BOLETIIsr
DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
DE HISTORIA NATURAL
MADRID
ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE FORTANET
IMPRESOR DE LA REAL ACADEMLA DE LA HISTORIA
Calle de la Libertad, núm. 29
^9o^
f/
REGLAMENTO
DE LA
SOCIEDAD mmu DE HISTOIUH MTMAL .
CAPÍTULO PRIMERO.
CoPislitución de la Sociedad.
Artículo 1.° La Sociedad Española de Historia Natural
tiene por objeto el cultivo y adelantamiento de esta Ciencia, y es-
pecialmente el estudio de las producciones naturales de España
mediante la publicación de cuanto á dichas producciones se refie-
re y la formación de colecciones de las mismas.
Art. 2.° Se compone de Socios Protectores, Honorarios, Co-
rrespondientes extranjeros, Numerarios y Agregados; sin distin-
ción de nacionalidad.
Art, 3.° Son Socios Protectores, las personas ó entidades
que por haber favorecido á la Sociedad con donativos de notoria
importancia, fundaciones de Premios ú otros servicios de gran
valia, acordase la Sociedad incluirlas en esta categoría á pro-
puesta de la Junta Directiva.
Su nombramiento deberá hacerse en sesión extraordinaria y
por votación secreta; recibirán un diploma, el Reglamento, y
gratuitamente las publicaciones de la Sociedad.
Art. 4.° Son Socios honorarios las personas que, habiendo
prestado á la Ciencia servicios eminentes, sean admitidos como
tales, con las mismas formalidades que se expresan en el pá-
rrafo segundo del artículo anterior.
Recibirán un diploma, el Reglamento y las publicaciones de la
Sociedad á título gratuito.
Su número no podrá exceder de 10.
Art. 5.° Son Socios Correspondientes extranjeros, los nacio-
nales de otros Estados que se hayan hecho acreedores á esta dis-
tinción por sus donativos á la biblioteca de la Sociedad; serán
nombrados á propuesta de tres Socios aprobada por la Sociedad
4 EEGLAMENTO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
en sesión ordinaria, y recibirán un diploma, el Reglamento y la
Memoria con la relación de los trabajos en que se haya ocupado
la Sociedad durante el año, en la que figurará la lista de las pu-
blicaciones recibidas en el mismo y la de los Sres. Socios. Po-
drán recibir todas las publicaciones de la Sociedad abonando la
cuota anual de 10 pesetas.
Art. 6." Los Socios numerarios serán propuestos por uno de
los Socios en sesión ordinaria, decidiéndose su admisión en la
inmediata por mayoría de votos, previo informe de otros tres So-
cios nombrados al efecto.
Sus derechos y obligaciones serán los siguientes:
a. Pagarán una cuota anual de 15 pesetas los nacionales
y 16,50 los extranjeros, la cual harán llegar sin descuento al
Tesorero en la época de admisión y posteriormente en el mes de
Enero de cada año, ó la de 16 pesetas los primeros si prefiriesen
pagar por trimestres adelantados allí donde hubiere sección ó
representante de la Sociedad.
h. Recibirán un diploma, el Reglamento y las publicaciones
todas de la Sociedad desde el año en que se verifique su ingreso
y tendrán voto en las sesiones que la Sociedad celebre.
c. Cesarán de pertenecer á la Sociedad si dejasen transcu-
rrir un año sin satisfacer su cuota anual ó si manifestaren por
escrito su decisión de no continuar perteneciendo á ella, quedando
en uno y otro caso borrados de la lista de Socios y relevados del
pago de la cuota desde el año siguiente al en que se tome tal
resolución.
d. Podrá el Socio numerario quedar exento del pago de la
cuota anual mediante el abono de la suma de 300 pesetas ingre-
sada en caja de una sola vez, ó de la de 100- durante tres anuali-
dades consecutivas; una vez liberado será considerado Socio nu-
merario vitalicio, y á título de prima recibirá una serie de diez
volúmenes de los Anales de la Sociedad (de los señalados al
efecto), y anualmente y de por vida cuanto publique aquélla. Esta
cláusula no es aplicable á las corporaciones que fuesen admitidas
en concepto de socios numerarios.
e. Toda persona que hiciese donativo á la Sociedad de la
suma de 500 pesetas, será considerado como Socio numerario
per^petuo con iguales derechos que los anteriores ; su nombre
figui'ará á perpetuidad en la lista de los Socios, y al lado de los
fundadores.
DE HISTORIA NATURAL. 5
/. Las cantidades recaudadas por liberaciones de cuotas y los
donativos que se hicieran por el concepto indicado en el párrafo
anterior se capitalizarán en valores públicos, al efecto de que sólo
su renta se invierta en los gastos de la Sociedad.
Art. 7.° Son Socios agregados, las personas que á propuesta
de un Socio numerario sean admitidas con las formalidades que
éstos.
Pagarán una cuota anual de 8 pesetas en la misma forma y
términos que los numerarios, ó de 9 si prefiriesen abonarla por
trimestres adelantados, donde hubiere Sección ó representación
de la Sociedad.
Recibirán un diploma, el Reglamento y el Boletín de la Socie-
dad; tendrán voz sin voto en las sesiones y podrán dejar de
pertenecer á la Sociedad por las mismas causas que los nume-
rarios.
CAPÍTULO IL
Organización y funoionaniiento de la Sociedad.
Art. 8.° La Sociedad nombrará anualmente su Junta Direc-
tiva compuesta del Presidente, Vicepresidente, Secretario, Vice-
secretario, Tesorero, Vicetesorero y Bibliotecario, que serán ele-
gidos por mayoría de votos entre los Socios numerarios residentes
en Madrid.
Art. 9.° Se procederá en la sesión ordinaria del mes de Di-
ciembre al nombramiento de las personas que hayan de desem-
peñar estos cargos desde el mes de Enero inmediato, no pudiendo
ser reelegido el Presidente hasta después de dos años.
Art. 10. Corresponde al Presidente dirigir las discusiones, y
su voto será decisivo en caso de empate.
Art. 11. El Secretario extenderá el acta de las sesiones, es-
tará encargado de la correspondencia científica, y ejercerá el car-
go de Contador.
Art. 12. El Tesorero recaudará las cuotas de los Socios,
hará los pagos acordados por la Sociedad, y distribuirá las publi-
caciones de ésta, presentando al fin de cada año las cuentas docu-
mentadas, que deberán examinarse por una Comisión nombrada
al efecto.
Art. 13. El Bibliotecario cuidará de la Biblioteca, dando
6 REGLAMENTO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
cuenta en todas las sesiones de las publicaciones recibidas, y á
fin de año presentará un estado de la misma con la lista de las
obras con que se haya aumentado la Biblioteca por donativos y
por cambios.
Art. 14. La Sociedad se reunirá en sesión ordinaria el pri-
mer miércoles no festivo de cada mes, exceptuando los de Agosto
y Septiembre en que no habrá sesiones.
Art. 15. El orden de las sesiones será el siguiente:
1.° Lectura y aprobación del acta de la sesión anterior.
2° Asuntos administrativos en este orden:
a Presentación y admisión de Socios.
h Comunicación de la correspondencia.
c Pi-oposiciones y asuntos diversos.
3." Comunicaciones científicas.
Art. 16. No será permitida discusión alguna que sea extra-
ña al objeto de la Sociedad.
Art. 17. Podrá concurrir á las sesiones cualquiera persona
que no pertenezca á la Sociedad, siempre que previamente sea
presentada á la mesa por uno de los Socios.
Art. 18. En la última sesión de cada año leerá el Secretario
una Memoria acerca del estado de la Sociedad y de los trabajos
científicos en que se haya ocupado durante el año.
Art. 19. El Presidente convocará á sesión extraordinaria cuan-
do lo crea oportuno, ó en virtud de petición por escrito de cinco
Socios, no pudiéndose en ella tratar sino de los asuntos para que
hubiese sido convocada y que deben ser conocidos de antemano
de los Socios.
CAPÍTULO III.
Comisionéis.
Art. 20. Una Comisión llamada «de Publicación», compuesta
del Presidente, Tesorero y Secretario de la Sociedad y otros tres
Socios nombrados con este objeto en la última sesión ordinaria de
cada año, será la encargada en el ejercicio siguiente de examinar
las Memorias y comunicaciones científicas que hayan sido dirigi-
das ala Sociedad por sus Socios ó por personas ajenas á ella y de
elegir las que crea más convenientes para su publicación, vigi-
DE HISTORIA NATURAL. 7
lando y cuidando la impresión de estos trabajos y remitiendo á la
del Catálogo aquellos en que deba entender ésta.
Art. 21. Habrá una Comisión llamada «de Catálogos», com-
puesta de siete Socios, en la que ejercerá el cargo de Presidente
el más antiguo de los elegidos y el de Secretario el que sea desig-
nado al efecto por la misma. Dicha Comisión tendrá el carácter
de pei'manente, siendo cubiertas las vacantes que en ella se pro-
duzcan mediante propuesta de la misma aprobada por la Junta
general en votación ordinaria en la primera sesión celebrada des-
pués de ocurrir aquélla.
Tiene esta Comisión el encargo de reunir, ordenar y conservar
en el local de la Sociedad las papeletas redactadas por los Socios
referentes á la preparación de los Catálogos de las producciones
de España, Bibliografía histórico-natural. Biografías de natura-
listas españoles y Diccionario de Historia Natural de voces técni-
cas y vulgares.
Esta Comisión, cuando el estado de sus trabajos lo exija, podrá
subdividirse é incorporarse á ella mayor número de Socios, soli-
citándolo de la Junta Directiva y procediendo á elección de los can-
didatos presentados por la Comisión en sesión ordinaria.
Art. 22. La Comisión «de Catálogos» deberá celebrar sesio-
nes independientemente de las ordinarias de la Sociedad todos los
meses, entregando á la Comisión de Publicación los Catálogos y
demás trabajos que le están encomendados y que tendrán cabida
en las Memorias á medida que se vayan formando.
Se entenderá directamente con los Socios, facilitándoles cuan-
tos datos le sean pedidos, resolviendo las dudas que les ocurran y
remitiendo papeletas en las que precisamente deberán los Socios
comunicar los datos que recojan.
Asimismo la Comisión del Catálogo será la depositarla de las
colecciones típicas de especies españolas y dibujos que á ellas se
refieran.
CAPÍTULO IV.
Publicaciones.
Art. 23. La Sociedad Española de Historia Natural hará
dos publicaciones regulares, sin perjuicio de las extraordinarias
que pudiere convenirle dar á luz por razones especiales : serán
aquéllas: 1.° El Boletín. 2." Las Memorias de la Sociedad.
'%^'^^^
8 REGLAMENTO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
El Boletín se publicará por meses, excepto en los de vacacio-
nes, y comprenderá el extracto del acta de las sesiones y las co-
municaciones que se hagan á la Sociedad y que no excedan de
ocho páginas de impresión por autor y sesión, subordinadas siem-
pre al acuerdo prudencial de la Comisión de Publicaciones por la
extensión que deba tener el Boletín.
Las Memorias aparecerán por tomos completos con numeración
correlativa, comprendiendo necesariamente estudios sobre los tres
grupos de seres naturales, siempre que hubiere materiales para
ello; y, tendrán cabida en ellas, los estudios generales sobre Bio-
logía , los descriptivos y organográficos , los trabajos sinópticos y
monografías, los necrológicos y bibliográficos y los catálogos de
las producciones naturales de la Península Ibérica y Baleares
(estos últimos con paginación independiente).
Art. 24. Los trabajos destinados á las Memorias habrán de'
ser originales, salvo lo que en casos especiales pudiera acordar
lá Sociedad , y serán publicados según el orden de presentación
dentro de cada grupo, quedando facultada la Comisión de Publi-
cación para alterar este orden cuando las circunstancias lo acon-
sejen.
Los trabajos que deban ir acompañados de láminas ó grabados
deberán ser presentados por sus autores con los dibujos definiti-
vos para que puedan ser reproducidos por cualquiera de los pro-
cedimientos tipográficos en uso.
Los grabados intercalados y las láminas se ejecutarán bajo la
dirección déla Comisión de Publicación, abonando la Sociedad la
mitad de los gastos que ocasionen^ siempre que su número no
fuere excesivo, siendo el resto de cuenta de los autores, enten-
diéndose ésto para los ejemplares que constituyen la tirada de la
Sociedad; pero los autores podrán presentar los clichés de los gra-
bados intercalados que hayan de acompañar á las notas destina-
das al Boletín, teniendo derecho á que se les abone, en este caso,
la mitad de su importe al precio que la Sociedad acostumbre á
pagarlos.
Art. 25. Los autores de trabajos publicados en las Memorias
tienen derecho á recibir gratuitamente 50 ejemplares de ellos, sin
variación, pudiendo obtener mayor número abonando previamente
su importe según la tarifa que se publicará en las cubiertas del
Boletín; pero deberán indicar con claridad en el manuscrito la
tirada que desean.
DE HISTORIA NATURAL. f>
Los autores de comunicaciones que se inserten en el Boletín no
recibirán gratuitamente ejemplares de ellas; mas podrán obtener
los que deseen del pliego ó pliegos en que esté incluido su trabajo
á precio de tarifa, para lo que habrán de indicar claramente en el
manuscrito de sus notas ó comunicaciones el número de ejempla-
res que desean.
Los autores podrán hacer tiradas especiales de los trabajos que
publiquen, tanto en las Memorl^s como en el Boletín, pero ha-
brán de anunciarlo con anticipación y entenderse directamente
con la imprenta por lo que respecta á su coste, quedando obliga-
dos á conservar en dichas tiradas la indicación de que el artículo
ha visto la luz en las publicaciones de la Sociedad.
Igual obligación tendrán los autores que publiquen traduccio-
nes de sus trabajos ó hicieren reimpresiones de los mismos, para
lo que habrán de solicitar previamente la venia de la Sociedad.
Art. 26. Serán devueltos á sus autores los manuscritos que
no se hayan publicado dos años después de haber sido leídos en
la Sociedad.
Art. 27. Las opiniones emitidas en los trabajos publicados por
la Sociedad son de la exclusiva responsabilidad de sus autores.
Art. 28. La Sociedad se reserva el derecho de imprimir los
trabajos científicos que se le remitan en idioma extranjero, siem-
pre que lo tenga por conveniente.
Art. 29. Quedarán en poder de la Sociedad los manuscritos
de las Memorias que se inserten en las publicaciones de aquélla.
Art. 30. Ningún trabajo se puede insertar en las publicacio-
nes de la Sociedad sin haber sido leído antes en las sesiones, ya
en totalidad, ya en extracto.
CAPÍTULO V.
Excursiones y conferencias.
Art. 31. La Sociedad Española de Historia natural realizará
excursiones que serán acordadas en sesión ordinaria, en la que se
establecerán las condiciones á que deben sujetarse los que se ins-
criban, lo que habrá de hacerse en el local de la Sociedad con ocho
días por lo menos de antelación á la fecha señalada. La Sociedad
cuidará de dar la mayor publicidad posible á este señalamiento,
con el fin de que puedan concurrir á la excursión las personas
10 REGLAMENTO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
que, sin ser Socios, se interesen de algún modo por esta clase de
estudios, obteniendo antes la venia del Presidente.
Realizará asimismo una excursión anual, á la que podrán asis-
tir los naturalistas extranjeros, á quienes se facilitarán por el Se-
cretario de la Sociedad cuantos datos se dignen solicitar, asi como
billetes á precio reducido desde la frontera, si se obtuvieren de
las Compañías de ferrocarriles por gestiones de la Junta Directi-
va: las condiciones y reglas á que deban sujetarse los que se
inscriban serán publicadas en el Boletín de la primera sesión del
año, así como el programa de la excursión.
Art. 32. La Sociedad, por medio de sus miembros que á ello
«e presten, dará conferencias de carácter técnico y de vulgariza-
-ción científica, anunciándolas por medio de la prensa con la de-
bida antelación.
CAPÍTULO VL
Serciones.
Art. 33. La Sociedad Española de Historia Natural podrá
autorizar la formación de Secciones de la misma en todos aque-
llos puntos donde lleguen á reunirse 15 Socios residentes, lle-
vando cada Sección el nombre de la localidad respectiva: se regi-
rán por el presente Reglamento, y en consecuencia nombrarán su
Junta Directiva, compuesta de Presidente, Vicepresidente^ Secre-
tario y Tesorero, que funcionará con arreglo al articulado del
■capítulo II.
Las actas de las Secciones, una vez aprobadas por éstas, asi
■como los trabajos científicos que en las mismas se presenten, de-
berán remitirse por el Secretario de cada una de ellas á la Socie-
dad, para los efectos del Reglamento en lo que á éstos se refiere
(Comisión de Publicación, Publicaciones, etc.)-
Art. 34. Los acuerdos de las Secciones sólo podrán versar
sobie asuntos económicos ó administrativos que con ellas se re-
lacionen y que en nada afecten al interés general de la Sociedad.
Art. 35. Cada Sección formará, con la anticipación conve-
niente, un presupuesto anual de gastos, que habrá de enviar á la
Sociedad para su aprobación en la sesión de Diciembre; y obteni-
da ésta será su importe abonado al Sr. Tesorero de la Sección, el
cual rendirá cuenta de su gestión al Tesorero general con la anti-
DE HISTORIA NATURAL. U
cipación necesaria, á fin de que los ingresos y gastos presupues-
tados de la Sección, así como el estado de su personal, puedan
figurar en las relaciones que se leen en la sesión de Diciembre
por el Secretario y Tesorero de la Sociedad.
CAPÍTULO VIL
Disposiciones generales.
Art. 36. Todos los Socios tendrán derecho á consultar las
obras de la biblioteca en el local destinado al efecto, sin que pue-
dan sacarlas del mismo por ningún concepto.
Art. 37. Los objetos naturales que la Sociedad reciba y no
juzgue convenientes para sus colecciones, servirán para formar
otras destinadas á los establecimientos públicos de enseñanza,
donde se crea que puedan ser más provechosos y conservarse
para ser estudiados con mayor facilidad por los naturalistas, dan-
do conocimiento de todo ello al remitente.
Atr. 38. Todos los Socios están facultados para poder copiar,
extractar ó examinar, por sí ó por medio de tercera persona, los
libros, dibujos y documentos de carácter científico que se conser-
van en la Biblioteca de la Sociedad^ así como para estudiar y
dibujar los ejemplares de las colecciones, previa autorización fir-
mada por el Socio, la cual será visada por el Bibliotecario ó por
el Secretario déla Comisión de Catálogos, según el caso; mar-
cándose por estos señores los sitios y horas en que dicho trabajo
haya de verificarse, si el autorizado es persona extraña á la So-
ciedad.
Art. 39. Todos los años se publicará en el Boletín una lista
de los Socios pertenecientes á la Sociedad, así como la indicación
de los que por cualquiera causa hayan dejado de pertenecer áella
durante el último año. En ella se hará constar la especialidad que
cultive cada uno, á fin de que puedan establecerse relaciones
científicas entre los Socios que se dediquen á un mismo género
de estudios.
Art. 40. Para modificar el Reglamento ó disolver la Sociedad,
se necesitará una proposición fundada y firmada por cinco Socios,
la cual se presentará en sesión ordinaria. Si en ella fuere tomada
en consideración, se nombrarán cinco Socios que emitan un in-
forme razonado, el cual se discutirá y votará en sesión extraordi-
12 REGLAMENTO DE LA SOCIEDAD DE HISTORIA NATURAL.
naria, convocada expresamente con este objeto, no siendo admi-
tida la proposición si no fuere aprobada por las dos terceras par-
tes de los Socios residentes habitualmente en Madrid. En caso de
no reunirse este número, bastarán las dos terceras partes de los
Socios presentes en la sesión inmediata.
Art. 41. En caso de disolución de la Sociedad, las colecciones
y libros que pudieran pertenecería serán donados á los centros de
enseñanza en los que se crea que puedan ser más convenientes y
conservarse mejor para su más fácil estudio y consulta por los
naturalistas, y los fondos que existan se destinarán á los Estable-
cimientos de Beneficencia, respetándose las cláusulas de las do-
naciones, si las hubiere.
Presentado para su aprobación en el Gobierno civil el 17 de Enero de 1901, con-
forme á las disposiciones vigentes.
JUNTA DIRECTIVA.
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Presidente D. Blas Lázaro é Ibiza. /^\^- ,-'^*^^'V'Cj
Ticepresiderite D. Federico Oloriz y Ag-uilera. Z^- ^''í^^^^^iy.i
Tesorero D. Ig-nacio Bolívar y Urrutia. r^¡ " "' ^ "•" ^
Secretario D. Salvador Calderón y Arana, luj i L I B R A R Y
Vicesecretario D. José María Dtismet y Alonso\^
BMiotecario D. Rafael Blanco y Juste. ^^NÍ!» as5>^^
Vicetesorero D. Antonio García Várela. X^ 0 }3^
Comisión de pudlicación.
1). Francisco de P. Martínez y Sáez. — D. José Macplierson.
D. Germán Cerezo y Salvador.
Comisión de Catálogos.
U. Gabriel Puig* y Larraz. — D. Blas Lázaro é Ibiza. — D. José
Rodríg-uez Mourelo.— 1). José María Uusmet y Alonso.— 1). Juan
Manuel Díaz del Villar.— I). Enrique Pérez Zúñig-a.— D. Ang-el
Cabrera Latorre.
SECCIÓN DE SEVILLA.
Presidente D. Fernando Halcón, Marqués de San Gil.
Vicepresidente D. José María Benjumea y Pareja.
Tesorero D. Julio del Mazo y Franza.
¡Secretario D. Federico Chaves y Pérez del Pulg-ar.
Vicesecretario I). José J. Arráez v Carriás.
SECCIÓN DE ZARAGOZA.
Presidente D. Manuel Díaz de Arcaya.
Vicepresidente D. Hilarión Jimeno.
Tesorero D. Félix Gila y Fidalg-o.
Secretario D. Pedro Moyano y Moyano.
Vicesecretario D. Juan P. Soler y Carceller.
Socios fundadores.
D. José Argutnosa. f
D. Ignacio Bolívar y ürrutia.
Excma. Sra. D.^ Cristina Brunetti
de Lasala, Duquesa de Mandas.
D. Francisco Cala, f
Excma. S."D.a Amalia de Heredia,
Marquesa Viuda de Casa Loring.
Exorno. Sr. D. Miguel Colmeiro.
D. Antonio Cipriano Costa, f
Excmo. Sr. D. Cesáreo Fernández
Losada.
D. Saturnino Fernández de Salas, f
D. Manuel María José de Galdo. f
D. Joaquín González Hidalgo.
D. Pedro González de Velasco. f
D. Ángel Guirao y Navarro, f
D. Joaquín Hysern. f
D. Marcos Jiménez de la Espada f
D. Rafael Martínez Molina f
D. Francisco de Paula Martínez y
Sáez.
D. Manuel Mir y Navarro.
D. Patricio María Paz y Membiela. f
Excma. Sra. Condesa de Oñate. f
D. Sandalio Pereda y Martínez, f
D. Laureano Pérez Arcas, f
D. José María Solano y Enlate.
D. Serafín de Uhagón.
D. Juan Vilanova y Piera. f
D. Bernardo Zapater y Marconell.
Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación
en 8 de Febrero de 1871.
1871-
■72. Excmo. Sr. D. Miguel Col-
meiro.
1886.
1873.
D. Laureano Pérez Arcas, f
1887.
1874.
limo. Sr. D. Ramón Llórente
y Lázaro, f
1888.
1876.
limo. Sr. D. Manuel Abe-
leira. f
1889.
1876.
Excmo. Sr. Marqués de la Ri-
vera, t
1890.
1877.
limo. Sr. D. Sandalio Pereda
1891.
y Martínez, f
1892.
1878.
D. Juan Vilanova y Piera. f
1893.
1879.
Excmo. Sr. D. Federico de
Botella y de Hornos, f
1894.
1880.
D. José Macpherson.
1895.
1881.
D. Ángel Guirao y Navarro, f
1882
Excmo. Sr. D. Máximo La-
guna.
1896.
1883.
Excmo. Sr. D. Manuel Fer-
1897.
nández de Castro, f
1898.
1884.
D. Pedro Sáinz Gutiérrez, f
1899.
1885.
D. Serafín de Uhagón.
1900.
D. Antonio Machado y Nú-
ñez. f
limo. Sr. D. Carlos Castel.
Excmo. Sr. D. Manuel M. J.
de Galdo. f
D. Ignacio F. de Henestrosa,
Coode de Moriana. f
D. Francisco de P. Martínez
y Sáez.
D. Carlos de Mazarredo.
D. Laureano Pérez Arcas, f
Excmo. Sr. D.Máximo Laguna
Excmo. Sr. D. Daniel de Cor-
tázar.
D. Marcos Jiménez de la Es-
pada, t
D. José Solano y Eulate, Mar-
qués del Socorro.
D. Santiago Ramón y Cajal.
D. Manuel Antón y Ferrándiz,
D. Primitivo Artigas.
D. Gabriel Puig y Larraz.
LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
LA
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
EN 1." DE ENERO DE 1901.
Socios protectores.
EN ESPAÑA.
S. M. el Rey D. Alfonso XIII.
S. A. el Archiduque Luís Salvador.
EN EL EXTRANJERO.
S. M. G. el Rey D. Garlos de Portugal.
S. A. S. el Príncipe Alberto de Monaco.
M. Henri de Lacaze-Duthiers, Profesor de Zoología y Anatomía
comparadas en la Facultad de Ciencias, Director de Ios-
Laboratorios de Banyuls-sur-Mer y de RoscoíT.
IC LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
Socios Correspondientes extranjeros. O
MM. Acloque (Alexandre).-~69, Avenue de Segur, París. — (His-
toria natural general.)
Andué (Ernesl), Nolai-io honorario; de la Sociedad ento-
mológica de Francia. — 17, rae des Promenades, Gray
(Haule-Saóne, Francia). — (Himenópteros, especialmente
Formícidos y Mutilidos.)
Balsamo (Francesco). — Yia Salvator Rosa, -290, Napoli (Ita-
lia).— (Botánica y principabnenle algas.)
Bedel (Louis), de ia Sociedad entomológica de Francia. —
20, rne de l'Odéon, Paris. — (Coleópteros palear cticos.)
Blanchard (Dr. Raiihacl), Profesor en la Facultad de Me-
dicina, Director de los Archives de Parasitologie. —
226, Boulevard Saint Germain , Paris. — (Entomología
general.^ Hirudineos.)
Bois iDenre). — 15, rué Faidherhe, Saint Mandé (Seine),
Francia. — [Botánica.]
BoMBici (Prof. L.), Director del Gabinete mineralógico de
la Universidad de Bologna, Italia. — (Mineralogía.)
BoRMANs (Auguste de). — 53, via GoíTredo Casalis, Torino
(Italia). — (Forficúlidos J
Brizi (Ugo). — Museo Agrario, Via Santa Susana, Roma
{lVd\Í8i). —( ¡htánica y principalmente flora de Italia.)
BucKiNG (Dr. H.), Profesor en la Universidad de Strasburgo,
Alemania.
Gamerano (Lorenzo), Profesor de Anatomía comparada y
Director del Museo zoológico de la Universidad. — Palazzo
Carignano, Tarín, Italia. — (Anatomia comparada, Gor-
diidos.)
Chevreu.x (Edonard). — Pioute du Cap, Bóne (Gonstanlina)
Ai-gelia. — (Crustáceos anfipodos.)
Cohén. — Profesor en la Universidad de Greifs\vald (Alema-
nia).— (Mineralogía.)
(1) Con el objeto de fomentar las relaciones científicas entre los socios, se indica
entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las señas de su domic lio, si el
socio cultiva en la actualidad más especialmente algún ramo de la Historia natural
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 17
MM. CoiNCY (Auguste de). — Gháteau de Gourtoiseau par Trigué,-
res (Loiret), Francia.
Dervieux (Ermanno). — Via Massena. 34. — Torino (Italia).
De Toni (Joannes Baptista). — Via Regate, 2236,— Padova
(Italia).
FiNOT (P. Adrien Prosper), Capitán de Estado Mayor, reti-
rado.—27, rué Saint-Honoré, Fontainebleau, Francia. —
(Ortópteros.)
FouMOUZE (Armand), Doctor en Medicina.— 78, Faubourg
Saint-Denis, Paris. — (Entomología médico- farmacéutica.)
Gkikie (Sir Archivald).— F. R. S. Firmyu Street, 28.— S. W.
London. — (Geología.)
G-ESTfto (Raffaello), Doctor, Vicedirector del Museo cívico de
Historia natural. — Villeta Dinegro, Genova (Italia). —
(Coleópteros.)
GiARD (Alfred), Profesor de Zoología en la B'acultad de Cien-
cias, Director del Laboratorio de Wimereux y del Bulle-
tin Scientipque de la Frunce et de la Belgiqíie. — 14, rué
Stanislas, Paris. — (Evolución, Parasitismo, Crustáceos.)
GiRARD (Albert Alexandre), Secretario científico de S. M. —
Lisboa (Portugal). — (Ictiología y Malacología.)
Heckel (Edouard), Profesor en la Facultad de Ciencias. —
31, Cours Lieutand, Marseille (Francia). — (Botánica.)
HoRVÁTH (Géza) , Doctor en Medicina, Director del Museo
nacional de Hungría. — Museumring, 12, Budapest. —
Austria-Hungría, — (Hemipteros.)
Janet (Charles). — Rué Saint-Jacques, Beauvois (Oise),
Francia. — (Costumbres y anatomía de las hormigas.)
KoNOw (Friedrich Wilhelm). — Teschendorf, Grossherz
(Meklenburg), Alemania, — (Himenópteros y especial-
mente Tentredínidos, Chalastogastra.J
Kraatz (Gustav), Doctor en Filosofía, Redactor de la
Deutschen Entomologischen Zeitschrift. —W. 9, Links-
trasse, 28, Berlín. — (Coleópteros.)
LuBBOCK (Sir .John W.), Bart. M. D. — Saint James, 2, Lon-
dres, S. W.; también en Down (Kent), High Elms. —
(Antropología., costumbres de Insectos, Formícidos.)
Meünier (Stanislas), Profesor de Geología del Museo de
Historia natural. — 7, Boulevard Saint-Germain, Paris.
— (Litología.J
N.» 1. -Enero, 1901. 2
LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
MM. MoNTANDON (Arnald L.) — Filaréte, Strada Viilor, Bukarest,
Rumania, — (Ilemipteros, principalmente heterópteros.]
Nery Delgado (J. F), Geólogo. — Rúa de D. Garlos I, 35,
Lisboa. — (Geología.)
Olivier (Henry). — Baroches-au- Eíoulme (Orne), Francia.
PiGCiOLi (Gomm. Francesco), Director del Instituto fores-
ta!.— Vallombrosa (Italia). — (Botánica.)
PiCGioi.i (Lodovico), Sub-Inspector forestal. — Vallombrosa
(Italia). — f Botánica.)
PoRTER (Garlos E.) — Director general del Museo y de la
Revisía Chilena de Historia natural. — Casilla, 1 108, Val-
paraíso, Ghile. — (Histología, Crustáceos decápodos y
hemípteros.)
Preüdhomme de Borre (Alfi-ed), Individuo de varias Socie-
dades científicas.— Villa Ja Fauvette, Petit Saconnex,
Ginebra, Suiza. — (Entomología general, geografía ento-
mológica, coleópteros y principalmente heterómeros é
hidrocántarosj
Richard (Jules), Doctor en Giencias, Director del Museo
oceanógrafico. — Monaco. — (Crustáceos inferiores. J
Salomón (Dr. W.) — Instituto Mineralógico de la Universi-
dad.— Heidelberg, Alemania.
ScuDDER (Samuel Hubbard). — 156, Brattle Street, Cam-
bridge (Estados-Unidos). — ( Macrolepidópteros, Ortópte-
ros é insectos fósiles.)
Türnez (W. Henri), De la Gomisión Geológica de los Esta-
dos-Unidos (Washington) DG. — (Geología.)
Socios numerarios (1).
1896. Aguilar y Cuadrado (D. Miguel), Paseo de Atocha, 9,
■2.°, Madrid.
1894. Aguilar y Esteban (D. Cipriano Luís), Licenciado en
Ciencias físico-químicas. — Plaza del Olivo, 7, Cala-
tay ud . — (Botánica.)
1897. Alaejos y Sanz (D. Luís), Licenciado en Ciencias natu-
rales.— Estación de Biología marina. Santander.
(1) El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que indica el año
de su admisión en la Sociedad y el de los socios fundadores de la abreviatura S. F.
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 1»
1898. Allbutt (D. Enrique A.), de la Sociedad geológica de
Leed y de la de Medicina de Atenas. — 24 Park Square.
— Leeds, York (Inglaterra). — (Geología.)
4898. Alloza Blasco (D. Leandro), Alumno de la Escuela de
ingenieros de Caminos. — G. de las Veneras, 4, pral., y
en verano en Castellón. — (Geología.)
■1896. Alorda y Sampol (p. Jaime). — Harina, 28, pral., Palma
de Mallorca. — (Lepidópteros y moluscos.)
4894. Álvarez de Toledo y Acuña (ü. Fernando), Conde de
Caltabellota. — Palazzo Bivona, Largo Fernandina, Ña-
póles (Italia).
*i894. Álvarez Sereix (D. Rafael), Ingeniero de Montes, Go-
bernador civil de las Baleares. — C. de las Huertas,
41, 3.\ Madrid.
1893. Antiga (D. Pedro).— G. de Cortes, 313, Barcelona.
1875. Antón y Ferrándiz (D. Manuel), Catedrático en la Facul-
tad de Ciencias, Jefe de la Sección de Antropología y
Secretario del Museo de Ciencias naturales. — C. de Oló-
zaga, 5 y 7, Madrid. — (Antropología.)
-1894. Aragón y Escacena (D. Federico), Licenciado en Ciencias
naturales, Director del Colegio de San Vicente Ferrer.
— Astorga (León).
4898. Aramruru y Altuna (D. Pedro), Doctor en Medicina, Ca-
tedrático en la Escuela de Veterinaria. — Zaragoza.
1885. Aranzadi y Una muño (D. Telesforo), Doctor en Farmacia
y en Ciencias naturales, Catedrático en la Facultad de
Farmacia de la Universidad. — Barcelona. — (Antropolo-
gía y Botánica. J
1896. Arráez y Carriás (D. José), Abogado.— C, de Miguel
del Cid, 28, Sevilla. — (Antropología crimijial.)
1887. Artigas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes. —
C. del Reloj, 9, pral. izq., Madrid. — (Silvicultura.)
1889. Aulet y Soler (D. Eugenio), Presbítero, Doctor en Cien-
cias físico-químicas y Licenciado en naturales, Catedrá-
tico en el Instituto de Huesca. — Oiot (Gerona).
1873. Avila (D. Pedro), Director de la Escuela de Ingenieros
de Montes. — El Escorial.
1900. AzAM (D.José), Arquitecto. — 14, rué de Trans, Dragui-
gnan (Var), Francia. — (Ortópteros y Hemípteros.)
1897. AzPEiTiA Y Moros (D. Florentino), Profesor en la Escuelt?
.20 .n .:LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
de Minas, — Glorieta del Cisne, 3, hotel, Madrid. —
(Malacologia.)
1872. Barboza du Bogage (Excmo. Sr. D. José Vicente), Direc-
tor del Museo de Historia natural. — Lisboa. — (Mamífe-
ros, aves y reptiles.)
1891. Barras de Aragón (D. Francisco de las), Doctor en Cien-
cias naturales, Catedrático en el Instituto. — Avila. —
(Entomología y Botánica.)
1895. Bartolomé del Cerro (D. Abelardo), Doctor en Ciencias
naturales. — C. de Daoiz, 5, Madrid.
1889. Becerra y Fernández (D. Antonio), Doctor en Ciencias
naturales, Catedrático en el Instituto. — ^ Almería. —
(Entomología agrícola y dibujo científico.)
1894. Benedicto Latorre (D. Juan), Farmacéutico. — Monreal
del Campo (Teruel). —(Botánica y moluscos terrestres.)
1898. Benjumea y Pareja (D. José). — C. de Pedro del Toro, 11,
Sevilla.
1890. Blanco del Valle (D. Eloy), Catedrático de Historia na-
tural en el Instituto. — Ciudad-Real.
1892. Blanco y Juste (D. Rafael), Licenciado en Ciencias na-
turales, Ayudante por oposición del Museo. — C. de San-
doval, 4, pral., Madrid.
1898. Blas y Manada (D. Macario), Doctor en Farmacia. —
C.del Caballero de Gracia, 3, Madrid.
s. F. Bolívar y Urrutia (D. Ignacio), Catedrático en la Facul-
tad de Ciencias, Jefe de la Sección de Entomología en el
Museo. — C. de Moreto, 1, Madrid. — (Ortópteros, Uemip-
teros y Arquípteros.)
1872. Bolívar y Urrutia (D. José María), Licenciado en Medi-
cina.— C. de las Salegas, 2, Madrid.
1882. Bolos ( D. Ramón), Farmacéutico, Natur;i.lisla. — C. de
San Rafael, Olot (Gerona). — (Botánica. J
1898. BoROBio (D. Patricio), Catedrático en la Facultad de Me-
dicina.— Coso, 100, Zaragoza. — (Pediatría.)
1872. BoscÁ Y Casanoves (D. Eduardo), Licenciado en Medici-
na, Catedrático de Historia natural en la Universidad,
Director de Paseos y arbolados. — Paseo del Grao, Va-
lencia.— (Reptiles de Europa.)
1900. BoscÁ Y Seytre (D. Antimo), Ayudante por oposición de
; ._ ]a Facultad de Ciencias. — Valencia.
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 21"
1900. Brañas (D. Gonzalo), Farmacéutico. — La Coruña.
1877. Bkeñosa (D. Flafael), Ingeniero de Montes de la Real
Gasa, — San Ildefonso (Segovia). — (Cristalografía.)
1883. Buen y del Gos (D. Odón), Gatedrálico de Historia natu-
ral en la Universidad, — Barcelona. — (Botánica.)
1897. BuRR (D. Malcolm). — Dormans Park, East Grinslead (In-
glaterra).— (Ortópteros y en especial forficúlidos.J
1892. Gaballero (D. Ernesto) , Gatedrático de Física en el Ins-
tituto.— Pontevedra. — (Diatomean.)
1891. Gabrera Y Díaz (D. Anatael), Médico cirujano. — Laguna
de Tenerife (Islas Ganarias). — (Himenópteros.)
1896. Gabrera y Latorre (D. Ángel). — G. de la Beneficencia,
18, M-dávid.— (Vertebrados.)
1897. Gáceres y González (D, Juan). — G. del Duque, 8, Garta-
gena. — (Entomologia.)
1900. Gáceres Gómez (D. Mariano), Doctor graduado en Giencias
físico-Ljuí micas. — Mendizábal, 34, Madrid.
1892. Calandre y Lizana (D. Luís). — Pasaje de Gonesa, Car-
tagena.
1872. Calderón y Arana (D. Salvador), Gatedrático de Minera-
logía y Botánica en la Facultad de Giencias, Jefe de la
Sección de Mineralogía en el Museo. — G. de Sagasta, 9,
3.°, Madrid. — (Geología y Petrología.)
1889. Gamps (Sr. Marqués de). — Canuda, 16, pral., Barcelona.
1872. Cánovas (D, Francisco), Gatedrático jubilado de Historia
natural. — Lorca (Murcia). — (Paleontología y Estudios
prehistóricos.)
1893. Cañal y Migolla (D. Carlos), Profesor auxiliaren la Fa-
cultad de Filosofía y Letras. — G. del Rosario, 19, Sevi-
lla.— (Prehistoria.)
1893. Capelle (R. P. Eduardo), S. J. — Colegio de Gaousou,
Toulouse (Francia). — (Prehistoria.)
1894. Garbo y Domenech (D. Manuel), Ayudante por oposición
en la Facultad de Giencias. — G. del Notariado 2, 3.", 2.*.
Barcelona.
1877. Carvalho Monteiro (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de),
Doctor en Derecho y en Giencias naturales por la Uni-
versidad de Coimbra, y miembro de la- Sociedad de Acli-
matación de Río Janeiro. — Rúa do Alecrim, 70, Lisboa
(Portugal). — ( Lepidópteros. J
2* LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
1900. Casares Descansa (D. Román), Farmacéutico. — Santiago.
1874. Castel (limo. Sr. D. Garlos), Ingeniero de Montes, de la
Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales.
— C. del Desengaño, 1, pral., dra., Madrid.
1876. Castellarnau y de Lleopart (D. Joaquín María de), In-
geniero Jefe de Montes. — Segovia. — (Micrografia.)
1884. Cazurro y Ruíz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en
Ciencias naturales. Catedrático en el Instituto. — Gerona.
— (Ortópteros y dípteros de Europa^ Micrografia.)
1895. Cerezo (D. Germán), Catedrático de Zoología y Mineralo-
gía aplicadas á la Farmacia. — Ballesta, 16, Madrid. .
1872. Cervera (Excmo. é Limo. Sr. D. Rafael), de la Real Aca-
demia de Medicina. — C. de Jacometrezo, 66, 2.° dere-
cha, Madrid.
1891. Chaves y Pérez del Pulgar (D. Federico), Doctoren Cien-^
cias físico-químicas. — C. de Jesús, 17, Sevilla. — (Mine-
ralogía y_ Cristalografía.)
1872. CoDiNA y Langlin (D. Ramón), Socio residente del Cole-
gio de Farmacéuticos de Barcelona, numerario de la
Academia de Ciencias naturales y de Artes de la misma,,
de la Academia de Medicina y Cirugía, Doctor en Far-
macia.— C. de San Pablo, 70, Barcelona.
1873. CoDORNiu (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.— Murcia.
1896. Colegio de San Juan de Letrán (Sr. Rector del). — Ma-
nila (Filipinas).
s. F. CoLMEiRO (Excmo. Sr. D. Miguel ), Caballero Gran Cruz
de la Orden de Isabel la Católica, de las Reales Acade-
mias de la Lengua, de Medicina y de Ciencias, Doctor
en Ciencias y en Medicina, Catedrático jubilado de la
Universidad Central. — C. del Barquillo, 8, 2." izquier-
da, Madrid. — (Botánica.)
1898. Colomina y Carolo (D. Alejandro de). Doctor en Ciencias
naturales, Catedrático en el Instituto. — Pontevedra.
1878. CoMERMA (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada.—
Ferrol.
1877. Corral y Lastra (D. Rafael), Farmacéutico, Socio corres-
ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Individuo
de la Academia Nacional de Agricultura, Industria y Co-
mercio de París, de la Sociedad Linneana Matritense y
de la de Higiene.— C. de Daoíz y Velarde, 5, Santander.
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATÜHAL. 23:
1892. Corrales Hernández (Ü. Ángel), Licenciado en Ciencias
naturales, Profesor auxiliar en 3I Instituto. — Jaén.
1872. Cortázar (Excmo. Sr. D. Dauiel de), Ingeniero Jefe de
Minas, de las Reales Academias de la Lengua y de Cien-
cias exactas, físicas y naturales, Consejero de Instruc-
ción pública. — C. de Velázquez, 32, hotel, Madrid.
1897. Cortina y Poveda (D. Enrique), Disecador del Museo de
Ciencias naturales. — C. de Carnpoainor, 4, Madrid. —
fTaxidermia.)
1874. CouDER (D. Gerardo), Ingeniero de Montes. — Avila.
1872. Crespí (D. \ntonio), Licenciado en Farmacia y en Cien-
cias naturales, Catedrático en el Instituto. — C. de Pere-
grina, 80, 2.", Pontevedra.
1872. CuNi Y Martorell ( D. Miguel), Individuo de la Real
Academia de Ciencias naturales y Arles. — C. de Codols,
18, Barcelona. — (Botánica y Entomología.)
1889. Dargent (D. Florismundo). — Moralejo, 5, Aguilar (Cór-
doba).
1893. Dávila (D. Marino), Catedrático en el Instituto. — Ba-
dajoz.
1899. Díaz (R. P. Filiberto), Doctor en Ciencias, Ayudante por
oposición del Museo de Ciencias naturales. — C. de San
Miguel, 21 duplicado, Madrid.
1898. Díaz de Argaya (D. Manuel), Doctor en Ciencias, Cate-
drático de Historia natural en el Instituto. — C. de la In-
dependencia, 7, Zaragoza.
1890. Díaz del Villar (D. Juan Manuel), Licenciado en Medi-
cina, Catedrático en la Escuela de Veterinaria. — C. de
Atocha, 127 d.", Madrid. — (Epizoarios y Entomozoarios.)
1894. DíEz Solorzano (D. Manuel). — C. de Blanca, Santander.
1890. DoLLFUS (D. Adriano), Director de la Feuille des Jeunes
Naturalistes. — Rué Pierre Charron , 35, París. — (Isó-
podos.)
1898. Domenech (R. P. Estanislao), Profesor de Historia natu-
ral en el Colegio del Sagrado Corazón. — C. de Lauria, 21 ,
Barcelona.
1899. Domínguez (D. Antonio A.) — Laguna de Tenerife. — (Co-
leópteros de Canarias.)
1898. DossET (D. José Antonio), Doctor en Farmacia. — G. de
D. Juan de Aragón, 20, Zaragoza. — (Diatomeas.)
24 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
1890. DusMET Y Alonso (D. José M.), Doctor en Ciencias natu-
rales.— Plaza de Santa Cruz, 7, Madrid. — (Himenó'p-
teros.)
1898. Egaña (D. Jesús de), Ingeniero industrial, Comandante
de Artillería. — C. de Santa Engracia, 3, Zaragoza. —
(Geología. J
1898. Eleicegui (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de Far-
macia.— Santiago.
1888. Elizalde y Eslava [h. Joaquín), Licenciado en Ciencias
naturales. Catedrático en el Instituto. — Logroño.
1894. Engiso y Mena (D. Juan), Licenciado en Derecho. —
Huerca! -Overa (Almería). — (Entomología.)
1875. Espejo (Excmo. Sr. D. Zoilo), Catedrático de Ciencias na-
turales en el Instituto agrícola de Alfonso XIÍ y Secreta-
rio general de la Asociación de Agricultores. — C. de
Fuencarral, 97, pral, Madrid. — (Agricultura y Botánica.)
1875. EsPLUGA y Sancho (D. Faustino), Licenciado en Ciencias
naturales, Director del Colegio de 1.* y 2." enseñanza de
Nuestra Señora de la Piedad y Profesor auxiliar en el
Instituto. — Toledo.
1890. Fereal (D. César). — G. de la Salud, 13, principal dere-
cha, Madrid.
1874. Fernández de Castro (D. Ángel), Ingeniero de Montes. —
C. de Fabiola, 5, Sevilla.
1900. Fernández de Gata y Calache (D. Manuel), Doctor en
Farmacia. — Villavieja (Salamanca).
s. F. Fernández de Losada (Excmo. Sr. D. Cesáreo), Caballero
Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Gran cor-
dón de la de Metjidié, Comendador de número de la de
Carlos III, condecorado con la Cruz de primera clase de
Beneñcencia y con otras de distinción por méritos cientí-
ficos y de guerra, Socio de varias corporaciones cientí-
ficas nacionales y extranjeras, Inspector, Médico Mayor
del Cuerpo de Sanidad militar, Doctor en Medicina. —
C. de Valencia, 1, pral., Madrid.
1893. Fernández Duro (D. Gabriel), Coronel de Artillería. —
Burgos. — (Lepidópteros.)
1890. Fernández Navarro (D. Lucas), Doctor en Ciencias, Ca-
tedrático en el Instituto. — Soria. — (Mineralogía.)
1875. Ferrand y Couchoud (D. Julio), Ingeniero Jefe de la pri-
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 25
mera sección de vía y obras de los Ferrocarriles Anda-
luces.— G. de Infanzones, 5, Sevilla.
1900. Ferrando y Más (D. Pedro), Licenciado en Ciencias.—
G. de San Bartolomé, 27, Madrid.
1885. Ferrer (D. Garlos), Doctor en Medicina y Bachiller en
Giencias. — Ronda de la Universidad, 16, 1.°, Barcelona.
1879. Flórez y González (D. Roberto). — Gangas de Tineo
(Oviedo) . — (Entomología.)
1877. Fortanet (D. Ricardo).— G. de la Libertad, 29, Madrid.
1888. Fuente (D. José María de la), Presbítero. — Pozuelo de
Galatrava (Giudad-Real). — (E^itomologia, Coleópteros de
Europa, Admite cambios de estos insectos.)
189Ü. Fuset y Tubiá (D. José), Doctor en Giencias naturales,
Gatedrático en el Instituto de Palma. — Mallorca, —
(Gusanos y Dibujo científico.)
1899. Gallegos y Sardina (D. Ventura), de las Sociedades
entomológicas de Bélgica y Stettin, de la de Higiene de
París, de la Gentral de Apicultura é Insectología de
Fi-ancia. — Mendoza (República Argentina).
1872. García y Arenal (D. Fernando), Ingeniero del puerto de
Vigo. — Pontevedra.
1887. García y Baza (D. Regino), Ayudante de Montes. — Ma-
nila.
1894. García y García (D. Antonio), Profesor auxiliar en el
Instituto. — Huelva.
1877. García y Mercet (D. Ricardo), Farmacéutico de Sanidad
militar. — Madrid. — (Coleópteros y dípteros de Europa.)
1899. García Várela (D. Antonio), Licenciado en Giencias na-
turales, Ayudante por oposición en el Museo. — G. de la
Bolsa, 6, Madrid, ó Garballino (Orense).
1892. Garrido Barrón (D. Joaquín), Catedrático de materia far-
macéutica animal y mineral en la Universidad. — Ma-
nila.
1900. Gelabert Rincón (Rvdo. D. José).— Llagoslera, Gerona.
— (Mineralogía y Geología.)
1884. Gila y FiDALfio (D. Félix), Catedrático de Historia natural
en la Universidad.— Zaragoza. — (Botánica y Geología.)
1890. GoiTiA (D. Alejandro), Licenciado en Ciencias.— G. de
San Quintín, 8, bajo dha., Madrid.
1886. GÓMEZ Carrasco (D. Enrique), Licenciado en Giencias
26 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
naturales. — G. de Leganitos, 39, 3."*, Madrid. —(Coleóp-
teros de Europa.)
1894. GÓMEZ OcAÑA (D. José), Catedrático de Fisiología en la
Facultad de Medicina, de la R. Academia de Medicina. —
C. de Atochfi, 127 dup.", Madrid.
1898. González Arintero (Fr, Juan), Profesor de Historia na-
tural, Licenciado en Ciencias, Vice-Rector en el Cole-
gio de PP. Dominicos. — Salamanca.
1887. González y García de Menesks (D. Antonio), Ingeniero
industrial. — C. de Martínez Montañés, 15, Sevilla.
1872. González Linares (D. Augusto), Catedrático de Historia
natural en la Facultad de Ciencias y Director de la Esta-
ción de biología marina. — Santander.
1893. González Pérez (D. Lino Victoriano), Farmacéutico. —
Sisante, La Roda (Cuenca).
1900. Gota (D. Antolin). — Zaragoza.
1899. Graiño (D. Celestino), Doctor en Farmacia, premiado en
varias Exposiciones. — Aviles (Asturias). — (Ornitología.
Admite cambios.)
1882. Gredilla y Gauna (D. Apolinar Federico), Catedrático de
la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de cultivos
en el Jardín Botánico.— C. de la Estrella, 7, principal,
Madrid. — f Geología y Botánica.)
1898. Gregorio y Rocasolano (D. Antonio), Doctoren Ciencias,
Profesor auxiliar en la Facultad. — Plaza de la Constitu-
ción, 4, Zaragoza. — (Gramíneas.)
1893. Guillen (D. Vicente), Médico- cii'ujano, Jardinero mayor
del Botánico. — Valencia.
1898. Halcón (D. Fernando), Marqués de San Gil. — G. de Al-
fonso XII, 50, Sevilla. — (Patología vegetal. J
1890. Hernández y Álvarez (D. José), Licenciado en Cienciae
naturales. Conservador por oposición en la Escuela de
Montes. — El Escorial (Madrid), ó C. de Montserrat, 9 y
11, pral. dra., Madrid. — (Botánica.)
1893. Hernández Pacheco y Esteban (D. Eduardo), Doctor en
Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — Córdo-
ba.—^Geoíogía.j
1875. Heyden (D. Lucas von), Mayor de reserva. Doctor en
Filosofía, honoris causa, individuo de las Sociedades
Entomológicas de Alemania, Francia, San Petersburgo,
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 27
Suiza, Italia, etc., Caballero de las Ordenes del Águila
Roja prusiana, de la Cruz de Hierro y de San Juan. —
Schlosstrasse , 54, Bockeuheim, Frankfuri am Main. —
(Coleópteros.)
1898. Hierro (D. Fibicio), Farmacéutico. — Sautillana de Cam-
pos, Estación Las Cabanas (Falencia).
1888. Hoyos (D. Luís), Doctor en Ciencias naturales y en Dere-
cho, Catedrático en el Instituto. — Toledo. — (Antro-
pología.)
1895. HuiDOBRO Y Hernández (D. José), Doctor en Ciencias na-
turales.— C. de San Bernardo, 52, Madrid.
1899. Ibáñez Díaz (D. Francisco Antonio), Duque, 9, Cartagena.
— (Botánica.)
1895. Ibarlugea (D. Casto), Catedrático de Agricultura en el
Instituto. — Moreras, 6, 2.°, Cáceres.
1873. Iñarra Y Echevarría (D. Fermín), Profesor auxiliar por
oposición, de la sección de CienciaL> físico-químicas y
naturales en el Instituto del Cardenal Cisneros. — C. de
Silva, 10, 3.°, Madrid.
1899. Iranzo (D. Juan Enrique), Catedrático de la Facultad de
Medicina. — Zaragoza.
1896. Jiménez Cano (D. Juan), Licenciado en Ciencias natura-
les.— Casa Blanca (Cuenca). — (Lepidópteros.)
1884. Jiménez de Cisneros (D. Daniel), Catedrático de Historia
natural en el Instituto. — C. de Langreo, 14, Gijón.
1899. Jiménez Munuera (D. Francisco de P.) — Alto, 9, Carta-
gena.— (Botánica.)
1898. Jimeno (D. Hilarión), Doctor en Ciencias, Director del
Laboratorio químico municipal. — Coso, 127, Zara-
goza.
1895. Rheil (D. Napoleón M.), Profesor en la Escuela de Co-
mercio, Socio del Club de Historia natural de Praga y de
las Entomológicas de Berlín, Stet-tin y Dresde. — Ferdi-
nandstrasse, 38, Praga (Bohemia).
1872. Laguna (Excmo. Sr. D. Máximo), Ingeniero de Montes
de la Real Academia de Ciencias. — Travesía de la Ba-
llesta, 8, 2.° izq., Madrid. — (Botánica.)
1872. Larrinúa y Azcona ( D. Ángel), Doctor en Derecho. —
San Marcial, 22, San Sebastián (Guipúzcoa). — (Omitolo
gía y Coleópteros.)
28 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
1884. Lauffer (D. Jorge). — G. de la Lealtad, 13, 2.° derecha>
Madrid. — (Coleópteros de Europa.)
1880. Lázaro é Ibiza (D. Blas), Doctor en Pharmacia y en Cien-
cias, de la Real Academia de Ciencias, Catedrático de
la Facultad de Farmacia. — G. de Carranza, 10, 3.°, Ma-
drid.— (Botánica.)
1897. Llanas (D. José María), Farmacéutico militar. — Madrid.
1891. Lo BiANco (D. Salvador), Comendador. — Estación Zooló-
gica, Ñapóles (Italia).
1900. LÓPEZ (D. Julián), Farmacéutico. — San Ciprián, Vivero
(Lugo).
1889. LÓPEZ DE ZuAzo (D. José), Doctor en Ciencias naturales,
Catedrático en el Instituto de Burgos.
1897. Magiñeira y Pardo (D. Federico G.), Cronista oficial de
Ortigueira (Coruña). — (Prehistoria.)
1878. Mag-Lennan ( D. José), Ingeniero. — Portugalete (Bilbao).
1872. Macphehson (D. José). — G. de la Exposición, 4, Barrio de
Monasterio. Madrid. — (Mineralogía y Geología.)
1887. Madrid Moreno (D. José), Doctor en Ciencias, Jefe del
G¿ibinete micrográfico municipal y Profesor en la Fa-
cultad de Ciencias. — C. de Serrano, 40, Madrid. — (Mi-
crogriifia.)
1898. Marcos y Zamora (D. Jacinto), Licenciado en Ciencias. —
C. de D. Jaime I, 59, Zaragoza. — (Mineralogía.)
1873. Marín y Sancho (D. Francisco), Licenciado en Farmacia.
G. de Silva, 49, 2." derecha, Madrid.
1878. Marti y Lleopart (D. Fj-ancisco María de), Licenciado
en Derecho civil y canónico. — G. de Sania Ana, 8, prin-
cipal, Tarragona.
1899. Martin Ayuso (D. Dionisio), Catedrático de Agricultura
en el Instituto de Oviedo.
1893. Martínez (R. P. Zacarías), Licenciado en Ciencias natu-
rales, Real Colegio. — El Escorial (Madrid).
1874. Martínez y Ángel (D. Antonio), Doctor en Medicina. —
G. de Goya, 9, pral., Madrid.
1874. Martímez Añibarro (D. José), Doctor en Ciencias, Miem-
bro de las Sociedades Entomológicas de Francia y de
Bélgica, Correspondiente de la Española de Antropolo-
gía y de las Económicas de León y Gerona, Presidente
de la Comisión Antropológica de la provincia de Bur-
LA S0C1!::DAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 29
gos. — C. de Alcalá, lOi, Madrid. — (Mineralogía y Geo-
logía.)
188'J. Martínez Escalera (D. Manuel). — Villaviciosa de Odón
(Madrid). — (Coleópteros de Europa.)
1892. Martínez Fernández (D. Antonio), Doctor en Ciencias
naturales, Profesor en la Facultad de Ciencias. — Ovie-
do.— (Entomología., especialmente Ortópteros.)
1897. Martínez Gámez (R. P. Vicente), Profesor de Ciencias
naturales en el Colegio Calasancio. — Sevilla. — (Ornito-
logía de España.)
1889. Martínez Pacheco (D. José), Doctor en Farmacia. — C. de
San Miguel, 21 duplicado, principal, Madrid.
s. F. Martínez y Sáez (I). Francisco de Paula), Catedrático en
la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de üsteozoolo-
gía en el Museo. — G. de San Quintín, 6, principal, Ma-
drid.— (Coleópteros de Europa.)
1873. Martínez Vigil (limo. Sr. D. Ramón), Obispo de la dió-
cesis, ex-Catedrálico de Historia natural en la Univer-
sidad de Manila. — Oviedo.
1898. Más y Guindal (D. Joaquín), Oficial 2." de Sanidad mili-
tar.— C. del Conde Duque, 40, pral. dra., Madrid.
1898. Mateos Pérez (D. Félix), Profesor en la Escuela de Vete-
rinaria.— C. de la Montera, 8, Zaragoza.
1882. Mazarredo (D. Garlos), Ingeniero de Montes. — G. de
Claudio Coello, 24, Madrid, — (Neurópteros y Arácnidos.)
1897. Mazo y Franza (D. Julio del), Abogado. — Arguijo, 5, Se-
villa.— ( Ornitología. J
1884. Mederos Y Manzanos (D. Pedro), Licenciado en Ciencias
naturales. — San Lorenzo (Gran Canaria).
1888. Medina Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, Cate-
drático de Anatomía en la Escuela de Medicina. — San-
ta María de Gracia, 15, Sevilla. — (Himenópleros.)
1892. Mendoza (D. Antonio), Jefe del Laboratorio provincial en
el Hospital de San Juan de Dios. — G. de Santa Isabel,
34, Madrid.
1879. Mercado y González (D. Matías), Médico cirujano titular.
— Nava dei Rey (Valladolid). — (Entomología.)
1897. Merino (R. P. Baltasar), S. J., Profesor de Física y Quí-
mica en el Colegio de La Guardia (Pontevedra). — (Bo-
tánica.)
aO LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
1894. MiQUEL É Irizar (D. Manuel de), Comandante de Inge-
nieros.— C. de Lauria, 39, Valencia.
s. F. MiR Y Navarro (D. Manuel), Catedrático de Historia na-
tural en el Instituto. — J~*aseo de Gracia, 4o, 2.°, 1.*, Bar-
celona.
1876. MiRALLES DE IMPERIAL (D. Clemente). — Rambla de Estu-
dios, 1, 2.*^, 1.*, Barcelona.
Í894. Mora y Vizcayno (D. Manuel de), Licenciado en Ciencias
naturales. — Valverdedel Camino (Huelva).
t881. MoRAfiUEs Y DE Manzanos (D. Fcrnaudo), Presbítero. —
C. del General Barceló, Palma (Mallorca). — (Coleópteros,
himenópteros, dípteros, hemipteros y ortópteros de las
Baleares y conchas de Europa y exóticas. Admite conchas
á cambio de cualquier orden deÍ7isectos de la isla.)
1900. Moroder Y Sala (D. Federico). — Alboraya, 8, Chalet,
Valencia.
1898. MoYANO Y Moyano (D. Pedro), Profesor auxiliar y Disec-
tor anatómico de la Escuela de Veterinaria. — Coso, 129,
Zaragoza. — (Etnología zootécnica.)
1896. MuGUKUzA (D. Federico de), Licenciado en Medicina y Ci-
rugía.— Elgoibar (Guipúzcoa).
-1898. Muñoz Ramos (D. Eugenio), Doctor en Farmacia, Licen-
ciado en Ciencias físico-químicas. Director del Laborato-
rio municipal y provincial.— Valladolid. — (Micrografia.J
1889. Muso Y Moreno (D. José), Ingeniero de Montes. — C. de
los Dos Amigos, 3, principal, Madrid.
1889. Nacher y Vilar (D. Pascual), Catedrático en la Facultad
de Ciencias de la Universidad. — Granada.
1896. Navas (R. P. Longinos), S. J., Profesor en el Colegio de
Nuestra Señora del Recuerdo. — Chamartín de la Rosa
'(Madrid). — fGeologíay Entomología, especialmente Neu-
rópteros.J
1873. Nieto y Serrano (Excmo. é limo. Sr. D. Matías), Mar-
qués de Guadalerzas, Consejero de Instrucción pública,
Presidente de la Real Academia de Medicina. — C. de
Genova, 11, Madrid.
1898. NovoA Y Alvarez (D. Francisco), Socio corresponsal del
Instituto arqueológico de Pontevedra, Comendador de la
Real Orden militar de Cristo de Portugal, Médico muni-
cipal de Tornillo. — (Por Tuy), Goyan.
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. SI
.187-2. Oberthür (D. Garlos), de la Sociedad Entomológica de
Francia.— Faubourg de París, 20, Rennes (Ile-et-Vilai-
ne), Francia. — (Lepidópteros.)
187^2. Oberthür (D. Renato), de la Sociedad Entomológica de
Francia. — Fanbourg de París, 20, Rennes (Ile-et-Vilai-
ne), Francia. — (Coleópteros.)
1897. Olavarría y Gutiérrkz (D. Marcial de), Ingeniero de
Minas. — G. de las Huertas, 82, pral., Madrid.
1896. Olóriz (D. Federico), de la Real Academia de Medicina,
Gatedrático en la Facultad de Medicina. — G. de Atocha,
96, Madrid. — (Antropología.)
1887. Onís (D. Mauricio Garlos de), Licenciado en Giencias. —
Galle de Santa Engracia, 23, principal, Madrid.
1899. Gramas y González (D. Pablo).— Norte, 5, Santa Grnz de
Tenerife. — (Coleópteros y Ornitología de Canarias.)
1890. Ortega y Mayor (D. Enrique).— G. de Garretas, 14, Labo-
ratorio químico, Madrid.
1897. Orueta (D. Domingo de). Ingeniero de Minas.— Gijón. —
(Fauna inferior marina del Cantábrico.)
1899. Otero (D. Julio). — Zaragoza.
1894. Palacios (D. Pedro), Ingeniero Jefe del Guerpo de Minas,
de la Real Academia de Giencias. — G. de Gedaceros, 8,
Madrid.
1898. Palomar (D. x\lejandrol. Médico de la Armada. — G. de
Llauder, 1, primero, Barcelona.
1873. Palou y Flores (limo. Sr. D. Eduardo), Gonsejero de
Instrucción pública. Decano y Gatedrático en la Uni-
versidad.— G. de los Reyes, 8, Madrid.
1881. Pantel (R. P. José), S. J.— Vals prés Le Puy, Haute
Loire (Francia). — fAnatomia de ins., Ortópteros.)
1898. Pardinas Esteban (limo. Sr. D. Galixto), Licenciado en
Giencias, Jefe superior honorario de Administración
civil. — Independencia, 23, Zaragoza. — (Estudios prehis-
tóricos.)
1898. Pardo (D. José), Licenciado en Farmacia.— Valdealgorfa,
por Zaragoza y Alcañiz (Teruel). — (Botánica.)
1898. Passapera Gampderá (D. Mariano), Farmacéutico. — G. de
Fuencarral, 110, Madrid.
1890. Pau (D. Garlos), Farmacéutico. — Segorbe (Castellón). —
(Botánica.)
32 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
1882. Paúl y Arozaiíena (D. Manuel José de). — G. de San Pa-
blo, 71, Sevilla. — (Patología vegetal.)
1898. Pella y Forgas (D. Pedro), Ingeniero industrial, químico
y mecánico, Socio de mérito de las Económicas Arago-
nesa y Gerundense de Amigos del País y del Ateneo de
Teruel, Ingeniero Jefe de la explotación del Ferrocarril
de Cariñena á Zaragoza. — Estación de Gariñena, Zara-
goza.— (Geología.)
189o. Pérez Arcas (D. Antonio), Abogado. — G. de Santa Tere-
sa, 7, 3.", Madrid.
1881. Pérez Lara (D. José María). — Jerez de la Frontera (Cá-
diz) . — (Botánica . )
1873. Pérez Ortego (D. Enrique), Doctor en Ciencias. — Pro-
fesor auxiliar en el Instituto del Cardenal Cisneros. —
C. de San Bernardino, 95, Madrid.
1894. Pérez Zúñiga (D. Enrique), Profesor auxiliaren la Facul-
tad de Medicina.— C. del Fúcar, 19 y 21, Madrid.
1886. PiELTAiN Y Bartoli ( D. José María), Abogado. — G. de
Múrelo, 1, 1.°, Madrid.
1889. Pino y Vivo (D. José), Farmacéutico. — Murcia.
1887. Prado y Sáinz (D. Salvador), Doctor en Ciencias naturales,
Catedrático en el Instituto. Guadalajara. — (Mineralogía.)
1874. PuiG y Larraz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas. — C. de
Fomento, 1 duplicado, 1.° derecha, Madrid.
1890. QuADRAS (D. José Florencio). — Relatores, 5, Madrid. —
(Malacologia.)
1895. Ramón y Gajal (D. Pedro), Catedrático en la Facultad de
Medicina. — Zaragoza.
1892. Ramón y Gajal (D, Santiago), de las Reales Academias
de Medicina y Ciencias, Catedrático en la Facultad de
Medicina, Consejero de Instrucción pública. — G. de Ato-
cha, 64, pral., Madrid. — (Histología.)
1883. Reyes y Prosper (D. Eduardo), Doclor en Ciencias natu-
rales, Jefe de la Sección de herbarios en el Jardín Botá-
nico.— G. de la Palma Alta, 30, Mddvid.—(Dibíijo cien-
tífico., Cristalografía y Botánica.)
1886. RiojA y Martín (D. José), Doctor en Ciencias, Catedrático
en la Facultad de Ciencias. — Oviedo.
1886. Río (D. José), Ingeniero de Montes. — C. de Fernando el
Santo, 7, Madrid.
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 33
1896. RivAs Mateos (D. Marcelo), Catedrático en la Facultad de
Farmacia de la Universidad. — Barcelona. — (Botánica.)
1872. RivKiíA (D. Emilio), Doctor en Ciencias naturales, Secre-
tario y Catedrático de Historia natural en el Instituto.
— Plaza de la Aduana, 13, Valencia.
1890. RouniGUEz (D. Ulpiano), Farmacéutico. — Madrid. — (Botá-
nica.)
1884. Rodríguez Aguado (D. Enrique), Doctor en Ciencias y
Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias.
— C. de Silva, 2, \.\ Madrid.
1898. Rodríguez Ayuso (D. Manuel), Ingeniero Agrónomo, Di-
rector de la Granja-Escuela experimental. — C. de la
Independencia, 14,Zai'agoza. — (Plantas de gran cultivo.)
1872. Rodríguez y Femenías (D. Juan .).)— C. de la Libertad, 48,
Mahón (Menorca). — (Botánica.)
1880. Rodríguez Mourelo (D. José), Profesor de Química in-
dustrial orgánica en la Escuela Superior de Artes é In-
dustrias.— G. de Serrano, 96, 3.°, Madrid. — (Minera-
logia.)
1890. Rodríguez Pérez (D. Felipe), Licenciado en Ciencias na-
turales.— Largo Fernandina, Palazzo Bivona, Ñapóles
(Italia). — (Botánica, fanerógamas.)
1872. Rubio y Galí (Excmo. élliuo. Sr. D. Federico), de la Real
Academia de Medicina. — Paseo de Recoletos, 25, Madrid.
1887. Ruíz Arana (D. Segundo S.), Licenciado en Farmacia. —
Caparroso (Navarra).
1873. Saavedra (Excmo. Sr. D. Eduardo), Ingeniero de Cami-
nos, Individuo de las Reales Academias de la Lengua,
de Ciencias y de la Histoi-ia, Consejero de Instrucción
pública. — C. de Fuencarral, 74 y 76, principal, Madrid.
1890. Sáenz y López (D. Juan), Licenciado en Ciencias natura-
les, Director del Colegio de Santa Ana. — Mérida (Ba-
dajoz).
1896. Salazar y Quintana (D. Francisco de), Licenciado en Far-
macia.— Plaza de Antón Martín, 44, Madrid.
1896. S.ÁNCHEZ (D. Bartolomé), — C. del Duque, 8, Cartagena, en
memoria de su hijo D. José Sánchez Gómez f en 1896.
Í891. Sánchez Navarro y Neumann (D. Emilio), Doctor en Cien-
cias naturales. — Calle de los Reyes Católicos, 8, Puerto
Real (Cádiz). — (Entomología.)
N." L-Enero, 1901. 3
m LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
1885. Sánchez y Sánchez (D. Domingo), Doctor en Ciencias na-
turales , Ayudante por oposición del Museo. — G. del
Grafal, 17, Madrid. — f Anatomía.)
1899. Sanchíz Pertegas (Excmo. Sr. D. José). — C. de San Vicen-
te, 151, Valencia.
1872. San Martín (limo. Sr. D. Basilio), de la Real Acade-
mia de Medicina. — Galle de Villalar, 5, principal, Ma-
drid.
1895. Santo Domingo y López (D. Agustín), Licenciado en Cien-
cias naturales. — C. de San Segundo, 16 y i 8, Ávila.
1898. Santos y Abreu (D. Elias) , Licenciado en Medicina y Ci-
rugía y Director del Museo de Historia natural y Etno-
gráfico.— Santa Cruz de La Palma (Canarias). — (Ento-
mología y Botánica.)
1879. Sanz de Diego (D. Maximino), Disecador 1.° por oposi-
ción del Museo de Ciencias naturales. — C. de San Ber-
\ nardo, 94, 1.", Madrid. — { Comerciante en objetos y libros
de Historia natural y en utensilios para la recolección^
preparación y conservación de las colecciones, cambio y
venta de las mismas en todos los ramos.)
1900. Saulcy (Feliciano Caignart de). — 3, rué Chátillon, Metz.
(Loraine). — (Coleópteros y Ortópteros de Europa.)
1897. Segall (D. José), Ingeniero de Montes, Profesor en la
Escuela. — El Escorial.
1886. Seebold (D. Teodoro), Ingeniero civil, de la Sociedad de
Ingenieros civiles de París, Comendador de la Orden de
Carlos III, Caballero de varias órdenes extranjeras. —
Square du Roule, 2, París. — (Lepidópteros.)
1898. Segovia y Corrales (D, Alberto), Catedrático de Zoología
general en la Facultad de Ciencias de la Universidad
Central. — C. de Leganitos, 47, Madrid.
1897. Seras y González (D. Antonio). — C. de Orienle, Sevilla.
— (Histología.)
1899. Silva Ta vares (Eíícmo. Sr. D. Joaquín de), Profesor en el
Colegio de San Fiel, Portugal.
1889. SiMARRO (D. Luís), Doctor en Medicina. — C. del Conde de
Aranda, 1, Madrid. — (Histología.)
1880. Simón (D. Eugenio). — Villa Said, 16, París. — {Arácnidos.)-
1890. SiRET (D. Luís), Ingeniero. — Águilas (Murcia). — (Geolo-
gía y Antropología.)
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 85
s. F. Solano y Eulate (D. José María), Marqués del Socorro,
Catedrático en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sec-
ción de Geología en el Museo. — C. de Jacometrezo, 41,'
Madrid. — (Mineralogía y Geología.)
1H98. Soler y Carceller (D. Juan Pablo), Doctoren Ciencias,
Profesor auxiliar en la Facultad de Ciencias. — C. de
Flandro, 14, Zaragoza. — (Micro- química.)
1896. Steva de la Vega (D. Enrique), Subdelegado de Farma-
cia, Licenciado en Ciencias físicas y químicas y Profe-
sor mercantil. — Santoña (Santander).
1897. Surmely y Marghal (D. Eduardo), Profesor de Lenguas.
— C. de la Concepción Jerónima, 15 y 17, 2.*, Madrid.
— (Botánica y Entomología. j
1899. TarazOxNa y Blanch (D. Ignacio), Catedrático de la Facul-
tad de Ciencias. — Barcelona.
1899. Tarín y Juaneda (D. Rafael), Doctor en Ciencias natura-
les, Ayudante de la Universidad. — Francos, 30, Valla -
dolid.
1900. ToRREMOGHA Tellez (D. Loreuzo), Médico militar. — Ma-
drid (Getafe).
1882. ToRREPANDO (Sr. Conde de), Ingeniero de Montes. — C. de
Ferraz, 48, hotel, Madrid.
1893. Traizet (D. Emilio). — 42 Rué Notre Dame de Nazareth,
París. — (Coleópteros de Europa.)
1893. Truán (D. Luís). — Gijón (Asturias). — (Coleópteros.)
1896. Tutor (D. Vicente), Doctor en Medicina. — Calahorra (Lo-
groño) . — (Coleópteros.)
s. F. Uhagón (D. Sei-afín de). Miembro de las Sociedades En-
tomológicas de Fi-ancia y Berlín. — Calle de Juan de
Mena, 11, Madrid. — (Coleópteros de Europa.)
1900. Urdaniz (D. Julián José). — San Ciprián, Vivero (Lugo).
1897. ÜRQUÍA Y Martín (D. Ildefonso).— P." de Villasis, Sevilla.
1895. Val y Jull4n (D. Vicente de). Licenciado en Farmacia,
Socio corresponsal de los Ilustres Colegios de Farmacia
de Madrid y Barcelona, de la Sociedad española de Hi-
giene, Corresponsal de la Médico-Quirúrgica española y
de otras varias Corporaciones, premiado en varias Expo-
siciones.— Boquiñeni y Luceni (Zaragoza). — (Botánica.)
1900. Vales Failde (D. Javier), Presbítero y Abogado. — C. del
Almirante, 2 quint. , 2.", Madrid.
36 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN
1887. Vázquez Figueroa y Canales (D. Aurelio), Inspector Jefe
de Telégrafos, jubilado. — G. de Mendizábal, 39, 3.°, Ma-
drid.— (Lepidópteros de Europa.)
1872. Vayreda y Vila (D. Estanislao). — Liado, Gasa Olivas (Ge-
rona).— ( Botánica. J
1873. Velaz de Medrano (D. Fernando), Ingeniero de Montes.
— Soria.
1894. Vicioso y Trigo (D. Benito), Licenciado en Farmacia. —
G. de Bodeguilla, 9, Galatayud. — (Botánica.)
1899. Vidal y Gompaire (D. Pío), Ayudante por oposición del
Museo de Giencias naturales. — Galle del Piamonte, 6,
Madrid.
1896. ViÑALs Y Torrero (D. Francisco), Doctor en Medicina. —
G. de San Roque, 4, principal, Madrid.
1872. Yañez (limo. Sr. D. Teodoro), Gatedrálico en la Facul-
tad de Medicina de la Universidad, de la Real Acade-
mia de Medicina.— G. de la Magdalena, 19, principal,
Madrid.
1897. Zamora y Garrido (D. Justo), Licenciado en Farmacia,
Director del Goiegio de segunda enseñanza de San Agus-
tín.— Siles (Jaén), Valdepeñas, Infantes. — [Entomología
y especialmente de la Sierra de Segura.)
s. F. Zapater y Margonell (D. Bernardo), Presintero. — Alba-
rracín (Teruel). — (Lepidópteros )
Socios agregados.
1897. Ángulo y Tamay-o (ü. Francisco), Doctoren Medicina. —
G. de San Andrés, 25, pral., Madrid.
1898. Arií5o Cenzano (D. Julio). — G. del Goso, 100, Zaragoza.
1898. Borao del Frasno (D. Jerónimo). — G. del 5 de Marzo,
1 triplicado, Zaragoza.
1898. Bosque Rivas (D. Ángel). — Paseo de Sagasta, nüm. 14,
Zaragoza.
1898. Glaver y Navarro (D. José María). — G. de Ganfranc, 3,
Zaragoza.
1898. Coscolla Díez (D. Emeterio). — Galatayud (Zaragoza).
1899. Deop (D. Ramón). — Zaragoza.
1900. Eguía (D. Robustiauo). — Zaragoza.
LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORL\ NATURAL. 37
1809. Escribano y' Ramón de Moncada (D. Francisco), Licen-
ciado en Medicina. — Argamasilla de Alba (Ciudad-Real).
1890. Fernández y Cavada Lomelino (D. Pedro). — C. de Santa
Clara, 8 y 10, Santander.
1900. Gutiérrez ángulo (D. Andrés). — Zaragoza.
1899. Gutiérrez Prieto (D. Jacinto), Licenciado en Medicina.
— C. de Quintana, 31, 2." dra., M;idrid.
1899. Herránz (D. Clemente). — Zaragoz i.
1898. Izquierdo (D. Juan Antonio), Catedrático de Ampliación
de Física en la Universidad. — Granada.
1898. Llórente de Pablos (D. Julián). — G. de San Miguel, 43
y 45, Zaragoza.
1900. Mezo (D. Juan). — Zaragoza.
1898. Ossuna (D. Manuel de). — Puerto de la Cruz (Islas Cana-
rias). ■
1897. Relimpio y Ortega (D. Federico), Catedrático en la Facul-
tad de Ciencias. — C. de Cervantes, 16, Sevilla.
1893, ViLA Y Nadal (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de
Ciencias de la Universidad. — Santiago (Galicia).
RESUMEN.
Socios protectores i
— correspondientes 39
— numerarios 274
— agregados 19
Total 337
Socios que han fallecido en 1900.
1889. GiMiER (D. Luís).
1872. LÓPEZ Seoane (D. Víctor).
1882. MoRAGUEs É Ibarra (D. Ignacio).
1872. Rivera (Sr. Marqués de la).
1874. Sélys-Longchamps (Sr. Barón Edmundo de).
1897. Teixeiro (Sr. D. Maximino).
1872. Themols y Borrell (D. Federico).
1893, Vera (D. Francisco de Asís).
El Vicesecretario,
José M. Dusmet y Alonso.
RELACIÓN
DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD Y DE SU ¡BIBLIOTECA
LEÍDA EN L^ SESIÓN DE DICIEMBRE DE 1900
POR
D. SALVADOR CALDERÓN Y ARANA
T
D. RAFAEL BLANCO Y JUSTE
El puesto de confianza que á vuestra g-enerosidad exclusi-
vamente debo me oblig'a á desempeñar nuevamente la tarea
reglamentaria de hacer la historia de la Sociedad duranteel
último año, y trataré de que sea en breves y sencillas palabras.
Una vez más he de repetir que exclusivamente al entusias-
mo científico de sus miembros y á su perseverancia se debe
haber podido continuar la obra emprendida hace ya veinti-
nueve años, merced á la iniciativa de sabios y venerados pro-
fesores, pocos de los cuales viven todavía, si bien subsisten
todos en el recuerdo de los naturalistas aquí cong-reg-ados.
El último año transcurrido ha sido, como el anterior, fecun-
do en iniciativas encaminadas no sólo á asegurar la vida de la
Sociedad sino á darla nuevo y más vivo impulso. Recordaré
ante todo ^que las novedades ensayadas en los dos últimos
años, y respecto á cuyo éxito muchos abrig-aban temores in-
fundados, han sido coronadas por un resultado de todo punto
lisong'ero : me refiero principalmente á la extensión dada á la
sección de las Actas y al reparto mensual de éstas, sin aumento
de personal administrativo, resultados ambos que se han ve-
nido sosteniendo, g"racias á la fecunda labor de unos y al tra-
bajo enojoso que otros generosamente han querido imponerse,
pudiendo ya darse por alcanzado definitivamente el plantea-
miento de esta importante reforma. Otro tanto cabe decir res-
pecto á la creación de las categorías de Socios protectores y
ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 39
•correspondientes extranjeros, fundada en motivos que por
haber sido expuestos en la Memoria del pasado año, no he de
repetir ahora. Se recordará también con satisfacción la galan-
tería con que acog-ieron nuestra circular rog-ándoles favore-
cieran nuestra Biblioteca con sus publicaciones, los naturalis-
tas eminentes del extranjero á quienes nos dirig-imos, y hoy
podemos añadir que ig-ual atención hemos merecido de otros
muchos sabios á quienes expreso en este momento en nombre
vuestro la g-ratitud de la Sociedad, ascendiendo ya á 39 el
número de nuestros correspondientes extranjeros. El Sr. Bi-
bliotecario os pondrá de manifiesto la importancia que este
movimiento ha tenido en el departamento de su carg-o.
No es mucho, señores, que el buen resultado alcanzado al
intentar nuevas empresas haya estimulado á alg"unos socios á
acometerlas aún mayores. Se deben sobre todo al Sr. Martínez
Escalera atrevidas iniciativas encaminadas unas á romper con
■ciertos moldes que se estiman g-astados y otras á aunar con-
certadamente los trabajos de los socios que se dedican á la ex-
ploración del territorio de la Península, á fin de Ueg'ar á com-
poner y publicar un catálog-o de sus producciones minerales y
orgfánicas, reuniendo para ello todo linaje de materiales con-
ducentes á este fin: notas, papeletas, dibujos y ejemplares.
Asunto tan transcendental ha sido madura y ampliamente dis-
cutido, y aunque unánimes todos en alabar los g-enerosos pro-
pósitos del Sr. Martínez Escalera, en punto á la posibilidad de
su realización se han señalado dos tendencias bien definidas:
una conservadora, si puedo calificarla así, que responde al
temor de que nuestros medios no corran parejas con la mag--
nitud de la empresa, y de que pudiera arriesg-arse por ello la
vida actual de la Sociedad, modesta, pero seg-ura; otra ten-
dencia radical, que fía en el entusiasmo de todos, despertado
y avivado ante el propósito de lanzarse por nuevos derroteros
y que no se resig-na á que los años transcurran sin que salg^a-
mos de una vida que sin ser realmente láng'uida, nos ha man-
tenido siempre á un mismo nivel sin log-rar aumentar de un
modo sensible ni el número de nuestros adeptos ni los hori-
zontes (le nuestra obra. Ya habéis visto que la seg'unda ten-
dencia ha imperado, sin que los vencidos se hayan sentido
por ello molestados, sino que se han manifestado sinceramente
dispuestos á cooperar al éxito de las nuevas empresas; prueba
40: RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
fehaciente de que un interés objetivo y ning'ún amor propio,
ha constituido como siempre vuestra común aspiración.
Para llevar á cabo tales propósitos se ha nombrado una Co-
misión de reformas del Reg-lamento, la cual ha cumplido dili-
g-ente su cometido, y su proyecto, ya aprobado unánimemente
por la Sociedad, es nuestro Reg-lamento actual. Se acaba de
nombrar por lo mismo este año una nueva Comisión, la de
Catálogos, á la cual corresponde una difícil y laboriosa tarea,
la de iniciar la forma en que se han de reunir y coleccionar
los datos referentes á las producciones naturales de la Penín-
sula, que oportunamente se irán publicando, venciendo las
dificultades que la práctica irá dando á conocer y algunas que
ya han señalado ciertos socios.
Y paso á ocuparme de nuestros trabajos científicos durante
el año transcurrido.
La prontitud con que en la sección de Actas aparecen los
trabajos, ha animado á varios de nuestros más activos conso-
cios á seguir colaborando en ellas y enriqueciéndolas con los
frutos de su continua labor. Recordaré entre éstos á los seño-
res Pau, de Seg-orbe; Martínez Escalera y el R. P. Navas, de
Madrid; Moyano, de Zarag-oza; Chaves, de Sevilla; Barras, de
Avila; Hernández Pacheco, de Córdoba, y alg'unos otros, á
todos los cuales se debe la sostenida publicación de noticias-
histórico-naturales relativas á nuestro país y la variedad de.
asuntos tratados, que supera notoriamente á la de los años
anteriores.
A ello han seg-uido cooperando con loable perseverancia las
Secciones de Sevilla y Zarag-oza, inspiradas en los mismos
propósitos de investig-ar y dar á conocer la naturaleza de sus
respectivas regiones.
En la sección de Memorias han podido aparecer varios de
los trabajos atrasados, cuyo número había llegado á constituir
un verdadero conñicto, en la imposibilidad de publicarlos todos
con la prontitud debida, dado el número de pág'inas que nues-
tros medios económicos nos permiten dedicarles.
Este año han venido á sumarse á los pendientes de publica-
ción los siguientes trabajos: Cabrera Latorre (A.), Estudios
sobre una colección de monos americanos; R. P. Baltasar Merino,
Contribución d ¡a /lora de Galicia. Suplemento 2.°
No hay duda que la abundancia de notas y trabajos origi-
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 41
nales imponía la necesidad de cambiar alg-ún tanto la forma
y aun el fondo de nuestras publicaciones. Aísí lo han compren-
dido los autores de Memorias orig-inales, que en todos los casos
en que esto es posible, prefieren reducir sus escritos á la parte
de novedad que encierran, al objeto de que puedan tener ca-
bida en la sección de las Actas, la cual, ampliada considerable-
mente, constituirá en lo sucesivo el Boletín que se repartirá á
todos los señores socios. Trabajos hay que no son susceptibles
de extractarse y que por su extensión tenían que aparecer
fragmentariamente en cuadernos y hasta en tomos distintos
de nuestros Anales, perdiendo así, al menos en la forma, su
unidad y dificultándose su consulta, por lo cual se ha pensado
en la conveniencia de publicar dichos trabajos como Memo-
rias completas, independientes del Boletín y sin época fija de
aparición.
Nuestra Sociedad ha cumplido este año un g-rato deber mo-
ral: el de asociarse á la Universidad de Barcelona para hacer
una manifestación de respeto y afecto al venerable sabio La-
caze-Duthiers con quien nos unen, además de lazos g-enerales
de admiración hacia el g-ran maestro, los particulares por lo
referente á su influencia en la cultura histórico-natural espa-
ñola. Nuestro consocio el Sr. Barras, cumplió el encarg'o de
ofrecerle el diploma de socio protector el día de la solemne
ceremonia en que la Comisión de la Universidad de Barcelona
le entreg-ó el mag-nífico busto ejecutado por Benlliure.
También este último año como en los anteriores hemos ex-
perimentado pérdidas dolorosas por extremo: el Sr. D. Víctor
López Seoane, bien conocido en el mundo científico por sus
múltiples trabajos, especialmente sobre la fauna de Galicia,
proseguidos con una asombrosa perseverancia y sólo por g-usto
y vocación; D. Francisco de Asís Vera, presbítero residente en
Cádiz, sobre cuya provincia remitió un trabajo g-eológ-ico apa-
recido recientemente en nuestros Anales; D. Maximino Teixei-
ro, ilustrado profesor del claustro de medicina de Santiago^
que gozaba de justa fama como médico eminente y que des-
empeñó repetidas veces el Rectorado de aquella Universidad,
y en la actualidad ostentaba la representación de aquel claus-
tro en el Senado; D. Ignacio Moragues é Ibarra, de Mallorca,
grande aficionado al estudio de los insectos, á cuyo conocí-
4-2 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
miento contribuyó descubriendo buen número de coleópteros
de aquel país; D. Federico Trémols, eminente botánico y cate-
drático de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Bar-
celona, que pertenecía á esta Sociedad desde su fundación,
como también el Sr. López Seoane.
Hay que ag-reg-ar á aquellas pérdidas las de otros señores so-
cios que por haber abandonado los estudios que aquí cultiva-
mos ó por sus múltiples ocupaciones, se han dado de baja du-
rante el año transcurrido , que son los numerarios señores:
Acosta (D. Juan), Cortijo (D. Ang-el), CoscoUano (D. José),
Gordón (D. Antonio), Guallar (D. Eug-enio), López Cañizares
(D. Baldomero), López Peláez (D. Pedro), Muñoz Cobo (D. Luís),
Pruna (D. José), Rivas García (D. José), Sales Ferré (D. Ma-
nuel), Soldevilla (D. Juan), Toro (D. Cayetano), Fernández Iz-
quierdo (D. Alvaro), Alavés (D. Demetrio) y Álvarez Ruellan
(D. Manuel).
Como compensación á estas bajas, tenemos que señalar el
ingreso de diecisiete socios numerarios y cinco ag-reg^ados,
nueva esperanza de obreros dilig"entes en la obra que viene
elaborando esta Sociedad con un fin absolutamente científico
y desinteresado durante veintinueve años sin un solo momento
de interrupción ni desaliento.
El Secretario,
Salvador Calderón.
ESTADO DE LA. BIBLIOTECA.
Los constantes y activos trabajos realizados por la Sociedad
DE Historia Natural durante los años que cuenta de existen-
cia, han encontrado su natural recompensa en el extraordina-
rio desarrollo adquirido por la misma, así como en el consi-
g"uiente aumento de sus relacionss con las Sociedades extran-
jeras.
Es claro reflejo de ésto, la importancia actual de su Biblioteca,
dig-na ya de llamar la atención de todo naturalista, tanto por
la considerable cantidad de publicaciones en ella acumuladas,
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 43
cuanto por el valor que representan las reputadas firmas de
sus autores, así como por la circunstancia de ser únicas g-ran
número de ellas en las bibliotecas de nuestro país.
Este estado de prosperidad que viene realizándose prog-resi-
vamente desde hace muchos años, ha sufrido modernamente
tan notable aumento, que ha lleg-ado casi á duplicar en menos
de cinco años el material ya existente en la Biblioteca el año
1896, y del cual ya tienen conocimiento los señores socios por
el catálog'o publicado en la misma fecha.
A tan satisfactorios resultados han contribuido principal-
mente determinados acuerdos tomados por la Sociedad y las
modificaciones introducidas en su antig'uo Reg-lamento; refor-
mas todas que, como se esperaba, han venido á afianzar y es-
timular los g-randiosos entusiasmos de los aficionados, que con
loable desinterés han correspondido enviando g-ran número de
trabajos y prestando de este modo su valiosa cooperación á la
constitución de esta Biblioteca, que, privada de todo apoyo
oficial, representa hoy, por lo tanto, la suma de los esfuerzos
individuales de todos los amantes de este g-énero de conoci-
mientos.
Transcurrido el presente año sin que la Sociedad haya expe-
rimentado ning-una baja en los cambios que anteriormente
tenía establecidos, se ha visto, por el contrario, solicitada de
adquirir otros nuevos, como efectivamente lo ha verificado,
con 12 Sociedades extranjeras de g-ran prestig-io, y que, su-
madas á las 85 con que ya contaba, vienen á formar el total
de 97, que es el número de entidades de carácter científico que
en la actualidad constituyen la fuente de ing-reso de la Biblio-
teca en el concepto de caniMo.
No de menor consideración es el número de publicaciones
recibidas como donativos, por ascender á unas 450 próxima-
mente, cuyo número justifica sobradamente el celo y desinte-
rés de los donantes, entre los que se ven, ya respetables maes-
tros, ya notables aficionados, y á todos los cuales la Sociedad
rinde con este motivo su tributo de ag-radecimiento.
Como podrá observarse en la adjunta lista, continúan hon-
rando la Biblioteca con sus publicaciones personalidades tan
salientes por todos conceptos como S. A. el Príncipe de Mona-
co y el Archiduque Luís Salvador, cuyos donativos del pre-
sente año no desmerecen de los realizados en años anteriores,
44 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÍÑ'OLA
y que ya conoce la Sociedad por haberlos juzg-ado con elog-io
en oportuna ocasión. A estos eg'reg'ios donantes hay que agre-
g-ar hoy un conjunto de nombres pertenecientes á personali-
dades universalmente conocidas y respetadas dentro de la cien-
cia que sería ocioso enumerar aquí, y que por sus trabajos
científicos y por su interés en beneficio de estos conocimientos
se han hecho acreedores al título con que la Sociedad los ha
disting'uido al venir á formar parte de la misma.
Con tales elementos se ha constituido el ing-reso del pre-
sente año, que en números redondos podemos apreciar como
de 1.000 publicaciones; incremento anual muy notable, dada
la modesta vida de la Sociedad, y que permite, por lo tanto,
considerar como verdaderamente halag-üeño el estado actual
de su Biblioteca.
Así, pues, al terminar esta Sociedad el año vig-ésimo nono de
su fundación, puede ostentar unos 4.000 volúmenes, propor-
cionados en su mayoría á cambio de sus publicaciones por
Sociedades de todo el mundo, y otros 4.000 folletos de gTan
valor científico por lo general , cuyo detalle se consig-na en el
citado catálog-o de 1896 y en las Memorias presentadas por el
Bibliotecario, seg-ún ordena el Reg-lamento, en los meses de
Diciembre de los años 97, 98, 99 y la presente.
Arsenal científico es todo éste que desearíamos ver en cons-
tante movimiento para su consulta, como prueba palpable de
la importancia que reporta en la vulg-arización de los conoci-
mientos histórico-naturales, los cuales tan directamente influ-
yen en la tan deseada cultura g-eneral.
Y dadas estas explicaciones, que creemos de nuestro deber
hacer presente á todos los que contribuyen á tan lisonjeros
resultados, exponemos á continuación la lista de las Corpora-
ciones -^ revistas con las que cambiamos nuestras publicacio-
nes, y lá de 'las obras recibidas, especificando, seg-ún costum-
bre, el concepto de cambio ó donación con que lo han sido.
Academia nacional de Ciencias, Córdoba (República Argentina).
Academia Real das Sciencias de Lisboa.
Académie des Sciences de Cracovie.
Académie des Sciences de Paris.
Academy of Science, St. Louis, Mo. (Estados-Unidos).
American Asotiation for the Advancement of Science, Cincinnati (E.-U).
Annaes de Sciencias Naturaes, Fez do Douro (Porto).
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 45
Australian Mnseum, Sydney (Australia).
Buífalo Society of Natural Sciences
BuUetin scientifique de la France et de la Belgique, sous la direction de
MM. Alfred Giard et Jales de Guerne. París.
Chicago Academy of Sciences.
Chicago entomological Society.
Comisión del Mapa geológico de España , Madrid.
Comissao dos trabalhos geológicos de Portugal, Lisboa.
Entomologische Nachrichten, Berlín.
Entoniologiska Fórenínguen, Stockholm, Suecia.
Essex lustitute, Salem, Mass. (Estados-Unidos).
Faculté des Sciences de Marseille.
Fíeld Columbian Museun, Chicago (E.-U.)
Fondation de P. Teyler van der Hulst, Haarlem (Holanda).
Giornale de Science naturali et economiche de Palermo.
Illustrierte Zeitschrift für Eutomologíe, Neudamm.
Instituto geológico de México. '
lowa Academy of Sciences.
Jardín botánico de Tíflis.
K. K. Naturhistorisches Hofmueeum, Wieu.
K. K. Zoologisch-botanische Gesellschaít, Wien,
Laboratorio ed Orto Botánico, Siena.
Meriden Scientifique Association.
Missouri Botanical Garden, St.-Loiiis (Estados LTnidos).
Musée d'Hístoire naturelle de Genéve (Suiza).
Musée zoologique de l'Académie impériale des Sciences de St. Pétersburg.
Musei di Zoología ed Anatomía comp. della Reale Universitá di Torino.
Museo Cívico di Storía naturale di Genova.
Museo de La Plata, Buenos Aires.
Museo de Valparaíso, Chile.
Museo nacional de Buenos Aires.
Museo nacional de Ciencias naturales, Montevideo.
Museo nacional de Costa-Kíca.
Museu Paulista, San Paulo, Brasil.
Muséum d'Hístoire Naturelle, París.
Museum natíonal Hongroís, Budapest.
Museum of Comparative Zoology at Harvard College. Cambridge (E.-ü).
Natural History Society of Glasgow.
Naturse Novítates.
Naturhistorische Gesellschaft Nürnberg.
New-York State Museum University of the State of New- York.
Peabody Muscuai of American ArchíBology and Ethnology, Cambridge.
Physíkalisch Medicinísche Gesellschaft, Würzburg.
46 KELACIUN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Portugalia, Porto.
Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona.
Beale Academia dei Liucei, Roma.
Royal Microscopical Society, London.
Royal Physical Society, Edimburgh (Inglaterra).
Smithsonian Institution, Washington.
Sociedad científica < Antonio Álzate >, México.
Sociedad científica Argentina, l>ueno8 Aires.
Sociedad Geográfica de Madrid.
Sociedad Mexicana de Historia natural, México.
Sociedade Broteriana, Coimbra.
Societá di Naturalisti, Napoli.
Societá entomológica italiana, Firenze.
Societá italiana di Scienze Naturali, Milano.
Societá romana per gli studi zoologici, Roma.
Societá toscana di Scienze naturali, Pisa.
Societatis entomologicse Rossicpe, Tiflis.
Société botanique de Copenhague.
Société botanique de France, Paris.
Société botanique de Lyon.
Société des Sciences naturelles de l'Ouest de la France, Nantes.
Société d'Histoire naturelle de Toulouse.
Société entomologique de Belgique, Bruxelles.
Société entomologique de France, Paris.
Société entomologique de St. Pétersbourg.
Société entomologique Suisse, Berne.
Société fran^aise de Botanique, Toulouse.
Société géologique de France, Paris.
Société hollandaise des Sciences, Haarlem (Holanda).
Société impériale des naturalistes de Moscou.
Société Linnéenne de Bordeaux.
Société Linnéenne de Normandie^ Caen.
Société Linnéenne du Nord de la France, Amiens.
Société ouralienne d'Amateurs des Sciences nat., Ekathérinenburg (Rusia)*
Société Royale malacologique de Belgique, Bruxelles.
Société scientifique du Chili, Santiago.
Société Zoologique de France, Paris.
The American Naturalist, Philadelphia.
United Slates Department of Agriculture, Washington.
United States Geological Survey, Washington.
United States national Museum, Washington.
Universitas Regia l'redericiana, Cristiania.
Université de Toulouse
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 47
üniversité Royale d'Upsala.
Vereins für naturwissenchaftliche Unterhaltung zu Hamburg (Alemania).
Wisconsin Academy of Sciences.
Wisconsin Geological and Natural History Survey.
Zoologischer Anzeiger, Leipzig.
Obras recibidas á cambio:
Academia R. das Sctencias de Lisboa. — Joriml de Sciencias mathematicas
pliysicas é natwaes. 2.^ serie, tomo vi, n. xxx (Fevreiro, 1900).
AoADÉMiE DES SciENCEs DE Paris. — Comptcs reticlus hebdomadaires des séan-
ces. Tome cxxix, u. 22-26; tome cxxx, n. 1-26; tome cxxxi, n. 1-20.
— Tahles des comptes rendus des séances. Premier semestre 1899.
AcADÉMiE DES SciENCES DE Cracovie. — Bulletíii Ínter national. Année 1899:
Octobre, Novembre, Décembre. Année 1900: Janvier, Février, Mars,
Avril, May, Juin, Juillet.
AcADEMT op Science of St. Loxjis. — Transactions. Vol. viii, n. 1-2, 17-20;
vol. IX, n. l-r>, 7.
AoADEMY oF SciENCEs OF Chicago.— Fortíeth Annual Report, For the Year
1897.
— Geological and Natural History Survey. BuUetin, n. ii-iii, part. i.
Annaes de Sciencias naturaes de Porto. — Vol. vi.
BüFFAi.o Society of Natural Sciences. — BuUetin. Vol. v, n. 1-.5; vol. vi,
numero 1.
Chicago Entomológica l Society. — Memoirs. Vol. i, n. i.
Comisión del Mapa geológico de España. Madrid. — Boletín. Tomo xxv
(v de la 2.a serie).
Entomologische Nachrichten. Berlín. — Jahrgangxxv: Heft xx-xxii, xxiv.
Jahrgang xxvi: Heft i-xxi.
EssEx Institute. Salem. — BuUetin. Vol. 28, n. 7-12; vol. 29, n. 7-12; vol. 30,
n. 1-6.
Faculté des Sciences de Marseille. — Annales. Tome iii, fase, ii; tome ti,
fase, ii; tome x, préface, fase. i-vi.
Field CüLüMBiAN MüSEüM. Chicago.— PubHc, n. 23, 25-44, distribuidas de
esta forma: Geological Series. Vol. i, n. 37.— Botanical Series. Vol. i,
n. 4-5; vol. ii, n. 1. — Zoological Series. Vol. i, n. 9-17. — Anthropological
Series. Vol. ii, n. 2-3. — Report Series. Vol. i, n. 4-5.
Fondation Teyler. Harlem. — Archives del Musée Teyler. Serie ii, vol. vi,
cinquiéme partie; vol. viij premiére partie.
HORAE SOCIETATIS ENTOMOLOGICAE ROSSICAE. St. PÉTERSBÜRG. — TomO XXXIi;
XXXIII, n. 1-2, y xxxiv.
Illustrierte Zeitschrift für Entomologie. Neudamm. — Band 5. n. 1-23.
48 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Instituto geológico de México. — Boletín, u. 12 13.
lowA AcADEMY OF SciEXCEs. — Proceedinfjs. Vol. vi (1899).
Jardín botánico nv. Tifus (Cáucaso). — Libro IV (en ruso).
Laboratorio ed orto botánico di Siena. — Balletino Vol. terzo, fascci-
colo 1 II.
Meriden Scientific Association. — Transactions. Vol. viii.
Missouri Botanical Garden. St. Lüuis. — Ninih Report (1898). — Tenth Re-
port [\89^J).—Elevenih Report (1900).
MUSÉE ZOOL,OG1QÜE DE l'AcADÉMIE IMPÉRIALE DES SciENCES DE St. PÉTERS-
BOURG. — Annuaire, 1899, n. 3-4, (tomo iv); 1900, n. 1-2 (tomo v).
MüSEí DI Zoología er Anatomía comparata della R. Universita di To-
Riífo. —BoUetino. N. 354-367, 376.
Museo nacional de Buenos- Aires. — Comunicaciones. Tomo i, n. 5 7; tomo ii,
fase. XV.
Museo nacional de Costa-Rica. San José. — Informe de 1899 á 1900.
Museo nacional de Montevideo. — Anales. Tomo ii, fase, xii; tomo in,
fase, xiii-xiv.
Müseum d'Histoire naturelle de París. — Bulletin. Anuée 1899, n. 3-8;
1900, núm. 1.
Museum of Comparative Zooi.oGY AT Harvard-College. Cambridge. —
Bulletin. Vol. xxxi, n. 7; xxxii, 1-8; xxxili-xxxiv, xxxv, 3-8; xxxviii,
n. 4-5.'
Naturwissenschaftliche Unterhaltüng zu Hamburg. — Verhandlungen.
Band. x.
Peabody Museum of American ArcHíEology and Ethnology. Cambridge.
— Eighteenth and Nineteenfh Annual Reports. Vol. iii, n. 5-6.
Physikalisch-medizinischen Gesellschaft zu Würzburg. — Fesischrift zur
Feier ihres Fünfzigjahriyen Bestehens. Würzburg, 1 899.
— Siízmgs-Berichte. Jahrg. 1899, n. 6-7; Jahrg. 1900, n. 1.
— Verhandlungen. Band. xxxiii, n. 4.
Portugalia. Porto. — Materiaes para o estudo do pavo piortuguez. Tomo i,
fase. 2."
Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. —iJoZeíín. Tercera
época, vol. i, n 25-26.
— Año académico de 1899 á 1900. Nómina del personal académico. 1900.
Reale Academia dei Lincei. Roma. — Atti. (Serie quinta), vol. ix. fase. 1
(1." y 2.° semestre), fase. 2-12 (de todos éstos sólo el 1."" semestre).
Revista chilena de Historia natural. — Año iii, n. 9-11; iv, 1-4, 6, 8-9.
Revub suisse de zoologie. Gen¿ve. — Tome vii, fase. 3 et dernier; tome viir,
fase. 1-2.
RoYAL MioROScopiCAL Society. — Joumal. 1899, part. vi (December); 1900,
part. i-v (February-October).
RoYAL Physical Society. Edinburg. — Proceedings. Session 1898-99.
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 49
Smithsonian Institütion Washington. — Annual Report. 1895 (June);
1896-97 (June, July).
— Bulleün of the (U. S.) National Museum. Núm. 47; parí, ii y ni.
— Proceedings. Vol. sx (1898).
Sociedad científica «Antonio Álzate». México. — Mewonas y Revista.
Tomo XII, n. 1-12; xiv, 16.
Sociedade Broteriana. Coimbra. — Boletim. Tomo xvi, fase. 2-4.
Sociedad española de Historia natural, Madrid.— ylíiaíes. Serie ii, t. viii
(xxviii).
Sociedad geográfica de Madrid. — Boletín. Tomoxn, 4.° trimestre de 1899,
tomo xLii, l.*^' y 3.*''^ trimestres de 1900,
— Revista de (jeografia colonial y mercantil. Núm. 24 (Diciembre de 1899);
números 25-28 (Febrero-Junio de 1900); núm. 31 (Noviembre).
Sociedad Mexicana db Historia natural. México — La Naturaleza pe-
riódico científico. Tomo ii, cuaderno núm. 12; tomo iii, cuader-
nos 1-4,
SoCIETA di SCIENZE NATÜRALI ED ECONOMICHE DI PaLERMO. — Gíomale iH
scienze naturali ed economiche. Vol. xxii (1899).
SociETA ENTOMOLÓGICA ITALIANA. FiRENZE. — Biilletino. Aniio tieiitaunesimo.
trimestre i-iv; anno trentaduesimo, trimestres i-iii.
SOCIETA ITALIANA DÍ SCIENZE NATURALI. MlLANO. Atti. Volume XXXVIII,
Fascicolo 4," (fogli 22-30); volume xxxix, fascicolos l.*'-2.°(fogli 1-11).
SOCIETA ROMANA PER GLI STÜDI ZOOLOGICI. RoMA. — BolletinO . AnnO VIH,
fase. i-T,
SOCIETA TOSCANA DI SciENZE NATURALI. PlSA — Atti. PrOCCSSi VCrhali. Vol. XII'
SociÉTÉ BOTANiQUE DE COPENHAGUE. — BotoMÍsk TidskHft. Tome 23, fase. I,
SociÉTÉ BOTANiQUE DE France. Paris — Bulletin. Tome xli (1 Janvier);
tome xLiv (session extraordinaire á Barcelonnette, Aoút 1897, troi-
siéme et derniére partie); tome xlvi, numeres 6-8 (Juin-Novem-
bre 1899); tome xlvii, números 1-7 (Janvier-Juillet 1900).
SociÉTÉ des sciences naturelles de l'Üuest de la Frange. Nantes —
Bulletin. Tome 8, 2" trim.; tome 9, 1-4 trim.
SociÉTÉ d'histoire naturblle de Toulouse. — Bulletin trimtstriel. Année
xxviii (Avril-Septembre),
SociÉTÉ entomologique a Stockholm, — Entomologisk Tidskrift. Arg. 20,
hiift 1-4; Arg. 21, hiift 2,
SociÉTÉ entomologique de Belgique. Brüxelles. — Anuales. Tome xlui^
números xi y xii; tome xlit, números i-x,
SociÉTÉ entomologique suisse. Schaffhausen. — Mittheilu/igen. Vol, x,
Heft. 6 y 7.
SociÉTÉ GÉOLOGiQUE DE France, Paris. — Bulletlii. Tome xxvii (3,"' serie),
números 4 y 6.
SociÉTÉ hollandaise dks sciencks á Hablem, La Haye, — Archives Neerlan-
N." 1,-Enero, 1901. 4
50 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
daises des sciences exactes et naturelles. Serie ii, tome iii, 2* -5' livrai-
sons; serie ii, tome iv, 1' livraison.
SociÉTÉ IMPÉRTALE DES NATURAUSTES i)K Moscoc. — Bulleti». Année 1899,
números 1-4.
SociÉTÉ linneenne de Bordeaux. — Actes. Volume liv (sixiéme serie, t. iv).
SociÉTÉ linneenne de Normandie. Caen. — BuJletin. 4* serie, S"" volume
(1", 2' fascicule); b" serie, 2* volutne.
— Mémoires. xix volume, 3' fascicule.
SociÉTÉ linneenne du Nord de la Frange. Amiens. — Bulletin. Tome xiii
et XIV, números 293-312.
SociÉTÉ OORALIENNE d'aMATEÜRS DES SCIENCES NATURELLES. EkATERINEMBURG.
Bulletin. Tome xx, livr. 1; tome xxi, annexe au T. xxi.
SociÉTÉ ROYALE MALACOLOGiQUE DE Belgique. Bruxelles. — AnuaUs. Tome
XXI (189(5), fase. 2; tome xxii-xxiii (1897-98).
— BuUetins des séances. Tome xxxiv (,1899); págs. 1-128.
SociÉTÉ sciENTiFiQUE DU Chili. — Tome IX, 4-5'' livraison.
SociÉTÉ zooLOGiQUE DE France. Paris. — Bulletin. Tome xxiii, números 7
et 8; 11 et dernier, tome xxiv.
Termeszetrajzi Fuzetek. Budapest. — Vol. xxii (1899), partes in-iv;
vol. xxm (1900), partes x-iv.
The American Association for the Adtancement of Science. Easton. —
Proceediiigs. Vol. xlvii-xlviii (1898-99).
The| American Natüralist. Boston. — Vol. xxxiii-xxxiv, números 396-404
(December-August); num. 406 (October).
The Geological Institution of the University of Upsala. — Bulletin.
Vol. IV, part. 2."
United States Geological Survey. Washington. — Geologic Atlas of the
United States. Marysville folio. California. Washington, 1895.
— Geologic Atlas ofthe United States. Big trees folio. California. Washing-
ton, 1898.
— Atlas to accompany monograph XXXI on, the Oeology of the Aspen
district Colorado. Washington, 1898.
— Bulleth}. 1897, n. 149; 1898, n. 88-89, 150-156; 1899, n. 157-162.
— Annual Beport. 1896-97, part. i-v; 1897-98, part. i-v (texto y atlas) vi;
1898-99, part. i-vi (ésta en dos volúmenes).
— Monographs. xxix-xxxii (part. ii); xxxiii-xxxviii.
United States National Müseum. Washington. — Proceedings. Volume 19;
Volume 21.
Université de Toülouse. — Bulletin. Fascicule num. 10 (Juiilet 1899); fas-
cicule num. 11 (Janvier 1900).
— Aimuaire. Année 1899-1900.
— Du traiíement radical des kistes sinoviaux folliculaires ou ganglions du
poignet, par Marc. Dauge. Toulouse, 1898.
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 51
Université de Toüloüse. — Contribution ¿i l'étude des tumeurs crániennes
d'origine congénitale (varíete de pseudo-encephalie) par B. 1. Alhert
Andrieu. Toulouse, 1898.
— Etude de la gangrene des membres chez les neuro-arthritiques , par
Laurent Bares. Toulouse, 1898.
University of THE State of New- York. — State Museum Report. 49, vol. 1-2
(1895); 50, vol. 1 (1896).
ZooLOGiscH-BOTANiscHEN Gesellschaft. Wien. — Verhandlungen. Band xlix'
Heft. 9, 10; Band l, Heft. 1-6.
ZooLOGiscHER Anzkiger. Leipzig.— Baiid xxiii; números 600-615; num. 617"
WiscoNsiN Geological and Natural History Survet. — Bulletin. Núme-
ros 1 y 2 (1898).
WiscoNsiN Academy. — Transactioits. Vol. xi (1896-97).
Como donativos.
Albert 1'^'' (S. A. S. LE Prince). — Resultáis des campagnes scientifiques ac-
complies sur son yachts. Fase, xiii, Crustaces decapodes. — Fase, xiv
Nudibranches et Marsenia — Fase, xv, Gephyriens. — Fase, xvi, Am-
phipodes.
— Carte IV. Itineraires du yacht iPrincesse Atice* dans 1' Archipel des
Agores. 1896, 1896, 1897.
— Sur la deuxihne campagne de la tPrincesse- Atice 2^>. (Academia des
Sciences de Paris, 1900.)
— Deuxihne voyage au Spitzberg (Mus. de Hist. nat. , 1900.)
(Don. de S. A. S.)
Archiduque Luís Salvador. — Bovgie. Praga, 1899. (Don. de S. A.)
Acloque {A.)—-Faune de France. Orthopt'eres , Neuropteres , Himénopt'eres,
Lépidopteres , Hemiptéres, Diptéres, Aphaniptéres , Thysanopteres,
Rhipipteres. Paris, 1897.
— Faune de France. Mammiféres, Oiseaiix, Poissons, Reptiles, Batraciens,
Protochordes. Paris, 1900.
— Faune de France. Coleoptercs. Paris.
— Faune de France. Arachnides, Crustaces, Myriapodes, Vers, Mollusques,
Phytozoaires, Protozoaires. Paris.
— Sous le microscope. Abbeville, 1900. (Don. del Sr. Acloque.)
Algué (R. P. José). —Baguios ó ciclones filipinos. Estudio teórico-práctico.
Manila, 1897. (Don. del P. Navas.)
Ayuntamiento de Madrid. — Estadística demográfica, Enero-Abril, 1900.
— Anuario estadístico demográfico. Años 1897 y 1898.
Balsamo (Francesco). — Impressioni dal vero cenno geohgico-botanico suW
isola rf' Ischia. Napoli, 1883.
— Commemorazioni del barone Prof. Vicenzo Cesati. Napoli, 1883.
52 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Balsamo (Francesco).— Le diatomee della cascata di Casería. Napoli, 1884.
— Alyhe della haia di Assab, raccolteda G. B. Licata. Napoli, 1885.
— Sulla storia naturale delle alr/he d' acqtia dolce del comune di Napoli.
Napoli, 1885.
— Homonymiae algarum in plantis animalibusque Tentamen. Napoli,
1888.
— Diatomee contenutc nel cannh digerente di alcune Aplysiae raccolte dal
capitana G. Chierchia nel viaggio di circumnavegazione della R. Cor-
vetta Vettor Pisani nell 1884-85. Napoli, 1890.
— Sulla visibilitá delle strie delle Diatomee in rapporto ai sistenú offici ed
ai mczzi d' inchisione. Napoli, 1891.
— Ricerche sulla penetrazione delle radiazioni nelle piante. Parte prima.
Método di ricerca. (Riassunto). (Soc. bot. italiana, 1891.)
— SulV assorhimento delle radiazioni nelle piante. Napoli, 1891.
— Elenco delle piante raccolte in África. Napoli, 1891.
— Index ad F. Traug. Kuetzingii species Algarum. Napoli, 1892.
— Contribuzione alia Flora Africana, piante delle Canarie é del Congo
raccolte da G. Zenker. Centuria prima. Napoli, 1892-93.
— Manipolo di alghe napolitane. Napoli, 1892.
— Ilioduro di metilene nella preparazione delle diatomee. Napoli, 1893.
— Titoli di mérito del Prof Francesco Balsamo. Napoli, 1894.
— Ad homonymian algarum addenda. Napoli, 1893.
— Ricerche sulla penetrazione delle radiazioni nelle piante. (Part. i). Na-
poli, 1894.
— Necrologia del Professore Giuseppe Antonio Pasquale. Napoli, 1894.
— Una mezza centuria di piante raccolte dal socio G. Zenker al Congo.
Napoli, 1895.
— SulV uso di un sistema divergente per ingrandire I' imagine nel micros-
copio. Napoli, 1895.
— Iconnm algarum. Index adjecto generum algarum omnium. Índice siste-
mático. Napoli. Fase. I-IV (1895); fase. V- VI (1898-99).
— Intorno ad una sostanza colorante della Salpichroma rhomboidea Miers.
Napoli, 189(i.
— Achille Costa. Napoli, 1898.
— Iconum algartim. Index adjecto generum algarum omnium. Napoli,
1898-99. (Don. del Sr. Balsamo.)
Balsamo (F.), Fatta (A.), Giordano (G. C.)—Reliquie cesatiane. Crittoga-
me del R. Orto Botánico raccolte dal Prof. Barone V. Cesati, Alghe,
Zicheni, Muschi. (Estratto della E. Accademia delle Scienze Fis. e
Mat. di Napoli.) Ñapóles, 1885. (Don. del Sr. Balsamo.)
Bedel (L.) — Varias comunicaciones presentadas á la Sociedad entomoló-
gica de Francia en sesiones de los afíos 1882, 83 y 84. Paris.
— Synopsis de coléopt'eres européens. Cryptophagidae pai Edm. Reitter.
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTEGA. 58
(Traduction par Bedel) { « L'Abeille» , Journal de Entomologie,
18í)0-92.)
Bedel (L.) — Synopsis des especes du genre Aeolus Esch. d'Europe et de
la Bussie d'Asie par Edm. Reitter. (Traduction par Bedel). L'Abeille,
1892.
— Synopsis des Chironitis, Onitis et Bubas de la región méditerranéenne.
Extrait de la Monographie des Onitides de G. Van Lansberge par
L. Bedel. L'Abeille, 1892.
— Synopsis des Macrosiagon méditerranéens. L'Abeille, 1895.
— Recherches synonymiques et rectificatives a la mémoire tsur quelques
coléoptéres nouveaux ou peu connus de la famille des carabiques » ^?ar
T. Tschitscherine. L'Abeille, 1897.
^ Diagnoses de deux nouveaux Dromius de Barbarie. (Bull. de la Soc.
Ent. de France. Paris, 1900.) (Don. del Sr. Bedel.)
Bedel (L.) et Bleuse (L.) — Diagnose d'un nouveau Mylabre saharien.
Description d'un Mylabre du Sud-Oranais. (BuUetin de la Soc. Ent.
de France. Paris, 1899). (Don. del Sr. Bedel.)
Blanchard (Raphael). — Nouveau cas de Filarla loa. (Archives de Parasi-
tologie. Paris, 1899.)
— Notes de Parasitologie sino-japonaise. (Ibd., 1900.)
(Don. del Dr. Blanchard.)
Bois (D.) — Statistique Horticole du département de la Seine. (Soc. nationale
d'Horticulture de France. Paris, 1897.)
— Les plantes nouvelles et les plantes d'Australie. (Ibd., 1898.)
— Notice biographique sur Baptiste-Ruse Charmeux. (Ibd., 1899.)
— Compfe rendu des trnvaux de la Société nationale d^ Horticulture de France
pendant l'année 1S98. Paris, 1899.
— Cas de pistillodie dans un Begonia tubereux a jieurs cristées et dans le
Begonia semperflorens *tigrette>. (Soc. nat. d'Hort. de France. Paris,
1899.)
— L'Actinostemma panioulatum cucurbitacée grimpanfe ornementale nou-
velle et le pey-mou chináis. Paris, 1900.
— Aperen historique sur la Société nationale d' Horticultore de France (1827
á 1899). (Soc. nat. d'Hort. de France. Paris, 1900.)
Bois (D.) ET GiBAULT (G.) — Le premier projet de jardín pittoresque en
France. Le jar din idelectabley de Bernard Palissy. (Ibd., 1896.)
— La vegetación et le-'s productions horticoles des lies Canaries. (Ibd., 1895.)
— L'arboriculture et la culture inaraichh-e en Tunisie. (Ibd., 1897.)
— L' Horticulture dans la Noiivelle-Galles du Sud (Australie). (Ibd., 1897.)
— Statistique horticole de la France. Paris, 1898. (Don. del Sr. Bois.)
Bois (E.) ET Paillieux {A.)—Leivisia. Paris, 1889.
— Crosne epiaire a chapelets, histoire d'un nouveau légume. (Revue des
Sciences naturelles appliquées. Paris, 1889.)
54 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Bojs (E.) ET Paillieux (A.) — Le Matamhala (Coleus tuberosus Benth). In-
trodudion et propagntion au Gahon-Congo. (Revue des Sciences natu-
relles appliquées. París, 1891.)
— Lis comestibles. (Bull. de la Soc. d'Hist. nat. d'Autun.)
( Don. del Sr. Bois.)
BoMBicci (L.) — Corso di Geología é Física terrestre, applicate ai materiali
da costruzíoni. Bologna, 1881.
— Corso di Litologia, filoni metalliferi, rocce, pietre edilizie, niarmi. Bo-
logna, 1885.
— Météorites du cabinet de Minéralogie de la Royale Université. Bologua,
1888.
— Svlla lucentezza e striatura liscia delle superficie nelle salbande dei filoni
metalliferi e nelle rocce scagliose. Bologna, 1888.
— Sul giacipiento é sul tipo litologico della Roccia oligoclasite di monte
Cavaloro (Bolognese). Bologna, 1889.
— Alia memoria di G. Meneghini. Bologna, 1889.
— La collezione di ambre siciliane, posseduta dal Museo di mineralogía della
R. Universita di Bologna. Bologna, 1890.
— Sulle inclusioni di ciottoli , 2^'>'ol}abilmente pliocenici o qunternari nei
grossi e limpidi cristalli di Seleniíe di Monte Donato (Bologna). Bo-
logna, 1890.
— Sul tre memorie preséntate alia R. Academia delle Scíenze delV Istitiito
di Bologna. Febbraio, 1890.
— Nuove ricerche sulla Melanofiogite della miniera Qiona presso Racal-
muto in Sicilia. — Le gradazioni della sferoedria nei cristalli. Sue coe-
sistenze nelle forme normalmente reticolari. — Altri esempli di contor-
sioni elicoidi nelle facce e negli aggregatí simmetrici dei cristalli. Bo-
logna, 1891.
— Considerazioni sidle analogie di struttura mimetica fra la pirite, la bo-
leite, la melanofiogite ed ultre sostanze. ídem, 1892.
--- Réponse á la Note de M. Georges Fríedel du 11 Féviier 1892 concernant la
composition chimique et la structure de la Melanophlogite. París, 1892.
— Siilla''coesistenza delle due inverse plagiedrie sopra una faccia di un cris-
talío di Qaarzo di Carrara e sulle spirali di Airy preséntale da una
sezione ottica dello stesso cristallo e di altri. — Sulle guglie conoidi rhn-
piazzantile piramidi esagono-isosceloedriche in due esemplari di Quarzo
del Valiese e dell hola d^ Elba.— Loro correlazioni con i rilievi lan-
ceolari del Quarzo di Porretta. — Sulle modificazioni degli spigoli ver-
ticali nei prisini esagoni di Quarzo di Carrara e sti quelle che struttu-
ralmente vi corrispondono nei cristalli di altre specie nihierali. Bolo-
gna, 1892.
' — Illavoro meccanico (manvale) igienico, educativo, riposante, annesso alie
scuole elementari. Bologna, 1893.
DE HISTORIA NATURAL Y Dlí SU BIBLIOTECA. 55
BoMBicci (L.) — Dalí' Asilo inf cintile aW Ateneo, attraverso le questioni so-
ciali. Bologna, 1893.
— Rivendicazione della imorita degli studi e delle coaclusioni sul solleva-
iitento deír Appeiinino Emiliano per via di scorrimenío e di pressioni
laterali e la diretta azione dclla gravita. ídem, 1893.
— Le notevoli particolaritá dei cristalli mimetici cubiformi di jjirite gialla,
scoperti nelle mame grigic terziarie antiche dei monti della Riva f Valle
del Dardagna, Appennino Bolognese). Ídem, 1893.
— 11 Prof. Ernesto Mallard. (R. Acad. delle Scienze dell' Istituto de Bo-
logna, 1894.)
— Sulla intrusione forzata ascendente di argille , fattesi simili alie a. sca-
gliose con breccioline verdí associate, nelle fratture verticali de' hanchi
selenitici, presso Bologna. Bologna, 1895.
— La cremazione dei cadaveri, dinanzi alia religione, alia scienza, alia
civilta. ídem, 1895.
— 11 tirocinio sperimentale di compimento ai corsi universitari di scienze
fidche e naturali. ídem, 1897.
— Le interessanti anomalie ( dissimmetrie é spostamenti) dei tnirahili cris-
talli di Solfo nativo, della miniera di Ga-Bernardi. Confronto... etc.
ídem, 1898.
— Sulla cuhosilicite e sulla stai posizione tassonomica nella serie delle va-
rietá di sílice anídra é idrata. ídem, 1899.
— Per Paolo Gorini. Discorsi contmemorativi per I' inaugurazione del mo-
numento eretto in Lodi. Lodi, 1899.
— Sidla forutazione della grandine e sulla pratica degli spari per dimi-
nuiré i danni recati da essa aW agricoltura. Bologna, 1899.
— Nuove considerazioni sulla prohahilita che talune anomalie di forma, nei
cristalli, dipendano da durevoli movimenti negli spazi naturalmente
cristalligeni. ídem, 1899.
— índice delle pubblicazioni del Prof. Luigi Bomhicci dal 1858-1900.
ídem, 1900.
— Le principan modalita dell' acqua cristallizzata. ídem.
— Alcuni esempi di Minerali riproducenti le modalita sferoedriche é le
altre, dell' acqua cristallizzata. ídem. (Don. del Prof. Bombicci.)
BoRMANs (A. de). — Description d'une nouvellc espéce de pomphagide. (Société
Entomologique de Belgique, 1879.)
— Liste des orthopteres recoltas dans l'Afrique Australe par M. Selys-Fan-
son. (ídem, 1880.)
— Etude sur quelques dermapteres éxotiques. (Anal, de la Soc. Esp. de
HiST. Nat., 1880.)
— Spedizione italiana neW África Equatoriale. Risultati zoologici. Ortot-
íeri. (Annali del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova). Genova, 1881.
— Faune orthoptérologique des lies Hawai ou Sandivich. (ídem, 1882.)
56 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
BoRMANs (A. de). — Le creciere delV yacht ^Corsaro* del capitana armatore
Enrico D'Albertis. ( Annali del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova, 1883.)
— Spedizione italiana velV África Equatorial. Risultati zoologici. Ortotteri.
Parte segunda. (ídem, 1883.)
— Un été a Rouge-Cloítre. (Société Entomologique de Belgique). Bruxel-
les, 1883.
— Note sur les orthopteres recueillis par M. Weyers, A. Águilas, province
de Murcie (Espagne). (ídem, 1884.)
— Materiali per lo studio della Fauna Tunisina raccolti da G. e L. Doria.
(Ann. del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova). Genova, 1885.
— Notes sur les Chrysidides des environs de Bruxelles. (Société Entomolo-
gique de Belgique, 1887.)
— Viaggio di Leonardo Fea in Birmania e regioni vicine. Dermapthres.
(Ann. del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova). Genova, 1888. — Deuaciejne
partie, 1894.
— Quelques dermaptéres du 7nusée civiquede Genes. {Ann. del Mus. Civ. di
St. Nat. di Genova, 1900.) (Don. del Sr. de Bormans.)
BoRST (Dr. Maxl — Berichte üher Arbeiten aus dem pathologischen Institut
der üniversitát Wurzburg. Wurzburg, 1899.
Brizi (Dott. Ugo). — Addenda adjioram italicam. Muschi nuovi per la Pro-
vincia di Roma. (R. Istituto Botánico di Roma. Genova, 1889.)
— Addenda ad Jioram italicam. Prima e seconda contribuzione alV Epati-
cologia romana. (ídem, 1889.)
— Addenda ad jioram italicam. Contribuzione alV Epaticologia italiana.
(Ídem, 1899.)
— Note di Briologia italiana. Genova, 1890.
— Appunti di Briologia Romana. ídem, 1891.
— Appunti di Teratologia briologica. Roma, 1892.
— Contribuzioni alia conoscenza della flora delV África oriéntale. ídem,
1893.
— Reliquie notarisiane. I. Muschi. ídem, 1892.
— Sopra alcune particolarita morfologiche , istologiche e biologiche dei
Cyathophorum. ídem, 1893.
— Su alcune briofite fossili. (Soc. bot. italiana, 1893.)
^— Bryophytae abyssinicae a el. Prof. O. Penzig collectae. Genova, 1893.
— Sul Cycoconium oleaginum Cast. ídem, 1894.
— Sulla brunissure o annerimento dellefoglie della vite. Modena, 1895.
— Micromiceti nuovi per la flora romana. (Soc. bot. italiana. 1895.)
— Gli effetti dannosi dell' anidride solforosa sulla vegetazione. Módena,
1896.
— Una nuova malattia (antracnosi) del Mandorlo. Firenze, 1896.
— Saggio monográfico del genere Rhynchostegium (del Giornale Malpighia
Genova, 1896.)
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 57
Brizi (Dott. Ugo). — Sul disseccamento dei germogli del gelso. (R. Accademia
dei Lincei). Roma, 1896.
— Contributo alio studio morfológico, biológico é sistemático delle muscinée.
(R. Istituto Botánico di Roma, 1897.)
— Una malattia dei tralci della vite, caúsala dalla tBotrytis cinéreas.
Modena, 1897.
— Ueher die Fdulnis der Rehentriehe durch tBotrytis cinereay verursacht,
Jena, 1897.
— La bacteriosi del sedaño. (R. Accademia dei Lincei, 1897.)
— Una malattia bactérica delV Apiura graveolens L. Jena, 1897.
— Ricerche botaniche sulle principali adulterazioni della polvore di Soni-
maco (Rhu8 Coriaria L.) Módena, 1897.
— Etiología della malsania del Corylus avellana L. (R. Accad. dei Lincei).
Roma, 1897.
Brizi (U.) b Cuboni (G.) — La fersa, del ¡/elso. Ricerche sulla natura della
malattia e sul modo di comhatterla. Roma, 1896.
% (Don. del Sr. Brizi.)
BücKiNG (}í)~Beitrage zur Geologie von Célebes, 1899.
— Leucitbasal aus der Ger/end von Bangkadjene in Siid-Celebes, 1899.
— Cordierit von Nord-Celebes und aus den sog. verglasten Sandsteinen
Mitteldeutschlands, 1900.
— Zur Geologie der Minahassa, 1900. (Don. del Sr, Bucking.)
Bdrr (Malcolm.) — Essai sur les Eumastacides. (Soc Esp. de Hist. Nat.
1899.) (Don. del Sr. Burr.)
Chevriíüx (Ed.) — Campagnes de la <.Melita>. Description d'un amphipode
notweau appartenant au genre Grubia Czerniawski. (Soc. Zool. de
France, 1900.)
— Campagnes scientifiques du Prince Albert 1". Fac. xvi. Amphipodes, par
Chevreux. (Repetido por haberlo regalado también el Príncipe.)
— Gammarus Simoni, nov. esp. Amphipode des eaux douces d'Algerie et de
Tunisie. (Soc. Zoolog. de France, 1894.) (Don. del Sr. Chevreux.)
CocKERELL (T. D. A.) — Dircctiotis for collecting and preserving scale ¿n-
sects (coccidce). (Smithsonian Institutlon). Washington, 1897.
Cohén (E.) — Ueber eine aórdlich von Pretoria (Transvaal-Republik) in
Qranit gelegene Salzpfanne. Wien, 1879.
— Ueber eine Pseudomorphose nach Markasit aus der Kieide von Arcana
auf Rugen, 1886.
— Ueber pleochroitische Sófe im Biotit. (Separat-Abdruck aus dem Neuen
Jahrbuch für Mineralogie, etc., 1888.)
— Chemische Untersuchung des Meteoreisens von S. Juliao de Moreira^
Portugal, sowie einiger anderer hexaédrischen Eisen. (ídem, 1899.)
— Das Obere Weilerthal und das zunachst angrenzende Qebirge. Strass^
burg, 1889.
N.» 1.— Eaero, 1901. *
58 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Cohén (E.) — Zusammenjstellung petrographischer Untersuchungsmeíhoden
nehst Angahe der Literatur. Berlin, 1 890.
— Contacterscheinungen an den Liparit-Lakkolithtn der Gegend von Pja-
tigorslc im nórdlichen Kaukasus, 18í)0.
— Die Goldproduction Transvaals im Jahre 1889. Greifswald, 1891.
— Meteoreisen. Studien ii-x. (KK. Naturhist. Hofmuseums.) Wien, 1892.
— ücber ein angehliches Meteoreisen von Rugen, 1894. (Separat-Abdruck
:uis dera Mittheilungen des naturwisenschaftlichen Vereines fur
Keu-Vorpommern und Eügen.)
— Verzeichniss der Meteoriten in der Greifswalder Sammlungen 1 Juli 1895.
(ídem, 1895.)
— Ueber ein bei der teclmischen Darstellung von phosphorsaurem Natrium
sich bildendes Phosphat. (ídem, 1896.)
— Ueber den Meteoritenfall bei Madrid. (ídem, 1896.)
— Zusammenstellung petrographischer Unter.^uchi(ngsmethoden nehst An-
gabe der Literatur. Stuttgart, 1896.
— Die Meteoriten von Laborel und Guareña. (KK. Naturhistoriscben Hof-
museums). Wien, 1896.
— Ueber ein angebliches Meteoreisen von Walker Co.; Alabanza, Vereinigte
Staaten. (Separat-Abdruck aus den Mittheilungen des Naturw. Ve-
reines fur Neu-Vorp. und Rugen, 1897.)
— Ueber das Vorkommen von Eisencarbid (Cohenit) im terrestrischen Ni-
ckeleisen von Niakornnk bei Jakobshavn in Nord-Grónland. 1897.
— Ueber ein neues Meteoreisen von Locust Grave, Henrg Co., Nord-Caro-
lina, Vereinigte Staaten. («Akademie der Wissenschaf ten zu Berlin»).
Berlin, 1897.
— Das Meteoreisen von Forsyth Co., Georgia, Vereinigte Staaten. (ídem).
Berlin, 1897.
— Ein neues Meteoreisen von Beaconsfield Colonic Victoria, Australien.
(ídem). Berlin, 1897.
— Ueber eine zum Schneiden von Meteoreisen geeignete Maschine. Wien,
1898.
— Ueber ein neues Meteoreisen von Ballinoo am Murchisonjlttss, Aurtralien.
(Akademie der Wissenschaf ten). Berlin, 1898.
— Ueber das Meteoreisen von Cincinnnti , Vereinigte Staaten. (ídem, 1898.)
— Ueber das Meteoreisen von Morradal bei Grjotli zwischeu Skiaker und
Stryn, Norwegen. Christiania, 1898.
— Ueber den WiUfing'schen Tauschwerth der Meteoriten im Vergleich mit
den Handelspreisen. Ueber das Meteoreisen von Quesa, Provinz Va-
lencia, Spanien. Greifswald, 1899.
— Ueber den Meteoriten von Zsadany, Temesvar Comital, Banat.
— Ueber ein neues Meteoreisen von San Cristóbal Antofagasta. Chile. Ber-
lín, 1898.
nii HISTORIA NATURAL Y DK SU BIBLIOTECA. 59
Cohén (E. ) — Turmalinhornfels aus der ümgebung der Capstadt. (Tscher-
mak's Miueral u petrogr. Mitth.)
— MilüithaiKjitgestein und calcitfuhreuder Aplit aus Südafrika. (ídem.)
— Die beiden Meteoreisen von Los Muchachos, Tucsoii, Arizona.
— Contacterscheinungen an den Liparit-Lakkolithen der Gegend von Fjati-
gorsk iin nórdlichen Kaukasus. (Don. del 8r. Cohén.)
Cohén (E.) und Deecke (W.) — Sind die Stórungen in der Lagerung der
Kreide an der Ostküste von Jasnmnd (Rugen) durch Faltuvgen zu
erkláren? 1899.
— Úber Geschiebe aus Neu-Vorpommern und Rugen. Erstc Fortsetzung.
Berlin, 1896. (Don. del «r. Cohén.)
Cohén (E.) und Weinschenk (E.)— Meteoreisen Stitdien. (KK. Naturhisto-
rischen Hofmuseums). Wien, 1891. (Don. del Sr. Cohén.)
CoiNCY (Augnste de). — Écloga Plantarum Hispanicarum. París, 189.3,
— Écloga altera ¡üaiüarum Hispa nicarum. Paris, 1895.
— Un Linaria nouveau de la flore d'Espagne, Linaria Gobantesiana. (Bul-
letin de l'Herbier Boissier. Courtoiseau, 1896.)
— Heterospermie de certains ilíthiunema heterocarpes. Paris, 1896.
— Un Alyssum nouveau de la flore d'Espagne, Alyssum amoris. Géneve,
1895.
— Centaurea niaroccana. (Bull. de l'Herbier Boissier. Courtoiseau, 1896.)
— Une nouvelle espece de caucalis. (C. homoephylla). (Idem.j
— Un iTeucriunii niéconnu de la flore d'Espagne (T. saxatile.) (Journal de
Botanique). Paris, 1897.
— Écloga tertia, plantarum hispanicarum. Paris, 1897.
— Burgos au point de vue botanique. (Bull. Herbier Boissier). Géneve, 1 898.
— Remarques sur le Juniperus thuriferai. et les especes voimies d.u bassin
de la Méditerranée. (Soc. botanique de Trance, 1898.)
— Écloga quarta plantarum hispanicarum. Paris, 1899.
(Don. del Sr. Coincy.)
CoRY (Charles B.) — Tlie Birds of Eastern North America. Water Birds.
Part. I. Key to the families and species. Chicago, 1899.
— The Birds of Eastern North-America. Part. ii. Land Birds. Chicago,
1899. (Don. del Field Columbian Museum.)
Dervikux (E.) — La Cristellaria galea Fichtel é Molí. (Musei di Zoologia
della (Jniversitá di Torino, 1890.)
— Le cristellarie terziarie del Piemonte. Poma, 1891.
— 11 genere Cristellaria Lamarck, studiato nelle swe specie. Roma, 1892.
— Studio sui foraminiferi pliocenici di Villarresxna. Torino, 1892.
— Le Frondicularie terziarie del Piamonte. Torino, 1893.
— Osservazioni sopra le Tireoporinae é deserizione del nuovo genere Flabe-
Uiporus. Torino, 1893.
— Sopra un anomalia in un esemplare di Cristellaria Lmk. Torino, 1894.
60 RELACIÓN DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Dervieüx (E.)— Jje Nodosarie terziarie del Piemonte. Roma, 1894.
— I foraminiferi della zona ad lAmphisteginat presso pavona d' Alessan-
dría. Torino, 1895,
— £e marginuline e vaginuline terziarie del Piemonte. Roma, 1895.
— Foraminiferi Tortoniani del Tortonese italiano. Roma, 1895.
— Collezioni di Storia naturale; norme generali e pratiche pubblicate per
gli allitvi delle scuole normali preparaíorie , tecniche, operaie... etc.
Torino, 189(5.
— Exame micropaleontolo/^icn di un calcare rosso-cupo del «ítas superiores
di MoHSunmiano (Val di Nievole) in Toscana. Roma, 1896.
— Settimo Congresso geológico internazionale. Russia 1897. Eelazione del
Socio Corr. Sac. Ermanno Dervieüx.
— Osservazioni paleozoologiche , sopra le linguline terziarie del Piemonte.
Roma, 1898.
— Foraminiferi terziarii del Piemonte e specialmente sul Gen. Polymor-
phina D' Orhigny. (Societá geológica italiana. 1899.)
— Nuove specie di Foraminiferi. Torino, 1899. (Don. del Sr. Dervieus.)
Ddbront (A.) — Liste des oríhoptéres recueilles jusqu ici en Ligurie. {Knx\.
del Mus. Civ. di St. Nat. di Genova. 1878.)
— Crociera del Violante comandato dal capitano armatore Eurico D'Alhertis
durante V anno 1876. Catalogo degli Ortotteri. (ídem). Genova, 1878.
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— Sur certains cas de dedoublement des courbes de Galton das au parasi-
tisme et sur le dimorphisme d'origine parasitaire. (Société de Biologie).
Paris, 1894.
— Sur l'aufotomie parasitaire et ses rapports avev Vautotomie gonophorique
et la schizogonie. Paris, 1897.
— Sur les regenerations hypotypiques. (Ídem). Paris, 1897.
— Sur deux Cochenilles nouvelles ürthezida fodiens nov. spec. et Rhizacus
Eloti nov. spec, par asiles des racines du Cofeier a la Guadeloupe.
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(ídem, 1894). '(Núm. 2.)
— Sur le Systeme glandulaire des Fourmis. (Ídem, 1894). (Núm. 3.)
— Sur les Nids de la Vespa crabo Ordre d' apparitions des premier alveo-
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DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 63
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— Sur les rapports de l'Antennophorus Uhlmanni Haller avec le Lasius
mixtus Nylander. (ídem, 1897). (Núm. 10.)
— Srir les limites morphologiqíies des anneaux du tegument et sur la sifua-
tion des memhranes articulaires diez les Hymenopteres arrivcs a l'état
d'imago. (ídem, 1898). (Núm. 11.)
— Sur une cavilé da tegument servant chez les Myrmicinae a étaler au
contactde l'uir un p)roduit de secrétion. (ídem, 1898). (Núm. 12.)
— Reaction alcaline des chambres et galeries des nids de Fourmis. Durce
de la vie des Fourmis decapitées. (ídem, 1898). (Núm. 13.)
— Sur un organe non decrit servant á la fermeture du réservoir du venin
et sur la mode de fonctionncment deVaiguillon diez les Fourmis. (ídem,
1898). (Núm. 14.)
— Sur le mecanisme du vol chez les Insectes. (ídem, 1899). (Núm. 15.)
— Eludes sur les fourmis, les guépes et les aheiUes. Sur Vespa cratro L.
histoire d'un nid depuis son origine. (Soc. zool. de France. 1895.)
— Eludes sur les fourmis... Structure des memhranes articiúaires des tendons
et des muscles (Myrmica, Camponotus, Vespa, Apis). Limoges, 1895.
— Eludes sur les fourniis... Limites m,orphologiques des anneaux post-
cepJialiques et mitsculature des anneaux post-tlioradques diez la Myr-
mica rubra. Lille, 1897.
— Eludes sur les fourmis... Systeme glandulaire tegumentaire de la Myr-
mica rubra, Observations diverses sur les Fourmis.
— Eludes sur les fourmis... Aiguillnn de la Myrmica rubra, Appareil de
fermeture de la glande ce venia. Paris, 1898.
— Eludes sur les fourmis, les guepes et les aheilles. Anatomie du corselet de
la Myrmica rubra Reine. (Soc. zool. de France. 1898 )
(Don. del Sr. Janet.)
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— Analytische TJehersicht der europciischen Artcn der Tenthrediniden-Gat~
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— Neue europdische Blnttioespen nebst Bcmerkungen über einige bisher
verkannte Arten. (ídem, 1894.)
— Neue Tentlirediniden. (ídem. 1894.)
— PhilologiscJie Randbemerkung. (ídem. 1894.)
— Neue palaarctisdie Blattwespen. (ídem. 1895.)
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64 líRLAClON DKL KSTaDO T)V. Í.A «íOCIKDAD RSPANOLA
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Fuzetek. 1895.)
— Analytische und kritische Bearheitung der Gattung Amauronema-
tas Kuw. (ídem. 1895.)
— Ueber wenig bekannte oder bisher zweifelhafte soioie einige neue palaark-
tische Tenthrediniden. (Entomol. Nachrichten. 1896.)
— Neue und einige bisher verkannte Arten aus der Fawilie der Tenthredi-
nidem. (Ídem. 1896.)
— Zwei neue Siriciden und einige palaarktische Tenthrediniden. (Id.. 1897).
— Ueber die Hyelini, Tenthredinarum tribus. (ídem. 1897.)
— Ueber die Tenthrediniden-Galtungen Cimbex und Trichiosoma. i-ii.
(Wiener Entom. Zeitiing. 1897.)
— Neue palaearctische Tenthrediniden. {ídem. 1897.)
— Systematische und kritische Bearbeitung der Siriciden- Tribus Oryssini.
(Termeszetrajzi Fuzetek. 1897.)
— Systematische und kritische Bearbeitung der Blattwespen-Tribus Lydi-
ni II. (KK. naturhistorischen Hofmuseums. 1897.)
— Eine neue Tenthredo-Art? (Entom. Nachrichten. 1897.)
— Species incertae sedis vel inepte Tenthredinibus adscriptae. (Wiener En-
tomologische Zeitung. 1897.)
— Systematische und kritische Bearbeitung der Siriciden -Tribus Siricini.
(ídem. 1898 )
— Ueber die Tenthrediniden- Tribus Lophyrini. (Entomolog. Nachrichten.
1898.)
— Neue Arten aus den Blatttvespen-Gattungen, Allantas Jur. und Tenthre-
dopsis Costa. (KK. Zoologisch-botanischen Gesellschaft in Wien.
1898.)
— Neue Tenthrediniden. (Wiener Entom. Zeitung. 1898.)
— Ein neues System der Chalastogastra? (ídem. 1898.)
— Neue Chalastogastra- Gattungen und Arten. (Entomolog. Nachrichten.
1898.)
— Ueber die Tenthrediniden-Gattung Amasis Leach. (Wiener Entom. Zei-
tung, 1898.)
— Neue asiatische Tenthrediniden. (Entomol. Nachrichten. 1898.)
— Neuer Beitrag zur Synonymie der Chalastogastra. (ídem, 1898).
— Neue asiatische Tenthrediniden. (ídem, 1898).
— Neue Tenthredinidae aus Südamerika. (ídem, 1898).
— Einige neue Chalastogastra- Gattungen und Arten. (ídem, 1899).
— Ueber einige neue Chalastogastra. (Wiener Entom. Zeitung, 1899.)
— Neue südamerikanische Tenthredinidae beschrieben. (Museo N. de Bue-
nos Airea, 1899).
— Neue Tenthredinidae. (Entom. Nachrichten, 1899.)
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 65
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— Synonymische und krifische Bemerkungen zu Leach, Zool., MiscelL, 1817,
und Stephens., llliistr. Brit. Ent. Band. Vil 1835. (Illustrierten
Wochenschrift für Entomologie.)
— Analytische Tabelle zum Bestimmen der bisher beschriebenen Larven der
Hymenopteren Unterordmmg Chalastogastra. (ídem.)
— TJeber fossile Blatt-und Halmioespen. (Entom. Nachrichten. 1897.)
— Essai sur la classification des Symenoptéres. (Revue d'Entomol. 1898.)
Weiterer Beitrag zur Synonymie der Tenthrediniden. (1898.)
— Chalastogastrorum novce species et varietates, quas D. Escalera ex Asia
minore reportavit. (Soc. esp. de Hist. nat. 1899.)
— Zioei neue Blathoespen-Arten. (Akademie der Wissenschaften zu Ber-
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Salomón (Dr. ^^ .) — Wermrite (dipiro) di Breno. Milano, 1896.
— SuW origine, huIV eta e sulla forma di giacitura delle masse granitoidi
della conca periadriatica. Milano, 1897.
— Sul modo di determinare il valore variahile della rifrazione della luce in
sezioni sottili, comunque oriéntate di Minerali oíticamente uniassici)
a rifrazione e birifrangenza conosciute.
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del gruppo dell Adamello. (Giornale di Mineralogia, Cristall. e Petr.,
diretto da! Dott. Sansoni). Pavia, 1891.
— Sopra idcune rocxe metamorfiche, intercluse nella. tonalite. (ídem). 1892,
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— Die Kri/sínllform des Acetylesters des o-oxytriplienylmethans. Heidel-
berg, 1898.
— Ueber das Alter des Asta-Granites. 1898.
— Ueber eine neue Bildun<¡íiweise der dritten Modification des Schwefels.
1899.
— Ueber einen Doppelgang van Mintttc und Granitporphyrbei Schriesheim
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— Essai de nomenclnture des roches metamorfiques de contad. Paris, 1900.
— Neue Bemerkungen zu den von A. Cathrein gegen mich gerichteten An-
griffen. Pleidelberg, 1900.
— Die KryataUformen des MetliyUithers des Dibrom-p-oxy-Mesttylalkohols
und des p-p-Dimetliyl-benzoins. 1900.
— Kónnen Gletscher in ausfehendem Fels kare, Seebecken und Thaler ero-
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Virtui e r (lAcervat di Ceceo d'' Ascali. Cantrihuto ad tino studio sui
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El Biiliotecai-io,
Rafael Bla>;co y .íuste.
boletín
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión del 9 de Enero de 1901.
PRESIDENCIA DE D. BLAS LÁZARO É IBIZA.
Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada.
Asiste el Sr. Barras, de Avila.
— El Sr. Puig" y Larraz, después de dar g-racias á la Socie-
dad por el carg'o con que le había honrado, invitó á los señores
eleg'idos en la sesión anterior para formar la Junta directiva
del corriente año y tomar posesión de sus puestos.
— El Presidente, Sr. Lázaro é Ibiza, hizo uso de la palabra
para manifestar á la Sociedad la sincera g-ratitud que la debía
por haberle desig'uado para un puesto que habían ocupado an-
tes de él personas eminentes en las ciencias naturales. Mani-
festó que la Sociedad continúa sus tradiciones de trabajo sin
interrupción, tratando de ampliarlas con las nuevas reformas,
que no cambian en esencia el plan hasta aquí seg'uido, sino
que constituyen nuevos intentos para dar á aquél mayor des-
arrollo. Terminó pidiendo un voto de g'racias para los indivi'
dúos de la Junta saliente, que fué aprobado por unanimidad.
— El Vicepresidente, Sr. Oloriz, también expresó su g-ratitud
por el nombramiento con que la Sociedad le había honrado y
para el cual no se creía con méritos suficientes.
— El Sr. Lázaro dio cuenta á continuación del fallecimiento
del Excmo. Sr. Marqués de la Ribera, consocio nuestro desde
el año 1872, miembro de la Sociedad Geológica Alemana y au-
tor de un importante Estudio sobre las turmalinas y descripción
de sns principales variedades, con cinco láminas, publicado en el
tomo III de nuestros Anales, y otro sobre El Eozoon canadense,
•aparecido en el tomo v de los mismos. Poseía el finado una
':o boletín de la sociedad española
espléndida colección de minerales, que, como los demás me-
dios de estudio reunidos en sus larg'os viajes, puso siempre á
disposición de cuantas personas quisieron utilizarlos. Por es-
tos y otros muchos méritos personales, era el Marqués de la
Ribera uno de los hombres de ciencia más queridos y respeta-
dos de España, y cuya muerte verán con honda pena los indi-
viduos de esta Sociedad. Se acordó constase así en el acta.
También participó á la Sociedad que nuestro consocio señor
Rodríguez Mourelo había sido nombrado profesor de Química
industrial org-ánica de la Escuela Central de Artes é Industrias
de Madrid, felicitándole con este motivo en nombre de todos,
por lo que dio las g-racias el Sr. Rodríg-uez Mourelo.
Correspondencia. — El Secretario leyó una comunicación de
nuestro consocio D. Federico Rubio y Galí, dando g-racias por
la felicitación que le dirig-ió la Sociedad con motivo del quin-
quag'ésimo aniversario de su licenciatura en medicina.
Otra de la Sociedad Entomológ-ica de Bélg-ica participando el
fallecimiento del Barón Edmundo de Sélys-Long'champs, cuya
lectura fué oída con sentimiento, acordándose hacerlo así pre-
sente tanto á la expresada Sociedad como á la familia del
finado, que ha tenido también la atención de participarnos tan
triste suceso.
Con este motivo manifestó el Sr. Bolívar que aun cuando
sabía que otro señor Socio se proponía leer una noticia necro-
lóg-ica acerca de los méritos del ilustre sabio cuya pérdida
todos lamentamos, se creía en el deber de decir alg-unas pala-
bras en elüg'io del finado, ya que le había correspondido la
honra de presentarle en nuestra Sociedad, cuando enterado
apenas de su constitución quiso asociarse á nuestras tareas
para alentarnos á perseverar en nuestro propósito. Manifestó
deber al Sr. de Sélys-Long-champs g-randes atenciones, habién-
dole encontrado siempre propicio á resolverle cuantas dudas
se le ocurrieron en el estudio de los neurópteros, debiéndole
también una numerosa colección que el Sr. Bolívar reg-aló más
tarde al Museo de Madrid, y es hoy el principal núcleo de la
colección de odonatos de este establecimiento, estando etique-
tadas todas las especies de mano del mismo Sélys, y por fin,
fué el arbitro en la controversia suscitada con motivo de la
determinación de la lang-osta que forma la plag-a en Extrema-
DE HISTOHIA NATURAL. "Jl
dura, y que desde entonces se atribuye exclusivamente al
Stauronotus maroccanvs Thunb. (1).
Aprobación de cuentas. — El Sr. Rodrig-uez Mourelo, presidente
de la Comisión de revisión de cuentas, leyó el sig-uiente dic-
tamen:
«Los socios que suscriben, desig-nados en la sesión de 5 de
»Diciembre de 1900 para examinar y comprobar las cuentas de
»esta Sociedad que con referencia al mismo año presentó en
»dicha sesión el Sr. Tesorero, D. Igmacio Bolívar, tienen el
»g-usto de manifestar que las han encontrado en todo confor-
»mes con los comprobantes, resultando que existe á favor de
>da Sociedad un saldo de 215,02 pesetas, y créditos de 2.033,12
»pesetas.
»E1 estado económico de la Sociedad Española de Historia
»Natural es, como se ve, altamente satisfactorio, debiéndose
Ȏsto, muy principalmente, al constante celo del Sr. Tesorero,
»para quien la Comisión solicita un voto de gracias, á la vez
»que propone la aprobación de las cuentas comprobadas. — Ma-
»drid 10 de Diciembre de 1900.— José Rodríguez Mourelo. —
»Aurelio Vázquez Fig-ueroa. — Ang-el Cabrera Latorre.»
La Sociedad aprobó el dictamen y el voto de gracias solici-
tado para el Tesorero, haciéndolo extensivo á los Tesoreros de
las Secciones de Sevilla y Zaragoza, D. Julio del Mazo y don
Félix Gila, y á los Sres. D. Emilio Rivera y D. José Fuset, que
han representado á la Sociedad en Valencia y Barcelona con
gran interés y asiduidad.
Admisiones. — D. Daniel Gutiérrez Martín, residente en Ma-
drid, calle del Marqués de Santana, núm. 24, presentado por
los Sres. Lázaro é Ibiza y Sanz de Diego.
Presentaciones.— D. César Sobrado Maestro, Dr. en Farmacia,
residente en Madrid, calle de las Minas, núm. 13, presentado
por el Sr. Lázaro é Ibiza.
Comunicaciones verbales. — El Sr. Martínez Escalera expuso la
conveniencia de que nuestra Sociedad eleve á los Poderes pú-
blicos una Exposición pidiendo que la Historia Natural forme
(1) Rl resultado de esta controversia puede leerse ea el Bulletiii de la Sociéld ento-
mologique de Belgique^ t. 20, x.
•72 boletín de la. SOCIEDAD ESPAÑOLA
parte de la enseñanza primaria en España. Después de varias ob-
servaciones de los Sres. Cáceres Gómez, Vázquez Fig-ueroa,
Bolívar y el Presidente, se acordó que la idea apuntada se ma-
dure más despacio y se discuta en otra sesión para ver el modo
de realizarla.
Nuestro disting-uido consocio Sr. Más y Guindal comunicó á
la Sociedad varias citas de plantas por él observadas y recog-i-
das en sus expediciones por las provincias de Santander, Ma-
drid (Majadahonda-Romanillos y Aranjuez á Ontíg-ola), Bar-
celona (Horta) y Toledo; todas ellas de interés para el objeto
que se propone la Sociedad de alleg-ar datos para la formación
del Catálog'O de las producciones naturales de la Península,
por lo que se acordó pasaran á dicha Comisión, manifestando al
8r. Más el aprecio con que la Sociedad recibía su trabajo, y ro-
g-arle, igualmente que á todos los socios que quieran colaborar
en la redacción de listas de especies, que las extiendan en las
papeletas aprobadas por la Sociedad, las cuales les serán faci-
litadas por la Comisión del Catálog-o, que á la vez les dará las
instrucciones necesarias para la conveniente uniformidad de
este trabajo.
— El Presidente dio cuenta de otras notas recibidas, que
son: Al gimas formas transitorias de las especies españoJas del
género Drosera , por el Sr. Rivas Mateos ; Noiiibres regionales
salmantinos de algunas plantas espontáneas, por el Sr. Fernán-
dez de Gata, y Algunas especies raras, unieras ó criticas de la
jlora gallega, por el R. P. B. Merino, acordándose pasaran á la
Comisión de publicación.
Excursiones. — Tratóse á continuación de las que, seg^ún el
nuevo Reg'lamento, debe realizar la Sociedad, y el Sr. Bolívar
indicó el proyecto que algunos socios alentaban de llevar á
■cabo una excursión por las provincias de Almería y Granada
durante las vacaciones de la Semana Santa; y no habiendo otro
proyecto presentado, se acordó anunciar en las cubiertas del
Boletín los datos referentes á la duración, plan y presupuesto
de lo iniciado por el Sr. Bolívar, á fin de que llegue á cono-
cimiento de todos los socios, para que puedan tomar parte en
«Ha los que lo desen.
También se acordó realizar la primera excursión mensual el
día 23 del corriente; se dirigirá á Montarco, estación del ferro-
DE HISTORIA NATURAL. 73
carril de Madrid á Arg-anda, y los socios que deseen concurrir
se enterarán de las condiciones en el local de la Sociedad unos
días antes.
Conferencias. — Se pasó á tratar de las que debe dar nuestra
Sociedad para propag-ar la afición y los conocimientos de las
(•iencias naturales, en cumplimiento de lo prevenido en el
nuevo Reg-lamento, y el Presidente invitó á ios socios presen-
tes, ofreciéndose desde lueg-o varios de ellos á satisfacer los
deseos del Sr. Lázaro, conviniéndose en que por ahora se da-
ría una conferencia mensual, para lo que el Sr. Rodríg-uez
Mourelo g-estionará del Ateneo científico y literario la concesión
del local necesario al efecto.
Publicaciones. — El Tesorero manifestó que vencidas las di-
ficultades que habían retrasado la publicación de los cuader-
nos de las Memorias, se habían por fin publicado los cuader-
nos 1." y 2.° del tomo xxix bajo una misma cubierta, quedando
en prensa el 3.° y que entre este tomo y el que se publicaría
en el año corriente, que sería el décimo de la seg-unda serie y
el treinta y último de los Anales, se podrán dar á luz todas las
Memorias que la Sociedad tenía en cartera, de conformidad
con lo propuesto por la Junta directiva anterior. También se
ha publicado y repartido el Acta de la sesión de Diciembre,
con lo que queda terminada la serie de las Actas. Manifestó,
por último, que esperaba podría repartirse el primer cuaderno
del Boletín en lo que resta de mes, á pesar de que en él ha-
brían de tener cabida la lista de socios y la relación del estado
de la Sociedad y de su Biblioteca, además del acta de la sesión
que se estaba celebrando, con las numerosas comunicaciones
de que se iba á dar cuenta.
Secciones. — La de Sevilla celebró su sesión del mes de Di-
ciembre el día 7 del mismo, bajo la presidencia de D. Manuel
Medina, aprobando el proyecto de presupuesto para 1901, que
es el sig'uiente :
Mozo para repartir ¿50 ptas.
Impresión de citaciones 5 —
Total 35 ptas.
74 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
También quedó aprobada la nueva Junta directiva en esta
forma:
Presidente, D. Fernando Halcón, marqués de San Gil.
Vicepresidente, D. José María Benjumea y Pareja.
Tesorero, D. Julio del Mazo y Franza.
Secretario, D. Federico Chaves y Pérez del Pulg-ar.
Vicesecretario, D. José J. Arráez y Carrias.
Se leyó una nota del Sr. Hernández Pacheco, Datos sobre he
flora micológica de Jos alrededores de Córdoba, que se publicará
en el acta.
La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 26 de Diciem-
bre de 1900, bajo la presidencia de D. Patricio Borobio, y se
aprobó la consig-nación de 30 pesetas al dependiente para re-
partir las citaciones de dicha Sección.
Se nombró la sig-uiente Junta directiva:
Presidente, D. Manuel Díaz de Arcaya.
Vicepresidente, D. Hilarión Jimeno.
Tesorero, D. Félix Gila y Fidalg-o.
Secretario, D. Pedro Moyano.
Vicesecretario, D. Juan P. Soler y Carceller.
Se presentó una nota del Rvdo. P. Navas acerca de La cueva
de Maderiiela, que se publicará en el acta.
Notas y comumcaciones.
El Barón Edmundo de Sélys-Longchamps
(Noticia necrológica)
POK EL
R. P. LONGINOS NAVAS.
Pérdida en extremo sensible acaba de experimentar nuestra
Sociedad con la muerte del Barón Edmundo de Sélys-Long--
champs, ocurrida en Lieja (Bélgica), el día 11 del pasado Di-
ciembre. Pocos personajes contará nuestra Sociedad de la talla
de Sélys-Long-champs. Desde el año 1874 pertenecía á ella y la
ennoblecía con su ilustre nombre, como honraba á la Sociedad
Zoológica de Francia, que lo contaba entre sus miembros hono-
DE HISTOHIA NATUHAL. 75
rarios, y á la Entomológ-ica de Bélg-ica, de que fué presidente.
Además, muchas otras Corporaciones científicas se g-loriaban
de tener al ñnado Barón entre sus socios de número, correspon-
dientes ii honorarios.
Durante más de medio sig-lo ha ocupado lug-ar preferente en
el mundo sabio. Ya el año 1836 dióse á conocer por su Essai
monograpJiique sur les CampagnoJs des environs de Liége. Poco
después, en 1840, publicó su famosa Monogra-pMe des Lihelhi-
lidées- d' Euro]}e , obra fundamental- para todos los que después
han querido estudiar esta sección de los Neurópteros de Euro-
pa. Desde entonces, aunque no descuidó el cultivo de otros ra-
mos de la Historia Natural, especialmente insectos Lepidópte-
ros y Ortópteros, dedicóse por completo al estudio de los Odo-
natos, abarcando en su investig-ación á los de todo el mundo.
De su fecunda pluma brotaron continuamente sabias mono-
"•rafías ó enumeraciones y descripciones aisladas, que serán
siempre consultadas como oráculos por los que á semejantes
estudios se dediquen. A él en g'ran parte se debe el rápido in-
cremento que tomó el estudio de los Odonatos en diferentes
naciones durante la seg'unda mitad del sig'lo que acaba de ter-
minar. Su labor ha sido fructífera. En los albores de su carre-
ra entomológ-ica, en 1838, se conocían apenas 159 especies de
Odonatos, descritos brevemente por Burmeister en su Manual
de Entomolog-ía, y aquella cifra se elevó á 2. 000 en 1895, cinco
años antes de su muerte. Su colección propia, seg-uramente la
mejor del mundo, no contaba menos de 1.550 especies en 1895,
seg"iin atestignia él mismo.
A las eminentes dotes científicas juntaba aquellas que sue
len acompañar á los g-randes sabios: laboriosidad incansable
y benig-nidad sin límites para con aquellos que á él acudían
en demanda de sus luces.
También en la política ocupó los más altos puestos, forman-
do parte del Senado por espacio de cuarenta y cinco años y
siendo varias veces su presidente.
Por más que había lleg-ado á la avanzada edad de 87 años
(nació en París en 25 de Mayo de 1813), su robustez hacía pro-
meternos todavía se alarg-ase mucho tiempo su preciosa exis-
tencia. Escribíame en Junio de 1899: «Le temps me manque
souvent pour satisfaire á mes correspondants; mais g-ráce á
Dieu, malgTé mes 85 ans, ma santé est encoré bonne, et je
"6 boletín de la. sociedad española
puis me livrer á la Chasse aux Insectes et a leur étude, lors-
que mes occupations parlementaires et celles de chef de famil-
le me le permettent.» Tales palabras me hacían aug-iirar lar
gos años de vida: así es que me ha sorprendido la noticia do-
lorosa de su muerte. Exting-uióse apaciblemente aquella exis-
tencia tan laboriosa, teniendo el consuelo de morir en brazos
de su familia y confortado con todos los auxilios de la Ig-lesia.
Aunque enumerar todas las obras del Barón de Sélys-Long^-
champs es para mí tarea imposible en estos momentos, no
quiero, sin embarg-o, defraudar á nuestros consocios privándo-
les de la lista de las principales publicaciones de que teng-o
noticia, debidas á su docta pluma.
Lista de las principales publicaciones del Barón Edmundo
de Sélys-Lougchamps.
«Essai monog-raphique sur les Campag-nols des environs de
Liég-e.» 1836.
«Monog-raphie des Libellulidées d'Europe.» 1840.
'xRevue des Odonates ou Libellules d'Europe.» 1850.
«Monog-raphie des Caloptérygines.» 1854.
«Synopsis des Caloptéryg-ines.» 1853-79.
«Monog-raphie des Gomphines.» 1857.
«Névroptéres de Tile de Cuba.» (En la obra de D. Ramón de
la Sag-ra.) 1887.
«Synopsis des Gomphines.» 1854-78.
«Névroptéres de la Corsé.» 1862.
«Odonates de l'Alg-érie.» 1865-66.
«Odonates recueillis á Madag'ascar et Comore.» 1867.
«Névroptéres de Ming-rélie.» 1868.
«Odonates des íles Seychelles.» 1868
«Nouvelle revisión des Odonates de TAlg^érie.» 1870.
«Synopsis des Cordulines.» 1871.
«Apercu statistique sur les Névroptéres Odonates.» 1871.
«Matériaux pour une Faune Névi^optérolog-ique de l'Asie sep-
tentrionale.» 1872.
«Revisión des Psocides décrites par Rambur, suivie de la
li.ste des espéces observées en Belgique.» 1872.
«Note sur plusieurs Odonates de Madag'ascar et des íles Mas-
careignes.» 1872.
«Synopsis des Ag-ríonines.» 1860-1877.
DE HISTORIA NATURAL. 77
«Observation sur V Acridium j)eregrimim.y> 1878.
«Note sur deux Libelluliues du <>-enre Uí'othemis.y> 1878.
«Odonates de la Rég-ion de la Nouvelle Guiñee.» 1878.
«Nouvelles obsei'vations sur les Odonates de la Rég-ion de
la Nouvelle Guiñee.» 1879.
«Revisión des Ophiogomphus, etc.» 1879.
«Note sur une race de VAscaJapIíus b<piicns (la var. Cunii
Sélys.)» 1880.
«Distribution des Insectes Odonates en Afrique.» 1881.
«Odonates des Philippines.» (Anales de la Sociedad espa-
ñola DE Historia natural.) 1882-91.
«Le g-uépier en Belg'ique.» 1882.
«Sur la reproduction des ang-uilles.» 1882.
«Les Odonates du Japón.» 1883'.
«Revisión des Diplax paléarctiques.» 1884.
«Rectification concernant V Onycliogomphus Genei.y> 1885.
«Odonates nouveaux dePékin.» 1887.
«Odonates de l'Asie mineure et Revisión de ceux de la fau-
ne paléarctique.» 1887.
«Névroptéres recueillis dans l'Asie céntrale.» 1887.
«Catalog-ue raisonné des Orthoptéres et des Névroptéres de
laBelg-ique.» 1888.
«Odonates recueillis aux lies Loo-choo.» 1888.
iiPalceophJeMa, etc.» 1889.
«Odonates de Sumatra.» 1891.
«Odonates du voyage de M. Leonardo Fea en Birraanie » 1891.
«Le prog'rés dans la connaissance des Odonates.» 1896.
«Causeries odonatolog-iques » (Núms. 1-9.) 1890-97.
Además numerosos artículos ó notas en diversas Revistas
científicas.
Especies españolas del génsro Dorcadion Dalm.
POR
D. MANUEL MARTÍNEZ DE LA ESCALERA.
Cuerpo oblongo, más ó menos alargado y pubescente, ador-
nado por lo común de fajas loi:g'itudinales vellosas de dis-
tinto color que el fondo; patas cortas y robustas; antenas más
cortas que el cuerpo, robustas y finamente pubescentes; man-
díbulas fuertes, poco arqueadas; protórax convexo provisto de
■78 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
tubérculos laterales salientes más ó menos pronunciados; éli-
tros soldados.
Insectos propios de las estepas y terrenos ásperos; marcha-
do res.
Es g-énero muy homog-éneo en el que pueden, sin embar-
§•0, hacerse g-rupos muy naturales; la gran mayoría de las
especies españolas están caracterizadas por una costilla long"i-
tudinal, lisa, saliente y desprovista de pubescencia, más pro-
nunciada en las que ocupan la reg-ión central (sierras de Gua-
darrama, Cuenca y Teruel), cuya costilla va perdiendo en in-
tensidad á medida que las especies avanzan hacia el S. , te-
niendo las andaluzas el protórax simplemente punteado, como
en minulicorne, mucidum, mus, Amori, etc., mientras que las
del NO. de la Península tienen el protórax muy rug-oso y aun
escabroso en cas/ilianmn, 3ínlsan¿í, Seoanei, etc. ''
Todas ellas suelen estar bastante localizadas, siendo extra-
ordinariamente variables en su coloración y dibujo, con infi-
nidad de anomalías individuales que hacen difícil su deter-
minación específica, lo cual ha dado lug-ar á una sinonimia
bastante confusa, puesto que las descripciones, sin tener á la
vista los tipos, son insuficientes cuando por todo carácter se
da la coloración y disposición de las fajas vellosas, 3^ éstas,
como dig'o antes, son muy variables dentro de la especie y se
repiten en otras distintas; si á ello se añade que los caracteres
que pudieran llamarse org-ánicos son asimismo variables en hi
especie, por ejemplo, la costilla frontal y la media protorácica,
las callosidades y tubérculos laterales, costillas de los éli-
tros, etc., se comprenderá la dificultad de determinar alg-unas
especies muy afines.
Así es que he adoptado en los cuadros el empleo simultá-
neo de estos caracteres org-ánicos y de los que se sacan de la
l^ubescencia del protórax, que es más constante que la de las
fajas elitrales, pudiendo afirmarse que, en alg-una especie,
ejemplares que no estén bien frescos con la pubescencia ínte-
g-ra son indeterminables, no para un ojo experimentado, sino
para el que sin materiales de comparación pretenda hacerlo.
He procurado en la determinación de las especies indicar
su variabilidad en los términos de las descripciones que re-
sultan quizás alg'o vag'as, dando al fin de ellas las afinidades
de cada una con las más próximas; asimismo he procurado
DE HISTORIA NATURAL. '.9
también emplear casi las mismas palabras en todas ellas, aún
á riesgo de monotonía y quizás con excesiva minuciosidad:
¡están tan lejos los tiempos de Linneo y de las frases cortas
para caracterizar las especies de coleópteros!
Pudiera creerse al ver aparecer en el presente trabajo una
quincena de especies nuevas entre cuarenta españolas, que
el amor desmesurado del mi/il me había impulsado á hacer
«•rupos arbitrarios prodig-ando su número; mas, considerando,
de una parte, que las especies existen sin que el naturalista
pueda hacer rectamente más que aplicarlas un criterio más ó
menos amplio; de otra, que el g-énero Dorcadioíi está profusa-
mente representado en España, donde cada sierra ó estepa po-
see especies típicas, y por fin, que me ha cabido ea suerte
explorar, con algún detenimiento, nuestro suelo, siquiera sea
en zonas reducidas; la objeción del número excesivo de nove-
dades, perderá alg-una fuerza, máxime si cuando con mi crite-
rio he ag-rupado buen g'olpe de las especies de Chevrolat, en lo
que he creído fueran formas permanentes, bien limitadas; con
el mismo habré debido considerar lo que estimo especies nue-
vas, sin que este último arg-umento pretenda llevar al ánimo
de nadie la convicción de que lo hecho por mí es bueno, ni eri-
girme en autoridad de especialista, antes al contrario, confe-
sión de ñaquezay deseo de que otros más competentes ilustren
la cuestión.
Cúmpleme ahora dar las g-racias por sus comunicaciones á
los naturalistas nacionales y extranjeros que me han prestado
ayuda, á los Sres. Uhag-ón, Martínez y Sáez, Bolívar, Lafuente.
Navas, etc., entre los primeros, y Y. He^^den, Pie, y Oberthür.
entre los seg"undos, haciendo muy especial mención de este
último, de cuya incomparable colección dispong-o como de cosa
propia, merced á su amor por la Entomología, y á cuya colec-
ción pertenecen casi todos los tipos que sirven de base á este
trabajo, y asimismo atestiguo mi gratitud públicamente á mi
amigo el Sr. LaufFer, quien teniendo reunidos grandes mate-
riales para hacer una Revisión , generosamente los ha some-
tido ámi examen, pudiendo él, con mayores luces, realizar este
mismo trabajo que yo intento; ejemplo raro de desprendi-
miento que quizás sea en daño de la Ciencia.
80 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
CUADRO DE LOS GRUPOS.
1 (6) Especies de costilla media protorácica, más ó menos
indicada.
2 (5) Costilla media protorácica saliente, entera desde la base
al borde anterior , lisa y brillante y fuertemente pro-
nunciada, más ó menos surcada en el centro; flan-
queada de bandas pubescentes unicolores ó bicolores
bien limitadas.
3 (4) Protórax con dos fajas long'itudinales peladas desde la
base al borde anterior á más de la costilla media.
Sección A, tipo BD. Graellsi, Ghilianii.
4 (3) Protórax totalmente pubescente, sin fajas peladas longi-
tudinales ni más espacios lisos que la costilla media
y unas pequeñas callosidades redondeadas cuando
existen, circundadas por la pubescencia.
Sección B, tipo DD. Uhagoni, Heydeni.
5 (2) Costilla media protorácica, poco ó nada saliente sin lle-
g'ar á la base ni al borde anterior y flanqueada de una
pubescencia más ó menos densa, sin constituir fajas
ó bandas long"itudinales distintas.
Sección C, tipo DD. Lesnei, Bouviefi,
f) (1) Sin costilla media protorácica.
7 (8) Protórax punteado. Sección D, tipo D. Amori, steparium.
8 (7) Protórax rug"oso. Sección E, tipo DD. Mulsmiii, Seoanei.
Sección A.
Especies con la costilla media protorácica saliente, entera
desde la base al borde anterior y más ó menos surcada eh el
centro, "flanqueada de bandas pubescentes unicolores ó bico-
lores bien limitadas.
Protórax con dos fajas longitudinales desprovistas de pubes-
cencia de.sde la base al borde anterior á más de la costilla media.
1 (4) Bandas pubescentes protorácicas unicolores, blancas,
ocupando dos estrechos surcos formados por la costi-
lla y las callosidades lisas, salientes y oblongas que
ocupan g-eneralmente todo el espacio de las fajas des-
provistas de pubescencia, resultando el protórax con
tres costillas lona-itudinales.
DE HISTORIA NATURAL. «1
2 (3) Élitros totalmente pubescentes, sin costillas ni espacios
lisos pelados, faja sutural pubescente blanca y es-
trecha.
Patas y antenas negras, pasando al color castaño y al rojo;
cabeza con una costilla longitudinal lisa, más estrecha en la
región frontal y surcada en toda su extensión desde el vértice
al labro; élitros totalmente pubescentes, bicolores ó tricolores,
con el fondo de pubescencia pardo obscura aterciopelada, va-
riando al rojizo dorado y al blanco, según predominan las ban-
das coloreadas sustituyendo al fondo.
En la forma típica además de las fajas blancas estrechas
marginal y sutural, con una faja humeral blanca generalmen-
te más ancha hacia el final que en su nacimiento, otra supra
humeral de tono rojizo dorado ó gris sucio que nace cerca del
húmero y se prolong-a hasta cerca del final del élitro paralela-
mente á la faja humeral, y otra linear blanca, comunmente
sólo indicada en su nacimiento, equidistante de la sutural y
humeral y que se prolonga á veces entera ó interrumpida
flanqueando á la supra-humeral. D. Graelisi Grlls. nec Chevr.
Sin. D. aUernaium Chevr. =Z>. Segomaiiimi Cliew.^ cosíicol/e
Chevr.
Loe. Navacerrada, Peñalara, Reventón; altitud 2.000 m.
Antenas y patas rojas, fondo de los élitros del color rojizo do-
rado de la faja supra-humeral del tipo, cuya faja no es visible
aquí, siendo los élitros, por tanto, bicolores y con las otras
fajas blancas , como en él.
Sub-especie longipenne Chex i\ = Gh^aellsi Chevr. = v. Ohr-
thuri Gangl.; loe. Escorial; altitud 1.500 m.
Antenas y patas rojas, fondo de los élitros blanco, siendo
apenas distintas las fajas de dicho fondo y desprovisto de la
supra-humeral, resultando los élitros, por tanto, unicolores.
Sub-especie cinereum Lauff., v. nova; loe. Robregordo; alti-
tud 1.500 m.
Por lo demás, hay toda suerte de combinaciones en la coloración de las
fajas, anchura ó adelgazamiento y desaparición de la supra-humeral y
mayor ó menor longitud de la dorsal; doy á continuación el resultado del
examen de los tipos de Ciievrolat, existentes en el Museo Británico.
D. alternaUím Chevr. no es válido: son un q^ y una Q en los que la
costilla protorácica es poco saliente y las callosidale? pof;o marcadas;
fajas como en la forma típica del D. Graelisi Glls.
N.» 1.— Enero, 1901. 6
/■■
í ■
m boletín de la sociedad española
D. Segovianum Chevr. no es válido: es un cT con la faja supra humeral
de los élitros nula y con la costilla protorácica más fuertemente surcada
que de ordinario.
D. Graellsi Chevr. es igual á v. Obertlmri Gangl., y son tres ejemplares
de la sub-especie longipanne del cuadro.
D. Inv gipenne Chevr. es exactamente un Graellsi Chevr., en el que la
f}ij:i dorsal sólo está indicada en la base, así en la forma típica como en la
Bub-espicie lovgipenne del cuadro; en el ejemplar típico of de Chevrolat,
dicha línea se prolonga hasta cerca del final del élitro, modificación pura-
mente individual, que se repite en casi todas las especies de Dorcadion.
Chevrolat describió sus Graellsi y longípenne sobre ejemplares de patas
rojas de D. Graellsi Glls. pin faja supra humeral, y creó su alternntum so-
bre ejemplares típicos de la misma, todos ellos recibidos de Graells, á los
que hay que considerar como tipos: conservo por ello el nombre de Graellsi
psara la especie y me limito á admitir el áQlongipenneChQvr. parala sub-
especie ó raza ya citada para la cual Ganglbauer impuso el de v. Obertiiuri.
Y no me es posible conservar los otros á título de variedades en espe-
cie cuyos individuos toman caracteres de coloración indistintamente de
las que pudieran considerarse como tales; así he visto Graellsi de patas
negras en que la faja supra-humeral es agrisada y tan ancha que se une á
las humeral y dorsal, Graellsi de patas negras sin faja supra humeral,
como Segovianum Chevr., pero con toda suerte de pasos de unión de unas
á otras sin ningún carácter orgánico que acompañe á estas modificaciones
en la coloración: la var. ovale está constituida por las 99 desprovistas de
pubescencia, y no he podido ver (^'q;' de ella.
Establezco las dos sub-especies para marcar los límites dentro de los
que varía la especie, la mayor ó menor extensión de los tubérculos, la es-
tría de la costilla protorácica, generalmente nula, aparte de que la fuerte
impresión de la base y la costilla frontal son tan sujetas á modificaciones
individuales que sobre ellas, en el D. Graellsi, no es posible establecer
caracteres; yo expresaría la idea de que en su evolución el D Graellsi no
había encontrado los caracteres definitivos, que fluctúa entre varios y que
la exagerí^ción de las callosidades protorácicas que le distinguen de todas
las españolas parece ser la predominante con los casos de regresión indi-
viduales de callosidades más moderadas que tienden al tipo corriente de
los afines hispanicum, Dejeani, Ghiliani, etc.
3 (2) Élitrcs con algunos espacios lisos costiformes long-itu-
dinales. D. hispanicum Muís.
(Aberraciones con callosidades protorácicas exageradas, parecen á pri-
mera vista D. Graellsi sub-especie cinereum, pero distintas de él por tener
aún en algún ejemplar de costillas apenas pronunciadas y pubescencia
blanca casi completa, las corditas negras erizadas en los húmeros y parte
DE HISTORIA NATURAL. 83
anterior de los élitros que faltan en (?raeZ/si cuya pubescencia es más corta
y sentada, además de los costados desprovistos de pubescencia, cosa que
no ocurre en éste.)
4 (1) Bandas pubescentes protorácicas unicolores ó bicolo-
res, sin callosidades, ó cuando éstas existen, peque-
ñas, poco pronunciadas, sin cubrir todo el espacio
desnudo de pubescencia.
5 (16) Élitros con espacios lisos long-itudinales, más ó menos
costiformes, desprovistos de pubescencia.
6 (11) Protórax con bandas pubescentes unicolores, blancas,
á ambos lados de la costilla.
7 (10) Sutura de los élitros pubescente, de color blanco.
8 (9) Cabeza provista de una costilla lisa, más ó menos ele-
vada, visible en toda su extensión desde el vértice al
epístoma, y fuertemente surcada.
Patas y antenas neg-ras, pasando al tono rojizo; élitros más
ó menos pubescentes, con espacios lisos pelados más ó menos
costiformes y en número variable, afternando estas costillas
con las fajas pubescentes blancas ó bicolores (blancas y pardo
rojizas); en las partes desprovistas de pubescencia, sentada,
blanca, que parecen desnudas por verse los teg-umentos ne-
gros, existen unas cerditas rígidas, erizadas, neg-ras ó rojizo
obscuras, difícilmente perceptibles, y algo más densas en la
reg-ión humeral y tercio anterior de los élitros.
En la forma típica hay una costilla lisa, paralela á la sutura
blanca, otra costilla supra humeral que, naciendo cerca del
húmero, viene á unirse á la primera en elcuarto posterior del
élitro, siendo paralela á la tercera ó humeral , de suerte que
resulta el élitro, además de las fajas pubescentes blancas, su-
tural y marg"inal con otras dos pubescentes, blancas también,
de las cuales una naciendo en la base concluye en la unión de
la primera costilla con la supra-humeral y la otra es sólo visi-
ble en el tercio posterior del élitro por fundirse cerca de los
húmeros las costillas supra-humeral y humeral y ocupar la
pubescencia sólo el fondo de los surcos. D. hispanicum Mis.
• Sin. B. nigroUneatum Chevr.
Loe. Navacerrada, Peñalara, Reventón, Robreg-ordo; altitud
2.000 á 1.500 m.
Ocurre muy frecuentemente que las costillas se obliteran por ser anchas
y poco salientes ó se adelgazan hasta formar verdaderas aristas, y ello
84 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
trae modificaciones en la pubescencia que ocupa menos ó más espacio
hasta invadir toda la parte visible del élitro (pues en los costados los te-
gumentos son desnudos) ; y ocurre también que la pubescencia blanca se
transforma en gris ó pardo rojiza, comenzando por la segunda faja en el
centro del élitro, extendiéndose esta coloración á la tercera y conservando
el color blanco en la sutura y margen , con lo que resultan los élitros tri-
colores.
No admito variedades por no tener éstas límites fijos, aunque la especie
sea en extremo variable y toque en algunos casos en la sub-especie cine-
reum del D. Graellsi cuando se presentan en algunos individuos callosida-
des protorácicas exageradas conjuntamente con una gran invasión de la
pubescencia blanca; mas, en este caso, las patas negras y las cerditas de
la base de los élitros la distinguen.
La var. encaustum está formada sobre ejemplares QQ en que falta la
pubescencia blanca sin conservar más que las cerditas rígidas erizadas
negras.
9 (8) Cabeza simplemente estriada en el lug-ar de la costilla
long-itudinal.
Especie muy afine á la anterior de la que se disting'ue ade-
más por la falta de cerditas ríg-idas en el tercio anterior de los
élitros, por su tamaño g-eneralmente menor y por la pubescen-
cia menos densa. Sufre las mismas modificaciones en cuanto á
la disposición y número de costillas y fajas vellosas, asimismo
blancas y más ó menos anastomosadas; no he visto ejemplares
de patas rojas, pero no creo difícil existan por ser caso muy
frecuente en las especies españolas. D. albicans Chevr.
Sin. ReinosíB Bris.
Loe. Reinosa.
10 (7) Sutura de los élitros lisa, desprovista de pubescencia.
Patas y antenas neg'ras. Élitros sin costillas ni más eleva-
ciones que la sutura lisa y desprovista de pubescencia y el
reborde marg-inal que la tiene blanca, muy raras veces con el
comienzo vag-amente indicado de una costilla supra-humeral
como en Perezi; con una corta y clara pubescencia negra ú
obscuro rojiza muy fina y erizada y con dos manchas blancas
que, sin lleg-ar á la base, se corren á lo larg-o de la elevación
sutural hasta el fin de los élitros, donde se unen con el mar-
g-en y que recuerdan á la del Perezi y con la terminación en
el cuarto posterior de aquéllos de una faja humeral blanca
borrada en su parte anterior. D. Laufferi Esc.
Loe. Cercedilla,
DE HISTORIA NATURAL. 85
Especie que sirve de transición entre D. Mspanicum y D. GM-
liani, como ocurre por su distribución g-eog-ráfica (el Mspanicíim
no baja de Navacerrada y el GJiüiani está en El Escorial, ocu-
pando la presente la región intermedia).
Distinto de hispanicum por la falta de costilla entera en la
cabeza y de callosidades protorácicas, así como por la pubes-
cencia de las fajas protorácicas, menos densa, además de la
sutura ancha y desnuda; distinto del Ghiliani por no tener la
pubescencia de las fajas protorácicas bicolor y por la falta de
la costilla supra humeral que delimita en Ghiliani dos zonas
en la pubescencia, blanca la interna y pardo rojiza ó g-ris
sucio la externa.
11 (6) Protórax con bandas pubescentes bicolores, línea fina
blanca flanqueando á la costilla media y ancha banda
adyacente color g-ris sucio ó pardo rojizo.
12 (15) Protórax sin callosidades lisas,
13(14) Sutura de los élitros lisa, ancha, desprovista de pu-
bescencia y con una costilla supra humeral lisa des-
nuda á más del espacio infra humeral pelado.
Patas y antenas negras pasando al tono rojizo; élitros trico-
lores con la sutura lisa pelada y brillante como la costilla
supra humeral que, naciendo cerca del húmero, corre acer-
cándose á la sutura sin unirse á ella, con una faja pubescente
blanca además de la marg'inal, flanqueando á la sutura lisa y
ocupando el espacio comprendido entre éstas y la costilla
supra humeral, y con otra faja de color g-ris sucio ó pardo
rojizo desde dicha costilla hasta la parte redoblada del élitro
(espacio infra humeral), que está pelado en dicha zona, como
ocurre en his'panicum, albicans, Laiiferi,:y alg-o menos en iTisi-
diosmny Pere2i\ la costilla supra humeral puede ser más ó me-
nos larg-a y pronunciada. D. Ghiliani Chevr.
Sin. Reichei Chevr.
Loe. El Escorial.
14 (13) Sutura de los élitros pubescente y sin costillas ni
más espacios lisos que el infra humeral, pues los in-
dicios de la costilla supra humeral están cubiertos
por la pubescencia.
Patas y antenas neg-ras pasando al tono rojizo, cabeza con
costilla sólo indicada en el occipucio y finamente surcada
hasta el epístoma.
m boletín de la sociedad española
Élitros además de las fajas pubescentes blancas sutural y
marg-inal, con una mancha irreg-ular frecuentemente fundida
con la sutural y ocupando el medio del élitro sin lleg-ar á la
base ni al fin de él, y con otra pequeña lineal en la conclu-
sión del mismo que se acentúa á veces prolong-ándose hacia
el húmero sin lleg-ar á él, es decir, con faja humeral borrada
en su nacimiento; con el fondo del élitro totalmente pubes-
cente, de color pardo obscuro ó pardo rojizo aterciopelado,
menos en la reg-ión infra-humeral que está desnuda.
Frecuentemente la mancha del medio del élitro y la parte
que subsiste de la humeral, pasan del color blanco al g-ris
rojizo, ya en parte ya en su totalidad, en ejemplares mal con-
servados. D. Perezi Glls.
Loe. El Escorial.
La var. anthracinum Chevr., está constituida por ejemplares Q Q con
los tegumentos negros al descubierto, desprovistos de pubescencia ó á lo
sumo con las cerditas negras erizadas del fondo; no conozco ^f of.
15 (12) Protórax con dos callosidades pequeñas oblong-as y
lisas y sutura de los élitros estrecha, pubescente,
blanca; con un espacio infra-humeral liso despro-
visto de pubescencia.
Patas y antenas rojizas con pubescencia caediza g-ris. Ca-
beza provista de una costilla lisa visible en toda su long-itud
desde el vértice al epístoma (aunque más ancha en la reg-ión
occipital), finamente surcada y ñanqueada por una ancha faja
pubescente pardo rojiza y otra adyacente externa de color
g-ris, habiendo además y en la reg-ión frontal solamente, una
pequeña lista blanca interpolada entre la costilla lisa y la faja
ancha pardo rojiza.
Protór^x lig-eramente más ancho que larg-o en el cf y nota-
blemente más en la Q, con una costilla lisa long-itudinal en-
tera y saliente finamente surcada y ñanqueada de dos fajas
pubescentes bicolores (blanca la interna, que es lineal, y pardo
ó pardo rojiza la externa, que es ancha), con dos espacios ad-
yacentes desprovistos de pubescencia desde la base al borde
anterior del órg-ano, que en dicha zona aparece fuertemente
reticulado, menos en dos callosidades lisas, brillantes y oblon-
g-as, poco elevadas, que no pasan del medio de la banda des-
nuda; y con otras dos fajas pubescentes grises menos densas
DE HISTORIA NATURAL. 8T
-cubriendo los tubérculos laterales que son poco pronun-
ciados.
Élitros alg-o más de dos veces más largos que anchos, cubier-
tos de una pubescencia pardo obscura aterciopelada, excepto
en dos estrechas fajas laterales infra-liumerales desnudas como
en D. Perezi: con la faja sutural pubescente blanca así como
la marg-inal entera; con una faja humeral blanca descom-
puesta en lúnulas en el ^f y entera en la Q, visible desde el
húmero hasta el final del élitro; y con otra faja dorsal asimismo
blanca, estrecha, lineal, equidistante de la sutural y humeral
y que indicada sólo en su nacimiento en el c/, se prolong-a en
la Q hasta el tercio posterior del élitro, existiendo además en
la 9 un espacio muy estrecho liso costiforme supra-humeral y
que más indica una aberración individual.
Ofrece el aspecto de D. Martinedv. PaiiieU, del que se dis-
ting-ue por las fajas longitudinales peladas del protórax, por
las pubescentes bicolores, que son como en Pereii en dicho ór-
gano, además de tener las bandas de los élitros lisas, desnudas
en la regióninfra-humeral que nunca existen en Martinezi.
D. insidiosum sp. n.
Loe. Cuenca; procedencia incierta; 1 cf 1 Q en mi colección.
16 (5) Élitros totalmente pubescentes.
Patas y antenas negras, cabeza con costilla sólo indicada en
el vértice y finamente surcada hasta el epístoma. Protórax con
pubescencia bicolor como en la especie anterior flanqueando
á la costilla media, que es lisa, saliente, entera y fuertemente
surcada y dos espacios desnudos adyacentes á las fajas vellosas,
fuertemente reticulados con pequeñas callosidades oblongas
poco pronunciadas, casi nulas en algún ejemplar.
Élitros además de las fajas pubescentes blancas sutural y
marginal, con otra también blanca humeral más ancha hacia
el fin del élitro que en la base, donde algunas veces se bo-
rra; y con otra supra-humeral más ó menos larga y ancha
que corre paralela á la humeral copiando á la del Grraellsi,
solamente que es blanca aquí y siendo nula raramente:
con el fondo totalmente pubescente de color pardo obscuro
aterciopelado , sin espacio alguno desprovisto de pubes-
cencia.
Fácilmente confundible con el Grraellsi por la disposición de
ias fajas vellosas de los élitros, pero bien distinto por las fajas
?8 boletín de la sociedad española
pubescentes bicolores del protórax (1) y las callosidades pe-
queñas. D. Dejeani Chevr.
Loe. Sierra de Béjar, Gredos.
Repartido en las colecciones con el nombre de alternattim.
Notas críticas sobre el género Dorcadion Dalm.
POR
D. JOKGE LAUFFER.
Desde liace algún tiempo, son objeto de mi estudio predi-
lecto las especies españolas de Dorcadion, g-énero muy intere-
sante, pero que á causa de la g-ran variedad á veces dentro de
la misma especie y de la g-ran afinidad que existe entre espe-
cies distintas ofrece serias dificultades aun para el entomólogo
más versado en la materia.
Comprendiendo que sólo disponiendo de un material abun-
dante se podrían resolver las dudas acerca del valor de algu-
nas especies, cuyos autores desgraciadamente ya no están
entre los vivos, he explorado distintas localidades de la sierra
de Guadarrama én busca de representantes del género en
cuestión y no en balde, puesto que tuve la suerte de encontrar
buen número de ejemplares, perteneciendo muchos de ellos á
formas y variedades de las tan discutidas especies descrita»
por Chevrolat.
Esto, unido al material recogido en diferentes partes de la
Península que varios de nuestros consocios se han servido en-
treg'arme, permite formar una opinión más concreta acerca de
las referidas especies y hasta la descripción de otras nuevas.
Como nuestro consocio, mi particular amigo Sr. Martínez
Escalera > me habla enterado hace poco de su propósito de
publicar un cuadro sinóptico de los Dorcadion españoles, me
apresuro á dar á conocer las siguientes especies y varieda-
des para que las incluya en su trabajo, el que, hecho por un
entomólogo tan inteligente, ha de estar necesariamente bien
pensado y seguramente facilitará mucho el estudio del género.
(1) La faja lineal blanca, adyacente á la costilla protorácica, que caracteriza á
DD. Dejeani, Pereú, insidiosum y Gfíiüani siendo muy fina, es menester apreciarla en
ejemplares frescos.
DE HISTORIA NATURAL. 89
Réstame dar las gracias á los Sres. Bolívar, Becerra, Uha-
g-ón y R. P. Navas (S. J.), quienes, bien sea por haberme pro-
porcionado especies, bien por sus valiosos consejos, me ayu-
daron mucho en este trabajo y muy particularmente á D, Fran-
cisco de P. Martínez y Sáez, el que con la amabilidad que
tanto le disting-ue, puso su rica colección á mi disposición.
Dorcadion vallisoletanum nov. spec.
Oblongum, nigrum, griseo-olivaceo-tomentosum. Capite
antice sulcato, profunde inaequaliter punctato, interstitiis
punctulatis; vértice thoraceque fortiter atque reticulatim pun-
ctatis, spina laterali prothoracis acuta; elytris subquadratis,
(in Q latioribus) leviter convexis, modice punctatis; abdomine
breviter cinéreo vestito; antennis pedibusque nigris, ferru-
^ineo-pubescentibus. — cf' Long". 13,5, Lat, 5,2. Q Long*. 16,2,
Lat. 6,7 mm.
Patria: Valladolid. Collect. Pérez Arcas, Martínez Escalera.
Afin al B. Spinola Dalm., del que se distingue además de
la pubescencia, por su forma proporcionalmente más corta,
más ancha y casi paralela, sobre todo en la 9 en la que los
élitros (que en su parte media tienen 6,7 mm. de ancho por
10,5 de largo, en el cT 5,2 por 9 de larg'o), se estrechan poco
hacia el final, lo que da al insecto un aspecto extraño, alg-o
parecido al de los lUonohammus.
La pubescencia gris verdosa de la cabeza, protórax y élitros
es fina y muy caediza, como lo demuestran las 9 9 que he po-
dido examinar, que la han perdido casi por completo. Las an-
tenas y patas son neg'ras con pubescencia rojiza poco densa.
Aun admitido el caso, que no creo imposible, de tener el
D. Spinolíp Qxy estado sumamente fresco, un tomento pareci-
do, había motivo para mantener la nueva especie que por su
forma difiere notablemente de aquélla.
Dorcadion Escalerae n. sp.
Oblongo-ovatum, nigrum, nitidum, nudum; corpore subtus
leviter ferrugineo pubescente punctato; vértice thoraceque for-
titer rugoso-cicatricosis; prothorace transverso, medio haud
€ostatü, spina laterali subacuta; elytris brevibus, convexis,
dilatatis, haud dense punctatis.— Long-. 10-13, Lat. 4-5 mm.
Patria. Monte Cauno, P. Navas, S. J. colleg-it.
Afin al D. Spinolm Dalm. (D. Mulsa7iíi Bñs.), del cual di-
90 boletín de la sociedad española
fiere en que es mucho más pequeño (c/ c/ 10 mm. de long-. por
4 de ancho, Q 2 13 por 5,3), en proporción más corta y más an-
cha aún en loS(f(f, recordando los pequeños ejemplares del
B. Marmoiiani E&cal. La puntuación en la parte media del pro-
noto, es sumamente g-ruesa y desig-ual, dejando muchas veces
g-randes intervalos rugosos, más ó menos lisos en su super-
ficie; la de los élitros suele ser menos densa y g-ruesa que en
el D. SpínoI(F Dalm.
No creo que el color rojizo de las patas y antenas que pre-
sentan la mayor parte de mis ejemplares deba tomarse por
carácter, pues lo atribuyo á que los insectos eran ya viejos-
cuando se cog"ieron.
Dorcadion Becerrae nov. sp.
Elong-atum, nigrum, supra murino-vel ochraceo-tomen-
tosum, infra cinereo-pubescens; antennis pedibusque ferrug-i-
neis; capite convexo , costa long-itudinali antice augusta , pos-
tice latiere, g-labra et uitida, medio sulcata, utrinque albo-
lineata; prothorace transverso, haud g-rosse impresso punctato,
subtiliter reticulato, costa longitudinali elevata, nítida, haud
vel leviter sulcata, lineis quatuor albidis; supra tuberculum
spinosum área minutissima g-labra, plus minusve distincta;
in singulig elytris fasciis quatuor albidis: suturali, marg-inali,
humeralique latiore et cum marg-inali antice et postice con-
juncta, integris, quarta ad basim inter suturalem et humera-
lem breve.— Long-. 10,5—13, Lat. 4—5,2 mm.
Patria: Soria. Becerra, coUegit.
Cuerpo prolong-ado, neg-ro, revestido en la parte superior de
pubescencia pardo-rojiza, corta, casi pulverulenta, y de otra
menos densa pero más larga y resistente en la parte inferior.
Cabeza con pubescencia blanquecina y una costilla lisa,
finamente asurcada, la que ancha y brillante en el vértice,
se estrecha repentinamente en la depresión interantenal, y
está ñanqueada por dos líneas blancas, que empezando en el
vértice pasan por encima de la frente.
Protórax con costilla long-itudinal entera, lisa y saliente,
sin ó con un ligero surco y con una faja blanca, mediana-
mente ancha á uno y otro lado, y otra del mismo color más
estrecha é incompleta encima del tubérculo lateral. El espacio
entre las dos fajas está ocupado por una ancha banda pardo-
DE HISTORIA NATURAL. 91
rojiza, en cuya parte media hay una pequeña callosidad re-
donda, más ó menos lisa, brillante y muy poco saliente. Pero
esta callosidad no es un carácter constante, puesto que en
alg-unos ejemplares no existe, siendo completa la banda de
color. Los tubérculos laterales poco ag-udos pero bien pronun-
ciados, y la parte por debajo de ellos con lig-era pubescencia
leonada.
Élitros casi paralelos, con fajas blancas sutural y marg-inal,
estrechas, reuniéndose ésta en la base y en el ápice con la pri-
mera que es más ancha; además hay una corta línea basilar
del mismo color y equidistante de aquéllas, que en alg^u-
nas 9 9 se prolong-a hasta más allá de la mitad del élitro.
Antenas y patas con excepción de los tarsos, que son un poco
más obscuros, rojas, finamente pubescentes así como la parte
abdominal. Solamente en las coxas aparece esta pubescencia
blanquecina más densa y larg'a.
Esta especie pertenece al gTupo cuyo tipo representa el
D. Martinezi Pérez, al que sin embarg-o se parece poco y del
que se distingue, abstracción hecha del color, por su tamaño
mucho menor, (los ^ cf g'raudes sólo alcanzan 12,5, las Q9 13
milímetros contra 15 y 17 respectivamente en el D. Martinezi)
y por su forma casi paralela, las callosidades protorácicas
menos pronunciadas y el tomento corto, casi pulverulento.
Dorcadion Graéllsi Graélls var. Cazurroi n. var.
A forma typica differt: articulo primo antennarum pedibus-
que rufis, pictura corporis elytrorumque autem dissimilis fas-
ciis albidis latioribus, staturaplerumque validiore. Long-. 11 —
15,5. Lat. 3,7 — 5,5 mm.
Patria: Cercedilla reg-ione montana inferiore. Lauffer col-
leg-it.
Esta variedad de caracteres constantes en la reg'ión en que
se encuentra, se disting-ue de la forma típica por el color rojo
de las patas y del primer artejo de las antenas (los tarsos y ar-
tejos restantes más obscuros), siendo estas partes completa-
mente neg-ras en el GraeJJsi.
En la variedad el dibujo blanco no suele ser de un color tan
puro, sino g-eneralmente amarillento; y tanto las líneas y fajas
blancas como la interhumeral leonada son más anchas. En
casi todos mis ejemplares, la faja humeral es entera y la línea
92 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
basilar se prolonga alguna vez hasta cerca del ápice del élitro.
El tamaño del insecto es el mismo ó mayor que el del tipo.
En resumen, se puede decir que el Cazurroi es la única forma
que, aparte las diferencias antes indicadas, presenta por com-
pleto el aspecto del D. alternatum Chevr., ó sea del verdadero
D. GfraeUsi Graélls.
Se encuentra en los alrededores de Cercedilla, en la parte
baja y bastante lejos del Puerto de Navacerrada.
Dorcadion Graéllsi Graélls var. cinereum n. var.
A forma Oberthüri Gg-lb. próxima sed elytris omnino ci-
ñereis, fasciis, excepta liumerali, parum distinctis; pronoto
€osta media lateralibusque valde elevatis. Long. 11 — 14.
Lat. 3,5—5 mm.
Patria: Somosierra. Lauífer collegit.
Por sus élitros aplanados, más largos y proporcioiíalmente
más estrechos en la base, es poco parecida al Graellsi típico, y
más próximo á la var. Oberthüri.
El bonito tomento pardo-rojizo con reflejos dorados de esta
última forma está sustituido en el dnerenm por otro de color
blanco agrisado (pero más corto y caedizo). Dicha coloración
€S causa de que no siempre se distingan bien las líneas y fajas
blancas que en los élitros se componen de: sutural, humeral y
marginal enteras, y línea basilar corta, que á veces se pro-
longa hasta cerca del ápice. La pubescencia del abdomen es
blanquecina ó leonada. Las antenas y patas rojas como en el
Oberthüri y Cazurroi. De las tres costillas lisas protorácicas, la
del medio es muy saliente y convexa, y las dos laterales an-
chas, muchas veces enteras y separadas de la mediana por un
surco siempre profundo.
En las hembras varía el color del tomento, lleg-ando en al-
g-unos ejemplares al pardo-rojizo; entonces (y sobre todo com-
parando las hembras de la misma talla) el parecido entre el
cinereum y el Becerree viene á ser sorprendente, tanto que
sería algo difícil distinguirlos si no fuera por las diferencias
del pronoto.
Dorcadion hispanicum Muís (^y Opuse, ii, p. 48, 1853; Q Chevr.,
Berl. Ent. Z., 1862, p. 339).
De esta especie, cuya área geográfica comprende la parte
DE HISTORIA NATURAL 9:?
Nordeste de la Sierra de Guadarrama, desde el Puerto de Na-
vacerrada hasta Somosierra y quizás más allá, he podido ob-
servar las tres razas sig-uientes: 1/, la de Penal ara, la más
pequeña, normal, g-eneralmente ejemplares de 9,5-12,5 mm.:
2/, la del Puerto de Naracerrada, Reventón, Lozoya, muy
robusta, con dibujo bien pronunciado y que presenta con fre-
cuencia hermosos ejemplares de 16,5 mm. de largo por 6 de
ancho, y 3/, la de Rohregordo, Somosierra, etc., también g-ran-
de, pero muy esbelta, de élitros larg-os, brillantes, rara vez
rug-osos, y que en los c^c/" se ensanchan poco hacia la mitad,
lo que da al cuerpo una forma cónica prolong-ada. Muchos
ejemplares de esta raza ofrecen en el pronoto una lig-era ana-
logía con el D. Graellsí \)Oit el tamaño de las costillas laterales
y el surco bastante profundo que las separa de las del medio.
En las otras dos razas las costillas laterales suelen ser menos
pronunciadas, y á veces faltan del todo.
La variación en la forma del dibujo blanco de los élitros está
mencionada ya por el eminente entomólog-o Sr. Gang-lbauer
en SU.& Bestwwinuffs- TadeUen der Ceram'bycideii y consiste en
que al lado de la faja dorsal se presenta otra externa, estrecha
y abreviada en los dos extremos, y una humeral (como conti-
nuación de la apical) que atenuándose llega hasta la base.
En algunos casos las tajas se ensanchan (var. nigrolinealwm
Chevr.); en otros hasta tal punto, que la pubescencia blanca
ag-risada cubre toda la parte superior del élitro, dejando libre
solamente una corta línea basilar intrahumeral y la zona lisa
supra-marginal.
La variedad Q encaustum Chevr. es totalmente negra, es
decir, carece de tomento blanco.
Dorcadion hispanicum var. erythropus n. var.
A forma typica antennis pedibusque rufis tantum diflfert.
Patria: Somosierra. Lauffer collegit.
Entre los ejemplares pertenecientes á la raza de Robregordo y
Somosierra cogidos por mí en aquella región hay tres 9$ con
las patas y el primer artejo de las antenas rojos y los demás
artejos y los tarsos más obscuros.
De muchas especies se encuentran ejemplares inmaturos en
los que el color normalmente negro de las antenas y patas tira
más ó menos al rojo; pero no se hallan en este caso las Q9 que
94 boletín de la. SOCIEDAD ESPAÑOLA
me han servido para la descripción de la nueva variedad^
puesto que han sido cog-idas en completo estado de desarrollo.
Dorcadion hispanicum Muís. var. brunneofasciatum n. var.
A forma typica differt: fascia dorsali tomentosa elytrorum
brunnea, fasciis albidis capite thoracequebrunneo variegatis.
Patria : Sierra de Guadarrama. Coll. Lauífer, Martínez
Saez, etc.
En esta variedad el tomento blanco de la faja ó fajas dorsa-
les de los élitros está en mayor ó menor extensión sustituido
por otro de color pardo-rojizo que, en este caso, suele mezclarse
también con el blanco del protórax y de la cabeza, quedando
siempre en la base de los élitros una línea blanca, más ó me-
nos corta.
He cog'ido bastantes ejemplares, todos bien desarrolla-
dos, de esta variedad, á la que pertenecen quizás también los
hallados en Peñalara por los disting'uidos entomólog-os v. Hey-
den, Baulny y Piochard de la Brúlerie, considerados por
ellos como formas híbridas. A ella se refiere sin duda el
ejemplar Q de la colección del Sr. R. Oberthür, de que nos
habla el Sr. Gang-lbauer en sus antes mencionadas ^^,9^. Tabe-
llen. El tener el ejemplar en cuestión un élitro lisiado ó abo-
llado, será probablemente debido á una causa extraña durante
el desarrollo del insecto y no á la supuesta hibridación, puesto
que entre tantos ejemplares cog-idos por mí, no se encuentra
este defecto en mayor proporción que entre los de la forma
típica.
Hallándose la nueva variedad también en sitios donde, como
por ejemplo, en el Puerto de Navacerrada, no vive en compa-
ñía del alternatum Chevr., no puede admitirse que se trate de
una form^ híbrida, de que todavía no he visto ejemplo en el
g-énero Dorcadion.
Dorcadion Perezi Graélls (An. Soc. entomol. de Fr. 1851 p. 24).
Pertenece por la existencia de un espacio liso supramarg-i-
nal en los élitros al mismo grupo que la especie anterior, y es
por su tomento bicolor y por el número y forma de las fajas
afin al D. Ghilianii Chevr.
El dibujo blanco de los élitros consiste en: fajas sutural y
marg-inal íntegras, dos dorsales y otra apical abreviadas. Las
fajas dorsales no suelen pasar del segundo tercio del élitro, y
DE HISTORIA NATURAL. 05
g-eneralmente anastomosadas con la sutural forman una sola
mancha que por la invasión del tomento obscuro en la parte
basilar de las dorsales, adquiere un dibujo en forma de ala-
barda. La apical se prolong-a alg'una vez por encima del áng-ulo
humeral hasta la base.
No he podido encontrar esta especie más que en los altos que
coronan el Escorial y siempre bastante tiempo después de
haber desaparecido la nieve.
Dorcadion Perezi Q var. anthracinum Chevr. (Bullet. de la
Soc. entomolog-. de Fr. 1870, p. 86.)
Esta variedad, á pesar de no ser pubescente, tiene, como las
variedades neg-ras del Mspaniciim, Laiifferi y GMlianii, una
débil pubescencia, sólo visible con la lente, y que se compone
de cortos pelos neg-ros y erizados. Es, como la de las especies
anteriores, bastante rara.
Aprovecho la ocasión para refutar en este lug-ar la creencia
de alg'unos entomólog-os que consideran las variedades no pu-
bescentes como formadas por ejemplares frotados; contra esta
creencia puedo citar el hecho de haber encontrado en mis fre-
cuentes excursiones á la sierra á principio de la temporada,
estas variedades en estado tan fresco que se descompusieron
al día sig-uiente, lo que no me sucedió nunca con ejemplares
cog-idos más tarde. Además, por muy frotado que esté un
ejemplar de las especies que nos ocupan, siempre quedarán
vestig-ios del tomento.
La verdadera causa de esta particularidad no se conoce aún;
quizás se deba á circunstancias especiales ocurridas durante
la transformación del animal.
Sabido es que la falta de tomento se observa sólo en las
hembras.
Dorcadion Perezi Graélls Q var. septemvittatum n. var.
A forma typica diífert: elytris fascia dorsali in lineas abbre-
viatas duas soluta, basi apiceque strig-a brevissima albida
ornatis, fascia humerali integ"ra.
Q Long\ 11,5. Lat. 4 mm.
Patria: Sierra de Guadarrama, Escorial. Lauffer coUeg-it.
Élitros con tomento color castaño-obscuro y con tres fajas y
cuatro líneas blancas. Aquéllas, que son: la sutural, la hume-
ral y la marginal, son completas, distinguiéndose las dos últi-
96 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
mas por su mayor anchura. Entre la sutural y la débil costilla
granulosa suprahumeral, á un milímetro de la base, hay dos
líneas bien separadas que no Ueg-an á la seg-unda mitad del
élitro; la tercera ó basilar es muy corta, y prolong-ada dividiría
las dos dorsales; la cuarta, también corta y paralela á la hu-
meral, empieza más arriba del ápice, y prolong-ada en la di-
rección que lleva, alcanzaría la dorsal externa.
Tuve la suerte de encontrar este ejemplar que en el dibujo
de los élitros difiere tanto de la forma típica que parece ente-
ramente perteneciente á otra especie; bastante motivo (á mi
modo de ver) para ser descrito como variedad.
Dorcadion Ghilianii Chevr. (Synon. D. Reichei Chevr.)
(Berl. Eatom. Zeitschr., 1862, p. 338 y 342.)
Muy afin al D. Perezi Graells. La descripción poco precisa
que nos dejó Chevrolat de esta especie, hace difícil reconocerla,
si como se ha de suponer, el insecto que se considera hoy
como el D. Ghilianii es la especie descrita por Chevrolat, quien
en la descripción hace caso omiso del tomento bicolor en la
cabeza, protórax y élitros que tienen todos los ejemplares de
la colección del Sr. Martínez Elscalera y de la mía. Sólo en la
descripción del D. Reichei habla Chevrolat de la sutura lisa,
elevada y neg-ra que es característica en la especie que tene-
mos por D. Ghilianii y en el Lanferi Escal. La faja humeral,
blanca y entera que según el mismo autor tiene la hembra
tipo, no está más que iniciada en los ejemplares que poseo,
destacándose en forma de una corta línea sobre el tomento
amarillo sucio del fondo.
Patria: Sierra de Guadarrama, Escorial, Las Navas. Colección
Escalera, P. Gabriel Strobl, Lauífer.
Dorc&dion Ghilianii Chevr. 9 var. ebeuinum n. v. (var. midwm
Strobl. i. 1.)
A forma typica corpore nudo, haud tomentoso disting'uenda.
Carece por completo de tomento, teniendo tan sólo una es-
pecie de pubescencia de pelitos cortos, aislados, negros y eri-
zados. En los ejemplares que he podido examinar, los élitros
son opacos, salvo la sutura, la costilla y el espacio supramar-
g-inal, que resultan más brillantes.
Se distingue de la var. encausium Chevr. por la falta de las
callosidades laterales protorácicas; y de la misma y de la var.
DE HISTORIA NATURAL. 97
snbpoUtimi Laaff. por la presencia de costillas brillantes en los
élitros. De la var. anthracímim Clievr. difiere en la puntuación
mucho más fuerte de la cabeza y del protórax. Colección
P. Gabriel Strobl, LauflFer. .
Dorcadion Laufferi Escal. (Anales Soc. Esp. de H. N. 1900.,
Act. p. 236.)
Afin al Perezi Graélls y Ghiliann Chevr. Es especie muy
bonita, que llama la atención por el contraste que forma
la pureza del tomento blanco con el neg-ro brillante del resto
desnudo de los élitros.
Como el Sr. Escalera dispuso de muy pocos ejemplares al
hacer la descripción, me permito, de acuerdo con él, comple-
tarla respecto á alg'unos caracteres.
Antenas gruesas y larg-as, lleg-ando con frecuencia en los ofcf
hasta la parte apical, en las QQ bastante más allá de la mitad
del élitro. Patas robustas.
Los ejemplares no frotados tienen en el vértice de la cabeza
dos líneas blancas que, perdiendo en intensidad, pasan por en-
cima de los alvéolos en que se insertan las antenas, lleg-ando
hasta el borde anterior del epístoma; entre estas líneas hay
otras dos más estrechas del mismo color que g-uarnecen el fino
surco frontal. Protórax g-rueso y rugosamente punteado, con
una línea blanca á uno y otro lado de la costilla lisa y otra
bastante débil é incompleta encima de los tubérculos laterales.
El espacio entre estas líneas ó listas está g-eneralmente des-
provisto de tomento.
Uno de los caracteres más notables de esta especie y del
D. GhíHanii es la sutura neg'ra, lisa y brillante, de los élitros.
El número de las fajas blancas es ig-ual que en el D. Perezi;
son: una sutural y marg-inalínteg-ras, dos dorsales más larg-as
que en aquella especie y una corta apical como vestig-io de la
humeral.
Las dorsales están en los d'c^ casi siempre completamente
anastomosadas con la sutural; atenuadas hacia el final y
abreviadas en la base por una manchita cuneiforme de un to-
mento obscuro, forman una gran mancha ó faja alarg-ada, alg-o
parecida á un arpón. En las 9?, y sobre todo estando un poco
frotadas, se disting-ue á veces muy bien la separación entre
las fajas dorsales. Es más robusto, más convexo y más ovalado
N.»l. -Enero, 1901. 7
í»s boletín de la sociedad española
que el D. GhiUani, del que se distíng-ue, entre otras particula-
ridades, por la falta de las costillas desnudas y brillantes de
los élitros.
Long-. 10,5—17. Lat. 3,7—6,5 mm.
Patria: Sierra de Guadarrama, carretera de Navacerrada,
Oarg-anta del Espinar.
Dorcadion Laufferi Escal. 9 var. subpolitum n. var.
A forma typica corpore nudo tantum distincta.
Variedad desprovista de tomento que se disting-ue de la
var. encaiistiim Chevr. por la falta de las callosidades laterales
protorácicas; de la var. anthracmnm Chevr., además de su ma-
yor tamaño y antenas más gruesas, por la puntuación más
g-ruesa de la cabeza y del pronoto, y de la var. eheiiimim Lauff.
por la falta de las costillas algo brillantes de los élitros.
Patria: Sierra de Guadarrama, Garg-anta del Espinar, Lau-
ífer coU.
Dorcadion Spinolse Dalm. (in Sch. app, ad syn. p. 174)=
D. Mulsanti Bris. (An. Soc. Ent. de Fr., 1866, p. 420.)
Esta especie se extiende formando lig-eras variedades y razas
desde Reinosa, provincia de Santander, por la de Oviedo, la
de Zamora, hasta las fronteras de Portug-al en la de Salamanca
(Ciudad Rodrig-o, Las Hurdes), encontrándose también en la
de Burg-os. Los ejemplares recogidos en Las Hurdes por el se-
ñor Sanz de Dieg-o suelen tener los áng-ulos humerales salien-
tes, alg-o prolong-ados eu dirección al protórax y en este mismo
vestigios de una costilla longitudinal, lisa y brillante, visible-
mente asurcada en toda su extensión. Los de Burgos se distin-
guen por la brillantez de sus élitros.
Algujaas formas transitorias de las especies españolas
del género Drosera.
POR
D. MARCELO RIVAS MATEOS.
Cuando se analizan ejemplares de una misma especie reco-
gidos en distintas localidades, suelen encontrarse diferencias
que, si con frecuencia no son lo suficientemente notables para
instituir variedades, al menos nos dan clara idea de la diver-
sidad de formas locales y de las modificaciones que los indivi-
duos sufren por adaptación al medio luchando por la existencia.
DE HISTORIA NATURAL. 99
Para poder encontrar estas relaciones de las especies, pue-
den estudiarse un buen número de individuos que procediendo
de especies próximas sean, si es posible, de ig-ual y distinta
localidad; por lo reg*ular las condiciones de vida son diferentes
y por lo tanto los individuos al adaptarse modifican, en defen-
sa propia, su org-anización para poder proseg-uir la existencia.
En la inmensa mayoría de los g-éneros podemos observar el
cumplimiento del principio de la evolución org-ánica; la exis-
tencia de formas transitorias es quizá una de las pruebas más
decisivas de la inneg*able preponderancia de la energ-ía de
adaplació?i sohre la otra tendencia antag-ónica representada por
la herencia que, como es sabido, tiende al loantenimiento de
la especie. Aparte de la selección sexual natural y sólo tenien-
do en cuenta ese desequilibrio, insensible á veces, g-rande en
otras, entre las dos tendencias adaptación y conservación pre-
existentes en las formas vivas, podríamos explicar el por qué
de la existencia de esos individuos transitorios, que no vienen
á ser más que especies en vías de formación.
En la época presente el catálog-o de plantas faneróg-amas
y criptóg-amas ñbroso-vasculares de la Flora española está
muy adelantado, pues son muchos los valles y montañas
que han sido visitados por los aficionados á la ciencia lin-
neana y publicada después la lista de las especies encontradas
ó en libros especiales ó en nuestros Anales de la Sociedad Es-
pañola de Historia Natural. Es verdad que estos trabajos tie-
nen notoria importancia, pero la actual empresa que hay que
acometer es el estudio de las relaciones que tienen entre sí las
especies veg-etales y la org-anización de esos mismos seres para
que más tarde las g-eneraciones venideras de la humanidad
puedan ver la evolución en toda su majestuosa mag-nitud y
resolver otros problemas más gfrandiosos que hoy á nuestra
vista aparecen enig-máticos.
Me propong-o desarrollar en una serie de artículos todo lo
que de notable poseo en mi herbario español referente á for-
mas transitorias; en este primero expong-o las correspondientes
al g-énero Drosera, de cuyo g-rupo existen tres especies en
nuestra Flora: Drosera rotundifolia L., D. longi folia L. y
D. intermedia Hayn.
Drosera rotmidifolia L., sp. pl. 402.— Escapo recto, bastante
mas larg'o que las hojas; éstas que son radicales y forman una
100 boletín de la sociedad española
roseta, son de limbo orbicular con el marg-en y haz llenos de
pestañas g-landulosas; peciolo alg-o velloso por la parte supe-
rior y desprovisto de pelos g-landulosos. Flores en cima escor-
pioidea; sépalos lineares obtusos, más cortos que los pétalos
y conniventes durante la época de maduración del fruto; pé-
talos blancos; estig-ma acabezuelado, entero ó escotado y color
blanquecino; cápsula oblong-a, lisa, sin surcos y más larga
que el cáliz; semillas con arilo, finamente estriadas y alg-o
fusiformes. Fl. Mayo, Ag-osto.
Drosera longifolia L., sp, pl. 403. — Como la especie anterior
muestra el escapo recto y bastante más larg-o que las hojas;
hojas espatuladas, larg'as é insensiblemente adelg-azadas hacia
la base por lo que resultan algo cuneiformes; peciolo lampiño
ó escasamente pestañoso. Cáliz como en la especie anterior;
pétalos rosados; estig-ma mazudo y no escotado; cápsula obtu-
sa, alg'O angulosa y lisa; semillas poco arrugadas, con arilo y
forma ovoideo-oblongas. Fl. Julio, Agosto.
Drosera intermedia Hayn. in Schrad. Journ., 1801, p. 37. —
Escapo torcido en la base, recto en la terminación, apenas
más largo que las hojas; éstas son trasovado-cuneiformés con
el peciolo completamente lampiño. Sépalos muy obtusos y ex-
tendidos por el vértice cuando madura el fruto, pétalos blan-
cos; estig-ma escotado, plano y rojizo; cápsula piriforme y
asurcada; semillas tuberculosas, aovado-oblong-as. Fl. Julio,
Agosto.
Entre la D. rotundifolia y D. longifolia existe una multitud
de formas transitorias que las relaciona de un modo insensi-
ble; la paulatina y gradual modificación de las hojas y del
estigma, hace que sea difícil la exacta clasificación de algu-
nos ejemplares. No hay que olvidar que Schereider denomina
D. Totundifolia-anglica á una especie intermedia entre la
D. rotmidifolia y D. longifolia (D. anglica Huds.), ó sea la D. ol)o-
X)ata Mertens et Kochs, y que esta forma acompaña con alguna
frecuencia á la D. rotundifolia en la Sierra de Gredos, Pirineo
catalán y otras localidades montañosas. Las hojas de la D. ol)o-
vata M. et K., según los ejemplares que tenemos á la vista y
que proceden de Gredos, tienen una forma intermedia entre
la D. rotmidifolia y D. longifolia; el limbo es trasovado é in-
sensiblemente adelg-azado en la base; el peciolo es menos ve-
lloso que en la D. rotundifolia pero más que en la Z>. longifolia.
DE HISTORIA NATURAL. 101
Las relaciones de las dos especies se hace mucho más mani-
fiesta en las flores de los ejemplares que estamos estudiando,
y en efecto, la forma y long'itud de los sépalos tanto tienen de
común con una y otra especie , los pétalos son Mancos y algo
rosados en el margen; estig-ma en maza y escotado; caja ovoidea
y lisa. Como se ve, la B. obovata M. et K., es una forma genui-
namente intermedia, el anillo de transición entre la D. rotim-
difoHa y D. longifoUa; tiene como la primera los pétalos blan-
cos, sonrosados en el margen (D. longifoUa), estig-ma mazudo
(D. longifoUa), escotado {D. rotundifolia) . En fin, el aspecto
de esta planta, la forma, hasta en el detalle, se ve como una
combinación de las dos especies; esta es, pues, la razón qué
tienen alg-unos botánicos para no considerar como especie la
D. obovata M. et K., (D. rotundifolia-anglica Schid.) •' -^
La B. rotundifoUa^Q Sierra de Béjar (Salamanca, Avila, Cá-
ceres), tiene bastantes puntos de contacto con la B. interme-
dia Hayn.; pueden considerarse como caracteres esenciales de
esta última especie, la tortuosidad del escapo en la base, lo
muy obtusos que son los sépalos y que el estig-ma es plano y
escotado; pues bien, estos ejemplares de Sierra de Béjar y
sobre todo los recog-idos en el sitio denominado «Venerofrío»,
próximo al Tejadillo que da vista al Valle de Plasencia, tienen
el estigma plano aunque no escotado y los sépalos bastante
obtusos; las hojas son verdaderamente de B. rotundifolia. El
estig-ma de los g-enuinos ejemplares de B. rotundifolia no es
francamente mazudo sino con tendencia á formar maza, y
estos ejemplares que estudio lo tienen marcadamente plano y
sabido es que esta forma del estig-ma corresponde á la B. in-
termedia.
En turberas del Trampal, de la misma Sierra de Béjar, y á
una altitud próximamente de 1.900 m., se hallan rodalitos de
B. rotundifolia mezclados con B. longifoUa; el aspecto de aque-
llos ejemplares es tan distinto de todos los que poseo de otras
localidades, que la verdad, me hicieron dudar de si se trataba
de una especie nueva para la Flora española; bien pronto me
convencí de lo contrario al examinar detenidamente los ejem-
plares; pero lo que no deja de ser curioso y tener en mi con-
cepto mucha importancia, es que aquellas formas híbridas
(rotundifolia-longifoUa) tienen bastante parecido con la B. in-
termedia,. ñiQudiO así que esta especie no se encuentra en la
1^2 boletín de la sociedad española
Sierra de Béjar, ni teng-o noticia se haya encontrado en nin-
gún otro punto de la región central. Estos curiosísimos ejem-
plares no tienen el escapo recto en la base, sino algo curvo,
poco más largo que las hojas y los sépalos son 7)my obtusos; el
estigma es mazudo. Las hojas son poco distintas de la D. ro-
tundi folia y los pétalos y frutos como la D, longifolia.
Poseo algunos ejemplares de D. intermedia recogidos por mí
en las riberas del Miño, no muy lejos de Tuy (Galicia), donde
es muy abundante; por lo general son genuinos, pero en algu-
no de ellos se ve que el peciolo es algo pubescente y la forma
del limbo parecido al de la D. longifolia. Quizá por esta forma
del limbo y poca tortuosidad del escapo, el difunto profesor
D. Esteban Quet, separó en su herbario, que hoy se conserva
en la Facultad de Farmacia de esta Universidad de Barcelo-
na, unos ejemplares recogidos en las riberas del Miño, á los
que puso la siguiente etiqueta: iDrosera intermedia-longi folia.
Miño (Tuy). Julio 1884.»
, Para terminar, haré una somera indicación sobre unos ejem-
plares de D. longifolia recogidos por el Dr. D, Federico Tre-
mols en una de sus últimas excursiones al Pirineo Catalán;
dice la etiqueta: i<Drosera anglica Huds? var Nuria. Agos-
to, 1897.» En estos ejemplares no pueden estudiarse bien las
flores y por lo tanto transcribo íntegra la nota que dicho botá-
pico pone en el final de la etiqueta: «Pétalos de color rosa,
estigma marcadamente mazudo y entero.» Por la simple ins-
pección de dichos ejemplares, yo diría se trataba de la D. in-
iermedia Hayn, porque las hojas, escapo, inñorescencia, fruto
y semilla, son como las que presentan los típicos ejemplares
que tengo de esta especie, pero en la nota se dice que el es-
tigma es marcadamente mazudo y entero, y éste es un carác-
ter esenciallsimo de la D. anglica Huds. {D. longifolia L.).
Vemos aquí otra forma transitoria, otra especie en vía^s de
formación.
Polimorfismo de las hojas del Ricino
POR
D. EDUARDO REYES Y PROSPER.
El poliformismo de las hojas de una misma planta, aun
constriñéndose sólo á su morfología externa, ha sido objeto
de profundos y curiosos estudios.
DÉ HÍStORIA KATüRAt. ' 1158
Descartando los conocidos y notabilísimos casos en que las
hojas de la misma planta cambian sus formas y sus funciones,
por encontrarse en distinto medio, y prescindiendo también
de los cambios de forma observados en la proximidad de kis
cubiertas florales ó bien en la proximidad de la tierra, en las
hojas denominadas con impropiedad radicales, hay casos cu-
riosos de polimorfismo foliar, no comprendidos tampoco en
los fenómenos de filodización y filomorfosis. '
Citan los botánicos org-anóg-rafos el polimorfismo del Sym-
phoricarpus racemosus Michx., el de las hojas de la Broimo-
netia 2^wpyrifera Vent., y alg-unos otros más.
Convencido de que al estudiar cada teoría debemos hacer
observaciones propias, al par que repetir en lo posible las que
citan los autores, he procurado ver en bastantes plantas casos
de polimorfismo foliar.
El ricino (Ricimis communis L.), es planta anual en el clima
de Madrid y planta perenne en Valencia, y en los frondosos
ricinos que crecen cerca de la orilla del mar en los jardines
de alg'unas casas en el Cabañal, pude ver una diferencia de
formas de hojas en un mismo pie de planta que me ha pareci-
do curiosa.
En dichos ricinos desde lueg'o se advierte una forma, que
por lo repetida que se encuentra, podríamos llamar normal
ó común. Esta forma la represento en la fig-. A. Entre ella se
hallan intercaladas las formas que afectan las fig-uras B, C, D,
E, F, G y H. Todas ellas están alg-o esquematizadas en la re-
presentación.
Numerando los lóbulos de dichas hojas fig-uradas, veremos
que la más sencilla de las formas, la B, sólo tiene 6 lóbulos.
Duplicación del raquis núm. 1 de la forma B nos presenta
la fig". C que parece iniciar la forma común A. Más parecida
aún á la forma común es la representada en la fig*. Z?, donde
ya se manifiestan muy claramente los lóbulos 1 y 2.
Otra derivación de la forma sencilla B podemos observar en
la fig". E, en la que el lóbulo 4 de la forma B aparece dando
orig-en á dos rudimentos de lóbulos (4 y 5 de la fig-. E). El
lóbulo correspondiente al núm. 6 de la fig*. B vemos que tam-
bién se bifurca dando origen á otros dos lóbulos rudimenta-
rios (7 y 8 de la fig-. E).
Formas también procedentes del tipo B son las figuradas
^m
BOLETÍN DE LA SOClEÜAÍ) ESPAÑOLA
con las letras Fy G por duplicación de sus lóbulos 2 y 6. La
forma G se presenta
con más frecuencia que
lai^.
Por último, merece
particular mención la
forma H , que parece
derivarse de la forma
común A por bifurca-
ción del lóbulo 5 que
da orig-en á los lóbu-
los rudimentarios 5y6
de la fig-. H.
Vemos , pues , que
hay tendencias en di-
chos ricinos á que las
hojas teng-an 8 lóbulos,
pues todas las varian-
tes que se pueden de-
ducir de la forma sen-
cilla^, que por cierto
no es muy frecuente,
conducen á la forma
común A y ésta á su
vez á la ZT ó á la for-
ma G.
Todas las formas aquí
representadas se han
tomado del natural en
hojas completamente
adultas, y aunque sus
formas Comparativamente sean transición unas de otras, en
la planta las fig-uras descritas eran ya permanentes para cada
hoja.
boletín
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión del 6 de Febrero de 1901.
PRESIDENCIA DE D. FEDERICO OLORIZ.
Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior.
Asiste el limo. Sr. D. Ag-ustín Sarda, Director de la Escuela
Normal Central de maestros de Madrid.
Correspondencia. —El Secretario leyó una comunicación del
Bibliotecario de la Universidad de Toulouse anunciando el
envío de los Archives de Zuologíe expérhnentale et genérale co-
rrespondientes á los años 1892 á 1900, los cuales se lian reci-
bido en efecto, y al que debe corresponder nuestra Sociedad
remitiendo los tomos que completan la colección de nuestros
Anales que posee aquella Universidad.
Otra del Dr. Jules Richard, Director del Museo oceanog-ráfico
de Monaco, anunciando que están instaladas en dicho centro
todas las colecciones recog-idas en las campañas del Hirondelle
y de la Princesse-AIice, donde deberá dirig-irse la correspon-
dencia relativa al Museo ó á los trabajos científicos del Príncipe.
Admisiones. — Quedó admitido como socio D. César Sobrado
Maestro, de Madrid, presentado en la sesión anterior.
Presentaciones.— D. Vicente Pérez Cano, residente en Madrid,
calle Mayor, 59, presentado por D. Ang-el Cabrera Latorre; don
José Maxim. Correa de Barros, de San Martinho d'Anta, Sabro-
za, Portug-al, presentado por D. Jorge LauflFer; y el Instituto
de 2.* enseñanza de Guadalajara, que solicita fig-urar en la
lista de socios, á propuesta del catedrático de dicho estableci-
miento D. Salvador Prado y Sáinz.
N." 2 -Febrero, 1901. 8
106 boletín de la sociedad española
Fallecimientos. — Se participó el de D. Enrique Gómez Carras-
co, que pertenecía á la Sociedad desde 1886 y tomó parte ac-
tiva en sus trabajos durante larg-o tiempo. Era el finado Licen-
ciado en Ciencias naturales y entusiasta entomólog-o, y con-
tribuía con sus frecuentes excursiones á la exploración de la
fauna española. Su colección de coleópteros, muy numerosa
y perfectamente dispuesta y ordenada, encierra muchas es-
pecies interesantes y numerosos datos g"eog"ráficos que sería
conveniente recog-er.
Las excelentes prendas personales que adornaban al señor
Gómez Carrasco de todos eran conocidas, así como su asidui-
dad para el trabajo y su entusiasmo científico, que nunca des-
mayó aun en medio de las contrariedades de la vida que ag-o-
biaron por modo harto cruel á nuestro pobre amig-o. Sirva de
consuelo á su familia esta manifestación de duelo que la Su-
ciedad le envía.
Ig-ualmente se acordó constara en el acta el sentimiento con
que se había sabido el fallecimiento del socio de Zarag'oza,
D. Jacinto Marcos Zamora, de que se da cuenta en el acta de
aquella Sección.
Proposiciones. — Continuó la discusión pendiente sobre la pro-
posición hecha por el Sr. Martínez Escalera en la sesión ante-
rior referente á la conveniencia que en su concepto tendría
que nuestra Sociedad elevara á los Poderes públicos una ex-
posición pidiendo que la Historia Natural forme parte en
nuestro país de la enseñanza primaria.
El Sr. Bolívar presentó al Sr. Director de la Escuela Normal
de maestros de Madrid, D. Ag-ustín Sarda, á quien había supli-
cado nos honrase con su asistencia á esta sesión y nos diese
sus luces sobre la cuestión apuntada y respecto á la oportuni-
dad y forma de realizar aquel pensamiento. Invitado á hablar
por el Sr. Presidente, el Sr. Sarda, después de ag-radecer la
atención que se le había dispensado, expuso la historia del
asunto, su estado actual y las g-estiones que á su juicio podría
hacer con más provecho nuestra Sociedad, con el objeto in-
dicado.
La ley de Instrucción pública de 1857 disponía ya se diese
en las Escuelas primarias superiores enseñanza de Ag-ricul-
tiira, Industria ó Comercio, seg-ún las condiciones de cada
DE HISTORIA IÑATURAL. 107
localidad; pero faltando base científica á los maestros, en la
práctica resultó ineficaz el cumplimiento de tal disposición.
En las Escuelas Normales de Maestros se han enseñado siem-
pre la Física y la Historia natural; mas, por varias causas,
aparte los tiempos de Montesinos, en que brillaron en la Cen-
tral sabios como Massarnau, Rodríg-uez, el inolvidable D. Lu-
cas de Tornos y otros, y salvo honrosas excepciones, esas en-
^señanzas han sido muy deficientes.
En la Normal Central de Maestras se establecieron en 1881,
a\ reorg-anizarse dicha Escuela siendo ministro de Fomento el
Sr. Albareda, y con má'fe ó menos desarrollo han seguido sub-
sistiendo hasta hoy, pero sólo desde el curso último se han
establecido en las demás Escuelas Normales de Maestras.
En la actualidad se inicia un movimiento en favor de la
enseñanza científica de los maestros, que promete dar fruto
dentro de pocos años: según el Programa de G de Julio úl-
timo, decretado por el actual Ministro de Instrucción pública,
i?r. García Alix , se prescriben los estudios científicos para
maestros y maestras con aplicación á la Agricultura y á la
Higiene, debiendo darse estas enseñanzas desde el primer
curso y seguir en los cuatro restantes. En el Normal forman
un grupo independiente del de Letras, y se prescribe que
revistan un carácter esencialmente práctico; y así se hace ya
en dicha Central, donde se han instituido cursos especiales
á cargo de profesores también especiales que marchan muy
bien y que darán excelentes resultados. No procede, pues, so-
licitar se incluyan en los Programas clases de ciencias físicas
y naturales, puesto que esto -está ya decretado; á juicio del
Sr. Sarda, sería más útil la gestión de la Sociedad pidiendo de
los Poderes públicos se ampliaran los Programas de ciencias
en todas las escuelas de niños y de niñas, sea cualquiera su
€lase. Quizás también convendría solicitar se abriera un con-
curso para premiar los mejores Manuales sobre dichas cien-
CÍÜ.S con aplicación á la Hig-iene y á la Ag-ricultura, que se
presentasen; entendiéndose que estos libros no habían de des-
tinarse á servir de textos para los niños, á los que sólo se debe
enseñar con hechos, con experimentos, con ejemplares y con
■excursiones, sino destinados á la instrucción de los maestros.
Hicieron varias observaciones los Sres. Vázquez Figueroa.
Rodríguez Mourelo, Cerezo y Gredilla, que el Sr. Presidente
108 boletín de la sociedad española
resumió diciendo que, seg-ún la opinión dominante entre lo&
que habían tomado parte en la discusión , urg-ía dar conoci-
mientos sistemáticos de ciencias físicas y naturales en las Es-
cuelas elementales de nuestro país; pero que los pareceres se-
dividían en punto al modo de realizarlo; seg"ún unos, con
ayuda de libros, y sin este medio, seg"ún otros. Expuso des-
pués su opinión de que la Sociedad no debía limitarse á hacer
su exposición á los Poderes públicos en términos vag'os, sino
presentando un modelo de un cuestionario y una ó varias lec-
ciones con el carácter elemental y pedag-óg-ico que debieran
revestir los Manuales de que hablaba el Sr. Sarda, invitando á
todos los socios presentes que tuvieran para ello tiempo á traer
para la sesión próxima alg-ún trabajo en este sentido, y en
particular á los Sres. Rodríg-uez Mourelo, Cerezo, Gredilla y
Calderón, Finalmente, el Sr. Bolívar, se congratuló de haber
invitado al Sr. Sarda y propuso que, en recompensa á la aten-
ción que éste había tenido con la Sociedad, los socios que
hacen excursiones, recog-ieran en ellas objetos para formar
una colección española que sirviera para la enseñanza en la
Escuela Normal, de la que es Director el Sr. Sarda, proposición
que fué acog-ida con satisfacción por los socios , así como por
el Sr. Sarda que dio las g-racias á la Sociedad por un obsequio
que esperaba había de ser de gTan utilidad para la Escuela.
Comunicaciones verbales.— El Sr. Calderón dijo lo sig-uiente:
El gran ejemplar del meteorito de Quesa (Valencia), notable
hierro meteórico de que hemos tenido ocasión de ocuparnos el
Sr. Boscá y yo en esta Sociedad en notas anteriores (1), ha sido
vendido por su poseedor al Museo de Historia natural de Viena,
donde forma parte de tan importante colección.
Nosotros sólo pudimos disponer para su estudio de frag--
nientos inuy pequeños, en tanto que en Viena podrán com-
pletarle con mayores elementos. Nos ha parecido por eso inte-
resante transcribir la sig-uiente noticia del Profesor Cohén en
un trabajo recientemente aparecido (2):
(!) Boscá: El meteorito de Quesa {Valencia), Anal. Soc. esp. de Hist. nat., t. viii,
Actas, p;ig. 53; y Calderón, idem, pág. 217.
(2) VerzeicJmiss der Meteoriten in der Qreifswalder Sammlung am 1. Jamiar 1901^
p. 26.— Mitth. d. Natiirwissensch. Ver./. Neuvorpommern u. Rugen, 32 Jahrg.
DE HISTORIA NATURAL. l.<»
«Seg'ún comunicación particular del Sr. Profesor Berwerth,
las láminas anchas del meteorito de Quesa, se encuentran en
los límites de las octaedritas con láminas finas y las de las
medianas. En consideración á su contenido en Ni + Co debe
incluirse en el primer tipo.»
— El Sr. Cabrera Latorre manifestó que después de publica-
dos sus Estudios sobre una colección de monos americanos (1), y
al ocuparse en clasificar alg'unas de las pieles que sin montar
se conservan en el Museo de Ciencias naturales, habia hallado
alg-unas de éstas, pertenecientes á monos del viaje al Pacífico,
de cuya existencia no tenía conocimiento al redactar su tra-
bajo. Afortunadamente, son todas de especies ya en éste men-
cionadas y de las mismas localidades, de modo que sólo hay
que hacer alguna corrección en lo que se refiere al número
de ejemplares.
De Mycetes senicuJus hay dos pieles; -de Lagothrix P'ópyigii,
una de 9 adulta; de CeMs capucinus, tres; de Ha-paU jnjgmceay
una; de Midas QraeUsi, dos, y de M. lagonotus, otras dos.
Ning-una de ellas ofrece en su coloración particularidad
alg'una que merezca ser mencionada.
— El Sr. Secretario dio cuenta de las comunicaciones reci-
bidas, que son: Datos ¡jara ¡a fauna de ¡a provincia de Ciudad-
Real, por el Sr. de La Fuente; // castagno dal miocene a noi e le
sue presenti varietd colturali, por el Socio correspondiente
extranjero, Sr. Lodovico Piccioli; ambos trabajos pasaron á la
Comisión de publicación. Manifestó también haberse recibido
dos nuevas Notas geográfico-hotánicas de nuestro consocio,
Sr. Más y Guindall, complemento de las presentadas en la
sesión anterior y que se refieren á especies alcarreñas recogi-
das en diferentes puntos de la provincia de Guadalajara y en
las inmediaciones de Lérida y pueblos próximos á esta capital.
Entre las últimas figura el Carex filiformis, especie nueva
para la Flora española; descubrimiento importante ratificado
por nuestro Presidente Sr. Lázaro, y que acredita la importan-
cia de estas exploraciones locales y la necesidad y convenien-
cia de alentar á nuestros consocios á la investig-ación detenida
y minuciosa de nuestra Península. La Sociedad acogió con
(1) Anal, de la Soc. esp. de Hist nat., tomo xxix, pág. 65, 1900.
lio BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
satisfacción las Notas referidas y acordó pasaran á la Comi-
sión de Catálog-os para utilizar los numerosos datos que con-
tienen.
Secciones. — La de Sevilla celebró sesión el 27 de Enero de-
1901, bajo la presidencia del señor Marqués de San Gil, y en
ella tomó posesión la Junta nombrada en la sesión anterior,,
leyéndose las siguientes comunicaciones bibliográficas de don
Francisco de las Barras:
I. Uno de los libros más interesantes desde el punto de vista
de la historia de España en América, es el publicado recien-
temente en Sevilla por el disting*uido ing-eniero de Minas don
Manuel de la Puente y Olea con el título Los trabajos geográfi-
cos de la Casa de Contratación de Sevilla.
Aunque la índole de la obra no corresponde exactamente al
objeto de nuestra Sociedad, su importancia y la naturaleza de
alg-unos datos que contiene justifica el que se dé aquí una li-
gera noticia de aquélla.
Consta de tres partes. La primera se ocupa de la historia de
la Casa de Contratación de Sevilla y de las expediciones á des-
cubrir que en ella se org-anizaron, desde la de Juan de la Cosa
hasta el viaje de Mag-allanes.
La seg-unda, de g-ran interés histórico científico, contiene
datos tan importantes como el descubrimiento y estudio de la
corriente marina, conocida hoy con el nombre de Gíilf-Stream
por el piloto y cartóg-rafo de la Casa de Sevilla Andrés Morales,
en 1515, y como la invención de un aparato para determinar
las variaciones de la ag-uja mag-nética por el boticario sevillano
Felipe Guillen.
La tercera y última parte se ocupa del aumento de la
fauna y flora americana por los españoles, importando casi
todas las plantas que habían de ser en lo sucesivo fuentes del
enriquecimiento de aquellos países. Trata primero de la ñora,
estudiando por separado la introducción del trigo, arroz, le-
g-umbres y hortalizas; naranjos y limoneros, la vid, frutales
españoles, el olivo, la caña dulce, los plátanos, ñores, plantas
aromáticas, etc. Después trata de la fauna, ocupándose primero
de los animales de carg-a y trabajo, como el caballo y burro, y
lueg-o de los productores de carne y leche, como la vaca, cabra^
cerdo y oveja.
DE HISTORIA NATURAL. 111
Con las lig-eras indicaciones que quedan hechas y añadir, en
cuanto á la extensión del trabajo, que es un libro en folio de
451 pág-inas, basta para comprender la importancia de la obra
realizada por el Sr. de la Puente.
11. El disting-uido y activo botánico Mr. A. de Coincy, que
tanto ha contribuido al estudio de nuestra flora con numero-
sas excursiones y publicaciones, acaba de enriquecerla dando
á conocer alg"unas especies y variedades nuevas contenidas en
la nota núm. 11 de la serie que viene publicando con el título
Plantes nouvelles de ¡a flore tVEspagne, inserta en el Journal de
Botanique, t. xiv, correspondiente á 1900, núm. 4.
Se ocupa el trabajo de ocho plantas interesantes de nuestro
país, haciendo su crítica y describiendo las siguientes especies
y variedades nuevas: Centaurea Lagascm Nyn. var. Llorencis
Coincy. — Crepis lampsanoides Frol. var Gredensis Coincy.— Zi-
naria intricata Coincy. — Betónica Alopecurus L. var. Amoris
Coincy. — Globularia oscensis sp., vel var. Coincy.
En el mismo tomo del Joiiriial de Botaniquey con el núm. 6,
se inserta por el citado Mr. de Coinc}^ otra nota crítica, breve,
pero muy interesante, titulada L'Echimn Maritimum Willd,
esi-il une espéce?
Como conclusión de este trabajo y resultado del estudio de
los ejemplares recog^idos recientemente en Sierra Nevada, de-
duce que debe desaparecer la especie en cuestión, pasando á la
sinonimia del Fckiu?)i plantagiaeum L.
La Sección de Zaragoza celebró sesión el 30 de Enero de 1901
bajo la presidencia de B. Patricio Borobio, tomando en ella po-
sesión la junta directiva nombrada en la de Enero, ocupando
la presidencia D. Manuel Díaz de Arcaya.
Se hicieron las siguientes presentaciones de nuevos socios:
Numerarios. — D. Mariano Sánchez Bruil, catedrático de Agri-
cultura en el Instituto de seg-unda enseñanza de Zarag'oza, pre-
sentado por D. Juan Pablo Soler; D. Marceliano Isabal y don
José Esteban García Fraguas, presentados por D. Félix Gila y
Fidalgo.
Agregados. — D. José Sánchez Pérez, presentado por D. Juan
Pablo Soler.
El Sr. Jimeno leyó una nota referente á un autóg-rafo de don
Ig-nacio Jordán de Asso, cuyos clichés fotozincográficos pre-
112 boletín de la sociedad española
sentó, é hizo la sig-uiente comunicación sobre la electrólisis de
la potasa en una pared de Zarag-oza.
El día 20 de Enero de 1901 , me remitió el ing-eniero jefe de
la Compañía Electra Peral Zarag'ozana, Sr. (larnica, muestra
de una substancia pastosa y blanca que se había encontrado
junto á la acometida de la red g-eneral que penetra por la
fachada de la casa número 56 de la calle de Cerezo, advirtién-
dome que los operarios que recog-ieron el producto al hacer
una reparación, afirmaban que era luminoso, y que al caer á
la calle, mojada por la lluvia, desprendió luz.
La masa, por su aspecto, parecía un hidrato cáustico deli-
cuescente, acusaba reacción alcalina intensa, coloreaba la
llama con tinte violeta, apreciable á través de un vidrio azul
y al romperse las porciones más duras y consistentes del pro •
ducto, se advertían en el interior puntos y manchas de una
substancia grisácea que descomponía el ag-ua, inflamándose
el hidróg"eno.
Como mis sospechas podían tener fundamento en lo que
antecede, traté por ag-ua la materia sometida á ensayo, .y se
disolvió parcialmente, haciendo lo propio el residuo, mediante
lig-ero exceso de ácido clorhídrico.
Evaporadas distintas g-otas de las dos soluciones, después
de neutralizar la primera, dio con el cloruro platínico abun-
dantes octaedros y tetraedros amarillos de cloro-platinato po-
tásico, y la seg-unda, cristales de sulfato calcico en maclas y
flechas.
Son estas reacciones más que suficientes para comprender
que la substancia á que me refiero, era hidrato potásico for-
mado por electrólisis, y que esta misma acción, suficientemente
intensa y continuada, lleg-ó á separar potasio en estado metá-
lico, procediendo el yeso del material que revestía la fachada.
Ig'norando si tan sing-ular fenómeno se ha observado en
parte alg-una, me limito, por ahora, á dar cuenta de él.
haciendo constar que, por haber dispuesto el Sr. Garnica que
no se tocase la acometida en cuestión, pude cuatro días más
tarde, recoger nueva cantidad de producto, acumulado como
el primero, en las proximidades del alambre neg-ativo, corroído
en; sus envolventes.
El orig-en de la potasa hallada en tal sitio, es lo que me
resta por averig-uar, pero como se trata de un muro viejo y de
DE HlSTOlilA NATURAL. 113
una casa que por su aspecto debe contar más de dos sig-Ios,
situada en calle estrecha, húmeda y sombría, quizá los efectos
de una nitrificación revelen el proceso químico al analizar los
materiales que me he proporcionado.
El Sr. Üreg-orio y Rocasolano presentó una nota del Sr. Pau,
de Seg-orbe, ütuldd'd Plauias tenielanas recogidas por D. Anto-
nio Badal.
El Sr. Gila dio cuenta del fallecimiento del socio D. Jacinto
Marcos Zamora, acordándose constara en el acta el sentimiento
que causaba tan sensible pérdida, encarg-ando al Sr. Greg-orio
la redacción de una noticia necrológ-ica sobre el finado.
El Sr. Soler dio lectura á un resumen de todos los trabajos
llevados á cabo en los dos años que cuenta de existencia la
Sección, y que patentiza su floreciente estado.
Notas y comunicaciones.
Algunas especies raras, nuevas ó criticas de la Flora gallega
EL II. P. BALTASAR MERINO.
A.unque en otra ocasión, si los propósitos que abrig-amos se
cumplen, haremos una relación alg-o extensa de nuestros via-
jes de herborización por Galicia, especialmente de los verifi-
cados en el transcurso de 1900; iremos, desde lueg'o, por me-
dio de algunas notas, adelantando la noticia de las especies
raras, nuevas ó críticas que hemos tenido la buena fortuna de
encontrar. Y si alg-uien se extrañare de que aún quedan espe-
cies por descubrir, recuerde que no es, ni mucho menos, la
Flora española, entre las europeas, la mejor conocida (por
falta, sin duda, de suficiente número de cultivadores de la bo-
tánica sistemática), y que entre las varias reg"iones de nuestra
península quizás la g-alleg-a sea de las menos exploradas.
Y aquí paréceme oportuno consig-nar la autorizada opinión del
Sr. Pau, á cuyo ilustrado criterio he sometido g'ustoso todas
las especies g-alleg-as, que de a'g-ún modo se apartan y diferen-
cian de las ya conocidas en otras rcg-iones: díceme, pues, en la
última carta: «La flora g'alleg-aes difícil por tratarse casi siem-
lu boletín de la sociedad española
pre de especies escépticas, formas g-eográficas , pequeñas es-.
pedes, como ahora dicen. Es la única reg-ión española que pre-
senta mayor número de especies en vías de diferenciación.»
La reg-ión donde hemos log-rado penetrar el verano pasado,
estoy casi seg-uro que no ha sido pisada por ningnin botánico;
la multitud de especies raras, en su g-ran mayoría nuevas para
la Flora g-alleg-a, lo da bastante á entender. Además, existen
especies que por una causa ó por otra van ocupando cada día
habitación más restring'ida y se refug'ian en parajes más re-
cónditos. Y si esto sucede con varias de las ya conocidas, ¿cómo
neg-ar a priori que acontezca lo propio con otras aún no descu-
biertas y que quizás no lo han sido por esta misma razón?
Esto supuesto , hé aquí alg'unas de las que hemos recog-ido
y estudiado.
JPohjsüchnm rigidum DC. Encontrado al pie de la dehesa lla-
mada Rog-ueira, en lo más internado del Courel, á 1.100 m. so-
bre el mar. Nueva para la Flora g-alleg-a. A poca distancia vi-
mos el P. filix mas Rth., con cada seg-mento primario partido
en otros dos también primarios, pero de seg-undo orden; el
mismo fenómeno teratológ-ico hemos notado en alg-unos indi-
viduos del Asplenium filix femina Brnhd. M. P. Izoard lo ha
observado en el Scolojjendriiim ojicinah Sm.
Phalaris paradoxa L., v. irevis (v. n.). «Gracilior, thyrso ova-
to.» En los arenales de la playa de San Ciprián (Lug-o).
Arrheiíatherum elalius M. K. , v. y) Maristatuin (v. n.). «Pa-
lea floris fertilis inferiore long-a arista g-eniculata prsedita.»
En los campos de Lor, no lejos de Quirog-a (Lug-o).
Koeleria crassipes Lg-e. La especie vive en los terrenos cali-
zos del valle de Lózara, y la variedad 7ievadensis Hack. en los
recuestos alg-o despejados de la mencionada Rog-ueira: las ho-
jas son'ríg-idas con marg-en callosa y el tirso aovado-oblong-ó,
no cilindrico como en la especie.
Poa sudetica Hke. Esta planta que habita en los Pirineos
aparece abundante en lo más elevado y frag-oso de la Rog-ueira
1.400-1.500 m. sobre el mar, asociada á otras de g-ran interés,
tales como A denostyhs pyrenaica Lg-e. , A conitum Lycoctomim L.,
ComaUaria verticiUata L., Eryngmm Duriaecumm Gay., Eii-
phorUa hiberna L., Chamaenerium angii^tifolium Scop., Doroni-
ctim austriacum Jacq., Ranuncíihis aconitifoUns L. , Veratrum
alhnm L., etc., etc.
DE HISTORIA NATURAL. 11&
Nardíirus patens Hack. «Culmo (5-10 dm, alto vel ultra, spica
laxa saepe basi ramosa, ramis strictis, spiculis quam in specie
multoties majoribus, lanceolatis, 5-9 floris.» Vive en los sem-
brados de Diomondi, Ayuntamiento de Saviñao y en los de
Chantada iLug-o). Ha cundido tanto, sobre todo en los campos
del primero de dichos pueblos, que constituye una terrible
calamidad para los labradores, que no hallan manera de ex-
terminarla. Seg-ún el 8r. Pau, esta variedad se acerca al A^ar-
dunis patens Hackel, especie portug-uesa.
Lolimn remotum Schv. (L. UnicoJa Souder.), v. Rodriguedi .,
V. n. «Spiculis g-luma long-ioribus, palea interiore aristam ea-
dem 2-3 long-iorem g-erente.» En los montes entre Galdo y Vi-
vero (Lugo), Dedicóla con sumo g-usto á mi amig*o D. Marceli-
no Rodríg-uez Franco, residente en Galdo, quien no sólo me
acompañó en las excursiones por aquellos campos y montes de
Galdo y Vivero, sino que me ha remitido ya dos colecciones de
plantas por él bien preparadas , en la última de las cuales ve-
nía la PoteniiUa mixta Nolte, que no se había encontrado
hasta ahora en la Península, seg'ún creemos.
Entre las orquídeas recolectadas son nuevas para la Flora de
Galicia:
Orchis coriophora L.\ montes de Galdo, cerca de Vivero
(Lug-o).
Orchis provincialis Balb.; prados de Lor, cerca de Quirog-a
(Lug'o).
Orchis conopsea L.; campos de Ber y de Chantada (Lug-o).
Aceras authrojmphora R. Br.; entre piedras, en el valle Lózara
(Lug-o).
Ophrys apifera Huds. ; en Diomondi, cerca de Chantada.
Además es abundante en las colinas que rodean á Galdo, la
Orchis bifolia L.
Cardiius australisJovd. Envista de la muestra remitida hace
notar el Sr. Pau que entre las subespecies ó formas creadas á
expensas de la especie típica Carduns nigrescens Will., existe
el C. australis Jord., el cual comparado con nuestros ejempla-
res no se diferencia de un m.odo apreciable. Cog-ido en las pen-
dientes del valle de Lózara, cerca de Santalla (Lug-o), y nueva
para la Flora española.
Heterotaenia Pañi (sp. n.).
«Tubere g-loboso, minuto, cicerismag-nitudine: caule erecto^
116 boletín de la sociedad española
^•racili, patule piloso, basi flexuoso, siraplici vel frequentius
ápice 1-2 ramos umbella termiiiatos et axim primarium supe-
rantes, edente: foliis triang-ularibus parvis: iuferioribus (cito
(leciduis) et mediis petiolatis, pinnatisectis, seg-mentis ovatis
pinnatifidis v. dentatis, lobis dentibusque acutis; superioribus
in vag'ina sessilibus, trisectis, seg-mentis aug-uste linearibus,
integris v. laciniatis; vag-inis ómnibus, marg-ine praesertim
<lense patule pilosis: umbellse radiis 8 12 g-labris, subaequi-
long-is; involucro et involucello nullo: petalis albis, obcordatis,
•exterioribus radiantibus, profunde bilobis, apiculo inflexo,
medio vitta fusca notatis: diachenio oblong'o-ovato sursum
attenuato, fusco, nitido, striato, et ápice carpophori indivisi
adnexo; jug-is obsoletis; styllopodio hemisphaerico styliis di-
verg'entibus subtriplo breviore.»
Ad vicum Diomondi, iu nemore pertinente ad villam nomi-
ne Las Cortes notam in prov. Incensé.
Esta planta de la sección de las tuberosas, tribu de las Ami-
ms, presenta un porte y conjunto de caracteres tan sing-ular
que al primer aspecto se diferencia notablemente de todas las
especies de dicba sección, y seg-ún el parecer del Sr. Pau, qui-
zás fuera más conveniente crear un nuevo g'énero que aplicarla
á alg-uno de los ya conocidos. Las hojas no son sobredescom-
puestas, sino simplemente pinado-hendidas, y los seg-mentos
•en las inferiores y inedias anchos; por los estilos sólo diver-
g-entes y no doblados se asemeja á un Conopodium; pero el dia-
quenio, el estilopodio y el carpóforo son propios del Hetero-
taenia. >
Astrocarpus lalifolius (sp. n.).
xLaete virens, perennis, multicaulis, procumbens: caulibus
cito denudatis ramos foliosos edentibus, e quorum ápice rosu-
latü ramuli floriferi prodeunt: foliis carnosis, oblong-is v. oblon-
g-o-spathulatis 4-5 cm. long-. 5-7 mm. latis (sectione latiore):
racemis elong-atis, laxifloris; pedicellis X mm. L, fructiferis
incrassatis ; sepalis quatuor orbicularibus , quinto superiore
minore, ovato, acutiusculo, ómnibus vel sub anthesi reflexis;
petalis g-landulai affixis; superioribus 7-9 laciniatis, Ínfimo
una lacínula constante: starainibus 12-16 g-labris, antheris ña-
vis; carpidiis ssepius 7 g-labris , g-ibbis, g-ibbere styllum supe-
rante.»
Hace ya seis años que se cultiva esta planta en el botánico
DE HISTORIA NATURAL. 117
del Coleg-io, trasladada de los arenales de la playa, sin que
haya experimentado la más mínima modificación. Fuera de
los caracteres expuestos, comparada con el A . Chisii Gtiy, aun-
que en todo más gruesa, es, sin embarg-o, más blanda y her-
bácea, y no pudiendo sostenerse derecha á causa del peso de
las hojas carnosas y ramos floríferos vive tendida sobre la are-
na. Dase en los arenales de la costa entre La Guardia y Oya,
Viaje del Sr. Martínez Escalera á Persia
Mamíferos
POR
D. ÁNGEL CABRERA LATORRE.
En la introducción á su obra sobre la Zoolog-ía de Persia, dice
Blanford, hablando de lo poco estudiadas que están alg-unas
partes de este reino bajo el punto de vista científico: «Inmensas
extensiones del país no han sido jamás exploradas por ning-ún
zoólog'o. Conocemos muy imperfectamente la fauna de las lla-
nuras que se extienden desde el Tig-ris hasta el pie de los mon-
tes Zag-ros, y aun sabemos menos de los animales que habitan
estos montes» (1). Las reg'iones á que el naturalista inglés hace
referencia, y de las que la primera, la de las llanuras, traspasa
la frontera persa para internarse en la Turquía asiática, son
precisamente las en g-ran parte recorridas hace unos dos años
por nuestro consocio D. Manuel Martínez Escalera, y de ellas
procede, por consig-uiente, la pequeña colección de mamíferos
objeto de estas notas. Dicho esto, creo fácil de comprender la
importancia de esta colección; mas por si el hecho de venir de
localidades tan poco visitadas no bastase á hacerla interesante^
añadiré que lo es también porque de las 14 especies que la
componen, el Museo de Madrid tan sólo poseía una (Vesjyentgo
Kiililii), lo que además comunica cierto valor á su adquisición.
Las especies que en la colección fig'uran son casi todas de
pequeño tamaño, perteneciendo en su mayor parte al orden de
los roedores. Entre las que en este caso se encuentran, he ha-
llado una que me ha parecido nueva y como tal la describo
más adelante.
(1) EastPersia;n,Zoolog7/,\S'G,^éig.2.
118 boletín de la sociedad española
1. Vesperugo Kuhlii Natter.
Tres cfcT y doce QQ. Bag'dad (Marzo).
2. Taphozous nudiventris Cretzsclim.
Un (f y una Q. Mohammerah (Octubre).
Creo que este quiróptero no había sido hasta ahora encon-
trado en Persia. pues ni Blanford lo cita en su obra, ni Troues-
sart, en su Catalogiis Mammalium , le asig'na como localidad
parte alg'una de este país.
3. Mustela boccamela Cetti.
Un solo ejemplar. Alto Karoum.
4. Vulpes leucopus Blyth.
Una cabeza en mal estado. Alto Karoum.
5. Myoxus dryas Schreb.
Un ff. Alto Karoum?, una Q y tres hijuelos. Chag-ajor (Julio).
6. Meriones erythrurus Gray.
Una 9. Bag'dad (Marzo).
7. Dipodillus dasyurus AVag-n.
Una 9 joven. Amarah (Abril).
He determinado esta especie seg-ún la característica y des-
cripción publicadas por Wagmer (1). En el ejemplar de la co-
lección, sin erabarg-o, nótase una pequeña diferencia, por ser
■el pelo de la cola más bien escaso que abundante, pero esto
acaso sea debido á la poca edad.
8. Mus bactrianus Blyth.
Dos ejemplares. Bag'dad (Marzo); Amarah (Abril).
9. Nesokia Hardwickii var. Huttoni Blyth.
Tres ejemplares. Bag'dad (Marzo).
10. N. argyropus sp. nov.
N. villosa, siipra ex isadeUino nigroque variegata, siibtus albes-
€6718, pedibus argentaiis, cauda mediocriíer pilosa, tuberculis
plantañbus quinqué.
Un sblo ejemplar Q en alcohol. Chag-ajor, en la vertiente
oriental de los montes Bakhtyari, á cerca de 2.500 m.
Por su tamaño y aspecto g-eneral esta especie se parece bas-
tante á la N. Hardwickii. Tiene, sin embarg'O, la cabeza más
voluminosa, y la parte desnuda de la nariz es doblemente an-
cha. Los dedos de los pies anteriores son alg'o más g-ruesos; el
seg-undo, que en la N. HardwicMi es ig-ual al cuarto, aquí es
(1) Archives für Nalttrgeschichte, 1, 1812, pág. 20.
DE HISTORIA NATURAL.
119
mucho más corto, lleg-ando apenas á la mitad del dedo medio,
y siendo, por consig'uiente, solo un poco más larg-o que el
quinto. La disposición de los cinco tubérculos de la palma es
la misma en ambas especies. En los dedos posteriores nótase
también alg-una desemejanza, pues mientras la especie Bard-
nickii tiene el segundo y el cuarto ig-uales y el tercero más
larg-o, la que ahora es objeto de nuestra atención presenta el
tercero y cuarto ig-uales, siendo también de notar la desig-ual-
dad entre el primero y el quinto, que en la otra Nesokia son
casi de la misma long-itud.
Pero lo que constituye el carácter más peculiar de la N. ar-
gyropM, en lo que respecta á los pies, es el número de tubércu-
los en los posteriores. Todas las Nesokia hasta ahora conocidas
llevan en la planta seis de estas tube-
rosidades , seg'ún parece indicar Tho-
mas cuando, al hablar de la A", henga-
lensis en uno de sus interesantes tra-
bajos zoog-ráficos, dice que son «cinco
en los pies anteriores y seis en los pos-
teriores, como en las otras especies del
subg-énero» (1), y seg'ún yo mismo he
podido observar en los ejemplares de
N. Eardwickii que forman parte de
esta colección (véase a en el g-rabado);
pero la nueva especie es una excep-
ción á esta reg-la, pues en sus plantas sólo se observan cinco
tubérculos, estando el tercer par de los tres que en las demás
Nesokia se cuentan sustituido por una sola verrug-a muy gran-
de, de forma ovalada y colocada un poco más cerca del borde
interno del pie que del externo {h en la figura).
Color variado de amarillo de arena y negro. El pelo es muy
largo y espeso, negruzco en una gran extensión á partir de la
raíz, luego de color de arena y en la punta negro; según la
proporción en que está cada uno de estos colores, el matiz
general varía; en el dorso predomina el negruzco, el color de
arena en los flancos, y en la cabeza viene á establecerse, por
decirlo así, el equilibrio, resultando un color pardo amarillen-
Pies posteriores derechos de
la Nesokia HardunchU (a) y
la A', argyropus {h).
(1) Proreedings 0/ thi Zool. Soc of London, 1881, pág-. 527. Thomas considera ;í las
Nesokia, por lo menos al escribir esto, como un subgénero del género Mus.
120 boletín de la sociedad española
to. El pelo de las partes inferiores es ceniciento obscuro con las
puntas blancas. Los cuatro pies están por encima cubiertos de
abundante vello, espeso y aterciopelado, de un bonito color g"ris
blanco de plata, que contrasta notablemente con el resto del
pelaje, siendo este carácter el que primero me llamó la atención
j el que me hizo dar á la especie el nombre argyropus (de
apyupo;, plata, y r.fñi^ pie). Estc mismo color plateado se encuen-
tra alrededor de la boca, siendo también el de los pelillos que,
en más abundancia que en la N. HardiricMi, cubren á medias
las escamas de la cola. El pelo, muy corto, de encima de la nariz
es pardo claro con reflejos acerados. Los bigotes neg-ros y blan-
cos. Las uñas, que son larg-as y ag-udas, tienen un matiz ama-
rillo sucio. Los incisivos superiores anaranjados, los inferiores
amarillos.
Las sig-uientes medidas son las del único ejemplar.
Long'itud en línea recta desde la base de los incisivos supe-
riores hasta la raíz de la cola, 155 mm.; long'itud de la cola,
109 mm.; de la cabeza, 45 mm.; de la oreja, 13 mm.; desde la
oreja al ojo, 19 inm.; desde el ojo á la nariz, 17 mm.; del pie
anterior, sin uñas, 15 mm.; del pie posterior, sin uñas, 30 mm.
Las mamas están en número de seis (un par pectoral y dos
ing-uinales).
11. Arvícola mystacinus De Filippi.
Once ejemplares. Alto Karoum.
En la coloración de esta especie se observa cierta lig^era va-
riabilidad. Casi todos los ejemplares ofrecen un color g-eneral
pardo, pero en alg-unos este matiz está limitado á la línea media
del dorso y sustituido en los costados por amarillo rojizo de ar-
cilla. El pelo del vientre es, en un individuo no muy adulto,
de un color ceniciento uniforme, mientras en los demás tiene
las puntas blancas.
12. Bipus Loftusi Blanf.
Once ejemplares. Eag'dad (Marzo), un ejemplar. Schouster.
13. Alactaga indica Gray,
Cinco ejemplares. Bag-dad (Marzo). Tres ejemplares.
Schouster.
Como nota curiosa, conviene advertir que los naturales del
país están en la creencia de que la Alactaga y el Bipus Loftusi
son los distintos sexos de una misma especie.
14. Gazella subgutturosa Guldn.
DE HISTORIA NATURAL. 121
Solamente hay la cabeza de un cf con las manchas obscuras
completamente borradas. Schouster.
Nombres regionales salmantinos de algunas plantas
espontáneas
D. MANUEL FERNANDEZ DE GATA,
El conocimiento de los nombres con que se designan alg-unas
de las plantas que veg-etan espontáneamente en una determi-
nada región, es siempre de la mayor importancia para el botá-
nico que trata de herborizar en aquélla, y constituye un dato
no despreciable con el cual se integra el conjunto de los que
constituyen la flora de dicha reg-ión.
Por poco extensa que ésta sea, debe considerarse, para el
objeto que nos ocupa, dividida y subdividida en diferentes cir-
cunscripciones, que aunque de ig'ual veg-etación alg-unas de
ellas, varían, sin embargo, los nombres no castizos con que el
vulgo denomina los seres del reino vegetal.
Limitándome ahora solamente al partido de Vitigudino, en-
clavado al NO. de la provincia de Salamanca, considero en él
las siguientes circunscripciones que el vulgo ha sancionado
con los nombres de El Ahadeiigo, que comprende la mitad me-
ridional del partido, La Ribera y La Ramajerla, que forman la
otra mitad septentrional; aquélla constituyendo las dos ter-
ceras partes del lado del O., y ésta la otra tercera parte del
de el E.
Los nombres, que difieren de los comunmente adoptados, y
con los cuales se intitulan las plantas en estas ciramscripcio-
nes, vienen á ser algunas veces caprichosas denominaciones
del que las hauiko, pero otras no son sino resultado de una
bien razonada observación que el conocimiento experimental
de sus propiedades ha venido á sugerirles.
Las especies que el vulgo ha bauthado y sancionado por el
uso, tengan ó no aplicación por algún concepto, son las que
crecen en las inmediaciones de los pueblos ó cerca de las vi-
viendas de éstos, al paso que las que vegetan en el bosque, en
los prados ó en las tierras labrantías, son especialmente seña-
ladas por lamente del campo en atención á sus virtudes médi-
N." 2. -Febrero, 1901. 9
1?2 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
cas, empleándose, seg-ún frase del primero, como remedios ca-
seros.
Hé aquí, finalmente, la lista de «Nombres reg-ionales sal-
mantinos del partido de Vitigudino», que comprende las plan-
tas espontáneas por mí recolectadas y clasificadas.
Nombres castizos. Nombres regionales.
Ova de río Conferva rivnlaris L Limios.
Veg-ino (Abaden
Carbón del trig'o. Ustilago Triiici Jens.
\ g-o y Ram aje-
ría), Alcaor (Ri-
bera).
I Cag-ada de cig-üe-
ña (Abadeng-o
, , , . Lycoper don mátense qX Bo , -r. . ,
Cuesco de lobo... ] I y Ramajeria)
Cag-ajorra (Ri-
bera).
(A todas las especies que)
Hong-os ^. 1, n [Monterillas.
( tienen sombrerillo )
Evernia Prunastri Ach. . . Mocos de peña.
Festiica duriuscula L Barcea.
Brüa máxima L Pendientes.
/Añade jas (Aba-
^ , 7. , .^ ,, \ deng-oyRama-
Cotcmcmn Clementet GvWs.^ . , ^ -^ ^ ,
jeria). Pata de
cabra (Ribera).
Rusco Ruscus aculeatvs L Yerdenace.
Cebolla albarra-i ^^ . ,, .„ ^,, . ^ u n -u- i
Urqinea iScilIa Stem Cebolla chirle.
na ) ^
Guitarrillo Muscari comosum Mili. . . . Hierba rig'iosa.
Narcissus BuUocodmm L. Campanillas.
AlUu sphamrocefalnm L.. Ajo de cigüeña.
Espadilla GJadioJus segetum Gawl. . Galas de avión.
Satirión Orchis Morio L Tijeritas.
Serapias Lingua L —
Hierba carmín. . Pliytholacca decandra L. . Carmesí (Ribera).
Hidrolapato me-) . ^ (Acedera de la-
[ Ríimex cvíspiis L
ñor ) ' garto.
Jara estepa Cistíis ¡anrifolius L Jaracepa.
Rábano silvestre. Raj^hanvs Raphanistr'umh. Labrestos.
Nombres castizos.
Lechetrezna. .. .
Uva de g"ato
Ombligo de Ve-
nus
Eetama común.
Retama blanca.
Alverja
Terebinto. .
Relojes, . . .
Almizcleña
Pamplina
Quebrantahue-
sos
Peonía. . . .
€inosbarbo
Zarzamora.
Endrinera.
Ninfea. . . . ,
DE HISTORIA NATURAL. 123
Nombres regionales.
En2)horMa helioscojrialu. . Mamona.
Sedum acre L • Pan de cuco.
UmMIicus 2^endulmns DC. Basilios.
Jie¿amas2}/iarocarpaBoiss. Escoba rubial.
i?, monosperma Boiss Escoba blanca.
Ádenocarpíis IlispanicusBC. Tiratudellos.
Vicia sativa L Alverjaca.
V. angustifolia All Alverjilla.
V. Narbo7iensis L Alverjón.
^ , . 7 T (Guisantes silves-
Lathyrus Aphaca L
•^ ^ / tres.
BiserruJa Pelecinus L Manillas.
Cornipedrera (Ri-
^., . ^ -,. ,, T \ bera)yFidi-
P'istacia Teremntfmsh. . . ,, .,
i g-uera (lusita-
nismo (ídem).
Erodium cíconium WiUá.. Peinetas.
F. mosc/iaíum L'Herit Mantillinas.
Maruja (Ribera y
. W111 ^ Ramajería1,Re-
Steliana medta ^\ lUd. ... . , , , ,
I gajo (Abaden-
go).
( Raniincíilus hederacetis L. . Quebrantahuesos
)
R. fluiians Lamk Embudes.
^ • ^ T i Mamona (Aba-
R. murtcatus L ]
r dengo).
Rosa maldita
-n • r. ^ • TI • Á (Abadengo y
íP(Eoma Broten Boiss. et\ ' . , °
' ^ ^ Ramaieriaj.Es-
{ Reut i *• /'
\ caramon dama-
nos (Ribera).
^ , , , ^ . ^ í M o n i o 1 i n o s ( a 1
Fruto de la Rosa camna L. . . ^ ^
' mismo fruto).
Rubus discolor W Zarzera.
^ . ^ (Bruñera, y bru-
Prumis sptnosa L \ , , \. ,
{ ños a los frutos.
Nymphaa alba L Platos.
124 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
Nombres castizos. Nombres regionales.
Nenúfar Niiphar hiteiim Sm Platos.
Tapsia. Thapsia villosa L Galas pajizas,
^ , , . ^ iCorruviela ÍRibe-
Corres-iiela Co?woIvmus arvensis L. . . ,
i ra).
Raspilla Asperugo procumhens L. , . Azotaleng-uas.
„. , C Verdolaga (Aba-
Hierba verrug-ue- i ^^ ,. ^ . T ^ 1 X •
]^Heliotroptum europíBum \u.l deng-o), impro-
( pió.
Estramonio Datura Stramonium L Hierba topera.
Escrofularia ma- ) 7 , • • t u • i t.
ScropJmlana canina L — Hoia de Troya,
yor )
Linaria spartea Hoffm . . . Baleo montesino.
Dig-ital Bigiialis purpurea L Villoria (Ribera).
i Villoría (Abaden-
— D. TJiapsiil, g-o y Ramaje-
' ría) .
,. ,. ^ i Hortelana de pe-
Mastranzo Menina roUmdi folia L. . . ]
f ITO.
Cantueso Lavandula Stcechas DC . . . Tornillo cabezudo
Tomillo blanco , . Thymus Mastichina L Tomillo salsero .
Lamium amplexicaule L. . Perlitas.
L. puvfureum L —
, (Hierba mazaro-
Brunela BruneUaiJulgaris Moench.
•^ ' quera.
( Hierba de las al-
Llantén menor. . Pmitago lanceolata L
' morranas.
Llantén blanque- 1 _ ,,. _ . ,.,,
^ ' P. albicans L Arg-adillo.
orno
Cachurrera me- J ^^ ^, . . ^ t^ 4.
\Xmitmum spinosum L Peg-otes.
ñor. \
Brionía Bryonia dioica .Jacq Uvas de perro.
Madreselva Lonicera Verichjmenum L. Silva (Ribera).
Saúco Samhmis nigra L Canillero.
Yezg-o S. Ehuh'S L —
Aciano. -. Centaurea Cyanus L Baleo cabezudo.
\ ArzoUa (Abaden¡-
Cardo estrellado . C CaJcitrapa L j ^
Escaba cabezuela MichroloncMs Chisii Spach. Baleo m acho.
M. Dnrieui Spach.. ídem.
DE HISTORIA NATURAL. 125
Nombres castizos. Nombres regionales.
Perpetuas amari-; ^^ ,. , „, , ,,^ ^ Manzanilla de
^ [Helichryson St(£chas DC.
lias ) ' olor.
-, . ^ I Hierba de lasque-
Hierba cana Senecio viugans L ] ,
f maduras.
H. de Santiag-o. . S.Jacobaal^ Cachapedo.
S. (iaUicus Chaix —
„ , ,. ■ .j, -,. ^ V Manzanilla cabe-
Meaperros Santohnarosmanmfoha L J
' zucia.
^ . ^ í Achicoria leche-
Lecnug'a virosa. . Lactuca virosa L
° ' rieg-a.
Manzanilla loca. Anacijclus clavatus P Galas de burro,
Cachurrera ma- / ^ ■ r. j. ^ •
iLappa onajor Gaert Respigones.
Notas geológicas
EL R. P. LONGINOS NAVAS.
La cueva de Maderuela en Vera (provincia de Zaragoza), (i)
(Continuación) (2).
8. Sus HABITANTES. — «Cada caverna 'tiene su historia y me-
rece un estudio especial», ha dicho Boule (3). La historia de
las cuevas comprende así su formación primera como las vici-
situdes que haya tenido, en las cuales no desempeñan infe-
rior papel los habitantes. Los de la caverna de Maderuela son
bastante variados, por más que ella no sea muy extensa.
A. Plantas. — Sólo las criptóg-amas inferiores tienen vida
posible en la profundidad de las cavernas, y en la de Made-
ruela he hallado una sola especie, colonias de un hong'o pará-
sito en restos de conejo y en excreciones del carnicero que lo
devorara. Dicho hong"o es probable pertenezca á la especie
Mucor mnceclo.
(1) Por una alteración del texto en la pág. 298 {Actan de Diciembre de esta Socie-
dad), resulta el sentido ininteligible ó falso. Léase: «La segunda de estas leyes es
fácil comprobarla aun sensiblemente en la cueva de Maderuela, cuya temperatura
la percibimos más y más semejante á la del exterior á medida que nos acercamos á
la boca.
(2) Véanse las Actas de la Sociedad, sesión del 5 de Diciembre de 1900, p. 292.
(3) Boule: L'Anthropologie, 189Í, p. 19 et s., apud Martel, loe. cit. p. 126.
1-26 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
B. Animales. — No lie tenido la fortuna de hallar en la ca-
verna de Maderuela ning-uno de los animales propiamente
cavernícolas, ó sea completamente cieg"os. Es posible que los
haya, aunque poco probable que sean numerosos. Fuera de
estos habitantes indígenas, los hay huéspedes más ó menos
pasajeros, si bien alg-unos han establecido y tienen aún su
habitación en ella con carácter permanente.
a. Articulados. — 1." Arácnidos. — En el corredor más in-
terno F se ven numerosas telas de araña en las paredes y aun
capullos ovíg-eros, prueba inequívoca de que en la caverna
viven y se reproducen las arañas. Consultado por mí nuestro
consocio el insig-ne aracnólog-o Sr. Simón, ha resultado que
así los ejemplares vivos ó muertos como los capullos ovíg-eros
enviados pertenecían todos á la especie Tegenaria domestica.
Vése, pues, que juntamente con las especies más ó menos
anoftalmas pueden vivir en las cavernas alg-unas de las que
moran ordinariamente en nuestros sótanos.
2." Insectos. — De los Ortópteros encontré sólo la extremidad
de un Acridido, probablemente del g-énero Stenodothrus, en
lo interior de la g-alería F en que habitan principalmente las
arañas.
En esta misma g-alería descubrí alg-unos Microlepidópteros
y en mucho mayor número en la de entrada A, donde abun-
dan en diferentes épocas del año las Noctuas Spintherops spe-
ctriim, Siñntherops catophanes (1), junto con alg-ún micro del
g-énero Pteropliorus y otros.
En lo más profundo hallé también alg-unos Dípteros,
h. Vertebrados. — Residuos se ven de alg-ún pequeño Roedor
perteneciente á la familia de los Múridos ó de los Arvicólidos
que parece tienen su nido ó vivienda en la g-alería postrera F
de la caverna.
En un pequeño recodo del corredor G, que tiene trazas de
haber sido el cado ó manida de zorros ó lobeznos halláronse
huesos de conejo mondos y quebrados, como también otro que
sería de cordero ó cabritillo, delatando así la existencia,
siquiera pasajera, en la cueva de un Carnicero, probablemente
la especie Canis vulpes.
(I) Determinadas por nuestro consocio D Gabriel Fernández Duro.
DE HISTORIA NATURAL 127
Los (Quirópteros se ven revolotear en el recodo C de la sala
principal. No me ha sido dado ver á qué especie ó especies
pertenecen, pero puedo decir que en la comarca existen por
lo menos las especies VesperlUiomurimis, Vespertilio pipistrd-
lits y Plecotus anritus, las cuales fácilmente hallarán abrig-o
y vivienda en la caverna.
Indicios poderosos hay de que la misma ha sido morada del
Hombre en diferentes épocas. Las rocas que forman el corre-
dor J. , ofrecen señales de haber sido descantilladas en épocas
muy remotas en los sitios donde hacen muy ang-osto el paso.
Tal vez no erraría quien atribuyese en buena parte la des-
composición que se nota en los materiales de los corredo-
res .1, D, E, F principalmente, á la continua acción del ácido
carbónico que de la sala D se iba difundiendo, si esta fué en
tiempos habitación humana. Además, en las inmediaciones
de la cueva se han hallado dos instrumentos de piedra que
poseo, uno de sílex tallado perteneciente á la época paleolí-
tica y otro de arenisca pulimentada referible á la neolítica.
Ambos materiales, sílex y arenisca, no escasean en los valles
de Veruela. Excavaciones metódicas practicadas en la cueva,
así en el rellano exterior de la misma, el cual ofrece todo el
aspecto de un hog-ar funerario, como en el vestíbulo L" y en
la sala I), es de creer que suministrarían nuevos y más cier-
tos datos de la estancia é historia del hombre en la cueva de
Maderuela. No habiéndome sido posible llevarlas á cabo por
mí propio, consig-no estas observaciones por si alg-ún natura-
lista puede proseg"uir las investig-aciones en la misma cueva.
9. FÓSILES DE LA CUEVA DE MaDERUELA Y DE SUS INMEDIA-
CIONES.— Réstame dar una lista de las especies fósiles halladas
en la cueva de Maderuela y sus contornos, las cuales no inclu-
yo entre los moradores de la misma aunque en ella se encuen-
tren, por haber vivido antes de su formación, si bien acaso no
sea imposible que alg-una g-rieta ó cavidad de ella se formase
durante la época misma en que los valles de Veruela estaban
cubiertos por el mar jurásico.
Y antes he de declarar que la determinación de la mayor
parte de las especies la debo al ilustre paleontólogo español
1). Lucas Hallada. Bien fué menester su consumada pericia,
pues varias de ellas están en tan mal estado de conservación,
que hacen su determinación muy dificultosa.
128
boletín de la sociedad española
Señalaré con un * las especies que recuerdo haber sido ha-
lladas por mí dentro de la misma cueva y con -|- las que por
no hallarse citadas en la Sinopsis paleontológica de España
del Sr. Mallada de 1885, ni en su Catálog-o g-eneral de 1892,
parecen nuevas para España.
Ammonites Bakerice Sow.
— Humphriesi Sow.
— raricostatus Zieten.
Pleurotomaria sp.
Cerythium sp.
Natica sp.
t * Nerincea scaJaris d' Orb.
* Ostrea gregaria Sow.
Pectén cequivalvis Sow. (lejos de
la cueva).
*■ — sp.
* Spondylus sp.
Pholadomya deltoidea Sow.
Unió Idubedce Palacios et Sán-
chez (cerca de Trasmoz?)
Cardium sp.
Astarte sp.
Trigonia denticulata Sow.
— costulata Licet.
f Terebratula Buckmani Dav.
— maxillata Sow.
— Philipú Morris.
— furciliensis Haas,
t — fí/hid' Oppel.
— (Waldheimia) ca-
rinata Sow.
Terebratula ( Waldheimia) obo-
vata Sow.
t Terebratulina coarctata Sow.
Rhynchonella inconstans Sow.
Pyg áster Peronni? Cott.
Cidaris Lcemani Cott.
— lamillosa Cott.
— bathonica Cott.
* — spinulosa Ranner.
t * Rhabdocidaris hórrida Lorio!.
* Pentacrinus sp.
* Millericrinus Escheri Loriol.
t * — Hoferi Merian.
f Acrosalenia pseudodeco-
rata Cott.
f * Cyathophora tuberosa Buncan.
j * — insignis Buncan.
f * Isastrcea gibbosa Buncan.
* Intricaria bajociensis? Defr.
f * Thecosmilia obtusa.
* Heteropora ficidina Mich.
Ctenosteum semielonga-
tum? Etal.
Thecocyathus sp.
Turbinolia sp.
I
10. Cüasificación de la cueva de Maderuela. — Para ter-
minar esta nota intentaré referir la cueva de Maderuela á al-
g-uno de los g-rupos en que las cavidades naturales de la tierra
pueden dividirse. De paso aventuraré un ensayo, siquiera muy
incompleto, de las ag-rupaciones que de las cuevas pueden ha-
cerse por diferentes conceptos.
1.° Por su extensión. — Pueden las cuevas ser simplemente
grutas cuando tienen escasa anchura y profundidad, ó caver-
nas, si éstas dimensiones son considerables.
De ambas divisiones participa la cueva de Maderuela. Tiene
DE HISTORIA NATURAL. 123
de gruta el vestíbulo primero de la cueva exterior y de ca-
verna toda la seg'unda parte ó cueva interior, con parte del
vestíbulo seg-undo, ó en su totalidad si se considera un todo
con el canal que á lo interior conduce.
2." Por su posiciÓ7i. — Divídense las cuevas en verticales ó
simas y horizontales ó cavernas, con más ó menos desigualdad
é inclinación del suelo. Puede haberlas también mixtas, como
lo es, V. gr., la de Armand en Lozére (Francia), explorada y
bellamente descrita por Martel.
La de Maderuela pertenece á la categ^oría de las cavernas
propiamente dichas, ya que el desnivel del suelo es insigni-
ficante.
3." Por Sil y acimiento .—'ñon tantas las divisiones por este
concepto, cuantos son los terrenos g-eológ-icos en que se en-
cuentran, pudiendo, empero, disting-uirse en dos grupos:
ígneos y sedimentarios , distinguiéndose entre estos los secun-
darios y calizos por ser caverníferos por excelencia.
En el jurásico, como se ha dicho, se abre la cueva de Made-
ruela.
4." Por su edificio ó materiales. — Son los más frecuentes los
calizos, pero pueden ser también los graníticos, basálticos y de
otra cualquiera naturaleza. Basálticas son las célebres de Fin-
g-al y de los Quesos.
5.° Por su contenido. — A. Inorgánico.— Son <7«í6;oí«5 si con-
tienen ó arrojan g-ases diferentes del aire atmosférico. Tal es
la célebre gruta del Perro (Italia) que desprende ácido carbó-
nico y la de Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) de la misma
naturaleza, segn'in el Sr. Puig" (1). Acuosas se llamarán si tie-
nen ríos ó lagos subterráneos, así de ag-ua dulce, que es lo
ordinario, como de ag-ua salada ó salobreña, seg"ún acontece
en la del Drag-ón, en Mallorca.
B. Orgánico. — Contienen animales comunes casi todas. Al-
bergan animales cavernícolas las más profundas y obscuras.
En España, por ejemplo, las cuevas de CoUbató y de las Mara-
villas en Carcag*ente (Escalera) y la sima de Puig-moltó (Font
y Sag-ué) en Barcelona (2).
(1) Puig: Cavernas y simas de Espa-ua, p. 105.
(2) Butlleti del Centre excursionista de Catalunya^ núm. 57 (Octubre de 1899,, pá-
gina 24-2).
J30 boletín de la sociedad española
C. Restos de org-anisinos.— (?. Restos del hombre y de su
industria. Son muchas las exploradas de este g-énero.
1. Restos de otros animales, v. g-r. g-uano de los mureiéla-
g-os, huesos de mamíferos, etc., como en las más de las caver-
nas y simas.
c. Fósiles propiamente dichos, como en la de Maderuela,
lo cual es propio de ella. En otras cuevas se hallarán fósiles,
pero en el suelo ó en las paredes como formando parte del
terreno, mas no inherentes á la misma cueva como tal, según
acontece á la de Maderuela, donde los fósiles revisten el inte-
rior de las paredes y no se hallan en el espesor de ellas. Los
fósiles de la cueva de Maderuela se pueden llamar tan propios
suyos y de su fábrica, como las estalactitas lo son de otras
cuevas.
6." Por su destino.— ü. Para habitación del hombre en vida.
1. Para su sepultura después de muerto. A la primera categ-o-
ría parece perteneció la cueva de Maderuela, sin que por ello
excluyamos la seg-unda,
7.° Por su c»í7¿7íí%.— Resumiendo ó completando lo que han
dicho varios autores, podemos reducir á tres los orígenes ó
las causas inmediatas de la formación de las cavernas y simas.
1.^ El calor hipogénico. — k éste han de referirse las que
Martel (1) llama caxernes d' explosión y las grottes de rejroidis-
sement existentes en las Azores, Islandia, Lipari, etc., fabrica-
das por alguna erupción lávica ó basáltica y su consiguiente
enfriamiento, que deja cavidades á manera de g-ig-antescas
burbujas.
2." El enfriamiento ietrá^neo.— Merced al enfriamiento pau-
latino de la corteza terrestre se originan los fenómenos de
retracción y consig-uientes grietas ó rendijas (los joints de
Martelo entre estrato y estrato ó paralelos á ellos y las roturas
ó quiebras (las diaclases de los autores franceses), más ó me-
nos perpendiculares á las capas g-eológ-icas.
A esta formación deben reducirse las cavernas debidas á lo
que llama Martel la préexisten'.ce des flssures des roches. A ella
también parece deba finalmente referirse la cueva de Made-
ruela. Las g*alerías laterales A , B, F. Ci indicarían la línea de
(1) Martel: La Spéleologie, p. 11.
DE HISTORIA NATURAL. 1:íí
unión de los estratos .y la D una rotura ó quiebra de los
mismos.
3.^ El agua epigénica ó epigeica (1).— Por su doble acción
física y química, ya sea que obre una sola, ya las dos, bien
simultánea bien sucesivamente, el agua lia producido ó dado
el último retoque á la mayoría de las cavernas. Por este con-
cepto las cuevas pueden ser de orig-en terrestre si lo es el agua
que por su filtración ó arrastre las ha eng-endrado, ó de ori-
gen marino si el agua del mar las ha excavado con su repe-
tido oleaje, como lo son muchas de las cuevas formadas en
las costas, y en España la del Drag'ón, seg'ún la explicación
de Martel (2).»
Datos para la flora micológica de los alrededores de Córdoba
POR
D. EDUARDO HERNÁNDEZ PACHECO.
Es esta nota continuación de la inserta el pasado año en las
Actas áQ esta Sociedad, Sección de Sevilla, correspondientes al
mes de Febrero, pág. 114. En ella incluyo aquellas especies de
hong'os basidiomicetos que he recolectado en los alrededores
de Córdoba y que no enumeré en la nota anterior.
Entre las localidades aquí citadas, merece especial mención
la de Campo Bajo, pequeña meseta situada en el distrito piri-
tífero de Cerro Murciano, cuyos yacimientos de cobre fueron
en épocas prehistóricas y romanas objeto de intensa explota-
ción, y que actualmente vuelven á serlo, siguiendo los traba-
jos antiguos. Esta localidad ofrece condiciones muy abonadas
para el desarrollo de la flora micológ-ica, pues cubierto el
suelo de una vegetación de matorral, dominando los jarales,
asociados á especies arbóreas de encinas y pinos, se origina
gran cantidad de hojarasca que por su obstrucción proporcio-
na abundantes materiales nutritivos á los hongos que allí
vegetan en gran número; encontrando estas criptógamas el
(1) Epigénica se llamaría del griego Ir.', encima y la R. y;v que significa produc-
ción; pero con más propiedad epigeica de Ir.!, y yr) tierra.
(2) Boletín de la Comisión del Mapa geológico de España, tomo xxiv, de la 2.* serie
el IV, correspondiente al año 1897.
132 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
^rado de humedad necesario para su vida, merced á las cir-
cunstancias topográficas del lug-ar y á la acción protectora,
que siempre produce el matorral asociado á la veg-etación ar-
bórea. Una correría micológ-ica hecha en época oportuna sería
mucho más fructífera que lo fué la que realicé, pues no siendo
la botánica el principal objeto de la excursión, sólo pude reco-
gev aquellas especies que incidentalmente encontraba.
Los sotos de las márg-enes del Guadalquivir los he vuelto á
visitar con fruto, pero si bien el número de individuos es
mayor en estos sitios, no alcanzan á la riqueza en especies de
las localidades de la sierra.
Entre las especies aquí citadas llamo la atención respecto al
PoJysacum o'assipes D. C. , que en g-ran abundancia he encon-
trado en la citada localidad de Campo Bajo. Los individuos
recogidos corresponden á dos formas muy diferentes, unos de
mayor tamaño y forma de maza pueden incluirse en la varie-
dad arenaria, ó sea á la llamada Pisolithicus arenarms por
Albertini y Schwenitz; los otros tienen semejanza externa con
^\gyinQñ Sderoderma (S. verríicosum P., por ejemplo), . distin-
guiéndose de la variedad anterior por su tamaño mucho
menor, unos 4 cm. de diámetro, por término medio, de forma
^•lobulosa deprimida, enraizado por un micelio ramificado y
convertido en estroma, que se une al aparato esporífero por
un estrechamiento á modo de cuello. Si bien el tamaño y for-
ma de las esporas es ig-ual en las dos formas, los demás carac-
teres difieren bastante para constituir á lo menos una variedad
distinta de la anterior.
Las obras de que he hecho uso en las determinaciones de
€stos hong-os, son las sig-uientes: L Costantin et Düfour, Nou-
'velle Flore des Champignons; L. Düfour, Atlas des Champí gno7is:
L MoYEN. Les Champignons ; B. Lázaro é Ibiza, Compendio de
Ja flora española, t. i; Telesforo de Aranzadi, Setas ú hongos
del país vasco, y de los cuadros que tomados principalmente
de la flora de París, de M, Lanesan, incluye el Sr. de Buen en
el tomo n de su Botánica.
Las especies de que se trata son las sig-uientes:
Vo\\^ovkceo^.—Meruliuslacrymans Vulf., sobre Schinus molle,
Jardín Botánico. — Bcedalea quercina P. , sobre troncos podri-
dos. Abundante. -5o/e¿;«í appendiculatus Sch., entre jarales,
Campo Bajo.— Polypor US lucidus Leys. , sobre álamo blanco,
DE HISTORIA NATURAL. 13»
Soto de la Conchuela. Campo Bajo. — Polyporus versicolor Fr.,
sobre naranjos, sierra de Córdoba.
Ag-aricáceos. — Volvaria lomlycina Sch., sierra de Córdoba.
— V. speciosa Fr. , sierra de Córdoba. — Lepiota excoríala Sch.,
arroyo de Pedroches. — Armillaria mellea Fr., sobre troncos de
Tamarix, Soto de la Conchuela. — Pholiota miitaMJis Sch., junto
á los chopos, alamedas de las márg-enes del Guadalquivir.-^
8tro]}haria odtusala Fr., arroyo de Pedroches. — Clitocyhe ce-
russaia Fr., entre el musg'o y la hojarasca, sierra de Córdoba.
— Galera Sp., en los asientos de estercoleros y praderas muy
abonadas, Campo de la Verdad. — Coprinus atramentariiisYv.,
cortijo de la Conchuela. — Coprimis digitalis^^i.i&c'h., entre la
hojarasca. Abundante. — Russvla cinefica Sch. var. fragilis,
entre jarales. Campo Bajo. — CoUybia platypliylla Pers., ala-
medas, junto al río. — Pleuroíus corMicopoidesV. var. sapidns,
sobre fresno, Soto de la Conchuela.
Licoperdáceos. — Lycoperdoii pratense P., Campo Bajo. —
L. codalum Bull., Campo Bajo.— ^omte plmnlca P. , Campo
Bajo.
Polisacáceos.— i'oZyMwm crassipes DC, Campo Bajo.
Datos para la fauna de la provincia de Ciudad-Real O
DON JOSÉ MAKIA DE LA FUENTE.
XTV.
Especies de Pozuelo de Calatrava.
Coleópteros.
Oxypoda magnicollis Fauvel. (Not. Ent. , 1878; vi, p. 65.) —
Especie del N. de África, nueva para Europa.
Oxypoda Juctifera Fauvel. (Mém. Soc. Linn. Norm., 1879; xv,
p. 30.)— También del N. de África é ig-ualmente nueva para
Europa.
ThyJacites hirsiitus n. sp.— Oblong-o-elong-atus, nig-er, cinc-
el) Véanse las Actas de esta Sociedad de 1898, páginas 129 y l'T, 202 y 24(i; las de
1898, páginas 83, 97 y 205; las de 1899, páginas £0 y 210, y las de 1900, pág. 188.
134 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
reo-squamosus. Prothorax arquatim cupreo-squamosus, bili-
neatus. Elytra ante apicem obsolete albido-oculata. Opacus,
totus, in elytris subseriatim, brunneo-hirsatus, pilis iníjíqiiali-
bus, lon^ioribus.
Ca'piU an<^ustius, fronte plana, oculis prominentibus. Ros-
/nm¿ subquadratum , latitudine paulo long-ius, long-itudinali-
ter sulcatum. Antennce minus crassse; funiculi articulis. 1."
elong-ato, cónico, 3-7 moniliformibus, clava valde incrassata,
elong"ato-ovata. Prothorax transversus, a latere rotundato-
ampliatus, densissime subg'ranulatim squamosus, punctis mi-
nutis sparsis. Elytra subovalia, Immeris subrotundatis; late
sulcato-panctata, interstitiis elevatis, punctulatis. Femora in-
tus, tibiiE, utrinque long-e hirsuti. Tihice anticm intus vix pers-
picue denticulatae, subrectae, ápice valde dilatatae.
Long-. 10.— Lat. 4,5 mm.
Ab ómnibus cong-eneribus: fuUo. chalcogrammus, etc., pilo-
sitate longe erecta, facile distinctus.
Marzo. Dos ejemplares debajo de las piedras: cerro de «El
Gato».
Baris ¡gni/er n. sp. — B. corinthio simillibus, paulo major,
latior; prothorace minus ang-usto, minus cónico, ad ang'ulos
posticos non distincte albido-squamoso; humeris obtusis; pe-
dibus parce squamosis.
Cupreus vel cupreo-violaceus, supra subg"laber.
Capul subtiliter minus dense punctulatum. Prothorax sub-
conicus , long'itudine paulo latior , profunde minus crebre
punctatus, linea media long-itudinali Isevissima, plag-aque la-
teral! obsoleta notatus. Smitellum subpunctiforme. Elytra basi
et ápice paulo attenuata, humeris obtusis, striis dorsalibus
distincte punctulatis, interstitiis latioribus , subsequalibus,
margiilibus subelevatis, obsolete non serie punctulatis. Pedes
piloso subsquamosis.
Long-. 3,5.— Lat. 1,7 mm.
Junio, Noviembre. Cuatro ejemplares debajo de las piedras
en la lag-una de «La Inesperada», junto á los muros del Kiosko.
GyMnetron sapiens Fst. (Berl. Entom. Zeitschrift. , 1885; pá-
gina 242.)— Especie propia de Arg-elia, nueva para Europa.
Mayo, al borde de los arroyos.
Plalynas'pis luteoniljTa v. Karamani Ws. (Bestimrn. Tabell.
■der europ. Coleopt., 1885; p. 55.)
DE HISTORIA NATURAL. 135
Julio. Cinco ejemplares recog'idos , entre otros muchos de
la forma típica, mang-ueando los bordes de los arroyos en la
Virg-en de los Santos. Esta variedad, encontrada por primera
vez en Spalato (Dalmacia) por el Dr. H. Karaman, nos parece
que no ha sido citada todavía en España.
Hemípteros.
Oncotylus setuJosus B..-^c\\. (Wanz. Ins., iv, p. 30.)— Se en-
cuentra en Hung-ría, Grecia y Rusia, pero no se ha citado, que
sepamos, de España. Dos ejemplares en Julio sobre la Centau-
rea paniculata Boíl.
Nota, sobre Dorcadion Navasi M. Escalera.
Hace alg-ún tiempo que fig-uran en mi colección cuatro ejem-
plares (dos (f:f y dos Q9) de un Borcadion etiquetado por mí
mismo, después de un maduro examen, con el nombre de
Dore. onoJitor?, así, con el sig-no de duda por encontrar entre
estos individuos y los que poseo del verdadero D. molitor al-
gunas diferencias.
No fiándome de mis pobres conocimientos, y deseando acla-
rar el asunto y tener seg-uridad de que los coleópteros perte-
necían á la mencionada especie, los envié para su revisión
(cuidando de hacer desaparecerla etiqueta para evitar prejui-
cios) al insig-ne entomólogo de Paskau, Edmundo Reitter. que
me los devolvió con el mismo nombre que yo les había dado,
Borcadion molitor, pero avanzando un poco más, es decir, sin
el signo de duda.
Estos ejemplares, que me fueron remitidos en consulta desde
Zarag-oza por el padre Navas, pertenecen al Borcadion Navasi
descrito recientemente (Anales de la Soc. esp. de His. nat.,
Acias de 1900, p. 234) por nuestro consocio D. Manuel Martínez
Escalera.
Como alg-uno de los conceptos de la descripción orig-inal
tiene necesidad, á nuestro juicio, de ser rectificado ó ampliado,
nos va á permitir el Sr. Escalera que intentemos la rectifica-
ción ó ampliación con nuestros ejemplares á la vista, copiando
desde lueg-o, para mayor claridad, sus mismas palabras.
«1.° Color pardo obscuro... con los palpos neg-ros... Cuerpo
»con fajas blancas. 2.° Cabeza... densamente pubescente de
»blanco. 3.° Protórax... con una costilla... surcada en toda
136 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
»sii long-itud. 4.0 Élitros., con una faja humeral interrumpida
»formando lúnulas desig-uales... excepto en una 9 en que la
»faja humeral es entera en toda su long-itud. Otra faja también
»blanca (como las anteriores... entre la sutura j el húmero no
»pasa de2mm. de longitud, menos en la hembra dicha en la
»que la tercera faja... continúa entera hasta cerca del ápice.»
(M. Escalera.)
1.0 El color g-eneral en una de mis Q9 es pardo claro con
las fajas blancas amortig-uadas en su color, que resulta más
bien de un color g-ris sucio que blanco, al contrario de los otros
ejemplares, en los que dichas fajas son de un blanco puro; los
palpos, participando del color g-eneral del cuerpo, son rojizos,
como las patas, con el último artejo casi g-labro y más obscu-
ro que los otros, excepto la extremidad misma que es de un
rojo vivo. Este punto rojizo en la extremidad de los palpos se
presenta también en los dos efe/; tan sólo la Q restante los
tiene completamente neg-ros.
2." La pubescencia blanca de la parte anterior de la cabeza
(hasta la base de las antenas) se halla sembrada de numerosos
pelitos neg-ros, de tal suerte, que el color, en vez de ser como
el del vértice, de un blanco puro, es g-risáceo, notándose la di-
ferencia á simple vista en los cuatro individuos.
3.° El surco de la costilla lisa del protórax desaparece en un
ejemplar cf casi por completo, pues sólo hacia el medio se nota
una pequeña línea hundida, que no alcanza á un milímetro
de long-itud.
4.° La faja blanca humeral es entera en los cuatro indivi-
duos que poseo, yendo desde la base hasta el ápice y fundién-
dose en este punto (excepto en una Q cuya faja no alcanza el
ápice mismo) con la marg-inal y la sutural. La que hay entre
la sututa y el húmero es muy desig-ual. En un cf apenas lleg-a
á un milímetro; en el otro casi hasta el ápice, pero dejándose
ver sólo de trecho en trecho. En las Q2 4 y 5 mm. respectiva-
mente.
Una observación más.
Conste que no nos g-uía al publicar esta última nota el deseo
de la exhibición, sino el amor á la verdad. Si el Sr. Martínez
Escalera lo cree así y aún es tiempo , puede tomarla en consi-
deración: de todos modos, nos basta la satisfacción de la pro-
pia conciencia.
DE HISTORIA NATURAL. 137
La triquina espiral ( TñcMiia spiralis Owen). (i)
D. JUAN MANUEL DÍAZ VILLAR.
Son pequeños vermes que, cuando adultos, tienen el cuerpo
delg"adísimo como un cabello, apenas apreciable á simple vis-
ta; su parte posterior, lig-eraraente abultada, es cilindrica, y la
anterior va estrechándose g'radualmente de atrás adelante. El
macho mide una long-itud de 1,5 mm. por 40 milésimas de an-
cho, y la hemhra de 3 á 4 mm. de largo por 60 milésimas de
ancho.
La triquina Ueg-a á su completo desarrollo ó adquiere sus
órganos g-enitales en los intestinos delgados de los mamíferos
y de las aves (triquina intestinal), en cuyo estado pueden
distinguirse bajo el aspecto de pequeños filamentos blanque-
cinos, que se agitan en el moco y en la superficie intestinal.
Las larvas (triquina muscular) emigran á los músculos de los
seres en que se albergan, vagan libres por alg-unos días, y una
vez alojadas en la fibra contráctil, se arrollan en espiral y se
enquistan. Ya en esta fase de enqiiistamiento, pueden existir
vivas y aptas para entrar en evolución por espacio de muchos
años; pero jamás Ueg-an á su completo desarrollo ó estado se-
xuado, sin que antes sean ingeridas en un animal de tempe-
ratura constante.
Cuando se introduce en el estómag-o de un mamífero carne
que contenga triquina enquistada, el jugo g-ástrioo disuelve
las paredes del quiste en donde se halla encerrado el parásito,
dejándole en libertad. En este momento los sexos no son dis-
tintos; pero bien pronto se desarrollan los órg-anos g-enitales, y
al cabo de dos ó tres días adquieren su estado sexual perfecto,
entregándose entonces á la reproducción. Los huevos fecunda-
dos se desarrollan en una dilatación del oviducto de la triqui-
na, en donde se realiza el nacimiento de los nuevos vermes,
que son expulsados por la vulva, por lo que son ovovivíparas.
Las hembras fecundadas se introducen en la mucosa intes-
tinal donde tiene lugar el nacimiento que comienza á los cinco
(1) Esta nota va encaminada á divulgar el conocimiento de la triquina y á preca-
ver 8U desarrollo.
N." 2.— Febrero, 1901. 10
138 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
Ó seis días de efectuarse la cópula y continúa durante un mes
próximamente, en cuyo tiempo se supone que de cada hem-
bra se derivan 10.000 ó 15.000 embriones. Después, las triqui-
nas intestinales son evacuadas poco á poco con las materias
fecales, de modo que al cabo de seis semanas apenas si se en-
cuentra el parásito en el intestino de la víctima.
Los embriones, en el momento que salen del cuerpo de la
mailre^ atraviesan las paredes intestinales y la cavidad visce-
ral del ser en que se alberg-an, y emig-ran á los músculos es-
triados principalmente, trasmigración que , en parte , la efec-
túan de una manera activa, abriéndose paso á través del tejido
conjuntivo, y, en parte, con ayuda de la corriente sang'uínea.
una vez alojados en los haces primitivos, perforan el sarcole-
ma y penetran en la fibra muscular, cuya substancia deg"enera,
al paso que proliferan activamente los núcleos musculares, y
fijándose las larvas en una distensión tubulosa de la referida
fibrilla se transforman en el espacio de catorce días en g-usano
arrollado en espiral , alrededor del cual , y dentro del sarcole-
ma, se forma una cápsula transparente en forma de limón,
dentro de la que queda encerrado el nuevo helminto. Los
músculos muy abundantes en fibras tendinosas ó que están en
contacto con superficies óseas, como el diafragma, los maséte-
ros y los respiratorios, son los más expuestos y los que con
preferencia les sirven de morada, debido, sin duda, á que el
tejido lig-atorio y los huesos constituyen un obstáculo insupe-
rable á la marcha invasora del gusano, y, por tanto, éstos se
ven obligados á residir en g-ran número en dichos músculos.
El quiste se forma á expensas de la substancia muscular
degenerada y del sarcolema, cuyo capsulamiento principia por
una vesícula oblonga, delgada y transparente, que forma una
envoltura protectriz al nuev^o helminto. En el interior de ésta
se observan algunas veces tres ó cinco triquinas; pero, por lo
general, existe una sola ó dos en un mismo quiste, en donde
después de adquirir cierto grado de desarrollo, se dispone en
espiral y queda inmóvil: es decir, en estado de vida latente.
En estas condiciones, lleg'a la triquina muscular á su com-
pleto desarrollo en poco más de catorce días, y entonces mide
próximamente 1 mm. de largo por 40 milésimas de ancho; el
cuerpo se presenta bajo el aspecto de un fino cabello ensorti-
jado, adelgazado en sus extremidades, .sobre todo, en la ante-^
DE HISTUKIA NATURAL
133
i'ior; su tubo dig-estivo es semejante al del estado adulto, y ha-
cia el tercio posterior se disting-ueu ya los rudimentos de los
órganos g-enitales. La figura adjunta representa la triquina
enquistada en los múscu-
los de los cerdos decomisa-
dos en el Matadero de esta
corte,, en donde se han re-
gistrado, en poco más de
tres meses, 16 casos de tri-
quinosis porcina, y ha
sido tomada del natural
por D. Ang'el Cabrera La-
torre de preparaciones he-
chas por los alumnos de
la cátedra de Higiene de
la Escuela de Veterinaria
de Madrid.
Los animales que pue-
den ser invadidos por tan
terrible helminto son muy
numerosos. Por la vía ex-
perimental se han llegado
á infectar los músculos de
g-ran número de mamífe-
ros; pero espontáneamen-
te sólo se ha comprobado la infestación en el hombre, cerdo,
jabalí, hipopótamo, rata doméstica, ratón, perro, zorro y gar-
duña. La triquina puede adquirir su estado sexuado en los
intestinos de las aves; pero las larvas jamás se han observado
en los músculos de estos animales, debido quizás á la inepti-
tud de los embriones para verificar en ellos la emigración.
El hombre toma casi siempre su triquina del cerdo, y este
animal de los pequeños roedores citados, por lo que considera-
mos conveniente dar á conocer las especies de ratas que viven
en la Península. (Lámina i.)
* *
Tri(iuina muscular enquistada , tomada del
natural con aumento de,[00 diámetros; el
quiste de la izquierda contiene dos larvas.
La rata común ó negra (Mus rattus) con la subespecie ale-
xandñnus, y la rata turón ó emigradora (Mus decumamis), pa-
recen ser los animales en quienes este vermes se perpetúa y
140 boletín de la. sociedad española
encuentra su residencia habitual, en razona que estos pequeños
roedores matan y devoran, cuando pueden, á sus semejantes.
La rata común ó neg-ra (Mus rattus L.) tiene la cola bastante
más larg-a que la cabeza y el cuerpo juntos, las orejas anchas
y larg-as, llegando hasta los ojos cuando se las echa hacia ade-
lante, y las crestas del cráneo poco marcadas. Su color es ne-
gruzco, negro ó pardinegro, con un matiz ceniciento en la
parte inferior del vientre, según puede verse en la lámina. En
esta especie se hallan algunas veces ejemplares albinos, y una
variedad (intermedius Ninni), que es gris clara, con el vientre
blanco, y una faja negruzca á lo largo del dorso. (Lámina i,
figura 1.)
La subespecie ( Mus ratius alexandrimis E. Geoíf.) sólo se di-
ferencia por su color pardo leonado, á veces algo rojizo, las
partes inferiores blancas, y la garganta con frecuencia amari-
llenta. (Lám. I, fig'. 2.)
El origen de la rata común, con la subespecie alexandrimis
y la variedad inte^'medius, no se conoce aún de un modo posi-
tivo. Unos autores suponen que vinieron á Europa siguiendo
á los primeros pueblos emigrantes; piensan otros que lo hicie-
ron en la época de la invasión de los bárbaros, y no falta quien
crea que proceden de África, y vinieron con los árabes, por lo
menos la subespecie ahxcmdrinus. Ninguna de estas hipótesis
ofrece visos de veracidad, siendo la más aceptable la que,
fundándose en la costumbre que las ratas tienen de seguir
á los grandes ejércitos, supone que estos roedores vinieron á
Europa siguiendo á los hombres y caballos que regresaron á
fines del siglo xi después de la primera cruzada. El hecho de
datar del siglo xii los documentos más antiguos que acerca de
estos molestos animalillos se conservan, vienen á dar fuerza á
esta opinión.
Algunos autores sospechan que las primeras ratas que 'vi-
nieron á Europa eran de la subespecie alexandrinus , y que
luego han ido variando de color. De ser así, habría que supo-
ner que las que hoy existen de esta especie proceden de emi-
graciones muy recientes.
Actualmente, esta especie no es tan abundante como en
otro tiempo, pues es muy perseguida por el Mus decummms;
pero aún no ha llegado á extinguirse del todo.
La rata turón ó emigradora (Míis decumanus Pall.) presenta
DE HISTORIA NATURAL. 141
la cola bastante más corta que la cabeza.y el cuerpo juntos; las
orejas medianas, de modo que no lleg-an á los ojos cuando se
las echa hacia adelante; las crestas del cráneo bastante salien-
tes; el color pardo claro ó rojizo, más pálido y algo g-ris en las
partes inferiores. Á esta especie corresponde la variedad ma%-
rus Waterh, que es neg-ruzca, asemejándose por esto á la rata
común; pero difiere de ésta por su cola y orejas más cortas.
Como tipo déla especie que nos ocupa, exponemos el ejemplar
representado. (Lám. i, fig-. 3.)
La existencia de esta rata en nuestro país, data de fecha re-
lativamente reciente. En los años 1725 á 1730, millares de es-
tos roedores entraron en Europa por la Rusia oriental, atrave-
sando el Volg-apor la parte de Astrakan, y extendiéndose poco
á poco hacia el O., invadieron aquella parte del mundo. Hay
quien afirma que las referidas bandadas de roedores proceden
de la Persia; mas Filippi, Hutton, Blanford y otros muchos
autores que conocen bien este reino y sus animales, afirman
que entre éstos no se encuentra el Mus demmanus, siendo un
verdadero absurdo suponer que toda la especie hubiese aban-
donado su país natal para pasar á Europa.
Otros dicen que proceden de las Indias Orientales, afirman-
do alg-unos que de éstas fué á Inglaterra un barco cinco años
después de la emigración descrita, llevando en él numerosas
ratas de esta especie. No obstante, hay que advertir que en la
India sólo se las halla en las ciudades más populosas que
mantienen comercio con Europa, lo que nos induce á sospe-
char que han ido allí en barcos de esta procedencia. Acerca de
ésto, la opinión más acertada es la de Blyth, quien supone que
la especie en cuestión debe tener su cuna en el O. del Asia
Central.
Por lo demás, no sabemos á punto fijo cuándo se presenta-
ron estas ratas en Madrid. En París aparecieron en 1753, mien-
tras que en Suiza no fueron frecuentes hasta 1809.
Como profilaxis fundamental proponemos la conveniencia
de destruir los citados roedores, observando los preceptos si-
guientes:
1." Se exterminarán por medio de substancias tóxicas, dis-
146' BOLETÍK DE LA SOGIEUAD ESPAÑOLA
puestas cbnveniéntemen te en las alcantarillas, acometidas.-
pozos negros y demás residencias habituales, con las debidas
precauciones, y á beneficio de sus enemig-os naturales, espe-
oiálménte los perros Griffons, llamados ratoneros.
^2." Las autoridades dictarán medidas encaminadas á reco-
ger dé la vía publica los cadáveres de estos múridos para so-
meterlos á la cremación, impidiendo que sean confundidos
con las inmundicias,. como sucede en la actualidad; y
3." Prohibición, bajo penas severas, de emplazar los ceba-
deros de cerdos en los corrales, muladares y demás locales
destinados á depósitos de basuras que puedan contener restos
de animales sospechosos de infestación triquinica.
Notas sinonímicas sobre el género Dorcadiotí Dalm.
D. MANUEL MARTÍNEZ ESCALERA.
El Sr. Pie, de Dig'oin, en el número de Diciembre pasado del
Bol. de la S. E. de France, pretende rectificar la sinonimia
de alg-utías de mis nuevas especies y variedades del g-énero
Borcadíon Dalm., aduciendo el que yo he empleado para las
primeras, nombres dados por él á unas variedades de su fabri-
cación y el que para una variedad mía he dado el de una es-
pecie de todos conocida.
Y ya que el S'r. Pie, erigiéndose en definidor, quiere enmen-
darme la plana y atribuirse alg-unas especies más por ese su
sistema, bueno será hacer presente el por qué no estimo en-
nada su opinión.
Una variedad no tiene vida propia; así D. v. ru^pes Esc, ni
se dice ni debe decirse porque no se sabe á qué pertenece y
será menester decir D. BolivaH v. ru^pes 'Esc, por la misma
razón que no se dice Bolivari Lauíf. , sino Dorcadion BolivaH
Lauff.: y qué duda tiene que puede emplearse el nombre es-
pecífico de BolivaH para tantos cuantos g-éneros de coleópteros
existan sin causar confusión ni aumentarla sinonimia; lueg'o
para las variedades podré yo emplear el nombre de rnfifes
cuantas veces lo crea oportuno; y así bien está mi v. rufipes.
del D. Bolivari Lauff., hasta tanto que otro entomólog"o más
DE HISTORIA NA.TURAL. táS
clarividente ló eleve á lá categ-oría de especie , en cuyo caso
sí será reo de sinonimia y podrá en justicia ser desbautizado:
cosa que no ocurrirá con las variedades del Sr. Pie en el D. Bo-
livari, por la sencilla razón de que no son variedades siquiera,
como diré en el curso de mi Revisión. , •
Y hé aquí el por qué me he creído con derecho á emplear
para una variedad un nombre específico de Fabricius de todos
conocido y á usar otros de variedades de Pie, que no lo son
tanto, para mis especies; las cuales hasta nueva orden siguen
siendo D. Lauferi Esc, y D. grisescens Esc, haciendo^ caso
omiso de los nombres dados por el Sr. Pie.
Las leyes de nomenclatura zoológ-ica aprobadas en los di-
versos Cong-resos nada dicen contra esto , y en cambio son
muchos los ejemplos que podrían referirse que demuestran mi
aserto ; y para sólo citar uno bien reciente , recordaré que el
eminente entomólogo de Ginebra, M. Henri de Saussure, hace
bien poco tiempo ha descrito una especie con el nombre dé
Maura breTÍpe?inis existiendo ya una Maura rugulosa var. dré-
vipemiis Bol., sin que á nadie se le haya ocurrido que el nom-
bre dado por M. de Saussure debía ser substituido.
*
* *
En el número de Enero de las Acias de la Soc. esp. de His-
toria Nat. describo como nuevo mi D. insidiosum cuyo nom-
bre debe pasar á sinonimia de I). Seguntianu7)i Dan.
Tenía yo los dos ejemplares c^ y 9 sobre los cuales describí
la especie mezclados con D. Uhagoni, sin etiqueta y en su
lug'ar un número impreso; en ini reciente viaje á Reúnes,
buscando la procedencia exacta de dicha especie vinimos á
dar el Sr. Rene Oberthür y yo, por la preparación de los insec-
tos y otros números semejantes sobre otros Borcadion de Cuen-
ca, en que pudieran provenir de Korb, y efectivamente corres-
pondían á un envío hecho por dicho señor y cuya lista halla-
mos, averig-uando que procedían de Sig'üenza y no de Cuenca
como erróneamente dije: lectura más atenta del D. ¡Segun-
lianuTn Dan., y la localidad de los ejemplares en cuestión han
aclarado este punto: así, deberá decirse D. Í7isidiosum Esc.=
D. Seguntiamim Dan.
»
* *
144 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
El Sr. Lafuente, de Pozuelo de Calatrava, sin conocer los
tipos de mi D. Navasi atribuye dicha especie á D. molitor, lle-
g-ando á ampliar la descripción de tipos que no ha visto, lo
cual es un colmo de observación al que no todos lleg-an: el se-
ñor Lafuente después de consultarlos con el Sr. Reitter, des-
cribe unos ejemplares que le envió el P, Navas, de Zarag-oza,
erg"o todos los Dorcadion de Zarag-oza que envía el P. Navas,
son D. moHtor para el Sr. Lafuente; pero es el caso que en Za-
rag-oza existen tres especies, 7)iol¡tor, Navasi, y otra que poseo
innominada: procure el Sr. Lafuente conocerlas, y entonces
estará en su punto la filípica conminatoria con que concluye
su disertación.
*
He visto en la colección Oberthür D. senegalense Thoms, que
no es más que un D. molitor y muy verosímilmente de Zarag-oza
pudiendo atribuirse el cambio de localidad á una etiqueta mal
escrita ó mal interpretada por ser parecidos en manuscrito los
comienzos, Sarag. Seneg. de las dos localidades confundidas;
de todas suertes, D. senegalense no lleg-ó á ser descrito.
BOLETÍN
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión del 6 de Marzo de 1901.
PKESIDENCIA DE DON BLAS LÁZAEO É IBIZA.
Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior.
Asiste D. Calixto Tomás y Gómez, catedrático de la Escuela
de Veterinaria de Córdoba.
Correspondencia. — El Secretario dio cuenta de una circular de
la Unión Zoológ-ica Italiana anunciando que la seg-unda Asam-
blea del Convenio zoológ-ico nacional tendrá lug"ar en Ñapó-
les el próximo Abril, y enviando tarjetas para las personas
que deseen inscribirse; de la Comisión de propag-anda para la
Exposición provincial de Málag-a para el año 1901, y de la So-
ciedad malag-ueña de Ciencias Físicas y Naturales, partici-
pando la constitución de su nueva Junta directiva.
Admisiones. — Quedaron admitidos como socios numerarios
D. Vicente Pérez Cano, de Madrid, calle Mayor, 59, y D. José
Maxim. Correa de Barros, de San Marthino d'Anta, Sabroza,
Portug-al, presentados en la sesión anterior; acordándose fig"u-
rase en la lista de socios el Instituto de seg'unda enseñanza
■de Guadalajara.
Se hicieron veinte presentaciones de nuevos socios.
Proposiciones. — Continuando la discusión pendiente sobre la
proposición del Sr. Martínez Escalera, referente á si nuestra
Sociedad debería elevar á los Poderes públicos una exposición
pidiendo que la Historia natural fig-ure en la enseñanza pri-
maria y en qué forma debería redactarse aquella exposición,
el Sr. Presidente rog'ó á los señores que habían tenido la ama-
bilidad de prometer algún trabajo como cuestionario ó lección
N.» 3.-Marzo, 1901. 11
146 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
que sirviera de modelo para un libro destinado á la instruc-
ción délos maestros en la ciencia de que se trata, que, á serles
posible, lo presentasen en la sesión próxima, pues por el in-
terés de la cuestión y por la inneg-able utilidad de tales traba-
jos, convenía que esta deliberación no se interrumpiese. El
Sr. Calderón leyó una breve lección sobre la cristalización y
los cristales en general, y el Sr. Bartolomé, tres lecciones de
un breve cuestionario de Historia natural que podría servir
para las escuelas de párvulos.
Hicieron uso de la palabra sobre la proposición discutida los
Sres. Artigas, Gredilla, Cerezo, Olóriz, Gómez, Puig- y Barto-
lomé, éste último estimulando á los Sres. Socios á que am-
plíen el ofrecimiento de objetos recogidos, hecho á la Escuela
Normal de Madrid, á todas las de España, y explicó cómo
se enseñan las ciencias físicas y naturales á los niños en la
Escuela Froebel de Madrid. El Sr. Olóriz invitó al Sr. Presi-
dente á que recoja las diversas indicaciones que sobro la cues-
tión se han ocurrido á los diferentes socios que han interve-
nido é intervengan en esta discusión y condense la resultante,
lo cual le parecía más práctico que el nombramiento de una
Comisión, como otros Sres. Socios habían propuesto.
El Sr. Presidente, D. Blas Lázaro, dijo que sentía mucho
que una indisposición pasajera le hubiera impedido asistir á
la sesión anterior, por haberse suscitado en ella una cuestión
que le interesa vivísimamente, y sobre la cual tiene alguna
experiencia por su intervención desde hace veinte años en la
enseñanza de Ciencias de la Escuela Normal Central de Maes-
tras.
Haciéndose cargo de algunas de las indicaciones hechas en
la sesión anterior, expuso su opinión de que los libros de lec-
turas .científicas en las escuelas primarias constituían un me-
dio de muy escasa eficacia para propagar estos conocimientos,
y que en cuanto á libros para los maestros no eran realmente
necesarios, pues éstos podían manejar con fruto los corrientes
en los Institutos y Universidades para adquirir los conoci-
mientos teóricos necesarios, siendo más útil cuanto tendiese
á difundir entre los individuos de tan digna clase los cono-
cimientos prácticos y la conveniente cultura en el manejo del
material.
Expuso su convencimiento de que la proposición del se-
DE HISTORIA NATURAL U7
ñor Escalera debía, desde lueg-o, ser aprobada; pero que, reco-
nociendo la dificultad de que la enseñanza de las nociones
científicas en todas las escuelas primarias fuese todo lo fructí-
fera que era de desear, si el personal encarg-ado de ella no
tenía la debida preparación, como era de temer, creía también
que esperar á que el nuevo personal que hoy se halla en vías
de formación en nuestras Escuelas Normales sustituyese al
mag-isterio primario actual, suponía una espera demasiado
larg-a; y que, como por otra parte, era de temer que g-ran parte
de este personal no saliese bastante iniciado por las condicio-
nes especialísimas en que esta reforma se había establecido,
deberían proponerse alg-unas medidas que facilitasen la adqui-
sición de los conocimientos necesarios á los maestros de hoy á
fin de que estos pudiesen inaug-urar las enseñanzas científicas
en más breve plazo.
Que por el momento le ocurría que podrían org-anizarse por
los físicos, químicos y naturalistas que á ello se prestasen,
cursos breves y prácticos sobre las cuestiones científicas más
indicadas para los cursos primarios en las capitales de distrito
universitario y en todas las poblaciones en que hubiese ele-
mentos para ello, á fin de que los maestros actuales y venide-
ros adquiriesen cierta práctica de los experimentos y observa-
ciones más importantes. Los maestros podrían concurrir á estos
cursos durante las vacaciones escolares como hoy lo hacen á
las Asambleas oficialmente establecidas, las cuales podrían ser
sustituidas por estos cursos ó coincidir con ellos. También
podrían establecerse comisiones de personal práctico en la
experimentación científica que fuesen recorriendo las diferen-
tes comarcas y dando en ellas cursos breves y prácticos para
familiarizar á los maestros con la experimentación y con el
manejo del material, como se hace con no mal éxito en otros
países de Europa. Debería también pedirse para que las ense-
ñanzas científicas dadas en las Normales actualmente no pare-
ciesen ser tenidas como conocimientos secundarios ó de ador-
no , que éstas interviniesen en las oposiciones á escuelas pú-
blicas al par de la Geog-rafía ó de la Historia, cosa que hoy bo
sucede, pues no se piden más que en las escuelas superiores
de niños, y aun en éstas, con un carácter muy especial.
Estas y otras medidas que podrían proponerse, debieran ^^h-*— "-—i.^
acompañar á la petición fundamental contenida en la propo--/^v!.*il/4/
juj I L I B f^ A P '
148 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
sición del Sr. Martínez Escalera para que dicha reforma se es-
tableciese en condiciones favorables y sin esperar larg-os años,
como supondría el aguardar cruzados de brazos hasta que sur-
giera otra generación de maestros.
Secciones. — La de Zakagoza celebró sesión el día 27 de Fe-
brero, bajo la presidencia de D. Manuel Díaz Arcaya, que-
dando admitidos como socios:
Numerarios. — D. Mariano Sánchez Bruil, catedrático de Agri-
cultura en el Instituto de segunda enseñanza; D. Marceliano
Isabal, abogado, y D. José Esteban García Fraguas, doctor en
Medicina y profesor en el Instituto de segunda enseñanza, to-
dos de Zaragoza, y presentados en la sesión anterior.
Agregado. — D. José Augusto Sánchez Pérez, alumno de Cien-
cias, presentado en la misma sesión.
Se hicieron cuatro nuevas presentaciones.
El Sr. Gregorio y Rocasolano leyó la siguiente noticia necro-
lógica:
«En su sesión última, esta Sección de la Sociedad Española
DE Historia Natural me confió el encargo de dedicar un re-
cuerdo á la memoria de nuestro querido y malogrado CQnsocio
D. Jacinto Marcos Zamora, fallecido en esta ciudad el 20 de
Enero del corriente año; y cumplo este triste deber, apenado
mi espíritu por la reciente pérdida del amigo entrañable, poro
halagado por tener ocasión de recordaros los merecimientos
de nuestro malogrado compañero.
D. Jacinto Marcos Zamora nació en Valladolid el año 1864,
y en dicha ciudad hizo los estudios de segunda enseñanza,
pasando después á Madrid, donde fué alumno de la facultad
de Ciencias, y más tarde á Zaragoza, en cuya Universidad y
en el curso de 1883-84, recibió el grado de licenciado en Cien-
cias físico-químicas con nota de sobresaliente.
En el curso de 1884-85, hizo en la Universidad Central los
estudios del doctorado en la referida facultad y sección, y en
1886 fué nombrado, previa oposición, ayudante de las cátedras
de Quínaica de la Universidad de Zaragoza.
Desde esta fecha hasta la de su prematura muerte dio pal-
pables muestras de su amor al trabajo y entusiasmo por la
enseñanza, desempeñando en diversas épocas en nuestra fa-
cultad de Ciencias las cátedras de Ampliación de la Física,
DE HISTORIA NATURAL. 149
Mineralogía y Botánica, Zoolog'ía, Química inorgánica, y sin
retribución alg-una y durante ocho cursos completos, la de
Cosmog-rafía y Física del g-lobo.
Dio gallarda prueba de su celo por la enseñanza privada en
su gestión como director del Coleg-io Politécnico de esta ciu-
dad, cargo que desempeñaba desde 1893.
Ha muerto nuestro compañero en plena juventud, cuando
apenas ha podido revelarnos algo de lo que sus talentos ate-
soraban, trayendo su pérdida con siniestro poder la más pro-
funda de las ang-ustias sobre una esposa que ha quedado sin el
compañero de su vida y unos niños que han quedado sin pa-
dre... ¡Pobres huérfanos!
Vida dedicada por entero al trabajo fué la de nuestro inol-
vidable consocio; pero al rudo trabajo de la enseñanza, por el
que sentía verdadera vocación, y lleno de inteligencia, de fe y
de entusiasmo para el cumplimiento de su aug'usta misión,
dejó de pertenecer al mundo de los vivos. ¡Descanse en paz!»
El mismo Sr. Gregorio Rocasolano dio lectura á una nota
remitida por el Sr. Pan, de Seg-orbe, continuación de la leída
en la sesión anterior, sobre Plantas teruelanas.
— El Sr. Sánchez Pérez presentó una nota dando cuenta de
una Excursión a Mezalocha (Zaragoza), verificada por el cate-
drático Sr. Gila en compañía de sus alumnos.
— El Sr. Jimeno dio lectura á unas Noticias históricas sobre
terremotos acaecidos en España.
— Por último, el Sr. Gila anunció que iba á organizar para
la próxima Semana Santa una excursión de Riela á Calata-
yud en compañía de sus alumnos, invitando á los señores so-
cios que deseen tomar parte en ella , para lo cual daría á co-
nocer oportunamente las condiciones.
Notas y comunicaciones.
Una especie nueva para la flora de Europa
POR
DON CARLOS PAU.
D. Francisco Jiménez Munuera, de Cartagena, se ha servido
remitirme en consulta ocho muestras de vegetales; desconocí
el remitido con el número 6 por hallarse reducido á la parte
1» boletín de la sociedad española
superior de la planta, y por lo tanto no ser posible apreciar si
se trataba de una especie anual ó de raíz perenne, y con flo-
res, menos una umbela que trae frutitos muy jóvenes; así es
que rog-ué á dicho señor repitiera de nuevo el envío con bue-
nos y completos ejemplares. Al colocarla estos días (26 de Fe-
brero) en mi colección descubro, á pesar de lo defectuoso del
ejemplar, que pertenece á una especie nueva para la ñora
europea.
■ Se trata de la Selinopsis fmtida Coss. et Dur.
Tanto esta especie como su añne la iS. montana Coss. et Dur.
entran en el plan de morfolog-ía específica á que pertenece la
PimpineUa dicJwtomaDC; por consig-uiente opino, dada esta
afinidad morfológ-ica, que la SeUnopsis foslida debe calificarse
de Pimpinella foBtida.
■ De los restantes números merecen citarse la Cutandia scle-
Tiroides Wk. , especie sumamente rara en España, y que
Willkomm no menciona en sus obras mas que de una sola
localidad (cabo de Gata), y oiAstragalus Mauritaniciis Coss. et
Dur., recog-ida únicamente en España por los viajeros Porta,
Rig-o y Reverchou.
Como todas estas localidades son mucho más meridionales,
los descubrimientos de nuestro estimado consocio tienen suma
importancia desde el punto de vista g-eog-ráfico, por aumentar
el área de su dispersión hasta Cartag-ena.
Plantas teruelanas recogidas por D. Antonio Badal
POR
DON CARLOS PAU.
Sabido es que el Sr. Badal, cura de Las Parras de Martín,
fué uno de los principales colaboradores de los íSnpJementos de
Lóseos, y que á este botánico se debía valiosa cooperación en
dichos trabajos. Publicado lo más importante de su colección,
tanto en las obritas citadas como en nuestras Notas botánicas;
seg-ado el campo, como quien dice, no nos queda otro recurso
que espig-ar con cuidado en las nuevas remesas de hierbas
que hemos recibido recientemente, debidas á rueg-os de don
José Pardo, que veía con sentimiento permanecieran inéditas
y en peligro de perderse y desapapecer.
Las publicaciones indicadas no son el único inconveniente
DE HISTORIA NATURAL. 151
para quitar novedad á los descubrimieutos del Sr. Badal. Re-
cogidas sus hierbas quizás con anterioridad á la de otros botá-
nicos teruelanos, resulta que, por no haberse hecho públicas,
pasamos por descubridores Benedicto, Zapater, Almag-ro,. Re-
verchon y yo mismo, como lo demuestran Astragalus aiislria-
cus, Armería liUoralis, Geum heterocarpum , Conopoclium Boiir-
gaei y otras especies más.
Conocidas y estudiadas las sierras meridionales aragonesas
lo bastante para que podamos permitirnos alg-unas generali-
zaciones, se ve que difieren apenas en su fisonomía botánica
general; y esta misma uniformidad teruelana se extiende por
las tierras valencianas limítrofes que se corren desde el Maes-
trazgo Alto hasta el río Blanco. Hay que tener en cuenta que
entre las especies que no dan carácter botánico se observa que
las sierras orientales presentan más «reliquias aquilónicas»
que las occidentales, á pesar de su menor elevación. Intriga
al naturalista este fenómeno, y al pretender explicárselo acu-
de á su. mente el que las plantas dichas debieran llegar cami-
nando de Oriente á Occidente; mas tropieza en seguida el geó-
grafo en que no puede aplicarse esta misma suposición á las
tierras meridionales que miran á Poniente, porque aquí las
especies siguieron rumbo totalmente diverso, es decir, vinie-
ron de Occidente.
Debió existir, además, un no pequeño impedimento entre
las tierras orientales y occidentales, porque faltan en la parte
oriental especies occidentales; y recíprocamente, lo mismo
sucede en la parte occidental. Este obstáculo contuvo la mar-
cha de ambas invasiones y se opuso á la mezcla de las colo-
nias emigrantes; pero jamás pudo ser este obstáculo tan garan-
de como el que se opuso á la venida de las plantas directa-
mente del Norte; yo me inclino á creer que fué simplemente
orog-ráfico.
Debió existir, á mi modo de ver, una enorme y alta cordi-
llera que con sus regiones desnudas y nieves casi eternas im-
pidió el paso á las plantas de un lado á otro; y da fuerza á este
sentir el que dichas «reliquias.» vengan á subsistir en los ribe-
tes de las sierras teruelanas sin encaramarse en las cumbres
ni aparecer por el interior. Es posible que Penyagolosa venga
á ser los restos que nos quedan de aquella altísima y enorme
cordillera, lo mismo que San Just.
152 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
Como muestra de las recolecciones del Sr. Badal daré en ^
primer lugar las Rosáceas, continuando en notas sucesivas
con las restantes, evitando en lo posible nombrar especies ya
publicadas y citar las muy vulgares.
SpircBci iihnaña L. var. foJns suMus argentéis.— ^\qvv2í Palo-
mita en Villarluengo.
Ruhiis idmis L. — Rara en Peñacerrada, término de Forta-
nete (Sierra Palomita). En la sierra de Albarracín debe abun-
dar, según ejemplares del Sr, Zapater, Parece faltar en Jaba-
lambre y Penyagolosa.
Geum nivale L. — Linares, en el Mas de la Balsa; Fortanete,
en Peñacerrada. Recientemente ha sido también descubierta
en la Sierra de Albarracín por los Sres. Zapater y Almagro.
G. Jieteroc(irpum~Qo\&^. — Escorihuela, en el pico de Castel-
frío. 4 Agosto, 1886.
Esta hierba, que hemos sacado de entre algunos pies de la
Alchemilla, la dimos por especie nueva para la flora arago-
nesa; la etiqueta del Sr. Badal trae la fecha de recolección en
cuatro ó seis años anterior á la nuestra de Jabalambre. Es,
pues, el Sr. Badal el primero que la recogió en Arag'ón.
Bosa Mathonneti Crepín. — Fortanete, en Peñacerrada. 7 Ju-
lio, 1890.
Forma más herbácea, menos leñosa y de hojas mayores que
nuestros rosales R. spÍ7iosissima L. y R. myriacantha DC. , de
los cuales no es más que variedad, y que poseo también de
La Puebla de Valverde desde el año 1892.
En el monte de Bañón, junto á la carretera, y en Monreal
del Campo, ha recogido el Sr. Benedicto otra forma sin ñores
ni frutos parecida á la R. rubeJla Sm., y más todavía á la sor-
MfoUa Godet, que á ser verdaderamente espontánea pertene-
cería á*una de las especies más curiosas de la Península, pues
ning'uria de sus afines se ha descubierto en España.
R. molUs Sm. (vid. Crepín). — Esta especie ya fué indicada
como descubierta por el Sr. Badal, pero no hemos dado con
exactitud el sitio al nombrarla Sierra de Mosqueruela, cuando
Willkomm (SuppL, p. 224) al citarla la lleva junto á Mosque-
ruela. Son dos las muestras recibidas: la una se encuentra rara
«en Valdelinares, hacia el Mas de Gimeno, camino de Lina-
res»; la remitida últimamente es de Peñacerrada, en Fortanete
(Sierra Palomita).
DE HISTORIA NATURAL. 153
Rosa corylifolia Fr. — Peñacerrada, en Fortanete. Parecida á
la R. fruletorum Bess.
El aspecto y los aguijones son ciertamente de la R. glauca
y de su subordinada i2. corylifolia Fr., pero los estilos son mu-
cho menos erizados ó peludos; tampoco trae la muestra frutos
para apreciar el importante carácter sacado de la persistencia
ó no de los sépalos. Yo me inclino á creerla una subcanina
Christ. , pero la carencia de buenas muestras y completas nos
impiden dar nada como seg'uro.
Este es uno de los inconvenientes que tiene el g-énero Rosa.
pues la mayoría de los herborizadores españoles estamos im-
posibilitados de procurarnos muestras, completas, y por con-
siguiente de adelantar en el conocimiento de los rosales de la
flora española, que tantísimo deja que desear.
J./'c/¿ew¿?7/« w¿í;¿or Huds. — Frecuente en Fortanete; también
en Mosqueruela, en las masías de Valtuerta, y en el pico de
Castelfrío de Escorihuela.
Pertenece esta especie al núm. 3394 del SnppJementum de
Willkomm, y tiene por sinónimos, entre otros, A. mihjaris L.
var. suhsericea Gaud., A . pubescens Lam. , A. vulyaris var. ky-
brida Roth., A. hybrida L., etc.
II.
Catairosa aquatica P. B. - Fortanete, en Peñacerrada; 1890.
El descubrimiento de esta especie es mny interesante para
la ñora arag-onesa, porque no se conocía con seg'uridad más
que en los Pirineos; pues las citas zaragozanas de Asso y
Echeandía, seg-ún Lóseos y Pardo (Ser. imp., p. 445), proba-
blemente no pertenecían á esta especie.
El Catálogo de Palomita trae el Aira aquatica; pudiera ser-
vir de confírraación la muestra del Sr. Badal, porque Forta-
nete, á pesar de no consignarlo el catálogo en la relación de
pueblos que nos da, se encuentra con Troncha, Villarluengo,
Cañada de Benatanduz y Cantavieja en las faldas de la sierra
Palomita. Ha sido recogida, además, en Camarena.
Odón lites seroiiua Rchb. p latiJolia.— O divergens Jord.—
O. rubra P. ¡3 divergens Lge.— O. rubra P. var. latifolia Coss.
En las Parras de Martín. En mi herbario la hay de Albarra-
cín (Zapater), Monreal del Campo (Benedicto), Calatayud (Vi-
cioso) y abundante de Gea de Albarracín y Jabalambre.
154 boletín de la. SOCIEDAD ESPAÑOLA
Hieracium CapdevaUi Pau.— En las peñas de la Cueva de
las Palomas (Parras de Martín), 17 de Septiembre de 1881.
Apenas difiere del tipo catalán y es nueva para la ñora
arag-onesa.
Ephedra distacJnja L. — En Orrios.
No podíamos sospechar que esta especie apareciera en el
partido judicial de Teruel, porque todas las muestras que
conocíamos pertenecen á la E. Nebrodensis Tin., tan abun-
dante entre Teruel y Albarracín. Se extiende hasta Calatayud
(B. Vicioso) y se encuentra en Monrealdel Campo (Benedicto).
He visto y recog'ido la E. distachya L. junto al mismo puente
Contreras del río Gabriel (Minglanilla).
Silaiis virescens Boiss. — Las Parras de Martín.
Indico esta especie, á pesar de haberla citado Lóseos (Suple-
mento 5.°, p. 5), porque Wiükomm no consig-na más que la
planta recogida por Lóseos en Cantavieja y se trata de una
especie no conocida en España antes de los descubrimientos
de Lóseos y Badal. Es idéntica á los ejemplares de mi her-
bario.
Astragalus aiistriaciis L. — Las Parras de Martín; 22 de Junio
de 1883.
A no haber permanecido inédita esta noticia hubiera lla-
mado la atención semejante descubrimiento, que después de
haberse recog-ido y publicado la especie de las sierras de
Albarracín y Mosqueruela y Monreal del Campo ha perdido
su interés.
Ca7^ex nutans Rost.—C. paludosa Lóseos, p. p.!
«Valdeconejos en la confluencia bajo de la ermita de San
Juan, 16 de Julio de 1882.»— «Valdeconejos en la umbría, 5 de
Abril del 81.» Planta perteneciente á especie nueva parala
flora española.
La C. paludosa Good., abundante en la Cañada de Valdeco-
nejos (Badal), Calata3'ud (Vicioso) y Tramacastilla (Zapater).
Cynoglossospermum barhatum (M. B.) form. Zapateril . —EcM-
nospemmm bai'baium Leh.m., subsp. aragonense Rev. et Freyer.
— E. Zapatera Pau, \ih.—E. patulum Lehm., v...? Pau, Not.
bot., II, pág. 32.
Las Parras de Martín, 3 de Julio de 1883.— Esta especie,
apenas diversa del tipo, pues los caracteres en que se fundó
la separación, según recientes muestras, no son constantes, y
DE HISTORIA NATURAL. 155
fué recog-ida por el Sr. Zapater en la sierra de Albarracín,
poco después por el Sr. Badal; de 1891 á 93, en las tierras cul-
tivadas de las cercanías de Teruel, por el Sr. Benedicto; en
1892, por el Sr, Reverchon en la sierra de Jabalambre y en
Julio de 1895, por mí en Sacañet (Valencia) y Jabalambre.
En la sierra de Albarracín (Zap.) se encuentra asociada con
el Cynoglossospermuní LappiUa (L.) y en Las Parras de Martín
(Badal) lo mismo. En Calatayud no parece hallarse más que
e.ste último (Vicioso).
Armería fiilicauUs Boiss., p minor Boiss. — Fortanete, en Pe-
ñacerrada.
Carece de corolas casi por completo; en los restos de una
ñor creo descubrir la forma candida.
AntirrJiiniim Utigiosum Pau (A. Barrelieri auct. arag-.). —
Las Parras de Martín.
La especie, sumamente extendida por toda la provincia y
tierras vecinas, se corre desde la sierra de Chiva (límite del
área hasta Cataluña).' Sube hasta la Ming'lanilla, siendo nueva
para Castilla.
Senecio Carpetanus Boiss. (S. Celtibericus Pau).
Esta planta, no conocida más que por los ejemplares dese-
cados g-uardados en el herbario Pavón, fué descubierta por el
Sr. Badal; posteriormente ha sido recog-ida en abundancia
por varios colectores. Es notable la localidad de Monreal del
Campo (S. Benedicto), porque quizás pudiera corresponder á
la Cineraria pahislris de Asso, especie que nos es desconocida.
Lonicera Xylosteum L. — Las Parras de Martín.
Efectivamente es especie no rara en las montañas teruela-
nas, pero la indico porque me extraña que el Sr Badal escriba
en la etiqueta ^.Lonicera injrenaica L. de Lóseos».
La L. Xijlosteiim L. en la sierra de Albarracín (Zapater); yo
la recog-í junto á Camarena.
Teucrium pyrenaicum L. — Villarlueng-o, en la sierra Palo-
mita, cerrada de la Torre Villores. 1.400 m. alt. Confirma las
indicaciones de Asso y Xarne.
Es la localidad más apartada (reliquia iñrenaica) que de la
cordillera pirenaica se conoce. Se presenta esta planta lig'e-
ramente diversa del tipo por las hojas más ang-ostamente
cuneadas; la g-labrescencia se observa ig-ualmente en los
ejemplares asturianos y vascong-ados, aunque no sea tan exa-
156 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
g-erada; noto, además, la pequenez de las hojas en uno de
mis varios ejemplares pirenaicos. La forma dominante del
tipo es la macrophylla.
Asiragalns muticus Pau (A. nevadensis auct. arag-.).— Valde-
conejos, en el barranco al pasar el monte.
Debe ser muy raro el Asir. Boissieri Fiscb. en las montañas
orientales de Teruel; yo no lo poseo. En la Balma, de donde lo
indicaron Lóseos y Pardo, no pude encontrarlo. Seg"uramente
habrá desaparecido de las ramblas del río Valenciano, en
donde lo recogió el Sr. Pardo, arrastrado por las ag-uas y
traído allí por estas mismas de alg-una sierra cercana, que
quizás no sea arag"onesa.
Plcmiago Badali n. sp. — Pl. medim L. afñnis, sed foliis viri-
dibus, g-labris, aliena.
Planta verde, hojas en rosca, carnosas, opacas, rara vez
pubescentes hacia su parte superior, ligeramente pestañosas,
aovado ú oblong-o-elípticas, obtusas, adelgazadas en corto
peciolo, más ó menos dentado al margen generalmente ondea-
do, con tres á siete nervios, pero lo más constante son cinco;
pedúnculos erectos, algo encorvados en la base, tenues, del-
gados, alampiñados en su mitad inferior y ligeramente asur-
cados; espigas cilindricas, brácteas lanceoladas, brevemente
escariosas y con el dorso redondeado, más cortas que el cáliz;
segmentos calicinos elíptico-oblongos, escamosos, menos la
quilla dorsal aguda y verde; mucronados; corola blanca, pla-
teada, brillante, cápsula...
Las Parras de Martín (Badal, sin fecha); sierra de Albarra-
cín, en Priegos (Zapater, 1887); Sacañet, en el reino de Valen-
cia, á 1.500 m. de altura. Lugares húmedos; Julio de 1895.
Erinus Mspanicus P.— Las Parras de Martín.
Los botánicos aragoneses no indicaron esta forma como de
su país; únicamente Lóseos (Trat., p. 122) cita de Bielsa la
variedad glahratiis, que ciertamente no pertenece á la pro-
puesta por Lange. Este último autor, á nuestro entender, ha
fraccionado indebidamente este tipo específico y ha prescin-
dido, de los caracteres morfológicos constantes y de los geo-
gráficos.
Todas las formas españolas se pueden reducir á dos tipos:
el uno de primer orden, E. alpinus L.; el otro subordina-
do, E. hispanicns P. Considérese el segundo bien como sub-
DK HISTORIA NATURAL. 157
especie, bien como variedad, por más que para nosotros la
«variedad» carece la inmensa mayoría de las veces de valor
taxonómico alg'uno y, en cambio, otras veces representa «pe-
queñas especies», y que por esta causa debiera desterrarse la
voz «variedad» en taxonomía, sustituida en ocasiones por
forma ó variación, y en otros por subespecie ó pequeña espe-
cie, considérese, repito, como la escuela de cada naturalista
le sug'iera, lo cierto es que en España existen dos tipos geo-
gráficos distintos, acompañados de caracteres morfológ-icos,
alrededor de los cuales podemos ag-rupar las formas conoci-
das. Ambos tipos presentan formas lampiñas y formas vello-
sas y pubescentes, pero en variaciones intermedias que indi-
can la clara distinción en el E. alpimis L.
El E. hispanicus P. no es ig-ual al E. aJpiniis L. p Jdrsu-
tus G. G., seg-ún Lang-e expuso en el Prodr. fl. Msp., ii, p. 592,
porque E. hispanicus P. no existe en la flora de Francia.
Bajo el nombre de E. aljñmis var. hirsiUus Lg-e. (non Gr.
Godr.) ó E. cdpiniis L. var. viUosus Lg-e. nos da su autor las
formas pirenaicas del E. alpinus L. cubiertas de pelos blancos
y lanosos y el E. his'paniciis P.
El E. aljñnus L. ¡3 glabratus Lang-e pug. es una forma glahra
et microphyUa del E. hispariicus P.; pero también incluye
alg'una forma g-labra pirenaica del ^. alpimis L.; porque la
verdadera variedad glabratus Lg-e. es propia de Asturias,
Cantabria y Castilla la Vieja; como el Erinus hispa7iiciis P.
tuvo su centro de creación quizas en Valencia y es forma
propia de la reg-ión oriental y austro-oriental.
Infiérese de lo expuesto la necesidad de revisar de nuevo
todas las citas é indicaciones de los autores que nos precedie-
ron si queremos lleg-ar al exacto conocimiento de nuestra
flora.
El E. hispanicus P. existe en Peñag-olosa, en donde con más
frecuencia y abundancia lo he visto, Sierra de Canales ó Sa-
cañet, Sierra de Pina y Sierra Mariola, faltando por consi-
g-uiente el E. alpimis L.
158 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Sobre los caracteres
y la clasificación del puerco espin pequeño de Colombia
POH
D. ÁNGEL CABHERA LATORRE.
En el año 1865 describió Gray por vez primera un cercolábido
de Colombia bajo el nombre de Eretliizon rufescens, creyendo
conveniente formar con la nueva especie un subg-énero dentro
del g-énero EretM:on, subg-énero que denominó EcMno2)rocta
por el hecho de tener la gTupa cubierta de espinas larg-as y rí-
gidas, á diferencia de los congéneres anteriormente conocidos,
que la presentan poblada de larg-as cerdas, entre las que se
ocultan alg'unas espinas cortas (1). A decir verdad, no es muy
completa la descripción hecha por Gray, quien se muestra un
tanto vacilante en lo que respecta á la edad del ejemplar que
le sirvió para establecer la especie, por no haberle sido posible
examimar el cráneo.
Ocho años después, entre las colecciones que al Museo de
Madrid envió desde Bog-otá el Sr. Gutiérrez de Alba, vino un
ejemplar de cierto puerco espín denominado en Qolomhm ¡merco
espin 'peqiieño. Desconociendo, sin duda, la especie por Gray
establecida, el docto catedrático D. Francisco Martínez y Sáez
diputó este ejemplar por un verdadero EretJmon eirixantlms
Brandt, y con este nombre lo citó en los Anales de nuestra
Sociedad, serie i, tomo ii.
Afirma el Sr. Martínez que «convienen bien á esta piel la
descripción y lámina que asig-na á la especie Brandt en sus
Mammalium exoticorum novormn Descriptiones et Icones y>, no
obstante lo cual siempre se me hizo difícil creer que se hallase
en Colombia un animal de especie puramente norte-americana;
pero como jamás vi el ejemplar en cuestión sino á través de los
cristales de un armario más bien sombrío que claro, no quise
manifestar mis dudas. Hace poco, habiéndolo tenido en mis
manos, y habiendo podido, por consig-uiente, estudiarlo con
todo detenimiento, mis sospechas quedaron confirmadas y yo
convencido de que q\ puerco espin pec^ueño y el Erethizon nifes-
ceyís son un mismo animal.
(1) Proceeáings of the Zoológica! Society of London, 1865, pág. 321, lám. xi.
DE HISTORIA NATURAL. 159
Pero, ¿es realmente un Erethizon la especie de que tratamos?
Así lo supuso Gray, y lueg-o el Sr. Martínez fué de la misma
opinión; en cambio, Trouessart la coloca en el g-énero Coendú ó
Cercolahes, considerándola, aunque con alg-una duda, como una
subespecie del Ccrcolahes prehensilis (1). Por mi parte, si de la
primera de estas opiniones me aparto por completo, no estoy
del todo conforme con la segunda, y los motivos que á esto y
á aquello me oblig-an son los que me han movido á redactar
estas líneas.
En primer lugar, el puerco espín pequeño no puede ser un
Erathizon porque sólo tiene cuatro dedos en las extremidades
abdominales, cuando precisamente uno de los principales ca-
racteres de aquel género es el tener en ellas cÍ7ico dedos, casi
de la misma longitud todos ellos. La lámina que al trabajo de
Gray acompaña, aunque puede ser calificada de buena y da
una idea muy exacta del animal, no peca por lujo de detalles;
pero me ha parecido que en ella los dedos posteriores están
también en número de cuatro solamente.
Por otra parte, tampoco se trata de un Cercolahes, porque
aunque por sus pies lo parezca, la notable brevedad de su cola
le aparta de un género exclusiv^amente formado por especies
de cola larga y prensil, y mucho más del Cercolahes ¡weliensilis,
del que además se distingue por la forma del cráneo, bastante
singular en esta última especie para que algunos autores hayan
querido formar con ella un grupo especial fSynetheres F. Cuv.)
Siendo necesario un lugar donde pueda ser colocado este
animal, que sin ser Erethñon ni Cercolahes tiene caracteres de
uno y otro, no creo haya inconveniente en elevar á género el
subgénero creado por Gray, debiendo por lo tanto llamarse á
la especie EcMnoprocta rufescens.
Algunos detalles que pueden servir para completar la defi-
ciente descripción de Gray, pondrán más de manifiesto las ra-
zones que á proponer la creación de un nuevo género me han
inducido.
Por su aspecto pesado, sus miembros cortos, su hocico alto y
sus ventanas nasales muy juntas, el EcMnoprocta se asemeja
realmente al género en que primeramente fué colocado; pero
al observar sus pies estas semejanzas pierden todo su valor. Las
(1) Catalogus Mammal. tam vivent. quamfossü., 1897, pág. 621.
160 boletín de la sociedad española
extremidades anteriores son en un todo semejantes á las de los
Cercolahes; las posteriores, como las de éstos, sólo llevan cuatro
dedos armados de uñas larg-as y corvas; pero el tubérculo, ó
por mejor decir, el pequeño abultamiento que ocupa el lug-ar
del dedo interno, está á medias cubierto por una plaquita cór-
nea que puede ser considerada como una uña rudimentaria.
La cola no se parece en nada á la de los Cercolahes, no siendo
tampoco completamente de Erethhon. Es muy corta, puesto
que ocupa menos de Vü c^e la longitud total del animal, más
bien cilindrica que aplanada, y está del todo cubierta de cer-
das de un color neg-ro parduzco.
El pelaje, si asi puede decirse, de este roedor, no tiene ig'ual
en ninguno de los dos g"éneros próximos. En el dorso yo no he
hallado cerdas ni pelos, sino solamente espinas larg-as, delga-
das y en extremo blandas y flexibles, que no ofrecen re-
sistencia alg-una al contacto de la mano cuando ésta se pasa en
el mismo sentido en que están dirigidas, ó sea de la cabeza á
la cola. Todo el cuerpo está cubierto de estas lig-eras púas, lo
mismo que la cabeza, donde son alg-o más ríg'idas; pero única-
mente en la regúón del sacro es en donde se presentan verdade-
ramente duras y erizadas, á la vez que más g-ruesas y algo más
cortas. En el pecho y en los costados, por el contrario, se van
haciendo más delg-adas y blandas, hasta quedar en el abdomen
reducidas á lo que podríamos llamar «pelo espinoso» (syiiiy
hair de los autores ing-leses). Todas estas espinas, cualquiera
que sea su longitud y dureza, son de un blanco amarillento en
casi toda su longitud, con un ancho anillo neg"ro cerca de la
punta, y ésta teñida de rojizo de naranja bastante vivo, que es
el color que más se ve al exterior. A cada lado de la cara alg"u-
nas espinas del todo blancas forman una mancha, y otras ig-ua-
les se hallan en la parte superior de la cabeza, carácter que
Gray, suponiéndolo acaso individual, señala también en el
ejemplar por él estudiado. Los pies están cubiertos de pelos
duros, alg-o cerdosos, de color pardo claro. Los mostachos son
muy largos, neg-ros, con puntas pardas; cerdas á ellos pareci-
das, larg-as y tiesas, salen en muy escasa cantidad de entre las
espinas que cubren los miembros.
Longitud desde el hocico á la raíz de la cola, 0,385 m.; de la
cola, 0,10 m.
Atendiendo sin duda á estas dimensiones relativamente pe-
DE HISTORIA NATURAL. 161
quenas y á la delicadeza de las espinas, indicaba Gray la posi-
bilidad de que el individuo que él observó fuese joven, posibi-
lidad que Trouessart, en su Catalogus, parece haber convertido
en aseveración. No está en mi mano contradecir ni confirmar
esta opinión, pues que no he visto dicho individuo; solamente
diré que en la lámina de Gray aparece igual al nuestro, y de
que éste es adulto teng-o la más completa seguridad.
El cráneo del EcMnoprocta se asemeja al del Cercolabes villo-
sus F. Cuv. más que al de ning-ún otro animal, hasta el punto
de que viendo uno y otro, sin conocer su procedencia, á la
primera ojeada pudiera creerse que pertenecían á una misma
especie. Con todo, fijándose un poco se puede apreciar una
multitud de diferencias más ó menos notables, siendo la prin-
cipal el excesivo estrechamiento de la bóveda palatina entre
las dos filas de molares, lo que relaciona al EcMnoprocta con
el género Ch(Btom¡js, en el que dicho estrechamiento es uno de
los más importantes caracteres. El plano del occipital es me-
nos oblicuo que en el Cercolabes mllosus, los huesos de la nariz
un poco más largos y los arcos zigomáticos más finos y más
separados de la caja del cráneo. En la mandíbula inferior la
apófisis del ángulo es más delgada, más deprimida y ligera-
mente encorvada hacia arriba. Muchas suturas están ya com-
pletamente soldadas, permitiendo apreciar el estado adulto
del ejemplar.
Las dimensiones de este cráneo son las siguientes:
Longitud desde la base de los incisivos hasta el borde inferior
del agujero occipital (1) 61 mm
Anchura en la parte más saliente de los arcos zigomáticos 42
Anchura de los frontales detrás de las apófisis postorbitarias. . . 20
Longitud de los huesos nasales 21
Longitud de la mandíbula inferior desde la base de los incisivos
hasta la punta de la apófisis angular 58
Altura de la misma mandíbula hasta el cóndilo 20
Los dientes en nada difieren de los del g'énero Cercolahes;
como en el C. vil/osus y al contrario de lo que en el C. pre/ien-
(1) Por estar el occipital un poco estropeado me ha sido imposible tomar la longi-
tud hasta su parte más saliente.
N.» 3. -Marzo, 1901. 12
162 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
silis se observa, los incisivos inferiores son más larg-os que los
superiores.
El sig-uiente cuadro, deducido de lo anteriormente expuesto,,
muestra de una manera clara y concisa las relaciones entre el
nuevo g-énero y los demás de la familia CercolaMdce.
A. Molares superiores con la corona tan ancha como larg-a,
dividida transversalmente en dos lóbulos. Arcos zig"0-
máticos desprovistos de apófisis postorbitarias.
Tribu Cercola¡)in(B.
a. Pies posteriores con cuatro dedos y un rudimento de
pulg-ar apenas marcado. Cola más ó menos cilindrica,
1). Cola larg-a y prensil. El rudimento de pulg-ar sin uña.
Género Cercolahes F. Cuv,
V . Cola corta. El rudimento de pulg-ar con una uña tam-
bién rudimentaria. Género Echinoprocta Gray,
a' . Pies posteriores con cinco dedos. Cola corta y aplanada.
Género Erethizon F. Cuv,
A' . Molares superiores con la corona más larg-a que ancha,
dividida transversalmente en tres lóbulos. Arcos zig-o-
máticos provistos de apófisis postorbitarias que lleg-an
casi á unirse con las de los frontales. Tribu Chatomynm.
Género Chcetomys Gray.
Plantas de Sierra de Béjar
DON MARCELO RIVAS MATEOS.
En las Actas de Diciembre del último año, pág-. 282, veo pu-
blicadas unas Ligeras mdicacio7ies sobre un viaje botánico, en
las que el Sr. Pau, de Seg-orbe^ da cuenta de la excursión rea-
lizada por la sierra de Béjar durante tres días del verano an-
terior, sin marcar cuáles sean.
Pero es el caso que dicho señor, con una intención que á mí
no se me alcanza , trata de zaherirme y molestarme en repeti-
das referencias á las notas que de una excursión á la misma
sierra tuve el honor de comunicar á nuestra Sociedad y que
fueron publicadas en las Actas de 1897.
DE HISTORIA NATURAL. 163
Trátame el Sr. Pau con evidente injusticia, manifiesta des-
confianza de mis citas y hasta Ueg-a á acusarme de notoria li-
gere^a, frase escrita acaso con más facilidad que meditación,
pero que con facilidad no menor se ha publicado en nuestras
Actas, donde los miramientos y mutua cortesía entre los natu-
ralistas no suelen dejar espacio para los ataques personales;
cuento, pues, con hallar idénticas facilidades para rechazar
una crítica que me parece injusta. Mas no emplearé para ello
fórmulas tan acentuadas y expresivas como las que el Sr. Pau
ha usado en alg-unos casos contra naturalistas dig-nos de todos
los respetos, pues además del disg-usto que siempre producen
tales acritudes, creo que sólo las formas correctas caben en
nuestras Actas , por lo cual me limitaré á poner en su lugar
la verdad de los hechos.
Estos son, sencillamente, que hace tres años hice una excur-
sión á la sierra de Béjar, y que habiendo repetido el Sr. Pau
esta excursión, con mayor apremio de tiempo y parece que no
en los mismos días, no hemos coincidido del todo en las espe-
cies recogidas.
Todos los naturalistas experimentados, y como no me duelen
prendas ni siento tristeza alguna en reconocer los méritos del
prójimo, creo que el Sr. Pau lo es, comprenderán que si dicho
señor repitiese la misma excursión en cualquiera de los años
venideros y siguiese el mismo itinerario, hasta donde es po-
sible en una montaña que, naturalmente, no tiene calles tra-
zadas ni manzanas numeradas, no hallaría las mismas especies
que halló este verano y encontraría alguna más. ¿Por qué,
pues, el Sr. Pau se sorprende de tales diferencias y se cree au-
torizado para adoptar tan inconsiderada actitud con este
motivo?
Afirmar que una especie existe en una localidad en vista de
los ejemplares en ella recogidos es cosa fácil; pero para negar
las recolecciones de otro se necesita, además de una talla de
maestro, que yo no regatearé al Sr. Pau, que la localidad en
cuestión esté muy lejana del área conocida de dicha especie.
Yo he remitido, para ser presentados á la Sociedad, ejemplares
de las especies que el Sr. Pau ha tenido á bien negarme, y este
es mi mejor aigumento; pero bueno será que examine si había
siquiera pretexto para tales dudas.
Ignoro con qué fundamentos, que no acusen ^¿o^orm ligereza.
164 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
supone dicho señor en cuanto halló unos brezos, que seg-ún él
eran Erica arbórea y E. Aragonensis, que las especies por mí
citadas (Erica cinérea y E. tetralix) lo fueron por confusión con
las que él vio. Precisamente tales especies no pueden confun-
dirse con las por él citadas, ni pueden ser dudosas para nadie
(véase los ejemplares), ni eran nuevas ni raras en aquella re-
gión. La Erica cinérea es harto vulg-ar, y entre las muchas lo-
calidades en que podría citarla, básteme recordar que es común
en todo Portug-al, desde Yalenca do Miño á los Alg-arbes (datos
numerosísimos, desde los de Clusio y Brotero), que se encuen-
tra en la provincia de Salamanca (Comisión forestal) y en los
montes de Toledo (Pomata, Comisión forestal). ¿Habría motivo
para dudar que la especie en cuestión existiese en sierra de
Béjar (provincia de Salamanca) aunque nadie la hubiese visto?
¿Por qué, si yo la recog"í allí, me ha de reconvenir el Sr. Pau?
En cuanto á la otra especie, la Erica tetralix, las circuns-
tancias del caso son más curiosas. Citada estaba ya en Gredos
por Reuter, en Salamanca y Ciudad-Rodrig-o por la ComJsión
de Ing-enieros de Montes, en toda Extremadura por la Comisión
Forestal, hasta en la sierra de Andévalo (Huelva) por Colmeiro;
en la Alcarria (Palau, Ing-enieros de Montes), sierra de Riaza
(Comisión Forestal), en Portug-al (Brotero, Salvador, Hoífmann,
Link) y por mí en la sierra de Piornal. ¿Es que no es especie
propia de alturas? Cítanla en el Pico de Arvás (Lag-asca, Co-
misión Forestal), en Cuernavacas (Leresche), en Peña de Fran-
cia (Clusio y Quer). Pero se conoce que en la sierra de Béjar no
podía ser admitida hasta que la hallase el Sr. Pau. Afortuna-
damente, y esto es lo más curioso, dos pág-inas después dice el
ilustre botánico de Seg-orbe que la halló en la Hoya de la Cue-
va, que es como si dijésemos el corazón de aquella montaña.
La vio por fin, ¡loado sea Dios!; pero ¿valía la j)ena de adoptar
tales actitudes para venir á parar en esto?
Con ig-uales fundamentos, y sin hacer uso de «notorias ligre-
rezas», me niega la existencia de la Santolina rosmarinifolia
(falta en absoluto en todo el terreno recorrido, dice). La tal
planta, que puede verse entre las que remito, existe en abun-
dancia en Somosierra, en todo el Guadarrama, en Gredos (Le-
resche), en el valle del Xerte (Bourgeau); en la sierra de Béjar
la pone el veto el Sr. Pau , pero la había cuando yo fui y con-
tinúa en Portugal, donde ya la citó Brotero, abundando en la
DE HISTORIA NATURAL. 165
sierra de la Estrella y cercanías de Coimbra. Confiemos en que
otra vez la hallará mi crítico.
Mencionaba yo en el relato de aquella excursión un al pa-
recer Ulex, aún no determinado, y mi caritativo comentador
afirma, sin más, que es la Genista Lusitanica, sin ver que esta
especie la cité ya entonces y no podía tenerla determinada y
sin determinar al mismo tiempo. En esto se revela lo meditado
y detenido de semejantes censuras.
Lamento tales ocurrencias y nada más ag-reg-aré; pero no
podía callarme ante ciertas g-enialidades, pues si me creo obli-
g-ado á acatar toda crítica sensata y razonada, no puedo reco-
nocer que nadie teng-a la exclusiva en estas materias ni debo
transigir con injustificadas pretensiones.
Un autógrafo de D. Ignacio Jordán de Asso
DON HILARIÓN JIMENO.
Voy á tener el g-usto de dar á conocer á la Sociedad española
de Historia natural, un autóg-rafo inédito del sabio arag-onés
D. Ig-nacio Jordán de Asso y del Río, que con otros de familia
conservaba apreciado en todo su valor histórico, mi amig-o y
docto profesor de Calatayud D. Alberto García, hasta que,
favoreciéndome demasiado, lo puso á mi disposición con in-
estimable g-enerosidad.
Los prefacios de las obras escritas por Asso para mayor ilus-
tración de la Gea, Flora y Fauna reg'ionales, consig-nan las
distintas excursiones que aquel insig-ne naturalista realizó por
territorio arag-onés acopiando los materiales que sirvieron de
base á sus trabajos.
En la Syno'psis stirpium indigenarum , impresa en Marsella
siendo D. Igmacio cónsul de España en Burdeos, consta que
por el año 1783 recorrió su autor los Pirineos y la Sierra de
Guara con provechosos resultados; y á este viaje alude el
documento que presento á la Sociedad, creyendo retratar en
uno de sus aspectos más característicos la figura del escritor
insig'ne que dedicó por entero su vida á la ciencia y á la patria.
El orig"inal que poseo es como sig-ue:
-i^iL zpz,!^ /rg%
p\v-^:Áep yy^TTM?/'' ^^^rerv^ ^e. ^ ^tA^C v^ ri^k^
6^ '^cAjff/r/oU^ ^(^^ 77»^* ¿?ü^í/
W-i^
>7 p^j^^f^^ .
ó ^0
t^ C..-v^ ^^^ /r^cí7 //t^
DE HISTORIA NATURAL. 169-
¡Qué bien se delatan en el documento transcrito las ansias
de saber que ag-uijonearon siempre la fecunda actividad de
Asso !
Su soberano entendimiento lleg"ó á conocer y dominar las
ciencias de su época, debiéndole trabajos de sing-ular estima
la jurisprudencia y la literatura, la economía y la filología, la
historia natural y la numismática; y cuando en sus últimos
años pelig'raba la independencia de España á la que sirvió con
desinterés en el extranjero, sacrificó cuanto poseía, inspirando
á los defensores de Zarag-oza desde la célebre Gaceta de, los
Sitios, sentimientos de fe y de patriotismo.
Vida tan llena de enseñanzas, debe ser expuesta para ejem-
plo de todos en esta edad, cuando parecen ag-otadas las ener-
g-ías nacionales porque no existe el esfuerzo individual que es
el que verdaderamente ha de eng-endrarlas.
¡Trabajar, pensando siempre en enaltecer la patria, es lo
que hizo mientras vivió D. Ig-nacio Jordán de Asso, por eso su
labor perdura en la ciencia y la historia le otorg-ó laureles y
palmas!
Nombres regionales salmantinos de algunos animales
POR
D. MANUEL FERNÁNDEZ DE GATA.
ni. (1)
Nombres castizos. AveS. Nombres regionales.
Charla Turdus viscivorus L Pajarita-zorra.
Tordo — miisicns L Chirivía.
Arrendajo Grarrulus glandarius L Alcaraván.
Passer hispaniolensis Tem. Pimpina.
Jilg-uero Carduelis elegans Steph. . . Pico-romo.
Pardillo Linaria horealis Vieill Cag-anchín.
Anda- río. Charadrius hiaticula L. . . Pica-peces.
Frailecillo VaneUus cristatus Mey Chorlito.
Gallina de ag'ua.. . Fúlica atra L Gallina cieg-a.
Reptiles.
Culebras de tierra. Rhinechis scalaris Boié Bastardos.
» Ccelojjeltis monsiKSsnlambS
Herm »
> Coluder comTimnis TidiVidi . . . »
(1) Véase el Acta de Septiembre de esta Sociedad de 1900, pág. 231.
170 boletín de la sociedad española
Excursión á Muel y al pantano de Mezalocha
POR
D. JOSÉ A. SÁNCHEZ PÉREZ.
El día 29 de Enero , aprovechando la vacación y confiando
en la benevolencia del tiempo, veriñcamos una excursión de
carácter cientiñco dirigida por el Sr. Gila, en la que tomaron
parte los individuos de esta Sociedad Sres. Soler y Mateos, el
catedrático de la Facultad de Ciencias Sr. Ríus y Casas, unos
20 alumnos del Prof. Sr. Gila y los encargados de las clases
prácticas de Mineralogía.
La inclemencia del tiempo no correspondió á nuestros bue-
nos deseos, pues aunque el día apareció despejado, poco antes
de llegar á mitad de camino vimos aparecer por el N. densos
nubarrones y á la vez se levantó un cierzo fuerte y frío, que en
unión á lo poco pródiga que se muestra la Naturaleza en el
crudo invierno, nos obligó á limitar la excursión á la Geolo-
gía, pues no pudimos recoger nada que aportase datos ó mos-
trara ejemplos de la fauna y flora.
La vía férrea sale de Zaragoza atravesando el terreno de
aluvión característico que viene á constituir las orillas del
Huerva, pudiéndose observar el terreno de acarreo constituido
por limos arenosos y arcillosos, y los hacinamientos de cantos
rodados, llamados en Aragón graveras, que se han formado
por los materiales que el Huerva acarrea de las regiones por
que atraviesa. A pocos kilómetros de Zaragoza sirve la línea
férrea de límite de separación entre el terreno cuaternario y el
mioceno, apareciendo á los ojos del excursionista el siguiente
paisaje geológico: al N. está situada la Sierra de la Muela,
formada por capas miocenas, al E. queda Zaragoza y al S. y O.
se ve la^ denudación actual que sobre el terreno citado ejerce
el agua- de lluvia, constituyendo, por su continua acción des-
gastadora, esos grandes artesones volcados, dispuestos de
manera que entre ellos se forman acantilados, cortaduras ó
barrancos, por los que puede verse la señal ó huella que deja
el agua á su paso ó bien constituyen la madre de riachuelos.
Esa denudación llega á originar conos de mucha altura que
pueden presentarse encadenados ó á distancias enormes, pu-
diendo reconocerse su estratificación concordante.
Hasta Muel se camina siempre por el terreno aluvial; pero
DE HISTORIA NATURAL. 171
desde allí tomamos la ruta del pantano, dejando ala izquierda
la veg-a del Huerva y á la derecha la cadena de montes que
parte del Moncayo.
Toda la cuenca del Huerva, desde Muel hacia arriba, está
constituida por marg-as, arcillas y arenas, de facies completa-
mente distintas, de color rojizo característico; en una palabra,
aparecía á nuestros ojos un terreno de aspecto nuevo y curioso
estudio.
Caminando hacia el pantano nos llamó sobremanera la
atención la inmensa cortadura que la cadena de montañas
miocénicas presentaba, y que nos recordaba los famosos caño-
nes del Colorado que con tanto relieve pintan los libros clá-
sicos de Geolog-ía. El causante del corte de terreno fué un
afluente del Huerva que viene desde Jaulín atravesando el
mioceno y produciendo ese inmenso canal.
A unos 7 km. de Muel se encuentran las obras del pantano
de Mezalocha.
Esta excursión, bajo el punto de vista g-eológico, fué intere-
san tísima para los alumnos, que por tener su residencia en
Zarag"oza no se habían hecho carg-o de los terrenos que he-
mos visitado; fué interesante, repito, porque en el viaje ex-
plicó el Sr. Gila los terrenos por que íbamos atravesando, cua-
ternario, mioceno y liásico, dando detalles acerca de su for-
mación y recordando su característica.
Uno de los puntos más culminantes de la excursión fué la
observación de una columna de arcilla, de unos 10 m. de altu-
ra, que sostenía una piedra enorme cuya cara superior sería
de 1 m.2
Otra circunstancia curiosa y de importancia es la estratifi-
cación que próxima al pantano presenta el terreno liásico,
Ueg-ando á existir á unos 100 m. de aquel un corte en el que
se observan más de 1.000 capas de caliza cristalina g"ris con
marcado paralelismo, unas veces horizontales y otras obli-
cuas, pero paralelas entre sí.
Como recuerdo de la excursión trajimos muestras de calizas
de varias clases y una admirable geoda en un ejemplar calizo.
Además sacamos fotografías de la columna natural antes
mencionada, los estratos, el trog-loditismo que conservan mu-
chos pueblos de la reg'ión arag-onesa, y alg-unas otras vistas
de interés g-eológico, siquiera sea local.
172 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
Materiales para una revisión del género Asida
POR
D. MANUEL MARTÍNEZ ESCALERA.
I.
Especies españolas aterciopeladas al menos ¡parcialmente.
1 (11). Élitros con ó sin costillas, con pubescencia negra
aterciopelada, y protórax con ó sin pubescencia ig-ual á la de
los élitros.
2 (5). Élitros sin costillas, cubiertos totalmente por la pu-
bescencia negra aterciopelada y circundados por una faja asi-
mismo pubescente, de color blanco-plateado; protórax sin pu-
bescencia ig-uai á la de los élitros.
3 (4). Cuerpo muy paralelo; élitros con la faja blanco-pla-
teada ancha, remontando posteriormente hasta )% de la lon-
g-itud del élitro, quedando reducida la pubescencia neg-ro-
aterciopelada á una isla oblong-a que ocupa menos espacio
que el cubierto por la pubescencia blanca; protórax casi para-
lelo en sus lados, con los áng-ulos posteriores bastante ag-udos
y prolong-ados hacia atrás; forma g-eneral como A. inquinata.
A. luctuosa Boisd. ?¿ec Rambur.
Sin. A. luctuosa var. minor Rosh.
Loe. Alg-eciras.— 1 q^ coll. Oberthür, tipo de v. minor Rosh.
en un todo conforme con la fig"ura que acompaña á la descrip-
ción orig-inal de Boisduval, con la cual concuerda.
4 (3). Cuerpo sensiblemente estrechado en la reg-ión hume-
ral; élitros con la faja blanco-plateada estrecha, del mismo
ancho en toda su extensión, ocupando la pubescencia neg-ro-
aterciopelada mucho mayor espacio que el cubierto por la pu-
bescencia blanca; protórax sensiblemente redondeado en sus
lados, con su mayor anchura hacia el medio como en las de-
más especies del g-rupo. A. argenteolimbata sp. n.
Sin. A. luctuosa Ramb.
Loe. Ronda.— 1 9 coll. M. Sáez.— Ronda, seg-ún La Brñlerie,
Heyden, Pérez Arcas: á esta especie pertenece el (f de la coll.
Oberthür del A . luctuosa Ramb. , tipo de Rosenhauer, sin eti-
queta de localidad (San Roque?), conforme con la fig-ura de
Rambur.
DE HISTORIA NATURAL. 173
5 (2). Élitros con costillas eu número variable y protórax
<;on () sin manchas pubescentes aterciopeladas.
6 (10). Protórax con manchas pubescentes aterciopeladas.
7 (8, 9). Con cuatro manchas pequeñas en el disco, de las
cuales las del medio son alg'o mayores y long-itudinales y las
externas redondeadas; puntuación de las partes desnudas del
protórax, confluente, densa, de impresiones alarg-adas como
hechas á cincel; bordeado de una pubescencia corta negra y diri-
gida hacia atrás; élitros con una costilla entera desde la base
hasta el X posterior, lisa y saliente como la sutura y reborde
marg-inal y flanqueada como ésta por una estrecha línea de
pubescencia g'ris plateada más visible hacia su terminación
y más caediza que la pubescencia neg"ra aterciopelada que
ocupa todo el resto del élitro, la cual persiste aún en ejempla-
res muy viejos y frotados.
Loe. Málag-a. — Coll. M. Sáez, Uhag-ón, Escalera, Museo de
Madrid, Oberthür. A. holosericea Germ.
Sin. A. Ramhuri Sol. .
En algunos ejemplares, y más frecuentemente en las Q 9, hay vestigios
de una segunda costilla suplementaria en el tercio posterior del élitro; y
en todos los ejemplares que he visto, flanqueando al reborde marginal,
hay una faja estrecha mate finamente granulosa y desprovista de pubes-
cencia gris plateada, cuya pubescencia flanquea exclusivamente á la su-
tura y costilla.
8 (7, 9). Con cuatro manchas g-randes en el disco, de las
cuales las del medio tienden á unirse con otras dos suplemen-
tarias triang"ulares que ocupan el borde anterior; puntuación
de las partes desnudas menos densa y confluente que en la
especie anterior; bordeado de íina pubescencia corta, roja y diri-
gida hacia atrás; élitros con dos costillas enteras, de las cuales
la primera nace en la base y la seg"unda á X de ella sin unirse
en su conclusión , lisas y salientes como la sutura y reborde
marg-inal y flanqueadas como ellas por unas estrechas líneas
de pubescencia g-ris plateada más caediza que la neg-ra ater-
ciopelada que ocupa todo el resto del élitro.
A. Sanchez-Gomezi sp. n.
Loe. Mazarrón, Almería.— Col. Uhag-ón, Escalera, Museo de
Madrid, Oberthür.
En cuatro ejemplares (¿"^^ y QQ de Palomares de Vera la pubescencia
del borde del protórax es negra como en holosericea y Clementei, y la se-
174 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
gunda costilla es más corta, casi nula en un of que poseo; pero las man-
chas del protórax son exactamente como en Sánchez- Gómez i.
V. almeriensis v. n
9 (7, 8). Con dos manchas grandes en el disco formadas
por la fusión de las cuatro primitivas y las dos del borde ante-
rior; puntuación de las partes desnudas tan densa como en
A. holosericea, pero con los puntos redondos; hordeado de una
'pubescencia corta, negra y dirigida hacia atrás; élitros con dos
costillas enteras, de las cuales la primera nace en la base y la
segunda muy cerca de ella, lisas y salientes basta su conclu-
sión, donde se unen en el cuarto posterior del élitro , y flan-
queadas, como la sutura, por unas estrechas líneas de pubes-
cencia gris plateada menos visible que en las especies ante-
riores, nula por lo general y con todo el resto del élitro cu-
bierto por la pubescencia negra aterciopelada.
A. Clementei P. Are.
Sin. A . Solieri Ramb.
Loe. Granada. — Col. M. Sáez, Uhagón, Escalera, Museo de
Madrid, Oberthür.
Poseo un ejemplar de Granada con duda, cuyos élitros tienen una cos-
tilla y vestigios sólo de la segunda, con el reborde marginal y sutura con
pubescencia blanco-argentada tan viva como en los ejemplares de Palo-
mares de la var. almeriensis de A. Sanchez-Gomezi, pero con dos manchas
grandes en el protórax; con él concuerda un ejemplar de la coU. Oberthür
con etiqueta (Andalucía). Aun convencido de que se trata de otra especie,
pues presenta otras diferencias con Clementei, Sánchez- Gomczi y holosericea,
la falta de materiales y la inseguridad de procedencia me impiden deno-
minarla.
En la col. M. Sáez existe un ejemplar q^ de Jerez de la Frontera, reco-
gido por el Sr. Laguna , que no puedo referir á ninguna de las especies
citadas, pues aun teniendo los élitros como holosericea presenta el protó-
rax desprovisto de manchas pubescentes, y su puntuación es diferente;
es una especie que, á mi juicio, sirve de enlace á las citadas y á la si-
guiente, pero que no es posible describir por falta de ejemplares.
10 (6). Protórax sin manchas pubescentes aterciopeladas;
puntuación de éste clara, de puntos aislados redondos sobre
fondo brillante , bordeado de una corta pubescencia negra;
élitros con dos costillas enteras como Clementei, unidas en el
cuarto posterior del élitro, lisas y con los intervalos provistos
de pubescencia negra aterciopelada como las especies anterio-
DE HISTORIA NATURAL. HS
res; forma general del cuerpo, alarg-ada, paralela, menos es-
trechada en la reg-ión humeral que sus afines.
A. Martinezi sp. n.
Loe. Osuna.— Dos c/c/ y dos QQ col. M. Sáez.
11 (1). Élitros con costillas y desprovistos de pubescencia
neg"ra aterciopelada; protórax con manchas pubescentes ater-
ciopeladas.
12 (13). Con cuatro g-randes manchas aterciopeladas en el
disco y dos suplementarias triang-ulares que ocupan el borde
anterior, exactamente como en ¡Sanchez-Gomezi , bordeado de
una corta pubescencia roja; élitros con dos costillas enteras
como en la ya citada especie, de la que se distingue por la
falta total de pubescencia negra aterciopelada en estos órg-a-
nos, ocupando su lugar alg-unos pelitos cortos rojos aislados,
difícilmente visibles. A. lorcana sp. n.
Sin. A. CUmentei v. lorcana Per. A.
Loe. Lorca. — Col. M. Sáez, Uhag-ón, Escalera, Museo de Ma-
drid.
13 (12). Con dos manchas grandes en el disco, formadas
por la fusión de las cuatro primitivas y las dos del borde ante-
rior; bordeado de una corta pubescencia neg-ra; élitros con dos
costillas enteras lisas como CUmentei, unidas en el cuarto pos-
terior del élitro, pero más gTuesas que en ella, y además con
otra tercera suplementaria más ó menos pronunciada entre
la seg-unda y el reborde marg-inal, y uniéndose á ella en su
terminación en los ejemplares que la tienen bien acusada;
desprovistos totalmente de pubescencia y con los espacios in-
tercostales muy ligeramente rug-osos en sentido transversal
en los efe/ y más en las 99; especie más brillante que la an-
terior. A. Oberthüri sp. n.
Loe. Galera.— Coll. Marmottan, Oberthür, Escalera.
Noticias históricas sobre algunos terremotos acaecidos
en España
D. HILARIÓN JIMENO.
Por si no fueron coleccionados anteriormente, presento á la
Sección varias noticias relativas á fenómenos sísmicos ocurrí-
ne boletín de la sociedad española
dos en España, que reuní hace años para un trabajo inédito,
y que con las referencias de los autores y obras que las con-
signan pueden ampliar las interesantes notas publicadas en el
Boletín de la Sociedad por los Sres. Hernández Pacheco y
Barras y contribuir á la formación de un catálogo sobre tan
importante asunto.
500 años antes de Jesucristo. — Grandes terremotos en toda
la costa de mar, manifestándose sus efectos en los Pirineos. —
(Véase la Crónica de Florián de Ocaonpo, libro ii, cap. xl.)
348 años antes de Jesucristo.— Terribles terremotos en luga-
res vecinos á la costa de nuestro mar Mediterráneo. Señalada-
mente padeció gran peligro Sagunto ó Monvedre. — (Crónica
de Florián de Ocampo, libro iii, cap. xxv.)
La isla de Cádiz y toda la marina frontera de la Andalucía
padeció grandes terremotos ó temblores que derrocaron edifi-
cios y mataron g-entes. — (Véase Crónica de Florián de Ocampo,
libro IV, cap. xliv.)
En tiempo de los Escipiones ocurrieron terremotos en Cádiz
y la mar anduvo muchos días tan gruesa, con bravezas y co-
rrientes excesivas, que pasó hasta más adelante de donde so-
lía.— (Véase Crónica Florián de Ocampo, libro v, cap. xxxix.)
Año 585. — Reinando Leovigildo sintiéronse terremotos en
los Pirineos, cayendo grandes peñascos que causaron daños á
hombres y ganados. — (Véase Ambrosio de Morales en su Cró-
nica, libro XI, cap. lxxi.)
Año 1356, reinando D. Pedro I de Castilla. — «E este año fué
el terremoto, vigñlia de Sant Bartolomé e cayeron las man-
zanas que estaban en la torre de Sancta María de Sevilla, e
tremió la tierra en muchos logares del Regno en aquel día, e
fizo gran destroimiento en el Regno de Portogal e en el Al-
garbe e derribó la capilla de Lisbona que había fecho el Rey
Don k\i<dVí%id. — (Crónicas de los Reyes de Castilla, por el Canci-
ller López de Ayala, tomo i, pág. 215, edición de Llaguno.)
La nota vii dice: «Las manzanas de la torre de Sevilla eran
unas grandes bolas que la servían de remate, y advierte que
Matteo Villani hizo mención de estos terremotos, cap. 84, li-
bro 6, haciendo constar que fueron en la noche del 30 de
Septiembre al 1." de Octubre, causando muchas víctimas en
Córdoba.»
Año 1373, reinando Pedro IV de Aragón. — «En este año á
DE HISTORIA NATURAL. 171
do3 del mes de Febrero, siendo de noche, hubo tan g-ran terre-
moto que cayeron g-randes peñascos de los montes Pirineos, en
el Condado de Ribag-orza, y murieron muchas g-entes en las
montañas y en la tierra llana y se hundieron muchas torres y
castillos y fue muy g-rande el daño que se recibió. >•>— (Anales
de Zurita, parte n, libro x.)
Año 1396, reinado de D. Martín de Arag-ón. — «En este año
á diez y ocho de Diciembre hubo g-randes terremotos en el
reino de Valencia y en las comarcas que confinan con Castilla
y en la Serranía hasta Tortosa, y desde hora de tercia hasta la
hora de completas tembló la tierra tres veces, y en el reino de
Valencia se hundieron diversas torres é ig-lesias y el monas-
terio de Vadig-na, y seg-ún escribe D. Martín de Alpartir en la
obra que compuso de la Cisma, que fue familiar del Papa Be-
nedicto, en la villa de Alg-ecira del reino de Valencia dos fuen-
tes manaron ag-ua muy hedionda y de color ceniza y se vieron
otras señales muy prodig-iosas.» — (Anales de Zurita, parte ii,
libro X.)
Año 1431, reinando D. Juan II de Castilla. — «Estando el
Rey en su alcázar de Cibdad Real en Martes á veinte é cuatro
dias del mes de Abril del dicho año, cuanto á hora de vísperas
hizo un terremoto en que cayeron alg-unas almenas del alcázar
é muchas texas é abrióse una pared en el monasterio de San
Francisco desa cibdad, é cayeron dos piedras de la bóveda
de la capilla de la iglesia de San Pedro. El Rey estaba dur-
miendo, é como sintió el terremoto salió á muy g-ran priesa al
patio del alcázar é dende al campo.» — (Crónica de D. Juan II,
año XXV.)
Año 1504, reinando D. Fernando el Católico. — «En este año
se padeció g-eneralmente gTande esterilidad y hambre por toda
Italia y España y en otros reinos: y el día de Viernes Santo
'hubo en Castilla y el Andalucía g-randes terremotos, señalada-
mente en Sevilla y Carmona, y se abrieron los cruceros de di-
versas iglesias y de g-randes fortalezas y edificios y se cayeron
muchos lienzos de muros y torres; fue tan repentino el espanto
y terror que causó en las g-entes, que caían de su estado como
personas sin ning-un sentido, y murieron muchos de las ruinas
de las casas y lug-ares públicos, y el daño que se recibió en
alg-unos lug-ares que están á las riberas del Guadalquivir fue
muy g-rande especialmente desde Alcalá del Rio arriba, así
N." 3.-Marzo, 1901. 13
Í78 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
como eu Santillana y Tócina.» — (Anales de Zurita, libro v, ca-
pítulo 84.)
Año 1526. — En el mes de Junio, estando el emperador en
Granada, un terremoto puso en consternación á sus habitantes.
Año 1531. — «No habían ¡¡asado dos meses desde que en Ho-
landa aconteció furiosa tempestad de tres días, cuando se vio
en la ciudad de Lisboa otro poco menor terremoto y lo mismo
sucedió en Santander y Almería, Murieron en tierra muchas
g'entes y perecieron muchos navios.» El temblor se repitió en
Lisboa durante ocho días. — (Véase Historia del Emperador
Carlos V. por fray Prudencio de Sandoval.)
Año 1642. — En el mes de Ag'osto se sintió un terremoto en
Burg-os. —(Véase Pellicer, Avisos políticos.)
Año 1680. — Produjéronse en alg-unos puntos de España es-
pantosos terremotos. Se menciona como notable en Sevilla el
ocurrido el día 9 de Octubre.
Año 1775. — «En la mañana del 1.° de Noviembre, fiesta de
Todos los Santos, sintióse en Cádiz, de improviso, un temblor
de tierra cuya violencia fué creciendo poco á poco hasta de-
rribar alg'unas casas y estremecer los más sólidos edificios con
violentos vaivenes... por espacio de diez minutos?»— (Véase la
obra Retratos de antaño, por el R. P. Luís Coloma, de la Com-
pañía de Jesús, pág-inas 192 y sig-uientes) (1).
Año 1775.— «En la noche del 1,° de Noviembre cesó de ma-
nar el ag-ua mineral de la presente villa Caldas de Malave-
Ua á consecuencia de los terremotos que se experimentaron la
noche anterior y posterior, volviendo al cabo de un mes á su
curso natural.» Estos terremotos coincidieron con los memo-
rables de Lisboa.— (Nota que fig-ura en los libros parroquiales
de Míilavella, seg-ún el ilustrado ing-eniero D. Luís Mariano
Vidal.)
Año 1778? — El Memorial Literario, señalando ciertos tem-
blores de tierra ocurridos en las vertientes de los Pirineos y
apuntando las erupciones de ag-ua de Hinojosa, concluía di-
ciendo: «Vemos aquí los efectos de los terremotos de Cataluña
y continuados sus fenómenos y resultas...»— (Discurso del se-
(l) El Sr. Calderón ha dado también en esta Sociedad noticias históricas de este
■terremoto. (Anales de la Soc. esp. de Hist. nat. , tomo xxiv, Actas, pág. 180.)
DE HISTORIA NATURAL 1*79
ñor Cortázar en la Academia de Ciencias exactas, físicas y na'
turales. Madrid, 1884.)
Año 1798.— «En la tarde del día 11 de Ag-osto y noche si-
g'uiente se oyeron alg'unos temblores de tierra, y de estos y
otros que se notaron en varios días del mismo mes, del de Sep-
tiembre y el de Octubre, se desviaron alg-unas fuentes de ag-ua
mineral de las varias que hay en esta villa y su recinto, otras
perdieron mucha de su ag-ua y hasta Noviembre de 1799 no
han recobrado su estado primitivo.»— (Nota que fig-ura en los
libros parroquiales de Malavella, seg"ún el mencionado inge-
niero D. Luís Mariano Vidal.)
Año 1803. — El 13 de Enero de este año se sintieron en Ma-
drid, á las cinco y tres cuartos de la tarde, dos movimientos
de oscilación, que en La Carolina, Granada, Málag-a y Motril,
principalmente, fueron de mayor intensidad. — (Variedades de
Ciencias, Literatura y Artes, tomo i, páginas 227 y siguientes.)
Año 1829.— El día 21 de Mayo y en los tres siguientes se de-
jaron sentir en' Valencia y Murcia terremotos que llenaron de
espanto y desolación á sus habitantes.
Año 1841.— Durante el verano ocurrió en Huelva un temblor
de tierra cuyas circunstancias refiere el sabio ingeniero D. Da-
niel Cortázar en su discurso de entrada en la Academia de
Ciencias exactas, físicas y naturales. Madrid, 1884.
Año 1858. — Temblor de tierra que se advirtió en Madrid y
Sevilla, en esta última capital durante 16 seg'undos. — (Véase
artículo del catedrático Sr. Machado en el tomo cii, pág. 20 de
la Revista contemporánea.)
Año 1863. — En 10 de Junio comenzó una serie de movimien-
tos sísmicos en la provincia de Almería que, extendiéndose
después por Murcia y Granada, llegaron á acusarse en las Ba-
leares, Italia, Grecia y Argelia, y estos movimientos, si bien
con diferente intensidad, continuaron durante tres meses. —
(Véase Los terremotos de la provincia de Almería, por D. Casia-
no de Prado, Revista Minera, tomo xiv.)
Mr. A. Daubrée, en un estudio aparecido en la Remie des
Deux Mondes, afirma que en Andalucía, además de los indica-
dos, ocurrieron temblores de tierra apreciables en las siguien-
tes fechas: 1802, 1823, 1826, 1836 y 1845.— (Livraison du leí-
Abril 1885.)
J80 boletín de la sociedad española
Noticias sobre algunos fosfatos y arseniatos raros
ó poco conocidos de nuestra Península
PÜR
D. SALVADOR CALDERÓN.
Como materiales para la sección de Mineralog-ia del futuro
Catálüg'o que se propone formar nuestra Sociedad he reunido
la lista de las especies á que se refiere el epígrafe precedente,
y que á mi juicio merece ofrecerse á la consideración de las
personas aficionadas á estos estudios, por si alg-una posee más
datos que pudieran completarla.
En todas las ramas de la Historia natural son necesarios los
catálogos locales, y especialmente en nuestro país, pero qui-
zás en ninguna tanto como en Mineralogía, por la diversidad
de obras, revistas y publicaciones nacionales y extranjeras en
que las noticias sobre localidades se hallan dispersas. Yo mis-
mo, que por afición y por deber reúno hace tiempo datos sobre
este particular, ignoraba hasta hace poco la existencia en
nuestra Península de varias de las especies que á continua
ción se enumeran.
Vivianita (Fe^ P^ 0^ 8 H'^ O. Monosimétrica).— Paillette y Be-
zard {Coiip d'mil s. I. gis. et Ja comp. cMm. de qiielq. min. de fer
de la prov. des Astur., 1849) la mencionan asociada á la farma-
cosiderita en ciertos minerales de hierro de Asturias. Sospecho
que en ciertas fosforitas de Logrosán se presenta accidental-
mente como materia pigmentaria. El Sr. Pedro Gomes (Com-
mum. d. Direcc. d. Trahalh. geoL. t. iii^ 1898) la ha citado de
la mina de S. Domingos.
Libethenita ((Cu OH) Cu PO^ Rómbica). — Mina de Bugalho
(distrito de Évora) y Heredad de Arouca (Alcoutim), según Pe-
dro Gomes. (Id.)
Olivinita ((Cu OH, Cu As 0^).— La Escuela de Minas de Ma-
drid posee dos ejemplares españoles que deben referirse á esta
especie. Uno procede de Villamanín (León), y es de color verde
obscuro, brillo aterciopelado muy intenso y estructura laminar
alabeada. El otro ejemplar es de Onís (Oviedo), en ríñones de
color verde aceitunado, y está asociado á otros minerales de
cobre en las cavidades de una roca feldespática.
DE HISTORIA NATURAL. 181
Autunita, mica de urano (Ca (UO'^j^ pa o», SH^ O. Rómbica).—
Tras-os-Montes, Marváo y Castello de Vide, seg-úii Pedro Go-
mes. (Id.)
Wawelita (3 AI2 0^. 2 P^ 0"\ 12 H'' O. Rómbica). —Sierra de Por-
taleg-re en Portugal, seg'ún Pedro Gomes. (Id.) No será difícil
se encuentre asociada á las fosforitas de Extremadura con ca-
rácter accidental, aunque no ha sido citada, pues así suele
hacerlo en otras localidades extranjeras.
Eritrina, flores de cobalto ([As 0*]^ Co^ 8 H'^ O. Monosimétrica).
Acompaña á los arseniuros y sulfoarseniuros de cobalto en su
conocida forma; tal sucede en Gistain (Pirineos de Huesca),
Asturias, Almería y Granada. En esta última el Sr. Rodríguez
(Rev. min. , t. 11 , 1S51 , p. 586) cita del criadero de Molvizar,
cerca de Motril , grupos cristalizados resáceos en agregados
radiantes preciosísimos. La Universidad de Sevilla posee un
ejemplar procedente del Cerro (Huelva) y otro con cobaltina
de la Sierra de Filabres. En Portugal hay eritrina en las minas
de Palhal y de Telhadella (Aveiro), según el Sr. Pedro Go-
mes. (Id.)
Amiabergita ([As O^J^ Ni^. 8 H'^ O. Monosimétrica).— Sin duda
debe ser esta la especie que el antiguo mineralogista Herrgen
(An. de Hist. nat. , t. iii, 1801) menciona del valle de Gistain
con el nombre de ocre de Kíqjfernickel. En la mina Aurora de
Peñaflor y en Lora del Río recogí bellos ejemplares proceden-
tes de la oxidación de la disomosa, con la cual se halla aso-
ciada (Anal. Soc. Españ., t. xv, p. 140). También existe del
mismo modo y en abundancia en el residuo aurífero que queda
del lavado de las tierras inmediatas á la casa de la Compañía
de la citada mina. He regalado ejemplares á los Museos de
Sevilla y de Historia natural de Madrid.
La Universidad de Sevilla los posee de annabergita con aná-
logas circun.stancias de Bailen (Jaén) y Carratraca. Aparece
accidentalmente como película en los nodulos de grafito de
Benahavis (Genth: Ami. Chem. Journ. i, p. 324).
Está citada además de las minas de níquel de cabo Ortega!
y de Peñamellera, acompañando á otros minerales del mismo
metal y con pirita alterada, de cuya última procedencia hay
ejemplares en ñloncillos y mamelones verdes ñbroradiados,
con aspecto de malaquita, en los Museos de la Escuela de Mi-
nas y de la Comisión del Mapa geológico.
182 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
La menciona asimismo de la mina de Telhadella (Aveiro)
Pedro Gomes.
Cabrerita ( [As O'^p (Ni, Mg-, Co)». SHHJ. Monosimétrica).— De
esta especie española, denominada así por Dana en alusión á
la Sierra Cabrera (Almería), de donde procede, puede verse la
descripción en la Mineralogía de Naumann y Zirkel (1) y otras
obras modernas.
Scorodita (Fe- As- 0^ + 4 H^ O. Rómbica).— Este arseniato fé-
rrico hidratado ha sido mencionado de Portugal por el señor
Pedro Gomes (Id.) como existiendo en las sig-uientes localida-
des: Ancora (Vianna do Castello) y Castelloes (Villa Nova de
Famalicáo). De España no está citado, pero seg"urainente se
hallaría reconociendo ciertas manchas verdosas de las arseno-
piritas y piritas de muchas localidades.
Haidingerita (As 0^ Ca H. H^ O. Rómbica). — El Sr. Naranjo
(Elein. Min. gen., 1862, p. 235), dice que aparece en España,
aunque con escasez, sobre minerales de plata, níquel y cobalto
arsenical. Sólo hemos visto esta vaga indicación.
Farmacolita (As 0^ Ca H. 5 H^ O. Monosimétrica).— El Sr. Na-
ranjo (Id.) la menciona con la misma ambig-üedad que la es-
pecie anterior, pero Paillette y Bezard (Oper. cit.) especifican
más, diciendo que pequeñas porciones de este arseniato hidra-
tado de color rosa ó rojo aparecen bajo la forma de hebras se-
dosas en los criaderos de mercurio del distrito de Mieres (Astu-
rias), cuya presencia indica por lo general la del cinabrio.
Esto se explica bien porque allí, particularmente en la zona
donde los romanos explotaron dicho sulfuro, sobre todo junto
á La Peña, se mezclan con él los minerales arsenicales arseno-
pirita y rejalgar. Hállase también en el valle de Gistain, Piri-
rineos de Arag-ón , con los minerales de níquel y cobalto, aun-
que en pequeña cantidad.
Bindlieimita (H'* Pb^ Sb^ O'"'^). — De este antimoniato de plomo
hidratado, raro y conocido desde hace poco tiempo, existen en
el Museo Británico dos ejemplares de localidades españolas,
seg-ún se ha servido comunicarme particularmente el señor
Spencer, Director de la Sección de Mineralogía de tan impor-
(1) Elementos de Mineralogía, por Naumanu y Zirkel, trad. por M. Madariaga. Ma-
drid, 1891, pág. 662.
DE HISTORIA. NATURAL. 1«3
tante centro, á saber: Sierra Almagrera (Almería) y Lomo de
Bas, A^'-uila (Murcia).
Farmacosiderita ( [As 0'']^ Fe [Fe O Rf. 6 H O. Reg-ular).— Pail-
lette (Oper. cit.) halló esta substancia íntimamente unida á
ciertos minerales de hierro de Lena, AUer y Oviedo.
Conicalcita (Konichalcit). — Breithaupt dio á conocer con este
nombre un doble arseniato hidratado de cobre y cal procedente
de Hinojosa de Córdoba, cuya descripción puede verse en los
Pogg. Ann. lxxviii, 1849, p. 139. Seg-ún análisis de Fritzsche,
su fórmula es la sig-uiente :
(As, P, V) O'' (Cu, Ca) [Cu. OH]. X H"^ O.
El Museo de la Escuela de Minas de Madrid posee un ejem-
plar donado por el 8r. Cía, sabio profesor que fué de la misma,
en masa verdosa arríñonada, que se parece á la malaquita.
Plomo-goma (P^ O»^ AP Pb. 9 H^ O.. Exag-onal).— Dice el Sr. Na-
ranjo (^0;j6'r. ciL, p. 377) que es posible,se encuentre este hidro-
aluminato de plomo en la mina La Regla, de Sierra Almag-re-
ra, de donde tenía un pequeño ejemplar que lo parece por sus
caracteres exteriores. También del Barranco de la Torre, en la
misma provincia de Almería, hay una muestra en el Museo de
la citada Escuela de Minas, que entre varios minerales de plo-
mo parece llevar el de que tratamos. Difícil es afirmarlo con
certeza, pues con el nombre de plomo-g-oma se han descrito y
analizado compuestos que acusan cantidades de ácido fosfó-
rico, óxido plúmbico y alúmina muy variables, con caracteres
'físicos diferentes, lo cual deja bastante vag-uedad en la defini-
ción de esta especie.
Calcouranita ([PO'']^ [ÜO^^ Ca. 8 H^ O. Tetrag-onal).— Aunque
confundiéndola con la uranita ha sido citada de las minas de
cobre de la cordillera de Guadarrama, en Colmenar Viejo, por
Herrg-en (Min. geogr. de Esp., An. de Hist. nat., t. iii, 1801,
p. 111) y Ramón Espiñeira (Exjms. de los compañ. de las suhs.
metal., 1803), y de Galapag-ar y Torrelodones en g-ranito, por
Naranjo (Oper. cil., p. 385). Conócese mejor con las fosforitas
de Trebejo, Valencia de Alcántara, Alburquerque y Albalá,
junto á Mont'hichez, al S. de la provincia de Cáceres (Mallada,
Explic. del Mapa geol., t. i, p. 176). El Sr. H. Pacheco, que ha
recogido abundantes ejemplares de esta región, y es el pri-
'184 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
mero que los ha estudiado detenidamente, dice se presentan
en bellas hojuelas cristalinas, de color verde hierba, midiendo
de 2 á 3 min. y aun más de lado, en un granito porfídico alte-
rado que forma las salbandas de los filones de fosforita, abun-
dando más en la proximidad de los óxidos de hierro que hay
en dichos filones. Ofrecen cristalización bien marcada, con el
pinacoide básico muy desarrollado y con visible exfoliación
prismática.
En Portug-al se cita de la mina de Tapada d'Ayres (Sabug-o-
sa) y Villa maior (Sabug-al).
Ganomatita (Hierro sub-sulfoarseniatado). — Paillette y Bezard
(Oper. cit.) la mencionaron como accidental y mezclada con
otras substancias en Hieres (Asturias); pero no puede aseg-u-
rarse que corresponda exactamente á aquélla, cuya fórmula
no se halla aún bien establecida (1). Otro tanto decimos de
alg-unos hallazg-os, al parecer de la misma especie, en los filo-
nes piritíferos de la provincia de Huelva, especialmente de la
Cueva de la Mora (Museo de la Universidad de Sevilla).
Por vía de apéndice diremos dos palabras sobre la prixiia,
con cuyo nombre desig-nó Leymerie (Cours de oninér., París,
1867, pág". 302) al plomo arseniatado hidratado, mencionán-
dolo de cuatro localidades, y una de ellas España (probable-
mente será Linares). Semejante nombre no fig-ura en ning-uno
de los doctrinales ni catálog-os clásicos modernos, con excep-
ción del de la Colección ele Mineralogia del Museo de Historia
natural de París del x>resente año (pág*. 38); pero allí está como
un sinónimo de la mimetita, que es una sal anhidra, siendo
así que Leymerie dice de un modo terminante que «el análisis
de la prixita indica esencialmente un arseniato de plomo que
contiene 10 por 100 de ag-ua.»
En vista de esta contradicción sería muy conveniente bus-
car ejemplares en la indicada localidad con los caracteres físi-
cos que señala aquel mineralogista en su obra citada, y com-
probar si en realidad se trata de una substancia anliidra, y
entonces de la mimetita, ó si debe rehabilitarse como indepen-
diente la prixita de Leymerie.
(1) Según el profesor A. Lacroix es una variedad de la pitticita.
BOLETÍN
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión extraordinaria del 18 de Marzo de 1901.
PRESIDENCIA DE DON BLAS LÁZARO É IBIZA.
— El Sr. Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que
fué aprobada.
— El Sr. Presidente dio cuenta del objeto de esta sesión ex-
traordinaria, en la cual procedía admitir los Sres. Socios pre-
sentados en la anterior, confirmar el acuerdo tomado por la
Junta directiva en sesión del 13 de los corrientes autorizan-
do á la Sección de Barcelona para celebrar sesiones, y, en fin^
votar los Socios honorarios que dicha Junta propone.
Admisiones. — Quedaron admitidos como socios numerarios
los Sres. D. Juan de Ag-uilar Amaty Banús, Consejo de Ciento,
387, EntomoJogia: D. Jaime Almera, presbítero, cañón ig-o de la
Catedral, Sag-ristans 1 , 3.°, Geología y Paleontología; D. Casi-
miro Brug-ués y Escuder, doctor en Farmacia y en Ciencias,
calle delBruch, 66, Histología vegetal; D. José Casares y Gil,
decano de la facultad de Farmacia, Rambla de Cataluña, 29,
A7iülisis químico mineral; D. Antonio Casares y Gil, médico
militar. Rambla de Cataluña, 29, Hepáticas y musgos; D. Eduar-
do Finestres y Foch, Vila-Vilá, 134, 3.°, Mineralogía: D. Jaime
Ferrer y Hernández, Montaner, 66, 2.°, Mineralogía; D. Rafael
Folch y Andreu, alumno de Farmacia, Casa de Caridad, Bo-
tánica; D. Norberto Font Sag-ué, presbítero, Fontanella, 13,
Geología; D. Luís Gig-erei Morentín, catedrático de la Univer-
sidad, Pelayo, 17, Mineralogía; D. Florentino Jimeno Eg'urbi-
de , doctor en Farmacia, Plaza Real; D. Manuel Llenas y Fer-
nández, Liado, 8, 2°, Botánica; D. Moisés Nacente y Gonzá-
lez, catedrático de Ciencias de la Universidad, Diputación, 415;
N.o 4 —Abril, 1901. 14
]8í) boletín DK la SüCIHbAD ESPAÑOLA
D. Benito Oliver Rodés, Rambla de San José, 23, Análisis quí-
mico mineral; D. José Rives Mampoey, Diputación, 441. 3.",
Botánica; D. Enrique Soler y BatUe, farmacéutico militar, Cor-
tes, 372, 1.", Botánica; D. José Tió y Salvador, Balmes, 7, 3.",
Histología vegetal; D. Juan Tomás y Radó, Fortuny, 4, entre-
suelo, Mineralogía; todos de Barcelona, propuestos en la sesión
anterior por D. Marcelo Rivas Mateos. *
D. José Benet Andreu, catedrático en el Instituto de Teruel,
y D. José CoscoUano y Burillo, profesor auxiliar en el de Cór-
doba, propuestos por D. Ig-nacio Bolívar.
Se propone ig-ualmente para fig-urar en la lista de socios la
cátedra de Historia natural de la Universidad de Barcelona,
la Facultad de Farmacia de la misma Universidad y la Biblio-
teca del Instituto de Soria.
Nombramiento de socios honorarios. — Se leyó el dictamen de la
Junta Directiva relativo al nombramiento de socios honora-
rios, manifestando el Sr. Presidente que con el fin de dar cum-
plimiento á lo que dispone el art. 4.° del Regdamento, la Junta
Directiva había estudiado detenidamente esta cuestión, á fin
de proponer á la Sociedad las personas más eminentes en los
diversos ramos de las ciencias naturales, procurando al mismo
tiempo que estuviesen representadas en lo posible las diver-
sas nacionalidades que más contribuj^en al desarrollo y pro-
greso de las ciencias naturales, y que en tal concepto proponía
para socios honorarios á los sabios que se expresan á conti-
nuación:
Sir Archivald'Geikie, Director general del Servicio g-eoló-
g-ico de la Gran Bretaña é Irlanda, individuo de la Real so-
ciedad de Londres, correspondiente del Instituto de Francia,
autor de muchas publicaciones notables y especialmente del
conocido Text Booh of Geology , uno de los doctrinales más
famosos escritos sobre esta ciencia; es además correspondiente
de nuestra Sociedad.
Ph. Yan Tbieg-en, Profesor-administrador del Museo de His-
toria natural de París, Miembro del Instituto de Francia, cuya
personalidad es bien conocida entre nosotros por sus obras de
conjunto en que ha reñejado el estado actual de la Botánica,
pero cuyo renombre se cifra principalmente en numerosos
trabajos de investig-ación acerca de la estructura de los veg-e-
DE HISTORIA NATURAL. IS":
tales, de su anatomía comparada y de numerosas cuestiones
■de fisiología vegetal y de criptogamia.
Adolf Engler, botánico de grandes iniciativas, que ha con-
cebido obras tan extensas como la titulada Die natürlichen
Pflaiuen FamiUeiv, que dirige en unión de Prantl, y la deno-
minada Die Vegetation der Erde, con O. Drude, y por fin la lla-
mada Das P flan: ensni che (Regni vegetabilis conspectus). Es
profesor de Botánica y Director del Jardín y Museo botánicos
de Berlín, y de él puede decirse que ha cultivado todas las
ramas de la ciencia de los vegetales, incluso la paleontología.
D. Santiago Ramón y Cajal, nuestro consocio y ex-presiden-
te, cuya historia y triunfos científicos son harto conocidos para
que se necesite relatarlos.
Cari Brunner von Wattenwyl, el célebre entomólogo vien-
nés. Consejero áulico, y autor de numerosas monog'rafías des-
criptivas y de sistematización que le han conquistado puesto
eminente entre los que cultivan la Zoolog-ía sistemática, ha-
biéndose también ocupado en el estudio del transformismo y
del mimetismo en los insectos. Su Sijstéme des Orthoptéres es
la obra que más ha hecho progTCsar el estudio de este orden
de insectos.
Sir John Lubbok, Lord Abevury, tan reputado por sus cono
cimientos sobre Antropología y sobre las costumbres de los
himenópteros y las metamorfosis, instinto é intelig*encia de
los animales; autor de importantes publicaciones de índole
muy diversa, y correspondiente de nuestra Sociedad.
Albert Gaudry, Miembro del Instituto de Francia, profesor
de Paleontología en el Museo de Historia natural de París,
autor de numerosos estudios en que ha revelado su notable y
vigorosa personalidad científica, particularmente en Les en-
dialnements du monde animal, Considérations sur les mammifé-
res qui ont vecu efi Furope á la fln de l'époque miocéne, Maté-
riaux pour l'histoire des tenqjs qnaternaires y Les ancétres de
oíos animaux dans les iemps géologiques.
Samuel Hubbard Scudder, autor de valiosísimas monogra-
fías sobre los insectos fósiles, entre ellos los terciarios de la
América del Norte, que ha dado á conocer la Comisión geoló-
gica de los Estados-Unidos en un grueso volumen de sus pu-
blicaciones, y redactor de la parte entomológica del gran Tra-
tado de Paleontología del profesor Zittel.
188 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
Puesto á votación el nombramiento de estos socios honora-
rios fué acordado por aclamación.
Acuerdos. — Por unanimidad se tomó el de aprobar lo dis-
puesto por la Junta directiva respecto á que la Sección de Bar-
celona se considere restablecida conforme alo solicitado por el
Sr. Rivas Mateos en nombre de los socios residentes en aquella
capital. La Sección de Barcelona fué la primera en constituir-
se, y en realidad continúa establecida, aun cuando hace tiem-
po no haya celebrado sesiones; no se trata, por tanto, de cons-
tituir una nueva Sección de la Sociedad, y así lo ha entendido-
la Junta directiva, acordando manifestarlo al Sr. Rivas Mateos
á fin de que, convocados por este señor, que viene represen-
tando á la Sociedad en concepto de Tesorero de aquella Sec-
ción, puedan los socios de Barcelona nombrar su Junta direc-
tiva y celebrar sesiones, de las que la Sociedad espera muchos-
y valiosos trabajos en atención á la conocida actividad, entu-
siasmo científico y extremada competencia de los coleg-as con
que allí contamos.
Sesión del 10 de Abril de 1901.
presidencia de don BLAS LÁZARO É IBIZA.
Se leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué aprobada.
Correspondencia. — El Secretario dio cuenta de una circular de
la Sociedad de Amantes de las Ciencias naturales de Ekathe-
rinenbourg- invitando á todas las Instituciones y Sociedades
correspondientes á tomar parte el 4 de Junio próximo en el
jubileo' de su presidente el doctor Alejandro Andreevitch
Mislawsky.
De nuestro consocio D. Román Casares, manifestando que
acepta con g'usto la representación de la Sociedad en San-
tiago, por ser útil de alg-una manera á esta corporación. La
Sociedad acordó dar las g-racias al Sr. Casares, no dudando-
que mediante su g-estión aumentará el número de socios en
aquella importante población.
Presentaciones.— Se hicieron tres nuevas propuestas de Socios.
DE HISTORIA NATURAL. 189
Proposiciones. — Continuando la discusión pendiente sobre la
proposición del Sr. Martínez Escalera, el Sr. Presidente dio
lectura á un articulo remitido por su autor, nuestro consocio
-de Valencia, D. Emilio Ribera, y publicado en el núm. 607 de la
Revista Contemporánea^ correspondiente al 15 de Marzo de este
año, sobre el asunto que se debatía y que aquél no había
enviado á la Sociedad en la creencia de que habría termi-
nado en ella la discusión referente á la enseñanza elemental de
las Ciencias en las escuelas primarias de nuestro país. La So-
ciedad oyó con interés dicho artículo, aplaudiendo las ideas
en él contenidas, y que se acordaban perfectamente con las
dominantes entre los que tomaron parte en la discusión re-
ferida.
El Sr. Ribera, después de lamentar el atraso considerable
en que estamos respecto á otras naciones por lo que toca á
medios de educación, propone que debe comenzarse por dotar
á las Escuelas normales de material abundante para lecciones
■de cosas, á fin de que los futuros profesores se familiaricen con
su uso haciendo oblig-atorio el que en él se adiestren y que
íueg'o lo empleen en las escuelas; que se abran concursos para
la formación de cartillas y cartones con viñetas y cromos bien
pensados y ejecutados, á fin de que se simultanee la enseñanza
de los rudimentos literarios con los histérico-naturales de apli-
cación á los usos de la vida; que se hag-an oblig-atorias las
grandes excursiones escolares en las normales y las pequeñas,
pero repetidas semanalmente, en las escuelas elementales y
superiores, y las visitas á las fábricas ó á los talleres de pe-
queñas industrias y en especial á las ag-rícolas.
Se dio lectura á una carta del profesor de Física, Química
é Historia natural de la normal de Granada, D. José Hueso,
dirigida al Sr. Bolívar, en la que da cuenta, á petición de nues-
tro consocio, de los elementos de que dispone on aquella es-
cuela para la enseñanza de los múltiples problemas de la asig"-
natura de que está encarg-ado, y manifiesta su opinión sobre
el asunto que se debate, por lo que es de interés para el cono-
cimiento del estado actual de la enseñanza de las ciencias en
las escuelas. Dice así:
«Conocido el interés de usted y de los demás señores que
forman esa Sociedad por la difusión y vulg-arización de esta
clase de conocimientos, me permito exponer á usted las si-
ffio boletín de la sociedad española
g-uiéntes consideraciones, llevado á ello por mi afición y mi:
carg"o, por si cree que merecen alguna atención, ya que con
tan buen acuerdo han llevado á esa Sociedad la cuestión de
la enseñanza de las ciencias naturales en las escuelas de ins-
trucción primaria.
Que sería útilísimo el que entrasen en el prog-rama de estas
escuelas los tales conocimientos, por vulg-ares que fuesen, está
en la conciencia de todos. Pero ¿cómo conseg-uirlo? A mi en-
tender no basta con que se log-re una ley que así lo dispong-a;
hoy se tropieza con una g-ran dificultad, la ig-norancia de la
mayoría de los maestros en esta clase de conocimientos.
En las escuelas normales se ha mirado siempre con escaso
interés esta clase de estudios (claro que hablo en g-eneral, pues
en esto, como en todo, pueden citarse honrosas excepciones);-
se ha considerado como sobrado difícil el estudio de la Física^
y como casi imposible el de los principios de la Química; y en-
Historia natural se ha lleg-ado á lo sumo á aprender el esque-
leto del hombre y los nombres de las principales visceras deL
mismo.
La mayor parte de los maestros presienten la importancia
de las ciencias naturales y son campo abonado para el desarro-
llo de las mismas, siendo los primeros en quienes hay que
pensar para que suba el nivel científico de nuestra sociedad;,
pero no se les ha enseñado; por reg-la g-eneral no pueden ex-
plicar de un modo satisfactorio cualquiera de los más senci-
llos fenómenos naturales á un muchacho curioso y preg-untón..
Y cuando se ha puesto el maestro en estas condiciones,
cuando apenas se le ha hecho saborear el placer de la verdad
científica y del estudio de la Naturaleza, no hay que pedirle-
que despierte estos sentimientos en el niño; si la ley le oblig-a
y se le da una cartilla de Historia natural, por ejemplo, la
hará quizá aprender á sus alumnos, pero sin calor, sin pres-
tarle su atención, en una palabra, será un libro más de me-
moria, y no es esto lo que creo debe buscarse.
Con el actual plan de estudios podrá conseg-uirse quizá alg-u-
na cosa; es de suponer que los nuevos maestros, recibiendo-
durante cuatro años en las Normales los primeros elementos-
de la ciencia, estén lueg'o más dispuestos á prestar á estos co-
nocimientos toda la atención que merecen.
Los que saliendo hoy con sus profesores á alguna excursión.
DE HISTORIA NATUllAL. 191
se liayan dedicado un poco á observar la Naturaleza, esos es-
tán conquistados; el que en el campo ha contado una vez los
estambres de una flor ó ha segniido con interés el desarrollo
de una yema, ese llevará al campo á sus alumnos para ense-
ñarles lo mismo; quien con sus profesores haya recog-ido alg-u-
na orug-a y haya asistido lueg"0 á su conversión en mariposa,
con seg"uridad repetirá la experiencia á la vista de los niños
cuando se encuentre al frente de su escuela; si se le ha ense-
ñado á disting-uir el cuarzo de la caliza, á no tomar por oro
las piritas ni confundir la mica con la plata, tendrá placer en
enseñar lo mismo en cuantas ocasiones se le presenten.
Pero para todo esto se necesita material de estudio: la Física
requiere aparatos y algnino también la Química, y modelos y
colecciones la Historia natural; y desg"raciadamente en la ma-
yoría de las Escuelas Normales se carece en absoluto de todos
estos elementos.
Cuando á principios de este curso me hice carg'o de la asig*-
natura de Ciencias naturales en la Escuela Normal Superior
de Maestros de Granada, todo el material científico se reducía
á dos barómetros iilútiles, un pequeño imán, una brujulita
y unas cuantas láminas de Botánica y Zoolog-ía. En nuestras
excursiones hemos recog-ido alg-unos minerales y plantas, y se
está formando una colección de insectos. Pero esto no es bas-
tante; y se comprende que con tal falta de elementos es impo-
sible ni aun aproximarse á lo que se podría conseg-uir.
Alg-una mayor atención, pues, respecto á este asunto, es lo
que creo debe pedirse á quien deba y pueda prestarla.
Y como esto es claro, me parece que alg-o se conseguirá; y
así pensando, teng-o fe en el porvenir.
Pero ¿cómo esperar á mañana? ¿Es posible ag-uardar tran-
quilos en asunto de tal importancia? Opino que no; debe es-
perarse andando. Si sin maestros no hay escuela, ha de diri-
g-irse la acción sobre los actuales maestros, y eso puede ha-
cerlo la Sociedad española de Historia natubai,; publíquense
manuales de estas ciencias en que, huyendo de lo puramente
especulativo, se tienda á divulgarlas por su aspecto de utili-
dad y de atractiva belleza; dense baratos, consígase pueda
adquirirlos el maestro con el presupuesto de material para
las escuelas, y se empezará á marchar.
Cautivan de tal modo las ciencias naturales, que el probie-
192 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ma de conseg'uir que tomen carta de naturaleza en las escue-
las primarias se reduce, á mi entender, á saber iniciar á los
maestros en las mismas.»
El Sr. Rodríg-uez Mourelo leyó una lección de Mineralog-ia,
escrita para uso de los niños de las escuelas de párvulos. El
Sr. Bartolomé presentó también dos trabajos en el mismo sen-
tido: uno consiste en una lección sobre los carbones minera-
les, destinada á los alumnos de diversos g-rados, y el otro es un
modelo del medio de que se puede valer el maestro para des-
arrollar ante sus pequeños discípulos un asunto de Historia
natural. Por último, el Sr. Artig-as dio lectura de un trabajo
pedag'óg-ico también, pero de distinta índole que los anteriores
que había escrito; consiste éste en un curso breve sobre Mon-
tes que podría darse en 12 lecciones, de una hora, en las Escue-
las normales de maestros y maestras.
Todos estos trabajos interesaron por extremo á la Sociedad,
y el Sr. Presidente, en nombre de ella, felicitó y dio g-racias
á sus autores por el celo é intelig'encia que habían mostrado
•en asunto de tanta importancia, prometiendo resumir la dis-
cusión deduciendo en breves consideraciones el resultado déla
misma.
Comunicacioues verbales. — El Sr. Presidente dijo que la Socie-
dad había realizado las excursiones anunciadas.
Aunque la estación se hallaba en el presente año bastante
-atrasada, no habían dejado de hacerse alg-unas recolecciones
útiles, especialmente en lo que á plantas se refiere; pero que
todavía no era posible dar noticias precisas de los resultados
obtenidos, hasta que dichas recolecciones se hayan estudiado,
ofreciendo ocuparse oportunamente de los hallazgos más inte-
resantes.
Presentó también una nueva publicación sobre plantas de
España en los términos siguientes:
Los señores socios pueden examinar la Écloga quinta que
M. Aug-uste Coincy ha tenido la amabilidad de remitirnos.
Como las anteriores, ofrece muy vivo interés para el estudio
-de nuestra ñora, pues salvo la parte en ella consag'rada al es-
tudio de la var. gallica del Juniperiis ihurifera del Delfinado,
se refiere al estudio de nuevas especies y variedades de plañ-
ías españolas dadas á conocer por el autor. La Reseda luteola
DE HISTORIA NATURAL. 193
\d,v . partita , Medicago ononidea, TrifoUum Carteiense, Centau-
rea Ronyi, Centaurea Setabensis, Áster Hispanicus , Boucerosia
Hispánica, Linaria 2)roxima, Linaria intrincata, Globularia Os-
ce7isis, Atriplex rosea var, ilicifolia, y Cfastridiíim oMongum, son
las comprendidas en este nuevo estudio de M. Coincy, publi-
cado con ig-uales condiciones editoriales en la impresión y en
las láminas que las que ya otras veces liemos tenido ocasión
de encomiar en las series anteriores. De desear es que el ilus-
trado botánico francés persevere en el estudio y publicación
de las plantas nuevas de nuestro país.
El mismo Sr. Presidente presentó los modelos de papeletas,
ya impresos, que la Sociedad distribuirá entre las personas
que deseen cooperar á la obra de los Catálog-os.
Secciones. — La de Sevilla celebró sesión el día 20 de Marzo
bajo la presidencia del Sr. Marqués de San Gil, leyéndose
una comunicación remitida por el Sr. Calderón, de Madrid,
titulada Aptrntes sobre el nitro en España.
La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 27 bajóla pre-
sidencia de D. Manuel Díaz de Arcaya; se admitieron los So-
cios presentados en la sesión anterior, que son los señores:
Numerarios.— Wvcio. Sr. D. Simón Vila Vendrell, decano de
la Facultad de Ciencias en la Universidad de Zarag-oza, y don
Mariano Ballestero y Pardo, licenciado en Ciencias y director
de la Azucarera, propuestos por D. Hilarión Jimeno, y D. An-
drés Salvador y Gil, propuesto por D. Juan Pablo Soler.
Agregados. — D. Luís Urzola y Gil, presentado por D. Félix
Gila y Fidalg-o.
Se propuso también por el Sr. Presidente fig-urasen en la
lista de socios el Casino de Zarag-oza, el Casino Mercantil In-
dustrial y Agrícola y el Instituto de seg-unda enseñanza de
Zarag-oza.
El Sr. Jimeno leyó unas Noticias históricas sobre algunas
piedras meteóricas caídas en EsimTia. El Sr. Gila presentó
unos ejemplares de Hippu7'ites procedentes de Seg-ovia, y dos
tipos de pórfidos de la sierra de Guadarrama. Por último, el
R. P. Domenech dio lectura á una nota bibliográfica remitida
por el R. P. Navas sobre dípteros de España del P. Gabriel
Strobl.
194 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
Notas y comunicaciones.
Nuevos estudios sobre las agallas W
D. MANUEL FERNANDEZ DE GATA.
Clasificación de las agallas en general.
Las clasificaciones que hasta ahora se han hecho de la&
agallas en general son todas sistemáticas. El carácter que ser-
vía de base á éstas era tan secundario y los g-rupos formados
de constitución tan artificiosa, que nin¿,''una de las propuestas
ha sido adoptada en el estudio de dichas producciones morbo-
sas. AgTupar éstas seg'ún sus analog-ías y diferencias, tomando-
por base la subordinación de caracteres y la relativa impor-
tancia de éstos sería establecer la verdadera «clasificación
natural metódica».
No es de extrañar que ésta todavía se desconozca si se con-
sidera la complejidad de caracteres que presentan las ag-a-
llas, la dificultad para saber á cuáles se ha de dar la prefe-
rencia y lo mucho que aún resta conocer en lo que atañe á
su org-anización y estructura anatómicas.
Aunque los caracteres que disting-uen una de otra no sean
por sí solos suficientes, ofrecen importancia suma para fun-
damentar con sólida base la única verdadera clasificación.
A conseg-uirlo tendemos con el sig-uiente esbozo de Clasifica-
ción natural fundada en los caracteres de estructura.
(1) Extractados del Discurso del Doctorado (todavía inédito) del mismo autor.
DE HISTORIA NATURAL.
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196 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
En esta clasificación califico de ag-allas incompletas á las
que todos los autores conocen con el nombre de falsas; deno-
minación que encuentro impropia para las agallas sin zona
mitritiva y las considero tan verdaderas como las tituladas
completas, que poseen esta última, apoyándome para ello en
ios razonamientos sig-uientes:
\° Su formación, desarrollo y definitiva constitución res-
ponde de todo en todo á los diferentes conceptos que integ'ra
la definición que hoy se da de las ag-allas.
2.° Los caracteres en que se funda tan errónea denomina-
ción nada dicen respecto á que deje de formarse la excrecen-
cia «con participación activa del órg-ano afectado» , carácter
fundamental que sirve para diferenciar unas de otras.
,3.° Las agallas falsas se dice que «están provistas de una
abertura por lo menos en un momento dado de su desarrollo».
Pues bien; este carácter no es exclusivo de las comprendidas
€11 dicho g-rupo ; en efecto , la agalla glandifila del rolle se
abre naturalmente por contracción lateral de los tubérculos
internos que la cierran al principio para dar salida después
á los insectos que en ella se desarrollan.
Y 4.° Porque las ag-allas que con toda propiedad deben
llamarse falsas, son las formadas por simple arrollamiento del
órg-ano afectado sin participación fisiológica del tejido que le
constituye , como acontece en la agalla foliar del chopo y la
agalla foliar del laurel y en alg-unas más.
II.
Agallas de las cupnllferas indígenas.
Las especies del g-énero Quercus ofrecen g-ran número de
excrecencias producidas todas ellas por diferentes himenóp-
teros del g-rupo de los cinípidos.
Las agallas de las cupulíferas que crecen en nuestro país (1)
pueden agruparse, para su clasificación por el «órgano vege-
(1) Son conocidas en la provincia de Salamanca con el nombre de Bogallas, las
que presentan tubérculos y no tienen forma esférica, y Bogallos las que poseen esta
forma, más ó menos perfecta, y carecen de tubérculos en su superficie.
DK HISTORIA NATURAL. 197
tativo donde tienen su orig-en», que unas veces es el mismo
en que aparecen insertas, cuando están completamente for-
madas, como sucede en las agallas foliares, y otras es dife-
rente, como ocurre en las gemi-foliares, las cuales se desarro-
llan en la yema de una hoja y aparentemente se insertan en
la base del peciolo de ésta ó en las ramillas foliares.
Atendiendo al supradiclio carácter, ordeno sistemáticamente
las 20 especies, por mí recolectadas, como expresa el sig-uiente
«cuadro sinóptico»: (1.^ clasificación).
I.) Eadiculares Agalla radiculai- de la encina.
II.) Corticales Agalla cortical del roble.
, r> j í De la encina.
/ Bedegares ...
\ { Del roble.
III.) Gemi-rameales ^ Agalla del alcornoque.
Agalla cornicular del roble.
T, j j í De la encina.
Redondas. . . >
i Del roble.
IV.) Gemi-foliares \ Agallones. . . ^ ^® ^^ encina,
' Del roble.
Agalla coronada indígena.
Agalla reniforme de la encina.
Agalla esférica del roble.
V.) Foliares { Agalla esferoidea del roble.
Agalla lenticular del roble.
Agalla falsa agalla del roble.
VI.) Gemi-florales Agalla bracteolada del roble.
( De la encina.
VII.1 Florales \ -r. ^ ,.,
( Del roble.
VIII.) Glandífilas Del roble.
Las ag-allas de las cupulíferas indíg-enas se desarrollan una»
en dos ó más especies de Quercí(s; tal sucede con los «Bedeg-a-
res»: el de la encina aparece casi en ig"ual proporción sobre el
roble y el de éste, aunque con menos frecuencia, también se
encuentra en la encina. Otras, por el contrario, viven única y
exclusivamente sobre determinadas, especies; ejemplo de ello
tenemos en la ag-alla del alcornoque, en la corniculada del ro-
ble, y en la gdandífila, que se desarrollan respectivamente so-
bre el Q. Siiier L., Q,. Toza Bosc. y Q. pedunculala Ehrh.
Por la mayor ó menor abundancia en que aparecen dentro
193 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
■de una misma circunscripción, como la recorrida por mí (1),
■considero coíminisimas, las «redondas mayores» y los «ag-allo-
nes»; 2^oco abundantes, «la del alcornoque» las «foliares» la
«g-landifila» y la «bracteolada»; lastante raras, la «cortical» y
la «corniculada»; y rarísima la «falsa ag-alla foliar del roble».
Después de secas todas flotan en el ag-ua, menos la agalla
del alcornoque.
No todas son ig-ualmente ricas en tanino. Las «redondas ma-
yores» y los «agallones» son en las que más abunda dicho g-lu-
cósido. Es mucho menor en las demás, é insig-nificante ó casi
nula la proporción que de él contienen la ag-alla del alcorno-
que, la's «foliares» y las «florales», y carecen del mismo la
«bracteolada» y la «falsa ag-alla foliar del roble».
Atendiendo á la manera como se forman éstas excrecencias,
son sencillas las agallas propiamente dichas, que son la ma-
yoría, cada una de las cuales es un individuo veg-etal, de cre-
cimiento uniforme y limitado; y conqniesias ó «bedeg-ares» las
formadas por yuxtaposición de muchas sencillas, resultando
de aquí que el crecimiento de estas ag-allas es desigual é ili-
mitado. Las sencillas pueden ser unicelulares (ó unilociilares) y
pluricelulares {diüiiriloculares), seg-ún que consten de una sola
celda ó cámara larvar ó de muchas incomunicadas entre sí.
A su vez las unicelulares pueden tener una larva única, que
más tarde lleg-a á insecto perfecto y llamo nnilartares , ó dos ó
más larvas, á las que titulo multilarTares. Entre las primeras
pudiérase calificar de sinelarvas á la «ag-alla esferóidea del ro-
ble», porque por excepción es la única excrecencia que pre-
senta vacía la cámara larvar por aborto constante del huevo en
€lla depositado.
Y la.& 2^1 wí'iceliil ares pueden tener las celdas larvares centra-
les, formadas en la capa nutritiva, situada en el centro geomé-
trico de la agalla; excéntricas, producidas también en la capa
nutritiva, que en estas se halla fuera de aquel centro y ocupa
la zona media; y ¡periféricas, aquellas que las presentan en la
zona externa.
Con arreglo á estos caracteres clasifico sistemáticamente las
agallas de las cupulíferas indígenas de la manera siguiente:
(2.^ clasificación).
(1) Límites O. y S. del partido de Vitigudino (Salamanca).
/ Unilarvares .
res. .
Pluricelu-
lares.
DE HISTORIA NATURAL. 199
' Agalla del alcornoque.
— coronada indígena.
— reniforme de la encina.
— lenticular del roble.
— esférica del roble.
/Unicelula- \ f " esferoidea del roble.
— bracteolada del roble.
— floral del roble.
! ,, ,,., í' Agallas corticales.
Multilarvares .
f Agallas radiculares.
Agallas sen- I ,, Agallón de la encina.
„:iia„ \ / Unacamara central 1
"^^^^ ' ' . ... \ Agallón del roble.
y varias periie-<,
i Agallas redondas mayores
de la encina y del roble.
I Varias centrales y \ Agallas redondas menores
varias periféricas ' de la encina y del roble.
Una excéntrica y)
Agalla glandifila.
vanas periféricas )
Varias excéntricas )
... f Agalla cornicular del roble,
y vanas perifé-/
1 . \ Agalla floral de la encina.
\ ricas ;
Agallas com- ^ De muchas sencillas unicelu-^Bedegar de la encina.
puestas / lares y unilarvares ' Bedegar del roble.
Apuntes sobre el nitro en España.
D. SALVADOR CALDERÓN.
Nuestra Península es sumamente rica en eflorescencias de
nitro, que se producen de una manera natural en la superfi-
cie del suelo, ríe las rocas, de las paredes de antig-uas cons-
trucciones y de las g*rutas y cavernas, merced á un conjunto
de circunstancias favorables para el desarrollo de las bac-
terias de la nitrificación ; circunstancias relacionadas con el
clima y la composición de las rocas predominantes en vastas
regalones del país. Esta cuestión interesante no sabemos se
liaya tratado por los naturalistas modernos con referencia
■á España, y nos ha parecido curioso resumir los datos que
liemos podido recog-er respecto á la distribución en ella de las
formaciones nitríferas.
200 boletín de la. sociedad española
Los antig-uos geógrafos y naturalistas se fijaron más que los
modernos en la abundancia y riqueza de las nitrerías natura-
les de la Península, y no faltó quien notara que fuera de ella
sólo el Eg'ipto y la Persia ofrecen este proceso evolutivo en
semejante grado cuando, como en nuestro país, sobrevienen
lluvias después de un prolong-ado tiempo cálido. «Si el poder
divino, exclama Bowles (1), aniquilase el salitre de las basu-
ras de Francia y de las paredes artificiales y plantíos de Ale-
mania, las tierras de España solas podrían dar salitre para
toda Europa hasta el fin del mundo, sin auxilio del álcali fino
de las cenizas de los veg-etales, como el interés oblig-ase á la
industria á perfeccionar las operaciones y todas las tierras
nitrosas se empleasen en hacer salitre.» Hay que tener en
cuenta que Bowles, como otros varios de su tiempo, referían
al nitro una g-ran parte de las eñorescencias del suelo de la
Mancha y Arag-ón que son principalmente de sulfato de mag*-
nesia, según observó el famoso Proust con mucho acierto.
En las rocas y tierras resultantes de su alteración que se
nitrifican , como ciertas molasas y calizas, al cabo de cierto
tiempo de sequía, se forman agregados fibrosos que producen
cutículas blancas, más ó menos delgadas, de un salitre que es
una mezcla de nitrato de potasa y nitrato de cal, cuando no
de nitrato impuro de cal y de magnesia. La producción de
estas sales contribuye poderosamente á la desagregación de
estas rocas y al empobrecimiento del suelo, cuya vegetación
llegan á ahogar casi por completo. El citado Proust se ocupó
del efecto destructor de la nitrificación en España, mencio-
nando que en Zaragoza sus eñorescencias borraban de día en
día las pinturas y arruinaban la bóveda del famoso santuario
de Nuestra Señora del Pilar, y que apenas había piedra de
sillar exenta de salitre. «Últimamente, añadía, reconocí en
El Escorial que la sosa ya va carcomiendo sin el menor res-
peto aquellas soberbias columnas acanaladas de mármol rojo
del Panteón» (2).
En los tiempos modernos , el profesor D. Ramón Torres
Muñoz de Luna, de feliz recuerdo, se ha ocupado del proceso
(1) Bowles: 'Introducción á la Uist. nát. y á la Qeogr. física de España, 2.' edi-
ción. 1782, piSg. 54.
(2) Pkoust: Sol/re el salitre. «.4nal. de Hist nat.^>, 1. 1, 1799.
DE HISTORIA NATURAL. 201
-de la nitrificación y manera de propag-ar en España esta
industria (1), considerándolo como natural y espontáneo en
nuestros climas templados; pero éste, como los demás traba-
jos sobre el mismo asunto anteriores á los prog-resos de la
bacteriolog'ía, sólo ofrecen hoy interés histórico.
Hay en el país, como queda dicho, no pocas cuevas en las
que se produce nitro, á veces en bastante cantidad. Citaremos
después las Cuevas del Salitre, á una leg-ua próximamente de
•Somiedo, en Asturias, llamadas así por las eflorescencias de
•esta sal que revisten su interior; en Guadalajara la pequeña
mina de carbón de San Rafael, en Valdesotos, ofrece eflores-
cencias semejantes en las paredes de contacto con la hulla;
las cuevas de MontenegTos, junto á Peñaflor en la Sierra Mo-
rena, parece proporcionaron dicho producto en cantidad sufi-
ciente para ser explotadas; otro tanto se dice de las minas ó
•cuevas de San Felipe y Horceg-uilla en la sierra de Filabres,
y en las de La Morcig-uilla, La Sarna y Las Narices, en Serón,
todas en la provincia de Almería.
La forma en que más abunda el salitre en España, es natu-
ralmente la de eflorescencias é impreg-naciones en tierras
propicias para su producción, de las cuales mencionaremos
las principales localidades de que tenemos noticia.
Existen tierras nitrosas en la misma provincia de Madrid, y
Proust celebró las condiciones de su salitre, del cual decía
que no necesitaba refinarse muchas veces, como el que se
prepara en las cercanías de París. Seg-ún Prado, existieron
fábricas en alg-ún tiempo en Madrid (2). En ig-uales condicio-
nes aparece en Tembleque, provincia de Toledo, en muchos
pueblos de la Mancha, como el término de Quero, la veg-a de
Herencia, los alrededores de San Juan, Tembleque y Yillaca-
ñas, Ruidera, donde hubo fábrica de pólvora por cuenta del
Estado (3).
(1) Memorias de la Real Academia de Ciencias, tomo ni, 2.' serie. 1863.
(2) Prado: Descripción física y geológica de la provincia de Madrid, 1864, pág. 146.
(3) Para convertir las tierras nitriflcadas en nitrato de potasa impuro se sigue en
la Mancha la práctica que vamos á exponer, ateniéndonos á la descripción del
Sr. Torres Muñoz de Luna en su citada Memoria. Los fondos de tinajas análogas á
las del Toboso los entierran en barro, y en su interior colocan un capacho, es decir
■un redondel de estera, y lo cubren con una capa de ceniza. Sobre éste echan las tie-
cras salitrosas y las lixivian con aguas procedentes de anteriores operaciones. El
N.»4.-\bril. 190L 15
202 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
En Arag'ón abundan asimismo las tierras nitrosas, y alg-u-,
ñas son conocidas en el país por la buena calidad del pro-
ducto con el que se hacía antes mucha pólvora, siendo repu-
tada como la mejor de España la de Villafeliche. En otras-
localidades el nitro está mezclado con sulfato de mag-nesia,
como sucede en Calatayud y muchos otros términos. Las rocas
calizas del trías de esta provincia y su continuación por la de
Guadalajara, son altamente propensas á la nitrificación, y no
es raro ver las antig-uas casas señoriales corroídas en su base
por esta verdadera caries de las piedras.
Sig-uen las tierras mencionadas por la provincia de Log-roño^.
como acontece entre San Pedro é Ig-ea de Cornag-o.
En Asturias parece escaso el nitro y de pobres condiciones;
pero debemos hacer mérito de una capa de tres á cuatro líneas
de espesor que se descubrió en la montaña de Navajos, del
concejo de La Pola de Somiedo por haber sido objeto de aná-
lisis y de un informe especial en el sig-lo xviii, seg-ún el cual
se trataba de un producto único en el mundo por su pureza,.
y cifrando en el hallazg-o g-randes esperanzas (1). Nada de
ésto era fundado, y lo único que tuvo importancia en este
estudio fué el análisis practicado en la Casa de Moneda de
Madrid por D. Doming-o García Fernandez; trabajo suma-
mente notable para su tiempo y el primero con carácter ana-
lítico sobre el nitro que creemos se haya realizado. Seg-ún él,,
la sal de Navajos posee la sig'uiente composición:
líquido filtra lentamente, cayendo en una especie de barreños impermeables cons-
truidos debajo de las tinajas. Estos primeros líquidos se evaporan espontáneamente-
al aire en dichas vasijas y abandonan lo que en el país llaman c^aws del salitre, es-
decir, el jjitro impuro, el cual suelen disolver nuevamente para cristalizarlo segunda
vez y dejarlo desecar.
Este salitre impuro lo llevaban á vender á las fábricas de refinación que, bajo la
dependencia del Cuerpo de Artillería, tenía el Gobierno establecidas en Tembleque,
Alcázar de San Juan y algún otro punto, en las cuales se pagaba á los salitreros el
precio de su mercancía con arreglo al nitrato potásico real que contenía, calculán-
dolo allí mediante una prueba basada en la solubilidad y cristalización de estos-
nitros comparada coa la de muestras químicamente puras.
(1) Informe sobre el salitre natural descubierto en Asturias, por D. Domingo G. Fer-
nandez. «Anal, de Hist. nat.»;, t. x, 1709.
DE HISTORIA NATURAL. 20U
Sulfato de cal 3,10
Nitro potásico 84,1 3
Cloruro calcico 1,17
Residuo 11,17
Agua higroscópica ? ; 0,43
100
Las molasas de diferentes puntos de Cataluña muestran con
profusión eflorescencias de salitre (nitrocalcita), aunque ig-no-
ramos que en ning-uno se haya tratado de explotarle, quizás
por no presentar condiciones propicias para ello (1).
Andalucía ofrece muchas tierras nitrosas en las provincias
de Málag-a, Granada y Almería, así como Lorca en Murcia.
Las marg-as pliocenas con azufre de Benamaurel y las marg-as
yesosas del partido de Baza suministran buenos ejemplos.
Explótase en el país, en pequeña escala, por el lavado de
dichas tierras, concentrando después las lejías y verificando
el refinado en calderas que al efecto tienen dispuestas (2). En
Almería hubo bastante extracción de salitre, que se enviaba
á Granada para la refinación. El Estado sólo sostiene actual-
mente fábricas de pólvora encomendadas al Cuerpo de Arti-
llería en Murcia y Granada, siendo la primera la más impor-
tante, las cuales envían comisiones para comprar el nitro en
los sitios de producción antes indicados.
Terminaremos con una interesantísima observación del
eminente químico Proust, tantas veces citado en estos apun-
tes. Habiendo purificado alg-unas libras de salitre de la Man-
cha (no se sabe de qué paraje), encontró después de las últi-
mas cristalizaciones nitratina, ó sea nitrato de sosa. «Hasta
ahora, añade, creo que nunca ó rara vez se había manifestado
esta especie entre las sales nativas.» En efecto, en la época en
que escribía no se tenía noticia de las g-randes formaciones
de nitratina del Perú, de modo que esta es la primera indica-
ción hecha sobre el hallazg-o de dicha especie en estado na-
tural.
(1) La nitrocalcita se puede convertir en nitro verdadero adicionándola sales de
potasa que reaccionan sobre su materia.
■ (2) G. Tarín: Reseña física y geológica de la provincia de Granada. Bol. Com. Mapa
geol., t. VIII, pág. 130. 1881.
?04 boletín I)K la .socii:dad IíSPAÑOLA
Se infiere de los datos precedentes que en las reg-iones este-
parias de España tienen representación las tres principales
especies de nitratos naturales que se conocen; abundantísimo
como en pocas comarcas del mundo, el nitro potásico de for-
mación contemporánea; mezclada con él en la Mancha, la
nitratina ó nitro sódico, y en eflorescencias coposas en las
calizas y molasas de Cataluña y Arag-ón la nitrocalcita ó nitro
calcico hidratado.
Un nuevo medio de cultivo para diferenciar el Bacillvs tífico
del coli, según Mankowskí
D, JOSÉ MADRID MORENO.
El año pasado publicóse en el Centralllatt für Bakteriolo-
gie & (1) una nota del Dr. Mankowskí, de Kiew, referente aun
nuevo medio de cultivo para diferenciar el bacilo tífico del
coli; cuestión que desde larg'o tiempo viene ocupando la aten-
ción de muchos investig-adores, existiendo al presente una bi-
blíog'rafía extensísima sobre el particular con un sin número
de fórmulas y procedimientos para hallar más ó menos rápi-
damente los referidos bacilos en su placa de cultivo. La difi-
cultad que existe de encontrar y aislar en las ag'uas potables
el bacilo tífico, por la variedad de formas que se le asemejan,
ha motivado numerosos trabajos, que más que á aclarar la
cuestión, vienen á entorpecerla con nuevas fórmulas para po-
ner aquél de manifiesto. En realidad sólo mediante una com-
probación personal en el laboratorio es dado decidirse en el te-
rreno, de la práctica por la elección de tal ó cual procedimien-
to, en vista de los resultados obtenidos.
Se trata de un problema bastante difícil de resolver, cuando
se investig-a aquel microorg-anismo en un ag-ua que se sospe-
cha sea el vehículo de propag-ación de la fiebre tifoidea, pues
los procedimientos del análisis son demasiado lentos ante la
(1) N." 1, XX vil. Band, 6 Januar KOO.— JF/íí nenes N&hzsubstrat zur Isolierung wn
Typhtis bacillen und des Bacierhim coli conitmiuis.
DE HISTORIA NATURAL. 205
ansiedad de la opinión pública en conocer sus resultados, no
quedando bien parada ante el vulg'o la bacteriología y mucho
menos la reputación científica de los encarg-ados de dar dicta-
men sobre el particular. En fecha no muy lejana tuvimos la
desg'racia de tropezar con éste asunto, y no faltaron personas
que fantaseasen sobre la bondad de las ag-uas buscando en el
trayecto de las canalizaciones la epidemia, sin tomarse la mo-
lestia de pasarse larg-as horas en el laboratorio investig-ando
si existía ó no en las ag-uas el g-ermen productor de la enfer-
medad.
A no dudarlo se ha exag-erado mucho, achacando siempre al
ag'ua las epidemias de esta clase, lo cual se debe á que antes
de que se conocieran los caracteres típicos y diferenciales de
los dos bacilos, todos los investig-adores encontrasen en las
ag'uas sospechosas el bacilo tífico, confundiéndolo sin duda al-
g"una con las formas coli-bacilares, con lospseudo-tíficos y con
todo ese cortejo de bacilos que al parecer ofrece tanta semejanza
con el tífico. Esto es lo que ha inducido á los bacteriólog'os á tra-
bajar en tan importante asunto; y así como antes se hallaba á
todas horas el bacilo tífico en las ag-uas, si se reg"istran ahora
los datos sobre las epidemias, se estudian con detenimiento dón-
de residen las causas y se practican los análisis bacteriológicos,
se verá que son muy contadas las veces en que un investig-ador
se atreva á afirmar la existencia en aquel elemento del citado
bacilo. La concurrencia vital por una parte, la rapidez de la
infección, la temperatura y la composición del medio son cau-
sas que, á no dudarlo, influyen en la permanencia más ó menos
prolongada. en el ag-ua de dicho bacilo.
Expuestos rápidamente estos hechos indicaremos que el pro-
cedimiento de Mankowski consiste en preparar una decocción
de hong'os comestibles ó venenosos á la qué se añade 1,50 por
100 de ag-ar, 1 por 100 de peptona y 0,5 por 100 de sal común.
Seg-ún dicho investig-ador los bacilos de la flora intestinal cre-
cen muy difícilmente en este medio, á excepción del tífico y
del coli. Con objeto de comprobar la utilidad de esta nueva g-e-
latina, la preparé seg-ún la expresada fórmula, aplicándola al
análisis del agua potable. Contemporáneamente sembré cuatro
muestras procedentes de otras tantas fuentes de Madrid, del
viaje Bajo Abroñig-al, en agar nutritivo ordinario y en agar de
hongos, y á la dosis de Vio ^^ ce, procediendo después de ocho
206
boletín de l.^ sociedad española
días de permanencia en estufa 437° al contado de colonias. Los
resultados fueron los sia-uientes:
AGAR
NUTRITIVO.
AGAR DE HONGOS.
Aguan." 1
1.450 colonias.
Agua n.° 1. 760 colonias y 2 mucoríneas.
— 2
4.260 —
— 2. 4
- 3
600 —
- 3. 19
- 4
360 —
— 4. 23 y 1 mucorinea.
Eepetí en idénticas condiciones esta prueba, obteniendo re-
sultados semejantes, lo que indica que la g'elatina de liong"os
no es apropiada para el desarrollo de toda clase de microorg"a-
nismos del ag'ua, como sucede con la gelatina y el ag-ar ordi-
narios.
Sembré una muestra de bacilo tífico procedente del Instituto
Pasteur y otra que procedía de la autopsia de un tifoso del Hos-
pital g-eneral, en varias placas de ag-ar de hong-os. A las veinti-
cuatro horas de cultivo á 37° dichas colonias presentaban exu-
berante desarrollo, siendo mayores que las que se desarrollan
en g-elatina, más opacas, con g-randes plieg'ues, centro más
obscuro, no ofreciendo la transparencia y delicadeza de línea
que se observan en la g-elatina nutritiva.
Ig-ual resultado obtuve con muestras de bacilo coli proceden-
tes de una diarrea y del ag-ua potable. En vista de esto mezclé
caldos de cultivo de tífico y coli, haciendo diversas placas con
ag-ar de hong-os. Los resultados á que lleg-ué no fueron ya tan
diferenciales; apelando á la separación de colonias y siembra
•en otros medios, es como podrán disting-uirse uno de otro, y
contando ya de antemano con la presencia de ambos bacilos.
No nle fué ya tan fácil diferenciar el tífico, colocando un cul-
tivo de" éste en caldo nutritivo junto á una pequeña cantidad
de ag-ua del Lozoya, también en caldo nutritivo, pues la mayo-
ría de las veces no log-ré encontrar aquel bacilo patóg-eno. En
alg-unas placas á 37° y á, las veinticuatro horas de cultivo ob-
servé colonias transparentes de 2 á 3 mm. de diámetro. Con el
microscopio se notaban las líneas ó surcos de coloración más
■obscura, como asimismo el centro. Sólo el examen microscó-
pico de las bacterias, junto á los demás medios, denotaba que
se trataba de aquel bacilo. La ventaja que ofrece el ag-ar de
DE HISTORIA NATURAL. 207
liong-os es que permite colocarse en estufa á 37°, pudiéndose á
las veinticuatro horas obtener las colonias ya desarrolladas.
Cambié el ag-ar por la g-elatina, añadiendo á esta substancia
la decocción de hong-os repitiendo las pruebas anteriores. Los
resultados fueron casi idénticos, con la desventaja de la rápi-
da liquefacción.
Sembrando diversos microorg-anismos en el ag-ar de hong-os
he observado que alg'unos se desarrollaban perfectamente, ta-
les como eXBaciUus lactis aerogenes, B. Uquefaciens, B. vermicu-
■laris, Micrococcus sul'phiirens, Sarcina lútea, M. coronatus; en la
gelatina de hong-os se desarrollan bien el BaciUus typliosus, el
coli, Micrococcus cereus albus, B./íamis aureus, Micrococcus roseus,
M. prodigiosus, Proteiis vulgaris, B. implextis y M. suIpMireus.
Como quiera que alg-unos de los microorg-anismos enumerados
tienen su orig-en en el tubo intestinal y materias pútridas, y
■cuya presencia en alg-unas ag'uas de Madrid es frecuente, la in-
vestig-ación del bacilo tífico y coli en los medios con decocción
úe hong-os no supera ni lleva ventaja alg'una á muchos de los
ja conocidos, seg-ún las diferentes investigaciones que he prac-
ticado, ni tampoco en su aplicación al análisis bacteriológ'ico
4e las aguas potables.
Relación de plantas menorquinas
DON CARLOS PAU.
A las quinientas plantas menorquinas remitidas por D. An-
tonio Pons y Guerau, de Mahón, he de añadir las siguientes,
menos una insignificante minoría que son repetidas. No es ne-
cesario encarecer el valor de tal colección, quizás única en el
Continente; bastará decir que el reciente catálogo de nuestro
•consocio el Sr. Rodríguez Femenias, y todavía no publicado ni
terminado, que he tenido el gusto de estudiar, lleva numera-
das ochocientas sesenta y cuatro fanerógamas. A pesar de es-
tos recientísimos trabajos todavía el Sr. Pons Guerau presenta
varias especies y formas nuevas para la flora particular de Me-
norca y algunas para la general de las Baleares. Marcaré con
un asterisco las que el Sr. Rodríguez Femenias no consigna
en su obra.
im boletín de la sociedad española
' Como se trata de una reg"ión en que las citas de autores son?
casi siempre muy reducidas, la indicación de las especies,.
aunque sean vulg-ares, siempre tiene relativa importancia;,
por esta causa no omitiremos ning-una.
Adonis mUmimalis L. — Eafal Fort (Alayor).
* — micrantha DC— Biniparracliet (Mahón); Sto. Tomás-
(S. Cristóbal). Muestras del primer envío.
Véase á Barceló (Fl. bal., p. 567). El Sr. Rodríg"uez Femenías
admite la misma teoría; pero sospecho que la forma de los au-
tores menorquinos pudiera pertenecer á la última del Sr. Pons,.
lo que hay que comprobar.
Ranuncuhis Baudotii Godr. í.^ Jluitans Gr. Godr. — Canasia.-
El Sr. Porta indica en la Canasia el R. confussiis Godr., y "Will-
komm (seg-ún Barceló y Rodríg-uez Femenías), el R. aquati-
lis L. V. heteropJiylhis DC.
Nuestra planta se aparta por sus flores menores y estambres-
más cortos que la cabezuela de los carpelos. Es menor en todos
sus órg-anos que los varios ejemplares del R. Bmidoiii que po-
seo en mi herbario, acercándose alg"o al R. tripartitus DC.;.
pero el receptáculo oblong-o lo disting-ue en seg-uida.
R. macrophyUíis Desf. (Binifabini). — R. Sardous Crz, var. tv^
derculatus Oclak. (Estancia Cebollar, Mahón.) — R. triJobus Desf.
(Alcoitx, Mercadal). — R. parviflorus L. (Deyá Vell; Rafal Fort).
— R. muricatiis L. (Rafal Rubi). — Nigella Damascena L. (Deyá
Vell). — Pmoiúa Cambessedesii Wk. (Rafal Fort; Ferrerías). —
Papaver seiigerum DC. (Ferrerías; Rafal Y ovt).— Fumaria offlci-
nalish. (Rafal Yovl).—Rhapha7ms Raphanistrnmlu. (Binillanti,.
Mahón). — Sinapis arvensish. (Sto. Tomás, Mercadal). — Sisym-
brium officinaU L. (Rafal Rubi).
Especie citada por Cursacli, Ramis y Oleo, seguin el Sr. Ro-
dríg-üez Femenías. Barceló no la indica más que de Mallorca.
Yo la recog'í en Ibiza.
Cardaviine hirsuta L. (huerto Rafal Fort). — * Alyssiim Lybi—
cum Viv. (Rafal Fort).
La muestra de Menorca posee flores mayores, sépalos sub—
persistentes. Diñere notablemente del A. maritimum L. de-
Ibiza. Nueva para la flora balear.
Lepidimn Draba L. (camino Alzag-otar). — Senebiera pinnati-
fida DC. (calles de Mahón).— Ci5¿'?^5 alhidus L. (Rafal Rubi). —
C. salmmfolius L. (Rafal ^\ih\) . — Helianthermmi guUaium-
DE HISTORIA NATURAL. W»
L. (Rafal Fort, Son VevvoX.—Fumana glutinosa L. (Rambás). —
*F. glutinosa L. var. Barrelieri Ten. (Rafal Rubi).
Ni Barceló ni Rodríg'uez indican esta forma en las Baleares.
Fumana Icsvis Cav. var. viridis Ten. (Rambás, Alayor). —
Poli/gala rwpestris Pourr. (Rafal Rubi). — Frankenia hirsuta L.
(arenal de Son Bou, }Aü\\ó\\).—Sihiie lusitanica L. (Rafal Fort.^
Rafal Rubi). — S. molUssima Sibth. (peñascos sombríos de Bi-
nicudillet, San Cristóbal). — Linum gallicum L. (Canasia). —
L. strictum L. (id.) — *Z. spicatum Lamk. (id.)— Z. angustifo-
Zmw¿ Huds. (Rafal Rubi, Sto. Tomás, S. Cristóbal). — MaUami-
noricensis Camb. (Mezquita de Mahón). — Lavatera maritimcc
Gon. (Son Roter, Barranco de Se Valí).— Z. crética L. (Rafal
Fort).— A lt/í(sa /lirsuta L. (Son Pons, l^íahón.) .— Geranium co-
lumbinum L. (Binifabini).— ír. molle L. (Rafal Rubi). — 6^. Eo-
bertianum L. var. purjmreum Vill. (Binifabini). — HijpericuTn
'perfoliatum L. (Rambás). — ZT. halearicum L. (S. Cristóbal).—
Ruta cJialepensis L. (Rambás). — Cneornm tricoccum L. (Mezqui-
ta).— Anagyris foetida L. (Son Puig-., Alayor). — Cahjcotome sjñ-
nosa Lk. (Alcoitx, Mercadal).— 0;¿o;¿i,? crispa L. (Binibeca, Ma-
hón; Cala Binisefullar). — 0. recUnata L. (Canasia).— O. mimt-
iissimaL. (camino viejo de Biniquerda; Rafal Rubi. — Anthyllis
spinosissima Pourr. (Biniparrachet).— J.. rubra Gm. (Rafal Ru-
bi).— Medicago marina L. (Son Bou).~lf. apiciilata Willd. (Bi-
nillanti). — Trifolium scabnmi (Bec Nou; Son Nou).— r. mariti-
mu/n Huds. (Binillanti).— Z". stellatimi L. (Rafal Rubi).— T. an-
gustifolinm L. (Canasia). — Z". resíipinatum L. (Binillanti). —
T. procumbens L. a minus K. (Binisarmeña) p majiis K. (Santo
Tomás, S. Cristóbal).— Z>oí'ymM/;¿ sufruticosum Vill. (Rafal
Fort). — *Z>. gracile Jord. (Binifabine, Mercadal).
No citado en las Baleares. El ejemplar del primer envío es
idéntico á la planta valenciana de la Dehesa de Valencia, junta
al lag-o de la Albufera; la indicada de Mercadal no es tan her-
bácea.
Lotus hispidus Desf. (Binisarmeña).— Z. corniculatus L. var.
crassifolius P. (Rafal Fort).— *Z. decumbens Poir. var. PresUi
Ten. (Rambás).— Z. tomifolius^L. (Mezquita).— Z. creticus L.
(Son Bou, Binillanti).— Z. tetraphyllus L. f. (Monte Toro; Rafal
^\\\>\].—Astragalus hamosus L. (Son Sancho, Alayor).— P^om-
lea bituminosa L. (Rafal Fon).— Vicia parvi/lora Cav. (Mezqui-
ta).—V.pícbescens DC. (Son Bou, Alayor).— V. parvi /lora Cav.
<2io boletín de la sociedad española
var. major, foUis latíoribus (Alcoitx). — *V. macrocmya Mor.
(Binifabini; nueva para las Baleares). — *V. angustifolia All.
(Rafal Fort.)— *r. Mrta Balb. (Son Sancho).
No creo esté citada esta forma por los autores insulares.
, Lathyrus Ochnis DC. (Son Sancho). — L. Aphaca L. (Rafal
Fort). — L. Cícera L. (Binifabini; Rafal Fort). — L. aimmis L.
{Binillanti). — Coronilla júncea L. (Borrassos Nous, Alayor). —
Hippocrepis íinisiUquosa L. (Son 'Bon). — E'piloJ)m7n tetrago-
mim L. (Binillanti). — Lythrum fiexuosuwi Lag*. (Rambás, Ala-
yor; camino de la Albufera). — L. Hyssopifolia L. (Recibí esta
especie y ho}^ no la encuentro para dar localidad.) — *L. Thy-
mifolia L. (Entre muestras de Cala Mezquita.)
Especie nueva para la flora balear. También el Sr. Pons me
remite una muestra de la fuente de Torrenti que pertenece á
un g"énero nuevo para la ñora menorquina: es MyriopJnjUuon,
pero ning'uno de los tres pies ó frag-mentos trae el ápice florido
para saber la especie á que pertenece. Pudiera ser el M. spí-
catum L.
Tamarix africana Poir. (Rafal Fort, Rambás, Binillanti Nou,
■Son Bou). — Daucus gummifer Lam. (Deyá Vell). — Torilis liete-
ropJiylla Guss. (Canasia). — T. nodosa L. í.^ pedwiculata (id.)
La planta de Canasia presenta la particularidad, para mí
■desconocida, de llevar umbelas notablemente pedunculadas.
Orlaya maritima K. (Sto. Tomás, Mercadal). — Thapsia villo-
■sa L. (Gala "Q{m^QÍ\ú\?L).— Pastinaca lucida L. (Mezquita).— i/«-
gydaris tomentosa K. (Rafal Fort), — CEnanthe glolulosa L. (Bi-
nillanti, camino de la Albufera). — CE . apii/olia Bvot. (Son Puig-,
Alayor).
Especie nueva para la flora de las Baleares y que debieron
recog-er, seg'ún suposición del Sr. Rodríg"uez (p. 58), Ramio,
'Herná^idez, Oleoy Casall, que la denominaron (E. pimpinelloi-
des. El mismo señor Rodríg-uez supone que la planta recogida
por él en Son Bou pudiera pertenecer á la apii/olia ig'ual-
.mente-.
Scandix pecten-veneris L. (Rambás, Biniparrachet). — Coninm
maculatum L. (Barranco Sta. Ménica; Mercadal). — Lonicera
implexa k\X. (Rafal Fort; Sto, Tomás; Mercadal). — *Z. 'palen-
tina Pau (Rafal Fort).
• Especie nueva para la flora balear. Alg'ún autor antig'uo,
icomo Cursach, había disting-uido dos formas en Menorca, pero
DE HISTORIA NATURAL. 211
las asimilaba á especies de Linneo; los restantes autores no
consig-naban más que una. Los descubrimientos del Sr. Pons
Guerau confirman la existencia de las dos formas de Cursach,
así que las determinaciones específicas estuvieron equivo-
cadas.
Aspernla Icenigata L. (Rafal Fort). — *Centranthus orMcuJatus
Dufr. (Rafal Fort, Rafal Rubi). — Valerianella microcarpa Lois.
(Rafal Fort, Bec Nou, Rafal J{w\)\).—Phagna¡on sordidum DC.
(Rafal Fort).— P/¿. saxaiile Cass. (i(\..)— Senecio Rodriguezii Wk.
(Binillanti). — Santolina chamcBcyparissns L. (Biniparracliet). —
Asteriscns spinosus G. G. (Rafal Rubi, Son Pons). — Pulicaria
odora L. (Rambás, Alayor, Binillanti).
La creo idéntica á mis muestras sicilianas y andaluzas.
*HelichTysiim decimibens Lag-. (Rambás). — *Fi¡ago spaihulata
Presl. '^^ prostrata Lg-e. (Deyá Vell). — Sihjhmn Mariamim G.
{Biniparracliet). — Centaurea melitensis L. (Binifabini). — Hyose-
ris radiata L. (Rafal Rubi). — Sonchtis arvensis L. (Biniparra-
chet). — "S. asper Vill. var. puvgens Bisch. (Mezquita). — Rei-
chardia picroidesVi. (Sto. Tomás).— i?, tingitanah. (id.) — Crepis
bulbosa L. (Rafal Rubi). — Cr. Triasii Camb. (Deyá Vell). —
Campánula Frinus L. (Bec Nou, Biniparrachet). — Pentagonia
hybridah. (Rafal B.\i\)\).—Cycla')ne7i halearicum^\í. (Cuartera-
dos, Alayor).— Cor?5 monspeliensis L. (camino Binig-uarda A-'ell,
Alayor). — Vinca media H. et L. (Rafal Fort). — Vincetoxicum
nigrum L. (Rambás).— F. apodum^X^. (Binillanti). — Erythríea
pulcAella Kovn. (Binisarmeña, Mahón, Sta. Pousa, Ferrerías).
— B. Centauriiim Pers. (Rambás, camino Albufera). — E. mari-
tima Pers. (Rambás; Son Perrol y Esquellé). — *C/¿/ora (baleá-
rica).
He recibido tres muestras que ning-una pertenece á las espe-
cies ó formas baleares que nos dan los autores; sospecho que se
trata de una especie propia de las Baleares , porque la planta
que traje de Ibiza, y que clasifiqué de Chl. intermedia Ten.,
á pesar de ser muy jóvenes los ejemplares, corresponde á esta
misma forma menorquina. Aspecto y hojas de Chl. intermedia
Ten.; alg-unos ejemplares son tan robustos y tan altos como los
mayores de la Chl. perfoliata L.; lacinias calicinales como las
de la Chl. serótina K. ¿An Chlora serótina K. var. baleárica'?
(Mezquita, Son Bou, Binisarmeña).
. Convolvulus cantábrica L. (Rambás). — Lithospermum arxen-
212 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
se L. (Son Vmg).—Echiíim italiciim L. (Deyá Vell). — E. ¡^arm-
fiorum M. (Dait Gibraltar).— *^"'. creliciim L. (Binillanti Vell).
Especie nueva para la flora de las Baleares.
Myosotis hispida Schl. (Barranco Rafal Fort). — HeliotroiñuTn
curassavicíim L. (carretera villa Carlos).— 6'e/á'/« crética L. (Ra-
fal Fort). — Scrophularia j^eregrina L. (id.) — Digitalis clulia
Rodr. (Binillanti). — THxago apula Stev. var. versicolor W. (Bi-
niparrachet, Canasia). — T. viscosa L. (Mezquita, Rafal Fort).
— Ko'psia ramosa L. (Rafal Rubi). — K. AñiteU F. Sch. (id.) —
Orolamche Jlederts Bnhy (Deyá Vell, Rafal ¥ovt). — ZavcínduIa
Stcechas L. (Rambás). — Meniha Pulegimn L. (Biniparrachet). —
Micromeria filiformis Bentli. (Binillanti Vell, Rafal Fort). —
Stachys hirta L. (Qimí^Xiim). —MarruMum vuIgareL. (Binipa-
rrachet).— Teucrium Chammlnjs L. (Rambás, Alayor). — T. ma-
joricum Rouy (Biniparrachet). — FerZ'e»» ojficinalis L. (Ram-
bás).— Plantago ¡anceolata L. (Rafal Rubi).—/'/. Lagopns L. (id.)
— PJ. BeUardi k\\. (Son Blanch Nou , Alayor).— P/. crassifo-
lia Forsk. (Rafal Fort).—/*/. psyUimn L. (id.) — *P/. mariti-
ma L. (id.)
Esta especie, nueva para la flora balear, ha venido en el mis-
mo plieg'o con la P. crassifolía Forsk. El ejemplar es demasia-
do hermoso, garande y bueno^ para que dudemos de la deter-
minación.
Statice mimiüjiora Guss. y *8t. psiloclada Boiss. (Binipa-
rrachet).
■ Esta última especie no se conocía en España más que por la
indicación de Boissier, seg-ún el herbario de Pavón , pero sin
localidad ni región. La he recog-ido en ejemplares muy jóve-
nes en las «tosqueras» de Jávea (Alicante).
Planta sumamente cercana de la St. mimitif.ora y difícil de
separar por los ejemplares de Mahón, en donde al parecer cre-
cen mezcladas.
Chenojjodium múrale L. (Biniparrachet). — Beta marítima L.
(Rambás). — Rumex píilcherl,. (Son Sancho). — R. conglomeratus
Murr. (Binisarmeña).— ^. crispus L. (Rambás, Son Bou).—
R. Bucephalophorus L. (Rafal Fort). — Osyris alba L. (camino
Bech Y ell). - Eup/¿07-bia Peplis L. (Pto. Mahón).— ^. heliosco-
pia L. (Verjel de J. Mir). — E. ñavopurpurea Willk. (Estancia
Confit. Mercadal). — Eaphorbia imbricata Vahl. f.' parvifolia
Wk. (Mezquita, Biniparrech; Esfreus); '^f.'* angustifolia Willk.
DE HISTORIA NATURAL. 213
<Biniparrech , Cala Binisefulla, Esfreus).— ^. dendroides L. (Se
Yall). — ^. Characias L. (Son BoiQv).— ürt'ica membranácea
Pourr. (Borrassos Vell, Alayor). — AUium subhirsutum L. (Bi-
niparrachet). — A . roseum L. (Rafal Fort).— Tamus communis L.
(id.) — Gladiolus lUyriciis K. (Deyá Vell, Rafal Rubí). — Cromis
Cambcssedesn Gay (Son Ferrol, Mahón), — Narcissíis seroíinus L.
(Son Sancho).— Paucraiium mari¿Í7mim L. (Binibeca, Mabón).
— Serajiias liinjna L. (Rafal Fort, Rafal Rubí, Esquellé). —
S. occultata Gay (Rafal Rubí, Son Bou). — Aceras 'pyramidalis L.
(Son Bou, Rafal Rubí). — OrcMs fragrans Poli. (Son Bou). —
Ophrys tentliredmifera W. (Camino Adrag-otars, Binillanti, Ra-
fal Rnbi, Esquellé). — *0. arachiiites Rchb. (Cuarteradas, Ala-
jor). — 0. specidnm Lk. (Rafal Rubí, Pozos Alcaichis).— Z¿mo-
dorum abortimim Sw. (camino Binig-uarda Vell).— ^rwm ?teZ¿-
€iim Mili. (Rafal YoYt). — Juncus multiflorus Desf. (Binillanti,
Rambás). — /. maritimus Lam. (Mezquita, Binillanti, Albu-
fera).
El Sr. Rodríg'uez se resiste á considerar como ,/. maritimus
Lam. la planta de Menorca, á pesar de nuestras determinacio-
nes, que debió conocer por mediación del Sr. Pons, pues dice
en la página 181: «Seg'ún el disting-uido botánico Sr. Gandog-er
esta planta no es más que una variedad del/, mariümiis Lam.,
pero el tipo no crece en las Baleares.»
Seg-uramente lo copiado viene en confirmación de lo escrito
■en la pág-ina 142, pues al traer las citas que se han dado del
J. maritimus Lam. en el número 743, añade: «Pudiera haberse
confundido con la especie anterior.» La especie anterior es el
J. Tommassinii Parí.
Ig-noro si Parlatore dio ó no dio bajo /. Tommassinii una for-
ma idéntica á la de Menorca, por no conocer la especie autén-
tica: pero sí puedo decir que todos los autores que yo conozco
consideran el /. Tommassinii Parí, como variedad ó forma de-
pendiente del ./. acutíis L. y no del /. maHtimus Lam., siendo
^sto lo admitido hoy día.
Ahora, si la forma menorquina pertenece ó no realmente al
J. maritimus Lamk., no puedo aseg-urarlo, por más que yo asi
lo crea después de haberla comparado con las muestras catala-
nas, aragonesas, vascong'adas, galleg-as, valencianas, tuneci-
nas, alemanas, suecas y norueg"as.
Scirpiis Holoschcenus L. (Rambás). — Se. maritimus L. (id.) —
214 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
Heleocharis palustris L. (Binillanti). — * Car ex ammopJiila W.
(sitios húmedos de Binillanti). — *C. miiricata L. (id.)
Las dos formas son nuevas para la flora de las Baleares.
Carex distans L. (Rafal Fort). — Phalaris coerulescens DesL
(sitios húmedos de Alcoitx).— PA. 7iodosa L. (Sto. Tomás, San
Cristóbal). — AntJioxcmthum odoralum L. (Rafal Fort). — Andro-
pogon pubescens Vis. (Rafal Fort). — PoJypogon maritimum W.
(Binillanti). — Lagurus ovatus L. (Rafal Fort). — S tipa júncea L.
(Bonaxos Nous). — Piptatherum cosruJescensV. B. (Rafal Fort). —
P. muIii/lojiimV.B. (Biniparrachet, Son Sancho). — Avena Mr-
bata Brot. (Rafal Fort).— Rolcus ümatus L. (Binillanti).— i^^^
trivialis L. (Binillanti, Rafal Fort).
En uno de los ejemplares me parece ver la Poa atiica B. et H.;
pero como es incompleto, y esta especie apenas difiere de la
trimalis, no lo puedo aseg-urar. Deberá serlo, porque la Púa
attica B. et H. es ig'ual á la P. trivialis L. var. flaccida Willk.
Brim máxima L. (Rafal Fort).— ^. minor L. (id.) — Mélica
Magnolii G. G. (id.) — M. major S. S. (iñ..) — Scleropoa rigida
Gris, (id.) — Cíitandia maritima L. (Canasia). — * Dactylis- hispá-
nica Roth, f.* viridifolia (Canasia, Rafal Fort).
Yo veo esta planta con hojas verdes; la hispánica las tiene
g-laucas (D. glaucescens Willd.). Además las g-lumillas en unos-
pies son apenas pestañosas, en otros mucho más. A la escota-
dura de la g-lumilla inferior no se le puede conceder hoy día
valor alg'uno. Después de haber revisado uno por uno todos los
ejemplares de mi colección, noto que la D. glomerata L. pre-
senta las gdumillas más acuminadas. La forma de la panoja
nada indica, pues no hay cosa más variable.
Vnlpia geniciilata Lk. (Binillanti). — Festuca Feíiax Lag-.
(Ramb^ís). — Bromus maximiis Desf. (Rafal Rubi). — Br. mollis L.
(Sto. Tomás, Rafal Rubi); var. leiostachys^l. K. (Binillanti). —
* Hordeum Gussoneanum Parí, (id.)
Nuevo para las Baleares.
JEgUops ovala L. (Rafal Fort). — JE. ventricosa Tausch. (Ram-
bás). — *Agropyrum littorale Dum. f.^ lasiorhachis (Binillanti).
— *J.. campestre G. G. f.* lasiorhachis (Binillanti Nou). — *A. su-
hilaiiim Schreb. (Rambás).
Seg"ún lo expuesto, el carácter principal del^. Caldesii Goi-
ran puede encontrarse en varias especies.
Brachypodiivm sylvaticxim R. et Sch. (Binillanti). — Br. pin-
DE HISTORIA NATURAL. 215
natum P. B. (Rambás). — *Br. mucronatum Wk. (Binillanti).
Especie nueva para la flora de las Baleares.
Brachypod'nun disiachyíim P. B. f." monoslachya (Rafal Fort);
f.' íristachya (Canasia). — Gaudinia fragilis P. B. (Binillanti).
— Lepturus cylindricus Trin. (id.)
Noticias históricas sobre algunas piedras meteóricas
caídas en España
DON HILARIÓN JIMENO.
Año 1300.— «Una crónica manuscrita que se conserva en el
Museo Nacional de Pestli, Hung-ría, reñere la caída en Ara-
g-ón de g-randes piedras meteóricas.»
Cita de Mr. Stanislas Munier en su obra Météorites de la En-
cyclopédie chimique publiée sous la direction da M. Frémy, 1884.
Año de 1433, reinando D. Juan II de Castilla. — «Partió (el
Rey) de Cibdad-Rodrig-o en comienzo del año de mil y cuatro
cientos é treinta y tres años lunes, cinco días de Enero, é ca-
minando vieron todos una g-ran llama que iba corriendo por
el cielo é duro g-ran rato, á dende á poco dio un tronido tan
garande que se ovo á siete ó ocho leg'uas dende. — (Crónica de
D. Juan II, año xxvii.)
Quien quiera que fuese el ing-eniosísimo autor del falso Ceoi-
tón epistolario, escrito en el sig'lo xvii, seg-ún la crítica más
autorizada, merece recordarse la explicación que el supuesto
Bachiller Cibda-Real atribuía al Deán de Burg-os, cuando co-
mentaba en la carta LXXIV el fenómeno á que se refiere la
Crónica veracísima en todo.
«El Dean de Burg-os diz, que cree ser materia de la más pri-
mera reg-ion viscosa é condensa que el sol la encendió, é su
peso no la dejo desfacer así lueg-o, é la natura del fueg-o la
traia de acá para allá, mientras que se g-asto lo viscoso, é su fin
fue el tronido.»
Año 1438, reinando D. Juan II de Castilla. — «Estando el Rey
allí en Roa en el dicho año le fue dicho como en Maderuelo,
villa del Condestable, había acaescido una cosa tan maravillosa
que jamas fue vista ni oida en el mundo, la cual fue, que veiaii
por el aire venir piedras muy g-randes como de tova, livianas.
■216 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
que no pesaban mas que pluma é aunque daban á alg"unos en
la cabeza, no hadan daño ning'uno, y destas cayeron muy
^•ran muchedumbre en la dicha villa é cerca della y como en
€sto el Rey dubdase é todos los que lo oian, mando al Ba-
chiller Juan Ruiz de Agredo, Alcaide en su corte que fuese
á saber si esto erp. verdad; el cual fue é no solamente fue cer-
tificado ser así: mas traxo algunas de aquellas piedras tan
gTandes como una pequeña almohada é tan livianas como
pluma é todas huecas y floxas de que el Rey e todos los que
vieron se maravillaron mucho.» — (Crónica de D. Juan II, año
XXXII.)
(Se continuará.)
Errata. — En la primera línea de la pág-ina 114 del Boletín
se ha puesto «especies escépticas» por «especies excéntricas».
Asimismo en la pág-. 115 debieron suprimirse las dos líneas
últimas del primer aparte, que dicen: «Seg-ún el Sr. Pau, esta
variedad se acerca al Nardurus i^atens Hackel, especie portu-
-g"uesa», ya que es precisamente la que allí señala el autor.
(Nota del P. B. Merino «Alg-unas especies raras, nuevas ó crí-
ticas de la Flora g-alleg'a».)
BOLETÍN
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión del 1." de Mayo de 1901.
PRESIDENCIA DE DON BLAS LÁZARO É IBIZA.
— El Sr. Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que
fué aprobada.
Correspondencia.— Se dio cuenta de una circular dirigida por
la Comisión nombrada para honrar el quincuag-ésimo aniver-
sario en la enseñanza del profesor Luís Bombicci-Porta en 30
de Abril próximo pasado, á la cual había contestado adhirién-
dose la Junta directiva por no haber tiempo de consultarlo á.
la general, acuerdo que aprobó la Sociedad por tratarse de
sabio tan meritísimo, y correspondiente nuestro.
Admisiones. — Quedaron admitidos como Socios numerarios
los Sres. D. Arturo Caballero, alumno de Ciencias, y D. Cesá-
reo Martínez, Licenciado en Ciencias naturales, residentes
ambos en Madrid, presentados en la sesión anterior por el se-
ñor García Várela, y D. Calixto Tomás Gómez, catedrático en
la Escuela de Veterinaria de Córdoba, presentado por el señor
Díaz del Villar. Se hizo una presentación de socio ag-reg-ado y
la de varias corporaciones.
Acuerdos. — Se tomaron los siguientes: Acceder al cambio
solicitado con el BntUeti de la InsiUudó catalana d' Historia
natural; regalar un ejemplar de las publicaciones de la Socie-
dad á la Unión escolar; dar las gracias al Príncipe de Monaco
por sus importantes donativos últimos y á los editores G. Ca-
rré et N. Naud por el de los tomos de la biblioteca «Scientia».
N." 5 -Mayo, 190L 16
ái8 boletín de la sociedad española
Proposiciones. — Para terminar la discusión sobre la proposi-
ción del Sr. Martínez Escalera, el Sr. Presidente en nombre
suyo y del Sr. Secretario, y cumpliendo el encarg-o que la
Sociedad les había encomendado, hizo alg-unas consideracio-
nes sobre las opiniones emitidas por los señores Socios que
tomaron parte en la discusión, leyendo después las conclusio-
nes sig'uientes:
1.* Coincidiendo todas las opiniones en reconocer la conve-
niencia de que las nociones más importantes de Física, Quí-
mica é Historia natural, y especialmente las que mayor apli-
cación pueden tener á los usos comunes de la vida, fig-uren
en las escuelas primarias elementales y superiores, tanto de
niños como de niñas, al lado de las de Gramática, Aritmética,
Historia y demás que se desig-nan en la leg"islación actual;
acuerda aprobar la proposición presentada en la sesión de
Enero por el Sr. Martínez Escalera y solicitar del Ministerio de
Instrucción pública que se dicten las disposiciones necesarias
para la realización de tan beneficioso proyecto.
2." ínterin las Escuelas Normales, con arreglo á su reciente
reorg-anización , procuran la formación de un personal de
maestros primarios convenientemente instruidos en las ense-
ñanzas científicas, y mientras el mag'isterio actual no haya
sido sustituido por el así formado, convendría proponer alg-u-
nas medidas que tendiesen á facilitar á los actuales maestros
la adquisición de cierta suma de conocimientos científicos
referentes, sobre todo, al dominio práctico de las manipula-
ciones y procedimientos de preparación de los materiales que
la Naturaleza puede suministrar en las respectivas localidades
en que ejercen su profesión, al carácter que conviene dar á
estas 'primeras nociones en las escuelas, y á la forma más
apropiada para que esta enseñanza resulte clara, atractiva y
asimilable dadas las condiciones intelectuales de la niñez.
Entre los medios que pueden conducir á este resultado
fig-uran:
a) La redacción de manuales breves dedicados al mag-iste-
rio, en los que se compendien las nociones más importantes
con arreg-lo al estado actual de la ciencia.
I) La publicación de lecciones modelos que den idea clara
de la forma más conveniente de iniciar el conocimiento de
estas cuestiones.
DE HISTORIA NATURAL. 219
c) El establecimiento de lecciones prácticas desarrolladas
ante un piiblico de maestros y alumnos de las Escuelas Nor-
males por personas de reconocida competencia en las diversas
especialidades.
d) El establecimiento de cursos breves (10 lecciones) bajo
la dirección de personal procedente de las facultades científi-
cas, en los que los maestros y normalistas practiquen las expe-
riencias adecuadas, sirviéndose del material más barato posi-
ble y de los instrumentos más sencillos. (En Historia natural
deberá recomendarse muy especialmente el reconocimiento
de los g-randes g-rupos orgánicos, el de los animales y plantas
útiles y perjudiciales, el de los minerales más usuales y el
manejo del microscopio con pequeños aumentos.)
e) Convendría también que se estableciesen misiones cien-
tíficas que visitasen las diferentes comarcas divulg-and'o el
conocimiento práctico de estas cuestiones entre el mag-isterio
alejado de las capitales.
f) La Sociedad española de Historia natural se ofrece á
resolver las consultas que los maestros se sirvan hacer, tanto
respecto de la determinación de los g-randes g-rupos org-ánicos
y de las especies vulg-ares como en lo referente á procedimien-
tos de recolección, preparación y conservación de los seres na-
turales.
3." Sería también conveniente que en lo sucesivo se inclu-
yesen las nociones de Física, Química é Historia natural entre
las materias sobre que han de versar los ejercicios de oposi-
ción á escuelas públicas, tanto elementales como superiores,
ig-ualmente para las de niños que para las de niñas, advir-
tiéndolo así en las respectivas convocatorias.
4.^ Sería muy útil para la formación del personal que se
autorizase á un profesor de ciencias de una Escuela Normal
en cada distrito universitario para concurrir durante un curso
á los laboratorios y trabajos prácticos de las enseñanzas cien-
tíficas de la respectiva Universidad. Estas autorizaciones no
deberían prorrog-arse ni repetirse hasta pasados tres años
entre el personal de una misma Escuela Normal, á fin de que
el beneficio de estas prácticas se hiciese extensivo al mayor
número posible de establecimientos y de personas.
Los profesores que utilizasen estas autorizaciones disfruta-
rían su sueldo ínteg-ro y deberían oficiar al Rector respectivo
220 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
al comenzar el curso, manifestando cuáles eran los trabajos,
libremente elegúdos, á que iban á dedicarse durante el mismo
y presentar al Rector en la primera quincena de Junio certi-
ficaciones expedidas por los profesores universitarios, las que
acreditasen haber concurrido, por lo menos, á tres laborato-
rios ó enseñanzas prácticas y haber demostrado en ellos asi-
duidad y aprovechamiento. En ning-ún caso deberían sufrir
examen.
5.^ Se acuerda que una comisión de la Sociedad presente
al Exemo. Sr. Ministro de Instrucción pública una instancia
razonada en la que, exponiendo sucintamente lo que se soli-
cita y reflejando el pensamiento que informan las conclusio-
nes anteriores, se formule la proposición orig-inaria de esta
discusión, acompañada de las indicaciones que puedan con-
tribuir á aseg"urar sus resultados en la práctica.
6.** Esta exposición ira acompañada de un ejemplar de
cada uno de los números del Boletín que contienen referen-
cias de estas discusiones.
7.* La comisión que visite al Excmo. Sr. Ministro está auto-
rizada para manifestar que nuestra Sociedad ofrece su coope-
ración y la de sus Secciones de provincias, en la forma en que
pueda ser útil, para el planteamiento y desarrollo de la nueva
enseñanza, y pone á la disposición del personal del magiste-
rio, la colección formada por todas las comunicaciones, pro-
puestas, lecciones y prog-ramas que con este motivo se han
servido dirig-irla muchos de sus Socios y cuantas se reciban
en lo sucesivo.
8^ Se acuerda invitar á los señores Socios para que conti-
núen enviando lecciones y conferencias redactadas en la for-
ma q-ue crean más conveniente para que los maestros obten-
g-an el resultado á que se aspira, las cuales procurará la So-
ciedad que sean publicadas en los periódicos profesionales ó
donde juzg-ue más oportuno, seg'ún su índole.
La Sociedad, después de lig-eras observaciones, aprobó uná-
nimemente las precedentes conclusiones, acordando un voto
de g"racias para los Sres. Presidente y Secretario por el
acierto con que habían resumido las muchas indicaciones y
discusiones á que había dado lug-ar la referida proposición, y
que una Comisión, compuesta por los socios que el Sr. Presi-
dente desig"ne, se encarg-ue de entreg^ar al Excmo. Sr. Minis-
DE HISTORIA NATURAL. 221
tro de Instrucción pública la exposición mencionada en la 5/
■conclusión.
Ig'ualmente se acordó procurar que estos acuerdos se inser-
tasen en los periódicos de mayor circulación.
Comunicaciones verbales. — El Sr. Presidente manifestó que se
hacían g-estiones encaminadas á log-rar que formara parte de
la proyectada expedición á las posesiones españolas del g-olfo
de Guinea un naturalista, que proponía fuera el Sr. Martínez
Escalera, tan avezado á este g-énero de expediciones, ya que
no fuera posible por ahora org-anizar una Comisión científica
más numerosa, con lo que se mostró conforme la Sociedad.
El Sr. Uhag-ón comunicó una nota de nuestro consocio el
Sr. D. Lucas von Heydeii, de Francfort, sobre MíitiUdos de
España. Con este motivo el Sr. Bolívar manifestó que en la
colección del Museo de Madrid existían muchas especies de
esta familia no citadas de España y procedentes de localidades
muy diversas; pero que, como todos los datos referentes á ellas
habían de aparecer en la monografía que prepara nuestro con-
socio M. E. Andró, no creía conveniente publicarlos por anti-
cipado.
El Sr. Artig-as manifestó su deseo de que se corrigiera el acta
anterior en lo referente á su comunicación sobre enseñanza
-de la ciencia en las Escuelas, debiendo decirse en vez de «en
un curso breve sobre montes», «en el prog-rama de un curso
breve de silvicultura», que es lo que él se proponía.
Secciones. — La de Barcelona celebró sesión extraordinaria
el 11 de Abril de 1901.
Reunidos en la Cátedra de Mineralog'íay Zoología de la Fa-
cultad de Farmacia de aquella Universidad la mayoría de los
señores Socios residentes en Barcelona, se procedió á verificar
.sesión extraordinaria.
El Sr. Rivas Mateos expuso en concreto el objeto de la con-
vocatoria, que no era otro que el de hacer revivir la Sección
•de Barcelona de la Sociedad española de Historia natural,
ya que se contaba con más que suficiente número de socios de
los que previene el Reg-lamento y con naturalistas consag-ra-
-áos al estudio, con cuyas publicaciones bastaría para dar vida
y reálee á la Sección.
222 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
A continuación el mismo Sr. Rivas Mateos leyó los artículos
del Reglamento referentes al asunto de que se trataba é invitó
k los Sres. Socios para que designasen por votación la Junta
directiva de la vSección, quedando eleg-ida por mayoría la si-
guiente:
Presidente, limo. Sr. D. José Casares Gil.
Vicepresidente, D. Carlos Ferrer.
Tesorero, D. Ig*nacio Tarazona Blanchs.
Secretario, D. Marcelo Rivas Mateos.
Yicesecretario, D. Manuel Carbó y Domenech.
Invitado el Sr. Presidente , D. José Casares , á ocupar el.
sitial que le correspondía, dio gracias en términos muy pre-
cisos y sencillos á los Sres. Socios por haberle elegido inme-
recidamente para presidir las sesiones de la Sección barcelo-
nesa de la Sociedad española de Historia natural, envian-
do un respetuoso y cariñoso saludo á la Junta directiva de
Madrid y á las de las Secciones de Sevilla y Zaragoza. Celebró
con entusiasmo el despertar de la de Barcelona é hizo resaltar
la idea de que el vínculo que en este momento nos unía no era
otro que el de la amistad, el trabajo é investigación científica,
dejando á un lado todo lo que pudiera rozarse con ideas polí-
ticas y religiosas, porque éstas no se acomodaban al carácter
eminentemente científico de la antigua y simpática Sociedad-
de que formamos parte. Hizo finalmente un llamamiento á los
naturalistas y á la juventud estudiosa para que cooperaran con
sus trabajos y publicaciones á dar vida y realce á la Sección
de Barcelona de la Sociedad española de Historia natural..
Se hizo una nueva propuesta de socio.
Notas y comunicaciones.
Contribuciones á la fauna ibérica.
MíUülidce (Hymenoptera)
POR
D. LUCAS VON HEYDEN.
Durante mi viaje á España y Portugal, en 1868, encontré^
en unión de mi amigo D. Carlos Piochard de la Brulerie, algU'-
DE HISTOHIA NATURAL. 223
nos MutUlidm que el Sr. Vizconde Robert du Buysson lia tenido
la bondad de clasificar, y cuya lista va á continuación:
1. MiUilla eiiropteci L. Q. — Albas, provincia de León.
2. — partita Klug-. Q. — Sierra Morena; Almuradiel,
A-'enta de Cárdenas.
3. — maura L. var. arenaria F. g. — Sierra Morena;
Almuradiel.
4. — imnctaia Latr. (quadrimaculaia Luc.) Q. — Alpu-
j arras; Lanjarón.
5. — ims'Wa Klug-. (quadripunctata Lep.) 9- — Sierra
Morena; Venta de Cárdenas.
6. — (Slenomutilla) argentata Vill. var. llfasciata
Klug'. d"^- — Muy frecuente en las dunas de
Tarifa. Parásito, el icneumónido , Pezümacltiis
formicarius F.
7. — (subg-en. Myrmüla) dorsata F. var. excoriata
Le-p. =S2)inoI(e Lep. 9.— Sierra Morena; Venta
de Cárdenas, Andalucía; camino de Gaucín á
San Roque.
8. — (M.) cajñtata Lac. Q.— Gaucín á San Roque.
9. — (M.) calva Vill. var. distincta Lep. Q. — Toledo;
Venta de Cárdenas; Portugal; Serra da Es-
trella; Cea.
10. — fü/.j C'/íí'm Spin.— Sierra Morena; AlmuradieL
IL — (Dasijlahris) rnhrosignata Radoschkowski of. —
Venta de Cárdenas.
Poseo además en mi colección (revisada pordu Buysson) las
especies sig-uientes:
12. MiUiUa littoraUs Petag-na Q. — Andalucía.
13. — stridula Rossi Q. — Cartag-ena, col. Handschuch.
14. — manra L. 9 típica.— ídem, id.
»15. — IriUia Petag-na Q. — ídem, id.
16. — 5 maciílata Cyrill; quadrinotata Klug-. C-. — Ba-
leares, Menorca (A. v. Homeyer).
224 boletín de LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
Noticias históricas sobre algunas piedras meteórlcas
caídas en España
POR
DOíí HILARIÓN JIMENO.
(Conclusión).
Año de 1520. — I). Dieg-o de Zayas en la pág-. 272 de sus Ana-
les de Aragón, habla de tres piedras que en el mes de Mayo
con súbita tempestad disparó el cielo, en un pag-o entre los
lug-ares de Sandía y Oliva. Era cada una de una arroba, de
color y temple del pedernal, haciendo fe de este portento,
seg-ún el citado escritor, lo que g-uarda Oliva en un lieremito-
rio suyo, donde pendiente de aquellas techumbres, al eng-arce
de una cadena de hierro, declaró haberla visto D. Antonio de
Guevara, Obispo de Mondoñedo y cronista del Emperador.
Pero ning-ún hecho de esta índole fué descrito con más de-
talles, que el ocurrido en las cercanías de Sig-ena, Huesca,
el 17 de Noviembre de 1773 , y al cual hace referencia el docu-
mento que á continuación transcribimos, dirig-ido por el Ca-
pitán g-eneral de Arag-ón al Excmo. Sr. D. Manuel de Roda,
«En Noviembre último se habló en esta capital, Zarag-oza,
de un suceso acaecido el 17 del referido mes, en la Huerta de
Sena, lug-ar del territorio de Sixena, siendo éste, que á medio
día, estando la esfera terrestre sin aparato de tempestad, se
oyó por tres veces un ruido extraordinario, á cuyo sonido da-
ban diversas explicaciones y que en seguida había caído una
piedra de nueve libras y una onza de peso á la inmediación
de dos''hombres; que uno dé ellos se acercó y lo retrajo el olor
fétido que sintió, que después reparado del susto, lo tocó con
la azada que se servía para su labor en la tierra, que él mis-
mo fué á poner sobre ella una mano y la retiró por estar muy
caliente, y que al fin templándose más, la recog-ió y la llevó
en su chupa á Sena habiéndola presentado al Cura el que se
quedó con ella.
No me pareció mirar con indiferencia este fenómeno, y des-
pués de haber hecho conversación de él con varios sujetos de
conocida erudición^ me determiné aprevenir á la justicia de
DE HISTORIA NATURAL. 225
Sena que hiciese una información formal del suceso y me re-
mitiese la piedra, con seg-uridad de ser la misma de que se
trata.
En cumplimiento de mi disposición me envió la información
el alcalde de Sixena y la piedra en una caja sellada con las
armas del Monasterio de religiosas del Orden de San Juan, de
cuyo señorío es el territorio, y las mismas relig-iosas me envia-
ron otro pedacito de piedra ig-ual á la g-rande, que se cree parte
de ella, por medio del Recibidor de Malta en este Reyno.
Lueg'O que tuve la información y el cajoncito, abrí éste en
presencia del Muy Reverendo Arzobispo, de D. Juan Tomas de
Micheo, Reg-ente de esta Real Audiencia y de los oidores de
ella D. Mig-uel de Villava y D. Felipe de Rivero, que la casua-
lidad hizo que concurriesen á un propio tiempo en el Palacio
de S. M. en que resido: se vio la piedra, y se discurrió sobre
su especie, caída y otras circunstancias, resultando de esta
conversación que se encarg-ase D. Mig-uel de Villava que hicie-
se alg'unas preg-untas al alcalde de Sixena.
El alcalde de Sixena se dedicó á la averig'uación para infor-
mar á las preg'untas y me envió la información que nueva-
mente se le había pedido , y en ésta se halla contestado el
extraordinario ruido repetido tres veces en el día 17 de No-
viembre con admiración de unos, susto de otros, y con uniforme
comprobación de él; siendo de advertir que no hay quien dig-a
que precedió relámpag-o como es reg-ular en las tempestades.
Dejo á los sabios que discurran si la piedra fué erupción
de la tierra que la fermentación le dio impulso para elevarse
hasta lo perceptible de la esfera terrestre, y que su g-ravedad
la precipitó al paraje en que se vio caer; si alg-ún torbellino
levantó porción de materias que se unieron por la recíproca
atracción que tendrían para juntarse, formándose la piedra,
y que cayó ésta de la nube en que tuvo efecto esta operación,
ó que cayendo alg-una exalación mayor que las reg-ulares,
hallase la piedra en el territorio en que terminó su actividad,
le comunicase su calor, la toxtase en su superficie y dejase el
olor de sus materias que se notó. Yo sólo dig-o por mí, que el
suceso cuando no sea positivamente sing-ular, no es común.
Con la seg-unda información me envió el alcalde de Sixena
dos pedacitos más de piedra, los cuales puse con la g-rande y
habiendo hecho hacer análisis del que ya he dicho me entre-
226 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
g-ó el Recibidor de Malta, se hallan las partes separadas, que
contiene otro papel con su rotulata que lo indica.
Me ha parecido que tanto la piedra g-rande como las peque-
ñas, y la que por medio de operaciones practicadas por perito
se halla con separación de partes, con las informaciones he-
chas en el asunto merece hacerse presente al Rey, y para este
fin dirijo todo á V. E. suplicándole, que lo eleve á su Real
conocimiento renovando V. E., con este motivo, mi venera-
ción á los Reales pies de S. M.
Dios g'uarde á Y. E. muchos años como deseo. Zaragoza 5 de
Febrero de 1774. — Antonio Manso.
Excmo. Sr. D. Manuel de Roda.
\ (Copia coetánea del original que ig-noro si fué publicado.)
El meteorito de Sixena que se conserva en el Museo de
Madrid fué analizado por Proust y modernamente ha dado
nombre al Tipo 24 de la clasificación de Mr. Meunier, que
agrupa los de su especie, figurando en primer lug-ar la Sige-
oiita. — (Stanislas Meunier; Op.. cit., pág\ 188.)
Dípteros de España, por el P. Gabriel Strobl.
(Nota bibliográfica)
POK
EL R. P. LONGINOS NAVAS.
Habiéndome comunicado nuestro consocio D. Jorg-e Lauífer
un folleto que lleva por título Spamsclie Dlpteren, publicado
durante los años últimos 1898, 1899 y 1900 en la Wiener Ento-
mologische Zeitnng, creí desde lueg-o sería de interés para los
naturalistas españoles dar de él una sucinta noticia, ya que
en veinte años ó más acaso no haya visto la luz pública estu-
dio de tanto mérito referente á dípteros de España.
Su autor es el P. Gabriel Strobl , profesor en el convento de
Admont, en la Estiria (Austria), bien conocido entre los dipte-
rólogos de Europa por sus concienzudos trabajos sobre dípte-
ros de su patria (1). Con el presente viene á ilustrar los de la
(1) Bástenos citar, omitienclo otras, las siguientes publicaciones del P. Strobl:
Die fjsterreichischen Arlen von Hilara. Wien, 1892.
Beitriige z%ir Dipterenfauna des osterreichea Littorales. 6 Theile. Wien, 1893.
Die AntJiomijinen Steiermarks. Wien, 1893-94.
Die Dipteren von Steierinark. '¿ Theile. Graz, 1893-98.
DE HISTORIA NATURAL. 227
muestra dando á conocer la parte dipterológ-ica de- una excur-
-sión de solas cinco semanas verificada por él á través de Es-
paña durante el verano de 1898.
Quinientas ocho especies de dípteros, sin contar las varie-
dades y formas, fueron el fruto de aquella rápida excursión.
Aunque muchas de las especies citadas de España por el
P. Strobl lo son indudablemente por primera vez para nuestra
nación, las omitiré, sin embarg'o, por no hacer excesivamente
larft-a esta nota, limitándome á consignar los nombres de las
formas nuevas que se describen en el estudio del P. Strobl.
Son las sig'uientes:
Asílidos.
Pseudoholopogon (nov. g-en.) chaJcog áster L.
• '^ Bombílidos.
•Cyrtosia andahisiaca. — Játiba.
Émpidos.
Rampliomijia andalusiaca. — Játiba.
— iiiiibrii^ennis Mg-. var. Morenm. — Cárdenas.
Empis tesseUata F. subspec. castellana. — Madrid, Cárdenas.
— Morena. — Sierra Morena.
— Mikii. — Algeciras, Cárdenas.
— graciUtarsis. — Sierra Morena.
— jjenuaria Fall. var. haldensis. — Monte Baldo.
— ciliatopennata Str. var. cantábrica. — Brincóla.
Hilara fíisitibia. — Madrid, Cárdenas.
— qnadriclaxata. — Alg-eciras.
— Ustriata Zett. var. crt;¿^rt¿'rfra.— Brincóla, Alg-eciras.
— fuUHarba. — Irún, Alg-eciras.
— cingulata Dlb. var. ^I/oítíí^?.— Cárdenas.
Microphorus pUimanus. — Sierra Morena.
■'(Edalea brevicornis. — Sierra Morena.
Tachydromia pubicornis Zett. var. brimnetibia.— Monte Baldo.
— cinereoTÜtata. — Algeciras.
— major Zett. f." minor. — ^lonte Baldo.
— ciirsitans F. var. hispánica. — Irún, Játiba.
— pseudomacnlipes. — Algeciras.
— ialdensis.— Monte Bdlüo.
/
2Í8 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
TacJnjdromia baldensis var. nigrifemur. — Monte Baldo.
— minuta Mg-. var. obsciirípes.— Sierra Nevada, Já-
tiba.
— andalusiaca. — Alg-eciras.
— mimUissima. — Madrid, Cárdenas, Ronda.
Dolicópidos.
BoUcho])us anual usiacus. — Alg-eciras.
Gijmnoternus MoreníB. —Qierra Morena.
— quadri^hiíKS.—Algecir&s.
ZamprocAroímis defectimis. — Alg-eciras.
^ Pseudocrojjsilus (nov. g-en.) maculijjennis. — Alg-eciras, Irún.
— claripennis . — Alg-eciras, Irún.
Campsicnemus um'bri2iennis Lw. var. hispánica. — Irún, Brincóla,
Cárdenas.
Loncoptéridos.
LoncJioptera irisiis Mg-. var. ¡JseudoirUineata. — Sierra Morena.
Sírfidos.
XaniJwgramma marginaU Lw. var. iJ/orej¿<p.— Cárdenas.
iSyrphus baJteaitis Deg-. f.* andalusiaca. — Alg-eciras, Játiba_
Sgrifia 2ñpiens L. var. odscurípes. —Algecir-ds.
Pipuncúlidos.
Pipunculus nigritiilus Zett. var. griseifrons.—Cette.
Conópidos.
Myopa dorsalis Fbr. var. minor. — Madrid.
Múscidos.
Parahyposiena (nov. g-en.) diversipes. — Irún, Alg-eciras.
Melanomelia (nov. g-en.) aterrima. — Alg-eciras, Sierra Nevada^
Cosnosia MiMi Str. var. hispánica. — Alg-eciras.
Elgiva dorsalis Mg-. var. ohscuriventris. — Irún, Brincóla.
— irivitiata.— España, Servia.
Sapromyza andalusiaca. — Játiba.
Calohata ocioannulata. — Sierra Morena.
Psila nigroiíBniaia.—Jküha.
Capnotera hyalipennis. — Irún.
DE HISTORIA NATURAL. 229
A nlkracopkaf/a andahisiaca.—J ntihñ.
Eutroplut ThaJhammeri Strobl, var. Msjjanica.—Wádñd, Játiba.
Chloropisca rufa Macq. var. nigroxUlata. — Sierra Morena.
— — var. rarieii/íaía.—lhid.
nydrellia nigricans Stenli. var. hispánica. — Alg-eciras.
HyacUna giítiaUi Hal.— var. olscuripes.—kX^^QAXd.^, S. Morena.
— — var. nigripes. — Irún.
ScatopJiila quadriliíieata. — Ronda, Sierra de la Nieve.
Rhicnoessa alóogutlaia. —A.\geciva&.
— aU'OseluIüsa. — Alg'eciras.
OchtMpMIa corónala L\v. var. nigripes. — Alg-eciras, Sierra Mo-
rena.
Lodioptera alh orna culata. — Játiba,
Agromyza lútea Mg-. var. meridionalis. — Sierra Morena.
— scuteJlala Fall. var. fnscolimbata. — Alg-eciras, Ron-
da, Irún.
— nigripes Mg-. var. rondensis. — Ronda.
— grossicornis Zett. var. crassisela. — Sierra Morena,
— pulicarioides. — Alg-eciras.
Ceratomyza deniicornis Pz. var. nigriventris. — Irún.
— — var. nigrosculellata. — x\lg-eciras.
Pliytomyza ajlnis Fall. ydv.favicoxa. — Alg-eciras, Irún.
— Morence. — Sierra Morena.
— 7ievadensis .— ^'iQvva Nevada.
8pli(Bfocera pusilla Mg-. var. nigripes .—k\^^QAX2i's>.
Limosina limosa Fall. var. varicornis. — Alg-eciras.
— pUirisetosa. — Alg-eciras.
— andalusiaca. — Alg-eciras.
Bibiónidos.
Dilophus femoratus Mg-. var. andalusiaca.— i kiihdu, Sierra Ne-
vada, Sierra Morena.
BiMo Johannis L. var. nigri fémur. — Sierra Aiscurre.
Micetofílidos.
Sciara ThoniíB L. var. nevadensis. — Sierra Nevada.
— odtusicatcda.— Ronda, Sierra Morena.
— qtíinquelineata Macq. var. alpujarrensis. — Alpujarras.
— Morena. — Sierra Morena.
Boletina analis Mg*. var. postposita. — Brincóla.
230 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Quironomiclos.
Ceraiopogon cantabñcus. — Bi-incola,
— 2MUcaris L. var. algecirensis. — Alg-eciras.
— flavipes lsie\g . y^v. flaioscuiellata. — Alg-eciras.
— Morenm. — Sierra Morena,
— casiellamis . — Sierra Morena, Madrid.
— paUideiarsus. — Madrid, Játiba.
Tanypíis casteliamcs .—Qien-Si Morena.
Díxidos.
Díxa macúlala Meig-. f.^ nel/tdosa.— Sierra Nevada.
— — var. dilatata — Brincóla.
f
Tipúlidos.
Típula saginaia Berg-r. var. ohscuriventris. — Sierra Aiscurre.
— pseudogig antea. —iHerva Aiscurre.
— irí/asckuIaia.—íiieTra Morena.
— Moreim. — Sierra Morena.
— acumitiaia.— Sierra Morena, Madrid.
Limnohia aniumnalis Stg-. f." unicolor. — Monte Baldo.
— tristis Sclium. f.^ maculosa. — Brincóla.
Ceranomyia caloptera Mik. var. odscura. — Alg-eciras.
Trimicra andalusiaca. — Alg*eciras.
Rliynclíolopus crassipes. — Bri n cola .
Eesnmen de los dípteros nuevos descritos por el P. Strobl:
Géneros, 4; especies, 54; subespecies, 1; variedades, 43; for-
mas, ^5.
Como se ve, más de la décima parte de las especies de díp-
teros encontradas por el P. Strobl en España son nuevas para
la ciencia. Resultado es éste harto halag-üeño para cualquier
naturalista que á tales estudios se dedicase.
Para templar el rubor que nos cubre el rostro ante la idea
de que semejantes trabajos no los haya llevado á cabo alg-ún
naturalista español, felicitémonos de que al menos nuestras
riquezas naturales las conozcan, estimen y estudien los sabios
extranjeros, y de que uno de ellos sea el relig'ioso benedictino
P. Gabriel Strobl.
DE HISTORIA NATURAL. 231
La casiterita y los filones estanníferos de nuestra Península
POR
D. SALVADOR CALDERÓN.
B i IdIío grafía.
1847. F. Cútoli: Mera, sobre miu. estaño prov. Pontevedra y Orense.
1850-52. Escosura: Miu. de estaño de Zamora. Rev minera, i á ni.
— Martínez Alcíbar: Sobre min. estanníf. de Galicia. Rev. mine-
ra (varios tomos).
1853, P. López: Mem. geogn. agrícol. prov. Asturias, p. 15.
1856. Dufrénoy: Traite de minéralogie, 1856, iii, p. 300, y Atlas, pl. 113,
fig. 380 y pl. 114, fig. 381.
1858. Scbulz: Descrip. geol. de Astur., p. 18.
1862. Naranjo: Elem. de Miner. gener., p. 380.
1864. Prado: Descrip. fís. y geol. prov. Madrid, p. 106.
1874. Cortázar: Bol. Com. Mapa geol., p. 24.
1876. M. García: Fil. estann. prov. Salamanca. Bol. Com. Mapa geol., iii.
1877. Becke: Tschermak's min. Mittb., p- 243-200.
1880. Gil y Maestre: Descrip. fís. y geol. prov. Salamanca.
1882. Barrois: Redi. s. 1. terr. anciens des Astur. et de la Gallee, p. 137.
1883. Puig y Larraz: Descrip. fís. y geol. prov. Zamora, p. 412.
1889-90. Espina y Capo: Com. ejecut. Estad, minera.
1893. Breidenbach: Die Zinnlagerstilten Portugals (Glückauf, p. 1032
y 1050.
1894. Quiroga: Traduce. Miner. Tschermak, p. 282.
1895. Mallada: Explic. Mapa geol. de España, i, p. 173 y 545.
1898. Pedro Gomes: Commun. d. Sec9. dos Trabalh. geol., ni, p. 202.
1900. Bolívar y Calderón: Elem. de Hist. nat., Geol., p. 116.
Sin que pueda decirse que tenemos en España una riqueza
extraordinaria de estaño, no dejan de alcanzar cierta impor-
tancia los yacimientos de esta mena que existen en la par-
te NW. de nuestra Península, de los cuales, así como de otros
mucho menos considerables que se hallan en otros parajes de
la misma, vamos á presentar un breve trabajo de conjunto.
Se ha cuestionado mucho sobre si los antig-uos explotaron ó
no nuestra zona estannífera y si formaba parte de la reg-ión de
Las Casitérides, no bien definida. Los Sres. P. López y Cortázar
(lanía cuestión como resuelta, afirmando que hoy está fuera
532 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
de duda que las naves de los mercaderes de Tiro abordaban
al litoral de Galicia en busca del estaño, y que existen en el
país los restos de los lavaderos.
La casiterita se presenta bajo dos formas: en g-ranos sueltos
y en filones. Estos últimos, aunque suelen llamarse filones
estanníferos, son en realidad cuarzosos, en los que se presen-
tan de una manera accidental é irreg'ular concreciones, nodu-
los y aun bolsadas de casiterita de tamaño tan variable que
sería imposible dar una idea de su término medio, pues los
hay desde el g-randor de un piñón hasta el de una nuez, y al-
g'unos mucho mayores. Los mismos filones que los contienen
ofrecen también muy diversa potencia. Como excepcionales
cita el Sr. Espina y Capo pequeñas vetas tendiendo á la forma
ñloniana en el término de Brandilanes, provincia de Sala-
manca; pero aun en este caso no constituyen todavía verda-
deros filones, como nota acertadamente el citado ing-eniero.
Caracteres. — No faltan buenos cristales y maclas en la reg-ión
de la casiterita de Galicia y Salamanca. Fig-uran de antig-uo
en las colecciones los de San Pedro de Rozados y Orense; de
Salamanca presentó el ing-eniero D. Manuel García mag-níficos
ejemplares á la Exposición de Viena que llamaron mucho la
atención, y nosotros los hemos visto voluminosos de Bernoy,
mina Nueva Cornouailles, formados por el protoprisma y la
protopirámide, combinados con el deutoprisma y la deutopi-
rámide y en codo, seg-ún la macla del rutilo. La casiterita de
San Bartolomé de Penouta, en la provincia de Orense, se ha
citado varias veces por los mineralogistas á causa de sus cris-
tales muy rebajados, casi reducidos á la cara P. El Museo de
Historia natural y el de la Escuela de Minas de Madrid poseen
muy .buenos ejemplares de la reg-ión á que nos referimos. Así
en esta última existe uno de 1 dm., consistente en una g-ran
macla g-eniculada de entre Montes y Avión, en Orense, conte-
niendo hojas de mica en tal cantidad, que en la fractura pa-
rece una roca de mica y casiterita; de la misma localidad hay
un mag-nífico pico de estaño, neg-ro, donado por Schulz; un
gran cristal incompleto de Presqueiro, Montes, con brillo mar-
cadamente resinoide y color morado en la fractura, y de San
Pedro de Rozados un bello g-rupo de cristales estudiado por el
Sr. Cía, eminente profesor que fué de aquella Escuela, que,
seg-ún él, se componen de «prismas con las caras primitivas 1/"
DE HISTORIA NATURAL. 233
y las/¿i, ^í^l-2, modificados en las aristas básicas por los pla-
nos d\ j en los áng'ulos por los planos a^ (1).»
Dufrénoy hace especial mérito de dos cristales de la colec-
ción de Heuland, procedentes de Monterrey y notables por una
truncadura en el vértice que forma la base del prisma. Ambos
están fig-urados en el Atlas del Tratado de este mineralog-ista,
y son los únicos que poseen semejante disposición entre los
allí presentados. Ofrecen las caras /¿i (110), «' (321), b^ (311),
P (001), y uno de ellos además la cara prismática i/ (101).
En los buenos cristales de las mencionadas localidades suele
mostrarse muy bien una estriación vertical, dispuesta de modo
que las líneas alternan en el prisma dominante con las caras
pequeñas de otro, ambos de desig-ual valor y ocupando diversa
posición, de suerte que un sistema brillante y liso alterna con
otro mate }' flexuoso.
Examinando Becke los diversos ejemplares de casiterita que
se encuentran en las colecciones alemanas, y entre ellos de
España (Beariz, Carballino, provincia de Orense), disting-ue en
esta especie tres tipos ó facies: uno que llama sajón-bohemio,
otro el de ag'ujas de Cornwally otro el de cristales, en que do-
mina la cara c (001), que es el de Pitkaranta, Al primero, que
es el principal, pertenecen los ejemplares de Orense, y, en ge-
neral, los de toda la zona estannífera hispano-portug-uesa.
Fuera de dicha zona se conocen pocos cristales de casiterita
en la Península, y carecen de importancia. En Asturias los hay
pardo-obscuros implantados en la masa; escasos en Hoyo de
Manzanares, en la provincia de Madrid, y en las cercanías de
Mérida, en la de Badajoz.
El ing-eniero y reputado químico D. Enrique Hauser nos ha
comunicado particularmente el análisis por él practicado de
una casiterita del término de Avión, siendo la muestra ensa-
yada mineral menudo procedente de concentración por lavado.
Bióxido de estaño ■. - 63,C85
Arsénico 0,178
Cobre 0,280
Plomo 1,022
Hierro 0,197
Azufre 0,381
(1) Correspondeálacombinación (101), (110), (210), (311),(321). ^
N.» 5. -Mayo, 1901. 17
234 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Oxido ferroso 3,003
— mangánico 1,488
Alúmina 0,020
Cal 2,495
Magnesia 0,081
Acido túngstico 1,735
— nióbico ] 1,375
Sílice 13,623
Suma 99,563
De este estudio se infiere que el mineral no es puro, sino que
engloba otras especies, y entre ellas alg-una poco frecuente^
como la columbita ú otra afín.
De otros ejemplares peninsulares se han hecho sólo, que se-
pamos, ensayos incompletos, aunque suficientes para probar
que las casiteritas de los filones de Galicia y Salamanca con-
tienen cantidades variables de óxido de hierro, arcilla, ácido
silícico y otros cuerpos no determinados; las más puras, en
g-eneral, son las de los aluviones, y entre ellas á las de El Viso
se les ha asig'nado una ley de hasta 60 por 100.
Ya hemos dicho que en el cuarzo filoniano el mineral de es-
taño suele presentarse de preferencia en g-ranos de muy diverso
tamaño, y también los hay á veces sueltos. En ciertos aluvio-
nes de Galicia, Zamora y Salamanca constituyen cantos roda-
dos que exteriormente parecen de cuarcita, pero que se distin-
g-uen desde lueg'O de ella al cog-erlos con la mano, por su gran
peso; en la Escuela de Minas los hay de tamaño de nueces, y
otras veces son arenosos, como lueg'o veremos.
Otras variedades de casiterita son raras en nuestro país, y no
se han visto aún en él alg-unas de las mencionadas de las loca-
lidades clásicas extranjeras. Recordaremos solamente unas
muestras concrecionadas que cita Massart de los pequeños
criaderos de Cartag-ena.
Asociaciones. — Preséntase la casiterita con mica, seg-ún se ha
dicho, en íntima unión, formando en ocasiones como una ver-
dadera roca; el cuarzo también hemos indicado le sirve de ma-
triz las más veces, siendo los filones de éste, por lo común, le-
chosos y otras veces hialinos y ahumados, con numerosas g-eo-
das cristalinas, y no es raro vayan con el estaño turmalinas y
otros silicatos, por ejemplo en San Pedro de Rozados; á ellos
DE HISTORIA NATURAL. 235
suele asociarse la ^voIfl'amita; en Cartag-ena acompaña al cuarzo
la baritina. Como minerales metálicos es bastante constante la
pirita arsenical, aunque no en g-ran cantidad, el óxido de hierro
en el filón de Carbajosa, en Zamora, la cuprita en otros de la
misma provincia y la g-alena en uno de Cartag-ena:
Yacimientos. — Los filones de cuarzo estannífero arman en el
g-ranito y en los terrenos arcaico y paleozoico. Entre los prime-
ros pueden citarse muchos de Galicia, de Zamora y varios de
los principales de Portug-al; fuera de esta zona los hay también
en Asturias, en Salave como mineral accesorio de las quersanti-
tas cuarcíferas recientes de Barrois, en el Hoyo de ^Manzanares,
en la provincia de Madrid, y en Mérida. En Zamora se suele
ver pasar los mismos filones del g-ranito al g-neis, y en el con-
tacto de estas dos rocas están la mayoría de los de Portug-al; los
de Martinamor, en la provincia de Salamanca, encajan en el
g-neis, como lo hacen en Galicia, y otros en el turmalinífero de
Pesqueiras, en el clorítico de Montes y en las micacitas de Mon-
terrey. Por lo que hace á las provincias de Zamora y Salaman-
ca, los yacimientos estanníferos están, por lo g-eneral, dentro
de los terrenos cámbrico y silúrico, y en las zonas de contacto
de éstos y el g-neis, correspondiendo, como los demás del país,
al tipo de los antig-uos yacimientos de estaño acompañado de
fluosilicatos.
En toda la reg-ión hay aluviones estanníferos más ó menos
considerables procedentes de la ruina de los filones; tal su-
cede, sobre todo, en la provincia de Orense y en las de Sala-
manca y Zamora, en las depresiones del terreno próximas á
aquellos; la casiterita en g-ranos rodados, en arenas mezcladas
con otros minerales, interpuesta en arcilla micacífera, forma
depósitos de variable espesor, como lueg-o veremos.
Localidades. — Hay en la Península una zona propiamente
estannífera y varios pequeños yacimientos aislados fuera de
ella, respecto á los cuales poseemos aún pocas noticias.
«La reg-ión estannífera, dice el Sr. Mallada, comienza en el
pueblo de Merza, límite N. de la provincia de Pontevedra, cru-
za la de Orense por el monte Testeiro y la Sierra de Suido,
donde se hallan enclavados los criaderos más importantes de
los términos de Beariz y Avión; se inclina después al W.; sigrne
por Rivadavia, Freas de Eiras, Monterrey y Villar de Ciervos
(Zamora), hasta el vecino reino de Portug-al.»
236 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Los filones rara vez exceden de 27 cm., derivándose ramiñ-
caciones que, por lo general, no pasan de 10, desprovistos de
interés industrial; suelen estar cruzados por otros estériles de
cuarzo, y se alinean de NE. á SW.
Poco tenemos que añadir á lo dicho por lo que se refiere al es-
taño de Galicia. Ailemás de la zona de los principales criaderos
de Lousame y Cabana, en Coruña, y otros, hay filoncillos en las
micacitas de Monterrey, en el gneis turmalinífero de Pesquei-
ras, Avión, Couso de Avión y Doade y en el micáceo y cloríti-
co de Montes. En la provincia de Orense hemos mencionado por
sus bellos cristales Carballino y Beariz; en este último se dio
}iace algún tiempo con un stockwerck de granito estannífero
de una riqueza excepcional, del cual hay buenos ejemplares
en el Museo Británico. En el término de Forcaray y la provin-
cia de Pontevedra, se ha descubierto hace pocos años un im-
portante yacimiento. Del deshecho de los filones resultan,
como queda dicho, aluviones con el mineral de que tratamos
en el término de Beariz y en otros de la misma provincia.
En Zamora hay muchos filoncillos, ó más bien vetillas de
cuarzo con casiterita, unas veces cristalizada y otras en masas
más ó menos voluminosas, sobre todo en la zona de contacto
del g'neis con el granito, como sucede en Carbajosa, Pino de
Oro, Yilladepera, Almaraz, Arcillera, etc. Estos y otros dimi-
nutos criaderos que consisten en vetillas repetidas á interva-
los de 2 m., parece ser los haces de un tronco único que radi-
cara en la profundidad. Hállanse en las depresiones del suelo
inmediatas á los citados filones, depósitos aluviales constituí-
dos por arcilla micacífera con cantos cuarzosos y granos roda-
dos de casiterita, alcanzando á veces el volumen de avellanas
y nueces, trocitos de turmalina, algunas raras pajuelas de oro,
cristates rodados de granate, etc. Estos aluviones presentan un
espesor de 3 m. en las inmediaciones de Yilladepera, y desde
Pereruela al Duero.
Existen en la provincia de Salamanca criaderos en un todo
análogos á los de Zamora: en general son más ricos los de esta
última, pero en aquélla, en cambio, la zona del estaño es mu-
cho más extensa. La riqueza aumenta según nos aproximamos
á los 3° longitud W. y á los 43° latitud N. Ya hemos dicho que
los filones salmantinos encajan en las pizarras paleozoicas y
excepcionalmente el de Martinamor, sito en el cerro de la Ata-
DE HISTORIA NATURAL. 237
laya, que es muy potente, en el ^-neis. La localidad clásica de
esta provincia es San Pedro de Rozados, conjunto de filones en
una extensión de unos 17 km. aproximadamente, y cuya dis-
tribución y límites no pueden determinarse por estar el terre-
no cubierto de tierra vegetal y monte. Aparecen allí magnífi-
cos ejemplares cristalizados, acompañados de turmalina y
otros silicatos que figuran en los gabinetes mineralógicos.
Otros varios filones radican en el terreno cámbrico de Sala-
manca, en los términos de Terrubias, Santo Tomé de Rozados,
Bernoy y Cemprón; en este último los granulos ^y cristales de
casiterita son de color de vino claro y encendido y van asocia-
dos á turmalina, arsenopirita y algo de wolframita. La ero-
sión de los filones ha dado lugar, como en las otras provin-
cias antes mencionadas, á aluviones estanníferos, de los cua-
les el de San Pedro de Rozados ocupa una extensión conside-
rable.
Como queda dicho, la región estannífera española se extien-
de por Portugal, si bien no pasa de los 40° de latitud por los
distritos de Braganza, Villa real y Oporto; aparece además en
Vizeu, de Tras-os-Montes. Según Breidenbach, los filones de
Tras-os-Montes están en el contacto del gneis con el granito, y
la ley de los minerales es mayor en la parte que arma en el
segundo; pero el gneis contiene, además, pizarras anfibólicas
con casiterita. Pedro Gómez cita las siguientes localidades por-
tuguesas del óxido de que tratamos: minas de Brunosinho, del
Carvalhal, de S. Martinho d'Angueira, de Paradella, de Mon-
tesinho, de las Teixugueiras, de las Malhadinhas, de Villa-
rinho do Monte (todas en Tras-os-Montes), de la Rebordosa
(distrito de Oporto); Sierra de Maráo, Covello de Paiva i^San
Pedro do Sul).
Fuera de la región estannífera hispano-portuguesa que que-
da mencionada, los restantes yacimientos del país, aunque no
bien conocidos, parecen tener muy escasa importancia. Pas-
cual López y Cortázar afirmaron que los antiguos, quizás los
fenicios, explotaron yacimientos en Salabe, á legua y media
sobre la costa E. de Rivadeo, y en Ablaneda, una legua al S.
de Salas, en los cuales hoy apenas quedan señales de mine-
ral; según Schulz, los vaciados producidos por la antigua
extracción pasan de 4 millones de metros cúbicos. Hoy todo lo
que se conoce en Asturias respecto al óxido de que tratamos,
238 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Son pobres masas en Salas, mezcladas con mica blanca, y en
ellas alg-unos cristales pardo obs.curos.
En las cercanías de Mérida (Badajoz) hay pequeñas masas
y cristalinos en terreno g-ranítico, y otras indicaciones vag-as
se han hecho respecto á casiteritas de Extremadura, que no
son suficientes para juzg-ar si se trata de una prolongación de
la zona estannífera principal ó si solo de manifestaciones ais-
ladas.
En la sierra de Guadarrama también se conocen, aunque
pequeños, alg-unos yacimientos de estaño. Prado dio como se-
g-uro el de Hoyo de Manzanares en la provincia de Madrid, con
alg-unos cristalitos, en el g-ranito, y como dudoso uno de el Es>
corial.
Vag-amente cita la casiterita de la provincia de Valladolid
el profesor é ingeniero Naranjo, dato que merecería com-
probarse.
En las zonas oriental y meridional son muy escasos hasta
ahora los hallazgos de mineral de estaño. Debemos á Massart
noticias de los yacimientos en el distrito de Cartagena y de
ellos uno explotado en la mina San Isidoro, formando una
masa que medía 2 m. de potencia en el afloramiento pero
que se reducía á algunos centímetros á los 60 m. de profun-
didad. El mineral consistía en una casiterita concrecionada
con ganga de baritina y cuarzo; en otro yacimiento más insig-
nificante estaba asociada á galena.
Se ha citado sin detalles el mineral que nos ocupa de la pro-
vincia de Jaén, de la cual hay un ejemplar con cuarzo despro-
visto de procedencia precisa en la Universidad de Sevilla, y
sólo consiste en porciones pequeñas sin ninguna circunstan-
cia especial. Por último, con duda le han mencionado algunos
mineros como de la provincia de Murcia, y en la colección del
reputado ingeniero D. Pablo Ochayta Martínez, figuraba un
ejemplar teniendo por localidad Sierra de Bacares, que debe
referirse á dicha provincia; pero, al menos por lo que se refiere
á otras citas de la misma, M. Petigaud dice con razón que pro-
ceden de haberse tomado por casiterita rocas anfibólicas im-
pregnadas de hierro oxidado, con granate ú otras substancias,
aparte de que la confusión puede haberse hecho en ocasiones
intencionalinente con propósitos fraudulentos.
ProdiíCCÍÓ7i, — Como hemos dicho, es indudable que los anti-
DE HISTORIA NATURAL. 239
g'iios explotaron el estaño en Galicia y lo exportaron á otros
países, y en Asturias y Portug-al también se han reconocido
vaciados de extracción al parecer considerables en sitios en
que hoy apenas quedan vestig-ios de mineral. Seg-ún el Sr. Cor-
tázar, la mayor parte de los criaderos de Zamora eran cono-
cidos y están apuntados en el reg-istro g-eneral de las minas
de Castilla como concedidos los permisos de beneficio á fines
del siglo XVI y principios del xvii, y aun alg'uno citado ya
por Plinio y Posidonio. Sin embargo, se atendieron poco los
yacimientos peninsulares hasta el año 1887, en que la su-
bida extraordinaria que tuvo el estaño inició bastante mo-
vimiento minero en aquella reg-ión , sobre todo en Galicia,
donde esta substancia ha constituido hasta hace poco el único
elemento de riqueza mineral explotado. Al principio se redu-
cía la extracción á un verdadero merodeo, cog-iendo el mine-
ral de más fácil acceso y Vendiéndolo á intermediarios que lo
exportaban á Ing'laterra; pero después, y merced sobre todo
al concurso de capitales extranjeros, se ha ido normalizando
esta industria minera. Las casiteritas y wolframitas de Lou-
same (Coruña), parece se intentan explotar en g-rande seg-ún
los preparativos hechos para ello, incluso la construcción de
una fábrica. Produjeron las minas de Tiro y Sidón, del término
de Carbia (Pontevedra), seg-ún una de las últimas estadísti-
cas, 50 quintales métricos de estaño y 19 de wolframita en
un año. En los aluviones de Beariz y de El Viso, que son muy
extensos, la ley se calcula en 2 por 100 y la casiterita es suma-
mente rica, presentándose más abundante en ciertas bolsadas
en las que el mineral está envuelto en una materia arcillosa
y donde se explota con más ventaja; sin embargo, en varios
de estos aluviones, como sucede en la provincia de Orense, el
beneficio es tan poco lucrativo que sólo se emplean en él algu-
nas mujeres y niños de las parroquias de Girasga y Presqueira,
del ayuntamiento de Beariz.
Ya hemos indicado que los yacimientos de la provincia de
'Zamora son más ricos que los de Salamanca, pero, en cambio,
en esta última es más extensa que en la anterior la zona es-
tannífera. Una y otra están muy mal dotadas de medios de
comunicación, resultando los pocos que existen demasiado
costosos, y los carbones están lejos; dichas minas se encuen-
tran paralizadas en su mayoría. Sin embargo, en las de Alma-
»4(i boletín de la sociedad española
ráz parece se llevaban á cabo hace poco trabajos de investig-a-
ción. Los extensos aluviones estanníferos y los filones de San
Pedro de Rozados, que representan una riqueza de considera-
ción, se explotan alg-o por dos Compañías, una ing-lesa y otra
alemana, aunque luchando con las expresadas dificultades y
con la de la g-ran escasez de ag-ua necesaria para el lavado.
En Portug-al es muy semejante el estado de las cosas, reco-
nociéndose en él señales de antig-uas explotaciones, que se
cree datan en parte del tiempo de los árabes, las cuales no
exceden de 30 m. de profundidad.
Para dar una idea de la producción en España del estaño
diremos sólo que en 1888 se obtuvieron en el país 4 t. que va-
lieron 2.700 pesetas; se elevó la cifra por la g-ran subida que
el metal tuvo en el mercado, en 1890 hasta 41 t., y en 1891
á 69, después del cual disminuyó la producción hasta 34 t.
en 1893, que valieron 18.000 pesetas. En la última estadística
de 1900 sólo Galicia fig-ura como productora de mineral de
estaño con las cantidades siguientes:
Provincias.
Toneladas.
Valor
á bocamina.
Corufia ,
Orense .
Pontevedra (1)
40
14
9
30000
10.000
2.250
57
42.250
/
(1) Todo su estaño procede de la mina Estradense, del término de Forcarey, recien-
temente demarcada.
BOLKTÍ N
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión del 5 de Junio de 1901.
PRESIDENCIA DE DON ULAS LÁZARO É IBIZA.
Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. Asiste á
la sesión D. Carlos del Río, presentado por el Sr. Calderón.
Correspondencia. — El Sr. Secretario leyó una carta del pro-
fesor L. Bornbicci, dando gracias á la Sociedad por haberse
adherido á la manifestación que le tributó la Universidad de
Bolonia. Acompañan á dicha carta periódicos y un folleto en
que se relata este interesante acto.
Otra del Sr. Girard acusando recibo en nombre de S. M. el
Rey de Portugal del tomo xxix de nuestros Anales y dando
las gracias.
Otra del profesor H. de Lacaze Duthiers dando g-racias á la
Sociedad por el envío del tomo xxix y manifestando le remite
al laboratorio Arag-o para que esté á disposición de cuantos
naturalistas frecuentan aquel centro.
Otras de los Sres. D. Santiago Ramón y Cajal, Sir Archiwaid
Geikie, Lord Avebury y Cari. Brunner von Wattenwyl, dando
gracias por sus nombramientos de socios honorarios. Este úl-
timo anuncia el envío de varias de sus obras para la biblio-
teca de nuestra Sociedad.
El Sr. Arnold, de Munich, participa también el envío de
varios libros. Se han recibido numerosas publicaciones del
Sr. Dollfus, de París, del Sr. Cannaviello, de Ñapóles, y un
ejemplar de la obra sobre Criptógamas vasculares de Qitiío, en-
viado por su autor el P. Sodiro por intermedio del R. P. Navas.
El Profesor 1). Calixto Tomás, da gracias por su admisión.; ^
N.» e.-Janio, 190L 18
242 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Admisiones. — D. Melquíades Criado, ayudante de Naturalista
de la Comisión del Muni, socio ag-reg-ado, presentado en la
sesión anterior por los Sres. Sanz de Dieg-o y Bolívar.
Se acordó fig-urasen en la lista de socios la Real Biblioteca
de Berlín (Konigliche Bibliotek , Berlin W. 64, Beliren-
strasse 40), las bibliotecas de los Institutos de Santiag-o, Avila,
Almería y Palma de Mallorca, á solicitud de los profesores de
dichos establecimientos Sr. D. Cándido Ríos y Rial y de los
consocios Sres. Barras, Becerra y Fuset.
Se hicieron dos nuevas propuestas de socio numerario y
quedó sobre la mesa la solicitud de admisión para otras biblio-
tecas.
Se admitieron como socios correspondientes extranjeros á
los Sres. Adrien DoUfus, de París, rué Fierre Charron, 34,
Dr. J. Arnold, de Munich, el profesor Eurico Cannaviello, de
Ñapóles, vía Nilo, 32, y el P. Sodiro, de Quito.
Proposiciones.— El Sr. Bolívar manifestó que solicitan el cam-
bio de publicaciones con las de nuestra Sociedad laFeuille
des Jeunes naturalistes de París, y la Academia de Ciencias de
Filadelfia, Estados-Unidos, quedando acordado acceder á lo
solicitado en vista de la importancia de dichas publicaciones,
bien conocidas de todos los naturalistas.
Se leyó la sig'uiente proposición enviada por el Sr. Barras:
Un ensayo realizado en la clase de Historia natural del Ins-
tituto de Avila durante este último curso con el propósito de
que los alumnos adquirieran alg"unas nociones de antropome-
tría y una conversación tenida ante varios consocios con el
sabio antropólog'o Sr. Olóriz, nuestro Vicepresidente, el cual
encareció la importancia de que las medidas antropométricas
de los individuos que están creciendo y desarrollándose se re-
pitieran anualmente para apreciar las modificaciones sufridas
por cada uno, han sido las causas de decidirnos, dada la reco-
nocida importancia del asunto, á llamar acerca de él la aten-
ción de la Sociedad é indicar alg-o de lo que á nuestro modo
de ver sería realizable en punto á dichos trabajos de me-
dición.
Claro está que el medio único en la práctica tiene que ser
el valerse de los alumnos de los centros oficiales de enseñan-
za, y esto no sería difícil de conseg"uir con alg-ún auxilio, del
DE HISTORIA NATURAL. 243
'Gobierno. Indudable es que para este fin no podría menos de
ser atendida por la Superioridad cualquier proposición ó peti-
ción de nuestra Sociedad, que iría garantizada por nombres
tan prestig-iosos como los de los Sres. Olóriz, mi querido maes-
tro Antón, Hoyos y Aranzadi, tan distinguidos en esta clase
de estudios.
La aspiración puede concretarse á que cada alumno sea
medido anualmente desde que ingresa en la primera ense-
ñanza hasta que termina por completo su carrera, y á que
los resultados de estas medidas adquieran desde lueg-o la pu-
blicidad suficiente para que el arsenal de datos, que en poco
tiempo se habían de reunir así, no quedase oculto y olvidado,
sino que entrase en seguida en circulación para su aprove-
chamiento.
Desde luego, para utilizar los trabajos y darles unidad,
sería indispensable se presentara una cartilla donde, con gran-
dísima claridad y sencillez, se dieran las instrucciones nece-
sarias para hacer las mediciones y que la acompañara un mo-
delo de hoja antropométrica conteniendo sólo los datos más
esenciales. Ambas cosas, al realizarse la idea, debían ser
repartidas con profusión.
La Sociedad podría desde luego nombrar una comisión ó
sección de investigaciones antropológicas que fuese la encar-
g-ada por el Estado de coleccionar y publicar los datos que se
reunieran de toda España, si es que el Estado no comisionaba
á algún centro que con carácter oficial los reuniera. También
puede la Sociedad dar cursos prácticos y breves de antropo-
metría para aumentar en lo posible el número de personas
que recojan datos.
En cuanto á la manera de poner en práctica la expresada
idea en los tres grados de enseñanza, nos encontramos en la
primaria con que sería necesario que los maestros poseyeran
conocimientos antropométricos, y claro es que, si bien no sería
difícil que los adquirieran los que en la actualidad siguen sus
estudios en las Normales, raya en lo imposible conseguirlo
úe los que están ejerciendo; por tanto, esta es labor de tiempo
que podría, sin embargo, prepararse desde luego, exigiendo
un ejercicio práctico de antropometría en las oposiciones á
escuelas, y considerando de mérito preferente en los concur-
sos los trabajos de antropometría realizados con los alumnos,
24-t' boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
con tal de que presentaran recibo de haber lleg-ado las obser-
vaciones ó ejemplares, si los hubieran publicado, al centro 6-
comisión g'eneral que existiera oficialmente.
En la seg-unda enseñanza es, acaso, donde con más facili--
dad puede implantarse lo que decimos, pues en todos los Ins-
titutos existe un catedrático de Historia natural y un profesor
de Gimnasia, titular ó médico, bastando, por consig-uiente,
una disposición para que entre ambos, puestos de acuerdo,
hag"añ el trabajo de medir todos los años á sus alumnos, para
los cuales sería oblig-atorio, y abriendo á. cada uno en el pri-
mer curso una hoja en la que, en los sucesivos, se anotarían
las variaciones que sufriera. Podría disponerse que los resul-
tados de cada curso se publicaran en las Memorias anuales del
Instituto, estableciendo la oblig'ación de remitir ejemplares al
centro ó comisión g'eneral antropológica.
Más arduo nos parece realizar dicho proyecto en las Univer-
sidades, al menos con carácter oblig'atorio para los alumnos;
pero no para los catedráticos de Historia natural, que con el
personal auxiliar podían verificar las mediciones de los de su
clase y de todos los que lo desearan, y publicar los resultados
en la Memoria del establecimiento, no omitiendo la oblig-a-
ción del envío de ejemplares á hi comisión central.
No se nos ocultan las dificultades de llevar á la práctica
tales proyectos y las enormes deficiencias de los mismos me-
dios que proponemos; pero en las actuales circunstancias
sería inútil pedir á los Poderes públicos nada que represente
nuevos g"ravámenes al Presupuesto. Lo único de lo indicado
que supone alg-i^n g-asto es la adquisición del material necesa-
rio de antropometría, si bien éste podría conseg'uirse con la
consig-nación de material de cada establecimiento docente.
Como estas lig-eras indicaciones se encaminan únicamente-
á llamar la atención de los señores socios acerca del asunto
bosquejado, nos limitamos á lo dicho, esperando que si las
creen dig-nas de ser tomadas en consideración , las discutan k
fin de resolver lo más práctico y conducente.
Invitado el Sr. Olóriz á manifestar su opinión sobre la pro-
posición que acababa de leerse, después de alabar el buen
deseo que le animaba, expuso sobre ella alg-unas considera-
ciones de carácter práctico. En primer lug"ar hizo notar que-
parte .de lo. que deseaba pedir el Sr. Barras á los Poderes-
DE HISTOKIA NATURAL. 245
públicos está ya mandado; así existe una disposición según
la cual los catedráticos de Gimnasia deben practicar medidas
sobre los alumnos y enviarlas al Museo pedag-úg-ico, liabiénT-
dose publicado instrucciones y una cartilla en la Gaceta.
Existe en nuestro país un trabajo notable sobre el asunto: la
Cartilla del Sr. Ballesteros, maestro de Córdoba, premiada con
medalla de oro en la Exposición de Chicag'o, y de la cual se
han ag-otado ya dos ediciones y se prepara la tercera, y, sin
embarg-o, hasta ahora han sido escasísimos los resultados ob-
tenidos. Por lo que se refiere á los establecimientos de ense-
ñanza primaria aún crecen las dificultades, como fácilmente
se comprende, para obtener datos antropométricos, sobre todo
utilizables.
' Opina el Sr. Oloriz que del Estado no se puede esperar nada
práctico para el objeto de la proposición, y á lo más conven-
dría influir para que no cree trabas; mayor eficacia tendría la
propag-anda con carácter privado entre los profesores de Gim-
nasia, los catedráticos de Historia natural de los Institutos y
alg-ún maestro de los que ya han mostrado interés por estos
trabajos, é ir aumentando sucesivamente el núcleo que con
ellos se formara, en la intelig-encia siempre de que el fruto
sólo se recog-ería después de bastantes años. En vista de todas
estas consideraciones propone el Sr. Oloriz se piense despacio
en el asunto, formulando una proposición más concreta.
El Sr. Presidente propuso se confiara la ponencia al Sr. Olo-
riz, lo cual fué aceptado unánimemente por la Sociedad, ofre-
ciéndose éste á hacerlo, aunque declarando de antemano las
dificultades que el asunto presentaba.
Comunicaciones verbales. — El Sr. Presidente dio cuenta de ha-
ber entregado al Excmo. Sr. Ministro de Instrucción pública,
acompañado de una Comisión de la Sociedad, la exposición en
que se pide que las nociones más importantes de Física, Quí-
mica é Historia natural, fig'uren en las enseñanzas de las escue-
las elementales y superiores, seg-ún propuso el Sr. Martínez Es-
calera, y ha sido objeto de detenida discusión. Después de alg-u-
nas consideraciones sobre los motivos que han impulsado á la
Sociedad á elevar á los Poderes públicos la mencionada exposi-
ción, el Sr. Presidente entreg-ó, asimismo, al Sr. Conde de Roma.
nones los números del Boletín en que constan las discusiones y
246 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
acuerdos referentes al asunto, y le hizo presente la cooperacióit
que aquélla ofrece para el planteamiento de la nueva ense-
ñanza, cumpliendo los acuerdos tomados en la sesión anterior.
El Excmo. Sr. Ministro de Instrucción pública escuchó atenta-
mente todas las consideraciones que le fueron expuestas, pres-
tando una afectuosa acogida á la Comisión de nuestra Socie-
dad, cuyas observaciones prometió estudiar detenidamente..
El Sr. Artíg-as indicó que la Sociedad debía estar ag-radecida
al Sr. Presidente é individuos que le acompañaron por su dili-
g-encia y buen resultado de su cometido, acordándose consig-
narlo así en el acta.
El Sr. Presidente manifestó su satisfacción por el éxito obte-
nido en lasg-estiones encaminadas á que un naturalista forma-
se parte de la expedición que en breve saldrá para las posesic*
nes españolas delg-olfo de Guinea, pues se ha conseg-uido vaya
con este carácter nuestro disting-uido consocio el reputado na-
turalista y viajero Sr. Martínez Escalera, á quien ayudará en
sus faenas de recolección D. Melquíades Criado, también con-
socio nuestro. Como se trata de una empresa rodeada de peli-
g'ros y fatig'as y de personas con quienes nos unen lazos de
amistad y de solidaridad científica, proponía fueran á despe-
dirlos á la Estación el ¡¡róximo día 7 aquellos consocios á quie-
nes no se lo impidieran urg'enter, ocupaciones.
El mismo Sr. Presidente dio cuenta á la Sociedad de que la
Comisión de Catálog-os proyectaba la formación de un Diccio-
nario de los nombres vulg'ares de animales, tanto de los nom-
bres castellanos como de los reg-ionales, y que á este fin se ha-
bían dirig-ido á las Secciones de provincias solicitando su con-
curso; y en la imposibilidad de hacerlo individualmente con
todas Jas personas que pudieran contribuir á este fin, rogaba
se tuviese esta manifestación como dirig-ida á todos nuestros
consocios. Que siendo esta obra de verdadero interés creía po-
der contar con la cooperación de todos los amantes de las cien-
cias naturales, cuyos datos debían inscribirse en las papeletas
impresas á este fin, pues la remisión de listas creaba un g"ran
trabajo á la Comisión oblig'ándola á rehacer cuanto le envia-
ban; y por último, que para desvanecer toda duda respecto de
la forma del trabajo, la mencionada Comisión había formulado
las reg'las necesarias que convenía se insertasen en las cubier-
tas del Boletím.
DE HISTORIA NATURAL. 247
Ig-ualmente dio cuenta de que las papeletas correspondien-
tes á datos de la fauna y flora de nuestro país habían sido
solicitadas ya por varios de nuestros consocios, y aun alg-unos
habían sido tan activos que habían comenzado á remitir datos
interesantes. Comprendiendo la Comisión que era muy posible
que el número de papeletas necesario fuese enorme, con au-
mento considerable de g'astos para la Sociedad y recarg-o ex-
cesivo de trabajo para la Comisión y sus dig-nos auxiliares,
si no se formulaban reglas precisas sobre lo que convenía
recomendar para evitar tales contingencias, había acordado
aquélla llamar la atención de cuantos la honraban remitién-
dola datos respecto de las sig-uientes indicaciones:
1,^ Son de utilidad escasa ó nula las papeletas referentes á
especies que por su vulg-aridad y abundancia pueden conside-
rarse como existentes en todas partes, como Ccipsella Biirsa-pas-
toris, Caléndula arvensis, Lamiam aniplexicaule , Apis mellifica
y Mus decuma7ius, por ejemplo.
2." Son también de escaso interés las papeletas referentes á
especies citadas ya en muchas localidades de una misma re-
gión, á no ser que se trate de especies críticas.
3." Se recomienda muy especialmente que, en todo caso, se
cercioren si las especies que se proponen citar lo han sido an-
teriormente de la misma localidad por alg'ún otro autor.
4." Sería muy conveniente que se encaminasen, de prefe-
ferencia, las observaciones hacia las especies nuevas, raras ó
críticas, cuyas áreas de distribución no pueden considerarse
todavía bien determinadas.
5.* Se ruega, en fin, á los remitentes que llenen íntegra-
mente las papeletas, sin omitir las indicaciones geográficas.
El Sr. Bolívar participó haberse recibido la fototipia del bus-
to del Sr. Lacaze Duthiers acompañada de una memoria en que
se hace relación del acto de la entreg'a que tuvo lugar en la
Sorbona, y al que asistieron varios de nuestros consocios y en
representación de la Sociedad el Sr. Barras. También presentó
una nota sobre el género Tceniopoda Stal.
El Sr. Rodríguez Mourelo dio cuenta de sus últimos experi-
mentos relativos á sulfures fosforescentes, prometiendo pre-
sentar en breve una nota más detallada sobre este asunto.
El Sr. Calderón habló del terremoto sentido en Málaga el día
24 de Mayo último á las cuatro y algunos minutos de la ma-
248 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ñaua. Fué precedido de un ruido subterráneo muy perceptible,
después del cual se sintieron las sacudidas durante cuarenta
y cinco seg-undos, al decir de los periódicos, alarmando al
vecindario en términos de que muchas familias se lanzaron á
las calles, y varias personas, asustadas, pedían auxilio desde
los balcones. No lian ocurrido desg-racias personales, pero se
derrumbaron alg-unos muros en casas ruinosas situadas en las
afueras de la población. Posteriormente han llegado noticias
de que en la Alsacia y otras regiones de Alemania se sintie-
ron casi contemporáneamente sacudidas lo bastante intensas
para producir g-ran alarma.
Secciones. — La de Barcelona celebró sesión en 1." de Mayo
hnjo la presidencia de D. José Casares, leyéndose el acta de la
anterior, la que fué aprobada.
Quedó admitido como socio D. Eamón Casamada Mauri,
presentado por D. José Casares en la sesión anterior. Se hicie-
ron tres nuevas propuestas de socios numerarios.
El Sr. De Buen dio lectura de una nota sobre Za extensión y
carácter de laregwn volcánica de OJot, y presentó después, para
que fuera examinado por los Socios, un Nantiliis del Brasil de
pequeñas dimensiones, que mostraba en su interior y cerca
del orificio del sifón unas hermosas perlas con finísimas irisa-
ciones. El Sr. Jimeno (I). Francisco), dio lectura de una nota
sobre La mina de Piiig-Pedrós (Barcelona). A continuación pre-
sentó el Sr. Antig-a un trabajo de M. Tournier titulado Des-
criptions de quelques Hyménopiéres d'Europe et confins. El señor
Finestres leyó una nota sobre Pirita de hierro del 3Iontjuich,
y otra el Sr. Rivas Mateos, titulada Foranas transitorias de las
especie^ españolas del género Silene, Sección Behen.
La Sección de Sevilla celebró sesión el 5 de Abril bajo la
presidencia del Sr. Marqués de San Gil, leyéndose una comu-
nicación de D. Francisco de las Barras titulada Noticias sodre
algunos monstruos existentes en el Gabinete del Instituto de Ávila.
El mismo socio hizo la comunicación siguiente:
' Revisión des es2)éces critiques du genre i<Echiiimy> par M. A, de
ooincy. Premiére serie. ( Extrait du Journal de Botanique,
tomo XIV, números 10 y 11, 1900).
' Una de las cuestiones de actualidad que tanto en la Zoolo-
gía como en la Botánica descriptivas preocupan hoy más á los
DE HISTORIA NATURAL. 249
naturalistas es, como se sabe, el número excesivo de especies
descritas y la confusión y poca exactitud en las descripciones
de muchas, produciendo en alg-unos g-éneros g-raves dificulta-
des para la clasificación. La importancia de evitar tales confu-
siones es más patente desde que desapareció el erróneo concep-
to de que clasificar era el último fin de la Historia natural, y
ha entrado la ciencia en un periodo en que la determinación
de las especies se considera sólo corno un medio de ordenar los
conocimientos.
Por esto ha de ser muy útil todo trabajo que teng-a por obje-
to disipar dudas en la descripción y limitación de los g-éneros
y especies.
De esta naturaleza es la nota cuyo título precede del emi-
nente botánico, nuestro consocio el Sr. Coincy, de quien tan-
tas veces nos hemos ocupado á causa de lo mucho que ha con-
tribuido y contribuye al estudio de la flora española.
Dicha nota, de 16 pág-inas, es primera serie, y ha de ser se-
g-uida por otras, pues en ella dice el autor que tiene la inlen-
■rióu de proceder á %ma o-evisióii de las formas criticas de la cuen-
ca del Mediterráneo; trabajo cuya sola enunciación expresa
suficientemente su importancia.
Ya, seg-ún indica, presentó y publicó en las actas del Con-
^•reso botánico de 1900 unas bases para la clasificación y limi-
tación del g-énero iíV/¿mm (sentido estricto), al cual divide en
•dos secciones: Eleuterolepis, cuando el anillo basilar interno de
la corola está compuesto de escamas claramente separadas, y
G-amoleiús cuando forma una membrana continua más ó me-
nos lobada.
«Es necesario, dice, rehacer las descripciones y hacerlas lo
más precisas posible. Este es un trabajo fastidioso, pero que se
ha hecho necesario por las discordancias que reinan en los
trabajos sistemáticos sobre las especies de este difícil g-é-
nero »
No podemos, dada la corta extensión de la nota, extractar
aquí la concienzuda crítica que hace de cada especie, limitán-
donos á enumerar éstas y hacer alg'una que otra lig-era in-
<licación.
Echium confíisum Coincy. La describe detenidamente, citán-
dola de toda la costa oriental de España, especialmente de
Oartag-ena y Almería, y añadiendo que por el interior avanza
250 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
hasta Chinchilla. También se conoce de Baleares y otras islas
del Mediterráneo. No estará demás añadir que al hacer la cri-
tica dice: «El E. confíisiim se encuentra en casi todos los her-
barios con el nombre de E. maritiimmi.»
E. Granatense Coincy. Lo describe citándolo de Guadix (Gra-
nada). Hace notar las diferencias de talla que alcanza esta
planta, seg-ún crezca en terrenos fértiles ó áridos, y fija sus ca-
racteres diferenciales con el E. mugare L. var. ¡^^^^slulatum
Sibth.
Además de las dos especies nuevas que preceden, se ocupa
de las sig-uientes: E. mugare L., del cual admite cuatro varie-
dades, citando sólo de España la var. pustiilatum Sibth et Sm.^
de toda la Península, y la var. Salmanticiim Lag-. de los alre-
dedores de Salamanca; E. tuhercidatiim Hífg-. et Link. de Gi-
braltar y Cartag-ena; E. grandiflorum Desf., que dice no haber
encontrado en España; E. aiistrale Lam. de la España austro-
oriental; E. ■ijlantagineum L., que cita, por último, de toda la
reg'ión mediterránea en g-eneral.
La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 5 de Mayo
bajo la presidencia de D. Patricio Borovio, leyendo el Sr Dos-
set lo siguiente :
En el camino que conduce desde Alcorisa á Castellote, en
la provincia de Teruel, y cerca ya del fondo del Val de Nuez,
existe una fuente que pasa por tener la propiedad de matar la
Veg-etación. Semejante creencia, no justificada, por cuanto el
ag'ua que de ella brota se utiliza para el riego de un pequeño
olivar, tiene quizá su fundamento en el aspecto de la peque-
ña acequia por donde corre, al salir del reducido depósito
donde se la recoge durante el verano y en épocas de sequía.
Sorprende en este pequeño cauce que al borde de una cuesta
estrecha, pedregosa y sucia, se le ve con las márgenes pobladas
de. veg'etación hasta la orilla del ag-ua. Esta última es comple-
tamente diáfana, y se desliza con un espesor de 3 á 4 cm. sobre
un lecho blanco puro, de aspecto nacarado y superficie lisa. El
sedimento que constituye este lecho es una masa g-elatinosa,
alg'o coherente, de espesor variable con las ondulaciones del
fondo y la velocidad de la corriente, y removiéndolo se desha-
ce en abundantes porciones á manera de coágnilos. Los cuer-
pos extraños que partiendo de las márg-enes tocaban en el
agua hallábanse cubiertos del mismo precipitado, y donde
DE HISTORIA NATURAL. , 251
éste lia quedado expuesto al aire aparece desecado, alg*o duro
y de color rojizo.
El manantial, de caudal escaso, brota entre capas de arcilla
inferiores á las areniscas características del terreno cretáceo
de la provincia de Teruel, y próximas á los yacimientos de
lig-nito. Más que verdadero manantial son pequeñas filtra-
ciones que casi no puede determinarse por dónde emerg-en,.
pues el terreno estaba reblandecido cuando yo le vi, en Di-
ciembre de 1898, y formando uno de los lados del depósito en
que el propietario almacena el ag-ua, y que en aquella ocasión
estaba abierto, con señales de llevar alg-ún tiempo en esta
disposición.
El recuerdo de lo que había observado en los manantiales
de Mediana, de las Salmorreras de Albalate, los alumbres de
Ariño y el aspecto del precipitado g-elatinoso, hicieron que
fijara mi atención en el terreno por donde fluía el ag'ua, y
pude notar que el sedimento blanco faltaba en uno de sus
lados y supuse desde luego que en aquel terraplén de 6 á 8 m.-
de superficie emerg-en ag'uas que atravesando terrenos distin-
tos han disuelto diferentes sales.
Admitiendo que una de las ag'uas lleve bicarbonato magné-
sico y la otra sulfato de alúmina, podía explicarse la precipita-
ción de alúmina g-elatinosa, que es lo que constituye el sedi-
mento nacarado, por las sig-uientes reacciones:
(S0^)5 AP + 2 (C0=')2 H2 Mg— 2 SO'' Mg- + 4 CO'^ -{- SO'' Al^ (HO;*
El sulfato básico de alúmina formado en presencia de nue-
va cantidad de bicarbonato magmésico orig"inaría
SO'' A12 (HO)'' H- (C0^)2 H2 Mg- =z SO '' Mg- -f 2 CO^ -f- Al 2 (H0)«
Autoriza para suponer estas reacciones la presencia de ácido
sulfúrico en el sedimento g-elatinoso, é indicios de cal y mag--
nesia, cloro y ácido carbónico, constituyendo carbonato de
mag-nesio y cloruro calcico. En el líquido claro existe sulfata
mag-nésico y cloruro calcico.
En atención á lo mucho que en la actualidad preocupan la&
exploraciones mineras en la provincia de Teruel, donde indu-
dablemente se encontrarán especies interesantes y acaso nue-
vas, como una de Molinos, estudiada por D. Hilarión Jimeno.
•152 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
de que dará cuenta en breve, he creído pertinente comunicar
esta observación, realizada no lejos del mismo Molinos, y cu-
yas aguas tienen salida por el Val de Nuez.
Notas y comunicaciones.
Descriptions de quelques Hijmén02)ieres d'Europe et confins
PAR
H. TOURNIER DE GENÉVE.
Tiphia Antigee n. sp. — 9. Le premier seg-ment de l'abdomen
oífre á sa partie supérieure, vers le milieu environ de sa lon-
g-ueur, une carene ou empátement transversal lisse. Corps noir
médiocrementbrillant; antennes roug-e de rouille, d'une teinte
plus clíiire prés de l'extrémité, les deux premiers articles noirs,
le premier long-uement cilié de poils g"ris arg-ent, brillants.
Tete fortement, subgTossiérement et densément ponctuée, la
ponctuation ne laisse entre elle que des intervalles excessive-
ment étroits, ce qui la fait paraitre subconfluente; la pubes-
cence en est long'ue, brunátre, plus foncée sur le front prés de
ocelle (1). Partie antérieure du pronotum ponctuée comme la
tete, bord postérieur de ce seg-ment mat, il ne .montre que
quelques points tres fins, tres épars. Mésonotum coriacé, cha-
g"riné, subvariolé, sa surface ne laisse pas voir une ponctua-
tion détacliée. Scutellum sculpté de méme, cependant l'on
observe antérieurement entre la ponctuation quelques espa-
ces étroits et brillants. Métanotum mat finement coriacé-clia-
g-riné sur le disque, oíi il est marqué de quelques points fins,
épars, jnais bien distincts; les bords latéraux et postérieurs
sont un peu plus fortement ridés chag-rinés que le disque;
carenes long"itudinales sur celui-ci, toutes trois tres nettement
acenses, rég"uliéres, elles atteig'nent toutes le bord postérieur
du seg-ment, les laterales converg-ent postérieurement et se
relient presque á ce point a la carene médiane. Abdomen assez
brillant, fortement et g-rossiérement ponctué, la ponctuation
est tres espacée, en quelque sorte dispersée et laisse entre elle
(1) Chez l'uu des deux exemplaires que j'ai sous lesyeux, la tete est frotée ou dé-
iiudée.
DE HISTORIA NATURAL. 253
de grands espaces lisses, aiix seg-ments 5^ et 6^ elle est visible-
meiit plus serrée et par suite ceux-ci sont presque mat. Le
ventre est brillant, parsemé d'une ponctuation subrápeuse.
tres lache; la valve anale est subtronquée á I'extrémité, bor-
dee á ce point d'une frang-e de poils blancliátres serrés; la
surface est densément et assez finement ponctuée et laisse
voir au milieu une carene longútudinale obsoléte, lisse. Les
pattes sont noires, avec les éperons des tibias roug-e de rouille
foncé, les épines sur la tranche des tibias postérieurs sont noi-
res. Les ailes sont courtes et transparentes (chez l'un des deux
sujets que j'ai sous les yeux elles sont un peu enfumées). Tou-
tes les nervures sont d'un jaune rouille pále, le stigma est
noir, petit, tres étroit. La pubescence du thorax, de l'abdomen
et des pattes est blanclie. Long-. 13-14 mili.
J'ai étudié deux exemplaires Q de cette jolie espéce , ils
m'ont été adressés par M. Pedro Antiga de Barcelone , ento-
molog-iste zélé auquel je me fais un plaisir de la dédier. Le cf
est encoré inconnu. Dans l'étude faite par moi des espéces du
g-enre TipMa (Ann. de la Soc. entom. de Belg-ique, t. xxxiii,
1889), j'ai creé, pour faciliter l'étude des $ de ce g-enre, deux
g*roupes principaux, á savoir:
L Ailes completes, entiéres (pag-e 3).
IL Ailes incomplétes, rudimentaires (pag-e 4).
J'aurais mieux fait alors, de diré ailes incomplétes ou rudi-
mentaires, c'est ce que me demontre aujourd'hui l'espéce que
je viens de décrire, car elle a les ailes incomplétes, mais non
rudimentaires. Dans le g-roupe I les ailes chez toutes les espé-
ces s'étendent au moins jusqu'au bord apical du 4^ seg-meilt
abdominal; chez T. AntigaT. elles sont abreg-ées, sans étres
rudimentaires et ne se prolong-ent pas au delá du milieu du
2^ seg-ment abdominal, enfin chez les T. Lethyerryi T., Puto--
ni T. et brevipennís Lucas les ailes sont tout a fait rudimentai-
res et atteig-nent au plus I'extrémité du métathorax.
Je posséde encoré de ce g-enre quelques espéces intéressan-
tes et inédites, j'en donne ici une breve description; il est pro-
bable qu'elles se rencontreront en Espag-ne.
LocALiTÉ.. -Tibidabo, 18 mars 1900 et Gava, 5 aoút 1899.
Tiphia rudepunotata n. sp. — :fQ. Cette espéce ne peut se
comparerqu'á la Olcesel Tourn.; d'une taille un peu supérieu-
re, elle s'en disting-ue par la ponctuation bcaucoup plus gros-
254 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
se, plus rude et qui quoique subconfluente est mieux déta-
■cliée que chez Olccsei; sur le scutellum la ponctuation laisse
entre elle, á la partie antérieure quelques espaces étroits lis-
ses et brillants; le métanotum est plus g-rossiérement ridé que
chez Olcesei, les trois carenes long-itudinales sont nettement
définies, la médiane est un peu abrég-ée avant Textrémité.
Abdomen g-rossiérement et assez densément ponctué, la ponc-
tuation est médiocrement serrée, mais un peu plus condensée
prés de la marg-e apicale des segrnents; sur les seg-ments 5-6
la pOnctuation est beaucoup plus serrée et subconfluente lon-
g-itudinalement; le ventre est lisse, brillant, les seg-ments sont
marqués de g-ros points rápeux espacés et irrég-uliers; la valve
anale est larg-e, arrondie a l'extrémité, assez long-uement mais
peu densément ciliée au bord postérieur, sa surface est fine-
ment et densément ponctuée, elle ne montre pas une carene
long-itudinale médiane. Antennes noires, les derniers articles
plus ou moins ferrug-ineux ; pattes noires, éperons de tous les
tibias roug-e rouille, épines de la tranche des tibias postérieurs
roug-e de rouille foncé. Pubescence du corps et des pattes assez
long-ue, d'un g-ris arg-entin. Ailes un peu enfumées, sans reñets
bleuátres, nervures jaune foncé, stig-ma allong-é, étroit, noir;
cellule cubitale ouverte. cf d'une taille un peu inférieure de
celle de la 9; antennes entiérement noires, long-ues, ponctua-
tion plus serrée et plus dense que chez l'autre sexe, surtout
sur le premier seg-ment abdominal; stig-ma des ailes plus
g-rand, beaucoup plus larg-e, la cellule radíale est fermée á
son extrémité, avant d'atteiudre l'extrémité de la cubitale. Les
épines des tibias postérieurs sont roug-e rouille foncé. Long-.
17-20 mili.
Cette intéressante espéce a été capturé aux environs de Tan-
g-er (Maroc) par M. Vaucher.
Ici vient se placer une forme intéressante, mais que pour le
moment, je ne puis sig-naler que comme une variété de T. mo-
rio Fabr. , elle a les plus g-rands rapports avec cette derniére,
mais elle s'en disting-ue nettement parce que la cellule radíale
des ailes antérieures est totalement fermée á l'extrémité et
fait par cela, exception k toutes les autres Q de ce g-roupe. Je
désig-ne cette forme sous le nom de completa T.
Je n'ai sous les yeux que deux 9 du Jura.
T. longicornis n. sp. — Q. Appartient encoré au g-roupe dont
DE HISTORIA NATURAL. 255
le premier seg-raent abdominal est marqué d'une carene trans-
versale prés du milieu de sa long-ueur. D'une taille un pea
inférieure á T. moño, dont elle est voisine par les ailes non
troublées, mais cependant encoré plus hyalines que chez cette
derniére; dififére encoré de celle-ci par les antennes plus lon-
g'ues, moins épaisses et par les articles 2-6 visiblement dentés
en scie á leur ang-le apical interne. La ponctuation de la tete
est forte et serrée, sans étre confluente; les antennes sont noi-
res, ferrug-ineuses á l'extrémité, le premier article porte un
faisceau de poils jaune doré. La partie antérieure du protho-
rax, le mésothorax et le scutellum sont g-rossiérement etyien-
sément ponctués, la partie antérieure du dernier montre quel-
ques intervalles lisses et brillan ts; métanotum mat, finement
chagrinésur le disque, plus fortement prés des bords latéraux
et postérieurs, il est marqué au milieu de trois fines carenes
longitudinales bien completes, réguliérement accusées par-
tout, elles sont assez espacées antérieurement, puis se ré-
trécissent réguliérement pour s'unir en arriére a la carene
médiane. Abdomen brillant , fortement mais peu densément
ponctué, les seg-ments 4-6 sont cependant ponctués beaucoup
plus densément et plus rég-uliérement que les précédents.
Yentre brillant, assez fortement el plus densément ponctué
que chez les espéces precedentes; valve anale aussi large que
long-ae, arrondie á Textrémité, son contour apical maig-re-
inent cilié de g-ris jaunátre, surface densément et assez forte-
ment ponctuée^ ponctuation un peu plus forte prés de l'ex-
trémité qu'á la base. Pattes noires, éperons des tibias roug-e
rouille clair, épines des tibias intermédiaires et postérieurs
rouge rouille foncé. Pubescence de tout le corps et des pattes,
d'un gris roussátre, peu brillante. Ailes hyalines, nervures
jaune rouille, stigina petit allongé, noir poix, cellule radíale
ouverte. Long*. 13-16 mili.
Découverte par Mr. G. Olcése á Tánger (Maroc).
T. Vaucheri n. sp.— 9. Cette jolie espéce appartient au gTou-
pe dont le premier seg-ment de l'abdomen est sans carene ni
empatement transversal á sa partie supérieure. C'est avec
T.femorata la plus g-rande espéce de cette división, se distin-
g-ue facilement de celle-ci par sa couleur totalement noire. Les
antennes noires, sont relativement épaisses et courtes; les pat-
tes sont noires avec les éperons des tibias ferrugineux; les
856 HÜLETIN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
épines des tibias postérieurs sont de cette méme couleur; leí^
ailes sont un peu enfumées, les nervures et le stig-nia sont
noir poix; la celliile radíale est ouverte árextrémité. La ponc-
tuation de la tete est forte, mais peu serrée, elle laisse entre
elle des espaces lisses etbrillants, au moins deux fois aussi
g-rands que les points eux mémes. Protliorax antérieurement
ponctué comme la tete, postérieurement lisse et brillant; mé-
sothorax densément et fortement ponctué, la ponctuation est
plus serrée au milieu que vers les bords; métanotum mat^
finement chag-riné et á par cela assez densément et finement
ponctué; les trois carenes longitudinales du milieu sont fines,
entiéres et bien accusées, elles sont subparalléles sur toute
leur long-ueur. Abdomen fortement ponctué, la ponctuation
est peu serrée sur les deux premiers segmients, elle est un peu
plus forte sur les seg"ments 3 et 4; subconñuente sur les seg--
ments 5 et 6. Ventre plus fortement et plus densément ponc-
tué que cliez les autres espéces de ce g-roupe, sur les seg-ments
3, 4, 5 la ponctuation est plus serrée, mais moins g-rosse que
sur le deuxiérne; valve anale plus iong'ue que larg-e, densé-
ment et finement ponctuée, la ponctuation est un peu plus
forte vers Pextrémité; la marg-e apicale est frang-ée de quel-
ques poils jaunátres peu serrés. Long-. 14-15 mili.
Cette espéce a été récoltée aux environs de Tang-er par
M. Vaucher, auquei j'ai le plaisir de la dédier.
Oxybelus macuiiventris n. sp. — Qcf. Dernier seg-ment abdo-
minal dorsal (anus) noir cliez les deux sexes. Corps noir riclie-
ment orné de jaune, cette couleur est répartie chez la Q com-
me suit: sur le bord antérieur du prothorax en une bande
transversale large vers les bords et tres étroite au milieu oú
elle egt subinterrompue; en un point sur le calus situé de cha-
qué cóté devant les ailes; sur le tliorax, les écailles des ailes;.
sur le postécusson les lamelles laterales et l'extrémité de l'épi-
ne tlioracique; sur l'abdomen, les cinq premiers seg-ments sont
presque entiérement jaune, le noir n'existe un peu larg-ement
qu'au milieu du premier et du second seg-ment; les troisiéme
et quatriéme n'ont de noir qu'une petite tache transversale
básale; le bord postérieur est entiérement jaune; le cinquiéme
segrment est totalement de cette derniére couleur; le premier
seg-ment ventral est orné d'une larg-e tache jaune. Les pattes
sont d'un noir brunátre, les.cuisses antérieures et intermé-
DE HISTORIA NATURAL. 257
diaires larg-ement tachées de jaune á leur tranche inférieure;
les tibias antérieurs sont presque entiérement jaunes, les in-
terrnédiaires et les postérieurs sont taches de jaune á,ia base;
tarses antérieurs ferrugineux, les autres sont bruns, avec les
deux derniers articles roug-e rouille. Chez le cf la couleur jau-
ne est moins larg-ement distribu ée que chez la 9; 11 a une ta-
che jaune arrondie de chaqué cote du scutellum et les lamel-
les laterales du postécusson de cette méme couleur, l'épine
thoracique est entiérement noire, les écailles des ailes ne sont
pas d'un jaune puré, elles sont un peu tachées de brunátre.
Sur les seg-ments abdominaux, le jaune ne se montre qu'á
rétat de taches laterales assez grandes sur les premiers seg-
raents, puis diminuant g-raduellement de hauteur jusqu'au
cinquiéme seg-ment; sur les seg-ments 3, 4, 5, elles sont rédui-
tes á des traits transversaux, s'unissant presque au milieu.
surtout sur le cinquiéme ; le premier seg-ment ventral est en-
tiérement noir. Les pattes sont á peu prés tachées de jaune,
comme chez la Q, mais les parties des cuisses qui chez celle-ci
sont d'un brun foncé sont noires chez le (V"; les tarses inter-
médiaires et postérieurs sont ferrug-ineux, le premier article
est plus foncé. Chez 9c^, la ponctuation du dessus du corps
est forte, serrée et ne laisse entre elle que des intervalles beau-
coup plus étroit que les points eux mémes, elle est subég-ale
sur la tete, le tliorax et l'abdomen, elle apparait cepeudant un
peu plus fine et plus serrée sur la tete; le dernier seg-ment
dorsal (anus) offre une ponctuation grossiére, subconfluente
long'itudinalement et rápense. Le ventre est parcimonieuse-
ment parseméde g-ros points espacés, disposés en lig-nes trans-
versales sur les seg-ments postérieurs; la valve ventrale est
ferrug-ineuse a i'extrémité, ñnement carénée long'itudinale-
ment et finement pouctuée de chaqué cote de cette carene.
La pubescence du corps est tres courte, tres ñne, g-rise, un peu
plus long-ue et d'un blanc arg-ent brillant sur la partie anté-
rieure de la tete. Les ailes sont hyalines. Long-. 9 8-10 mili.;
cf 6-7,5 mili. J'ai inspecté 2 Q 1 cT- Une Q recue de M. Pedro
Antig-a á Barcelone et 1 Q 1 c/ récoltés ici le 24 juillet 1884 sur
un terrain sec et aride , composé de sable et de limón d'allu-
vion.
Oxybelus nigriventris n. sp. — 9. Dernier seg-ment abdomi-
nal dorsal noir. Cette espéce presque aussi g-rande que la pré-
N.'e.-Junio, 1901. 19
258 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
cédente, en est voisine par la disposition des couleurs et par
cela me dispense d'ane aussi long-ue description. Le pronotuní
n'ofifre pas de jaune au bord antérieur, les calus du devant
des ailes sont jaunes, les écaillettes des ailes sont jaunes lar-
g-eraent tachées de brunátre; les lamelles postscutellaires sont
jaunes, l'épine thoraciqne est un peu en g'outtiére, faiblemeut
élarg-ie au bout, oú elle est arrondie et comme tout le reste du
thorax, elle est noire. L'abdomen oífre les méraes taches que
chez Tespéce precedente , mais partout sur les cinq seg-ments,
raoins g-randes et isolées de tous cotes par la c()uleur noire.
Le ventre est entiérement noir; les pattes sont noires; le ge-
noux et une partie du devant des tibias antérieurs sont jau-
nes; les tarses sont ferrugineux; les tibias intermédiaires n'ont
qu'une petite tache jaune au sommet de leur branche infé-
rieure, les postérieurs sont entiérement noirs; tarses intermé-
diaires et postérieurs noiratres, dernier article ferrugineux.
Ailes hyalines. La ponctuation est distribuée comme chez
O. macíiUventris , mais elle est partout plus forte, moins serrée
et laisse entre elle surtout sur le thorax et Tabdomen des in-
tervalles presque aussi larg-es que les points eux-mémes.
Long. 8,5 mili.
Inspecté une 9? découverte par M. Pedro Antiga a Monistrol
au mois de mai, y M. Garriga le 23 juillet 1895.
Oxybelus opacus n. sp. — rf. Noir mat, extrémité des anten-
nes, une tache sur les mandibules, le devant des tibias et tar-
ses antérieurs roug'e rouille foncé, ainsi que le dernier article
des tarses intermédiaires et postérieurs. Écailles des ailes bru-
nátres. Les premier et second segments de Tabdomen sont
marqués de chaqué cote d'un petit trait blanc, peu visible sur
le second segment. Cette espéce est d'une forme trapue et ro-
busto, partout fortement et grossiérement ponctuée, surtout
.sur Tabdomen ou la ponctuation laisse entre elle des inter-
valles tres étroits, brillants. La tete et le thorax sont couverts
par une tres fine pubescence grisfe, courte, conché, qui empé-
che surtout sur le thorax, d'aprécier la sculpture du seg'ment.
Ailes hyalines. Épine thoracique assez larg-e, un peu creusée
en gouttiére, subbifide au bout. Long. 7 mili.
Je n'ai vu qu'un (f de cette curieuse espéce , il a été récolté
par M. Pedro Antiga á Balenya, 24 juin 1900.
Sphecodes Antigae n. sp. — Qcf. Jolie espéce qui comme pres-
DE HISTORIA NATURAL. 259
que tous les Sjihecodes est roug-e et noire; 9 iioire avec les qua-
trepremiers seg-ments abdüminaux rouges; antennes et pattes
bruñes, les tibias et les tarses sont plus clairs, ferrugineux,
surtout les postérieurs. Pubescence de la tete et du thorax
courte, g-rise; tete fortement et densément ponctuée; thorax
peu fortement et moins densément ponctué que la tete, les
points sont assez espacés pour laisser entre eux des intervalles
lisses plus g-rand que les points eux mémes. Écusson paré
d'une ponctuation semblable á celle du thorax. mais lespoiní"
sont encoré plus espacés. Tous les seg-ments abdominaux sont
partout finement et densément ponctués, la ponctuation s'é-
tend jusqu'au bord apical, sans laisser une marg-e postérieure
lisse et brillante; le quatriéme seg'ment est ponctué de méme,
mais la marg-e postérieure parait lisse et brillante; elle laisse
voir, avec un fort g-rosissement quelques points tres fins, épars;
seg"ments 5 et suivants noiratres, fortement ponctués. La pu-
bescence du ventre, surtout aux derniers seg*ments et sur la
valve anale est bruñe. Les ailes sont un peu enfumées, les
nervures sont brunátres. Le cf ressemble beaucoup á la Q, il
est d'une forme g-énérale un peu plus allong-ée; les antennes
sont plus long-ues, a articles un peu nodiformes; la pubescence
du devant de la tete est plus ahondante que chez la Q et d'un
blanc arg-ent; la ponctuation de la tete du thorax et du scu-
tellum est analog-ue á celle que l'on voit chez la 9, cependant
elle est un peu moins lache sur le thorax et le scutellum.
L'abdomen est taché de noir á la base du premier seg*raent
abdominal et au milieu du troisiéme: tous les seg-ments sont
densément, ég-alement et fortement ponctués sur toute leur
surface. Les pattes sont noires avec tes tarses et les g-enoux
brunátres. Cette espéce ne peut étre confondue avec aucune
de celles qui ne sont connues; quoique un peu voisine de
■S. Hispanicus, elle s'en separe facilement par la pubescence
de la tete, qiii chez cette derniére (Q) est long-ue bruñe et
méme noire, tandis qu'elle est courte et blanche chez S. A7iti-
gcB 9; par la ponctuíition des seg-ments abdominaux, qui chez
S. Antigce ne laisse pas de marg-e apicale lisse et brillante,
tandis que chez 8. Hupanicus cela se voit sur tous les seg--
ments; enfin par la conformation des parties g-énitales du zf
•qui sont ici tout autrement construites que chez S. Hispamcus.
Inspecté 1 9 1 q^, que j'ai recus de M. Pedro Antig-a sous le
260 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
nom de aS'. Hispaniais. Cette dénomination étant inexacte, j'aí
le plaisir de lui donner le nom de rentomolog'iste auquel ron
doit déjá bien des découvertes intéressantes.
LoCALiTÉ. Ribas (Barcelone), 21 mai 1899.
Formas transitorias de las especies españolas del género
8'Uene (Sección Behen).
D. MARCELO RIVAS MATEOS.
Al gTupo Behen del género Sihne corresponden cuatro espe-
cies españolas S. inflata Sm., S. marili?na With., S. commiitata
Gass. y S. Thorei L.
En el Prodromus Floree Hispanice de M. Willkomm y
J. Lang-e, forman el subg-énero BeJien Bohrb [Physalocalyx
Wk.), t. III, pág-. 668. En la Flora española del Dr. B. Lázaro,
t. II, pág-. 533, constituyen la Sección Behen. primera del g-énero
de que tratamos. Estas cuatro especies, que son rizocárpicas,
se disting'uen con g-ran facilidad de las restantes del compli-
cado g-énero, por presentar el cáliz vejig-oso, y sobre todo, pé-
talos con prefloración empizarrada, á diferencia de las restan-
tes especies, que muestran prefloración retorcida.
Las cuatro especies indicadas forman un g-rupo muy natural;
la relación morfológ-ica que existe entre ellas es tan g-rande,
que alg'unas formas son de crítica colocación; estas formas crí-
ticas, transitorias, existentes en nuestro herbario y en el que
fué del Dr. Tremols, son las que vamos á estudiar, pero ante&
definiremos las especies típicas.
Suene inflata Sm.— Rizocárpica; cepa ramosa y delg-ada; ta-
llos ascendentes y g-arzos; hojas lanceoladas, alg-o puntiag-udas
ó mucronadas; inflorescencia en panoja corimbiforme y con
brácteas escariosas; cáliz vejigoso, muy inflado; pétalos blan-
cos, bipartidos en la parte superior y con dos g-ibas en la g-ar-
g-anta; estilos eng-rosados hacia la base. Cápsula ovoideo-g-lo-
bosa, sostenida por un tecáforo grueso, bastante más corto que
el fruto; semillas algo arriñonadas y erizadas de prominentes
tuberculitos cónicos.
Suene maritima With. — Rizocárpica; cepa leñosa, muy rami-
ficada; tallos cespitosos, tendidos circularmente; hojas crasas,.
DE HISTORIA NATURAL. 261
lanceoladas, con el marg-en cartilaginoso; flores solitarias ó
reunidas en corto número; cáliz trasovado, vejig'oso, umbi-
licado y con cinco dientes triang-ulares poco obtusos; péta-
los bipartidos en su parte superior, con dos escarpitas acumi-
nadas en la g-arganta. Cápsula ventrudo-g-lobosa, con tecá-
foro mitad más corto que ella; semillas negruzcas y tubercu-
losas.
Sile7ie commntata Gass.— Rizocárpica; cepa vivaz, ramosa;
tallos ascendentes g-arzos y lampiños; hojas g-randes, mucro-
nadas, las superiores doble larg-as que anchas, las inferiores
trasovadas y adelg-azadas en peciolo, unas y otras lampiñas y
sin pestañas en el borde; flores blancas, inclinadas y dispues-
tas en cima poco densa, con brácteas escariosas; cáliz veji-
g-oso, umbilicado, quinquedentado, con los dientes anchos y
triang-ulares; pétalos bipartidos, sin escamas. Cápsula ovoidea,,
sostenida por un tecáforo mucho más corto que ella; semillas
no tuberculosas y de un color alg"o ceniciento.
8ilene Thorei L.— Rizocárpica; cepa ramosa y larg-a; cespito-
sa, con ramos cilindricos y radiantes; hojas carnosas, g-laucas,
con marg-en cartilag-inosa y dentada; las superiores sentadas y
ovales, las inferiores débilmente estrechadas en peciolo, casi
orbiculares; flores solitarias ó reunidas en corto número (2-3),
cáliz umbilicado, con dientes blancos en el marg-en y obtusos;
pétalos blancos, de limbo casi cuadrado. Cápsula subg'lobosa;
semillas g-risáceas y tuberculosas.
Las cuatro especies descritas constituyen una serie muy cu-
riosa y digna de toda consideración científica; por su aspecto
ya se disting-uen notablemente del resto de las incluidas en el
g-énero Sihne. Por de pronto, si colocamos ejemplares típicos
de las cuatro especies en este orden: SiUne coínmutata, S.in-
fiata, S. Thorei y S. marllinia, lo primero que salta á la vista es
el g-radual decrecimiento en mag-nitud de los individuos, y so-
bre todo, del tamaño de las hojas. Si lueg-o nos fijamos en la
forma de éstas, veremos que desde la ^S'. Thorei, cuyas hojas
son ovales, casi redondas, hasta la 8. maritiriia, que las tiene
lanceoladas, aparecen dos transiciones, representadas por la
S. commntata, con hojas oblong-o-lanceoladas, y por la S. in-
nata, que las tiene lanceoladas, puntiag-udas. La S. inflaia
var. minor Moris, se aproxima mucho á la S. maritima, pues
como ésta, ofrece las hojas bastante angostas, y á veces pare-
262 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
cen lineares. La S. injiata var. cUiata Lg-e. muestra las hoja&
elíptico-ovales, siendo intermedias entre las de la 8. Thoreiy
la commutata.
Unos ejemplares de Murcia, correspondientes á la S. commu-
tata (f. 13, Wk., t. III, pág'. 669) y que teng-o á la vista, pre-
sentan las hojas superiores á las de la S. Thorei, con la diferen-
cia de que en éstas el marg-en es cartilag-inoso aserradito, j
entero el de aquélla.
En la Flora del Dr. Amo y Mora, y en la sección ó subg"éne-
ro PhysaJocalyx, tomo vi, pág-. 190, se estudia como especie la
S. Alpina Tlim, al paso que en las obras de Willkomm y Láza-
ro se considera como variedad de la S. inflata. No hay para
qué ocuparse del por qué no debe ser considerada como espe-
cie la 8. Al2mia, por ser asunto resuelto por autoridades botá-
nicas, como las citadas anteriormente; pero no dejan de tener
g"ran importancia, en el asunto de que tratamos, los ejempla-
res alpinos de la S. inflata. Estos individuos alpinos pueden
ag-ruparse en tres secciones: 1.% angustí folia (S. iu^ata var^
oninor Moris), hojas lanceoladas, estrechas y carnosas; flor so-
litaria, terminal; cáliz umbilicado. Sierra Nevada. 2.% lanci fo-
lia, hojas g-enuinamente lanceoladas, marg-en con pestañas rí-
g-ida-s; flor solitaria, terminal; cáliz umbilicado. Sierra Neva-
da. 3.^*, lalifolia. hojas gdaucas, aovadas, con marg-en pestaño-
so; flor g'rande, terminal; brácteas, cuando existen, escariosas
en el borde; cáliz poco ó nada umbilicado. Pirineos, Montseny.
La forma angusli folia ya hemos dicho se relaciona con la S. ma-
rítima; la forma latifolia, relaciona íntimamente la /S'. inflata
con la 8. Thorei, tanto, que para diferenciarlas es preciso fijar-
se en la fig-ura de los pétalos ó en las semillas, pero teniendo
presente que algunos individuos del S. Thorei muestran las
semillas poco tuberculosas y pudieran confundirse con las del
S. Ínflala var. latifolia (S. uniflora D. C), que aunque no pro-
piamente tuberculosas, son bastante ásperas.
Forma transitoria muy notable entre las S. rnaritima y S. in-
flata, representan, á no dudarlo, ciertos ejemplares de la pri-
mera especie, que se encuentran en las costas de Arosa (Gali-
cia). En Villag-arcía, Puebla, Isla, Chazo y otros puntos de la
ría se halla la S. marítima f. genuina; pero además se ven otro&
individuos que, correspondiendo á aquella especie, se separan
bastante del tipo g-eneral. Bien puede considerarse como una
DE HISTORIA NATURAL. 263
variedad, á la que denominaremos var. angulata, atendiendo
á la disposición especial del tallo; éste es, en efecto, ang-uloso,
sobre todo en los entrenados inferiores, y forma unas tortuosi-
dades parecidas á un zlg-zás bastante pronunciado; las ramas
son poco ó nada cespitosas; las hojas, más g-randes que las que
muestra la forma tipica, son crasas, con marg-en poco cartila-
ginoso, entero, no espinuloso. Corresponde esta variedad á la
S. maritima, porque los pétalos tienen dos escamas acumina-
das y colocadas en la garganta y por la disposición del fruto;
pero el aspecto de ella recuerda mucho á la S. injiata.
Poseo unos ejemplares de 8. commutata procedentes del her-
bario del difunto naturalista Dr. Tremols, recog-idos en la pro-
vincia de Cartagena el 12 de Mayo de 1888, si bien la etiqueta
no expresa quién fuese el recolector, ni tampoco localidad de-
terminada. Por la simple inspección de estos ejemplares se
nota que,' siendo todos correspondientes á la especie indicada
en la etiqueta, hay, sin embargo, dos formas bien distintas:
una típica, con hojas grandes, trasovales y flores inclinadas
formando cima de 2-3 flores, con brácteas pequeñas y escario-
sas; la otra forma se aproxima á la var. longifolia (Wk., Pro.
Fl. Hisjh, tomo III, pág-. 669), sin coincidir en todos los carac-
teres asignados á la variedad genuina. No obstante, la tengo
en mi herbario referida á la forma Wk. ; las hojas son estre-
chas, lo mismo las superiores que las inferiores, pero sobre
todo estas últimas ofrecen un punto muy semejante á las bá-
sicas de la S. injiata; la mayoría de los ejemplares llevan 4 flo-
res grandes, con pétalos blancos, y aunque el estado de aqué-
llos no permite asegurarlo, quizá con nerviaduras purpúreas.
El pedúnculo de las flores terminales es cuatro veces más largo
que el cáliz, y en la mitad de aquél existen dos brácteas opues-
tas, escariosas, sumamente acuminadas en el ápice; en la axila
de cada una de estas brácteas se implanta una flor muy peque-
ña con relación á las terminales, siendo el pedúnculo mitad
más corto que el cáliz; á veces estas florecillas quedan atrofia-
das; el fruto y semilla corresponden al tipo g'eneral.
El estado de los ejemplares últimamente descritos no con-
siente estudio más detenido; mas como dispong-o de algunas
semillas, cultivaré la planta, lo que permitirá conocerla me-
jor; de todos modos, creo se trata de una forma transitoria bas-
tante notable.
264 boletín DR LA SOCIEDAD ESPAMOLA
El género Tíeniopoda Stal
POR
D. IGNACIO BOLÍVAK.
El g-énero Tmniopoda Stal sólo comprende tres especies en el
Catalogue d' A cridiens áQ k. PictetyH. de Saussure (Schaífouse
Avril, 1887), que son las T. Síq)erJ)a Stál, picticornis Stfil y cen-
tiirio Drury; pero allí se omite la descrita por Burmeister equi-
vocadamente como centiirio (Handbuch der Enlomologie, ii, pá-
g-ina 620); pues aunque bajo este nombre confundió el citado
autor dos especies, como ya se consig-na en aquel catálog'o en
la sinonimia del DicAyopJiorus microptems, en el que figura la
cita por lo que respecta á la 9, queda sin recoger la del of, que
no aparece en ning'una de las especies de Tíeniopoda, á cuyo
g-énero indudablemente corresponde. Para ella propong"0 el
nombre de Biirmeisteri. sig-uiendo la costumbre en tales casos
establecida.
Además de estas especies conozco otras que no han sido
descritas y cuyas diag-nosis daré en esta nota acompañándolas
con un cuadro sinóptico para hacer resaltar los caracteres di-
ferenciales.
Pero es indudable que el g-énero debe comprender aún ma-
yor número de ellas, por lo que interesa poner en claro las
hoy conocidas como base de futuras investigaciones que es
de desear realicen nuestros coleg-as mexicanos.
El dimorfismo sexual no radica tan sólo, en las especies de
este g"énero, en la diferencia.de tamaño, que me parece obser-
var varía poco del uno al otro sexo, sino más bien en la lon-
g"itud de los élitros y en la disposición de las áreas dilatadas
de las alas.
Excusado es decir que Thomas en sus Acrididce of North
America, p. 179, ha confundido en la sinonimia de la Bliomalea
cenUirio dos especies, si bien en la descripción sólo se refiere
á una, que es el BictijoiJlioraa microjyterus Pal. de Beauv., y
que la Romaica (sic) Marci Serv. (Oít/i., p. 623) me parece una
simple variedad de coloración de la misma especie de Diciyo-
phorus.
El siguiente cuadro puede servir para la separación prima-
ria de las especies.
DE HISTORIA. NATURAL. 265
a. Élitros y campo radial del ala neg-ruzcos en el extremo,
pero terminados por un borde pálido. Artejos interme-
dios de las antenas amarillentos ó rojizos, con el borde
terminal neg-ro.
h. Pronoto de color neg-ro lig-eramente verdoso, con el bor-
de posterior y la quilla dorsal recorridos por una faja
amarilla. Área dilatada del ala estrecha.
T. Burmeisteri sp. n.
hb. Pronoto de color claro, destacándose apenas el borde y
la linea media de la quilla, que son de un amarillo
más limpio que el resto. Área dilatada del ala muy
ancha. T. picticornis Stal.
aa. Élitros terminados por una estrecha marg-en neg-ra apical;
campo radial del ala neg-ro en el extremo sin reborde
apical blanco. Artejos intermedios de las antenas de color
amarillo rojizo uniforme.
c. Cresta del pronoto y áng-ulos humerales adornados
con una faja neg-ra; la cresta de la metazona más
alta que la de la prozona. Élitros y área radial del
ala ang-uloso-redondeados en su extremo.
d. Cresta del pronoto recorrida por una estrecha faja
media, pálida. Élitros distintamente estrechados
hacia el ápice en el tercio apical. Área dilatada del
campo anal de las alas, poco más ancha que la
postradial y con escasas nerviaeiones. Tamaño
menor.
e. Tamaño mayor Q (02 mm.) Fajas neg-ras laterales
de la cresta del protórax , prolong-adas desde el
ápice hasta más allá del medio. T. superba Stál.
ee. Tamaño menor Qf (25 mm., Q 37 mm.) Fajas ne-
g-ras laterales de la cresta del protórax, prolon-
g-adas hasta la punta posterior del mismo.
T. gultnrosa sp. n-
dd. Cresta del pronoto recorrida sólo por la faja neg'ra,
sin linea pálida á lo larg-o de la arista. Élitros no
estrechados en el ápice. Área dilatada del campo
radial de las alas muy ancha, limitada posterior-
mente por una vena eng-rosada y fuertemente en-
corvada. T. centurio Drury.
€c. Cresta del pronoto sin fajas neg-ras, del color del resto,
266 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
lo mismo que las quillas laterales de la metazona.
Élitros y campo radial del ala redondeados en el ex-
tremo. T. ¡mlchella sp. n.
T. Burmeisteri sp. n.
Rhomalea centiirio Burm., 1839. Handb. der Ent. ii, p. 620, 2.
of (Sin. excl).
Colore nig-ro. Caput nig-rum, linea media verticis, marg-ini-
bus occipitalibiLS, frontis carinis, nec non labro plus minusve,
croceis. Vértex inter oculos latissimus. Antenníe crocepe basi
apiceque nig-rse, articulis intermediis basi apiceque ang-ustis-
sime nig-ro-cing-ulatis. Pronotum antice g"ibbosum pone sul-
cura deplanatum, suaviter rug-oso-punctatum ; prozona tecti-
forme carinata. metazona carina compressiuscula; antice obtu-
se, postice acute angulatam. Elytra ápice femorum posticorum
haud atting-entia, apicem versus ang-ustata, nig-ro fusca, an-
g'uste viridi-venosa basi apiceque nig-ra, ápice immo ang-ustis-
sime paluda. Alie sang^iinese ubique nig-ro limbatae, ápice late
nig-rpe atque ang-ustissime pallide lirabat0e,.area radialis obtuse
ang'ulato-rotundata: interstitium scalare arefe analis modice
ampliatum vix latius quam interstium radialem, parum reg-u-
lariter reticulaíum. Femora antica nig-ra. Femora postica fla-
vo-lineata areaque externa flavo-reticulata. Tibife omnes supra
flavo-unilineatae. Abdomen nig-rum. Q
Lung-. corp. 55 mm.; pron. 16 mm.; elytr. 32 mm.; fem. post.
26 mm.
Loe. México (P. Navas). El intervalo anal de las alas, ó sea
el área dilatada del campo anal, mide 2,8 mm. de anchura,
contándose en él desde la base hasta el medio unas doce venas
transversas muy delg-adas y paralelas, y desde el medio hasta
su terminación unas siete irreg-ulares. Los élitros tienen el
borde anterior alg-o surcado en el tercio medio. La distancia
entre los ojos es de 3,8 mm. Burmeister ha confundido bajo
un mismo nombre dos especies, como lo prueba el incluir en
la sinonimia la Rhom. microplera Serv., que no es otra que su
Rh. gigantea, y el citar la fig-ura 34 de StoU, que corresponde
también á la misma especie, y la 3 de la lám. 41 de Drury, que
en manera alg-una responde á la descripción de la^/¿. centiirio
de Burmeister, como puede comprobarse leyendo la descripción
á la vista de la fig-ura «nigra, capile anleimarum hasi pronoto-
que fíiscis, hoc fidvo-marginaio; elyiris nigris, fulvo-venosis.»
DE HISTORIA NATURAL. iCÜ
T. picticornis Stal. Rec. Ortliop. i, 1873, p. 51.
Colore ñavo-testaceo. Vértex subfuscus medio flavescens.
Ínter oculos minus latus. Antenna? basi apiceque fusc£e; arti-
culis intermediis basi apiceque ang-ustissime nig-ro-cing-u-
latis. Pronotum pone sulcum typicuní deplanatum , suaviter
rug-oso-subareolatum; prozona tectiformiter carinata, metazo-
na carina compressiuscula; antice obtuse, postice acute ang'ii-
latum; dorso prozonfe subinfiiscato tantum carina nava Isevi-
g-ata. Elytra apicem femoruin distincte superantia, apicein
versus haud ang-ustata, pallida, fusco-areolata, ante apicem
fusca, sed ápice inmo ang-uste pallido. Alee sang-uina;, área
radialis máxima parte fusca ápice ang'ulato-rotundata atque
ang-uste pallide marg'inata; interstitium scalare áreas analis-
máxime ampliatum medio fere duplo latius quam interstium
radialein, reg-ulariter transverso venosum, postice vena incras-
sata terminatum; área analis fusco-circundata. Pedes nig-ro et
flavescente testaceo varieg-ati, antici extus intermedii intus
nigris. Feraora postica nig-ra, carinis atque reticulo are» me-
diae, pallidis. Abdomen supra fuscum linea media pallida or-
natum.
cr" Long". corp. 45 mm.; pron. 15 mm.; elytr. 40 mm.; fem.
post. 26 mm.
Loe. Ventanas, Durang-o, 2.000 pies de alt. (mi col.) El
área dilatada de las alas mide en su latitud máxima 6 mm., y
toda ella está recorrida por venas paralelas en número de
unas 18; la vena que limita posteriormente esta área es muy
g-ruesa y fuertemente encorvada. Los élitros tienen el borde
anterior recto durante una buena porción de la parte media,,
pero no se estrechan hacia el ápice en su tercio posterior. La
distancia entre los ojos por encima de la cabeza es de 2,5 mm.
T. superba Stal.
MonacMdiíinisiiperbiim Stal. Ofv. Vet. Ak. Forh 1855, p. 352, 1.
Tteaiojmda sitperba Stál. Rec. Orth. i, p. 50, 1.
T. equiií Burm. simillima videtur, major, crista pronoti
altiore, in lobo postico altissima, utrinque vitta ang-usta late-
rali nigra ab ápice ultra médium ducta notata, crista lobi
postici illa lobi antici altiore, fortiter rotundata, elytris ápice
nigro-marg-inatis, apud feminain apicem abdominis superan-
tibus vel subsuperantibus 9 Long-. 62 mm. (Stal).
Loe. Honduras. No he visto ejemplares de esta especie.
■¿<í8 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
T. gutturosa sp. ii.
Colore albiclo-subarg-enteo? Capite, clypeo, labro nec non scro-
bis antennarum tantum nig-ro-varieg-atis. Antennse basi bre-
viter, ápice late nig-rse. Pronotum dimidio antico rug-oso-areo--
latiim, postice rug-uloso-punctatum; prozona acute tectiforme,
crista a latere visa vix arquata, metazona carina media acuta,
arcuata; autice obtuse postice acute productum: crista tota
atrinque fascia nig-ra nitida ornata, linea media ang'ustissima
pallida percurrens, carinis metazonse nig-ro pictis. Elytra api-
cem femorum parum superantia, oblong-a, apicem versus levi-
ter ang"ustata, marg-o antico usque médium subrectum deinde
suaviter curvatus, areolis principalibus nig-ro repletis; ápice
immo ang-ustissime nig-ro marg-inato, obtuse ang-ulato rotun-
dato. AlfB pallidfe (in vivo sang-uinese?) ubique nig-ro lirabatíE,
venis campi radiali plurirnis fusco circundatis; interstitium
scalare árese analis parum dilatatum venis paucis reticulatum.
Pedes antici extus intermedii intus nig-ri, pars pallida linea
nig-ra plerumque in punctos soluta. Femora postica pallida,
área externo-media maculis biseriatis ornata. Tibiae posticse
nig-rae, carina supero-externa pallida. Abdomen dorso nigrum
linea media nec non lateribus strig-iis seriatis pallidis. Seg--
mentum analem nig-ro-cruciatum.
cr" Long-. corp. 25 mra.; pron. 11 mm.; elytr. 24 mm.; fem.
post. 18 mm.
9 Long-. corp. 37 mm.; pron. 14 mm.; elytr. 22 mm.
Loe. Escuintla (Guatemala); mi col.
Especie de pequeño tamaño cuya coloración en vivo es quizá
distinta de la que presentan los ejemplares que he examinado,
y que acusan haber permanecido alg-ún tiempo en alcohol. El
área dilatada de las alas en el J sólo mide 2,5 mm. de latitud
máxim'a, y cuenta únicamente siete ú ocho venas transversas,
por lo que las tres areolas últimas son muy anchas, casi cua-
dradas; debe ser muy afin á la anterior.
T. centurio Drury.
Locusta (Ruiidüderes) centurio Drury, 1773. Exot. Entomolo-
g-y, p. 88, pl. xLi, fig-. 3; StoU, pl. vi b,-fig-. 19. RJiomalea eqites
Burmeister, Handb. der Ent. ii, p. 620, 3.
Colore pallide ochraceo. Capite, clypeo, labro nec non foveo-
lis antennarum nig-ris. Antennae basi breviter, ápice late nig-rse.
Pronotum dorso rug-oso-impresso ; prozona acute tectiformiter
DE HISTORIA NATURAL. 2()i>
cristata, a latere visa, antice posticeque humiliore, metazona
carina media acuta arcuata; antice obtuse, postice acate pro-
ductum , crista tota nec non carinis metazonfe nig-ris. Elytra
apicem femorum distincte superantia, elong-ata, subparaliela,
ápice snbtruncata, marg-ine antico máxima parte recto; areo--
lis plurimis maculis rotiindatis occupantibus; ápice nig-ro lim-
bato. Alse sang-uinese nigTO limbata?, área radialis máxima
parte fusca, ápice late nig-ro, interstitium scaiare arejB analis
bene dilatatum fere duplo latins quam área postradialis, vena
postica incrassata, arquata.
cf Long". corp. 42 mm.; pron. 14 mm.: elytr. 40 mm.; fem.
post. 25 mm.
Loe. México, Procopp. Museo de Budapest.
Especie de g-ran tamaño, puesto que las dimensiones anota-
das corresponden al macho. Pll área dilatada de las alas mide
5 mm., y cuenta unas 18 venas transversas dispuestas con bas-
tante reg-ularidad. Es muy semejante á la primera, salvo en
los caracteres señalados en el cuadro y en el pronoto, cuya
cresta es más comprimida y más arqueada en la metazona.
Una Q imperfectamente desarrollada tiene 46 mm. de longitud
y 16 en el pronoto. Es de advertir que en la fig-ura de Drury
falta la faja neg-ra de la cresta del pronoto, á pesar de que la
descripción hace mención de ella.
Var. reticularis. Diífert antennis basi apiceque exceptis
croceis; elytris fuscis, ang-ustissime pallide areolatis; inter-
vallum scaiare arefe analis alarum hyalinum multo minus
reticulatum (venis tantum propre 14), statura minore.
cf Long-. corp. 35 mm.: pron. 13 mm.; elytr. 35 mm. fem.
post. 24 mm.
Loe. México, Procopp. Museo de Budapest.
T. pulchella sp. n.
Colore flavo testaceo. Antennse basi brevissime, ápice late
nig-rfe. Pronotum, rugoso areolatum, prozona acute tectiforme,
metazona crista valde arcuata et subcucuUata (a latere visa
convexa), antice obtuse, postice acute productum. Elytra
ovata, ápice rotundata, angustissime nig-ro-marg-inata, mar-
g-ine antico distincte arcuato, ñavescentia sparse nig-ro areo-
lata. AlíB dilute sang-uinese, nigro limbatse, área radialis basi
fusca, ápice rotundata, interstitium scaiare are^e analis hya-
linum dimidio latius quam aream postradialem, venis trans-
•270 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
versis paucis, obliquis. Pedibus abdomineqüe uti in species
príecedentes.
q" Long". corp. 35 mm.; pron. 12 mm.; elytr. 25 mm. ; fem.
post. 20 mm.
Loe. México, P. Valcárcel (mi col.)
El área dilatada del campo anal mide 3 mm. en su mayor
anchura, 3^ es media vez más ancha que la postradial.
Considero como una variedad de esta especie otro ejemplar
que me ha comunicado el P. Navas, de menor tamaño y con
el área dilatada poco más ancha que la postradial y más reg^u-
larmente reticulada. Sólo un examen comparativo de muchos
ejemplares puede decidir respecto á la variabilidad de que son
susceptibles estas especies, y por tanto de si la variedad que
acabo de describir debe elevarse á la categ-oría de especie. Las
dimensiones de dicho ejemplar son :
Long'. corp. 30 mm.; pron. 9,5 mm.; elytr. 21 mm.; fem.
post. 18 mm.
Mina de Puig-Pedrós, Papiol (Barcelona)
POR
DON FRANCISCO JIMENO. .
A unos 4 km. al N. de Papiol existe, entre unos montes de
terreno terciario en el sitio llamado Puig^-Pedrós, una masa
de g-ranito en la que se halla empotrado un depósito de fluo-
rina donde se observan filones de g"alena; y no es raro descu-
brir ejemplares de malaquita, azurita y calcopirita, de los cua-
les vamos á dar alg'unas noticias.
Fhiorina. — Este mineral se encuentra con frecuencia en
masas cristalizadas, observándose en las formas de los distin-
tos ejemplares marcada tendencia octaédrica; suele ocurrir
que aparecen los cristales en formas más ó menos irreg-ulares,
debido á la falta de espacio en su crecimiento. En la colec-
ción de la cátedra de mineralogía de la Facultad de Farma-
cia de Barcelona existen unos cuantos ejemplares notables,
entre los que merecen especial mención por su marcada irre-
¿■ularidad en el crecimiento, un cristal que presenta como do-
minante la forma octaédrica, y en combinación con ésta se
halla el cubo; pero con la particularidad de ofrecer una de sus
DE HISTORIA NATURAL. 271
facetas, enormemente más desarrollada que las otras cuatro
laterales á ella, y en el sitio correspondiente á su cara opuesta
no se observan ni rudimentos de truncadura, terminando por
el vértice de las caras del octaedro; no dejan por esto de en-
contrarse ejemplares perfectamente determinados, pues en la
misma colección se disting*ue, precisamente por la reg'ulari-
dad de sus facetas, una forma combinada del octaedro con el
cubo.
No sólo aparece este mineral en cristales, sino que es tan
frecuente ó más hacerlo también en masas compactas que os-
tentan muy variados colores, blancos, y rosáceos, rojizos, par-
duzcos, verdosos, etc., etc., notables alg-unos de ellos, por
ofrecer incrustaciones de cristalitos de diversas variedades de
cuarzo, cosa muy natural, por la circunstancia de hallarse la
mina empotrada en terreno g-ranítico; en la citada colec-
ción existen unos mag-níficos ejemplares de fluorina que tie-
nen incrustados una multitud de cristales de falso topacio.
Galena.— k causa de su poca extensión los ñlones de este
sulfuro en la citada mina, tienen escasa ó ning-una impor-
tancia industrial, hasta el punto de que sus explotadores
sólo utilizan la fluorina para las fábricas de vidrio; se pre-
senta en masas compactas y en formas cúbicas; científica-
mente considerados, son curiosos alg-unos de los ejemplares
recog-idos, por destacarse en ellos perfectamente el filón de
galena entre la fluorina.
Malaquita, Azurita y Calcopirita.— ^^to^ minerales no tan
frecuentes en el terreno como los anteriores, suelen hallarse,
sobre todo los dos primeros, formando masas compactas en el
g'ranito.
La pirita de hierro de Montjuich (Barcelona)
D. EDUARDO FINESTRES Y FOSCH.
En el cerro de Montjuich, correspondiente al terreno tercia-
fio miocénico marino, y en la cantera llamada del CasteJlá,
hemos encontrado yendo de excursión con el Sr. Tió, unos
curiosos ejemplares de pirita de hierro, alg-unos con su trans-
formación en limonita afectando ó no la forma cristalog-ráfica
2*2 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
de la pirita, y otros en los cuales puede observarse la descom-
posición de la pirita en óxido férrico hidratado (limonita).
Se encuentra la pirita en la cantera por encima de donde
practican las excavaciones, formando un veteado horizontal
sin interrupción, sobre un terreno de color ceniciento, y al
extraer la pirita verifícalo junto con una piedra que llaman
de galha, y que no es sino una raarg-a arcillosa muy endu-
recida.
En alg-unos parajes obsérvase, que casi perpendicular á la
dirección de la veta de pirita, existe una serie de líneas pa-
ralelas de color amarillento, que son de limonita.
Los cristales de pirita presentan un vivo lustre metálico,
amarillo de latón, con irisaciones muy hermosas, lo que hace
sea aquélla perceptible á reg-ular distancia en días de sol es-
pléndido.
Están formados los cristales por la ag-rupación de cubos, sin
otras formas en combinación, y alg-unos ejemplares los pre-
sentan en considerable número, pequeños, agrupados de tal
suerte que dan lug-ar á otro cubo mayor.
En alg-unos ejemplares extraídos, puede observarse que ofre-
cen sus bordes alterados en una substancia pardo rojiza; es la
pirita que por la oxidación é hidratación del sulfuro, conviér-
tese en limonita.
La transformación va del exterior al interior, pues rompien-
do uno de estos ejemplares que presentan ya sus bordes alte-
rados, encuéntrase al interior un núcleo de pirita sin que se
haya limonitizado.
También encontramos en Montjuich limonita compacta, de
un color amarillento, y pseudomórfica, de forma cúbica, por
derivar de la pirita.
BOLETÍN
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión del 3 de Julio de 1901.
PRESIDENCIA DE DON PRIMITIVO ARTIGAS.
Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior.
Asiste D. Pascual Naclier y Vilar, Catedrático de la Univer-
sidad de Granada é individuo de esta Sociedad.
El Sr. Presidente dijo que ante todo se debía consagrar un
recuerdo cariñoso á la memoria de su expresidente y socio
fundador, limo. Sr. D. Mig'uel Colmeiro, fallecido después de
la última sesión, y enalteció con frases sentidas los méritos del
eminente maestro que con sus estudios sobre Botánica se liabía
conquistado una reputación europea. Se acordó constase en el
acta el sentimiento de la Sociedad por la pérdida que ella y la
ciencia española habían experimentado con la muerte de tan
distinguido naturalista.
■El Sr. Bolívar propuso, y así fué aceptado, que se encomen-
dase áalg-uno de los socios botánicos la redacción de un escrito
necrológ-ico del finado, para que se publicase en las Memo-
rias acompañado del retrato del Sr. Colmeiro como se ha hecho
en casos análog-os, acordándose encomendar este trabajo al
Presidente D. Blas Lázaro.
Se dio cuenta del fallecimiento del socio numerario D. Ang-el
Larrinúa, Doctor en Derecho, que pertenecía á la Sociedad
desde la fundación de ésta; su extraordinaria afición á las
ciencias naturales se manifestó primeramente en el campo
de la entomología, á la que se dedicó muchos años, reali-
zando frecuentes excursiones por la sierra próxima, por lo
que su nombre aparece con frecuencia en los primeros tomos
de nuestros Anales, con motivo de sus hallazg-os y descu-
N.» 7.- Julio, 1901. 20
974 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
brimientos. Grande afícionado también á la caza, se dedicó
en los últimos años á formar una colección de aves de los alre-
dedores de San Sebastián, en Guipúzcoa, donde residía y don-
de ha fallecido k los 49 años de edad, leg"ando, seg-ún creemos,'
su colección muy numerosa ya é interesante, al Instituto de
aquella población. La Sociedad acordó, á propuesta del Sr. Pre-
sidente, hacer constar en el acta el sentimiento que la causaba
la pérdida de tan entusiasta colaborador.
Correspondencia. — Se han recibido las sig-uientes comunica-
ciones:
De los señores Samuel H. Scudder, de Boston, Ph. van Tie-
g-hen, de París, A. Eng-ler, de Berlín, y A. Gaudry, de París,
dando gracias por su nombram.iento de socios honorarios y
alentando á la Sociedad á proseg'uir en sus tareas que la han
conquistado puesto tan distingnüdo entre las demás sociedades
científicas.
De D. Eduardo Chaquert, Director del Museo de Historia na-
tural de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona,
por su nombramiento de socio numerario.
Del Director del Field Columbian Museum, por el envío del
tomo IX, serie 2^, de nuestros Anales.
Del Presidente de La Unión Escolar, por el envío del Boletín.
De la Sociedad botánica de Ginebra invitando á la nuestra
para la reunión que tendrá lug-ar en dicha ciudad el 7 de
Agosto próximo con objeto de concentrar los trabajos biblio-
gráficos sobre Botánica.
Un prospecto de la Revue Russe d\Entomologie.
El socio honorario, Sr. Brunner de Wattenwyl, ha hecho un
importante y valioso envío de publicaciones de extraordinario
interés y mérito de que es autor, pudiendo los socios presentes
admirar las bellas láminas de la obra sobre la coloración de
los insectos, de la que nos ha remitido dos ejemplares con el
texto en inglés en uno de ellos y en alemán en el otro.
D. Federico Albert, Jefe de la Sección de Ensayos zoológicos
y botánicos del Ministerio de Industria, en Santiago de Chile,
comunica su deseo de que dicho centro se pong'a en relación
con los análogos de nuestro país, anunciando el envío de algu-
nas de sus publicaciones para mostrar el carácter y resultado
de sus trabajos; envía, además, dicho señor, el manuscrito de
DE HISTORIA NATURAL. ¿75
un estudio de que es autor sobre las falcónidas de Chile, solici-
tando una crítica sobre él y ofreciéndolo por si la Sociedad
quisiera publicarlo. Acordóse dar las g-racias al Sr. Albert
por sus publicaciones y comunicarle que la Sociedad, como
tal Corporación, no puede erig-irse en juez de trabajos cientí-
ficos, como lo ha manifestado en otras ocasiones, y que el ma-
nuscrito sobre las falcónidas pasara á la Comisión de publica-
ción para que informe si por su índole y objeto puede inser-
tarse en los Anales.
Admisiones. — Quedaron admitidos, como socios numerarios,
D. Carlos del Río, de Madrid, presentado en sesión anterior
por el Sr. Calderón, y D. Manuel Sanromán Elena, párroco de
x\storg-a, propuesto por el Sr. Arag-ón yEscacena. Quedó admi-
tida, también, la Biblioteca de Administración militar.
Se hicieron dos nuevas propuestas de socios, así como las de
otras Bibliotecas.
El Sr. Bolívar propuso, y así quedó aceptado, el cambio de
nuestras publicaciones con la Remie Rvsse d'Eiitomologie.
Comunicaciones verbales. — El Sr. Secretario presentó un tra-
bajo del Sr. Macpherson titulado Ensayo de Historia evolutiva
de la Península Ibérica, el cual pasó á informe de la Comisión
de publicación.
El Sr. Reyes (D. Eduardo) leyó á continuación un estudiu
sobre Inclusiones cristalinas en los peciolos de las hojas de las
begonias, indicando que se había apresurado á concluirlo y
presentarlo en esta sesión como testimonio de recuerdo á su
maestro D. Mig-uel Colmeiro, de quien ha sido el último ayu-
dante. Dicho estudio pasó á la Comisión de publicación.
El Sr. Nacher, de Granada, expuso la conveniencia de que
los catedráticos de Historia natural de provincias dieran á la
Sociedad noticias y, si fuera posible, ejemplares de las espe-
cies obtenidas en las expediciones que deben hacer con sus
alumnos en cumplimiento del Decreto del Sr. García Alix.
También se ocupó de los trabajos realizados por la Sociedad
para logTar que la enseñanza elemental de las ciencias fig"ure
en las escuelas primarias y superiores, haciendo notar la pre-
dilección que por éstas suelen mostrar los párvulos, como había
comprobado en la Escuela Manjón de Granada. Se lamentó de
276 fiOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
que los libros elementales publicados sobre Historia natural
en nuestro país conteng-an con frecuencia errores de importan-
cia, llamando la atención sobre la conveniencia de que la So-
ciedad procure que se corrijan en otras ediciones ó como cre-
yere más acertado.
El Sr. Bartolomé y del Cerro, recog-iendo alg-unas frases del
Sr. Nacher, dijo que entendía que todos los individuos de la
Sociedad estábamos en el deber de correg-ir las faltas que
supiéramos que existen en los libros de Historia natural pues-
tos en manos de los niños, para evitar que se inculcasen tales
errores, añadiendo que si bien podía esto producir alg-ún roce
personal con los autores, había que emprenderlo con altura en
bien de la educación nacional.
El mismo Sr. Bartolomé y del Cerro, indicó que por no haber
podido ver al Sr. Olóriz, encarg-ado de la ponencia sobre la
proposición hecha en la sesión anterior por el Sr. Barras, pre-
sentaba una hoja antropométrica obtenida de los Jardines de
la Infancia y aprobada por el Ministerio de Fomento en la épo-
ca en que fué Director g-eneral D. Eduardo Vincenti, que í5e pre-
ocupaba con vivo interés de todas las cuestiones de enseñanza.
Después de aprobada la indicada hoja, se pidieron los instru-
mentos necesarios para su cumplimiento, los cuales no con-
cedió el Gobierno, nombrando entonces una profesora de g-im-
nástica, la cual tomó alg-unos datos que por lo incompletos no
han dado el resultado apetecido.
También presentó el Sr. Bartolomé y del Cerro los estatutos
y un folleto acerca de la sociedad escolar humanitaria y de
protección de los animales y plantas de Málag-a por creer que
pueden interesar á la Sociedad, principalmente, en lo que
se refitire á la atención que deben prestar los niños á las lec-
ciones de Historia natural. Estos folletos Ueg-aron á sus manos
merced á la visita que hizo el Sr. García de Toledo, presidente
de la Sociedad humanitaria de Málag-a á la Escuela Froebel.
El Sr. Artig-as se ocupó del proyecto de traslación del Jardín
Botánico de Madrid á otro sitio, y aunque declarando que no
hay temor por ahora de que se pretenda realizar una trasla-
ción precipitada, que sería funesta, opina que convendría dar
á la Junta Directiva plenas atribuciones para que durante los
meses de vacaciones en que la Sociedad no celebra sesión,
pudiera tomar las iniciativas que creyera convenientes para
DE HISTORIA NATURAL. 277
representarla cerca de los Poderes públicos, si ocurriera cual-
quier novedad que pusiera en peligTO la existencia de aquel
centro científico. Asi se acordó después de las observaciones
de varios señores socios, conformes todos ellos en que la So-
ciedad debe oponerse por cuantos medios estén á su alcance á
que se realize la traslación en las lamentables condiciones en
que se llevó á cabo la del Museo de Historia natural, g-estio-
nando cerca del Gobierno para evitarlo, como entonces se hizo.
Los ofrecimientos y declaraciones del Sr. Ministro respecto k
este punto, son completamente tranquilizadores y manifiestan
bien claramente su deseo de contribuir al eng-randecimiento y
desarrollo del Jardín y del Museo, como era de esperar de la
alta cultura y amor á las instituciones científicas del ilustre
político que dirig-e hoy el Ministerio de Instrucción pública y
Bellas Artes.
El Sr. Dusmet dijo lo sig'uiente:
El 20 del pasado Junio verifiqué en compañía del Sr. Váz-
quez una excursión en la cual recog-í bastantes himenópteros,
que no creo deba enumerar, atendiendo á lo acordado por la
Sociedad respecto á las citas de especies.
Alg-una indicación será, no obstante, de interés. líncontré
un ejemplar Qf de la MeJUurya clavicornis Latr., ápido muy
poco frecuente, que no creo haya sido citado de España. Por lo
menos no existe en la colección del Museo de Historia Natural,
ni en la mía, no estando enumerados en las publicaciones de
nuestra Sociedad la especie, ni siquiera el g'énero.
Al ir desde el apeadero de Fortuna al pueblo de Rivas, nos
vimos molestados por nubes de hormig-as aladas en número
realmente extraordinario; pues aunque muchas veces se en-
cuentren, en dicha ocasión lleg-aban á ceg-arnos é impedir la
marcha. Eran casi todos cid" con alg-unas 9Q (que quizá no lle-
g-asen en número al 1 por 100 de los primeros), y estaban for-
madas por un Leptothorax, que creo sea el L. Rottenhergi Em.
De confirmarse mi sospecha, sería un hallazg-o feliz; pues
Mr. Ernest André, en su Species des Hyménoptéres, dice que no
se conoce el (f de dicha especie. Por falta de tiempo no he po-
dido averig'uar si con posterioridad á la publicación de dicha
obra, ha sido descubierto.
Por la tarde, al recorrer las cañadas entre el cerro de Rivas
y la estación de Montarco, nos molestó bastante por su abun-
278 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
dancia un pequeño hemíptero. Pero, al llegar á dicha estación,
nos sorprendió la cantidad enorme del mismo que había en la
pared que estaba á la sombra, así como en los postes inmedia-
tos del telég"rafo. Dicho hemíptero, es el Phiiy¡)¡ax salmee Schill.,
especie que, aunque común, no suele presentarse en tal abun-
dancia. Como caso curioso, indico por consiguiente esa in-
vasión.
El Sr, Calderón leyó á continuación la sig-uiente noticia bi-
bliog-ráfica.
«Climat et uvux minerales d'Espagne, par le Dr. A. Labat.
París, 1901.
Con este título ha aparecido recientemente un opúsculo de
78 páginas escrito por el Dr. Labat, expresidente de la Socie-
dad de hidrología de París. Como es sabido, nuestro país es
uno de los más ricos en aguas minerales. Kubio hizo mención
de 1.200, y este número ha crecido con los descubrimientos
posteriores hasta 1.500, próximamente tantas como Francia.
La parte más interesante, á nuestro juicio, del trabajo á que
nos referimos, es el de la clasificación de las aguas minerales,
en la cual el autor dice siente tener que separarse de lo admi-
tido por los hidrólogos españoles. «No puedo, dice, colocar La
Garriga, con Cl 10 NaO, entre las aguas cloruradas; tíobrón
con 0.10 de CO^ NaO, ni Alanje, con 2C0, CaO 0,11; entre las
bicarbonatadas, Bellús entre las sulfatadas calcicas con SO"
CaO, 0.17, etc. Veremos que la mayoría de estas aguas, dise-
minadas así en grupos, son termales simples. Se ocupa después
del nitróg-eno y de las aguas nitrogenadas, clase que los mé-
dicos españoles han defendido en los congresos de Sevilla
(1882), Barcelona (1888) y en otros internacionales, y que, sin
embargo, no figura en los tratados clásicos de hidrología, limi-
tándose.el autor á recordar aquí lo que dijo en 1889 en un tra-
bajo especial sobre la cuestión: que los famosos 710 cm.^ de
nitrógeno de Panticosa, quedaron reducidos á 15 por los tra-
bajos del Sr. Saenz Diez, análogamente á como ha acontecido
en otras aguas semejantes del extranjero, al rectificarse erró-
neos análisis antiguos. No pocos manantiales sencillos y sul-
furosos de los Pirineos, de Auvernia y de Alemania, contienen
igual proporción de nitrógeno que aquél. Nota, en fin, el autor
que muchas aguas de España, como las de Italia, escapan por
su complejidad á una clasificación química precisa, encontrán-
DE HISTORIA NATURAL. ^TO
dófeé én ellas frecuentemente asociados principios clorurados,
sulfurados y ferruginosos y que abundan mucho las débilmen-
te termales, siendo numerosas las muy calientes y cuyo brote
excede de 1.000 m.^
Después va describiendo el autor lig-eramente las ag-uas prin-
cipales de España por reg-iones en que halla analog-ías de te-
rrenos, de clima, y á menudo de constitución; y aunque esta
parte de su trabajo ofrece escasa novedad, no deja de ser inte-
resante para dar una idea á los extranjeros de nuestra riqueza
hidrológica.
Secciones. — La de Barcelona celebró sesión el día 4 de Junio
último bajo la presidencia de D. José Casares Gil. Quedaron
admitidos como socios numerarios los Sres. D. José M. BoíRl.
Dr. en Medicina, que fué propuesto por D. Pedro Antiga;
D. Eduardo L. Chaquert, Director del Museo de Historia natu-
ral de la Real Academia de la Historia, que se dedica á Mine-
ralogía; D. Eduardo Fontseré Ribas, Catedrático de la Facultad
de Ciencias de la Universidad y D. José Agell, alumno de la
Facultad de Farmacia, propuestos en la sesión anterior por
D. Marcelo Rivas Mateos.
Se leyeron dos trabajos: uno de D. José Casares Sobre la ¡we-
sencia del fiíioruro sódico en algunas agiias minerales y otro de
D. Marcelo Rivas Mateos titulado Bamondia 'pyrenaica Rich.
var. Lazari Riv. Mat., acompañado de un dibujo á lápiz de la
misma ejecutado por el Sr. Aranzadi.
El Sr. D. Jaime Ferrer dijo lo siguiente:
Tomando parte en una de las excursiones zoológicas que
durante el curso pasado el Dr. de Buen organizó á la vecina
villa de Blanes, aproveché la llegada del Dr. Rivas Mateos que
con un grupo de estudiantes de esta Universidad, se disponía
á recorrer aquellos ali-ededores para herborizar, acompañán-
dolos en el trayecto que media entre Blanes y la ermita de
Santa Cristina, término de Lloret del Mar, y distante de la pri-
mera unos 4 km.
Salimos de Blanes por el camino vecinal que conduce á la
ermita, abandonándolo después de haber herborizado en él un
corto trayecto, para ascender á las pequeñas colinas que ro-
dean el poblado y recorrer sus cimas, yendo á encontrarlo de
nuevo en el término de Lloret; seguimos herborizando por los
280 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
sembrndos y pequeños matorrales que se hallan en- aquella
parte del litoral, terminando la expedición después de haber-
recorrido los alrededores de Santa Cristina, en donde nos es-
peraba el Dr. de Buen.
Recog'imos 59 especies cuya lista remito á la Comisión de
Catálogo.
La Sección de Sevilla celebró sesión el día 5 de Mayo último
bajo la presidencia de I). Manuel de Paúl, leyéndose una nota
enviada por D. Salvador (Jalderón, de Madrid , titulada Apun-
tes sobre algunas arcillas y rocas arcillosas de Andalucía y Ex-
tremadura.
En 1." de Junio celebró sesión la misma Sección bajo la pre-
sidencia de I). Manuel de Paúl, presentando el Sr. Del Mazo
(D. Julio) una circular remitida de París por el Comité que se
ha constituido recientemente, por iniciativa de la Sociedad de
Excursiones Científicas, para erigir un monumento al ilustre
paleontólog-o M. Mortillet, creador de la clasificación indus-
trial de los tiempos prehistóricos (1).
El Sr. Barras (de Ávila) presentó á la Sección dos interesan-
tes folletos que ha recibido recientemente. Debe el primero á
la g*alantería de su autor P. Venukoff, Catedrático de la Uni-
versidad de Kiew, y es uno más de los muchos trabajos que
este profesor viene realizando acerca de la Paleontolog-ía de su
país, haciendo en él un estudio crítico de las especies sig-uien-
tes: D'moiheriuin giganteiim li.2iU^.,Mastodon longirostris Kaup.,
Aceratherium incisimim Cuv. (Kaup.), Hipparioii gracile Kaup.
y Capreolus cf. Matheroni Gervais. Todas ellas, menos el Mas-
todon lo)igirostris KauY)., han sido representadas en la hermosa
fototipia que acompaña al trabajo. Está publicado en leng'ua
rusa, en el presente año de 1901; consta de 33 pág-inas en 8.",
y lleva al final un lig-ero extracto en alemán.
El otro folleto, lo debe el Sr. Barras á la amabilidad del
Director del Museo de Budapest, quien se lo envía en concepto
de haber sido miembro del XII Cong-reso de Antropología cele-
brado en París el año anterior; contiene un notable discurso
leído en la sesión de 25 de Ag-osto de 1900, y que lleva por
(1) El encargado de recibir el importe de las suscripciones es M. Luis Giraux, Te-
sorero del Comité, 22, rué Saint-Blaise, París (ije).
DE -HISTORIA NATURAL. ■• - 281
título: «Colección etnográfica del Museo Nacional Húng-aro.
II.— Tipos madg'iares. Primera serie: de los alrededores de
Balaton, reunidos y ordenados por el Dr. Jean Jankó; editado
á costa del Real Ministerio de Cultos é Instrucción Pública, por
el departamento de museos nacionales de Hung-ría». Buda-
pest, 1900.
Aunque la obra está en folio, el texto es muy corto; pues la
impresión se ha hecho á dos columnas, una enhúng-aro y otra
en alemán, no alcanzando, sin embarg-o, más que hasta la
pág-ina 9. En cambio, va seguido de 24 hermosas láminas foto-
g-rabadas, conteniendo cada una dos tipos madg-iares represen-
tados de frente y de perfil, y acompañados de algunos datos,
entre ellos el índice cefálico. Resulta, pues, una serie de 48 in-
dividuos (masculinos) en los cuales varía el índice cefálico en-
tre 75 y 93, de la manera siguiente: uno de 75, uno de 79, tres
de 80, tres de 81, seis de 82, cinco de 83, siete de 84, cinco de 85,
cuatro de 86, cuatro de 87, cinco de 88, tres de 83 y uno de 93.
El mismo Sr. Barras comunicó á la Sección que á su llegada
á Sevilla ha podido recoger algunos datos comprobados con el
testimonio de su padre D. Antonio, D. Amante Laífon, D. An-
tonio Huete, D. Pedro Palazuelos, Sres. de Cerero y otros, de
que el temblor de tierra que se experimentó en la provincia
de Huelva y El Algarve en 24 de Abril próximo pasado, se sin-
tió también en Sevilla el mismo día á las cuatro de la tarde
(las 16), produciéndose dos sacudidas, y trasmitiéndose la
onda, según algunos, de E. á O. Se orig-inaron desperfectos,
aunque ligeros, en algunas casas, habiendo tenido ocasión de
observar en una pared de la suya, una g'rieta que forma un
ángulo de 50° próximamente con el horizonte, y la alteración
en los quicios de varias puertas, que desde entonces cie-
rran mal.
D. Amante Laffon le participó también que por algunas per-
sonas habitantes en Cortegana, sabe, de un modo seguro, que
en aquella población y otras de Huelva, el terremoto se sintió
con mucha más intensidad que en Sevilla. La prensa local dio
cuenta en los días sucesivos de los terremotos de Huelva y El
Algarve; pero de las oscilaciones de Sevilla acaso no se ocupó
njás periódico que El Noticiero Obrero,
285 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Notas y comunicaciones.
Sobre la presencia del fluoruro sódico en algunas
aguas minerales.
POE
DON JOSÉ CASARES GIL.
Seg-ún el art. I." del Reg-Iamento, la Sociedad Española de
Historia Natural tiene por especial objeto el estudio de las
producciones naturales de España, Las ag-uas minerales son
uno de estos productos y de g'ran interés, no sólo por sus apli-
caciones médicas, sino por los problemas que encierra el ori-
g-en de su mineralización. En este sentido he creído podría ser
útil presentar á la Sociedad el resumen de los trabajos que
publiqué hace alg-ún tiempo, unido á nuevos datos que con-
firman mis anteriores investig-aciones.
Ocupándome del análisis de las ag-uas minerales de Lugo y
Guitiriz (Galicia) y ensayándolas por el procedimiento que
describe Fresenius en su TrMado de análisis cualitativo, edi-
ción 15.% encontré el ñuor con g-ran facilidad. La intensidad
de la reacción me hizo sospechar si habría alguna causa de
error, y repetí las observaciones hasta tener la más completa
certeza. La presencia del flúor en notable proporción era in-
negable. El método no podía dar lugar á errores.
Para buscar el flúor en las aguas se concentran 2 á 4 litros
hasta pequeño volumen. El líquido se precipita en caliente
por el cloruro calcico, y el precipitado, después de lavado y
calcinado , se trata por ácido acético, que descompone los car-
bonatos. Se evapora hasta sequedad al baño de maría, se lava;
y el residuo insoluble, después de seco y calcinado, se destina
á la investigación de dicho halógeno.
Para descubrir el flúor en este residuo se le coloca en un
matracito y se trata por ácido sulfúrico concentrado, haciendo
pasar una corriente de aire seco y dirig*iendo los g-ases por un
tubo en el que hay ag-ua. El fluoruro de silicio es arrastrado
DE HISTORIA NATURAL. 38S
por el aire, y al ponerse en contacto con el ag'ua, es descom-
puesto, separándose sílice.
Corno las agnias de Liig"o y Guitiriz tienen carbonatos alca-
linos, no es necesario añadírselos antes de concentrar. Como,
además, contienen notable proporción de sílice, tampoco es
preciso mezclar esta substancia con el último residuo. Es nota-
ble la facilidad con que se desprende el fluoruro de silicio en
el residuo de las ag-uas. Ya en frío, el desprendimiento es muy
rápido y sospecho que completo, lo cuales debido al estado de
división y á la mezcla íntima del fluoruro y silicato calcicos,
que se precipita al tratar el ag'ua concentrada por cloruro
calcico.
La facilidad con que se descubría el flúor cualitativamente
me decidió á determinar su cantidad. Cierto, que Duran-Far-
del en su Diccionario general de las aguas minerales, dice '<que
la proporción de flúor es tan pequeña y la determinación
cuantitativa está rodeada de tan g-iandes dificultades, que no
se ha podido apreciar sino aproximadamente la cantidad de
dicho cuerpo que un litro de ag-ua puede encerrar. Fresenius,
en su Tratado de análisis cnantitaíivo , 6.^ edición, á pesar de
indicar cómo pueden determinarse el cesio y el rubidio, nada
dice del flúor, por considerar que nunca existe en las ag-uas
en proporción determinable.
A Fresenius, sin embarg-o, se debe uno de los mejores mé-
todos para determinar el flúor, método que es un perfecciona-
miento del de Woehler. Este procedimiento le apliqué con éxito
satisfactorio á las ag-uas de Lug-o y Guitiris.
El resultado de estos trabajos lo publiqué en la revista de
Fresenius Zeitschrift.f. Analyt. Chemie, xxxiv, 546, y en una
nota que envié á la Real Academia de Ciencias de Barcelona
el 16 de Abril de 1896. En esta última nota indicaba, que seg-ún
mis observaciones, el flúor existía en proporción notable en
las ag-uas de Caldas de Reyes, Catoira, Verin, Molg-as, Carba-
Uo, Carballino, Burg'os de Orense y Caldelas de Tuy, proce-
dentes de Galicia y en las de Contrexevil (Francia).
A un discípulo mío, el Sr. Comabella, confié la determina-
ción cuantitativa del flúor en las ag-uas mencionadas, elig-iendo
este trabajo como tema de su doctorado,
284 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
RESUMEN DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS.
Agitas de Lugo (Galicia).
Ag-uas termales sulfurosas. El residuo fijo á 180" es 0,4642
g-ramos por litro. La cantidad de flúor expresada en fluoruro
sódico 0,0249 por litro.
Aguas de Gmtiriz (Galicia).
Ag-uas termales sulfurosas. El residuo fijo á 180" es 0,26785
gramos por litro. La cantidad de fluoruro sódico 0,0231 gr.
por litro.
ANÁLISIS DEL SEÑOR COMABELLA.
Aguas de Arteijo (Coruña).
Ag-uas termales. Contienen cloruros alcalinos y silicatos. La
suma de los elementos determinados en el análisis, citado por
el Anuario oficial, de donde están tomados la mayor parte de
los datos referentes á las ag-uas estudiadas, es 0,18797 g-r. por
litro. La cantidad de fluoruro sódico 0,0115 por litro.
Aguas de las Burgas de Orense.
Ag-uas termales, débilmente mineralizadas. Contienen bi-
carbonatos y silicatos alcalinos. La suma de los elementos
determinados en el análisis es 0,534 g-r. por litro. La cantidad
de fluoruro sódico 0,0200 por litro.
Aguas de Caldas de Reges (Pontevedra).
Ag-uas termales sulfurosas. La suma de los elementos de-
terminados en el análisis es 0,575 g-r. por litro. La cantidad de
fluoruro sódico 0,0173 por litro.
Aguas de Caldelas de Tuy (Pontevedra).
Aguas termales, clorurado sódico sulfurosas. La suma de
los elementos determinados es 0,7620 g-r. por litro. La cantidad
de fluoruro sódico 0,0145 por litro.
Aguas de Carlallino (Orense).
Ag'uas termales sulfurosas. El Anuario sólo cita el grado
DE HISTORÍA NATURAL. 285
sulfhidométrico que corresponde á 0,0293 g-r. de sulfuro sódico
por litro. La cantidad de fluoruro sódico es 0,0143 por litro.
Aguas de CarJ)aUo (Orense).
Ag-uas termales sulfurosas. Suma de los elementos determi-
nados en el análisis 0,3374 g-r. por litro. La cantidad de fluo-
ruro sódico 0,0301 por litro.
Aguas de Catoira (Pontevedra).
Ag-uas sulfurado sódicas. Suma de los elementos determina-
dos en el análisis 0,21652 g'r. por litro. La cantidad de fluoruro
sódico 0,0095 por litro.
Aguas de Cuntís (Pontevedra),
Ag-uas termales sulfurado sódicas. Suma de los elementos
determinados en el análisis 1,2001 g-r. por litro. La cantidad de
fluoruro sódico 0,0278 por litro.
Aguas de Guitiriz (Galicia).
Ag'uas termales sulfurosas. Este manantial es distinto del
que yo he analizado. Contiene el ag-ua 0,0184 g-r. de fluoruro
sódico por litro.
Aguas de las Mol gas (Galicia).
Ag-uas termales clasiñcadas como bicarbonatado sódicas,
variedad silicatadas. La suma de los elementos determinados
en el análisis es 0,7911. La cantidad de fluoruro sódico 0,0139
g-ramos por litro.
Aguas de Verin (Orense).
Las ag-uas de Verin contienen bicarbonato sódico, cloruro y
silicato. La suma de los elementos determinados en el análisis
es de gT. 1,6164. La cantidad de fluoruro sódico 0,0068 por litro.
Aguas del Vichy Catalán.
Como su nombre lo indica, estas ag-uas contienen bicarbo-
natos alcalinos. La suma de los elementos determinados en el
análisis es 5,07452 g-r. por litro. La cantidad de fluoruro sódico
0,0065 por litro.
El Dr. Comabella ha buscado el flúor inútilmente en las
286 boletín DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ag-uas de San Hilario (Gerona); San Andrés de Tona Arg-eU'-
tona (Barcelona); Panticosa (Huesca); Cardó, Vallfog-ona, Es-
plug-a de Francoli (Tarrag-ona) y Alcarroz (Lérida).
Los trabajos sobre la investig-ación del flúor quedaron inte-
rrumpidos hasta este año, que he tenido ocasión de buscarle
en unas ag-uas minerales, aún no explotadas, y que brotan á
la orilla del río Lerez, en la provincia de Pontevedra. Estas
ag-uas contienen bicarbonatos y cloruros alcalinos. El residuo
fijo á 180" es 2,0654 g-r. por litro. La cantidad de fluoruro sódico
encontrada es de 0,03274 por litro.
El Sr. Gig-irey, profesor de la Facultad de Farmacia de Bar-
celona, analizó este año las ag-uas sulfurosas de Puente-Bea
(Galicia). Hemos determinado juntos la cantidad de fluoruro
sódico encontrando 0,0363 por litro.
De Galicia he recibido estos días el residuo de la evaporación
de 13 litros de una ag'ua mineral sulfurosa cuya procedencia
ig-noro y de la cual el análisis se publicará en breve. La canti-
dad de flúor referida á fluoruro sódico encontrada en este resi-
duo fué de 0,0291 g-r. por litro.
En la exposición de ios resultados del análisis he supuesto
que el flúor se encontraba en las ag-uas combinado con el so-
dio. Esto lo he hecho por dos motivos: 1." para facilitar la com-
paración; 2." porque la sosa es en la mayoría de las ag-uas
citadas la única base que existe en cantidad notable.
La mayor parte de las observaciones sobre el flúor han sido
hechas en ag-uas piocedentes de Galicia. Creo, sin embarg-o,
que la presencia del fluoruro sódico en proporción considera-
ble debe ser muy frecuente en las ag-uas termales sulfurosas
que brotan en terrenos primitivos y quizá en todas las terma-
les de la cadena pirenaica.
Se preg-untará cómo ha pasado desapercibida la presencia
del flúor para la mayor parte de los analistas que se han ocu-
pado del estudio de las ag-uas mencionadas, á pesar de existir
este elemento en tan notable proporción. La explicación es
fácil. En primer lug-ar muchos de los análisis han sido efec-
tuados hace bastantes años, y en aquella época los métodos no
tenían la perfección de hoy. En seg-undo lug-ar puede atribuir-
se á un erro'r de imprenta que existe en las ediciones antig-uas
del Fresenius (obra que ha servido y sirve de g-uía á la mayor
parte de los que se ocupan en el análisis de ag-uas minerales),
DE HISTORIA NATURAL. 2B7
error que se encuentra tanto en las ediciones antig-uas alema-
nas como en las francesas, y seg'ún el cual se recomienda bus-
car el flúor por la reacción en que se pone de manifiesto la
acción corrosiva del ácido fluorhídrico sobre el vidrio. Pero
conteniendo las ag-uas silice, por el tratamiento con el ácido
sulfúrico se desprende fluoruro de silicio que no ataca el vi-
drio. Buscando por primera vez el flúor en las ag-uas de Lug'o.
mediante la reacción del ácido fluorhídrico, obtuve indicios
dudosos, aun cuando contienen una proporción notable de
fluoruro sódico. Por último, es necesario advertir que la inves-
tig-ación del flúor es una operación delicada y que exig-e una
cierta práctica: la determinación cuantitativa requiere natu-
ralmente un cuidado todavía mayor.
Dos cuestiones se presentan ahora como consecuencia del
trabajo anterior, una científica y otra de interés práctico. ¿De
dónde proviene el flúor qne se encuentra en las ag-uas? ¿Ten-
drá este elemento alg-una relación con las propiedades tera-
péuticas de ciertos manantiales? Los datos que he recogido
referentes á estas dos cuestiones son insuficientes por ahora,
y espero á tener mayor acopio de ellos para comunicarlos á la
Sociedad.
Apuntes sobre algunas arcillas y rocas arcillosas
de Andalucía y Extremadura
POE
D. SALVADOR CALDERÓN,
Las materias á que se refiere la presente nota constituyen
uno de los productos más útiles que el suelo proporciona al
hombre, y sin embarg'o, escasean los datos reg-ionales sobre
ellas, porque los mineralog-istas desdeñan el estudio de las
mas, por no corresponder á especies bien definidas, y los g-eó-
log-os tampoco suelen fijar en este asunto su atención por no
ofrecer caracteres litológ-icos bien marcados y salientes. Nece-
sítanse, pues, trabajos monog-ráficos con tendencia á la apli-
cación y, en lo posible, acompañados de análisis, ó al menos
ensayos, como el excelente estudio recientemente aparecido
sobre los materiales cerámicos de Portug-al de M. Charles
Lepierre.
288 boletín de la sociedad española
Los presentes apuntes no tienen otro propósito que presen-
tar reunidos alg-unos datos sobre la cuestión referente á las re-
giones andaluza y extremeña, como un punto de partida fácil
de ser completado por los socios de la Sección de Sevilla. Tra-'
taremos primeramente de las arcillas que constituyen especies
mineralüg-icas para ocuparnos después de alg'unos tipos de
rocas pelíticas.
I.
El tipo por excelencia de la arcilla pura es el caolín ó tierra
de porcelana. Las peg-matitas que forman filones en tantos
parajes de Sierra Morena y de la provincia de Cáceres están
transformadas no pocas veces en buen caolín blanco. Recor-
daremos por vía de ejemplo los filones que han puesto al des-
cubierto las trincheras del ferrocarril junto á El Pedroso.
Abundan los caolines graníticos bastos, como el de Guillena,
en la provincia de Sevilla. Ya hace muchos años que el señor
García Fernández presentaba á la Junta g-eneral de Comercio,
Moneda y Minas un informe sobre el Pcdm-se de la villa de
Baños, jurisdicción de Bailen (1799j, hablando del abundante
feldespato rojo de aquellas montañas g-raníticas y de la posi-
bilidad de hallar caolín en los sitios bajos de las mismas. Tam-
bién por aquellos tiempos se trató de la existencia de g-randes
masas de dicho producto en la Sierra del Cabo de Gata, lo cual
se ha desmentido después; pero aparte de la exag-eración en
que haya podido incurrirse relativamente á la cantidad, su
existencia como producto de alteración de los feldespatos de
las andesitas de aquel distrito volcánico la hemos señalado en
nuestrp estudio petrog-ráfico sobre el mismo, y el Museo de
Historia natural de Madrid posee de antig-uo ejemplares indu-
dables.
La variedad llamada nacrita existe en el filón de caolín que
hay en el granito g-neísico de Montanchez, en la provincia de
Cáceres, seg"ún nos ha comunicado el profesor Sr. Hernández
Pacheco, de Córdoba.
Debe referirse á una haUoisita típica la arcilla química que
arma en la caja del filón de hierro de la mina de Juan Teniente,
en El Pedroso, y de la que hay ejemplares en la Universidad
de Sevilla, y quizás otras se encuentren en la misma región en
DE HISTORIA NATURAL. 289
condiciones análogas. También la ha visto en Maro, provincia
de Málag-a, el Si\ Chaves.
Por último, hemos hallado verdadera alófana en Peñaflor,
al N. de la provincia de Sevilla y entre unos minerales que
procedentes de Villag-arcia, en la de Badajoz, donó un alumno
nuestro. Como esta especie no estaba citada de España, con-
sultamos nuestras muestras con el inolvidable profesor Qui-
rog"a, el cual sancionó nuestra clasificación con su g-ran auto-
ridad. De ambas localidades dejamos representación en las
colecciones reg-ionales de la Universidad de Sevilla. La alófa-
na de Peñañor es azulada y de aspecto marcadamente opalino;
la de Villag-arcía ofrece color verde mar, se halla concrecio-
nada, y asociada á g-alena.
II.
De las arcillas sedimentarias comunes hay extraordinaria
abundancia en el territorio de Andalucía y Extremadura, tanto
de oríg-en marino como fluvial y de diversas edades, por lo
cual hemos de limitarnos á mencionar como ejemplos alg-unos
tipos principales de las diferentes variedades.
Forman un g-rupo las arcillas esmécticas, tierras de batane-
ros y de quitar manchas, de las cuales hay muchísimas for-
maciones en la región, siendo reputadas entre otras las de
Garlitos, en la provincia de Badajoz. Se explota en Lebrija,
provincia de Sevilla, una tierra de vino muy solicitada para la
clarificación de este líquido y de arg-uardientes y licores. Se-
gún análisis de ella que practicamos en Sevilla, es un silicato
de alúmina y mag-nesia con carbonatos de las mismas bases y
algo de óxido de hierro.
Como arcillas plásticas es famosa la rojiza y lustrosa de la
Tierra de Barros, en la Extremadura baja, á la que debe la
región ribereña del Guadiana sus excepcionales condiciones
para el cultivo de los cereales; úsase también con éxito en la
alfarería fina. Con las arcillas de Andújar se fabrican céle-
bres alcarrazas, de notable porosidad, y con las de La Rambla,
en la provincia de Córdoba, botijos para refrescar el agua, que
se usan en una buena parte de España; esta tierra, de color
gris claro, aprisiona innumerables fósiles tanto macro como
microscópicos.
N.» 7.-Julio, 1901. 21
290 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
En todo el litoral del Mediterráneo, desde Cartag-ena hasta
Málag*a existe una arcilla fina, untuosa, g-eneralmente llama-
da launa ó laguena en g-randes formaciones, debida á la des-
composición de las pizarras sericíticas cámbricas suaves al
tacto y de colores abigarrados; así como el sargado de Málag-a,
que es otra arcilla blanco-amarillenta y sumamente fina, sirve
para modelar las conocidas fig-uras de barro de dicha locali-
dad. Análog-a á la launa parece ser una arcilla talcosa, de
color claro, llamada tierra Manca, que yace entre las pizarras
antig'uas de la Mancha y Andalucía, la cual, desleída en ag-ua,
se emplea para enjalveg-ar las casas en una g-ran parte de
estas reg'iones, siendo la de varios pueblos objeto de expor-
tación.
No escasean tampoco las arcillas refractarias, por mas que
todavía no se hayan buscado con empeño en el país. Se sabe,
sin embarg-o, que existen en Málag-a adecuadas para la cons-
trucción de hornillos y ladrillos refractarios; la descomposición
de los pórfidos en las inmediaciones de los criaderos de pirita
de la provincia de Huelva orig'ina depósitos de tierra blanca,
silícea y mag-nesiana bastante aceptable para los indicados
usos industriales, y se mencionan otras formaciones semejan-
tes aunque poco estudiadas.
El hierro se interpone en muchas arcillas andaluzas en nota-
ble cantidad, haciéndolas pasar á ocres rojo y pardo. En el
cabo de Gata hay un verdadero bol de superior calidad. Tam-
bién el mang'aneso se une á la arcilla en ocasiones constitu-
yendo un ocre mang-anesífero, como la variedad braunitífera,
que es frecuente en la provincia de Huelva.
Como arcillas marg-osas que pasan á veces á verdaderas
marg"as, es notable la gran formación g"ris azulada de la cuenca
del Guadalquivir, que alcanza g-ran espesor en muchos puntos
de las provincias de Sevilla. Cádiz y Huelva; abunda también
en la de Málag-a, y en todas partes es muy rica en fósiles mari-
nos, sobre todo microscópicos del g-rupo de los foraminíferos.
Por su finura y homog-eneidad se explota en los alrededores
de Sevilla como tierra de modelar, y por estar cuajada de cris-
talitos imperceptibles de marcasita, á los que debe su color
azulado, se ha explotado en estos últimos años como tierra
aluminosa con muy buen resultado.
Es marü-osa también la famosa moronUa, ó tierra diatomi-
DE HISTORIA NATURAL. 291
fera de Morón, que ha sido asunto de una hermosa monogra-
fía de nuestro raalog-rado consocio el Sr. Cala (1), en la cual
puede verse la extensión y caracteres de este singular y vasto
depósito. Las mismas marg-as eocénicas se transforman aveces
en rocas sumamente compactas hasta constituir una excelente
piedra de construcción de que hay buenas canteras, sobre
todo en la provincia de Cádiz.
La llamada caliza litog-ráfica, que no es en realidad otra cosa
sino una marg-a compacta, se sabe existe en los alrededores de
Cabra, donde presenta abundantes dendritas.
Nota acerca de la extensión y carácter de la región volcánica
de Olot
POR
DON ODÓN DE BUEN.
En mis frecuentes excursiones escolares á la provincia de
Gerona, he visitado diversos puntos de la interesante reg-ión
volcánica á que se refiere esta nota, recog-iendo materiales
abundantes, que están depositados en las colecciones del
Museo de Historia Natural de nuestra Universidad.
De las excursiones por el país y de los materiales recog-idos
deduzco que tiene la reg-ión volcánica de Olot más extensión
de la que se le asig-na.
Son muchos los conos volcánicos que existen cerca de San
Feliú de Pallerols y á lo larg-o de la ribera de Amer; abunda el
basalto y asimismo las lavas ¡)orosas á que se da en el país el
nombre de piedra tosca.
Un centro volcánico de importancia se encuentra en el pue-
blo de Massanet de la Selva, situado no lejos de la costa. He
visto varios cerros en esta localidad formados en su base por
moles de basalto y en su cima por lavas porosas. En los cortes
de los caminos se observan capas de cenizas y frag-mentos de
lava parecidos á los de los volcanes de Olot. La piedra tosca
abunda extraordinariamente en el término de aquel pueblo.
Yo he seg-uido á pie una g-ran extensión desde Massanet
(1) Anales de la Soc. esp. de Hist. nat., tomo xxvi. 1897.
292 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
hacia Tordera (provincia de Barcelona) y hacia Blanes (pro-,
vincia de Gerona) por nn terreno volcánico que recuerda el
de Sicilia y el de Ñapóles; abundan las piedras porosas y las
capas de basalto. Cerca de una masía que conocen con el '
nombre de Cau Cabanas, hay canteras de donde se sacan
g-randes prismas basálticos de los que se ven algninos á los lados
de la carretera de Blanes. En el afirmado de ésta, en algunos
puntos se han empleado piedras porosas.
En el término de Tordera, dentro de la provincia de Barce-
lona, existen manchones basálticos en la parte que se deno-
mina ierra negra, y en la marg-en izquierda del río Tordera
hay también cerros con basalto.
Massanet de la Selva, es un centro volcánico importante,
muy separado de Olot; quizá sea el foco de dispersión de los
materiales basálticos que aparecen en toda aquella zona entre
Gerona, Amer y la costa de Blanes. No se ven cerros volcáni-
cos con cráteres, pero la denudación ha sido enorme en aque-
lla región.
Conviene tener presente que en derredor de Massanet hubo
extensas lagunas, saneadas las más próximas en época re-
ciente y que en el fondo de todas estas lagunas se encuentran
restos volcánicos.
Hubo allí, con la influencia del mar próximo y la más inme-
diata de las lag-unas, una especie de reviviscencia de los fenó-
menos volcánicos que tuvieron su próxima acción cerca de
Olot.
El volcanismo en aquella extensa zona fué sin duda esporá-
dico; tuvo centros varios en derredor de lagos más ó menos
extensos y el centro más inmediato á la costa es el de Mas-
sanet.^
No hay en la reg-ión de Olot un cono volcánico predomi-
nante, de gran altura, como en Ñapóles y Sicilia; las erupcio-
nes no debieron ser muy persistentes^ pero sí muy disemina-
das, esporádicas, en una palabra.
Desde Massanet á Blanes se suceden los basaltos, siempre
descendiendo hasta el mar.
Terra negra está á 149 m.; otro manchón volcánico cercano
á Blanes, el Turó de Montells, se halla á 123 m., y el último
resto basáltico, en la costa misma, se eleva 51 m. sobre el
nivel del Mediterráneo.
DE HISTORIA NATURAL. 293-
Entre estos tres puntos, las ag'uas han abierto profundos
surcos arrastrando el g-ranito que allí se halla descompuesto
en extremo; por esta causa, el basalto aparece en la cima ó
cerca de la cima de los cerros; la base es granítica como todo
el terreno.
Hubo, sin duda, una corriente basáltica que partió de Mas-
sanet y vino á morir en la costa; ésta se halla hoy algún
tanto distante de su posición en la época de las últimas erup-
ciones.
El Turó de Montells, término de Blanes, está á unos 2 km. del
mar; el basalto es abundante pero muy frag-mentado; se ha
descompuesto en pedazos que ruedan por la pendiente del
cerro y se encuentran hasta en la base.
El último resto volcánico es un filón de esta roca, que re-
llena una g-rieta del granito, dando lug-ar á curiosos efectos
de contacto, y se halla en Blanes, junto al mar, detrás de la
ig'lesia de esta villa, próximo á las últimas casas que hay en
el camino de Santa Bárbara. He reconocido muy minuciosa-
mente todos los alrededores sin hallar otros restos análogos.
En el basalto de este filón hay frag-mentos de granito aprisio-
nados; esto prueba que no debió ser muy elevada la tempera-
tura de la roca eruptiva al llegar á aquel punto.
Es frecuente en Massanet el basalto muy poroso cuyas
oquedades aparecen recubiertas de blancos cristalitos de ara-
gonito.
Dentro de la provincia de Barcelona, en la margen derecha
del Tordera, no he hallado por aquella parte residuo alguno
basáltico, á pesar de haber visitado casi todos los cerros y
examinado detenidamente las piedras de que está construido
el castillo de Palafolls que en el cerro más elevado se levanta,
dominando el valle del Tordera.
En cambio, en el gabinete de Historia natural de esta Uni-
versidad, hay un gran ejemplar de basalto que se encontró
hace dos años en Mataró á cierta profundidad. No creo que
este ejemplar corresponda á la localidad en que se le encon-
tró; pudo ser casual el que se enterrara en aquél sitio. El ba-
salto de Mataró es exactamente igual al de Massanet; tiene
también en los poros cristales de aragonito.
He creído conveniente anotar estos detalles por si fueran
útiles á cualquiera de nuestros consocios que desee hacer el
294 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
detenido estudio de la región de Olot, tan interesante bajo el
punto de vista de la Geología dinámica.
Noticias
sobre algunos monstruos existentes en el Gabinete
del Instituto de Avila.
POR
D. FRANCISCO DE LAS BARRAS DE ARAGÓN.
Como las colecciones teratológ"icas no suelen ser muy fre-
cuentes en nuestros g-abinetes de Historia Natural, acaso no
sea falto por completo de interés el dar cuenta de alg'unos
ejemplares de monstruos existentes en el Gabinete de Historia
natural del Instituto de Avila, y de los que uno ha llamado
especialmente nuestra atención.
Aun cuando en realidad la clasificación aplicada alas mons-
truosidades es muy artificial, pues la única base científica para
clasificarlas, como dice el Dr. Dechambre, sería el estudio de
sus causas productoras, para proceder con alg'íin orden seg-ui-
remos á Geoífroy Saint-Hilaire, que como es sabido, divide los
monstruos en las clases de simples ó unitarios y compuestos.
A estos últimos pertenecen todos los de que vamos á dar
noticia, entre los cuales tienen representación los dobles auto-
sitarios y los parasitarios.
De los autositarios:
1." Un carnero que alcanza de longitud 230 mm. (Corres-
pondería al g'énero Deradelphus de la familia Monocephali) .
Tiene dos cuerpos separados desde el oinblig"o hacia abajo y
unidos^desde éste hacia arriba, con una cabeza única. Cuatro
patas torácicas bien desarrolladas que cuelg-an dos por cada
lado. En la cabeza la fusión es tan perfecta, que resulta nor-
mal del todo, sin el menor indicio de desdoblamiento. Todas las
partes del cuerpo están bien desarrolladas. Por la disposición
de los cuerpos, unidos por la parte superior del abdomen y re-
gión torácica, se deduce que las columnas vertebrales alcan-
zaron perfecto desarrollo, y que el ag-ujero occipital debía ser
doble ó muy ancho. Pelo blanco con una mancha parda en la
parte posterior del cuello.
Ejemplar disecado.
ÜK HISTORIA NATURAL. 295
2.0 También carnero, al parecer, alcanzando el cuerpo sin
la cabeza 240 ram. de long-itud. La cabeza, hasta el hocico,
mide 110 mm. Altura de las patas delanteras 1(50 mm. Pelo
neg-ro parduzco en todo el cuerpo, menos la parte posterior de
la cabeza que es blanca, así como la punta de la cola; ésta al-
canza 111 mm. de long-itud. (Correspondería al género Inody-
miis ó más bien es un intermedio entre éste y el Opodymus,
ambos de la familia Monosomini). Cuerpo único normal. Las dos
cabezas están unidas por su parte inferior, quedando separadas
por debajo en la reg'ión correspondiente á los maxilares infe-
riores. Los cuatro ojos bien desarrollados. De las orejas sólo hay
dos; las que están por la parte afuera á los lados del cuello; las
del centro son rudimentarias, estando indicadas por un lig"e-
ro replieg-ue de la piel cubierto por un remolino de pelo. La
cabeza, vista por detrás, resulta única, pero muy ensanchada.
Ejemplar disecado medianamente.
3." Gato doméstico. Long-itud total 1 dm. Pelo rubio (Géne-
ro Opodymus, de la familia J/o?¿o5?'mm¿J. Cabeza muyg-ran de en
relación al cuerpo, dividiéndose por la reg-ión ocular en dos
hocicos de ig-ual tamaño, con las bocas y narices perfectamen-
te desarrrolladas. Sólo hay dos orejas y dos ojos situados á los
lados exteriores, pero sin vestig-io alg-uno por la parte interna;
resulta, pues, fusión completa en la mayor parte de la cabeza.
El resto del cuerpo normal.
Ejemplar conservado en alcohol, y en mal estado.
4.° Cráneo de ternera. (Lo consideramos del mismo g-énero
que el g-ato, aunque la separación es alg-o mayor, por tener
las cuatro órbitas). Los parietales y la parte del occipital que
se articula con ellos están soldados, de modo que constituye
un solo hueso. El occipital resulta dividido en tres partes: una
la que acabamos de indicar, y dos posteriores á ella que limitan
entre sí el ag-ujero. Este es poco ensanchado, pero en cambio
se prolong-a en dos hendiduras que terminan una en la parte
soldada del occipital que hemos indicado antes y que presenta
en aquel punto unos surcos, dejando una especie de escama,
y otra más larg-a y ancha que penetra en el etmoides, por lo
cual, aunque este hueso no presenta más anomalía que la
dicha, creemos que no es muy aventurado considerarlo como
formado por la soldadura del mismo etmoides con parte del
occipital.
296 boletín de LA SOCIEBAD ESPAÑOLA
Lo demás de este cráneo no ofrece anormalidad notable,
salvo el encontrarse mal soldadas las ramas de las mandíbu-
las inferiores y estas alg-o torcidas, observándose en g-eneral
g-ran debilidad y delg-adez en todos los huesos. Dientes bien"
desarrollados.
El ejemplar tiene etiqueta que indica su procedencia del
disecador Severini, de Madrid.
De los parasitarios:
5." Cerdo. Cuerpo normal, alcanzando 210 mm. de lon-
g"itud. La monstruosidad está en la cabeza. Mide ésta 137 mm.
de circunferencia y presenta, ocupando la región facial, una
esfera dura cubierta por la piel y que mide 80 mm. de circun-
ferencia. Esta esfera parece ser otra cabeza. En el punto de
unión de ambas hay una corona de cerdas.
Por encima del punto en que la esfera se inserta, nace una
trompa de 35 mm. de largo, ensanchada en un extremo que
está perforado; pero el estado del ejemplar impide comprobar
si la perforación continúa en toda su longfitud.
Ya muy cerca del cuello, cuelg-an á los lados de la cabeza
dos orejas sin indicio alg'unode conductos auditivos y que ex-
tendidas alcanzan una distancia desde la punta de lá una á la
de la otra de 1 dm. En la mitad de esta distancia, que corres-
ponde al centro del cuello por la parte anterior, hay un ag-u-
jero que perfora la piel y que puede considerarse como repre-
sentante de la boca.
Falta todo vestig'io de ojos. El resto del cuerpo es normal.
BOLETÍN
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión del 2 de Octubre de 1901.
PRESIDENCIA DE DON BLAS LÁZARO É IBIZA.
Asiste á la sesión D. Ag-ustín Cabrera, de La Lag-una.
Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior.
Correspondencia. — El Secretario dio cuenta de las comuni-
caciones siguientes:
De D. José Maximiano Correa, de Barros; de S. Martinlio
d'Anta (Portugal); de D. Manuel San Román Elena, de Astorga,
y de D. Carlos del Río, dando gracias por su admisión:
Del Secretario de la Academia internacional de Geografía
botánica de Le Mans (Sarthe), Francia, admitiendo el cambio
de sus publicaciones con nuestro Boletín.
De la «Inspección general de navegación y puertos» de Bue-
nos Aires, enviando un ejemplar de las tres primeras entregas
-del Boletín que publica y solicitando cambio con el nuestro.
ün prospecto del «Gran Laboratorio Químico» creado en
Cuevas (Almería).
Una comunicación del Sr. Ferdinand de Franciscis, de
Ñapóles, vía Cirillo, 46, en la cual participa que, con objeto de
recoger en un herbario especial el mayor número posible de
especies de los Pirineos, pertenecientes á la familia de las
cariofileas, de las que se ocupa desde liace tiempo, suplica le
envíen ejemplares los que dispongan de dobles, así como
publicaciones referentes á aquellas.
Admisiones. — Fué admitido como socio numerario el Sr. D. José
Hueso, Profesor numerario de la Escuela Normal de Granada
y Licenciado en Ciencias, y como socio agregado D. Juan Luís
N." 8.- Octubre, 1901. 22
298 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Díaz Tortosa, estudiante en la Facultad de Farmacia, residente
en Granada, presentados ambos por D. PascualNacher y Vilar,
Se hizo una nueva propuesta.
Fallecimientos, — El Sr. Secretario dio cuenta del fallecimienta
del eminente profesor Lacaze-Duthiers, que pertenecía á nues-
tra Corporación como socio protector, ocurrida el 21 de Julio
de 1901 en su castillo de Las-Fons, cuando contaba 81 años de
edad. El Sr. Presidente recordó los méritos excepcionales del
finado y los motivos de g"ratitud que hacia él tenían los natu-
ralistas españoles, proponiendo, y así fué acordado, que ade-
más de expresar en el acta el sentimiento de la Sociedad por
tan irreparable pérdida, se comunicase á la familia del finado.
También participó el Sr. Secretario la noticia del falleci-
miento de D. Estanislao Vayreda y Vila, nuestro consocio de
Olot, cuyos trabajos botánicos recordó con elogio el Sr. Pre-
sidente, haciendo la misma proposición que con respecto al
Sr. Lacaze-Duthiers, y siendo asimismo acordada.
Comunicaciones verbales y notas breves. — El Sr. Barras envió la
sig'uiente noticia bibliog-ráfica:
De dos nuevos trabajos del disting-uido botánico, nuestro
consocio M. A. de Coincy, de quien tantas veces nos hemos
ocupado, tenemos que dar hoy cuenta.
Titúlase el primero iSecUonement du genre EcMum fsensic
strictoj y forma parte de los Comptes rendus del Cong'reso
internacional de Botánica celebrado en París del 1 al 10 de
Octubre de 1900. Consta de 8 pág-inas.
Empieza eí autor haciendo notar las dificultades que ofrece
la determinación de las especies de FcMiim por la vag-uedad
que suele haber en las descripciones y la falta de ejemplares
prototipos, haciendo lueg'O una descripción verdaderamente
notable de los caracteres de dicho g-énero.
Pasa lueg'O á estudiar críticamente los principales caracteres
que se emplean para la determinación de las especies, indi-
cando las dudas y dificultades que ofrecen todos ellos, ^' acaba
por aceptar el anillo basilar de la corola como carácter funda-
mental para dividir el g'énero en las secciones Ehuterolejñs y
Gamolepis, de que ya nos ocupamos en otra ocasión, seg-ún que
dicho anillo basilar esté formado por 10 escamas separadas ó
forme una membrana continua con 5 ó 10 lóbulos en su parte
ÜE HISTORIA NATURAL. 299
superior. El paso de una sección á otra está formado por el
g-riipo en que la membrana, aunque manifiestamente conti-
nua, conserva la huella de la unión de las escamas. En los
Gamolepis atiende también á la presencia ó falta de sedas
basilares.
La única dificultad de este método, dice M. de Coincy, está
en que necesita una sencilla técnica que consiste en lo
sig-uiente: «Se hiende la corola haciendo pasar lo más exacta-
mente posible el escalpelo por la mitad del labio anterior; se
comprueba entonces con una lente fuerte la presencia ó ausen-
cia de sedas en la base del tubo; se da lueg-o un lig-ero hervido
á la preparación con una lamparilla de alcohol y se extiende
con g'licerina sobre un porta-objetos, poniéndole encima un
cubre para observarla por transparencia. Aunque para este
examen suele bastar la lente, es mejor un microscopio com-
puesto con un aumento de 50 á 80 diámetros. La dificultad de
percibir las sedas á causa de su índice de refracción muy pró-
ximo al de la g-licerina y el poco espesor de sus paredes hace
preferible observarlas en seco, pero el anillo se ve con mucha
claridad.»
Lleva el trabajo dos figuras representando las corolas del
E. albicans Bss., tipo de la sección Eleuterolepis, y del E. angus-
tifolmm Lam., que lo es de la Gamolepis.
Para diferenciar cada especie, se fija con preferencia en los
órganos de la corola, sin excluir otras particularidades de la
planta, no sin reconocer la dificultad de caracterización que
alg'unas especies ofrecen.
Termina recomendando una vez más la supresión de las
especies dudosas ó mal establecidas, sea cualquiera el crédito
de sus autores.
El segundo trabajo de M. de Coincy á que nos referimos,
sólo alcanza 4 páginas. Se titula Qit'est-ce que VEchiiim Wierz-
bieckii Hab.?, tirada aparte áei Bulletiu de VHerbier Boissier,
segunda serie, año 1901, t. i.
Del estudio detenido de los caracteres del E. Wierzbiec-
Mi Hab., especie que fué citada por Lange, del Puerto de Gua-
darrama, deduce la conclusión de que es meramente una forma
fe7)ieiiina accidental del E. mugare. Añade que los ejemplares
de Lange deben referirse á la var. j^ustiUatum de esta misma
especie.
300 boletín de la sociedad española
Enumera lueg-o otros casos análog-os de deg-eneración en
varias especies del mismo género, entre ellas el E. austra-
h Lam., citando los ejemplares recog-idos por Boiirg-eau cerca
de Guadix. El aborto, ó más bien la mala conformación de los
estambres, va acompañado de anomalías paralelas en la coro-
la, siendo el limbo más corto y el tubo muy reducido; pero
el aspecto g-eneral de la planta, aunque alg-una vez se altere,
no lo hace de un modo reg'ular.
Termina observando que no ha tenido ocasión de comprobar
una deg'eneración sistemática en los órg-anos femeninos; en
una palabra, que nunca ha encontrado pies completamente
masculinos de g"ineceo abortado, siendo la abundancia de
fructificación la reg-la g-eneral en el g-énero EcMum, y la este-
rilidad solamente parcial en los casos en que se presenta.
El Sr. Secretario dio cuenta de las notas y trabajos científi-
cos recibidos, que son: Descripción de algunas esponjas deJ Can-
tMrico (continuación), por D. Doming-o de Orueta, á cuyo
escrito acompañan varias fotog-rafías obtenidas por él; y Nne-
ros estudios sodre Jas agallas, por D. Manuel Fernández de
Gata, parte tercera de los que viene enviando el autor sobre
este asunto.
El Sr. Arag'ón y Escacena presentó un trabajo de que es
autor, intitulado: Breve estudio antropológico acerca del ¡meblo
maragato, acompañado de numerosas fotog-rafías, que repre-
sentan tipos diversos tomados del natural. La Sociedad acordó
que todos estos trabajos pasaran á informe de la Comisión de
publicación.
El Sr. Reyes Prosper (D. Eduardo) dijo lo sig-uiente:
La planta conocida con el nombre de Plumbago capensis
Thunb.^ era muy frecuente en Córdoba en los arreates de los
patios de las casas antig'uas, allá por los años de 1868 á 1874,
en que residí en tan notable é histórica población, que guarda
recuerdos indelebles para la ciencia y el arte.
La especie de Plumbago en cuestión recibía en la corte de
los Califas el nombre de madre celestina ó celestina simple-
mente, y ag-radable fué mi sorpresa al hallarla en el Jardín
Botánico de Madrid cuando al frecuentar las cátedras siendo
alumno de la Facultad de Ciencias, volví á encontrar en ella
á una antig'ua conocida de la infancia.
La madre celestina raras veces daba semilla en nuestro pa-
t)E HISTORIA NATURAL. 30)
tío de Córdoba, donde vivía al aire libre y en condiciones rela-
tivas de normalidad, y nunca lo hace en el citado Jardín
Botánico.
Observando que un hermoso individuo de la Macroglossa
stellaíarum L., visitaba con detención las flores de una Ve7'-
bena Chammdryjolia J., que para otros estudios tenía frecuen-
temente á mi vista, y fijándome en que no hacía lo mismo con
las flores del Plumlxigo capensis Thumb., entendiendo por la
disposición de las inflorescencias y la forma y color de cada
flor en particular que la hermosa planta del Cabo de Buena
Esperanza debía ser planta eníomofiJa, es decir, fecundable por
el concurso de los insectos, comencé por depositar g'otitas de
miel en la abertura de alg-unas corolas en cada inflorescencia.
Después perforando las flores por abajo con una ag-uja iba in-
troduciendo g-otitas de miel á profundidades cada vez mayores
en el tubo de dicha corola, y cuando hube acostumbrado á la
Macroglossa con este artificio á insistir en la indag-ación del
néctar en las flores del Plumbago, tuve la fortuna de ver cómo
una de las flores, en lug-ar de marchitarse su ovario y des-
prenderse seco con la mustia corola, dejando desprenderse
la corola muerta, se ag-randaba y transformaba en fruto, el
cual nos dio una semilla, de la que obtuve una plántita que
llevé á las estufas del Jardín Botánico.
El Sr. Calderón hizo la indicación bibliog-ráfica sig-uiente,
acerca del meteorito de (^)uesa (Valencia).
Ampliando el profesor Cohén las lig-eras noticias que dio de
este meteorito, y de las cuales rae ocupé en la sesión de Fe-
brero del presente año^ consigna en el estudio sobre meteori-
tos XI, los datos sig'uientes (1):
«Después de la publicación de mi noticia sobre el meteorito
de Quesa, en la cual sólo pude comunicar lo más notable que
podía determinarse con un . material insuficiente, he reci-
bido del Sr. Boscá, de Valencia, un trozo para su investig'ación
química completa. El material enviado no basta para la deter-
minación del carbono y la del cloro, de los cuales han acusado
todos los análisis practicados hasta aquí sólo muy reducidas
cantidades.
(1) E Cohkn: Meteoreisen fltndien XI, páginas 378-319. (Annalen des k. k. Natur-
historischen Hofmuseums. XV, Wien, 1900.)
302
boletín de la sociedad española
El Dr. J. Fahrenhorst señala las sig'iiientes cifras en los aná-
lisis XXV y XXYa que van á continuación; el XXV/* da la
composición total y el XXVc la del hierro niquelado, descon-
tados los componentes accesorios. En la disolución de agua
reg"ia no queda ning-ún residuo. El análisis XXVI es repetición
del primitivo.
Subst. empleada
Fe
Ni
Co
Cu
Cr
S
P
XXV
XXVa
0.6997
3.9653
87.97
»
10.75
»
1.07
>
T>
0.038
>
0.00
>
O.OOl
0.19
»
XXVí
87.97
10.75
1.07
0.04
0.00
vestigios
0.19
100.02
XXVc
100.00
88.36
10.55
1.05 S
0 04
XXVI
88.73
10.85
0.15
99.73
«Seg-ún el contenido de Ni -f- Co debe pertenecer el meteo-
rito de Quesa más bien á las octaedritas de láminas finas que
á las de mediana anchura; pero, como ya he notado, se nece-
sita examinar una placa mayor para formar exacto juicio.»
El Sr. Criado (D. Melquíades) nuestro consocio é individuo
de la Comisión del Muni de donde ha tenido que reg-resar por
causa de enfermedad adquirida en cumplimiento de sus debe-
res, invitado por el Sr. Presidente á dar alg'unas noticias sobre
aquellos territorios y sobre el estado y trabajos de sus compa-
ñeros, habló con elog"io de la fertilidad de Fernando Póo é im-
portancia de sus cultivos, especialmente del cacao que explota
una sociedad catalana, añadiendo que saneando las islas y fa-
voreciéndolas con medidas protectoras lleg'arían á constituir
un importante centro de producción. Otro tanto puede decirse
de los nuevos territorios, á pesar de su clima mortífero y des-
población actual, así como de las condiciones poco favorables
de su costa para establecer puertos en ella. Por ahora sólo hay
allí una factoría extranjera á la cual traen los indíg-enas princi-
palmente marfil, caucho, ébano, palo de campeche, cambián-
dolos por avalorios, con lo cual realiza aquella un neg-ocio de •
cierta importancia. Recorrió el Sr. Criado el Cabo de San Juan,
DE HISTORIA NATURAL. 303
pero habiendo caído allí enfermo prontamente, pudo hacer
muy poco, sin log-rar comprobar si era cierta, como alg-unos
han aseg'urado, la abundancia de elefantes, antílopes, hipopó-
tamos y alg-unos otros mamíferos que allí habitan. Pocos fue-
ron, por lo mismo, los ejemplares que pudo recog-er de anima-
les y plantas, los cuales han quedado en poder de la Comisión,
y aun de esos varios han sido devorados por el comején, la
plag-a de estas regiones. Terminó diciendo que á causa de ser
ahora la estación de las lluvias y por otras dificultades, los tra-
bajos para la limitación del territorio español marchan con
g*ran lentitud.
La Sociedad oyó con interés el relato del Sr. Criado, y el
Sr. Presidente le invitó á que redactase una nota alg-o más
€xtensa que podría leerse en la próxima sesión.
El Sr. Presidente, D. Blas Lázaro é Ibiza, leyó la noticia
bibliográfica de D. Miguel Colmeiro que le fué encomendada
por la Sociedad, acordándose se publicase en las Memorias,
acompañándola con un retrato del finado , cuyo cliché ofrecía
generosamente para este objeto el disting'uido publicista Don
Salvador Cauals, al que se acordó dar las gracias.
Secciones. — La de Sevilla celebró sesión el día 6 de Julio últi-
mo, bajo la presidencia de D. Julio Ferrand, haciendo en ella
el Sr. Mazo la siguiente comunicación:
«Persiguiendo con interés la recolección de datos acerca del
albinismo en esta región andaluza, con objeto de suministrar
material de estudio, á quien con más competencia que yo
pueda inducir sobre estas observaciones aisladas algo general,
voy á dar cuenta de un ejemplar albino, del Leptis cunicuhis L.,
el cual aparecía cubierto en toda su extensión, de pelo espeso
muy fino y de una blancura extremada. Los ojos eran de color
natural.
Conservo la piel de este animal, que fué cazado el día 5 de
Agosto del presente año, en el sitio llamado Coto de Doña Blan-
ca, por otro nombre Marzagón, término de Almonte, provincia
de Huelva, y perteneciente á D. José Saenz y Medrano, aboga-
do, vecino deMoguer. Esta posesión, acotada desde hace larguí-
simo tiempo, linda por el S. con el Océano Atlántico y forma
parte del monte bajo comprendido entre La Rábida, Palos,
Moguer, Lucena del Puerto, Almonte y la desembocadura del
30i BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Guadalquivir, El terreno está formado por arena suelta, lavada^
muy fina y casi blanca, que origñna en las costas garandes mé-
danos cuya posición y forma cambia el viento con suma fre-
cuencia.
La circunstancia de estar el sitio en que fué cazado el ejem-
plar á gran distancia de todo poblado, y por tanto de paraje
alg-uno en donde haya conejos domésticos, y las manifestacio-
nes del dueño, poseedor del terreno desde liace cuarenta y
cinco años, que aseg'ura no haber llevado ni sabido que nadie
lleve allí, individuo alg"uno manso, alejan toda sospecha de
cruzamiento ó mezcla, y por tanto, de algún fenómeno de
atavismo.
Además, el conejo blanco doméstico tiene siempre los ojos
de un hermoso color de laca carminosa, cosa que al ejemplar
descrito no ocurría.
El caso se considera en Mog'uer como rarísimo, no obstante
ser allí muy frecuentes las perdices blancas, y sólo se conserva
memoria de otro conejo, cazado hace unos veinte años, pero
de color ceniciento plúmbeo.»
El Sr. Chaves leyó una nota bibliog'ráfica sobre un trabajo
de M. A. Gautier, que se publica más adelante.
El Sr. Barras comunicó á la Sección noticia de un interesante
folleto titulado: Sur Vétat íV atancement du Repertoire Unimrsel
des iravaux concernant Jes scíencies géologiques (BibliograpJiia
geológica) (1), y es su autor el disting-uido g-eólog-o Dr. Michel
Mourlon, quien da cuenta en este trabajo de liaber aparecido
los tomos terceros de las series ^ y ^ de la Bíbliografia geoló-
gica, anunciando á la vez que hay otros tres tomos en prepa-
ración.
Con todo lo publicado y ésto que prepara, compondrá dicha
Bibliografía un total de nueve tomos, conteniendo cada uno
aproximadamente 3.000 títulos de obras. Lleva cada tomo un
índice ideológ'ico y otro reg-ional ó g-eog-ráfico, lo cual propor-
ciona mas de 50.000 datos bibliog-áficos perfectamente ordena-
dos, habiéndose hecho esto en los últimos tomos con arreglo
á la segunda edición de la Classi/ication décimale appliciaée aux
(1) Tirada aparte délos «Anales de la Sociedad Real Malacológica de Bélgica»,
tomo XXXVI, 1901.
DE HISTORIA NATURAL. 305
scie7ices géologiques, revisada y completada por M. G. Simoeiis
(edición de 1899), de que ya nos ocupamos en otra ocasión.
Con objeto de dar á conocer M. Mourlon con mayor claridad
los importantes resultados obtenidos en la reunión de datos
bibliog'ráficos, indica el método seguido por él en este asunto
en el Servicio Geológico de Bélg-ica.
«Los títulos de las obras con sus dos índices, dice, no van
impresos mas que por la primera cara de cada hoja, pudiendo
estas cortarse y pegarse sobre las fichas, seg'ún el modelo
adoptado por la Bibliographia Unhersali, emprendida por la
Oficina internacional de bibliografía de Zuric, dedicando cinco
ejemplares de cada volumen á ser cortados para formar las
colecciones de fichas siguientes.»
a) Por orden alfabético de nombres de autores.
1) Por el índice ideológ-ico ó de materias.
c) Por el índice reg-ional ó geográfico.
d) Por los periódicos ó revistas.
e) Por el catálogo de la biblioteca.
Como desde lueg'o se comprende, este arreg'lo implica un
enorme trabajo manual, pero que está ampliamente recom-
pensado por los resultados científicos y prácticos que diaria-
mente se obtienen, y á que ciertamente no se habría llegado
sin la constancia é iniciativa extraordinarias del Dr. Mourlon.
La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 10 de Julio
último bajo la presidencia de D. Manuel Díaz de Arcaya,
leyendo el R. P. Navas la II de ñ\i^ Notas liquenoJógicas, que
aparecerá en el Boletín.
Notas y comunicaciones.
Ramondia Pyrenaica Rich. var. Lazaroi Riv. Mat. (Láin. ii.)
POR
D. MARCELO RIVAS MATEOS.
Comparando ejemplares de Ramondia Pyrenaica recog-idos
recientemente en la porción S. de la montaña de Montserrat
(Barcelona) con otros ejemplares de los Pirineos aragoneses y
catalanes y cotejándolos con buenas láminas que representan
306 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
la especie típica, hemos podido encontrar alg-unas diferencias,
que si bien no son de jerarquía suficiente para formar una
especie nueva, al menos tienen valor taxonómico para consti-
tuir una variedad, la cual titulamos como dice el epíg-rafe que
encabeza estas líneas. Justo es que esta nueva forma de tan
hermosa especie, lleve el nombre del naturalista á quien tanto
debe la Botánica patria.
Rizoma fibroso con tupida y larg-a cabellera de raicillas.
Hojas pequeñas, muy arrug"adas, ovales, festonadas y con
escasos pelos rojizos en el envés; las hojas forman una densa
roseta bastante más apretada que en la forma típica. Escapos
(4-8) ascendentes, poco pelosos, con 2-3 flores inclinadas, for-
mando corimbo irreg"ular. Cáliz con 5 sépalos ; los dos inferio-
res vez y media más g-randes que los superiores, formando un
áng-ulo bastante más abierto que los dos que constituyen los
tres sépalos superiores. Corola g-rande, fuertemente violácea,
enrodada é irregular; el pétalo inferior doblemente más des-
arrollado que los superiores; 5 mechoncitos de pelos cortos, ana-
ranjados, colocados en la garganta y sobre los dos pétalos supe-
riores, formando una especie de reborde ó media luna; la parte
de g'arg-anta correspondiente á los tres pétalos inferiores , es
lampiña, ó cuando más, ostenta pelitos aislados y poco colori-
dos. Estambres cortos; anteras g-randes provistas de cresta dor-
sal; dehiscencia marg-inal. Ovario supero, unilocular, con los
bordes carpelares enrollados; estilo sencillo; estig-ma indiviso.
Caja lampiña; semillas pardas y casi lisas. Fl. Mayo. San Jeró-
nimo, San Mig-uel, Cueva de la Virg-en (Montserrat).
Los dibujos que acompañan esta nota (Lám. ii) están toma-
dos del natural y hechos con g-ran perfección por nuestro dis-
tinguido consocio el catedrático de Botánica D. Telesforo de
Aranzadi; ellos completan la descripción que hemos hecho de
la planta montserratina. Sería de desear que los botánicos es-
tudiasen con detenimiento la Ramondia Pyrenaica de España,
pues abrig'o la esperanza de que muchos de los ejemplares no
correspondan al tipo descrito por Richard y sí á la var. Lazaroi.
DE HISTORIA NATURAL. 307
Abreviaturas de los nombres de naturalistas españoles.
POR
D. FRANCISCO DE LAS BARRAS DE ARAGÓN.
Hace ya alg-unos años, en 1890, el Dr. Blanchard publicó en
París, entre varios Documentos relativos al Congreso de Zoología
verificado en aquella capital del 5 al 10 de Ag-o'sto de 1889, una
lista de nombres de zoólog-os que han descrito especies y las
abreviaturas correspondientes que habían sido adoptadas por
dicho CongTeso, con objeto de fijarlas de una vez; evitando
así las frecuentes confusiones á que se prestan y los errores
á que éstas pueden dar lug-ar.
En dicha lista, que es reproducción de otra análog-a publi-
cada por el Museo de Berlín, no fig-uran más nombres de espa-
ñoles que los de los Sres. Graells, Bolívar, Seoane y Poey. Mu-
chos más deben, indudablemente, aparecer en ella; y como
nuestra Sociedad es la entidad indicada para hacer que se in-
cluyan por medio de una comunicación que podría presentar
á la primera reunión del Cong-reso Internacional de Zoolog"ía,
no creo falto de interés el llamarla atención de los señores So-
cios acerca de este asunto.
Es muy aventurado el dictar leyes acerca de la manera de
hacer las abreviaturas de los nombres propios, pues aunque
entre nosotros no son muchos, hay excepciones inevitables;
pero sin embarg-o, quizás no huelg-uen por completo alg"unas
observaciones acerca de la norma que más g^eneralmente se
sig'ue, y de la que podría ser conveniente en alg-unos casos.
La reg'la g-eneral para formar las abreviaturas, parece ser
consig-nar la primera sílaba del apellido con la primera letra
de la seg-unda, siesta empieza por consonante (Bolívar = ^o/.,
Tubilla = Tul).), ó hasta la primera vocal de la seg'unda en el
caso de que esta conste de varias consonantes unidas (Rodrí-
g"uez=:Rodr.), y aun la primera sílaba mas la última conso-
nante (Martínez = Martz., Martens == Marts.).
Parece lo natural que se pong-an completos todos los apelli-
dos que no excedan de dos sílabas (Amor, Pantel).
Como es bastante frecuente que sea más conocido el natu -
ralista por su seg-undo apellido que por el primero, sobre todo
308 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
cuando este es muy común, como sucede con los Martínez.
Fernández, etc., lo mejor será, á nuestro modo de ver, abre-
viar el apellido que se usa, pero precedido de la inicial del
primero, para evitar confusiones; Martínez Escalera, que es
conocido por Escalera, debería abreviarse, á nuestro juicio,
uniéndolos con un g-uión (M.— Esc.) para indicar que la primera
abreviatura corresponde también á un apellido, pues si se refi-
riera á un nombre, debería ir detrás y entre paréntesis.
Cuando en vez de abreviatura se emplee un apellido com-
pleto, creemos que debe esto indicarse de alg-ún modo, y que
para ello convendrá observar con todo rig-or la reg-la g"ra-
matical de poner punto en caso de abreviatura y suprimirlo
si no lo es.
Claro está que estas regdas deben modificarse en casos par-
ticulares cuando la abreviatura resulta ig-ual á otra ya adop-
tada por el Cong^reso, ó cuando el naturalista sea conocido de
otro modo, y aun podrá darse el caso opuesto de que un mismo
nombre represente dos naturalistas diversos sin que haya lug-ar
á confusión, como sucede con Pérez, que se aplica á Pérez
Arcas y á M. Pérez, de Burdeos, de los que el primero ha tra-
tado exclusivamente de coleópteros, al paso que el seg-undo lo
hace de himenópteros, ó cuando representen á un botánico y
á un zoólog-o como Cahr., que sirve para Cabrera (Antonio) y
Cabrera Latorre (Ángel).
El criterio seguido para la formación de la lista adjunta es el
de incluir en ella á todos los españoles que han descrito es-
pecies; pero se han incluido algunos nombres de extranjeros
que han vivido ó viven en España y han publicado sus traba-
jos en nuestros Anales, debiendo, por tanto, ser considerados
como naturalistas nacionales, en el respecto de que tratamos.
Paríi evitar confusiones van separados los botánicos de los
zoólogos, habiéndonos servido de núcleo para la lista de los
primeros, la publicada en la conocida obra de nuestro dig'no
Presidente Sr. Lázaro é Ibiza, Compendio de ¡a Flora espaíiola.
Para terminar añadiré que, no considerando mi trabajo como
ultimado, invito á todos los socios que puedan aumentar las
listas adjuntas con algunas adiciones, á que lo hagan, con el
fin de que logremos completarlas.
DE HISTORIA NATIRAL.
309
Botánicos.
Alcina (Francisco Ignacio), Ale.
Amo (Mariano del), Amo.
Andrés y Tubilla (Tomás) , Tiib.
Asso (Ignacio), Asso.
Barceló y Combis (Francisco), Barc.
Barnades (Miguel), Barn.
Blanco (Fr. Manuel), Blanco.
Bolos (Ramón), Bolos.
Cabrera (Antonio), Cahr.
Campderá (Francisco), Camp.
Cavanilles (José), Cav.
Cervantes (Vicente), Cerv.
Colmeiro (Miguel), Colm.
Costa (Antonio Cipriano), Costa.
Catanda (Vicente), Cut.
Cutanda y del Amo, Cut. et Amo.
García (Donato), Ga7-c.
Gómez Ortega (Casimiro), G. Ort.
González Fragoso (Romualdo), G.-
Frag.
Gorriz y Muñoz (Ricardo), Gorr.
Graells (Mariano de la Paz), Graells.
Gredilla y Gauna (Federico), Grecl.
Guirao (Ángel), Guii:
Lagasca (Mariano), Lag.
Laguna (Máximo), Laguna.
Lallave (Pablo), Lall.
Lázaro é Ibiza (Blas), Láz.
Llanos (Fr. Antonio), Llanos.
Lóseos y Bernal (Francisco), Lose.
Masferrer y Arquimbau (Ramón),
Masf.
Merino (R. P. Baltasar), Merino.
Minuart (Juan)^ Min.
Mocifio (José Mariano) , Mociño.
Mutis (José) , Mutis.
Palau (Antonio), Palau.
Pardo (José), Pardo.
Pan (Carlos), Pau.
Pavón (José), Pavón.
Pérez Lara (José María), P.-Lara,.
Planellas Giralt (José), Plan.
Quer y Martínez (José), Quer.
Rivas Mateos (Marcelo), Riv.
Rodríguez y Femenías (Juan Joa-
quín), B.~Fem.
Rojas Clemente (Simón de), Clem.
Ruíz (Hipólito), Ruiz.
Sesé (Martín), Sesé.
Texidor y Cos (Juan), Tex.
Truan y Luard (Alfredo), Triian.
Tubilla, véase Andrés y Tubilla.
Tubilla (A.) y Lázaro (B.), Tuh. et
Láz.
Vayreda y Vila (Estanislao), Vayr.
Zoólogos.
Asso (Ignacio), Asso.
Azara (Félix), Az.
Bolívar y Urrutia (Ignacio), Bol.
BoscáyCasani)ves (Eduardo), -Boscct.
Buen y del Cos (Odón de). Buen.
Cabrera Latorre (Ángel), Cabr.
Cazurro y Ruíz (Manuel), Caz.
Chicote (César), Chic.
Cisternas (Rafael), Cist.
Dusmet y Alonso (José M.^), Dusm.
Fernández de Castro (Manuel), F.-
Castro.
Fuente (José María de la), Fuente.
Cogorza y González (José), Gog.
González Hidalgo (Joaquín), Hi-
dalgo.
González de Linares (Augusto), Li-
nares.
Graells (Mariano de la Paz), Graells
Guirao (Ángel), Guirao.
310 boletín de la sociedad española
Gundlach (Juan), Gundl. Medina Ramos (Manuel), Med.
Jiménez de la Espada (Marcos), Es- Moragues y de Manzanos (Fernan-
pada. do). Mor.
Landerer (José), Landerer. Navas (R. P. Longinos), Navas.
LauíFer (Jorge), Lauff. Orueta (Domingo), Or.
López Seoane (Víctor), Seoane. Pantel (R. P. José) , Pant.
Mallada (Lucas), Malí. Pérez Arcas (Laureano) , Pérez.
Martínez Escalera (Manuel), M.Esc. Poey (Felipe), Poey.
Martínez y Fernández Castillo (An- Seebold (Teodoro), Seehold.
tonio), M.-Fern. Uhagón (Serafín de), Uhag.
Martínez y Sáez (Francisco de Pau- Vilanova y Piera (Juan), Vil.
la), Martz. Zapater (Bernardo), Zap.
Notas liquenológicas
POB
EL R. P. LONGINOS NAVAS S. J.
II.
EL GÉNERO «PARMELIA» EN ESPAÑA.
1 .—Caracteres del género Parmelia Ach. (1).
Liquen foliáceo.
Talo estratificado, orbicular, lobado ó laciniado, adherente
al soporte por toda la cara inferior hasta cerca del marg-en,
pero fácilmente separable estando húmedo. Lóbulos en gene-
ral más ó menos empizarrados. Baz mate por lo común, ó bri-
llante, uniforme. Envés de color distinto del haz, de superficie
uniforme, esto es, sin manchas ni placas lisas, fibriloso, rara
vez lampiño.
Apotecios esparcidos por la superficie del talo, nunca marg'i-
(1) Por ley de prioridad debiera preferirse el nombre de Imbricaría Schreb. (1791)
al de Parmelia Ach. (1803); mas éste lia prevalecido entre la mayor parte de los lique-
nólog-os modernos. Koerber («Systema lichenum Germaniseo (1855) y Jatta («Sylloge
lichenum italicorumí>, 1800) conservan el de Imbricaria, aplicando el de Parmelia al
género Pñyscia de otros autores; pero los no menos ilustres liquenólogos Wainio
(«Étude sur la clasiflcation naturelle et la morphologie des lichens du Brésil», 1890) y
Hue («Causerie sur les Parmelia», 1898) siguen la costumbre general. Para imitarlos
puede contribuir lo más adecuado del nombre Parmelia (de -ápfj.r], rodela) y el que
del mismo se deriva la denominación dada á la familia ó tribu de los Parmeliáceos de
diversos autores, la cual habría de cambiarse si se adoptase el nombre de Imbricaria
con preferencia al de Parmelia.
DE HISTORIA NATURAL. 311
nales, elevados sobre la superficie del mismo, fijos por el cen-
tro, discoidales, con reborde taliiio manifiesto. Esporas peque-
ñas, simples, hialinas, ovales elípticas, dispuestas de oclio en
ocho en cada asea ó teca.
2.— Clave dicoíómica de las Parmelias halladas en Esimña.
1. Blanquecinas, es decir, de talo blanquecino, g-risáceo ó
g-arzo (L* Sección, Blancas) -2
De color, esto es, de talo amarillento, verdoso ó neg-ruzco
(2.'' Sección, Coloreadas) 16
1.a Sección. — Blancas.
2. Talo lobado, con lóbulos redondeados, en su totalidad poco
ó nada más larg-os que anchos, de borde entero ó festo-
nado, ó poco profundamente dividido 3
Talo lacinado, con lóbulos en su totalidad más de dos veces
más larg'os que anchos 12
3. Cara superior más ó menos reticulada, con lineas salientes
ó profundas á modo de grietas 4
Cara superior lisa, no reticulada 8
4. Talo con placas sorediformes blancas centrales y marg-i-
nales Borren Turn.
Sin soredios, ó con soredios marg-inales 5
5. Talo con isidio y granulaciones abundantes M -\- K= O {1)
Saxatilis L.
Talo sin isidio ni g-ranulaciones 6
6. Haz muy distintamente reticulada, con líneas á manera
de surcos ó g-rietas lineales. M-\- K=^A. sulcata Tayl.
Haz poco distintamente reticulada 7
7. Talo ancho, envés fibriloso hasta el borde mismo, ó bien
con las ricinas submar^inales transformadas en papilas.
cetrata Ach.
Talo más estrecho, blanco, g-arzo; haz enteramente lisa;
envés con faja marg-inal lampiña; apotecios con disco
perforado yerforata Jacq.
(1) La fórmula M ■\- K = O indica que mojando la capa medular (¿1/ ■ blanca con
una gota de agua saturada de potasa (íC), no se nota cambio de color. Cuando se dice
M 4- /£■ =• Á , el color es amarillo. C empresa la disolución acuosa del cloruro de calcio,
T el talo, etc.
:n2 boletín de la sociedad española
8. Talo grande, hasta 30 cm. de diámetro, con lóbulos an-
chos, bordes enteros ó casi enteros, pleg-ados, ascenden-
tes, sin fibrillas ó pestañas, con soredios marg-inales; en-
vés negTuzco y más pálido hacia los bordes, 'perlata L.
Talo menor, lóbulos festonados, sin soredios 9
9. Lóbulos fibrilosos en sus bordes 10
Lóbulos sin pestañas ó fibrillas 11
10. Haz lisa, sin isidio; bordes de los lóbulos crispados, ascen-
dentes, sorediosos trichotera Hue.
Haz con isidio, del cual nacen pelos negros; bordes de los
lóbulos con pelos simples ó ramosos . . . jyiloseUa Hue.
11. Apotecios de disco pardo y borde (del apotecio) lampiño
tiliacea Ehrh.
Apotecios rodeados de fibrillas en el borde exterior del
margen , car'porrMzans Tayl.
12. Envés fibroso, ó con ricinas negras 13
Envés lampiño (subgénero Menegm^ia Mas.) 15
13. Apotecios de borde festonado; lóbulo? ascendentes; envés
pálido en los bordes; M -\- K ^i O remluta Flk.
Apotecios de borde entero; lóbulos aplicados al soporte. 14
13. Talo blanquecino amarillento, cubierto de soredios blan-
cos, neg-ro inferiormente hasta cerca del borde; lacinias
ciliadas, divergentes; M -f- K =^ A (luego rojo)
sinuosa Ach.
Talo liso, blanquecino, con alg'unos soredios, inferior-
mente neg-ro hasta el borde mismo; lacinias diverg-en-
tes, las del contorno más anchas. M + K = O
IfBxigata Sm .
15. Talo tenue membranáceo, laciniado, empizarrado; poco
adherente, ascendente en los extremos. 2^^i'U-^odcs Ach.
Tal-o gTueso, cartilag-íneo, adherente en toda su exten-
sión; lóbulos empizarrados, convexos. . enemista Sm.
2.a Sección. — Coloreadas.
16. Talo verdoso pálido ó amarillento 17
Talo obscuro, esto es, verde oliváceo ó azulado, negruzco
ó negro Ls
17. Talo ancho, rug'oso, mate, de lóbulos anchos, enteros ó
festonados caiierata L.
DE HISTORIA NATURAL. 313
Talo menor, liso, brillante, salpicado de puntos neg-ros
hacia el centro; lóbulos estrechos, festonados ó hendi-
dos , conspersa Ehrh.
18. Talo verdoso, lobado ó laciniado 19
Talo pardo obscuro, neg'ruzco ó neg'ro, laciniado 24
19. Talo liso, sin berrug-uillas ó isidio 20
Talo con asperezas diversiformes 22
20. Haz verde lívida ó azulada; apotecios g-randes, á veces
hasta 20 mm. de diámetro, de disco pardo-rojizo, de
borde festonado inflexo acetabidum Neck.
Haz verde olivácea, apotecios menores, de disco pardo
obscuro y borde entero 21
21. Corticola. Haz mate, ó sólo brillante hacia el marg-en,
lóbulos redondeados olivácea L.
Saxícola. Haz brillante, lóbulos estrechos, recortados. . . .
prolixa Ach .
22. Talo pardo oliváceo brillante, con asperezas del mismo
color ó poco más obscuras, que no blanquean con el
frote; apotecios numerosos, con borde papiloso; lóbulos
redondeados, festonados, hendidos; envés casi del mis-
mo color que el haz. Corticola exasperata Ach.
Haz con numerosas asperezas que blanquean con el frote.
Saxícola 23
23. Envés iieg-ro en el centro, pálido en los bordes, fibriloso;
M + C = R (rojo) lusitana Nyl.
Envés neg'ro intenso hasta el borde, lampiño ó poco fibri-
loso; M + C =^0 isidiotyta Nyl.
24. Talo delg-ado, reticulado, pardo claro ú obscuro; lóbulos
truncados en sus extremos omjj/ialodes L.
Talo g-rueso, cartilag-íneo, obscuro, no reticulado 25
25. Talo acanalado por encima, ó cóncavo. . , faJihmensis L.
Talo plano ó convexo por encima 26
26. Mate, lóbulos anchos alpicola Th. Fr.
Brillante, lóbulos estrechos. stygia L.
S.—Enwner ación de las Parmelias de España.
Advertencia. No se crea que la presente enumeración va
á ser completa; es más bien un avatice ó esfuerzo para lograrla.
Eesumiendo lo que hasta el presente se conoce será más ^í^iQÜ
N.»8.-0ctubre, 1901. 23
314 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
añadir lo que se vaya descubriendo. Al hacerla nos hemos
valido principalmente de los ejemplares existentes en nuestro
herbario, citando empero previamente otros de que tenemos
más cierta noticia. Porque como la taxonomía liquenológ-ica
ha verificado grandes prog-resos en estos últimos años, hemos
creído mejor prescindir de citas antig-uas y apuntar solamente-
las últimas investig-aciones, mayormente que la Flora del
Sr. Lázaro resume las precedentes. Para mayor brevedad expre-
saremos con números las publicaciones aludidas, del modo
sig"uiente:
[1] L'kz3,ro.—Co?}ipendio de la Flora española, t. i, 1896.
[2] Barras. — Liqúenes de Andalucía del Museo de la Universi-
dad de Sevilla, coleccionados por D. Salvador Calderón.
Anal. Soc. esp. de Hist. nat., 1896, Actas, p. 53.
[3] Lázaro.—^ Igunos liqúenes de España y Portugal. Anal. Soc.
ESP. DE Hist. nat., 1898, Actas.
[4] Vicioso. — Liqúenes del Moncayo. Anal. Soc. esp. de Hist.
NAT., Acta de Noviembre, 1898.
[5] — Liqúenes de Calatayud, ídem id., 1899.
Van señaladas con * las formas que ahora se citan por pri-
mera vez de España.
l.a Sección. — Blancas.
1. Parmelia Borreri Turn. (P. duhia Schser.)
Guadarrama, Covadong-a [3].
La Guardia (Pontevedra) (1), Gijón (Asturias).
2. P. saxatilis L. (retiruga DC.)
Toda la Península [1]. — Coruña, Aranda de Moncayo, Be-
nasque, Sierra de Villarroya, Covadong-a [3!.
Moncayo, Ortig-osa (Log-roño).
3. P. sulcata Tayl. (P. saxatilis L. var. sulcata).
Madrid, El Escorial, Aranda de Moncayo, Torrelaveg-a,
Guadarrama [3], [4].
Andújar, Aya, Brihueg-a (Guadal ajara), Chamartín (Ma-
(1) Los liqúenes que poseo de La Guardia los he recibido del R. P. Baltasar Meri-
no S. J.; los procedentes de Aya (Guipúzcoa) y Ulzama (Navarra) me los ha entregada
el R. P. Manuel Ostiz S. J., y los de Ortigosa los debo á la amabilidad de D. Melchor
Vicente.
DE HISTORIA NATURAL. 315
drid), El Goloso (idem), Moncayo, Montsant, Montseny,
Tineo (Asturias), Ortig-osa, Ulzama, Veruela.
4. P, cetrata Ach. Amo: Flora criptog-ámica de España.
* Var. soredifera Wainio f.* ciliosa Viaud-Grand-Marais.
Con soredios y pestañas.
Gijón.
T), P. perfórala Jacq.
Covadong-a, Gerona, La Guardia.
H. P. perlata L.
C. excepto en el Centro [1]. Ribas (Gerona), Morón, Torre-
laveg-a [3].
Gijón, Mondariz (P. Ostiz), La Guardia.
Dos Hermanas (Sevilla), con duda [2].
7. P. * trichoUra Hue. — Especie confundida hasta poco há
con la P. perlata, de la cual la separó el abate Hue
en 1898.
Aya, Covadong-a, Gerona (H. Boldú S. J.), Gijón, La Guar-
dia, Mondariz, Moncayo, Mahón (Rodríg-uez Femenías)^
Ortig-osa, Tineo, Veruela.
8. P. * pilosella Hue. — Separada de la P. perlata.
Covadong-a, Gijón, La Guardia, Ulzama.
9. P. tiUacea Ehrh.
C. en la Península. [1] [2] [3] [4].
F.* mimda Schser. Haz lisa, sin soredios, apotecios abun-
dantes.
Brihueg-a, Calatayud, Chamartín, El Goloso, La Guardia^
Montsant, Ortig-osa, Veruela.
F.' scortea Ach. Ordinariamente sin apotecios; haz cubierta
de puntos neg-ruzcos.
Cercedilla, Guadarrama, El Espinar, El Escorial, Torrela-
^ vega. [3] [4] [5].
Ávila (Barras), Brihueg-a, Cabacés, Chamartín, El Goloso,.
Moncayo, Montseny, Ortig-osa, Veruela.
10. P. carporrhizans Tayl. (P. tiliacea var. carporrhnans) .
Benasque [3].
Moncayo, Veruela.
11. P.^ revoluta Flk.
La Guardia, Mondariz.
12. P. sinnosa Ach.
[1] Coruña [3].
316 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
13. P. líPiigata Sm,
[3J.
Moncayo, Veruela.
14. P. physodes Ach.
Toda la Península [1]. Moncayo, Guadalcanal, Sierra de
Yillarroya [3j.
Yar. Jadrosa Ach. Lóbulos terminados en placas harinosas.
[4J.
Covadong-a, El Goloso, La Guardia, Mondariz (Ribera),
Montseny, Moncayo, Osma (Santa Olalla), Pajares.
N^v. 2)hity¡)Jiy¡¡a Ach. Lóbulos aplanados y ensanchados
en su extremo.
La Guardia, Moncayo, Mondariz, Ortig-osa.
Var. vittata Ach. Lóbulos ceñidos de una línea parda en
el borde.
[4].
15.
[1].
La Guardia, Mondariz, Ortigosa, Tineo.
15. P. enemista Sm.
* Yar. hitestiniformis\i\\. Lacinias estrechas, articuladas,
es decir, ang-ostadas é hinchadas alternativamente.
Moncayo.
2.ÍL Sección. — Coloreadas.
16. ■ P. ca per ata L.
C. en toda la Península [1]. — Sierra de Yillarroya, Gua-
darrama, La Guardia, Pedroso de la Sierra, Alcalá de
Guadaira [2|, Moncayo, Torrelaveg-a, Pajares [3] [4].
Aya, Cabacés, Chamartín, Córdoba (Hernández Pacheco),
tierona, Gijón, La Guardia, Martorell, Mondariz, Seva
(P. Barnola S J.), Yeruela.
17. P. conspersa Ehrh.
Casi toda la Península [1]. Aranda de Moncayo, Sierra de
Yillarroya [3] [4], Constantina (Sevilla) (sobre piza-
rra) [2].
Yar. siiheonspersa Nyl. Difiere del tipo por la reacción:
[3].
La Guardia.
[4].
DE HISTORIA NATURAL. 317
Var. ¡atior Schíer. Lóbulos del contorno poco hendidos,
anchos, festonados.
Bellmunt (Vallespí), Cabacés, Covadong-a, Gerona, Huevar
(Paúl), Mahón, Montseny, Yeruela.
Var. stenophi/lla Ach. Lóbulos del contorno estrechos,
hendidos ó recortados.
Andújar (Valenzuela), Ávila, Brihueg-a, Calatayud, Cha-
martín, Gerona, La Guardia, Javalambre (Pau), Orti-
gosa, Osma, Pajares, Veruela, Villaharta (Paúl).
Var. isidiosa Nyl. Haz con isidio.
El Escorial [3], Calatayud [4].
18. P. acetahulum Neck.
Casi toda España [1]. — Moncayo, Pedroso de la Sierra, San
Nicolás del Puerto [3].
Burg-os (López de Zuazo), El Goloso, Moncayo, Montseny,
Ortigosa, Pajares, El Pardo, Tudela (P. Ostiz), Ulzama.
21. P. exas2)erata Ach. (P. áspera Masf.)
Guadarrama [3].
Brihueg-a, Calatayud, Chamartín, Moncayo (en las hayas),
Veruela.
22. P. lusitana Nyl. (P. verrucige7'a Nyl.)
Cercedilla [3].
Calatayud.
23. P. isidiotyla Nyl.
Calatayud. [5].
24. P. omphalodcs L.
El Espinar, Guadarrama, Somosierra [3] [4].
Ávila^ El Espinar (Lázaro), La Guardia, Moncayo, Ortigosa.
25 . P. fah lun en sis L .
N.,0. yS. [1].
26. P. * aJpicola Th. Fr.
Moncayo.
27. P. stygia L.
Madrid [3] [4].
Moncayo.
•318 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Les gaz combustibles de l'air; l'hydrogéne atmosphérique,
par M. Armand Gautier d)
POR
D. FEDERICO CHAVES.
Las interesantes cuestiones de Biolog-ía mineral que se sus-
citan en este trabajo del disting-uido sabio francés me han
estimulado á dar á conocer á nuestros consocios de la Sección
alg'unas de las importantes conclusiones que en él se formulan;
conclusiones de verdadera novedad, puesto que se refieren á
procesos habidos, no ya en las g-randes masas minerales cuyos
cambios químicos están más observados y estudiados, sino por
el contrario, á las reacciones que tienen lug'ar entre aquellos
minerales cuya existencia en las diversas rocas no está aún
bien comprobada por las dificultades que la investig-ación
ofrece tratándose de substancias muy difundidas en la corteza
del g"lobo, ó presentes sólo en pequeñísima cantidad en los mo-
delos que de ésta pasan á ser objeto de reconocimiento en el
laboratorio. Trasladamos aquí dichas conclusiones, que apa-
recen en la seg-unda parte del trabajo, titulado Origine de Vhy-
drogéne atmosphérique.
La existencia demostrada de pequeñas cantidades de hidró-
g'eno mezclado á los g-ases del aire, entre los que el autor ha
dosado el metano (probablemente una mezcla de Cg H(, y
7 CE^ que no reacciona sobre el anhídrido iódico), el óxido de
carbono y vestig-ios de carburos en 6'n //2n — 2 y 6'n //2n-2, tie-
ne, en efecto, g-ran interés, no sólo por el papel que en la vida
mineral y org-ánica representan dichos g-ases, sino mu}^ prin-
cipalmente por lo que á su orig-en se refiere.
En el aire de las calles de París y en condiciones normales
ha encontrado M. Gautier 19 cm.^ de hidrógeno por 100 1. de
mezcla. Hace observar que al paso que el oxíg-eiio del aire con-
trae sin cesar combinaciones y se empeña en oxidaciones mi-
nerales y orgánicas (función clorofílica, combustiones anima-
les, fermentaciones etc.), y el nitrógeno es fijado en el suelo
por los fermentos nítricos, por las alg-as inferiores, mostrando
(1) Ann. de Chim. et de Phys., sept. serie, t. xxii, p. 5-110.
DE HISTORIA NATURAL. 319
<una rotación constante que limita su proporción ó cantidad
respecto al resto de los g-ases que forman la masa principal
del aire (oxíg-eno, nitróg-eno, arg-ón), el hidróg-eno, como quizá
también el metano, permanece seg-ún el autor, en la atmós-
fera, donde, tal vez, dada su inercia química, se acumula sin
cesar.
En opinión de M. Gautier, las reacciones íg-neas que tienen
lug-ar en las capas profundas del g-lobo orig-inan abundantes
desprendimientos de hidróg-eno, y no tan sólo en los continen-
tes, sino también en los mares, especialmente en el fondo, don-
de no puede quemarse g-ran parte de este g-as, como acontece
en los volcanes, soíiioni, etc. Estos desprendimientos son la
manifestación exterior y localizada de reacciones subterrá-
neas que se efectúan desde tiempo indefinido bajo la corteza
terrestre; y siendo los fenómenos actuales la continuación ate-
nuada de las reacciones íg-neas que se suceden desde los mas
antig-uos tiempos g-eológ-icos hasta los presentes, la cantidad
de hidróg-eno lanzada á la atmósfera debe ser enorme.
Las reacciones que en vastas extensiones se efectúan en los
terrenos volcánicos son orig-en de desprendimientos de g-ases
(hidróg-eno, H.^ S, H^ O, hidrácidos, C'O^ nitróg-eno, 011^) que
escapan por los volcanes y los soíiioni; pero si estas reacciones
se cumplen en lug-ares más profundos del g-lobo, los materia-
les de la reg-ión absorben aquellos g-ases que son capaces de
actuar sobre ellos, mientras que los inertes se difunden lenta-
mente á través de la masa de dichos materiales escapando
finalmente á la atmósfera por las g-rietas y hendiduras del
suelo. La prueba, dice M. Gautier, de este desprendimiento de
g-ases de las regiones g-ranítica y subg-ranítica, no solamente
en los países de volcanes, sino casi siempre y en toda época,
nos la da el examen de las inclusiones g-aseosas de las rocas
cristalinas. Como se sabe, en estas inclusiones se han podido
caracterizar el ag-ua, los cloruros, el anhidro carbónico, alg-u-
nos carburos de hidróg-eno, el nitróg-eno y el hidróg-eno ence-
rrados bajo fuerte presión. El autor da á conocer el resultado
del análisis de los g-ases extraídos por él de una masa de gra-
nito de Vire, cuyo polvo fué tratado á 150° por el ácido fosfó-
rico siruposo, y hace notar al propio tiempo los resultados de
otros análisis de g-ases de la ofita, el basalto^ etc., todos los
cuales convienen en demostrar el hecho de que las rocas pro-
320 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
fundas producen á temperaturas superiores á 280°, con ó sin
intervención del ag-ua, un desprendimiento de g-ases de la
misma naturaleza de los emitidos durante las erupciones vol-
cánicas.
El orig-en de todos estos gases está en la acción del ag-ua
auxiliada ó no por la de los ácidos sobre las substancias acce-
sorias contenidas en los terrenos subg-raníticos, á saber: sul-
fures, nitruros, argonuros, heliuros, hidrocarburos, carburos,
fluoruros, ioduros, fosfuros, arseniuros etc.; acción que da
como productos g-aseosos los indicados, á mas de vestigios de
iodo, sales amoniacales, arsénico, etc. Por lo que se refiere al
hidrógeno, reconoce como oríg-en las reacciones diversas si-
g-uientes: acción del ag-ua al rojo sobre las sales ferrosas muy
reductoras; destrucción de los hidrocarburos por el calor;
acción del ag-ua al rojo sobre los nitruros, y especialmente ni-
truros de hierro. En esta acción se forman, seg*ún el autor,
amoníaco y óxido ferroso, y se desprende hidrógeno. M. Gau-
tier no ha hallado aún en las dichas rocas representación de
nitruros de hierro, pero ha observado que por medio del electro-
imán se pueden extraer de su polvo substancias más ó menos
mag-néticas las cuales dan amoníaco cuando se las trata pol-
la potasa en fusión.
El trabajo termina con una consideración sumamente inte-
resante y curiosa. ¿Qué sucede con ese hidróg-eno así lanzado
de una manera constante á la atmósfera por efecto de las reac-
ciones químicas que tienen asiento en la parte sólida desde los
más remotos tiempos g-eológ-icos? Si se admite la teoría de
Claussius con todas sus deducciones y la serie de probabilida-
des que en ella se fundan, el hidrógeno no podría acumularse
en la atmósfera, calculando la velocidad media de las molécu-
las de este g-as á 70°, que es la temperatura más baja cono-
cida de la atmósfera, y se halla que dicha velocidad es inferior
en 1600 m. por seg-undo. Bastaría que algunas de las molécu-
las del hidrógeno elevasen su velocidad en las regiones supe-
riores de la atmósfera y según la vertical á 11.000 m. por se-
gundo (cifra 6 veces mayor que la media calculada para este
gas según la fórmula de Claussius) para que escapasen á la
atracción terreste, lanzándose con esta velocidad hacia el sol
ó los grandes planetas, en forma de un ñujo material continuo,,
extremadamente rarificado.
DE HISTORIA NATURAL. 321
Nuevos estudios sobre las agallas (D
POR
D. MANUEL FERNÁNDEZ DE GATA.
III.
Agallas de las cnpuUferas indígenas.
II) Agallas corticales.
Agalla cortical del roble.
Se halla fuertemente adherida á la corteza de las primeras
ramas que se derivan del tronco, ó á la corteza de éste cuando
no está suberificada; es decir, cuando coii'esponde á un indivi-
duo joven de la especie Q. sessiliflora Salisb., var. lamiginosa.
Esta excrescencia es producida por el Cynips corticalis Hartig*.
Y la que se observa en los troncos de robles añosos de la men-
cionada especie y del Q,. pedunculata Ehrh., se debe á la pica-
dura del C. truncicola Giraud., que ocasiona la ag-alla más
voluminosa de cuantas se conocen.
La «ag'alla cortical de las ramas» es mucho más pequeña;
ordinariamente del tamaño y forma que tiene la mitad de una
nuez. Por su localización y aspecto exterior se asemeja á la
«ag-alla cortical del olivo», si bien ésta debe su origen á una
planta talofita.
Es semiesférica y está cubierta exteriormente por el feloder-
mo, ó súber cortical, blanco-grisáceo, delg-ado y con surcos, al
principio de su desarrollo; g-rueso, resquebrajado y de color
pardo-negTuzco, cuando la ag-alla está seca. Haciendo un corte
transversal en la cara plana por donde se inserta la excrescen-
cia, se observa que la capa externa es rojiza y blanda, por
hallarse formada de un tejido celular ordinario; la zona
parenquimatosa inmediata es blanca y muy dura, por ser
esencialmente leñosa, como la zona nutritiva, con la que insen-
siblemente se confunde. En el centro de ésta última hay una
cavidad donde desarrollan varias larvas, que se nutren de la
materia que las rodea mientras duran sus metamorfosis y sa-
lí) Véase el Boletín núm. 4, de 1901.
322 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
len al exterior, convertidas en insecto perfecto, ag-ujereando la
ag-alla en el perímetro externo de su base. Es, por tanto, la
«ag-alla cortical de las ramas del roble», unicelular y multi-
larvar.
ni) Agallas gemi-raraeales.
a) Bedegar de la enema.
Es una ag-alla compaesta de muchas sencillas, unicelulares y
nmlarvares que entre sí no se comunican.
Se encuentra en las yemas terminales de las ramas jóvenes
ó cubriendo los amentos masculinos del Q. Ilex L., y Q. pseudo-
siiber Santi. Debe su orig'en á la picadura del Trigonaspis cos-
talis Hartig'., forma sexuada del Biorrhiza renum Hartig-.,
himenóptero que se reproduce por partenog-énesis y se des-
arrolla dentro de ag-allas que ocasiona en las raíces del alcor-
noque.
Este bedeg"ar se produce también con frecuencia sobre el
roble ((l-peduncidata Ehrh.), en las axilas superiores de las
ramillas donde tienen su asiento los amentos masculinos.
Es una ag-alla esponjosa y muy lig-era, revestida exterior-
mente de una membrana reticulada que envuelve una masa
irreg-ular, compuesta de pelos larg-os, blanco-g-risáceos y bri-
llantes. Se halla atravesada por un ramillo foliar ó por varias
yemas rameales que sobresalen muy poco al exterior. Hacien-
do un corte transversal se observa que en el punto de inser-
ción con el tallo hay una porción de escamas que formaron la
cubierta de la yema caulinar donde se originó la excrescencia.
Dichas escamas se hallan también esparcidas, aunque en me-
nor cantidad, por todo el bedeg-ar, y proceden del aborto de
una ó varias yemas por la presión que sobre ellas ejerce la
ag-allá á medida que va desarrollándose.
Dentro de la masa esponjosa que constituye el bedeg-ar y en
la posición más superficial, se encuentran muchos núcleos
huesosos de forma oval: estos núcleos son las verdaderas ag-a-
Uas uniloculares y unilarvares.
Adheridos á las ramillas, donde se inserta el bedeg-ar, por un
extremo y tocando á é.sta excrescencia por el opuesto, vense,
alg-una vez, los capullos de seda que sirvieron á la larva, lueg-o
que abandonó la ag-alla, para transformarse en insecto perfecto
pasando antes por el estado de ninfa.
DE HISTORIA NATURAL. 323
b i Bedegar del roble.
Es una ag-alla compuesta de muchas ?,QXi(iW\di^,íiniceluJaresy
MniJarvares, entre sí inconmunicadas. Se produce en las yemas
terminales y adventicias del Q,. pedunmilata Ehrh., y Q. sessili-
Jiora Salisb., var. Cerrioides; siendo, de ordinario, más abun-
dante en los renuevos de los pies pequeños, conocidos con el
nombre de bardas (1). Por excepción se produce en las ramas
que inmediatamente derivan del tronco; y, aunque con menos
frecuencia, también se forma este bedegar sobre la encina
(Q,. Ilex L.), como el de ésta se presenta en aquél, seg'ún deja-
mos dicho al describir dicha excrescencia.
Entre las ag-allas de las cupulíferas indíg-enas el bedeg-ar
del roble es la primera que aparece. Se la encuentra desarro-
llada á principios de Mayo; y aunque se recojan los ejempla-
res más pequeños ó en vías de formación, no es posible hacer
preparaciones microg-ráficas en las que aparezca la capa nutri-
tiva porque ésta se halla ya reemplazada por una g-ruesa larva
blanca, que llena cada una de las celdas ó cámaras larvares
que constituyen las verdaderas ag-allas.
El bedeg-ar, en fresco, tiene el aspecto y tamaño de un pe-
queño tubérculo de patata; es achatado en el sentido de su
inserción y muy lig-ero, deformándose por la presión más pe-
queña. Su epidermo es una delg-adísiraa membrana lustrosa,
blanco-rosada y de un rojo carmín por el lado donde ha sido
más intensa la acción solar. Sig-ue al epidermo una capa ama-
rillenta y muy esponjosa, debajo de la cual existe la zona paren-
quimatosa (donde se alojan las cámaras larvares), constituida,
como la anterior, por un tejido esponjoso, de células blancas,
de paredes delg-adas, que toman un tinte rojizo por la inñuen-
cia atmosférica: la capa protectora de cada celda, es dura y
leñosa, por formarla elementos celulares y fibrosos lig-nifi-
cados.
Después de seco, en la planta, aparece ag-ujereado en toda
su superficie (2) por el Teras Urmmalis Fabr. ; forma sexuada
(1) Nombre regional salmantino.
(2) La observación siguiente demuestra como puede verse agujereado el bedegar,
en fresco. Puestos algunos ejemplares en un recipiente herméticamente cerrado, al
3-24 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
del BiorrMza áptera West, insecto que por su picadura en las-
yemas rameales del roble, ocasiona el bedeg-ar. Seg-ún el doc-
tor Adler, que lia estudiado las sucesivas fases por que pasa
éste cinípido, en nada se diferencia por sus alas y antenas de
las especies de esta familia; es, no obstante, su escudete depri-
mido, los palpos maxilares constan de cuatro artejos y de dos
los labiales; la mitad anterior del cuerpo es moreno amari-
llenta, neg'ruzca la posterior y moreno-rojiza la base del abdo-
men. El Teras terminaUs Fabr. ; sale del bedeg-ar en el mes de
Junio; en seg"uida se aparea con la hembra y la fecunda; ésta
pone los huevos introduciendo su taladro en el tejido perifé-
rico de la raíz del roble más añoso, en los que da lugar á la
formación de agallas pluriloculares. De estas agallas radicula-
res, que son verdaderos bedegares adheridos unos á otros, sale
á fines del invierno la generación ágama de este insecto, que
es el B. áptera West., desprovisto de alas, como indica su nom-
bre específico; protórax más corto que la cabeza; escudete ne-
gro y abdomen comprimido.
El bedegar del roble es inodoro y de sabor acidulo-estíptico
en fresco; demuestra la presencia del tanino por las sales
ferrosas,
c) Agalla del alcornoque.
Es sencilla, unicehilar y unilarvar. Entre las agallas de las
cupulíferas son muy pocos los ejemplares del Q,. siiher L., que
la presentan. Se produce en las yemas de las ramas termina-
les por la picadura del Cynips coriaria Hartig.
Es redondeada, de 1 cm. de diámetro, azulado-negruzcaf^«r-
za) y con Jentejülas de felogeno ó súber epidérmico en su
superficie; leñosa en sus zonas media é interna, que son blan-
cas y, á simple vista, indiferenciadas, por tener muchos hace-
cillos fibroso-vasculares blancos; y semi-leñosa en la zona ex-
terna, de color amarillo-verdoso y con más tejido celular ordi-
nario que hacecillos leñosos. Es imposible hacer cortes micros-
cópicos que conteng'an las tres zonas, porque tanto la agalla
fresca como la desecada, natural ó artificialmente, no llegan á
cabo de algunos días se encuentran totalmente cubiertos de moho fMzícor Mucedo L.),
■viéndose al propio tiempo salir todas las larvas en un periodo bastante avanzado de
desarrollo.
DE HISTORIA NATURAL. 325
reblandecerse, ni aun en el ag'iia hirviendo, más que en su
zona periférica.
Esta ag-alla no flota en el agua; es casi tan pesada como la
de Alepo y contiene, á pesar de ésto, muy poco tanino.
dj Agalla corniculada del roble.
Es de formación bisanual y una de las más raras entre las
ag-allas de las cupulíferas. Se produce, en las yemas de los ra-
inillos jóvenes del Q,. Toza Bosc, por la picadura del Cymps
coronata Giraud.
Es de forma irreg'ular, conoidea ú oblong'o-acliatada long-i-
tudinalmente y ensanchada en el sentido transversal; presen-
tando, en la mitad superior, muchas prolongaciones ó tubér-
culos cónico-aplastados y encorvados en el sentido de su com-
presión; su superficie es lustrosa, acanelado-clara ó grisácea.
En su interior ofrece un color amarillo-rojizo, excepto en las
capas jyrotectoras, <\\iQ son blanco-grisáceas y muy duras, por
ser esencialmente leñosas. Se compone de muchas celdas ó
cámaras larvares, excéntricas unas y periféricas las otras; se
trata, por consiguiente, de una agalla sencilla, phmcchdar y
muUilarvar.
Su sabor es astringente, algo amargo; inodora y muy ligera.
IV.
Agallas gemi-foUares.
a) Agallas redondas de la encina.
Agallas redondas mayores y menores.
Se producen en las yemas foliáceas axilares ó terminales de
los ramillos jóvenes del Q. ¡iseudo-suher Santi (Mesto), y Q. coc-
cifera L., var. vera (Coscoja), por la picadura del Cynips hunga-
rfra Brechem. Unas son de 3 mm. de diámetro; menores que
las otras; esfericuladas, muy duras, de color grisáceo-claro en
fresco, y rojizas después de secas. Las mayores tienen 6 mm.
de diámetro, aproximadamente, siendo perfectamente esféri-
cas, verdosas primero y rojizas cuando secas. Las primeras
tienen «varias cámaras centrales y varias periféricas». Las últi-
mas presentan «una sola celda central y varias periféricas». Esta
326 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
es SU principal diferencia. Después de secas son de superficie
desig-ual, punteada y rayada por las arrug-asdel epidermo; sin
tubérculos, pero con pequeñas protuberancias aplanadas que
vienen á sustituirles. Son muy duras; de estructura radiada y
color pardo-amarillento en todas sus zonas, excepto en la pro-
tectora, que es blanco-ag-risada. Las redondas menores tienen
la cavidad central dividida por una delg-adísima película, en
varios compartimientos ó celdas, en número de nueve ordina-
riamente, cada uno de los cuales aloja una larva blanca. Pre-
sentan, además, como las redondas mayores, en la capa exter-
na, una, dos ó tres cámaras con su larva, menos desarrollada
que las anteriores. Convertidas las larvas centrales y las peri-
féricas en insecto perfecto, horadan la ag-alla en diversas
direcciones, que vienen á traducirse por ig-ual número de ag"u-
jeros en su superficie.
Estas ag-allas son muy astring-entes; contienen, por lo tanto,
mucho tanino (35 por 100).
Examinada al microscopio una sección transversal de la
ag-alla redonda mayor, se observa, del centro á la periferia,
primero la capa nutritiva constituida por un tejido homog-éneo,
análog-o al fundamental que forma la médula de muchos tallos,
de células pequeñas, poliédricas, las cuales no dejan espacios
intercelulares y llenas alg-unas de una substancia amarilla.
8ig"ue á aquella la capa protectora constituida por varias series
de células alarg'adas radialmente, de paredes gruesas y apre-
tadas entre sí. Contactando con la capa protectora se halla el
parénquima duro, integ-rado por células g-ruesas muy refrin-
g-entes y dispuestas en series radiales. Estas son las células
moniliformes taníg-eras que aparecen también dispersas por
todo el parénquima esponjoso. Este es muy extenso y lo cons-
tituye*- un tejido flojo de células ramosas irreg-ulares y con
abundantes meatos. En uno y otro se hallan esparcidos radial-
mente los hacecillos fibroso-vasculares coloreados de amarillo.
Forman el epidermo células aplastadas y de paredes g-ruesas.
b) Agallas redondas del roble.
Agallas redondas mayores y menores.
Deben su orig-en al Cynips Kollari Hartig-.^ que pica en las
yemas foliáceas de las ramas tiernas del Q. pedunculata Ehrh.,
DE HISTORIA NATURAL. 327
Q. sessiU/lora Salisb., y Q. Liisitaníca Webb. Unas veces aborta
la hoja, pero otras se desarrolla con la ag-alla: en este último
caao parece inserta en un peciolo foliar. De aquí el impropio
nombre de Agallas del p ídolo del roble con que se denomina á
éstas excrescencias. Decimos ésto porque el desarrollo de la
agalla es siempre más precoz que el de la hoja; y, además,
porque ésta se separa sin que aquella se desprenda, lo cual
demuestra que ni se inserta en el peciolo ni crece á expensas
de su tejido.
Hay que disting-uir, como en las ag-allas redondas de la
encina, dos variedades: unas con la celda central unilarvar y
varias periféricas tamMén uiiilarvares; las otras con varias cáma-
ras centrales y varias periféricas. Ambas son comunísimas y
abundan sobre todo en las matas arbustivas de los renuevos
del roble. Ordinariamente se presentan dispuestas á lo largo
de una ramilla ó insertas en la base peciolar de una hoja y
casi siempre agrupadas de dos en dos, rara vez una sola ó
grupos de más de dos.
Las redondas mayores, que forman la primera variedad, tie-
nen, aproximadamente, 6 mm. de diámetro; son perfectamente
esféricas, verdosas al principio, blanquecino-agrisadas des-
pués y amarillo-rojizas cuando están secas; blandas y muy
jugosas en fresco: si entonces se las deseca rápidamente se
contraen en una tercera parte de su volumen, quedando muy
rugosas y de un color pardo-agrisado exteriormente y amarillo-
claro en la parte interna. Desecadas, naturalmente, en la
planta, no pierden la forma esférica ni tampoco el volumen
adquirido en su completo desarrollo, y queda su superficie
lisa, brillante y amarillo-rojiza, mientras que su interior tiene
un color rojo vivo.
Presentan, como dejamos dicho, una cámara central y mu-
chas otras situadas en la periferia, y en el conducto radial, que
pone á aquella en comunicación con el exterior, se encuentra
el capullo de seda que sirvió á la larva para transformarse en
ninfa y á ésta en insecto perfecto.
Algunas de las de esta variedad presentan también la cavi-
dad central dividida en varios compartimientos ó celdas larva-
res. Son, sin embargo, la excepción del caso general.
Las redondas menores son mucho más pequeñas, pues no
alcanzan más que de 3 á 4 mm. de diámetro; su forma no es
t)28 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
perfectamente esférica sino esferoidea; son muy duras, y tie-
nen la cavidad central^ que es muy g-rande, dividida en cel-
das, cada una de las cuales aloja su larva.
Una sección microtómica hecha en la ag-alla redonda ma-
yor, examinada al microscopio nos manifiesta su epidermo
como una línea rojiza en medio de estrecha faja amarillenta,
de células redondeadas-aplastadas y alg-o abultadas exterior-
mente. Sig'ue á aquel extensa zona parenquimatosa, reg-ular,
constituida por células poliédricas, blancas, de paredes delg-a-
das y poco compactas entre sí, y en la cual apenas se disting-ue
el parenquima duro del llamado esponjoso, sino es por los
diversos g-rupos radiales de células moniliformes tanígeras
que en él se asientan. Estas son pequeñas, de contornos polié-
dricos y color amarillo-rojizo. En ambos parenquimas se ven
algunos haces fibrosos, poco apretados y teñidos de amarillo.
La capa protectora no se halla diferenciada en el corte de
una ag-alla incompletamente formada; pero si ésta ha adquirido
todo su desarrollo, entonces se presenta como una g-ruesa zona
de células blancas esclerenquimatosas.
La capa nutritiva es bastante g-rande y está formada por tin
tejido parenquimatoso fundamental de células muy pequeñas,
redondeadas y sin meatos.
e) Agallón de la encina.
Manzana de la encina.
Debe su origen á la picadura del Cyiiips fecundatrix Hartig-.,
en las yemas foliares del Q. Cocáfera L. var. x¡eni y Q,. ¡iseudo-
Suher Santi. En estas dos especies es poco frecuente el agallón
producido por aquel cinípido, mientras que abunda mucho en
el Q. iLíísitanica Webb.: casi en la misma proporción que el
ag-allón del roble albar. Es muy semejante al de éste: se pre-
senta aislado, rara vez en g-rupos de dos ó más ag-allones; es
redondeado y alg-o achatado verticalmente; verde primero,
después rojo, y por la desecación, pardo-claro: tiene una
corona de tubérculos, más pequeña que la del ag-allón del
roble, pero con mayor número de tubérculos y éstos más des-
arrollados y puntiagudos; en cambio el casquete esférico que
circunscribe es de radio más corto y el tubérculo central
superior está deprimido y repleg-ado hacia dentro.
DE HISTORIA NATURAL. 329
Recolectada en otoño es más lig-era y voluminosa, de 25 á
35 mm. de diámetro y con la corona muy poco pronunciada,
pero con cicatrices cóncavas que denotan su existencia en
fresco.
El corte transversal medio pone de manifiesto la cámara
larvar del centro con su conducto de salida en la dirección del
corte; la capa protectora de forma oval y paredes blanquísimas
muy delg'adas; la zona parenquimatosa, muy extensa en su
parenquima esponjoso y más estrecha en el duro, donde tienen
su asiento los hacecillos^ y el epidermo que apenas se diferen-
cia del tejido subyacente por ser del mismo color rojo-claro.
Esta ag-alla tiene, como la del roble, otras cámaras larvares
mucho más pequeñas, situadas en la periferia; sólo que aquí
corresponden, de ordinario, á los tubérculos ó depresiones
tuberculares que presenta en su superficie.
Sus caracteres histológ-icos é histoquímicos son los mismos
que presenta el ag-allon del roble, por lo cual no nos detene-
mos á repetir aquí lo que en éste decimos.
d) Agallón del roble.
Manzana del rohle.
En el roble albar ó fresnal ((i. 'pedunculata Ehrh.) y en el
roble común (Q,. sessiliñora Salisb.) es muy abundante esta
ag-alla. Seg-ún Brehem debe su orig*en al üynips argéntea Hartig-.,
cuyo desarrollo todavía no se ha estudiado; desconociéndose,
por ende, si ofrece, como la mayoría de los cinípidos, las dos
formas sexuada y asexuada de la g-eneración alternante.
Tanto en ésta agalla como en su análoga la de la encina y la
del quejig"o, lo que aún se discute es si se produce sobre una
yema ñoral ó es, por el contrario, g-emi foliar en su desarrollo.
Yo me inclino á creer esto último, considerando que una y
otra excrescencia aparecen siempre insertas en la base de un
peciolo foliar.
El ag-allón del roble se presenta casi siempre g-eminado, ó
en g-rupos de más de dos, á lo larg-o de una rama ó en un plano
perpendicular á ésta. Es lig-ero, de 25 á 35 mm. de diámetro,
de forma oval, raras veces piriforme: también es frecuente
encontrarle más reducido en su volumen, aproximándose
entonces su forma á la de una esfera. En fresco tiene un color
N." 8. -Octubre, 1901. 24
33b boletín de la sociedad española
rojo vivo, más pronunciado del lado donde lia sido más intensa
la acción solar que, aquí, como en todos los vegetales, es la
productora de los variados pig-mentos con que aparecen colo-
radas sus partes ó productos. Además está barnizada su super-
ficie por una substancia g-orao-resinosa.
Después de seco es de color ferrug-íneo (pardo-rojizo), y pre-
senta, como en fresco, una corona de tubérculos chatos en el
casquete esférico superior, y en el centro de éste otro tubérculo
bien pronunciado por no estar deprimido ó repleg-ado hacia
dentro.
Practicando un corte por el plano de la corona, se observa
que las pequeñas cámaras larvares no están dispuestas como
en el agallón de la encina, sino esparcidas por el resto de la
periferia, manifestándose cada una de ellas al exterior por el
agujero que practica el insecto en su salida. Una sección
transversal por la mitad pone de manifiesto la cámara central
unilarvar que comunica con el exterior por un amplio con-
ducto, orientado en aquella dirección, donde deja la ninfa su
capullo de seda cuando sale de la agalla convertida en insecto
perfecto. Y si el corte por la mitad se hace en la agalla fresca,
déjase ver la estructura de ésta: á simple vista se observan,
esparcidos por toda la zona parenquimatosa, los hacecillos
fibroso-vasculares, que se traducen por otros tantos puntos
negros en medio de los cuales se destaca una mancha blanca,
que es la zona nutritiva.
Hecho el corte con instrumento de acero, se ve que la zona
sub-epidérraica es la más rica en tanino por teñirse con más
intensidad que ninguna otra por el galotannato formado
sobre aquél.
El epiderrno está formado por una serie de células aplastadas,
y la capa celular sub-epidérmica, por varias series de células
rectangulares, pequeñas, apretadas entre sí y coloreadas de
amarillo. Sigue á ésta la zona de parenquima esponjoso cons-
tituida por un tejido de células ramosas desgarradas y con
muchas y extensas lagunas intercelulares. No hay línea divi-
soria que separe á aquel del inmediato parenquima duro, dis-
tinguible por tener sus células poligonales más pequeñas, ser
menos lag'unoso y dominar en él los haces leñosos liberianos
orientados radialmente y en los que escasean los elementos
vasculares. En ambos se observan las células raoniliformes
DE HISTORIA NATURAL. 331
taníg'eras. La capa nutritiva es más dura que todas las ante-
riores, porque la constituye un tejido esclerenquimatoso de
células redondeadas, cuyas paredes están lig-nificadas y teñi-
das de rojo: contienen g-ranos amiláceos.
Descripción de algunas esponjas del Cantábrico (i)
POR
D. DOMINGO DE ORUETA.
RhapMdophl'iis fUifer R. et D. var. Cantábrica nueva.
(Láminas 111 y IV.)
Esponja de forma laminar, erg'uida, casi siempre ramificada
irreg'ularmente (Lám. iii, fig-. 1.'); á veces extendiéndose con
reg'ularidad en forma de abanico sobre un pedúnculo cilindri-
co (Lám. III, fig-. 2.'*). Espesor comprendido entre 2 y 5 mm.
Superficie muy desigual y lig-eramente áspera al tacto, de-
bido á los haces de espíenlas que se proyectan al exterior.
La fig". I.'' de la lám. iv da idea de los accidentes de la super-
ficie y de la estructura de la esponja. Textura compresible y
elástica. Color g-ris amarillento. Tamaño comprendido entre
5 y 6cm. de dimensión máxima. Los ejemplares representados
en tamaño natural en la lám. iii son los mayores que se han
encontrado hasta ahora.
Los ósculos y poros son imposibles de disting-uir entre los
plieg'ues y accidentes de la superficie.
La composición del esqueleto es bastante regular y se pone
de manifiesto muy bien en los cortes verticales de la esponja
(Lám. IV, fig". 2."). Examinando estos cortes con poco aumento
(-10 á 20 diámetros), como aparecen en la flg'ura últimamente
citada, se destacan los elementos primordiales del esqueleto,
que son á modo de columnas espiculares, que parten todas de
un pedúnculo inferior más ó menos determinado, y van en-
sanchándose y ramificándose á medida que ascienden. Ligan-
do á las columnas entre sí, hay de trecho en trecho puentes
delgados de fibras de espíenlas y espongina, cuya dirección es
próximamente perpendicular á la de las columnas. De esta
(1) Véase Actas de 1900. pág-, lo;^.
332 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
combinación de puentes y columnas resulta un aspecto fibroso
ascendente, que se observa bien en la fig*. 2/ de la lám. iii.
Examinando una de las columnas con mayor aumento
(100 diámetros), se ve que está compuesta, á su vez, de dos
sistemas de ñbras: uno que podemos llamar primario, que
es vertical, ó sea paralelo á la dirección g-eneral de las colum-
nas, g-rueso, compacto, formado por seis á ocho espíenlas uni-
das en haz por una envolvente de espong-ina, y otro al que
llamaremos secundario, mucho menos desarrollado que el
anterior, dirig-ido normalmente ó casi normalmente á él, y
formado por fibras de una, ó á lo más dos espíenlas, unidas
también por una envolvente de espong-ina, mucho más delg-ada
que la del sistema primario. Del cruce de los dos resulta el
aspecto reticulado que se observa empleando el aumento in-
dicado. Las fibras secundarias están á veces erizadas de estilos
lisos ó espinosos que se proyectan oblicuamente hacia afuera.
Todas las columnas del esqueleto terminan en su extremo
superior por un haz de espíenlas (estilos lisos) que se extien-
den en todas direcciones y hacen á la esponja áspera al tacto.
Los haces se observan en alg-unas de las columnas de la fig". 2.''
(Lám. iv) y no en todas, porque el cuchillo del microtumo des-
truye fácilmente los haces arrastrando á las espíenlas que los
forman.
Espíenlas.
(a) MefjascUras.
Estilos lisos (Fig-. 1." a y h). — Puntiag-udos y curvos; unas
veces uniformemente, como en «, otras formando un codo
brusco cerca de la cabeza, como en 1). Long-itud 317 mm.; diá-
metro J2 mm. Es la espícula que más abunda en la esponja*
Forma por sí sola los haces superficiales y la mayoría de las
fibras del esqueleto.
Tilostilos (Fig-. 2.^ a y h). — Rectos y muy puntiag-udos. Ca-
beza de forma irreg-ular. En su tercio inferior la espícula se
cubre de intumescencias como muestra la fig-. 2." Z», que la dan
un aspecto ondulado característico. Es rara y se presenta aso-
ciada á la anterior en las fibras primarias. Long-itud 255 mm.;
diámetro 4 mm.
Estilo espinoso (Fig-. 3."). — Lig*eramente curvo. Cubierto de
espinas cortas. Long-itud 106 mm.; diámetro 8 mm. Aunque
DE HISTORIA NATURAL.
333
más abundante que la anterior, esta espíenla es también rara.
Se presenta en alg-unas de las fibras secundarias proyectán-
dose oblicuamente fuera de ellas, como se dijo antes.
Fig. 1.»
Fig. í."
Fig. 3.»
(b) AJicroschras.
Toxa (Fig-. 4). — Muy larg-a, delg-ada y con un doblez muy
pronunciado en el centro, todo lo cual la da un aspecto espe-
cial que ha servido para caracterizar la especie. Variable en
tamaño; la fig". 4 a representa las mayores y la Z» las menores
que se han observado. Longitud 455 mm.; diámetro 2 mm.
Abunda bastante asociada á los estilos lisos en las fibras
primarias.
Isoquela (Fig-. 5).— Palmeada. Muy regular y uniforme en
tamaño. Long-itud 17 mm. Muy abundante en los nudos de la
reticulación, esto es, en los puntos de intersección de las
fibras primarias con las secundarias, presentándose envueltas
en la masa de espong-ina que une ambos sistemas.
Los caracteres descritos concuerdan en su mayoría con los
que Ridley y Dendy asig-nan á esta especie en su obra sobre
las Monaxónidas del Challenger, pág-inas 15-2 y 153. La espicu-
lación es la misma en los ejemplares del Challenger que en los
.134
boletín de la sociedad española
Fig. 4.»
del Cantábrico, salvo la long-itiid de las toxas,- que es mayor
en estos últimos. También concuerdan la composición y dispo-
sición mutua de los dos sistemas de fíbras.
Hay, sin embarg-o, un carácter de importancia que diferen-
cia á la especie de Ridley y Dendy de los
ejemplares del Cantábrico, y es la pre-
sencia en aquella de una corteza ó capa
dérmica de espículas, que si bien no falta
por completo en éstos, está representada
tan solo por los haces espiculares que
terminan las columnas del esqueleto.
Esta diferencia trae consig'o, á su vez, la
de la textura de la esponja, que en los
ejemplares del Challenger es dura y casi
incompresible, debido á la resistencia de
la corteza de espículas, y en los del Can-
tábrico, por el contrario, elástica y com-
presible.
Ridley y Deudy dan tanta importancia
á este carácter de la corteza, que se valen
de él para distinguir el g-énero RIiapM-
clophlus del Clathria (1), si bien reconocen
que la diferencia entre ambos es más bien
de cantidad qve de calidad, en apoyo de
lo cual incluyen más adelante (2), en el
mismo g-énero á la especien. lobatiisXoü.
sp. var. hórrida, en la que apenas hay
corteza dérmica distinta, y en la que las fibras espiculares ter-
minan en haces de estilos delgados cuyas puntas se proyectan ha-
cia afuera, á semejanza de lo que sucede con los ejemplares
del Cantábrico.
Todo lo que antecede me ha inclinado á clasificar
esta esponja como una variedad nueva de Rhaphido-
phhis filijer, á la que he llamado variedad Cantábrica
y que se diferencia de la especie orig-inal de Ridley
y Dendy en la carencia de corteza espicular propia-
mente dicha, en el aspecto exterior, y en la textura.
Fig. 5.'
(1) Obra citada, pág. 151.
(2) ídem, pág. 153.
DE HISTORIA NATURAL 335
Todos los ejemplares han sido encontrados á profundidades
variables entre 200 y 400 m. La esponja sin ser muy abundan
te, se encuentra, sin embarg-o, con relativa frecuencia en «Kl
Canto» y alg-unos otros puntos del litoral comprendidos entre
Lnanco v Rivadesella.
Explicación de las láminas.
LÁMINA III,
Fig". 1. Esponja. Ejemplar irreg'ularmente ramificado. Tama-
ño natural.
2. ídem. id. en forma de abanico, sostenida por un pe-
dúnculo cilindrico. Tamaño natural.
LAMINA IV.
Fig-. 1. Trozo del ejemplar representado en la fig*. 1.^ de la
lámina iii más aumentado, mostrando el aspecto
de la superficie y la contextura de la esponja. X. 8.
2. Sección g-ruesa de la esponja, mostrando la disposi-
ción general de las columnas del esqueleto y los
haces de espículas que terminan las fibras prima- ♦
rías. X. 14.
Nueva especie del género Ephipjñgera
DON IGNACIO bolívar.
EpMppigera (Steropleurus) polUa. Statura minore. Corpore
supra atro, subtus pallide flavo. Caput flavum. Occipite valde
convexo, atro, nitido. Fastig-ium verticis compressum, canali-
culatum. Frons maculis nig-ris impressis quatuor ornata. An-
teiinis articulis basalibus pallidis exceptis nig-ris subtus palli-
dioribus. Pronotum atrum , nitidum, rug"oso-punctatum , pro-
336 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
zona cylindrica, medio rug*osa, sulcis valde impressis, meta-
zona valde convexa, haud ampliata, carinis lateralibus paral-
lelis obtusatis, carina media párum expressa, lobis deflexis
ang^ulato insertis, pallidis, marg-ine inferiore medio sinuato.
Elytra straminea, convexa, tota irreg'ulariter rug'oso foveolata,
margine incrassato haud expanso , vena radiali subobsoleta.
Femora omnia brevia, pallida, ápice tantum infuscata, autica
inermia, postica abdomine breviora, subtus prope apicem spi-
nis nigris, intus extusque 4 armata. Tibise posticse pallidfe spi-
nis nigris preditfe. Tarsi nigro-marg-inati. Abdomen vsupra ni-
g-rum, subtus pallidum, seg-mentis dorsalibus ultimis medio
depressis. Lamina subgenitalis Q trig-ona, obtusa. Cerci modice
elongati, conici, ápice obtusi, intus pone médium dente nigro
instructi. Lamina subg'cnitalis elong-ata ápice subsinuata; sty-
lisbrevibus. Ovipositor9sensim acuminatus, l<Tviter incurvus.
Long-. corp, c/ 22; pron. 6,5; fem. post. 11.
— » Q » » » » » » oviposit. 15.
Loe. Santiag-o de la Espada. Martínez Escalera, 15-30 de
Julio.
Corresponde al g-rupo del Sttili, j'ero se disting-ue desde lue-
g'o por su color negro brillante sobre la cabeza y pronoto, y
casi mate en el abdomen, que contrasta con el amarillo pálido
de la parte inferior de la cabeza, patas y vientre. También es
característica la disposición de los élitros, cuya marg-en, en
vez de estar explanada y areolada, forma una g-ruesa costilla;
en cambio la vena radial es poco ó nada saliente. Esta espe-
cie vive, según el Sr. Martínez Escalera, debajo de las piedras,
lo que parece ser propio de las especies que habitan en las
altas montañas, pues también se observa en el Platystolus tis-
tulatus. Rb. de Sierra Nevada; particularidad ya conocida, pero
que ha sido confirmada por D. Alfonso de la Cámara en una
reciente excursión realizada por dicha Sierra con algunos de
sus discípulos.
BOLETÍN
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión del 6 de Noviembre de 1901.
PRESIDENCIA DE DON BLAS LÁZARO É I BIZA.
El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué
aprobada.
Correspondeucia. — El Sr. D. Luís Sodiro, de Quito, envía un
ofício dando g-racias por su nombramiento de socio correspon-
diente extranjero.
Admisiones. — Fué admitido como Socio numerario D. Fran-
cisco Zorrilla }• Arro^yo, abog'ado, residente en Sepúlveda, pro-
puesto por D. Luís de Hoyos y Sainz.
Se hicieron cuatro nuevas propuestas de socios y dos de Es-
tablecimientos.
Comunicaciones verbales y notas breves. —El Sr. Secretario dio
cuenta de haber recibido la continuación del trabajo del se-
ñor Fernández de Gata, intitulado ^Nuevos estudios sobre las
ag-allas.»
El Sr. Cabrera Latorre leyó otra nota sobre «Descripción de
tres mamíferos americanos», á la que acompañan dibujos
hechos por el autor.
El Sr. Criado presentó en cumplimiento del encarg-o hecho
por el Sr. Presidente, en sesión anterior, unas «Notas tomadas
en mi viaje al Golfo de Guinea.»
Estos trabajos aparecen en el Boletín.
El Sr. Font y Sagué leyó una noticia sobre su exploración
de la sima de San Toum.
El Sr. Surmely, profesor de idiomas, ofrece sus servicios para
N.»9.-Noviembre, 1901. 25
338 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ayudar á la Secretaría y á la Biblioteca en todo lo referente á
la correspondencia con el extranjero, por lo cual el Sr. Presi-
dente, después de hacer notar la valía de esta oferta, le dio
«•racias en nombre de la Sociedad.
El Sr. Calderón leyó unas cuartillas referentes á observacio-
nes acerca de los yacimientos de calcosina de la Península,
motivada por una nota presentada en la Sección de Barcelona
por el Sr. Ferrer.
Secciones. — La de Barcelona celebró sesión el día 25 de Oc-
tubre último, bajo la presidencia de D. José Casares Gil. Des-
pués de leída y aprobada el acta de la anterior se hicieron dos
propuestas de socios.
El Sr. Ferrer dio lectura á una nota sobre «Yacimientos de
calcosina en Menorca» (Baleares), y el Sr. Bruo-ués otra sobre
«Análisis de ceras de España», cuyos trabajos aparecen en el
Boletín.
El Sr. Fol y Andreu presentó un ejemplar transitorio de
Chiora 'perfoUata recog-ido en los alrededores de Barcelona, y
el Sr. Llenas unos de Ramondia pyrenaica , var. Lazaroi Riv. Mat.,
recogidos en Collbató, que ofrecían algunas modificaciones
debidas á la adaptación.
La Sección de Sevilla celebró su sesión el día 31 de Octubre
último, bajo la presidencia de D. Manuel Paúl. Este señor dio
cuenta del hallazgo hecho por él en Huevar (Sevilla), de una
mucedínea, g-énero y especies nuevos, que reconocida y clasi-
ficada por M, Delacroix, del Laboratorio de Patología veg'etal
de París, ha sido designada por él con el nombre de Melano-
bacidium malí; el Sr. Chaves presentó una nota sobre el ha-
llazgo del minio en Maro (Málaga).
Notas y comunicaciones.
Yacimientos de Calcosina en Menorca (Baleares)
POK
DON JAIME FERRER Y HERNÁNDEZ.
. A mediados del curso pasado tuve noticia de que la «Ma-
quinista Naval» de Mahón trataba de aprovechar alg'unos ya-
cimientos de mineral de cobre, que ya habían sido objeto de
DE HISTORIA NATURAL. 339
exploración años atrás, y que se abandonaron, creyendo seg-u-
ramente que no darían bastante rendimiento para su explota-
ción. Como no tenía noticia alguna de ellos, y no había visto
citados de Menorca más que alg-unos yacimientos de g-alena,
me interesó el hecho por tratarse de un nuevo hallazg-o, y á
mi instancia me remitieron alg'unos ejemplares pertenecien-
tes á la mina llamada «La Rubia», que era la única explorada,
y cuya explotación va á comenzarse de un momento á otro.
Después de haber examinado dichos ejemplares, reconocí,
que el mineral de que se trataba, era calcosina (sulfuro de
cobre), la cual venía diseminada en bloques de lig-nito, im-
preg-nándolo por completo, y además, en alg-unos trozos se
veían porciones de calcosina de bastante tamaño; esta dispo-
sición que presenca el mineral, hace suponer que procede de
la reducción, en presencia de la materia carbonosa, de otro
mineral de cobre, indudablemente la calcantita, que en esta-
do de disolución impreg-nó el lig"nito de que viene acom-
pañado.
Este mineral se encuentra en la naturaleza, como es sabido,
con bastante escasez, pues la mayor parte de las veces se halla
en pequeñas cantidades acompañando á la calcopirita y borni-
ta, y solamente como yacimientos importantes se citan los de
Cornwall, notables por sus ejemplares cristalizados; los de
Mansfeld en los que, lo mismo que en los anteriores, acompa-
ñado de calcopirita; los de Bolivia y Chile, y en España, los
de Linares y Albuñol. Pedr alg-unos datos sobre el yacimiento
menorquino, y aunque incompletos, vi que se trataba de un
depósito exclusivamente de calcosina, no habiendo en él nin-
g'ún otro mineral de cobre, lo que le da cierta importancia
dada la manera de presentarse en casi todos sus yacimientos.
En vista de estos antecedentes, tan pronto como lleg-ué á
Mahón este verano, procuré visitarlo, y durante el mes de
Ag-osto próximo pasado hice tres excursiones á la mina, en
las que pude recog-er los sig-uientes datos:
La masa de calcosina llamada «La Rubia», se encuentra
hacia la parte N. de la isla, á 1 km. del pueblo de Mercadal, y
á unos 15 ó 20 m. sobre el nivel del mar. Se halla enclavada
en la parte O. del monte Toro, centro del sistema orog-ráfico
de la isla, y que g-eológ-icamente considerado, es devónico en
su base, triásico en el centro y jurásico en la cima; estando
340 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
los filones de calcosina en el triásico inferior y terminando en
el medio, que es donde se abre la boca mina.
Los primeros indicios de mineral de cobre son, como en todos
sus yacimientos, manchas de malaquita y azurita, que no sólo
se hallan en la entrada de la mina, producidas por la acción
del anhídrido carbónico y vapor acuoso de la atmósfera sobre
la calcosina, sino que también se encuentran en la mayor
parte de las rocas de aquellos alrededores. Entrando ya en la
mina, lo primero que se observa son alg-unas vetas de carbón,
en el que la calcosina se halla muy diseminada en pequeña
cantidad y asociada con antimonio, lleg-ando en alg-unos pun-
tos á tener casi el 50 por 100 de dicho metaloide; siguen, por
último, los filones que, al principio, tienen unos 4 cm. de es-
pesor; pero, á medida que se va profundizando, van aumen^
tando en espesor Ueg-ando en algunos puntos á 20 cm., si bien
lo regular es que alcancen unos 8 ó 10; á compás del espesor
aumenta también la calidad, ya que se presenta la calcosina
j-ura y en fragmentos no muy pequeños, además de laque
se halla impregnando el lignito. Le sirve de ganga una are-
nisca dolomítica de bastante espesor y que toda ella se halla
impregnada de pequeños nodulos de calcosina, así es que re-
sulta una roca bastante rica para su explotación, pues tiene
una ley de cobre de 8 á 15 por 100. Esta arenisca encaja en la
arenisca gris micácea; obsérvase en algunos puntos, una arci-
lla negruzca, muy endurecida, y que á causa de los roces su-
fridos tiene la superficie completamente pulimentada; esta
arcilla unas veces aparece en el suelo y otras en el techo de
las galerías.
El filón lleva la misma orientación que los estratos del te-
rreno, notándose que en algunos puntos desaparece; y enton-
ces vuelve á salir siempre más baja que antes y siguiendo la
misma inclinación; en algunas galerías he notado que mien-
tras en un lado se quiebra, en el otro sigue sin interrupción
ó desaparece mucho más hacia el interior.
Como dije en un principio, de un momento á otro van á
empezarse los trabajos preliminares para la explotación, para
lo que ha sido adquirida por una casa de Bilbao por la canti-
de 1.000.000 de pesetas.
Además de este yacimiento de calcosina, hay otro en el
punto denominado So7i A^ret, que ahora empieza á explotar-
DE HISTORIA NATURAL. 341
se, que también había sido beneficiado hace bastante tiempo
y cuyo mineral seg'ún se dice era mucho más abundante y
rico que el de «La Rubia». Varios yacimientos de mineral de
cobre de las islas, que sólo están demarcados, en vista de los
buenos resultados hasta ahora obtenidos, se irán trabajando
sucesivamente.
, No tuve ocasión de visitar más que la mina «La Rubia», que
era la única explotada, pero procuraré, tan pronto vuelva á
Menorca, hacer excursiones á todos los restantes yacimientos,
así como aportar todos los datos posibles sobre la g-ea menor-
quina.
Observaciones sobre los yacimientos españoles de calcosina
D. SALVADOR CALDERÓN.
Interesante por extremo es la nota de nuestro consocio de
Barcelona, 8r Ferrer, sobre los yacimientos de calcosina de
Menorca. Trabajos de esta índole irían suministrando los ma-
teriales necesarios para hacer la tópica de los minerales espa-
ñoles, la cual se halla aún menos que en su infancia por cir-
cunscribirse las más de las citas á mencionar vag-amente las
localidades; pero prescindiendo de los importantes datos de ya-
cimiento, abundancia y relaciones de las especies.
Aun aquellas noticias desnudas se hallan dispersas de tal
modo, que es tarea ímproba el reunirías y ordenarlas, y difí-
cil, si no imposible, saber en un momento dado las localidades
patrias de que un mineral se conoce. Esto me ha sug-erido, ya
que de la calcosina trata la nota á que me refiero, la idea de
mencionar las procedencias españolas de dicha especie de que
se tiene noticia, y las que he podido averig-uar.
De Asturias, en las minas de San Pedro, de Aramo y de la
Pola de Lena, posee el Museo de la Escuela de Minas, de Ma-
drid, ejemplares de este sulfuro con malaquita y azurita en
g'ang-a de calcita.
La reg'ión pirenaica está representada en la misma colección
por un ejemplar acerado con malaquita de Chang-oa, en Nava-
rra. Los Pirineos catalanes en la provincia de Gerona, de que
N." 9.— Noviembre, 190L 26
342 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ha dado interesantes noticias el Sr. Vidal (1), presentan, en
San Pedro de Osor y San Mig-uel de Culera, filones y vetillas
casi verticales en las pizarras micáceas de cuarzo con calcosi-
na, óxido neg*ro de cobre y otros minerales. El valle de Ribas,
en silúrico, contiene asimismo pequeños criaderos de cobre
g-ris y calcosina, cubiertos á trechos por óxido neg-ro de cobre
y acompañados ambos minerales de siderita. También hay el
mismo sulfuro en el cuarzo con malaquita y siderita en. un
filón de Caralps en la misma provincia de Gerona.
En León se conoce el mineral de que tratamos en Anciles y
Villamanín en condiciones análog'as, en un todo, á los yaci-
mientos asturianos.
Castilla ofrece como localidades conocidas de calcosina Mon-,
terrubio, en la provincia de Burg-os, acompañada de azurita y
malaquita en cuarzo, noticia ésta como alg-unas otras referen-
tes á nuestro país, consig-nadas en la mag-nífica obra del pro-
fesor Hintze (2) por los datos que nosotros le comunicamos.
También lo hay algo arsenical, mezclado con calcopirita en
los filones del silúrico de Pardos, en la provincia de Guada-
lajara.
Andalucía posee varias minas en las que se ha encontrado
calcosina en mayor ó menor cantidad. Donde más abunda es
en la reg'ión piritífera de la provincia de Huelva, y particular-
mente, seg'ún el Sr. Gonzalo Tarín (3), en los sitios donde se
hallan los trabajos del tiempo de los romanos. Está allí muy
bien caracterizada con su color g-ris de hierro, irisada en su
superficie, dejándose cortar fácilmente con la navaja, y pro-
duciendo una raya brillante. Según Collins (4), los ejemplares
de Riotinto tienen una densidad de 5,50 á 5,80, y la composi-
ción siguiente:
Azufre : lí» á 22
Cobre 74,5 á 79,5
Hierro 0,5 á 63
En Riotinto la hay con vetas de pirita y en masa asociada á
pirita, constituyendo una especie de brecha. Hemos ensayado
(1) Bol. Com. Mapa geol. de EspaTia, tomo xiii, 1886.
(2) Handhuch der Mhieralogie, tomo i, pág, 530.
(3) Descrip.fls. y geol. de la provincia de Huelva., tomo ii, pág-. 249, 1888.
(4) Min. Mag., tomo v, pág. 2j4, 1884.
DE HISTORIA NATURAL. 343
en Sevilla varios ejemplares de Riotinto, Sotiel Coronada, La
Cueva de la Mora y otras minas de aquel distrito, de la mena
conocida en él con el nombre de negrillo, y muy apreciada por
su riqueza, habiendo hallado que en varias de ellas la subs-
tancia dominante es un subsulfuro de cobre, á modo de varie-
dad de la calcosina, si es que no corresponde realmente á una
especie distinta de ella, y no descrita hasta ahora.
Existen ejemplares de calcosina vitriolizada y con malaqui-
ta en la Universidad de Sevilla procedentes de Aznalcollar, y
una de Linares con cuarzo, en el Museo de Historia natural
de Madrid (1). También la hemos visto semejante, asociada á
pirita de hierro y carbonato de cobre del término de Jerez, en
la provincia de Granada, y un neg-rillo de Albuñol en la de
Málag-a, en un todo semejante al de Huelva.
En la mina de cobre de Lluch, valle de Aubarca, Mallorca,
el mineral dominante, según el mencionado Sr. Vidal (2), es
la calcosina diseminada en íntima mezcla con los elementos
de una roca eruptiva porfírica, y rara vez en ríñones aislados,
y acompañada de bornita, calcopirita y malaquita. De Menor-
ca no se tenía hasta ahora noticia de la existencia del mine-
ral que nos ocupa, siendo por ello muy interesantes las comu-
nicadas por el Sr. Ferrer.
Análisis de ceras de España
D. CASIMIRO BRUGUES.
Á fin de poder dictaminar con mejor conocimiento de causa
acerca de las falsificaciones de la cera de abejas, que por des-
gracia son muy frecuentes en España, creí necesario procurar-
se unas cuantas muestras de cera de la Península, pura, y de-
terminar en cada una de ellas la densidad, el punto de fusión
y los números de Hübl.
Gracias á la amabilidad de algunos amigos logré reunir ca-
torce muestras de cera amarilla, de cu^-a pureza no podía
dudar. Por tratarse de un producto sobre el cual se ha traba-
(1) F. Navarro: Anal Soc. esp. de Hist. xat., tomo xxiv, Act., p.ig. O'l, 1?95.
(2) Bol. Coni. Mapa geol. de España, tomo vi, pág. 3, IS'Q.
344
boletín de la sociedad española
jado poco en España, comunico á esta Sociedad los principa-
les resultados obtenidos.
La densidad oscilaba entre 0,932 y 0,966.
El punto de fusión, por lo g-eneral, estaba comprendido entre
63°,5 C. y 65° C. En una muestra fué de 62° C. y en otra de 63° C.
Seg-ún el método de Hübl se determinó los números del áci-
do, del éter y de saponificación. El número del ácido estaba
comprendido entre 17,58 y 22,59. Ylnümero del éter^wXx^ 68,50
y 81,59. El número de saponificación entre 91,09 y 102,87.
La cera de abejas es un producto de composición variable
entre ciertos límites, y para poder juzg-ar acerca de una mues-
tra dudosa, es conveniente conocer los límites entre los cuales
oscilan los números encontrados en diferentes análisis de ce-
ras puras procedentes del mismo país que la sospechosa.
Los números extremos hallados en las catorce muestras de
ceras españolas -son aproximadamente los mismos encontra-
dos por diferentes químicos extranjeros, pero no son idénti-
cos. Es natural que sea así, puesto que cada químico habrá
trabajado con muestras diferentes.
Á continuación copio los números encontrados por el méto-
do de Hübl en las catorce muestras:
Muestras.
Número
del ácido.
Número
del éter.
Número
de saponi-
ficación.
Núm.
1
20,37
74,32
94,69
>
2
21,28
81,59
102,87
T>
3
20,50
80,50
101,10
>
4
19, G4
72,39
92,05
>
5
17,58
76,58
94,16
»
6
18,58
79,30
97,88
»
7
20,75
74,81
95,56
8
21,28
70,37
91,65
9
21,98
71,70
93,68
10
22,59
68,50
91,09
11
24,19
71,41
92,60
12
19,03
77,03
92,66
13
19,53
81,06
100,69
14
20,33
78,58
98,91
DE HISTORIA NATURAL. 345
Nuevos estudios sobre las agallas (1)
POR
D. MANUEL FERNÁNDEZ DE GATA.
c) Agalla coronada indígena.
Agalla coronada del roble.
Es sencilla, unicelular y unilarvar. Se inserta en la axila de
las hojas superiores del Q,. sessiliflora Salisb., y Q. Jmitani-
ca Web., y es orig-inada por el Ci/nips glutinosa Giraud. Su
tamaño es variable; de ordinario mide 10 mm. de long'itud por
5 de anchura; y su forma, cónico-truncada é invertida. Tiene
ocho á diez tubérculos en el borde de la cara plana y una de-
presión en el centro de ésta. En fresco es g-lutinosa y brillante,
verde amarillenta primero y lueg-o roja; después de seca es
de color pardo obscuro, no g-lutinosa y mate en su superficie.
El epidermo consta de varias series de células esferoideas y
aplastadas; la más externa está formada por gdándulas unice-
lulares con el pelo basilar; éstas son las que seg"reg"an la g"omo-
resina que barniza la ag-alla fresca.
La capa subepidérmica, la inmediata ó zona media y la capa
protectora se hallan constituidas por un parenquima reg-ular
de células blancas, pequeñas, de contornos polig-onales y con
muy pocos meatos. Por todo él se observan esparcidos g-rupos
abundantes de células pequeñísimas, esféricas, con paredes
g-ruesas, dispuestas en series moniliformes, y entre las cuales
se ven alg-unos hacecillos fibrosos.
La capa nutritiva se disting-ue muy bien del parenquima
medio, por su forma redondeado-achatada y especialmente
por constituirla un tejido de células fibrosas, de paredes
lig-nificadas sumamente g-ruesas y teñidas por un pig-mento
amarillo.
La constitución de la capa nutritiva, en esta ag-alla, es, por
lo dicho, una excepción de la estructura que presentan gene-
ralmente la de las demás ag-allas cupulíferas.
(1) Véase el Boletín núm. 8 de 190L
346 boletín de LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
V) Agallas foliares.
a) Agalla de la hoja de encina.
Agalla reniforme de la encina.
Se produce en la encina común (Q^. Ilex L.), y con más fre-
cuencia en el Q. Ballota Desf. (encina de bellotas dulces), por
la picadura del Andricus ramuli Hartig-. , forma sexuada del
Ai)hilothrix aiUiimnalis Hartig-. Puede observarse la formación
de esta excrecencia poco antes de empezar la primavera. En
el mes de Marzo aparecen, en diferentes puntos del envés de
la hoja (nunca sobre el nervio medio), unas manchas acana-
ladas, pulverulentas y fácilmente separables por el frote y
cuyo polvillo^ examinado al microscopio, aparece constituido
por multitud de células ramosas de color rojo. Al mismo tiem-
po, y coincidiendo con estas manchas, se manifiestan en el
haz ig-ual número de prominencias, ó pequeños abultamien-
tos, que se destacan fácilmente por el marcado contraste con
el verde clorofílico que tiene el mesofilo de la hoja. Al cabo
de un mes han adquirido las ag'allas todo su desarrollo, pre-
sentándose en el envés de la hoja en g-rupos de dos ó más,
aisladas ó soldadas entre sí. Son del tamaño de un perdig-ón,
inodoras é insípidas, de forma arriñonada casi siempre y cubier-
tas de un tomento espeso y blanquecino como el que tapiza el
envés de la hoja. En la cara superior de ésta, é inversamente
á lo que se observa al principio, hay una depresión por cada
ag-alla, con un pequeñísimo ag-ujero en el centro, que es de
salida del insecto.
Esta ag"alla es unicelular y unilarvar. En su cámara central
hay una microscópica larva, ápoda, blanca al principio y des-
pués roja. Del exterior al interior vése formada la ag-alla por
un epiderrao belloso blanquecino, al que sig-ue una delgada
zona verdosa, en contacto de la cual se encuentra la capa pro-
tectora, que es la más g'ruesa, y está constituida por células
lig-niñcadas, por lo cual es muy dura.
h) Agalla de la hoja de la Coscoja.
Esta nueva ag-alla, descubierta por mí recientemente, es
quizá la más rara de todas las de las cupulíferas indíg-enas.
Es orig-inada por el Neurothenis ostredis Hartig-.
DE HISTORIA NATURAL. 347
La he visto desarrollada (en solo tres ejemplares que he po-
dido encontrar), en el borde de la hoja del Q. Cocci/era L., var.
tomentosa.
Es de color pardo claro, aovado-oblong-a, apiculada, y más
pronunciada por el envés que por el haz; de superficie rug-osa
y asurcada en la dirección de los nervios secundarios que en
ella terminan por una y otra cara. El corte transversal medio
deja ver un epidermo delg-adísimo, de color pardo, al que sig-ue
una wíia flbroso-vascular del mismo color; sig-ue á ésta otra
zo7ia es2)onjosa y blanca, que circunscribe á la capa protectora
donde se aloja el insecto en sus primeras fases de desarrollo.
Es, por tanto, unUocular y miiJarvar. Presenta el ag-ujero de
salida en la mitad de la ag-alla que sobresale por el envés
foliar.
c) Agalla lenticular de la hoja del roble.
Agalla lenticular del roble.
Debe su orig-en al Neurotherus lentíciilaris 01. , g-eneración
ág-ama que se reproduce partenog-enésicamente y cuya forma
sexuada es el Spathegaster Baccanim L., asi llamado porque
produce ag-allas bacciformes sobre los amentos masculinos del
Q. Toza Bosc.
La ag-alla lenticular se desarrolla en el envés de la hoja del
Q. pedunciúata Ehrh., y del Q. Sessiliflora Salisb., notándose
siempre que aparece inserta en las nerviaciones secundarias,
pero nunca en el nervio principal. También se presenta, aun-
que muy rara vez, en el envés de la hoja del Q. lusitanica
Webb. , con la diferencia de que en esta especie aparece in-
serta tanto en las nerviaciones secundarias como en la princi-
pal, y alcanza menor desarrollo que en las anteriores.
Esta excrecencia es unicelular y unilarvar; de corta dura-
ción, pues principia á formarse en el mes de Agosto y cuando
caen las hojas en el otoño termina su desarrollo por falta de
vitalidad en éstas: inodora é insípida; muy pequeña, lenticu-
lar, plano-convexa; inserta por su cara plana con una depre-
sión en el centro y un pequeño apéndice, también central, en
la cara superior convexa: al principio es blanca por hallarse
cubierta de un tomento lanoso formado de pelos blancos que
lueg-o se tornan rojos, y por último, se caen, quedando lampi-
348 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ña la ag-alla y ennegreciéndose por la desecación. Si la sec-
cionamos transversalmente y por la mitad, encontraremos un
huevecillo ó una microscópica larva roja, alojada en la peque-
ña cavidad del centro.
d) Agalla esférica de la hoja del roble.
Se conoce todavía entre los autores franceses con el sobre-
nombre de ag-alla en cereza (modismo francés). No estamos
conformes con tal denominación, porque su tamaño es mucho
menor que el de una cereza y su color no es el de esta drupa.
Debe su orig-en al Dri/ophanta scutellaris Hartig-. , insecto
ág-amo cuya forma sexuada es el Sirnthegaster Taschemhergi
Schl, y se produce en la cara inferior de la hoja del Q. sessili-
jiora Salisb. , var. lanuginosa. Es una agalla poco abundante:
en cada hoja se encuentra una sola, frecuentemente, y menos
veces, dos, insertándose en el nervio medio, ó junto á él, en
la base de los nervios secundarios. En fresco es muyjug-osa,
perfectamente esférica, de 8 mm. de diámetro, color rosáceo-
claro y con puntuaciones blancas que corresponden á otros
tantos hacecillos fibrosos. Después de seca es de superficie
g'labra, amarillo-rojiza y con puntuaciones rojas poco mani-
fiestas por su relieve. El corte transversal medio deja ver la
cámara larvar ovoidea, cuya capa protectora es g-ruesa y dura,
como el tejido de la zona media y el de la externa. La larva es
g-ruesa, blanca, anillada, con antenas, sin patas ni alas, y con
un larg'o apéndice abdominal. '
Por el examen microg-ráfico aparece el epidermo como del-
g-adísijua línea formada por una sola serie de células aplasta-
das; la capa celular subepidérmica está constituida por varias
series de' células poliédricas, de forma diversa: tetraédricas,
prismáticas, romboédricas, etc.; y dispuestas como las células
rectang-ulares alarg-adas del tejido muriforme. La zona paren-
quimatosa es un tejido ñojo de células delg-adas, redondeado-
polig-onales, alarg-adas radicalmente y con muchos meatos: en
ella se ven los hacecillos fibroso-vasculares que están teñidos
por un pig'mento amarillo. La capa nutritiva es un parenqui-
ma regfular de células muy pequeñas, poliédricas, apretadas
entre sí y llenas de g-ranos amiláceos. Esta ag-alla carece de
células moniliformes taníg'eras.
DE HISTORIA NATURAL. 349
e) Agalla esferoidea de la hoja del roble.
Esta ag-alla se la compara con la baya del grosellero espino-
so, y se la llama, con Reaumur, agalla en grosella. No me parece
exacta la comparación, pues carece de apéndices que simulen
el cáliz que corona el fruto de aquél; además, su tamaño es
menor y la forma no es g-lobulosa, sino la de un esferoide
achatado.
Se produce en el Q,. Toza Bosc, y es originada por la pica-
dura del Dryojjhanta folii L., cuya g-eneración sexuada todavía
no se conoce. No se halla localizada, como la anterior, en de-
terminada reg-ión de la hoja, sino que se extiende por todo el
envés, excepción hecha del nervio medio, donde rara vez se
inserta: tampoco se encuentra una sola ó un par de ellas en
cada hoja; ¿e presentan, por el contrario, en g"ran número y
ag-rupadas casi siempre, á lo larg-o de un nervio secundario.
También la he visto desarrollada en la hoja del (¿. lusitani-
ca Webb., var. Bcetica; se inserta junto al nervio medio en la
base de la hoja, por la cara inferior; presenta los mismos ca-
racteres que la del Q. Toza Bosc, con la diferencia de que está
ag-ujereada, lo cual prueba que en el interior sufre las prime-
ras metamorfosis el Drgophanta folii L.
Es poco abundante la ag-alla esferoidea; menos que la esféri-
ca: aparece de ordinario en las matas arbustivas, y á media-
dos de Ag-osto se encuentra ya completamente formada. En
reciente es carnosa y con mucho jug-o acuoso; de superficie
lisa y lustrosa, amarillo-pálida, con roseólas ó manchas rojizas
y las mismas puntuaciones blancas que hicimos notar en la
anterior; su forma es esferoidea-aplanada y su tamaño de 3 á
6 mm. de diámetro. Por la desecación artificial se contraen y
arrug-an notablemente, haciéndose al propio tiempo específica-
mente más lig-eras. Desecadas naturalmente en la hoja, son
menos achatadas verticalmente, nada rug-osas, más pesadas
y con la superficie externa rojiza y brillante. Cortadas trans-
versalmente queda al descubierto la g-ran cavidad central,
oblong-a y siempre vacía, lo cual pÍMieba que aborta constante-
mente el huevo larvár. Decimos esto, porque en los diversos
ejemplares, frescos y secos, que en el (¡¿. Toza Bosc. hemos re-
cog-ido, ni hemos visto ag-allas con larva, ni ag-allas ag-uje-
readas.
^50 BOLETÍN ÜE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
f) Psetcdo-agalla del rolle.
Debe su orig-en á un acárido del g-énero PUyloiptus, que seg-ún
la nomenclatura establecida por Pag-ensteclier, será el Ph. ro-
Inr Pag-.
Es una de las agallas menos abundantes entre las de las cu-
pulíferas, así como también la menos importante de todas.
Se forma en la hoja del Q,. sessiU/lora Salisb., var. lamigino-
sa, por arrollamiento del limbo, en sentido transversal, del
vértice á la base, y doblándose, previamente, por el nervio
medio en dirección inversa: el capullo foliar, que así se forma,
queda completamente cerrado, y no se deshace, si no se le
rompe, porque sus paredes están fuertemente adheridas entre
sí por una materia g-lutinosa que debe seg-reg-ar el acárido.
Dentro de este capullo adquiere su completo desarrollo la pre-
citada especie del Phytoptus, y sale al exterior practicando un
orificio por el lado del borde foliar,
VI) Agallas gemi-florales.
Agalla hracteolada del roble.
Agalla en alcachofa.
Se produce esta excrecencia en las terminaciones de las ra-
mas del Q. fedunculata Ehrh., y del Q. sessiUflora Salisb., por
la picadura del Ándrícus pilosns Hrtg-. Generación ág-ama del
Ap/tílotríx fecimdalrix Hartig-.; aquél deposita sus huevos, y
efectúa la picadura en la yema de una ñor femenina, sobre la
cual se desarrolla la excrecencia. Ésta fué denominada por
Reaumur agalla en alcachofa por la semejanza que presenta con
el involucro de la cabezuela de la Cynara Scolymus L. En efec-
to, se halla formada por numerosas brácteas escuamiformes é
inermes, que son las mismas de la cúpula del g-iande, con la
diferencia de no estar soldadas como éste, sino empizarradas;
las más externas tienen forma oblong-a ó aovado-lanceolada,
escariosas en los bordes, velloso-plateadas ó rojizas por fuera,
lampiñas y brillantes por dentro; las del interior son linea-
les, velloso-plateadas y de color pardo en el tercio superior;
éstas son las que rodean la verdadera agalla. El que por pri-
mera vez observa ésta dentro de la cabezuela bracteiforme,
asentada sobre el receptáculo fructífero, oblong'o-alarg-ada in-
DE HISTORIA NATURAL. 351
feriormente, achatada en la parte superior y con una pequeña
depresión en el centro, de superficie finamente estriada, bri-
llante y de color pardo-claro (cuando alcanza su completo des-
arrollo), cree que aquello es un glande abortado al principio
de su formación; error que desaparece seccionando, en cual-
quier sentido, por el tercio inferior la agalla bracteolada, en
la cual se ve una gruesa larva blanca, ápoda y anillada, lle-
nando totalmente la cavidad ovoidea del núcleo glancliforme
que aquélla encierra. Las paredes del núcleo presentan, á
simple vista, dos zonas: una, interna, blanca, delgada y dura,
que viene á ser la cai^a protectora^ y otra, externa más gTuesa,
del mismo color que su superficie, y formada casi exclusiva-
mente por los haces fibrosos vasculares.
La larva practica un orificio en la porción terminal más es-
trecha del núcleo glancliforme, sale de la agalla y cae al suelo,
donde forma su capullo para transformarse en insecto per-
fecto.
VII) Agallas florales.
a) Agalla floral de la encina.
Agalla folio-floral de la encina.
Es una de las agallas de vida más breve, porque aparece en
las flores al mismo tiempo que se verifica su antesis y cae con
éstas después de efectuada la fecundación.
Se desarrolla en el extremo de los amentos masculinos del
Q. ílex L., hallándose recubierta por las anteras estaminales.
Con más frecuencia se forma en el mesofilo de las hojas re-
cién brotadas y próximas á las flores, ocupando la base del
limbo, y siendo más prominente por el envés que por el haz.
Es aovada ó semi-oval, de 4 á 6 mm. de largo por 2 á 4 mm. de
grueso; de color rojo vivo la tenue capa de tomento que recu-
bre su superficie. Interiormente es blanca, y presenta muchas
celdas unilarvares, excéntricas unas y periféricas las otras; es,
por tanto, pluricelular y multilarvar. En ella se desarrolla el
Ajidricíis Amenti L., al que debe su origen.
b) Agalla floral del roble.
Es, como la anterior, de muy corta duración por falta de vi-
talidad, en el órgano donde se inserta, al poco tiempo de su
formación.
3o2 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Al estudiar la agalla lenticular de la hoja del rolle dijimos
que en los amentos masculinos del Q. ToraBosc. produce una
ag-alla bacciforme el S])athegaster haccarum L., forma sexuada
del cinípido ág-amo que orig-ina la primera.
También se observa por excepción, aunque muy raras ve-
ces, la ag-alla floral del roble en las nerviaciones terciarias
marg-inales de las hojas próximas á las flores masculinas.
En fresco es, por su tamaño, su forma esférica y su color
verdoso-claro, muy parecida á la baya redonda, jug-osay uni-
cular del g-rosellero espinoso. El epidermo, que equivale ai
pericarpio de ésta, se halla surcado por multitud de venillas
rojizas que arrancan del punto de inserción de la ag-alla, y se
ramifican por toda la superficie. Lo que pudiéramos llamar
sarcocarpio de la ag-alla, sig-uiendo el símil, está constituido
por un parenquima de células delg-adas, llenas de un jug-o in-
coloro y dulzaino, y en el centro de él se ve una cavidad ocu-
pada por el insecto en su primera fase metamórfica.
Cuando se marchitan las flores, también se desecan lasag-a-
lias, contrayéndose notablemente y tomando un color- pardo-
neg-ruzco; unas y otras caen al suelo, donde termina su des-
arrollo la larva.
VIII) Agallas glandífilas.
Agalla del fruto del roble.
Agalla glandífila del roble.
Desde Guibourt hasta los autores franceses modernos es co-
nocida esta excrecencia con el nombre de agalla de Hungría
y del Piamonte. quizá por ser las reg-iones europeas donde apa-
rece con más abundancia. En nuestra Península no debe serlo
á juzg-ar por el pequeño número de ejemplares que en toda la
reg-ión occidental de la provincia de Salamanca, por mí reco-
rrida, he podido encontrar.
Es producida en el ovario fecundado, pero no maduro, ^el
Q. pednncnlata Ehrh., y del Q. hisitanica Web., por la pica-
dura del Cynips Calicis Giraud. Aunque es muy rara, también
poseo ejemplares de esta ag-alla sobre el Q. Suher.
Se inserta en el extremo de un ramillo terminal sobre un
glande casi abortado ó en los costados laterales de la cúpula
\
DE HISTORIA NATURAL. 353
de otro; alg'iina vez parece insertarse directamente en la rami-
lla por aborto completo del g-lande que la diera orig'en, y no
presentar alg-ún otro á su lado. Aunque la forma de esta ag-a-
11a nada tiene de g-eométrica, puede, no obstante, incluirse en
la que resultaría de superponer, por las bases, dos conos trun-
cados á un tercio del vértice; el plano de unión de éstos y la
base del cono inferior se prolong-an en forma de tubérculos
cónico-aplastados y vueltos hacia abajo; á veces el cono supe-
rior no está truncado y tiene la forma aparasolada por ser de
pequeña altura y ancha base prolong-ada y encorvada, tapan-
do el cono inferior. La base menor del cono superior, ó sea el
vértice de la ag-alla, está cerrada por tres tubérculos, que se
prolong-an en otros tantos apéndices coniformes; estos tubér-
culos están soldados por sus caras internas mientras la ag-alla
adquiere todo su desarrollo, y á medida que se va secando
ésta, se separan aquéllas, y dejan ver una hendidura que se
prolong-a longitudinalmente hasta la cámara central básica. Es
ésta un núcleo blanco que aloja en su interior una g'ruesa lar-
va blanca, ápoda y anillada. En un plano superior y en cá-
maras, orientadas oblicuamente hacia el vértice de la agalla,
se observan, en la ag-alla fresca, otras larvas con ig'uales ca-
racteres é idéntico tamaño que la anterior.
La abertura longitudinal citada se reforma contrayéndose
lateralmente los tubérculos internos, quedando circular la
boca de salida y de forma urceolada la cavidad á que conduce
aquélla, en cuyas paredes se ven las señales de las celdas y
g'alerías practicadas por los Cynips, cuando éstos han salido
fuera de la ag-alla por dicha abertura.
La ag-alla fresca es pardo-rojiza, de superficie estriada, bri-
llante y peg"ajosa por la oleo-resina que la barniza. Después
de seca es g-ris-rojiza y brillante, presentando diminutas len-
tejillas mates de sabor epidérmico. Es amarga y astring-ente,
conteniendo 15 por 100 de tanino.
Como muchas otras, esta ag-alla se ve invadida por diversos
parásitos del g-énero Synergus, cuando de ella han salido los
verdaderos inquilinos.
354 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Minio de Maro (Málaga).
POR
D. FEDERICO CHAVES Y PÉREZ DEL PULGAR.
El hallazg-o del minio en Maro ofrece cierto interés por cuan-
to es una especie poco frecuente, y segniramente no mencio-
nada, de la provincia de Málag-a. En España sólo se ha citado
vagamente de Asturias, y como producto metalúrg-ico en los
hornos de reverbero de Linares por Naranjo (1).
Sin poder precisar el lug-ar determinado en donde hallé el
único ejemplar que poseo, y da marg-en á esta nota, me consta
que lo recog'í en Maro, si no en el Barranco de Cazadores, alN.
de dicho pueblo, en el río de la Miel, al O. Esta duda se debe
á que el indicado ejemplar se hallaba revuelto con otros de
minerales y rocas en que estaban representados ambos sitios,
y no me ha sido posible fijar con certeza aquél de que procede
la muestra referida.
Este ejemplar está constituido por la caliza doloinítica do-
minante en la localidad, cuyos huecos se hallan rellenos por
limonita, á la cual se mezclan laminillas escasas de mica y
cristalinos diminutos de cerusita (?). Diseminado en ese relle-
no aparece el minio en pequeñas masas rojo-anaranjadas y
deleznables.
Por la acción del soplete se funde fácilmente, tomando por
enfriamiento color amarillo. La llama reductora dag-lobulillos
de plomo. He caracterizado el plomo por vía húmeda mediante
el ácido sulfúrico y el tartrato amónico amoniacal. En la diso-
lución existen el hierro y el calcio.
'Notas tomadas en mi viaje al Golfo de Guinea
DON MELQUÍADES CRIADO.
Sin la pretensión de hacer una reseña científica, ni mucho
menos, de las tierras por mí recorridas últimamente, aunque
(1) El Sr. Calderón me comunica que en la Universidad de Praga existe un ejem-
plar consistente en una costra terrosa, rojo púrpura, sobre galena hojosa, que tiene
por localidad España, sin más detalles.
DE HISTORIA NATURAL. 355
á la fuerza, y sólo para satisfacer los deseos de nuestro Presi-
dente, expondré á esta Sociedad alg-o de lo que allí he visto
y observado.
Después de veintiún días de naveg-ación á bordo del vapor
Rabal, Ueg-amos á Fernando Póo el día 30 de Junio del corrien-
te año, quedando admirados de la exuberante veg^etación y
frondosidad de esta isla, que bien puede calificarse de perla
del Golfo de Guinea.
Su orig-en es volcánico, como se sabe, y seg-ún datos adqui-
ridos, se encuentran cráteres visibles hoy día en varias locali-
dades; las rocas, los cantos rodados y las arenas de infinidad de
riachuelos, son detritus de lavas que indican á la simple vista
su orig-en (1).
Hay varias montañas, entre las cuales mencionaremos el
Pico de Santa Isabel, que se halla á tres mil metros sobre el ni-
vel del mar.
Por donde quiera se encuentran en la isla arroyos de ag'uas
ferruginosas y también ricos y abundantes manantiales mine-
ralizados y lag-unas situadas en los más elevados montes.
El clima es cálido, insalubre y mortífero, como puede infe-
rirse de su proximidad al Ecuador. Durante mi estancia allí
todos los días, sin faltar uno, llovía copiosamente, pues era la
estación de las lluvias en aquel país tropical. La humedad
uniéndose á un calor sofocante, causa muchas enfermedades
endémicas, particularmente fiebres y reumatismos, que tantos
estrag-os ocasionan en los europeos que van á establecerse en
aquellas reg"iones.
Unos zapatos que dejé de ponerme dos ó tres días, los encon-
tré cubiertos por una capa de moho de un dedo de espesor, y
lo mismo sucede con la ropa y con los efectos de metal, cuya
oxidación no es posible evitar por mucha precaución que se
tenga.
En una excursión que por el interior de la isla realicé acom-
pañando al Sr. Martínez Escalera para recolectar objetos de
(1) Algunos datos sobre estas rocas pueden verse en los trabajos siguientes, pu-
blicados en los Anales de esta Sociedad:
Macpheeson: Colecciones recogidas por el Br. Ossorio, tomo xv, pág. 314.
LÓPEZ Cañizares : A Igunos basaltos de la costa occidental de África, tomo xviii, pá-
gina 395.
Calderón: Un basalto de Fernando Póo, tomo xx, Actas, pág. 70.
356 boletín de LA SOCIEDAD ESPAKOLA
Historia natural, pudimos apreciar lo frondosa que es y la
riqueza de su suelo. ¡Qué selvas, qué panoramas y qué g-ig-an-
tescos árboles, enlazadas sus ramas y troncos con lianas y
raíces adventicias formando fig-uras caprichosas, animadas
por manadas de monos de diversas especies é infinidad de aves
de raros y variados colores!
La riqueza principal del país consiste en las plantaciones de
cacao y café, sobretodo, las primeras, de las cuales hay ya
muchas en producción, Este artículo, tan apreciado en la Pe-
nínsula y demás mercados de Europa, lleg-ará, por su elevado
precio, á constituir una verdadera riqueza, no sólo para la isla
de que se ^rata, sino también para la Península, pues, á pesar
de las muchas dificultades con que los dueños de fincas tropie-
zan para hacer la recolección, la cosecha actual ascenderá
á 20.000 sacos, los cuales arrojan un total de 1.300.000 kilos,
pag-ando por derechos de importación la misma cantidad en
pesetas.
También se pueden sacar ping*ües rendimientos de las made-
ras de construcción aplicables á la industria, así como de otros
muchos productos propios de estas reg'iones, como tabaco, co-
cos, plátanos, canela é infinidad de frutas y plantas alimenti-
cias y medicinales.
Los habitantes se hallan en estado completamente salvaje;
su raza, como se sabe, es la neg-ra, pertenecientes á la tribu
de los Bubis; son de carácter dócil, temen y respetan al blanco
considerándolo como un ser superior á ellos, y emplean el ta-
tuaje.
Andan casi desnudos, y sus viviendas son sucias y reduci-
das; sus ocupaciones consisten en el cultivo de sus ñames
(Colocasia antiquorum , Schott ) , cuyo tubérculo constituye su
principal alimento; también utilizan el plátano y la malang-a
(Xanthósoma saglttcefoUiim Schott), frutos que en Cuba son
iñuy apreciados. Los hombres se dedican á lacazay las muje-
res cuidan de las plantaciones y se ocupan de otras faenas
propias de su sexo; pero son poco trabajadores, y esto es causa
de la dificultad de encontrar braceros y de su carestía, teniendo
que ir á buscarlos los dueños de las fincas fuera de la isla; por
lo g'eneral, los traen de Sierra Leona (colonia ing-lesa), Monro-
bia, en la república de Liberia, Lag-os y otros puntos del con-
tinente, costándoles g-randes sumas y no poco trabajo trans-
DE HISTORIA NATURAL. 357
portarlos. Si los Bubis fuesen trabajadores, muchísimo g-ana-
ría nuestra colonia, y el desarrollo de la agTicultura y comercio
sería harto mayor de lo que, por desgracia, es hoy.
Observan la polig-amia, considerándose tanto más ricos
cuanto mayor es el número de mujeres que teng-an, las cuales
adquieren por compra.
II
Habiendo dispuesto el Sr. Presidente de la Comisión partié-
semos á establecer nuestra residencia en el cabo de San Juan,
punto situado en los nuevos territorios, el «'eolog-o señor D'Al-
monte, el Dr. Osorio, el Sr. Martínez Escalera y yo, salimos de
Santa Isabel de Fernando Poo acompañados por el prefecto
apostólico de aquellas misiones, Rvmo. Padre Armeng'ol CoU
en un vapor costero, con rumbo á dicho punto, donde hay una
Misión. Una vez establecidos allí marcharon á incorporarse al
resto de la Comisión los señores antes citados, excepción hecha
del Sr. Martínez Escalera y yo, que nos quedamos en dicho
punto para empezar nuestras tareas recolectando y preparan-
do ejemplares y quedando muy satisfechos de haber elegido
este punto, no sólo por tener la esperanrja de realizar fructífera
recolección, sino también por hallarnos al lado de los misione-
ros, los cuales, conocedores del país y sus habitantes, habían
de darnos muy útiles consejos y prestarnos g-randes y valiosos
servicios.
En una de las varias excursiones que hicimos en cayuco
(embarcación indíg-ena hecha de un tronco de árbol) dirig-iéii-
donos hacia Baga y río Aye, pudimos comprobar lo insalubre
y mortífero que es aquel país.
líío arriba y en su marg-en derecha encontramos dos pue-
blecitos cuyos habitantes pertenecían á la tribu llamada Pa-
mue, los cuales tienen reputación de antropófag-os, siendo, sin
embarg-o, pacíficos, por lo menos los que habitan en la costa,
ya sea por el trato con los europeos, ya, también, por las fre-
cuentes visitas que les hacen los misioneros explicándoles el
Evang-elio y la doctrina de Cristo, la cual ya han abrazado
muchos de aquéllos indígenas.
Hay otras varias tribus además de ésta, como los Bengas,
Bugebas, Bapucos, Balenges, Vicos y alguna más que no r-e-
358 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
cuerdo; pero como los principales pobladores actuales de aque-
lla región son los Pamues, diré de sus costumbres lo poco que
pude observar. Son por lo g-eneral fuertes, valientes y excelen-
tes cazadores; extraen el hierro y con él fabrican sus lanzas y
machetes; su principal ocupación es la caza, extracción de la
g-oma ó caucho, aceite y almendra de palma que cambian
en las factorías por escopetas de chispa, pólvora, pistones, aba-
lorios con los cuales se adornan, caña, tabaco y alg-unas telas
que emplean para hacerse taparrabos; son g'uerreros y temi-
dos por las otras tribus, siendo esto motivo de varias reyer-
tas; son amig-os de la verdad y la justicia y deseosos de la
civilización, así es que mandan á sus hijos á educar á las
Misiones.
Andan casi desnudos, tanto los hombres como las mujeres;
éstas se dedican á cuidar de la prole y de las plantaciones de
yuca, de la cual extraen una harina que envuelven con hojas
y lueg-o cuecen, consistiendo en ella su principal alimento,
como lo es para los Bubis el ñame. Como todas lus de su raza,
se adornan los brazos y piernas con arg-ollas doradas, el. cuello
con abalorios y cuentas de vidrio que alg-unas pasan por las
narices sujetando sus extremos por cima de las oTejas; viven
con sumo desaseo, en chozas inmundas hechas de bambú.
También existe en esta tribu la polig-amia.
La riqueza del país no lleg-a ni con mucho á la de Fernando
Póo, ni hay en él tanta exuberancia en la veg-etación como en
el último; no obstante, pueden extraerse ricas maderas aplica-
bles á la industria y hacerse plantaciones de cacao , café y ta-
baco; existen pizarras carboníferas y bituminosas y también
se encuentra alg-o de hierro, pero en tan pequeñas cantidades
al parecer, que no merecerá la pena de beneficiarlo.
Entre las especies animales de alg'ún tamaño abundan el
leopardo, elefante, hipopótamo, g-orila, chimpancé, una especie
bovina de bosque, antílopes , puerco-espín , así como monos,
ardillas, serpientes venenosas é infinidad de aves é insectos
de variadas especies, entre ellos la hormig-a blanca ó comején
que destruye todas las substancias org-ánicas que encuentra á
su paso. Un día tuve necesidad de revisar mi baúl, y cuál no
sería mi sorpresa al encontrarme la mayor parte de la ropa
destrozada por este insecto que tantos daños causa.
La flora y fauna de Coriseo, los dos Elobey y las márg-enes
DE HISTORIA NATURAL. 359
del Muñí, sitios donde he estado, son ig-uales á los de Cabo
San Juan. •
Los habitantes de Coriseo y los Elobey son de la tribu Benga,
los cuales, por su roce con los españoles, han adquirido cos-
tumbres más europeas que los Pamues y van alg"o más vesti-
dos que las otras tribus; se encuentran entre ellos muchos que
saben hablar nuestro idioma; su ocupación es la pesca, sobre
todo de tortug-as, entre las cuales se halla el Carey, siendo ex-
celentes marinos, así es que los barcos de nuestra Armada
suelen llevarlos para servirles de prácticos por aquellas costas.
Como quiera que fué tan breve el tiempo que estuve por
aquellas lejanas é insalubres reg-iones, y éste lo pasé casi
siempre enfermo, no puedo dar más detalles que los ya dichos,
y aunque poco valgan y muchos de ellos sean conocidos de la
Sociedad, cumplo g-ustoso el deber de comunicarlos á mis
consocios, por si pudieran encontrar en ellos algfo de interés.
Sólo me resta hacer presente mi mucha gratitud á los misio-
neros, Hijos del Inmaculado Corazón de María, allí estableci-
dos, y que por tres veces que estuve g-ravemente enfermo en
Cabo San Juan y Elobey, me asistieron y curaron como si me
hubiese hallado aliado de mi familia.
A fuerza de g-randes trabajos y no pequeñas penalidades
tienen establecidas varias Casas-Misiones, donde educan y en-
señan á los indíg-enas, que poseen las primeras letras y varios
oficios, aficionándoles de este modo al trabajo.
Las Misiones hasta hoy establecidas, son las sig-uientes: en
Fernando Póo, Basilé, Banapá, San Carlos, Concepción, Muso-
la y Santa Isabel, donde reside el Rvmo. Padre Prefecto, y en
el continente, Cabo San Juan, islas de Coriseo, Elobey chico y
Annobón.
Nota sobre Maláquidos de España
D. SERAFÍN DE UHAGÓN.
El Sr. D. Roberto Flores, de Cang-as de Tineo (Oviedo), ha
tenido la bondad de remitirme en consulta las especies de
Maláquidos por él recog-idos en aquel concejo, y son :
m) BOLETÍN DE I,A SOCIEDAD ESPAÑOLA
CMropus paUipes 01.
Hypehaeus albifrons F.
Ebaeus rubroniger Goze, var. glahricoUis Rey.
A ttalus amicius Er.
Axmotarsus piilicarius F.
Malachius marginellus 01.
— lusHaniciis Er,
— sjñnosus Er.
— elegaiis 01.
— {Cyrtosus) cyampennis Er., var. Mfrons Ab.
De esta última variedad me ha enviado el Sr. Flores tres
ejemplares rf bien caracterizados; su existencia, por lo tanto,
en nuestra península, está plenamente comprobada.
Yaque de Maláquidos me ocupo, añadiré que M. Maurice
Pie, de Dig-oin, me escribe haciéndome observar que en el nú-
mero 182 de «L'Echang-e», 1900, p. 53, ha descrito con el nom-
bre de Abeillei un Attalus del Norte de África, que resulta así
tener la prioridad sobre el que con ig-ual desig-nación especí-
fica di yo á conocer en mi ensayo. Presentado mi manuscrito
á nuestra Sociedad en la sesión del 9 de Febrero de 1898, su
publicación se retrasó hasta el reparto del 3.^'- cuaderno del
tomo xxix de los Anales, que lleva la fecha de 31 de Marzo
de 1901 , y así queda explicado el hecho de la duplicidad de
nombre á que M. Pie se refiere.
Sustituyéndolo por el de A. Elzearii mihi queda arreg-lada
la cuestión, sin separarme yo de mi propósito de dar á M. El-
zear Abeille de Perrin pública muestra de mi simpatía y de
mi agradecimiento.
La sinonimia habrá de establecerse del sig-uiente modo:
Attalus Elzearii ühag".
— ' Abeillei Uhag-. An. Soc. esp. de Hist. nat., t. xxix,
pág-inas 352-122, 1901.
BOLETÍN
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión del 4 de Diciembre de 1901.
PRESIDENCIA DE DON BLAS LÁZARO É IBIZA.
El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué
aprobada.
Correspondencia.— El Sr. Adrien Dollfus, de vuelta á París, su
residencia habitual, da g-racias á la Sociedad por haberle nom-
brado socio correspondiente extranjero.
Fallecimientos.— El Sr. Presidente dio cuenta del fallecimiento
de nuestro consocio D. Gabriel Fernández Duro, coronel de
Artillería, persona altamente estimable por sus condiciones
personales y como naturalista dedicado con especialidad al es-
tudio de los lepidópteros de España, de los que había reunido
una importante colección, merced á sus perseverantes ca-
cerías.
Se acordó constara en el acta de este día el sentimiento con
que la Sociedad había sabido tan triste nueva.
Admisiones.— Quedaron admitidos como socios numerarios
D. Aurelio Rivas Mateos, Licenciado en Farmacia, de Serradi-
11a (Cáceres) y D. Fernando López Mendicutía, alumno de la
Facultad de Ciencias, de Madrid, presentados por D. Ig-nacio
Bolívar; el R. P. Ag-ustín Barreiroy Martínez, de Madrid, pre-
sentado por D. Jaime Alorda; y D, Mauricio Pie, de Dig-oin
(Francia), presentado por 1). Emilio Traizet; fueron también
aceptados como miembros de la Sociedad los Institutos de Bur-
g-os y Vitoria á propuesta del catedrático D. José López de Zua-
N.» 10. -Diciembre, 1901. 27
36-2 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
zo, y el de Palma de Mallorca á propuesta de D. José Fuset.
Se hicieron tres nuevas propuestas de socios numerarios y
una de socio ag-reg-ado.
Proposiciones.— Se acordó proponer el cambio de nuestras pu-
blicaciones por los trabajos del Depósito de la Guerra , y se
aceptó el convenido con la «Wiener entomologische Zeitung*»
y la "Stettiner Entomologische Zeitung-v, órg-anos de las Socie-
dades entomológ-icas de Viena y Stettin.
Con este motivo el Sr. Presidente propuso se hicieran g-es-
tiones para que nos facilitasen sus trabajos y publicaciones el
Instituto Geográfico y Estadístico y el Depósito Hidrográfico,
en los cuales se contienen mapas y datos muy interesantes y
de g-ran utilidad para nosotros, referentes al territorio español.
Así fué acordado.
También propuso el Sr. Presidente se sig-nificara de alg-una
manera la g-ratitud de la Sociedad hacia el Sr. Ministro de
Instrucción pública por haber atendido la proposición de ésta
en punto á que la enseñanza elemental de las ciencias natura-
les figure entre las de las e.scuelas elementales, formando
aquéllas parte de los Programas en el nuevo Reglamento de
oposiciones, así como también por su reciente decreto sobre
Museos de Historia natural y jardines botánicos provinciales,
que tanto han de contribuir al conocimiento de nuestro suelo;
ambas medidas honran al Ministro que las ha decretado y le
hacen acreedor al reconocimiento de cuantos nos interesamos
por el desarrollo de las ciencias y de la cultura patria. La So-
ciedad acordó por unanimidad, después de breve discusión,
que se dirigiera un oficio al Sr. Conde de Romanones felicitán-
dole por ambas medidas.
Igualmente se acordó, á propuesta del Sr. Bolívar, dirig-ir
otra comunicación al Sr. Ministro de Estado para manifestarle
la satisfacción que tendría la Sociedad en que fueran elegidos
sus Anales para publicar los trabajos y Memorias que se escri-
ban sobre los materiales recogidos por el Sr. Martínez de la
Escalera en las posesiones españolas del Muni y haciéndole
ofrecimiento de los mismos para este fin.
Comunicaciones verbales.— El Sr. Martínez de la Escalera, á rue-
go delSr. Presidente, dio noticias sobre la excursión al Muni
DE HISTORIA NATURAL. 363
realizada como individuo de la Comisionantes referida y sobre
sus recolecciones de Historia natural, prometiendo redactar
una nota más detallada cuando se hayan desembalado las ca-
jas que contienen aquellos ejemplares.
El Sr. D. Norberto Font, presbítero, de la Sección de Barce-
lona, dio cuenta del descubrimiento de una cueva llena de
brecha huesosa en Gracia (Barcelona), con motivo de las impor-
tantes obras de urbanización que se están verificando en la
finca de c. Larra, hoy propiedad de D. Ensebio Güell. Al tener
noticia nuestro consocio de que se habían hallado diversos
huesos en un desmonte, los cuales desaparecieron ya, por
desg-racia, mandó por encarg-o del propietario continuaran la
exploración con las precauciones necesarias, encontrando una
multitud de fragmentos de huesos de diversos animales, de
g-rande y pequeña talla, pero de difícil clasificación, atendido
á su estado y á la falta de piezas características. Son, no obs-
tante, dig-nos de nota unos g-ran des trozos de mandíbula de
l\Mnoceros, con las piezas dentarias correspondientes; otros de
asta de Cervns (probablemente megaccros, aunque no puede
afirmarse con toda seg'uridad); g-ran número de dientes de un
roedor no clasificado aún, y además bastantes ejemplares de
Testudo graca (?) de gran tamaño y una infinidad de Helix
aspersa. Debe advertirse que estos últimos estaban empotrados,
en la plancha estalagmítica, sobre la cual aparecían como
aplastadas las mencionadas tortug'as, y encima la brecha hue-
sosa. No se encontró el menor resto que indicara la presencia
del hombre.
El Secretario participó haberse recibido la continuación de
los «Nuevos estudios sobre las ag-allas» porD. Manuel Fernán-
dez de Gatta.
El Sr. Barras leyó una nota sobre una «Palmera ramificada
del Alcázar de Sevilla», y el Sr. Sánchez otra sobre «El diver-
tículo de la bolsa copulatriz del HeJix aspersa».
Los tres trabajos enunciados aparecen en el Boletín, así
como el presentado en la sesión anterior por el Sr. Cabrera so-
bre mamíferos del Museo de Madrid, que no pudo insertarse
en el número anterior por no haberse terminado á tiempo los.
clichés intercalados que le ¿lustran.
El Sr. Calderón dijo que en la sesión del 4 de Noviembre úl-
timo de la Sociedad g-eológica de Francia, M. H. Dallemag-ne
364 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
se había ocupado de una cuestión interesante en sí, y espe-
cialmente para nosotros, por referirse á la g-eolog-ía española:
la cavadura del valle del Bidasoa, el cual proporciona, seg-ún
aquel g'eólog-o, un brillante ejemplo de rápida erosión por las
ag-uas procedentes de los gdaciares cuaternarios. Sig-uiendo la
ribera desde Venta de Yanci hasta Fuenterrabía se advierten
de trecho en trecho, á una altura de 15 á 20 m. próximamen-
te sobre el nivel actual de las ag-uas del río, depósitos aluviales
de g"uijarros y cantos hasta de medio metro cúbico, arcillas
ocráce.ts y arenas, encerrando todas las variedades de rucas
que componen el valle. En este mismo nivel las calizas de Vera
se hallan fuertemente corroídas.
En Fuenterrabía el depósito se alza 20 ra. sobre el nivel del
mar, en discordancia sobre las pizarras turonianas. Su impor-
tancia había hecho pensar que el Oarse, que desemboca ac-
tualmente, en el puerto de Pasajes, debió verter sus ag-uas en
Fuenterrabía. El autor piensa que hay que abandonar esta
versión porque ha encontrado en los aluviones citados cantos
de ofita que no pueden provenir más que del Bidasoa, puesto
que el valle del Oarse no encierra ni vestig'ios de esta roca.
«La rapidez de la cavadura del lecho del Bidasoa, dice el
autor en conclusión, parece inneg'able si se atiende á que no
existe ning-ún otro depósito entre la línea relativamente con-
tinua de los aluviones que he señalado y los que se depositan
actualmente en el lecho del río.»
Secciones.— La de Barcelona celebró sesión el día 30 de No-
viembre último, bajo la presidencia de D. José Casares y
Gil.
Fueron admitidos como socios numerarios, presentados en
la sesión anterior:
D. Carlos Calleja y Borja-Tarrius, Catedrático de Medicina.
D. Manuel Mascareñas y Boscasa, Licenciado en Ciencias.
Se hicieron tres propuestas de socios numerarios.
Se dio lectura á las sig"uientes notas:
«Laboratorio de manipulaciones de Historia natural en la
Universidad de Barcelona», por D. Odón de Buen.
El «Hiriido troctiiía John», de Extremadura, por D. M. Ri-
vas Mateos.
Ambos trabajos aparecen en el Boletín.
DE HISTORIA NATURAL. 365
La Sección de Sevilla celebró sesión el 30 de Noviembre
de 1901, bajo la presidencia de D. Julio Ferrand.
Filé propuesto como socio el Sr. D. Enrique Laza, Director
propietario del Laboratorio químico, calle del Duque de la
Victoria, núm. 6, Málag-a, presentado por los Sres. Ferrand,
Paúl y Chaves.
El Sr. Paúl dio cuenta del examen de unas aceitunas remi-
tidas por el Sr. Laza y de procedencia desconocida. Dichas
aceitunas ofrecen la particularidad de ser lobadas, en tres ó
cuatro lóbulos, constituyendo una variedad designada en el
país con el nombre de aceituna de figura. Dijo el Sr. Paúl
haber observado dicha variedad en Huevar, en una hacienda
del Sr. Marqués de la Motilla, y recor-
dó á este propósito que en la suya de
Huevar existían olivos con una fruc-
tificación anormal consistente en dar lí 2^ "R
<_lx)s clases de aceituna en la misma
rama, de cuyo hecho da mejor idea
que cualquier explicación el dibujo
adjunto, en donde A es el fruto ñor- j\
mal, y B es el fruto monstruoso, cons-
tituido por aceitunas deprimidas de contorno circular cuyas
■dimensiones no exceden de las de un alverjón, provistas de
hueso, y pasando por las distintas fases normales hasta com-
pletar la madurez.
El Sr. Paúl manifestó no acertar á encontrar la explicación
■científica de este hecho curioso.
El Sr. Chaves mostró ejemplares de un mineral de síntesis
accidental que le fué donado por D. Carlos del Río y procede
de las escorias de un horno de reducción de minerales de cobre
de Río Tinto. Los ejemplares de este silicato, que parece ser un
piroxeno, están constituidos por bellos cristales implantados,
que miden hasta 2 cm. en su mayor long-itud y desarrollados por
crecimiento escalonado, formando tremías. Manifestó el señor
Chaves que la insuficiencia de los medios materiales de estu-
dio que actualmente posee no le han permitido realizar aún
el examen completo de tan interesantes cristales, ofreciendo á
la Sociedad dar cuenta de lo que en adelante le sea posible
resolver en este asunto.
Terminada la lectura de las actas de las Secciones, los seño-
366 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
res Tesorero, Secretario y Bibliotecario dieron cuenta del esta-
do de la Sociedad, leyendo además el primero el sig-uiente
Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Española de Historia
natural, desde 1.° de Diciembre de 1900 á 30 de Noviembre de 1901.
INGRESOS.
PESETAS.
Saldo á favor de la Sociedad en 30 de Noviembre de 1900 215,62
Recaudado por cuotas corrientes 3 921
. Id. por cuotas atrasadas, según detalle adjunto 835
Id. por cuotas adelantadas para 1902 25
Id. por suscripciones 34.5
Id. por venta de publicaciones á varios socios, según detalle adjunto. 571 ,S7
Id. por tiradas aparte , 140,40
Total (5. 053,95
GASTOS.
Abonado por papel para el Boletín y los Anafe-s 1.002,30
Id. por impresiones y tiradas aparte de los mismos 2.934,76
Id. por láminas y grabados 111,80
Id. por haberes del dependiente 480
Id. por gastos de correos y envios de Boletines y Anales 373,15
Id. por gastos menores y presupuestos de las Secciones 568,42
Total 5.500,43
RESUMEN.
Suman los ingresos 6.053,95
Id. los gastos 5..500,43
Saldo á favor de la Sociedad en 1." de Diciembre de 1901.. .553, .^2
Á propuesta del Sr. Presidente fueron desig-nados para exa-
minar las anteriores cuentas y dar informe acerca de ellas los
Sres. Azpeitia, Font y Fernández Navarro, acordándose que las
Memorias de Secretaría y de la Biblioteca se inserten en el
mira. 1 del Boletín correspondiente al mes de Enero del año
próximo.
Suspendida la sesión por alg-unos min-utos se procedió á la
elección de carg-os para el año próximo, dando el sig'uiente re-
sultado:
DE HISTORIA NATURAL. 7
Junta Directiva para 1902.
Presidente: D. Federico Oloriz y Ag-uilera.
Vicepresidente: D. Zoilo Espejo.
Tesorero: D. Ig-nacio Bolívar y Urrutia.
Secretario: D. Salvador Calderón.
Vicesecretario: D. José María Dusmet y Alonso.
Bibliotecario: D. Rafael Blanco y Juste.
Vicetesorero: D. Antonio. García Várela.
Comisión de publicación.
D. José Macpherson.
T). Francisco de P. Martínez y 8áez.
D. Germán Cerezo y Salvador.
Comisión de Catálogos.
D. Gabriel Puig- y Larraz.
D. Blas Lázaro é Ibiza.
D. José Rodríg-uez Mourelo.
D. José María Dusmet y Alonso.
D. Juan Manuel Díaz del Villar.
1). Enrique Pérez Zúñig-a.
D. Ang-el Cabrera y Latorre.
Notas y comunicaciones.
Descripción de tres nuevos mamíferos americanos
POR
D. ÁNGEL CABRERA LATORRE.
En la colección de mamíferos del Museo de Ciencias natura-
les he hallado tres ejemplares pertenecientes á otras tantas
especies americanas, que creo no han sido hasta ahora descri-
tas. Dos de ellos son quirópteros, y fueron recogidos durante
la expedición al Pacífico: ,el tercero es un roedor que lleva
368
boletín de la sociedad española
muchos años en los armarios del Museo, aunque considerado
como otra especie ya conocida.
Teniendo en preparación el catálog-o de la colección mencio-
nada por encargo del profesor 1). Francisco de P. Martínez y
8áez, y deseando no romper la uniformidad que requiere se-
mejante trabajo, con descripciones de nuevas especies, doy á
continuación las de las tres á que acabo de referirme.
Vespertilio Espadas sp. n. (fig-. 1." a — c).
V. aJho-flavidíis, auricuUs mediocribus , ad aiñces rotundañs,
margine exteriore infra co7ivexa; trago l)revi, augusto, margini-
bíis /ere paralleUs , ápice obtuso; cauda longitudine radium pro
xime aquante, mcmbranam excedente.
Esta especie debe ser incluida, tanto por sus caracteres ex-
ternos, como por su sistema dentario, en el subg-énero ^^/e-
\
Fig-. 1.' — a-c. Vespertilio Espadre.
d-f. Myotis Thomasi.
sicus Rafin. (= Vesperus Keys. y Blas.), ocupando un lug-ar
muy próximo al V. magellanicus Phil.
Hocico muy ancho y obtuso; tabique nasal con una ligera
depresión vertical en medio. Orejas medianas, llegando, si se
las extiende hacia delante, hasta la mitad de la distancia entre
la nariz y él ojo; su forma se aproxima á la triangular, y
la punta es ancha y redondeada; el borde interno muy con-
vexo, sobre todo en el ángulo inferior; el externo presenta
hacia la mitad una depresión poco marcada, bajo la cual se
hace bruscamente convexo, y termina 1 mm. más abajo de la
DE HISTORIA NATURAL. 369
comisura bucal con un lóbulo semicircular, lóbulo que se
halla separado del resto del borde por una escotadura bastan-
te ancha. Trag-o no muy encorvado, estrecho, de una anchura
aproximadamente ig-ual en toda su long-itud, estrechándose
sólo de un modo casi imperceptible hacia el ápice, que es ob-
tuso y redondeado (fig-. 1/, cj.
Las alas lleg-an hasta la base de los dedos de los pies; el
lóbulo post-calcáneo es casi nulo; la última vértebra caudal y
una cuarta parte de la penúltima, sobresalen de la membrana
interfemoral.
Pelo larg'o y suave; en la cara se extiende hasta una línea
que va de un ojo á otro formando un arco de círculo con la
convexidad hacia el hocico. Este está sembrado de numerosas
vibrisas blanquecinas. Las membranas, así por encima como
por debajo, están desnudas, presentándose sólo cubiertas por
el pelo del cuerpo en la parte más inmediata á éste.
Todos los pelos son de color rojo-leonado á partir de la raíz,
en una extensión de dos tercios poco más ó menos, y lueg-o de
un blanco amarillento; en el abdomen, la parte roja es más
pálida, y en medio del dorso más obscura; pero estas diferen-
cias no influyen en el color g-eneral del animal, que aparece
totalmente amarillento por mostrarse al exterior tan sólo lo
que es de este color, si bien la parte obscura da ciertos mati-
ces rojizos á aquellos sitios en que por la disposición natural
del pelo, se ve la raíz de éste. Las membranas son pardas.
Los incisivos superiores internos son bastantes larg'os y bífi-
dos; los externos ag-udos y muy cortos, lleg-ando apenas hasta
la mitad del lóbulo externo de los otros. Los caninos maxila-
res muy robustos, de doble long-itud que los incisivos interio-
res; inmediatamente detrás de cada uno de ellos hay un solo
premolar, también muy desarrollado. Los incisivos mandi-
bulares son todos ig-uales, pequeños y trilobulares; el canino
es tres veces más larg'o que ellos; el primer premolar, una
mitad más chico que el segundo, que es un poco más corto
que el canino.
Dimensiones ( ^Z adulto en alcohol). — Cabeza y cuerpo,
50 mm.; cola, 37; cabeza, 15; oreja, 11; trag-o, 0,5; antebrazo,
38; pulg-ar, 0,6; seg-undo dedo, 36; tercer dedo: metacarpia-
no, 34; primera falang-e, 13; seg-unda falang-e, 12; cuarto dedo:
metacarpiano, .32; primera falang-e, 11; seg-unda falang-e, 0,8;
T.fí boletín de la sociedad española
quinto dedo: metacarpiano, 31; primera falang-e, 0,9; seg-unda
falang-e, 0,5; tibia, 14; pie con uñas, 0,8; calcáneo, 14.
El único ejemplar que de esta especie posee el Museo pro-
cede de Babahoyo (Ecuador), y fué encontrado en el mes de
Noviembre de 1864, entre la corteza medio desprendida de un
árbol muerto, morada que compartía con cuatro hembras de
Molossus nasiítus Spix.
Dedico el Vespertilio en cuestión á la memoria del malog^ra-
do naturalista D. Marcos Jiménez de la Espada, que á su
mérito como conocedor de la fauna neotropical, unía la cir-
cunstancia de ser quien recog-ió esta especie y la sig-uiente,
con muchas otras correspondientes á la misma fauna.
Myotis Thomasi sp. n. (fig-. 1/, d-f).
M. auribus magnis, margine exteriore siipra concava, infra
convexinscicla, margine interiore convexa, ángulo inferiore recto;
trago longo, aciito, margine interiore recta, exteriore convexa:
vellere longo, casianeo, pilis ápice siiprafulms, subtus albo-fíavi-
dis; facie nsque ad labia pilosa.
Hocico obtuso; narices abiertas casi en el borde de lá boca,
y en forma de coma invertida ('). Orejas grandes; extendidas
hacia delante llegan precisamente hasta las ventanas de la
nariz; en la punta son redondeadas; el borde externo, cóncavo
en su tercio superior, es en lo demás lig-eramente convexo,
terminando con un lobulillo redondeado; el interno, convexo
en casi toda su extensión, forma inferiormente un ángulo recto
perfecto, cuyo lado horizontal termina justamente encima
del punto en que acaba el borde exterior. Trago largo, de
punta estrecha y aguda, y bastante parecido al del Myotis myo-
tis de nuestro país; su borde interior es recto y el exterior casi
totalmente convexo, con un pequeño lóbulo basilar redondeado
(fig-. l.^/).
Alas hasta la base de los dedos; la cola sólo excede á la mem-
brana en la última vértebra; el calcáneo llega hasta la mitad
de la distancia entre el talón y la cola.
Pelo muy abundante, largo y suave; apenas extendido sobre
las membranas, cubre por completo el cuerpo y toda la cabeza,
ocultando la base de las orejas (en la fig-ura se muestra descu-
bierta) y llegando hasta el mismo labio superior, que está bor-
deado por una franja de pelillos blancos dirigidos hacia abajo
y atrás; solamente quedan desnudos un pequeño espacio aire-
DE HISTORIA NATUHAL. 37í
(ledor de las narices y otro de forma triang-ular en medio del
labio inferior. Los pelos, castaño -neg-ruzcos en sus dos tercios
basilares, son de un leonado muy pálido en la punta; en me-
dio del vientre, el leonado está substituido por blanco-amari-
llento, y el castaño obscuro ocupa mayor extensión. El color
g-eneral es á primera vista leonado claro por encima y blan-
cuzco por debajo, con matices obscuros debidos á que la parte
media de los pelos se ve muy bien exteriormente. sobre todo á
ciertas luces. Las membranas pardas.
Los incisivos maxilares son ig'uales entre sí y están inclina-
dos hacia el centro; entre el lateral y el canino, que tiene tres
veces la long-itud de aquél, hay un espacio ig"ual al ancho de
cada incisivo; el primer premolar maxilar es sumamente
pequeño y está adosado al áng'ulo posterior interno de la base
del canino; el seg"undo premolar, situado asimismo un poco
más adentro que los demás dientes, es aún más pequeño, hasta
el punto de no ser visible sino con el auxilio de la lente. Los
incisivos mandibulares un poco proclives; el tercero de cada
lado un poco más g"rande que los otros dos; el canino más
corto que el maxilar y con la punta más roma.
Dimensiones (Q adulta en alcohol). — Cabeza y cuerpo.
46 inm.; cola, 40: cabeza, 1.5; oreja, 13; trag"o, 08; antebrazo.
39; pulg-ar, 06; seg'undo dedo, 34; tercer dedo: metacarpiano,
33; primera falang-e, 11; seg-unda falang-e, 10; cuarto dedo:
metacarpiano, 31; primera falang-e, 08; seg'unda falang-e, 09:
quinto dedo: metacarpiano , 31; primera falang-e, 08; seg'un-
da falang-e, 06; tibia 15; pie con uñas, 09; calcáneo, 14.
No teng-o ning-ún dato seg-uro sobre la localidad del único
ejemplar que he podido estudiar, pero muy probablemente
procede del Brasil mei'idional, pues lo encontré reunido en un
mismo frasco con varios ejemplares de Myotis nigricans que
me consta están cog-idos en aquella reg-iún.
Este quiróplero entra por sus caracteres en el g-rupo de los
verdaderos Mijotls, teniendo su puesto al lado de las pequeñas
especies americanas (M. nigricans, Jaclfugus, albescens, etc.),
con alg-unas de las cuales tiene bastantes puntos de contacto.
Al darle nombre, he querido hacer públicos mi admiración
y respeto hacia el ilustre zoólog-o inglés Mr. Oldfield Tho-
mas, autor de innumerables trabajos sobre mamíferos ameri-
canos.
:íT2
boletín de la sociedad española
Capromys elegans sp. n. (fig-. 2.").
C. rufo-/lax¡us, capite, cauda pedibusque castaneo-fuscis; ma-
i'alafadaJi minima, flava; macula alia dorsali magna, lancéala,
fusca, albo-lwibata: pilis fronlaübiis erectis.
Como ya he indicado, el ejemplar que me ha servido para
•establecer esta especie, existe desde hace muchos años en
nuestro Museo; llevaba una etiqueta en la que se le desig-naba
como Capromys prehensilis, de Cuba. Aun cuando no me inspi-
ran g-ran confianza los datos consig-nados en las etiquetas de
Fig. 2.^ — Capromys elegans.
los ejemplares antig'uos, el referente á la localidad puede muy
bien ser exacto en este caso, pues de Cuba ó de las islas veci-
nas á ésta proceden todos los Capromys actualmente conocidos;
pero en cuanto á la determinación de la especie, la cosa varía
de aspecto. Dos excelentes ejemplares de Capromys prehensilis
hay en el Museo, y á ning^uno de ellos se asemejad que ahora
nos ocupa, ni en su aspecto ni en su coloración.
La especie que yo creo nueva se aproxima más bien al C. me-
hmiirus Poey, sobre todo en la forma de la cabeza, que puede
apreciarse bastante bien por encontrarse el cráneo dentro de
la piel disecada, lo cual no deja de ser, por otra parte, un con-
tratiempo, puesto que por el mismo motivo no he podido hacer
una comparación osteológica entre las varias especies. Todo el
ííuerpo y los miembros están cubiertos de un espeso pelaje,
DE HISTORIA NATURAL. 3~3
que en la cabeza es más duro y áspero; en la frente, los pelos
son rígidos, y forman una pequeña cresta transversal que
cubre la base externa de las orejas. La cola, bastante larg-a,
está medianamente poblada de un pelo larg-o y tieso por enci-
ma, y desnuda por debajo; esto último, sin embarg-o, no me
parece un carácter natural, siendo muy probable que en el
animal vivo sea peluda toda la cola.
El color g-eneral es rojo- amarillo brillante: la cabeza, la
parte superior del cuello, las extremidades y los pelos de la
cola son de un pardo castaño obscuro; entre los dos ojos hay
una pequeña mancha leonado-amarilla. El dorso está en gn-an
parte ocupado por una mancha en forma de hierro de lanza
con la punta hacia la reg-ión lumbar y la base un poco ensan-
chada hacia los hombrea; el color de esta mancha, cuyos con-
tornos están mal definidos, es un pardo-rojo muy intenso que
va obscureciendo hacia delante hasta hacerse neg-ro en la
parte que corresponde á la base del hierro. Numerosos pelos
blancos rodean la mancha, formando una ancha faja muy
irreg-ular, que en el flanco derecho se corre un poco hacia
abajo; en los hombros, en la parte anterior de los miembros
posteriores y sobre la base de la cola, hállanse también muchos
pelos blancos, pero mezclados con los demás y sin lleg-ar á
formar manchas. Las uñas son g-randes, muy corvas y de color
amarillo-parduzco.
Los incisivos son relativamente más g-randes que en las otras
especies del género, y de color de naranja en su cara anterior.
Dimensiones (1).— Cabeza y cuerpo, 485 mm.; cola, 200;.
cabeza, 95; pié posterior sin las uñas, 75.
Palmera ramiñcada del Alcázar de Sevilla
D. FRANCISCO DE LAS BARRAS.
Entre las palmeras, Phoenix dactylifera L., existentes en los
jardines del Alcázar de Sevilla, figura una que es ejemplar in-
(1) Téngase presente que se trata de un ejemplar disecado, por lo que estas medi-
das, aunque tomadas con toda la minuciosidad posible, no deben ser consideradas
como rigurosamente exactas.
m\
BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
terésantísirao á causa de presentar un tallo bifurcado por ha-
berse producido una rama lateral.
Sabido es lo excepcional de la ramificación en la familia de
las Palmáceas, constituyendo una monstruosidad en la especie
en cuestión.
Sin embarg-o de esto, aunque raro, no es el caso único en Es-
paña, pues alg-unos otros existen de que teng-o noticias por
ilos de nuestros consocios.
El P. Long-inos Navas, en carta del 2 de Junio próximo pa-
sado, me dice: «En el Parque de Barcelona, cerca del lag-o, de
la parte" que mira á la ciudad, existe una PA. dactylifera L.
ramificada. A la altura de unos 2 m. del suelo el tronco se di-
vide en dos ó tres ramas. La plantarían hacia el año 80 ó
antes».
El Sr. Alvarez Sereix me comunica á su vez que en Alican-
te, en el paseo de la Explanada, existe un ejemplar en que á
DE HISTORIA NATURAL. 375
los lados del tronco lian nacido dos ramas, dándole el aspecto
de un candelabro. También me dice tener conocimiento de
otro individuo mucho más notable en el jardín de la casa de un
sacerdote de Elche.
La palma del Alcázar de Sevilla se encuentra en las inme-
diaciones del pabellón llamado de Carlos V, y de ella tomé los
datos que sig-uen el 23 de Ag-osto próximo pasado:
Altura total del tronco desde el suelo á las hojas, 5 m. 40 cen-
tímetros.
Altura de la rama principal, ó sea parte de tronco compren-
dida entre la bifurcación y las hojas, 1 m. 60 cm.
Altura de la rama secundaria ó verdadera rama desde su
nacimiento á las hojas, 1 m. 30 cm.
Perímetro del tronco junto al suelo, 3 m. 30 cm.
Perímetro del tronco al empezar la zona de las raíces adven-
ticias, 1 m. 60 cm.
Altura de la zona de raíces adventicias, 1 m. 60 cm.
La parte de tronco cubierta por hojas en la rama principal
se puede calcular en 2 m., aproximadamente, y la secundaria
en 1 m. escaso.
En cuanto á la edad de la planta, me dice el Sr. D. Manuel
de Lara, Interventor del Real Sitio de xiranjuez, en carta fe-
cha 4 de Septiembre del año corriente: «La palma ramificada
con la mayoría de las que existen en el patio llamado de Car-
los V del jardín del Alcázar, fueron trasplantadas de maceto-
nes, seg'ún teng-o entendido, el año 1875 á 1876». Hace, pues,
unos veinticinco años que el ejemplar de que tratamos fué
trasplantado, sin que pueda calcularse la edad que entonces
tendría, aunque acaso no sea g-raii exag'eraciún suponerle
quince ó veinte años antes del trasplante.
El Hirudo iroctma John, de Extremadura
D. MARCELO RIVAS MATEOS.
El Hirudo Iroctma John fué ya citado por el disting-uido na-
turalista francés Rafael Blanchard (Anales de la Soc. esp. be
HiST. NAT., serie 2.% t. ii, pág-. 252), de varios sitios de España,
€omo son: Vilaboa, Río Eume, Santiag-o de Compostela (Coru-
3-6
boletín de la sociedad española
ña) y Lanzós (Lug-o), y sospechamos que la especie haya sido
mencionada de otras localidades. Nuestra nota se refiere al
estudio de dicha sang-uijuela, la que hemos recog-ido en una
porción de charcos y arroyos de Extremadura, donde es abun-
dante, no conocién\lose ni usándose allí el Hiruclo medicinalis
Ray, estando sustituido por la especie objeto del presente tra-
bajo, que g'oza de g-ran fama en la Medicina y es objeto de
activo cultivo y explotación. En Extremadura se la disting-ue
con los nombres vulg-ares de sanguijuela fina , dragón y sangui-
juela pintada.
He recog-ido ejemplares durante los meses de Ag-osto y pri-
mera quincena de Septiembre en los alrededores de Béjar
(Salamanca), charcos y arroyos de Herg-uijuela de Guadaler-
ma, Serradilla, Torrejón, Cañaveral (Cáceres) y Plasencia; me
la han remitido de Don Benito (Badajoz), y me indican haber-
la encontrado en varios puntos de la provincia de Córdoba,
próximos á Extremadura.
Sabido es por todos los zoólog-os el g-ran polimorfismo que
muestran estos animales; así se explica que ning-uno de los mu-
chos ejemplares que poseo de H. troc-
tina coincidan exactamente con la
característica asig-nada á ella por Mo-
quin-Tandon; es más, el dibujo de la
mencionada sang-uijuela que aparece
en los Éléments de Zoologie médicale,
1862, de Moquin-Tandon, solo tiene
alg-ún parecido con el H. iroctina de
Extremadura. En demostración de lo
que dig"o, teng-o el g-usto de presentar
á la Sociedad el adjunto dibujo hecho
por nuestro disting-uido consocio se-
ñor Aranzadi, teniendo delante san-
g-uijuelas vivas de Extremadura, el
cual resultó tan acabado, que más que
dibujo parece fiel retrato de la san-
g-uijuela. Él me evitará detallar la ca-
racterística del mencionado animal.
Hirudo trocíina Johns. — Cuerpo prolong-ado, más deprimido
que en el H. medicinalis. Color ceniciento por la cara ventral,
con ó sin manchas negruzcas, distribuidas irreg-ularmente.
fWiWX\. itT TÍXSrriT
^"'V.T'"^'?S
DE HISTORIA NATURAL. 37:
pero siempre en pequeña cantidad. En el marg-en latero-ven-
tral del cuerpo aparece: á cada lado una línea neg-ra alg-o
sinuosa que va desde la ventosa posterior hasta el meridio 7."
(en la mayoría de los ejemplares), ó hasta el S.**; las mencio-
nadas líneas sinuosas g-uardan tal disposición, que los áng-u-
los salientes de ellas corresponden al límite de los zoides. La
parte dorsal del cuerpo es poco convexa, tiene un tinte verdo-
so más ó menos intenso, seg-ún las localidades, y sobre ella
existen unas manchas neg-ras con margen anaranjado ; las
manchas dorsales, en número de 4 ó 6 por línea transversal,
se disponen en los límites de los zoides y vienen como á enla-
zar los ángulos salientes y opuestos de las dos franjas sinuosas
latero-ventrales.
Estudiando las mandíbulas de la mencionada sanguijuela
resulta que el número de dientes de la mandíbula intermedia
es variable; los hemos contado en cinco individuos: 1.° 69 dien-
tes, 2.-71, 3." 71, 4.° 70 y 5.° 73.
Abertura sexual del macho redondeada y colocada entre los
meridios 31 y 32; abertura sexual de la hembra alarg-ada trans-
versalmente y situada entre los meridios 36 y 37.
Por el dibujo y por la precedente descripción puede notarse
que esta sang'uijuela se diferencia notablemente de la descrita
y dibujada en la obra del distinguido naturalista Moquin-
Tandon.
Laboratorio de manipulaciones de Historia natural
en la Universidad de Barcelona
D. ODÜN DE BUEN.
Siendo uno de los principales fines de esta Sociedad el fo-
mento de las Ciencias naturales en España, no ha de serle in-
diferente cuanto á la enseñanza de estas ciencias se reñera;
por esta causa paréceme oportuno decir alg-o acerca del Labo-
ratorio para los alumnos que hemos inaugurado hace pocos
días en nuestra Universidad barcelonesa.
En buen hora estableció el Sr. Ministro de Instrucción pú-
blica la cuota de 10 pesetas por alumno para la práctica de
cada asig-natura en la Facultad de Ciencias; merced á esta
N.» 10.- Diciembre, 1901. 28
3:8 boletín de la sociedad española
cuota he podido realizar lo que hace pocoo años creía un ideal
lejano, que todos los alumnos manipulen, venciendo ellos mis-
mos bajo la dirección de compañeros más ilustrados y hábiles,
las dificultades de la práctica. Hag-amos votos por que nadie
atente á esta cuota que nos permite enseñar la Historia natu-
ral por el único medio que hace eficaz la enseñanza.
Dos años han bastado para establecer nuestro Laboratorio,
en el que trabajan diariamente 50 alumnos.
El Laboratorio tiene dos departamentos: uno para Química
mineral y otro para disecciones, trabajos microg-ráficos, etc.
En el primero hay instalación de g"as y de electricidad,
22 mecheros Bunsen, sopletes mecánicos tan sencillos como de
fácil manejo, reactivos, etc., etc. En él trabajan en días alter-
nos 20 alumnos cada vez con dos jefes de mesa al frente.
Para el Laboratorio principal hemos aprovechado el g"ran sa-
lón del Museo de Historia natural; frente á las ventanas se han
dispuesto mesas en que se instala el material necesario; las
mesas son muy cómodas; los alumnos pueden trabajar senta-
dos; de día la luz es abundante; de noche la proporciona, en la
medida necesaria, una excelente instalación eléctrica de lám-
paras fijas y de otras movibles en soportes, que permiten la
orientación que se desee.
Disponemos también de enchufes de fuerza para microscopio
de proyecciones.
Para la disección de animales, cada alumno tiene una ban-
deja de hierro esmaltado, suficientemente profunda y una pla-
ca de cera neg-ra sobre lámina de zinc. La caja de disección es-
colar consta solo de un bisturí, una tijera pequeña y unas
pinzas.
Los cortes veg-etales se hacen con microtomos Krauss, apo-
yados en el borde de la mesa; para inclusiones en parafina
usamos el microtomo de palanca y el modelo mediano de Rei-
chert para trabajos más delicados.
Poseemos microscopios Zulauf, Vachet y Krauss; el Zulauf
es excelente; el modelo por nosotros aceptado, sin ser de mu-
cho coste, reúne todas las condiciones apetecibles; no obstante,
es muy delicado para que se pong-a en manos poco habituadas.
El modelo P. C. N. de Nachet, tan g-eneralizado en los Labo-
ratorios escolares de Francia, es muy sencillo, le manejan muy
bien los alumnos, pero no tiene condensador ni se inclina.
DE HISTORIA NATURAL. 379
Da todo el resultado apetecible un modelo que nos ha cons-
truido la casa Krauss, de estativo medio, pie pesado, tornillo
micrométrico sencillísimo, inclinante; con el ocular F=>25 mi-
límetros y los objetivos F=18 y F=4,2, forma las combinacio-
nes indispensables. Lleva una pieza en que enchufan diafrag--
mas cilindricos y en que se acomodad condensador Abbe,que
tan necesario es en los trabajos histológ-icos, siquiera sean tan
elementales como los que nosotros hacemos.
Tenemos también un modelo Nachet de petrog-rafia con cá-
mara clara; un g-oniómetro universal Picart, conoscopio del
mismo constructor, colecciones cristalog-ráficas, colección de
preparaciones de rocas, minerales, bacterias, embriog-enia, et-
cétera, etc.
Las cátedras son numerosas: constan de 300 alumnos próxi-
mente cada una. Están divididas en g-rupos de á 50 y trabaja
un g-rupo cada día dos horas y media, alternando los deZoolo-
o-ía con los de Mineralog-ía y Botánica. Así, cada estudiante,
practica un día por semana.
Nada podía hacerse sin disponer de personal suficiente; de
mis antig-uos alumnos, con los que obtuvieron en los cursos
anteriores notas de sobresaliente, se ha formado un cuerpo de
jefes de mesa de trabajo, á cuyo celo, constancia é intelig-en-
cia se debe la mayor parte del éxito.
Cada g-rupo de 50 alumnos se gubdivide en cinco secciones
de á 10 y al frente de cada sección hay un jefe de mesa.
El personal á mis órdenes es el sig-uiente:
•Jefe de trabajos: nuestro consocio D. Manuel Carbó, auxiliar
de la Facultad de Ciencias.
Jefes de mesa en Zoolog"ía: D. Jesús Romero, D. José Suñé,
D. Melchor Parrizas, D. Adolfo Fig-uerolay D. Francisco Coll.
Jefes de mesa en Mineralog-ía y Botánica: D. Manuel Llenas,
J). Jaime Ferrer, D. Luís de Castro, D. José Ribes y D. Pelayo
Martorell.
Actúan de suplentes: D. Juan Guarch y D. Elias Ferrer Vai-
Uant.
Disecador: el licenciado en Medicina D. Pablo Plandolit.
Todo el personal trabaja g-ratuitamente; la mayor parte de
los citados pertenecen á nuestra Sociedad.
Aparte las mesas de trabajo escolar he instalado alg-unas
para investig-aciones, sig-uiendo el plan de los laboratorios de
380 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
la Sorbonne. Cada mesa se compone de tres cuerpos en forma
de n ocupando el centro una silla g-iratoria, desde donde
el investíg-ador pueda alcanzar los aparatos, reactivos, etc.,
colocados en derredor suyo. Me propong-o aumentar el número
de estas mesas individuales para que en ellas trabajen nues-
tros colegas que deseen hacer estudios especiales, los alumnos
que preparen la tesis doctoral y cuantos se hallen en condicio-
nes de dedicarse á observaciones propias.
En el plan de reformas sucesivas están comprendidas y han
sido estudiadas todas las necesarias para poner nuestro Labo-
ratorio á la altura de los que sirven en el extranjero para di-
fundir la cultura de las ciencias experimentales y para contri-
buir al prog-reso científico con investigaciones nuevas.
Nota sobre el diverticulo del conducto de la bolsa copulatriz
ó vesícula seminal del Helix aspersa (Müll.)
D. DOMINGO SÁNCHEZ.
Una de las especies animales que con más frecuencia caen en
manos de los principiantes y aficionados á los estudios de ana-
tomía comparada y cuya disección suelen emprender, como
uno de sus primeros ensayos, es el caracol común, que induda-
blemente ofrece ventajas sobre otras especies, no solo por su
abundancia, la facilidad de su adquisición, su talla y otras
análog-as, sino también porque, como dicen MM. Vogt y Jung-,
reúne en alto g-rado los rasg-os más característicos de la clase de
los gasterópodos, por cuya razón el estudio de su organización
puede tomarse como base para el conocimiento morfológico de
la clase y aun para el del tipo orgánico á 'que pertenece. Pera
aún hay otra circunstancia, consecuencia de las precedentes,
que ejerce influencia mucho más poderosa para que los princi-
piantes hagan del caracol cumún uno de los objetos predilec-
tos de sus investigaciones: es que, en la gran mayoría de las
obras de anatomía comparada y técnica zootómica que solemos
manejar, se toma como tipo para el estudio de la organog-rafía
de los moluscos en g-eneral, ó para la de los gasterópodos en
particular, alguna de las especies comunes del género Helix.
Asi, en la mayor parte de las obras francesas de que ordina-
^ DE HISTORIA NATURAL. 381
riamente hacemos uso para esta clase de trabajos, se describe,
con más ó menos detalles, la anatomía del H. pomatia (L.), es-
pecie frecuentísima que, sin duda alg-una, suministra un g-ran
conting-ente al material de los laboratorios de la vecina Repú-
blica.
En nuestro país, como todos saben, es el H. aspersa (Müll.) la
especie sobre que recaen ordinariamente los trabajos de labo-
ratorio; y ciertamente su morfología es bastante semejante á
la del H. j^omatia, para que puedan utilizarse y se utilicen en la
práctica sin dificultad los datos relativos á esta última especie
cuando se trata de estudiar aquélla.
Hablando en términos generales, las semejanzas entre una
y otra especie son g-randes, pero existen entre ellos diferen-
cias considerables, aunque no tanto que puedan dificultar,
ni aun á los principiantes, la homolog-ación de los órg'anos. Sin
embargo, entre nuestro caracol común y la especie que se en-
cuentra dibujada y descrita en las obras á que antes hemos
aludido existe una diferencia que puede inducir á error, ó
cuando menos producir confusión cuando todavía no se tiene
formado concepto claro y preciso del valor morfológico de los
distintos órganos. En el H. aspersa existe un órgano, de tama-
ño relativamente grande, que parece falta en todas las demás
especies del género: es el divertlculo del conducto de la bolsa
copidatriz ó vesícula semi7ial (1), órgano que aunque conocido
puede ofrecer alguna dificultad y confusión, puesto que no se
le encuentra representado ni descrito, en las obras de uso más
frecuente entre nosotros (2).
La presente nota tiene únicamente por objeto dar una breve
(1) La denominacióa de bolsa copulatrit me parece más apropiada que la de vesícula
seminal con que tambiéa se designa este órgano. Esta última denominación se aplica
especialmente á receptáculos interpuestos entre la glándula espermática y el con-
■ducto eyaculador, destinados á contener los espermatozoides antes de veriflcarse la
■cópula; es decir, antes de salir del individuo que les dio origen: mientras que se de-
nominan especialmente bolsas copulatrices á receptáculos en que se depositan aque-
llos elementos en individuo distinto del que les produjo, después de verificada la có-
pula, que es loq^ue sucede en el órgano en cuestión. Las vesículas seminales son pe-
<7uliares de los animales machos; las bolsas copulatrices de las hembras, y natural-
mente los órganos correspondientes de ios hermafroditas deben distinguirse con las
mismas denominaciones.
(á) MM. Vogt y Jung, en su excelente obra de Anatomía comparada, se limitan á
decir que el pedúnculo de la bolsa lleva en el H. aspersa un divertículo lateral.—
T. I, pág. 815.
382
BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
descripción de ese órgano, en la creencia de que será de alg-u-
na utilidad práctica para los principiantes adquirir una idea
de él, siquiera sea sucinta, pero suficiente para servirles de
g-uía en sus trabajos y que no les sorprenda la presencia de un
órg-ano que no suelen encontrar descrito ni fig-urado. Mas
como una breve descripción acaso no fuera suficiente para dar
idea bastante clara del órgano en cuestión, creo será pertinen-
te acompañar la descripción de un dibujo que, aunque malo,
facilitará sin dúdala interpretación.
Para abreviar en lo posible la descripción sin g-ran detri-
mento de la claridad, supong-amos que tenemos á la vista una
lámina ó preparación
del aparato g-enital del
R. yomaüa que nos ser-
...h vira de g-uía y al mismo
tiempo de tipo de com-
--■c paración. En ella vere-
mos que, á partir de la
cloaca g-enital , debajo
del saco del dardo parte
--(■ un conducto que no tar-
i -f< da en bifurcarse, dando
1^-4^...^ orig-en á dos órg-anos de
caracteres morfológ-icos
/^) ) y fisiológ-icos bien distin-
tos. Uno es un g-rueso
tubo ó cordón que se di-
rig'e hacia la parte poste-
rior del cuerpo del ani-
< mal venelcualseobser-
van á simple vista plie-
g-ues ó bullones; este ór-
. Sistema genital del Helix aspersa. i +„ ii„
.;, ^ ,, ^ , ;^.„, g-ano, g-eneralmente 11a-
a, cloaca genital. — 5, glándula multiflaa.-f, sa- ° .
co del dardo. — í?, conducto común al oviducto y á mado OViduCtO , CS á la
la bolsa copulatriz.-e, oviducto.-/, íf¿i-e/-</ní/o.- ^annl r-nnrlnrtor fie
í^, canal espermático.- /i, glándula hermafrodita. ^ ^Z CdUdi COnuuctOl ue
— t, su conducto. —J, glándula de la albúmina.— ¿VUlOS, de CSpemiatOZÓi-
A, bolsa copulatriz.— ?, flagelo del pene. — «?, con- _ . a *■ A ^
ducto de la bolsa copulatriz.—«, conducto deferen- dCS y del prOClUCtO 06 la
te.-o, músculo retractor del pene.-i^, pene. gUnduU de U albúmina.
El otro órg-ano á que da orig-en la bifurcación mencionada es
un conducto delgado, de color más claro que el oviducto, de
DE HISTORIA NATURAL. 383
contorno liso, aplicado á la parte izquierda de aquél, al que le
une un muy corto plieg-ue peritoneal; este conducto, que en
g-eneral describe solo lig-eras ondulaciones, se extiende hacia
atrás hasta cerca de la base de la g-lándula de la albúmina, y
allí termina por un abultamiento piriforme ó g-lobular que no
es otra cosa que la bolsa cojndatriz ó vesícula seminal.
En el II. pomaiia el conducto de la bolsa copulatrh es senci-
llo y no presenta el más lig-ero indicio de bifurcación; pero en
el H. aspersa sucede muy de otra manera. A unos 8 ó 10 milí-
metros de su origen, dicho conducto se bifurca; una de las ra-
mas de esta bifurcación, más delgada que la otra, continúa la
dirección del primitivo conducto y se dirig-e á la cápsula; es la
representante del conducto de la bolsa copulatriz del H. po-
maiia. La segunda rama, generalmente más g-ruesa que la
primera, nace formando con ella un ángulo muy agudo, se
dirig-e como aquélla hacia la parte posterior del cuerpo, des-
cribiendo en g-eneral numerosas circunvoluciones, conser-
vándose aplicada al lado izquierdo del oviducto y. finalmente,
termina por una extremidad redondeada sobre la pared de este
último órgano en un punto próximo á la base de la glándula ■
de la albúmina. Este órgano es el diverlículo del conducto de la
bolsa co¡mlatriz.
Sus dimensiones son variables: unas veces es relativamente
corto, oscilando su longitud mínima alrededor de 4 cm.; otras
veces es más largo, lleg-ando á alcanzar frecuentemente long-i-
tudes que exceden de 7 cm. Su diámetro, más considerable
que el del conducto de la bolsa, oscila alrededor de 1 mm.; un
poco más delgado en su origen, aumenta de un modo insensi-
ble hasta alcanzar, después de algunos milímetros, su calibre
medio que conserva casi invariable hasta su terminación.
La situación que ocupa con respecto á los demás órganos
es poco variable gracias á los medios de fijación que le man-
tienen aplicado constantemente al lado izquierdo del oviducto,
y á pesar de las variaciones de long-itud, sus extremos no cam-
bian, ó cambian muy poco de posición. La situación del extre-
mo terminal, que es el que he encontrado más variable, apenas
si se desplaza medio centímetro, llegando alg-unas veces hasta
muy cerca de la base de la glándula de la albúmina, mientras
otras termina como á 4 ó 6 mm. por delante. ^^-'—
Su forma es la de un cordón hueco, blanco, cilindrico en,^^nr^\C/0^
fuJ I L I B R A R Y
381 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
toda SU iong'itud, ya lig-eramente flexuoso, ya (cuando es larg-o),
pleg-ado y describiendo numerosas circunvoluciones de forma
curva que recuerdan las asas intestinales, de manera análog-a
á lo que se observa en el flag-elo del pene del mismo animal.
No juzg-o necesario hacer una descripción detallada y minu-
ciosa del órg-ano en cuestión en lo que hace referencia á las
variadas disposiciones que afecta; me limitaré únicamente á
manifestar que puede considerarse formado, para su estudio, de
tres porciones. Una primera, anterior ó inicial, de 10 á 15 nim.,
dirig-ida de delante á atrás, casi rectilínea ó solo ligeramente
ondulada, aplicada al oviducto por el peritoneo que pasa sobre
ella ó la envuelve, pero sin formar verdadero meso, y por consi-
g-uiente sin permitirle movimientos independientes del oviduc-
to. A ésta sig-ue una porción media, que es muy variable; en los
divertículos cortos presenta ondulaciones siempre más marca-
das que en las otras dos porciones ó describe alg-una circunvo-
lución; pero en los de tipo larg-o forma numerosas asas apeloto-
nadas unas contra otras, orig-inando como una enmarañada
madeja situada hacia la parte media del trayecto del diver-
tículo. Estas asas no están aplicadas inmediatamente á la
pared del oviducto, como sucede en las otras dos porciones; el
peritoneo las envuelve por completo y les forma un meso pe-
ritoneal bastante larg-o, que en alg-unas asas alcanza de 4 á
6 mm. ó más, lo que permite á dichas asas cierta movilidad
independientemente de la del oviducto. La tercera porción,
que es la posterior ó terminal, mide aproximadamente ig-ual
long-itud que la primera; se dirig-e también hacia atrás descri-
biendo muy ligeras ondulaciones, y está, como aquélla, apli-
cada contra el oviducto por un pliegue peritoneal muy corto
al principio y nulo después, pasando la membrana peritoneal
sobpe '■él y aplicándole fuertemente contra la pared de aquel
órgano en su extremidad terminal, en la cual, además de este
medio de fijación, existe una especie de borla ó penacho cons-
tituido por fibras ó tractus que, partiendo del extremo del
divertículo, van á fijarse, formando como un abanico, en la
pared del oviducto.
El divertículo es un órg-ano hueco, recorrido en toda su
longitud por un conducto y cerrado en su extremo terminal,
formando como un dedo de guante. Las paredes de este con-
ducto son relativamente gruesas y su luz muy pequeña, con-
DE HISTORIA NATURAL. 335
tribuyendo á estrecharla más todavía unos plieg'ues long-itudi-
nales de la pared interna que se proyectan hacia el interior y
le recorren en toda su longitud. Estos pliegues, en número de
seis, tal vez sean simétricos, durante la vida, pero en los cortes
transversales del divertículo de ejemplares conservados algún
tiempo en alcohol, suelen presentarse algún tanto desplazados
y deformados, acaso por las presiones que sobre este órgano
hayan ejercido los órg-anos vecinos.
No creo pertinente, tratándose de una nota como esta, entrar
en detalles respecto de la estructura íntima de este órgano, y
por tanto me limitaré á indicar que sus paredes aparecen,
tanto en los cortes longitudinales como en los transversales,
formados de dos capas bien distintas: una interna, delgada,
constituida por una sola fila de células prismáticas, largas y
estrechas, provistas de un núcleo relativamente grueso, alar-
gado, situado en la extremidad basal de las células y tan per-
fectamente alineados que, á pequeños aumentos (y teñidos por
los reactivos apropiados), forman como una línea continua que
se encorva al nivel de los pliegues longitudinales, los cuales
están formados principalmente por esta capa celular. La ex-
terna, más gruesa que la precedente, está formada de multi-
tud de fibras circulares y longitudinales, más abundantes las
primeras que las segundas, distinguiéndose entre ellas nú-
cleos diseminados y algunas células. Esta segunda capa envía
prolong-aciones que penetran en los pliegues formados por la
epitelial antes indicada.
Nuevos estudios sobre las agallas (i)
POK
D. MANUEL FERNÁNDEZ DE GATTA.
Agallas indígenas de diversas familias.
n) Agallas de las Salicáceas.
a) Agalla de la mimbrera.
Se produce en el envés de la hoja del Salix viminalis L.
por la picadura del Nemaius versicolor. La hembra de éste
(1) Véanse los Boletines, números 4, 8 y 9 de este mismo tomo.
386 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
hiende con su taladro ú oviscapto el epidermo de la hoja en
diferentes puntos, haciendo, al propio tiempo, penetrar en su
mesofilo los huevecillos fecundados. Pocos días después están
desarrolladas las ag*allas. Aparecen en los nervios secundarios.
nunca en el principal, hallándose dispuestas en series lineales
á lo larg-o de la hoja. Son fusiformes, ú oblong-as, de 5 mm. de
long-itud por 2 de anchura y 1 de g-rueso; abultadas por ambas
caras, más por el envés que por el haz; verdes, carnosas y ma-
cizas, mientras no han servido de alimento á la larva; rojizas^
huecas, arrug-adas y notablemente disminuidas en su primi-
tivo volumen, y ag-ujereadas por el envés, en el extremo que
mira al vértice de la hoja, cuando por este orificio ha salido
aquélla para transformarse en insecto perfecto, fuera de la
ag-alla donde nació.
El corte transversal de esta ag-alla es de forma oval; en él
se observan, á simple vista, tres zonas: la epidérmica, rojiza;
la media ó parenquimatosa, blanquecina; y la interna, que
limita la cavidad central, también ovoidea, y de color verde
aunque esté completamente seca la ag-alla.
El corte transversal de la ag-alla de la mimbrera pone de
manifiesto su interior org-anización histológ-ica. En los extre-
mos de un diámetro hay dos porciones salientes, una más larg-a
que la otra; la continuidad homog-énea de ambas denota que
están formadas por un mismo sistema de tejido: es, en efecto^
el tejido fibro-vascular de los nervios secundarios y terciarios
que atraviesan dicha excrecencia. Estos nervios ó hacecillos
leñosos liberanios, cuyos elementos histológicos están teñidos
por la clorofila, circunscriben la capa nutritiva, que es de forma
circular y color rojizo, hallándose constituida por un parén-
quima reg-ular de células muy pequeñas, poliédricas, apreta-
das entre sí y llenas de g-ranos amiláceos. Alrededor de ésta se
observa una á modo de capa protectora, formada por alg-unas
series de células redondas y de paredes lig-nificadas. Entre los
hacecillos y la capa externa hay un parénquima irreg-ular,
formado interiormente por células g-ruesas de contorno exa-
g-onal, y, en su parte externa, por células rectang-ulares alar-
g-adas, superpuestas, cuyos lados mayores son perpendiculares
al epidermo, asemejándose al tejido empalizado que constitu-
ye el mesofilo de alg-unas hojas, como la del S. viminalis h..
en que se produce esta ag-alla.
DE HISTORIA NATURAL. 387
El epidermo consta de dos o tres series de células pequeñas,
redondeadas y de paredes delgadas, menos densas y compactas
que las del tejido subyacente.
Practicando en esta ag-alla los ensayos histoquímicos, para
el reconocimiento del tanino, se observa que contienen éste
glucósido, aunque en pequeñísima proporción, los hacecillos
fibroso-vasculares y alg-unas células del epidermo.
h) Agalla caulinar de la sarga negra.
Debe su orig-en á la picadura del Nematus galUcola en los
tallos tiernos del SaUx cinérea L. Decimos que es una agalla
caulinar, porque rodea completamente las ramillas terminales,
desarrollándose al propio tiempo que éstas, sin que su creci-
miento veng-a tampoco á entorpecer el desenvolvimiento de
una hoja ó de otra ramilla que, al parecer, nacen de la misma
excrecencia.
Las ag-allas de la sarg-a neg-ra son más larg-as que anchas y
g'ruesas, con estrecheces ó ang-ostamientos que separan unas
de otras, formando muchas veces una serie moniliforme á lo
larg'o del tallo. Por el frote del tomento blanquecino que las
recubre, como á los tallos y hojas, quedan de color rojo cuando
están formándose; tórnanse lueg-o verde-amarillentas, y par-
do-negruzcas por la desecación.
Haciendo el corte transversal de una ag-alla fresca se obser-
van varios planos de celdas larvares, excéntricas, de forma
oblong'a y color verde, dispuestas en línea circular dentro de
un extenso paréaquima blanco, atravesado por los haces leño-
sos peciolo-foliares ó rameales. En cada una de dichas celdas
se aloja una microscópica larva de color anaranjado.
c) Agalla foliar de la sarga blanca.
Es originada por el Xematus Vallisaierii, y tiene su asiento
en el envés de la hoja de la sarg-a (Salix triandra L. y S. fra-
giJis L.). A mediados de Agosto se ven ya formadas las excre-
cencias en el mesofilo, entre el borde y el nervio medio, lle-
nando casi toda la hoja, desde la base al vértice. Aparecen
como pequeñas granulaciones redondeadas, de 1 mm. de diá-
metro, más abultadas por el envés que por el haz; rojas y to-
'J88 boletín de la SOCIEDAD ESPAÑOLA
mentosas por ambas caras, al principio; verde-amarillentas y
lampiñas por el haz cuando tienen desarrollado el insecto.
Constan de una ó dos celdas larvares, y presentan el ag-ujero
de salida por la cara inferior de la hoja.
d) Agalla foliar de la bardaguera blanca.
Se desarrolla en el envés de la hoja del Salix olmfolia Will.
por la picadura de un tentredínido del g-énero Nematus. Están
insertas estas excrecencias en las nerviaciones secundarias
del envés limbo-foliar, á veces se hallan unidas ó muy poco
separadas, pero g-eneralmente aparece una sola en la cara
inferior de cada hoja. Son de 6 mm. de diámetro, redondeado-
oblong-as, acanelado-claras, cubiertas de un vello blanquecino,
de paredes delgadas y translúcidas, recorridas por las nervia-
ciones de la hoja, con una sola g-ran cavidad, donde sufren sus
metamorfosis los individuos de la citada especie. Presentan
un ag'ujero de salida, situado, de ordinario, en el lado del
borde foliar más próximo á las mismas.
e) Agalla foliar del sauce blanco.
Debe su origen á la picadura de un Nematus (tentredínido)
én la hoja del Salix alba L. y S. aurita L. Insértase, como la
anterior excrecencia, á la cual se asemeja, junto al nervio
medio por la cara inferior de la hoja. Es de menor tama-
ño que aquélla, aovado-alargada i'i oblonga, de 5 mm. de lon-
gitud por 4 mm. de anchura; de superficie poco vellosa, ver-
dosa al principio y después rojiza; de pared g-ruesa y dura. Es
unilocular y unilarvar. El insecto sale al exterior por un ag-u-
jero^ que practica en la pared de la ag-alla, por el lado del
envés foliar, junto al cual vese con frecuencia el sedoso capu-
llo donde se albergó la larva.
Agallas del dioico.
a] Agalla rameal. (Manzana del chopo.)
Mr. Courchet (1) distingue cinco especies de ag-allas sobre
el chopo negro (Pojmlus nigra L.). La mayor y más abundante
(1) «Études des galles produites par les Aphidiens».
DE HISTORIA NATURAL. 38»
se produce en las yemas terminales de los ramillos jóvenes
por la picadura del P37nphigus Mirsarius L. En el mes de Ju-
lio adquiere todo su desarrollo. Es de forma irregular, aova-
do-alarg-ada transversalmente ó redondeada y deprimida; de
tamaño variable, comprendido entre el de una avellana y el
de una nuez ; superficie lisa y brillante, verde, manchada de
rojo por el lado que recibe la incidencia solar. Después de seca
es pardo-neg-ruzca, de corteza arrug-ada}' suberosa, fácilmente
separable con la uña. En fresco tiene también alg-unas pecas
epidérmico-suberosas , g-risáceas ó pardas. Su fractura es des-
ig'ual, rojo-obscura y con muchos puntos blancos, que son los
hacecillos leñosos. Es inodora y lig-eramente amarga. En la por-
ción terminal de la agalla, que está encorvada hacia abajo y al
mismo nivel ó en el mismo plano transversal del angostamiento
por donde se inserta en la rama, se observa una abertura pro-
minente, con los bordes gruesos, carnosos y replegados de den-
tro á fuera. Por esta abertura salen, en el mes de Agosto, los
insectos que nacieron dentro de la excrecencia. En su primera
fase metamórfica son blanco-amarillentos, con antenas y patas,
y sin que en ellos se diferencie la cabeza de los anillos torácicos
y abdominales; para pasar á la segunda se rodean con la borra
ó pelote alg'odonoso que segregan y salen de esta envoltura
con dos pares de alas membranosas, cabeza negra, bien dis-
tinta de los anillos torácicos y abdominales, de color pardo y
ojos sencillos , en lugar de los compuestos que tenían antes.
El corte transversal de esta agalla examinado al microsco-
pio no deja ver su estructura. Exteriormente se obsers^a el te-
jido epidérmico que forma ambas superficies; su epiderrao é
hipodermo vense constituidos por varias series de células muy
pequeñas, oblongo-aplastadas y coloreadas de rojo; cubriendo
al primero se encuentra una serie, á trechos interrumpida, de
células tabulares, más pequeñas aún que las subyacentes,
comprimidas, de paredes gruesas y color pardo-negruzco, que
son las que forman el felodermo. El parénquima compren-
dido entre ambos epidermos se halla constituido por células
sensiblemente iguales por su forma, tamaño y consistencia,
y al que pudiéramos calificar de regular, redondeado y or-
dinario. En él están esparcidos los hacecillos fibro-vascula-
res, muy ricos en fibras esclerenquimatosas. Tanto las células
de estos hacecillos como las que con ellos contactan contienen
390 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
la misma materia colorante roja que los elementos anatómicos
del tejido epidérmico. Carece de células moniliformes taníg-e-
ras. Si tocamos el corte con una g-ota de la disolución de sal
ferrosa solo demuestran la presencia del tanino los hacecillos
fibro-vasculares.
b) Agalla i)eciolo-foliar. (Agalla en espiral.)
Debe su orig-en al Pemphigus spirothecíe Pass., que pica en el
peciolo de las hojas del Popuhis nigra L. Su inserción es va-
riable, pero se observa cerca del arranque del limbo más que
en la base ó en la parte media del peciolo. Fórmase, á veces,
por arrollamiento en espiral del peciolo ensanchado y carno-
so, si bien la mayoría se desarrollan por eng-rosamiento del
mismo en sentido transversal y unilateralmente. Es oblong-o-
alarg-ado, corniforme y con tendencia siempre á arrollarse en
espiral. Los restantes caracteres son análog-os á los que pre-
senta la ag-alla rameal , con la diferencia única de ser cuatro
veces menor.
c) Agalla nervio-foliar.
Se forma en la base del nervio medio de la hoja del P. nigra L.
por la picadura del Pemphigus populi Courch. Es fusiforme,
alargada long-itudinalmente y comprimida en el sentido trans-
versal , de superficie verdoso-amarillenta, g-ranosa y con pecas
verrug-osas g-risáceas. Es abultada por el haz de la hoja y de-
primida por el envés; en éste presenta una hendidura en la
dirección del nervio principal poco perceptible y con los bordes
muy aproximados; por ella salen los insectos que contiene. Al
principio del desarrollo son neg-ros, con cabeza bien diferen-
ciada, antenas de tres artejos, un par de ojos sencillos, tres
pares de patas, las alas membranosas muy desarrolladas y las
coriáceas protorácicas rudimentarias.
d) Pseudo- agalla foliar.
Es orig-inada por el PempMgus af finís Hartig- sobre la misma
especie. Se forma doblándose la hoja del envés del haz (alg-u-
na vez inversamente) por el nervio medio y pleg-ándose en
DE HISTORIA NATURAL. 391
tirabuzón una mitad debajo de la otra, la cual queda así super-
puesta en su totalidad ó solo parcialmente. De esto resulta que
la pared de la ag-alla está constituida por el epidermo superior
de la hoja. Dicha falsa excrecencia, como se ve, de formación
rudimentaria, tiene la superficie rug'osa y mamelonada, de
color amarillo verdoso; en su interior es blanquecina y con-
tiene despojos de los insectos que allí se desarrollan. En cada
una hay dos, tres y á veces uno solo. Las larvas son blancas,
g-ruesas, ovoideas y anilladas, con tres pares de patas rudi-
mentarias, sin antenas y con ojos compuestos.
III) Agallas de las Ulmáceas.
Agallas del olmo.
a) Agalla vejigosa.
En el olmo (Ulmus campestris L.) se producen seis especies
de ag"allas, seg-ún Lichstenstein (1). Esta es la más común y
de mayor tamaño. Desarróllase en las yemas foliáceas prime-
ro, y lueg-o sobre las hojas por la picadura del Schizoneura la-
nígera Haussman. A fines del mes de Mayo empieza á formar-
se de la manera sig-uiente: en la base del nervio medio de una
hoja recién brotada se observa una pequeña elevación que
lleg-a hasta el borde; aquella se arrolla sobre el envés, dextror-
sa ó sinistrorsamente, seg-ún que la excrecencia ocupe una ú
otra mitad; las vueltas de espira le dan una forma acaracola-
da que desaparece poco á poco á medida que avanza su desarro-
llo, quedando finalmente la hoja transformada en ag-alla. Esta
aparece entonces constituida por tres pares de lóbulos simétri-
cos, dos mayores con anfractuosidades paralelas, dos menores
en su cara superior y dos medianos en la inferior, que son los
últimamente formados por arrollamiento de la hoja. Cambia
seg'ún va creciendo y alcanza el tamaño de un puño cuando
€Stá completamente desarrollada. En fresco, es vejig-osa, insi-
métrica y muy pesada, con profundos senos ó anfractuosida-
des que determinan numerosas protuberancias redondeadas
cubiertas de un vello blanquecino. En su interior contiene los
(1) <<Observations critiques sur les pucerons des ormeauxv.
392 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
insectos juntamente con los despojos que desprenden al sufrir
sus metamorfosis, y un líquido espeso, gelatinoso y parduzco.
Los insectos son pequeñísimos y de color azulado ceniciento;
mirados con una lente tienen, aunque en estado larvar, tres
pares de patas bien desarrolladas, abdomen de siete anillos,
sin vestig-ios de alas, antenas con siete artejos, tubo labial con
cuatro y dos pares de ojos compuestos. En todas las ag-allas
hay una larva con los caracteres de las anteriores, pero de un
tamaño veinte veces mayor. Posteriormente pasan á un segun-
do estado más perfecto , en el que aparecen los dos pares de
alas membranosas y se diferencian los anillos torácicos de los
abdominales.
Recolectada en otoño se halla en el extremo de un ramo ter-
minal; está completamente seca, muy contraída en su volu-
men primitivo y abierta por uno de sus costados; es de color
pardo, con vello que desaparece por el frote, viéndose la su-
perficie rojo-obscura surcada por la nerviación de los haces le-
ñosos; es muy lig-eray conserva ig-ual forma que en fresco.
Esta ag-alla tiene una estructura casi exclusivam.ente fibro-
vascular, por lo cual la capa media comprendida entre ambos
epidermos se halla ocupada en su mayor parte por el tejido de
los hacecillos. Son éstos paquetes de fibras larg-as, flexibles y
tenaces, fibras y células esclerenquimatosas y vasos ordina-
rios de paredes g-ruesas. Algninos hacecillos están formados ex-
clusivamente por fibras y constituyen un verdadero parén-
quima, diferenciándose de los fibro-vasculares menos apreta-
dos y con un espacio central vacío. Todos estos elementos están
teñidos de rojo en el corte de una ag-alla seca. El parénquima
que atraviesan los hacecillos es poco consistente y lo forman
células blancas de paredes delg-adas y sin contenido alguno.
El epidermo externo aparece como una estrecha é irregular
faja negra de células tabulares, pardas y de tal modo compri-
midas que no dejan entre sí espacios intercelulares; están
además suberificadas, por lo que componen un verdadero fe-
lógeno. El epidermo interno es mucho más delgado y está
constituido por una serie de pequeñas células redondeado-
aplastadas, prolongadas casi todas en largos pelos unicelula-
res de forma cónica y vértice afilado.
No tiene células moniliformes tanígeras ni lleva más tanino
que en los hacecillos, como la agalla del chopo.
DE HISTORIA NATURAL. 393
bj Agalla peciolo foliar.
Abunda también en el olmo, aunque no tanto como la ante-
rior. Debe su orig-en á la picadura del Schizoneura ulmi L. en
la porción peciolar superior y en la base del nervio medio de
la hoja, entre las cuales se desarrolla sin lleg-ar á deformar la
última. Es más saliente por el haz que por el envés, donde
aparece recubierta por el limbo foliar; del tamaño de una ave-
llana, alg'o redondeada, verde-amarillenta, con roseólas prime-
ro, pardo-rojiza, rug'osa y con una capa grieteada de súber epi-
dérmico cuando está seca. Entonces se abre por diferentes
hendiduras long-itudinales para dar salida á los insectos y per-
siste sobre la hoja hasta la caída de ésta en otoño. En ella solo
hay un hemíptero que, en su primer estado de metamorfosis
incompleta, es blanco-niveo, de 10 á 12 milímetros de larg-o;
tiene tres pares de patas cortas, el cuerpo anillado y consti-
tuido casi enteramente por el abdomen, y las antenas de dos
artejos, con ojos compuestos, sin tubo labial, desprovisto de
alas y de apéndices abdominales.
c) Agalla limbo-foliar. (Agalla claviforme.)
Es producida por la picadura del Tetraneura ulmi De Geer en
la hoja del olmo. Se desarrolla en la porción de mesofilo com-
prendida entre dos nervios secundarios, pero muy cerca del
principal. Se inserta en el haz de la hoja por un pedículo más
ó menos larg-o y se denota en el envés por una pequeña pro-
tuberancia peloso-blanquecina. Es claviforme ó mazuda, alar-
g-ada en la dirección del eje, ósea perpendicularmente á la
hoja y puntiag-uda en su ápice, verde al principio, amarilla
después, y por último se vuelve pardo-rojiza como la anterior,
desecándose al mismo tiempo. Entonces manifiesta sobre la
porción pedicular una ó dos hendiduras por donde salen los
insectos á fines del mes de Julio. Persiste también en la hoja
hasta la caída de ésta.
d) Micro-agalla Limbo-foliar.
El Calopha compressa Koch., picando en la hoja del olmo,
ocasiona una excrecencia pequeñísima, que llena por com-
N.° lO.-Diciembre, 1901. 29
391 boletín dr la süciüdad española
píete el limbo foliar atacado. Llamárnosla micro-ag-alla por ser
la más diminuta de cuantas conocemos; las de mayor tamaño
no pasan de 1 mm. en su diámetro mayor. Son ovoídeoalar-
g-adas ú oblong'as, más prominentes i^or el haz que por el
envés, blanquecinas y pelosas por éste, amarillentas y lampi-
ñas por aquél. Insértanse entre las nerviaciones secundarias
y la principal, pero nunca sobre éstas. Cortadas transversal-
mente se las ve constituidas por una capa de tejido celular
esponjoso, teñido por la clorofila del mesofilo, y por otra blan-
ca, compacta y dura, de tejido fibro-vascular, cujeas paredes
forman la cámara larvar, donde se desarrolla el huevo del
afídido depositado por la hembra madre que diera orig-en á la
agalla.
IV) Agallas de las Papilionáceas.
Agalla cauUnar de la retama blanca.
Sobre los tallos caulinares de la Genista florida, L. y de la
G. Broteri Poir. se forma una ag-alla, que debe su orig^en á la
picadura de un himenóptero del g-énero Diaslrophus. Aparece
aquélla como un abultamiento fusiforme, cerca de la axila de
las ramificaciones ñoridas de la retama. Tiene 15 mm. de lon-
g-itud por 4 de anchura máxima, y es exteriormente asurcada
y del mismo color que el tallo. Cortada transversalmente por
la mitad, donde presenta el ag-ujero de salida del insecto, vese
á éste ocupando el centro de la cavidad fusiforme; ésta se halla
formada por una g-ruesa capa de tejido celular esponjoso de
color pardo claro, á la cual circunscribe otra fibroso-vascular,
blanca, apretada y dura, rodeada á su vez por la zona externa,
también fibrosa, delg-ada, con muchos meatos y teñida por la
clorofila.
Agalla fltoyarásita del "piorno.
Sobre la Genista Anglica L. y G. fálcala Brot. se produce
esta excrescencia, que es debida á la presencia de una bacte-
riácea, del g'rupo de las fitoparásitas; probablemente á un Ba-
cillns. Es aquélla un tumor mamelonado, de color g-risáceo-
claro, rug-oso y con oquedades exterior é interiormente. Se
forma en la axila de las ramificaciones terminales de los tallos,
DE HISTORIA NATURAL. 395
que no llega á rodear por completo; estando por tanto inscrita
su forma irreg-ular dentro de una semi-esfera. y cuyo tamaño
puede lleg-ar á ser como la mitad de una nuez. El corte trans-
versal deja ver una masa acanalado-clara ó blanquecino-gri-
sácea. que es el talo macizo del BaciUns; y en medio de
aquélla una ó varias zonas, teñidas por la clorofila, que son
los botones rameales ó tallos embrionarios de la planta, á ex-
pensas de cuyo tejido se desarrolla el primero.
V) Agallas de las Terebintáceas.
Agallas del ferebinto.
a) Agalla cornicidar. (Coca cornicular.)
Todas las ag-allas que ofrece el terebinto (Pistacia TereMn-
thas L.) deben su orig-en á un liemíptero del género PampM-
gus, que en ésta es el P. Cornicnlarius Pass. Se desarrolla en
el extremo de las ramas terciarias y cuaternarias y probable-
mente á expensas de una yema foliácea, aunque otra cosa
diga Lichstenstein (1), que la considera formada sobre el ner-
vio medio de una hoja. Se inserta en el extremo siempre abul-
tado de dichas ramas, ordinariamente en número de 5, 7 ó 9,
ag-allas que están muy próximas entre si y en el mismo plano
horizontal, ó en planos inmediatos y paralelos al ó los en que
se insertan las hojas que terminan aquéllas. Es de longitud
variable; ejemplares hay que miden 2 mm.; fusiforme, encor-
vada y algo aplastada en la parte media donde el diámetro es
mayor, el cual decrece paulatinamente hasta las extremida-
des, que se repliegan ó retuercen en sentido contrario una de
otra; su color verde intenso al principio, se cambia por la
desecación en rojo más ó menos pardo; sus dos superficies, y
señaladamente la interna, están recorridas por numerosas es-
trías longitudinales producidas por los hacecillos. Esta última
se recubre del tomento lanoso-blanquecino que dejan los insec-
tos, y en la externa se presentan, de trecho en trecho, algunas
lágrimas óleo-resinosas, hialinas ó amarillas, quebradizas y
de olor aromático, que constituyen la verdadera trementina,
-como la que se extrae por incisiones hechas en la corteza de la
(1) «Feuille des Jeunes naturalistea».
396 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
planta. El corte transversal pone de manifiesto los hacecillos
fibroso-vasculares, blanquecinos y huecos, al lado de los cua-
les se percibe la exudación oleo-resinosa, que, á veces, forma
también su contenido. La ag-alla cornicular es de olor suave,
aromático, ag-radable; su sabor es astring-ente y alg'o amarg-o.
El estudio micrográfico de un corte transversal hecho en
esta ag-alla deja ver la homogeneidad de su tejido y la estruc-
tura celular del mismo. Los epidermos, particularmenie el
interno, apenas se diferencian del tejido que entrambos com-
prenden, y á no tener sus células más apretadas y coloreadas
de rojo (en el corte de una agalla seca), serían muy poco per-
ceptibles. En la capa media, formada de células redondeado-
poiigonaies muy pequeñas, llama sing-ularmente la atención
el gran número de cavidades que por su extensión longitudi-
nal constituyen verdaderos conductos secretores, formados por
reabsorción de las células, y en particular de los vasos de los
hacecillos fibroso-vasculares Por eso, estos conductos se hallan
rodeados de células desgarradas y de paquetes de células
fibrosas, poco coherentes y casi desprovistas de elementos
vasculares. En este parénquima se encuentran las g-lándulas
pluricelulares en cuya cavidad se vierte la oleoresina seg-re-
g-ada, que es la que fluye al exterior de la agalla. Existen,
además, junto á los hacecillos fibro-vasculares, alg-unas series
de células moniliformes, dispuestas en forma de abanico abier-
to, cuyo vértice mira hacia el epidermo interno. Estas células,
como demuestra el examen histoquímico, son el asiento prin-
cipal del tanino. En efecto, tocando el corte con una g-ota de
la disolución al centesimo de una sal ferrosa, se produce una
aureola neg-ruzca alrededor de los hacecillos, más pronuncia-
da del lado de las células tanígeras.
b) Agalla uiricular. (Coca utricular.)
Esta agalla se encuentra en la misma planta acompañando
á la anterior, según he podido observar en los terebintos
que crecen en las márgenes del Duero de la región salman-
tina (1). Se desarrolla dicha excrecencia á consecuencia de la
(1) En dicha región se conoce el terebinto con los nomlres de Cornipedrera y Jidi-
guera. Este líltimo es de origen lusitano.
DE HISTORIA NATURAL. 397
picadura del Pemphigus utriculaiius Pass. en la base del nervio
medio por el lado del envés de una de las foliólas de la hoja
imparipinada. Es vejig-osa, apeonzada y alg-unas veces lobu-
lada; estrechada en peciolo cortísimo y ancho por donde se
inserta; de color verde al principio, luego amarillo-pálido con
roseólas anaranjadas, y por último rojo-obscuro; de olor tere-
bintáceo como el que exhala toda la planta, nauseoso en fres-
co y aromático después de seca, y sabor mu}^ astring-ente y
acídulo al mismo tiempo. En su superficie se manifiesta la
misma exudación oleo-resinosa en forma de lágrimas que en
la agalla cornicular. Como ésta contiene en su interior una
verdadera leg'ión de microscópicos insectillos, rodeados de
una borra alg-odonosa, blanca, que les protege durante su pri-
mer estado de metamorfosis incompleta.
c) Agalla semilunar .
El sabio italiano Passerini la dio este nombre por el pareci-
do que tiene con una media luna. Nosotros creemos tiene más
semejanza con la legumbre arqueada de las especies del g'éne-
ro Medicago.
Por la picadura del Pe/npliigas semilunaris Pass. , en una
de las mitades longitudinales de la hoja, generalmente la de-
recha, se suelda por el borde un seg-mento de ésta en la cara
superior, quedando así la hoja cortada en arco; poco á poco va
formándose la agalla, que en su completo desarrollo alcanza
2 mm. de longitud por 4 de anchura y medio de g-rueso; es de
color amarillo-pálido, olor terebintáceo y sabor acre-astringen-
te; de superficie finamente granosa y en su interior reticulada
por los hacecillos fibroso-vasculares que la recorren, los cuales
.son los mismos nervios secundarios de la hoja. Contiene esta
agalla, como las anteriores, los PenipJiigus en su primera fase
raetamórfica, hasta que se abre después de seca y deja salir
éstos ya desarrollados al exterior.
d) Af/alla folicular.
El orden en que venimos exponiendo las agallas del tere-
binto guarda relación con su importancia farmacológica, así
como también con la mayor ó menor profusión en que se pro-
398 BOLKTIN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
ducen. Las dos primeras son abundantes, aunque una más
que otra, como mayor es en la cornicular la cantidad de tani-
no que en la, uíricular, si bien ambas se usan para las mismas
aplicaciones que las ag-allas de las cupulíferas. Las dos últi-
mas carecen de importancia farmacológ-ica y especialmente la
folicular, que es muy escasa y tan pequeña que fácilmente
pasa desapercibida á los ojos del observador. Debe su orig-en
al PempMgusfoUciilari'iis Pass. Se presenta en el borde de la
hoja, g-eneralmente en el tercio superior, como un elipsoide ó
folículo hueco, ig'ualmente abultado por el haz como por el
envés, pero que no lleg-a á desfignirar la folióla. Por un corte
transversal se ve interiormente llena de una borra alg'odonosa
donde se envuelven los hemipteros que corresponden á la
supracitada especie en su primera fase metamórfica.
VI) Agallas de las Lauráceas.
Pseudo-agaUa del laurel.
Se forma en la hoja del Lauriis noMlis L. por simple arro-
llamiento del limbo como sucede en todas las falsas ag-allas ó
agalloides, seg-ún M. Edouard Perris quiérese denominen.
Dicha formación se explica déla manera sig-uiente: una por-
ción estrecha del borde long-itudinal del limbo se dobla del
haz al envés hasta tocar con éste, pero sin lleg-ar á soldarse,
quedando así un espacio cerrado en forma de arco; el mesófilo
que le constituye pierde su vitalidad, muchas veces hasta el
nervio medio, lo cual se conoce por el tinte blanco-amarillen-
to que adquiere.
Dentro de la falsa ag-alla se encuentran muchos dípteros del
génevo- Lasioptera en su primer estado de metamorfosis y ro-
deados de una materia alg-odonosa.
VH) Agallas de las Rosáceas.
Agallas del rosal-silvestre.
a) Bedegar compuesto. — Agalla plurilocular.
' Se produce en la Rosa canina L., var, dumalis, scalrata et
globularia, por la picadura del i¿/¿0í/«7e.s ro5¿? Hartig-., himenóp-
DE HISTORIA NATURAL. 399
tero que ocasiona la misma excrecencia sobre alg"unas otras
variedades de la Rosa canina L.
La hembra del Bhodiles rosm L. taladra con su oviscapto el
tejido de una yema fluraJ al mismo tiempo que deposita los
huevos fecundados contenidos en aquél; la excitación que esto
produce en el punto lesionado orig-ina un pequeño abulta-
miento. causa eficiente de la hipertrofia del órg-ano y primera
manifestación de la ag-alla embrionaria. Lueg'o que nace la
larva se activa extraordinariamente el desarrollo de aquélla,
que al aumentar de volumen se suelda con las que contacta,
éstas á su vez, con las más próximas y así sucesivamente con
todas las que van produciéndose después. Y en definitiva, se
halla formado el bedegar ó ag-alla compuesta por la reunión de
ag"allas sencillas unicelulares.
El bedeg-ar empieza á formarse en el mes de Junio. De ordi-
nario aparece en el capullo de una flor, que siempre es la que
termina el ramillo de la inflorescencia. Cuando está poco des-
arrollado pueden verse los estambres aprisionados por las ag-a-
llas del centro y vestig-ios de los sépalos en las marginales, ob-
servándose también dos ó tres de éstos que con el receptáculo
forman el asiento del bedeg-ar. Este tiene el aspecto de una
masa apelotonada compuesta de un número variable de ag-a-
llas esferoidales ú ovoideas , cubiertas de pelos larg-os , senci-
llos ó ramificados. Estos pelos le dan un color que se modifica
con la edad del bedeg-ar; encarnado claro con viso aterciope-
lado al principio, amarillo-verdoso después, y pardo leonado
cuando está seco. En este estado es de fractura homog-énea é
ig'ual , exceptuando la capa protectora de cada una de las ag-a-
Uas que es más dura y de color ocráceo; carece de olor y es un
poco astring-ente.
El bedeg-ar cuando está formándose se ve ya invadido por
las larvas de otros insectos qne empiezan á horadarle por la
base del receptáculo floral. Estas larvas son mucho mayores
que las del Rhodites rosm L. y se las ve con frecuencia fuera
del bedeg-ar tejiendo su capullo para pasar al estado de ninfa
y más tarde convertirse en insectos perfectos, g-anando el re-
corcl en esta serie de metamorfosis á los verdaderos inquilinos.
Por un corte transversal se observan tantas cámaras larvares
que entre sí se comunican cuantas sean las ag-allas seccio-
nadas.
100 boletín de la sociedad española
bj Bedegar sencillo. — Á.gSi\\&. unilocular.
Se produce en la hoja de la Rosa canina L. var. urUca,fnsi-
formis y dumetorum, por la picadura del RJiodites rosa Hartig-.
Aparece en el nervio principal de una folióla, en el raquis de
la hoja ó en el punto de inserción de dos foliólas opuestas; se
manifiesta por un mechoncito de pelos larg-os ramificados
desde la base y de color azafranado; estos pelos envuelven una
pequeñísima ag-alla redondeada, de paredes delg-adas y con
una celda ó cámara larvar donde se desarrolla el himenóptero
supradicho.
c] Agalla sencilla lisa.
Por la picadura del RkodUas spinossisima Hartig-., sobre la
Rosa camna L., var. (/en nina spAmicay andegavensis, origí-
nanse unas ag-allas sencillas uniloculares }• unilarvares. en-
teramente distintas de las ag-allas en forma de cabellera ó
bedeg-ares anteriormente descritos. Son aquellas escrecen-
cias perfectamente esféricas, de 4 á 8 milímetros de diá-
metro, de superficie lisa, verdoso -blanquecina cuando están
formándose y rojo obscura en su completo desarrollo. Su pared
es delg'ada , traslúcida y de estructura poco fibrosa. En la g-ran
cámara larvar, formada por aquélla, encuéntrase una larva
del Rhodites sp'mosissma cuando la agalla no está ag-ujereada.
Aparece la ag-alla sencilla lisa tanto en el raquis de la hoja
como en las foliólas, y en éstas lo mismo en el nervio princi-
pal que en los secundarios. Tiene de ordinario su asiento en el
envés, pero también lo he visto sobre el haz de las foliólas.
Psewdo-agaUa de ¡a zarzamora.
Debe su orig-en á la presencia de un acárido sobre las folíolas
de la hoja ímparipinada del Ruhus thyrsoidem "Wimm. Se for-
ma arrollándose el limbo foliar del vértice á la base y del envés
al haz, doblándose al' mismo tiempo en sentido diag-onal la
mitad long-itudinal izquierda sobre la derecha. La falsa ag-alla
así constituida es cilindrácea, cerrada, maciza y muy apreta-
da. El acárido sufre dentro de ella su incompleta metamorfo-
fosis y sale al exterior ag-ujereándola. Aseméjase por esto á las
DE HISTORIA NATURAL. 401
verdaderas excrecencias; pero como todas las pseudo-ag-allas
se caracteriza porque no hay en su interior formación de nue-
vos tejidos á expensas de un meristemo secundario, sino sola-
mente decoloración ó alar^-amiento de las células del mesofilo.
VIII) Agallas de las Oleáceas.
Agalla del olivo silvestre.
Es debida á la presencia de una alga bacteriácea, del g-rupo
de las fitoparásitas, científicamente denominada Bacillus olece,
sobre el olivo silvestre ó acebnche (1) {O. europcea L., var. oleas-
lev). Esta excrecencia ó tumor no se encuentra en todos los
olivos ni tampoco en todas las regiones olivareras. En los oli-
vos más añosos de las localidades muy templadas es donde se
observa g'eneralmente. Es una ag*alla cortical, inserta casi
siempre en las bifurcaciones de los ramillos jóvenes, en me-
nor número sobre las ramas principales y muy pocas sobre el
tronco. Está fuertemente adherido á la corteza y es de forma
irreg'ular, g-lobuloso-mamelonada, ó semiesférica, aplastada
en la dirección del eje de inserción; muy dura después de seca;
pardo-g-risácea , de superficie g-ranosa y g-rieteada y fractura
desig'ual, de color rojo. Es inodora y de sabor amarg-o.
El sistema teg-unientario se halla representado en esta ag-a-
11a por una sola clase de tejido: el suberoso, constituido exterior-
mente por varias series de células tabulares, muy apretadas
y de color pardo que se internan también en el parénquima
cortical y aparecen dispersas ó en g-rupos de dos ó más células
pardo-verdosas. En la parte más interna de este parénquima
cortical se ven g-randes haces fibroso-vasculares, cuyo liber es
duro, por hallarse formado de verdaderas fibras, y cuyo leño
está constituido por células poliédricas compactas, vasos pun-
teados y fibras g-ruesas lignificadas. Lo restante del parénqui-
ma medio é interno lo forma un tejido homog-éneo de células
cuadrang'ulares, de paredes delg-adas, con g-randes espacios
intercelulares que son verdaderas lagunas. Todos estos elemen-
tos están teñidos de amarillo.
(l) En la región olÍTarera de la provincia de Salamanca se le llama zambullo.
402 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
No se observan las células cilindricas, rectas y unidas, for-
mando filamentos cortos ó bastoncitos, características del
BaciUus que produce esta excrecencia.
IX) Aballas de las Fraxináceas.
a) Agalla fitoparásita del fresno común.
Como las agallas del olivo y del piorno, es orig-inada esta
excrecencia por una bacteriácea fitoparásita del g-énero Ba-
ciUus. Y lo mismo que la del piorno, es de producción bastante
rara. Fórmase este tumor en las ramillas terminales del fresno
común (Fraxlmis ajigusti/oHa Valil.). Es semiesférico ó pal-
meado, y en uno y otro caso lobulado; de color pardo ó g'risá-
ceo-claro, seg'ún sea de formación más ó menos antigua; in-
odoro é insípido, blando, quebradizo y de estructura celular
homog'énea, de color leonado claro.
6; Pseudo-agalla del fres íi o común.
Prodúcese sobre la hoja del fresno común ( Fraxhius augiis-
lifolia Vahl.), y es debida á la presencia de un acárido. Como
todas las falsas ag-allas, orig-inadas por éstos, consiste en el
simple arrollamiento de las folíolas: verifícase éste del liaz al
envés, partiendo el plieg-ue de la mitad del limbo hasta el vér-
tice, y torciéndose lueg'O sinistrorsamente, queda constituida
la pseudo-ag-alla, que es de forma corniculaday tiene un color
de café claro que contrasta notablemente con el verde clorofí-
lico de la hoja.
Los acáridos viven sobre el parenquima del limbo, alojados
en cavidades más ó menos espaciosas que forman los plieg-ues
y arrug-as de la hoja.
ÍNDICE ALFABÉTIGU
ÜE LOS GÉNEROS Y ESPECIES MENCIONADOS Ó DESCRITOS
EN EL TOMO I DEL BOLETÍN
DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL (1).
Acebnche, 401.
Aceituna de figura, 365.
Aceras anthropophora, 116.
- pyramidalis, 213.
Aceratherium incisivuní, 280.
Aconitum lycoctonum, 114.
Acrosalenia pseudodecorata, 128.
Adeiiocarpus hispanicus, 123.
Adenostyles pyrenaica, 114.
Adonis autumiialis, 208.
- micrantha, 208.
Agallas, 385.
Agalloides, 398.
.Egilops ovata, 214.
- ventricosa, 214.
Agromyza grossieornis, 229.
- lútea, 229.
- nigripes, 229.
- pulicarioides, 229.
- scutellata, 229.
Agropyrum campestre, 214.
- littorale, 214.
- subulatum, 214.
Alactaga indica, 120.
Álamo blanco, 132.
Alchemilla minor, 153.
Allinm roseum, 213.
- sphferocephalum, 122.
- subhirsutum, 213.
Alófana, 289.
Althaea hirsuta, 209.
Alúmina gelatinosa, 251.
Alyssum libicum, 208.
- maritimum, 208.
Ammonites Bakerise, 128.
- Humphriesi, 128.
- raricostatus, 128,
Anacyclus clavatus, 125.
Anagyris fcetida, 209.
Andesitas, 288.
Andricus ameuti, 351.
- pilosus, 350.
- ramuli, 346.
Andropogon pubescens, 214.
Annabergita, 181.
Anthoxanthum odoratnm, 214.
Anthracophaga andalusiaca, 229.
Antliyllis rubra, 209.
- spinosissima, 209.
Antílopes, 358.
Antimonio, 340.
Antirrhinum litigiosum, 155.
(1) Los nombres precedidos de un asterisco * corresponden á especies que se des-
criben en este tomo, y los precedidos de dos astericos ** á las que se dan á conocer
por primera vez. Los nombres vulgares van de letra cursiva.
4(»t
boletín de la sociedad española
Aphilothrix autumnalis, 346.
- fecundatrix, 350.
Arcillas, 171, 287.
- esmécticas, 289.
- plásticas, 289.
- refractarias, 290.
Ardillas, 358.
Arenas, 17 1.
Armería fllicaulis, 155.
Armillaria mellea, 133.
Arrhenatherum elatiue, 114.
Arsenopirita, 182.
Arum italicum, 213.
Arvícola mistacinus, ] 20.
Asida ** argenteo-limbata, 172.
- Clementei, 174.
- holosericea, 173.
- inquinata, 172.
- ** lorcana, 175.
- luctuosa, 172.
- ** Martinezi, 175.
- ** Oberthürí, 175.
- ** Sanchez-Gomezi, 173.
Asperugo procumbens, 124.
Asperula leevigata, 211.
Asplenium filix femina, 114.
Astarte sp?, 128.
Áster hispanicus, 193.
Asteriscus spinosus, 211.
Astragalus austriacus, 154.
- Boissieri, 156.
- hamosus, 209.
- mauritanicus, 160.
- muticus, 156.
Astrocarpus Clusii, 117.
- ** latifolius, 116.
Atriplex rosea, 193.
Attalus Abeiliei, 360.
- amictus, 360.
- Elzearii, 360.
Autunita, 181.
Avena barbata, 214.
Axinotarsus pulicarius, 360.
Azuríta, 271, 340.
Bacillus, 394, 402.
- coli, 207.
- flavus aureus, 207,
- implexas, 207.
- laetis aerogenes, 207.
- liquefaciens, 207.
- olese, 401.
- typhosus, 207.
- vermicularis, 207.
Bardaguera blanca, 388.
Baris ** ignifer, 134. »
Baritina, 235.
Basalto, 291.
Bedegar, 398.
Beta marítima, 212.
Betónica alopecurus, var. Amori
111.
Bíbío Johannis, 229.
Bíndheímita, 182.
Bíorrhíza áptera, 324.
- renum, 322.
Bíserrula pelecínus, 123.
Boletína analis, 229.
Boletus appendiculatus, 132.
Borníta, 339.
Boucerosia hispánica, 193.
Bovista plúmbea, 133.
Brachypodium distachyum, 215.
- mucronatum, 215.
- pinnatum, 214.
- sylvaticum, 214.
Briza máxima, 122, 214.
- minor, 214.
Bi'omus maxímus, 214.
- moUis, 214.
Broussonetia papyrífera, 103.
Brunella vnlgaris, 124.
Bryonia dioica, 124.
Cabreríta, 182.
Cacao, 356.
Caínosia Mikii, 228.
Café, 356.
DE HISTORIA NATURAL.
40S
Calcantita, 339.
Calcopirita, 271, 339.
Calcosina, 338, 341.
Calcouranita, 183.
Calizas, 200.
- cristalina, 171.
- Jolomítica, 354.
- litográfica, 291.
Calobata octoannulata, 228.
Calopha compressa. 393.
Calycotome epinosa, 209,
Campánula erinns, 211.
Campsicnemus umbripennis, 228.
Cania vulpes, 126.
Caolín, 288.
Capnotera hyalipennis, 228.
Capreolus Matheroni, 280.
Capromys ** elegans, 372.
- melanuru?, 372.
- prehensilis, 372.
Caracol conmn, 380.
Cardamine hirsuta, 208.
Cardium sp?, 128.
Carduelis elegans, 169.
Carduus australis, 1 1 5.
- nigrescens, 115.
Carex ammophila, 214.
- distans, 214.
- filiformis, l09.
- muricata, 214.
- nutans, 154.
- paludosa, 154.
Carnero, 294.
Casiterita, 231 y siguientes.
Catabrosa aquatica, 163.
Cebus capucinus, 109.
Celsia crética, 212.
Centaurea calcitrapa, 124.
- cyanus, 124.
- Lagascse, 111.
- melitensis, 211.
- paniculata, 135.
- Rouyi, 193.
Centaurea Setabensis, 193.
Centranthus orbiculatus, 211.
Ceranomyia caloptera, 230.
Ceratomyza denticornis, 229.
Ceratopogon cantabricus, 230.
- castellanus, 230.
- flavipee, 230.
- Morenae, 230.
- pallidetarsus, 230.
- pulicaris, 230.
Cercolabes prehensilis, 159.
- villosus, 161.
Cerdo, 139,296.
Cerusita, 354.
Cervus megaceros?, 363.
Cerythium sp?, 128. >
Chamienerium angustifolium, 114.
Charadrius hiaticula, 169.
Charopus pallipes, 360.
Chenopodium múrale, 212.
Chimpancé, 358.
Chlora baleárica, 211.
- intermedia, 211.
- perfoliata, 211, 338.
- serótina, 211.
Chloropisca rufa, 229,
Chopos, 133, 388.
Cidaris bathonica, 128.
- lamillosa, 128.
- Loen^ani, 128.
- spinulosa, 128.
Cinabrio, 182.
Cineraria palustris, 156.
Cistus albidus, 208.
- laurifolius, 122.
- salvisefolius, 208.
Clitocybe cerussata, 133.
Cneorum tricoccum, 209.
Coca, 395.
Coelopeltis monspessulanus, 169.
Colchicum Clementei, 122.
Colocasia autiquornm, 356.
Coluber communis, 169.
4m
boletín de la sociedad española
Columbita, 234.
CoUybia platyphylla, 133.
Comején, .358.
Conferva rivularis, 122.
Conicalcita, 183.
Coninm maculatura, 210.
Con vallaría verticillata, 114.
Convolrulus arvensis, 124.
- cantabríca, 211.
Coprínus atramentaríus, 133.
- digitalis, 133.
Coris monspeliensis, 211.
Cornipedrera, 396.
Coronilla júncea, 210.
Crepis bulbosa, 211.
- lampsanoides, 111.
- Tríasii, 211.
Crocus Cambessedesii, 213.
Ctenosteum semielongatum, 128.
Cuarzo, 234, 271, 343.
Cupríta, 235.
Cutandia marítima, 214.
- scleropoides, 150.
Cyathophora insignia, 128.
- tuberosa, 128.
Cyclamen balearicum, 211.
Cynips argéntea, 329.
- calicis, 352.
- corlaría, 324.
- coronata, 325.
- corticalis, 321.
- fecundatrix, 328.
- glutinosa, 345.
- hungarica, 325.
- Kollarí, 326.
- truncicola, 321.
Cynoglossospermum barbatum, 154
- Lappula, 155.
Cyrtosia andalusiaca, 227.
Dactylis glaucescens, 214.
- glomerata, 214.
- hispánica, 214.
Datura stramonium, 124.
Dancus gnmmifer, 210.
Diastrophus, 394.
Dictyophorus micropterus, 264.
Digitalis dubia, 212.
- purpurea, 124.
- thapsii, 124.
Dilophus femoratus, 229.
Dinotherium giganteum, 280.
Dipodillns dasyurus, 118.
Dipus Loftusi, 120.
Disomo.sa, 181.
Dixa maculata, 230.
Dolichopus andalusiacus, 228.
Dorcadion * albicans, 84.
- alternatum, 92.
_ ** Becerree, 90.
- Bolivari, 142.
- * Dejeani, 88.
- ** Escalerfe, 89.
- * Ghiliani, 85, 94, 96.
- - var. ** ebeninum, 96.
- * Grffillsi, 81.
- - ** var. Cazurroi, 91.
var. ** cinereum, 81, 92.
sub-sp. * longipenne, 81.
- grisescens, 143.
- * hispanicum, 82, 92.
V. ** brunneo-fasciatum, 94.
- - var. ** erythropus, 93.
- * iusidiosum, 87, 143.
- * Lauft'erí, 84, 97, 143.
var. ** subpolitum, 98.
- Martinezi, 91.
V. Panteli, 87.
- Marmottani, 90.
- molitor, 135, 144.
- Navasi, 135, 144.
- Oberthürí, 92.
- * Perezi, 86, 94.
- - var. anthracinum, 95.
V. ** septemvittatum, 95.
- Seguntianum, 143.
- seuegalense, 144.
DE HISTORIA NATURAL.
407
Dorcadion Spinolse, 89, 98.
- ** vallisoletanum, 89.
Doedalea quercina, 132.
Doronicum austriacum, 114.
Dorycnium gracile, 209.
- suffruticosum, 209.
Dragón, 376.
Drosera intermedia, 100.
- longifolia, 100.
- obovata, 100.
- rotundifolia, 97.
Dryophauta folii, 349.
- ecutellaris, 348.
Ebseus rubroniger, 360.
Echinoprocta ruf escena, 159.
Echium albicans, 299.
- angustifolinm, 299.
- australe, 250, 300.
- confusum, 249.
- creticnm, 212.
- granateuse, 250.
- grandiflorum, 250.
- italicum, 212.
- maritimum, 111, 250.
- parviflorum, 212.
- plantagineum, 111, 250.
- tuberculatum, 250.
- vulgare, 250, 299.
- Wierzbieckii, 299.
Elefante, 358.
Elgiva dorsalis, 228.
- trivittata, 228.
Erapis ciliatopennata, 227.
- gracilitarsis, 227.
- Mikii, 227.
- Morente, 227.
- pennaria, 227.
- tessellata, 227.
Ephedra distachya, 154.
- Nebrodensis, 154.
Ephippigera (Steropleurus) ** po-
lita, 335.
- Stali, 336.
Epilobium tetragonum, 210.
Eptesicus, 368.
Erethizon rufescens, 158.
Erica aragonensis, li54.
- arbórea, 164.
- cinérea, 164.
- tetralix, 164.
Erigeron graveolens, 167.
Erinus aipinus, 156.
- hispánicas, 156.
Eritrina, 181.
Erodium ciconium, 123.
- mosehatum, 123.
Eryngium Duriseanum, 114.
Erythriea centaurium, 211.
- maritima, 211.
- pulchella, 211.
Euphorbia characias, 213.
- denrJroides, 213,
- flavo purpurea, 212.
- helioscopia, 123,212.
- hiberna, 1 14.
- imbricata, 212.
- peplis, 212.
Eutropha Thalhammeri, 229.
Everniaprunastri, 122.
Falsas agallas, 398.
Farraacolita, 182.
Farmacosiderita, 180, 183.
Festuca duriuscula, 122.
- fenax, 214.
Filago spathulata, 211.
Fluorina, 270.
Fhiornro sódico, 282.
Fosforita, 180, 183.
Frankenia hirsuta, 209.
Fraxinus angustifolia, 402.
Fresno, 133, 402.
Fúlica atra, 169.
Fuinana glutinosa, 209.
- Isevis, 209.
Fumaria officinalis, 208.
1 Galena, 235, 271, 289.
408
boletín de la sociedad española
Galera pp?, 133.
Ganomatila, 184.
Garduña, 1 39.
Garrulus glandarius, 169.
Gastridium oblongum^ 193.
Gato, 296.
Gaudinia fragilis, 215.
Gazella subgutturof a, 120.
Genista anglica, 394.
- Broteri, 394.
- falcata, 394.
- florida, í<94.
- lusitanica, 165.
Geranium colombinum, 209.
- molle, 209.
- Robertiannm, 209.
Geum beterocarpum, 152.
- nivale, 152.
Gladiolus illyricus, 213.
- segetum, 122.
Globularia oscensis, 111, 193.
Gorila, 358.
Granito, 183, 270.
- porfídico, 184.
Graveras, 170.
Gymnetron sapiens, 134.
Gymnoternus Moreníe, 228.
- quadrifilatus, 228.
Haidingeiita, 182.
Halloi,«ita, 288.
Hapale pygniíea, 109.
Heleocharis palustris, 214.
Heliauthemura guttatum, 208.
Helichrysum decutnbens, 211.
- stoechas, 125.
Heliolrcipiíim curassavicum, 212.
- europíEiim, 124.
Helix af^persa,363, 380.
- pomatia, 381.
Heteroporii ficnlina, 128.
Heterotíienia ** Paui, 115.
Hidrógeno atmosférico, 318.
Hieracium Capdevalli, 154.
Hierro, 288.
Hilara bistriata, 227.
- cingulata, 227.
- fulvibarba, 227.
- fnsitibia, 227.
- qnadriclavata, 227.
Eipopótanio, 139, 358.
Hipparion gracile, 280.
Hippocrepis unisiliquosa, 210.
Hippiuites, 193.
Hirudo niedicinalis, 370.
- * troctina, 375.
Holcus lanatus, 214.
Hombre, 127, 139.
Hordeum Gussoneanum, 214.
Hyadina guttata, 229.
Hydrellia nigricans, 229.
Hyoseris radiata, 211.
Hypebasus albifrons, 360.
Hypericum balearicum, 209.
- perfoliatnm, 209.
Intricaria bajociensis, 128.
Jsastrsea gibbosa, J28.
Jabalí, 139.
Jidiguera, 396.
Juncus acutus, 213.
- maritimus, 213.
- multiflorus, 213.
- Tommassinii, 213.
Juniperus thurifera, 192.
Koeleria crassipes, 114.
Kopsia Muteli, 212.
- ramosa, 212.
Lactuca virosa, 125.
Lagothrix Poppigii, 109.
Laguena, 290.
Lagurus ovatus, 214.
Lamium amp.exicaule, 124.
- purpureum, 124.
Lamprochromus defectivus, 228.
Lappa major, 125.
Lasioptera pp., 398.
Lathyrus annuus, 210,
DE HISTORIA NATURAL.
409
Lathyrus aphaca, 123, 210.
- cícera, 210.
- ochnis, 210.
Launa, 290.
Lauras nobilis, 398.
Lavandula stcenlias, 124, 212.
Lavatera crética, 209.
- maritima, 209.
Lavas porosas, 291.
Leopardo, 358.
Lepidium draba, 208.
Lepiota excoriata, 133.
Leptothorax Rottenbergi, 277.
Lepturiis c}'lindricus, 215.
Lepns cuniculus, 303.
Libethenita, 180,
Lignito, 251, 339.
Limnobia autumnalis, 230.
- tristis, 230.
Limodorum aborUvum, 213.
Limonita, 271, 354.
Limosina andalusiaca, 229.
- limosa, 229.
- plurisetosa, 229.
Linaria borealis, 169.
- intricata, 111, 193.
- prosima, 193.
- spartea, 124.
Linum angustifolium, 209.
- gallicum, 209.
- spicatum, 209.
- strictum, 209.
Lithospermum arvense, 211.
Lobioptera albomaculata, 229.
Lolium remotum, var. ** Rodri-
guezii, 115.
Lonchoptera tristis, 228.
Lonicera implexa, 210.
- periclymenum, 124.
- valentina, 210.
- xylosteum, 155.
Lotus corniculatus, 209.
- creticus, 209.
N." 10.- Diciembre, 1901.
Lotus decumbens, 209.
- hispidus, 209.
- tenuifolius, 209.
- tetraphyllus, 209.
Lycoperdon ccelatum, 133.
- pratense, 122, 133.
Lythrum flexuosum, 210.
- hyssopifolia, 210.
- thymifclia, 210.
Macroglopsa stellatarum, 301.
Magydaris tomentosa, 210.
Malachius (Cyrtosus) cyanipennís,
360.
- elegans, 360.
- lusitanicus, 360.
- marginellus, 360.
- spinosus, 360.
Malaquita, 181, 271, 340.
Malva minoricensis, 209.
Manganeso, 290.
Jlanzana del chopo, 388.
Margas, 171, 203, 290.
Marrubium vulgare, 212.
Mastodon longirostris, 280.
Matapollo, 167.
Medicago, 397.
- apiculatá, 209.
- marina, 209.
- ononidea, 193.
Melanobacidium mali, 338.
Melanomelia aterrima, 228.
Mélica magnolii, 214.
- major, 214.
Meliturga clavicornis, 277.
Mentha pulegium, 212.
- rotuudifolia, 124.
Meriones erythrurus, 118.
Merulius lacrituans, 132.
Mica, 234, 354.
Micrococcus céreas albus, 207.
- coronatus, 207,
- prodigiosas, 207.
- roseas, 207.
90
410
boletín de la sociedad española
Micrococcus sulphureus, 207.
Microlonchus Clusii, 124.
- Durieui, 124.
Micromeria filiforinis, 212.
Microphorus pilimanus, 227.
Midas Graellsi, 109.
- lagonotus, 109.
Millericrinus Escheri, 128.
- Hoferi, 128.
Mimprera, 385.
Mimetita, 184.
Minio, 364.
Molasas, 200.
Molossus uasutus, 369.
Moronita, 290.
Mucor mucedo, 125.
Mus bactrianus, 118.
- decumanus, 139.
- rattus, 139.
Muscari comosum, 122.
Mustela boccamela, 118.
Mutilla brutia, 223.
- europsea, 223.
- littoralis, 223.
- maura, 223.
- partita, 223.
- punctata. 223.
- pusilla, 223.
- 5-maculata, 223.
- stridula, 223.
- (Dasylabris) rubrosignata,
223.
- (Myrmilla) calva, 223.
- - capitataj 223.
- - Chiesi, 223.
- - dorsata, 223.
- (Stenomutilla) argéntala, 223.
Mycetes senicnlus, 109.
Myopa dorsalis, 228.
Myosotis hispida, 212.
Myotis albescens, 371.
- lucifugus, 371.
- myotis, 370.
Myotis nigricans, 371.
- ** Thomaei, 370.
Myoxus dryas, 118.
Myriophyllum spicatum, 210.
Nacrita, 288.
Naranjo, 133.
Narcissus bulbocodium, 122.
- serótinas, 213.
Nardurus patens, 115, 216.
Natica sp?, 128.
Kautilus, 248.
Nematus galiicola 387.
- sp?, 387.
- Vallisnierii, 387.
- versicolor, 385.
Nerineea scalaris, 128.
Nesokia ** argyropus, 118.
- bengalensis, 119.
- Hardwifkii, var Huttoni, 118.
Neurotherus lenticularis, 347.
- ostredis, 346.
Nigella damascena, 208.
Nitro, 199.
Nuphar luteum, 124.
Nymphaea alba, 123.
Ochthiphila coronata, 229.
Ocres, 290.
Odontites serótina, 153.
OEdalea brevicornis, 227.
Qínanthe apiifolia, 210.
- globulosa, 210.
- pimpinelloides, 210.
Olea europíea, 401.
Ollvinita, 180.
Olmo, 391.
Oncotylus setulqsus, 136.
Ononis crispa, 209.
- minutissima, 209.
- reclinata, 209.
Ophrys apifera, 115.
- arachnites, 213.
- spec'ulum, 213.
- tenthredinifera, 213.
DE HISTORIA NATURAL.
411
Orchis bifolia, 115.
- conopsea, 115.
- coriophora, 115.
- frajrans, 213.
- morio, 122,
- prov'incialis, 115.
Orlaya maritima, 210.
Orobanche bederpe, 212.
Ostrea gregaria, 128.
Osyris alba, 212.
Oxido de hierro, 235.
Oxybelus ** raaculiventris, 256.
- **• nigriventris, 257.
- ** opacas, 258.
Oxypoda luctifera, 133.
- magiiicollis, 133.
Pseonia Broteri, 123.
- Cambessedesii, 208.
Palmera, 373.
Pancratium maritimum, 213.
Papaver setigerum, 208.
Parahypostena diversipes, 228.
Parmelia acetabulum, 317.
- alpicola, 317.
- Borreri, 314.
- caperata, 316.
- carporrhizans, 315.
- cetrata, 315.
- conspersa, 316.
- encausta, 316.
- exasperata, 317.
- fahliinensis, 317.
- isidiotyla, 317.
- Isevigata, 316.
- lusitana, 317.
- omphalodes, 317.
- perforata, 315.
- perlata, 315.
- pbysodes, 316.
- püosellf), 315.
- revoluta, 315.
- saxatilis, 314.
- sinuosa, 315.
Parmelia ?tygia, 317.
- Kulcata, 314.
- tiliacea, 315.
- trichotera, 315.
Passer hispanioleneis, 169.
Pastinaca lucida, 210.
Pectén sequivalvis, 128.
- sp?, 128.
Pegmatitas, 288.
Pemphigus affinis, 390.
- bursariuSj 389.
- cornicularius, 395.
- folicularius, 398.
- populi, 390.
- semilunaris, 397.
- spirotbecse, 390.
- utricularius, 397.
Peutacrinus sp?, 128.
Pentagonia hybrida, 211.
Perro, 139.
Pezomachus formicarius, 2 23.
Phagnalon sasatile, 211.
- sordidum, 211.
Phalaris ca?rulescens, 214.
- nodosa, 214.
- paradoxa, 114.
Phcenix dactylifera, 373.
Pholadomya deltoidea, 128.
Pholiota mutabilis, 133.
Phytolacca decandra, 122.
Phytomyza aíRnis, 229.
- Morense, 229.
- nevadensis, 229.
Phytoptus robur, 360.
Pimpiuella dichotoma, 150.
- fcetida, 150.
Piorno, 394.
Piptatherum coerulesceus, 214.
- multiflorum, 214.
Pipunculus nigritulus, 228.
Pirita, 181, 290, 342.
- arsénica!, 235.
- de hierro, 271.
412
boletín de la sociedad española
Piroxeno, 365.
Pistacia terebinthus, 123, 395.
Pizarras, 290.
Plantago albicane, 124.
- ** Badali, 156.
- Bell ardí, 212.
- crassifolia, 212.
- lagopiis, 212.
- lanceolatn, 124, 212.
- marítima, 212.
- media, 15'5.
- psyllium, 212.
Platynaspis luteorubra var. Kara-
mani, 134.
Platyplax Salviae, 278.
Platystolns ustulatus, 336.
Plecotiis anritus, 127.
Pleurotomaria sp?, 128.
Pleurotus cornucopioides, 133.
Plomo-goma, 183.
Plumbago capensis, 300.
Poa attica, 214.
- sudetica, 114.
- trivialis, 214.
Polygala rupestris, 209.
Polypogon Djaritimum, 214.
Polyporue lucidus, 132.
- versicolor, 133.
Polyeacnm crassipes, 133.
Polystichum filix-mas, 114.
- rigidum, 1 14.
Populus nigra, 388, 390.
Pórfidos, Ui3, 290.,
Potasa, 112.
Potentillamixta, 115.
Prixita, 184.
Proteos vulgaris, 207.
Prunus ppiTiosa, 123.
Fseudoagalla, 398,
Pseudocropsilus olaripennis, 228.
• - maculipemiis, 228.
Pseudoholopogon cbalcogaster, 227.
Psila nigrotseniata, 228.
Psoralea bituminosa, 209.
Pterophorus, 126.
Puerco-esjdn, 358.
Pulicaria odora, 211.
Pygaster Peronni? 128.
Quercus ballota, 346.
- coccifera, 325, 347.
- ilex, 322, 346, 351.
- lusitanica, 327, 328, 345, 347,
349, 362.
- pedunculata, 197, 321, 326, 329,
34 7, 360, 362.
- pseudo-suber, 322, 325, 328.
- seshiJiflora, 321, 327, 329, 348,.
350.
- súber, 197, 324, 352.
- toza, 197,325, 347, 349.
Ramondia pyrenaioa, 338.
- var. ** Lazaroi, 305.
Rampbomyia andalusiaca, 227.
- umbripennis, 227.
Rannnculns acoiiitifolius, 114.
- aquatilis, 208.
- Bandotii, 208.
- confusus, 208.
- flaitans, 123.
- hederaceus, 123.
- macrophyllus, 208.
- muricatus, 123, 208.
- parvifloius, 208.
- Sardous, 208.
- trilobus, 208.
- tripartitus, 208.
Rapbanus rapbariistrum, 122, 208.
Rata, 139.
Botón. 139.
Reichardia picroides, 211.
- tingitana, 211.
Rejalgar, 182.
Reseda luteola, 192.
Retama blanca, 394.
Retama monosperma, 123.
- sphserocarpa, 123.
DE HISTORIA NATURAL.
413
Rhabdocidaris hórrida, 128.
Ehaphidophlus lobatus, 334.
- filifer var. ** cantábrica, 000.
Ehicnoesa alboguttata, 229.
- albosetulosa, 229.
Ehinechis scalaris, 169.
Rhinoceros, 363.
Rhodites rosas, 398, 400.
- spiuosissima, 400.
Rhyncholopus crassipes, 230.
Rhynchonella inconstans, 128.
Ricinus communis, 103.
Romerina, 167.
Rosa canina, 123, 398.
- - andegavensis, 400.
- - dumalis, 398.
- - dumetorum, 400.
- - fusiformis, 400.
- - globularia, 898.
- - scabrata, 398.
- - sphíerica, 400.
- - urbica, 400.
- corylifolia, 153.
- frutetoruiu, 153.
- glauca, 153.
- Mathonneti, 152.
- mollis, 152.
- myriacantha, 152.
- rubella, 152.
- sorbifolia, 152.
- spinosissima, 152.
- subcanina, 153.
Rosal silvestre, 398.
Rubus discolor, 123.
- idseus, 152.
- thyrsoideus, 400.
Rumex bucephalophorus, 212.
- conglomeratus, 212.
- crispus, 122, 212.
- pulcher, 212.
Ruscus aculeatus, 1'22.
Rusaula emética var. fragilis, 133.
Ruta chalepeusis, 209.
Salix alba, 387.
- aurita, 388.
- cinérea, 387. í
- fragilis, 387.
- olsefolia, 888.
- triandra, 387.
- viminalis, 385.
Sambucus ebulus, 124.
- nigra, 124.
Sanguijuela dragón, 376.
- fina, 376.
- pintada, 376.
Santolina chamaecyparissus, 211.
- rosmarinifolia, 125, 1(54.
Sapromyza andalusiaca, 228.
Sarcina lútea, 207.
Sarga blanca, 387.
- negra, 387.
Sargado, 290.
Sauce blanco, 388.
Scandix pecten-veneris, 210.
Scatophila quadrilineata, 229.
Scbinus molle, 132.
Schizoneura lanigera, 391.
- ulmi, 393.
Sciara Morena, 229.
- obtusicauda, 229.
- quinquelineata, 229.
- Thomíe, 229.
Scirpus holoschsenus, 213.
- maritimus, 213.
Scleroderma verrucosuQi, 132.
Scleropoa rígida, 214.
Scolopendrium oíBcinale, 114.
Scorodita, 182.
Scrophularia canina, 124.
- peregrina, 212.
Sedum acre, 123.
Selinopsis foetida, 150.
- montana, 150.
Senebiera pinnatifida, 208.
Senecio carpetanus, 155.
- gallicus, 125.
414
BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Senecio Jacobaea, 126.
- Rodriguezii, 211,
- vulgaris, 125.
Serapias lingua, 122, 213.
- occultata, 213.
Siderita, 342.
Silaus virescens, 154.
Silene alpiua, 262.
- commutata, 261,
- inflata, 260.
- lusitanica, 209.
- marítima, 260.
- mollissima, 209.
- Thorei, 261.
Silybum Marianum, 211,
Sinapis arvensis, 208.
Sisymbrium officinale, 208,
Sonchus arvensis, 211.
- asper, 211,
Spathegaster baccarum, 347, 352.
- Taschembergi, 348.
Sphaerocera pusilla, 229.
Sphecodes ** Antigíe, 258.
- hispanicus, 259.
Spintherops catophanes, 126.
- spectrum, 126.
Spirtea ulmaria, 152.
Spondylus sp?, 128.
Stachys hirta, 212.
Statice minutiflora, 212,
- psiloclada, 212.
Stauronotus maroccanus, 71.
Stellaría media, 123.
Stenobotiirus, 126.
Stipa júncea, 214.
Stropharía obtusata, 133,
Sulfato de magnesia, 200.
Symphorícarpus racemosus, 103.
"Synergus, 353,
Syrítta pipiens, 228.
Syrphus balteatus, 228.
Tachydromia andalusiaca, 228,
- baldensis, 227,
Tachydromia cinereovittata, 227,
- cursitans, 227,
- major, 227.
- minuta, 228.
- minutissima, 228.
- pseudo-maculipes, 227.
- pubicornis, 227.
Tamarix, 133.
- africana, 210.
Tamus communis, 213.
Tanypus castellanus, 230.
Taphozous nudiventris, 118.
Taeniopoda ** Burmeisteri, 266.
- centurio, 268.
- ** gutturosa, 268.
- picticornis, 267.
- pulchella, 269.
- superba, 267,
Tegenaria domestica, 126.
Teras terminalis, 323.
Terehinto, 395.
Terebratula Bnckmani, 128.
- (Waldheimia) carinata, 128.
- furciliensis, 128.
- fylgia, 128.
- maxillata, 128.
- Philipsi, 128.
Terebratulina coarctata, 128.
Ternera, 295.
Testudo grffica^ 363.
Tetraneura ulmi, 393,
Teucrium chamaedrys, 212,
- majoricum, 212.
- pyrenaicum, 155.
Thapsia villosa, 124, 210.
Thecocyathus sp?, 128.
Thecosmilia obtusa, 128.
Thylacites chalcogrammus, 134.
- fuUo, 134,
- ** hirsutas, 133.
Thymus mastichina, 124,
Tiphia ** Antigás, 252.
- brevipennis, 253.
DE HISTORIA NATURAL.
415
Tiphia femorata, 255.
- Lethyerryi, 253.
- morio, 254.
- Olcesei, 253.
- Putoni, 253.
- ** rudepunctata, 253.
_ ^* Vaucheri, 255.
Típula acuminata, 230.
- Morense, 230.
- pseudo gigantea, 230.
- saginata, 230.
- trifasciculata, 230.
Torilis heterophylla, 210.
- nodosa, 210.
Trichina spiralis, 137.
Trifolium angustifoliuin, 209.
- Carteiense, 193.
- maritimum, 209.
- procumbene, 209.
- resupinatum, 209.
- scabrum, 209.
- stellatum, 209.
Trigonaspis costalis, 322.
Trigonia costulata, 128.
- denticulata, 128.
Trimicra aiidalusiaca, 230.
Trixago apula, 212.
- viscosa, 212.
Turbinolia sp?, 128.
Turdus músicas, 169.
- viscivorus, 169.
Turmalinas, 23á.
Ulex sp?, 165.
Ulmus campestris, 391.
Umbilicus pendulinus, 123.
Unió Idubedse, 128.
Urginea scilla, 122.
Uitica membranácea, 212.
Ustilago tritici, 122.
Valerianella microcarpa, 211.
Vanellus cristatus, 169.
Veratrum álbum, 114.
Verbena chamfedryfolia, 301.
- officinalis, 212.
Vespertilio **■ Espadse, 368.
- magellanicus, 368.
- murinus, 127.
- pipistrellus, 127.
Vesperugo Kulilii, 118.
Vesperus, 368.
- magellanicus, 368.
Vicia angustifolia, 123, 210.
- hirta, 210.
- macrocarpa, 210.
- narbouensis, 123.
- parviflora, 209.
- pubescens, 209.
- sativa, 123.
Vinca media, 211.
Vincetoxicum apodum, 211.
- nigrum, 211.
Vivianita, 180.
Volvaria bombycina, 133.
- speciosa, 133.
Vulpes leucopus, 118.
Vulpia geniculata, 214.
Wawelita, 181.
Wolframita, 235.
Xanthium spinosum, 124.
Xanthogramma margínale, 228.
Xanthosoma eagittsefolium, 356.
Zambullo, 401.
Zarzamora, 400.
El Vicesecretario,
José María Dusmet.
ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO 1
3DEX_. BOLETÍIsr
Pág-s.
Reglamento de la Sociedad 3
Junta directiva y Comisiones para 1901 13
Lista de Socios 15
Memoria acerca del estado de la Sociedad y de su Biblioteca 38
Sesión del 9 de Enero de 1901 69
Lázaro (B.). — Noticia necrológica del Sr. Marqués de la Rivera 69
Bolívar (I.) — Recuerdos del Sr. Barón Edm. de Sélys Longchamps, . 70
Martínez de la Escalera (M.) — Proposición relativa á la enseñanza de
la Historia natural en las Escuelas 71
Más y Guindal (J.)— Comunicación de plantas para el Catálogo 72
Bolívar (I.) — Proyecto de excursión á Almería y Granada 72
Lázaro (B.) — Proposición sobre conferencias 73
Navas (R. P. L.) — El Barón Ed. de Sélys Longchamps 74
Martínez de la Escalera (M.) — Especies españolas del género Dor-
cadion Dalm 77
Laufler (J.) — Notas críticas sobre el género Dorcadion Dalm 88
Rivas Mateos ÍM.)— Algunas formas transitorias de las especies es-
pañolas del género Drosera 98
Reyes y Prosper (E.) — Polimorfismo de las hojas del ricino 102
Sesión del 6 de Febrero de 1901 105
Bolívar (I ) — Noticia necrológica de D. Enrique Gómez Carrasco.. . . 106
Discusión sobre enseñanza de la Historia natural en las escuelas. . . 106
Calderón (S.) — Noticia sobre el meteorito de Quesa 108
Cabrera Latorre (A.) — Datos sobre monos americanos del Museo de
Madrid 109
Más j' Guindal (J.)- El carex filiformis en España 109
Barras de Aragón (F. de las).— ios trabajos geográficos de la Casa de
Contratación de Sevilla (nota bibliográfica) 110
:n38i
418 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
Págs.
Barras de Aragón (F. de \as). — Plantes nouvelles de la flore d'Kspagne
par M. A. de Coincy (nota bibliográñca) 111
Jinieno (H.) — Electrólisis de la potasa en una pared 112
Merino (R. P. B.)— Algunas especies raras, nuevas ó críticas de la
Flora gallega 113
Cabrera Latorre (A.) — Viaje del Sr. Martínez de la Escalera á Persia.
Mamíferos 117
Fernández de Gatta (M.)— Nombres regionales salmantinos de algu-
nas plantas espontáneas 121
Navas (R. P. L.)— Notas geológicas. - La cueva de Maderuela en Vera
(provincia de Zaragoza) 125
Hernández Pacheco (E.) — Datos para la flora micológica de los alre-
dedores de Córdoba 130
Fuente (J. M/ de la). — Datos para la fauna de la provincia de Ciu-
dad-Real 132
Díaz del Villar (J. M.) - La triquina espiral (Trichina spiralis Owen). 137
Martínez de la Escalera (M.) — Notas sinonímicas sobre el género
Dorcadion Dalm 142
Sesión del 6 de Marzo de 1901 145
Discusión sobre la enseñanza de la Historia natural en las escuelas. 145
Gregorio y Rocasolano (A.) — Noticia necrológica sobre D. Jacinto
Marcos Zamora 148
Pau (C.) — Una especie nueva para la flora española 149
— Plantas teruelanas reogidas por D. Antonio Badal 150
Cabrera Latorre (A.)— Sobre los caracteres y la clasificación del puer-
co espín pequeño de Colombia 158
Rivas Mateos (M.)— Plantas de la Sierra de Béjar 162
Jimeno (H.) — Un autógrafo de D. Ignacio Jordán de Asso 165
Fernández de Gatta (M.) — Nombres regionales salmantinos de algu-
nos animales 1 69
Sánchez Pérez (J.) — Excursión á Muel y al pantano de Mezalocha. . 170
Martínez de la Escalera (M.) —Materiales para una revisión del gé-
nero Asida 172
Jimeno (H.) — Noticias históricas sobre algunos terremotos acaecidos
en España 175
Calderón (S.) — Noticias sobre algunos fosfatos y arseniatos raros ó
poco conocidos de nuestra Península 180
Sesión extraor-dinaria del 18 de Marzo de Í90i. — Nombramiento de
Socios honorarios y restablecimiento de la Sección de Barcelona. 186
Sesión del 10 de Abril de 1901 188
Discusión sobre la enseñanza de la Historia natural en las escuelas. 189
Lázaro (B.) — Observaciones sobre la Écloga quinta de A. de Coincy.. 192
DE HISTORIA NATURAL. 41»
Págs.
Fernández de Gatta (M.)— Nuevos estudios sobre las agallas 194
Calderón (S.) — Apuntes sobre el nitro en España 19&
Madrid Moreno (J.) — Un nuevo medio de cultivo para diferenciar el
Bacillus tífico del coli según Mankowski 204
Pau (C.)— Relación de plantas menorquinas 207
Jimeno (H.) — Noticias históricas sobre algunas piedras meteóricas
caídas en España 215
Sesión del 1° de Mayo de 1901 217
Conclusiones sobre la enseñanza de la Historia natural en las es-
cuelas 218
Constitución de la Sección de Barcelona 221
Heyden (L. ven). — Contribuciones á la fauna ibérica. Mutillida?
(Hymenoptera) 222
Jimeno (H.) — Noticias históricas sobre algunas piedras meteóricas
caídas en España (conclusión) 224
Navas (R. P. L.) - Dípteros de España por el P. Gabriel Strobl. (Nota
bibliográfica.) 226
Calderón (S.)— La casiterita y los filones estanníferos de nuestra Pe-
nínsula 231
Sesión del 5 de Junio de 1901 241
Barras de Aragón (F. de las). — Ensayo antropométrico 242
Oloriz (F.)— Observaciones sobre la proposición del Sr. Barras acerca
de la antropometría 244
Presentación al Sr. Ministro de Instrucción pública de las Conclusio-
nes sobre la enseñanza de la Historia natural en las escuelas. . . . 246
Nombramiento de Socios de la Española para la expedición al
Muni 245
Formación de un Diccionario de nombres vulgares de animales 246
Reglas para la redacción de las papeletas sobre datos de la fauna,
flora y gea de España 247
Calderón (S.) Terremoto del 24 de Mayo en Málaga 247
Barras de Aragón (F. de las). — Revisión des espéces critiques du genre
Echiumpar M. A. de Coincy (nota bibliográfica) 248
Dosset (J. A.) — Sobre una fuente próxima á Val de Nuez (Teruel), con
sedimento de alúmina gelatinosa. 248
Touruier (H.)— Descriptions de quelques Hyméuoptéres d'Europe et
confins 252
Rivas Mateos (M.) — Formas transitorias de las especies españolas
del género Silene (Sección Behen) 260
Bolívar (I.)— El género Tamiopoda Stál 264
Jimeno (F.)— Mina de Pnig-Pedrós, Papiol (Barcelona) 270
Finestres (Ed )— La pirita de hierro de Montjuich (Barcelona) 271
420 boletín de LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Sesión del 3 de Julio de 1901 273
Lázaro (B.) — Noticia del fallecimiento de D. Miguel Colmeiro y de
D. Ángel Larrinúa 273
Nacher y Vilar (P.)— Conveniencia de que los Catedráticos de provin-
cias den cuenta de sus expediciones á la Sociedad y de que ésta
corrija los errores de las obras que se publican sobre Historia na-
tural 275
Bartolomé y del Cerro (A.) — Más sobre el mismo asunto y sobre ho-
jas antropométricas y también sobre la Sociedad protectora de ani-
males de Málaga 276
Artigas (P.) — Sobre translación del Jardín Botánico 276
Dusmet (J. M.) — Sobre una excursión desde Fortuna á Ribas (hime-
nópteros y hemípteros ) 277
Calderón (S.) — Climat et eanx minerales d'Es¡)agne,par le Dr. A. La
bat (nota bibliográficaj 277
Ferrer (J.) — Excursión á Blanes 279
Barras de Aragón (F. de las). — Noticia del folleto del Dr. Venukoíí
sobre mamíferos fósiles y del Director del Museo de Budapest
sobre etnografía, tipos madgiares 280
— Más datos sobre el terremoto del 24 de Abril 1 . 280
Casares Gil (.!.) — Sobre la presencia del fluoruro sódico en algunas
aguas minerales 282
Calderón (S.) — Apuntes sobre algunas arcillas y rocas arcillosas de
Andalucía y Extremadura 287
Buen y del Cos (O.) — Nota acerca de la extensión y carácter de la
región volcánica de Olot 291
Barras de Aragón (F. de las). — Noticias sobre algunos monstruos
existentes en el Gabinete del Instituto de Avila 294
Sesión del 2 de Octubre de 1901 297
Calderón (S.)— Noticia del fallecimiento del Socio Protector Mr. H. de
Lacaze Duthiers 297
Barras de Aragón (F. de Isis). — Sedionement du genre Echiam y
Qu'est-ce que I' Echium Wierzbieckii, par M. de Coincy (notas biblio-
gráficas) 298
líeyes y Prosper (E.) — Observaciones sobre el Plumbago capensis
Thuub 300
Calderón (S.) — Más datos sobre el meteorito de Quesa 301
Criado (M.)— Noticias sobre la expedición al Muni 302
Mazo y Franza (J.) — Sobre el albinismo en Andalucía 303
Barras de Aragón (F. de las). — Sobre el repertorio universal de los
trabajos geológicos de Bélgica 304
Rivas Mateos (M.) — Ramondia pyrenaica Rich. var. Lazaroi 306
DE HISTORIA NATURAL. -121
Págs.
Barras de Aragón (F. de las). — Abreviaturas de los nombres de natu-
ralistas españoles 307
Navas [B.. P. L.)— Notas liquenológicas. El género Parmelia en Es-
paña 310
Chaves y Pérez del Pulgar (F.)—Les gaz combustibles de. Vair; Vhij-
drogene atmos'phérique par M. A. 0<nitur (nota bibliográfica) 318
Fernández de Gatta (M.) — Nuevos estudios sobre las agallas (conti-
nuación) 321
Orueta (D.)— Descripción de algunas esponjas del Cantábrico 331
Bolívar (I.)— Nueva especie del género Ephippigera 335
Sesión del 6 de Noviembre de 1901 337
Ferrer y Hernández (J.) — Yacimientos de Calcosina en Menorca
(Baleares) 338
Calderón (S.) — Observaciones sobre los yacimientos españoles de
Calcosina 341
Brugués (CO — Análisis de ceras de España 343
Fernández de Gatta (M.) — Nuevos estudios sobre las agallas (conti-
nuación) 345
Chaves y Pérez del Pulgar (F.) — Minio de Maro (Málaga) 354
Criado (M.) — Notas tomadas en mi viaje al Golfo de Guinea 354
Uhagón (S.) — Nota sobre Maláquidos de España 359
Sesión del 4 de Diciembre de 1901 361
Lázaro (B.) — Noticia del fallecimiento de D. Gabriel Fernández
Duro 361
Font (N.)— Cueva con brecha huesosa descubierta en Gracia (Bar-
celona), 363
Calderón (S.)— Formación del valle del Bidasoa 363
Paul (M. J ) — Formas especiales de aceitunas 365
Chaves y Pérez del Pulgar (F.) — Mineral hallado en las escorias de
Río Tinto 365
Estado de los ingresos y gastos de la Pocieoau . 366
Junta Directiva para 11)02 367
Cabrera Latorre (A )— Descripción de tres nuevos mamíferos ameri
canos 367
Barras de Aragón (F. de las).— Palmera ramificada del Alcázar de Se
villa •• 373
Eivas Mateos (M.)-El Hirudo froctina John, de Estremarlura 375
Buen y del üos (O.) — Laboratorio de manipulacionen de Historia na-
tural en la Universidad de Barcelona 377
Sánchez y Sánchez (D.) — Nota sobre el divertículo del conducto
de la bolsa copulatriz ó vesícula seminal del Helix asp6r.^:a
(Müll.) 380
m boletín de la sociedad española
Págs.
Peruández de Gatta (M.)— Nuevos estudios sobre las agallas (con-
tinuación) 385
índice alfabético de los géneros y especies mencionados ó descritos
en el tomo i del Boletín iO',i
índice de lo contenido en el tomo i del Boletín 417
Se ha publicado este tomo en diez cuadernos, que han aparecido cada
uno de ellos dentro del mes correspondiente cuya indicación se halla al
pie de cada pliego. Lleva además cuatro láminas.
BOLBT. DH LA SoC. DE HlST. NaT,
Tomo I. — Lám. I.
—xj^^i >v-N ^ 3
J7. Cabrera de¡.
Lit J. Palaciot - Madrid.
1 Mus RATTUS L.
2 Mus RATTUS Albxandbinus E Gcafft,
3 Mus UECUMANUS, Poll.
^-
Bor.KT. OE i.A Son. Ksr. uv. IIist. nat,
Tomo I.— I,.\\i. II.
Ramondin j}yrenriica Kich.
var. Lazarni Jíiv. Mat. a, llor vista por debajo; b, estambre; r, cáliz;
*•/, corte del ovario y del fruto; c, diagrama.
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BOXjETinST
DE LA
Sociedad española
'*■ T^
de
Pistoria f^atural
FUNDADA EN 8 DE FEBRERO DE 1871'
Tomo I. — 1901
PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO
PALACIO DE BIBLIOTECA Y MUSEOS NACIOXALES
INSTRUCCIONES,
La Sociedad espaííola de Historia natural se propone el cultivo de esta
ciencia y especialmente el de las producciones naturales de España: fué
fundada en 8 de Febrero de 1871, y ha publicado sin interrupción 29 tomos
de sus Anales divididos en dos series, comprendiendo la primera del
1 al 20 y la segunda del 21 al 30 (este último está en prensa).
En la actualidad publica el Boletín y las Memorias; el primero sale á
luz por cuadernos mensuales (excepto en los de Agosto y Septiembre) y
contiene el acta de las sesiones y las comunicaciones científicas que en
ellas se hicieren y que no excedan de ocho páginas de impresión, y las
segundas se publicarán por tomos completos y comprenderán los trabajos
extensos, procurándose contenga cada tomo estudios referentes á los tres
reinos naturales.
La Sociedad española de Historia natural no recibe protección oficial
y cumple su misión con el esfuerzo de sus socios, por lo que son llamados
a auxiiiarhx y sostenerla no sólo los naturalistas sino todas las personas
amantes de las ciencias y de la cultura patria, así como las corporaciones
y establecimientos docentes, que pueden también figurar en la lista de
socios: éstos son de varias clases: protectores, honorarios, correspondien-
tes extranjeros, numerarios y agregados.
La Sociedad concede el titulo de Protectores á las personas ó entida-
des que la favorezcan con donativos de importancia, fundaciones de j)re-
mios ú otros servicios de gran valía, y el de Honorarios á las personas
eminentes en la ciencia que juzgue acreedoras á esta distinción: su nú-
mero está limitado á 10. Unos y utros reciben todas las publicaciones.
Los socios correspondientes extranjeros podrán recibir todas las pu-
blicaciones de la Sociedad abonando la cuota anual de 10 pesetas en la te-
sorería de Madrid ó la de 8 francos en París, 42, rué de Kotre Dame de
Nazareth, á M. Emile Traizet, representante de la Sociedad.
Los numerarios abonarán Ja cuota anual de 15 pesetas ó la de 16,50 si
residiesen en países de la Unión postal, debiendo remitirla sin descuento
al tesorero en la época de admisión, y posteriormente en el mes de Enero
de cada año. Keciben el Boletín y las Memorias. *
Los agregados abonan la cuota anual de 8 pesetas y reciben el Boletín.
Unos y otros podrán abonar su cuota en plazos trimestrales adelanta-
dos, donde haya Sección ó representante de la Sociedad, á razón de á pe-
setas por trimestre los numerarios y de 2,25 los agregados.
Los socios numerarios que abonen de una vez ó en tres plazos anuales
la suma de 300 pesetas se consideran como vitalicios, quedando exentos
del pago de la cuota anual y con derecho á recibir en lo sucesivo todas lar
publicaciones de la Sociedad.
Los que hicieren á la Sociedad el donativo de 500 pesetas seráu consi-
derados como socios perpetuos, con iguales derechos que los vitalicios, pero
figurando su nombre á perpetuidad en l.i lista de socios, junto al de los
socios fundadores.
Las personas ó entidades que deseen contribuir á los fines de la Socie-
dad en cualquiera de las categorías enumeradas podrán dirigirse á los
socios cuyas señas se indican y que representan á la Sociedad, los cuales
les facilitarán cuantos datos necesiten.
En Madrid al Secretario i). Salvador Calderón, calle de Sagasta, 9, á
quien deberá dirigirse la correspondencia científica, y al Tesorero D. Igna-
cio Bolívar, Moreio, 1, al que se dirigirá la administrativa.
En provincias á L>. Éélix Gila y Fidalgo, Catedrático en la Universidad
de Zaragoza; D. Marcelo Rivas Mateos, en la de Barcelona; i). Emilio
Kiverá, en el Instituto de Valencia; D. Julio del Mazo, Arguijo, (3, Sevilla;
y D. Pedro Fernández Cavada, calle de Santa Clara, 8 y 10, tóantander.
En el extranjero M. Emile Traizet, Kue |Notre Lame de Nazareth, i2,
en París.
PUBLICACIONES DE LA SOCIEDAD
QUE se HALLAN Á DISPOSICIÓN DE LOS SEÑORES SOCIOS Á LOS PRECIOS
AQUÍ SEÑALADOS.
Ptas.
Recuerdos botánicos de Tenerife, por D. R. Masferrer (cuaderno e
246 páginas, tirada aparte de los Anales) 2
Fac-simile de una carta del Barón de Humholdt (publicada en el to-
mó I de los Anai-es) O 50
Actas de la Sociedad española de Historia natural (años 1890, 1891,
1893-1900), cada uno 2,50
índice de lo contenido en los veinte primeros tomos (primera serie)
d e los Anales 1
Catálogo de la Biblioteca de la Sociedad española de Historia na-
tural 1
Los Sres. S'ocios tienen derecho á adquirir por una sola vez un ejemplar
de cada uno de los tomos de la primera serie, á los precios siguientes:
Tomos 2.°, 3.°, 4.", 12.°, 13.", 14.°, 15.o, 19.° y 20." 8 pesetas.
— 5." y 11." 25 —
— C.°, 7.°, 8.°, 9.°, 10.°, lü.", 17." y 18.° 12 —
Los cuadernos sueltos, siempre que de ellos haya sobrantes, sin desca-
balar tomos, á 2 pesetas.
La colección completa de la 1.^ serie (20 tomos) incluyendo el tomo 1.°,
para los socios y por un solo ejemplar (sólo hay disponible un cortísimo
número) 250 pesetas.
La 2.a serie de los Anales (18921901) se compone de 10 tomos (el últi-
mo en publicación), al precio cada uno de 15 pesetas.
Los socios vitalicios y perpetuos tienen derecho á recibir á su ingreso
diez volúmenes elegidos entre los anteriores á excepción de los 1.°, 5.° y 11.°
Los socios tienen derecho á 60 ejemplares gratis de los trabajos que
publiquen en las Memorias, pudiendo obtener maj^or número con arreglo
á la tarifa que se inserta en la 2.a página de la cubierta del núm. l.o de
Boletín. Los autores de comunicaciones que se inserten en el Boletín no
reciben ejemplares gratis, pero pueden obtener económicamente los plie-
gos en que aparezca su trabajo á precio de tarifa.
Unos y otros deberán indicar en el manuscrito de su trabajo los ejem-
plares y condiciones que deseen, no respondiendo la Sociedad de que que-
den complacidos si así no lo hicieren.
MBI. WHOI I lliKAKV
UH IñM
A M