sobre  algunas  arcillas  y  rocas  arcillosas  de  Andalucía  y  Ex- 
tremadura. 

En  1."  de  Junio  celebró  sesión  la  misma  Sección  bajo  la  pre- 
sidencia de  I).  Manuel  de  Paúl,  presentando  el  Sr.  Del  Mazo 
(D.  Julio)  una  circular  remitida  de  París  por  el  Comité  que  se 
ha  constituido  recientemente,  por  iniciativa  de  la  Sociedad  de 
Excursiones  Científicas,  para  erigir  un  monumento  al  ilustre 
paleontólog-o  M.  Mortillet,  creador  de  la  clasificación  indus- 
trial de  los  tiempos  prehistóricos  (1). 

El  Sr.  Barras  (de  Ávila)  presentó  á  la  Sección  dos  interesan- 
tes folletos  que  ha  recibido  recientemente.  Debe  el  primero  á 
la  g*alantería  de  su  autor  P.  Venukoff,  Catedrático  de  la  Uni- 
versidad de  Kiew,  y  es  uno  más  de  los  muchos  trabajos  que 
este  profesor  viene  realizando  acerca  de  la  Paleontolog-ía  de  su 
país,  haciendo  en  él  un  estudio  crítico  de  las  especies  sig-uien- 
tes:  D'moiheriuin giganteiim li.2iU^.,Mastodon  longirostris  Kaup., 
Aceratherium  incisimim  Cuv.  (Kaup.),  Hipparioii  gracile  Kaup. 
y  Capreolus  cf.  Matheroni  Gervais.  Todas  ellas,  menos  el  Mas- 
todon  lo)igirostris  KauY).,  han  sido  representadas  en  la  hermosa 
fototipia  que  acompaña  al  trabajo.  Está  publicado  en  leng'ua 
rusa,  en  el  presente  año  de  1901;  consta  de  33  pág-inas  en  8.", 
y  lleva  al  final  un  lig-ero  extracto  en  alemán. 

El  otro  folleto,  lo  debe  el  Sr.  Barras  á  la  amabilidad  del 
Director  del  Museo  de  Budapest,  quien  se  lo  envía  en  concepto 
de  haber  sido  miembro  del  XII  Cong-reso  de  Antropología  cele- 
brado en  París  el  año  anterior;  contiene  un  notable  discurso 
leído  en  la  sesión  de  25  de  Ag-osto  de  1900,  y  que  lleva  por 


(1)    El  encargado  de  recibir  el  importe  de  las  suscripciones  es  M.  Luis  Giraux,  Te- 
sorero del  Comité,  22,  rué  Saint-Blaise,  París  (ije). 


DE -HISTORIA   NATURAL.      ■•        -  281 

título:  «Colección  etnográfica  del  Museo  Nacional  Húng-aro. 
II.— Tipos  madg'iares.  Primera  serie:  de  los  alrededores  de 
Balaton,  reunidos  y  ordenados  por  el  Dr.  Jean  Jankó;  editado 
á  costa  del  Real  Ministerio  de  Cultos  é  Instrucción  Pública,  por 
el  departamento  de  museos  nacionales  de  Hung-ría».  Buda- 
pest, 1900. 

Aunque  la  obra  está  en  folio,  el  texto  es  muy  corto;  pues  la 
impresión  se  ha  hecho  á  dos  columnas,  una  enhúng-aro  y  otra 
en  alemán,  no  alcanzando,  sin  embarg-o,  más  que  hasta  la 
pág-ina  9.  En  cambio,  va  seguido  de  24  hermosas  láminas  foto- 
g-rabadas,  conteniendo  cada  una  dos  tipos  madg-iares  represen- 
tados de  frente  y  de  perfil,  y  acompañados  de  algunos  datos, 
entre  ellos  el  índice  cefálico.  Resulta,  pues,  una  serie  de  48  in- 
dividuos (masculinos)  en  los  cuales  varía  el  índice  cefálico  en- 
tre 75  y  93,  de  la  manera  siguiente:  uno  de  75,  uno  de  79,  tres 
de  80,  tres  de  81,  seis  de  82,  cinco  de  83,  siete  de  84,  cinco  de  85, 
cuatro  de  86,  cuatro  de  87,  cinco  de  88,  tres  de  83  y  uno  de  93. 

El  mismo  Sr.  Barras  comunicó  á  la  Sección  que  á  su  llegada 
á  Sevilla  ha  podido  recoger  algunos  datos  comprobados  con  el 
testimonio  de  su  padre  D.  Antonio,  D.  Amante  Laífon,  D.  An- 
tonio Huete,  D.  Pedro  Palazuelos,  Sres.  de  Cerero  y  otros,  de 
que  el  temblor  de  tierra  que  se  experimentó  en  la  provincia 
de  Huelva  y  El  Algarve  en  24  de  Abril  próximo  pasado,  se  sin- 
tió también  en  Sevilla  el  mismo  día  á  las  cuatro  de  la  tarde 
(las  16),  produciéndose  dos  sacudidas,  y  trasmitiéndose  la 
onda,  según  algunos,  de  E.  á  O.  Se  orig-inaron  desperfectos, 
aunque  ligeros,  en  algunas  casas,  habiendo  tenido  ocasión  de 
observar  en  una  pared  de  la  suya,  una  g'rieta  que  forma  un 
ángulo  de  50°  próximamente  con  el  horizonte,  y  la  alteración 
en  los  quicios  de  varias  puertas,  que  desde  entonces  cie- 
rran mal. 

D.  Amante  Laffon  le  participó  también  que  por  algunas  per- 
sonas habitantes  en  Cortegana,  sabe,  de  un  modo  seguro,  que 
en  aquella  población  y  otras  de  Huelva,  el  terremoto  se  sintió 
con  mucha  más  intensidad  que  en  Sevilla.  La  prensa  local  dio 
cuenta  en  los  días  sucesivos  de  los  terremotos  de  Huelva  y  El 
Algarve;  pero  de  las  oscilaciones  de  Sevilla  acaso  no  se  ocupó 
njás  periódico  que  El  Noticiero  Obrero, 


285  BOLETÍN    DE   LA    SOCIEDAD  ESPAÑOLA 


Notas  y  comunicaciones. 


Sobre  la  presencia  del  fluoruro  sódico  en  algunas 
aguas  minerales. 

POE 

DON   JOSÉ    CASARES    GIL. 

Seg-ún  el  art.  I."  del  Reg-Iamento,  la  Sociedad  Española  de 
Historia  Natural  tiene  por  especial  objeto  el  estudio  de  las 
producciones  naturales  de  España,  Las  ag-uas  minerales  son 
uno  de  estos  productos  y  de  g'ran  interés,  no  sólo  por  sus  apli- 
caciones médicas,  sino  por  los  problemas  que  encierra  el  ori- 
g-en  de  su  mineralización.  En  este  sentido  he  creído  podría  ser 
útil  presentar  á  la  Sociedad  el  resumen  de  los  trabajos  que 
publiqué  hace  alg-ún  tiempo,  unido  á  nuevos  datos  que  con- 
firman mis  anteriores  investig-aciones. 

Ocupándome  del  análisis  de  las  ag-uas  minerales  de  Lugo  y 
Guitiriz  (Galicia)  y  ensayándolas  por  el  procedimiento  que 
describe  Fresenius  en  su  TrMado  de  análisis  cualitativo,  edi- 
ción 15.%  encontré  el  ñuor  con  g-ran  facilidad.  La  intensidad 
de  la  reacción  me  hizo  sospechar  si  habría  alguna  causa  de 
error,  y  repetí  las  observaciones  hasta  tener  la  más  completa 
certeza.  La  presencia  del  flúor  en  notable  proporción  era  in- 
negable. El  método  no  podía  dar  lugar  á  errores. 

Para  buscar  el  flúor  en  las  aguas  se  concentran  2  á  4  litros 
hasta  pequeño  volumen.  El  líquido  se  precipita  en  caliente 
por  el  cloruro  calcico,  y  el  precipitado,  después  de  lavado  y 
calcinado ,  se  trata  por  ácido  acético,  que  descompone  los  car- 
bonatos.  Se  evapora  hasta  sequedad  al  baño  de  maría,  se  lava; 
y  el  residuo  insoluble,  después  de  seco  y  calcinado,  se  destina 
á  la  investigación  de  dicho  halógeno. 

Para  descubrir  el  flúor  en  este  residuo  se  le  coloca  en  un 
matracito  y  se  trata  por  ácido  sulfúrico  concentrado,  haciendo 
pasar  una  corriente  de  aire  seco  y  dirig*iendo  los  g-ases  por  un 
tubo  en  el  que  hay  ag-ua.  El  fluoruro  de  silicio  es  arrastrado 


DE  HISTORIA   NATURAL.  38S 

por  el  aire,  y  al  ponerse  en  contacto  con  el  ag'ua,  es  descom- 
puesto, separándose  sílice. 

Corno  las  agnias  de  Liig"o  y  Guitiriz  tienen  carbonatos  alca- 
linos, no  es  necesario  añadírselos  antes  de  concentrar.  Como, 
además,  contienen  notable  proporción  de  sílice,  tampoco  es 
preciso  mezclar  esta  substancia  con  el  último  residuo.  Es  nota- 
ble la  facilidad  con  que  se  desprende  el  fluoruro  de  silicio  en 
el  residuo  de  las  ag-uas.  Ya  en  frío,  el  desprendimiento  es  muy 
rápido  y  sospecho  que  completo,  lo  cuales  debido  al  estado  de 
división  y  á  la  mezcla  íntima  del  fluoruro  y  silicato  calcicos, 
que  se  precipita  al  tratar  el  ag'ua  concentrada  por  cloruro 
calcico. 

La  facilidad  con  que  se  descubría  el  flúor  cualitativamente 
me  decidió  á  determinar  su  cantidad.  Cierto,  que  Duran-Far- 
del en  su  Diccionario  general  de  las  aguas  minerales,  dice  '<que 
la  proporción  de  flúor  es  tan  pequeña  y  la  determinación 
cuantitativa  está  rodeada  de  tan  g-iandes  dificultades,  que  no 
se  ha  podido  apreciar  sino  aproximadamente  la  cantidad  de 
dicho  cuerpo  que  un  litro  de  ag-ua  puede  encerrar.  Fresenius, 
en  su  Tratado  de  análisis  cnantitaíivo ,  6.^  edición,  á  pesar  de 
indicar  cómo  pueden  determinarse  el  cesio  y  el  rubidio,  nada 
dice  del  flúor,  por  considerar  que  nunca  existe  en  las  ag-uas 
en  proporción  determinable. 

A  Fresenius,  sin  embarg-o,  se  debe  uno  de  los  mejores  mé- 
todos para  determinar  el  flúor,  método  que  es  un  perfecciona- 
miento del  de  Woehler.  Este  procedimiento  le  apliqué  con  éxito 
satisfactorio  á  las  ag-uas  de  Lug-o  y  Guitiris. 

El  resultado  de  estos  trabajos  lo  publiqué  en  la  revista  de 
Fresenius  Zeitschrift.f.  Analyt.  Chemie,  xxxiv,  546,  y  en  una 
nota  que  envié  á  la  Real  Academia  de  Ciencias  de  Barcelona 
el  16  de  Abril  de  1896.  En  esta  última  nota  indicaba,  que  seg-ún 
mis  observaciones,  el  flúor  existía  en  proporción  notable  en 
las  ag-uas  de  Caldas  de  Reyes,  Catoira,  Verin,  Molg-as,  Carba- 
Uo,  Carballino,  Burg'os  de  Orense  y  Caldelas  de  Tuy,  proce- 
dentes de  Galicia  y  en  las  de  Contrexevil  (Francia). 

A  un  discípulo  mío,  el  Sr.  Comabella,  confié  la  determina- 
ción cuantitativa  del  flúor  en  las  ag-uas  mencionadas,  elig-iendo 
este  trabajo  como  tema  de  su  doctorado, 


284  boletín   de   LA   SOCIEDAD  ESPAÑOLA 

RESUMEN    DE    LOS   RESULTADOS    OBTENIDOS. 

Agitas  de  Lugo  (Galicia). 

Ag-uas  termales  sulfurosas.  El  residuo  fijo  á  180"  es  0,4642 
g-ramos  por  litro.  La  cantidad  de  flúor  expresada  en  fluoruro 
sódico  0,0249  por  litro. 

Aguas  de  Gmtiriz  (Galicia). 

Ag-uas  termales  sulfurosas.  El  residuo  fijo  á  180"  es  0,26785 
gramos  por  litro.  La  cantidad  de  fluoruro  sódico  0,0231  gr. 
por  litro. 

ANÁLISIS   DEL    SEÑOR   COMABELLA. 

Aguas  de  Arteijo  (Coruña). 

Ag-uas  termales.  Contienen  cloruros  alcalinos  y  silicatos.  La 
suma  de  los  elementos  determinados  en  el  análisis,  citado  por 
el  Anuario  oficial,  de  donde  están  tomados  la  mayor  parte  de 
los  datos  referentes  á  las  ag-uas  estudiadas,  es  0,18797  g-r.  por 
litro.  La  cantidad  de  fluoruro  sódico  0,0115  por  litro. 

Aguas  de  las  Burgas  de  Orense. 

Ag-uas  termales,  débilmente  mineralizadas.  Contienen  bi- 
carbonatos y  silicatos  alcalinos.  La  suma  de  los  elementos 
determinados  en  el  análisis  es  0,534  g-r.  por  litro.  La  cantidad 
de  fluoruro  sódico  0,0200  por  litro. 

Aguas  de  Caldas  de  Reges  (Pontevedra). 

Ag-uas  termales  sulfurosas.  La  suma  de  los  elementos  de- 
terminados en  el  análisis  es  0,575  g-r.  por  litro.  La  cantidad  de 
fluoruro  sódico  0,0173  por  litro. 

Aguas  de  Caldelas  de  Tuy  (Pontevedra). 

Aguas  termales,  clorurado  sódico  sulfurosas.  La  suma  de 
los  elementos  determinados  es  0,7620  g-r.  por  litro.  La  cantidad 
de  fluoruro  sódico  0,0145  por  litro. 

Aguas  de  Carlallino  (Orense). 
Ag'uas  termales  sulfurosas.  El  Anuario  sólo  cita  el  grado 


DE   HISTORÍA   NATURAL.  285 

sulfhidométrico  que  corresponde  á  0,0293  g-r.  de  sulfuro  sódico 
por  litro.  La  cantidad  de  fluoruro  sódico  es  0,0143  por  litro. 

Aguas  de  CarJ)aUo  (Orense). 

Ag-uas  termales  sulfurosas.  Suma  de  los  elementos  determi- 
nados en  el  análisis  0,3374  g-r.  por  litro.  La  cantidad  de  fluo- 
ruro sódico  0,0301  por  litro. 

Aguas  de  Catoira  (Pontevedra). 

Ag-uas  sulfurado  sódicas.  Suma  de  los  elementos  determina- 
dos en  el  análisis  0,21652  g'r.  por  litro.  La  cantidad  de  fluoruro 
sódico  0,0095  por  litro. 

Aguas  de  Cuntís  (Pontevedra), 

Ag-uas  termales  sulfurado  sódicas.  Suma  de  los  elementos 
determinados  en  el  análisis  1,2001  g-r.  por  litro.  La  cantidad  de 
fluoruro  sódico  0,0278  por  litro. 

Aguas  de  Guitiriz  (Galicia). 

Ag'uas  termales  sulfurosas.  Este  manantial  es  distinto  del 
que  yo  he  analizado.  Contiene  el  ag-ua  0,0184  g-r.  de  fluoruro 
sódico  por  litro. 

Aguas  de  las  Mol  gas  (Galicia). 

Ag-uas  termales  clasiñcadas  como  bicarbonatado  sódicas, 
variedad  silicatadas.  La  suma  de  los  elementos  determinados 
en  el  análisis  es  0,7911.  La  cantidad  de  fluoruro  sódico  0,0139 
g-ramos  por  litro. 

Aguas  de  Verin  (Orense). 

Las  ag-uas  de  Verin  contienen  bicarbonato  sódico,  cloruro  y 
silicato.  La  suma  de  los  elementos  determinados  en  el  análisis 
es  de  gT.  1,6164.  La  cantidad  de  fluoruro  sódico  0,0068  por  litro. 

Aguas  del  Vichy  Catalán. 

Como  su  nombre  lo  indica,  estas  ag-uas  contienen  bicarbo- 
natos alcalinos.  La  suma  de  los  elementos  determinados  en  el 
análisis  es  5,07452  g-r.  por  litro.  La  cantidad  de  fluoruro  sódico 
0,0065  por  litro. 

El  Dr.  Comabella  ha  buscado  el  flúor  inútilmente  en  las 


286  boletín    DE  LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

ag-uas  de  San  Hilario  (Gerona);  San  Andrés  de  Tona  Arg-eU'- 
tona  (Barcelona);  Panticosa  (Huesca);  Cardó,  Vallfog-ona,  Es- 
plug-a  de  Francoli  (Tarrag-ona)  y  Alcarroz  (Lérida). 

Los  trabajos  sobre  la  investig-ación  del  flúor  quedaron  inte- 
rrumpidos hasta  este  año,  que  he  tenido  ocasión  de  buscarle 
en  unas  ag-uas  minerales,  aún  no  explotadas,  y  que  brotan  á 
la  orilla  del  río  Lerez,  en  la  provincia  de  Pontevedra.  Estas 
ag-uas  contienen  bicarbonatos  y  cloruros  alcalinos.  El  residuo 
fijo  á  180"  es  2,0654  g-r.  por  litro.  La  cantidad  de  fluoruro  sódico 
encontrada  es  de  0,03274  por  litro. 

El  Sr.  Gig-irey,  profesor  de  la  Facultad  de  Farmacia  de  Bar- 
celona, analizó  este  año  las  ag-uas  sulfurosas  de  Puente-Bea 
(Galicia).  Hemos  determinado  juntos  la  cantidad  de  fluoruro 
sódico  encontrando  0,0363  por  litro. 

De  Galicia  he  recibido  estos  días  el  residuo  de  la  evaporación 
de  13  litros  de  una  ag'ua  mineral  sulfurosa  cuya  procedencia 
ig-noro  y  de  la  cual  el  análisis  se  publicará  en  breve.  La  canti- 
dad de  flúor  referida  á  fluoruro  sódico  encontrada  en  este  resi- 
duo fué  de  0,0291  g-r.  por  litro. 

En  la  exposición  de  ios  resultados  del  análisis  he  supuesto 
que  el  flúor  se  encontraba  en  las  ag-uas  combinado  con  el  so- 
dio. Esto  lo  he  hecho  por  dos  motivos:  1."  para  facilitar  la  com- 
paración; 2."  porque  la  sosa  es  en  la  mayoría  de  las  ag-uas 
citadas  la  única  base  que  existe  en  cantidad  notable. 

La  mayor  parte  de  las  observaciones  sobre  el  flúor  han  sido 
hechas  en  ag-uas  piocedentes  de  Galicia.  Creo,  sin  embarg-o, 
que  la  presencia  del  fluoruro  sódico  en  proporción  considera- 
ble debe  ser  muy  frecuente  en  las  ag-uas  termales  sulfurosas 
que  brotan  en  terrenos  primitivos  y  quizá  en  todas  las  terma- 
les de  la  cadena  pirenaica. 

Se  preg-untará  cómo  ha  pasado  desapercibida  la  presencia 
del  flúor  para  la  mayor  parte  de  los  analistas  que  se  han  ocu- 
pado del  estudio  de  las  ag-uas  mencionadas,  á  pesar  de  existir 
este  elemento  en  tan  notable  proporción.  La  explicación  es 
fácil.  En  primer  lug-ar  muchos  de  los  análisis  han  sido  efec- 
tuados hace  bastantes  años,  y  en  aquella  época  los  métodos  no 
tenían  la  perfección  de  hoy.  En  seg-undo  lug-ar  puede  atribuir- 
se á  un  erro'r  de  imprenta  que  existe  en  las  ediciones  antig-uas 
del  Fresenius  (obra  que  ha  servido  y  sirve  de  g-uía  á  la  mayor 
parte  de  los  que  se  ocupan  en  el  análisis  de  ag-uas  minerales), 


DE  HISTORIA   NATURAL.  2B7 

error  que  se  encuentra  tanto  en  las  ediciones  antig-uas  alema- 
nas como  en  las  francesas,  y  seg'ún  el  cual  se  recomienda  bus- 
car el  flúor  por  la  reacción  en  que  se  pone  de  manifiesto  la 
acción  corrosiva  del  ácido  fluorhídrico  sobre  el  vidrio.  Pero 
conteniendo  las  ag-uas  silice,  por  el  tratamiento  con  el  ácido 
sulfúrico  se  desprende  fluoruro  de  silicio  que  no  ataca  el  vi- 
drio. Buscando  por  primera  vez  el  flúor  en  las  ag-uas  de  Lug'o. 
mediante  la  reacción  del  ácido  fluorhídrico,  obtuve  indicios 
dudosos,  aun  cuando  contienen  una  proporción  notable  de 
fluoruro  sódico.  Por  último,  es  necesario  advertir  que  la  inves- 
tig-ación  del  flúor  es  una  operación  delicada  y  que  exig-e  una 
cierta  práctica:  la  determinación  cuantitativa  requiere  natu- 
ralmente un  cuidado  todavía  mayor. 

Dos  cuestiones  se  presentan  ahora  como  consecuencia  del 
trabajo  anterior,  una  científica  y  otra  de  interés  práctico.  ¿De 
dónde  proviene  el  flúor  qne  se  encuentra  en  las  ag-uas?  ¿Ten- 
drá este  elemento  alg-una  relación  con  las  propiedades  tera- 
péuticas de  ciertos  manantiales?  Los  datos  que  he  recogido 
referentes  á  estas  dos  cuestiones  son  insuficientes  por  ahora, 
y  espero  á  tener  mayor  acopio  de  ellos  para  comunicarlos  á  la 
Sociedad. 

Apuntes  sobre  algunas  arcillas  y  rocas  arcillosas 
de  Andalucía  y  Extremadura 

POE 

D.    SALVADOR   CALDERÓN, 

Las  materias  á  que  se  refiere  la  presente  nota  constituyen 
uno  de  los  productos  más  útiles  que  el  suelo  proporciona  al 
hombre,  y  sin  embarg'o,  escasean  los  datos  reg-ionales  sobre 
ellas,  porque  los  mineralog-istas  desdeñan  el  estudio  de  las 
mas,  por  no  corresponder  á  especies  bien  definidas,  y  los  g-eó- 
log-os  tampoco  suelen  fijar  en  este  asunto  su  atención  por  no 
ofrecer  caracteres  litológ-icos  bien  marcados  y  salientes.  Nece- 
sítanse,  pues,  trabajos  monog-ráficos  con  tendencia  á  la  apli- 
cación y,  en  lo  posible,  acompañados  de  análisis,  ó  al  menos 
ensayos,  como  el  excelente  estudio  recientemente  aparecido 
sobre  los  materiales  cerámicos  de  Portug-al  de  M.  Charles 
Lepierre. 


288  boletín  de  la  sociedad  española 

Los  presentes  apuntes  no  tienen  otro  propósito  que  presen- 
tar reunidos  alg-unos  datos  sobre  la  cuestión  referente  á  las  re- 
giones andaluza  y  extremeña,  como  un  punto  de  partida  fácil 
de  ser  completado  por  los  socios  de  la  Sección  de  Sevilla.  Tra-' 
taremos  primeramente  de  las  arcillas  que  constituyen  especies 
mineralüg-icas  para  ocuparnos  después  de  alg'unos  tipos  de 
rocas  pelíticas. 


I. 


El  tipo  por  excelencia  de  la  arcilla  pura  es  el  caolín  ó  tierra 
de  porcelana.  Las  peg-matitas  que  forman  filones  en  tantos 
parajes  de  Sierra  Morena  y  de  la  provincia  de  Cáceres  están 
transformadas  no  pocas  veces  en  buen  caolín  blanco.  Recor- 
daremos por  vía  de  ejemplo  los  filones  que  han  puesto  al  des- 
cubierto las  trincheras  del  ferrocarril  junto  á  El  Pedroso. 
Abundan  los  caolines  graníticos  bastos,  como  el  de  Guillena, 
en  la  provincia  de  Sevilla.  Ya  hace  muchos  años  que  el  señor 
García  Fernández  presentaba  á  la  Junta  g-eneral  de  Comercio, 
Moneda  y  Minas  un  informe  sobre  el  Pcdm-se  de  la  villa  de 
Baños,  jurisdicción  de  Bailen  (1799j,  hablando  del  abundante 
feldespato  rojo  de  aquellas  montañas  g-raníticas  y  de  la  posi- 
bilidad de  hallar  caolín  en  los  sitios  bajos  de  las  mismas.  Tam- 
bién por  aquellos  tiempos  se  trató  de  la  existencia  de  g-randes 
masas  de  dicho  producto  en  la  Sierra  del  Cabo  de  Gata,  lo  cual 
se  ha  desmentido  después;  pero  aparte  de  la  exag-eración  en 
que  haya  podido  incurrirse  relativamente  á  la  cantidad,  su 
existencia  como  producto  de  alteración  de  los  feldespatos  de 
las  andesitas  de  aquel  distrito  volcánico  la  hemos  señalado  en 
nuestrp  estudio  petrog-ráfico  sobre  el  mismo,  y  el  Museo  de 
Historia  natural  de  Madrid  posee  de  antig-uo  ejemplares  indu- 
dables. 

La  variedad  llamada  nacrita  existe  en  el  filón  de  caolín  que 
hay  en  el  granito  g-neísico  de  Montanchez,  en  la  provincia  de 
Cáceres,  seg"ún  nos  ha  comunicado  el  profesor  Sr.  Hernández 
Pacheco,  de  Córdoba. 

Debe  referirse  á  una  haUoisita  típica  la  arcilla  química  que 
arma  en  la  caja  del  filón  de  hierro  de  la  mina  de  Juan  Teniente, 
en  El  Pedroso,  y  de  la  que  hay  ejemplares  en  la  Universidad 
de  Sevilla,  y  quizás  otras  se  encuentren  en  la  misma  región  en 


DE   HISTORIA   NATURAL.  289 

condiciones  análogas.  También  la  ha  visto  en  Maro,  provincia 
de  Málag-a,  el  Si\  Chaves. 

Por  último,  hemos  hallado  verdadera  alófana  en  Peñaflor, 
al  N.  de  la  provincia  de  Sevilla  y  entre  unos  minerales  que 
procedentes  de  Villag-arcia,  en  la  de  Badajoz,  donó  un  alumno 
nuestro.  Como  esta  especie  no  estaba  citada  de  España,  con- 
sultamos nuestras  muestras  con  el  inolvidable  profesor  Qui- 
rog"a,  el  cual  sancionó  nuestra  clasificación  con  su  g-ran  auto- 
ridad. De  ambas  localidades  dejamos  representación  en  las 
colecciones  reg-ionales  de  la  Universidad  de  Sevilla.  La  alófa- 
na de  Peñañor  es  azulada  y  de  aspecto  marcadamente  opalino; 
la  de  Villag-arcía  ofrece  color  verde  mar,  se  halla  concrecio- 
nada, y  asociada  á  g-alena. 


II. 


De  las  arcillas  sedimentarias  comunes  hay  extraordinaria 
abundancia  en  el  territorio  de  Andalucía  y  Extremadura,  tanto 
de  oríg-en  marino  como  fluvial  y  de  diversas  edades,  por  lo 
cual  hemos  de  limitarnos  á  mencionar  como  ejemplos  alg-unos 
tipos  principales  de  las  diferentes  variedades. 

Forman  un  g-rupo  las  arcillas  esmécticas,  tierras  de  batane- 
ros y  de  quitar  manchas,  de  las  cuales  hay  muchísimas  for- 
maciones en  la  región,  siendo  reputadas  entre  otras  las  de 
Garlitos,  en  la  provincia  de  Badajoz.  Se  explota  en  Lebrija, 
provincia  de  Sevilla,  una  tierra  de  vino  muy  solicitada  para  la 
clarificación  de  este  líquido  y  de  arg-uardientes  y  licores.  Se- 
gún análisis  de  ella  que  practicamos  en  Sevilla,  es  un  silicato 
de  alúmina  y  mag-nesia  con  carbonatos  de  las  mismas  bases  y 
algo  de  óxido  de  hierro. 

Como  arcillas  plásticas  es  famosa  la  rojiza  y  lustrosa  de  la 
Tierra  de  Barros,  en  la  Extremadura  baja,  á  la  que  debe  la 
región  ribereña  del  Guadiana  sus  excepcionales  condiciones 
para  el  cultivo  de  los  cereales;  úsase  también  con  éxito  en  la 
alfarería  fina.  Con  las  arcillas  de  Andújar  se  fabrican  céle- 
bres alcarrazas,  de  notable  porosidad,  y  con  las  de  La  Rambla, 
en  la  provincia  de  Córdoba,  botijos  para  refrescar  el  agua,  que 
se  usan  en  una  buena  parte  de  España;  esta  tierra,  de  color 
gris  claro,  aprisiona  innumerables  fósiles  tanto  macro  como 
microscópicos. 

N.»  7.-Julio,  1901.  21 


290  BOLETÍN   DE   LA   SOCIEDAD  ESPAÑOLA 

En  todo  el  litoral  del  Mediterráneo,  desde  Cartag-ena  hasta 
Málag*a  existe  una  arcilla  fina,  untuosa,  g-eneralmente  llama- 
da launa  ó  laguena  en  g-randes  formaciones,  debida  á  la  des- 
composición de  las  pizarras  sericíticas  cámbricas  suaves  al 
tacto  y  de  colores  abigarrados;  así  como  el  sargado  de  Málag-a, 
que  es  otra  arcilla  blanco-amarillenta  y  sumamente  fina,  sirve 
para  modelar  las  conocidas  fig-uras  de  barro  de  dicha  locali- 
dad. Análog-a  á  la  launa  parece  ser  una  arcilla  talcosa,  de 
color  claro,  llamada  tierra  Manca,  que  yace  entre  las  pizarras 
antig'uas  de  la  Mancha  y  Andalucía,  la  cual,  desleída  en  ag-ua, 
se  emplea  para  enjalveg-ar  las  casas  en  una  g-ran  parte  de 
estas  reg'iones,  siendo  la  de  varios  pueblos  objeto  de  expor- 
tación. 

No  escasean  tampoco  las  arcillas  refractarias,  por  mas  que 
todavía  no  se  hayan  buscado  con  empeño  en  el  país.  Se  sabe, 
sin  embarg-o,  que  existen  en  Málag-a  adecuadas  para  la  cons- 
trucción de  hornillos  y  ladrillos  refractarios;  la  descomposición 
de  los  pórfidos  en  las  inmediaciones  de  los  criaderos  de  pirita 
de  la  provincia  de  Huelva  orig'ina  depósitos  de  tierra  blanca, 
silícea  y  mag-nesiana  bastante  aceptable  para  los  indicados 
usos  industriales,  y  se  mencionan  otras  formaciones  semejan- 
tes aunque  poco  estudiadas. 

El  hierro  se  interpone  en  muchas  arcillas  andaluzas  en  nota- 
ble cantidad,  haciéndolas  pasar  á  ocres  rojo  y  pardo.  En  el 
cabo  de  Gata  hay  un  verdadero  bol  de  superior  calidad.  Tam- 
bién el  mang'aneso  se  une  á  la  arcilla  en  ocasiones  constitu- 
yendo un  ocre  mang-anesífero,  como  la  variedad  braunitífera, 
que  es  frecuente  en  la  provincia  de  Huelva. 

Como  arcillas  marg-osas  que  pasan  á  veces  á  verdaderas 
marg"as,  es  notable  la  gran  formación  g"ris  azulada  de  la  cuenca 
del  Guadalquivir,  que  alcanza  g-ran  espesor  en  muchos  puntos 
de  las  provincias  de  Sevilla.  Cádiz  y  Huelva;  abunda  también 
en  la  de  Málag-a,  y  en  todas  partes  es  muy  rica  en  fósiles  mari- 
nos, sobre  todo  microscópicos  del  g-rupo  de  los  foraminíferos. 
Por  su  finura  y  homog-eneidad  se  explota  en  los  alrededores 
de  Sevilla  como  tierra  de  modelar,  y  por  estar  cuajada  de  cris- 
talitos  imperceptibles  de  marcasita,  á  los  que  debe  su  color 
azulado,  se  ha  explotado  en  estos  últimos  años  como  tierra 
aluminosa  con  muy  buen  resultado. 
Es  marü-osa  también  la  famosa  moronUa,  ó  tierra  diatomi- 


DE    HISTORIA   NATURAL.  291 

fera  de  Morón,  que  ha  sido  asunto  de  una  hermosa  monogra- 
fía de  nuestro  raalog-rado  consocio  el  Sr.  Cala  (1),  en  la  cual 
puede  verse  la  extensión  y  caracteres  de  este  singular  y  vasto 
depósito.  Las  mismas  marg-as  eocénicas  se  transforman  aveces 
en  rocas  sumamente  compactas  hasta  constituir  una  excelente 
piedra  de  construcción  de  que  hay  buenas  canteras,  sobre 
todo  en  la  provincia  de  Cádiz. 

La  llamada  caliza  litog-ráfica,  que  no  es  en  realidad  otra  cosa 
sino  una  marg-a  compacta,  se  sabe  existe  en  los  alrededores  de 
Cabra,  donde  presenta  abundantes  dendritas. 

Nota  acerca  de  la  extensión  y  carácter  de  la  región  volcánica 

de  Olot 

POR 

DON    ODÓN    DE   BUEN. 

En  mis  frecuentes  excursiones  escolares  á  la  provincia  de 
Gerona,  he  visitado  diversos  puntos  de  la  interesante  reg-ión 
volcánica  á  que  se  refiere  esta  nota,  recog-iendo  materiales 
abundantes,  que  están  depositados  en  las  colecciones  del 
Museo  de  Historia  Natural  de  nuestra  Universidad. 

De  las  excursiones  por  el  país  y  de  los  materiales  recog-idos 
deduzco  que  tiene  la  reg-ión  volcánica  de  Olot  más  extensión 
de  la  que  se  le  asig-na. 

Son  muchos  los  conos  volcánicos  que  existen  cerca  de  San 
Feliú  de  Pallerols  y  á  lo  larg-o  de  la  ribera  de  Amer;  abunda  el 
basalto  y  asimismo  las  lavas  ¡)orosas  á  que  se  da  en  el  país  el 
nombre  de  piedra  tosca. 

Un  centro  volcánico  de  importancia  se  encuentra  en  el  pue- 
blo de  Massanet  de  la  Selva,  situado  no  lejos  de  la  costa.  He 
visto  varios  cerros  en  esta  localidad  formados  en  su  base  por 
moles  de  basalto  y  en  su  cima  por  lavas  porosas.  En  los  cortes 
de  los  caminos  se  observan  capas  de  cenizas  y  frag-mentos  de 
lava  parecidos  á  los  de  los  volcanes  de  Olot.  La  piedra  tosca 
abunda  extraordinariamente  en  el  término  de  aquel  pueblo. 

Yo  he  seg-uido  á  pie  una  g-ran  extensión  desde  Massanet 


(1)    Anales  de  la  Soc.  esp.  de  Hist.  nat.,  tomo  xxvi.  1897. 


292  boletín    de   LA   SOCIEDAD  ESPAÑOLA 

hacia  Tordera  (provincia  de  Barcelona)  y  hacia  Blanes  (pro-, 
vincia  de  Gerona)  por  nn  terreno  volcánico  que  recuerda  el 
de  Sicilia  y  el  de  Ñapóles;  abundan  las  piedras  porosas  y  las 
capas  de  basalto.  Cerca  de  una  masía  que  conocen  con  el  ' 
nombre  de  Cau  Cabanas,  hay  canteras  de  donde  se  sacan 
g-randes  prismas  basálticos  de  los  que  se  ven  algninos  á  los  lados 
de  la  carretera  de  Blanes.  En  el  afirmado  de  ésta,  en  algunos 
puntos  se  han  empleado  piedras  porosas. 

En  el  término  de  Tordera,  dentro  de  la  provincia  de  Barce- 
lona, existen  manchones  basálticos  en  la  parte  que  se  deno- 
mina ierra  negra,  y  en  la  marg-en  izquierda  del  río  Tordera 
hay  también  cerros  con  basalto. 

Massanet  de  la  Selva,  es  un  centro  volcánico  importante, 
muy  separado  de  Olot;  quizá  sea  el  foco  de  dispersión  de  los 
materiales  basálticos  que  aparecen  en  toda  aquella  zona  entre 
Gerona,  Amer  y  la  costa  de  Blanes.  No  se  ven  cerros  volcáni- 
cos con  cráteres,  pero  la  denudación  ha  sido  enorme  en  aque- 
lla región. 

Conviene  tener  presente  que  en  derredor  de  Massanet  hubo 
extensas  lagunas,  saneadas  las  más  próximas  en  época  re- 
ciente y  que  en  el  fondo  de  todas  estas  lagunas  se  encuentran 
restos  volcánicos. 

Hubo  allí,  con  la  influencia  del  mar  próximo  y  la  más  inme- 
diata de  las  lag-unas,  una  especie  de  reviviscencia  de  los  fenó- 
menos volcánicos  que  tuvieron  su  próxima  acción  cerca  de 
Olot. 

El  volcanismo  en  aquella  extensa  zona  fué  sin  duda  esporá- 
dico; tuvo  centros  varios  en  derredor  de  lagos  más  ó  menos 
extensos  y  el  centro  más  inmediato  á  la  costa  es  el  de  Mas- 
sanet.^ 

No  hay  en  la  reg-ión  de  Olot  un  cono  volcánico  predomi- 
nante, de  gran  altura,  como  en  Ñapóles  y  Sicilia;  las  erupcio- 
nes no  debieron  ser  muy  persistentes^  pero  sí  muy  disemina- 
das, esporádicas,  en  una  palabra. 

Desde  Massanet  á  Blanes  se  suceden  los  basaltos,  siempre 
descendiendo  hasta  el  mar. 

Terra  negra  está  á  149  m.;  otro  manchón  volcánico  cercano 
á  Blanes,  el  Turó  de  Montells,  se  halla  á  123  m.,  y  el  último 
resto  basáltico,  en  la  costa  misma,  se  eleva  51  m.  sobre  el 
nivel  del  Mediterráneo. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  293- 

Entre  estos  tres  puntos,  las  ag'uas  han  abierto  profundos 
surcos  arrastrando  el  g-ranito  que  allí  se  halla  descompuesto 
en  extremo;  por  esta  causa,  el  basalto  aparece  en  la  cima  ó 
cerca  de  la  cima  de  los  cerros;  la  base  es  granítica  como  todo 
el  terreno. 

Hubo,  sin  duda,  una  corriente  basáltica  que  partió  de  Mas- 
sanet  y  vino  á  morir  en  la  costa;  ésta  se  halla  hoy  algún 
tanto  distante  de  su  posición  en  la  época  de  las  últimas  erup- 
ciones. 

El  Turó  de  Montells,  término  de  Blanes,  está  á  unos  2  km.  del 
mar;  el  basalto  es  abundante  pero  muy  frag-mentado;  se  ha 
descompuesto  en  pedazos  que  ruedan  por  la  pendiente  del 
cerro  y  se  encuentran  hasta  en  la  base. 

El  último  resto  volcánico  es  un  filón  de  esta  roca,  que  re- 
llena una  g-rieta  del  granito,  dando  lug-ar  á  curiosos  efectos 
de  contacto,  y  se  halla  en  Blanes,  junto  al  mar,  detrás  de  la 
ig'lesia  de  esta  villa,  próximo  á  las  últimas  casas  que  hay  en 
el  camino  de  Santa  Bárbara.  He  reconocido  muy  minuciosa- 
mente todos  los  alrededores  sin  hallar  otros  restos  análogos. 
En  el  basalto  de  este  filón  hay  frag-mentos  de  granito  aprisio- 
nados; esto  prueba  que  no  debió  ser  muy  elevada  la  tempera- 
tura de  la  roca  eruptiva  al  llegar  á  aquel  punto. 

Es  frecuente  en  Massanet  el  basalto  muy  poroso  cuyas 
oquedades  aparecen  recubiertas  de  blancos  cristalitos  de  ara- 
gonito. 

Dentro  de  la  provincia  de  Barcelona,  en  la  margen  derecha 
del  Tordera,  no  he  hallado  por  aquella  parte  residuo  alguno 
basáltico,  á  pesar  de  haber  visitado  casi  todos  los  cerros  y 
examinado  detenidamente  las  piedras  de  que  está  construido 
el  castillo  de  Palafolls  que  en  el  cerro  más  elevado  se  levanta, 
dominando  el  valle  del  Tordera. 

En  cambio,  en  el  gabinete  de  Historia  natural  de  esta  Uni- 
versidad, hay  un  gran  ejemplar  de  basalto  que  se  encontró 
hace  dos  años  en  Mataró  á  cierta  profundidad.  No  creo  que 
este  ejemplar  corresponda  á  la  localidad  en  que  se  le  encon- 
tró; pudo  ser  casual  el  que  se  enterrara  en  aquél  sitio.  El  ba- 
salto de  Mataró  es  exactamente  igual  al  de  Massanet;  tiene 
también  en  los  poros  cristales  de  aragonito. 

He  creído  conveniente  anotar  estos  detalles  por  si  fueran 
útiles  á  cualquiera  de  nuestros  consocios  que  desee  hacer  el 


294  boletín    de   LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

detenido  estudio  de  la  región  de  Olot,  tan  interesante  bajo  el 
punto  de  vista  de  la  Geología  dinámica. 

Noticias 

sobre  algunos  monstruos  existentes  en  el  Gabinete 

del  Instituto  de  Avila. 

POR 
D.    FRANCISCO    DE   LAS   BARRAS   DE    ARAGÓN. 

Como  las  colecciones  teratológ"icas  no  suelen  ser  muy  fre- 
cuentes en  nuestros  g-abinetes  de  Historia  Natural,  acaso  no 
sea  falto  por  completo  de  interés  el  dar  cuenta  de  alg'unos 
ejemplares  de  monstruos  existentes  en  el  Gabinete  de  Historia 
natural  del  Instituto  de  Avila,  y  de  los  que  uno  ha  llamado 
especialmente  nuestra  atención. 

Aun  cuando  en  realidad  la  clasificación  aplicada  alas  mons- 
truosidades es  muy  artificial,  pues  la  única  base  científica  para 
clasificarlas,  como  dice  el  Dr.  Dechambre,  sería  el  estudio  de 
sus  causas  productoras,  para  proceder  con  alg'íin  orden  seg-ui- 
remos  á  Geoífroy  Saint-Hilaire,  que  como  es  sabido,  divide  los 
monstruos  en  las  clases  de  simples  ó  unitarios  y  compuestos. 

A  estos  últimos  pertenecen  todos  los  de  que  vamos  á  dar 
noticia,  entre  los  cuales  tienen  representación  los  dobles  auto- 
sitarios  y  los  parasitarios. 

De  los  autositarios: 

1."  Un  carnero  que  alcanza  de  longitud  230  mm.  (Corres- 
pondería al  g'énero  Deradelphus  de  la  familia  Monocephali) . 
Tiene  dos  cuerpos  separados  desde  el  oinblig"o  hacia  abajo  y 
unidos^desde  éste  hacia  arriba,  con  una  cabeza  única.  Cuatro 
patas  torácicas  bien  desarrolladas  que  cuelg-an  dos  por  cada 
lado.  En  la  cabeza  la  fusión  es  tan  perfecta,  que  resulta  nor- 
mal del  todo,  sin  el  menor  indicio  de  desdoblamiento.  Todas  las 
partes  del  cuerpo  están  bien  desarrolladas.  Por  la  disposición 
de  los  cuerpos,  unidos  por  la  parte  superior  del  abdomen  y  re- 
gión torácica,  se  deduce  que  las  columnas  vertebrales  alcan- 
zaron perfecto  desarrollo,  y  que  el  ag-ujero  occipital  debía  ser 
doble  ó  muy  ancho.  Pelo  blanco  con  una  mancha  parda  en  la 
parte  posterior  del  cuello. 

Ejemplar  disecado. 


ÜK   HISTORIA   NATURAL.  295 

2.0  También  carnero,  al  parecer,  alcanzando  el  cuerpo  sin 
la  cabeza  240  ram.  de  long-itud.  La  cabeza,  hasta  el  hocico, 
mide  110  mm.  Altura  de  las  patas  delanteras  1(50  mm.  Pelo 
neg-ro  parduzco  en  todo  el  cuerpo,  menos  la  parte  posterior  de 
la  cabeza  que  es  blanca,  así  como  la  punta  de  la  cola;  ésta  al- 
canza 111  mm.  de  long-itud.  (Correspondería  al  género  Inody- 
miis  ó  más  bien  es  un  intermedio  entre  éste  y  el  Opodymus, 
ambos  de  la  familia  Monosomini).  Cuerpo  único  normal.  Las  dos 
cabezas  están  unidas  por  su  parte  inferior,  quedando  separadas 
por  debajo  en  la  reg'ión  correspondiente  á  los  maxilares  infe- 
riores. Los  cuatro  ojos  bien  desarrollados.  De  las  orejas  sólo  hay 
dos;  las  que  están  por  la  parte  afuera  á  los  lados  del  cuello;  las 
del  centro  son  rudimentarias,  estando  indicadas  por  un  lig"e- 
ro  replieg-ue  de  la  piel  cubierto  por  un  remolino  de  pelo.  La 
cabeza,  vista  por  detrás,  resulta  única,  pero  muy  ensanchada. 

Ejemplar  disecado  medianamente. 

3."  Gato  doméstico.  Long-itud  total  1  dm.  Pelo  rubio  (Géne- 
ro Opodymus,  de  la  familia  J/o?¿o5?'mm¿J.  Cabeza  muyg-ran de  en 
relación  al  cuerpo,  dividiéndose  por  la  reg-ión  ocular  en  dos 
hocicos  de  ig-ual  tamaño,  con  las  bocas  y  narices  perfectamen- 
te desarrrolladas.  Sólo  hay  dos  orejas  y  dos  ojos  situados  á  los 
lados  exteriores,  pero  sin  vestig-io  alg-uno  por  la  parte  interna; 
resulta,  pues,  fusión  completa  en  la  mayor  parte  de  la  cabeza. 
El  resto  del  cuerpo  normal. 

Ejemplar  conservado  en  alcohol,  y  en  mal  estado. 

4.°  Cráneo  de  ternera.  (Lo  consideramos  del  mismo  g-énero 
que  el  g-ato,  aunque  la  separación  es  alg-o  mayor,  por  tener 
las  cuatro  órbitas).  Los  parietales  y  la  parte  del  occipital  que 
se  articula  con  ellos  están  soldados,  de  modo  que  constituye 
un  solo  hueso.  El  occipital  resulta  dividido  en  tres  partes:  una 
la  que  acabamos  de  indicar,  y  dos  posteriores  á  ella  que  limitan 
entre  sí  el  ag-ujero.  Este  es  poco  ensanchado,  pero  en  cambio 
se  prolong-a  en  dos  hendiduras  que  terminan  una  en  la  parte 
soldada  del  occipital  que  hemos  indicado  antes  y  que  presenta 
en  aquel  punto  unos  surcos,  dejando  una  especie  de  escama, 
y  otra  más  larg-a  y  ancha  que  penetra  en  el  etmoides,  por  lo 
cual,  aunque  este  hueso  no  presenta  más  anomalía  que  la 
dicha,  creemos  que  no  es  muy  aventurado  considerarlo  como 
formado  por  la  soldadura  del  mismo  etmoides  con  parte  del 
occipital. 


296  boletín   de   LA    SOCIEBAD   ESPAÑOLA 

Lo  demás  de  este  cráneo  no  ofrece  anormalidad  notable, 
salvo  el  encontrarse  mal  soldadas  las  ramas  de  las  mandíbu- 
las inferiores  y  estas  alg-o  torcidas,  observándose  en  g-eneral 
g-ran  debilidad  y  delg-adez  en  todos  los  huesos.  Dientes  bien" 
desarrollados. 

El  ejemplar  tiene  etiqueta  que  indica  su  procedencia  del 
disecador  Severini,  de  Madrid. 

De  los  parasitarios: 

5."  Cerdo.  Cuerpo  normal,  alcanzando  210  mm.  de  lon- 
g"itud.  La  monstruosidad  está  en  la  cabeza.  Mide  ésta  137  mm. 
de  circunferencia  y  presenta,  ocupando  la  región  facial,  una 
esfera  dura  cubierta  por  la  piel  y  que  mide  80  mm.  de  circun- 
ferencia. Esta  esfera  parece  ser  otra  cabeza.  En  el  punto  de 
unión  de  ambas  hay  una  corona  de  cerdas. 

Por  encima  del  punto  en  que  la  esfera  se  inserta,  nace  una 
trompa  de  35  mm.  de  largo,  ensanchada  en  un  extremo  que 
está  perforado;  pero  el  estado  del  ejemplar  impide  comprobar 
si  la  perforación  continúa  en  toda  su  longfitud. 

Ya  muy  cerca  del  cuello,  cuelg-an  á  los  lados  de  la  cabeza 
dos  orejas  sin  indicio  alg'unode  conductos  auditivos  y  que  ex- 
tendidas alcanzan  una  distancia  desde  la  punta  de  lá  una  á  la 
de  la  otra  de  1  dm.  En  la  mitad  de  esta  distancia,  que  corres- 
ponde al  centro  del  cuello  por  la  parte  anterior,  hay  un  ag-u- 
jero  que  perfora  la  piel  y  que  puede  considerarse  como  repre- 
sentante de  la  boca. 

Falta  todo  vestig'io  de  ojos.  El  resto  del  cuerpo  es  normal. 


BOLETÍN 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 


Sesión  del  2  de  Octubre  de  1901. 

PRESIDENCIA   DE    DON    BLAS   LÁZARO    É    IBIZA. 

Asiste  á  la  sesión  D.  Ag-ustín  Cabrera,  de  La  Lag-una. 

Se  leyó  y  aprobó  el  acta  de  la  sesión  anterior. 

Correspondencia. — El  Secretario  dio  cuenta  de  las  comuni- 
caciones siguientes: 

De  D.  José  Maximiano  Correa,  de  Barros;  de  S.  Martinlio 
d'Anta  (Portugal);  de  D.  Manuel  San  Román  Elena,  de  Astorga, 
y  de  D.  Carlos  del  Río,  dando  gracias  por  su  admisión: 

Del  Secretario  de  la  Academia  internacional  de  Geografía 
botánica  de  Le  Mans  (Sarthe),  Francia,  admitiendo  el  cambio 
de  sus  publicaciones  con  nuestro  Boletín. 

De  la  «Inspección  general  de  navegación  y  puertos»  de  Bue- 
nos Aires,  enviando  un  ejemplar  de  las  tres  primeras  entregas 
-del  Boletín  que  publica  y  solicitando  cambio  con  el  nuestro. 

ün  prospecto  del  «Gran  Laboratorio  Químico»  creado  en 
Cuevas  (Almería). 

Una  comunicación  del  Sr.  Ferdinand  de  Franciscis,  de 
Ñapóles,  vía  Cirillo,  46,  en  la  cual  participa  que,  con  objeto  de 
recoger  en  un  herbario  especial  el  mayor  número  posible  de 
especies  de  los  Pirineos,  pertenecientes  á  la  familia  de  las 
cariofileas,  de  las  que  se  ocupa  desde  liace  tiempo,  suplica  le 
envíen  ejemplares  los  que  dispongan  de  dobles,  así  como 
publicaciones  referentes  á  aquellas. 

Admisiones. — Fué  admitido  como  socio  numerario  el  Sr.  D.  José 
Hueso,  Profesor  numerario  de  la  Escuela  Normal  de  Granada 
y  Licenciado  en  Ciencias,  y  como  socio  agregado  D.  Juan  Luís 

N."  8.- Octubre,  1901.  22 


298  boletín   de   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Díaz  Tortosa,  estudiante  en  la  Facultad  de  Farmacia,  residente 
en  Granada,  presentados  ambos  por  D.  PascualNacher  y  Vilar, 
Se  hizo  una  nueva  propuesta. 

Fallecimientos, — El  Sr.  Secretario  dio  cuenta  del  fallecimienta 
del  eminente  profesor  Lacaze-Duthiers,  que  pertenecía  á  nues- 
tra Corporación  como  socio  protector,  ocurrida  el  21  de  Julio 
de  1901  en  su  castillo  de  Las-Fons,  cuando  contaba  81  años  de 
edad.  El  Sr.  Presidente  recordó  los  méritos  excepcionales  del 
finado  y  los  motivos  de  g"ratitud  que  hacia  él  tenían  los  natu- 
ralistas españoles,  proponiendo,  y  así  fué  acordado,  que  ade- 
más de  expresar  en  el  acta  el  sentimiento  de  la  Sociedad  por 
tan  irreparable  pérdida,  se  comunicase  á  la  familia  del  finado. 

También  participó  el  Sr.  Secretario  la  noticia  del  falleci- 
miento de  D.  Estanislao  Vayreda  y  Vila,  nuestro  consocio  de 
Olot,  cuyos  trabajos  botánicos  recordó  con  elogio  el  Sr.  Pre- 
sidente, haciendo  la  misma  proposición  que  con  respecto  al 
Sr.  Lacaze-Duthiers,  y  siendo  asimismo  acordada. 

Comunicaciones  verbales  y  notas  breves. — El  Sr.  Barras  envió  la 
sig'uiente  noticia  bibliog-ráfica: 

De  dos  nuevos  trabajos  del  disting-uido  botánico,  nuestro 
consocio  M.  A.  de  Coincy,  de  quien  tantas  veces  nos  hemos 
ocupado,  tenemos  que  dar  hoy  cuenta. 

Titúlase  el  primero  iSecUonement  du  genre  EcMum  fsensic 
strictoj  y  forma  parte  de  los  Comptes  rendus  del  Cong'reso 
internacional  de  Botánica  celebrado  en  París  del  1  al  10  de 
Octubre  de  1900.  Consta  de  8  pág-inas. 

Empieza  eí  autor  haciendo  notar  las  dificultades  que  ofrece 
la  determinación  de  las  especies  de  FcMiim  por  la  vag-uedad 
que  suele  haber  en  las  descripciones  y  la  falta  de  ejemplares 
prototipos,  haciendo  lueg'O  una  descripción  verdaderamente 
notable  de  los  caracteres  de  dicho  g-énero. 

Pasa  lueg'O  á  estudiar  críticamente  los  principales  caracteres 
que  se  emplean  para  la  determinación  de  las  especies,  indi- 
cando las  dudas  y  dificultades  que  ofrecen  todos  ellos,  ^'  acaba 
por  aceptar  el  anillo  basilar  de  la  corola  como  carácter  funda- 
mental para  dividir  el  g'énero  en  las  secciones  Ehuterolejñs  y 
Gamolepis,  de  que  ya  nos  ocupamos  en  otra  ocasión,  seg-ún  que 
dicho  anillo  basilar  esté  formado  por  10  escamas  separadas  ó 
forme  una  membrana  continua  con  5  ó  10  lóbulos  en  su  parte 


ÜE    HISTORIA    NATURAL.  299 

superior.  El  paso  de  una  sección  á  otra  está  formado  por  el 
g-riipo  en  que  la  membrana,  aunque  manifiestamente  conti- 
nua, conserva  la  huella  de  la  unión  de  las  escamas.  En  los 
Gamolepis  atiende  también  á  la  presencia  ó  falta  de  sedas 
basilares. 

La  única  dificultad  de  este  método,  dice  M.  de  Coincy,  está 
en  que  necesita  una  sencilla  técnica  que  consiste  en  lo 
sig-uiente:  «Se  hiende  la  corola  haciendo  pasar  lo  más  exacta- 
mente posible  el  escalpelo  por  la  mitad  del  labio  anterior;  se 
comprueba  entonces  con  una  lente  fuerte  la  presencia  ó  ausen- 
cia de  sedas  en  la  base  del  tubo;  se  da  lueg-o  un  lig-ero  hervido 
á  la  preparación  con  una  lamparilla  de  alcohol  y  se  extiende 
con  g'licerina  sobre  un  porta-objetos,  poniéndole  encima  un 
cubre  para  observarla  por  transparencia.  Aunque  para  este 
examen  suele  bastar  la  lente,  es  mejor  un  microscopio  com- 
puesto con  un  aumento  de  50  á  80  diámetros.  La  dificultad  de 
percibir  las  sedas  á  causa  de  su  índice  de  refracción  muy  pró- 
ximo al  de  la  g-licerina  y  el  poco  espesor  de  sus  paredes  hace 
preferible  observarlas  en  seco,  pero  el  anillo  se  ve  con  mucha 
claridad.» 

Lleva  el  trabajo  dos  figuras  representando  las  corolas  del 
E.  albicans  Bss.,  tipo  de  la  sección  Eleuterolepis,  y  del  E.  angus- 
tifolmm  Lam.,  que  lo  es  de  la  Gamolepis. 

Para  diferenciar  cada  especie,  se  fija  con  preferencia  en  los 
órganos  de  la  corola,  sin  excluir  otras  particularidades  de  la 
planta,  no  sin  reconocer  la  dificultad  de  caracterización  que 
alg'unas  especies  ofrecen. 

Termina  recomendando  una  vez  más  la  supresión  de  las 
especies  dudosas  ó  mal  establecidas,  sea  cualquiera  el  crédito 
de  sus  autores. 

El  segundo  trabajo  de  M.  de  Coincy  á  que  nos  referimos, 
sólo  alcanza  4  páginas.  Se  titula  Qit'est-ce  que  VEchiiim  Wierz- 
bieckii  Hab.?,  tirada  aparte  áei  Bulletiu  de  VHerbier  Boissier, 
segunda  serie,  año  1901,  t.  i. 

Del  estudio  detenido  de  los  caracteres  del  E.  Wierzbiec- 
Mi  Hab.,  especie  que  fué  citada  por  Lange,  del  Puerto  de  Gua- 
darrama, deduce  la  conclusión  de  que  es  meramente  una  forma 
fe7)ieiiina  accidental  del  E.  mugare.  Añade  que  los  ejemplares 
de  Lange  deben  referirse  á  la  var.  j^ustiUatum  de  esta  misma 
especie. 


300  boletín  de  la  sociedad  española 

Enumera  lueg-o  otros  casos  análog-os  de  deg-eneración  en 
varias  especies  del  mismo  género,  entre  ellas  el  E.  austra- 
h  Lam.,  citando  los  ejemplares  recog-idos  por  Boiirg-eau  cerca 
de  Guadix.  El  aborto,  ó  más  bien  la  mala  conformación  de  los 
estambres,  va  acompañado  de  anomalías  paralelas  en  la  coro- 
la, siendo  el  limbo  más  corto  y  el  tubo  muy  reducido;  pero 
el  aspecto  g-eneral  de  la  planta,  aunque  alg-una  vez  se  altere, 
no  lo  hace  de  un  modo  reg'ular. 

Termina  observando  que  no  ha  tenido  ocasión  de  comprobar 
una  deg'eneración  sistemática  en  los  órg-anos  femeninos;  en 
una  palabra,  que  nunca  ha  encontrado  pies  completamente 
masculinos  de  g"ineceo  abortado,  siendo  la  abundancia  de 
fructificación  la  reg-la  g-eneral  en  el  g-énero  EcMum,  y  la  este- 
rilidad solamente  parcial  en  los  casos  en  que  se  presenta. 

El  Sr.  Secretario  dio  cuenta  de  las  notas  y  trabajos  científi- 
cos recibidos,  que  son:  Descripción  de  algunas  esponjas  deJ  Can- 
tMrico  (continuación),  por  D.  Doming-o  de  Orueta,  á  cuyo 
escrito  acompañan  varias  fotog-rafías  obtenidas  por  él;  y  Nne- 
ros  estudios  sodre  Jas  agallas,  por  D.  Manuel  Fernández  de 
Gata,  parte  tercera  de  los  que  viene  enviando  el  autor  sobre 
este  asunto. 

El  Sr.  Arag'ón  y  Escacena  presentó  un  trabajo  de  que  es 
autor,  intitulado:  Breve  estudio  antropológico  acerca  del  ¡meblo 
maragato,  acompañado  de  numerosas  fotog-rafías,  que  repre- 
sentan tipos  diversos  tomados  del  natural.  La  Sociedad  acordó 
que  todos  estos  trabajos  pasaran  á  informe  de  la  Comisión  de 
publicación. 
El  Sr.  Reyes  Prosper  (D.  Eduardo)  dijo  lo  sig-uiente: 
La  planta  conocida  con  el  nombre  de  Plumbago  capensis 
Thunb.^  era  muy  frecuente  en  Córdoba  en  los  arreates  de  los 
patios  de  las  casas  antig'uas,  allá  por  los  años  de  1868  á  1874, 
en  que  residí  en  tan  notable  é  histórica  población,  que  guarda 
recuerdos  indelebles  para  la  ciencia  y  el  arte. 

La  especie  de  Plumbago  en  cuestión  recibía  en  la  corte  de 
los  Califas  el  nombre  de  madre  celestina  ó  celestina  simple- 
mente, y  ag-radable  fué  mi  sorpresa  al  hallarla  en  el  Jardín 
Botánico  de  Madrid  cuando  al  frecuentar  las  cátedras  siendo 
alumno  de  la  Facultad  de  Ciencias,  volví  á  encontrar  en  ella 
á  una  antig'ua  conocida  de  la  infancia. 
La  madre  celestina  raras  veces  daba  semilla  en  nuestro  pa- 


t)E    HISTORIA   NATURAL.  30) 

tío  de  Córdoba,  donde  vivía  al  aire  libre  y  en  condiciones  rela- 
tivas de  normalidad,  y  nunca  lo  hace  en  el  citado  Jardín 
Botánico. 

Observando  que  un  hermoso  individuo  de  la  Macroglossa 
stellaíarum  L.,  visitaba  con  detención  las  flores  de  una  Ve7'- 
bena  Chammdryjolia  J.,  que  para  otros  estudios  tenía  frecuen- 
temente á  mi  vista,  y  fijándome  en  que  no  hacía  lo  mismo  con 
las  flores  del  Plumlxigo  capensis  Thumb.,  entendiendo  por  la 
disposición  de  las  inflorescencias  y  la  forma  y  color  de  cada 
flor  en  particular  que  la  hermosa  planta  del  Cabo  de  Buena 
Esperanza  debía  ser  planta  eníomofiJa,  es  decir,  fecundable  por 
el  concurso  de  los  insectos,  comencé  por  depositar  g'otitas  de 
miel  en  la  abertura  de  alg-unas  corolas  en  cada  inflorescencia. 
Después  perforando  las  flores  por  abajo  con  una  ag-uja  iba  in- 
troduciendo g-otitas  de  miel  á  profundidades  cada  vez  mayores 
en  el  tubo  de  dicha  corola,  y  cuando  hube  acostumbrado  á  la 
Macroglossa  con  este  artificio  á  insistir  en  la  indag-ación  del 
néctar  en  las  flores  del  Plumbago,  tuve  la  fortuna  de  ver  cómo 
una  de  las  flores,  en  lug-ar  de  marchitarse  su  ovario  y  des- 
prenderse seco  con  la  mustia  corola,  dejando  desprenderse 
la  corola  muerta,  se  ag-randaba  y  transformaba  en  fruto,  el 
cual  nos  dio  una  semilla,  de  la  que  obtuve  una  plántita  que 
llevé  á  las  estufas  del  Jardín  Botánico. 

El  Sr.  Calderón  hizo  la  indicación  bibliog-ráfica  sig-uiente, 
acerca  del  meteorito  de  (^)uesa  (Valencia). 

Ampliando  el  profesor  Cohén  las  lig-eras  noticias  que  dio  de 
este  meteorito,  y  de  las  cuales  rae  ocupé  en  la  sesión  de  Fe- 
brero del  presente  año^  consigna  en  el  estudio  sobre  meteori- 
tos XI,  los  datos  sig'uientes  (1): 

«Después  de  la  publicación  de  mi  noticia  sobre  el  meteorito 
de  Quesa,  en  la  cual  sólo  pude  comunicar  lo  más  notable  que 
podía  determinarse  con  un .  material  insuficiente,  he  reci- 
bido del  Sr.  Boscá,  de  Valencia,  un  trozo  para  su  investig'ación 
química  completa.  El  material  enviado  no  basta  para  la  deter- 
minación del  carbono  y  la  del  cloro,  de  los  cuales  han  acusado 
todos  los  análisis  practicados  hasta  aquí  sólo  muy  reducidas 
cantidades. 


(1)    E   Cohkn:  Meteoreisen  fltndien  XI,  páginas  378-319.  (Annalen  des  k.  k.  Natur- 
historischen  Hofmuseums.  XV,  Wien,  1900.) 


302 


boletín  de  la  sociedad  española 


El  Dr.  J.  Fahrenhorst  señala  las  sig'iiientes  cifras  en  los  aná- 
lisis XXV  y  XXYa  que  van  á  continuación;  el  XXV/*  da  la 
composición  total  y  el  XXVc  la  del  hierro  niquelado,  descon- 
tados los  componentes  accesorios.  En  la  disolución  de  agua 
reg"ia  no  queda  ning-ún  residuo.  El  análisis  XXVI  es  repetición 
del  primitivo. 


Subst.  empleada 

Fe 

Ni 

Co 

Cu 

Cr 

S 

P 


XXV 

XXVa 

0.6997 

3.9653 

87.97 

» 

10.75 

» 

1.07 

> 

T> 

0.038 

> 

0.00 

> 

O.OOl 

0.19 

» 

XXVí 


87.97 
10.75 
1.07 
0.04 
0.00 
vestigios 
0.19 


100.02 


XXVc 


100.00 


88.36 
10.55 

1.05    S 

0  04 


XXVI 


88.73 
10.85 


0.15 


99.73 


«Seg-ún  el  contenido  de  Ni  -f-  Co  debe  pertenecer  el  meteo- 
rito de  Quesa  más  bien  á  las  octaedritas  de  láminas  finas  que 
á  las  de  mediana  anchura;  pero,  como  ya  he  notado,  se  nece- 
sita examinar  una  placa  mayor  para  formar  exacto  juicio.» 

El  Sr.  Criado  (D.  Melquíades)  nuestro  consocio  é  individuo 
de  la  Comisión  del  Muni  de  donde  ha  tenido  que  reg-resar  por 
causa  de  enfermedad  adquirida  en  cumplimiento  de  sus  debe- 
res, invitado  por  el  Sr.  Presidente  á  dar  alg'unas  noticias  sobre 
aquellos  territorios  y  sobre  el  estado  y  trabajos  de  sus  compa- 
ñeros, habló  con  elog"io  de  la  fertilidad  de  Fernando  Póo  é  im- 
portancia de  sus  cultivos,  especialmente  del  cacao  que  explota 
una  sociedad  catalana,  añadiendo  que  saneando  las  islas  y  fa- 
voreciéndolas con  medidas  protectoras  lleg'arían  á  constituir 
un  importante  centro  de  producción.  Otro  tanto  puede  decirse 
de  los  nuevos  territorios,  á  pesar  de  su  clima  mortífero  y  des- 
población actual,  así  como  de  las  condiciones  poco  favorables 
de  su  costa  para  establecer  puertos  en  ella.  Por  ahora  sólo  hay 
allí  una  factoría  extranjera  á  la  cual  traen  los  indíg-enas  princi- 
palmente marfil,  caucho,  ébano,  palo  de  campeche,  cambián- 
dolos por  avalorios,  con  lo  cual  realiza  aquella  un  neg-ocio  de  • 
cierta  importancia.  Recorrió  el  Sr.  Criado  el  Cabo  de  San  Juan, 


DE    HISTORIA   NATURAL.  303 

pero  habiendo  caído  allí  enfermo  prontamente,  pudo  hacer 
muy  poco,  sin  log-rar  comprobar  si  era  cierta,  como  alg-unos 
han  aseg'urado,  la  abundancia  de  elefantes,  antílopes,  hipopó- 
tamos y  alg-unos  otros  mamíferos  que  allí  habitan.  Pocos  fue- 
ron, por  lo  mismo,  los  ejemplares  que  pudo  recog-er  de  anima- 
les y  plantas,  los  cuales  han  quedado  en  poder  de  la  Comisión, 
y  aun  de  esos  varios  han  sido  devorados  por  el  comején,  la 
plag-a  de  estas  regiones.  Terminó  diciendo  que  á  causa  de  ser 
ahora  la  estación  de  las  lluvias  y  por  otras  dificultades,  los  tra- 
bajos para  la  limitación  del  territorio  español  marchan  con 
g*ran  lentitud. 

La  Sociedad  oyó  con  interés  el  relato  del  Sr.  Criado,  y  el 
Sr.  Presidente  le  invitó  á  que  redactase  una  nota  alg-o  más 
€xtensa  que  podría  leerse  en  la  próxima  sesión. 

El  Sr.  Presidente,  D.  Blas  Lázaro  é  Ibiza,  leyó  la  noticia 
bibliográfica  de  D.  Miguel  Colmeiro  que  le  fué  encomendada 
por  la  Sociedad,  acordándose  se  publicase  en  las  Memorias, 
acompañándola  con  un  retrato  del  finado ,  cuyo  cliché  ofrecía 
generosamente  para  este  objeto  el  disting'uido  publicista  Don 
Salvador  Cauals,  al  que  se  acordó  dar  las  gracias. 

Secciones. — La  de  Sevilla  celebró  sesión  el  día  6  de  Julio  últi- 
mo, bajo  la  presidencia  de  D.  Julio  Ferrand,  haciendo  en  ella 
el  Sr.  Mazo  la  siguiente  comunicación: 

«Persiguiendo  con  interés  la  recolección  de  datos  acerca  del 
albinismo  en  esta  región  andaluza,  con  objeto  de  suministrar 
material  de  estudio,  á  quien  con  más  competencia  que  yo 
pueda  inducir  sobre  estas  observaciones  aisladas  algo  general, 
voy  á  dar  cuenta  de  un  ejemplar  albino,  del  Leptis  cunicuhis  L., 
el  cual  aparecía  cubierto  en  toda  su  extensión,  de  pelo  espeso 
muy  fino  y  de  una  blancura  extremada.  Los  ojos  eran  de  color 
natural. 

Conservo  la  piel  de  este  animal,  que  fué  cazado  el  día  5  de 
Agosto  del  presente  año,  en  el  sitio  llamado  Coto  de  Doña  Blan- 
ca, por  otro  nombre  Marzagón,  término  de  Almonte,  provincia 
de  Huelva,  y  perteneciente  á  D.  José  Saenz  y  Medrano,  aboga- 
do, vecino  deMoguer.  Esta  posesión,  acotada  desde  hace  larguí- 
simo tiempo,  linda  por  el  S.  con  el  Océano  Atlántico  y  forma 
parte  del  monte  bajo  comprendido  entre  La  Rábida,  Palos, 
Moguer,  Lucena  del  Puerto,  Almonte  y  la  desembocadura  del 


30i  BOLETÍN    DE    LA   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Guadalquivir,  El  terreno  está  formado  por  arena  suelta,  lavada^ 
muy  fina  y  casi  blanca,  que  origñna  en  las  costas  garandes  mé- 
danos cuya  posición  y  forma  cambia  el  viento  con  suma  fre- 
cuencia. 

La  circunstancia  de  estar  el  sitio  en  que  fué  cazado  el  ejem- 
plar á  gran  distancia  de  todo  poblado,  y  por  tanto  de  paraje 
alg-uno  en  donde  haya  conejos  domésticos,  y  las  manifestacio- 
nes del  dueño,  poseedor  del  terreno  desde  liace  cuarenta  y 
cinco  años,  que  aseg'ura  no  haber  llevado  ni  sabido  que  nadie 
lleve  allí,  individuo  alg"uno  manso,  alejan  toda  sospecha  de 
cruzamiento  ó  mezcla,  y  por  tanto,  de  algún  fenómeno  de 
atavismo. 

Además,  el  conejo  blanco  doméstico  tiene  siempre  los  ojos 
de  un  hermoso  color  de  laca  carminosa,  cosa  que  al  ejemplar 
descrito  no  ocurría. 

El  caso  se  considera  en  Mog'uer  como  rarísimo,  no  obstante 
ser  allí  muy  frecuentes  las  perdices  blancas,  y  sólo  se  conserva 
memoria  de  otro  conejo,  cazado  hace  unos  veinte  años,  pero 
de  color  ceniciento  plúmbeo.» 

El  Sr.  Chaves  leyó  una  nota  bibliog'ráfica  sobre  un  trabajo 
de  M.  A.  Gautier,  que  se  publica  más  adelante. 

El  Sr.  Barras  comunicó  á  la  Sección  noticia  de  un  interesante 
folleto  titulado:  Sur  Vétat  íV atancement  du  Repertoire  Unimrsel 
des  iravaux  concernant  Jes  scíencies  géologiques  (BibliograpJiia 
geológica)  (1),  y  es  su  autor  el  disting-uido  g-eólog-o  Dr.  Michel 
Mourlon,  quien  da  cuenta  en  este  trabajo  de  liaber  aparecido 
los  tomos  terceros  de  las  series  ^  y  ^  de  la  Bíbliografia  geoló- 
gica, anunciando  á  la  vez  que  hay  otros  tres  tomos  en  prepa- 
ración. 

Con  todo  lo  publicado  y  ésto  que  prepara,  compondrá  dicha 
Bibliografía  un  total  de  nueve  tomos,  conteniendo  cada  uno 
aproximadamente  3.000  títulos  de  obras.  Lleva  cada  tomo  un 
índice  ideológ'ico  y  otro  reg-ional  ó  g-eog-ráfico,  lo  cual  propor- 
ciona mas  de  50.000  datos  bibliog-áficos  perfectamente  ordena- 
dos, habiéndose  hecho  esto  en  los  últimos  tomos  con  arreglo 
á  la  segunda  edición  de  la  Classi/ication  décimale  appliciaée  aux 


(1)    Tirada  aparte  délos  «Anales  de  la  Sociedad  Real  Malacológica  de  Bélgica», 
tomo  XXXVI,  1901. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  305 

scie7ices géologiques,  revisada  y  completada  por  M.  G.  Simoeiis 
(edición  de  1899),  de  que  ya  nos  ocupamos  en  otra  ocasión. 

Con  objeto  de  dar  á  conocer  M.  Mourlon  con  mayor  claridad 
los  importantes  resultados  obtenidos  en  la  reunión  de  datos 
bibliog'ráficos,  indica  el  método  seguido  por  él  en  este  asunto 
en  el  Servicio  Geológico  de  Bélg-ica. 

«Los  títulos  de  las  obras  con  sus  dos  índices,  dice,  no  van 
impresos  mas  que  por  la  primera  cara  de  cada  hoja,  pudiendo 
estas  cortarse  y  pegarse  sobre  las  fichas,  seg'ún  el  modelo 
adoptado  por  la  Bibliographia  Unhersali,  emprendida  por  la 
Oficina  internacional  de  bibliografía  de  Zuric,  dedicando  cinco 
ejemplares  de  cada  volumen  á  ser  cortados  para  formar  las 
colecciones  de  fichas  siguientes.» 

a)    Por  orden  alfabético  de  nombres  de  autores. 

1)    Por  el  índice  ideológ-ico  ó  de  materias. 

c)  Por  el  índice  reg-ional  ó  geográfico. 

d)  Por  los  periódicos  ó  revistas. 

e)  Por  el  catálogo  de  la  biblioteca. 

Como  desde  lueg'o  se  comprende,  este  arreg'lo  implica  un 
enorme  trabajo  manual,  pero  que  está  ampliamente  recom- 
pensado por  los  resultados  científicos  y  prácticos  que  diaria- 
mente se  obtienen,  y  á  que  ciertamente  no  se  habría  llegado 
sin  la  constancia  é  iniciativa  extraordinarias  del  Dr.  Mourlon. 

La  Sección  de  Zaragoza  celebró  sesión  el  día  10  de  Julio 
último  bajo  la  presidencia  de  D.  Manuel  Díaz  de  Arcaya, 
leyendo  el  R.  P.  Navas  la  II  de  ñ\i^  Notas  liquenoJógicas,  que 
aparecerá  en  el  Boletín. 

Notas  y  comunicaciones. 


Ramondia  Pyrenaica  Rich.  var.  Lazaroi  Riv.  Mat.  (Láin.  ii.) 

POR 

D.    MARCELO   RIVAS   MATEOS. 

Comparando  ejemplares  de  Ramondia  Pyrenaica  recog-idos 
recientemente  en  la  porción  S.  de  la  montaña  de  Montserrat 
(Barcelona)  con  otros  ejemplares  de  los  Pirineos  aragoneses  y 
catalanes  y  cotejándolos  con  buenas  láminas  que  representan 


306  BOLETÍN    DE   LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

la  especie  típica,  hemos  podido  encontrar  alg-unas  diferencias, 
que  si  bien  no  son  de  jerarquía  suficiente  para  formar  una 
especie  nueva,  al  menos  tienen  valor  taxonómico  para  consti- 
tuir una  variedad,  la  cual  titulamos  como  dice  el  epíg-rafe  que 
encabeza  estas  líneas.  Justo  es  que  esta  nueva  forma  de  tan 
hermosa  especie,  lleve  el  nombre  del  naturalista  á  quien  tanto 
debe  la  Botánica  patria. 

Rizoma  fibroso  con  tupida  y  larg-a  cabellera  de  raicillas. 
Hojas  pequeñas,  muy  arrug"adas,  ovales,  festonadas  y  con 
escasos  pelos  rojizos  en  el  envés;  las  hojas  forman  una  densa 
roseta  bastante  más  apretada  que  en  la  forma  típica.  Escapos 
(4-8)  ascendentes,  poco  pelosos,  con  2-3  flores  inclinadas,  for- 
mando corimbo  irreg"ular.  Cáliz  con  5  sépalos ;  los  dos  inferio- 
res vez  y  media  más  g-randes  que  los  superiores,  formando  un 
áng-ulo  bastante  más  abierto  que  los  dos  que  constituyen  los 
tres  sépalos  superiores.  Corola  g-rande,  fuertemente  violácea, 
enrodada  é  irregular;  el  pétalo  inferior  doblemente  más  des- 
arrollado que  los  superiores;  5  mechoncitos  de  pelos  cortos,  ana- 
ranjados, colocados  en  la  garganta  y  sobre  los  dos  pétalos  supe- 
riores, formando  una  especie  de  reborde  ó  media  luna;  la  parte 
de  g'arg-anta  correspondiente  á  los  tres  pétalos  inferiores ,  es 
lampiña,  ó  cuando  más,  ostenta  pelitos  aislados  y  poco  colori- 
dos. Estambres  cortos;  anteras  g-randes  provistas  de  cresta  dor- 
sal; dehiscencia  marg-inal.  Ovario  supero,  unilocular,  con  los 
bordes  carpelares  enrollados;  estilo  sencillo;  estig-ma  indiviso. 
Caja  lampiña;  semillas  pardas  y  casi  lisas.  Fl.  Mayo.  San  Jeró- 
nimo, San  Mig-uel,  Cueva  de  la  Virg-en  (Montserrat). 

Los  dibujos  que  acompañan  esta  nota  (Lám.  ii)  están  toma- 
dos del  natural  y  hechos  con  g-ran  perfección  por  nuestro  dis- 
tinguido consocio  el  catedrático  de  Botánica  D.  Telesforo  de 
Aranzadi;  ellos  completan  la  descripción  que  hemos  hecho  de 
la  planta  montserratina.  Sería  de  desear  que  los  botánicos  es- 
tudiasen con  detenimiento  la  Ramondia  Pyrenaica  de  España, 
pues  abrig'o  la  esperanza  de  que  muchos  de  los  ejemplares  no 
correspondan  al  tipo  descrito  por  Richard  y  sí  á  la  var.  Lazaroi. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  307 

Abreviaturas  de  los  nombres  de  naturalistas  españoles. 

POR 

D.  FRANCISCO  DE  LAS  BARRAS  DE  ARAGÓN. 

Hace  ya  alg-unos  años,  en  1890,  el  Dr.  Blanchard  publicó  en 
París,  entre  varios  Documentos  relativos  al  Congreso  de  Zoología 
verificado  en  aquella  capital  del  5  al  10  de  Ag-o'sto  de  1889,  una 
lista  de  nombres  de  zoólog-os  que  han  descrito  especies  y  las 
abreviaturas  correspondientes  que  habían  sido  adoptadas  por 
dicho  CongTeso,  con  objeto  de  fijarlas  de  una  vez;  evitando 
así  las  frecuentes  confusiones  á  que  se  prestan  y  los  errores 
á  que  éstas  pueden  dar  lug-ar. 

En  dicha  lista,  que  es  reproducción  de  otra  análog-a  publi- 
cada por  el  Museo  de  Berlín,  no  fig-uran  más  nombres  de  espa- 
ñoles que  los  de  los  Sres.  Graells,  Bolívar,  Seoane  y  Poey.  Mu- 
chos más  deben,  indudablemente,  aparecer  en  ella;  y  como 
nuestra  Sociedad  es  la  entidad  indicada  para  hacer  que  se  in- 
cluyan por  medio  de  una  comunicación  que  podría  presentar 
á  la  primera  reunión  del  Cong-reso  Internacional  de  Zoolog"ía, 
no  creo  falto  de  interés  el  llamarla  atención  de  los  señores  So- 
cios acerca  de  este  asunto. 

Es  muy  aventurado  el  dictar  leyes  acerca  de  la  manera  de 
hacer  las  abreviaturas  de  los  nombres  propios,  pues  aunque 
entre  nosotros  no  son  muchos,  hay  excepciones  inevitables; 
pero  sin  embarg-o,  quizás  no  huelg-uen  por  completo  alg"unas 
observaciones  acerca  de  la  norma  que  más  g^eneralmente  se 
sig'ue,  y  de  la  que  podría  ser  conveniente  en  alg-unos  casos. 

La  reg'la  g-eneral  para  formar  las  abreviaturas,  parece  ser 
consig-nar  la  primera  sílaba  del  apellido  con  la  primera  letra 
de  la  seg-unda,  siesta  empieza  por  consonante  (Bolívar  =  ^o/., 
Tubilla  =  Tul).),  ó  hasta  la  primera  vocal  de  la  seg'unda  en  el 
caso  de  que  esta  conste  de  varias  consonantes  unidas  (Rodrí- 
g"uez=:Rodr.),  y  aun  la  primera  sílaba  mas  la  última  conso- 
nante (Martínez  =  Martz.,  Martens  ==  Marts.). 

Parece  lo  natural  que  se  pong-an  completos  todos  los  apelli- 
dos que  no  excedan  de  dos  sílabas  (Amor,  Pantel). 

Como  es  bastante  frecuente  que  sea  más  conocido  el  natu  - 
ralista  por  su  seg-undo  apellido  que  por  el  primero,  sobre  todo 


308  boletín    de   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

cuando  este  es  muy  común,  como  sucede  con  los  Martínez. 
Fernández,  etc.,  lo  mejor  será,  á  nuestro  modo  de  ver,  abre- 
viar el  apellido  que  se  usa,  pero  precedido  de  la  inicial  del 
primero,  para  evitar  confusiones;  Martínez  Escalera,  que  es 
conocido  por  Escalera,  debería  abreviarse,  á  nuestro  juicio, 
uniéndolos  con  un  g-uión  (M.— Esc.)  para  indicar  que  la  primera 
abreviatura  corresponde  también  á  un  apellido,  pues  si  se  refi- 
riera á  un  nombre,  debería  ir  detrás  y  entre  paréntesis. 

Cuando  en  vez  de  abreviatura  se  emplee  un  apellido  com- 
pleto, creemos  que  debe  esto  indicarse  de  alg-ún  modo,  y  que 
para  ello  convendrá  observar  con  todo  rig-or  la  reg-la  g"ra- 
matical  de  poner  punto  en  caso  de  abreviatura  y  suprimirlo 
si  no  lo  es. 

Claro  está  que  estas  regdas  deben  modificarse  en  casos  par- 
ticulares cuando  la  abreviatura  resulta  ig-ual  á  otra  ya  adop- 
tada por  el  Cong^reso,  ó  cuando  el  naturalista  sea  conocido  de 
otro  modo,  y  aun  podrá  darse  el  caso  opuesto  de  que  un  mismo 
nombre  represente  dos  naturalistas  diversos  sin  que  haya  lug-ar 
á  confusión,  como  sucede  con  Pérez,  que  se  aplica  á  Pérez 
Arcas  y  á  M.  Pérez,  de  Burdeos,  de  los  que  el  primero  ha  tra- 
tado exclusivamente  de  coleópteros,  al  paso  que  el  seg-undo  lo 
hace  de  himenópteros,  ó  cuando  representen  á  un  botánico  y 
á  un  zoólog-o  como  Cahr.,  que  sirve  para  Cabrera  (Antonio)  y 
Cabrera  Latorre  (Ángel). 

El  criterio  seguido  para  la  formación  de  la  lista  adjunta  es  el 
de  incluir  en  ella  á  todos  los  españoles  que  han  descrito  es- 
pecies; pero  se  han  incluido  algunos  nombres  de  extranjeros 
que  han  vivido  ó  viven  en  España  y  han  publicado  sus  traba- 
jos en  nuestros  Anales,  debiendo,  por  tanto,  ser  considerados 
como  naturalistas  nacionales,  en  el  respecto  de  que  tratamos. 

Paríi  evitar  confusiones  van  separados  los  botánicos  de  los 
zoólogos,  habiéndonos  servido  de  núcleo  para  la  lista  de  los 
primeros,  la  publicada  en  la  conocida  obra  de  nuestro  dig'no 
Presidente  Sr.  Lázaro  é  Ibiza,  Compendio  de  ¡a  Flora  espaíiola. 

Para  terminar  añadiré  que,  no  considerando  mi  trabajo  como 
ultimado,  invito  á  todos  los  socios  que  puedan  aumentar  las 
listas  adjuntas  con  algunas  adiciones,  á  que  lo  hagan,  con  el 
fin  de  que  logremos  completarlas. 


DE    HISTORIA   NATIRAL. 


309 


Botánicos. 


Alcina  (Francisco  Ignacio),  Ale. 

Amo  (Mariano  del),  Amo. 

Andrés  y  Tubilla  (Tomás) ,  Tiib. 

Asso  (Ignacio),  Asso. 

Barceló  y  Combis  (Francisco),  Barc. 

Barnades  (Miguel),  Barn. 

Blanco  (Fr.  Manuel),  Blanco. 

Bolos  (Ramón),  Bolos. 

Cabrera  (Antonio),  Cahr. 

Campderá  (Francisco),  Camp. 

Cavanilles  (José),  Cav. 

Cervantes  (Vicente),  Cerv. 

Colmeiro  (Miguel),  Colm. 

Costa  (Antonio  Cipriano),  Costa. 

Catanda  (Vicente),  Cut. 

Cutanda  y  del  Amo,  Cut.  et  Amo. 

García  (Donato),  Ga7-c. 

Gómez  Ortega  (Casimiro),  G.  Ort. 

González  Fragoso  (Romualdo),  G.- 

Frag. 
Gorriz  y  Muñoz  (Ricardo),  Gorr. 
Graells  (Mariano  de  la  Paz),  Graells. 
Gredilla  y  Gauna  (Federico),  Grecl. 
Guirao  (Ángel),  Guii: 
Lagasca  (Mariano),  Lag. 
Laguna  (Máximo),  Laguna. 
Lallave  (Pablo),  Lall. 
Lázaro  é  Ibiza  (Blas),  Láz. 


Llanos  (Fr.  Antonio),  Llanos. 

Lóseos  y  Bernal  (Francisco),  Lose. 

Masferrer  y  Arquimbau  (Ramón), 
Masf. 

Merino  (R.  P.  Baltasar),  Merino. 

Minuart  (Juan)^  Min. 

Mocifio  (José  Mariano) ,  Mociño. 

Mutis  (José) ,  Mutis. 

Palau  (Antonio),  Palau. 

Pardo  (José),  Pardo. 

Pan  (Carlos),  Pau. 

Pavón  (José),  Pavón. 

Pérez  Lara  (José  María),  P.-Lara,. 

Planellas  Giralt  (José),  Plan. 

Quer  y  Martínez  (José),  Quer. 

Rivas  Mateos  (Marcelo),  Riv. 

Rodríguez  y  Femenías  (Juan  Joa- 
quín), B.~Fem. 

Rojas  Clemente  (Simón  de),  Clem. 

Ruíz  (Hipólito),  Ruiz. 

Sesé  (Martín),  Sesé. 

Texidor  y  Cos  (Juan),  Tex. 

Truan  y  Luard  (Alfredo),  Triian. 

Tubilla,  véase  Andrés  y  Tubilla. 

Tubilla  (A.)  y  Lázaro  (B.),  Tuh.  et 
Láz. 

Vayreda  y  Vila  (Estanislao),  Vayr. 


Zoólogos. 


Asso  (Ignacio),  Asso. 

Azara  (Félix),  Az. 

Bolívar  y  Urrutia  (Ignacio),  Bol. 

BoscáyCasani)ves  (Eduardo), -Boscct. 

Buen  y  del  Cos  (Odón  de).  Buen. 

Cabrera  Latorre  (Ángel),  Cabr. 

Cazurro  y  Ruíz  (Manuel),  Caz. 

Chicote  (César),  Chic. 

Cisternas  (Rafael),  Cist. 

Dusmet  y  Alonso  (José  M.^),  Dusm. 


Fernández  de  Castro  (Manuel),  F.- 
Castro. 

Fuente  (José  María  de  la),  Fuente. 

Cogorza  y  González  (José),  Gog. 

González  Hidalgo  (Joaquín),  Hi- 
dalgo. 

González  de  Linares  (Augusto),  Li- 
nares. 

Graells  (Mariano  de  la  Paz),  Graells 

Guirao  (Ángel),  Guirao. 


310  boletín  de  la  sociedad  española 

Gundlach  (Juan),  Gundl.  Medina  Ramos  (Manuel),  Med. 

Jiménez  de  la  Espada  (Marcos),  Es-  Moragues  y  de  Manzanos  (Fernan- 

pada.  do).  Mor. 

Landerer  (José),  Landerer.  Navas  (R.  P.  Longinos),  Navas. 

LauíFer  (Jorge),  Lauff.  Orueta  (Domingo),  Or. 

López  Seoane  (Víctor),  Seoane.  Pantel  (R.  P.  José) ,  Pant. 

Mallada  (Lucas),  Malí.  Pérez  Arcas  (Laureano) ,  Pérez. 

Martínez  Escalera  (Manuel),  M.Esc.  Poey  (Felipe),  Poey. 

Martínez  y  Fernández  Castillo  (An-  Seebold  (Teodoro),  Seehold. 

tonio),  M.-Fern.  Uhagón  (Serafín  de),  Uhag. 

Martínez  y  Sáez  (Francisco  de  Pau-  Vilanova  y  Piera  (Juan),  Vil. 

la),  Martz.  Zapater  (Bernardo),  Zap. 

Notas  liquenológicas 

POB 
EL    R.    P.    LONGINOS   NAVAS    S.    J. 

II. 

EL    GÉNERO    «PARMELIA»    EN    ESPAÑA. 

1  .—Caracteres  del  género  Parmelia  Ach.  (1). 

Liquen  foliáceo. 

Talo  estratificado,  orbicular,  lobado  ó  laciniado,  adherente 
al  soporte  por  toda  la  cara  inferior  hasta  cerca  del  marg-en, 
pero  fácilmente  separable  estando  húmedo.  Lóbulos  en  gene- 
ral más  ó  menos  empizarrados.  Baz  mate  por  lo  común,  ó  bri- 
llante, uniforme.  Envés  de  color  distinto  del  haz,  de  superficie 
uniforme,  esto  es,  sin  manchas  ni  placas  lisas,  fibriloso,  rara 
vez  lampiño. 

Apotecios  esparcidos  por  la  superficie  del  talo,  nunca  marg'i- 


(1)  Por  ley  de  prioridad  debiera  preferirse  el  nombre  de  Imbricaría  Schreb.  (1791) 
al  de  Parmelia  Ach.  (1803);  mas  éste  lia  prevalecido  entre  la  mayor  parte  de  los  lique- 
nólog-os  modernos.  Koerber  («Systema  lichenum  Germaniseo  (1855)  y  Jatta  («Sylloge 
lichenum  italicorumí>,  1800)  conservan  el  de  Imbricaria,  aplicando  el  de  Parmelia  al 
género  Pñyscia  de  otros  autores;  pero  los  no  menos  ilustres  liquenólogos  Wainio 
(«Étude  sur  la  clasiflcation  naturelle  et  la  morphologie  des  lichens  du  Brésil»,  1890)  y 
Hue  («Causerie  sur  les  Parmelia»,  1898)  siguen  la  costumbre  general.  Para  imitarlos 
puede  contribuir  lo  más  adecuado  del  nombre  Parmelia  (de  -ápfj.r],  rodela)  y  el  que 
del  mismo  se  deriva  la  denominación  dada  á  la  familia  ó  tribu  de  los  Parmeliáceos  de 
diversos  autores,  la  cual  habría  de  cambiarse  si  se  adoptase  el  nombre  de  Imbricaria 
con  preferencia  al  de  Parmelia. 


DE   HISTORIA    NATURAL.  311 

nales,  elevados  sobre  la  superficie  del  mismo,  fijos  por  el  cen- 
tro, discoidales,  con  reborde  taliiio  manifiesto.  Esporas  peque- 
ñas, simples,  hialinas,  ovales  elípticas,  dispuestas  de  oclio  en 
ocho  en  cada  asea  ó  teca. 

2.— Clave  dicoíómica  de  las  Parmelias  halladas  en  Esimña. 

1.  Blanquecinas,  es  decir,  de  talo  blanquecino,  g-risáceo  ó 

g-arzo  (L*  Sección,  Blancas) -2 

De  color,  esto  es,  de  talo  amarillento,  verdoso  ó  neg-ruzco 
(2.''  Sección,  Coloreadas) 16 

1.a  Sección. — Blancas. 

2.  Talo  lobado,  con  lóbulos  redondeados,  en  su  totalidad  poco 

ó  nada  más  larg-os  que  anchos,  de  borde  entero  ó  festo- 
nado, ó  poco  profundamente  dividido 3 

Talo  lacinado,  con  lóbulos  en  su  totalidad  más  de  dos  veces 
más  larg'os  que  anchos 12 

3.  Cara  superior  más  ó  menos  reticulada,  con  lineas  salientes 

ó  profundas  á  modo  de  grietas 4 

Cara  superior  lisa,  no  reticulada 8 

4.  Talo  con  placas  sorediformes  blancas  centrales  y  marg-i- 

nales Borren  Turn. 

Sin  soredios,  ó  con  soredios  marg-inales 5 

5.  Talo  con  isidio  y  granulaciones  abundantes  M  -\-  K=  O  {1) 

Saxatilis  L. 

Talo  sin  isidio  ni  g-ranulaciones 6 

6.  Haz  muy  distintamente  reticulada,  con  líneas  á  manera 

de  surcos  ó  g-rietas  lineales.  M-\-  K=^A.    sulcata  Tayl. 
Haz  poco  distintamente  reticulada 7 

7.  Talo  ancho,  envés  fibriloso  hasta  el  borde  mismo,  ó  bien 

con  las  ricinas  submar^inales  transformadas  en  papilas. 

cetrata  Ach. 

Talo  más  estrecho,  blanco,  g-arzo;  haz  enteramente  lisa; 
envés  con  faja  marg-inal  lampiña;  apotecios  con  disco 
perforado yerforata  Jacq. 


(1)  La  fórmula  M  ■\- K  =  O  indica  que  mojando  la  capa  medular  (¿1/ ■  blanca  con 
una  gota  de  agua  saturada  de  potasa  (íC),  no  se  nota  cambio  de  color.  Cuando  se  dice 
M  4-  /£■  =•  Á ,  el  color  es  amarillo.  C  empresa  la  disolución  acuosa  del  cloruro  de  calcio, 
T  el  talo,  etc. 


:n2  boletín  de  la  sociedad  española 

8.  Talo  grande,  hasta  30  cm.  de  diámetro,  con  lóbulos  an- 

chos, bordes  enteros  ó  casi  enteros,  pleg-ados,  ascenden- 
tes, sin  fibrillas  ó  pestañas,  con  soredios  marg-inales;  en- 
vés negTuzco  y  más  pálido  hacia  los  bordes,    'perlata  L. 
Talo  menor,  lóbulos  festonados,  sin  soredios 9 

9.  Lóbulos  fibrilosos  en  sus  bordes 10 

Lóbulos  sin  pestañas  ó  fibrillas 11 

10.  Haz  lisa,  sin  isidio;  bordes  de  los  lóbulos  crispados,  ascen- 

dentes, sorediosos trichotera  Hue. 

Haz  con  isidio,  del  cual  nacen  pelos  negros;  bordes  de  los 
lóbulos  con  pelos  simples  ó  ramosos  . . .    jyiloseUa  Hue. 

11.  Apotecios  de  disco  pardo  y  borde  (del  apotecio)  lampiño 

tiliacea  Ehrh. 

Apotecios  rodeados  de  fibrillas  en  el  borde  exterior  del 
margen , car'porrMzans  Tayl. 

12.  Envés  fibroso,  ó  con  ricinas  negras 13 

Envés  lampiño  (subgénero  Menegm^ia  Mas.) 15 

13.  Apotecios  de  borde  festonado;  lóbulo?  ascendentes;  envés 

pálido  en  los  bordes;  M  -\-  K  ^i  O remluta  Flk. 

Apotecios  de  borde  entero;  lóbulos  aplicados  al  soporte.     14 
13.     Talo  blanquecino  amarillento,  cubierto  de  soredios  blan- 
cos, neg-ro  inferiormente  hasta  cerca  del  borde;  lacinias 

ciliadas,  divergentes;  M -f-  K  =^  A  (luego  rojo) 

sinuosa  Ach. 

Talo  liso,  blanquecino,  con  alg'unos  soredios,  inferior- 
mente  neg-ro  hasta  el  borde  mismo;  lacinias  diverg-en- 

tes,  las  del  contorno  más  anchas.  M  +  K  =  O 

IfBxigata  Sm . 

15.  Talo  tenue  membranáceo,  laciniado,  empizarrado;  poco 

adherente,  ascendente  en  los  extremos.    2^^i'U-^odcs  Ach. 
Tal-o  gTueso,  cartilag-íneo,  adherente  en  toda  su  exten- 
sión; lóbulos  empizarrados,  convexos.  .     enemista  Sm. 

2.a  Sección. — Coloreadas. 

16.  Talo  verdoso  pálido  ó  amarillento 17 

Talo  obscuro,  esto  es,  verde  oliváceo  ó  azulado,  negruzco 

ó  negro Ls 

17.  Talo  ancho,  rug'oso,  mate,  de  lóbulos  anchos,  enteros  ó 

festonados caiierata  L. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  313 

Talo  menor,  liso,  brillante,  salpicado  de  puntos  neg-ros 
hacia  el  centro;  lóbulos  estrechos,  festonados  ó  hendi- 
dos   , conspersa  Ehrh. 

18.  Talo  verdoso,  lobado  ó  laciniado 19 

Talo  pardo  obscuro,  neg'ruzco  ó  neg'ro,  laciniado 24 

19.  Talo  liso,  sin  berrug-uillas  ó  isidio 20 

Talo  con  asperezas  diversiformes 22 

20.  Haz  verde  lívida  ó  azulada;  apotecios  g-randes,  á  veces 

hasta  20  mm.  de  diámetro,  de  disco  pardo-rojizo,  de 

borde  festonado  inflexo acetabidum  Neck. 

Haz  verde  olivácea,  apotecios  menores,  de  disco  pardo 
obscuro  y  borde  entero 21 

21.  Corticola.   Haz  mate,  ó   sólo  brillante  hacia  el  marg-en, 

lóbulos  redondeados olivácea  L. 

Saxícola.  Haz  brillante,  lóbulos  estrechos,  recortados. . . . 
prolixa  Ach . 

22.  Talo  pardo  oliváceo  brillante,  con  asperezas  del  mismo 

color  ó  poco  más  obscuras,  que  no  blanquean  con  el 
frote;  apotecios  numerosos,  con  borde  papiloso;  lóbulos 
redondeados,  festonados,  hendidos;  envés  casi  del  mis- 
mo color  que  el  haz.  Corticola exasperata  Ach. 

Haz  con  numerosas  asperezas  que  blanquean  con  el  frote. 
Saxícola 23 

23.  Envés  iieg-ro  en  el  centro,  pálido  en  los  bordes,  fibriloso; 

M  +  C  =  R  (rojo) lusitana  Nyl. 

Envés  neg'ro  intenso  hasta  el  borde,  lampiño  ó  poco  fibri- 
loso; M  +  C  =^0 isidiotyta  Nyl. 

24.  Talo  delg-ado,  reticulado,  pardo  claro  ú  obscuro;  lóbulos 

truncados  en  sus  extremos omjj/ialodes  L. 

Talo  g-rueso,  cartilag-íneo,  obscuro,  no  reticulado 25 

25.  Talo  acanalado  por  encima,  ó  cóncavo. . ,     faJihmensis  L. 
Talo  plano  ó  convexo  por  encima 26 

26.  Mate,  lóbulos  anchos alpicola  Th.  Fr. 

Brillante,  lóbulos  estrechos. stygia  L. 

S.—Enwner ación  de  las  Parmelias  de  España. 

Advertencia.  No  se  crea  que  la  presente  enumeración  va 
á  ser  completa;  es  más  bien  un  avatice  ó  esfuerzo  para  lograrla. 
Eesumiendo  lo  que  hasta  el  presente  se  conoce  será  más  ^í^iQÜ 

N.»8.-0ctubre,  1901.  23 


314  boletín    de    la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

añadir  lo  que  se  vaya  descubriendo.  Al  hacerla  nos  hemos 
valido  principalmente  de  los  ejemplares  existentes  en  nuestro 
herbario,  citando  empero  previamente  otros  de  que  tenemos 
más  cierta  noticia.  Porque  como  la  taxonomía  liquenológ-ica 
ha  verificado  grandes  prog-resos  en  estos  últimos  años,  hemos 
creído  mejor  prescindir  de  citas  antig-uas  y  apuntar  solamente- 
las  últimas  investig-aciones,  mayormente  que  la  Flora  del 
Sr.  Lázaro  resume  las  precedentes.  Para  mayor  brevedad  expre- 
saremos con  números  las  publicaciones  aludidas,  del  modo 
sig"uiente: 

[1]    L'kz3,ro.—Co?}ipendio  de  la  Flora  española,  t.  i,  1896. 
[2]    Barras. — Liqúenes  de  Andalucía  del  Museo  de  la  Universi- 
dad de  Sevilla,  coleccionados  por  D.  Salvador  Calderón. 
Anal.  Soc.  esp.  de  Hist.  nat.,  1896,  Actas,  p.  53. 
[3]    Lázaro.—^  Igunos  liqúenes  de  España  y  Portugal.  Anal.  Soc. 

ESP.  DE  Hist.  nat.,  1898,  Actas. 
[4]    Vicioso. — Liqúenes  del  Moncayo.  Anal.  Soc.  esp.  de  Hist. 

NAT.,  Acta  de  Noviembre,  1898. 
[5]         —         Liqúenes  de  Calatayud,  ídem  id.,  1899. 

Van  señaladas  con  *  las  formas  que  ahora  se  citan  por  pri- 
mera vez  de  España. 

l.a  Sección. — Blancas. 

1.  Parmelia  Borreri  Turn.  (P.  duhia  Schser.) 
Guadarrama,  Covadong-a  [3]. 

La  Guardia  (Pontevedra)  (1),  Gijón  (Asturias). 

2.  P.  saxatilis  L.  (retiruga  DC.) 

Toda  la  Península  [1]. — Coruña,  Aranda  de  Moncayo,  Be- 

nasque,  Sierra  de  Villarroya,  Covadong-a  [3!. 
Moncayo,  Ortig-osa  (Log-roño). 

3.  P.  sulcata  Tayl.  (P.  saxatilis  L.  var.  sulcata). 

Madrid,  El  Escorial,   Aranda  de   Moncayo,    Torrelaveg-a, 

Guadarrama  [3],  [4]. 
Andújar,  Aya,  Brihueg-a  (Guadal ajara),  Chamartín  (Ma- 


(1)  Los  liqúenes  que  poseo  de  La  Guardia  los  he  recibido  del  R.  P.  Baltasar  Meri- 
no S.  J.;  los  procedentes  de  Aya  (Guipúzcoa)  y  Ulzama  (Navarra)  me  los  ha  entregada 
el  R.  P.  Manuel  Ostiz  S.  J.,  y  los  de  Ortigosa  los  debo  á  la  amabilidad  de  D.  Melchor 
Vicente. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  315 

drid),  El  Goloso  (idem),  Moncayo,  Montsant,  Montseny, 
Tineo  (Asturias),  Ortig-osa,  Ulzama,  Veruela. 
4.     P,  cetrata  Ach.  Amo:  Flora  criptog-ámica  de  España. 
*     Var.  soredifera  Wainio   f.*  ciliosa  Viaud-Grand-Marais. 
Con  soredios  y  pestañas. 
Gijón. 
T),     P.  perfórala  Jacq. 

Covadong-a,  Gerona,  La  Guardia. 
H.    P.  perlata  L. 

C.  excepto  en  el  Centro  [1].  Ribas  (Gerona),  Morón,  Torre- 

laveg-a  [3]. 
Gijón,  Mondariz  (P.  Ostiz),  La  Guardia. 
Dos  Hermanas  (Sevilla),  con  duda  [2]. 

7.  P.  *  trichoUra  Hue. — Especie  confundida  hasta  poco  há 

con  la  P.  perlata,  de  la  cual  la  separó  el  abate  Hue 
en  1898. 
Aya,  Covadong-a,  Gerona  (H.  Boldú  S.  J.),  Gijón,  La  Guar- 
dia, Mondariz,  Moncayo,  Mahón  (Rodríg-uez  Femenías)^ 
Ortig-osa,  Tineo,  Veruela. 

8.  P.  * pilosella  Hue. — Separada  de  la  P.  perlata. 
Covadong-a,  Gijón,  La  Guardia,  Ulzama. 

9.  P.  tiUacea  Ehrh. 

C.  en  la  Península.  [1]  [2]  [3]  [4]. 

F.*  mimda  Schser.  Haz  lisa,  sin  soredios,  apotecios  abun- 
dantes. 

Brihueg-a,  Calatayud,  Chamartín,  El  Goloso,  La  Guardia^ 

Montsant,  Ortig-osa,  Veruela. 
F.'  scortea  Ach.  Ordinariamente  sin  apotecios;  haz  cubierta 
de  puntos  neg-ruzcos. 

Cercedilla,  Guadarrama,  El  Espinar,  El  Escorial,  Torrela- 

^  vega.  [3]  [4]  [5]. 

Ávila  (Barras),  Brihueg-a,  Cabacés,  Chamartín,  El  Goloso,. 
Moncayo,  Montseny,  Ortig-osa,  Veruela. 

10.  P.  carporrhizans  Tayl.  (P.  tiliacea  var.  carporrhnans) . 
Benasque  [3]. 

Moncayo,  Veruela. 

11.  P.^  revoluta  Flk. 

La  Guardia,  Mondariz. 

12.  P.  sinnosa  Ach. 
[1]     Coruña  [3]. 


316  boletín    de    la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

13.  P.  líPiigata  Sm, 
[3J. 

Moncayo,  Veruela. 

14.  P.  physodes  Ach. 

Toda  la  Península  [1].  Moncayo,  Guadalcanal,  Sierra  de 

Yillarroya  [3j. 
Yar.  Jadrosa  Ach.  Lóbulos  terminados  en  placas  harinosas. 
[4J. 

Covadong-a,  El  Goloso,  La  Guardia,  Mondariz  (Ribera), 

Montseny,  Moncayo,  Osma  (Santa  Olalla),  Pajares. 
N^v.  2)hity¡)Jiy¡¡a  Ach.  Lóbulos  aplanados  y  ensanchados 

en  su  extremo. 

La  Guardia,  Moncayo,  Mondariz,  Ortig-osa. 
Var.  vittata  Ach.  Lóbulos  ceñidos  de  una  línea  parda  en 
el  borde. 


[4]. 

15. 

[1]. 


La  Guardia,  Mondariz,  Ortigosa,  Tineo. 
15.    P.  enemista  Sm. 


*      Yar.  hitestiniformis\i\\.  Lacinias  estrechas,  articuladas, 
es  decir,  ang-ostadas  é  hinchadas  alternativamente. 
Moncayo. 

2.ÍL  Sección. — Coloreadas. 

16.  ■  P.  ca  per  ata  L. 

C.  en  toda  la  Península  [1]. — Sierra  de  Yillarroya,  Gua- 
darrama, La  Guardia,  Pedroso  de  la  Sierra,  Alcalá  de 
Guadaira  [2|,  Moncayo,  Torrelaveg-a,  Pajares  [3]  [4]. 

Aya,  Cabacés,  Chamartín,  Córdoba  (Hernández  Pacheco), 
tierona,  Gijón,  La  Guardia,  Martorell,  Mondariz,  Seva 
(P.  Barnola  S  J.),  Yeruela. 

17.  P.  conspersa  Ehrh. 

Casi  toda  la  Península  [1].  Aranda  de  Moncayo,  Sierra  de 
Yillarroya  [3]  [4],  Constantina  (Sevilla)  (sobre  piza- 
rra) [2]. 

Yar.  siiheonspersa  Nyl.  Difiere  del  tipo  por  la  reacción: 

[3]. 

La  Guardia. 


[4]. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  317 

Var.  ¡atior  Schíer.  Lóbulos  del  contorno  poco  hendidos, 

anchos,  festonados. 
Bellmunt  (Vallespí),  Cabacés,  Covadong-a,  Gerona,  Huevar 

(Paúl),  Mahón,  Montseny,  Yeruela. 
Var.  stenophi/lla  Ach.   Lóbulos  del   contorno  estrechos, 

hendidos  ó  recortados. 


Andújar  (Valenzuela),  Ávila,  Brihueg-a,  Calatayud,  Cha- 
martín,  Gerona,  La  Guardia,  Javalambre  (Pau),  Orti- 
gosa, Osma,  Pajares,  Veruela,  Villaharta  (Paúl). 

Var.  isidiosa  Nyl.  Haz  con  isidio. 

El  Escorial  [3],  Calatayud  [4]. 
18.    P.  acetahulum  Neck. 

Casi  toda  España  [1]. — Moncayo,  Pedroso  de  la  Sierra,  San 
Nicolás  del  Puerto  [3]. 

Burg-os  (López  de  Zuazo),  El  Goloso,  Moncayo,  Montseny, 
Ortigosa,  Pajares,  El  Pardo,  Tudela  (P.  Ostiz),  Ulzama. 

21.  P.  exas2)erata  Ach.  (P.  áspera  Masf.) 
Guadarrama  [3]. 

Brihueg-a,  Calatayud,  Chamartín,  Moncayo  (en  las  hayas), 
Veruela. 

22.  P.  lusitana  Nyl.  (P.  verrucige7'a  Nyl.) 
Cercedilla  [3]. 

Calatayud. 

23.  P.  isidiotyla  Nyl. 
Calatayud.  [5]. 

24.  P.  omphalodcs  L. 

El  Espinar,  Guadarrama,  Somosierra  [3]  [4]. 

Ávila^  El  Espinar  (Lázaro),  La  Guardia,  Moncayo,  Ortigosa. 

25 .  P.  fah  lun  en  sis  L . 
N.,0.  yS.  [1]. 

26.  P.  *  aJpicola  Th.  Fr. 
Moncayo. 

27.  P.  stygia  L. 
Madrid  [3]  [4]. 
Moncayo. 


•318  BOLETÍN    DE  LA   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Les  gaz  combustibles  de  l'air;  l'hydrogéne  atmosphérique, 
par  M.  Armand  Gautier  d) 

POR 

D.    FEDERICO    CHAVES. 

Las  interesantes  cuestiones  de  Biolog-ía  mineral  que  se  sus- 
citan en  este  trabajo  del  disting-uido  sabio  francés  me  han 
estimulado  á  dar  á  conocer  á  nuestros  consocios  de  la  Sección 
alg'unas  de  las  importantes  conclusiones  que  en  él  se  formulan; 
conclusiones  de  verdadera  novedad,  puesto  que  se  refieren  á 
procesos  habidos,  no  ya  en  las  g-randes  masas  minerales  cuyos 
cambios  químicos  están  más  observados  y  estudiados,  sino  por 
el  contrario,  á  las  reacciones  que  tienen  lug'ar  entre  aquellos 
minerales  cuya  existencia  en  las  diversas  rocas  no  está  aún 
bien  comprobada  por  las  dificultades  que  la  investig-ación 
ofrece  tratándose  de  substancias  muy  difundidas  en  la  corteza 
del  g"lobo,  ó  presentes  sólo  en  pequeñísima  cantidad  en  los  mo- 
delos que  de  ésta  pasan  á  ser  objeto  de  reconocimiento  en  el 
laboratorio.  Trasladamos  aquí  dichas  conclusiones,  que  apa- 
recen en  la  seg-unda  parte  del  trabajo,  titulado  Origine  de  Vhy- 
drogéne  atmosphérique. 

La  existencia  demostrada  de  pequeñas  cantidades  de  hidró- 
g'eno  mezclado  á  los  g-ases  del  aire,  entre  los  que  el  autor  ha 
dosado  el  metano  (probablemente  una  mezcla  de  Cg  H(,  y 
7  CE^  que  no  reacciona  sobre  el  anhídrido  iódico),  el  óxido  de 
carbono  y  vestig-ios  de  carburos  en  6'n  //2n  — 2  y  6'n  //2n-2,  tie- 
ne, en  efecto,  g-ran  interés,  no  sólo  por  el  papel  que  en  la  vida 
mineral  y  org-ánica  representan  dichos  g-ases,  sino  mu}^  prin- 
cipalmente por  lo  que  á  su  orig-en  se  refiere. 

En  el  aire  de  las  calles  de  París  y  en  condiciones  normales 
ha  encontrado  M.  Gautier  19  cm.^  de  hidrógeno  por  100  1.  de 
mezcla.  Hace  observar  que  al  paso  que  el  oxíg-eiio  del  aire  con- 
trae sin  cesar  combinaciones  y  se  empeña  en  oxidaciones  mi- 
nerales y  orgánicas  (función  clorofílica,  combustiones  anima- 
les, fermentaciones  etc.),  y  el  nitrógeno  es  fijado  en  el  suelo 
por  los  fermentos  nítricos,  por  las  alg-as  inferiores,  mostrando 


(1)    Ann.  de  Chim.  et  de  Phys.,  sept.  serie,  t.  xxii,  p.  5-110. 


DE  HISTORIA   NATURAL.  319 

<una  rotación  constante  que  limita  su  proporción  ó  cantidad 
respecto  al  resto  de  los  g-ases  que  forman  la  masa  principal 
del  aire  (oxíg-eno,  nitróg-eno,  arg-ón),  el  hidróg-eno,  como  quizá 
también  el  metano,  permanece  seg-ún  el  autor,  en  la  atmós- 
fera, donde,  tal  vez,  dada  su  inercia  química,  se  acumula  sin 
cesar. 

En  opinión  de  M.  Gautier,  las  reacciones  íg-neas  que  tienen 
lug-ar  en  las  capas  profundas  del  g-lobo  orig-inan  abundantes 
desprendimientos  de  hidróg-eno,  y  no  tan  sólo  en  los  continen- 
tes, sino  también  en  los  mares,  especialmente  en  el  fondo,  don- 
de no  puede  quemarse  g-ran  parte  de  este  g-as,  como  acontece 
en  los  volcanes,  soíiioni,  etc.  Estos  desprendimientos  son  la 
manifestación  exterior  y  localizada  de  reacciones  subterrá- 
neas que  se  efectúan  desde  tiempo  indefinido  bajo  la  corteza 
terrestre;  y  siendo  los  fenómenos  actuales  la  continuación  ate- 
nuada de  las  reacciones  íg-neas  que  se  suceden  desde  los  mas 
antig-uos  tiempos  g-eológ-icos  hasta  los  presentes,  la  cantidad 
de  hidróg-eno  lanzada  á  la  atmósfera  debe  ser  enorme. 

Las  reacciones  que  en  vastas  extensiones  se  efectúan  en  los 
terrenos  volcánicos  son  orig-en  de  desprendimientos  de  g-ases 
(hidróg-eno,  H.^  S,  H^  O,  hidrácidos,  C'O^  nitróg-eno,  011^)  que 
escapan  por  los  volcanes  y  los  soíiioni;  pero  si  estas  reacciones 
se  cumplen  en  lug-ares  más  profundos  del  g-lobo,  los  materia- 
les de  la  reg-ión  absorben  aquellos  g-ases  que  son  capaces  de 
actuar  sobre  ellos,  mientras  que  los  inertes  se  difunden  lenta- 
mente á  través  de  la  masa  de  dichos  materiales  escapando 
finalmente  á  la  atmósfera  por  las  g-rietas  y  hendiduras  del 
suelo.  La  prueba,  dice  M.  Gautier,  de  este  desprendimiento  de 
g-ases  de  las  regiones  g-ranítica  y  subg-ranítica,  no  solamente 
en  los  países  de  volcanes,  sino  casi  siempre  y  en  toda  época, 
nos  la  da  el  examen  de  las  inclusiones  g-aseosas  de  las  rocas 
cristalinas.  Como  se  sabe,  en  estas  inclusiones  se  han  podido 
caracterizar  el  ag-ua,  los  cloruros,  el  anhidro  carbónico,  alg-u- 
nos  carburos  de  hidróg-eno,  el  nitróg-eno  y  el  hidróg-eno  ence- 
rrados bajo  fuerte  presión.  El  autor  da  á  conocer  el  resultado 
del  análisis  de  los  g-ases  extraídos  por  él  de  una  masa  de  gra- 
nito de  Vire,  cuyo  polvo  fué  tratado  á  150°  por  el  ácido  fosfó- 
rico siruposo,  y  hace  notar  al  propio  tiempo  los  resultados  de 
otros  análisis  de  g-ases  de  la  ofita,  el  basalto^  etc.,  todos  los 
cuales  convienen  en  demostrar  el  hecho  de  que  las  rocas  pro- 


320  boletín    de   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

fundas  producen  á  temperaturas  superiores  á  280°,  con  ó  sin 
intervención  del  ag-ua,  un  desprendimiento  de  g-ases  de  la 
misma  naturaleza  de  los  emitidos  durante  las  erupciones  vol- 
cánicas. 

El  orig-en  de  todos  estos  gases  está  en  la  acción  del  ag-ua 
auxiliada  ó  no  por  la  de  los  ácidos  sobre  las  substancias  acce- 
sorias contenidas  en  los  terrenos  subg-raníticos,  á  saber:  sul- 
fures, nitruros,  argonuros,  heliuros,  hidrocarburos,  carburos, 
fluoruros,  ioduros,  fosfuros,  arseniuros  etc.;  acción  que  da 
como  productos  g-aseosos  los  indicados,  á  mas  de  vestigios  de 
iodo,  sales  amoniacales,  arsénico,  etc.  Por  lo  que  se  refiere  al 
hidrógeno,  reconoce  como  oríg-en  las  reacciones  diversas  si- 
g-uientes:  acción  del  ag-ua  al  rojo  sobre  las  sales  ferrosas  muy 
reductoras;  destrucción  de  los  hidrocarburos  por  el  calor; 
acción  del  ag-ua  al  rojo  sobre  los  nitruros,  y  especialmente  ni- 
truros de  hierro.  En  esta  acción  se  forman,  seg*ún  el  autor, 
amoníaco  y  óxido  ferroso,  y  se  desprende  hidrógeno.  M.  Gau- 
tier  no  ha  hallado  aún  en  las  dichas  rocas  representación  de 
nitruros  de  hierro,  pero  ha  observado  que  por  medio  del  electro- 
imán se  pueden  extraer  de  su  polvo  substancias  más  ó  menos 
mag-néticas  las  cuales  dan  amoníaco  cuando  se  las  trata  pol- 
la potasa  en  fusión. 

El  trabajo  termina  con  una  consideración  sumamente  inte- 
resante y  curiosa.  ¿Qué  sucede  con  ese  hidróg-eno  así  lanzado 
de  una  manera  constante  á  la  atmósfera  por  efecto  de  las  reac- 
ciones químicas  que  tienen  asiento  en  la  parte  sólida  desde  los 
más  remotos  tiempos  g-eológ-icos?  Si  se  admite  la  teoría  de 
Claussius  con  todas  sus  deducciones  y  la  serie  de  probabilida- 
des que  en  ella  se  fundan,  el  hidrógeno  no  podría  acumularse 
en  la  atmósfera,  calculando  la  velocidad  media  de  las  molécu- 
las de  este  g-as  á  70°,  que  es  la  temperatura  más  baja  cono- 
cida de  la  atmósfera,  y  se  halla  que  dicha  velocidad  es  inferior 
en  1600  m.  por  seg-undo.  Bastaría  que  algunas  de  las  molécu- 
las del  hidrógeno  elevasen  su  velocidad  en  las  regiones  supe- 
riores de  la  atmósfera  y  según  la  vertical  á  11.000  m.  por  se- 
gundo (cifra  6  veces  mayor  que  la  media  calculada  para  este 
gas  según  la  fórmula  de  Claussius)  para  que  escapasen  á  la 
atracción  terreste,  lanzándose  con  esta  velocidad  hacia  el  sol 
ó  los  grandes  planetas,  en  forma  de  un  ñujo  material  continuo,, 
extremadamente  rarificado. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  321 

Nuevos  estudios  sobre  las  agallas  (D 

POR 

D.    MANUEL   FERNÁNDEZ   DE    GATA. 
III. 

Agallas  de  las  cnpuUferas  indígenas. 

II)    Agallas    corticales. 
Agalla  cortical  del  roble. 

Se  halla  fuertemente  adherida  á  la  corteza  de  las  primeras 
ramas  que  se  derivan  del  tronco,  ó  á  la  corteza  de  éste  cuando 
no  está  suberificada;  es  decir,  cuando  coii'esponde  á  un  indivi- 
duo joven  de  la  especie  Q.  sessiliflora  Salisb.,  var.  lamiginosa. 
Esta  excrescencia  es  producida  por  el  Cynips  corticalis  Hartig*. 
Y  la  que  se  observa  en  los  troncos  de  robles  añosos  de  la  men- 
cionada especie  y  del  Q,.  pedunculata  Ehrh.,  se  debe  á  la  pica- 
dura del  C.  truncicola  Giraud.,  que  ocasiona  la  ag-alla  más 
voluminosa  de  cuantas  se  conocen. 

La  «ag'alla  cortical  de  las  ramas»  es  mucho  más  pequeña; 
ordinariamente  del  tamaño  y  forma  que  tiene  la  mitad  de  una 
nuez.  Por  su  localización  y  aspecto  exterior  se  asemeja  á  la 
«ag-alla  cortical  del  olivo»,  si  bien  ésta  debe  su  origen  á  una 
planta  talofita. 

Es  semiesférica  y  está  cubierta  exteriormente  por  el  feloder- 
mo,  ó  súber  cortical,  blanco-grisáceo,  delg-ado  y  con  surcos,  al 
principio  de  su  desarrollo;  g-rueso,  resquebrajado  y  de  color 
pardo-negTuzco,  cuando  la  ag-alla  está  seca.  Haciendo  un  corte 
transversal  en  la  cara  plana  por  donde  se  inserta  la  excrescen- 
cia, se  observa  que  la  capa  externa  es  rojiza  y  blanda,  por 
hallarse  formada  de  un  tejido  celular  ordinario;  la  zona 
parenquimatosa  inmediata  es  blanca  y  muy  dura,  por  ser 
esencialmente  leñosa,  como  la  zona  nutritiva,  con  la  que  insen- 
siblemente se  confunde.  En  el  centro  de  ésta  última  hay  una 
cavidad  donde  desarrollan  varias  larvas,  que  se  nutren  de  la 
materia  que  las  rodea  mientras  duran  sus  metamorfosis  y  sa- 
lí)   Véase  el  Boletín  núm.  4,  de  1901. 


322  boletín    de  LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

len  al  exterior,  convertidas  en  insecto  perfecto,  ag-ujereando  la 
ag-alla  en  el  perímetro  externo  de  su  base.  Es,  por  tanto,  la 
«ag-alla  cortical  de  las  ramas  del  roble»,  unicelular  y  multi- 
larvar. 

ni)  Agallas  gemi-raraeales. 

a)  Bedegar  de  la  enema. 

Es  una  ag-alla  compaesta  de  muchas  sencillas,  unicelulares  y 
nmlarvares  que  entre  sí  no  se  comunican. 

Se  encuentra  en  las  yemas  terminales  de  las  ramas  jóvenes 
ó  cubriendo  los  amentos  masculinos  del  Q.  Ilex  L.,  y  Q.  pseudo- 
siiber  Santi.  Debe  su  orig'en  á  la  picadura  del  Trigonaspis  cos- 
talis  Hartig'.,  forma  sexuada  del  Biorrhiza  renum  Hartig-., 
himenóptero  que  se  reproduce  por  partenog-énesis  y  se  des- 
arrolla dentro  de  ag-allas  que  ocasiona  en  las  raíces  del  alcor- 
noque. 

Este  bedeg"ar  se  produce  también  con  frecuencia  sobre  el 
roble  ((l-peduncidata  Ehrh.),  en  las  axilas  superiores  de  las 
ramillas  donde  tienen  su  asiento  los  amentos  masculinos. 

Es  una  ag-alla  esponjosa  y  muy  lig-era,  revestida  exterior- 
mente  de  una  membrana  reticulada  que  envuelve  una  masa 
irreg-ular,  compuesta  de  pelos  larg-os,  blanco-g-risáceos  y  bri- 
llantes. Se  halla  atravesada  por  un  ramillo  foliar  ó  por  varias 
yemas  rameales  que  sobresalen  muy  poco  al  exterior.  Hacien- 
do un  corte  transversal  se  observa  que  en  el  punto  de  inser- 
ción con  el  tallo  hay  una  porción  de  escamas  que  formaron  la 
cubierta  de  la  yema  caulinar  donde  se  originó  la  excrescencia. 
Dichas  escamas  se  hallan  también  esparcidas,  aunque  en  me- 
nor cantidad,  por  todo  el  bedeg-ar,  y  proceden  del  aborto  de 
una  ó  varias  yemas  por  la  presión  que  sobre  ellas  ejerce  la 
ag-allá  á  medida  que  va  desarrollándose. 

Dentro  de  la  masa  esponjosa  que  constituye  el  bedeg-ar  y  en 
la  posición  más  superficial,  se  encuentran  muchos  núcleos 
huesosos  de  forma  oval:  estos  núcleos  son  las  verdaderas  ag-a- 
Uas  uniloculares  y  unilarvares. 

Adheridos  á  las  ramillas,  donde  se  inserta  el  bedeg-ar,  por  un 
extremo  y  tocando  á  é.sta  excrescencia  por  el  opuesto,  vense, 
alg-una  vez,  los  capullos  de  seda  que  sirvieron  á  la  larva,  lueg-o 
que  abandonó  la  ag-alla,  para  transformarse  en  insecto  perfecto 
pasando  antes  por  el  estado  de  ninfa. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  323 


b  i  Bedegar  del  roble. 


Es  una  ag-alla  compuesta  de  muchas  ?,QXi(iW\di^,íiniceluJaresy 
MniJarvares,  entre  sí  inconmunicadas.  Se  produce  en  las  yemas 
terminales  y  adventicias  del  Q,.  pedunmilata  Ehrh.,  y  Q.  sessili- 
Jiora  Salisb.,  var.  Cerrioides;  siendo,  de  ordinario,  más  abun- 
dante en  los  renuevos  de  los  pies  pequeños,  conocidos  con  el 
nombre  de  bardas  (1).  Por  excepción  se  produce  en  las  ramas 
que  inmediatamente  derivan  del  tronco;  y,  aunque  con  menos 
frecuencia,  también  se  forma  este  bedegar  sobre  la  encina 
(Q,.  Ilex  L.),  como  el  de  ésta  se  presenta  en  aquél,  seg'ún  deja- 
mos dicho  al  describir  dicha  excrescencia. 

Entre  las  ag-allas  de  las  cupulíferas  indíg-enas  el  bedeg-ar 
del  roble  es  la  primera  que  aparece.  Se  la  encuentra  desarro- 
llada á  principios  de  Mayo;  y  aunque  se  recojan  los  ejempla- 
res más  pequeños  ó  en  vías  de  formación,  no  es  posible  hacer 
preparaciones  microg-ráficas  en  las  que  aparezca  la  capa  nutri- 
tiva porque  ésta  se  halla  ya  reemplazada  por  una  g-ruesa  larva 
blanca,  que  llena  cada  una  de  las  celdas  ó  cámaras  larvares 
que  constituyen  las  verdaderas  ag-allas. 

El  bedeg-ar,  en  fresco,  tiene  el  aspecto  y  tamaño  de  un  pe- 
queño tubérculo  de  patata;  es  achatado  en  el  sentido  de  su 
inserción  y  muy  lig-ero,  deformándose  por  la  presión  más  pe- 
queña. Su  epidermo  es  una  delg-adísiraa  membrana  lustrosa, 
blanco-rosada  y  de  un  rojo  carmín  por  el  lado  donde  ha  sido 
más  intensa  la  acción  solar.  Sig-ue  al  epidermo  una  capa  ama- 
rillenta y  muy  esponjosa,  debajo  de  la  cual  existe  la  zona  paren- 
quimatosa  (donde  se  alojan  las  cámaras  larvares),  constituida, 
como  la  anterior,  por  un  tejido  esponjoso,  de  células  blancas, 
de  paredes  delg-adas,  que  toman  un  tinte  rojizo  por  la  inñuen- 
cia  atmosférica:  la  capa  protectora  de  cada  celda,  es  dura  y 
leñosa,  por  formarla  elementos  celulares  y  fibrosos  lig-nifi- 
cados. 

Después  de  seco,  en  la  planta,  aparece  ag-ujereado  en  toda 
su  superficie  (2)  por  el  Teras  Urmmalis  Fabr. ;  forma  sexuada 


(1)  Nombre  regional  salmantino. 

(2)  La  observación  siguiente  demuestra  como  puede  verse  agujereado  el  bedegar, 
en  fresco.  Puestos  algunos  ejemplares  en  un  recipiente  herméticamente  cerrado,  al 


3-24  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

del  BiorrMza  áptera  West,  insecto  que  por  su  picadura  en  las- 
yemas  rameales  del  roble,  ocasiona  el  bedeg-ar.  Seg-ún  el  doc- 
tor Adler,  que  lia  estudiado  las  sucesivas  fases  por  que  pasa 
éste  cinípido,  en  nada  se  diferencia  por  sus  alas  y  antenas  de 
las  especies  de  esta  familia;  es,  no  obstante,  su  escudete  depri- 
mido, los  palpos  maxilares  constan  de  cuatro  artejos  y  de  dos 
los  labiales;  la  mitad  anterior  del  cuerpo  es  moreno  amari- 
llenta, neg'ruzca  la  posterior  y  moreno-rojiza  la  base  del  abdo- 
men. El  Teras  terminaUs  Fabr. ;  sale  del  bedeg-ar  en  el  mes  de 
Junio;  en  seg"uida  se  aparea  con  la  hembra  y  la  fecunda;  ésta 
pone  los  huevos  introduciendo  su  taladro  en  el  tejido  perifé- 
rico de  la  raíz  del  roble  más  añoso,  en  los  que  da  lugar  á  la 
formación  de  agallas  pluriloculares.  De  estas  agallas  radicula- 
res, que  son  verdaderos  bedegares  adheridos  unos  á  otros,  sale 
á  fines  del  invierno  la  generación  ágama  de  este  insecto,  que 
es  el  B.  áptera  West.,  desprovisto  de  alas,  como  indica  su  nom- 
bre específico;  protórax  más  corto  que  la  cabeza;  escudete  ne- 
gro y  abdomen  comprimido. 

El  bedegar  del  roble  es  inodoro  y  de  sabor  acidulo-estíptico 
en  fresco;  demuestra  la  presencia  del  tanino  por  las  sales 
ferrosas, 

c)  Agalla  del  alcornoque. 

Es  sencilla,  unicehilar  y  unilarvar.  Entre  las  agallas  de  las 
cupulíferas  son  muy  pocos  los  ejemplares  del  Q,.  siiher  L.,  que 
la  presentan.  Se  produce  en  las  yemas  de  las  ramas  termina- 
les por  la  picadura  del  Cynips  coriaria  Hartig. 

Es  redondeada,  de  1  cm.  de  diámetro,  azulado-negruzcaf^«r- 
za)  y  con  Jentejülas  de  felogeno  ó  súber  epidérmico  en  su 
superficie;  leñosa  en  sus  zonas  media  é  interna,  que  son  blan- 
cas y,  á  simple  vista,  indiferenciadas,  por  tener  muchos  hace- 
cillos fibroso-vasculares  blancos;  y  semi-leñosa  en  la  zona  ex- 
terna, de  color  amarillo-verdoso  y  con  más  tejido  celular  ordi- 
nario que  hacecillos  leñosos.  Es  imposible  hacer  cortes  micros- 
cópicos que  conteng'an  las  tres  zonas,  porque  tanto  la  agalla 
fresca  como  la  desecada,  natural  ó  artificialmente,  no  llegan  á 


cabo  de  algunos  días  se  encuentran  totalmente  cubiertos  de  moho  fMzícor  Mucedo  L.), 
■viéndose  al  propio  tiempo  salir  todas  las  larvas  en  un  periodo  bastante  avanzado  de 
desarrollo. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  325 

reblandecerse,  ni  aun  en  el  ag'iia  hirviendo,  más  que  en  su 
zona  periférica. 

Esta  ag-alla  no  flota  en  el  agua;  es  casi  tan  pesada  como  la 
de  Alepo  y  contiene,  á  pesar  de  ésto,  muy  poco  tanino. 

dj  Agalla  corniculada  del  roble. 

Es  de  formación  bisanual  y  una  de  las  más  raras  entre  las 
ag-allas  de  las  cupulíferas.  Se  produce,  en  las  yemas  de  los  ra- 
inillos  jóvenes  del  Q,.  Toza  Bosc,  por  la  picadura  del  Cymps 
coronata  Giraud. 

Es  de  forma  irreg'ular,  conoidea  ú  oblong'o-acliatada  long-i- 
tudinalmente  y  ensanchada  en  el  sentido  transversal;  presen- 
tando, en  la  mitad  superior,  muchas  prolongaciones  ó  tubér- 
culos cónico-aplastados  y  encorvados  en  el  sentido  de  su  com- 
presión; su  superficie  es  lustrosa,  acanelado-clara  ó  grisácea. 
En  su  interior  ofrece  un  color  amarillo-rojizo,  excepto  en  las 
capas  jyrotectoras,  <\\iQ  son  blanco-grisáceas  y  muy  duras,  por 
ser  esencialmente  leñosas.  Se  compone  de  muchas  celdas  ó 
cámaras  larvares,  excéntricas  unas  y  periféricas  las  otras;  se 
trata,  por  consiguiente,  de  una  agalla  sencilla,  phmcchdar  y 
muUilarvar. 

Su  sabor  es  astringente,  algo  amargo;  inodora  y  muy  ligera. 

IV. 

Agallas  gemi-foUares. 

a)  Agallas   redondas   de  la  encina. 

Agallas  redondas  mayores  y  menores. 

Se  producen  en  las  yemas  foliáceas  axilares  ó  terminales  de 
los  ramillos  jóvenes  del  Q. ¡iseudo-suher  Santi  (Mesto),  y  Q.  coc- 
cifera  L.,  var.  vera  (Coscoja),  por  la  picadura  del  Cynips  hunga- 
rfra  Brechem.  Unas  son  de  3  mm.  de  diámetro;  menores  que 
las  otras;  esfericuladas,  muy  duras,  de  color  grisáceo-claro  en 
fresco,  y  rojizas  después  de  secas.  Las  mayores  tienen  6  mm. 
de  diámetro,  aproximadamente,  siendo  perfectamente  esféri- 
cas, verdosas  primero  y  rojizas  cuando  secas.  Las  primeras 
tienen  «varias  cámaras  centrales  y  varias  periféricas».  Las  últi- 
mas presentan  «una  sola  celda  central  y  varias  periféricas».  Esta 


326  BOLETÍN    DE   LA   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

es  SU  principal  diferencia.  Después  de  secas  son  de  superficie 
desig-ual,  punteada  y  rayada  por  las  arrug-asdel  epidermo;  sin 
tubérculos,  pero  con  pequeñas  protuberancias  aplanadas  que 
vienen  á  sustituirles.  Son  muy  duras;  de  estructura  radiada  y 
color  pardo-amarillento  en  todas  sus  zonas,  excepto  en  la  pro- 
tectora, que  es  blanco-ag-risada.  Las  redondas  menores  tienen 
la  cavidad  central  dividida  por  una  delg-adísima  película,  en 
varios  compartimientos  ó  celdas,  en  número  de  nueve  ordina- 
riamente, cada  uno  de  los  cuales  aloja  una  larva  blanca.  Pre- 
sentan, además,  como  las  redondas  mayores,  en  la  capa  exter- 
na, una,  dos  ó  tres  cámaras  con  su  larva,  menos  desarrollada 
que  las  anteriores.  Convertidas  las  larvas  centrales  y  las  peri- 
féricas en  insecto  perfecto,  horadan  la  ag-alla  en  diversas 
direcciones,  que  vienen  á  traducirse  por  ig-ual  número  de  ag"u- 
jeros  en  su  superficie. 

Estas  ag-allas  son  muy  astring-entes;  contienen,  por  lo  tanto, 
mucho  tanino  (35  por  100). 

Examinada  al  microscopio  una  sección  transversal  de  la 
ag-alla  redonda  mayor,  se  observa,  del  centro  á  la  periferia, 
primero  la  capa  nutritiva  constituida  por  un  tejido  homog-éneo, 
análog-o  al  fundamental  que  forma  la  médula  de  muchos  tallos, 
de  células  pequeñas,  poliédricas,  las  cuales  no  dejan  espacios 
intercelulares  y  llenas  alg-unas  de  una  substancia  amarilla. 
8ig"ue  á  aquella  la  capa  protectora  constituida  por  varias  series 
de  células  alarg'adas  radialmente,  de  paredes  gruesas  y  apre- 
tadas entre  sí.  Contactando  con  la  capa  protectora  se  halla  el 
parénquima  duro,  integ-rado  por  células  g-ruesas  muy  refrin- 
g-entes  y  dispuestas  en  series  radiales.  Estas  son  las  células 
moniliformes  taníg-eras  que  aparecen  también  dispersas  por 
todo  el  parénquima  esponjoso.  Este  es  muy  extenso  y  lo  cons- 
tituye*-  un  tejido  flojo  de  células  ramosas  irreg-ulares  y  con 
abundantes  meatos.  En  uno  y  otro  se  hallan  esparcidos  radial- 
mente los  hacecillos  fibroso-vasculares  coloreados  de  amarillo. 
Forman  el  epidermo  células  aplastadas  y  de  paredes  g-ruesas. 

b)  Agallas  redondas  del  roble. 
Agallas  redondas  mayores  y  menores. 

Deben  su  orig-en  al  Cynips  Kollari  Hartig-.^  que  pica  en  las 
yemas  foliáceas  de  las  ramas  tiernas  del  Q.  pedunculata  Ehrh., 


DE    HISTORIA   NATURAL.  327 

Q.  sessiU/lora  Salisb.,  y  Q.  Liisitaníca  Webb.  Unas  veces  aborta 
la  hoja,  pero  otras  se  desarrolla  con  la  ag-alla:  en  este  último 
caao  parece  inserta  en  un  peciolo  foliar.  De  aquí  el  impropio 
nombre  de  Agallas  del  p ídolo  del  roble  con  que  se  denomina  á 
éstas  excrescencias.  Decimos  ésto  porque  el  desarrollo  de  la 
agalla  es  siempre  más  precoz  que  el  de  la  hoja;  y,  además, 
porque  ésta  se  separa  sin  que  aquella  se  desprenda,  lo  cual 
demuestra  que  ni  se  inserta  en  el  peciolo  ni  crece  á  expensas 
de  su  tejido. 

Hay  que  disting-uir,  como  en  las  ag-allas  redondas  de  la 
encina,  dos  variedades:  unas  con  la  celda  central  unilarvar  y 
varias  periféricas  tamMén  uiiilarvares;  las  otras  con  varias  cáma- 
ras centrales  y  varias  periféricas.  Ambas  son  comunísimas  y 
abundan  sobre  todo  en  las  matas  arbustivas  de  los  renuevos 
del  roble.  Ordinariamente  se  presentan  dispuestas  á  lo  largo 
de  una  ramilla  ó  insertas  en  la  base  peciolar  de  una  hoja  y 
casi  siempre  agrupadas  de  dos  en  dos,  rara  vez  una  sola  ó 
grupos  de  más  de  dos. 

Las  redondas  mayores,  que  forman  la  primera  variedad,  tie- 
nen, aproximadamente,  6  mm.  de  diámetro;  son  perfectamente 
esféricas,  verdosas  al  principio,  blanquecino-agrisadas  des- 
pués y  amarillo-rojizas  cuando  están  secas;  blandas  y  muy 
jugosas  en  fresco:  si  entonces  se  las  deseca  rápidamente  se 
contraen  en  una  tercera  parte  de  su  volumen,  quedando  muy 
rugosas  y  de  un  color  pardo-agrisado  exteriormente  y  amarillo- 
claro  en  la  parte  interna.  Desecadas,  naturalmente,  en  la 
planta,  no  pierden  la  forma  esférica  ni  tampoco  el  volumen 
adquirido  en  su  completo  desarrollo,  y  queda  su  superficie 
lisa,  brillante  y  amarillo-rojiza,  mientras  que  su  interior  tiene 
un  color  rojo  vivo. 

Presentan,  como  dejamos  dicho,  una  cámara  central  y  mu- 
chas otras  situadas  en  la  periferia,  y  en  el  conducto  radial,  que 
pone  á  aquella  en  comunicación  con  el  exterior,  se  encuentra 
el  capullo  de  seda  que  sirvió  á  la  larva  para  transformarse  en 
ninfa  y  á  ésta  en  insecto  perfecto. 

Algunas  de  las  de  esta  variedad  presentan  también  la  cavi- 
dad central  dividida  en  varios  compartimientos  ó  celdas  larva- 
res.  Son,  sin  embargo,  la  excepción  del  caso  general. 

Las  redondas  menores  son  mucho  más  pequeñas,  pues  no 
alcanzan  más  que  de  3  á  4  mm.  de  diámetro;  su  forma  no  es 


t)28  boletín    de    la  SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

perfectamente  esférica  sino  esferoidea;  son  muy  duras,  y  tie- 
nen la  cavidad  central^  que  es  muy  g-rande,  dividida  en  cel- 
das, cada  una  de  las  cuales  aloja  su  larva. 

Una  sección  microtómica  hecha  en  la  ag-alla  redonda  ma- 
yor, examinada  al  microscopio  nos  manifiesta  su  epidermo 
como  una  línea  rojiza  en  medio  de  estrecha  faja  amarillenta, 
de  células  redondeadas-aplastadas  y  alg-o  abultadas  exterior- 
mente.  Sig'ue  á  aquel  extensa  zona  parenquimatosa,  reg-ular, 
constituida  por  células  poliédricas,  blancas,  de  paredes  delg-a- 
das  y  poco  compactas  entre  sí,  y  en  la  cual  apenas  se  disting-ue 
el  parenquima  duro  del  llamado  esponjoso,  sino  es  por  los 
diversos  g-rupos  radiales  de  células  moniliformes  tanígeras 
que  en  él  se  asientan.  Estas  son  pequeñas,  de  contornos  polié- 
dricos y  color  amarillo-rojizo.  En  ambos  parenquimas  se  ven 
algunos  haces  fibrosos,  poco  apretados  y  teñidos  de  amarillo. 

La  capa  protectora  no  se  halla  diferenciada  en  el  corte  de 
una  ag-alla  incompletamente  formada;  pero  si  ésta  ha  adquirido 
todo  su  desarrollo,  entonces  se  presenta  como  una  g-ruesa  zona 
de  células  blancas  esclerenquimatosas. 

La  capa  nutritiva  es  bastante  g-rande  y  está  formada  por  tin 
tejido  parenquimatoso  fundamental  de  células  muy  pequeñas, 
redondeadas  y  sin  meatos. 

e)  Agallón  de  la  encina. 

Manzana  de  la  encina. 

Debe  su  origen  á  la  picadura  del  Cyiiips  fecundatrix  Hartig-., 
en  las  yemas  foliares  del  Q.  Cocáfera  L.  var.  x¡eni  y  Q,.  ¡iseudo- 
Suher  Santi.  En  estas  dos  especies  es  poco  frecuente  el  agallón 
producido  por  aquel  cinípido,  mientras  que  abunda  mucho  en 
el  Q.  iLíísitanica  Webb.:  casi  en  la  misma  proporción  que  el 
ag-allón  del  roble  albar.  Es  muy  semejante  al  de  éste:  se  pre- 
senta aislado,  rara  vez  en  g-rupos  de  dos  ó  más  ag-allones;  es 
redondeado  y  alg-o  achatado  verticalmente;  verde  primero, 
después  rojo,  y  por  la  desecación,  pardo-claro:  tiene  una 
corona  de  tubérculos,  más  pequeña  que  la  del  ag-allón  del 
roble,  pero  con  mayor  número  de  tubérculos  y  éstos  más  des- 
arrollados y  puntiagudos;  en  cambio  el  casquete  esférico  que 
circunscribe  es  de  radio  más  corto  y  el  tubérculo  central 
superior  está  deprimido  y  repleg-ado  hacia  dentro. 


DE   HISTORIA    NATURAL.  329 

Recolectada  en  otoño  es  más  lig-era  y  voluminosa,  de  25  á 
35  mm.  de  diámetro  y  con  la  corona  muy  poco  pronunciada, 
pero  con  cicatrices  cóncavas  que  denotan  su  existencia  en 
fresco. 

El  corte  transversal  medio  pone  de  manifiesto  la  cámara 
larvar  del  centro  con  su  conducto  de  salida  en  la  dirección  del 
corte;  la  capa  protectora  de  forma  oval  y  paredes  blanquísimas 
muy  delg'adas;  la  zona  parenquimatosa,  muy  extensa  en  su 
parenquima  esponjoso  y  más  estrecha  en  el  duro,  donde  tienen 
su  asiento  los  hacecillos^  y  el  epidermo  que  apenas  se  diferen- 
cia del  tejido  subyacente  por  ser  del  mismo  color  rojo-claro. 

Esta  ag-alla  tiene,  como  la  del  roble,  otras  cámaras  larvares 
mucho  más  pequeñas,  situadas  en  la  periferia;  sólo  que  aquí 
corresponden,  de  ordinario,  á  los  tubérculos  ó  depresiones 
tuberculares  que  presenta  en  su  superficie. 

Sus  caracteres  histológ-icos  é  histoquímicos  son  los  mismos 
que  presenta  el  ag-allon  del  roble,  por  lo  cual  no  nos  detene- 
mos á  repetir  aquí  lo  que  en  éste  decimos. 

d)  Agallón  del  roble. 

Manzana  del  rohle. 

En  el  roble  albar  ó  fresnal  ((i.  'pedunculata  Ehrh.)  y  en  el 
roble  común  (Q,.  sessiliñora  Salisb.)  es  muy  abundante  esta 
ag-alla.  Seg-ún  Brehem  debe  su  orig*en  al  üynips  argéntea  Hartig-., 
cuyo  desarrollo  todavía  no  se  ha  estudiado;  desconociéndose, 
por  ende,  si  ofrece,  como  la  mayoría  de  los  cinípidos,  las  dos 
formas  sexuada  y  asexuada  de  la  g-eneración  alternante. 

Tanto  en  ésta  agalla  como  en  su  análoga  la  de  la  encina  y  la 
del  quejig"o,  lo  que  aún  se  discute  es  si  se  produce  sobre  una 
yema  ñoral  ó  es,  por  el  contrario,  g-emi  foliar  en  su  desarrollo. 
Yo  me  inclino  á  creer  esto  último,  considerando  que  una  y 
otra  excrescencia  aparecen  siempre  insertas  en  la  base  de  un 
peciolo  foliar. 

El  ag-allón  del  roble  se  presenta  casi  siempre  g-eminado,  ó 
en  g-rupos  de  más  de  dos,  á  lo  larg-o  de  una  rama  ó  en  un  plano 
perpendicular  á  ésta.  Es  lig-ero,  de  25  á  35  mm.  de  diámetro, 
de  forma  oval,  raras  veces  piriforme:  también  es  frecuente 
encontrarle  más  reducido  en  su  volumen,  aproximándose 
entonces  su  forma  á  la  de  una  esfera.  En  fresco  tiene  un  color 

N."  8. -Octubre,  1901.  24 


33b  boletín  de  la  sociedad  española 

rojo  vivo,  más  pronunciado  del  lado  donde  lia  sido  más  intensa 
la  acción  solar  que,  aquí,  como  en  todos  los  vegetales,  es  la 
productora  de  los  variados  pig-mentos  con  que  aparecen  colo- 
radas sus  partes  ó  productos.  Además  está  barnizada  su  super- 
ficie por  una  substancia  g-orao-resinosa. 

Después  de  seco  es  de  color  ferrug-íneo  (pardo-rojizo),  y  pre- 
senta, como  en  fresco,  una  corona  de  tubérculos  chatos  en  el 
casquete  esférico  superior,  y  en  el  centro  de  éste  otro  tubérculo 
bien  pronunciado  por  no  estar  deprimido  ó  repleg-ado  hacia 
dentro. 

Practicando  un  corte  por  el  plano  de  la  corona,  se  observa 
que  las  pequeñas  cámaras  larvares  no  están  dispuestas  como 
en  el  agallón  de  la  encina,  sino  esparcidas  por  el  resto  de  la 
periferia,  manifestándose  cada  una  de  ellas  al  exterior  por  el 
agujero  que  practica  el  insecto  en  su  salida.  Una  sección 
transversal  por  la  mitad  pone  de  manifiesto  la  cámara  central 
unilarvar  que  comunica  con  el  exterior  por  un  amplio  con- 
ducto, orientado  en  aquella  dirección,  donde  deja  la  ninfa  su 
capullo  de  seda  cuando  sale  de  la  agalla  convertida  en  insecto 
perfecto.  Y  si  el  corte  por  la  mitad  se  hace  en  la  agalla  fresca, 
déjase  ver  la  estructura  de  ésta:  á  simple  vista  se  observan, 
esparcidos  por  toda  la  zona  parenquimatosa,  los  hacecillos 
fibroso-vasculares,  que  se  traducen  por  otros  tantos  puntos 
negros  en  medio  de  los  cuales  se  destaca  una  mancha  blanca, 
que  es  la  zona  nutritiva. 

Hecho  el  corte  con  instrumento  de  acero,  se  ve  que  la  zona 
sub-epidérraica  es  la  más  rica  en  tanino  por  teñirse  con  más 
intensidad  que  ninguna  otra  por  el  galotannato  formado 
sobre  aquél. 

El  epiderrno  está  formado  por  una  serie  de  células  aplastadas, 
y  la  capa  celular  sub-epidérmica,  por  varias  series  de  células 
rectangulares,  pequeñas,  apretadas  entre  sí  y  coloreadas  de 
amarillo.  Sigue  á  ésta  la  zona  de  parenquima  esponjoso  cons- 
tituida por  un  tejido  de  células  ramosas  desgarradas  y  con 
muchas  y  extensas  lagunas  intercelulares.  No  hay  línea  divi- 
soria que  separe  á  aquel  del  inmediato  parenquima  duro,  dis- 
tinguible por  tener  sus  células  poligonales  más  pequeñas,  ser 
menos  lag'unoso  y  dominar  en  él  los  haces  leñosos  liberianos 
orientados  radialmente  y  en  los  que  escasean  los  elementos 
vasculares.  En  ambos  se  observan  las  células  raoniliformes 


DE    HISTORIA    NATURAL.  331 

taníg'eras.  La  capa  nutritiva  es  más  dura  que  todas  las  ante- 
riores,  porque  la  constituye  un  tejido  esclerenquimatoso  de 
células  redondeadas,  cuyas  paredes  están  lig-nificadas  y  teñi- 
das de  rojo:  contienen  g-ranos  amiláceos. 

Descripción  de  algunas  esponjas  del  Cantábrico  (i) 

POR 

D.    DOMINGO    DE    ORUETA. 

RhapMdophl'iis  fUifer  R.  et  D.  var.  Cantábrica  nueva. 

(Láminas  111  y  IV.) 

Esponja  de  forma  laminar,  erg'uida,  casi  siempre  ramificada 
irreg'ularmente  (Lám.  iii,  fig-.  1.');  á  veces  extendiéndose  con 
reg'ularidad  en  forma  de  abanico  sobre  un  pedúnculo  cilindri- 
co (Lám.  III,  fig-.  2.'*).  Espesor  comprendido  entre  2  y  5  mm. 
Superficie  muy  desigual  y  lig-eramente  áspera  al  tacto,  de- 
bido á  los  haces  de  espíenlas  que  se  proyectan  al  exterior. 
La  fig".  I.''  de  la  lám.  iv  da  idea  de  los  accidentes  de  la  super- 
ficie y  de  la  estructura  de  la  esponja.  Textura  compresible  y 
elástica.  Color  g-ris  amarillento.  Tamaño  comprendido  entre 
5  y  6cm.  de  dimensión  máxima.  Los  ejemplares  representados 
en  tamaño  natural  en  la  lám.  iii  son  los  mayores  que  se  han 
encontrado  hasta  ahora. 

Los  ósculos  y  poros  son  imposibles  de  disting-uir  entre  los 
plieg'ues  y  accidentes  de  la  superficie. 

La  composición  del  esqueleto  es  bastante  regular  y  se  pone 
de  manifiesto  muy  bien  en  los  cortes  verticales  de  la  esponja 
(Lám.  IV,  fig".  2.").  Examinando  estos  cortes  con  poco  aumento 
(-10  á  20  diámetros),  como  aparecen  en  la  flg'ura  últimamente 
citada,  se  destacan  los  elementos  primordiales  del  esqueleto, 
que  son  á  modo  de  columnas  espiculares,  que  parten  todas  de 
un  pedúnculo  inferior  más  ó  menos  determinado,  y  van  en- 
sanchándose y  ramificándose  á  medida  que  ascienden.  Ligan- 
do á  las  columnas  entre  sí,  hay  de  trecho  en  trecho  puentes 
delgados  de  fibras  de  espíenlas  y  espongina,  cuya  dirección  es 
próximamente  perpendicular  á  la  de  las  columnas.  De  esta 


(1)    Véase  Actas  de  1900.  pág-,  lo;^. 


332  boletín    de   LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

combinación  de  puentes  y  columnas  resulta  un  aspecto  fibroso 
ascendente,  que  se  observa  bien  en  la  fig*.  2/  de  la  lám.  iii. 

Examinando  una  de  las  columnas  con  mayor  aumento 
(100  diámetros),  se  ve  que  está  compuesta,  á  su  vez,  de  dos 
sistemas  de  ñbras:  uno  que  podemos  llamar  primario,  que 
es  vertical,  ó  sea  paralelo  á  la  dirección  g-eneral  de  las  colum- 
nas, g-rueso,  compacto,  formado  por  seis  á  ocho  espíenlas  uni- 
das en  haz  por  una  envolvente  de  espong-ina,  y  otro  al  que 
llamaremos  secundario,  mucho  menos  desarrollado  que  el 
anterior,  dirig-ido  normalmente  ó  casi  normalmente  á  él,  y 
formado  por  fibras  de  una,  ó  á  lo  más  dos  espíenlas,  unidas 
también  por  una  envolvente  de  espong-ina,  mucho  más  delg-ada 
que  la  del  sistema  primario.  Del  cruce  de  los  dos  resulta  el 
aspecto  reticulado  que  se  observa  empleando  el  aumento  in- 
dicado. Las  fibras  secundarias  están  á  veces  erizadas  de  estilos 
lisos  ó  espinosos  que  se  proyectan  oblicuamente  hacia  afuera. 

Todas  las  columnas  del  esqueleto  terminan  en  su  extremo 
superior  por  un  haz  de  espíenlas  (estilos  lisos)  que  se  extien- 
den en  todas  direcciones  y  hacen  á  la  esponja  áspera  al  tacto. 
Los  haces  se  observan  en  alg-unas  de  las  columnas  de  la  fig".  2.'' 
(Lám.  iv)  y  no  en  todas,  porque  el  cuchillo  del  microtumo  des- 
truye fácilmente  los  haces  arrastrando  á  las  espíenlas  que  los 
forman. 

Espíenlas. 

(a)   MefjascUras. 

Estilos  lisos  (Fig-.  1."  a  y  h). — Puntiag-udos  y  curvos;  unas 
veces  uniformemente,  como  en  «,  otras  formando  un  codo 
brusco  cerca  de  la  cabeza,  como  en  1).  Long-itud  317  mm.;  diá- 
metro J2  mm.  Es  la  espícula  que  más  abunda  en  la  esponja* 
Forma  por  sí  sola  los  haces  superficiales  y  la  mayoría  de  las 
fibras  del  esqueleto. 

Tilostilos  (Fig-.  2.^  a  y  h). — Rectos  y  muy  puntiag-udos.  Ca- 
beza de  forma  irreg-ular.  En  su  tercio  inferior  la  espícula  se 
cubre  de  intumescencias  como  muestra  la  fig-.  2."  Z»,  que  la  dan 
un  aspecto  ondulado  característico.  Es  rara  y  se  presenta  aso- 
ciada á  la  anterior  en  las  fibras  primarias.  Long-itud  255  mm.; 
diámetro  4  mm. 

Estilo  espinoso  (Fig-.  3."). — Lig*eramente  curvo.  Cubierto  de 
espinas  cortas.  Long-itud  106  mm.;  diámetro  8  mm.  Aunque 


DE   HISTORIA   NATURAL. 


333 


más  abundante  que  la  anterior,  esta  espíenla  es  también  rara. 
Se  presenta  en  alg-unas  de  las  fibras  secundarias  proyectán- 
dose oblicuamente  fuera  de  ellas,  como  se  dijo  antes. 


Fig.  1.» 


Fig.  í." 


Fig.  3.» 


(b)    AJicroschras. 

Toxa  (Fig-.  4). —  Muy  larg-a,  delg-ada  y  con  un  doblez  muy 
pronunciado  en  el  centro,  todo  lo  cual  la  da  un  aspecto  espe- 
cial que  ha  servido  para  caracterizar  la  especie.  Variable  en 
tamaño;  la  fig".  4  a  representa  las  mayores  y  la  Z»  las  menores 
que  se  han  observado.  Longitud  455  mm.;  diámetro  2  mm. 
Abunda  bastante  asociada  á  los  estilos  lisos  en  las  fibras 
primarias. 

Isoquela  (Fig-.  5).— Palmeada.  Muy  regular  y  uniforme  en 
tamaño.  Long-itud  17  mm.  Muy  abundante  en  los  nudos  de  la 
reticulación,  esto  es,  en  los  puntos  de  intersección  de  las 
fibras  primarias  con  las  secundarias,  presentándose  envueltas 
en  la  masa  de  espong-ina  que  une  ambos  sistemas. 

Los  caracteres  descritos  concuerdan  en  su  mayoría  con  los 
que  Ridley  y  Dendy  asig-nan  á  esta  especie  en  su  obra  sobre 
las  Monaxónidas  del  Challenger,  pág-inas  15-2  y  153.  La  espicu- 
lación  es  la  misma  en  los  ejemplares  del  Challenger  que  en  los 


.134 


boletín  de  la  sociedad  española 


Fig.  4.» 


del  Cantábrico,  salvo  la  long-itiid  de  las  toxas,-  que  es  mayor 
en  estos  últimos.  También  concuerdan  la  composición  y  dispo- 
sición mutua  de  los  dos  sistemas  de  fíbras. 
Hay,  sin  embarg-o,  un  carácter  de  importancia  que  diferen- 
cia á  la  especie  de  Ridley  y  Dendy  de  los 
ejemplares  del  Cantábrico,  y  es  la  pre- 
sencia en  aquella  de  una  corteza  ó  capa 
dérmica  de  espículas,  que  si  bien  no  falta 
por  completo  en  éstos,  está  representada 
tan  solo  por  los  haces  espiculares  que 
terminan  las  columnas  del  esqueleto. 
Esta  diferencia  trae  consig'o,  á  su  vez,  la 
de  la  textura  de  la  esponja,  que  en  los 
ejemplares  del  Challenger  es  dura  y  casi 
incompresible,  debido  á  la  resistencia  de 
la  corteza  de  espículas,  y  en  los  del  Can- 
tábrico, por  el  contrario,  elástica  y  com- 
presible. 

Ridley  y  Deudy  dan  tanta  importancia 
á  este  carácter  de  la  corteza,  que  se  valen 
de  él  para  distinguir  el  g-énero  RIiapM- 
clophlus  del  Clathria  (1),  si  bien  reconocen 
que  la  diferencia  entre  ambos  es  más  bien 
de  cantidad  qve  de  calidad,  en  apoyo  de 
lo  cual  incluyen  más  adelante  (2),  en  el 
mismo  g-énero  á  la  especien.  lobatiisXoü. 
sp.  var.  hórrida,  en  la  que  apenas  hay 
corteza  dérmica  distinta,  y  en  la  que  las  fibras  espiculares  ter- 
minan en  haces  de  estilos  delgados  cuyas  puntas  se  proyectan  ha- 
cia afuera,  á  semejanza  de  lo  que  sucede  con  los  ejemplares 
del  Cantábrico. 

Todo  lo  que  antecede  me  ha  inclinado  á  clasificar 
esta  esponja  como  una  variedad  nueva  de  Rhaphido- 
phhis  filijer,  á  la  que  he  llamado  variedad  Cantábrica 
y  que  se  diferencia  de  la  especie  orig-inal  de  Ridley 
y  Dendy  en  la  carencia  de  corteza  espicular  propia- 
mente dicha,  en  el  aspecto  exterior,  y  en  la  textura. 


Fig.  5.' 


(1)  Obra  citada,  pág.  151. 

(2)  ídem,  pág.  153. 


DE   HISTORIA    NATURAL  335 

Todos  los  ejemplares  han  sido  encontrados  á  profundidades 
variables  entre  200  y  400  m.  La  esponja  sin  ser  muy  abundan 
te,  se  encuentra,  sin  embarg-o,  con  relativa  frecuencia  en  «Kl 
Canto»  y  alg-unos  otros  puntos  del  litoral  comprendidos  entre 
Lnanco  v  Rivadesella. 


Explicación  de  las  láminas. 

LÁMINA    III, 

Fig".    1.    Esponja.  Ejemplar  irreg'ularmente  ramificado.  Tama- 
ño natural. 
2.     ídem.  id.  en  forma  de  abanico,  sostenida  por  un  pe- 
dúnculo cilindrico.  Tamaño  natural. 


LAMINA    IV. 

Fig-.  1.  Trozo  del  ejemplar  representado  en  la  fig*.  1.^  de  la 
lámina  iii  más  aumentado,  mostrando  el  aspecto 
de  la  superficie  y  la  contextura  de  la  esponja.  X.  8. 
2.  Sección  g-ruesa  de  la  esponja,  mostrando  la  disposi- 
ción general  de  las  columnas  del  esqueleto  y  los 
haces  de  espículas  que  terminan  las  fibras  prima-  ♦ 
rías.  X.  14. 


Nueva  especie  del  género  Ephipjñgera 


DON   IGNACIO   bolívar. 

EpMppigera  (Steropleurus)  polUa.  Statura  minore.  Corpore 
supra  atro,  subtus  pallide  flavo.  Caput  flavum.  Occipite  valde 
convexo,  atro,  nitido.  Fastig-ium  verticis  compressum,  canali- 
culatum.  Frons  maculis  nig-ris  impressis  quatuor  ornata.  An- 
teiinis  articulis  basalibus  pallidis  exceptis  nig-ris  subtus  palli- 
dioribus.  Pronotum  atrum ,  nitidum,  rug"oso-punctatum  ,  pro- 


336  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

zona  cylindrica,  medio  rug*osa,  sulcis  valde  impressis,  meta- 
zona  valde  convexa,  haud  ampliata,  carinis  lateralibus  paral- 
lelis  obtusatis,  carina  media  párum  expressa,  lobis  deflexis 
ang^ulato  insertis,  pallidis,  marg-ine  inferiore  medio  sinuato. 
Elytra  straminea,  convexa,  tota  irreg'ulariter  rug'oso  foveolata, 
margine  incrassato  haud  expanso ,  vena  radiali  subobsoleta. 
Femora  omnia  brevia,  pallida,  ápice  tantum  infuscata,  autica 
inermia,  postica  abdomine  breviora,  subtus  prope  apicem  spi- 
nis  nigris,  intus  extusque  4  armata.  Tibise  posticse  pallidfe  spi- 
nis  nigris  preditfe.  Tarsi  nigro-marg-inati.  Abdomen  vsupra  ni- 
g-rum,  subtus  pallidum,  seg-mentis  dorsalibus  ultimis  medio 
depressis.  Lamina  subgenitalis  Q  trig-ona,  obtusa.  Cerci  modice 
elongati,  conici,  ápice  obtusi,  intus  pone  médium  dente  nigro 
instructi.  Lamina  subg'cnitalis  elong-ata  ápice  subsinuata;  sty- 
lisbrevibus.  Ovipositor9sensim  acuminatus,  l<Tviter  incurvus. 

Long-.  corp,  c/  22;  pron.  6,5;  fem.  post.  11. 
—        »      Q     »       »        »       »         »      »     oviposit.  15. 

Loe.  Santiag-o  de  la  Espada.  Martínez  Escalera,  15-30  de 
Julio. 

Corresponde  al  g-rupo  del  Sttili,  j'ero  se  disting-ue  desde  lue- 
g'o  por  su  color  negro  brillante  sobre  la  cabeza  y  pronoto,  y 
casi  mate  en  el  abdomen,  que  contrasta  con  el  amarillo  pálido 
de  la  parte  inferior  de  la  cabeza,  patas  y  vientre.  También  es 
característica  la  disposición  de  los  élitros,  cuya  marg-en,  en 
vez  de  estar  explanada  y  areolada,  forma  una  g-ruesa  costilla; 
en  cambio  la  vena  radial  es  poco  ó  nada  saliente.  Esta  espe- 
cie vive,  según  el  Sr.  Martínez  Escalera,  debajo  de  las  piedras, 
lo  que  parece  ser  propio  de  las  especies  que  habitan  en  las 
altas  montañas,  pues  también  se  observa  en  el  Platystolus  tis- 
tulatus.  Rb.  de  Sierra  Nevada;  particularidad  ya  conocida,  pero 
que  ha  sido  confirmada  por  D.  Alfonso  de  la  Cámara  en  una 
reciente  excursión  realizada  por  dicha  Sierra  con  algunos  de 
sus  discípulos. 


BOLETÍN 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 


Sesión  del  6  de  Noviembre  de  1901. 

PRESIDENCIA     DE     DON     BLAS     LÁZARO     É     I  BIZA. 

El  Secretario  leyó  el  acta  de  la  sesión  anterior,  la  cual  fué 
aprobada. 

Correspondeucia. — El  Sr.  D.  Luís  Sodiro,  de  Quito,  envía  un 
ofício  dando  g-racias  por  su  nombramiento  de  socio  correspon- 
diente extranjero. 

Admisiones. —  Fué  admitido  como  Socio  numerario  D.  Fran- 
cisco Zorrilla  }•  Arro^yo,  abog'ado,  residente  en  Sepúlveda,  pro- 
puesto por  D.  Luís  de  Hoyos  y  Sainz. 

Se  hicieron  cuatro  nuevas  propuestas  de  socios  y  dos  de  Es- 
tablecimientos. 

Comunicaciones  verbales  y  notas  breves. —El  Sr.  Secretario  dio 
cuenta  de  haber  recibido  la  continuación  del  trabajo  del  se- 
ñor Fernández  de  Gata,  intitulado  ^Nuevos  estudios  sobre  las 
ag-allas.» 

El  Sr.  Cabrera  Latorre  leyó  otra  nota  sobre  «Descripción  de 
tres  mamíferos  americanos»,  á  la  que  acompañan  dibujos 
hechos  por  el  autor. 

El  Sr.  Criado  presentó  en  cumplimiento  del  encarg-o  hecho 
por  el  Sr.  Presidente,  en  sesión  anterior,  unas  «Notas  tomadas 
en  mi  viaje  al  Golfo  de  Guinea.» 

Estos  trabajos  aparecen  en  el  Boletín. 

El  Sr.  Font  y  Sagué  leyó  una  noticia  sobre  su  exploración 
de  la  sima  de  San  Toum. 

El  Sr.  Surmely,  profesor  de  idiomas,  ofrece  sus  servicios  para 

N.»9.-Noviembre,  1901.  25 


338  boletín   de   LA   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

ayudar  á  la  Secretaría  y  á  la  Biblioteca  en  todo  lo  referente  á 
la  correspondencia  con  el  extranjero,  por  lo  cual  el  Sr.  Presi- 
dente, después  de  hacer  notar  la  valía  de  esta  oferta,  le  dio 
«•racias  en  nombre  de  la  Sociedad. 

El  Sr.  Calderón  leyó  unas  cuartillas  referentes  á  observacio- 
nes acerca  de  los  yacimientos  de  calcosina  de  la  Península, 
motivada  por  una  nota  presentada  en  la  Sección  de  Barcelona 
por  el  Sr.  Ferrer. 

Secciones. — La  de  Barcelona  celebró  sesión  el  día  25  de  Oc- 
tubre último,  bajo  la  presidencia  de  D.  José  Casares  Gil.  Des- 
pués de  leída  y  aprobada  el  acta  de  la  anterior  se  hicieron  dos 
propuestas  de  socios. 

El  Sr.  Ferrer  dio  lectura  á  una  nota  sobre  «Yacimientos  de 
calcosina  en  Menorca»  (Baleares),  y  el  Sr.  Bruo-ués  otra  sobre 
«Análisis  de  ceras  de  España»,  cuyos  trabajos  aparecen  en  el 
Boletín. 

El  Sr.  Fol  y  Andreu  presentó  un  ejemplar  transitorio  de 
Chiora  'perfoUata  recog-ido  en  los  alrededores  de  Barcelona,  y 
el  Sr.  Llenas  unos  de  Ramondia pyrenaica ,  var.  Lazaroi  Riv.  Mat., 
recogidos  en  Collbató,  que  ofrecían  algunas  modificaciones 
debidas  á  la  adaptación. 

La  Sección  de  Sevilla  celebró  su  sesión  el  día  31  de  Octubre 
último,  bajo  la  presidencia  de  D.  Manuel  Paúl.  Este  señor  dio 
cuenta  del  hallazgo  hecho  por  él  en  Huevar  (Sevilla),  de  una 
mucedínea,  g-énero  y  especies  nuevos,  que  reconocida  y  clasi- 
ficada por  M,  Delacroix,  del  Laboratorio  de  Patología  veg'etal 
de  París,  ha  sido  designada  por  él  con  el  nombre  de  Melano- 
bacidium  malí;  el  Sr.  Chaves  presentó  una  nota  sobre  el  ha- 
llazgo del  minio  en  Maro  (Málaga). 

Notas  y  comunicaciones. 
Yacimientos  de  Calcosina  en  Menorca  (Baleares) 

POK 

DON  JAIME  FERRER  Y  HERNÁNDEZ. 

.  A  mediados  del  curso  pasado  tuve  noticia  de  que  la  «Ma- 
quinista Naval»  de  Mahón  trataba  de  aprovechar  alg'unos  ya- 
cimientos de  mineral  de  cobre,  que  ya  habían  sido  objeto  de 


DE   HISTORIA   NATURAL.  339 

exploración  años  atrás,  y  que  se  abandonaron,  creyendo  seg-u- 
ramente  que  no  darían  bastante  rendimiento  para  su  explota- 
ción. Como  no  tenía  noticia  alguna  de  ellos,  y  no  había  visto 
citados  de  Menorca  más  que  alg-unos  yacimientos  de  g-alena, 
me  interesó  el  hecho  por  tratarse  de  un  nuevo  hallazg-o,  y  á 
mi  instancia  me  remitieron  alg'unos  ejemplares  pertenecien- 
tes á  la  mina  llamada  «La  Rubia»,  que  era  la  única  explorada, 
y  cuya  explotación  va  á  comenzarse  de  un  momento  á  otro. 

Después  de  haber  examinado  dichos  ejemplares,  reconocí, 
que  el  mineral  de  que  se  trataba,  era  calcosina  (sulfuro  de 
cobre),  la  cual  venía  diseminada  en  bloques  de  lig-nito,  im- 
preg-nándolo  por  completo,  y  además,  en  alg-unos  trozos  se 
veían  porciones  de  calcosina  de  bastante  tamaño;  esta  dispo- 
sición que  presenca  el  mineral,  hace  suponer  que  procede  de 
la  reducción,  en  presencia  de  la  materia  carbonosa,  de  otro 
mineral  de  cobre,  indudablemente  la  calcantita,  que  en  esta- 
do de  disolución  impreg-nó  el  lig"nito  de  que  viene  acom- 
pañado. 

Este  mineral  se  encuentra  en  la  naturaleza,  como  es  sabido, 
con  bastante  escasez,  pues  la  mayor  parte  de  las  veces  se  halla 
en  pequeñas  cantidades  acompañando  á  la  calcopirita  y  borni- 
ta,  y  solamente  como  yacimientos  importantes  se  citan  los  de 
Cornwall,  notables  por  sus  ejemplares  cristalizados;  los  de 
Mansfeld  en  los  que,  lo  mismo  que  en  los  anteriores,  acompa- 
ñado de  calcopirita;  los  de  Bolivia  y  Chile,  y  en  España,  los 
de  Linares  y  Albuñol.  Pedr  alg-unos  datos  sobre  el  yacimiento 
menorquino,  y  aunque  incompletos,  vi  que  se  trataba  de  un 
depósito  exclusivamente  de  calcosina,  no  habiendo  en  él  nin- 
g'ún  otro  mineral  de  cobre,  lo  que  le  da  cierta  importancia 
dada  la  manera  de  presentarse  en  casi  todos  sus  yacimientos. 

En  vista  de  estos  antecedentes,  tan  pronto  como  lleg-ué  á 
Mahón  este  verano,  procuré  visitarlo,  y  durante  el  mes  de 
Ag-osto  próximo  pasado  hice  tres  excursiones  á  la  mina,  en 
las  que  pude  recog-er  los  sig-uientes  datos: 

La  masa  de  calcosina  llamada  «La  Rubia»,  se  encuentra 
hacia  la  parte  N.  de  la  isla,  á  1  km.  del  pueblo  de  Mercadal,  y 
á  unos  15  ó  20  m.  sobre  el  nivel  del  mar.  Se  halla  enclavada 
en  la  parte  O.  del  monte  Toro,  centro  del  sistema  orog-ráfico 
de  la  isla,  y  que  g-eológ-icamente  considerado,  es  devónico  en 
su  base,  triásico  en  el  centro  y  jurásico  en  la  cima;  estando 


340  boletín    de   LA   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

los  filones  de  calcosina  en  el  triásico  inferior  y  terminando  en 
el  medio,  que  es  donde  se  abre  la  boca  mina. 

Los  primeros  indicios  de  mineral  de  cobre  son,  como  en  todos 
sus  yacimientos,  manchas  de  malaquita  y  azurita,  que  no  sólo 
se  hallan  en  la  entrada  de  la  mina,  producidas  por  la  acción 
del  anhídrido  carbónico  y  vapor  acuoso  de  la  atmósfera  sobre 
la  calcosina,  sino  que  también  se  encuentran  en  la  mayor 
parte  de  las  rocas  de  aquellos  alrededores.  Entrando  ya  en  la 
mina,  lo  primero  que  se  observa  son  alg-unas  vetas  de  carbón, 
en  el  que  la  calcosina  se  halla  muy  diseminada  en  pequeña 
cantidad  y  asociada  con  antimonio,  lleg-ando  en  alg-unos  pun- 
tos á  tener  casi  el  50  por  100  de  dicho  metaloide;  siguen,  por 
último,  los  filones  que,  al  principio,  tienen  unos  4  cm.  de  es- 
pesor; pero,  á  medida  que  se  va  profundizando,  van  aumen^ 
tando  en  espesor  Ueg-ando  en  algunos  puntos  á  20  cm.,  si  bien 
lo  regular  es  que  alcancen  unos  8  ó  10;  á  compás  del  espesor 
aumenta  también  la  calidad,  ya  que  se  presenta  la  calcosina 
j-ura  y  en  fragmentos  no  muy  pequeños,  además  de  laque 
se  halla  impregnando  el  lignito.  Le  sirve  de  ganga  una  are- 
nisca dolomítica  de  bastante  espesor  y  que  toda  ella  se  halla 
impregnada  de  pequeños  nodulos  de  calcosina,  así  es  que  re- 
sulta una  roca  bastante  rica  para  su  explotación,  pues  tiene 
una  ley  de  cobre  de  8  á  15  por  100.  Esta  arenisca  encaja  en  la 
arenisca  gris  micácea;  obsérvase  en  algunos  puntos,  una  arci- 
lla negruzca,  muy  endurecida,  y  que  á  causa  de  los  roces  su- 
fridos tiene  la  superficie  completamente  pulimentada;  esta 
arcilla  unas  veces  aparece  en  el  suelo  y  otras  en  el  techo  de 
las  galerías. 

El  filón  lleva  la  misma  orientación  que  los  estratos  del  te- 
rreno, notándose  que  en  algunos  puntos  desaparece;  y  enton- 
ces vuelve  á  salir  siempre  más  baja  que  antes  y  siguiendo  la 
misma  inclinación;  en  algunas  galerías  he  notado  que  mien- 
tras en  un  lado  se  quiebra,  en  el  otro  sigue  sin  interrupción 
ó  desaparece  mucho  más  hacia  el  interior. 

Como  dije  en  un  principio,  de  un  momento  á  otro  van  á 
empezarse  los  trabajos  preliminares  para  la  explotación,  para 
lo  que  ha  sido  adquirida  por  una  casa  de  Bilbao  por  la  canti- 
de  1.000.000  de  pesetas. 

Además  de  este  yacimiento  de  calcosina,  hay  otro  en  el 
punto  denominado  So7i  A^ret,  que  ahora  empieza  á  explotar- 


DE   HISTORIA   NATURAL.  341 

se,  que  también  había  sido  beneficiado  hace  bastante  tiempo 
y  cuyo  mineral  seg'ún  se  dice  era  mucho  más  abundante  y 
rico  que  el  de  «La  Rubia».  Varios  yacimientos  de  mineral  de 
cobre  de  las  islas,  que  sólo  están  demarcados,  en  vista  de  los 
buenos  resultados  hasta  ahora  obtenidos,  se  irán  trabajando 
sucesivamente. 

,  No  tuve  ocasión  de  visitar  más  que  la  mina  «La  Rubia»,  que 
era  la  única  explotada,  pero  procuraré,  tan  pronto  vuelva  á 
Menorca,  hacer  excursiones  á  todos  los  restantes  yacimientos, 
así  como  aportar  todos  los  datos  posibles  sobre  la  g-ea  menor- 
quina. 

Observaciones  sobre   los  yacimientos    españoles  de  calcosina 


D.    SALVADOR    CALDERÓN. 

Interesante  por  extremo  es  la  nota  de  nuestro  consocio  de 
Barcelona,  8r  Ferrer,  sobre  los  yacimientos  de  calcosina  de 
Menorca.  Trabajos  de  esta  índole  irían  suministrando  los  ma- 
teriales necesarios  para  hacer  la  tópica  de  los  minerales  espa- 
ñoles, la  cual  se  halla  aún  menos  que  en  su  infancia  por  cir- 
cunscribirse las  más  de  las  citas  á  mencionar  vag-amente  las 
localidades;  pero  prescindiendo  de  los  importantes  datos  de  ya- 
cimiento, abundancia  y  relaciones  de  las  especies. 

Aun  aquellas  noticias  desnudas  se  hallan  dispersas  de  tal 
modo,  que  es  tarea  ímproba  el  reunirías  y  ordenarlas,  y  difí- 
cil, si  no  imposible,  saber  en  un  momento  dado  las  localidades 
patrias  de  que  un  mineral  se  conoce.  Esto  me  ha  sug-erido,  ya 
que  de  la  calcosina  trata  la  nota  á  que  me  refiero,  la  idea  de 
mencionar  las  procedencias  españolas  de  dicha  especie  de  que 
se  tiene  noticia,  y  las  que  he  podido  averig-uar. 

De  Asturias,  en  las  minas  de  San  Pedro,  de  Aramo  y  de  la 
Pola  de  Lena,  posee  el  Museo  de  la  Escuela  de  Minas,  de  Ma- 
drid, ejemplares  de  este  sulfuro  con  malaquita  y  azurita  en 
g'ang-a  de  calcita. 

La  reg'ión  pirenaica  está  representada  en  la  misma  colección 
por  un  ejemplar  acerado  con  malaquita  de  Chang-oa,  en  Nava- 
rra. Los  Pirineos  catalanes  en  la  provincia  de  Gerona,  de  que 

N."  9.— Noviembre,  190L  26 


342  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

ha  dado  interesantes  noticias  el  Sr.  Vidal  (1),  presentan,  en 
San  Pedro  de  Osor  y  San  Mig-uel  de  Culera,  filones  y  vetillas 
casi  verticales  en  las  pizarras  micáceas  de  cuarzo  con  calcosi- 
na, óxido  neg*ro  de  cobre  y  otros  minerales.  El  valle  de  Ribas, 
en  silúrico,  contiene  asimismo  pequeños  criaderos  de  cobre 
g-ris  y  calcosina,  cubiertos  á  trechos  por  óxido  neg-ro  de  cobre 
y  acompañados  ambos  minerales  de  siderita.  También  hay  el 
mismo  sulfuro  en  el  cuarzo  con  malaquita  y  siderita  en.  un 
filón  de  Caralps  en  la  misma  provincia  de  Gerona. 

En  León  se  conoce  el  mineral  de  que  tratamos  en  Anciles  y 
Villamanín  en  condiciones  análog'as,  en  un  todo,  á  los  yaci- 
mientos asturianos. 

Castilla  ofrece  como  localidades  conocidas  de  calcosina  Mon-, 
terrubio,  en  la  provincia  de  Burg-os,  acompañada  de  azurita  y 
malaquita  en  cuarzo,  noticia  ésta  como  alg-unas  otras  referen- 
tes á  nuestro  país,  consig-nadas  en  la  mag-nífica  obra  del  pro- 
fesor Hintze  (2)  por  los  datos  que  nosotros  le  comunicamos. 
También  lo  hay  algo  arsenical,  mezclado  con  calcopirita  en 
los  filones  del  silúrico  de  Pardos,  en  la  provincia  de  Guada- 
lajara. 

Andalucía  posee  varias  minas  en  las  que  se  ha  encontrado 
calcosina  en  mayor  ó  menor  cantidad.  Donde  más  abunda  es 
en  la  reg'ión  piritífera  de  la  provincia  de  Huelva,  y  particular- 
mente, seg'ún  el  Sr.  Gonzalo  Tarín  (3),  en  los  sitios  donde  se 
hallan  los  trabajos  del  tiempo  de  los  romanos.  Está  allí  muy 
bien  caracterizada  con  su  color  g-ris  de  hierro,  irisada  en  su 
superficie,  dejándose  cortar  fácilmente  con  la  navaja,  y  pro- 
duciendo una  raya  brillante.  Según  Collins  (4),  los  ejemplares 
de  Riotinto  tienen  una  densidad  de  5,50  á  5,80,  y  la  composi- 
ción siguiente: 

Azufre : lí»     á  22 

Cobre 74,5  á  79,5 

Hierro 0,5  á  63 

En  Riotinto  la  hay  con  vetas  de  pirita  y  en  masa  asociada  á 
pirita,  constituyendo  una  especie  de  brecha.  Hemos  ensayado 


(1)  Bol.  Com.  Mapa  geol.  de  EspaTia,  tomo  xiii,  1886. 

(2)  Handhuch  der  Mhieralogie,  tomo  i,  pág,  530. 

(3)  Descrip.fls.  y  geol.  de  la  provincia  de  Huelva.,  tomo  ii,  pág-.  249,  1888. 

(4)  Min.  Mag.,  tomo  v,  pág.  2j4, 1884. 


DE   HISTORIA    NATURAL.  343 

en  Sevilla  varios  ejemplares  de  Riotinto,  Sotiel  Coronada,  La 
Cueva  de  la  Mora  y  otras  minas  de  aquel  distrito,  de  la  mena 
conocida  en  él  con  el  nombre  de  negrillo,  y  muy  apreciada  por 
su  riqueza,  habiendo  hallado  que  en  varias  de  ellas  la  subs- 
tancia dominante  es  un  subsulfuro  de  cobre,  á  modo  de  varie- 
dad de  la  calcosina,  si  es  que  no  corresponde  realmente  á  una 
especie  distinta  de  ella,  y  no  descrita  hasta  ahora. 

Existen  ejemplares  de  calcosina  vitriolizada  y  con  malaqui- 
ta en  la  Universidad  de  Sevilla  procedentes  de  Aznalcollar,  y 
una  de  Linares  con  cuarzo,  en  el  Museo  de  Historia  natural 
de  Madrid  (1).  También  la  hemos  visto  semejante,  asociada  á 
pirita  de  hierro  y  carbonato  de  cobre  del  término  de  Jerez,  en 
la  provincia  de  Granada,  y  un  neg-rillo  de  Albuñol  en  la  de 
Málag-a,  en  un  todo  semejante  al  de  Huelva. 

En  la  mina  de  cobre  de  Lluch,  valle  de  Aubarca,  Mallorca, 
el  mineral  dominante,  según  el  mencionado  Sr.  Vidal  (2),  es 
la  calcosina  diseminada  en  íntima  mezcla  con  los  elementos 
de  una  roca  eruptiva  porfírica,  y  rara  vez  en  ríñones  aislados, 
y  acompañada  de  bornita,  calcopirita  y  malaquita.  De  Menor- 
ca no  se  tenía  hasta  ahora  noticia  de  la  existencia  del  mine- 
ral que  nos  ocupa,  siendo  por  ello  muy  interesantes  las  comu- 
nicadas por  el  Sr.  Ferrer. 

Análisis  de  ceras  de  España 


D.    CASIMIRO    BRUGUES. 

Á  fin  de  poder  dictaminar  con  mejor  conocimiento  de  causa 
acerca  de  las  falsificaciones  de  la  cera  de  abejas,  que  por  des- 
gracia son  muy  frecuentes  en  España,  creí  necesario  procurar- 
se unas  cuantas  muestras  de  cera  de  la  Península,  pura,  y  de- 
terminar en  cada  una  de  ellas  la  densidad,  el  punto  de  fusión 
y  los  números  de  Hübl. 

Gracias  á  la  amabilidad  de  algunos  amigos  logré  reunir  ca- 
torce muestras  de  cera  amarilla,  de  cu^-a  pureza  no  podía 
dudar.  Por  tratarse  de  un  producto  sobre  el  cual  se  ha  traba- 


(1)  F.  Navarro:  Anal   Soc.  esp.  de  Hist.  xat.,  tomo  xxiv,  Act.,  p.ig.  O'l,  1?95. 

(2)  Bol.  Coni.  Mapa  geol.  de  España,  tomo  vi,  pág.  3,  IS'Q. 


344 


boletín  de  la  sociedad  española 


jado  poco  en  España,  comunico  á  esta  Sociedad  los  principa- 
les resultados  obtenidos. 

La  densidad  oscilaba  entre  0,932  y  0,966. 

El  punto  de  fusión,  por  lo  g-eneral,  estaba  comprendido  entre 
63°,5  C.  y  65°  C.  En  una  muestra  fué  de  62°  C.  y  en  otra  de  63°  C. 

Seg-ún  el  método  de  Hübl  se  determinó  los  números  del  áci- 
do, del  éter  y  de  saponificación.  El  número  del  ácido  estaba 
comprendido  entre  17,58  y  22,59.  Ylnümero  del  éter^wXx^  68,50 
y  81,59.  El  número  de  saponificación  entre  91,09  y  102,87. 

La  cera  de  abejas  es  un  producto  de  composición  variable 
entre  ciertos  límites,  y  para  poder  juzg-ar  acerca  de  una  mues- 
tra dudosa,  es  conveniente  conocer  los  límites  entre  los  cuales 
oscilan  los  números  encontrados  en  diferentes  análisis  de  ce- 
ras puras  procedentes  del  mismo  país  que  la  sospechosa. 

Los  números  extremos  hallados  en  las  catorce  muestras  de 
ceras  españolas  -son  aproximadamente  los  mismos  encontra- 
dos por  diferentes  químicos  extranjeros,  pero  no  son  idénti- 
cos. Es  natural  que  sea  así,  puesto  que  cada  químico  habrá 
trabajado  con  muestras  diferentes. 

Á  continuación  copio  los  números  encontrados  por  el  méto- 
do de  Hübl  en  las  catorce  muestras: 


Muestras. 

Número 
del  ácido. 

Número 
del  éter. 

Número 
de  saponi- 
ficación. 

Núm. 

1 

20,37 

74,32 

94,69 

> 

2 

21,28 

81,59 

102,87 

T> 

3 

20,50 

80,50 

101,10 

> 

4 

19, G4 

72,39 

92,05 

> 

5 

17,58 

76,58 

94,16 

» 

6 

18,58 

79,30 

97,88 

» 

7 

20,75 

74,81 

95,56 

8 

21,28 

70,37 

91,65 

9 

21,98 

71,70 

93,68 

10 

22,59 

68,50 

91,09 

11 

24,19 

71,41 

92,60 

12 

19,03 

77,03 

92,66 

13 

19,53 

81,06 

100,69 

14 

20,33 

78,58 

98,91 

DE    HISTORIA  NATURAL.  345 

Nuevos  estudios  sobre  las  agallas  (1) 

POR 

D.    MANUEL    FERNÁNDEZ   DE    GATA. 

c)  Agalla  coronada  indígena. 
Agalla  coronada  del  roble. 

Es  sencilla,  unicelular  y  unilarvar.  Se  inserta  en  la  axila  de 
las  hojas  superiores  del  Q,.  sessiliflora  Salisb.,  y  Q.  Jmitani- 
ca  Web.,  y  es  orig-inada  por  el  Ci/nips  glutinosa  Giraud.  Su 
tamaño  es  variable;  de  ordinario  mide  10  mm.  de  long'itud  por 
5  de  anchura;  y  su  forma,  cónico-truncada  é  invertida.  Tiene 
ocho  á  diez  tubérculos  en  el  borde  de  la  cara  plana  y  una  de- 
presión en  el  centro  de  ésta.  En  fresco  es  g-lutinosa  y  brillante, 
verde  amarillenta  primero  y  lueg-o  roja;  después  de  seca  es 
de  color  pardo  obscuro,  no  g-lutinosa  y  mate  en  su  superficie. 

El  epidermo  consta  de  varias  series  de  células  esferoideas  y 
aplastadas;  la  más  externa  está  formada  por  gdándulas  unice- 
lulares con  el  pelo  basilar;  éstas  son  las  que  seg"reg"an  la  g"omo- 
resina  que  barniza  la  ag-alla  fresca. 

La  capa  subepidérmica,  la  inmediata  ó  zona  media  y  la  capa 
protectora  se  hallan  constituidas  por  un  parenquima  reg-ular 
de  células  blancas,  pequeñas,  de  contornos  polig-onales  y  con 
muy  pocos  meatos.  Por  todo  él  se  observan  esparcidos  g-rupos 
abundantes  de  células  pequeñísimas,  esféricas,  con  paredes 
g-ruesas,  dispuestas  en  series  moniliformes,  y  entre  las  cuales 
se  ven  alg-unos  hacecillos  fibrosos. 

La  capa  nutritiva  se  disting-ue  muy  bien  del  parenquima 
medio,  por  su  forma  redondeado-achatada  y  especialmente 
por  constituirla  un  tejido  de  células  fibrosas,  de  paredes 
lig-nificadas  sumamente  g-ruesas  y  teñidas  por  un  pig-mento 
amarillo. 

La  constitución  de  la  capa  nutritiva,  en  esta  ag-alla,  es,  por 
lo  dicho,  una  excepción  de  la  estructura  que  presentan  gene- 
ralmente la  de  las  demás  ag-allas  cupulíferas. 


(1)    Véase  el  Boletín  núm.  8  de  190L 


346  boletín   de    LA.    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

V)  Agallas  foliares. 

a)  Agalla  de  la  hoja  de  encina. 
Agalla  reniforme  de  la  encina. 

Se  produce  en  la  encina  común  (Q^.  Ilex  L.),  y  con  más  fre- 
cuencia en  el  Q.  Ballota  Desf.  (encina  de  bellotas  dulces),  por 
la  picadura  del  Andricus  ramuli  Hartig-. ,  forma  sexuada  del 
Ai)hilothrix  aiUiimnalis  Hartig-.  Puede  observarse  la  formación 
de  esta  excrecencia  poco  antes  de  empezar  la  primavera.  En 
el  mes  de  Marzo  aparecen,  en  diferentes  puntos  del  envés  de 
la  hoja  (nunca  sobre  el  nervio  medio),  unas  manchas  acana- 
ladas, pulverulentas  y  fácilmente  separables  por  el  frote  y 
cuyo  polvillo^  examinado  al  microscopio,  aparece  constituido 
por  multitud  de  células  ramosas  de  color  rojo.  Al  mismo  tiem- 
po, y  coincidiendo  con  estas  manchas,  se  manifiestan  en  el 
haz  ig-ual  número  de  prominencias,  ó  pequeños  abultamien- 
tos,  que  se  destacan  fácilmente  por  el  marcado  contraste  con 
el  verde  clorofílico  que  tiene  el  mesofilo  de  la  hoja.  Al  cabo 
de  un  mes  han  adquirido  las  ag'allas  todo  su  desarrollo,  pre- 
sentándose en  el  envés  de  la  hoja  en  g-rupos  de  dos  ó  más, 
aisladas  ó  soldadas  entre  sí.  Son  del  tamaño  de  un  perdig-ón, 
inodoras  é  insípidas,  de  forma  arriñonada  casi  siempre  y  cubier- 
tas de  un  tomento  espeso  y  blanquecino  como  el  que  tapiza  el 
envés  de  la  hoja.  En  la  cara  superior  de  ésta,  é  inversamente 
á  lo  que  se  observa  al  principio,  hay  una  depresión  por  cada 
ag-alla,  con  un  pequeñísimo  ag-ujero  en  el  centro,  que  es  de 
salida  del  insecto. 

Esta  ag"alla  es  unicelular  y  unilarvar.  En  su  cámara  central 
hay  una  microscópica  larva,  ápoda,  blanca  al  principio  y  des- 
pués roja.  Del  exterior  al  interior  vése  formada  la  ag-alla  por 
un  epiderrao  belloso  blanquecino,  al  que  sig-ue  una  delgada 
zona  verdosa,  en  contacto  de  la  cual  se  encuentra  la  capa  pro- 
tectora, que  es  la  más  g'ruesa,  y  está  constituida  por  células 
lig-niñcadas,  por  lo  cual  es  muy  dura. 

h)  Agalla  de  la  hoja  de  la  Coscoja. 

Esta  nueva  ag-alla,  descubierta  por  mí  recientemente,  es 
quizá  la  más  rara  de  todas  las  de  las  cupulíferas  indíg-enas. 
Es  orig-inada  por  el  Neurothenis  ostredis  Hartig-. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  347 

La  he  visto  desarrollada  (en  solo  tres  ejemplares  que  he  po- 
dido encontrar),  en  el  borde  de  la  hoja  del  Q.  Cocci/era  L.,  var. 
tomentosa. 

Es  de  color  pardo  claro,  aovado-oblong-a,  apiculada,  y  más 
pronunciada  por  el  envés  que  por  el  haz;  de  superficie  rug-osa 
y  asurcada  en  la  dirección  de  los  nervios  secundarios  que  en 
ella  terminan  por  una  y  otra  cara.  El  corte  transversal  medio 
deja  ver  un  epidermo  delg-adísimo,  de  color  pardo,  al  que  sig-ue 
una  wíia  flbroso-vascular  del  mismo  color;  sig-ue  á  ésta  otra 
zo7ia  es2)onjosa  y  blanca,  que  circunscribe  á  la  capa  protectora 
donde  se  aloja  el  insecto  en  sus  primeras  fases  de  desarrollo. 
Es,  por  tanto,  unUocular  y  miiJarvar.  Presenta  el  ag-ujero  de 
salida  en  la  mitad  de  la  ag-alla  que  sobresale  por  el  envés 
foliar. 

c)  Agalla  lenticular  de  la  hoja  del  roble. 
Agalla  lenticular  del  roble. 

Debe  su  orig-en  al  Neurotherus  lentíciilaris  01. ,  g-eneración 
ág-ama  que  se  reproduce  partenog-enésicamente  y  cuya  forma 
sexuada  es  el  Spathegaster  Baccanim  L.,  asi  llamado  porque 
produce  ag-allas  bacciformes  sobre  los  amentos  masculinos  del 
Q.  Toza  Bosc. 

La  ag-alla  lenticular  se  desarrolla  en  el  envés  de  la  hoja  del 
Q.  pedunciúata  Ehrh.,  y  del  Q.  Sessiliflora  Salisb.,  notándose 
siempre  que  aparece  inserta  en  las  nerviaciones  secundarias, 
pero  nunca  en  el  nervio  principal.  También  se  presenta,  aun- 
que muy  rara  vez,  en  el  envés  de  la  hoja  del  Q.  lusitanica 
Webb. ,  con  la  diferencia  de  que  en  esta  especie  aparece  in- 
serta tanto  en  las  nerviaciones  secundarias  como  en  la  princi- 
pal, y  alcanza  menor  desarrollo  que  en  las  anteriores. 

Esta  excrecencia  es  unicelular  y  unilarvar;  de  corta  dura- 
ción, pues  principia  á  formarse  en  el  mes  de  Agosto  y  cuando 
caen  las  hojas  en  el  otoño  termina  su  desarrollo  por  falta  de 
vitalidad  en  éstas:  inodora  é  insípida;  muy  pequeña,  lenticu- 
lar, plano-convexa;  inserta  por  su  cara  plana  con  una  depre- 
sión en  el  centro  y  un  pequeño  apéndice,  también  central,  en 
la  cara  superior  convexa:  al  principio  es  blanca  por  hallarse 
cubierta  de  un  tomento  lanoso  formado  de  pelos  blancos  que 
lueg-o  se  tornan  rojos,  y  por  último,  se  caen,  quedando  lampi- 


348  BOLETÍN    DE  LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

ña  la  ag-alla  y  ennegreciéndose  por  la  desecación.  Si  la  sec- 
cionamos transversalmente  y  por  la  mitad,  encontraremos  un 
huevecillo  ó  una  microscópica  larva  roja,  alojada  en  la  peque- 
ña cavidad  del  centro. 

d)  Agalla  esférica  de  la  hoja  del  roble. 

Se  conoce  todavía  entre  los  autores  franceses  con  el  sobre- 
nombre de  ag-alla  en  cereza  (modismo  francés).  No  estamos 
conformes  con  tal  denominación,  porque  su  tamaño  es  mucho 
menor  que  el  de  una  cereza  y  su  color  no  es  el  de  esta  drupa. 

Debe  su  orig-en  al  Dri/ophanta  scutellaris  Hartig-. ,  insecto 
ág-amo  cuya  forma  sexuada  es  el  Sirnthegaster  Taschemhergi 
Schl,  y  se  produce  en  la  cara  inferior  de  la  hoja  del  Q.  sessili- 
jiora  Salisb. ,  var.  lanuginosa.  Es  una  agalla  poco  abundante: 
en  cada  hoja  se  encuentra  una  sola,  frecuentemente,  y  menos 
veces,  dos,  insertándose  en  el  nervio  medio,  ó  junto  á  él,  en 
la  base  de  los  nervios  secundarios.  En  fresco  es  muyjug-osa, 
perfectamente  esférica,  de  8  mm.  de  diámetro,  color  rosáceo- 
claro  y  con  puntuaciones  blancas  que  corresponden  á  otros 
tantos  hacecillos  fibrosos.  Después  de  seca  es  de  superficie 
g'labra,  amarillo-rojiza  y  con  puntuaciones  rojas  poco  mani- 
fiestas por  su  relieve.  El  corte  transversal  medio  deja  ver  la 
cámara  larvar  ovoidea,  cuya  capa  protectora  es  g-ruesa  y  dura, 
como  el  tejido  de  la  zona  media  y  el  de  la  externa.  La  larva  es 
g-ruesa,  blanca,  anillada,  con  antenas,  sin  patas  ni  alas,  y  con 
un  larg'o  apéndice  abdominal.  ' 

Por  el  examen  microg-ráfico  aparece  el  epidermo  como  del- 
g-adísijua  línea  formada  por  una  sola  serie  de  células  aplasta- 
das; la  capa  celular  subepidérmica  está  constituida  por  varias 
series  de' células  poliédricas,  de  forma  diversa:  tetraédricas, 
prismáticas,  romboédricas,  etc.;  y  dispuestas  como  las  células 
rectang-ulares  alarg-adas  del  tejido  muriforme.  La  zona  paren- 
quimatosa  es  un  tejido  ñojo  de  células  delg-adas,  redondeado- 
polig-onales,  alarg-adas  radicalmente  y  con  muchos  meatos:  en 
ella  se  ven  los  hacecillos  fibroso-vasculares  que  están  teñidos 
por  un  pig'mento  amarillo.  La  capa  nutritiva  es  un  parenqui- 
ma  regfular  de  células  muy  pequeñas,  poliédricas,  apretadas 
entre  sí  y  llenas  de  g-ranos  amiláceos.  Esta  ag-alla  carece  de 
células  moniliformes  taníg'eras. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  349 

e)  Agalla  esferoidea  de  la  hoja  del  roble. 

Esta  ag-alla  se  la  compara  con  la  baya  del  grosellero  espino- 
so, y  se  la  llama,  con  Reaumur,  agalla  en  grosella.  No  me  parece 
exacta  la  comparación,  pues  carece  de  apéndices  que  simulen 
el  cáliz  que  corona  el  fruto  de  aquél;  además,  su  tamaño  es 
menor  y  la  forma  no  es  g-lobulosa,  sino  la  de  un  esferoide 
achatado. 

Se  produce  en  el  Q,.  Toza  Bosc,  y  es  originada  por  la  pica- 
dura del  Dryojjhanta  folii  L.,  cuya  g-eneración  sexuada  todavía 
no  se  conoce.  No  se  halla  localizada,  como  la  anterior,  en  de- 
terminada reg-ión  de  la  hoja,  sino  que  se  extiende  por  todo  el 
envés,  excepción  hecha  del  nervio  medio,  donde  rara  vez  se 
inserta:  tampoco  se  encuentra  una  sola  ó  un  par  de  ellas  en 
cada  hoja;  ¿e  presentan,  por  el  contrario,  en  g"ran  número  y 
ag-rupadas  casi  siempre,  á  lo  larg-o  de  un  nervio  secundario. 

También  la  he  visto  desarrollada  en  la  hoja  del  (¿.  lusitani- 
ca  Webb.,  var.  Bcetica;  se  inserta  junto  al  nervio  medio  en  la 
base  de  la  hoja,  por  la  cara  inferior;  presenta  los  mismos  ca- 
racteres que  la  del  Q.  Toza  Bosc,  con  la  diferencia  de  que  está 
ag-ujereada,  lo  cual  prueba  que  en  el  interior  sufre  las  prime- 
ras metamorfosis  el  Drgophanta  folii  L. 

Es  poco  abundante  la  ag-alla  esferoidea;  menos  que  la  esféri- 
ca: aparece  de  ordinario  en  las  matas  arbustivas,  y  á  media- 
dos de  Ag-osto  se  encuentra  ya  completamente  formada.  En 
reciente  es  carnosa  y  con  mucho  jug-o  acuoso;  de  superficie 
lisa  y  lustrosa,  amarillo-pálida,  con  roseólas  ó  manchas  rojizas 
y  las  mismas  puntuaciones  blancas  que  hicimos  notar  en  la 
anterior;  su  forma  es  esferoidea-aplanada  y  su  tamaño  de  3  á 
6  mm.  de  diámetro.  Por  la  desecación  artificial  se  contraen  y 
arrug-an  notablemente,  haciéndose  al  propio  tiempo  específica- 
mente más  lig-eras.  Desecadas  naturalmente  en  la  hoja,  son 
menos  achatadas  verticalmente,  nada  rug-osas,  más  pesadas 
y  con  la  superficie  externa  rojiza  y  brillante.  Cortadas  trans- 
versalmente  queda  al  descubierto  la  g-ran  cavidad  central, 
oblong-a  y  siempre  vacía,  lo  cual  pÍMieba  que  aborta  constante- 
mente el  huevo  larvár.  Decimos  esto,  porque  en  los  diversos 
ejemplares,  frescos  y  secos,  que  en  el  (¡¿.  Toza  Bosc.  hemos  re- 
cog-ido,  ni  hemos  visto  ag-allas  con  larva,  ni  ag-allas  ag-uje- 
readas. 


^50  BOLETÍN    ÜE   LA.   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

f)  Psetcdo-agalla  del  rolle. 

Debe  su  orig-en  á  un  acárido  del  g-énero  PUyloiptus,  que  seg-ún 
la  nomenclatura  establecida  por  Pag-ensteclier,  será  el  Ph.  ro- 
Inr  Pag-. 

Es  una  de  las  agallas  menos  abundantes  entre  las  de  las  cu- 
pulíferas,  así  como  también  la  menos  importante  de  todas. 

Se  forma  en  la  hoja  del  Q,.  sessiU/lora  Salisb.,  var.  lamigino- 
sa,  por  arrollamiento  del  limbo,  en  sentido  transversal,  del 
vértice  á  la  base,  y  doblándose,  previamente,  por  el  nervio 
medio  en  dirección  inversa:  el  capullo  foliar,  que  así  se  forma, 
queda  completamente  cerrado,  y  no  se  deshace,  si  no  se  le 
rompe,  porque  sus  paredes  están  fuertemente  adheridas  entre 
sí  por  una  materia  g-lutinosa  que  debe  seg-reg-ar  el  acárido. 
Dentro  de  este  capullo  adquiere  su  completo  desarrollo  la  pre- 
citada especie  del  Phytoptus,  y  sale  al  exterior  practicando  un 
orificio  por  el  lado  del  borde  foliar, 

VI)     Agallas  gemi-florales. 

Agalla  hracteolada  del  roble. 
Agalla  en  alcachofa. 

Se  produce  esta  excrecencia  en  las  terminaciones  de  las  ra- 
mas del  Q.  fedunculata  Ehrh.,  y  del  Q.  sessiUflora  Salisb.,  por 
la  picadura  del  Ándrícus  pilosns  Hrtg-.  Generación  ág-ama  del 
Ap/tílotríx  fecimdalrix  Hartig-.;  aquél  deposita  sus  huevos,  y 
efectúa  la  picadura  en  la  yema  de  una  ñor  femenina,  sobre  la 
cual  se  desarrolla  la  excrecencia.  Ésta  fué  denominada  por 
Reaumur  agalla  en  alcachofa  por  la  semejanza  que  presenta  con 
el  involucro  de  la  cabezuela  de  la  Cynara  Scolymus  L.  En  efec- 
to, se  halla  formada  por  numerosas  brácteas  escuamiformes  é 
inermes,  que  son  las  mismas  de  la  cúpula  del  g-iande,  con  la 
diferencia  de  no  estar  soldadas  como  éste,  sino  empizarradas; 
las  más  externas  tienen  forma  oblong-a  ó  aovado-lanceolada, 
escariosas  en  los  bordes,  velloso-plateadas  ó  rojizas  por  fuera, 
lampiñas  y  brillantes  por  dentro;  las  del  interior  son  linea- 
les, velloso-plateadas  y  de  color  pardo  en  el  tercio  superior; 
éstas  son  las  que  rodean  la  verdadera  agalla.  El  que  por  pri- 
mera vez  observa  ésta  dentro  de  la  cabezuela  bracteiforme, 
asentada  sobre  el  receptáculo  fructífero,  oblong'o-alarg-ada  in- 


DE    HISTORIA   NATURAL.  351 

feriormente,  achatada  en  la  parte  superior  y  con  una  pequeña 
depresión  en  el  centro,  de  superficie  finamente  estriada,  bri- 
llante y  de  color  pardo-claro  (cuando  alcanza  su  completo  des- 
arrollo), cree  que  aquello  es  un  glande  abortado  al  principio 
de  su  formación;  error  que  desaparece  seccionando,  en  cual- 
quier sentido,  por  el  tercio  inferior  la  agalla  bracteolada,  en 
la  cual  se  ve  una  gruesa  larva  blanca,  ápoda  y  anillada,  lle- 
nando totalmente  la  cavidad  ovoidea  del  núcleo  glancliforme 
que  aquélla  encierra.  Las  paredes  del  núcleo  presentan,  á 
simple  vista,  dos  zonas:  una,  interna,  blanca,  delgada  y  dura, 
que  viene  á  ser  la  cai^a  protectora^  y  otra,  externa  más  gTuesa, 
del  mismo  color  que  su  superficie,  y  formada  casi  exclusiva- 
mente por  los  haces  fibrosos  vasculares. 

La  larva  practica  un  orificio  en  la  porción  terminal  más  es- 
trecha del  núcleo  glancliforme,  sale  de  la  agalla  y  cae  al  suelo, 
donde  forma  su  capullo  para  transformarse  en  insecto  per- 
fecto. 

VII)     Agallas  florales. 


a)     Agalla  floral  de  la  encina. 
Agalla  folio-floral  de  la  encina. 


Es  una  de  las  agallas  de  vida  más  breve,  porque  aparece  en 
las  flores  al  mismo  tiempo  que  se  verifica  su  antesis  y  cae  con 
éstas  después  de  efectuada  la  fecundación. 

Se  desarrolla  en  el  extremo  de  los  amentos  masculinos  del 
Q.  ílex  L.,  hallándose  recubierta  por  las  anteras  estaminales. 
Con  más  frecuencia  se  forma  en  el  mesofilo  de  las  hojas  re- 
cién brotadas  y  próximas  á  las  flores,  ocupando  la  base  del 
limbo,  y  siendo  más  prominente  por  el  envés  que  por  el  haz. 
Es  aovada  ó  semi-oval,  de  4  á  6  mm.  de  largo  por  2  á  4  mm.  de 
grueso;  de  color  rojo  vivo  la  tenue  capa  de  tomento  que  recu- 
bre su  superficie.  Interiormente  es  blanca,  y  presenta  muchas 
celdas  unilarvares,  excéntricas  unas  y  periféricas  las  otras;  es, 
por  tanto,  pluricelular  y  multilarvar.  En  ella  se  desarrolla  el 
Ajidricíis  Amenti  L.,  al  que  debe  su  origen. 

b)     Agalla  floral  del  roble. 

Es,  como  la  anterior,  de  muy  corta  duración  por  falta  de  vi- 
talidad, en  el  órgano  donde  se  inserta,  al  poco  tiempo  de  su 
formación. 


3o2  boletín    de   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

Al  estudiar  la  agalla  lenticular  de  la  hoja  del  rolle  dijimos 
que  en  los  amentos  masculinos  del  Q.  ToraBosc.  produce  una 
ag-alla  bacciforme  el  S])athegaster  haccarum  L.,  forma  sexuada 
del  cinípido  ág-amo  que  orig-ina  la  primera. 

También  se  observa  por  excepción,  aunque  muy  raras  ve- 
ces, la  ag-alla  floral  del  roble  en  las  nerviaciones  terciarias 
marg-inales  de  las  hojas  próximas  á  las  flores  masculinas. 

En  fresco  es,  por  su  tamaño,  su  forma  esférica  y  su  color 
verdoso-claro,  muy  parecida  á  la  baya  redonda,  jug-osay  uni- 
cular  del  g-rosellero  espinoso.  El  epidermo,  que  equivale  ai 
pericarpio  de  ésta,  se  halla  surcado  por  multitud  de  venillas 
rojizas  que  arrancan  del  punto  de  inserción  de  la  ag-alla,  y  se 
ramifican  por  toda  la  superficie.  Lo  que  pudiéramos  llamar 
sarcocarpio  de  la  ag-alla,  sig-uiendo  el  símil,  está  constituido 
por  un  parenquima  de  células  delg-adas,  llenas  de  un  jug-o  in- 
coloro y  dulzaino,  y  en  el  centro  de  él  se  ve  una  cavidad  ocu- 
pada por  el  insecto  en  su  primera  fase  metamórfica. 

Cuando  se  marchitan  las  flores,  también  se  desecan  lasag-a- 
lias,  contrayéndose  notablemente  y  tomando  un  color- pardo- 
neg-ruzco;  unas  y  otras  caen  al  suelo,  donde  termina  su  des- 
arrollo la  larva. 

VIII)      Agallas  glandífilas. 

Agalla  del  fruto  del  roble. 
Agalla   glandífila    del    roble. 

Desde  Guibourt  hasta  los  autores  franceses  modernos  es  co- 
nocida esta  excrecencia  con  el  nombre  de  agalla  de  Hungría 
y  del  Piamonte.  quizá  por  ser  las  reg-iones  europeas  donde  apa- 
rece con  más  abundancia.  En  nuestra  Península  no  debe  serlo 
á  juzg-ar  por  el  pequeño  número  de  ejemplares  que  en  toda  la 
reg-ión  occidental  de  la  provincia  de  Salamanca,  por  mí  reco- 
rrida, he  podido  encontrar. 

Es  producida  en  el  ovario  fecundado,  pero  no  maduro,  ^el 
Q.  pednncnlata  Ehrh.,  y  del  Q.  hisitanica  Web.,  por  la  pica- 
dura del  Cynips  Calicis  Giraud.  Aunque  es  muy  rara,  también 
poseo  ejemplares  de  esta  ag-alla  sobre  el  Q.  Suher. 

Se  inserta  en  el  extremo  de  un  ramillo  terminal  sobre  un 
glande  casi  abortado  ó  en  los  costados  laterales  de  la  cúpula 


\ 


DE  HISTORIA   NATURAL.  353 

de  otro;  alg'iina  vez  parece  insertarse  directamente  en  la  rami- 
lla por  aborto  completo  del  g-lande  que  la  diera  orig'en,  y  no 
presentar  alg-ún  otro  á  su  lado.  Aunque  la  forma  de  esta  ag-a- 
11a  nada  tiene  de  g-eométrica,  puede,  no  obstante,  incluirse  en 
la  que  resultaría  de  superponer,  por  las  bases,  dos  conos  trun- 
cados á  un  tercio  del  vértice;  el  plano  de  unión  de  éstos  y  la 
base  del  cono  inferior  se  prolong-an  en  forma  de  tubérculos 
cónico-aplastados  y  vueltos  hacia  abajo;  á  veces  el  cono  supe- 
rior no  está  truncado  y  tiene  la  forma  aparasolada  por  ser  de 
pequeña  altura  y  ancha  base  prolong-ada  y  encorvada,  tapan- 
do el  cono  inferior.  La  base  menor  del  cono  superior,  ó  sea  el 
vértice  de  la  ag-alla,  está  cerrada  por  tres  tubérculos,  que  se 
prolong-an  en  otros  tantos  apéndices  coniformes;  estos  tubér- 
culos están  soldados  por  sus  caras  internas  mientras  la  ag-alla 
adquiere  todo  su  desarrollo,  y  á  medida  que  se  va  secando 
ésta,  se  separan  aquéllas,  y  dejan  ver  una  hendidura  que  se 
prolong-a  longitudinalmente  hasta  la  cámara  central  básica.  Es 
ésta  un  núcleo  blanco  que  aloja  en  su  interior  una  g'ruesa  lar- 
va blanca,  ápoda  y  anillada.  En  un  plano  superior  y  en  cá- 
maras, orientadas  oblicuamente  hacia  el  vértice  de  la  agalla, 
se  observan,  en  la  ag-alla  fresca,  otras  larvas  con  ig'uales  ca- 
racteres é  idéntico  tamaño  que  la  anterior. 

La  abertura  longitudinal  citada  se  reforma  contrayéndose 
lateralmente  los  tubérculos  internos,  quedando  circular  la 
boca  de  salida  y  de  forma  urceolada  la  cavidad  á  que  conduce 
aquélla,  en  cuyas  paredes  se  ven  las  señales  de  las  celdas  y 
g'alerías  practicadas  por  los  Cynips,  cuando  éstos  han  salido 
fuera  de  la  ag-alla  por  dicha  abertura. 

La  ag-alla  fresca  es  pardo-rojiza,  de  superficie  estriada,  bri- 
llante y  peg"ajosa  por  la  oleo-resina  que  la  barniza.  Después 
de  seca  es  g-ris-rojiza  y  brillante,  presentando  diminutas  len- 
tejillas mates  de  sabor  epidérmico.  Es  amarga  y  astring-ente, 
conteniendo  15  por  100  de  tanino. 

Como  muchas  otras,  esta  ag-alla  se  ve  invadida  por  diversos 
parásitos  del  g-énero  Synergus,  cuando  de  ella  han  salido  los 
verdaderos  inquilinos. 


354  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Minio  de  Maro  (Málaga). 

POR 

D.    FEDERICO    CHAVES   Y   PÉREZ    DEL   PULGAR. 

El  hallazg-o  del  minio  en  Maro  ofrece  cierto  interés  por  cuan- 
to es  una  especie  poco  frecuente,  y  segniramente  no  mencio- 
nada, de  la  provincia  de  Málag-a.  En  España  sólo  se  ha  citado 
vagamente  de  Asturias,  y  como  producto  metalúrg-ico  en  los 
hornos  de  reverbero  de  Linares  por  Naranjo  (1). 

Sin  poder  precisar  el  lug-ar  determinado  en  donde  hallé  el 
único  ejemplar  que  poseo,  y  da  marg-en  á  esta  nota,  me  consta 
que  lo  recog'í  en  Maro,  si  no  en  el  Barranco  de  Cazadores,  alN. 
de  dicho  pueblo,  en  el  río  de  la  Miel,  al  O.  Esta  duda  se  debe 
á  que  el  indicado  ejemplar  se  hallaba  revuelto  con  otros  de 
minerales  y  rocas  en  que  estaban  representados  ambos  sitios, 
y  no  me  ha  sido  posible  fijar  con  certeza  aquél  de  que  procede 
la  muestra  referida. 

Este  ejemplar  está  constituido  por  la  caliza  doloinítica  do- 
minante en  la  localidad,  cuyos  huecos  se  hallan  rellenos  por 
limonita,  á  la  cual  se  mezclan  laminillas  escasas  de  mica  y 
cristalinos  diminutos  de  cerusita  (?).  Diseminado  en  ese  relle- 
no aparece  el  minio  en  pequeñas  masas  rojo-anaranjadas  y 
deleznables. 

Por  la  acción  del  soplete  se  funde  fácilmente,  tomando  por 
enfriamiento  color  amarillo.  La  llama  reductora  dag-lobulillos 
de  plomo.  He  caracterizado  el  plomo  por  vía  húmeda  mediante 
el  ácido  sulfúrico  y  el  tartrato  amónico  amoniacal.  En  la  diso- 
lución existen  el  hierro  y  el  calcio. 

'Notas  tomadas  en  mi  viaje  al  Golfo  de  Guinea 


DON    MELQUÍADES    CRIADO. 

Sin  la  pretensión  de  hacer  una  reseña  científica,  ni  mucho 
menos,  de  las  tierras  por  mí  recorridas  últimamente,  aunque 


(1)  El  Sr.  Calderón  me  comunica  que  en  la  Universidad  de  Praga  existe  un  ejem- 
plar consistente  en  una  costra  terrosa,  rojo  púrpura,  sobre  galena  hojosa,  que  tiene 
por  localidad  España,  sin  más  detalles. 


DE    HISTORIA    NATURAL.  355 

á  la  fuerza,  y  sólo  para  satisfacer  los  deseos  de  nuestro  Presi- 
dente, expondré  á  esta  Sociedad  alg-o  de  lo  que  allí  he  visto 
y  observado. 

Después  de  veintiún  días  de  naveg-ación  á  bordo  del  vapor 
Rabal,  Ueg-amos  á  Fernando  Póo  el  día  30  de  Junio  del  corrien- 
te año,  quedando  admirados  de  la  exuberante  veg^etación  y 
frondosidad  de  esta  isla,  que  bien  puede  calificarse  de  perla 
del  Golfo  de  Guinea. 

Su  orig-en  es  volcánico,  como  se  sabe,  y  seg-ún  datos  adqui- 
ridos, se  encuentran  cráteres  visibles  hoy  día  en  varias  locali- 
dades; las  rocas,  los  cantos  rodados  y  las  arenas  de  infinidad  de 
riachuelos,  son  detritus  de  lavas  que  indican  á  la  simple  vista 
su  orig-en  (1). 

Hay  varias  montañas,  entre  las  cuales  mencionaremos  el 
Pico  de  Santa  Isabel,  que  se  halla  á  tres  mil  metros  sobre  el  ni- 
vel del  mar. 

Por  donde  quiera  se  encuentran  en  la  isla  arroyos  de  ag'uas 
ferruginosas  y  también  ricos  y  abundantes  manantiales  mine- 
ralizados y  lag-unas  situadas  en  los  más  elevados  montes. 

El  clima  es  cálido,  insalubre  y  mortífero,  como  puede  infe- 
rirse de  su  proximidad  al  Ecuador.  Durante  mi  estancia  allí 
todos  los  días,  sin  faltar  uno,  llovía  copiosamente,  pues  era  la 
estación  de  las  lluvias  en  aquel  país  tropical.  La  humedad 
uniéndose  á  un  calor  sofocante,  causa  muchas  enfermedades 
endémicas,  particularmente  fiebres  y  reumatismos,  que  tantos 
estrag-os  ocasionan  en  los  europeos  que  van  á  establecerse  en 
aquellas  reg"iones. 

Unos  zapatos  que  dejé  de  ponerme  dos  ó  tres  días,  los  encon- 
tré cubiertos  por  una  capa  de  moho  de  un  dedo  de  espesor,  y 
lo  mismo  sucede  con  la  ropa  y  con  los  efectos  de  metal,  cuya 
oxidación  no  es  posible  evitar  por  mucha  precaución  que  se 
tenga. 

En  una  excursión  que  por  el  interior  de  la  isla  realicé  acom- 
pañando al  Sr.  Martínez  Escalera  para  recolectar  objetos  de 


(1)  Algunos  datos  sobre  estas  rocas  pueden  verse  en  los  trabajos  siguientes,  pu- 
blicados en  los  Anales  de  esta  Sociedad: 

Macpheeson:  Colecciones  recogidas  por  el  Br.  Ossorio,  tomo  xv,  pág.  314. 

LÓPEZ  Cañizares  :  A  Igunos  basaltos  de  la  costa  occidental  de  África,  tomo  xviii,  pá- 
gina 395. 

Calderón:  Un  basalto  de  Fernando  Póo,  tomo  xx,  Actas,  pág.  70. 


356  boletín    de   LA    SOCIEDAD    ESPAKOLA 

Historia  natural,  pudimos  apreciar  lo  frondosa  que  es  y  la 
riqueza  de  su  suelo.  ¡Qué  selvas,  qué  panoramas  y  qué  g-ig-an- 
tescos  árboles,  enlazadas  sus  ramas  y  troncos  con  lianas  y 
raíces  adventicias  formando  fig-uras  caprichosas,  animadas 
por  manadas  de  monos  de  diversas  especies  é  infinidad  de  aves 
de  raros  y  variados  colores! 

La  riqueza  principal  del  país  consiste  en  las  plantaciones  de 
cacao  y  café,  sobretodo,  las  primeras,  de  las  cuales  hay  ya 
muchas  en  producción,  Este  artículo,  tan  apreciado  en  la  Pe- 
nínsula y  demás  mercados  de  Europa,  lleg-ará,  por  su  elevado 
precio,  á  constituir  una  verdadera  riqueza,  no  sólo  para  la  isla 
de  que  se  ^rata,  sino  también  para  la  Península,  pues,  á  pesar 
de  las  muchas  dificultades  con  que  los  dueños  de  fincas  tropie- 
zan para  hacer  la  recolección,  la  cosecha  actual  ascenderá 
á  20.000  sacos,  los  cuales  arrojan  un  total  de  1.300.000  kilos, 
pag-ando  por  derechos  de  importación  la  misma  cantidad  en 
pesetas. 

También  se  pueden  sacar  ping*ües  rendimientos  de  las  made- 
ras de  construcción  aplicables  á  la  industria,  así  como  de  otros 
muchos  productos  propios  de  estas  reg'iones,  como  tabaco,  co- 
cos, plátanos,  canela  é  infinidad  de  frutas  y  plantas  alimenti- 
cias y  medicinales. 

Los  habitantes  se  hallan  en  estado  completamente  salvaje; 
su  raza,  como  se  sabe,  es  la  neg-ra,  pertenecientes  á  la  tribu 
de  los  Bubis;  son  de  carácter  dócil,  temen  y  respetan  al  blanco 
considerándolo  como  un  ser  superior  á  ellos,  y  emplean  el  ta- 
tuaje. 

Andan  casi  desnudos,  y  sus  viviendas  son  sucias  y  reduci- 
das; sus  ocupaciones  consisten  en  el  cultivo  de  sus  ñames 
(Colocasia  antiquorum ,  Schott ) ,  cuyo  tubérculo  constituye  su 
principal  alimento;  también  utilizan  el  plátano  y  la  malang-a 
(Xanthósoma  saglttcefoUiim  Schott),  frutos  que  en  Cuba  son 
iñuy  apreciados.  Los  hombres  se  dedican  á  lacazay  las  muje- 
res cuidan  de  las  plantaciones  y  se  ocupan  de  otras  faenas 
propias  de  su  sexo;  pero  son  poco  trabajadores,  y  esto  es  causa 
de  la  dificultad  de  encontrar  braceros  y  de  su  carestía,  teniendo 
que  ir  á  buscarlos  los  dueños  de  las  fincas  fuera  de  la  isla;  por 
lo  g'eneral,  los  traen  de  Sierra  Leona  (colonia  ing-lesa),  Monro- 
bia,  en  la  república  de  Liberia,  Lag-os  y  otros  puntos  del  con- 
tinente, costándoles  g-randes  sumas  y  no  poco  trabajo  trans- 


DE    HISTORIA    NATURAL.  357 

portarlos.  Si  los  Bubis  fuesen  trabajadores,  muchísimo  g-ana- 
ría  nuestra  colonia,  y  el  desarrollo  de  la  agTicultura  y  comercio 
sería  harto  mayor  de  lo  que,  por  desgracia,  es  hoy. 

Observan  la  polig-amia,  considerándose  tanto  más  ricos 
cuanto  mayor  es  el  número  de  mujeres  que  teng-an,  las  cuales 
adquieren  por  compra. 

II 

Habiendo  dispuesto  el  Sr.  Presidente  de  la  Comisión  partié- 
semos á  establecer  nuestra  residencia  en  el  cabo  de  San  Juan, 
punto  situado  en  los  nuevos  territorios,  el  «'eolog-o  señor  D'Al- 
monte,  el  Dr.  Osorio,  el  Sr.  Martínez  Escalera  y  yo,  salimos  de 
Santa  Isabel  de  Fernando  Poo  acompañados  por  el  prefecto 
apostólico  de  aquellas  misiones,  Rvmo.  Padre  Armeng'ol  CoU 
en  un  vapor  costero,  con  rumbo  á  dicho  punto,  donde  hay  una 
Misión.  Una  vez  establecidos  allí  marcharon  á  incorporarse  al 
resto  de  la  Comisión  los  señores  antes  citados,  excepción  hecha 
del  Sr.  Martínez  Escalera  y  yo,  que  nos  quedamos  en  dicho 
punto  para  empezar  nuestras  tareas  recolectando  y  preparan- 
do ejemplares  y  quedando  muy  satisfechos  de  haber  elegido 
este  punto,  no  sólo  por  tener  la  esperanrja  de  realizar  fructífera 
recolección,  sino  también  por  hallarnos  al  lado  de  los  misione- 
ros, los  cuales,  conocedores  del  país  y  sus  habitantes,  habían 
de  darnos  muy  útiles  consejos  y  prestarnos  g-randes  y  valiosos 
servicios. 

En  una  de  las  varias  excursiones  que  hicimos  en  cayuco 
(embarcación  indíg-ena  hecha  de  un  tronco  de  árbol)  dirig-iéii- 
donos  hacia  Baga  y  río  Aye,  pudimos  comprobar  lo  insalubre 
y  mortífero  que  es  aquel  país. 

líío  arriba  y  en  su  marg-en  derecha  encontramos  dos  pue- 
blecitos  cuyos  habitantes  pertenecían  á  la  tribu  llamada  Pa- 
mue,  los  cuales  tienen  reputación  de  antropófag-os,  siendo,  sin 
embarg-o,  pacíficos,  por  lo  menos  los  que  habitan  en  la  costa, 
ya  sea  por  el  trato  con  los  europeos,  ya,  también,  por  las  fre- 
cuentes visitas  que  les  hacen  los  misioneros  explicándoles  el 
Evang-elio  y  la  doctrina  de  Cristo,  la  cual  ya  han  abrazado 
muchos  de  aquéllos  indígenas. 

Hay  otras  varias  tribus  además  de  ésta,  como  los  Bengas, 
Bugebas,  Bapucos,  Balenges,  Vicos  y  alguna  más  que  no  r-e- 


358  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

cuerdo;  pero  como  los  principales  pobladores  actuales  de  aque- 
lla región  son  los  Pamues,  diré  de  sus  costumbres  lo  poco  que 
pude  observar.  Son  por  lo  g-eneral  fuertes,  valientes  y  excelen- 
tes cazadores;  extraen  el  hierro  y  con  él  fabrican  sus  lanzas  y 
machetes;  su  principal  ocupación  es  la  caza,  extracción  de  la 
g-oma  ó  caucho,  aceite  y  almendra  de  palma  que  cambian 
en  las  factorías  por  escopetas  de  chispa,  pólvora,  pistones,  aba- 
lorios con  los  cuales  se  adornan,  caña,  tabaco  y  alg-unas  telas 
que  emplean  para  hacerse  taparrabos;  son  g'uerreros  y  temi- 
dos por  las  otras  tribus,  siendo  esto  motivo  de  varias  reyer- 
tas; son  amig-os  de  la  verdad  y  la  justicia  y  deseosos  de  la 
civilización,  así  es  que  mandan  á  sus  hijos  á  educar  á  las 
Misiones. 

Andan  casi  desnudos,  tanto  los  hombres  como  las  mujeres; 
éstas  se  dedican  á  cuidar  de  la  prole  y  de  las  plantaciones  de 
yuca,  de  la  cual  extraen  una  harina  que  envuelven  con  hojas 
y  lueg-o  cuecen,  consistiendo  en  ella  su  principal  alimento, 
como  lo  es  para  los  Bubis  el  ñame.  Como  todas  lus  de  su  raza, 
se  adornan  los  brazos  y  piernas  con  arg-ollas  doradas,  el. cuello 
con  abalorios  y  cuentas  de  vidrio  que  alg-unas  pasan  por  las 
narices  sujetando  sus  extremos  por  cima  de  las  oTejas;  viven 
con  sumo  desaseo,  en  chozas  inmundas  hechas  de  bambú. 
También  existe  en  esta  tribu  la  polig-amia. 

La  riqueza  del  país  no  lleg-a  ni  con  mucho  á  la  de  Fernando 
Póo,  ni  hay  en  él  tanta  exuberancia  en  la  veg-etación  como  en 
el  último;  no  obstante,  pueden  extraerse  ricas  maderas  aplica- 
bles á  la  industria  y  hacerse  plantaciones  de  cacao  ,  café  y  ta- 
baco; existen  pizarras  carboníferas  y  bituminosas  y  también 
se  encuentra  alg-o  de  hierro,  pero  en  tan  pequeñas  cantidades 
al  parecer,  que  no  merecerá  la  pena  de  beneficiarlo. 

Entre  las  especies  animales  de  alg'ún  tamaño  abundan  el 
leopardo,  elefante,  hipopótamo,  g-orila,  chimpancé,  una  especie 
bovina  de  bosque,  antílopes  ,  puerco-espín  ,  así  como  monos, 
ardillas,  serpientes  venenosas  é  infinidad  de  aves  é  insectos 
de  variadas  especies,  entre  ellos  la  hormig-a  blanca  ó  comején 
que  destruye  todas  las  substancias  org-ánicas  que  encuentra  á 
su  paso.  Un  día  tuve  necesidad  de  revisar  mi  baúl,  y  cuál  no 
sería  mi  sorpresa  al  encontrarme  la  mayor  parte  de  la  ropa 
destrozada  por  este  insecto  que  tantos  daños  causa. 

La  flora  y  fauna  de  Coriseo,  los  dos  Elobey  y  las  márg-enes 


DE    HISTORIA   NATURAL.  359 

del  Muñí,  sitios  donde  he  estado,  son  ig-uales  á  los  de  Cabo 
San  Juan.  • 

Los  habitantes  de  Coriseo  y  los  Elobey  son  de  la  tribu  Benga, 
los  cuales,  por  su  roce  con  los  españoles,  han  adquirido  cos- 
tumbres más  europeas  que  los  Pamues  y  van  alg"o  más  vesti- 
dos que  las  otras  tribus;  se  encuentran  entre  ellos  muchos  que 
saben  hablar  nuestro  idioma;  su  ocupación  es  la  pesca,  sobre 
todo  de  tortug-as,  entre  las  cuales  se  halla  el  Carey,  siendo  ex- 
celentes marinos,  así  es  que  los  barcos  de  nuestra  Armada 
suelen  llevarlos  para  servirles  de  prácticos  por  aquellas  costas. 

Como  quiera  que  fué  tan  breve  el  tiempo  que  estuve  por 
aquellas  lejanas  é  insalubres  reg-iones,  y  éste  lo  pasé  casi 
siempre  enfermo,  no  puedo  dar  más  detalles  que  los  ya  dichos, 
y  aunque  poco  valgan  y  muchos  de  ellos  sean  conocidos  de  la 
Sociedad,  cumplo  g-ustoso  el  deber  de  comunicarlos  á  mis 
consocios,  por  si  pudieran  encontrar  en  ellos  algfo  de  interés. 

Sólo  me  resta  hacer  presente  mi  mucha  gratitud  á  los  misio- 
neros, Hijos  del  Inmaculado  Corazón  de  María,  allí  estableci- 
dos, y  que  por  tres  veces  que  estuve  g-ravemente  enfermo  en 
Cabo  San  Juan  y  Elobey,  me  asistieron  y  curaron  como  si  me 
hubiese  hallado  aliado  de  mi  familia. 

A  fuerza  de  g-randes  trabajos  y  no  pequeñas  penalidades 
tienen  establecidas  varias  Casas-Misiones,  donde  educan  y  en- 
señan á  los  indíg-enas,  que  poseen  las  primeras  letras  y  varios 
oficios,  aficionándoles  de  este  modo  al  trabajo. 

Las  Misiones  hasta  hoy  establecidas,  son  las  sig-uientes:  en 
Fernando  Póo,  Basilé,  Banapá,  San  Carlos,  Concepción,  Muso- 
la  y  Santa  Isabel,  donde  reside  el  Rvmo.  Padre  Prefecto,  y  en 
el  continente,  Cabo  San  Juan,  islas  de  Coriseo,  Elobey  chico  y 
Annobón. 


Nota  sobre  Maláquidos  de  España 


D.    SERAFÍN    DE    UHAGÓN. 

El  Sr.  D.  Roberto  Flores,  de  Cang-as  de  Tineo  (Oviedo),  ha 
tenido  la  bondad  de  remitirme  en  consulta  las  especies  de 
Maláquidos  por  él  recog-idos  en  aquel  concejo,  y  son : 


m)  BOLETÍN    DE    I,A    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

CMropus paUipes  01. 

Hypehaeus  albifrons  F. 

Ebaeus  rubroniger  Goze,  var.  glahricoUis  Rey. 

A  ttalus  amicius  Er. 

Axmotarsus  piilicarius  F. 

Malachius  marginellus  01. 

—  lusHaniciis  Er, 

—  sjñnosus  Er. 

—  elegaiis  01. 

—  {Cyrtosus)  cyampennis  Er.,  var.  Mfrons  Ab. 

De  esta  última  variedad  me  ha  enviado  el  Sr.  Flores  tres 
ejemplares  rf  bien  caracterizados;  su  existencia,  por  lo  tanto, 
en  nuestra  península,  está  plenamente  comprobada. 

Yaque  de  Maláquidos  me  ocupo,  añadiré  que  M.  Maurice 
Pie,  de  Dig-oin,  me  escribe  haciéndome  observar  que  en  el  nú- 
mero 182  de  «L'Echang-e»,  1900,  p.  53,  ha  descrito  con  el  nom- 
bre de  Abeillei  un  Attalus  del  Norte  de  África,  que  resulta  así 
tener  la  prioridad  sobre  el  que  con  ig-ual  desig-nación  especí- 
fica di  yo  á  conocer  en  mi  ensayo.  Presentado  mi  manuscrito 
á  nuestra  Sociedad  en  la  sesión  del  9  de  Febrero  de  1898,  su 
publicación  se  retrasó  hasta  el  reparto  del  3.^'-  cuaderno  del 
tomo  xxix  de  los  Anales,  que  lleva  la  fecha  de  31  de  Marzo 
de  1901 ,  y  así  queda  explicado  el  hecho  de  la  duplicidad  de 
nombre  á  que  M.  Pie  se  refiere. 

Sustituyéndolo  por  el  de  A.  Elzearii  mihi  queda  arreg-lada 
la  cuestión,  sin  separarme  yo  de  mi  propósito  de  dar  á  M.  El- 
zear  Abeille  de  Perrin  pública  muestra  de  mi  simpatía  y  de 
mi  agradecimiento. 

La  sinonimia  habrá  de  establecerse  del  sig-uiente  modo: 

Attalus  Elzearii  ühag". 

— '      Abeillei  Uhag-.  An.  Soc.  esp.  de  Hist.  nat.,  t.  xxix, 
pág-inas  352-122,  1901. 


BOLETÍN 


SOCIEDAD  ESPAÑOLA  DE  HISTORIA  NATURAL 


Sesión  del  4  de  Diciembre  de  1901. 

PRESIDENCIA     DE     DON     BLAS     LÁZARO     É     IBIZA. 

El  Secretario  leyó  el  acta  de  la  sesión  anterior,  la  cual  fué 
aprobada. 

Correspondencia.— El  Sr.  Adrien  Dollfus,  de  vuelta  á  París,  su 
residencia  habitual,  da  g-racias  á  la  Sociedad  por  haberle  nom- 
brado socio  correspondiente  extranjero. 

Fallecimientos.— El  Sr.  Presidente  dio  cuenta  del  fallecimiento 
de  nuestro  consocio  D.  Gabriel  Fernández  Duro,  coronel  de 
Artillería,  persona  altamente  estimable  por  sus  condiciones 
personales  y  como  naturalista  dedicado  con  especialidad  al  es- 
tudio de  los  lepidópteros  de  España,  de  los  que  había  reunido 
una  importante  colección,  merced  á  sus  perseverantes  ca- 
cerías. 

Se  acordó  constara  en  el  acta  de  este  día  el  sentimiento  con 
que  la  Sociedad  había  sabido  tan  triste  nueva. 

Admisiones.— Quedaron  admitidos  como  socios  numerarios 
D.  Aurelio  Rivas  Mateos,  Licenciado  en  Farmacia,  de  Serradi- 
11a  (Cáceres)  y  D.  Fernando  López  Mendicutía,  alumno  de  la 
Facultad  de  Ciencias,  de  Madrid,  presentados  por  D.  Ig-nacio 
Bolívar;  el  R.  P.  Ag-ustín  Barreiroy  Martínez,  de  Madrid,  pre- 
sentado por  D.  Jaime  Alorda;  y  D,  Mauricio  Pie,  de  Dig-oin 
(Francia),  presentado  por  1).  Emilio  Traizet;  fueron  también 
aceptados  como  miembros  de  la  Sociedad  los  Institutos  de  Bur- 
g-os  y  Vitoria  á  propuesta  del  catedrático  D.  José  López  de  Zua- 

N.»  10. -Diciembre,  1901.  27 


36-2  boletín    de   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

zo,  y  el  de  Palma  de  Mallorca  á  propuesta  de  D.  José  Fuset. 
Se  hicieron  tres  nuevas  propuestas  de  socios  numerarios  y 
una  de  socio  ag-reg-ado. 

Proposiciones.— Se  acordó  proponer  el  cambio  de  nuestras  pu- 
blicaciones por  los  trabajos  del  Depósito  de  la  Guerra ,  y  se 
aceptó  el  convenido  con  la  «Wiener  entomologische  Zeitung*» 
y  la  "Stettiner  Entomologische  Zeitung-v,  órg-anos  de  las  Socie- 
dades entomológ-icas  de  Viena  y  Stettin. 

Con  este  motivo  el  Sr.  Presidente  propuso  se  hicieran  g-es- 
tiones  para  que  nos  facilitasen  sus  trabajos  y  publicaciones  el 
Instituto  Geográfico  y  Estadístico  y  el  Depósito  Hidrográfico, 
en  los  cuales  se  contienen  mapas  y  datos  muy  interesantes  y 
de  g-ran  utilidad  para  nosotros,  referentes  al  territorio  español. 
Así  fué  acordado. 

También  propuso  el  Sr.  Presidente  se  sig-nificara  de  alg-una 
manera  la  g-ratitud  de  la  Sociedad  hacia  el  Sr.  Ministro  de 
Instrucción  pública  por  haber  atendido  la  proposición  de  ésta 
en  punto  á  que  la  enseñanza  elemental  de  las  ciencias  natura- 
les figure  entre  las  de  las  e.scuelas  elementales,  formando 
aquéllas  parte  de  los  Programas  en  el  nuevo  Reglamento  de 
oposiciones,  así  como  también  por  su  reciente  decreto  sobre 
Museos  de  Historia  natural  y  jardines  botánicos  provinciales, 
que  tanto  han  de  contribuir  al  conocimiento  de  nuestro  suelo; 
ambas  medidas  honran  al  Ministro  que  las  ha  decretado  y  le 
hacen  acreedor  al  reconocimiento  de  cuantos  nos  interesamos 
por  el  desarrollo  de  las  ciencias  y  de  la  cultura  patria.  La  So- 
ciedad acordó  por  unanimidad,  después  de  breve  discusión, 
que  se  dirigiera  un  oficio  al  Sr.  Conde  de  Romanones  felicitán- 
dole por  ambas  medidas. 

Igualmente  se  acordó,  á  propuesta  del  Sr.  Bolívar,  dirig-ir 
otra  comunicación  al  Sr.  Ministro  de  Estado  para  manifestarle 
la  satisfacción  que  tendría  la  Sociedad  en  que  fueran  elegidos 
sus  Anales  para  publicar  los  trabajos  y  Memorias  que  se  escri- 
ban sobre  los  materiales  recogidos  por  el  Sr.  Martínez  de  la 
Escalera  en  las  posesiones  españolas  del  Muni  y  haciéndole 
ofrecimiento  de  los  mismos  para  este  fin. 

Comunicaciones  verbales.— El  Sr.  Martínez  de  la  Escalera,  á  rue- 
go delSr.  Presidente,  dio  noticias  sobre  la  excursión  al  Muni 


DE    HISTORIA   NATURAL.  363 

realizada  como  individuo  de  la  Comisionantes  referida  y  sobre 
sus  recolecciones  de  Historia  natural,  prometiendo  redactar 
una  nota  más  detallada  cuando  se  hayan  desembalado  las  ca- 
jas que  contienen  aquellos  ejemplares. 

El  Sr.  D.  Norberto  Font,  presbítero,  de  la  Sección  de  Barce- 
lona, dio  cuenta  del  descubrimiento  de  una  cueva  llena  de 
brecha  huesosa  en  Gracia  (Barcelona),  con  motivo  de  las  impor- 
tantes obras  de  urbanización  que  se  están  verificando  en  la 
finca  de  c.  Larra,  hoy  propiedad  de  D.  Ensebio  Güell.  Al  tener 
noticia  nuestro  consocio  de  que  se  habían  hallado  diversos 
huesos  en  un  desmonte,  los  cuales  desaparecieron  ya,  por 
desg-racia,  mandó  por  encarg-o  del  propietario  continuaran  la 
exploración  con  las  precauciones  necesarias,  encontrando  una 
multitud  de  fragmentos  de  huesos  de  diversos  animales,  de 
g-rande  y  pequeña  talla,  pero  de  difícil  clasificación,  atendido 
á  su  estado  y  á  la  falta  de  piezas  características.  Son,  no  obs- 
tante, dig-nos  de  nota  unos  g-ran des  trozos  de  mandíbula  de 
l\Mnoceros,  con  las  piezas  dentarias  correspondientes;  otros  de 
asta  de  Cervns  (probablemente  megaccros,  aunque  no  puede 
afirmarse  con  toda  seg'uridad);  g-ran  número  de  dientes  de  un 
roedor  no  clasificado  aún,  y  además  bastantes  ejemplares  de 
Testudo  graca  (?)  de  gran  tamaño  y  una  infinidad  de  Helix 
aspersa.  Debe  advertirse  que  estos  últimos  estaban  empotrados, 
en  la  plancha  estalagmítica,  sobre  la  cual  aparecían  como 
aplastadas  las  mencionadas  tortug'as,  y  encima  la  brecha  hue- 
sosa. No  se  encontró  el  menor  resto  que  indicara  la  presencia 
del  hombre. 

El  Secretario  participó  haberse  recibido  la  continuación  de 
los  «Nuevos  estudios  sobre  las  ag-allas»  porD.  Manuel  Fernán- 
dez de  Gatta. 

El  Sr.  Barras  leyó  una  nota  sobre  una  «Palmera  ramificada 
del  Alcázar  de  Sevilla»,  y  el  Sr.  Sánchez  otra  sobre  «El  diver- 
tículo  de  la  bolsa  copulatriz  del  HeJix  aspersa». 

Los  tres  trabajos   enunciados  aparecen  en  el  Boletín,  así 
como  el  presentado  en  la  sesión  anterior  por  el  Sr.  Cabrera  so- 
bre mamíferos  del  Museo  de  Madrid,  que  no  pudo  insertarse 
en  el  número  anterior  por  no  haberse  terminado  á  tiempo  los. 
clichés  intercalados  que  le  ¿lustran. 

El  Sr.  Calderón  dijo  que  en  la  sesión  del  4  de  Noviembre  úl- 
timo de  la  Sociedad  g-eológica  de  Francia,  M.  H.  Dallemag-ne 


364  boletín    de    LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

se  había  ocupado  de  una  cuestión  interesante  en  sí,  y  espe- 
cialmente para  nosotros,  por  referirse  á  la  g-eolog-ía  española: 
la  cavadura  del  valle  del  Bidasoa,  el  cual  proporciona,  seg-ún 
aquel  g'eólog-o,  un  brillante  ejemplo  de  rápida  erosión  por  las 
ag-uas  procedentes  de  los  gdaciares  cuaternarios.  Sig-uiendo  la 
ribera  desde  Venta  de  Yanci  hasta  Fuenterrabía  se  advierten 
de  trecho  en  trecho,  á  una  altura  de  15  á  20  m.  próximamen- 
te sobre  el  nivel  actual  de  las  ag-uas  del  río,  depósitos  aluviales 
de  g"uijarros  y  cantos  hasta  de  medio  metro  cúbico,  arcillas 
ocráce.ts  y  arenas,  encerrando  todas  las  variedades  de  rucas 
que  componen  el  valle.  En  este  mismo  nivel  las  calizas  de  Vera 
se  hallan  fuertemente  corroídas. 

En  Fuenterrabía  el  depósito  se  alza  20  ra.  sobre  el  nivel  del 
mar,  en  discordancia  sobre  las  pizarras  turonianas.  Su  impor- 
tancia había  hecho  pensar  que  el  Oarse,  que  desemboca  ac- 
tualmente, en  el  puerto  de  Pasajes,  debió  verter  sus  ag-uas  en 
Fuenterrabía.  El  autor  piensa  que  hay  que  abandonar  esta 
versión  porque  ha  encontrado  en  los  aluviones  citados  cantos 
de  ofita  que  no  pueden  provenir  más  que  del  Bidasoa,  puesto 
que  el  valle  del  Oarse  no  encierra  ni  vestig'ios  de  esta  roca. 

«La  rapidez  de  la  cavadura  del  lecho  del  Bidasoa,  dice  el 
autor  en  conclusión,  parece  inneg'able  si  se  atiende  á  que  no 
existe  ning-ún  otro  depósito  entre  la  línea  relativamente  con- 
tinua de  los  aluviones  que  he  señalado  y  los  que  se  depositan 
actualmente  en  el  lecho  del  río.» 

Secciones.— La  de  Barcelona  celebró  sesión  el  día  30  de  No- 
viembre último,  bajo  la  presidencia  de  D.  José  Casares  y 
Gil. 

Fueron  admitidos  como  socios  numerarios,  presentados  en 
la  sesión  anterior: 

D.  Carlos  Calleja  y  Borja-Tarrius,  Catedrático  de  Medicina. 

D.  Manuel  Mascareñas  y  Boscasa,  Licenciado  en  Ciencias. 

Se  hicieron  tres  propuestas  de  socios  numerarios. 

Se  dio  lectura  á  las  sig"uientes  notas: 

«Laboratorio  de  manipulaciones  de  Historia  natural  en  la 
Universidad  de  Barcelona»,  por  D.  Odón  de  Buen. 

El  «Hiriido  troctiiía  John»,  de  Extremadura,  por  D.  M.  Ri- 
vas  Mateos. 

Ambos  trabajos  aparecen  en  el  Boletín. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  365 

La  Sección  de  Sevilla  celebró  sesión  el  30  de  Noviembre 
de  1901,  bajo  la  presidencia  de  D.  Julio  Ferrand. 

Filé  propuesto  como  socio  el  Sr.  D.  Enrique  Laza,  Director 
propietario  del  Laboratorio  químico,  calle  del  Duque  de  la 
Victoria,  núm.  6,  Málag-a,  presentado  por  los  Sres.  Ferrand, 
Paúl  y  Chaves. 

El  Sr.  Paúl  dio  cuenta  del  examen  de  unas  aceitunas  remi- 
tidas por  el  Sr.  Laza  y  de  procedencia  desconocida.  Dichas 
aceitunas  ofrecen  la  particularidad  de  ser  lobadas,  en  tres  ó 
cuatro  lóbulos,  constituyendo  una  variedad  designada  en  el 
país  con  el  nombre  de  aceituna  de  figura.  Dijo  el  Sr.  Paúl 
haber  observado  dicha  variedad  en  Huevar,  en  una  hacienda 
del  Sr.  Marqués  de  la  Motilla,  y  recor- 
dó á  este  propósito  que  en  la  suya  de 
Huevar  existían  olivos  con  una  fruc- 
tificación anormal  consistente  en  dar  lí  2^  "R 
<_lx)s  clases  de  aceituna  en  la  misma 
rama,  de  cuyo  hecho  da  mejor  idea 
que  cualquier  explicación  el  dibujo 
adjunto,  en  donde  A  es  el  fruto  ñor-  j\ 
mal,  y  B  es  el  fruto  monstruoso,  cons- 
tituido por  aceitunas  deprimidas  de  contorno  circular  cuyas 
■dimensiones  no  exceden  de  las  de  un  alverjón,  provistas  de 
hueso,  y  pasando  por  las  distintas  fases  normales  hasta  com- 
pletar la  madurez. 

El  Sr.  Paúl  manifestó  no  acertar  á  encontrar  la  explicación 
■científica  de  este  hecho  curioso. 

El  Sr.  Chaves  mostró  ejemplares  de  un  mineral  de  síntesis 
accidental  que  le  fué  donado  por  D.  Carlos  del  Río  y  procede 
de  las  escorias  de  un  horno  de  reducción  de  minerales  de  cobre 
de  Río  Tinto.  Los  ejemplares  de  este  silicato,  que  parece  ser  un 
piroxeno,  están  constituidos  por  bellos  cristales  implantados, 
que  miden  hasta  2  cm.  en  su  mayor  long-itud  y  desarrollados  por 
crecimiento  escalonado,  formando  tremías.  Manifestó  el  señor 
Chaves  que  la  insuficiencia  de  los  medios  materiales  de  estu- 
dio que  actualmente  posee  no  le  han  permitido  realizar  aún 
el  examen  completo  de  tan  interesantes  cristales,  ofreciendo  á 
la  Sociedad  dar  cuenta  de  lo  que  en  adelante  le  sea  posible 
resolver  en  este  asunto. 

Terminada  la  lectura  de  las  actas  de  las  Secciones,  los  seño- 


366  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

res  Tesorero,  Secretario  y  Bibliotecario  dieron  cuenta  del  esta- 
do de  la  Sociedad,  leyendo  además  el  primero  el  sig-uiente 


Estado  de  los  ingresos  y  gastos  de  la  Sociedad  Española  de  Historia 
natural,  desde  1.°  de  Diciembre  de  1900  á  30  de  Noviembre  de  1901. 


INGRESOS. 

PESETAS. 


Saldo  á  favor  de  la  Sociedad  en  30  de  Noviembre  de  1900 215,62 

Recaudado  por  cuotas  corrientes 3  921 

.  Id.      por  cuotas  atrasadas,  según  detalle  adjunto 835 

Id.      por  cuotas  adelantadas  para  1902 25 

Id.      por  suscripciones 34.5 

Id.      por  venta  de  publicaciones  á  varios  socios,  según  detalle  adjunto.        571  ,S7 
Id.      por  tiradas  aparte , 140,40 

Total (5. 053,95 


GASTOS. 

Abonado  por  papel  para  el  Boletín  y  los  Anafe-s 1.002,30 

Id.        por  impresiones  y  tiradas  aparte  de  los  mismos 2.934,76 

Id.       por  láminas  y  grabados 111,80 

Id.        por  haberes  del  dependiente 480 

Id.       por  gastos  de  correos  y  envios  de  Boletines  y  Anales 373,15 

Id.       por  gastos  menores  y  presupuestos  de  las  Secciones 568,42 


Total 5.500,43 


RESUMEN. 

Suman  los  ingresos 6.053,95 

Id.     los  gastos 5..500,43 

Saldo  á  favor  de  la  Sociedad  en  1."  de  Diciembre  de  1901..  .553, .^2 


Á  propuesta  del  Sr.  Presidente  fueron  desig-nados  para  exa- 
minar las  anteriores  cuentas  y  dar  informe  acerca  de  ellas  los 
Sres.  Azpeitia,  Font  y  Fernández  Navarro,  acordándose  que  las 
Memorias  de  Secretaría  y  de  la  Biblioteca  se  inserten  en  el 
mira.  1  del  Boletín  correspondiente  al  mes  de  Enero  del  año 
próximo. 

Suspendida  la  sesión  por  alg-unos  min-utos  se  procedió  á  la 
elección  de  carg-os  para  el  año  próximo,  dando  el  sig'uiente  re- 
sultado: 


DE    HISTORIA    NATURAL.  7 

Junta  Directiva  para  1902. 

Presidente:  D.  Federico  Oloriz  y  Ag-uilera. 
Vicepresidente:  D.  Zoilo  Espejo. 
Tesorero:  D.  Ig-nacio  Bolívar  y  Urrutia. 
Secretario:  D.  Salvador  Calderón. 
Vicesecretario:  D.  José  María  Dusmet  y  Alonso. 
Bibliotecario:  D.  Rafael  Blanco  y  Juste. 
Vicetesorero:  D.  Antonio.  García  Várela. 

Comisión  de  publicación. 

D.  José  Macpherson. 

T).  Francisco  de  P.  Martínez  y  8áez. 

D.  Germán  Cerezo  y  Salvador. 

Comisión  de  Catálogos. 

D.  Gabriel  Puig-  y  Larraz. 

D.  Blas  Lázaro  é  Ibiza. 

D.  José  Rodríg-uez  Mourelo. 

D.  José  María  Dusmet  y  Alonso. 

D.  Juan  Manuel  Díaz  del  Villar. 

1).  Enrique  Pérez  Zúñig-a. 

D.  Ang-el  Cabrera  y  Latorre. 

Notas  y  comunicaciones. 
Descripción  de  tres  nuevos  mamíferos  americanos 

POR 

D.    ÁNGEL    CABRERA   LATORRE. 

En  la  colección  de  mamíferos  del  Museo  de  Ciencias  natura- 
les he  hallado  tres  ejemplares  pertenecientes  á  otras  tantas 
especies  americanas,  que  creo  no  han  sido  hasta  ahora  descri- 
tas. Dos  de  ellos  son  quirópteros,  y  fueron  recogidos  durante 
la  expedición  al  Pacífico:  ,el  tercero  es  un  roedor  que  lleva 


368 


boletín  de  la  sociedad  española 


muchos  años  en  los  armarios  del  Museo,  aunque  considerado 
como  otra  especie  ya  conocida. 

Teniendo  en  preparación  el  catálog-o  de  la  colección  mencio- 
nada por  encargo  del  profesor  1).  Francisco  de  P.  Martínez  y 
8áez,  y  deseando  no  romper  la  uniformidad  que  requiere  se- 
mejante trabajo,  con  descripciones  de  nuevas  especies,  doy  á 
continuación  las  de  las  tres  á  que  acabo  de  referirme. 

Vespertilio  Espadas  sp.  n.  (fig-.  1."  a  —  c). 

V.  aJho-flavidíis,  auricuUs  mediocribus ,  ad  aiñces  rotundañs, 
margine  exteriore  infra  co7ivexa;  trago  l)revi,  augusto,  margini- 
bíis /ere  paralleUs ,  ápice  obtuso;  cauda  longitudine  radium  pro 
xime  aquante,  mcmbranam  excedente. 

Esta  especie  debe  ser  incluida,  tanto  por  sus  caracteres  ex- 
ternos, como  por  su  sistema  dentario,  en  el  subg-énero  ^^/e- 


\ 


Fig-.  1.'  —  a-c.  Vespertilio  Espadre. 
d-f.  Myotis  Thomasi. 


sicus  Rafin.  (=  Vesperus  Keys.  y  Blas.),  ocupando  un  lug-ar 
muy  próximo  al  V.  magellanicus  Phil. 

Hocico  muy  ancho  y  obtuso;  tabique  nasal  con  una  ligera 
depresión  vertical  en  medio.  Orejas  medianas,  llegando,  si  se 
las  extiende  hacia  delante,  hasta  la  mitad  de  la  distancia  entre 
la  nariz  y  él  ojo;  su  forma  se  aproxima  á  la  triangular,  y 
la  punta  es  ancha  y  redondeada;  el  borde  interno  muy  con- 
vexo, sobre  todo  en  el  ángulo  inferior;  el  externo  presenta 
hacia  la  mitad  una  depresión  poco  marcada,  bajo  la  cual  se 
hace  bruscamente  convexo,  y  termina  1  mm.  más  abajo  de  la 


DE   HISTORIA    NATURAL.  369 

comisura  bucal  con  un  lóbulo  semicircular,  lóbulo  que  se 
halla  separado  del  resto  del  borde  por  una  escotadura  bastan- 
te ancha.  Trag-o  no  muy  encorvado,  estrecho,  de  una  anchura 
aproximadamente  ig-ual  en  toda  su  long-itud,  estrechándose 
sólo  de  un  modo  casi  imperceptible  hacia  el  ápice,  que  es  ob- 
tuso y  redondeado  (fig-.  1/,  cj. 

Las  alas  lleg-an  hasta  la  base  de  los  dedos  de  los  pies;  el 
lóbulo  post-calcáneo  es  casi  nulo;  la  última  vértebra  caudal  y 
una  cuarta  parte  de  la  penúltima,  sobresalen  de  la  membrana 
interfemoral. 

Pelo  larg'o  y  suave;  en  la  cara  se  extiende  hasta  una  línea 
que  va  de  un  ojo  á  otro  formando  un  arco  de  círculo  con  la 
convexidad  hacia  el  hocico.  Este  está  sembrado  de  numerosas 
vibrisas  blanquecinas.  Las  membranas,  así  por  encima  como 
por  debajo,  están  desnudas,  presentándose  sólo  cubiertas  por 
el  pelo  del  cuerpo  en  la  parte  más  inmediata  á  éste. 

Todos  los  pelos  son  de  color  rojo-leonado  á  partir  de  la  raíz, 
en  una  extensión  de  dos  tercios  poco  más  ó  menos,  y  lueg-o  de 
un  blanco  amarillento;  en  el  abdomen,  la  parte  roja  es  más 
pálida,  y  en  medio  del  dorso  más  obscura;  pero  estas  diferen- 
cias no  influyen  en  el  color  g-eneral  del  animal,  que  aparece 
totalmente  amarillento  por  mostrarse  al  exterior  tan  sólo  lo 
que  es  de  este  color,  si  bien  la  parte  obscura  da  ciertos  mati- 
ces rojizos  á  aquellos  sitios  en  que  por  la  disposición  natural 
del  pelo,  se  ve  la  raíz  de  éste.  Las  membranas  son  pardas. 

Los  incisivos  superiores  internos  son  bastantes  larg'os  y  bífi- 
dos;  los  externos  ag-udos  y  muy  cortos,  lleg-ando  apenas  hasta 
la  mitad  del  lóbulo  externo  de  los  otros.  Los  caninos  maxila- 
res muy  robustos,  de  doble  long-itud  que  los  incisivos  interio- 
res; inmediatamente  detrás  de  cada  uno  de  ellos  hay  un  solo 
premolar,  también  muy  desarrollado.  Los  incisivos  mandi- 
bulares son  todos  ig-uales,  pequeños  y  trilobulares;  el  canino 
es  tres  veces  más  larg'o  que  ellos;  el  primer  premolar,  una 
mitad  más  chico  que  el  segundo,  que  es  un  poco  más  corto 
que  el  canino. 

Dimensiones  ( ^Z  adulto  en  alcohol).  —  Cabeza  y  cuerpo, 
50  mm.;  cola,  37;  cabeza,  15;  oreja,  11;  trag-o,  0,5;  antebrazo, 
38;  pulg-ar,  0,6;  seg-undo  dedo,  36;  tercer  dedo:  metacarpia- 
no,  34;  primera  falang-e,  13;  seg-unda  falang-e,  12;  cuarto  dedo: 
metacarpiano,  .32;  primera  falang-e,  11;  seg-unda  falang-e,  0,8; 


T.fí  boletín  de  la  sociedad  española 

quinto  dedo:  metacarpiano,  31;  primera  falang-e,  0,9;  seg-unda 
falang-e,  0,5;  tibia,  14;  pie  con  uñas,  0,8;  calcáneo,  14. 

El  único  ejemplar  que  de  esta  especie  posee  el  Museo  pro- 
cede de  Babahoyo  (Ecuador),  y  fué  encontrado  en  el  mes  de 
Noviembre  de  1864,  entre  la  corteza  medio  desprendida  de  un 
árbol  muerto,  morada  que  compartía  con  cuatro  hembras  de 
Molossus  nasiítus  Spix. 

Dedico  el  Vespertilio  en  cuestión  á  la  memoria  del  malog^ra- 
do  naturalista  D.  Marcos  Jiménez  de  la  Espada,  que  á  su 
mérito  como  conocedor  de  la  fauna  neotropical,  unía  la  cir- 
cunstancia de  ser  quien  recog-ió  esta  especie  y  la  sig-uiente, 
con  muchas  otras  correspondientes  á  la  misma  fauna. 

Myotis  Thomasi  sp.  n.  (fig-.  1/,  d-f). 

M.  auribus  magnis,  margine  exteriore  siipra  concava,  infra 
convexinscicla,  margine  interiore  convexa,  ángulo  inferiore  recto; 
trago  longo,  aciito,  margine  interiore  recta,  exteriore  convexa: 
vellere  longo,  casianeo,  pilis  ápice  siiprafulms,  subtus  albo-fíavi- 
dis;  facie  nsque  ad  labia  pilosa. 

Hocico  obtuso;  narices  abiertas  casi  en  el  borde  de  lá  boca, 
y  en  forma  de  coma  invertida  (').  Orejas  grandes;  extendidas 
hacia  delante  llegan  precisamente  hasta  las  ventanas  de  la 
nariz;  en  la  punta  son  redondeadas;  el  borde  externo,  cóncavo 
en  su  tercio  superior,  es  en  lo  demás  lig-eramente  convexo, 
terminando  con  un  lobulillo  redondeado;  el  interno,  convexo 
en  casi  toda  su  extensión,  forma  inferiormente  un  ángulo  recto 
perfecto,  cuyo  lado  horizontal  termina  justamente  encima 
del  punto  en  que  acaba  el  borde  exterior.  Trago  largo,  de 
punta  estrecha  y  aguda,  y  bastante  parecido  al  del  Myotis  myo- 
tis de  nuestro  país;  su  borde  interior  es  recto  y  el  exterior  casi 
totalmente  convexo,  con  un  pequeño  lóbulo  basilar  redondeado 

(fig-.  l.^/). 

Alas  hasta  la  base  de  los  dedos;  la  cola  sólo  excede  á  la  mem- 
brana en  la  última  vértebra;  el  calcáneo  llega  hasta  la  mitad 
de  la  distancia  entre  el  talón  y  la  cola. 

Pelo  muy  abundante,  largo  y  suave;  apenas  extendido  sobre 
las  membranas,  cubre  por  completo  el  cuerpo  y  toda  la  cabeza, 
ocultando  la  base  de  las  orejas  (en  la  fig-ura  se  muestra  descu- 
bierta) y  llegando  hasta  el  mismo  labio  superior,  que  está  bor- 
deado por  una  franja  de  pelillos  blancos  dirigidos  hacia  abajo 
y  atrás;  solamente  quedan  desnudos  un  pequeño  espacio  aire- 


DE    HISTORIA   NATUHAL.  37í 

(ledor  de  las  narices  y  otro  de  forma  triang-ular  en  medio  del 
labio  inferior.  Los  pelos,  castaño -neg-ruzcos  en  sus  dos  tercios 
basilares,  son  de  un  leonado  muy  pálido  en  la  punta;  en  me- 
dio del  vientre,  el  leonado  está  substituido  por  blanco-amari- 
llento, y  el  castaño  obscuro  ocupa  mayor  extensión.  El  color 
g-eneral  es  á  primera  vista  leonado  claro  por  encima  y  blan- 
cuzco por  debajo,  con  matices  obscuros  debidos  á  que  la  parte 
media  de  los  pelos  se  ve  muy  bien  exteriormente.  sobre  todo  á 
ciertas  luces.  Las  membranas  pardas. 

Los  incisivos  maxilares  son  ig'uales  entre  sí  y  están  inclina- 
dos hacia  el  centro;  entre  el  lateral  y  el  canino,  que  tiene  tres 
veces  la  long-itud  de  aquél,  hay  un  espacio  ig"ual  al  ancho  de 
cada  incisivo;  el  primer  premolar  maxilar  es  sumamente 
pequeño  y  está  adosado  al  áng'ulo  posterior  interno  de  la  base 
del  canino;  el  seg"undo  premolar,  situado  asimismo  un  poco 
más  adentro  que  los  demás  dientes,  es  aún  más  pequeño,  hasta 
el  punto  de  no  ser  visible  sino  con  el  auxilio  de  la  lente.  Los 
incisivos  mandibulares  un  poco  proclives;  el  tercero  de  cada 
lado  un  poco  más  g"rande  que  los  otros  dos;  el  canino  más 
corto  que  el  maxilar  y  con  la  punta  más  roma. 

Dimensiones  (Q  adulta  en  alcohol).  —  Cabeza  y  cuerpo. 
46  inm.;  cola,  40:  cabeza,  1.5;  oreja,  13;  trag"o,  08;  antebrazo. 
39;  pulg-ar,  06;  seg'undo  dedo,  34;  tercer  dedo:  metacarpiano, 
33;  primera  falang-e,  11;  seg-unda  falang-e,  10;  cuarto  dedo: 
metacarpiano,  31;  primera  falang-e,  08;  seg'unda  falang-e,  09: 
quinto  dedo:  metacarpiano  ,  31;  primera  falang-e,  08;  seg'un- 
da falang-e,  06;  tibia  15;  pie  con  uñas,  09;  calcáneo,  14. 

No  teng-o  ning-ún  dato  seg-uro  sobre  la  localidad  del  único 
ejemplar  que  he  podido  estudiar,  pero  muy  probablemente 
procede  del  Brasil  mei'idional,  pues  lo  encontré  reunido  en  un 
mismo  frasco  con  varios  ejemplares  de  Myotis  nigricans  que 
me  consta  están  cog-idos  en  aquella  reg-iún. 

Este  quiróplero  entra  por  sus  caracteres  en  el  g-rupo  de  los 
verdaderos  Mijotls,  teniendo  su  puesto  al  lado  de  las  pequeñas 
especies  americanas  (M.  nigricans,  Jaclfugus,  albescens,  etc.), 
con  alg-unas  de  las  cuales  tiene  bastantes  puntos  de  contacto. 

Al  darle  nombre,  he  querido  hacer  públicos  mi  admiración 
y  respeto  hacia  el  ilustre  zoólog-o  inglés  Mr.  Oldfield  Tho- 
mas,  autor  de  innumerables  trabajos  sobre  mamíferos  ameri- 
canos. 


:íT2 


boletín  de  la  sociedad  española 


Capromys  elegans  sp.  n.  (fig-.  2."). 

C.  rufo-/lax¡us,  capite,  cauda  pedibusque  castaneo-fuscis;  ma- 
i'alafadaJi  minima,  flava;  macula  alia  dorsali  magna,  lancéala, 
fusca,  albo-lwibata:  pilis  fronlaübiis  erectis. 

Como  ya  he  indicado,  el  ejemplar  que  me  ha  servido  para 
•establecer  esta  especie,  existe  desde  hace  muchos  años  en 
nuestro  Museo;  llevaba  una  etiqueta  en  la  que  se  le  desig-naba 
como  Capromys  prehensilis,  de  Cuba.  Aun  cuando  no  me  inspi- 
ran g-ran  confianza  los  datos  consig-nados  en  las  etiquetas  de 


Fig.  2.^  — Capromys  elegans. 


los  ejemplares  antig'uos,  el  referente  á  la  localidad  puede  muy 
bien  ser  exacto  en  este  caso,  pues  de  Cuba  ó  de  las  islas  veci- 
nas á  ésta  proceden  todos  los  Capromys  actualmente  conocidos; 
pero  en  cuanto  á  la  determinación  de  la  especie,  la  cosa  varía 
de  aspecto.  Dos  excelentes  ejemplares  de  Capromys  prehensilis 
hay  en  el  Museo,  y  á  ning^uno  de  ellos  se  asemejad  que  ahora 
nos  ocupa,  ni  en  su  aspecto  ni  en  su  coloración. 

La  especie  que  yo  creo  nueva  se  aproxima  más  bien  al  C.  me- 
hmiirus  Poey,  sobre  todo  en  la  forma  de  la  cabeza,  que  puede 
apreciarse  bastante  bien  por  encontrarse  el  cráneo  dentro  de 
la  piel  disecada,  lo  cual  no  deja  de  ser,  por  otra  parte,  un  con- 
tratiempo, puesto  que  por  el  mismo  motivo  no  he  podido  hacer 
una  comparación  osteológica  entre  las  varias  especies.  Todo  el 
ííuerpo  y  los  miembros  están  cubiertos  de  un  espeso  pelaje, 


DE    HISTORIA    NATURAL.  3~3 

que  en  la  cabeza  es  más  duro  y  áspero;  en  la  frente,  los  pelos 
son  rígidos,  y  forman  una  pequeña  cresta  transversal  que 
cubre  la  base  externa  de  las  orejas.  La  cola,  bastante  larg-a, 
está  medianamente  poblada  de  un  pelo  larg-o  y  tieso  por  enci- 
ma, y  desnuda  por  debajo;  esto  último,  sin  embarg-o,  no  me 
parece  un  carácter  natural,  siendo  muy  probable  que  en  el 
animal  vivo  sea  peluda  toda  la  cola. 

El  color  g-eneral  es  rojo- amarillo  brillante:  la  cabeza,  la 
parte  superior  del  cuello,  las  extremidades  y  los  pelos  de  la 
cola  son  de  un  pardo  castaño  obscuro;  entre  los  dos  ojos  hay 
una  pequeña  mancha  leonado-amarilla.  El  dorso  está  en  gn-an 
parte  ocupado  por  una  mancha  en  forma  de  hierro  de  lanza 
con  la  punta  hacia  la  reg-ión  lumbar  y  la  base  un  poco  ensan- 
chada hacia  los  hombrea;  el  color  de  esta  mancha,  cuyos  con- 
tornos están  mal  definidos,  es  un  pardo-rojo  muy  intenso  que 
va  obscureciendo  hacia  delante  hasta  hacerse  neg-ro  en  la 
parte  que  corresponde  á  la  base  del  hierro.  Numerosos  pelos 
blancos  rodean  la  mancha,  formando  una  ancha  faja  muy 
irreg-ular,  que  en  el  flanco  derecho  se  corre  un  poco  hacia 
abajo;  en  los  hombros,  en  la  parte  anterior  de  los  miembros 
posteriores  y  sobre  la  base  de  la  cola,  hállanse  también  muchos 
pelos  blancos,  pero  mezclados  con  los  demás  y  sin  lleg-ar  á 
formar  manchas.  Las  uñas  son  g-randes,  muy  corvas  y  de  color 
amarillo-parduzco. 

Los  incisivos  son  relativamente  más  g-randes  que  en  las  otras 
especies  del  género,  y  de  color  de  naranja  en  su  cara  anterior. 

Dimensiones  (1).— Cabeza  y  cuerpo,  485  mm.;  cola,  200;. 
cabeza,  95;  pié  posterior  sin  las  uñas,  75. 

Palmera  ramiñcada  del  Alcázar  de  Sevilla 


D.    FRANCISCO   DE    LAS   BARRAS. 

Entre  las  palmeras,  Phoenix  dactylifera  L.,  existentes  en  los 
jardines  del  Alcázar  de  Sevilla,  figura  una  que  es  ejemplar  in- 


(1)  Téngase  presente  que  se  trata  de  un  ejemplar  disecado,  por  lo  que  estas  medi- 
das, aunque  tomadas  con  toda  la  minuciosidad  posible,  no  deben  ser  consideradas 
como  rigurosamente  exactas. 


m\ 


BOLETÍN   DE    LA.    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 


terésantísirao  á  causa  de  presentar  un  tallo  bifurcado  por  ha- 
berse producido  una  rama  lateral. 

Sabido  es  lo  excepcional  de  la  ramificación  en  la  familia  de 
las  Palmáceas,  constituyendo  una  monstruosidad  en  la  especie 
en  cuestión. 

Sin  embarg-o  de  esto,  aunque  raro,  no  es  el  caso  único  en  Es- 
paña, pues  alg-unos  otros  existen  de  que  teng-o  noticias  por 
ilos  de  nuestros  consocios. 

El  P.  Long-inos  Navas,  en  carta  del  2  de  Junio  próximo  pa- 
sado, me  dice:  «En  el  Parque  de  Barcelona,  cerca  del  lag-o,  de 


la  parte"  que  mira  á  la  ciudad,  existe  una  PA.  dactylifera  L. 
ramificada.  A  la  altura  de  unos  2  m.  del  suelo  el  tronco  se  di- 
vide en  dos  ó  tres  ramas.  La  plantarían  hacia  el  año  80  ó 
antes». 

El  Sr.  Alvarez  Sereix  me  comunica  á  su  vez  que  en  Alican- 
te, en  el  paseo  de  la  Explanada,  existe  un  ejemplar  en  que  á 


DE    HISTORIA    NATURAL.  375 

los  lados  del  tronco  lian  nacido  dos  ramas,  dándole  el  aspecto 
de  un  candelabro.  También  me  dice  tener  conocimiento  de 
otro  individuo  mucho  más  notable  en  el  jardín  de  la  casa  de  un 
sacerdote  de  Elche. 

La  palma  del  Alcázar  de  Sevilla  se  encuentra  en  las  inme- 
diaciones del  pabellón  llamado  de  Carlos  V,  y  de  ella  tomé  los 
datos  que  sig-uen  el  23  de  Ag-osto  próximo  pasado: 

Altura  total  del  tronco  desde  el  suelo  á  las  hojas,  5  m.  40  cen- 
tímetros. 

Altura  de  la  rama  principal,  ó  sea  parte  de  tronco  compren- 
dida entre  la  bifurcación  y  las  hojas,  1  m.  60  cm. 

Altura  de  la  rama  secundaria  ó  verdadera  rama  desde  su 
nacimiento  á  las  hojas,  1  m.  30  cm. 

Perímetro  del  tronco  junto  al  suelo,  3  m.  30  cm. 

Perímetro  del  tronco  al  empezar  la  zona  de  las  raíces  adven- 
ticias, 1  m.  60  cm. 

Altura  de  la  zona  de  raíces  adventicias,  1  m.  60  cm. 

La  parte  de  tronco  cubierta  por  hojas  en  la  rama  principal 
se  puede  calcular  en  2  m.,  aproximadamente,  y  la  secundaria 
en  1  m.  escaso. 

En  cuanto  á  la  edad  de  la  planta,  me  dice  el  Sr.  D.  Manuel 
de  Lara,  Interventor  del  Real  Sitio  de  xiranjuez,  en  carta  fe- 
cha 4  de  Septiembre  del  año  corriente:  «La  palma  ramificada 
con  la  mayoría  de  las  que  existen  en  el  patio  llamado  de  Car- 
los V  del  jardín  del  Alcázar,  fueron  trasplantadas  de  maceto- 
nes,  seg'ún  teng-o  entendido,  el  año  1875  á  1876».  Hace,  pues, 
unos  veinticinco  años  que  el  ejemplar  de  que  tratamos  fué 
trasplantado,  sin  que  pueda  calcularse  la  edad  que  entonces 
tendría,  aunque  acaso  no  sea  g-raii  exag'eraciún  suponerle 
quince  ó  veinte  años  antes  del  trasplante. 

El  Hirudo  iroctma  John,  de  Extremadura 


D.    MARCELO    RIVAS   MATEOS. 

El  Hirudo  Iroctma  John  fué  ya  citado  por  el  disting-uido  na- 
turalista francés  Rafael  Blanchard  (Anales  de  la  Soc.  esp.  be 
HiST.  NAT.,  serie  2.%  t.  ii,  pág-.  252),  de  varios  sitios  de  España, 
€omo  son:  Vilaboa,  Río  Eume,  Santiag-o  de  Compostela  (Coru- 


3-6 


boletín  de  la  sociedad  española 


ña)  y  Lanzós  (Lug-o),  y  sospechamos  que  la  especie  haya  sido 
mencionada  de  otras  localidades.  Nuestra  nota  se  refiere  al 
estudio  de  dicha  sang-uijuela,  la  que  hemos  recog-ido  en  una 
porción  de  charcos  y  arroyos  de  Extremadura,  donde  es  abun- 
dante, no  conocién\lose  ni  usándose  allí  el  Hiruclo  medicinalis 
Ray,  estando  sustituido  por  la  especie  objeto  del  presente  tra- 
bajo, que  g'oza  de  g-ran  fama  en  la  Medicina  y  es  objeto  de 
activo  cultivo  y  explotación.  En  Extremadura  se  la  disting-ue 
con  los  nombres  vulg-ares  de  sanguijuela  fina ,  dragón  y  sangui- 
juela pintada. 

He  recog-ido  ejemplares  durante  los  meses  de  Ag-osto  y  pri- 
mera quincena  de  Septiembre  en  los  alrededores  de  Béjar 
(Salamanca),  charcos  y  arroyos  de  Herg-uijuela  de  Guadaler- 
ma,  Serradilla,  Torrejón,  Cañaveral  (Cáceres)  y  Plasencia;  me 
la  han  remitido  de  Don  Benito  (Badajoz),  y  me  indican  haber- 
la encontrado  en  varios  puntos  de  la  provincia  de  Córdoba, 
próximos  á  Extremadura. 

Sabido  es  por  todos  los  zoólog-os  el  g-ran  polimorfismo  que 
muestran  estos  animales;  así  se  explica  que  ning-uno  de  los  mu- 
chos ejemplares  que  poseo  de  H.  troc- 
tina  coincidan  exactamente  con  la 
característica  asig-nada  á  ella  por  Mo- 
quin-Tandon;  es  más,  el  dibujo  de  la 
mencionada  sang-uijuela  que  aparece 
en  los  Éléments  de  Zoologie  médicale, 
1862,  de  Moquin-Tandon,  solo  tiene 
alg-ún  parecido  con  el  H.  iroctina  de 
Extremadura.  En  demostración  de  lo 
que  dig"o,  teng-o  el  g-usto  de  presentar 
á  la  Sociedad  el  adjunto  dibujo  hecho 
por  nuestro  disting-uido  consocio  se- 
ñor Aranzadi,  teniendo  delante  san- 
g-uijuelas  vivas  de  Extremadura,  el 
cual  resultó  tan  acabado,  que  más  que 
dibujo  parece  fiel  retrato  de  la  san- 
g-uijuela. Él  me  evitará  detallar  la  ca- 
racterística del  mencionado  animal. 
Hirudo  trocíina  Johns.  — Cuerpo  prolong-ado,  más  deprimido 
que  en  el  H.  medicinalis.  Color  ceniciento  por  la  cara  ventral, 
con  ó  sin  manchas  negruzcas,  distribuidas  irreg-ularmente. 


fWiWX\.  itT  TÍXSrriT 


^"'V.T'"^'?S 


DE    HISTORIA   NATURAL.  37: 

pero  siempre  en  pequeña  cantidad.  En  el  marg-en  latero-ven- 
tral  del  cuerpo  aparece:  á  cada  lado  una  línea  neg-ra  alg-o 
sinuosa  que  va  desde  la  ventosa  posterior  hasta  el  meridio  7." 
(en  la  mayoría  de  los  ejemplares),  ó  hasta  el  S.**;  las  mencio- 
nadas líneas  sinuosas  g-uardan  tal  disposición,  que  los  áng-u- 
los  salientes  de  ellas  corresponden  al  límite  de  los  zoides.  La 
parte  dorsal  del  cuerpo  es  poco  convexa,  tiene  un  tinte  verdo- 
so más  ó  menos  intenso,  seg-ún  las  localidades,  y  sobre  ella 
existen  unas  manchas  neg-ras  con  margen  anaranjado ;  las 
manchas  dorsales,  en  número  de  4  ó  6  por  línea  transversal, 
se  disponen  en  los  límites  de  los  zoides  y  vienen  como  á  enla- 
zar los  ángulos  salientes  y  opuestos  de  las  dos  franjas  sinuosas 
latero-ventrales. 

Estudiando  las  mandíbulas  de  la  mencionada  sanguijuela 
resulta  que  el  número  de  dientes  de  la  mandíbula  intermedia 
es  variable;  los  hemos  contado  en  cinco  individuos:  1.°  69  dien- 
tes, 2.-71,  3."  71,  4.°  70  y  5.°  73. 

Abertura  sexual  del  macho  redondeada  y  colocada  entre  los 
meridios  31  y  32;  abertura  sexual  de  la  hembra  alarg-ada  trans- 
versalmente  y  situada  entre  los  meridios  36  y  37. 

Por  el  dibujo  y  por  la  precedente  descripción  puede  notarse 
que  esta  sang'uijuela  se  diferencia  notablemente  de  la  descrita 
y  dibujada  en  la  obra  del  distinguido  naturalista  Moquin- 
Tandon. 

Laboratorio   de  manipulaciones  de  Historia  natural 
en  la  Universidad  de  Barcelona 


D.    ODÜN    DE   BUEN. 

Siendo  uno  de  los  principales  fines  de  esta  Sociedad  el  fo- 
mento de  las  Ciencias  naturales  en  España,  no  ha  de  serle  in- 
diferente cuanto  á  la  enseñanza  de  estas  ciencias  se  reñera; 
por  esta  causa  paréceme  oportuno  decir  alg-o  acerca  del  Labo- 
ratorio para  los  alumnos  que  hemos  inaugurado  hace  pocos 
días  en  nuestra  Universidad  barcelonesa. 

En  buen  hora  estableció  el  Sr.  Ministro  de  Instrucción  pú- 
blica la  cuota  de  10  pesetas  por  alumno  para  la  práctica  de 
cada  asig-natura  en  la  Facultad  de  Ciencias;  merced  á  esta 

N.»  10.- Diciembre,  1901.  28 


3:8  boletín  de  la  sociedad  española 

cuota  he  podido  realizar  lo  que  hace  pocoo  años  creía  un  ideal 
lejano,  que  todos  los  alumnos  manipulen,  venciendo  ellos  mis- 
mos bajo  la  dirección  de  compañeros  más  ilustrados  y  hábiles, 
las  dificultades  de  la  práctica.  Hag-amos  votos  por  que  nadie 
atente  á  esta  cuota  que  nos  permite  enseñar  la  Historia  natu- 
ral por  el  único  medio  que  hace  eficaz  la  enseñanza. 

Dos  años  han  bastado  para  establecer  nuestro  Laboratorio, 
en  el  que  trabajan  diariamente  50  alumnos. 

El  Laboratorio  tiene  dos  departamentos:  uno  para  Química 
mineral  y  otro  para  disecciones,  trabajos  microg-ráficos,  etc. 

En  el  primero  hay  instalación  de  g"as  y  de  electricidad, 
22  mecheros  Bunsen,  sopletes  mecánicos  tan  sencillos  como  de 
fácil  manejo,  reactivos,  etc.,  etc.  En  él  trabajan  en  días  alter- 
nos 20  alumnos  cada  vez  con  dos  jefes  de  mesa  al  frente. 

Para  el  Laboratorio  principal  hemos  aprovechado  el  g"ran  sa- 
lón del  Museo  de  Historia  natural;  frente  á  las  ventanas  se  han 
dispuesto  mesas  en  que  se  instala  el  material  necesario;  las 
mesas  son  muy  cómodas;  los  alumnos  pueden  trabajar  senta- 
dos; de  día  la  luz  es  abundante;  de  noche  la  proporciona,  en  la 
medida  necesaria,  una  excelente  instalación  eléctrica  de  lám- 
paras fijas  y  de  otras  movibles  en  soportes,  que  permiten  la 
orientación  que  se  desee. 

Disponemos  también  de  enchufes  de  fuerza  para  microscopio 
de  proyecciones. 

Para  la  disección  de  animales,  cada  alumno  tiene  una  ban- 
deja de  hierro  esmaltado,  suficientemente  profunda  y  una  pla- 
ca de  cera  neg-ra  sobre  lámina  de  zinc.  La  caja  de  disección  es- 
colar consta  solo  de  un  bisturí,  una  tijera  pequeña  y  unas 
pinzas. 

Los  cortes  veg-etales  se  hacen  con  microtomos  Krauss,  apo- 
yados en  el  borde  de  la  mesa;  para  inclusiones  en  parafina 
usamos  el  microtomo  de  palanca  y  el  modelo  mediano  de  Rei- 
chert  para  trabajos  más  delicados. 

Poseemos  microscopios  Zulauf,  Vachet  y  Krauss;  el  Zulauf 
es  excelente;  el  modelo  por  nosotros  aceptado,  sin  ser  de  mu- 
cho coste,  reúne  todas  las  condiciones  apetecibles;  no  obstante, 
es  muy  delicado  para  que  se  pong-a  en  manos  poco  habituadas. 

El  modelo  P.  C.  N.  de  Nachet,  tan  g-eneralizado  en  los  Labo- 
ratorios escolares  de  Francia,  es  muy  sencillo,  le  manejan  muy 
bien  los  alumnos,  pero  no  tiene  condensador  ni  se  inclina. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  379 

Da  todo  el  resultado  apetecible  un  modelo  que  nos  ha  cons- 
truido la  casa  Krauss,  de  estativo  medio,  pie  pesado,  tornillo 
micrométrico  sencillísimo,  inclinante;  con  el  ocular  F=>25  mi- 
límetros y  los  objetivos  F=18  y  F=4,2,  forma  las  combinacio- 
nes indispensables.  Lleva  una  pieza  en  que  enchufan  diafrag-- 
mas  cilindricos  y  en  que  se  acomodad  condensador  Abbe,que 
tan  necesario  es  en  los  trabajos  histológ-icos,  siquiera  sean  tan 
elementales  como  los  que  nosotros  hacemos. 

Tenemos  también  un  modelo  Nachet  de  petrog-rafia  con  cá- 
mara clara;  un  g-oniómetro  universal  Picart,  conoscopio  del 
mismo  constructor,  colecciones  cristalog-ráficas,  colección  de 
preparaciones  de  rocas,  minerales,  bacterias,  embriog-enia,  et- 
cétera, etc. 

Las  cátedras  son  numerosas:  constan  de  300  alumnos  próxi- 
mente  cada  una.  Están  divididas  en  g-rupos  de  á  50  y  trabaja 
un  g-rupo  cada  día  dos  horas  y  media,  alternando  los  deZoolo- 
o-ía  con  los  de  Mineralog-ía  y  Botánica.  Así,  cada  estudiante, 
practica  un  día  por  semana. 

Nada  podía  hacerse  sin  disponer  de  personal  suficiente;  de 
mis  antig-uos  alumnos,  con  los  que  obtuvieron  en  los  cursos 
anteriores  notas  de  sobresaliente,  se  ha  formado  un  cuerpo  de 
jefes  de  mesa  de  trabajo,  á  cuyo  celo,  constancia  é  intelig-en- 
cia  se  debe  la  mayor  parte  del  éxito. 

Cada  g-rupo  de  50  alumnos  se  gubdivide  en  cinco  secciones 
de  á  10  y  al  frente  de  cada  sección  hay  un  jefe  de  mesa. 

El  personal  á  mis  órdenes  es  el  sig-uiente: 

•Jefe  de  trabajos:  nuestro  consocio  D.  Manuel  Carbó,  auxiliar 
de  la  Facultad  de  Ciencias. 

Jefes  de  mesa  en  Zoolog"ía:  D.  Jesús  Romero,  D.  José  Suñé, 
D.  Melchor  Parrizas,  D.  Adolfo  Fig-uerolay  D.  Francisco  Coll. 

Jefes  de  mesa  en  Mineralog-ía  y  Botánica:  D.  Manuel  Llenas, 
J).  Jaime  Ferrer,  D.  Luís  de  Castro,  D.  José  Ribes  y  D.  Pelayo 
Martorell. 

Actúan  de  suplentes:  D.  Juan  Guarch  y  D.  Elias  Ferrer  Vai- 
Uant. 

Disecador:  el  licenciado  en  Medicina  D.  Pablo  Plandolit. 

Todo  el  personal  trabaja  g-ratuitamente;  la  mayor  parte  de 
los  citados  pertenecen  á  nuestra  Sociedad. 

Aparte  las  mesas  de  trabajo  escolar  he  instalado  alg-unas 
para  investig-aciones,  sig-uiendo  el  plan  de  los  laboratorios  de 


380  boletín    de  LA   SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

la  Sorbonne.  Cada  mesa  se  compone  de  tres  cuerpos  en  forma 
de  n  ocupando  el  centro  una  silla  g-iratoria,  desde  donde 
el  investíg-ador  pueda  alcanzar  los  aparatos,  reactivos,  etc., 
colocados  en  derredor  suyo.  Me  propong-o  aumentar  el  número 
de  estas  mesas  individuales  para  que  en  ellas  trabajen  nues- 
tros colegas  que  deseen  hacer  estudios  especiales,  los  alumnos 
que  preparen  la  tesis  doctoral  y  cuantos  se  hallen  en  condicio- 
nes de  dedicarse  á  observaciones  propias. 

En  el  plan  de  reformas  sucesivas  están  comprendidas  y  han 
sido  estudiadas  todas  las  necesarias  para  poner  nuestro  Labo- 
ratorio á  la  altura  de  los  que  sirven  en  el  extranjero  para  di- 
fundir la  cultura  de  las  ciencias  experimentales  y  para  contri- 
buir al  prog-reso  científico  con  investigaciones  nuevas. 

Nota  sobre  el  diverticulo  del  conducto  de  la  bolsa  copulatriz 
ó  vesícula  seminal  del  Helix  aspersa  (Müll.) 


D.    DOMINGO    SÁNCHEZ. 

Una  de  las  especies  animales  que  con  más  frecuencia  caen  en 
manos  de  los  principiantes  y  aficionados  á  los  estudios  de  ana- 
tomía comparada  y  cuya  disección  suelen  emprender,  como 
uno  de  sus  primeros  ensayos,  es  el  caracol  común,  que  induda- 
blemente ofrece  ventajas  sobre  otras  especies,  no  solo  por  su 
abundancia,  la  facilidad  de  su  adquisición,  su  talla  y  otras 
análog-as,  sino  también  porque,  como  dicen  MM.  Vogt  y  Jung-, 
reúne  en  alto  g-rado  los  rasg-os  más  característicos  de  la  clase  de 
los  gasterópodos,  por  cuya  razón  el  estudio  de  su  organización 
puede  tomarse  como  base  para  el  conocimiento  morfológico  de 
la  clase  y  aun  para  el  del  tipo  orgánico  á  'que  pertenece.  Pera 
aún  hay  otra  circunstancia,  consecuencia  de  las  precedentes, 
que  ejerce  influencia  mucho  más  poderosa  para  que  los  princi- 
piantes hagan  del  caracol  cumún  uno  de  los  objetos  predilec- 
tos de  sus  investigaciones:  es  que,  en  la  gran  mayoría  de  las 
obras  de  anatomía  comparada  y  técnica  zootómica  que  solemos 
manejar,  se  toma  como  tipo  para  el  estudio  de  la  organog-rafía 
de  los  moluscos  en  g-eneral,  ó  para  la  de  los  gasterópodos  en 
particular,  alguna  de  las  especies  comunes  del  género  Helix. 
Asi,  en  la  mayor  parte  de  las  obras  francesas  de  que  ordina- 


^  DE   HISTORIA   NATURAL.  381 

riamente  hacemos  uso  para  esta  clase  de  trabajos,  se  describe, 
con  más  ó  menos  detalles,  la  anatomía  del  H.  pomatia  (L.),  es- 
pecie frecuentísima  que,  sin  duda  alg-una,  suministra  un  g-ran 
conting-ente  al  material  de  los  laboratorios  de  la  vecina  Repú- 
blica. 

En  nuestro  país,  como  todos  saben,  es  el  H.  aspersa  (Müll.)  la 
especie  sobre  que  recaen  ordinariamente  los  trabajos  de  labo- 
ratorio; y  ciertamente  su  morfología  es  bastante  semejante  á 
la  del  H.  j^omatia,  para  que  puedan  utilizarse  y  se  utilicen  en  la 
práctica  sin  dificultad  los  datos  relativos  á  esta  última  especie 
cuando  se  trata  de  estudiar  aquélla. 

Hablando  en  términos  generales,  las  semejanzas  entre  una 
y  otra  especie  son  g-randes,  pero  existen  entre  ellos  diferen- 
cias considerables,  aunque  no  tanto  que  puedan  dificultar, 
ni  aun  á  los  principiantes,  la  homolog-ación  de  los  órg'anos.  Sin 
embargo,  entre  nuestro  caracol  común  y  la  especie  que  se  en- 
cuentra dibujada  y  descrita  en  las  obras  á  que  antes  hemos 
aludido  existe  una  diferencia  que  puede  inducir  á  error,  ó 
cuando  menos  producir  confusión  cuando  todavía  no  se  tiene 
formado  concepto  claro  y  preciso  del  valor  morfológico  de  los 
distintos  órganos.  En  el  H.  aspersa  existe  un  órgano,  de  tama- 
ño relativamente  grande,  que  parece  falta  en  todas  las  demás 
especies  del  género:  es  el  divertlculo  del  conducto  de  la  bolsa 
copidatriz  ó  vesícula  semi7ial  (1),  órgano  que  aunque  conocido 
puede  ofrecer  alguna  dificultad  y  confusión,  puesto  que  no  se 
le  encuentra  representado  ni  descrito,  en  las  obras  de  uso  más 
frecuente  entre  nosotros  (2). 

La  presente  nota  tiene  únicamente  por  objeto  dar  una  breve 


(1)  La  denominacióa  de  bolsa  copulatrit  me  parece  más  apropiada  que  la  de  vesícula 
seminal  con  que  tambiéa  se  designa  este  órgano.  Esta  última  denominación  se  aplica 
especialmente  á  receptáculos  interpuestos  entre  la  glándula  espermática  y  el  con- 
■ducto  eyaculador,  destinados  á  contener  los  espermatozoides  antes  de  veriflcarse  la 
■cópula;  es  decir,  antes  de  salir  del  individuo  que  les  dio  origen:  mientras  que  se  de- 
nominan especialmente  bolsas  copulatrices  á  receptáculos  en  que  se  depositan  aque- 
llos elementos  en  individuo  distinto  del  que  les  produjo,  después  de  verificada  la  có- 
pula, que  es  loq^ue  sucede  en  el  órgano  en  cuestión.  Las  vesículas  seminales  son  pe- 
<7uliares  de  los  animales  machos;  las  bolsas  copulatrices  de  las  hembras,  y  natural- 
mente los  órganos  correspondientes  de  ios  hermafroditas  deben  distinguirse  con  las 
mismas  denominaciones. 

(á)  MM.  Vogt  y  Jung,  en  su  excelente  obra  de  Anatomía  comparada,  se  limitan  á 
decir  que  el  pedúnculo  de  la  bolsa  lleva  en  el  H.  aspersa  un  divertículo  lateral.— 
T.  I,  pág.  815. 


382 


BOLETÍN    DE  LA.    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 


descripción  de  ese  órgano,  en  la  creencia  de  que  será  de  alg-u- 
na  utilidad  práctica  para  los  principiantes  adquirir  una  idea 
de  él,  siquiera  sea  sucinta,  pero  suficiente  para  servirles  de 
g-uía  en  sus  trabajos  y  que  no  les  sorprenda  la  presencia  de  un 
órg-ano  que  no  suelen  encontrar  descrito  ni  fig-urado.  Mas 
como  una  breve  descripción  acaso  no  fuera  suficiente  para  dar 
idea  bastante  clara  del  órgano  en  cuestión,  creo  será  pertinen- 
te acompañar  la  descripción  de  un  dibujo  que,  aunque  malo, 
facilitará  sin  dúdala  interpretación. 

Para  abreviar  en  lo  posible  la  descripción  sin  g-ran  detri- 
mento de  la  claridad,  supong-amos  que  tenemos  á  la  vista  una 

lámina    ó    preparación 
del  aparato  g-enital  del 
R.  yomaüa  que  nos  ser- 
...h     vira  de  g-uía  y  al  mismo 
tiempo  de  tipo  de  com- 
--■c     paración.  En  ella  vere- 
mos que,  á  partir  de  la 
cloaca    g-enital ,    debajo 
del  saco  del  dardo  parte 
--(■      un  conducto  que  no  tar- 
i  -f<  da  en  bifurcarse,  dando 

1^-4^...^     orig-en  á  dos  órg-anos  de 
caracteres  morfológ-icos 
/^)  )  y  fisiológ-icos  bien  distin- 

tos. Uno  es  un  g-rueso 
tubo  ó  cordón  que  se  di- 
rig'e  hacia  la  parte  poste- 
rior del  cuerpo  del  ani- 
<  mal  venelcualseobser- 
van  á  simple  vista  plie- 
g-ues  ó  bullones;  este  ór- 

.  Sistema  genital  del  Helix  aspersa.  i  +„  ii„ 

.;,    ^    ,,  ^  ,       ;^.„,  g-ano,  g-eneralmente  11a- 

a,  cloaca  genital. —  5,  glándula  multiflaa.-f,  sa-  °  . 

co  del  dardo.  — í?,  conducto  común  al  oviducto  y  á  mado    OViduCtO  ,    CS    á    la 
la  bolsa  copulatriz.-e,  oviducto.-/,  íf¿i-e/-</ní/o.-  ^annl    r-nnrlnrtor    fie 

í^,  canal  espermático.- /i,  glándula  hermafrodita.  ^  ^Z   CdUdi    COnuuctOl    ue 

—  t,  su  conducto.  —J,  glándula  de  la  albúmina.—  ¿VUlOS,  de  CSpemiatOZÓi- 
A,  bolsa  copulatriz.— ?,  flagelo  del  pene. —  «?,  con-  _    .  a       *■     A      ^ 

ducto  de  la  bolsa  copulatriz.—«,  conducto  deferen-  dCS  y  del  prOClUCtO  06  la 

te.-o,  músculo  retractor  del  pene.-i^,  pene.  gUnduU  de  U  albúmina. 

El  otro  órg-ano  á  que  da  orig-en  la  bifurcación  mencionada  es 
un  conducto  delgado,  de  color  más  claro  que  el  oviducto,  de 


DE   HISTORIA   NATURAL.  383 

contorno  liso,  aplicado  á  la  parte  izquierda  de  aquél,  al  que  le 
une  un  muy  corto  plieg-ue  peritoneal;  este  conducto,  que  en 
g-eneral  describe  solo  lig-eras  ondulaciones,  se  extiende  hacia 
atrás  hasta  cerca  de  la  base  de  la  g-lándula  de  la  albúmina,  y 
allí  termina  por  un  abultamiento  piriforme  ó  g-lobular  que  no 
es  otra  cosa  que  la  bolsa  cojndatriz  ó  vesícula  seminal. 

En  el  II.  pomaiia  el  conducto  de  la  bolsa  copulatrh  es  senci- 
llo y  no  presenta  el  más  lig-ero  indicio  de  bifurcación;  pero  en 
el  H.  aspersa  sucede  muy  de  otra  manera.  A  unos  8  ó  10  milí- 
metros de  su  origen,  dicho  conducto  se  bifurca;  una  de  las  ra- 
mas de  esta  bifurcación,  más  delgada  que  la  otra,  continúa  la 
dirección  del  primitivo  conducto  y  se  dirig-e  á  la  cápsula;  es  la 
representante  del  conducto  de  la  bolsa  copulatriz  del  H.  po- 
maiia. La  segunda  rama,  generalmente  más  g-ruesa  que  la 
primera,  nace  formando  con  ella  un  ángulo  muy  agudo,  se 
dirig-e  como  aquélla  hacia  la  parte  posterior  del  cuerpo,  des- 
cribiendo en  g-eneral  numerosas  circunvoluciones,  conser- 
vándose aplicada  al  lado  izquierdo  del  oviducto  y.  finalmente, 
termina  por  una  extremidad  redondeada  sobre  la  pared  de  este 
último  órgano  en  un  punto  próximo  á  la  base  de  la  glándula  ■ 
de  la  albúmina.  Este  órgano  es  el  diverlículo  del  conducto  de  la 
bolsa  co¡mlatriz. 

Sus  dimensiones  son  variables:  unas  veces  es  relativamente 
corto,  oscilando  su  longitud  mínima  alrededor  de  4  cm.;  otras 
veces  es  más  largo,  lleg-ando  á  alcanzar  frecuentemente  long-i- 
tudes  que  exceden  de  7  cm.  Su  diámetro,  más  considerable 
que  el  del  conducto  de  la  bolsa,  oscila  alrededor  de  1  mm.;  un 
poco  más  delgado  en  su  origen,  aumenta  de  un  modo  insensi- 
ble hasta  alcanzar,  después  de  algunos  milímetros,  su  calibre 
medio  que  conserva  casi  invariable  hasta  su  terminación. 

La  situación  que  ocupa  con  respecto  á  los  demás  órganos 
es  poco  variable  gracias  á  los  medios  de  fijación  que  le  man- 
tienen aplicado  constantemente  al  lado  izquierdo  del  oviducto, 
y  á  pesar  de  las  variaciones  de  long-itud,  sus  extremos  no  cam- 
bian, ó  cambian  muy  poco  de  posición.  La  situación  del  extre- 
mo terminal,  que  es  el  que  he  encontrado  más  variable,  apenas 
si  se  desplaza  medio  centímetro,  llegando  alg-unas  veces  hasta 
muy  cerca  de  la  base  de  la  glándula  de  la  albúmina,  mientras 
otras  termina  como  á  4  ó  6  mm.  por  delante.  ^^-'— 

Su  forma  es  la  de  un  cordón  hueco,  blanco,  cilindrico  en,^^nr^\C/0^ 

fuJ  I  L  I  B  R  A  R  Y 


381  boletín    de    la    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

toda  SU  iong'itud,  ya  lig-eramente  flexuoso,  ya  (cuando  es  larg-o), 
pleg-ado  y  describiendo  numerosas  circunvoluciones  de  forma 
curva  que  recuerdan  las  asas  intestinales,  de  manera  análog-a 
á  lo  que  se  observa  en  el  flag-elo  del  pene  del  mismo  animal. 

No  juzg-o  necesario  hacer  una  descripción  detallada  y  minu- 
ciosa del  órg-ano  en  cuestión  en  lo  que  hace  referencia  á  las 
variadas  disposiciones  que  afecta;  me  limitaré  únicamente  á 
manifestar  que  puede  considerarse  formado,  para  su  estudio,  de 
tres  porciones.  Una  primera,  anterior  ó  inicial,  de  10  á  15  nim., 
dirig-ida  de  delante  á  atrás,  casi  rectilínea  ó  solo  ligeramente 
ondulada,  aplicada  al  oviducto  por  el  peritoneo  que  pasa  sobre 
ella  ó  la  envuelve,  pero  sin  formar  verdadero  meso,  y  por  consi- 
g-uiente  sin  permitirle  movimientos  independientes  del  oviduc- 
to. A  ésta  sig-ue  una  porción  media,  que  es  muy  variable;  en  los 
divertículos  cortos  presenta  ondulaciones  siempre  más  marca- 
das que  en  las  otras  dos  porciones  ó  describe  alg-una  circunvo- 
lución; pero  en  los  de  tipo  larg-o  forma  numerosas  asas  apeloto- 
nadas unas  contra  otras,  orig-inando  como  una  enmarañada 
madeja  situada  hacia  la  parte  media  del  trayecto  del  diver- 
tículo.  Estas  asas  no  están  aplicadas  inmediatamente  á  la 
pared  del  oviducto,  como  sucede  en  las  otras  dos  porciones;  el 
peritoneo  las  envuelve  por  completo  y  les  forma  un  meso  pe- 
ritoneal  bastante  larg-o,  que  en  alg-unas  asas  alcanza  de  4  á 
6  mm.  ó  más,  lo  que  permite  á  dichas  asas  cierta  movilidad 
independientemente  de  la  del  oviducto.  La  tercera  porción, 
que  es  la  posterior  ó  terminal,  mide  aproximadamente  ig-ual 
long-itud  que  la  primera;  se  dirig-e  también  hacia  atrás  descri- 
biendo muy  ligeras  ondulaciones,  y  está,  como  aquélla,  apli- 
cada contra  el  oviducto  por  un  pliegue  peritoneal  muy  corto 
al  principio  y  nulo  después,  pasando  la  membrana  peritoneal 
sobpe '■él  y  aplicándole  fuertemente  contra  la  pared  de  aquel 
órgano  en  su  extremidad  terminal,  en  la  cual,  además  de  este 
medio  de  fijación,  existe  una  especie  de  borla  ó  penacho  cons- 
tituido por  fibras  ó  tractus  que,  partiendo  del  extremo  del 
divertículo,  van  á  fijarse,  formando  como  un  abanico,  en  la 
pared  del  oviducto. 

El  divertículo  es  un  órg-ano  hueco,  recorrido  en  toda  su 
longitud  por  un  conducto  y  cerrado  en  su  extremo  terminal, 
formando  como  un  dedo  de  guante.  Las  paredes  de  este  con- 
ducto son  relativamente  gruesas  y  su  luz  muy  pequeña,  con- 


DE   HISTORIA   NATURAL.  335 

tribuyendo  á  estrecharla  más  todavía  unos  plieg'ues  long-itudi- 
nales  de  la  pared  interna  que  se  proyectan  hacia  el  interior  y 
le  recorren  en  toda  su  longitud.  Estos  pliegues,  en  número  de 
seis,  tal  vez  sean  simétricos,  durante  la  vida,  pero  en  los  cortes 
transversales  del  divertículo  de  ejemplares  conservados  algún 
tiempo  en  alcohol,  suelen  presentarse  algún  tanto  desplazados 
y  deformados,  acaso  por  las  presiones  que  sobre  este  órgano 
hayan  ejercido  los  órg-anos  vecinos. 

No  creo  pertinente,  tratándose  de  una  nota  como  esta,  entrar 
en  detalles  respecto  de  la  estructura  íntima  de  este  órgano,  y 
por  tanto  me  limitaré  á  indicar  que  sus  paredes  aparecen, 
tanto  en  los  cortes  longitudinales  como  en  los  transversales, 
formados  de  dos  capas  bien  distintas:  una  interna,  delgada, 
constituida  por  una  sola  fila  de  células  prismáticas,  largas  y 
estrechas,  provistas  de  un  núcleo  relativamente  grueso,  alar- 
gado, situado  en  la  extremidad  basal  de  las  células  y  tan  per- 
fectamente alineados  que,  á  pequeños  aumentos  (y  teñidos  por 
los  reactivos  apropiados),  forman  como  una  línea  continua  que 
se  encorva  al  nivel  de  los  pliegues  longitudinales,  los  cuales 
están  formados  principalmente  por  esta  capa  celular.  La  ex- 
terna, más  gruesa  que  la  precedente,  está  formada  de  multi- 
tud de  fibras  circulares  y  longitudinales,  más  abundantes  las 
primeras  que  las  segundas,  distinguiéndose  entre  ellas  nú- 
cleos diseminados  y  algunas  células.  Esta  segunda  capa  envía 
prolong-aciones  que  penetran  en  los  pliegues  formados  por  la 
epitelial  antes  indicada. 

Nuevos  estudios  sobre  las  agallas  (i) 

POK 

D.    MANUEL    FERNÁNDEZ    DE    GATTA. 

Agallas  indígenas  de  diversas  familias. 

n)  Agallas  de  las   Salicáceas. 
a)  Agalla  de  la  mimbrera. 

Se  produce  en  el  envés  de  la  hoja  del  Salix  viminalis  L. 
por  la  picadura  del  Nemaius  versicolor.  La  hembra  de   éste 

(1)    Véanse  los  Boletines,  números  4,  8  y  9  de  este  mismo  tomo. 


386  boletín    de    LA  SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

hiende  con  su  taladro  ú  oviscapto  el  epidermo  de  la  hoja  en 
diferentes  puntos,  haciendo,  al  propio  tiempo,  penetrar  en  su 
mesofilo  los  huevecillos  fecundados.  Pocos  días  después  están 
desarrolladas  las  ag*allas.  Aparecen  en  los  nervios  secundarios. 
nunca  en  el  principal,  hallándose  dispuestas  en  series  lineales 
á  lo  larg-o  de  la  hoja.  Son  fusiformes,  ú  oblong-as,  de  5  mm.  de 
long-itud  por  2  de  anchura  y  1  de  g-rueso;  abultadas  por  ambas 
caras,  más  por  el  envés  que  por  el  haz;  verdes,  carnosas  y  ma- 
cizas, mientras  no  han  servido  de  alimento  á  la  larva;  rojizas^ 
huecas,  arrug-adas  y  notablemente  disminuidas  en  su  primi- 
tivo volumen,  y  ag-ujereadas  por  el  envés,  en  el  extremo  que 
mira  al  vértice  de  la  hoja,  cuando  por  este  orificio  ha  salido 
aquélla  para  transformarse  en  insecto  perfecto,  fuera  de  la 
ag-alla  donde  nació. 

El  corte  transversal  de  esta  ag-alla  es  de  forma  oval;  en  él 
se  observan,  á  simple  vista,  tres  zonas:  la  epidérmica,  rojiza; 
la  media  ó  parenquimatosa,  blanquecina;  y  la  interna,  que 
limita  la  cavidad  central,  también  ovoidea,  y  de  color  verde 
aunque  esté  completamente  seca  la  ag-alla. 

El  corte  transversal  de  la  ag-alla  de  la  mimbrera  pone  de 
manifiesto  su  interior  org-anización  histológ-ica.  En  los  extre- 
mos de  un  diámetro  hay  dos  porciones  salientes,  una  más  larg-a 
que  la  otra;  la  continuidad  homog-énea  de  ambas  denota  que 
están  formadas  por  un  mismo  sistema  de  tejido:  es,  en  efecto^ 
el  tejido  fibro-vascular  de  los  nervios  secundarios  y  terciarios 
que  atraviesan  dicha  excrecencia.  Estos  nervios  ó  hacecillos 
leñosos  liberanios,  cuyos  elementos  histológicos  están  teñidos 
por  la  clorofila,  circunscriben  la  capa  nutritiva,  que  es  de  forma 
circular  y  color  rojizo,  hallándose  constituida  por  un  parén- 
quima  reg-ular  de  células  muy  pequeñas,  poliédricas,  apreta- 
das entre  sí  y  llenas  de  g-ranos  amiláceos.  Alrededor  de  ésta  se 
observa  una  á  modo  de  capa  protectora,  formada  por  alg-unas 
series  de  células  redondas  y  de  paredes  lig-nificadas.  Entre  los 
hacecillos  y  la  capa  externa  hay  un  parénquima  irreg-ular, 
formado  interiormente  por  células  g-ruesas  de  contorno  exa- 
g-onal,  y,  en  su  parte  externa,  por  células  rectang-ulares  alar- 
g-adas,  superpuestas,  cuyos  lados  mayores  son  perpendiculares 
al  epidermo,  asemejándose  al  tejido  empalizado  que  constitu- 
ye el  mesofilo  de  alg-unas  hojas,  como  la  del  S.  viminalis  h.. 
en  que  se  produce  esta  ag-alla. 


DE   HISTORIA    NATURAL.  387 

El  epidermo  consta  de  dos  o  tres  series  de  células  pequeñas, 
redondeadas  y  de  paredes  delgadas,  menos  densas  y  compactas 
que  las  del  tejido  subyacente. 

Practicando  en  esta  ag-alla  los  ensayos  histoquímicos,  para 
el  reconocimiento  del  tanino,  se  observa  que  contienen  éste 
glucósido,  aunque  en  pequeñísima  proporción,  los  hacecillos 
fibroso-vasculares  y  alg-unas  células  del  epidermo. 

h)  Agalla  caulinar  de  la  sarga  negra. 

Debe  su  orig-en  á  la  picadura  del  Nematus  galUcola  en  los 
tallos  tiernos  del  SaUx  cinérea  L.  Decimos  que  es  una  agalla 
caulinar,  porque  rodea  completamente  las  ramillas  terminales, 
desarrollándose  al  propio  tiempo  que  éstas,  sin  que  su  creci- 
miento veng-a  tampoco  á  entorpecer  el  desenvolvimiento  de 
una  hoja  ó  de  otra  ramilla  que,  al  parecer,  nacen  de  la  misma 
excrecencia. 

Las  ag-allas  de  la  sarg-a  neg-ra  son  más  larg-as  que  anchas  y 
g'ruesas,  con  estrecheces  ó  ang-ostamientos  que  separan  unas 
de  otras,  formando  muchas  veces  una  serie  moniliforme  á  lo 
larg'o  del  tallo.  Por  el  frote  del  tomento  blanquecino  que  las 
recubre,  como  á  los  tallos  y  hojas,  quedan  de  color  rojo  cuando 
están  formándose;  tórnanse  lueg-o  verde-amarillentas,  y  par- 
do-negruzcas por  la  desecación. 

Haciendo  el  corte  transversal  de  una  ag-alla  fresca  se  obser- 
van varios  planos  de  celdas  larvares,  excéntricas,  de  forma 
oblong'a  y  color  verde,  dispuestas  en  línea  circular  dentro  de 
un  extenso  paréaquima  blanco,  atravesado  por  los  haces  leño- 
sos peciolo-foliares  ó  rameales.  En  cada  una  de  dichas  celdas 
se  aloja  una  microscópica  larva  de  color  anaranjado. 

c)  Agalla  foliar  de  la  sarga  blanca. 

Es  originada  por  el  Xematus  Vallisaierii,  y  tiene  su  asiento 
en  el  envés  de  la  hoja  de  la  sarg-a  (Salix  triandra  L.  y  S.  fra- 
giJis  L.).  A  mediados  de  Agosto  se  ven  ya  formadas  las  excre- 
cencias en  el  mesofilo,  entre  el  borde  y  el  nervio  medio,  lle- 
nando casi  toda  la  hoja,  desde  la  base  al  vértice.  Aparecen 
como  pequeñas  granulaciones  redondeadas,  de  1  mm.  de  diá- 
metro, más  abultadas  por  el  envés  que  por  el  haz;  rojas  y  to- 


'J88  boletín    de   la    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

mentosas  por  ambas  caras,  al  principio;  verde-amarillentas  y 
lampiñas  por  el  haz  cuando  tienen  desarrollado  el  insecto. 
Constan  de  una  ó  dos  celdas  larvares,  y  presentan  el  ag-ujero 
de  salida  por  la  cara  inferior  de  la  hoja. 

d)  Agalla  foliar  de  la  bardaguera  blanca. 

Se  desarrolla  en  el  envés  de  la  hoja  del  Salix  olmfolia  Will. 
por  la  picadura  de  un  tentredínido  del  g-énero  Nematus.  Están 
insertas  estas  excrecencias  en  las  nerviaciones  secundarias 
del  envés  limbo-foliar,  á  veces  se  hallan  unidas  ó  muy  poco 
separadas,  pero  g-eneralmente  aparece  una  sola  en  la  cara 
inferior  de  cada  hoja.  Son  de  6  mm.  de  diámetro,  redondeado- 
oblong-as,  acanelado-claras,  cubiertas  de  un  vello  blanquecino, 
de  paredes  delgadas  y  translúcidas,  recorridas  por  las  nervia- 
ciones de  la  hoja,  con  una  sola  g-ran  cavidad,  donde  sufren  sus 
metamorfosis  los  individuos  de  la  citada  especie.  Presentan 
un  ag'ujero  de  salida,  situado,  de  ordinario,  en  el  lado  del 
borde  foliar  más  próximo  á  las  mismas. 

e)  Agalla  foliar  del  sauce  blanco. 

Debe  su  origen  á  la  picadura  de  un  Nematus  (tentredínido) 
én  la  hoja  del  Salix  alba  L.  y  S.  aurita  L.  Insértase,  como  la 
anterior  excrecencia,  á  la  cual  se  asemeja,  junto  al  nervio 
medio  por  la  cara  inferior  de  la  hoja.  Es  de  menor  tama- 
ño que  aquélla,  aovado-alargada  i'i  oblonga,  de  5  mm.  de  lon- 
gitud por  4  mm.  de  anchura;  de  superficie  poco  vellosa,  ver- 
dosa al  principio  y  después  rojiza;  de  pared  g-ruesa  y  dura.  Es 
unilocular  y  unilarvar.  El  insecto  sale  al  exterior  por  un  ag-u- 
jero^ que  practica  en  la  pared  de  la  ag-alla,  por  el  lado  del 
envés  foliar,  junto  al  cual  vese  con  frecuencia  el  sedoso  capu- 
llo donde  se  albergó  la  larva. 

Agallas  del  dioico. 

a]  Agalla  rameal.  (Manzana  del  chopo.) 

Mr.  Courchet  (1)  distingue  cinco  especies  de  ag-allas  sobre 
el  chopo  negro  (Pojmlus  nigra  L.).  La  mayor  y  más  abundante 

(1)    «Études  des  galles  produites  par  les  Aphidiens». 


DE    HISTORIA    NATURAL.  38» 

se  produce  en  las  yemas  terminales  de  los  ramillos  jóvenes 
por  la  picadura  del  P37nphigus  Mirsarius  L.  En  el  mes  de  Ju- 
lio adquiere  todo  su  desarrollo.  Es  de  forma  irregular,  aova- 
do-alarg-ada  transversalmente  ó  redondeada  y  deprimida;  de 
tamaño  variable,  comprendido  entre  el  de  una  avellana  y  el 
de  una  nuez  ;  superficie  lisa  y  brillante,  verde,  manchada  de 
rojo  por  el  lado  que  recibe  la  incidencia  solar.  Después  de  seca 
es  pardo-neg-ruzca,  de  corteza  arrug-ada}'  suberosa,  fácilmente 
separable  con  la  uña.  En  fresco  tiene  también  alg-unas  pecas 
epidérmico-suberosas ,  g-risáceas  ó  pardas.  Su  fractura  es  des- 
ig'ual,  rojo-obscura  y  con  muchos  puntos  blancos,  que  son  los 
hacecillos  leñosos.  Es  inodora  y  lig-eramente  amarga.  En  la  por- 
ción terminal  de  la  agalla,  que  está  encorvada  hacia  abajo  y  al 
mismo  nivel  ó  en  el  mismo  plano  transversal  del  angostamiento 
por  donde  se  inserta  en  la  rama,  se  observa  una  abertura  pro- 
minente, con  los  bordes  gruesos,  carnosos  y  replegados  de  den- 
tro á  fuera.  Por  esta  abertura  salen,  en  el  mes  de  Agosto,  los 
insectos  que  nacieron  dentro  de  la  excrecencia.  En  su  primera 
fase  metamórfica  son  blanco-amarillentos,  con  antenas  y  patas, 
y  sin  que  en  ellos  se  diferencie  la  cabeza  de  los  anillos  torácicos 
y  abdominales;  para  pasar  á  la  segunda  se  rodean  con  la  borra 
ó  pelote  alg'odonoso  que  segregan  y  salen  de  esta  envoltura 
con  dos  pares  de  alas  membranosas,  cabeza  negra,  bien  dis- 
tinta de  los  anillos  torácicos  y  abdominales,  de  color  pardo  y 
ojos  sencillos ,  en  lugar  de  los  compuestos  que  tenían  antes. 

El  corte  transversal  de  esta  agalla  examinado  al  microsco- 
pio no  deja  ver  su  estructura.  Exteriormente  se  obsers^a  el  te- 
jido epidérmico  que  forma  ambas  superficies;  su  epiderrao  é 
hipodermo  vense  constituidos  por  varias  series  de  células  muy 
pequeñas,  oblongo-aplastadas y  coloreadas  de  rojo;  cubriendo 
al  primero  se  encuentra  una  serie,  á  trechos  interrumpida,  de 
células  tabulares,  más  pequeñas  aún  que  las  subyacentes, 
comprimidas,  de  paredes  gruesas  y  color  pardo-negruzco,  que 
son  las  que  forman  el  felodermo.  El  parénquima  compren- 
dido entre  ambos  epidermos  se  halla  constituido  por  células 
sensiblemente  iguales  por  su  forma,  tamaño  y  consistencia, 
y  al  que  pudiéramos  calificar  de  regular,  redondeado  y  or- 
dinario. En  él  están  esparcidos  los  hacecillos  fibro-vascula- 
res,  muy  ricos  en  fibras  esclerenquimatosas.  Tanto  las  células 
de  estos  hacecillos  como  las  que  con  ellos  contactan  contienen 


390  BOLETÍN    DE   LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

la  misma  materia  colorante  roja  que  los  elementos  anatómicos 
del  tejido  epidérmico.  Carece  de  células  moniliformes  taníg-e- 
ras.  Si  tocamos  el  corte  con  una  g-ota  de  la  disolución  de  sal 
ferrosa  solo  demuestran  la  presencia  del  tanino  los  hacecillos 
fibro-vasculares. 


b)  Agalla  i)eciolo-foliar.  (Agalla  en  espiral.) 

Debe  su  orig-en  al  Pemphigus  spirothecíe  Pass.,  que  pica  en  el 
peciolo  de  las  hojas  del  Popuhis  nigra  L.  Su  inserción  es  va- 
riable, pero  se  observa  cerca  del  arranque  del  limbo  más  que 
en  la  base  ó  en  la  parte  media  del  peciolo.  Fórmase,  á  veces, 
por  arrollamiento  en  espiral  del  peciolo  ensanchado  y  carno- 
so, si  bien  la  mayoría  se  desarrollan  por  eng-rosamiento  del 
mismo  en  sentido  transversal  y  unilateralmente.  Es  oblong-o- 
alarg-ado,  corniforme  y  con  tendencia  siempre  á  arrollarse  en 
espiral.  Los  restantes  caracteres  son  análog-os  á  los  que  pre- 
senta la  ag-alla  rameal ,  con  la  diferencia  única  de  ser  cuatro 
veces  menor. 

c)  Agalla  nervio-foliar. 

Se  forma  en  la  base  del  nervio  medio  de  la  hoja  del  P.  nigra  L. 
por  la  picadura  del  Pemphigus  populi  Courch.  Es  fusiforme, 
alargada  long-itudinalmente  y  comprimida  en  el  sentido  trans- 
versal ,  de  superficie  verdoso-amarillenta,  g-ranosa  y  con  pecas 
verrug-osas  g-risáceas.  Es  abultada  por  el  haz  de  la  hoja  y  de- 
primida por  el  envés;  en  éste  presenta  una  hendidura  en  la 
dirección  del  nervio  principal  poco  perceptible  y  con  los  bordes 
muy  aproximados;  por  ella  salen  los  insectos  que  contiene.  Al 
principio  del  desarrollo  son  neg-ros,  con  cabeza  bien  diferen- 
ciada, antenas  de  tres  artejos,  un  par  de  ojos  sencillos,  tres 
pares  de  patas,  las  alas  membranosas  muy  desarrolladas  y  las 
coriáceas  protorácicas  rudimentarias. 

d)  Pseudo- agalla  foliar. 

Es  orig-inada  por  el  PempMgus  af finís  Hartig-  sobre  la  misma 
especie.  Se  forma  doblándose  la  hoja  del  envés  del  haz  (alg-u- 
na  vez  inversamente)  por  el  nervio  medio  y  pleg-ándose  en 


DE    HISTORIA   NATURAL.  391 

tirabuzón  una  mitad  debajo  de  la  otra,  la  cual  queda  así  super- 
puesta en  su  totalidad  ó  solo  parcialmente.  De  esto  resulta  que 
la  pared  de  la  ag-alla  está  constituida  por  el  epidermo  superior 
de  la  hoja.  Dicha  falsa  excrecencia,  como  se  ve,  de  formación 
rudimentaria,  tiene  la  superficie  rug'osa  y  mamelonada,  de 
color  amarillo  verdoso;  en  su  interior  es  blanquecina  y  con- 
tiene despojos  de  los  insectos  que  allí  se  desarrollan.  En  cada 
una  hay  dos,  tres  y  á  veces  uno  solo.  Las  larvas  son  blancas, 
g-ruesas,  ovoideas  y  anilladas,  con  tres  pares  de  patas  rudi- 
mentarias, sin  antenas  y  con  ojos  compuestos. 

III)  Agallas  de  las  Ulmáceas. 

Agallas  del  olmo. 

a)  Agalla  vejigosa. 

En  el  olmo  (Ulmus  campestris  L.)  se  producen  seis  especies 
de  ag"allas,  seg-ún  Lichstenstein  (1).  Esta  es  la  más  común  y 
de  mayor  tamaño.  Desarróllase  en  las  yemas  foliáceas  prime- 
ro, y  lueg-o  sobre  las  hojas  por  la  picadura  del  Schizoneura  la- 
nígera Haussman.  A  fines  del  mes  de  Mayo  empieza  á  formar- 
se de  la  manera  sig-uiente:  en  la  base  del  nervio  medio  de  una 
hoja  recién  brotada  se  observa  una  pequeña  elevación  que 
lleg-a  hasta  el  borde;  aquella  se  arrolla  sobre  el  envés,  dextror- 
sa ó  sinistrorsamente,  seg-ún  que  la  excrecencia  ocupe  una  ú 
otra  mitad;  las  vueltas  de  espira  le  dan  una  forma  acaracola- 
da que  desaparece  poco  á  poco  á  medida  que  avanza  su  desarro- 
llo, quedando  finalmente  la  hoja  transformada  en  ag-alla.  Esta 
aparece  entonces  constituida  por  tres  pares  de  lóbulos  simétri- 
cos, dos  mayores  con  anfractuosidades  paralelas,  dos  menores 
en  su  cara  superior  y  dos  medianos  en  la  inferior,  que  son  los 
últimamente  formados  por  arrollamiento  de  la  hoja.  Cambia 
seg'ún  va  creciendo  y  alcanza  el  tamaño  de  un  puño  cuando 
€Stá  completamente  desarrollada.  En  fresco,  es  vejig-osa,  insi- 
métrica  y  muy  pesada,  con  profundos  senos  ó  anfractuosida- 
des que  determinan  numerosas  protuberancias  redondeadas 
cubiertas  de  un  vello  blanquecino.  En  su  interior  contiene  los 


(1)    <<Observations  critiques  sur  les  pucerons  des  ormeauxv. 


392  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

insectos  juntamente  con  los  despojos  que  desprenden  al  sufrir 
sus  metamorfosis,  y  un  líquido  espeso,  gelatinoso  y  parduzco. 
Los  insectos  son  pequeñísimos  y  de  color  azulado  ceniciento; 
mirados  con  una  lente  tienen,  aunque  en  estado  larvar,  tres 
pares  de  patas  bien  desarrolladas,  abdomen  de  siete  anillos, 
sin  vestig-ios  de  alas,  antenas  con  siete  artejos,  tubo  labial  con 
cuatro  y  dos  pares  de  ojos  compuestos.  En  todas  las  ag-allas 
hay  una  larva  con  los  caracteres  de  las  anteriores,  pero  de  un 
tamaño  veinte  veces  mayor.  Posteriormente  pasan  á  un  segun- 
do estado  más  perfecto ,  en  el  que  aparecen  los  dos  pares  de 
alas  membranosas  y  se  diferencian  los  anillos  torácicos  de  los 
abdominales. 

Recolectada  en  otoño  se  halla  en  el  extremo  de  un  ramo  ter- 
minal; está  completamente  seca,  muy  contraída  en  su  volu- 
men primitivo  y  abierta  por  uno  de  sus  costados;  es  de  color 
pardo,  con  vello  que  desaparece  por  el  frote,  viéndose  la  su- 
perficie rojo-obscura  surcada  por  la  nerviación  de  los  haces  le- 
ñosos; es  muy  lig-eray  conserva  ig-ual  forma  que  en  fresco. 

Esta  ag-alla  tiene  una  estructura  casi  exclusivam.ente  fibro- 
vascular,  por  lo  cual  la  capa  media  comprendida  entre  ambos 
epidermos  se  halla  ocupada  en  su  mayor  parte  por  el  tejido  de 
los  hacecillos.  Son  éstos  paquetes  de  fibras  larg-as,  flexibles  y 
tenaces,  fibras  y  células  esclerenquimatosas  y  vasos  ordina- 
rios de  paredes  g-ruesas.  Algninos  hacecillos  están  formados  ex- 
clusivamente por  fibras  y  constituyen  un  verdadero  parén- 
quima,  diferenciándose  de  los  fibro-vasculares  menos  apreta- 
dos y  con  un  espacio  central  vacío.  Todos  estos  elementos  están 
teñidos  de  rojo  en  el  corte  de  una  ag-alla  seca.  El  parénquima 
que  atraviesan  los  hacecillos  es  poco  consistente  y  lo  forman 
células  blancas  de  paredes  delg-adas  y  sin  contenido  alguno. 
El  epidermo  externo  aparece  como  una  estrecha  é  irregular 
faja  negra  de  células  tabulares,  pardas  y  de  tal  modo  compri- 
midas que  no  dejan  entre  sí  espacios  intercelulares;  están 
además  suberificadas,  por  lo  que  componen  un  verdadero  fe- 
lógeno.  El  epidermo  interno  es  mucho  más  delgado  y  está 
constituido  por  una  serie  de  pequeñas  células  redondeado- 
aplastadas,  prolongadas  casi  todas  en  largos  pelos  unicelula- 
res de  forma  cónica  y  vértice  afilado. 

No  tiene  células  moniliformes  tanígeras  ni  lleva  más  tanino 
que  en  los  hacecillos,  como  la  agalla  del  chopo. 


DE   HISTORIA   NATURAL.  393 

bj  Agalla  peciolo  foliar. 

Abunda  también  en  el  olmo,  aunque  no  tanto  como  la  ante- 
rior. Debe  su  orig-en  á  la  picadura  del  Schizoneura  ulmi  L.  en 
la  porción  peciolar  superior  y  en  la  base  del  nervio  medio  de 
la  hoja,  entre  las  cuales  se  desarrolla  sin  lleg-ar  á  deformar  la 
última.  Es  más  saliente  por  el  haz  que  por  el  envés,  donde 
aparece  recubierta  por  el  limbo  foliar;  del  tamaño  de  una  ave- 
llana, alg'o  redondeada,  verde-amarillenta,  con  roseólas  prime- 
ro, pardo-rojiza,  rug'osa  y  con  una  capa  grieteada  de  súber  epi- 
dérmico cuando  está  seca.  Entonces  se  abre  por  diferentes 
hendiduras  long-itudinales  para  dar  salida  á  los  insectos  y  per- 
siste sobre  la  hoja  hasta  la  caída  de  ésta  en  otoño.  En  ella  solo 
hay  un  hemíptero  que,  en  su  primer  estado  de  metamorfosis 
incompleta,  es  blanco-niveo,  de  10  á  12  milímetros  de  larg-o; 
tiene  tres  pares  de  patas  cortas,  el  cuerpo  anillado  y  consti- 
tuido casi  enteramente  por  el  abdomen,  y  las  antenas  de  dos 
artejos,  con  ojos  compuestos,  sin  tubo  labial,  desprovisto  de 
alas  y  de  apéndices  abdominales. 

c)  Agalla  limbo-foliar.  (Agalla  claviforme.) 

Es  producida  por  la  picadura  del  Tetraneura  ulmi  De  Geer  en 
la  hoja  del  olmo.  Se  desarrolla  en  la  porción  de  mesofilo  com- 
prendida entre  dos  nervios  secundarios,  pero  muy  cerca  del 
principal.  Se  inserta  en  el  haz  de  la  hoja  por  un  pedículo  más 
ó  menos  larg-o  y  se  denota  en  el  envés  por  una  pequeña  pro- 
tuberancia peloso-blanquecina.  Es  claviforme  ó  mazuda,  alar- 
g-ada  en  la  dirección  del  eje,  ósea  perpendicularmente  á  la 
hoja  y  puntiag-uda  en  su  ápice,  verde  al  principio,  amarilla 
después,  y  por  último  se  vuelve  pardo-rojiza  como  la  anterior, 
desecándose  al  mismo  tiempo.  Entonces  manifiesta  sobre  la 
porción  pedicular  una  ó  dos  hendiduras  por  donde  salen  los 
insectos  á  fines  del  mes  de  Julio.  Persiste  también  en  la  hoja 
hasta  la  caída  de  ésta. 

d)  Micro-agalla  Limbo-foliar. 

El  Calopha  compressa  Koch.,  picando  en  la  hoja  del  olmo, 
ocasiona  una  excrecencia  pequeñísima,  que  llena  por  com- 

N.°  lO.-Diciembre,  1901.  29 


391  boletín  dr  la  süciüdad  española 

píete  el  limbo  foliar  atacado.  Llamárnosla  micro-ag-alla  por  ser 
la  más  diminuta  de  cuantas  conocemos;  las  de  mayor  tamaño 
no  pasan  de  1  mm.  en  su  diámetro  mayor.  Son  ovoídeoalar- 
g-adas  ú  oblong'as,  más  prominentes  i^or  el  haz  que  por  el 
envés,  blanquecinas  y  pelosas  por  éste,  amarillentas  y  lampi- 
ñas por  aquél.  Insértanse  entre  las  nerviaciones  secundarias 
y  la  principal,  pero  nunca  sobre  éstas.  Cortadas  transversal- 
mente  se  las  ve  constituidas  por  una  capa  de  tejido  celular 
esponjoso,  teñido  por  la  clorofila  del  mesofilo,  y  por  otra  blan- 
ca, compacta  y  dura,  de  tejido  fibro-vascular,  cujeas  paredes 
forman  la  cámara  larvar,  donde  se  desarrolla  el  huevo  del 
afídido  depositado  por  la  hembra  madre  que  diera  orig-en  á  la 
agalla. 

IV)  Agallas  de  las  Papilionáceas. 

Agalla  cauUnar  de  la  retama  blanca. 

Sobre  los  tallos  caulinares  de  la  Genista  florida,  L.  y  de  la 
G.  Broteri  Poir.  se  forma  una  ag-alla,  que  debe  su  orig^en  á  la 
picadura  de  un  himenóptero  del  g-énero  Diaslrophus.  Aparece 
aquélla  como  un  abultamiento  fusiforme,  cerca  de  la  axila  de 
las  ramificaciones  ñoridas  de  la  retama.  Tiene  15  mm.  de  lon- 
g-itud  por  4  de  anchura  máxima,  y  es  exteriormente  asurcada 
y  del  mismo  color  que  el  tallo.  Cortada  transversalmente  por 
la  mitad,  donde  presenta  el  ag-ujero  de  salida  del  insecto,  vese 
á  éste  ocupando  el  centro  de  la  cavidad  fusiforme;  ésta  se  halla 
formada  por  una  g-ruesa  capa  de  tejido  celular  esponjoso  de 
color  pardo  claro,  á  la  cual  circunscribe  otra  fibroso-vascular, 
blanca,  apretada  y  dura,  rodeada  á  su  vez  por  la  zona  externa, 
también  fibrosa,  delg-ada,  con  muchos  meatos  y  teñida  por  la 
clorofila. 

Agalla  fltoyarásita  del  "piorno. 

Sobre  la  Genista  Anglica  L.  y  G.  fálcala  Brot.  se  produce 
esta  excrescencia,  que  es  debida  á  la  presencia  de  una  bacte- 
riácea,  del  g'rupo  de  las  fitoparásitas;  probablemente  á  un  Ba- 
cillns.  Es  aquélla  un  tumor  mamelonado,  de  color  g-risáceo- 
claro,  rug-oso  y  con  oquedades  exterior  é  interiormente.  Se 
forma  en  la  axila  de  las  ramificaciones  terminales  de  los  tallos, 


DE   HISTORIA   NATURAL.  395 

que  no  llega  á  rodear  por  completo;  estando  por  tanto  inscrita 
su  forma  irreg-ular  dentro  de  una  semi-esfera.  y  cuyo  tamaño 
puede  lleg-ar  á  ser  como  la  mitad  de  una  nuez.  El  corte  trans- 
versal deja  ver  una  masa  acanalado-clara  ó  blanquecino-gri- 
sácea.  que  es  el  talo  macizo  del  BaciUns;  y  en  medio  de 
aquélla  una  ó  varias  zonas,  teñidas  por  la  clorofila,  que  son 
los  botones  rameales  ó  tallos  embrionarios  de  la  planta,  á  ex- 
pensas de  cuyo  tejido  se  desarrolla  el  primero. 

V)  Agallas  de  las  Terebintáceas. 

Agallas  del  ferebinto. 

a)  Agalla  cornicidar.  (Coca  cornicular.) 

Todas  las  ag-allas  que  ofrece  el  terebinto  (Pistacia  TereMn- 
thas  L.)  deben  su  orig-en  á  un  liemíptero  del  género  PampM- 
gus,  que  en  ésta  es  el  P.  Cornicnlarius  Pass.  Se  desarrolla  en 
el  extremo  de  las  ramas  terciarias  y  cuaternarias  y  probable- 
mente á  expensas  de  una  yema  foliácea,  aunque  otra  cosa 
diga  Lichstenstein  (1),  que  la  considera  formada  sobre  el  ner- 
vio medio  de  una  hoja.  Se  inserta  en  el  extremo  siempre  abul- 
tado de  dichas  ramas,  ordinariamente  en  número  de  5,  7  ó  9, 
ag-allas  que  están  muy  próximas  entre  si  y  en  el  mismo  plano 
horizontal,  ó  en  planos  inmediatos  y  paralelos  al  ó  los  en  que 
se  insertan  las  hojas  que  terminan  aquéllas.  Es  de  longitud 
variable;  ejemplares  hay  que  miden  2  mm.;  fusiforme,  encor- 
vada y  algo  aplastada  en  la  parte  media  donde  el  diámetro  es 
mayor,  el  cual  decrece  paulatinamente  hasta  las  extremida- 
des, que  se  repliegan  ó  retuercen  en  sentido  contrario  una  de 
otra;  su  color  verde  intenso  al  principio,  se  cambia  por  la 
desecación  en  rojo  más  ó  menos  pardo;  sus  dos  superficies,  y 
señaladamente  la  interna,  están  recorridas  por  numerosas  es- 
trías longitudinales  producidas  por  los  hacecillos.  Esta  última 
se  recubre  del  tomento  lanoso-blanquecino  que  dejan  los  insec- 
tos, y  en  la  externa  se  presentan,  de  trecho  en  trecho,  algunas 
lágrimas  óleo-resinosas,  hialinas  ó  amarillas,  quebradizas  y 
de  olor  aromático,  que  constituyen  la  verdadera  trementina, 
-como  la  que  se  extrae  por  incisiones  hechas  en  la  corteza  de  la 

(1)    «Feuille  des  Jeunes  naturalistea». 


396  boletín    de   LA    SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

planta.  El  corte  transversal  pone  de  manifiesto  los  hacecillos 
fibroso-vasculares,  blanquecinos  y  huecos,  al  lado  de  los  cua- 
les se  percibe  la  exudación  oleo-resinosa,  que,  á  veces,  forma 
también  su  contenido.  La  ag-alla  cornicular  es  de  olor  suave, 
aromático,  ag-radable;  su  sabor  es  astring-ente  y  alg'o  amarg-o. 
El  estudio  micrográfico  de  un  corte  transversal  hecho  en 
esta  ag-alla  deja  ver  la  homogeneidad  de  su  tejido  y  la  estruc- 
tura celular  del  mismo.  Los  epidermos,  particularmenie  el 
interno,  apenas  se  diferencian  del  tejido  que  entrambos  com- 
prenden, y  á  no  tener  sus  células  más  apretadas  y  coloreadas 
de  rojo  (en  el  corte  de  una  agalla  seca),  serían  muy  poco  per- 
ceptibles. En  la  capa  media,  formada  de  células  redondeado- 
poiigonaies  muy  pequeñas,  llama  sing-ularmente  la  atención 
el  gran  número  de  cavidades  que  por  su  extensión  longitudi- 
nal constituyen  verdaderos  conductos  secretores,  formados  por 
reabsorción  de  las  células,  y  en  particular  de  los  vasos  de  los 
hacecillos  fibroso-vasculares  Por  eso,  estos  conductos  se  hallan 
rodeados  de  células  desgarradas  y  de  paquetes  de  células 
fibrosas,  poco  coherentes  y  casi  desprovistas  de  elementos 
vasculares.  En  este  parénquima  se  encuentran  las  g-lándulas 
pluricelulares  en  cuya  cavidad  se  vierte  la  oleoresina  seg-re- 
g-ada,  que  es  la  que  fluye  al  exterior  de  la  agalla.  Existen, 
además,  junto  á  los  hacecillos  fibro-vasculares,  alg-unas  series 
de  células  moniliformes,  dispuestas  en  forma  de  abanico  abier- 
to, cuyo  vértice  mira  hacia  el  epidermo  interno.  Estas  células, 
como  demuestra  el  examen  histoquímico,  son  el  asiento  prin- 
cipal del  tanino.  En  efecto,  tocando  el  corte  con  una  g-ota  de 
la  disolución  al  centesimo  de  una  sal  ferrosa,  se  produce  una 
aureola  neg-ruzca  alrededor  de  los  hacecillos,  más  pronuncia- 
da del  lado  de  las  células  tanígeras. 

b)   Agalla  uiricular.  (Coca  utricular.) 

Esta  agalla  se  encuentra  en  la  misma  planta  acompañando 
á  la  anterior,  según  he  podido  observar  en  los  terebintos 
que  crecen  en  las  márgenes  del  Duero  de  la  región  salman- 
tina (1).  Se  desarrolla  dicha  excrecencia  á  consecuencia  de  la 


(1)    En  dicha  región  se  conoce  el  terebinto  con  los  nomlres  de  Cornipedrera  y  Jidi- 
guera.  Este  líltimo  es  de  origen  lusitano. 


DE    HISTORIA   NATURAL.  397 

picadura  del  Pemphigus  utriculaiius  Pass.  en  la  base  del  nervio 
medio  por  el  lado  del  envés  de  una  de  las  foliólas  de  la  hoja 
imparipinada.  Es  vejig-osa,  apeonzada  y  alg-unas  veces  lobu- 
lada; estrechada  en  peciolo  cortísimo  y  ancho  por  donde  se 
inserta;  de  color  verde  al  principio,  luego  amarillo-pálido  con 
roseólas  anaranjadas,  y  por  último  rojo-obscuro;  de  olor  tere- 
bintáceo  como  el  que  exhala  toda  la  planta,  nauseoso  en  fres- 
co y  aromático  después  de  seca,  y  sabor  mu}^  astring-ente  y 
acídulo  al  mismo  tiempo.  En  su  superficie  se  manifiesta  la 
misma  exudación  oleo-resinosa  en  forma  de  lágrimas  que  en 
la  agalla  cornicular.  Como  ésta  contiene  en  su  interior  una 
verdadera  leg'ión  de  microscópicos  insectillos,  rodeados  de 
una  borra  alg-odonosa,  blanca,  que  les  protege  durante  su  pri- 
mer estado  de  metamorfosis  incompleta. 

c)  Agalla  semilunar . 

El  sabio  italiano  Passerini  la  dio  este  nombre  por  el  pareci- 
do que  tiene  con  una  media  luna.  Nosotros  creemos  tiene  más 
semejanza  con  la  legumbre  arqueada  de  las  especies  del  g'éne- 
ro  Medicago. 

Por  la  picadura  del  Pe/npliigas  semilunaris  Pass. ,  en  una 
de  las  mitades  longitudinales  de  la  hoja,  generalmente  la  de- 
recha, se  suelda  por  el  borde  un  seg-mento  de  ésta  en  la  cara 
superior,  quedando  así  la  hoja  cortada  en  arco;  poco  á  poco  va 
formándose  la  agalla,  que  en  su  completo  desarrollo  alcanza 
2  mm.  de  longitud  por  4  de  anchura  y  medio  de  g-rueso;  es  de 
color  amarillo-pálido,  olor  terebintáceo  y  sabor  acre-astringen- 
te; de  superficie  finamente  granosa  y  en  su  interior  reticulada 
por  los  hacecillos  fibroso-vasculares  que  la  recorren,  los  cuales 
.son  los  mismos  nervios  secundarios  de  la  hoja.  Contiene  esta 
agalla,  como  las  anteriores,  los  PenipJiigus  en  su  primera  fase 
raetamórfica,  hasta  que  se  abre  después  de  seca  y  deja  salir 
éstos  ya  desarrollados  al  exterior. 

d)  Af/alla  folicular. 

El  orden  en  que  venimos  exponiendo  las  agallas  del  tere- 
binto guarda  relación  con  su  importancia  farmacológica,  así 
como  también  con  la  mayor  ó  menor  profusión  en  que  se  pro- 


398  BOLKTIN    DE    LA.   SOCIEDAD   ESPAÑOLA 

ducen.  Las  dos  primeras  son  abundantes,  aunque  una  más 
que  otra,  como  mayor  es  en  la  cornicular  la  cantidad  de  tani- 
no  que  en  la,  uíricular,  si  bien  ambas  se  usan  para  las  mismas 
aplicaciones  que  las  ag-allas  de  las  cupulíferas.  Las  dos  últi- 
mas carecen  de  importancia  farmacológ-ica  y  especialmente  la 
folicular,  que  es  muy  escasa  y  tan  pequeña  que  fácilmente 
pasa  desapercibida  á  los  ojos  del  observador.  Debe  su  orig-en 
al  PempMgusfoUciilari'iis  Pass.  Se  presenta  en  el  borde  de  la 
hoja,  g-eneralmente  en  el  tercio  superior,  como  un  elipsoide  ó 
folículo  hueco,  ig'ualmente  abultado  por  el  haz  como  por  el 
envés,  pero  que  no  lleg-a  á  desfignirar  la  folióla.  Por  un  corte 
transversal  se  ve  interiormente  llena  de  una  borra  alg'odonosa 
donde  se  envuelven  los  hemipteros  que  corresponden  á  la 
supracitada  especie  en  su  primera  fase  metamórfica. 

VI)  Agallas  de  las  Lauráceas. 

Pseudo-agaUa  del  laurel. 

Se  forma  en  la  hoja  del  Lauriis  noMlis  L.  por  simple  arro- 
llamiento del  limbo  como  sucede  en  todas  las  falsas  ag-allas  ó 
agalloides,  seg-ún  M.  Edouard Perris  quiérese  denominen. 

Dicha  formación  se  explica  déla  manera  sig-uiente:  una  por- 
ción estrecha  del  borde  long-itudinal  del  limbo  se  dobla  del 
haz  al  envés  hasta  tocar  con  éste,  pero  sin  lleg-ar  á  soldarse, 
quedando  así  un  espacio  cerrado  en  forma  de  arco;  el  mesófilo 
que  le  constituye  pierde  su  vitalidad,  muchas  veces  hasta  el 
nervio  medio,  lo  cual  se  conoce  por  el  tinte  blanco-amarillen- 
to que  adquiere. 

Dentro  de  la  falsa  ag-alla  se  encuentran  muchos  dípteros  del 
génevo- Lasioptera  en  su  primer  estado  de  metamorfosis  y  ro- 
deados de  una  materia  alg-odonosa. 

VH)  Agallas  de  las  Rosáceas. 

Agallas  del  rosal-silvestre. 

a)  Bedegar  compuesto. — Agalla  plurilocular. 

'  Se  produce  en  la  Rosa  canina  L.,  var,  dumalis,  scalrata  et 
globularia,  por  la  picadura  del  i¿/¿0í/«7e.s  ro5¿?  Hartig-.,  himenóp- 


DE    HISTORIA    NATURAL.  399 

tero  que  ocasiona  la  misma  excrecencia  sobre  alg"unas  otras 
variedades  de  la  Rosa  canina  L. 

La  hembra  del  Bhodiles  rosm  L.  taladra  con  su  oviscapto  el 
tejido  de  una  yema  fluraJ  al  mismo  tiempo  que  deposita  los 
huevos  fecundados  contenidos  en  aquél;  la  excitación  que  esto 
produce  en  el  punto  lesionado  orig-ina  un  pequeño  abulta- 
miento.  causa  eficiente  de  la  hipertrofia  del  órg-ano  y  primera 
manifestación  de  la  ag-alla  embrionaria.  Lueg'o  que  nace  la 
larva  se  activa  extraordinariamente  el  desarrollo  de  aquélla, 
que  al  aumentar  de  volumen  se  suelda  con  las  que  contacta, 
éstas  á  su  vez,  con  las  más  próximas  y  así  sucesivamente  con 
todas  las  que  van  produciéndose  después.  Y  en  definitiva,  se 
halla  formado  el  bedegar  ó  ag-alla  compuesta  por  la  reunión  de 
ag"allas  sencillas  unicelulares. 

El  bedeg-ar  empieza  á  formarse  en  el  mes  de  Junio.  De  ordi- 
nario aparece  en  el  capullo  de  una  flor,  que  siempre  es  la  que 
termina  el  ramillo  de  la  inflorescencia.  Cuando  está  poco  des- 
arrollado pueden  verse  los  estambres  aprisionados  por  las  ag-a- 
llas  del  centro  y  vestig-ios  de  los  sépalos  en  las  marginales,  ob- 
servándose también  dos  ó  tres  de  éstos  que  con  el  receptáculo 
forman  el  asiento  del  bedeg-ar.  Este  tiene  el  aspecto  de  una 
masa  apelotonada  compuesta  de  un  número  variable  de  ag-a- 
llas  esferoidales  ú  ovoideas ,  cubiertas  de  pelos  larg-os ,  senci- 
llos ó  ramificados.  Estos  pelos  le  dan  un  color  que  se  modifica 
con  la  edad  del  bedeg-ar;  encarnado  claro  con  viso  aterciope- 
lado al  principio,  amarillo-verdoso  después,  y  pardo  leonado 
cuando  está  seco.  En  este  estado  es  de  fractura  homog-énea  é 
ig'ual ,  exceptuando  la  capa  protectora  de  cada  una  de  las  ag-a- 
Uas  que  es  más  dura  y  de  color  ocráceo;  carece  de  olor  y  es  un 
poco  astring-ente. 

El  bedeg-ar  cuando  está  formándose  se  ve  ya  invadido  por 
las  larvas  de  otros  insectos  qne  empiezan  á  horadarle  por  la 
base  del  receptáculo  floral.  Estas  larvas  son  mucho  mayores 
que  las  del  Rhodites  rosm  L.  y  se  las  ve  con  frecuencia  fuera 
del  bedeg-ar  tejiendo  su  capullo  para  pasar  al  estado  de  ninfa 
y  más  tarde  convertirse  en  insectos  perfectos,  g-anando  el  re- 
corcl  en  esta  serie  de  metamorfosis  á  los  verdaderos  inquilinos. 
Por  un  corte  transversal  se  observan  tantas  cámaras  larvares 
que  entre  sí  se  comunican  cuantas  sean  las  ag-allas  seccio- 
nadas. 


100  boletín  de  la  sociedad  española 

bj  Bedegar  sencillo.  —  Á.gSi\\&.  unilocular. 

Se  produce  en  la  hoja  de  la  Rosa  canina  L.  var.  urUca,fnsi- 
formis  y  dumetorum,  por  la  picadura  del  RJiodites  rosa  Hartig-. 
Aparece  en  el  nervio  principal  de  una  folióla,  en  el  raquis  de 
la  hoja  ó  en  el  punto  de  inserción  de  dos  foliólas  opuestas;  se 
manifiesta  por  un  mechoncito  de  pelos  larg-os  ramificados 
desde  la  base  y  de  color  azafranado;  estos  pelos  envuelven  una 
pequeñísima  ag-alla  redondeada,  de  paredes  delg-adas  y  con 
una  celda  ó  cámara  larvar  donde  se  desarrolla  el  himenóptero 
supradicho. 

c]  Agalla  sencilla  lisa. 

Por  la  picadura  del  RkodUas  spinossisima  Hartig-.,  sobre  la 
Rosa  camna  L.,  var.  (/en nina  spAmicay  andegavensis,  origí- 
nanse  unas  ag-allas  sencillas  uniloculares  }•  unilarvares.  en- 
teramente distintas  de  las  ag-allas  en  forma  de  cabellera  ó 
bedeg-ares  anteriormente  descritos.  Son  aquellas  escrecen- 
cias  perfectamente  esféricas,  de  4  á  8  milímetros  de  diá- 
metro, de  superficie  lisa,  verdoso -blanquecina  cuando  están 
formándose  y  rojo  obscura  en  su  completo  desarrollo.  Su  pared 
es  delg'ada ,  traslúcida  y  de  estructura  poco  fibrosa.  En  la  g-ran 
cámara  larvar,  formada  por  aquélla,  encuéntrase  una  larva 
del  Rhodites sp'mosissma  cuando  la  agalla  no  está  ag-ujereada. 

Aparece  la  ag-alla  sencilla  lisa  tanto  en  el  raquis  de  la  hoja 
como  en  las  foliólas,  y  en  éstas  lo  mismo  en  el  nervio  princi- 
pal que  en  los  secundarios.  Tiene  de  ordinario  su  asiento  en  el 
envés,  pero  también  lo  he  visto  sobre  el  haz  de  las  foliólas. 

Psewdo-agaUa  de  ¡a  zarzamora. 

Debe  su  orig-en  á  la  presencia  de  un  acárido  sobre  las  folíolas 
de  la  hoja  ímparipinada  del  Ruhus  thyrsoidem  "Wimm.  Se  for- 
ma arrollándose  el  limbo  foliar  del  vértice  á  la  base  y  del  envés 
al  haz,  doblándose  al' mismo  tiempo  en  sentido  diag-onal  la 
mitad  long-itudinal  izquierda  sobre  la  derecha.  La  falsa  ag-alla 
así  constituida  es  cilindrácea,  cerrada,  maciza  y  muy  apreta- 
da. El  acárido  sufre  dentro  de  ella  su  incompleta  metamorfo- 
fosis  y  sale  al  exterior  ag-ujereándola.  Aseméjase  por  esto  á  las 


DE    HISTORIA   NATURAL.  401 

verdaderas  excrecencias;  pero  como  todas  las  pseudo-ag-allas 
se  caracteriza  porque  no  hay  en  su  interior  formación  de  nue- 
vos tejidos  á  expensas  de  un  meristemo  secundario,  sino  sola- 
mente decoloración  ó  alar^-amiento  de  las  células  del  mesofilo. 


VIII)   Agallas  de  las  Oleáceas. 

Agalla  del  olivo  silvestre. 

Es  debida  á  la  presencia  de  una  alga  bacteriácea,  del  g-rupo 
de  las  fitoparásitas,  científicamente  denominada  Bacillus  olece, 
sobre  el  olivo  silvestre  ó  acebnche  (1)  {O.  europcea  L.,  var.  oleas- 
lev).  Esta  excrecencia  ó  tumor  no  se  encuentra  en  todos  los 
olivos  ni  tampoco  en  todas  las  regiones  olivareras.  En  los  oli- 
vos más  añosos  de  las  localidades  muy  templadas  es  donde  se 
observa  g'eneralmente.  Es  una  ag*alla  cortical,  inserta  casi 
siempre  en  las  bifurcaciones  de  los  ramillos  jóvenes,  en  me- 
nor número  sobre  las  ramas  principales  y  muy  pocas  sobre  el 
tronco.  Está  fuertemente  adherido  á  la  corteza  y  es  de  forma 
irreg'ular,  g-lobuloso-mamelonada,  ó  semiesférica,  aplastada 
en  la  dirección  del  eje  de  inserción;  muy  dura  después  de  seca; 
pardo-g-risácea ,  de  superficie  g-ranosa  y  g-rieteada  y  fractura 
desig'ual,  de  color  rojo.  Es  inodora  y  de  sabor  amarg-o. 

El  sistema  teg-unientario  se  halla  representado  en  esta  ag-a- 
11a  por  una  sola  clase  de  tejido:  el  suberoso,  constituido  exterior- 
mente  por  varias  series  de  células  tabulares,  muy  apretadas 
y  de  color  pardo  que  se  internan  también  en  el  parénquima 
cortical  y  aparecen  dispersas  ó  en  g-rupos  de  dos  ó  más  células 
pardo-verdosas.  En  la  parte  más  interna  de  este  parénquima 
cortical  se  ven  g-randes  haces  fibroso-vasculares,  cuyo  liber  es 
duro,  por  hallarse  formado  de  verdaderas  fibras,  y  cuyo  leño 
está  constituido  por  células  poliédricas  compactas,  vasos  pun- 
teados y  fibras  g-ruesas  lignificadas.  Lo  restante  del  parénqui- 
ma medio  é  interno  lo  forma  un  tejido  homog-éneo  de  células 
cuadrang'ulares,  de  paredes  delg-adas,  con  g-randes  espacios 
intercelulares  que  son  verdaderas  lagunas.  Todos  estos  elemen- 
tos están  teñidos  de  amarillo. 


(l)    En  la  región olÍTarera  de  la  provincia  de  Salamanca  se  le  llama  zambullo. 


402  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

No  se  observan  las  células  cilindricas,  rectas  y  unidas,  for- 
mando filamentos  cortos  ó  bastoncitos,  características  del 
BaciUus  que  produce  esta  excrecencia. 

IX)  Aballas  de  las  Fraxináceas. 

a)  Agalla  fitoparásita  del  fresno  común. 

Como  las  agallas  del  olivo  y  del  piorno,  es  orig-inada  esta 
excrecencia  por  una  bacteriácea  fitoparásita  del  g-énero  Ba- 
ciUus. Y  lo  mismo  que  la  del  piorno,  es  de  producción  bastante 
rara.  Fórmase  este  tumor  en  las  ramillas  terminales  del  fresno 
común  (Fraxlmis  ajigusti/oHa  Valil.).  Es  semiesférico  ó  pal- 
meado, y  en  uno  y  otro  caso  lobulado;  de  color  pardo  ó  g'risá- 
ceo-claro,  seg'ún  sea  de  formación  más  ó  menos  antigua;  in- 
odoro é  insípido,  blando,  quebradizo  y  de  estructura  celular 
homog'énea,  de  color  leonado  claro. 

6;  Pseudo-agalla  del  fres  íi  o  común. 

Prodúcese  sobre  la  hoja  del  fresno  común  ( Fraxhius  augiis- 
lifolia  Vahl.),  y  es  debida  á  la  presencia  de  un  acárido.  Como 
todas  las  falsas  ag-allas,  orig-inadas  por  éstos,  consiste  en  el 
simple  arrollamiento  de  las  folíolas:  verifícase  éste  del  liaz  al 
envés,  partiendo  el  plieg-ue  de  la  mitad  del  limbo  hasta  el  vér- 
tice, y  torciéndose  lueg'O  sinistrorsamente,  queda  constituida 
la  pseudo-ag-alla,  que  es  de  forma  corniculaday  tiene  un  color 
de  café  claro  que  contrasta  notablemente  con  el  verde  clorofí- 
lico de  la  hoja. 

Los  acáridos  viven  sobre  el  parenquima  del  limbo,  alojados 
en  cavidades  más  ó  menos  espaciosas  que  forman  los  plieg-ues 
y  arrug-as  de  la  hoja. 


ÍNDICE  ALFABÉTIGU 

ÜE   LOS    GÉNEROS   Y    ESPECIES    MENCIONADOS   Ó    DESCRITOS 

EN    EL    TOMO   I   DEL   BOLETÍN 

DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA    DE    HISTORIA    NATURAL   (1). 


Acebnche,  401. 
Aceituna  de  figura,  365. 
Aceras  anthropophora,  116. 

-  pyramidalis,  213. 
Aceratherium  incisivuní,  280. 
Aconitum  lycoctonum,  114. 
Acrosalenia  pseudodecorata,  128. 
Adeiiocarpus  hispanicus,  123. 
Adenostyles  pyrenaica,  114. 
Adonis  autumiialis,  208. 

-  micrantha,  208. 
Agallas,  385. 
Agalloides,  398. 
.Egilops  ovata,  214. 

-  ventricosa,  214. 
Agromyza  grossieornis,  229. 

-  lútea,  229. 

-  nigripes,  229. 

-  pulicarioides,  229. 

-  scutellata,  229. 
Agropyrum  campestre,  214. 

-  littorale,  214. 

-  subulatum,  214. 
Alactaga  indica,  120. 
Álamo  blanco,  132. 
Alchemilla  minor,  153. 


Allinm  roseum,  213. 

-  sphferocephalum,  122. 

-  subhirsutum,  213. 
Alófana,  289. 
Althaea  hirsuta,  209. 
Alúmina  gelatinosa,  251. 
Alyssum  libicum,  208. 

-  maritimum,  208. 
Ammonites  Bakerise,  128. 

-  Humphriesi,  128. 

-  raricostatus,  128, 
Anacyclus  clavatus,  125. 
Anagyris  fcetida,  209. 
Andesitas,  288. 
Andricus  ameuti,  351. 

-  pilosus,  350. 

-  ramuli,  346. 
Andropogon  pubescens,  214. 
Annabergita,  181. 
Anthoxanthum  odoratnm,  214. 
Anthracophaga  andalusiaca,  229. 
Antliyllis  rubra,  209. 

-  spinosissima,  209. 
Antílopes,  358. 
Antimonio,  340. 
Antirrhinum  litigiosum,  155. 


(1)  Los  nombres  precedidos  de  un  asterisco  *  corresponden  á  especies  que  se  des- 
criben en  este  tomo,  y  los  precedidos  de  dos  astericos  **  á  las  que  se  dan  á  conocer 
por  primera  vez.  Los  nombres  vulgares  van  de  letra  cursiva. 


4(»t 


boletín  de  la  sociedad  española 


Aphilothrix  autumnalis,  346. 

-  fecundatrix,  350. 
Arcillas,  171,  287. 

-  esmécticas,  289. 

-  plásticas,  289. 

-  refractarias,  290. 
Ardillas,  358. 
Arenas,  17 1. 
Armería  fllicaulis,  155. 
Armillaria  mellea,  133. 
Arrhenatherum  elatiue,  114. 
Arsenopirita,  182. 

Arum  italicum,  213. 
Arvícola  mistacinus,  ]  20. 
Asida  **  argenteo-limbata,  172. 

-  Clementei,  174. 

-  holosericea,  173. 

-  inquinata,  172. 

-  **  lorcana,  175. 

-  luctuosa,  172. 

-  **  Martinezi,  175. 

-  **  Oberthürí,  175. 

-  **  Sanchez-Gomezi,  173. 
Asperugo  procumbens,  124. 
Asperula  leevigata,  211. 
Asplenium  filix  femina,  114. 
Astarte  sp?,  128. 

Áster  hispanicus,  193. 
Asteriscus  spinosus,  211. 
Astragalus  austriacus,  154. 

-  Boissieri,  156. 

-  hamosus,  209. 

-  mauritanicus,  160. 

-  muticus,  156. 
Astrocarpus  Clusii,  117. 

-  **  latifolius,  116. 
Atriplex  rosea,  193. 
Attalus  Abeiliei,  360. 

-  amictus,  360. 

-  Elzearii,  360. 
Autunita,  181. 
Avena  barbata,  214. 
Axinotarsus  pulicarius,  360. 


Azuríta,  271,  340. 
Bacillus,  394,  402. 

-  coli,  207. 

-  flavus  aureus,  207, 

-  implexas,  207. 

-  laetis  aerogenes,  207. 

-  liquefaciens,  207. 

-  olese,  401. 

-  typhosus,  207. 

-  vermicularis,  207. 
Bardaguera  blanca,  388. 
Baris  **  ignifer,  134.  » 
Baritina,  235. 

Basalto,  291. 

Bedegar,  398. 

Beta  marítima,  212. 

Betónica   alopecurus,    var.    Amori 

111. 
Bíbío  Johannis,  229. 
Bíndheímita,  182. 
Bíorrhíza  áptera,  324. 

-  renum,  322. 
Bíserrula  pelecínus,  123. 
Boletína  analis,  229. 
Boletus  appendiculatus,  132. 
Borníta,  339. 

Boucerosia  hispánica,  193. 
Bovista  plúmbea,  133. 
Brachypodium  distachyum,  215. 

-  mucronatum,  215. 

-  pinnatum,  214. 

-  sylvaticum,  214. 
Briza  máxima,  122,  214. 

-  minor,  214. 
Bi'omus  maxímus,  214. 

-  moUis,  214. 
Broussonetia  papyrífera,  103. 
Brunella  vnlgaris,  124. 
Bryonia  dioica,  124. 
Cabreríta,  182. 

Cacao,  356. 
Caínosia  Mikii,  228. 
Café,  356. 


DE    HISTORIA    NATURAL. 


40S 


Calcantita,  339. 
Calcopirita,  271,  339. 
Calcosina,  338,  341. 
Calcouranita,  183. 
Calizas,  200. 

-  cristalina,  171. 

-  Jolomítica,  354. 

-  litográfica,  291. 
Calobata  octoannulata,  228. 
Calopha  compressa.  393. 
Calycotome  epinosa,  209, 
Campánula  erinns,  211. 
Campsicnemus  umbripennis,  228. 
Cania  vulpes,  126. 

Caolín,  288. 

Capnotera  hyalipennis,  228. 
Capreolus  Matheroni,  280. 
Capromys  **  elegans,  372. 

-  melanuru?,  372. 

-  prehensilis,  372. 
Caracol  conmn,  380. 
Cardamine  hirsuta,  208. 
Cardium  sp?,  128. 
Carduelis  elegans,  169. 
Carduus  australis,  1 1 5. 

-  nigrescens, 115. 
Carex  ammophila,  214. 

-  distans,  214. 

-  filiformis,  l09. 

-  muricata,  214. 

-  nutans,  154. 

-  paludosa,  154. 
Carnero,  294. 

Casiterita,  231  y  siguientes. 
Catabrosa  aquatica,  163. 
Cebus  capucinus,  109. 
Celsia  crética,  212. 
Centaurea  calcitrapa,  124. 

-  cyanus,  124. 

-  Lagascse,  111. 

-  melitensis,  211. 

-  paniculata,  135. 

-  Rouyi,  193. 


Centaurea  Setabensis,  193. 
Centranthus  orbiculatus,  211. 
Ceranomyia  caloptera,  230. 
Ceratomyza  denticornis,  229. 
Ceratopogon  cantabricus,  230. 

-  castellanus,  230. 

-  flavipee,  230. 

-  Morenae,  230. 

-  pallidetarsus,  230. 

-  pulicaris,  230. 
Cercolabes  prehensilis,  159. 

-  villosus,  161. 
Cerdo,  139,296. 
Cerusita,  354. 

Cervus  megaceros?,  363. 
Cerythium  sp?,  128.        > 
Chamienerium  angustifolium,  114. 
Charadrius  hiaticula,  169. 
Charopus  pallipes,  360. 
Chenopodium  múrale,  212. 
Chimpancé,  358. 
Chlora  baleárica,  211. 

-  intermedia,  211. 

-  perfoliata,  211,  338. 

-  serótina,  211. 
Chloropisca  rufa,  229, 
Chopos,  133,  388. 
Cidaris  bathonica,  128. 

-  lamillosa,  128. 

-  Loen^ani,  128. 

-  spinulosa,  128. 
Cinabrio,  182. 
Cineraria  palustris,  156. 
Cistus  albidus,  208. 

-  laurifolius,  122. 

-  salvisefolius,  208. 
Clitocybe  cerussata,  133. 
Cneorum  tricoccum,  209. 
Coca,  395. 

Coelopeltis  monspessulanus,  169. 
Colchicum  Clementei,  122. 
Colocasia  autiquornm,  356. 
Coluber  communis,  169. 


4m 


boletín  de  la  sociedad  española 


Columbita,  234. 
CoUybia  platyphylla,  133. 
Comején,  .358. 
Conferva  rivularis,  122. 
Conicalcita,  183. 
Coninm  maculatura,  210. 
Con  vallaría  verticillata,  114. 
Convolrulus  arvensis,  124. 

-  cantabríca,  211. 
Coprínus  atramentaríus,  133. 

-  digitalis,  133. 

Coris  monspeliensis,  211. 
Cornipedrera,  396. 
Coronilla  júncea,  210. 
Crepis  bulbosa,  211. 

-  lampsanoides,  111. 

-  Tríasii,  211. 

Crocus  Cambessedesii,  213. 
Ctenosteum  semielongatum,  128. 
Cuarzo,  234,  271,  343. 
Cupríta,  235. 
Cutandia  marítima,  214. 

-  scleropoides,  150. 
Cyathophora  insignia,  128. 

-  tuberosa,  128. 
Cyclamen  balearicum,  211. 
Cynips  argéntea,  329. 

-  calicis,  352. 

-  corlaría,  324. 

-  coronata,  325. 

-  corticalis,  321. 

-  fecundatrix,  328. 

-  glutinosa,  345. 

-  hungarica,  325. 

-  Kollarí,  326. 

-  truncicola,  321. 
Cynoglossospermum  barbatum,  154 

-  Lappula,  155. 
Cyrtosia  andalusiaca,  227. 
Dactylis  glaucescens,  214. 

-  glomerata,  214. 

-  hispánica,  214. 
Datura  stramonium,  124. 


Dancus  gnmmifer,  210. 
Diastrophus,  394. 
Dictyophorus  micropterus,  264. 
Digitalis  dubia,  212. 

-  purpurea,  124. 

-  thapsii,  124. 
Dilophus  femoratus,  229. 
Dinotherium  giganteum,  280. 
Dipodillns  dasyurus,  118. 
Dipus  Loftusi,  120. 
Disomo.sa,  181. 

Dixa  maculata,  230. 
Dolichopus  andalusiacus,  228. 
Dorcadion  *  albicans,  84. 

-  alternatum,  92. 
_  **  Becerree,  90. 

-  Bolivari,  142. 

-  *  Dejeani,  88. 

-  **  Escalerfe,  89. 

-  *  Ghiliani,  85,  94,  96. 

-  -  var.  **  ebeninum,  96. 

-  *  Grffillsi,  81. 

-  -  **  var.  Cazurroi,  91. 

var.  **  cinereum,  81,  92. 

sub-sp.  *  longipenne,  81. 

-  grisescens,  143. 

-  *  hispanicum,  82,  92. 

V.  **  brunneo-fasciatum,  94. 

-  -  var.  **  erythropus,  93. 

-  *  iusidiosum,  87,  143. 

-  *  Lauft'erí,  84,  97,  143. 
var.  **  subpolitum,  98. 

-  Martinezi,  91. 
V.  Panteli,  87. 

-  Marmottani,  90. 

-  molitor,  135,  144. 

-  Navasi,  135,  144. 

-  Oberthürí,  92. 

-  *  Perezi,  86,  94. 

-  -  var.  anthracinum,  95. 
V.  **  septemvittatum,  95. 

-  Seguntianum,  143. 

-  seuegalense,  144. 


DE    HISTORIA    NATURAL. 


407 


Dorcadion  Spinolse,  89,  98. 

-  **  vallisoletanum,  89. 
Doedalea  quercina,  132. 
Doronicum  austriacum,  114. 
Dorycnium  gracile,  209. 

-  suffruticosum,  209. 
Dragón,  376. 

Drosera  intermedia,  100. 

-  longifolia,  100. 

-  obovata,  100. 

-  rotundifolia,  97. 
Dryophauta  folii,  349. 

-  ecutellaris,  348. 
Ebseus  rubroniger,  360. 
Echinoprocta  ruf escena,  159. 
Echium  albicans,  299. 

-  angustifolinm,  299. 

-  australe,  250,  300. 

-  confusum,  249. 

-  creticnm,  212. 

-  granateuse,  250. 

-  grandiflorum,  250. 

-  italicum,  212. 

-  maritimum,  111,  250. 

-  parviflorum,  212. 

-  plantagineum,  111,  250. 

-  tuberculatum,  250. 

-  vulgare,  250,  299. 

-  Wierzbieckii,  299. 
Elefante,  358. 
Elgiva  dorsalis,  228. 

-  trivittata,  228. 
Erapis  ciliatopennata,  227. 

-  gracilitarsis,  227. 

-  Mikii,  227. 

-  Morente,  227. 

-  pennaria,  227. 

-  tessellata,  227. 
Ephedra  distachya,  154. 

-  Nebrodensis,  154. 
Ephippigera  (Steropleurus)  **  po- 

lita,  335. 

-  Stali,  336. 


Epilobium  tetragonum,  210. 
Eptesicus,  368. 
Erethizon  rufescens,  158. 
Erica  aragonensis,  li54. 

-  arbórea,  164. 

-  cinérea,  164. 

-  tetralix,  164. 
Erigeron  graveolens,  167. 
Erinus  aipinus,  156. 

-  hispánicas,  156. 
Eritrina,  181. 
Erodium  ciconium,  123. 

-  mosehatum,  123. 
Eryngium  Duriseanum,  114. 
Erythriea  centaurium,  211. 

-  maritima,  211. 

-  pulchella,  211. 
Euphorbia  characias,  213. 

-  denrJroides,  213, 

-  flavo  purpurea,  212. 

-  helioscopia,  123,212. 

-  hiberna,  1 14. 

-  imbricata,  212. 

-  peplis,  212. 

Eutropha  Thalhammeri,  229. 
Everniaprunastri,  122. 
Falsas  agallas,  398. 
Farraacolita,  182. 
Farmacosiderita,  180,  183. 
Festuca  duriuscula,  122. 

-  fenax,  214. 
Filago  spathulata,  211. 
Fluorina,  270. 
Fhiornro  sódico,  282. 
Fosforita,  180,  183. 
Frankenia  hirsuta,  209. 
Fraxinus  angustifolia,  402. 
Fresno,  133,  402. 

Fúlica  atra,  169. 
Fuinana  glutinosa,  209. 

-  Isevis,  209. 
Fumaria  officinalis,  208. 

1   Galena,  235,  271,  289. 


408 


boletín  de  la  sociedad  española 


Galera  pp?,  133. 

Ganomatila,  184. 

Garduña,  1  39. 

Garrulus  glandarius,  169. 

Gastridium  oblongum^  193. 

Gato,  296. 

Gaudinia  fragilis,  215. 

Gazella  subgutturof  a,  120. 

Genista  anglica,  394. 

-  Broteri,  394. 

-  falcata,  394. 

-  florida,  í<94. 

-  lusitanica,  165. 
Geranium  colombinum,  209. 

-  molle,  209. 

-  Robertiannm,  209. 
Geum  beterocarpum,  152. 

-  nivale,  152. 
Gladiolus  illyricus,  213. 

-  segetum,  122. 
Globularia  oscensis,  111,  193. 
Gorila,  358. 

Granito,  183,  270. 

-  porfídico,  184. 
Graveras,  170. 
Gymnetron  sapiens,  134. 
Gymnoternus  Moreníe,  228. 

-  quadrifilatus,  228. 
Haidingeiita,  182. 
Halloi,«ita,  288. 
Hapale  pygniíea,  109. 
Heleocharis  palustris,  214. 
Heliauthemura  guttatum,  208. 
Helichrysum  decutnbens,  211. 

-  stoechas,  125. 
Heliolrcipiíim  curassavicum,  212. 

-  europíEiim,  124. 
Helix  af^persa,363,  380. 

-  pomatia,  381. 
Heteroporii  ficnlina,  128. 
Heterotíienia  **  Paui,  115. 
Hidrógeno  atmosférico,  318. 
Hieracium  Capdevalli,  154. 


Hierro,  288. 

Hilara  bistriata,  227. 

-  cingulata,  227. 

-  fulvibarba,  227. 

-  fnsitibia,  227. 

-  qnadriclavata,  227. 
Eipopótanio,  139,  358. 
Hipparion  gracile,  280. 
Hippocrepis  unisiliquosa,  210. 
Hippiuites,  193. 

Hirudo  niedicinalis,  370. 

-  *  troctina,  375. 
Holcus  lanatus,  214. 
Hombre,  127,  139. 
Hordeum  Gussoneanum,  214. 
Hyadina  guttata,  229. 
Hydrellia  nigricans,  229. 
Hyoseris  radiata,  211. 
Hypebasus  albifrons,  360. 
Hypericum  balearicum,  209. 

-  perfoliatnm,  209. 
Intricaria  bajociensis,  128. 
Jsastrsea  gibbosa,  J28. 
Jabalí,  139. 
Jidiguera,  396. 

Juncus  acutus,  213. 

-  maritimus,  213. 

-  multiflorus,  213. 

-  Tommassinii,  213. 
Juniperus  thurifera,  192. 
Koeleria  crassipes,  114. 
Kopsia  Muteli,  212. 

-  ramosa,  212. 
Lactuca  virosa,  125. 
Lagothrix  Poppigii,  109. 
Laguena,  290. 
Lagurus  ovatus,  214. 
Lamium  amp.exicaule,  124. 

-  purpureum,  124. 
Lamprochromus  defectivus,  228. 
Lappa  major,  125. 
Lasioptera  pp.,  398. 

Lathyrus  annuus,  210, 


DE    HISTORIA   NATURAL. 


409 


Lathyrus  aphaca,  123,  210. 

-  cícera,  210. 

-  ochnis,  210. 
Launa,  290. 
Lauras  nobilis,  398. 
Lavandula  stcenlias,  124,  212. 
Lavatera  crética,  209. 

-  maritima,  209. 
Lavas  porosas,  291. 
Leopardo,  358. 
Lepidium  draba,  208. 
Lepiota  excoriata,  133. 
Leptothorax  Rottenbergi,  277. 
Lepturiis  c}'lindricus,  215. 
Lepns  cuniculus,  303. 
Libethenita,  180, 

Lignito,  251,  339. 
Limnobia  autumnalis,  230. 

-  tristis,  230. 
Limodorum  aborUvum,  213. 
Limonita,  271,  354. 
Limosina  andalusiaca,  229. 

-  limosa,  229. 

-  plurisetosa,  229. 
Linaria  borealis,  169. 

-  intricata,  111,  193. 

-  prosima,  193. 

-  spartea,  124. 

Linum  angustifolium,  209. 

-  gallicum,  209. 

-  spicatum,  209. 

-  strictum,  209. 
Lithospermum  arvense,  211. 
Lobioptera  albomaculata,  229. 
Lolium  remotum,  var.  **  Rodri- 

guezii,  115. 
Lonchoptera  tristis,  228. 
Lonicera  implexa,  210. 

-  periclymenum,  124. 

-  valentina,  210. 

-  xylosteum,  155. 
Lotus  corniculatus,  209. 

-  creticus,  209. 

N."  10.- Diciembre,  1901. 


Lotus  decumbens,  209. 

-  hispidus,  209. 

-  tenuifolius,  209. 

-  tetraphyllus,  209. 
Lycoperdon  ccelatum,  133. 

-  pratense,  122,  133. 
Lythrum  flexuosum,  210. 

-  hyssopifolia,  210. 

-  thymifclia,  210. 
Macroglopsa  stellatarum,  301. 
Magydaris  tomentosa,  210. 
Malachius  (Cyrtosus)  cyanipennís, 

360. 

-  elegans,  360. 

-  lusitanicus,  360. 

-  marginellus,  360. 

-  spinosus,  360. 
Malaquita,  181,  271,  340. 
Malva  minoricensis,  209. 
Manganeso,  290. 
Jlanzana  del  chopo,  388. 
Margas,  171,  203,  290. 
Marrubium  vulgare,  212. 
Mastodon  longirostris,  280. 
Matapollo,  167. 
Medicago,  397. 

-  apiculatá,  209. 

-  marina,  209. 

-  ononidea,  193. 
Melanobacidium  mali,  338. 
Melanomelia  aterrima,  228. 
Mélica  magnolii,  214. 

-  major,  214. 
Meliturga  clavicornis,  277. 
Mentha  pulegium,  212. 

-  rotuudifolia,  124. 
Meriones  erythrurus,  118. 
Merulius  lacrituans,  132. 
Mica,  234,  354. 
Micrococcus  céreas  albus,  207. 

-  coronatus,  207, 

-  prodigiosas,  207. 

-  roseas,  207. 

90 


410 


boletín  de  la  sociedad  española 


Micrococcus  sulphureus,  207. 
Microlonchus  Clusii,  124. 

-  Durieui,  124. 
Micromeria  filiforinis,  212. 
Microphorus  pilimanus,  227. 
Midas  Graellsi,  109. 

-  lagonotus,  109. 
Millericrinus  Escheri,  128. 

-  Hoferi,  128. 
Mimprera,  385. 
Mimetita,  184. 
Minio,  364. 
Molasas,  200. 
Molossus  uasutus,  369. 
Moronita,  290. 
Mucor  mucedo,  125. 
Mus  bactrianus,  118. 

-  decumanus,  139. 

-  rattus,  139. 
Muscari  comosum,  122. 
Mustela  boccamela,  118. 
Mutilla  brutia,  223. 

-  europsea,  223. 

-  littoralis,  223. 

-  maura,  223. 

-  partita,  223. 

-  punctata.  223. 

-  pusilla,  223. 

-  5-maculata,  223. 

-  stridula,  223. 

-  (Dasylabris)  rubrosignata, 

223. 

-  (Myrmilla)  calva,  223. 

-  -  capitataj  223. 

-  -  Chiesi,  223. 

-  -  dorsata,  223. 

-  (Stenomutilla)  argéntala,  223. 
Mycetes  senicnlus,  109. 
Myopa  dorsalis,  228. 
Myosotis  hispida,  212. 

Myotis  albescens,  371. 

-  lucifugus,  371. 

-  myotis,  370. 


Myotis  nigricans,  371. 

-  **  Thomaei,  370. 
Myoxus  dryas,  118. 
Myriophyllum  spicatum,  210. 
Nacrita,  288. 

Naranjo,  133. 

Narcissus  bulbocodium,  122. 

-  serótinas,  213. 
Nardurus  patens,  115,  216. 
Natica  sp?,  128. 
Kautilus,  248. 
Nematus  galiicola  387. 

-  sp?,  387. 

-  Vallisnierii,  387. 

-  versicolor,  385. 
Nerineea  scalaris,  128. 
Nesokia  **  argyropus,  118. 

-  bengalensis,  119. 

-  Hardwifkii,  var  Huttoni,  118. 
Neurotherus  lenticularis,  347. 

-  ostredis,  346. 
Nigella  damascena,  208. 
Nitro,  199. 

Nuphar  luteum,  124. 
Nymphaea  alba,  123. 
Ochthiphila  coronata,  229. 
Ocres,  290. 

Odontites  serótina,  153. 
OEdalea  brevicornis,  227. 
Qínanthe  apiifolia,  210. 

-  globulosa,  210. 

-  pimpinelloides,  210. 
Olea  europíea,  401. 
Ollvinita,  180. 

Olmo,  391. 

Oncotylus  setulqsus,  136. 

Ononis  crispa,  209. 

-  minutissima,  209. 

-  reclinata,  209. 
Ophrys  apifera,  115. 

-  arachnites,  213. 

-  spec'ulum,  213. 

-  tenthredinifera,  213. 


DE    HISTORIA    NATURAL. 


411 


Orchis  bifolia,  115. 

-  conopsea,  115. 

-  coriophora,  115. 

-  frajrans,  213. 

-  morio,  122, 

-  prov'incialis,  115. 
Orlaya  maritima,  210. 
Orobanche  bederpe,  212. 
Ostrea  gregaria,  128. 
Osyris  alba,  212. 
Oxido  de  hierro,  235. 
Oxybelus  **  raaculiventris,  256. 

-  **•  nigriventris,  257. 

-  **  opacas,  258. 
Oxypoda  luctifera,  133. 

-  magiiicollis,  133. 
Pseonia  Broteri,  123. 

-  Cambessedesii,  208. 
Palmera,  373. 

Pancratium  maritimum,  213. 
Papaver  setigerum,  208. 
Parahypostena  diversipes,  228. 
Parmelia  acetabulum,  317. 

-  alpicola,  317. 

-  Borreri,  314. 

-  caperata,  316. 

-  carporrhizans,  315. 

-  cetrata,  315. 

-  conspersa,  316. 

-  encausta,  316. 

-  exasperata,  317. 

-  fahliinensis,  317. 

-  isidiotyla,  317. 

-  Isevigata,  316. 

-  lusitana,  317. 

-  omphalodes,  317. 

-  perforata,  315. 

-  perlata,  315. 

-  pbysodes,  316. 

-  püosellf),  315. 

-  revoluta,  315. 

-  saxatilis,  314. 

-  sinuosa,  315. 


Parmelia  ?tygia,  317. 

-  Kulcata,  314. 

-  tiliacea,  315. 

-  trichotera,  315. 
Passer  hispanioleneis,  169. 
Pastinaca  lucida,  210. 
Pectén  sequivalvis,  128. 

-  sp?,  128. 
Pegmatitas,  288. 
Pemphigus  affinis,  390. 

-  bursariuSj  389. 

-  cornicularius,  395. 

-  folicularius,  398. 

-  populi,  390. 

-  semilunaris,  397. 

-  spirotbecse,  390. 

-  utricularius,  397. 
Peutacrinus  sp?,  128. 
Pentagonia  hybrida,  211. 
Perro,  139. 

Pezomachus  formicarius,  2  23. 
Phagnalon  sasatile,  211. 

-  sordidum,  211. 
Phalaris  ca?rulescens,  214. 

-  nodosa,  214. 

-  paradoxa,  114. 
Phcenix  dactylifera,  373. 
Pholadomya  deltoidea,  128. 
Pholiota  mutabilis,  133. 
Phytolacca  decandra,  122. 
Phytomyza  aíRnis,  229. 

-  Morense,  229. 

-  nevadensis,  229. 
Phytoptus  robur,  360. 
Pimpiuella  dichotoma,  150. 

-  fcetida,  150. 
Piorno,  394. 

Piptatherum  coerulesceus,  214. 

-  multiflorum,  214. 
Pipunculus  nigritulus,  228. 
Pirita,  181,  290,  342. 

-  arsénica!,  235. 

-  de  hierro,  271. 


412 


boletín  de  la  sociedad  española 


Piroxeno,  365. 

Pistacia  terebinthus,  123,  395. 

Pizarras,  290. 

Plantago  albicane,  124. 

-  **  Badali,  156. 

-  Bell  ardí,  212. 

-  crassifolia,  212. 

-  lagopiis,  212. 

-  lanceolatn,  124,  212. 

-  marítima,  212. 

-  media,  15'5. 

-  psyllium,  212. 

Platynaspis  luteorubra  var.  Kara- 

mani,  134. 
Platyplax  Salviae,  278. 
Platystolns  ustulatus,  336. 
Plecotiis  anritus,  127. 
Pleurotomaria  sp?,  128. 
Pleurotus  cornucopioides,  133. 
Plomo-goma,  183. 
Plumbago  capensis,  300. 
Poa  attica,  214. 

-  sudetica,  114. 

-  trivialis,  214. 
Polygala  rupestris,  209. 
Polypogon  Djaritimum,  214. 
Polyporue  lucidus,  132. 

-  versicolor,  133. 
Polyeacnm  crassipes,  133. 
Polystichum  filix-mas,  114. 

-  rigidum,  1 14. 
Populus  nigra,  388,  390. 
Pórfidos,  Ui3,  290., 
Potasa,  112. 
Potentillamixta,  115. 
Prixita,  184. 

Proteos  vulgaris,  207. 
Prunus  ppiTiosa,  123. 
Fseudoagalla,  398, 
Pseudocropsilus  olaripennis,  228. 
•  -  maculipemiis,  228. 
Pseudoholopogon  cbalcogaster,  227. 
Psila  nigrotseniata,  228. 


Psoralea  bituminosa,  209. 
Pterophorus,  126. 
Puerco-esjdn,  358. 
Pulicaria  odora,  211. 
Pygaster  Peronni?  128. 
Quercus  ballota,  346. 

-  coccifera,  325,  347. 

-  ilex,  322,  346,  351. 

-  lusitanica,    327,    328,    345,    347, 

349,  362. 

-  pedunculata,  197,  321,  326,  329, 

34  7,  360,  362. 

-  pseudo-suber,  322,  325,  328. 

-  seshiJiflora,   321,    327,   329,  348,. 

350. 

-  súber,  197,  324,  352. 

-  toza,  197,325,  347,  349. 
Ramondia  pyrenaioa,  338. 

-  var.  **  Lazaroi,  305. 
Rampbomyia  andalusiaca,  227. 

-  umbripennis,  227. 
Rannnculns  acoiiitifolius,  114. 

-  aquatilis,  208. 

-  Bandotii,  208. 

-  confusus,  208. 

-  flaitans,  123. 

-  hederaceus,  123. 

-  macrophyllus,  208. 

-  muricatus,  123,  208. 

-  parvifloius,  208. 

-  Sardous,  208. 

-  trilobus,  208. 

-  tripartitus,  208. 

Rapbanus  rapbariistrum,  122,  208. 

Rata,  139. 

Botón.  139. 

Reichardia  picroides,  211. 

-  tingitana,  211. 
Rejalgar,  182. 
Reseda  luteola,  192. 
Retama  blanca,  394. 
Retama  monosperma,  123. 

-  sphserocarpa,  123. 


DE   HISTORIA    NATURAL. 


413 


Rhabdocidaris  hórrida,  128. 
Ehaphidophlus  lobatus,  334. 

-  filifer  var.  **  cantábrica,  000. 
Ehicnoesa  alboguttata,  229. 

-  albosetulosa,  229. 
Ehinechis  scalaris,  169. 
Rhinoceros,  363. 
Rhodites  rosas,  398,  400. 

-  spiuosissima,  400. 
Rhyncholopus  crassipes,  230. 
Rhynchonella  inconstans,  128. 
Ricinus  communis,  103. 
Romerina,  167. 

Rosa  canina,  123,  398. 

-  -  andegavensis,  400. 

-  -  dumalis,  398. 

-  -  dumetorum,  400. 

-  -  fusiformis,  400. 

-  -  globularia,  898. 

-  -  scabrata,  398. 

-  -  sphíerica,  400. 

-  -  urbica,  400. 

-  corylifolia,  153. 

-  frutetoruiu,  153. 

-  glauca,  153. 

-  Mathonneti,  152. 

-  mollis,  152. 

-  myriacantha,  152. 

-  rubella,  152. 

-  sorbifolia,  152. 

-  spinosissima,  152. 

-  subcanina,  153. 
Rosal  silvestre,  398. 
Rubus  discolor,  123. 

-  idseus,  152. 

-  thyrsoideus,  400. 
Rumex  bucephalophorus,  212. 

-  conglomeratus,  212. 

-  crispus,  122,  212. 

-  pulcher,  212. 
Ruscus  aculeatus,  1'22. 

Rusaula  emética  var.  fragilis,   133. 
Ruta  chalepeusis,  209. 


Salix  alba,  387. 

-  aurita,  388. 

-  cinérea,  387.  í 

-  fragilis,  387. 

-  olsefolia,  888. 

-  triandra,  387. 

-  viminalis,  385. 
Sambucus  ebulus,  124. 

-  nigra,  124. 
Sanguijuela  dragón,  376. 

-  fina,  376. 

-  pintada,  376. 

Santolina  chamaecyparissus,  211. 

-  rosmarinifolia,  125,  1(54. 
Sapromyza  andalusiaca,  228. 
Sarcina  lútea,  207. 

Sarga  blanca,  387. 

-  negra,  387. 
Sargado,  290. 
Sauce  blanco,  388. 
Scandix  pecten-veneris,  210. 
Scatophila  quadrilineata,  229. 
Scbinus  molle,  132. 
Schizoneura  lanigera,  391. 

-  ulmi,  393. 
Sciara  Morena,  229. 

-  obtusicauda,  229. 

-  quinquelineata,  229. 

-  Thomíe,  229. 
Scirpus  holoschsenus,  213. 

-  maritimus,  213. 
Scleroderma  verrucosuQi,  132. 
Scleropoa  rígida,  214. 
Scolopendrium  oíBcinale,  114. 
Scorodita,  182. 
Scrophularia  canina,  124. 

-  peregrina,  212. 
Sedum  acre,  123. 
Selinopsis  foetida,  150. 

-  montana,  150. 
Senebiera  pinnatifida,  208. 
Senecio  carpetanus,  155. 

-  gallicus,  125. 


414 


BOLETÍN    DE    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 


Senecio  Jacobaea,  126. 

-  Rodriguezii,  211, 

-  vulgaris,  125. 
Serapias  lingua,  122,  213. 

-  occultata,  213. 
Siderita,  342. 
Silaus  virescens,  154. 
Silene  alpiua,  262. 

-  commutata,  261, 

-  inflata,  260. 

-  lusitanica,  209. 

-  marítima,  260. 

-  mollissima,  209. 

-  Thorei,  261. 
Silybum  Marianum,  211, 
Sinapis  arvensis,  208. 
Sisymbrium  officinale,  208, 
Sonchus  arvensis,  211. 

-  asper,  211, 
Spathegaster  baccarum,  347,  352. 

-  Taschembergi,  348. 
Sphaerocera  pusilla,  229. 
Sphecodes  **  Antigíe,  258. 

-  hispanicus,  259. 
Spintherops  catophanes,  126. 

-  spectrum,  126. 
Spirtea  ulmaria,  152. 
Spondylus  sp?,  128. 
Stachys  hirta,  212. 
Statice  minutiflora,  212, 

-  psiloclada,  212. 
Stauronotus  maroccanus,  71. 
Stellaría  media,  123. 
Stenobotiirus,  126. 

Stipa  júncea,  214. 
Stropharía  obtusata,  133, 
Sulfato  de  magnesia,  200. 
Symphorícarpus  racemosus,  103. 
"Synergus,  353, 
Syrítta  pipiens,  228. 
Syrphus  balteatus,  228. 
Tachydromia  andalusiaca,  228, 

-  baldensis,  227, 


Tachydromia  cinereovittata,  227, 

-  cursitans,  227, 

-  major,  227. 

-  minuta,  228. 

-  minutissima,  228. 

-  pseudo-maculipes,  227. 

-  pubicornis,  227. 
Tamarix,  133. 

-  africana,  210. 
Tamus  communis,  213. 
Tanypus  castellanus,  230. 
Taphozous  nudiventris,  118. 
Taeniopoda  **  Burmeisteri,  266. 

-  centurio,  268. 

-  **  gutturosa,  268. 

-  picticornis,  267. 

-  pulchella,  269. 

-  superba,  267, 
Tegenaria  domestica,  126. 
Teras  terminalis,  323. 
Terehinto,  395. 
Terebratula  Bnckmani,  128. 

-  (Waldheimia)  carinata,  128. 

-  furciliensis,  128. 

-  fylgia,  128. 

-  maxillata,  128. 

-  Philipsi,  128. 
Terebratulina  coarctata,  128. 
Ternera,  295. 

Testudo  grffica^  363. 
Tetraneura  ulmi,  393, 
Teucrium  chamaedrys,  212, 

-  majoricum,  212. 

-  pyrenaicum,  155. 
Thapsia  villosa,  124,  210. 
Thecocyathus  sp?,  128. 
Thecosmilia  obtusa,  128. 
Thylacites  chalcogrammus,  134. 

-  fuUo,  134, 

-  **  hirsutas,  133. 
Thymus  mastichina,  124, 
Tiphia  **  Antigás,  252. 

-  brevipennis,  253. 


DE    HISTORIA   NATURAL. 


415 


Tiphia  femorata,  255. 

-  Lethyerryi,  253. 

-  morio,  254. 

-  Olcesei,  253. 

-  Putoni,  253. 

-  **  rudepunctata,  253. 
_  ^*  Vaucheri,  255. 

Típula  acuminata,  230. 

-  Morense,  230. 

-  pseudo  gigantea,  230. 

-  saginata,  230. 

-  trifasciculata,  230. 
Torilis  heterophylla,  210. 

-  nodosa,  210. 
Trichina  spiralis,  137. 
Trifolium  angustifoliuin,  209. 

-  Carteiense,  193. 

-  maritimum,  209. 

-  procumbene,  209. 

-  resupinatum,  209. 

-  scabrum,  209. 

-  stellatum,  209. 
Trigonaspis  costalis,  322. 
Trigonia  costulata,  128. 

-  denticulata,  128. 
Trimicra  aiidalusiaca,  230. 
Trixago  apula,  212. 

-  viscosa,  212. 
Turbinolia  sp?,  128. 
Turdus  músicas,  169. 

-  viscivorus,  169. 
Turmalinas,  23á. 
Ulex  sp?,  165. 
Ulmus  campestris,  391. 
Umbilicus  pendulinus,  123. 
Unió  Idubedse,  128. 
Urginea  scilla,  122. 


Uitica  membranácea,  212. 
Ustilago  tritici,  122. 
Valerianella  microcarpa,  211. 
Vanellus  cristatus,  169. 
Veratrum  álbum,  114. 
Verbena  chamfedryfolia,  301. 

-  officinalis,  212. 
Vespertilio  **■  Espadse,  368. 

-  magellanicus,  368. 

-  murinus,  127. 

-  pipistrellus,  127. 
Vesperugo  Kulilii,  118. 
Vesperus,  368. 

-  magellanicus,  368. 
Vicia  angustifolia,  123,  210. 

-  hirta,  210. 

-  macrocarpa,  210. 

-  narbouensis,  123. 

-  parviflora,  209. 

-  pubescens,  209. 

-  sativa,  123. 
Vinca  media,  211. 
Vincetoxicum  apodum,  211. 

-  nigrum,  211. 
Vivianita,  180. 
Volvaria  bombycina,  133. 

-  speciosa,  133. 
Vulpes  leucopus,  118. 
Vulpia  geniculata,  214. 
Wawelita,  181. 
Wolframita,  235. 
Xanthium  spinosum,  124. 
Xanthogramma  margínale,  228. 
Xanthosoma  eagittsefolium,  356. 
Zambullo,  401. 

Zarzamora,  400. 


El  Vicesecretario, 

José  María  Dusmet. 


ÍNDICE  DE  LO  CONTENIDO  EN  EL  TOMO  1 
3DEX_.    BOLETÍIsr 


Pág-s. 

Reglamento  de  la  Sociedad 3 

Junta  directiva  y  Comisiones  para  1901 13 

Lista  de  Socios 15 

Memoria  acerca  del  estado  de  la  Sociedad  y  de  su  Biblioteca 38 

Sesión  del  9  de  Enero  de  1901 69 

Lázaro  (B.). — Noticia  necrológica  del  Sr.  Marqués  de  la  Rivera 69 

Bolívar  (I.) — Recuerdos  del  Sr.  Barón  Edm.  de  Sélys  Longchamps, .  70 
Martínez  de  la  Escalera  (M.) — Proposición  relativa  á  la  enseñanza  de 

la  Historia  natural  en  las  Escuelas 71 

Más  y  Guindal  (J.)— Comunicación  de  plantas  para  el  Catálogo 72 

Bolívar  (I.) — Proyecto  de  excursión  á  Almería  y  Granada 72 

Lázaro  (B.) — Proposición  sobre  conferencias 73 

Navas  (R.  P.  L.)  —  El  Barón  Ed.  de  Sélys  Longchamps 74 

Martínez  de  la  Escalera  (M.)  —  Especies  españolas  del  género  Dor- 

cadion  Dalm 77 

Laufler  (J.) — Notas  críticas  sobre  el  género  Dorcadion  Dalm 88 

Rivas  Mateos  ÍM.)— Algunas  formas  transitorias  de  las  especies  es- 
pañolas del  género  Drosera 98 

Reyes  y  Prosper  (E.) — Polimorfismo  de  las  hojas  del  ricino 102 

Sesión  del  6  de  Febrero  de  1901 105 

Bolívar  (I ) — Noticia  necrológica  de  D.  Enrique  Gómez  Carrasco.. . .  106 

Discusión  sobre  enseñanza  de  la  Historia  natural  en  las  escuelas. . .  106 

Calderón  (S.) — Noticia  sobre  el  meteorito  de  Quesa 108 

Cabrera  Latorre  (A.) — Datos  sobre  monos  americanos  del  Museo  de 

Madrid 109 

Más  j'  Guindal  (J.)-  El  carex  filiformis  en  España 109 

Barras  de  Aragón  (F.  de  las).— ios  trabajos  geográficos  de  la  Casa  de 

Contratación  de  Sevilla  (nota  bibliográfica) 110 


:n38i 


418  BOLETÍN    DE   LA.    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 

Págs. 
Barras  de  Aragón  (F.  de  \as).  — Plantes  nouvelles  de  la  flore  d'Kspagne 

par  M.  A.  de  Coincy  (nota  bibliográñca) 111 

Jinieno  (H.) — Electrólisis  de  la  potasa  en  una  pared 112 

Merino  (R.  P.  B.)— Algunas  especies  raras,  nuevas  ó  críticas  de  la 

Flora  gallega 113 

Cabrera  Latorre  (A.) — Viaje  del  Sr.  Martínez  de  la  Escalera  á  Persia. 

Mamíferos 117 

Fernández  de  Gatta  (M.)— Nombres  regionales  salmantinos  de  algu- 
nas plantas  espontáneas 121 

Navas  (R.  P.  L.)— Notas  geológicas.  -  La  cueva  de  Maderuela  en  Vera 

(provincia  de  Zaragoza) 125 

Hernández  Pacheco  (E.) — Datos  para  la  flora  micológica  de  los  alre- 
dedores de  Córdoba 130 

Fuente  (J.  M/  de  la). —  Datos  para  la  fauna  de  la  provincia  de  Ciu- 
dad-Real       132 

Díaz  del  Villar  (J.  M.)  -  La  triquina  espiral  (Trichina  spiralis  Owen).     137 
Martínez  de  la  Escalera  (M.)  —  Notas  sinonímicas  sobre  el  género 

Dorcadion  Dalm 142 

Sesión  del  6  de  Marzo  de  1901 145 

Discusión  sobre  la  enseñanza  de  la  Historia  natural  en  las  escuelas.     145 
Gregorio  y  Rocasolano  (A.) — Noticia  necrológica   sobre  D.  Jacinto 

Marcos  Zamora 148 

Pau  (C.) — Una  especie  nueva  para  la  flora  española 149 

—         Plantas  teruelanas  reogidas  por  D.  Antonio  Badal 150 

Cabrera  Latorre  (A.)— Sobre  los  caracteres  y  la  clasificación  del  puer- 
co espín  pequeño  de  Colombia 158 

Rivas  Mateos  (M.)— Plantas  de  la  Sierra  de  Béjar 162 

Jimeno  (H.) — Un  autógrafo  de  D.  Ignacio  Jordán  de  Asso 165 

Fernández  de  Gatta  (M.)  — Nombres  regionales  salmantinos  de  algu- 
nos animales   1 69 

Sánchez  Pérez  (J.)  — Excursión  á  Muel  y  al  pantano  de  Mezalocha.  .      170 
Martínez  de  la  Escalera  (M.)  —Materiales  para  una  revisión  del  gé- 
nero Asida 172 

Jimeno  (H.) — Noticias  históricas  sobre  algunos  terremotos  acaecidos 

en  España 175 

Calderón  (S.)  —  Noticias  sobre  algunos  fosfatos  y  arseniatos  raros  ó 

poco  conocidos  de  nuestra  Península 180 

Sesión  extraor-dinaria  del  18  de  Marzo  de  Í90i.  — Nombramiento  de 
Socios  honorarios  y  restablecimiento  de  la  Sección  de  Barcelona.     186 

Sesión  del  10  de  Abril  de  1901 188 

Discusión  sobre  la  enseñanza  de  la  Historia  natural  en  las  escuelas.     189 
Lázaro  (B.) — Observaciones  sobre  la  Écloga  quinta  de  A.  de  Coincy..     192 


DE   HISTORIA   NATURAL.  41» 

Págs. 

Fernández  de  Gatta  (M.)— Nuevos  estudios  sobre  las  agallas 194 

Calderón  (S.)  — Apuntes  sobre  el  nitro  en  España 19& 

Madrid  Moreno  (J.)  — Un  nuevo  medio  de  cultivo  para  diferenciar  el 

Bacillus  tífico  del  coli  según  Mankowski 204 

Pau  (C.)— Relación  de  plantas  menorquinas 207 

Jimeno  (H.)  —  Noticias  históricas  sobre  algunas  piedras  meteóricas 

caídas  en  España 215 

Sesión  del  1°  de  Mayo  de  1901 217 

Conclusiones  sobre  la  enseñanza  de  la  Historia  natural  en  las  es- 
cuelas       218 

Constitución  de  la  Sección  de  Barcelona 221 

Heyden  (L.  ven). —  Contribuciones  á    la  fauna  ibérica.  Mutillida? 

(Hymenoptera) 222 

Jimeno  (H.)  —  Noticias  históricas  sobre  algunas  piedras  meteóricas 

caídas  en  España  (conclusión) 224 

Navas  (R.  P.  L.)  -  Dípteros  de  España  por  el  P.  Gabriel  Strobl.  (Nota 

bibliográfica.) 226 

Calderón  (S.)— La  casiterita  y  los  filones  estanníferos  de  nuestra  Pe- 
nínsula       231 

Sesión  del  5  de  Junio  de  1901 241 

Barras  de  Aragón  (F.  de  las). — Ensayo  antropométrico 242 

Oloriz  (F.)— Observaciones  sobre  la  proposición  del  Sr.  Barras  acerca 

de  la  antropometría 244 

Presentación  al  Sr.  Ministro  de  Instrucción  pública  de  las  Conclusio- 
nes sobre  la  enseñanza  de  la  Historia  natural  en  las  escuelas. .  .  .     246 
Nombramiento    de  Socios  de   la  Española   para  la  expedición  al 

Muni 245 

Formación  de  un  Diccionario  de  nombres  vulgares  de  animales 246 

Reglas  para  la  redacción  de  las  papeletas  sobre  datos  de  la  fauna, 

flora  y  gea  de  España 247 

Calderón  (S.)     Terremoto  del  24  de  Mayo  en  Málaga 247 

Barras  de  Aragón  (F.  de  las). — Revisión  des  espéces  critiques  du  genre 

Echiumpar  M.  A.  de  Coincy  (nota  bibliográfica) 248 

Dosset  (J.  A.)  — Sobre  una  fuente  próxima  á  Val  de  Nuez  (Teruel),  con 

sedimento  de  alúmina  gelatinosa. 248 

Touruier  (H.)— Descriptions  de  quelques  Hyméuoptéres  d'Europe  et 

confins 252 

Rivas  Mateos  (M.)  — Formas  transitorias  de  las  especies  españolas 

del  género  Silene  (Sección  Behen) 260 

Bolívar  (I.)— El  género  Tamiopoda  Stál 264 

Jimeno  (F.)— Mina  de  Pnig-Pedrós,  Papiol  (Barcelona) 270 

Finestres  (Ed  )— La  pirita  de  hierro  de  Montjuich  (Barcelona) 271 


420  boletín    de    LA    SOCIEDAD    ESPAÑOLA 


Sesión  del  3  de  Julio  de  1901 273 

Lázaro  (B.) — Noticia  del  fallecimiento  de  D.  Miguel  Colmeiro  y  de 

D.  Ángel  Larrinúa 273 

Nacher  y  Vilar  (P.)— Conveniencia  de  que  los  Catedráticos  de  provin- 
cias den  cuenta  de  sus  expediciones  á  la  Sociedad  y  de  que  ésta 
corrija  los  errores  de  las  obras  que  se  publican  sobre  Historia  na- 
tural         275 

Bartolomé  y  del  Cerro  (A.) — Más  sobre  el  mismo  asunto  y  sobre  ho- 
jas antropométricas  y  también  sobre  la  Sociedad  protectora  de  ani- 
males de  Málaga 276 

Artigas  (P.) — Sobre  translación  del  Jardín  Botánico 276 

Dusmet  (J.  M.) — Sobre  una  excursión  desde  Fortuna  á  Ribas  (hime- 

nópteros  y  hemípteros ) 277 

Calderón  (S.) — Climat  et  eanx  minerales  d'Es¡)agne,par  le  Dr.  A.  La 

bat  (nota  bibliográficaj 277 

Ferrer  (J.) — Excursión  á  Blanes 279 

Barras  de  Aragón  (F.  de  las).  — Noticia  del  folleto  del  Dr.  Venukoíí 
sobre  mamíferos  fósiles  y  del  Director  del  Museo  de  Budapest 

sobre  etnografía,  tipos  madgiares 280 

—     Más  datos  sobre  el  terremoto  del  24  de  Abril 1 .     280 

Casares  Gil  (.!.)  — Sobre  la  presencia  del  fluoruro  sódico  en  algunas 

aguas  minerales 282 

Calderón  (S.) — Apuntes  sobre  algunas  arcillas  y  rocas  arcillosas  de 

Andalucía  y  Extremadura 287 

Buen  y  del  Cos  (O.) — Nota  acerca  de  la  extensión  y  carácter  de  la 

región  volcánica  de  Olot 291 

Barras  de  Aragón  (F.  de  las). —  Noticias  sobre  algunos  monstruos 

existentes  en  el  Gabinete  del  Instituto  de  Avila 294 

Sesión  del  2  de  Octubre  de  1901 297 

Calderón  (S.)— Noticia  del  fallecimiento  del  Socio  Protector  Mr.  H.  de 

Lacaze  Duthiers 297 

Barras  de  Aragón  (F.  de  Isis).  —  Sedionement  du  genre  Echiam  y 
Qu'est-ce  que  I' Echium  Wierzbieckii,  par  M.  de  Coincy  (notas  biblio- 
gráficas)        298 

líeyes  y  Prosper  (E.) — Observaciones   sobre  el  Plumbago  capensis 

Thuub 300 

Calderón  (S.) — Más  datos  sobre  el  meteorito  de  Quesa 301 

Criado  (M.)— Noticias  sobre  la  expedición  al  Muni 302 

Mazo  y  Franza  (J.) — Sobre  el  albinismo  en  Andalucía 303 

Barras  de  Aragón  (F.  de  las).  —  Sobre  el  repertorio  universal  de  los 

trabajos  geológicos  de  Bélgica 304 

Rivas  Mateos  (M.) — Ramondia  pyrenaica  Rich.  var.  Lazaroi 306 


DE    HISTORIA   NATURAL.  -121 

Págs. 
Barras  de  Aragón  (F.  de  las). — Abreviaturas  de  los  nombres  de  natu- 
ralistas españoles 307 

Navas  [B..  P.  L.)— Notas  liquenológicas.  El  género  Parmelia  en  Es- 
paña        310 

Chaves  y  Pérez  del  Pulgar  (F.)—Les  gaz  combustibles  de.  Vair;  Vhij- 

drogene  atmos'phérique  par  M.  A.  0<nitur  (nota  bibliográfica) 318 

Fernández  de  Gatta  (M.) — Nuevos  estudios  sobre  las  agallas  (conti- 
nuación)        321 

Orueta  (D.)— Descripción  de  algunas  esponjas  del  Cantábrico 331 

Bolívar  (I.)— Nueva  especie  del  género  Ephippigera 335 

Sesión  del  6  de  Noviembre  de  1901 337 

Ferrer  y  Hernández  (J.) — Yacimientos  de  Calcosina  en  Menorca 

(Baleares) 338 

Calderón  (S.) — Observaciones  sobre  los  yacimientos  españoles  de 

Calcosina 341 

Brugués  (CO — Análisis  de  ceras  de  España 343 

Fernández  de  Gatta  (M.) — Nuevos  estudios  sobre  las  agallas  (conti- 
nuación)     345 

Chaves  y  Pérez  del  Pulgar  (F.)  — Minio  de  Maro  (Málaga) 354 

Criado  (M.) — Notas  tomadas  en  mi  viaje  al  Golfo  de  Guinea 354 

Uhagón  (S.) — Nota  sobre  Maláquidos  de  España 359 

Sesión  del  4  de  Diciembre  de  1901 361 

Lázaro  (B.)  —  Noticia  del  fallecimiento  de   D.   Gabriel  Fernández 

Duro 361 

Font  (N.)— Cueva  con  brecha  huesosa  descubierta  en  Gracia  (Bar- 
celona),       363 

Calderón  (S.)— Formación  del  valle  del  Bidasoa 363 

Paul  (M.  J  ) — Formas  especiales  de  aceitunas 365 

Chaves  y  Pérez  del  Pulgar  (F.)  — Mineral  hallado  en  las  escorias  de 

Río  Tinto 365 

Estado  de  los  ingresos  y  gastos  de  la  Pocieoau .     366 

Junta  Directiva  para  11)02 367 

Cabrera  Latorre  (A )— Descripción  de  tres  nuevos  mamíferos  ameri 

canos 367 

Barras  de  Aragón  (F.  de  las).— Palmera  ramificada  del  Alcázar  de  Se 

villa •• 373 

Eivas  Mateos  (M.)-El  Hirudo  froctina  John,  de  Estremarlura 375 

Buen  y  del  üos  (O.) — Laboratorio  de  manipulacionen  de  Historia  na- 
tural en  la  Universidad  de  Barcelona 377 

Sánchez  y  Sánchez  (D.)  —  Nota  sobre  el  divertículo  del  conducto 
de  la  bolsa  copulatriz  ó  vesícula  seminal  del  Helix  asp6r.^:a 
(Müll.) 380 


m  boletín  de  la  sociedad  española 

Págs. 

Peruández  de  Gatta  (M.)— Nuevos  estudios  sobre  las  agallas  (con- 
tinuación)        385 

índice  alfabético  de  los  géneros  y  especies  mencionados  ó  descritos 
en  el  tomo  i  del  Boletín iO',i 

índice  de  lo  contenido  en  el  tomo  i  del  Boletín 417 


Se  ha  publicado  este  tomo  en  diez  cuadernos,  que  han  aparecido  cada 
uno  de  ellos  dentro  del  mes  correspondiente  cuya  indicación  se  halla  al 
pie  de  cada  pliego.  Lleva  además  cuatro  láminas. 


BOLBT.   DH  LA  SoC.    DE  HlST.   NaT, 


Tomo  I. —  Lám.  I. 


—xj^^i  >v-N  ^   3 


J7.  Cabrera  de¡. 


Lit  J.  Palaciot  -  Madrid. 


1  Mus  RATTUS  L. 

2  Mus  RATTUS  Albxandbinus  E   Gcafft, 

3  Mus  UECUMANUS,    Poll. 


^- 


Bor.KT.  OE  i.A  Son.  Ksr.  uv.  IIist.    nat, 


Tomo  I.— I,.\\i.  II. 


Ramondin  j}yrenriica  Kich. 

var.  Lazarni  Jíiv.  Mat.  a,  llor  vista  por  debajo;  b,  estambre;  r,  cáliz; 

*•/,  corte  del  ovario  y  del  fruto;  c,  diagrama. 


H 


> 


í^ 


BOXjETinST 


DE    LA 


Sociedad  española 


'*■      T^ 
de 


Pistoria  f^atural 


FUNDADA  EN  8  DE  FEBRERO  DE  1871' 


Tomo  I.  — 1901 


PASEO     DE     RECOLETOS,     20,     BAJO 

PALACIO    DE    BIBLIOTECA    Y    MUSEOS    NACIOXALES 


INSTRUCCIONES, 

La  Sociedad  espaííola  de  Historia  natural  se  propone  el  cultivo  de  esta 
ciencia  y  especialmente  el  de  las  producciones  naturales  de  España:  fué 
fundada  en  8  de  Febrero  de  1871,  y  ha  publicado  sin  interrupción  29  tomos 
de  sus  Anales  divididos  en  dos  series,  comprendiendo  la  primera  del 
1  al  20  y  la  segunda  del  21  al  30  (este  último  está  en  prensa). 

En  la  actualidad  publica  el  Boletín  y  las  Memorias;  el  primero  sale  á 
luz  por  cuadernos  mensuales  (excepto  en  los  de  Agosto  y  Septiembre)  y 
contiene  el  acta  de  las  sesiones  y  las  comunicaciones  científicas  que  en 
ellas  se  hicieren  y  que  no  excedan  de  ocho  páginas  de  impresión,  y  las 
segundas  se  publicarán  por  tomos  completos  y  comprenderán  los  trabajos 
extensos,  procurándose  contenga  cada  tomo  estudios  referentes  á  los  tres 
reinos  naturales. 

La  Sociedad  española  de  Historia  natural  no  recibe  protección  oficial 
y  cumple  su  misión  con  el  esfuerzo  de  sus  socios,  por  lo  que  son  llamados 
a  auxiiiarhx  y  sostenerla  no  sólo  los  naturalistas  sino  todas  las  personas 
amantes  de  las  ciencias  y  de  la  cultura  patria,  así  como  las  corporaciones 
y  establecimientos  docentes,  que  pueden  también  figurar  en  la  lista  de 
socios:  éstos  son  de  varias  clases:  protectores,  honorarios,  correspondien- 
tes extranjeros,  numerarios  y  agregados. 

La  Sociedad  concede  el  titulo  de  Protectores  á  las  personas  ó  entida- 
des que  la  favorezcan  con  donativos  de  importancia,  fundaciones  de  j)re- 
mios  ú  otros  servicios  de  gran  valía,  y  el  de  Honorarios  á  las  personas 
eminentes  en  la  ciencia  que  juzgue  acreedoras  á  esta  distinción:  su  nú- 
mero está  limitado  á  10.  Unos  y  utros  reciben  todas  las  publicaciones. 

Los  socios  correspondientes  extranjeros  podrán  recibir  todas  las  pu- 
blicaciones de  la  Sociedad  abonando  la  cuota  anual  de  10  pesetas  en  la  te- 
sorería de  Madrid  ó  la  de  8  francos  en  París,  42,  rué  de  Kotre  Dame  de 
Nazareth,  á  M.  Emile  Traizet,  representante  de  la  Sociedad. 

Los  numerarios  abonarán  Ja  cuota  anual  de  15  pesetas  ó  la  de  16,50  si 
residiesen  en  países  de  la  Unión  postal,  debiendo  remitirla  sin  descuento 
al  tesorero  en  la  época  de  admisión,  y  posteriormente  en  el  mes  de  Enero 
de  cada  año.  Keciben  el  Boletín  y  las  Memorias.  * 

Los  agregados  abonan  la  cuota  anual  de  8  pesetas  y  reciben  el  Boletín. 

Unos  y  otros  podrán  abonar  su  cuota  en  plazos  trimestrales  adelanta- 
dos, donde  haya  Sección  ó  representante  de  la  Sociedad,  á  razón  de  á  pe- 
setas por  trimestre  los  numerarios  y  de  2,25  los  agregados. 

Los  socios  numerarios  que  abonen  de  una  vez  ó  en  tres  plazos  anuales 
la  suma  de  300  pesetas  se  consideran  como  vitalicios,  quedando  exentos 
del  pago  de  la  cuota  anual  y  con  derecho  á  recibir  en  lo  sucesivo  todas  lar 
publicaciones  de  la  Sociedad. 

Los  que  hicieren  á  la  Sociedad  el  donativo  de  500  pesetas  seráu  consi- 
derados como  socios  perpetuos,  con  iguales  derechos  que  los  vitalicios,  pero 
figurando  su  nombre  á  perpetuidad  en  l.i  lista  de  socios,  junto  al  de  los 
socios  fundadores. 


Las  personas  ó  entidades  que  deseen  contribuir  á  los  fines  de  la  Socie- 
dad en  cualquiera  de  las  categorías  enumeradas  podrán  dirigirse  á  los 
socios  cuyas  señas  se  indican  y  que  representan  á  la  Sociedad,  los  cuales 
les  facilitarán  cuantos  datos  necesiten. 

En  Madrid  al  Secretario  i).  Salvador  Calderón,  calle  de  Sagasta,  9,  á 
quien  deberá  dirigirse  la  correspondencia  científica,  y  al  Tesorero  D.  Igna- 
cio Bolívar,  Moreio,  1,  al  que  se  dirigirá  la  administrativa. 

En  provincias  á  L>.  Éélix  Gila  y  Fidalgo,  Catedrático  en  la  Universidad 
de  Zaragoza;  D.  Marcelo  Rivas  Mateos,  en  la  de  Barcelona;  i).  Emilio 
Kiverá,  en  el  Instituto  de  Valencia;  D.  Julio  del  Mazo,  Arguijo,  (3,  Sevilla; 
y  D.  Pedro  Fernández  Cavada,  calle  de  Santa  Clara,  8  y  10,  tóantander. 

En  el  extranjero  M.  Emile  Traizet,  Kue  |Notre  Lame  de  Nazareth,  i2, 
en  París. 


PUBLICACIONES  DE  LA  SOCIEDAD 

QUE   se   HALLAN   Á   DISPOSICIÓN   DE    LOS   SEÑORES   SOCIOS  Á   LOS    PRECIOS 
AQUÍ  SEÑALADOS. 

Ptas. 

Recuerdos  botánicos  de  Tenerife,  por  D.  R.  Masferrer  (cuaderno  e 
246  páginas,  tirada  aparte  de  los  Anales) 2 

Fac-simile  de  una  carta  del  Barón  de  Humholdt  (publicada  en  el  to- 
mó I  de  los  Anai-es) O  50 

Actas  de  la  Sociedad  española  de  Historia  natural  (años  1890,  1891, 

1893-1900),  cada  uno 2,50 

índice  de  lo  contenido  en  los  veinte  primeros  tomos  (primera  serie) 
d  e  los  Anales 1 

Catálogo  de  la  Biblioteca  de  la  Sociedad  española  de  Historia  na- 
tural      1 


Los  Sres.  S'ocios  tienen  derecho  á  adquirir  por  una  sola  vez  un  ejemplar 
de  cada  uno  de  los  tomos  de  la  primera  serie,  á  los  precios  siguientes: 

Tomos  2.°,  3.°,  4.",  12.°,  13.",  14.°,  15.o,  19.°  y  20." 8  pesetas. 

—  5."  y  11." 25       — 

—  C.°,  7.°,  8.°,  9.°,  10.°,  lü.",  17."  y  18.° 12       — 

Los  cuadernos  sueltos,  siempre  que  de  ellos  haya  sobrantes,  sin  desca- 
balar tomos,  á  2  pesetas. 

La  colección  completa  de  la  1.^  serie  (20  tomos)  incluyendo  el  tomo  1.°, 
para  los  socios  y  por  un  solo  ejemplar  (sólo  hay  disponible  un  cortísimo 
número)  250  pesetas. 

La  2.a  serie  de  los  Anales  (18921901)  se  compone  de  10  tomos  (el  últi- 
mo en  publicación),  al  precio  cada  uno  de  15  pesetas. 


Los  socios  vitalicios  y  perpetuos  tienen  derecho  á  recibir  á  su  ingreso 
diez  volúmenes  elegidos  entre  los  anteriores  á  excepción  de  los  1.°,  5.°  y  11.° 


Los  socios  tienen  derecho  á  60  ejemplares  gratis  de  los  trabajos  que 
publiquen  en  las  Memorias,  pudiendo  obtener  maj^or  número  con  arreglo 
á  la  tarifa  que  se  inserta  en  la  2.a  página  de  la  cubierta  del  núm.  l.o  de 
Boletín.  Los  autores  de  comunicaciones  que  se  inserten  en  el  Boletín  no 
reciben  ejemplares  gratis,  pero  pueden  obtener  económicamente  los  plie- 
gos en  que  aparezca  su  trabajo  á  precio  de  tarifa. 

Unos  y  otros  deberán  indicar  en  el  manuscrito  de  su  trabajo  los  ejem- 
plares y  condiciones  que  deseen,  no  respondiendo  la  Sociedad  de  que  que- 
den complacidos  si  así  no  lo  hicieren. 


MBI.  WHOI    I  lliKAKV 


UH    IñM 


A    M