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Full text of "Boletín - Real Academia de la Historia"

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BOLETÍN 


REAL     ACADET-TIA     DE     I,  A     HISTORI-ÍV 


V4^/^^   ' 


BOLETÍN 


DE     LA 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


/  1  \ 


TOMO   LXXV 


MADRID 
ESTABLECIMIENTO  TIPOGRÁFICO  DE  FORTANET 

IMPRESOR    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DB    LA     HISTORIA 

Calle  de  la  Libertad,  núm.  20. — Teléf."  qm 


1919 


«En  las  obras  que  la  Academia  adopte  y  publique,  cada  autor  será  res- 
ponsable de  sus  asertos  y  opiniones;  el  Cuerpo  lo  será  solamente  de  que 
las  obras  sean  acreedoras  á  la  luz  pública.» 

Estatuto  XXV. 

DP 

\ 
A?>5 


TOMO    LXXV  Julio,    1919  CUADERNO    I 


BOLETÍN 


DE    LA 


REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


INFORMES   OFICIALES 


I 

cCASA  DEL  PÓPULO»  EN  LA  CIUDAD  DE  BAEZA 

Para  que  informe  esta  Real  Academia,  envía  la  Dirección  ge- 
neral de  Bellas  Artes  un  expediente  relativo  al  edificio  llamado 
«Casa  del  Pópulo»  en  la  ciudad  de  Baeza,  de  la  provincia  de 
Jaén.  Y  habiendo  recibido  el  que  suscribe,  del  señor  Director, 
el  encargo  de  estudiar  el  asunto,  tiene  el  honor  de  presentar 
el  siguiente  proyecto  de  informe. 


* 


Encabeza  el  expediente  una  instancia  del  señor  Alcalde  Presi- 
dente del  Excmo.  Ayuntamiento  de  Baeza,  en  la  que  se  hace  la 
historia  y  la  descripción  del  edificio,  tomadas  de  la  Historia  de 
Baeza  de  Fernando  de  Cózar,  y  de  las  cuales  aquí  se  sintetiza 
lo  que  atañe  á  los  fines  de  nuestra  Real  Academia,  á  saber:  que 
la  «Casa  del  Pópulo»  es  un  edificio  construido  en  el  siglo  xvi, 
con  materiales  procedentes  de  las  ruinas  de  Cástulo,  y  en  tal 
concepto,  el  edificio  tiene  mil  ochocientos  años  de  antigüedad; 


6  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

que  se  ignora  quién  construyó  el  edificio,  ni  cuál  fué  su  destino, 
pues  es  inadmisible  el  de  Casa  concejil,  y  no  aparece  fundamen- 
tado el  de  cuartel  con  que  se  le  designa  en  documentos  anti- 
guos; y  que  por  el  blasón  particular  que  en  la  fachada  acompa- 
ña al  de  los  Austrias,  y  que  pertenece  á  ios  Guevaras,  podrá 
deducirse  que  el  edificio  se  hizo  á  mediados  del  siglo  xvi,  por 
D.  Gabriel  de  Guevara,  Gobernador  y  Provisor  del  Obispado  de 
jaén,  para  la  Cofradía  de  Caballeros  hijo-dalgos,  descendientes  de 
los  Infansones  ganadores  de  Baeza.  Finaliza  la  instancia,  dando 
cuenta  de  la  adquisición  del  edificio  por  el  Ayuntamiento  para 
salvarlo  de  la  ruina,  y  solicitando,  que  sea  declarado  «monu- 
mento nacional».  Como  documento  ilustrativo  acompaña  á 
la  instancia  una  fotografía  de  la  fachada  de  la  «Casa  del 
Pópulo». 

Completa  el  expediente  remitido  á  esta  Real  Academia 
un  largo  informe  de  la  de  Bellas  Artes  de  San  Fernando,  en 
el  que  se  detallan  las  condiciones  y  elementos  del  edificio, 
como  obra  de  estilo  «plateresco»,  del  promedio  del  siglo  xvi, 
y  de  marcado  sabor  Imperial;  se  asiente  á  la  posibilidad 
)•  probabilidad  de  que  el  origen  y  destino  hayan  sido  los 
que  dichos  quedan;  pero  se  rechaza  en  absoluto  la  absurda 
idea  de  que  la  construcción  tenga  mil  ochocientos  años  de 
antigüedad.  V  de  todo  ello,  deduce,  que  siendo  un  muy  apre- 
ciable  monumento  de  nuestra  arquitectura  del  líenacimiento, 
ni  por  la  magnitud  de  las  composición,  ni  por  la  grandeza  del 
concepto,  ni  por  la  novedad  y  belleza  de  sus  elementos,  ni 
por  ir  unida  su  labra  al  nombre  de  un  artista  famoso,  reúne 
la  «Casa  del  Pópulo ¿  el  mérito  sobresaliente  ey.[giáo  para  ser  de- 
clarado «monumento  nacional»,  bastando  la  consideración  de 
«edificio  artístico-arqueológico»,  con  lo  que  le  alcanzan  los  be- 
neficios de  la  ley  de  4  de  Marzo  de  191 5  • 

Corresponde  á  esta  Real  Academia  de  la  Historia  el  quilatar 
todos  los  antecedentes  del  asunto,  en  lo  que  á  sus  fines  atañe. 
La  CAstulo  ibérica,  púnica  y  romana,  tuvo  celebridad  bastante 
á  hacer  págií/a  histórica  cuanto  de  allí  proceda.  Y  lo  sería  indu- 
dablemente la  fachada  de  la  «Casa  del  Pópulo»   si  se  confirmase 


CASA  DEL  POPULO  EN  LA  CIUDAD  DE  BAEZA  ^ 

la  pretendida  procedencia  de  sus  materiales,  y  el  origen  romano 
sospechado  por  Cózar  del  medallón  que  en  ella  se  ostenta,  con 
el  letrero  «Mucius  Scévola».  Pero  nada  de  ello  es  cierto.  El  me- 
dallón es  uno  de  aquellos  inocentes  alardes  de  erudición  clásica, 
tan  comunes  en  el  Renacimiento;  y  si  en  las  piedras  de  la  fábrica 
hay  alguna  traída   de  Cástulo   ícosa  poco   probable),  no   tendrá 


«Casa  del  Pópulo»  en  la  ciudad  de  Baeza. 


más  valor  que  el  de  materia  bruta,  pues  ni  una  inscripción  ni 
un  detalle  se  lo  da  histórico. 

Apreciando  ahora  el  artístico,  esta  Real  Academia  coincide 
gustosa  con  el  docto  parecer  de  su  hermana  la  de  Bellas  Artes, 

cual  se  remite  en  un  todo,  encontrando  en  la  «Casa  del  Pópu- 
lo» un  lindísimo  ejemplar  de  nuestro  «Renacimiento  plateres- 
co»; pero  nada  que  lo  eleve  á  página  verdaderamente  importan- 
te de  la  historia  artística  española. 

Y,  en  fin,  viniendo  al  valer  propiamente  histórico  del  edificio, 
nos  encontramos  con  que  se  dice  haber  sido  domicilio  social  de 


8  boletín  de  la  keal  academia  de  la  historia 

la  Cofradía  de  CabaUeros  hijos-dalgos,  descendientes  de  los  In- 
fanzones ganadores  de  Baeza.  Título  es  este  que  haría  de  la 
«Casa  del  Pópulo»  un  ejemplar  de  valía  histórica,  como  prueba 
material  de  una  institución  característica  de  costumbres  de 
gran  interés  en  los  anales  de  nuestra  Patria.  Pero  el  hecho 
es  sólo  conjetural;  ningún  documento  probatorio  se  aporta 
para  su  confirmación.  Lo  cual,  si  no  anula  aquel  valor,  lo 
aminora  no  poco.  Y  no  lo  exalta  ningún  otro  hecho  notable 
acaecido  en  su  recinto,  cuyo  conocimiento  haya  llegado  á 
nosotros. 

Pesando,  pues,  todas  estas  consideraciones,  esta  Real  Acade- 
mia entiende  que  la  «Casa  del  Pópulo»,  de  Baeza,  debe  conservar- 
se cuidadosamente,  evitando  su  ruina  y  desaparición,  por  ser  un 
ejemplar  de  lindeza  artística  y  de  relativa  valía  histórica.  Mas 
quedando  este  fin  positivamente  garantido  con  la  declaración 
de  caificio  arquitectónico  y  artístico,  y  con  los  beneficios  que 
como  tal  le  otorga  la  ley  de  4  de  Marzo  de  1915,  esta  Cor- 
poración ,  después  de  alabar  cual  se  merece  el  desprendi- 
miento del  Municipio  de  Baeza,  opina  que  la  Superioridad 
debe  otorgar  aquella  declaración. 


* 
*  * 


Lo  que  tengo  el  honor  de  exponer,  con  devolución  del  expe- 
diente. 

Madrid,  13  de  Junio  de  1919. 

Vicente  Lampékkz. 


EL    CORRAL    DEL    CARbrlN    EN    GRANADA 


II 

EL  CORRAL  DEL  CARBÓN  EN  GRANADA 

IlMO.   Sr.   DlRRCTOK   GENKKAL    l)K   BkLI.AS  ArTES; 

Los  que  suscriben,  Académicos  de  número  de  las  Reales  de 
la  Historia  y  de  Bellas  Artes,  encargados  por  Real  orden  fecha 
-!3  de  Febrero  último,  que  nos  fué  trasladada  por  V.  L,  de  per- 
sonarnos en  Granada  en  Comisión  del  servicio,  á  fin  de  practicar 
un  examen  y  estudio  detenido  del  edificio  vulgarmente  denomi- 
nado Corral  del  Carbón,  antigua  Albóndiga  gédida,  de  dicha 
ciudad,  y  de  informar  acerca  del  mismo,  hemos  verificado  la 
inspección  ocular  y  tenemos  el  honor  de  elevar  á  ese  Ministe- 
rio de  Instrucción  Pública  y  Bellas  Artes  el  siguiente  informe: 

Pocas  son  las  referencias  por  las  cuales  pudiera  reconstituirse 
la  historia  del  monumento  árabe  granadino  conocido  actualmen- 
te con  el  nombre  de  Casa  6  Corral  del  Carbón.  Mencionada  por 
los  antiguos  escritores  Pedraza  (1638)  y  Echevarría  en  sus  Paseos 
por  Granada  no  ha  sido  objeto  de  la  atención  de  los  doctos 
hasta  tiempos  modernos. 

En  la  lujosa  publicación  The  arabian  antiquities  of  Spaiit,  de 
lames  Cavanah  Murphy  (Londres,  T815),  se  encuentran  dos  her- 
mosas láminas  litográficas  (xcvi  y  xcvii)  representativa  una  de  la 
portada  y  otra  de  la  planta  del  dicho  edificio.  En  nuestros  días,  el 
ilustre  escritor  y  arqueólogo  D.  Juan  de  Dios  de  la  Rada  y  Del- 
gado dedicó  al  mismo  en  la  obra  Museo  español  de  antigüeda- 
des (tomo  V,  pág.  445;  Madrid,  1875)  una  docta  Monografía, 
en  la  que  dio  á  conocer  algunos  documentos  que  esclarecen  la 
historia  y  destino  del  edificio,  desde  la  Conquista  de  Granada; 
Pí  y  Margall,  en  el  tomo  Granada,  de  la  obra  España,  sus  mo- 
iinvientos y  artes,  etc.;  Gómez  Moreno,  en  su  Guia  de  Granada; 
Seco  de  Lucena,  en  la  suya,  y  otros  autores,  dan  noticias  acerca 
de  esta  notable  construcción. 

Pero,  antes  de  recopilar  y  de  hacernos  cargo  de  estas  noti- 


boletín  de  la  rea  i.  academia  de  la  historia 


cías,  conviene,  para  la  mejor  inteligencia,  hacer  una  descripción 
tai  y  como  ha  llegado  á  nuestros  días. 

Se  trata  de  un  edificio  situado  hoy  en  lugar  céntrico  de  la  ciu- 
dad, de  planta  rectangular  casi  cuadrada,  pues  la  diferencia  entre 
la  longitud  de  los  lados  menores  y  los  mayores  es  escasa.  .Sin 
embargo,  Cavanah  jN'Iurphy  la  ha  trazado  cuadrada,  en  la  obra 
antes  citada  (fig.  I^.);  pero,  según  el  plano  recientemente  levan- 


FiG.   I.'' — Pl.inta,  según  Cavanach  Murphy. 

lado  por  el  arquitecto  de  Granada  D.  Diego  de  Orbe,  al  cual  nos 
atenemos,  por  ser  el  más  fehaciente  (figs.  2.^  y  3.^),  los  lados 
menores  del  solar  (fachada  á  la  calle  de  Mariana  Pineda,  y  teste- 
ro) miden  28  metros  cada  uno  y  29,60  los  mayores,  ó  sean  los 
costados,  medidas  muy  aproximadas  y  que  difieren  muy  poco 
(1-0  las  dadas  por  otros  autores;  débese  advertir  que  el  área  ó 
superficie  del  solar  no  es  la  del  rectángulo  expresado,  porque 


EL  CORRAL  DEL  CARBÓN  EN  GRANAÜA 


FiG.  2.* — Planta  baja,  según  el  estado  del  monumento  en  la  actualidad. 


^^^.^^^^^i;«S^^^^.v.x^^■^-vs^■\v■^j.■^.ss■.■^■^^^^^^^ 


FlG.  3.^ — Planta  principal,  según  el  estado  del  monumento  en  la  actualidad. 


boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 


faltan  más  de  la  mitad  de  la  crujía  en  el  costado  derecho, 
pieza  de  4  metros  por  5i6o  en  el  ángulo  de  la  izquierda, 
planos  de  Murphy  y  Gómez  Moreno  la  super- 
ficie del  solar  está  completa. 

En  el  centro  de  la  fachada  á  la  calle  de  Ma- 
riana Pineda  avanza  un  cuerpo  ó  pabellón  de 
2  metros  de  salida  por  6,60  de  línea  (fig.  4.^), 
en  la  cual  se  abre  un  magnífico  arco  por  el 
que  se  penetra  en  un  vestíbulo  seguido  de 
un  zaguán,  que  da  paso  á  un  gran  patio  de 
16,80  metros  de  profundidad  por  15,60  de  an- 
cho, rodeado  de  una  galería  de  2  metros,  de 
luces,  constituida  por  ocho  pilares  de  ladrillo 
í-n  cada  lado,  exentos,  excepto  en  planta  baja  )• 
parte  de  la  principal,  donde  los  espacios  entre 
éstos  están  tabicados,  si  bien  con  puertas  y 
ventanas  abiertas  en  ellos. 


y  una 
En  los 


c 


Contiguas  á  estas  galerías  corren  unas  crujías  de  2,70  metros 
próximamente  de  ancho  en  luces,  con  muros  de  ladrillos  de 
0,75  de  espesor  y  divididas  por  tabiques   en  varias  habitado- 


EL    CORKAL    DEL    CARBÓN    EN    GRANAOA  IJ 

nes,  las  cuales,  en  general,  no  reciben  luz  y  ventilación  por  más 
huecos  que  las  puertas.  A  los  pisos  principal  y  segundo  se  subía 
por  dos  escaleras,  una  en  cada  costado,  de  las  cuales  hoy  sólo 
existe  la  de  la  derecha;  los  suelos  son  de  maderos  con  pavimen- 
tos de  rasilla  ó  baldosa  y  las  armaduras  de  cubierta  también  son 
de  madera,  existiendo  dos  pequeños  trozos  de  la  primitiva,  cons- 
tituidos por  alfarjes  escuadrados  con  alero  formado  por  peque- 
ños canecillos,  con  una  ligera  talla  en  forma  de  hoja  en  sus  ca- 
bezas. 

Los  pilares  de  la  galería  queda  dicho  que  son  de  ladrillo;  su 
sección  es  cuadrada,  de  0,45  metros  de  lado,  y  algunos  de  ellos 
se  hallan  algo  desplomados:  están  coronados  por  dobles  zapatas 
de  madera,  entre  tablas  con  sencillos  recortes,  otra  tabla  para  el 
asiento  y  otra  de  corona,  con  los  cantos  abocelados,  y  sobre 
ellas  insisten  las  soleras  en  que  se  apoyan  los  maderos  de  suelo. 

Las  alturas  de  los  pisos  son  3,20  metros  en  planta  baja,  2,70 
en  la  principal  y  3  en  la  segunda  En  el  centro  del  patio,  que 
está  empedrado  con  cantos  rodados,  existe  un  pilón  cuadrado  de 
2  metros  de  lado,  con  dos  caños,  contrapuestos. 

El  estado  de  las  fábricas  es  muy  mediano,  á  causa  de  abando- 
no, notándose  desplomes  en  pilares  y  muros,  desperfectos  en 
las  armaduras  de  cubiertas  y  pavimentos,  y  muy  mala  y  estro- 
peada la  carpintería  de  puertas  y  ventanas,  presentando  el  con- 
junto un  aspecto  sucio,  descuidado  y  pobrísimo,  todo  lo  cual 
admite  remedio. 

El  gran  arco  de  entrada,  el  vestíbulo  y  el  zaguán  que  le  sigue, 
aunque  también  descuidados  y  muy  deteriorados,  son  notables 
y  dignos  de  conservación  y  estudio.  El  ancho  de  esta  fachada 
saliente  es  de  unos  6,60  metros  y  de  10  próximamente  su  altura 
total,  abriéndose  en  ella  el  gran  arco  de  herradura  ligeramente 
apuntado,  que  mide  3,80  metros  de  ancho  por  5i8o  de  altura. 
Sobre  sus  dovelas  de  ladrillo  corre  un  festón  dearquitos  angrela- 
dos  limitando  las  labores  de  ataurique  que  revisten  sus  albane- 
gas  ó  enjutas,  encima  de  las  cuales  se  desarrolla  una  faja  con  la 
inscripción:  «Dios  es  único.  Dios  es  eterno...  etc.»,  en  caracteres 
cúficos,  que  constituyen  la  profesión  de  fe  muslímica,  siguiendo 


14  BOLETÍN    DE    LA    KEAL    ACADEMIA    DE    l.A    HISTORIA 

un  dintel  de  ladrillo  sobre  el  cual  se  abren  tres  ventanas,  casi 
destruidas,  mostrando  la  central  señales  de  haber  sido  un  aji- 
mez y  las  laterales,  con  arcos  decorados  con  rombos.  Toda  esta 
ornamentación  está  encalada  en  términos  tales  que  se  han  per- 
dido los  perfiles  y  algunas  inscripciones. 

Pasado  el  arco,  se  encuentra  un  pequeño  vestíbulo  con  bóve- 
da de  mocárabes  y  un  arco  de  yesería  en  cada  costado  cobijando 
un  asiento  ó  banco  corrido;  en  el  frente  de  la  puerta  de  entrada 
al  zaguán,  de  escasa  altura,  con  techo  de  artesonado  y  talladas 
sus  zapatas  muy  prolijamente,  está  la  puerta  de  salida  al  patio, 
y  sobre  ella  se  ven  restos  de  un  balconcillo  y,  en  sus  paredes 
laterales,  inscripciones  religiosas,  todo  lo  cual  constituye  un 
notable  ejemplar  del  arte  mahometano  granadino. 

Hecha  ya  una  ligera  descripción  del  edificio,  la  cual  se  com- 
]>leta  con  los  planos  que  acompañan  á  este  informe,  volvamos 
á  los  autores  que  se  han  ocupado  en  este  curioso  ejemplar  de  la 
íirquitectura  granadina,  por  más  que  no  nos  suministren  datos 
históricos  del  mismo  anteriores  á  la  Reconquista,  pues  sólo  pue- 
de considerarse  como  pura  suposición  de  Pedraza  la  de  que  tal 
construcción  fué  Casa  Real,  donde  los  Reyes  moros  hospedaban 
á  cierto  número  de  soldados  con  caballos  ligeros,  destinados  á 
vigilar  la  Vega,  teniendo  en  dicho  edificio  sus  habitaciones  y  los 
establos  para  los  caballos;  mas,  en  cuanto  á  este  punto,  téngase 
fn  cuenta  que  la  crujía  de  planta  baja,  lugar  destinado  á  las  ca- 
ballerizas sólo  mide  de  ancho  2,70  metros,  longitud  insuficiente 
para  aquet  destino. 

Algunos  años  después  de  la  Reconquista  sirvió,  dice  Pedraza, 
para  representar  comedias,  y,  al  efecto,  se  puso  en  forma  con- 
veniente, con  aposentos  divididos  para  hombres  y  mujeres,  cons- 
tituyendo un  patio  abierto,  con  gradas  para  los  espectadores. 

Nada  dice  este  autor  de  su  primitivo  destino  ni  del  que  se  le 
dio  de  Alhóndiga  de  granos.  En  efecto,  sabido  es  cuanto  eleva- 
ron los  mahometanos  á  la  Agricultura,  que  era  la  industria  prin- 
cipal de  los  granadinos,  incansables  en  el  estudió  de  esta  fuente 
(le  riqueza  pública  y  de  la  cual  es  rama  importantísima  la  sede- 
ría, por  lo  que  no  es  de  extrañar  la  construcción  de  edificios  que 


El-  COBRAI.  DEL  CAKEÓN  EN  GRANADA  15 

sirvieran  de  centros  de  contratación,  enriqueciéndolos  y  deco- 
rándolos hasta  con  lujo,  como  lo  demuestra  el  que  es  objeto  de 
este  informe,  por  el  hermoso  arco  que  le  sirve  de  ingreso,  ya 
que  no  pueda  juzgarse  cómo  sería  el  interior,  á  causa  de  las 
transformaciones  que  puede  haber  sufrido. 

En  apoyo  de  esta  presunción  acerca  del  destino  del  edificio 
r-n  cuestión  se  alegaron  datos  adquiridos  y  suministrados  al  se- 
ñor Rada  y  Delgado  por  D.  José  Rodríguez,  Abogado  de  Gra- 
nada, y  D.  Leopoldo  Eguílaz,  para  suponer  con  algún  funda- 
mento que  esta  construcción  estuvo  destinada  á  la  contratación 
de  cereales,  siendo  una  de  aquellas  Alhóndigas  de  que  los  ára- 
bes dejaron  repetidos  ejemplos  en  la  Península  y  que  servían  al 
mismo  tiempo  de  hospedería  para  los  portadores  de  los  cerea- 
les, y  de  aquí  lo  del  Palacio  levantado  en  honor  de  la  industria 
agrícola,  por  los  Reyes  de  Granada  y  llamado  «Alhóndiga  gédi- 
da»  (es  decir,  nueva),  cuyo  destino  debía  seguir  teniendo  hasta 
los  primeros  años  del  siglo  xvi;  pues  según  consigna  el  Sr.  Rada, 
en  su  citado  artículo,  con  pruebas  y  documentos,  los  Reyes  Ca- 
tólicos, por  Real  Cédula  dada  en  Madrid,  á  14  de  Octubre 
(le  1496,  dieron  la  tenencia  de  esta  Casa,  á  la  que  llaman  Alhón- 
diga gédida»,  donde  se  vende  el  pan  en  granos  (textual)  á  su 
criado  y  mozo  de  espuelas  Sancho  de  Arana,  á  quien  después 
hicieron  donación  de  la  misma  aquellos  Soberanos  por  carta 
hecha  en  Granada  á  20  de  Diciembre  de  1500. 
.  Muerto  Arana  sin  sucesión,  sus  herederos  enajenaron  el  edi- 
ficio de  la  Alhóndiga  en  subasta  pública,  según  escritura  de 
15  de  Marzo  de  1 531,  en  cuyo  documento  ya  se  denominaba 
Casa  del  Carbón^  porque  sin  duda  estaba  á  la  sazón  destinada  al 
tráfico  de  este  combustible. 

Respecto  de  esa  enajenación  es  curiosa  la  referencia  que  se 
llalla  en  una  carta  del  Conde  de  Tendilla  al  Licenciado  Vargas, 
lechada  á  16  de  Enero  de  15  I3i  que  se  conserva  en  la  Biblioteca 
Nacional,  y  en  la  que  dice  el  Conde  quería  comprar  la  finca  un 
hermano  de  Arana  y  la  designa  con  estas  palabras  que  indican 
su  situación  y  uso:  «una  Alhóndiga  grande,  que  está  cabe  una 
puente,  para  casa  de  morada». 


1 6  BOLETÍN    DE    I.A    RRAI,    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Después  fué  Casa  de  Comedias  y,  por  fin,  casa  ó  corral  de  ne- 
cesidad, hasta  ahora. 

A  los  datos  apuntados  que  no  son  en  verdad  suficientes  par;i 
conocer  el  destino  originario  del  edificio  objeto  de  este  informe, 
debe  añadirse  que  su  situación  junto  al  puente  nuevo,  llamado 
«Alcántara  gédida»,  de  donde  tomó  nombre,  y  el  cual  desapa- 
reció no  hace  muchos  años,  cuando  se  hizo  la  obra  del  embove- 
dado del  río,  era  entonces  á  la  entrada  de  la  ciudad,  sitio  apro- 
piado para  ofrecer  albergue  á  los  que  á  ella  vinieran,  á  lo  cual 
también  se  presta  su  disposición  general  ya  expresada,  de  un 
gran  patio  central,  rodeado  por  sus  cuatros  lados  de  galerías 
abiertas  y  crujías  contiguas,  á  cuyos  pisos  altos  se  ascendía  por 
sendas  escaleras  en  los  centros  de  los  costados,  y  dos  evacua- 
torios en  planta  baja. 

Ya  hemos  visto  que  en  los  documentos  se  hace  alusión,  en 
algunos  de  ellos  bastante  directa,  de  un  doble  empleo  del  edi- 
cio,  pues  se  le  designa  como  Alhándiga  y  como  casa  de  mora- 
da, sin  duda  porque  á  la  sazón,  en  el  siglo  xvi,  para  ambos  fines 
se  destinaba,  lo  cual  se  explica  porque  los  trajinantes  portado- 
res de  grano  que  allí  lo  traían,  allí  hacían  posada  y  allí  lo  ven- 
dían después.  Más  si  se  considera  que  el  edificio  no  ofrece 
graneros  amplios  cuales  para  el  caso  serían  menester,  y  sí  habi- 
taciones pequeñas  y  numerosas  propias  para  albergue,  es  razo- 
nable pensar  que  para  posada  fué  hecho  y  que  de  venir  á  ella  los 
tratantes  en  grano  y  venderle,  se  convirtió  en  alhóndiga. 

Responde  en  efecto  á  aquel  primitivo  destino  la  disposición 
de  la  Casa  de  Carbón,  siendo,  por  lo  tanto,  ejemplar  muy  curio- 
so de  esta  clase  de  construcciones  civiles  y  único  en  España, 
pues  para  comprobar  su  filiación  tenemos  que  compararle  con 
los  análogos,  esto  es,  las  posadas  que  se  conservan  en  los  países 
musulmanes.  Los  hay,  en  efecto,  en  Mequinez  y  otros  puntos  de 
África,  pero  más  pequeños;  los  hay  más  parecidos  aún  en  Asia, 
donde  se  llaman  han,  siendo  notable  el  de  Bagdad,  y  en  Turquía, 
donde  se  llaman  caravan-serrallo.  De  todos  ellos  los  que  guardan 
relación  directa  con  el  ejemplar  español  son  los  asiáticos,  que 
tienen  idéntica  disposición  de  patio,  con  arcadas,  y  portada  lo 


EL  CORRAL-  DEL  CARBÓN  EN  GRANADA  I7 

mismo,  decorada  por  igual  modo,  con  iguales  nichos  y  bancos 
para  los  porteros  en  el  vestíbulo;  de  donde  se  infiere,  según 
opiniones  autorizadas,  que  el  tipo  originario  de  nuestro  monu- 
mento es  asiático.  Y  si  á  esto  se  aiíade  que  en  nuestro  suelo  es 
ejemplar  único,  quedará  demostrada  su  importancia  en  la  Ar- 
queología y  la  Historia  de  las  Artes  españolas. 

Continuando  el  examen  de  los  autores  que  se  han  ocupado  en 
esta  construcción,  habremos  de  consignar  que  D.  Francisco  Pi 
y  Margal!,  en  el  tomo  Granada,  de  la  obra  España,  sus  monu- 
mentos y  artes,  etc.,  lamentando  la  mala  suerte  de  la  Casa  del  Car- 
bón, afirma  que  su  arco  de  entrada  es  uno  de  los  más  bellos  de 
herradura  que  ha  podido  trazar  la  mano  de  artista  musulmán,  y 
le  describe  ligeramente,  condoliéndose  de  su  mal  estado. 

También  prodiga  grandes  elogios  á  este  mismo  arco  el  señor 
D.  Manuel  Gómez  Moreno  en  su  Guia  de  Granada,  dando  la 
traducción  de  sus  inscripciones,  y  describe  el  edificio  resumien- 
do su  historia,  y  añadiendo  que  la  época  en  que  se  edificó  «está 
«claramente  manifiesta  por  el  estilo  de  su  fachada  que  data  del 
«primer  tercio  del  siglo  xiv,  notándose  mayor  arcaísmo  que  en 
«las  obras  conocidas  del  Rey  Abul-Walid»,  por  lo  cual  parece 
avanzada  la  fecha  de  I.341,  consignada  por  Pedraza,  no  constan- 
do en  la  inscripción  dato  alguno  referente  á  su  construcción. 

En  su  Guía  de  Granada,  el  Sr.  Seco  de  Lucena,  después  de 
elogiar  el  arco,  dice  que  fué  construido  en  los  últimos  tiempos 
de  la  dinastía  naserita,  y,  en  su  origen,  dedicado  el  edificio  á 
Fondac  ó  Alhóndiga  de  granos  y  hospedería  de  trajinantes. 

Considerando  el  edificio  en  su  totalidad  hay  que  diferenciar 
en  él  dos  partes  distintas,  el  pabellón  de  ingreso,  con  su  magní- 
fica portada,  que  poco  á  poco  ha  ido  destruyéndose,  y  que  será 
conveniente  restaurar  como  merece,  y  el  cuerpo  interior,  con 
sus  habitaciones,  sus  galerías,  su  patio  y  su  fuente.  Es  opinión 
generalizada,  y  de  ella  ha  nacido  el  peligro  que  hoy  amenaza  á 
la  Casa  del  Carbón,  que  en  ésta  lo  propiamente  artístico  es  la 
portada,  y  que  lo  demás  carece  de  interés  y  no  importa  desapa- 
rezca. Tal  ha  sido  y  aún  es  el  sentir  de  mucha  gente  en  Grana- 
da, donde  es  lo  cierto  que  salvo  algún  inteligente  nadie  hasta 

TOiMO    L.\XV  3 


iS  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

ahora  había  levantado  la  voz  en  lavor  de  la  Casa  del  Carbón. 
Mas,  aparte  de  que  en  arquitectura  no  es  lícito  juzgar  y  estimar 
tan  sólo  los  monumentos  por  su  parte  externa  y  ornamental, 
pues  tanto  interés  tiene  como  ella  la  estructura,  la  traza,  la  dis- 
posición misma  y  la  construcción,  en  el  caso  presente  como  en 
otros  análogos  únese  á  esto  el  interés  arqueológico  del  caso  en 
cuestión,  que  aporta  elementos  para  conocer  uno  de  los  más 
curiosos  y  menos  investigados  aspectos  de  la  vida  de  los  musul- 
manes en  España. 

En  consecuencia  de  lo  expuesto,  los  que  suscriben  entienden 
que  el  edificio  granadino  llamado  Casa  del  Carbón,  debe  ser 
conservado  en  su  integridad,  por  ser  un  ejemplar  interesantísi- 
mo y  único  de  posada  mahometana  del  siglo  xiv  en  España.  Al 
efecto,  puede  la  Superioridad  declararlo  Münumento  artístico 
según  ha  solicitado  la  Junta  Superior  de  Excavaciones  y  Anti- 
güedades, por  virtud  de  cuya  Ley  y  Reglamento,  según  sua  ar- 
tículos 3.°  y  4.",  no  podría  hacerse  en  el  inmueble  obra  alguna 
sin  autorizarla  debidamente  la  Superioridad,  ó  declararlo  mo- 
numento nacional,  conforme  pidió  la  celosa  Comisión  de  Gra- 
nada, cuyo  sentir  recogieron  los  que  suscriben,  los  cuales  no 
pueden  menos  de  encarecer  la  conveniencia  de  que  el  arco  de 
entrada  sea  consolidado  convenientemente,  limpiado  de  las  su- 
cesivas capas  de  lechada  de  cal  de  que  se  ve  cubierto,  y  de  los 
aditamentos  que  le  afean,  y  restaurarlo  prudentemente;  y  repa- 
rar asimismo  lo  demás  del  edificio,  devolviéndole  su  antigua 
fisonomía  con  la  supresión  tan  sólo  de  tabiques  y  cocinas  que 
desfiguran  las  galerías. 

V.  E.  no  obstante  en  su  alto  criterio  resolverá  lo  que  estime 
oportuno. 

Dios  guarde  á  \^  E.  muchos  años. — Madrid,  12  de  Abril 
de  1 91 6. 

Josa  Ramón  Mélid.\. 

Enkh.iue  Marí.-v  Rki'Uli.és,  y  Vargas?. 


INFORMES  GENERALES 


I 

SAN  VICENTE  FERRER  V  LOS  JT'RADOS  DE  \ALENC1A 

Reunidas  las  'Notas  para  un  estudio  sobre  la  personalidad 
literaria  de  San  Vicente  Ferrer»,  pero  decididos  á  no  dar  á  la 
luz  pública  la  memoria  que  aquéllas  constituyen,  por  su  carácter 
provisional,  debido  á  las  dificultades  que  se  presentaron  para 
poder  analizar  ciertas  obras  del  orador  valenciano,  vamos  á  limi- 
tarnos á  exponer  algunas  consideraciones  extractadas  de  nues- 
tros apuntes,  á  fin  de  contribuir,  aunque  modestamente,  á  con- 
memorar el  quinto  Centenario  de  la  muerte  del  Santo,  que  en 
este  aiio  se  cumple.  Nos  servimos  para  la  redacción  de  estas 
líneas  de  lo  que  se  refiere  á  la  correspondencia,  inédita  casi  to- 
talmente, que  sostuvieron  los  Jurados  con  el  Santo. 


* 


Según  la  tradición,  ya  en  el  bautismo  de  San  Vicente  toma- 
ron parte  los  Jurados  valencianos.  Es  cierto  que  el  P.  Teixidor 
afirma  que  no  ha  visto  acta  alguna  referente  á  la  sesión  extraor- 
dinaria en  la  que  se  acordó  apadrinarlo,  según  dicen  los  biógra- 
fos del  Santo,  ni  nos  ha  sido  á  nosotros  posible  encontrar  alusio- 
nes contemporáneas  á  la  misma;  pero  lo  constante  de  la  tradi- 
<;ión,  las  relaciones  con  que  contaba  su  padre   Guillermo  Fe- 


20  BOLETÍN    DE   LA    REAL   ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

rrer  (l)  y  la  importancia  de  la  madrina,  que  fué  doña  Ramoneta 
d'Encarroz  y  Villaragut,  persona  muy  influyente  en  aquella  épo- 
ca, permiten,  á  nuestro  juicio,  no  rechazar  la  hipótesis.  Siendo 
cierta,  serían  los  padrinos  los  Jurados  Ramón  de  Obletes,  Gui- 
llermo de  Espujol  y  Domingo  Aragonés. 

Las  relaciones  de  los  Jurados  con  la  familia  de  los  Ferrer  se 
pusieron  de  manifiesto  en  la  persona  de  Pedro,  hermano  del  San- 
to (2).  Dedicado  al  comercio,  fué  comisionado  para  ir  á  Sicilia  á 
ñn  de  proporcionar  trigo  á  la  ciudad  del  Turia,  comisión  que 
desempeñó  con  actividad  y  acierto,  como  se  desprende  de  las 
epístolas  que  le  dirigieron  y  que  pueden  verse  en  el  tomo  vii 
de  Cartas  misivas,  que  se  conservan  en  el  Archivo  municipal 
valentino. 

Mayores  consideraciones  tuvieron  los  citados  Jurados  para  con 
Bonifacio,  el  más  célebre  de  los  hermanos,  cuenta  aparte  del  as- 
cético dominico.  Nacido  Bonifacio  en  I355i  obtuvo  á  los  nueve 
años  el  beneficio  de  .San  Antonio,  en  la  Catedral,  y  á  los  trece 
el  de  Santa  Ana,  en  la  parroquia  de  Santo  Tomás,  por  haberlo 
renunciado  en  su  favor  su  hermano  Vicente.  Se  graduó  de  ba- 
chiller en  ambos  derechos  antes  de  los  veinte  años,  pasando  á 
Parosa,  donde  estudió  con  el  famoso  jurisconsulto  Baldo  de 
Uvaldés.  Regresó  á  Valencia  el  1375  por  haberse  amotinado 
Pisa  contra  el  Papa;  pero  marchó  en  seguida  á  Lérida,  don-de  se 
doctoró.  El  1380  era  ya  grande  su  fama  en  Valencia,  por  lo  que 
los  Jurados  le  enviaron  como  mensajero  especial  cerca  del  Rey. 
He  aquí  la  carta  con  que  le  presentaban  al  Monarca: 


(i)  Era  notario,  cargo  que  parecía  hereditario  en  la  familia,  puesto 
que  en  1  240  aparece  un  Guillermo  Ferrer,  que  fué  quien  extendió  el  con- 
trato de  boda  del  hijo  de  Abén-Zeid,  último  rey  moro  de  Valencia.  Cons- 
ta en  las  actas  del  Consejo  valenciano  que  el  padre  del  famoso  dominico 
prestó  juramento  el  25  de  Diciembre  de  1349  como  escribano  de  la  Corte 
del  Regente. 

(2)  Consta  que  del  matrimonio  de  Guillermo  Ferrer  con  Constanza 
Mi<iuel,  nacieron  ocho  hijos;  pero  no  se  conservan  mas  que  los  nombres 
de  cinco:  Pedro,  Bonifacio,  Constanza,  Francisca  é  Inés,  además  del  de 
San  Vicente. 


SAN    VICENTE    FERRER    Y    LOS   JURADOS    DE    VALENCIA  2[ 

«A  la  molt  alta  maieftat  de  ntre.  Senyor  lo  Rey. 

»Molt  gran  Senyor:  per  alcuns  afers  daquesta  ciutat  trameteni 
»de  prefent  a  la  vostra  Reyal  excellencia  per  special  miffatger 
>'nostre  micer  Bonifaci  Ferrer,  doctor  en  derets,  ciutadá  nostre 
»robre  los  dits  afers  plenament  informat.  On  fenyor  fupplicam 
»molt  humilment  a  la  vostra  magnificencia  que  dexye  li  placía 
»per  mercé  lo  dit  mifratger  benignament  reebre  e  oir  e  den 
«creenga  a  les  sues  paraules  de  part  nostra,  e  daqueu  fobre  los 
»affers  per  ell  explicadors  de  Justicia  e  de  acoftumada  clemencia 
»per  udir.  Et  haureni  ho  fenyor  a  fpecial  gracia  e  mercé  de  la 
»vostra  senyoria,  la  qual  ntre.  senyor  deu  per  fa  mercé  mantenga 
»en  prosperitat  longament  e  li  do  victoria  de  tots  sos  eneemichs, 
»amen.'|crita  en  Valencia  a  xxiiij  de  íetembre  en  lany  de  la  nati- 
«vitat  de  nostre  senyor  mccclxxx.  =  fenyor,  vostres  huniils  va- 
>>rfalls  e  servidors  los  Jurats  e  prohomens  de  la  ciutat  de  Valen- 
»c¡a  qui  besants  la  térra  devant  vostres  peus  fe  comanan  en  vos- 
•>tra  gracia  e  mercé.*  ^ 

No  salió  Bonifacio  de  Valencia  sin  que  los  mismos  Jurados  le 
proporcionasen  cartas  recomendándole  á  la  Reina  (l);  a  Masen 
Manuel  d' Entega,  con  se  ller  del  senyor  Rey;  al  molt  honrat  e  molt 
savi  senyor  en  Bernat  de  Bonastre,  conseller  et  prothonotari 
del  senyor  Rey;  al  violt  honrat  senyor  en  Loreug  Prat,  de  la  tre- 
soreria  del  senyor  Rey,  y  al  Infante  Don  ]\Iartín.  Los  affers  que 
había  de  solucionar  Bonifacio  cerca  del  Monarca  eran  unas  dife- 
rencias suscitadas  con  Portugal  con  ocasión  de  unas  naves  que 
fueron  detenidas  en  Lisboa  )■  unas  divergencias  habidas  con  el 
pueblo  de  Morella  (2).  El  proceso  de  estos  asuntos  fué  relativa- 
mente rápido.  El  5  de  Octubre  ya  participan  los  Jurados  á  su 


(1)  ...  «senyora,  recomanants  los  dits  miífatger  e  affers  nostres  a  la 
♦  vostra  senyoria  supplicam  humilment  a  aquella  que  li  placía  dar  creenga 
>a  les  paraules  del  dit  miffatger  et  aquell  favorablement  proseguir  e  aju- 
»dar  envcrs  lo  dit  senyor  Rey.  Per  tal  manera  que,  ab  laor  vostra,  fen 
»puxa  tornar  prestament  ben  efpat.xat.» 

(2)  Se  comprueba  por  las  instrucciones  que  le  dan  en  carta  fechada 
el  23  de  Septiembre  de  1380. 


22  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

mensajero  que  las  naves  han  sido  puestas  en  libertad,  y  se  las 
prometen  muy  felices  en  el  asunto  de  Morella,  añadiendo  «y  por 
vos  será  sin  diiday.  El  15  del  mismo  mes  le  envían  otra  larga 
carta,  que  empieza  así:  «Hemos  recibido  vuestra  carta,  y  nos  ale- 
gramos infinito  por  todo  lo  que  habéis  hecho  hasta  ahora,  y  ala- 
bamos vuestra  diligencia».  A  continuación  contestan  á  sus  con- 
sultas y  le  hacen  varios  encargos  (l).  El  día  1 6  escriben  de 
nuevo  participándole  que  transmita  una  letra  de  cambio,  que  no 
le  mandaban  en  la  anterior  por  no  conocer  á  ningún  mercader 
de  Zaragoza.  El  20  le  acusan  recibo  de  su  carta  y  le  dan  instruc- 
ciones sobre  el  asunto  de  Morella  y  sobre  las  naves  portuguesas 
que  han  tenido  un  contratiempo  que  no  se  especifica  cuál  sea. 
El  22  vuelven  á  escribir  sobre  las  naves,  y  este  mismo  día  escri- 
ben á  la  Reina  rogándole  oiga  y  crea  á  Bonifacio.  El  día  2  de 
Noviembre  mandan  otra  larga  carta,  en  la  que  se  le  habla  del 
viaje  de  los  Reyes  á  Zaragoza;  de  una  cuestión  referente  á  Villa- 
rreal  y  de  otra  más  íntima,  á  propósito  de  la  cual  le  .tratan  con 
alabanza  y  simpatía.  Todavía  vuelven  á  escribirle  el  6  de  No- 
viembre; pero  fechadas  el  día  Q  aparecen  sendas  cartas  para  el 
Rey  y  la  Reina,  recomendándoles  oigan  á  Domingo  Massó,  y 
aunque  no  se  especifica  sea  enviado  especial,  lo  sistemático  de  la 
correspondencia  que  con  éste  sostienen  luego,  hace  pensar  en 
que  fuei-a  restituido  Bonifacio  Ferrer  á  Valencia,  terminando  su 
com'etido  por  aquel  entonces. 

De  propósito  hemos  alterado  el  orden  cronológico  para  hacer 
notar  que  todas  las  consideraciones  tenidas  con  Bonifacio  por 
los  Jurados  explican  que  el  contenido  de  la  carta  dirigida  c! 
19  de  Diciembre  de  1379  «a  la  molt  alta  maiestat  de  nostre  se- 
nyor'lo  Rey»,  en  la  que  se  referían  á  San  \"icente,  debe  apreciar- 
se más-  corpo  prueba  del  interés  que  los  Jurados  de  que  hacemos 
mención  tenían  por  el  buen  régimen  de  la  capital  que  como  una 


(i)  El  asunto  de  Morella  debió  de  tener  varias  complicaciones,  por- 
que se  viei'on  obligados  los  valencianos  á  mandar  un  mensajero  á  dicha 
población  con  varias  cartas  de  recomendación  para  el  Gobernador,  Do. 
mingo  Massó,  Bernardo  Soler  y  Bernardo  Nebot. 


SAN    VICENTE   FERRER    Y    LOS  JURADOS    DE    VALENCIA  23 

muestra  de  enemistad  entre  ellos  y  el  orador  clásico  de  la  litera- 
tura levantina  (l). 

Así  como  su  hermano  se  había  distinguido  como  hemos  apun- 
tado, San  Vicente  Ferrer  se  había  hecho  notar  ya  en  esta  época 
por  no  escasas  circunstancias  (2).  Después  de  ser  tonsurado  á  los 


(ij  Fué  publicada  dicha  carta  por  el  Sr.  Serrano  Morales  en  la  Revista 
de  Valencia,  tomo  ii,  pág.  41.  También  fué  copiada  por  el  P.  Teixidor,  y 
traducida  al  castellano  ha  sido  publicada  en  la  obra  del  P.  Fages,  Histo- 
ria de  San  Vicente  Perrer,  Vid.  la  versión  de  D.  Antonio  Polo  de  Berna- 
bé, editada  en  Valencia  por  A.  García,  1903,  dos  tomos.  Es  preferible  la 
segunda  edición  francesa,  pues  la  versión  tiene  algunas  deficiencias.  In- 
dicaremos solamente  lo  más  necesario  de  esta  carta: 

«Senyor  molt  excellent.  Ara  pochs  dies  ha  lo  religios  frare  Vicent  Fe- 
-rrer  prior  del  convent  deis  prehicadors  dagi,  que  novellament  segons 
>dehia  era  vengut  de  Barcelona,  vench  a  nosaltres  e  monstrans  una  car- 
eta de  Comissio  a  ell  feta  per  lo  Cardenal  d'Aragó  com  a  Legat  de  la 
^>Seu  apostólica!  sobre  !a  instruccio  de  la  segona  elecció  de  Papa,  mos- 
•trans  axi  mateix  una  Letra  closa  del  dit  cardenal  endregada  al  Consell  a 
>nosaltres  e  pregans  lo  dit  prior  que  com  ell  vulgues  explicar  aquest 
■»afers  largamcnt  al  Consell  fessem  aquell  appellar  e  ajustar  a  dia  cert. 
»Nos,  ans  daltra  resposta,  li  demanam,  si  portava  da<|uesta  raho  Letra  de 
'VOS,  Senyor.  Resposnos,  que  no,  axi  com  no  li  fasia  obs,  per  quant 
■jaquest  fet  era  spiritual  e  no  temporal,  o  semblants  páranles...  ■  -íOxí  se- 
>nyor  com  atiuest  fet  sia  a  nos  de  gran  carrech  et  maiorment  per  com  no 
ssapiam  vostra  intencio  suplicam  a  la  vostra  rej'al  magnificencia  ques 
»demje  e  li  placía  per  mercé  manar  a  nosaltres  go  que  li  plaura  que  fer  o 
•consentir  degans  sobre  aquests  afers  o  almenys  privadament  e  secreta 
'per  Letra  o  per  altra  manera  revelar  alcuna  cosa  sentiment  si  e  en 
^quant  degut  sia  o  placía  a  la  vostra  Reyal  senyoría...^ 

El  Rey,  como  es  sabido,  no  dio  nunca  señales  de  haber  adoptado  reso- 
lución alguna  en  esta  materia. 

\2)  Mucho  se  ha  hablado  de  la  fecha  e.xacta  del  nacimiento  de  nuestro 
héroe;  pero  la  última  palabra  la  dijo  D.  Francisco  Martí  Grajales  en  su 
trabajo  Fecha  del  nacimiento  de  San  Vicente  Ferrer,  premiado  en  los  Jue- 
gos Florales  de  lo  Rat-Penat,  celebrados  en  1891.  Decía  así: 

«Ellos  (Fr.  Vicente  Gómez  y  Fr.  Francisco  Diago)  son  los  primeros  que 
citan  e!  día  23  de  Enero  de  1350  como  el  verdadero  en  que  debe  fijarse 
la  venida  al  mundo  de  uno  de  los  oradores  más  grandes  con  que  cuenta 
la  Edad  Media. 

'>S.\N  Vicente  Ferrer  nació  el  24  de  Octubre  de  1  349  de  la  era  de  la  En- 
carnación, siendo  de  todo  punto  imposible  hacer  la  resolución  de  este  día 
al  correspondiente  de  la  era  de  la  Natividad,  como  inadvertidamente  lo 
hicieron  todos  los  historiadores  y  biógrafos,  desde  Diago  al  P.  Teixidor, 
porque  no  tuvieron  en  cuenta  la  falta  de  noventa  días  de!  año  1350,  pri-i- 


24  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

siete  años  de  edad,  según  costumbre  de  la  época,  y  por  no  po- 
der conseguir  el  beneficio  adscrito  á  la  capilla  de  San  Gregorio 
de  la  Catedral,  su  padre  le  compró  el  de  la  capilla  de  Santa 
i\na,  de  la  parroquia  de  Santo  Tomás,  beneficio  del  que  tomó 
posesión  en  1361,  renunciándolo  luego,  según  hemos  dicho,  en 
favor  de  Bonifacio.  El  6  de  Febrero  de  1 367  pidió  el  hábito  de 
Santo  Domingo,  tomándolo  tres  días  después  en  el  convento  de 
Valencia,  siendo  prior  el  P.  Mateo  de  Benincasa  y  maestro  de 
novicios  el  P.  Arnaldo  de  Salcedo.  Al  año  siguiente,  el  6  de  Fe- 
brero, «hizo  el  joven  novicio  su  profesión  solemne,  con  arreglo 
á  ese  rito  enérgico  y  conciso  de  las  proiesiones  dominicas,  to- 
mado evidentemente  de  la  Caballería»  (l). 

«El  Capítulo  celebrado  en  Tarragona  — escribe  el  P.  Teixi- 
dor — á  8  de  Septiembre  de  1368,  asignó  al  Santo  por  estu- 
diante de  Lógica  al  Convento  de  Barcelona,  y  por  su  Lector  al 
P.  Fr.  Estevan  Miquel,  quizá  pariente  del  Santo  por  su  madr'- 
Constanza  Miquel...  Asignóle  el  dicho  Capítulo  por  estudiante 
de  Lógica,  no  porque  110  estuviera  bien  ■puesto^  dice  Diego,  pági- 
na 47,  sino  para  que  se  hiciese  á  las  opinioties  de  la  Orden,  que  en 
muchas  materias  (añade  Gómez,  pág.  56)  son  diferentes  de  las 
que  se  enseñan  en  las  escuelas  de  los  escolares-»  (2). 

Después  de  desempeñar  el  cargo  de  Lector  de  Lógica  en  Lé- 
rida, pasó  á  Barcelona  para  estudiar  las  santas  escrituras,  llegan- 
do á  ocupar  en  esta  población  el  cargo  de  Lector  también. 
En  1376  estuvo  en  Valencia,  donde  firmó  la  sentencia  del  pleito 
suscitado  entre  el  Convento  de  Valencia  y  los  sacei-dotes  sobre 
derechos  funerarios,  sentencia  en  la  que  tomaron  parte  su  her- 
mano Bonifacio  como  arbitro,  y  su  padre  como  notario.  Tras  un 
breve  lapso  de  tiempo  en  que  estuvo  en  Tolosa,   regresó  á  su 


mero  pn  que  comenzó  á  contarse  en  Valencia  por  la  era  de  la  Natividad.  - 
El  P.  Lorenzo  G.  Senipere,  en  su  obra  Los  milagros  de  San  Vicente  he- 
rrar (Barcelona,  Luis  Gilí,  19131,  dice  con  manifiesto  error  que  nació  el 
22  de  Enero  de  1350 

I  i)     P.  Faces:  Ob.  rit.,  i,  pág,  37  de  la  traducción  castellana. 

{2}  P.  Teixidor:  Apuntes  iné Jilos.  {Biblioteca  Municipal  de  Valencia 
jejajo  6.933,  en  la  sala  del  Sr.  Serrano  Morales,  pág.  85. 


SAN    VICENTE    FEIÍRER    Y    LOS   JURADOS    DE    VALENCIA  25 

patria.  Entonces  tuvo  el  rozamiento  que  indica  la  carta  que 
hemos  copiado  casi  íntegra  con  los  Jurados;  pero  hay  que  tener 
en  cuenta  que  al  Abad  de  Listra,  que  defendía  los  términos  con- 
trarios que  San  Vicente,  le  prohibieron  todo  género  de  propa- 
ganda. También  debe  reconocerse  que,  además  de  la  simpatía 
que  por  su  compatriota  debían  sentir  los  Jurados,  era  éste 
mandatario  de  Pedro  de  Luna,  quien  había  sido  Canónigo  en  la 
Catedral  valenciana,  el  cual  por  su  talento,  virtudes  y  grandeza 
de  alma  (no  reconocida  por  algunos  de  sus  historiadores,  preocu- 
pados con  prejuicios  que  deben  siempre  dejarse  en  olvido),  con- 
quistó el  afecto  de  la  ciudad.  No  hubo  de  tener  gran  trascen- 
dencia el  rozamiento  de  que  hablamos,  ya  que  en  la  carta  dt- 
1.°  de  Abril  de  1380  (l),  dirigida  por  los  Jurados  al  Infante  Don 
Martín  que  se  hallaba  en  Segorbe,  dicen  que  habiendo  sabido, 
llamaba  á  San  Vicente  para  que  predicase  en  aquella  población 
durante  la  Semana  Santa  se  atreven  á  justificarle  que  tiene  el 
religioso  á  su  cuidado  ciertos  negocios  de  reconciliación,  que 
hacen  sea  muy  conveniente  «la  permanencia  de  Fr.  V^icente 
en  ésta,  porque  si  ahora  no  los  lleva  á  buen  fin,  pasará  sin  duda 
la  oportunidad  y  no  podrán  terminarse». 

Por  este  tiempo  desempeñó  San  Vicente  la  Cátedra  de  Teolo- 
gía, que  estaba  en  la  Catedral,  lo  que  hoy  se  conmemora  con  la 
lápida  puesta  en  la  casa  donde  se  hallaba  el  estudio,  en  la  plaza 
de  la  Almoina. 

En  1386  predicó  la  cuaresma  en  Segorbe,  y  en  I388,  se  halló 
en  Valencia  resolviendo  definitivamente  el  litigio  entre  el  con- 
vento y  los  curas,  de  "que  ya  hemos  hecho  mención. 

Dos  acuerdos  del  Consejo  ^Municipal  revelan  la  importancia 
que  ya  tenía  en  su  Patria  el  religioso  valenciano:  uno  es  de  1 387, 
22  de  Octubre,  en  que  se  le  conceden  doscientos  florines  de 
oro  en  recompensa  de  sus  servicios,  y  para  terminar  wíos  difíci- 
les asuiitos  (sic).  El  otro,  de  1390,  en  el  que  se  asignan  cien  flori- 


(i)  Señalamos  las  fechas  que  aparecen  en  los  documentos.  El  docto 
lector  ya  comprenderá  la  reducción  que  ha  de  hacerse,  y  que  es  bien 
sencilla.  En  este  caso  es  el  i  j8i. 


2b  BOLETtN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

nes  de  oro  para  casar  á  las  pecadoras  convertidas  por  el 
Santo. 

No  eran  sólo  los  Jurados  valencianos  los  que  daban  prueba  de 
respeto  y  consideración  al  dominico;  también  «el  ]\Ionarca  se 
complacía  en  testimoniar  su  afecto  hacia  el  gran  orador  levanti- 
no (l),  el  cual  fué  nombrado  limosnero  por  el  Rey  Don  Juan  (2) 
y  confesor  de  la  Reina  Doña  Violante.  Pero  no  debemos  nos- 
otros volver  los  ojos  hacia  los  que  distinguían  á  San  Vicente, 
sino  fijarnos  en  los  Jurados  de  Valencia. 

Estos  se  hallaban  por  aquel  tiempo  preocupadísimos  con  mo- 
tivo de  los  bandos  que  complicaban  más  cada  día  la  vida  de  la 
ciudad.  La  siguiente  carta  revela  hasta  qué  punto  llegaban  los 
hechos  y  las  medidas  que  tomaban  para  remediar  los  males  los 
encargados  de  regir  á  la  que  alguien  ha  llamado  Atenas  del  Me- 
diterráneo: 


(i)  ,Con  gusto  señalo  en  este  sitio  que  por  indicación  de  mi  estimado 
amigo  el  Sr.  Sanchís  Sivera,  canónigo  de  la  MetropoKtana  valentina,  he 
llegado  al  conocimiento  del  siguiente  documento,  por  lo  que  le  doy  las 
gracias,  así  como  por  sus  muchas  bondades  para, conmigo: 

«ítem  supplicaran  al  Sant  Pare  que  li  placie  de  hauer  per  recomanat 
»en  la  Abbadia  de  Poblet  si  vagava  o  en  altra  quant  c¿ue  vagas.  Maestre 
«Viceng  Fferrer  Elmoyner  del  dit  senyor  Rey  Maestre  en  Theologia  al 
jqual  lo  dit  senyor  ha  gran  affecció  com  su  hom  de  bona  fama  y  bona 
»vida  e  gran  clerga  e  quel  serveix  ben.  Rex  Johannes.» 

(Párrafo  20- de  «Capitols  de  go  que  han  a  dir  al  Sant  Pare  de  pait  del 
senyor  Rey>...  (Arcliivo  de  la  Corona  de  Aragón.  Registro  de  Cancille- 
ría 1.958,  fgl.  170.) 

(2)  Jhoannes  etc.  Ffidlli  Consiliario  et  Thesaufario  nostro  Juliano  Ga- 
visus,  salutem  et  gratiam.  Dicimus  et  mandamus  vobis  quatenus  de  pec- 
cunia  Curie  nostre  qui  est  vel  erit  penes  nos  tribuatis  et  exolvatis  reli- 
gioso et  dilecto  Eiemosinario  nostro  fratri  Vincencio  Fferrarii  novem  mil- 
le  solidos  Barchinonensis  quos  pro  faciendo  celeorari  certaá  missas  quas 
serenissiraus  dominus  genitor  nostre  memorie  glorióse  cuius  anima  re- 
quiescat  in  pace,  in  suo  testamento  instituit  prefato  patre  Vincencio  per 
nos  tribui  et  exolvi  ducimus  ordinandum.  Et  in  solusione  presentera  re- 
cuperetis  cuní  apocha  de  soluto.  Datum  Valencie  sub  nostro  sigillo  secre- 
to XIIIl"  die  januarii  anno  a  nativitate  Domin!  millesimo  CCC°XC"  ter- 
cio.— Rex  Johannes. 

Dominus  Rex  mandavit  mihi  Johrinni  de  Tudela. 

(Arcli.  de  la  Cor.  de  Arao;dn.  Rf-gistrn  de  Cancillería  núm.  1.964,  fol.  24 
vuelto.  I 


SAN    VICENTE    FERREU    V    LOS   JURADOS    DE    VALENCIA  27 

"A  la  molt  alta  maiestat  de  ntre.  senyor  lo  Rey  molt  exce- 
'llent  senyor.  A  la  vostra  magnificencia  notifican!  pochs  dies  ha 
»com  en  Luis  de  Soler  hauia  finat  sos  dies  per  causa  e  ocassió 
»segons  dehien  de  la  nafra  a  aquell  feta  en  la  brega  de  mossen 
>marti  dorig  e  dell  e  dalcuns  altres  de  una  part  e  de  mossen  pere 
»de  centelles  e  dalcuns  altres  de  la  part  altra  (l).  Ara  senyor  a  la 
>vostra  excellencia  no  sens  deplaer  semblantment  notificam  quel 
»dit  mosssen  pere  de  centelles  per  ocassió  segons  dien  de  las 
■>nafres  que  reebé  en  la  dita  brega  es  mort  huy  en  hora  de  mig 
•>jorn  a  que  nostre  senyor  deu  per  sa  merce  los  haia  les  anjures 
>e  atots  finats  amen  /  Senyor  per  la  dita  brega  e  per  la  mort  del 
primer  e  ara  daquest  alcuns  nos  son  moguts  ans  betlable  cura 
'de  vostres  officials  c  nostra  tot  hom  ha  estat  e  esta  que  sens 
'Rencor  deu  nos  de  gracia  que  dacianar  cesse  tota  rencor  e  no 
>romandra  per  nosaltres  la  vostra  treua  senyor  la  qual  fo  vostra 
«mercé  trametré  en  la  semana  prop  pasada  fo  publicada  tant 
»tolt  ab  crida  Reyal.  Ultra  alió  senyor  no  romandrá  que  nos  do 
>tota  cura  netlabe  deu  ajudant  al  pacifich  estament  de  la  ciutat 
•>jaffia  per  aqüestes  morts  sia  dupte  de  qualquns  escande!  o  occa- 
»sio.  Et  per  go  sia  vostra  mercé  manar  e  fer  lii  aquellos  proui- 
>sions  que  serán  vistes  a  vostra  senyon'a.  E  per  senyor  que  en- 
>tre  les  altres  hi  sia  obs  de  gran  necessitat  la  prouisió  de  la  qual 
>a  vostra  senyoria  lo  Consell  e  nosaltres  supplicam  pochs  dies 
>ha  beedar  los  combatiments  dal  berrechs?  Sia  mercé  vostra 
«seynor  manar  e  fer  espatxar  la  ditta  prouisió.  E  mane  la  vostra 


(i)  Casado  en  1382  con  doña  Jacinta  Despont,  tuvo  en  ella  cuatro 
hijos  y  siete  hijas.  En  1388  fué  nombrado  Jurado,  juntamente  con  Juan 
Juan,  Pedro  Juan,  Nicolás  de  Valldaura,  Guillen  de  Jaffer,  Juan  Ripoll  y 
Berenguer  Dalmau.  ^luertos  en  1396  doña  Jacineta  )'  sus  hijos  Pablo  y 
Lucas,  y  habiendo  fallecido  anteriormente  todas  sus  hijas,  aconsejado  por 
.San  Vicente,  tomó  el  hábito  de  Cartujo  en  el  convento  de  Porta-Coeli, 
dejando  á  Juan  y  Francisco,  los  dos  hijos  que  le  quedaban,  al  cuidado  de 
Constanza,  su  hermana.  El  8  de  Enero  dfe  1400  fué  nombrado  Prior.  Asis- 
tió al  Capítulo  general,  que  se  celebró  en  Grenoble  en  el  mes  de  Marzo, 
y  á  su  regreso  visitó  al  Papa  Benedicto  XIII,  en  Aviñón,  el  cual  le  mandó 
que  se  detuviera  en  su  compañía.  En  1401  lo  envió  como  Embajador  á  I.i 
corte  francesa 


28  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

ísenyoria  a  nosaltres  humjls  servidors  daquella  tot  gó  que  será 
»sa  mercé.  E  mantenga  nostre  senyor  deu  vostra  molt  excellent 

•  persona  en  bona  e  longa  sanitat  e  vida  e  altres  prosperitat  e  Ij 

»do  victoria  de  tots  sos   enemichs   amen.  Scrita  en  Valencia  a 

»xj  de  juny  del  any  xcviij 

Senyor: 

V'^ostres  humjls  vassalls  e  affectuosos  seruidors  quj 
»besant  la  térra  devant  vostres  peus  se  comanen 
•>en  vostra  gracia  e  mercé  los  Jurats  de  Valencia.» 

Sin  hermanar  este  asunto  con  la  petición  que  dirigen  á  San 
Vicente,  y  revelando  que,  si  al  llegar  el  religioso  á  su  patria  en 
la  época  señalada  anteriormente,  le  habían  recibido  con  reser- 
vas, debieron  despedirle  con  todas  las  consideraciones  y  afecto, 
escribieron  los  Jurados  á  que  nos  referimos  la  siguiente  carta, 
que  es  la  primera  en  que  juntan  los  nombres  de  Bonifacio  y  del 
dominico: 

«Al  molt  honorable  e  solemne  doctor  en  Santa  Theologia 
»mestre  Vicent  Ferrer  del  orde  deis  preycadors  en  Aujnyó  o 
■>llá  en  sia. 

»A  gran  marauella  tenjm  molt  car  amjch  e  honorable  mes- 
>tre  si  vostra  humanjtat  maiorment  desembargada  de  nostre 
■  senyor  lo  papa  no  pren  entrenyor  ne  li  ve  desig  de  tornar  aci 

•  natural  térra  sua  don  absent  es  stada  per  lonchs  temps.  Com 
»tal  desig  segons  nostre  juhi  dehia  hauer  per  tres  rahons,  pri- 
-»mera  per  resumir  propri  e  natiu  dispost  naturalment  a  corpo- 
»ral  salut  e  aumentar  recreado.  Segona  per  visitar  vostres  car- 
ináis germans  e  altres  parents  e  amichs  vostres  los  quals  e 
•senyaladament  aquell  qui  volent  seguir  per  lo  pur  amor  de  Deu 
«vostres  petiades  segons  la  ethimologia  del  seu  nom  Bonifaci  ha 
saleta  la  part  molt  mellor  san  e  stan  ab  coral  elagremable  desig 
»de  vostra  facial  vista  e  de  vostres  estrets  abragaments.  E  terce- 
vra  per  reformado  daquesta  casa  de  vostreorde  la  qual  penyo- 
>rada  gran  temps  ha  de  solemnes  frares  desija  mellorament.  Po- 

riem  h¡  enadir  la  iiij  que  quy  nos  e  altres  en   general  e  en  sin- 


SAN    VICENTE    FERKER    Y    LOS   JURADOS    DE    VALENCIA  29- 

sgular  volem  vostra  presencia  vullat  sius  plaiira  la  lur  almenys 
»per  gratitut.  Donchs  sia  vostre  plaer  postposarles  totes  altres 
»cures  venjr  asi  prestament  de  ques  segujran  deu  ajudant  los 
sdits  e  altres  bens.  E  nosaltres  ho  haurém  en  singular  plaer  de 
»vostra  religiosa  honestat  per  la  qual  a  vostre  poder  som  prests 
»en  totes  coses  a  aquella  plaibles.  Molt  vos  pregam  nous  metats 
«falla  ne  tarda.  E  tengans  en  sa  comanda  la  santa  trjnjiat.  Sarita 
»en  Valencia  a  xx  dagost  de  xcix. 

»Los  jurats  de  Valencia  prest  a  vostra  honor.» 

¿Se  efectuó  el  viaje  á  que  le  invitaban?  En  los  manuscritos  que 
estudiamos,  los  Jurados  no  insistieron  en  la  invitación  y  lo  que 
aparece  á  continuación  son  varias  cartas  que  demuestran  plena- 
mente la  importancia  que  ya  había  adquirido  Bonifacio,  si  no  lo 
demostrasen  con  toda  claridad  los  cargos  que  desempeñaba.  Las 
primeras  dicen  así: 

•^A1  molt  reuerent  e  religios  frare  Bonifaci  Ferrer,  prior  del 
»orde  de  Portaceli. 

»Aíolt  reverent  frare  e  car  amjch;  ara  en  lo  mes  de  Jener  pro- 
«passat  fon  per  nos  supplicat  al  pare  sant  que  denyas  graciosa- 
»ment  per  nostra  singular  honor  atorgar  que  frare  P.  de  Cañáis 
»quj  segons  sabets  es  molt  abte  e  honest  religios  a  magisterj  de 
»la  santa  Theologia  fos  aquell  maestre  lo  qual  nos  car  lo  capi- 
»tol  de  la  Seu  ensemps  o  separadament  elegiuen  la  nostra  suppli- 
»cacio  beurets  e  sabets  quel  dit  frare  pere  es  be  d'gne  de  ma- 
Kgisterj  car  es  lector  daquesta  Seu  en  la  qual  ha  regida  la  cadira 
«doctoral  per  queus  pregam  affectuosament  tant  com  podem 
»quen  fauor  del  dit  frare  pere  e  honor  daquesta  Ciutat  voullats 
«prestar  vostres  parts  en  manera  que  per  aquelles  puxam  atlei- 
»nyer  nostre  entent.  E  tengaus  deus  en  sa  comanda,  a.r.en.  Sjri- 
»ta  en  Valencia  a  xviij  dabril. 

»A  vostre  honor  afectuosament  prest  los  Ju- 
»rats  de  Valencia.» 


30  boletín  de  1.a  real  academia  de  la  historia 

«Al  molt  reverent  religios  frare  Bonifaci  Ferrer. 

»Molt  reverent  religios  e  car  amich;  nosaltres  en  favor  del 
»honrat  en  Miquel  del  A'Iilacre  axi  com  a  ab  enmereixent  per  la 
«gracia  de  deu  eser  just  suplicaren!  al  pare  sant  qui  sia  sa  mer- 
ece de  preueir  al  dit  en  Miquel  en  la  seu  de  Valencia  dalcuna 
«prebenda  o  canonical  car  es  cosa  que  aurem  a  singular  gracia 
»com  segons  vos  sabets  aquesta  Ciutat  es  ben  dotada  daquell 
••e  es  fill  natural  daquella,  per  tal  affectuosament  pregam  la  vos- 
»tra  Reuerent  am)stat  quela  dita  letr;i  suplicatoria  vos  placia  de 
»part  de  la  Ciutat  presentar  al  dit  pare  sant  e  interposar  vostres 
»humjls  e  gracioses  parts  que  la  Ciutat  e  nosaltres  puxam  hauer 
>nostre  obtar  axi  com  certament  confiam  per  vostra  intércessió 
>>per  la  qual  tro  ahuy  no  som  stats  fallats  de  res  que  hajam  haut 
■  mester  del  dit  sant  pare"  e  ago  reputarem  a  singular  honor.  Lo 
•>sant  sprit  vos  tenga  en  sa  gracia.  Escrita  en  Asilencia  a  xxiij  dies 
»del  mes  dagost  any  mccccj. 

/Los  Jurats  de  la  Ciutat  de  Valencia  affectuo- 
«sament  prests  a  vostre  honor»  (l). 

Necesitamos  fijarnos  en  la  persona  de  Bonifacio,  porque  pron- 
to encontraremos  juntos  á  los  dos  hermanos  en  negocios  en 
que  intervienen  los  Jurados  de  la  Ciudad  del  Turia.  San  Vicente 
y  Bonifacio  son  dos  personalidades  históricas  que  se  comple- 
mentan y  ocupan  un  lugar  distinguido  en  los  más  notables  asun- 
tos de  la  época.  Por  los  años  que  estudiamos  adquiere  nuevo 
incremento  la  figura  del  cartujano.  Muerto  el  general  de  la  Orden 
D.  Guillen  Reinaldo,  fué  elegido  Bonifacio  el  23  de  Junio  para 
sucederle.  El  cariño  que  por  él  sentían  los  valencianos  se  e.xte- 


(i)  Además  de  estas  cartas  le  escribieron  el  5  de  Septiembre,  en  el 
mal  latín  en  que  están  todas  las  que  utilizan  este  idioma,  insistiendo  en 
el  asunto  de  IMiguel  del  Mil.igro.  y  los  días  15,  12  de  Noviembre,  9  de  Fe- 
brero de  1402  y  i.°  de  Marzo.  En  esta  última  carta  dicen  que  no  consien- 
ten que  Moscn  Miguel  del  Milagi-o  salga  de  Valencia,  porque  es  muy  nc. 
cesarla  su  predicación,  empezando  la  carta  con  excusas  por  lo  frecuen- 
temente que  le  escriben  sobre  negocios  de  la  ciudad;  pero  suponen  que 
él  no  se  enojará  ni  creerá  que  en  tales  asuntos  emplee  mal  el  tiempo. 


SAN    VICENTE    FERRER    Y    LOS    JURADOS    DE    VALENCIA  3 1 

riorizó   con   este  motivo  en  la  carta  del  9  de  Agosto  de   I402; 
que,  traducida,  empieza  así; 

«Muy  reverendo  y  relig-ioso  padre:  enterados  por  vuestra  car- 
»ta  de  la  muy  digna  promoción  al  priorato  mayor  de  la  Cartuja, 
shemos  tenido  una  gran  alegría  por  lo  que  se  refiere  á  vuestra 
smu}-  amable  persona  y  á  nuestra  Nación;  pero  hemos  tenido 
>-también  un  gran  disgusto  sabiendo  la  falta  que  hacéis  en  vues- 
»tra  casa  de  Porta-Coeli,  y  pensando  que  vuestra  visita,  espera- 
»da  más  cada  día,  para  tener  especial  consuelo,  se  hace  imposi- 
»ble  para  siempre.  ■ 

La  cuestión  de  los  bandos  se  complicaba  más  cada  día,  y  en 
esta  carta  los  Jurados  enteran  á  Bonifacio  de  los  últimos  sucesos 
y  de  la  muerte  de  Martín  de  Roda,  rogándole  interceda  cerca  del 
Papa  á  fin  de  que  éste  intervenga  procurando  que  la  ]3az  se  res- 
tablezca en  la  ciudad. 

El  nuevo  General  de  los  cartujos  continuó  al  lado  de  Benedic- 
to XIII  hasta  el  12  de  Marzo  de  I403,  y  en  esta  fecha  marchó  á 
la  Gran  Cartuja;  pero  en  I40S,  á  causa  de  unos  sermones  de  su 
hermano  \'icente,  fué  enviado  como  plenipotenciario  del  Conci- 
lio de  Pisa,  después  de  haber  asistido  al  de  Perpiñán.  A  pesar 
de  que  el  Concilio  pisano  pidió  á  Bonifacio  y  á  D.  Esteban  Maco- 
nio  ^General  en  las  provincias  que  obedecían  á  Gregorio  XII) 
que  renunciasen  á  sus  cargos,  proclamando  por  General  á  don 
Juan  de  Gilfomonte,  Pedro  de  Luna  mandó  á  su  amigo  que  con- 
tinuase en  su  puesto  dándole  poderes  más  amplios  que  los  que 
había  tenido  hasta  entonces,  por  lo  que  el  valenciano  estableció 
su  residencia  en  Vall-de-Cristo,  cerca  de  Segorbe. 

Volvamos  á  San  Vicente,  á  quien  la  amistad  con  Pedro  de 
Luna  le  llevó  á  Aviñón,  adonde  fué  desde  Cataluña.  «Entró  en 
Aviñón  — escribe  el  P.  Fages — á  mediados  del  año  13Q5,  reci- 
biéndole el  Papa  con  las  mayores  muestras  de  afecto,  y  además 
de  nombrarle  su  confesor  y  capellán  doméstico,  le  confirió  los 
importantes  cargos  de  Penitenciario  apostólico  y  Maestro  del 
Sacro  Palacio.  Se  ha  puesto  en  duda  que  tuviera  este  último 
título;    pero  ^yo  puedo   sostener  la  afirmación   apoyándome  en 


32  BOLETÍN     DE    LA     KEAL    ACADEMIA     DE    LA     HISTORIA 

el  proceso  de  canonización,  en  Fontana,  Teixidor  y  otros  auto- 
res, entre  ellos  Bonifacio  Ferrer,  que  en  una  página  de  un  volu- 
men de  Santo  Tomás,  que  dejó  á  su  muerte,  calificaba  á  su  her- 
mano de  Mugiste)-  sacri  Palatü.  Por  otra  parte,  éstos  eran  hono- 
res sonoros  que  encubren  pesadas  responsabilidades»  (l).  Poco 
después,  en  1398,  empezó  su  predicación  por  Francia,  Italia, 
Suecia,  España  y  Bélgica.  Del  modo  como  era  recibido  en  todas 
partes  nos  da  clara  idea  el  documento  que  se  refiere  á  las  cuen- 
tas pagadas  en  Catí  (2)  como  otras  muchas  que  se  conservan,  no 


(i)     P.  Faces,  Op.  cit.  i,  pág.  109. 

(2)     Cuentas  que  pagó  el  Jurado  Pedro  Verdú  de  Aznar,  en  Cal!,  con 
motivo  del  viaje  de  San  Vicente: 

Primerament  dona  y  paga  en  Pere  Montserrat  Jurat  en 
lan\f  propassat,  los  quals  lo  dit  en  Pere  demostra  foren 
perduts  en  xj  arrobes  fariña  que  avie  passades  pera  la 
companva  de  Mestre  Vicent  Ferrer. vij  £ 

ítem  compra  tres  quarters  i  mig  de  vi,  lo  qua!  despenq  e 
dona  a  aquells  que  adobaren  lo  cami  del  Bosch  lo  dia 
que  vench  Mestre  Vicent.  . v  £  x 

ítem  per  la  salsa  que  despench  lo  dit  Mestre  Vicent iii  £  ii 

ítem  a  dic  Mestre  i  a  sos  Companj^ons iiü  £  vi 

ítem  paga  lo  dit  Jurat  peral  dit  Mestre  entre  carn,  un  po- 
llastre V  cus ii  £  jx 

ítem  donárem  per  una  post  den  Ferradella  pera  el  cadafal.  i  S  vii) 

ítem  Peix  pera  el  Mestre.    i  £  jx 

ítem  compra  vi  lo  qual  portaren  ala  Casa  de  Vallivana  pera 

la  companya  de  Mestre  \'icent xxv  £ 

ítem  comprarem  formatges  freses  pera  dar  a  la  dita  com- 
panya .costaren xii  i  nj 

ítem  compi-á  lo  dit  Jurat  cinch  quarters  y  mig  de  vi,  lo  qual 
feu  venir  de  Sen  "Matheu,  y  lo  qual  vi  despeneren  lo  Jus- 
ticia, Ralle  y  Jurats  de  Mo'rella  quant  vingueren  ab  Mes- 
tre Vicent  costa '^  ^ 

ítem  dona  a  Giamo  Meerot  que  fon  per  coc  pera  aparellar 

de  menjar  a  Mestre  Vicent i  í  n"' 

ítem  paga  en  Jacme  Sabater  per  diies  onces  de  lina^ol,  lo 

qual  despeneren  a  cataloraar  lo  Cadafal  de  Mestre  V'icent.  £  mj 

ítem  dona  y  paga  a  Pere  .-^bril  lo  qual  fon  trames  a  Alcalá 

an  Giamo  Barceló  que  trametes  dues  carregues  de  peix  lo  ^ 

dia  que  Mestre  V.  vingué ""  ^ 

ítem  dona  an  Ramón  Martí  vicari  per  les  oblades  y  cánde- 
les q.  oferiren  al  Aniversari  del  senyor  Rey  en  Martí,  y 
per  les  moalles  que  oferiren  y  per  lo  salari  quel  dit  Vi- 
cari  ab  Narbones  prebere  avien  de  fer  en  lo  dit  aniver- 
sari, per  tot ^  ^ 

Suma Lxxxv  £  vn 


SAN  VICENTE  FERRER  Y  LOS  JURADOS  DE  VALENCIA  33 

siendo  de  las  menos  interesantes  las  de  Barcelona.  En  este  tiem- 
po no  es  difícil  encontrar  cartas  en  que  se  requiere  la  presencia 
del  dominico,  ya  escritas  por  los  Jurados  de  distintas  poblacio- 
nes, ya  por  el  mismo  monarca,  como  la  siguiente: 

«Lo  Rey.  ==  Maestre  Vigent.  Nos  hauem  fet  gran  desig  de 
»parlar  ab  vos  dalcunes  coses  que  per  scripturas  nons  es  expe- 
»d¡ent  de  vos  explicar.  Per  que  us  pregam  affectuosament  que 
»per  honor  nostra  vengats  a  nos  si  jamay  nos  entenets  en  res 
»servir  e  complaure.  E  farets  nos  en  assenyalat  plaer.  Dado  en 
»Barchelona  sots  nostre  segell  secret  a  xxii  dies  de  janer  del 
»any  mccccviiíi.  Rex  Martinus. 

»Dirigitur  a  frare  Vicent  Ferrer,  Maestre  en  Theologia. 

»Dominus  Rex  mandavit  mihi  B""  .  Medici». 

(Archivo  de  la  Corona  d:  Aragón.  — Reg.  cit.  2.232,  fol.  iS). 

En  este  año  empiezan  á  hablarle  los  Jurados  valencianos  de  la 
cuestión  de  los  bandos  á  que  ya  hemos  hecho  referencia,  y  que 
había  de  solucionar  el  orador  levantino.  Copiaremos  las  cartas 
de  esta  época: 

«Reuerendo  et  eximie  Religionis  viro  domino  vincencio  ferrarij 
»ordinjs  predicatorum  jn  Sacra  Theologia  magistro  amico  sin- 
»gularissimo  sicut  fratre  (l). 

»Reverende  magister  domine  amice  singularissime,  quanto  jn 
»recepcione  littere  quaní  nuper  pro  resposicjone  misistis  petitio- 
»ne  conformen!  desideria  nostra  habuerunt  consolacionis  i'xor- 
->dium  quantumque  jn  leccione  superfuerit  recreacionis  augmen- 
»tum  noujt  jlle  cuj  omnia  sunt  apperta  refocillanter  eium  prole- 
»x¡mus  fronte  clara  positi  in  fiducia  quod  caritas  vestra  limitatem 
»propr¡am  jmmo  matrem  visitaret  personaliter  predicatura  Euan- 
»gelium  Jhü  .xristi,  Et  licet  scripta  toti  populo  grata  occurrerent 


(O  El  P.  Teixidor,  en  sus  Apuntes  inéditos,  que  pertenecían  al  señor 
Serrano  Morales,  y  hoy  se  guardan  en  la  Biblioteca  legada  por  éste  ,\1 
Ayuntamiento  de  Valencia,  copia  esta  y  otras  cartas  con  poca  fidelidad. 
Tenemos  anotadas  22  variantes  en  esta  sola  carta  (aparte  de  otras  que  se 
refieren  á  detalles  paleográñcos),  de  tanta  importancia  como  specialiter 
por  refocilante^-,  supresión  de  domine,  supresión  áe propicio?,  etc.,  etc. 

TOMO    LXXV  -i 


34  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

>'gracior  tamen  apparuit  vjctentis  deuocio  liberalis  cuius  adven- 
»tum  otinam,  celcrem  multo  tempore  prestolatum  eo  desidera- 
»b¡lius  spectamus  quo  comajor  exinde  potest...  utilitas  prouenjre 
«impetrando  djujnum  auxilium  per  quod  preservetur  ista  xristi 
»famjlia  quam  jniquitatis  alumpnorem  non  cessat  turbare  moles- 
»tijs  et  afficere  tumultibus  per  guerras  et  discordias  ¡ncarnatas 
susque  adeo  quod  frater  ¡n  fratrem  jnsurgat  et  proximus  contra 
»proximum  exerceat  cedes  et  strages  jnmanes  et  boni  vivant  quem 
»dju  pareat  audacia  perversorum  expreto  timore  dominj  et  justicie 
»teniporalis  Cum  autem,  magister  Reverende,  tantorum  multipli- 
»citatem  maiorum  que  non  valemus  per  singula  enarrare  sola  di- 
»uina  prouidencia  sit  medeia  pro  cuius  obtenter  intercessionem 
>>vestram  uedimus  dignam  sed  sciam  necessariam  arbitramur  Cui 
»nos  jndesinenter  ab  bene  operandum  de  propicio?  assidentibus 
»ope  et  consilio  quj  tacti  compassione  sumus  adversitatum  con- 
»jun¡um  non  expartes  querer.tes  vias  et  mordos  vtiles  per  quod 
»istud  publicum  conservetur  et  expretur  a  dampnis  et  extremjs 
»periculis  jam  paratis  Igitur  amiciam  vestram  et  bonitatem  sin- 
»ceram  de  qua  confidimus  quod  amatre  incipiens  se  proponet 
»exteris  jnnaturam  carnis  deprecamur  et  querjmus  per  vicera  mi- 
ísericordja  jhü  xristi  quod  nulla  sit  jnstancia  preualens  impediat 
»quj  adventus  vester  festinetur  et  adsit  ad  redimendum  sanguj- 
■  nem  generis  tan  propinquj  vobis  et  huic  populo  xristiano.  Et  ad 

•  stablendum  diuino  adjutoris  quod  jn  statu  tranquillo  et  jugitur 
»perseueret  Et  eo'  deuocius  quo  quiecius  pacis  famuletur  actorj 
»bene  valeatis.  In  domijio  quj  jn  gracia  longue  vos  conservet. 
»Scripte  valence  xij  die  Junij. 

>Jurati  Ciuitatis  valence  salutem  et  paratum 
»ad  omnja  beneplacita  voluntatem.» 

«Al  molt  honrat  e  de  sancta  religió  ffrare  V'icent  ferrer  mestre 
»en  Theologia  amich  nostre  molt  car. 

íATolt  car  amich  experiencia  ha  mostrat  e  haue'm  sabut  per 

•  relació  del  honrat  micer  johan  dabella  comissat  nostre  la  sánela 
»intencio  e  dret  voler  que  hauets  a  aquesta  Ciutat  e  ais  affers  de 
^aquella  qui  son  de  justicia  assossegament  e  benavenir  de  queus 


SAN    VICENTE    FERRER    Y    LOS  JURAUOS    DE    VALENCIA     *  35 

»fem  gracies  jufinites  pregants  vos  molt  affectuosament  queus 
-jplacia  hauer  per  recomanada  la  dita  Ciutat  e  per  ella  en  Johan 
»trullols  sindich  resident  en  cort  del  senyor  Rej'  en  les  coses 
»que  haia  afer  ab  lo  dit  senyor  aseruey  seu  e  gloria  de  deu  e 
»salut  de  les  anjmes  daquest  publich  queus  desija  e  espera  subi- 
sranament  e  ab  gran  rahó  segons  algunes  vegadas  per  la  dita 
» Ciutat  vos  stat  scrit  ab  prechs  en  deute  de  Caritat,  preseruació 
»daquest  poblé  perorat  en  presures  per  occasió  de  gueres  e  ban- 
»dositats  encarnades  entre  grans  persones  ales  quals  vos  deus 
^>adant,  posets  donar  bon  Remey  e  si  alscumes  coses  vos  son  pa- 
í^hibles  scriuitnos  on  molt  franco(;ament.  Scrita  a  xxviij  de  agost. 

»Los  Jurats  de  la  Ciutat  de  Valencia  a  vostra 
»honor  aparellats  en  totes  coses.» 

«Reuerende  et  magne  Religionis  viro  fratri  vincencio  ferrarij 
»ordinis  predicatorum  jn  sacra  Theologia  magistro. 

sMagister  Reverende,  per  literas  vestras  adiu  positi  in  fiducia 
«expectantes  expectauimus  quod  personali  presencia  vestra  po- 
»pulus  ciuitatis  refolliaretur  totius  spirituali  babulo  verbi  Dei  et 
»asummo  festinaret  presidium  pctius  stabiliende  sedatis  atiiiibus 
»quibus  jn  regione  ista  nialgnus  videbatur  spem  debactari  et  si 
»illis  asHtitia  et  diuinio?  auxilio  quo  de  Ciuitate  exultaujt  comu- 
»n¡o  bandosorum  refrenata  extiterit  compatenter  non  fuit  tamen 
»e  catenus  quatenus?  totius  Regnj.  Ideo  quod  iterum?  depreca- 
ímur  et  quesumus  propter  deum  quod  spes  nostra  non  fallat 
splaceatque  vobis  promissum  opere?  prosequente  complere  et 
»desiderium  nostrum  consolar]  presencia.  Salutarj  ne  noceat  ins- 
»tancie?  auersantes  vt  adventus  vestro  qui  rem  publicam  in  bo- 
»num  poteret  edificare  per  témpora  dilatantur  bene  vacare  jn 
^>domjno  grata  quilibet?  requirendo.  Scrita  en  valencia  a  iiij  d» 
»decembre  Any  mil  ccccviiij. 

»Jurati  Ciuitatis  valencie  sincerara  in  domino  caritatem 
»et  pro  uobis  Altissimum  exorare  nos»  (l). 

(i)  Las  palabras  que  subrayamos  se  leen  bastante  claras,  y  se  inter- 
preta la  lectura  que  damos,  aunque,  como  se  ve,  no  es  muy  lógica.  Las 
palabras  difíciles  de  leer  las  señalamos  con  interrogante.  Falta  en  Teixi- 


36  *        boletín    de    la    real    academia    de    la    HISTUKIA 

De  menor  importancia  es  la  carta  que  le  envían  en  el  año  si- 
gruiente,  y  que  dice  así: 

«Reuerendo  et  magne  religionis  viro  domino  fratri  Vincencio 
»ferrarij  magistro  in  sacra  Theologia  amico  singularisimo. 

»Magister  Reuerende,  Intellecto  joccose  quod  aduentus  vester 
»da  ¡u  prestolatus  et  eciam  promissus  sumpto  jtinere  satis  recto 
»ad  orbem  nostram  aceleratur  et  prope  est  populum  presenciali- 
»ter  jn  spiíituaübus  recreare  gracias  dedimus  deo  nostro.  Titi- 
»llantes  tamen  ne  ille  turbo  calide  deujaret  tam  summe  bonum 
»sumus  quomadmodo  positi  in  perplexum  Quadire  venerabilem 
»et  religiosum  virum  fratrem  Anthoninno  de  Acrimonte  ordinis 
xpredicatoris  istius  litfere  portatorem  nuntium  ad  vos  decrevimus, 
»specialiter  destinandum  vota  vestra  ab  jntimjs  expücanda  vestre- 
scaritate  et  extensius  referende  bonitatem  vestram.  E  amiciciam 
«rogantes  carius  quo  valemus  quatenus  ipse  nuncio  fidem  jn  di- 
»cendis  de  aduentu  utinam  celerj  et  non  divertenti  ad  alia  fidem 
»adhibere  placeat  ac  si  viue  vocis  oráculo  diceremus.  Altisimus, 
»in  gracia  vos  conseruet  queque  placida  fiducialiter  rescribentes. 
«Scripta  Valencie  xxj  die  aprilis. 

»Jurati  ciuitatis  va\enc[e proviptitudine  et  seipos.» 

También  el  Rey  Don  Martín  dio  en  este  año  la  última  prueba 
de  consideración  al  Santo,  escribiéndole  para  recomendarle  pre- 
dicase en  favor  de  Domingo  de  Prats  (i).  Dos  meses  después  de 


dor  esta  carta,  que  dejó  de  copiar,  sin  duda  por  las  dificultades  que  pre- 
senta su  lectura.  Con  el  criterio  que  aquí  se  expone  deben  interpretarse 
los  subrayados  de  otras  cartas. 

(i)  «Lo  Rey. — Mestre  Vicent.  Com  en  Domingo  des  Prats,  mercader 
»de  Mallorques  sin  catiu  en  térra  de  moros  en  la  ciutat  de  Tunig  en  poder 
»dels  quals  passa  grans  affanys,  congoxes  e  traballs  e  esta  en  punt  de 
>renegar  lo  nom  de  Deu,  pregam  vos  affectuosament  que  tota  hora  que 
»per  lo  portador  déla  present,  frare  del  dit  Domingo,  serets  pregat  e 
»amonestat  a  quell  per  tots  los  lochs  on  irets  recomanets  en  vostres  prey- 
scacions  a  tots  los  feels  christians,  en  tal  manera  que  ab  la  ajuda  de  Deu 
»e  vostra  e  daquells  lo  dit  Domingo  sia  delliurat  déla  dita  captivitat.  E  sera 
•  cosa  de  la  que  servirets  molt  a  Nostre  Senyor  e  a  nos  ne  farets  plaer 


SAN  VICENTE  FERRER  Y  LOS  JURADOS  DE  VALENCIA  37 

haber  escrito  la  carta  á  que  aludimos,  bajó  al  sepulcro  el  Mo- 
narca. Los  Jurados  valencianos  lamentaron  su  pérdida  en  estos 
términos: 

«Al  molt  honorable  e  molt  sauj  senyor  micer  Cljment  de 
Vilanova  doctor  en  leys. 

»Molt  honorable  e  molt  sauj  senyor.  Ab  gemechs  e  dolor  de 
»cor  vos  fem  saber  la  cruel  noua  que  hauem  hauda  per  special 
«correu  déla  mort  del  molt  alt  e  molt  victorios  senyor  lo  senyor 
»Rey  lo  qual  fina  sos  dies  en  la  Ciutat  de  Barcelona  disapte  pro- 
>passat  darrer  dia  de  maig  dues  hores  ans  de  mig  jorn.  placía 
»adeus  que  lanjma  del  dit  senyor  colloque  ab  los  seus  sants  en 
»gloria.  Ora  vos  pregam  que  tengats  hull  vers  ponent.  E  si  res 
«sabiets  o  sentiets  de  afers  no  seu  scrivats  per  persona  certa.  E 
»tengaus  lo  sant  sprit  en  sa  guja.  Scrita  en  Valencia  a  tres  de 
»Juny. 

»Los  Jurats  de  la  Ciutat  de  Valencia  a  vostre  honor»  (l). 


»molt  agradable.  Dada  en  lo  Monastir  de  Valldonsella  sots  nostre  segell 
»secrct  a  xiii  dies  de  maig  del  anyde  la  Nativitat  de  Nostre  Senyor  mccccx. 
>Rex  Martinus. 

»Idem  [Domino  Rex  mandavit  mihi  P"  Torrente].» 

(Arc/ttv<f  di  la  Corona  de  Aragón, — R¿g.  cit,  2.1R8,  fol.  152  ».) 

(i)  El  Rey  Don  Martín  gozaba  de  grandes  simpatías  en  la  ciudad  del 
Tui-ia.  No  deben  olvidarse  las  repetidas  y  largas  temporadas  que  siendo 
Príncipe  pasó  en  .Segorbe  y  toda  la  región  limítrofe.  El  afecto  que  los  Ju- 
rados le  profesaban  queda  de  manifiesto  en  la  siguiente  carta: 

«A  la  molt  alta  maiestat  de  ntre.  senyor  lo  Rey. 

«Molt  excellent  senyor. 

>Per  páranles  de  mestre  pere  Soler  vostre  metge  e  dalcuns  altres 
»hauem  sentit  q.  la  vostra  molt  excellent  persona  no  es  en  aquella  dispo- 
»sicio  de  sanitat  que  obs  haurja  e  haurjem  de  la  qual  cosa  hagerem  e 
>hauem  molt  greu  entrenyor  ab  subirán  deplaer.  E  zelants  sap  deu  per 
»vostra  bona  sanitat  e  congoxats  del  contrarj  trametem  a  la  vostra  magni- 

•  ficencia  en  jacme  de  celma  de  casa  nostra  e  conciutada  nostre  per  ueure 
»a  ull  la  uostra  reyal  persona  e  del  estament  daquella  fer  a  nosaltres  fiel 

•  relació  faents  entretant  e  fer  faents  assidua  pregarla  a  la  santa  diujnjtat 
>per  la  vostra  salut  e  vida.  Mes  auant  senyor  sabem  que  la  vostra  molt 
«excellent  persona  e  casa  passa  fretura  mes  q.  a  la  sua  molt  alta  condició 
«nos  coué  jassia  la  Ciutat  e  nosaltres  quant  mes  no  podem  siam  ara 


38  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

La  muerte  de  Don  Martín  dio  lugar,  como  es  sabido,  á  uno  de 
los  acontecimientos  más  importantes  de  la  historia  de  Aragón,, 
y  en  él  hubo  de  tomar  parte  activa  San  Vicente.  No  es  hora,  sin 
embargo,  de  que  hablemos  de  él.  En  el  orden  cronológico  que 
nos  hemos  impuesto,  por  no  tratarse  ahora  de  hacer  un  trabajo 
metódico  y  sintético,  nos  encontramos  con  unas  cartas  que  tienen 
un  extraordinario  interés  por  dos  aspectos:  primero,  por  el  res- 
peto que  revelan  profesaban  los  Jurados  al  religioso  valenciano, 
respeto  que,  confrontando  las  diversas  cartas  que  vamos  inser- 
tando, se  verá  adquiere  un  creciente  entusiasmo;  segundo,  por- 
que son  el  único  fundamento  en  que  puede  apoyarse  la  hipótesis 
con  que  ha  de  reemplazarse  una  supuesta  intervención  del  Santo- 
en  asunto  de  tanta  monta  como  la  fundación  de  la  Universidad 
de  Valencia,  y  que  se  venía  repitiendo  sin  restricciones  de  nin- 
guna especie  por  todos  los  historiadores.  El  ilustrado  Jefe  del 
Archivo  municipal  de  Valencia,  D.  Vicente  Vives  Liern,  con  cuya 
amistad  me  honro,  basándose  en  documentos  '  fehacientes,  de- 
muestra: que  el  8  de  Julio  de  1398  se  verificó  un  contrato  de- 
sociedad otorgado  ante  el  Notario  del  Cabildo  Catedral  Jaime 
Monfort,  lo  cautich,  por  los  honorables  y  discretos  Maestros  en. 


ícncarregats  mesque  mes  per  lespatxament  del  estol  de  la  santa  armada.- 
lEmpero  senyor  no  uolem  per  alcuna  manera  fallir  a  tal  necessitat  de 
»nostra  fretura  en  lo  present  cas  trametem  per  lo  dit  en  jacme  a  la  uostra 
>magnificeacia  dos  milia  ñorins  dor  suplicants  humilment  a  la  vostra 
ireyal  excellencia  que  sia  sa  mercé  reebre  aquest  sots  do  ab  aquella 
«affecció  que  sabem  nosaltres  aquell  trametre.  Sia  encara  vostra  merc(? 
ssenyor  resumir  en  nostre  molt  excellent  cor  e  eos  aquell  bon  esforz 
»que  US  coué  a  ualerosa  persona  car  segons  doctrina  de  fisich  la  primera 
i>part  de  salut  al  pacient  es  ell  mateix.  voler  hauer  salut  e  constituirla  en 
>son  cor  del  qual  en  apres  deualla  e  sestampa  per  tot  lo  eos  deu  ajudant^ 
»al  qual  placia  esser  per  sa  merté  vostra  principal  metge  e  finaJment 
»senyor  sia  uostra  mercé  dar  fe  e  creenga  a  les  páranles  del  dit  en  Jacme 
ide  celma  de  nostra  part.  la  diuinal  clemencia  senyor  per  la  sua  santa 
ipietat  restituessca  vos  senj^or  en  plena  convalecencia  e  perfeta  sanjtat 
-  eus  conserve  apres  en  aquella  per  lonchs  e  molts  anys  ab  totes  pros- 
■peritats  e  loables  victories  de  vostres  enemichs  amen.  .Scrita  en  Valencia 
i.L  x.Kbij  dejuliül  del  any  xcbiii. 

•  Senyor: 
í  Vostres  humills  basalls  etc.  los  jurats  de  Valencia.» 


SAN    VICENTE    FEKRER    Y    LOS    JURADOS    DE    VALENCIA  39 

Artes  Vicente  Soler,  Presbítero,  Beneficiado  de  la  Seo  de  Valen- 
cia, y  Gil  Ramírez,  ciudadano  para  la  regencia,  dirección  ó  go- 
bierno de  las  Escuelas  de  Artes  del  expresado  Cabildo  (l). 

La  escuela  de  Mosén  Pedro  de  Vilaragut,  situada  frente  á  San 
Lorenzo,  «es  memorable  en  la  instrucción  pública  de  Valencia 
— afirma  el  autor  que  citamos — ,  por  haberse  reunido  en  aquélla 
las  Escuelas  de  Gramática  y  Artes  del  Cabildo  Eclesiástico  y  las 
de  la  Ciudad,  constituyendo,  según  dicen  generalmente  los  auto- 
res, un  verdadero  Estudio  general,  mediante  la  valiosa  interven- 
ción de  San  Vicente  Ferrer. 

Pero,  ni  es  exacto  que  se  crease  entonces  dicho  estudio,  ni 
puede,  por  otra  parte,  afirmarse  documentalmente  la  participa- 
ción que  se  atribuye  al  glorioso  Apóstol  valenciano  en  el  impor- 
tante asunto  de  la  centralización  de  la  enseñanza. 

Ello,  no  obstante,  hay  motivos  fundadísimos  para  creer  que 
no  fué  ajeno  á  tan  decisivo  paso  el  famoso  dominico  (2). 

El  más  firme  de  estos  fundamentos  es  seguido  de  las  cartas 
que  á  continuación  insertamos,  por  lo  que  se  ve  que  en  este  asunto 
no  puede  sostenerse  mas  que  una  hipotética  intervención  del  ora- 
dor levantino: 

«Reuerendo  e  amjco  jn  xristo  singularísimo  frater  vincencio 
«ferretrij  ordinjs  predicatoris  in  sacra  Theologia  magistro. 

sReuerende  magister  et  amice  singularisime.  Recomendacione 
>permissa  Ouoniam  populum  Ciujtatis  nostre  digna  nos  conuenjt 
«consideraciones  prospicere  et  deuocionjs  preconjo  comendare 
»eo  quod  querit  et  apperit  órgano  sante  predjcacionjs  vestra  spiri- 
»tualiter  recreari  et  in  beato  Joahanne  babtista  domini  precursore 
»imo  in  xristo  jesús  veraliter  gloriarj  carjtatem  vestram  carios 
sdeprecamur  quatenus  in  ecclesia  parrochialj  ipsius  beati  Joannjs 
«dicte  Ciujtatis  jn  die  celebritatis  sui  nominis  pr.oxime  sequture 
«velitis  et  placeat  in  adventu  vestro  nono  vtinamque  jocundo  pre 


(i)     Vid.  Vives  Liern.  La  casa  de  tos  estudios  de  Valencia. — Valencia,  1902, 
pág.  23.  El  protocolo  está  en  el  Archivo  de  la  Basílica,  núm.  3.523,  letra  e, 
(2)     Of>.  cit.,  págs.  53-54- 


40  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

sceteris  ecclesijs  salubriter  perdicare  et  exponere  verbum  dei  et 

«parrochialjs  dicte  ecclesie  portitoribus.  ünius  scripte  aduere  in 

»materia  recenti  et  nostri  ex  parte  credere  in  dicendjs.  Dominus 

»in  gracia  vos  conseruet  et  dirigat  gresus  vestros.  Scripta  valen- 

»cie  xvij  juny. 

»Juraty  Ciuitatis  valencie  salutem  e  sincerara 

»in  domino  caritatem.» 

«Reuerendo  et  amico  suo  in  Christo  singularisimo  fr.  Vincencio 
»ferrarij  ordinis  predicatorum  in  sacra  Theologia  magistro. 

»Reuerende   magister   amice    singularisime.    Scito   gaudentes 

»aduentum  vestre  presencie  que  eras  visitabit  populum  nostrum 

»loc¡  de  Podio  comissimus  venerabili  Guillelmo  Straderij  legum 

»doctoris  postitori  littem  pauca  verba  vestre  Reuerencie  expli- 

»canda  cui  si  placida  vobis  credens  in  dicendis  ac  si  personjs  in 

»propii's  diceremus;  altisimus  vos  conservet.  Scriptum  Valencie 

»xviiij  Juny. 

»Jurati  Ciuitatis  valencie  benevolencianí  e  in 

»domino  sincerara  caritatem.» 

Las  consideraciones  que  los  Jurados  tuvieron  para  con  San  Vi- 
cente en  este  viaje  á  su  ciudad  natal,  sobrepasan  ya  el  límite  de 
lo  acostumbrado.  Los  comisionados  para  saludarle  y  tratar  asun- 
tos que  no  podemos  conocer,  son  personas  de  viso,  y  como  de- 
muestran las  siguientes  cartas,  enviadas  con  especial  interés: 

—  «Ais  amats  e  fiéis  los  Justicia  e  Jurats  e  prohomens 
del  loch  del  puig. 

Los  Jurats  de  Valencia. 

Prohomens  per  rahó  de  la  entrada  del  Religiós  e  deuota  per- 
sona de  raestre  vicent  ferrer  quj  ha  delliberat  preycar  vos  lo  sant 
evangeli  per  consolado  deis  cossos  e  salut  de  les  animes  lonora- 
ble  micer  Guillem  Strader  doctor  en  leys  portador  de  la  present 
vos  dirá  alcunes  paraules  al  qual  darets  en  sos  dits  plenera  cre- 
enga  /  e  fé  >  volents  e  mananvos  que  nostre  voler  compuscats 
per  obra  segons  lo  dit  micer  Guillem  vos  dirá  ,  e  nosaltres 
hauem  confianza.  Scrita  en  Valencia  a  xviuj  de  Junny.» 


SAN   VICENTE   FERRER   Y    LOS  JURADOS    LE   VALENCIA  4 1 

«Reuerendo  amico  nostro  prestantissimo  fr.  vjncencio  ferra- 
rij  ordinjs  predicatorum  in  sacra  Theologia  magistro  exjmjo. 

Magister  Reuerende  ocurrentibus  factis  placibilis  vestri,  ad- 
ventus  ad  Ciuitatem  nostram  que  de  accione  Christi  a  doctrina 
euuangelica  desiderat  instruj  per  vos  et  salubriter  saciari  per  ver- 
ba nesciente  narracionjs  discreto  Raimundo  Verdu  notario  co- 
misi  nostro  comissimus  vestre  Reuerencie  referenda  cui  si  placeat 
fidem  plenam  adhibetis  jn  dicendis  ac  si  presencialiter  dicere- 
mus  gresus  vestros  dirigat  e  conseruet  dju  jn  graciam  e  jn  pace. 
Scripta  valenciae  xxij  Juny. 

Jurati  Ciuitatis  valenciae  caritatem  sinceram 
et    pus  Dominan!  adorare.» 

En  el  doble  camino  seguido  por  San  Vicente  y  Bonifacio  Fe- 
rrer,  había  un  momento  en  que  tenían  que  juntarse  los  dos  her- 
manos para  deliberar  sobre  los  destinos  del  reino  dé  Aragón.  Si 
hemos  de  creer  que  casi  todos  los  historiadores  que  han  estudia- 
do el  famoso  y  único  Compromiso  de  Caspe,  afirmamos  que 
San  Vicente  fué  el  alma  de  aquel  especial  Parlamento;  si  nos 
fijamos  en  el  Viaje  literario  á  las  Iglesias  de  España,  del  P.  Vi- 
Ilanueva,  habremos  de  reconocer  que  Bonifacio  tuvo  una  inter- 
vención no  despreciable  (l).  Pero  de  todos  modos  será  preciso 
aiirmar  que  los  dos  hermanos  habían  alcanzado  en  su  Patria  una 
personalidad  sobresaliente,  ya  que,  á  pesar  de  su  parentesco,  no 
parecieron  incompatibles,  antes  muy  necesarios  é  insustituibles, 
máxime  si  paramos  mientes  en  que  al  ser  sustituido  el  compro- 
misario Giner  Rabasa  por  Pedro  Bertrán,  pudiera  haberse  hecho 
más  extensiva  la  modificación  de  los  compromisarios,  y  no  se 
hizo.  Demos  de  mano,  no  obstante,  á  todos  los  problemas  que 
suscita  el  estudio  del   Compromiso  de  Caspe,  y  limitémonos  á 


(1)  «Tampoco  se  halla  [en  el  Monasterio  de  Porta-Coeli]  el  árbol  ge- 
nealógico original  de  que  se  valió  el  V.  P.  D.  Bonifacio  Ferrer,  para  pro- 
bar y  determinar  en  Caspe  el  derecho  que  tenía  á  la  Corona  de  Aragón 
el  Infante  de  Castilla  Don  Fernando,  documento  que  poseyó  aquella  casa 
hasta  fines  del  siglo  x\in».  (Joaquín  Lorenzo  Villanueva  (Casa  Jaime) 
cit.,  tomo  IV,  pág.  51. 


42  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

consignar  las  cartas  de  los  Jurados  referentes  á  este  negocio,  y 
que  son  las  siguientes: 

—  «Ais  molt  Reuerents  e  de  gran  Religio  los  don  de  Cartoxá 
»mestre  Vicent  Ferrer  e  honorable  mossen  Jener  rabaga  de  les 
»nou  persones  eletes  ala'jnvestigació  per  justicia  de  nostre  Rey 
»e  senyor. 

«Senyors  molt  Reuerents  e  honorables  premera  deguda  Re- 

«uerencia.  Nosaltres  crehem  axi  compar  rahonable  que  entre  vos- 

>altres  tots  nou  justats  deuia  hauer  sindichs  e  procuradors  deis 

sstaraents   de   cascun    Regne    e  del    principat  de    Catalunnya  e 

'Scrivans  per    pro  repostar  e  fer   actes   publichs  de  vostregce- 

■  himents  sobre  la  juvestigació  de  nostre  Rey  e  senyor.  E  com 

»nos  parega  molt  consentamen  arahó  que  entreujnents  sindichs 

»e  seriuans  per   los  Regnes  daragó  e  principat  de  Catalunnya 

*axi  mateix   nj  deia  hauer  daquest  Regne  per   hauer  a  nostres 

»mans  les  actes  de  registres  e  per  nostres  scriuants  publichs. 

)>Per  gó  senyors  molt  Reuerents  e  honorables  avisan  a  uosaltres 

»de  les  dites  coses  vos   pregam  que  si  per  los  dits  Regne  dara- 

/>gó  e  principat  h¡  entreven  sindichs  e  scrivans  no  sofferissets  per 

»sguart  de  la  honor  e  gran  interés  daquest  Regne  e  specialment 

'>daquesta  Ciutat  fer  actes  alguns  sens  scrivá  o  scrivans  e  sin- 

»dich  o  sindichs  nostres  per  la  manera  que  per  los  altres  del  dit 

»re7ne  daragó  e  principat  sia  fet  e  ordenat.  E  conserue  nostre 

iserivor  deu  vostres  persones  al  seu  sant  servil.  Scrita  en  Valen- 

»cia  a  vj  dabril. 

»Los  jurats  déla  Ciutat  de  Valencia  appa- 

»rellats  a  vostres  plaers  e  honor.» 

—  «Ais  molt  Reuerents  e  molt  honorables  senyors  les  nou 
«persones  deputades  a  inuestigar  la  Justicia  de  Ntre.  Rey  e  se- 
>'nyor  en  la  vila  de  Casp. 

»Molt  Reuerents  e  molt  honorables  senyors,  deuiatsa  xij  dell 
»present  mes  Rebem  una  letra  vostra  dada  en  lo  Castell  de  Casp 
>)a  tres  dies  de  presdit  mes  en  effecte  continents  queus  trame- 
»tessem  lo  libre  appellat  repertori  o  Sepita  que  té  micer  Johan 
»belluga  ücenciat  en  leys,  conciutadá  nostre  queus  es  molt  ne- 


SAN    VICENTE    FERRER    Y    LOS   Jl'RADOS    DE    VALENCIA  43 

»cesari  a  eluminació  déla  justicia  de  tal  e  tan  poderos  negoci 
»com  hauets  entre  mans  a  que  senyor  molt  reuerents  e  honora- 
»bles  responem  que  en  semps  ab  lo  parlament  general  daquest 
»regne  en  lo  cual  aquest  fet  era  ja  introduhit  per  relació  de  m¡- 
»cer  Johan  mercader  en  continent  entengué  en  lo  dit  fet  e  ab 
>difficultad  obtingué  del  dit  micer  Johan  belluga  quel  dit  libre  vos 
sia  trames  axi  empero  quel  dit  mjcer  Johan  va  aqui  ab  lo  dit 
»libre  no  volent  lo  deuenir  axi  com  si  tenja  acostum  de  Es- 
>panya.  E  na  lesperit  sant  jlluminacio  e  protector  vostre.  Scri- 
>ta  en  Valencia  a  xiij  de  Abril  any  m.cccc.xcij. 

»Los  Jurats  de  la  Ciutat  de  Valencia  appa- 
>rellats  a  vostre  seruis  e  honor.» 

«Ais  molts  reuerents  pares  e  de  gran  Religió  lo  don  de  la  gran 
»casa  de  Cartoxa  e  mestre  Vicent  Fferrer. 

>Molt  reuerents  pares.  Acordans  que  ab  letra  nostra  scrita  en 
«Valencia  a  vj  del  present  mes  vos  scriuim  per  en  Jacme  Jofre  e 
íen  Jacme  de  Monfort  en  effecte  que  si  vehiets  q.  Aragó  e  Ca- 
s>talunya  tengues  aqui  en  la  vila  de  Casp  per  los  affers  pera  quey 
>sots  sindichs  e  scriuans  qui  reportassen  e  fessen  actes  publichs 
»de  vostre  procés  nos  ne  assabentassets  afi  quey  fos  prouehit 
■>per  aqueste  Regne.  E  en  aquell,  es  encara  lo  general  parlament 
«qui  per  certes  occasions  era  dispars  no  crea.',  vnjfornie  en  virtud 
■)del  qual  vos  fos  scrit  del  dit  material  e  segars  hauem  sabut  ses 
»seguit  que  hauets  admés  en  sesió  lo  dit  en  Jacme  de  Monfort 
'quj  era  trames  per  aquesta  Ciutad  ab  lo  dit  en  Jacme  Jofre  sots- 
ísindichs  de  aquella  per  pretestar  a  mossen  gener  rabaga  e  soli- 
»citar  la  sua  añada  tro  fos  aquj  e  fet  ago  hauie  manament  de  to- 
>mar  sen  mas  en  apres.  Es  sesseguit  que  inspirant  la  gracia  di- 
^uinal  en  la  dita  Ciutat  se  celebra  parlament  general  concorde  e 
»molt  solemne,  lo  qual  volent  jmjtar  los  vestigis  de  Aragó  e  de 
/>Catalunya  han  elet  Capitá  en  P.  sabata  menor  alcayt  micer  Gui- 
41em  gaera  e  scriuá  en  Jacme  desplá  e  sabut  que  hauets  admés 
>lo  dit  en  Jacme  monffort  per  scriuá  se  son  entremorats  com 
»aquell  fon  trames  solament  per  la  Ciutat  e  no  per  los  tres  sta- 
»ments.  E  per   aquesta  rahó   han    fet  cuytar   la  añada  lo  dit  en 


44  BOLETÍN   DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

»Jacme  desplá  per  reebre  e  fer  vostres  actes  per  part  interés  de 
»tot  lo  Regne  segons  creen  que  per  part  del  dit  parlament  vos 
»ne  será  e  es  sint.  (^n  senyors  molt  Reuerends  notificants  a  vos- 
»tres  Reuerencies  e  sauidors  les  dites  coses  vos  pregara  que  en 
»admetre  lo  dit  en  Jacme  desplá  no  sia  feta  dificultad  alguna  axi 
»com  no  creem  fer  se  pusca  ne  deia  per  alcuna  manera  maior- 
»ment  car  lo  dit  en  Jacme  Monfort  era  com  a  aqui  substituit  e  en 
»nom  del  dit  en  Jacme  desplá  que  es  scrivá  nostre  del  consell  de 
»la  dita  Ciutat  de  totes  aqüestes  coses  si  plaurá  a  vostres  Reue- 
xrencies  darets  creenga  al  dit  en  Jacme  Desplá  plenament  jnfor- 
»mat  de  nostra  jntenció.  E  conserue  nostre  senyor  vostres  Re- 
»uerents  persones  ab  seu  sant  seruici.  Scrita  en  Valencia  a  xxix 
i)  de  Abril. 

»Los  jurats  de  la  Ciutat  de  Valencia  a 
» vostres  plaer  e  honor  apparellats.» 

»Als  molt  Reuerents  noble  honorable  e  molt  sauis  senyors  los 
»missagers  del  general  parlament  del  Regne  de  Valencia  a  Casp. 

»Molt  Reuerents  noble  honorable  e  molt  sauis  senyors.  Vo- 
»lents  nos  conformar  totalment  ab  les  sanctes  volentats  de  les 
»molt  Reuerends  e  honorables  nou  persones  que  en  lo  Castell 
»daquella  vila  son  endoses  per  la  inuestigació  e  publicado  de 
»nostre  ver  princep  Rey  e  senyor  e  per  aquelles  per  justicia  de- 
»clarador  hauem  huy  celebrat  en  aquesta  Ciutat  solemne  e  gran 
»Consell  en  lo  qual  son  stades  fetes  e  ordenades  moltes  bones 
»prouissions  concernents  lo  seruij  del  dit  senyor  e  nostre  Rey 
»sdeuenidor.  E  lo  bon  stament  de  la  Ciutat  dessus  dita.  E  per 
»^o  que  nils  sapiats  e  berats  aquelles  que  vostra  consolado  e 
»de  les  dites  non  persones  vos  en  trametem  un  trellat  ab  la  pre- 
ísent.  E  prouehides  per  lo  dit  Consell  les  dues  ordenacions  en- 
»continent  fon  stades  posades  en  Reyal  execució  car  de  fet  la 
»crida  alli  contenguda  fo  feta  solemnjalment  per  tots  los  lochs 
»acostumats  de  la  dita  Ciutat.  E  en  apres  tots  los  del  general 
^>Consell,  algú  no  exceptat,  han  fet  e  prestat  lo  sagrament  e 
»homenatge  en  les  dites  ordenacions  expressats.  E  agó  fet  los  ba- 
í^rons  cauallers  e  gentils  homens  aci  residents  presencialment 


SAN    VICENTE    FERRER    V    LOS  JURADOS    DE    VALENCIA  45 

»bengueren  al   dit  consell   per  la  dita  rao  e  molt  liberalment  e 

jagradable  en  presencia  e  audiencia  de  tot  lo  gran  Consell  pres- 

» taren  lo  dit  sagrament  e  homenatge  ab  gran  prefertes  de  bens  e 

«persones  per  lo  seruij  del  dit  senyor  Rey  e  per  lo  ben  auenjr  e 

xtranquill  repós  de  la  Ciutat  damunt  dita,  e  agó  mateix  han  fet 

»los  notables  Ciutadans  daquella  de   que  lo  poblé  sen  es  molt 

»reposat,  etant  quant  hom  pot  coneixer  e  beure  esta  en  sobirana 

»tranquillitat  esperant  ab  jnextimable   desig   la  benauenturada 

»publicació  e  demostració  fahedora  per  les  dites  nou   persones 

»del  dit  nostre  ver  princep  Rey  e  senyor  loant  nostre  senyor  deu. 

»E  la  singular  gracia  quel  ha  feta  en  sostenjr  e  suportar  lo  tre- 

»ball  de  tant  e  tal  negoci  e  del  bon  sant  prest  espachament  quey 

»han  donat  concordament,  pregant  cordialment  la  sania  diuinjtat 

»quelsho  retribuescha  dignament.  E  si  algunes  coses  podem  fer 

»queus  sien  plaents  scriuits  nos  sen  fiablement.  E  tengaus  a   sa 

«comanda  la  santa  Trinitat.  Scrita  en  Valencia  a  xxiij  de  juny  de 

»ccccxij. 

»Nos  jurats  de  la  Ciutat  de  Valencia 

»prest  a  vostres   plaerts  e  »honor. 

»Senyors,  aprés  que  la  present  fon  feta  acordaní  de  seriare  al 
sReuerend  mestre  Vicent  ferrer  pregant  aquell  que  donada  totaL 
»expedició  al  negoci  per  lo  qual  alí  los  altres  collets  es  aqui  li 
»placia  venir  aci  per  finar  la  pau  per  ell  comentada  entre  les 
»bandositats  daquesta  Ciutat  e  Regne,  per  queus  placía  fer  li 
sdagó  aquella  maior  jnstancia  que  prenga  a  vostra  sauiesa»  yi)^ 


(i)  De  la  forma  cómo  la  ciudad  de  Valencia  recibió  la  elección  del 
Rey  Don  Fernando,  da  clara  ¡dea  la  siguiente  epístola  que  insertamos 
íntegra  por  su  curiosidad,  a  pesar  de  sus  dimensiones: 

«Al  molt  alt  e  molt  excellent  princep  e  poderos  senyor  nostre,  lo 
ssenyor  don  Fernando  per  la  gracia  de  deu  Rey  Daragó.  de  Valencia  de 
>MaIlorques,  de  Cerdenya,  de  Córcega  e  Comte  de  Barchinona,  de  Ros- 
>  selló  e  de  Cerdanya. 

>Molt  alt  e  rnolt  excellent  princep  e  vitónos  senyor. 

»A  la  vostra  Reyal  magnifiencia,  ab  transcendent  e  visceral  goitj;  e  pro- 
efunda  alegría  notificara,  que  huy  allainit  lo  jorn  hauem  reebuda  una  letríu 
»de  les  nou  personas  que  son  en  lo  Castell  de  Casp,  la  qual  fon  dada  en; 


46  boletín  de  i.a  real  academia  de  la  historia 

Como  apuntan  en  la  P.  D.  escribieron  los  Jurados  á  San   \'i- 
cente  en  los  siguientes  términos: 

«Al  molt  Reuerent  e  de  gran  Religió  frare  Vicent  ferrer  del 
»orde  deis  preycadors  mestre  en  Sancta  Theologia  en  Casp. 


»lo  dit  Castell  a  xxviij  dies  del  mes  e  any  deius  escrits,  ab  la  qual  han  cer- 
»tificats  nosaltres  que  ells  han  declarat  e  publicat  en  plena  concordia  e 
»per  Justicia  qué  vos  senyor  sots  nostre  ver  Rey  princep  e  senyor.  E  agó 
»senyor  han  mostrat  manifestat  e  publicat  en  la  seu  daquesta  vostra  Ciu- 
stat,  certiflcats  per  letra  de  les  dites  Nou  persones  lo  Reuerend  Bisbe 
»»de  la  dita  Ciutat  e  lonorable  en  Johan  Serma  donzell  regent  loffici  de 
:  la  Gouernació  daquesta  vostra  Ciutat  e  Regne,  e  lo  noble  niosen  Olfo  de 
3>Proxida,  Gouernador  doriola,  presidents  en  lo  general  parlaraent  e  gran 
»raultitut  de  poblé  aquí  per  sobirana  jocunditat  present  e  Kssistent.  E 
»feta  la  dita  publicacio  en  continent  per  lo  dit  Reuerend  bisbe  e  per  gran 
«multitut  de  preueres  que  aquí  eren  presents  e  assistents  fon  cantat 
«altes  veus,  e  ab  gran  deuoció,  aque!  ymne  angelich.  Te  dciim  laiidamus, 
»En  apres  senyor,  tots  nosaltres  e  tot  lo  poblé  daquesta  vostra  Ciutat  ab 
»maior  goig  q.  explicar  no  poriem  a  vostra  Reyal  sen^-oria,  aeceptam 
»ne  hauem,  tenjm  e  regonexem  vos  senyor  per  nostre  ver  Rey  princep  e 
ssenyor.  E  per  tal  vos  tenjm,  Volem  e  demanam  ab  sobiran  plaer  super- 
»lativa  afeccio  e  ab  sobres  gran  desig  de  vostra  vista  e  presencia  corpo- 
»ral,  raaiorment  considerades  les  molt  altes  e  loables  virtuts  deles  quals 
sla  santa  divinitat  ha  dotat  eos  e  cor  de  vostra  molt  gran  excellencia,  c 
>per  les  quals  ajudant  la  gracia  del  sperit  sant  csperam  confiantment,  e 
»creera  fermamentessersauiament  regits,  benignamenttractats,justament 
»senyorials,  e  degudament  preserbats.  Axi  placia  ala  diujnal,  e  ala  vos- 
:  tra  Reyal  senyories.  Amen. 

sE  fetes  senj'or  aquelles  pus  humils,  denotes  c  maiors  gracies  que  po- 
-guerera  a  la  santa  diuinitat  de  tanta  e  tan  singularísima  e  magnifica  gracia 
:>quens  ha  feta.  Encontinent  molt-  excellent  senyor,  aconsolats  e  alegres 
>cordialment  de  tan  benaventurades  nouelles,  Algam  la  vostra  Reyal  ban- 
»dera,  ab  gran  doblnment  de  Campanes  esclafits  de  Trompes,  Trompetes, 
j.e  sons  de  tota  altra  manera  destruments  e  hauem  fets  e  encara  no  ces- 
»sam  fer  grans  dances  e  balls,  ab  la  dita  bandera  alta  per  tota  la  Ciutat, 
»ab  aquelles  maiors  alegries  de  cor  e  de  eos  que  hauem  pogut  e  podem. 
»E  per  tal  senyor  que  nostre  senj-or  per  la  sua  infinida  Clemencia  e  pie- 
«tat,  conserue  vostra  Reyal  persona  en  longa  vida,  bona  sanitat  e  magni- 
«ficent  prosperitat.  Hauem  ordenat  defer  en  lo  dia  de  dcmá,  gran  e  solem- 
»nial  offici  del  sperit  sant,  en  la  dita  Seu.  E  lo  disaptc  seguent  solemne 
«processó  ala  humil  uerge  nostra  dona  santa  maria  de  gracia  per  vostra 
«■singular  devoció  senyor  que  vos  hauets  a  aquella  ab  totes  aquelles  sues 
»insignies  e  ornaments  que  porem  per  fer  e  rebre  specialse  magnifiques 
»laors  e  gracies  ala  subirana  altea  de  la  potencia  dluinal  déla  justable 
•  misericordia,  queus  ha  feta  piadosament.  E  com  senyor  la  vostra  corpo- 
tral  presencia,  per  diuerses  rahons  que  exprimir  aci  no  cal,  sia  molt 


SAN    VICENTE    I'ERRER    Y    LOS   JURADOS    DE    VALENCIA  47 

-->]\Iolt  Reuerent  mestre  e  de  gran  Religió,  a  vostra  humjl  be- 
snignitat  plagué  dies  ha  passats  visitar  aquesta  Ciutat  don  vos 
»prengues  nascenga  humanal,  de  que  aquella  creixque  en  grans  e 
«moltes  e  virtuals  operacions  entre  les  quals  nj  hac  que  pren- 
»gneren  final  prefecció  e  altres  qui  foren  comengades  e  no  hague- 
»ren  la  fi  per  tots  desijada,  e  aquestas  punyen  agudament  e  to- 
»quen  molt  lo  benauenjr  daquesta  Ciutat  e  Regne.  C^o  es  la  pau 
»per  vos  comengada  en  les  bandositats  de  la  dita  Ciutat  e  de  son 

■  Regne  lo  qual  segons  nostre  aujs  es  en  disposició  de  pendre 
>bon  e  gloriós  acabament  mijancant  la  diujnal  ajuda,  e  vostre 

■  honest  e  presencial  treball.  Per  que  molt  Reuerend  maestre  en 
j^[¿nom  de.-j  Jesús  fill  de  la  uerge  nostra  dona  santa  maria  vos 
■requerim  e  de  part  nostra  afcctuosament  e  de  cor  vos  placia  ve- 

njr  en  aquesta  Ciutat  per  donar  bona  fi  en   agó  que  per  vostra 


xnecesaria  en  aquesta  vostra  Ciutat.  Per  gó  supplicam  humilment,  dema- 
»nam  C(jrdialment,  e  requerim  justament,  a  la  vostra  Reyal  magnificencia 
«que  sia  vostra  merce,  agradablement  seus  enutg,  volenterosament  .  cns 
«rebutg,  e  prestament  sens  tarda,  venir  a  reabre  e  posseir  ab  la  gracia  de 
»deu,  aquests  Regnes  e  terres  a  la  senyoria  e  Regiment  daquells  e  de 
»tants  e  tais  vasalls  deuant  tots  altres  del  mont,  detats  de  vera  leyaltat, 
«affectuosos  de  vostra  complacencia,  e  decijosos  de  vostie  seruij. 

•  Encara  senyor  supplicam  humilment,  a  vostra  gran  altea,  que  pertran- 
«quille  repós  daquesta  vostra  Ciutat,  placia  e  sia  mercó  vostra,  fer  spe- 
scial  comissió  al  dit  en  Johan  senna  del  regiment  de  la  dita  Gobernació. 
spcr  qó  que  per  ell  en  nom  de  vostra  gran  senyoria,  sia  mils  temuts  tro 
»atant  que  aquella  hi  ahia  degudament  prouehit. 

»Mes  auant  senyor  molt  virtuós,  supplicam  vostra  Reyal  senyoria,  que 
«sia  mcrcé  daquella  sobreseure  en  la  prouisio  deis  officials  daquesta  Ciu- 
»tat  e  Regne,  tro  atant  que  los  vostres  misatgers  sien  a  la  vostra  Rcyat 

•  presencia  los  quals  prestament  entenem  elegir  e  trametre   aquella,  e 

•  daqui  auant  mane  senj'or  vostra  Reyal  magnificencia  a  nosaltres  humjls 
vassalls  daquella,  tot  gó  que  sia  sa  mercé.  E  haurem  ho  senyor  a  special 
c  notable  e  primitiua  gracia  de  vostra  Reyal  senwria,  la  qual  en  bona  <■ 

•longa  sanitat,  evida,  e  altresprosperitats  nostie  senyor  deu  persa  mercí'- 

•  mantenga  e  exalce  e  li  dó  victoria  de  tots  sos  enemichs.  Scrita  en  Valen- 
'Cia  lo  darrer  dia  de  Juny  en  lany  déla  natuitat  de  ntre.  senyor.   mil 

•  ccccxij. 

•  Senyor: 

•  Vostres  humjls   vassalls,   e   affectuosos  seruidors   qui 
•besan  la  térra  deuant  vostres  peus  se  comanan  en 

•  vostra  gracia  e  mercé,  los  justicia,  jurats  c  promen> 

•  de  la  vostra  Ciutat  de  Valencia.» 


48  BOLETÍN    DE    LA   REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

»honesla  Religió  fon  ben  comengat  de  la  dita  pau,  confiants  en 
»la  misericordia  de  nostre  senyor  deu  qui  a  pennes  que  per  vos 
»ab  los  altres  collels  haianí  novell  Rey,  li  piaura  queus  vinga 
^plenitud  'de  pau.  E  agó  molt  Reuerend  mestre  no  orilláis  recu- 
»sar  car  sabets  que  cosa  será  molt  plaent  e  agradable  a  nostre 
»senyor  deu  al  qual  ne  seruirets  e  a  aquesta  Ciutat  e  Regne  farets 
ílo  meior  bé  que  fer  poriets.  E  si  per  vos  tan  beneyta  obra  im- 
>perfecta  romanía  lo  fiU  de  la  uerge  la  requerria  de  vostres  mans 
»en  lo  darrer  dia  pregants  vos  per  nostra  consolació  vos  placia 
»fer  anosaltres  bona  resposta  de  qó  que  dit  es.  E  hauremlo  a 
sisingular  gracia  de  vostra  benigna  Religió  la  qual  pot  a  nosaltres 
»feablement  rescriure  de  tot  gó  que  sia  son  plaer.  E  tengaus  en 
»la  beneyta  gracia  la  santa  Trinitat.  Scrita  en  Valencia  a  xxv 
»de  juny  del  any  m.ccccxij. 

»Los  jurats  de  la  Ciutat  de  Valencia  prests 
»a  tots  vostres  plaers  »e  «honor». 

Según  se  ve,  ya  había  el  Santo  consagrado  una  de  sus  empre- 
sas más  meritorias  de  su  vida,  y  que  llevó  á  cabo  bien  pronto: 
la  pacificación  de  la  ciudad,  que  estaba  alterada  por  los  bandos 
en  que  se  había  dividido. 

El  origen  de  estas  facciones  reconoció  por  causa  una  simple 
desavenencia  entre  D.Jaime  Soler  y  un  caballero  llamado  Gonzalo 
Díaz,  á  quien  valían  los  Centelles.  Éstos  y  aquéllos  se  enemista- 
ron, llegando  al  extremo  de  empuñar  las  armas  para  alcanzar  la 
reparación  de  sus  diferencias,  y  de  aquí  sobrevino  que  acudiendo 
sus  deudos,  amigos,  vasallos  y  valedores,  en  defensa  cada  cual 
de  los  caballeros  contendientes,  engrosó  el  número  de  los  parti- 
darios de  uno  y  otro  bando,  arrastrando  en  pos  de  síá  la  nobleza 
valenciana,  y  promoviendo  una  conflagración  en  todo  el  reino. 
Empezaron  los  bandos  en  1 398  y  no  tardaron  en  convertirse  las 
calles  de  la  ciudad  en  teatros  de  sus  batallas,  que  ensangrentaron 
también  la  más  bella  comarca  del  territorio  valenciano  (l). 


(i)     D.  Vicente  Per.\les,  en  la  edición  de  la  obra  de  Escolano:  Hisio- 
ria  general  de  Valencia,  iii,  pág.  35S,  columna  primera. 


SAN    VICENTE    FERRER   Y    LOS   JURADOS    DE    VALENCIA  49 

No  tardó  mucho  en  llegar  á  Valencia  el  dominico,  y  su  entrada 
dio  lugar  á  la  siguiente  carta: 

«Reuerendo  religioso  e  eximie  honestati  viro  domino  fr.  vjn- 
acencio  ferrarij  jn  sacra  pagina  professori  ordjnjs  predica- 
»torum. 

»Reuerende  magister  salutacione  promissa.  Pluremíorum  relatu 
«precepjmus  quod  ad  vjllam  Murjveteris  applicuistis.  Altissimo 
,>conccdentem;  ob  quod  de  advenlu  vestro  admodum  congau- 
»dentes.  Keuerenciam  vostram  precamur  affintius  quo  valemus 
squatenus  diem  et  horam  vestri  huius  Ciuitatis  jngressus  ac  nu- 
smerum  tam  homjnum  quaui  feminarum  vestre  Societatis  nobis 
»per  latorem  presentís  notificare  velitis,  et  placeat  vt  jnde  pro- 
aujsiones  que  congremort  pernos  valeant  expedirj.  Et  conservet 
¿vos  altissimus  ja  agendjs.  Scripta  Valencie  xxvj  nouembris. 

»Jurati  Ciuitatis  Valencie  vestri  parati 
»beneplacita  e  honorj.» 

Cuando  volvió  á  salir  San  Vicente  de  su  patria,  la  paz  había 
cambiado  por  completo  el  aspecto  de  la  ciudad  (i).  Mal  se  com- 
pagina la  leyenda  que  atribuye  al  religioso  la  frase:  ingrata  pa- 
tria^ no  tendrás  mi  cuerpo,  con  lo  afectuoso  de  las  relaciones  que 
entre  los  Jurados  y  el  Santo  continuaron  siendo  causa  de  intere- 
sante correspondencia. 

En  7  de  Febrero  de  1413  recomiendan  los  Jurados  cerca  del 
Religioso  á  Jaime  Dorio!  (2),  y  no  dudan  en  escribirle  durante 


(1)  Vid.  nuestro  libro:  Shakespeare  en  España,  págs.  227-228. 

(2)  «Al  molt  Reuerend  e  de  gran  religió  frare  vicent  ferrer  mestre  en 
«santa  Teologia  del  orde  deis  predicadors. 

«Mestre  molt  reuerent,  per  alcuns  affers  déla  Ciutat  trametem  a  vostra 
«•Reuerencia  lonrat  en  Jacme  doriols  concintadá  nostre  jnformat  per 
i>nosaltres  daquells.  On  vos  pregara  afectuosament  que  atot  gó  e  quant 
»Io  dit  en  Jacme  djrá  a  vostra  Reuerencia  de  part  nostra  vullats  donar 
>  aquella  fe  e  creenga  que  famets  a  nosaltres  personalment.  E  conserue 
»nostre  senyor  vostra  Reuerend  persona  en  son  servey.  Scrita  en  \'alen- 
'cia  a  vij  de  Febrer. 

»Los  Jurats  de  Valencia  prests  a  vostres 
«plaers  e  hfinor.> 

TOMO   LXXV  4 


JO  BOLETÍN    un    LA    KEAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

este  año  en  otras  ocasiones  (l).  Además,  los  mismos  historiado- 
res nos  cuentan  que  pensaba  restituirse  á  su  país  natal;  y  Boni- 
facio Ferrer,  quien  sobrevivió  á  su  hermano,  continuó  en  perfec- 


to I,as  últimas  cartas  que  encontramos  en  la  colección  examinada  son 
las  siguientes,  en  las  que  es  curioso  notar  lo  que  se  refiere  al  homónimo 
del  Santo,  v  que  demuestran  la  admiración  que  su  figura  despertaba  en 
su  tiempo: 

«Reuerendo  e  magne  Religionjs  viro  domino  fr.  vincencio  ferrarij  ¡n 
»sacra  pagina  Eximio  professori  ordinjs  predicatorum. 

»Magister  Reuerende  vt  didicimus  per  literas  ambaxiatorum  nostrorum 
svacanium  jn  Curia  Regia  nobis  hodie  presentatos,  dominus  Rex  est  a 
«Ciuitate  Barchinone,  deo  duce  causa  venjendj  ad  hanc  Ciuitate  per 
xtotura  mensem  presentem  utique  recessurus,  vestram  ideo  amjcicia 
sattente  precamur  cjuatenus  hoc  medio  tempore  non  procul  a  finibus 
»nostris  elongaris  velitis  vt  jn  adventu  dicti  dominj  <|ue  de  próximo  pres- 
•  tolamur  absque  corporis  vestrjs  fatigacione  facilius  et  cicius  uc  remeare 
j>possitis.  Et  conservet  vos  gracia  neupmatis  almj  amen.  Scripta  valencia 
*xj  die  ffebruari), 

«Jurati   ciuitatis  valencie   parati   semper  ad 
vestri  beneplacita  et  ho:>norem.» 

«Reuerendo  et  magne  Religionjs  vjro  domino  fr.  vincencio  ferrarij  in 
«santa  Teología  exjmjo  professori  ordinjs  predicatorum. 

>Reuerende  magister  litteras  vestras  recepimus  et  audiuimus  relacio- 
»nem  per  venerabilem  Jacobum  dorriols  vestri  ex  parte  oretenus  nobis 
j>factam  de  qua  non  modicum  consolamur  ex  quo  precipue  vestrum  sanc- 
»tum  propositum  cjuem  habetis  erga  hanc  Ciuitatem  didicimus  jn  aperto 
svnde  vestram  Reuerenciam  obuixe  rogamus  quatenus  ab  Reuerenciam 
»ihesu  xristus,  etpro  comunj  bono  huius  Ciuitatis  veljtis  et  placeat  vobis 
»huc  venjre  et  esse  jn  die  Carnjs  priuij,  eo  ut  jn  acceptabilj  tempore 
sQuadragesime  verbum  dei  semjnare  valeatis  eo  vt  arua  arata  et  culta  jn 
ímelius  proficiant  et  plena  vepribus  ac  sentibus  facilius  emendentar.  hi 
j/hoc  vticiue  Reuerende  magister  domjno  feruietis.  Et  nos  id  reputabjmus 
»ad  gratiam  singularem.  Et  conseruet  vos  altissimus  jn  agendjs.  .Scriptc 

ívalencie  xiij  die  februarij. 

íjurati  Ciuitatis  valencie  ad  vestrj  bene- 
!>placita  semper  prompti.» 

íReuerendo  domino  fr.  Vincencio  ferrarij  in  sacra  pagina  professori 
«ordinjs  predicatorum. 

»Reuerende  magistro  e  certo  didicimus,  quod  quidam  homjnes  pesti- 
>lentes,  non  tímenles  deum  ñeque  penas  jn  pracmaticis  sancionibus  et 
i>alias  appositas  metuentes  aceso  temerario  ducti  frumentum  ordeum  e 
•  armoniam  hule  jnde  ementes  congregant  ac  jn  specubus  sive  botigiis 
«secreto  abscondunt  eo  ut  carestía,  que  nostri  exhíguntur  et  excongrc- 
ígatis  dúplex  precium  habeatur  quod  detestabile   sanctum   magís   proh 


SAN'    VICENTE    FERRER    Y    LOS  JURADOS    DE    VALENCIA  51 

tas  relaciones  con  la  ciudad.  Si  tan  mal  se  hubieran  conducido 
los  valencianos  con  San  Vicente,  ¿les  hubiera  favorecido  con  su 
influencia  su  propio  hermano?  Vidal  y  Mico  ya  extrañó  encon- 
trar afirmación  semejante  en  Diago,  que  es  el  primero  que  de 
ella  se  hizo  eco. 


•  dolor,  jnolere  dicitur  ínter  mullos  ville  Algezire  ubj  disseritis  verbum  del 
»qui  tipo  auaricie  impulsu  frumentum  ordeum  et  sermonum  huius  mod¡ 
!>acemjs  ma.Kimis  congregat  et  abutentes  dardanjce  pieoccupant  et  abs- 
«condunt.  Ex  quo  rejpublice  dispcndium  immune  et  jactura,  deliberacione 
'Crgo  Ínter  nos  habita  decernjmus  vt  de  hilo  vestre  Reuerencie  scriba- 
>mus,  suam  rogantis  corda  homjnum  dicte  vjlle  vt  tracti  eisdem  a  fore 
»factis  huius  raodi  studeant  cohiben.  Scitis  et  cujum  Reuerende  domine 
»quomodo  nephaya  huiusmodi  diujno  pariter  et  humano  juribus  detestan- 
»tur.  In  hijs  itaque  domino  seruietis  reigne  publice  comodura  ac  et  ipso- 
5rum  (luj  tabibiis  nepliariis  involvuntur  actibus  anjmabus  et  corporis  sa- 
^lutis  remedjum  adibetis.  Et  rescribat  nobis  vestra  Reuerencia  quociim- 
>que  fuerint  sit)i  grata.  .Scripta  valencia  xv  die  ffebruarij. 

»Jurati  Ciuitatis  valcncie  ad  vestrj  benepla- 
>cita  semper  prompti.» 

«Reuerendo  et  magno  Religionjs  vjro  domino  fr.  vjncencio  fenarij  de 
sordjne  predicatorura  jn  sacra  Teología  eximio  profesoiij. 

sReuerendo  raagistro  debitis  recomendacionibus  ac  salutacione  pro- 
-»missis  Vestram  Reuerenciam  notam  facimus  per  presentes  quod  nos 
»mot¡  vestra  exortacione  ac  instancia  precum  benigna  jn  recesii  vestre 

•  patcrnitatis  ab  ac  vrbe  pridie  facta  missimus  honornbilem  Guillelmum 
^estrader  legum  doctorem  jn  nuncium  nostrum  ad  Reuerendum  dominum 
»jn  Christro  patrem  abbatem  et  honorabiles  ac  honestos  priorem  et  mo- 
■•nachos  monasterii  vallis  digne,  superfacto  vincencij  ferrarij,  ex  damnato 
»et  scelaritissimo  mahomético  ritu  ad  fidem  ortoxam,  vestris  medianti- 
»bus  sacris  dogmatibus  conuolato  explicatorum  jn  vjm  nostre  littere 
•>creencie  vestrum  nostrumqiic  propositum  et  jntentum  prosit  vestra 
'Reuerencia  de  his  nobiscum  contulit  jn  rccesem.  Oui  nuncius  jn  redditu 
»suo  facta  relacione  de  sua  legacione  plene  concludimus  ex  relatis  dictus 
^abatcm  priorem  et  Convcntum,  sanctuní  et  sincerum  habere  propositum 
»erga  dictum  vincencium  in  promissis  procet  per  relacionem  vestris  Re- 
»uerencie  fundam  per  eundem  Guillermum  presentium  postitore  quem 
»circa  hec  credere  placeat  et  velitis  percipere  potentis  jn  aperto.  Vnde 

"»statuni  unius  Ciuitatis  et  Regnj  velitis  apud  nostrum  dominum  ihesum 
>xristum  jugiter  prorrigere  preces  vestras.  Et  in  agendis  vos  dirigat  Rex 
«celestis.  Scripta  valencie  vj  die  madij. 

«Jurati  Ciuitatis  Valencia  parati  semper  vestri 
'beneplacitis  et  honorj.» 


¡2  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Para  terminar,  insertaremos  las  siguientes  líneas  con  que  ei' 
Rey  Don  Fernando  recomienda  al  famoso  orador  levantino: 

«Ferdinandus,  etc.  Dilectis  et  fidelibus  universis  et  singulis 
«gubernatoribus,  vicariis  baiulis,  justiciis,  subbaiulis,  galmedinis 
«juratorum  consiliariis,  consulibus  ceterisque  officialibus  et  sub- 
»ditis  nostris  dictarumque  officiis  juratenentibus  nec  non  custo- 
»d¡bus  passicum  pastuum  rerumque  prohibitorum  in  regnorum 
»et  terrarum  nostrarum  finibus  constitutis  ab  quem  seu  quos 
«presentes  peryenerint  et  fuerint  requisiti  salutem  et  dilectio- 
»nem.  Cum  religiosus  et  dilectus  noster  frater  Vincencius  de 
■>Ferraris,  in  sacra  theologia  magister,  proponat  more  suo  regna 
»et  térras  nostras  per  lustrare  predicaturus  verbum  Dei,  vobis 
»et  unicuique  vestrum  dicimus  et  mandamus  expresse  sub  nostre- 
»ire  et  indignationis  incursum  quatenus  eundeni  fratrem  Vincen- 
»cium  una  cum  comitiva  sua  tam  marium  quam  mulierum  se- 
»quencium  eum  et  bonis  eorum  quibuscumque  eundo  stando 
»redeundo  et  alias  divertendo  ad  sne  libitum  voluntatis  tamquam 
:>pupillam  occulorum  vestrorum  servatis  indemnes  non  permi- 
»ttentes  pro  posse  eidem  seu  eum  vos  exequentibus  eum  in  per- 
»sonis  sive  bonis  per  quemcumque  cuiusvis  condicionis  dignitatis 
»preheminencie  vel  status  existat  dominum,  offensam  seu  impedi- 
»mentum  aliquod  irrogari...  Datum  Perpiniani  sub  nostro  sigillo 
«secreto  et  propter  indisposicionem  persone  nostre  signata  manu 
snostri  Primogeniti  octava  die  januarii  anno  a  natívitate  Dominf 
»MCCCC  sexto  décimo.  A.  Primogenitus. 

»Dominus  Rex  mandavit  michi  Paulo  Nicholao.» 

(Archivo  de  la  Corona  de  Aragón.  Reg .  2.3qí,  fol.  68.  Copia  p.ircial,  casi  intagra.) 


* 
* 


Conclusiones. — De  todo  lo  expuesto,  se  deduce:  l.°  Las  rela- 
ciones entre  los  Jurados  y  la  familia  de  los  Ferrer  datan  de  tiem- 
pos anteriores  al  Santo.  2°  La  intensificación  de  estas  relaciones. 


SAN    VICENTE    PERRER    Y    LOS   JURADOS    DE    VALENCIA  53 

nació  de  los  méritos  propios  de  los  dos  hermanos,  San  Vicente 
y  Bonifacio.  3.°  Los  Jurados  no  estudian  nunca  el  fondo  de  las 
cuestiones;  por  el  contrario,  parece  que  se  limitan  siempre  á  la 
exposición  externa  de  los  hechos,  y  á  depositar  su  confianza 
en  las  personas  que  suponían  acreedoras  de  ella.  4."  La  corres- 
pondencia entre  los  Jurados  y  San  Vicente  puede  clasificarse: 
a)  referente  al  cisma  (l."  época);  b)  alusiva  á  los  bandos  de  la 
Ciudad  (la  más  importante,  no  por  lo  que  dice,  sino  por  lo  que 
significa);  c)  motivada  por  el  Compromiso  de  Caspe;  d)  pidién- 
dole que  visite  á  la  Ciudad  (en  gran  parte  relacionada  con  el 
apartado  b)\  e)  que  se  refiere  á  varios  asuntos  de  menor  im- 
portancia. 

Estudiando  las  personalidades  de  los  dos  hermanos,  podemos 
concluir  que  Bonifacio  parece  fué  un  cerebro  de  primer  orden, 
una  inteligencia  privilegiada,  un  sabio;  San  Vicente  fué  persua- 
sivo, examinó  el  alma  humana;  á  una  cabeza  organizada  unió  un 
corazón  inmenso.  Cuando  habla,  se  ve  que  está  convencido  de 
cuanto  dice,  y  que  es  el  principal  resorte  que  le  hace  mover  á  la 
multitud.  Por  eso  Bonifacio  y  San  Vicente  se  complementan, 
no  se  destruyen;  y  al  encontrarse  en  el  camino  no  fueron  incom- 
patibles, sino  al  contrario. 

Fué  San  Vicente  el  orador  de  la  Edad  de  oro  de  la  literatura 
lemosina;  así  se  explica  desde  el  punto  de  vista  literario  la  inmensa 
popularidad  que  alcanzó.  Desde  niño  «era  aficionadísimo  á  oír 
sermones,  mayormente  si  eran  de  la  \^irgen,  cuyas  alabanzas 
eran  su  mayor  delicia,  y  si  en  ellos  sé  trataba  algo  de  la  Pasión 
de  nuestro  Redentor,  se  inundaba  en  lágrimas,  considerando  sus 
amarguísimos  dolores»  (l).  Y  no  solamente  le  gustaba  oírlos, 
sino  que  puesto  en  un  lugar  alto  comenzaba  á  predicar  y  decía: 
«Eftad  atentos  a  lo  que  hablo  y  conforme  a  lo  que  oyeredes 
»juzgad  ri  he  de  fer  gran  predicador  o  no»  (2). 


(i)     S.^nchís  Sivera:  Historia  de  San  Vifefi/c  Ferrcr,  pág.  52. 

(2)  Fray  Joan  López,  Obispo  de  Monopolí:  Historia  general  de  Santo 
Domingo  y  de  Su  Orden,  Je  Fr.  Hernando  del  Castillo.  (El  tomo  lii,  por 
Fray  Joan  López').  2.''  parte,  cap.  14,  pág.  47,  col.  2.* 


54  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Con  los  años  fueron  sedimentándose  sus  ideas,  y  si  queremos 
conocerle  de  cuerpo  entero  como  orador,  á  él  tenemos  que  acu- 
dir, como  acudir  debemos  á  Cicerón  para  conocer  á  aquel  autor 
por  completo.  El  Príncipe  de  la  Elocuencia  latina  se  retrató 
á  sí  mismo  en  el  orador  idéala  y  su  retrato  nos  da  también  Sar> 
Vicente  al  enseñar  á  sus  religiosos  la  manera  de  predicar. — 
Véase  el  capítulo  que  á  ello  dedica  en  el  Tratado  de  la  Vida 
espiritual: 

«Del  modo  que  fe  ha  de  guardar  en  el  predicar. 

»En  todos  los  formones  que  en  publico  tuuieres,  y  en  las  plá- 
sticas y  exortaciones  particulares,  vía  siempre  de  lenguaje  fenzillo,. 
-vilano  y  cafero,  para  dar  a  entender  las  obras  particulares  de  cada 
»uno  defcendiendo  a  los  actos  fingulares.  Y  trabaja  quanto  pu- 
»dieres,  perfuadirles  con  exemplos,  efto  q.  les  dixeres;  para  que 
»el  pecador  que  conociere  en  fi  tener  aquel  pecado,  parezca 
»fer  herido  con  tus  eficaces  razones,  como  fi  a  el  folo  predicaras^ 
»Mas  efto  de  tal  modo  lo  has  de  hazer,  que  eche  de  ver  falen  tus 
«palabras  de  pecho  no  foberbio,  o  indignado,  fino  de  entrañas 
^llenas  de  charidad  y  amor  paternal:  en  la  fuerte  que  vn  piadoso 
»padre  fe  duele  de  ver  pecar  a  fus  hijos  o  derribados  en  una  graue 
«enfermedad,  o  caydos  defgraciadamente  en  un  grande  hoyo,  y 
»de  allí  los  procura  facar,  librar  y  amparar  qual  vna  madre  ama- 
»rosa;  como  aquel  que  fe  goza  del  aprovechamiento  de  las  almas 
»y  de  la  gloria  que  en  el  cielo  les  aguarda.  A  la  verdad,  femejante 
«modo  de  predicar  fuele  fer  de  provecho  a  los  oyentes;  porque 
«tratar  en  general  y  en  común  de  los  vicios  y  virtudes,  muy  poco 
»o  nada  les  merece.  Lo  propio  deues  guardar  en  las  confeliones 
»que  oyeres,  que  de  cualquier  manera  que  te  hayas  con  los  peni- 
»tentes,  aora  fea  alargando  a  los  pufilanimes  aora  aterrando  a  los 
>obftinados,  fiempre  mueftres  entrañas  de  charidad  para  que  de 
3>una  manera  y  otra  conosca  el  pecador  que  tus  palabras  dul- 
»ces  charitativas  y  llenas  de  conpunction.  Afsi  que,  tu  que  deffeas 
>hazer  algún  fruto  en  las  almas  de  tus  próximos,  acude  primero 
»muy  de  corazón  a  Dios  y  pídele  fenzillamente  fe  firva  de  darte 
-'Charidad,  en  la  que  confifte  la  perfección  de  las  virtudes,  con 


SAN    VICENTE    FERRER    Y    I.OS   JURADOS    DE    VALENCIA  55 

»la  qual  puedes  con  el   penitente  acabar  perfectamente  lo  que 
sdeffes»  (l). 

El  5  de  Abril  de  I419  dejó  el  mundo  Vicente  Ferrer,  cuyos 
hechos  llenan  importantes  páginas  de  la  historia  de  su  tiempo 
y  cuyas  obras  ocupan  un  notable  lugar  en  la  literatura  levantina. 
Los  estudios  sobre  el  mismo  abundan;  sin  embargo,  creemos  que 
falta  la  obra  definitiva,  así  como  la  edición  de  sus  sermones,  si  no 
en  todo,  en  la  parte  más  selecta  y  más  propia  para  ser  entregada 
al  público.  Y  entonces  se  comprenderá  mejor  por  qué  los  Jurados 
valencianos  volvieron  tan  repetidamente  los  ojos  hacia  su  .Santo 
compatriota  (2). 

Edl!.\rdo  JuLi\  ]\Iautí\ez. 


(i)  Utilizamos  la  traducciónde  Fraj'jLuin  (lavastón, porque  dar  el  tt-xto 
latino  parecería  dar  lo  que  salió  de  manos  del  Santo,  y  al  parecer  la  re- 
producción de  Antist  tiene  algunas  deficiencias.  El  capítulo  citado  es 
el  XI,  edición  de  Valencia,  por  Garriz,  año  1616. 

(2)  No  hemos  podido  dejar  de  referirnos  á  la  importancia  de  San  Vi- 
cente como  orador,  porque  es  su  mayor  gloria  literaria.  Sin  embargo,  re- 
mitiremos al  lector  al  Estudio  sobre  los  sermones  valencianos  de  San  Vicente 
Ferrer,  publicado  por  D.  Roque  Chabás  en  la  Rev.  de  Arcliivos,  Bibliotecas 
y  Museos,  1 902,  tomo  vii.  La  bibliografía,  tanto  de  Bonifacio  como  de  San 
Vicente,  puede  verse  en  las  conocidas  obras  de  Ximeno  y  Pastor  Fúster, 
siendo  interesante  consultar  el  Catálogo  de  manuscritos  existentes  en  la 
Biblioteca  Universitaria  de  Valencia,  por  D.  Marcelino  Gutiérrez  del  Caño, 
tomo  I,  pág.  87,  y  el  folleto  de  D.  L.  Tramoyeres  Blasco  La  Biblia  valen- 
ciana de  Bonifacio  Ferrer.  —  Madrid,  1910,  Apuntes  de  la  Revista  de 
Archivos,  Bibliotecas  y  Museos.  En  la  pág.  8  hay  una  nota  que  se  refiere 
á  la  importancia  de  la  personalidad  de  Bonifacio  «que  no  ha  sido  estu- 
diada en  España  con  la  amplitud  que  merece...»  Acerca  de  la  suerte  de 
los  documentos  de  la  Cartuja  de  Porta-Coeli,  véase  lo  que  se  dice  en  la 
página  2  y  la  obra  de  Tarín  y  Juaneda  La  Cartuja  de  Porta-Coeli.  Valen- 
cia, S.  Alufre,  1897,  8.°,  que  cita  el  Sr.  Tramoyeres. 


56  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 


II 

SUBVENCIÓN    DE    FERNANDO    VI,    REY    DE    ESPAÑA, 

PARA    LA    CONSTRUCCIÓN    DE    LA    PRIMERA 

IGLESIA   CATÓLICA  EN   BERLÍN 

Desde  que  Silesia  formó  parte  del  reino  de  Prusia,  este  Esta- 
do ha  contado  con  un  número  considerable  de  habitantes  cató- 
licos. Como  á  la  capital  afluye  siempre  gente  de  todas  partes  del 
país,  aumentó  también  en  Berlín  el  número  de  católicos.  El  Rey 
Federico  el  Grande,  Monarca  verdaderamente  tolerante  en  cues- 
tiones religiosas,  concedió  á  sus  subditos  de  Silesia  todas  las 
facilidades  para  poder  ejercer  su  culto.  Permitió  asimismo;, 
en  1747,  á  los  habitantes  católicos  de  Berlín  edificar  una  iglesia 
en  la  capital.  Les  regaló  para  este  fin  el  terreno  en  la  Plaza  déla 
Opera,  sitio,  entonces  como  hoy,  muy  excelente,  pues  está  al 
lado  de  la  Avenida  «Unter  den  Linden."  y  no  muy  distante  del 
Palacio  Real. 

Los  católicos  empezaron  en  seguida  á  hacer  colectas  para  re- 
unir el  dinero  necesario.  Se  dirigieron  también  á  los  soberanos 
católicos,  rogándoles  subvencionasen  esta  obra.  Así  escribió  la 
Condesa  María  Josefa  de  Bi-edozv  al  Rey  de  España,  Fernan- 
do VI,  pidiendo  un  donativo.  Esta  carta  fué  dirigida  á  Madrid 
por  el  Embajador  español  en  la  Corte  de  Sajonia,  Conde  de 
Baena,  que  la  envió  al  entonces  Ministro  de  Estado,  D.  José 
Carvajal  y  Lancaster.  El  Rey  se  hallaba  desde  el  principio  dis- 
puesto á  contribuir  «con  decente  socorro»  á  tan  piadosa  obra; 
pero  antes  deseaba  informarse,  de  si  el  plan  tenía  visos  de  rea- 
lización, de  cuánto  daban  otros  Príncipes  católicos,  de  cuántos 
gastos  contenía  el  presupuesto  y  de  cuánto  tiempo  se  necesita- 
ría en  la  ejecución  de  la  obra.  Estos  datos  los  pidió,  en  nombre 
del  Rey,  D.  José  Carvajal  y  Lancaster  al  Conde  de  Baena  en  car- 
ta fechada  en  el  Buen  Retiro  el  1 3  de  Marzo  de  1747,  rogándole 
á  la  vez  le  disculpase  con  la  Condesa  por  la  tardanza  en  respon- 
derla. El  Embajador  cumplió  lo  que  se  le  había  mandado,  y  el 


SUBVENCIÓN    DE    FERNANDO    VI,    REY    DE    ESPAÑA  57 

17  de  Abril  informó  al  Ministro  desde  Dresden  sobre  las  impre- 
siones que  había  causado  la  concesión  para  edificar  una  iglesia 
católica  donada  por  un  Príncipe  protestante.  Pues  en  aquel  tiem- 
po no  se  podía  creer  que  Federico  II  diera  la  concesión  por  ver- 
dadera tolerancia  con  los  católicos,  como  efectivamente  lo  hacía, 
sino  se  sospechaba  que  tenía  otros  motivos.  El  Papa  había  man- 
dado á  su  Nuncio  Arquinto  en  Dresden  averiguase,  secretamen- 
te, cuáles  eran  las  intenciones  del  Rey  de  Prusia.  El  Nuncio 
había  deducido  que  pudieran  ser  los  dos  motivos  siguientes:  el 
primero,  conocer  la  Religión  católica  y  su  culto  y  sus  ceremonias, 
pues  se  interesaba  mucho  por  la  fábrica  de  la  iglesia  y  había 
ofrecido  todos  los  adornos  interiores;  el  segundo,  ganarse  los 
afectos  de  los  polacos,  pues  tal  vez  aspirase  con  el  tiempo  un 
príncipe  de  su  casa  á  la  Corona  de  aquel  reino.  Estas  opiniones 
del  Nuncio  las  hace  suyas  el  Conde  de  Baena,  añadiendo  que  el 
Papa  había  aprobado  los  planes  del  Rey.  Lo  que  no  gustaba  á 
Su  Santidad  era  que  el  Rey  hubiese  encargado  del  asunto  á  un 
religioso  carmelita,  llamado  Messenati,  que  había  sido  apóstata, 
refugiándose  en  Lisboa;  desde  allí  había  vuelto  á  su  convento, 
pero  á  pesar  de  sus  talentos  y  de  su  santidad  parecía  algo  sos- 
pechoso. No  obstante,  tanto  el  Papa  como  el  Rey  de  Polonia 
habían  ofrecido  contribuir  á  la  obra,  y  el  P.  Messanati  esperaba 
grandes  cantidades  del  Rey  de  Francia  y  del  de  Portugal.  Lo 
que  el  embajador  no  podía  comunicar  todavía,  eran  las  cantida- 
des que  dichos  soberanos  aportarían. 

.Si  muchos  habían  opinado  que  el  P.  Messenati  no  era  persona 
apta  para  administrar  los  fondos  recaudados  para  la  edificación 
de  la  iglesia,  el  Rey  concluyó  por  ser  de  esta  misma  opinión  y 
le  alejó  de  dicha  administración,  encargándola  á  una  Sociedad 
de  católicos  berlineses,  determinación  que  el  Conde  de  Baena. 
en  su  carta  del  7  de  Mayo,  conceptuaba  muy  acertada.  Dicha 
Sociedad  se  desvivió  en  actividad  y  muy  pronto  pudo  pensarse 
en  colocar  la  primera  piedra. 

La  Condesa  de  Bredow,  á  quien  el  Conde  de  Baena  había  pe- 
dido los  informes  deseados  por  el  Rey  de  Espaiía,  contestó  que 
el  proyecto  estaba  en  buen  camino  de  ser  realizado  pronto,  pues 


5  ;  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

el  Rey  Federico  no  daba  solamente  el  terreno  gratis,  sino  que 
había  prometido  gran  cantidad  de  materiales  y  se  empezaría  con 
las  obras  el  mismo  año,  con  tal  de  que  se  hubiesen  recaudado 
diez  mil,  escudos.  El  primado  de  Polonia  y  la  Emperatriz  de 
Alemania  habían  prometido  hacer  una  colecta  general  en  sus 
reinos,  pero  todo  se  redujo  á  meras  promesas.  Por  eso  suplica 
al  Embajador  español,  recomiende  mucho  á  su  Rey  la  subven- 
ción. El  Conde  de  Baena  envió  el  13  de  Mayo  copia  de  esta  car- 
ta, que  llevaba  fecha  del  día  6,  al  Ministro,  y  también  los  planos 
que  le  había  mandado  la  Condesa.  En  estos  planos,  que  con  los 
demás  documentos  se  encuentran  en  el  Archivo  de  Simancas, 
se  ve  una  ancha  fachada,  estilo  barroco,  con  dos  torres,  pareci- 
das á  las  de  la  iglesia  de  Nuestra  Señora  (PVauenkirche)  en  Dres- 
den,  y  entre  ellas  un  arco  con  una  corona  encima.  Al  lado  de  la 
iglesia  hay  un  asilo,  de  aspecto  suntuoso,  para  huérfanos  y  en- 
fermos católicos. 

Después  de  haber  regalado  el  Papa  6.000  escudos,  á  fines  de 
Junio  de  1747,  se  colocó  con  mucha  solemnidad  y  en  nombre 
del  Rey  Federico,  la  primera  piedra  de  la  iglesia,  dedicada  á  San- 
ta Eduvigis.  Con  este  motivo,  la  Sociedad  Católica  en  Berlín  se 
dirigió  en  carta  de  3  de  Julio,  escrita  en  latín,  al  Rey  Don  Fer- 
nando, implorando  su  generosidad,  carta  que  el  Conde  de  Bae- 
na remitió  á  Madrid  el  día  22  de  dicho  mes.  El  Papa  Benedic- 
to XIV  ayuáó  á  los  berlineses  por  un  Breve  dirigido  al  Rey  de 
-España,  en  que  ensalzaba  la  necesidad  de  una  iglesia  católica  en 
la  capital  de  Prusia,  recomendándole  mucho  la  subvención  de  la 
obra.  Aiientras  tanto  contribuyeron  varios  Príncipes  y  Prelados 
á  la  obra  empezada:  el  Rey  de  las  dos  Sicilias,  con  5-000  pesos; 
el  de  Portugal,  con  6.000  pesos;  el  de  Polonia,  con  gran  canti- 
dad de  piedras;  varios  Cardenales,  Obispos  y  caballeros,  con  una 
colecta  de  18.000  escudos.  Además,  se  había  escogido  un  plan 
reducido,  que  el  Conde  de  Baena  envió  á  Madrid  el  5  de  Mayo 
de  1748,  advirtiendo  que  las  obras  iban  adelantando  y  que  en 
breve  tiempo  se  terminarían  los  muros.  Los  planos  que  adjunta 
muestran  la  iglesia  de  Santa  Eduvigis  en  su  actual  forma,  que  es 
parecida  á  la  del  antiguo  Panteón  de  Roma. 


SUBVENCIÓN    DE    FERNANDO    VI,    REY    DE    ESPAÑA  59- 

Las  repetidas  súplicas  tuvieron  éxito,  pues  el  Rey  Don  Fer- 
nando VI  jrgaló  a  los  católicos  be  r  Une  uses  6.000  escudos  fuer- 
tes y  el  Cardenal  Infante  Don  Luis  otros  j.ooo 

Entre  las  cartas  del  embajador  español  en  Dresden,  Conde 
de  Baena,  que  se  conservan  en  el  Archivo  General  de  Simancas^ 
Estado,  legajos  2.233  y  2.234  (6.533  y  6.554  antiguos)  no  he  en- 
contrado más  noticias  sobre  el  asunto,  pero  sí  entre  las  relacio- 
nes del  Cónsul  español  en  Danzig,  aunque  sean  solamente  algu- 
nos datos  suplementarios  (ídem,  legajo  2.235;  6.559  antiguo). 
Luis  Pcrrot,  cónsul  en  dicha  capital,  había  recibido  del  Ministro 
Carvajal  y  Lancanter  el  encargo  de  informarle  sobre  el  estado 
de  la  iglesia  de  Santa  Eduvigis.  En  cumplimiento  de  este  man- 
damiento, escribe  el  13  de  Diciembre  de  1752  que  el  exterior  de 
la  iglesia  estaba  terminado,  pero  que  no  estaba  todavía  entrega- 
da al  culto,  pues  los  numerosos  soldados  católicos  que  había  en 
el  ejército  prusiano  asistían  á  los  oficios  divinos  en  las  capillas 
(.le  las  embajadas  extranjeras  y  en  un  oratorio.  Las  obras  en  el 
interior,  sobre  todo  en  los  altares,  adelantaron  bastante,  y  al  ter- 
minar el  año  de  1752  llamó  Federico  el  Grande  á  la  Orden  de 
los  Dominicos  de  Halberstadt,  entregándoles  la  iglesia,  orden,  á 
la  cual  ya  había  confiado  antes  la  administración  de  la  capilla  en 
Potsdam,  Küstrin  y  otras  ciudades  en  su  reino. 

El  nuevo  templo  fiíé  consagrado  en  Enero  de  1753-  Adminis- 
trador de  los  fondos  había  sido  el  Conde  Rothenburg,  que  a  fines 
de  1752  murió.  Su  sucesor  fué  el  prior  de  los  dominicos,  que 
rogaba  á  los  conventos  de  su  orden  contribuyesen  para  los  orna- 
mentos, cálices,  etc.  (l).  También  hacía  muchos  donativos  la 
nobleza  polaca  (2),  y  en  1754  se  organizó  una  lotería  benéfica 
para  este  fin,  cuyo  colector  en  Polonia  era  el  General  de  los 
dominicos  y  en  Italia  el  Cardenal  Ouerini  (3).  A  pesar  de  esto 
no  se  pudieron  dar  por  terminadas  las  últimas  obras  hasta  el 
año  1773. 


(T)     Carta  de  D.  Luis  Perrot  del  17  de  Enero  de  1753. 
(2)     Carta  de  Perrot  del  1 1  de  Abril  de  1753. 
(,31     Carta  de  Perrot  del  6  de  Abril  de  1754. 


6o  BOLETÍN    DE   LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Más  tarde,  sobre  todo  con  la  adquisición  de  las  provincias  de 
Prusia  Occidental,  Westfaliá  y  Rhenania,  el  número  de  los  cató- 
licos ha  crecido  mucho  en  el  reino  de  Prusia  y,  por  consiguien- 
te, también  en  Berlín,  de  manera  que  actualmente  hay  varias 
parroquias  y  algunos  conventos  de  frailes  y  monjas.  Pero  toda- 
vía, la  «Hedwigskirche»  es  la  más  conocida  entre  las  iglesias  ca- 
tólicas. Pues,  como  queda  dicho  ,  está  situada  en  el  centro  de 
Berlín,  en  la  Plaza  de  la  Opera,  que  está  adornada  por  otros 
varios  edificios  monumentales  de  aquella  época  y  que  por  eso 
fué  llamada  «Forum  Fridericianum».  Como  muestra  de  gra- 
titud, el  templo  lleva  la  inscripción:  «Friderici  regis  clemen- 
tiae  monumentum»,  y  este  modestísimo  trabajo  se  ha  conside- 
rado como  muestra  de  gratitud  á  la  memoria  de  Don  Fer- 
nando VI. 


Carta  del  Conde  de  Baena,  Embajador  español  en  Dres- 
den,  al  Ministro  D.  José  Carvajal  y  Lancaster,  fechada 
en  Dresden  el  17  de  Abril  de  1747. 

Archiva  General  de  Simancas,  Estado,  leg.  2,233  (6-553  antiguo). 

ExcMO.  Señor: 

yíwy  Sr.  Mió:  Di  prompto  cumplimiento  a  lo  que  V.  E.  me 
previno  en  su  carta  de  1 3  del  pasado  por  extraordinario,  noti- 
ciando a  la  Condessa  de  Bredow  el  animo  pió  del  Rey  para  con- 
tribuir a  la  edificación  de  una  Iglesia  Catholica  en  Berlín.  Pre- 
gúntele al  mismo  tiempo  si  otros  Príncipes  concurren  a  ella  y 
con  que  cantidad  y  qual  sera  el  gasto  que  proyectan  y  el  tiem- 
po que  se  necesitara  para  su  execucion.  Finalmente  le  digo 
que  V.  E.  me  encarga  le  disculpe  sobre  no  hauerle  permitido 
sus  muchos  quehaceres  el  responder  a  su  carta. 

Mucho  he  celebrado  la  acertada  respuesta  de  V.  E.  sobre  este 
asunto,  pues  estaba  en  animo  de  participar  a  V.  E.  quanto  sobre 
ello  ha  llegado  a  mi  noticia.  No  hay  duda  que  la  concesión  de  una 
Iglesia  Catholica  por  un  Rey  de  Espíritu  y  entendimiento  da  cam- 


SUBVENCIÓN    DE    FERNANDO    VI,    REY    DE    ESPAÑA  6» 

po  a  muchas  reflexiones;  y  su  santidad  ha  mandado  a  este  su 
Nuncio  Arquinto  escudriñar  secretamente  e  informarle  qual  pue- 
da ser  la  intención  del  Rey  de  Prusia  y  las  resultas  de  essa  con- 
cession  de  Iglesia  Catholica  en  su  Capital.  El  Nuncio  halla  que 
dos  pueden  ser  los  objetos  de  este  Principe.  El  primero  el  ins- 
truirse de  lo  que  es  nuestra  Religión  y  ceremonias  de  la  Iglesia; 
manifiesta  muchos  deseos  de  la  fabrica  de  ella  y  ofrece  hacer 
todos  los  adornos  interiores  que  serán  costosos.  El  segundo  lo 
atribuye  a  política  respecto  al  Reyno  de  Polonia  que  cierta- 
mente ganara  los  afectos  de  aquéllos  Moradores  y  podra  serle 
vtil  si  con  el  tiempo  pensase  alguno  de  su  Casa  a  aquella  coro- 
na. Concluye  sus  reflexiones,  diciendo,  convenir  fomentar  el 
establecimiento  de  una  Iglesia  mayormente  concediéndose  todos, 
los  privilegios  que  se  pueden  apetecer. 

Su  Santidad  lo  aprueba  y  con  efecto  ofrece  también  contri- 
buir a  ella  bien  que  desea  ver  con  alguna  mayor  claridad  este 
proyecto,  principalmente  hauiendolo  puesto  el  Rey  de  Prusia  al 
cargo  de  un  Religioso  Carmelita  nombrado  Messenati  que  ha 
sido  Apostata  y  fugitivo  y  que  ha  residido  algún  tiempo  en 
Lisboa  de  donde  bolvio  a  su  Convento  y  se  cree  que  nuevamente 
ha  Apostado.  Es  hombre  de  muchos  talentos  y  conocido  de  su 
santidad.  No  obstante,  puede  ser  que  mudando  verdaderamente 
este'  Religioso  de  vida.  Dios  se  sirva  del  para  el  bien  de  la 
Iglesia. 

El  Nuncio  procura  indagar  su  vida  y  si  no  hace  malver- 
¡acion  de  las  limosnas  que  se  juntan.  Aqui  ha  estado  y  se 
halla  presentemente  en  Polonia  debiendo  bolver  para  conferir 
con  el  Nuncio  quando  huviese  adelantado  en  punto  de  T:au- 
dales. 

El  Rey-de  Polonia  ha  ofrecido  también  concurrir  a  obra  tan 
pia,  bien  que  se  ignora  hasta  ahora  la  cantidad.  El  referido 
Padre  Messenati  ha  escrito  a  Erancia  para  solicitar  el  mismo 
concurso  y  espera  mucho  del  Rey  de  Portugal;  }•  quando 
yo  sepa  la  decisión  de  la  cantidad  de  Limosnas  lo  participare 
a  V.  E.  como  asimismo  todo  quanto  vaya  saviendo  sobre  el 
asunto. 


•62  boletín  dh  la  real  academia  de  la  historia 

Repitome  a  las  drdenes  de  V.  E.  con  las  mas  constantes  veras 
■de  obedeserle  y  deseos  de  que  Nuestro  Sr.  guarde  a  V.  E.  mu- 
chos años,  como  le  ruego. 
Dresde,  17  de  Avril  de  1747- 

Excmo.  Señor  B.  L.  M.  de  V.  Exa.  su  Mr.  Sr. 

El    Conde    de    B.^en.\    y    Massek.\n. 
Excmo.  Sr.  D.  Jnseph  de  Carvajal  y  Lancaster. 

Carta  de  la  Sociedad  Católica  de  Berlín  al  Rey 
Don  Fernando  VI,  fechada  en  Berlín  el  3  de  Julio 
de  1747. 

Archivo  General  de  Simancas,  Estado,  leg.  2.233  (6-553  antiguoV 

Invictissdie  ac  Putentissime  Rex. 

Incomprehensibilia  Domini  Juditia  suas  mirabiles  investigabi- 
lesque  vías  quis  unquam  penetravit  aut  novit?  Aut  quis  satis 
mirari  queat,  quod  nuper  nobis  non  solum,  sed  Universi  Orbi 
Catholico  prospere  contigit?  Siquidem  Serenissimus  ac  Poten- 
tissimus  Borussorum  Rex  fundationem  erectionemque  Ecclesie 
Romane  Catholice  cum  Orphanorum  Infirmorumque  Xenodo- 
chio  in  sua  Berolinensi  Civitate  cum  absoluto  ac  libero  Ortho- 
doxe  Religionis  exercitio  sponte  ac  clementissime  indulsit.  Pluic 
tam  magno  beneficiorum  cumulo  accessit  ulterius  Liberalitas 
Regis,  qua  et  locum  spatiosum  non  longe  a  Regali  domo  gratis 
nobis  concessit,  et  per  tertiam  partem  expensarum  munifice  ac 
pientissime  contribuit.  Cum  itaque  Dominus  Deus  per  manifesta 
potentie  sue  signa  in  benedictionibus  dulcedinis  nos  ceperit  pre- 
venire,  lapisque  angularis  et  fundamentalis  selecti  honorificiTem- 
pli  iam  positus  sit,  ne  statim  nobis  importune  dicatur  «hi  homines 
-ceperunt  edificare  sed  consumare  non  potuerunt»,  enixe  atque 
humillime  rogamus  quatenus  Majestas A^estra  Catholica  dextrum 
brachium  in  tam  preclara  comuni  causa  abbreviare  non  faciat, 
immo  vero  largissime  favens  pro  felici  successu  tanti  negotii, 
pro  quo  et  quamplures  liberales  zelatores  nobis  succurrere,  atque 


SUBVENCIÓN    DE    FERNANDO    VI,    REY    DE    ESPAÑA  63 

élargiri  ceperunt,  precipue  vero  Sacerdos  Summus  ac  Pastor 
Universalis  Ecclesie  Benedictus  XI\^  Pontifex  Maximus  previo 
munifico  exemplo,  et  ad  Maiores  natu  Ecclesie  generali  ac  vali- 
dissima  exhortatione  opportune  ac  próvido  nobis  adstitit  et 
favit  et  in  quo  magnuní  Monumentiim  Glorie  Dei  atque  incre- 
mentiim  Religionis  nostre  procul  dubio  positum  est. 

Agitur  hic  de  Ecclesia  Catholica  in  Aula  tanti  Principis  cum 
pleno  ac  libero  exercitio  fundanda  atque  erigenda.  Agitur  de 
publico  et  generali  Hospitio  tain  pro  Orphanis  utriusque  Sexus 
(qui  prius  cum  ingenti  Animarum  discrimine  ad  non  Catholicas 
•trahebantur  partes  Genitoribus  vita  functis  et  in  a  parentum  fide 
educabantur)  quam  pro  Infirmis  atque  Egenis  Catholicis  con- 
struendo.  Agitur  de  numero  fidelium  in  immensum  multiplicando, 
proindeque  de  certa  spe  et  lucero  Animarum  innumerabilium. 

Que  oninia  Deus  Optimus  Maximus  de  Nobis,  ut  Majestas 
Vestra  Catholica  recte  ac  plenissime  intellegat  eaque  intellecta 
pió,  soUicito  atque  eficaci  opere  pro  sua  sublimi  dignitate  ac 
Munificentia  liberaliter  atque  humanissime  adimpleat. 

Id  effusius  precibus  pro  Gloria  domini  Jesu  totiusque  Ecclesie 
magna  utilitate  Cetus  omnium  Berolinensium  Catholicorum 
enixe  ac  demissime  rogat  qui  debito  obsequio  et  nunquam  inte- 
ritura  veneratione  per  Procerum  Subscriptionem  ac  confirmatio- 
nem  consensu  unanimi  instanter  perennat. 

Dat.  Berolini  die  tertia  mensis  Julii  1747- 

Sacre  Alajestatis  \'estre  Catholice  humillinuis  et  subjectissi- 
mus  Maximilanns,  líber  Bato  de  Sveeits,  ñibricne  director. — Án- 
gelus Cari,  Procurum  Cath.  Secretarius. 

Breve    de    Benedicto    XIV  a    Fernando   VI,   Roma  2  de 
Diciembre  de  1747. 

Airh/vo  Genera/  de  Sfmatii-as,  Estado,  leg.  2.233  (f>-553  .iiitiguo). 

Carissimo  in  Christo  Filio  nostro  Ferdinando  Hispaniarum 
Regi  Catholico  Benedictus  PP.  XI\^. 

Carissime   in    Christo  Fili   noster   salutem.    ínter   regias    exi- 


64  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

miasque  virtutes,  quibus  Majestatem  Tuam  ab  universis  commen- 
dari  sumnia  cum  pontificüs  animi  nostri  voluptate  in  dies  acci- 
pimus,  singulare  in  primis  eminere  letamur  studium  ac  zelum 
Cathoüce  Religionis  propagande  et  Catholicos  Reges  antecesso- 
res Tuos  de  ejusdem  Catholice  Religionis  rationibus  ubique 
terrarum  regiis  consiliis,  viribus  atque  opibus  semper  promo- 
vendis  provehendisque  benemeritissimos  emulandi.  Eapropter 
ut  opportunam  hisce  in  rebus  occasionem  Majestati  Tue  affera- 
mus,  nolumus  Te  ignorare,  quod  nuper  ingenti  cum  cordis 
nostri  letitia  Nobis  renuntiatuní  fuit.  Marchio  Brandeburgensis 
Majores  suos  erga  Catholicos  in  eorumdem  Ditionibus  ac  pre- 
sertim  Berolini  post  Pacem  Westphalicam  degentes  per  omne 
tempus  beneficios  imitari  cupiens,  hactenus  non  obscuris  huma- 
iiitatis  et  benevolientie  argumentis  prosecutus,  iisdem  Catholi- 
cis  Berolinensibus  benigne  indulsit,  ut  novam  amplioremque  ve- 
teri  angustissima  et  excipiende  multitudini  ad  sacra  Catholico 
ritu  peragenda  conflíjenti  nec  satis  apta  nec  commoda  Ecclesiam 
a  fundamentis  excitarent,  et  situm  locumque  capacem  aliaque  ad 
Edificium  hujusmodi  necesaria  liberalíter  donavit.  Incepta  autem 
nova  Ecclesia  iis,  quibus  ad  conciliandum  inter  heréticos  deco- 
rem  Domui  Dei  et  rebus  sacris  confirmandam  reverentiam  ac  Ma- 
jestatem opus  est,  amplitudinis  spatiis,  magnificentie  ornamen- 
tis  et  debito  sacrorum  supellectilium  apparatu  absolvendam  cum 
iidem  Catholici  Berolinenses  suas  tenues  facúltales  haud  sufficere 
animadvertissent,  a  Nobis  suppüces  pecuniarum  subsidia  expe- 
liere. Hos  vero  etsi  non  mediocre,  aliter  suadentibus  Pontificii 
Erarii  nostri  angustiis  satis  superque  notis  argenti  pondus  ero- 
gare constituerimus,  reputantes  tamen  illud  et  inopie  eorumdem 
Catholicorum  sublevande  et  inchoate  moli  perficiende  haud  par 
futurum,  ad  tanti  operis  perfectioni  contribuendum  Venerabiles 
Fratres  Nostros  S.  R.  E.  Cardinales  adhortati,  Catholicos  Princi- 
pes ac  Majestatem  Tuam  preceteris  in  soUicitudinis  nostre  et 
conciliande  Tibi  a  bonorum  largitore  Deo  uberioris  retributionis 
partem  libenti  animo  advocamus.  Non  est,  cur  pluribus  Majesta- 
ti Tue  ob  oculos  ponamus,  que  et  quanta  inde  ad  majorem  divi- 
ni  honoris  cultum  et  Orthodoxe  Religionis  incrementum  hisce 


ALCÁZAR-SEGUÍ  '  65 

sub  auspiciis  obventura  nobis  auguramur  commoda,  cum  Maje- 
statem  Tuam  pro  Tua  singulari  sapientia  ac  pietate  plenius 
intelligere  reputemus.  Regiam  igitur  Majestatis  Tue  liberalitatem 
fidfnter  etquam  máxime  rogamus  et  exposcimus,  Tibi  omnino 
pollicentes.  Te  quidquid  in  hanc  causam  contuleris,  rem  Catho- 
lica  Religione  tua  dignam  et  plañe  gratam  ne  dum  nobis,  sed 
Deo  Retributori  óptimo  esse  facturum.  Interim  Majestati  Tue 
Apostolicam  Benedictionem  cum  perenni  incolumitate  rerum- 
que  tuarum  prosperitate  conjunctam  amantissime  impertimur. 
Datuní    Rome   die  2   2"  Decembris    1747. 

Adolk  Poschmann. 


III 

alcázar-segtm' 

La  ocupación  de  Alcázar-Seguí  en  el  Estrecho,  sobre  consti.- 
tuir  un  acontecimiento  militar  de  verdadera  importancia,  plantea 
una  cuestión  histórica  de  mucho  interés. 

Hay  quien  identifica  la  Exilissa  de  Ptolomro  con  Alcázar,  en 
la  desembocadura  de  un  río  importante,  Oned  el  Yemen  de  El 
Bekrí.  Este  río,  el  Onalon  de  Ptolomeo,  pudiera  ser  el  mismo 
á  que  se  refiere  Seylax,  y  la  localidad  antigua  que  indica,  sin 
nombrarla,  al  Oeste  de  la  punta  de  Abyla  y  enfrente  de  la  isla 
de  Gades,  la  que  debió  preceder  á  Ksar  es  Srir. 

De  todos  modos,  sobre  los  montones  de  ruinas  antiguas,  cons- 
truida en  parte  con  los  mismos  materiales,  Ksar  es  Srir  (el  Ksar 
Masmonda  de  El  Bekrí,  el  Kasr  el  Medjaz)  era  en  la  Edad  Media 
el  punto  más  importante  de  laeosta  septentrional  de  Marruecos. 
■Según  Jissot,  en  sus  dársenas  se  construían  la  mayor  parte  de  los 
buques  que  hacían  el  comercio  del  Estrecho,  y  en  su  arsenal  se 
preparaban    las  expediciones  dirigidas   contra   España    por   los 

TOMU    LXXV  ■  5 


6f. 


HULbTIN     DE     LA     K  BA I      ACADEMIA    DE    LA     HISTORIA 


príncipes  musulmanes.  La  victoria  de  las  Navas  de  Tolosa,  en 
el  siglo  xiii,  puso  fin  al  papel  guerrero  de  Kasr  el  Medjaz. 

Ya  decadente,  por  haber  disminuido  mucho  su  prosperidad 
comercial  los  aterramient js  de  la  barra  en  la  desembocadura 
c!   I  rio,  la  conquisiaron  los  portugueses  en  el  siglo  xv,  levantando 

una  poderosa  fortaleza 
cuyos  muros  han  so- 
brevivido á  las  ruinas 
de  la  vieja  plaza  fuer- 
te de  ÍMasmonda.  Se 
conser\a  el  recinto  ex- 
terior, construcciones 
subterráneas,  arran- 
ques y  cimentación  de 
compartimientos  inte- 
riores, galerías,  vestí- 
Inilo  y  plaza  de  armas. 
Han  desaparecido  las 
escaleras  y  comunica- 
ciones que  daban  ac- 
ceso á  los  pisos  supe- 
riores de  la  torre,  espa- 
ciosa construcción  en 
cuyo  interior  se  obser- 
van bóvedas  de  ladri- 
llos, alicatados  y  vesti- 
gios de  ia  restauración 
que  debió  sufrir  más  tarde  cuando  abandonada  por  los  portu- 
gueses cayó  de  nuevo  en  poder  de  los  musulmanes. 

Como  detalle  curioso  debemos  mencionar  que  en  lugar  del 
paso  subterráneo  que  en  los  castillos  de  la  época  daba  salida 
al  campo,  existe  un  paso  con  camino  cubierto,  especie  de  cons- 
trucción hidráulica,  carenero  ó  comunicación  con  el  mar,  en  donde 
debían  guarecerse  los  barcos. 

Bajo  las  dunas,  como  sobre  el  itsmo,  en  todo  el  contorno  de 
esta  posición,  que,  aparte  su    importancia  marítimo-militares,  de 


Puerta  de  entrada  que  da  accebo  á  la 
Plaza  de  Armas. 


ALCAZAR-SKGUI 


(^1 


una  belleza  y  fertilidad  admirables,  se  encuentran  vestijjios  para 
el  historiador.  Los  recuerdos  que  evocan  sus  ruinas  nos  invitan 
á  todos  á  visitarla. 

Desde  que  ios  antiguos  geógrafos  trataron  de  investigar  y  re- 
constituir la  geografía  de  la  parte  de  Mauritania  que  baña  el  Me- 
diterráneo, hasta  nuestros  días,  no  ha  sido  posible  visitar  estas 


Vista  d--  conjunto  «Je  1 1  .'ortalez  i  ác  Alcázar. 

misteriosas  regiones.  Entonces,  como  do  ahora  en  adelante,  su- 
pongo, podía  abordarse  el  litoral  y  reconocerlo,  lo  que  no  ha  sido 
posible  efectuar  durante  los  siglos  transcurridos.  Así  ha  conti- 
nuado hasta  ahora  en  el  misterio  toda  la  región  de  allende  el 
Estrecho,  y,  muy  particularmente,  la  pv.nta  de  El  Ksar,  la  que 
en  la  antigüedad  formaba  con  la  de  Tarifa,  que  está  enfrente,  los 
límites  occidentales  del  Fretuní  Herculciinr,  Fretum  Ga  litanum. 


Vicente  Ramírez. 

CorrespoadieDte  de  la  Re;.]  Academia  He  la  Historia. 


VARIEDADES 


I 
LA  ORDEN  ESPAÑOLA  DE  CABALLERÍA  DE  LA  JARRA 

Quando  presenté  á  la  Academia  algunas  noticias  que  tenía 
recogidas  sobre  la  orden  de  la  Banda  de  Castilla,  hubiera  querido 
también  renovar  la  memoria  de  otra  orden  de  Cavallería  espa- 
ñola, no  menos  insigne  y  esclarecida,  aunque  más  olvidada  que 
la  primera. 

Esta  es  la  de  la  Jarra  ó  Terraza,  que  el  Infante  D.  Fernando, 
llamado  de  Antequera,  que  después  fue'  Rcv  de  Arago'r/,  hijo  de 
Don  Juan  el  I  y  herviauo  de  D.  Emique  líf,  Reyes  de  Castilla, 
fundó  en  Medina  del  Campo  el  día  1 5  de  Agosto  del  año 
de  1403. 

Por  una  feliz  casualidad  llegó  poco  hace  á  manos  de  mi  hermano 
Fr.  Jayme  Villanueva  un  códice  del  siglo  xv,  que  existe  en  la 
biblioteca  del  Colegio  de  Santa  Catarina  María,  de  Barcelona,  en 
el  qual,  entre  una  colección  de  las  obras  de  Menescalia  y  Cetrería, 
y  otras  no  conocidas  del  Caballero  ÁTanuel  Díaz,  que  floreció  en 
aquella  época,  se  halla  una  traducción  lemosina  de  la  escritura 
de  fundación  y  estatutos  de  esta  insigne  orden,  copiado  todo  de 
una  misma  mano  y  letra. 

Este  documento,  aunque  no  es  sino  una  copia  simple  y  de  uso 
pribado,  no  deja  de  ser  respetable  por  ser  del  tiempo  en  que 
floreció  esta  orden  de  Caballería,  y  precioso  también  en  su  línea 
por  ser  la  misma  fundación  de  la  orden,  y  quizá  el  único  exem- 
plar  que  nos  ha  quedado  de  sus  Constituciones. 


LA  ORDEM  ESPAÑOLA   DZ  CABALLERÍA   DE  LA  jAKRA  69 

Si  se  atiende  á  que  el  Infante  D.  Fernando,  su  fundador,  fué 
electo  pocos  años  después  Rey  de  Aragón  por  muerte  del  Rey 
Don  Martín,  y  que  llevó  consigo  á  su  nuevo  reyno  esta  Orden  de 
Caballería,  que  desde  entonces  la  hizo  como  propia  de  él,  no  se 
podrá  estrañar  que  se  hallen  traducidas  al  lemosín  sus  Constitu- 
ciones para  el  uso  de  los  Cavalleros  aragoneses  condecorados  con 
esta  divisa,  uno  de  los  quales  pudo  ser  el  citado  Díaz,  que  hizo 
un  papel  mui  distinguido  en  la  Corte  del  Rey  Don  Alonso  V, 
hijo  y  sucesor  del  Rey  Don  Fernando. 

Es  cosa  notable  y  quizá  singular  que  un  Infante  de  Castilla 
crease  por  sí  solo  una  nueva  Orden  de  Cavallería,  sin  que  en  esta 
institución  aparezca  que  tubiese  alguna  parte  el  Rey  Don  Enri- 
que, su  hermano,  de  quien  no  se  hace  mención  alguna  en  este 
documento  ni  para  expresar  que  en  su  nombre  ó  con  su  permiso 
se  fundó  la  Orden,  ni  para  condecorarle  con  su  nueva  insignia. 
Parece  ageno  de  la  grandeza  de  ánimo,  de  la  prudencia  y  mode- 
ración del  Infante  fundador  que  pudiese  faltar  en  esta  ocasión  á 
los  respetos  debidos  al  Rey  Don  Enrique  III,  su  hermano,  de 
cuya  firmeza  y  celo  por  el  decoro  de  la  autoridad  rea!  es  también 
de  creer  que  no  lo  hubiera  sufrido. 

Tal  vez  en  la  fundación  original  no  faltaría  la  intervención  del 
Rey,  y  en  la  traducción  lemosina  pudo  omitirse  de  propósito 
como  hecha  para  distinto  reyno,  y  después  de  haberse  apropiado 
en  él  y  connaturalizado  en  cierta  manera  este  instituto. 

Mas  siendo  peligroso  aventurar  congeturas,  debemos  esperar 
á  que  nos  aclaren  este  suceso  otros  descubrimientos,  especial- 
mente el  de  los  Capítulos  originales  de  la  ordenanza,  y  otros  autos 
de  esta  orden  que  según  Martín  de  Viciana  se  guardaban  en  su 
tiempo  en  el  Monasterio  de  Santa  Fe,  á  dos  leguas  de  Zaragoza, 
délos  quales,  si  existen,  espero  algún  día  presentar  á  este  respe- 
table Cuerpo  copia  autorizada. 

Por  lo  que  hace  al  presente  documento  que  tengo  á  la  mano, 
se  ve  en  él  que  el  fjndador  de  esta  Orden  fué  el  Infante  D.  Fer- 
nando de  Castilla,  señor  de  Lara,  Duque  de  Peñafiel,  Conde  de 
Alburquerque  y  de  Mayorga,  señor  de  Castro  y  de  Haro,  hijo 
de  Don  Juan,  Rey  de  Castilla  y  de  Portugal;  señas  por  las  quales 


7o  Bu:  E-llN     UE    LA    KEAI.    ACAUEMfA    UE    LA     HTSTOKIA 

no  puede  dejar  de  ser  reconocido  Don  l'ernanclo,  hijo  de  Dorj 
Juan  el  I,  hermano  de  Don  Enrique  III,  tío  y  tutor  de  Don  Juan 
el  II,  y  el  mismo  que  el  año  de  14IJ  fué  declarado  en  Caspe 
por  el  Rey  de  Aragón  sucesor  del  Rey  Don  Martín. 

Este  Príncipe,  que  es  el  que  habla  en  esta  escritura,  llama  á  su 
padre  Rey  de  Portugal  por  el  derecho  que  Don  Juan  el  I  preten- 
dió constantemente  tener  á  aquella  Corona  aun  después  de  la 
desgraciada  y  manorable  batalla  de  Aljubarrota,  de  cuyo  título  y 
dictado  usó  siempre  en  sus  diplomas,  y  aun  eu  las  armas  en  sus- 
escudos  y  sellos  Reales. 

En  la  misma  se  expresa  hallarse  presentes  la  n.oble  Infanta,  su 
muger,  que  fué  Doña  Leonor  Urraca  de  (  astilla,  nieta  del  Rey 
Don  Alonso  XI,  llamada  la  rica  hembra;  slis  dos  hijos  Don 
Alonso  el  primogénito,  que  después  fué  Rey  de  Ar^ón,  V  de 
su  nombre,  y  Donjuán,  que  adelante  fué  Rey  de  Navarra  y  luego 
de  Aragón,  sucesor  de  su  hermano  y  padre  del  Rey  Católico^ 
con  otros  muchos  caballeros  y  señoras,  á  todos  los  quales  nom- 
bró el  Infante  por  caballeros  de  esta  orden  y  les  dio  su  insignia 
ó  divisa  el  mismo  día  que  se  celebró  el  primer  acto  ó  Capítulo 
en  la  Iglesia  de  Santa  .María  de  la  antigua  de  Medina  del  lampo, 
el  día  15  de  Agosto,  feria  quarta,  del  año  de  1 403. 

No  puede  caber  duda  en  quanto  á  la  época  de  esta  institución^ 
así  por  que,  como  expresa  este  documento,  tenía  á  la  sazón  el 
Infante  veinticuatro  años  de  edad,  que  por  haber  nacido  en  el 
de  1380  corresponde  exactamente  al  de  1403,  como  también 
por  que  el  día  15  de  Agosto,  que  en  el  documento  se  dice  feria 
■quarta,  ó  miércoles,  lo  fué  realmente  en  aqiel  año,  y  por  este 
dato  debe  corregirse  así  el  error  que  cometió  el  copiante  del  do- 
cumento, señalando  el  año  de  1 303  por  el  de  la  funtlación  de 
esta  orden,  como  el  de  algunos  escritores  nuestros  que  la  ponen 
en  el  de  14 1 3. 

-■  La  divisa,  según  se  describe  en  este  docuniMto,  era  un  collar 
del  qual  estaba  pendiente  un  Grifo  [un  iiisijih' del  coll  on/aiiient 
del  qiial  peiige  un  GriuJ  con  las  alas  blancas,  como  se  expresa 
'en  el  capítulo  J ."  El  collar  era  de  jarras  con  lirios  ó  azuzenas,  con 
'las  quales  quiso  denotar  el  piadoso-  Infante  la  pureza  de  la  madre 


L\  ORDEN'  ESPAÑOLA   DE  CABALLERÍA   DE   LA  JARRA  Jt 

de  Dios  en  el  misterio  de  la  Anunciación  [e/!  y  senyal  sii/^^nlar 
de  les  sues  gerres  de  la  sua  saliitaciá  [del  Ángel  |].  Por  donde  se 
ve  el  origen  que  pudo  tener  la  diversidad  con  que  es  nombrada 
esta  Orden  de  Cavallería,  que  unos  llaman  de  la  Jarra  ó  Terraza, 
y  otros  de  los  Lirios  ó  Azuzenas,  y  la  exactitud  con  que  la  deno- 
mina Zurita  [libro  xvi,  capítulo  28]  la  devisa  del  collar  de  las 
Jarras  de  Lirios  y  Grifo  del  Rey  de  Aragón;  y  el  Marqués  de 
Mondéjar:  Orden  de  la  Jarra  ó  Grifo,  que  por  otro  nombre  se 
llama  de  la  Terraza. 

En  un  retrato  del  Infante  D.  Enrique,  hijo  del  Rey  fundador 
que  se  halla  en  el  viaje  que  Jorge  Ehingen,  alemán,  hizo  por  toda 
Europa  á  mitad  del  siglo  xv,  se  ve  esta  divisa  en  toda  su  forma, 
compuesta  de  jarras  con  lirios  ó  azuzenas  enlazadas  entre  sí,  con 
el  Grifo  pendiente  en  medio,  que  con  dos  cintas  á  los  extremos 
se  ataban  á  la  espalda,  quedando  colocado  el  collar  en  la  misma 
disposición  que  hoy  se  lleva  el  Toysón  de  oro,  y  así  esta  equivo- 
cado el  dibujo  ó  muestra  que  de  esta  insignia  presenta  Márquez 
en  su  Tesoro  Militar  de  C  avallería,  omitiendo  el  (irifo  y  colo- 
cando en  su  lugar  la  imagen  de  Nuestra  Señora,  que  expresa  es 
la  titulada  de  la  antigua  de  Medina  del  Campo,  en  cuia  Iglesia, 
donde  se  venera,  se  celebró  la  fundación. 

Además  de  esta  insignia  usaban  de  otra  que  se  llamaba  bstola 
ó  vanda  blanca  con  igual  alusión.,!  la  p.ireza  de  María  Santísima, 
en  cuyo  obsequio  instituyó  principalmente  esta  Orden  el  piadoso 
infante.  En  el  capítulo  3.°  y  5.°  se  prevenía  que  en  la  víspera  y 
fiesta  de  la  Asunción,  y  en  todos  los  sábados  del  año,  vistiesen 
de  blanco  los  individuos  desta  orden,  de  uno  y  otro  sexo,  de 
suerte  que  el  collar  no  se  usase  con  vestido  de  otro  color,  pre- 
viniendo que  si  por  algún  impedimento  legítimo  no  podían 
presentarse  de  blanco  enteramente,  á  lo  menos  llevasen  nna 
Estola  ó  faxa  blanca  ancha  de  tres  d.edos,  sin  mezcla  de  otro 
color  ni  bordado  alguno,  á  excepción  de  perlas  ó  piedras  preciosas 
blancas. 

Por  el  tenor  de  este  estatuto  se  rectifica  lo  que  aseguran  algu- 
nos, que  el  Infante  D.  Fernando  en  la  primera  institución  sólo 
señaló  por  divisa  el  collar  y  el  Grifo,  v  que  hasta  que  fué  decía- 


JZ  BULKTIN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    ÜE    LA    HISTORIA 

rado  Rey  de  Aragón  no  añadió  la  obligación  de  las  vestiduras  (> 
estola  blanca  que  debían  llevar  en  ciertos  días  del  año. 

Conviene  dejar  declarado  este  punto  aunque  parezca  pequeño, 
por  que  de  aquí  tubo  principio  el  uso  de  la  faxa  ó  banda  blanca 
que  llevaban  los  ca valleros  de  esta  Orden,  llamada  de  Aragón, 
que  se  distinguía  de  la  Banda  de  Castilla,  ya  en  el  color  que  en 
ésta  era  encarnado  ó  carmesí,  ya  en  la  posición  de  izquierda  á 
derecha  con  que  se  usaba  la  primera,  al  revés  de  la  de  Castilla, 
que  era  de  derecha  a  izquierda. 

Además  de  algunas  observaciones  que  ya  tengo  insinuadas 
acerca  de  este  uso  de  la  Banda  de  Castilla,  he  encontrado  después 
otros  datos  que  me  aseguran  en  mi  opinión,  de  los  quafes  se  po- 
drá hacer  vso  quando  la  Academia  tenga  por  conveniente  que  se 
ilustre  más  esta  materia.  Por  lo  que  toca  á.  la  de  Aragón  de 
que  aora  tratamos,  el  antiquísimo  retrato  ya  citado  del  Infante 
D.  Enrique,  hijo  del  Rey  Don  P'ernando,  Caballero  de  la  Terraza 
y  Grifo,  se  presenta  con  las  insignias  de  esta  Orden,  llevando 
puesta  la  estola  ó  Banda  por  encima  del  hombro  izquierdo  y  ro- 
deando todo  el  cuerpo  debajo  del  brazo  derecho.  Si  se  agrega  á 
esto  la  imagen  del  Rey  Católico,  estampada  en  los  sellos  pen- 
dientes de  algunos  Privilegios  de  su  reynado  que  he  podido  re- 
conocer, en  que  armado  de  todas  armas  y  á  caballo  se  le  ve  so- 
brepuesta una  vanda  por  encima  del  hombro  izquierdo,  cayendo 
por  debajo  del  derecho,  no  sería  temeridad  reconocer  que  este 
era  el  uso  general  de  la  Banda  de  Aragón,  siendo,  en  mi  juicio, 
cierto  que  la  que  usaba  el  Rey  Católico  no  era  la  de  Castilla,  sino 
la  de  sus  Estados;  y  que  así  como  en  los  Diplomas  y  Privilegios 
Reales  usaron  respectivamente  los  dos  esposos  cada  uno  de  sus 
títulos  y  dictados,  igualmente  en  los  sellos  pendientes  de  plomo 
en  que  estaban  estampadas  sus  dos  imágenes,  cada  una  en  su 
cara,  procurarían  conservar  sus  propios  timbres,  blasones  y 
divisas. 

Aunque  la  piedad  del  Infante  se  echa  de  ver  en  esta  institu- 
ción, dedicándola  en  obsequio  de  la  virgen  Madre  de  Dios,  pues 
quiso  que  sus  individuos  con  señales  interiores  y  exteriores  se 
consagrasen  á  su  culto;  no  por  esto  dejó  de  ser  su  principal  ob- 


LA   nRDEN  ESPAÑOLA  DB  CABALLERÍA   DE   LA  JAKRA  73 

geto  el  de  una  verdadera  Orden  de  Cavallería.  Vese  esto  desde 
luego  en  la  insignia  ó  divisa  principal,  cuya  significación  explica 
el  fundador  en  estos  términos:  Por  que  asi  como  el  Grifo  es  el 
más  fuerte  de  todos  los  animales,  asi  todos  los  varones  distingui- 
dos con  esta  señal  deben  mostrarse  fuertes  y  firmes  en.  ¡techos  de 
Cavalleria.  Y  con  mayor  claridad  quando  entre  los  motivos  que 
le  indugeron  á  esta  fundación,  cuenta  el  siguiente:  También,  dice, 
para  que  los  hechos  militares  sean  loados  entre  los  otros  hombres, 
V  el  que  los  exercite  sea  alabeado  durante  su  vida,  y  después  de  su 
muerte  dexe  de  si  noble  memoria  entre  los  vivos. 

En  los  capítulos  /.''y  8.°  dejó  declarado  que  si  algún  Cavallero 
ó  escudero  que  luciere  esta  divisa  quedase  vencedor  en  alguna 
batalla  de  mar  ó  tierra,  en  que  se  hallasen  más  de  200  hombres 
de  armas,  ó  en  duelo  con  justa  causa,  delante  de  algún  señor  que 
mantenga  el  campo  seguro,  pudiere  dorar  una  de  las  dos  alas 
blancas  del  (irifo,  y  que  éste  mismo  pueda  dorar  la  segunda  ga- 
nando otra  acción  de  igual  clase,  con  obligación  de  dar  quenta 
de  estas  victorias  al  Infante  donde  quiera  que  estubiese  para  que 
las  mandase  publicar  y  hacer  saber  á  lodos  los  individuos  de  la 
orden. 

Esto  mismo  manifiestan  dos  oraciones  ó  fórmulas  de  bendición 
de  la  divisa  que  hay  al  fin  de  este  documento,  en  las  quales  se 
pide  á  Dios  que  conceda  al  Infante,  y  á  los  que  reciben  la  insig- 
nia, esfuerzo  contra  los  paganos,  como  fortaleció  á  David  contra 
Goliat,  de  suerte  que  puedan  ser  defensa  de  las  Iglesias,  viudas  y 
huérfanos. 

No  se  había  extinguido  en  el  gobierno  ni  en  los  buenos  espa- 
ñoles .el  deseo  antiguo  de  exterminar  á  los  moros.  El  Rey  Don 
Enrique,  aunque  débil  en  la  salud,  trataba  seriamente  de  conti- 
nuar esta  guerra,  y  no  debieron  de  influir  poco  en  las  providen- 
cias que  se  tomaron  para  este  fin  los  consejos  de  su  esforzado 
hermano.  Aunque  estos  no  pudieron  realizarse  completamente 
durante  la  vida  del  Rey,  luego  que  el  Infante  tomó  á  su  cargo  la 
tutoría  de  Don  Juan  el  II  los  redujo  á  execución  en  las  memora- 
bles campañas  de  los  años  1407  y  I410,  que  le  llenaron  de  gloria 
y  le  dieron  el  renombre  de  conquistador  de  Antequera.  Y  puede 


74  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA     HISTORIA 

decirse  que  si  algunas  divisiones  domesticas  no  hubiesen  puéstti, 
travas  á  su  esfuerzo,  y  principalmente  si  por  la  famosa  sentencia 
de  Caspe  no  hubiese  sido  arrancado  de  Castilla,  y  trasladada  á 
sus  sienes  la  Corona  de  Aragón,  quizá  se  hubiera  anticipado  uri 
siglo  la  conquista  de  Granada. 

Como  quiera  se  echa  de  ver  en  esta  institución  el  mismo  espí- 
ritu con  que  su  visabuelo  estableció  la  de  la  Banda  de  Castilla, 
queriendo  por  este  medio  dar  al  genio  español  un  eficaz  impulso 
para  que  se  levantasen  los  valientes  y  los  esforzados  y  con  noble 
emulación  acudiesen  todos  á  servir  á  la  Patria.  Y  aunque  el  In- 
fante era  á  la  sazón  un  particular,  y  como  hemos  notado  antes 
no  aparece  haber  intervenido  el  Gobierno  en  esta  fundación  en 
sus  principios;  siendo  un  Príncipe  de  los  más  poderosos  de  Cas- 
tilla, y  el  que  con  más  fuerzas  podía  auxiliar  qualquiera  empresa 
nacional,  podemos  creer  que  en  este  instituto  particular  se  inte- 
resó desde  luego  el  bien  de  la  patria,  y  que  produjo  toda  la  utili- 
dad que  pudo  prometerse  el  celo  de  su  fundador. 

Lo  cierto  es  que  el  Infante  procuró  dar  á  esta  institución  todo 
el  precio  y  realce  de  que  era  capaz  en  aquellas  circunstancias. 
En  el  primer  acto,  ó  sea  Capítulo  de  esta  orden,  tomó  por  sí 
mismo  la  divisa,  y  en  seguida  la  concedió  y  puso  á  la  noble  yn- 
fanta  su  muger,  á  sus  dos  hijos  y  á  otros  muchos  cavalleros  y 
señoras,  que  es  de  creer  sería  la  nobleza  principal  de  Castilla. 

Las  pocas  memorias  que  nos  quedan  sobre  esto  apenas  dejan 
vestigio  alguno  del  uso  que  se  hizo  de  esta  institución  mientras  el 
Infante  permaneció  en  Castilla.  Pero  es  de  creer  que  tomando  las 
riendas  del  (Gobierno  en' tiempo  de  la  tutela,  quando  ya  estaba  en 
su  mano  el  conceder  premios,  mercedes  y  honras  á  los' que  áe 
distinguiesen  en  servicio  del  Rey  y  de  la  Patria,  no  se  olvidaría 
de  condecorar  con  su  divisa  á  los  que  concurrieron  con  sus  per- 
sonas y  haciendas  á  la  guerra  que  ron  tanto  tesón  hizo  á  los  mo- 
ros en  los  citados  años. 

Después  de  electo  Rey  de  Aragón,  fué  quando  esta  (Irden  de 
C-avallería  llegó  al  más  alto  grado  de  esplendor  y  dignidad;  enton- 
ces dejó  de  ser  dádiva  de  im  Príncipe  poderoso  y  empezó  á  serio 
áe  un  Soberano  de  primer  orden.  Es  mui  verosímil- lo  que  refieire 


LA  ORDEN   ESPAÑOLA   DE  CABALLERÍA  DE  LA  JARRA  75 

Diego  Hernando  de  Mendoza  en  su  Nobiliario^  que  el  Rey  Don 
Fernando  de  Aragón  dio  su  divisa  de  la  Terraza  al  Rey  de  Cas- 
tilla Don  Juan  el  II,  su  sobrino;  al  Rey  de  Navarra  y  á  otros  Prín- 
cipes y  grandes  señores  y  caballeros  de  alta  guisa  en  estos  Rey- 
nos  y  en  toda  la  Cristiandad,  entre  los  quales  deben  contárselos 
proceres,  que  según  se  refiere  en  la  Crónica  de  Don  Juan  el  II  la 
obtuvieron  del  Rey  Don  Fernando  el  año  1413  estando  sobre 
Balaguer,  donde  tenía  cercado  á  su  competidor  el  conde  de  Ur- 
gel;  sobre  todo  es  mui  notable  el  triunfo  con  que  el  Rey  entró 
en  esta  plaza  después  que  se  rindió  el  Conde.  Iban  delante  del, 
dice  Zurita,  los  que  habían  de  ser  armados  Cavalleros  y  dos  pen- 
dones, el  uno  con  la  divisa  del  Rey  y  de  su  Orden  de  Cavallería 
de  la  Jarra  y  Lirios,  y  un  Grifo  que  había  instituido,  y  el  otro  de 
las  Armas  Reales  de  Sicilia.  Y  en  llegando  á  la  puerta  de  la  ciu- 
dad tomó  una  espada  desnuda  de  la  bayna  y  dio  encima  de  los 
almetes  á  los  que  habían  de  ser  Cavalleros;  y  celebrada  la  misa 
con  gran  solemnidad,  dio  su  divisa  del  collar  de  Jarras  y  Grifo  á 
ochenta  caballeros  y  escuderos,  así  de  Castilla  como  de  estos 
Reynos  de  Aragón. 

En  este  suceso  termina  la  memoria  de  esta  Orden  por  lo  que 
toca  al  Rey  Don  Fernando,  que  falleció  pocos  años  después  en 
Abril  de  1416.  Pero  de  su  hijo  Don  Alonso  V,  que  le  succedió 
en  el  Reyno,  consta  que  la  conservó  en  todo  su  esplendor  y 
grandeza,  que  llevó  consigo  siempre  en  lodas  sus  empresas  esta 
divisa,  que  se  honraba  con  enviarla  á  los  Príncipes  Soberanos, 
como  lo  hizo  con  Filipo,  Duque  de  Borgoña,  fundador  de  la  or- 
den del  Toysón  do  (^ro,  y  también  con  el  Emperador  y  otros 
Príncipes  de  Alemania,  Austria,  Bohemia  y  Ungría,  y  que  no 
perdió  ocasión  de  condecorar  con  ella  á  otros  grandes  y  pode- 
rosos, como  sucedió  en  la  Concordia  con  el  Rey  Don  Juan  el  II 
de  Castilla,  año  de  1453,  para  cuia  execución  en  señal  de  mayor 
amor  y  de  perpetua  paz,  se  convinieron  en  ique  el  Rey  y  la  Reyna 
de  Castilla,  los  Infantes  D.  Alonso  y  D.^  Isabel,  sus  hijos,  con  doce 
caballeros  que  escogiese  el  Rey  de  Castilla,  truxesen  la  divisa  del 
collar  de  Jarras  de  Lirios  y  Grifo  del  Rey  de  Aragón  con  la  esto- 
la, los  días  de  Nuestra  Señora  y  los  sábados,  y  que  el  Rey  de 


76  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Aragón,  con  otros  doce  caballeros,  truxesen  el  collar  de  la  Es- 
cama, que  era  la  divisa  del  Rey  Don  Juan  el  11  de  Castilla. 

Uno  de  los  doce  escogidos  por  el  Rey  de  Castilla  con  este 
motivo  para  que  llevasen  la  vanda  y  divisa  de  Aragón  debió  ser 
el  muy  noble  Cavallero  Alonso  Albarez  de  Toledo,  uno  de  los 
ascendientes  de  la  Casa  de  Alba,  el  qual  la  tubo  en  tanta  estima- 
ción y  aprecio,  que  dejó  por  ella  las  armas  antiguas  de  la  Casa, 
solar  y  familia,  mandando  á  los  succesores  en  su  mayorazgo  que 
la  tragesen  en  un  escudo  sin  mezcla  de  otras  ningunas;  prueba 
por  cierto  notable  de  la  alta  estima  y  aprecio  en  que  se  conser- 
vaba este  blasón  entre  los  proceres  del  Reyno  á  mediados  del 
siglo  XV. 

Esta  es  la  última  memoria  que  por  aora  puedo  presentar  en 
esta  materia.  Con  la  unión  de  las  dos  Coronas  en  el  Reynado 
de  los  Reyes  Católicos  y  succesos  que  se  siguieron,  es  de  creer 
que  á  esta  orden  de  Cavallería  cupiese  la  misma  suerte  que  á  la 
antigua  de  la  Banda  de  Castilla  y  á  la  divisa  de  la  Escama,  que 
todas  se  obscurecieron  con  la  venida  de  los  Príncipes  de  la 
Casa  de  Austria,  que  traían  consigo  la  institución  más  reciente 
y  de  no  menos  esplendor  del  Toysón  de  oro. 

\ín  el  día  no  existe  ya  este  escudo  del  citado  Don  Alonso  que, 
como  aseguró  Dávila,  se  conservaba  en  su  tiempo  en  el  Convento 
de  Religiosas  de  Santa  Clara  de  esta  villa,  que  fundó  y  dotó  él 
mismo.  También  ha  perecido  la  Inscripción  que,  según  Dávila,  se 
conservaba  en  la  Iglesia  de  Santa  María,  llamada  la  Antigua  de 
Medina  del  Campo  en  memoria  de  este  succeso,  pues  habiéndose 
renovado  ó  reedificado  la  Iglesia  en  estos  últimos  tiempos,  no  se 
ha  cuidado  de  conservar  esta  memoria,  quedando  borradas  las 
Jarras  con  azuzenas  que  estaban  pintadas  desde  mui  antiguo  en 
varios  parages  de  la  Iglesia,  y  sepultadas  entre  los  escombros 
otras  jarras  de  piedi-a  con  azuzenas  que  asegura  haber  visto  y 
tenido  en  sus  manos  uno  de  los  Albañiles  que  trabajaron  en  la 
obra. 

Esta  ligera  exposición  que  presento  á  la  Academia,  ya  que  no 
sea  digna  de  sus  sabios  individuos,  servirá  por  lo  menos  para 
manifestar  así  mi  agradecimiento  al  distinguido  honor  que  hoy 


ELOGIO    HISTÓRICO    DE    DON    ANTONIO    AGUSTÍN  77 

recibo  en  ser  agregado  á  tan  ilustre  cuerpo,  como  el  deseo  de 
aprovecharme  de  su  sabiduría  y  de  su  celo  por  la  verdadera  glo- 
ria nacional,  y  de  cooperar  quanto  esté  de  mi  parte  á  sus  altas 
empresas. 

Este  ramo  de  las  antiguas  Ordenes  de  Caballería  de  España, 
jior  la  conexión  que  tiene  con  otros  hechos  importantes  de  nues- 
tra historia,  merece  ilustrarse  con  observaciones  y  documentos 
(le  un  modo  digno  que  llene  los  deseos  de  la  Academia.  Parte  de 
esto  tengo  yo  apurado,  en  varios  puntos  me  quedan  dudas  que 
merecen  aclararse,  en  otros  confío  adelantar  sobre  lo  que  hay 
publicado  hasta  ahora.  Si  á  la  Academia  le  pareciese  útil  este 
trabajo,  me  atrevería  á  pedirle  que,  devolviéndome  estas  dos 
breves  memorias,  me  permitiese  extenderlas  y  mejorarlas,  apro- 
vechándome de  ellas  para  que  en  otra  más  completa  pueda  dar 
á  éstas  y  á  otras  noticias  de  la  historia  de  nuestra  nobleza  la  po- 
sible perfección. 

Madrid,  28  de  Junio  df  1805. 

Lorenzo  Tadeo  Villanuexa. 


II 

hXOGIO    HISTÓRICO    DE    D.    ANTONIO   AGUSTÍN,   ARZOBISPO 

DE     TARRAGONA,     LEÍDO     EN     LA     REAL    ACADEIVIIA 

DE   LA   H1.ST0RIA   EL  DÍA   3   DE  DICIEMBRE  DE   1830 

Época  sobre  manera  interesante  para  nuestra  historia  literaria 
es  el  principio  del  siglo  diez  y  seis.  Reunidas  en  unas  mismas 
sienes  las  coronas  de  Castilla  y  de  Aragón,  y  arrojados  los  Moros 
del  reyno  de  Granada,  comenzó  España  á  formar  una  potencia 
respetable,  y  á  ocupar  entre  las  demás  el  lugar  que  por  sus  vir- 
tudes merecía.  El  descubrimiento  del  nuevo  mundo,  que  supo 
llevar  hasta  su  término  la  magnánTma  constancia  de  Cristóval 
Colón,  presentó  un  nuevo  teatro  á  no  pocos  ilustres  campeones, 
donde  lejos  de  su  país  pudiesen  imitar  las  hazañas  heroicas,  en 


78  BHI.KTÍN     DE    LA     1!E»L    ACAUEMiA     HE     LA     HISTORIA 

q-ue  sus  mayores  se  ejercitaron  dentro  de  su  misma  patria.  Por 
otra  parte,  la  vasta  estensión  de  los  dominios  del  Emperador 
Carlos  V  aumentó  nuestras  relaciones  con  los  reynos  estrangeros, 
y  nos  puso  al  alcance  de  los  adelantamientos  rápidos,  que  todas 
las  ciencias  habían  debido  poco  antes  á  la  invención  de  la  im- 
prenta, y  á  la  eríiigración  de  los  Griegos.  Menester  era  necesa- 
riamente que  tantos  y  tan  poderosos  impulsos  despertasen  una 
noble  emulación  en  los  pechos  Españoles:  y  que  reunidos  entre 
sí  tantos  y  tan  eficaces  auxilios  proporcionasen  un  nuevo  esplen- 
dor á  los  talentos  agitados,  que  con  admirable  ferocidad  produce 
nuestro  suelo.  Por  eso,  al  mismo  paso  que  derramados  unos  por 
la  redondez  del  orbe  acreditaban  su  singular  destreza  en  manejar 
las  armas,  no  faltaban  otros  dentro  ni  fuera  de  la  nación,  que 
mostraban  su  particular  pericia  en  cultivar  las  letras.  Difundido 
entre  nosotros  el  buen  gusto  en  el  estudio  de  las  ciencias  ecle- 
siásticas, promovióse  el  de  la  venerable  antigüedad,  y  se  facilitó 
el  de  los  libros  santos  en  sus  mismas  fuentes  por  medio  de  la 
lamosa  edición  de  la  primera  Biblia  Poliglota:  empresa  gloriosa, 
á  la  verdad,  reservada  á  la  grandeza  de  alma  y  á  la  ¡lustrada  mu- 
nificencia del  inmortal  Ximénez  de  Cisneros.  Españoles  fueron 
también  los  que  hermanando  con  más  ahinco  que  anteriormente 
el  estudio  de  las  humanidades  con  el  de  los  dos  derechos,  los 
comunicaron  una  nueva  luz,  disipando  las  tinieblas  espesas  en  que 
yacían  envueltos  por  la  grosera  ignorancia  de  los  siglos  anterio- 
res. .Sin  duda  alguna  que  la  sana  crítica  había  echado  entre  nos- 
otros muy  profundas  raíces,  cuando  casi  del  todo  encomendó  en 
Roma  el  Papa  Pío  IV  á  los  Españoles  la  correción  del  Decreto  de 
Graciano:  y  cuando  todavía  quedaba  dentro  de  su  misma  patria, 
quien  con  menos  auxilios  y  quizá  con  superior  acierto  se  atre- 
viese á  desempeñar  tan  importante  trabajo.  Yo  recordaré  siem- 
pre con  placer  los  hermosos  días  de  los  Peñas,  Chacones  y  Car- 
donas; pero  sobretodos  ellos  concederé  la  preeminencia,  sin  nin- 
guna dificultad,  al  célebre  Prelado  de  Tarragona,  D.  Antonio 
Agustín,  á  cuyo  respetable*  nombre  agradecida  nuestra  patria 
hace  profunda  reverencia.  Tomen  otros  á  su  cargo  trazar  el  elo- 
gio de  aquellos  claros  varones,  porque  á  mi  pluma  queda  muy 


ELOGIO    HISTÓRICO    DE    DON    ANTONIO    AGUSTÍN  7y 

sobrado  campo  para  estenderse  con  el  del  Arzobispo  de  Tarra- 
gona. Ensalcen  enhorabuena  hasta  las  nubes  la  variedad  de  pren- 
das literarias,  que  aseguró  á  cada  uno  de  aquellos  ilustres  Espa- 
ñoles el  desempeño  acertado  de  su  interesante  comisión:  yo  po- 
dré presentarlas  todas  reunidas  en  la  persona  de  D.  Antonio 
Agustín.  Séame,  pues,  lícito  consagrar  en  obsequio  suyo  las  pri- 
micias de  mis  trabajos  Académicos;  pero  confiando  siempre 
en  que  la  bondad  de  este  Cuerpo  tan  respetable  disimulará  con 
indulgencia  las  faltas  de  un  Elogio,  que  yo  bisoño  todavía  en  se- 
mejante clase  de  tareas  apenas  acierto  á  pronunciar.  Mi  intento 
es  ofrecer  en  la  persona  de  D.  Antonio  Agustín  un  varón  verda- 
deramente grande,  que  con  sus  virtudes  políticas  y  religiosas  no 
menos  que  con  sus  trabajos  sagrados  y  profanos  contibuyó  al 
mayor  esplendor  de  la  literatura  española  y  al  mayor  lustre  de 
su  madre  patria. 

Descendiente  de  las  familias  más  nobles  de  la  corona  de  Ara- 
gón, este  Prelado  famoso  nació  el  año  de  1 5  17  en  la  ciudad  de 
Zaragoza,  fecunda  madre  de  hijos  distinguidos.  Todavía  era  de 
corta  edad  cuando  perdió  á  sus  padres;  pero  en  cambio  de  ellos 
encontró  un  benéfico  Tío,  que  ayudado  de  la  generosidad  del 
César,  se  encargó  de  su  educación,  y  después  de  los  estudios 
propios  de  la  niñez,  le  envió  á  cursar  en  las  aulas  de  Alcalá.  Allí 
donde  todavía  resonaban  los  armoniosos  ecos  de  Antonio  de 
Nebrija,  allí  es  donde  el  tierno  Agustín  perteccionó  sus  conoci- 
mientos en  las  humanidades,  y  estudió  tal  vez  filosofía.  En  la 
Universidad  de  Salamanca,  adonde  pasó  después,  se  dedicó  al 
Derecho  Canónico  y  Civil,  cuya  profesión  estaba  como  vinculada 
en  su  familia;  pero  solícito  de  aprovechar  el  tiempo  que  le  so- 
braba de  sus  tareas  escolásticas,  comenzó  á  recoger  en  un  libro 
cuantas  especies  hallaba  en  los  autores  relativas  á  la  ciencia  ge- 
nealógica. Estas  preciosas  notas,  frutos  tempranos  de  la  más 
constante  laboriosidad,  produjeron  con  el  tiempo  sus  Diálogos 
de  las  artnas  y  linages  de  la  nobleza  de  España,  que  habiendo 
quedado  sin  concluir  al  tiempo  de  su  muerte,  salieron  después 
á  luz  por  el  esmerado  y  patriótico  celo  de  D.  Gregorio  Mayans. 
Pequeño  teatro  era  para  el  joven  estudiante  la  Universidad  de 


8o  BOIITÍN    UE    I,A    REAL    ACADEMIA    I>E    I. A    HISTOKIA 

Salamanca,  en  la  cual  todavía  no  estaba  introducido  el  buen 
gusto  en  la  enseñanza  del  Derecho,  ni  se  cultivaban  esmerada- 
mente las  bellas  letras,  ni  las  lenguas  eruditas,  por  lo  que  al  cabo 
de  siete  aíios  se  trasladó  á  Bolonia,  donde  á  los  cinco  de  su  lle- 
gada fué  condecorado  con  una  beca  del  Colegio  mayor  de  San 
Clemente.  Este  era  el  teatro  que  su  insaciable  aplicación  buscaba 
para  dedicarse  con  todo  interés  al  estudio  de  la  Jurisprudencia, 
sin  desatender  por  eso  el  de  las  humanidades.  Y  esta  es  la  razón 
por  qué  al  mismo  tiempo  que  alistado  en  las  aulas  de  Pablo  Pa- 
risio,  y  sobre  todo  del  célebre  Andrés  Alciato,  resolvía  las  leyes 
y  consultaba  sus  intérpretes,  no  se  desdeñaba  de  aplicarse  se- 
gunda vez  al  conocimiento  de  los  idiomas  griego  y  latino  en  las  , 
escuelas  de  Bonamico,  Facelo  y  Rómulo  Amasco.  Avaro  de  su 
tiempo  y  no  menos  deseoso  de  templar  la  serenidad  y  aun  ari- 
dez de  esta  clase  de  estudios  con  otros  más  amenos,  emprendió 
el  de  la  Música  y  el  de  la  Poesía,  en  la  cual  salió  tan  aventajado, 
como  lo  acreditó  después  con  sus  repelidas  composiciones,  y 
especialmente  con  haber  introducido  en  nuestra  literatura  los 
versos  sáficos  y  adónicos,  si  hemos  de  dar  crédito  á  la  observa- 
ción de  D.  Pedro  Valero  Díaz.  Un  gusto  tan  sólido  y  tan  bien 
cimentado  sobre  las  bellas  letras  no  podía  menos  de  avenirse 
mal  con  la  pesada  enseñanza  de  los  juristas  de  su  siglo,  sin  es- 
cluir  á  su  maestro  Alciato.  El  tiempo  que  debía  emplearse  en 
aprender  las  leyes  y  examinar  la  razón  ó  sin  razón  de  ellas,  per- 
díase tristemente  en  eludirlas,  más  bien  que  esplicarlas  por  me- 
dio de  interpretaciones  sutiles  y  de  violentas  distinciones,  que 
lejos  de  aclarar  las  dificultades  del  texto  sólo  servían  para  au- 
mentarlas, y  para  hacer  más  penoso  el  estudio  de  la  jurispru- 
dencia. Introducido  en  las  aulas  el  gusto  de  Aristóteles,  redu- 
cíase toda  la  ciencia  de  un  letrado  á  disputar  de  las  leyes  y  a 
discurrir  mil  y  mil  cavilaciones  ridiculas  que  oscurecían  la  ver- 
dad y  embrollaban  la  justicia.  Bien  pronto  conoció  nuestro  labo- 
rioso escolar  cuánto  tiempo  se  perdía  con  una  enseñanza  tan 
viciosa  y  la  urgente  necesidad  con  que  la  cultura  del  siglo  recla- 
maba un  método  más  acertado.  Nosotros  estamos  cogidos,  decía 
más  adelante,  eti  los  lasos  de  estas  disputas  por  vic  io  de  los  tiempos, 


ELOGIO    HISTÓRICO    DE    DON    ANTONIO    AGUSTÍIJ  8l 

)'  lie  juzgado  que  es  muy  propio  de  sabios  usar  de  ¡a  fortuna,  y 
de  cualesquiera  tiempos,  y  desear  y  procurar  de  veras,  que  cada 
uno  haga  lo  más  aventajado,  á  lo  menos  lo  que  es  mejor  que  las 
cosas  vulgares.  Con  estas  palabras,  tan  propias  de  su  modestia, 
nos  dio  él  mismo  á  entender  que  él  era  quien  primero  se  había 
separado  enteramente  del  método  común  por  seguir  el  de  los 
juristas  antiguos,  los  cuales  tanto  se  distinguieron  en  la  inter- 
pretación de  las  leyes  por  su  método  y  concisión  y  pureza  de 
lenguaje. 

Acabada  en  Bolonia  la  carrera  de  sus  estudios,  se  trasladó  á 
Florencia,  donde  en  breve  tiempo,  aunque  á  fuerza  de  trabajo, 
hizo  un  cotejo  puntual  de  la  edición  Nórica  de  las  Pandectas  con 
un  manuscrito  antiquísimo  de  las  mismas  que  allí  se  conservaba. 
Esta  confrontación  sobre  manera  necesaria  en  un  siglo  que  aún 
carecía  de  una  edición  esmerada  y  correcta  del  cuerpo  del  De- 
recho, animó  á  D.  Antonio  Agustín  á  dar  al  público  las  primicias 
de  sus  trabajos.  Habiéndome  restituido  á  Bolonia,  escribía  él  mis- 
mo á  su  amigo  Miguel  May,  Vicecanciller  de  Aragón,  empecé  á 
cotejar  estos  mismos  libros  emnendados  de  aquella  manera  con 
todos  los  demás  y  con  los  intérpretes  de  ellos,  y  de  este  modo  hallé 
que  no  sólo  no  había  yo  quedado  frustrado  de  mi  expectación,  sino 
largamente  colmado  con  la  utilidad  del  suceso.  Porque  no  sólo  me 
libré  de  la  variedad  de  escrituras  que  se  hallaba  en  casi  todas  las 
palabras,  sino  que  advertí  que  muchísimas  cosas  que  se  tienen  por 
ciertas  no  están  bien  escritas  por  culpa,  y  muy  grande,  de  los  copis- 
tas é  intérpretes:  las  cuales  cosas,  como  á  mí  me  pareciese  necesa- 
rio que  no  estuviesen  ocultas  á  todos  los  que  se  aplican  á  la  juris- 
prudencia, concebí  en  mi  ánimo  una  carga  mayor  que  mis  fuerzas: 
el  señalar  todas  estas  enmiendas  y  los  errores  de  nuestros  intér- 
pretes. En  efecto,  el  año  1543  dio  á  luz  su  obra  De  las  enmenda- 
ciones y  opiniones  del  Derecho  civil,  obra  pequeña  en  el  volumen, 
pero  muy  grande  en  la  estimación  de  los  inteligentes,  y  que 
mereció  á  su  autor  un  distinguido  lugar  en  la  república  de  los 
jurisconsultos,  á  pesar  de  haberla  compuesto  cuando  sólo  conta- 
ba veinticinco  años.  Esta  obra  preciosa,  adonde  compite  un  in- 
menso trabajo  con  una  vasta  erudición,  fué  una  antorcha  resplan- 

TOMO    LXXV  6 


82  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

deciente  de  sana  crítica  que  ahuyentó  las  tinieblas  en  que  yacía 
envuelto  el  Derecho  romano,  y  sirvió  de  poderoso  estímulo  para 
redoblar  la  aplicación  de  no  pocos  sabios  profesores  envejecidos 
en  su  estudio.  Más  ventajas  acarreó  ella  sola  que  cuantos  volú- 
menes escribieron  hasta  entonces  Jos  más  profundos  juristas, 
porque  trazándoles  una  senda  desconocida  enteramente,  les  en- 
señó á  cultivar  su  facultad  con  más  gusto  y  con  más  filosofía. 
Animado  entonces  con  el  éxito  feliz  de  su  primera  empresa,  sólo 
pensó  en  dedicarse  con  nuevo  interés  á  la  ilustración  de  la  juris- 
prudencia romana,  y  pasando  á  Venecia  añadió  á  la  edición  Nó- 
rica  de  las  Pandectas  cuanto  faltaba  á  las  Abvehzs  de  Justiniano, 
con  la  ayuda  de  un  antiguo  manuscrito:  Novelas  que  publicó 
más  adelante,  así  como  la  interpretación  del  antecesor  Juliano. 
Poco  después  tradujo  nuevamente  y  comentó  los  fragmentos 
griegos  de  Herenio  Modestino  sobre  las  Excusas  de  las  tutelas, 
y  compuso  un  libro  erudito  sobre  las  Leyes  y  decretos  del  Senado, 
donde  con  un  dominio  tan  magistral  pone  á  la  vista  el  origen  y 
asunto  de  cuantas  encierran  las  Pandectas,  como  si  hubiesen  sido 
sancionadas  por  su  mano.  Para  conciliar  bien  las  leyes  entre  sí 
y  para  dar  una  respuesta  exacta  á  sus  frecuentes  contradicciones, 
era  necesaria  en  sumo  grado  una  noticia  puntual  de  su  cronolo- 
gía, así  como  de  sus  autores  é  intérpretes.  Con  este  motivo  es- 
cribió su  obra  De  los  nombres  propios  de  las  Pandectas,  en  la 
cual  de  tal  modo  aparece  poseído  de  la  doctrina  de  los  antiguos 
jurisconsultos,  como  si  por  una  especie  de  transmigración  pita- 
górica llevase  dentro  de  sí  mismo  el  espíritu  de  aquellos  grandes 
varones,  de  los  Ulpianos,  Paulos  y  Papinianos.  Enajenado  de 
gozo  con  tan  inmensa  y  varia  erudición  su  amigo  Lelio  Taurelo, 
célebre  jurista  de  su  siglo,  escribíale  de  esta  manera:  Buen  áni- 
mo, Agustín  mío:  tú  eres  quien  oportunamente  pone  el  día  de  hoy 
á  la  vista  de  los  maestros  del  Derecho,  cosas  de  que  jamás  tuvie- 
ron noticia  á  pesar  de  que  se  reputan  capaces  de  enseñar  á  los 
demás. 

Una  opinión  tan  relevante  y  tan  justamente  adquirida  no  po- 
día estar  oculta  por  largo  tiempo.  Noticioso  Carlos  V  del  mérito 
singular  de  D.  Antonio  Agustín,  le  presentó  para  una  plaza  de 


ELOGIO    HISTÓRICO    DE    DON    ANTONIO    AGUSTÍN  83 

Auditor  de  Rota,  cuando  solamente  contaba  veintisiete  años. 
Trasládase  á  Roma  el  joven  Auditor  y  comienza  al  instante  á 
participar  del  aprecio  de  los  Sumos  Pontífices,  no  menos  que  del 
Rey  Católico,  los  cuales  parecen  empeñados  á  porfía  en  honrar  ' 
su  virtud  y  letras.  No  contento  Julio  III  con  franquearle  sus  más 
íntimos  secretos,  y  con  someter  á  su  decisión  los  casos  más  difí- 
ciles, le  nombró  Nuncio  Apostólico  en  Inglaterra,  para  dar  á 
Felipe  II  el  parabién  por  su  matrimonio  con  la  Reina  Doña  Ma- 
ría, y  para  trabajar  en  la  reducción  de  aquel  reino  á  la  fe  cató- 
lica. Paulo  IV  le  creó  Obispo  de  Alife,  y  le  envió  á  la  Corte  de 
Alemania  en  calidad  de  Legado  para  granjear  la  mediación  del 
Emperador  Ferdinando  I  entre  los  Reyes  Católico  y  Cristianísi- 
mo, cuya  legación  produjo  las  paces  entre  las  dos  naciones. 
Felipe  lí  le  comisionó  para  visitar  la  isla  de  Sicilia,  y  en  premio 
de  su  integridad  y  acertado  desempeño  le  presentó  después  para 
el  Obispado  de  Lérida.  Pero  tantas  y  tan  bien  merecidas  distin- 
ciones no  fueron  bastantes  para  distraer  su  ánimo  estudioso:  an- 
tes bien,  con  nuevo  ahinco  procuraba  reparar  en  Roma  el  tiem- 
po que  le  robaban  sus  frecuentes  y  honrosas  comisiones.  Delei- 
tábase sobre  manera  con  el  trato  de  los  hombres  sabios,  los  cua- 
les hallaban  en  su  persona  un  protector  generoso,  y  en  su  mo- 
desta casa  un  punto  de  reunión  para  conferenciar  entre  sí,  y 
animarse  mutuamente  al  buen  desempeño  de  sus  tareas.  El  mis- 
mo nos  asegura  que  allí  se  trataba  de  las  antigüedades  de  Roma, 
de  las  inscripciones,  medallas  y  sucesos  antiguos,  de  la  historia 
literaria,  latina  y  griega,  de  la  secular  y  eclesiástica,  y  en  una 
•  palabra,  de  todas  las  artes  y  ciencias  capaces  de  saciar  el  ham- 
bre de  un  genio  laborioso.  Fruto  de  estas  reuniones  curiosas 
tueron  sin  duda  alguna  sus  enmiendas  y  anotaciones  á  M.  Teren- 
cio  Varrón,  De  liiigua  latina,  y  á  Sexto  Pompeyo  Festo,  De  ve?'- 
boruní  significatione;  pero  sobre  todo,  sus  principales  obras  de 
antigüedades,  como  sus  Adiciones  d  las  familias  romanas  de  Ful- 
vio  Ursino,  y  sus  apreciables  Diálogos  de  las  medallas,  inscrip- 
ciones y  otras  antigüedades,  los  cuales  no  vieron  la  luz  pública 
hasta  después  de  sus  días.  Al  llegar  aquí,  doctísimos  Académi- 
cos, quisiera  yo  detenerme  algún  tanto,  para  que  admiremos  de 


84  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

común  acuerdo  la  inmensa  erudición  )'  la  suma  utilidad  de  una 
obra  tan  inestimable  como  propia  de  nuestro  Instituto.  Pero  no, 
no  soy  yo  á  quien  corresponde  formar  el  panegírico  de  unos 
diálogos  curiosos  sobre  manera,  y  sobradamente  eruditos,  por- 
que no  soy  yo  el  que  debe  enseñar  á  la  Academia,  sino  á  quien 
toca  aprender  del  menor  de  sus  individuos.  Ahora,  ahora  es  oca-' 
sión  de  que  yo  interrumpa  mi  discurso,  y  de  que  tomen  ellos  la 
palabra.  Volved,  señores,  la  vista  á  vuestro  alrededor,  y  fijándo- 
la en  ese  monetario  tan  copioso  como  bien  custodiado,  decidme 
de  cuánto  provecho  sirvieron  para  interpretarle  y  ponerle  en  or- 
den los  Diálogos  de  D.  Antonio  Agustín.  ¿Qué  otro  autor  ante- 
rior á  él  suministró  tanta  copia  y  tanta  profundidad  de  conoci- 
mientos numismáticos?  Buen  testigo  puede  ser  en  la  materia  el 
doctísimo  Spanheim,  quien  asegura  que  iniigit/io  antes  de  don 
Antonio  Agustín  desempeñó  quizá  con  más  acierto  un  asunto  tan 
difícil.  ¡Loor  eterno  á  este  anticuario  tan  consumado,  cuyos  ex- 
quisitos conocimientos  de  antigüedades  jamás  perderá  de  vista  la 
Real  Academia  de  la  Historia! 

Disponíase  nuestro  Obispo  á  trasladarse  á  su  silla  de  Lérida, 
cuando  he  aquí  que  á  sus  virtudes  é  instrucción  aparece  de  re- 
pente un  teatro  grandioso  á  la  verdad,  y  por  todos  títulos  res- 
petable. Ábrese  por  la  vez  tercera  el  .Sacrosanto  Concilio  Tri- 
dentino;  y  de  todo  el  mundo  católico  acuden  á  terminar  sus  se- 
siones Obispos  venerables,  y  teólogos  doctísimos,  entre  los  cua- 
les descuellan  sin  dificultad  los  Padres  Españoles.  ;Ouién  de 
nosotros  no  echa  de  menos  al  Obispo  Agustín,  en  esta  santa 
asamblea.'  Preséntase  allí  por  orden  de  Felipe  II,  y  desde  luego 
comienza  á  desplegar  un  celo  verdaderamento  apostólico,  y  una 
entereza  generosa.  Claman  los  Padres  Españoles  por  la  reforma 
de  la  disciplina:  y  con  no  menos  libertad  la  reclama  también  el 
Reverendo  Obispo  de  Lérida.  Por  nuestros  pecados,  dice,  se  ha 
levantado  contra  nosotros  esta  violenta  tempestad  en  Francia  y  en 
Gemianía.  Empiécese,  pues,  por  la  casa  de  Dios,  y  vosotros.  Pa- 
dres míos,  tomad  las  debidas  providencias  para  sostener  la  repú- 
blica cristiana,  que  está  á  punto  de  caerse.  Admirados  los  Padres 
Tridéntinos  de   su  grandeza  de   alma,  no  menos  que   de  su  pro- 


ELOGIO    HISTÓRICO    DE    DOS    ANTONIO    AGUSTÍN  85 

funda  sabiduría,  comienzan  á  prodigarle  niil  muestras  de  respe- 
to, y  á  poner  en  sus  manos  mil  espinosas  comisiones.  Pero  el 
Obispo  Agustín,  tan  celoso  como  modesto,  enteramente  se  olvi- 
da de  sí  mismo  á  trueque  de  consagrarse  todo  al  mayor  bien  de 
la  Iglesia.  Encargado  de  examinar  el  funesto  Catecismo  de  Barto- 
lomé de  Carranza,  aprovecha  tan  bella  ocasión  para  suspirar  por 
la  reforma  del  misal  y  por  la  formación  de  un  Catecismo  arre- 
glado á  la  doctrina  de  los  Apóstoles  y  de  los  Santos  Padres. 
Trátase  de  la  comunión  bajo  las  dos  especies,  y  exponiendo 
Agustín  lo  que  su  curiosidad  tenía  recogido,  de  los  manuscritos 
del  Vaticano,  comunica  oportunas  luces  para  redactar  con  mar 
yor  claridad  este  importante  decreto.  No  era  de  menos  interés 
el  de  la  residencia,  cuya  formación  quedó  á  cargo  de  nuestro 
Obispo,  así  como  la  extensión  del  de  la  observancia  del  Conci- 
lio, en  que  tuvo  por  compañero  al  insigne  Covarrubias.  ¡Oh, 
Prelado,  grande  á  la  verdad,  y  seguramente  dichoso!  Jamás  pudo 
ofrecerse  á  tu  vista  un  teatro  más  augusto,  donde  campease  más 
tu  sabiduría,  ni  se  respetasen  más  tus  virtudes.  En  esa  asamblea 
tan  grandiosa  y  rodeado  de  tantos  y  tan  dignos  espectadores, 
supiste  emplear  con  envidiable  gloria  tus  luces  no  vulgares  en 
obsequio  de  la  Iglesia.  Pues  en  premio  de  tus  servicios  impor- 
tantes jamás  olvidará  tu  nombre  la  esposa  de  Jesucristo;  y  éste 
reino  católico  bendecirá  para  siempre  tu  memoria. 

Cerradas  las  sesiones  del  Concilio  Tridentino,  trasladóse  á 
Lérida  D.  Antonio  Agustín,  donde  en  medio  de  las  penosas  obli- 
gaciones del  cargo  pastoral  no  perdió  de  vista  sus  tareas  litera- 
rias. Había  tomado  á  su  cargo  al  principio  de  su  carrera  la  ilus- 
tración del  Derecho  civil,  y  no  quiso  terminar  sus  días  sin  ilus- 
trar igualmente  la  Jurisprudencia  canónica.  Fué  su  primer  pen- 
samiento publicar  una  Colección  greco-latiua  de  los  sagrados 
Concilios,  precedida  de  la  historia  de  cada  uno,  y  acompañada 
de  doctos  escolios  para  aclarar  los  pasajes  más  obscuros,  fue^ 
ra  de  las  variantes  que  arrojase  de  sí  el  cotejo  de  Códices. 
Pero  esta  obra  inestimable,  y  superior  á  las  fuerzas  de  un  honT- 
bre  solo,  quedó  sofocada  en  su  principio  por  las  ocultas  y  po>- 
derosas    maquinaciones    de   algunos  envidiosos,  que  no   sienda 


86  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

capaces  de  intentarla,  y  menos  concluirla,  tomaron  á  su  car- 
go el  atentar  contra  ella  y  sepultarla  en  el  olvido.  ¡Pluguiese  al 
cielo  que  hubieran  merecido  .igual  suerte  los  siniestros  trabajos 
del  célebre  Román  de  la  Higuera,  el  cual,  en  la  oscuridad  de 
su  aposento  escribía  entonces  sus  falsos  cronicones,  so  color  de 
aumentar  por  medios  tan  reprobados  las  glorias  de  nuestra  Igle- 
sia! Noticioso  D.  Antonio  Agustín  de  unos  trabajos  tan  dañinos 
escribió  á  su  autor  varias  cartas  en  que  antes  que  nadie  repren- 
dió sus  ocultas  maquinaciones  é  hizo  patente  su  falsedad.  Lejos 
de  desanimarse  por  ver  frustrada  su  edición  de  los  Concilios-, 
tomó  con  más  empeño  el  enriquecer  la  iglesia  con  sus  obras  ca- 
nónicas. Nada  diré  de  las  antiguas  colecciones  de  Decretales  que 
publicó  acompañadas  de  sabias  notas:  colecciones  tan  conocidas 
de  los  profesores  de  Derecho  Canónico  como  necesarias  para 
entender  bien  las  Decretales  de  la  Gregoriana.  Tampoco  hablaré 
de  sus  Anotaciones  d  los  Cánones  penitenciales,  y  menos  de  su 
Epitome  del  antiguo  derecho  pontificio:  pero  no  quiero  pasar  en 
silencio  sus  trabajos  en  la  corrección  del  Decreto  de  Graciano. 
Falta  de  crítica  más  bien  que  de  probidad  este  monje  laborioso 
había  publicado  una  célebre  colección  de  cánones  y  decretales  á 
mediados  del  siglo  xii,  con  el  título  deslumbrador  de  Concordia 
de  los  Cánones  discordantes.  Pero  equivocadas  las  inscripciones 
de  unos  documentos,  y  mezclados  todos  entre  sí  confusamente, 
así  supuestos  como  legítimos,  pudiéramos  asegurar  con  verdad 
que  la  Colección  de  Graciano  no  era  una  concordia  de  cánones, 
sino  una  discordia  continuada.  Mas  en  medio  de  todos  sus  de- 
fectos fué  recibida  entonces  con  aplauso  universal,  porque  si  eran 
cortas  las  luces  de  Graciano,  todavía  lo  eran  más  las  de  su  siglo. 
Los  mismos  Pontífices  la  consultaban  con  frecuencia  y  la  tenían 
presente  en  todas  sus  decisiones,  introduciendo  de  este  modo  en 
la  iglesia  un  derecho  desconocido  anteriormente,  y  opuesto  en 
gran  parte  al  lado  de  sus  días  más  hermosos.  Un  vislumbre  de 
fina  crítica  bastó  tres  siglos  después  para  descubrir  los  defectos 
de  esta  Colección:  y  para  excitar  en  los  amantes  de  la  pura  dis- 
ciplina los  más  vivos  deseos  de  su  enmienda.  Pero  aterrados  to- 
dos con  una  empresa  tan  vasta,  apenas  se  atrevía  á  tomarla  por 


ELOGIO    HISTÓRICO    DE    DON    ANTONIO    AGUSTÍN  87 

SU  cuenta.  El  poco  acierto  con  que  la  desempeñaron  á  mediados 
del  siglo  XVI  los  dos  Antonios  Demócares  y  Conti,  obligó  á 
Roma  á  encargarse  de  ella  para  cerrar  la  boca  á  los  sectarios  de 
Latero.  Entonces  pienso  yo  que  la  Iglesia  universal  fijó  sus  ojos 
en  D.  Antonio  Agustín,  como  si  á  él  solo  reputase  capaz  de 
desempeñarla  acertadamente,  ó  como  si  de  él  solo  esperase  que 
se  encargaría  de  ella,  constante  en  sus  deseos  de  servirla.  En 
efecto,  toma  la  pluma  el  Obispo  de  Lérida,  y  después  de  un  tra- 
bajo correspondiente  á  la  importancia  del  asunto  presenta  con- 
cluida en  un  libro  pequeño  la  Corrección  del  Decreto  de  Gracia- 
no, libro  pequeño  á  la  verdad,  pero  de  muy  subido  precio  por 
su  escogida  erudición;  libro  que  dio  mucho  que  admirar  á  todos 
los  sabios  de  aquel  tiempo;  y  que  casi  nada  ha  dejado  que  aña- 
dir á  cuantos  han  emprendido  después  este  mismo  trabajo;  libro, 
en  fin,  que  manejarán  siempre  con  singular  gusto  y  provecho 
los  buenos  canonistas,  y  donde  se  contrapone  admirablemente 
la  ninguna  crítica  del  monje  Graciano  con  la  crítica  canónica  de 
D.  Antonio  Agustín. 

Cosa  maravillosa  es,  por  cierto,  que  ocupado  incesantemente 
en  publicar  tanta  variedad  de  obras  y  de  tan  inmenso  trabajo,  to- 
davía acertase  á  desempeñar  con  exactitud  las  funciones  de  su 
ministerio.  Pero  en  medio  de  todas  sus  tareas,  no  dejó  de  portarse 
como  Prelado  celoso,  tanto  en  la  silla  de  Lérida,  donde  residió 
por  espacio  de  doce  años,  como  en  la  mitra  de  Tarragona,  adon- 
de fué  trasladado  diez  años  antes  de  su  muerte;  y  si  en  la  pri- 
mera cumplió  con  las  obligaciones  de  buen  Obispo,  en  la  se- 
gunda desempeñó  las  de  buen  Metropolitano.  Estrechamente 
encarg-ó  el  Concilio  de  Trento  la  frecuente  celebración  de  los 
concilios  provinciales,  comq  medio  el  más  á  propósito  para  man- 
tener la  pureza  de  la  fe,  y  corregir  los  abusos  introducidos  en  la 
disciplina.  Altamente  penetrado  el  Arzobispo  de  Tarragona  de 
la  sabia  previsión  del  Concilio  Tridentino,  y  fiel  observador  de 
sus  decretos,  congrega  tres  Concilios  provinciales  y  dos  dioce- 
sanos: y  tomó  con  todo  empeño  el  derramar  la  buena  semilla  de 
la  doctrina  sana  y  extender  su  solicitud  pastoral  á  todos  los  en- 
cargos confiados  á  sus  desvelos.  Hable  su  Revisión  del  Breviario 


88  boletín  de  la  real  acadejiia  de  la  historia 

de  Lérida;  hable  su  publicación  de  las  Sinodales  tarraconenses; 
hable,  en  fin,  su  Catecismo  de  la  doctrina  cristiana,  obra  poco 
común  desgraciadamente,  á  pesar  de  sus  tres  ediciones.  Deseoso 
de  introducir  radicalmente  la  reforma  de  las  costumbres,  á  nadie 
admitió  jamás  á  las  Ordenes  sagradas  sin  cerciorarse  primero  de 
su  idoneidad  y  exemplar  vida,  obedeciendo  de  esta  suerte  el  pre- 
cepto del  Apóstol,  de  no  imponer  á  nadie  las  manos  de  ligero. 
Era  recto,  sin  acrimonia,  afable,  sin  llaneza,  virtuoso,  sin  orgullo, 
docto,  sin  presunción,  y  dotado  de  una  presencia  grave  y  majes- 
tuosa, arrebataba  hacia  sí  la  benevolencia  de  todos.  Jamás  hom- 
bre alguno  mostró  en  su  conducta  mayor  integridad  y  templanza, 
ni  menos  codicia  y  ambición;  pero  entre  todas  sus  virtudes 
sobresalía  su  caridad  con  los  pobres.  Ocasión  hubo  en  que  para 
socorrerlos  empeñó  los  vasos  sagrados  y  llegó  á  vender  sus  pro- 
pios libros,  siendo  las  alhajas  que  más  estimaba:  notable  des- 
prendimiento, sin  duda  alguna,  y  prueba  nada  equívoca  de  la 
más  acendrada  caridad.  Seguro  estoy  de  que  sus  feligreses  diri- 
girían al  Cielo  votos  fervorosos  por  su  dilatada  vida  y  que  derra- 
marían tiernas  lágrimas  en  su  funesta  muerte,  acaecida  el  año 
1586,  antes  de  cumplir  los  setenta  de  su  edad.  Diósele  sepultura 
en  la  suntuosa  capilla  del  Sacramento,"  edificada  en  la  Catedral  á 
sus  expensas,  y  grabóse  ¡sobre  su  sepulcro  un  breve  elogio,  en 
que  con  razón  se  le  apellida  clarísimo  ilustrador  de  las  liiiiiiani- 
dades  y  de  los  dos  derechos;  juez  incorruptisinio,  copioso  en  derra- 
-  mar  limosnas,  y  orácido  terrestre  de  la  sabiduría. 

Viva  su  memoria  para  siempre,  como  la  de  todos  los  hombres 
sabios  y  virtuosos.  Su  vida  presenta  á  los  siglos  venideros  un 
texido  de  acciones  gloriosas,  y  exentas  de  lanares,  que  harán 
siempre  grato  su  renombre,  y  esta  nación  heroyca  jamás  olvi- 
dará la  alta  estimación  que  prodigó  su  siglo  á  este  varón  singu- 
lar, y  por  todos  títulos  recomendable,  admirado  en  Bolonia,  dis- 
tinguido en  Roma,  honrado  en  Inglaterra,  respetado  en  Alema- 
nia, venerado  en  Sicilia,  consultado  en  Tupnto  y  llorado  en  Ta- 
rragona. Acreedor  es,  sin  duda  alguna,  á  que  pronunciemos  su 
nombre  con  gratitud  y  respeto  y  á  que  le  proclamemos  huma- 
nista célebre,   crítico    profundo,    anticuario   consumado,   jurista 


ELOGIO    HISTÓRICO    DE    DON    ANTONIO    AGUSTÍN  89 

docto,  eminente  canonista,  y,  sobre  todo,  varón  sin  tacha  y 
modelo  de  prelados.  Pero  no,  no  por  cierto;  más  vale  que  enmu- 
dezcamos nosotros,  para  no  incurrir  en  la  censura  de  algún  genio 
descontentadizo,  á  quien  nuestros  elogios  puedan  parecer  des- 
ahogados de  una  pasión  ciega  á  nuestra  Patria,  más  bien  que 
efectos  de  amor  á  la  justicia.  Más  vale  que  nosotros  enmudezca- 
mos y  que  dexemos  á  los  sabios  extranjeros  pronunciar  sus  ala- 
banzas. Dexemos  á  Pablo  Manucio  llamarle  depósito  de  toda,  la 
antigüedad.  Dexemos  á  Juan  Leonclavio  apellidarlo  el  prelado 
más  docto  de  su  siglo.  Dexemos  al  Tuano  proclamarle  gran  lum- 
brera de  España;  y  si  esto  es  poco  todavía,  dexemos  ai  mismo 
Benedicto  XI\'  confesar  que  D:  Antonio  Agustin  ilustró  todo  el 
mundo  con  el  resplandor  de  su  erudición  eclesiástica.  Nosotros, 
entretanto,  revolveremos  con  interés  sus  apreciables  escritos, 
para  sacar  fruto  de  su  inmensa  erudición;  y  volviendo  los  ojos 
.hacia  su  irreprensible  y  laboriosa  vida,  hallaremos  un  modelo 
acabado  y  á  propósito  donde  formarnos  beneméritos  hijos  de  la 
Iglesia  y  ciudadanos  útiles  á  la  madre  Patria.  Mas,  por  lo  que  á 
mí  toca,  con  razón  podré  gloriarme  de  haber  consagrado  en  su 
obsequio  mis  cortas  luces  por  medio  de  estos  renglones;  y  si 
acaso  con  ellos  no  he  merecido  llenar  los  deseos  y  esperanzas  de 
la  Academia,  no  me  fallará  al  menos  el  gusto  de  haberlo  inten- 
tado. 

Madrid,  3  de  Diciembre  de  1S30. 

Pedro  Síinz  de  B.\randa 


DOCUMENTOS  OFICIALES 


1 

COMISIÓN  PROVINCIAL  DE  MONUMENTOS  HISTCJRICOS 
Y  ARTÍSTICOS  DE  ÁLAVA 

Tengo  el  honor  de  poner  en  conocimiento  de  Y.  E.  que  en 
sesión  celebrada  en  20  de  Enero  actual  ha  quedado  constituida 
la  Comisión  provincial  de  Álava  en  la  forma  siguiente: 

Presidente:  D.  José  Cola  y  Goiti,  Correspondiente  de  las  Rea- 
les Academias  de  Bellas  Artes  y  de  la  Historia. 

Vicepresidente:  D.  Odón  Apraiz  y  Sáenz  del  Burgo,  Corres- 
pondiente de  la  Academia  de  la  Historia. 

Conservador:  D.  Javier  Aguirre,  Arquitecto  municipal,  de  la 
Academia  de  Bellas  Artes. 

Secretario:  D.  Eulogio  Serdán  y  Aguirregavidia,  de  la  Acade- 
mia de  la  Historia. 

Dios  guarde  á  V.  E.  muchos  años. — Vitoria,  25  de  Enero 
de  1919. 

El  Presidente, 

José  Col.4  y  Goiti. 

Excmo.  Sr.  Marques  de  Laureuciii,  Presidente  de  la  Real  Aca- 
demia de  la  Historia. 


not:^icias 


En  el  pasado  mes  de  Junio  ha  fallecido  en  León  el  Correspondiente 
D.  Pedro  Serrano  y  Sánchez;  y  se  ha  tenido  noticia  del  fallecimiento  de 
los  que  lo  eran  en  Vizcaya  (Bilbao),  D.  Vicente  González  de  Echávarri  y 
D.  Carlos  de  la  Plaza;  D.  José  María  Martí,  en  Puigcerdá  (Gerona),  y 
D.  Francisco  de  Paula  Góngora  del  Carpió,  en  Granada. 

Elegidos:  en  Portugal,  D.  Antonio  de  Portugal  de  Faria,  Vizconde  de 
Faria  (6  de  Junio);  en  la  República  de  Cuba,  D.  Mario  García  Kohly;  en 
la  de  Méjico,  D.  Jesús  Galindo  )"  Villa,  D.  Luis  González  Obregón  y  don 
Juan  B.  Iguiñiz;  D.  Eduardo  Julia  Martínez,  por  Castellón;  en  Mahón  (Ba- 
learcsX  D.  Francisco  Camps  y  D.Juan  Blázquez  y  Fábregues;  en  Teruel, 
D.  Lorenzo  López  Temprado;  D.  Elias  Abad  Navarro,  en  Alicante;  don 
Leopoldo  Torres  Balbás,  en  Santander;  el  Sr.  Erland  Xordenskiold,  en 
Gotenburgo  (.Sueciai,  y  D.  Martín  Domínguez  Berrueta.  en  Granada. 


El  domingo  15  del  pasado  mes  de  Junio  se  verificaron  en  la  Academia 
las  elecciones  de  Senador.  A  las  diez  en  punto  de  la  mañana  quedó  cons- 
tituida la  mesa,  formada  por  los  señores  Director  y  Secretario  del  Cuer- 
po, designando  como  escrutadores  á  los  Sres.  Bécker  y  Blázquez.  A  las 
doce  dióse  por  terminado  el  acto,  habiendo  sido  reelegido  el  Sr.  Marqués 
de  Laurencín  por  todos  los  votos. 


En  la  .sesión  del  30  de  Mayo,  previo  aviso  reglamentario,  se  procedió 
á  la  elección  de  Secretario  interino,  por  fallecimiento  del  perpetuo,  señor 
Hinojosa.  Tomaron  parte  en  la  elección  treinta  señores  Académicos  y 
resultó  elegido  por  unanimidad  el  Sr.  Pérez  de  Guzmán  y  Gallo,  que 
había  desempeñado  con  carácter  de  Secretario  accidental  dicho  cargo 
durante  los  seis  años  en  que  á  causa  de  su  enfermedad  el  Sr.  Hinojosa 
quedó  inválido. 


92  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Con  motivo  de  la  elección  del  Sr.  Menéndez  Pidal  para  la  presidencia 
del  Ateneo  científico,  literario  y  artístico  de  Madrid,  vacante  por  dimi- 
sión del  Sr.  Conde  de  Romanones,  que  lo  desempeñaba,  en  la  sesión  del 
día  6  de  Junio  el  Sr.  Marqués  de  Laurencín,  Director  de  la  Academia, 
felicitó  en  nombre  de  ésta  al  elegido,  haciendo  elocuente  resumen  de  sus 
méritos  científicos  y  literarios  que  tan  alta  autoridad  han  dado  á  sus 
obras  y  á  su  nombre  en  los  dos  mundos. 

Los  mismos  merecidos  elogios,  así  en  el  sentido  literario  como  en  el 
político,  en  que  tantos  servicios  tiene  prestados  á  los  intereses  patrios, 
y  la  misma  felicitación  hizo  extensiva  al  .Sr.  Conde  de  la  Mortera,  por 
haber  merecido  el  honor  de  ser  nombrado  por  decreto  por  S.  M.  Sena- 
dor vitalicio,  y  al  Sr.  Tormo  por  su  elección  pare  la  cuarta  vicepresiden- 
cia  del  Senado. 

En  la  sesión  del  día  27  ha  sido  elegido  Académico  de  Número  para 
cubrir  la  vacante  del  Sr.  Hinojosa,  el  Catedrático  de  Historia  de  la  Uni- 
versidad Central,  D.  Eduardo  Ibarra  y  Rodi'íguez. 

Su  propuesta  fué  hecha  en  la  del  día  13,  con  la  firma  délos  Sres.  Vi- 
ves, Mélida,  Ribera,  Bécker  v  Gómez-Moreno. 


Otra  vez  se  ha  ausentado  de  la  Academia  el  Sr.  Marqués  de  Villaurru- 
tia,  que  el  lunes  16  de  Junio  tuvo  que  regresar  á  Italia  al  desempeño  de 
la  Embajada  de  España  en  la  Corte  del  Ouirinal.  Durante  su  corta  resi- 
dencia en  Madrid  ha  mostrado  una  vez  más  su  amor  á  la  Academia  asis- 
tiendo á  todas  sus  juntas  y  tomando  parte  en  sus  deliberaciones. 

El  Sr.  Marqués  de  Yillaurrutia,  á  pesar  de  las  graves  ocupaciones  del 
cargo  que  desempeña  en  Roma,  antes  de  regresar  á  su  destino  nos  ha 
dado  un  nuevo  libro  histórico  con  el  título  de  El  Palacio  Barberini:  re- 
cuerdo de  Bspaña  cu  Roma.  El  Palacio  de  la  Embajada  de  España,  cons- 
truido en  el  primer  tercio  del  siglo  xvii  por  el  Cardenal  Maffeo  Barberi- 
no,  que  gobernó  la  Iglesia  con  el  nombre  de  Urbano  VIII,  después  de 
haber  sido  desde  fines  de  18 14  hasta  1819  residencia  ó  destierro  de  Car- 
los IV  y  María  Luisa,  Reyes  de  España,  en  1875,  siendo  Embajador  de 
España  el  Conde  de  Benomar,  tras  muchas  y  pintorescas  vicisitudes,  que- 
dó constituido  en  residencia  de  nuestros  representantes  diplomáticos  en 
la  capital  de  Italia.  Las  vicisitudes  varias  del  histórico  edificio  y  sus  mo- 
radores  forman  el  trabajo  bien  docimientado  del  Sr.  Marqués  de  Villa- 
urrutia,  del  que  con  más  extensión,  como  merece,  se  ocupará  el  Boletín. 


Han  trasladado  su  residencia  de  Segovia  á  Jaca  nuestro  Correspon- 
diente D.  Alfredo  Marquerie.  y  de  Vitoria  á  Jerez  de  la  Frontera  el  de 
igual  clase  D.  Ricardo  Beltrán  v  González. 


NOTICIAS  93 

Desde  Bruselas.  ;1  digno  representante  de  España  en  Bélgica  comu- 
nicó á  la  Academia  que  el  19  de  ¡Mayo  quedaron  embarcados  en  el  vapor 
Ripa^  que  había  de  concluir  su  viaje  en  Bilbao,  los  cajones  que  contienen 
los  libros  de  la  Biblioteca  que  perteneció  á  nuestro  Correspondiente 
Mr.  Dognée  y  que  ha  legado  á  nuestros  Cuerpo. 

Aunque  en  la  sesión  del  30  de  Mayo  la  Academia  acordó  que  en 
aquel  puerto  nuestro  Correspondiente  el  Sr.  Ouadra  y  Salcedo  los  reci- 
biera, haciéndoles  transportar  á  Madrid  en  cuanto  llegasen,  posterior- 
mente, con  motivo  de  haberlos  desembarcado  en  Pasajes,  se  han  dado 
las  órdenes  convenientes  para  su  envió  á  Madrid  con  toda  clase  de 
garanttías  paja  su  completa  seguridad. 


La  Comisión  organizadora  del  Homciiajc  á  los  Marinos  de  Santiago  y  de 
Cavite  ha  nombrado,  por  acuerdo  unánime,  miembro  de  la  Comisión  de 
Honor  que  preside  S.  M.  el  Rey  al  Director  de  la  Academia  excelentí- 
simo señor  Marcjués  de  Laurencio. 


A  petición  del  Sr.  Marqués  de  San  Francisco  y  de  otros  ilustres  Co- 
rrespondientes nuestros,  con  la  firma  de  los  Sres.  Duque  de  Alba,  Mar- 
qués de  San  Juan  de  Piedras  Albas,  Menéndez  Pidal,  Puyo!,  Beltrán  y 
Rózpide  y  Pérez  de  Guzmán  y  Gallo,  en  la  sesión  del  día  13  de  Junio  se 
presentó  una  propuesta  para  la  creación  en  la  capital  de  la  antigua  Xue- 
va  España  de  la  primera  Academia  americana  de  la  Historia.  Correspon- 
diente de  la  nuestra,  en  la  misma  forma  en  que  se  hallan  constituidas  en 
el  Nuevo  Mundo  las  Academias  Correspondientes  de  la  Españols.  Esta 
moción  fué  aprobada  en  la  sesión  del  día  27.  En  su  virtud,  la  Academia 
de  la  flistoria  en  Méjico,  Correspondiente  de  la  de  Madrid,  quedará  for- 
mada desde  i.°  de  Julio  del  año  actual  de  la  manera  siguiente: 

Académicos  Correspondientes  por  orden  de  antigüedad. 

Sr.  D.  Francisco  Planearte,  Arzobispo  de  Linares. 

Sr.  D.  Ignacio  Montes  de  Oca,  Obispo  de  San  Luis  de  Potosí. 

Sr.  D.  Luis  García  Pimentel 

Sr.  D.  Francisco  Icaza. 

Rvdo.  P.  Mariano  Cuevas,  S.  J. 

Sr.  D.  Manuel  Romero  de  Terreros  y  Vinent.  Marqués  de  San  Francisco. 

Sr.  D.  Jesús  García  Gutiérrez. 

Sr.  D.  Jesús  Galindo  y  Villa. 

Sr.  D.  Luis  González  Obregón. 

Sr.  D.  Juan  B.  Iguíñiz. 

Los  cargos   interinos  serán   elegidos  en  Méjico  por  los  señores  que 


94  BOLETÍN    DE     LA     REAL    ACADEMIA    DE    lA     HISTORIA 

formen  la  Academia,  hasta  qne  en  Diciembre  próximo  se  haga  definiti- 
vamente la  designación  de  ellos  conforme  á  nuestros  Reglamentos,  hasta 
que  alli  se  aprueben  los  por  que  se  haya  de  regir  en  lo  sucesivo. 


El  Correspondiente  D.  Antonio  del  Solar  y  Taboada,  de  Badajoz,  ha 
obsequiado  á  la  Academia  con  los  siguientes  Manuscritos,  en  pergamino, 
del  siglo  xvi: 

i.°  Ordenanzas  del  Cuerpo  de  Dios. — Hermandad  v  Cofradía  del  Santí- 
simo Sacramento,  fundada  en  20  de  Julio  de  IJ2J  en  la  Villa  de  Alcántara: 
letra  gótica  del  siglo  xvi;  28  hojas  en  4.°  mayor,  de  las  cuales  diez  y  ocho 
contienen  las  treinta  y  tres  leyes  de  que  se  componeu  y  las  restantes 
adiciones  y  lista  de  cofrades  hasta  1670.  Encuadernado  también  en  per- 
gamino. 

2°  Otro  cuaderno  también  escrito  y  encuadernado  en  pergamino  y 
cuya  parte  primera,  de  treinta  hojas  en  4.°,  contiene  los  traslados  ó  co- 
pias legalmente  hechas  en  14  de  Marzo  de  1528,  de  los  títulos,  cartas  y 
escrituras  de  hierbas,  censos,  tierras  de  pan  llevar  y  otras  que  tenía  la 
Cofradía  y  Hospital  del  Cuerpo  de  Cristo  en  Alcántara.  Su  segunda  par- 
te tiene  diez  y  seis  hojas,  de  las  cuales  diez  foliadas,  seis  sin  foliar  y  una 
al  final  en  blanco.  Contienen  un  pedimento  é  información  de  testigos  so- 
bre la  propiedad  de  la  dehesa  llamada  de  Ruy-Páez,  que  de  tiempo  inme- 
morial venía  poseída  por  los  mayordomos  y  cofrades  de  la  Hermandad 
del  Corpus  Christi. 

3."  Cuaderno  en  4."  manuscrito  en  papel  (siglo  xvi),  falto  délas  pri- 
meras hojas,  conteniendo  en  las  diez  primeras,  sin  numerar,  otra  copia 
de  las  Ordenanzas  de  la  Hermandad  del  Cuerpo  de  Dios,  letra  gótica  del 
siglo  XVI,  con  firmas  autógrafas  al  final  de  la  Ley  xxxni  y  de  las  xxxiv  y 
XXXV  añadidas  y  escritas  con  letra  itálica.  Siguen  otras  ocho  hojas, con  letra 
distinta,  una  con  listas  de  cofrades  de  varias  épocas  de  los  siglos  xvi 
y  XVII  y  apuntaciones  sobre  mayordomos  y  otros  cargos.  Finalmente, 
otras  cuantas  hojas  de  letra  más  moderna,  del  mismo  siglo  xvi,  con  obser- 
vaciones sobre  algunos  capítulos  de  las  Ordenanzas;  y  tras  dos  hojas  en 
blanco,  otras  doce  con  variedad  de  tipos  de  letra  y  listas  y  sucesión  de 
cofrades  eclesiásticos  y  legos  desde  1573  á  1576. 


Entre  los  numerosos  libros  que  en  la  Academia  se  han  recibido  duran- 
te el  mes  de  Junio  último  merecen  especial  mención,  mientras  con  mayor 
espacio  se  les  puede  dedicar  especiales  bibliografías,  una  Crónica  de  la 
Corona  de  Aragón,  escrita  por  el  Conde  de  Castellano  y  presentada  por 
el  de  la  Vinaza;  la  Historia  contemporánea  de  Colombia,  remitida  por  don 
Gustavo  Arboleda,  Vicepresidente  de  la  Academia  Nacional  de  Historia 


NOTICIAS  95 

de  Colombia  en  Bogotá;  la  Historia  de  la  cerámica  de  Aleara,  del  Sr.  Con- 
de de  Ca5ial,  presentada  por  el  Sr.  Marqués  de  Laurencín;  el  Catálogo 
de  los  Códices  y  Docume7Jíos  de  la  Catedral  de  León,  del  P.  Zacarías  García 
Villada,  presentada  por  el  Sr.  Menéndez  y  Pidal;  las  Relaciones  geográfi- 
cas, topográficas  é  históricas  del  reino  de  Valencia,  de  D.  Vicente  Castañe- 
da, presentada  por  el  Sr.  Barón  de  la  Vega  de  Hoz;  el  segundo  tomo  de 
la  Colección  general  de  Documentos  relativos  á  Filipinas,  remitidos  por  el 
Director  de  la  Compañía  general  -de  Tabacos  de  Filipinas,  Sr.  Conde  de 
Churruca,  presentado  por  la  Secretaría,  y,  finalmente,  el  tomo  de  Docu- 
mentos pura  la  Hiseoria  de  las  instituciones  de  León  y  de  Castilla  en  los 
siglos  Xal  XIII,  obra  postuma  del  Sr.  Hinojosa,  remitida  por  el  Centro 
de  Estudios  Históricos. 

Aunque  donativo  particular  para  el  Sr.  Pérez  de  Guzmán  y  Gallo  de  su 
autor  el  Sr.  Marqués  de  San  Francisco,  D.  Manuel  Romero  de  Terreros  y 
Vinent,  también  fueron  presentados  y  regalados  á  la  Academia  el  Discur- 
so Icido  el  22  de  Abril  último  en  su  recepción  como  Individuo  de  Núme- 
ro en  la  Academia  Mejicana,  que  trata  del  Estilo  epistolar  en  la  Nueva 
España;  el  precioso  opúsculo  titulado  Hernán  Cortés,  sus  liifos  v  nietos, 
caballeros  de  las  Ordenes  Militares,  y  el  segundo  cuaderno  de  .^íonogra- 
ftas  tncxicanas  de  arte,  que  comprende  las  Residencias  coloniales  de  Aíéxi- 
co  en  84  ilustraciones. 

Enia  Academia  Mexicana  el  Sr.  Marcjués  de  San  Francisco  ha  ocupa- 
do la  vacante  producida  por  fallecimiento  del  ilustre  é  infatigable  inves- 
tigador de  documentos  históricos  sobre  México  D.  Francisco  del  Paso 
y  Troncoso,  tan  querido,  como  en  su  país,  en  España  y  en  Italia,  donde 
residió  largo.s  años. 

El  Boletín  de  la  Comisión  de  Monumentos  Históricos  \'  Artísticos  de 
Navarra  publica  en  su  número  correspondiente  al  segundo  trimestre 
de  1919  unas  interesantes  Adiciones  al  Diccionario  histórico -político  de 
Tudela  y  su  Merindad  recogidas  de  la  colección  de  inéditos  del  que  fué 
nuestro  Académico  Correspondiente  D.José  Yanguas  3' íMiranda  por  don 
José  María  Azcona. 

Es  importante  la  bibliografía  c^ue  éste  publica,  además,  como  nota,  de 
las  obras  (jue  publicó  desde  1823  á  1858  el  ilustre  editor  de  la  Crónica  de 
los  Reyes  de  Navarra,  escrita  por  el  Príncipe  de  Viana,  y  de  la  Historia 
de  la  Conquista  del  Reino  de  Navarra,  de  D.  Luis  Correa,  y  dio  á  la  es- 
tampa de  su  mano  el  Diccionario  de  los  Fueros  de  aquel  Reino  y  el  de  sus 
Antigüedades,  entre  otras  muchas  producciones  originales. 


En  el  número  del  Bollcii  de  la  Societta  Arqueológica  Luliana,   que  se 
publica  en  Palma  de  Mallorca,  correspondiente  al  mes  de  Abril  último,  ha 


90  BOI  ETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

empezado  á  publicar  D,  I.  Macabidch  una  interesante  colección  de  Cartas 
del  fíev  Jaime  11  I  de  Aragón,  dirigidas  al  cronista  Ramón  Muntaner,  su 
Lugarteniente  en  Ibiza.  Proceden  del  Llibre  de  la  cadctia  de  la  antigua 
Universidad  de  Ibiza. 


Ha  empezado  á  publicarse  en  Barcelona  una  revista  bimensual  titulada 
Bibliografía.  Su  primer  cuaderno  abraza  los  meses  de  Enero  y  Febrero, 
y  todas  las  obras  literarias  de  que  da  noticia  están  publicadas  en  el  año 
corriente  de  1919.  Está  dividida  en  secciones,  ocupando  la  décima  cuarta 
la  Geografía  y  la  Historia.  Las  obras  de  esta  sección  de  que  da  cuenta 
comprenden  desde  el  núra.  194  hasta  el  210,  ambos  inclusive,  de  las  213 
que  constituyen  su  catálogo. 

En  el  número  del  Boletín  del  mes  de  Junio,  pág.  534,  línea  6,  se  dice, 
trat.indo  del  Discurso  del  Sr.  Hinojosa  en  elogio  del  insigne  historiador 
alemán  Teodoro  Mommsen,  que  fué  leído  en  la  sesión  pública  de  23  de 
Junio  de  igoi:  es  errata  de  imprenta,  y  debe  decir  el  26  de  Junio  de  1904. 

J.    P.    DE   G.    V    G. 


TOMO  Lxxv  Agosto-Octubre,  1919  cuadernos  ii-iv 

BOLETÍN 

DE    I, A 

REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 

INFORMES   OFICIALES 


I 

LA  FACHADA,  CRUJÍA  Y  CAPILLA  DEL  HOSPICIO  DE  MADRID 

Con  fecha  17  de  los  corrientes,  la  Secretaría  de  esta  Real  Aca- 
demia me  comunica  que  el  Sr.  Director  se  ha  servido  designarme 
para  que  informe  sobre  la  declaración  de  «monumento  nacional» 
de  las  dos  crujías  por  la  calle  de  Fuencarral  y  la  capilla  del 
Hospicio  de  esta  Corte,"  solicitada  por  la  Sociedad  Central  de 
Arquitectos.  En  cumplimiento  de  lo  dispuesto  tengo  el  honor  de 
exponer  lo  que  sigue: 

Con  fecha  i.°  de  Marzo  próximo  pasado,  la  Sociedad  Central 
de  Arquitectos  dirigió  al  Sr.  Ministro  de  Instrucción  Pública  y 
Bellas  Artes  la  instancia  referida,  en  la  que,  además  del  extremo 
citado,  pide  que,  caso  de  obtenerse,  el  Hospicio  de  Madrid  se 
destine  á  Biblioteca  y  Museo  regional  madrileño.  Remitido  el 
documento  á  la  Real  Academia  de  Bellas  Artes,  informó  con  fe- 
cha 7  de  Mayo  último.  Expresa  dicha  Corporación  que  no  cree 
necesario  historiar  de  nuevo  la  importancia  artística  del  edificio, 
por  haberlo  hecho  ya  en  dictamen  de  1 5  de  Julio  de  IQIQ-  ^ 
que,  reconocida  su  valía  como  ejemplar  de  una  arquitectura  muy 
característica  y  apreciable  y,  por  tanto,  muy  digna  de  respeto 
y  conservación,  le  corresponde  al  ponente  declarar  que  estos 
fines  se  cumplirán  perfectamente  y  con  las  mayores  garantías 

TOMO  LXXV  7 


gS  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

acogiéndose  á  la  ley  del  4  de  Marzo  de  191S,  y  obteniéndose 
que  sea  declarado  oficialmente  «monumento  arquitectónico-ar- 
tístico».  Respecto  al  destino  que  haya  de  darse  al  edificio,  aque- 
lla Academia  no  tiene  por  qué  coartar  las  iniciativas  del  Estado 
ó  de  la  Diputación  provincial,  y  se  abstiene  de  señalarlo. 

Tócale  ahora  á  esta  Real  Academia  de  la  Historia  informar 
sobre  el  expediente.  De  justicia  será,  ante  todo,  alabar  la  inicia- 
tiva de  la  Sociedad  Central  de  Arquitectos,  que  con  ello  demues- 
tra con  cuánto  celo  cumple  sus  deberes  de  Corporación  oficial 
de  utilidad  pública.  Entrando  ya  en  la  cuestión,  debe  examinarla 
desde  diversos  puntos  de  vista. 

En  el  artístico  no  habrá  que  extenderse  mucho.  Es  el  Hospicio 
de  Madrid,  y  con  especialidad  su  famosa  portada  de  la  calle  de 
Fuencarral,  monumento  copiosa  y  ampliamente  descrito  y  anali- 
zado, desde  los  autores  neoclásicos  del  siglo  xviii,  que  prodigaron 
á  la  obra  las  más  agrias  censuras  y  á  Pedro  de  Ribera,  su  autor, 
los  más  insultantes  epítetos,  hasta  los  modernos,  que,  pasando  al 
extremo  contrario,  dedican  elogios  sin  cuento  á  la  nobleza  y  ca- 
rácter de  la  fachada  y  á  la  fecunda  inventiva  y  asombrosa  ejecu- 
ción de  la  celebérrima  portada.  Cualquiera  que  sea  el  juicio  que 
deba  prevalecer,  no  cabe  dudar  que  la  fachada  del  Hospicio  de 
Madrid  es  una  obra  capital  de  un  estilo  y  una  época  interesantí- 
simos. Como  página  de  la  historia  del  Arte  español  ha  de  consi- 
derarse; y  al  afirmarlo,  esta  Real  Academia  deja  sentado  cuan 
interesante  estima  su  conservación. 

Si  consideramos  ahora  su  valía  puramente  histórica,  no  encon- 
traremos en  verdad  en  los  anales  del  Hospicio  de  la  corte  sucesos 
ó  acontecimientos  que  lo  eleven  á  superior  categoría.  Pero  basta- 
rá con  lo  que  significa  como  edificio  de  carácter  social  en  la  his- 
toria de  nuestra  Beneficencia  pública.  La  privada  de  la  Edad  Me- 
dia había  sido  tan  alabable  en  su  caridad,  como  digna  de  vitu- 
perio en  su  organización;  tanto,  que  el  Concilio  de  Trento  hubo 
de  tomar  serios  acuerdos,  y  Felipe  II  entendió  llegado  el  caso 
de  una  unificación,  clausurando  los  establecimientos  «mal  funda- 
dos», ó  sea  los  constituidos  sobre  bases  poco  sólidas.  No  obstan- 
te, en  todo  el  siglo  xvii  no  logró  encauzarse  el  asunto  de  la  pú- 


lA    FACHADA,    CRUJÍA    Y    CAPILLA    DEL    HOSPICIO    DE    MADRID  99 

blica  beneficencia.  Fué  el  primer  Borbón  el  que,  llevado  del  cen- 
tralismo francés,  intentó  de  nuevo  la  unificación.  Una  de  sus 
formas  fué  el  crear  hospicios  destinados  á  recoger  pobres  de 
oficio,  vagos  de  profesión  y  desamparados  verdaderos.  Y,  al  efec- 
to, fundó  el  de  Madrid,  dándole  por  domicilio  las  casas  de  la 
calle  de  Fuencarral,  que  desde  1674  ocupaba  la  Casa  de  Socorro 
del  Santo  Nombre  de  María,  y  emprendiendo  por  fin  en  el  mis- 
mo lugar,  en  1 722,  la  construcción  de  un  edificio  que  no  quedó 
terminado  hasta  1799.  Es,  por  lo  tanto,  el  Hospicio  de  Madrid 
el  primer  edificio  levantado  en  España  con  destino  á  esa  institu- 
ción benéfica,  y  el  modelo  sobre  el  cual,  á  poco,  se  hacían  los  de 
Zaragoza,  Valencia,  Oviedo  y  otras  poblaciones. 

Esta  sucinta  relación  dice  el  lugar  que  socialmente  ocupa  el 
edificio  de  que  se  trata.  Y  si  por  su  relativa  modernidad  y  por 
la  pobreza  de  sus  memorias  no  se  eleva  mucho  en  la  importancia 
histórico-social,  sí  lo  bastante  para  que,  uniéndose  á  la  histórico- 
artística,  tenga  categoría  de  ejemplar,  por  cuyos  respetos  y 
conservación  cuidadosa  debe  abogar  entusiastamente  esta  Real 
Academia. 

Mas  la  Corporación  entiende,  de  acuerdo  por  completo  con  la 
de  Bellas  Artes  de  San  Fernando,  que  esos  fines  se  obtendrán, 
mejor  que  con  la  declaración  de  «monumento  nacional»,  con  su 
inclusión  en  el  Catálogo  de  los  «artístico-arquitectónicos»  á  que 
se  refiere  la  ley  de  4  de  Marzo  de  1715.  No  están  muy  claras,  en 
efecto,  las  consecuencias  de  cierto  orden  que  aquella  categoría 
tiene  en  los  edificios  que  no  pertenecen  al  Estado;  y,  en  cambio, 
los  «artístico-arqueológicos»  quedan  absolutamente  defendidos 
de  la  destrucción,  por  lo  estatuido  en  el  art.  2°  de  dicha  ley, 
puesto  que  para  efectuarla  precisan  tramitaciones  oficiales  y  per- 
misos que  rara  vez  llegarán  á  obtenerse. 

Por  lo  tanto,  esta  Real  Academia  aboga  calurosamente,  y  así 
lo  pide  á  la  Superioridad,  porque  la  fachada,  primera  crujía  y 
capilla  del  Hospicio  de  Madrid  sean  declarados  oficialmente  mo- 
numentos «arquitectónico-artísticos»  á  todos  los  efectos  de  la 
ley  de  4  de  Marzo  de  1915. 

En  cuanto  al  destino  futuro,  la  Academia  se  inhibe  de  seña- 


100  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

larlo,  por  entender  que  no  es  asunto  de  su  cometido,  y  que  to- 
dos le  parecerán  bien  si  son  dignos,  como  no  puede  menos  de 
esperarse  de  la  Excelentísima  Diputación  de  Madrid,  y  con  cual- 
quiera de  ellos  se  obtiene  la  conservación  de  tan  interesante 
monumento. 

Lo  que  tengo  el  honor  de  informar.  La  Academia,  no  obstan- 
te, acordará  lo  que  estime  más  acertado. 

Madrid,  25  de  Junio  de  1919. 

Vicente  Lampérez  y  Romea. 


INFORMES   GENERALES 


COLECCIÓN  ISTÚRIZ-BAÜER 

Documentos  biop'áficos,  hisióricos,  políticos  y  particulares  del  Archivo  del 
ExcMO.  Sr.  D.  Francisco  Xavier  de  Istúriz,  donados  día  Real  Academia 
de  la  Historia  por  su  Correspondiente  D.  Ignacio  Baüer  y  Landauer. 

Con  tanta  repetición,  que  casi  puede  decirse  que  desde  que 
fué  elegido  nuestro  Correspondiente  apenas  asiste  a  una  de  nues- 
tras sesiones  ordinarias  sin  presentarla  en  donativo  algún  objeto 
curioso  ó  importante  en  el  vasto  dominio  de  los  atributos  de  la 
Historia,  el  Sr.  D.  Ignacio  Baüer  y  Landauer  muestra  su  gene- 
roso empeño  en  significar  así  el  amor  y  verdadera  estimación  que 
profesa  á  nuestro  Cuerpo.  En  la  sesión  del  viernes  27  de  Junio 
último  presentó  un  verdadero  manojo  de  autógrafos  de  lord 
Palmerston  y  otros  insignes  estadistas  del  segundo  tercio  de' 
siglo  XIX,  como  señal  de  la  importancia  de  otros  numerosos  pa- 
peles de  que  hacía  donativo  á  la  Academia  y  que  venían  en  un 
cesto  de  mimbre  desvencijado,  donde  en  confusión  se  veían  pa- 
quetes varios  de  otros  escritos  que  dejaba  á  la  ocupación  de  la 
Secrecaría  de  mi  cargo  examinar  y  organizar.  Admitido  y  agra- 
decido por  la  Academia  el  donativo,  desde  luego  mi  curiosidad 
procedió  á  descubrir  el  enigma  que  encerraba,  y  á  poco  cono- 
cí su  importancia  histórica  de  primer  orden,  pues  se  trataba 
nada  menos  que  del  archivo   privado  del  ilustre  hombre  público 


102  BOLETÍN    DE    LA   REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Excmo.  Sr.  D.  Francisco  Xavier  Istúriz,  que  desde  la  temprana 
edad  de  los  veintitrés  años,  en  el  de  1 808  (l),  hasta  la  de  los 
ochenta  y  cinco  que  alcanzó  de  vida  en  1871,  no  sólo  había  to- 
mado parte  en  casi  todos  los  hechos  culminantes  de  la  vida  polí- 
tica de  la  patria  en  la  multitud  de  vicisitudes  varias  que  la  inte- 
gran, sino  que  fué  verdadera  palanca  de  muchas  de  ellas  desde 
las  elevadas  posiciones  que  ocupó,  ya  como  representante  del 
país  en  una  y  otra  Cámara  que  llegó  á  presidirlas,  ya  desde  la 
presidencia  del  Consejo  de  Ministros  que  desempeíió  tres  veces, 
y  también  más  tarde  como  Embajador  de  España  en  Londres, 
en  París,  en  San  Petersburgo  y  en  Roma. 

A  la  simple  primera  revisión  que  de  tales  papeles  hice  encon- 
tré fondos  documentales  exquisitos,  principalmente  de  1836, 
en  que  presidiendo  un  Gobierno  de  la  Reina  Gobernadora,  Doña 
María  Cristina  de  Borbón  y  Borbón,  fué  sorprendido  y  arrojado  de 
él  á  la  proscripción  extranjera  á  causa  de  la  famosa  revolución  de 
los  sargentos  de  la  Granja;  de  1846,  en  que  presidiendo  otra  vez 
los  Consejos  de  la  Corona,  fué  el  negociador  de  los  matrimonios 
Reales;  de  1848,  en  que  era  Embajador  de  España  en  Londres, 
cuando  el  Gobierno  del  Duque  de  Valencia  puso  en  manos  del 
Embajador  inglés  en  Madrid,  sir  Litton  Buhver,  sus  pasaportes 
por  la  inmixtión  que  se, le  atribuía  en  los  preparativos  de  una 
nueva  revolución;  de  1852,  en  que  se  promovieron  las  declara- 
ciones de  los  Gobiernos  de  París  y  Londres  acerca  de  ciertas 
garantías  para  España  sobre  la  isla  de  Cuba  combatida  por  la 
frecuencia  de  los  movimientos  separatistas  que  protegían  los 
Estados  Unidos,  y  de  1864,  en  que  solicitado  por  la  Reina  Doña 
Isabel  II  para  volver  á  formar  otro  Gobierno,  que  había  de  pre- 
sidir con  el  Marqués  de  Lema,  Salaverría,  Ardanaz,  Díaz  Ar- 
guelles, el  General  de  Marina  Ibarra  y  Antrán,  el  General  Mar 
qués  de  Guad-el-Jelú,  D.  Fernando  Calderón  Collantes  y  D.  Se- 
bastián González  Nandín,  y  que  al  fin  no  juró. 


(1)  Había  nacido  en  Cádiz  en  31  de  Octubre  de  1785,  hijo  legítimo  de 
D.  Cristóbal  Javier  Istúriz,  natural  de  Pamplona,  y  de  D.^  Jerónima  Mon- 
tero, de  Cádiz. 


COLECCIÓN    ISTURIZ-BALER  IO3 

La  nutrida  correspondencia  que  descubrí  de  1836  con  los 
Generales  D.  Luis  Fernández  de  Córdoba,  D.  Evaristo  San  Mi- 
guel, D.  Miguel  López  de  Baños  y  otros;  la  de  los  Embajadores 
extranjeros  Conde  de  Rayneval  y  de  Clarendon,  y,  sobre  todo, 
la  del  Ministro  de  jornada  en  la  Granja,  D.  Manuel  Barrio  Ayuso; 
la  de  todos  los  Príncipes  de  las  Casas  augustas  de  Borbón  y  Or- 
leans,  con  motivo  de  las  negociaciones  para  los  regios  enlaces 
en  1846  y  en  fechas  posteriores;  la  de  Martínez  de  la  Rosa  y  el 
Marqués  de  Miraflores,  desde  París,  el  Duque  de  Sotomayor, 
desde  Londres,  el  Conde  de  Colombi,  desde  Bruselas,  los  Emba- 
jadores inglés  y  francés  en  Madrid,  Bulwer  y  el  Conde  de  Bre- 
sson;  la  de  los  Ministros  ingleses  lord  Aberdeen,  lord  Clarendon 
y  lord  Palmerston;  la  del  Intendente  de  la  Real  Casa,  Peña 
Aguayo,  y  otros  personajes  de  análoga  valía;  la  de  los  Genera- 
les D.  José  de  la  Concha,  Marqués  de  la  Habana,  desde  Cuba,  y 
D.  Juan  de  la  Pezueta,  después  Conde  de  Cheste,  desde  Puerto 
Rico,  etc.,  etc.,  etc.,  me  hizo  comprender  la  excepcional  impor- 
tancia de  toda  esta  preciosa  documentación  que  aunque  de  ca- 
rácter confidencial,  era  á  la  vez  política  y  verdaderamente  ya 
histórica,  y  en  la  que  se  contiene  la  entraña  íntima  de  todos  los 
sucesos  á  que  respectivamente  se  refiere,  mejor  que  en  toda  otra 
clase  de  documentos  oficiales,  pues  con  ella  se  descubre  al  des- 
nudo la  trama  de  tan  varias  e  interesantes  negociaciones  como ' 
en  aquéllos  no  es  fácil  describir  tan  prolijamente. 

Con  todo  me  quedaba  una  pesadumbre  y  una  preocupación: 
mi  pesadumbre  consistía  en  sospechar  que  los  papeles  que  se 
nos  donaban  no  estaban  completos,  y  la  preocupación  en  inda- 
gar, completos  ó  incompletos,  de  dónde  emanaban  y  cómo  habían 
llegado  á  manos  del  donante  Sr.  Baüer,  por.quien  generosamen- 
te los  recibía  la  Academia.  Lo  primero  que  saltaba  á  mi  vista, 
respecto  á  falta  de  documentos,  era  la  absoluta  carencia  de  los 
que  el  Sr.  Istúriz  debía  haber  recibido  directamente  de  la  Reina 
Gobernadora  y  del  Duque  de  Riánsares,  en  1 846,  sobre  todo 
por  la  participación  que  tuvieron  en  los  regios  matrimonios, 
cuando  entre  los  papeles  venidos  abundan  tanto  las  cartas  de 
la  Reina  Amelia  de  Francia,  de  los  Duques  de  Nemours  y  de 


104  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Aumale,  de  la  Infanta  María  Luisa  Fernanda  y  del  Duque  de 
Montpensier,  de  los  Infantes  D.  Francisco  de  Paula'  Antonio  y 
D.  Enrique;  de  las  Infantas  D.^  Isabel  Fernandina,  D.^  Josefa 
Fernanda  y  D.''  Luisa  Teresa,  y,  sobre  todo,  cuando  en  un  so- 
bre que  venía  completamente  vacío  se  leía,  con  letra  de  puño 
del  mismo  Sr.  Istúriz:  Cartas  de  S.  M.  la  Reina  Madre  y  de 
SS.  AA.  los  Infantes,  lo  que  no  dejaba  duda  de  que  debieron 
existir. 

El  donativo  del  Sr.  Baüer  no  sólo  comprendía  estos  papeles 
políticos  é  históricos,  sino  una  gran  cantidad  de  los  del  archivo 
aun  más  íntimo  del  Sr.  Istúriz  referentes  á  las  herencias  de  sus 
hermanos  D.  Ignacio  y  D.  Tomás,  á  la  administración  de  los 
bienes  que  heredó  en  Cádiz  y  en  Huelva,  á  los  valores  que  tenía 
depositados  en  la  casa  de  Rothschild,  en  París,  en  la  del  banque- 
ro español,  en  Londres,  Sr.  Zulueta,  y  en  la  de  los  Sres.  Weis- 
weiller  y  Baüer,  en  Madrid,  y  además  un  testamento  original  que 
el  Sr.  Istúriz  hizo  en  1855  y  todos  los  papeles  de  su  testamen- 
taría, de  1871  á  1879,  desempeñada  por  sus  albaceas  y  testa- 
mentarios, el  Barón  de  Weisweiller,  D.  Daniel  Weisweilier  y 
D.  Isidro  Díaz  de  Arguelles.  Estos  papeles,  los  mejor  organiza- 
dos de  todo  el  conjunto,  me  descubrieron  la  causa  por  qué  ha- 
bían desaparecido  las  cartas  de  la  Reina  Madre  Doña  Maiía 
Cristina  de  Barbón  y  Barbón  y  las  de  su  segundo  esposo  el  Duque 
de  Ridnsares,  al  par  que  me  hicieron  conocer  el  depósito  sagra- 
do de  que  el  donante  Sr.  Baüer  y  Landauer  los  había  sacado 
para  ofrecerlos  á  la  Academia,  en  cuyo  seno  indudablemente 
llenan  ya  desde  ahora,  á  completa  satisfacción,  los  deseos  que 
abrigaba  el  Sr.  Istúriz  de  su  conservación,  según  las  cláusulas  de 
sus  disposiciones  testamentarias. 

En  efecto,  el  Sr.  Istúriz  en  su  Testamento,  otorgado  ante  don 
Juan  García  de  Lamadrid,  en  29  de  Octubre  de  l855i  dejaba 
dicho  en  su  cláusula  IV:  «También  declaro  que  en  casa  del  repe- 
tido Excmo.  Sr.  Marqués  de  Gaviria,  tengo  dos  cajas  cotí  papeles, 
de  los  cuales  mis  testamentarios  dispondrán  con  arreglo  á  mis 
verbales  instrucciones,  conservando  en  su  poder  los  que  impor 
ten  para  la  justificación  de  mi  conducta  política  y  oficial,  si  algu- 


COLECCIÓN    ISTÍ'RIZ-BAÜER 


'05 


na  vez  fuese  públicamente  censurada,  así  como  los  que  se  refie- 
ren á  intereses  particulares  ó  de  terceras  personas,  é  inutilizando 
los  demás.»- Esta  cláusula  fué  reproducida  casi  entera  en  la  VIII 
de  otro  testamento  posterior,  de  8  de  Noviembre  de  1865,  ante 
el  Notario  D.  Mariano  García  Sancha,  bajo  el  cual  murió,  sin  más 
variación  que  la  de  que  en  lugar  de  decir  que  sus  papeles  se  ha- 
llaban depositados  en  el  Marqués  de  Gaviria,  que  ya  había  falle- 
cido, solamente  dice:  ^De  los  papeles  que  se  encuentren  á  mi  fa- 
llecimiento dispondrán  mis  testamentarios,  etc.,  como  en  1 855.» 
Es  de  suponer,  empero,  que  puesto  que  no  se  hace  más  men- 
ción de  dichos  papeles  ni  en  la  Escritura  de  aprobación  de  la 
partición  de  bienes  quedados  al  fallecimiento  del  Excelentísimo 
Sr.  D.  Francisco  Javier  de  Istúriz,  ni  en  la  Cuenta  general  jus- 
tificada que  presentó  el  testamentario  D.  Isidro  Díaz  de  Argue- 
lles, en  12  de  Mayo  de  1879,  ni  en  la  Copia  parcial  del  inventario 
de  bienes,  recogidos  por  dichos  señores  testamentarios,  habían 
permanecido  custodiados  en  la  familia  de  éstos,  de  una  de  las 
cuales  es  inmediato  deudo  el  Sr.  Baüer  y  Landauer,  donante,  y 
que,  por  lo  tanto,  procedentes  de  aquella  testamentaría  y  deben 
considerarse  también  en  su  completa  integridad,  descontados 
los  que  el  Sr.  Istúriz  autorizó  á  inutilizar. 

Respecto  á  las  cartas  de  S.  M.  la  Reina  Gobernadora,  Doña 
María  Cristina  de  Borbón  y  Borbón,  y  su  segundo  esposo,  el  Du- 
que de  Riánsares,  he  encontrado  la  más  completa  justificación 
en  el  legajos  que  contiene  los  justificantes  de  la  distribución  de 
caudales,  joyas  y  efectos,  en  cuya  carpeta  núm.  49,  con  el  enca- 
bezamiento de  Legado  de  los  cuadros  de  Murillo,  hallé  los  docu- 
mentos que  siguen,  de  que  considero  interesante  la  reproducción 
íntegra. 

I.  Cláusula  X  del  testamento  de  1865.  —«Lego  á  S.  M.  la 
Reyna  Madre  Doña  Alaría  Cristina  de  Borbón,  los  dos  cuadros 
de  Murillo,  representando  á  San  Francisco  y  .San  Jerónimo  que 
se  hallan  en  poder  de  mi  amigo  el  Conde  viudo  de  Villaríezo, 
suplicando  á  S.  M.  se  sirva  dispensarme  el  honor  de  aceptar  esta 
pequeña  memoria  de  un  amigo  reverente  y  constante.» 

II.  Minuta  de  carta  de  I  5  dé  Abril  de  1 87 1,  en  que  los  testa- 


I06  BOLETÍN   DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA   HISTORIA 

mentarlos  dieron  á  conocer  este  legado  á  S.  M.  por  medio  del 
Sr.  Duque.de  Riánsares. 

III.      La  carta  de  contestación  que  sigue  íntegra: 

ExcMO.  Sr.  D.  Isidro  Díaz  Arguelles. 

Brigton,  22  de  Abril  de  1871. 

Muy  señor  mío  y  de  toda  mi  consideración:  Ayer  he  reci- 
bido su  muy  atenta  carta  del  15  del  corriente,  y  al  momento  in 
formé  de  su  contenido  á  S.  M.  la  Reina  Madre.  Esta  augusta  se- 
ñora, que  tanto  había  sentido  la  muerte  de  su  antiguo  servidor  y 
amigo  el  Sr.  D.  Javier  de  Istúriz,  se  ha  enterado  con  emoción, 
por  la  carta  de  usted,  de  que  nuestro  excelente  común  amigo,  al 
declarar  su  última  voluntad,  ha  legado  á  S.  M.  dos  cuadros  de 
Murillo  como  memoria  y  testimonio  de  su  adhesión  constante. 
Como  testamentario  me  lo  participa  usted  y  tiene  la  verdadera 
atención  de  pedirme  que  incline  el  ánimo  de  S.  M.  á  la  acepta- 
ción del  legado,  con  lo  cual  quedaría  cumplido  lo  que  fué  vivo 
deseo  del  ilustre  finado. 

Tomadas  sus  órdenes,  diré  á  usted  que  S.  M.  la  Reina  Doña 
María  Cristina  acepta  desde  luego  la  obsequiosa  manda  del  señor 
D.  Javier  Istúriz,  con  tristeza  y  gusto  a  un  mismo  tiempo.  Por 
grande  que  sea,  y  lo  es  muchísimo,  el  mérito  de  los  objetos  en 
que  su  manda  consiste,  será  nada  al  lado  del  valor  moral  y  de 
afección  que  los  da,  y  en  que  ya  los  tiene  esta  augusta  señora; 
pues  son  á  sus  ojos  la  última  confirmación  que  el  Sr.  Istúriz  ha 
querido  darla  de  una  adhesión  y  una  consecuencia  en  sus  senti- 
mientos á  que  S.  M.  ha  correspondido  constantemente,  y  de  que 
guardará  siempre  fiel  y  agradecido  recuerdo. 

En  respuesta  á  la  atenta  pregunta  de  usted,  tengo  el  gusto  de 
decirle  que  para  hacerla  ver  los  mencionados  cuadros  y  todas  las 
demás  consecuencias  de  este  asunto,  puede  usted  entenderse 
con  mi  amigo  el  -Sr.  D.  Nazario  Carriquiri,  autorizado  al  efecto, 
y  por  cuyo  medio  recibirá  usted  la  presente  carta. 

En  nombre  de  la  Reina,  como  en  el  mío,  doy  á  usted  miles  de 
gracias  por  las  atenciones  que  en  la  suya  me  dispensó  y  las  mo- 


COLECCIÓN    ISTÚRIZ-BAÜER  107 

lestias  que  este  asunto  le  causa,  y  me  ofrezco  de  usted  con  toda 
consideración  como  su  atento  seguro  servidor  y  amigo, 

q.  b.  s.  m., 
El  Duque  de  Riánsares.» 

A^.  B.     La  carta  toda  es  de  su  puño. 

IV.     Otra  Minuta  de  contestación  que  dice; 

ExCMO.  Sr.  Duque  de  Riánsares. 

Madrid,  7  de  Junio  de  1871. 

Muy  señor  mío  y  de  toda  mi  consideración:  A  su  tiempo  fui  fa- 
vorecido con  su  apreciable  del  22  del  pasado  Abril,  y  en  su  con- 
secuencia entregué  al  Excmo.  Sr.  D.  Nazario  Carriquiri  los  dos 
cuadros  de  Murillo  que  S.  M.  la  Reina  Madre  se  había  dignado 
aceptar  como  última  memoria  de  su  antiguo  servidor  y  constan- 
te amigo  el  Excmo.  Sr.  D.  Francisco  Javier  de  Istúriz.  Aparte 
de  la  satisfacción,  que  aunque  muy  triste  es  una  satisfacción  al 
fin  para  mí,  de  haber  merecido  la  confianza  de  tan  respetable 
amigo  para  encargarme  de  cumplir  sus  últimas  disposiciones,  to- 
davía conservo  entera  mi  respetuosa  adhesión  á  aquella  augus- 
ta Señora,  para  aceptar,  no  como  molestia,  sino  con  gusto,  cuan- 
tas ocasiones  se  me  presenten  de  poder  ofrecerla,  aunque  sea 
indirectamente,  el  testimonio  de  mi  respeto. 

Entre  los  papeles  de  nuestro  común  é  inolvidable  atnigo,  que 
para  cumplir  con  su  última  voluntad  sobre  este  punto  principie 
á  examinar^  he  hallado  tres  paquetes  sellados,  en  cuya  cubiei-ta  se 
lee,  escrito  de  la  propia  mano  del  ilustre  finado,  que  contiene  corres- 
pondencia de  S.  M.  y  de  usted,  y  encarga  que,  sin  abrirlos.,  les  sean 
devueltos:  además  existen  algunas  otras  cartas  de  la  Augusta  Se- 
ñora y  de  usted  también  con  las  que  creo  que  debo  seguir  igual  pre- 
cepto. Ruego  á  usted,  Sr.  Duque,  que,  tomantio  las  órdenes  de  Su 
Majestad,  se  sirva  comunicármelas  y  darme  al  mismo  tiempo  las 
suyas  sobre  el  medio  más  seguro  de  hacer  llegar  á  manos  de  Su 
Majestad  y  á  las  de  usted  los  expresados  paquetes  y  las  demás 
cartas  que  se  hallen  entre  los  papeles  de  nuestro  común  é  inolvi- 
dable amigo. 


I08  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

El  (l)  saldrá  para  Inglaterra  Manuel  Daval,  criado  del  se- 
ñor D.  Javier,  y  lleva  para  entregar  á  usted,  como  última  memo' 
ria  de  la  amistad  y  distinguido  aprecio  que  á  usted  profesaba 
nuestro  difunto  amigo,  una  pequeña  insignia  del  Toisón  de  Oro, 
y  una  cadenita  en  la  que  cuelgan  las  de  las  grandes  Cruces  con 
que  estaba  condecorado.  Su  deseo  era  que  todas  las  cosas  de  su 
uso  se  repartiesen  entre  sus  verdaderos  amigos,  y  no  creo  ha- 
berme equivocado,  Sr.  Duque,  en  considerar  á  usted  como  uno 
de  los  más  distinguidos,  esperando  que,  como  testimonio  de  la 
afectuosa  amistad  con  que  usted  le  correspondía,  aceptará  tan 
modesta  expresión  de  su  memoria. 

Ruego  a  usted,  Sr.  Duque,  mé  haga  el  distinguido  obsequio 
de  ofrecer  en  mi  nombre  el  homenaje  de  mi  adhesión  y  respeto 
á  S.  M.  la  Reina  Madre  y  aceptar  á  la  vez  la  seguridad  de  la 
consideración  con  que  soy  de  usted  afectísimo  amigo  y  seguro 
servidor,  q.  s.  m.  b. 

V.  Segunda  Carta  toda  autógrafa  también  del  Sr.  Duque  de 
Ridnsares. 

Sr.  D.  Isidro  Díaz  de  Argíjelles. 

El  Havre  26  de  Julio  de  1871. 

Muy  señor  mío  y  de  toda  mi  consideración:  A  su  tiempo  llegó 
á  mis  manos  su  muy  atenta  carta,  y  al  contestarlo,  será  lo 
primero  que  haga  darle  ¡as  gracias  por  la  esmerada  puntuali- 
dad con  que  usted  hizo  la  entrega  de  los  cuadros  de  Murillo  de 
nuestro  inolvidable  y  común  amigo  D.  Javier  al  apoderado 
de  .S.  M.  la  Reina  Cristina  el  Sr.  de  Carriquiri. 

Veo  que  ahora.,  al  cumplir  usted  las  disposiciones  testamenta- 
rias con  el  prolijo  celo  que  tanto  justifica  la  elección  de  usted  para 
ese  cargo.,  ha  hallado  usted  tres  paquetes  cerrados  y  sellados  que., 
según  rótulo,  contienen  correspondencia  de  nuestro  ilustre  amigo 
con  esta  Augusta  Señora,  y  deben  ser  entregadas  á  S.  M.  con 
otras  cartas  escritas  de  la  misma  señora  y  aun  algunas  más,  que 
aparecen  entre  sus  papeles. 

(i)     Fecha  en  blanco. 


COLECCIÓN    ISTURIZ-EAÜER  IO9 

Aceptando  y  agradeciendo  la  Reina  esa  delicada  y  obsequiosa 
prevención  de  su  antiguo  y  tan  fiel  servidor  y  amigo,  puede  usted 
cuando  le  venga  bien,  y  en  la  forma  y  el  modo  que  dice,  entregar 
esos  paquetes  y  cartas  sueltas  al  Sr.  D.  Nazario  Carriquiri. 
Desde  luego  y  por  esta  nueva  molestia  damos  á  usted  S.  M.  y 
yo  gracias  anticipadas. 

Anúnciame  usted  también  que  mi  excelente  amigo  D.  Javier, 
incansable  en  darme  muestras  de  afecto,  me  ha  dejado,  como 
particular  memoria,  una  pequeña  insignia  del  Toisón  de  Oro  y 
una  cadenita  de  que  cuelgan  las  de  sus  grandes  cruces,  prendas 
las  dos  que  él  usaba,  y  me  dice  usted  que  me  las  envía  ambas 
cosas  por  medio  del  criado  del  Sr.  Istúriz,  que  salió  de  ahí  para 
Inglaterra,  el  5  de  Junio.  Contando  de  recibirlo  de  un  momento 
á  otro,  he  diferido  el  contestar  á  usted,  y  ahí  tiene  la  explicación 
de  la  tardanza,  que  espero  me  excusará;  pero  como  Manuel  se 
conoce  que  se  ha  detenido,  no  quiero  dejar  pasar  más  tiempo 
sin  escribir  á  usted,  como  lo  higo  tan  luego  como  he  llegado  á 
Francia;  pero  en  Inglaterra  esperaba  todos  los  días  recibir  la  vi- 
sita ó  noticias  de  Manuel,  y  aquí  sería  más  difícil  lo  primero,  si 
como  creo  se  halla  del  otro  lado  del  estrecho  de  Calais. 

Excusado  sería  el  decirle  á  usted  cuánto  gusto  me  da  esa  me- 
moria de  mi  excelente  é  inolvidable  amigo,  que  tiene  á  mis  ojos, 
un  precio  de  afección  infinito  y  es  el  de  ser  prenda  que  usó  per- 
sonalmente. Luego  que  llegue  á  mis  manos  tendré  el  gusto  de 
escribir  á  usted  de  nuevo  para  avisárselo. 

La  Reina  me  encarga  salude  á  usted  en  su  nombre  con  el  ma- 
yor aprecio,  y  yo  me  repito  de  usted  con  toda  consideración 
atento  amigo  y  s.  s., 

q.  b.  s.  m. 
El  Duque  de  Riánsares. 

VI.  Recibo  de  los  cuadros. — En  representación  de  S.  M.  la 
Reina  Doria  María  Cristina  de  Borbón,  he  recibido  de  los  seño- 
res Albaceas  testamentarios  del  Excmo.  Sr.  D.  Francisco  Javier 
de  Istúriz  los  dos  cuadros,  objeto  del  legado  á  que  se  refiere  la 
cláusula  décima  de  su  testamento. 


lio  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Uix  lienzo  que  mide  un  metro  veintitrés  centímetros  de  alto 
por  un  metro  seis  centímetros  de  ancho  próximamente,  que  re- 
presenta un  San  Francisco  en  éxtasis,  calificado  de  Murillo, 
apreciado  en  veinte  mil  reales. 

Y  otro  ídem  de  iguales  dimensiones  que  el  anterior  próxima- 
mente, que  representa  San  Gerónimo  orando  en  éxtasis,  califica- 
do también  de  Murillo  y  apreciado  en  veinte  mil  reales. 

Y  para  resguardo,  de  dichos  señores  testamentarios  firmo  el 
presente  en  Madrid,  á  nueve  de  Mayo  de  mil  ochocientos  seten- 
ta y  uno. 

(Firmado). — Nazario  Carriquiri. 

VII.  Distribución  de  algunas  alhajas. — Núm.  62.- — Recibo  de 
las  del  Duque  dé  Ridnsares. 

El  Havre  (i)  de  Setiembre  de  1871. 

ExcMos.  Sres.  D.  Isidro  Díaz  de  Arguelles  y  D.  Daniel  Weis- 

WEILLER. 

Muy  señores  míos  y  de  toda  mi  estimación:  Hace  pocos 
días  que,  en  cumplimiento  de  su  encargo,  se  me  presentó  en 
el  Havre  el  ayuda  de  cámara  de  nuestro  inolvidable  y  común 
amigo  Sr.  Istúriz  á  poner  en  mis  manos  la  carta  de  ustedes  de 
28  de  Mayo  últimos  y  con  ella  la  insignia  pequeña  del  l^oisón  de 
Oro  y  una  cadena  de  la  que  cuelgan,  también  en  pequeño,  todas 
las  grandes  cruces  que  dicho  señor  tenía,  cuyos  objetos  me  ha 
dejado  en  testamento  como  memoria  de  cariñosa  amistad,  y 
ustedes  me  remiten  en  cumplimiento  de  su  cargo.  Todo  lo  he 
recibido  con  agradecimiento  y  con  tristeza,  y  todo  queda  en 
mi  poder  para  recordarme,  si  necesario  fuese,  á  uno  de  los 
amigos  más  consecuentes  que  yo  he  hallado  en  la  ya  larga  ca- 
rrera de  mi  vida.  Si  el  buen  servidor  de  nuestro  amigo  ha  tar- 
dado en  hacerme  esa  entrega,  es  porque  no  ha  venido  á  In- 
glaterra hasta  hace  pocas  semanas  y  entonces  se  ha  apresurado 
á  cumplir  su  comisión.  Su  tardanza  explica  la  involuntaria  mía 
en  contestar  á  ustedes,  la  del  28  de  Mayo. 

(i)     Fecha  en  blanco. 


COLECCIÓN    ISTURIZ-BAUER 


Ahora  sólo  me  queda  dar  á  ustedes  una  vez  más  las  gracias 
más  cordiales,  no  sólo  por  la  puntualidad,  sino  por  la  obsequiosa 
manera  que  han  tenido  la  bondad  de  cumplir,  respecto  de  mí, 
los  encargos  testamentarios. 

Ofreciendo  á  ustedes  los  sentimientos  de  mi  especial  consi- 
deración, soy  de  ustedes  atento  servidor  y  afectisimo  amigo, 

q.  b.  s.  m.. 
El  Duque  de  RiAnsares. 

Lá  copia  de  las  cartas  y  documentos  transcritos  es  la.  demos- 
tración: primero,  del  origen  legítimo  de  los  documentos  donados 
á  la  Academia  por  su  digno  Correspondiente  el  Sr.  D.  Ignacio 
liaüer  y  Landauer;  segundo,  porque  entre  tan  preciosos  papeles, 
que  ya  tenían  el  carácter  de  históricos,  faltan  la  correspondencia 
y  cartas  de  S.  M.  la  Reina  Gobernadora  Doña  María  Cristina  de 
Rorbón  y  las  de  su  segundo  esposo,  D.  Fernando  Muñoz,  Duque 
de  Riánsares,  que  indudablemente  debieron  referirse  á  los  suce- 
sos públicos  de  las  dos  primeras  ocasiones  en  que  el  Sr.  Istúriz 
fué  Presidente  del  Consejo  de  Ministros,  en  1 836,  al  ocurrir  los 
acontecimientos  revolucionarios  de  La  Granja,  y  en  1 846,  al 
negociarse  los  matrimonios  de  .S.  M.  la  Reina  Doña  Isabel  II  y 
de  su  augusta  hermana  la  Infanta  D.*  María  Luisa  Fernanda. 

Aun  con  esta  falta,  los  papeles,  que  á  juicio  de  los  albaceas 
testamentarios  del  Sr.  Istúriz  debieron  quedar  para  la  historia,  y 
forman  el  donativo  del  Sr.  Baüer,  son  de  una  gran  estimación 
para  el  esclarecimiento  de  todos  los  hechos  históricos  de  su  tiempo 
en  que  el  Sr.  Istúriz  intervino. 

Existen  además  entre  estos  papeles  algunas  notas  de  propia 
mano  que  deben  formar  cabeza  de  la  Colección.  La  una  se  titula 
Mis  nombramientos;  la  otra.  Apuntes  de  viajes  en  adversa  y  prós- 
pera fortuita.  Sus  nombramientos  empiezan  en  1836,  y  aunque 
tenemos  en  la  Gaceta  Española.,  de  Cádiz,  y  en  el  Diario  de  las 
Sesiones  de  Cortes,  que  publica  el  Congreso,  las  Listas  de  Dipu- 
tados que  pertenecieron  á  las  de  1820-1823,  donde  figura  su 
nombre,  y  además  en  las  Actas,  sus  numerosos  Discursos  en 
ellas  y  su  elección  de  Presidente  en  la  legislatura  extraordinaria 


112  BOLETÍN    DE   LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

de  1822-23,  cargo  que  desempeñó  desde  el  8  de  Enero  hasta  el 
7  de  Febrero  de  1 82 3,  de  estos  períodos  políticos  de  su  vida  no 
conservó  ningún  otro  recuerdo  entre  sus  papeles,  sino  algunas 
deudas  contraídas  con  él  por  hombres  tan  ilustres  como  Flórez 
Estrada,  algunos  ilustres  marinos,  héroes  de  Trafalgar,  y  otros, 
desde  1 8 10. 

La   lista   que   él   formó  con   el  título  de  Mis  nombramientos 
dice  así: 


1836. — Mayo,  15. 


1838. — Marzo,  12. 
1844. —         » 
1845. — Agosto,  4  . 
1846. — Febrero,  13 

—  Marzo,  16 . 

—  Marzo,  18. 

—  Abril,  §.. . 


—  Octubre,  13 
1847. — Enero,  28  . 

—  Marzo,  i . . 


1848. — Junio,  14. . 


1850. — Mayo,  2.. 
1852. — Enero,  21 
\%^£,.~ Agosto,  8 
1856. — Diciembre,  23 


18S8. 


-Enero,  5 . . 
Enero,  14 . 

Junio,  JO  . 
Jtilio,  13. . 


Presidente  del  Consejo  de  Ministros  y 
Ministro  de  Estado. 

Declaración  de  cesantía  de  Ministro. 

Comisario  regio  del  Banco  de  Isabel  II. 

Senador  del  Reino. 

Ministro  de  la  Gobernación. 

Renuncia  admitida. 

Gran  Cruz  de  Carlos  III. 

Presidente  del  Consejo  de  Ministros  y 
Ministro  de  Estado. 

Gentilhombre  de  S.  M. 

Renuncia  admitida  del  Ministerio. 

Enviado  extraordinario  y  Ministro  ple- 
nipotenciario en  Londres. 

Interrupción  de  relaciones  con  Ingla- 
terra. 

Renuncia  del  Ministerio  de  Londres. 

Toisón  de  Oro. 

Relevo  del  Ministerio  de  Londres. 

E.  E.  y  Ministro  plenipotenciario  en  San 
Petersburgo. 

Presidente  del  Senado. 

Presidente  del  Consejo  de  Ministros  y 
Ministro  de  Estado  y  de  Ultramar. 

Renuncia  admitida  de  ambos  cargos. 

E.  E.  y  Ministro  plenipotenciario  en 
Londres. 


COLECCIÓN    ISTURIZ-EAUER  II3 

1858. — Octubre,  2g.  .  .      Presenté  las  credenciales  á  S.  M.  B.  en 

Windsor. 

1862. — Marzo Presenté  las  credenciales  á  lord  Russell 

para  volver  á  Madrid,  nombrado  Pre- 
sidente del  Consejo  de  Estado. 

—  Abril,  g Tomé   posesión   de  la  Presidencia  del 

Consejo  de  Estado. 
1863. — Enero,  2j  .  .  .  .     Nombrado  Embajador  en  París. 

—  Entrega  de  mis  credenciales  al  Empe- 

rador. 
l864.^-Sept¡embre,  JO.     Renuncia  admitida  en  5  de  Octubre. 

La  nota  no  comprende  los  cargos  posteriores. 

En  los  Apuntes  de  viajes  en  adversa  y  próspera  fortuna  ade- 
lantó las  fechas  á  1823,  en  la  forma  siguiente,  no  llegando  sino 
al  año  1847. 

1823. — Octubre,  3. .  . .      Salida  de  Cádiz  para  Gibraltar  emigrado 

como  Diputado  á  Cortes  votante  de  la 
Regencia  en  Sevilla. 

—  Noviembre,  26.     Salida  de  Gibraltar  para  Londres. 

—  Diciembre.  .  .  .      Llegada  á  Londres. 

1825. — Octtibre,  24. .  .      Salida  para  Ostende  y  Bruselas. 

1826. — Marzo Regreso  á  Londres. 

1830. — Agosto Salida  para  París  por  Douvres. 

183 1. — Septiembre,  8 .      Regreso  á  Londres. 

1834. — Mayo,  31 Salida  de  Londres  para  Sanlúcar,  de  re- 
greso á  España,  en  virtud  de  la  am- 
nistía. 

—  Abril,  23-26. .  .      Llegada  á  Sanlúcar  y  Cádiz. 

— •        Octubre,  31 .  .  .      Salida  de  Cádiz  para  Madrid  como  Pro- 
curador á  Cortes. 

—  Noviembre,  .f. .      Llegada  á  Madrid  y  tomado  asiento  en  el 

Estamento  de  Procuradores. 

1836. — Agosto Salida  de  Madrid  para  Lisboa,  Londres 

y  París,  fugitivo,  como  Ministro  ven- 
cido por  la  revolución  de  La  Granja. 

TOMO   L.\XV  8 


1 14  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

1838. — Febrero Regreso    á    Madrid    como   Diputado   á 

Cortes. 

1847. — Marzo Salida  de  Madrid,  por  París,  á  Londres 

como  Enviado  extraordinario  y  Mi- 
nistro plenipotenciario  de  S.  M.  cerca 
de  la  Reina  de  Inglaterra. 

Con  estos  antecedentes  hora  es  ya  de  hacer  un  resumen  bre- 
vísimo, por  años  y  sucesos,  de  la  interesante  colección  documen- 
taria,  en  la  forma  que  he  tenido  el  honor  de  organizaría,  antes  de 
ser  entregada  á  nuestra  Biblioteca. 

Apartado  \°'-Documentos  biográficos. — Tres  notas  autógra- 
fas, tituladas: — Mis  nombramientos. — Apuntes  de  znajes  en  adver- 
sa y  próspera  fortuna. — Blasones  de  los  apellidos  Istúriz,  Montero, 
Berro  y  Amich. — Partida  de  bautismo. 

Apartado  2° — Documentos  relativos  á  sus  nombramientos  de 
Procurador  y  Diputado  á  Cortes  desde  1834  hasta  1844. 

Apartado  3.° — Seis  cartas  autógrafas  de  D.  Agustín  Argue- 
lles, de  28  de  Abril  á  31  de  Julio  de  1834. 

Apartado  4.° — Doce  documentos  orignales  de  la  Junta  Central 
de  Andújar,  en  1 83 5,  y  un  Memorándum  de  letra,  aunque  sin 
firma,  de  Istúriz,  desde  5  de  Octubre  á  16  del  mismo  del  año 
referido. — (El  sobre  que  contenía  estos  documentos  decía:  Para 
escribir  mis  memorias.) — (Firmado)  Istúriz. 

Apartado  5.° — 1836. — Presidencia  del  Consejo  de  Ministros 
desde  /j  de  Mayo  de  1S36  hasta  el  13  de  Agosto  del  mismo  año. — 
Veintiuna  cartas  confidenciales  del  General  D.  Miguel  Ricardo 
de  Álava,  Embajador  de  España  en  París,  desde  8  de  Mayo  á 
2  de  Agosto,  inclusas  otras  tres  del  Rey  Leopoldo  de  Bélgica,  una 
de  D.  Ignacio  Jabat  y  dos  copias  de  otras  del  Teniente  general 
Conde  de  Harispe. 

Apartados." — 1836. — Veintitrés  cartas  autógrafas  del  Gene- 
ral D.  Luis  Fernández  de  Córdova  y  tres  documentos  más  de 
1835-1836;  cuatro  cartas  originales  de  D.  Miguel  López  de  Ba- 
ños y  otras  nueve  de  D.  Evaristo  San  Miguel,  todas  de  1836. 

Apartado  7.°— 1836-38. — Quince  cartas  originales  de  D.José 


COLECCIÓN    ISTURIZ-BAÚER  II5 

Ventura  de  Aguirre  Solarte,  nombrado  Ministro  de  Hacienda. — 
Su  renuncia. — Una  carta  del  Banquero  alemán  Mr.  Manapus 
Franc  y  otras  cuatro  de  los  testamentarios  de  Aguirre  Lolarte, 
de  1843  á  1845. 

Apartado  8.° — Cinco  cartas  originales  y  una  nota  sin  firma 
del  Conde  de  Rayneval,  Embajador  de  Francia  en  España 
en  1836. 

Apartado  9.° — Treinta  y  tres  cartas  originales  y  de  puño  del 
Conde  de  Clarendon,  sir  George  Villiers,  Ministro  de  la  Gran 
Bretaña  en  Madrid,  y  una  nota,  sin  firma,  de  lord  William  Her- 
vey,  de  1836  á  1838. 

Apartado  i  o. — 1836. — Revolución  de  La  Granja.  — Once  car- 
tas originales  de  D.  Manuel  Barrio  Ayuso,  Ministro  de  Gracia  y 
Justicia,  escritas  en  San  Ildefonso,  del  12  de  Julio  al  13  de  Agosto, 
como  Ministro  de  jornada. — Acta  del  Consejo  de  Ministros  ce- 
lebrado en  Madrid  el  13  de  Agosto,  y  un  apunte,  sin  firma,  de 
sus  acuerdos. — Tres  copias  de  los  oficios  del  Ministro  de  la  Gue- 
rra, D.  Santiago  Méndez  de  Vigo,  de  13,  14  y  15  de  Agosto. — 
Dos  copias  simples  de  los  decretos  firmados  por  la  Reina  Gober- 
nadora los  días  13  y  14. — Un  apunte,  sin  firma,  de  los  Sucesos  de 
La  Granja  en  Agosto  de  i8j6- — Un  diario  de  dichos  sucesos  des- 
de el  viernes  12  de  Agosto  al  viernes  IT  de  Septiembre,  de  letra 
de  Istúriz. — Copia  del  comunicado  de  D.  Manuel  Barrio  Ayuso 
en  El  Mundo  de  l.°  de  Septiembre.— Carta  del  mismo  á  Istfiriz 
en  9  de  Marzo  de  1837. — Dos  notas  de  letra  de  Istúriz  sobre  el 
ascenso  del  Teniente  de  Infantería  D.  Juan  Guerra,  Ayudante  del 
General  Tello. — Carta  autógrafa  de  lord  Clarendon,  con  firma 
disfrazada,  remitiendo  á  Istúriz  un  pasaporte  con  nombre  su- 
puesto para  que  pudiera  escapar  disfrazado  á  Lisboa. — Nota  fir- 
mada por  Santiago  Deutsch  de  los  gastos  del  viaje  de  Istúriz  de 
Aíadrid  á  Estremoz. — Minuta  de  carta  de  Istúriz  á  lord  Palmers- 
ton,  anunciándole  su  llegada  á  Londres. — Carta  toda  de  puño  de 
lord  Palmerston,  de  12  de  Septiembre,  citándole  para  recibirle. — 
Nota  de  puño  de  Istúriz  y  seis  documentos  de  finiquito  de  sus 
cuentas  con  la  viuda  de  Aguirre  Solarte  en  1848,  en  cuyo  sobre 
Istúriz  escribió;  Esta  deuda  la  contraje  en  París  en  i8j6  en  mi 


Il6  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

emigración  á  resultas  de  los  sucesos  de  La  Granja,  durante  la 
cual  debí  mi  existencia  á  la  amistad  del  expresado  difunto  amigo. 

Apartado  i  i. — Ocho  documentos  y  apuntes  para  la  vindica- 
ción del  Ministerio  de  1 5  de  Mayo  de  1835. — Dos  copias  del  des- 
pacho de  Istúriz,  el  5  de  Agosto  de  1836,  al  Embajador  de  Es- 
paña en  París. — Memorándum,  de  letra  de  Istúriz,  sin  concluir, 
acerca  de  su  pensamiento  al  escribir  dicho  despacho. — Despachos 
de  Calatrava  al  Vizconde  de  Palmerston,  en  1 5  de  Agosto  de 
1836,  sobre  el  de  Istúriz  de  5  del  mismo  mes. — Copia  de  la  con- 
testación de  lord  Palmeston  al  Encargado  de  Negocios  de  Es- 
paña en  Londres,  Caballero  Javat. — Algunos  párrafos  del  despa- 
cho de  Calatrava  á  su  Embajador  de  París  en  28  de  Agosto. — 
Notas  al  pie  del  borrador  del  despacho  del  5  de  Istúriz  y  recorte 
del  Morning  Chronicle,  de  Londres,  del  18  de  Mayo  de  1837,  con 
la  traducción  alterada  del  texto  de  dicho  despacho. — Número 
de  El  Eco  del  Comercio,  de  Madrid,  del  4  de  Junio  de  1S37; 
otro  de  La  Patria,  del  día  6,  y  dos  de  El  Porvenir,  del  9  y  1 1 
del  mismo  Junio  de  1837,  todos  sobre  el  mismo  asunto. 

Apartado  12. —  1836.  —  Cinco  documentos  originales  sobre 
rendición  de  cuentas  de  los  caudales  aplicados  á  la  División  au- 
xiliar británica,  durante  la  primera  guerra  civil. 

Apartado  13. — 1840-42. — Treinta  y  una  cartas  originales  de 
D.  José  Herrera,  confidente,  sobre  el  viaje  de  la  Reina  Madre  con 
sus  augustas  hijas  á  Barcelona;  desde  19  de  Junio  de  1 840  hasta 
26  de  Septiembre  en  Valencia. — Otras  cinco  cartas  de  confiden- 
tes.— Sesión  del  23  de  Julio  en  el  Congreso. — Nueve  cartas  de 
noticias. — Memoria  titulada  Del  partido  moderado  después  del  7 
de  Octubre  de  18.^2,  sin  nombre  ni  firma. 

Apartado  14. — 1846. — Matrimonios  Reales. — Seis  notas  de 
puño  de  Istúriz,  aunque  sin  firma:  la  primera,  de  2  de  Mayo  de 
1846,  sobre  convocatoria  de  Consejo  de  Ministros  por  S.  M.  la 
Reina  para  tratar  de  los  casamientos;  la  segunda,  de  6  de  Mayo, 
sobre  entrevista  del  Príncipe  Carini  con  Istúriz  acerca  de  la  can- 
didatura del  Conde  de  Trápani;  la  tercera,  del  20  de  Mayo,  en- 
trevista del  Embajador  de  Francia  contra  la  candidatura  de  un 
Príncipe  Coburgo;  la  cuarta,  del  25  de  Mayo,  segunda  conferen- 


COLHCCIÓK  istúriz-bXüer  117 

cia  del  Conde  de  Bresson  con  Istúriz  sobre  una  supuesta  carta 
de  la  Reina  Cristina  en  pro  de  un  Príncipe  Coburgo;  la  quinta, 
del  9  de  Junio,  tercera  conferencia  de  Bresson  sobre  el  mismo 
tema;  la  quinta,  del  12  de  Junio,  cuarta  conferencia  de  Bresson 
sobre  una  carta  de  lord  Aberdeen;  la  sexta,  del  2  de  Julio,  quinta 
conferencia  de  Bresson  acerca  de  la  tenida  en  Londres  por  mon- 
sieur  de  Saint-Hüaire,  de  orden  de  M.  Gaizot,  con  lord  Aberdeen. 

Apartado  15. — 1846:4". — Cincuenta  y  cinco  cartas  origina- 
les y  autógrafas  de  D.  Francisco  Martínez  de  la  Rosa,  Embajador 
de  Espaiía  en  París,  desde  30  ae  Mayo  de  1846  á  2  de  Enero 
de  1847. — Siete  cartas  originales  y  autógrafas  del  Marqués  de  Mi- 
raflores,  desde  París,  desde  18  de  Julio  a  8  de  Octubre  de  1846, 
y  otros  documentos,  sobre  los  matrimonios  Reales. 

Apartado  16. —  1 846-47- — Matrimonios  Reales. — Nueve  car- 
tas originales  y  autógrafas  del  Duque  de  Sotomayor,  Ministro  de 
España  en  Londres,  desde  4  de  Junio  á  22  de  Agosto  de  1846. 

Apartado  17. — 1846-64. — Cartas  de  Principes  é  Infantes. — 
Cinco  cartas  del  Infante  D.  Francisco  de  Paula  Antonio,  desde 
17  de  Abril  á  l.°  de  Octubre  de  1846;  otras  seis  cartas  del  mis- 
mo, desde  21  de  Febrero  á  20  de  Junio  de  1858;  ocho  cartas  de 
la  Infanta  D."  María  Luisa  Fernanda  (cinco,  de  1848;  una,  de 
1850;  una,  de  1861,  y  una,  de  1864),  y  diez  y  siete  del  Duque 
de  Montpensier,  su  esposo,  desde  1848  hasta  1867. 

Apartado  1 8. — Siguen  las  cartas  autógrafas  de  Príncipes  de 
la  Casa  de  Orleans. — Seis  cartas  originales  y  autógrafas  de  la 
Reina  Amalia,  de  185  1-53;  diez,  de  1848  á  1860,  del  Duque  de 
Xemours,  firmadas  Luis  de  Orleans;  dos  del  Duque  de  Aumale, 
Enrique  de  Orleans,  de  1853;  una  carta  del  General  C.  Dumas, 
de  184S. 

Apartado  19. — Siguen  los  matrimonios  Reales. — Ocho  cartas 
originales  del  Infante  D.  Enrique,  de  1846  á  1858,  y  otros  cua- 
tro documentos  relacionados  con  él. — Cinco  cartas  autógrafas 
de  la  Duquesa  de  Sevilla  y  un  documento  sobre  nobleza  de  los 
Castellví.  Tres  cartas  de  la  ¡Infanta  D.^  Isabel  Fernandina,  de 
1S47  a  1858;  siete  de  la  Infanta  D.''  Josefa  Eernanda,  de  1858 
á  1864;  dos  de  la  Infanta  Duquesa  de  Sesa,  y  una  del  General 


Il8  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

D.  José  Lemery,  en  nombre  4el  Rey  Don  F.rancisco  de  Asís, 
de  1864. 

Apartado  20. — 1S46. — Matrimonios  Reales  y  sus  derivados. 
Treinta  y  seis  cartas  originales  del  Conde  de  Colombí,  E.  E.  y 
Ministro  de  España  en  Bruselas,  sobre  el  Infante  D.  Enrique  y 
los  revolucionarios  españoles  Espartero,  Olózaga,  Cortina,  Prim, 
Cervelló,  etc.,  y  sus  reuniones  en  Ostende,  desde  l.°  de  Mayo 
de  1846  á  1 1  de  Febrero  de  1847 — ^eis  cartas  del  confidente  don 
Aniceto  Cañete  y  Moral  sobre  estos  manejos  en  Bélgica,  de  5  á 
30  de  Agosto  de  1846. — Tres  cartas,  todas  de  puño,  de  D.  Ma- 
nuel Cortina,  de  30  de  Agosto,  23  de  Septiembre  y  26  de  Di- 
ciembre de  1846. 

Apartado  21. — 1846. — Matritnonios  Reales  y  sus  derivados. 
Carta  confidencial  de  Istúriz  á  lord  Clarendon  y  su  contestación 
de  Julio  y  Agosto  de  1846,  respectivamente. — Cinco  conferen- 
cias de  Istúriz  con  BuUver,  en  Carabanchel,  del  lO  al  20  de 
Agosto  de  1846. — Carta  de  sir  Rich  Cobden,  sin  fecha. — -Treinta 
y  seis  cartas  confidenciales  y  otros  documentos  del  Conde  de 
Bresson,  Embajador  de  Francia,  á  Istúriz,  desde  Agosto  de  1846 
á  Enero  de  1847. — Carta  confidencial  de  lord  Aberdeen,  de  22 
de  Junio  de  1 846,  y  minuta  de  contestación. 

Apartado  22. — 1846-47. — Matrimonios  Reales.  —  Asuntos  de 
Portugal.—Setenta  y  siete  cartas  confidenciales  á  Istúriz  del 
Embajador  británico  en  Madrid,  honorable  sir  Henry  Litton  BuU- 
ver, de  Marzo  á  Diciembre  de  1846. — -Carta  autógrafa  de  lord 
Clarendon,  de  3  de  Agosto,  y  otra  del  Duque  de  Riánsares,  de 
26  de  Abril. 

Apartado  23. — Matrimonios  Reales. — Quince  copias  de  los 
despachos  cambiados  entre  Istúriz  y  el  Gobierno  inglés  desde  31 
de  Agosto  á  14  de  Noviembre  de  1846. — Otras  siete  copias  de  los 
despachos  de  lord  Palmerston  á  lord  Normandy,  Embajador  de 
Inglaterra  en  París;  de  Mr.  Guizot  al  Embajador  francés  eri  Es- 
paña; de  Mr.  Guizot  á  Mr.  De  Jarmac,  Encargado  de  Negocios 
en  Londres,  y  de  lord  Normandy  á  Mr.  Guizot,  sobre  el  matri- 
monio del  Duque  de  Montpensier. — Discursos  de  Mr.  Guizot  en 
la  Cámara  de  los  Diputados,  en  la  legislatura  de  1846-47  (impre- 


COLECCIÓN    ISTUKIZ-BAÜER  I  1  9 

sos)  y  documentos  comunicados  á  dicha  Cámara  por  Mr.  Guizot 
(impresos). 

Apartado  24.  — 1847-48. — Embajada  de  Istúriz  á  Londres. — 
Veinte  cartas  confidenciales  del  Duque  de  Sotomayor,  del  28  de 
Septiembre  de  1847  á  I4  de  Junio  de  1848. — Tres  copias  de  des- 
pachos de  D.  Joaquín  Francisco  Pacheco  á  Istúriz,  de  Abril,  y  dos 
minutas  de  contratación  y  un  memorándum  de  Istúriz,  del  7  de 
Alayo  del  año  1 847. — Nueve  cartas,  todas  de  puño  de  lord  Pal- 
merston  á  Istúriz,  de  21  de  Mayo  á  29  de  Junio  de  1847,  más  el 
Protocolo  impreso  de  la  Conferencia  celebrada  en  el  Foreign  Office 
el  21  de  Mayo  con  los  Plenipotenciarios  de  España,  P" rancia, 
Gran  Bretaña  y  Portugal  sobre  asuntos  de  este  último  Reino. 

Apartado  25. — 1847-48. — Embajada  de  Istúriz  en  Londres. 
Asuntos  interiores  de  Casa  Real. — Minuta  de  carta  de  Istúriz  á  la 
Reina  Doña  Isabel  II  (el  sobre  con  letra  de  puño  de  S.  AI.  la  Rei- 
na).— Tres  facturas  de  los  diamantistas  ingleses  Storr,  Mortimer  y 
Hunt;  y  trece  cartas  originales  del  Intendente  de  Palacio,  D.  José 
de  Peña  Aguayo,  á  Istúriz,  sobre  joyas  adquiridas  por  la  Reina, 
de  21  de  Mayo  á  23  de  Noviembre  de  1S47. — Poder,  por  medio 
de  Notario,  y  legalizado,  así  en  España  como  en  Inglaterra, 
facultando  á  Istúriz  para  recoger  una  inscripción  de  77.000  libras 
esterlinas  sobre  el  gran  Libro  de  la  Renta  Consolidada  del  3  por 
100  de  Inglaterra,  impuesta  á  nombre  de  la  Reina  Doña  Isa- 
bel II. — La  inscripción  original. — Dos  cartas  del  Agente  de  la 
Embajada. — Dos  minutas  de  Istúriz  y  dos  cartas  autógrafas  del 
Marqués  de  Miraflores  sobre  las  operaciones  del  cobro. 

Apartado  26. — 1847-48. — Embajada  de  Istiiris  en  Londres. 
Tres  copias  de  los  despachos  dirigidos  á  Madrid  por  Istúriz:  una, 
fechada  en  París  con  la  entrevista  tenida  coft  Lamartine;  la  se- 
gunda, en  Londres,  con  su  primera  conferencia  con  lord  Palmers- 
ton;  La  tercera,  de  Londres,  sobre  la  Familia  Real  destronada  de 
Francia. — Carta  firmada  por  el  Duque  de  la  Victoria,  de  12  de 
Septiembre  de  1 847,  y  otra,  confidencial  y  reservada,  de  don 
Modesto  Cortázar,  sobre  el  Duque  de  la  Victoria. — Otra,  confi- 
dencial, autógrafa,  del  Duque  de  Valencia  sobre  el  Duque  de  la 
Victoria. — Copia   de  la  renuncia  del  Duque  de  la  Victoria  del 


120  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

cargo  de  Embajador  de  España  en  Londres,  para  el  que  había 
sido  nombrado  (12  Octubre,  1 847). — Otras  cuatro  minutas  de 
Istúriz  sobre  el  mismo  particular.- — Copia  de  comunicación  oficial 
del  Ministerio  de  Estado  al  Duque  de  la  Victoria  (14  Noviem- 
bre, 1847). — Minuta  de  carta  de  Istúriz  al  Duque  de  la  Victo- 
ria (22  de  Noviembre),  y  contestación,  del  23  de  Junio,  de 
Baldomero  Espartero. — Nota  manuscrita  y  copiada  del  Heraldo 
de  4  de  Noviembre,  y  otra,  impresa,  del  5  del  mismo  mes,  de 
El  Clamor  Público. — Renuncia  de  su  cargo  por  Istúriz  y  minuta 
de  carta  sobre  ella  al  Duque  de  Sotomayor. 

Apartado  27. — 1848. — Embajada  de  Istúriz  en  Londres. — 
Retirada  del  Embajador  británico  en  Madrid,  honorable  sir 
H.  L.  Bullver. — Diecisiete  copias  de  despachos  oficiales  entre  el 
Ministro  de  Estado  de  España,  Istúriz  y  lord  Palmerston,  desde 
el  15  de  Abril  al  12  de  Junio  de  1848. — Carta  del  Secretario 
en  la  Legación  Tacan  á  Istúriz  el  17  de  Junio. — Nueve  cartas 
autógrafas  de  lord  Palmerston  á  Istúriz  del  25  de  Abril  al  14  de 
Junio  de  1848:  algunas  minutas  de  contestación  de  Istúriz  y  una 
carta  de  sir  Harley. — Veintinueve  declaraciones  de  oficio  sobre 
la  partipación  de  Bulwer  en  las  tramas  revolucionarias  de  Espa- 
ña.— Copia  del  despacho  del  Duque  de  Sotomayor  á  Istúriz  en 
9  de  Junio,  notificándole  la  resolución  documentada  del  Go- 
bierno español. — Ejemplar  impreso  de  la  Correspondance  betwen 
Viscount  Palmerston  and  M.  de  Istúriz  relating  tothe  removal  of 
sir  Henry  Buhver  from  Madrid. 

Apartado  28. — 1850-54. — Embajada  de  Istúriz  en  Londres. 
Correspondencia  confidencial  del  Ministro  de  España  en  Wa- 
shington, D.  Ángel  Calderón  de  la  Barca,  con  Istúriz,  desde  l.°  de 
Enero  de  1850  hasta  9  de  Febrero  de  1854. — Setenta  y  cuatro 
cartas  originales  y  autógrafas,  y  varias  copias  de  despachos  y 
consultas  sobre  el  intentado  tratado  de  Garantía  de  la  conserva- 
ción de  Cuba  por  España,  propuesto  por  Francia  é  Inglaterra  y 
rechazado  por  los  Estados  Unidos,  y  sobre  el  protectorado  de 
la  isla  de  Santo  Domingo  por  España. 

Apartado  29. — 1850-54. — Embajada  de  Istúriz  en  Londres. 
Correspondencia  confidencial   de   D.  José  de  Concha,  Capitán 


COLECCIÓN    ISTURIZ-BAUER 


General  de  Cuba,  desde  25  de  Septiembre  de  1850  á  8  de  Oc- 
tubre de  1851;  de  D.  Juan  de  la  Pezuela,  desde  Puerto  Rico, 
en  185  I,  y  cartas  de  los  Generales  D.  Manuel  de  la  Concha,  don 
Juan  de  la  Cruz,  D.  Francisco  Serrano,  D.  Francisco  Lersundi, 
Conde  de  Alcoy  y  D.  Valentín  Cañedo. — -Treinta  y  una  cartas 
y  documentos,  desde  1S50  á  1S54. 

Apartado  30.  — 1850  54. — Embajada  de  Istúriz  en  Londres. 
Correspondencia  confidencial  con  el  Marqués  de  Mirañores, 
Ministro  de  Estado. — Cuarenta  y  cinco  cartas  originales  y  autó- 
grafas; varias  copias  de  despachos  y  una  de  carta  dirigida  á  Pa- 
rís al  Marqués  de  Vaidegamas. 

Apartado  31.  — 1850-51. — Embajada  de  htiíriz  en  Londres. 
Comisión  de  Hacienda  de  España. — Comunicación  oficial  de  3 1  de 
Diciembre  de  1850,  de  D.Joaquín  Scheidnagel  álstúriz. — Trein- 
ta y  cinco  cartas  y  documentos  de  D.  Joaquín  Scheidnagel,  del 
l.°  de  Enero  á  28  de  Mayo  de  1851.  — Orden  del  Ministro  de 
Estado,  D.  Pedro  José  Pidal,  aprobando  la  aceptación  de  una 
letra  de  cincuenta  mil  libras  esterlinas  por  Istúriz  para  el  Presi- 
dente de  la  Comisión  de  Hacienda  en  Londres. — Una  carta  y 
un  recibo  de  D.  Miguel  Castañeda,  de  8  de  Mar"zo  de  1851. — 
Tres  cartas  de  D.  Pedro  de  Zulueta  sobre  el  mismo  asunto. 

Ap.\RTADO  32. — Embajada  de  Istúriz  en  Londres. — 1851. — In- 
cidentes con  algunos  españoles  enfermos  residentes  en  Londres. 
El  Mariscal  de  Campo  D.  Filiberto  Portillo,  que  se  titulaba  Du- 
que de  Lepanto. — El  diputado  á  Cortes  D.  Fermín  Gonzalo  Mo- 
ros y  D.  Juan  Guelbós.  En  el  del  primero,  cartas  confidenciales  á 
Istúriz  de  lord  Palmerston,  y  un  certificado  oficial  del  ataque 
de  demencia  que  padecía;  en  el  segundo,  dos  cartas  autógrafas 
de  D.  Antonio  de  los  Ríos  y  Rosas,  varios  documentos  referen- 
tes á  la  intervención  de  la  policía  de  Londres,  y  dos  cartas  de 
una  dama  americana. — Total  de  documentos,  treinta  y  cinco. 

Apartado  33. — 1854. — Embajada  de  Istúriz  en  Londres  y 
sus  derivados. — Seis  documentos,  entre  ellos  tres  cartas  origi- 
nales del  General  dominicano  D.  Ramón  Mella,  sobre  la  anexión 
de  Santo  L^omingo  á  España. — Dos  hojas  autógrafas  de  Istúriz 
que  titula  Apuntes  de  la  revolución  de  iS^.ji  en  lo  que  á  mi  me  con- 


122  boletín    de    la    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

cierne. — Carta  toda  de  puño  del  Conde  de  San  Luis  de  23  de  Fe- 
brero de  1854. — Otra  del  ministro  de  Estado,  Calderón  de  la 
Barca,  de  22  del  mismo  mes.— Minuta  de  Istúriz  de  23  de 
Mayo. — Copias  de  sus  comunicaciones  oficiales  de  I  y  2  de 
Marzo. — Minuta  sin  fecha  de  la  renuncia  de  su  cargo  por  Istú- 
riz.— Comunicación  de  D.  Francisco  Serrano  admitiéndola. 

Apartado  34. — 1858-64. — Ultimas  posisiones  políticas  de  Is- 
túriz. — Nueve  cartas  y  un  documento  del  Embajador  en  Viena, 
D.  Luis  López  de  la  Torre  Ayllon,  desde  1858  á  1860. — Carta 
autógrafa  del  Duque  de  San  Miguel  y  otros  tres  documentos, 
de  1858,  sobre  la  suscripción  para  la  estatua  de  Mendizábal  en  la 
plaza  del  Progreso  de  Madrid. — Nota  de  Istúriz. — Ocho  documen- 
tos relativos  á  la  importación  de  colonos  chinos  á  Cuba  en  1858, 
siendo  Istúriz  tercera  vez  Presidente  del  Consejo  de  Ministros  y 
Ministro  de  Ultramar. — Cinco  documentos  de  Estado  y  treinta  y, 
siete  cartas  originales  y  autógrafas  de  D.  Alejandro  Mon,  desde  la 
Embajada  de  París,  desde  Enero  de  iSóoá  Noviembre  de  1861. — 
Carta,  de  1 860,  del  General  D.  Francisco  Armero;  tres,  de  1 86 1, 
de  D.  Manuel  Arias,  D.  Manuel  Ruiz  del  Cerro  y  el  Conde  de  Al- 
tamira,  Duque  de  Montemar;  una,  de  1862,  de  D.  Augusto  Con- 
té; una  de  D.  Lorenzo  Arrazola,  en  1864,  y  ocho  del  Marqués  de 
Torre-Díaz,  D.  Francisco  García  Goyena,  D.  Manuel  de  la  Maza  y 
Pedrueca  y  D.  Narciso  de  Luzuriaga;  dos  de  D.  Juan  de  Marco- 
leta;  cinco  de  D.  Juan  Crooke  (Conde  de  Valencia  de  D.  Juan);  dos 
de  D.  Gaspar  Muro  y  siete  de  D.  Rafael  Merry,  todas  de  1 864. 

Apartado  35. — 1864-67. —  Ultimas  posisiones  políticas  de  Is- 
túriz.— Carta  toda  de  puño  de  la  Reina  Doña  Isabel  II  y  cuatro 
cartas  de  D.  Atanasio  Oñate. — Memorándum  de  Istúriz  y  lista 
del  Ministerio  non  nato  de  Diciembre  de  1864. — Reales  decretos 
nombrando  á  Istúriz  Embajador  en  Roma,  refrendado  por  don 
Manuel  Rermúdez  de  Castro  en  1865. — Pasaportes  para  Rqma. — 
Instrucciones  para  su  misión  (originales),  6  de  Noviembre 
de  1865. — Nuevas  Instrucciones,  8  de  Noviembre.^ — Despacho 
de  14  de  Octubre  (copia). — Renuncia  de  la  Embajada  y  su  acep- 
tación.— Orden  al  Comandante  de  la  fragata  Gerona  para  traer  á 
España  al  Embajador  Istúriz. 


COLECCIÓN    ISTÚRIZ-BAÜER  1 23 

Apartado  36.-^1847-1858. — Honores  y  condecoraciones  de 
Istúriz. —  Gacetas  con  los  Reales  decretos  de  sus  altos  puestos 
políticos. — Expediente  de  haberes  pasivos.  —  Treinta  y  dos  do- 
cumentos y  cartas  autógrafas. — Dos  impresos  y  cinco  Gacetas. — 
Autógrafos  del  Marqués  de  Miraflores,  Reina  María  de  Portu- 
gal, Vizconde  de  Oiiveira,  Francisco  Tovares  d'AIraeida,  don 
Joaquín  Francisco  Pacheco,  D.  Antonio  Riquelme,  D.  Francisco 
Merry  y  Colón,  D.  Xavier  de  Istúriz,  etc. 

Apartado  37. — \'&^^-\^%i.— Testamentos  á^  1855-65  y  Me- 
moria adicional  áz  1869.  (Los  dos  últimos  insertos  en  la  Copia 
de  la  escritura  de  aprobación  de  la  partición  de  sus  bienes). — 
Copia  parcial  del  Inventario  de  dichos  bienes. — Cuenta  general 
•del  caudal  dejado  á  la  muerte  de  Istúriz. — Tres  ejemplares  de  la 
misma;  el  primero  y  el  último  con  la  firma  del  testamentario 
D.  Isidro  Díaz  de  Arguelles. 

Apartado  38. — 1871-72. — Sepulcro  de  Istúriz  en  el  cementerio 
de  San  Isidro. — Fundación  de  una  Memoria  perpetua  en  sufra- 
gio de  su  alma. — En  conjunto  setenta  y  dos  documentos. 

Apartado  39. — 1871-76. — Distribución  de  joyas  y  preseas 
á  S.  M.  la  Reina  Doña  María  Cristina  de  Borbón,  Duque  de 
Riánsares,  herederos  del  Marqués  de  Gaviria,  D.  Juan  Comyn, 
Conde  de  P"atraquer,  D.  Luis  García  Jove,  D.  Augusto  Comte, 
Vizconde  del  Pontón,  Vizconde  de  San  Javier,  D.  Eduardo  S.  de 
Terry,  Andrés  Caballero,  Francisco  Canaletas  de  Morales,  Fa- 
cundo Infante,  Isidro  Autran,  Marqués  de  Miraflores,  Duque  de 
C)suna  y  del  Infantado,  Conde  de  Valencia  de  Don  Juan,  Manuel 
de  Soria  Santa  Cruz,  Luis  López  de  la  Torre  Ayllon,  Eugenio 
de  Aviraneta,  Manuel  Ruiz  del  Cerro,  Atanasio  Oñate,  Gaspar 
Muro,  y  en  metálico  D.  Antonio  y  D.  José  Alcalá  Galiano  y 
otros. — Cincuenta  y  ocho  documentos,  la  mayor  parte  con  firmas 
autógrafas  y  ciento  trece  documentos  de  limosnas  y  auxilios  pe- 
cuniarios á  todos  los  párrocos  de  Madrid  y  de  Cádiz;  á  todos  los 
establecimientos  benéficos  de  una  y  otra  .capital;  al  Arzobispo, 
Consistorio  de  la  Iglesia  reformada  y  Consistorio  de  Israelitas, 
de  París;  á  todos  los  Monasterios  de  Monjas  de  Madrid  y  Cádiz 
también;  á  todas  las  Asociaciones   Católicas  y   de  Caridad  de 


'124  BOLETÍN    DE   LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Madrid,  con  cuyo  conjunto  puede  hacerse  la  historia  de  la  beni- 
ñcencia  en  la  Corte  de  España  de  1 8"  I  á  1 876,  y  en  cuyos 
documentos  se  registran  firmas  autógrafas,  entre  otras,  de  los 
Barones  de  Rostchild,  Sres.  Baüer,  Weisweiller,  y  otros  extran- 
jeros ilustres;  las  de  las  Sras.  Condesa  del  Montijo,  Condesas  de 
Sástago  y  de  Superunda,  Marquesas  de  San  Saturnino  y  de  Pidal, 
Marquesas  de  Miraflores  y  de  Alcañices,  Condesa  de  Heredia 
Spínola,  y  otras;  y  entre  los  varones  las  del  Marqués  de  Pidal, 
D.  Alejandro  Ramírez  de  Villaurrutia,  D.  Domingo  Moreno,  don 
Faustino  Rodríguez  de  San  Pedro,  Conde  de  Canillas  de  Torne- 
ros, Martín  Murga,  Conde  de  Mendoza  Cortina,  D.  Vicente  de 
la  Fuente;  por  dos  veces  la  de  la  ilustre  Ernestina  Manuel  de 
Villana,  y  otras  dos  las  de  la  Vizcondesa  de  Jorbalán. 

Apartado  40.— Papeles  varios. — Recibos  de  cantidades  pedi- 
das á  préstamo  y  no  reintegradas  nunca  á  Istúriz,  de  1810  á  1823, 
con  nota  de  Istúriz  que  dice:  Para  memoria. — Hay  cuatro  de  don 
Alvaro  Flórez  Estrada;  uno  del  General  de  Marina  D.  Manuel  Val- 
cárcel;  otro  de  la  Marquesa  hija  de  Casa  Rávago;  dos  de  D.Juan 
íosé  Mariátagui;  uno  de  D.  Felipe  de  Arco  Agüero;  otro  del  Ge- 
neral D.  Demetrio  O'Daly,  etc. — Los  treinta  y  un  documentos  y 
otros  treinta  y  nueve  de  deudas  que  se  le  pagaron  desde  1811  a 
1839. — Memorias  inéditas  de  D.  Félix  Gómez  Cálvente,  de  los 
años  1847  y  48. — Una  copia  de  la  Representación  de  los  Gran- 
des al  Duque  de  Angulema  en  1823. — Notas  de  Estado  sobre 
la  muerte  de  la  Emperatriz  de  Rusia  Elizabeth  Pedrowna. — De- 
posición del  Emperador  Pedro  III  y  su  muerte.; — Emperatriz 
Catalina  II,  etc. 

Apartado  41. — Dos  legajos  de  papeles  de  familia.  Cuentas  de 
administración  de  sus  bienes.  Gastos  de  su  funeral  y  sufragios. 
Gastos  y  gratificaciones  de  su  testamentarios.  Correspóndecia 
de  asuntos  rentísticos  con  la  casa  de  los  Sres.  Weisweiller  y 
Baüer.  Correspondencia  de  sus  testamentarios  con  sus  dos  so- 
brinas y  herederas  D.f  Dolores  y  D.'' Juliana  Montero.  (Los  pape- 
les de  este  apartado  no  han  sido  encuadernados,  sino  forman  un 
legajo  complementario  de  la  Colección  Istúriz-Baiier.) 

La  encuadernación  de  colección  tan  importante  para  la  His- 


COLECCIÓN  LÓPEZ  BALLESTEROS  1 25 

toria  del  reinado  de  Isabel  II,  en  número  de  cerca  de  mil  sete- 
cientos cincuenta  y  un  documentos,  ha  sido  también  el  comple- 
mento del  donativo  del  Sr.  Baüer,  para  formar  cuyo  concepto 
basta  por  hoy  el  breve  apunte  que  aquí  va  inserto  y  que  he  ido 
haciendo  conforme  fui  reconociendo  uno  por  uno  y  clasificando 
y  organizando  estos  documentos. 
Madrid,  29  de  Julio  de  1919. 


COLECCIÓN  LÓPEZ  BALLESTEROS 

CARTAS    Y    DOCUMENTOi    RELATIVOS    AL    SEÑOR    DON   JUAN    DE    AUSTRIA 

Cumpliendo  el  acuerdo  que  tomó  la  Academia  en  su  sesión 
del  20  de  Diciembre  de  igiS  (l),  apenas  las  vacaciones  de  ve- 
rano lo  han  permitido,  y  terminado  mi  trabajo  de  organización 
y  clasificación  de  los  papeles  del  archivo  de  Istúriz,  donados  por 
el  Sr.  Baüer  y  Landauer,  acometí  el  examen  de  esta  otra  Colec- 
ción, en  la  que  manos  indudablemente  inexpertas  habían  dislo- 
cado la  organización  perfecta  que  en  su  tiempo  la  dio  el  inolvi- 
dable oficial  de  nuestra  Biblioteca  D.  Manuel  de  Goicoechea. 

Del  recuento  que  he  practicado  por  mí  mismo  resultan  los 
siguientes  documentos: 

Copias. 

Del  año  1 569 74 

Del  año  1570 113 

Del  año  1571 225 

Del  año  1572 390 

Del  año  1 573 370 

Del  año  1574 412 

Del  año  1575 202 

Del  año  1576 219 

Delañoi577 131 

Del  año  1578 90 

ToTAi 2.226 


(1)     Véase  el  Boletín  del  roes  de  Enero  de   1919  (tomo  ixxiv,  cuader- 
no i),  páginas  72-79. 


120  BOLETÍN    DE    LA   REAL   ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

A  esta  cifra  hay  que  añadir  cuarenta  y  dos  documentos  más, 
de  años  diferentes,  que  aparecieron  en  una  carpeta,  en  cuya  tapa 
decía:  Sueltos.,  y  que  se  han  incorporado,  según  las  fechas  que 
ostentaban,  al  lugar  que  les  correspondía  en  los  años  respecti- 
vos; más  un  Legajo,  que  ha  quedado  intacto,  por  no  contener 
sino  copias  duplicadas  en  número  de  173;  otra  carpeta  con  otras 
9  duplicadas  también,  más  38  entresacadas  por  mí  con  el  mismo 
carácter  de  duplicadas  al  hacer  el  recuento  y  confronte  de 
los  2.266  que  forman  la  Colección,  mandada  encuadernar  en  vo- 
lúmenes y  que  pasará,  para  su  custodia  definitiva,  á  nuestra 
Biblioteca  y  Archivos. 

El  primer  tomo  de  la  Colección  lo  forma  la  copia  de  la  Histo- 
ria del  screnissiino  Sr.  Don  Juan  de  Austria...  del  lincenciado 
Baltasar  Porreño,  hecha  de  la  que  se  guardaba  en  los  Archivos 
de  la  Secretaría  de  Estado,  tomo  xi  de  Papeles  relativos  d  Feli- 
pe II,  cuando  ordenó  sacarla  el  Sr.  López  Ballesteros. 

En  la  documentación  que  empieza  en  el  tomo  11  preceden  á 
los  esencialmente  pertenecientes  á  D.  Juan  de  Austria,  una 
copia  de  las  Capitulaciones  de  los  Reyes  Católicos  con  los  moros 
de  las  Alpujarras  y  Valle  de  Alcacrin  (Granada,  30  de  Julio 
de  1 500);  la  Partición  de  los  lugares  que  se  ganasen  ó  recobrasen 
de  los  turcos  (1538),  y  Adiciones  á  la  liga  del  año  de  i^jy 
(13  Noviembre  de  1538);  ocho  Cartas  ó  Capítulos  de  Cartas  de 
Luis  Quixada,  de  12,  18,  24  de  Octubre;  28  de  Noviembre 
y  13  de  Diciembre  de  1558;  6  de  Julio  de  1559!  17  de  Septiem- 
bre y  17  de  Octubre  de  1563,  y  un  párrafo  de  una  carta  sin 
firma,  de  1 572,  de  la  madre  de  D.Juan  (Bárbara  Blomberg);  final- 
mente, una  Minuta  de  la  Relación  de  lo  que  sucedió  en  la  toma 
del  Peñón  de  los  Vélez  de  la  Gomera,  de  1566. 

Después  de  estas  doce  copias  de  los  referidos  documentos 
empieza  la  de  los  de  D.  Juan  de  Austria,  comenzando  por  el 
Titulo  de  Capitán  General  de  la  Mar,  fechado  en  Madrid  á 
1 5  de  Enero  de  1 568,  de  cuyo  año  no  hay  más  que  las  Instruc- 
ciones que  se  le  dieron  de  la  misma  fecha;  otra  Instrucción  par- 
ticular y  la  que  se  dio  al  Comendador  Mayor  de  Castilla,  como 
lugarteniente  de  D.  Juan. 


NUEVOS    RESTOS    ROMANOS  1 27 

La  Colección,  conforme  al  acuerdo  de  la  Academia  en  la 
sesión  referida  del  20  de  Diciembre  de  1 91 8,  toma  el  nombre  de 
Colección  López  Ballesteros  /  Cartas  y  documentos  de  D.  Juan 
de  Austria  /  Copias  de  Simancas. 

En  cada  volumen  se  especifica:  i.°,  el  asunto  principal  de  que 
tratan  los  documentos  en  él  contenidos,  por  ejemplo:  Moriscos, 
Ligas,   Italia,  Flandes;  2.°,  el  año  del  primero  y  del  último  de 
los  documentos  que  se  contienen  en  él. 
Madrid,  12  de  Agosto  de  1919. 

Juan  Pérez  de  GuzmAn  y  Gallo. 


II 

NUE\-OS  RESTOS  ROMANOS  H.^LLADOS  EX  COSCOJUELA 
DE  FANTOVA  (HUESCA) 

UN    MOSAICO    SEPULCR.\L,    CRISTIANO,    DEL    SIGLO    IV 

Practicando  trabajos  de  nivelación  del  terreno  en  una  finca 
contigua  á  la  ermita  de  Nuestra  Señora  del  Socorro,  en  el  mon- 
tecillo  llamado  Cillas,  término  municipal  de  Coscojuela  de  Fan- 
tova,  en  esta  provincia;  finca,  propiedad  de  D."  Vicenta  Laplana 
y  Matheo,  viuda  de  Ubiergo,  vecina  de  Guardia  (Huesca),  los 
operarios,  después  de  encontrar  algunos  restos  romanos,  trope- 
zaron con  fuertes  sillares  que  imposibilitaban  la  tarea.  Removié- 
ronlos y  hallaron  un  múrete  que  trataron  de  destruir;  y  en  esta 
operación  dieron  los  picos  en  un  suelo  duro,  que  observaron  los 
trabajadores  estar  formado  por  piedrecillas  de  colores  bellamente 
combinadas.  Apercibido  de  ello  el  hijo  de  la  dueña  de  la  finca,  or- 
denó la  suspensión  de  los  trabajos,  cuando  ya  los  picos  habían 
hecho  en  aquel  suelo  destrozos  lamentables,  aunque  inevitables  de 
momento,  dado  lo  inesperado  del  hallazgo  por  gentes  rústicas  é 
inexpertas.  Avisado  el  Correspondiente  que  suscribe  del  suceso, 
é  invitado  por  la  propietaria  y  por  su  hermano  el  M.  I.  Sr.  D.  José 
Laplana,  Deán  de  la  Santa  Iglesia  Catedral  de  Barbastro,  docto 


1  28  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

amante  de  la  antigüedad,  para  que  me  trasladara  á  la  finca  en 
cuestión  y  juzgara  del  valor  é  importacia  del  descubrimiento, 
acabando  de  poner  á  la  vista  el  mosaico  — pues  de  un  pavimen- 
to de  mosaico  se  trataba — ,  fui  á  la  ermita  del  Socorro  y  obser- 


Mosaico  cristiano,  del  género  sepulcral,  iiallado  en  término  de 
Ccscojuela  de  Fantova  (Huesca)  (siglo  iv). 

vé  el  terreno  y  las  circunstancias  ocurridas,  como  Delegado  de 
la  Comisión  provincial  de  Monumentos,  de  la  que  soy  Secreta- 
rio; como  Director  del  Museo  Arqueológico  provincial,  y  tam- 
bién como  Correspondiente  de  la  Real  Academia  de  la  Historia, 
para  informarla  debidamente  (l). 


(O  Me  acompañó  el  muy  ilustrado  Canónigo  de  la  Catedral  barbas- 
trense  D.  Mariano  Sesé.  Por  la  aj^uda  esencial  que  me  ha  prestado  le 
expreso  el  testimonio  de  mi  gratitud. 


NUEVOS   RESTOS    ROMANOS 


129 


Ha)'  que  hacer  notar,  antes  que  nada,  que  no  es  novedad  la 
aparición  de  restos  romanos  en  aquel  montecillo  (l).  Ya  en  el 
tomo  IV  del  Boletín  académico  (año  1884),  págs.  211  á  227,  pu- 
blicó el  ilustre  P.  Fita  un  doctísimo  informe  titulado  Inscripcio- 
nes romanas  de  la  diócesis  de  Barbastro.  En  su  capítulo  ó  apar- 
tado I,  bajo  el  epígrafe  Lápidas  del  monte  Cillas,  término  de 
Coscojuela  de  Fantova,  recogió  la  memoria  de  cuatro  de 
ellas  dadas  á  conocer  en  1879  por  D.  Mariano  de  Paño, 
actual  presidente  de  la  Real  Academia  de  Bellas  Artes  de  San 
Luis,  de  Zaragoza,  en,  la  revista  madrileña  La  Ciencia  cristiana; 
añadiendo  otras  dos  que  el  mismo  Sr.  Paño  le  comunicó,  junta- 
mente con  una  estampilla  de  letra  cursiva,  en  barro  saguntino, 
que  posee  dicho  Sr.  Paño  (2). 

Estas  interesantes  lápidas,  cuyo  descubrimiento,  por  tanto,  se 
debe  á  este  benemérito  aragonés,  fueron  cambiadas  de  lugar 
cuando  se  reparó  la  ermita,  y  hoy  aparecen  empotradas  en  el 
muro  meridional,  al  exterior,  con  las  letras  á  la  vista. 

Decía  el   P.   Fita  al   principio  de  su  informe;    «Dos  leguas  al 


y\)  En  el  Museo  provincial  de  Zaragoza  (sala  romana  1  hay  un  frag- 
mento (pie)  de  estatua  hallado    en  este  monte. 

(2)  Estas  lápidas  son  las  siguientes,  que  reproduzco  aquí  por  tener 
íntima  relación  con  el  objeto  de  mi  informe: 


C      •      T    V  R  R  A  N  I  A 
H     E     R     •     I     V    S    T     I 


M  A  R  I  .E  •  C  o  •  •  • 
D  •  FIL  •  D  ■  V  •  MAT 
.E  M  I  L  I  .E  •  P  L  A 
•    ■    D  .E    •     H     •     E  X  T 

.E  M  I  L  I  .E  •  plací 
D  A  E  •  M  A  T  E  R  N  r 
VXORI    •    H    •    EXT 


2? 


6.=- 


P  •  AEMILIO-.. 
D  V  C  T  O  •  B  A  R  B 
P  A  T  R  I  •  ,E  M  I  L  I  .E 
PLACID.E     •      H     •     EXT 

L  ■  VAL  •  L  •  F  ■  GAL 
MATERNO 
BOLEI     .H       •      EXT 


L  •  VAL  ■  GAL 
M  .i  T  E  R  N  O 
BOLETA. \  O 
M  •  COR  •  POMPE 
lANVS  ■  AMIGO  OPTI 
••O      OB      MERITA 


La  marca  de  la  estampilla  dice: 

L     •     A  V  R  I     ■      O  F 

(Oficina  de  Lucio  Aurelio.) 


TOMO    LXXV 


130  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

septentrión  de  la  ciudad  de  Barbastro,  entre  la  margen  derecha 
del  Cinca  y  la  carretera  que  sube  á  Boltaña  (l),  se  ve  blanquear 
sobre  la  cumbre  del  monte  Cillas  la  ermita  de  Nuestra  Señora 
del  Socorro,  actualmente  (en  Febrero  de  1884)  en  reparación. 
Toda  la  cima  y  campos  adyacentes  se  hallan  atestados  de  cerá- 
mica romana.  Esta  iglesia,  con  el  nombre  de  Celias,  y  las  ve- 
cinas de  Hoz  (Osea)  y  Coscojuela  (Coscollola),  fueron  asignadas 
en  el  año  1099  por  el  rey  Pedro  I,  como  dotación  á  la  de  Al- 
quézar». 

No  se  refiere  la  regia  donación  ni  á  esta,  ermita  ni  á  la  iglesia 
de  Hoz  (Osea).  Figura  original  en  el  Archivo  de  la  Colegiata  de 
Alqiiézar  (sio-uatiira  A.  iiúni.  7),  en  el  Lninen  de  la  misma  igle- 
sia, al  folio  8,  y  en  el  de  la  Catedral  de  Huesca,  bajo  el  núme- 
ro 361;  y  dice  el  Rey  que  con  autoridad  del  Papa  Urbano  dona 
á  la  iglesia  de  Alquézar,  iii  die  quam  consecrari  eaní  feci,  esto  es, 
en  el  día  de  su  consagración,  las  de  Ablego  (Aveo),  Lascellas 
(ésta  la  tomó  el  P.  Fita  por  la  ermita  de  su  informe  — Cillas — ), 
Azara,  Peralta  (Petralia),  Ponzano,  Castillazuelo,  Salas,  Costean, 
Alaquestro,  Salinas,  Coscojuela  (Coscollola,  á  cuya  jurisdicción 
pertenece  la  ermita  del  Socorro,  en  el  monte  Cillas),  Abosca 
(Adahuesca,  confundida  por  el  P.  Fita  con  la  de  Hoz  de  Barbas- 
tro),  Lazano,  etc.  Le  concede  que  sea  libre  ab  omni  itcgo  episco- 
pali  vel  regali,  y  declara  franco  y  libre  de  pecha  cuanto  adquie- 
ra en  lo  sucesivo.  La  data  dice:  Facía  carta  ista  lítense  Octobris 
iii  siipr  adicta  villa  Alquézar  i,  feria  tercia  Era  M"  C"  XXX"  VIF. 

Era  sénior  en  Alquézar  y  Barbastro  García  Sanz.  Confirmó 
este  privilegio  de  dotación  el  rey  Alfonso  L 

No  hay,  por  tanto,  mención  antigua  de  esta  ermita  del  -Soco- 
rro, ni  del  monte  donde  se  asienta.  Por  lo  demás,  la  iglesuela  es 
moderna. 

Aquellas  lápidas,  además  de  enriquecer  el  catálogo  formado 
por  Plübner  y  el  P.  Fita,  dieron  noticia  de  dos  ciudades  roma- 


(i)     Es  entre  la  margen  izquierda  del  río  Vero  y  la  carretera.  (Nota 
del  A.) 


NUEVOS    RESTOS    ROMANOS  I3I 

ñas:  Boltaña  (Bolctauia,  Boletano)  y  ?jarbastro  (Barbotania,  Bar- 
liotano  (i). 

A  esas  seis  hay  que  añadir  la  nueva  que  sigue,  aparecida  en 
los  trabajos  de  nivelación  á  que  al  principio  me  refiero: 

C     •     TVRRANIO      C      •     F I L 

ALBINO 
EX        TESTAMENTO 
HERIVSTI        F-C- 

C(aio)  Turranio  C(aii)  fil(ii)  Albino,  rx  testamento  Hei  fii)  lusti  f(acien- 
diim  c(uravit). 

A  Cayo  Turranio  Albino,  hijo  de  Cayo,  por  testamento  de  Herio  Justo 
se  le  erige  este  monumento. 

Figura  esta  inscripción  dedicatoria  grabada  en  un  cipo  de 
0,61  metros  de  altura  por  0,57  de  ancho  y  0,41  de  grueso,  de 
buena  piedra  caliza,  bien  conservado.  Son  letras  hermosas  del 
siglo  u. 

Descubrióse  también  un  trozo  de  fuste  cilindrico  y  un  pequeño 
capitel  con  hojas  de  acanto,  al  parecer  romano.  De  los  antedi- 
chos restos  ha  hecho  donación  su  propietaria  al  Museo  Arqueo- 
lógico provincial,  si  bien  todavía  no  han  ingresado  en  este  esta- 
blecimiento. 

Mayor  importancia  entraña,  á  mi  juicio,  el  hallazgo  de  un  mo- 
saico sepulcral  cristiano  del  siglo  iv,  con  inscripción  y  la  efigie 
del  difunto,  colocado  sobre  una  sepultura  de  tegulae. 

Estaba  situado  á  unos  dos  metros  de  profundidad. 


(I)  .Supone  el  P.  Fita  en  su  citado  informe  que  en  la  sucesión  here- 
ditaria se  aplicase  á  las  personas  indicadas  en  estas  lápidas,  y  en  las 
otras  de  Puebla  de  Castro  y  Ovarra  que  estudia,  los  nombres  de  cuyas 
personas  supone  asimismo  —  con  harto  fundamento,  á  mi  juicio — no  roma- 
nos sino  indígenas;  se  les  aplicase  — digo —  el  fuero  ibérico  todavía  vigen- 
te hoy  en  algunas  partes  del  Pirineo  francés  y  del  Alto  Aragón,  según 
Costa:  fuero  de  estricta  primogenitura  varonil  ó  mujeril,  antiquísimo, 
que  no  dejó  de  señalar  Estrabón  en  las  costumbres  cántabras.  Apoya  su 
conjetura  en  estas  lápidas  del  monte  Cillas,  donde  todo  el  peso  de  la 
herencia  abolenga  parece  gravitar  sobre  hmilia  Plácida,  citada  en  tres 
de  las  lápidas. 


132 


boletín  ds  la  real  academia  de  la  historia 


Era  rectangular,  y  medía  2,30  metros  de  longitud  por  0,84  de 
latitud.  Por  desgracia  quedó  seccionado  y  mutilado  en  el  final  de 
la  inscripción  y  en  el^sitio  de  la  cabeza  de  la  efigie.  De  aquel  final 
sólo  se  rescataron  tres  letras:  A  D  y  una  T.  De  la  segunda,  nada. 

Sobre  un  recio  fondo  de  argamasa  están  colocadas  las  tessellac 
de  caliza  cretácea  y  pasta  de  colores,  vitrificada,  formando  ya  un 
opiis  tessellatnm,  en  la  greca,  ya  un  opns  veriuiciilatiiin,  aunque 
no  perfecto,  en  la  efigie.  Bordea  el  mosaico  una  greca  de  12  cen- 
tímetros de  anchura,  formando  un  entrelazado  de  gusto  clásico, 
de  colores  negro,  blanco,  rojo,  amarillo  y  verde. 

Lo  encabeza  el  siguiente  resto  de  inscripción,  en  letras  de 
tessellae  azules  muy  obscuras,  en  fondo  blanco: 


MAC   K   DON    10  PRB 
C      é       B      o      C  O  N  I  V  &  I       o 
SVO       ¿       MAF^IA  d 
V    M        d 


Las  hojas  de  yedra,  o  signo  de  puntuación  separando  las  pala- 
bras, son  de  su  color,  verdes.  Como  se  ve,  falta  el  final  de  la 
inscripción.  Sin  embargo,  resta  la  esencia  de  ésta: 

Macedonio  J>i~(es)  b(ytero),  coniux  boim,  coiüugi  stio,  Maria.  (In  sc- 
cul)iitn  (?)  (o  pax  tccitm  ■'). 

María,  buena  esposa,  á  su  esposo  Macedonio  (i),  presbítero.  (En 
vida...?  O,  La  paz  sea  contigo?)  (2). 

Sigue  la  efigie  del  difunto.  Lleva  túnica  de  color  amarillento, 
con  vivo  azul  en  el  centro,  de  arriba  abajo,  y  doble  lista  del  mismo 


(i)  Marucchi  (Epigrafía  crisíiana,  Milán,  1910,  pág.  309)  publica  una 
cartela  de  sarcófago,  en  el  cementerio  de  Calixto,  con  epígrafe  dedicado 
al  niño  de  nueve  años  Macedoniano  (hijo  ó  derivado  de  Macedonio). 

(2)  Véanse  inscripciones  sepulcrales  romano-cristianas,  dedicadas  por 
mujeres  á  sus  esposos,  en  las  conocidas  colecciones  de  Gruter,  Bosio, 
Montfaucon,  Boldetti,  Maffei,  Rossi,  Le  Blant,  Hübner,  etc. 


NUEVOS    RESTOS    ROMANOS 


133 


color  al  borde  de  las  mangas.  Cubre  todo  el  cuerpo  hasta  un 
poco  más  abajo  de  las  rodillas,  y  lleva  cíngulo  ó  cinto.  Aunque 
la  cabeza  de  la  figura  ha  sido  destruida  y  no  se  ha  logrado  ves- 
tigio de  aquélla,  parece  observarse  que  descansaba  sobre  una 
almohada.  Lleva  la  mano  derecha  extendida  sobre  el  pecho,  y  ep 
la  izquierda,  á  igual  altura,  sostiene  el  volumen  (común  á  todos 


Mosaico  cristiano,  del  género  sepulcral,  liallado  en  término  de 
Coscojuela  de  Fantova  (Huesca)  (siglo  iv). 


los  personajes  constituidos  en  dignidad),  como  insignia  de  su 
ministerio  presbiteral. 

La  pierna  va  desnuda,  á  su  color.  Faltan  los  pies,  que  irían  con 
calceiis,  seguramente. 

El  espacio  no  ocupado  por  la  efigie  es  de  tesselliu  verdes  obscu- 
ras y  azules,  salpicado  de  florones  amarillos,  azules,  rojos  y  ne- 
gros, á  manera  de  callicidas.  La  figura  no  está  centrada,  esto  es, 
se  arrima  más  á  la  greca  del  lado  derecho. 

Además  de  los  desperfectos  meramente  casuales  referidos, 
hechos  al  tropezar  con  el  mosaico,  sobre  el  que  descansaba  un 
múrete  posterior,  no  fué  posible  extraer  enteros  los  dos  frag- 
mentos que  quedaron.  No  obstante,  la  inscripción  se  ha  recons- 
truido  fácilmente,   tal  como  allí  estaba.   La  gran  humedad  del 


134  BOLETÍN    DE    LA    REAL   ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

suelo,  efecto  de  continuadas  lluvias,  y  las  dificultades  enormes 
para  llevar  á  aquel  despoblado,  sin  acceso  fácil,  personal  y  mate- 
riales ad  Iioc,  fueron  causa  de  que  no  se  pudieran  levantar  ente- 
ros, desde  una  profundidad  de  dos  metros,  los  dos  trozos  de 
mosaico,  del  que  se  desprendían  las  tessellae  con  facilidad  suma. 

Los  restos  salvados  han  sido  llevados  al  Museo  Arqueológico 
provincial,  en  virtud  de  donación  de  la  propietaria  de  la  finca. 

Sin  embargo,  vese  claramente  que  se  trata  de  uña  losa  sepul- 
cral de  mosaico,  con  inscripción  dedicatoria  de  una  María  á  su 
esposo  <i\.  presbítero  Macedoinw;. 

Las  personas  colocadas  en  el  segundo  grado  de  la  jerarquía 
eclesiástica  fueron,  desde  el  principio,  llamados  en  griego  con 
palabra  equivalente  á  séniores  (los  viejos  ó  los  más  respetables), 
no  precisamente  por  razón  de  su  edad,  sino  por  su  madurez,  sa- 
biduría y  doctrina.  La  Iglesia  latina,  para  designarlos,  adoptó  » 
también  el  nombre  úe  presbytcri  {1).  En  el  Occidente  era  reci- 
bido el  ordenarles  á  los  treinta  años;  lo  mismo  en  las  Gallas  que 
en  España  y  Gemianía.  Los  grandes  colectores  de  inscripciones 
nos  han  conservado  un  número  considerable  de  epitafios  anti- 
guos en  los  que  la  dignidad  áe  presbítero  aparece  mencionada  (2). 

Son,  en  efecto,  algo  más  numerosas  las  inscripciones  que  nom- 
bran é\.  presbítero,  algunas  de  las  cuales  añaden  simplemente  este 
epíteto  inmediatamente  después  del  nombre  del  difunto,  como 
en  el  caso  presente;  otras,  más  preciosas  sin  duda,  especifican 
además  el  nombre  del  título  urbano  ó  parroquia  á  la  cual  estaba 
adscrito  el  presbítero.  Estas  últimas  nos  han  dado  á  conocer  los 
nombres  de  muchos  de  estos  antiquísimos  títulos  de  la  Iglesia 
de  Roma  (3). 

Los  sepulcros  romano-cristianos  más  antiguos  estaban  forma- 
dos de  paredillas  de  ladrillos  y  cubiertos  con  losas  de  la  misma 
materia.  Después  se  hicieron  con  paredilla  de  piedra  y  se  cubrie- 
ron con  losas  de  ladrillo  ó  de  piedra  y  también  con  mosaicos. 


( 1 )  Martignv:  Dictioiinairc  des  aiiiiqítiics  c/irctieniics,  verbo  Prcircs. 

(2)  Véase  en  Marl-cchi  (Epigrafía  cristiana)  el  cap.  v,  párrafo  2." 
(j)     Marucchi:  oh.  cit.,  pág.  194. 


NUEVOS    RESTOS    ROMANOS  1 35 

En  el  caso  presente,  el  mosaico  (l)  surgió  descansando  sobre  un 
múrete  de  argamasa  muy  consistente,  teniendo  debajo  un  sarcó- 
fago de  barro,  formado  de  tegiilae  planas  é  imhrex  colocadas  á 
dos  vertientes  (disposición  romana  común).  Eran  cuatro  tégulas 
por  lado,  con  ligeros  adornos  hechos  con  la  huella  de  los  dedos 
de  la  mano  del  alfarero  (2).  Miden  59  centímetros  en  cuadro  por 
seis  de  grueso,  dando  las  cuatro  juntas  (3)  una  longitud  al  sarcó- 
fago de  2,36  metros.  Dentro  de  él  nada  se  halló,  creyendo  que 
los  restos  debieron  ser  consumidos  por  el  tiempo.  Entre  la  tierra 
apareció  un  resto  de  base  de  ampollita  de  vidrio,  sin  que  se  pueda 
precisar  si  procedía  de  esta  sepultura  ó  era' uno  de  tantos  restos 
romanos  como  debe  de  haber  en  aquel  montículo. 

El  uso  de  los  revestimientos  en  mosaico,  como  decoración  de 
los  monumentos  funerarios,  existió  entre  los  primeros  cristianos 
desde  la  época  de  las  persecuciones. 

En  las  catacumbas  de  Roma  se  han  encontrado  numerosos 
vestigios  de  obras  de  esta  naturaleza  formados  de  pequeños  frag- 
mentos de  piedra  ó  de  vidrio,  como  también  el  epitafio  está  tra- 
zado por  el  mismo  procedimiento.  Mas  hasta  el  siglo  iv  no  co- 
mienza el  reinado  verdadero  del  mosaico  cristiano;  entonces  se 
despliega  libremente  y  á  plena  luz,  en  las  basílicas,  principal- 
mente (4\ 

En  cuanto  al  retrato  del  difunto  que  aparece  en  este  mosaico 
sepulcral  del  monte  Cillas,  es  sabido  que  á  menudo  se  ven  figu- 
radas las  efigies,  al  menos  intencionalmente,  en  las  sepulturas- de 
los  primeros  cristianos.  Aun  la  antigüedad  se  preció  de  repre- 
sentar sobre  las  tumbas  escenas  de  matrimonio,  y  los  primitivos 


(i)  Las  icssellae  aparecen  aplicadas  en  una  capa  de  argamasa  fina;  ésta 
sobre  una  de  arcilla  de  tres  centímetros  de  espesor,  y  ésta,  á  su  vez,  sobre 
el  asiento  de  argamasa  y  cascote. 

(2)  Una  tégula  presenta  una  cruz,  de  centro  á  centro  de  lados,  con 
cuatro  líneas  de  huella,  y  otra  de  ángulos  á  ángulos,  con  ocho  líneas.  En 
conjunto,  una  como  estrella.  La  otra  tégula,  una  cruz  en  aspa,  con  siete 
líneas  y  cuatro  series  de  semicírculos  concéntricos  en  el  centro  de  los 
lados,  de  á  cinco  semicírculos  cada  serie. 

(3)  Dos  de  ellas,  las  que  salieron  enteras,  se  han  traído  al  Museo. 

(4)  M.\RTiGNv:  ob.  cit.,  V.  Mosaiques  chriUcnnes. 


r36  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

cristianos  aceptaron  esta  costumbre,  con  el  objeto  principal  de 
conservar  los  reiiratos  de  los  esposos  y  de  transmitir  así  á  sus 
hijos  el  recuerdo  de  sus  virtudes.  A  menudo  el  esposo  aparece 
con  el  volumen  en  una  mano,  como  atributo  de  su  dignidad  (l). 
En  nuestro  mosaico,  la  esposa  dedicó  á  su  marido  no  sólo  el  re- 
cuerdo del  sencillo  epitafio,  sino  su  retrato,  en  labor  detenida 
de  mosaico,  como  mayor  homenaje  de  afecto  conyugal  al  pres- 
bítero difunto. 

La  antigüedad  cristiana  nos  ha  transmitido  — como  dice  Mar- 
tigny  (2) —  una  multitud  de  monumentos  epigráficos  donde  se 
producen,  bajo  todas  las  formas,  los  testimonios  del  dolor  y  la 
ternura  de  un  esposo  sobreviviente  á  su  compañera,  y  viceversa. 

La  labor  de  esta  figura  de  nuestro  mosaico  es  un  poco  basta 
y  decadente,  sin  la  delicadeza  de  líneas  de  un  opus  venniculatuiii 
de  la  buena  época  romana. 

Vayamos  ahora  á  la  inscripción. 

Las  inscripciones  romano-cristianas  del  género  sepulcral  no 
escasean,  según  puede  observarse  en  las  colecciones  epigráficas, 
señaladamente  en  las  de  Rossi  (Roma),  Le  Blant  (Galia)  y  Hübiier 
(España). 

Los  primeros  cristianos  adoptaron  claramente,  sin  escrúpulo, 
la  fraseología  de  las  inscripciones  paganas  (como  aconteció  en  el 
traje).  Así  vemos  en  esta  inscripción  la  abreviatura  C.  B.  (coniux 
hona)^  tan  característica  de  la  epigrafía  latina  pagana,  al  lado  de 
la  P  R  B  {presbytcr)  (3),  que  no  aparece  en  el  índice  de  siglas 
y  abreviaturas  de  Cagnat  (4),  por  lo  mismo  que  es  netamente 
cristiana. 

Las  inscripciones  cristianas,  á  diferencia  de  las  paganas  que  de 


(i)     Otras  veces  son  las  tabiclac  tiiiptíales. 

(2)  Ob.  cii.,  V.  JMariagc  chrctien. 

(3)  Marucchi,  ob.  cit.,  cap.  v,  párrafo  2.°,  publica  diversas  inscripciones 
sepulcrales  cristianas  de  presbíteros,  indicada  esta  dignidad  con  la  misma 
abreviatura  P  R  B  que  aparece  en  nuestro  mosaico:  el  presbítero  Augu- 
rio, del  año  395,  en  el  cementerio  de  San  Hipólito,  en  la  vía  Tiburtina;  el 
presbítero  Paulo,  en  el  cementerio  de  Comodilla  (año  597);  el  presbítero 
Máximo  y  su  mujer,  en  el  mismo  cementerio,  etc. 

(4)  Cours  d'éfigrapliic  latine  (París,  1898),  págs.  376  y  siguientes. 


NUEVOS    RESTOS    ROMANOS  1 37 

ordinario  se  fijaban  en  cipos  y  urnas,  se  esculpían  siempre  en 
losas  ó  placas.  Hasta  fines  del  siglo  iv  casi  todos  los  epígrafes 
se  reducen  al  género  funerario.  Por  lo  común  son  muy  lacónicos. 

Los  caracteres  de  la  letra  empleada  en  nuestro  mosaico  .(I)  son 
bastante  descuidados,  sin  la  elegancia  de  los  siglos  i  y  n,  como 
propios  de  la  época  en  que  fueron  trazados  (fin  del  siglo  iv).  Es 
una  letra  capital  rústica  (2),  más  prolongadas  las  líneas  verticales 
(|ue  las  horizontales.  T^a  M,  de  palos  extremos  inclinados,  con 
salientes  hacia  la  izquierda,  lo  mismo  que  la  N  y  la  A;  ésta  for- 
mando un  ángulo  no  perfecto,  á  diferencia  de  la  buena  época.  En 
la  G  de  coiiingi  es  más  visible  este  siglo  iv,  por  el  trazo  decadente 
c[ue  arranca  de  la  curva  inferior  en  dirección  á  la  derecha,  análogo 
á  muchas  inscripciones  romano-cristianas  de  aquella  época. 

Marucchi  publica  al  final  de  su  citada  obra  30  planas  de  facsí- 
miles de  inscripciones  cristianas  de  Roma.  Varias  de  éstas  (lá- 
mina III,  núm.  4,  lámina  iv,  núm.  7,  lámina  vii,  núm.  I,  todas  en 
el  Museo  Lateranense)  son  de  tipo  igual  á  esta  inscripción  alto- 
aragonesa,  sobre  todo  la  núm.  2  de  la  lámina  viii  (?\Iuseo  de 
Aquileya),  de  iguales  caracteres  (3),  aunque  de  trazos  más  del- 
gados, por  no  ser  en  mosaico. 

Omitida,  como  cumple,  la  invocación  á  los  dioses  manes  (D.  M.) 
y  la  mención  de  la  parentela  del  difunto.  Un  solo  nombre  para 
cada  persona  (Macedonius  y  María),  circunstancias  todas  tan 
características  de  los  epígrafes  cristianos. 

En  la  parte  de  inscripción  que  falta,  seguramente  figurarían 
— como  era  común —  los  años  que  el  presbítero  vivió;  acaso  tam- 
bién la  fecha  de  su  muerte  (mes  y  día),  ó  tal  vez  una  aclamación, 
elogio  ó  recuerdo,  usuales  en  estos  epígrafes.  Ya  es  sabido  que 
la  estructura  literaria  en  estas  inscripciones  no  es  unitorme  (4). 


(i)     Miden  las  letras  unos  ocho  centímetros  de  altura. 

(2)  Llamada  así  no  porque  esté  formada  de  trazos  groseros,  sino  por 
estar  fijada  con  más  libertad  y  descuido. 

(3")  Solamente  en  la  A  hay  una  leve  diferencia  en  el  trazo  horizontal, 
recto  en  nuestra  inscripción  y  anguloso  en  la  otra.  Pero  la  M,  la  G,  la  R, 
la  B,  etc.,  son  iguales,  como  de  la  misma  época. 

1,4)     Pueden  verse  las  variantes  en  Martigny,  Marucchi,  etc. 


138  boletIn  de  la  real  academia  de  la  historia 

La  separación  de  las  palabras  ya  se  ha  dicho  que  está  deter- 
minada por  hojas  de  yedra  (símbolo  de  la  perpetuidad),  algunas 
veces  usadas  en  los  siglos  anteriores  al  iii,  pero  frecuentes  en 
éste,  en  sustitución  de  los  puntos  de  la  buena  época  epigráfica 
romana  (l). 

Por  todo  lo  expuesto,  vese  que  se  trata  de  un  mosaico  sepul- 
cral romano-cristiano,  de  fines  del  siglo  iv  (d.  el.  J.),  dedicado  al 
presbítero  Macedonio  por  su  esposa  María;  posterior,  por  tanto, 
á  la  paz  de  la  Iglesia  decretada  por  el  emperador  Constantino,  y 
así  se  explica  su  situación  en  aquel  lugar,  libre  de  apremios  de 
persecuciones.  Sepulcro  distinguido  por  el  mosaico,  con  efigie, 
que  le  protege;  humilde,  por  el  sarcófago  de  tcgitlac  que  contu- 
vo los  restos. 

Han  aparecido  en  aquel  sitio  muchos  otros  fragmentos  de  té- 
gulas  sepulcrales,  que  por  el  suelo  se  ven  esparcidos. 

La  importancia  de  este  mosaico  — siquiera  se  conserve  ahora 
en  estado  fragmentario — ,  del  que  acompafio  dos  fotografías  de- 
ficientes que  no  dan  de  él  sino  idea  aproximada,  salta  á  la  vista, 
pues  no  son  comunes  los  ejemplares  de  su  género  en  España. 

En  Diciembre  de  1 8/8  descubrióse  en  Denia  un  mosaico  rci- 
mano-cristiano,  con  labores,  fajas  y  compartimientos,  cuya  ins- 
cripción dice  haber  muerto  in  face,  á  1 1  de  Febrero  y  edad 
de  cuarenta  años,  Severina.  El  mosaico  se  mostró  al  pie  del  se- 
pulcro, que  cobijaba  el  esqueleto  de  la  difunta.  Es  obra  del 
siglo  IV,  según  Chabás  y  De  Rossi  (2).  Mide  2,12  metros  por 
0,85  metros. 

Es,  pues,  contemporáneo  al  nuestro.  De  él  dijo  el  insigne 
J.  B.  de  Rossi,  arbitro  en   esta  materia,   que  su   inscripción  era 


(1;  Entre  las  palabras  i\Iaccdo>iio  y  prb.  (presbítero)  no  haj'  separa- 
ción, porque  el  mosaísta  calculó  mal  el  espacio  de  la  línea  }'  hubo  de 
juntar  aquéllas.  Este  detalle  marca  también  la  época  que  adjudico  á  este 
mosaico.  Aquéllo  no  ocurre  en  los  siglos  \  y  11. 

(2)  Estudiólo  el  P.  Fita  en  el  Boletín  de  la  Real  Academia  de  la  Histo- 
ria, número  de  Enero  de  1884,  y  antes,  D.  Roque  Chabás.  En  el  Boletín 
académico  de  Septiembre  de  1890  se  publicó  el  grabado  del  mosaico" 
Dice  su  epígrafe:  Severina  /  vixix  an  -  /  nos  xxxx  /  decessit  in  /  p.ace  ter- 

TI  /  V  IDUS  FEB. 


NUEVOS  RESTOS  ROMANOS  1 39 

una  de  las  más  antiguas  entre  las  cristianas  que  en  España  se 
han  descubierto. 

Mayor  valor  que  el  de  Denia  tiene  este  mosaico  de  Macedo- 
nio:  I.",  por  referirse  su  inscripción  á  un  presbítero,  al  que  de- 
dica tal  memoria  su  cónyuge  María;  2°,  por  ofrecer  la  efigie 
del  difunto  en  la  forma  descrita,  y  no  las  simples  labores  geo- 
métricas del  de  Denia;  y  3.°,   por  ser   más   interesante  su  labra. 

Así,  pues,  de  hoy  más  se  podrá  añadir  al  catálogo  de  nues- 
tras antigüedades  cristianas  este  mosaico  sepulcral  del  presbíte- 
ro Macedonio;  más  interesante  todavía  por  ostentar  la  efigie  del 
difunto. 

En  los  trabajos  de  nivelación  del  terreno  que  han  ocasionado 
estos  preciosos  hallazgos  surgieron  también  fragmentos  de  otra 
inscripción  sepulcral  en  mosaico  de  la  misma  época  y  circuns- 
tancias que  el  anterior,  al  parecer,  si  bien  aquí  las  letras,  aunque 
de  tipo  análogo,  van  formadas  de  tesseüac  negras,  y  el  campo  de 
tessellac  blancas  de  caliza  alabastrina  y  son  de  tamaño  mayor, 
por  cuanto  miden  9  centímetros  de  altura. 

Por  faltar  trozos  y  estar  muy  mutilados  los  recogidos  (l)  con 
anterioridad  á  mi  ida  á  la  ermita  del  Socorro,  no  he  podido  vis- 
lumbrar el  alcance  de  la  inscripción.  Un  fragmento  dice  IHON; 
otro,  MOL  En  otro  hay  una  O  y  una  E;  en  otro,  una  R;  en  otro, 
una  D;  en  otro,  la  mitad  superior  de  las  letras  PTI  {óptimo});  y 
en  un  último,  un  segmento  circular  de  tessellae  de  colores  rojo 
subido  y  azul,  marcando  evidentemente  un  medallón  historiado. 
Interrumpida  la  busca,  habrá  que  aguardar  á  nuevas  exploracio- 
nes que  acaso  permitan  el  hallazgo  de  los  restos  que  faltan  de 
este  mosaico. 

La  importada  del  poblado  romano  del  monte  Cillas  queda 
aquilatada  con  el  valor  de  los  hallazgos  expresados.  Un  tan  gran 
número  de  lápidas  y  fragmentos  de  cerámica,  estatuas,  etc., 
ofrece  subido  interés  y  es  acicate  poderoso  para  que  se  empren- 
dan excavaciones  formales  en  aquel  montecillo,  que  con  toda 
seguridad  habrán  de  dar  favorables  y  sorprendentes  resultados, 

(I  \     Han  ingresado  en  el  ¡Museo  Arqueológico  provincial. 


I40  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

para  acrecer  el  tesoro  romano  de  nuestra  patria  y  para  ilustrar 
la  Arqueología  romana  española,  y  en  particular  la  altoaragone- 
sa,  de  la  que  tan  poco  se  conoce  (l). 

La  etimología  del  nombre  del  monte  Cillas  ya  es  romana. 
Viene  este  de  Cellae,  celdas  ó  aposentos.  Otros  lugares  hay  en 
el  Alto  Aragón  del  mismo  nombre  y  significado  antiguo:  Cillas, 
lugar  agregado  al  Ayuntamiento  de  Cortillas,  partido  judicial  de 
Boltaña,  aguas  arriba  del  Ara;  Lascedas,  Ayuntamiento  del  par- 
tido de  Barbastro,  en  la  carretera  de  Huesca  á  Barbastro,  junto 
al  río  Alcanadre;  la  casa  y  santuario  de  Cillas,  en  término  de 
Huesca,  seguramente  antigua  granja  romana. 
■  Recordemos  la  iglesia  de  Centcellas  ó  termas  de  Adriano,  en 
término  de  Constantí  (Tarragona);  á  saber,  la  granja  ó  rilla  que 
tuvo  aquel  emperador  cerca  de  esta  ciudad,  con  cuartel  para  su 
guardia  y  sus  cien  celdas  (centum  cellae,  Centcellas)  (2). 

La  colocación  de  esta  memoria  funeraria,  de  que  tratamos, 
sobre  el  que  fué  cementerio  idolátrico,  no  debe  causar  extrañe- 
za  de  ningún  género.  En  la  misma  circunstancia  se  hallan  los  an- 
tiguos cementerios  cristianos  de  Tréveris,  el  famoso  de  Saint- 
Pierre-l'Estrier;  en  la  ciudad  de  Autun,  y  tal  vez  el  de  Talavera 
de  la  Reina  (3).  Esto,  no  obstante,  cabe  conjeturar  si  habría  en 
aquel  lugar  una  pequeña  basílica  cristiana,  esto  es,  una  de  aque- 
llas iglesias  de  pequeñas  dimensiones  de  planta  rectangular,  tan 
frecuentes  después  del  edicto  de  paz  á  la  Iglesia  por  el  emperador 
Constantino.  De  ellas  está  sembrada  la  campiña  romana.  Con  su 
celia,  aprovechando,  tal  vez,  algún  edificio  ó  templo  pagano,  y 
su  cementerio,  del  que  provenga  el  sepulcro  y  losa  en  mosaico 
del  cristiano  presbítero  JNIacedonio,   asignado  á  aquella  iglesia. 


(i)  Dícenme  que  en  el  castillo  6  granja  de  labor  denominada  La  J/cz- 
giii'ta,  en  el  término  de  Ortilla,  roturando  el  terreno  ha  surgido  un  mo- 
saico romano  de  tcssellac  menudas,  con  greca  y  otras  labores.  Me  dis- 
pongo á  apreciar  de  visu  este  hallazgo. 

(2)  Véase  el  estudio  que  dedicó  á  esta  iglesia  en  la  Jícvisfa  de  Ar- 
cliivos  (año  1898)  D.  Ángel  del  Arco. 

V3)  Fidel  Fita:  Lápidas  romanas  de  Dcnia  (Boletín  de  la  Real  Academia 
DE  LA  Historia,  año  1884,  mes  de  Enero,  pág.  23).  Se  refiere  al  mosaico 
romano-cristiano  de  Severina,  propio  del  siglo  rv,  hallado  en  Denia. 


NUEVOS   RESTOS    ROMANOS  I4I 

¿No  podría  repetirse  aquí  el  caso  de  C'entcellas,  citado?  El  edi- 
ficio pagano  quedó  allí  convertido  en  basílica  cristiana,  que 
recibió  como  en  herencia  el  nombre  de  Centcellas;  esto  es:  no 
fué  construcción  bizantina,  sino  aprovechamiento  de  las  termas 
de  Adriano  para  convertirlas  en  capilla,  revistiendo  los  Cristia- 
nos la  cúpula  romana  de  mosaico,  sin  duda  por  lo  profano  de 
sus  figuras,  y  construyendo  á  entrambos  lados  del  edificio  dos 
pequeños  recintos  abovedados  para  sacristía  y  baptisterio.  Y  así, 
la  basílica  de  Centcellas  es  considerada  como  el  primer  templo 
cristiano  de  Tarragona  (i). 

Los  numerosos  sillares  y  otFOS  restos  de  fábrica  que  en  nues- 
tro monte  Cillas  aparecen  son  harto  sospechosos. 

Apunto,  pues,  la  conjetura  (el  presbítero  presuponía  iglesia) 
de  que  este  sarcófago  cristiano  erigido  á  plena  luz,  sin  vacilacio- 
nes, esté  íntimamente  relacionado  con  alguna  pequeña  iglesia 
cristiana  (destruida),  levantada  ó  habilitada  en  la  segunda  mitad 
del  siglo  IV,  y  á  la  que  perteneciera  el  presbítero  Macedonio. 
Ya  he  dicho  que  por  allí  hay  restos  de.  tégulas  sepulcrales,  y 
aun  al  lado  del  sepulcro  descubierto  se  veía  restos  de  osamenta, 
acaso  de  aquel  cementerio  romano-cristiano.  \  lo  que  no  admite 
duda  es  la  calidad  y  la  época  señaladas  de  este  interesante  sar- 
cófago, con  su  losa  de  mosaico. 

Estas  sospechas  quedarían  aclaradas  — con  positivos  frutos  en 
punto  á  hallazgos  en  un  terreno  que  muestra  ser  tan  pródigo  en 
antigüedades  romanas,  y  desde  hoy  en  restos  romano-cristianos 
también —  si  se  emprendieran  metódicos  trabajos  de  explora- 
ción por  todo  el  terreno  circundante  á  la  ermita,  de  glorioso  abo- 
lengo ésta,  á  lo  que  se  ve.  Yo  me  permito  proponer  á  esa  ilus- 
tre Academia  que  solicite  de  la  Junta  .Superior  de  Excavaciones 
y  Antigüedades,  de  acuerdo  con  la  ley  dictada  en  IQII,  la  reali- 
zación de  éstas,  si  juzga  la  docta  Corporación  ser  ello  pertinente 
en  vista  de  lo  expuesto  primeramente  por  el  sabio  P.  Fita,  en 
colaboración  con  D.  Mariano  de  Paño,  y  ahora  por  el  Corres- 
pondiente que  suscribe. 

( I )     Ángel  del  Arco:  est.  cit. 


142  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Por  lo  demás,  este  poblado  romano  se  encuentra  en  una  zona 
notable  de  aquella  época.  Enfrente,  aunque  al  otro  lado  del 
Cinca,  cerca  de  la  confluencia  de  éste  con  el  Esera,  está  Puebla 
de  Castro,  en  cuyo  cerro  del  Calvario  (ruinas  de  Castro)  hay 
interesantes  restos,  algunos  de'los  cuales  estudió  el  P.  Fita  en  el 
apartado  ii  de  su  citado  informe.  Debajo,  Olvena,  y  más  abajo, 
á  orillas  del  Cinca,  Estada,  en  donde  se  descubrió  hace  tres 
años  un  mosaico  romano  (l),  según  noticias.  Y  por  aquellos  con- 
tornos, Perarrúa,  Graus,  en  la  vía  romana  del  Esera,  de  impor- 
tancia considerable.  Más  arriba,  en  dirección  Este,  la  vía  roma- 
na del  Isábena,  con  los  estratégicos  poblados  de  Roda,  Ovarra 
(Calvero),  etc.,  en  las  orillas  de  aquel  río.  Y  por  las  inmediacio- 
nes de  Coscojuela  de  Fantova,  y  de  este  poblado  de  Cillas,  pa- 
saba la  vía  romana  hacia  Boltaña  (Boletania),  desde  Barbas- 
tro  (2),  á  cuyo  territorio  ibarhotano  ó  barhntano)  (3)  perteneció 
el  interesante  poblado  del  monte  Cillas. 

Huesca,  10  de  Junio  de  1919. 

Ricardo  del  Arco, 

Correspondiente. 


(,1)  Preguntado  oficialmente  por  la  Comisión  provincial  de  Monumen- 
tos el  señor  Alcalde  de  este  pueblo,  para  que  manifestara  las  circuns- 
tancias del  hallazgo,  de  acuerdo  con  el  Reglamento  de  las  Comisiones, 
tuvo  á  bien  no  contestar.  Es  de  lamentar  el  poco  apoyo  que  se  presta  á 
aquellas  Corporaciones,  lo  que  dificulta  mucho  su  labor. 

(2)  Pasando  por  Naval. 

(3)  Véase  el  citado  informe  del  P.  Fita,  págs.  215  )■  216,  y  Carreras 
Candi:  Excursions per  la  Catalunya  aragonesa  y  provincia  iVOsca  (Barce- 
lona, 1909),  capítulo  dedicado  á  Xa.  Barboiania  ó  Barbaiania  (págs.  113  y 
siguientes),  que  supone  el  autor  étnicamente  catalana. 


SEPULCRO    DEL   INFANTE    D.    FELIPA  143 


III 


SEPULCRO  DEL  INFANTE  D.  FELIPE,  HIJO  DEL   REY 
FERNANDO  III  EL  SANTO 


A  los  pies  del  templo  parroquial  de  Villalcázar  de  Sirga,  entre 
dos  columnas,  y  casi  pegando  con  la  escalera  de  subida  á  un  pos- 
tigo tablado  que  sirve  de  coro,  se  encuentra  el  sepulcro  del  In- 
fante D.  Felipe,  aquel  hombre  turbulento,  hijo  de  un  Rey  Santo 
y  hermano  de  un  Rey  Sabio,  cuyo  nombre  va  unido  á  la  historia 
eclesiástica  de  Falencia,  porque  á  las  muchas  dignidades  que  en 
sí  reunió  en  los  años  de  su  juventud,  hay  que  sumar  la  de  Canó- 
nigo de  San  Salvador  de  Campo  de  Múa  (l)  (San  Salvador  de 
Cantamuda). 

El  sepulcro  (que  está  frontero  al  de  Doña  Leonor)  es  una  mag- 
nífica obra  escultórica  del  siglo  xiii,  en  la  que  se  puede  estudiar 
todo  un  curso  de  indumentaria  y  costumbres  de  aquella  época. 
Urna  y  tapa  son  de  piedra  franca;  ésta,  desgraciadamente  par- 
tida en  dos,  á  causa  de  la  precipitación  y  falta  de  las  más  ele- 
mentales precauciones  necesarias  para  abrir  un  sepulcro  que  bien 
merecidos  tiene  los  honores  de  la  admiración  y  del  respeto.  Mide 
la  urna  sepulcral  2,45  metros  de  largo  por  0,85  de  ancho  á  la 
cabecera  y  0,70  á  los  pies.  Toda  ella  está  completamente  rodeada 
de  relieves,  que  se  van  desarrollando  dentro  de  una  serie  de 
arquitos  lobulados,  entre  los  que  se  levantan  almenadas  torreci- 


(i)  El  M.  R.  P.  Fr.  Luciano  Serrano,  en  su  obra  Fuentes  para  la 
iiisioria  de  Castilla,  cita  una  Bula  de  Inocencio  IV',  fechada  en  Lj'ón,  á 
1 1  de  Octubre  de  1245:  Lirentia  retinendi beneficia  nova, praetcr  ea  quac  in 
Compluti  et  Sancíi  Salvnioris  de  Campo  de  Ahia  Ecclesiis,  Asloricensis  et 
Palentinae  diocccsiim  obtinct.  En  mi  espigueo  por  el  campo  de  la  investiga- 
ción en  el  Archivo  diocesano  de  Falencia  no  he  tenido  la  suerte  de  hallar 
el  nombre  del  primer  Arzobispo  electo  de  Sevilla,  entre  los  pocos  datos 
que,  referentes  a  esa  extinguida  Iglesia  Colegial,  se  han  salvado  del  casi 
universal  naufragio. 


144 


BOLETÍN'"  DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 


Has,  que  sirven  de  observatorio  á  curiosos  que  desde  allí  presen- 
cian tan  interesante  desfile. 

Comienza  el  asunto,  en  el  testero  de  la  caja  sepulcral,  con  la 
representación  de  los  últimos  momentos  del  nieto  de  Alfonso  IX 


Templo  parroquial  de  Villalcázar  de  Sir^a. — Vista  general. 

de  T.eón  y  la  gran  Berenguela  de  Castilla  (l),  en   la  siguiente 
forma: 

Grupo  prlmero. —  Últimos  momentos  dd  Infante. 

Ocupa  casi  todo  el  espacio  cerrado  por  el  arco  que  sirve  de 
marco  á  tan  interesante  cuadro  el  lecho  donde  agoniza  el  hijo  de 
San  Fernando.  El  lecho  es  de  fuertes  y  torneados  pilarillos  angu- 
lares, que  se  levantan  sobre  cuadrada  base  y  rematan  en  bolas; 
no  tiene  testero,  y  como  cubierta  de  los  cordeles  ó  tablas  lleva 
una  colcha  verde  con  listas  blancas  y   fleco  hasta  el  suelo.  For- 


(O  Es  mu_v  de  lamentar  que,  á  causa  de  estar  el  sarcófago  muy  arri- 
mado á  la  pared,  sea  imposible  obtener  fotografías  de  aquel  grupo,  tan 
bien  sentido  y  tan  admirablemente  ejecutado. 


SEPULCRO    DEL    INFANTE    D.    FELIPE  I  45 

mando  la  cabecera,  apoyados  sobre  las  bolas-remate,  se  ven  tres 
almohadones  decrecentes,  de  color  granate  el  segundo  y  ya  sin 
restos  de  color  el  primero  y  el  tercero.  Tendido  sobre  este  lecho, 
apoyada  sobre  los  almohadones,  la  cabeza,  bien  ejecutada;  cru- 
zada sobre  la  pierna  izquierda'  la  derecha;  medio  cubierto  por 
colcha  carmesí,  parte  de  la  cual  cae  hasta  el  suelo  como  al  des- 
cuido, ó  á  causa  de  los  bruscos  movimientos  del  enfermo;  de- 
jando al  descubierto  los  pies,  se  encuentra  tendido,  derribado, 
aquel  hombre  impulsivo,  violento  y  sin  reflexión;  el  primer  Arzo- 
bispo electo  de  Sevilla,  Canónigo  de  \^alladolid.  Abad  de  Castro- 
jeriz,  alumno  de  la  Universidad  de  París,  Canónigo  de  San  Salva- 
dor de  Campo  de  Múa,  electo  (aunque  no  confirmado),  (3bispo 
de  Osma,  Abad  de  Covarrubias,  viudo  en  primeras  nupcias  de  la 
poco  afortunada  Cristina,  hija  del  Rey  de  Noruega,  y  casado  á  la 
sazón  con  Doña  Leonor.  * 

Viste  D.  Felipe  (al  que,  sin  duda  alguna,  puede  asegurarse 
que  en  aquel  momento  acababan  de  administrar  la  Extremaun- 
ción) una  bata  lisa,  azul,  muy  ceñida  al  cuerpo,  y  un  juboncillo 
granate,  desprovisto  de  todo  adorno.  Un  agonizante  que  cubre 
su  cabeza  con  bajo  bonetillo  de  largas  orejeras,  vistiendo  una 
sobretúnica  azul  y  capa  granate,  echada  atrás  la  capucha,  muy 
bien  plegada  y  admirablemente  caída  sobre  la  espalda,  tiene  am- 
bas manos  extendidas  sobre  la  cabeza  de  aquel  poco  afortunado 
descendiente  del  Rey  Santo,  como  en  actitud  de  pronunciar  una 
oración,  quizá  aquella  con  que  la  Iglesia  despide  á  sus  hijos  de 
este  mundo.  Doña  Leonor,  qué  viste  bata  azul  y  manto  granate, 
que  forma  artístico  pabellón  graciosamente  plegado  sobre  la 
cabeza,  tiene  la  mano  derecha  extendida  sobre  la  frente  de  su 
desdichado  esposo,  tocando  con  las  del  agonizante.  El  ilustre 
moribundo  tiene  asido  con  su  mano  derecha  el  brazo  izquierdo 
de  su  esposa,  como  si  quisiera  separar  de  su  rostro  la  mano  con 
que  se  cubre  para  ocultar  su  llanto  y  la  inmensa  amargura  que 
inunda  su  alma,  amargura  y  llanto  habilísimamente  representados 
por  el  artista,  que  aquí  consiguió  uno  de  sus  mayores  aciertos. 

Otro  religioso  (al  parecer,  agustino),  algo  inclinado  sobre  la 
cabeza    de    D.    Felipe,    contempla,    enternecido,    tan    patética 

TOMO  LXXV  10 


140  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

escena,  y  entre  el  religioso  y  Doña  Leonor  una  dama,  presa  de 
la  mayor  aflicción,  entreabre  con  ambas  manos,  á  la  altura  del  pe- 
cho, las  orlas  de  su  manto  azul,  mostrando  entonces,  á  favor  de 
la  abertura,  su  bata  color  granate.  Otro  alto  dignatario  de  la 
Orden  del  Templo,  en  cuyo  manto  blanco  campea  roja  cruz,  toca 
con  su  mano  derecha  la  izquierda  del  hermano  de  Alfonso  el 
Sabio,  extendida,  ya  como  inerte,  sobre  el  plegado  de  la  cubierta 
del  lecho. 

Siguen  en  la  misma  línea  otros  dos  agustinos,  muy  inclinados 
sobre  las  rodillas  (algo  levantadas,  formando  «cabana»)  del  mal 
aconsejado  ex  alumno  de  la  Universidad  de  París,  y  al  extremo 
del  lecho,  tocando  con  los  pies  del  amigo  del  Rey  de  Granada, 
otro  religioso,  agustino  también,  sostiene  en  las  manos,  mostrán- 
dole extendido  delante  del  pecho,  un  trozo  de  pergamino  des- 
enrollado. Vistiendo  manto  granate  y  túnica  azul,  muy  ceñida, 
se  ve  un  muy  barbado  caballero,  abismado  en  meditación  pro- 
funda, apoyada  la  barba  sobre  la  palma  de  su  mano  derecha, 
mientras  extiende  la  izquierda  sobre  el  brazo  derecho  de  un  mag- 
nate que  le  sigue,  muy  holgadamente  vestido  con  túnica,  muy 
plegada,  azul,  y  manto  color  granate  subido.  Este  caballero  apoya 
la  barba  sobre  el  puño  de  su  mano  derecha,  mientras  sostiene  en 
su  izquierda  una  gran  copa. 

Al  templario  del  centro  y  á  uno  de  los  agustinos  encomendó 
el  artista  la  tarea,  indelicada  y  dura,  de  sostener  con  sus  cabezas 
el  peso  del  arco  (l). 

Finalmente,  al  fondo  y  casi  escondidas,  se  ven  dos  cabezas,  una 
de  ellas  juvenil,  que  desde  su  puesto,  ya  muy  retirado,  asisten  á  la 
escena. 

Grupo  sBCvyino.— P/a í/ideras. 

Claramente  se  ve  que  el  artista  tuvo  interés  en  ensañarse  con 
estas  figuras.  Son  ocho:  dos  de  ellas  visten  un  ropón  muy  amplio, 

(i )  Hay  que  tener  en  cuenta  la  advertencia  que  hice  al  tratar  del  se- 
pulcro de  Doña  Leonor:  que  el  artista  sustituj'ó  con  figuras  del  cortejo 
fú;iehre  las  columnitas  de  los  arcos,  para  dar  mayor  unidad  al  conjunto. 


SEPULCRO    DEL    INFANTE    D.    VELIPE  1 47 

color  granate,  con  aberturas  á  la  altura  de  los  costados,  por  las 
i:uales  sacan  los  brazos  para  mesarse,  furiosas,  el  cabello.  Una  de 
ellas  viste,  además  del  ropón,  un  juboncillo  azul  sobre  una  túnica 
del  mismo  color;  la  otra  lleva  túnica  del  mismo  color,  pero  sin 
juboncillo;  ambas  tienen  cruzado  el  manto  á  la  izquierda,  soste- 
nido el  plegado  por  el  otro  lado  del  manto,  que  baja  recto. 

Sinceramente  hablando,  rae  ocurre  al  llegar  aquí  esta  pregunta: 
¿había  también  plañideros.'...;  y  digo  esto  porque  una  de  las  ante- 
riores figuras  está  feísima,  con  su  barba  bien  poblada  y  su  bigote 
de  color  pardo.  ¿Es  que  las  plañideras  ¡rían  disfrazadas  para  estar 
más  en  carácter?  Me  ocurre  esta  duda  porque  el  hecho  está  muy 
repetido.  Entre  estos  representantes  del  dolor  mercenario  se  ve 
otra  figura,  barbada  como  la  ya  descrita,  la  cual  luce,  muy  orgu- 
llosa,  una  como  dalmática  azul,  con  grande  escotadura,  por 
donde  saca  la  cabeza.  Lleva  debajo  una  túnica  color  granate,  que 
parece  muy  raída.  Esta  figura,  tan  grotescamente  barbada  como 
su  compañera,  tiene  detrás  de  sí  una  figurilla  fea  y  rara  extra- 
ordinariamente. 

Viste  túnica  azul,  usa  bigote  de  lacias  guías,  caídas  á  la  chi- 
nesca, y  se  mesa  rabiosamente  cabello  y  barba,  de  la  que  se 
arranca  mechones  enteros,  dejando  en  su  rostro  las  huellas  délas 
uñas;  pero  huellas  tan  protimdas  que  aun  no  ha  podido  borrar  la 
acción  niveladora  de  los  siglos.  Tocando  con  su  cabeza  está  otra 
figura,  que  tiene  surcada  la  frente  por  largas  arrugas  perfecta- 
mente horizontales;  viste  manto  azul,  ya  gastado,  sobre  una  túnica 
verde  botella,  muy  ajustada  al  cuerpo,  en  el  que  parece  notarse 
el  cansancio  en  la  tarea  de  mesarse  furiosamente  el  abundante 
cabello. 

Junto  á  ésta  se  encuentra  otra  figura  totalmente  cubierta  con 
manto  verde,  la  cual  tiene  el  rostro  hecho  una  lástima  por  la  ac- 
ción de  repetidos  y  feroces  arañazos.  Entre  ésta  y  la  del  manto 
granate  asoma  una  cabeza  demasiado  mal  ejecutada,  y  que  pare- 
ce puesta  allí  más  para  llenar  espacio  que  para  cumplir  especial 
misión  en  el  concierto  de  lamentos  y  algarabía.  Siguen  otras  dos, 
con  manto  azul  una  y  verde  oscuro  otra ,  mesándose,  desespe- 
radas, el  cabello.  Estas  visten:  la  una,  túnica  granate,  algo  déte- 


148  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

riorada;  y  la  otra,  túnica  azul,  sirviendo  ambas  de  sostén  al  arco, 
y  llevan  muy  graciosamente  el  manto  sujeto  por  un  fiador,  color 
fuego,  que  cruza  en  línea  perfectamente  horizontal  por  debajo 
de  la  garganta,  atraviesa  la  orla  del  manto  y  va  á  perderse  por 
detrás  de  la  espalda.  , 

Grupo  tercero. — La  viuda  á  caballo. 

Doña  Leonor  sobre  muía,  ricamente  enjaezada,  es  la  primera 
y  la  principal  figura  de  este  grupo.  La  viuda  del  dimisionario 
Abad  de  Covarrubias,  sentada  sobre  la  silla,  completamente  de 
frente  al  que  mira,  viste  muy  singular  traje  de  luto:  bata  blanca 
muy  cerrada  al  cuello,  y  muy  ajustada,  abrochada  con  tres  bo- 
tones redondos  que  ya  no  conservan  resto  de  color,  y  sobre  la 
bata  un  bonito  manto  color  café,  artísticamente  plegado  y  reco- 
gido á  la  izquierda  sobre  la  rodillas.  Sobre  el  pecho  lleva  exten- 
didos los  dedos  pulgar  é  índice  de  su  mano  derecha.  Por  debajo 
del  manto  se  adivina  su  izquierda,  que  sostiene  la  brida  de  la 
muía,  enjaezada  con  mantilla  color  café,  orlada  en  su  extremidad 
por  un  agremán  formado  por  once  onditas,  muy  delicadamente 
ejecutadas.  La  viuda  del  ex  Canónigo  de  San  Salvador  de  Campo 
de  Múa  lleva  la  cabeza  tocada  con  toca  azul  cuidadosamente  ple- 
gada, que  totalmente  la  cubre  la  cabeza  bajando  hasta  descansar 
sobre  los  hombros  y  sujeta  sobre  la  frente  por  una  cinta  blanca. 
Otras  tres,  más, estrechas  que  ésta,  le  cruzan  la  frente  y  pasan 
por  debajo  de  la  barba  formando  con  la  toca  el  marco  donde, 
como  dentro  de  un  rostriUo  de  los  que  suelen  poner  á  las  imá- 
genes para  hacerlas  más  antiestéticas,  aparece  el  rostro  achatado, 
inexpresivo,  feo,  en  una  palabra,  de  Doña  Leonor.  Dos  damas  de 
honor  la  acompañan,  á  derecha  é  izquierda,  respectivamente;  las 
cuales  también  irían  á  caballo  (á  juzgar  por  el  número  de  cascos 
que  de  estos  cuadrúpedos  se  ven  por  debajo  de  la  mantilla  de  la 
muía  de  la  Infanta.  Hay  que  advertir,  hacien^lo  con  ello  honor  á 
la  verdad,  que  en  la  forma  en  que  el  artista  ejecutó  este  grupo 
resultaba  totalmente  imposible  que  pudieran  verse  las  otras  ca- 
balgaduras. Aquellas  damas,  en  lo  que  de  ellas  puede  verse,  vis- 


SEPULCRO    DEL    INFANTE    D.    FELIPE  1 49 

ten  hábitos  cuasimonacales  que,  cubriéndolas  cabeza  y  pecho, 
sólo  dejan  una  pequeña  abertura,  por  donde  asoman  el  rostro. 
Una  de  ellas  lleva  un  tocado  compuesto  de  cuatro  cintas  que  la 
rodean  la  cabeza  sobre  la  frente;  otras  dos,  tan  estrechas  y  menu- 
damente rizadas  como  las  otras,  la  rodean  el  rostro  y  la  barba;  y 
aun  otras  dos  la  cruzan,  ligeramente  superpuestas,  sobre  el  labio 
inferior  y  sobre  la  punta  de  la  nariz.  La  otra  dama  tiene  rodeado 
el  rostro  por  las  tres  cintas,  lisas,  y  cruzada  sobre  la  nariz  otra 
cinta,  también  lisa  y  algo  más  ancha.  Sobre  la  cabeza  de  la  muía 
descansa  aquella  parte  del  arco  donde  comienza  el  grupo  si- 
guiente: 

Grupo  cuarto. — Caballeros  que  preceden  á  la  viuda. 

Precediendo  á  la  cuñada  de  Alfonso  el  Sabio,  y  cuidándose 
de  modo  muy  especial  de  ella,  marcha,  caballero  en  hermoso 
corcel,  un  noble  servidor  sobre  alta  montura,  color  granate;  lle- 
va metido  en  el  estribo  el  pie  derecho,  armado  de  espuela,  y  vis- 
te sobre  una  túnica  blanca,  con  adornos  azules,  manto  de  idénti- 
cos adornos  y  color.  A  este  caballero  hubo  de  estar  encomenda- 
do el  cuidado  de  su  señora,  pues  así  claramente  lo  demuestra  su 
actitud,  volviendo  hacia  Doña  Leonor  el  rostro  de  modo  significa- 
tivo y  con  expresión  de  ternura,  bien  demostrada.  Lleva  el  bra- 
zo (ya  algo  mutilado)  y  la  mano  derecha  apoyados  en  la  silla. 
En  el  brazo  izquierdo  descansa  el  plegado  del  manto,  y  la 
mano,  bien  ejecutada,  sostiene  la  brida.  Le  acompañan,  forman- 
do la  guardia  de  honor  de  la  viuda,  otros  dos  nobles  servidores, 
ya  desgraciadamente  acéfalos,  y  vistiendo  manto  y  túnica  carme- 
sí, el  uno,  y  azul,  su  compañero,  caballeros  en  sendos  corceles. 

Mayor  hubo  de  ser  el  número  de  los  que  formaban  la  comiti- 
va que  intentó  representar  el  artista,  á  juzgar  por  el  hecho  de 
que  se  ven  cinco  cabezas  de  caballo  y  parte  de  otro  que  acom- 
pañan, aunque  yaíin  segundo  término,  al  primero  délos  caballe- 
ros que  a  la  vez  forman  la  escolta  del  Infante. 

Allá,  casi  escondidas,  se  ven  dos  cabezas  que  desde  lo  alto 
del  arco  contemplan  el  paso  de  la  fúnebre  comitiva. 


150  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Gkl'I'o  ori\T(.). — El  féretro  es  conducido  por  escuderos  (I). 

El  féretro  está  sostenido  sobre  los  hombros  de  tres  escuderos, 
que  visten:  dos  de  ellos  túnicas  ceñidas  y  plegadas  á  la  cintura; 
pero  sin  verse  el  cinturón,  como  acontece  cuando  los  acólitos  se 
ciñen  con  una  correa  una  sotana  que  supera  en  largo  á  su  altura. 
Esas  túnicas  tienen  grande  parecido  con  las  que  los  hermanos 
de  ciertas  Cof^idrías  usan  en  las  procesiones  de  Semana  Santa. 
Llevan  encima  unas  capas  que,  como  las  túnicas,  hubieron  de 
ser  azules  en  sus  mejores  tiempos,  á  juzgar  por  los  restos  de  ese 
color  que  en  ellas  se  ven.  El  otro  escudero  viste  muy  caprichosa 
bata,  abierta  por  delante  de  las  rodillas  abajo,  y  sin  cinturón. 

Sobre  ella  lleva  capa  parecida  á  las  de  su  compañeros;   pero 


(n  Es  L'onducitli),  á  continuación,  el  féretro  cjue  guarda  el  cadáver 
del  mal  aconsejado  D.  Felipe.  Al  llegar  á  este  punto  me  creo  en  el  caso 
de  rectificar  con  todo  respeto  lo  que-D.  Jaime  Pomar,  en  la  revista  Alrc- 
dcdor  del  mundo  (núm.  283^  dice  refiriéndose  á  este  particular  en  su  artícu- 
lo titulado  Los  entierros  en  la  España  Medieval:  «El  féretro  es  conducido 
en  hombros  por  seis  escuderos...»  Algo  hay  que  retocar,  y  más  aún,  rec- 
tificar, porque  el  féretro  no  va  conducido  á  hombros  de  seis  escuderos. 

Así  sería,  indudablemente,  por  ser  ese  el  mo'do  más  adecuado  y  el  co- 
rriente; pero,  tratándose  de  hacer  descripciones,  debemos  ser  exactos  y 
decir  lo  que  se  ve,  y  no  cómo  debió  ser.  El  artista  qnizá  encontró  grandes 
dificultades  de  ejecución  para  trasladar  á  la  piedra  su  pensamiento,  y  no 
pudiendo  vencerlas,  acometió  la  empresa  poniendo  de  costado  á  los  es- 
cuderos de  la  parte  exterior,  y  á  los  de  adentro  les  puso  de  frente,  ayu- 
dando á  sus  compañeros  en  la  misma  tarea;  pero  en  forma  completa- 
mente desusada.  Por  eso  les  hizo  mucho  más  altos  (siendo  de  igual  esta- 
tura no  se  les  podía  ver),  y  para  que  no  quedase  duda  de  ningún  género 
tiene  gran  cuidado  de  que  se  les  vean  las  manos  sosteniendo  el  féretro 
por  debajo. 

Hoy  resultaría  demasiado  retorcida  una,  obra  de  esa  naturaleza;  pero 
no  en  el  siglo  xiii;  pues  no  puede  extrañar  á  nadie  ciue,  dadas  las  cir- 
cunstancias de  una  obra  tan  complicada  como  ésta,  salieran  al  camino' 
dificultades  de  tal  índole  que  fuese  imposible  darlas  cima. 

Si  bien  se  examina  el  sepulcro  (como  el  de  Doña  Leonor)  no  ésta  sola 
la  circunstancia  en  que  nos  detengamos,  pues  acjuí  y  aliase  encuentran 
muchas  cosas  al  parecer  ine.xplicables,  si  se  pierde^de  vista  la  circuns- 
tancias del  tiempo  en  que  se  llevó  á  cabo  tarea  escultórica  tan  apreciable 
que  bien  merece  el  acto  de  justicia  de  ser  considerada  como  obra  de  ca- 
pitalísima importancia  para  la  historia  de]  Arte  español  en  la  Edad 
Media. 


SEPULCRO   DEL    INFANTE   D.    FELIPE  151 

con  el  aditamento  de  un  fiador  que  va  á  perderse  en  la  espalda. 
Hace  aún  más  rara  esta  indumentaria  la  circunstancia  de  que 
bata  y  manto  son  blancos,  con  franjas  azules. 

Dos  de  ellos  (los  delanteros)  llevan  doblado  el  brazo  derecho, 
puestas  las  manos  sobre  las  orejas;" el  de  atrás  la  apoya  en  la  es- 
quina del  fondo  del  ataúd.  Todos  ellos  van  soportando  el  peso 
dando  no  pequeñas  muestras,  no.  sé  si  de  amargura,  ó  de  can- 
sancio, ó  de  ambas  cosas. 

Detrás  del  féretro,  y  siguiendo  su  línea,  se  ven  otros  tres  es- 
cuderos, más  alto  que  los  otros,  especialmente  el  del  centro:  és- 
tos están  colocados  completamente  de  frente  al  que  mira  al  se- 
pulcro. Dos  de  ellos  (los  de  los  extremos)  visten:  el  uno  túnica 
azul  y  manto  color  chocolate,  y  el  otro,  idénticas  prendas,  pero 
azules,  y  todos  llevan  el  manto  terciado  á  la  izquierda. 

Ayudan  dos  de  éstos  á  sus  compañeros  en  la  tarea  teniendo 
extendidos  los  brazos  por  debajo  del  fondo  del  ataúd,  al  que  su- 
jetan doblando  las  manos  sobre  el  borde  del  fondo,  en  forma  de 
escarpia.  El  del  centro  haría,  sin  duda,  labor  parecida;  pero  á 
éste  no  se  le  ven  las  manos,  porque  lo  impide  el  escudero  que 
está  frente  á  él  en  el  otro  costado.  Por  encima  de  la  línea  de  és- 
tos asoman,  en  perfecto  triángulo,  las  cabezas  de  otras  tres  figu- 
ras que  están  mesándose  rabiosamente  el  cabello;  dos  de  ellas, 
que  visten  (en  lo  que  puede  verse)  túnicas  granate  y  azul;  la  que 
está  en  lo  alto  es  una  feísima  mujer,  con  toquilla  azul,  que  está 
presenciando  el  paso  de  la  comitiva. 

Junto  á  uno  de  los  escuderos,  pegando  con  un  extremo  del 
féretro,  que  está  forrado  de  carmesí,  muy  vivo,  y  adornado  con 
dos  órdenes  de  franjas  de  dibujos  perfectamente  geométricos, 
asoma  una  cabeza  de  mujer,  rudimentariamente  ejecutada.  Des- 
cansa el  arco  sobre  el  extremo  anterior  del  féretro  y  sobre  la 
cabeza  de  un  paje  que,  con  las  manos  en  alto,  puestas  sobre  la  ca- 
beza, demuestra  claramente  el  cansancio  y  dolor  á  que  le  conde- 
nó el  artista.  Este  p,aje-columna  viste  dos  túnicas:  una  de  color 
granate,  y  sobre  ella,  otra  azul,  más  holgada;  encima  lleva  reco- 
gido (como  si  fuera  un  estolón)  un  manto  color  café,  ya  muy 
barrido,  formando  plegados  angulosos,  perfectamente  simétricos. 


152  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

(jRUPO  SEXTO. — Escuderos  á  caballo. 

Tres  escuderos,  jinetes  en  caballos  colocados  completamente 
de  frente,  como  si  marchasen  en  distinta  dirección  que  los  demás 
del  cortejo  fúnebre,  forman  este  grupo,  que  precede  inmediata- 
mente al  féretro. 

Los  caballos  llevan  gualdrapas  color  carmesí,  que  los  cubren 
todo  el  cuerpo,  hasta  cerca  de  la  cabeza,  abiertas  las  mantillas 
por  delante  para  dejar  libre  el  movimiento  de  los  corceles,  uni- 
das las  orlas  por  cintas  caireladas  de  muy  finamente  ejecutados 
madroños. 

Llevan  los  escuderos,  á  la  altura  del  pecho,  y  pendientes  de 
cintas  estriadas,  los  escudos,  vueltos  del  revés  en  señal  de  duelo, 
algo  inclinados  al  lado  izquierdo,  cogidos  por  detrás  con  las  bri- 
das. Con  su  mano  derecha  los  escuderos  se  arrancan  mechones 
de  cabello,  y  por  eso,  para  dejar  libre  la  mano  con  que  realizan 
operación  tan  impropia  de  hombres  de  armas,  tienen  necesidad 
de  asir  con  una  sola  mano  escudo  y  bridas.  Su  vestidura  es  ver- 
daderamente arlequinesca:  túnica  blanca  pintarrajeada  de  azul. 
Los  caballos  están  ya  casi  destrozados. 

Dos  pajes,  sirvientes  inferiores,  sirven  de  columna  divisoria 
entre  éste  y  el  grupo  que  sigue.  Uno  de  ellos,  de  tostado  rostro 
y  negro  cabello,  vestido  con  blanca  túnica,  muy  corta  y  bien  ple- 
gada, ceñida  con  cinturón  carmesí,  y  sobre  ella  una  copa  con 
esclavina  verde,  y  tiene  puestas  las  manos  sobre  la  cabeza  como 
para  sufrir  mejor  el  peso  que  sobre  él  descansa.  Su  desgraciado 
cojnpañero  viste,  sobre  una  túnica  que  parece  una  blusa  larga, 
otra  de  color  granate,  y  sobre  ella  un  muy  ajustado  juboncillo; 
sobre  ello  lleva  manto  azul,  bien  plegado  y  recogido  con  la  mano 
izquierda,  y  sobre  el  manto,  una  esclavina  postiza,  blanca  y  azul. 

Grupo  séptimo.  —  Eudcchadoras. 

Diez  cantores  jóvenes  (ó  endechadoras)  forman  este  grupo:  uno 
de  ellos  viste  túnica  granate  y  manto  con  esclavina  color  café 
oscuro;  con  su  mano  izquierda  recoge  el  plegado  del   manto» 


SEPULCRO    DEL    INFANTE    D.    FELIPE  153 

llevándose  á   la  frente  la  mano  derecha,  de  modo  muy  senti- 
mental. 

Viste  el  otro  una  bonita  túnica  azul,  con  cinturón  granate,  \- 
sobre  ella  otra  túnica  más  amplia,  verde,  en  forma  de  sotana 
romana,  sin  mangas,  con  grandes  escotaduras  á  los  costados; 
cubriéndose  con  capa  color  café  con  esclavina  blanca;  lleva  la 
mano  izquierda  sobre  la  cabeza  y  la  derecha  extendida  sobre  el 
pecho,  en  actitud  de  cantar  ó  declamar.  El  que  le  sigue  lleva  bata 
granate,  muy  bien  plegada;  manto  color  café,  cuyo  extremo  dere- 
cho levanta  con  la  mano  izquierda,  y  sobre  él,  sobrepuesta,  una 
gran  esclavina  del  mismo  color;  como  los  otros,  lleva  sobre  la 
cabeza  puesta  la  mano  derecha.  El  compañero  que  sigue  va  muy 
orgulloso,  engalanado  con  bonita  túnica  azul,  caído,  y  manto 
color  café,  oscuro,  recogido  con  mucha  propiedad  sobre  el  hom- 
bro izquierdo,  formando  al  caer,  como  al  descuido,  anguloso  y 
simétrico  plegado. 

Estos  cuatro  forman  en  primera  línea.  Detrás  de  ellos,  en 
segundo  lugar  y  en  plano  más  alto,  se  encuentran  otros  tres- 
Manto,  bata  y  esclavina  azules  viste  uno  de  ellos.  El  que  junto  á 
él  se  encuentra  lleva  bata  azul  y  manto  color  café;  ambos  llevan 
sobre  la  cabeza  la  mano  izquierda. 

Está  con  manto  blanco  sobre  bata  encarnada,  muy  ceñida,  su 
compañero,  que  lleva  ambas  manos  puestas  sobre  las  sienes. 

En  tercer  lugar,  y  aun  á  mayor  altura,  se  encuentran  otros  dos, 
uno  de  los  cuales  viste  como  el  último  de  la  fila  anterior;  el  otro 
ofrece  la  desdichada  particularidad  de  tener  estropeada  la  cara. 
En  lo  más  alto  del  grupo  está  el  último  individuo  del  coro;  de 
éste  no  se  ve  mas  que  la  cabeza  y  un  poco  de  sus  vestidos,  que 
son  de  color  granate. 

(iRUPo  OCTAVO  (A  LOS  PIES  DEL  íiAiic(>v\Go).-~E¿  ctióaüo  di  batalla 
del  dijunto  Infante,  el  portaestandarte,  heraldos  y  trompeteros. 

Es  muy  interesante  y  curioso  asunto.  .Se  desarrolla  esta  parte 
de  la  fúnebre  comitiva  dentro  de  un  arco  lobulado  como  los 
otros,  pero  mucho  más  rebajado,  por  pedirlo  así  la  anchura  ne- 


'54 


boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 


cesaria  para  llenar  toda  la  superficie  del  costadillo  de  la  urna 
sepulcral.  Ocupa  casi  la  totalidad  del  primer  término  el  caballo 
de  batalla  del  difunto  yerno  del  Rey  Maquino  de  Noruega. 

\'a  el  caballo  cubierto  con  dos  mantillas:  la  interior  es  azul 
pálido,  muy  labrada,  que  completamente  le  cubre  desde  el  hocico 
(con  dos  agujeros  para  los  ojosV  bajándole  por  el  cuello  y  el 


Sepulcro  de)  Infante  D.  Felipe. — Parte  que  mira  al  muro  Sur  del  templo. 


pecho,  hasta  las  rodillas.  Sobre  esa  lleva  otra  mantilla  verde,  que 
le  llega  hasta  cerca  de  los  ojos,  con  dos  aberturas  para  las  orejas 
y  orlada  con  ancha  cenefa,  en  la  que  campean  dos  castillos  y  dos 
águilas,  alternos. 

Atado  á  la  montura,  que  va  sobre  mantilla  con  fleco  de  ma- 
droños, se  ve  el  escudo  del  Infante  (vuelto  del  revés),  en  cuyos 
cuarteles  alternan  castillos  en  campo  de  gules  y.  águilas  en  cam- 
po azur. 

Toda  la  trasera  del  corcel  va  cubierta  con  una  preciosa  gual- 
drapa orlada  de  castillos  )■  águilas,  ocupando  todo  el  fondo  de 
ella  un  águila  de  grandes  dimensiones  y  cuidada  ejecución. 

Estribo  lleva  la  silla,  á  la  que  queda  también  sujeta  la  brida. 


SEPULCRO    DEL    INFANTE   D.    FELIPE  1^5 

que  es  de  color  rojo  muy  vivo.  El  caballo,  al  que  falta  una  oreja, 
es  conducido  del  diestro  por  un  pajecillo,  tan  escondido  que  no 
se  le  ve  la  cabeza;  pero  sí  puede  apreciarse  que  viste  una  mu\- 
graciosa  túnica  blanca,  listada  de  azul,  abierta  por  delante. 

Delante  van  dos  heraldos  ó  trompeteros,  de  rostro  capricho- 
samente policromado,  vestidos  con  bata  interior  azul  y  sobre  día 
una  túnica  ajustada  y  bien  ceñida,  con  sus  trabillas  á  los  costa- 
dos, pero  sin  mangas  ni  cuello.  Estas  túnicas  son  blancas,  lista- 
das de  azul. 

Se  calzan  con  zapatitos  bajos,  muy  primorosos,  parecidos  á  los 
modernos  zapatos  de  baile.  \"an,  muy  graves,  los  heraldos,  en 
actitud  de  tocar  sendas  trompetas-bocinas,  ya  demasiado  mal- 
tratadas en  su  parte  ancha.  Uno  de  los  trompeteros  tiene  el  brazo 
derecho  extendido,  apoyancfo  la  mano  sobre  el  hombro  del  por- 
tabandera del  difunto.  Este  individuo  es  de  rostro  muy  sonro- 
sado, punteada  barba  y  bigote  y  cejas  muy  prolongadas;  viste 
túnica  blanca  con  listas  azules,  y  sobre  ella  una  capilla  de  los 
mismos  colores,  atada  sobre  el  pecho  con  dos  cintas,  "una  blanca 
y  azul  la  otra.  En  su  mano  izquierda  (que  toca  con  el  capitel  de 
la  columnita  que  hace  esquina  en  aquel  ángulo  del  sarcófago] 
sostiene  el  pendón  del  difunto  D.  Felipe,  rematada  en  lanza  el 
asta  y  del  revés  el  paño,  en  señal  de  duelo. 

El  fondo  del  pendón  es  de  color  carmesí,  y  en  él  se  ven,  en 
fondo  de  gules  ellos  y  azul  ellas,  dos  castillos  y  águila  y  media, 
porque  á  causa  de  la  forma  y  corte  del  pendón  no  cabía  el  águila 
entera. 

Sobre  la  cabeza  del  portabandera  se  ve  otra  cabecita  muy 
expresiva  y  parte  del  cuerpo  á  que  pertenece.  Esta  figurita  lleva 
el  desorden  á  sus  cabellos  con  su  mano  derecha,  mano  fina  y 
delicada. 

Detrás  de  uno  de  los  trompeteros,  y  más  alta  que  él,  está  me- 
sándose el  cabello  una  plañidera,  demasiado  rubia  y  de  muy  deli- 
cadas facciones,  circunstancias  todas  que  la  distancian  mucho  de 
sus  desgreñadas  )'  pintarrajeadas  compañeras. 

Detrás  del  caballo,  asomando  todos  las  cabezas,  alineadas  y 
escalonadas,  se  ven  varias  figuras  de  rostro  é  indumentaria  muy 


156  BOLETÍN   DE   LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

distintos.  Una,  apoyada  sobre  la  trasera  del  corcel,  es  de  rarí- 
sima expresión;  rostro  hundido,  ojos  saltones,  espantados,  bigote 
y  barba  de  color  morado,  casi  negro;  ésta  se  está  arrancando  el 
cabello  con  denuedo  y  violencia  tales  que  parece  una  furia  infer- 
nal. Viste  túnica  azul  y  manto  blanco  con  franjas  azules,  terciado 
al  lado  izquierdo,  donde  tiene  la  abertura  para  sacar  el  brazo- 
Algo  más  alto  se  ve  el  busto  de  una  mujer  de  muy  agraciado 
rostro  y  cuello  muy  descubierto,  habilísimamente  ejecutado, 
lista  no  se  arranca  el  cabello  ni  se  araña  el  rostro,  antes  al  con- 
trario, parece  darse  cuenta  de  que  ella  es,  quizá,  la  única  flor 
entre  tantas  espinas. 

Esta  coquetuela  medioeval  se  cubre,  como  una  gitana,  con 
ropilla  blanca,  adornada  de  azul  rabioso.  A  la  izquierda  hay  otra 
cabeza  de  mujer,  de  muy  arreboladas  mejillas,  desgraciadamente 
afeadas  por  una  enorme  nariz  que  parece  estar  pidiendo  á  gritos 
lugar  adecuado  en  la  cara  de  un  buen  mozo  entre  gigantes. 

Junto  á  ésta,  que  tan  colosal  nariz  padece,  apoyado  el  brazo 
derecho  sobre  el  caballo,  un  individuo  de  barba  muy  cerrada  y 
largo  bigote  á  la  chinesca,  se  arranca  el  cabello  como  una  mujer- 
zuela  plañidera.  ¡[[Hay  que  ver  aquella  cara  con  barba  y  bigote 
punteados!!!...;  parece  un  salvaje  tatuado;  el  otro  es  de  mujer, 
bastante  fea  por  cierto,  que  quizá  fuera  la  compañera  que  Dios 
habría  deparado  al  que  tiene  al  lado.  Y  no  sería  de  extrañar  si 
se  cumplió  lo  que  llaman  -ley  de  afinidades  electivas». 

Sobre  las  cabezas  de  éstos,  simétricamente  dispuesta  bajo  el 
arco,  se  ve  una  cabeza  femenina,  y  algo  detrás  asoma  parte  de 
otra  que,  como  desde  un  observatorio,  presencia  el  desfile.  Incli- 
nando el  busto  sobre  el  caballo,  arrancándose  mechones  de 
cabello,  se  ven  dos  individuos  tan  originales  como  mal  ejecuta- 
dos; son  de  rostro  indefinible  y  visten  como  casi  todos  sus  com- 
pañeros. A  éstos  siguen  dos  cabezas  de  plañidera,  entregadas  á 
su  oficio  con  denuedo,  á  la  altura  de  las  circunstancias. 


SEPULCRO  DEL  INFANTE  D.  FELIPE  157 

Grupo  noveno  (rkiMERO  del  costado  yuE  mira  al  centro  del  tem- 
plo).— La  viuda,  con  sus  dueñas  j  damas  de  honor. 

Ahora  cambia  el  aspecto  de  la  tarea  escultórica.  Hasta  aquí  la 
comitiva  está  en  marcha;  de  aquí  en  adelante  todo  es  reposo:  han 
llegado  ya  al  lugar  en  que  los  obispos  y  abades  bendicen  el  fére- 
tro y  pronuncian  las  últimas  oraciones  del  Ritual. 

Ocupa  el  centro  del  primer  grupo  la  viuda  del  Infante,  Doña 
Leonor,  enlutada,  con  bata  negra,  muy  cerrada  al  cuello,  y  sobre 
ella  otra,  negra  también,  muy  bien  plegada,  que  hasta  el  suelo 
llega,  dejando  ver,  á  favor  de  unas  onditas  que  allí  forma,  las 
puntas  de  los  pies  de  la  desolada  señora,  que  sobre  las  descritas 
prendas  lleva  largo  manto  de  luto  riguroso,  que  de  cabeza  á  pies 
la  cubre.  Unas  tocas  muy  cerradas  apenas  permiten  ver  su  ros- 
tro angustiado.  Se  muestra,  como  es  natural,  afligidísima,  dando 
inequívocas  muestras  de  dolor  profundo,  ese  dolor  que  tala  los 
campos  del  alma  y  queda  maltrecho  el  cuerpo;  dolor  que  en  vano 
trata  de  ocultar  cubriéndose  el  rostro  con  ambas  manos.  A  los 
lados  de  la  hija  de  Doña  Leonor  González  de  Lara,  dos  damas  de 
honor  (l)  (decapitada  ya  una  de  ellas)  tienen  asidos  los  brazos 
de  la  viuda,  como  queriendo  retirarlos  para  separar  de  su  rostro 
las  manos,  mientras  con  sus  brazos  la  sostienen  por  detrás  de  la 
espalda,  como  para  evitar  que  caiga  acometida  de  un  síncope  y 
para  sostenerla  en  sus  desmayos. 

Visten  las  damas  túnica  y  manto  de  luto,  cruzados  á  la 
izquierda,  con  fiador  el  uno;  el  otro,  suelto. 

Junto  á  la  dama  decapitada,  y  tocando  su  cabeza  con  un  agui- 
lucho, motivo  ornamental  del  capitelillo  de  la  columna  que  hace 
esquina  en  aquel  ángulo  del  sarcófago,  se  ve  una  jovencita  muy 
contristada,  con  la  mano  izquierda  puesta  sobre  la  frente,  como 
si  quisiera  amortiguar  la  violencia  de  sus  tristes  pensamientos. 


(i)  Atentamente  examinadas  estas  figuras  parecen  hombres,  pero  lo 
razonable  y  lógico  es  ciue,  tratándose  del  inmediato  servicio  de  una 
señora,  y  especialmente  en  tales  circunstancias,  fueran  mujeres;  por  eso 
no  dudo  en  calificarlas  con  el  título  de  damas  de  honor. 


IS8 


BOLETÍN    DE    1.A    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 


Viste  túnica,  suelta,  blanca,  con  franjas  negras  y  manto  del  mis- 
mo color,  que  trata  de  sostener  con  su  mano  derecha,  porque  se 
cae  en  el  descuido  propio  de  una  mujer  que  no  se  preocupa  mas 
que  de  sentir,  ni  vive  entonces  mas  que  para  llorar  (I). 

Detrás  de  una  de  las  damas  se  ve  parte  de  la  cabeza  de  otra 
mujer  (ya  destrozada),  y  entre  ésta  y  la  de  Doña  Leonor  está  el 


Sepulcro  del  Infante  D.  Kulipe. — Parte  que  mira  á  la  nave  centra'. 

busto  de  una  plañidera,  vestida  con  túnica  blanca  adornada  de 
azul.  A  igual  altura  del  otro  lado  hay  otra  plañidera,  y  sobre 
ambas,  en  la  parte  más  alta  del  conjunto,  se  ve  otra  mujer  muy 
morena,  de  frente  espaciosa,  como  la  de  sus  compañeras. 

Tocando  con  una  de  las  damas  de  honor  hay  otra  señora  en 


(i)  Tímidaniente  mo  permito  aventurar  la  opinión  de  que  quizá  fuese 
Doña  Beatriz  fruto  del  matrimonio  de  D.  Felipe  con  Doña  Leonor.  La 
proximidad  á  la  viuda  v  el  sentimiento  auténtico  (si  se  me  permite  la 
frase)  que  se  ve  reflejado  en  su  semblante,  son  para  mí  un  síntoma  reve- 
lador de  que  aquella  muchacha  sentía  como  sólo  puede  sentirse  la  muerte 
<li-  los  padres.  Por  eso,  y  porque  no  tuvo  D.  Felipe  hijos  con  Doña 
Cristina,  me  he  permitido  traducir  la  escultura  con  el  nombre  de  Beatriz. 


SEPULCRO  DEL  INFANTE  D.  FELIPE  I  59 

actitud  de  profunda  meditación,  apoyada  la  mejilla  á  su  mano 
derecha.  Viste  de  modo  caprichoso:  túnica  interior  negra;  sobre 
ella,  una  bata  blanca  con  pequeña  escotadura  al  cuello  y  otras 
dos  á  los  costados,  listada  con  franjas  estrechas  negras,  en  sen- 
tido horizontal. 

Lleva  encima  manto  blanco  con  listas  negras,  casi  caído,  reco- 
gido, como  al  descuido,  con  la  mano  izquierda.  Son  tan  largos 
los  vestidos,  que  descansan  en  el  suelo,  dejando  ver,  á  favor  de 
unas  onditas  estudiadamente  dispuestas,  las  puntas  de  los  pies 
lie  la  señora.  Detrás,  ya  muy  escondida,  se  ve  una  cabecita  de 
mujer,  muy  rubia  y  algún  tanto  agraciada.     • 

Junto  á  ella,  con  bata  y  manto  blancos,  terciado  éste  á  la  iz- 
quierda, hay  una  mujer-cariátide  llevándose  la  mano  derecha  á 
la  cabeza,  seguramente  dolorida  por  el  peso  del  arco  que  sobre 
ella  descansa. 

Junto  a  ella,  y  compartiendo  tan  penosa  y  ruda  tarea,  se  en- 
cuentra un  religioso  de  baja  estatura,  que  es  el  último  de  los  que 
forman  el  siguiente  grupo  (II. 

Grupos  diícimü  v  undécimo 

• 

Los  forman  religiosos  benedictinos,  agustinos,  cistercienses  y 

■franciscanos,  alguno  de  los  cuales  ha  sido  convertido  en  columna 

y  alguno  ha  servido  de  blanco  á  la  barbarie,  mil  veces  terrible, 

de  los  hombres  civilizados  que  los  ha  mutilado  horriblemente. 

(jRUFO  Di'ODÉci-MO. —  T( )nplarios  V freiliis  de  Santiago. 

Graves,  severos  y  majestuosos  siguen  tres  caballeros  del  Tem- 
ple. Es  el  primero  de  ellos  hombre  robusto,  de  poblada  y  luenga 


( I )  Los  grupos  décimo  v  undúcimo  no  ofrecen  especial  interés;  form;in 
en  ellos  religiosos  de  distintas  Ordenes,  cuya  indumentaria  no  merece 
especial  mención,  siendo,  además,  totalmente  idénticas  sus  actitudes. 

El  artista,  poco  respetuoso  con  las  Ordenes  monásticas,  se  sirve  de  al- 
gunos religiosos,  como  de  sustentáculos  de  arcos,  sustituyendo  así  las 
columnas  con  individuos  del  fúnebre  cortejo,  como  lo  hizo  siempre  que 
llegaban  casos  de  esta  naturaleza. 


1 6o  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

barba  negra;  un  bonetillo  sin  orejeras  cubre  su  cabeza,  algo  mal- 
tratada ya.  Viste  túnica  negra,  muy  bien  encañonada  y  manto 
blanco  con  fiador,  que  forman  dos  cintas  que  van  á  perderse  tras 
de  la  espalda  después  de  atravesar  las  orlas.  Al  lado  izquierdo 
campea  la  roja  cruz  del  Temple,  de  brazos  iguales  y  color  muy 
vivo. 

Magnífico  es  el  plegado  de  los  paños  que,  diligente  y  cuida- 
doso, sostiene  con  su  mano  izquierda.  Su  compañero  en  religión 
y  fatigas  (ya  sin  cabeza)  viste  de  idéntica  manera  y  adopta  la 
misma  actitud.  El  otro,  de  rostro  atezado,  sin  duda  por  la  incle- 
mencia de  los  ten^porales  sufridos  en  las  correrías  y  combates, 
cubre  su  cabeza  con  bajo  bonetillo.  Algo  más  alto  se  encuentra 
la  cabeza  y  busto  de  un  caballero  con  negra  túnica  de  pronun- 
ciados pliegues,  y  en  lo  más  alto  del  espacio  cerrado  por  el  arco 
se  ve  el  busto  de  un  niño  vestido  con  túnica  y  manto  blancos, 
listado  de  azul,  el  cual  se  arranca  el  cabello  con  sus  manitas,  que 
más  debieran  emplearse  con  juguetes. 

Siguen  dos  señoras:  cubre  una  de  ellas  su  cabeza  con  alta  toca 
negra,  muy  bien  plegada,  ajustada  por  encima  de  la  frente,  su- 
jetando el  cabello  con  una  cinta  blanca,  pasando  otra  más  ancha 
y  rizada  por  debajo  de  la  ba»ba.  Sigúela  una  antigua  freila  de  la 
Orden  de  caballería  de  Santiago  de  la  Espada,  tocada  de  modo 
muy  original  con  mantellina  blanca,  tan  cerrada,  que  apenas  per- 
mite que  se  vean  los  ojos  de  la  dama.  Sobre  ella  lleva  otra  toca 
que  hubo  de  salir  negra  del  pincel  del  policromador,  y  que,  ya 
que  no  el  color,  conserva  su  finísimo  rizado. 

Su  túnica  es  azul;  rojo  caído  es  el  color  del  manto,  afianzado 
sobre  los  hombros  con  su  correspondiente  fiador.  En  la  parte 
izquierda  del  manto,  algo  sobrepuesta  sobre  la  derecha,  se  ve  la 
cruz-espada,  roja,  de  los  santiaguistas,  adornada  la  hoja  bajo  el 
palo  crucero  con  una  concha  (I). 


(i)  En  Ja  Bula  de  Confirmación  de  la  Orden,  expedida  por  Alejan- 
dro III,  se  dice,  entre  otras  muchas  cosas:  <;...  y  Nuestro  Señor  Jesucristo, 
no  solamente  por  los  hombres,  pero  aun  también  por  las  mujeres,  quiso 
nacer  de  mujer».  «...  haya  en  la  dicha  Orden  quien  haga  vida  sin  casarse 


SEPULCRO  DEL  INFANTE  D.  FELIPE  l6l 

Siguen  otras  dos  compañeras  de  Orden;  pero  están  sentadas, 
cediendo  el  artista  á  un  elemental  sentimiento  de  galantería  y 
delicadeza  con  las  damas  (justo  es  apuntar  el  hecho,  ya  que  es  la 
primera  vez  que  se  verifica). 

Cubre  una  su  cabeza  con  toquilla  negra,  muy  plegada;  del 
mismo  color  es  la  bata,  que  lleva  abrochada  con  tres  botones  re- 
dondos, algo  grandes. 

.Sobre  ella  viste  manto  negro  terciado  á  la  izquierda,  recogido 
sobre  las  rodillas  y  sujeto  con  fiador,  no  en  la  forma  corriente, 
^ino  que  con  una  cinta  queda  sostenido  sobre  la  cabeza.  La  otra 
señora  tiene  muy  recruzado  el  rostro  con  cintas:  una  sobre  la  na- 
riz, otra  sobre  la  boca  y  otra  sobre  la  barba,  todas  ellas  fina- 
mente rizadas  y,  como  se  ha  visto,  tan  juntas,  que  forman  un 
enrejado  que  solamente  la  quedan  libres  los  ojos. 

Viste  bata  negra,  como  la  de  su  compañera,  y  se  cubre  com- 
pletamente con  manto  negro,  que  forma  ondas,  como  pabellon- 
citos,  sobre  la  frente,  muy  delicadamente  ejecutados:  queda  reco- 
gido uno  de  los  lados  del  manto  á  la  izquierda,  sobre  las  rodillas, 
sobre  las  que  también  cae  la  otra  parte  en  pliegues  verticales,  los 
cuales,  al  llegar  al  suelo,  dejan  ver  las  puntas  de  los  pies  de  la 
santiaguista.  Estas  señoras,  aunque  ocupan  el  lugar  de  la  susti- 
tuida columna,  como  están  sentadas,  no  sufren  la  tortura  del 
peso:  por  esa  razón  una  de  ellas  continúa  atentamente  con  su 
devocionario  sostenido  sobre  las  rodillas  y  en  él  la  no  interrum- 
pida lectura,  ya  siete  veces  secular. 


si  quisiere,  siguiendo  el  ejemplo  de  San  Pablo».  «...  haya  también  quien, 
según  el  establecimiento  de  Dios,  tenga  mujeres  por  haber  hijos,  etc.» 
«...  y  si  los  maridos  acaso  falleciesen  primero,  las  mujeres  que  quedaren. 
que  recibieron  la  Orden,  etc.,  etc..» 

«Establecemos  también  que  ninguno  de  los  Freiles  ó  Freilas,  etc..» 
Las  mujeres  de  los  caballeros  traían  el  hábito  y  vivían  con  ellos  en  los 
conventos,  y  á  sus  hijos  les  criaba  la  Orden  y  los  enseñaban  los  religio- 
sos, que  eran  clérigos;  la  Orden  también  cuidaba  de  las  viudas  con  esta 
condición  precisa:  «Que  los  Freiles  canónigos  y  las  Freilas  de  la  Orden 
han  de  ser  unidos  en  legítimo  matrimonio»;  pero  antes,  y  como  condición 
también  precisa,  «á  los  Freiles  canónigos  y  á  las  Freilas  se  les  dé  el 
hábito  en  sus  conventos». 

TOMO   LXXV  I  1 


1 62  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Grupo  vkm..^  Ultimas  oracioins  sobre  el  féretro. 

Ocupa  el  centro  del  espacio  cerrado  por  los  dos  últimos  ar- 
quitos  el  ataúd  en  que  descansan  los  restos  del  hijo  de  Fernan- 
do III  el  Santo  y  Beatriz  de  Snabia,  rodeado  por  obispos,  abades, 
sacerdotes  y  sirvientes.  A  los  pies  del  ataúd  se  ven;  un  oficiante 
con  vestiduras  color  carmesí  y  capa  pluvial,  el  cual  sostiene  en 
su  mano  izquierda  un  crucifijo.  Sigúele  en  la  misma  línea  un 
prelado  (que  ya  tiene  estropeada  la  cabeza),  con  capa  encarnada, 
sosteniendo  en  sus  manos,  delante  del  pecho,  el  báculo  pastoral' 
(azul  la  vara  y  blanca  la  parte  curvada);  detrás  de  éste,  ya  muy 
oculto,  se  ve  otro  prelado  con  su  correspondiente  báculo. 

A  la  izquierda  del  primero  hay  otro  sucesor  de  los  Apóstoles, 
cubierta  la  cabeza  con  mitra  muy  baja,  con  muchos  adornos  sobre 
fondo  granate.  Éste  está  más  conforme  á  la  liturgia,  pues  lleva 
capa  negra;  pero  abusó  el  policromador,  pintando  de  encarnado 
vivo  la  estola  que  se  ve  sobre  el  alba.  Con  su  mano  izquierda 
empuña  el  báculo,  y  con  la  derecha  rocía  el  féretro  con  un  asper- 
sorio encarnado  que  recibe  el  agua  de  un  acetre  blanco  que  otro 
oficiante-cariátide  tiene  al  lado  izquierdo  }'  que  viste  capa  pluvial 
de  un  color  granate  muy  subido.  Detrás  del  prelado  se  ve  otro 
oficiante,  tan  escondido,  que  se  hace  imposible  su  descripción. 

Inclinados  (como  los  anteriores)  sobre  el  féretro,  y  sirviendo 
de  columna,  hay  dos  señoras,  al  parecer,  y  digo  así,  porque  son 
dos  plañideras  que  tan  admirablemente  cumplen  su  cometido, 
que  si  las  demás  recibieron  salario  correspondiente  á  su  tarea 
ingrata,  merecieron  ellas  mucha  mayor  remuneración. 

Visten  caprichosamente  batas  y  mantos  blancos  con  franjas 
azules  y  llevan  toca  blanca  á  la  cabeza.  A  la  del  féretro,  y  tocando 
con  una  de  las  anteriores  mujeres,  se  ve  un  oficiante,  algo  oculto, 
que  tiene  junto  á  sí  la  cayada  de  uno  de  los  principales  asisten- 
tes á  la  fúnebre  ceremonia,  el  cual  cubre  su  cabeza  con  bonetillo 
de  templario. 

Bajo  su  capa  negra  asoma  el  extremo  de  la  estola  encarnada. 

Este  oficiante  lee  en  un  Ritual  las  últimas  oraciones  por  el 
finado. 


SEPULCRO  DEL  INFANTE  D.  FELIPE  163 

La  cabeza  y  algo  del  busto  de  otro  prelado  asoma  por  encima 
del  anterior;  lleva  capa  color  granate,  y  ofrece  la  particularidad 
de  estar  completamente  calvo.  Aun  más  alta  se  ve  la  cabeza  de 
otro  sacerdote,  cuyo  cuerpo  queda  oculto  tras  los  otros  que  es- 
tán en  primera  fila.  A  la  izquierda  del  prelado-templario  se  en- 
cuentra un  abad  mitrado  de  barba  muy  poblada  y  sereno  y  ma- 
jestuoso semblante.  Se  cubre  con  mitra  muy  achaparrada  y  lleva 
su  correspondiente  báculo  bicolor  (blanco  y  encarnado). 

Junto  á  este  tan  respetable  señor,  tocando  ya  con  la  columnita 
esquina  del  sarcófago,  se  ve  otra  dignidad  sacerdotal,  revestida 
con  alba,  roquete  muy  largo,  estola,  manípulo  y  capa,  encarnado 
muy  vivo;  lleva  en  la  mano  un  bonito  báculo  episcopal,  y  cubre 
su  cabeza  con  bonetillo  de  templario. 

El  féretro  que  encierra  el  cadáver  del  Infante  D.  Felipe  está 
colocado  sobre  tres  bichas  pequeñitas  (una  verdadera  miniatura), 
esmeradísimamente  ejecutadas  y  con  rigurosa  exactitud  distri- 
buidas. 

En  el  espacio  que  queda  entre  cada  bicha  de  los  extremos  y  la 
que  está  en  el  centro  hay  una  figurilla  de  mujer  (otras  miniaturas 
de  piedra)  agazapada,  ayudando  á  las  bichas  á  sostener  el  peso 
del  ataúd  que  sobre  sus  espaldas  descansa  también  como  sobre 
sus  compañeras.  Esas  figurillas  visten  tuniquillas  y  mantos  blan- 
cos con  franjas  azules,  ejecutado  todo  ello  muy  delicada  y  cui- 
dadosamente, y  tienen  recruzada  frente  y  barba  por  cintillas 
menudamente  rizadas. 

Hechas  ya  las  últimas  ceremonias,  leídas  ya  todas  las  oraciones 
del  Ritual,  rociado  por  última  vez  con  agua  bendita  el  cadáver 
y  féretro,  dos  sirvientes  inferiores  se  disponen  á  cerrarla,  ayu- 
dándose (sin  duda  para  no  cogerse  los  dedos  con  la  tapa)  de  unos 
listoncitos  dispuestos  ad  hoc.  Es  muy  curioso  su  vestido:  uno  de 
ellos  viste  túnica  interior,  blanca;  sobre  ella,  otra  azul  con  puños 
vueltos,  y  encima  de  ellas,  una  sotanilla  sin  mangas,  con  grandes 
aberturas  á  los  costados;  cubre  su  cabeza  con  labrado  bonetillo. 
El  compañero  que  le  ayuda  está,  el  infeliz,  decapitado,  y  viste 
túnica  azul  celeste,  muy  corta,  graciosamente  ceñida  con  una 
correa  de  color  granate.  Ambos  gastan  chapines  abiertos  afian- 


164  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    I.A     mSTORIA 

zados  sobre  el  pie  con  correas.  Todo  es  interesante;  pero  estas 
figurillas,  las  bichas  y  las  muchachitas-bichas  merecen  especial 
mención  por  lo  esmerado  de  la  ejecución  y  lo  curioso  del  con- 
junto. 

Estatua  yacente  de  d.  felu'e 

En  la  tapa  de  la  urna  sepulcral  está,  magníficamente  ejecutada, 
la  figura  de  aquel  hombre  que,  aunque  turbulento  y  mal  aconse- 
jado, no  perdió  su  condición  de  hijo  de  un  Rey  Santo  y  her- 
mano de  un  Rey  Sabio.  Como  al  principio  apunté,  está  partida 
la  tapa  en  dos  pedazos!  ¡¡¡Lástima  grande;  irremediable,  por  des- 
graciaül  (l). 

Mide  la  estatua  yacente  2,17  metros  de  largo,  y  está  como  en- 
cuadrada dentro  de  un  arco  de  motivos  ornamentales  idénticos 
á  los  de  la  urna,  aunque,  acaso  por  ser  mucho  mayores  sus  di- 
mensiones, está  mucho  mejor  ejecutado. 

El  quinto  hijo  del  Rey  Don  Fernando  tiene  rechnada  la  cabeza 
sobre  tres  almohadones:  verde  el  inferior;  blanco,  listado  de  azul, 
el  segundo;  y  ya  sin  restos  de  color,  el  superior.  A  mi  juicio,  lo 
mejor  de  la  escultura  es  el  rostro,  aunque  tiene  los  ojos  algo  sal- 
tones (¿quién  sabe  si  el  artista  copió  el  original  conocido.'),  acha- 
tada la  nariz  (que  me  parece  postiza),  rostro  completamente  lim- 
pio y  muy  pulimentado;  ligeramente  entreabiertos  los  labios, 
y  correctísima  barba,  de  forma  intachable;  su  cuello,  algo  descu- 
bierto, es  carnoso,  magnífico,  torneado...  El  cabello,  repartido 
por  detrás  en  bucles  y  recortado  en  concha  sobre  la  espaciosa 
frente,  limpia  y  bien  proporcionada;  cubierta  la  cabeza  con  bo- 
netillo de  orejeras,  parecido  á  los  de   los   templarios,  con   una 


(i)  Séarae  permitido  un  desahogo,  no  sé  si  de  soñador  ó  de  enamo- 
rado del  arte.  Me  parece  que  las  cosas  deben  ser  conservadas  en  sus 
puestos;  y  me  place  que  las  gentes  tengan  en  alta  estima  sus  joyas  y  su 
riqueza;  pero  ciertas  Joyas  y  cierta  riqueza,  ¿no  estarían  mejor  defendi- 
das y  serían  más  fácilmente  admiradas  en  el  sancta  sanctorum  del  arte?.... 
Yo,  como  sacerdote,  honraría  con  ellas  el  Museo  diocesano;  como  pa- 
lentino, las  pondría  bajo  dosel  en  el  Museo  provincial;  y  coma  español, 
amante  de  nue  stras  glorias,  las  haría  figurar  en  el  Museo  Nacional. 


Momia  de  D.  Felipe  (está  hecha  hace  diez  y  siete  años  próximamente). 


1 66  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

cenefa  en  su  parte  inferior,  repartida  en  cuadrados,  en  cada  uno 
de  los  cuales  se  ven,  cuartelados,  castillos  y  águilas.  Mide  la  ca- 
beza 0,37  metros. 

Está  el  Infante  vestido  con  bata  interior  azul;  sobre  ella,  una 
túnica  que  hubo  de  ser  de  color  granate,  y  hoy  apenas  si  se  puede 
apreciar  ese  color;  esa  túnica  tiene  grandes  escotaduras  á  los 
costados,  y  una  abertura  pequeña  sobre  el  pecho,  con  una  cenefa 
(hasta  la  cintura)  orlada  con  castillos  y  águilas,  alternos.  Un  cas- 
tillo se  ve  sobre  el  puño  derecho.  El  manto,  que  es  amplio  y  de 
corte  verdaderamente  regio,  es  rojo  y  va  sujeto  sobre  el  pecho 
con  trabillas  superpuestas  en  la  orla  correspondiente  al  lado  iz- 
quierdo; en  éstas  enlazan  dos  cordones  azules,  que  cruzando  so- 
bre el  pecho  y  pasando  por  el  brazo  derecho  del  Infante,  van  á 
unirse  á  la  orla  contraria  del  manto,  que  está  terciado  á  la  iz- 
quierda y  lleva  ancha  cenefa  de  castillos  y  águilas. 

Desde  la  cintura,  encima  de  la  sobrebata  de  color  granate,  ya 
barrido  (bata  que  está  abierta  por  delante  en  su  tercio  inferior), 
cuelga  una  cinta  que  baja  recta  entre  ambos  bordes  del  manto  y 
termina  sobre  el  lomo  del  perro  que  á  los  pies  de  su  difunto 
dueño  descansa.  Sobre  la  cinta  se  ven  siete  castillos  y  siete  águi- 
las y  media,  alternos,  en  sus  correspondientes  cuadraditos. 

Al  extremo  izquierdo  de  esa  túnica,  sobre  ella  y  sobre  la  bata 
azul,  se  ve  el  extremo  de  otra  cinta  igual  á  la  anterior,  terminada 
en  una  borla.  Tiene  la  estatua  cruzada  la  pierna  derecha  sobre  la 
izquierda  (l),  ¡¡¡y  está,  desgraciadamente,  mutilada  aquélla!!!... 

Armado  de  espuela  hubo  de  estar  el  pie  derecho,  pues  de  ella 
se  encuentran  vestigios  sobre  la  cinta  más  ancha  de  las  descritas. 

Al  costado  izquierdo,  sobre  la  segunda  túnica,  se  ve  la  contera 
de  la  vaina  de  la  espada,  que,  con  el  pomo  apoyado  sobre  el  pe- 
cho, tendida  sobre  la  ojiva  del  arco  que  sirve  de  marco  á  la  esta- 


(i)  Al  llegar  á  este  punto  también  sube  de  punto  mi  indignación  al 
consideiar  cuáles  y  cuántos  habrán  sido  los  horrores  sufridos  por  esta 
escultura,  á  la  que  falta  el  pie  y  más  de  media  pantorrilla  de  la  pierna 
derecha,  tristes  despojos  que  inútilmente,  y  largo  tiempo,  ha  venido  bus- 
cando el  que  esto  escribe,  que,  seguramente,  es  el  primero  en  lamentar 
estas  desdichas  del  arte  nacional  de  la  Edad  Media, 


SEPULCRO  DEL  INFANTE  D.  FELIPE  1 67 

tua,  tiene  empuñada  fuertemente  aquel  gran  mozo  que  tanto 
amargó  la  vida  á  un  rey,  más  literato  que  hábil  gobernante. 

Los  dedos  anular  y  meñique  de  la  mano,  fuerte  y  bien  hecha, 
que  empuña  aquel  espadón,  que  mide  un  metro  y  I4  centímetros, 
lucen  anillos. 

En  su  mano  izquierda,  y  atadas  con  el  fiador  las  patas,  sostiene 
un  halcón,  que  sin  peripecias  de  caza,  ni  corajina  de  cazador,  ha 
perdido  la  cabeza. 

FA  pie  izquierdo  descansa  sobre  un  perro  que  levanta  la  cabe- 
za... mira  á  su  amo...  y  tiene  la  actitud  de  dar  aullidos  lastimeros. 
Sobre  el  cuarto  trasero  del  perro,  tocando  con  sus  manos  la  pier- 
na del  Infante,  asoma  un  conejo  que,  por  capricho  del  policroma- 
dor,  estuvo  pintado  de  azul;  paralelo  al  perro  se  ve  otro  conejo 
con  las  manos  completamente  extendidas  hacia  adelante  (l). 

ESCUDOS 

Orlando  la  urna  sepulcral  hay  45  escudos:  23  del  Infante,  que 
son  cuartelados,  con  castillos  y  águilas,  y  22  del  Temple,  que  son 


(i)  Como  el  lector  habrá  tenido  ocasión  de  ver,  no  se  hace  mención 
ninguna  de  ninguna  clase  de  distintivo  de  la  Orden  de  Santiago  en  el 
manto  del  Infante.  No  la  ha)-.  Alguien  ha  extrañado  no  ver  la  Cruz-espada 
de  -Santiago  en  el  manto  de  D.  Felipe,  «que  gozó  alta  dignidad  en  la  Orden 
de  Santiago^  (textual.) 

Respetuoso,  como  siempre,  doy  aquí,  sinceramente,  cuenta  de  que  c/i 
nin%una  parte  he  visto  tal  afirmación.  Con  verdadero  interés  he  buscado 
en  los  privilegios  de  Fernando  III  y  en  los  de  Alfonso  el  Sabio,  que  he 
podido  haber  á  mano,  el  nombre  de  D.  Felipe  )■  sus  títulos  entre  los  con- 
firmantes; después  de  leer  atentamente  cuanto  he  podido  encontrar  refe- 
rente al  Infante,  especialmente  la  obra  del  P.  Serrano,  á  que  me  refiero 
en  los  comienzos  de  mi  trabajo.  Tan  sólo  he  podido  encontrar  en  un  pri- 
vilegio en  que  Alfonso  X  hace  donación  de  Santa  Eulalia  de  León  á  favor 
de  Diego  Fernández  y  su  mujer  Doña  Juana,  fechado  en  Burgos  á  25  de 
Febrero  de  la  era  1293,  entre  los  que  confirman,  el  nombre  «D.  Phelipp. 
electo  de  Sevilla».  Hav,  efectivamente,  un  Infante  D.  Felipe,  que  fué  per- 
tiguero de  .Santiago;  pero  no  es  el  hijo  de  Fernando  III  el  Santo.  Se  halla 
su  nombre  entre  los  que  confirmaíi  un  privilegio  de  Fernando  I\'  confir- 
mando otro  de  su  padre  D.  .Sancho,  en  el  que  concede  al  Abad  é  Iglesia 
de  Husillos  privilegio  de  Infanzones;  fechada  la  confirmación  en  Vallado- 
lid,  á  7  de  Marzo,  era  1350.  Allí  se  lee:  «el  Infante  D.  Felipe.  Señor  de 
Cabrera  y  de  Rivas,  pertiguero  de  Santiago-i. 

{Archivo  diocesano  de  Patencia.) 


l68  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

los  que  tienen  en  el  campo  una  cruz  roja  de  brazos  iguales,  todos 
ellos  alternos.  Al  canto  de  la  tapa  se  cuentan  otros  42,  veinti- 
uno de  cada  clase. 

BICHAS 

Descansa  el  sarcófago  sobre  cuatro  Jeones  y  dos  bichas;  éstas 
de  frente,  y  de  costado  aquéllos.  Todos  ellos  apoyan  sus  garras 
en  cilindros. 

EPITAFIO 

Ninguna  de  las  copias  que  he  visto  publicadas  es  rigurosamente 
exacta;  más  aún:  alguna  contiene  errores  de  importancia,  efecto 
todo  ello  no  de  impericia,  sino  de  precipitación;  advirtiendo,  ade- 
más, que  á  causa  de  estar  la  tapa  del  sarcófago  tan  arrimada  á  la 
pared,  es  muy  difícil,  sino  imposible,  poder  leer  la  inscripción. 

La  que  sigue  me  parece  copia  exactísima  del  original,  hecha, 
ya  que  no  con  grande  competencia,  al  menos  con  toda  calma,  la 
necesaria  para  poderme  asegurar  por  completo: 

Era  :  millcsima  :  treccntissiinn  :  duodécima  :  ¡¡¡¡  ialeiidas  :  mensis  : 
deci'bris  :  vigilia  :  bcaiisaturnini  :  obiii  :  dominas  :  filipus  :  iiifans  :  vir  : 
Kobilisimus :  Jiliii.i  :  rcgis  :  domiiii  :  fcniddi  :  patcr  :  aiius  :  sepulta  :  est :  ¡spal : 
s  :  cuius  :  aia  :  regescat :  inpacc  :  am  :  filius  :  vero  :  iaccf  :  hic  ;  incccábea  ■ 
tcmaric  :  devilesirga  :  cuius  :   dipoieii :  deo  :  z  :  saniisóib    :  cmnedciur  :  c  qit . 
.  .  .  .  it :  c ; r  .  .  .  .  dicat :  pater  :  nr  ■  ...  a^  ....  x".aria  -rr. 


APÉNDICES 

Ya  que  otra  cosa  no  puedo  hacer,  no  me  creo  dispensado  de 
aportar  los  pocos  datos  que  á  continuación  ofrezco,  lamentando 
muy  sinceramente  que  éstos  sean  de  poca  ó  ninguna  impor- 
tancia. 


SEPULCRO    DEL    INFANTE    D.    FELIPE  1 69 

I 

Puede  servir  á  este  efecto  el  trabajo  que  publiqué  referente  á  la  mo- 
mia del  Infante  D.  Felipe,  y  que  obra  en  Secretaría  de  esa  doctísima  Cor- 
poración. 

II 

(Tomado  á  la  letra  del  Episcopologio  Sevillano,  y  delicadamente  ofrecí-; 
do  por  la  Secretaría  de  Cámara  del  Arzobispado  de  Sevilla.) 

El  Infante  D.  Felipe 

iFué  designado  por  su  padre  Don  Fernando  para  el  Arzobispado  de 
Sevilla  con  el  nombre  de  <•  Procuradora.  Posteriormente,  él  mismo  se  fir- 
maba «D.  Felipe,  electo  de  Sevilla»  (i). 

El  Papa  Inocencio  IV,  en  Bula  de  2  de  Julio  de  1251,  le  dice:  «¡Dilecto 
Filio  electo  Archiepiscopo  Hispalensi».  Así  también  le  denomina  su  her- 
mano D.  Alfonso,  quien,  al  hacer  donación  de  unas  mezquitas  para  con- 
vertirlas en  iglesias,  usa  de  estas  palabras:  «Las  cuales  dó  demás  á  la 
Iglesia  de  Sevilla  por  ruego  de  D.  Phelipe  mió  hermano  electo  de  ese 
mismo  logar». 

No  recibió  órdenes,  y  abandonó  el  estado  eclesiástico,  renunciando  la 
Sede  por  indicación  de  su  propio  hermano,  en  cuyo  desagrado  cayó  por 
mezclarse  en  las  revueltas  y  turbulencias  del  Reino. 

Casó  con  la  Infanta  Doña  Cristina,  de  la  cual  no  llegó  á  tener  sucesión, 
siendo  también  por  otros  motivos  muy  desdichado  en  su  nuevo  estado. 

Muerta  Doña  Cristina  contrajo  matrimonio  con  Doña  Leonor  Rodríguez 
de  Castro,  no  siendo  más  afortunado  que  en  el  anterior  en  cuanto  á  ad- 
versidades y  contratiempos,  si  bien  de  esta  mujer  tuvo  hijos,  que  es  lo 
i|ue  más  deseaba. 

N'ióse  forzado  á  andar  errante  y  vivir  desconocido,  primero  en  Navarra 
y  después  en  Castilla,  donde  murió  casi  relegado  al  olvido. 

Se  sabe  solamente  que  falleció  el  día  28  de  Noviembre  de  1274,  á  los 
cuarenta  y  cinco  años  de  edad  y  diecisiete  de  la  renuncia  del  Arzobis- 
pado.» 

III 

Diócesis  de  Falencia 

Iglesia  Colegial  de  San  Salvador  de  Cantamuda,  de  la  que  fué  canónigo 
il  Infante  D.  Felipe. 


(t)     Asi,  efectivamente,  consta  al  confirmar  el  privilegio  de  Don  Alfonso  X,  del  que  se  ha 
hecho  antes  mencióo.  (Dato  inédito.) 


170  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Documentos  reales 

Fué  fundada  por  la  Condesa  de  Castilla  Doña  María  Elvira,  sobrina 
del  Rey  Don  Fernando  I. 

Copia  literal  de  un  «Treslado  bien  y  fielmente  sacado  de  unos  Privile- 
gios de  la  Iglesia  Colegial  del  Señor  San  Salvador,  de  la  Villa  de  San  Sal- 
vador de  Cantamuda,  Condado  de  Pernia  de  la  diócesis  de  Palencia,  el 
thenor  de  los  quales  de  verbo  ad  verbum  es  como  sigue:  «En  la  Ciudad 
de  Palencia,  miércoles,  a  seis  días  del  mes  de  Marzo,  año  del  nascimiento 
de  Ntro.  Señor  Jesu-Christo  de  mili  é  cuatrocientos  v  veinte  y  seis  años: 
este  dho.  día  estando  en  juicio  el  honrrado  y  discreto  Varón  Dn.  Fer- 
nando de  Aguilar,  Doctor  en  Decretos,  Abad  de  Fusillos,  Canónigo  en  la 
Iglesia  de  Palencia  y  Provisor  y  Vicario  general  en  lo  espiritual  y  tempo- 
ral en  todo  el  Obispado  por  el  mucho  honrrado  y  discreto  Varón  Dn.  Gu- 
tierre por  la  gracia  de  Dios  5-  de  la  Santa  Iglesia  de  Roma,  Obispo  de 
Palencia;  y  estando  assentado  enjuicio  el  dho.  Señor  Abad  en  unas  casas 
viejas  en  que  él  mora,  cjue  se  dicen  las  casas  de  el  Cuervo,  en  presencia 
de  mí,  Juan  Alfonso  de  Paredes,  Notario  y  Escribano  público  de  la  Au- 
diencia de  Palencia,  y  de  los  testigos  de  iusso  escritos  paresció  ay  pre- 
sente Alfonso  Pérez  de  el  Campo,  Canónigo  de  San  Salvador  de  Canta- 
muda,  y  presentó  y  fizo  leer  por  raí  el  dho.  Notario  un  privilegio  de  dona- 
ción que  fizo  el  Rey  Don  Alonso  el  Emperador  al  Obispo  de  P.ilencia  y  á 
la  Iglesia  de  San  Salvador  de  Cantamuda,  escrito  en  pergamino  de  cuero 
y  signado  con  un  signo  grande  y  dentro  de  él  una  cruz  y  en  derredor  de 
la  cruz  unas  letras  según  (está  mal  leído;  sería  «Signum»')  Imperatoris,  y 
de  iuso  del  dho.  signo  una  subscrepción  Joannes  Fernándi  Canónico  Eecle- 
siae  B.  Jacobi  et  notario  Imperatoris  scripsit;  y  otro  Privilegio  escrito  en 
pergamino  de  Cuero  rodado  y  sellado  con-  un  sello  de  plomo  colgado  de 
unas  cuerdas  de  seda  verde,  y  otra  donación  escrita  en  pergamino  de  cue- 
ro y  sellada  con  tres  sellos  de  Cera  iusso  pendientes  con  cuerdas  de  filos 
de  lino  á  colores,  et  otra  carta  de  merced  del  Rey  Dn.  Sancho,  escrita 
en  pergamino  de  cuero  y  sellada  -con  sello  de  plomo,  pendiente  de  filos 
de  seda  mezclados,  et  mas  un  privilegio  confirmado  de  el  Rey  Dn  Enrri- 
que,  que  Dios  perdone,  escrito  en  pergamino  de  Cuero  y  sellado  con  su 
sello  de  plomo  pendiente  en  filos  de  seda,  mezclados,  el  tenor  de  los  qua- 
les Escripturas  y  Previlejos  y  donaciones  y  mercedes  son  estas  que  aquí 
se  sigue  II 1: 

«Alfonsus  in  Nomine  Domini  Nostri  Jesu  Christi;  quia  in  divitiis  et  pos- 
sesionibus  habundantus  quisque  videtur  afluenter,  tanto  de  iis  quae  pos- 


(i)     El  traslado  es  demasiado   incorrecto,  quizá  al  escribirle,  ó  acaso  por  haber  leído  lual, 
COTDO  está  demostrado  por  la  palabra  según  por  Signuin. 


SEPULCRO  DEL  INFANTE  D.  FELIPE  171 

stdet,  Deo  et  veris  Dei  cultoribus  pro  salute  animae  suae,  et  peccatorum 
suorum  remissione  largius  debet  impenderé,  iusta  illud  Apostoli:  facite 
bonum  ad  omnes,  máxime  autem  ad  domésticos  fideles;  Imperator  ego 
Alfonsus  in  Hispania  Imperator,  una  cum  Vxore  Iraperatrice  Dona  Rica, 
vel  Urraca,  et  cum  Filiis  meis  Santio  et  Fernando  pro  amore  Dei,  et  pro 
animabus  Parentuum  meorum  remissione,  fació  cartam  donationis,  et  tes- 
tibus  firmatis,  Deo  et  Ecclesiae  Sancti  Antonini  de  Falencia,  et  vobis 
Episcopo  D.°  Raymundo  secundo,  et  ómnibus  eiusdem  Ecclesiae  Subce- 
soribus  vobis  de  illa  Villa  de  Polentinis  quae  est  circa  Sanctam  Mariam 
de  Lebanza,  dono  et  concedo  vobis  ipam  V'illam  cum  montibus  et  fontibus 
suis,  cum  pratis  et  pastiis  suis,  cum  ingresibus  et  regresibus  suis  et  cum 
ómnibus  suis  terminis  et  pertinentiis  et  cum  ómnibus  suis  direturis,  et 
hoc  fació  ab  hae  die  habeatis  eam  liberam  et  quietam  vos  et  omnes  .Sub- 
cesores  vestri  jure  hereditario  in  perpetuum.  Simili  modo  dono  eí  concedo 
vobis  Ulan  hcdesiam  Sancti  Salvaioris  cum  otnnibns  ad  eam  pertinentiis. 
montibus,  pratis,  pascuis,  terminis,  et  cum  ingresibus  et  regresibus  suis, 
ita  quod  ab  ista  die  in  antea  eolio,  inde  malos  foros,  videlicet;  sacando  de 
Re)'  et  de  Castelleria,  et  allios  malos  foros  et  hoc  jure  hereditario  firmi- 
ter  possideatis. 

Si  vero  aliquis  homo  lioc  meum  factum  rumpere  voluerit,  sit  maledic- 
tus  et  Excoramunicatus  et  cum  Juda  Proditore  Domini  Nostri  Jesu  Christi 
damnatus  et  peccet  Regie  parte  mille  morapitinos:  facta  sunt  in  Medina 
del  Campo  Era  centessima  I.  S.  et  °  iiij,  vel  dij  imperante  imperator! 
ipso  Toleti,  Legione,  Galletia,  Castella,  Navarra,  Zaragoza,  Baeza,  Alme- 
ría; Comes  Bartolomé,  et  Santius  Rex  Navarrae  Vasalli  Imperatoris.  Ego 
Alfonsus  Imperator  in  hispania  hanc  cartam  manu  mea  roboro  et  confir- 
mo. Rex  Santius,  Filius  Imperatoris;  comes  Pontius  Maiordomus  Impe- 
ratoris. Comes  Almarcius  tenens  Baetiam:  Ermegaridus  Comes.  Comes 
Urgeli  García,  garcía  dacanufedrem  Alferce  de  el  Emperador.  Rex  Fer- 
dinandus  Filius  Imperatoris.  loannes  Toletanus  Archiepiscopus,  et  in  his- 
pania primas.  Navarro  Salmantinus  episcopus,  Stephanus  Zamorensis 
Episcopus,  loannes  Lucentiis  Episcopus,  Martinus  .Burgensis  Episcopus; 
loannes  Fernandi  Canonicus  Ecclesiae  B.  Jacobi  et  Notarius  Imperatoris 
scripsit.» 

«Alfonsus:  tam  praesentibus  quam  futuris  notum  sit  quod  Ego,  Alfon- 
sus Dei  gratia  Rex  Castella  et  Toleti,  una  cum  Uxorc  mea  Aleonor  Re- 
gina, concedo  et  confirmo  vobis  dño.  Alberto  Palentinis  Sedis  Episcopo  et 
omniDus  subsesoribus  vestris,  Santi  Salvatoris  Monasterium  de  Campo 
cum  ómnibus  Ecclesiis  et  Monasteriis  suis,  Villiis  colhatis  et  haeredita- 
tibus,  et  feria  de  patela,  et  ómnibus  pertinentiis  suis,  in  cambio  proOssas 
quas  Pelentini  in  Palentia  haec  solvebant,  et  Nos  eas  rescipimus  et  re- 
missimus  Palentino  quilibet  iure  habundans  hereditario  et  irrebocabili- 


172  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

ter  possidendas;  quod  quidem  Monasterium  ¡am  dictum  cum  ómnibus 
pertinentiis  suis  iam  olim  Dño.  Raymimdo  Palentino  Episcopo,  in  quo 
cambio  iam  dictis  Ossis  dividimus. 

Si  quis  vero  lianc  Chartam  infringere  vel  dimiminuere  praesumpserit, 
iram  Dei  omnipotentis  plenarie  incurrat,  et  insuper  Regie  parti  raille 
áureos  persolvat,  in  quarto  persolvat  et  damnum  quod  vobis  intulerit 
duplatum  restautet.  Facta  Charta  apud  S.  Stephanum  Era  millesiraa 
:  :  centesima  xx.  iij:  x:  ij.  Kalendas  Januarii:  Ego  Rex  Alfonsus  regnans 
in  Castella  et  Toleti  hanc  Cartam  manu  propia  roboro  et  confirmo. 
Gundissalus  Toletani  Ecclesiae  Arcliiepiscopus  et  in  Hispania  Primus; 
c.  o.  g.  f.  i.  r.  m.  t.  loannes  Cocliensis  :  :  :  Martinus  Burgensis  Episcopus^ 
Garssias  Oxonensis  Episcopus:  Diverus  Abulensis  Eps.:  Comes  Petrus; 
Comes  Fernandus;  Didacus  Ximenez;  Gómez  Garsiae;  Peti-us  Garsiae; 
Petrus  Ferdiñadi:  Albarus  Roderici;  López  Diez,  Merinus  Regis  in  Caste- 
lla, Magister  Regis  Notarius  Catherina  Roderici  existente  Cancellario. 
S.  a.  T.  e.  S.  T. 

Alfonsus  in  nomine  S.  et  individué  Trinitatis  quae  a  Fidelibus  in  Uni- 
tate  colitur,  et  adoratur,  inter  coeteros  Regiam  praecipue  decet  Majesta- 
tem  et  Clero  et  propopulo  discretum  Regiminis  moderamen  adhiberae, 
utique  benefitia  libertatis  impenderae,  ut  per  multiplicem  clementiam 
rogos  multiplicem  penes  inveniantur  remunerationuum,  id  est  quod  Ego 
Alfonsus  Dei  gratia  Rex  Castella  et  Toleti  intuitu  pietatis  et  miseri- 
cordiae  pro  anima  et  parentuum  meorum,  et  salute  propria,  ut  Deus 
Palentinum  Populum  grabibus  foris  et  consuetudinibus  gravari  irape- 
travi  a  Palentina  Ecclesiaa  S.  Antonini,  et  a  Dno.  Raymundo  Charisi- 
mo  Abuelo  meo  tum  temporis  ejusdem  Episcopo,  et  ab  Universo  ejus- 
dem  Ecclesiae  Capitulo  quilibet  plena  data  erat  potestas  ab  Anteces- 
soribus  Meis  dandi  quosque  foros,  et  abferendi  Palentino  Concilio  et 
a  me  diferente  pariter  cocessa  rogntibus  et  donationibus,  in  qua  im- 
petr-avi  ut  praefata  Ecclesja  pravos  removerent  foros,  et  bonos  cum 
conscnsu  meo  instrueritis,  et  regrederitis  in  scriptis  et  vero  Palentina 
Ecclesia  evacuetis  reditibus  foro  Palentini  Concilii,  quos  Antiquitus 
praeceperunt,  plebs  ad  plurimum  gravaretur;  Ego  Rex  praefatus  Alfon- 
sus una  com  uxore  mea  Aleonor  Regina,  et  cum  Filia  mea  infantisia 
Berengaria,  dono  et  concedo,  et  coñrmo  Deo  in  prefacto  Ecclesiae 
Scti.  Antonini,  et  vobis  D.°  Raimundo  prnefacto  Epo.  charisimo  Abuelo 
meo.  et  universo  eiusdem  Ecclesia  Capitulo  preesenti,  et  futuro,  in  quo 
cambium  recompensationi  huic  rade  hanitu,  pietatis  intuitu  Monasterium 
S.  Salvatoris  de  Campo  de  Muga,  cum  ómnibus  direturis  et  pertinentiis 
suis,  et  possesionibus  quas  hodie  habct,  et  possidet,  et  quas  in  diebus 
Imperatoris  antea  habuit,  et  possedit,  et  in  diebus  Patris  raei  Regis 
scilitet;  Pulationes  de  Camasobres,  et  Barrios  de  Risoba,  praefatum  Mo- 


SEPULCRO    DEL    INFANTE   D.    FELIPE  I73 

nasterium  Scti.  Salvatoris  integre  cum  tota  sua  Villa,  dono,  concedo,  et 
confirmo  Deo  et  Palentinae  Ecclessiae  Scti.  Antonini  expedito  D5.  Rai- 
mundo eiusdem  instantis  Epo.  charisimo  Abuelo  meo,  et  ómnibus  Subce- 
soribus  suis,  et  toti  eiusdem  Ecclesiae  Capitulo  praesenti  et  futuro,  cum 
ingresibus,  et  regresibus,  cum  caeteris  cultis  et  incultis  pratis,  pastiis,  sal- 
tibus,  et  ossesiis  cum  ribis  aquis,  presis,  juscariis  et  molendiuis  acenis 
cum  Solaribus  populatis  et  eremis  cum  planis  et  sepulosis,  cum  Montibus 
et  fontihus,  cum  arboribus  fructuosis  et  infructuosis  et  cum  ómnibus 
subespitis  Villis  denibs. 

Ecclesiis  et  hecditatibus  et  solaribus,  videlicet,  cum  Soiaribus  de  \'illa 
Lebanzae  populatis  et  eremis,  sicut  semper  habet  antiquitus,  cum  ómni- 
bus, pertinentiis  suis  et  cum  alliis  solaribus  qui  sunt  et  semper  fuerunt 
S.  Mariae  de  Lebanzae  et  cum  Ecclesia  S.  Crucis  de  Arenis  et  cum  qui- 
busdam  Solaribus  populatis  et  omni  hereditate  sua,  et  cum  Ecclesia 
S.  Petri  de  Campo  et  duodecira  Solaribus,  etcum  omni  hereditate  sua,  et 
cum  Ecclesia  S.  Juliani  de  Camino  cum  sua  Villa  et  ómnibus  pertinentiis 
suis,  et  cum  ómnibus  Solaribus  populatis  et  eremis  de  Villa  de  Bañes,  et 
omni  hereditate  sua  et  cum  domo  de  Villa  Vegarum,  et  ómnibus  pertinen- 
tiis suis  et  cum  Ecclesia  Sánete  Marie  de  Rianes  cum  sua  Villa  et  ómnibus 
pertinentiis  suis,  et  cum  Ecclesia  Scti,  Christofori  de  Barago  cum  tota 
Villaet  ómnibus  pertinentiis  suis,  quae  Ecclesia  est  in  Lebana,  et  cum  óm- 
nibus alliis  Subsecuentibus  quae  sunt  intra  Lebanam;  scilicit,  cum  Eccle- 
sia S.  Mariae  de  Balneo,  cum  ómnibus  pertinentiis  suis,  et  cum  Ecclesia 
S.  Martini  de  Viñone  cum  Barriis  suis,  et  pertinentis  suis,  et  cum  Eccle- 
sia S.  Vincentii  de  Castro  cum  sua  \'illa,  et  cum  ómnibus  pertinentiis 
suis,  et  cum  Ecclesia  S.  Petri  cum  tota  Bedoya,  et  cum  ómnibus  perti- 
nentiis suis,  et  cum  Ecclessia  S.  Leocadiae  de  Coveña,  cum  ómnibus  per- 
tinentiis suis  et  cum  duobus  solaribus  populatis  in  Villa  de  Frama  cum 
sua  hereditate  et  cura  ómnibus  alliis  terminis  frontariis,  direturis  et 
pertinentiis  suis  jure  hereditario  libere  et  quiete  in  perpetuum  haben- 
dum  irrevocabiliter  possidendo,  et  hoc  meum  factum  ratum  et  stabile  per 
me  et  per  omnes  subcesores  meos  omni  tempere  perseveret.  Si  quis 
vero  huius  meae  donationis  paginara  in  aliquo  rumpere,  inquietare  ve 
diminuere  presuraps'erit,  iram  Dei  Omnipotentis  plenarie  incurrat  et 
cum  Juda  Domini  proditore  penis  infernalibus  raancipetur,  insuper  Re- 
giae  parti  centura  libras  aurei  purissimi  in  quinto  persolvat  et  damno 
quod  intulit  Palentinae  Ecclesiae  S,  Antonini  et  vobis  praedicto  Raimun- 
do ejusdem  Epo.  vel  subcessoribus  vestris,  vel  vocera  vestram  val  illo- 
rum  pro  existentibus  duplatum  restituat:  facta  Carta  apud  Atentiam, 
Era  9.  ce.  x.  viij.  pridie  kalendas  Agusti  anno  6.  ex  quo  Serenissimus 
Rex  praefactus,  a  concam  ñde  christianae  subjugavit,  anno  primo  quí- 
dam Rex  a  infantiae  a  Rege  Fernando  Patruo  suo  adquisivit;  et  Ego  Rex 


174  boletín  de  la  real  academia  de  la  histuria 

Alfonsus  regnaus  in  Castella,  et  Tolcto  et  Extrematura,  et  Asturiis  hanc 
cartam  fieri  mandavi,  manu  propria  roboro  et  confirmo:  Rodericus  Sego- 
viensis  Eps.  Gundisalus  Oxomensis  Eps.;  Santius  Abulensis  Eps.  Henrriais 
Burgensis.  Eps.;  Comes  Petrus:  Comes  Fernandus;  Comes  Gómez;  Comes 
Gundisalus;  Petrus  Rodericide  Alcaraz;  Didacus  Ximenez;  Petrus  Ferdi- 
nandi;  Petrus  Garsiae;  Albarus  Roderici  de  Mansilla;  Petrus  Roderici  dn 
Baeza;  Petrus  de  Ximena;  López  Diaz  Me4-inus  Regis  in  Castella;  Magister 
Giraldus  Regis  Notarius;  Petrus  de  Cordova  stante  Chaucelario  scripsit. 
«Sepan  cuantos  esta  Carta  vieren  y  oieren  como  Nos  Don  Sancho  por 
la  gracia  de  Dios  Rey  de  Castilla,  de  Toledo,  de  León,  de  Galicia,  de  Se- 
villa, de  Córdoba,  de  Murcia,  de  Jaén,  de  el  Algorbe  ..  Porque  Dios  sea 
más  servido,  y  porque  la  Iglesia  de  el  Condado  de  San  Salvador  de  Can- 
tamuda  sea  más  servida,  y  el  servicio  de  Dios  sea  en  ella  más  cumplido, 
y  porque  rueguen  á  Dios  por  las  ánimas  de  los  Reis  donde  Nos  venimos, 
et  por  la  nostra  vida  y  salud,  y  por  les  facer  bien  y  merced  á  los  Canó- 
nigos y  Racioneros  y  Compañeros  de  y  de  la  dha.  Iglesia  de  el  Condado 
de  San  Salvador  de  Cantamuda,  quitamos  y  franqueárnoslos  de  todo  Tri- 
buto Real  y  que  hayan  todas  las  honras  y  franc[uezas  y  libertades  que  han 
las  personas  y  Canónigos  de  San  Antolín  de  Palencia,  y  mandamos  y  de- 
fendemos firmemente  que  ninguno  no  sea  osado  de  les  ir  ni  pasar  contra 
esta  merced  que  les  facemos;  á  qualquier  que  lo  ficiese  habria  la  nra.  ira 
y  pechamos  haya  en  coto  mil  maravedís  de  la  moneda  nueva,  y  en  los 
Canónigos  y  racioneros  y  Compañeros  de  la  dha.  Iglesia  de  San  Salvador 
todo  el  daño  que  por  ende  rescibieran,  doblado;  y  porque  esto  sea  firme 
y  estable,  mandárnosle  facer  esta  nra.  Carta  con  nro.  sello  de  plomo;  fe- 
cha en  Burgos  á  siete  días  de  .Junio,  Era  de  mil  y  trescientos  y  veinte  y 
ti-es  años.  Yo  Alfonsus  Pérez  la  fice  escribir  por  mandado  del  Rey:  Barto- 
lomé Stephanus  Vicario,  y  Pero  González  y  otros.  E  aora  los  Canónigos 
y  Racioneros  y  Compañeros  de  la  dha.  Iglesia  de  San  Salvador  enviaron 
nos  pedir  por  merced  cjue  les  confirmássemos  esta  Carta;  y  Nos  el  sobre 
dho.  Rev  don  Fernando,  por  les  facer  bien  y  merced  otorgamos  esta  car- 
ta y  confirmárnosla  que  valga  según  que  en  ello  dice  y  valió  fasta  aejuí,  y 
defendemosfirmementequeningunono  seaosado  de  ir  ni  de  passar  contra 
ella  en  ninguna  manera  ca  á  qualquiera  que  lo  ficiese  pechamos  haya  en 
esto  los  mil  maravedís  sobredichos,  y  á  los  (Canónigos  y  Racioneros  y 
Compañeros  de  la  dha.  Iglesia  de  San  Salvador,  ó  á  cjuien  su  voz  tuviese, 
todo  el  daño  que  por  ende  recibiesen  doblado,  y  porque  esto  sea  firme  y 
estable  mandárnosle  dar  esta  nuestra  Carta  sellada  con  nuestro  sello  de 
plomo;  fecha  en  \'alladol¡d  a  quatorce  días  de  Mayo  Era  de  mili  y  tres- 
cientos y  cuarenta  y  dos  años:  Yo  Pero  Fan  la  fice  escribir  por  mandado 
del  Rey  en  el  año  deceno  que  el  Rey  Don  Fernando  reynó,  Juan  Gar- 
cía; Juan  Guillen  vecinos». 


SEPULCRO    DEL    INFANTE    D.    FELIPE  1 75 

«...  E  aora  el  Obpo.  y  Deán  y  Cabildo  de  la  dha.  Iglesia  de  Falencia 
embiáronme  pedir  merced  que  les  confirmase  los  dhos.  Privilegios  y  do- 
naciones, y  Cartas  y  mercedes  y  franquezas  y  libertades  en  ellas  conte- 
nidas, y  se  las  mandase  guardar  y  cumplir:  Eyo  el  sobredho.  Re}'  Dn.  En- 
rrique  por  facer  bien  y  merced  al  dho.  Obpo.  y  Deán  y  Cabildo  de  la 
dha.  Iglesia  de  Falencia  tovelo  por  bien  y  confirmárnosles  los  dhos.  Pri- 
vilegios y  donaciones  y  cartas  y  franquezas  y  mercedes  y  libertades  en 
ellas  contenidas,  y  mando  que  les  valgan  y  les  sean  guardadas  según  que 
mejor  y  más  cumplidamente  les  valió  y  fueron  guardadas  en  tiempos  de 
el  Rey  Dn.  Enrrique  mi  Abuelo  y  del  Rey  Dn.  Juan  mi  Padre  y  mi  Señor, 
que  Dios  perdone,  y  defiendo  firmemente  que  alguno  nin  algunos  no  sean 
ossados  de  les  yr,  ni  pasar  contra  los  dhos.  Privilegios  v  donaciones  y 
cartas  y  mercedes  y  franquezas  y  libertades  confirmadas  en  la  manera 
que  dha.  es,  ni  contra  lo  en  ella  contenido,  ni  contra  parte  de  ellas  para 
gelas  quebrantar  ó  embargar  en  algún  tiempo  por  alguna  manera  y  (|ual- 
<iuiera  (|ue  sea  ó  ficiese  habría  la  mi  Ira,  y  pecharme,  y  ha  la  pena  conte- 
nida en  las  dhas.  cartas  y  Privilegios,  y  donaciones  y  mercedes  y  fran- 
quezas y  libertades,  y  al  dho.  Obpo.  y  Deán  y  Cabildo  de  la  dha.  Iglesia 
(')  á  quien  su  voz  tuviese  todas  las  costas  y  daños  y  menoscabos  que  por 
ende  recibiesen,  doblados;  y  demás,  mando  á  todas  las  Justicias  y  Oficia- 
les de  los  mis  Reinos  do  esto  acaesciere,  ansí  á  los  que  ahora  son  como  á 
los  que  serán  de  aquí  adelante,  y  á  cada  uno  de  ellos  que  gelo  no  con- 
sientan mas  (jue  ge  los  defiendan  y  amparen  con  las  dhas.  mercedes  en 
la  manera  que  dha.  es,  y  que  prendedes  en  bienes  de  aquellos  que  con- 
tra ella  fueren  por  la  dha.  pena  y  la  guarden  para  facer  de  ella  lo  que  á 
mi  merced  fuere,  )'  que  enmienden  y  fagan  enmendar  al  dho.  Ob])0.  y 
Deán  y  Cabildo  de  la  dha.  Iglesia,  ó  á  quien  su  voz  tuviere  todas  las  cos- 
tas y  menoscabos  que  recibieren,  doblado;  como  dho.  es.  E  demás  por 
qualquier  ó  qualesquier  por  quien  fiscare  de  lo  ansi  facer  y  cumplir  man- 
do al  home  que  esta  mi  Carta  mostrare,  ó  el  treslado  de  ella  signado  de 
Escribano  público,  sacando  con  autoridad  de  Juez  ó  de  Alcalde  que  los 
emplaze,  que  parezcan  ante  mí  de  la  mi  Corte  del  día  que  los  emplazase 
fasta  quince  días  primeros  siguientes  de  la  pena  dha.  á  cada  uno,  ó  decir 
por  qual  razón,  no  cumplan  mi  mandado  y  mando  so  de  la  dha.  pena  a 
qualquier  Escribano  público  que  para  esto  fuere  llamado  que  dé  al  que 
ge  lo  mostrare  Testimonio  signado  con  su  Signo  por  quien  Yo  sepa  en 
lomo  se  cumple  mi  mandado. 

Et  de  esto  les  mandé  dar  esta  mi  carta  escrita  en  pergamino  y  sellada 
con  mi  sello  de  plomo  pendiente.  Dada  en  las  Cortes  de  Madrid  a  quince 
días  de  Diciembre,  año  del  nacimiento  de  Ntro.  Señor  Jesu  Christo,  de 
mil!  y  trescientos  y  noveata  y  tres  años.  E  yo  Gonzalo  Fernández  de  Vi- 
llaviciosa  la  fize  escribir  por  mandado  de  nro.  Señor  el  Rey.  Alfonso  Fer- 


176  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

nández  Bachiller.   Didacus  Martínez,   legum,   Doctor;    García    Navarro. 
Didacus  Mirmimbc  Anoys.T 

Los  cuales  dichos  Privilejos  y  donaciones  y  cartas  y  mercedes  leídas 
por  mí  el  dho.  Notario,  luego  el  dho.  Alonso  Pérez  por  sí  y  en  nombre 
de  la  dha.  Iglesia  de  San  Salvador  de  Cantamuda,  dijo  que  por  cuanto  los 
dhos.  Privilegios  y  donaciones  y  cartas  y  mercedes  quedaban  en  el  Sagra- 
rio de  la  dha.  Iglesia  de  Palencia,  dijo  que  por  cuanto  él  se  entendía  apro- 
vechar de  ellos,  que  se  había  recelo  que  podrían  perecer  por  fuego  ó  por 
robo  ó  por  agua  ó  por  otro  caso  fortuito,  por  ende  que  pedía  é  pidió  al 
dho.  Señor  Abad  y  Juez  susodho.  que  le  mandase  dar  un  treslado,  ó  dos, 
ó  tres,  ó  más,  los  que  menester  fuesen,  y  que  interpusiese  su  decreto  y 
authoridad  al  Treslado  ó  Treslados  que  Yo  assí  ficiese  ó  mandase  facer, 
para  que  ficiese  fee  ansí  en  juicio,  como  fuera  de  él,  ansí  como  farían  los 
Originales  si  presentes  fuesen  y  presentados  fuesen. 

E  luego  el  sobredho.  honrrado  y  discreto  Varón  Do.  Fernando  de  Agui- 
lar,  Abad  de  Fusillos  y  Provisor  3-  Vicario  general  susodho.,  dijo  que  vista 
la  petición  fecha  por  el  dho.  Alonso  Pérez,  tomó  en  las  sus  manos  todos 
los  dhos.  Privilegios  y  donaciones  y  cartas  y  mercedes,  examinólos  y  acá 
tolos,  y  dijo:  que  por  cuanto  veya  los  dhos.  Privilegios  y  donaciones  y 
cartas  y  mercedes,  no  rasos  ñy  cancellados,  ni  en  ninguna  parte  de  ellos 
sospechosos,  dijo,  que  daba  lizencia,  y  dio,  y  mandaba,  y  mandó  á  mí  el 
dho.  Notaxüo  á  que  ficiese,  ó  mandase  facer  un  Treslado,  ó  dos,  ó  tres,  ó 
más,  los  que  menester  fuese  á  la  dha.  Iglesia  de  San  Salvador  de  Conti- 
muda,  y  al  dho.  Alonso  Pérez,  Canónigo  de  ella,  signados  con  mi  Signo, 
á  los  quales  Treslado  o  Treslados  que  yo  ansí  diese,  dijo  que  interponía 
é  interpuso  su  decreto  y  authoiidad  para  que  ficiese  fee  en  juicio  como 
fuera  de  él,  ansí  como  los  Originales  mesmos  de  los  dhos.  Privilejos  y 
donaciones  y  cartas  y  mercedes  y  franquezas  y  libertades  de  suso  conte- 
nidas assí  presentadas  fuesen.  Fecho  j'  sacado  fué  este  Treslado  de  los 
dhos.  Privilejos  y  donaciones  y  cartas  y  mercedes  y  franquezas  y  liber- 
tades día  y  mes  y  año,  ut  supra;  testigos  que  fueron  presentes  llamados 
y  especialmente  rogados  para  esto  que  dho.  es:  Diego  Fernández  de 
Quintana  y  Alonso  Fernández  Gallego,  Canónigo  en  la  Iglesia  de  Fusillos; 
é  Alonso  de  Quintana;  y  Pedro  García  de  Casa  Vegas;  y  Alfonso  Gómez 
de  Villarroel,  Escribano  y  Notario  Público  de  la  dha.  Ciudad  de  Palencia, 
y  otros:  Abbas  de  Fusilliis,  Decretorum  Doctor. 

E  Yo  Juan  Alonso  de  Paredes  de  Nava,  Notario  sobredho.  de  la  ciudad 
de  Palencia  que  fui  presente  á  todo  lo  ciue  dho.  es  con  los  dhos.  testigos 
y  por  ruego  y  mandado  del  dho.  Señor  Abbad  que  interpuso  su  authori- 
dad y  decreto  y  lo  firmo  de  mi  nombre,  y  á  pedimento  del  dho.  Alonso 
Pérez,  ocupado  de  otros  negocios,  por  otro  fice  escrebir  esta  Escritura  y 
fice  aquí  este  SU3'0  signo,  en  testimonio  de  verdad.  Otro  sí  va  sellado  con 


SEPULCRO    DEL    INFANTE    D.    FELIPE  1 77 

el  sello  del  dho.  Sor.  Abbad,  colgado  con  lilos  de  lino  blanco,  negro  y 
amarillo.=Joannes  Alfonsus:  Notario. '> 

(Archivo  Diocesano  de  Paicncia.) 


IV 


MONL'MENTOR    EPISCOPALES 
(^COPIA  FIDELÍSIMA  DEL  «TRASLADO  ?>   ACTORIZADO) 

«Don  Gutierre  de  la  Cueva  por  la  Gracia  de  Dios  y  de  la  Santa  Iglesia 
de  Roma,  Obispo  de  Falencia,  Conde  de  Pernia,  Oydor  de  la  Audiencia 
de  el  Rey  nuestro  Señor  i  de  su  Consejo,  vimos  una  Carta  de  Confirma- 
ción del  Obispo  Dn.  Santiago  (i),  de  buena  memoria,  nuestro  antezesor, 
cuia  ánima  Dios  aia  ([ue  nos  fué  presentada  por  Alfonso  Ferradas  Tobali- 
na.  nuestro  Canónigo  de  la  nuestra  Iglesia  y  Monasterio  de  San  Salvador 
de  Cante,  muda  que  es  en  el  dho.  nuestro  Condado  de  Pernia  de  este  nues- 
tro Obispado  (2),  por  si  y  en  nombre  de  los  otros  Canónigos  del  dho. 


(i)  No  consta  en  el  Episcopologío  Palentino  ningún  Obispo  de  ose  nombre:  está  mal  leí- 
do el  original. 

(2)  El  Condado  de  Pernia  está  formado  por  las  villas  de  San  Salvador,  l«a  Lastra,  Árenos, 
Casavega?,  San  Mames,  Tresahuela,  Salceda,  Cotillas,  Bedoya,  Pumareña,  Trillado,  Salar- 
zón,  Cobeua,  Sñll  Pedro,  Castro,  Vinón.  Várago  y  Soberado. 

Al  posesionarse  de  la  mitra  los  Obispt>s.  expedía  el  Rey  una  Cédula  Real  dirigida  á  los 
señores  Alcalde  mayor  del  Condado  y  Jueces  ordinarios  de  las  villas  y  lugares  que  le  consti- 
tuyen, mandándoles  que  pubieran  á  los  Obispos  en  posesión  del  Condado  y  Señorío  temporal 
de  sus  villas  y  lugares,  con  todos  sus  derechos- anejos.  k 

Hasta  el  ano  173a  no  hay  noticia  de  ningún  Conde  de  Pernia,  fuera  de  los  Prelados  de  Pa- 
Icncia,  que  poseían  el  Condado  como  anejo  á  su  dignidad  episcopal;  pero  eD  esa  citada  fecha 
consta  que  poseía  el  titulo  de  Conde  de  Pernia  D.  Luis  Pernia,  el  cual  con  fecha  12  de  Julio 
del  referido  año  1  732  pagó  la  media  a n nata.  Con  fecha  7  de  Junio  del  18396!  señor  Intendente 
de  esta  provincia  preguntó  al  Obispo  quién  fuese  el  sucesor  •''e  U.  Pelayo  Pernia,  hijo  de  don 
Luis  Pernia,  primer  poseedor  del  Condado  de  Pernia,  <cuyo  titulo  ha  estado  usando  ad  konorem 
el  Rvdo.  Obispo  d¿  Palcncia*. 

Con  fecha  ó  de  Noviembre  del  1 R43  surge  de  nuevo  este  asunto  del  Condado  con  motivo  de! 
expediente  instruido  sobre  reclamación  dei  derecho  de  media  annata  y  servicio  de  lanzas  de! 
Condado  de  Hernia.  A  fin  de  llevar  a  efecto  las  averiguaciones  que  se  juzgaban  necesarias 
para  esclarecer  el  asunto,  volvió  a  preguntarse  al  Prelado;  r .'  ¿Quién  es  el  actual  poseedor? 
■2."  ¿Dónde  radican  los  bienes  sobre  que  se  fundó?  3.°  <Qué  sucesores  ha  habido  en  dicho  titulo 
ilesde  I  720  en  que  lo  disfrutó  D.  Pelayo  Pernia  Girón? 

El  Prelado  contestó  que  «se  reconocieron  y  registraron  los  documentos  que  pudiesen  ser 
habidos  concernientes  á  este  asunto  en  el  desorden  en  que  se  hallan  todavía  los  perienecien  - 
tes  á  la  Secretaria  de  este  Gobierno,  á  causa  de  la  precipitación  con  que  se  extrajeron  del 
local  donde  existían,  y  al  que  aun  no  han  podido  ser  devueltos,  y  sólo  se  encontró,  y  aparece 
entre  ellos  un  legajo  en  carpeta  que  dice:  tPapeles  pertenecientes  al  Condado  de  Pernia», 
reducidos  éstos  á  una  concordia  del  Obispo  con  el  Abad  de  Lebanza  sobre  el  uso  de  la  juris- 
dicción civil,  criminal,  matrimonial  y  beneficial.  Y  asimismo  documentos  de  poderes  y  comi- 
siones conferidos  para  residenciar  la  conducta  de  los  Jueces  puestos  por  el  Obispo  en  con- 
cepto de  Conde  en  los  part)dos  de  San  Salvador,  Bedoya  y  Pulacioués,  advirtiendo  que  los 
referidos  documentos  datan  desde  <  5  de  Msyu  de  '¿óS  hasta  4  de  Septiembre  de  1714,  jí«  ^«í 
s¿  haya  hallado  escrito  alguno  qii:  haga  m¿- rito  del  referido  D.  Pelayo  Pernia  Girón, y  si  siempre 
que  lus  señores  Obispos  de  esta  diócesis  se  han  deno:uinado  y  encabezado  sus  escritos  con  el 

TOMO    LXXV  12 


l-X  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Monasterio;  el  tenor  de  I;i  «iiial  dha.  Carta  es  este  que  se  sigue:  Du.  San- 
tiago por  la  gracia  de  Dios  i  de  la  Santa  Iglesia  de  Roma,  Obispo  de  Fa- 
lencia; á  los  nuestros  Canónigos  de  la  nuestra  Iglesia  de  San  Salbador  de 
Cante  muda  Salud  y  Beudizn.  facenos  bos  saver  (jue  hemos  una  carta 
(jue  nos  embiasteis  con  (lomes  Gonzales  3'  Gonzalo  ISIartíncz,  Canónigos 
buestros  compañeros  en  Que  nos  pedisteis  por  merced  (|ue  les  creiese- 
raos  de  lo  que  nos  digiesen  de  buestra  parte  sobre  razón  de  la  Provisión 
c|ue  havíades  de  haver  de  buestras  Calongías.  Y  sabez  que  nos  lo  mostra- 
ron y  nos  lo  digieron  de  buestra  parte,  i  nos  sobre  esto  tenemos  por  bien 
((ue  la  Renta  de  Pernia  que  levasteis  fasta  aquí,  é  todo  el  vino  de  Liévana 

V  los  carnero--,  que  lo  niades  e  levedes  aquellos  que  sirvieredes  la  dha. 
Iglesia  con  sus  Capillas  y  lo  Resiban  Gomes  Gonzales  y  Gonzalo  Martines 
buestros  compañeros  para  que  lo  den  á  los  que  sirviéranla  dha.  Iglesia  i'* 
no  á  otro  ninguno  y  mandárnosles  que  lo  no  den  á  ottra  partte  so  pena 
de  descomunión  e  defendemos  por  esta  nuestra  Carta  que  ninguno  no 
sea  osado  de  ttomar  ninguna  cosa  de  lo  sobredho.  saibó  aquellos  que  sir- 
viesen la  dha.  Iglesia  como  dho.  es,  sobre  dha.  pena  de  excomunión.  Dada 
en  la  nuestra  Audiencia  de  Palencia  á  diez  días  de  henero  año  del  na.sci- 
mientii  de  nuestro  Salbador  Jesu  Christo  de  mili  é  trescientos  y  ochenta 

V  zinco  años.  Yo  Joan  Ferrades  fa  fize  escrybir  por  mandado  del  Obispo.» 
E  agora  los  dhos.  nuestros  Calonigos  de  dha.  nuestra  Iglesia  de  San 

.Salvador  de  Cante  muda  embiaronos  pedir  mrd.  pr.  una  pettición  que 
tragera  Alfonso  Peres  y  Juan  Ferrades  Canónigos  sus  compañeros  por 
la  (|ual  nos  embiaron  dezir  que  les  exegesemos  de  su  parte  sobre  razón 
de  sus  Calongias,  i  (|ue  les  confirmaremos  la  dha.  carta  del  dho.  Obpo.  ^i) 
D.  Juan  y  la  Merced  en  ella  contenida;  E  nos  por  facer  bien  i  merced  ;1 
los  dhos.  nuestros  canónigos  de  la  dha.  nuestra  Iglesia  de  San  Salvador 
de  Cante  munda  Tobímoslo  por  bien  y  atirmámosles  la  dha.  Carta  y 
1?,  mrd.  en  ella  conttenida;  y  mandamos  que  la  Renta  de  Pernia  que  le- 
vasteis fasta  aquí,  y  todo  el  vino  de  IJébana  y  los  carneros  que  lo 
aiades  y  levedes  aquellos  que  sirvieren  la  dha.  Iglesia  con  sus  Cai)illas. 
y  que  lo  reziban  él  dho.  Alfonso  Peres  y  [oan  Ferradas  buesttros  com- 
pañeroe  para  que  lo  den  á  los  que  sirvieren  ala  dha.  Iglesia  y  no  á  ottro 
alguno.  E  mandamos  que  lo  no  den  ottra' partte  so  pena  de  Escomunión 
y  defendemos  por  esta  nuestra  Cartta  que  ninguno  no  sea  osado  de  tto- 

litulo  de  tales  Condes  de  Pernia  oque  eran  anejos  ciertos  derechos  titiles  y  jurisdiccionales  en 
los  referidos  lugares». 

En  otra  ocasión  el  Prelado  contestó:  -:...  En  toilo  caso,  tratándose  catno  se  trata  de  un  título 
de  propiedad  y  derecho  de  la  Dignidad  Episcopal,  creo  ser  inconvernieute  á  dicha  Secretaria 
este  negocio,  y  que  el  documento  de  su  razón  deberá  buscarse  en  el  archivo  de  la  Santa  Igle- 
sia Catedral,  o  acaso  en  la  Administración  de  Rentas  de  dicha  Dignidad». 

(Archivij  Diocesano  de  Paiiiítia.) 

{ 1)     Véase  la  confusión:  nijui  no  se  le  llatna  Santiago,  sino  Juan. 


SEPULCRO    DEL    INFANTE    U.    FELIPE  •  1 79 

mar  niníjuna  cosa  de  lo  sobre  dho.  saibó  aquellos  (ine  sirbieren  la  dha. 
iglesia  como  dho.  es  sola  dha.  pena  de  Excomunión  y  defendemos  por 
esta  nuestra  Carta  que  assi  lo  fagan  en  testimonio  de  estto  mandamos 
les  dar  esta  nuestra  Carta  firmada  de  nuesttro  nre.  é  sellada  con  nuestro 
sello  Dada  en  Valladolid  á  diez  días  de  febrero  año  de  el  nascimiento  de 
Nuestro  Señor  Jesu  Christo  de  mil  y  quatrozientos  y  un  años  =el  Obpus. 
Palentín'  ^E  yo  Reymundo  de  peñalosa  Escribano  de  el  dho.  Señor 
<1bpo.  la  escriví  por  su  mandado» 

En  el  <iual  dho.  Instrumento  venía  en  sello  de  zera  colorado  colgado 
<le  una  zinta  de  filo;  E  assi  presenttada  ante  nos  la  dha.  Carta  i  Instrmen- 
to  de  Confirmación  suso  encorporada,  é  por  nos  vista  i  examinada  é 
los  dhos.  Canónigos  de  la  dha.  Xuestra  Iglesia  de  San  Salvador  de  Cante 
muda  embiaron  nos,  slipHcar  y  pedir  por  merced  por  una  pettición  que 
nos  trajo  el  dho.  Alfonso  Ferradas  Toralina  Canónigo  su  compañero  que 
quisccsemos  confirmar  é  aprobar  el  dho.  Previlegio  suso  encorporado  v 
la  mrd.  en  el  conttenida  según  y  en  la  maña  que  les  fué  confirmado  por 
el  dho.  Obispo  Don  Santiago  nuestro  antezesor  según  y  en  la  manera 
<|ue  en  él  se  conttene,  y  nos  pí)r  facer  bien  y  mrd.  á  los  dhos.  nuestros 
Canónigos  de  la  dha.  nuestra  Iglesia  de  San  Salvador  de  Canttemuda 
tobimos  lo  por  bien.  E  por  la  presente  Xos  confirmamos  la  dha.  Cartta 
^íuso  encorporada  la  mrd.  en  ella  conttenida  no  pasando  perjuicio  alguno  á 
las  ottras  nuestras  Renttas  de  el  dho.  nuestro  Condado;  y  mandamos  que 
la  Rentta  de  Pernia  que  levaron  fasta  aquí,  ttodo  el  vino  de  Liébana  y 
los  carneroSj  que  lo  ayan  y  lleven  aquellos  <}ue  sirvieren  la  dha.  Iglesia 
V  no  ottra  persona  alguna.  A  los  quales  dhos  canónigos  mandamos  so 
pena  de  Excomunión  que  no  ttomen  ningunacosa  de  ello  saibó  aquellos. 
i|ue  sirvieren  la  dha.  Iglesia  con  sus  capillas  y  conttinuaren  é  Resi- 
diei-en  en  la  dha.  Iglesia.  En  testtim.  de  la  qual  les  mandamos  dar. 
Esta  nuestra  carta  de  confirmaz.^n  firmada  de  nuestro  nombre  y  sellada 
con  nuestro  sello  v  Refrendada  de  el  Notario  yuso  escripto  nuestro  Se- 
cretario: Dada  en  la  nuestra  Audienzia  de  Falencia  á  quinze  dias  de 
.-\bril  año  de  el  Señor  de  mili  y  quattrocientos  y  sesenta  y  dos  año-^ 
El  Obpus.  Palenti  =  E  yo  Diego  Vela  nottario  de  mi  Señor  el  Obpo.  de 
Palentia,  é  su  secretario  la  fize  escrivir  por  su  mandado^Diego  \'ela=; 
.Secrettario. 

Es  copia  Inttegra  de  el  Instrumento  confirmado  por  los  Illmos.  que  en 
El  se  conttienen  vien  y  fielnien.'=  saccada,  que  me  fué  exibido  por  el 
Illmo.  Señor  D.  Andrés  de  Bustam.'e  Obpo,  de  la  Ziudad  de  Palenzia  y 
su  obispado  conde  de  Pernia;  a  ella  me  remitto,  la  que  devolbí  a  dho.  Se- 
ñor Illrao.;  y  para  que  Conste  de  su  horden  y  mandatto.  Yo  Anttonio 
Revueltta  Caión  Natural  de  la  Villa  de  Población  de  Campos  Residentte 
.il   presentte  en    el    Lugar   de  Villaprovedo.    Notario   Aposttólico    por 


l8o      .  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA   DE    LA    HISTORIA 

Auttoi'idad  Apostólica  y  Aprobación  hordinaria  dov  el  presentte  que 
signo  y  firmo  en  estas  seis  foxas  de  papel  común,  las  Zinco  escriptas  y 
ttodas  Rubricadas  como  acosttumbro,  en  estte  dho.  de  Villaprovedo  y 
Septtiembre  quinze  de  mili  settecientos  y  sessenta  a^En  testimonio  de 
verdad=Antoni()  Rebuelta  Caión,=Napp.c"» 

BfLA  DEL  OBISPO  DON  SANCHO 

cDon  Sancho  por  la  gracia  de  Dios  3'.de  la  S.'a  Iglesia  de  Roma  Obpo 
de  Falencia  al  Cavildo  de  los  Canónigos  de  nuestio  monesterio  de  S.  Sal- 
vador de  Canta  muda  que  agora  sois  e  serán  de  aquí  adelante  salud  y 
bendición:  Bien  sabedes  en  como  por  cuanto  nos  fué  dicho  y  denunciado 
por  personas  dignas  de  fee  y  de  creer  que  en  ese  dho.  Monasterio  no  se 
sirve  ni  celebran  en  él  los  divinales  oficios  según  cjue  antigua. 'e  en  los 
tiempos  pasados  se  solían  celebrar  y  servir  en  el  dho.  Monasterio  por 
cuanto  las  rentas  del  dho.  Monasterio  son  muy  menoscabadas  y  despo- 
bladas ó  por  mortandades  como  por  otras  muchas  maneras  por  la  qual 
razón  los  Canónigos  del  dho.  nuestro  Monasterio  no  habían  donde  se  pro- 
beer  y  mantener  convenibleraen.'e  en  tal  manera  que  pudiesen  servir 
al  dho.  Monasterio  según  que  antiguamente  en  los  tiempos  pasados  se 
solía  servir  é  por  quanto  á  nos  pertenescía  proveer  de  remedio  al 
dho.  monasterio  según  la  aroga  que  de  el  teníamos  y  entendiendo  que 
suprimiendo  y  amenguado  el  número  de  los  Canónigos  que  tenía  el 
dho.  monasterio  que  el  servicio  de  Dios  sería  acrecentado  en  el  dho.  Mo- 
nasterio y  mejor  servido  de  los  Divinales. Oficios  Cjuitando  los  Canónigos 
que  fuesen  en  el  dho.  Monasterio  obiesen  en  que  se  mantener  y  proveer 
convenible.":  de  los  frutos  y  rentas  del  dho.  Monasterio  mayormente  que 
nos  fué  pedido  por  parte  de  vosotros  que  soprimiésemos  y  amenguáse- 
mos el  dho.  número  sobre  lo  qual  obimos  á  dar  nuestra  carta  por  la  qual 
se  contenía  que  sopremíamos  y  amenguábamos  al  dho.  Monasterio  de  los 
canónigos  de  donde  eran  once  canongías  que  compremíamos  las  cinco 
calongías  de  ellas  é  que  las  anexábamos  á  las  otras  seis  calongías,  man- 
dábamos que...» 

Sigue  el  Prelado  hablando  del  modo  de  unir  las  canongías  que  vacasen 
á  las  que  quedasen  y  de  la  obligación  de  celebrar  dos  misas:  la  una  por 
la  Condesa  y  la  otra  por  los  Obispos  de  Paleiicia  que  dotai'on  el  monas- 
terio y  por  todos  los  que  de  alguna  manera  le  favorecieron,  so  pena  de 
diez  mrs.  de  multa  y  penas  por  cada  vez  que  no  lo  hicieren;  siete  de  es- 
tos diez  mrs.  destinaba  el  Obispo  para  ayuda  del  reparo  del  monasterio, 
y  los  tres  restantes  para  el  sacristán:  «porque  los  apuntase  y  diese  cuen- 
ta al  cavo  del  año  al  mayordomo  que  fuese  del  nuestro  Condado  sobre 
juramento  cuantas  misas  fuesen  fallescidas  en  cada  un  año.»  Después  de 


SEPULCRO  DEL  INFANTE  D.  FELIPE  l8l 

•cargar  la  conciencia  á  canónigos  y  mayordomo  respecto  á  las  multas  y 
•  <iue  éstas  »se  pusiesen  en  reparo  del  monasterio^,  sigue  diciendo:  «...  é 
otro  si  nos  fué  dho.  y  denunciado  en  cómo  al  tiempo  <\ae  abía  las  dhas. 
once  Canongías  que  había  asimismo  tres  razioneros,  así  que  eran  catorce 
Beneficiados  los  quales  eran  francos  y  quitos  de  todo  pecho  real  por 
previlexio  que  el  dho.  monasterio  tiene;  é  que  nos  que  apremiamos  y 
amenguábamos  las  dhas.  once  calongías  en  seis  y  que  anexaríamos  las 
otras  cinco  y  los  préstamos  de  ellas  á  las  dhas.  seis  calongías  por  la  qual 
razón  en  el  dho.  monasterio  no  había  más  de  nueve  Beneficiados,  así  que 
se  menoscabaran  cinco  Beneficiados  por  la  qual  razón  el  dho.  monasterio 
rescebía  grande  daño  y  menoscabo  de  la  franf[ueza  y  libertad  que  tenía 
por  virtud  del  dho.  privilegio...»  «e  fuenos  pedido  que  probiésemos  de 
algún  remedio  al  dho.  nuestro  monasterio...»  «tobímoslo  por  bien,  por 
ende  es  nuestra  merced  é  que  porque  las  dhas.  dos  misas  se  puedan  de- 
cir cada  dia  en  el  dho.  monasterio,..»  «quando  alguna  de  las  canemgías 
vacase  que  entre  en  ella  canónigo  que  sea  de  horden  sacro,  en  manera 
({ue  pueda  celebrar»  (i).  Sigue  el  Obispo  insistiendo  en  que  no  sólo  era 
preciso  que  los  canónigos  fuesen  de  orden  sacro  (para  poder  celebrar), 
sino  que  ce  que  siempre  estén  los  dhos.  seis  canónigos  prestes  residen- 
tes en  el  otro  monasterio  para  qe.  las  dhas.  dos  misas  se  puedan  decir 
cada  día...» 

Pero  como  resultaba  que  entonces  había  canónigos  aun  no  ordenados 
<ie  presbíteros,  dice  el  Obispo:  «qu.  los  tales  que  luego  se  hordenen  de 
Horden  sacro  si  fueren  suficientes  para  ello,  é  donde  no  hordenaren  ni 
fueren  suficientes  para  ello  mandamos  qe.  los  tales  canónigos  sean  priva- 
dos de  las  dhas.  calongías,  y  puestos  otros  canónigos  pi'estes  en  su  lugar 
que  puedan  celebrar,  dándonos  nuestra  carta  de  colación  para  ello».= 
«Otro  si  es  nuestra  merced  que  porque  el  número  de  los  catorce  Bene- 
ficiados no  sea  menguado  ni  el  dho.  monasterio  pierda  la  dha.  libertad 
(.|ue  tiene  por  virtud  del  dho.  Privilexio,  que  además  de  loS  dhos.  seis 
canónigos,  aia  en  el  dho.  monasterio  ocho  razioneros  que  sean  legos  por 
tal  manera  que  todos  catorce  Beneficiados  puedan  gozar  de  la  dha.  liber- 
tad y  franqueza  por  virtud  del  dho.  Privilexio,  .e  que  los  dhos.  Razioneros 
sean  puestos  por  la  manera  que  asta  aqui  eran  puestos  los  otros  razio- 
neros en  el  dho.  monasterio,  e  esta  hordenanza  mandamos  que  bala  para 
agora  y  para  adelante  en  el  dho.  monasterio  so  pena  de  la  nuestra  mer- 
ced, en  testimonio  de  lo  qual  mandamos  dar  esta  nuestra  carta  firmada 
de  nuestro  nombre  y  sellada  con  nuestro  Sello  pontifical  pendiente  dada 
en  la  Villa  de  Otordesillas  á  veinte  v  nueve  días  de  Octubre  año  del 


(i)     Algiin  jb  caDÓiiigos  no  habían  recibido  Orden  sacro,  y  otros  no  eran  ni  aun  lonsurados; 
y  á  esta  c'Ase  pertepeció,  sin  duda,  1>.  Felipe. 


1Í2  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Nascimieiito  de  nuestro  Señor  Jesu  Chisto  de  mil  ducientos  y  dos  años.=: 
Yo  Juan  Heniles  de  mentó  escribano  del  dho.  Señor  Obispo  la  fice  escri- 
bir por  su  mandado  =Don  Sancho  Obispo  de  Palenzia». 

Es  copia  fielmente  sacada  de  la  traducción  que  en  letra  antigua  se  halla 
hecha  de  la  Bula  original  del  Sr.  D. 'Sancho,  Obispo  de  Falencia,  escrita 
en  pergamino  con  un  sello  de  cera,  pendiente  de  una  cinta  estrecha  de 
seda  bastante  doble,  cuyo  fondo  es  encarnado  y  los  extremos  azules,  que- 
dando uno  y  otro  en  el  Archivo  de  la  Iglesia  Colegial  de  San  Salvador  (i ). 
Y  para  que  conste  lo  firmo  en  la  villa  de  San  Salvador,  á  doce  de  Sep- 
tiembre de  mil  ochocientos  treinta.=;Rafael  Llórente. 


REAL    CÉDULA    DE    FELIPE    V 

_  «El  Rey,  Venerable  Abad,  Prior  y  Cabildo  de  la  Iglesia  Colegial  de 
S.  Salvador  sita  en  la  Diócesis  de  Falencia  cerca  de  Ntra.  Señora  de  Ala- 
banza: Sabed  que  en  mi  Consejo  de  la  Cámara  se  ha  presentado  por 
D.  Blas  de  Jover  y  Alcaraz,  Fiscal  de  él,  un  pedimento  cuj'O  tenor  es  el 
s¡guiente=Señor:^D.  Blas  de  Jover  y  Alcaraz  del  Consejo  de  V.  M.  en  el 
de  Castilla  y  Fiscal  en  el  de  la  Cámara,  dice,  que  en  el  Obispado  de  P,i- 
lencia,  y  á  media  legua  de  distancia  de  la  Rl.  Iglesia  Colegial  de  Nuestra 
Señora  de  Alabanza  está  otra  Colegiata  compuesta  de  Prior  y  Canónigos, 
intitulada  de  S.  Salvador,  ¡]uc  la  fundó  y  dotó  la  Condesa  de  Castilla  mii- 
ger  que  fué  del  Conde  D.  Rodrigo  Guntis  (alias  Ñuño  ¡Muñoz)  cuyo  sepul- 
cro oy  se  reconoce  en  la  misma  Iglesia  con  una  inscripción  que  acredita 
esta  verdad  la  que  se  convence  concluyentcmente  de  la  confirmación  de 
testigos  fidedignos  cjue  ha  i'ecibido  el  Lic^"  Dn.  Asensio  de  Mírales,  Juez 
subdelegado  de  la  Cámara  en  virtud  de  Rl.  Cédula  despachada  en  veinte 
)'  cinco  de  Abril  del  próximo  pasado  año,  expresando  haberlo  así  oído 
de  inmemorial  tiempo  a  esta  parte;  y  para  prueba  de  ser  Real  esta  Fun- 
dación recurren  a  la  similitud  que  hay  entre  la  fundación  de  la  Colegiata 
de  Alabanza  y  la  de  S.  Salvador,  assí  en  lo  material  de  la  Fábrica  como  de 
su  antigüedad  y  calidad  de  la  piedra;  en  cuva  vista,  aun  el  menos  inteli- 
gente confesará  ser  de  una  misma  formación  v  tiempo,  como  por  no  ha- 
ber diferencia  alguna  en  los  Retablos  y  ornamentos,  tanto  qne  la  maj'or 
prespicacia  no  es  capaz  de  distinguirlos;  y  lo  que  más  es  porque  los  bie- 
nes de  la  votación  de  ambas  Iglesias  está  en  un  mismo  distrito  y  les  per- 
tenecen regularmente  por  mitad  en  virtud  de  unos  mismos  derechos. 


(i)  Ya  no  existen;  sulamente  qucd.a  la  mitad  de  un  pergamino  comido  de  los  ratones  y 
cciupletaniente  barrido  por  la  humedad.  Los  tínicos  papeles  que  quedan  no  tienen  ninguna 
importancia. 


SEPULCRO    DEL    INFANTE    P.    FELIPE  183 

Pues  como  los  expresados  Conde  y  Condesa  se  dedicaron  á  hacer  bien, 
respectivamente,  á  un.i  y  otra  Iglesia,  los  igualaron  en  tanto  grado  que 
no  hay  circunstancias  (jue  no  las  parifique.  Comprobándose  más  el  dere- 
cho de  \".  .M.  ú  esta  Iglesia'  por  haberse  titulado  Real  en  todos  tiempos  y 
haverse  conocido  por  los  mismos  testigos  diferentes  Escudos  de  armas 
reales  que  oy  se  hallan,  unas  picadas  en  el  coro,  otras  cubiertas  de  yesf) 
sobre  el  sepulcro  de  la  Condesa  D."  María  Elvira,  y  otras  existentes  y 
perceptibles  en  un  copón  antiquísimo  con  el  toisón  pendiente.  Y  cuando 
no  fuese  tan  indiibitado  el  derecho  de  \ .  M.  por  dotación  de  sus  glorio- 
sos predecesores,  resulta  con  el  mayor  convencimiento  que  la  referida 
Iglesia  de  San  Salvador  fué  antes  monasterio  de  varones  que  vivían  en 
comunidad  gobernados  por  un  Abad,  t|ue  hoy  e.xiste  y  es  Dignidad  de  la 
Iglesia  de  Falencia  como  lo  era  el  de  la  Colegiata  de  Alabanza,  y  que  el 
número  de  catorce  prevendas  que  entonces*  había  le  redujo  á  cinco  el 
Obispo  de  Falencia,  D.  Sancho,  alzándose  con  todas  las  rentas  y  destru- 
yendo esta  Rl.  Fundación;  de  modo  que  ni  la  Fábrica  tiene  fondos  para 
sostenerse  ni  los  Canónigos  para  vivir;  por  lo  que  sólo  las  víspera  y  días 
de  fiesta  se  dicen  las  horas  canónicas,  faltando  á  la  intención  de  la  Fun- 
dadora y  ccmcurriendo  con  todo  lo  expresado  los  cinco  privilegios  com- 
pulsados en  pública  forma  por  el  dho.  Juez  de  Comisión,  de  que  resulta 
la  primordial  fundación  y  dotación  hecha  por  la  Condesa  de  Castilla 
D."'  María  Elvira,  sobrina  del  Rey  Don  Fernando  el  primero;  y  que  tam- 
bién ha  sido  dotada  y  enrriquecida  por  diferentes  Señores  Reyes  con 
muchos  bienes  que  constan  del  Privilegio  del  Señor  Rey  Don  Alonso; 
queda  por  todos  medios  convencido  el  dro.  de  \'.  M.  en  vista  de  la  cédula 
y  diligencias  originales  que  en  debida  forma  presenta  el  Fiscal;  debiendo 
admirar  c|ue  una  Fundación  tan  insigne  recomendada  en  los  dhos.  Privi- 
legios á  los  Obispos  de  Palciicia  lya  (jue  pudieran  haber  tenido  algún  de- 
recho si  por  el  abuso  de  las  donaciones  no  le  hubieran  ])erdidoi  se  halla 
enteramente  abandonada  y  el  culto  tan  disminuido;  y  no  siendo  justo  (jue 
se  toleren  por  más  tiempo  estos  perjuicios  y  ijue  se  halle  oscurecida  la 
apreciable  memori.i  de  esta  Fundación: 

Suplico  a  V.  M.  ([ue  habiendo  por  presentadas  las  averiguaciones  hechas 
por  D.  Assensio  de  Mírales  se  sirve  en  su  vista  declarar  por  de  el  Rl.  Pa- 
tronato la  referida  Iglesia  de  S.  Salvador,  y  que  la  presentación  de  su 
,\badía.  Canonicatos  y  demás  Prevendas  y  Beneficios  que  por  qualquier 
título  le  pertenezcan,  ^% privativa  de  V.  M.  en  qualquier  tiempo  y  modo 
que  vacafen,  mandando  C|ue  se  anoten  en  los  libros  de  la  Secretaría  para 
que  siempre  conste  por  ser  justicia,  etc.»  Y  habiendo  visto  en  el  dho.  mi 
Consejo  de  la  Cámara,  he  tenido  por  bien  dar  la  presente,  por  la  qual  y 
|)ara  <jue  pare  el  perjuicio  (jue  haya  lugar  en  derecho,  os  mando  que  den- 
tro de  (|uinze  días  primeros  siguientes  de  como  esta  mi  Rl.  Cédula  os  sea 


184  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

echa  notoria  en  vuestras  pei'sonas,  pucliendo  ser  habidas,  o  sino,  dicién- 
dolo  en  vuestras  casas  y  moradas  A  qualcsquiera  de  vuestros  criados  ó 
vecinos  más  cercanos  para  que  os  lo  digan  y  hagan  saber  de  manera  que 
llegue  á  vuestra  noticia  y  de  ello  no  podáis  pretender  ignorancia,  otor- 
guéis vuestros  poderes  bastantes  á  Procurador  ó  Procuradores  conocidos 
para  que  dentro  de  dho.  término  mostrándose  partes  en  vuestros  nom- 
bres digan  y  aleguen  de  vuestra  justicia  lo  que  os  conviniere;  que  si  pa- 
recéis dentro  de  él  seréis  oídas  y  se  os  guardará  la  que  tuviereis;  y  en 
vuestra  ausencia  y  rebeldía  abida  por  presencia,  se  harán,  notificarán  y 
sustanciarán  los  autos  en  los  estrados  de  dho.  mi  Consejo  de  la  Cámara 
que  para  ello  os  señalo  y  no  para  otro  Tribunal  ni  Juez  alguno,  y  os  pa- 
rará tanto  perjuicio  como  si  en  vuestras  personas  se  hicieran,  notificaran 
y  sustanciaran. 

V  mando  a  qualquiera  mi  Escribano  ó  Notario  que  con  esta  mi  Real 
Cédula  fuere  requerido  os  la  notifique  v  haga  saber  y  dé  testimonio 
de  ello  pena  de  la  mi  mrd.  y  de  diez  rars.  para  mi  Cámara  en  que  desde 
luego  te  doy  por  condenado  lo  contrario  haciendo. 

Fecha  en  el  Pardo  á  siete  de  Febrero  de  mil  setecientos  quarenta  y 
C!nco=Yo  el  Rey^=Por  m^o.  del  Rey  N.  S.,  D.  Iñigo  de  Torres  y  Oli- 
verio (II. 

(Archivo  Diocesano  de  Palencia.) 

Regiko  Incláx   Inclán". 


(i)  Por  virtud  de  esta  Real  Cédula  se  citó  al  Sr.  Abad,  quien  manifestó  que  se  hallaba  en 
Palencia  residiendo  la  Abadía  de  S.  Salvador,  que  era  Dignidad  de  la  Catedral  de  Palencia, 
con  c]  canonicato  separado  de  ella,  y  gozan'^o  de  los  honores  correspondientes  que  se  redu- 
cían a  ser  abady  tener  la  silla,  sin  m:is  emolumentos,  ni  rentas  ni  intereses  ni  regalías;  que  no 
había  pasado  jamás  á  la  Colegiata  ni  á  la  vilia  de  S.  Salvador,  ni  había  tomado,  ni  intentado 
tomar  posesión  de  ella  «ni  se  la  darían  según  cvídentemeate  tiene  conocido».  En  una  pala- 
bra." quesu  Abadía  no  era  para  él  *inás  de  un  puro  título  ad  hoDorem>. 

Pero  que  aunque  su  dignidad  y  persona  nada  eran  en  la  Abadía  Colegial,  lo  ponía  3.  dispo- 
sición S.  M.  y  de  los  señores  de  la  Cámara  de  Casulla. 

Se  citó  también  el  Cabildo  de  S.  Salvador;  los  señores  Canónigos  recoDucienm  la  verdad  de 
los  privilegios  Reales;  que  la  Colegial  llevó  siempre  el  rítulo  de  Real:  que  en  ella  había  en- 
terramicDtu  y  copón  loisooado  (en  este  dato  se  fijan  siempre  como  circunstancia  importantí- 
sima); y  terminan  diciendo: 

«Esto  supuesto  y  que  S.  M.  desea  desentrañar  los  fondos  de  esta  loable  erección  reinte- 
grando y  resucitando  las  memorias  y  piedades  de  sus  Gloriosos  Predecesores,  y  asimismo, 
que  los  Sres.  de  la  Rl.  Cámara  se  han  de  instruir  para  el  más  acertado  expediente^  ni  pue- 
den mostrarse  partes,  ni  aunque  lo  hubiesen  de  ser  lo  harían,  ni  es  su  ánimo  otro  que  resig- 
narse en  manos  de  S.  M.  y  de  dhos.  Srcs.  de  La  RI.  Cámara  para  que  se  sirvan  ordenar  y  de- 
terminar lo  que  hallaran  más  por  conveniente». 

Pero  me  interesa  hacer  constar,  y  en  ello  insisto,  que  no  se  pierda  de  vista  la  advertencia 
al  principio  apuntada;  que  los  origínales  han  sido  mal  leídos,  y,  por  consecuencia,  no  pueden 
ser  rigurosamente  exactas  las'copias.  El  haber  desaparecido  los  documentos  originales  impi- 
de todo  intento  de  confrontación  y  comprobación  referente  á  algunos  nombres  y  fechas;  com- 
probación importantísima  para  puntualizar  ciertos  extremos  que  ahora  resultan  poco  claros. 
Valga  esta  nueva  advertencia  como  prueba  de  mi  buena  fe  en  asuntos  de  historia. 


LA    VIRGEN    DE   GUADALUPE    EN    MÉJICO  185 

IV 
LA  VIRGEN  DE  GUADALUPE  EX  MÉJICO 

Informe  leído  en  la  Real  Academia  de  la  Historia  en  sesión  de  27 
de  Junio  de  1919,  por  el  socio  Correspondiente  de  la  misma  Reve- 
rendo P.  Mariano  Cuevas,  S.  J.  (i). 

Señores  Académicos: 

Nombrado  por  vosotros  vuestro  socio  Correspondiente  en  la 
República  Mexicana,  y  en  vísperas  de  dirigirme  á  esa  mi  Patria, 
me  creo  en  el  honroso  deber  de  poner  de  nuevo  á  vuestra  dispo- 
sición cuantos  trabajos  y  documentos  sobre  su  historia  he  acu- 


(i)  El  asunto  de  que  trata  este  artículo,  con  varios  pareceres,  fué  ob- 
jeto de  un  informe  del  antiguo  y  respetable  Académico  D.Juan  Bautista 
Muñoz,  el  cual  fué  leído  y  discutido  en  muchas  sesiones  de  la  Academia, 
informado  antes  de  su  publicación  por  D.José  de  Guevara  Vasconcelos  y 
D.  Miguel  de  Manuel;  suspendida  su  publicación  en  1803;  revisado  de 
nuevo  por  D.  Vicente  González  Arnao,  en  1805,  como  Revisor  general,  y 
en  el  mismo  ano  mandado  publicar  en  el  tomo  v  de  las  Memorias  de  l.i 
Academia. 

Son  varias  las  gestiones  que  de  algún  tiempo  á  esta  parte  se  hacen  para 
despertar  el  asunto,  y  últimamente  la  Academia  oyó  con  benevolencia  la 
lectura  del  nuevo  informe  del  P.  Mariano  Cuevas,  S.  J.,  que  aquí  se  inserta 
por  estar  fundado  en  noticias  documentales,  que  son  el  medio  de  tescla- 
recer  la  Historia»,  objeto  fundamental  de  nuestro  Instituto.  Mas  estando 
aun  inédito  el  informe  de  los  Sres.  De  Manuel  y  Guevara  de  Vasconcelos, 
sobre  el  del  Sr.  Muñoz,  creemos  útil  su  publicación  en  esta  nota,  como  un 
elemento  más  de  juicio  sobre  tan  interesante  materia. 

Dice  así: 

«Señor: 

Por  acuerdo  de  la  Academia  se  nos  ha  dirigido  el  Discurso  sobre  las 
Apariciones,  y  el  cttlto  de  la  Imagen  de  Nuestra  Señora  de  Guadalupe  de 
México.!  que  su  autor  y  nuestro  Académico  el  Sr.  D.Juan  Baptista  Muñoz 
leyó  en  la  Junta  ordinaria  del  miércoles  23  de  Abril  de  1794,  para  que 
revisándola  y  examinándola  conforme  á  lo  prevenido  en  los  Estatutos  90 
y  91  de  este  Real  Cuerpo,  informemos  del  mérito  de  dicho  escrito,  y  si  es 


1 86  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORU 

niulado  en  estos  años  en  que  me  he  dedicado  á  la  investigación 
en  los  Archivos  de  Roma,  Londres,  Bruselas  y,  principalmente, 
en  el  Archivo  de  Indias  de  Sevilla. 


digno  de  que  la  Academia  lo  adopte  como  trabajo  que  pueda  reservarse 
para  la  impresión  de  sus  Memorias. 

En  cumplimiento  de  este  acuerdo  y  para  que  la  Academia  pueda  hacer 
por  sí  misma  el  concepto  que  se  merece  este  trabajo,  reduciremos  á  bre- 
ves cláusulas  todo  su  contenido. 

El  Sr.  Muñoz  entra  á  tratar  la  materia  haciendo  una  muy  juiciosa  dis- 
tinción entre  la  creencia  y  religioso  crédito  que  debemos  dar  á  todo  lo 
que  se  comprende  en  los  libros  canónicos,  y  consta  de  la  tradición  primi- 
tiva, universal  y  constante,  ó  que  la  Iglesia  nos  propone  como  artículos  y 
dogmas  de  fe  divina;  y  entre  el  asenso  que  exigen  los  objetos  de  fe  hu- 
mana. Divide  estos  objetos  en  tres  clases.  La  primera  aplica  á  los  hechos 
relativos  á  puntos  esenciales  de  Historia  Eclesiástica,  que  sería  ignoran- 
cia é  ineligiosidad  obstinarse  en  negarlos,  y  que  como  tan  acreditados  y 
tan  conexos  con  la  Religión  cautivan  el  asenso  de  todo  racional  y  cristia- 
no. La  segunda  clase  supone  en  aquellos  hechos  que,  destituidos  de  todo 
fundamento  sólido,  deben  enteramente  desecharse.  Y  en  la  tercera  abraza 
los  que  sin  ser  tan  infundados  como  éstos  ni  tan  ciertos  como  los  prime- 
ros, se  les  puede  dar  ó  negar  el  asenso  sin  nota  alguna  de  temeridad. 

A  consecuencia  de  esta  clasificación  pregunta  el  autor:  ;En  cuál  de  estas 
tres  clases  deberán  colocarse  las  apariciones  de  Nuestra  Señora  de  Gua- 
dalupe de  México?  La  resolución  depende  de  la  verdad  sólida  de  los 
hechos,  y  por  esta  misma  razón  emplea  el  Sr.  Muñoz  todo  su  Discurso  en 
examinarla. 

Para  esto  ante  todas  cosas  traslada  al  pie  de  la  letra  la  e.xtensa  relación 
que  hace  de  estas  apariciones,  que  se  suponen  sucedidas  en  Diciembre 
de  1531,  D.  Mariano  Fernández  de  Echevarría  y  Veitía  en  su  obra  inédita 
que  escribió  á  fines  del  siglo  pasado  con  el  título  Balitarles  de  México: 
Relación  histórica  de  las  cuatro  sagradas  v  milagrosas  imágeiies  de  Nuestra 
Señora  la  Virgen  María,  que  se  veneran  en  sus  extramuros,  y  descripción  de 
sus  templos. 

Prefiérese  esta  relación  á  otras  muchas:  lo  uno  porque  es  la  más  cir- 
cunstanciada que  tenemos  de  estas  apariciones,  lo  otro  por  ser  escrita  á 
propósito  por  quien  era  natural  de  Nueva  España,  y  riquísimo  de  docu- 
mentos tocantes  á  su  historia  antigua. 

Pero  investigando  el  Sr.  Muñoz  quién  fuese  el  primero  y  más  antiguo 
de  los  que  han  tratado  de  estas  apariciones,  y  que  convienen  en  lo  subs- 
tancial con  la  relación  de  Echevarría,  prueba  haberlo  siilo  el  Licenciado 
Miguel,  que  escribía  por  los  años  de  1648,  lo  que  convence  que  empezó 
á  divulgarse  este  extraordinario  suceso  un  siglo  después  en  que  se  supone 
acaecido. 

Esta  sola  circunstancia  hace  dudosa  la  verdad  del  hecho,  y  más  si  se 
reflexiona,  como  se  demuestra  por  el  mismo  Sr.  Muñoz,  que  escritores  del 
siglo  XVI  y  que  vivieron  y  residieron  en  México  antes  y  después  del  año 


LA    VIRGEN    DE    GUADALUPE    EN    MÉJICO  1 87 

Quiero,  en  especial,  proponer  a  vuestra  consideración  un  do- 
cumento de  gran  importancia  en  aquella  República  y  también 
en  esta  Academia,  ya  que  tantas  veces,  según  consta  en  su  Se- 


de 1 53  1 ,  tratando  en  sus  obras  cosas  análogas  con  las  apariciones  de  Nues- 
tra Señora  de  Guadalupe,  nada  dicen  de  ellas,  ni  cosa  que  tenga  con  ellas 
la  más  remota  conexión. 

Este  argumento,  aunque  negativo,  es  fuertísimo  en  el  caso  de  la  cues- 
tión, por  la  publicidad  y  autenticidad  con  que  lo  suponen  acaecido  todos 
los  que  lo  refieren  desde  mediado  el  siglo  xvii.  Sin  embargo,  la  diñcul- 
rad  en  creerlo  se  aumenta  y  aun  se  completa  con  la  carta  que  se  copia  en 
este  discurso,  y  que  escribió  al  Sr.  Felipe  II  el  Virrey  de  México  D.  Mar- 
tín Henríquez,  con  fecha  de  25  de  Septiembre  de  1575,  en  que  forzosa- 
mente vivirían  muchos  de  edad  adulta,  que  depondrían  del  verdadero 
principio  que  tuvo  el  culto  de  fista  imagen.  Conforme  á  estas  deposiciones 
habla  el  Virrey  al  Soberano  en  uno  de  los  capítulos  de  esta  carta,  sin  ha- 
cer memoria  alguna  de  estas  apariciones,  antes  bien  dando  a  la  antigua  er- 
mita situada  sobre  el  cerro  de  Tepeyacac  otro  origen  muy  diverso,  y  fixan- 
do  el  fundamento  de  la  devoción  que  iba  creciendo  cada  día  más  en  la  voz 
de  cierta  milagrosa  curación  sucedida  en  un  ganadero  de  aquellos  parajes, 
en  1555  ó  56,  fior  intercesión  de  la  Imagen  que  nunca  se  llama  aparecida- 

Añádase  á  esta  prueba  positiva  el  testimonio  de  Fr.  Bernardino  de  Sa- 
hagún,  Religioso  Francisco,  que  residió  en  Nueva  España  desde  1529  hasta 
los  últimos  años  del  Virreinato  de  D.  Martín  Henríquez,  y  fué  el  más  docto 
en  las  antigüedades  é  historias  de  aquel  reino  de  cuantos  allá  vivieron  en 
el  siglo  de  la  conquista. 

Este  escritor,  en  su  Historia  de  Nueva  España,  habla  detenidamente  de' 
origen  que  tuvo  en  Mé.\ico  el  culto  de  esta  Imagen,  señalándole  otro 
muy  distinto  al  de  las  apariciones  vulgares,  de  que  no  hace  la  más  mí- 
nima mención,  y  aun  graduando  de  sospechosa  la  devoción,  según  enton- 
ces la  practicaban  los  indios. 

Tenemos,  pues,  que  ninguno  de  los  escritores  que  se  conocen  hasta 
ahora  anteriores  al  Licenciado  Miguel  Sánchez,  que  fué  el  primero  que  á 
mediados  del  siglo  último  empezó  á  referir  estas  apiriciones.  habla  de 
ellas  ni  aun  remotamente,  y  que  dos  personas  de  todo  crédito  y  de  la  ma- 
yor excepción  que  determinadamente  tratan  del  principio  del  culto  dado 
á  esta  Imagen  en  su  capilla  primitiva,  lexos  de  suponerlo  en  las  aparicio- 
nes que  se  vocean,  lo  fundan  en  otro  muy  diverso. 

Sin  embargo,  los  patronos  y  defensores  de  este  suceso  pretenden  acre- 
ditarlo con  cantares,  mapas  y  manuscritos  antiguos.  Este  es  el  último 
punto  que  e.xamina  el  Sr.  Muñoz,  y  hace  ver  con  suma  claritlad  que  cuanto 
en  esta  parte  se  cita  es  supuesto  y  falso,  no  sólo  por  las  mismas  expresio- 
nes que  se  hallan  en  los  documentos  alegados,  sino  también  porque  los 
principales  no  tienen  más  antigüedad  que  el  mismo  tiempo  en  que  em- 
pezó á  divulgarse  el  caso  á  principios  del  siglo  xvii,  y  alguno  de  ellos  se 
confiesa  fabricado  en  el  año  de  1653. 

Convencido  de  este  modo  el  poco  ó  ningún  fundamento  que  tienen  las 


iSS  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

cretaría,  se  ha  requerido  de  ella  su  opinión  y  aun  su  fallo  res- 
pecto á  la  materia  del  documento  en  cuestión. 

Se  trata  de  la  aparición  de  la  Virgen  de  Guadalupe  de  México. 


apariciones  de  Nuestra  Señora  de  Guadalupe  de  México,  se  hace  cargo  el 
Sr.  Muñoz  que  constando  indubitablemente  el  culto  de  esta  Imagen  en  las 
cercanías  de  aquella  ciudad  desde  los  primeros  años  de  su  conquista,  por 
íuerza  sobrevendría  algún  motivo  grande,  por  e!  cual  la  devoción,  traída 
desde  aquel  tiempo,  tomase  cuerpo  y  diese  causa  á  acalorar  la  fantasía 
<le  los  indios  para  empezar  á  fraguar  el  maravilloso  suceso  de  Juan  Diego. 

En  efecto,  teniendo  presente  el  examen  de  lo  que  queda  indicado,  lo* 
encuentra  en  aquella  terrible  inundación  acaecida  por  los  años  de  1629  y 
descrita  por  D.  Cayetano  de  Cabrera.  Entonces  estuvo  largo  tiempo  en  la 
capital  la  Imagen  de  Guadalupe,  obsequiada  con  tan  extraordinarias  de- 
mostraciones que,  según  las  frases  de  este  escritor,  soltó  Mé.\ico  los  diques 
de  su  devoción  y  las  velas  y  alas  de  su  afecto,  desahogándose  el  fervor  en 
danzas,  bailes,  prevenidos  coloquios  y  cantares  de  indios,  y  multiplicán- 
dose al  infinito  los  trasuntos  de  la  Imagen  Y  véanse  aquí  en  los  cantares 
la  memoria  de  apariciones,  antes  inauditas;  en  la  multiplicación  de  estam- 
pas la  variedad  y  vicio  de  sucesos  maravillosos,  y  en  la  ficción  de  poetas 
y  pintores  la  ocasión  más  halagüeña  para  preocupar  la  devoción  fácil  é 
indiscreta. 

De  aquí  es,  dice  con  mucha  razón  el  Sr.  Muñoz,  que  no  debe  extrañarse 
la  desconfianza  que  mostró  la  Silla  Apostólica  en  el  oficio  propio  de  la 
festividad  de  Nuestra  Señora,' bajo  el  título  de  Guadalupe  de  México,  que 
se  instituyó  por  Decreto  Pontificio  de  2  de  Julio  de  1757;  pues  sin  em- 
bargo de  haberse  promovido  este  asunto  por  el  Rey  Católico  á  instancia 
de  la  devoción  y  largueza  americana,  se  hace  muy  respetable  que  en  las 
lecciones  del  rezo  se  hable  muy  ligeramente  de  las  apariciones  de  1531  y 
siempre  con  la  poquísima  seguridad  de  ser  ciertas,  como  lo  indican  las 
expresiones  dicen,  cuentan. 

Por  conclusión  de  este  examen  trae  el  Sr.  Muñoz  una  noticia  cronoló- 
gica del  progreso  que  ha  tenido  el  culto  de  esta  Imagen  desde  el  tiempo 
de  la  conquista  tiasta  el  presente,  en  que  se  venera  con  la  mayor  ostenta- 
ción y  magnificencia,  dando  á  conocer  que  si  este  culto  engendró  en  sus 
principios  alguna  sospecha  de  parle  de  los  indios  neófitos,  según  el  testi- 
monio de  Fr.  Bernardino  de  Sahagún,  es  de  creer  se  depurase  en  las  si- 
guientes generaciones,  y  que  fuese  siempre  puro  con  respecto  á  los  espa- 
ñoles y  sus  descendientes  en  ambos  mundos. 

El  resultado  de  este  docto  Discurso  es  demostrar  que  la  Imagen  de 
Nuestra  Señora  de  Guadalupe  de  México  no  fué  aparecida,  y  que  ^u  de- 
bido culto  está  fundado  en  otro  principio,  habiendo  crecido  hasta  un  tér- 
mino asombroso  en  el  día.  Las  pruebas  son  irrefragables  y  traídas  coa 
novedad  y  acierto.  Por  consiguiente,  no  sólo  somos  de  dictamen  que  en 
este  Discurso  se  llenan  completamente  las  ideas  de  los  Estatutos  Acadé- 
micos, juzgándolo  digno  de  que  se  incluya  en  la  impresión  de  nuestras 
Memorias,  sino  que  desearíamos  vivamente  hubiese  otras  muchas  de  igual 


I.A    VIRGEN    DE    GUADALUPE    EN    MÉJICO  1 89 

I^a  sustancia  del  hecho  es  que  en  la  segunda  semana  de  Diciem- 
bre de  I  531,  la  Madre  de  Dios  se  apareció  á  un  indio,  le  prome- 
tió su  protección  para  todos  los  que  á  ella  acudiesen  y  dejó  su 
imagen  estampada  en  la  tilma  6  manta  del  indio. 

La  Academia  no  tocó,  porque  no  podía  hacerlo,  ni  la  parte 
filosófica  ni  la  confirmación  canónica  del  hecho.  Ya  en  el  terreno 
de  la  crítica,  no  negó,  porque  no  podía  negarlo,  el  unánime  con- 
sentimiento de  tiempo  inmemorial  de  todo  un  pueblo  sobre  lo 
sustancial  del  hecho;  pero  tampoco  ha  fallado  definitivamente  en 
favor  del  milagro,  pues  hay  en  contra  de  la  aparición  algunos 
argumentos  que  por  lo  menos  deben  ser  atendidos,  dada  la  res- 
petabilidad de  quien  los  propuso. 

No  trato  de  hacer  apología  del  hecho:  Hic  ct  nniic  no  sería 
ello  ni  práctico  ni  nue\o;  trato  solamente  de  presentar  un  nuevo 
elemento  para  el  debate,  un  documento  con  que  tropecé  en  el 
Archivó  general  de  Indias  de  Sevilla. 

Para  conocer  su  importancia  hay  que  recordar  que  uno  délos 
principales  argumentos  esgrimidos  por  los  adversarios  de  la  apa- 
rición es  el  negativo  del  silencio,  y,  sobre  todo,  del  silencio  del 


mérito  para  honor  de  este  Cuerpo,  y  que  con  este  buen  exemplo  nos  ani- 
másemos todos  á  imitar  los  útiles  trabajos  del  Sr.  Mufioz. 

Este  es  nuestro  parecer  que  sujetamos  al  superior  de  la  Academia. 

Madrid,  29  de  Enero  de  1795. 

Miguel  de  Manuei  . 
[osEF  DE  Guevara  Vasconcelos. 

Nota. — Por  acuerdo.de  la  Academia  se  pasó  la  Memoria  del  Sr.  Muñoz 
con  esta  censura  á  nuevo  examen  del  Sr.  Revisor  general  D.  Vicente  Gon- 
zález Arnao,  y  con  vista  de  todo  acordó  que  se  suspenda  por  ahora  su  im- 
presión, verificándose  en  tiempo  más  oportuno,  por  ciertas  consideracio- 
nes políticas. 

Flores. 

Subscribo  á  este  dictamen. — Madrid,  26  de  Septiembre  de  1803. 

V.  González  Afnao, 

Revisor  general. 

Otra. — En  la  Junta  de  13  de  .Abril  de  1805  se  leyó  íntegramente  la 
Ale/noria  del  Sr.  Muñoz,  y  en  su  vista  se  acordó,  por  pluralidad  de  votos, 
que  se  imprima  en  el  tomo  v  de  las  de  la  Academia.» 

{Archivo  de  la  Real  Academia.) 


iqO  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Obispo  electo  de  México  y  testigo  del  milagro,  D.  Fray  Juan 
■de  Zumárraga. 

El  erudito  D.Joaquín  García  Icazbalceta,  en  el  núm.  12  de  su 
carta  acerca  del  origen  de  la  imagen  de  Nuestra  Señora  de  Gua- 
dalupe de  México,  nos  dice:  «Tenemos  los  libros  de  doctrina  de 
Fray  Juan  de  Zumárraga,  sus  cartas,  sus  pareceres,  una  exhorta- 
ción pastoral,  dos  testamentos,  una  información  acerca  de  sus 
buenas  obras;  pero  en  los  muchos  escritos  suyos  que  conocemos 
no  hay  la  más  ligera  alusión  al  hecho  ó  á  las  ermitas,  ni  siquiera 
se  encuentra  una  sola  vez  el  nombre  de  Guadalupe.» 

Respecto  á  las  doctrinas,  diremos  con  el  mismo  Icazbalceta 
que  no  eran  obras  suyas:  mandaba  sencillamente  copiar  Catecis- 
mos ya  impresos,  que  él  únicamente  autorizaba  y  divulgaba. 

Tocante  á  los  «pareceres»  á  que  se  refiere  el  citado  escritor, 
creo  que  mal  pudiéramos  buscar  en  ellos  nada  referente  á  la 
Virgen  de  Guadalupe,  cuando  se  le  pedían  acerca  de  materias 
muy  diversas  en  nada  relacionadas  con  dicha  aparición. 

Se  extraña  Icazbalceta  de  que  en  los  testamentos  de  Fray  Juan 
de  Zumárraga  no  se  deje  un  legado  ni  á  la  construcción  del  san- 
tuario, por  ejemplo,  ni  al  aumento  del  culto  de  la  imagen.  Ten- 
dría una  fácil  respuesta  quien  así  se  extraña,  si  leyese  tantos  do- 
cumentos como  hemos  encontrado  relativos  á  la  gran  pobreza 
en  que  murió  el  Obispo  franciscano.  Su  paisano  y  apoderado, 
Martín  de  Aranguren,  escribe  así  al  Emperador  en  carta  fechada 
en  México  el  7  de  Agosto  de  1 55 1  (Archivo  general  de  Indias, 
estante  59i  cajón  ,^,  legajo  3):  -Teniendo  V.  M.  relación  verda- 
dera, así  por  carta  de  Fray  Juan  de  Zumárraga,  que  es  en  gloria, 
como  por  información  bastante  que  el  Obispo  de  Chiapa  presentó 
en  vuestro  Real  Consejo  de  Indias  á  mi  pedimento  acerca  de  lo 
que  me  quedó  debiendo  hasta  el  día  que  Dios  fué  servido  de  le 
llevar  de  esta  vida,  supliqué  á  V.  M.  fuese  servido  de  hacerme 
merced  y  limosna  de  que  se  me  mandase  pagar  de  la  Sede  va- 
cante, y  V.  M.  mandó  dar  una  cédula  Real  fechada  en  Valladolid 
á  7  de  Julio  de  1 549  para  vuestro  Presidente  y  Oidores  para  que 
se  informasen  de  lo  que  así  quedó  debiendo  el  dicho  Obispo  é 
hiciesen  justicia,  la  cual  dicha  cédula  no  ha  venido,  etc.» 


LA    VIRGEN    DE    GUADALUPE    EN    -MÉJICO  .IQl 

Fray  Alonso  de  la  \'^eracruz,  Provincial  de  los  Agustinos,  en 
carta  al  Principe  D.  F"el¡pe  fecha  en  México  el  30  de  Julio  de  1548 
{Archivo  general  de  Indias,  estante  60,  cajón  2,  legajo  16):  escri- 
be: «Del  buen  Obispo  de  México,  de  buena  memoria,  Fray  Juan 
de  Zumárraga,  que  sea  en  gloria,  al  tiempo  que  fué  Dios  servido 
de  le  querer  llevar  para  sí,  quedaron  deudas,  etc.» 

El  7  de  Julio  de  1549  se  enviaba  cédula  desde  \'alladolid,  en 
la  que  se  dice:  «Presidente  y  Oidores  de  la  nuestra  Audiencia 
Real  de  la  nueva  España,  á  Nos  se  ha  hecho  relación  que  don 
Fray  Juan  de  Zumárraga,  (obispo  que  fué  de  esa  ciudad  de  Mé- 
xico, ya  difunto,  quedó  debiendo  mucha  cantidad  de  maravedises 
ansí  á  Martín  de  Aranguren  como  á  otras  personas,  etc.» 

Quien  tales  documentos  conozca,  ^puede  pensar  que  Fray  Juan 
de  Zumárraga  en  su  testamento  debía,  ni  aun  en  conciencia  po- 
día dejar  mandas  ó  legados  á  objetos,  al  fin  y  al  cabo  de  supere- 
rogación, como  hubiera  sido  la  limosna  hecha  al  Santuario  de 
Guadalupe? 

Respecto  á  las  cartas  en  que  se  espera  que  haga  mención  del 
milagro,  preguntamos  nosotros:  ¿en  qué  cartas.'.  Fray  Juan  de 
Zumárraga  escribía  á  España  ó  á  diversos  puntos  de  la  Nueva 
España.  En  Roma  no  esperamos  encontrar  una  sola  letra  del 
benemérito  primer  Obispo  de  México,  ni  teníamos  por  qué.  Se 
hará  muy  creíble  esta  afirmación  á  quien  conozca  las  relaciones 
mutuas  que,  en  virtud  del  Patronato  Real,  tenían  los  Prelados 
españoles  con  la  Corona.  Este  Patronato  era,  por  decirlo  así, 
absorbente.  En  la  Corte  del  Rey  Católico  era  dónde  se  tramita- 
ban casi  todos  los  asuntos  de  todos  los  órdenes  en  que  podía 
intervenir  el  Episcopado.  Lo  único  que  de  Zumárraga  llegó  á 
Roma  fué  su  apellido  cuando  su  propuesta,  en  la  que  hasta  el 
nombre  le  cambiaron,  llamándole  Francisco  en  vez  de  Juan. 

¿Por  qué  no  se  encuentra  nada  de  la  Virgen  de  Guadalupe  en 
las  cartas  que  Zumárraga  dirigía  á  España?  .Si  alguno  pudiera  ad- 
mirarse de  ello  sería  yo,  que  (mal  me  está  el  decirlo)  soy  quien 
más  documentos  tengo  conocidos  y  publicados  del  Prelado  en 
cuestión.  Pero  yo  no  me  admiro  de  tal  silencio. 

Claro  está  que  no  podemos  pedir  nada  de  tales  referencias  en 


192  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

cartas  suyas  anteriores  al  9  de  Diciembre  de  I53I-  Tampoco  en 
cartas  posteriores  á  Mayo  de  1532,  puesto  que  en  dicho  mes  se 
embarcó  para  la  Península  y  no  volvió  de  ella  sino  hasta  Octu- 
bre de  1534,  y  estando  en  España  él  preferiría,  como  es  natural, 
contar  de  viva  voz  á  sus  conocidos  de  la  Península  el  milagro  de 
la  aparición.  No  se  nos  puede  exigir  que  demos  por  escrito  todo 
aquello  que  con  más  facilidad  podamos  dar  á  conocer  de  palabra. 
Desde  1534  hasta  su  muerte  no  tenía  por  qué  repetir,  y  por  es- 
crito á  España,  lo  que  había  contado  á  sus  amigos  de  allá  durante 
el  tiempo  que  estuvo  cerca  de  ellos. 

¿Pero  por  qué  no  escribir  desde  Diciembre  de  1 53 1  hasta 
Mayo  de  1532,  es  decir,  desde  la  aparición  hasta  que  se  em- 
barcó.? Para  responder,  debo  leeros  antes  una  Real  cédula,  fecha 
en  Torrelaguna,  á  25  de  Enero  de  I  53 1  [Ardiivu  lÍl  Indias,  es- 
tante 87,  cajón  6,  legajo  l),  dice  así:  «Reverendo  Padre  Fray 
Juan  de  Zumárraga,  electo  confirmado  Obispo  de  México:  porque 
para  mejor  informarme  de  Vos  de  las  cosas  de  esa  tierra,  así  to- 
cantes á  la  conversión  de  los  indios,  naturales  de  ella,  como  á 
nuestro  servicio  y  acrecentamiento  de  esa  república,  conviene 
que  Vos  vengáis  á  estos  Reinos,  por  ende  yo  Vos  mando  que 
luego  que  esta  recibáis,  en  los  primeros  navios  que  de  esa  tierra 
salgan  Vos  partáis  y  vengáis  a  estos  Reinos  a  nuestra  Corte, 
porque  oída  vuestra  relación,  con  brevedad  se  provea  lo  que  más 
á  servicio  de  Dios  Nuestro  -Señor  y  nuestro  convenga.  Lo  cual 
así  cumpliréis  so  pena  de  las  temporalidades  y  de  ser  habido 
por  e.\traño  de  nuestros  Reinos,  etc.» 

Esta  cédula  no  es  mas  que  la  repetición  de  otra  que  se  le  había 
enviado  el  año  anterior,  y  la  razón  verdadera  por  la  cual  se  la 
llamaba  era  para  pedirle  cuentas  y  tal  vez  para  darle  una  repren- 
sión por  ciertas  desavenencias  que  tuvo  aquel  año  con  la  Audien- 
cia de  México. 

En  vista  de  esta  cédula  tenemos  que  reconocer  que  desde  que 
la  rebibió,  y  con  más  razón  desde  el  12  de  Diciembre  hasta  que 
se  embarcó,  Zumárraga  estaba  con  deseos  de  irse  á  España  de  un 
momento  á  otro.  Estaba  como  quien  dice  con  el  pie  en  el  estri- 
bo, y  en  esa  situación  diría  lo  que  diríamos  nosotros  si  en  tal  caso 


LA    VIRGEN    DE    GUADALUPE    EN    MÉJICO  1 93 

nos  viésemos:  «¿para  qué  escribir  á  España  lo  que  yo  voy  á 
contar  allá  el  día  de  mañana?»  ¿Puede  exigirse  alguna  mención 
de  Zumárraga  al  hecho  en  cuestión,  en  escritos  suyos  destina- 
dos al  interior  de  la  Nueva  España?  El  documento  que  ahora 
os  presento,  señores,  viene  á  responder  á  este  deseo  ó  á  esta  exi- 
gencia de  los  adversarios. 

Es  un  volante  ó  recado  de  urgencia  de  Fray  Juan  de  Zumá- 
rraga al  Conquistador  de  México  Hernán  Cortés,  Marqués  del 
Valle.  Como  escrito  de  prisa  y  con  notoria  excitación  de  ánimo  é 
incluyendo  además  negocios  que  nos  son  ahora  desconocidos, 
resulta  el  documento  bastante  confuso,  pero  no  tanto  que  no  re- 
luzca en  él  una  gran  prueba  que  confirma  el  sentimiento  general 
del  pueblo  mexicano.  La  carta  dice  textualmente  así:.  «Ilustre 
señor  y  muy  dichoso  en  todo.  Gratias  agamus  domino  deo  nos- 
tro,  proponiendo  mucho  más  de  le  servir  de  aquí  adelante. 

Cristóbal  de  Salamanca  llegó  en  rompiendo  el  alba,  víspera  de 
la  Concepción  de  la  preserverada  Virgen,  en  que  nos  vino  la 
Redempción  (digo  yo  en  fe  y  fiesta  de  la  Señora  la  Marquesa) 
para  la  cual  yo  me  aparejaba  cuanto  podía  y  los  trompetas  tenía 
y  los  detengo;  y  vuestra  S.  S.  haya  paciencia  por  mañana  y  en 
la  farsa  que  ordenamos,  lo  pagaré  de  la  Natividad  gloriosa  de 
Nuestro  Salvador,  ¡y  cuan  grandiosa  será!:  luego  lo  divulgué,  y 
en  saliendo  el  sol  anduve  mis  estaciones  de  San  Francisco  pri- 
mero y  de  la  Iglesia  Mayor  y  de  Santo  Domingo.  Señor  Obispo 
de  Tlaxcala  que  predicará  mañana.  Y  agora  entiendo  en  mi  pro- 
cesión y  en  escribir  á  la  Veracruz.  No  se  puede  escrebir  el  gozo 
de  todos.  Con  Salamanca  no  hay  que  escrebir.  Al  Custodio  hice 
mensajero  á  Cuernavaca.  A  Fray  Toribio  va  ya  un  indio  y  todo 
sea  alabar  á  Dios  y  hareytos  de  indios  y  todos  laudent  nomen  do~ 
tnini.  Víspera  de  la  fiesta  de  las  fiestas. 

Diga  vuestra  S.  S.  á  la  Señora  JNIarquesa  que  quiero  poner 
nombre  á  la  Iglesia  Mayor  título  de  la  Concepción  de  la  Madre 
de  Dios,  pues  en  tal  día  ha  querido  Dios  y  su  Madre  hacer  esta 
merced  á  esta  tierra  que  ganastes  y  no  más  ahora. 

Firma. — El  electo  regocijado.» 

Hasta  aquí  el  volante  cuyo  fin  principal,  como  bien  vemos,  es 
TOMO  Lxxv  13 


194  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

anunciar  á  Cortés  que  retiene  á  unos  cuantos  trompetas  de  la 
tropa  para  celebrar  una  procesión  con  bailes  de  indios  y  farsas 
ó  comedias.  Lo  principal  que  para  nosotros  reluce  bien  claramen- 
te en  este  documento,  es  que  el  Obispo,  saliendo  de  su  habitual 
gravedad  de  carácter,  de  su  seriedad  y  serenidad  de  vascongado, 


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LA    VIRGEN    DE    GUADALUPE    EN    MÉJICO  195 

entusiasmado  de  un  gozo  grande,  y  por  cierto  gozo  espiritual 
como  se  desprende  de  la  frase  con  que  empieza:  « Grafías  aga- 
mus  domino  deo  nosiro,  proponiendo  mucho  más  de  le  servir  de 
aquí  en  adelante»,  da  á  Cortés  tal  noticia,  ó  mejor  dicho,  supo- 
ne dada  ó  conocida  una  noticia  por  !a  cual  no  se  puede  escribir 
el  gozo  de  todos  y  todos  laudent  nomen  domini.  Supone  un  rego- 
cijo grande  del  pueblo  que  ha  de  celebrarse  con  fiestas  religio- 
sas, y  expresa  claramente  un  favor  concedido  por  la  Santísima 
Virgen  hacia  el  día  de  la  Inmaculada,  un  favor  extraordinaria- 
mente grande  hecho  á  toda  la  tierra  conquistada  por  Hernán 
Cortés,  y  muy  relacionado  con  la  inmaculada  Concepción.  Pese- 
mos la  última  frase:  «Diga  Vuestra  S.  S.  á  la  Señora  Marquesa 
que  quiero  poner  á  la  Iglesia  Mayor  título  de  la  Concepción, 
pues  en  tal  día  ha  querido  Dios  y  su  Madre  hacer  esta  merced  á 
esta  tierra  que  ganastes». 

¿Qué  merced  grande  hizo  la  Santísima  Virgen  en  1 531  y  hacia 
la  fiesta  de  la  Inmaculada  Concepción  á  toda  la  tierra  conquis- 
tada por  Hernán  Cortés,  y  por  la  cual  todo  el  pueblo  y  su  Obispo 
estaban  llenos  de  gozo  espiritual?  Todo  el  pueblo  mexicano  os 
responderá  que  dicho  beneficio  fué  la  aparición  de  su  excelsa 
Patrona. 

Yo  concedo,  señores  Académicos,  que  este  solo  documento 
no  probaría  lo  que  se  acepta  por  la  tradición  popular,  pero  que 
ella  supuesta,  confirma  las  creencias  del  pueblo  y  de  los  histo- 
riadores contemporáneos,  como  son  Bernal  Díaz  del  Castillo  y 
D.  Juan  Suárez  de  Peralta  en  sus  Noticias  históricas  de  la  Nueva 
España. 

Debo  yo,  sin  embargo,  exponer  la  principal  dificultad  que 
ofrece  este  documento  para  su  decisiva  confirmación.  No  aparece 
la  fecha  del  documento. 

¿Es  del  año  1531? 

Creo  fundadamente  que  sí.  Anterior  á  I  530  ciertamente  no  lo 
es.  El  documento  es  de  Diciembre,  y  en  los  Diciembres  anterio- 
res al  de  1530  Cortés  no  estaba  aún  en  Nueva  España  como 
Marqués  del  Valle  ni  en  compañía  de  su  mujer.  No  es  posterior 
á  I  531,  puesto  que  en  Diciembre  de  1532  Zumárraga  estaba  en 


igó  BOLETÍN    DE    l.A    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

España,  y  en  los  siguientes  Diciembres  ya  no  era  Obispo  electo, 
sino  Obispo  consagrado. 

Queda,  pues,  la  discusión  reducida  á  si  la  carta  es  del  año  1530 
6  1 531.  Si  fuese  de  T530  no  habríamos  hecho  nada,  mas  hay 
pruebas  muy  aceptables  para  suponerla  del  año  de  la  aparición 
ó  sea  de  I53I- 

Nada  podríamos  deducir  de  la  mayor  parte  de  los  nombres 
propios  en  el  documento  mencionados.  Tanto  Hernán  Cortés 
como  la  Marquesa,  su  mujer,  el  año  de  I?3I  andaban  tan  pronto 
en  la  ciudad  de  México  como  en  Cuernai'aca  ó  en  Coyoacán, 
donde  el  conquistador  construía  á  la  sazón  un  palacio. 

El  Obispo  Garcés,  por  esas  fechas,  lo  mismo  podía  estar  en 
México  que  en  su  diócesis.  Tampoco  podemos  deducir  nada  de 
lo  que  se  refiere  al  Custodio,  que  era  Fray  Martín  de  Valencia, 
y  á  Cristóbal  de  Salamanca. 

El  único  nombre  que  nos  pone  en  la  pista  y  nos  da  la  prueba 
de  ser  la  carta  del  año  31,  es  el  de  Fray  Toribio.  Como  puede 
observarse  en  el  texto  ya  citado,  el  Obispo  Zumárraga  dice 'que 
envía  mensajeros  al  Custodio  y  á  Fray  Toribio.  <'A  Fray  Tori- 
bio va  ya  un  indio.» 

Es  cosa  cierta,  según  puede  deducirse  de  los  historiadores 
franciscanos  Sahagún,  Torquemada  y  Mendieta,  que  hacen  gran 
fe  en  la  materia,  que  por  entonces  no  había  en  la  Nueva  España 
más  Fray  Toribio  que  Fray  Toribio  de  Benavente,  vulgarmente 
conocido  con  el  nombre  de  Moiolinia. 

Ahora  bien,  Fray  Toribio  de  Motolinia  en  Diciembre  de  1530 
andaba  muy  lejos,  en  rumbo  desconocido  y  probablemente  en 
Nicaragua. 

Fray  Francisco  Vázquez  (Chrótiica  de  la  pro'jincia  de  Santísi- 
mo Nombre  de  Jesús  de  Guatemala  del  Orden  de  Nuestro  Seráfico 
Padre  San  Francisco  en  el  Reino  de  la  Nueva  España.  Guatema- 
la, en  la  imprenta  de  San  Francisco,  año  de  1714,  lib.  i,  cap.  iv, 
pág.  20)  nos  dice:  «Quien  directamente  entra  en  la  categoría  de 
Misioneros  evangélicos  del  Orden  Seráfico  en  este  reino  guate- 
málico  y  riñon  de  sus  provincias  es  el  venerable  y  muy  docto  y 
ejemplar  Religioso,  el  R.  P.  Fray  Toribio  Motolinia,  que  por  los 


LA    YIRGEN    DE    GUADALUPE    EN    MÉJICO  1 97 

años  de  1528  y  el  siguiente,  con  ardientísimo,  deseo  y  ser  de 
la  salvación  de  las  almas,  peregrinó,  predicó  y  bautizó  muchas 
gentes  en  estas  tierras.» 

Prueba  su  aserto  citando  el  testamento  de  un  indio  de  Teo- 
panguatemala,  el  cual  dice  que  lo  bautizó  el  P.  Fray  Toribio 
poco  después  de  la  prisión  del  Rey  Ahpozozil  que  fué  en  I  526. 
Dice  además  el  P.  Vázquez  que  él  vio  una  patente  firmada 
por  Fray  Toribio,  aunque  sin  fecha,  donde  dice:  «Rezebimos  á 
nuestra  Hermandad  al  magnífico  Sr.  Gaspar  Arias,  como  nuestro 
bienhechor,  Alcalde  primero  de  esta  muy  noble  Ciudad».  Este 
caballero,  según  consta  del  primer  libro  del  Cabildo,  fué  Alcalde 
el  año  de  1528  y  también  de  1529. 

No  estamos  de  acuerdo  con  el  P.  Vázquez  en  que  Motolo- 
nia  llegase  á  Guatemala  en  1528,  sino  muy  á  fines  de  1 529.  Te- 
nemos documento  {Archivo  general  de  Indias^  estante  51,  ca- 
jón 6,  legajo  2-32),  por  el  cual  podemos  probar  que  el  19  de  Oc- 
tubi-e  del  año  29  Motolinia  estaba  aún  en  la  Nueva  España. 

Mas,  ¿dónde  está  en  Diciembre  de  1 5  30?  El  P.  Mendieta 
nos  dice  que  pasó  á  Nicaragua,  ya  «por  un  volcán  de  fuego  que 
está  en  aquella  tierra  que  es  cosa  de  admiración»,  ya  como  dice 
el  mismo  Vázquez  por  el  ansia  que  siempre  tuvo  de  administrar 
el  bautismo,  especialmente  á  párvulos,  juzgando  que  en  Nicara- 
gua hubiese  más  oportunidad  para  ello  y  porque  el  genio  era  de 
saber  é  investigar  extrañezas  de  estas  tierras,  rastrear  los  ritos 
y  prestigios  de  estas  gentes  para  mejor  desarraigar  de  sus  cora- 
zones las  espinas,  para  que  el  grano  de  la  Divina  palabra  se  lo- 
grase». 

Que  Motolinia  estuviese  en  Nicaragua  ó  muy  cerca  lo  inferi- 
mos de  las  palabras  del  ya  citado  P.  Vázquez,  cuando  nos 
dice  que  una  de  las  razones  que  le  movieron  á  ir  á  Nicaragua  fué 
el  verse  con  dos  religiosos  de  la  misma  Orden  que  tuvo  noticia 
andaban  en  la  conversión  de  aquellas  gentes. 

¿Cuándo  andaban  estos  dos  religiosos  en  Nicaragua?  La  res- 
puesta se  deduce  de  un  documento  que  se  halla  también  en  el 
Archivo  de  Indias  de  Sevilla  (estante  63,  cajón  6,  legajo  9)  y  es 
una  carta  del  Licenciado  Castañeda  al  Emperador  Carlos  V,  fe- 


igS  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

chada  en  León  de  Nicaragua,  á  30  de  Mayo  de  1531,  y  dice  así: 
«Ha  sucedido  que  Dios  ha  encaminado  que  viniesen  á  esta  Ciu- 
dad cuatro  religiosos,  muy  reverendas  personas  dos  de  la  Orden 
de  Santo  Domingo  y  dos  de  la  Orden  de  San  Francisco.  Han  fun- 
dado dos  Monasterios  de  ambas  Religiosas.  Tienen  intención  es- 
tos Padres  de  pasar  al  Perú  porque  dicen  que  para  allá  traen  li- 
cencia de  sus  Prelados  é  mandado  que  pasen». 

Al  darse  esta  noticia  como  relativamente  nueva  y  posterior 
á  la  muerte  del  Tesorero  Tobilla,  que  ya  se  había  anunciado  á 
S.  M.  Imperial  en  carta  anterior  por  el  mismo  Castañeda,  cree- 
mos que  estos  religiosos  y,  por  tanto,  Motolinia,  que  fué  después 
de  ellos  á  buscarlos,  estaban  en  Nicaragua  á  400  leguas  de  Méxi- 
co en  Diciembre  de  1530. 

Ahora  bien;  de  la  frase  repetidas  veces  citada:  «A  Fray  Toribio 
va  ya  un  indio»,  inferimos  que  entonces,  ó  sea  al  escribirse  la  car- 
ta. Fray  Toribio  estaba  cerca,  vr.  gr.,  en  Huexotzinco.  En  1530  y 
á  esa  fecha  no  se  sabía  á  punto  fijo  dónde  estaba,  y  sí,  de  todas 
maneras,  que  estaba  muy  lejos.  No  estaba  para  que  se  le  enviase 
un  recado  para  cosa  urgente,  ni  mucho  menos  con  un  indio  á  la 
buena  ventura  por  si  acaso  daba  con  él. 

No  puede  objetarse  diciendo  que  Fray  Toribio  estaba  en  I530 
en  la  fundación  de  la  Puebla  de  los  Angeles.  Tengo  documento 
en  que  aparece  de  manifiesto  que  la  fundación  de  Puebla  fué 
en  1531. 

En  resumen,  esta  carta  ó  volante  es  de  153I1  porque  supone 
la  cercanía  de  Fray  Toribio  de  Benavente  ó  Motolinia.  Es,  ade- 
más, visiblemente  de  fines  de  Diciembre,  pues  supone  que  acaba 
de  pasar  la  fiesta  de  la  Inmaculada  Concepción,  que,  según  el 
misal  Sevillano,  vigente  entonces  en  México,  duraba  desde  el 
8  hasta  el  1 5  de  Diciembre,  y  es  anterior  á  la  Navidad,  «Fiesta  de 
las  Fiestas»,  á  que  alude  y  á  la  cual  se  remite  para  los  pagos  que 
concierta  con  el  Marqués. 

Creo,  señores  Académicos,  que,  aunque  el  documento  no  me- 
rezca el  calificativo  de  contundente  y  apodíctico,  sí  es  de  todas 
maneras  muy  importante  elemento  para  el  debate  sobre  la  apa- 
rición y  bastante  favorable  á  ella. 


DISQUISICIONES  ACERCA   DEL   CANTOR    FLAMENCO  JUAN    DE    WREDE  199 

Es,  además,  guía  é  índice  para  una  nuev'a  fuente  de  documen- 
ción  guadalupana  que  no  quiero  adelantar  hasta  penetrar  en  el 
fondo  del  Archivo  á  que  este  volante  me  ha  guiado. 

Espero,  señores,  que  de  aquí  á  algunos  años  podré  presentar 
á  vuestra  benévola  atención,  estudiados  y  ordenados,  los  docu- 
mentos á  que  me  refiero. 

Debo  terminar,  señores,  agradeciéndoos  la  honrosa  comisión 
que  por  medio  de  vuestra  Secretaría  me  ha  sido  confiada  en  los 
Archivos  de  la  República  mexicana.  Los  frutos  de  esta  investi- 
gación, como  de  todos  mis  estudios,  serán  un  vínculo  más  fuer- 
te, como  los  vínculos  de  la  ciencia  entre  España  la  antigua,  la 
madre  fuerte,  y  su  hija  fiel  y  cariñosa  la  Nueva  España. 

Mariano  Cuevas,  S.  J. 


V 

DISQUISICIONES  ACERCA  DEL  CANTOR  FLAMENCO 
JUAN  DE  WREDE 

Al  Sr.  D.  Antonio  García  Boiza. 

En  el  núm.  6o  de  la  Revista  La  Basílica  Teresiana,  Junio 
de  1919,  págs.  186  á  190,  publicó  el  citado  Sr.  Boiza  una  no- 
ticia bibliográfica  de  mi  Discurso  de  recepción  en  la  Academia 
de  la  Historia,  y  en  aquellas  páginas,  después  de  elogios  que 
sinceramente  le  agradezco,  viene  á  fijarse  en  lo  referente  al  can- 
tor flamenco  Juan  de  Wrede,  para  rectificar  algunos  datos  que 
cree  inexactos. 

A  sus  dudas  y  observaciones  creo  poder  dar  alguna  explica- 
ción en  las  siguientes  líneas: 

l.°  En  la  nota  de  la  pág.  32  que  cita,  no  he  querido  identiñ- 
car  á  los  Juan  Wrede,  como  pregunta  el  articulista,  sino  citar 
todos  los  de  aquel  apellido  de  que  tenía  noticia,  como  Rolando 
(1476)  y  otro  Juan  Wrede  ó  Vrede  (1555).  Lo  que  digo  de  la 


200  BOLETÍN    DE    L*    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

sospecha  de  Barbieri,  bien  claro  está  que  se  refiere  al  primer 
Juan  Wrede  citado  en  el  texto  de  dicha  pág.  32,  como  lo  indi- 
can las  dos  techas  del  siglo  xv  fijadas  en  aquella  página  y  en 
la  nota. 

2°  En  cuanto  á  la  hipótesis  del  Sr.  Boiza  de  que  el  segundo 
Juan,  mtásico  del  siglo  xvi,  debe  de  ser  un  Juan  de  Vbiedo,  Utiiedo, 
Obiedo:  que  no  es  presumible  su  naturaleza  flamenca  «por  ser 
Bachiller  en  Artes  por  la  Universidad  de  Valladolid  y  Licenciado 
por  la  de  Zaragoza»,  y  que  el  supuesto  cantor  flamenco  era  as- 
turiano, ó,  por  lo  menos,  peninsular,  achacando  el  error  á  mala 
lectura  de  D.  Vicente  de  la  Fuente,  que  hizo  caer  en  error  á 
Barbieri,  ocurre  oponer  otra  hipótesis. 

Desde  luego  no  veo  imposibilidad  en  que  pudiera  ser  Bachiller 
y  Licenciado  en  España  un  hijo,  nieto  ó  pariente  de  un  flamenco 
ya  de  largos  aiios  establecido  en  España. 

Luego,  las  tres  formas  con  que  se  escribe  un  apellido  tan  co- 
nocido en  España  como  el  nombre  de  la  población  de  Oviedo, 
hace  sospechar  si  tales  titubeos  no  obedecerían  á  dificultad  natu- 
ral en  españoles  para  pronunciar  y  escribir  el  apellido  flamenco 
Wrede  ó  Vrede,  que  de  las  dos  maneras  se  ve  escrito.  A  la  pri- 
mera forma  Vviedo  se  adapta  muy  bien  Vriedo,  puesto  que  es 
sabida  la  casi  igualdad  de  la  r  y  de  la  v  en  muchas  escrituras,  y 
la  de  ee  y  00  finales,  que  no  depende  más  que  de  cerrar  un  poco 
las  ee  para  convertirse  en  00. 

Por  todo  lo  cual,  oponiendo  hipótesis  á  hipótesis,  yo  creo  que 
el  Juan  de  Vbiedo  de  1542-66  es  un  hijo,  nieto  ó  pariente  del 
primer  Juan  de  Wrede,  que  conservó  el  nombre  y  apellido,  pro- 
fesión y  residencia  de  su  antepasado,  y  que  la  mala  lectura  del 
apellido  que  se  achaca  á  D.  Vicente  de  la  Fuente  podría  acha- 
carse á  los  que  en  los  libros  del  Archivo  universitario  de  Sala- 
manca no  acertaban  á  escribir  en  tres  tentativas  el  nombre  de 
Wrede. 

Pero  dará  la  razón  á  quien  la  tenga  la  esperanza  que  abriga  el 
Sr.  Boiza  de  hallar  en  el  Archivo  de  la  Catedral  de  Salamanca 
la  verdadera  naturaleza  del  citado  músico. 

El  Duque  de  Alba. 


El.    CARDENAL    GUILLERMO    DB    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       201 


VI 


EL  CARDENAL  GUILLERMO  DE  CROY  V  EL  ARZOBISPADO 
DE  TOLEDO 

Entre  la  serie  de  retratos  de  Arzobispos  que  adornan  los  mu- 
ros de  la  Sala  Capitular  de  la  Catedral  de  Toledo  hay  uno,  el 
primero  á  la  derecha  de  la  Silla  Arzobispal,  que  representa  un 
joven,  vestido,  como  todos  los  demás,  con  las  insignias  de  la 
dignidad  arzobispal  y  cardenalicia.  Es  el  del  Cardenal  Guillermo 
de  Cray,  que  llevó  la  mitra  toledana  desde  1518  hasta  15-1  y 
murió  sin  haber  venido  á  España.  Su  pontificado  fué,  sin  embar- 
go, de  alguna  importancia  é  interés,  por  ser  precisamente  el 
nombramiento  de  Croy  para  el  Arzobispado  de  Toledo  una  de 
las  causas  inmediatas  de  la  guerra  de  las  Comunidades  de  Casti- 
lla y  el  ejemplo  más  vivo  del  favoritismo  y  nepotismo  que  reinó 
en  los  primeros  años  de  Carlos  V  en  la  provisión  de  dignidades 
y  oficios,  grandes  y  pequeños. 

Es  el  retrato  de  Croy,  obra  de  Juan  de  Borgoña  y  el  prime- 
ro en  tabla,  pues  los  de  Arzobispos  anteriores  están  pintados 
al  fresco  y  en  su  mayoría  hechos  á  capricho.  Sólo  para  los  de 
Mendoza  y  Cisneros,  que  vivieron  en  los  .días  en  que  este  artis- 
ta trabajaba,  ó  poco  antes,  se  supone  que  debió  aprovechar  al- 
gunos datos  tomados  del  natural.  Lo  mismo  es  probable  que 
sucediese  con  el  retrato  de  Croy,  hecho  en  su  vida  ó  poco  des- 
pués de  su  muerte,  acaecida  en  Enero  de  1 521,  pues  sabemos 
que  fué  terminado  en  Abril  de  1522  (l). 


(i)  Sixto  Ramón  Parro:  Toledo  en  la  titano,  tomo  i;  Toledo,  1857,  pági- 
nas 641,  y  siguientes.  — Ceáx  Bermúdez:  Diccionario  de  los  más  ilustres  pro- 
fesores de  las  Bellas  Artes  en  España,  tomo  i;  Madrid,  1 800,  pág.  1 65. — Fran- 
cisco Pérez  Sedaño:  Notas  del  Archivo  de  la  Catedral  de  Toledo,  publicadas 
por  D.  Elías  Tormo,  entre  las  Publicaciones  del  Centro  de  Estudios  His- 
tóricos; Madrid,  1914,  págs.  46-127. — Karl  Justi:  Miscellaneeti  aus  drei 
Jahrliunderten  spanisclien  Kunstlebens,  tomo  i;  Berlín,  1908,  pág.  47. 


202  boletín  de  la  real  academia  de  l*  historia 

xevres  propone  como  sucesor  del  cardenal  cisneros 
a  su  sobrino  guillermo  de  croy 

El  Archiduque  de  Austria  D.  Carlos,  al  ser  proclamado  Rey 
de  España,  en  1 516,  después  de  la  muerte  de  Don  Fernando  el 
Católico,  empezó  bien  pronto  á  proveer  oficios  y  cargos  españo- 
les en  flamencos,  que,  como  en  tiempos  del  Rey  Don  Felipe  el 
Hermoso,  se  hicieron  famosos  por  su  codicia.  La  Reina  Doña 
Isabel  lo  había  ya  previsto  y  temido;  pues  para  que  los  naturales 
del  país  no  fueran  perjudicados  ordenó  en  su  testamento  que  no 
se  diesen  oficios,  alcaldías,  tenencias  y  beneficios,  dignidades  y 
obispados  á  extranjeros  (l).  Como  después  de  la  prematura  muer- 
te del  Príncipe  D.  Juan,  la  Corona  correspondía  á  Doña  Juana, 
enferma  de  espíritu  y  casada  con  el  Príncipe  Don  Felipe,  hijo 
del  Emperador  Maximiliano  I,  el  gobierno  y  la  dirección  de  Es- 
paña vino  á  recaer  en  manos  extranjeras.  Felipe  el  Hermoso  y 
su  esposa  vinieron  á  España  rodeados  de  flamencos  que,  ávidos 
de  honores  y  riquezas,  escalaron  los  primeros  puestos  de  la  na- 
ción y  entraron  á  saco  con  todas  sus  rentas  para  exportarlas  es- 
candalosamente á  su  país. 

La  temprana  muerte  del  Rey  Don  Felipe  y  las  regencias  de 
Don  F'ernando  y  de  Cisneros  dieron  fin  á  estos  abusos,  que  pron- 


vi)  Diego  José  Dormer:  Discursos  varins  de  Historia;  Zaragoza,  1683, 
páginas  341  y  siguientes. — Jerónimo  Zurita:  Anales  de  Aragón,  tomo  v,  li- 
bro 5,  cap.  84,  págs.  349  y  siguientes. — W.  H.  Prescott:  Hisioria  de  los  Re- 
yes Caiólicos  Don  Fernando  y  Doña  Isabel,  parte  segunda,  cap.  16. — Manuel 
Danvila  y  Collado:  Historia  critica  v  documentada  de  las  Comimidades  de 
Castilla,  tomo  i;  Madrid,  1897,  págs.  47  y  siguientes. 

El  párrafo  del  testamento  referente  á  la  provisión  de  dignidades  ecle- 
siásticas dice  así:  «Otrosi,  por  quanto  los  Argobispados  e  Obispados  e 
Abadías  e  Dignidades  e  Beneficios  Eclesiásticos  e  los  Maestradgos  e  Prio- 
radgo  de  San  Juan  son  mejor  regidos  e  governados  por  los  naturales  de 
los  dichos  mis  Reynos  e  Señoríos  e  las  Iglesias  mejor  servidas  e  aprove- 
chadas, mando  a  la  dicha  Princesa  e  al  dicho  Principe  mis  hijos  que  no 
presenten  en  Argobispados  ni  Obispados  ni  Abadías  ni  Dignidades  ni 
otros  Beneficios  Eclesiásticos  ni  algunos  de  los  dichos  Maestradgos  e 
Prioradgo  a  personas  que  no  sean  naturales  de  estos  mis  reinos».  Dor- 
mer: pags.  343  y  siguientes. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        2O3 

to  se  repitieron  al  heredar  los  reinos  españoles  Don  Carlos.  En 
Flandes  se  estableció  un  verdadero  mercado  para  negociar  dig- 


i  i ;  iJ  VLl  E  R  M  Va#  CROYO 


Retrato  del  Cardenal  GuiUcrruo  de  Croy,  existente  en  la  Sala  capitular 
de  la  Catedral  de  Toledo. — (De   Jucn  Je  Borf^oña.) 

nidades  y  oficios  españoles,  y  los  Ministros  flamencos  proveían 


204  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

desde  allí  los  cargos  más  delicados  é  importantes,  sin  tener  para 
nada  en  cuenta  la  autoridad  ni  las  protestas  del  Cardenal  Cisne- 
ros,  Regente  del  Reino  (l). 

El  que  tenía  más  influencia  en  la  Corte  del  joven  Rey  era  su 
preceptor  y  primer  Ministro  D.  Guillermo  de  Croy,  Monsieur 
de  Chevres,  á  quienes  los  españoles  llamaban  Xevres.  El  princi- 
pal inspirador  y  consejero  del  Rey  en  las  cosas  referentes  á  Es- 
paña era  el  maestro  Pedro  Ruiz  de  la  Alota,  que  por  entonces 
vivía  al  lado  de  la  Corte  flamenca  y  más  tarde  obtuvo  los  Obis- 
pados de  Badajoz  y  Falencia. 

Con  esta  cohorte  de  exploradores  vino  Don  Carlos  á  España, 
en  Septiembre  de  ISl/i  y  aquí  continuó  dispensando  á  los  fla- 
mencos la  misma  protección  que  se  les  había  'otorgado  en  Flan- 
des.  A  su  maestro  Adriano,  Deán  de  Lovaina,  le  dio  primero 
una  canongíá  en  la  Catedral  de  Burgos,  después  el  Obispado  de 
Tortosa,  y,  á  ruego  suyo,  León  X  le  envió  el  calpelo  cardenali- 
cio, que  recibió  con  gran  solemnidad  y  en  presencia  del  Rey,  el 
25  de  Noviembre  de  1 51/1  en  Vallodolid  (2). 

Antes  había  ido  Don  Carlos  á  Tordesillas  para  ver  á  su  desgra- 
ciada madre.  Doña  Juana,  permaneciendo  allí  del  5  al  1 1  de  No- 
viembre. El  día  9  de  este  mes  recibió  la  noticia  de  la  muerte  del 
Cardenal  Cisneros,  acaecida  el  día  8  en  el  Monasterio  de  Roa  (3). 


(i)  Muchos  alcanzaron  gobiernos  y  corregimientos  hasta  para  las  hi- 
dias.  Bartholomí  Leon.irdo  de  Árgensola:  Primera  parte  de  los  Anales 
(le  Aragón,  que  prosigue  los  del  Secretario  Jerónimo  Zurita  desde  el  año 
/5/<5;  Zaragoza,  1630,  libro  i,  cap.  40,  págs.  379  y  siguientes. — Danvila  y 
Collado:  tomo  i,  pág.  68. — Antonio  Rodríguez  \'illa:  La  Reina  Doña  Juana 
la  Loca;  Madrid,  1892,  pág.  26S. 

«Una  bandada  de  pretendientes  españoles  había  ido  á  Bruselas  á  trafi- 
car con  SLi  honra  y  su  patria.  Había  allí  no  solamente  nobles  castellanos, 
hidalgos  y  títulos,  sino  también  juristas  aragoneses  de  sangre  israelita  y 
catalanes  traficantes  en  privilegios  y  arbitristas.  Los  castellanos  estaban 
furiosos  contra  los  aragoneses.  A  cada  destino  que  se  daba  á  los  de  un 
país  bramaban  de  coraje  los  otros».  Vicente  de  Lafuente:  Historia  Ecle- 
siástica de  España,  tomo  v,  pág.  1 20. 

(2)  Árgensola:  Anales  de  Aragón,  libro  1,  cap.  30,  pág.  281. — Prudencio 
DE  Sandoval:  Historia  de  la  vida  y  liectios  del  Efnperador  Carlos  V\  Pam- 
plona, 161 8,  tomo  I,  libro  3,  cap.  5,  pág.  1 15. 

(3)  Árgensola:  libro  i,  cap.  46,  págs.  429  y  siguientes. — Jlwn  Genes  de 


EL    CAKDENAL    GUILLERMO    DE    CRÜY    Y    1  L    ARZOWSPADO    DE    TOLEDO       205 

;Quién  debía  ser  el  sucesor  del  famoso  Prelado? 

El  más  indicado  parecía  D.  Alfonso^  Arzobispo  de  Zaragoza, 
hijo  natural  de  Don  Fernando  el  Católico  y,  por  consiguiente, 
tío  de  Don  Carlos.  Don  Fernando  le  había  dado- el  Arzobispado 
de  Zaragoza  cuando  tenía  seis  años,  y  más  tarde  el  de  Valencia, 
estimándole  siempre  mucho  por  su  prudencia  política  y  sus  cua- 
lidades de  buen  guerrero,  aunque  hizo  vida  bastante  mundana. 
A  la  muerte  del  gran  Cardenal  Mendoza,  Don  P'ernando  quiso 
darle  la  Silla  primada  de  Toledo,  pero  Doña  Isabel  se  opuso  y 
pidió  en  secreto  las  bulas  para  Cisneros.  Después  de  la  muerte 
de  Doña  Isabel,  en  1509,  Don  Fernando  insinuó  á  Cisneros  la 
¡dea  de  que  renunciase  en  favor  de  su  hijo,  cosa  que  el  Cardenal 
rechazó  enérgicamente.  Felipe  el  Hermoso,  cuñado  de  D.  Al- 
fonso, le  había  prometido  darle,  á  más  de  los  Arzobispados  de 
Zaragoza  y  Valencia  y  otras  varias  prebendas  que  ya  poseía,  los 
Arzobispados  de  Toledo  y  Sevilla  cuando  vacasen,  para  lo  cual 
la  Santa  Sede  le  había  concedido  dispensa  de  incompatibilidad  y 
residencia.  Después  de  heredar  Don  Carlos  los  reinos  de  España 
pidió  la  confirmación  de  estas  provisiones,  pero  no  las  obtuvo 
nunca  ( l). 


.Sepúlveda  CniiDOBiís:  De  rebus  geslis  Caro/i  Quinii,  libro  2,  cap.  6.  Ope- 
ra ed.fr.;  Cerd.\  y  Rico;  Matriti,  1780,  tomo  i,  págs.  43  y  siguientes. — Sam- 
doval:  tomo  i,  libro  3,  cap.  2,  pág.  114. — Alvaro  Gómez:  De  rebus  gestis 
Francisci  Ximenii,  libro  4. — A.  Schott;  Hispaniac  Itlustratae  seii  rerum 
urbiumque  .Hispaniac  Liisiiaiiiae,  Aethiopiac  ct  Tndiac  scriplores  varii; 
Francforti,  1603,  tomo  i,  págs.  1033  y  siguientes;  Pedro  Bembo,  Cardenal 
^y  Patricio  veneciano:  Epistolarum  nomine  Lconis  X.  Pontífices  Maximi 
scripiarum  libri  XVI;  Argentorati,  lóii,  libro  16,  ep.  12,  pág.  373. — Vi- 
cente DE  Lafuente:  Historia  eclesiástica  de  España,  tomo  v;  Madrid,  1874, 
páginas  13'  y  siguientes.  — C.  H.  Hefele:  Der  Cardinal  Ximcncs,  tmd  dic 
kirchlichen  Zustacnde  Spaniens  am  Ende  des  15.  inid  Anfanf,c  des  16.  Jahr- 
hunderts;  Tuebingen,  1S44,  pág.  562.  —  B.  Gams:  Dic  Kirchengescliiclilc 
von  Spaniel!,  tomo  ni,  segunda  parte;  Regensburg,  1S79.  pág.  145. — Maxuel 
de  Foronda:  Estancias  y  viajes  de  Carlos  f;  Madrid,  1914,  págs.  105  v  si- 
guientes. 

(i)  Lucio  Marineo  Siculo:  De  Rebus Plispaniac  Mcmorabilibus,  libro  21. — 
Andreas  Schott:  Hispaniac  Illustratae,  tomo  i,  pág.  513. — Argensola:  li- 
bro 1,  caps.  32  y  46,  p^gs.  294  y  siguientes;  430,  cap.  46,  pág.  430,  cap.  94 
página  881. — ^JuAN  Baptista  Pérez:  Arclnepiscoporum  Tnlcnatanorum  vitac. 
Biblioteca  Nacional  de  Madrid,  Ms.,   1529,  pág.  124. — Gonzalo  de  Illes- 


2o6  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Cuando  el  joven  Monarca,  en  otoño  de  15  I/,  vino  á  España, 
su  tío  el  Arzobispo,  como  tantos  otros  nobles  del  país,  fué  á 
saludarlo  y  ofrecerle  sus  respetos  y  servicios.  Lo  vio  por  primera 
vez  el  12  de  Noviembre,  al  ir  Don  Carlos  de  Tordesillas  á  Moja- 
dos, donde  había  citado  á  los  del  Consejo.  Seguramente  Don 
Alfonso  aprovecharía  la  ocasión  para  pedir  la  Silla  primada  de 
Toledo,  cuyo  prelado  acababa  de  morir  (l). 


cas:  Segunda  parle  de  la  fiisioria  Pontificia/  y  Católica,  en  la  cual  se  pro- 
siguen las  tridas  y  hechos  de  Clemente  I'r  demás  Pontífices  hasta  Pió  V; 
Madrid,  1613.  tomo  a,  pág.  295. — Diego  de  Ca.stejón  y  Fonseca:  La  Pri- 
macía de  la  Santa  Iglesia  de  Toledo;  Madrid,  1645,  tomo  11,  pág.  927. — 
B.  Gams:  Die  Kirclie7tgcscliichte  von  Spanien,  tomo  iii,  segunda  parte,  pá- 
gina 150. — Antonio  Martín  Gamero:  Historia  de  Toledo;  Toledo.  1862,  pá- 
gina 939. — Antonio  Ferrer  del  Río:  Decadencia  de  España,  primera  parte. 
Historia  del  levantamiento  de  las  Comunidades  de  España;  ¡Madrid  1850, 
página  22. — Danvila  y  Collado:  tomo  v,  pág.  467. — C.  H.  Hefele:  Der 
Cardinal  Ximenes  und  die  kirchlichen  Zustaendc  Spaniens  am  Ende  des  /J, 
und  Anfange  des  16.  Jahrliunderts;  Tuebingen,  1844,  págs.  35-178. 

(i)  Alvai-o  Gómez  en  su  biografía  de  Cisneros,  libro  7  (Schott:  His- 
paniae  Illustratae,  tomo  i,  pág.  1.039),  refiere  lo  siguiente:  «Postquam 
Ximenii  mors  divúlgala  fuit,  Alphonsus  Aragonius.  Ferdinandi  regis  Ca- 
tholici  filius,  Caesaraugustanus  Antistes,  quem  in  Toletanum  Pont,  creare 
pater  optaverat,  Turdesillas  Carolum  salutaturus  venit,  et  simul  de  ecclc- 
sia  Toletana  obtiraenda  acturus.  At  Chebrius.  qui  ut  Guilielrao  Groio  ne- 
poti,  praeclari  indolis  adolescenti,  conferretur  admitebatur,  aliquot  nos- 
trorum  studiis  adiutus,  qui  diversae  factionis  odio,  Croium  opibus  et  ho- 
nore  auctum  mallebant,  Alphonsura  Aragonium  Turdesillas  ingredi  vetuit, 
quamvis  multum  deprecantem,  ut  sibi  reginam  sororem  et  Carolum  ne- 
potem  visere  liceret.  Ergo  ad  caeteros  proceres  Pintiam  proñciscitur, 
unde  post  regera  salutatum  spe  frustratur  im  Aragoniam  sub  extreman 
Decembren  dimittitur.»  Se.  equivoca  el  biógrafo  de  Cisneros  — y  con  él 
D.  Vicente  de  Lafuente,  en  su  Historia  eclesiástica  de  España,  tomo  v,  pá- 
gina 134 —  al  decir  que  D.  Alfonso  no  logró  ver  al  Rey.  Pues  Vital 
Laurent,  en  su  Rctation  du.  premier  voyage  de  Charles-Quint  en  Espagne, 
refiere  lo  siguiente:  «Le  Roy  désirant  de  veoir  raonsieur  son  frére,  á 
cause  que  jamáis  ne  l'avoit  veu,  print  son  cheraain  vers  Monjarde  (Moja- 
dos). En  allant  celle  part,  l'archevesque  de  Saragoce,  filz  natural  du  Roy 
Don  Fernande  d'.'^ragon,  adverty  que  le  Roy  venoit  et  aprochoit  fort, 
laissa  le  seigneur  Don  Fernande,  pour  a  toute  diligence  venir,  trouver  le 
Roy,  qui  desjá  estoit  ainsy  que  a  my-voye  de  Tordecille  et  Monjarde; 
auquel,  comme  a  son  souverain  seigneur  et  maistre,  quand  prés  de  luy 
se  trouva,  tout  pied  á  terre  luy  feit  la  révérence  telle  que  á  tel  cas  appar- 
tient,  puis  remonta  a  cheval  et  accompaigna  le  Roy  jusques  qu'il  eult 
trouvé  monsieur  son  frére.  Cest  archevesqué  estoit  bien  honnorablement 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CKOY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        207 

Pero  la  influencia  de  Xevres  sobre  Don  Carlos  era  mayor  que 
la  de  su  tío.  Era  en  aquel  tiempo  el  Arzobispo  de  Toledo  un  be- 
neficio tan  rico  y  el  cargo  de  Arzobispo  primado  tan  importan- 
te é  influyente,  que  era  necesario  ponerlo  en  manos  de  una  per- 
sona completamente  adepta  á  la  Corte  para  que  no  se  opusiese 
á  los  planes  de  los  Ministros  flamencos.  Por  esto,  el  mismo  día 
9  de  Noviembre,  escribió  el  Rey  al  Deán  y  Cabildo  de  Toledo 
que  no  procediesen  á  elegir  sucesor  de  Cisneros.  «Yo  tengo  es- 
cripto  a  nuestro  muy  santo  padre  nombrándole  persona  avile  e 
suficiente  e  de  linaje  e  de  quien  nuestro  Señor  y  esa  yglesia  sera 
servido  para  arzobispo  della  vos  encargo  e  mando  que  no  pro- 
cedáis a  hazer  novedad  ni  cosa  alguna  que  sea  mayormente  en 
perjuyzio  o  deminuzyon  de  nuestro  patronazgo  Real  so  pena  de 
fidelidad  que  vos  deveys  e  de  perdimiento  de  las  temporalidades 
que  en  nuestros  Reynos  tenes  e  de  ser  ávidos  por  ynaviles  e  yn- 
capazed  dellas  e  de  todas  las  otras  penas  en  que  caen  e  yncu- 
rren  las  personas  eclesiásticas  que  no  obedecen  e  cumplen  los 
mandamientos  de  sus  Reyes  e  señores  naturales»  (i).  También 
á  los  «Alcaides  e  tenedores  de  las  villas,  lugares  y  fortalezas»  del 
Arzobispado  comunicó  al  Rey  que  había  propuesto  al  Papa  un 
nuevo  Prelado,  mandándoles   tuviesen  las  villas,  lugares  y  forta- 


accompainet,  ayant  en  son  train  environ  deuz  ccuLs  chevauls.»  (M.  Ga- 
CHARD  ET  Piot:  CoUecHon  des  Voyages  des  Soitiierains  des  Pays  Bas,  tomo  m_ 
Bruxelles,  1881,  págs.  143  y  siguientes). —Foronda:  Estancias  y  Viajes  de 
Carlos  V,  pág  107.  Don  Alfonso  i:|uedó  en  la  compañía  del  Rey  y  le  ve- 
mos tomar  parte  en  la  solemne  entrada  que  hizo  Don  Carlos  en  Vallado- 
lid  el  día  18  de  Noviembre  (Vital  Laurent,  pág.  153. — Foronda,  pág.  109. — 
Hermann  Baumgarten:  Geschichte  Karls  K;  Stuttgart,  1881,  tomo  i,  pági- 
nas 85,  88  y  siguientes. 

(i)  Archivo  General  de  Simancas:  Libros  generales  de  la  Cámara,  libro 
39,  folio  15  V.  Aunque  el  nombre  del  nuevo  Prelado  no  se  menciona,  se 
conoce  que  Don  Carlos,  inmediatamente  después  de  la  muerte  de  Cisne- 
ros,  había  propuesto  al  sobrino  de  Xevi'es,  pues  ya  el  29  de  Noviembre 
escribe  el  Cardenal  de  Médici  al  Nuncio  del  Papa  en  Venecia  lo  siguien- 
te: «...  la  morte  del  Cardenale  de  Tolleto...  ha  lasato  400  mila  ducati  in 
contanti,  et  il  sucessore  anchora  non  e  determinato;  raa  batterá,  per 
quanto  crediamo,  a  los  Archiepiscopó  di  Saragoza  o  un  Nepote  di  Mon- 
signore  di  Cevres».  Manoscritti  Torrigniani.  (Archivo  storico  italiano),  ter- 
cera serie,  tomo  xxi,  pág.  igS. 


208  •  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

lezas  y  todo  lo  perteneciente  al  Cardenal  fallecido  á  su  disposi- 
ción hasta  nueva  orden  (l).  Asimismo  no  debían  «los  arrenda- 
dores, cogedores,  deganes  e  mayordomos  de  las  rentas  del  Ar- 
zobispado» hacer  ningún  pago  sin  especial  permiso  del  Rey  «so 
pena  de  perdimiento  de  todos  vuestros  bienes  e  de  pagar  con 
las  setenas  todo  lo  que  asi  dieredesí»  (2).  En  ausencia  del  Corre- 
gidor de  Toledo,  Luis  Portocarrero,  Conde  de  Palma,  su  Alcaide 
mayor  fué  encargado  de  entregar  ante  escribano  público  y  testi- 
gos las  mencionadas  cédulas,  de  procurar  su  cumplimiento  y  de 
pregonar  por  todo  el  Arzobispado  la  referente  a  las  rentas  (3). 
Al  Corregidor  mismo,  á  consecuencia  de  una  carta  suya  que  un 
mensajero  había  entregado  á  Xevres,  se  le  mandó  ya  el  día  9,  y 
antes  de  llegar  la  noticia  de  la  muerte  de  Cisneros,  que  partiese 
para  Toledo,  pero  su  viaje  se  dilató  hasta  principios  de  Di- 
ciembre (4).. 

«Porque  no  somos  ciertos  si  aquella  (cédula  del  día  9)  aveys 
rescibido»,  y  porque  el  asunto  era  de  gran  importancia,  al  día 
siguiente  fue  despachada  una  nueva  cédula  con  el  mismo  conte- 
nido alDeán  y  Cabildo  de  Toledo  (5).  A  pesar  de  la  cédula  diri- 
gida á  todos  los  Alcaides,  el  día  10  se  despacharon  otras  dos: 
una  muy  extensa  al  Alcaide  de  la  torre  de  la  iglesia  de  Toledo- 
y  la  otra  á  los  Alcaides  de  la  torre  de  Puente  del  Arzobispo  y  de 
las  fortalezas  de  Talavera,  Illescas,  Uceda,  Brihuega,  Alcalá  Vie- 
ja, Santorcaz,  Caserío  de  Alcalá  y  Almonacid. 

A  cada  uno  de  ellos  fué  dicho:  «Vos  mandamos  hasta  en  tan- 
to que  veays  otro  nuestro  mandamiento  tengays  esa  dicha  torre 
por  nos  y  en  nuestro  nombre  e  no  acudays  con  ella  a  ninguna 
ni  alguna  persona  ni  con  las  cosas  que  dentro  della  están  per, 
tenecientes  a  nos  e  al  dicho  cardenal  ya  difunto  o  anexas  a  la 
dicha  torre  de  cualquier  calidad  e  condición  que  sean  agora  sea 
oro  y  plata  e  joyas  seda  e  brocados  e  armas  e  artillería  e  otras 


(i^  Archivo  general  líe  Simancas,  libro  39,  folios  150-152 

(2)  ídem,  libro  39.  folio  150. 

(3)  ídem,  lib.  39,  folio  153. 

(4)  ídem,  libro  39,  folio  151. 

(5)  ídem,  libro  39,  folio  153. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLgDO       209 

cualesquier  cosas  avunque  tubiesedes  en  deposyto  por  el  dicho 
cardenal  con  mandamiento  suyo  para  acudir  con  ellas  a  otra  per- 
sona en  su  vida  o  en  su  muerte»  (l).  El  contenido  de  estas  cé- 
dulas se  comunicó  el  día  12  al  Cabildo  para  que  no  se  entrome- 
tiese é  intentase  apoderarse  de  las  fortalezas.  A  la  vez  fué  envia- 
do á  Toledo  el  licenciado  Fernán  Gómez  de  Herrera^  del  Conse- 
jo del  Rey  y  Alcalde  de  Corte,  acompañados  de  los  alguaciles 
Blas  Vallejo  y  Diego  Negral,  con  instrucciones  especiales  para 
el  Cabildo  y  para  el  Corregidor  (2),  «para  entender  en  algunas 
cosas  cumplideras  á  nuestro  servicio»;  el  Consejo,  Justicia  y  Re- 
gidores de  Toledo  fueron  avisados  «que  todo  el  tiempo  que  en 
ello  se  ocuparen  les  dexeys  traher  nuestras  varas  de  justicia  syn 
les  poner  en  ello  ynpedimento  alguno  e  sy  para  alguna  cosa  de 
lo  que  van  a  hacer  vos  pydieran  fabor  e  ayuda  he  lo  deys  e 
hagays  dar  segund  e  como  por  ellos  vos  fuere  pedido,  so  pena 
de  la  nuestra  merced  e  de  clies  mili,  maravedís  para  la  nuestra 
cámara»  (3).  Plerrera  tenía  especialmente  el  encargo  de  llevar  á 
cabo  las  penas  anunciadas  en  caso  de  desobediencia  de  los  ca- 
nónigos «y  sy  algunos  legos  hallaredes  culpados...  que  han  dado 
o  dieran  para  ello  consejo,  fabor  e  ayuda  proseded  contra  ellos 
por  todo  Rygor  de  derecho,  que  para  ello  e  para  cada  cosa  e 
parte  de  ello  vos  damos  poder  complido  con  todas  sus  ynciden- 
cias  e  dependencias»  (4). 

¿Pero,  quién  era  el  Prelado  que  Don  Carlos  había  propuesto  al 
Papa  y  en  cuyo  favor  fueron  tomadas  todas  estas  medidas?  En 
ninguna  de  las  cédulas  hasta  ahora  citadas  figura  su  nombre. 
Por  primera  vez  aparece  en  una  del  día  14  de  Noviembre:  e7'a 
D.  Guillermo  de  Croy  sobrino  de  Xevfes.  Por  esta  cédula,  fecha- 
da en  Mojados,  adonde  había  acudido  el  otro  pretendiente,  Don 
Alfonso  de  Zaragoza,  se  concedió  al  joven  Croy  carta  de  natu- 
raleza en  España,  medida  tomada  para  prevenirse  contra  la  pro- 


(i)  ArcJiivo  general  de  Simancas,  libro  39,  folios  153  v.,  157. 

(2)  ídem:  Libro  39,  folio  156,  157  v. 

(3)  ídem:  Libro  39,  folio  1 59. 

(4)  ídem:  Libro  39,  folio  1 59  v. 

TOMO  Lxxv  14 


210  EOl  ETI\     DE     l.A     REAl.     ACADEMIA    DE    LA     HISTORIA 

testa  (le  los  españoles  (l).  Por  lo  visto,  esta  cédula  no  fué  publi- 
cada hasta  que  llegó  de  Roma,  si  no  la  confirmación  oficial  del 
Papa,  por  lo  menos  su  consentimiento. 

Mientras  tanto,  muchos  nobles  españoles,  que  rodeaban  aj 
Rey,  procuraban  conseguir  el  Arzobispado,  unos  para  el  hijo,  y 
otros  para  el  hermano  ó  nieto.  El  Rey  despachaba  á  todos  con 
una  sola  respuesta,  á  saber:  «Que  tuviesen  buenas  esperanzas, 
pues  él  proveería  en  aquel  asunto  como  mejor  conviniese».  Con 
esta  esperanza  se  quedaron  todos  (2).  Al  saber  que  el  .agraciado 
era  un  joven  extranjero,  los  nobles  españoles  pusieron  alguna  re- 
sistencia, pero  al  ver  que  Xevres  gobernaba  todo  y  que  el  Rey 
no  negaba  nada  á  su  preceptor,  no  volvieron  á  hablar  una  pala- 
bra en  contra;  es  más,  para  adular  al  Ministro  sumamente  pode- 
roso, y  del  que  esperaban  otros  favores,  rogaban  al  Rey  diese 
el  Arzobispado  al  sobrino  de  Xevres  (3). 


(i)  «En  Mojados  a  quatorze  días  del  mes  de  noviembre  de  1517  anos 
se  despacho  vna  probision  de  sus  altezas  firmada  del  Rey  nuestro  señor 
e  Refrendada  de  antonio  de  Villegas  e  señalada  del  chanciller  e  del  obis- 
po de  badajoz  e  de  don  garcía  de  padilla /o/'  la  qual  kizieron  naíural  de 
todos  los  Rey» os  c  señoríos  de  la  corona  de  castilla  y  de  nabarrafara  el  muy 
Reverendo  in  cristo  padre  cardenal  de  Crov  para  que  pueda  haver  e  aya  en 
ellos  qualesquier  arzobispados  y  obispados,  denídades  e  otros  cuales- 
quier  beneficios  e  oficios  de  que  fuere  probeydo».  Archivo  general  de 
Simancas:  Libro  40,  folio  82  v. 

(2)  Balthasr  Porrbño:  Historia  Episcopal  y  Real  de  España,  en  la,  qual 
se  trata  de  los  Arzobispos  de  Toledo  v  Reyes  que  lian  gobernado  á  España  de- 
baxo  de  su  Primado.  Ms.  de  la  Biblioteca  de  la  Catedral  de  Toledo,  ca- 
jón 27,  número  22,  tomo  11,  pág.  156. — Juan  Maldonado:  El  movimiento  de 
España,  ó  sea  Historia  de  la  Revolución  conocida  con  el  twmbre  de  las  Co- 
munidades de  Castilla,  traducida  al  castellano  por  José  Ouevedo;  Madrid, 
1840,  pág.  51. 

(3)  Manuel  Danvila,  en  su  citada  obra  sobre  las  Comunidades  de  Cas- 
tilla, tomo  I,  pág.  70,  dice  que  el  Arzobispo  de  Toledo  fué  dado  á  Guiller- 
mo de  Crov  «contra  la  opinión  del  Marqués  de  Villena  y  otros  Grandes 
de  Castilla».  De  la  lectura  de  los  historiadores  antiguos  resulta  lo  contra- 
rio, pues  Argensola,  libro  i,  cap.  48,  págs.  445  y  siguientes  refiere:  «Aun- 
que esta  prudencia  )'  la  publicidad  della  no  tuvo  lugar  en  el  Marqués  de 
Villena  ni  otros  Grandes  que  (según  lo  afirman  escritores  castellanos)  por 
prendar  á  Xevres  suplicaron  al  Rey  que  promoviese  á  Guillermo  de  Croy 
al  Arzobispado  de  Toledo.  Dióselo  el  Rey  con  súbita  liberalidad,  porque 
hasta  el  punto  de  hacer  aquella  provisión  no  había  |pensado  en  el  sujeto 


KL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL  ARZOBISPADO    DE    TOLEDO         21  I 

El  Conde  de  Palma  fué  á  Toledo  á  principios  de  Diciembre. 
Según  la  instrucción  que  el  Rey  le  dio  el  día  3  de  este  mes  (i), 
debía  tener  especial  cuidado  «que  no  se  presenten  bulas  ni  rescri- 
tos, ni  procesos,  ni  otra  cosa  que  sea  en  perjuyzio  de  la  dicha 

< 
nuestra  preheminencia  e  sy  algo  se  presentare  trabajad  por  pren- 
der al  que  lo  presentare  e  tomad  en  vos  las  dichas  bulas  y  procesos 
e  enviadnos  las  originalmente  tiniendo  syenpre  mucho  aviso  que 
notificación  ni  abto  no  se  haga  por  virtud  dellas».  También  debía 


del  promovido».  Lo  mismo  dice  Pedro  Mejía:  Historia  del  Emperador 
Carlos  V,  Rey  de  España,  Ms.  de  la  Biblioteca  Nacional,  G.  57,  66  y  70,  li- 
bro I,  cap.  12:  «E!  Arzobispado  de  Toledo,  después  de  algunas  negocia- 
ciones que  hubo,  dio  a  Gu3-llermo  de  Croy,  que  era  Obispo  de  Cambray, 
sobrino  de  Musieur  de  Xebres  se  murmuro  en  todo  el  Reyno  por  ver  dar 
tan  gran  dignidad  a  hombre  estrangero  de  ellos  pero  no  oj'  decir  enton- 
des  y  después  acá  ha  sabido  por  muy  cierto  que  el  Marqués  de  Villena 
y  otros  Grandes  de  Castilla  suplicaron  al  Rey  que  se  lo  diese  y  que  él 
no  estaba  primero  en  ello  ny  Xevres  lo  auja  procurado,  de  manera  que 
el  Rey  tuuo  en  esto  y  eii  otras  cosas  semejantes  poca  culpa,  porque  los 
mismos  le  aujan  de  aujsar  dellos  lo  suplicauan  las  hiziese  y  el  era  en  es- 
tos días  de  17  años  y  medio  harto  tierna  edad  para  carga  tan  grande 
como  la  adrajnistracjon  de  estos  Reynos  y  señoríos  y  señaladamente  los 
de  España  cuyas  leyes  y  costumbres  no  podia  auer  entendido  antes 
por  sus  pocos  años  como  por  auer  sido  criado  fuera  deellos.»  Casi  las 
mismas  palabras  emplea  Sandoval,  libro  la,  cap.  iv:  «Y  aun  se  dixo.que 
el  Marqués  de  \'illena  y  otros  Grandes  de  Castilla  suplicaron  al  Rey  que 
se  lo  diese,  y  que  el  no  estaua  primero  en  ello,  ni  Xevres  lo  hauia  inten- 
tado. Por  manera  que  el  Rey  tuuo  en  esto  y  otras  cosa  semejantes 
poca  culpa,  porque  los  que  les  auian  de  anisar  se  los  suplicauan.  Y  es 
cierto  que  estos  Caualleros  no  ayudauan  a  los  estrangeros  porque  ellos 
sintiesen  bien  verlos  en  lo  mejor  de  España,  sino  por  congraciarse  con 
Xevres  y  con  los  demás  Flamencos  que  vallan  con.  el  Rey.  Que  son  fuer- 
zas de  la  ambición  poderosa,  aunque  sea  en  pechos  nobles,  cuyos  corazo- 
nes se  acobardan  por  vn  fabor  vano  que  les  puede  dar  vn  Rey  o  su  pri- 
vado. » 

Véase  también  en  Sepúlveda,  libro  ii,  cap.  vii;  Schott,  Hispaniae  IIlus- 
iratae,  tomo  i,  pág.  45. — Pedro  Mexía:  Historia  Imperial  y  Cesárea,  prosi- 
gúela el  Padre  Basilio  Varen»;  Madrid,  1655,  pág.  614. — Porreño,  tomo  n 
página  156. 

En  otro  párrafo  de  su  obra,  tomo  i,  pág.  186,  dice  el  mismo  Danvila. 
con  referencia  á  Sandoval,  que  el  Arzobispado  de  Toledo  fué  dado  á  Croy 
«con  aquiescencia  del  Marqués  de  Villena  y  otros  Grandes  de  Castilla.» 
H.  Baumg.\rten:  Gesdiichie  Karls  V\  Stuttgart,  1881,  tomo  i,  pág.  104. 

^i)  Archivo  general  de  Simancas:  Libros  generales  de  la  Cámara, 
libro  37,  folio  217  v. 


2  12  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

prohibir  que,  «sede  vacante»,  se  hiciesen  muchos  clérigos  de 
corona.  En  unión  del  Hcenciado  Herrera  debía  tener  cuidado  que 
las  fortalezas  del  Arzobispado,  de  las  cuales  alguna  era  de  gran 
importancia,  estuviesen  bien  provistas  de  armas  y  municiones  y 
mandadas  por  buenos  Alcaides.  La  venida  del  Corregidor  fué 
anunciada  á  Herrera,  Alcaides,  Consejos  y  demás  autoridades,  y 
todos  amonestados  á  obedecerle  (l).  Después  de  llegar  á  Toledo, 
el  Conde  de  Palma  pidió  á  los  Alcaides  de  las  fortalezas  relación 
de  la  gente  y  armas  que  cada  uno  tenía,  para  poder  informar  al 
Rey.  Al  hablar  con  el  Cabildo  notó  que  algunos  de  los  Canóni- 
gos trabajaban  por  hacer  elección  ó  postulación,  siendo  el  más 
activo  D.  Juan  Ruiz  de  Ocaña,  el  cual,  por  eso  y  á  propuesta  del 
Corregidor,  fué  llamado  á  la  Corte  (2).  También  el  Conde  dio 
informes  desfavorables  del  Obispo  de  Segovia  y  de  D.  Fernan- 
do de  Silva,  cosa  que  maravilló  mucho  á  la  Corte,  pues  los 
dos  habían  enviado  personas  de  confianza  ofreciendo  sus  servi- 
cios (3). 

En  general,  parece  que  el  Conde  de  Palma,  desde  el  principio, 
trató  de  ganar  á  los  Canónigos  por  concesiones  y  complacencias, 
pues  en  las  Reales  cédulas  hasta  ahora  citadas  figuran  solamente 
penas  y  amenazas  para  ellos;  pero  después  de  haber  recibido  la 
primera  relación  del  Corregidor  se  encuentran  también  promesas 
por  primera  vez  en  la  contestación:  «En  lo  que  dezis...  esta  bien 
y  hazedlo  por  manera  que  conozcan  que  siendo  buenos  servido- 
res de  la  catholica  Reyna  mi  señora  y  míos  tengo  voluntad  de 
les  hacer  mercedes  y  sy  lo  contrario  hiziesen  en  especial  que 
cosa  tocante  a  preheminencia  de  nuestro  patronadgo  no  podría 
dexar  de  castigallo  gravemente»  (4). 


(i)     Archivo  general  de  Simancas:  Libro  37,  folios  219  y  219  v. 

(2)  Real  cédula  fechada  en  Valladolid  el  13  de  Diciembre  de  15 17; 
ídem,  libro  37,  folio  226  v. 

(3)  Real  cédula  de  la  misma  fecha;  ídem,  libro  37,  folio  222  v. 

(4)  Real  cédula  de  la  misma  fecha;  ídem,  libro  37,  folio  222  v 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CKOY    V    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       2  13 
JUVENTUD   DE  GUILLERMO   DB   CROV 

Don  Guillermo  de  Croy,  el  afortunado  sobrino  de  Xevres,  tenía, 
al  ser  nombrado  Arzobispo,  veinte  años  aproximadamente  (l). 
Fueron  sus  padres  Enrique  de  Croy,  Conde  de  Porcien,  y  Car- 
lota de  Chateaubriand  (2),  y  su  preceptor  desde  15 17  el  gran 
humanista  español  Litis  Vives,  que  hacía  algunos  años  se  encon- 
traba en  Flandes,  estudiando  en  Brujas,  Lovaina  y  otras  ciuda- 
des, por  cierto  en  situación  bastante  apurada,  por  lo  cual  la  pro- 
tección del  joven  Prelado  fué  para  él  como  providencial,  según 
se  desprende  de  una  carta  de  Erasmo,  en  la  que  dice:  «Cardina- 
lem  Croium,  quum  alus  multis  de  causis  mihi  carissimun,  hoc 
etiam  nomine  amo,  quod  et  te  nobis  restituerit  et  a  cruditatis 
periculo  abduxerit>  (3).  Durante  los  años  151/  y  15  18  los  dos 
visitaron  varias  ciudades  de  Bélgica  y  del  Norte  de  Francia.  La 
Cuaresma  de  15'"  la  pasaron  en  Cambrai.  Vives  leía  y  estudiaba 
con  mucha  asiduidad  los  salmos  penitenciarios  y  escribió  una 
meditación  sobre  el  quinto  de  ellos,  que  mandó  á  su  discípulo. 
Tanto  gustó  el  estudio  á  Croy  que  indujo  y  estimuló  á  su  maes- 
tro á  escribir  meditaciones  sobre  los  otros  salmos  penitenciarios. 
Vives  seguía  trabajando,  y  en  1 5 18  publicó  una  obra  titulada 
Üpuscula  varia,  que  contiene,  entre  otros  estudios,  las  Medita- 
ciones in  septem  psalmos  poenitentiae  (4),  precedidas  de  la  carta 


(i)     No  he  podido  averiguar  la  fecha  de  su  nacimiento. 

(2)  Gallia  Cliristiaita,  tomo  v;  París,  1731,  págs.  40  )'  siguientes. — An- 
tonio DE  Posada  y  Rubín  de  Celis:  Bios;rafía  eclesiástica,  tomo  iv;  Madrid  y 
Barcelona,  1851,  pág.  373. — ^íígv'e:  IHciioimaire  des  Cardinaux,  Encyclopc- 
die  1/iéologigue,  trosiéme  serie,  tomo  xxxi;  París,  1857,  pág.  781. — Porreño: 
tomo  m,  págs.  156  y  siguientes.— Gil  González  DXvila:  Teatro  eclesiástico 
de  las  iglesias  metropolitanas  y  catedrales  de  los  reinos  de  las  dos  Castillas, 
vidas  de  sus  Arzobispos  y  Obispos  y  cosas  memorables  de  sus  sedes,  tomo  ni, 
pág.  460. 

(3)  Desiderio  Erasmo  Roterodamo:  Opera  omnia;  Lugduni  Batavórum, 
tomo  III,  1703,  pág.  715.  -  Adolfo  Bonilla  y  San  Martín:  Luis  Vives  y  la 
filosofía  del  Renacimiento;  Madrid,  1903,  págs.  71  y  siguientes,  600. 

(4)  J.  L.  Vives:  Opuscula  varia,  Lovanii,  s.  a. — ].  L.  Vives  Valenciano: 
Opera  omnia,  distributa  et  ordinata  a  Gregorio  Álejansio;  ítem  Vita  Vivis, 
scripta  ab  eodem  Majansio;  Valentíae  Edetanorum,  1782,  tomo  i,  págs.  Í62 


214  boletín   de  la   keai.   academia   de   1.a   histoma 

en  que  Croy  le  estimula  al  trabajo  y  de  la  dedicatoria  del  autor 
al  Cardenal,  «Prefatio  ad  Gulielmun  Croium  Episcopum  Came- 
racensem».  Delante  de  la  meditación  al  quinto  salmo  se  encuen- 
tra la  carta  con  que  Vives  envió  este  estudio  inicial  á  su  dis- 
cípulo. 

Por  otra  carta  de  Erasmo  sabemos  que  entre  el  maestro  y  el 
alumno  reinaba  la  mejor  armonía.  Cuando  Don  Carlos,  poco  des- 
pués de  venir  á  España,  mandó,  por  razones  políticas,  á  su  her- 
mano D.  Fernando  á  Mandes,  fué  solicitado  Erasmo  como  pre- 
ceptor de  este  Príncipe;  pero  el  humanista  de  Rotterdam  rehusó, 
pretextando  que  su  salud  era  muy  débil,  y  recomendó  á  la  vez 
á  su  amigo  Vives,  diciendo:  «Verum  haudcio,  primum  an  Cardi- 
nalis  Croius,  cui  praeceptor  est,  passurus  sit  hominem  a  se  divelli, 
diligit  enim  ita  ut  meretur  effusissime;  deinde  an  expediat,  juve- 
nem  amplissimae  fortunae  raraeque  indolis  taii  formatore  nudari. 
Impense  faveo  Principi  Ferdinandi,  sed  ita  de  me  meritus  est 
Cardinalis,  ut  non  ausim  moliri  quiecquam,  quod  illi  sit  incom.- 
raode  futurum.  Postremo  nondum  habeo  compertum,  an  Vives 
ipse  sustineat  avelli  a  tanto  patrono,  eui  se  novit  esse  charissi- 
mum»  (l). 

Entre  las  cartas  de  Erasmo  hay  tres  dirigidas  á  D.  Guillermo 
de  Croy,  y  una  carta  respuesta  de  éste  en  que  se  habla  de 
Demóstenes,  Cicerón,  Platón  y  Zenón,  de  los  estoicos  y  epicú- 
reos y  de  otros  asuntos  científicos,  lo  que  prueba  que  el  joven 
aristócrata  tenía  relaciones  con  los  grandes  maestros  de  aquella 
época  y  se  dedicaba  á  los  estudios  de  humanidades  (2). 

Vives  era  el  preceptor  del  joven  prelado,  y  su  ayo  ó  paedono- 


y  siguientes,  217  y  siguientes. — Vita:  pág.  32. — HoNiLLA:págs.  71  v  siguien- 
tes.— J.  B.  PiÍREz:  pág.  127. 

(i),  Carta  de  Erasmo  al  médico  del  Infante  D.  Fernando,  fechada  en 
Lovaina  el  13  de  Febrero  de  1519. — Opera,  tomo  ni,  pág.  415. — Bonilla, 
pág.  80.  Después  de  la  temprana  muerte  del  Cardenal  de  Croy,  Vives  soli- 
citó ser  admitido  como  maestro  del  Archiduque  Fernando,  á  quien  había 
dedicado  las  Declamaciones  Syllanas;  pero  como  era  poco  diestro  en  intri- 
gas, palaciegas  y  enemigo  de  adulaciones,  no  puso  en  ello  el  suficiente 
empeño  y  habilidad  y  no  logró  alcanzar  lo  que  ambicionaba. 

^)     Opera,  tomo  m,  págs.  359,  361,  363,  430. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO   DE    TOLEDO        2  I  5 

mos  era  Carlos  de  Caroudekt,  señor  de  Ponteles.  A  este  compa- 
ñero dedicó  Vives  una  pequeña  obra  titulada  Pompejus  Fugiens^ 
que  publicó  en  I  520  en  Schlettstadt  (l). 

A  pesar  de  su  corta  edad,  Guillenno  de  Croy  tenía  ya  varios 
cargos  eclesiásticos.  En  1 5 16  fué  nombrado  Prior  del  convento  de 
San  Pedro-,  de  la  Orden  de  San  Benito.,  en  Afligkein,  no  lejos  de 
Malinas,  donde  tomó  el  hábito  de  la  dicha  Orden  (2).  En  el  mismo 
año  murió  su  tío  Santiago,  Obispo  de  Cambrai,  y  Guillermo  fué  su 
sucesor.  Renunció  este  Obispado  en  1 519)  á  favor  de  su  hermano 
Roberto,  que  lo  disfrutó  hasta  I550-  Como  se  ve,  tres  Obispos 
seguidos  en  esta  diócesis  fueron  de  la  familia  de  Croy  (3). 

Además  de  las  muchas  propiedades  y  muchos  oficios  seglares 
y  eclesiásticos  que  la  familia  de  Croy  tenía  en  Flándes.y  Bor- 
goña",  Xevres,  tan  pronto  como  Don  Carlos  fué  proclamado  Rey 
de  España  pensó  en  procurar  á  sus  parientes  beneficios  en  este 
país.  El  9  de  Junio  de  1516  llegó  á  Bruselas  la  noticia  de  que 
había  muerto  Fr.  Diego  Deza,  Arzobispo  de  Sevilla,  y  Xevres 
propuso  á  su  sobrino  Guillermo  como  sucesor;  pero  la  noticia  de 
la  muerte  de  Deza  no  se  confirmó  {4).  En  1517  vacó  la  Silla  de 
Coria.  Este  Obispado  era  uno  de  los  más  ricos  (5);  por  eso  tuvo 


(,1)  J.  L  Vives:  Aduersus pseudodialecticos,  Ejusdem  Pompejus  Fugiensí 
Selestadii,  1520. — Opera  omnia,  tomo  11,  pág.  501. — Bonilla:  págs.  92,  600. 

(2)  Los  frailes  del  convento  de  Aflighem  llevaban  entonces  una  vida 
muy  mundana;  por  eso  el  Prior  de  Croy,  aconsejado  por  el  Abad  de 
MaroiUes,  hizo  algunas  reformas  con  el  fin  de  imponer  la  disciplina  ecle- 
siástica, tan  relaiada;  mas  no  habiendo  dado  resultado,  visitó  personal- 
mente el  convento,  trasladó  á  algunos  de  los  frailes  á  otros  conventos  de 
más  dura  disciplina,  y  llamó  á  otros,  conocidos  por  la  severidad  de  sus 
costumbres,  para  que  sirviesen  de  modelo.  Archivo  de  la  Catedral  de 
Toledo,  A,  9,  1.  págs.  r  5  y  siguientes. 

(3)  B.  Gams:  Series  Episcoporiim;  Ratisboanae,  1873,  pág.  527. — J.  B. 
Pérez:  págs.  124  y  1 26.  —Gil  Gonz.ílez  D.<vila:  Teatro  eclesiástico  de  las  dos 
Castillas,  tomo  iii,  pág.  460. 

El  15  de  Agosto  de  1519  participa  W.  Enckenwoert  desde  Roma  á 
Xevres  que  el  procurador  Francisco  de  Barrionuevo  y  él  procurarían  obte- 
ner la  admisión  de  la  renuncia,  al  tratarse  este  asunto  en  el  próximo  Con- 
sistorio. Archivo  general  de  Simancas:  Estado,  legajo  6  (6  antiguo),  folio  42. 

(4")  Antonio  Rodríguez  Villa:  La  Reina  Juana  la  Loca.  pág.  299;  Ma- 
drid, 1892.  — Danvila  y  Collado:  tomo  i,  págs.  65  y  siguientes. 

(5)     «El  Obispado  vale  ocho  mil  ducados».  Carta  del  Obispo  de  Avila 


2l6  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

durante  muchos  anos  prelados  que  no  residían  en  él,  que  eran 
nada  más  que  administradores.  El  Papa  Alejandro  VI  lo  había 
dado  tres  veces  seguidas  á  un  favorito  suyo.  Después,  en  1503, 
lo  dio  Felipe  el  Hermoso  á  su  preceptor,  Francisco  de  Busley- 
den,  Obispo  de  Besangon  (l).  Después  de  su  muerte,  el  Papa 
quiso  darlo  al  Cardenal  Dovizzi  di  Bibiena,  pero  el  24  de  Febrero 
escribió  el  Rey  Don  Carlos  desde  Bruselas  á  Cisneros  que  no  se 
diese  la  posesión,  si  alguien  presentaba  las  ejecutoriales  pontifi- 
cias, hasta  que  él  mismo  diese  su  especial  permiso,  y  propuso  al 
sobrino  de  su  preceptor,  siendo  confirmado  por  el  Papa  (2).  Al 
pedir  la  provisión  del  Arzobispado  de  Toledo  en  Croy,  le  quitó 
el  Obispado  de  Coria,  que,  á  su  instancia,  fué  provisto  por  el 
Papa  en  el  dicho  Cardenal  de  Bibiena.  En  los  primeros  días  del 
año  de  151S  llegaron  las  bulas,  y  en  seguida  el  Rey  dio  al -Car- 
denal las  Cartas  ejecutoriales,  mandando  el  día  6  de  Enero  al 
Cabildo  le  diese  posesión.  Por  otra  cédula  de  la  misma  fecha  se 
mandó  al  Corisejo  de  la  ciudad  de  Coria  y  á  los  Alcaides  de  las 
fortalezas  del  Obispado  que  le  entregasen  todas  las  casas  fuertes 
y  le  pagasen  las  rentas  (3). 

A  instancias  también  del  Rey,  León  X,  el  1°  de  Abril 
de  15171  en  la  cuarta  creación  de  Cardenales  que  hizo,  nombró 
al  joven  Croj  Cardenal  Diácono,  con  el  titulo  de  Santa  María  en 
Aquií/o  (4).  Un  legado  del  Papa  le  llevó  el  capelo  á  Middelburg, 

á  Diego  López  de  Ayala.  Vicente  de  Lafuente:  Cartas  de  los  Secretarios 
del  Cardenal  D.  Fr.  Francisco  Jiménez  de  Cisneros  durante  su  regencia  en 
los  años  IJIÓ  y  1517;  Madrid,  1875,  pág.  161. 

(i)  Gil  GonzXlez  DXvila:  Teatro  eclesiástico  de  las  dos  Castillas,  tomo  iii, 
págs.  458  y  siguientes. — Vicente  de  Lafuente:  Historia  Eclesiástica  de  Es- 
paña, tomo  V,  págs.  50  y  siguientes. — B.  Gams:  Klrchengeschichte  von  Sj>a- 
nien,  tomo  iii.  primera  parte,  pág.  432. — Bonilla:  pág.  75. — B.  Gams:  Serles 
Eplscopormn,  pág.  30. 

(2)  Vicente  de  Lafuente:  Cartas  de  los  Secretarlos  de  Cisneros,  páginas 
223  y  siguientes. — Luclano  Serrano:  Primeras  negociaciones  de  Carlos  V, 
Re\'  de  España,  con  la  Santa  Sede  (15 16-15 18).  Junta  de  Ampliación  de 
Estudios:  Escuela  Española  de  Arqueología  é  Historia  en  Roma,  cuaderno  11; 
Madrid,  1914,  págs.  44  y  siguientes. 

(3)  Archivo  general  de  Simancas:  Libros  generales  de  la  Cámara,  libro 
40,  folios  119,  121  V. 

(4)  Pedro  Bembo;  Eplstolae,  Whvo  15,  ep.  7. — Alfonso  Chacón:  Vllae  et 


EL  CARDENAL  GUILLERMO  DE  CROY  Y  EL  ARZOBISPADO  DE  TOLEDO   217 

donde  el  joven  agraciado  se  encontraba  entonces  con  la  Corte, 
y  lo  recibió  el  8  de  Julio  de  manos  del  Abad  de  Middelburg,  en 
presencia  del  Rey,  de  la  Infanta  Doña  Leonor,  del  Cardenal  de 
Aragón  y  muchos  Príncipes,  señores  y  grandes  maestres.  La 
capilla  del  Rey  cantó  una  misa  solemne,  fué  leída  la  bula  ponti- 
ficia y  el  nuevo  Cardenal  pronunció  un  discurso,  saludando  á  los 
presentes  y  dándoles  las  gracias  por  haberle  acompañado.  El 
Cronista  afirma  que  todo  esto  lo  hizo  divinamente  el  Cardenal,  á 
pesar  de  su  corta  edad  (l).  El  12  de  Octubre  del  mismo  año  se 
expidió  el  Indultum,  dispensándole  de  la  obligación  de  la  resi- 
dencia para  todas  las  dignidades  que  ya  poseía  y  en  lo  futuro 
pudiera  poseer  (2). 

En  Septiembre  de  1520,  D.  Carlos  propuso  á  Croy  paj-a  la 
abadía  de  San  Pedro  de  Auniont,  que  había  vacado  por  muerte 
de  su  confesor.  Los  frailes  le  eligieron,  y  el  día  21  de  dicho  mes 
el  Rey  rogó  al  Papa  confirmase  dicha  elección,  pidiendo  á  la  vez 
á  su  embajador  en  Roma,  D.  Juan  Manuel,  procurase  despachar 
las  bulas  lo  más  pronto  posible  (3). 

LOS    PROCURADORES    TOMAN    POSESIÓN    DEL    ARZOBISP.^DO 
EN    NOMBRE    DEL    CARDENAL    DE    CROY 

Así  llegó  á  ocupar  la  sede  primada  de  España  un  extranjero. 
«España  fijó  la  vista  hacia  Toledo  para  ver  quién  reemplazaba  al 


Gesta  Summorutn  Pontificum  a  Christo  Domino  usque  ad  CUmenicm  VII J 
necnon  S.  R.  E.  Cardinalium  cuní  eorundem  ifüignibus,  tomo  11.  Romae,  1630, 
página  1. 4 10. — Oncfrio  Panvinio:  Epitome  Pontificutn  Romanorum  a  S.  Pi- 
tra usque  ad  Pauium  IV\  Venetiis,  1557,  pág.  378. — Castejón:  tomo  11,  pá- 
gina 925. — Pérez:  pág.  124. 

(i)  «Certes,  comme  je  rou)'S  la  diré,  ce  josne  noveau  Cardinal  fist  si 
bien  son  devoir  qu'il  en  fut  prisé  et  extimé  á  cause  qu'il  n'avoit  que  en- 
viron  XX  ans  d'eage». — Vital  Laiírent:  Relation  du  prender  voyage  de  Cliar- 
les-Quint  en  Espagne,  Collection  des  voyages  XX  desSouverains  des  Pays  Bas, 
tomo  ni,  págs.  34  y  siguientes. — FoRO>y5A:  Estancias  y  viajes  de  Carlos  I', 
página  9  T . — Gonz.ílez  D.ívila:  Teatro  eclesiástico  de  las  dos  Castillas,  tomo  11. 
página  460. 

(2)  Archivo  de  la  Catedral  de  Toledo,  A.  9,  i,  18, 

(3)  Archivo  general  de  Simancas:  Libros  generales  de  la  Cámara,  li- 
bro 53,  folios  105,  105  V 


:i8  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

austero,  sabio  y  político  Cardenal  Cisneros;  vieron  con  asombro 
é  indignación  ocupar  el  trono  de  San  Ildetonso  un  adolescente 
imberbe,  aprendiz  de  gramática  latina,  llamado  Guillermo  de 
Croy,  sobrino  del  favorito  del  Monarca.  De  esta  manera  princi- 
piaba el  futuro  Emperador  á  usar  de  sus  prerrogativas  en  la 
Iglesia  de  España,  dando  su  primera  dignidad  á  un  chiquillo 
para  que  chupase  el  beneficio,  ya  que  era  incapaz  del  oficio». 
Con  palabras  tan  duras  como  justas  critica  este  hecho  D.  Vicen- 
te de  Lafuente  (l).  La  indignación  era  general,  y  cuando  en 
Enero  de  1518  se  reunieron  las  Cortes  en  Valladolid,  los  procu- 
radores, antes  de  jurarle  y  concederle  el  servicio  pedido,  presen- 
taron al  Rey  88  peticiones  referentes  al  gobierno  del  país,  délas 
cuales  la  quinta  decía  así: 

«Otrosy  suplicamos  a  vuestra  Alteza  que  ofisios  nin  benefi- 
cios nin  dignidades  ni  tenencias  nin  governaciones  se  den  nin 
conceden  a  extrangeros,  mandando  a  los  naturales  de  Castilla 
ayan  sus  oficios  y  beneficios  en  Castilla,  nin  de  nin  conceda 
carta  de  naturaleza  a  ningún  extrangero  e  sy  algunas  son  dadas, 
las  mande  rrevocar;  e  vuestra  Alteza  mande  ver  las  clausulas  del 
testamento  de  la  Reyna  Donna  Isabel,  nuestra  sennora,  que  haya 
gloria,  que  en  esto  hablan,  de  las  quales  hacemos  presentación, 
y  en  especial  que  las  tenencias  e  dignidades  e  otros  beneficios 
que  vacaren  en  el  arzobispado  de  Toledo  e  en  los  otros  obispa- 
dos se  den  a  naturales,  y  que  el  Arzobispo  de  Toledo  venga  e 
resyda  en  estos  Keynos,  porque  aquí  se  gasten  las  rentas  e  se 
crien  los  naturales  del  Reyno  con  su  reverendisyma  sefioria». 
El  Rey  contestó:  «A  esto  se  vos  responde  que  de  aquí  adelante 
guardaremos  y  mandaremos  guardar  lo  que  cerca  desto  que  nos 
suplicáis  vos  prometimos  y  en  lo  que  toca  a  la  venida  del  reve- 
rendisymo  Cardenal  dé  Croy  Arzobispo  de  Toledo,  nos,  enten- 
diendo ser  cumplidero  a  nuestro  servicio  e  a  bien  destos  nues- 
tros Reynos,  le  teníamos  va  escrito  par  que  viniese  y  por  vuestra 
suplicación  le  tornaremos  a  escriuir  de  nuebo  con  mayor  yns- 
tancia  y  trabajaremos  que  venga  en  todo  este  verano,  de  lo  qual 

:  1)      Historia  eclesiástica  de  España,  tomo  v,  ¡jág.  134. 


EL  CARDENAL  GUILLERMO  DE  CROY  Y  EL  ARZOBISPADO  DE  TOLEDO   2  19 

podréis  ser  ciertos  que  asy  sera  en  el  ayuda  de  nuestro  Sennor 
Dios»  (l). 

Mientrastanto  D.  Carlos  había  pedido  al  Papa  la  confirmación 
del  nombramiento  de  su  favorito,  y  le  fué  otorgada  sin  vacilar. 
Obtenido  el  juramento  y  el  servicio  de  200  millones  de  marave- 
díes, el  Rey,  á  fines  de  Marzo,  partió  de  Valladolid  para  Aranda 
de  Duero,  donde  pasó  la  Semana  Santa.  Guillermo  de  Croy,  en 
contra  de  la  promesa  del  Rey,  seguía  en  Flandes,  y  para  infor- 
marle sobre  el  estado  de  la  diócesis  fueron  á  aquel  país  D.  Juan 
de  Vergara  y  el  licenciado  Fernando  de  Valdés  (2).  Los  dos  se 
hicieron  amigos  de  Vives,  que  por  cierto  dedicó  á  Vergara  su 
obra  Veritas  fucat.a  seu  De  Licentia  Poética  (3). 

León  X,  cumpliendo  los  deseos  de  D.  Carlos,  había  dirigido 
ya  el  18  de  Febrero  un  breve  á  todos  los  Arzobispos,  Obispos  y 
demás  prelados  de  España,  pidiendo  le  ayudasen  á'Cro}^  y  de- 
fendiesen sus  derechos  (4).  Con  la  misma  fecha  dirigió  también 
otro  breve  al  Cabildo  toledano,  pidiéndole  lo  mismo.  El  plan  de 
Xevres  era  otro,  y  por  eso  pidió  y  obtuvo  aún  más  del  Papa. 
El  Arzobispado,  con  sus  incalculables  riquezas,  vasallos,  fortale- 
zas y  ciudades,  era   dentro  del   reino  una  potencia   demasiado 


ii)  Cortes  de  los  antif,uos  Reinos  de  León  v  Castilla,  publicadas  por  la 
Real  Academia  de  la  Historia,  tomo  iv,  pág.  263. — Argensola:  libro  i,  ca- 
pítulo 20,  págs.  47Ó  y  siguientes. — Sandoval:  libro  3,  cap.  10. — Danvila: 
tomo  I,  pág.  71. — H.  Baumgartem:  Geschichte  Karls  V,  tomo  i,  pág.  95. 

(2)  Vives:  Opera  emnia,  tomo  i.  Vita,  págs.  62  y  siguientes. — Castejón: 
tomo  II,  págs.  942  y  siguientes — ^J.  B.  Pérez:  pág.  125. 

Juan  de  Vergara,  toledano,  fué  Catedrático  de  la  Universidad  de  Alcalá 
y  Canónigo  de  la  Catedral  de  Toledo.  Cisneros  le  hizo  secretario  suyo  y 
le  encargó  de  la  edición  de  las  obras  de  Aristóteles.  Fué  además  colabo- 
rador de  lUiPolxglola  y  publicó  varias  obras  en  Toledo.  Bonilla:  pág.  150: 
Hefele:  págs.  124  y  380. 

Fernando  de  Valdés  Tué  más  tarde  Arzobispo  de  Sevilla  é  Inquisidor 
general. — Vives:  Opera  omnia  tomo  i;  Vita,  pág.  62. — Vic.  de  Lajuente: 
Historia  eclesiástica  de  España,  tomo  v,  págs.  235  y  siguientes. —  B.  Gams; 
Kirchengescliiclitc  von  iipanien,  tomo  m,  segunda  parte,  pág.  198. 

(3^  Primera  edición,  Lovanii,  1523;  Opera  omnia,  tomo  11,  págs.  517  y 
siguientes. 

(4)  Biblioteca  Xacional  de  Aladrid,  manuscrito  13020  (Dd.  39),  pági- 
nas 164  y  siguientes. 


220  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

fuerte  que  podría  ser  peligrosa.  Para  evitar  eso,  el  Consejo  pro- 
puso al  Papa  un  remedio  radical:  dividir  el  Arzobispado  en  tres 
Obispados,  fundándose  en  que  su  extensa  demarcación  hacía 
punto  menos  que  imposible  á  todos  los  prelados  el  cumplimien- 
to de  los  capones  y  deberes  pastorales.  León  X,  una  vez  acepta- 
do este  proyecto,  comunicó  al  Cabildo  toledano,  por  medio  de 
un  breve  del  3  de  Marzo,  que  después  de  haber  oído  á  los  Car- 
denales y  por  el  bien  de  la  Iglesia,  había  dividido  el  Arzobispado 
en  tres  Obispados.  La  mitad  de  su  antiguo  territorio  formaría  el 
de  Toledo,  con  la  mitad  de  la  renta,  ó  sean  30.OOO  ducados,  y  el 
título  de  Primado  de  España,  y  de  la  otra  mitad  se  harían  los 
dos  restantes,  cuya  capital  se  establecería  en  la  población  que 
más  conviniese  dentro  de  cada  demarcación.  Uno  de  ellos  sería 
para  el  Cardenal  Carvajal,  con  lo  cual  se  le  haría  desistir  del 
pleito  que  sostenía  con  la  Iglesia  de  SigUenza,  y  el  otro  se  daría 
á  uno  de  los  candidatos  al  Priorato  de  Castilla,  con  lo  que  se  ter- 
minaría este  enojoso  asunto.  Añade  que,  á  instancias  del  Rey 
Don  Carlos,  ha  nombrado  al  Cardenal  Guillermo  de  Croy  «Admi- 
nistrator  in  spiritualibus  et  temporalibus  >  de  la  Archidiócesis 
hasta  cumplir  los  veintisiete  años  de  edad,  al  llegar  á  la  cual  de- 
bería ser  Arzobispo.  Además,  manda  á  los  Canónigos,  bajo  pena 
de  excomunión,  guardar  secreto  sobre  la  división,  no  hablando  á 
nadie  de  ella  (l). 


(i)  Archivo  de  la  Catedral  de  Toledo,  A.  9,  i:  el  breve  está  fechado 
el  3  de  Marzo  de  15 18;  el  Rev  había  pedido  la  división  del  Arzobispado 
ya  en  Noviembre  de  1517,  al  proponer  al  Cardenal  para  la  Silla  primada, 
pues  ya  el  3  de  Diciembre  escribe  el  Cardenal  de  Medici  al  Nuncio  del 
Papa  en  Venecia:  «Per  altera  vi  advisamo  de  la  morte  del  reverendissi- 
mo  Cirdinale  di  ToUeto.  Dipoi  el  Re  Catholico  ha  fatto  intendere  a  N.  S. 
che  vorria  di  questa  Chiesa  farne  tre,  per  non  daré  a  un  solo  tanto  stato 
e  tanta  cura,  eosi  circa  a  lo  spirituale  come  al  temporale,  per  securtá  et 
pace  de  li  Regni  sui  et  ha  supplicato  Sua  Santitá  che  conceda  gratia  di 
fare  questa  dimembratione,  cioé  di  lassare  la  meta  a  Tolleto,  che  dicono 
sara  una  entratá  di  30  mila  ducati  d'oro,  et  questa  sia  Chiesa  metropoH- 
tata;  de  l'altera  meta  farne  dui  altre  episcopati  di  equale  valuta,  che  sieno 
suffraganei  di  decta  Chiesa  di  Tolleto.  La  quale,  con  quella  entrata  di 
ducati  30  milla  d'oro,  vorriano  daré  al  reverendissimo  Cardinale  Camera- 
cense  nepote  di  Monsignore  di  Cevres.  Et  altri  dui  vescovadi  desegnono 


EL  CARDENAL  GUILLERMO  DE  CKOY  Y  EL  ARZOBISPADO  DE  TOLEDO   221 

Este  breve  de  la  división  y  otras  cartas  del  Papa  llegaron,  du- 
rante la  Semana  Santa  de  1 518,  á  Aranda  de  Duero,  donde  se 
encontraba  la  Corté.  En  seguida  se  preparó  todo  lo  necesario 
para  la  toma  de  posesión,  y  como  procuradores  fneroirnomh)ados 
D.  Francisco  de  Mendoza  (l)  y  D.  Carlos  de  Carondelet  (2). 


servissino  per  quietare  certi  litigii  importan  ti  che  sonó  in  quelli  Regni, 
come  é  per  contó  del  reverendissimo  Cardinale  di  Santa  Croce  et  del 
Priorato  de  Castiglia.  N.  S.  anchora  che  la  cosa  sia  importantissima,  desi- 
derando  lavare  materia  et  occasione  de  discordia  et  travagli  che  potessi- 
mo  seguiré  in  quelli  Regni,  per  essere  questa  Chiesa  di  Tolleto  una  gran 
soma  a  le  spalle  d'un  prelato  solo,  havendo  sempre  respecto  al  bene  uni- 
versale,  penserá  quello  che  si  possi  fare  con  honore  de  la  Sede  Apostó- 
lica et  con  stisfatione  di  quelle  Maestá;  et  trovando  bono  expediente,  non 
mancherá  de  la  sua  sólita  benigtá». — Manoscritti  Torrigniani,  Archivo 
Storico  Italiano,  tercera  serie,  tomo  xxi,  pág.  200. — A  fines  de  Diciembre 
escribió  el  Papa  al  Rey:  «Quod  mea  consolii  tui  comprobado  et  collau- 
datio  de  partitione  Episcopatus  Toletani  grata  tibi  magnopere  fuerit. 
sane  laetor>>.  — Peo  Bembo:  Epistolac,  libro  16,  ep.  4. — ^J.  B.  Pérez:  pági- 
na 124. — Castejón:  tomo  11,  pág.  925.  — Martín  G.'Vmero:  pág.  939.  — L.  Se- 
rrano: Primeras  negociaciones  de  Carlos  V,  Jíev  de  Espaúa.  con  la  Santa 
Sede,  págs.  49  y  siguientes. — Baumgarten:  tomo  i,  pág.  83. 

(1)  Don  Francisco  de  ^Mendoza  era  hijo  de  D.  Diego  de  Fernández  de 
Córdoba,  Conde  de  Cabra,  y  hermano  del  Marqués  de  Mondéjar,  Conde 
de  Tendilla.  A  petición  de  Don  Carlos  fué  nombrado  por  el  Papa  Deán 
de  la  Iglesia  de  Córdoba  y  Arcediano  de  Pedroche,  lo  que  el  Rey  comu- 
nicó al  Cabildo  cordobés  el  día  2  de  Enero  de  15 18,  encargándole  lo  re- 
cibiese como  tal  y  le  diese  posesión  de  los  demás  beneficios  con  que 
fuese  agraciado  (Archivo  General  de  Simancas:  Libros  generales  de  la  Cá- 
mara, libro  37,  folio  259).  Cuando  en  Abril  del  mismo  año  fué  encargado 
del  gobierno  del  Arzobispado  de  Toledo,  renunció  el  deanato,  segura- 
mente porque  esta  dignidad  no  le  hubiese  permitido  la  ausencia,  y  se 
quedó  con  una  simple  canonjía;  al  menos,  desde  entonces,  no  figura  en 
los  documentos  como  Deán,  sino  como  Canónigo  y  Arcediano  de  Pedro- 
che,  y  de  uno  y  otro  cargo  creía  que  debía  continuar  cobrando  las  rentas, 
aunque  estuviese  ausente.  Esta  era  también  la  opinión  del  Rey,  y  así  se 
lo  manifiesta  al  Cabildo  cordobés  en  una  carta  del  2  de  Abril  de  1518 
(ídem,  libro  45,  folio  60  v.'i.  Mas  el  Cabildo  no  obedeció,  )•  el  día  de  San 
Juan,  fecha  en  que  para  la  Iglesia  de  Córdoba  comenzaba  el  año  econó- 
mico, dejó  de  pagar  á  Mendoza  sus  rentas,  por  lo  cual  éste  se  quejó  al 
Rey.  Nuevamente  escribió  Don  Carlos,  el  8  de  Agosto  de  1518,  desde  Za- 
ragoza, á  los  Canónigos  cordobeses  una  carta,  que  les  fué  entregada  el  13 
de  Septiembre  por  el  Corregidor  de  la  ciudad  D.  Diego  Osório  y  el  Inqui- 
sidor MendragD  (ídem,  libro  43,  folio  69).  Dos  días  después  se  reunieron 
los  Canónigos  de  nuevo  y  contestaron  á  Osorio  y  Mendrago  que  le  paga- 
rían á  Mendoza  las  rentas  de  sus  prebendas,  que  sumaban  600  ducados, 


222  boletín  de  la  keal  academia  de  la  historia 

El  día  31  de  Marzo  escribe  el  Rey  al  Deán  y  Cabildo  de  To- 
ledo, rogándoles  den  libremente  y  sin  dilación  posesión  de  la 
iglesia  y  de  todos  los  oficios  «de   la   manera  que  los  poseya  y 


pero  no  la  participación  en  las  distribuciones  cotidianas  que  cobraban  por 
la  asistencia  á  coro,  pues  estaba  ausente  )'  los  estatutos  que  habían  jurado 
lo  prohibían  terminantemente.  A  petición  del  Corregidor  y  del  Inquisi- 
dor dieron  la  respuesta  por  escrito  y  firmada  por  el  Licenciado  D  Diego 
de  Pinedo,  Canónigo  Secretario  del  Cabildo.  También  pidieron  los  dos 
Comisarios  del  Rey  que  constase  en  este  escrito  «lo  que  cada  vno  dixo  en 
su  voto  y  parecer»,  seguramente  para  poder  proceder  contra  los  que  se 
opusiesen  á  los  deseos  del  Rey,  como  se  hizo  en  Toledo,  pero  el  Cabildo 
se  mantuvo  unido  y  contestó  «questa  Respuesta  davan  por  todos  y  en 
nombre  de  todos,  asy  fué  acordado  en  el  dicho  Cabildo»  (Archivo  gene- 
ral de  Simancas:  Estado,  leg.  6  (5),  folio  1 17).  A  la  vez  mandaron  los  Canó- 
nigos cartas  de  protesta  al  Rey  v  á  Xevres  )'  se  dirigieron  al  Papa,  pi- 
diendo confirmase  su  acuerdo  (ídem,  leg.  6  (5),  folio  95,  253).  Era  entonces 
Obispo  de  Córdoba  D.  Alonso  Manrique,  Capellán  mayor  del  Rey  y  uno 
de  sus  familiares.  Natural  era,  por  tanto,  que  éste  trabajase  en  favor  de 
Mendoza  en  el  Cabildo.  En  una  Real  cédula  del  7  de  Agosto  de  15 19,  diri- 
gida á  Manrique,  se  encuentra  el  párrafo  siguiente:  «Yo  vos  Ruego  y  en- 
cargo lo  continueys  dando  horden  con  los  de  la  dicha  íuestra  yglesia  que 
as}'  lo  hagan  pues  lo  hizieron  en  vida  del  cardenal  don  fray  francisco 
ximenez,  arzobispo  de  toledo  de  buena  memoria  ieniendo  el  dicho  don  fran- 
cisco de  mendosa  el  dicho  cargo  (la  gobernación  del  Arzobispado  de  To- 
ledo) por  él,  pues  el'dicho  cardenal  no  es  de  menos  calidad^  (Archivo  ge- 
neral de  Simancas:  Libros  generales  de  la  Cámara,  libro  49,  folio  8).  Como 
los  Canónigos  cordobeses  siguieron  oponiendo  resistencia,  el  Rey  escri- 
bió el  9  de  Abril  de  152 1  á  su  Embajador  en  Roma  y  al  Licenciado  Barrio- 
nuevo,  Procurador  del  Cardenal  de  Croy  en  Roma,  para  que  suplicasen  á 
Su  Santidad  se  dignara  despachar  un  breve  en  favor  de  Mendoza  (ídem, 
libro  57,  folio  23  V.).  Después  de  la  sumisión  de  los  Comuneros,  fué  nom- 
brado por  el  Emperador,  el  5  de  Junio  de  1523,  en  reconocimiento  de  sus 
servicios  durante  el  levantamiento,  Administrador  del  Obispado  de  Za- 
mora, cargo  que  desempeñó  durante  el  tiempo  que  el  Obispo  D.  Antonio 
de  Acuña  estuvo  prisionero.  Después  de  la  muerte  de  éste  recibió  la  mitra 
zamorana,  y  en  1528  fué  nombrado  Obispo  de  Oviedo,  siendo  trasladado 
más  tarde  á  Palencia.  Murió  el  29  de  Mayo  de  1536  }'  fué  sepultado  en  el 
Convento  de  San  Jerónimo  de  Madrid,  al  que  donó  60.000  maravedíes.  De 
este  Convento  fué  trasladado  al  panteón  de  sus  padres  (Gil  González  DÁ- 
vila:  Teatro  eclesiástico  de  las  dos  Castillas,  tomo  11,  págs.  180  y  siguientes. — 
Vicente  de  Lafuente:  Historia  Eclesiástica  de  España,  tomo  v,  págs.  579 
y  535. — Danvila  y  Collado:  Historia  de  las  Cotnunidades  de  Castilla,  tomo  v. 
páginas  420,  449,  488  y  517;  tomo  vi,  pág.  185). 

(2)  Don  Juan  de  Carondelet  era  pariente  de  D.  Carlos  He  Carondelet. 
señor  de  Pontelles,  personaje  que  )'a  hemos  citado  como  ayo  del  Carde- 
nal de  Croy.  Pertenecía  al  Concejo  del  Rey  Don  Carlos,  con  quien  vino  á 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        223 

tenía  el  cardenal  don  fray  Irancisco  ximenez»  (l).  Lo  mismo  en- 
carga en  otras  cartas,  al  Deán  particularmente,  al  Maestrescuela 


España.  Cuando  en  1518.  encontrándose  la  Corte  en  Zaragoza,  murió  el 
Gran  Canciller  Juan  Salvaggio  y  fué  nombrado  como  sucesor  suyo  Mer- 
curio Gatinara,  por  estar  éste  á  la  sazón  ausente  en  Italia,  Carondelet  fué 
nombrado  Gran  Canciller  interino (Argensola: libro  i.cap.  xLiv.pág.  588. — 
Sandoval:  libro  3,  cap.  xvu. — Manuel  José  Medrano:  Coniinuación  de  la  His- 
toria general  de  España  del  Padre  Aíariana,  tomo  i;  Madrid,  1741,  libro  i, 
capítulo  VII,  pág.  1 8. — .Alexandro  Henxe:  Histoire  du  regué  de  Charles-Quint 
en  Belgique.  tomo  n;  Bruxelles  et  Leipzig,  1858,  pág.  228. — H.  Baumgarten: 
Geschichte  Karh  V,  tomo  i,  págs.  208  y  siguientes).  Además  de  estos  cargos 
civiles,  tuvo  varias  prebendas  eclesiásticas.  En  los  documentos  de  la  época 
aparece  siempre  como  DcándeBcsan^on.  Al  morir  el  maestro  Azpeytia,del 
Consejo  de  la  General  Inquisición  y  poseedor  de  la  Abadía  de  San  Juan 
de  Poyo,  quísose  dársela  á  él;  pero  el  11  de  Diciembre  de  1516  participa 
Varacaldo  á  D.  Diego  López  de  Ayala  que  no  se  podía  hacer  esto,  por 
tener  el  Cardenal  de  Santa  María  />/  Porticii  la  reserva  y  colación  del  Papa 
y  no  ser  dicha  Abadía  de  Patronato  Real;  mas  como  el  Deán  era  una  per- 
sona importante,  procuraría  concederle  un  Obispado  (Vicente  de  La- 
fuente:  Cartas  de  los  Secretarios  de  Cisneros,  pág.  76).  Siendo  Juan  de  Ca- 
rondelet Gran  Canciller  interino,  vacó  el  Arzobispado  de  Palermo  por 
muerte  del  Cardenal  Francisco  Remolini  (sel  Cardenal  de  Sorrento»),  y  á 
pesar  de  habe.r  obtenido  el  derecho  de  sucesión  el  Cardenal  Tomás  de 
Vio  («el  Cardenal  de  San  Si.KtO'),  el  Rey  rogó  al  Papa  que  diese  á  Vio  el 
Obispado  de  Gaeta  y  al  Deán  de  Besangon  el  Arzobispado  de  Palermo, 
dejando  en  éste  á  Vio  una  pensión  de  1.500  ducados.  A  esta  pensión  á  su 
vez  tenía  derecho  el  Cardenal  Jacobatii.  Obispo  de  Lucera,  y  para  indem- 
nizarle se  propuso  que  el  Cardenal  de  Vich.  Obispo  de  Barcelona,  le  pa- 
gase una  pensión  igual  con  cargo  al  Obispado  de  Chefalu  (Reales  cédulas 
fechadas  el  29  de  Diciembre  de  15 18  al  Papa  y  al  Cardenal  de  Medici  y 
del  9  de  Enero  de  1519  a  los  mismos  (Archivo  general  de  Simancas:  Libros 
generales  de  la  Cámara,  libro  38,  folios  151,  152  y  152  v).  Para  favorecerle 
aun  más,  el  Re)'  quiso  pi-ocurarle  otras  prebendas  en  el  Arzobispado  de 
Palermo:  la  Abadía  de  San  Juan  de  Bayda  y  el  Priorazgo  de  Santa  ]\Iaría 
de  Gracia.. Para  conseguirlo,  escribió  al  poseedor  de  ellas,  el  Capitán  ge- 
neral de  la  mar,  pidiéndole  que  las  renunciase  en  favor  de  Carondelet, 
pues  eran  <.de  poco  valor  y  solían  ser  anexos  y  vnidos  al  dicho  arzobis- 
pado de  palermo  y  el  dicho  deán  como  arzobispo  del  los  cjueria  hauer  por 
la  obligación  que  tiene  de  Recuperar  lo  que  pertenece  al  dicho  argo- 
bispado»  (Real  cédula  fechada  en  Zaragoza  el  4  de  Octubre  de  15 18:  Li- 
bros generales  de  la  Cámara,  libro  38,  folio  1 40).  Bonilla:  págs.  92  y  600, 
llama  al  Deán  de  Besangon  «Carlos'»  de  Carondelet,  confundiéndole  con 
su  hermano  (Biograpliie  Nalionale  publiée  par  l'Académie  Royale  des  Scien- 
ces, des  Lettres  ct  des  Beaux-Arts,  tomo  in;  Bruxelles,  1-872,  pág.  348). 

(1)     Archivo  general  de  Simancas:  Libros  generales  de  la  Cámara,  li- 
bro 45,  folio  59  V. 


224  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

y  al  Canónigo  Luis  Davalos  (l).  Además,  por  otras  reales  cédu- 
las de  la  misma  fecha,  el  Ayuntamiento,  Corregidor,  Consejos, 
Justicias,  Regidores,  Caballeros,  etc.,  de  Toledo,  fueron  encarga- 
dos de  ayudar  y  favorecer  en  todo  lo  posible  á  los  Procurado- 
res (2).  Los  Alcaides  de  las  fortalezas,  que  según  la  Real  cédula 
del  día  g  de  Noviembre  de  I  5  17  habían  hecho  pleito  homenaje 
al  Rey,  fueron  dados  por  libres  de  éste  y  á  la  vez  avisados  para 
que  entregasen  todos  los  fuertes  con  sus  municiones,  etc.,  á  los 
Procuradores.  Todas  estas  cédulas  debían  ser  entregadas  por  el 
Conde  de  Palma,  Corregidor  de  Toledo,  quien  además  recibió 
para  el  mismo  fin  varias  con  !a  dirección  en  blanco.  Según  los 
Libro.s  generales  de  la  Cámara,  ocho  de  estas  últimas  eran  del 
mismo  tenor  que  las  del  Deán,  ^laestrescuela  y  D.  Luis  Davalos, 
y  sin  duda  destinadas  a  otros  Canónigos  o  personas  de  la  con- 
fianza de  la  Corte,  menos  seis  que  estaban  destinadas  á  personas 
que  opusiesen  resistencia,  para  llamarlas  á  la  Corte  (3).  Por  fin, 
el  último  día  de  Marzo  se  despachó  una  cédula  de  paso  para  los 
Procuradores.  El  Deán  de  Besangon  iba  con  ocho  caballos  que 
había  traído  de  Flandes,  seis  muías  y  ocho  acémilas,  y  llevaba 
400  maravedíes  de  plata  y  mil  ducados  de  dinero  (4).  Las  auto- 
ridades de  todas  las  poblaciones  del  Arzobispado  fueron  avisa- 
das para  que  aposentasen  á  los  dos  Procuradoi'es  y  sus  criados 
en  buenas  posadas  que  no  sean  mesones  y  syn  llevar  dineros 
y  le  deys  los  bastimentos  que  ouiere  menester  a  precios  justos 
como  entre  vosotros  valieran  y  les  hagays  dar  bestias  de  guía 
e  carretas  que  ouieran  menester  pagando  por  ello  los  jornales 
acostumbrados  todo  el  tiempo  que  se  ocuparen  en  yr  hazer  lo 
susodicho  Y  al  dicho  deán  de  besangon  para  la  buelta  de  su  ca- 


(i)     Archivo  general  de  Simancas:  Libro  45,  folios  59  v.,  60. 
(2")     ídem:  Libro  45,  folios  59,  61. 

(3)  «El  Rey...  (en  blanco),  porque  conviene  a  nuestro  seruicio  nos  vos 
mandamos  que  luego  vista  esta  os  vengays  a  do  quiera  que  estuviéremos 
para  que  alli  os  mandemos  lo  que  aveys  de  hazer  y  porque  el  conde  de 
palma  corregidor  desa  cibdad  vos  hablara  a  el  me  rremito  fecha  en  aranda 
a  31  de  margo  de  518  años  yo  el  Rey  refrendada  del  secretario  covos 
señalada  del  obispo  y  don  garcía».  ídem,  libro  45,  folio  60. 

(4)  ídem:  Libro  45,  folio  60. 


EL    CARDP.NAt,    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        22^ 

mino  hasta  llegar  a  mi  corte  doquiera  que  estouiere.>.  De  ¡a 
misma  manera  debían  aposentar  a  D.  Francisco  de  Mendoza  en 
todos  ios  viajes  de  visitaciones  que  hiciere  a  las  ciudades,  villas 
y  lugares  del  Arzobispado  (l). 

Con  todas  estas  cartas  partieron  los  dos  Procuradores  para 
Toledo,  adonde  llegaron  la  noche  del  domingo  6  al  lunes  7  de 
Abril.  El  Corregidor  comunicó  á  Xevres,  el  16  de  Abril,  en  un 
extenso  relato,  la  llegada  de  los  Procuradores,  de  las  cartas  y  de 
la  provisión,  la  cual  había  entregado  al  Cabildo  (2).  Este  docu- 
mento no  existe  en  el  Archivo  general  de  Simancas,  pero  por 
otros  de  la  mism.a  ('poca  podemos  saber  lo  que  sucedió  en 
los  días  siguientes. 

El  martes,  1 3  de  Abril,  se  reunió  el  Cabildo,  y  fueron  leídas 
las  bulas  en  favor  de  Croy  y  la  cédula  del  Rey.  Acto  seguido, 
los  Procuradores  pidieron  la  posesión  para  el  Cardenal  (3).  So- 
lamente un  Canónigo  votó  en  pro,  todos  los  demás  se  negaron. 
Dos  días  después,  el  I  5  de  Abril,  el  Cabildo  dirigió  una  carta  á 
Xevres,  explicando  su  negativa  (4).  Por  las  bulas  se  habían  ente- 
rado que  el  Papa  había  dividido  el  Arzobispado,  sin  haber  pedido 
informe  ó  consejo  á  ellos,  que  eran  los  más  interesados  y  perju- 
dicados. Cierto  que  la  división  no  debía  tener  efecto  en  los  días 
de  Croy,  pero  el  agravio  .quedaría  para  después.  Además,  les 
parecía  la  división  hecha  en  Consistorio  con  anuencia  de  los  Car- 
denales, mientras  qi:e  el  Rreve  para  Croy  estaba  sellado  con  cera 
que  fácilmente  se  podía  renovar  ó  perder,  y  con  esto  el  Breve 
sería  nulo,  la  división  firme  y  podría  ponerse  en  vigor,  con  lo 
cual  el  Cardenal  se  vería  privado  de  la  mitad  del  Arzobispado  con 
grandísimo  daño  y  mengua  suya,  de  la  Iglesia  y  de  ellos.  'Por 
estas  causas  sobreseymos  en  dar  la  posesión  al  dicho  Reverendí- 
simo Sr.  Cardenal  porque  sy  le   dieramos  páresela  que  consintia- 


(1)  Archivo  ¡general  tic  Simancas:  Libro  45,  folio  bi. 

(2)  ídem:  Estado,  legajo  7  (6  antiguo),  folios  roj.  r2r,  legajo  6  :6  anti- 
guo), folio  85. 

(3)  J.  B.  PiÍREz:  pág.  124. — Castejón:  tomo  ir,  pág.  925. 

141     Archivo  general  Je  Sinia?!cas:  Estado  7  16  antiguo\  folio  1 17. 

TOMO  Lxxv  15 


226  BOLETÍN     DE    BA    REAL    ACADEMIA     DE     LA     HISTOUIA 

mos  en  esta  diuision  y  fuera  muy  dificultoso  de  aver  después  el 
remedio,  el  que  esta  agora  ligero,  pues  su  Santidad  promete  al 
Rey  nro.  señor  de  revocar  la  dicha  diusion  querjendo  lo  su  alte- 
za, suplicamos  a  Vra.  S.  que  aya  esto  por  bueno,  pues  que  tanto 
conuieneal  bien,  honor  y  vtilidad  de  dicho  Rmo.  Sr.  Cardenal  y 
desta  Sta.  yglesia  y  prouiese  Yra.  S.  con  mucha  diligencia  esta 
reuocacion  desta  diusion  por  bulla  plomada  ad  perpetuum  rej 
memorian  y  no  se  confie  en  ese  breue  que  satisface  poco>'. 

Esta  carta  llegó  á  Aranda  de  Duero  el  día  I".  El  mismo  día, 
informado  de  la  actitud  dal  Cabildo  por  otras  relaciones,  llega- 
das un  poco  antes,  el  Rey  había  escrito  á  los  Canónigos,  dicien- 
do que  él  había  pedido  al  Papa  la  división  del  Arzobispado  «por 
ser  muy  ynformado  de  lo  mucho  que  cumplía  el  bien  de  estos 
Reynos  y  desa  yglesia»,  y  pide  de  nuevo  obediencia  sin  dilación 
á  las  bulas  y  á  sus  órdenes  (l).  AI  recibirse  la  carta  de  los  Ca- 
nónigos, se  vio  que  ellos  estaban  decididos  á  resistir  y  se  cambió 
de  táctica,  y  por  eso  el  mismo  día  se  despachó  otra  carta  en  que 
se  les  decía  que  el  Rey  ya  había  escrito  á  Roma  pidiendo  la  re- 
vocación de  la  división  y  que  procuraría  que  la  bula  necesaria  se 
trajese  dentro  de  seis  meses  Í2).  De  esta  última  cédula,  el  Conde 


(i)  Arc/iwo  ¡;e>!crn¡  de  Simancas:  I^ibros  uencrales  de  la  Cámara,  li- 
bro 45,  folio  74. 

(2)  «El  Rey.  Venerables  deán  y  cabildo  de  la  santa  yglesia  de  toledn 
vi  vuestra  letra  de  quinze  de  abril  y  cuando  me  la  dieron  ya  yo  avia  sydo 
ynformado  de  la  dilación  que  pusysteis  en  el  dar  la  posesyon  desa  santa 
yglesia  al  Rcuerendisimo  cardenal  de  croy  de  cjue  he  sseydo  maravillado 
pues  sy  algo  me  queriades  sui)licar  sobre  la  diuision  que  primero  estav.i 
hecha  desa  yglesia  fuera  Razón  que  primero  cumplierades  lo  que  nuestro 
muy  ssanto  padre  vos  enbio  a  mandar  e  yo  por  mis  cartas  vos  encargue 
cuanto  mas  viendo  como  vistes  que  por  el  breve  su  santidad  promete  de 
Reuocar  la  dicha  dyvisyon  syendo  yo  dello  contento  e  porque  esto  no  es 
cosa  que  sufre  mas  dilación  yo  vos  encargo  mucho  que  cumpliendo  lo  que 
su  santidad  tiene  mandado  deys  luego  la  posesyon  a  la  dicha  yglesia  al 
dicho  Reuerendisimo  cardenal  v  a  sus  procuradores  en  su  nombre  libre- 
mente syn  que  en  ello  pongays  mas  dilación  ni  ynpcdimento  e  syn  me 
mas  consultar  ni  ver  otra  mi  carta  ni  mandamiento  y  tened  por  cierto  que 
ya  yo  tengo  escripto  a  Roma  que  traygan  las  dichas  bullas  probeidas  e 
con  Revocación  de  la  dicha  devision  segund  lo  pedis  y  que  agora  manda- 
re despachar  vna  posta  no  para  mas  de  las  traer  e  sy  nescesario  es  yo  por 


EL    CARDENAL    GLILLEKMO    DE    CliOY     Y    FL     ARZOBISPADO     DE    TOLEDO         227 

de  Palma  debía  hacer  uso  sólo  en  caso  de  que  la  primera  no 
bastase  para  influir  en  los  Canónigos.  Si  la  segunda  no  fuese 
tampoco  eficaz  y  los  Canónigos  continuasen  negándose,  el  Co- 
rregidor mismo  debía  dar  posesión  á  los  Procuradores  y  ejecutar 
en  los  desobedientes  las  penas  amenazadas  íl).  Como  el  asunto 


la  presente  vos  prometo  e  aseguro  por  mi  fee  y  palabra  Real  de  lo  man- 
dar procurar  y  trabajar  que  dentro  de  seys  meses  primeros  seguientes  se 
traerán  las  dichas  bullas  como  las  pedis  e  que  en  ningund  tiempo  3-0  no 
consentiré  ni  daré  lugar  que  la  dicha  divisyon  se  haga  y  en  que  devs  la 
dicha  posesyon  libremente  como  hos  lo  cnbio  a  mandar  Rescibire  de  vos- 
otros plazer  y  seruicio  y  de  otra  manera  no  se  podra  escusar  de  lo  pro- 
uer  como  mas  a  nuestro  seruicio  cumpla  fecha  en  aranda  de  duero  a  17 
dias  del  mes  de  abril  de  518  años  yo  el  Re)-  Refrendada  del  secretario 
covos».  Archivo  general  de  Simancas.  Libros  generales  de  la  Cámara,  li- 
bro 45,  folio  75. 

(O  «El  Rey.  Conde  de  Palma  pariente  mi  corregidor  de  la  cibdad  de 
toledo  por  cartas  que  desa  cibdad  me  han  escripto  he  sydo  ynformado  de 
la  dilación  que  el  deán  y  cabildo  de  la  santa  yglesia  desa  cibdad  han  pues- 
to en  dar  la  posesión  de  la  dicha  santa  yglesia  al  Reverendísimo  cardenal 
de  croy  e  a  sus  procuradores  en  su  nombre  que  alia  están  de  ciue  he  sido 
marauillado  pues  sabiendo- la  voluntad  que  a  esto  tengo  v  siendo  tan  jus- 
tamente proveydo  non  fuera  Razón  que  pusyeran  en  dexar  luego  de 
complir  lo  qué  su  santidad  e  yo  enbiamos  a  mandar  y  avnque  segund  su 
desobidiencia  fuera  Razón  de  luego  lo  mandar  proueer  con  Riguridad 
pero  por  mas  los  convencer  escrivo  a  los  dichos  deán  c  cabildo  la  carta 
que  veréis  que  va  con  la  presente  en  creencia  y  para  en  caso  que  pongan 
mas  dilación  lo  que  non  creo  por  ser  como  es  en  tanto  desseruicio  nues- 
tro proveo  de  otra  mi  carta  que  asy  mismo  vereys  por  ende  yo  vos  man- 
eto y  encargo  que  luego  les  deys  la  dicha  mi  primera  carta  y  entendays 
(■n  ello  e  pongays  tal  diligencia  que  luego  den  la  dicha  posesyon  certifi- 
cándoles de  mi  parte  lo  que  yo  les  certifico  en  ella  que  no  he  de  dar  lugar 
a  otra  cosa  antes  lo  mandare  proveer  con  toda  Riguridad  como  el  caso  lo 
Requiere  e  sy  vieredes  que  todavía  ponen  dilación  en  ello  presentadles 
la  otra  dicha  mi  carta  en  que  les  enbio  a  mandar  que  luego  den  la  dicha 
posession  syn  poner  mas  ynpedimiento  so  pena  de  las  tcnporalidades  y 
de  perder  la  naturaleza  que  tyenen  en  estos  mis  Reynos  y  de  las  otras 
penas  que  les  pusíeredes  como  mas  largo  vereys  por  la  dfcha  mí  carta  y 
no  lo  conplíendo  por  esta  segunda  hazedvos  dar  la  dicha  posesyon  libre- 
mente al  dicho  cardenal  de  croy  e  a  sus .  procuradores  en  su  nombre  y 
cxecutad  en  los  Remisos  e  ynobedientes  las  dichas  penas  y  entended  en 
i-llo  con  la  diligencia  e  cuvdado  que  soleys  en  las  cosas  que  vos  enbio  a 
mandar  especialmente  en  esta  de  que  tanto  seruicio  Rescibire  asy  para 
hazer  e  cumplir  lo  susodicho  e  executar  las  penas  contenidas  en  la  dicha 
mí  carta  e  las  otras  que  vos  de  mí  parte  les  pusíeredes  e  sy  para  ello  fa- 
uor  e  ayuda  ovieredes  menester  por  esta  mí  carta  mando  al  ayuntamíen- 


228  BOLETÍN    DE    I.A    EEAI.    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

era  de  gran  interés,  el  día  siguiente,  l8  de  Abril,  se  expidió  otra 
cédula  al  Deán  y  Cabildo,  pidiendo  de  nuevo  la  posesión  so  pena 
de  pérdida  de  las  temporalidades  y  la  naturaleza  en  los  reinos  de 
España  (i). 

El  domingo,  1 8  de  Abril,  por  la  noche,  llegó  á  Toledo  una 
posta  con  estas  cartas  del  Rey  y  otras  de  Xevres.  A  la  mañana 
siguiente,  el  Conde  de  Palma,  D.  Francisco  de  ¡Mendoza  y  el 
Deán  de  Besangon  se  fueron  al  Cabildo,  entregándole  la  primera 
carta  del  Rey.  Como  con  ésta  no  consiguieron  nada,  el  Conde 
les  dio  á  los  Canónigos  la  otra  en  que  el  Rey  prometía  procurar 
la  revocación  de  la  división  hecha  por  el  Papa.  También  les  dio 
una  carta  de  Xevres  con  igual  contenido.  Después  se  alejaron 
los  tres,  dejando  á  los  Canónigos  para  que  deliberasen.  Mientras 
tanto,  se  había  reunido  en  la  Catedral  mucha  gente,  entre  ellos 
muchos  señores  y  caballeros  que  esperaban  con  impaciencia  el 
resultado.  Estando  en  esto,  apareció  inesperadamente  el  Mar- 
qués de  VilleTia,  haciendo  saber  á  los  Canónigos  que  venía  de 
parte  del  Rey  y  quería  entrar  en  el  Cabildo  para  hablarle.  Pero 
varios  caballeros,,  entre  ellos  Hernando  de  .Silva,  Diego  de  Men- 
doza y  Pedro  López  de  Padilla,  se  pusieron  á  la  puerta  de  la  Sala 
Capitular  y  le  cortaron  el  paso,  diciendo  que  si  entraba  él  entra- 
rían ellos  también.  Intervino  el  Conde  de  Palma  para  sosegarlos, 
y  por  fin  convinieron  que  el  Marqués  entrase  y  hablase  al  Cabil- 
do y  los  otros  estuviesen  en  la  puerta.  Después  «tenían  entre  sy 
todos  los  Canónigos  muchas  pláticas  ,  .pero  no  llegaron  aun 
acuerdo.  Por  la  tarde,  tanto  el  Marqués  de  Villena  como  el  Con- 
de de  Palma,  los  Procuradores,  D.  Diego  de  Mendoza,  D.  P'er- 
nando  de  Silva  y  Pedro  López  de  Padilla  visitaron  á  los  Canóni- 


to  justicias  y  otras  qualesquier  personas  caualleros  ornes  hijosdalgos  e  de 
de  otra  qualesquier  condición  que  sean  desa  dicha  cibdad  de  toledo  que 
vos  den  y  hagan  dar  todo  el  fauor  y  ayuda  que  les  pedieredesy  ovicredes 
menester  so  las  penas  que  de  nuestra  parte  les  pus^'eredes  o  mandaredes 
poner  las  cuales  yo  por  la  presente  les  pongo  e  he  por  puestas  lo  contra- 
rio haziendo  fecha  en  la  villa  de  aranda  de  duero  a  17  dias  del  mes  de 
abril  de  518  años  yo  el  Rey  Refrendada  del  secretario  covos».  Archivo  ge- 
neral de  Simancas:  Libros  generales  de  la  Cániar-i,  libro  45,  folio  7.)  v. 
(O     /í/cw;  Libro  45,  folio  74  v. 


EL  CARDENAL  GUILLERMO  DE  CROY  Y  EL  ARZOBISPADO  DE  TOLEDO   229 

gos  que  cada  uno  tenía  por  amigos  ¡jara  convencerlos,  haciéndo- 
les, sin  duda,  algunas  promesas. 

El  martes,  20  de  Abril,  por  la  mañana,  el  Cabildo  se  reunió 
de  nuevo.  Como  el  día  anterior,  se  reunió  en  la  Catedral  mucha 
^ente,  y  otra  ve¿  pidieron  los  caballeros  entrar  en  la  Sala  Capi- 
tular, si  entraba  el  Marqués.  El  Conde  de  Palma,  para  dirimir  la 
contienda,  metió  al  Marqués  con  su  gente  en  una  Capilla  y  á 
todos  los  demás  en  otra,  separando  de  este  modo  á  todos  de  la 
Sala  Capitular.  Los  Canónigos,  en  unión  del  Conde  y  de  los  pro- 
curadores, discutieron  otra  vez  muchísimo.  Por  fin  se  determinó 
lo  siguiente:  Los  tres  delegados  se  obligaron  á  traer,  dentro  de 
seis  días,  una  Real  cédula  y  un  pleito-homenaje  por  el  cual  el  Rey 
se  comprometía  á  procurar  del  Papa  la  revocación  de  la  división, 
y  con  tal  condición  se  dio  la  posesión.  Este  acuerdo  fué  comu- 
nicado á  los  que  esperaban  en  el  templo.  Puestos  elIMarqués  y 
sus  compañeros  á  un  lado  del  coro  y  los  demás  caballeros  al  otro, 
salieron  los  Canónigos,  precedidos  por  los  procuradores,  de  la 
.Sala  Capitular  al  coro,  donde  se  efectuó  el  solemne  acto  de  la 
posesión. 

El  Conde  de  Palma  refirió  todo  esto  á  Xevres  el  mismo  día 
del  20  de  Abril  (l),  en  la  que  al  principio  dice  que  había  espe- 
rado hasta  que  el  asunto  se  arreglase  y  que  no  le  extrañaría  que 
otros  le  hubiesen  informado  antes  que  él.  Efectivamente,  así  fué. 
Una  hora  después  del  acto  solemne,  se. lo  comunicó  Lope  de 
Conchillos  a  Xevres  (2).  Este,  en  carta  del  IJ  de  Abril,  le  había 
rogado  que  trabajase  en  favor  del  Cardenal,  encargo  por  el  cual 
Conchillos  dio  las  gracias  el  ig  (3)  y  el  día  20  añade;  <  Plegué  a 
nuestro  Señor  que  con  vida  de  V.  .S.  le  veamos  Santo  Padre». 

El  acto  de  la  toma  de  posesión  era  de  suma  importancia,  tanto 


(1)  Archivo  ¡general  de  Simancas:  Estado,  legajo  6.  (6  antiguo),  folio  121. 
I, a  carta  no  lleva  fecha,  pero  al  hablar  de  lo  sucedido  el  martes,  dice  «esta 
mañana»;  además,  el  día  23,  el  Rey  le  da  las  gracias  dic¡endo:>Conde  pa- 
riente vi  vuestra  letra  del  20  del  presente...»:  Libros  generales  de  laCá. 
niara,  libro  43,  folio  16. 

(2)  ídem:  Legajo  6  (6  ;mtiguo),  folio  36. 

(3)  ídem:  Legajo  6  (6  antiguo),  f(jlio  34. 


23°  BOLETÍN    DE     L\    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

para  los  toledanos  como  para  la  Corte.  Así  se  explica  que  el 
mismo  día  otros  varios  señores  que  habían  jugado  algún  papel 
escribiesen  á  Xevres,  ensalzando  cuanto  cada  uno  había  trabajado 
en  favor  del  Cardenal.  Así  lo  hicieron  Gómez  Carrillo  (l),  el  Ca- 
nónigo D.Juan  de  Fonseca  (2),  D.  Juan  de  Herrera,  Capellán  ma- 
yor (3),  y  los  caballeros  D.  Pedro  López  de  Padilla  (4)  y  Don  Die- 
go Hurtado  de  Mendoza  (5).  Lo&  dos  últimos  hacen  resaltar  que 
la  venida  del  Marqués  de  Villena  había  sido  muy  inoportuna,  que 
había  alborotado  la  ciudad  y  que  los  amigos  que  le  habían  acon- 
sejado que  viniese  á  Toledo  le  habían  engañado.  Para  evitar  más 
disturbios  ruegan  á  Xevres  le  mandase  salir  pronto  de  la  ciudad. 

Al  día  siguiente  participa  D.  Francisco  de  Mendoza  á 
■  Xevres  (6)  que  la  ciudad  se  ha  sosegado,  al  saber  que  el  Marqués 
de  Villena  iba  á  partir  para  Guadalu])e;  pero,  según  decían,  pen- 
saba volver  pronto,  lo  cual  ruega  á  Xevres  evite,  para  que  no 
ocurriesen  más  alborotos  ó  disturbios.  Naturalmente,  comunicó 
el  Marqués  de  X'^illena  á  Xevres  lo  sucedido,  pero  su  carta  (7)  es 
muy  corta,  por  relerirse  á  un  extenso  relato  que  haría  su  her- 
mano Antonio  Téllez  pesonalmente. 

Como  queda  dicho,  los  procuradores,  al  tomar  posesión,  tu- 
vieron que  prometer  traer,  dentro  de  seis  días,  una  Real  cédula, 
por  la  cual  el  Rey  prometía  procurar  la  revocación  de  la  división. 
Dentro  del  tiempo  fijado  llegaron  dicha  Real  cédula  y  el  pleito- 
homenaje  de  Xevres,  fechados  en  Almazán  el  23  de  Abril  (8),  do- 
cumentos que  el  Confie  de  Palma  entregó  al  Cabildo,  el  cual  los 
recibió  con  gran  regocijo.  Así  el  Corregidor  pudo  manifestar  al 
Rey  y  á  Xevres  que  todo  estaba  arreglado  (9). 

líl  23  de  Abril  firmó  el  Rey  varias  cartas,  dando  las  gracias  al 


(i)  Archivo  general  de  Simancas:  Legajo  6  (5  antiguoi,  folio  3. 

(2)  ídem:  Legajo  7  (6  antiguo),  folio  123. 

(3)  ídem:  Legajo  7  (6  antiguo),  folio  113. 

(4)  ídem:  Legajo  6  (6  antiguo),  folio  2. 

(5)  ídem-:  Legajo  6  (6  antiguo),  folios  108  y  110. 
(5)  ídem:  Legajo  6  \(¡  antiguo),  folio  109. 

(7)  Idcni:  Legajo  6  (5  antiguo),  folio  5. 

(8)  Libros  generales  de  la  Cámara:  Libro  43,  folio  16,  16  v. 

(9)  /í/í'«.- Legajo  6  (6  ;intiguo)/fol!f)  85,  124, 


IL    CARDKNAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        23  I 

Conde  de  Palma,  al  Ayuntamiento,  á  I).  Diego  Hurtado  de  Men- 
doza y  al  Marqués  de  Villena  (l).  Las  palabras  empleadas  en  la 
carta  para  este  último  son  las  más  halagüeñas,  á  pesar  de  las  re- 
laciones desfavorables  que  sobre  su  presencia  se  habían  hecho. 
Después  de  las  frases  corrientes  se  añade;  «Bien  se  ve  que  donde 
vos  os  hallaredes,  no  se  puede  ni  ha  de  hacer  otra  cosa  syno 
nuestro  seruicio  porque  es  lo  que  sienpre  aveys  fecho.  ■>  También 
dio  las  gracias  á  los  Canónigos  toledanos  por  haber  dado  la  po- 
sesión <(.uiuy  en  concordia  de  todos...  lo  qual  vos  agradezco  mucho 
y  tengo  en  servicio;  no  lo  esperaua  menos  de  vosotros  segund 
vuestra  mucha  lealtad  y  la  voluntad  que  sé  que  teneys  para  me 
seruir  y  asy  estad  ciertos  que  todo  lo  que  a  esa  santa  iglesia  to- 
care lo  mandare  mirar  y  favorecer  como  ella  lo  merece;  la  carta 
que  pedis  para  seguridad  que  se  trayran  las  buyas  con  Reuoca- 
cion  de  la  diuysion  que  estaua  fecha  os  mando  enbiar  con  la 
presente  y  creed  que  antes  de  aquel  tiempo  plaziendo  a  dios 
vernan  porque  ya  su  santidad  lo  tiene  concedido  y  se  está  ha- 
biendo el  despacho  para  lo  traer»  (2). 

Lo  dos  procuradores  no  esperaron  la  llegada  de  los  últimos 
despachos,  sino  que  salieron  en  seguida  después  del  día  20  de 
Abril  de  Toledo.  D.  Francisco  de  Mendoza  fué  á  Alcalá  de  Fie- 
nares   (3),  donde   tenía   una    canonjía   (4)  y  allí  pasó  la   mayor 


(i)     Arcliii'o  i^cncral  de  .Simancas:  Libro  43,  folio  16,  16  v. 

(2)  ídem:  Libro  43  folio  16.  A  continuación  de  la  minuta  se  lee  lo  si- 
guiente: «Este  dicho  dia  se  despacho  vna  prouisyon  de  sus  altezas  firmada 
del  Rey  nuestro  señor  librada  del  chanciller  y  obispo  y  don  garcía  Refren- 
dada del  secretario  covos  por  la  cual  sus  altezas  aseguran  e  prometen  y  dan 
su  fee  y  palabra  Real  al  deán  y  cabildo  de  la  santa  yglesia  de  toledo  que 
dentro  de  seys  meses  primeros  syguientes  procuraran  con  toda  su  posy- 
bilidad  de  traer  y  (¡ue  trayran  y  ganaran  de  nuestro  muy  santo  padre  bulla 
appostolica  plomada  ad  perpetuam  Rey  memoriam  por  la  <iuat  sufick-nte- 
mente  su  santidad  derogue  y  Reuo(iue  y  case  y  anuUe  la  dímcmbracion 
e  diuisyon  que  su  santidad  hizo  del  arzobispado  de  toledo  e  de  las  Rentas 
e  derechos  del  Reyntegrandole  en  el  estado  que  antes  que  la  diuisyon  e 
dimembracion  se  hiziese  estaua  motu  propio  e  cierta  ciencia  e  de  pleni- 
tudine  potestatis  segund  mas  largamente  en  la  dicha  prouisyon  si- 
contiene.» 

(3)  ídem:  Legajo  7  ¡6  antiguo),  folio  129. 

(4)  Más  tardi'  tuvo  sobre  esta  canonjía  un   pleito   en    Roma;  rl    7  di- 


232  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

parte  del  tiempo,  yendo  á  Toledo,  cuando  los  negocios  se  lo 
eKigían.  Se  comprende  que  no  le  gustaba  vivir  en  la  capital, 
donde  el  Cardenal  y  él  tenían  muchos  enemigos.  El  Deán  de 
Besan(;on  se  fué  á  la  Corte,  por  ser  del  Consejo  real.  El  era  quien, 
en  nombre  de  Xevres,  dirigía  los  asuntos  del  Arzobispado  y  Men- 
doza el  que  desde  Alcalá  ejecutaba  sus  determinaciones  (l). 

El  8  de  .Septiembre  de  1520  fué  confiado  á  Mendoza  sólo  el 
gobierno  del  Arzobispado,  siendo  nombrado  por  el  Cardenal  de 
Croy  Vicario  general  «in  spiritualibus  et  temporalibus»,  con  fa- 
cultad de  nombrar  todos  los  funcionarios,  incluso  dos  oficiales  y 
vicarios  para  las  audiencias  de  Toledo  y  Alcalá,  el  Obispo  auxi- 
liar, el  obrero,  los  visitadores,  inquisidores,  etc.  (2). 

La  bula  de  la  revocación  de  la  división  que  los  procuradores 
habían  prometido  al  Cabildo  y  que  el  Rey  pidió  al  Papa,  fué  ex- 
pedida en  Roma  el  23  de  Julio  de  1518,  y  por  ella  la  división  fué 
anulada  con  todas  las  formalidades  (3).  Dicha  bula  llegó  a  Zara- 


Diciembre  de  1519  escribe  el  Procurador  del  Cardenal  de  Croy  desde 
Roma  á  Xevres  que  Mendoza  quería  renunciar  á  ella  en  favor  de  su  her- 
mano, mavordomo  de  Xevres,  con  tal  cjue  le  dejasen  el  beneficio  de  Mar- 
chámalo, al  cual  también  aspiraba  Alardo  Bouecquet,  Capellán  de  Xevres. 
Archivo  general  de  Simanrax:  Estado,  legajo  847,  folio  10. 

(i)  .  La  diferencia  entre  las  posiciones  de  los  procuradores  resalta  del 
siguiente  párrafo  de  una  carta  de  Mendoza  al  Deán  de  Besangon:  «Suplico 
.1  V.  M.  cjue  se  acuerde  de  mí  para  traer  a  la  memoria  de  mossieur  de 
Xebres  lo  que  yo  acá  "sirvo  y  el  mucho  gasto  que  tengo  que  del  trabajo 
ya  V.  M.  lo  sabe  y  yo  lo  doy  por  bien  empleado  por  ser  su  servicio  del 
i"ardenal.  mi  Señor  y  de  mossieur  de  Xebres;  no  quiero  otra  cosa  si  no. 
que  se  acuerde  de  mí  si  mis  servicios  lo  merecen  y  sy  no  curen  dello;  y 
pues  yo  no  tengo  otro  señor  ni  pacb'e  si  no  a  V.  M.  mi  honra  }•  provecho 
pongo  en  sus  manos  que  sí  que  guiandome  por  este  norte  no  perderé  de 
cobrar  buen  puerto  y  en  esto  no  quiero  mas  decir  porque  conozco  el  ver- 
dadero amor  que  V.  M.  me  tiene».  Archivo  general  de  Simancas:  Estado 
Cast,  legajo  6  (5  antiguo),  folio  126. 

(2)  Archivo  de  la  Catedral  de  Toledo,  A.  q.  1,  9;  Biblioteca  Nacional  de 
Madrid,  Ms.  13.020,  pág.  177. 

Vicario  de  Alcalá  era  á  fines  de  Septiembre  de  1520  Diego  de  Avella- 
neda, según  consta  en  un  documento  firmado  por  él  el  día  26  de  dicho  mes, 
on  el  cual  certifica  haber  recibido  el  breve  de  Lecín  X  del  10  de  Diciembre 
de  151S  confirmando  los  privilegios  de  las  monjas  de  Santa  Clara.  Archivo 
Xacionaí  Histórico  de  Madrid:  Catedral  de  Toledo,  caja  227. 

(3)  Original  en  el  Archivo  de  la  Catedral  de  Toledo,  A.  Q,  2;  copia  en  la 


EL    CARDENAL    GDILI.ERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       233 

goza,  donde  á  la  sazón  se  encontraba  la  Corte,  á  fines  de  Sep- 
tiembre. El  24  de  este  mes,  el  Rey  participó  al  Cabildo  que  le 
Siria  entregada  en  su  nombre,  pidiendo  á  la  vez  le  devolviese  !a 
cédula  del  "prometimiento»  (l).  Francisco  de  Mendoza  fué  á  To- 
ledo el  lunes  25  de  Octubre  para  entregarla  personalmente  al 
Cabildo  (2).  Los  Canónigos  recibieron  con  grandísima  satisfac- 
ción tan  deseado  documento,  hicieron  una  procesión  y  dieron 
las  gracias  á  Xevres. 

En  estos  días  iba  Doña  Leonor^  hermana  del  Rey,  á  casarse 
con  Don  Manuel,  Rey  de  Portugal.  El  día  9  de  Octubre  de  1 5 18, 
encontrándose  Don  Carlos  en  La  Muela  (provincia  de  Zaragoza), 
su  hermana,  que  había  venido  con  él  de  Flandes  y  le  había  acom- 
pañado hasta  ahora,  ]5artió  para  Portugal  (3),  pasando  en  su  via- 
je por  Alcalá  de  Henares,  el  jueves  21  de  Octubre  (4).  Iba  acom- 
pañado por  la  señora  de  Xevres  y  por  dos  hermanas  del  Carde- 
nal de  Croy;  el  29  de  Octubre  entró  en  Toledo  y  oyó  una  misa 
solemne  en  la  Catedral  (5)- 


Biblioteca  Nacional  de  Madrid,  Ms.  13.020,  págs.  172  y  siguientes.  Caste- 
jón,  tomo  u,  págs.  941  y  siguientes. 

(i)     Libros  generales  de  la  Cámara,  libro  43,  folio  103. 

(2)  Archivo  general  de  Simancas:  Estado  Castejón.  legajo  6  (6  antiguo), 
folios  266,  258. — J.  B.  PÍREZ,  pág.  124,  da  como  fecha  de  la  entrega' de  la 
bula  el  15  de  Octubre,  equivocándose,  pues  el  18  de  Octubre  comunica 
Mendoza  desde  Alcalá  haber  recibido  la  bula,  con  la  que  iría  el  lunes  si- 
guiente, o  sea  el  25  de  Octubre,  á  Toledo.  Archivo  general  de  Simancas.  Es- 
tado Castejón,  legajo  6  (6  antiguo),  folio  244.  Regresó  inmediatamente  á 
Alcalá,  porque  al  día  sigiriente,  36,  participa  á  Xevres  que  había  efectuado 
el  encargo.  Además  el  Cabildo  en  las  cartas  del  20  )•  23  de  Octubre,  lega- 
jo 6  (6  antiguol,  folio  119;  legajo  6  ¡5  antiguo),  folio  141)  dirigidas  á  Men- 
doza, no  habla  todavía  nada  de  este  asunto. 

(3)  Foronda;  Estancias  y  iiiajt:.s  del  Emperador  Carlos  V,  pág.  128. 

(4)  ^  Archivo  general  de  Simancas:  Estado  Castejón,  legajo  6  (6  antiguo), 
folio  260;  legajo  6  (5  antiguo),  folio.242. 

(5)  J  B.  PiÍREz:  págs.  127,  129. — Lttciano  Sehr.\no:  pág.  55. — Danvil.v  y 
Collado:  tomo  i.  págs.  205  v  siguientes,  213,  tomo  vi,  pág.  125. — H.  Balm- 
GARTEx:  tomo  I,  págs.  3 1  o  y  siguientes.  Según  Argensola,  libro  i,  cap.  47.  pá- 
gina 523;  cap.  57,  págs  528  y  siguientes.  Doña  Leonor  quiso  marchar  á. 
Portugal  ya  en  Julio,  pero  suspendió  el  viaje  por  empezar  las  primeras  al- 
teraciones en  Castilla.  Más  tarde,  ya  viuda,  pasó  de  nuevo  por  Toledo,  el 
22  de  Abril  de  1525. — Sandoval:  tom.o  i,  libro  3,  cap.  18.  pág.  132. 


234  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

provisión'  de  oricios  y  dignidadks  ks'  el  arzobispado  de  toledo 
durante  el  pontificado  del  cardenal  de  crov 

Después  de  haber  obtenido  la  seguridad  de  que  no  se  partiría 
el  Arzobispado,  el  t'abildo  pasó  por  tener  un  Prelado  extranje- 
ro. Lo  que  dolía  á  los  españoles,  y  sobre  todo  á  los  Canónigos 
toledanos,  era  que  el  Arzobispo  no  viniese  á  su  Diócesis  y  gas- 
tase sus  rentas  fuera  del  país.  Ya  en  las  Cortes  de  Valladolid,  el 
Rey  había  prometido  procurar  que  el  Cardenal  viniese  á  España, 
promesa  que  no  fué  cumplida,  á  pesar  de  las  repetidas  reclama- 
ciones del  Cabildo  (l),  pues  seguía  en  Flandes  sin  tener  influen- 
cia ninguna  en  la  administración  del  Arzobispado.  En  todos  los 
asuntos  los  procuradores  no  se  dirigían  á  él,  sino  á  su  tío  Xe- 
vres,  que  era-  quien  manejaba  todo.  El  joven  Cardenal  de  Croy 
era  uno  de  tantos  Prelados  de  aquella  época  que  poseían  varios 
altos  cargos  eclesiásticos  no  por  méritos,  sino  por   favoritismo. 

¿Mas,  cómo  se  explica  que  los  Canónigos  que  al  principio  eran 
tan  opuestos  á  dar  la  posesión  á  un  Prelado  extranjero,  cesasen 
en  su  oposición?  Pues,  sencillamente,  porque  se  repitió  en  el  Ar- 
zobispado lo  que  se  había  visto  en  todo  el  país.  Todos  los  espa- 
ñoles vieron  con  disgusto  que  el  reino  fuese  heredado  por  un 
Príncipe  extranjero,  ante  la  perspectiva  de  ser  gobernados  por 
manos  ajenas.  Sin  embargo,'  al  llegar  Don  Carlos  á  España  acu- 
dieron muchos  nobles,  señores  y  Prelados  á  recibirle  y  ofrecerle 
sus  servicios,  siempre  con  la  esperanza  de  obtener  alguna  buena 
recompensa  y  ascender  á  elevados  cargos.  Muchos  que  vacila- 
ban fueron  ganados  con  promesas,  dádivas,  amenazas,  como  se 
vio  en  las  Cortes  de  Valladolid,  y  más  claramente  en  las  de  San- 
tiago y  Coruña:  así  es  que  los  que  protestaban  quedaron  en  mi- 
noría. El  mismo  procedimiento,  aunque,  es  claro,  en  menor  es- 
cala, se  siguió  en  la  toma  de  posesión  del  Arzobispado.  Al  prin- 


(i)  Por  ejemplo,  el  28  de  Septiembre  de  1518  escribe  D.  Francisco 
de  Mendoza  á  Xevres  diciéndole  que  todos  deseaban  que  el  Cardenal 
viniese.  Arcliivo  ¡general  de  Simancas:  Estado,  legajo  6  (ó  antiguo),  folio  243- 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    V    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        235 

cipio  hubo  gran  resistencia  en  los  Canónigos;  mas  los  represen- 
tantes <' hablan»  particularmente  con  los  Canónigos  que  tenían 
por  amigos,  prometen  á  unos,  amenazan  á  otros  y  por  fin  consi- 
guen que  se  le  dé  posesión.  El  egoísmo,  la  cobardía  y  venalidad 
hacen  que  las  pretensiones  ajenas  venzan  á  las  conveniencias  na- 
cionales. Con  gran  acierto  dice  D.  Vicente  de  Lafuente  (l):  «Al 
hablar  de  la  venalidad  de  los  destinos  en  aquella  época  aciaga, 
nuestros  escritores  claman  contra  las  infamias  de  Xevres  y  los 
flamencos,  pero  no  tienen  en  cuenta  que  los  españoles  de  en- 
tonces eran  tan  bajos  y  ruines  como  aquéllos,  pues  en  aquel 
mercado  infame,  tan  inmorales  eran  los  vendedores  como  los 
compradores,  y  aquéllos  no  hubieran  echado  a  vender  si  los  es- 
pañoles no  se  hubieran  presentado  a  comprar  .  Así  resultó  que 
el  rico  Arzobispado  de  Toledo  fué  una  de  las  muchas  prebendas 
de  la  familia  de  Croy^y  Xevres  proveía  todos  los  oficios  y  digni- 
dades vacantes  en  sus  privados  y  favoritos. 

Prueba  de  ello  son  los  hechos  siguientes:  El  día  6  de  Abril  de 
I  518  escribe  Hernando  de  Silva  desde  Toledo  á  Xevres,  dicién- 
dole  haber  oído  hablar  de  la  llegada  de  las  bulas,  y  le  felicita  y 
ofrece  sus  servicios  (2),  ofrecimiento  que  repitió  el  19  del  mismo 
mes  (3).  El  mismo  día  6  de  Abril  participa  D.  Diego  de  Rive- 
ra, Obispo  de  Segovia,  que  al  llegar  á  su  capital,  con  motivo  de 
las  fiestas,  había  recibido  la  noticia  de  haber  llegado  las  bulas  v 
que  por  eso  iría  pronto  á  Toledo  para  trabajar  en  favor  del  Pre- 
lado (4).  Una  carta  de  igual  contenido  dirige  a  Xevres  D.  Juan 
de  Rivera,  hermano  del  Obispo  Diego,  añadiendo  que  no  «le 
era  seguro  lo  de  las  bulas,  si  no  ya  hubiese  partido  a  Toledo»  (5 ). 

Al  presentarse  en  Toledo  los  procuradores  pidiendo  la  pose- 
sión para  Croy,  votó,  como  queda  dicho,  solamente  un  canónig(j 
en  pro.  I'ué  D.  Pedro  de  M¿i/ilo:a.,  quien  ayudó  desde  el  primer 


(i)     Historia  eclesiástica  ¡fe  España,  tomo  v,  pág.  1 19. 

(2)  Arcliivo  general  de  Simancas:  Estado,  legajo  7  (6  antiguo),  folio  i  iS. 

(3)  ídem:  Legajo  7  (6  antiguo),  folio  120. 

(4)  ídem:  Legajo  7  (6  antiguo),  folio  1 14. — \'icente  de  Laflente:  Hist,^- 
ria  eclesiástica  de  España,  tomo  v,  pág.  529. 

(5)  ídem:  Legajo  7  (6  antiguo),  folio  i  16. 


236  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

momento  á  su  pariente  D.  Francisco,  y  el  día  14  de  Abril  escribe 
;'i  Xevres  (I)  que  había  votado  en  conciencia,  jiorque  además  de 
las  bulas  había  venido  un  mandamiento  del  Rey,  al  que  debía 
obedecer.  Además,  con  palabras  aduladoras,  elogia  al  Cardenal; 
y  junto  con  esto,  concurriendo  en  el  Rmo.  Cardenal  tales  cali- 
dades quales  pertenecen  para  tal  dignidad...;  a  quien  por  sus 
merecimientos  todos  deuemos  tanto».  De  nuevo  se  ofreció  á 
Xevres  el  día  6  de  Junio  (2),  refiriéndose  á  los  buenos  informes 
que  daría  de  él  su  tío  D.  Diego  Hurtado  de  Mendoza.  Un  her- 
mano de  D.  Francisco,  D.  Antonio  de  Mendoza,  era  al  mismo 
tiempo  Corregidor  de  Cuenca  (3).  También  este  debió  recibir 
alguna  prebenda,  como  se  ve  por  una  carta  del  29  de  Junio 
de  I  52 1,  de  D.  Francisco  al  Cardenal  de  Tortosa  (4),  y  como  si 
esto  fuera  poco,  también  pidió  D.  Francisco  al  Deán  de  Besan- 
(;on,  cuando  éste  era  Gran  Canciller  interino,  la  prorrogación  del 
cargo  que  su  otro  hermano  desempeñaba  en  el  Campo  de  Cala- 
trava  (5). 

Don  Francisco  y  D.  Pedro  eran  sobrinos  del  citado  caballero 
toledano  D.  Diego  Hurtado  de  Mendoza,  hijo  del  gran  Cardenal 
D.  Pedro  de  Mendoza,  Conde  de  Mélito,  que  también  trabajó  en 
favor  de  Croy  y  que,  en  1520,  al  marcharse  Don  Carlos  de 
líspaña,  fué  nombrado  Virrey  de  Cataluña  y  de  Valencia,  con  el 
encargo  de  pacificar  las  (iermanias  (6).  Era,  además.  Deán  de/ 
Cabildo  un  Mendoza^  tj.  Car/os,  que,  como  Presidente  del 
Cabildo,  guardó  cierta  reserva,  pero  sostenía  con  la  Corte  corres- 
]iondencia  particular.  Ya  el  13  de  Diciembre  de  1 5 17  1^  escribe 
el  Rey  desde  Valladolid:  «Venerable  deán  de  la  santa  yglesia  de 
toledo:  el  licenciado  de  herrera,  alcalde  de  nuestra  casa  y  corte 


1,1)     Archivo  gei2cral  tic  Simancas:  Estado,  legajo  7  ib  antiguoi,  folio  i  19. 
\'éase  también  Danvila  y  Collado,  tomo  vi,  i)'igs.  142,  i8ñ  y  siguirntes. 
(2)     ídem:  Legajo  6  (6  antiguo),  folio  256. 

13)  /rfr;«;  Legajo  6  15  antiguo),  folio  126. 

14)  ídem:  Patronato  Real,  legajo  2,  folio  Sd. 

(5)  /rfí/«;  Estado,  legajo  6  (5  antiguo),  ídIío  142. — Argessola:  lil)ro  1, 
cap.  44,  pág.  588  y  sig. — Sandoval;  libro  111,  cap.  17. 

(6)  Argensola;  libro  i,  cap.  io2,  págs.  950  y  siguientes. 


El.    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       237 

y  del  nuestro  consejo,  me  ha  escripto  la  \oluntad  y  deseo  que 
teneys  a  mi  seruicio  y  de  como  os  ha  hallado  mu}^  cierto  para  lo 
que  a  esta  toca,  lo  qual  os  agradezco  y  tengo  mucho  gusto  en 
seruicio,  y  así  os  Ruego  y  encargo  lo  continuays,  que  en  ello  me 
seruireys  mucho,  y  lo  terne  en  memoria  para  las  cosas  que  os 
tocaren,  como  más  largamente  el  dicho  alcalde  os  dirá  de  mi 
parte»  (l).  De  su  actitud  en  la  toma  de  posesión  no  dicen  nada 
los  documentos,  pero  más  tarde  se  declaró  públicamente  parti- 
dario de  Croy  y  de  D.  Francisco,  como  se  verá  luego  al  tratar 
del  levantamiento  de  Toledo,  y  según  se  desprende  de  su  acti- 
tud el  27  de  Febrero  de  1520(2). 

El  primer  Canónigo  toledano  que  acudió  á  la  Corte  de  Don 
Carlos,  cuando  éste  se  encontraba  en  V'alladolid,  fué  D.  Fer- 
nando de  Fonseca.  Sus  ofrecimientos  fueron  aceptados,  y  los  pro- 
curadores le  propusieron  para  la  dignidad  de  la  Obrería,  cargo 
que  le  fué  otorgado  poco  tiempo  después  de  la  toma  de  pose- 
sión de  Croy  (3).  El  Cabildo  había  elegido  al  mismo  tiempo,  es 
decir,  el  i.°  de  ]\Iayo  de  1518,  para  este  cargo  á  D.  Dieqo  López 
de  Ayala  (4),  que  había  sido  nombrado  Canónigo  por  Cisneros 
el  24  de  Septiembre  de  1506,  y  Vicario  de  coro  en  1509,  y  más 


(1)  ^/•i'/«í)o  ,i^6'«c/'í7/ í/í  .S/«íJ'«<"rtJ'.' Libros  generales  de  I;i  Cámara,  liljro 
37,  folió  226  V. 

(2)  Don  Carlos  murió  el  8  de  Diciembre  de  1529.  Su  sucesor  fué  otro 
Mendoza,  D.  Rodrigo,  que  en  1523  fué  promovido  al  Obispado  de  Orense. 
J.  B.  PÍREz:  pág.  130.— Danvii.a  y  Collado:  tomo  vi,  pág.  140. 

(3)  El  6  de  Mayo.  Xevres  ya  le  escribe  sobre  un  asunto  de  este  cargo. 
Archivo  general  de  Simancas:  Estado,  legajo  6  (5),  folio  1 17.  El  6  de  Junio 
comunica  Francisco  de  Mendoza  á  Xevres:  «Ciertas  promisiones  de  la  obra 
se  han  presentado  en  nuestro  Cabildo  para  Hernando  de  Fonseca,  canó- 
nigo», ídem:  Legajo  6  (6),  folio  256. — Danvila:  tomo  v"i,  pág.  141. 

(4)  Franclsco  Pérez  Si;da.>jo:  Xoias  del  Archivo  de  la  Catedral  de  To- 
ledo, puldicadas  por  D.  jElfas  Torno  en  las  publicaciones  del  Centro  de  Estii- 
Jios  Históricos:  Madrid,  1914,  págs.  43,  1 13. — Manuel  R.  Zarco  del  Valle: 
Documentos  de  la  Catedral  de  Toledo,  tomo  i;  Madrid,  1916,  págs.  373  y  si- 
guientes — Vicente  de  Lafuente:  Historia  eclesiástica  de  España,  tomo  v, 
págs.  120,  122. -B.  Gams:  Die  Kirchetigeschichtc  von  Spahicm,  tomo  iii, 
-segunda  parte,  pág.  147. — Daxvila:  tomo  i,  págs.  69,  176,  180,  185;  tomovr. 
pág.  141.— Pascual  Gayangos  y  Vicente  de  Lafuente:  Cartas  del  Cardenal 
D.  Fr.  Francisco  de  Ximénez  de  Cisneros  á  D.  Diego  López  de  Ayala;  Ma- 
drid, 1867. 


238  BOLETÍN    DE    LA     KEAL     ACADEMIA    DE    LA     HISTORIA 

tarde  fué  representante  y  provisor  suyo  en  Bruselas.  Su  elección 
como  obrero  fué  anulada  por  Xevres  en  favor  de  Fonseca,  pro- 
duciendo esto,  como  era  natural,  un  gran  disgusto  en  el  Cabildo. 
I. a  noticia  de  la  elección  de  López  de  Ayala  causó  gran  asombro 
en  la  Corte.  El  Rey  expresó  á  los  Canónigos  su  disgusto,  pidiendo 
revocasen  su  elección,  pues  la  provisión  de  esta  dignidad  había 
pertenecido  al  Cardenal  Cisneros,  y,  por  consiguiente,  pertenecía 
ahora  al  Cardenal  Croy  (l).Para  esclarecer  este  asunto,  el  Rey  les 
prometía:  «Si  derecho  alguno  pretendeys  tener  a  la  dicha  elec- 
ción y  nombramiento  de  la  dicha  obrería,  yo  lo  mandare  ver  y 
proveer  en  ello  lo  que  sea  justicia»  (2).  Pero  mientrastanto  no 
debían  impedir  á  Fonseca  en  el  ejercicio  de  su  dignidad,  «so 
pena  de  las  temporalidades  y  de  perder  la  naturaleza  que  teneys 
en  estos  mis  Reynos  y  de  ser  ávidos  por  ajenos  y  extraños 
dellos,  en  Pas  quales  dichas  penas,  desde  agora  lo  contrario 
haziendo,  vos  doy  por  condenados»  (3).  En  términos  parecidos 
se  despachó  una  carta  á  D.  Diego  López  de  Ayala,  al  cual  se 
mandó  no  aceptase  el  cargo,  aunque  el  Cabildo  no  revocase  la 
elección  (4).  Las  dos  cédulas  fueron  enviadas  al  Conde  de  Palma 
para  que  las  entregase  ante  escribano  público  y  ordenándole 
comunicase  la  respuesta  de  uno  y  otros  (5).  De  los  canónigos, 
solamente  D.  Pedro  de  Mendoza  obedeció,  como  lo  manifestó  en 
una  carta  á  Xevres  (6).  Los  demás,  al  contrario,  suspendieron  á 
Fonseca  la  paga  de  su  prebenda  y  de  otros  beneficios  suyos  }• 
cerraron  un  postigo  que  éste  había  hecho  en  el  claustro  de  la 
catedral,  por  el  cual  entraban  las  personas  que  habían  de  arren- 
dar las  rentas  de  la  Obrería.  Poco  después  pensó  el  Corregidor 
ir  á  la  Corte  para  dar  cuenta  al  Rey  de  varios  asuntos,  y  entre 
ellos  el  de  la  Obrería.  Pero  el  Rey  — ó  más  liien  sus  consejeros — 


I  í)  Arc/ih'3  gouTal  de  Simaii(\ix:  Estado,  legajo  6  (51,  folio  126. 

(2)  Cartas  del  Conde  de  Palma  al  Rey;  /dem:  Legajo  7  (6),  folio  105,  iü6. 

(3)  Real  cédula  fechada  en  Zaragoza  el  id  de  Mayo  de   1518:  Libros 
generales  de  la  Cíímara,  libro  45,  folio  88. 

(4)  Real  cédula  de  la  misma  fecha:  ídem:  Libro  45,  folio  88  v, 
(,5)  ídem:  Libro  45,  folio  89. 

i 6)  Arc/iiva general  de  Simanras:  Estado,  legajo  6  (b),  folio  2i,b. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL     ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       239 

no  estimaba  oportuna  su  ausencia  de  Toledo,  y  le  escribió  desde 
Zaragoza:  'iPor  estar  como  estoy  fuera  desos  Reynos  vuestra 
absencia  dcsa  cibdad  para  las  cosas  de  nuestro  servicio  haria 
falta.  Rescibire  seruicio  que  lo  dexeis  para  quando  plaziendo  a 
nuestro  señor  buelva  a  esos  Reynos  que  será  presto  y  eston- 
ces podreys  venir  a  me  ver  y  visitar  y  entender  en  lo  que  vos 
tocare  que  yo  holgare  de  vuestra  visita^;  (l).  A  la  vez  le  fueron 
anunciadas  otras  cartas  con  advertencias  sobre  los  asuntos  pen- 
dientes. Estas  cartas  fueron  despachadas  el  día  14  del  mis- 
mo mes. 

De  nuevo  se  mandó  al  Cabildo  que  anulase  la  elección  de 
I.ópez  de  Ayala,  amenazando  á  los  Canónigos:  «lo  contrario 
haziendo  desde  agora  os  condeno  y  he  condenado  syn  otra  sen- 
tencia ni  declaración  alguna  e  de  como  esta  mi  cédula  vos  fuese 
notificada  e  la  cumplieredes  mando  so  pena  de  la  mi  merced  e 
dies  mili  maravedís  para  la  mi  camara^^  (2).  A  todas  las  personas 
eclesiásticas  y  seglares  que  habían  recibido  algún  arrendamiento 
¡lerteneciente  á  la  Obrería  por  el  Deán  y  el  Cabildo,  se  les  mandó 
por  otra  cédula  que  las  dexen  e  non  vsen  de  tales  arrendamien- 
tos so  ciertas  penas  ^.  Todos  "estos  arrendamientos  fueron  anu- 
lados: 'Lo  doy  por  ningund  valor  y  efecto  por  ser  como  es 
agravio  y  perjuyzio  del  dicho  Reverendissimo  cardenal»  (3).  En 
cambio,  fueron  confirmados  por  otra  cédula  todos  los  arrenda- 
mientos dados  por  Fonseca:  «Aprometo  e  aseguro  a  vos  las 
dichas  personas  que  asj'  teneys  arrendadas  o  arrendaredes  las 
dichas  Rentas  del  dicho  canónigo  obrero  Hernando  de  Fonseca 
que  los  arrendamientos  que  del  hesieredes  vos  serán  ciertos  y 
seguros  y  que  no  consyntire  ni  daré  lugar  a  que  agora  ni  en 
algund  tiempo  ninguna  persona  nos  vaya  ni  pase  contra  ello  ni 
perturve  nin  moleste  en  ellos  que  por  la  presente  vos  los  hago 
sanos  e  seguros  e  de  paz  para  agora  e  para  syenpre  jamas  e  no 


(T)     Rc;il  cédula  del  ii  de  Junio  de  15  iS:  Libros  generales  de  la  Cám.i- 
ra,  libro  44,  folio  8  bis. 

(2)  ídem:  43,  folio  47  v. 

(3)  Real  cédula   fechada  en   Zarai;oza  el  14  de  Junio  de   1518-  IJor: 
I.ihro  43,  folio  48. 


240  BOLETÍN    DE    LA    KEAL    ACADFMIA    DE    LA    HISTORIA 

fagades  ende  al»  (l).  Al  mismo  tiempo,  D.  Diego  López  de 
Ayala  y  el  Canónigo  Pedro  Suárez  recibieron  cartas  del  Rey,  por 
las  cuales  fueron  llamados  á  la  Corte.  El  Corregidor  por  quien 
estas  cédulas  fueron  entregadas  debía  cuidar  que  fuesen  cumpli- 
das [2).  A  pesar  del  tono  enérgico  de  estas  cartas,  tanto  Xevres 
como  D.  Francisco  de  Mendoza  querían  evitar  toda  violencia  y 
alteración;  por  eso  no  les  gustó  que  Fonseca  hubiese  abierto  el 
postigo  (3).  Pero  éste  se  disculpó,  escribiendo  á  Xevres  que  lo 
había  hecho  de  acuerdo  con  Mendoza,  y  que  el  abrirlo  «no  era 
cosa  de  novedad ■■>,  sino  «avia  grand  necesidad  de  abrirle»  (4).  A 
petición  de  Mendoza,  el  Conde  de  Palma  detuvo  algunos  días  las 
mencionadas  cédulas,  porque  los  canónigos  habían  propuesto  un 
arreglo;  mas  cuando  se  vio  que  su  ofrecimiento  «para va  en  pala- 
bras», notificó  las  cartas  é  hizo  pregonar  por  el  Arzobispado  las 
referentes  á  los  arrendamientos,  lo  cual  produjo  el  efecto  que  se 
buscaba:  el  Cabildo  se  sometió  en  el  mes  de  Julio  y  Fonseca  dis- 
frutó su  cargo,  sin  ser  molestado  por  nadie.  Como  j^a  no  era  nece- 
sario que  Lóbez  de  Ayala  y  Pedro  Suárez  compareciesen  en  la 
Corte,  el  Conde  de  Palma  no  les  notificó  las  cédulas  dirigidas  á 
ellos.  Tal  vez  éstos  hubiesen  ido  de  buena  gana,  pues  el  Conde 
escribe  á  Xevres:  '<Entre  todo  el  Cabildo  está  asentado  quel  que 
mandasen  ir  a  la  Corte  por  estas  cosas  ganase  dos  castellanos 
por  cada  día  y  creo  que  por  ganallos  holgaran  de  yr  sy  su  alteza 
todavía  manda  que  se  notifiquen  (las  cédulas)»  (5). 

Varias  veces  se  dirige  el  Cabildo  á  Xevres,  pidiendo  un  bene- 
ficio para  un  protegido  suyo.  Así,  por  ejemplo,  el  2  de  Noviem- 
bre de  I  5  18  piden  los  Canónigos  una  prebenda  para  su  Secreta- 
rio D.  Fernando  Alonso  (6).  Xevres  contestó  que  1).  I'rancisco 


(i)  Real  cédula  fechada  en  Zaragoza  el  14  de  Junio  de  15,^.  /dcm: 
Libro  43,  folio  48.. 

(2)     Real  cédula  de  la  misma  fecha.  ídem:  Libro  43,  folio  47. 

Í3')     Archivo  general  de  Simancas:  'Es\.aáo,  legajo  6  (5),  folio  117,  120. 

{4)     ídem:  Legajo  6  15),  folio  126. 

(5)  Cartas  del  Conde  de  Palma,  del  12  de  Julio,  al  Rey,  y  del  18  de 
Julio  á  Xevres:  Tdein:  Legajo  7  (6),  folio  io(>,  iü£. 

(ó)      ídem:  Legajo  6  (6),  folio  258. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO.     24  I 

de  Mendoza  proveería  la  primera  prebenda  que  vacase.  Después 
de  la  muerte  del  Canónigo  D.  Jorge  Maldonado  repiten  su  peti- 
ción, dirigiendo  también  una  carta  con  el  mismo  fin  al  Deán  de 
Besangon  (l).  En  estas  cartas  piden  á  la  vez  una  ración  para 
Alonso  Sánchez  Socapiscol  y  un  beneficio  curado  ó  simple  para 
Alvaro  Calderón,  pobre  hijo  de  Diego  Calderón,  su  pertigue- 
ro (2).  Además,  recomiendan  los  Canónigos,  el  1 8  de  Septiem- 
bre de  1 518,  á  Xevres,  á  un  tal  Luis  González,  que  entonces  iba 
á  la  Corte  (3).  Francisco  de  Mendoza  recomienda  también  á  Xe- 
vres, el  18  de  Octubre  del  mismo  año,  al  Canónigo  granadino 
Licenciado  Utiel  (4). 

Otras  veces  el  Cabildo  se  queja  de  que  las  monjas  de  Santa 
Clara  no  le  paguen  los  diezmos,  fundándose  en  privilegios  pon- 
tificios. Hubo  por  ello  reclamaciones  en  Roma,  cuyo  resultado  se 
desconoce  (5).  También  se  negó  el  Cabildo  de  Segovia,  sufragá- 
neo de  Toledo,  á  pagar  los  diezmos  á  la  mesa  arzobispal  y  á  la 
mesa  capitular,  y  los  Canónigos  toledanos  mandaron,  el  20  de 
Octubre  de  I  5 18,  á  su  compañero  D.  Juan  de  Ruiz  á  Alcalá  para 
que  presentase  á  Francisco  de  Mendoza  una  reclamación  pidién- 
dole remedio  (6).  Tres  días  después  se  recibió  en  Toledo  una 
carta  del  Cabildo  de  Avila,  que  también  se  negaba  á  pagar  los 
diezmos.  En  seguida  marchó  otro  Canónigo,  D.  Juan  de  la  Torre, 
á  Alcalá  para  presentar  otra  reclamación  y  una  relación  de  todos 
los  beneficios  que  poseían  los  Canónigos.  Parece  que  en  estos 
días  varios  Cabildos  sufragáneos  y  conventos,  tanto  de  frailes 
como  de  monjas,  habían  conseguido  privilegios  para  quedar  li- 
bres de  los  diezmos  debidos  á  la  Catedral  de  Toledo  (7).  «Este 
negocio  es  de  mucha  importancia  y  de  la  dilación  se  podria  se- 


(i)     Archivo  general  de  Simancas:  Legajo  6  (6),  folios  258-257. 

(2)  Véase  también  legajo  6  (ó),  folio  266. 

(3)  ídem:  Legajo  6  (5),  folio  4. 
(4!     ídem:  Legajo  6  (6),  folio  244. 

(5)  Arc/iivo  Nacional  Histórico  de  Madrid:  Catedral  de  Toledo, 
caja  227.  Traslado  de  Diego  de  Avellaneda,  fechado  el  26  de  Septiembre 
de  1 526  en  Alcalá  de  Henares. 

(6)  Archivo  general  de  Simancas:  ídem:  Legajo  6  (6),  folio  1 19. 
Í71     ídem:  Legajo  6  (5),  folio  141. 

TOMO    LXXV  16 


2^2      .  BOLETÍN    DE    LA    KEAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

guir  mucho  daño  porque  los  frailes  pondrán  mucha  diligencia  en 
ello  y  seguirán  las  cabsas  contra  estos  Cabildos  y  contra  benefi- 
ciados... Por  eso  pedimos  por  merced  a  vuestra  merced  que  lue- 
go sirva  a  monsieur  el  de  Xevres  para  que  su  señoría  sirva  y  aya 
letras  del  Rey  nuestro  señor  para  el  embaxador  que  de  parte  de 
su  alteza  suplique  a  su  Santidad  que  reboque  las  bulas  e  benefi- 
cios que  sobre  esto  ha  dado». 

Como  Xevres  se  valía  de  todos  los  medios  para  sacar  dinero, 
vendió  las  escribanías  mayores  de  Rentas  de  Toledo  por  500  du- 
cados. Cuando  á  mediados  de  Agosto  de  1 5 18  D.  Juan  de  Cas- 
tillo, Secretario  del  Deán  de  Besangon,  vino  á  Toledo  para  tomar 
ciertas  cuentas  de  Cisneros  vio  que  dichos  cargos  estaban  en 
manos  ineptas,  que  se  cometían  muchos  yerros  y  se  había  per- 
judicado á  la  Hacienda  en  más  de  500  ducados,  pues  los  actua- 
les empleados  no  tenían  conocimiento  alguno  del  cargo,  y  que 
en  cambio  los  anteriores,  que  conocía  Castillo  desempeñando  ya 
quince  años  este  cargo,  eran  personas  estimadas  y  honradas. 
Además,  no  le  parecía  justo  que  los  oficiales  pagasen  alguna  ren- 
ta, pues  la  sacarían  seguramente  durante  el  año  de  los  ingresos; 
al  contrario,  los  empleados  debían  recibir  sueldo,  para  que  tuvie- 
sen afición  y  amor  al  servicio  como  en  tiempos  del  Cardenal  Cis- 
neros. Advierte  el  Secretario  que  «en  este  oficio  se  pueden  ha- 
cer mili  ruyndades  y  no  ser  sentidos  jamás ^>.  Por  eso  se  cuida  de 
que  no  le  echen  la  culpa,  si  los  ingresos  de  la  Hacienda  no  die- 
ran el  resultado  que  se  esperaba  (IK  Lo  mismo  opina  Mendoza, 
escribiendo  al  Deán  deBesangon,  el  4  de  Septiembre  de  1518(2): 
«En  lo  de  las  Escribanías  de  rentas  certifico  a  V.  M.  mas  lo  tra- 
bajo y  he  trabajado  que  sy  a  mi  tocase,  pero  como  son  oficios 
que  ay  pocos  que  tengan  habilidad  para  seruilles  no  casan  entrar 
en  ellos  por  via  de  compra;  por  vía  de  arrendamiento  hallase  a 
quien  las  tomase».  En  la  misma  carta  y  en  la  del  7  de  Julio  ha- 
bla también  de  dificultades  que  ocasiona  la  venta  de  la  Escriba- 
nía del  Crimen  y  de  lo  poco  que  restaba.  «En  lo  de  las  penas 


(i)     Arcliii'v  general  de  Simancas:  Legajo  6  (j).  folio  134. 
(2)     ídem:  Legajo  6  (5),  folio  142. 


EL    CARDENAL    GUI]  l.ERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       243 

quel  criado  de  V.  M.  pidió  no  fué  bien  informado  porque  las  de 
y\lcala  no  valen  nada  y  sy  algunas  a)-  no  bastan  para  los  gastos 
de  los  pleitos  de  las  jurisdiciones».  El  Cabildo  advierte  á  Xe- 
vres  que  la  ciudad  sufría  muchos  perjuicios  por  la  venta  de  esta 
escribanía  (l).  Por  un  memorial,  escrito  después  de  la  muerte 
<lel  Cardenal  de  Croy  y  del  que  se  hablará  más  tarde,  se  ve  que 
un  tal  Vasco  de  Guzmán  compró  la  Fiscalía  mayor  de  Toledo 
on  600  ducados,  que  el  Canónigo  Flórez  compró  la  escribanía 
mayor  de  rentas  en  Ó20  ducados  y  íuan  de  Zúñiga  el  alguacilaz- 
go de  Alcalá  en  500  ducados. 

No  solamente  los  oficios  eclesiásticos  y  seglares,  sino  todas 
las  riquezas  iban  á  manos  de  los  cortesanos.  Curiosa  es  una  cé- 
dula que  el  Rey  dio  el  20  de  Junio  de  1519  á  su  .Secretario  Juan 
fie  Vozmediano,  que  á  la  vez  era  Contador  de  la  bula  de  la  Cru- 
zada; le  dio  el  derecho  «que  durante  los  dias  de  su  vida  pueda 
él  o  quien  su  poder  ouiere  y  no  otro  alguno  buscar  y  abrir  y 
descubrir  los  mineros  de  oro  y  plata  y  plomo  y  estaño  y  cobre 
y  azul  y  azogue  y  cardenillo  y  bermellón  y  otros  qualesquier 
metales  que  ay  y  ouiere  y  se  hallaren  en  el  arzobispado  de  To- 
ledo y  sacar  dellos  los  dichos  metales  y  hazerlos  fundir  y  afinar 
con  tanto  que  de  todo  lo  que  se  sacare  aya  de  dar  a  sus  altezas 
la  decima  parte  y  que  lo  comienze  a  sacar  dentro  de  1 8  meses  y 
que  pasado  el  dicho  tiempo  no  lo  pueda  hazer  y  que  después  de 
su  vida  queden  los  dichos  mineros  para  la  corona  Real  y  puedan 
sus  altezas  hazer  merced  dellos  a  quien  su  vohintad  fuere»  (2). 

La  si'uación  algo  insegura  de  aquellos  días  dio  lugar  á  que  un 
falsario,  el  Licenciado  Bustamante,  haciéndose  pasar  por  el  Obis- 
po de  Belén,  recorriese  el  país,  en  particular  el  Arzobispado  de 
Toledo,  «dando  tiiulos  y  caria  de  corona  syn  tener  licencia  ni 
facultad  para  ello  y  a  personas  ynhabiles  e  syn  guardar  la  hor- 
den  del  derecho  ni  las  otras  cosas  que  se  requieren  y  asimismo 
ha  hecho  otras  exorbitantes»  (3). 


1 1 )     Archivo  general  Je  Simancas:  l,c^ajcj  o  lOi.  íolio  270. 

(2)     ¡dem:  Libros  generales  de  la  Cámara,  libro  45,  folio  262  v. 

(3Í     Real  cédula  del  11  de  Enero  de  1510.  ídem,  libro  45,  folio  213. 


344  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

El  Cardenal  de  Croy  nombro  Procurador  suyo  en  Roma  á  don 
Francisco  de  Barrionuevo,  Abad  de  Falencia,  á  quien  dio  el  acos- 
tumbrado pleno  poder  para  todos  los  asuntos  "in  spiritualibus 
et  temporalibus».  Especialmente  le  fué  recomendado  tener  mu- 
cha diligencia  en  la  provisión  de  los  beneficios  «in  curia  vacan- 
tibus».  En  la  minuta  del  procuratorium  (l)  hay  un  poscriptum  (2) 
que  nos  revela  cómo  se  proveían  entonces  los  dichos  beneficios. 
Para  que  el  Papa  no  anulase  un  privilegio  ó  una  expectativa  del 
Obispo  y  concediese  un  beneficio  vacante  á  persona  no  grata  al 
Obispo,  el  Procurador,  al  vacar  un  beneficio,  proponía  á  algún 
amigo  de  confianza  que  á  la  vez  era  persona  grata  para  la  Curia 
y  hacía  proveer  la  prebenda  en  él.  Después,  éste  renunciaba  en 
favor  de  la  persona  que  el  Obispo  elegía. 

En  el  Archivo  de  la  Catedral  de  Toledo  se  encuentran  sola- 
mente dos  Breves  de  la  correspondencia  del  Cardenal  de  Croy 
con  la  Curia;  ambos  son  de  León  X.  En  el  primero,  fechado  el  6 
de  Junio  de  1520,  el  Papa  participa  al  Cardenal  que  ha  nombrado 
á  Marino  Caracioli,  Nuncio  cerca  de  Carlos  V  (3).  En  el  otro,  del 
1  7  de  Julio  de  I  5 -O,  le  recomienda  que  ayude  á  Jerónimo  Alean- 
dre.  Nuncio  en  Alemania,  contra  Lutero  y  sus  secuaces  (4). 

Otros  documentos  de  la  época  nos  suministran  los  datos  si- 
guientes: 


(1)  Archivo  general  de  Simancas:  Leg.  316  (,847  ;intiguo),  folios  80  y  87 
{2)  «De  beneficijs  in  curia  Romana  vacantibus  solus  papa  potest  dispo- 
nere  sed  non  sine  consensu  prelati  in  cuius  est  tale  beneficium  vacans. 
debet  n.  prelatus  nominare  personan  cui  papa  provideat.  Tamen  quia 
plerumque  si  prelatus  differt  nominare  personam,  papa  providet  libere 
cu!  vult,  derogando  pro  illa  vice  priuilegio  prelati,  solebat  Rmus.  Cardina- 
lis  defunctus  daré  facultatem  procuratori  suo  in  Romana  Curia  residenti 
ut  ipse  nominaret  personas  prouidendas  et  prestaret  consensum,  statim 
post  vacationem  cuiuscunque  bencfici  in  dicta  curia,  et  talis  procuratnr 
nominabat  aliquem  familiarera  aut  amicum,  de  quo  fidebat,  et  faciebat 
prouideri  illi  de  tali  beneficio,  vt  ipse  postea  resignaret  in  favorem  per- 
sonae  quam  deominus  Cardinalis  eligisset,  et  ita  tándem  beneficium 
prouidebatur  cui  dorainus  Cardinalis  volebat  sine  periculo  aliquo». 

(3)  Archivo  de  la  Catedral  de  Toleao:  A.  9,  1;  Biblioteca  Nacional,  ma- 
nuscrito 13.020,  pág.  181. 

(4)  Archivo  de  la  Catedral  de  Toledo:  {Aevn;  Bililiotcca  N,-icional,  ídem, 
pág.  182. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CKOV    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       245 

En  I  5  JO  se  presentaron  en  Toledo  algunos  breves  y  reservas, 
entre  las  últimas  una  de  una  canonjía  vacante.  También  había 
concedido  el  Papa  varios  regresos  de  beneficios  sin  el  consenso 
de  sus  poseedores,  así,  por  ejemplo,  había  dado  á  un  tal  Her- 
nando de  San  Martín,  residente  en  la  Curia  Romana,  el  Arcipres- 
tazgo  de  Escalona  y  el  Curato  de  San  Martín  de  Valdeiglesias. 
El  Rey  protestó  contra  eso,  tomándolo  como  una  derogación  del 
indulto  concedido  al  Cardenal  de  Croy  y  por  ser  «cosa  que  jamás 
se  hizo  con  su  predecesor '>  (l).  El  Embajador  D.  Juan  Manuel 
\"  el  Procurador  Barrionuevo  fueron  encargados  de  intervenir 
cerca  del  Papa  (2).  Probablemente  eran  estos  los  asuntos  que 
el  Canónigo  toledano,  Licenciado  I'rías,  del  Consejo  del  Carde- 
nal de  Croy,  debía  tratar  con  el  Papa  al  ir  á  Roma  en  Septiem- 
bre de  1520,  llevando  recomendaciones  del  Rey  para  Su  Santi- 
dad, el  Cardenal  de  Medici,  el  Cardenal  de  Santiquatro  y  el 
Embajador  D.Juan  Manuel  (3). 

Con  la  provisión  y  ejecutoriales  que  el  Arzobispo  de  Conseza, 
Nuncio  del  Papa,  traía  para  la  Capellanía  mayor  del  coro  de  la 
Catedral  de  Toledo,  se  manifestó  conforme  Don  Carlos  y  escri- 
bió al  Cabildo  para  que  diese  esta  prebenda  al  dicho  Nuncio  (4). 

También  el  Cardenal  de  Medici  quería  una  pensión  del  Arzo- 
bispado de  Toledo,  y  en  su  nombre  la  pidió  Juan  Manuel  al  Em- 
perador (5). 

Natural  era  que  los  pai'ici/tt\s  del  Cardenal  primado  de  España 
disfrutaran  también  algo  del  país.  \a  antes  de  venir  á  estos  rei- 
nos, en  Middelburg,  el  5  de  Agosto  de  iSl/i  el  Rey  hizo  merced 


(11  Re.il  cédula  fechada  en  Wornis  el  i."  de  Enero  de  1521;  Biblio- 
teca Nacioial,  libro  53,  folio  156,  v. 

(2)  Real  cédula  de  la  misma  fecha;  ídem,  libro  53,  folio  158. 

(3)  Reales  cédulas  fechadas  en  Malinas  el  21  de  Septiembre  de  1520; 
ídem,  libro  53,  folio  105  v.,  106. 

(4)  Real  cédula  fechada  en  Valladolid  el  ló  de  Enero  de  1518;  ídem,, 
libro  37,  folio  274  V.  Véase  Ricardo  de  Hinojosa:  Los  despachos  de  la  diplo- 
macia poniificia  en  Espaiia,  tomo  r,  Madrid,  i8j6,  pág.  47. 

1,5)  G.  A.  Bergenroth:  Calendar  of  Lellres,  Despatches  and  Slalepapers 
relaiing  to  ihe  negoíiations  hclwcen  England  and  Spain,  tomo  11;  Lon- 
don,  1866,  pág.  336. 


246  boletín  de  i,a  real  academia  de  la  historia 

á  Adrián  de  Croy,  Señor  de  Beurren,  Camarero  suyo,  de  300  fa- 
negas de  tierra  en  los  términos  de  la  ciudad  de  Alcalá  la  Rerl, 
situadas  en  un  monte  llamado  Cabeza  del  Jinete.  Como  las  auto- 
ridades de  la  ciudad  no  habían  cumplido  esta  disposición,  se 
despachó  el  I.°  de  Abril  de  1518,  en  Aranda  de  Duero,  una 
Real  cédula  al  Corregidor  de  Alcalá  la  Real  (l).  La  ciudad  hizo 
apelo  al  Consejo  del  Rey,  pero  éste  escribió  al  Presidente  del 
Consejo  diciendo  que  el  Rey  Católico  Don  Fernando  había  hecho 
varias  donaciones  de  tierras  en  los  términos  de  esa  ciudad  que 
fueron  cumplidas,  y  por  eso  él  pedía  también  el  cumplimiento 
sin  dilación  de  lo  dispuesto  en  favor  de  Adrián  de  Croy  (2).  Poco 
después  envió  el  Rey,  á  instancias  de  sus  Consejeros,  á  su  her- 
mano D.  Fernando  á  Flandes,  y  el  Señor  de  Beurren  le  acom- 
pañó (3).  Antes  de  partir,  el  Rey  le  hizo  otra  merced  á  este  su 
Camarero.  En  aquel  tiempo  «se  dieron  sumarios  y  cruces  con  1;  s 
bulas  de  cruzadas»,  y  cierta  parte  que  de  ellos  habían  concedidi> 
los  Papas  al  Rey  fué  dada  por  D.  Carlos  á  Adrián,  derogando 
mercedes  anteriores  hechas  en  favor  de  otros  (4).  Otro  pariente, 
Juan  de  Croy,  recibió  un  beneficio  en  Jaén  (5). 

A  la  dignidad  de  Arzobispo  de  Toledo,  desde  los  tiempos  de 
los  Reyes  Católicos,  iban  unidos  otros  varios  cargos,  como  el  del 
Gran  Canciller  de  Castilla,,  que  á  la  sazón  no  era  mas  que  un 
título  puramente  honorífico  (6).  Además  tenía  el  Arzobispo  de 
Toledo  el  derecho  de  proveer  el  Adelantanúeuto  de  Cazarla. 
Desde  que  en  1231  fué  conquistada  esta  ciudad,  su  Adelantado 
solía  ser  el  portaestandarte  del  Arzobispo  y  Cabildo  de  Toledo, 


(i)     Archivo  general  de  Sima/ieas:  Libros  generales  de  la  Cámara,  li- 
bro 43,  folio  18. 

(2)  Real  cédula  fechada  en  Zara<;oza  el  28  de  Mayo  de  1518;  ídem,  li- 
bro 43,  folio  33  V. 

(3)  Argensola:  libro  i.",  cap.  53,  págs.  483  y  siguientes. — Sandov.\l:  li- 
bro 3,  cap.  15. 

(4)  Real  cédula  fechada  en  Aranda  de  Duero  el  i.°  de  Abril  de  15 18; 
ídem,  libro  43,  folio  18  v. 

(5)  Real  cédula  fechada  en  ^^■^lladolid  el  14  de  Octubre  de  1522;  ídem, 
bro  50,  folio  219. 

6)     Prescott:  Historia  de  los  Revés  Católicos,  parte  segunda,  cap.  26. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       247 

y  acaudillar  las  tropas  con  que  ambos  tenían  que  acudir  al  Rey 
por  sus  respectivos  beneficios  temporales  (l).  El  gran  Cardenal 
Pedro  de  Mendoza  lo  había  dado  á  su  hermano  Pedro  Hurtado 
de  Mendoza.  Después  de  la  muerte  de  éste,  en  1505,  Cisneros  lo 
dio  á  su  sobrino  García  de  Villarroel,  quien  causó  á  su  tío,  mu- 
chos disgustos  (2).  En  15 18,  cuando  el  Cardenal  Guillermo  de 
Croy  hubo  tomado  posesión  del  Arzobispado,  el  Adelantamiento 
de  Cazorla,  como  otros  tantos  oficios  españoles,  fué  provisto  en 
un  extranjero,  en  Carlos  de  Lanoy,  Señor  de  Cancela,  \'irrey 
de  Ñapóles.  Pero  á  causa  de  algunas  protestas,  y  para  evitar  dis- 
turbios, dicha  provisión  fué  revocada  en  favor  de  Villarroel,  que 
pagó  una  pensión  de  I.500  ducados  á  Lanoy  (3).  Después  de  la 
muerte  de  Croy,  los  Comuneros  nombraron  Adelantado  de  Ca- 
zorla á  Juan  de  Padilla,  quien  gozó  poco  tiempo  de  este  benefi- 
cio, pues  bien  pronto  vino  la  desgraciada  jornada  de  V'illalar.  Al 
restablecerse  el  orden  en  Castilla,  el  Consejo,  de  acuerdo  con 
Xevres,  concedió  el  Adelantamiento  á  Fernando  de  Valdés  (4). 

El  Rey  había  concedido  á  los  Arzobispos  Carrillo  y  Cisneros 
la  tercera  parte  de  las  multas  impuestas  por  la  Inquisición  á  los 
habitantes  del  Arzobispado  y  de  los  bienes  secuestrados  á  los 
condenados.  Aunque  el  actual  Prelado  estaba  ausente,  el  Rey  le 
hizo  la  misma  merced  y  avisó  al  Inqiiisidor  mayor  y  á  los  Teso- 
reros y  Receptores  para  que  la  cumpliesen,  so  pena  de  lO.OOO 
maravedíes  de  multa  (5). 

También  elevó  el  Papa  en  tiempo  de  Croy  el  Colegio  de  Santa 
Catalina  de  Toledo  á  la  categoría  de  Universidad.  Este  Colegio 
fué  fundado  en  1485  por  el  maestrescuela  D.  Francisco  Alvarez. 


(i)  Vicentk  de  Lah:ente:  tomo  iv,  págs.  252  y  siguientes;  tomo  v,  pági- 
nas 81  )•  141. — Alvaro  Gómez:  De  rebus  gcstis  Franc.  Ximenii. — A.  ScHOrr: 
Hispaniae  lUustratac,  tomo  i,  pág.  984. 

(2)  Castejón:  tomo  11,  pág.  157. — Hefele:  págs.  48  y  siguientes,  208,  213 
y  427. 

(31     PoRRExo:  tomo  11,  pág.  157. — J.  B.  Pérez:  pág.  124. 

14)  Porreño:  tomo  n,  pág.  174. 

15)  Real  cédula  fechada  en  Molín  del  Rey  el  j:  de  Noviembre  de  15 19; 
Arcliho  general  de  Simaiicets:  Libros  generales  de  la  Cámara,  liljro  49,  fo- 
lio 88. 


248  BOLETÍ  I    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Inocencio  Yll  confirmó  su  fundación,  y,  en  1 5 -O,  León  X  le  dio 
iel  derecho  de  graduar,  lo  cual   confirmó  el   Rey  Don  Carlos  (i). 

DISn'KBIOS    EN      rOI.KUO    AL    EMPEZAR    LAS    COMUXIDADKS 

El  rico  Arzobispado  era,  pues,  una  de  tantas  prebendas  de  la 
poderosa  é  influyente  familia  de  Croy,  y  sus  oficios  y  beneficios 
sirvieron  para  favorecer  á  los  favoritos  de  Xevres.  La  mayor 
parte  de  la  correspondencia  entre  Xevres,  el  Cabildo  y  Francisco 
de  Mendoza,  conservada  en  el  Aichivo  de  Simaticas,  se  refiere  á 
la  provisión  de  las  prebendas  del  Arzobispado  y  administración 
de  su  hacienda.  Lo  mismo  hicieron  Xevres  y  demás  privados 
del  Rey  con  los  oficios  y  cargos  en  el  resto  del  país.  Se  vio,  des- 
graciadamente, que  con  la  venida  del  Rey,  tan  deseada  por  todos 
los  españoles,  se  había  trasladado  también  á  España  el  mercado 
de  oficios,  en  el  cual  Xevres  era  el  primer  y  principal  vendedor. 
Es  natural,  por  tanto,  que  fuese  la  persona  más  odiada  por  los 
españoles. 

Don  Carlos,  después  de  celebrar  Cortes  en  \'^alladolid,  en 
Enero  de  151S,  y  de  haber  dado  el  Arzobispado  de  Toledo  á 
Croy,  partió  para  Aragón,  y  en  Marzo  del  mismo  año,  en  Zara- 
goza, fué  jurado  como  Rey  de  este  reino.  Entrado  ya  el  año  1 5 19 
fué  á  Barcelona  para  ser  reconocido  soberano  de  Cataluña.  Allí 
recibió,  en  los  primeros  días  de  Julio,  la  noticia  de  haber  sido 
elegido  Emperador  de  Alemania,  por  muerte  de  su  abuelo  Ma- 
ximiliano I,  y  en  seguida  decidió  marchar  á  Alemania  para  ceñir 
la  Corona  imperial.  Pero  el  viaje  y  la  coronación  exigían  grandes 
gastos.  Los  subsidios  votados  por  las  Cortes  de  1 5 18,  por  cierto 
los  más  cuantiosos  que  se  habían  concedido  á  ningún  Rey  de 
Castilla,  eran  insuficientes  y  en  gran  parte  estaban  ya  gastados. 


(i)  Sixto  Ramón  Parro:  Toledo  01  ¡a  mano,  tomo  11.  págs.  449  y  siguien- 
tes.— Martín  Qk-üí's.ci:  Historia  de  Toledo;  Madrid,  186-',  págs.  919  y  siguien- 
tes.— Vicente  di;  Lafuente;  Historia  de  las  Universidades,  Colegios  y  demás 
i'stablecimientos.  de  cnseiíanza  en  España,  tomo  11;  Madrid,  1885,  págs.  104 
y  siguientes;  Historia  eclesiástica  de  España,  tomo  v,  pág.  90. — B.  Gams: 
Kirchengeschichie  von  Spanicn,  tomo  iii,  segunda  parte,  págs.  130  y  137. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       2  ;9 

Con  el  fin  de  pedir  otro  servicio  para  los  nuevos  gastos  se  con- 
vocó por  segunda  vez  las  Cortes  en  Santiago  de  Galicia,  de  donde 
fueron  trasladadas  más  tarde  á  La  Coruña.  Todo  esto  dio  lugar 
al  movimiento  conocido  con  el  nombre  de  las  Comunidades.  En 
este  modesto  trabajo  se  trata  solamente  de  Toledo  durante  el 
levantamiento,  procurando  aportar  algunos  datos,  hasta  ahora 
desconocidos,  referentes  á  la  historia  de  su  Arzobispado  en  aque- 
lla época,  tan  importante  y  digna  de  estudio. 

El  descontento  en  el  país  era  general.  El  Rey  había  entregado 
los  mejores  cargos  á  extranjeros,  y  sus  favoritos  vendían  los  más 
al  mejor  postor;  había  aceptado  sin  consultar  á  las  Cortes  la  Co- 
rona imperial,  y  sin  escuchar  sus  peticiones  se  marchó  á  Alema- 
nia, llevándose  el  oro  español. 

Toledo  era  la  ciudad  más  agraviada;  no  podía  olvidar  que  la 
mejor  joya  de  España  se  había  puesto  en  manos  de  un  extran- 
jero y  que  el  sucesor  de  ¡Mendoza  y  Cisneros  era  un  mozo  de 
veinte  años.  Así  se  explica  que  se  pusiese  desde  un  principio  á 
la  cabeza  de  esle  levantamiento,  cuya  alma  fueron  individuos  de 
la  alta  nobleza  toledana,  principalmente  Juan  de  Padilla.  El  día  / 
de  Noviembre  de  15 19  dirigió  Toledo  una  carta  á  las  demás 
ciudades  para  que  unidas  pidiesen  al  Rey  que  no  se  ausentase 
de  España,  que  no  se  dieran  nuevos  cargos  á  extranjeros  ni  se 
permitiese  sacar  dinero  de  sus  reinos,  pues  de  hacerse  esto,  los 
agravios  y  males  recibidos  serían  poco  comparados  con  los  que 
traerían  los  continuos  viajes  y  gastos  en  perspectiva  (l). 

La  situación  de  Toledo  se  agravaba  de  día  en  día  por  la  débil 
conducta  que  observaba  el  Corregidor  Conde  de  Palma,  y  el  Rey 
se  vio  obligado  á  dar  por  terminado  el  Corregimiento  y  á  orde- 
nar que  lo  entrpgase  á  D.  Antonio  de  Córdoba  (2),  y  enterado  de 


( 1 1  Sepúlveda:  De  rebus  gcstis  Caroli  Quinii,  Opera,  tomó  x,  libro  2,  ca- 
pítulo 13  pág.  51.  -  Sandov.\l:  libro  5,  cap.  2.  — Argensola:  libro  i,  cap.  86, 
páginas  80 1  y  siguientes. — Martín  Gamero:  Historia  de  Toledo,  pág.  94  i  — 
Danvila:  tomo  i,  pág.  93. 

(2)  El  Conde  de  Palma  estaba  casado  con  una  hermana  de  D.  Pedro 
Laso  de  la  Vega;  tal  vez  por  eso,  ó  porque  le  pareció  que  así  convenía, 
no  puso  i-esistencia  ninguna  á  lo  que  se  tramaba  en  Toledo.  — Pedro  Me- 


250  BOLETÍN    DE    I.A    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

la  circular  de  Toledo  prohibió  varias  veces  á  los  Regidores  hacer 
tal  propaganda  y  mandar  otros  mensajeros  que  los  Procuradores 
para  las  Cortes.  Pero  la  ciudad  seguía  en  su  actitud,  y  el  27  de 
Febrero  de  1 520  fué  acordado  en  Ayuntamiento  enviar  mensa- 
jeros y  no  procuradores  con  los  capítulos  que  debían  presentar 
al  Rey.  Con  tal  desobediencia  la  rebelión  de  Toledo  era  cosa 
clara  y  resuelta  (l).  El  día  anterior  había  propuesto  el  Maestres- 
cuela, el  doctor  Francisco  Alvarez  Zapata,  á  los  Canónigos  que 
el  Cabildo  enviase  también  mensajeros,  «pues  veyan  los  incon- 
venientes que  se  seguían  de  la  yda  de  su  magestad  deste  Reyno». 
Se  opusieron  á  ello  sólo  el  Deán  y  el  Capellán  mayor.  Todos  los 
demás  convinieron  en  que  el  Cabildo  debía  ayudar  al  Ayunta- 
miento y,  en  su  consecuencia,  se  reunió  el  Maestrescuela  con  los 
Regidoi-es  para  redactar  los  Capítulos  que  debían  llevar  los  men- 
sajeros. El  nuevo  Corregidor  había  sospechado  algo  de  esto  y 
pidió  al  escribano  del  Cabildo  que  le  comunicase  lo  que  los  Ca- 
nónigos habían  acordado  en  sus  sesiones.  Como  se  negara,  don 
Antonio  de  Córdoba  obtuvo  una  Real  cédula  para  detenerle  si 
seguía  negándose  á  ello.  Pero  no  fué  necesario  hacer  uso  de  ella, 
pues  el  Deán  del  Cabildo  le  comunicó  en  secreto  las  determina- 
ciones del  Cabildo  (2). 

Como  representante  del  Cabildo  se  presentaron  el  27  de  Fe- 
brero en  el  Ayuntamiento  el  Obispo  Auxiliar  Campo  y  el  Canó- 
nigo Azevedo  para  ofrecerle  el  apoyo  de  la  Iglesia.  También  el 
Clero,  tanto  secular  como  regular,  ayudaba  la  propaganda  que 
se  hacía  descaradamente  en  la  ciudad,  hasta  el  punto  de  que 
hubo  quienes  desde  el  pulpito  censuraron  duramente  la  ida  del 


jía:  Relación  de  las  ComunUladcs  de  Castilla:  Biblioteca  de  Autores  Españo- 
les, tomo  xxr,  Madrid,  1852,  cap.  i,  pág.  369. — Sepi'lveda:  tomo  i,  libro  2. 
capítulo  ló,  págs.  54  y  siguientes.  — Sandoval:  tomo  i,  libro  5,  cap.  7,  pági- 
nas 198  }•  siguientes. — Martín  Gamero:  págs.  943  y  siguientes. — Daxvila: 
tomo  I,  págs.  97,  1 14,  250  3'  280;  tomo  vi,  pág.  150. 

1^1)     Argensola:  libro  1,  cap.  71,  pág  656. 

^2)  Todo  esto,  según  una  carta  de  D.  Antonio  de  Córdoba  al  Gran 
Canciller,  del  27  de  Febrero  de  1520.— D.anvila:  tomo  i,  págs.  991  y  si- 
guientes. V'éase  también  la  Defensa  del  Maestrescuela  contra  la  acusación 
del  Fiscal  de  Su  Majestad  en  I 523,  tomo  v,  pág.  466,  y  tomo  vi,  pág.  208. 


Eí.    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    AHZOBISPADO    DE    TOLEDO       25  I 

Rey,  alabando  la  conducta  de  los  Regidores  y  excitando  al  pue- 
blo á  la  revuelta,  principalmente  el  Obispo  Campo  y  el  Prior  de 
San  Pedro  Mártir  (l). 

Efectivamente,  los  mensajeros  fueron  enviados;  el  Rev  se  negó 
á  recibirlos,  pero  siguieron  á  la  Corte  hasta  que  por  fin  fueron 
recibidos.  Presentaron  sus  quejas  y  peticiones  y  obtuvieron  por 
toda  respuesta  una  áspera  reprensión  del  Rey  y  del  Consejo, 
haciéndoles  varias  veces  la  indicación  de  que  se  nombrasen  en 
Toledo  procuradores  para  las  Cortes  de  Santiago.  Desobedecien- 
do fueron  ellos  mismos  á  Santiago,  pretendiendo  ser  admitidos 
en  las  Cortes,  lo  que  se  les  negó  y  el  Rey  los  desterró,  llamando 
á  la  vez  á  las  Cortes  á' Padilla,  Avalos  y  otros  Regidores  toleda- 
nos. Conocido  el  destierro  de  los  mensajeros  y  el  mal  resultado 
de  la  misión  á  ellos  confiada  se  produjo  en  Toledo  el  natural 
desasosiego  é  inquietud.  Predicábase  con  más  violencia  que  el 
Rey  se  iba,  que  dejaba  gobernadores  extranjeros  y  que  sus  pri- 
vados y  ministros  habían  robado  el  Reino,  dejando  la  tierra  flac;, 
pobre  y  esquilmada.  Reunido  el  pueblo,  acordóse  que  la  Cofra- 
día de  la  Caridad  llevase  en  procesión  por  las  calles  principales 
las  venerables  imágenes  de  Nuestra  .Señora  de  la. Soledad  y  Cristo 
de  las  Aguas,  desde  la  iglesia  mozárabe  de  Santa  Justa  á  la  iglesia 
mayor,  y  allí  se  cantó  una  letanía  pidiendo  á  Dios  que  iluminase 
la  mente  del  Rey  y  lo  apartara  del  camino  de  perdición  que  hab'a 
emprendido.  ¡Mientrastanto  habían  llegado  las  -cédulas  por  las 
cuales  fueron  llamados  Padilla,  Avalos  y  demás  Regidores  á  la 
Corte.  Para  evitar  su  salida  hubo  un  motín  popular.'  Al  salir  Juan 
de  Padilla  de  su  casa,  el  1 6  de  Abril,  uno  de  los  días  de  letanías, 
le  salieron  al  encuentro  40  ó  50  hombres  que  estaban  prepara- 
dos y  lo  llevaron  preso  con  sus  compañeros,  á  pesar  de  sus  fin- 
gidas protestas,  á  una  capilla  de  la  Catedral,  llamada  del  Obis])o 
Don  Pedro  Tenorio,  donde  les  hicieron  jurar,  como  caballeros, 
que  no  saldrían  de  allí  sin  licencia  de  ellos.  Del  motín  se  pasó 
bien  pronto  á  la  sublevación.  Los  sublevados,  invocando  el  nom- 
bre de  la  Comunidad  y  del  Rey  y  de  la  Reina,  se  apoderaron 

(1)     D.\;sviL.\:  torno  i,  págs.  105-  g: 


252  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

del  Alcázar,  y  nombrando  sus  diputados,  constituyeron  una  es- 
pecie de  gobierno  autónomo  (I).  Sabedor  de  ello  D.  Carlos,  fin- 
gió no  darle  importancia  y  procuró  que  se  sosegaran  los  espíritus 
<  con  la  mejor  saña  y  templanza».  Después  de  obtener  con  gran- 
dísimas dificultades  el  servicio  pedido,  se  embarcó  para  Alema- 
nia, dejando  al  país  en  plena  revolución. 

Poco  después  los  Comuneros  expulsaron  de  Alcalá  á  D.  Fran- 
cisco de  Mendoza,  gobernador  del  Arzobispado;  y  natural  pare- 
cía que  después  de  ser  destituido  por  los  toledanos  el  Corregi- 
dor, por  ser  el  primer  funcionario  del  Re)',  el  Cabildo  había  de 
hacer  lo  mismo  con  el  Arzobispo,  por  ser  extranjero  y  favorito 
de  Don  Carlos.  Pero  no  fué  así.  La  Junta  Santa,  que  en  Julio 
de  1520  se  formó  en  Avila,  y  después  se  trasladó  á  Tordesillas, 
residencia  de  la  desgraciada  Reina  Doña  Juana,  dirigió  el  20  de 
( )ctubre  de  1 5  20  un  largo  mensaje  al  Rey,  dándole  cuenta  de 
todo  lo  sucedido  durante  su  ausencia.  En  él  exponían  sus  agra- 
vios y  aspiraciones,  rogándole  pusiese  á  ello  remedio.  Entre 
otras  muchas  cosas,  se  pedía  lo  siguiente:  «ítem  los  obispados, 
arzobispados,  dignidades,  canongias  y  otros  cualquier  beneficios 
eclesiásticos  y  pensiones  en  ellos  no  se  puedan  dar  ni  proveer  a 
extranjeros  de  estos  reinos.  Y  que  solamente  se  den  y  provean 
en  naturales  y  vecinos  de  ellos.  ítem,  porque  la  provisión  del 
arzobispado  de  Toledo  hizo  S.  M.  antes  que  fuese  recibido  y 
jurado  por  Rey.  en  las  Cortes  de  A'^alladolid  que  S.  A.  presente 
de  nuevo  o  haga  proveer  el  dicho  arzobispado  en  persona  que 
sea  natural  yvecino  de  estos  reinos  de  Castilla,  que  sea  persona 
que  lo  merezca,  de  letras  y  conciencia,  teólogo  o  jurista.  Porque 
de  haberse  proveído  al  sobrino  de  Mr.  Jeures,  contra  las  leyes  de 
estos  reinos,  se  ha  seguido  y  sigue  mucho  daño  a  estos  reinos  y 
a  la  dicha  dignidad  por  ser  menor  de  edad  y  estar  ausente.  Oue 
aunque  fuera   natural   de  estos  reinos  no  fuera  justo  dársele,  y 


(i)  Argensola:  cap.  71,  pág.  656;  cap.  83,  pág.  773;  cap.  100,  págs.  929 
y  siguientes.  -  Pedro  Mexía:  Relación  de  las  Comunidades,  cap.  2,  pág.  371; 
capítulo  3,  pág.  374.— Sandov'al:  libro  5,  caps.  7,  10,  16,  18,  22  y  siguien- 
ti's. — Martín  Camero;  págs.  946  y  siguientes — Danvila:  tomo  i,  págs.  105, 
1 18,  292  y  siguientes.— Bai-mg.arten:  tomo  i,  págs.  232  y  siguientes. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        253 

porque  se  sacan  las  rentas  de  dicha  dignidad,  como  se  ha  hecho 
los  años  pasados  y  porque  siendo  natural  y  residiendo  en  la 
dicha  dignidad  se  sostendrán  en  la  casa  del  dicho  arzobispo  mu- 
chos nobles  y  caballeros  como  lo  solían  hacer.  Y  si  .S.  A.  fuere 
servido  de  gratificarle  al  dicho  sobrino  de  Mr.  de  Jeures  de 
rentas  en  otras  partes,  donde  es  natural,  se  podrá  muy  bien 
hacer»  (l).  Poco  después  el  Cabildo  de  Toledo,  enterado,  de 
esto,  dirigió  el  12  de  Noviembre  de  1520  una  carta  al  Empera- 
dor, en  la  que  se  dice  lo  siguiente:  «E  porque  agora  nuevamente 
havemos  sabido  que  entre  otros  capítulos  que  los  procuradores 
de  las  cibdades  que  están  en  la  junta  de  tordesillas  envian  a 
V.  a.  le  suplican  que  dé  al  Rmo.  Cardenal  de  Croy  y  nuestro 
prelado  alguna  otra  dignidad  en  esa  parte  y  nombre  persona 
natural  destos  Reynos  al  arzobispado  de  Toledo,  y  desto  cree- 
mos que  vra.  al.  no  sera  seruido  pues  nos  le  dio  y  nombro  por 
prelado  e  acá  le  Rescibimos  y  obedecimos  por  tal;  y  segund 
tenemos  ynformacion  es  persona  de  muchos  méritos  y  en  quien 
cabe  muy  bien  esta  dignidad.  Acordamos  continuando  el  deseo 
y  voluntad  que  tenemos  de  servir  a  v.  al.  de  le  hazer  saber 
como  lo  que  la  junta  suplica  en  este  caso  no  ha  sido  ni  es  de 
nuestra  voluntad,  ni  procurando  por  esta  Santa  iglesia  ni  por 
persona  alguna  particular  della;  antes  avernos  en  estas  bueltas 
procurado  de  defender  al  dicho  Señor  Cárdena'  en  su  entera  y 
pacifica  posesión  con  todas  nuestras  fuerzas  oponiéndonos  con 
mucha  resistencia  contra  los  que  han  tentado  o  procurado  de 
fazer  en  esto  alguna  novedad;  mas  porque  una  de  las  cosas  de 
que  el  Reyno  siente  de  agravio  es  que  las  Rentas  desta  dignidad 
se  sacan  fuera  del  y  no  se  gastan  y  distribuyen  entre  los  natura- 
les como  en  tiempo  de  sus  antecesores  se  solia  hazer,  suplicamos 
humildemente  a  vra.  R.  mt.  encargue  y  encomiende  afectuosa- 
mente al  Señor  Cardenal  que  lo  mas  presto  que  ser  pudiere  pro- 
cure su  venida  en  esta  su  Santa  yglesia  donde  sera  de  todos  muy 
bien  rescibido  acatado  y  servido  y  dará  mucha  cabsa  de  paz  en 


(i)     Argensola.  Saxdoval:  libro  7,  cap.  i. — Danvila:  tomo  11. 


254  boletín  de   la   real  academia   de   la   historia 

estos  Reynos,  lo  qual  después  de  la  bienaventurada  venida  de 
V.  al.  ninguna  cosa  esperamos  con  mayor  deseo»  (l). 

Resulta  que  el  Cabildo  ya  no  ayudaba  á  la  Junta  Santa,  sino 
que  se  muestra  completamente  conforme  con  tener  un  prelado 
extranjero;  tiene  palabras  halagüeñas  para  el  Cardenal,  <qDersona 
de  muchos  méritos  y  en  quien  cabe  muy  bien  esta  dignidad»,  y 
quiere  defenderle  «en  su  entera  y  pacífica  posesión  con  todas 
sus  fuerzas».  Lo  que  desea  ahora,  como  antes,  es  que  el  Carde- 
nal venga  á  España  y  gaste  sus  rentas  en  el  país. 

¿Cómo  se  explica  este  cambio  de  conducta.'  El  Cardenal  Adria- 
no, Gobernador  de  España  en  Agosto  de  1 520,  había  recomen- 
dado al  Rey  que  hiciera  algunas  concesiones  á  los  nobles  y  á  las 
entidades,  con  el  fin  de  dividir  á  los  descontentos.  El  Rey  siguió 
este  consejo,  y  en  su  carta-inst'rucción,  fechada  en  Bruselas  el  9 
de  Septiembre  de  1 5 20,  le  recomienda  moderación  en  su  pro- 
cedei*y  gran  prudencia  en  la  provisión  de  ios  oficios  eclesiásti- 
cos (2).  Tarde  venían  estos  remedios  para  producir  todo  el  efecto 
(]ue  en  un  principió  hubiesen  producido.  Sin  embargo,  se  con- 
siguió que  muchos  se  separaran  de  los  Comuneros,  y  parece 
que  también  el  Cabildo  toledano  cambió  su  actitud.  .Si  la  mayor 
parte  de  los  Canónigos  se  habían  puesto  antes  abiertamente  al 
lado  de  los  Regidores-Comuneros,  ahora  dirigen  una  carta  á 
Xevres,  rogándole  no  procediese  contra  su  Canónigo  el  Obispo 
auxiliar  Campo,  que  se  había  distinguido  por  su  gran  propaganda 
en  favor  de  la  Comunidad.  Como  temían  que  se  le  iba  á  suspen- 
der en  sus  cargos,  le  disculpan  diciendo  que  había  hecho  todo 
con  buena  intención  «en  favor  de  la  libertad  eclesiástica  y  para 
¡a  buena  gobernación  de  la  ciudad»,  y  le  ruegan  que  no  se  prive 
de  ningún  cargo  (3).  Efectivamente,  Campo  cambió  su  actitud, 
fué  adversario  del  Obispo  Acuña,  y  por  los  partidarios  de  éste 
fué  expulsarlo  de  la  capital  con  otros  varios  Canónigos,  refugián- 


( I )     Daxvila:  tomo  11,  págs.  5'  ;,  y  siguientes. 

12)  Daxvila:  tomo  11,  págs.  13  y  siguientes. 

13)  C.irta  del  29  de  Xoviemlire  de  1520.  Avilñvo  Ccucral  de  Simancas: 
Estado,  li-^ajci  6,  folio  262. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOTEDO       255 

dose  en  Ajofrín,  desde  donde  con  sus  compañeros  de  infortunio 
protestó  de  su  lealtad  al  Rey  el  13  de  Febrero  de  I  52 1  (I).  En 
cambio,  el  Canónigo  Azevedo  se  declaró  partidario  entusiasta 
del  Obispo  Comunero  Acuña. 

Ml'ERTE   DEL  CARDENAL  DE  CROV 

Don  (Jarlos  se  embarcó  en  La  Coruña  el  20  de  Mayo,  llegan- 
do á  Flandes  el  l.°  de  Junio  (2j.  El  18  de  Septiembre  de  1520 
partió  de  Bruselas  para  Aquisgrán  (3),  donde  debía  ceñirse  la 
corona  i^^perial.  Le  acompañaban  muchos  caballeros,  alemanes, 
flamencos  y  españoles  y  dos  Cardenales,  el  Obispo  de  Lieja  y 
Guillermo  de  Croy,  Arzobispo  de  Toledo.  En  el  pueblo  de 
W'ithem  le  esperaban  los  tres  Arzobispos-electores,  el  de  Colo- 
nia, el  de  Maguncia  y  el  de  Tréveris,  el  Conde  Palatino  del  Rhin 
y  los  legados  de  los  otros  tres  príncipes  electores  (4).  Con  una 


(i)  Don  Pedro  Campo  era  natural  de  la  diócesis  de  Salamanca,  en 
cuya  Universidad  hizo  sus  estudios.  Después  de  obtener  el  título  de  Ba- 
chiller en  Teología  y  Artes,  en  1508,  con  otros  varios  jóvenes,  fué  llama- 
do por  Cisncrns  á  .Alcalá  de  Henares  para  fomentar  los  estudios  en  la 
nueva  Universidad.  El  día  de  San  Lucas  del  mismo  año  le  hizo  primer 
Rector  de  ella.  Luego  fué.  durante  más  de  treinta  años,  canónigo  de  Tole, 
do.gozandogran  famadc  buen  predicador.  Desempeñó  varios  cargos, como 
el  de  Obispo  auxiliar,  siendo  Obispo  titular  de  Utica;  el  de  leer  la  cáte- 
dra de  Teología  en  la  catedral  y  la  visitación  de  las  iglesias  de  la  ciudad, 
cargos  en  que  fué  confirmado  por  los  procuradores  del  Cardenal  de  Croy 
y  por  Xevres.  Murió  en  1551,  seg,in  consta  por  la  inscripción  de  su  se- 
pulcro, compuesta  por  su  amigo  -Juan  de  Vergara.  que  dice  así:  «Reue- 
rendo  in  Chr.  Pat.  Doct.  Petro  Campo  Episcopo  \'ticen.  Can.  Tolet.  Theo- 
logo  ex  cuius  ore  concionantis  Pop.  Tolctan.  totos  XXXIII  annos  cupi- 
dissime  ¡lependit  Dec.  Cap.  ((.  Toletan.  Sodali  B.  M.  P.  C.  obiit  Anno 
Domini  MDLI^.— Alvaro  Gómez:  De  rcbus gcstis  Francisci Ximenii.  libros 
4.°  y  8.°. — Schott:  Hispaniae  Illusiratac,  tomo  i,  págs.  i.oioy  1.142;  Es- 
paña Sagrada,  t<jmo  i.i.  págs.  315  y  siguientes. — Daxvil.\:  tomo  i.  pági- 
nas 105  y  siguientes;  tomo  vi,  pág.  142. — Antonio  de  la  Torre:  La  Uni- 
versidad de  Alcalá:  datos  para  sn  historia. — Revista  de  Archivos,  Bibliotecas 
y  Aíuseos,  ^.^  época,  tomo  xx,  iqoc;,  pág.  418. 

(2)  Manuel  de  Foronda:  Estancias  v  viajes  de  Car/os  I',  págs.  169  y  si- 
guientes. 

(3)  Foronda:  pág.  182. 
(í,'\     Foronda:  pág.  184. 


256  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

comitiva  que  contaba  varios  miles  de  hombres,  y  con  gran  so- 
lemnidad, hizo  su  entrada  en  Aquisgrán  el  22  de  Octubre;  yendo 
juntos  los  Cardenales  de  Toledo  y  Lieja  (l).  Al  día  siguiente, 
23  de  Octubre,  se  celebró  la  coronación  con  un  lujo  y  pompa 
nunca  vistos.  En  la  comitiva,  con  el  Emperador  que  se  dirigía  á 
la  Catedral,  iban  detrás  de  él  el  Embajador  del  Rey  de  Bohe- 
mia, el  Cardenal  de  Croy  y  el  Cardenal  de  Colonna,  legado  del 
Papa  (2). 

El  Emperador  y  los  príncipes  pasaron  en  Aquisgrán  pocos 
días,  por  reinar  en  la  ciudad  cierta  pestilencia.  El  día  IJ  del 
mismo  mes  de  Octubre  partió  Don  Carlos  para  Worms  (3),  don- 
de había  convocado  la  dieta,  en  la  cual,  entre  otras  cosas,  debía 
tratarse  de  la  actitud  do  Lutero.  El  Cardenal  de  Croy  seguía  en 
la  comitiva  de  Don  Carlos.  El  día  6  de  Enero  de  I  5- 1  tuvo  la 
desgracia  de  caerse  en  una  cacería  del  caballo,  con  tan  mala  suer- 
te, que  quedó  gravemente  herido.  Estando  en  peligro  de  muerte 
hizo,  al  día  siguiente,  testamento  (4).  Instituyó  por  heredero  'ini- 


(i)     Akgensola:  Anales  de  Aragón,  tonii)  i,  cap.  120,  pág.  1,102. 

(2)  Pedro  de  Mexía:  Historia  del  E'ufierador  Carlos  V,  Rey  de  España, 
Ms.  de  la  Bihlioleca  Nacional  de  Madrid,  G.  57,  libro  11,  cap.  1 1. — J.  B.  Pé- 
rez: Archiepiscopornm  Tolelanoriim  vitiís,  Ms.  de  la  Biblioteca  Nacional 
Ms.  1529,  pág.  128.  —  Baumgarten,  tomo  i,  págs.  298  y  siguientes. — Pedro 
Mexía:  Relación  de  las  Comunidades  de  Castilla:  Biblioteca  de  Autores  Es- 
pañoles, tomo  xxi;  Madrid,  1852,  cap.  2,  pág.  389. 

Alfonso  Valdés  escribe  el  25  de  Octubre  desde  Aquisgrán  á  Pedro 
Martirio  siguiente:  «Caesarem  solus  in  ordine  seciuebatur  Orator  Bohe- 
miae,  post  quem  Cardinalis  Sedunensis,  Saltzburgensis  et  Toletanus  ¡n- 
cedebant». — Pedro  Mártir:  Opus  hpistolarum,^\t.  699;  Amstelodami,  1670, 
pág.  390. — Fermín  Caballero:  Conquenses  Ilustres,  tomo  iv,  Alonso  y  Juan 
de  Valdt'-s;  Madrid,  1875,  pág.  300.  Entre  otros  españoles  que  presencia- 
ron el  solemne  acto  figuran  D.  Fadrique  de  Toledo,  Duque  de  Alba;  don 
Hernando  de  Andrade,  Conde  de  Andrade,  D.  Diego  Hurtado  de  Mendo- 
za, guardamayor  de  Cuenca,  el  Marqués. de  Villafranca,  y  D.  Pedro  Ruiz 
de  la  Mota,  Obispo  de  Palencia. — Abgensol.i:  pág.  i.  102.— J.  B.  Pérez,  pá- 
gina iz8. 

(3)  Foronda:  pág.  185.  ^ 

(4)  Copia  en  la  Biblioteca  Nacional.  Ms.  13.020,  pág.  177  y  siguientes. 
El  testamento  está  redactado  por  el  Secretario  Juan  de  Vergara,  clérigo 
toledano,  Magister  in  artibus  et  sacra  theologia  y  notario  apostólico.  En- 
tre los  testigos  figuran  dos  españoles,  el  Licenciado  Fernández  de  Valdés 
y  el  Bachiller  García  de  Mendoza. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       257 

versar  á  su  tío  Guillermo  de  Croy,  el  tantas  veces  mencionado 
Xevres,  al  cual  dio  potestad  plena  para  disponer  de  sus  bienes; 
y  entre  los  varios  encargos  que  le  hacen,  merecen  especial  men- 
ción los  siguientes:  Que  se  celebren  por  su  alma  lO.OOO  misas, 
que  se  dote  20  muchachas  para  casarse  o  ingresar  en  un  conven- 
to, que  se  regale  al  Papa  una  imagen  de  oro  de  la  Virgen  Alaría, 
que  en  cuanto  sea  posible  se  favorezca  al  convento  de  Aflighem, 
cuyo  abate  era,  y  á  los  religiosos  benedictinos  que  vivían  en  él, 
y,  por  último,  se  dé  una  parte  de  sus  bienes  á  sus  hermanos.  El 
mismo  día,  7  de  Enero  de  ij2r,  en  la  madrugada,  vniriá  el  Car- 
denal, á  la  corta  edad  de  veintitrés  años. 

Esta  muerte  podía  crear  una  nueva  dificultad  en  la  situación 
de  España,  pues  en  la  Corte  se  temía  que  los  Canónigos  toleda- 
nos, á  quienes  había  disgustado  tanto  tener  un  Arzobispo  extran- 
jero, se  pusiesen  de  acuerdo  con  los  revoltosos  y  eligieran  como 
sucesor  un  Prelado  Comunero.  Para  prevenir  esto,  se  ocultó  la 
muerte  del  Cardenal  cuatro  días,  enviando  inmediatamente  un 
mensajero  á  Roma  para  rogar  al  Papa  reservase  al  Emperador  el 
derecho  de  proveer  la  silla  vacante.  Tan  precipitadamente  salió 
que  ni  siquiera  pudo  llevar  las  cartas  del  Nuncio  (l).  El  día  II 
se  dijo  que  el  Cardenal  había  muerto  en  la  noche  anterior,  y  así 
se  lee  en  las  crónicas  de  la  época  y  en  el  retrato  existente  en  la 
sala  capitular  de  Toledo  (2). 


(il  Cartas  de  Francisco  Córner,  Embajador  veneciano  en  la  Corte  del 
Emperador,  de  los  días  3,  6  y  11  de  Enero,  citadas  por  H.  Baumgarten, 
tomo  I,  pág.  405. 

(,2)  B.  PoRRENO:  tomo  11,  pág.  174.-  J.  B.  Pi^rez,  pág.  127.^Castejón:  Lu 
Primacía  de  la  Santa  Iglesia  de  Toledo;  Madrid,  1645,  tomo  n,  pág.  947. 
Diego  de  ^Sayas:  Anales  de  Aragón  desde  el  año  de  MDXX  del  Nacimiento 
de  Nuestro  Redentor  hasta  el  de  MDXXV;  Zaragoza,  1666,  pág.  135. — Mig- 
NE  Dictionnaire  des  Cardinaux;  París,  1857,  págs.  781  y  siguientes. — Onu- 
FRius  Panvinics:  Epitone  Pontificorum  Romanorum;  Venetiis,  1557,  pági- 
na 386  — Alfonsus  Cianonius:  Vitae  et  Gesta  Pontificum  necnoi.  S.  R.  E. 
Cardiniliiim;  Romae,  1630,  tomo  11,  pág.  1.433. — Cil  Go.vzXlez  D.ívila: 
Teatro  eclesiástico  de  las  dos  Castillas,  tomo  m,  pág.  460. — Pedro  Mexía: 
Relación  de  las  Comunidades  de  Castilla,  Biblioteca  de  Autores  Españoles. 
tomo  •  xxi,  cap.  15,  pág.  398. — Gallia  Ckris/iana,  tomo  v;  París,  1731, 
pags.  40  y  siguientes,  número  26. 

TOMO   LXXV  17 


258  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Las  exequias  se  celebraron,  tratándose  de  un  familiar  del  Cé- 
sar, con  gran  solemnidad  y  extraordinaria  pompa:  iban  delante 
cien  pobres  vestidos  de  luto,  con  antorchas  en  las  manos;  seguía 
la  familia  del  difunto,  los  Reyes  de  armas  del  Emperador  y  tres 
Gentileshombres:  uno  llevaba  el  escudo  de  armas  del  Cardenal; 
otro,  el  bonete  rojo,  y  otro,  la  cruz  Arzobispal.  Llevaban  el  ataúd 
doce  caballeros  nobilísimos,  y  los  cabos  del  terciopelo  que  le  cu- 
bría, el  Arzobispo  de  Palermo,  el  Obispo  de  Valencia  (Erardo. 
de  la  Marca),  el  de  Túy  (Luis  Mariano,  que  dio  al  Emperador  la 
empresa  del  «Plus  Ultra  >)  y  el  de  Trieste;  seguían  los  Cardenales 
de  Sión  y  el  de  Gruz,  y  con  ellos  el  Nuncio  del  Pontífice  y  los 
Embajadores  de  Venecia  y  Francia.  Dijo  la  misa  el  Cardenal  de 
Maguncia  y  la  ofrenda  la  hicieron  el  Emperador,  los  Arzobispos 
de  Tréveris  y  Colonia,  el  Conde  Palatino  y  el  Duque  de  Sajonia. 
Acabada  la  misa,  los  criados  y  la  familia  del  difunto  embarcaron 
el  cuerpo  en  un  navio  en  el  Rhin  y  le  llevaron  á  la  villa  de  Ars- 
chot,  perteneciente  á  la  familia  de  Croy,  donde  fué  sepultado. 
Más  tarde  fué  trasladado  al  convento  de  padres  Celestinos  en 
Heverlé,  villa  cerca  de  Lovaina,  que  también  pertenecía  á  la  fa- 
milia de  Croy. 

La  tumba  se  encuentra  á  la  izquierda  del  altar  mayor  y  tiene 
dos  inscripciones;  la  primera  dice  así: 

Si  forsan  Lector,  quaeris  quo  nomine  dictus, 
Ouave  domo  et  quanto  fimctus  honore  fui? 
Nomen  Guillelmus.  Croyus  cognomine,  ab  ipsis 
Regibus  Ungariae,  qu¡  genus  usque  traho. 
Témpora  sunt  ¡veni  rutilo  i'edimita  galer.o, 
Primas  in  Hispania  Praesul,  et  inde  creor, 
Verum,  o  vana  hominum  spes,  et  fiducia  (juando 
Nihil  haec  adversus  tristitia  lata  iiivant  (i). 

La  segunda  tiene  el  texto  siguiente: 

Lustrorum  quatur  Lachesis  en  Stamina  nL-rat, 
Cum  súbito  incautum  tertia  Parca  necat; 


(i)  Gil  González  DXvila:  Teatr-o  eclesiástico  de  las  dos  Castillas, 
tomo  III,  pág.  461. — Vicente  Lafuente:  Historia  eclesiástica  de  España, 
tomo  V,  págs.  589  y  siguientes. 


EL    CARDENAL   GUILLERMO    DE    CKOY    Y    EL    ASZOfclSPADO    DE   TOLEDO       25) 

Et  tándem  ad  summoí  fueram  jam  vectus  h'ini)rf> 

Aeque  etiam  ant¡<iue  nobilitate  satus: 

Sed  nil  haec  quidquam  iuverunt:  proinde  viator 

Oiusquis  eris  quondam  qui  mea  fata  leges 

Obsecro  ne  fidas  unquan  juvenilibus  annis, 

Nevé  ánimos  fallant  temata  longe  tibi 

No  te  vanus  honor,  nec  caeca  pecunia  fallat, 

Omni  sed  semper  témpora  disce  morí: 

Sic  vivcns  morere  ut  mortuus  vivas. 

El  Papa,  al  recibir  la  noticia  de  la  caída  del  Cardenal,  le  tlir- 
gió  una  carta,  rogándole  hiciera  testamento,  carta  que  llegó  á 
W'orms  después  de  la  muerte  del  joveu  Prelado  (l).  A  Toledo 
llegó  la  nueva  el  26  de  Enero  (2).  Los  Canónigos,  que  algunos 
días  después  fueron  desterrados  de  la  capital  por  los  Comuneros, 
dieron  el  pésame  al  Emperador  en  un  mensaje  que  desde  Ajo- 
frin  le  dirigieron  el  I  3  de  Febrero  (3).  Asimismo,  el  Marqués  de 
Villana  escribió  al  César  y  á  Xevres  expresando  su  sentimien- 
to (4).  D.  Francisco  de  Mendoza  recibió  la  triste  noticia  en  Al- 
calá de  Henares  por  un  despacho,  fechado  en  W'orms  el  1 4  del 
mismo  mes  (5)-  Las  honras  de  Croy  se  hicieron  en  la  Catedral 
de  Toledo  el  12  de  Marzp  (6). 

Pocos  fueron  los  que  en  la  Archidiócesis  de  Toledo  sintieron  de 
corazón  la  muerte  del  Prelado,  tal  vez  solamente  los  que  habían 
recibido  alguna  prebenda  de  él,  temiendo  que  ahora  la  iban  á  per- 
der. Muy  de  veras  la  sintió,  en  cambio,  su  preceptor  Luis  Vives, 
para  quien  la  noticia  fué  un  grave  golpe,  no  solamente  por  el  afecto 
que  por  su  discípulo  y  patrono  sentía,  sino  también  porque  per- 
día un  protector  que  hasta  entonces  había  subvenido  con  lar- 
gueza á  todas  sus  necesidades.  También  lamentó  Erasmo  tan  fu- 
nesto suceso,  que  le  privaba  de  uno  de  sus  más  queridos  amigos, 
como  lo  demuestra  una  carta  suya  del  16  de  Febrero  de   1 52 1, 


(i)  Archivo  de  la  Cátedra/  de  Toledo,,  A,  9,  i,  11. 

(2)  J.  B.  PÍRE2:  pág.  127. 

(3)  DInvila:  tomo  iii,  pág.  324. 

(4)  ídem. 

í,5)  Archivo  general  de  Simancas:  Estado,  legajo  7  (8),  folio  56. 

(6)  J.  B.  Pérez:  pág.  127. 


200  .  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

dirigida  desde  Lovaina  á  su  amigo  Budeo,  en  la  que  dice:  «Ere 
Budace  charissimi,  quasi  parum  esset  maiorum,  ita  praecipuuní 
e  Guillielmorum  numero  factorum  ademit  invidia.  Perüt  enim,  ut 
sois,  Guilielmus  Croius  Archiepiscopus  Toletanus,  et  perit  veluti" 
flosculus  tener  in  ipso  exortu  succisus,  simulque  nos  docuit,  ni- 
hil  esse  satis  firmi  praesidii  in  rebus  fortunae  arbitrio  subiectisi 
qua  de  re  librum  abs  te  conscriptum  ex  hoc,  qui  has  reddit  cog- 
novi  (alude  al  tratado  De  coutemptu  7'eriim  fortuitanim  libri 
fres  de  Budeo  (publicado  en  París,  1520).  Quid  optari  poterat 
a  fortuna  quod  illi  non  affatim  ultro  largita?  Generis  antiquissima 
stemmata,  tum  patruus,  sin  apud  Carolum  nostrum  pratiosus,  ut 
_penes  unum  propemodum  videatur  esse  imperü  suma:  aetas  vi- 
rens,  nondum  enim  egressus  erat  annum  vigesimun  tertium:  cor- 
pus  vegetum  et  firmum  tam  multipler  dignitas,  ut  in  illo  vix 
eluceret  maiestas  galeri  Cardenalitii:  toto  pectore  favebat  bonis 
studiis,  nec  oderat  Erasmum.  Certe  Vives  noster  Mecenatem,. 
qualem  post  hac  haud  facile  nanciscetur.  Is  mihi  legit  próximas 
tüas  ad  se  literas»  (I). 

LA    ADMINISTRACIÓN     DE     LA     HACIENDA     DEL     ARZOBISPADO     DE    TOLEDO 
DURANTE  EL  PONTIFICADO  DEL  CARDENAL  DE  CROY 

Xevres  confió  la  Administración  de  la  Hacienda  del  Arzobis. 
pado  á  los  hermanos  Juan  y  Martin  de  Adurza.  Juan  estaba  ya 
en  Abril  de  1 5  19  empleado  en  la  misma,  pues  el  4  de  este  mes 
escribe  desde  Alcalá  á  su  amigo  Juan  Díaz  de  Villatoro,  vecino 
de  Barcelona,  que  había  sido  su  Secretario  sobre  varios  asuntos 
financieros  (2).  El  21  de  Octubre  de  1 519,  Xevres,  en  nombre 
del  Cardenal,  su  sobrino,  despachó  en  Molins  del  Rey  (provincia 


(i)  Desiderio  Erasmo  Roterodamo:  Opera  Omtiia,  tomo  iii;  Lugduni  Ba- 
tovorum,  1703,  pág.  634. — J.  L.  Vives  Valenciano:  Opera  Omjiia  distrihuita 
ct  ordenata  a  Gregorio  Majansio;  Valentiae  Edetanorum,  1782,  tomo  i. 
Vita,  pág.  43. — A.  Bonilla  y  San  Martín:  Luís  Vives  y  la  Filosofía  del  Re- 
nacimiento; Madrid,  1903,  págs.  106-610. 

(2)  Archivo  general  de  Simancas:  Casa  Real,  Obras  y  Bosques,  le- 
gajo 42- 


EL    CARDENAL   GUII.IERMO    DE   CROY    V    EL    ARZOBISPADO    DE   TOLEDO      261 

de  Barcelona),  donde  á  la  sazón  se  encontraba  la  Corte,  un  do- 
cumento (1),  por  el  cual  ratifica  y  aprueba  «todo  lo  fecho  e 
auctado,  recebydo  e  cobrado»  por  los  hermanos  de  Adurza, 
dándoles  á  la  vez  plenos  poderes  en  todos  los  asuntos  financieros 
del  Arzobispado  y  haciéndoles  entre  otros  los  siguientes  encar- 
gos: Los  maravedíes  que  han  ingresado  en  la  Hacienda  del  Ar- 
zobispado, desde  la  muerte  de  Cisneros  hasta  el  nombramiento 
de  Croy,  deben  entregarlos  al  Papa;  en  los  ingresos  del  año  15  l8 
y  del  corriente  de  15 '9  deben  hacer  figurar  las  cantidades  que 
el  Deán  D.  Carlos  de  Mendoza,  Receptor  del  partido  de  Toledo 
y  D.  Pedro  Alvarez  de  Montoya,  Receptor  del  partido  de  Alcalá 
3'  otras  personas  encargadas  de  recibir  rentas  del  Arzobispado, . 
tenían  ten  su  poder.  No  se  trata  solamente  de  metálico,  sino  tam- 
bién de  trigo,  cebada,  pan  y  otros  productos  que  debían  vender 
«en  junto  ó  por  menudo»,  al  contado  ó  al  fiado,  teniendo  las  car- 
tas de  pago  y  otras  escrituras  la  misma  validez  que  si  fuesen  otor- 
gadas por  Xevres.  Por  fin,  dice;  «Por  virtud  deste  dicho  poder 
obligo  los  bienes  del  dicho  Señor  Cardenal  espirituales  e  tempo- 
rales ávidos  e  por  aver  e  so  la  dicha  obligación  vos  relievo  de 
toda  carga  de  satysdación  e  fiaduria  so  la  clausula  del  derecho 
que  es  dicha  en  latín  judicium  sisti  judicatum  solví». 

Acerca  de  la  Administración  de  la  Hacienda  en  particular,  los 
documentos  coetáneos  nos  dicen  lo  siguiente;  El  Hospital  de 
Santa  Cruz  de  Toledo,  fundación  del  gran  Cardenal  Pedro  de 
Mendoza,  debía  recibir,  según  bula  pontificia,  cada  año  I02.OOO, 
maravedíes,  es  decir,  una  tercera  parte  de  la  mesa  arzobispal,  otra 
tercera  parte  de  la  mesa  capitular  y,  por  último,  la  misma  cantidad 
de  la  fábrica  de  la  Catedral.  Después  de  la  muerte  de  Cisneros  el 
Receptor  del  partido  de  Toledo  no  quiso  pagar  I0S34.OOO  marave- 
díes de  la  mesa  arzobispal,  sin  poder  especial  del  Cardenal  de  Croy 
ó  de  su  tío.  Por  eso,  el  día  3  de  Agosto  de  1518,  el  Deán  y 
Cabildo  escriben  á  Xevres  pidiendo  el  poder  en   cuestión  (2). 

(i)  Archi'úo  general  de  Simancas:  Legajo  42.  Como  testigos  firman  los 
Secretarios  del  Rey,  Francisco  de  los  Cobos,  Juhan  Hannart  y  el  Maes- 
tro Enrique  de  Lespince. 

(2)     ídem:  Estado,  legajo  6  (5),  folio  265. 


262  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

El  10  de  Octubre  de  1 5  19,  Fray  Diego  de  Toledo,  del  Consejo 
del  Rey,  PriJi  de  Siíi/  Juan,  certifica  haber  recibido  del  Arzo- 
bispado 5-000  ducados,  como  pensión  correspondiente  al  año 
de  I  5  18  (I).  El  mismo  año  de  1 519  el  Papa  aumentó  la  pensión 
del  Prior  de  San  Juan  á  7.000  ducados.  El  22  de  Enero  de  I520) 
Xevres,  desde  Barcelona,  encarga  á  Juan  de  Adurza  que  pague 
dicha  cantidad,  correspondiente  al  último  año,  y  haga  lo  mismo 
los  siguientes,  sin  especial  mandamiento  (2).  Al  día  siguiente 
manda  Xevres  también  á  Juan  de  Adurza  pagar  al  Cardenal  de 
Santa  Cruz  3.000  ducados,  «pensión  que  tiene  en  este  Arzobis- 
pado, conforme  á  las  bulas  que  traen  de  nuestro  muy  Santo 
Padre  (3). 

Al  empezar  la  guerra  de  las  Comunidades  la  haciaida  del 
Arzobispado  sufrió,  naturalmente,  grandes  perjuicios,  pues  los 
Comuneros  se  apoderaron  de  muchos  recursos,  como  se  ve  por 
el  siguiente  relato,  escrito  al  principio  de  1520  (4).  «La  víspera 
de  año  nuevo  no  se  cobraba  un  real  con  las  nuevas  de  lo  suce- 
dido en  Tordesillas,  porque  todos  los  pueblos  estaban  tan  alte- 
rados y  algunos  alzados,  especialmente  con  Velez  y  otros  pue- 
blos cercanos,  donde  se  habia  tVabajado  para  que  los  Receptores 
proveídos  por  los  Contadores  y  Condestables  no  cobraran,  lo 
cual  se  hizo  muy  bien».  En  una  carta  del  Canónigo  Juan  Ruiz, 
Subcolector  del  Arzobispado  de  Toledo,  á  D.  Francisco  de  Men- 
doza, se  dice  que  en  el  Arzobispado  no  había  un  solo  maravedí, 
porque  los  Comuneros  de  Toledo  y  el  Obispo  de  Zamora  se 
habían  apoderado  de  sus  rentas  y  además  se  habían  dado  algu- 
nos dineros  al  Prior  de  San  Juan.  Lo  poco  que  pudieron  cobrar 
los  encargados  del  Cardenal  se  gastó  en  la  defensa  contra  los 
Comuneros.  Martín  de  Adurza  gastó,  por  mandato  de  D.  Eran" 
cisco  de  Mendoza,  50O.225  maravedíes  en  proveer  de  armas  las 


(i)     Archivo  general  de  Simancas:  Casa  Real,  Obras  y  Bosques,  legajo  42_ 
,     (2)     ídem:  Legajo  42. 

(3)  ídem:  Legajo  42. 

(4)  ÜANViLA  Y  Collado;  Historia  de  las  Comunidades,  tomo  11,  pág.  728. 
Véase  también  tomo  ni,  pág.  230 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CBOY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        263 

fortalezas  del  Arzobispado,  y  en  otra  ocasión,  para  el  mismo  fin, 
483.243  maravedíes.  Los  Comuneros  prendieron  en  Toledo  á  Mar- 
tín de  Adurza  y  le  tuvieron  preso  veinticinco  días,  con  ánimo  de 
matarle,  por  ser  hechura  del  Cardenal;  pero  con  200  ducados 
logró  que  los  bellacos  que  le  guardaban  le  dejasen  una  puerta 
abierta,  por  la  que  huyó  llj. 

No  solamente  los  comuneros,  sino  también  los  ejércitos  impe- 
riales causaron  grandes  perjuicios  al  Arzobispado;  los  generales 
D.  Antonio  de  Zúñiga  y  D.  Juan  de  Ribera  tomaron  de  las  Ma- 
yordomías  del  Arzobispado  cuanto  necesitaron  para  el  sosteni- 
miento de  las  tropas,  y  además  Mendoza  tuvo  que  prestar  dinero 
á  la  ciudad  de  Toledo  (2).  Por  esto  D.  Francisco  y  un  colector 
apostólico,  dis_^ustados  con  esta  conducta  de  los  militares,  exco- 
mulgaron á  las  personas  que  sin  permiso  suyo  habían  tomado 
l)an,  etc.,  de  las  Mayordomías,  aumentando  con  esta  medida  la 
excitación  y  alteración  públicas.  Los  Gobernadores  del  Reino,  en 
nombre  del  Rey,  les  prohibieron  tal  procedimiento,  prometiendo 
«todo  lo  que  en  ello  montare  lo  mandare  luego  librar  en  las 
nuestras  Rentas  Reales  de  las  cibdades  e  villas  e  lugares  del  dicho 
Arzobispado;  vos  Ruego  e  encargo  que  no  procedays  mas  sobre 
la  dicha  cavsa  contra  las  personas  que  tomaron  el  dicho  pan  e  sy 
algunas  censuras  contra  ellos  aveys  fulminado  las  alceys  e  qui- 
teys  e  asoluays  a  las  personas  contra  quien  las  posystes».  Tam- 
bién se  dirigieron  al  Nuncio  para  que  ¡nterviniense  en  este  sen- 
tido (I). 

Mayores  fueron  las  dificultades  después  de  la  muerte  del  Car- 
denal. Al  recibirse  la  noticia  de  su  fallecimiento,  el  29  de  Enero 
de  I  5-1,  D.  Francisco  de  Mendoza  escribió,  entre  otras  cosas,  al 
Emperador:  «Loque  V.  AI.  manda  en  lo  del  cobrar  de  la  hacienda 


(i)  D.^nvila:  tomo  11,  pág.  728. — Alcocer,  cap.  xv,  pág.  65,  refiere:  «En 
este  tiempo  comenzaba  a  haber  gran  falta  de  mantenimiento  en  Toledo, 
por  el  gran  di^shorden  que  en  ella  avia,  siendo  todos  cabezas  como  ris- 
tras de  ajos  y  no  teniendo  miedo  ni  acaramiento  ninguno». 

(2)  Archivo  de  la  Catedral  de  Toledo,  A.  9,  1,  19. 

(3)  Archivo  general  de  Simancas:  Libros  generales  de  la  Cámara, 
libro  54,  folio  179  V. 


204  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

se  hará  aunque  recelo  que  no  me  han  de  acudir  con  cossa  dello 
porque  en  vida  del  Cardenal  ponian  dolencia  en  el  cobrar  de  la 
hazienda  y  como  al  nuncio  darán  fauor  los  pueblos  que  están 
desasosegados  creo  que  le  acudirán  con  la  hazienda  o  a  lo  menos 
con  dezir  que  esta  por  el  no  me  acudirán  a  mi»  (l). 

El  Obispo  Acuña,  al  ocupar  la  Silla  toledana,  se  apoderó, 
como  es  natural,  de  todas  sus  rentas  y  recursos.  Así  se  lo  dice 
D.  Francisco  de  Mendoza  á  Xevres,  el  12  de  Marzo  de  1 521:  «En 
lo  de  la  cobranga  de  la  hasienda  por  otras  tengo  escripto  á  V.  S. 
quan  poco  remedio  ay  para  cobrarse  ni  por  via  del  nuncio  ni 
por  las  provisiones  de  su  mgt.  porque  los  pueblos  alterados  ni 
temen  la  descomunión  ni  obedecen  el  mandamiento  de  su 
mgt.»  (2).  Lo  mismo  escribe  el  8  de  Abril  el  Cardenal  de  Tor- 
tosa  al  Emperador:  «Este  Obispo  (Acuña)  goza  ya  de  la  posses- 
sion  y  de  los  frutos  del  dicho  Arzobispado  los  cuales  se  toma  y 
tomara  ahunque  sean  del  Papa  sede  vacante  o  de  Mossor  de  Xe- 
vres por  merced  que  dellos  tenga  de  su  Sdat;  de  manera  que  veo 
que  con  grandísima  dificultad  podríamos  cobrar  algo  destos  fru- 
tos» (3). 

Mientras  tanto  los  Gobernadores  del  Reino  necesitaron  dinero 
y  le  pidieron  á  Mendoza  que  se  lo  prestase.  Mas  éste,  después  de 
consultar  al  Subcolector,  contestó  que  le  era  imposible,  pfues 
«aunque  la  tierra  esta  ya  pacifica  bendito  nuestro  Señor  queda 
tan  flaca  que  a  los  que  deven  no  les  ossan  pedir  porque  no  tie- 
nen de  pagar»  (4).  Lo  poco  qué  se  había  cobrado  se  necesitaba 
para  sostener  las  fortalezas  y  pagar  la  renta  al  Prior  de  San  Juan, 
D.  Diego  de  Toledo,  que  no  la  había  recibido  durante  el  año 
de.  1520  (5).  En  presencia  del  Recaudador  Diego  Hernández,  á 


(1)  Archivo' general  de  Simancas:  Estado,  legajo  7  (8),  folio  56. 

(2)  Danvila:  tomo  iii,  pág.  536. 

(3)  Danvila:  tomo  ni,  pág.  569. 

(4)  Carta  del  12  de  Junio  de  1531.  Arc/iivo  general  de  Simancas:  Pa- 
tronato Real,  legajo  2,  folio  86. 

(5)  Tamp.oco  i'ecibió  el  Prior  la  renta  correspondiente  al  año  de  1521 
á  su  debido  tiempo.  Se  quejó  el  César,  y  éste  mandó  .4  Mendoza  que  la 
pagase  inmediatamente,  «porque  como  sabeys  las  pensyones  han  de  ser 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        265 

quien  los  Gobernadores  del  Reino  habían  enviado  á  Guadalajara, 
donde  entonces  residía  Mendoza,  confirmó  el  Subcolector  que  lo 
único  que  se  había  podido  procurar  eran  I2.000  fanegas  de 
trigo,  que  se  podrían  vender,  si  así  lo  disponían  (l). 

La  situación  se  hizo  aún  más  difícil  al  fallecer  en  Mayo 
de  I  521,  en  Worms,  Xevres  (2),  á  quien  su  sobrino  el  Cardenal 
de  Croy  había  nombrado,  al  morir  poco  antes,  heredero  univer- 
sal. Xevres  había  obtenido  del  Papa  y  del  Rey  el  derecho  de 
cobrar  las  rentas  durante  la  vacante.  Pero  al  enterarse  de  su 
muerte,  el  Cardenal  de  Tortosa  y  los  demás  Gobernadores  del 
país  mandaron  á  Toledo  á  P'rancisco  Vázquez,  criado  del  ]\Iar- 
qués  de  Villena,  con  cartas  para  Mendoza,  en  las  cuales  le  orde- 
naban que  entregase  los  bienes  del  Cardenal  de  Croy  á  dicho 
Vázquez;  lo  mismo  mandaron  al  Subcolector.  Al  mismo  tiempo 
recibió  también  Mendoza  cartas  del  Nuncio,  que  igualmente  re- 
clamaba el  derecho  de  cobrar  las  rentas,  puesto  que  era  Sede 
yacante  y  el  heredero  del  Cardenal  había  muerto.  Mendoza  se 
negó  á  entregar  la  hacienda  del  Cardenal,  afirmando  tener  pode- 
res del  Rey,  cuyas  copias  mandó  á  los  Gobernadores.  Además 
no  podía  entregar  la  totalidad  de  los  iiienes,  «pues  es  notorio 
que  hasta  agora  yo  he  puesto  de  mi  pobreza  alguna  cosa  en 
tiempo  quel  fuego  andaba  en  este  Arzobispado  para  sostener 
como  he  sostenido  y  sostengo  nueve  fortalezas...  y  estas  tengo 
de  continuo  con  cantidad  de  gente...  Mendarme  dejar  toda  la 
hazienda  y  no  acordarse  V.  S.  Rma.  de  lo  que  esta  a  mi  cargo 
ni  de  los  trabajos  que  he  pasado  y  passo  ni  de  las  provisiones 
que  de  su  magestad  tengo  estoy  espantado...  Suplico  a  Vuestra 
Rma.  S.^  no  permita  que  se  haga  agravio  en  esta  hazienda  de  que 


muy  bien  pagadas  y  a  su  tiempo  lo  cual  diz  no  se  ha  fecho  con  el  dicho 
prior  por  ende  yo  vos  mando  que  conforme  a  las  bulas  que  el  dicho  Prior 
tiene  de  la  dicha  pensyon  le  pagueys  e  hagays  pagar  enteramente  todo  lo 
que  se  le  deve  asta  agora  e  de  aqui  adelante  a  sus  tiempos  sj'n  que  en 
ello  aya  falta  alguna».  Real  cédula,  fechada  en  13  de  Febrero  de  1522: 
Libros  generales  de  la  Cámara,  libro  53,  folio  242. 

(i)     Panvil.\:  tomo  iv,  pág.  246. 

(2)     Danvila:  tomo  iv,  pág.  293. 


266  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

tengo  de  dar  cuenta  a  su  magestad  y  de  que  se  ha  descargar  ei 
anima  del  Cardenal  mi  señor,  que  lo  que  agora  se  gasta  no  avia 
de  ser  de  lo  del  spolio  para  sostener  estas  fortalezas  syno  de  lo 
de  la  sede  vacante  y  gastólo  yo  de  lo  del  spolio  porque  conviene 
a  servicio  de  su  magestad  que  estas  fortalezas  se  sostengan  (l). 
Para  justificar  su  conducta  y  demostrar  su  derecho  mandó  al 
Cardenal  Adriano  las  provisiones  y  cartas  del  Emperador  por 
conducto  de  Pedro  Baena. 

Efectivamente,  Mendoza  se  quedó  con  la  administración  de  la 
hacienda  del  Arzobispado,  pero  tuvo  que  prestar,  por  mandato 
del  Emperador,  I.500  ducados  «para  la  pacificación  e  sosiego 
destos  Reynos».  Los  cobró  el  tesorero  Alonso  Gutiérrez,  de  Ma- 
drid, y  á  Mendoza  le  prometieron  devolvérselos  en  Junio  de  1 52 1, 
lo  que  no  se  hizo  (2).  Además  le  mandó  el  Rey  pagar  5-000  du- 
cados á  la  Compañía  de  los  P'úcar,  pues  el  Cardenal  fallecido 
había  tomado  prestado  de  ellos  lO.OOO  ducados,  y  les  había  de- 
vuelto solamente  la  mitad.  Como  en  las  letras  de  cambio  habían 
sido  puestas  las  rentas  del  Arzobispado  como  garantía,  Mendo- 
za debía  pagar  la  otra  mitad  (3);  pero  éste,  por  falta  de  medios, 
no  pudo  pagar  á  los  banqueros  del  Emperador,  y  habiéndose 
quejado  éstos,  el  13  de  Febrero  de  1522  Don  Carlos  ordenó  de 
nuevo  al  Gobernador  del  Arzobispado  que  pagase  la  deuda  con 
los  intereses  del  tiempo  transcurrido  (4). 

Cuando  el  Rey  volvió  á  España  necesitó  dinero,  y  el  2 1  de 
Octubre  de  I  522,  pocos  días  antes  de  publicarse  la  famosa  carta 
de  perdón  general  para  los  Comuneros,  pidió  á  Mendoza  lO.OOO 
ducados  más,  de  los  cuales  fueron  entregados  á  Juan  de  Adurza, 
«argentierx    del  Emperador,   3. 000  al   día  siguiente  y  7. 000  un 


1,1)  Carta  del  29  de  Junio  de  1591  al  Cardenal  de  Tortosa.  Archivo  gt- 
ncral de  Simancas:  Patronato  general,  legajo  2,  folio  8b.  En  igual  sentido 
escribe  el  lo  de  Agosto  á  Juan  de  Rivera;  ídem,  folio  8b. — Danvila: 
tomo  IV,  pág.  246. 

(2)  Libros  generales  de  la  Cámara,  libni  50.  folio  216. 

(3)  Real  cédula,  fechada  en  Bruselas  el  8  de  Julio  de  1521;  ídem, 
libro  57,  folio  51. 

\¿[)     ídem,  libro  49,  folio  306. 


EL    CARDtNAL    GUILLERMO    DE    CROT    V    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        267 

mes  más  tarde,  ó  sea  el  22  de  Noviembre  (I ).  En  otra  ocasión 
tuvo  que  prestar  al  César  2.000  ducados.  Resulta,  pues,  que 
Mendoza  había  prestado  al  Emperador  13.500  ducados  de  las 
rentas  del  Arzobispado.  Un  ducado  equivalía  entonces,  según  la 
citada  cuenta,  á  375  maravedíes:  pues  fueron  5-062.500  marave- 
díes lo  que  habían  prestado.  Además  había  tomado  el  Prior  de 
.San  Juan  1.849.308  maravedíes  de  las  rentas  del  Arzobispado.  En 
total  debía,  por  consiguiente,  la  Contaduría  Mayor  del  Empera- 
dor á  los  herederos  del  Cardenal  6.91 1. 808  maravedíes  (2).  Para 
satisfacerlos  les  fueron  destinados  «las  rentas  de  ciertos  partidos 
del  Reyno  de  los  años  venideros  de  quinientos  e  treynta  e  seys 
a  quinientos  e  quarenta,  en  cada  uno  dellos  la  quinta  parte  los 
señores  contadores  mayores  de  quentas  tomen  razón  de  como  se 
libra  lo  susodicho»  (3). 

A  los  procuradores  de  los  herederos  del  Cardenal  de  Croy, 
Martín  de  Adurza  pagó  al  contarlo  1. 886.736  maravedíes  (4). 
listos  presentaron  un  memorial  que  contenía  los  nombres  de  las 
personas  que  debían  recibir  ciertas  sumas,  en  total  4.288  duca- 
dos, de  los  bienes  de  Croy  (5)-  Figuran  en  él  treinta  y  dos  emplea- 
dos, secretarios,  canónigos,  etc.,  á  los  que  se  destinan  sumas  que 
varían  entre  16  y  800  ducados,  á  la  mayor  parte  50  ducados.  Al 
doctor  Vergara  se  destinan  30  ducados  «por  su  trabajo  y  escritu- 
ra». No  figura  en  el  memorial  ni  en  otro  documento  alguno  el  sala- 
rio que  D.  Juan  de  \^argas  recibía  como  secretario  del  difunto 
Cardenal;  pero  por  una  Real  cédula  (6)  sabemos  que  él  y  el  licen- 
ciado Fernando  deValdés,  otro  privado  del  Prelado,  que  también 


(\\  Archivo  «;eiieral  de  Simancas:  ContadiirÍM  mavor,  primera  época, 
legajo  1.042. 

(2)  D.^nvila:  tomo  11,  pág.  729;  cita  un  albalá  á  favor  de  los  herederos 
de  Cro)',  para  que  se  les  librasen  6.821.808  maravedíes. 

{■^)  Archivo  general  de  Simancas:  Contaduría  mavor,  primera  época, 
legajo  1.042. 

(4)  Danvila:  tomo  n.  pág.  728. 

(5)  Arc/iivo  de  ¡a  Caicdral  de  Toledo:  A.  9,  i,  19. 

(6)  Real  cédula,  fechada  en  Worms  el  30  de  Abril  de  1521,  y  otra 
fechada  en  Bruselas  el  13  de  Febrero  de  1522.  Libros  generales  de  la  Cá- 
mara, libro  57,  folio  44  V.;  libro  53,  folio  241. 


268  BOLETÍN    DE    LA     REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

se  encontraban  en  la  Corte,  recibían  I  .OOO  florines  de  á  20  placas, 
ó  sean  2.O0O  maravedíes  cada  uno.  Estas  cantidades  debían  co- 
brar por  mandato  del  César  aun  durante  la  vacante  de  la  Sede. 

En  el  Archivo  de  la  Catedral  de  Toledo  existe  otro  memorial 
de  Francisco  de  Barrionuevo,  Procurador  del  Cardenal  en  Roma, 
sobre  sus  gastos  en  la  Curia  (l).  Figuran  en  esta  cuenta  las  su- 
mas gastadas  por  la  expedición  de  breves  y  bulas  en  favor  del 
Cardenal,  de  Francisco  de  Mendoza,  etc.  (2);  en  total,  noventa  y 
cinco  ducados  y  tres  julios.  En  un  postscriptiiui  de  esta  cuenta 
se  dice  que  Barrionuevo  había  recibido  ya  cincuenta  ducados 
por  la  expedición  del  indultum,  y  que  se  le  debían,  por  tanto, 
cuarenta  y  cinco  ducados.  Sin  embargo,  se  le  destinan  en  el  cita- 
do memorial  de  los  Procuradores  de  los  herederos  ochenta  du- 
cados. Tal  vez  Barrionuevo  había  tenido  más  tarde  otros  gastos 
que  no  figuran  en  su  citado  memorial. 

No  era  posible  pagar  á  los  herederos  lo  que  les  pertenecía,  ni 
siquiera  se  podía  fijar  la  cantidad  de  la  herencia,  porque  era  ne- 
cesario para  ello  averiguar  el  daño  que  había  sufrido  la  hacienda 
del  Cardenal  durante  los  disturbios.  El  27  de  Agosto  los  Gober- 
nadores de  España,  en  nombre  del  Rey,  mandaron  á  los  Capita- 
nes generales  de  los  ejércitos  imperiales,  D.  Antonio  de  Zúñiga 
y  D.Juan  de  Ribera:  «Non  os  entremetysedes  en  tomar  ningunos 
maravedís  ni  pan  nin  otra  cosa  alguna  de  los  bienes  e  Rentas  del 
dicho  arzobispado  e  diesedes  seguridad  de  todo  lo  que  por  vues- 
tro mandado  se  avia  tomado  fasta  aquí  o  como  la  mi  merced  fue- 
se por  ende  y  vos  mando  que  luego  hagaj's  averiguar  los  mara- 
vedís e  trigo  e  cevada  que  por  vuestro  mandado  se  a  tomado  de 
las  Rentas  del  dicho  arzobispado  del  Toledo  asi  délo  que  perte- 
nece al  dicho  Cardenal  de  Croy  como  de  lo  que  pertenece  a  la 
sede  vacante  e  fecha  la  dicha  averiguación  la  enbiad  ante  nues- 


(1)  ídem,  A.  9,  i,  i,  «Sequuntur  expense  facte  per  Franciscum  de  Ba- 
rrionuevo bone  memoire  Rmi.  Dni.  Cardinalis  de  Croy  procuratorem  iii 
eius  servittis  et  familiarum  suarum  in  Romana  curia  facte». 

(2)  Se  refieren,  en  parte,  á  la  provisión  de  beneficios  ya  mencio- 
n  ados. 


EL  CARDENAL  GUILLERMO  DE  CROY  Y  EL  ARZOBISPADO  DE  TOLEDO   269 

tros  visorreyes  e  governadores  en  manera  que  haga  fee  para  que 
yo  lo  mande  ver  e  proveer  sobrello  lo  que  de  justicia  se  deva 
haser»  (l).  Algún  tiempo  después  se  ordenó  á  los  Contadores 
mayores  «que  nombrasedes  una  persona  que  averiguase  quepan 
e  maravedís  le.  fueron  tomados  e  lo  que  as}'  se  averiguase  se  mo- 
derase al  prescio  que  justo  fuere  ea  la  sazón  valia...  e  par  la  co- 
branza dello  le  dad  e  librad  las  cartas  de  libramientos  e  otras 
prouisiones  que  huviere  menester  en  las  Rentas  Reales  del  di- 
cho arzobispado  de  toledo  donde  le  sean  ciertos  e  bien  paga- 
dos» (2). 

Asimismo  debían  librar  á  Mendoza  de  las  rentas  reales  los 
1.500  ducados  que  en  1520  había  prestado  (3);  asimismo  se  or- 
denó al  Corregidor  de  Toledo  que  procurase  pagar  á  Mendoza 
sin  dilación  los  3.000  ducados  y  el  pan  que  la  ciudad  le  había 
tomado  durante  los  disturbios  (4). 

Después  de  la  muerte  del  Cardenal  de  Croy  se  tardó  más  de 
dos  años  en  hacer  la  cuenta  general  de  lo  que  pertenecía  á  he- 
rederos. El  13  de  Agosto  de  1523  entregó  en  Valladolid  el  Ca- 
nónigo Juan  Ruiz,  Subcolector  de  Toledo,  á  los  Procuradores 
una  lista,  en  que  se  reunían  las  cantidades  pertenecientes  á  los 
herederos  del  Cardenal  (5).  En  tiempos  normales,  el  Arzobispado 
de  Toledo  tenía  en  esta  época  una  renta  de  80.000  ducados  (6),  ó 


(1)  Libros  generales  di-  la  Cámara,  libro  54,  folio  21. 

(2)  Real  cédula  fechada  en  Valladolid  el  14  de  Octubre  de  1522;  ídem. 
libro  50,  folio  216  V. 

(3)  Real  cédula  de  la  misma  fecha;  ídem,  libro  50,  folio  217. 

(4)  Real  cédula  de  la  misma  fecha;  ídem,  libro  50,  folio  216. 

(5)  «Monta  la  hazienda  que  pertenece  á  los  herederos  del  Cardenal  de 
.  Croy,  asi  de  las  rentas  que  al  tiempo  de  su  muerte  restañan  por  cobrar 

de  los  años  dxviii  y  Dxix  como  de  todos  los  frutos  del  año  de  xx  y  diex 
dias  y  medio  del  año  de  veinte  y  uno  en  que  fue  su  finamiento  veinticin- 
co y  ochocientas  y  veinte  y  cinco  mili  y  quatrocientas  }'  cinquenta  y 
seis  mrs.  De  los  cuales  se  hizo  cargo  el  canónigo  Juan  Ruiz,  subcolector  de 
Toledo,  en  la  ciuenta  cjue  dio  en  Valladolid  a  13  dias  de  agosto  de  1523 
años». 

(6)  Mariano  Sículo:  De  Reluis.  Hispaniae  Memorabilibiis,  libro  4. — 
Schott:  Hispaniae  Illustratae  Scriplorcs,  tomo  i,  pág.  321. — Prescott: 
Parte  segunda,  cap.  26. — Hefele:  págs.  33-174. 


270  BOLtTlN    DE     LA    REAL     ACADEMIA     DÉ    LA    HISTORIA 

sean,  valuando  el  ducado  en  375  maravedíes,  30.OOO.OOO  de  ma- 
ravedíes. Correspondían  á  los  herederos  de  Croy,  según  la  men- 
cionada lista,  todas  las  rentas  del  año  I  5 -O,  las  no  cobradas  en 
vida  del  Cardenal  de  los  años  1518  y  I  5  19  y  las  de  diez  días  y 
medio  de  1521,  todo  lo  cual  ascendió  á  25.825.456  maravedíes. 
De  estos  25.825.456  maravedíes  Juan  Rui/,  según  su  relación, 
había  gastado  ya  20. 650. Oí  5  maravedíes,  del  siguiente  modo: 
pensión  á  D.  Diego  de  Toledo,  Prior  de  San  Juan,  2. 1 88.470  ma- 
ravedíes; ídem  á  D.  Francisco  de  Mendoza,  16.182.404  Y2  "^''" 
ravedíes;  gastos  en  salarios  de  Receptores,  pleitos,  mensajeros  y 
otros  gastos  de  cobranza,  188.211  ^  ,  maravedíes,  y,  por  últi- 
mo, el  Nuncio  se  había  tomado  «por  razón  de  su  décima,  no  obs- 
tante que  dichos  herederos  reclaman  y  agravian  desto»,  2.090.92<) 
maravedíes.  Se  debían,  por  consiguiente,  á  los  herederos  la  can- 
tidad de  5- '7 1.441  maravedíes,  de  los  cuales  la  mayor  parte,  es 
decir,  4.916. 166  maravedíes  no  habían  ingresado  todavía,  de 
modo  que  únicamente  se  podía  pagarles  al  contado  259275  ma- 
ravedíes; 4.916. 166  maravedíes  de  deudas  se  dividen  según  la 
dicha  lista  en  «ciertas»,  que  ascienden  á  I.226.O48  maravedíes,  e 
«inciertas»  á  3.690. 1  iS  maravedíes.  Las  ciertas  casi  todas  eran 
de  los  mayordomos  de  las  diferentes  poblaciones.  También  debía 
el  Deán  Carlos  de  Mendoza,  Receptor  del  partido  de  Toledo, 
2.632  maravedíes  de  los  ingresos  de  los  años  1 5 19  }'  l5-Oi  >' 
Pedro  .-\lvarez  de  Montoya,  Receptor  del  partido  de  Alcalá,  6.849 
maravedíes  dé  los  ingresos  de  1 5 19  y  1 5  20.  Como  deudas  in- 
ciertas figuran  las  cantidades  que  D.  Francisco  de  Mendoza  había 
prestado  en  tiempo  de  las  Comunidades  á  la  ciudad  de  Toledo, 
que,  á  pesar  del  mandamiento  del  Rey,  no  había  pagado  sus  deu- 
das, á  D.  Antonio  de  Zúñiga,  Prior  de  San  Juan,  al  Papa,  etcéte- 
ra, parte  en  metálico  y  parte  en  pan.  Además,  D.  Carlos  de 
Mendoza  había  gastado  en  favor  de  los  Comuneros  236.674  ma. 
ravedíes,  que  por  mandato  del  Nuncio  no  debían  recibirse  en 
cuenta  al  dicho  Deán. 

Recibieron,  pues,  los  herederos  del  Cardenal  al  contado  de 
Martín  de  Andurza  1. 886. 736  maravedíes;  de  Juan  Ruiz,  259.275 
maravedíes,  y  6.91 1. 80S  maravedíes  de  créditos  sobre  las  rentas 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       27  I 

del  reino  que  debían  hacerse  efectivos  durante  los  años  de  1 5 36 
á  1540.  Además,  seles  adeudaban  4.916. 166  maravedíes  de  las 
rentas  del  Arzobispado.  Subió,  pues,  la  herencia  total  á  la  suma 
de  13.973.985  maravedíes,  ó  si  tomamos  las  deudas  inciertas 
como  no  existentes,  á  10.283.867  maravedíes. 

¿Y  quiénes  eran  los  herederos  del  Cardenal  y  de  Xevres.^  Sus 
nombres  no  figuran  en  ninguno  de  los  citados  documentos,  pero 
es  de  suponer  que  fueran  sus  hermanos.  Ya  hemos  hablado  de 
su  hermano  Roberto,  sucesor  suyo  en  la  Silla  de  Cambrai,  y  su 
otro  hermano  Carlos,  que  le  sucedió  en  la  Abadía  del  convento 
de  frailes  benedictinos  de  Aflighem.  Por  otro  documento  (l)  co- 
nocemos á  dos  cuñados  del  Cardenal  Jacques  de  Louxembourg, 
Conde  de  Gaure,  y  Antonine  de  Berghes,  Señor  de  Grimberghe, 
que  en  dicho  documento  reclaman  una   parte  de  la  herencia. 

EL    ARZOBISPADO,   SEDE   VACANTE   DESDE    LA   MIEK  fE   DE    CROV  HASTA  EL 
XOMBRAMIEN'TO  DE  DOX  ALFONSO  DE  TONSECA 

Rn  la  carta  que  el  Marqués  de  Villena  dio  el  pésame  al  Em- 
perador por  el  fallecimiento  del  Cardenal  de  Croy,  le  aconseja 
que  no  se  provea  el  Arzobispado  hasta  su  vuelta  á  España,  y  dice 
que  los  Gobernadores  del  Reino  lo  hacían  muy  bien.  En  la  Cor- 
te, desde  luego,  reinaba  la  misma  opinión,  pues  ya  al  comunicar 
á  D.  Francisco  de  Mendoza  la  muerte  del  Cardenal  de  Croy,  el 
Emperador  le  envió  una  carta  para  el  Cabildo,  por  la  que  se  re- 
servaba el  derecho  de  nombrar  sucesor.  El  estado  de  las  cQsas 
impidió  á  Mendoza,  que  se  encontraba  en  Guadalajara,  ir  á  To- 
ledo para  entregar  esta  carta  personalmente,  y  de  ello  se  discul- 
pa en  los  términos  siguientes:  «No  fui  con  ella  porque  fuera  a 
dar  causa  a  grande  alteración  en  la  cibdad  y  sigun  las  cosas  es- 
tan  no  me  consintieran  entrar  o  si  entrara,  fuera  para  detenerme 
y  porque  esto  no  aprovechara  a  lo  que  V.  mag.  manda  y  fuera 
ynconveniente  para  lo  de  adelante,  dexe  la  yda  con  enbiar  vno 


(il     Airhivo  genera/  de  Siwaricas:   Casa  Real.   Obras  y  Bosques,  lega- 
jo 44- 


272  BOLETÍN    DE    I.A    «EAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

de  los  del  concejo  del  Cardenal  que  aya  gloria  con  la  letra  de 
V.  Mag»  (i).  El  Comendador  mayor  de  Castilla,  Hernando  de 
Vega,  se  manifestó  conforme  con  el  propósito  del  César,  dicien- 
do que  no  debía  hacerse  el  nombramiento  hasta  su  vuelta  á  Es- 
paña, pues  de  este  modo  muchas  poderosas  familias,  ante  la 
perspectiva  de  que  pudiese  recaer  tan  importante  cargo  en  algu- 
no de  sus  miembros,  se  agruparían  en  torno  del  Emperador  y 
contribuirían  á  pacificar  el  país  (2). 

Los  partidarios  de  Juan  de  Padilla  querían  dar  el  Arzobispado 
á  un  hermano  de  su  mujer,  á  D.  Francisco  de  Mendoza,  que  era 
camarero  del  Papa  y  se  encontraba  á  la  sazón  en  Roma.  La  vís- 
pera de  Nuestra  Señora  de  la  Candelaria  de  1 52 1,  entraron  en  la 
Catedral  3. 000  hombres,  pidiendo  al  Cabildo  eligiese  al  cuñado 
de  Padilla  (3).  Como  la  mayor  parte  de  los  Canónigos  se  negó, 
varios  fueron  encerrados,  amenazados  y,  por  fin,  desterrados  de 
la  capital  por  la  Junta  de  la  Comunidad,  refugiándose  en  Ajofrin, 
desde  donde  elevaron  un  memorial  al  Rey  el  I  3  de  Febrero  de 
1 52 1,  relatando  lo  ocurrido  y  reiterando  su  lealtad  (4).  Estos 
apoyaban  las  pretensiones  del  Obispo  de  Córdoba,  D.  AIovso 
Manrique,  que  había  enviado  á  Toledo  al  caballero  Juan  de  Men- 
doza, para  rogar  al  Cabildo  que  influyese  cerca  del  Rey  en  fa- 
vor de  su  nombramiento  para  la  silla  arzobispal.  Conformes  con 
este  deseo,  los  Canónigos  de  Ajofrin  mandaron  á  Flandes  á  Don 
Alvaro  de  Rojas,  arcediano  de  Segovia  y  Canónigo  de  Toledo, 
acompañado  de  dicho  Juan  de  Mendoza.   D.    Francisco  de  Men- 


(i)     Archh'o  general  de  Simancas:  Estado,  legajo  7  (8),  folio  56. 

(2)  Danvila:  tomo  iii,  págs.  324  y  siguientes. 

(3)  G.  A.  Beroenrotii:  Calendar  of  Letrcs,  Dcspatches  and  State  papcrs 
rcldting  to  ihc  negotiations  between  Rngland  and  Spain,  tomo  11;  London, 
1866,  pág.  333. — Danvila:  tomo  iii,  pág.  324;  tomo  v,  pág.  467. 

(4)  El  documento  está  firmado  por  los  siguientes  Canónigos:  Carlos  de 
Mendoza,  Deán;  Diego  López  de  Ayala,  Bernardo  Caballero,  Fernando  de 
Fonseca,  Pedro  Suárez  de  Guzmán,  Alvaro  de  Rojas,  Pedro  de  Mendoza, 
el  Licenciado  Peña.  Rodrigo  Ortiz,  el  Obispo  Campo  y  el  Obispo  de  Pau- 
la, Pedro  de  Alcocer.  Relación  sobre  las  Comunidades,  adicionada  y  co- 
mentada por  Antonio  ñfartin  Camero.  Publicación  de  la  Sociedad  de  Bi- 
hliófilns  andaluces;  Sevilla,  1S72,  pág.  171. — Danvila:  tomo  iii,  pág.  324; 
tomo  VI,  ¡íágs.  142  y  siguientes. 


EL    CAR15ENA1.    GUILLERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       273 

doza  comunicó  todo  esto  á  Xevres,  rogándole  pidiesen  á   Roma 
despachos  que  impidiesen  tales  elecciones  (l). 

Mientras  tanto  venían  cartas  de  Roma.  A  intancias  del  César 
y  de  Xevres,  dirigió  León  X,  el  5  de  Febrero  de  1 52 1,  un  breve 
al  Cabildo  toledano,  mandándole  que  no  eligiese  sucesor  bajo 
pena  de  excomunión  y  suspensión  de  todos  ios  beneficios;  en 
caso  de  que  lo  hubiesen  hecho  ya,  anula  y  casa  el  acuerdo  reser- 
vándose el  derecho  de  designar  nuevo  Prelado  [2).  Este  breve  lo 
recibió  D.  Francisco  de  Mendoza  á  principios  de  Marzo  por  me- 
diación del  Emperador;  el  12  de  este  mes  y  desde  (juadalajara 
escribe  á  Xevres;  «El  breve  que  viene  cerrado  Rescibi  y  del  se 
usara  como  \'.  S."  lo  manda  aunque  para  metello  en  toledo  no  se 
qué  manera  se  podra  tener  por  el  gran  Recabdo  que  en  las  puer- 
tas de  la  cibdad  tienen  y  en  los  caminos  para  que  no  entre  nin- 
gún despacho  y  sy  alguno  se  enbia  tomanlo  )-  no  dan  al  cabildo 
como  se  hizo  con  la  carta  que  su  magt.  escrivio  que  4iasta  oy  no 
le  han  dado  al  cabildo  de  la  yglesia  e  treslado  se  envió  a  los  ca- 
nónigos que  están  en  ajofrin  y  otro  se  ha  dado  al  subcoiector  que 
dize  que  lo  enbiara  a  toledo.  Y  esto  se  ha  hecho  porque  aunque 
no  han  elegido  esta  puesto  tan  adelante  en  platica  que  se  espera 
cada  dia  la  elección  mas  por  fuerga  que  por  voluntad  de  algunos 
de  los  que  residen  en  toledo  que  para  atraellos  a  que  elijan  han 
])rendido  algunos  dellos  la  comunidad  para  complazer  a  doña 
maria  pachecos  (3). 

En  cuanto  al  cuñado  de  Padilla  se  lee  en  una  «Relación  de 
cuanto  pasaba  en  Toledo  en  Marzo  de  152  I»  lo  siguiente:  «Oy 
algunos  desta  C'omunidad  an  dado  su  voto  y  elegido  de  su  bue- 
na voluntad  para  Arzobispo  de  Toledo  a  vn  hermano  de  Doña 
Maria  Pacheco  que  diz  que  es  camarero  del  Papa  que  esta 
en   Roma   sobre   esto  andovo  oy  en  la  Yglesia   Mayor  la  gente 


(i)     Danvila:  tomo  iii,  pág.  538;  tomo  vi,  págs.  134.  141. 

(2)  Arcliho  de  la  Catedral  de  Toledo,  A.  9,  L,  copia  en  Ms.  13.020. 
(Dd.  39),  pág.  183  y  siguientes,  v  Ms.  13.084,  pág.  125,  de-la  Biblioteca  Na- 
cional de  Madrid. — P^rez:  pág.  125.  -  Castejón:  tomo  11,  pág.  948. 

(3)  Danvila:  tomo  ni.  púgs.  536  y  siguientes;   véase  también  pág.  401. 

TOMO    LXXV  18 


274  boletín  de  la  keal  academia  ee  la  historia 

menuda  en  grande  trápala  con  Juan  Carrillo  y  con  Juan  de 
Ayala»  (l). 

Otro  pretendiente  era  D.  ■  Iñigo.,  hijo  del  Obispo  de  Burgos, 
D.  Juan  Rodríguez  de  Fonseca.  D.  Iñigo  se  encontraba  en  la  Cor- 
te y  además  de  su  padre  se  interesaba  mucho  de  él  su  tío,  el 
Condestable  de  Castilla  D.  Iñigo  de  \'^elásco,  por  quien  repetidas 
veces  fué  recomendado  al  Emperador  (2). 

Mientras  estos  pretendientes  se  esforzaban  por  sentarse  en  la 
silla  de  San  Ildefonso,  se  apoderó  de  ella  un  Comunero.  D.  An- 
tonio de  Acuña,  Obispo  de  Zamora,  apenas  restablecido  de  una 
enfermedad,  entró  con  gente  armada  en  el  Arzobispado  y  ocupó 
varios  pueblos,  siendo  aclamado  y  ovacionado  por  todas  partes, 
liste  Obispo,  tan  mal  prelado  como  buen  guerrero,  que  á  viva 
fuerza  se  había  apoderado  poco  antes  del  Obispado  de  Palencia, 
anhelaba  la  mitra  de  Toledo.  Prometieron  favorecerle  en  su  pre- 
tensión varios  nobles  toledanos,  Comuneros  entusiastas,  si  secun- 
daba sus  planes.  No  regateó  ofertas  y  compromisos  el  bravo  y 
recio  Obispo  á  trueque  de  alcanzar  lo  que  ambicionaba.  Con  Juan 
de  Padilla  había  convenido  hacerle  Maestre  de  la  Orden  de  San- 
tiago si  le  apoyaba  en  sus  pretensiones  á  la  silla  toledana  (3j. 
Como  en  tiempos  de  Felipe  el  Hermoso  había  sido  Embajador 
en  la  Curia  Romana,  debemos  suponer  que,  valiéndose  de  sus 
antiguas  relaciones,  hiciera  todo  lo  posible  para  obtener  la  con- 
firmación del  Papa.  No  conocemos  documentos  sobre  esto,  pero 
sí  sabemos  que  fué  apoyado  por  el  Rey  de  Francia,  pues  Fran- 
cisco I  tenía  gran  interés  en  poner  dificultades  á  su  enemigo  Don 
Carlos,  y  en  su  nombre  intervino  el  Embajador  de  P'rancia  cerca 


(i)     Danvila:  tomo  iii,  pág.  519;  véase  también  pag.  339. 

(2)  Archivo  general  de  Simancas:  Estado,  legajo  6  (5),  folio  279. — Vi" 
CENTE  de  Lafl'ENTe:  Historia  eclesiástica  de  España,  t  orno  v,  págs.  532,  587- 
L.  Serrano:  Primeras  Negociaciones  de  Carlos  V con  la  Santa  Sede,  pági- 
Qas  60,  92. — Karl,  Jl'sti:  Miscella?ieen  aus  drei  Ja/irliunderten  spanischen 
Kunstlebens;  Berlín,  1908,  tomo  i,  págs.  86,  96. — Danvila:  tomo  ni,  páginas 
402,  443,  563;  tomo  VI,  págs.  128,  138. 

(3)  Martín  Gamero:  Historia  de  Toledo. — Danvila:  tomo  ni,  pág.  441. — 
Juan  Ginés  de  Sepúlveda:  De  rebus  gestis  Caroli  Quinii,  libro  3.°,  cap.  16. — 
Opera,  ed.  CerdX  y  Rico,  tomo  i,  pág.  86. 


EL    CARDENAL    GUILLERMO    DE    CROY    Y    El     ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        275 

del  Papa  en  favor  del  (Jbispo  Comunero,  teniendo  una  respuesta 
bastante  favorable  (i). 

A  fines  de  Feljrero  escribió  Acuña  una  carta  á  la  ciudad  de 
Toledo  avisándole  su  llegada,  carta  que  fué  leída  en  el  Ayunta- 
miento el  2  de  Marzo.  Durante  la  Semana  Santa  licenció  la  ma- 
yor parte  de  sus  tropas,  dirigiéndose  á  Toledo,  y  bien  fuera  para 
sorprender  á  los  toledanos,  ó  por  sobra  de  confianza,  entró  el 
Viernes  Santo  en  la  ciudad,  acompañado  de  un  solo  guía  y  en 
traje  de  camino.  «Nadie  hubiera  podido  sospechar  que  aquel 
hombre  era  D.  Antonio  de  Acuña,  porque  nadie  por  el  traje  po- 
día creer  que  era  un  Obispo;  pero  el  guía  lo  reveló  á  algunos,  e 
instantáneamente  y  como  chispa  eléctrica  cundió  la  voz  por  la 
ciudad  y  llenóse  el  Zocodover  de  un  gentío  inmenso  que  rodeó 
al  Prelado,  aclamándole  con  loca  alegría  padre  de  la  Patria  y  sa- 
ludándole como  Arzobispo  de  Toledo;  se  vio  desmontado  de  su 
caballo  y  cogido  en  hombros  fué  llevado  por  fuerza  en  medio  de 
la  muchedumbre,  que  á  voz  en  grito  decía  que  Dios  había  dis- 
puesto la  muerte  del  difunto  Prelado  para  que  ocupase  la  silla 
toledana  D.  Antonio  de  Acuña.  En  aquel  momento  resonaban 
en  las  bóvedas  de  la  catedral  las  sublimes  lamentaciones  del  Pro- 
feta, que  la  Iglesia  repite  anualmente  en  la  grave  y  poética  cere- 
monia de  las  tinieblas  del  \^iernes  Santo.  En  vano  pugnaba  el 
( )bispo  para  desprenderse  de  los  brazos  de  los  que  así  profana- 
ban el  augusto  santuario  en  momento  tan  solemne;  el  pueblo, 
llevando  adelante  la  sacrilega  profanación,  le  metió  en  el  coro, 
lo  sentó  en  la  Silla  pontifical  \'  le  proclamó  Arzobispo  de  To- 
ledo» (2).  En  medio  de  un  griterío  ensordecedor  decían  á  voces 
que  Don  Carlos  y  el  Sumo  Pontífice  no  se  negarían  á  prestar  su 
consentimiento  á  manifestación  tan  unánime  del  pueblo,  )■  que 


fi)     Baujigartex,  tomo  i,  págs.  465  y  siguit-ntt-s. 

(2)  Sepúlveda:  libro  3.°,  cap.  16,  pág.  86. — J.  B.  Pírez:  págs.  125  y  127. — 
Jlan  Maldonado:  El  movimiento  de  España,  ó  sea  Historia  de  la  Revolución 
conocida  por  el  nombre  de  las  Comunidades  de  Castilla,  traducida  al  caste- 
llano por  José  Quevedo;  Madrid,  1840,  págs.  239  y  siguientes. — Modesto  de 
Lafuente:  Historia  de  España,  tomo  viii,  págs.  101  y  siguientes. — Danvila: 
tomo  m,  págs.  393  y  siguientes. 


276  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMU    DE    LA    HISTORIA 

si  se  negaban,  lo  harían  la  Reina  Doña  Juana  y  la  Santa  Junta,  con  . 
lo  cual  bastaría  para  que  se  tuviese  por  confirmado  en  el  Arzo- 
bispado. 

Esta  es  la  versión  corriente.  De  una  manera  algo  diferente  re- 
lata lo  ocurrido  el  Cardenal  de  Tortosa,  el  8  de  Abril,  desde  Tor- 
desillas  al  Emperador",  dice  así:  «Hauemos  sabido  como  en  el  día 
del  Viernes  Santo  el  Obispo  de  Qamora  muy  armado  y  caual- 
gando  en  un  caballo  aunque  desfrec;ado  y  muy  atapado  con  el 
papahígo  y  acompañado  solamente  de  dos  de  cauallo  entro  en 
Toledo  y  que  llegando  en  la  plaga  se  quitó  la  capa  que  Ileuaua 
y  también  el  papahígo  y  haziendo  gran  muestra  de  sus  armas 
dixo  a  alta  voz  estas  palabras:  yo  soy  el  Obispo  de  Qamoríi  viva 
el  Rey  y  la  Comunidat  y  mueran  travdores;  y  luego  le  acudieron 
dos  mil  hombres  y  todos  con  sus  bonetes  en  manos  le  dezian 
que  era  lo  que  mandaua;  y  el  recogiéndoles  e  yéndose  al  (sic) 
yglesia  mayor  y  hauiendo  llegado  a  ella  se  apeo  de  su  caballo 
y  en  ella  hauia  quatro  mil  personas  de  su  parte,  luego  se  assento 
en  la  Cathedra  Archiepiscopal  dándosele  la  possession  de  aquel 
Arzobispado,  e  hicieronle  Capitán  general  del  Reyno  de  toledo, 
pero  esto  algunos  lo  limitan  diziendo  que  la  Capitanía  no  se  le 
dio  sino  en  ausencia  de  Joan  de  Padilla»  (l). 

El  mismo  día  de  Viernes  .Santo,  29  de  Marzo,  participa  i\cuña 
á  la  ciudad  de  Alcalá  de  Henares,  desfigurando  las  cosas,  que 
«fué  llamado  por  la  honrada  comunidad  de  la  yllustre  cibdad  da 
toledo  para  que  juntos  diésemos  orden  en  todo  aquello  que  to- 
case a  la  República  y  asy  cumpliendo  su  mandamiento  vine  a 
esta  cibdad  donde  por  todos  los  vecinps  della  fui  muy  bien 
Rescibido  y  con  mucha  voluntad  y  favor  me  llevaron  a  la  yglesia 
cathedral  de  la  dicha  cibdad  y  me  hicieron  asentar  en  la  sylla 
argobispal  donde  se  hizo  a  consentimiento  de  todos  el  auto  de 
posesyon  del  arzobispado  por  ante  notario  publico  y  otros  y  de 
allí  fuimos  al  Cabildo  de  la  yglesia  don  le  se  higo  el  aucto 
en  forma  y  como  digo  con  gran  voluntad  do  todo  el  pueblo*  (2). 


(i)     Danvila:  tomo  iir,  pág.  569. 
12)     Danvila:  tomo  iii,  pág.  539. 


EL    CARDENAL   GUILLERMO   DE   CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE   TOLEDO      277 

Por  más  que  Acuña  ambicionara  la  Silla  primada  del  Reino, 
no  quería  obtenerla  por  medio  tan  tumultuario  é  ilegítimo.  De- 
seaba que  el  Cabildo  sancionara  con  su  voto  el  nombramiento 
popular.  Su  actitud  en  los  días  siguientes  la  revelaban  tres  cartas 
del  I  ó  de  Abril,  existentes  en  el  Archivo  general  de  Simancas  y 
publicadas  por  Manuel  Danvila  en  el  tercer  tomo  de  su  Historia 
de  las  Comunidades  de  Castilla  (I).  Las  cartas  no  llevan  íirma  ni 
dirección,  pero  reflejan  fielmente  la  situación  de  Toledo.  Se  lee 
en  una  de  ellas  losiguiente  (2):  «Primeramente  quanto  a  lo  del 
poder  del  Obispo  de  Qamora  sabrá  v.  m.  quel  jueves  primero 
después  de  Pascua  que  fueron  cuatro  del  presente  pidió  al  Ca- 
bildo tenplada  o  corLesmente  que  le  diesen  la  governacion  del 
Arzobispado;  fuele  respondido  el  domingo  adelante  que  no  se 
podía  hazer  diziendo  que  no  se  pusyese  en  esta  demanda  y  que 
antes  perderían  todos  la  uida.que  tal  poder  diesen;  el  martes  si- 
guiente del  presente  entra  el  Obispo  en  el  Cabildo  y  estando  el 
ay  entraron  en  la  yglesia  hasta  400  soldados  e  una  parte  dellos 
guardava  la  puerta  del  Cabildo  e  de  rato  en  rato  soltaban  muchos 
tiros  de  pólvora  junto  a  la  puerta  e  otros  se  repartieron  por  las 
puertas  de  la  yglesia  y  del  coro  y  del  sagrario  y  de  la  torre  por- 
que ningund  clérigo  pudiese  salir  ni  ilel  coro  ni  de  la  iglesia;  los 
restantes  que  serian  hasta  200  en  dos  esquadrones  en  ordenanga 
Rodeavan  el  coro  e  la  yglesia  con  mucha  furia  e  alteración;  duro 
esto  dende  la  ora  de  las  ix  hasta  la  una;  de  manera  que  constre- 
ñidos de  hambre  y  temor  el  Cabildo  le  dio  poder  ¡jara  que  las 
fortalezas  del  argobispado  que.  estavan  anajenadas  las  pudiese 
restituir  a  la  yglesia  e  asymesmo  para  cobrar  qualesquier  mrs.  que 
se  deviesen  del  Argobispo  y  como  este  poder  yba  tan  limitado 
como  V.  m.  vee  el  Obispo  usa  tan  largamente  del  como  sy  don 
todo  el  cumplimiento  del  mundo  le  fuera  otorgado...»  Juan  Bau- 
tista Pérez,  en  su  Historia  de  los  Arzobispos  de  Toledo'  (3)  refiere 


(  i)     Danvila:  tomo  iii,  págs.  658  y  siguientes.  ' ' 

(2)  Danvila:  tomo  iii,  págs.  661  y  siguientes. 

(3)  Archiepiscoporum  Tolctaimritm  vifae.  IMs.  de  la  Biblioteca  Nactohal 
de  Madrid,  Ms.,  1529,  pág.  127.  ■     '    i 


278  BOLETÍN    DE    LA    KEAI.    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

que  se  le  dio  el  poder  por  ocho  votos,  y  que  los  canónigos  antes 
de  votar  protestaron  en  secreto  ante  Hernando  Alonso,  Secreta- 
rio del  Cabildo,  de  que  por  fuerza  lo  otorgaban.  Tampoco  quiso 
reconocer  al  Obispo  usurpador  el  Cabildo  de  Talayera,  manifes- 
tando al  Cabildo  Catedral  de  Toledo  que  no  recibiría  por  Prelado 
y  Señor  sino  al  canónicamente  elegido  y  aceptado  por  el  Cabildo 
Catedral.  Este  acuerdo  lo  comunicó  el  Deán  al  Ayuntamiento  de 
Talayera,  añadiendo  en  nombre  de  los  demás  Canónigos  que  si 
la  ciudad  recibía  á  Acuña  por  Arzobispo  de  Toledo,  en  cuanto 
entrase  su  señoría  por  una  puerta  de  la  villa  todos  ellos  se  sal- 
drían por  otra  (l).  En  cambio,  la  Junta  de  los  Comuneros,  que 
entonces  se  encontraba  en  Valladolid,  atendía  muy  especialmen- 
te á  dar  fuerza  y  autoridad  á  Acuña,  enviando  para  ello  á  Toledo 
á  Francisco  Díaz  con  diferentes  provisiones  (2).  Pero  el  ambicioso 
Prelado  gozó  pocos  días  de  la  dignidad  que  tanto  había  anhelado. 
El  23  de  Abril  el  ejército  comunero  fué  d-errolado  por  los  impe- 
riales en  la  famosa  jornada  de  Villalar,  y  los  tres  jefes,  Padilla, 
Bravo  y  ^laldonado,  hechos  prisioneros  y  decapitados.  Al  recibir 
la  noticia  de  la  funesta  jornada,  .-Acuña  huyó  de  Toledo  en  direc- 
ción á  Francia,  pero  fué  preso  á  poco  en  Navarrete,  pueblo  de 
Logroño.  Llevado  al  castillo  de  .Simancas  y  absuelto  dos  veces, 
se  le  formó  un  nuevo  proceso,  intentó  huir  y  para  ello  dio  muer- 
te al  alcalde  de  la  Fortaleza,  por  lo  cual  fué  ejecutado  el  23  de 
Marzo  de  15^6,  después  de  haber  sufrido  con  valor  el  tormento 
á  q.ue  se  le  sometió  (3). 

El  adversario  principal  de  Acuña  había  sido  D.  Antonio  de 
Zúñiga,  prior  de  San  yuan,  que  en  Castilla  la  Nueva  mandaba 
un  ejército  en  favor  de  los  imperiales.  No  había  podido  impedir 
que  Acuña  se  apoderase  de  Xoledo,  pero  después  de  su  derrota 
se  hizo  ilusiones  de  conseguir  la  .Silla  arzobispal.  El  Duque  de 
Béjar  escribió  varias  veces  al  Re)^  elogiando  los  servicios  de  su 
hermano  Antonio  y  pidiendo  para  él  el  Arzobispado  de  'loledo, 

(i)     D.\nvila:  tomo  iii,  págs.  995  y  siguientes. 

(2")     D.\NVIL.4:  tomo  iii,  pág.  636. 
>     (3)     Gil  (jonz.íi.ez  D,(vii.a:  Tcafro  eclesiástico  de  las  dos  Castillas,  tomo  11, 
páginas  409  y  siguientes. 


EL    CARDENAL    OUll  LERMO    DE    CROY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO        279 

que  merecía  por  su  edad,  ciencia  y  saber;  el  mismo  fin  llevaba 
otro  hermano,  D.  Alvaro  de  Zúñiga,  al  marchar  á  la  Corte,  en 
Julio  de  1522  (I). 

Mientras  tanto,  un  ejército  francés  había  entrado  en  España 
por  Fuenterrabía,  amenazando  Pamplona.  Las  tropas  de  Zúñiga 
tuvieron  que  ser  llevadas  al  Norte  y  era  menester  hacer  la  paz 
con  Toledo.  Esta,  por  su  lado,  estaba  muy  dispuesta  á  un  con- 
venio, pues  se  veía  sola  y  abandonada  por  las  demás  ciudades. 
Así,  pues,  el  25  de  Octubre  de  15^2,  en  el  Monasterio  de  la 
Sisla,  se  firmó  un  convenio  entre  el  Prior  de  San  Juan  y  Toledo, 
terminando  las  hostilidades  (2).  Al  día  siguiente  se  pregonó  en 
la  ciudad  la  paz  y  se  hizo  una  procesión  con  Te  Deum,  y  el  31 
entró  el  Arzobispo  de  Bari.,  D.  Esteban  Gabriel  Merino,  que  había 
tomado  gran-  parte  en  las  negociaciones  anteriores  como  Gober- 
nador en  nombre  del  Rey.  Fué  recibido  con  mucho  regocijo, 
pero  aun  quedaban  los  ánimos  muy  excitados.  El  día  I."  de  Fe- 
brero, al  conocerse  en  Toledo  la  elección  del  Cardenal  Adriano 
como  Papa,  se  hicieron  ruidosas  demostraciones  de  júbilo,  que 
fueron  aprovechadas  por  los  partidarios  de  Doña  María  Pacheco^ 
viuda  de  Padilla,  para  avivar  el  fuego  de  la  sublevación  ya  amor- 
tiguada; mas  no  fué  difícil  al  Arzobispo  Merino  dominar  el  motín. 
El  día  de  San  Blas,  3  de  Febrero,  los  disturbios  habían  termina- 
do en  Toledo,  y  en  conmemoración  de  tan  feliz  término  y  agra- 
decimiento al  Arzobispo,  el  Cabildo  puso  una  lápida  con  su  co- 
rrespondiente inscripción  (3). 


( I)     Danvila;  tomo  iii,  pág.  310;  tomo  vi,  pág.  158. 

12)  Danvila:  tomo  iv,  págs.  493,  535  y  siguientes;  559  y  siguientes. 

13)  Skpi'lveda:  libro  4,  cap.  20,  tomo  i,  pág.  115.  — Piírez:  págs,  127  y 
siguientes. — Castejóx:  tomo  i.  pág.  947. — Alcocer:  cap.  13,  pág.  57;  Apén- 
dice, pág.  209. — Merino  tenía,  además  del  Arzobispado  de  Bari,  el  Obis- 
pado de  León,  y  más  tarde  el  de  Jaén;  también  fué  patriarca  de  las  In- 
dias y  ■■ecibió  la  púrpura  cardenalicia  en  1523. — González  Dávila:  Teatro 
eclesiástico  de  las  dos  Castillas,  tomo  i.  págs.  265,  415  y  siguientes.— 
B.  Gams:  Series  Episcoporum,  Raiisbonae  1SJ4,  pág.  41;  el  texto  de  la  men- 
cionada lápida  citan  Gonz.Clez  D.ívila,  pág.  268. — Danvila:  tomo  v,  pág.  44, 
y  Parro:  Toledo  en  la  mano,  tomo  i,  pág.  658.  Este  supone  que  la  lápida 
está  cubierta  por  el  revoco  en  que  está  pintado  el  fresco  del  .Santo  Niño' 
de  la  Guardia. 


38o  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORL\ 

Ya  se  ha  dicho  que  desde  un  principio  el  Rey  se  reservó  el 
derecho  de  nombrar  el  sucesor  de  Croy,  y  mientras  la  Silla  pri- 
mada estuvo  ocupada  por  el  famoso  Obispo  Acuña,  se  preocupó 
también  la  Corte  del  nombramiento  del  nuevo  Arzobispo.  Como 
en  1517,  después  de  la  muerte  de  Cisneros,  en  1 52 1,  al  fallecer 
el  Cardenal  de  Croy,  se  proveyó  la  Silla  en  un  Prelado  germano, 
es  decir,  en  D.  Erl/anio  de  la  Marai,  Obispo  de  Liga  y  gran 
favorito  del  Emperador.  Lo  mismo  que  el  Cardenal  de  Croy,  don 
Erhardo  vivía  constantemente  en  la  Corte.  El  Papa  Adriano,  qué- 
había  sido  elegido  .Sumo  Pontífice  en  1522,  no  quiso  confirmar 
tai  provisión,  acordándose  de  que  la  elección  de  un  extranjero 
para  la  .Silla  arzobispal  de  Toledo  había  sido  una  de  las  caúsa.s 
del  levantamiento  de  las  Comunidades  y  de  las  dificultades  sur- 
gidas en  su  consecuencia,  y  que  él,  como  Gobernador  de  España, 
había  visto  muy  de  cerca  íll. 

Cuando  en  1 522  el  Rey  vino  otra  vez  á  España,  el  Cabildo 
toledano  le  pidió  nombrase  pronto  un  Arzobispo.  El  César  con- 
testó que  lo  haría  lo  más  pronto  posible  (2)  y  propuso  al  Papa  al 
Maestro  Pedro  Ruis  de  la  Mota,  Obispo  de  Badajoz,  y  Palencia, 
gran  predicador  y  Capellán  mayor  del  Emperador,  que  murió  el 
22  de  Septiembre  de  I  522,  sin  haber  sido  confirmada  por  el  Papa 
su  elección  (3). 

Mientras  tanto  el  Gobierno  del  Arzobispado,  y  sobre  todo  la 
administración  de  su  hacienda,  quedó  en  manos  de  D.  Francisco 
de  Mendoza.  «En  tanto  aquel  dicho  arzobispado  estoviese  sede 
vacante...  es  mi  voluntad...  que  no  aya  ynovación  ni   mudan(;a 


(i)  PorreS'o:  Historia  Episcopal  y  Real  de  España,  tomo  11,  pág.  175. 
H.  Baumgarten:  tomo  1,  págs.  2^9,  38S. — B.  Gams:  Series  Episcoporum. 

(2)  Real  cédula,  fechada  en  Valladolid  el  1 1  de  Septiembre  de  1522. 
Archivo  general  de  Simancas:  Libros  generales  de  la  Cámara,  libro  50, 
folio  202. 

(,3)  Alvaro  Gómez:  De  Rehiis  s;cstis  Francisci  Ximciiii. — A.  Schoit:  His- 
paniae  Illusfratae,  tomo  i. — J.  B.  Pérez:  pág.  125.  — Gonz.Xlez  D.ávila:  Tea- 
tro eclesiástico  de  las  dos  Castillas,  tomo  ii,  pág.  182;  tomo  iv,  págs.  52  y 
siguientes.  González  D.ávila:  Teatro  eclesiástico  de  España,  tomo  i,  pági- 
nas 48  y  siguientes. ^B.  Porreño:  tomo  n,  pág.  174. — Vicente  de  Lapiejíte: 
'Historia  eclesiástica  de  España,  tomo  v,  pág.  603. 


EL     CAKDENAI.    GUIIXEEMO    DE    CUOY    Y    EL    ARZOBISPADO    DE    TOLEDO       261 

sino  que  vos  el  dicho  Don  francisco  de  mendo(;a  y  el  dicho  suco- 
lector  que  hasta  aquí  ha  seydo  tengáis  cargo  de  la  dicha  cobranza 
s.'gund  e  como  e  de  la  forma  e  manera  que  hasta  aquí  lo  aveys 
fecho...  hasta  tanto  que  aj-amos  proveydo  e  proveemos  de  Arzo- 
bispo» (l).  Tal  renovación  de  los  poderes  á  Mendoza  era  nece- 
saria, pues  los  Canónigos  habían  tomado  «muchas  contias  de 
maravedís  asy  para  salarios  de  vesitadores  e  governadores  e 
corregidores  que  enviays  por  Arzobispo  con  crescidos  salarios 
como  para  otras  cosas  e  porque  no  es  razón  que  en  lo  susodicho 
aya  novedad  syno  se  haga  segund  e  como  se  hazia  en  vida  del 
cardenal  don  fray  francisco  Ximenez  arzobispo  que  fue  dessa 
santa  yglesia  ya  defunto  por  ende  yo  vos  ruego  y  encargo  que 
los  salarios  que  dieredes  a  los  dichos  lo  modereys  e  hagays 
segund  e  de  la  manera  que  se  hazia  en  tiempo  del  dicho  car- 
denal (2).  ■ 

En  I  523  fué  promovido  para  la  Silla  toledana/z'^j)''  Diego  Deza, 
fraile  dominico,  que  había  sido  ayo  y  Capellán  mayor  del  Prín- 
cipe D.  Juan,  y  que  después  de  haber  ocupado  varias  diócesis 
era  Arzobispo  de  Sevilla  e  Inquisidor  general.  También  murió 
antes  de  obtener  las  bulas,"  el  29  de  Junio  de  1523,  en  el  Con- 
vento de  San  Jerónimo  de  Belvis,  de  religiosos  de  esta  Orden,  a 
los.  ochenta  años  de  edad  (3). 

El  mismo  año  de  1523  presentó  el  Emperador,  para  la  Silla 
primada,  al  ^Arzobispo  de  Santiago,  D.  Alfonso  de  Foiiseca,  que 


(i)  Real  cédula,  fechada  en  Yalladolid  el  14  de  Octubre  de  1522. 
Libros  generales  de  la  Cámara,  libro  50,  folio  217  v. 

(2)     Jdem,  libro  50,  folio  218. 

(31  Cunio  lo  había  mandado,  fué  sepultado  en  su  Colegio  de  Santo 
Tomás,  de  Sevilla.  El  sepulcro,  que  es  de  alabastro,  tiene  el  epitafio 
siguiente:  «Hvivs  Almi  Colegü  Fundator  jacet  Hic.  R.  D.  D.  Deza  Ordini 
Predicatorum  Magister  istius  insignis  Civitatis  Hispalensis  Archiepisco- 
pus.  Qui  suis  merítis  fama  et  scientia  ad  eclesiam  Toletanam  pastores 
caremte  vocatus.  Obiit  anno  ]\IDXXI1I  die  IX  Junü  vixit  annos  LXXX. 
PíREz:  pág.  1  25.  Goxz.ÍLEz  D.ívila:  Teatro  eclesiástico  de  las  dos  Castillas. 
tomo  I,  págs  261  V  siguientes,  tomo  n,  pág.  86. — Vicente  de  L.\füente;  //>j- 
ioria  eclesidstirc7  de  Es/aiía,  tomo  V,  págs.  140,  557,  602.  — B.  Gams:  A'ir- 
chengeschichte  von  Spaniem,  tomo  m,  segunda  parte,  págs.  56  y  siguientes. 


282  roí  ETfN     DE     LA     REAL    ACADRMIA     [)E    LA     HISTORIA 

fué  promovido  por  Clemente  VII,  y  tomó  posesión  el  26  de 
Abril  de  1524,  poniéndose  fin  de  este  modo  al  período  de  Sede 
vacante  (l). 

Adolfo  Poschmann. 


VII 

LE  VOYAGE  DE  LA  REINE-MARIE  CHRISTINE  EN  ITALIE 
ET  LES  RANCUNES  DE  LA  COUR  DE  TURIN 

On  sait  que,  loin  de  voir  une  période  de  calme  succéder  aux 
dures  épreuves  dont  elle  venait  de  sortir  victorieusement,  loin 
de  trouver  dans  les  sentiments  du  peuple  espagnol  la/écompen- 
se  qu'elle  était  en  droit  d'espérer,  la  reine  Marie-Christine  (2) 
avait  díi  presqu'au  lendemain  de  la  fin  de  la  premiére  guerra 
Carliste,d'abord  appeler  au  pouvoir  líspartero  (3),  puis  se  démet- 
tre  de  la  Kegence. 


(i)  Pi5rez:  pág.  128. — Gonz/Ílez  DXvila:  Teatro  eclesiástico  de  las  itos 
Casiil/as,  tomo  i,  pág.  83. 

(2)  Marie-Chri-.une  de  Boiirbon  ¡18061878),  scconrle  filie  de  Fran- 
(;oÍ5  !<;'■,  Roí  de  Deux-Siciles,  et  de  la  reine  Marie  Clémentine.  Sceur  de  la 
Duchesse  de  Berry,  mariée  le  zg  déccmbre  1829  au  Roi  Ferdinand  VII. 
dont  elle  fiit  la  qiiatriéme  fcmme.  Regente  d'Espagne  en  1833,  au  nom  de 
sa  filie  Isabelle  aprés  la  mort  du  roi  Ferdinand,  elle  soutint  une  longue 
et  dure  Intte  conlre  Don  Carlos.  Renversée  par  Espartero  á  la  suite  de 
la  journée  du  i^r  bepteinbre  1840  provoquée  parle  vote  de  la  loi  des 
Aviintamientos,  elle  dut  renoncer  á  la  R(5gencc  le  10  octobre  et  se  retirer 
en  France  et  ne  rentra  en  Espagne  qu'en  1843  aprés  la  chute  d'Es- 
partero. 

(3)  Espartero  (Baldomero"!  (1792-1879"),  Capitaine-Général  de  Biscaye 
au  nom  de  Marier-Christine  (1834),  General  en  chef  de  l'Armée  du  Nord, 
Vice-roi  de  Navarre  et  Ca{)ita¡ne  General  des  Provinoes  Basques  (1837J, 
Dcputé  aux  Cortes  de  1837,  Grand  d'Espagne  et  Duc  de  la  Victoire, 
aprés  les  victoires  qui  mirent  fin  á  la  guerre  Carliste  (1839).  Président  du 
Conseil  (14  septembre  1840),  Regen t  d'Espagne  (8  mai  1841,  ren versé  par 
Narvaez  el  obligó  de  se  rcfugier  en  Angleterre  (juillet  1843),  Président 
du  Conseil  (1854-1856)  enfin  rallié  au  roi  Amédée  qui  le  crea  prince  de 
Vergara  (janvier  1872). 


LE    VOVAGE    DE    LA    REINE    MAklE-ClIRISTINE    EN    ITALIE  283 

Quelques  joars  plus  tard,  elle  se  décidait,  ou  plutót  elle  se 
résignait  á  quitter  l'Espagne  oü  sa  presence  aurait  pu  compro- 
mettre  gravement  la  solidité  du  tróne  qu'elle  avait  eu  tant  de 
peine  á  assurer  d'abord,  puis  á  conserver  k  celle  qu'on  se  plai- 
sait  á  appeler  V Innocente  habelle. 

Mais  ce  qu'on  connait  assurément  beaucoup  moins,  ce  sont 
les  différentes  péripéties  qui  aprés  un  premier  et  assez  court  sé- 
jqur  en  France,  oíi  elle  avait  été  reí^ue  avec  les  honneurs  dús  á 
son  rang  par  Louis  Philippe  et  Marie  Amélie,  marquérent  le 
voyage  qu'afin  de  se  distraire  et  d'oublier  elle  éprouva  le  besoin 
de  faire  en  Italie,  son  pays  natal,  ce  sont  surtout  les  étranges  et 
inqualifiables  procedes  que,  trop  heureux  de  pou\oir  satisfaire 
ses  rancunes,  abusant  de  l'influence  qu'ii  exergait  sur  l'esprit  de 
Charles- Albert  le  comte  Solar  de  la  Marguerite  (l)  crut  pouvoir 
se  permettre  á  l'égard  de  cette  princesse.  II  n'avait,  cependant, 
en  réalité  d'autre  grief  contre  elle  que  celui  d'avoir  empéché  la 
réalisation,  qui,  lui  avait  plus  d'une  fois  paru  certaine  et  ¡mmi- 
nente,  des  idees  d'un  systéme  polit¡q_ue  dont  il  se  glorifiait  et  ne 
cessa  du  reste  jamáis  d'étre  un  des  plus  ardents,  un  des  plus 
irreductibles  défenseurs. 

Ces  procedes,  cette  attitude  sont  d'autant  plus  curieux  á  rele- 
ver  que  l'on  n'aurait  en  somme  rien  risqué  a  Turin  en  suivant 
l'exemple  donné  par  le  Saint-Siége.  Comme  Guizot  se  plaisait  a 
le  constater  dans  sa  dépéche  du  5  février  1 84 1  au  comte  de  La- 
tour-Maubourg,  «la  réception  que  la  Reine  Marie-Christine  avait 
»regue  du  Pape  avait  été  ce  qu'elle  devait  étre». 

On  en  jugera  par  les  documenta  relatifs  aux  incidents  qui  mar- 
quérent le  séjour  de  l'ex-Régente  á  Rome,  puis  par  ceux  qui 
ont  trait  d'abord  aux  péripéties  de  son  voyage  á  travers  l'Italii" 


(i)  Solar  della  Margarita  (Clément,  comle)  (1792-1869)  entré  dans 
la  diplomatie  en  1816,  envoyé  á  Naples,  puis  Mioistre  á  Madrid  au 
moment  ou  la  guerre  entre  les  Carlistes  et  les  Cristinos  ensanglantait 
l'Espagne.  Absolutiste  et  légitimiste  dans  l'áme,  il  était  á  ce  moment  et 
depuis  1834,  Ministre  des  Affaires  Etrangeres  de  Sardaigne,  fonctions 
qu'il  conserva  jusqu'en  1847 


284  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

du  Nord,  et  a  l'accueil  qu'on  lui  fit  á  V^enise  et  á  Milán,  c-ii  aux 
circonstances  qui  rempéchérent  de  s'arréter  a  1  urin. 

«Monsieur  le  Ministre,  écrivait  le  26  décembre  Latour  Mau- 
»bourg  (1),  S.  M.  la  Reine  Christine,  aprés  une  traversée  assez 
jpénible,  est  arrivée  avant  hier  au  soir  ici  sans  étre  atlendue 
»par  personne.  Elle  a  été  également  bien  accueillie  á  CiviUvec- 
schia  (2)  et  á  Rome.  A  peine  M.  le  Ministre  de  Naples  a-t-il  su 
j>la  présence  de  la  Reine  dans  cette  capitale  que,  le  soir  méiDe 
»de  l'arrivée  de  Sa  Aíajesté,  il  s'est  presenté  chez  Elle  pour  lui 
soffrir  ses  services.  Mais  la  Reine,  par  suite  de  Taltitude  prise 
ívis  á  vis  d'Elle  par  le  Roi,  son  frére,  n'a  pas  cru  devoir  accep- 
»ter  les  offres  du  comte  de  Ludolf,  dont  la  démarche  d'ailleurs 
»6tait  toute  spontanée  et  n'était  dictes  par  aucune  instruction 
»de  son  Gouvernement. 

»Dés  qu'il  fut  sorti  de  chez  Elle,  Sa  Majaste  me  fit  exprimer 
sl'envie  qu'Elle  avait  d'assister  le  lendemain,  jour  de  Noel,  á  la 
ímesse  Pontiñcale,  célébrée  a  Saint-Pierre  par  le  Pape  lui-méme, 
»en  me  demandant  de  lui. en  laciliter  les  moyens.  Des  tribunes 


(1)  Roiiic'  voliime  982.  Directinn  Politique,  N°  6.  Folio  222-224.  —La- 
tour Maubourg  á  Guizot,  Rome,  26  décembre,  1840: 

Latour  Aíanbourg  (Armand,  Charles,  SepUme,  comle  de  Fay  de)  ¡iSoi- 
1845^  Maitre  des  requéles  en  seivice  extraordinaire  (1S21),  Ailaché  á 
Constanlinople  (1822),,^  la  Direction  Politique  1 1823),  deuxiéme  Secré- 
taire  á  Lisbonne  (jy  raai,  1826),  á  Hanovre  (4  novembre,  Í829),  Chargé 
d'Affaires  sur  place  (12  juillet,  1830),  premier  Secrétaire  á  Vienne  (22  oc- 
tobre,  1830),  Eiivoyé  extraordinaire  et.  Ministre  plénipotentiaire  a  Bruxel- 
les,  (7  juin,  1832),  Ambassadeur  á  Madrid  (19  septembre,  1834),  a  Rome 
(25  mai,  1838),  Pair  de  France  (1841). 

«Civitavecchia,  24  décembre,  1830. 

{2)  »Le  bátiment  á  vapeur  de  TEtat,  «/í  Pharet,  avant  á  bord  S.  M.  la 
>reine  Cliri^tine  d'Espagne,  mandait  Beyle  á  Guizot,  est  arrivé  ce  niatin 
»en  ce  port,  venant  d'Antibes  et  en  dernier  lieu  de  Livourne. 

íLes  autorités  u'avaient  regu  á  cette  occasion  aucune  instruction  de 
>Rome.  Toute  íois,  elles  se  sont  empresséss  de  rendre  á  la  Reine  tous  les 
»honneurs  durs  á  son  rang.  Sa  Majesté  est  partie  á  midi  pour  Rome  sa- 
>t¡sfaite  de  l'accuei]  qu'Elle  a  reíju  á  Civitavecchia. 

>La  Reine  est  venue  d'Antibes  a  Civitavecchia  en  quatre  jours.  Elle 
»s'est  arrétée  vingt-quatre  heures  a  Livourne.»  (Rome,  volume  982,  fo- 
lio 22  I.) 


LE    VOYAGH    DE    LA    REINE    MARIE-CHRISTINE    EN    ITAI.IE  285 

«particuliérrs  sont  réservées  dans  ees  sortes  d'occnsions  pour 
»les  niembres  des  familles  royales.  J'avais  quelques  doutes  sur 
»!a  possibilité  d'en  obtenir  une  pour  la  Reine  des  ees  premiers 
smoraents,  parce  que  je  savais  qu'il  est  dans  les  regles  de  l'éti- 
»quette  Pontifieale  qu'aucun  prinee  ou  princesse  ne  peut  assister 
»en  eette  quaüté  a  une  cérémonie  pontifieale  avant  d'avoir  été 
>présenté  au  Saint-Pére.  Mais  la  regle  a  été  mise  de  cóté,  et  aux 
^premieres  ou\'ertures  que  je  fis  á  ce  sujet  a  M.  le  Majordome 
>du  Pape  (l),  il  me  répondit  avee  empressement  que  Sa  Majesté 
»serait  traitée  á  Saint-Pierre  comme  il  convenait  á  son  rang.  Et, 
»en  effet,  la  Reine,  que  j'eus  l'honneur  d'y  conduire,  assista  a  la 
scérémonie  dans  une  des  tribunes  princiéres  laquelle,  par  un 
5>rapprochement  remarqué  des  speetateurs,  se  trouva  étre  voisine 
»de  celle  oeeupée  par  Don  Miguel. 

»Plus  tard,  et  en  vertu  du  désir  que  m'en  avait  témoigné  Sa 
»Majesté,  je  me  rendis  chez  le  Cardinal  Secrétaire  d'Etat  afín  de 
))lui  Taire  part  de  I'arrivée  de  la  Reine  et  de  lui  demander  en 
»Son  nom,  quand  Elle  pourrait  étre  regué  par  Sa  Sainteté.  La 
>Reine  semblait  craindre  quelques  objections  á  eet  égard.  Je  n'en 
sai  rencontr'-  acune,  et,  en  fait,  i!  paxaissait  peu  probable  qu'on 
sen  élevát,  puisque  la  Princesse,  qu'il  s'agit  de  recevoir,  est  la 
5>veuve  du  dernier  Roi  d'Espagne  et,  qu'y  eút-il  eu  autreíbis 
»quelques  difficultés  a  cause  de  sa  qualité  de  Regente  du  Royau- 
»me,  son  abdication  a  dü  aplanir  tout  obstaele.  Elle  sera  done 
»regue  avee  toute  la  pompe  usitée  á  la  Cour  du  Pape  pour  la 
>réeeption  des  tetes  couronnées.  P'n  attendant,  le  Gouvernement 
ílui  a  fait  offrir  une  Garde  d'honneur  que  Sa  Majesté  a  refusée, 
»et  un  Camérier  Secret  du  Saint-Pére  a  été  designé  pour  étre  k 
»sa  disposition  pendant  la  durée  de  son  séjour. 

sAinsi  Taccuei!  fait  a  la  Reine  est  sous  tous  les  rapports  tel 
«qu'Elle  pouvait  le  souhaiter  et  qu'EUe  avait  droit  de  l'attendre. 
»Je  ne  puis  toutefois  m'empécher  de  regretter  que  le  Ministre 
sde  Naples,  par  une  démarche  un  peu  precipites  peut-étre,  eút 
»mis  ia  Reine  dans  le  cas  de  décliner  son   action  et  d'y  substi- 


(i)     Monseigneur  Saverio  Massimo. 


286  BOLETÍN    UE    LA    KEAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

»tuer  la  mienne.  On  a  été  généralement  surpris  á  Rome,  oü  l'on 
«ignore  la  cause  de  cette  espéce  de  repulsión  de  rintervention 
snapolitaine  de  la  part  de  la  Reine,  légitimement  blessée  du  s¡- 
»lence  gardé  vis  a.  vis  d'Elle  par  son  frére  depuis  qu'EUe  est 
ssortie  d'Espagne  et  qu'il  est  question  de  sa  venue  en  Italie- 
■íCette  circonstance  n'a  pas  manqué  deetre  connue  bientót  et 
selle  ne  sera  sans  doute  pas  ¡nterprétée  á  l'avantage  du  Roi.  C'est 
»ce  que  j'ai  taché  de  faire  entendre,  avec  tous  les  menagements 
■)>.convenables,  au  comte  de  Ludolf  prés  duquel  je  me  suis  forcé 
■íd'adoucir,  autant  qu'il  a  été  en  moi,  le  désagrément  qu'ont  dii 
>lui  faire  éprouver  et  le  peu  d'accueil  fait  á  ses  premieres  otTres 
»de  service  et  le  recours  de  la  Reine  á  mon  intervention  exclu- 
jsive.  Je  compte  assez  sur  le  bon  esprit  de  M.  de  Ludolf,  qui  au 
sreste  ne  se  doutait  pas  plus  que  moi,  m'a-t-il  dit,  de  la  reserve 
»observée  par  son  Souverain  envers  sa  soeur,  pour  espérer  qu'il 
»s'emplovera  a  faire  cesser  un  état  de  choses  ussi  fácheux  et  a 
spersuader  au  Roi  d'adresser  k  la  Reine  une  invitation  directa 
»que  cette  princesse  attend  avec  juste  raison  avant  de  former 
»aucun  projet  relativement  a  un  voyage  a  Naples.» 

La  situation,  on  le  voit,  -était  des  plus  délicates  et  Ton  con- 
goit  aisément  que  Latour-Maubourg  ait  cru  devoir,  dans  Tinté- 
rét  méme  de  Marie-Christine,  faire  tous  ses  efforts  pour  la  déci  ■ 
der  a  pousser  jusqu'a  Napias  et  a,  rendre  á  sa  famille  une  visite 
á  laquelle  son  tendré  frére  paraissait  ne  teñir  que  fort  peu. 

Rnme,  4  janvier,  1841  (i). 

«Sa  Majesté  la  Reine  d'Espagne  a  été  regué  par  le  Pape  le  29 
»du  mois  dernier  avec  toutes  les  formes  usitées  a  la  Cour  Pápale 
spour  la  réception  des  tetes  couronnées. 

»La  Reine  avait  bien  voulu  permettre  que  je  misse  mes  équi- 
»pages  á  sa  disposition  pour  la  conduire  á  cette  audience  oü 
»¡'ai  eu  l'honneur  d'accompagner  Sa  Majesté.  Le  Pape  dans  un 
sentretien  qui  a  dure  plus  d'une  demi-heure,  s'est  montré  par-r 


(i)     Jíome,  volume   983.  Diiection   Politique,  N"  8,  folio  4-7.  Latour- 
Maubourg  á  Guizot,  Rome,  4  janvier,  1841. 


LE    VOVAGE    DE    LA    REINE    MARIE-CHRISTINE    EN    ITALIE  287 

>ticulicrement  gracieux  pour  la  Reine  qui  a  tout  lieu  d'étre  sa- 
»tisfaite  de  l'accueil  du  Saint-Pére. 

»Le  lendemain  du  jour  de  l'audience,  le  Cardinal  Sécrelaire 
»d'Etat  est  venu  en  personne  chez  la  Reine  et,  dans  le  Journal 
»Officiel  de  Rome  qui  a  paru  avant-hier,  il  a  été  rendu  comptc 
j>dans  les  termes  ordinairement  employés  en  ees  sortes  d'occa- 
>sione  de  la  visite  de  Sa  Majesté  au  Vatican.  Tout  s'est  donc 
»parfaitement  passé  dans  les  regles  et  peut-étre  cette  attitude 
»pnse  par  le  Sainl-Siége  contribuera-t-elle  é  modifier  celle  que 
«jusqu'á  présent  ont  cru  devoir  garder  les  représentants'des 
^Grandes  Puis  sanees  accrédités  á  Rome;  lesquels,  á  la  difíeren- 
íce  de  tous  leurs  collégues  de  Paris,  n'ont  pas  jugé  á  propos  de 
s>demander  á  faire  leur  cour  á  Sa  Majesté.  Les  Légations  de  Bel- 
»gique,  du  Brésil,  du  Portugal  et  du  Mexique  (l),  sont  les  seules 
»qui  ont  sollicitc  et  obtenu  cet  honneur.  \J Incógnito  gardé  par 
»la  Reine  est  probablement  le  pretexte  dont  les  autres  agents 
»diplomatiques  prétendent  colorer  leur  abstention;  mais  ce  pré- 
-texte  ne  peut  plus  étre  allegué  aujourd'hui,  car  des  antécédents, 
'dont  l'un  nieme  est  fort  récent,  ont  établi  qu'il  n'y  a\'ait  plus 
>d'incognito  ;i  Rome  pour  les  Princes  et  Princesses  qui  ont  été 
>regus  par  le  Pape  avec  les  honneurs  attribués  á  leur  rang. 

»En  réponse  aux  lettres  qu'il  a\ait  écrites  á  sa  Court  au  sujet 
»de  l'arrivée  de  la  Reine  Christine,  M.  de  Ludolf  a  été  informó 
»par  le  prince  de  Scilla  que  la  Reine  recevrait  á  Naples  l'accueil 
»qui  lui  était  dú  de  la  part  du  Roi,  lequel  comptait  tellement  sur 
»la  visite  de  sa  sceur  qu'il  lui  faisait  préparer  la  palais  de  Chia- 
»tamone,  ainsi  qu'il  le  lui  avait  fait  diré  par  la  Reine-Mére  des 
>la  premiére  nouvelle  de  rarri\ée  de  la  Reine  Christine  á  Alar- 
»seille.  M.  de  Ludolf  s'est  empressé  d'aller  faire  part  de  ees  dis- 
»pos¡tions  de  son  Gouvernement  á  la  Reine  d'Espagne.  Mais 
»cette  princesse,  et  surtout  ses  entours,  ne  semblent  pas  vouloir 
>se  contenter  de  ce  qu'ils  ampellent  «des  insinuations  vagues  et 


(1)  La  Belgique  était  á  ce  moment  représenlée  á  Rome  par  le  comte 
d'Oultremonl;  le  Brésil,  par  le  chevalier  S.  Texeiro  de  Matedo,  le  Portu- 
gal, par  le  marquis  de  Lavradio,  el  le  Mexique,  parD.  Manuel  de  Bonilla. 


288  BOLETÍN    DE    LA    REAI.    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

sindirectes»  et  paraissent  voulouir  fciire  une  question  de  dignité 
»de  l'abstention  de  Sa  MajesLé  jusqu'á  ce  que  une  invitation  for- 
smelle  et  autographe  du  Roí  adressée  á  la  Reine  füt  venue  lui 
ífaire  oublier  et  l'attitude  hostile  de  la  Cour  de  Naplcs  contre  la 
»Régence  et  la  froideur  du  Roi  vis  á  vis  de  sa  sosar  depuis  les 
sévénemenls  qui  l'ont  forcee  á  quitter  l'Espagne. 

íQuant  á  moi,  j'avoue  que  je  ne  suis  pas  de  cet  avis.  Tant 
»que  rien  n'était  venu  donner  á  la  Reine  l'assurance  qu'elle  serait 
♦  regué  á  Naples  comme  il  convient,  je  concevais  parfaitement 
squ'-elle  ne  prit  pas  une  initiative  qui  lui  aurait  donné  l'apparen- 
»ce  de  solliter  un  asile  qu'on  ne  lui  olfrait  pas  et  dont,  aprés 
»tout,  elle  n'a  pas  besoin.  Mais  du  moment  qu'un  représentant 
»du  Roí  son  frére,  vient  le  premier  l'entretenir,  aprés  a\oir  pris 
»les  ordres  de  son  Gouvernement,  du  désir  qu'on  aurait  de  la 
ívoir  et  l'informer  des  prcparatifs  qui  se  font  pour  sa  réception,  . 
»¡e  n'hésiteríit  pas  á  passer  par  dessus  ce  que  cette  démarche 
»peut  avoir  en  eftet  d'incomplet  et  á  mettre  á  profit  cette  ouver- 
»turs  pour  faire  ne  fiit-ce  qu'une  visite  de  quelques  jours  a 
»NapIes. 

íll  ne  faut  pas  se  dissimuler  íque  l'esprit  de  parti  s'emparant, 
■•dans  un  but  odieux  de  calomnies,  de  certaines  circonstances  de 
»la  vie  ]3rivée  de  la  Reine,  cherche  á  dénaturer  les  fait  qui  se 
»rapportent  á  elle.  On  prétendque  les  (^ours  d'Italie  se  sont  re- 
»fusées  á  la  recevoir  et  que,  si  elle  est  venue  á  Reme,  c'est  laute 
^d'avoir  pu  se  rendre  ailleurs.  Ces  allégations  sont  sans  doute 
smatériellement  fausses,  puisqu'il  est  constant  au  contraire  que 
»les  Cours  de  Sardaigne,  de  Toscane,  et  je  puis  méme  diré, 
ícelle  de  Naples,  ónt  fait  connaitre  a  Sa  Majesté  qu'elles  étaient 
>prétes  á  la  recevoir  en  párente  et  en  Reine.  Mais  le  public  n'est 
>pas  dans  le  secret  de  ces  manifestations  confidenctielles  et  si  la 
s>Reine  persiste  á  ne  pas  aller  á  Naples,  ou  l'on  soutiendra  qu'elle 
»en  a  été  repoussée,  ou  l'ou  accusera  l'indifférence  avec  laquelle, 
»séparée  depuis  onze  ans  de  sa  famille  et  de  sa  mere  et  se  trou- 
ívant  á  soixante  lieues  d'elles,  elle  s'est  prévalue  d'un  défaut  de 
»formes  pour  s'abstenir  d'aller  les  voir.  Or,  la  considérationde 
»la  Reine  ne  pourra  que  souffrir  de  l'une  ou  de  l'autre  de  ces  in- 


.    LE    VOYAGE    DE   LA    REINE    .\IARIE-CH8ISTINE    EN    ITALIE  Zíg 

»terprétations  injurieuses,  dont  sa  personne  et  son  caractére  sont 
»robjet. 

»C'est  principalement  sous  ce  rapport  queje  me  préoccupe  de 
s>la  position  qu'elle  semble  vouloir  prendre  et  que  je  regrettede 
ívoir  les  personncs  qui  l'entourent  rattacher  cette  question  toute 
spesonnelle  á  la  poHtique  et  mettre  en  avant  les  prétendus  mé- 
»nagements  que  Sa  Majesté  doit  conserver  vis  á  vis  des  exiger.- 
íces  espagnoles,  comme  si  l'on  pouvait  e-spérer  quelque  justice 
»des  gens  qui  gouverment  aujourd'hui  á  Madrid  et  comme  si 
»l'on  ne  devait  pas  s'attendre  á  ce  qu'ils  fassent  a  la  Reine  un 
»crime  de  tous  ses  actes,  quels  qu'ils  soient. 

»J'ai  causé  longtemps  dé  tout  ceci  avec  le  comte  de  Coiombi 
»en  qui  jai  trouvé  beaucoup  d'irritation  contre  la  Cour  de 
»Naples.  Mais  j'ai  dú  me  teñir  d'autant  plus  sur  la  reserve  vis  a 
>vis  de  Sa  Majesté  que  j'ai  appris,  de  M.  de  Coiombi,  que  le  Pré- 
»s¡dent  du  Conseil  avait  conseillé  á  la  Reine  de  ne  pas  aller  á 
3>NapIes,  conseil  qui  eut  été  également  le  mien  avant  la  commu- 
ínication  faite  par  M.  de  Ludolf  et  que  j'ignore  quels  sont  a  cet 
Ȏgard  les  impressions  actuelles  du  Gouvernement  du  Roi. 

»Te  viens  de  rendre  á  \'otre  lixcellence  un  compte  exact  des 
»miennes,  qui  me  sont  tout  principalement  dictées  par  le  vif  in- 
»térét  que  je  porte  a  la  personne  de  la  Reine  Christine,  intérét 
»que  je  ne  puis  séparer  de  mon  dévauement  á  notre  famille  Ro- 
»yale,  parmi  laquelle  on  ne  pourrait  certainement  que  déplorer 
»de  voir  se  révéler  un  dissentiment  aussi  marqué  que  celui  qui 
sdevrait  nécessairement  résulter  entre  le  Roi  de  Naples  et  sa 
•  scEur  du  refus  que  feraif  celle-ci  de  se  rendre  dans  ses  Etats 
»aprés  qu'elle  a  la  certitude  d'y  étre  bien  regué.  Sans  doute  I'in- 
j>v¡tat¡on  du  Roi  aurait  pu  étre  plus  cordialc  et  il  eüt  été  á  dé- 
»sirer  pour  luiméme  qu'il  laissát  paraitre  un  peu  plus  d'affection 
»fraternelle  envers  une  Reine  et  une  soeur  malhereuse.  Mais  il 
»n'est  pas  probable  qu'aujourd'hui  il  revienne  sur  son  attitude 
«precedente  et  qu'il  donne  a  son  invitation  la  forme  qu'on  vou- 
»drait  lui  voir  prendre. 

»Ce  serait  done  a.  la  Reine  a  profiter  des  démarches  faites  vis 
»á  vis  d'elle  pour  imposer  silence  a  ses  détracteurs  et  leur  prou- 

TOMO    LXXV  19 


290  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

>ver  qu'elle  peut  aller  partout  et  que  partout  elle  est  bien 
»accueillie.  C'est  dans  cet  ordre  d'idées  que  je  voudrais  égale- 
»ment,  si  la  Reine  se  decide  á  passer  quelque  temps  de  suite  á 
»Rome,  la  voir  s'effacer  moins  qu'elle  ne  l'a  fait  jusqu'á  présent. 
»Confinée  dans  un  petit  appartement  d'auberge,  elle  n'est  logée 
xd'une  maniere,  ni  commode,  ni  convenable,  et  se  met  ainsi  dans 
»rimpossibilité  de  recevoir  les  témoignages  d'intérét  que  les 
spersonnages  les  plus  haut  places  seraient  disposés  a  lui  donner. 
»Ses  adversaires,  et  on  en  rencontre  d'implacables  jusque  parmi 
»les  membres  les  plus  eleves  du  Corps  diplomatique,  en  triom- 
»phent  et  attribuent  cet  isolement  á  des  sentiments  de  repulsión 
»qui  ne  sont  assurénient  pas  réels,  mais  que  l'on  suppose  exister, 
»et  avec  quelque  apparence  de  raison. 

»La  Reine  ne  partage  malheureusement  pas  lá-dessus  l'opinion 
squ'on  professe  méme  autour  d'elle.  Heureuse  de  la  liberté  qu'elle 
svient  á  peine  de  recouvrer,  elle  ne  songe  qu'a  en  jouir  et  vou- 
»drait  mettre  de  c6té  ce  que  son  rang  lui  impose  encoré  d'entra- 
>ves,  sans  faire,  peut-étre  autant  qu'il  conviendrait,  la  part  de  la 
ssituation  particuliére  dans  laquelle  la  placent  les  antécédents  de 
»sa  vie  et  ce  qu'elle  se  doit  á  elle-méme  en  méme  temps  qu'au 
s>tróne  occupé  par  sa  filie. 

»M.  de  Ludolf  continué  k  se  montrer  fort  empressé  vis  a  vis 
»de  la  Reine.  I!  n'est  presque  pas  de  jour  qu'il  n'aille  lui  faire  sa 
»cour  et  se  mettre  a  ses  ordres,  «obéissant  en  cela,  m'a-t-il  dit, 
»autant  á  son  inclination  personnelle  qu'aux  recommandations 
»de  son  Gouvernement».  Mais  Sa  Majesté,  tout  en  accueillant  le 
»comte  Ludolf  avec  politesse  et  bienveillance,  persiste  á  décliner 
sl'action  du  Ministre  de  Naples,  et  c'est  exclusivement  a  l'Am- 
sbassade  de  France  qu'Elle  s'est  jusqu'á,  présent  adressée  dans 
»toutes  les  occasions  oü  elle  a  cru  avoir  besoin  de  son  interven- 
»tion  publique  ou  privée.» 

Agréez,  Monsieur  le  Ministre,  etc.. 

Encouragé  d'une  part  par  le  succés  qu'il  avait  remporté  en 
obtenant  d'emblée  l'audience  que  le  Saint-Pére  avait  sur  sa 
demande  accordé  á  la  Reine,  Latour-Maubourg,  loin  de  se  laisser 
décourager  par  les  difficultés  réelles  et  croissantes  de  la  situation, 


LE    VOYAGE    DE    LA    REINE    MAEIE-CHRISTINE    EN    ITALIE  29 1 

par  les  objections  que  Maric-Christine  bpposait  toutes  les  fois 
qu'on  tentait  de  lui  faire  admettre  l'idée  d'une  excursión  a  Na- 
ples,  avait  au  contraire  cherché  á  tourner  l'obstacle  gráce  a  une 
combinaison  que  lui  avait  suggérée  le  duc  de  Montebello.  D'autre 
part,  en  attendant  la  réponse  de  la  Reine,  réponse  dont  le  sens 
ne  faisait  plus  de  doute  pour  lui,  il  lui  avait  rendu  un  nouveau 
service  en  nianuv  rant  avec  une  si  remarquable  habileté  que  le 
Corps  diplomatique  tout  entier  avait  dü  se  résigner  á  se  faire 
présenter  á  l'ex-Régente,  lors  du  bal  qu'elle  honora  de  sa  présence 
á  l'Ambassade  de  France. 

Rnme,  17  janvier,  1841  (i). 
Monsieur  le  Ministre: 

«J'ai  mandé  á  Votre  Excellence,  dans  mon  rapport  du  4  de  ce 
»mois,  comment  j'envisageais  l'attitude  prise  par  la  Reine  Chris- 
stine  vis  a  vis  de  la  Cour  de  Naples.  J'avais  cru  devoir  en  méme 
»temps  faire  informer  confidentiellement  M.  le  duc  de  Montebel- 
i>lo  (2)  de  cette  circonstance  a(in  qu'il  siit  á  quoi  s'en  teñir  á  cet 
"égard,  s'il  en  entendait  parler  autour  de  lui.  Frappé  comme 
»moi  des  résultats  fácheux  que  pourrait  amener  la  froideur  des 
»relations  qui  tendaient  á  s'établir  entre  le  frére  et  la  soeur,  il 
ís'est  occupé  de  son  cóté  a  changer  la  nature  de  ees  rclations  et 
■•)aura  sans  doute  informé  Votre  Excellence  des  démarches  qu'il 
»a  jugé  a  propos  d'essayer  dans  ce  but. 

«Reconnaissant  la  difficulté,  a  peu  prés  insurmontable,  qu'il  y 
»aurait  á  obtenir  du  Roi  rin\itation  autographe,  dont  on  sem- 
»blait  vouloir  faire  une  condition  sine  qua  non,  ¡1  avait  eu  l'idée, 


(i)  Rome,  volume  983.  Direction  Politiqíie,  N°  12,  folio  19-24.  Latoiir- 
Maubourg  a  Guizot,  Rome,  17  janvier,  1841. 

(2)  Montebello  (Napoleón,  Lannes,  duc  de)  (18011874J  nommé  Pair  de 
France  par  Louis  XVIII  des  1815,  entré  dans  la  Diplomatie  sous  la  Mo- 
narchie  de  Juillet,  il  debuta  par  une  mission  a  Copenhague  (1833I.  Am- 
bassadeur  en  Suisse  (1S36),  á  Naples  (1838),  Ministre  des  Affaires  Etran- 
geres  (i"  avril-12  mai  1839),  de  nouveau  á  Naples  (1839-1847),  Ministre 
<ie  la  Marine  (1847-184S),  Rcprésentant  de  la  Marne  á  l'Assemblée  Légis- 
l.itive  (1849-1851),  Ambassadeur  á  Saint-Pétersbourg  (1858-1S64),  Sena- 
teur  (1864),  il  rentra  dans  la  vie  privée  aprés  le  4  septembre  1870. 


292  BOLETÍN    DE   LA   REAL   ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

»qu'il  m'a  fait  comniuniquer,  de  proposer  a  la  Reine  d'écrire,  pour 
»le  jour  de  sa  féte  qui  tombait  le  12  de  ce  mois,  une  lettre  qui 
«n'aurait  contenu  que  les  félicitations  habitueües  en  pareille 
soccasion,  mais  a  laquelle  on  avait  tout  lieu  de  penser  que  le 
»Roi  aurait  fait  une  réponse  qui  renfermerait  l'invitation  désirée. 

»J'avais  bien  quelque  difficulté,  par  les  motifs  que  j'ai  exposés 
:»précédemment,  á  entretenir  directement  la  Reine  Christine  de 
»cet  objet.  Cependant,  comme  l'idée  de  M.  de  Montebello  me 
«paraissait  bonne,  je  jugeai  qu'il  était  au  moins  opportun  que 
»Sa  Majesté  la  connút. 

sj'allai  done  la  luí  soumettre  et  je  fus  des  lors  amené  a  expli- 
»quer  a  Sa  Majesté  dans  quel  ordre  d'idées,  ivl.  de  Montebello  et 
»moi,  nous  nous  préoccupions  de  sa  position  vis  á  vis  de  la  Cour 
»de  Naples. 

»Sa  Majesté,  aprés  quelques  paroles  obligeantes  sur  les  motifs 
»qui  nous  servaient  de  mobiles,  voulut  bien  me  diré  que:  «Quoi- 
»que  assez  blessée  du  peu  d'empressement  de  son  frére  á  son 
íégard,  elle  passerait  cependant  aisément  par  dessus  cette  consi- 
»dération  á  cause  du  grand  désir  qu'elle  avait  de  revoir  sa  famille 
»et  surtout  la  Reine-Mére,  mais  qu'elle  était  rctenue  par  la 
;»crainte  de  mécontenter  en  Espagne  les  hommes,  méme  les  plus 
»modérés,  du  parti  constitutionnel  en  se  rendant  á  une  Cour  oíi 
íl'on  avait  protesté  contre  la  royante  de  sa  filie  et  oü  elle  ren- 
»contrerait  l'Infant  Don  Sébastien  (l)  qui  avait  pendant  deux 
»ans  servi  sous  les  drapeaux  de  rinsurrection  carliste  et  avec 
slequel  elle  serait  contrainte  de  vivee  dans  l'intimité;  que  cepen- 
»dant  elle  n'avait  pas  complétement  renoncé  au  voyage  de 
«Naples,  surtout  si  la  Reine-Mére  ne  venait  pas  la  voir  h  Rome, 
»ainsi  qu'elle  le  lui  avait  fait  espérer;  mais  qu'elle  n'était  pas 
»décidée  et  attendait  encoré  avant  de  prendre  un  parti».  Quant 


(lY  Sébastien,  Gabriel,  Marie  de  Bnurbon-Bragance  (181 1-1875),  fils  de 
l'Infant  Don  Pedro  et  de  la  Princesse  de  Beíra,  marié  en  1832  á  Marie- 
Amélie  des  Deux-Siciles  (1818-1857),  filie  de  Frangois  !«■"  Roi  des  Deiix-" 
Siciles,  épousa  en  secondes  noces,  en  1860,  Tlnfante  Marie-Christine,  filie 
de  l'Infant  Fran^ois  de  Paule,  duc  de  Cadix,  fn^re  de  Don  Carlos. 


LE    VOYAGE   DE    LA    KEINE    MARIE-CHRISTINE    EN    ITALIE  293 

xk  l'expédient  proposé  par  M.  de  Montebello,  la  Reine  ne  se 
»soucie  pas  d'y  avoir  recours:  «D'abord  parce  que,  me  dit-elle, 
»son  frére  ni  elle  n'avaient  jamáis  été  dans  l'usage  de  s'écrire  á 
»propos  de  leurs  fétes  et  que  le  Roi  ne  lui  avait  méme  écrit  que 
»deux  fois  pendant  sa  longue  résidence  en  Espagne,  et  seulement 
»dans  des  occasions  solennelles;  ensuite,  que  n'étant  pas  encoré 
»déterminée  á  se  rendre  k  Napl»s,  elle  ne  voulait  pas,  par  une 
spremiere  démarche,  pro\  oquer,  puur  ainsi  diré,  de  son  frére,  une 
íinvitation  qu'elle  n'acceplerait  peut-étre  pas». 

«Ces  Taisons  ne  sont  pas  sans  forcé  et,  tout  en  regrettant 
»qu'elles  n'aient  pas  été  données  des  le  principe  et  qu'on  s'en 
»soit  tenu  a  alléguer  des  griefs  de  susceptibilité  personnelle  ou 
»les  craintes  d'augmenter  les  mauvaises  dispositions  de  la  Ré- 
sgence  de  ¡Madrid,  j'ai  dü  reconnaitre  que  la  valeur  d'arguments 
»qui  se  rattachent  a  la  situation  politique  de  l'Espagne  ainsi 
«qu'aux  propres  sentiments  de  la  Reine  et  á  ceux  du  parti  cons- 
stitutionnel  était  tout  autre  que  celle  des  motifs  que  jusqu'á  pré- 
»sent  on  avait  mis  en  avant.  Seulement,  j'ai  pris  la  liberté  de 
sfaire  observer  á  Sa  ¡Majesté  qu'il  serait  bon  que  la  Cour  de  Ala- 
»drid  füt  exactement  iaformée  de  ce  qui  en  était  afín  qu'elle  ne 
»s'abusát  pas  sur  les  causes  qui  retenaient  la  Reine  á  Rome  et 
«qu'elle  süt  bien  que  son  abstention  se  fondait  plus  sur  des  né- 
scessités  politiques  que  sur  des  mécontentements  personnels. 

»Sa  Majesté  en  est  convenue  avec  moi  et  m'a  paru  disposée 
»á  donner  ces  détails  a  la  Reine-Mére  en  la  priant  de  les  trans- 
»mettre  au  Roi.  De  mon  cóté,  avec  la  permission  de  la  Reine, 
»j'ai  fait  connaitre  a  M.  de  Alontebello  le  résultat  de  ma  conver- 
ssation  avec  Sa  Majesté  et  je  crois  savoir  que  M.  de  Ludolf  a 
»également  informé  son  Gouvernement  de  ce  qu'il  a  appris  de 
»moi  á  ce  sujet. 

sj'espére  qu'en  en  présence  de  ces  explications  disparaitra 
»le  malentendu  qui  subsistait  jusqu'á  présent  et  que,  si  á  Naples 
»on  est  porté  á  juger  sous  un  autre  point  de  vue  ce  qui  se  rap- 
»porte  á  la  politique  espagnole,  du  moins  on  tiendra  compte  á  la 
sReine  des  difficultés  de  sa  possition  et  on  voudra  bien  ne  voir 
»dans  les  mobiles  qui   la  font  agir  qu'une  erreur  de  l'esprit,  si.. 


294  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

sl'on  veut,  mais  non  une  indifférence  de  cccur  et  un  manquement 
»aux  sentiments  de  famille. 

sj'avais  imaginé  que,  déí  que  les  choses  étaient  ainsi  établi 
»es,  peut-étre  la  Reine  pourrait-elle  teñir  la  Légation  de  Naples 
»moins  éloignée  d'eile  afin  de  témoigner  publiquement  qu'il 
»n'existait  point  entre  Sa  Majesté  et  son  frére  la  froideur  que  Ton- 
»ce  ne  manque  pas  d'entretenir«et  d'exploiter.  Je  me  hasardai  á 
»soumettre  cette  observation  á  la  Reine;  mais  Sa  Majesté  me  ré- 
»pondit  nettement  qu'elle  ne  pouvait  modifier  en  rien  sa  manié- 
»re  d'étre  sous  ce  rapport;  que  le  Roi  de  Naples  n'avaif  pas  re- 
»connu  la  Reine  Isabelle;  qu'á  son  tour,  elle  ne  reconnaissait  pas 
»le  Roí  de  Naples,  ni  ses  représentants;  que,  toutes  les  fois  que 
»le  comte  de  Ludolf  se  présentait  chez  elle,  elle  le  recevait  á  ti- 
»tre  d'homme  privé  et  d'ancienne  conuaissance,  mais  qu'elle  ne 
»savait,  ni  ne  voulait  rien  sa\oir  ce  que  c'élait  que  le  ¡Ministre 
»de  Naples  a  Rome.  «C'est,  ajouta  t-elle,  par  suite  de  cette  pen- 
»sée,  appliquée  á  toutes  les  Cours  qui  n'ont  pas  reconnu  Isabel- 
»le  II,  qu'elle  s'est  refusée  á  traverser  le  Piémont  et  la  Toscane,. 
»bien  que  le  Roi  de  Sardaigne  et  le  Grand-Duc  Léopold  l'ayent 
»fait  inviter  á  se  rendre  dans  leurs  Etats,  et  si  elle  est  venue  á 
»Rome,  c'est  que  le  Chef  du  Gouvernement  y  a  un  double  ca- 
«ractére  et  qu'elle  se  considere  plutót  chez  le  Pére  commun  des 
sfidéles  que  chez  le  Souverain  temporel  des  Etats  romains». 

»Les  membres  du  Corps  diplomatique,  qui  s'étaient  jusqu'a 
»présent  abstenus  d'aller  faire  leur  cour  á  la  Reine,  ont  modifié 
sleur  attitude  par  suite  d'une  circonstance  dont  je  dois  compte 
>a  Votre  Excellence. 

»Le  [2  de  ce  mois,  avait  lieut  un  bal  cliez  moi  et  Sa  Majesté 
»avait  daigné  me  promettre  de  s'y  rendre.  II  me  parut  des  lors 
»qu'il  y  aurait  quelque  chose  d'inconvenant  a  ce  que  les  Repré- 
«sentants  des  Puissances  vinssent  á  l'Ambassade  de  France  et  y 
»passassent  la  soirée  en  méme  temps  que  la  niéce  du  Roi  sans  se 
^> faire  présenter  á  elle.  Voulant  toute  fois  prevenir  tout  froisse- 
s>-ment  et  toute  compromission  de  la  part  de  ceux  de  mes  collé- 
»gues  qui  pourraient  avoir,  pour  s'abstenir,  des  motifs  que  je  ne 
íconnaissais  pas,  je  me  suis  rendu  chez  l'Ambassadeur  d'Autri- 


LE    VOYAGE    DE    LA    REINE    MAKIE-CHRISTINE    EN    ITALIE  295 

sche  (t),  doyen  du  Corps  diplomatique,  pour  le  prevenir  de 
^l'honneur  que  la  Reine  voulait  bien  me  faire  et  je  le  priai  d'en 
«avertir  les  divers  chefs  de  Legation  qui,  ainsi  que  lui,  n'a\aient 
»pas  eacore  fait  connaissance  avec  Sa  Majesté,  ajoutant  que 
xquelque  prix  que  je  misse  á  recevois  ees  ¡Messieurs  chez  moi, 
»je  considérerais  leur  venue  á  l'Ambassade  commc  incompatible 
»avec  le  systéme  d'abstention  qu'ils  avaient  jusqu'á  présent  sui- 
»vi;  qu'ainsi,  je  regardrais  tous  ceux  qui  paraitraient  a  l'Ambas- 
ísade  dans  la  soirée  du  12  comme  decides  a  changer  de  maniere 
sd'étre  et  á  se  faire  présenter  par  moi  á  la  Reine  Christine. 

»Le  comte  de  Lützow  n'hésita  pas  a  me  repondré  que,  quaní 
»á  lui,  il  n'avait  aucune  difficulté  á  suivre  cette  marche;  qu'il 
»pensait  comme  moi  relativement  au  défaut  de  convenance  qu'il 
»y  aurait  á  se  rencontrer  a  l'Ambassade  de  P'rance  avec  Sa  Ma- 
»jesté  sansse  faire  présenter  á  Elle  et  qu'il  ne  manquerait  certai- 
«nement  pas  ;i  ce  devoir. 

»Deux  jours  aprás,  la  veilie  du  bal,  il  vint  chez  moi  me  diro 
sque  les  membres  du  Corps  diplomatique  evaient  été  unánime 
»pour  envisager  les  choses  au  méme  point  de  \ue  que  nous; 
«qu'ils  viendraient  done  tous.  Et,  en  etfet,  pas  un  ne  fit  défaut, 
»et  je  les  présentai  successivement  a  Sa  Majesté.  Le  lendemain, 
»ils  se  rendirent  en  personne  chez  elle;  mais  la  Reine  était  sortie 
»et  manqua  par  eonséquent  leur  visite. 

»La  position  n'en  est  pas  moins  aujourd'hui  ce  qu'elle  devait 
s>étre  et  il  m'a  paru  que  Sa  Majesté  était  satisfaite  de  la  maniere 
»dont  elle  s'était  régularisée. 

sDans  la  eonversation  que  j'eus  á  cette  occasion  avec  le  cóm- 
ate de  Lützow,  il  voulut  bien  me  donner,  bien  que  je  ne  le  ¡ui 
sdemandasse  point  des  explications  sur  les  motiís  qui  l'avaient 
s>déterminc,  lui  et  les  autres  représentants  des  Grandes  Puissan- 
»ces,  á  ne  pas  faire  acte  de  présenee  chez  la  Reine. 


(i)  Lützow  (Rodolphe,  comte  de)  (1779-1858),  Ministre  d'.A.utriche  á 
Dresde  (1812),  puis  á  Turin;  Ambassadeur  á  Rome  (1S24/,  il  j  resta  jus- 
qu'en  1848.  Rappelé  alors  á  Vienne,  il  quitta  peii  aprés  le  service  et  pas- 
sa  des  lors  la  plus  grande  partie  de  son  e.xistence  á  Rome  oü  il  se  fit  re- 
marquer  par  ses  laigesses  et  ses  charités,  Mort  á  Monza. 


296  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

»Selon  lui,  sa  Cour  n'aj^ant  jamáis  eu  de  rapports  avec  la  Ré- 
»gente  d'Espagne,  il  n'aurait  pas  su  quelle  conversation  avoir 
»a\ec  la  Reine,  ni  á  quel  trite  lui  demander  d'élre  regu.  L'exem- 
»ple  de  Paris  ne  peut  pas  étre  cité:  la,  la  Reine  était  Princesse 
»de  la  famille  et  les  Agents  diplomatiques  ont  été  conduits  en 
ícorps  chez  Sa  Majesté  et  presentes  par  le  Ministre  des  Affaires 
sEtrangéres;  ici,  rien  de  semblable.  On  n'eut  pas  méme  su  si,  de- 
»\'ant  demander  une  audience,  k  qui,  de  l'Ambassade  de  France 
»ou  de  la  Légation  de  Naples,  il  fallait  s'adresser  et,  dans  cette 
»situatÍDn,  on  a  jugé  á  propos  de  se  teñir  a  l'écart. 

»Puisque  ees  explications  m'étaient  donnés,  je  ne  pouvais  me 
»dispenser  d'y  repondré,  et  cette  réponse  n'a  pas  été  difficile. 
»J"ai  fait  remarquer  á  M.  le  comte  de  Lützow  que,  quels  qu'eus- 
»sent  été  les  rapports  de  sa  Cour  avec  la  Regente  d'Espagne,  ils 
íne  pouvaient  avoir  aucune  influence  sur  une  attitude  actuelle  á 
»régard  d'une  Princesse  qui,  par  suite  de  son  abdication,  n'était 
»plus  Regente  d'Espagne,  méme'  a  ses  propres  yeux,  mais  res- 
stait  toujours  la  veuve  du  Roi  Ferdinand  VII,  la  soeur  dü  Roi  de 
»Naples,  la  niéce  du  Roi  d«s  P'rangais;  que  l'incertitude,  dans  la 
»quelle  on  avait  pu  étre  sur  le  chois  de  l'intermédiaire  á  prendre 
»pour  obtenir  audience,  aurait  promptement  disparu,  si  on  avait 
»bien  voulu  réfléchir  que  la  Reine  avait  ávec  elle  un  chambellan, 
sauquel  on  devait  réguliérement  s'adresser  plutót  qu'a  l'une  ou 
«l'autre  des  Légations  de  France  ou  de  Naples;  que  cette  marche 
■>se  présentait  si  naturellement  á  l'espritque  c'était  elle  qui  avait 
»été  suivie  par  le  Ministre  de  Russie  et  les  Chargés  d'AtTaires  du 
»Brésil  et  du  Mexique,  sans  s'imaginer  qu'ils  devaient  avoir  re- 
»cours  a  M.  de  Lüdolf  ou  á  moi. 

»Ces  arguments  sont  sans  doute  péremptoires.  Aussi  M.  de 
»Lützow  ne  chercha-t-il  pas  á  les  réfuter  et  ne  poussa-t-il  pas  la 
»discussion  plus  loin.  S'il  eút  dit  le  fond  de  sa  pensée,  il  serait 
»convenu  que  les  causes  de  son  abstention  étaient  ailleurs  et  que 
»son  attitude,  ainsi  que  celle  de  ses  collégues,  leur  était  dictée 
spar  l'esprit  de  parti  qui  rend  la  Reine  Christine  solidaire  de 
»tous  les  actes  impolitiques  ou  antireligieux  qui  se  sont  accom- 
»plis  sous  sa  Régence  et  admet  toutes  les  calomnies  répandues 


LE    VOYAGE    DE    LA    REINE    MARIE-CHRISTINE    EN    ITALIE  :'.<)■/ 

»sur  sa  vie  privée.  lis  ne  songeaient  pas  qu'en  affichant  ainsi 
»leur  éloignement  pour  cette  Princesse,  ils  a\'aient  l'air  de  don- 
5>ner  une  I^^on  au  Souverain-Pontife  qui  s'était  montré  moins 
»sévére  et  moins  susceptible  q'eux.  Quoi  qu'il  en  soit,  leur  mau- 
»vais  vouloir  a  bien  manqué  son  but,  car  leur  présentation  á  la 
»Re¡ne  en  présence  de  toute  la  Société  romaine  et  étrangére 
sréunie  chez  moi  a  beaucoup  plus  frappé  l'attention  que  si  elle 
»avait  eu  lieu  en  particulier  chez  Sa  Majesté,  et  c'est,  pour  ainsi 
»dire,  le  public  entier  qui  est  devenu  le  témoin  des  hommages 
»que  les  plus  récalcitrants  ont  rendus  a  l'ex-Régente  d'Espagne. 
sVeuillez  agrée,  Monsieur  le  Ministre,  etc.,  etc..» 
Gráce  á  notre  ambassadeur  un  grand  pas  avait.  été  fait.  La 
position  de  la  Reine  était  désormais,  comme  il  le  disait  á  juste 
titre,  ce  qu'elle  devait  étre.  Son  voyage  á  Naples  devenait,  il  est 
vrai,  d'autant  plus  problématique  que  le  Roi,  son  frére,  en  dis- 
suadant  l'Infant  Don  Sébastien  de  donner  suite  á  son  projet  de 
s'éloigner  de  sa  Cour  pendant  toute  la  durée  de  la  visite  de  Ma- 
rie-Christine,  avait  bien  marqué  le  peu  de  prix  qu'il  attachait  á 
cette  reunión  de  familia  et  au  rétablissement  de  relations  un  peu 
plus  cordiales.  II  ne  restait  done,  pour  imposer  complétement  si- 
lence  á  la  médisance,  qui  ne  manquait  pas  de  taire  remarquer 
que  le  Pape  avait  négligé  de  rendre  á  la  Reine  la  visite  qu'elle 
luí  avait  faite,  qu'á  profiter  de  l'arrivée  et  de  la  présence  de  Zea 
Bermudez,  l'un  des  plus  dévoués  serviteurs  et  en  mémetemps  le 
conseiller  le  plus  écouté  de  Marie-Christine,  pour  amener  l'ex- 
Régente  á  consentir  á  la  démarche  qui  devait,  avant  son  départ 
de  Rome,  lui  valoir  une  nouvelle  audience  du  Saint-Pére. 

«Rome,  28  janvier,  ¡841  (i). 

»Monsieur  le  Ministre: 

sM:  le  chevalier  de  Zea  Bermudez  est  arrivé  depuis  quelques 
»jours  á  Rome.  J'ai  causé  a  fond  avec  lui  des  intéréts  de  la  Reine 
sChristine  et  je  dois  comte  aujourd'hui  á  Votre  Excellence  des 


(1)     Ronií,  volume  983.   Direction  PoHtique  N°  15,  folio  31-33  1='  tour 
Maubourg  á  Guizot;  Rome,  28  janvier,  1841. 


29b  boletín    de    la    ICEAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

»particularités  que  les  circonstances  et  l'esprit  de  parti  font  ici  á 
scette  Princesse. 

s>Il  est  d'usage  et  dans  les  regles  de  l'Etiquette  Ponlificale  que 
»le  Saint-Pére  rend  aux  tetes  couronnées  la  visite  qu'il  en  regoit. 
sC'est  ainsi  que  les  Papes  en  ont  constament  usé  vis  des  Souve- 
»rains  venus  á  Kome,  notament  Grégoire  XVI  vis  á  vis  de  la  Rei- 
»ne  douairiére  de  Sardaigne  (l),  dont  la  position,  depuis  la  mort 
»du  Roí  Charles-Félix,  est  identique  á  celle  de  la  Reine  Christi- 
»ne  d'Espagne.  Cependant,  jusqu'a  présent,  le  Saint-Pére  s'est 
»abstenu.  Dans  les  premiers  moments,  cette  dérogation  a  l'usage 
»pouvait  s'expliquer  par  la  rigueur  de  la  mauvaise  saison  qui 
*interdisait  au  Pape  de  sortir  du  Vatican;  mais  le  pretexte  ayant 
jcessé  par  le  retour  d'un  temps  plus  favorable  et  la  méme  réser- 
»ve  continuant  á  étre  observée,  j'ai  commecé  a  soupgonner 
íqu'elle  était  calculée,  et  je  m'en  serais  immédiatement  assuré 
»si,  connaissant  la  prochaine  arrivée  de  M.  de  Zea  et  la  confian - 
»ce  que  lui  accorde  Sa  Majesté,  je  n'avais  préféré  m'entendre 
spréalablement  avec  lui. 

»C'est  ce  que  j'ai  fait  á  notre  epremiére  entrevue  et,  M.  de  Zea 
»ayant  pensé  avec  moi  qu'il  n'y  avait  nul  inconvénient  á  éclair- 
»cir  les  doutes  que  donnait  l'attitude  gardée  á  l'égard  de  la 
sReine,  j'ai  abordé  ouvertement  la  question  prés  du  cardinal 
>Lambruschini,  tout  en  ayant  soin  de  lui  diré  des  le  commen- 
»cement  de  notre  conversation,  queje  venáis  officieusement  cau- 
»ser  avec  lui  d'un  objtet  au  sujet  duque]  je  n'vais  aucune  commis- 
»sion  et  dont  je  n'étais  chargé  par  personne  de  l'entretenir. 

»La  réponse  du  Cardinal  a  été  curieuse  et  m'a  confirmé  dans 
»ce  que  je  savais  déjá  du  mécontentement  qu'avait  causé 
»a  un  certain  parti  l'accueil  fait  par  le  Pape  á  la  Reine  Christi- 
»ne.  II  m'a  avoué  que  le  Gouvernement  Pontifical  avait  regu  a 
»ce  sujet  tant  d'observations  diverses,  tant  de  reproches  méme, 
»qu'il  lui  avait  bien  fallu  les  prendre  en  considération.  II  est  done 
»vrai  que  c'est  á  dessein  que  le  Pape  me  rend  pas  la  visite  a  la 


(i)     Marie-Christine  des  Deux  Siciles,  filie  de  Ferdinand  1"  et  de  Ma- 
rie-Caroline,  marice  en  1806  au  futur  Roi  Charles-Félix. 


LE    VOYAGE    DE    LA    REINE    MARIE-CHRISTINE    EN    ITALIE  299 

sReine.  On  veut  ténioigner  par  cette  différence  de  traitement 
aque  le  Saint-Siége  n'a  pu  voir  avec  indifférence  de  nom  de  la 
sRégente  place  au  bas  d'actes  contraires  aiix  intéréts  de  l'Eglise 
^>espagnole,  hostiles  méme  á  ceux  de  la  Religión  et,  si  la  charité 
»ordonne  de  penser  (comme  je  n'ai  pas  manqué  de  le  faire  re- 
smarquer)  que  la  Reine  Christine  n'a  été,  en  signant  ees  actes, 
»que  l'instrunient  passir  de  gens  qui  violentaient  sa  \nlonté,  si 
»elle-méme  deplore  autant  que  personne  la  nécessité,  aü  en  plus 
ad'une  occasion  elle  s'est  vue  réduite,  du  moins  aurait-elle  dü  le 
>iaire  cbnaitre  au  Saint-Pére  et  lui  témeigner  directemt  sa 
»douleur  et  ses  regrets. 

»0r,  aucune  manifestation  n'est  venue  de  sa  part  a  ce  sujet. 
->C'était  la  une  ouverture  que  j'ai  cru  devoir  saisir.  J'ai  demandé 
»au  Cardinal  si,  dans  le  cas  oü  la  manifestation,  á  laquelle  il 
xfaisait  allusion,  aurait  lieu,  l'attitude  du  Saint-Pére  vis  a  vis  de 
»la  Reine  changerait  et  s¡.  Ton  compterait  sen  pré\aloir  pour 
«expliquer  ce  changement  vis  a  vis  de  gerrs  dont  on  croyait 
savoir  á  ménager  la  susceptibilité. 

»Tout  en  me  répondant  qu'il  ne  s'agissait  pas  de  publicité  et 
»que  ce  qu  on  souhaitait  au  Vatican  voir  s'effetuer  n'était  pas 
»desl¡né  á  servir  d'aliment  aux  Gazettes,  Son  Eminence  m'a  ce- 
)»pendant  amené  á  penser,  par  le  vague  de  ses  paroles,  qu'en 
asupposant  que  le  Pape,  aprés  cette  démarche  de  la  Reine,  se 
»mit  en  regle  vis  á  vis  d'Elle,  on  ne  manquerait  pas,  pour  justi- 
»fier  ce  fait,  de  se  faire  une  arme  prés  des  opposants  d'une  dé- 
»marche  qui  cesserait  ainsi  d'étre  confidentielle  pour  acquérir 
»au  moins  une  demi-publicité  et  qui  revétirait  des  lors  un  carac- 
»tére  trop  compromettant  pour  qu'il  puisse  étre  question  d'une 
»communication  écrite.  Tout  au  plus  la  Reine  pourrait-elle,  dans 
»une  audience  particuliére  qu'elle  solliciterait  de  Sa  Sainteté, 
»non  plus  á  titre  de  Reine,  mais  en  qualité  de  Princesse  catho- 
»lique,  exprimer  verbalement  au  Pape  ce  qu'on  attend  d'elle  et, 
»ce  qu'a  vrai  diré,  il  eút  peut-étre  été  désirable  qu'elle  exprimát 
»dés  sa  premiére  entrevue. 

»C'est  ce  dont  nous  sommes  tombés  d'accord,  M.  de  Zea  et 
»moi.  II  se  chargera  en  conséquence  de  préparer  Sa  Majesté  á  la 


300  BOI.EIIN    DE    LA    REAL    ACADEMIA   DE    LA    HISTORIA 

«démarche  qu'on  souhaite  de  sa  part  et  dont  il  ne  conteste  pas 
»Ia  convenance  dans  la  forme  queje  viens  d'indiquer;  mais  afín 
»d'óter  á  cette  déclaration  méme  toute  apparence  solennelle,  il 
»a  été  convenu  entre  nous  que  lui  seul  s'occuperait  de  solliciter 
»une  nouvelle  audience  du  Saint-Pére,  si  Sa  Majesté  adhére  aux 
sobservations  qu'il  compte  lui  soumettre  á  cet  égard.  II  reste  a 
»savoir  si,  au  Vatican,  on  se  liendra  satisfait  d'une  conimunica- 
»tion  faite  ainsi.  Mas,  quoiqu'il  en  soit,  la  Reine  ne  peut  sans 
sinconvénient  grave  aller  au  delá  et  personne,  je  pense,  ne  serait 
»disposé  a  le  lui  conseiller.  Aprés  tout,  l'important  était  que  la 
sReine  Christine  fút  regué  par  le  Saint-Pére,  ainsi  qu'elle  l'a  été. 
»C'est  la  le  fait  dominant  dont  il  était  intéressant  de  pouvoir  pré- 
»senter  raccoiiiplissement  a.  1 'Opinión  Publique.  Le  reste  n'est 
»plus  qu'un  détail  et,  tout  en  désirant  que  les  choses  s'arrangent 
>de  fagon  á  ce  que  les  ennemis  de  la  Reine  ne  puissent  tire- 
»part¡  contre  elle  d'aucune  circonstance,  méme  secondaire, 
sj'avoue  cependant  que  je  n'attache  pas  assez  de  gravité  á  l'inci- 
sdent  que  je  discute  aujourd'hui  pour  sohuaiter  un  changement 
íd'attitude  au  prix  de  la  raoindre  concession  compromettante. 

»Le  voyage  de  la  Reine  k  Xíiples  me  semble  plus  que  jamáis 
»problémaí¡que.  II  parait  que  l'Infant  Don  Sébastien  avait  eu  de 
»lui-méme  la  pensée  de  s'éloigner  de  la  Cour,  si  la  Reine  Chris- 
»t¡ne  y  paraissait,  de  ne  point  s'y  montrer  tant  que  se  prolonge- 
»rait  le  séjour  de  Sa  Majesté.  C'eüt  été  faire  disparaitre  le  prin- 
»cipal  obstacle;  mais  il  nous  est  revena  que  le  Roi,  consulté  á  ce 
ssujet  par  l'Infant,  l'a  dissuadé  d'en  agir  ainsi,  et  la  Reine,  infor- 
»mée  de  cette  circonstance,  n'y  verra  sans  doute  pas  un  encou- 
»ragement  a  papasser  par  dessus  les  procedes  dont  son  frére  a 
íjusqu'á  présent  usé  vis  a  vis  d'elle. 

sCette  situation  vis  k  vis  de  sa  familia  donne,  je  crois,  de  véri- 
stables  soucis  á  Sa  Majesté.  Partagée  entre  le  désir  qu'elle  aurait 
sde  revoir  les  siens,  surtout  la  Reine-Aíére,  et  la  nécessité  de  ne 
»pas  perdre  de  vue  les  graves  considérations  qui  lui  font  une  loi 
sde  ne  pas  compromettre  la  position  de  sa  íille  ainsi  que  son 
»propre  avenir  en  Espagne,  quelque  fois  elle  se  révolte  contre 
»cette  nécessité  et  proteste  que,  quoiqu'il   arrive,   elle  ne  veut 


LE    VOYAGE    DE    LA    REINE    MARIE-CHRISTINE    EN    ITAIIE  30 1 

»plus  cki  pou\o¡r  et  ne  rentrera  plus  dans  les  aíTaires;  puis,  cécé- 
»dant  ensuite  aux  objections  qui  lui  sont  faites  et  dont  elle  ne 
»peut  méconnaitre  Timportance,  elle  retombe  dans  une  perple- 
»xité  dont  les  traces  ne  sont  souvent  que  trop  visibles.  Mais  l'es- 
»prit  de  parti  me  lui  tient  pas  compte  de  ce  que  cet  élat  a  de 
>cruel  et  loje  me  suis  aisémant  apergu,  dans  ma  conversation 
»avec  le  Cardinal  Lambruschini,  qu'on  avait  exploité  jusqu'aux 
»déta!ls  de  la  vie  privée  de  la  Reine  pour  lui  nuire  dans  l'esprit 
»du  Saint-Pére. 

»Au  milieu  de  son  entretien,  Son  Eminence  l'a  interrompu 
j>pour  me  demander,  sans  autre  préparation,  si  la  Reine  était 
amarice.  Et  sur  ce  que  je  lui  répondis  que  je  le  croyais,  mais 
sn'en  Savais  rien,  i!  a  repris  avec  assez  d'amertume  qbe  lui  aussi 
»voudrait  le  croire,  mais  qu'il  savait  que  la  Reine  l'avait  nié.  Et 
»comme  je  me  recriáis  sur  l'invraisemblance  d'une  pareille  déné- 
»gation,  il  m'a  repliqué  qu'il  en  était  sur  et  qu'en  présence  de 
»rexistence  d'enfants  (l),  dont  la  naissance,  dit-il,  es  de  noto- 
»riété  publique,  le  fait  devenait  un  scandale  public  dont  le  Saint- 
»Siége  ne  pouvait  s'empécher  de  teñir  compte. 

»Je  n'ai  pas  besoin  d'exposer  a  Votre  Excellence  les  considé- 
«rations  á  l'aide  desquelles  j'ai  repoussé  une  semblable  thése  sur 
»laquelle,  a  vrai  diré,  mon  interlocuteur  n'a  pas  beaucoup  insiste; 


(i)  Plusieurs  enfants  étaient  déjá  nés  á  ce  moment  du  mariage  mor- 
ganatique  de  la  Reine  Christine  avez  Muñoz,  mariage  qui  remontait  á  1S33. 
C'étaient: 

I."  Maria  de  los  Desamparados,  princesse  del  Amparo,  ccmtesse  de 
Vista  Alegre  (1834- 1864),  mariéeen  1855  au  prince  Ladislas  Czartoryski: 

2."     Agostin,  duc  de  Tarancon; 

3.°  Fernando-Maria,  duc  de  Tarancon,  marié  á  Elisa  Güiros  de  Cam- 
po Sagrado; 

4.°  Maria  de  los  Milagros,  marquise  de  Castillejo,  m.-iriée  en  1856  au 
prince  Philippe  del  Drago; 

5.°  Maria-Christina,  marquise  d'Isabella,  vicomtesse  de  la  Dehesilla 
mariée  en  1860  á  José  Quiros,  marquis  de  Campo  Sagrado. 

Deux  enfants  naquirent  encoré  postérieurement  su  voyage  d'Italie.  Ce 
sont: 

6."  Juan-Baptista-Maria  de  la  Guardia,  duc  de  Montmorot,  comte  del 
Recuerdo  (aoüt,  i84i-i863\  etc. 

7.°    Jose-Maria,  comte  de  Grazia  (1846-1S63J. 


302  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA  DE    LA    HISTORIA 

»mais  jen  suis  á  m'étonner  qu'en  présence  des  dispositions  qu¡ 
íse  révélent  aujourd'hui,  on  ait  consenlí  á  recevoir  Sa  Majesté  et 
»je  ne  puis  que  me  féüciter  que  l'audience  du  Saint-Pére  ait  été 
»demandée  et  obtenue  assez  promptement  pour  que  ees  disposi- 
»tions  malveillantes  n'aient  pas  eu  le  temps  de  se  développer. 
sCar  je  suis  convaincu  "qu'aujourd'liui,  en  letat  aü  sorit  les  es- 
sprits,  l'audience  serait  refusée  et  sous  ce  rapport,  je  m'applau- 
»dis  de  la  célérité  et  du  secret  avec  lequel  s'est  efl'ectué  le 
svoyage  de  Sa  Majesté  a  Rome. 

sAgréez,  Monsieur  le  Ministre,  etc.,  etc.» 

Avant  ménne  que  ce  rapport  de  Lafour-Maubourg  füt  arrivé  k 
Paris,  Guizot  avait  profité  de  I'expédition  d'une  Note  du  Dépar- 
tament  en  date  du  5  février  pour  faire  savoir  á  l'Ambassadeur 
que  le  Roi  le  chargeait  de  lui  exprimer  sa  satisfaction  du  tact  et 
de  l'habileté  dont  il  venait  de  faire  preuve  dans  des  circonstan- 
ces,  dans  lesquelles  la  momdre  maladresse  pouvait  tout  gáter. 

«La  réception,  lui  mandait  Guizot  (l),  que  la  Reine  Marie- 
»Christine  a  regué  du  Pape,  a  été  ce  qu'elle  devait  étre  et  le  Roi 
»en  a  été  tres  satisfait.  II  ne  l'est  pas  moins  de  votre  empresse- 
snient  á  rendre  a  Sa  Majesté  tous  les  services  qui  dépendent  de 
»vous.  Quant  á  la  répugnance  que  Sa  Majesté  montre  á  se  rendre 
»a  Naples  avant  d'avoir  regu  du  Roi,  son  frére,  une  invitation 
»directe  et  formelie,  je  ne  pense  pas  qu'il  convienne  á  cet  égard 
sd'insister  plus  que  vous  ne  l'avez  fait...» 

Lorsque  cette  Note  parvint  íi  Latour-Maubourg,  la  recomman- 
dation  qu'elle  lui  apportait  était  sur  le  point  de  devenir  inutile. 
La  Reine  Christine  n'avait  plus  aucun  motif  de  se  rendre  á 
Naples. 

Rome,  I S  février,  1841  (2). 

«...  Sa  Majesté  la  Reine-Mére  de  Naples  (3)  est  arrivée  dans 
»le  courant  de  la  semaine  derniére.  Le  but  du  voyage  de  Sa  Ma- 

(1)  Rome,  volume  983,  N"  64,  folio  49.  Département  á  L.atoiu- 
Maubourg.  Paris,  5  février,  1841. 

(2)  Rome,  vnlume  983.  Direction  Politiqíie,  20,  folio  60.  Latour-Mau- 
bourg ñ  Guizot.  Rome.  18  février,  1841. 

(3)  Marie-Isabelle  de  Bourbon,  veuve  du  Roi  Frangnis   I<:r,  des  Deux- 


LE    VOYAGE    DE    LA    REINE    MARJE-CHRISTINE    EN    ITALIE  3Q3 

sjesté  est  de  revoir  sa  filie,  la  Ri-ine-AIére  d'Espagne,  laquelle  se 
»trouve  on  ne  peut  plus  heureuse  du  témoignage  d'affection  de 
»la  par  de  son  Auguste  Mere. 

íL'arrivée  de  cette  princesse  á  Rome  a  donné  lieu  á  une  me- 
ssure  qu'on  a  fort  diversement  interprétée.  Le  barón  de  Sch- 
smucker,  dont  Votre  Excellence  connait  sans  doute  les  antécé- 
s>dents  prés  de  la  Reine-Mére  (I),  se  trouvait  k  Rome  depuis 
squelque  temps  pour  étre  plus  á  portee  de  soigner  ses  intéréts  de 
»fortune  dans  le  royaume  de  Naples,  dont  l'entrée  lu¡  est  ¡nter- 
sdite.  En  méme  temps  que  le  voyage  de  la  Reine  a  été  annoncé, 
»le  barón  a  été  invité  par  le  Gouvernement  remain,  á  l'instiga- 
»tion  de  la  Cour  de  Naples,  á  s'éloigner  de  Rome  poiir  quinze  cu 
ívingt  jours,  et  il  a  dü  effectivement  se  rendre  á  Civitavecchia. 
sCette  espécec  d'expulsion  a  donné  lieu  á  des  commentaires 
squ'il  eút  peut  etre  été  plus  sage  á  la  Cour  de  Naples  d'éviter,  en 
»sémblant  ignorer  la  présence  de  M.  de  Schmucker  á  Rome,  ou 
»du  moins  en  se  bornant  á  lui  faire  faire,  sur  la  convenance  de 
»son  éloignement  momentané,  des  insiñuations  confidentielles 
splutót  que  de  provoquer  l'action  ostensible  du  Gouvernement 
sPontificab. 

La  Reine  Christine  n'avait  rien  k  voir  dans  cet  incident,  qu¡ 
eut  peut  étre  toutefois  l'avantage  pour  elle  d'attirer  l'attention 
d'un  autre  cóté.  Quelques  jours  plus  tard  aprés  avoir  été  cepen- 
dant  reque  une  fois  encoré  en  audience  par  le  Souverain-Ponti- 
fe,  elle  quittait  Rome  pour  continuer,  naturellement  sans  aller 
rendre  visite  a  son  cher  frére,  son  voyage  en  Italie. 


Siciles  (17S9-1848),  lille  du  Ro¡  Charles  IV.  Elle  épouse,  en   1839,  lecolo- 
nel  del  Balzo,  des  ducs  de  Presenzano. 

(i)  Agent  secret  de  Metternich,  Ednuard-Pierre  Schmucker  avait  si 
bien  réuss!  á  capter  la  confiance  de  la  Reine  Marie-Is.ibelle  qu'aprés  étre 
devenu  son  amant,  il  exerga  sur  elle  une  domination  absolue  et  lui  arra- 
cha  sans  peine  tous  les  secrets,  tant  de  famille  que  de  politique,  que  le 
Chancelier  d'Autriche  et  Lebzeltern  avaient  si  grand  intérét  á  connaitre. 
Un  fils  était  né  du  commerce  de  la  Reine  avec  l'espion  autrichien. 


304  BOLETÍN    DE   LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Rome,  28  février  1841  (i). 

«Sa  Majesté  la  Reine  Marie-Christine  d'Espagne  quitte  Rome 
»cette  semaine  en  méme  tempe  que  la  Reine,  sa  mere,  reprendra 
»la  chemin  de  Naples.  Sa  Majesté  se  dirige  par  Bologne,  Venise, 
xMilan  et  Turin  pour  de  la  se  rendre  a  Lyon,  oü  elleparait  avoir 
»le  projet  de  résider,  du  moins  momentanément.  Elle  a  été  regué 
»mercredi  dernier  (2),  en  audience  privée  par  le  Saint-Pére  qui 
»lui  a  donné  Tabsolution  des  censures  canoniques  encourues 
»pour  certains  actes  de  sa  Régence.  Ce  résultat,  également  satis- 
sfaisant  pour  la  Reine  et  pour  le  Saint-Pére,  n'a  été  obtenu  qu'á 
íla  suite  d'une  longue  négotiation  conduite  avec  prudence  et 
»habileté  par  M.  de  Zea  Bermudez  et  au  sujet  de  laquelle  je  me 
sréserve  de  donner  á  Votre  Excelence  des  détails  intéressants  á 
»connaitre. 

»J'a¡  écrit  notre  Cónsul  General  á  Milán  et  á  notre  Chargéá 
»d'Affaires  á  Turin  pour  les  prevenir  de  l'arrivée  prochaine  de 
»Sa  Majesté  dans  leurs  résidences  et  je  délivrerai  des  passeports 
saux  personnes  qui  composent  la  suite,  si  cette  formalité  est  exi- 
»gée,  comme  j'ai  lieu  de  le  croire,  par  M.  l'Ambassadeur  d'Au- 
»tr¡che,  qui  troüvera  sans  doute  des  difficultés  á  viser  des  passe- 
»ports  délivrés  par  des  autorités  espagnoles  et  qui  ne  sont  pas 
»revétus  du  visa  de  M.  le  comte  d'Apponyi. 

»Une  quinzaine  de  jours  plus  tard,  le  16  mars  1S41,  Guizot 
5>ajoutait  un  dernier  mot: 

»Nous  avons  appris  avec  satisfaction,  mandait-il  a  Latour- 
»Maubourg,  les  bons  procedes  dont  la  reine  Alarle- Christine  a  su 
»a  se  louer  de  la  part  du  Pape,  lors  de  son  departpour  la  France.» 

Le  reste  du  voyage  de  la  reine  réservait  en  revanche  plus 
d'une  surprise  á  notre  ministre  des  Aliaires  Etrangcres  et  á  nos 
agents  en  Italie. 


(i)     Rome,  volume  983.  Direction  Politique,  N°  21,  folio  63.  Latour- 
Maubourg  á  Guizot.  Rome,  28  février,  1841. 
(2)     Le  24  février. 


LE    VOYAGE    DE    LA    REINE    MARIE-CHRISTINE    EN    ITALIE  305 

«Je  regois  á  l'instant,  écrit  de  Turin,  le  9  mars  1841  (l)  le 
Comte  Eugéne  Ney  (2)  á  Guizot»,  de  M.  le  Comte  de  la  Tour- 
Maubourg  et  de  M.  Denois  (3)  l'avis  que  la  reine  Marie- 
Christine  d'Espagne  doit  arriver  á  Turin  vers  le  25  de  ce  mois. 
M.  Denois  est  alié  a  Venise  á  sa  rencontre  et  ¡1  doit  me  teñir 
au  courant  des  progrés  du  voyage  de  Sa  Majestc.  Je  viens  done 
prier  Votre  Excellence  de  vouloir  bien  me  donner  ses  ordres 
relativement  ;i  la  conduite  que  je  devrai  teñir  á  l'arrivée  de  Sa 
Majesté  dans  les  Etats  Sardes...» 

La  Reine  avait  en  effet  modifié  tout  d'un  coup  ses  projets,  et 
la  dépéche  que  Bellocq  (4)  adressait  le  lo  mars  184I  de  Floren- 
ce  a  fuiizot,  va  nous  en  faire  connaitre  les  motifs  réels  et  appa- 
rents  de  ees  changements. 

«L'espoir  qu'on  avait  congu  de  voir  la  Reine  Marie  Christi- 
ne  á  la  cour  de  Florence  s'est  entiérement  évanoui...  Sa  Majes- 


(1)  Archives  des  Affaires  Etrangércs.  Turin,  volume  315.  Directinn 
politique  N.  21,  folio  61. 

(2)  Ney  (EugÉne,  comte)  (1806-1845)  troisiéme  fils  du  Maréchal  Atta - 
che  á  Naupüe  (5  décembre  1833),  secrctaire  par  intérim  á  Rio  de  Ja- 
neiro (ig  juin  1837),  secrétnire  sur  place  (4  mars  1839),  á  Turin  (1840) 
oü  il  passa  premier  secrétaire  (29  juillet  1842)  aprés  y  avoir  rempli  les 
fonctioDS  de  Chargí;  d'Affaires  pendant  l'absence  du  Marquis  de  Da¡- 
matie. 

(3)  Denois-(Etienne,  Henri,  Ferdinand,  barón),'  né  en  1792,  Attaché 
aux  Affaires  Etrangéres  et  envoyé  en  mission  en  Suisse  (181 1)  accom- 
pagne  le  Ministre  pendant  la  campagne  de  Russie  (1812),  envoyé  en 
mission  en  Sutule  en  1813,  fait  prisonnier  á  Weissenfels  (1813),  envoyé 
en  mission  au  Congrés  de  Prague  (i8i3\  en  mission  aprés  du  Gene- 
ral Dombrowski  (dtcembre  1813),  Attaché  au  Cabinet  du  comte  de 
Jaucourt  (1814 ',  en  mission  á  Vienne  (1S15),  attaché  au  Cabinet  (1815)  en 
mission  á  Naples  (mars-avril  1816),  en  Mission  á  Rome  (mars-aoüt  1819), 
Chef  de  Cabinet  (novembre  1819),  Cónsul  General  á  Milán  (aoüt  1829),  á 
Venise  (mars  1851),  Envoyé  en  mission  á  Vienne  (1853). 

(4)  Bellocq  (Louis,  Fierre,  Vincent,  Castor,  Gabriel),  Attaché  aux  Affai- 
res Etrangéres  (1807),  3<:  secrétaire  á  Madrid  (13  aoilt  1814),  2e  secrétaire 
sur  place  (25  juin  1817),  le  secrétaire  sur  place  (23  juin  1821),  á  la  Haye 
(31  mai's  1824),  á  Rome  (2  septembre  1827),  Ministre  á  Hambourg  (31  dé- 
cembre  1827),  ,"1  Florence  et  a  Lucques  (7  octobre  1833),  Ministre  Pléni- 
potentiaire  .i  Florence  (14  aoút  1841),  mis  á  la  retraite  (6  aoüt  1845), 
rentré  dans  la  carriére  et  nommé  Ministre  Plénipotentiaire  á  Bruxelles 
.6  avril  1848},  mort  á  Paris  le  {9  avril  1853). 

TOMO    LXXV  SO 


306  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

té  (l)  a  quitté  Rome  le  3  de  ce  mois,  en  se  dirigeant  sur  Venise 
d'oü  l'on  pense  qu'elle  se  rendra  en  Suisse  ou  en  France.  Des  co- 
rrespondances  confidentielles  ont  donné  pour  cause  de  ce  départ 
subit  les  difficultés  élevées  contre  l'acquisition  que  Sa  Majesté  se 
proposait  de  faire  d'un  domaine,  auquel  était  annexé  le  titre  de 
Marquis  ou  de  Duc  et  dont  elle  désirait  transmettre  la  propriété  a 
un  serviteur  dévoué  (2). 

II  paraitrait  que  le  Pape  aurait  refusé  lautorisation.  Mais  le 
motib  apparent  de  réloignement  de  la  Reine  n'est  attribué  qu'á 
l'allocution,  que  le  Saint-Pére  a  prononcée  dans  le  Consistoire 
du  ler  Mars  relativement  aux  affaires  de  l'Eglise  en  Espagne. 
Cet  acte  solennel  n'a  pas  manqué  de  réveiller  en  Toscane  les 
esperances  du  partí  apostolique  qui  compte  sur  les  embarras  que 
la  Censure  du  Souverain  Pontife  doit  provoquer  á  la  Régence 
actuelle  de  Madrid...»  (3). 

II  fallait  done  s'occuper,  sans  plus  tarder,  des  mesures  a  pendre 
en  vue  d'une  arrivée,  dont  la  date  n'était,  il  est  vrai,  pax  fixée, 
mais  dont  ¡1  importait  d'autant  plus  d'entretenir  le  Cabinet  Sar- 
de, qu'on  avait  tout  lieu  de  redouter  les  dispositions,  plutót 
hostiles,  du  Comte  Solaro  della  Margarita  et  de  prevenir  de  cette 
fagon  des  incidénts  désagréables  et  qui  pouvaient  méme  avoir 
des  conséquences  assez  graves.  Eugéne  Ney  avait  eu  la  prudence 
de  ne  rien  négliger. 


(i)  «Les  fStes  du  c.-u-naval  sont  trt-s  brillantes  ñ  Rome.  La  reine  douai- 
riere  de  Sardaigne 'Marie  Christine  (la  veuve  de  Charles  Félix,  l'une  des 
filies  de  Marie  Caroline,  par  conséquent  la  tante  de  iVIarie  Christine),  la 
Reine-mcre  Marie  Isabelle  des  Devix  Siciles  (la  belle-mére  de  IMarie  Chris- 
tine) et  le  Reine  Marie  Christine  d'Espagne  les  ont  honorées  d»  leur  pré- 
sence  en  février  1841»  (Comandini  V haJia  nei  ccnto  Anni  del  Secólo  XIX}. 

(2)  II  s'agit  la  de  Muñoz  (Fernando)  (1808-1S73)  qui  s'était  engagé  dans 
l'armée  espagnole  et  servait  dans  les  Alabarderos.  Sa  belle  prestance  le 
fit  remarquer  par  la  Reine-Christine  qui  l'épousa  secrcteinent  le  25  dé- 
cembre  1833,  moins  de  trois  mois  apres  la  raort  de  Ferdinand  VIL  Le 
mariage  celebré  religieusement  le  28  décembre  1843,  ne  fut  consacré 
publiquement  que  le  13  octobre  1S44  aprcs  la  rentrée  en  Espagne  de  la 
Reine  Muñoz  fut  alors  gratifié  du  titre  de  duc  de  Rianzares.  A  l'occasion 
des  mariages  espagnols,  Louis-Philippe  le  crea  duc  de  Montmorot  par 
lettres  patentes  du  !<:■■  avril  1847. 

(3j     Allusion  a  la  Régence  d'Espartero. 


LE   VOYAGE   DE    LA    REINE    MARIE-CHRISTINE   EK    ITALIE  307 

«Je  m'étais  deja  rendu  chez  M.  de  la  Marguerite  (l),  il  y  a  déjá 
deux  jours,  pour  lui  demander  sil  avait  connaissance  du  projet 
de  Sa  Majaste  la  reine  d'Espagne  de  venir  a  Turin;  mais  il 
m'avait  dit  ne  pas  en  avoir  entendu  parler.  Je  l'ai  entretenu  de 
nouveau  hier,  et  il  m'a  répondu  qu'il  n'avait  eu  connaissance  de 
ce  voyage  que  par  les  journaux  de  Rome,  qui  annongaient  le 
départ  de  la  Reine  pour  le  Nord  de  l'Italie.  Je  lui  ai  fait  part  de 
l'avis  que  m'a\ait  donné  M.  le  Comte  de  la  Tour  Maubourg,  et 
lui  ai  dit  aussi  que  l'on  m'avait  écrit  que  lá  Reine  Marie  Christi- 
ne  ne  se  rendait  ici  que  sur  l'invitation  expresse  du  Roi  de  Sar- 
daigne. 

»S'il  faut  en  croire  M.  de  la  Marguerite,  cette  nouvelle,  que  je 
tiens  cependant  de  M.  Denois,  ne  serait  pas  exacte.  AI.  de  la 
Marguerite  m'a  répondu  en  effet  qu'il  n'avait  rien  écrit  au  Minis- 
tre de-  Sardaigneá  Rome  qui  eut  trait  a  cela  et  que  le  Roi  n'avait 
iait  aucune  communication  de  ce  genre  á  la  Reine. 

»Quand  Elle  était  á  Marseille,  a  ajouté  M.  de  la  Marguerite,  Elle 
a  demandé  á  notre  Cónsul  si  cela  nous  génerait  qu'EUe  traver- 
sát  les  Etats  Sardes,  et  celui-ci  a  répondu  que  nous  n'y  mettions 
pas  d'obstacle.  Elle  a  changé  d'avis  alors  et  depuis  Elle  ne  nous 
a  fait  adresser  aucune  demande.  Nous  n'étions  pas  en  assez  bons 
termes  avec  Elle,  lorqu'EUe  était  Reine  d'Espagne,  pour  que  nous 
devions  en  changer  maintenant.  Nous  ne  pouvons  pas  assurément 
mettre  de  l'emprnssement  á  la  regevoir.  Xotre  conduite  n'aurait 
pas  de  nom.  Si  Elle  vient.  Elle  sera  regué  avec  les  égards  aux- 
quels  Elle  a  droit.  Avec  politcsse,  a-til  ajouté  en  insistant  sur  ce 
mot.  Mais  pourquoi  passe-t-elle  par  ici?   . 

íOn  m'écrit,  ai- je  répondu,  qu'EUe  se  rend  en  France.  C'est 
le  chemin  de  passer  par  le  Mont-Cenis». 

«Je  croyais,  reprit  le  Ministre,  qu'EUe  allait  au  chateau  de  Pran- 
gins.  Par  le  Simplón,  ce  serait  plus  court.  II  ne  faut  pas  qu'EUe 
s'attende  k  étre  regué  comme  une  Reine;  car  c'est  cela  qui  l'a 


(1)     Turin,  volume  315.  Direction  Puliliqüe,  N.  22.  Eiigéne  Ney  á  Gui- 
zot.  Turin,  12  mars  1S41;  folios  65-67. 


308  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

empéchée  d'aller  a  Naples.  Elle  voiilait  y  étre  considérée  comme 
Reine  Régnante  et  non  comme  Reine  Douairiére. 

»Ouant  a  cela,  ai-je  répondu,  vous  ne  serez  pas  embarass^ 
puisqu'Elle  voyage  incógnito  sous  le  nom  de  Comtesse  de  Vista 
Alegre». 

«Si  Elle  vient,  a  repris  le  Ministre,  Elle  sera  regué  avec  poli- 
tesse,  mais  Elle  ne  nous  a  informé  de  rien.  Je  ferai  néanmoin, 
donner  les  ordres  nccéssaires  aux  frontiéres  pour  la  douane  et 
les  chevaux  de  poste.» 

«II  resulte  de  tout  ce  qui  precede  que  le  gouvernement  Sarde 
tiendrait  á  ne  pas  voir  la  Reine  d'Espagne  traverser  Turin  et 
surtout  y  séjourner.  Depuis  ce  que  m'avait  écrit  M.  Denois,  je 
pensáis  que  la  réception  se  ferait  d'une  maniere  convenable. 
Aujourd'hui  je  crain  drais  qu'il  n'en  fút  autrement. 

»Les  dispositions  ma\eillantes  de  M.  de  la  Marguerite  a  l'égard 
de  la  Reine  m'étaient  bien  connues,  mais  je  pensáis  qu'elles 
auráient  pu  étre  tempérées  par  celles  du  Roi.  Je  veis  malheureii- 
sement  qu'il  n'en  est  rien,  et  si  Sa  Majesté  la  Reine  tient  a  venir 
a  Turin,  je  crois  qu'Elle  fera  bien  de  ne  pas  s'y  arréter.  Je  ne 
crois  pas  non  plus  qu'Elle  puisse  étre  l'objet  d'aucune  insulte. 
Cependant  il  faut  tout  prévoir.  Cette  \iller  enferme  bon  nombre 
de  Carlistes  et  de  gens  qui  leur  sont  dévoués  et  forts  de  la  sym- 
pathie  de  ce  Gouvernement,  peut-étre  pourraient-iis  se  permet- 
tre  quelque  inconvenance  qu'il  est  inutile  de  venir  braver  d'une 
maniere  toute  gratuite.  Je  vais  écrire  dans  ce  sens  au  barón  De- 
nois, qui  doit  se  trouver  encoré  á  Venise  ot  lui  faire  connaítre 
franchement  la  position  des  choses,  afín  qu'il  puisse  la  faire  ap- 
précier  a  la  Reine  Christine.  Puisqu'on  veut  se  borner  a  la  traiter 
avec  politesse  — et  encoré  faut-il  savoir  quelle  politesse—  il  me 
semblerait  bien  plus  convenable  de  prendre  une  autre  route,  ou 
que  la  Reine  se  contentát  de  coucher  a  Turin.» 

Turin,  17  mars  1841. 

«S.  M.  la  Reine  d'Espagne  n'était  pas  encoré  arri\'ée  a  'Venise 
le  12  de  ce  mois  et  n'y  était  plus  attendue  que  vers  le  1 5.  Son 
inlention  parait  étre  de  visiter  sur  sa  route  Padoue,  Venise,  Bres- 


LE    VOYAGE   DE    LA   REINE    MARIK-CHRISTINE    EN    ITALIE  309 

cia,  et  peut  étre  le  lac  de  Come.  J'ai  done  lieu  de  croire  qu'EUe 
flura  peine  d'arriver  avant  la  fin  du  mois  (l). 

«...  La  Reine  d'Espagne  est  arrivée  le  I  5  a  Venise.  On  n'a  ni 
envoyé  au-devant  d'Elle  á  Fusina  (2),  ainsi  qu'on  l'avait  fait  pour 
la  Grande-Duchesse  Héléne  (3)  et  pour  le  Duc  de  Bordeaux,  ni 
place  de  garde  d'honneur  á  l'hótel  ou  Elle  est  descendue,  ni 
chargé  qui  que  ce  soit  de  la  regevoir  et  de  raccompagner. — Sa 
Majesté  parait  avoir  l'intention  de  passer  7  ou  8  jours  á  Venise, 
d'oü  Elle  se  dirigera  sur  Milán»  (4). 

La  Reine,  qui  avait  manifesté  de  la  maniere  la  plus  formelle 
son  intention  de  garder  le  plus  strict  incógnito,  n'avait  en  effet 
été  regué  á,  Fusina  que  par  Galloni  d'Istria,  notre  Cónsul  á  Ve- 
nise, et  par  Denois,  venu  á  cet  effet  de  Milán.  Mais  des  le  lende- 
main  le  Gouverneur  des  Provinces  Vénitiennes  avait  été  rendre 
ses  devoirs  a  Sa  Majesté  á  l'hótel  du  «Lion  Blanc»,  sur  le  Grand 
Canal,  oü  Elle  était  descendue.» 

«Simple  visite  de  politesse,  ajoute  Denois,  puisque  le  Comte 
de  Spaur  n'avait  pas  revétu  Tuniforme  de  Gouverneur,  mais  sim- 
plement  celui  de  Che\alier  de  Alalte.» 

Le  Vice-Roi  (5)  avait,  il  est  vrait,  esperé  tourner  la  difñculté 
en   se   trouvant   hors  de  Venise  á  ce    moment;    mais  la  Reine 


(i)  Turin,  volume  315,  Directio  Politique  N,  23.  Eugéiie  Ney  á  Guizot. 
Turin,  17  mars  1841;  fol.  102. 

(2)  A  l'eraboiichure  du  Canale  Brenton. 

(3)  Grande-Duchesse  Héléne  Pavlovna,  Frédérique,  Charlotte,  Marie 
Filie  du  Prince  Paul  de  Wurtemberg  (1807-1873).  Elle  avait  épousé  en 
1824  le  Grand-Duc  Michel  Pávlovitch  (1798-1849). 

(4)  Turin,  volumen  315.  Direction  Politique,  N.  24.  Eugéne  Ney  á 
Guizot.  Turin,  20  mars  1841;  fol.  104. 

(5)  Archiduc Renier,  Joseph,  Jean, Michel, Frani;ois,  Jérome  ( 1 783- 1 853) 
l'un  des  fils  de  l'Empereur  Léopold  II  et  de  Marie  Louise  d'Espagne, 
passionné  pour  Fhistoire  naturelle  et  surtout  pour  la  botanique,  e-v^er^a 
depuis  les  derniers  mois  de  1814  jusqu'au  mois  de  mars  1848  les  fonctions 
de  Vice-Roi  du  royaume  Lombard  Véiiitien.  II  se  retira  alors  á  Botzen, 
ne  prit  plus  part  á  la  vie  publique  et  se  consacra  exclusivement  á  ses  elu- 
des favorites. 


310  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

d'Espagne  était  malheureusement  arrivée  avec  un  retard  de  plii- 
sieurs  jours,  de  sorte  qu'á  son  retour,  le  l6  au  soir,  il  lui  fallut 
bien,  bon  gré  mal  gré,  envoyer  le  Grand-Maitre  de  sa  maison,  le 
Comte  de  Meraviglia  s'enquérir  du  jour  et.dc  l'heure  oü  El'e 
voudrait  bien  le  recevoir. 

«La  Reine  s'est  jusqu'ici  refusée  de  fixer  le  moment  de  C(  Ue 
visite,  écrivait  Denois».  En  effet,  Marie  Christine  était  si  pcu 
pressée  de  se  rendre  á  un  désir  qu'on  avait  tant  tardé  á  lui  nia- 
nifester,  que  le  lendemain  1 8,  le  Comte  Meraviglia  priait  Galloni 
d'Istria  de  l'informer  si  Sa  Majesté  pourrait  recevoir  le  Vice-Roi 
le  lendemain  19,  á  l  heure.» 

Et  notre  Cónsul  ajoute:  .  «Sa  Majesté  a  répondu  affirmati- 
vement.» 

Accompagné  d'un  seul  chambellar.,  le  Comte  Hardegg,  l'Ar- 
chiduc  resta  une  demi-heure  chez  la  Reine.  La  glace  était  désor- 
mais  rompue  et  dans  des  conditions  qui  ne  pouvaient  que  d  ni- 
ner  toute  satisfaction  á  Marie  Christine,  si  bien  méme  que,  le  21, 
lorsqu'accompagnée  de  Denois  et  de  Galloni,  elle  se  rendit  au 
Palais  Ducal,  dans  la  gondole  consulaire  de  Francia,  elle  n'cut 
plus  rien  á  désirer.  Elle  tut  en  effet  regué  non  seulement  par 
l'Archiduc  qui  vint  au  devant  d'Elle  jusqu'au  bas  de  l'escalier, 
suivi  par  les  Archiduchesses,  ses  filies  mais  encoré  par  la  Vice 
Reine  (l),  elle-méme  qui  I'attendait  sur  le  palier  du  grand  esca- 
lier  et  qui,  pour  essayer  de  se  faire  pardonner  la  fagon  dont  elle 
avait  feint  d'ignorer  sa  présence  a  Venise,  se  rendit  chez  Elle  le 
22  et  se  répandit  en  protestations  de  toutes  sortes. 

Le  jour  méme,  oú  Ney  rendait  compte  de  l'acceuil  assez  Iroid 
dans  le  principe  que  lors  de  son  arrivée  á  Venise,  on  avait  fait 
ri  la  Reine  Christine,  le  Département  (París,  20  mars  184 1,  fo- 
lio 105)  répondait  á  ses  deux  premieres  dépéches: 


1  (í)  L'Archiduc  Renier  avait  épousé  en  1820  Marie  Elisabeth  de  S.ivoie- 
Carignau  (1800-1856),  soeur  du  Roí  Charles-Albert.  L'une  de  ses  filies 
Marie  Adélaide  devini  en  1842  la  femme  de  Victor-Kmnianuel  II,  son 
cousin  germain. 


LE    VOYAGE    DE    LA    REINE    MARIE-CH  r;ISTINE    EN    ITALIE  3II 

«Je  savais  déjá  que  les  dispositions  de  la  Cour  de  Sardaigne 
étaient  peu  favorables  a  la  Reine  ¡\Iarie  Christine.  Ma!s  j'ai  peine 
á  supposer  que  cette  princesse,  si  Elle  donnait  suite  á  son  projet 
de  passer  par  Turin,  n'y  fút  pas  regué  avec  tous  les  égard  dus 
a  son  rang  et  á  sa  position.  Dans  le  cas  oíi  Elle  s'y  rendrait 
effectivement,  vous  devriez  vous  mettre  entiérement  a  sa  dispo- 
sition  et  lui  rendre  tous  les  services  qui  dépendent  de  vous.» 

En  attendant,  et  tandis  que  la  Cour  de  Turin  s'abstenait  en- 
coré de  faire  connaitre  ses  décisions,  on  avait  eu  des  scrupules, 
ou  des  remords  á  Vienne,  et  l'Archiduc  Renier  allait  toul  mettre 
en  cEuvre  pour  faire  oublier  a  Milán,  á  Alarle  Christine  les  inco- 
rrections  qu'on  regrettait  maintenant  de  s'étre  permis  pendant 
les  premiers  jours  de  son  séjour  á  Venise. 

«Sa  Majesté  la  Reine  d'Espagne,  mandait  en  effet  Eugéne  Ney 
a  Guizot,  de  Turin  le  30  mars  1841  (l),  est  arrivée  le  29  á  Mi- 
lán et  est  descendue  á  l'auberge  (Hotel  de  la  Ville),  oü  un  poste 
d'honneur  avait  été  place  pour  Elle.  Sa  Alajesté  s'est  rendue  le 
soir  au  Théatre  de  la  Scala  qui  depuis  quelques  jours  était  déjá 
fermé,  mais  oü  l'on  a  improvisé  un  espéce  de  spectacle  pour 
Elle. 

La  Reine  deváit  recevoir  le  30  les  autorités  civiles  et  militai- 
res,  Sa  Majesté,  dont  l'intention  est  de  séjourner  quelque  temps 
a  Milán,  ne  compte  pas  quitter  cette  ville  avant  la  moitié  d'avril 
a  moins  de  circonstances  imprévues.» 

Marie  Christine,  malgré  le  bon  acceuil  qu'on  lui  avait  fait  a  Mi- 
lán, avait  pourtant,  on  ne  sait  trop  pourquoi,  modifié  ses  projets 
et  abrégé  sensiblerrient  son  séjour  dans  la  capitale  de  la  Lombardie. 

«Sa  Majesté  la  Reine  d'Espagne,  liton  en  effet  dans  la  dépé- 
che  d'Eugéne  Ney,  en  date  de  Turin  le  3  avril  1S41  (2),  est  par- 


(1)  Turin,  volume  315.  Direction  Politique  N.  29,  folio  131. 

(2)  Turin,  volume  3 1 5,  Direction  Politique,  N.  30,  folio  149. 


312  BOLETÍN    DE    I.A    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

tie  hier  de  ]\I¡lan  pour  se  rendre  á  Come.  Elle  entrera  enPiémont 
par  Novare  et  viendra  á  Turin,  oü  Elle  compte,  a  ce  qu'il  pa- 
rait,  ne  rester  que  pour  y  coucher.  M.  Denois,  qui  me  donne 
ees  nouvelles,  ne  peut  pas  encoré  m'indiquer  le  jour  de  l'arrh-ée 
de  Sa  Majesté  á  Turin. :> 

Le  moment  critique  approchait.  L'arrivée  de  Marie  Christine 
dans  les  Etats  de  Charles-Albert  n'était  plus  désormais  qu'une 
question  de  jours,  et  non  seulement  la  Cour  de  Turin  n'avait 
pris  aucune  résolution,  n'avait  arrété  aucune  mesure,  mais  on 
avait,  laissé  courir  toutes  sortes  de  bruits  qui  paraissaient  mal- 
heureusement  d'autant  plus  fondés  qu'on  pouvait  a  bon  droit 
attribuer  leur  origine  á  l'attitude  du  Comte  Solaro  della  Marga- 
rita, ainsi  qu'aux  réponses  qu'il  avait  faites  a  certaines  questions 
que  lui  avaient  posee  Eugéne  Ney. 

«On  parlait  depuis  quelque  temps  du  voyage  du  roi  de  Sar- 
daigne  (i),  mais  la  co'incidence  de  ce  départ  a\-ec  l'arrivée  pro- 
bable de  Sa  Majesté  la  Reine  d'Espagne  á  Turin  ne  manquera 
pas  d'étre  remarquée,  et  déjá  méme  elle  donne  lieu  a  bien  des 
réflexions.  On  trouve  peu  gracieuse  cette  espéce  de  ranciine  du. 
Roi  centre  une  princesse  qui  en  définitive  n'a  rien  a  se  repro- 
cher  a  son  égard  et  que  sa  position  actuelle  rend  digne  de  tout 
intérét. 

M.  de  la  Marguerite  me  disait  hier:  «II  vaudrait  mieux  que  la 
Reine  n'arrivát  pas  justement  le  jour  du  départ  du  Roi». 

«Certainement,  lui  ai-je  répondu,  ¡1  serait  fácheux  de  voir 
partir  Sa  Majesté  le  jour  de  l'arrivée  de  la  Reine.  Mais  cette 
«'poque  n'est  pas  encoré  fixée.  .Sa  Majesté  est  toujours  a  Come 
et  ne  s'annonce  pas  encoré  a  Turin.» 

M.  le  Chevalier  Zea  Bermudez  (2)  est  arrivé  avant  liier  ici  et 


(i)  Turin,  volurae  315.  Eugéne  Ney  á  Guizot,  Turin  7  avril  1841  D¡- 
rection  Politique,  N.  31,  folio  150, 

(2)  Des  le  29  mars  Bellocq  mandait  de  Florence  áGuizot:  «M.  le  Cheva- 
lier Bermudez,  que  Votre  Excellence  m'a  fait  l'honneur  de  me  recomman-' 
der  est  arrivé  avant-hier  venant  de  Rome.  II  attendra  ici  pendant  quel- 
ques  jours  des  nouvelles  de  la  Reine  Christine  qui  est  partie  de  Venise 


LE    VOYAGE    DE    LA    REINE    MARIE-CIIRISTINE    EN    ITALIE  3I3 

a  été  voir  I\I.  de  la  jMarguerite,  avec  lequel  ¡1  avait  été  en  relations 
en  Espagne,  pendant  qu'ils  étaient  tous  deux  Ministres,  üuoique 
ce  rapports  ne  fusseqt  pas  de  tres  bonne  nature,  M.  de  Zea  s'est 
rendu  chez  M.  de  la  Marguerite  et  a  été  parfaitement  accueilü. 

D'aprés  la  réponse  que  le  Ministre  n'avait  faite  il  y  a  quelque 
temps,  relativement  á  la  Reine  d'Espagne,  je  n'avais  pas  cru  con- 
venable  d'aborder  de  nouveau  ce  sujet  avec  lui;  mais  M.  de  Zea, 
qui  ne  connaissait  pEis  encoré  les  dispositions  de  ce  Gouverne- 
ment  pour  la  Reine,  s'en  entretint  avec  M.  de  la  Marguerite. 

II  s'était  operé  un  changement  notable  dans  l'esprit  de  ce  mi- 
nistre depuis  ma  conversation  avec  lui,  et  il  ne  parla  plus  a  M.  de 
Zea  de  la  politesse  avec  laquelle  on  recevrait  la  Reine,  mais  des 
honneurs  qu'on  lui  rendrait. 

II  est  á  croire  que  l'accueil  que  Sa  Majesté  a  regu  a  Venise, 
mais  surtout  á  Milán,  a  causé  ce  changement  de  disposition.  Mais 
M.  de  la  Marguerite  ne  fera  juste  que  ce  qu'il  ne  pourra  se  dis- 
pensar de  faire,  et  il  se  rattache  encoré  a  une  foule  de  petitesses 
avec  lesquelles  il  marchande  les  honneurs  dus  á  Sa  Majesté.  II 
me  disait  hier  que  la  Reine,  voyageant  incógnito  et  sous  le  nom 
de  Comtesse  de  Vista  Alegre,  ne  devait  s'atlendre  á  aucune  dis- 
tinction.  (jue  si  le  Gouverneur  allait  la  \oir,  il  irait  en  frac.  A 
quoi,  je  lui  ai  fait  observer  qu'k  Milán  et  a  Venise  on  s'était 
lendu  chez  Elle  en  uniforme. 

Enfin  M.  de  la  Marguerite  ma  dit  qu'il  savait  que  la  Reine 
n'était  pas  encoré  décidée  a  venir  á  Turin  et  qu'lílle  passerait 
pt-ut  étre  par  le  Simplón.  ]\Iais  cette  remarque  n'est  que  l'ex- 
l)ression  du  désir  de  M.  de  la  ]\Iarguerite  et  je  crois  qu'il  n'a 
regu  aucun  a\is  du  changement  de  projet  de  Sa  Majesté. 


le  24,  et  il  ira  probablement  l'alteDtlre  á  Milán  ou  a  Turin.»   (Toscane, 
volume  176,  direction  politique,  N.  406,  folio  22.) 

Zea  Bermudez  (Francisco)  (1772-1850),  Chargé  d'Affaires  á  Saint  Peters- 
bourg  Í1809-1820;,  Ambassadeurá  Constantinople  (1820),  á Londres (1823), 
Ministre  des  Affaires  Etrangéres  (de  janvier  1824  á  octobre  1825  í,  Am- 
b.issadeur  á  Dresde  (1826),  á  Londres  (1828),  Président  du  Conseil  (de 
1S32  á  janvier  1834),  tombé  du  pouvoir  sous  la  pression  de  l'Angleterre, 
c-i  remplace  par  Martínez  de  la  Rosa,  il  ne  rentra  en  Espagne  que  10  ans 
plus  tard,  Nommé  Sénatur  (1845;  il  mourut  á  Par's. 


314  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

INI.  de  Zea,  á  qui  !a  Reine  avait  donné  rendez-vous  á  Lyon,  est 
venii  ici  au  devant  d'Elle  et  doit  l'y  attendre.» 

Le  Comte  déla  Margarita  prenait  en  effet  ses-désirs  pour  des 
léalités,  á  moins  toutefois  qu'il  n'ait  essayé  de  donner  le  change 
á  Eugéne  Ney.  Toujours  est  il  qu'aucune  modification  n'avait  été 
apportée  á  Titinéraire  de  Marie  Christine,  et  que  continuant  sa 
route  Elle  n'alJait  pas  tarder  á  arriver  a  Turin  ou  plutót  a  pas- 
ser  par  Turin. 

«Sa  Majesté  la  Reine  d'Espagne  est  aujourd'hui  sur  les  bords 
du  lacMajeur,  et  Elle  annonce  son  arrivée  á  Turin  pour  Mardi  13 
du  courant,  le  jour  precisémeiit  fixé  pour  le  départ  du  Roi. 
C'était  justement  le  cas  prévu  par  M.  de  la  Marguerite  et  qu'il 
désirait  éviter.  Je  vais  faire  informer  Sa  Majesté  de  cette  circons- 
tance;  mais  n'ayant  rien  á  visiter  sur  la  route  qu'Elle  doit  suivre 
en  venant  ici,  je  doute  qu'Elle  veuille  changer  ses  projets»  (l|. 

«Monsieur  le  Ministre,  écrivait  deux  jours  plus  tard,  le 
12  avril,  Eugéne  Ney  á  Guizot  (2)  Sa  Majesté,  le  Roi  Charles- 
Albert  part  toujours  demain  soir  pour  Genes  avec  trois  aides  de 
camp  et  sans  Ministres. 

On  m'a  assuré  qu'Elle  a  été  contrariée  de  la  coincidence  pré- 
sumée  de  son  départ  et  celle  de  l'arrivée  de  la  Reine,  mais 
M.  Denois  m'annonce  que  Sa  Majesté  la  Reine  Marie-Christine  ne 
sera  ici  que  Mercredi  (le  1 4). 

Ce  que  M.  de  Zea  a  dit  a  'SI.  de  la  Marguerite  et  ce  que  jai 
pu  y  ajouter  de  mon  cóté  semble  avoir  sensiblement  modifié  les 
dispositions  du  Ministre  Sarde  a  l'égard  de  la  Reine  d'Espagne, 
et  sans  le  départ  du  Roi  et  de  la  Reine,  je  crois  que  l'accueil 
qu'on  aurait  tait  a  Sa  Majesté,  aurait  été  assez  convenable.   En 


(i)  Turin,  volume  315.  Direction  Politique  N,  32,  Eugéne  Ney  á  Gui- 
zot, Turin,  10  avril  1841,  folio  148. 

(2)  Turin,  volumen  315,  Direction  Politique  N.  32,  folio  159.  Turin, 
12  avril  1841. 


LE    VOYAGE    DE    I.A    REINE    MARIE-CHKISTINE    EN    ITALIli  3I5 

parlant  hier  avec  le  Manquis  de  Cavour,  Vicaire  de  la  X'^iUe  de 
1  urin  (l)  et  qui  est  venu  me  voir,  j'en  suis  certain,  pour  avoir 
quelques  nouvelles  de  la  Reine,  je  ne  lui  ai  pas  caché  le  mauvais 
effet  que  produirait  ici  le  départ  de  Sa  Majesté  le'jour  méme  de 
l'arrivée  de  la  Reine  de  Espagne  et  je  lui  ai  demandé  dans  la  con- 
versation,  si  le  Roi  ne  pourrait  pas,  puisqu'il  est  obügé  de  partir 
a  jour  fixe,  envoyer  une  de  ses  aides  de  camp  ou  quelqu'un  de 
sa  Maison  au  devant  de  la  Reine,  pour  lui  exprimen  ses  regrets 
de  ce  que  son  départ  forcé  l'empéche  de  la  voir  et  pour  lui  adres- 
ser  enfin  quelques  paroles  convenant  a  la  situation;  Que  cette 
maniere  d'arranger  l'affaire  conviendrait,  ¡e  n'en  doulais  pas,  a  la 
Reine  et  au  Roi,  et  qu'ainsi  les  fácheuses  suppositions,  que  le 
départ  de  Sa  Majesté  fatsait  maitre,  seraient  a  peu  prés  de- 
truites. 

Le  Marquis  de  Cavour,  qui  est  tout  a  fait  dans  l'intimité  dii 
Roi,  a  semblé  approu\'er  cette  idee  et  ce  matin,  á  la  Cour,  oú 
nous  avons  été  pendre  congé  de  Sa  Majesté,  j'en  ai  encoré  cau- 
sé avec  lui. 

J'espére  que  pour  adoucir  ce  qu'il  y  a  de  peu  généreux  á  ne 
pas  retarcer  son  vo\'age  de  quelques  jours,  le  Roi  accordera  vo- 


(i)  Cavour  (Michel,  Joseph,  Marquis  Benso  di)  (1781-1850),  Granel 
Cordón  de  l'ordre  des  S.  S.  Maurice  et  Lazare.  Chambellan  du  Priiice  Ca- 
mille  Boi  ghese,  puis  aprés  la  restauration  de  la  Maison  de  Savoie  Virario 
di  política  e  Polizia  de  Turin,  geotilhumme  de  la  Chambre  1,1835),  épousa 
en  1S05  Adcle  de  Sellen  (morte  en  1S46),  pére  du  Marquis  Gustave  el  du 
Comle  Camille  qui,  comme  Ton  sait,  fut  tena  sur  les  fonts  baptismaux  par 
le  Prince  Camille  Borghese.  Bersezio  porte  au  tome  i,  page  93  de  la  Stoiici 
del  regJio  di  Vitiorio  EmamieU  lí  \xn  jugement  aussi  sévére  que  curieux 
sur  !e  pere  du  Grand  Ministre:  «La  pólice,  absolument  indépendante  que 
dirigeait  et  menait  le  vicaire  et  dont  il  rendait  compte  directement  au  Rni, 
était  assurément  la  plus  rude  et  la  plus  arbitraire  qu'on  pút  imaginer,  et 
le  Marquis  de  Cavour  n'était  pas  l'homme  á  la  rendre  plus  tolerable.  Cn. li- 
me homme  privé,  il  était  á  l'abri  de  toute  üccusation  et  les  bruits,  qu'on 
faisait  courir  de  prévarications  si  fáciles  á  commettre  dans  un  pareil  em- 
ploi  et  que  commettaient  peut-étre  des  subalternes  qui  réussis.saient  á  se 
les  faire  pardonner  par  des  exees  de  zéle,  ees  bruits  dénués  de  toute  esjié- 
ce  de  fondement  n'étaient  que  de  purés  calomnies.  II  était  plus  royaliste 
que  le  roi,  plus  jésuite  qu'un  pére  de  la  compagnie,  plus  intolérant  qu'un 
inquisiteur.  Ne  tenant  aucun  compte  du  peuple,  il  haissait  et  méprisait 
surtout  la  bourgeoisie,  la  classe,  á  son  avis,  la  plus  dangereuse». 


3l6  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

lontiers  cette  marque  d'égards  envers  la  Reine,  et  cela  d'autant 
[ilus  volontiers  qu'il  craignait  d'abord  de  ne  pouvoir  partir  et 
qu'il  s'estinie  heureux  de  pouvoir  se  libérer  á  si  bon  compte. 

íusqu'á  présent  voici  quelles  sont  les  dispositions  de  mes  col- 
iégues  vis  á  vis  de  la  Reine.  Le  Ministre  de  Prusse  (l)  ne  m'en 
a  pas  parlé;  le  Ministre  d'Anglaterre  (2)  n'a  pas  fait  une  obser- 
vation  lorsque  je  lui  ai  annoncé  l'arrivée  de  Sa  Majesté;  le  Mi- 
nistre d'Autriche  (3)  a  prétendu  que  M.  Muñoz  voyageait  inco- 


(i)  Waldburg-Truchses  (Frédéric-Louis,  comte  de)  ( 1776-1844'),  aprés 
avoir  été  un  moment  Grand-Chambellan  et  intendant  general  des  spec- 
tacles  a  la  cour  de  Weslphalie,  reprit  son  grade  de  colonel  pnissien 
en  1813.  II  representa  une  premiere  fois  de  1816  á  1819  la  Prusse  á  la  Cour 
de  Sardaigne,  et  se  préoccupa  vivement  du  sort  des  Vaudois.  Envoyé 
en  1827  á  La  Haye,  11  y  resta  jusqu'en  1S32,  oü  l'on  juge  a  propos  de  le 
renvoyer  á  Turin.  II  y  dut  surloul  sa  position  a  la  faveur  toiite  spúciale 
dont  jouissait  auprés  du  Roi  Charles-Albert  sa  filie,  la  Comtesse  de  Robi- 
lant,  grande-maitresse  de  la  Maison  de  la  Reine.  En  se  connaissance  de 
.ses  Services,  le  Rui  de  Prusse  lui  conl'(5ra  en  1837  le  grade  de  Général- 
lieutenant. 

(2)  Sir  Ralph  Abercromby  qui  avait  succédé  á  Turin  á  Foster,  né 
en  1803,  mort  en  1862,  entré  dans  la  carriére  diplomatique  en  1827,  atta- 
<  hé  comme  secretaire  aux  missions  extraordinaires  de  Strangford  au  Bré- 
sil  fi828)  et  de  Ponsonbv  k  Bruxelles  pour  Taplanissement  dii  diffc'rend 
entre  la  Belgique  et  la  Hollande  (1830).  Successivement  Ministre  .i  Flo- 
rence,  prés  la  Coufcderation  Germanique,  á  Turin  el  á  la  Haye,  il  quitta  le 
service  en  1858  et  hérita  cette  mcme  année  a  la  mort  de  son  pére  du  titre 
de  barón  Dumferneline. 

(3)  Schwarzenberg  (Félix,  Prince  de)  (1800-1852),  ne  resta  que  peu  de 
tL-mps  dans  l'armée,  debuta  dans  la  diplomatie  comme  attaché  d'Ambas- 
side  á  St  Petersbourg  (1824),  passa  en  1826  á  Londres  oíi  sa  liaison  avec. 
Lady  EUesbnrough  fit  scandale,  occupa  ensuite  différents  postes  ?t  suc- 
céda  en  183S  au  comte  Brunetti  á  Turin.  Schwarzenberg,  dont  le  comte 
S  )laro  de  la  Margarita  trace  un  portrait  tres  flatteur  á  la  pagc  102  de  son 
Memorándum,  ctait  encoré  á  Turin  au  moment  oü  commenca  avec  l'Au- 
triche  la  controverse  á  propos  des  seis.  Bersezio  raconte  qu'aprés  avoir 
adressé  au  comte  Solaro  une  de  ses  fameuses  Notes  sur  cette  question  11 
lui  écrlvlt  le  billet  suixant; 

«Je  vous  adresse  une  note  sur  l'affaire  ses  seis  et  vous  trouverez  qu'elle 
est  bien  salee  .  Remplacé  en  1844  par  le  comte  Buol,  11  fut  envoyé  á  Na- 
ples  oü  en  1S48  le  palais  de  l'Ambassade  fut  insulté  par  la  populace. 
Nayantpu  obtenir  du  Gouvernement  la  réparation  immcdiate  qu'il  exi- 
geait,  11  partit  aussitót  pour  Vlenne,  prit  part  comme  Génernl-Major  á  la 
campagne  contre  le  Piémont  et  fut  promu  Feld-Maréchal  Lieutenant.  Ap- 
pelé  au  Ministére  au  moment  de  l'insurrection  des  journées  d'octobre  .i 


LE    VOYAGE    DE    I.A    REINE    MARIE-CHRISTISE    EN    ITALIE  3I7 

gnito  avecEllf^,  et  qu'on  a\'a¡t  beaiicou()  exagéreles  honneurs  qui 
luí  avaient  été  rendus  a  Müan.  Le  Ministre  de  Russie  (l)  a  abor- 
dé la  question  franchement  avec  moi,  ot  avec  les  formes  assez 
raides  qui  luí  sont  habituelles,  et  sans  maiveillance  ccpendant,  i! 
m'a  dit  ce  matin: 

«Quel  ennui:  voilá  la  Reine  d'F.spagne  qui  va  arriver». — 

«Commentquel  ennui?». — 

«Mais,  oui,  cctte  obligation  de  se  mettre  en  uniforme». — 

Le  Chargé  d'Affaires  du  Pape  (2),  qui  est  fort  bien  disposé, 
m'a  dit  que  ees  Messieurs  n'étaient  pas  encoré  decides  sur  le 
parti  qu'ils  prendraient  d'aller  en  uniforme  ou  en  frac. 

II  est  certain  que  le  passage  de  la  Reine  d'Espagne  par  Turin 
contrarié  fort  la  Cour  et  tous  ceux  qui  en  dépendent  et  que  Ton 
aurait  désiré  vivement  que  Sa  Majesté  passál  par  le  .Simplón.  Le 
comte  la  Tour  (3),  m'en  parlait  encoré  ce  matin,  et  me  disait 


Vienne.  il  s'appliqíia  a  restaiirer  et  a  renforcer  en  Autriche  le  régimc 
centralista  et  militaire,  renvoyá  la  Diét,  Autrichienne,  promulgua  la  Cons- 
titution  conservatrice  du  4  mars  1849  e'  qiril  fit  cin  reste  abroger  en  1851. 
eut  á  soiitenir  la  guerre  contre  l'insurrection  hongroise  dont  ¡1  ne  piit 
triompher  qu'avec  l'aide  de  la  Russie.  II  combattit  énergiqueraent  en  AUe- 
magnp  les  visees  ambitieuses  de  la  Prusse,  mais  ne  put  obtenir  á  la  confé- 
reuce  deDresde  (1850)  le  transformatioa  de  la  Confédération  Germanique 
aii  profit  de  l'Autriche  et  dut  se  contenter  du  rétablis^ement  de  Tancien- 
ne  Diete  de  Francfort  Enfin  il  était  en  train  de  n(^gncier  un  rapproche- 
ment  avec  l'Angleterre  et  la  France  lorsqu'il  fut  enlevé  par  une  attaque 
djapoplcxie  froudroyante. 

(i)  Kakoschkine  (Nicolás  .Alexandrovitch),  avait  éi6  tout  au  debut  de 
sa  Garriere,  alors  qu'il  n'avait  encoré  que  le  titre  d'assesseur  de  collége. 
attaché  a  la  légation  de  Pozzo  di  Borgo,  lors  de  son  séjour  en  Belgique 
pendant  les  Cent  jours.  Nommc  plus  tart  conseiller  d'Ambassade  á  Lon- 
dres, puis  a  Paris.  avant  détre  envoví^  a  Florence  comme  chargé  d'Affaire-; 
Conseiller  d'Etat  actuel  en  1833,  Ministre  de  Russie  a  Turin  1  1837),  con- 
seiller intime  en  1842,  Ministre  á  Naples  en  1853,  a  Dresde  en  1S63,  il  fut 
mis  a  la  retraitc  en  1864. 

(2)  Monseigneur  Massi,  Archevéque  de  Thessalonique,  était  d'aprés 
le  Goi/ia  de  1843,  Nonce  á  Turin.  Mais  il  doit  étre  ici  question  de  l'abbé 
.Sacconi  qui  exergait  les  fonctions  de  Chargé  d'Affaires  en  sa  qualitc 
d'auditeur  de  la  Nonciature  pendant  la  vacance  de  ce  poste  auquel  il  ne 
fut  promu  qu'au  bout  de  plusieurs  mois,  vers  la  fin  de  l'année  1841. 

(3)  Sallier  de  la  Tour  (Víctor,  Amédée,  Marquis  de  Cordón,  Comte  de). 
(i776-i858\  commen^a  sa  carricre  militaire  d'abnrd  sous  les  ordres  de 


3l8  BOLETÍN    DE    LA    KEAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

qu'il  avait  entendu  diré  qu'Elle  devait  prendre  cette  route.  ¡Mais 
son  observation  était  un  peu  tardive.» 

La  Reine  cedant  probablement  aux  sages  conseils  d'Eugéne 
Ney  et  de  M.  Denois,  sentant  aussi  qu'il  était  de  son  intérét  et 
de  l'intéret  de  l'Espagne  de  mettre  tous  les  torts  du  cóté  du  Ca- 
liinet  de  Turin,  allait,  48  heures  plus  tard,  tirar  d'embarras  le 
Ministre  de  Russie  et  faire  regretter  au  Comte  Solaro  de  la  Mar- 
garita la  conversation  qu'il  avait  cru  nécessaire  d'avoir  avec 
notre  Chargé  d'affaires. 


son  pére,  piiis  aprés  avoir  serví  de  1805  á  1809  dans  l'armée  autrichienne 
et  apres  avüír  en  1810  faít  un  voyage  diplomatiqíie  dans  les  Ballvans,  íl 
passa  en  iSi  i  avec  l'autorisation  de  son  Roí  au  Service  de  l'Anglelerre  et 
se  distincFua  pendant  la  guerre  de  la  P(?n¡nsule  á  la  tete  d'une  legión  ita- 
lienne.  Confirmé  en  1814  par  Víctor  Einmanuel  i^r  dans  son  grade  de 
(iénéral,  íi  fiit  appelé  en  1815  au  commanclement  des  troupes  royales 
rhargées  de  faire  face  aux  Franjáis.  Gouverneur  de  Novare  en  1S21,  íl 
conserva  á  son  Roi  les  troupes  placees  sous  son  commandement,  concou- 
rut  efficacemcat  au  rclablissement  de  l'ordre  et  re^ur  la  mérae  année  la 
mission  de  pns->er  avec  l'Autriche,  la  Russie  et  la  Prusse,  la  conventíou 
qui  mettait  á  la  disposítion  du  roi  de  Sardaígne  un  corps  auxiliaire  de 
troupes  autrichiennes.  Nommé  en  1822  Premier  Secrétaire  d'État  aux 
Aífaires  Etrangéres,  íl  accompagna  Ctiarl es- Félix  au  Congrés  de  Vcrone 
ct  obtint  entre  autres  choses  le  rappel  des  troupes  autrichiennes.  Son 
passage  aux  Affaires  Etrangéres  fut  marqué  par  la  conclusión  du  traite 
de  comraerce  et  d'amitíé  avec  la  Porte  Ottomane,  par  nombre  de  négo- 
cíatíons  parmis  lesquelles  íl  convíent  de  uoter  la  convention  qu'il  passa 
avec  le  Saint-Síége  pour  le  réglement  des  Affaires  écclésíastiques.  Tenu 
en  tres  haute  estime  par  Charles-Félix  et  par  Charles-Albert,  íl  figura 
parmí  les  premiers  chevalíers  de  Tordres  du  Mérite  Civil,  lors  de  sa  créa- 
tion  par  ce  dernier.  (R.  Arrliivo  di  Stato  de  Turin  Lettere  tninislri  in  Ge- 
nérale. Personale  diplomático  e  consiilare.  Alémoire  per  biografíe  di  uffiziali 
aiplomaiici  e  del  minisiero.)  En  quittant  le  Mínistére  en  1834,  ¡1  lut  promu 
Maréchal  de  Savoie  et  nommé  Gouverneur  de  Turin.  «Homme  de  vaste 
culture,  de  grande  expéríence,  d'esprít  savant,  lorsqu'en  1847  le  Roi  con- 
ceda la  reforme,  íl  lui  donna  le  conseil  d'aller  de  suite  jusqu'au  Statuto 
qui  lui  paraissait  des  lors  iuévitable.  La  Tour  fut  toujours  écouté  avec 
déférence  et  altentíon  au  Scnat  >  (Cf.  A.  iManno.  Informazíoni  sul  21  íu 
Piemonte  )  S'il  faut  en  croire  Massimo  d'Azeglio,  «Les  vieux,  La  Margue- 
ríte,  La  Tour  et  d'autres...  sauvaient  á  vrai  diré,  le  troné  et  la  patrie,  mais 
A  tant  á  l'heure  comme  les  fiacres  et  le  tarif  était  quelque  peu  elevé.» 
(Lettre  de  Massimo  d'Azeglio  á  sa  femme  Luisa  Blondel.) 


LE    VOYAGE    DE    LA    REINE    MARIE-CBRISTINE    EN    ITALIE  319 

«Le  comte  de  la  Merguerite,  qui  m'avait  l'air  re\enu  de  ses 
prétentions  contra  Sa  Majesté  le  Reine  d'Espagne,  surtout  par 
ce  qu'il  avait  dit  a  M.  de  Zea,  a  repris  avant-hier  (le  13  avril) 
toute  sa  vieiUe  rancune  et  m'a  répété  dans  une  conversation  que 
nous  avons  eue  ensemble,  tout  ce  qu'il  m'a\-ait  dit  la  premiére 
fois  que  je  lui  avais  parlé  de  l'arrivée  de  la  Reine.  II  me  semblait 
méme  heureux  de  se  trou\  er  en  position  de  faire  sentir  et  ap- 
précier  a  Sa  Majesté  la  Reine  d'Espagne  la  haine  qu'on  lui  porte 
a  Turin,  satisfaction,  bien  imprudente  a  mon  avis,  que  s'est  don- 
née  la  le  Cabinet  Sarde,  car,  ainsi  que  je  l'ai  dit  á  M.  de  la  Mar- 
guerite,  il  y  a  de  l'avenir  dans  la  Reine  Alarle  Christine,  et  il  eut 
été  á  la  fois  d'une  bonne  et  d'ur.e  généreuse  politique  d'oublier 
les  griefs  qu'on  pouvait  avoir  contre  Elle  et  de  se  ménager,  par 
le  bon  accueil  qui  lui  aurait  été  fait  ici,  sa  reconnaissance  pour 
un  temps  meilleur.  Alais  on  a  ¡ugé  différemment  la  question,  et 
les  evénements  prouveront  qui  avait  raison. 

Ainsi,  M.  de  la  Marguerite  se  retranchait  toujours  sur  ce  que 
la  reine  voyageant  sous  le  nom  de  Comtesse  de  Vista  Alegre, 
et  n'ayant  pas  fait  annoncer  son  arri\-ée,  il  n'y  avait  pas  d'hon- 
neurs  á  lui  faire  rendre,  et  que  le  Roi,  qui  d'ailleurs  avait  fixé 
depuis  longtemps  son  départ  aprés  la  Semaine  Sainte,  ne  pouvait 
pas  l'attendre. 

II  ne  m'a  pas  été  difficile  de  repondré  á  ees  arguments  qui 
n'étaient  pas  justes;  mais  il  a  été  plus  malaisé  de  le  persuader. 

Au  reste,  je  me  suis  apergu  pour  la  premiére  fois  dans  cette 
conversation,  que  ce  ministre  ne  professait  pas  un  cuite  exclusit 
pour  la  vérité;  mais  j'ai  trouvé  inutile  de  relever  les  erteurs 
volontaires  qu'il  commettait,  et  k  l'avenir  je  me  tiendrai  pour 
averti. 

Sa  Majesté  la  Reine  d'Espagne  qui  savait  qu'on  marchandait 
a  Turin  la  maniere  dont  elle  y  serait  ou  n'y  serait  pas  regué  et 
ayant  appris  de  plus  que  le  Roi  et  la  Reine  ne  s'y  touveraient 
pas  á  son  passage,  a  pris  le  parti  de  se  borner  á  traverser  la  ville, 
ainsi  que  j'avais  pris  la  liberté  de  le  conseiller  dans  le  principe, 
et  hier  (le  14)  a  2  heures  de  l'aprés  midi.  Elle  a  changé  de  che- 
vaux  á  la  Poste,  et  á  continué  sa  route  pour  aller  coucher  á  Suse. 


320  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Sa  Majesté  m'a  envoyé  avant  son  passage,  le  chevalier  del  Cas- 
tillo, son  Sécrétaire  des  Commandements,  afín  de  prendre  les 
lettres  que  je  pouvais  avoir  regues  pour  Elles  et  m'avertir  que 
dans  une  heure  Elle  arriverait  á  Turin.  J'ai  eu  le  regret  en  me 
rendant  á  la  Poste  avant  1 'heure  fixée  d'apprendre  qu'il  y  avait 
une  demi-heure  que  Sa  Majesté  y  avait  relayé. 

Le  temps  est  beau  aujourd'hui,  et  ¡1  est  probable  que  Sa  Ma- 
jesté passera  facilement  le  Mont  Cenis.  M.  de  Zea  Bermudez  est 
parti  également  ce  matin  pour  Suse,  oü  il  precederá  la  Reine  de 
quelques  heures. 

J'ai  cru  devoir  a  vertir  M.  le  Préfet  de  Lyon  de  l'arrivée  pro- 
chaine  de  Sa  Majesté,  qui  a  l'intention  de  s'arréter  quelques  jours 
dans  cette  villa.» 

Eugéne  Ney,  était  tellement  desolé  du  contre  temps  qui 
l'avait  empéché  de  se  trouver  a  la  Poste  au  moment  oü  Marie 
Christine  y  relaya  qu'il  éprouva,  quelques  jours  plus  tard,  le  be- 
soin  de  se  justifier  aux  yeux  de  son  Ministre,  et  de  Ini  fournir 
quelques  explications  complémentaires. 

« Dans  la  crainte,  rend-il  compte  á  Guizot  le   2  1  avril  (Di- 

rection  politique  N.  30,  folio  169)  que  Votrc  P'xcellence  n" 
puisse  supposer  qu'il  y  avait  eu  peu  d'empressement  de  ma  part 
á  me  présenter  á  S.  M.  la  Reine  d'Espagne,  lorsqu'Elle  a  passé 
á  Turin,  je  crois  devoir  ¡nformer  V'otre  Excellence  que  je  regus 
le  lendemain  de  M.  le  Chevalier  del  Castillo,  Sécrétaire  des 
Commandements  de  Sa  Majesté,  une  lettre  dan  laquelle  Sa  Ma- 
jesté voulait  bien  me  faire  diré  qu'étant  arrivée  á  la  Poste  plus 
tót  qu'EUe  n'avait  pensé  Elle  avait  regretté  de  ne  pas  me  voir 
et  daignait  me  faire  remercier  de  l'intention  que  j'avais  eue  de 
venir  la  complimenter  a  son  passage. 

Des  personnes  qui  se  trouvaient  devant  la  Poste,  au  moment, 
oü  Sa  Majesté  a  changé  de  chevaux,  assurent  qu'Elle  montrait 
un  grand  désir  de  partir  au  plus  vite  et  qu'Elle  a  fait  donner 
plusieurs  fois  l'ordre  aux  postillons  d'atteler  aussi  vite  que  pos- 
sible.s» 


LE    VOYAGE    DB    LA    REINE    MARIE-CHRISTINE    EN    ITALIE  32 1 

Loin  d'adresser  le  moindre  reproche  k  Eugéne  Xey,  Guizot, 
en  le  tranquillisant  et  en  lui  exprimant  la  satisfaction  du  Gou- 
vernement,  avait  cru  en  outre  nécessaire  de  lui  faire  connaitre 
l'impression  pénible  qu'avait  causee  au  Rol  et  á  ses  Ministres 
l'attitude  prise  dans  cette  affaire,  bien  moins  par  Charles- 
Albert,  que  par  le  comte  de  la  Margarita. 

París,  8  mai  1841. 
Guizot  au  Comte  Eugéne  Ney. 

« Le  Roí,  en  approuvant  votre  langage,  et  votre  attitude 

a  l'occasion  du  passage  de  la  Reine  Marie  Christine,'  a  regretté 
que  la  Cour  de  Sardaigne  se  soit  abstenue  de  Lui  faire  l'accueil 
et  de  lui  témoigner  les  égards  auxquels  Son  rang  et  Sa  position 
Lui  donnaient  droit.  Sa  Majaste  n'a  paS  caché  a  Monsieur  le 
Marqiiis  de  Brignole  (l)  l'impression  qu'ElIe  en  a  éprouvée » 

Fidéle  aux  traditions  que  la  I-" ranee  conserve  si  jalousement, 
le  Cabinet  des  Tuileries  avait  cette  fois  encoré  embrassé  le  par- 
tí du  plus  faible  en  prenant  la  défense  d'une  Reine  exilée. 

II  semble  dureste  que  par  un  étrange  caprice  de  la  fortune  la 
Reine  Christine  ne  pouvait  pas  mettre  les  pieds  en  Italie,  sans 
que  sa  présence  ne  soit  marquée  par  quelque  incident  plus  cu 
moins  sérieux.   Pour   insignificant  et  naturellement  peu   connu 


(i)  Brignole-Sale  (Antoine,  Marquis)  (1785-1863)  fiit  malgré  son  jeune 
age  appelé  par  Napoleón  I«  á  remplir  les  fonctions  de  Préfet  de  la  Savoie. 
En  1S14,  la  République  de  Genes  l'envoyait  á  Vienne  pour  y  défendre  les 
intéréts  et  l'indépendance  de  sa  patrie.  II  y  fit  preuve  de  zéle  et  d'intel- 
ligence,  si  bien  que  le  roi  de  Sardaigne  n'eut  rien  de  plus  pressé  que  de 
se  I'attacher  et  de  lui  confier  le  poste  d'Ambassadeur,  d'abord  á  Madrid, 
puis  á  St  Petersbourg,  ensuite  á  Paris  (1836)  oü  on  ne  designa  bientót 
plus  que  sous  le  nom  de  «Grand  Ambassadeur  du  Petit  Roi»,  et  enfin  á 
Vienne.  Sa  carriére  dipiomatique  se  termina  en  1850,  sous  le  ministére 
d'Azeglio.  Désapprouvant  le  vote  de  la  loi  Siccardi,  il  retourna  á  ce  mo- 
ment  á  TAmbassade  de  Vienne.  Membre  du  Sénat  depuis  sa  fondation,  il 
démissionna  le  21  mars  1861  á  la  suite  de  l'annexion  au  Royaume  d'Italie 
des  provinces  qui  avaient  appartenu  jusque  lá  au  Saint-Siége. 

Extrémement  généreux,  il  fonda  entre  autres  a  Genes  le  Séminaire  des 
Missions  Etrangéres  qu'il  dota  richement.  Sa  filie,  la  duchesse  de  Gallie- 
ra,  fit  don  á  la  ville  de  Genes  du  Palais  Rouge  et  de  la  magnifique  galerie 
de  tableaux  qu'il  renfermait. 

TOMO   LXXV  31 


322  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

qu'ait  été  celui  que  La  Rochefoucauld  mentionne  dans  sa  dépé- 
che  du  S  juin  1847  (l),  il  n'en  est  pas  moins  curieux  et  moins 
caracteristique  pour  cela. 

«La  Reine  Christine,  aprés  étre  restée  48  heures  á  la  Cour  de 
Toscane  auprés  de  Sa  Soeur  la  Grande- Duchesse,  est  repartie 
pour  Livourne  oü  elle  s'est  embarquée  pour  Toulon.  J'ai  lieu  de 
croire  que  Sa  Majesté  aura  été  satisfaite  de  l'accueil  qu'Elle  a 
regué  a  Florence  et  que  la  joie  affectueuse  de  la  Grande-Duchesse 
l'aura  dédommagée  de  la  froideur  peu  fraternelle  qu'Elle  a  trou- 
vée  ailleurs. 

»Le  duc  de  Lucques  avait  été  prévenu  du  passage  de  la  Reine 
par  Pise  et  Livourne.  On  supposait  qu'en  sa  qualité  d'Infant 
d'Espagne  il  irait  Lui  faire  Sa  Cour.  II  est  prr.bable  que  la  crainte 
de  déplaire  á  Don  Carlos  l'aura  retenu.  Ouelques  personnes  de 
Sa  Cour  entretiennent  cependant  l'espoir  de  le  voir  renouer  avec 
'  la  Ccur  de  Madrid,  et  plusieurs  fois  on  m'a  demandé  de  me  mé- 
1er,  dans  l'occasion,  á  ce  rapprochement. 

»Ce  qui  étonnera  peut-étre  Votre  Excellence  et  ce  qui  est  vrai 
cependant  c'est  que  ce  sont  moins  les  sympathies  du  Duc  pour 
Don  Carlos  et  son  fils  qui  le  tiennent  éloigné  de  la  Cour  de  Ma- 
drid que  le  ressentiment  qu'il  éprouve  contre  le  roi  de  Naples, 
qui,  dit-il,  l'a  joué  avec  perfidie  a  une  époque  oü  il  était  lui-méme 
disposé  á  reconnaitre  la  Reine  Isabelle. — Une  lettre  du  roi  de 
Naples  v'int  á  ce  moment  lui  faire  de  vifs  reproches  de  ses  dis- 
positions  et  l'assurer  que  jamáis  lui,  roi  de  Naples,  ne  le  reve- 
rrait  s'il  désertait  la  Cause  de  la  légitimité  Espagnole  qui  était 
collectivement  celle  de  la  Maison  de  Bourbon.  Cette  lettre  pro- 
duisit  son  effet  sur  l'esprit  variable  du  Duc.  Mais  depuis  que  les 
roles  sont  changas  et  que  le  Roi  a  fait  ce  qu'il  déconseillait  au 
Duc,  celui-ci  lui  en  garde  un  profonde  ressentiment  qui  le  porte 
instinctivement  á  prendre  le  contre-pied  de  son  Royal  Parent.» 

COMMANDANT   WeIL. 


(i)     Toscane,  volume    180.  Direction  Politique  N.  16,  folio  108-109.- 
La  Rochefoucauld  a  Guizot.  Florence,  8  juin  1847. 


CARTULARIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SANTA  MARÍA  DEL  PUERTO  (sANTOÑa)       323 


vm 

CARTULARIO  DE  LA  IGLESLA  DE  SANTA  >LARÍA  DEL  PUERTO 

(SANTOÑA) 

Continuación    ( i ). 

LXXVI 

Marzo  de  1 1 14. 

El  abad  Martin  y  los  clérigos  de  Santa  María  del  Puerto  hacen 
una  donación  de  diezmos  y  priviicias  á  la  iglesia  de  San  An- 
drés de  Garvilios. 

Sub  Xpi  nomine  sánete  '[  rinitatis.  Ego  Martinus  abbas  de 
sedis  Sánete  JMarie  Portunensis  cum  omnium  fratrum  meorum 
et  congregaeio  meorum  Petrus  et  Santius,  Ihoannes,  Mikael  fra- 
ter,  Petrus.  Sic  dabo  \el  concedo  ad  ecclesia  Sancti  Andrés  de 
Garvilios  et  ad  Sancti  Mametis  de  Desio,  et  Sánete  JMarie  de 
Sofano.  Sic  dabo  ad  istas  eeelesias  illa  ecclesia  de  Sancti  Petri 
de  Nolia,  et  offerta  quia  ad  illa  pertinet,  decimas  et  primicias  et 
mortuorus  abeant  istas  eeelesias  datum  quomodo  in  regula  raso - 
nat,  et  si  aliquis  abas  de  istas  eeelesias  questione  aut  inganno 
fecerit  et  cum  suos  companneros  convenimiento  non  quesierit, 
quomodo  perdat  illa  ratione  de  illa  ecclesia  et  de  illa  offerta.  Et 
sic  dabo  ego  abbas  Martinus  et  omnes  fratres  meos,  et  affirma- 
vimus  usque  in  sécula.  Et  si  des  odie  in  die  aliquis  qui  regula 
ista  conrumpere  quesierit,  in  primis  descendat  super  eum  ira 
Dei  et  de  ómnibus  sanctis,  et  sedeat  excomunicato  a  corpore 
Xpi,  et  pariat  ad  abbas  qui  Portum  tenuerit  et  Sánete  Marie  c 
solidos  ipsum  pariat  qui  eontencione  fecerit.  Facta  regula  ista 
die  notu  quod  erit  v''  feria,  xiiu  kalendas  Aprilis  in  Era  tclii, 
regnante  re.K  Adefonsus  in  Kastiella,  et  Comité  Roderieo  Mo- 


(0     Véase    Boletín,    tomo    lxxiii,    cuaderno    v,    pág.    420,    1918,    y 
tomo  lxxiv,  cuadernos  i,  iii  y  v,  págs.  19,  224  y  439,  respectivamente,  1919 


324  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

nioz  in  Asturias;  et  nos  iam  dictos  placuit  nobis  et  fecimus  et  de 
manus  nostras  >J<  ^  roborabimus  et  testes  sumus.  (Fol.  25  r.) 

LXXVII 
Junio  de  1 1 19. 

Diego  y  su  mujer  María  venden  á  la  iglesia  de  San  Lorenzo 
los  bienes  que  poseían  en  Quejo. 

In  De¡  nomine,  ego  Didaco  et  uxor  mea  Maria  placuit  nobis 
bono  animo  et  per  expontaneas  nostras  voluntates  sic  vendivi- 
mus  tibi  Petro  et  ad  honorem  Sancti  Laurencii  ereditate  que  est 
in  billa  de  Kexo,  in  térras,  i n  pumares,  in  defesas,  in  felgarios,  in 
exitus  e  regressitus,  de  monte  in  fonte,  ubi  illo  potueritis  inveni- 
re,  sic  vendivimus  vel  concedimus  tibi  quantu  nobis  pertinet  Ín- 
ter nostros  heredes  ab  omni  integritate  per  in  sécula  Per  quem 
accepi  ego  Didaco  et  uxor  mea  Maria  precio  de  te  Petro,  id  est 
mediatate  in  uno  pumare  qui  est  in  felgera,  et  una  puerca  rubia 

per  colore,  in  sub  uno  precio  in  viii  modios (l)  Facta  carta 

vendicio  nostra  et  comparatio  tua  die  notu  quod  est  vi^  feria,  v° 
kalendas  lulii  in  Era  m.clvu'''  regnante  rex  Adfonsus  in  Castiella 
et  regina  Urracha  in  Leione,  et  Roderico  Gonsalvez  potestas  in 
Trasmiera.  Et  ego  Didaco  et  uxor  mea  Maria  qui  hanc  carta  que 
fieri  voluimus  tibi  Petro  legente  audivimus  et  de  manus  nostras 
>^  ^  roborabimus  coram  testes  Cili  et  Belliti,  hic  testes  sumus 
et  legente  audivimus,  nostras  ^  ►J*  roborabimus.  (Fol.  64  r.) 


LXXVIII 
Marzo  de  1 120. 

Romano  y  su  mujer  Maria  venden  á  la  iglesia  de  San  Lorenzo 
una  heredad  en  Noja. 

In  Dei  nomine,  ego  Romano  et  uxor  mea  Maria  placuit  nobis 
iiono  animo  et  per  expontaneas  nostras  voluntates  sic  vendivi- 


(\)     En  éste  y  los  demás  documentos  que  siguen,  prescindimos  de  las 
cláusulas  acostumbradas,  y  que  ya  se  han  repetido  muchas  veces. 


CARTULARIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SAMTA  MARÍA  DEL  PUERTO  (SANTOÑA;        325 

mus  tibi  Petro  et  ad  ecclesia  Sancti  Laurencü  ereditate  que  est  in 
villa  de  Nolia  in  loco  certissimo  ubi  dicitur  ad  Ouevalvina  usque 
in  Bereceda,  et  ad  illa  ripa  de  illo  mare.  Sic  vendo  tibi  Petro  et 
ad  ecclesia  Sancti  Laurencü.  Per  quem  accepimus  nos  jam  supra 
dictos  Romano  et  uxor  mea  Alaria  precio  de  te  Petro,  id  est 
dúos  boves  ruvios  per  colore,  in  sub  uno  precio  in  vin°  modios... 
Facta  vendido  nostra  et  comparacio  tua  die  notu  quod  est  sab- 
bato  xiiii  kalendas  Aprilis  in  Era  mclviu"  regnante  rex  Anfon- 
sus  in  Castiella  et  regina  Urracha  in  Leione,  et  Roderico  Gon- 

zalvez  potestas  in  Asturias Citi  et  Belliti  hic  testes  sumus 

(Fol.  64  V.) 

LXXIX 

lulio  de  1 123. 

Pedro  Juan  y  sus  hermanos  venden  la  tercera  parte  de  un  helguero 
á  PedrOi  clérigo  de  la  iglesia  de  Garvilios. 

In  Dei  nomine,  ego  Petro  Ihoannis  una  cum  iermanos  mees 
Petro  et  Cecilia  et  Maria  et  cogermana  mea  Maria  Alfonso,  pla- 
cuit  nobis  bono  animo  et  per  expontaneas  nostras  volumptates 
sic  vendivimus  tibi  Petro  frater  de  Garvilios  tercia  in  illo  felgario 
quod  est  in  loco  nominato  ad  illa  ponte,  per  tcrminum  de  illa 
canale  de  illo  mare,  et  alium  terminum  de  illo  monte,  et  lU"'" 
terminum  de  riego  ad  riego;  Ínter  ipsos  términos  illa  nostra  par- 
te quantu  nobis  pertinet  inter  nostros  heredes,  ab  omni  inte- 
gritate.  Sic  vendivimus  vel  concedimus  ab  omni  integritate,  per 
quem  accepimus  nos  jam  supradictos  precio  de  te  Petro  frater, 
id  est  medietate  in  uno  nobellum  de  in"'*  modios  et  uno  porco 
de  semodio,  in  sub  uno  precio  in  dúos  modios,  quantu  nobis  bene 
complacuit.  Et  ego  Gontrueda  placuit  mihi  per  expontanea  mea 
volúntate  sic  vendivi  tibi  Petro  et  ad  honorem  Sancti  Laurencü 
de  Garvilios  illa  tercia  pars  de  illo  felgario  quod  est  ad  illa  ponte 
de  Garvilios,  per  ipsos  términos  iam  supra  dictos.  Per  quem.ac- 
cepi  ego  Gontrueda  precio  de  te  Petro,  id  est  alterum  felgario 
quod  est  in  Chexo  in  loco  nominato  in  ArCillero,  quantu  mihi 
bene  conplacuit.  Et  ego  Micahel  et  uxor  mea  Maria  sic  vendi- 


326  BOLETÍN    DE   tA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

vimus  tibí  Petro  et  ad  honorem  Sancti  Laurencii  tercia  in  ipso 
felgario  iam  supra  dicto  et  per  ipsos  términos  vendo  tibi  ab 
omni  integritate,  per  quem  accepi  ego  Micahel  et  uxor  mea  Ma- 
ría de  tibi  Petro  precio,  id  est  uno  carnero  et  cibaria  in  siib  uno 
precio  in  vi  quarteros,  quantu  nobis  bene  complacuit.  Debitum 
non  remansit  super  te  pro  daré,  nec  nobis  iam  supra  dictos  iure 
pro  in  quantu  desursu  resonat  pro  iureficare.  Et  affirmaviinus 
Ínter  nos  mercatu  per  in  sécula.  Et  si  des  odie  in  die  aliquis 
homo  de  alica  parte  venerit,  aut  filiis  vel  neptis  nostris,  aut  ali- 
quis subrogata  persona  qui  carta  ista  conrumpere  quesierit, 
quomodo  pariet  quantu  desursu  resonat  duplatu  in  sinális  talis 
locis  cum  quale  fructum  fuerit,  con  c  solidos,  et  ad  imperatores 
terre  iii'^  libras  auri  ipsum  pariet  qui  contemptione  fecerit.  Pac- 
ta carta  vendicio  nostra  et  com.paratio  tua  die  notu  iii^  feria  vi" 
idus  lulius,  in  Era  mclxi*.  Regnante  rex  Adfonsus  in  Leione  et 
in  Castiella  et  Comité  Roderico  Gonsalvez  in  Asturias.  Et  nos 
jam  supra  dictos  Petro  et  Martino  et  Cecilia  et  María  et  altera 
Maria,  et  ego  Gontrueda  et  ego  Micahel  et  uxor  mea  María  qui 
hanc  carta  que  fieri  voluimus  tibí  Petro  et  ad  honore  Sancti 
Laurencii,  legante  audivimus  et  de  manus  nostras  ^  >í<  ^  robo- 
ravímus  coram  testes  Petro  Flainez  et  Ihoan  Veílaz  et  Sancxo 
Monnioz  et  Citi  et  Belliti  hic  testes  sumus  et  legente  audivimus 
et  de  manus  nostras  l^  ijí  roboravimus.  (Fol.  68  r.) 


LXXX 
Julio  de  1 123. 

Munio  Martínez  vende  una  heredad  en  la  villa  de  Noja. 

In  Dei  nomine,  ego  Monio  Martínez  placuit  mihi  bono  animo 
et  per  expontanea  mea  volumptate  sic  vendívi  tibi  Petro  et  ad 
honorem  Sancti  Laurencii  de  Garvilíos  heredítate  que  est  in 
billa  de  Nolia  in  certo  loco  in  Gavanzo,  de  monte  in  fonte,  in 
cultu  et  in  díscultu,  in  exitus  et  regressitus,  in  felgarios,  in 
onnnia  rem  que  mihi  pertinet  Ínter  meos  eredes,  vel  ubi  illo  pe- 
tueris  invenire  vendo  vel  concedo  tibí  ab  omni   integritate;  per 


CARTUtvRIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SANTA   MARÍA  DEL  PUERTO   (sANTOÑa)        327 

quem  accepi  ego  Monnio  precio  de  te  Petro  frater,  ¡d  est  una 
bacha  de  v°  modios,  quantu  mihi  bene  conplacuit;  debitum  non 
remansit  super  vos  pro  daré,  nec  mici  ¡ure  pro  in  quantu  desur- 
su  reseña  pro  iureficare,  et  affirmavimus  inter  nos  mercatum  per 
¡n  sécula.  Et  si  des  hodie  in  die  aliquis  homo  de  auca  parte  ve- 
nerit  qui  carta  ista  corrumpere  quesierit  quomodo  pariet  quantu 
desursu  resonat  duplatu  in  similis  taiis  locis  cum  quale  fructum 
fuerit  con  c  solidos  ipsuní  pariet  qui  conteptione  fecerit.  Facta 
carta  vendido  mea  et  comparatio  tua  die  notu  quod  est  ii*  fe- 
ria vil"  idus  lulius  in  Era  m.c.lxi*  Regnante  rex  Adfonsus  in 
Leione  et  in  Castiella  et  Comité  Roderico  Gonsalvez  in  Asturias. 
Et  ego  Monnio  Martiniz  qui  hanc  carta  que  fieri  volui  tibi  Petro 
frater  legente  audivi  et  de  manu  mea  >^  roborabi  coram  testes 
Petro  Flainez  et  Ihoan  Veilaz  et  Sancxo  Monnioz  et  Citi  et 
Belliti  hic  testes  sumus  et  legente  audivimus  et  de  manas  nos- 
tras  \^  ^  roborabimus.  (Fol.  6j  r.) 


LXXXI 

Julio  de  1 123 

lienta  de  una  heredad  en  No  ja. 

In  Dei  nomine,  ego  Tello  Veilaz  et  uxor  mea  Gelvira,  placuit 
nobis  bono  animo  et  per  expontaneas  nostras  voluntates  si  ven- 
divímus  tibí  Petro  frater  de  Garvílios  et  ad  honorem  Sancti  Lau- 
rencii  iii""  partes  in  tota  mea  hereditate  que  habeo    in  billa   de 

Nolia  in  loco  certissimo  ubi  dicent  ad  kavanzo Per  quem  ac- 

cepimus  nos  iam  supra  dictos  Teillo  et  uxor  mea  Gelvira  precio 
de  te  Petro  frater,  id  est  una  bacha  de  v°.  modios  et  medietate  in 
altera  de  iii°''  modios  et  una  puercha  de  m*"'  quarteros  et  uno  to- 
cino valente  semodio,  ii"'  modios  et  medio  de  cibaria  in  sub  uno 
precio  valente  xi°  modio,  quantu  nobis  bene  complacuit Fac- 
ta carta  vendió  (sic)  nostra  et  comparado  tua  die  notu  quod  est 
iii*  feria  vi  °  idus  lulius  in  Era  m.c.lxi."  Regnante  Rex  Adfonsus 
in  Leione  et  in  Castiella,  et  Comité  Roderico  Gonsalvez  in  Astu- 
rias     Coram   testes  Petro  Flainez  et  lohan  Veilaz  et  Sancxo 

Monnioz  et  Citi  et  Belliti (Fol.  68  v.; 


328  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 


LXXXII 

Marzo  de  1 136. 

Alfonso   VII  hace  donación  de  varias   iglesias  á  Santa  María 

del  Puerto. 

xps.  A.  ü).  In  nomine  Domini.  Ego  Adefonsus  Dei  gratia  His- 
paniarum  Imperator,  una  cum  coniuge  mea  domina  Berenguaria, 
pro  Dei  amore  et  pro  redemptione  anime  mee  et  parentum  meo- 
rum,  precibus  et  amore  Comitis  (l)  Lupi  fidelissimi  vassalli  mei 
fació  cartam  donationis  et  confirmationis  ecclesie  Sánete  Alarie 
de  Portu,  et  tibi  abbati  Sancio  eiusdem  loci,  et  ómnibus  clericis 
tam  presentibus  quam  futuris  in  supra  dicta  ecclesia  benigna  de- 
votione  Deo  servientibus,  et  ómnibus  successoribus  tuis,  et  dono 
eis  et  concedo  in  hereditatem  ecclesiam  Sánele  Eulalie  de  Arzi- 
lero  cum  omni  sua  hereditate  quocumque  loco  sit,  et  eccclesiam 
Sánete  Marie  de  Berecedo  cum  omni  sua  hereditate,  et  eclesiam 
Sánete  Eulalie  de  Bokarrero  cum  omni  sua  hereditate,  et  eccle- 
siom  Sancti  Petri  de  Noga  cum  omni  sua  hereditate,  et  ecclesiam 
Sancti  lusti  de  Argonios  cum  omni  sua  hereditate,  et  ecclesiam 
Sánete  Marie  de  Carasa  cum  omni  sua  hereditate,  et  ecclesiam 
Sancti  Mametis  de  Aras  cum  omni  sua  hereditate,  et  ecclesiam 
Sancti  Pantaleonis  de  Lessias  cum  omni  sua  hereditate,  et  eccle- 
siam Sánete  íLulalie  in  eodem  valle  cum  omni  sua  hereditate,  et 
ecclesiam  Sancti  Michaelis  de  della  part  cum  omni  sua  heredita- 
te, et  ecclesiam  Sánete  Cecilie  de  Cabu  rada  cum  omni  sua  here- 
ditate, et  ecclesiam  Sánete  Marie  de  Palacios  et  quiequid  meum 
est  in  Palacios,  ab  omni  integritate;  totum  pro  amore  et  servicio 
Comitis  (2)  Lupi  do  et  offero,  roboro  et  confirmo  ecclesie  Sánete 
Marie  de  Porto  et  tibi  Sancio  abbati  eiusdem  ecelessie  tuisque 
successoribus,  in  seeulum  seculi  iure  hereditario  possidendum. 
Do  etiam  Sanctam  Eulaliam  de  Ribbas  eum  omni  sua  hereditate, 


(1)  Comitis:  sobre  raspado,  y  de  letra  posterior. 

(2)  La  palabra  Comitis  de  letra  posterior  y  sobre  un  raspado, 


CARTULARIO  DE  LA  IGl-ESIA  DE  SANTA   MARÍA   DEL  PUERTO  (sANTOÑa)         329 

et  ecclesiam  Sancti  Petri  de  Selorzeno  cum  omni  sua  hereditate. 
Has  ecclesias  supra  nominatas  cum  ómnibus  hereditatibus  suis, 
et  ecclesiam  Sancti  Andree  de  Ambrosero  cum  ómnibus  terminis 
suis,  cum  intratibus  et  exitibus  suis,  cum  montibus  et  vallibus^ 
cum  terris  et  rivis  et  fontibus  et  cum  ómnibus  pertinenciis  suis 
quocumque  loco  fuerint,  dono  et  concedo  ecclesie  Sánete  Marie 
de  Portu  et  tibi  iam  dicto  abbate  et  ómnibus  clericis  tam  pre- 
sentibus  quam  futuris  in  eadem  ecclesia  Deo  servientibus,  ut  eas 
ecclesias  cum  hereditatibus  suis  ipsi  et  successores  eorum  iure 
hereditario  teneant  et  possideant  in  sempiternum.  Concedo 
etiam  eis  et  mando  ut  istas  hereditates  populent,  et  omnes  illi 
qui  in  lilis  hereditatibus  populaverint  sive  de  creacione  Sánete 
Marie  de  Portu,  sive  alii  homines  fuerint,  sint  salvi  et  liberi  de 
homicidio  et  de  fossadera  et  de  omni  pecta  ad  partem  regis,  et 
tales  foros  habeant  ómnibus  diebus  quales  habent  illi  qui  in  Sanc- 
ta  María  de  Portu  populati  sunt.  Has  itaque  ecclesias  cum  óm- 
nibus hereditatibus  supradictis  quas  adquisivit  abbas  de  Portu 
a  quibuscumque  eas  adquirere  potuit  qui  ante  me  fuerunt  et  quas 
hodie  a  me  adquirit  et  roborat  pro  redemptione  anime  mee  et 
parentum  meorum  precibus  et  amore  Comitis  (l)  Lupi,  ecclesia 
Sánete  Marie  de  Portu  teneat,  habeat  et  possideat  iure  heredita- 
rio in  perpetuum.  Si  quis  de  mea  gente,  vel  de  aliena  hoc  meum 
factum  infregerit,  sit  maledietus  et  inferno  cum  luda  proditore 
dampnatus;  insuper  pectet  Imperatori  mille  morabetinos,  et  quid 
invaserit  in  duplum  reddat.  Facta'  carta  in  Sancto  Facundo  vii.° 
idus  Marcii  Era  M.*c.''LXX.*ini'  Adefonso  Imperatore  imperan- 
te in  Toleto,  -in  Legione,  Sarragoza,  Naiarra,  Castella  et  Galicia, 
in  anno  quo  primum  eoronatus  fui.  Signum  >J<  Imperatorls.  Ego 
Adefonsus  Imperator  hane  cartam  quam  iussi  confirmavi  et 
propria  manu  robora\'i.  Huius  rei  sunt  testes  et  confirmatores 
Comes  Rodericus  Gonsal\-ez,  Comes  Rodericus  Martínez,  Comes 
Rodericus  Gómez,  Comes  Gonsalvus,  Raimundos  Toletanus  ar- 
chiepiscopus,   Petrus   Secobiensis  episcopus,  Bereugnarius  Sala 


(i)     Comitis:  sobre  raspado. 


330  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

manticensis  episcopus,  Semenus  Burgensis  episcopus,  Guter  Fe- 
rrandez  maiordomus,  Almaricus  alferiz,  Lop  López,  Michael 
Feliz,  merin,  Diego  Munioz,  merin  Giraldus  scripsit  lianc  cartam 
iussu  magístri  Hugonis  cancellarii  Imperatoris.  (Fol.  38  r.) 


LXXXIII 

Septiembre  de  i  139. 

Gutierre  Bermúdez  cambia  una  heredad  con  el  abad  Lope. 

In  Dei  nomine,  ego  Gutierre  Vermudez  et  uxor  mea  Maiore 
placuit  nobis  bono  animo  et  per  expontaneas  nostras  volumpta- 
tes  sic  fació  concambiacione  cum  tibi  abbas  Lope  de  Garvilios, 
de  ereditate  que  abeo  in  villa  de  Nolia,  in  loco  certissimo  in 
Gavanzo,  per  terminum  de  Tello  Veilaz,  et  alium  terminum  ad 
illo  tochorno  del  foio,  et  iii""  terminum  illa  carraria  antiqua,  Ín- 
ter ipsos  termines  ab  omni  integritate.  Per  quem  accepi  ego 
Gutierre  Vermudez  et  uxor  mea  Maiore  de  tibi  abbas  Lope  in 
precio  id  est  dúos  agros  de  térra  que  sunt  in  billa  de  Nolia,  ubi 

dicent  fonte  maiore Facta  carta  vendicio  nostra  et  comparacio 

tua  die  nota  vi^  feria  m°  kalendas  Octobris  in  Era  m.clxxvii." 
Regnante  rex  Adfonsus  in  Castiella  et  Comité  Roderico  Gómez 
in  Asturias....  (Fol.  69  r.) 

LXXXIV 

Noviembre  de  1 149. 

Segunda^  su  hijo  y  sus  hermanos  donan  a  Santa  María  del  Puerto 
un  solar  en  Fresnedo. 

Sub  Christi  nominue  eius  imperium,  ego  denique  mienna  dom- 
na  Legunda  et  domino  Alartino  meo  filio  et  suas  germanas,  pla- 
cuit nobis  pro  remedio  animarum  nostrarum  et  penas  inferni 
timendo  et  misericordia  Dei  querendo,  sic  donamus  ad  Sancta 
Maria  de  Portunensi  et  ad  abbate  Sancius  et  congregacione  fra- 
tum  tuorum  illo  solare  de  Fresnedo  cum  sua  heredita  (sic)  ubi 
potueritis  invenire  ab  omni  integritate,  que  ganavi  miecta  Mer- 


CARTULARIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SANTA  MARÍA  DEL  PUERTO  (sANTOÑa)  33  I 

tino  Alfonso  por  (sic)  hereditate,  et  ipso  solare  de  Fresnedo  cum 
quanta  hereditate  pertinet  in  Castello  et  in  Meruelo  et  in  Nogga 
sic  donamus  ab  omni  integritate.  Et  por  ipso  solare  cum  tota  sua 
hereditate  comparavi  ego  abbate  Sancius  et  dona\-it  pro  illo  ad 
illos  duennos  de  hereditate  cum  suo  plazer,  donavit  pro  illo  X 
boves'ad  domno  Martino  plazient  ad  ¡líos  hereditarios,  et  afir- 

mavimus  inter  nos  mercatu  per  in  sécula Facta  carta  vendicio 

nostra,  comparacio  vestra  die  notu  xviiii  kalendas  Decembris 
in  Era  .m.\-/lxxx.^vii^  Coram  testes  Fernando  Gonc;al\ez  testis. 
Gonsalvo  Gongalvez  testis;  Didago  Gutiérrez  testis;  Martino  Bei- 
laz  testis;  Petro  Romanez  testis;  Citi  et  Belliti  hic  testes  sumus. 
►Í4  ►I-^  ►í<  (Fol.  39  V.) 

LXXXV 

Año  1 190. 

Diiranio,  abad  de  Nájera,  concede  á  la  iglesia  de  Santa  María 
las  primicias  del  pescado  en  esta  población.  De  primiciis  pis- 
ciunt  pro  clericis  de  Por  tu. 

Üt  ea  que  in  nostris  sunt  gesta  temporibus  posteritatis  oblivio 
.non  heradat  cum  ad  posteros  emanaverint,  litterarum  solent  apis- 
cibus  eternari.  In  Dei  nomine.  Ego  Durannius  prior  Naierensis 
cum  assensu  et  volumptate  tocius  conventus  ibi  Deo  iugiter  ser- 
vientis,  rogitu  Ferrandi  Alfonsi  senioris  de  Portu  et  clericorum 
ibidem  beate  et  glorióse  Virgini  Marie  et  Sanctorum  reliquiis 
serviencium.  Fació  kartam  restitutionis  et  confirmationis  primi- 
tiarum  omnium  piscium  que  capiuntur  et  capientur  in  Portu 
usque  ad  finem  seculi,  ómnibus  clericis  de  Portu  et  eorum  suc- 
cessoribus  ut  iure  perpetuo  supra  dictas  primicias  libere  habeant 
et  in  pace  suma  possideant  et  quiete.  Has  itaque  primicias  cum 
clerici  de  Portu  sine  omne  inquietatione  haberent  et  eis  ad  suum 
libitum  uterentur,  quidam  abbas  iniquus  eis  per  violenciam  abs- 
tulit  sine  iure.  Ego  itaque  Durannus  prior,  compaciens  penurie 
clericorum  pauperum  de  Portu,  restituo  primicias  istas  ómnibus 

clericis  in  perpetuum  possidendas,  excepto  de  ballena Facta 

carta  sub  Era  M.^cc.^xxvm*  quarto  die  idus  lunius.  (Fol.  46  v.) 


332  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 


LXXXVI 
Año  1 191. 

De  la  pcsqiiisda  ile  la  ecclesia  de  Sancti  Felicís  de  Añero. 

Diss¡ero«  todos  akellos  enke  fue  fegga,  ke  siempre  uiran  z 
hodieran  z  sabien  por  uerdat  ke  duende  SíX«c/a  María  de  Puerto 
metie  abbat  enna  ecc/ífíia  de  Síi«c/i  Felicís  di?  Añero  cotí  el 
abbat  áe  Castañeda,  et  a  la  muert  dd  abbat  áe  Añero  uieron 
síewpre  z  odieron  por  uerdat  ke  duen  áe  la  ecclesia.  de  Sancía. 
María  de  Puerto  z  el  abbat  dt'  Castanneda  partien  la  buena  di? 
akella  ecclesia.  z  de  la  kasa  áe  Añero,  z  ninguno  otro,  z  el  sen- 
noriu  siewpre  lo  uieran  áe  duen  de  Puerto  co;¿  plazer  áe\  abbat 
áe  Castanneda.  Esta  pesqu/sda  fue  fegga  por  mano  áe  áon  Oríolo 
a  la  secimáa  uez  ce  fue  merino  ác\  re,  c[uavíáo  don  Didago  tenie 
tota  la  tierra,  áe  'IVasmiera  troa  en  Soria;  Ferrando  Alfonso 
sedíent  sénior  áe  Puerto;  p^vstameros  d^  Trasmiera  Lop  Sangez 
áe  Mena  z  Gómez  Go«galuez  di?  IsUa,  z  Martin  Antolinez  z  Mar- 
tin Uelaz;  merino  di?  do«  Didago,  Gowsaluo  Martínez  áe  Rozas. 
Fegga  fue  esta  pesqu/sda  in  Era  M.^cc.''xx.''vnii''  ín  uesp^ra 
Philippí  z  lacobi.  (Fol.  46  v.) 


LXXXVII 

Diciembre  de  1 195. 

■  Gómez  Martínez  dona  varias  tincas  d  Santa  María  del  Puerto. 

X  P  S.  Sub  Christi  nomine  et  eius  imperium.  Ego  Gomes 
Martínez  penas  inferní  timendo  et  misericordianí  Deo  querendo, 
do  et  offero  meum  solare  quem  ego  habeo  in  \illa  de  Nolla  in 

loco  pernominato  in  solar  de  las  angaras Do  etiam  et  concedo 

meum  solare  ad  regulam  Sánete  Marie  et  ad  tibí  Gutier  P^ernan- 
dez  et  ad  ómnibus  clericis  Sánete  Marie Et  ego  Gutier  Fer- 
nandez sénior  de  Portu,  do  ípsum  solare  ad  tíbi  Ihoan  Andrés  et 
ad  uxor  tua  Mari  Pedrez  quod  habeatis  íllud  cum  tale  foro  sicut 
unus  de  heredítatibus  (sic)  Sánete  Marie Facta  carta  in  Era 


CARTULARIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SANTA  MARÍA  D^L  PUERTO  (sANTOÑa)        333 

M.''cc.''xxx.'ini'',  vil''  Kalendas  lanuarias,  Regnante  Rex  Alfonso 
¡n  Toleto  et  in  Castella.  |Diaco  López  obtinente  Trasmiera.  Me- 
rino Roí  Gonsalvez  de  Rozas  (l).  Coram  testes.  (Fol.  48  r.) 


LXXXVIII 
Diciembre  de  1195. 

Martin  Martínez  de  Noceda  vende  un  solar,  en  Argonios, 
d  Fernando  Alfonso. 

X  P  S.  In  Dei  nomine.  Ego  Martin  Martínez  de  Nozeda  spon- 
tanea  volúntate  vendo  dimidium  meum  solare  de  iera  cum  óm- 
nibus hereditatibus  meis  quas  habeo  in  Argonios,  ubicumque 
sint  ab  omni  integritate,  vobis  domno  Ferrando  Alfonsi  seniori 
de  Portu  omnibusque  successoribus  vestris,  iit  haheatis  et  possi- 
deatis   iure  hereditario  predictum  dimidium  solare  cum  quanto 

habeo  vel  habere  debeo  in  Argonios,  cum  ingressibus Et  ego 

Martin  Martínez  accepi  precium  de  v^obis  domno  Ferrando  se- 
niore  de  Portu  m"'^  vacas  pregnatas  noviellas  et  formosas,  et 
unum  morabetinum  alfonsinum.  Huius  reí  sunt  testes  Lop  Gar- 
ciaz  de  Castello  et  Petrus  de  Pineda,  frater  eius  et  Sango  Gómez 
de  Isla,  et  dominus  Petrus  abbas  de  Baredio,  et  Alfonsus  Petri 
de  Arnuero  et  Gutier  Gutiérrez  de  Nogga,  et  Sancius  Martinez 
de  Escalant,  et  Martin  Meruelo  et  Garci  Garciez  et  Martin  Fe- 
rrandez  et  Petro  Fedo  de  Selorzeno,  et  Rodrigo  Gómez  de  Var- 
zena,  et  Martin  de  Isla.  Omnes  isti  sunt  auditores,  ■videntes  et 
testes,  fiadores  de  redrar  et  de  otorgar  a  fuer  de  tierra,  et  de  fer 
fazient  iur  in  ista  hereditate  secundum  forum  terre,  Petro  Pineda 
et  Roí  Gongalvez  de  Escalant.  Facta  carta  in  Era  m.^cc.^xxx" 
lu.^vii"  i  dus  Decembris.  In  hac  eadem  die  ego  Martin  Martinez 
de  Nozeda  roboravi  supra  dictum  dimidium  solare  cum  ómnibus 
hereditatibus  que  ad  me  pertinent  in  eadem  villa  de  Argonios  ubi- 
cumque sint,  scilicel  unum  castellum,  sicut  est  forum  terre,  coram 
supraditis  testibus.  Et  accepi  unam  porcam  por  robra.  (F"ol.  47  r.) 

(i)     Tachado:  Saion. 


334  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 


LXXAIX 

Julio  de  1203. 

Doña  Sancha  da  un  solar  en  Escalante  á  Santa  María 
del  Puerto. 

Sub  Christi  nomine  et  eius  imperium.  PIgo  domna  Sancia  pe- 
nas ¡nferni  timendo  et  vitam  réquiem  desiderando  do  et  offero 
meum  solare  quem  ego  habeo  in  villa  de  P'scalante  in  loco  per- 
nominato  in  Cerera,  ad  Sancta  Maria  de  Porto.  Sic  dono  vel 
offero  ilkid  solare  pro  remedio  anime  mee  velanima  patris  mei 
vel  parentum  meorum,  ad  Sancta  Maria  de  Portum  et  ad  tibí 
abbati  don  Petro  Fernandez  et  ad  ómnibus  clericis  ibidem  üeo 
servientibus,  cum  casas  et  orreos,  cum  hereditatibus,  cum  exitus 
et  regressitus,  cum  montibus  et  fontibus,  cum  arboribus  fructife- 
ris  et  non  fructiferis,  cum  pascáis  et  cum  felgarios  et  cum  ómni- 
bus rebus  suis  et  cum  omnia  hereditate  et  pertinencia  quam  illud 
solare  habebat  in  die  quando  patris  mei  don  Rodrigo  illum  dedit 
mihi;  sic  do  ego  donna  Sancia  illud  solare  ad  regulam  Sánete 
Marie  ut  ib¡  serviat  in  perpetuum.  Forum  illius  solaris  quod  ego 
donna  Sancia  do  et  offero,  istud  est  et  erit  semper.  üuod  si 
unas  fuerit  ibi  populatum  de  filiis  de  ¡Martin  Corera  (l)  clon  Do- 
mingo presbiter  aut  Mari  Martinez  vel  Michael  Martínez,  aut  de 
Martin  Martinez,  vel  de  Sancia  Martínez,  ant  de  Illana  Martinez, 
in  uno  quoque  anno  de  (sic)  un  porco  semoial,  et  si  non  habue- 
rit  porci,  de  (sic)  causa  que  v-aleat  illum;  et  si  ibi  fuerint  de  istis 
populati  vel  de  filiis  suis  dúo,  siniiliter  faciant;  et  si  fuerint  tre, 
usque  ad  decem,  dent  duabus  eminas  de  pan  ad  ipsam  eminam 
de  Portum,  et  un  porco  semoial  aut  causam  que  valeat  illum,  et 
nichil  amplius.  Etipso  don  Domingo  presbiter  in  diebus  suis  non 
reddat  nullam  causam  (2)  et  post  obitum  suum  filiis  et  neptis 
suis  faciant  sicut  alus  qui  ibi  fuerint.  Et  si  dominas  vel  abbate  de 


(i)     Tachado:  s/ve  de  fiüís  de. 
(2)     Tachado:  in  diebus  suis. 


CARTULARIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SANTA  MARÍA  DEL  PUERTO  (sANTOXa)         335 

Porto  fecerit  illis  magis  que  non  debeat  faceré  et  non  steterit  eis 
¡n  directum,  vadant  se  cum  querimonia  ad  parenLibus  meis  que 
tenuerit  Eskalante  vel  alias  probincias  usque  íaciat  eos  perveni- 
re  ad  directum.  Et  si  fuerit  quisquís  de  istis  populati  in  hereditate 
de  Sancta  Maria  qui  reddat  ad  monasterii  de  Portu,  levet  sua  ra- 
cione de  ipso  solar,  et  faciat  consuetudo  eius,  et  carta  ista  firmis 
fiat  per  sécula.  Facta  carta  sub  Era  m.'cc.xl.i*  kalendas  lulii. 
Regnante  Rex  Alfonso  in  Toleto  et  in  Castella.  Don  Lop  Sangez 
obtinente  Trasmiera.  Merino  Domingo  Monioz.  Abbate  de  Porto 
don  Petro  Fernandez,  Maerdomo  don  Ihoannis.  Escanciano  Gon- 
salvo.  Sacrista  don  Rodrico.  Cabiscol  don  Domingo.  Coram 
teste  el  abbat  de  Pontones  testis.  Don  Rodrigo  de  Camargo 
testis.  Don  Petro  testis.  Don  Martino  testis.  Don  Domingo  testis. 
Ihoan  Gutiérrez  testis.  Petro  Martínez  testis.  Et  capitulo  de  Portu 
testes  sumus.  Et  ego  domna  Sancia  carta  que  hanc  fierí  iussi 
legente  audívi  et  de  manu  mea  >í<  ^  ^  roborabi.  Ihoannes  scri- 
ba.  (Fol.  42  r.) 

XC 

Año  1210. 

Pesquisa  de  bienes  que  pertenecían  d  Santa  María  del  Puerto. 

X  P  S.  In  Dei  nomine.  Ego  Alfonsus,  Dei  gratía  rex  Castellc 
una  cum  coniuge  mea  domna  Alienor  et  cum  filio  meo  Fernan- 
do, pro  Dei  amore  et  beate  Marie,  mando  quod  illas  hereditates 
quas  habere  debet  Sancta  Maria  de  Porto,  illas  quas  tenent  alus 
hominibus,  et  illas  qui  sunt  occultas  et  habent  infanzones  et  cle- 
ricis  vel  laicis,  aut  sunt  heremas,  quod  pesquirant  illos  meos 
pesquisitores  Petro  Gonzalvez  et  Ferian  Petrez  et  Rodrico  Gon- 
zalvez  de  Carranza,  et  ubicumque  evenerint  in  illos  iurados  quod 
hereditate  habet  Sancto  Maria,  intret  meo  portero  Petro  Petrez 
et  det  ad  illo  abbate  don  Gutierre  quod  est  sénior  de  Porto  et 
demandador  de  illas  hereditates  de  Sancta  Maria  de  Porto.  Mam- 
do  etiam  et  concedo  quod  illas  hereditates  quas  habet  vel  habere 
debet  Sancta  Maria  de  Porto,  quod  sint  honorificatas  vel  kotatas 
sicut  fuerunt  cum  Imperatore  in   tale  foro,  et  illas  hereditates 


336  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

quas  habere  debet  Sancta  Aíaria,  habeat,  et  illos  pesquisitores 
pesquirant  in  illos  iuratos,  et  meo  portero  reddat  illas  hereditates 
ad  illo  abbate  don  Gutierre  sénior  de  Porto.  Recordati  sunt  illos 
pesquisitores  Petro  Gonzalvez  de  Castañedo  et  Ferran  Petrez  de 
Tramasaquas  et  Rodrico  Gonzalvez,  cum  illo  portero  Petro  Pe- 
trez, quod  dedit  illo  rex  Alfonsus  ad  illo  abbate  de  Porto  ut  re- 
duceret  illas  hereditates  in  iusticia,  et  veneruntin  Añero  primum 
sicut  mandavit  illos  rex,  et  fecerunt  iurare  quinqué  homines  de 
Añero  et  de  la  Mata;  iuraverunt  Petro  Martínez  et  Michael  Gar- 
ciez  et  Michael  Roiz  et  Michael  Martínez  et  Petro  Michaelez, 
et  dixerunt  quod  illo  felgero  de  Gurviazo  que  dessequo  Martin 
Domingez  fue  forzado  de  el,  et  que  est  de  Sancta  Maria;  la  tierra 
de  la  Ilzera  q"  tienen  filios  de  Martin  López  que  est  de  Sancta 
Maria.  La  heredat  en  q''  tenia  Martin  López  la  casa  con  el  corral, 
disso  a  sue  muert  ad  sos  filios  q*"  diessen  cambio  por  aqella  here- 
dat de  Sancta  Maria,  et  dio  otra  tierra  en  cambio  cerca  del  solar 
et  figaron  vi  fixos  pedrizos,  et  postea  se  repusieron  et  tulerunt 
illos  fixos,  et  illos  iurados  dixerunt  quod  est  de  Sancta  María.  De 
Foz  iuraron  Michael  Pelaez,  Roi  Michaelez  Ihoan  Pedrez,  et  di- 
xerunt quod  illa  faza  de  la  portiella,  las  duas  partes  sunt  de  Sanc- 
ta María  et  alia  tercia  de  filios  de  Martin  Antolinez.  La  serna  de 
Cordovilla,  las  duas  partes  sunt  de  Sancta  Maria,  et  alia  tercia 
de  filios  de  Martin  Antolinez.  La  faza  del  foio  de  Susvilla  est  de  . 
.Sancta  Maria,  et  el  felgero  de  la  Castanueda  est  de  Sancta  Maria. 
De  Añero  iuraverunt  alíos  quatuor  homines  et  dixerunt  sicutia- 
liis  iurados  et  rememorati  sunt  ín  unam  vocem  et  unam  para- 
bolam  de  illo  arroio  de  Strada  usque  ad  illas  cavas  de  foz  de  Neg- 
go  fuera  los  felgeros  de  Domingo  Martínez  debet  istar  illa  defesa 
defesada  usque  in  die  Sancti  Michael,  et  postea  debet  iré  conci- 
lio de  Añero  et  de  Foz  et  de  Toraía  cum  illos  homines  de  Sanc- 
ta Maria,  et  collígere  totos  de  susament  exin  de  uno  cas  tanno 
quod  dicitur  de  la  puerta  cum  alíos  dúos  qvod  solebat  Martin 
Antolinez  accipere.  Isto  invenerunt  illos  pesquisitores  in  istos 
iurados  in  veritate,  et  illo  abbate  don  Gutierre  misit  illo  ín  Sanc- 
ta Maria  cum  illo  portero  regís.  De  Sancta  Elulalia  de  ArzíUero 
iuraverunt  Roi  Gómez,  Rodrico  Alvarez,  don  Alvaro,  Petro  Roiz, 


CARTULARIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SANTA  MARÍA  DEL  PUERTO  (sANTOÑa)         337 

Michael  Michaelez,  Domingo  Michaelez,  et  dixerunt:  el  solar  de 
Arzillero  cum  illa  carrera  antigua  q'^  vien  pora  la  defesa  est  de 
Sancta  Eulalia.  La  serno  conna  media  queva  est  de  Sancta  Eula- 
lia. El  foio  de  Arzillerro  est  [de]  Sancta  Eulalia.  La  serna  de 
casa  maior  est  de  Sancta  Eulalia.  La  faza  en  Turne  est  de  Sancta 
Eulalia.  E  en  Olio  enna  media  de  iuso  la  media  est  de  Sancta 
Eulalia.  En  Nullavi  la  mediatate  est  Sancta  líulalia.  En  Bolgi  la 
medietate  est  de  Sancta  Eulalia.  Un  quadro  enna  parala  est  de 
Sancta  Eulalia.  Del  cavido  de  media  mar  maior  usque  ad  fonte, 
la  mediatate  est  de  Sancta  Eulalia.  Enna  Mazuka  la  medietate 
est  de  Sancta  Eulalia.  Ihoan  Poirino  dio  la  sue  part  en  solar  de 
so  padre  pora  Sancta  Eulalia.  En  Cereso  una  serna  est  de  Sancta 
Eulalia.  Ennos  quadros  duas  fazas  sunt  de  Sancta  Eulalia.  Enna 
Cabrera  una  faza  est  de  Sancta  Eulalia.  En  Telferrero  una  faza 
est  de  Sancta  Eulalia.  En  Nespral  duas  fazas  sunt  de  Sancta  Eu- 
lalia. La  serna  del  Nespral  tota  est  de  Sancta  Eulalia;  exinde  illa 
parte  de  illos  de  Pamanes,  a  la  fonte  de  Caborga  una  térra  est  de 
Sancta  Eulalia.  Enna  Varzena  duas  tierras  sunt  de  Sancta  Eula 
lia.  En  Vellosero  de  Riosequiello  la  mediatate  est  de  Sancta 
Eulalia.  Al  forno  uno  serna  qe  passa  el  rio,  con  suas  cassigas  est 
de  Sancta  Pluialia.  En  el  Pinero  la  medietate  con  suas  seturas  est 
de  Sancta  Eulalia.  En  el  Pinero  tres  fazas  enna  de  ¡uso  ermun. 
In  illa  de  medio  la  tercia,  et  enna  otra  tierra  la  tercia,  et  in  illa 
de  suso  la  octava  est  de  Sancta  Eulalia.  En  Sabastiano  las  tres 
quartas  sunt  de  Sancta  Eulalia.  En  Gozidez  la  medietate  est  de 
Sancta  Eulalia.  El  pied  de  la  casa  con  sua  defesa  et  con  suas  ser- 
nas aredor  sunt  de  Sancta  Eulalia  (l).  Enna  serna  de  so  ecclesia 
dio  el  abbat  don  Vincent  un  quadro  en  cambio  per  una  faza  en 
Pinero.  Enna  Monueka  una  faza  e.  d.  S.  E.  Sobre  la  fuent  de 
Caborga  una  faza  e.  d.  S.  E.  Una  faza  entre  Michael  de  Aragos 
et  el  escalar  e.  d.  S.  E.  Un  quadro  ennas  tercias.  Una  faza  en 
Cilafurez  de  la  carrera  antiqua  usque  in  rio  e.  d  S.  E.  Martin 
Ihoannes  dio  la  sue  part  en   pumar  vellosero  a  SanCta  Eulalia. 


(i)     Indicamos  en  lo  sucesivo  con  iniciales  algunas  palabras  que  se  re- 
piten con  frecuencia. 

TOMO    LXXV  22 


338  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Ender  Díaz  dio  la  quarta  enna  sue  heredat  de  Casa  maior  a  S.  E. 
Isto  dixerunt  ¡líos  iuratos  quod  hereditate  de  S.  E.  et  ípso  abba- 
te  don  Gutierre  misit  illo  in  S.  E.  et  constituit  illo  quod  non  te- 
nebat  et  quod  tenebat  per  manus  de  illo  portero  quod  dicitur 
Petro  Petrez,  sicut  predixit  ei  rex  Alfonsus. 

De  Carriazo  iuraverunt  Ihoan  Diaz,  Domingo  Petrez,  Petro 
Ihoannes,  Domingo  Petrez,  Martin  Petrez,  et  dixerunt  quod  illa 
quarta  del  casar  que  dedit  Gonsalvo  Gostioz  a  Sancti  Martini  in 
monte  et  in  fonte.  El  solar  de  Ihoan  Romanez  qve  tenebat  Ihoan 
Diaz  est  de  Sancti  Martini.  La  carrera  antiqua  qve  exiit  ad  illa 
sierra  et  tenebant  homines  serrada,  est  de  Sancti  Martini.  La 
serna  de  la  salga,  e.  d.  S.  M.  La  tierra  de  Vellida  e.  d.  S.  M.  La 
serna  de  Riba  montan  e.  d.  S.  M.  La  tierra  de  Vellida  qve  est 
so  la  monneka  e.  d.  .S.  ]\1.  Bastillo  con  sue  castanneda  e  tot  el 
felgero  usque  ¡n  Sancti  Martini  est  toto  suo.  El  felgero  qve  te- 
nuit  Mari  Gutiérrez  e.  d.  S.  M.  Isto  invenerunt  istos  pesquisito- 
res  Regis  in  istos  iuratos  quod  est  veritate  et  stabili\'it  eo  illo 
abbate  don  Gutierre  sénior  de  Porto  quod  fuisset  semper  de 
Sancti  Martini  de  Carriazo. 

De  Guemes  iuraverunt  .\lvar  Gómez,  Martin  Abbat,  Ihoan 
Petrez,  Michael  Ihoannes,  ]Mirhael  Gonsah-ez,  Roi  Petrez  et  di- 
xerunt quod  illo  solare  de  solano  de  la  figera  est  de  Sancta  Ma- 
ria  de  Porto.  Las  tierras  de  las  fazas  e.  d.  S.  M.  La  tierra  de  pur- 
mar  viello  e.  d.  .S.  M.  L^na  faza  en  Campo  redondo  e.  d.  S.  M. 
El  ero  de  Queto  e.  d.  S.  M.  L^na  faza  en  cuesta  de  Guema  e.  d. 
S.  M.  La  tierra  de  Nozeda  con  sua  faza  e.  d.  S.  M.  La  serna  de 
fuent  pudia  e.  d.  S.  M.  El  campo  de  Sancti  Facundi  cum  sua  ec- 
clesia  et  sua  hereditate  e.  d.  S.  M.  Isto  dixerunt  istos  iuratos 
pro  veritate  quod  est  de  Sancta  Maria  de  Porto,  et  illo  abbate  don 
Gutierre  misit  in  Sancta  Maria  cum  portero  regis  Alfonsi. 

De  Meruelo  iuraverunt  Michael  Petrez,  Martin  Martinez,  Pe- 
tro Roiz,  Ihoan  Diaz,  Petro  Michaelez,  Michael  Martinez  et  Petro 
Michelez  de  Raduero,  et  dixerunt  quod  illa  serna  de  queva  dosso 
est  de  Sancta  Maria.  La  media  serna  de  la  Maella  e.  d.  S.  M.  Una 
tierra  en  Lotatin  e.  d.  S.  M.  La  tierra  del  pozo  e.  d.  S.  M.  A  las 
fazas  las  duas  tercias  de  la  faza  e.  d.  S.  M.  Enna  cuesta  de  Sane- 


CARTULARIO  DE  LA   IGLESIA  DE  SANTA   MARÍA  DEL  PUERTO  (SANTOÑa)        339 

ti  Mames  tienen  una  tierra  filios  de  Petro  Petrez;  la  media  e.  d. 
S.  M.  líl  felgero  del  canal  est  de  Sancti  Mametis.  El  felgero  de 
Raduero  est  del  solar  de  Pilana  Martínez.  La  serna  del  peral  usque 
ad  illo  fresno  de  Sancti  Mametis.  La  serna  de  tras  casa  de  don 
Petro  de  Fleino  e.  d.  S.  M.  Una  laza  en  parte  rio  e.  d.  S.  M.  La 
quarta  del  solar  del  nioünar  e.  d.  S.  M.  La  faza  del  Redondero 
est  de  Sancti  Mametis.  El  solar  de  Sebastiano  quod  est  in  Sanc- 
ti Michaelis  est  de  Sancta  María.  La  medía  faza  de  la  vega  una 
in  illas  quod  íbí  sunt  del  solar  del  mulinar.  Una  serna  en  queva 
dosso  la  media  est  del  solar  del  mulinar  et  est  de  .Sancta  María. 
Una  serna  enna  vega  que  tenet  Martin  Martínez  de  Calyo  est 
del  solar  del  mulnar.  Isto  quod  perierat  invenerunt  pro  verítate 
illos  pesquisitores  pro  iuramento  de  íllos  homínes  supra  nomína- 
los, íntravit  íllo  portero  Petro  Petrez  et  misit  in  manu  de  illo 
abbate  sicut  mandavit  illo  rege  Alfonso,  et  est  de  Sancta  María 
de  Porto. 

De  Arnuero  iuraverunt  don  Pelaio,  Domingo  Martínez,  Ihoan 
Quovo,  don  Vincent,  Michael  Michaelez,  Petro  Rusio,  et  dixe- 
runt  quod  illa  térra  dovien  est  de  .Sancta  María.  La  tierra  de  Mi- 
randa e.  d.  S.  M.  De  la  tierra  de  Varzeníella  la  tercia  e.  d.  S.  AL 
La  tierra  de  Pumareio,  la  tercia  e.  d.  S.  M.  Berezales  e.  d.  S.  M. 
Isto  invenerunt  íllos  pesquisitores  in  illos  iuratos  quod  est  de 
Sancta  María  de  Porto,  et  misit  illo  portero  Petro  Petrez  in  Sancta 
Maria  sub  manu  de  ¡lio  abbate  domno  Gutierre  quod  fuít  deman- 
dador de  illas  heredítates  de  Porto  et  iussi  (sic)  reddí  rex  Alfon- 
sus  et  fuít  íta. 

De  Isla  iuraverunt  Gonsaho  Fernandez,  Ihoan  Víncentez,  Pe- 
tro Domíngez,  Ihoan  Mercant,  Domingo  Michalez,  Petro  Ihoan- 
iies,  et  Martín  Michaelez,  et  dí.xerunt  quod  illa  térra  de  Colano 
est  de  Sancta  María.  La  tierra  de  fon  de  valle  est  de  Sancti  Ju- 
lianí.  Una  faza  in  valle  est  de  Sancti  lulianí.  Enna  tierra  de  Fe- 
rrin  parte  quod  ibi  habet  Sancti  lulíaní  est  sua.  .In  valle  alia 
faza  de  Sancti  lulianí.  La  tierra  de  las  lagunas  e.  d.  S.  I.  La  quar- 
ta de  pumar  maior  e.  d.  S.  I.  En  pumar  de  las  lagunas  la  octava 
e.  d.  S.  I.  En  Foz  la  faza  de  la  Ilzera  e.  d.  S.  I.  La  faza  de  orilla 
de  Fano  e.  d.  S.  I.  La  faza  de  lenebregosíllo  e.  d.  S.  I.  El  qua- 


34°  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA   DE    LA    HISTORIA 

dro  de  media  foz  .e.  d.  S.  I.  En  O^a  illo  quod  dedit  T')omingo 
Stephanez  pro  sua  anima  et  filios  de  Cervino  quanto  ibi  habe- 
bant  dederunt  pro  anima  matris  sue,  e.  d.  S.  I.  Una  fazá  en  Pra- 
dinan  e.  d.  S.  I.  El  quadru  de  Peul  e.  d.  S.  I.  El  ero  de  los  Breo- 
nes  e.  d.  S.  I.  En  Vallegon  el  quadro  de  Mari  Vicentez  e.  d.  S.  I. 
La  faza  de  Vallegon  que  dio  donna  Oria  e.  d.  S.  I.  La  faza  del 
Vallegon  que  tien  Petro  Vicentez,  la  media  e.  d.  S.  L  La  d'Alca- 
brandi  e.  d.  S.  L  La  serna  de  Morlones  e.  d.  S.  L  Media  tierra 
en  Morlones  e.  d.  S.  L  Una  faza  de  tierra  in  Arcabrandi  e.  d.  S.  L 
En  Faro  una  tierra  e.  d.  S.  L  En  Faro  alias  duas  fazas  d.  S.  L 
En  la  serna  de  penna  de  Sancti  luliani.  En  Rozas  duas  tierras 
d.  S.  L  En  Verdes  una  serna  d.  S.  L  En  Verdes  alias  faza  d.  S.  L 
En  Erillo  dues  lazas  d.  S.  L  Enna  Mier  de  Novalina  una  faza 
d.  S.  L  El  solar  de  palacio  est  de  Sancta  Maria.  Isto  dixerunt 
istos  iuratos  pro  \-eritate  quod  est  de  Sancti  luliani  et  Sancti 
luliani  (sic)  et  de  Sancta  Maria  de  Porto,  et  intravit  illo  portero 
regis  et  misit  in  manu  illius  abbaté  domno  Gutierre,  et  misit  illas 
hereditates  in  Sancti  luliani,  et  illo  solare  de  palacios  in  Porto. 

De  Nolia  iuraron  San  Gonsalvez,  Petro  Gutiérrez,  Martin  Can- 
to, Domingo  Romanez,  Martin  Roiz,  Joan  Roiz  et  dixieron:  la 
tiera  de  Ouoterilo  es  de  Sancta  Maria.  La  tiera  de  casar  de  dona 
Maria  e.  d.  S.  M.  La  tiera  de  Bailada  es  de  Garfilios.  El  solar  de 
los  quadrilos  e.  d.  S.  M.  El  solar  de  los  de  Fresnedo,  vendió  la 
quarta  Petro  Migelez,  e.  d.  S.  M.  De  Michel  Paio  es  de  Sancta 
Maria  la  quarta.  La  serna  del  Fazin  e.  d.  S.  M.  Una  faza  en  Fon- 
tanilla  e.  d.  S.  M.  La  faza  de  pedroso  e.  d.  S.  M.  El  solar  de  las 
angaras  e.  d.  S.  M.  La  media  faza  de  Murandot  es  del  solar  de 
fonte  negra.  Del  molino  a  la  font  de  Taranquones  a  la  puent 
viegga  al  rio  de  Peñero.  Santa  Olaia  dentro  sediendo  con  sos 
términos.  Sancti  Stephani  de  las  Cropias  a  penna  erada  a  Sanc- 
ti Ciprian,  a  los  foios  de  Misiedo,  al  cercunal,  al  torquo  de  fel- 
geras.  Desto  adentro  heredades  son  de  Garfilios.  Los  quadros  de 
mazas  que  son  en  Vale  son  de  Sancta  Maria. 

De  Castello  iuraron  Petro  Antolinez,  Michel  Baraia,  Joan  Mi- 
gelez de  Fresnedo,  Petro  Migelez,  Petro  Migelez  de  Siera,  Lop 
Sangez,  Petro  Pérez  de  Fazapuele,  et  dixeron  que  la  faza  de  Ba- 


■     CARTULARIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SANTA  MARÍA  DEL  PUERTO  (sANTOÑa)       34 1 

ruegas  que  es  del  solar  de  Fresnedo.  La  seríia  de  Castañar  de 
Fontanno  en  que  sied  la  casa  con  so  orno  que  est  de  Sancti  Pe- 
tro.  La  tierra  del  pontón  que  es  de  .Sancti  Petre.  La  faza  de  Sal- 
zedielo  que  es  de  Sancti  Petre.  Sancti  Ihoannis  de  Muniedo  con 
todas  suas  heredades  ata  la  riviella  de  Venero  et  a  la  puente 
vieia,  que  es  todo  de  Sancti  Petre.  E  la  serna  de  Poledo  que  es 
de  Sancti  Petre.  La  serna  de  Tanagos  que  es  de  -Sancti  Petre. 
El  solar  de  Michel  Paia  que  es  de  carta  de  Sancta  Maria.  El  so- 
lar de  Vilonia  es  de  Sancta  María. 

De  Argonios  iuraron  Joan  Rubio,  Petro  Verendo,  Martin  Mar- 
tínez de  Somisiedo,  Dia  Gonsalvez,  Martin  Petrez  de  Ceredo, 
Toan  Martínez  de  Sancti  Justi,  et  dixeron  que  el  solar  de  Roí 
Fernandez  es  de  Sancta  Maria.  Una  tierra  a  la  Garma;  otra  tie- 
rra a  Pereda.  La  faza  de  Mazmediano;  un  felgero  en  Barcliero; 
en  Aregones  otra  tiera.  Esto  es  del  solar  de  Roí  Fernandez.  El 
solar  de  Aregones  es  el  medio  de  Puerto.  Sobre  el  Adrero  otra 
tierra,  otra  tierra  (sic)  al  perugo.  Otra  faza  a  Tegero,  que  son 
daquel  solar  una  tierra  en  Tegero,  es  del  solar  de  Gonsalvo  Roiz. 
La  faza  delant  cassa  de  loan  Garziaz  que  parten  los  ornes  de 
Petro  Gómez  et  de  Fernán  Gonzalvez  con  los  omes  de  Puerto, 
que  es  toda  de  Sancta  Maria.  La  tierra  de  Halado  que  e.  d. 
S.  M.  La  tierra  del  Espinar  que  e.  d.  S.  M.  La  tierra  que  tien  don 
Rodrigo  que  e.  d.  S.  M.  Dues  tierras  de  Mari  Cristovalez  que  tien 
el  abbat  don  Rodrigo  que  son  de  Sancta  Maria.  Hel  ero  del  pozo 
e.  d.  S.  M.  El  medio  ero  d'Arredondo  que  es  del  solar  de  Sango 
que  e.  d.  S.  M.  La  serna  del  Pando  que  e.  d.  S.  M.  La  media 
tierra  de  Vales  que  es  de  Martin  loanes  e  del  solar  de  la  cuesta. 
Esto  falaron  los  pesquiridores  e  nos  iurados,  e  dixeron  que  era 
vertat. 

De  Barcena  iuraron  Garci  Martínez,  loan  Martínez  de  Pedro- 
so,  Michel  Ihoannes,  Joan  Martínez,  Michel  Gonsalvez,  don  Mi- 
chel Migelez  de  Barzena,  Martin  Domingez,  edixeron  la  tierra 
de  Guntrued  est  de  Sancta  Maria.  La  tierra  de  Nozal  est  de  San- 
ti  Stephani.  La  media  faza  del  pumar  est  de  Sancta  Maria.  Er  de 
Puerto,  es  de  Sancta  Maria.  En  Trugeda  una  tierra  de  Sancti 
Stephani.  La  media  heredad  de  Tel  Velaz  est  de  Sancti  Stepha- 


342  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA  * 

ni.  La  quarta  del- solar  de  Bo  est  de  Sancta  Maria.  Sancti  Petri 
e.  d.  S.  M.  de  Poto  (sic)  por  la  linde  de  trascasar  et  a  font  Tor- 
quin  et  con  suas  castañedas  dentro  sediendo  et  a  la  linde  délos 
percolados.  Et  esto  Talaron  los  pesquiridores  enos  iurados  etdixe- 
ron  que  estos  son  los  términos  de  Sancti  Petri.  En  rio  de  Sancti 
Stephani  una  térra  de  Sancti  Petri.  La  tierra  ante  Vale  est  de 
Sancti  Petri.  La  tierra  de  los  Xozales  e.  d.  S.  P.  El  pumar 
e.  d.  S.  P.  En  Inzera  una  tierra  d.  S.  P.  Mió  Ovuel  d.  S.  P.  La 
tercia  de  ri  lo  Pereda  e.  d.  S.  P.  Istas  son  las  heredades  d.  S.  P. 
En  tras  vales  una  térra  de  Sancti  Stephani.  En  la  lastra  una  térra 
d.  S.  S. 

De  Ambrusero  iuraron  Feran  Pérez,  Michal  (sic)  Martínez, 
Joan  Miguel,  Petro  Miguel  e  dixeron  que  el  solar  de  Migel  V¡- 
centez  que  es  dortuoro  [sic).  El  solar  de  don  Cristovalo  es  de  mor- 
tuoro.  VA  solar  de  Martin  Vicentez  es  de  mortuoro.  Una  tierra 
sobre  Pando  de  Sancti  Petri  de  Castello  del  solar  de  Migel  Vi- 
centez una  tierra.  Del  mazan  orriero  con  sue  castañeda  alen  e 
rrio  e  aquén  el  rio,  fuera  la  quinta  de  la  castañeda.  Una  tierra 
sol  figar  negrero,  una  tierra  en  Tarancones  del  solar  de  don 
Xpofalo,  una  tierra  alen  e  rrio.  Otra  sobre  Pando;  la  media  tie- 
rra de  Taranquones.  Enna  Mier  viega  una  tierra  que  fo  pumar 
de  don  Xpofalo.  La  faza  del  cereso  es  del  solar  de  Roi  Salvado- 
rez.  El  solar  de  Medado  es  de  mortuoro.  La  tierra  de  las  cubas 
es  del  solar  de  Martin  Vicentez.  La  fáza  de  sobre  Pando  es  de 
Pineda.  El  solar  de  Pela  Monioz  es  de  mortuoro.  Una  tierra  enna 
Corra  es  de  mortuoro. 

De  Aras  iuraron  Martin  Martínez,  Garci  Garciaz,  Roi  Marti- 
tinez,  Petro  Velaz,  Día  Migelez,  Petro  Ihoannes,  Roi  Gonsalvez, 
Martin  Domingez,  et  dixeron  que  el  solar  de  Mari  Alfonso  que 
es  de  Sancta  Maria,  con  toda  sue  deseca.  Del  valadar  de  Voca- 
rero  a  la  puent  de  Lodinas  et  del  rio  a  la  cuesta  e.  d.  S.  M.  de 
Puerto,  et  esto  es  heredad  de  Sancta  Maria.  El  solar  de  Martin 
Grant  con  toda  sue  heredat  es  de  Sancta  Maria.  Ennos  molinos 
una  tierra  d.  S.  M.  El  solar  de  Martin  Diaz  con  toda  sue  heredad 
es  d.  S.  M.  El  solar  de  Dia  Diaz  e.  d.  S.  M.  La  tierra  del  portielo 
que  tien  luliana  Roriz  es  d.  S.  M.  del  solar  de  Maria  Roiz. 


CARTULARIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SANTA  MARÍA  DEL  PUERTO  (sANToSa)        343 

De  Carasa  iuraron  Martin  Alichelez,  Petro  Vermudez,  Petro 
Nieto,  Petro  Ihoannes,  don  Ihoannes,  et  dixeron  que  una  tierra 
en  el  caril  que  esta  en  ela  una  reste  de  cerezos  et  es  de  Sancta 
Maria  de  Carasa.  El  solar  de  Ihoannes  Espada  es  d.  S.  AI.  de 
Porto.  El  solar  de  filios  de  Sango  López  es  d.  S.  M.  de  Porto. 
El  solar  de  Pando  es  d.  S.  M.  d.  P. 

De  fondón  de  la  carera  antigua  ata  en  el  quadro,  todo  es 
d.  S.  M.  La  serna  de  la  Rosnia  que  tienen  filios  de  Petro  Diaz, 
es  d.  S.  M.  Esta  hereditate  es  de  S.  M.  de  Carasa. 

De  Faudal  iuraron  Gutier  Petrez,  Martin  Pérez,  Martin  Mo- 
nioz,  Dia  Gonsalvez'et  dixeron  que  del  cabu  de  la  casa  alcandano 
et  parte  de  suso  de  los  Nozales  ad  Acasina  es  de  Sancti  Cipriani. 
El  felgero  de  Cueto  es  de  Sancti  Cipriani.  Una  faza  en  Alzerit 
es  d.  S.  C.  En  Es  obedo  una  tierra  de  los  cerezos  ad  aiuso  es 
d.  S.  C.  Dia  Gonsalvez  tien  m"~  tierras  de  S.  C.  Petro  Pérez  de 
la  Sierra  tien  lu'"'  tierras  de  S.  C.  Alartin  Pérez  de  Traheto  et  sos 
hermanos  tienen  in'  *  tierras  et  otra  media  con  Martin  Monioz. 
Martin  Domingez  otra  tierra.  Petro  Periz  tien  el  pumar  de  P"adal. 
Petro  Periz  tien  otras  iii' '  tierras.  Dia  Gonsalvez  e  dona  Taresa 
tienen  una  tierra.  Dona  Taresa  tien  ii  tierras.  Petro  Martínez 
tien  una  tierra.  Joan  Roiz  tien  una  serna.  Martin  Pérez  tien  iii'^'^ 
tierras,  et  la  una  la  del  Casigal.  El  ferero  tien  una  tierra  en  Ama- 
ca  Marlin  Ihoannes  tien  ii'  ~.  Don  Ihoannes  tien  una  tierra  e  Pica- 
muelas.  Martin  Monioz  otra.  Martin  Monioz  et  sos  hermanos  tie- 
nen una  tierra  ena  Maza  et  una  media  en  Notagu  et  otra  media 
en  Cova  et  otra  media  en  Castañeda.  Los  de  Ganzana  tienen  otra 
media  tierra  con  Martinnioz;  Martin  Monoz  et  sos  hermanos  tie- 
nen u"^  felgeros  de  prestamu.  El  felgero  que  tien  Petro  Petriz 
ena  desecada. 

De  Colindres  iuraron  Garci  Martines,  Marin  Martínez,  don 
Alvaro,  Garci  Galindez  et  dixeron:  la  tierra  del  vale  de  xii  qui- 
ñones el  unu  con  iii'*"'  mázanos,  la  media  de  la  mazana  es  de 
Sancti  Ihoannis.  Una  media  tierra  a  los  quadros  es  de  S.  I.  En 
dues  tierras  en  Mori  la  quarta  enos  ceresos  z  una  hermun.  En 
Uzeli  una  media  tierra  d.  S.  I.  Ante  casa  de  dona  Taresa  una 
térra  d.  I.  S. 


344  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

La  quarta  en  una  tierra  en  Mortero  d.  S.  I. 

En  Rioseco  una  tierra  d  .S.  I.  Ena  piedra  una  térra.  En  Pelgo- 
lano  una  tierra.  En  Saldoruelo  una  tierra.  El  felgero  de  soma  rio 
de  mont  es  d.  S.  I.  En  cova  negra  una  tierra. 

En  Senia  quanta  heredad  Petro  Pérez  tenie  es  d.  S.  I.  Er  la 
tierra  de  Pielagolano  que  tenie  don  Andreo  de  Petro  Domingez, 
que  la  non  venda,  es  d.  S.  I. 

En  Rassines  el  pumar  que  tien  Petro  Periz  es  de  Sancta 
Maria. 

En  Egebia  una  tierra  alendel  rio  es  d.  S.  M. 

En  Ramales  una  serna  con  so  nozal. 

Regula  de  Badames  et  de  Selorzeno. 

En  Badames  una  tierra  en  herederos  de  Sancta  Maria.  Et  una 
faza  que  tien  Gonsalo  Roiz  es  d.  S.  M.  El  pumar  que  tienen  filios 
de  luliana  Diaz  es  d.  S.  M. 

De  Selorzeno  iuraron  Roi  Gómez,  Martin  Pérez,  Gutier  Pérez, 
et  dixeron  que  iiii°''  tierras  en  Armai  son  de  Sancta  Maria.  Dues 
tierras  a  las  torcas  son  d.  S.  M.  La  tierra  del  peredilo  es  d.  S.  M. 
Una  tierra  en  Toca  es  de  Sancti  Petri.  La  tierra  de  tercias  de 
Cambiezo.  La  tierra  de  Sancti  Petro  de  Gástelo. 

De  Felgera  iuraron  Petro  Feo,  Martin  Sangiz,  Martin  loanes 
et  dixeron  el  solar  de  Quintana  es  de  Sancta  Maria  con  las  tres 
quartas  de  las  heredades.  El  solar  de  Reman  Salvadorez  las  qua- 
tro  quintas  son  de  Sancta  Maria.  Ambos  los  solares  del  nozal 
grant  son  d.  S.  M.  El  medio  solar  de  dona  Goina  es  d.  S.  M.  El  fel- 
gero de  los  tremogos  es  de  Sancti  Petro.  De  Quintana  del  ree  por 
la  carera  antigua  de  la  losa  de  lohan  Periz,  por  los  fixos  dentro 
sediendo,  e  la  tierra  delant  la  terna  dentro  es  de  Sancti  Petro. 
El  felgero  que  tien  don  Michel  en  Argomedo  es  de  Sancta 
Maria;  del  solar  del  peral  detras  Sotielo  al  solar  de  Gutier  Pérez 
es  de  Sancti  Petro.  Una  tierra  al  faro,  las  tres  quartas  son  de 
Sancta  Maria.  Daquent  del  solar  de  Rivila,  la  tierra  en  que  están 
los  mázanos  veloseros  es  d.  S.  M.  Una  de  suso,  otra  de  Sancti 
Petro.  El  felgero  del  alsar,  el  medio  es  d.  S.  M.  E  la  tierra  en 
que  pusieron  la  casa  de  las  francas  es  d.  S.  1\L  Isto  quod  perie- 


CARTULARIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SANTA   MARÍA  DEL  PUERTO  (sANTOÑa)        34$ 

rat  invenerunt  per  veritatem  illos  pesquisitores  pro  iuramento 
de  illos  homines  supranominatos,  intravit  illo  portero  Petro  Pérez 
et  misit  in  manu  de  illo  abbate,  sicut  mandavit  illo  rege  Alfouso, 
et  est  de  Sancta  Maria  de  Porto.  Joannes  del  Faro  scripsit,  et 
quando  migraverit  de  hoc  seculo  orate  pro  ¡Ito  Pater  noster. 
In  M.cc.xL.viii.  (Fols.  71  V.  á  "]"]  r.) 


XCI 

Año  1213. 

Carta  de  composición  del  abad  don  Gutierre  con  el  obispo 
de  Burgos. 

In  Dei  nomine.  Yo  abbat  don  Gutierre,  sénior  de  Porto,  fis 
carta  e  conpusición  con  el  obispo  de  Burgos,  enna  regula  de 
Porto,  por  demanda  que  lacia  en  la  iglesia  de  Praves,  e  conpu- 
siemos  que  ouiesc  por  tercio  e  por  procuración  I  mor  .veti  cada 
un  anno,  por  siempre;  el  obispo  por  su  atoridat  atorgolo.  Et  qui 
ista  carta  disrumpere  voluerint,  sit  escomunicati  vel  estraneati  a 
Corporis  et  Sanguinis  Domini,  et  abeant  iram  Uei  et  de  Sancta 
Maria  matris  eiusdem.  Testes  et  confirmatores  Petro  Gonsalues 
de  Castañedo;  Feran  Petrez  de  Rasines,  Gonsalues  et  Ihoannes 
Pedrez,  pesqueritores  de  los  solares  de  Porto.  In  Era  m.cc.li. 
(Fol.  77  r.) 

XCII 
Documentos  sin  fecha. 

Regula  de  Karasa. 

In  Dei  nomine,  ego  Gonsaluo  Sangez  pro  remedio  anime  mee 
sic  trado  vel  concedo  meo  quingone  de  quantum  michi  quadrat 
Ínter  meos  eredes  in  uilla  de  Karasa,  in  térras,  in  pumares,  ¡n 
montes,  in  fontes,  incultu  et  discuitu,  in  kanalibus  maris,  vel 
ubicumque  in  ipsa  uilla  jam  dicta  potueritis  invenire  vos  abbate 
domno  Martino  et  uestros  fratres  de  Sancta  Maria  de  Portum,ut 
abeatis  vel  possideatis  ipso  quingone  ab  omni  integritate,  vos  et 


346  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

fratres  qui  in  ipso  monasterio  permanserint,  iure  perpetuo. 
Et  uno  ensertale  que  egn  Gonsaluo  Sangez  posui  de  meis  mani- 
bus,  pono  illum  ad  integritate  pro  remedio  anime  mee  ad  ipsa 
regula  de  Sancta  Maria  ut  ibi  permaneat  in  sécula.  Quod  si 
aliquis  homo.  Require  testamentum  regule,  et  invenies. 
(Fol.  5  V.) 

XCIII 
De  Argonios 

Su  Xpi  nomine.  Ego  denique  sénior  Didaco  Sangez  imperante 
diuino  celeste  spiritu  atque  cum  iussu  domini  mei  Adefonsi  prin- 
cipis,  ante  presentia  de  bonorum  virorum  de  concilio  castella- 
nense  vel  asturanense,  idest  Petro  Ihoannes  et  Uincenti  Sanggez, 
mairinos,  et  Nunno  Annaiaz  et  Uermudo  Sarracinez,  et  Rodrico 
Adfonso  et  Ueila  Didaz,  Martino  Aluariz,  Fredinando  Gonsaluiz, 
Osorio  Aluariz,  Guttier  Loppez,  Nunno  Feles,  Rodrico  Rebbeg- 
gez,  uel  aliorum  multorum  de  illo  concilio. 

Sic  fació  scripture  testamentum  iam  supradictus  Didacus  .San- 
gez, et  dono  atque  concedo  illas  medias  ereditates  cum  sua  eccle- 
sia  Sancto  lusto  qui  est  in  uilla  de  Argonios,  uel  omnia  quecum- 
que  ad  ipsa  regula  pertinet,  idest  defesas,  kanales,  térras,  puma- 
res,  pascuis,  gressos  uel  recressos,  cultum  atque  ¡ncultum.  Illa 
medietate  dono  uel  trado  ad  regulam  Sánete  Marie  de  Portum  et 
abbate  domno  Martino  et  ad  fratres  qui  ibidem  militant  Xpo,  ab 
omni  integritate,  propter  remedium  anime  domini  mei  principe 
Adefonsi,  uel  pro  remedio  animarum  parentum  suorum,  ut  in 
ipso  monasterio  .Sánete  Marie  semper  uirginis,  deseruiat  iure 
perpetuo.  Et  ego  sénior  Didaco  Sanggez  mllez  (sic)  domini  mei 
regis  ad  confirmandum  hanc  scripturam  accepi  precium  uel  hono- 
rem  de  tibbi  abba  Martino  et  de  fratres  tuos,  id  est  caballo  pro 
colore  baio  ualente  c""'  solidos  que  misi  in  suo  seruitio,  sicut  Ín- 
ter nos  bone  complacuit  et  adfirmabimus  negotium,  et  hec  do- 
natio  uel  traditio  ñrmis  fiat.  Quod  si  quis  homo  inde  (l)  abstraeré 

(i)     Raspada  una  palabra. 


CARTULARIO  DE  LA  IGLESIA  DE  SANTA  MARÍA   DEL  PUERTO  i'sANToSa)        347 

uoluerit,  comités  uel  potestates  aut  merinos  qui  térra  imperabe- 
rint  sub  imperio  regis  cómodo  parient  ista  ereditate  que  in  hanc 
regula  resonat,  dupplata  uel  tripplata  ad  ipso  monasterio  Sánete 
Marie  uel  ad  abbate  seu  ad  fratres  qui  in  illo  commoraberint,  cum 
duas  libras  áureas,  et  ad  regis  terre  ni  libras  áureas,  et  super  inde 
fiant  extranei  ad  Corpus  et  Sanguinis  Domini,  et  ad  consorlio 
omnium  sanctorum  apostolorum,  martirum,  uirginum  et  confe- 
ssorum,  et  abeant  partem  cum  luda  traditore  in  ett- rna  damnatio- 
ne,  quia  melior  est  altarla  sanctorum  uestire  quam  expoliare.  Et 
abtius  est  daré  quam  abstraeré.  Et  qui  hoc  fecerit  centies  tantum 
a  domino  accipiet,  et  uittam  eternam  posidebit.  Et  ego  sénior 
Didaco  Sanggez  qui  hec  scriptura  traditionis  uel  donationis  cnm 
imperio  domini  mei  feci,  legente  audibi  et  de  manibus  meis  »J< 
robborabi  coram  testes  Citti  1  elliz,  Gonsaluo  Citiz,  Gonsaluo  Ro- 
maniz,  Sabastiano  Petriz  hic  testes  sumus  et  de  manibus  nostris 
•í*  *í^  ^  roborabimus.  Didacus  ^  notuit.  (Fol.  8  v.) 


XCIV 

Martín  y  su  mujer  Eilo  restituyen  una  heredad 
d  Alfonso  Moniuz. 

In  Dei  nomine.  Ego  Martino  et  uxor  mea  Eilo  sic  pectauimus 
ad  vo  Anfuso  Moniuz  et  uxor  tua  luliana  agro  de  térra  qui  est 
in  villa  de  Arnorio  loco  nominato  Pumarelio  iusta  limite  de  vos 
Anfoso;  alia  pars  de  itu  Anfoso  Citig;  tercia  pars  de  Assuri;  sic 
pectavimus  nos  Martino  et  Eilo  ipso  agro  de  térra  ad  vo  Anfoso 
et  luliana  pro  neclegentia  mala  et  superuia  que  fecimus  et  in- 
trauimus  in  uestra  domo  uel  dentro  palacio  et  plosiemus  portas 
et  omves  uestros  de  uos  Anfoso  Monniuz  de  domo  de  Arnorio; 
proinde  uenimus  nos  Anfoso  et  Martino  in  iudicio  in  coro  con 
cilio  et  placitu  ortatu  nos  Martino  et  Eilo  cognouimus  per  nos- 
tras  culpas  et  non  potuimus  iudicio  complire  et  rogamus  et  pec- 
tamus  ipso  agro  iam  dicto  ad  vos  Anfuso  et  luliana  ex  integro 
abeatis  vos  et  filiis  uestris  et  nebtis  usque  in  seculum  et  sic  nos 


348  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    I.A    HISTORIA 

Martino  et  Eilo  aut  filiis  nostris  aut  nebtis  pro  ipso  agro  iam  dic- 
to uoce  suscitare  aut  retentus  fecerit,  pariet  illo  duplato  cum  fru- 
ge  que  ibi  aflare  iusta  illa  limite  ad  vos  Antbso  et  luliana  et  ad 
filiis  vestris  et  ad  nebtis  vestris  per  illos  pariet  qui  scriptura  ista 
disrumpere  uoluerit  et  super  inde  rex  pariet  L  solidos,  et  nos 
Martino  et  Eilo  et  filiis  nostris  et  nectis  nostris  pro  ipso  agro  iam 
dictu  qui  actores  sedeamus  usque  in  seculum.  Ego  Martino  et 
Eilo  scriptura  ista  que  fecimus  legentem  audiuimus  manus  nos- 
tras  rouoravimus  coram  testes  Martino,  et  hic  testes  sumus  ma- 
nus nostras  >¡*  rouorauimus.  Citi  notuit.  (Fol.  19  v.) 


xcv 

De  Lareto. 

Sub  Xpi  nomine,  ego  Garcia  Fortunioncs  de  spontanea  mea 
uoluntate  sic  trado  uel  concedo  pro  remedio  anime  mee  ad  regu- 
lam  Sánete  Marie  semper  uirginis,  vel  ad  tibi  abbati  Mames  uno 
agro  de  térra  qui  est  in  billa  de  Lareto  latus  termino  de  regula 
Sancti  Martini  usque  adfiget  ad  illo  arroio.  Sic  dono  uel  concedo 
ipso  agro  de  térra  ab  omni  integritate  ad  ipsa  ecclesia  Sánete 
Marie  ut  ibi  sit  per  in  sécula.-  Et  ego  Garcia  Fortuniones  qui 
hoc  testamentum  traditionis  fieri  iussi  legente  audibi  et  de  manu 
mea  y^  roborabi  coram  testes  Gutierre  et  Didaco  hic  testes  su- 
mus et  de  manibus  nostris  ^  (J*  roborabimus.  Didacus  notuit. 
(Fol.  27  V.) 

Manuel  Serrano  y  Sanz. 

( Coniinuard.) 


TARIFA,    Y    LA    POLÍTICA    DE    SANCHO    IV    DE    CASTILI  A  349 

IX 

TARIFA,  Y  LA  POLÍTICA  DE  SANCHO  IV  DE  CASTILLA 

(Continuación^  (i). 

Sancho  IV,  después  de  breve  descanso  en  esta  ciudad  anda- 
luza, emprendió  la  marcha  hacia  Castilla.  Sabemos  que  en  jorna- 
das (camino  de  Córdoba),  estuvo  el  Rey  en  20  de  Diciembre  (1292) 
en  Cantiñana;  el  domingo  21,  en  Lora,  pasando  el  22  por  Peña- 
flor  y  Hornachuelos,  y  el  23,  por  Almodóvar,  llegando  el  24  á  la 
capital  de  los  Califas,  en  donde  permaneció  hasta  el  2  de  Enero 
de  1293  (2).  El  25  fué  huésped  Sancho  IV  de  D.  Jehudá,  quien  se- 
ría seguramente  un  acaudalado  Almoxarife,  pues  lo  menos  le  cos- 
taba la  estancia  del  Monarca  en  un  solo  día  sus  800  maravedís  {3). 

Cuando  estaba  en  Córdoba  el  Soberano  de  Castilla  llegaron 
emisarios  de  Granada,  quienes  estuvieron  allí  desde  el  28  de  Di- 
ciembre hasta  el  2  de  Enero,  como  nos  consta  por  las  cuentas 
en  que  se  dice  dieron  160  maravedís  «á  los  ocho  moros  mensa- 
ieros  del  Rey  de  Granada,  de  quatro  días  á  razón  de  xl  marave- 
dís» (4),  y  á  continuación  «á  los  moros  mensaieros  del  Rey  de 
Granada  por  su  comer  de  dos  días  primeros  de  Enero  lxxx  ma- 
ravedís». En  realidad,  no  era  muy  costosa  la  manutención  de  un 
enviado  real  á  cinco  maravedís  diarios.  Hasta  ahora  no  se  tenia 
noticia  de  esta  embajada,  pues  la  Crónica  nada  dice,  y  si  bien  el 
Sr.  Giménez  Soler  lo  apunta  con  fino  instinto  de  in\estigador, 
no  pasa  de  ser  una  acertadísima  suposición  cuando  dice  estuvo 
Don  Sancho  en  Andalucía  hasta  fines  de  1 292,  <s.qiúzá  negocian- 
do con  la  Alhambra»  (5). 


(i)     Véase  Boletín,  tomo  lxxiv,  cuadernos  v  y  vi,  págs.  418  y.j2i;  1919. 

(2)  Mss.  13.090.  Biblioteca  Nacional.  En  prensa. 

(3)  Mss.  13.090.  Biblioteca  Nacional.  En  prensa. 

(4)  Mss.   13.090.  Biblioteca  Nacional.  En  prensa.  La  cuenta  es  de  los 
últimos  trece  días  de  Diciembre  de  1292. 

(5)  Giménez  .Soler:  Ob.  cit.,  pág.  29. 


35©  Boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

En  efecto,  los  ocho  mensajeros  granadinos  vinieron  á  negociar 
sobre  Tarifa;  pero  para  mejor  comprender  los  fines  que  se  pro- 
ponían, es  preciso  nos  ocupemos  de  un  supuesto  pacto  anterior 
á  la  toma  de  Tarifa,  de  que  habla  un  erudito  historiador  mo- 
derno. 

Se  ha  dicho  que  después  de  llegar  Jaime  II  á  España  se  acordó 
un  tratado  entre  Castilla,  Aragón  y  Granada  contra  el  marroquí, 
comprometiéndose  Sancho  á  sitiar  una  plaza,  Mohammed  á  so- 
correrle desde  Málaga  y  Jaime  á  enviar  unas  galeras  (l);  todo 
esto  con  el  fin  de  entregar  luego  la  villa  al  granadino,  si  es  que 
hemos  de  dar  crédito  á  la  natural  parcialidad  de  los  autores  mu- 
sulmanes. 

En  ninguna  referencia  cristiana  se  encuentra  remota  confirma- 

o 

ción  del  mencionado  acuerdo.  De  datos  diferentes  entre  sí  se  ha 
sacado  equivocadamente  la  conclusión  de  la  existencia  del  pacto; 
la  ayuda  prestada  por  el  granadino  desde  Málaga,  y  el  envío  de 
galeras  hecho  por  Jaime  II,  son  un  hecho;  pero  ya  hemos  visto 
claramente,  páginas  atrás,  por  qué  fué.  Ese  auxilio  de  los  Mo- 
narcas de  Aragón  y  Granada  al  de  Castilla  es  la  consecuencia 
de  las  paces  que  Don  Sancho  celebró  con  cada  uno  separada- 
mente; era  poner  en  práctica  la  fórmula  corriente  en  los  tratados 
medievales,  «amigo  de  amigo  y  enemigo  de  enemigo»,  que  si_» 
estipuló  en  la  paz  de  Soria  (1291)  entre  Aragón  y  Castilla, 
como  también  en  la  concordia  establecida  entre  Sancho  IV  y  ei 
Nazarí. 

A  esto  ha  querido  unirse  la  protesta  de  Abenalahmar,  cuando 
pasado  el  triunfo  pretendía  nada  menos  que  ocupar  él  la  villa 
conquistada.  Dice,  entre  otros,  Abenjaldun:  «Abenalahmar  espe- 
raba ser  puesto  en  posesión  de  la  plaza  como  se  había  convenido 
entre  él  y  el  Rey  (Don  Sancho),  pero  éste  la  guardó  para  sí  sin 
detenerse  ante  las  exhortaciones  de  su  aliado.  Él  (Abenalahmar) 
le  ofreció,  sin  embargo,  seis  castillos  como  compensación»  (2). 
De  aquí  se  intenta  deducir  la  existencia  del  falso  pacto  que  San- 


(i)     Giménez  Soler:  Ob.  cit.,  pág.  28. 

(2)     Ibn  Khaldun:  Ed.  cit.,  tomo  iv,  pág.  132. 


TARIFA,    y    LA    POLÍTICA    DE    SANCHO    IV    DE    CASTILLA  35  I 

cho  no  cumplió  haciéndose  duras  consideraciones  sobre  el  pro- 
ceder del  Rey  castellano. 

Si  los  mismos  hechos  no  nos  demostraran  la  inexactitud  de 
tal  afirmación,  nos  bastaría  con  analizar  lo  absurda  que  resulta- 
ría la  conducta  de  Sancho  IV,  haciendo  contribuir  á  sus  reinos 
con  tan  crecidos  tributos,  sacrificando  hombres  y  energías  en  la 
hueste  y  armada,  con  objeto  de  conquistar  la  plaza  para  un  ene- 
migo de  la  Fe,  enemigo  encubierto  desús  Estados  y  \asaUo  suyo 
á  quien  no  le  convenía  hacer  poderoso. 

Quizá,  en  efecto,  Sancho  IV  no  cumpliese  algo  prometido  al 
granadino,  pero  ese  algo  jamás  debió  ser  la  propia  Tarifa,  pues 
lo  natural  es  que  si  Abenalahmar  pretendía  á  Tarifa  para  sí,  la 
hubiera  sitiado  y  combatido  él  mismo  con  el  auxilio  de  sus  alia- 
dos, y  no  que  se  ofreciera  Sancho  al  peligro  en  provecho  de  otro. 
En  el  curso  de  la  vida  de  Don  Sancho  no  ha)'  hecho  alguno  que 
nos  autorice  á  sospechar  posea  el  hijo  de  Alfonso  X  un  carácter 
tan  romántico. 

El  Rey  castellano  debió  creer  bastante  compensado  al  grana- 
dino con  la  ocupación  de  Estepona,  y  se  negaría  á  otras  exigen- 
cias del  Nazarí,  quien  poco  á  poco  había  de  exteriorizar  su  ene- 
mistad hacia  Castilla. 

El  origen  de  la  versión  sostenida  por  los  historiadores  mu- 
sulmanes de  que  Sancho  se  negó  á  entregar  á  Tarifa  como  era 
convenido,  y  la  explicación  del  cambio  de  actitud  de  Moham- 
med  hacia  su  aliado  Don  Sancho,  tienen  seguramente  su  fun- 
damento en  los  movimientos  políticos  de  Granada,  donde  el 
partido  merinida,  formac'o  por  la  guardia  africana  y  los  emigra- 
dos marroquíes,  iba  ganando  terreno,  siendo  más  popular  la 
alianza  con  el  musiilm;ín  Abenjacob  que  con  el  cristiano  Don 
Sancho. 

En  Diciembre  de  1 292,  á  los  dos  meses  y  medio  de  haberse 
conquistado  Tarifa,  empezó  á  verse  la  influencia  que  ejercía  el 
partido  contrario  á  Castilla  sobre  el  ánimo  de  Aben  Xalahmar,  á 
cuyos  oídos  tal  vez  llegaran  las  murmuraciones  de  los  descon- 
tentos, que  lo  criticarían  por  el  apoyo  dispensado  al  castellano 
contra  su  correligionario  de  allende  el  Estrecho. 


352  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA   DE   LA    HISTORIA 

Tampoco  es  aventurado  suponer  que  el  mismo  Abenjacob  en- 
viara mensajeros  secretos  para  hacer  propaganda  en  su  favor, 
una  vez  que  en  la  continua  lucha  que  sostenía  con  el  de  Treme- 
cén,  le  convenía  al  emir  de  Fez  contar  con  algún  aliado. 

La  embajada  granadina,  recibida  por  Sancho  IV  en  Córdoba, 
debía  traer  la  misión  de  proponer  al  castellano  el  cambio  de  Ta- 
rifa, por  los  castillos  de  Xaquix,  Tavira,  Nacía,  Ablax,  Caxtala  y 
Almachin,  que  enumera  El  Cartas  diciendo  los  daba  el  Sultán 
de  Granada  como  rescate  de  Tarifa  (l). 

Un  documento  posterior  de  Sancho  IV  nos  da  noticia  de  cómo 
recibió  la  proposición  el  Monarca  cristiano.  Dice  el  Rey,  el  3  de 
Marzo  de  1294,  en  carta  á  Don  Gil,  Obispo  de  Badajoz,  refirién- 
dose á  la  conquista  de  Tarifa:  «El  Rey  Abenjacob,  et  el  Rey  de 
Granada,  et  todos  los  moros  de  allende  la  mar  se  sintieron  mu- 
cho de  esta  conquista  que  nos  ficiemos  porque  aquel  era  el 
meior  paso  que  ellos  tenían,  et  más  seguro  para  pasar  á  la  nues- 
tra tierra  et  para  tornar  á  la  suya;  moiiieronos  mucha  pleitesía^  que 
nos  darían  grand  auer  et  Castiellos  en  tal  que  les  diésemos  Tari- 
fa, la  qual  cosa  non  quisiesse  Dios  que  nos  ficiessemos  que  lo 
que  nos  ganamos  por  su  seruicio,  et  grant  nuestra  honrra  et  de 
todos  los  de  nuestro  sennorio,  que  lo  nos  ouiessemos  tornar  á 
poder  de  los  enemigos  de  la  fee,  por  ninguna  cosa  que  nos  dies- 
sen»  (2).  Esta  fué  la  actitud  enérgica  del  Castellano,  quien  de 
momento  no  pensó,  acaso,  hasta  dónde  llegaría  el  disgusto  de 
Aben  Xalahmar  por  su  negativa.  Sancho  no  debió  sospechar  que 
al  despedirse  de  él  en  Córdoba  los  mensajeros  de  Granada  lleva- 
rían ya  el  proyecto  de  ruptura,  y  el  de  alianza  con  Abenjacob, 
pues  parece  fué  entonces  cuando  amigablemente  mandó  la  Reina 
«que  diese  Pero  Pérez  á  Alfon  Godínez»  mil  maravedís  «por  una 
muía  que  dio  al  Alguacil  del  Rey  de  Granada»  (3). 

El  hecho  de  los  Castillos  es,  por  tanto,  un  intento  de  Moham- 
med  para  obtener  á  Tarifa  mediante  cambio,  y  no  un  Convenio 


(i)     El  Carlas:  Ed.,  cit.,  pág.  393. 

(2)  Mss.  13.095.  Folio  74,  Biblioteca  Nacional.  Véase  Apéndice. 

(3)  Mss.  13.090.  Biblioleca  Nacional.  En  prensa. 


TARIFA,    Y    LA   POLÍTICA    DE    SANCHO    IV    DE    CASTILLA  553 

previo,  especie  que  creemos  se  pueda  atribuir  á  invenci6n  del 
mismo  granadino. 

Tal  vez  al  año  siguiente  de  conquistada  la  plaza  (Octubre  1293), 
cuando  Aben  Xalahmar  pasó  al  África  á  disculparse  con  Aben- 
jacob  por  lo  de  Tarifa  (l),  debió  decir  el  Nazarí  en  su  descargo, 
que  cooperó  al  cerco  de  Tarifa  para  luego  entrar  en  posesión  de  la 
villa;  así  aparecía  su  figura  menos  desairada,  menos  indecorosa 
su  conducta,  que  en  el  caso  de  haber  auxiliado  al  enemigo  co- 
mún de  religión  y  de  raza,  en  contra  de  sus  correligionarios. 
Tal  debió  ser  la  verdad  oficial  que  circuló  en  Marruecos  y  reco- 
gieron los  cronistas  marroquíes. 

En  cuanto  A  la  participación  del  Reino  aragonés  en  el  supuesto 
pacto,  no  es  otra  que  el  natural  auxilio  de  aliado  á  aliado,  como 
antes  dijimos.  Así,  pues,  no  hay  que  darle  la  importancia  de  un 
tratado  especial  para  apoderarse  de  Tarifa,  empresa  que  fué 
única  y  exclusivamente  de  Castilla  y  para  Castilla.  El  mismo 
Don  Jaime  nos  lo  dice  en  la  carta  que  dirige  á  su  suegro  San- 
cho IV  felicitándole  por  la  toma  de  la  plaza.  Agrega  no  haberse 
enterado  hasta  ese  momepto  (24  Octubre  1 292)  de  «que  aviades 
preso  Tarifa,  la  cual  cosa  nos  plaze  muy  de  coragon  e  end  ave- 
rnos muy  grand  alegría».  «E  loado  sea  Dios  del  honor  que  en 
este  feito  vos  fizo,  porque  Rey,'  veemos  e  conoscemos  que  Dios 
ñzo  por  vos,  e  quiere  exalgar  el  vuestro  estado  et  fiamos  por  Dios, 
que  tota  via  acabaredes  vuestro  entendimiento  de  lo  que  cobdi- 
ciadesT)  (2);  estas  palabras  del  aragonés,  diciendo  vuestro  y  no 
nuestro,  ponen  en  claro  cualquier  duda  que  pudiera  existir  res- 
pecto al  carácter  meramente  castellano  de  la  conquista  de  Tari- 
fa. Además,  se  deduce  de  la  última  parte  que  Don  Sancho  tiene 
otros  proyectos. 

Según  frase  algo  confusa  de  un  erudito  investigador,  Jaime  II 
no  tuvo  recompensa  territorial,  «sólo  él  buscó  la  exaltación  del 
poder  cristiano  por  estímulos  elevados,  aunque  de  ello  resultara 
mayor  seguridad  á  sus  tierras,  que  fué  lo  que  indudablemente  le 


(i)     Ibn  Khaldun;  Ob.  cit.,  pág.  133,  t.  iv. 
(2)     Giménez  Soler:  Ob.  cit.,  pág.  28. 

TOMO   tXXV  33 


354  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

movió»;  si  fué  eso  lo  que  indudablemente  le  movió,  ya  no  resul- 
tan tan  elevados  los  estímulos.  Por  otra  parte,  sabemos  le  movía   - 
á  tanta  solicitud  el  deseo  de  agradar  al  de  Castilla,  á  quien  pro- 
curaba dejar  satisfecho,  no  ciertamente  por  afecto,  sino  por  pro- 
pia conveniencia;  Jaime   II  obraba  con  sagacidad  política.  Más 
adelante,  en  la  misma  carta  que  venimos  citando,  agrega  el  mo- 
narca de  Aragón  «muyto  nos  plagdra  que  sienes  danyo  vuestro 
vos  podiades  acercar  entaca,  por  que  nos  avernos  muy  grand  de- 
seo de  veernos  con  vos,  e  los  nuestros  íeytos  con  la  nuestra  pre- 
sencia send  endressaran  meior  e  más  ayna».  Añade  que  á  fin  de 
apoyar   las   empresas    de    Sancho,   ordena  á    su   vice-almirante 
Montoliu  no  se  aparte  del  Rey  de  Castilla  hasta  que  éste  lo  or- 
dene, y  termina:  «embiamos  dezir  que  vos  sirvan  muy  bien»  (l). 
Los  estímulos  de  Jaime  II  eran  por  el  momento,  además  de  la 
cuestión  primordial  con  Roma  y  Francia,  la  anarquía  de  los  no- 
bles aragoneses,  que  por  entonces  restaban  autoridad  al  Rey, 
quien,  en  tan  dilícil  situación  internacional  por  lo  de  Sicilia,  ne- 
cesitaba hacerse  fuerte  en  su  propio  reino;  Sancho  precisamente 
había  de  ser  el  arbitro  entre  Jaime  y  los  revoltosos  caballeros  (2). 
Además,  el  aragonés  solicitaba  dinero  para  sosegar  á  \'ar¡os  po- 
derosos señores  que  tan  desinteresadamente  se  venían  á  partido. 
Una  carta  de  Jaime  II  dirigida  á  la  Reina  Doña  María   pidién- 
dole  su  apoyo   pecuniario,   demuestra  que,   por  esas  fechas,  el 
papel  protector  correspondía  á  Castilla.  Dice  esta  misiva:  «vos 
embiamos   rogar   por  Ramón  de  Villanova,    amado    consellero 
nuestro,   que  nos  emprestassedes  una  quantia  de  dineros  que 
auiamos  grand  mester,  et  nos  segunt  que  el  dito  Ramón  de  Villa- 
nova  dixo  anos.respondiestes  le,  que  nos  emprestariedes  gincien- 
tos  mil  (500.000)  morauedis.  f3nd  como  nos  agora  ayamos  grand 
mester  los  ditos  dineros  por  que  auemos  a  dar  una  grand  quan- 
tia de  dineros  a  algunos  ricos  homes  de  aragon   qui  se  eran  des- 
pedidos de  nos  et  agora  an  adobado  con  nos.  Rogamos  vos  cuan- 
to mas  podemos  que  uos  los  ditos  D.  mil  marauedis  nos  empres- 


(i)     Giménez  Soler:  Ob.  cit.,  pág.  28. 
(2)     Zurita:  Anales,  tomo  i,  fol.  353  v. 


TARIFA,    V    LA    POLÍTICA    DE    SANCHO    IV    DE    CASTILLA  355 

tedes»,  pidiéndole  se  los  envíe  con  un  mandadero  (l).  Quizá  fue- 
ran los  encargados  de  llevar  esos  haberes  Agustín  Pérez  «Álcali 
que  iba  al  Rey  de  Aragón»,  y  Ferrán  Roiz,  «Álcali  que  iba  al  Rey 
de  Aragón»,  a  quienes  se  dio  2.000  y  I.OOO  maravedís,  respecti- 
vamente (2).  Estas  sumas,  demasiado  crecidas  para  gastos  de  un 
simple  mensajero,  nos  hace  pensar,  por  coincidir  con  la  fecha, 
que  se  dedicaban  al  coste  de  llevar  los  dineros  al  Rey  aragonés. 

Luego  continúa  la  carta  de  Don  Jaime  asegurando  á  la  Reina 
castellana  la  devolución  del  empréstito,  contando  con  ciertas 
legales  piraterías  del  glorioso  Almirante  Roger  de  Lauria.  Dice 
Jaime  á  este  propósito:  «et  Reyna,  sabet  que  Roger  de  loria,  al- 
mirant  nuestro  á  feyto  muy  grand  ganancia  de  los  nuestros  ene- 
migos, et  deue  anos  embiarnos  una  gran  quantia  de  dineros,  los 
quales  todos  dias  esperamos,  et  luigo  que  nos  los  auremos  rece- 
bido  creet  por  cierto  que  nos  uos  tornaremos  muy  de  grado  lo 
que  nos  auredes  emprestado»  (3).  La  carta  es  de  iS  de  Diciem- 
bre de  1292,  fecha  en  que  Don  Sancho  salía  de  Sevilla,  después 
de  asegurar  la  plaza  conquistada. 

En  el  Estrecho  quedaron  las  galeras  aragonesas,  y  probable- 
mente tres  de  Micer  Benito  Zacarías.  Benavides  (4),  entre  otros, 
afirma  que  el  Rey  de  Castilla  licenció  la  escuadra  mercenaria; 
pero  esto  es  inexacto,  pues  el  genovés  Micer  Benito  sigue  con- 
firmando sin  interrupción  como  Almirante  Mayor  desde  1292 
hasta  que  muere  el  Rey  (5).  Lo  probable  es  que  el  genovés 
licenciara  algunos  navios,  pues  en  cuentas  posteriores  se  pagan 
sólo  tres  galeras  de  Micer  Benito. 

Mercedes  Gaibrois  de  Ballesteros. 
(Conlinuará.) 


(i)     Archivo  Corona  de  Aragón.  Reg.  252,  fol.  48.  Véase  Apéndice. 

(2)  Mss.  13.090.  Biblioteca  Nacional.  En  Prensa. 

(3)  Archivo  Corona  de  Aragón.  Reg.  252,  fol.  48.  Véase  Apéndice. 

(4)  Benavides:  Memorias  de  Fernando  IV  de  Castilla.  Madrid.  1S60, 
tomo  I,  pág.  393. 

(5^  En  12  de  Mayo  de  1293  confirma  en  Privilegio  Rodado  de  San- 
cho IV  á  León.  Archivo  municipal  de  León,  caja  i,  número  39,  y  en  4  de 
Octubre  del  mismo  año,  también  confirma  en  Privilegio  concedido  á  Car- 
tagena. Mss.  13.075,  fol.  127  vuelto.  Biblioteca  Nacioiíal. 


ACTUALIDADES 


EL  ARZOBISPO  DE  VALENCIA 

EXCMO.  É  ILMO.  SR.  I).  JOSÉ  MARÍA  SALVADOR  Y  BARRERA 


La  Academia  acaba  de  sufrir  una  nueva  y  sensible  pérdida 
entre  sus  más  distinguidos  Numerarios:  la  del  Excmo.  Sr.  L).  José 
María  Salvador  y  Barrera,  que  en  la  actualidad  era  Arzobispo  de 
-Valencia.  El  ilustre  Prelado  había  pasado  una  corta  temporada  en 
el  balneario  de  Mondariz,  cuyas  aguas  le  estaban  recomendadas 
para  sus  padecimientos.  Terminada  ésta,  pasó  á  Vigo,  alojándose 
en  la  residencia  de  los  Padres  Jesuítas,  con  propósito  de  hacer  con 
ellos  sus  ejercicios  espirituales.  Repentinamente,  en  la  madrugada 
del  día  4  del  mes  último,  sintióse  indispuesto,  sorprendiéndole  la 
muerte  casi  instantáneamente. 

Nuestra  Academia  le  había  recibido  para  ocupar  la  vacante  de 
D.  Juan  Facundo  Riaño,  pues  aunque  l'allecido  éste  en  2"]  de  Fe- 
brero de  I901,  y  elegido  para  sucederle  en  la  silla  núm.  12  el 
Doctor  D.  Federico  Olóriz  y  Aguilera,  en  26  de  Abril  del  mismo 
año,  no  habiendo  tomado  posesión  de  ella  cuando  ocurrió  su 
muerte  en  26  de  Febrero  de  I912,  en  8  de  Marzo  siguiente  fué 
propuesto  por  los  Sres.  D.  Bienvenido  Oliver  y  Esteller,  D.  Fran- 
c¡  xo  Fernández  de  Béthencourt,  D.  Juan  Pérez  de  Guzmán   y 


Bol.  de  la  R.  Acad.  de  la  Hist. 


1 

]i'6  ' 


T.  LXXV.-C.xos  II-IV.-LXm.  I. 


EXCMO.  E  ILMO.  SR.  D.  JOSÉ  MARÍA  SALVADOR  Y  BARRERA,  ARZOBISPO  DE  VALENCIA 
DE  LA  REAL  ACADEMIA  DE  LA  BISTORIA 


Nació  el  i.°  de  Septiembre  de  1851. 


Murió  el  4  de  Septiembre  de  1919. 


ACTUALIDADES  357 

Gallo,  D.  Adolfo  Herrera,  D.  Pedro  Novo  y  Colson,  el  Marqués 
de  Cerralbo  y  el  Duque  de  T'SercIaes,  para  ocupar  su  plaza,  en 
la  que  ingresó  solemnemente  en  l.°  de  Marzo  de  1914.  Los  títu- 
los científicos  con  que  se  justificaba  tan  acertada  promoción  en 
favor  del  entonces  Obispo  de  Madrid-Alcalá  fueron  el  desempe- 
ño, por  más  de  veinte  años,  de  la  Cátedra  de  Historia  crítica  de 
España  en  la  Facultad  de  Derecho  del  Sacro-Monte  de  Granada, 
que  él  creó,  siendo  Rector  de  aquel  Seminario  y  Colegio;  la  crea- 
ción del  mismo  modo  en  los  Seminarios  de  Tarragona  y  de  Ma- 
drid de  la  Cátedra  de  Arqueología  Cristiana,  durante  su  conse- 
cutivo apostolado  en  una  y  otra  diócesis,  y  la  multitud  de  piezas 
verdaderamente  históricas  incluidas,  así  en  sus  oraciones  fre- 
cuentes en  el  pulpito  como  en  sus  pastorales. 

Su  discurso  de  ingreso  en  la  Academia  versó  sobre  Fray  En- 
rique Flores  y  su  España  Sagrada,  á  que  contestó  el  Sr.  Fer- 
nández de  Béthencourt. 

Desde  luego  ingresó,  á  propuesta  del  Director  P.  Fidel  Fita,  en 
la  Comisión  permanente  de  la  España  Sagrada,  con  el  Conde  de 
CediUoy  el  también  malogrado  D.  Manuel  Pérez  ViUamil,  y  acto 
continuo  propuso,  y  la  Academia  aceptó,  proceder  á  la  reunión  de 
documentos  para  la  continuación  de  la  obra  inmortal  del  P.  Flórez, 
que  debían  constituir  dos  tomos  de  la  Diócesis  de  Madrid-Alcalá, 
de  cuya  comisión  quedó  él  mismo  encargado,  con  los  otros  dos 
ilustres  Numerarios  aludidos,  y  ofreciéndose  el  Sr.  Salvador  y 
Barrera  á  costear  la  impresión,  para  que  la  Academia  alcanzase 
también  de  su  parte  esta  ventaja.  Por  desgracia,  así  el  falleci- 
miento del  Sr.  Pérez  Villamil,  como  el  traslado  del  .Sr.  Salvador 
y  Barrera  á  la  sede  arzobispal  de  Valencia,  dejaron  sin  la  debida 
realización  pensamiento  tan  plausible. 

El  Sr.  Salvador  y  Barrera  había  nacido  en  Marchena  (provin- 
cia de  Sevilla)  en  185  I;  hizo  sus  estudios  eclesiásticos  y  literarios 
en  el  Sacro-Monte  de  Granada,  después  de  haber  ganado  por 
oposición,  á  los  diez  y  seis  años  de  edad,  una  beca  en  aquel  esta- 
blecimiento y  después  de  haber  regentado  en  él  diversas  cáte- 
dras, principalmente  la  de  Historia,  y  ascendido  á  su  Rectpría» 
fué  elevado  á  la  dignidad  episcopal  en  la  diócesis  de  Tarazqna, 


358  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

en  la  que  juntamente  por  su  celo  y  servicios  recibió  además,  por 
nombramiento  de  Su  Santidad  León  XIII,  el  cargo  de  Goberna- 
dor apostólico  de  Tudela.  En  27  de  Noviembre  de  1905  fué  tras- 
ladado á  la  diócesis  de  Madrid-Alcalá,  y  en  la  carta  pastoril  que 
dio  á  la  prensa  al  despedirse  de  una  sede  en  que  había  alcanza- 
do tanto  y  merecido  prestigio  para  ocupar  la  arzobispal  de  Va- 
lencia, se  hace  relación  extensa  de  la  mayor  parte  de  las  obras 
que,  promovidas  por  propia  iniciativa,  tuvo  la  gloria  de  ver  rea- 
lizadas durante  su  pontificado,  y  que  no  pueden  menos  de  dar  á 
su  nombre  y  á  su  memoria  un  realce  inextinguible. 

luAN  Pérez  de  Guzmán  y  Gallo. 


II 

LA  INAUGURACIÓN  DEL  MUSEO  NUMANTINO  EN  SORIA 

Al  morir,  en  1916,  nuestro  ilustre  Correspondiente  en  Soria 
Excmo.  Sr.  D.  Ramón  Benito  Aceña  dejó  cumplido  el  último 
rasgo  generoso  de  aquel  idealismo  patriótico  que  le  caracteriza- 
ba, y  fué  el  edificio  que  hizo  construir  para  el  Museo  formado 
con  las  numerosas  cuanto  preciadas  antigüedades  descubiertas 
en  las  ruinas  de  Numancia,  y  á  cuyo  Museo  dotó  de  las  vitrinas 
necesarias  para  la  buena  exposición  de  las  colecciones.  Prome- 
tíase el  generoso  donante  hacer  solemne  entrega  del  inmueble  y 
accesorios  á  S.  M.  el  Rey.  Y  ese  deseo,  que  la  muerte  no  dejó 
realizar  al  Sr.  Aceña,  lo  han  satisfecho  ahora  nuestro  Correspon- 
diente el  limo.  Sr.  Abad  de  la  (Colegiata  D.  Santiago  Gómez 
Santa  Cruz  y  sus  demás  testamentarios. 

Con  este  motivo  ha  visitado  el  Monarca  las  ruinas  de  Numan- 
cia  y  la  ciudad  de  Soria  los  días  1 7  y  1 8  de  Septiembre. 

A  las  cinco  de  la  tarde  del  día  17  llegó  el  Rey  Don  Alfonso, 


ACTUALIDADES  359 

acompañado  del  Ministro  de  Instrucción  Pública,  Excmo.  señor 
D.José  de  Prado  y  Palacio,  al  Cerro  de  la  Muela  de  Garray,  don- 
de se  hallan  descubiertas  en  parte  y  en  curso  de  excavación  las 
ruinas  de  Numancia,  que  recorrió  y  examinó,  escuchando  las 
explicaciones  de  nuestro  compañero.  Presidente  de  la  Comisión 
de  Excavaciones,  D.  José  Ramón  Méiida,  y  algunas  indicaciones 
del  aspecto  militar  de  la  ciudad,  que  hizo  nuestro  Correspon- 
diente D.  Manuel  González  Simancas,  vocal  de  dicha  Comisión. 

Al  siguiente  día,  en  Soria,  en  la  sala  romana  del  Museo  Nu- 
mantino,  á  las  once  de  la  mañana,  se  celebró  el  acto  oficial  pre- 
fijado, en  el  que  lej'ó  primero  un  breve  discurso,  en  concepto  de 
albacea  testamentario  del  Sr.  Aceña,  el  mencionado  Abad,  se- 
ñor Gómez  Santa  Cruz,  y  luego  leyó  otro  discurso,  en  nombre 
de  la  Comisión,  nuestro  compañero  I).  José  Ramón  Méiida.  A 
ambos  discursos  contestó  el  Sr.  Ministro  D.  José  de  Prado  y 
Palacio,  llevando  la  voz  del  Gobierno  de  S.  M.  Seguidamente 
firmaron  el  Rey  y  el  Ministro  el  acta  de  entrega  del  inmueble, 
extendida  en  un  pergamino  artísticamente  ornamentado,  y  á  con- 
tinuación S.  M.  visitó  las  salas  del  Museo,  cuyo  Director,  D.  Blas 
Taracena,  le  mostró  las  colecciones  y  objetos  notables. 

He  aquí  el  discurso  de  nuestro  Numerario  el  limo.  .Sr.  D.  José 
Ramón  Méiida,  Presidente  de  la  Comisión  de  Excavaciones,  á 
quien  el  Sr.  Director,  Marqués  de  Laurencín,  en  virtud  de  las 
facultades  que  le  confiere  el  artículo  8.°  de  nuestros  Estatutos, 
había  conferido,  además,  la  representación  de  la  Academia  en 
aquel  acto  solemne: 

«Señor: 

El  reinado  de  V.  M.  habrá  de  ser  señalado  en  los  anales  de  las  ciencias 
históricas  españolas  como  la  era  dichosa  de  las  excavaciones  arqueológi- 
cas, las  cuales  son  el  medio  más  seguro  y  eficaz  de  descubrir  y  conocer 
los  restos  auténticos  del  pasado  remoto  que  la  madre  tierra  guardó  pia- 
dosa, durante  siglos,  de  las  profanaciones  de  la  ignorancia  y  de  la  codicia; 
el  mejor  comentario  de  los  textos  antiguos  no  siempre  fieles  y  á  veces 
torcidamente  interpretados  por  los  historiadores;  y  el  modo  directo  de 
apreciar  los  caracteres  propios  y  distintivos  de  las  civilizaciones  que 
fueron. 


j60  boletín    Dt    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Por  ventura  inició  este  movimiento  de  investigación  positiva  en  el  si- 
glo xviii  y  en  el  reino  de  Ñapóles  un  esclarecido  Monarca,  que  muy  lue- 
go lo  fué  de  España,  Carlos  III,  cuarto  abuelo  de  V.  M.,  con  el  descubri- 
miento de  Herculano,  Pompeya  y  Estabia,  cuyas  excavaciones  primeras 
realizaron  ingenieros  españoles  los  cuales  exhumaron  de  las  cenizas  del 
Vesubio  aquellas  ciudades  que  sepultó,  sorprendiéndolas  en  plena  vida, 
la  terrible  erupción  volcánica  del  79  de  nuestra  Era. 

Siguiendo  la  ciencia  ese  medio  de  investigación,  perfeccionándole  y 
metodizándole,  favorecida  por  la  protección  de  los  Gobiernos  extranje- 
ros en  el  curso  del  siglo  xrx,  logró  penetrar  el  misterio  del  Egipto  en  sus 
ingentes  pirámides,  obscuros  hipogeos  y  arruinados  templos,  reconocer 
los  alcázares  de  los  reyes  Caldeos  y  Asirios;  los  suntuosos  palacios  de  los 
poderosos  monarcas  aquemenidas  de  Persepolis  y  de  Susa;  las  sepulturas 
de  la  Fenicia  y  las  ruinas  de  Cartago;  descubrir  lo  que  parecía  increíble, 
los  restos  de  la  Edad  heroica  de  la  Grecia  en  la  legendaria  Troya,  en  las 
islas  del  mar  Egeo  y  singularmente  en  la  de  Creta,  centro  de  aquella  pu- 
jante civilización;  la  acrópolis  y  las  sepulturas  de  la  Argolida.  A  tan  por- 
tentosos descubrimientos  uniéronse  los  de  aquellos  famosos  centros  reli- 
giosos de  la  Grecia  histórica,  Delfos,  Olimpia,  Atenas  y  otros  cuyos  restos 
proclaman  el  esplendor  con  que  el  genio  helénico  refulgió  poderoso  en 
las  artes  plásticas;  y  en  Italia,  á  las  fructuosas  exploraciones  de  las  cáma- 
ras sepulcrales  etruscas  y  de  restos  magníficos  de  las  ciudades  romanas 
han  seguido  últimamente  las  sabias  excavaciones  que  han  puesto  de  ma- 
nifiesto la  historia  del  Foro  de  Roma,  teatro  de  la  vida  social  y  política 
del  mundo  en  el  último  período  de  la  Edad  antigua. 

A  todo  esto  y  por  feliz  consorcio  de  las  ciencias  naturales  y  de  la  Ar- 
queología, ahondando  los  investigadores  en  las  capas  geológicas,  descu- 
brieron los  albores  de  la  vida  humana  en  los  tiempos  cuaternarios, 
señalando,  por  lo  tanto,  a  la  aparición  del  hombre  en  la  tierra  mayor 
antigüedad  de  la  que  se  creía  y  reconociendo  en  las  distintas  fases  de 
su  industria  ejercitada  en  el  empleo  de  la  piedra,  una  Edad  prehistórica 
desconocida  de  los  antiguos  historiadores. 

Entretanto  en  España  no  faltaron  iniciativas  entusiastas  que  removie- 
ran en  algunos  puntos  nuestro  suelo  con  fruto,  consiguiendo  patentizar 
en  él  aquella  vida  prehistórica  y  asimismo  la  de  las  tribus  ibéricas  y 
celtibéricas,  mas  algunos  testimonios  de  las  colonizaciones  fenicias  y 
griegas  de  que  nos  hablan  los  historiadores  antiguos.  Hiciéronse  la  mayor 
parte  de  esas  investigaciones  por  iniciativa  particular  de  propios  y  aun 
de  extraños  y  contadas  veces  con  fondos  del  Gobierno. 

Una  de  las  exploraciones  más  importantes  fué  justamente  la  que  dio 
por  feliz  resultado  el  descubrimiento  de  Numancia  y  lo  realizó  en  1853 
un  eminente  sabio  español,  D.  Eduardo  Saavedra,   el  cual,   después  de 


ACTUALIDADES  36 1 

reconocer  que  la  famosa  ciudad  celtibcrica  no  pudo  estar  en  otro  punto 
que  en  el  Cerro,  de  la  Muela  de  Garray,  porque  á  él  correspondía  lal 
mansión  de  la  vía  romana,  cuyo  estudio  topográfico  venía  haciendo,  con- 
forme al  Itinerario  de  Antonino,  y  por  la  concordancia  de  ese  altozano 
cuya  fald.i  bañan  dos  ríos,  con  la  situación  señalada  por  Aoneo  Floro  y 
otros  escritores  antiguos,  quiso  obtener,  sin  embargo,  una  prueba  tangible 
por  medio  de  una  excavación  y  hubo  de  practicarla  con  tan  buena  for- 
tuna que  descubrió  cimientos  y  restos,  varios  de  construcción  y  entre 
ellos  cenizas  y  carbones;  esto  es:  el  más  elocuente  testimonio  del  in- 
cendio conque  los  numantinos  destruyeron  su  propia  ciudad  por  no 
rendirla. 

Tan  excelente  resultado  de  las  excavaciones  del  Sr.  Saavedra  fué 
causa  de  que  se  siguieran  practicando,  con  fondos  del  Estado  y  bajo  los 
auspicios  de  la  Academia  de  la  Historia,  durante  unos  pocos  años  desde 
el  de  1861. 

Suspendiéronse  estos  trabajos;  pasó  el  tiempo;  registró  muchos  sucesos 
!a  historia  de  nuestro  país.  Pero  hay  algo  superior  á  las  conligencias  de 
la  vida  de  las  naciones.  Las  ideas  son  más  fuertes  y  perdurables  que  las 
generaciones;  no  mueren  con  los  hombres  que  les  dan  su  primera  forma; 
otros  vienen  que  les  dan  nueva  finalidad.  Estaba  latente  en  los  cultiva- 
dores de  las  ciencias  históricas  el  deseo  de  descubrir  las  reliquias  de  lo 
pasado  que  guardase  la  tierra  española.  En  terreno  tan  abonado  hacía 
falta  una  ocasión  en  que  el  sentimiento  patrio  prestase  medios  á  la  cien- 
cia para  poner  en  práctica  dicho  deseo.  No  sólo  hacía  falta  la  ocasión 
sino  el  móvil,  la  voluntad,  el  designio. 

Y  llegó  por  dicha  con  un  hecho  nacido  de  un  propósito  puramente 
ideal  y  de  una  circunstancia  memorable.  Ello  fué  el  24  de  Agosto 
de  1905.  En  esta  fecha,  V.  M.,  que  es  la  soberana  representación  de  Es- 
paña, vino  al  Cerro  de  Numancia  á  inaugurar  el  monumento  erigido  en 
su  cima  por  el  noble  patricio  D.  Ramón  Benito  Aceña  á  los  héroes  de  la 
página  histórica  ejemplar  que  representa  la  ciudad  celtíbera. 

En  aquella  sazón  habíanse  reanudado  las  excavaciones  en  Numancia. 
Hacíalas  un  profesor  de  Historia:  el  sabio  alemán  Dr.  Schulten,  que,  pro- 
poniéndose llevar  á  cabo  un  estudio  topográfico-histórico  del  memorable 
asedio  de  Numancia,  había  principiado  por  reconocer  sus  restos,  valiéndose 
de  los  planos  y  los  datos  del  Sr.  Saavedra,  que  constituían  la  guía  indispen- 
sable para  el  caso,  y  en  años  sucesivos  descubrió,  en  torno  del  cerro  y  en 
sus  cercanías,  los  campamentos  y  fortificaciones  que  levantaron  y  utiliza- 
ron los  romanos  para  rendir  á  los  indomables  numantinos;  última  y  con- 
cluyente  prueba  de  que  en  tal  sitio  estuvo  la  famosa  ciudad. 

En  dicha  solemnidad,  glorificadora  de  aquella  antigua  lucha  por  nues- 
tra independencia,  nació  en  todos  los  corazones  españoles  un  mismo  de- 


362  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

seo,  que  acertó  a  interpretar  D.  Ramón  Benito  Aceña,  por  medio  de  una 
moción  que  hizo  en  el  Senado,  en  virtud  de  lo  cual  fué  votado  un  crédito 
para  que  pudieran  practicarse  excavaciones  en  Nuraancia,  á  cuyo  fin  fué 
nombrada  una  Comisión  presidida  por  el  venerable  Saavedra,  la  cual 
comenzó  sus  trabajos  el  16  de  Julio  de  190b.  Esta  fecha  memorable  fué  el 
punto  de  partida  de  una  serie  no  interrumpida  de  trabajos  de  positivo 
valor  en  la  esfera  de  las  ciencias  históricas. 

No  sólo  Numancia:  Thermes,  que  fué  ot;o  baluarte  de  la  bravura  celti- 
bérica; Mérida,  donde  resurgen  magníficos  restos  de  la  grandeza  romana; 
Medina  Azahara  y  Ala-Miriya,  donde  se  han  descubierto  las  ruinas  de  los 
soberbios  palacios  árabes  de  los  mejores  tiempos  del  Califato  cordobés; 
las  ruinas  de  la  famosa  Itálica,  las  de  Clunia,  los  centros  del  culto  ibero 
de  las  montañas  de  Andalucía;  las  sepulturas  fenicias  de  Cádiz  y  en  varios 
sitios  otras  riquezas  arqueológicas:  todos  estos  descubrimientos  se  deben 
á  la  constante  protección  del  Estado,  habiendo  cooperado  también  la 
Junta  de  ampliación  de  estudios,  promoviendo  importantes  descubri- 
mientos de  pinturas  rupestres  y  de  restos  paleontológicos  y  prehistóri- 
cos. La  emulación  despertada  por  esta  obra  de  cultura  nacional  ha  pro- 
ducido otras  semejantes  de  no  menor  importancia. 

A  la  Diputación  provincial  de  Barcelona  y  á  su  Junta  de  Museos  se  debe 
el  descubrimiento  de  las  ruinas  de  la  famosa  colonia  griega  de  Ampurias. 

Por  su  parte,  algunos  particulares,  con  sus  propios  medios  y  laudable 
esfuerzo,  han  practicado  excavaciones  tan  fructuosas  como  las  del  señor 
Marqués  de  Cerralbo,  que,  en  esta  misma  provincia  de  Soria,  en  Torralba, 
ha  descubierto  la  más  antigua  estación  prehistórica  y  en  la  cuenca  del 
Jalón  las  necrópolis  ibéricas  más  importantes,  habiendo  recogido  numero- 
sas cuanto  preciosas  antigüedades  de  que  ha  hecho  donación  al  Estado;  y 
en  la  isla  de  Ibiza,  iniciativas  particulares  bien  orientadas,  descubrieron 
las  necrópolis  púnicas,  que  constituyen  una  página  interesantísima  de  la 
Arqueología  anteromana. 

Toda  esta  suma  de  descubrimientos,  realizados  en  pocos  años  y  unidos 
á  las  que  iniciativas  particulares  y  modestas  consiguieron  anteriormente, 
son  de  gran  trascendencia  científica,  pues  haciendo  perder  el  relativo 
valor  que  pudieran  terer  las  hipótesis  permiten  fundamentar  sobre  sóli- 
das bases  el  conocimiento  de  lo  pasado  y  han  venido  á  intensificar  y  re- 
novar de  todo  en  todo  los  estudios,  señalando  una  era  de  progresos;  y  esa 
riqueza  es  nacional  que  yacía  oculta  bajo  la  tierra,  no  solamente  es  pro- 
vechosa en  el  orden  intelectual  como  fuente  de  enseñanza  general  de  ese 
pasado  que  todo  el  mundo  debe  de  conocer  y  apreciar,  sino  que  es  ade- 
más una  riqueza  reproductora,  puesto  que  atrayendo  á  su  contemplación 
á  propios  y  e.Ktraños  constituye  un  eficaz  estímulo  del  turismo,  altamente 
educador. 


ACTUALIUADES  363 

Pero  dejando  estas  consideraciones  y  atendiendo  al  fin  principal  que 
aquí  nos  congrega,  menester  es  que  <  n  nombre  de  la  Comisión,  cuya  voz 
me  honro  en  llevar,  señale,  siquiera  sea  brevemente,  cuál  ha  sido  el  fruto 
que  para  esos  fines  hemos  conseguido  en  Numancia. 

Circunscritas  las  excavaciones  á  la  meseta  del  cerro,  los  afanosos  picos 
de  nuestros  obreros,  ahondando  siempre  hasta  el  terreno  natural,  han 
puesto  de  manifiesto  elementos  suficientes  para  deducir  cuatro  conclu- 
siones indubitables: 

1."  Que  en  tal  paraje  se  sucedieron  varias  poblaciones  desde  los  últi- 
mos tiempos  del  prehistorisrao  hasta  la  caída  del  imperio  romano. 

2."  Que  la  Numancia  celtíbera  correspondiente  á  la  segunda  edad  del 
hierro  ofrece  por  doquiera  en  aquel  suelo  sus  restos  con  las  huellas  harto 
elocuentes  de  su  destrucción  por  incendio  voracísimo,  y,  por  consiguiente, 
la  prueba  constante  y  tangible  del  hecho  heroico  y  ejemplar  del  amor 
de  un  pueblo  á  su  independencia,  consumado  ciento  treinta  y  tres  años 
antes  de  Jesucristo  de  que  nos  habla  la  Historia  en  los  textos  de  los  auto- 
res antiguos. 

3."  Que  á  esa  ciudad  sustituyó  otra,  humilde  y  sin  historia,  la  Numan- 
cia del  Itinerario  de  Antonino,  la  cual  no  presenta  los  caracteres  romanos 
puros,  clásicos,  bien  conocidos  y  definidos,  sino  la  mezcla  de  ellos  con  los 
tradicionales  indígenas;  y 

4.*  Que  los  pobladores  anteromanos,  esto  es,  los  celtíberos  llamados 
arevacos,  á  quienes  nos  pintan  dichos  escritores  como  gentes  indomables 
y  fieras,  diestros  en  la  equitación  y  otros  deportes  y  ejercicios,  apegados 
á  sus  sencillas  costumbres,  lograron  por  sus  propias  actitudes  y  gustos,  y 
por  influjo  de  los  dominadores  cartagineses  y  de  los  colonizadores  feni- 
cios y  griegos,  un  grado  de  civilización  cuya  característica  es  apreciable 
por  las  ruinas  de  la  Ciudad  y  por  los  numerosos  objetos,  fruto  de  su 
industria,  que  hemos  recogido  entre  sus  restos  carbonizados  y  los  de  la 
ciudad. 

No  es  menester  encarecer  la  importancia  histórica  de  estas  conclusio- 
nes, de  las  cuales  la  segunda  patentiza  la  exactitud  del  relato  del  épico  fin 
de  la  Numancia  ibérica. 

Al  excavar  en  el  suelo  consagrado  por  el  heroísmo  de  aquellos  nuestros 
abnegados  aborígenes,  no  es  posihie  ver  sin  emoción  cómo  se  descubren 
sus  restos  entre  los  de  las  casas  arruinadas,  el  ajuar  maltrecho,  roto  y 
quemado  en  aquella  tremenda  catástrofe. 

Mas  sin  encarecimiento,  me  corresponde  declarar  que  en  lo  que  á  la 
Arqueología  se  refiere,  el  resultado  de  las  excavaciones,  que  alcanzan  ya 
á  una  mitad  de  la  meseta  del  cerro,  ha  sido  de  una  importancia  incompa- 
rable; porque  en  parte  alguna  se  ha  ofrecido,  como  en  Numancia,  el 
cuadro  integro  de  la  civilización  celtibérica  anteromana,  ni  es  fácil  que 


364  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

pueda  encontrarse  más  que  aquí;  y  si  se  encuentra  es  por  el  hecho  excep- 
cional de  que  Numancia,  como  Herculano  y  Pompeya,  sucumbió  por 
efecto  de  una  catástrofe,  y  bajo  sus  cenizas  quedaron  sepultados  sus 
restos. 

A  esta  circunstancia  debemos  los  excavadores  de  Numancia  la  fortuna 
de  haber  recogido  y  coleccionado,  desde  el  principio  de  los  trabajos, 
objetos  varios  en  cantidad  tal,  que  en  el  mismo  año  1906  empezamos  á 
formar  con  ellos  en  Garray  un  Museo,  tan  numeroso  bien  pronto,  que  fué 
necesario,  en  1908,  trasladarlo  á  Soria,  á  un  salón  que  al  efecto  cedió  la 
Diputación  provincial,  y  del  que,  con  el  nombre  de  Museo  Numantino, 
se  hizo  cargo  el  cuerpo  de  Archiveros,  Bibliotecarios  y  Arqueólogos. 

No  tardó  mucho  en  ser  insuficiente  dicho  local  por  los  incesantes 
aumentos,  que,  con  el  fruto  de  las  excavaciones,  iba  creciendo  cada  año; 
y,  por  otra  parte,  !a  instalación,  por  modesta,  no  podía  considerarse  más 
que  como  provisional. 

Vino  á  remediar  cumplidamente  esta  deficiencia  un  nuevo  rasgo  de 
aquella  generosidad  patriótica,  que,  con  un  justo  sentimiento  de  la  España 
heroica,  simbolizaba  en  Numancia  D.  Ramón  Benito  Aceña,  el  cual,  lle- 
vado de  tan  elevado  patriotismo,  hizo  construir  este  hermoso  edificio 
para  Museo  Numantino,  encargando  los  planos  y  la  dirección  de  la  obra 
al  ilustre  arquitecto  D.  Manuel  Aníbal  Alvarez,  Secretario  de  la  Comisión 
de  Excavaciones,  al  que  se  debe  que  este  amplio  local  reúna  las  condicio- 
nes apropiadas  á  la  distribución  y  e.xposición  metódica  de  las  colecciones 
reunidas. 

y  como  para  instalarlas  se  ofreciese  dificultad,  una  vez  terminado  el 
edificio,  D.  Ramón  Benito  Aceña  hubo  de  vencerlas  costeando  las  vitrinas 
y  demás  aparatos  de  exposición,  realizada  en  ellos  con  holgura  suficiente 
para  recibir  numerosos  aumentos. 

Con  objeto  de  que  el  Museo  llenase  su  fin  docente,  necesario  era  que 
las  colecciones  se  instalaran  con  arreglo  á  una  clasificación  general  que 
permitiese  desarrollar  ante  los  ojos  de  los  visitantes  el  interesante  cua- 
dro histórico  y  arqueológico  que  Numancia  ofrece.  Con  singular  celo,  el 
Director  del  Museo,  D.  Blas  Taracena  Aguirre,  ha  llevado  á  cabo  esta 
labor,  para  la  que  también  fui  comisionado  especialmente  por  la  Supe- 
rioridad. 

En  tres  grandes  salas  se  hallan  expuestas  las  colecciones.  Ofrécese  en 
la  primera  el  cuadro  general  de  las  civilizaciones  anteromanas;  primera- 
mente, aquella  prehistórica  caracterizada  por  el  uso  de  la  piedra  puli- 
mentada, puntas  de  flecha  de  pedernal  y  cerámica  anterior  al  conoci- 
miento del  torno  del  alfarero  correspondiente  al  período  llamado  neolítico, 
y  de  los  primeros  tiempos  del  metal.  Poco  numerosa  es  la  colección 
prehistórida,  en  la  que  destaca  un  objeto  de  interés  excepcional  y  único 


ACTUALIDADES  365 

en  España:  un  vaso  negro  de  barro  con  incrustaciones  de  cobre.  Consti- 
tuyen en  su  conjunto  estas  antigüedades  un  dato  no  más,  un  antecedente 
cronológico.  Por  el  contrario,  llenan  casi  toda  la  sala,  en  series  muy 
nutridas,  las  reliquias  de  la  Numaucia  celtibérica,  de  inmortal  memoria. 
Aili  se  ven  los  restos  de  las  personas  víctimas  del  asedio  y  la  destrucción, 
los  restos  de  los  animales;  maderas  carbonizadas,  cenizas,  ladrillos  que- 
mados, y  juntamente  con  estos  testimonios  de  la  tragedia,  los  de  las 
costumbres  y  el  trabajo;  la  cerámica  negra  decorada  con  labores  incisas 
abiertas  con  punzones  de  asta,  los  cuales  atestiguan  una  manufactura 
local,  como  la  cerámica  roja  lo  atestigua  la  naturaleza  de  su  arcilla;  varie- 
dad de  utensilios  de  barro,  metal  ó  piedra,  como  son,  entre  éstos,  los 
molinos  de  mano  que  usaban  para  moler  el  grano;  instrumentos  de  hueso, 
de  bronce  y  de  hierro;  las  armas,  de  hierro  también,  entre  las  cuales  son 
de  notar  las  espadas  ó  dagas,  cuyas  hojas  están  laminadas  como  las 
modernas,  y  los  proyectiles  de  honda  que  los  pobres  sitiadoa,  por  caren- 
cia de  metal,  hicieron  de  barro,  á  imitación  de  los  de  plomo,  que  les 
arrojaban  los  sitiadores. 

En  la  sala  segunda  aparecen  agrupados  los  objetos  que  representan  el 
arte  ibérico,  especialmente  en  los  vasos  pintados,  que  ya  pasan  de  ocho- 
cientos, constituyendo  la  mayor  riqueza  del  iVIuseo  y  denotando  en  sus 
estilizaciones  y  ornatos  geométricos,  al  propio  tiempo  que  las  reminiscen- 
cias (.riegas  de  este  sistema  decorativo,  seguido  en  general  por  los  iberos, 
un  estilo  propio  que  bien  puede  llamarse  numanlino,  pues  se  diferencia 
del  de  otras  regiones  de  nuestro  suelo,  estilo  vigoroso  como  era  la  condi- 
ción de  la  gente  que  lo  produjo. 

Y  á  la  cerámica  se  añaden  figurillas  de  barro  de  un  arte  primitivo,  ^¿/í- 
las  de  bronce,  algunas  en  figura  de  caballo  ó  de  toro;  objetos  varios  de 
adorno,  entre  los  cuales  aparecen  cuentas  de  collar  de  pasta  vitrea  debi- 
das á  la  industria  fenicia,  y  con  los  cuales  adornos  se  engalanaban  las 
numan  tinas. 

En  la  sala  tercera  tenemos  á  la  vista  los  objetos  romanos,  pocos  en 
general,  sin  que  falte  algún  ejemplar  interesante,  las  pocas  armas  de  los 
sitiadores  y  un  bello  brazo  de  bronce,  posiblemente  de  una  deidad.  A  ello 
se  añaden  dos  monumentos  epigráficos,  tan  sólo,  dos  aras  votivas,  una  á 
Júpiter,  otra  á  Marte,  que  descubrió  D.  Eduardo  Saavedra  y  se  ven  ex- 
puestas en  el  pórtico. 

El  Museo  guarda,  á  la  hora  presente,  15.000  objetos. 

Tales  son  las  manifestaciones  que,  en  nombre  de  la  Comisión  de  Exca- 
vaciones, he  creído  necesarias  para  dar  cuenta  de  la  obra  que  el  Gobier- 
no de  V.  M.  nos  confió. 

Al  hacerlo,  no  he  tratado  de  encarecerla  por  mi  palabra  solo,  que  pu- 
diera parecer  interesada,  sino  que,  y  si  no  he  estado  demasiado  torpe,  he 


(66  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

querido   que  hablen   por   nosotros  los   hechos,  concretándome  á  seña- 
larlos. 

Y  séame  permitido  señalar  también  cómo,  por  singular  enlace  de  inicia- 
tivas nobles  y  altruistas  de  un  patricio  benemérito  y  de  propósitos  cien- 
tíficos, se  realizaron  la  glorificación  y  la  resurrección  histórica  de  Nu- 
mancia. 

Al  congratularnos  de  ello,  honremos  hoy  la  memoria  de  D.  Ramón  Be- 
nito Aceña,  que,  con  ejemplar  cuanto  generoso  patriotismo,  dio  digno  al- 
bergue á  estas  preciosas  antigüedades  en  que  alienta  la  altivez  y  adnega- 
ción  sublime  características  de  nuestra  raza. 

He  DicHO.i 


DOCUMENTOS  OFICIALES 


CONVOCATORIA  PARA  PREMIOS  DE   1920  Y  1922. 

(«GACETA  DE  MADRID»  DE  LOS  DÍAS  S,  U  Y    lO  DE  jri.IO  DE   JQIi>). 

INSTITUCIÓN    DEL    EXCMO.    SR.    D.    FERMÍN    CABALLERO 

I.  Premio  d  la  Virtud. — Conferirá  la  i\cadem¡a  de  la  Histo- 
ria en  1920  un  premio  de  I.OOO  pesetas  á  la  \'irtud,  que  será 
adjudicado,  según  expresa  textualmente  el  fundador,  á  la  perso- 
na de  que  consten  más  actos  virtuosos,  ya  salvando  náufragos, 
apagando  incendios  ó  exponiendo  de  otra  manera  su  vida  por  la 
Humanidad,  ó,  ya  mejor,  al  que,  luchando  con  escaseces  y  ad- 
versidades, se  distinga  en  el  silencio  del  orden  doméstico  por 
una  conducta  perse\'erante  en  el  bien,  ejemplar  por  la  abnega- 
ción y  laudable  por  el  amor  á  sus  semejantes,  y  por  el  esmero 
en  el  cumplimiento  de  los  deberes  con  la  familia  y  la  sociedad, 
llamando  apenas  la  atención  de  algunas  almas  sublimes  como 
la  suya. 

Cualquiera  que  tenga  noticia  de  algún  sujeto  comprendido  en 
la  clasificación  transcrita,  que  haya  contraído  el  mérito  en  el 
año  natural  que  terminará  en  fin  de  Diciembre  de  19I9,  se  ser- 
virá dar  conocimiento  por  escrito,  y  bajo  su  firma,  á  la  Secreta- 
ría de  la  Academia  de  las  circunstancias  que  hacen  acreedor  á 
premio  á  su  recomendado,  con  los  comprobantes  é  indicaciones' 
que  conduzcan  al  mejor  esclarecimiento  de  los  hechos. 

II.  Premio  al  Talento. — Un  premio  de  1. 000  pesetas  confe- 
rirá también  la  Academia,  en  el  indicado  año  de  I920,  al  autor 
de  la  mejor  Monografía  histórica  ó  geográfica,  de  asunto  espa- 


368  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE   LA   HISTORIA 

ñol,  que  se  haya  impreso  por  primera  vez  en  cualquiera  de  los 
años  transcurridos  desde  i.°  de  Enero  de  19 16,  y  que  no  haya 
sido  premiada  en  los  concursos  anteriores  ni  costeada  por  el  Es- 
tado ó  cualquier  Cuerpo  oñcial. 

Condiciones  generales  y  especiales. 

Las  solicitudes  y  las  obras  dedicadas  á  los  efectos  de  esta  con- 
vocatoria podrán  ser  presentadas  en  la  Secretaría  de  la  Acade- 
mia, León,  21,  hasta  las  cinco  de  la  tarde  del  3 1  de  Diciembre 
de  I919,  en  que  concluirán  los  plazos  de  admisión. 

Las  obras  han  de  estar  escritas  en  correcto  castellano,  y  de 
ellas  habrán  de  entregar  los  autores  dos  ejemplares. 

La  Academia  designará  Comisiones  de  examen;  oídos  los  in- 
formes, resolverá  antes  del  I  5  de  Abril  de  1920,  y  hará  la  adju- 
dicación de  los  premios  en  cualquier  Junta  pública  que  celebre, 
dando  cuenta  del  resultado. 

Se  reserva,  como  hasta  aquí,  el  derecho  de  declarar  desierto 
el  concurso  si  no  hallara  mérito  suficiente  en  las  obras  y  solici- 
tudes presentadas. 

FUNDACIÓN  DEL  EXCMO.  SR.  MARQUÉS  DE  LA  VEGA  DE  ARMIJO 

( Primera  Cfrívoeaícria, ) 

IIL  Cumpliendo  lo  dispuesto  en  la  Fundación  de  su  nombre 
por  el  Excmo.  Sr.  D.  Antonio  Aguilar  y  Correa,  Marqués  de  la 
Vega  de  Arniijo,  Director  que  fué  de  la  Real  Academia  de  la 
Historia,  concederá  ésta  igualmente  en  el  año  1923  otro  premio 
de  3.000  pesetas  al  autor  de  la  mejor  Memoria  que  se  presente 
optando  al  mismo  acerca  del  tema  Transformaciones  que  origina 
la  legislación  general  de  las  Cortes  de  León  y  Castilla  en  los  fue- 
ros municipales  hasta  los  Reyes  Católicos,  haciendo  en  ella  indi- 
cación precisa  de  los  documentos  en  que  la  narración  se  apoye, 
y  bajo  las  siguientes  condiciones: 

Los  manuscritos  que  se  presenten  optando  á  este  premio  de- 
berán estar  en  correcto  castellano  y  letra  clara,  y  se  presenta- 
rán en  la  Secretaría  de  la   Academia,  calle  de  León,  21,  acom- 


DOCUMENTOS   OFICIALES  369 

panados  de  pliego  cerrado  que,  bajo  el  mismo  lema  puesto  al 
principio  del  texto,  contenga  el  nombre  y  lugar  de  residencia 
del  autor. 

El  plazo  de  admisión  terminará  el  3 1  de  Diciembre  de  I921, 
á  las  cinco  de  la  tarde. 

Podrá  acordarse  un  accésit  si  se  estimaran  méritos  para  ello. 

Será  propiedad  de  la  Academia  la  primera  edición  de  la  obra 
ú  obras  presentadas,  conforme  á  lo  dispuesto  de  un  modo  gene- 
ral en  el  art.  1 3  del  Reglamento  de  la  misma. 

Si  ninguna  de  las  obras  presentadas  fuese  acreedora  al  premio, 
pero  digna  alguna  de  ellas  de  publicarse,  se  reserva  la  facultad 
de  costear  la  edición,  previo  consentimiento  del  autor.  En  el  caso 
de  publicarse  se  darán  al  dicho  autor  200  ejemplares. 

Todos  los  otros  manuscritos  presentados  se  guardarán  en  el 
Archivo  de  la  Academia. 

Declarados  los  premios,  se  abrirán  solamente  los  pliegos  co- 
rrespondientes á  las  obras  premiadas,  inutilizándose  los  que  no 
se  hallen  en  este  caso  en  la  Junta  pública  en  que  se  haga  la  ad- 
judicación. 

FUNDACIÓN  DEL  EXCMO.  SR.  DUQUE  DE  BERWICK.  Y  DE  ALBA,  CONDE  DE 
LEMOS,  EN  MEMORIA  DE  LA  EXCMA.  SRA.  DOÑA  ROSARIO  FALCÓ  Y  OSSO- 
RIO,  DUQUESA  DE  BERWICK  Y  DE  ALBA,  CONDESA  DE  LEMOS  Y  SIRUELA, 
INSTITUÍDA  EN  IQIj  PARA  CONMEMORAR  EL  TERCER  CENTENARIO  DE  LA 
PUBLICACIÓN  DEL   «QUIJOTE». 

(Tercera  convocatoria.) 

IV.  En  cumplimiento  de  lo  que  se  dispone  en  la  escritura  en 
que  se  instituye  la  expresada  Fundación,  la  Real  Academia  de 
la  Historia  abre  un  concurso  para  premiar  una  obra  de  carácter 
histórico,  bajo  las  siguientes  condiciones: 

I.^  Para  los  trabajos  que  opten  á  este  premio  el  tema  será 
de  libre  elección  de  los  autores. 

2.*  El  premio  consistirá  en  doce  mil  pesetas  en  metálico, 
descontados  los  gastos  de  administración,  y  sin  perjuicio  del 
aumento  ó  disminución  que  tengan  los  intereses  del  capital  des- 
tinado á  la  Fundación. 

TOMO  ixxv  24 


370  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DK    LA    HISTORIA 

3/  El  término  para  la  presentación  de  obras  para  este  con- 
curso comenzará  á  contarse  desde  el  día  de  la  publicación  de 
esta  convocatoria  en  la  Gaceta  de  Madrid,  y  quedará  cerrado  el 
31  de  Enero  de  1 920,  á  las  doce  de  la  noche,  recibiéndose  las 
obras  en  la  Secretaría  de  la  Academia. 

4.''  El  premio,  si  se  presentase  obra  digna  de  él  á  juicio  de 
la  Academia,  será  adjudicado  en  Mayo  de  1920,  siempre  que  la 
extensión  ó  índole  de  la  obra  ú  obras  presentadas  hagan  posible 
su  examen  en  el  plazo  de  Enero  á  Mayo,  pues  de  no  ser  así,  se 
entenderá  éste  prorrogado  hasta  el  fin  del  año,  haciéndose  la 
entrega  al  autor  en  cualquier  solemnidad  pública  que  la  Acade- 
mia celebre  después  de  hecha  la  adjudicación. 

5.^  La  impresión  de  la  obra  premiada  correrá  á  cargo  y  be- 
neficio del  autor,  al  que  no  se  le  entregará  la  totalidad  del  pre- 
mio hasta  después  de  impresa  la  obra,  reteniendo  entretanto  la 
Academia  la  parte  de  metálico  que  estimare  suficiente  para  la 
impresión. 

6.^  Los  manuscritos  no  premiados  se  devolverán  á  sus  res- 
pectivos dueños,  quedando  propiedad  de  la  Academia  el  manus- 
crito de  la  obra  premiada. 

"J ^  Los  originales  presentados  al  concurso  no  podrán  ser  sus- 
critos por  el  autor,  el  cual  conservará  en  la  obra  el  anónimo, 
distinguiéndola  con  un  lema  igual  á  otro  que,  en  sobre  cerrado, 
lacrado  y  sellado,  firmará  el  autor  declarando  su  nombre  y  ape- 
llidos, y  haciendo  constar  su  residencia  y  el  primer  renglón  de 
la  obra. 

8.^  Podrán  las  obras  ser  escritas  por  uno  ó  varios  autores, 
pero  en  ningún  caso  se  dividirá  el  premio  entre  dos  ó  más 
obras. 

9.^  Sólo  se  admitirán  al  concurso  las  obras  inéditas  no  pre- 
miadas en  otros  anteriores  y  escritas  por  españoles  y  en  este 
idioma,  quedando  excluidos  los  que  sean  individuos  de  esta  Cor- 
poración. 

10.  La  Secretaría  admitirá  las  obras  que  se  le  entreguen  con 
los  anteriores  requisitos,  y  dará  de  cada  una  de  ellas  recibo  en 
que  se  exprese  su  titulo,  lema  y  primer  renglón.  El  autor  que 


DOCUMENTOS   OFICIALES  37 1 

remita  su  obra  por  el  correo  designará,  sin  nombrarse,  la  perso- 
na á  quien  se  haya  de  dar  el  recibo. 

11.  Si  antes  de  haberse  dictado  fallo  acerca  de  las  obras  pre- 
sentadas quisiera  alguno  de  los  autores  retirar  la  suya,  se  le  de- 
volverá exhibiendo  dicho  recibo  y  acreditando,  á  satisfacción  del 
Secretario,  ser  autor  de  la  que  reclame  ó  persona  autorizada  para 
pedirla. 

12.  Si  por  no  encontrar  mérito  bastante  en  las  obras  presen- 
tadas á  concurso  éste  fuese  declarado  desierto,  la  Academia  lo 
anunciará  oportunamente  y  abrirá  otro  nuevo  por  otros  tres 
años,  sin  perjuicio  del  que  anuncie  en  su  trienio  respectivo. 

13.  Adjudicado  el  premio  se  abrirá  el  pliego  correspondien- 
te y  se  leerá  el  nombre  del  autor. 

Madrid,  l.°  de  Julio  de  1919. — Por  acuerdo  de  la  Academia, 
el  Secretario  interino,  Juan  Pérez  de  Guzmán y  Gallo. 


II 

EL  DOS  DE   MAYO  DE  1808  EN   MADRID,   DECLARADO  FIESTA 
NACIONAL  EN  EL  URUGUAY 

El  Gobierno  de  la  República  Oriental  (América  del  Sur)  ha 
decretado  la  declaración  de  fiesta  nacional^  en  homenaje  á  Espa- 
ña, el  día  Dos  de  Mayo.  La  moción  de  esta  ley  fué  hecha'en  el 
Senado  uruguayo  el  día  1 5  de  Mayo  último  por  el  Senador  don 
Justino  Jiménez  de  Aréchaga.  He  aquí  la  exposición  de  motivos 
con  que  presentó  su  proyecto  de  ley,  según  lo  publica  El  Bien  Pú- 
blico, de  Montevideo,  en  su  número  del  mismo  día,  y  que  nos  ha 
sido  transmitido  por  nuestro  Correspondiente  D.  M.  Falcao  Es- 
palter. 

EXPOSICIÓN    DE    MOTIVOS 

Apenas  reclama  justificación  el  proyecto  de  ley  para  el  que 
solicito  la  aprobación  del  H.  Senado.  La  ley  ha  realizado  ya  obra 
de  reconocimiento  nacional  para  las  grandes  influencias  espiri- 


372  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE   LA    HISTORIA 

tuales  que  han  contribuido  á  la  formación  de  nuestra  vocación 
democrática  penetrando  nuestro  espíritu  con  los  altos  valores 
morales  que  han  sido  el  aporte  de  los  más  grandes  pueblos  al 
progreso  de  la  humanidad.  Pero,  por  lo  mismo  que  son  la  afir- 
mación más  alta  de  solidaridades  fecundas,  de  reconocimiento 
histórico,  de  honda  é  inquebrantable  vinculación  espiritual,  esas 
leyes  son  injustas  si  significan  olvido  para  vínculos  ó  influencias, 
históricas  esenciales  en  la  formación  del  alma  nacional.  El  pro- 
yecto de  homenaje  á  España  repara  esa  injusticia  y  salda  nues- 
tra más  vieja  deuda  nacional. 

Fuera,  en  efecto,  la  más  grande  injusticia  negar  á  la  España 
dos  veces  colonizadora,  fundadora  primero  de  patrias  y  de  estir- 
pes sobre  toda  la  extensión  del  Continente,  cuando  la  tierra  de 
América  vio  abiertas  al  espíritu  nuevas  rutas  desconocidas  so- 
bre las  aguas  de  sus  mares,  y  creadora  luego  de  nuevos  valores 
sociales,  morales,  económicos  y  políticos  en  las  patrias  nuevas^ 
contribuyendo  á  su  consolidación  institucional,  la  consagración 
oficial  de  una  de  sus  fiestas  como  expresión  de  reconocimiento 
filial  y  de  inquebrantable  amistad  internacional. 

La  fiesta  de  España  en  el  Uruguay  significa  amistad  sin  agra- 
vios y  gratitud  sin  reservas  para  la  madre  Patria.  Es  el  tributo 
nacional  á  la  España  que  se  gastó  locamente  en  la  aventura  de 
la  conquista  trayendo  á  estas  tierras  nuevas,  para  que  en  ellas 
floreciera  magníficamente  ese  espíritu  de  la  raza  que  Fouillée 
sintió,  áspero  como  las  brisas  de  sus  sierras,  duro  como  su  suela 
y  ardiente  como  su  sol,  que  alimentaba  un  ideal  fuerte  de  virili- 
dad y  un  individualismo  combativo,  que  había  de  encender  más 
tarde  las  hogueras  de  la  revolución,  fundar  la  República,  luchar 
contra  los  Gobiernos  personales  y  crear  la  democracia,  como  si 
ésta  fuera  un  retoño,  en  tierras  lejanas,  de  aquel  viejo  tronco  del 
municipalismo  español,  que  dictó  el  primero  á  la  Europa  las 
bases  esenciales  del  Derecho  público  moderno,  porque  significó 
la  más  fuerte  conciencia  de  derecho  y  de  la  libertad  civil.  Es  esa 
fiesta  la  fiesta  del  abuelo  de  la  colonia,  tronco  del  patriciado  de 
la  revolución  y  del  núcleo  más  tradicionalmente  uruguayo  de 
nuestra  sociabilidad,  á  la  que  impuso  el  sello  inconfundible  de  su 


DOCUMENTOS    OFICIALES  373 

perfecto  equilibrio  moral.  Y  es  también  el  reconocimiento  del 
aporte  millonario  de  la  energía  española  á  la  riqueza  pública,  de 
la  contribución  generosa  á  la  cultura  y  al  progreso  del  país,  de 
esa  inmigración  española  que  volcó  en  nuestras  playas  contin- 
gentes de  hombres  buenos,  sanos  y  fuertes,  educadores  para 
nuestra  juventud,  iniciadores  para  nuestras  industrias,  trabajado- 
res, tesoneros  y  humildes  para  nuestras  tierras,  y,  sobre  todo, 
padres,  de  recia  contextura  moral,  para  millares  de  nuestros 
hermanos. 

Y  para  esta  sanción  de  afectos  que  tienen  raíces  tan  hondas 
en  el  alma  nacional,  ninguna  fecha,  en  la  larga  historia  de  glorias 
de  una  Nación  que  llena  ella  sola  anales  de  siglos,  como  ese  Dos 
DE  Mayí),  que  es  su  expresión  más  alta  de  conciencia  nacional 
en  la  historia  moderna. 

Justino  Jiménez  de  Aréchaga, 

Senador  por  Flores.» 

Para  manifestar  su  agradecimiento  al  Estado  uruguayo,  por 
haber  decr'^tado,  después  de  la  aprobación  del  Senado  y  de  la 
Cámara  de  Representantes  de  la  República  Oriental  del  Uruguay, 
la  referida  declaración  de  fiesta  nacional,  en  homenaje  á  España, 
el  día  Dos  de  Mayo,  el  Club  Español  de  Alontevideo  celebró  el 
mismo  día  15  una  gran  reunión,  á  la  que  habían  sido  invitados 
todos  los  Centros  y  Sociedades  de  la  colonia  española,  y  bajo  la 
presidencia  del  Comité  ejecutivo,  formado  por  los  Sres.  D.  José 
García  Conde,  D.  José  Abella,  D.  Manuel  Senra,  D.  Francisco 
B.  Helguera,  D.  C.  Sánchez  Mosquera,  D.  Bartolomé  Arias,  don 
Manuel  Magariños,  D.  Í^Iiguel  Barros  Castro  y  D.  José  M.  Sarrei- 
zo,  se  tomaron  los  acuerdos  oportunos  para  comunicar  su  grati- 
tud á  los  señores  presidentes  del  Senado  y  de  la  Cámara  de  Re- 
presentantes, al  del  Consejo  Nacional  de  Aministración,  al  de  la 
República  y  al  Ministro  de  Instrucción  Pública,  y  para  los  demás 
actos  que  dejen  perpetua  y  honorífica  memoria  del  de  adhesión 
a  la  madre  España  tan  noblemente  demostrada. 

P.    DE    G. 


374  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 


III 

COMISIÓN  PROVINCIAL  DE  MONUMENTOS  HISTÓRICOS 
Y  ARTÍSTICOS  DE  ZAMORA 

Don  Federico  de  Nicolás  y  Teijeiro^  Secretario  de  la  Comisión 
provincial  de  Monumentos^ 

CERTIFICO:  Oue  en  sesión  celebrada  por  la  Comisiórh 
provincial  de  Monumentos  el  día  diez  y  seis  de 
Octubre  último  se  acordó  lo  que  copiado  á  la 
letra  del  acta  dice  así: 

<íActa  de  la  sesión  extraordinaria  del  1 6  de  Octubre  de  igiS. 
SeSorks:  En  la  ciudad  de  Zamora,  á  diez  y  seis  de 

Gras      Correspondiente    de     Q^^^^^^     ¿g    j^jj     novecicntOS     dicZ    y    Ocho, 
la  Real  Academia   de  la  -'  ' 

Historia.  reunidos  en  la  Dirección  provincial  de  Bellas 

Deán,  en  representación  del 

Sr.  Obispo.  Artes,    previa   citación,   los  señores  que  al 

Alcalde.  ,  -,      ■      ^       r^ 

Viioria,  Arquitecto  provin-    margen  sc  e.xpresan  para  constituir  la  Comi- 
"!^^'        ^  ,.       sión  provincial  de  Monumentos  con  arregflo 

Ballesteros,  Correspondien-  ^  ° 

te  de  la  Real  Academia   gj   nuevo    Reglamento   aprobado    por   Real 

de  la  Historia. 
Crespo,  Correspondiente  de     dcCfCtO    de    I  I    dc   AgOStO    ÚltilllO,    SC    prOCe- 
la  Real  Academia  de  San      ,.,  .  ,  ,         .   ■        ,     ,       .  ,.,         .  , 

Fernando.  dio,  en  primer  termino,  a  designar  rresiden- 

De Nicolás,  Correspnndien-   ^^      Secretario  accidcutales,  correspondían- 

te  de  la  Real  Aeademia  de 

San  Fernando.  dolcs  ocupar  el  primero  de  dichos  cargos  á 

D.  Rafael  Gras  y  Estévez,  y  el  segundo  á  D.  Federico  de  Nicolás 
y  Teijeiro,  como  más  antiguo  y  más  moderno,  respectivamente, 
de  los  Correspondientes  asistentes. 

Se  procedió  después,  por  el  Secretario  que  suscribe,  á  la  lec- 
tura del  acta  de  la  sesión  anterior,  que  fué  aprobada,  leyéndose 
á  continuación  el  artículo  del  citado  Reglamento  referente  á  la 
elección  de  cargos. 

A  propuesta  del  Sr.  Ballesteros,  y  por  unanimidad,  quedó 
constituida  esta  Comisión  por  los  señores  siguientes: 

Presidente:  D.  Rafael  Gras  y  Estévez,  Correspondiente  de  la 
Real  Academia  de  la  Historia. 


DOCUMENTOS   OFICIALES  375 

Vicepresidente:  D.  José  Crespo  Alvarez,  Correspondiente  de  la 
Real  Academia  de  San  Fernando. 

Conservador:  D.  Severiano  Ballesteros,  Correspondiente  de  la 
Real  Academia  de  la  Historia. 

Secretario:  D.  Federico  de  Nicolás  y  Teijeiro,  Correspondiente 
de  la  Real  Academia  de  San  Fernando. 

A  propuesta  del  .Sr.  Gras,  á  la  que  se  adhirieron  todos  los 
Correspondientes,  se  acordó  constara  en  acta  la  satisfacción  con 
que  se  habían  visto  los  nombramientos  de  nuevos  Vocales  natos 
de  la  Comisión;  seguidamente  se  acordó  confirmar  en  los  respec- 
tivos cargos  de  Vocales  de  la  Junta  de  espectáculos  y  visita  de 
templos  á  los  Sres.  Crespo  y  Ballesteros;  autorizar  al  Sr.  Presi- 
dente para  el  nombramiento  de  Comisiones,  y,  por  último,  que 
se  comunique  á  las  autoridades  y  Corporaciones  la  constitución 
de  esta  Comisión. 

No  habiendo  más  asuntos  de  que  tratar,  el  .Sr.  Presidente  le- 
vantó la  sesión,  de  la  que  yo,  como  .Secretario,  certifico. — Fede- 
rico de  Nicolás.  (Rubricado.)— V.°  B.°:  El  Presidente,  R.  Gras. 
(Rubricado.)» 

Y  para   que  conste,  y  en  cumplimiento  á  lo  que  dispone  el 

artículo  7-°  del  Reglamento  y  con  el  fin  de  elevar  la  presente  á 

la  Real  Academia  de  Bellas  Artes  de  San  Fernando,  expido  la 

presente  con  el  visto  bueno  del  Sr.  Presidente,  en  Zamora  á  diez 

y  ocho  de  Octubre  de  mil  novecientos  diez  y  ocho. — V.°  B.°:  El 

Presidente,  Rafael  Gras. 

Federico  de  Nicol.'Ís. 


IV 

COMI.SIÜN  PROVINCIAL  DE  MONUMENTOS  HISTÓRICOS 
Y  ARTÍSTICOS  DE  VALENCIA 

Previa  la  oportuna  convocatoria  y  cumplidas  las  disposiciones 
del  Reglamento  de  II  de- Agosto  de  1918,  pertinentes  al  caso, 
se  reunió  esta  Comisión  en  el  local  acostumbrado,  bajo  la  presi- 


376  boletIn  de  la  real  academia  de  la  historia 

dencia  de  edad  de  D.  Gonzalo  Salva,  y  leídos  los  artículos  l.°, 
2.°  y  3.°  del  citado  Reglamento,  se  procedió  á  la  elección  de 
cargos,  quedando  constituida  la  Comisión  para  el  trienio  de 
1919-192 1  en  esta  forma: 

Presidente:  D.. Gonzalo  Salva  y  Simbor,  de  la  Real  Academia 
de  San  Fernando. 

Vicepresidente:  Sr.  D.  José  Ruiz  de  Lihori,  Barón  de  Alcahali 
y  de  Mosquera,  de  la  Real  Academia  de  la  Historia. 

Conservador:  D.  Vicente  Vives  Liern,  de  la  Real  Academia  de 
la  Historia. 

Secretario:  D.  Luis  Tramoyeres  Blasco,  de  la  Real  Academia 
de  San  Fernando. 

Vocales:  D. Marcelino  Gutién-ez  del  Caño,  de  la  Real  Acade- 
mia de  la  Historia;  muy  ilustre  Sr.  D.  José  Sanchiz  Civera,  ídem; 
Excmo.  Sr.  D.  José  Martínez  Alcoy,  ídem;  D.  Eduardo  Arévalo, 
de  la  Real  Academia  de  San  Fernando;  D.  Vicente  Rodríguez 
Martí,  ídem;  D.  Antonio  Alartorell  y  Trilles,  ídem;  D.  José  Al- 
biol  López,  ídem;  D.  Teodoro  Izquierdo,  ídem;  D.  Ramón  Mar- 
tínez, ídem;  D.  Juan  Dorda  y  Morera,  ídem;  D.  Ángel  Tebar, 
ídem,  y  Excmo.  Sr.  D.  Enrique  Tormo,  ídem. 

Vocales  natos:  Presidente  de  la  Diputación  provincial.  Alcalde 
de  Valencia,  Rector  de  la  Universidad,  Prelado  de  la  diócesis, 
representado  por  el  M.  L  Sr.  D.  José  Sanchiz  Civera;  Presidente 
de  la  Academia  de  Bellas  Artes  de  San  Carlos,  dos  representan- 
tes de  la  Academia  de  Bellas  Artes,  Arquitecto  provincial.  Ar- 
quitecto mayor  municipal,  -Vrquitecto  diocesano  y  Director  del 
Museo  provincial  de  Bellas  Artes. 

Y  no  siendo  otro  el  objeto  de  la  convocatoria,  se  levantó  la 
sesión,  de  que  certifico  en  Valencia,  á  14  de  Enero  de  IQIQ- — 
V.°  B.°:  El  Presidente,  Gonzalo  Salva.  (Rubricado.) — El  .Secre- 
tario, Luis  Tramoyeres.  (Rubricado.) 

Es  copia,  de  que  certifico. 
El  Vocal  Secretario, 

Luis    Tr.\moveres. 


DOCUMENTOS   OFICIALES  377 


V 


COMISIÓN  PROMNCIAL  DE  MONUMENTOS  HISTÓRICOS 
Y  ARTÍSTICOS  DE  LUGO 

Señores;         '  Rcunídos,  previa  citacióii,  á  las  cinco  de 

Várela  Lenzano.  la  tarde   dcl  día   dc  la  fecha,  en  la  Sala  de 

Montenegro  y  Soto.  r\       r  í    i    r  •  /^  i  't  ^        • 

Portábales,  D.  Inocencio,  rrotcsores  del  Instituto  Lrencral  y  1  ecnico, 
co„,„Acadé„,icoyenre-   j^^  g^.^^^  Vocales  dc  la  Comisión  provincial 

presentación  del  llustrisi-  '- 

simo  Sr.  Obispo.  dc  Monumentos  Históricos  y  Artísticos  que 

Amor  Meilán. 

Veíayus,  Director  del insti-   al  margen  sc  índicaa,  el  Sr.  Várela  Lenzano, 

tuto    General   y    Técnico.  a  i  ^       •  j^  ^  •        ,  '  i  • 

Piez,  D.  Mario,  Arquitec-  como  Academico  Correspondiente  mas  anti- 
lo  provincial.  guQ^  abrió  y  presidió  la  sesión,  actuando  de 

Secretario  el  más  moderno,  Sr.  Amor  Aleilán,  no  habiendo  con- 
currido los  Sres.  Portábales  (D.  Valentín)  y  González  Maseda 
(D.  Pedro),  por  hallarse  enfermos,  y  el  Sr.  Presidente  de  la 
Diputación  y  el  Alcalde,  por  impedírselo  otros  perentorios 
quehaceres. 

El  Sr.  Presidente  dio  cuenta  de  un  telegrama  dirigido  por  el 
Académico  Correspondiente  de  la  Historia  en  Vivero,  D.  Jesús 
Noya  González,  rogando  se  le  considerase  como  presente  al 
acto. 

Por  orden  de  la  Presidencia  también  leyó  el  Secretario  el  nue- 
vo Reglamento  de  las  Comisiones  provinciales  de  Monumentos, 
fecha  1 1  de  Agosto  último,  procediéndose  seguidamente  á  la 
votación  de  los  cargos  que  en  él  se  indican,  resultando  ele- 
gidos: 

Presidente:  D.  Indalecio  Várela  Lenzano. 

Vicepresidente:  D.  José  María  Montenegro  y  Soto. 

Conservador:  D.  Inocencio  Portábales  Noguera;  y 

Secretario:  D.  Manuel  Amor  Meilán. 

Correspondientes  de  la  Academia  de  Bellas  Artes  el  primero 
y  el  último,  y  de  la  Historia  los  otros  dos. 

En  vista  de  la  escasez  de  Académicos  que  tiene  la  Comisión, 
aumentada  en  la  actualidad  por  las  enfermedades  de  los  señores 


37°  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Portábales  y  González  Maseda,  que  les  impide  concurrir  á  las 
sesiones,  se  hizo  presente  la  conveniencia  de  proponer  á  la  Su- 
perioridad el  nombramiento  de  nuevos  Correspondientes,  reca- 
yendo estas  propuestas  en  los  Sres.  D.  Joaquín  Arias  Sanjurjo, 
vecino  de  Monforte,  y  D.  Manuel  García  Blanco,  de  Lugo,  para 
Ji  Correspondientes  de  la  Historia,  y  D.  Alfredo  Lorenzo  López  y 
D.  Luis  L.  Martí,  para  Correspondientes  de  la  de  Bellas  Artes  de 
San  Fernando. 

Y  no  habiendo  más  asuntos  de  que  tratar,  el  Sr.  Presidente 
levantó  la  sesión  y  dispuso  que  se  extendiera  la  presente  acta, 
que  firma  conmigo.  Secretario,  en  Lugo,  á  ventiuno  de  Enero  de 
mil  novecientos  diez  y  nueve. — El  Presidente,    Vare/a  Leuzano. 

El  Secretario, 

AL  Amor  MeilAn. 


COMISIÓN  PROVINCIAL  DE  MONUMENTOS  HISTÓRICOS 
Y  ARTÍSTICOS  DE  PONTEVEDRA 

Señores:  í^"  Pontevedra,  á  veintidós  de  Enero  de 

D.  Casio  Sampedro.Acadó-  mil  novecientos  diez  y  nuevc,  reunidos  los 

mico  Correspondiente   de  ^  ,  i    T        i- 

la  Real  Academia  de' la  senores  que  al  margen  se  expresan,  el  Insti- 

Hisioria  (Decano!.  ^^,^q  General  y  Técnico,  para  proceder  á  la 

1).  José    Bañares,  Academí-  •'  '  ^ 

co  Correspondiente  de  la  reorganizacióti  de  la  Comisión  provincial  de 

Real  Academia  de  la  His- 
toria. Monumentos   Históricos  y  Artísticos,   con- 

D.   Manuel   de    la    Fuente,  r-  ,    ,  ,  .  i    -r»       i      i  i 

Académico  de  la  de  Be-  ^orme  a  lo  preceptuado  en  el  Real  decreto 

üaldo""  ''°  ^"°  ''"'  ^^  ^-^  ^^  Agosto  de  1918,  se  constituyó  la 

D.  Antonio  Pazos,  Presi-  sesión  bajo  la  presidencia  del  señor  Acadé- 

dente    de    la    Diputación 

Provincial.  mico  decano,  siendo  nombrados:   vtceprest- 

D  Javier  Vieira,  Alcalde  de  ¿    ^     p   ;^^anuei  jg  [^  Fuente,  Correspon- 

la  capital.  '  '  ^ 

D.  Ernesto  Caballero,  Di-  cliente  de  la  Real  Academia  de  Bellas  Artes; 

rector  del  Instituto  Gene- 
ral y  Técnico.  Conservador^  D.  José  Bañares,    Correspon- 

D.  Juan  Argenti,  Arquitec-  ..  .       1      t-»       1      a  1  •        1       1       1  t-    i.       • 

to  provincial,  dicnte  de  la  Keal  Academia  de  la  Historia, 


DOCUMENTOS    OFICIALES  379 

D.  Mariano  Fernández  Ra-    y  Sec/riario,  D.  Juaii  Argenti,  pof  no  rcsi- 

gel,    Arquitecto  d  ioce-     ' 

sano.  dir  en  la  localidad  más  Académicos  y  ser  el 

D.  Enrique  Zarafiegui,  Jefe  .  .  ,  , 

de  la  Biblioteca  provin-    ^ue  anteriormente  desempeiiaba  el  cargo, 
ciai (Museo  bibiiogrifico,.        j  ,^  Comisión,  por  unanimidad,  acuerda  un 

voto  de  gracias  á  D.  Xavier  Cabello  Lapiedra,  Presidente  hono- 
rario de  la  misma,  como  Gobernador  civil,  por  el  celo  con  que 
vela  por  los  intereses  históricos  y  artísticos  y  por  su  labor  como 
Presidente  en  la  anterior  constitución  de  esta  Comisión. 

El  Secretario  da  cuenta  de  un  oficio  de  la  Comisión  mixta  or- 
ganizadora de  las  Provinciales  de  Monumentos,  interesando  se 
remitiera  relación  de  méritos  de  los  Sres.  D.  Antonio  López 
Hernández  y  D.  Francisco  Riestra  Calderón,  que  en  la  sesión  an- 
terior fueron  propuestos  para  Académicos  Correspondientes  de 
la  Real  Academia  de  Bellas  Artes,  y  de  la  relación  de  méritos  de 
los  mismos  que  fué  enviada  á-dicha  Comisión' mixta,  merecien- 
do la  aprobación  de  la  Comisión  y  deseando  ésta  se  interese  á  la 
Real  Academia  el  nombramiento  de  dichos  señores  por  sus  mé- 
ritos y  por  la  necesidad  de  sus  servicios  en  esta  provincia. 

Dio  asimismo  cuenta  del  oficio  del  Secretario  de  la  Real  Aca- 
demia de  Bellas  Artes  interesando  al  Presidente  reúna  esta  Co- 
misión, y  de  otro  oficio  de  la  Comisión  de  Oviedo  saludando  á 
ésta,  que  es  muy  agradecido,  y  se  acuerda  devolver  ofreciendo 
también  el  concurso  de  esta  Corporación. 

Por  último,  se  acuerda  remitir  copia  del  acta  á  las  dos  Rea- 
les Academias,  según  dispone  el  art.  7.°  del  Reglamento,  ma- 
nifestando el  buen  deseo  existente  de  velar  por  los  intereses  his- 
tóricos y  artísticos  que  están  encomendados  á  esta  Comisión 
provincial. 

\'  no  habiendo  más  asuntos  de  que  tratar,  se  levantó  la  sesión- 
Casto  Sampedro. — José  Bañares. — Manuel  de  la  Fuente. — Anto- 
nio Pazos. — Javier  Vieira. — Ernesto  Caballero. — Mariano  Fer- 
nández Ragel.— Enrique  Zaratiegui. — Juan  Argenti. — V.°  B.°:  el 
Presidente,  Casto  Sampedro. 

Escopia. 
El    Secretario, 

].  Argenti. 


NOXICIAS 


En  el  mes  de  Septiembre  último  falleció  nuestro  Correspondiente 
Excmo.  Sr.  D.  Alejandro  Groizard,  Presidente  que  había  sido  del  Senado 
y  actual  de  la  Real  Academia  de  Ciencias  Políticas  y  Morales.  Su  pro- 
puesta para  la  de  la  Historia  data  del  2  de  Mayo  de  186S,  firmada  por  los 
Sres.  D.  Pedro  Gómez  de  la  Serna,  D.  José  Amador  de  los  Ríos  y  D.  Vicen- 
te La  Fuente.  Su  elección  se  hizo  el  21  del  mismo  mes.  El  Sr.  Groizard  re- 
sidía entonces  en  Valencia,  de  cuya  Audiencia  territorial  era  Magistrado. 

— También  ha  fallecido  en  el  Haya  (Holanda)  nuestro  Correspondiente, 
Excmo.  Sr.  D.  C.  F.  Fynje  de  Salverdá,  autor  de  varias  publicaciones  de 
Geografía  é  Historia  en  español  y  en  holandés,  referentes  á  los  informes 
á  España  sobre  las  cuestiones  de  las  islas  dejólo.  Su  nombramiento  data 
de  1898,  en  cuya  época  era  Cónsul  general  de  la  República  de  Liberia  y 
Cónsul  de  Holanda  en  Madrid,  después  de  haber  ejercido  el  mismo  car- 
go en  Barcelona  desde  1870  hasta  1881.  Era  también  miembro  de  la  So- 
ciedad Geográfica  desde  su  fundación.  Son  obras  suyas  una  Historia  cii- 
iica  de  la  guerra  de  Troya,  en  holandés;  unos  Apuntes  heráldicos,  en  fran- 
cés, y  un  bosquejo  paleozoológico,  en  español,  titulado  El  Saharasáuro. 


Entre  los  legados  que  á  la  Academia  hizo  en  su  testamento,  otorgado 
en  Lieja  (Bélgica)  el  15  de  Octubre  de  1905,  y  bajo  el  cual  falleció  en  Di- 
ciembre de  1914,  nuestro  Correspondiente  en  dicha  ciudad  M.  E.  O.  Dog- 
née,  Barón  de  Viclers,  figuraba  su  Biblioteca,  manuscritos,  incunables  y 
demás  libros  que  tío  fueran  de  Derec/io.  La  diligencia  exquisita  puesta  por 
nuestro  ilustre  Ministro  de  España  en  Bélgica,  Excmo.  Sr.  Marqués  de 
Villalobar,  que  en  medio  de  las  vicisitudes  y  graves  ocupaciones  del  pe- 
ríodo que  ha  durado  la  guerra  no  dejó  de  interesarse  en  los  asuntos  de 
aquella  testamentaría  en  virtud  de  la  delegación  que  la  Academia  le 
había  conferido,  apenas  terminada  ésta  dispuso  que  dicha  Biblioteca  y  su 
contenido  viniesen   á  España,  y  recogidos  sus  libros  en  35  cajones,  coa 


NOTICIAS  381 

3.310  kilos  de  peso,  fueron  embarcados  en  el  vapor  Ripa,  de  la  Sociedad 
Anónima  Comercial  y  de  Transportes  de  Bilbao,  de  donde  salieron  de 
Amberes  para  esta  última  plaza  el  19  de  Mayo  último,  dando  cuenta  de 
ello  inmediatamente  á  nuestro  Cuerpo. 

El  vapor  Ripa  descargó  estas  cajas  en  Pasajes  el  20  de  Junio,  y  el  2  de 
Julio,  en  pequeña  velocidad,  fueron  dirigidas  á  Madrid,  donde  llegaron  y 
fueron  recogidas  el  10  del  mismo. 

Abiertas  dichas  cajas  en  esta  Secretaría,  con  autorización  del  señor 
Director,  han  sido  extraídos  de  ellas  2.355  volúmenes  de  obras  completas 
de  Historia,  Arqueología,  Jurisprudencia,  Literatura,  Bellas  Artes,  Cien- 
cias, y  Geografía  y  Viajes;  200  volúmenes  de  obras  incompletas;  1.792 
ejemplares  de  las  obras  particulares  escritas  y  publicadas  por  el  señor 
Dognée;  un  número  todavía  no  determinado  de  revistas  y  folletos  de 
varia  índole,  y  otro  número  extraordinario  de  libros  ú  hojas  de  libros  que 
no  completan  volúmenes  ni  ejemplares.  De  la  Biblioteca  del  Sr.  Dognée 
no  se  ha  recibido  inventario. 

De  todo  se  forman  papeletas  numeradas,  Catálogo  y  estadística,  de 
que  oportunamente  se  dará  cuenta  á  la  Academia  y  en  el  Boletín. 


•Por  conducto  del  Ministerio  de  Estado  recibió  la  Academia,  con  fecha 
del  20  de  Julio  último,  la  comunicación  que  nos  dirige  desde  Schwerin 
(Mecklenburgo)  nuestro  Correspondiente  el  Profesor  y  Bibliotecario  de 
aquella  Universidad  Doctor  Ernesto  Scháfer,  invitándola  á  su  asociación 
á  las  fiestas  escolares  con  que  el  12  de  Noviembre  próximo  se  ha  de  cele- 
brar el  quingentésimo  aniversario  de  la  fundación  de  aquella  célebre  y 
antigua  Universidad.  En  efecto,  la  Mecklenburgense  de  Rostock  en  el 
año  14 19  fué  fundada  por  los  Duques  de  Mecklenburgo  Juan  II  y  Alber- 
to I  y  el  Obispo  Enrique  de  Schwerin,  con  autorización  pontificia  del 
Papa  Martín  I,  y  durante  los  cinco  siglos  de  su  existencia  permanente  ha 
tenido  alzado  el  pendón  de  la  ciencia  y  ha  sido  la  madre  literaria  de  los 
setenta  mil  jóvenes  estudiantes  que  en  sus  cátedras  han  ilustrado  su  inte- 
ligencia y  entre  los  que  ha  habido  algunos  esclarecidos  españoles.  La 
Universidad  de  Mecklenburgo  es  la  tercera  de  las  de  Alemania. 

El  señor  Director,  Marqués  de  Laurencín,  en  uso  de  las  atribuciones  que 
le  confiere  el  art.  vm  de  nuestros  Estatutos,  ha  confiado  al  Doctor  Scháfer 
la  representación  de  la  Academia  en  los  actos  literarios  de  esta  solemni- 
dad, encargándole  al  mismo  tiempo  la  debida  felicitación  por  conmemo- 
ración tan  plausible. 


El  Ayuntamiento  de  Palencia  incluyó  en  el  programa  de  las  fiestas  de 
San  Antolín,  en  el  año  actual,  la  colocación  de  una  lápida  conmemorativa 


382  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

del  establecimieuto  de  la  primera  Universidad,  que  se  fundó  en  España, 
en  Falencia,  por  el  Rey  Alfonso  VIII  de  Castilla.  Esta  solemnidad  se  ha 
verificado  el  día  3  de  Septiembre  último,  y  la  lápida  se  ha  colocado  en  el 
edificio  del  Instituto  General  y  Técnico  de  la  provincia,  á  la  derecha  de 
la  puerta  de  entrada  al  salón  de  actos. 

La  lápida  es  de  piedra  con  greca  de  motivos  románicos. — A  la  derecha 
en  el  ángulo  superior  lleva  una  cruz,  y  á  la  izquierda  en  el  superior  tam- 
bién un  castillo,  pues  cruces  y  castillos  forman  el  escudo  de  Falencia. 

La  inscripción  que  campea  en  ella  dice  así: 

UNIVERSIDAD    DE    FALENCIA 

EN    EL    AÑO    MCCVIII    EL    REY    ALFONSO    VIII    DE    CASTILLA 

FUNDÓ    EM    ESTA    CIUDAD    LA    PRIMERA    UNIVERSID.^D    DE    ESPAÑA 

EL    PAPA    URBANO    IV    EN    MCCLXV    LA    CONCEDIÓ 

LOS    MISMOS    PRIVILEGIOS    QVE    A    LA    DE    PARÍS 

EL    AYUNTAMIENTO    PERPETÚA    LA    MEMORIA    DE    TAN 

GLORIOSO    SUCESO    PARA    HONOR    DE    P.\LENCIA,    AÑO    MCMXIX. 

No  sólo  las  autoridades  y  la  representación  de  todas  las  corporaciones 
eclesiásticas,  militares  y  civiles  han  tomado  parte  en  la  solemnidad,  sino 
el  pueblo  en  masa  que  ha  acogido  con  verdadero  entusiasmo  esta  conme. 
moración. 

El  profesor  de  primeras  letras  D.  Ambrosio  Garrachóu,  que  ha  sido  el 
promovedor  de  este  acto,  se  lamenta  que  se  desconozca  el  paraje  que  en 
el  siglo  XIII  tuvo  la  Universidad,  aunque  la  tradición  la  supone  en  lo  lla- 
mado Ronda  de  los  Estudios. 


El  Cónsul  general  de  la  República  de  Colombia  en  Barcelona,  D.  Enri- 
que W.  Fernández,  ha  dirigido  una  circular  á  todos  los  Centros  literarios 
de  España  y  de  las  Repúblicas  hispano-americanas,  y  una  excitación  á  to- 
dos los  escritores  y  periodistas  de  lengua  española  en  los  dos  mundos 
para  que  siempre  que  se  nombre  ó  se  escriba  sobre  la  América  de  nuestra 
raza  no  se  la  llame  ¡aliña,  sino  española.  Esta  idea  sigue  haciendo  su  ca- 
mino, principalmente  en  América,  de  donde  ha  partido  la  primera  protesta 
en  tal  sentido,  para  evitar,  como  allí  se  dice,  que  «nosotros  mismos  nos 
neguemos  el  nombre  glorioso  que  tenemos,  rindiéndonos  irreflexivos, 
antipatriotas  y  suicidas  á  absorciones  tenaces  de  móviles  interesados». 


En  la  sesión  del  27  de  Junio  último  presentó  á  la  Academia  el  Sr.  Conde 
de  la  Vinaza,  nuestro  individuo  de  Número,  dos  ejemplares  del  libro  titu- 
lado Crónica  de  la  Corona  de  Aragón^  de  que  es  autor  D.  Gaspar  Caste- 
llano de  la  Feña,  Conde  de  Castellano,   E.xtraída  de  los  Anales  de  Zurita, 


NOTICIAS  3S3 

y  destinada  á  vulgarizar  la  Historia  de  Aragón,  es  muy  interesante  por  la 
escrupulosidad  con  que  se  extracta  al  gran  analista.  Comprende  desde  el 
reinado  de  Don  Ramiro  Sánchez  hasta  la  proclamación  de  Don  Fernando 
el  Católico,  y  en  el  prólogo  da  el  autor  la  razón  esencial  de  tan  impor- 
tante trabajo,  merecedor,  por  la  rectitud  y  concisión  con  que  está  hecho, 
de  los  mayores  encomios. 


Entre  la  diversidad  de  estudios  varios  que  contiene  el  libro  titulado 
Cosas  añejas,  que  ha  regalado  á  la  Academia  su  autor  el  Sr.  Barón  de  San 
Petrillo,  hay  uno  que  se  llama  Guia  de  Guias  (pág.  15),  que  nos  da  noti- 
cias muy  interesantes  de  las  que  ya  en  el  siglo  xviii  se  publicaron  en  Va- 
lencia. Como  en  el  Resumen  histórico  de  la  Guía  UJicial  de  España,  que  ac- 
tualmente reproduce  esta  publicación  cada  año,  se  dice  que  la  más  antigua 
que  se  conoce  con  el  epígrafe  de  Kalendario  particular  y  Guia  de  foras- 
teros de  Madrid  e.s  del  año  1722,  suponiéndose  que  es  la  primera  que  se 
estampó  en  nuestro  país,  el  Sr.  Barón  de  San  Petrillo  nos  da  á  conocer 
la  primera  que  se  publicó  en  Valencia,  segiín  la  opinión  de  Orellana  en 
su  Valencia  antigua  y  moderna  (tomo  i,  folio  25  v.),  con  el  título  de  Gitia 
de  forasteros  en  Valencia,  que  fué  del  año  1741. 

Aunque  después  de  éstas  hay  una  gran  laguna,  pues  no  volvió  á  publi- 
carse hasta  1780,  el  dato  es  de  interés.  Posteriormente,  el  Calendario  ma- 
nual y  Guia  de  forasteros  en  Valencia  se  dio  á  luz  con  este  aditamento  en 
su  nombre  en  los  años  1784,  1790,  1797,  1802  y  1808,  y  más  adelante  sufrió 
nuevas  transformaciones  en  su  título  y  nuevos  aplazamientos  en  su  publi- 
cación; de  manera  que  en  1825  se  llamó  Valencia  en  la  mano,  ó  Guia 
breve,  etc.;  en  1827,  1828  y  1835,  Guia  de  naturales  y  forasteros  en  Valen- 
cia, y  simplemente  Guia  de  Valencia,  e^-a  1829,  1830  y  1834.  El  impresor  de 
todas  estas  Guias  fué  Benito  Moufort,  tan  acreditado  en  el  arte  tipográ- 
fico en  aquella  capital  como  en  Madrid  Ibarra  y  .Sancha. 

El  l^alencia  en  la  mano,  ác  1852  y  1858;  la  Guia  novísima  de  Valencia,  de 
1 86 1,  y  otras  publicacioaes  análogas,  de  que  fueron  autores  D.  José  Ga- 
rulo,  D.  Filiberto  Abelardo  Díaz,  D.  José  María  Sethier,  D.  Carmelo 
Navarro  Reverter  y  otros,  hasta  1915,  no  pueden  considerarse  como  con- 
tinuación efectiva  de  las  que  publicó  Monfort;  pero  todas  contienen  datos 
para  la  historia  de  esta  producción  literaria,  que  en  los  últimos  tiempos 
ha  adquirido  una  importancia  extraordinaria. 

Es  digno  de  aplauso  el  estudio  hecho  sobre  ellas  por  el  Sr.  Barón  de 
San  Petrillo  é  insertado  entre  los  de  sus  Cosas  añejas. 


El  Sr.  D.  Vicente  Castañeda,  que  es  de  la  masa  de  los  que  no  dan  paz 
á  la  mano,  y  cuya  bibliografía  de  asuntos  que  tocan  á  Valencia  es  ya  tan 


384  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

numerosa  como  interesante,  ha  publicado  !as  Relaciones  geográficas,  topo- 
gráficas é históricas  del  Reino  de  Valencia,  hechas  en  el  siglo  XV III á  ruego 
del  ilustre  geógrafo  D.  Tomás  López,  que  comprenden  en  este  primer  vo- 
lumen  las  provincias  de  Alicante  y  Castellón  de  la  Plana. 

Esta  obra  se  adelanta  á  la  continuación  de  la  que  la  Academia  empren- 
dió desde  el  tomo  xl,  de  su  Memorial  Histórico  respecto  á  las  Retenciones 
topográficas  de  toda  España,  y  de  las  que  hasta  ahora  sólo  se  han  publi- 
cado las  de  todos  los  pueblos  de  la  provincia  de  Guadalajara,  de  las 
que  D.  Juan  Catalina  García  dio  á  la  estampa  los  tomos  xli,  xlii  y  xliii, 
y  parte  del  xliv,  en  el  que  habiendo  quedado  interrumpidas  por  su  fa- 
llecimiento, la  Academia  confió  la  conclusión  de  dichos  volúmenes  y  de 
todo  el  XLVí  á  su  malogrado  Numerario  D.  Manuel  Pérez  Villamil. 

El  Sr.  Conde  del  Cedillo  tiene  ya  dispuestas  para  imprimir  las  Rela- 
ciones de  Toledo;  pero,  entre  tanto,  la  obra  del  Sr.  Castañeda  no  puede 
menos  de  merecer  la  estimación  más  alta  de  parte  da  la  Academia. 


Nuestro  Correspondiente  en  Palencia,  Sr.  Inclán  é  Inclán,  que  es  un 
investigador  infatigable,  ha  encontrado  la  copia  auténtica  de  un  privilegio 
de  Alfonso  VIII  en  que  se  rectifica  una  afirmación  de  D.  José  María  Qua- 
drado  en  su  obra  España,  sus  monumentos  y  artes,  su  naturaleza  e  historia 
(tomo  correspondiente  á  Valladolid,  Palencia  y  Zamora,  pág.  456).  El  señor 
Quadrado  dice,  refiriéndose  al  Priorato  de  Santa  Cruz  de  la  Zarza,  que  fué 
«habitado  por  los  premostratenses  desde  que  en  1 176  los  trajo  Alfonso  VIII 
del  Monasterio  de  Retuerta,  poniendo  al  Abad  Juan  á  su  frente...»  La  co- 
pia del  privilegio  lleva  la  fepha  de  6  de  Julio  de  la  era  1209  (año  1171),  y 
el  privilegio  está  concedido  al  Monasterio  de  Santa  Cruz  y  su  Abad  Juan, 
lo  que  certifica  de  que  éste  ejercía  dicho  cargo  eclesiástico  cinco  años 
antes  de  lo  que  indica  el  Sr.  Quadrado. 

Juan  Pérez  de  Guzmán  y  Gallo. 


TOMO  Lxxv  Noviembre,  1919  cuaderno  v 

BOLETÍN 

DE    LA 

REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 


INFORMES  OFICIALES 


I 

LAS   CATEDRALES    PRINCIPALES  DE  ESPAÑA 
(ROMÁNICAS  Y  GÓTICAS) 

Nombrado  por  el  señor  Director  de  esta  Real  Academia,  con 
fecha  12  de  Noviembre  último,  para  informar  sobre  la  obra  Las 
Catedrales  principales  de  España  (románicas y  góticas)^  de  que  es 
autor^el  Sr.  D.  Ricardo  Benavent  y  Feliú,  tengo  el  honor  de 
cumplimentar  las  órdenes  recibidas  con  el   dictamen  siguiente: 


* 
*     * 


Forma  la  obra  un  volumen  en  4.°,  de  402  páginas  numeradas, 
impreso  en  Valencia,  en  la  imprenta  de  los  Hijos  de  F.  Vives 
Mora,  el  año  1913.  Tras  una  « Dedicatoria  >  hay  dos  capítulos, 
destinados  al  «Poder  expresivo  de  la  Arquitectura»,  el  uno,  y  á  las 
«Manifestaciones  artísticas  que  distinguen  á  la  española  religiosa 
y  civil»,  el  otro.  Vienen  después  18  capítulos  dedicados  al  aná- 
lisis y  descripción  de  las  Catedrales  de  Santiago,  Salamanca  (la 
Vieja),  Zamora,  Sigüenza,  Tarragona ,  Covadonga  (Colegiata), 
Cuenca,  Toledo,  León,  Burgos,  Pamplona,  Sevilla,  Plasencia, 
Barcelona,  Salamanca  (la  Nueva),  Segovia,  Falencia  y  Oviedo. 
Finaliza  el  libro  con  un  capítulo  llamado  «Conclusión». 

En  el  capítulo  del  «Poder  expresivo»,  el  autor  hace  una  no 

TOMO    LXXV  25 


386  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HiSTORIA 

corta  excursión  por  toda  la  Historia  de  la  Arquitectura,  cuya 
marcha  le  sirve  para  explayarse  en  disquisiciones  de  Estética  y 
Filosofía  sobre  ese  gran  Artei  concfuy'endo  con  la  afirmación 
rotunda  del  gran  poder  expresivo  que  posee. 

En  las  páginas  que  dedica  á  las  «Aíanifestaciones  artísticas  de 
la  Arquitectura  española»  pasa  reviáta  á  los  principales  estilos 
que  la  integraron  y  á  sus  obras  capitales,  no  sólo  en  edificios, 
sino  en  sus  accesorios  monumentales,  como  retablos,  coros, 
claustros,  etc.,  con  variedad  de  consideraciones  sobre  lo  que  fue- 
ron nuestras  artes. 

A  continuación,  los  capítulos  destinados  al  análisis  y  descrip- 
ción de  las  más  importantes  Catedrales  románicas  y  góticas  es- 
pañolas contienen  sendos  cuadros  de  cada  una  de  ellas,  com- 
prensivos de  muy  amplios  puntos  de  vista  sobre  sus  estilos,  su 
historia,  sus  elementos  arquitectónicos  y  suntuarios  y  su  impre- 
sión estética. 

El  capitulo  de  «Conclusión»  es  un  canto  entusiasta  inspirado 
en  la  variedad,  magnificencia  y  belleza  de  los  monumentos  ar- 
quitectónicos de  España,  que  encuentra  sin  iguales  en  compara- 
ción con  los  extranjeros. 

Aquilatando  debidamente  el  libro  del  Sr.  Benavent  y  Feliú, 
es  de  justicia  alabar  en  él,  desde  luego,  el  verdadero  fervor  que 
el  tema  de  las  Catedrales  españolas  le  inspira;  el  conocimiento, 
no  empalagoso,  que  demuestra  de  historias  y  teorías  arquitectó- 
nicas; y  en  lo  que  es  nervio  de  su  trabajo,  ó  sea  en  los  análisis  y 
descripciones  de  las  principales  Catedrales  románicas  y  góticas, 
el  juicioso  criterio  con  que  mezcla  las  cuestiones  técnicas  que 
con  ellas  se  relacionan,  someramente  tratadas  (y  que  tan  olvida- 
das suelen  estar  en  los  libros  de  los  escritores  no  profesionales 
de  la  Arquitectura),  con  las  descripciones  pintorescas  y  sensiti- 
vas. Y,  en  este  concepto,  hay  capítulos  muy  acertados.  Cierta- 
mente, no  todas  las  afirmaciones  estéticas  ó  técnicas,  y  aun  tal 
cual  histórica,  escritas  por  el  Sr.  Benavent,  pueden  ser  asenti- 
das por  todos  y  sin  reservas.  Mas  no  hay  en  ellas  nada  insensato 
y  absurdo,  sino  puntos  de  vista  opinables  legítimamente. 

Es,  por  tanto,  el  libro  del  Sr.  Benavent  y  Feliú   una  obra  fer- 


IGLESIA     PARROQUIAL    DE    SANTA    MARÍA     DE    VILLALCÁZAR    DE    SIRGA  ^S? 

vorosa  y  laudable,  de  aprovechadísima  lectura  y  enseñanza  para 
quienes,  sin  pretender  un  estudio  arqueológico,  técnico  y  docu- 
mentado de  nuestras  principales  Catedrales,  deseen  tener  de 
ellas  mucho  más  que  una  visión  ligera  y  de  puro  turismo,  s¿i¿- 
tiendo  nuestro  Arte  y  nuestra  Historia  en  lo  que  tienen  de  más 
noble  y  elevado. 

Lo  que,  con  devolución  del  ejemplar  que  se  me  remitió,  tengo 
el  honor  de  poner  en  conocimiento  de  esta  Real  Academia. 

Madrid,  29  de  Septiembre  de   1919. 

Vicente  L.ampérez. 


II 

IGLESIA  PARROQUIAL  DE  SANTA  MARÍA  DE  VILLALCÁZAR 

DE   SIRGA 

Tengo  el  honor  de  presentar  á  esta  Real  Academia  de  la  His- 
toria el  siguiente  informe,  sobre  declaración  de  monumento  na- 
cional de  la  iglesia  de  Santa  María  de  Villalcázar  de  Sirga,  en  la 
provincia  de  Falencia,  en  cumplimiento  de  las  órdenes  del  señor 
Director,  que  me  fueron  transmitidas  con  fecha  del  17  de  Junio 
último. 

* 

Integran  el  expediente  que  me  ha  sido  remitido,  el  oficio 
oportuno  de  la  Dirección  general  de  Bellas  Artes,  fecha  6  dp 
Junio;  cinco  fotografías  con  vistas  de  la  iglesia  y  de  dos  sepul- 
cros, y  el  informe  emitido  por  la  Real  Academia  de  Bellas  Artes 
de  San  Fernando,  con  fecha  del  1 4  del  último  Enero. 

En  las  Disertacioiu's  históricas  del  Orden  y  Caballería  de  Tem- 
plarios, de  D.  Pedro  Rodríguez  Campomanes,  consta  entre  las 
Encomiendas  que  tenían  en  Castilla  la  de  Santa  María  de  Villal- 
cázar de  Sirga.  Como  todas,  la  Encomienda  constaría,  en  lo  ma- 
terial, de  la  casa  ó  convento  fortificado,  y  de  la  iglesia  adjunta. 


388  BOLETÍN    DE    LA   REAL   ACADEMIA   DE    LA   HISTORIA 

fuerte  también.  Es  ésta,  incompleta,  la  que  ha  llegado  á  nos- 
otros, y  es  objeto  del  presente  informe.  Muy  tratada  y  apreciada 
ha  sido  por  cuantos  se  han  ocupado  de  los  monumentos  de  Fa- 
lencia, por  lo  que,  en  realidad,  bastará  resumir  las  investigacio- 
nes ya  efectuadas  para  formarnos  idea  de  su  contextura  é  interés- 

Su  planta  presenta  la  forma  de  cruz  latina  con  doble  crucero 
y  tres  naves,  dando  en  resumen  la  silueta  de  una  cruz  archiepis- 
copal,  inusitada  en  nuestra  arquitectura  medieval.  Los  extremos 
del  crucero  mayor  los  ocupan  la  capilla  de  Santiago  y  una  torre 
(hoy  derruida).  La  cabecera  se  compone  de  tres  ábsides  rectan- 
gulares. Los  pies  indican  que  las  naves  continuaban  con  tramos 
que  fueron  derribados,  pues  aparect-n  tapiadosy  con  contrafuertes 
visiblemente  añadidos.  En  el  lado  sur,  entre  el  crucero  y  el  brazo 
mayor,  hay  un  pórtico  que  ahora  tiene  un  solo  tramo,  pero  que 
tuvo  más,  formando  acaso  un  nartex  lateral,  como  en  San  Vicen- 
te de  Ávila  y  en  muchas  iglesias  segovianas.  Bajo  el  pórtico  se 
abren  dos  puntas,  abocinadas,  con  columnas  en  las  jambas  y  figu- 
rillas en  las  archivoltas.  Encima  de  la  principal  hay  dos  arque- 
rías amedinadas:  un  Cristo  entre  los  símbolos  de  los  Evangelis- 
tas y  los  Apóstoles  en  la  más  alta,  y  la  Virgen  entre  varios 
Santos  en  la  baja.  En  el  interior  las  naves  son  muy  elevadas, 
con  pilares  compuestos  y  bóvedas  de  crucería  sencillas.  El  efecto 
exterior  debió  ser  imponente,  pues  estaba  fortificado,  de  cuyos 
elementos  se  conservan  algunas  almenas  y  un  garitón  volado  en 
el  lado  del  norte.  El  interior  es  hermosísimo  por  las  grandes  di- 
mensiones y  la  pureza  del  estilo,  ojival  de  transición.  Su  fecha 
es,  sin  género  de  duda,  la  primera  mitad  del  siglo  xiii. 

En  dos  interpilares  fronteros,  á  los  pies  de  la  iglesia,  hay  sen- 
dos sepulcros.  Son  unas  suntuosas  urnas,  de  estilo  gótico  del  final 
del  siglo  XIII,  cuajadas  de  relieves  y  sustentantes  de  figuras  yacen- 
tes. Contiene  la  una  los  restos  del  Infante  D.  Felipe,  quinto  hijo 
de  Fernando  III  de  Castilla  y  de  la  Reina  D.^  Beatriz  de  Suabía. 
Cuentan  la  C^-ónica  del  Rey  Don  Alfonso  X  y  las  Memorias  histó- 
ricas del  Rey  Don  Alfonso  el  Sabio,  las  andanzas  y  mudanzas  de 
este  raro  personaje,  que  si  no  fué  una  figura  de  primer  orden, 
tuvo  relieve  suficiente  á  destacarse  como  una  representación  viva 


IGLESIA    PARROQUIAL    DE    SANTA    MARÍA    DE    VILLALCAZAR    DE    SIRGA         389 

de  SU  época  y  del  estado  social  de  la  España  de  su  tiempo.  Víc- 
tima de  las  costumbres  imperantes  que  dedicaban  á  la  Iglesia  á 
un  niño  con  imprevisión  de  sus  vocaciones  y  deseos,  lo  destinó 
su  abuela  D.^  Berenguela  al  estado  eclesiástico,  y  lo  confió  á  la 
educación  del  Arzobispo  D.  Rodrigo  Ximénez  de  Rada:  y  se  vio 
Canónigo  de  San  Salvador  de  Campo  de  Mua  y  de  Toledo, 
Abad  de  Valladolid  y  de  Cobarrubias,  Obispo  electo  de  Osma, 
á  lo  que  parece,  y  por  fin  Prelado  electo  de  Sevilla.  Ya  en  tan 
preeminente  posición,  tuvo  la  noble  franqueza  de  reconocerse 
inútil  para  la  vida  eclesiástica;  y  arrostrando  el  escándalo  de  la 
Corte  y  el  enojo  de  su  hermano  el  Rey  Sabio,  pidió  la  vuelta  al 
estado  laico.  Y  lo  que  hoy  no  sería  de  fácil  obtención,  lo  fué  en- 
tonces; y  en  1258,  el  Infante  D.  Felipe  era  ya  persona  civil.  Des- 
pués pareció  que  quería  demostrar  con  su  vida  lo  cuerdo  que 
anduvo  en  dejar  el  estado  eclesiástico,  de  cuyas  virtudes  tan  le- 
jos estaba.  Casóse  dos  veces,  una  en  1258,  con  la  Princesa  doña 
Cristina,  hija  del  Rey  de  Noruega,  y  otra,  en  1269,  con  D.^  Leo- 
nor Ruiz  de  Castro,  hija  del  Vizconde  de  Cabrera.  Díscolo  y  pen- 
denciero, rebelóse  contra  su  buen  hermano  Alfonso  X,  á  quien 
amargó  la  vida,  como  jefe  de  la  conspiración  de  los  Laras:  y  ca- 
pitaneando á  los  revoltosos,  y  unido  al  Rey  moro  de  Granada, 
quebranta  iglesias,  quema  pueblos  y  roba  propiedades.  En  paz, 
por  fin,  con  su  hermano,  por  cesión  de  éste,  en  1 274,  á  cuanto 
se  le  impuso,  diríase  que  la  vida  del  agitado  Infante  ya  no  tenía 
objeto,  pues  el  mismo  año,  según  reza  su  epitafio,  murió,  siendo 
enterrado  en  la  iglesia  de  Santa  María  de  Villalcázar  de  Sirga. 

Sobre  quién  sea  la  dama  que  reposa  en  el  sepulcro  frontero 
ha  habido  discusión.  La  mayoría  de  los  historiadores  que  del 
asunto  trataron  afirman  que  es  D.^  Leonor  Ruiz  de  Castro,  se- 
gunda esposa  del  Infante  D.  Felipe.  .Salazar  y  Castro,  en  la  His- 
toria  genealógica  de  la  Casa  de  Lara,  inserta  el  testamento  de  la 
Infanta,  otorgado  á  17  de  Abril  de  1275,  en  el  que  ordena  se  la 
«atierre  en  el  Monasterio  de  San  Felices,  cerca  de  Amaya:  y 
como  apoyando  esto,  Quadrado  cita  á  Rades,  que  en  el  siglo  .xvui 
describió  su  sepulcro  en  dicho  sitio,  en  el  que  se  veían  los  escu- 
dos con  la  banda  de  los  Castro,  y  otro  con  siete  róeles;  anadien- 


39°  boletín  de  la  reai   academia  de  la  historia 

do  que  Felipe  II  mandó,  en  1568,  trasladar  los  restos  á  Burgos 
Fundado  en  aquel  documento,  un  moderno  historiador  expone 
grandes  dudas  sobre  que  el  segundo  sepulcro  de  Villalcázar  de 
Sirga  sea  el  de  D.^  Leonor  de  Castro  (l).  Si  no  hubiese  otro  dato 
que  ese  documento,  no  sería  muy  decisivo,  pues  la  historia  cuo- 
tidiana demuestra  que  una  cosa  es  una  última  voluntad,  y  otra 
muy  distinta  su  cumplimiento  por  los  testamentarios.  Algún  ma- 
yor valor  habría  que  dar  á  lo  citado  por  Quadrado.  Mas  para  un 
moderno  analizador  del  sepulcro,  el  erudito  Sr.  Inclán  é  Inclán 
('en  su  estudio  publicado  en  el  Boletín  de  esta  Real  Academia, 
número  de  Agosto-Octubre  de  19 18),  el  asunto  no  admite  duda, 
aunque  confiesa  que  no  hay  rastro  ni  noticia  alguna  de  la  fecha 
en  que  setrajo  á  Villalcázar  el  cadáver  de  D.^  Leonor. 

Argumento  del  mayor  valor,  hacia  la  afirmativa,  es  el  monu- 
mento mismo.  Fn  efecto,  la  hermandad  con  el  sepulcro  del  In- 
fante es  absoluta,  demostrando  estar  hechos  al  mismo  tiempo,  ó 
con  poquísima  diferencia,  y  para  dos  personas  íntimamente  liga- 
das; y  en  el  de  la  cuestión  figuran,  en  las  bandas  que  lo  decoran, 
además  de  dos  escudos  familiares  (no  ciertamente  de  los  Castros ), 
compuestos  de  cinco  hojas  de  árbol  y  doce  jaqueles,  los  del  In- 
fante D.  Felipe;  el  castillo,  el  águila  y  la  cruz.  ^Y  qué  otra  per- 
sona podía  usarlos  si  no  su  legítima  esposa?  La  cuestión  sólo 
podrá  fallarla  en  última  instancia  la  lectura  de  la  inscripción  fu- 
neraria; desgraciadamente  la  adhesión  del  sepulcro  á  uno  de  los 
pilares  de  la  iglesia  hace  imposible  saber  si  está  allí  y  leerla,  caso 
de  que  así  sea,  lo  cual  niega  rotundamente  el  Sr.  Inclán  é  Inclán. 

Viniendo  ya  al  aprecio  de  ambos  sepulcros,  ha  de  sentarse  que 
son  dos  monumentos  capitales  en  la  Historia  del  Arte  funerario 
espaíiol-;  y,  á  más,  en  los  de  las  costumbres,  los  trajes,  los  mue- 
bles, la  panoplia,  los  arneses  y  la  heráldica  del  siglo  xiii.  Concre- 
tándonos, por  el  pronto,  al  del  Infante,  diremos  que  se  compone 
de  una  caja  paralelepípeda  de  piedra,  sustentada  sobre  tres  leon- 
cetes.  Dos  bandas,  horizontales,  abajo  y  arriba,  limitan  el  neto  de 


« 
(i)     Amador  de  los  Ríos  (^Rodrigo):  Restas  del  traje  del  Infante  Don 

Felipe.  (Museo  Español  de  Antigüedades,  tomo  ix.) 


IGLESIA    PARROQUIAL    DE    SANTA    MARÍA    DE    VILLALCÁZAR    DE    SIRGA         39I 

la  urna:  llevan  escudos  alternados:  el  uno  ostenta  el  castillo  de 
los  Reyes  de  Castilla  y  el  águila  de  la  Casa  de  Suabía;  el  otro, 
una  cruz,  que  es  la  del  Temple,  según  Quadrado,  y  representa  el 
voto  hecho  por  Alfonso  X  y  sus  hermanos  de  acudir  á  las  Cru- 
zadas, según  Carderera.  El  neto  presenta,  en  el  frente  y  en  los 
costados,  una  arquería  trilobulada,  y  amedinada  en  la  parte  su- 
perior, de  muy  caracterizado  estilo  gótico  del  final  del  siglo  xiii. 
En  ella,  en  bajorrelieve,  se  desarrolla  todo  el  ciclo  de  la  muerte  y 
los  funerales  del  Infante:  el  fallecimiento,  el  triste  y  largo  cortejo 
en  el  que  figura  la  Infanta  á  caballo,  las  dueñas,  damas  y  plañide- 
ras, los  monjes,  obispos  y  clérigos,  los  escuderos,  con  los  escudos 
al  revés  en  señal  de  luto;  el  caballo  del  Infante,  llevado  del  dies- 
tro, también  con  el  escudo  enlutado;  el  sepelio  ante  la  Infanta, 
que,  vestida  con  una  túnica  y  desolada,  se  mesa  los  cabellos.  Las 
escenas,  muy  pobladas  y  movidas,  son  riquísimas  en  detalles  de 
trajes,  armas,  muebles  y  arneses.  Su  pormenor  no  cabe  en  este 
lugar,  mas  puede  verse  en  el  doctísimo  estudio  que  el  citado 
Sr.  Inclán  ha  publicado  en  el  Boletín  de  esta  Real  Academia 
{número  de  Agosto-Octubre  de  1919).  Una  inscripción,  puesta 
detrás  de  la  cabecera  del  sepulcro,  dice  así,  según  el  Sr.  Inclán: 

«ERA    MILLESIMA    TRECENTISIMA    DUODÉCIMA    ÜÜ    KALENDAS    MENSIS 
DECEBRIS    VIGILIA    BEATISATURNINI    OBIIT    DOMINUS    FILIPUS    INFANS    VIR 
NOBILISIMÜS    FILIUS    REGÍS    DOMINI    FERNADI    PATER    CUIUS    SEPULTA    EST   ISPAL 
S    CUIUS    AIA    REQUESCAT    INPACE    AM    FILIUS    VERO    lACET    HIC    INECCABEA 
TEMARIE    DEVILESIRGA    CUIUS    OIPATETl    DEO    E    SANTISC'IB    COMEDETUR    QIT 
IT    C DICAT    PATER    NR     A     MARÍA». 

Cierra  la  urna  una  gruesísima  tapa  pétrea,  desdichadamente 
partida.  En  ella,  en  altorrelieve,  yace  la  efigie  del  Infante,  obra 
de  grandísimo  valer  iconográfico,  artístico  é  indumentárico.  Tie- 
ne la  cabeza  apoyada  en  unos  almohadones;  el  rostro  carnoso,  y 
con  los  ojos  saltones;  en  una  mano  empuña  la  espada,  en  la  otra 
sostiene  un  halcón;  la  pierna  derecha  cruza  sobre  la  izquierda,  y 
ambos  pies  descansan  sobre  un  perro.  Viste  un  alto  gorro  con 


392  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

orejeras,  túnica  ó  aljuba  interior  y  otra  exterior,  con  aberturas,  y 
un  manto  con  cenefa,  á  manera  de  estola,  decorada  con  los  cas- 
tillos y  águilas  heráldicos.  Forma  marco  á  la  estatua  un  cuerpo 
de  arquitectura,  compuesto  de  dos  columnas  y  un  arco,  á  modo 
de  doselete,  lobulado  y  amedinado.  El  conjunto  de  este  cuerpo 
es  de  traza  gótica,  pero  llaman  la  atención  los  detalles,  marcada- 
mente mahometanos:  las  basas  de  las  columnas,  de  anillos,  se- 
mejantes á  las  de  la  Alhambra;  los  capiteles,  con  grueso  abaco 
cúbico  y  hojas  apencadas,  semejantes  también  á  los  granadinos; 
las  'ventanas  de  los  simulados  edificios,  con  arcos  lobulados. 

Análoga  y  paralela  descripción  puede  hacerse  del  de  la  Infan- 
ta: igual  forma,  general:  bandas  con  los  escudos  del  Infante,  y, 
á  más,  los  citados  de  cinco  corazones  y  doce  jaqueles;  neto  con 
arcos  trilobulados,  bajo  ios  que  se  desarrollan  las  escenas  de  la 
muerte  y  sepelio;  parecida  estatua  yacente,  entre  iguales  elemen- 
tos arquitectónicos.  La  vestimenta  con  que  aquélla  la  representa 
es  interesantísima;  se  compone  de  alta  tiara,  con  barboquejo,  que 
oculta  toda  la  boca  y  barbilla,  al  modo  mahometano,  y  manto 
con  fimbria  labrada  con  los  mismos  escudos  que  el  sepulcro. 
Detalladísimamente-se  estudia  todo  esto  en  el  citado  artículo  del 
Sr.  Inclán,  y  no  hay  aquí  posibilidad  de  repetirlo. 

Incógnitos  por  completo  son,  hasta  ahora,  los  escultores  de 
estas  hermosas  urnas.  La  concepción  y  ejecución  no  es  tan  pura 
como  la  de  las  buenas  obras  de  la  época  alfousi:  son  más  fran- 
cas, enérgicas  é  intencionadas.  Por  ello  y  por  los  detalles  de  ma- 
hometismo de  la  arquitectura,  habrá  de  afirmarse  que  las  hicieron 
artistas  españoles.  Y  no  es  uno  de  sus  menores  valores  arqueoló- 
gicos ese  sabor  oriental,  que  ha  de  relacionarse  con  el  mude- 
jarismo  de  las  vestiduras  extraídas  de  estos  sepulcros  que  guar- 
da nuestro  Museo  Arqueológico  Nacional  y  con  el  del  tocado 
capital  de  la  estatua  de  la  Infanta.  Diríase  que  una  atmósfera  de 
mahometismo  rodeó  en  la  muerte  y  sepultura  al  que  en  vida  tan 
íntimas  relaciones  tuvo  con  los  moros  de  Granada. 

Poco  habrá  que  añadir  para  hacer  patente  la  importancia  ex- 
cepcional que  tiene  la  iglesia  de  Santa  María  de  Villalcázar  de 
Sirga  y  los  sepulcros  que  contiene.  Como  edificio,  es  un  hermo- 


PUBLICACIONES    DEL    SEÑOR    SERKA    Y    VILARO  393 

SO  ejemplar  de  arquitectura  ojival,  al  que  avalora  la  singular  cir- 
cunstancia de  su  planta  en  forma  de  cruz  archiepiscopal;  y  en  su 
historia  es  un  testigo  de  la  existencia  y  vicisitudes  de  aquella 
célebre  Orden  del  Temple,  más  asesinada  por  sus  enemigos  que 

muerta  por  ley  de  los  tiempos.  Como  ejemplares  del  arte  escul- 
lí 
tórico,  los  sepulcros  son  factores  sin  los  cuales  no  se  puede  es- 
cribir su  proceso  en  España;  y  como  documento  histórico,  ellos 
guardan  las  cenizas  de  dos  personajes  reales  que  influyeron  en 
los  acontecimientos  de  uno  de  los  reinados  más  interesantes  de 
nuestro  siglo  xiii;  y,  además,  sus  representaciones  escultóricas 
constituyen  fuente  inagotable  y  capital  para  el  estudio  de  las  cos- 
tumbres y  de  la  indumentaria  de  esa  centuria  en  Castilla.  Son, 
por  tanto,  la  iglesia  y  los  sepulcros  «monumentos  nacionales»  de 
hecho.  El  reconocimiento  oficial  no  será,  pues,  mas  que  una  con- 
firmación, necesaria  á  los  efectos  legales. 

La  Academia,  no  obstante  mi  opinión,  resojverá  lo  más  sabio 
y  oportuno. 

Madrid,  i."  de  Octubre  de  1919. 

Vicente  Lampérez. 


III 
PUBLICACIONES  DEL  SR.  SERRA  Y  VILARÓ 

Por  Real  orden  comunicada,  fecha  29  de  Abril  último,  el  Ilus- 
trísimo  señor  Director  general  de  Bellas  Artes  se  sirvió  remitir  á 
esta  Academia  varias  publicaciones  del  Presbítero  D.  Juan  Serra 
Vilaró,  «al  efecto  — son  palabras  de  la  Real  orden —  de  que  la 
docta  Corporación,  dignamente  presidida  por  V.  E. ,  se  sirva 
emitir  acerca  de  las  mismas  su  autorizado  informe  como  base 
del  expediente  de  méritos  que  se  propone  incoar  el  interesado». 

Honrado  el  que  suscribe  por  nuestro  Director  con  el  encargo 
de  formular  el  correspondiente  proyecto  de  informe,  se  ve  pre- 
cisado, en  primer  lugar,  á  llamar  la  atención  de  la  Academia  so- 


394  boletín   de  la   real  academia  de  la   hfstoria 

bre  los  términos  un  tanto  vagos  de  esa  Real  orden,  que  no  per- 
miten comprender  el  fin  que  se  propone  el  interesado  ni  el  ob- 
jeto del  expediente  que  se  va  á  incoar,  y  que  dejan  en  el  ánimo 
cierta  duda  acerca  del  sentido  y  del  alcance  del  informe  que 
debe  emitirse.  ^ 

Con  arreglo  á  las  disposiciones  vigentes,  la  Academia  está 
llamada  á  informar  en  tres  distintos  casos:  cuando  se  solicita  la 
adquisición  de  ejemplares  de  un  libro;  cuando  se  pretende  que 
una  obra  sirva  á  su  autor  de  mérito  en  su  carrera,  y  cuando  hay 
que  apreciar  las  condiciones  que  reúne  la  persona  que  aspira  á 
ingresar  en  la  Orden  civil  de  Alfonso  XII.  En  cada  uno  de  estos 
casos  la  finalidad  del  informe  es  diferente,  pues  en  el  primero 
hay  que  decir  si  la  obra  merece  ser  considerada  como  de  mérito 
relevante,  bien  por  el  trabajo  de  investigación  que  demuestre, 
bien  por  lo  acertado  de  la  crítica  que  en  ella  campee;  en  el  se- 
gundo es  preciso  atender  especialmente  á  las  condiciones  peda- 
gógicas del  libro,  y  en  el  tercero  es  necesario  apreciar  los  servi- 
cios prestados  por  el  candidato  á  la  cultura  pública. 

¿De  cuál  de  estos  tres  casos  se  trata  ahora.'  Desde  luego  no 
puede  ser  del  segundo,  porque  ni  consta  que  el  Sr.  Serra  sea 
Catedrático,  ni  las  publicaciones  de  éste  están  destinadas  á  la 
enseñanza.  Tampoco  debe  ser  del  primero,  toda  vez  que  si  se 
hubiese  solicitado  la  adquisición  de  ejemplares,  acompañaría  á  la 
Real  orden,  seeún  es  costumbre  hacerlo,  la  solicitud  del  intere- 
sado  y  el  informe  de  la  Junta  facultativa  del  Cuerpo  de  Archive- 
ros. Pudiera  tratarse  del  tercero,  pero  la  mencionada  Real  orden 
no  lo  dice,  y  en  esta  duda  estaría  perfectamente  justificado  que 
la  Academia  pidiese  aclaraciones  á  la  Dirección  general  de  Be- 
llas Artes. 

Sin  embargo,  suponiendo  que  se  trata  de  eso  último,  y  que 
el  expediente  de  méritos  de  que  se  habla  tenga  por  objeto  aqui- 
latar los  servicios  que  el  .Sr.  -Serra  Vilaró  haya  podido  prestar  á 
la  cultura  patria,  el  Académico  que  suscribe  estima  que  procede 
informar  en  el  sentido  de  que  el  mencionado  Presbítero  es  acree- 
dor á  ser  condecorado  con  la  Cruz  de  Caballero  de  la  Orden  ci- 
vil de  .\lfonso  XII,  porque  las  once  publicaciones  del   Sr.  Serra 


PUBLICACIONES    DEL    SEÑOR    SERRA    Y    VILARÓ  395 

que  acompañan  á  la  citada  Real  orden  representan  un  trabajo 
de  investigación  y  de  crítica  digno  de  aplauso,  y  entrañan  una 
labor  que  contribuye  á  ilustrar  no  pocas  páginas  de  la  Historia 
del  antiguo  Principado  de  Cataluña. 

De  esas  once  publicaciones,  la  más  importante  por  su  volu- 
men — 267  páginas  en  folio,  de  las  cuales  227  son  de  texto  y  las 
40  restantes  de  Apéndices —  es  la  Historia  de  Cariltma,  que  es 
también  la  que  menos  ha  podido  contribuir  á  la  reputación  del 
Sr.  Serra,  porque  los  16  primeros  capítulos,  de  los  2"]  de  que 
consta,  fueron  escritos  por  D.  José  Ballaró  y  Casas  — muerto  en 
1880,  cuando  aun  no  había  cumplido  veinticuatro  años — y  sólo 
el  resto,  98  páginas,  es  obra  del  mencionado  Presbítero,  y 
porque  ni  el  Sr.  Ballaró  ni  el  Sr.  Serra  hicieron  otra  cosa  que 
recapitular  lo  que  antes  habían  escrito  Fray  Manuel  M.  Ribera, 
el  Dominico  Salvador  Pons,  el  Notario  Llobet,  el  Abad  Ortiz  de 
Zarate,  Ramón  de  Puig,  el  Presbítero  Juan  Riba,  el  P.  Flores,  Vi- 
llanueva,  Lafuente,  Bafarull  y  otros  historiadores.  Es  decir,  que 
la  Historia  de  Cardona  es  una  obra  de  mera  vulgarización. 

Aunque  de  menos  volumen,  porque  sólo  se  trata  de  folletos, 
el  mayor  de  138  páginas,  tienen  más  valor  histórico  las  otras 
diez  obras  del  Sr.  Serra. 

Hacia  1907,  el  Obispo  Doctor  ¡Benlloch  encargó  al  Presbítero 
Serra  y  Vilaró  que  ordenase  el  Archivo  de  Solsona,  llamado  epis- 
copal sólo  por  estar  custodiado  en  las  oficinas  de  la  mitra,  pues 
en  realidad  debe  llamarse  Archivo  del  Monasterio  de  Santa  Ma- 
ría de  Sobona,  de  Canónigos  regulares  de  San  Agustín.  Este  Ar- 
chivo, que  tenía  anejo  una  rica  biblioteca,  había  sido  estudiado, 
á  fines  del  siglo  xviii,  por  Miguel  Histerri,  familiar  del  Obispo 
Lasala,  el  Notario  de  Solsona,  Josep  Ceriola  Font  y  mosén  Do- 
mingo Costa  y  Bafarull,  y  por  éstos  se  sabe  que  era  importantí- 
simo por  los  cartularios  y  libros,  copias  de  escrituras  antiguas  y 
multitud  de  documentos,  en  su  mayor  parte  pertenecientes  á  los 
siglos  IX  al  XIV,  que  lo  constituían.  Desgraciadamente,  fué  des- 
truido durante  las  guerras  civiles,  salvándose  tan  sólo  unos  2.000 
documentos,  de  los  cuales  el  Sr.  Serra  pudo  leer  y  extractar,  re- 
uniéndolos  por  orden  alfabético  de  las  localidades  á  que  se  refe- 


39'>  BOLETÍN    DB    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

rían,  1. 1 50;  y  de  esta  labor  tuvieron  origen  los  folletos  titulados 
Senyoriu  feudal  sobre'l  castell  de  Malgrat,  Notes  historiques 
d'Olius  y  Senyoriu  de  la  vescomtal  familia  Miró. 

En  el  primero,  historia  las  vicisitudes  del  castillo  de  Malgrat, 
desde  el  año  1089,  en  el  cual  era  señor  de  él  Berenguer  Ramón, 
hasta  que  en  14 1 0  el  Rey  Don  Martín  quiso  resolver  á  favor  de 
Solsona  el  pleito  que  ésta  sostenía  con  la  villa  de  Cervera  sobre 
el  dominio  de  Malgrat,  adquirido  por  aquélla  en  1 396. 

Notes  historiques  d'Olius  es  un  estudio  muy  curioso  é  intere- 
sante de  dicha  población,  célebre  en  su  comarca  por  la  fértil  lla- 
nura que,  al  pie  de  la  falda  del  «Mons  Lacetanus»,  se  extiende  á 
la  derecha  del  río  Cardener;  por  la  antigua  historia  de  su  casti- 
llo, hoy  en  ruinas  y  antes  palacio  de  los  Condes  de  Urgel;  por  el 
título  de  Marqués  que  dio  á  los  Obispos  de  Solsona,  y  por  la 
iglesia  de  San  Esteban,  que  aun  conserva  en  toda  su  pureza  ar- 
quitectónica su  estilo  románico. 

No  menos  interesante  es  el  titulado  Senyoriu  de  la  vescomtal 
familia  Miró,  en  el  cual  da  curiosísimas  noticias  de  Altet,  Abe- 
11a,  Ugern,  La  Salsa,  Madrona,  Altes,  Ceuró,  Qa-V'ila,  Pampa, 
Naves,  Castells  de  Naves,  Besora,  Ossea,  Tarascó  y  Sant  Pere  de 
Grau  d  Escales,  lugares  todos  de  la  llamada  Ribera  Salada  y  co- 
marca de  Naves. 

Proceden  también  de  los  documentos  examinados  por  el  señor 
Serra  y  Vilaró  en  el  archivo  del  Monasterio  de  Santa  María  de 
Solsona  las  noticias  que  en  el  folleto  titulado  Origen  d'algunes 
localitats  catalanes.,  recopila  acerca  de  Pulióla,  Castell  de  PVexa, 
Canalda-Isanta  y  Castell  de  Priva,  constituyendo  todos  estos  tra- 
bajos una  aportación  de  gran  valía  para  la  Historia  de  Cataluña; 
sin  que  sea  preciso,  para  demostrar  la  exactitud  de  este  aserto, 
mas  que  la  ligerísima  mención  que  de  cada  uno  de  aquéllos  que- 
da hecha. 

En  Nostra  Dona  de  la  Claustra  discurre  muy  eruditamente 
acerca  de  la  época  á  que  pertenece  la  artística  imagen  que  lleva 
ese  título  y  se  venera  en  la  ciudad  de  Solsona,  examinando  las 
opiniones  del  Padre  Camós,  Jaume  Dachs,  Costa  y  Bafarull,  el 
Obispo  Ríu  y  Cabanas,  etc.,  y  sustentando  la  tesis  de  que  Nostra 


PUBLICACIONES    DEL    SEÑOR    SERRA    Y    VILAR<5  397 

Dona  de  la  Claustra  fué  construida,  ó  mandada  construir,  en  la 
primera  mitad  del  siglo  xiii,  por  Berenguer  de  Font,  así  como  la 
capilla,  siendo  ésta  después  tapiada,  y  dejándosela  únicamente 
entrada  por  el  claustro,  circunstancia  á  la  que  debió  la  imagen  el 
nombre  que  hoy  lleva. 

Importante  para  la  historia  del  Monasterio  de  San  Vicente  de 
Cardona  es  el  Códice  que  reproduce  en  el  folleto  titulado  Pre- 
tiosa  sive  Caput-brevium  monasterii  castri  cardonensis;  y  muy  do- 
cumentado el  estudio  histórico-crítico  que,  con  el  epígrafe  de 
Sant-Dubte  de  Ivorra,  hace  acerca  del  prodigio  eucarístico  acae- 
cido, á  principios  del  siglo  xi,  en  la  iglesia  de  Santa  María,  del 
pueblo  de  Ivorra,  situado  á  siete  leguas  al  oeste  de  Solsona.  El 
Sr.  Serra  refuta  con  bastante  fortuna  las  opiniones  del  erudito 
ViUanueva,  el  cual,  sin  negar  la  tradición,  no  admite  la  autentici- 
dad de  la  bula  de  Sergio  IV,  y  tiene  por  dudoso  y  lleno  de  nuli- 
dades cuanto  se  cuenta  sobre  esto  anterior  al  siglo  xv. 

El  Caii^oner  del  Calic  es  una  colección  de  cantos  populares, 
letra  y  música,  recogidos  por  el  Sr.  Serra  en  la  villa  de  Bagá  de 
labios  de  un  pastor  de  setenta  y  seis  años,  llamado  Juan  Prat 
Molins,  alias  Calic.  En  esta  colección  se  completan  y  corrigen 
los  cantares  publicados  por  Milá  y  Fontanals,  Pelay  Briz  y 
Guasch. 

Los  otros  dos  folletos  contienen  las  Memorias  de  los  trabajos 
realizados  por  el  Sr.  Serra  y  Vilaró  como  Delegado-director  de 
las  excavaciones  practicadas  en  el  Dolmen  de  Llanera  (Solsona) 
y  en  la  Cueva  del  Segre  (Lérida);  y  con  decir  que  ambas  Memo- 
rias han  merecido  ser  publibadas  por  la  Junta  Superior  de  Exca- 
vaciones y  Antigüedades,  queda  evidenciada  la  importancia  de 
esos  estudios.  Por  ello  únicamente  cabe  añadir  que  las  afortuna- 
das é  inteligentes  investigaciones  del  Presbítero  Serra,  comple- 
tando trabajos  anteriores  de  Sampere,  Vidal  y  Cazurro,  han  des- 
truido la  antigua  opinión  de  que  en  la  región  catalana  no  existían 
monumentos  megalíticos,  pues  aquél  afirma  haber  encontrado  ya 
unas  veinte  cuevas  que  conservan  restos  prehistóricos. 

No  es  necesario  más  para  que  resulte  demostrado  que  la  labor 
llevada  á  cabo  por  D.  Juan  Serra  y  Vilaró,  así  desentrañando  el 


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contenido  de  viejos  pergaminos,  como  arrancando  á  la  tierra  nue- 
vos datos  de  la  vida  de  los  hombre  primitivos  en  aquellos  miste- 
riosos momentos  de  la  existencia  de  nuestro  planeta  en  que  lucían 
los  primeros  albores  de  la  civilización,  constituye  un  positivo  ser- 
vicio á  la  cultura  patria.  Por  ello,  entiende  el  que  suscribe  que 
debe  decirse  á  la  Dirección  general  de  Bellas  Artes,  en  contesta- 
ción á  la  mencionada  Real  orden,  que  el  Presbítero  Sr.  Serra 
reúne  las  condiciones  exigidas  para  el  ingreso  en  la  Orden  civil 
de  Alfonso  XII. 

La  Academia,  no  obstante,  acordará  lo  que  estime  más  arre- 
glado á  justicia. 

Octubre,  1919. 

Jerónimo  Bécker. 


INFORMES  GENERALES 


UNA  ESTACIÓN  PREHISTÓRICA  EN  YECLA  DE  YELTES 

Al  sur  de  la  pequeña  villa  de  \  ecla  de  Yeltes,  en  la  provincia 
de  Salamanca,  y  á  distancia  de  dos  kilómetros  escasos,  se  encuen- 
tra un  recinto,  fortificado  con  una  muralla  primitiva  que  contor- 
nea una  elevación  natural  del  terreno,  al  que  la  gente  del  país 
conoce  con  el  nombre  de  El  Lugar  Viejo. 

El  notable  arqueólogo  Sr.  Gómez  Moreno,  en  un  articulo  que 
publicó  en  el  Boletín  de  la  Academia  de  la  Historl^  (tomo  xlv, 
año  1904),  en  el  que  hace  un  estudio  de  conjunto  de  la  arqueo- 
logía primitiva  de  la  región  del  Duero,  cita  este  recinto  fortifica- 
do, acompañando  un  croquis  de  su  planta  y  una  fotografía  de  la 
muralla. 

No  tenemos  noticia  de  que  posteriormente  haya  sido  objeto 
de  estudio,  y  habiendo  tenido  ocasión  de  explorarlo  con  algún 
detenimiento,  y  podido  recoger  algunas  de  sus  antigüedades, 
que  no  dejan  de  tener  interés,  nos  hemos  decidido  á  redactar  el 
presente  trabajo,  para  que,  recogido  y  seleccionado  de  nuevo, 
pueda  ser  un  nuevo  dato  en  la  solución  de  los  problemas  que 
hoy  plantea  la  prehistoria  de  nuestra  patria. 

Si  aportamos  este  dato,  por  muy  insignificante  que  sea,  no  ha- 
bremos perdido  el  tiempo. 

La  muralla. — La  estación  prehistórica  que  vamos  á  estudiar 
está  situada  en  las  inmediaciones  del  río  Huebra;  corre  por  la 
parte  este  su  afluente  el  arroyo  Varlana^cwya.  ladera,  muy  escar- 


400 


BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 


pada,  constituye  ya  una  poderosa  defensa  natural;  el  escarpe  se 
prolonga,  aunque  con  acentuación  menos  marcada,  por  norte  y 
sur,  siendo  la  parte  más  accesible  la  occidental.  La  defensa  artifi- 
cial está  constituida  por  una  muralla  de  mamposten'a  en  seco, 
que  bordea  la  parte  superior  del  escarpe,  siguiendo  aproximada- 
mente una  curva  de  nivel  del  terreno,  cerrando  la  meseta,  que 
es  plana  y  casi  horizontal,  quedando  así  cercada  una  superficie 
de  tres  hectáreas  y  media.  Esta  muralla  está  muy  bien  conserva- 
da en  la  mayor  parte  de  su  longitud,  pero  sólo  hasta  cierta  altu- 
ra, variable  de  unos  puntos  a  otros,  pues  la  coronación  ha  des- 


Fig.  I." 

aparecido  completamente;  su  perfil  mide  en  la  base  un  espesor 
de  cinco  metros  próximamente,  y  el  paramento  exterior,  único 
que  puede  apreciarse  con  detalle,  por  estar  el  interior  tapado 
con  tierras,  presenta  un  talud  del  30  por  1 00;  los  mampuestos,  de 
piedra  granítica  y  de  50  á  60  centímetros  por  término  medio  de 
soga,  están  bastante  bien  careados;  pero  no  creemos  haj'an  sido 
preparados  con  gran  esmero,  pues  las  canteras,  abundantes  en 
la  región,  los  dan  así  directamente.  El  aparejo  y  aspecto  exte- 
rior de  la  construcción  se  aprecian  bien,  sin  necesidad  de  más 
explicación,  en  la  fotografía  que  la  reproduce  (fig.  I.^). 


UNA    ESTACIÓN    PREHISTÓkICA    EN    YECLA    DE    YELTES 


401 


Dos  entradas  dan  acceso  al  recinto,  y  hay  otra  puerta  peque- 
ña, abierta  directamente  en  la  muralla,  que  da  á  la  ladera  escar- 
pada del  arroyo. 

Respecto  al  nombre  antiguo  de  la  población  qué  aquí  tuviera 
asiento,  no  hay  más  indicio  que  una  inscri.pción  latina,  por  des- 
gracia incompleta,  hoy  propiedad  de  los  Sres.  Cáceres,  que  es- 
tuvo en  algún  tiempo  á  la  puerta  de  la  ermita  de  la  Virgen  del 
Castillo,  única  construcción  que  se  halla  en  pie  dentro  del  recin- 
to. La  leyenda  de  esta  inscripción  es  como  sigue: 


V  s       A    V  &  V  s    T   A    I.   I  .5 

robrToenses 
poi.   ibedf.  nses 


A  buen  seguro  es  un  límite  de  términos  entre  los  mirobrigen- 
ses  y  los  folibedíiises;  Miróbriga  es  Ciudad  Rodrigo  actualmente. 
¿Serían  los  polibedenses  los  habitantes  del  Lugar  Viejo  de  Yecla 
en  tiempos  de  la  conquista  romana.'  Por  el  momento  nada  puede 
asegurarse. 

Por  la  ligera  descripción  que  hemos  hecho  de  la  muralla  fácil- 
mente se  comprende  estamos  en  presencia  de  una  fortificación 
análoga  á  los  castillos  y  citáneas,  más  similar  de  éstas  que  de 
aquéllos,  y,  como  siempre,  la  primera  dificultad  que  sale  al  paso 
es  su  clasificación  cronológica;  á  falta  de  datos  históricos,  la  ar- 
queología tampoco  los  suministra  muy  completos,  pues,  como 
se  sabe,  se  encuentran  en  ellos  objetos  de  muy  distintas  épocas; 
así  sucede  en  nuestro  caso,  como  veremos  más  adelante.  Es  opi- 
nión muy  generalizada  entre  los  arqueólogos  modernos  que  este 
género  de  construcciones  alcanza  una  remota  antigüedad,  que 
llega,  si  no  á  los  tiempos  neolíticos,  por  lo  menos  á  los  primeros 
períodos  de  la  edad  del  bronce.  Corroboran  esta  opinión  algu- 
nas consideraciones  que  vamos  á  exponer. 

La  fortificación  que  nos  ocupa  pertenece  á  un  sistema  regional 
defensivo,  situado  á  lo  largo  de  los  ríos  Huebra,   Yeltes  y  Ca- 

TOMO    LXXV  26 


402  boletín  de  la   real  academia  de  la  historia  • 

maces,  afluentes  del  Duero,  algunos  de  cuyos  elementos  mencio- 
na el  Sr.  Gómez  Moreno  en  el  artículo  antes  citado,  pero  no  lo 
hace  de  uno  muy  característico,  situado  á  ocho  kilómetros  del 
de  Yecla,  poco  después  de  la  confluencia  del  Huebra  y  del 
Yeltes,  y  que  no  se  puede  negar  son  congéneres  por  la  semejan- 
za en  el  aparejo  y  perfil  de  la  muralla.  Nos  referimos  al  Picón  de 
la  Mora,  recinto  de  pequeñas  dimensiones,  forma  semielíptica, 
cuyos  extremos  se  apoyan  en  dos  crestones  de  rocas  que  dejan 
un  espacio  sin  cerrar  del  lado  más  abrigado,  naturalmente,  por 
la  ladera  escarpada  del  río.  El  tipo  de  este  género  de  construc- 
ciones lo  encontramos  en  el  Mediodía  de  Francia  (Alpes  Maríti- 
mos) (l),  región  que,  según  reconocen  todos  los  autores,  fué  ha- 
bitada primitivamente  por  el  pueblo  Ligur;  bien  es  verdad  que 
los  cantos  de  estos  muros  son  algo  mayores  y  el  aspecto  de  los 
paramentos  es  distinto,  pero  estas  diferencias  son  debidas  á  la 
naturaleza  de  los  materiales,  variable  de  unas  regiones  á  otras. 
Los  principios  de  estrategia,  en  cambio,  que  dominaron  en  la 
construcción  son  los  mismos. 

Ahora  bien:  Déchelette  clasifica,  aunque  con  ciertas  reservas, 
como  de  la  edad  del  bronce  estos  recintos  de  Francia;  luego  si 
admitimos  nuestra  hipótesis,  hay  que  suponer  los  españoles  de 
la  misma  época,  con  la  dilerencia  de  cronología,  en  más  ó  menos, 
según  el  sentido  de  la  difusión,  y  aun  esta  diferencia  pudo  anu- 
larse si  ambos  proceden  de  un  prototipo  común  oriental.  A  esto 
último  parece  inclinarse  el  Sr.  Gómez  Moreno  respecto  á  los  de 
la  región  del  Duero,  al  decir  que  «recuerdan  por  su  estructura 
las  obras  ciclópeas». 

Otra  circunstancia  digna  de  tenerse  en  cuenta  es  el  desarrollo 
dolménico  de  la  comarca,  cuyo  completo  estudio  está  por  hacer, 
tallando,  por  lo  tanto,  un  dato  importantísimo  para  el  conoci- 
miento de  la  prehistoria  local.  Los  dólmenes  que  hemos  visto 
son  todos  del  tipo  de  cámara  circular  con  galería,  análogos  á  los 
de  la  provincia  de  Badajoz,  que  con  tanta  competencia  ha  estu- 


(i)     Déchelette:  Manuel  d' Arc/ieologie,  tomón. 


UNA    ESTACIÓN    PREHISTÓRICA    EN    VECLA    ÜE    VELTKS  4O3 

diado  el  Sr.  Mélida  {ly,  est  is  dólmenes  revelan  detalles  de  cons- 
trucción, como  son  lo  perfecto  de  las  juntas,  la  tendencia  á  la 
forma  de  cúpula  en  el  alzado,  la  reg.ilaridad  en  la  planta,  que  de- 
muestran un  arte  avanzado  y  una  civilización  en  pleno  desarro- 
llo, muy  lejos  ya  del  arcaísmo  y  tampoco  cercana  de  la  deca- 
dencia. 

Particularidades  de  la  misma  índole  se  aprecian  en  la  fábrica 
<le  los  muros  de  los  recintos,  cuya  mampostería  en  seco  podría 
aun  hoy  ponerse  por  modelo.  Esta  comparación  nos  lleva  á  la 
consecuencia  de  que  no  sería  muy  desatinado  pensar  fué  un 
mismo  pueblo  el  que,  al  culminar  la  edad  de  piedra  y  comenzar 
la  de  los  metales,  ó  sea  en  el  período  primero  de  la  del  bronce  (2), 
construyó  los  dólmenes  y  las  murallas  del  Lugar  Viejo  de 
Yecla. 

Si  llevamos  la  comparación  anterior  á  la  comarca  meridional 
francesa,  el  resultado  es  más  desconcertante,  pues  si  bien  los 
dólmenes  de  esta  región  son  de  época  avanzada,  por  haber  sumi- 
nistrado instrumentos  metálicos,  en  cambio  su  construcción  es 
del  tipo  arcaico  y  al  parecer  primitivo.  Pero  esto  no  quita  valor 
á  nuestro  argumento,  y  no  quiere  decir  otra  cosa  que,  sea  por  la 
influencia  oriental,  ó  bien  por  desarrollo  natural,  como  pretende 
la  nueva  teoría  occidentalista,  el  tipo  dolménico  se  perfeccionó 
en  la  Península  ibérica  lo  mismo  que  en  la  costa  occidental 
francesa. 

Los  CAB.\Li.rros  prutohisi  ókicos  de  Yi-.cl.a. — Si  realizamos  una 
pequeña  excursión  por  los  alrededores  del  recinto  fortificado 
antes  descrito,  nos  encontramos  en  seguida  sorprendidos  por  los 
nombres  con  que  distingue  la  gente  del  campo  algunos  de  los 
accidentes  del  terreno,  precursores  casi  siempre  de  hallazgos 
afortunados  para  el  explorador  de  antigüedades;  la  futnte  del 
Moro,  al  sudeste,  no  nos  ofrece  nada  de  particular  al  exterior; 
pero  si  continuamos  por  un  sendero  en  dirección  sur,  siguiendo  la 
ladera  derecha  del  arroyo  Varlaña,  conocida  por  la  Diabla,  dare- 


(i)     Mélida:  Dólmenes  de  la  provincia  de  Badajoz. 

(2)     Admitimos  la  clasificación  cronológica  de  Déchelettc. 


404 


boletín    de    la    RKaL    academia    hV    LA    HISTORIA 


mos,  después  de  andar  un  centenar  de  metros,  con  \2. peña  de  los 
siete  Infantes  de  Lara,  donde  observaremos  un  sencillo  al  par 
que  notable  grabado  rupestre.  Esta  roca,  granítica  como  todas 
las  de  la  comarca,  sobresale  un  metro  próximamente  sobre  el 
suelo,  y  presenta,  orientada  al  poniente  (circunstancia  muy  sig- 
nificativa), una  cara  plana,  cuyo  contorno  irregular  mide  cuatro 
metros  de  longitud  por  dos  de  anchurra  máxima,  donde  está 
grabada  una  tropa  de  caballos  formando  una  composición  que 


Fíe:.  2.' 


ocupa  0,go  metros  de  largo  por  0,6o  metros  de  ancho.  En  la 
figura  2.^  damos  una  fotografía  de  un  calco  del  conjunto  de  esta 
composición,  en  la  que  se  aprecian  los  caballitos  mucho  mejor 
que  en  el  original,  por  haber  procurado  que  las  sombras  acusen 
bien  los  contornos. 

Conviene  advertir  que  una  cruz  y  un  letrero  que  aparecen 
también  grabados  en  la  peña,  y  como  es  consiguiente  ha  repro- 
ducido la  fotografía,  no  tiene  nada  que  ver  con  lo  prehistórico; 
además,  la  última  figura  de  la  derecha,  en  la  que  parece  haber 
querido  representar  un  animal  de  especie  distinta  a  los  del  resto 
del   grupo,   aparece  mutilada,  habiendo  sido   repicado  su  con- 


UNA    ESTsCIÓN    PREHISTÓKICA    DE    YECl.A    DE    YELTES  405 

torno  en  época  recieate.  También  haremos  observar  que  sólo 
son  seis  las  figuras  grabadas,  en  discordancia  con  la  disparatada 
leyenda  popular  que  cuenta  estar  enterrados  debajo  de  la  peña 
los  siete  Infantes  de  Lata. 

Examinando  con  un  poco  de  atención  estas  figuras  se  observa 
el  arcaísmo  de  su  estilo,  que  no  se  parece  en  nada  ni  al  arte  ru- 
pestre de  los  tiempos  paleolíticos  (I),  ni  al  de  las  representacio- 
nes del  neolítico,  donde  la  estilización  alcanza  su  límite  máximo; 
se  nos  presenta,  á  nuestro  entender,  un  tipo  nuevo  que  tiene  su 
desarrollo  progresivo  en  las  numerosas  representaciones  del 
caballo  en  el  arte  ibérico;  en  efecto,  no  puede  negarse  su  paren- 
tesco con  el  de  las  fíbulas  hispánicas,  de  la  espada  de  Almedi- 
nilla  y  de  la  cerámica  pintada  de  Numancia;  son  siempre  los 
mismos  caballos  con  cuello  de  cisne,  tipo  que  evoluciona  desde 
el  infantil  y  simbólico  que  estamos  estudiando  hasta  convertirse 
en  un  motivo  puramente  ornamental. 

El  carácter  simbólico  de  estos  caballitos  no  es  muy  difícil  de 
demostrar.  Sabida  es  la  asociación  del  caballo,  como  animal  sa- 
grado, al  culto  solar  desde  la  edad  del  bronce,  y  que  este  hecho 
tiene  algún  precedente  neolítico  como  lo  demuestran  los  cráneos 
de  esta  especie  de  animales  encontrados  en  el  túmulo  de  Alané- 
Lud,  noroeste  de  Francia  (2);  si  á  esto  añadimos  las  numerosas 
representaciones  solares  que  aparecen  en  objetos  que  nos  ha 
suministrado  la  estación  prehistórica  de  Yecla,  y  que  más  ade- 
lante haremos  notar,  tácilmente  se  comprende  que  la  peña  de 
los  Infantes  de  Lara  fué  un  altar  dedicado   al  astro  divinizado. 

Lo  que  no  aparece  tan  fácil  es  precisar  la  época  á  que  per- 
tenece el  monumento.  Para  intentarlo  es  preciso  fijarse  primera- 
mente en  que  la  impresión  de  las  líneas  es  muy  poco  profunda 
y  da  el  aspecto  de  haber  sido  hechas  con  un  instrumento  poco 


(O     Para  comprobar  este  aserto  puede  verse  el  interesante  y  reciente, 
folleto   Los  Caballos  del  cuaternario  superior,  según  el  arte  paleoltiico, 
donde  su  autor,  el  sabio  geólogo  y  paleontólogo  Sr.  Hernández-Pacheco, 
hace  un  bien  documentado  estudio  de  las  primitivas  representaciones 
rupestres  de  estos  animales. 

(2)     Díchelette:  Manuel,  tomo  11. 


4o6  BOLETÍN    DE     I.A     REAI.    ACADEMIA     DE     l.A    HISTORIA 

afilado.  Las  representaciones  rupestres  más  semejantes  á  la  de 
nuestro  caso,  de  las  que  conocemos,  son  las  de  Liguria:  presen- 
tan la  misma  técnica  y  el  mismo  arte  realista  arcaico;  pertenecen 
como  es  sabido  al  primer  período  de  la  edad  del  bronce.  Los 
grabados  de  nuestra  Península  de  esa  misma  época  nos  ofrecen 
todavía  tipos  muy  estilizados,  según  deducen  los  Sres.  Cabré  y 
Hernández-Pacheco  del  estudio  de  las  composiciones  grabadas 
en  la  Peña  Tu.  Por  esta  razón  creemos  que  los  caballitos  de 
Yecla,  algo  más  modernos,  deben  colocarse  en  los  primeros  pe- 
ríodos de  la  edad  del  bronce,  después  de  pasada  la  del  cobre,  ó 
sea  al  fin  del  i  ó  en  el  ii  de  la  cronología  de  Déchelette. 

Objetos  encoxtrados  dentro  del  recinto. — Pasemos  á  analizar 
los  objetos  encontrados  en  el  interior  del  recinto  fortificado.  No 
veremos  nada  nuevo,  sino  una  repetición  de  los  suministrados 
por  otras  ciudades  ibéricas.  Seguiremos  un  orden  cronológico 
en  la  enumeración,-  aunque  salvando  por  adelantado  la  absoluta 
seguridad  de  la  clasificación;  pues  en  yacimientos  como  éste, 
donde  se  encuentra.!  mezcladas  varias  civilizaciones,  continuaron 
con  frecuencia  en  uso  objetos  primitivos  al  lado  de  los  nuevos 
más  perfectos  que  iban  apareciendo. 

En  la  capa  de  terreno  laborable,  y  aun  por  debajo,  hasta  una 
profundidad  de  cerca  de  un  metro,  se  han  encontrado  algunas 
monedas  romanas,  piedras  de  construcción,  ladrillos  y  una  mo- 
neda de  Alfonso  IX  de  León.  Los  objetos  ibéricos  aparecen  en 
una  zona  inferior,  que  llega  hasta  la  roca  y  mezclados  con  una 
gran  cantidad  de  ceniza.  Esta  superposición  y  la  circunstancia  de 
aparecer  la  mayor  parte  de  los  hallazgos  con  señales  evidentes 
de  haber  sufrido  la  acción  del  fuego,  hace  recordar  las  excava- 
ciones de  Numancia  y  no  tendría  nada  de  e.xtraño  que,  como 
allí,  la  primitiva  población  ibérica  fuera  destruida  y  edificada 
otra  sobre  las  ruinas.  LTna  exploración  completa  y  metódica  del 
subsuelo  aclararía  esto  y  otras  muchas  cosas  que  hoy  no  po- 
demos mas  que  presumir. 

'  AI  período  neolítico  podemos  asimilar  una  vasija  de  forma  de 
cazuela  y  manufactura  muy  tosca;  tiene  un  diámetro  de  12  cen- 
tímetros en  la  parte  superior;  es  de  barro  pardo-rojizo  en  las  su- 


USA    ESTACIÓN    PREHISTÓRICA    EN    YECLA    DE    YELTES 


407 


perficies  y  más  obscuro  en  el  interior,  lo  que  prueba  una  cocción 
muy  imperfecta.  Se  encuentran  muchos  fragmentos  de  cerámica 
de  este  tipo  y  otros  de  coloración  pardo-negruzca  fabricados 
con  arena  muy  gruesa  que  pudieran  pasar  por  neolíticos,  pero 
que  indudablemente  son  manifestaciones  de  un  arte  burdo  de 
época  posterior.  Pero  el  hallazgo  de  un  hacha  de  piedra  puli- 
mentada demuestra  que  existió  una  civilización  en  aquellos 
tiempos. 

De  neolítico  puede  también  clasificarse  el  objeto  fotografiado 
en  la  parte  alta  de  la  figura  3.^;  se  diferencia  de  los  otros  dos  de 


Fil- 


ia misma  figura  en  que  el  orificio  está  practicado  con  un  instru- 
mento muy  poco  afilado.  Los  tres  están  fabricados  en  pizarra 
gris:  el  primero  mide  9  centímetros  de  diámetro  y  dos  de  grue- 
so en  el  eje;  su  forma  es  la  de  un  elipsoide  de  revolución  muy 
achatado;  debió  usarse  con  un  mango,  constituyendo  un  arma 
parecida  á  la  porra  (I),  que  aun  es  frecuente  en  la  gente  de  cam- 
po. Análoga  aplicación  tendría  el  representado  en  la  parte  cen- 
tral, aufkque  por  tener  al  agujero  cilindrico  lo  creemos  posterior. 
Estos  discos  se  emplean  todavía  como  objetos  de  culto  entre 


(i)     Déchelette:  Manu:l,  tomo  1. 


408  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

algunas  tribus  de  África  y  no  falta  quien  opina  tuvieron  la  mis- 
ma significación  en  los  tiempos  prehistóricos  (l).  La  placa  de  la 
parte  inferior  de  la  figura,  en  la  que  se  observan  dos  de  los  cua- 
tro orificios  que  tendría  cuando  estuviera  completa,  es  un  brazal 
de  arquero,  característico  del  período  eneolítico,  aunque  la  per- 
fección con  <^ue  'están  hechos  los  taladros  nos  ofrece  alguna 
duda  respecto  a  su  antigüedad. 

Los  objetos  metálicos  que  hemos  podido  recoger  son:  una 
lezna  y  un  formón  de  hierro,  los  dos  de.  igual  longitud,  78  milí- 
metros; .fragmentos  de  clavos  y  remaches  del  mismo  material, 
dos  fíbulas  incompletas,  una  de  bronce  (la  más  pequeña)  y  otra 
de  cobre,  y  una  plaquita  cuadrada  de  un  centímetro  de  lado, 
también  de  bronce  moldeado,  ornamentada  con  una  estrella  que 
tiene  un  apéndice  rectangular  de  17  milímetros  de  longitud,  ter- 
minado en  un  ensanchamiento  donde  se  ve  un  aspa  incisa;  de  la 
cara  opuesta  á  la  estrella  sale,  formando  cuerpo  con  la  placa,  un 
clavo  muy  corto,  con  la  cabeza  remachada;  esta  pieza  debió  de 
formar  parte  de  algún  objeto  de  adorno. 

La  fíbula  de  bronce  es  de  arco  naviforme,  con  apéndice  cau- 
dal levantado,  adornado  con  varias  molduras  cilindricas,  y  ter- 
mina en  un  disco  un  poco  cóncavo,  como  si  hubiera  tenido  un 
esmalte;  faltan  la  aguja  y  el  muelle,  y  el  porta-aguja  es  relativa- 
mente corto.  Esta  fíbula,  muy  parecida  á  otras  encontradas  en 
Portugal,  puede  clasificarse  como  de  La  Teñe  L 

La  segunda  fíbula  que  como  ya  hemos  dicho  es  de  cobre, 
pertenece  al  tipo  de  anillo,  característico  del  arte  ibérico;  está, 
como  la  anterior,  incompleta,  pues  falta  el  muelle,  la  aguja  y  el 
porta-aguja.  Aunque  líbulas  de  este  tipo  hispánico  ha  encon- 
trado el  Aíarqués  de  Cerralbo  en  sepulturas  hallstatianas,  por 
comparación  con  otras  encontradas  en  Cabrera  de  Mataró,  po- 
demos suponerla  de  siglo  iii  antes  de  J.  C.  A  este  mismo  siglo 
debe  pertenecer  la  anteriormente  descrita,  pues  aunque  el  pe- 
ríodo de  La  Teñe  I  comprende  los  v  y  iv,  la  cronología  ibérica 


(1)     Diccionario  Espasa,  artículo  África. 


UNA    ESTACIÓN     PREHISTÓRICA     EM    YECl.A    DE    YEI.TES  4O9 

« 

va  algo  retrasada  de  la  celto  gala,  que  es  á  la  que  se  refiere  prin- 
cipalmente la  de  Déchelette. 

El  material  de  los  objetos  de  hierro  es  de  tal  dureza  que  ape- 
nas le  entra  la  lima,  lo  que  es  una  comprobación  del  progreso  de 
la  metalurgia  en  la  civilización  prerromana  de  nuestra  Península, 
hecho  ya  comprobado  en  otros  hallazgos  congéneres. 

La  cerámica  ibérica  es  abundantísima,  pero,  desgraciadamente, 
no  ha  llegado  á  nosotros  ninguna  vasija  completa  ó  que  pudiera 
ser  reconstruida.  Los  fragmentos  que  hemos  recogido  denotan 
un  material  excelente,  una  construcción  esmerada,  en  la  que  se 
ha  empleado  el  torno  y  una  gran  variedad  de  tipos.  Por  lo  que 
se  refiere  á  la  coloración,  puede  clasificarse  la  cerámica  en  dos 
categorías:  la  gris  y  la  roja;  pero  lo  mismo  en  una  que  en  otra 
hay  tonalidades  muy  diversas;  también  se  presenta  el  color  negro, 
dado  por  medio  de  un  barniz  sobre  el  barro  rojo. 

En  general,  esta  cerámica  es  lisa,  pero  también  se  encuentran 
algunos  ejemplares  adornados  con  ornamentación  geométrica 
incisa,  ya  siguiendo  líneas  rectas,  ya  curvas  repetidas  en  forma 
de  festón. 

En  un  curioso  ejemplar  se  ven  cinco  alveolos  practicados  con 
un  instrumento  de  punta  semiesférica,  y  tan  desordenadamente 
dispuestos  en  forma  de  cruz,  que  contrasta  este  descuido  con  la 
finura  de  la  pasta  y  la  esmerada  confección  del  vaso,  que  sería 
seguramente  un  bonito  ejemplar  cuando  estuviera  completo. 

La  ornamentación  pintada  hace  su  acto  de  presencia  en  un 
pequeño  fragmento  donde  sólo  puede  apreciarse  una  línea  ondu- 
lada de  color  rojo  que  apenas  se  destaca  del  fondo,  un  poco  más 
claro;  es  el  estilo  de  la  cerámica  numantina,  pero  de  manufac- 
tura algo  menos  cuidada. 

Toda  esta  cerámica,  como  los  objetos  que  vamos  á  enumerar 
á  continuación,  pertenecen  á  una  fase  avanzada  de  la  segunda 
edad  del  hierro. 

El  amuleto  de  barro  grisáceo,  representado  en  dos  proyeccio- 
nes en  la  figura  4."^,  tiene  grabada  una  cruz  swástica,  signo  que, 
aunque  sea  originario  de  Grecia,  según  opinión  de  los  más  auto- 
rizados arqueólogos,  se  repite  de  una  manera  frecuentísima  en 


410 


boletín   df   r. »   real  academia   de   la   hisioru 


los  países  de  Occidente.  Aparece  en  las  citanias  de  Portugal  y 
Extremadura,  que  tienen  una  íntima  relación  con  nuestro  caso. 
El  diámetro  de  este  amuleto  es  de  25  milímetros.  Pudo  servir 
también,  y  de  ello  hay  precedentes,  como  matriz  para  ornamen- 
tar objetos  de  cerámica,  aun  sin  perder  su  carácter  profiláctico. 


Fig.  4.° 


Relativamente  numerosa  es  la  colección  de  fusayolas  de  barro 
que  hemos  recogido;  las  hay  de  diferentes  dimensiones,  formas 
y  colores,  y  hasta  dos  ejemplares  ornamentados,  uno  con  círcu- 
los y  líneas  punteadas,  y  otro  con  una  cruz,  combinada  también 
con  círculos. 

El  diámetro  de  estas  fusayolas  oscila  entre  45  y  22  milí- 
metros. 

L.\S   ESFERILL.^S  DE   BARRO   V    LAS  REPRESENTACIONES    SOLARES. No 

podían  faltar  las  consabidas  esterillas,  que  salen  con  tanta  fre- 
cuencia en  los  restos  de  poblaciones  ibéricas;  fabricadas  con  el 
mismo  material  que  las  fusayolas,  son  ya  lisas,  ya  ornamentadas 
con  pequeños  agujeros,  distinguiéndose  en  estas  últimas  tres  tipos 
diferentes:  en  el  primero,  los  agujeros  son  poco  profundos,  cons- 
tituyendo círculos  con  el  centro  marcado  en  relieve,  recordando 


U\A     ESTACIÓN    PREHiS  10  .'.lOA     EN     YECLA     Dü    YEr.TES  4IT 

el  adorno,  tan  conocido,  de  los  círculos  concéntricos  reducidos 
á  su  más  mínima  expresión.  El  segundo  tipo  tiene  los  agujeros 
más  reducirlos  en  extensión,  pero  profundizan  bastante  en  la 
masa.  En  el  tercero  están  distribuidos  en  líneas  que  siguen  círcu- 
los máximos  y  el  ecuador  de  la  esfera.  En  los  dos  primeros  gru. 
pos,  los'agujeros  están  distribuidos  á  granel  en  toda  la  superficie. 

El  ejemplar  de  más  tamaño,  que  es  hueco,  tiene  un  diámetro 
de  42  milímetros,  pero  esta  dimensión  es  excepcional:  lo 
corriente  es  25  milímetros;  las  más  pequeñas  sólo  alcanzan 
16  ó  17. 

¿Qué  uso  se  le  destinaba  á  estas  esterillas.''  El  señor  Marqués 
de  Cerralbo,  en  su  notabijísimo  estudio  Las  Necrópolis  ibéricas, 
las  supone  una  reminiscencia  del  escarabajo  egipcio  y  represen- 
tativas, como  la  fusayola  globular,  de  la  vuelta  á  la  vida.  Para 
nosotros  está  muy  claro  que  son  representaciones  del  globo 
solar,  como  lo  fué  también  el  escarabajo  en  Egipto,  además  de 
simbolizar  la  renovación  constante  de  la  vida.  El  precedente  lo 
encontramos  acudiendo  de  nuevo  á  la  notable  obra  de  Déche- 
lette,  donde,  al  hablar  del  arte  en  la  primera  edad  del  hierro, 
están  los  siguientes  párrafos  que  transcribimos: 

«Al  lado  de  la  antigua  representación  del  sol-rueda  aparecen, 
desde  la  época  de  Hallstatt,  las  primeras  del  sol-globo,  transfor- 
mación debida  al  progreso"  de  los  conocimientos  astronómicos 
en  los  países  del  Sur. 

»Tal  es,  al  menos,  la  interpretación  que  proponemos  para  una 
serie  de  pequeñas  joyas  importadas  de  Etruria  al  territorio  suizo 
en  el  siglo  vi,  antes  de  J.  C.  Aunque  muy  poco  conocidas,  pre- 
sentan, sin  embargo,  un  gran  interés  desde  el  punto  de  vista  ico- 
nográfico...» 

Se  refiere  Déchelette  á  unos  globitos  de  oro  afiligranados,  cuyo 
parentesco  inmediato  con  las  esférulas  ibéricas  salta  á  la  vista;  la 
ornamentación  de  aquéllos,  que  sigue  también  los  meridianos  y 
el  ecuador  de  la  esfera,  formada  con  menudos  glóbulos,  tiene 
mucha  semejanza  con  las  líneas  punteadas  de  las  bolitas  del  ter- 
cer tipo  antes  descrito. 

Las  del  segundo  grupo  tal  vez  se  completarían  con  una  repre- 


412  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

sentación  material  de  los  rayos  solares  introduciendo  en  los  agu- 
jeros palillos  de  madera,  á  modo  de  erizo,  y  un  ejemplar  de  los 
del  mayor  tamaño,  hace  pensar  en  una  representación  de  la 
bóveda  celeste  tachonada  de  estrellas. 

El  disco  solar  va,  como  se  sabe,  frecuentemente  asociado  á  la 
barca  ó  al  carro,  recordando  el  viaje  mítico  del  astro  durante  la 
noche;  la  materialización  de  este  conjunto  nos  parece  encontrarla 
en  unas  cazoletas  de  barro  encontradas  en  el  recinto  objeto  de 
este  estudio,  que  parecen,  por  su  tamaño,  destinadas  á  recibir 
las  esférulas,  y  aun  pudiera  pensarse,  entrando  algo  en  el  terreno 
de  la  fantasía,  que  la  cazoleta  fuera  montada  sobre  el  carro 
celeste. 

Representaciones  solares  son  también  la  swástica  del  amuleto, 
la  cruz  de  una  de  las  fusayolas  ornamentadas  que  antes  mencio- 
namos, la  estrella  del  objeto  de  bronce  y  las  fusayolas  de  forma 
troncocónica,  de  las  que  hay  un  ejemplar  en  nuestra  colección. 
Esto  demuestra  la  importancia  que  se  le  dio  al  culto  astral  (l) 
habiendo  perdurado  hasta  después  de  la  conquista  romana,  como 
lo  prueban  las  estelas  funerarias,  qiie  en  gran  número  ha  suminis- 
trado la  estación  de  Yecla,  y  que  no  describimos  en  detalle  por 
haber  ya  sido  dadas  á  conocer  por  el  Sr.  Gómez  Moreno.  Estas 
estelas,  aunque  con  inscripciones  latinas,  son  de  tipo  genuina- 
mente  ibérico,  y  llevan,  salvo  pocas  excepciones,  en  la  parte  alta 
un  sol  figurado  por  una  estrella  derivada  de  la  swástica,  de  bra- 
zos curvos,  y  debajo  una  «línea  horizontal,  vuelta  en  ángulos  rec- 
tos hacia  arriba  por  sus  extremidades»  (2). 

Este  último  dibujo,  que  á  veces  se  desdobla  en  dos  escuadras, 
nos  lo  explicamos  como  representación  también  de  la  barca  solar 
6  como  degeneración  de  los  cuernos  sagrados,  símbolo  de  la 
luna;  en  uno  ú  otro  caso,  siempre  es  un  signo  astral  solidario  de 
la  estrella. 


(i)  De  la  misma  opinión  es  nuestro  eminente  Cerralbo,  quien  des- 
arrolla con  gran  amplitud  y  erudición  este  tema  en  sus  Xecrópolis  ibéri- 
cas, donde  atribuj'e,  con  sólido  fundamento,  i'epresentación  solar  á  la 
fusayola  troncocónica. 

(2)     GÓMEZ  Moreno:  artículo  citado. 


UNA    ESTACIÓN    PREHISTÓRICA    EN    YECLA    DE    YELTES  4I3 

Además  de  los  objetos  de  que  hemos  hecho  mérito,  han  salido 
entre  los  escombros  de  la  ciudad  ibérica  piedras  de  molino  de 
mano,  proyectiles  de  honda,  pizarras  planas  para  afilar  instru- 
mentos metálicos,  pesas  de  barro,  cuernos  de  ciervo,  colmillos 
de  jabalí,  numerosos  huesecillos  de  animales  y  un  fragmento  de 
una  cuchara  de  hueso.  También  se  encuentran  cantos  rodados 
esféricos  de  pequeño  tamaño,  que  probablemente  tendrían  el 
mismo  uso  profiláctico  que  las  esférulas  de  barro. 


Del  examen  que  antecede  se  deduce  un  hecho  que  tiene  algún 
carácter  de  generalidad  en  nuestra  Península,  y  es  la  ausencia  de 
restos  de  civilización  de  un  período  de  muchos  siglos.  Concre- 
tándonos á  nuestro  caso,  vemos  que  después  de  las  manifesta- 
ciones del  neolítico  y  de  los  comienzos  de  la  edad  del  bronce, 
saltamos  bruscamente  á  la  época  de  La  Teñe.  Lo  más  probable 
es  que  este  hiatus  no  sea  mas  que  aparente  (l),  y  en  futuras 
investigaciones  se  pueda  establecer  la  continuidad  hoy  interrum- 
pida. Por  eso  sería  muy  de  desear  que  se  realizaran  excavacio- 
nes dentro  del  recinto  y  se  buscaran  y  exploraran  las  sepulturas 
que  indudablemente  existirán  en  la  región.  Que  estas  investiga- 
ciones habrían  de  tener  éxito  no  cabe  dudarlo,  pues  lo  que  hemos 
expuesto  demuestra  lo  mucho  que  darían  á  luz  las  cenizas  del 
Lugar  Viejo  si  se  removieran  metódicamente. 

Otra  circunstancia  que  conviene  hacer  notar  es  la  coinciden- 
cia del  arte  ligur  con  el  nuestro  en  la  primera  edad  de  los  meta- 
les, como  observamos  al  tratar  de  la  muralla  y  los  caballitos  de 
\&peña  de  los  siete  Infantes  de  Lara;  ello  está  de  acuerdo  con  la 
moderna  hipótesis  de  Schulten  (2)  sobre  los  primeros  pobladores 
de  la  Península,  que  supone  fueron  los  ligures,  raza  que,  según 


(i)  Tenemos  noticia  de  que  en  la  misma  provincia  de  Salamanca, 
cerca  de  Béjar,  se  ha  encontrado  un  hacha  de  talón  correspondiente  al 
m  período  de  la  edad  del  bronce. 

(2)  En  esta  parte  hemos  consultado,  con  gran  fruto,  la  excelente  His- 
toria de  España  del  Sr.  Ballesteros. 


414  EUl.tTIN    DE    LA     KEAL    ACAPEMIA     DE    I  A    HISTORIA 

Jullián,  construyó  los  dólmenes,  tan  abundantes  en  las  provin- 
cias occidentales  de  España  y  Portugal.  Siguiendo  la  teoría  del 
profesor  alemán,  los  iberos  no  llegaron  á  la  meseta  central  hasta 
el  siglo  m  (antes  de  J.  C),  habiendo  sido  expulsados  de  la  Galia 
hacia  el  año  400  1  antes  de  J.  C),  lo  que  explica  la  aparición  de 
objetos  en  La  Téne  I  (siglos  v  y  iv  ,  con  el  consiguiente  retraso. 

Pero  antes  había  ocurrido  la  invasión  céltica,  procedente  tam- 
bién de  Francia,  y  como  estos  celtas  pasaron  los  Pirineos  hacia 
el  año  600,  traían  la  civilización  de  Hallstatt,  de  la  que  no  hemos 
encontrado  ningún  vestigio.  Ahora  bien,  los  celtas  siguieron  el 
valle  del  Duero  hasta  la  costa,  y  en  Portugal  se  han  descubierto 
restos  de  la  primera  edad  del  hierro;  luego  forzosamente  tiene 
que  haberlos  en  la  región  fronteriza  objeto  de  nues'ro  estudio,  y 
se  encontrarán  seguramente,  como  Siret  y  el  Marqués  de  Cerralbo 
los  han  encontrado  en  la  zona  sur  y  central  de  la  Península,  si 
hay  quien  se  interese  en  buscarlos. 

Resumiendo  lo  anteriormente  expuesto,  podemos  decir  que, 
en  nuestro  concepto,  el  Lugar  Viejo  de  Yecla  fué  ocupado  pri- 
meramente, en  tiempos  remotos,  por  la  raza  de  los  ligures;  esta 
ocupación  debió  durar  muchos  siglos,  y  de  ella  nos  dan  testimo- 
nio la  muralla,  el  grabado  rupestre  de  los  caballitos,  que  supone- 
mos colocado  entre  el  I  y  II  períodos  de  la  edad  del  bronce, 
por  el  año  1900  (antes  de  J.  C),  y  los  pocos  objetos  neolíticos 
y  eneolíticos  enumerados  á  su  tiempo;  por  deducción,  sospecha- 
mos la  existencia  de  una  civilización  hallstatiana  céltica  en  los 
siglos  V  y  IV,  durante  los  cuales  debió  pertenecer  la  ciudad  á  la 
tribu  de  los  saefes.  Por  último,  en  el  siglo  111  aparece  perfecta- 
mente definida  la  denominación  ibérica,  con  su  arte  propio,  for- 
mado á  merced  de  las  influencias  oriental  y  de  La  Téne  I,  que 
perduró  aun  después  de  la  conquista  romana,  hasta  que  dejó  de 
habitarse  la  ciudad,  en  una  época  que  desconocemos.  El  pueblo 
ibero,  que  ocupaba  la  región  á  la  venida  de  los  romanos  era  el 
de  los  vettoties,  que,  como  es  sabido,  comprendía  las  provincias 
extremeñas  y  la  de  Salamanca. 

No  podemos  terminar  estas  líneas  sin  mostrar  nuestro  más 
sincero  reconocimiento  hacia  los  Sres.   Aparicio,  Moran  y  La- 


MONUMENTOS   ROMANOS   DE    LA   ANTIGUA    AUGUST08RIGA  415 

fuente.  El  primero,  cultísimo  párroco  de  Vecla  de  Yeltes,  ha 
cooperado  de  una  manera  entusiasta  en  nuestras  exploraciones, 
y  los  segundos,  ventajosamente  conocidos  por  sus  publicaciones 
sobre  asuntos  históricos  y  arqueológicos,  nos  han  facilitado 
nuestro  estudio  con  sus  valiosas  indicaciones. 
Marzo  de  19 19. 

José  Luis  Martín  Jiménez. 


II 

MONUMENTOS   ROMANOS  DE   LA    ANTIGUA    AUGUSTÓBRIGA, 
HOY  TALAYERA  LA  VIEJA,  EN   LA   PROVINCIA   DE   CÁCERES 

No  hace  mucho  tiempo  recibió  la  Academia  una  comunicación 
suscrita  por  D.  Antonio  Núñez  (persona  que  llevada  de  sus  afi- 
ciones á  cosas  de  Historia  y  Arqueología  comunicó  algunas  re- 
ferencias y  datos  útiles  á  nuf  stro  inolvidable  P.  Fita),  denuncian- 
do, según  informes  que  le  había  dado  D.  Alfonso  Higuero,  veci- 
no de  Trujillo,  el  peligro  que  á  causa  de  la  proximidad  del  río 
Tajo  pudiera  amenazar  á  la  estabilidad  de  un  monumento  roma- 
no, de  un  templo,  dice,  que  sobre  la  orilla  izquierda  se  aba,  en  la 
villa  de  Talavera  la  Vieja,  en  la  provincia  de  Cáceres;  y  debe  re- 
cordar el  que  suscribe  que  cuando  se  dio  cuenta  de  esa  comu- 
nicación en  Junta  de  Academia,  tuvo  la  honra  de  manifestar  en 
ella  que  había  visto,  hacía  poco  tiempo,  el  monumento  de  que 
se  trata  y  otros  que  conserva  aquella  población,  escondida  y  olvi- 
dada hoy,  la  cual  fué  en  lo  antiguo  la  ciudad  de  Augustóbriga,  en 
la  Lusitania,  y  que  no  advirtió  corriese  peligro  el  edificio  de  re- 
ferencia, lo  que  sólo  podría  aclararse  haciéndole  objeto  de  un  re- 
conocimiento por  personas  técnicas,  á  consecuencia  de  lo  cual 
la  Academia  acordó  pedir  informes  á  la  Comisión  de  ¡Monumen- 
tos de  Cáceres.  Contestó  ésta,  en  efecto,  en  oficio  de  2  de  Octu- 
bre de  1916,  diciendo  que,  según  carta  de  L).  Andrés  Arroyo, 
Farmacéutico  de  aquel  pueblo,  comisionado  por  el  Ayuntamien- 


4l6  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTOKIA 

to  para  satisfacerla  demanda,  seis  columnas  del  templo  se  man- 
tienen en  pie  merced  á  reparaciones  que  por  gestión  del  comu- 
nicante se  hicieron  unos  doce  años  antes;  que  las  filtraciones  del 
Tajo  teme  ocasión  en  la  completa  ruina  del  monumento,  y  que 
muchas  piedras  del  basamento  habían  caído  al  río,  sin  que  haya 
podido  conseguir  que  se  extraigan  y  coloquen  en  su  lugar. 
En  vista  de  esta  contestación,  que  confirmaba  lo  expuesto  por 


í7,eo 


J  T 


5^ 


Uto  Tojo         v  , 


Fig.  i.° — Corte  del  terreno  y  situación  del  monumento. 

el  denunciante,  fué  comisionado  el  que  suscribe  para  informar  á 
la  Academia  sobre  el  particular,  y  afirmándose  en  el  convenci- 
miento de  que  nada  de  cuanto  sobre  el  particular  se  dijera  ten- 
dría valor  alguno  mientras  no  se  basara  en  una  opinión  técnica, 
se  dirigió  particularmente  á  su  buen  amigo,  nuestro  inteligente 
cuanto  activo  Correspondiente  en  Cáceres  D.  Juan  Sanguino,  para 
que,  bien  fuera  del  Arquitecto  6  del  Ingeniero  provincial,  consi- 


MONUMENTOS   ROMANOS    DE   LA    ANTIGUA    AUGUSTÓBRIGA  417 

giüera  el  deseado  dictamen,  acerca  de  si  se  anuncian  desprendi- 
mientos de  tierra  ó  algo  de  particular  en  el  escarpe  en  que 
asienta  el  edificio,  como  también  si  se  advertía  algún  movimien- 
to en  las  piedras  del  basamento. 

La  diligencia  del  Sr.  Sanguino  consiguió,  en  efecto,  que  el  re- 
conocimiento se  hiciese  y  que  de  ello  diese  cuenta  á  la  Comisión 
de  Monumentos  de  Cáceres  el  Ingeniero  jefe  de  la  provincia  don 
José  Granda,  en  la  siguiente  comunicación: 

«D.  José  Gil  Martín,  Maestro  de  Obras  y  contratista  de  Obras 
públicas,  ha  reconocido  el  monumento  de  Talavera  la  Vieja  en 
Septiembre  de  19 1 8,  por  encargo  del  que  suscribe,  é  informa 
que,  á  su  juicio,  no  corre  peligro  alguno  por  el  momento;  que 
una  parte  del  basamento,  la  que  figura  rayada  en  el  croquis 
(fig.  I.'^),  ha  tenido  algún  movimiento  por  efecto  de  las  excava- 
ciones producidas  en  el  terreno  por  las  aguas  de  lluvia,  proce- 
dentes del  pueblo  que  pasan  lamiendo  el  basamento  y  descal- 
zándolo, al  verter  en  en  el  río.  El  terreno  del  escarpe  es  de  arci- 
lla dura  y  no  presenta  á  la  vista  grietas  ni  desprendimientos. 

»Sería  conveniente  desviar  las  aguas  para  que  no  lamieran  el 

monumento  6  encajonar,  por  medio  de  una  obra  de  contención, 

el   terreno   contiguo  al  mismo,  para  evitar  que  prosiguieran  los 

desprendimientos. 

Cáceres,  5  de  Novicmbie  de  1918. 

José  Gr.anda». 

Deduce  de  esta  comunicación  el  que  suscribe  que  el  monu- 
mento está  como  él  lo  vio  en  1915,  como  lo  vieron  en  el 
siglo  xviii  D.  Ignacio  de  Hermosilla  y  D.  José  Cornide  que  lo 
describen  y  publican  en  las  Memorias  de  la  Academia  (tomo  i, 
páginas  345  y  363),  y  D.  Antonio  Ponz,  que  también  lo  describe 
y  dibuja  en  su  Viaje  de  España  (tomo  vii,  pág.  79);  pero  que 
no  por  eso  deja  de  ser  conveniente  y  oportuno  aprovechar  el  avi- 
so, por  lo  cual  propone  á  la  Academia,  á  la  que  en  primer  tér- 
mino corresponde  velar  por  la  conservación  de  los  monumentos 
históricos  y  artísticos,  pida  á  la  Superioridad  sean  declarados 
monumentos  nacionales  los  dos  monumentos  romanos  importan- 
tes que  en  Talavera  la  Vieja  se  conservan  y  que  son  el  de  refe- 

TOMO   LXXV  -7 


4lS  BUI.ETIN     UE     I. A     REAL     ACADEMIA     UE     [,A     HISTORIA 

rencia  y  un  templo  situado  frente  al  primero,  y  encareciendo  la 
necesidad  de  que  en  éste  se  hagan  las  obras  de  consolidación  ne- 
cesarias. 

Y  para  ilustrar  convenientemente  tan  notables  restos  arqui- 
tectónicos ofrece  el  que  suscribe  á  la  Academia  las  observacio- 
nes que  recogió  por  fruto  de  su  viaje  en  las  siguientes  líneas: 

AVGVSTOBK   IG    A 
(Tal.ivera  la  Vieja.) 

Escondida  y  olvidada,  á  la  parte  sudeste  de  la  provincia  de 
Cáceres  y  á  la  margen  izquierda  del  Tajo,  dominándole  desde  la 
imponente  altura  de  un  risco,  se  encuentra  la  villa  de  Talavera  la 
Vieja,  cuyas  ruinas  romanas  más  importantes,  destacando  sobre  el . 
cielo  la  gentil  silueta  de  columnas  y  arquitrabes,  con  un  arco  so- 
bre ellos,  suspende  y  maravilla  al  viajero  que,  desde  la  otra  orilla 
y  aun  antes  de  llegar  á  ella,  después  de  haber  recorrido  el  camino 
menos  penoso  para  tal  expedición,  que  es  el  que  va  desde  Naval- 
moral  de  la  Mata  hacia  el  sur,  evoca  ante  tan  magnífica  vista  las 
grandezas  de  Roma,  y  avivado  con  ello  su  deseo  de  apreciarla 
más  de  cerca,  tiene  que  descender  para  cruzar  en  una  barca  e' 
río,  pues  falta  el  puente  romano  que  sin  duda  hubo  y  que  puso 
en  comunicación  tal  ciudad  con  las  demás  romanas  importantes. 

Por  extraño  que  parezca  el  caso,  aunque  lo  justifica  esa  misma 
falta  de  fácil  comunicación,  es  lo  cierto  que  desde  que  en  el  si- 
glo xviii  dieron  noticia  de  las  antigüedades  de  Talavera  la  \  ieja 
don  Ignacio  de  Hermosilla  y  don  José  Cornide  (Memorias  de  la 
Real  Academia  de  la  Historia,  tomo  i,  págs.  345  y  363),  luego 
don  Antonio  Ponz  (Viaje  de  España,  tomo  vii,  pág.  79),  éste  y 
aquéllos  con  dibujos,  y  a  cuya  noticia  añadió  Cean  Bermúde/ 
(Sumario  de  las  antigüedades  romanas  que  hay  en  España,  pági- 
na 114)  las  que  dieron  á  Felipe  II,  en  I575i  de  dichas  antigüe- 
dades, nadie  se  ha  ocupado  del  referido  monumento  arquitectó- 
nico ni  de  las  ruinas  de  otros  que  en  la  villa  subsisten. 

Más  suerte  han  tenido  los  monumentos  epigráficos  de  la  mis- 
ma, pues  el  profesor  Hubner,  valiéndose  principalmente  de  los 


MONUMENTOS   ROMANOS   DE   LA    ANTIGUA    AUGUSTÓBRIGA  419 

datos  de  Hermosilla  y  Cornide,  registró  (en  el  tomo  ii  del  Cí>?- 
pHS  Inscriptionum  Latmarimí)  hasta  catorce  inscripciones  (nú- 
meros 926  á  940)  y  aun  añadió  seis  (Inscriptionum  Hispaiiiae, 
Latiuarum  Supplemei¡tum\  Berlín,  1S92,  núms.  5.343  á  5.348),  en- 
tre ellas  una  que  le  sirvió  para  fijar  el  nombre  latino  de  la  ciu- 
dad allí  existente  en  lo  antiguo,  y  que  no  fué  Ebura,  como  supu- 
sieron aquellos  monografistas,  sino  Augustóbriga;  y  esta  es  la 
conquista  más  importante  que  en  el  campo  de  la  Arqueología 
debe  ser  registrado  respecto  de  Talayera  la  Vieja. 

Como  en  otros  casos,  no  fué  ésta  la  única  ciudad  romana  de 
nombre  Augustóbriga.  También  le  llevó  otra  de  la  provincia  ta- 
rraconense, que  es  hoy  Muro  de  Agreda  (en  la  provincia  de  So- 
ria); ambas  ciudades  celtíberas  y  que,  conquistadas,  tomaron 
nombre  del  Emperador  Augusto. 

Del  pasado  celtíbero  de  la  Augustóbriga  lusitana,  dan  cuenta 
unas  figuras  de  toro  esculpidas  en  granito,  publicadas  en  las  cita- 
das Memorias  de  la  Academia,  y  de  la  importancia  romana  los 
monumentos  que  vamos  á  describir. 

Muralla. — Hállase  arruinada,  incompleta  é  informe  en  los  más 
de  los  trozos  visibles,  sobre  todo  por  el  sur,  limitando  las  eras 
del  pueblo,  que  es  hoy  pequeño  y  que  quedan  dentro  de  ellas.  Su 
traza,  como  lo  hizo  notar  Hermosilla,  es  un  semicírculo,  y  su 
línea  de  diámetro,  paralela  á  la  del  río.  Su  paramento  exterior 
es  de  sillería  de  granito,  y  su  fábrica  interior,  de  hormigón.  Su 
anchura,  por  donde  mejor  puede  apreciarse,  es  de  2,50  metros. 
Su  altura,  muy  rebajada  de  lo  que  fué,  era  en  algún  trozo  de 
•  hasta  ocho  pies»  cuando  la  vio  Hermosilla.  En  cuanto  á  la  me- 
dida del  cerco  de  murallas,  el  teniente  cura,  D.  Sebastián  Rufo 
Morgado,  dio  á  Hermosilla  (pág.  353)  los  siguientes  resúme- 
nes de  las  mediciones  que  había  hecho: 

«Las  murallas  en  circuito  (semicírculo),  desde  la  barranca  por 
oriente  hasta  dicha  barranca  por  poniente,  tiene  cuatro  mil  no- 
vecientos veintinueve  pies». 

«Incluso  el  tempilo,  atravesando  por  el  mediodía  hacia  la  mu- 
ralla (eje  menor,  ó  sea  de  norte  á  sur),  desde  el  río  hay  mil  cua- 
trocientos setenta  pies». 


420  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

«De  oriente  á  poniente  por  la  calle  Real,  de  muralla  á  muralla 
(diámetro  del  semicírculo),  hay  dos  mil  setecientos  pies». 

No  da  Hermosilla  estas  medidas  como  exactas,  sino  como 
aproximadas.  Hoy,  al  cabo  de  siglo  y  medio,  aun  es  más  difícil 
apreciar  dichas  medidas. 

La  dicha  calle  Real,  que  no  ha  variado,  que  corre  paralela  al 
río  y  á  cuyos  extremos  debieron  estar  las  puertas  de  la  ciudad, 
sigue  posiblemente  en  su  trazado  el  de  la  vía  romana,  la  cual,  se- 
gún queda  dicho,  era  el  ramal  que  desde  Turgaliiini  (Trujillo[ 
iba  á  Caesaróbriga  (Talavcra  de  la  Reina). 

Acueducto. — Al  extremo  oriental  de  la  villa,  junto  al  comien- 
zo de  la  bajada  al  río  y,  á  derecha  mano  se  ve  cortado  un  trozo 
del  acueducto,  que  se  esconde  en  la  tierra.  Este  trozo  correspon- 
de á  la  canal  del  mismo,  cubierta  por  bóveda  de  piedra  de  cuña 
y  cemento,  cuya  luz  es  de  1,04  metros  de  altura  y  0,55  de  an- 
cho. A  este  acueducto  parecen  pertenecer  varios  restos  de  cons- 
trucción, ó  sea  argamasones  de  cemento  ú  hormigón  que  de 
norte  a  sur  llegan  hasta  donde  el  Alija  se  une  con  el  Tajo. 

Cerca  de  la  indicada  y  descubierta  boca  del  acueducto  se  ve 
otra  menor  formada  con  piedras,  que  debe  pertenecer  á  lo  que 
Hermosilla  consideró  arca  ó  depósito  de  agua,  cuyos  restos  de 
construcción,  «corpulenta  y  durísima»,  halló  ya  desfigurados 
Hermosilla  en  la  mayor  pendiente  hacia  el  río,  por  donde  \y&\ 
también  restos  de  obra  considerable  de  contención  de  las  tierras. 

Foro. — Casi  por  memoria  y  porque  Hermosilla  dibujó  la  plan- 
ta (estampa  séptima  de  su  Memoria),  guiándose  por  ocho  colum- 
nas que  halló  enfiladas  por  la  parte  oriental  y  otra  hacia  el  sur, 
debe  hacerse  mención  de  este  monumento,  que,  según  el  indica-  , 
do  dibujo,  era  de  planta  rectangular  y  medía  de  longitud  68  me- 
tros de  oriente  á  poniente,  en  cuyo  sentido  le  atravesaba  la  vía 
romana.  Cerrada  esta  vasta  plaza  por  tres  de  sus  lados  con  co- 
lumnatas, formaban  parte  de  las  del  mediodía  las  cuatro  colum- 
nas del  pórtico  de  un  templo  que  subsiste  y  estaba  al  comedio 
de  ella,  habiendo  siete  columnas  más  á  cada  lado,  que  con  las 
cuatro  del  templo  eran  diez  yocho;  y  á  cada  uno  de  los  indicados 
lados  menores  había  nueve.  Según  este  trazado,  dentro  del  foro 


MONUMENTOS    ROMANOS    DE   LA    ANTIGUA    AUGUSTOERIGA 


421 


quedaban  á  la  parte  norte  y  mirando  al  templo,  otros  dos  edi- 
ficios con  columnas,  de  los  cuales  uno  subsiste  y  es  el  que  ha 
motivado  estas  líneas. 

Templo. — Es  el  más  arriba  citado,  cuya  estructura  es  típica  de 
su  destino  (fig.  2.^).  Se  conserva  íntegro  el  basamento,  de  planta 
rectangular,  cuya  longitud  total  es  de  23,31  metros,  compren- 
dida la  escalinata  de  acceso,  que  mira  al  norte,  la  cual  es  de  hor- 


'■^T 


Fig.  2^ — Templo  romano  de  Talayera  la  X'icja. 


migón  (faltando  su  revestimiento  de  piedra),  y  tiene  de  salida 
5,35  metros,  con  lo  que  queda  reducida  la  longitud  del  cuerpo 
de  edificio  á  17,96  metros;  de  anchura  mide  8,85  metros.  El  di- 
cho basamento  está  sólidamente  construido  con  sillería  granítica 
y  se  conserva  á  raíz  del  suelo  la  moldura  que  separaba  el  neto 
visible  del  zócalo,  hoy  cubierto  por  lo  recrecido  del  piso  de  las 
calles.  Era  un  templo  próstilo  y  tetrástilo,  de  cuyas  cuatro  co- 
lumnas del  pórtico  se  conservan  tres,  incompletas,  las  cuales,  á 


422  BOLETÍN    DE    BA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

juzgar  por  las  basas  y  las  estrías  de  los  fustes,  debieron  ser  de 
orden  corintio.  Los  capiteles  no  se  conservan.  Estas  columnas 
están  labradas  en  granito  y  lo  que  de  cada  una  se  conserva  son 
cuatro  sillares,  el  inferior  correspondiente  á  la  basa  y  arranque 
del  fuste,  y  de  éste,  en  forma  cilindrica,  los  otros  tres.  Aparecen 
hoy  estas  columnas  adosadas  á  uno  de  los  cuatro  muros  de  mam- 
postería  del  edificio,  destinado  á  panera,  construido  sobre  lo  que 
fueron  pórtico  y  santuario.  El  diámetro  de  las  columnas  es  de 
0,80  metros.  El  intercolumnium  central  es  más  ancho  que  los 
otros  dos.  La  columna  que  falta  corresponde  al  ángulo  nordes- 
te. La  altura  apreciable  del  basamento  es  de  2,355  metros. 

Ninguna  de  las  piedras  del  templo  aprovechadas  para  cons- 
truir la  panera  conserva  inscripción  por  donde  viniéramos  en 
conocimiento  de  la  deidad  á  que  aquél  estuvo  dedicado.  Pero 
entre  las  inscripciones  registradas  por  Hubner  hay  una  (núme- 
ro 926)  que  contiene  una  dedicación  á  Júpiter  Óptimo  Máximo, 
á  cuyo  dios  supremo  es  muy  verosímil  estuviese  dedicado  el 
templo. 

Éste,  como  el  de  Vich  y  otros  templos,  tiene  un  subterráneo 
comprendido  en  el  alto  basamento,  y  bajo  la  escalinata,  para 
sostenerla,  hay  bóveda,  que  se  descubre  por  la  parte  destruida 
de  los  peldaños. 

El  templo  dista  del  edificio  frontero  antes  indicado  y  que  va- 
mos á  describir  inmediatamente  20,850  metros. 

Edificio  público  ((curia}). — Templo  le  llamó  Hermosilla  y  los 
demás  escritores  citados,  sin  más  fundamento  que  la  magnificen- 
cia de  la  construcción,  que,  aun  arruinada,  como  está,  denota  su 
importancia;  y  la  tiene  grande  en  la  historia  de  la  Arquitectura. 
Pero  los  caracteres  particulares  del  monumento  difieren  de  los 
que  corresponden  á  los  templos,  con  los  que  sólo  tiene  de  co- 
mún el  estar  constituido  por  un  pórtico  de  columnas  (fig.  3.")  y 
un  recinto  (sólo  apreciable  por  la  planta)  rectangular,  y  para  eso 
el  dicho  pórtico  es  de  distinta  estructura  que  los  de  los  templos 
y  carece  de  escalinata  de  acceso  como  el  de  enfrente  y  los  de- 
más conocidos  ó  la  generalidad  de  ellos.  Convienen,  en  cambio, 
sus  caracteres  con  los  de  las  curias,  basílicas  y  pretorios,  y  por 


MONUMENTOS    ROMANOS    DE    L/V    ANTIGUA    A  UGUSTOBRIG  A 


423 


ello  creemos  que  debió  ser  uno  de  estos  edificios  públicos.  Lo 
que  de  él  se  conserva  no  es  mas  que  el  basamento  entero  y  el 
pórtico,  y  la  primera  singularidad  que  ofrece  á  quien  lo  examina 
es  su  situación,  pues  está  fundado  en  el  borde  mismo  de  la  es- 


F\<¿.  3." — Curia  (?)  de  Talavcra  la  Vieja. 


carpada  vertiente  del  terreno  hacia  el  río,  por  lo  cual  se  ha  temido 
y  se  teme  por  su  estabilidad.  En  consecuencia,  el  basamento,  que 
es  todo  de  sillería  granítica,  está  por  donde  el  pórtico  se  abre,  á 
la  carretera,  al  nivel  del  piso  actual,  y  por  el  escarpado  va  ofre- 
ciendo en  sus  avances  laterales  cada  vez  mayor  mole  y  altura  al 
descubierto,  debiendo  ser  profundos  y  muy  sólidos  los  cimientos. 


424  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Este  basamento,  que  en  rigor  es  iin'gran  zócalo,  tiene  á  su  ter- 
minación, como  el  del  templo  antedicho,  una  moldura  corrida 
por  sus  tres  lados,  occidental,  septentrional  y  oriental.  Por  el  lado 
meridional,  donde  se  abre  el  pórtico  sobre  lo  que  fué  foro,  regu- 
lar es  que  hubiera  algún  escalón,  que  falta,  si  no  es  que  lo  oculta 
la  tierra.  Conserva  toda  la  cara  superior  del  zócalo  el  pavimento 
de  losas  de  granito,  de  1,12  por  0,83  metros,  y  de  0,83  por 
0,55  metros.  La  totalidad  del  rectángulo  que  forma  este  basa- 
mento mide  20,43  por  11,55  metros.  Supone  Hermosilla  que  el 
edificio  estuvo  rodeado  de  columnas,  diez  y  seis,  que  en  la  planta 
que  publicó  distribuye,  tomando  por  fundamento  las  cuatro  del 
pórtico  por  el  frente  y  poniendo  seis  á  cada  costado,  para  lo 
cual  tomó  por  tipo  de  intercolumnio  el  central  del  pórtico,  que 
es  mayor  que  los  otros  dos,  como  acontece  en  el  templo  frontero 
y  en  muchos  otros  monumeptos,  en  todos  los  cuales  los  demás 
intercolumnios  se  sujetan  á  los  menores.  Pero  prescindiendo  de 
ese  error  de  cálculo,  que  no  tiene  importancia,  lo  que  me  parece 
más  verosímil  es  que  el  edificio  no  tuviese  mas  que  en  el 
pórtico  columnas,  ni  más  de  las  que  por  dicha  se  conservan,  y 
que  los  sillares  de  sus  muros,  como  material  más  aprovechable, 
fué  utilizado  por  los  vecinos  para  sus  construcciones.  Constituido, 
pues,  el  edificio  por  el  pórtico  y  la  sala  del  tribunal,  allí  debió 
éste  funcionar,  aunque  falta  la  tribuna  ó  estrado  al  fondo,  y  te- 
ner, por  tanto,  su  asiento  los  magistrados  de  Augustóbriga. 

El  pórtico,  que  es  la  parte  más  importante  del  arruinado  mo- 
numento, es,  como  queda  indicado,  tetrástilo,  y  a  sus  cuatro 
columnas  de-  frente  se  añaden  dos  más  á  los  costados,  todas 
seis  (fig.  4.")  sobre  un  zócalo  de  piedra  corrido  sobre  el  general 
del  edificio  y  solamente  interrumpido  en  el  intercolumnio  cen- 
tral, que  fué  la  entrada,  quedando  por  dentro  del  pórtico  en  los 
demás  intercolumnios  á  modo  de  pretil,  cuya  altura  es  de  poco 
más  de  un  metro.  Dada  esta  disposición,  fácilmente  se  compren- 
derá cuánto  se  diferencia  este  pórtico  de  los  clásicos  de  los  tem- 
plos. Sobre  ese  zócalo,  compuesto  de  dos  hiladas  de  piedra  de 
sillería,  elévanse  las  columnas,  que  son  de  orden  corintio  fanta- 
seado, con  sus  basas  características,  de  dos  toros  y  un  astrágalo, 


Bol,  de  la  R.   Acad.  de  la  Hist.  T.  LXXV.— C.»»  V.— Lám.  I.  -^^ 


Fij;.  z^."  — Curia  (?)  de  Talayera  la  \'¡eja. 


MONUMENTOS    ROMANOS    DE    LA    ANTIGUA    AUGUSTOBRIGA  425 

pero  sin  plinto;  sus  fustes,  estriados,  compuestos  de  siete  tam- 
bores cilindricos;  y  sus  capiteles,  de  hojas,  pero  sin  volutas.  En 
los  fustes  es  de  notar  que  en  los  acanalados  o  estrías,  llenándolos, 
hubo  por  adorno  unas  guirnaldas  de  estuco,  de  las  que  quedan 
restos,  como  también  hubo  otros  adornos  semejantes  y  de  igual 
materia  en  el  arquitrabe,  de  donde  infiero  que  éste,  como  otros 
monumentos  romanos,  debió  estar  revestido  de  estuco  y  policro- 
mado. El  arquitrabe  aparece  hoy  completamente  liso,  y  sobre  él 
corría  una  cornisa,  de  la  que  solamente  se  conservan  tres  tro- 
zos, uno  en  el  ángulo  sudeste  y  dos  en  los  arranques  de  un  arco 
de  dovelas  que,  gallardamente,  se  dibuja  hoy  sobre  el  cielo  y 
que  carga  sobre  las  columnas  centrales.  El  intercolumnio  cen- 
tral, medido  desde  las  basas  de  las  columnas,  tiene  de  anchura 
2,78  metros,  y  poco  más  será  el  diámetro  del  arco  de  medio  pun- 
to; la  altura  total  del  monumento,  tal  como  se  conserva,  pasa 
de  II  metros.  Los  intercolumnios  pequeños  miden  1,90  metros, 
y  los  de  los  costados,  lo  mismo.  E\  diámetro  de  una  basa  es  1, 18 
metros. 

La  singularidad  de  esta  ruina,  lo  que  le  da  importancia  en  la 
arquitectura  hispano-romana,  es  el  empleo  de  la  arquitectura  ar- 
quitrabada,  que  los  romanos  tomaron  de  los  griegos,  y,  junta- 
mente, el  empleo  del  arco,  el  cual,  formando  parte  de  un  ático, 
no  debió  tener  otro  fin  que  el  de  dar  luz  al  interior.  Este  con- 
sorcio de  dos  tan  distintos  sistemas  de  construcción  usáronlo 
algunas  veces  los  romanos  en  grandes  monumentos,  como  las 
termas  de  Caracalla,  en  Roma;  pero  en  España  es,  hasta  hoy, 
único  ejemplar  este  de.Talavera  la  Vieja. 

En  cuanto  á  su  destino  me  inclino  á  creer  fuese  c/(/ia,  que  es 
lo  que  hoy  llamaríamos  concejo,  en  las  cuales  es  frecuente  la 
forma  triangular;  y  semejante  á  ésta  es,  por  cierto,  la  curia  de 
Timgad  (Argelia),  que  también  tiene  pórtico  tetrástilo.  Respecto 
de  la  época  en  que  debió  ser  construido,  las  columnas  sobre 
pedestales  y  los  capiteles,  que  son  derivación  ó  variante  del  co- 
rintio, me  inclinan  a  creerlo  del  tiempo  de  Trajano,  ó  posterior. 

Restos  de  mi  edificio.— Ky.\sien  en  la  plaza  del  pueblo  a  cierta 
distancia  y  á  la  espalda  del  templo  anteriormente  citado.  Con- 


426  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA   DE    LA    HISTOKIA 

sisten  en  arranques  de  muros,  que  dibujan  en  el  suelo  la  planta, 
por  desgracia  incompleta  del  edificio,  permitiendo  apreciar  la 
traza  de  algo  que  pudo  ser  espacioso  peristilo. 

José  R\múx  Mhlida. 


III 
UNA  INSCRIPCIÓN  VISIGÓTICA   EN   JÁTIVA 

No  podían  faltar  en  la  antigua  Satfíjdis,  tan  rica  en  inscripcio- 
nes romanas  y  tan  célebre  en  la  historia  de  la  Iglesia  hispano- 
visigoda,  los  monumentos  arqueológicos  que  testificaran  su 
importancia  en  la  época  de  sus  mejores  glorias.  Escasos,  á  la 
verdad,  han  sido  hasta  el  preséntelos  monumentos  que  lograron 
volver  á  la  luz  del  día,  extraídos  de  aquel  histórico  suelo  y  per- 
tenecientes á  la  cristiana  Sctabis  de  los  visigodos;  pero  vale  por 
muchos  y  compite  con  los  mejores  de  otras  localidades  el  severo 
cipo  romano  con  la  preciosa  inscripción  cristiana  en  él  esculpi- 
da, que  hace  poco  fué  descubierta  en  la  iglesia  de  San  Félix,  de 
Játiva,  por  el  diligente  y  erudito  cronista  de  la  ciudad,  ilustre 
Sr.  D.  Gonzalo  J.  Viñez,  Presbítero. 

Tengo  el  honor  de  informar  á  esta  docta  y  Real  Academia 
sobre  el  monumento  en  cuestión,  acompaiíando  una  fotografía 
del  mismo  y  un  calco  del  epígrafe,  recibido  todo  del  afortunado 
descubridor,  con  quien  me  ligan  especiales  relaciones  de  amis- 
tad y  compañerismo,  pues  ignoro  si  por  otras  vías  ha  llegado  á 
noticia  de  esta  ilustre  Corporación  la  existencia  é  importancia 
del  hallazgo. 

El  monumento  consiste  en  un  pedestal  romano  de  0,75  metros 
de  lado  en  base,  por  1,20  de  altura,  que  debió  ser  un  cipo  ó  ara 
del  paganismo,  y  de  cuyos  frentes  se  hizo  desaparecer  todo  tes- 
timonio pagano,  propio  de  su  primer  destino.  Hallóse  en  el  mes 
de  Julio  del  pasado  año  de  1918,  como  una  de  tantas  piedras 
que  estaban  debajo  del  altar  mayor  en  la  iglesia  de  San  Félix  de 


UNA    INSCRIPCIÓN    VISIGÓTICA    EN   JATIVA 


427 


Játiva,  considerada  ésta  como  la  heredera  arquitectónica  de  la 
antigua  catedral  setabense.  Al  utilizar  el  monumento  para  sostén 
del  primitivo  altar  de  esta  iglesia  catedralicia,  se  formó  en  su 
cara  superior  una  cavidad  con  doble  reborde  para  contener  reli- 
quias, y  esculpióse  la  inscripción  siguiente,  que  por  fortuna  se 


conserva  muy  legible  en  una  de  las  caras  laterales,  reemplazando 
á  otra  funeraria  ó  votiva,  que  al  principio  llevaba  el  monumento 
y  que  aun  se  sostiene  picada  en  el  frente  contrario.  Las  letras 
de  la  inscripción  actual  miden,  por  término  medio,  cinco  cen' 
tímetros  de  altura. 


428  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Dice  así: 

►X^   IN    N  •  D  N  1  •  A  TH  A  N  A 

SiVS'KPCS-SEPTi 

MO    ANNO    SACRAT  lO 

NIS     SvAE'EREX.T 

H  O  C   •   ALTA 

RE    •    AMENO 

Supliendo  las  abreviaturas,  debe  leerse: 

f  lu  nomine  Domiiii  Atkai/asius  Episcopus ,  séptimo  auno 
sacrationis  siiae^  cre.xit  hoc  altare:  amen.  La  versión  á  nuestro 
idioma  no  ofrece  dificultad  alguna:  «En  el  nombre  del  Señor 
erigió  este  altar  el  Obispo  Atanasio,  en  el  séptimo  año  de  su 
consagración  episcopal:  amén». 

A  poco  que  se  estudien  las  condiciones  paleográficas  y  gra- 
maticales de  nuestro  epígrafe,  se  observará  fácilmente  en  ellas 
cierto  sabor  de  pureza  clásica,  nada  común  en  los  monumentos 
de  su  época.  La  letra  capital  romana,  que  se  adoptó  en  ésta 
como  en  otras  inscripciones  lapidarias  de  su  tiempo,  sigue  inva- 
riablemente el  tipo  romano  de  la  decadencia,  salvo  en  algunos 
de  sus  caracteres,  en  que  se  aparta  más  de  la  forma  primitiva, 
especialmente  en  la  T  y  la  £',  que  se  identifican  con  el  tipo 
usado  en  el  códice  palimsesto  de  León;  pero  no  se  presentan 
aquí  las  degeneraciones  de  la  C,  la  R  y  otras  letras,  que  en  dicho 
códice  y  en  otros  monumentos  lapidarios  ofrecen  sus  letras  ca- 
pitales. La  inteipuución  triangular  y  la  hoja  de  hiedra  [hederá 
distinguens) ,  que  ostenta  asimismo  el  epígrafe  de  Játiva,  son 
eminentemente  clásicas,  y  más  todavía  resalta  el  clasicismo  en 
la  ausencia  de  todo  error  de  ortografía,  que  tan  olvidada  es- 
tuvo en  monumentos  de  índole  semejante;  el  uso  del  dipton- 
go ae  y  el  de  la  k  en  el  nombre  propio  del  Obispo  están  muj- 
correctos. 

Para  fijar  la  data  del  monumento  cristiano  que  nos  ocupa,  no 


UNA    INSCRIPCIÓN  VISIGÓTICA    EN   JÁTIVA  429 

hallamos  criterio  más  seguro  que  el  del  episcopologio  setabense, 
toda  vez  que  va  señalada  por  años  del  Obispo  consagrante  y  no 
por  los  de  la  era  hispánica  ó  de  Augusto,  como  es  frecuente 
en  los  demás  monumentos  similares.  De  poco  nos  pueden  servir 
para  esta  cuenta  los  datos  de  relativa  perfección  clásica  sumi- 
nistrados por  el  epígrafe,  toda  vez  que  los  hallamos  semejantes, 
aunque  esparcidos,  en  monumentos  españoles  de  los  siglos  \i 
al  X,  inclusive.  La  puntuación  triangular  para  distinguir  las  pala: 
bras  encuéntrase  en  la  inscripción  de  Comenciolo  en  Cartagena 
(siglo  vi),  lo  mismo  que  en  otras  posteriores  de  Acci  (Guadixj, 
etcétera.  La  hoja  de  hiedra  aparece  en  dicha  inscripción  de  Co- 
menciolo y  sigue  hasta  en  la  cruz  ovetense  llamada  de  la  Victoria 
(siglo  x).  Tipos  elegantes  de  letras  hállanse  aún  en  monumentos 
del  siglo  vil,  como  son  los  de  una  lápida  inscrustada  en  la  pared 
de  la  Biblioteca  Colombina  de  Sevilla,  y  en  alguna  de  Mérida;  y 
tanto  en  varias  inscripciones  de  esta  última  localidad,  cuanto 
en  la  escritura  del  mencionado  palimpsesto,  que  se  diferencia  en 
dos  siglos,  pueden  verse  tipos  idénticos  á  los  del  epígrafe  seta- 
bense. 

No  pudiendo  adoptar  como  criterio  seguro  el  carácter  paleo- 
gráfico  de  la  inscripción  para  determinar  la  fecha  del  monumento 
de  Játiva,  y  debiendo  ésta  hallarse  entre  los  siglos  vi  y  vía  por 
la  semejanza  de  los  tipos  y  del  estilo  con  otros  monumentos  de 
data  conocida,  necesario  es  acudir  á  los  datos  que  nos  propor- 
ciona el  episcopologio  de  la  Sede  setabense.  En  los  Concilios 
de  Toledo  celebrados  durante  el  reinado  de  Recesvinto  aparece 
firmando  las  actas  un  Atanasio,  Obispo  de  Saetabis,  que  floreció 
por  los  años  del  650  al  675;  y  creo  no  estará  lejos  de  la  verdad 
quien  admita  ser  este  personaje  el  mismo  que  erigió  ó  consagró 
el  altar  de  Játiva,  según  la  inscripción  del  monumento  que  estu- 
diamos, el  cual  monumento  hubo  de  ser  el  soporte  central  de  la 
mesa  ó  ara  del  altar  mayor  de  la  Catedral  setabense,  consagrada 
por  Atanasio.  Y  aunque  varios  cronicones  hablan  de  otros  Ata- 
nasios  anteriores  al  que  figura  en  dichos  concilios,  y  para  su 
identificación  con  el  de  nuestro  epígrafe  podrían  aducirse  las 
buenas  condiciones  gramaticales  del  mismo  y  su  sencillez  pri- 


430  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

mitiva,  opinamos  que  no  hay  razón  de  peso  que  nos  obligue  á 
separarnos  de  la  conclusión  predicha,  y  que,  por  lo  mismo,  el 
monumento  en  cuestión  data  de  mediados  del  siglo  vii. 

Madrid,  4  de  Abril  de  1919. 

Francisco   Naval, 

Correspondiente. 


VARIEDADES 


I 

AIATPIBA  O  DISERTACIÓN  SOBRE  LA  UTILIDAD  DE  LAS 
LENGUAS  ORIENTALES,  POR  LOS  AUXILIOS  QUE  PRESTAN 
Á  LA  HISTORIA,  MEDIANTE  EL  INFLUJO  QUE  EN  ELLA 
TIENEN  POR  EL  CONOCIMIENTO  DE  LAS  INSCRIPCIONES 
QUE  CONTIENEN  LAS  DIFERENTES  MONEDAS  Y  MEDALLAS 
CUÑADAS  QUE  SE  HALLAN  EN  LOS  MONETARIOS,  Y  EL  DE 
LAS    GRABADAS    Ó    ESCULPIDAS    EN    VARIOS    MONUMENTOS 

ANTIGUOS 

Mucho  se  ha  escrito  sobre  la  necesidad,  utilidad  é  importan- 
cia de  las  lenguas  sabias,  por  el  influxo  que  tiene  su  conocimien- 
to en  el  de  la  ciencia  sublime  de  la  religión  revelada,  y  de  otras 
muchas  puramente  humanas,  pero  nada  ó  ciertamente  mui  poco 
sobre  el  que  tienen  en  la  Historia,  mediante  el  de  la  Numismá- 
tica y  de  otros  monumentos  antiguos,  por  los  caracteres  que 
llevan  consigo  las  monedas  de  que  trata  aquélla,  y  por  las  ins- 
cripciones que  en  muchos  de  estos  se  hallan;  aunque  los  que  se 
han  descubierto  por  las  excavaciones  y  viajeros  en  varias  épo- 
cas y  regiones  del  mundo  entre  las  ruinas,  y  que  se  conservan 
en  las  Bibliotecas  y  ricos  monasterios  de  muchas  corfSoraciones, 
y  sabios  particulares,  han  sido  y  son  unos  testigos  fieles  é  inco- 
rruptibles de  la  verdad  sobre  muchos  hechos  de  importancia, 
que  refiere  !a  historia,  y  ésta  en  retorno  habla  en  sus  lugares 
convenientes  de  aquéllas,  no  por  curiosidad  ni  ostentación,  sino 
para  manifestar  por  ellas  misterios  y  secretos  que  encierran, 
demostrando  por  sus  inscripciones  y  otros  signos  la  verdad  de 


432  BOLETÍN    DE   LA   REAL    ACADEMIA   DE   LA    HISTORIA 

lo  que  cuenta.  No  se  puede  menos  de  admirar  que  hasta  poco 
más  de  dos  siglos  á  esta  parte  no  hubiesen  apreciado  los  litera- 
tos como  convenía  este  ramo  de  instrucción,  tan  curioso  y  agra- 
dable como  necesario  en  muchos  casos,  para  prueba  de  la  his- 
toria en  la  narración  de  muchos  hechos. 

Pero  así  como  esta  admiración  por  una  parte  se  desvanece  á 
vista  de  lo  que  sucede,  y  al  considerar  el  abandono  y  aun  des- 
precio de  las  lenguas  orientales  entre  los  españoles  teólogos,  á 
pesar  del  influjo  directo  que  tienen  sobre  la  religión  divina  y 
Teología  fundamental,  crece  mucho  más  por  otra,  y  se  aumenta 
hasta  lo  increíble  la  admiración  cuando  nos  acercamos  ó  trata- 
mos de  conocer  la  causa  de  donde  procede  tanto  mal  en  todos 
los  extremos. 

Está  demostrado  (permítase  aquí  una  pequeña  digresión)  y  se 
demuestra  cada  día  con  hechos,  que  la  necesidad  de  las  lenguas 
orientales  es  tanta  en  un  teólogo,  especialmente  maestro,  que 
sin  saber  la  hebrea  y  la  griega  tiene  que  sellar  sus  labios  y  hacer 
del  mudo  en  la  más  crítica  ocasión  en  que  la  iglesia  ó  los  pró- 
ximos partícules  acudan  ó  necesiten  su  socorro.  Se  le  presen- 
ta v.  g.  un  rabino  Hterato  ó  un  pobrecito  judío  deseoso  de  su  eter- 
na salvación,  para  consultarle  sobre  la  verdadera  inteligencia  de 
muchos  lugares  de  Pentateuco,  Profetas,  etc.,  en  los  que  se  habla 
del  Mesías  prometido,  y  de  su  venida;  le  pregunta  para  conocer 
la  verdad,  para  disipar  sus  temores,  para  tranquilizar  su  con- 
ciencia agitada  y  vacilante  entre  la  doctrina  y  explicación  de  sus 
Rabinos,  y  la  de  los  doctores  cristianos  católicos;  y  supuesto 
que  él  sabe  que  tanto  aquéllos  como  éstos  confiesan  y  res- 
petan por  auténticos  los  libros  originales  hebreos,  acuden  al 
P.  M.  Teólogo  estos  descarriados  israelitas,  como  unos  enfer- 
mos al  mévdico;  ¿pero  qué  sucede?  ¡qué  desconsuelo!  Este  médi- 
co no  tiene  tacto;  esta  antorcha  está  apagada,  ó  bajo  de  un  me- 
dio celemín;  porque  este  doctor  se  encogerá  de  hombros  como 
un  pobre  hombre,  si  es  prudente,  ó  le  hablará  presentándole  los 
motivos  de  credibilidad,  que  la  Viilgata  ofrece  con  el  cumpli- 
miento de  las  profecías,  y  los  irrefragables  argumentos  que  estas 
contienen,  etc.   Mas   entretanto,  el  judío  literato,  ó  no  literato, 


DIATRIBA    Ó    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  433 

no  oye;  recusa  el  texto  latino  como  traducción  hecha  por  un  cris- 
tiano católico  (así  como  el  doctor  cristiano  recusa,  ni  aun  puede 
sufrir,  el  de  quien  hablamos  los  nombres  solos  de  la  Alasora, 
Maimónides,  Kimchi),  y  apela  con  razón  al  texto  original  hebreo, 
que  reconocen  y  respetan  los  judíos  y  católicos.  Y  he  aquí  que 
ya  no  tenemos  doctor;  este  gran  fanal  de  la  religión  católica 
solamente  alumbra  á  los  del  puerto;  deja  á  oscuras  á  los  infeli- 
ces náufragos  que  se  le  habían  acercado  en  tiempo,  y  los  deja 
perecer.  Otro  tanto  sucederá  al  doctor  católico  sin  el  conoci- 
miento de  las  dos  lenguas  hebrea  y  griega,  si  es  que  no  sola- 
mente ha  de  exhortar  como  debe  in  doctrina  sana  a  sus  pró- 
ximos fieles,  sino  que  ha  de  estar  siempre  dispuesto  para  argüir, 
refutar,  convencer  y  confundir  á  los  enemigos  que  nos  contra- 
dicen, ya  cismáticos,  judaizantes  ó  no  judaizantes,  ya  protestan- 
tes y  herejes;  porque  para  esta  gente  el  doctor  católico  de  que 
hablamos  es  un  soldado  sin  armas:  no  puede  entrar  en  disputa 
con  ellos;  y  si  su  celo  le  anima  y  se  empeña  en  la  acción,  á  su 
pesar  se  verá  despreciado,  ó  le  enviarán  á  la  escuela,  ó  se  reirán 
de  él.  Muchos  ejemplares  de  qué  nos  abstenemos  pudiéramos 
alegar  aquí  en  prueba  de  lo  que  decimos,  y  de  los  que  nos  abs- 
tenemos por  seguir  nuestro  propósito. 

La  utilidad  de  la  lengua  griega  y  arábiga  es  tan  conocida  en 
el  literato,  médico,  cirujano,  veterinario,  botánico  y  farniaceuta, 
etcétera,  que  (aun  sólo  por  la  economía  del  trabajo  y  ahorro  del 
tiempo  que  gastan  en  aprender  de  memoria  un  gran  catálogo 
de  voces  bárbaras,  para  ellos,  que  no  entienden  y  que  nos  ven- 
den caro  á  cada  momento)  se  debieran  decidir  á  un  estudio  par- 
ticular que  les  facilitaría,  sólo  con  tender  la  vista  sobre  una  voz 
simple  ó  compuesta,  la  inteligencia  de  una  definición  confusa  y 
arga  que  apenas  entienden.  Y  si  esto  sucede  en  ciencias  y  facul- 
tades, en  que  el  conocimiento  de  las  lenguas  sabias  tiene  un 
influjo  de  necesidad  ó  de  utilidad  directa,  ;qué  extraño  que  en 
la  Numismática  y  en  la  Anticuarla  se  echen  de  menos.''  Empero» 
¿cuál  es  la  causa  que  produce  tanto  estrago,  esta  especie  de  mo- 
dorra en  que  yacen  los  españoles.''.  ¿Existe.\  ¿se  conoce.'  y  ¿aun 
permanece?  Sí,  señores:  existe,  se  conoce,  permanece,  se  tolera, 

TOMO    LXXV  28 


434  boletín  de  la  real  academia  de  la  hist'iria 

se  autoriza  y  aun  falta  algo  más  que  añadir:  se  halla  muy  eleva- 
da y  brillante  en  el  lugar  sublime  á  que  aspiran  sobre  la  tierra 
los  hombres.  Se  halla  en  las  mismas  grandes  Cátedras,  de  gran- 
des Universidades,  de  Colegios,  de  Seminarios,  de  Corporacio- 
nes religiosas  y  no  religiosas,  que  gozan  del  fuero  de  Universi- 
dades; se  halla,  en  fin,  autorizada  en  más  de  las  dos  terceras  par- 
tes y  media  de  los  literatos  que  cuenta  nuestra  nación,  tan  ufana 
por  otra  parte,  y  tan  contenta  solamente  con  traer  á  la  memoria 
los    nombres    inmortales  de  los   españoles   del   siglo  xvi.  [Ojalá 
que  no  hubiéramos  sido  testigos  más  una  vez,  y  que  no  pudié- 
ramos referir  en  esta  ocasión  las  mismas  voces  que  hemos  oído 
de  la  boca  de  grandes  oráculos  y  maestros  de  nuestra  sacrosan- 
ta religión!  Estos  hombres  que  hablan  á  sus  discípulos  y  subdi- 
tos, en  público  y  en  secreto,  no  contentos  con  no  ver,  les  sacan 
los  ojos,  ó  les  fascinan  para  que  no  vean  la  hermosa  luz  que  bri- 
lla en  los  códigos  sagrados  y  profanos,  en  las  monedas  renegri- 
das y  toscas  inscripciones;  á  pesar  de  los  deseos,  celo,  encargos 
y  aun  preceptos  repetidos  de  la  Santa  Sede  hechos  á  los  prela- 
dos superiores,  para  que  establezcan  cátedras  y  maestros  de  las 
lenguas  orientales,  y  que  fomenten,  auxilien,  protejan  y  premien 
á  los  alumnos  que  se  aplican  á  su  estudio,  como  los  hizo   por 
Gregorio  IX,  en   el   1238,  en  su  Bula  Pro  celo  cristianae  Jidei, 
Clemente  V,  en  1 3  12,  y  Concilio  vienense,  y  Paulo  V,  en  su  De- 
creto, Felicis  recordationis,  en  1610.  Lejos  de  cooperar  y  llevar 
á  efecto  disposiciones  tan  sabias  (parece  increíble,  pero  es  ver- 
dad  demostrada  en  hechos   y  efectos),    repiten  á  sus   alumnos 
siguiendo  la  conducta  de  aquellos  de  quienes  ya  en  su  tiempo 
se  quejaba  San  Jerónimo  cuando  decía:  óptima  eniin  quaeqiie  ma- 
lunt  catite innere  pleriqiie^  quam  discere;  añadiendo  con  tono  gra- 
ve y  media  risa  (cuando  se  trata  de  la  materia):  Tiempo  perdido^ 
ocupación  pésima,  eso  para  nada  vale,  todo  está  ya  traducido  y 
explicado  en  castellano-,  eso  me  huele  á  jansenista,  sirve  para  vol- 
verse herejes  y  otras  expresiones  ó  sandeces  semejantes. 

Bien  sabido  es  cuánta  fuerza  tienen  las  palabras  de  los  maes- 
tros y  prelados  superiores,  y  cuánta  es  la  impresión  que  hacen 
en  el  tierno  corazón  de  los  subditos  y  discípulos,  que,  viéndoles 


DIATKIBA    O    DISERTACIÓN    DR    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  4;5 

y  creyéndoles  de  buena  fe  como  á  depositarios  de  la  virtud  y 
sólida  doctrina,  se  sienten  poseídos  y  contagiados  con  estas 
máximas  de  una  especie  de  hidrofobia  tan  pestilencial,  que  no 
solamente  les  obliga  á  ellos  á  huir  de  las  fuentes  de  agua  pura, 
sino  que  convidan  á  sus  coetáneos  á  participar  del  hallazgo  de 
la  holgazanería  y  ahorro  de  trabajo,  pegándoles  el  aborrecimiento 
al  estudio  de  los  fundamentos  sobre  que  estriba  el  pasmoso  edi- 
ficio de  la  religión  revelada  y  de  toda  la  ilustración  que  hace  á 
los  hombres  verdaderamente  sabios.  ¡Plugiera  á  Dios  que  nos 
engañáramos  cuando  repetimos  que  no  tiene  otro  principio  el 
abandono  lastimoso  en  que  yace  entre  los  españoles  el  ameno 
y  sólido  estudio  de  las  lenguas  madres;  y  que  de  aquí  procede 
la  decadencia  y  atraso  del  de  la  Religión  y  Teología  fundamental, 
de  la  Medicina,  de  la  Botánica,  de  la  Veterinaria,  de  la  Numismá- 
tica, de  la  Historia,  y,  en  una  palabra,  el  del  buen  gusto  y  bellas 
luces  de  la  literatura,  en  toda  la  extensión  de  la  palabra. 

Ya  se  deja  conocer  que  no  tratamos  aquí  de  averiguar  direc- 
tamente la  necesidad  ó  importancia  del  estudio  de  las  lenguas 
madres  en  los  maestros  y  profesores  del  estudio  de  la  religión 
divina  y  de  otras  artes;  y,  por  consiguiente,  ni  de  su  origen  y 
antigüedad  respectiva  á  cada  una,  ni  del  arte  de  escribir:  sola- 
mente nos  proponemos  demostrar  in  oblicuo  (como  se  dice  en 
la  escuela)  la  utilidad  del  conocimiento  de  las  lenguas  hebrea, 
caldea,  siriaca,  griega  y  arábiga  por  el  influjo  que  tienen  en  la 
Historia,  mediante  el  conocimiento  de  las  monedas,  medallas  é 
inscripciones,  por  los  auxilios  que  éstas  nos  suministran  con  sus 
signos  y  caracteres. 

Mas  como  el  arte  de  pintar  el  pensamiento  y  la  palabra  en  la 
escritura  (según  la  mayor  ó  menor  perfección  que  hoy  tiene  en 
cada  lengua,  por  la  invención  posterior  de  ciertos  signos,  que 
fijan  el  significado  de  la  palabra  escrita  á  determinado  objeto,  y 
aun  el  de  la  frase  á  sentido  determinado)  nos  presenta  caracte- 
res y  signos  que  no  se  conocieron  en  un  principio;  á  saber:  en 
la  hebrea,  siriaca  y  caldea  los  puntos,  vocales  y  los  acentos;  en 
la  arábiga,  las  mociones  y  otros  de  su  ortografía,  así  como  en  la 
griega  algunas  letras  más,  y  otros  signos  que  no  tuvieron  en  su 


436  boletín    de   la    real    academia    de    lA    HISTORIA 

origen;  se  hace  preciso  hablar  de  cáela  una  de  estas  cosas,  por- 
que sin  su  conocimiento  las  lenguas  escritas,  especiahnente 
muertas,  serían  ó  hubieran  sido  inútiles  á  su  posteridad,  como 
incomprensibles  á  la  inteligencia  natural  del  hombre:  además 
que  por  el  uso  ó  no  uso  de  estos  caracteres,  hallados  ó  no  en 
las  inscripciones  y  monedas,  se  viene  en  conocimiento,  al  menos 
aproximadamente,  de  la  época  en  que  se  escribieron,  esculpie- 
ron ó  grabaron. 

De  aquí  resulta  la  división  que  naturalmente  exige  este  argu- 
mento, que  constará  de  tres  puntos,  en  los  que  se  declarará  con 
el  posible  laconismo  y  sencillez:  l.°  Qué  se  entiende  por  letra, 
sus  accidentes,  su  inventor,  su  número,  su  uso  y  variaciones  que 
ha  padecido  en  algunas  lenguas  y  en  cuáles.  2°  Qué  son  pro- 
sodias, su  origen  y  división;  qué  se  entiende  por  puntos  diácri- 
tos  y  vocales  en  las  lenguas  que  las  tienen;  cuáles  sean  éstas,  y 
qué  utilidad  nos  proporcionaron  los  inventores  de  éstos  y  de 
aquéllas  con  su  establecimiento  en  las  lenguas  escritas. 
■  De  la  exposición  que  vamos  á  presentar  de  los  dos  puntos 
primeros,  que  formarán  dos  artículos,  se  seguirá  el  tercero  y 
último,  en  que,  recopilados  los  anteriores,  se  verá  cómo  en  un 
punto  de  vista,  demostrado  con  ejemplos,  la  necesidad  ó  á  lo 
menos  la  grande  importancia  del  conocimiento  de  las  lenguas 
sabias  y  su  influjo  en  la  riqueza,  perfección  é  inteligencia  de  la 
Historia  por  la  de  las  inscripciones  y  monedas. 


Artículo  primero 

,ftué  se  entiende  por  letra,  su  división,  su  número,  uso  y  variaciones 
que  ha  padecido  desde  su  nacimiento  hasta  hoy. 

Letra:  primer  elemento  de  la  palabra  escrita,  es  una  figura  de 

varios  modos,  escrita  ó  esculpida,  grabada  y  cuñada  en  la  su- 

•perficie  de  un  cuerpo,  como  signo  arbitrario  representativo  del 

^movimiento  articulado  de  uno  de  los  cinco  órganos  naturales  de 

la  voz  del  nombre. 


DIATRIBA   O    DISSRTACION    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  437 

OmiUendo  la  común  división  gramatical  de  las  letras  en  mu- 
das, líquidas  y  semivocales,  y  el  porqué  se  llamaron  así,  y_en  vo- 
cales y  consonantes,  las  consideramos  á  nuestro  propósito  con 
dos  respectos:  uno  reía  ivo  al  raovinaieiitp  articulado  del  órgano 
íque  comunica  su  sonido  al  oído  del  presente  que  escucha,  y  el 
.•0tro  relativo  á  Ja  figura  que  compone  la  voz  escrita,  que  repre- 
-Sienta  ó  significa  un  objeto  deterrninado  para  inteligencia  del 
ausente  en  lugar  ó  en  lugar  y  tiempo.  En  esta  consideración  se 
funda  la  interesante  y  principal  división  de  las  letras,  que  con- 
tiene dos  miembros:  uno,  según  el  órgano  que  las  articula,  en 
labiales,  dentales,  linguales,  palatinas  y  guturales,  con  la  división 
en  tenues,  medias  y  aspiradas  (l),  y  el  otro,  sggún  la  figura  mate- 
rial que  presenta  á  la  vista,  en  unciales  y  semiunciales.  Omiti- 
mos las  otras  divisiones  en  vocales  y  semivocales,  en  consonan- 
tes y  vocales,  ya  porque  éstas  son  de  fecha  muy  posterior  á 
Jas  consonantes,  y  ya  porque  nada  ó  muy  poco  hacen  á  nues- 
tro propósito.  Sólo  diremos  en  cuanto  al  segundo  extremo,  que 
,1a  palabra  uncial  áe  que  usaron  los  antiguos  para  significar  urja 
parte  del  peso  ó  medida  de  una  libra  que  dividían  en  doce  par- 
íes  ú  onzas,  como  acostumbran  hoy  los  médicos  en  sus  recetas, 
fué  adoptada  por  Jos  gramáticos  para  significar  uno  de  los  acci- 
dentes de  las  letras  de  su  alfabeto,  al  cual  consideraban  como 
un  todo  ó  una  libra  que  constaba  de  tantas  partes  como  letras 
contenía,  fuese  cual  fuese  el  número  de  ellas;  y  de  aquí  llamaron 
uncial  a  la  letra  que  no  solamente  era  en  el  tamaño  igual  ó  pro- 
porcionada á  las   restantes   del   mismo  alfabeto,  sino  que  en  ]^ 


(i)  'Esta  doctrina  elemental,  tan  recomendada  como  necesaria-  en  las 
escuelas  de  Oriente,  es  el  fundamento  de  la  Filosofía,  que  contiene  las 
lenguas,  de  su  escritura  y  mecanismo,  cuya  inteligencia  es  indispensable 
para  saber  científicamente  la  propiedad,  etimología  y  recta  pronuñcia- 
ciói)  de  las  palabras.  Los  defectos  de  nuestro  alfabeto,  la  falta  de  inteli- 
gencia en  los  maestro^  de  primeras  letras,  y  de  explicación  sobre  el-p4J?- 
ticular  en  los  lib.ritos  elementales  de  inuestra  rica  y  armoniosa  lei]gjiB, 
son  tres  causas  cjue  influyen  demasiado  en  la  dilatada  asistencia  de  i^cjs^ 
niños  á  la  escuela  y  en  los  defectos  que  comúnmente  se  adviertep  eg  1.* 
ortología  y  ortografía  de  los  adultos.  ,,  ,    .  , 


438  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

figura  era  diferente  de  la  que,  siendo  la  mitad  menos  en  el  tama- 
ño, llamaban  semiuncial  por  esta  causa. 

Los  griegos,  por  ejemplo,  llamaban  uncial  á  su  alfa  de  esta 
figura  A,  y  semiuncial  á  la  de  esta  a.  Los  hebreos  primitivos, 
caldeos,  siros  y  árabes,  aunque  usaron  de  la  letra  uncial  en  el 
primer  sentido,  esto  es,  en  el  tamaño  á  la  cabeza  de  la  primera 
palabra  de  un  libro  ó  de  un  capítulo,  no  hallamos  ejemplar  de 
haberla  usado  en  el  segundo;  mas  para  la  inteligencia  de  los  es- 
critos griegos  se  hace  tan  precisa  la  noticia  de  esta  división,  qué 
sin  ella  muchos  de  ellos  estarían  fuera  de  los  comunes  alcances; 
pues  no  solamente  se  hallan  monedas  é  inscripciones  antiquísi- 
mas anteriores  á  la  Era  cristiana,  guerra  del  Peloponeso  y  aun 
de  la  de  Troya,  escritas  con  caracteres  unciales,  sino  que  tene- 
mos un  ejemplar  de  haberse  usado  hasta  el  siglo  v  y  aun  des- 
pués (l). 

Si  buscamos  al  inventor  de  las  letras  o  del  primer  alfabeto,  y 
para  el  efecto  nos  colocamos  con  el  pensamiento  en  la  época  y 
lugar  en  donde  sucedió  la  confusión  de  las  lenguas  ó  de  la  única 
que  conocían  los  hombres  (pues  que  hasta  entonces  fueron  labii 
unitis  todos  los  habitantes  de  la  tierra),  nada  más  hallaremos 
allí  que  la  dispersión  y  confusión;  esto  es,  que  aquellos  hombres, 
hablando  nosotros  propiamente,  ninguna  lengua  hablaban  ellos, 
porque  no  se  entendían  unos  á  otros;  y  lo  mismo  hubiera  suce- 
dido si  hubieran  tratado  de  manifestar  sus  pensamientos  por 
escrito  á  los  presentes  ó  distantes  en  lugar  y  en  tiempo.  Luego 
es  preciso  acudir  á  otro  punto  diferente  si  hemos  de  hallar  lo 
que  buscamos;  es  decir,  si  había  algunos  hombres  en  otro  lugar 
que  hablasen  y  conservasen  la  misma  lengua  que  tenían  aque- 
llos que  la  habían  perdido  cuando  ó  mientras  edificaban  la  torre, 
y  preguntar  en  seguida  ¿-aquéllos  sabían  escribir  ó  no?,  y  si  sabían 


(i)  En  el  relicario  del  Real  Monasterio  de  San  Lorenzo  de  El  Escorial 
se  halla  un  tomo  en  4.°,  manuscrito,  que  contiene  el  evangelio  de  Sah 
Juan,  en  griego,  con  letras  unciales,  copiado  por  mano  de  San  Juan  Cri- 
SQstomo,  según  se  dice  en  una  nota  puesta  al  principio  del  mismo  libró 
que  refiere  quién  y  cuándo  le  regaló  al  Rey  Católico  Felipe  II,  que  le 
aplicó  al  Monasterio. 


DIATRIBA    Ó    DISERTACIÓN   DE   LAS    LENGUAS   ORIENTALES  439 

¿quién  fué  el  que  les  enseñó?  Suponiendo  lo  que  consta  de  la 
Sagrada  Escritura,  á  saber,  que  todos  los  hombres  que  había  en. 
tonces  sobre  la  tierra  hablaban  una  misma  y  sola  lengua,  y  que 
los  que  concurrieron  á  la  construcción  de  la  torre  la  perdieron 
en  castigo  de  su  soberbia,  nos  será  lícito  inferir  en  buena  lógi- 
ca: l.°,  como  cosa  cierta,  que  hubo  alguna  tribu  ó  familia  que 
habitando  por  entonces  en  otro  lugar  distante,  conservó  pura  su 
lengua,  así  como  conservó  la  pureza  en  religión  y  culto  del  ver- 
dadero Dios,  y  no  fué  cómplice  en  el  delito  que  los  otros  come- 
tieron. Y  con  efecto,  Heber,  quinto  ó  sexto  nieto  de  Noé  por  la 
línea  de  Sem,  y  sexto  ó  séptimo  abuelo  de  Abraham,  no  se  ha- 
llaba entonces  en  aquel  lugar  y  fué  el  que  la  conservó;  2.",  como 
muy  probable,  que  aquel  gran  varón,  como  cabeza  de  familia  y 
heredero  de  los  conocimientos  de  su  grande  abuelo  Noé,  no 
sólo  habló  la  primera  lengua  que  hablaron  los  padres  y  abuelos 
de  éste,  sino  que  había  aprendido  de  ellos  también  el  medio  de 
comunicarla  á  los  distantes  en  lugar  y  en  tiempo;  medio  que  no 
és  otro  que  el  de  la  escritura,  arte  portentoso  que  no  pudo  me- 
nos de  tener  su  origen  en  el  primer  hombre  enseñado  por  Dios, 
porque  tenemos  por  muy  cierto  que  los  conocimientos  tan  de- 
cantados de  los  egipcios  sobre  las  ciencias  y  artes  los  recibie- 
ron de  los  descendientes  de  Noé  por  la  línea  recta  de  su  hijo 
primogénito  Sem;  á  saber,  Heber,  Abraham,  José,  hijo  de  Jacob, 
en  épocas  diferentes,  mientras  permanecieron  entre  ellos,  disi- 
pando las  tinieblas  y  errores  de  la  idolatría,  en  que  habían  incu- 
rrido como  hijos  y  descendientes  de  Cham,  segundo  hijo  mal- 
dito por  su  padre  Noé,  y  restableciendo  las  ciencias  y  buenas 
costumbres  que  habían  olvidado  con  sus  desórdenes.  Así  como 
también,  que  el  patriarca  Noé  los  heredaría  de  sus  padres  y 
abuelos  ascendientes  por  Lamecli,  Enoch,  no  el  primogénito  de 
Caín,  sino  Enoch,  séptimo  nieto  de  Adán,  de  quien  se  cree,  no 
sin  fundamento,  que  sabía  escribir,  y  que,  en  efecto,  escribió 
treinta  libros,  según  afirman  Almotharaf  y  Abenmenio  coa  otros 
escritores  árabes  muy  anteriores  á  Mahoma,  citados  por  Jordán, 
refiriéndose  á  los  manuscritos  que  se  hallaban  en  la  Biblioteca 
de  El  Escorial  en  la  época  anterior  á  la  entrada  ó  invasió-f*  4^ 


440  BOIETIN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

los  franceses  en  España.  Mas  prescindiendo  de  estos  testimo- 
nios y  de  los  de  otros  árabes  antemahometanos  que  constante^ 
mente  afirman  la  antigüedad  de  la  escritura  entre  los  antedilu- 
vianos, ello  es  que  tenemos  un  testigo  de  excepción  mayor  sobre 
este  particular,  y  otro  muy  respetable  spbre  el  de  la  poca  ilus- 
tración ó  mucha  barbarie  de  los  egipcios  antes  que  Abraham 
pasara  á  Egipto. 

He  aquí  lo  que  escribe  San  Judas,  apóstol,  en  los  versículos 
14  y  15  del  capítulo  único  de  su  carta  canónica:  UpoeuiizzvaB 
St  xa;  xsTOt?  í'65o[jto;  aiib  Abx\L  Evwx  XéYwv,  los  'r¡k^&  Kúpxog  \ev 
(ivptáo^v  áyíat;  ¿tuio  Yloifpxi  xptatv  xaxa  uávxwv  xai  'eEsXáy^at 
•Jtávxas  xs;  á.'jzBeic,  Trepl  uávxwv  xwv  'épywv  'aae6£Ía;  'auxwv,  '(í)v 
r¡aiñr¡aa.v,  xat  Ttepl  Tiávxwv  xwv  axXy/ptbv,  'üv'eXiXyyaav  xax'  auxs 
'«[iapxwXói  áae6Éi;.  Esto  es,  acerca  de  estos  (qui  carnem  quidenH 
■maculat,  dominationem  autem  spernunt,  mujestatem  autem  blas: 
femant)  profetizó  Enoch,  el  séptimo  (descendiente)  de  Adán, 
diciendo:  «He  aquí  que  vendrá  (l)  el  Señor  en  medio  de  sus  mi- 
»r¡adas  de  santos,  para  hacer  juicio  contra  todos  y  argüir  á  todos 
»los  impíos  sobre  todas  las  obras  de  sus  impiedades,  que  come- 
»tieron  impíamente;  y  sobre  todas  las  cosas  duras  que  hablaron 
>»contra  Dios  los  pecadores  impíos.»  En  donde  se  ve  que  el  Santo 
Apóstol,  primero  nombra  la  persona  de  Enoch,  la  especifica  y 
determina  con  el  epíteto  de  séptimo  después  de  Adán  para  dis- 
tinguirle del  Enoch,  primogénito  de  Caín;  segundo,  afirn'.a  que 
profetizó,  y  refiere  sus  palabras  llamando  al  lector  su  atención 
con  esta  Xéywv  diciendo:  y  como  acerca  de  las  palabras  que  se 
citan  ó  refieren  de  una  persona  Con  sus  señas  individuales,  medie 
mucho  ó  poco  tiempo,  se  entiende  por  el  orden  regular  que  se 
leyeron  escritas  por  ella  misma  ó  por  otra  que  las  oyó  de  su 
■boca,  parece  claro  en  sentido  obvio  gramatical  que  Enoch,  sép- 
timo nieto  de  Adán,  supo  escribir  y  que  de  hecho  escribió. 


(i)  La  palabra  del  original  f^k^i,  que  se  traduce  al  castellano,  vendrá, 
siendo  un  aoristo  segundo  activo  del  verbo  anómalo  ^o/oaa'..  y  que  por 
consiguiente  significa  la  acción  en  pretérito,  se  traduce  vendrá,  y  no  vino, 
■porque  contiene  un  hebraísmo  de  los  que  se  hallan  en  estos  liliros  y  es- 
ciitores  confíecuencia.  . 


DIATRIBA    Ó    DISERTACIÓN    DE    LAS    I-ENGUAS    ORIENTALES  44 1 

Sobre  el  segundo  extremo,  Flavio  Josefo,  en  sn  libro  primero 
de  las  antigüedades  judaicas,  capítulo  VIII,  §  2.°,  escribe  de  esta 
suerte:  Twv  yáp  'A^yuTiTÍtov  Zioí'^ópoig  ápeoxo|j.év(i)v  "áO'eog,  xai  xa 
Tcap'  áXkrjXoic,  ex^f  auXt^óvxwv  vó|it|xa,  xai  ooá  xato  Sucfievwg  éxóvxwv 
Tzpbc,  áHr¡Xíic,  2u|j.6zXa)v  'auxwv  éxágoi;,  xat  SiaTixówv  X85  Xóysg  s'g 
'eTiotavxo  Tiepi  xüv  ÍSíwv,  xávsi;  xát  ¡xeSev  £)(Ovxat  'aXyjSss  áTiá'^awE 
•8'au[jia8'£ls  'sv  ÚTi'áuxwv  Iv  xxTg  auvotoíats  wj  auvexwxaxa,  xat  5éc- 
vo?  'avrjp  's  vurjoat  {lóvov,  áXXa  xái  nelaat  Xéywv  Ttepl  'wv  áTct)(r¡fr 
Tjaete  Stoáoxeiv,  xyjv  xá  ápi-9-¡jiY]xtxyjv  áuxolt  yapí^í-ía.'.,  xát  xa  Tiepi 
áaxpovci|itav  TiapaoíSwae.  «Tipo  yáp  xfic;  'A6pá(ji8  Tzaípaaíccc,  he,  'Aiyu- 
Tttov,  'Atyu't'cot  x8Xü)v  'eí^ov  «¡lai^ü)?.  éx  XaXO-átwv  -{á.p  xaux  'e'f  ¿t- 
XY]a£v''£i5  'Atyujixov,  5&ev  'f¡Xd-z  ■/.a.L'iic,  xs?  'EXXrjva?.  Es  decir, 
pues  los  egipcios  se  hallaban  muy  contentos  con  sus  diferentes 
costumbres;  mas,  despreciando  los  unos  las  ceremonias  de  los 
otros,  se  tenían  por  esta  causa,  mutuamente  un  odio  eterno; 
habiendo  conferenciado  él  (Abraham)  de  por  sí  con  ellos,  y  no 
hallando  en  razón  los  discursos  que  hacían  sobre  sus  opiniones, 
les  demostró  que  eran  vanas  y  nada  contenían  de  verdadero: 
por  lo  que  admirado  por  ellos  en  sus  Congresos  como  un  varón 
sapientísimo  y  maravilloso,  no  solamente  en  el  saber  sino  en  el 
persuadir  cuando  hablaba  de  las  cosas  que  se  proponía  enseñar, 
les  instruyó  gratuitamente  en  la  Aritmética  y  les  impuso  en  la 
Astronomía. 

Pues  antes  del  arribo  de  Abraham  á  Egipto.,  los  egipcios  eran 
muy  ignorantes  de  estas  cosas  que  vinieron  de  los  cáleteos  d  Egip- 
to y  de  aquí  á  los  griegos. 

Hasta  aquí  Flavio  Josefo.  De  donde  concluímos,  en  primer  lu- 
gar, que  la  primera  lengua  que  se  habló  entre  los  hombres  fué 
la  hebrea,  que  comúnmente  se  llama  también  la  lengua  santa, 
ya  porque  fué  infundida  á  nuestros  primeros  padres  en  el  Pa- 
raíso por  el  Santo  de  los  santos,  Dios;  ya  porque  la  hablaron  los 
santos  patriarcas  y  profetas;  y  hebrea,  porque  fué  conservada 
,por  Heber  ó  porque  de  éste  recibió  el  nombre,  atendida  su 
etimología:  bien  que  algunos  pretenden  que  le  recibió  en  tiem- 
po de  Abraham  después  de  su  tránsito  de  la  Caldea  por  el  Jor- 
dán á  la  tierra  prometida.;  ;por  cuya  causa  les  llamaron  la  pri- 


44Í  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

mera  vez  i^iVi  esto  es,  hebreo  ó  pasajero.  Segundo,  que  el  arte 
prodigioso  de  hablar  á  los  distantes  en  lugar  y  en  tiempo  fué 
un  don  del  Cielo,  comunicado  con  otros  innumerables  al  primer 
hombre  inocente.  Y  tercero,  que  los  primeros  elementos  de  la 
palabra  escrita  fueron  los  primitivos  de  los  hebreos,  esto  es,  los 
samaritanos,  que  se  conservaron  constantemente  en  el  pueblo  de 
Dios  hasta  la  captividad  de  Babilonia  en  donde,  ó  cuando  Hes- 
dras  adoptó  los  de  los  Caldeos,  y  con  los  que  copió  los  sagra- 
dos libros  á  su  vuelta  para  Jerusalén.  Mas  ^en  dónde,  cuándo  y 
por  quiénes  se  inventaron  los  diferentes  alfabetos  de  las  diferen- 
tes lenguas  que  aparecieron  en  el  mundo  después  de  la  confu- 
sión.? Son  puntos  tan  difíciles  de  averiguar,  como  el  de  los  nom- 
bres particulares  de  las  personas  que  concurrieron  á  la  construc- 
ción de  la  grande  torre. 

Sólo  en  cuanto  al  de  la  lengua  griega  diremos,  siguiendo  la 
opinión  de  Josefo  en  su  libro  i,  Cont.  Apion,  que  Cadmo  (no  el 
milesio,  el  primer  historiador,  como  quiere  Plinio  en  su  libro  v, 
capítulo  xix),  sino  Cadmo,  el  hijo  de  Agenor,  rey  de  los  feni- 
sios,  fué  el  que  comunicó  á  los  griegos  iliteratos  las  letras  que 
no  conocían  hacia  el  año  de  la  creación  del  mundo  2526,  ense- 
ñándoles la  figura  y  nombre  de  todas  y  cada  una,  cuyo  número 
total  fué  el  de  16  solamente  y  todas  unciales,  á  saber,  ABFAEI- 
KAMNOTPSTT...  pues  las  otras  ocho  restantes  para  completar 
el  número  24  de  que  hoy  consta  el  alfabeto  las  admitieron  más 
de  dos  siglos  después,  en  dos  épocas  diferentes,  á  saber,  las  cua- 
tro 02$X  que  fueron  añadidas  por  Palamedes  hacia  el  tiempo 
de  la  guerra  de  Troya,  que  aconteció  en  el  siglo  ni  de  la  crea- 
ción del  mundo,  hacia  el  año  de  2695,  según  algunos  expositores, 
y  según  Menandro  sobre  el  2820;  y  las  cuatro  restantes,  á  saber, 
ZHWñ,  que  fueron  inventadas  ó  añadidas  por  Simonides  Mélico; 
aunque  sobre  este  particular  no  convienen  los  escritores,  pues 
algunos  opinan  que  las  dos,  una  aspirada  y  otra  doble  6  y  W  fue- 
ron inventadas  por  Epircarmo  Siracusano,  y  ello  es  que  Maleagró 
en  uno  de  sus  epigramas  llama  á  la  letra  doble  W  letra  de  los 
siracusanos  ypa|i¡ia  Supaxsaíwv.^ 

En  esta  doctrina,  que  á  primera  vista  aparecerá  cual  menud«n- 


DIATRIBA   Ó    DISERTACIÓ.V   DE    LAS   LENGUAS    ORIENTALES  44J 

cia,  nada  ó  muy  poco  útil  (así  como  otras  muchas  en  que  han 
trabajado  no  poco  los  gramáticos,  filósofos  y  humanistas),  se 
encuentran  ciertos  crepúsculos  de  luz,  que  aplicados  á  las  mone- 
das é  inscripciones  bastan  para  conocer,  determinar,  conceder 
ó  negar  en  la  historia  ciertos  puntos  que,  sin  los  datos  positivos 
que  nos  prestan  estos  conocimientos,  quedaría  aquélla  entera- 
mente oscura  ó  sin  pruebas  claras  de  sus  hechos;  y  nosotros,  sin 
la  suficiente  luz  para  asentir  á  su  creencia.  Pues  parece  manifies- 
to que  al  hallar  una  inscripción  (por  ejemplo)  griega,  que  no 
tiene  letra  consonante  doble,  ni  vocal  larga  en  donde  conviene, 
y  debe  ponerse,  y  sin  puntos  diacríticos,  ni  mociones  en  la  he- 
brea, caldea  y  arábiga,  ó  con  letras  caldeas  en  la  primera  de 
estas  tres,  es  una  prueba,  ó  al  menos  un  dato  para  conocer  la 
época  en  que  se  formó. 

En  cuanto  al  uso  y  variaciones  que  han  padecido  en  su  figu- 
ra las  letras  desde  su  origen  hasta  hoy,  diremos,  si  podemos,  en 
pocas  palabras  lo  que  nos  parece  más  probable  entre  lo  mucho 
que  han  escrito  en  capítulos  y  aun  en  libros  enteros  varios  auto- 
res; y  esto  ciñéndonos  solamente  á  las  dos  lenguas  hebrea  y 
griega,  porque  en  las  demás  no  merecen  la  mayor  atención  sus 
variaciones. 

Los  antiguos  hebreos  con  los  posteriores  judíos  que  les  siguie^ 
ron  fueron,  han  sido  y  aun  son  tan  fieles,  tan  constantes,  tan 
celosos  y  tan  escrupulosos  en  custodiar  incorruptible  el  sagrado 
depósito  de  la  fe  de  su  religión,  de  su  culto  y  ceremonias,  que 
(haciéndoles  justicia  en  nuestro  dictamen,  á  pesar  de  que  no 
ignoramos  que  algunos  teólogos  católicos,  pero  sin  presentar 
pruebas  claras  y  terminantes  del  delito,  les  han  echado  y  echan 
en  cara  el  atrevimiento  sacrilego  de  haber  corrompido  y  viciado 
en  muchos  lugares  de  la  Sagrada  Escritura  el  texto  original  he- 
breo) lejos  de  haber  pecado  en  este  punto  hicieron  (disposición 
de  la  divina  providencia)  el  servicio  más  importante  á  la  Iglesia 
Católica,  conservando  por  medio  de  la  puntuación  de  prosodias, 
vocales  y  acentos  claro,  puro,  abierto  y  bien  conservado,  el  sa- 
grado depósito  de  la  fe  que  ellos  profesan  con  nosotros  sobre 
las  promesas  acerca  del  Mesías  y  más  verdades  contenidas  en 


44*  IBOLETIN    DE    LA   SEAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA.  :  ! 

la  Ley  y  en  los  Profetas,  cuyo  sentido  y  cumplimiento  los  dea- 
venturados  no  ven  por  el  velo  que  les  cubre  los  ojos  en  pura 
pena  del  Deicidio  que  cometieron  sus  padres,  y  tle  la  sangre 
inocente  que  se  echaron  sobre  sí  y  sobre  ellos,  pues  no  sólo  lian 
conservado  en  su  totalidad  puros  ios  libros  santos,  según  la  leti^ 
de  las  profecías  contenidas  en  ellos  y  según  los  recibieron  de 
Moisés  y  de  los  demás  protetas,  sino  que  su  escrupulosidad  en 
este  punto  les  llevó  al  extremo  de  conservar  hasta  los  pequeños 
descuidos  que  pudo  tener  el  escribiente  que  hizo  del  originai 
autógrafo  la  primera  copia  de  las  que  se  multiplicaron  después 
para  el  uso  de  las  cabezas  de  las  tribus  y  de  los  rabinos  ó  maes- 
tros de  la  Ley.  La  prueba  de  este  aserto  es  tan  clara  y  manifies- 
ta, que  los  filohebreos  de  cuatro  meses  de  estudio  la  palpan  sólo 
con  abrir  los  ojos  y  tender  la  vista  sobre  algunas  palabras  que 
se  hallan  en  lugares  repetidos  del  Pentateuco  y  Profetas,  en  que 
se  ve  una  letra  de  las  radicales  ó  serviles  de  una  voz,  un  tanto 
más  larga  ó  más  gruesa  que  las  otras  que  la  componen:  cosa 
que  sucede,  no  en  los  ejemplares  de  una  impresión,  sino  en  los 
de  cuantos  he  visto  impresos  y  hasta  en  el  precioso  manuscrito 
que  se  conserva  en  la  Biblioteca  de  la  Universidad  de  Alcalá  de 
Henares,  y  que  consulté  en  algún  tiempo  sobre  este  particular 
y  -sobre  otros,  entre  ellos  sobre  la  errata  de  la  palabra  Sjia 
Mihicol,  hija  menor  de  Saúl,  por  3-ia  Merob,  que  fué  la  hija 
mayor.  Mas  lo  que  pone  en  claro  y  fuera  de  toda  duda  la  cues- 
tión presente  es:  que  los  masoretas  del  siglo  v  y  vi,  viéndose 
ya  dispersos,  sin  templo,  sin  lugar  fijo,  ni  sinagogas,  y  conocien- 
do que  la  inteligencia  y  verdadera  lección  de  los  santos  libros, 
que.  hasta  entonces  se  habían  conservado  con  la  tradición  de  la 
viva  voz  de  los  maestros  de  las  sinagogas  y  escuelas,  iba  á  per- 
derse, inventaron  el  sistema  de  puntuación,  tan  filósofo  y  sabio 
como  á  propósito  y  seguro  para  fijar  la  verdadera  inteligencia 
y  contenido  de  los  escritos;  pues  con  los  puntos  vocales  fijaron 
la  significación  de  cada  palabra  de  por  sí;  y  con  los  acentos, 
emperadores,  reyes  y  ministros,  marcaron  la  jurisdicción  de  cada 
uno,  y  con  ella  el  sentido  de  cada  miembro  del  período,  más -ó 
njenos  principal,  y  la  del  período  completo,  al  modo  que  nos- 


DIATRIBA    O    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTA!  ES  445 

otros  con  las  vocales  y  acentos  determinamos  esta  voz  paso 
V.  g.,  á  significar  un  objeto  distinto  del  de  esta  voz  pasó,  y  con 
la  coma,  v  punto  y  coma,  dos  puntos  y  punió  final,  marcamos 
y  ordenamos  las  palabras  y  sentido  que  queremos  depositar  en 
la  escritura  como  signo  representativo  de  nuestra  voluntad  y  de 
nuestros  pensamientos;  pues  es  claro  demasiado,  que  sin  voca- 
les ó  pimtos  vocales,  acentos  y  ortografía  el  texto  original  hebreo 
presentaría  á  la  posteridad  de  su  pueblo  y  á  la  de  los  hombres 
más  sabios  y  linces  de  los  otros  pueblos  del  mundo  unos  libros 
ininteligibles,  ilegibles  y  llenos  de  confusión,  así  como  en  cas- 
tellano, V.  g.,  un  escrito  sin  vocales  ó  con  letras  consonantes  solas, 
suponiendo  que  la  primera  palabra  fuese  esta  ps,  presentado  á 
un  Académico  de  la  lengua  española  para  que  le  leyese,  no 
sabría  ni  podría  decir  si  la  dicha  voz  significaba  paso,  peso,  piso, 
poso,  puso,  pasó,  peso,  etc.,  y  lo  mismo  de  las  demás  de  la  sen- 
tencia escritas  del  mismo  modo. 

Si  los  masoretas,  pues,  no  hubieran  sido,  á  más  de  grandes 
filósofos,  mui  fieles  en  la  puntuación,  de  modo  que  ésta  ofre- 
ciera al  judío  y  no  judío  inteligentes  en  la  gramática,  sistema  \- 
lexicones  de  su  lengua,  la  significación  de  la  palabra  y  la  inteli- 
gencia de  la  sentencia  ó  período,  y,  por  el  contrario,  hubieran 
tratado  de  corromper  el  original  hebreo,  nada  les  hubiera  sido 
más  fácil  que  haber  hecho  lo  que  sus  enemigos  les  imputan  sin 
razón;  pues  sólo  con  haber  extendido  la  jurisdiciSn  de  un  acen- 
to rey,  que  es  decir,  pasándole  á  la  palabra  siguiente,  que  es  de 
la  jurisdición  del  otro  emperador  que  sigue,  hubieran  quitado  á 
los  católicos  uno  de  los  principales  argumentos  con  que  demues- 
tran contra  los  judíos  la  venida  del  Mesías  divino  al  mundo,  ó 
la  existencia  del  Misterio  inefable  de  la  Encarnación,  por  las 
palabras  de  la  profesía  de  Jacob  al  bendecir  á  su  hijo  Juda;  y  lo 
mismo  podríamos  decir  de  otros  muchos  lugares. 

La  cosa  está  demostrada  hasta  la  evidencia,  como  veremos 
después.  Ahora  concluiremos  este  extremo  diciendo:  que  los 
Hebreos  en  su  alfabeto  primitivo  no  pusieron  ni  admitieron  la 
más  pequeña  variación,  que  conservaron  fiel  y  escrupulosamen- 
te todas,  y  cada  una  de  sus  letras,  usando  de  ellas  en  sus  escri- 


446  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

tos  hasta  su  vuelta  á  Jerusalén  de  la  captibidad  de  Babilonia, 
quando  Esdras  tuvo  por  conveniente  hacer  la  variación  total  de 
caracteres  escribiendo  la  Ley  divina  con  los  de  los  Caldeos,  usan- 
do constantemente  de  éstos,  de  modo  que,  aunque  la  lengua 
hebrea  articulada  ó  de  viva  voz  era  inteligible  á  los  judíos  que 
quedaron  en  Samaría,  Jerusalén  y  sus  contornos,  la  misma  len- 
gua escrita  era  para  éstos  un  misterio  que  no  podían  entender, 
porque  hay  tanta  diferencia  de  la  escritura  y  caracteres  primiti- 
vos hebreos  ó  samaritanos  á  la  de  los  caldeos,  como  la  que  se 
halla  entre  estas  dos  letras  F  c/cp,  que  son  la  Alef,  primera  letra 
de  los  dos  alfabetos. 

Esta  sola  diferencia  y  su  observación  aplicadas  á  una  moneda 
ó  inscripsión  hecha  en  dialecto  hebreo  con  letras  caldeas  de- 
muestra con  evidencia  dos  cosas  dignas  de  atención:  primera, 
que  no  se  cuñó  ni  escribió  antes  de  la  captividad  de  Babilonia, 
porque  entonces  los  Hebreos  no  usaban,  ni  aun  conocían,  las  le- 
tras de  los  Caldeos;  segunda,  que  las  que  se  hallen  anteriores  á 
este  tiempo  llevan  consigo  en  los  caracteres  samaritanos  el  sello 
de  que  se  hicieron  en  la  época  que  duró  desde  Salomón  hasta 
la  destrución  de  su  templo. 

Para  ofrecer  una  idea  clara  y  completa  de  las  variaciones  que 
ha  padecido  en  la  totalidad  de  sus  letras  el  alfabeto  de  los  Grie- 
gos desde  que  las  recibieron  de  Cadmo  hasta  hoy,  sería  preciso, 
partiéndonos  fie  aquel  punto,  discurrir  de  siglo  en  siglo  y  de 
región  en  región,  desde  Oriente  á  Poniente,  notando  en  las 
monedas,  inscripciones  y  monumentos  que  se  encontrarían  la 
distinción  y  diferiencia  (sic)  de  sus  variaciones;  pero  como  ni 
esto  es  necesario  para  el  desempeño  del  argumento,  ni  las  cir- 
cunstancias nos  "do  permiten,  diremos  lo  preciso  para  venir  en 
su  conocimiento. 

He  aquí  de  una  mirada  las  variaciones  que  ha  sufrido  esta  sola 
letra  A  desde  que  la  conocieron  los  griegos  hasta  el  siglo  v  de 
Jesucristo,  á  saber:  estas  siete  Xl  A  4  ^I  V  A  +•  Advirtiendo  que 
la  última  figura,  que  es  una  cruz  como  se  vee,  la  usaron  también 
los  antiguos  por  una  cifra  de  la  preposición  Kaiá,  y  esto  sola- 
mente  en    composición;   de  lo  que   hallamos  exemplar   en    las 


DIATRIBA    O    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  447 

columnas  farnesianas,  en  donde  se  halla  escrito  de  esta  suerte 
-|-0ONION,  por  Kaxa  vtov  0o,  de  los  Manes.  Siendo  digno  de 
notarse  que  en  esta  palabra  sola,  además  de  la  cifra  mui  parti- 
cular y  rara  que  contiene,  se  advierten  dos  señales  que  indican 
su  antigüedad  y  época,  al  poco  más  ó  menos,  á  saber:  una,  la 
falta  de  acento  agudo  en  la  penúltima  sylaba,  y  la  otra,  la  o  mi- 
cron  por  la  Q  mega  en  la  última;  pues  de  estos  dos  defectos  se 
demuestra,  ó  que  la  inscripsión  se  puso  antes  que  se  conociera 
la  íl  cuio  nacimiento  fijan  algunos  en  la  época  'de  la  guerra  de 
Troya  y  otros  de  la  del  Peloponeso,  ó  da  á  conocer  la  ignorancia 
del  escultor  ó  el  descuido  de  los  que  dirigieron  la  obra,  lo  que 
no  parece  probable  en  un  monumento  público;  noticia  que  ade- 
más de  la  luz  que  presta  para  venir  en  conocimiento  de  la  épo- 
ca en  que  se  esculpió,  cuñó,  gravó  el  monumento  en  que  se  halla, 
lleva  consigo  el  de  la  significación  de  la  palabra  que  la  contiene. 
Y  si  no  se  conocen,  no  digo  la  lengua  y  las  partes  de  la  oración 
con  sus  accidentes,  sino  las  variaciones  que  ha  padecido  en  estos 
y  cada  uno  de  sus  primeros  elementos,  ¿cómo  se  podrá  conocer 
lo  que  la  inscripsión  contiene.'' 


Artículo  II 

¿ftué  cosas  son  prosodias?:  su  origen  y  su  división,  ftué  se  entiende 
por  puntos  diacríticos  y  vocales  en  las  lenguas  que  las  conservan; 
cuáles  sean  éstas,  y  qué  utilidad  nos  proporcionaron  los  invento- 
res de  éstos  y  de  aquéllas  con  su  establecimiento  en  la  escritura. 

Esta  palabra  prosodia,  de  que  los  gramáticos  latinos  han  usa- 
do en  singular,  unos  para  significar  una  parte  de  la  gramática, 
otros  las  reglas  respectivas  al  nombre,  uso  y  figura  del  acento^ 
pero  que  todos,  ó  los  más,  miran  con  desdén  ó  desprecio,  tuvo 
su  origen  entre  los  Griegos  antiguos  en  el  número  plural,  que 
las  establecieron  como  cosa  de  más  importancia  que  la  que  apa- 
rece. Las  prosodias  átTipwcaSíat,  nombre  colectivo,  que  según  su 
etimología  significa  J>ara  ¡a  canción,  fueron  las  diez  figuras  que 
inventaron  para  facilitar  la  inteligencia  de  la  escritura  (que  hasta 


448  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMJA    DE    LA    HISTORIA 

entonces  constaba  de  letras  solamente"),  y  proporcionar  á  los 
discípulos  que  frecuentaban  las  aulas  un  medio  preparaiorio  en 
su  estudio  particular  para  entender  después  con  mayor  claridad, 
provecho  y  adelantamiento  las  lecciones  de  sus  maestros;  pues 
como  los  libros  de  Plomero  (que  eran  por  lo  regular  el  testo  y 
código  de  su  instrución  en  la  literatura,  filosofía,  moral  y  cos- 
tumbres) eran  para  los  mismos  Griegos,  que  no  los  hablan  oído 
esplicar,  tan  incomprensibles  como  una  lengua  estranjera,  exi- 
gían este  auxilio  de  las  prosodias  como  un  medio  necesario.  Es- 
tas, que  en  su  número  total  fueron  y  son  diez,  diferentes  en  su 
figura  y  funciones,  las  reducían  á  quatro  clases,  á  saber:  primera, 
en  tres  tonos;  segunda,  en  dos  tiempos;  tercera,  en  dos  espíri- 
tus, y  cuarta,  en  tres  pasiones.  Con  la  primera  marcaban  el  torio 
de  la  sylaba  de  una  voz  que  la  determinaba  á  significar  una  sola 
cosa  en  individuo,  y  distinguían  con  estas  tres  figuras  x  ^  a. 
que  llamaban:  á  la  primera,  tono  grave;  á  la  segunda,  tono  agu- 
do; á  la  tercera,  tono  circunflexo;  mas,  según  el  lugar  que  ocu- 
paban en  la  voz,  tenían  otro  nombre  particular,  y  llamaban  á  la 
primera,  SapÚTOVO;,  barytono;  á  la  segunda,  oEúiovc?,  oxítono, 
Tíapo^ÚTOVo;,  'y¡  TipoTiapo^úxovog,  paroxítono  ó  proparoxítono,  y  al 
tercero,  neptoTiójievoi;  'y¡  TipoTíepioTiójievoc,  períspomeno  ó  prope- 
rispomeno,  denotando  con  ellos  su  cualidad.  Con  la  segunda  cla- 
se de  prosodias  significaban  la  cantidad,  que  era  el  tiempo  ó  du- 
ración de  una  sylaba,  por  la  que  nosotros  la  llamamos  larga  ó  bre- 
ve; prosodia  que  determinaba  un  nombre  á  significar  su  cierto 
objeto,  según  el  caso  en  que  se  hallase,  en  ésta  ó  en  la  otra 
relación  con  otro,  así  como  si  era  un  berbo  le  determinaba,  no 
sólo  á  significar  una  cierta  acción,  sino  con  tal  modo,  con  tal 
tiempo,  etc.  Con  la  tercera,  que  tenía  estas  dos  figuras  1  L  y 
hacía  las  veces  de  dos  letras  consonantes  guturales  (que  no  admi- 
tieron los  Griegos,  contentos  con  la  única  que  tenían),  determi- 
naban la  palabra  á  su  especie:  y  con  la  quarta  daban  á  las  pala- 
bras' el  orden  correspondiente  y  necesario  para  inteligencia  del 
período. 

Esta    nueva  perfección  que   no  admiramos  vastante,    porque 
la  conocimos  temprano,  ó  así  que  abrimos  los  ojos  á  la  instruc- 


DIATRIBA    O    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES 


4A9 


ción  (como  sucede  al  común  de  los  hombres  idiotas,  sin  educa- 
ción, que  miran  con  frescura  ó  frialdad  la  grande  hermosura  de 
los  cielos,  que  nos  predican  día  y  noche  la  existencia  y  majestad 
infinitamente  poderosa  y  sabia  de  Dios),  tuvo  su  origen  en  las 
diez  y  siete  notas  de  la  música  antiquísima  de  los  Lydios,  obser- 
vadas por  el  autor  de  las  prosodias,  aplicando  á  su  propósito  las 
diez  que  tuvo  por  convenientes. 

Bien  sabido  es  que,  de  tiempo  inmemorial,  la  primera  educa- 
ción que  los  Griegos  daban  á  sus  hijos,  era  sobre  la  música,  Gym- 
nástica  y  rudimentos  de  pintura,  para  inspirarles  desde  la  niñez, 
con  aquélla,  el  buen  gusto  del  oído  y  delicadas  sensaciones  que 
causa  la  voz  en  el  corazón;  con  la  otra,  el  amor  al  trabajo,  indis- 
pensable en  las  artes  mecánicas  ó  liberales,  en  las  fatigas  de  la 
guerra  y  demás  ejercicios  del  cuerpo,  así  como  con  la  tercera 
habituarles  el  pulso  y  vista  á  delinear  y  ehtresacar  de  los  obje- 
tos de  la  naturaleza  y  arte  los  rasgos  y  relaciones  que  expresan 
los  encantos  délo  bello.  Aristófanes,  pues,  como  diestro  en  esta 
parte  y  gran  filósofo,  dedicado  á  la  enseñanza  de  los  jóvenes  en 
la  literatura,  y  notando  la  grande  dificultad  que  tenían  sus  dis- 
cípulos en  retener  lo  que  aprendían  á  fuerza  de  oirle  repetir  (y 
muchas  veces)  la  articulación  particular  de  cada  espíritu,  de  cada 
tono,  de  cada  tiempo,  de  cada  pausa  y  demás  prosodias,  de  las 
vocales  de  las  palabras  de  por  sí  y  ordenadas  en  período,  halló 
el  medio  ventajoso  de  ahorrar  para  sí  mucho  trabajo  y  de  pro- 
porcionar al  mismo  tiempo  á  sus  discípulos  el  de  estudiar  por  sí 
solos  en  casa  sus  lecciones,  con  el  sistema  de  prosodias,  toman- 
do de  las  notas  musicales  las  que  tuvo  por  convenientes;  de  suer- 
te que,  así  como  los  músicos  compositores  escriben  la  'canturía, 
aire,  modo,  etc.,  v.  g.,  de  un  hymno,  según  eligen,  en  tono  mayor 
ó  menor  sobre  una  pautada  con  su  clave  y  notas  de  varias  figu- 
ras, etc.,  y  otro  músico  cualquiera,  cantor  ó  tañedor  diestro,  en 
qualquier  lugar  y  tiempo,  en  cuanto  tiende  la  vista  sobre  el  papel 
y  se  hace  cargo  de  la  clave,  compás,  etc.,  principia  á  cantar  ó 
tañer  con  su  instrumento  el  hymno,  con  el  mismo  aire,  tono  y 
modos  con  que  tañería  ó  cantaría  el  maestro  que  la  compuso  y 
escribió,  de  la  misma  suerte  Aristófanes,  con  su  systema  de  pro- 

TOMO    LXXV  29 


45°  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

sodias,  no  sólo  se  ganó  para  sí  un  provecho  y  facilitó  á  sus  dis- 
cípulos el  del  adelantamiento,  sino  que  dejó  á  la  posteridad  un 
medio  seguro  de  entender  con  el  tono,  duración  de  cada  sylaba 
y  más  prosodias  el  significado  de  cada  palabra  y  el  concepto 
que  contiene  cada  frase  y  cada  período. 

Si  yo  hablara  con  quien  no  me  entendiera  pasaría  en  silencio 
y  me  abstendría  de  unas  menudencias  que  nada  parece  que  sir- 
ven, sino  para  perder  el  tiempo;  mas,  puesto  en  la  precisión  de 
continuar  mi  propósito,  veré  á  ver  si  puedo,  hasta  concluir,  ceiiir- 
me  á  exponer  solamente  lo  relativo  á  dos  de  las  diez  prosodias 
que  hacen  más  al  argumento,  á  saber:  del  espíritu  y  del  acento. 

Estas  dos  figuras  '  '  que  se  hallan  escritas  sobre  vocales  en 
principio  de  dicción,  y  sobre  la  consonante  í  en  principio  y  aun 
en  medio  cuando  se  duplica,  se  llaman  espíritus;  la  primera,  sua- 
ve; y  la  segunda,  fuerter ambas  atendido  su  origen  tienen  la  potes- 
tad de  dos  letras  consonantes  que  conserban  las  lenguas  madres 
hebrea,  siriaca,  caldea  y  arábiga;  mas  en  la  viva  voz  de  los  Grie- 
gos se  han  perdido,  por  lo  que  en  su  ortología  ó  buena  pronun- 
ciación no  tienen  uso;  sin  embargo,  la  Ortografía  conserva  sus 
figuras  como  elementos  de  la  palabra  escrita,  ya  para  distinguir 
unas  voces  de  otras  semejantes  en  las  letras,  ya  para  indicar  su 
etimología,  y  ya  para  la  eufonía,  que  resulta  de  la  única  potestad 
que  ha  quedado  al  espíritu  fuerte,  qual  es  la  de  mudar  las  tenues 
en  sus  aspiradas  siempre  que  inmediatamente  le  preceden,  como, 
v.  g.,  en  estas  dos  voces  vÚ)(0-'oXt/v,  la  primera  se  escribe  vjy.~a, 
pero  antes  de  espíritu  fuerte,  como  se  ve. 

Mas  el  uso  que  de  los  espíritus  hacían  los  Griegos  en  la  viva  voz 
puede  compararse  (si  no  es  el  mismo)  con  el  que  los  Españoles  es- 
tremeños  hacen  de  la  letra  k  en  estas  palabras;  hacha,  higo,  higue- 
ra, pronunciándola  con  energía  que  suena  jac//a,  figo,  jiguera. 

La  voz  acento,  cuias  funciones  significan  con  propiedad  los 
gramáticos  hebreos  con  esta  palabra  anOi  .que  significa  freno, 
porque  modera  la  voz  del  que  habla  ó  lee,  donde  y  quando  con- 
viene, es  el  tercer  elemento  simple  de  la  palabra  escrita,  indis- 
pensable para  constituirla  en  determinada  especie  de  la  parte 
de  la  oración. 


DIATRIBA    O    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  451 

Sea  cual  fuere  la  persona,  lugar  y  tiempo  de  la  invención  de 
este  elemento,  nada  ó  mui  poco  nos  importa;  lo  que  es  preciso 
suponer  como  cierto  ó  mui  probable  es  que  su  uso,  enseñado 
constantemente  por  la  tradición,  así  como  el  de  las  letras  voca- 
les en  las  lenguas  primitivas,  existió  desde  que  existió  el  prodi- 
gioso artificio  de  pintar  el  pensamiento.  Mas  como  las  letras  que 
componen  la  palabra  escrita  no  pueden  por  sí  solas  comunicar 
la  idea  del  tono  de  la  voz  articulada,  y  sin  el  conocimiento  del 
tono  no  puede  formar  la  del  objeto  significado  por  la  voz,  de 
aquí  nace  la  necesidad  de  añadir  este  elemento  con  la  escritura, 
tan  preciso  como  en  la  música  son  las  notas  i  %  ^  L  semini- 
ma, corchea  y  semicorchea  p.ira  marcar  la  duración  y  el  grado 
de  la  elevación  del  tono.  Por  ejemplo,  estas  palabras  españolas 
numero,  cantara,  marcara,  escritas  sin  acento,  carecen  del  carác- 
ter que  las  determine  á  la  especie  de  nombre,  verbo  y  tiempo; 
ni  le  tendrán  hasta  que  le  reciban  del  acento  respectivo  en 'la 
última,  penúltima  ó  antepenúltima  sylaba,  por  el  que  únicamen- 
te conocerá  el  gramático  qué  partes  son  de  la  oración.  Lo  mis- 
mo tenemos,  sin  hablar  de  otras  lenguas,  en  la  griega,  cuio  sis- 
tema en  esta  parte  es  tanto  más  digno  de  atención  cuanto  ma- 
^■jr  es  el  número  de  palabras  que  se  distinguen  solamente  por 
el  tono,  y  cuia  variación  de  lugar,  en  muchas,  varía  la  significa- 
ción, de  modo  que  signifique  un  elogio  ó  un  insulto,  un  honor 
ó  un  desprecio,  y  aún  un  dogma  de  la  religión  ó  un  disparate  so- 
lemne; por  exemplo,  esta  palabra  Xaoipóyo;,  con  el  acento  en  su 
penúltima  sylaba,  puede  acomodarse  en  elogio  digno  de  un  prín- 
cipe benéfico;  pues  que  á  la  letra  significa  e¿  que  alimenta  al 
pueblo;  mas  sólo  con  la  variación  de  tono,  y  escribir  ó  pronun- 
ciar el  acento  en  la  antepenúltima  Xaótpoyo;  se  escribe  ó  pro- 
nuncia un  epíteto  poco  decoroso,  que  se  puede  acomodar  á  un 
pordiosero,  pues  significa  el  que  es  alimentado  por  el  pueblo;  y 
bien  sabido  es  cuánto  ruido  causó  en  el  Concilio  general  ephesino 
la  palabra  0£O"óxo,  que  con  acento  en  la  penúltima  significa  la 
Madre  de  Dios,  y  con  el  acento  en  la  antepenúltima,  ©aótoxo, 
significaría  en  rigor  la  que  fue  parida  por  Dios.  Siendo  pues  et 
acento  una  figura  inventada  para  representar  la  idea  de  la  arti- 


452  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

culación  respectiva  de  los  órganos,  se  deja  conocer  la  importan- 
cia de  este  elemento  de  la  palabra  con  sus  accidentes,  de  que 
por  ahora  nos  abstendremos,  y  decimos  sólo  que  la  potestad 
común  á  los  tres  acentos,  que  podemos  considerar  como  su  prin- 
cipal función,  consiste  en  fijar  la  elevación  ó  la  depresión  de 
tono  en  la  sylaba  que  la  tiene;  pero  como  el  modo  peculiar  con 
que  cada  uno  producía  este  efecto  se  ha  perdido,  de  aquí  es 
que  su  uso  en  la  Ortología,  ó  tratado  de  leer  perfectamente,  está 
reducido  á  sostener  el  tono  de  la  antepenúltima  ó  penúltima 
vocal  sobre  que  se  halla,  y  á  elevarle  en  la  última  del  período,, 
sea  cual  fuere  de  los  tres;  de  modo  que  en  estas  tres  voces, 
V.  g.,  Avil-piüTcoc,  Xóyoi;,  xapTiOi;,  se  pronuncie  antropos,  logos-, 
carpos. 

Mas  para  la  completa  noción  del  acento  y  sus  efectos,  con- 
viene saber  que,  así  como  los  Aíasoretas  añadieron  á  las  veinte 
y  dos  letras  consonantes  de  que  consta  su  alfabeto  quarenta  y 
quatro  puntos  de  figuras  diferentes,  catorce  con  el  nombre  de 
vocales,  veinte  y  siete  con  el  de  acentos,  y  otros  tres  con  otros 
nombres  para  transmitir  á  la  posteridad  la  inteligencia  de  la  es- 
critura y  de  la  canción  ó  música  de  sus  sinagogas;  del  mismo 
modo  y  con  el  mismo  objeto  los  gramáticos  de  Alejandría,  según 
el  Placentino  en  su  paleografía,  adoptarini  de  las  notas  que  usa- 
ban los  músicos  de  la  Lydia  para  significar  las  modulaciones  y 
tonos  de  voz,  un  cierto  número  proporcionado  á  su  intento; 
pero  aunque  lograron  por  este  medio  fijar  para  siempre  en  los- 
escritos  el  significado  propio  de  la  voz,  no  sucedió  ni  pudo  suce- 
der lo  mismo  con  respecto  á  la  calidad  del  tono,  en  razón  del 
crecido  número  de  notas  que  se  necesitan  para  este  efecto,  y  el 
«scaso  de  tres  solas  que  adoptaron  para  no  confundir  su  escri- 
tura con  una  multitud  de  figuras,  como  lo  hizo  muchos  siglos, 
después  la  escrupulosidad  de  los  Rabinos  con  sus  veinte  y  siete 
acentos. 

.  De  aquí  resultó  con  precisión  el  haberse  perdido  la  calidad- 
técnica  del  acento  circunflexo,  tanto  en  los  Griegos  como  en  los 
Latinos  y  demás  idiomas  que  siguieron  á  aquéllos;  pues  aunque 
unos  y  otros  usan  todavía  de  su  figura  para  indicar  la  cantidad 


DIATKIBA    Ó    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  453 

■del  tiempo  de  la  sílaba  en  unas  ocasiones,  en  otras  para  com- 
pletarla (suplemento  que  hacen  los  Hebreos  frecuentemente  con 
su  jnn),  y  otras,  en  fin,  para  indicar  algún  accidente  de  la  pala- 
bra que  la  tiene,  el  resultado  ha  sido  que  la  cualidad  ó  potes- 
tad tónica  peculiar  del  acento  circunflexo  no  parece;  y  en  el  uso 
-se  confunde,  ó  es  una  misma  que  la  del  agudo,  cuio  oficio  pecu- 
liar era  y  es  sostener  el  tono  en  la  canción  de  los  Poetas  y  apo- 
iarle  con  cierta  elevación  en  el  recitado  de  los  Oradores:  función 
á  que  se  da  esclusivamente  el  nombre  de  verdadero  acento,  en 
rigor  de  la  palabra;  pues  que  el  llamado  acento  grave,  analizado 
su  uso  y  sus  funsiones,  aunque  es  una  verdadera  prosodia  que 
sirve  para  el  canto,  es  con  respeto  diferente;  toda  su  potestad 
y  uso  consiste  en  fixar  la  tónica  fundamental,  como  hablan  los 
músicos,  señalando  la  cuerda  del  tono:  oficio  propio  de  lo  que 
estos  llaman  clave  ó  llave  de  la  canción,  con  la  sola  diterencia 
que  ésta  se  escribe  al  principio  de  la  pautada,  y  el  acento  grave 
■en  el  fin  ó  última  sylaba  de  la  voz,  que  no  tenga  agudo  ni  cir- 
cunflexo; de  suerte  que  el  grave  se  pone  escrito  en  todas  las 
sylabas  que  no  tienen  alguno  de  los  otros  dos,  y  se  escribe,  en 
efecto,  solamente  en  la  última  de  la  voz;  por  cuia  razón  le  llaman 
acento  sylábico  los  filósofos.  Para  hacer  más  perceptible  esta 
•materia,  algo  más  importante  que  lo  que  parece,  nos  servirán  de 
exemplo  unos  versos  de  Anacreonte  en  el  que  presentando  la 
potestad  de  los  acentos,  comparada  con  el  valor  y  uso  de  las 
notas  musicales,  se  demostrará  el  verdadero  valor  de  aquéllos; 
pues  no  es  fácil  formarse  una  idea  exacta  de  lo  que  es  acento, 
ni  conocer  su  uso,  su  potestad,  ni  la  fuerza  de  su  significación, 
si  no  se  tiene  la  de  las  notas  de  la  música  de  donde  nacieron: 


QéXui      Jiyeiv   'AipetSai;  Qúm      XsysTv  'AipelSa^ 


Si  observamos  este  exemplo  con  atención,  hallaremos  que  las 
mismas  nociones  de  tonos  y  modos  que  la  pautada  con  sus  líneas 
■orizontales  y  verticales,  clave  y  demás  notas  de  figura  diferente, 


454  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

despierta  en  la  imaginación  del  músico;  las  mismas  numero  re- 
produce Anacreonte  en  la  del  Filólogo  inteligente,  con  sus  acen- 
tos sobre  las  vocales  largas  y  breves;  pues  lo  mismo  da  á  enten- 
der á  éste  el  acento  agudo  en  la  primera  sylaba  de  la  palabra 
d-iXw,  que  á  aquél  la  nota  ^  en  la  tercera  raya.de  si;  y  lo  mismo 
'  el  acento  grave  que  se  entiende  en  la  o)  siguiente  que  la  nota  1  en 
la  línea  de  la  clave  sol.  La  nota  ^  por  su  localidad,  expresa  una 
elevación  dé  tono  (tercera  mayor)  sobre  la  siguiente  I  que  está 
en  la  raia  de  la  clave,  y  por  su  figura,  una  mitad  de  tiempo  me- 
nos; así  como  el  acento  agudo,  por  su  localidad  sobre  la  vocal 
penúltima  e,  espresa  la  calidad  solamente  del  tono,  es  decir,  la 
elevación  de  la  voz  sobre  el  grave,  que  se  supone  en  la  w  siguien- 
te, dejando  á  la  vocal  s.  que  le  tiene,  el  representar  con  su  figura 
la  cantidad  que  la  conviene:  á  saber,  una  mitad  menos  que  la  lO 
siguiente. 

Estas  prosodias  producen  en  la  oda  otros  dos  efectos  más: 
uno  peculiar,  qual  es  determinar  cada  palabra  á  su  especie;  y 
otro  análogo  á  la  música,  qual  es  marcar  los  pies  de  que  consta 
cada  verso,  como  aquélla  marca  los  compases  de  cada  parte  de 
la  canción.  Concluíamos  este  punto  de  teoría  comparando  los 
dos  modos  de  significar  siquiera  en  el  primer  veVso.  Sólo  con 
tender  el  músico  la  vista  sobre  el  papel  conocerá  una  canción 

en  maior  de  sol  ^,  compás  de  —  medida  justa  de  tres  par- 
tes de  tiempo  en  cada  uno,  el  quanto  y  qual  de  elevación  de 
tono  que  ha  de  dar  respetivo  á  cada  nota;  y  sin  necesidad  de 
más  accidentes  manifestará  con  el  instrumento  ó  con  la  viva  voz 
las  mismas  ideas  de  tonos  y  modos  qué  se  propuso  el  composi- 
tor. A  este  modo  el  lector  griego  en  esta  oda  reconocerá  al  pri- 
mer golpe  de  vista  tres  palabras  en  cada  verso,  cada  una  con  su 
respectivo  acento,  tres  pies  y  medio  de  igual  medida,  como  si 
digéramos,  tres  compases  enteros  con  una,  ó  dos  terceras  partes 
de  otro,  que  suple  ó  completa  con  su  respectiva  nota  de  silencio. 
Ahora  bien,  suponiendo  en  el  systema:  primero,  que  el  acento 
grave  fixa  la  tónica  fundamental  ó  la  cuerda  del  tono.  Jo  mismo 
que  la  clave  para  el  músico;  segundo,  que  la  calidad  tónica  del 


DIATRIBA    O    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  455 

circunflexo  se  ha  perdido  sin  dejarnos  el  menor  vestigio  de  si 
fué  tercera  mayor  ó  menor,  quinta  bemol  ó  sostenido,  trítono  ó 
apoiatura,  por  cuia  razón  se  acomoda  la  calidad  tónica  del  agu- 
do á  la  sylaba  larga  que  tiene  el  circunflexo,  y  si  no  le  tiene,  se 
la  considera  como  en  la  clave  y  tono  del  acento  grave;  el  lector 
(en  la  suposición),  digo,  principiará  sin  detenerse  á  pronunciar 
un  recitado  armonioso  con  las  cadencias  que  depositó  en  su  oda 
Anacreonte  por  los  acentos.  Pero  lo  más  digno  de  particular 
atención  es  que  solamente  leiendo  de  este  modo  manifestará  á 
los  oientes  el  sentido  verdadero  que  contiene  en  la  propiedad 
de  las  voces:  por  que  si  en  lugar  de  pronunciar  {í'áXw,  conforme 
exige  la  calidad  de  tono,  se  atiene  á  la  cantidad  de  las  sylabas  y 
pronuncia  como  está  escrito  en  la  segunda  pautada  {MXw  Xeyeív, 
además  del  barbarismo  que  comete  en  la  pronunciación  contra 
regla,  no  sólo  destruie  los  dos  primeros  pies  del  verso,  sino  que 
hace  desaparecer  la  razón  de  tiempo,  determinado  únicamente 
por  el  tono  en  las  palabras  MAo)  li'(zv/,  las  cuales,  siendo  la  pri- 
mera presente  de  indicativo  de  activa,  y  la  segunda,  presente  de 
infinitivo  de  la  misma  voz,  sólo  con  mudar  los  respectivos  tonos 
y  leer  flsXw  Xe^sív  pierden  su  carácter  propio  de  tiempo,  y  reci- 
ben la  primera  el  de  futuro  segundo  de  indicativo,  y  la  segunda, 
el  de  futuro  segundo  ó  áuristo  segundo  de  infinitivo  activo;  y  ya 
se  vee  la  notable  diferiencia  que  hay  entre  fléXo)  Xáysiv  quiero 
cantar  y  S-íaü  /.eyeív  querré  haber  cantado.  Lo  mismo  puede 
observarse  en  otros  mil  pasajes  y  ocasiones. 

Este  es  el  sistema  de  prosodias  y  .acentuación,  sobre  cuio 
origen  y  ventajas  han  filosofado  tan  poco  los  gramáticos,  espe- 
cialmente Griegos,  que,  por  el  contrario,  no  parece  sino  que  se 
han  empeñado  en  su  destrucción,  enseñando  á  leer  y  pronunciar 
atendida  solamente  la  razón  del  quánto  tiempo  ó  cantidad  de 
la  sylaba,  sin  hacer  caso  de  la  calidad  del  tono,  que  es  carácter 
elemental  de  la  palabra  escrita  ó  pronunciada,  tan  necesario 
para  conocerla  en  determinada  especie  como  lo  es  á  la  moneda 
el  sello. 

Los  Árabes  nos  escusan  hablar  mucho  de  las  prosodias,  por 
que  no  tienen  espíritus,  ni  pasiones,  ni  aun  figura  que  marque 


456  BOLETÍS    DE    LA    UEAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

la  qualidad  del  tono,  pero  espresa  la  energía  de  los  dos  espíri- 
tus de  los  Griegos  con  sus  consonantes  guturales,  de  las  que 
parece  que  hicieron  una  especie  de  ostentación,  añadiendo  á  su 
numeroso  alfabeto  otras  dos  letras  guturales  sobre  las  quatro 
que  tenían  y  tienen  los  Hebreos,  á  no  ser  que  digamos  conjetu- 
rando,  que  añadieron  las  dos  letras  consonantes   ^   y    ¿    para 

suplir  las  veces  de  los  espíritus  de  aquéllos. 

Mas  los  hebreos  nos  ofrecen  un  campo  más  dilatado  de  pro- 
sodias en  este  punto  que  los  mismos  Griegos,  sus  inventores; 
pues  aunque  los  Masoretas  se  propusieron  un  mismo  fin  con  las 
prosodias,  no  fueron  tan  económicos  y  precisos  en  la  eleción 
de  los  medios  como  los  Griegos;  éstos,  como  ya  dijimos,  de  las 
diez  y  siete  notas  de  la  música  de  los  Lydios  adoptaron  solamen- 
te tres;  aquéllos  pusieron  en  su  sistema  un  sinnúmero  de  acen- 
tos; los  Griegos  á  las  cinco  vocales  que  recibieron  de  Cadmo, 
dos -breves  y  tres  indiferentes,  añadieron  las  dos  largas  H  y  Í2 
para  marcar  el  doble  tiempo;  mas  los  Hebreos,  que  en  su  escri- 
tura no  conocían  vocales  largas  ni  breves,  pusieron  catorce  con 
los  nombres  de  largas,  breves  y  brevísimas,  significadas  por  sus 
puntos  respectivos  diferentes.  Si  buscamos  la  causa,  6  el  porqué 
los  Hebreos  en  sus  prosodias  admitieron  tantos  puntos  y  los 
Griegos  se  contentaron  con  tan  pocos,  hallaremos  que,  aunque 
el  finis  opcris  (como  se  esplican  en  la  escuela)  era  uno  mismo 
en  los  dos  sistemas,  á  saber:  fixar  el  significado  de  la  palabra  y 
la  inteligencia  del  período;  en  el  de  los  Hebreos,  el  finis  opcris 
tuvo  otro  respeto  ulterior,  á  saber:  el  señalar  en  su  escritura  la 
música  y  modos  diferentes  de  cantar  en  sus  sinagogas.  Particu- 
laridad que  suele  desanimar  á  los  principiantes  en  este  estudio, 
quando  observan  cada  palabra  cargada  de  muchos  puntos  sobre 
y  debajo  cada  una  de  sus  consonantes,  y  que  cada  uno  tiene  su 
distinta  figura,  distinto  uso,  nombre  y  función  diferente;  mas 
toda  esta  dificultad  desaparece  con  dos  palabras  del  maestro, 
que  le  señalará  con  el  dedo  los  acentos  de  que  deben  desenten- 
derse, como  peculiares  á  los  infelices  Judíos  para  aprender  á 
cantar  en  las  sinagogas  los  Salmos,  etc.,  y  los  en  que  deben  fixar 
toda  su  atención,  que  son  unos  quantos  solamente,  á  saber:  un 


DIATRIBA    O    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  457 

Emperador,  y  unos  reyes  y  ministros  con  sus  peculiares  jurisdic- 
ciones, en  que  manda  cada  uno  como  gefe  á  sus  subalternos. 

Aquí  está  el  gran  misterio  que  encierra  el  sistema  de  los  Maso- 
retas  para  conservar  la  inteligencia  verdadera  del  testo  original 
hebreo;  misterio  sellado  para  los  Rabinos,  que  no  le  entienden, 
porque  no  le  estudian,  o  porque  no  quieren;  y  lo  que  es  tanto 
ó  más  lastimoso,  misterio  abominado  de  algunos  teólogos  cató- 
licos que  quaeciiuque  igiiüraiit  blasfemante  y  que  eligen  de  túrbi- 
do magis,  qnaiii  de  ¡inipidisiiuo  f ante  potare ^  según  la  frase  de  San 
Jerónimo.  Pero  ya  es  tiempo  de  que  veamos  esta  verdad  como 
de  vulto,  y  concretar  á  esta  doctrina,  entre  mil  pasnges  que  pudié- 
ramos presentar,  dos  solos  que  elegimos  para  no  ser  molestos: 
el  uno,  para  demostrar  en  una  sola  palabra  la  utilidad,  grandes 
ventajas  y  gran  servicio  que  nos  proporcionaron  los  Masoretas 
con  sus  puntos,  determinándola  con  ellos  á,  significar  un  solo 
objeto  en  especie  é  individuo;  y  el  otro,  para  hacer  ver  en  una 
sentencia  por  el  mismo  medio  quál  es  el  sentido  gramatical, 
genuino  y  verdadero,  que  contiene.  La  palabra  que  ofrecemos 
del  primer  ejemplo  es  la  que  se  halla  en  el  capítulo  47,  versícu- 
lo 35  del  Génesis,  nup  palabra  que  ha  dado  tanto  que  hacer 
á  muchos  intérpretes,  porque  hallándose  traducida  por  los  70. 
xyjS  pá658,  y  de  aquí  al  latín  virge,  de  la  vara,  y  en  la  Vulgata,  lecti, 
de  la  cama,  cada  uno  opina  á  su  modo  sobre  qual  será  en  este 
lugar  el  significado  legítimo  de  la  voz;  pues  unos,  siguiendo  la 
lección  de  los  70,  traducen  la  frase  et  inclinavit  se  super  estremi- 
tatem  virgae;  y  otros,  siguiendo  la  versión  de  San  Jerónimo,  y 
se  encorvó  ó  postró  sobre  la  almoada  ó  cabecera  de  la  cama, 
¿quién,  pues,  será  en  esta  causa  el  Juez  legítimo  y  competente? 
En  primer  lugar  respondemos:  que  nuestra  Santa  Madre  la  Igle- 
sia, regida  por  el  Espíritu  Santo  y  por  el  Vicario  de  Jesucristo 
en  la  tierra,  es  el  legítimo  Juez.  Mas,  en  segundo,  mientras  calla 
este  infalible  maestro,  y  suponiendo  el  principio  reconocido  por 
los  filósofos,  qnodlibet  est  vel  non.  est:  imposibile  est  idem  simul 
esse  et  non  esse,  decimos,  primero,  que  la  palabra  en  cuestión 
significa  en  este  lugar  una  cosa  sola  en  especie  é  individuo,  no 
qualquiera  de  las  dos,  y  mucho  menos  las  dos  cosas  al  mismo 


458  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

tiempo,  sino  que  según  la  intensión  del  escritor,  y  lo  exige  la 
narración  del  hecho,  significa,  ó  la  cama  ó  la  vara  precisamente. 
En  segundo  lugar  afirmamos,  sin  temor  de  errar,  que  el  Juez  que 
debe  sentenciar  la  disputa  entre  los  Teólogos  es  el  testo  origi- 
nal hebreo  puntuado  como  se  halla;  y  de  aquí  se  concluye  que 
la  lección  de  la  Vulgata  es  la  verdadera,  como  enteramente  con- 
forme á  aquél,  no  la  de  los  JO  intérpretes. 

He  aquí  la  razón  del  aserto  por  que  los  Masoretas  con  su  sys- 
tema  de  puntos  vocales  determinaron  con  ellos  esta  voz  rTi3í2> 
que  con  las  consonantes  solas  era  indiferente  á  significar  la  cama 
ó  la  vara,  como  esta  palabra  castellana  cm.  sin  vocales  lo  es  para 
significar  cama,  coma,  comí,  cómo  la  determinaron,  digo,  á  signi- 
ficar, la  cama,  el  lecho,  sola  y  precisamente;  procediendo  en 
este  particular  conformes  á  la  tradición  conservada  de  boca  en 
boca  de  los  Maestros  de  la  Ley,  desde  el  primer  Moisés  hasta 
ellos.  La  verdad  y  peso  de  esta  sola  razón  se  conocerá  sólo  con 
observar  que  San  Jerónimo,  autor  de  la  versión  del  testo  hebreo 
al  latín,  aprendió  la  legítima  lectura  de  aquél,  sin  pantos,  de  la 
boca  de  aquellos  célebres  maestros  que  moraban  sobre  el  Tibe- 
riades  en  su  tiempo.  Tradición  que  llegó  pura  hasta  los  Masore- 
tas que  la  estamparon  con  sus  puntos  en  el  Testo,  sin  embargo 
de  que  conocerían  la  versión  de  los  JO,  y  la  que  había  hecho  al 
latín  el  P.  San  Jerónimo  más  de  dos  siglos  antes  que  existieran 
ellos.  Por  otra  parte,  la  sencilla  narración  del  hecho  quando  esta- 
ba el  Patriarca  Jacob  en  la  cama  débil,  y  á  tiempo  de  espirar 
(como  efectivamente  espiró  de  allí  á  poco)^  y  el  verbo  rTinn'ilín 
de  que  usó  el  sagrado  historiador  para  significar  la  acción  de 
adorar,  denotan  la  especie  de  adoración  y  la  cosa  sobre  que  la 
practicó;  y  no  dan  lugar  á  entender  que  Jacob  se  postró  ó  ado- 
ró sobre  la  extremidad  de  la  vara,  por  dos  razones:  primera,  por- 
que repugna  á  la  significación  propia  del  verbo;  y  segunda,  por- 
que en  este  caso,  presindiendo  de  la  dificultad  que  ofrece  en  un 
anciano  moribundo  la  acción  de  adorar  sobre  la  estremidad  de 
una  vara,  de  la  que  no  se  había  hecho  mensión,  Moisés  hubiera 
usado  del  verbo  Tip,  que  significa  adorar  con  la  cabeza  inclina- 
da, y  no  del  que  usó,  que  significa  postrarse  con  todo  el  cuerpo 


DIATRIBA    ü    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  459 

á  la  larga  sobre  una  cosa,  sea  cama  ó  sea  el  suelo;  fuera  de  que 
San  Jerónimo  ;no  tendría  á  la  vista  y  sabría  la  traducción  griega 
de  los  70  intérpretes?  ¿Pues  cómo  no  la  siguió?  Ya  está  demos- 
trado el  por  qué  no.  Sólo  resta  decir  una  palabra  sobre  los  70, 
á  saber:  ¿cómo  ó  por  qué  traducirían  éstos  en  su  versión  Srcl  xo 
á/.pov  TTJi;  pá658,  esto  es,  adoró  sobre  la  estreñiidad  de  la  vara, 
contra  la  tradución  constante  de  los  Maestros  de  la  Lej?  No  pa- 
rece probable  que  fuese  esta  la  primitiva  tradución  que  se  hizo 
por  aquéllos  en  tiempo  del  célebre  Tolomeo,  por  las  razones 
espuestas;  lo  que  sí  es  creíble,  como  cosa  muy  fácil  de  suceder, 
es,  que  el  copiante  ó  amanuense  escribiese  en  este  Jugar  'pá558 
que  en  genitivo,  con  su  artículo,  significa  de  la  vara  ó  del  báculo, 
en  lugar  de  xpá6ax8 ,  que  significa  de  la  cavia,  llevado  de  la  seme- 
janza de  las  dos  voces  por  las  radicales  mismas  que  contienen, 
como  se  deja  ver,  "páíS»,  xpa6á-8. 

El  segundo  exemplo  en  que  se  demuestra  la  importancia  del 
sistema  filosófico  de  puntuación  inventado  p"or  los  Masoretas  y 
aplicado  al  testo  original,  para  fixar  el  sentido  gramatical  de  una 
sentencia  ó  período,  le  tomamos  del  capítulo  49,  versículo  10, 
del   Génesis,  en  donde  se  halla  escrito  de  esta  suerte,  -\r^^  x'7 

Si  consideramos  este  período  según  se  halla,  y  como  se  haüó 
desde  el  tiempo  de  Moysés  hasta  el  siglo  v  de  la  Era  cristiana, 
sin  puntos  vocales,  y  tratamos  de  manifestar  que  le  entendemos 
dando  en  prueba  su  tradución  á  otro  idioma,  á  pocas  pregun- 
tas que  nos  haga  un  inteligente  en  la  materia,  debemos  confesar, 
ó  que  tenemos  una  idea  mui  obscura  y  confusa  del  sentido  que 
nos  ofrece  su  escritura,  en  lugar  de  la  clara  y  distinta  que  exige 
la  verdadera  inteligencia,  ó  manifestar  francamente  una  ignoran- 
cia temeraria  que  se  atreve  y  nos  precipita  á  esplicar  lo  que  no 
entendemos,  según  el  íntimo  testimonio  de  nuestra  propia  con- 
ciencia. La  razón  es  tan  clara  como  sencilla,  porque  siendo 
todas  y  cada  una  de  las  palabras  que  constituien  la  sentencia 
unos  signos  arbitrarios  que  representan  las  ideas  respectivas  á 
cada  una,  es  claro  que  no  pueden  producir  el  efecto  de  signi- 
ficar si  no  se  hallan  todas  determinadas  por  el  signo  de  conve- 


46o  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

nio,  cual  es  la  letra  vocal  unida  á  la  consonante  conveniente  á 
cada  sílaba.  Contando,  pues,  que  el  período  de  que  se  trata  y 
las  palabras  qije  le  componen  (como  está  á  la  vista),  no  tienen 
vocales  que  determinen  á  la  sílaba,  ni  á  la  palabra  escrita  á  sig- 
nificar, y,  por  otra  parte,  no  tenemos  ni  existe  la  tradición  de 
viva  voz  que  suplía  sus  veces  y  que  enseñaba  la  pronunciación 
é  inteligencia  de  cada  una,  se  infiere  con  evidencia  que  los  pun- 
tos vocales  inventados  y  acomodados  por  los  Masoretas  al  testo 
original,  son  tan  necesarios  y  precisos  para  su  inteligencia  como 
lo  es  la  luz  natural  ó  artificial  para  distinguir  los  objetos  con  la 
vista;  de  suerte,  que  sin  los  puntos  vocales  ó  sin  la  tradición 
viva  que  supla  sus  veces,  la  escritura  del  original  está  y  es  tan 
obscura  y  confusa  para  significar  su  contenido,  como  están  y 
son  los  árboles,  plantas  y  flores  de  un  hermoso  jardín  para  un 
profesor  de  botánica  que  le  quiere  examinar  en  una  noche  obs- 
cura. Véamoslo  con  un  exemplo  en  Español,  que  lo  demuestra,  y 
sírvanos  la  tradución  de  la  misma  sentencia.  N  fitr  I  ctr  d  I  es 
d  Id  u  Igsldr  d  iitr  ss  f>s  list  q  viigl  Mss.  ¿Qué  quiere  decir  esta 
escritura?  Preguntémoslo  al  Español  más  instruido  en  el  meca- 
nismo de  su  lengua,  y  nos  responderá,  con  razón:  primero,  que 
él  no  es  un  adivino;  y  segundo,  que  esta  escritura,  aunque  con- 
tenga ó  pueda  contener  la  mente  del  escritor,  nada  significa 
para  el  que  la  lea,  porque  las  palabras  no  están  completas,  ni 
determinadas  con  las  letras  vocales  indispensables  para  su  inte- 
ligencia. Así  que  estas  palabras  están  in  potencia  (como  hablan 
en  la  escuela)  para  significar  y  no  significar;  son  como  un  cuer- 
po sin  alma  para  moverse,  ó  como  una  materia  sin  color  para 
ser  vista.  Lo  mismo,  pues,  in  íeniúiiis  sucede  en  el  exemplo  de 
arriba,  el  qual,  así  como  toda  clase  de  escrito  de  semejante  for- 
ma, más  parece  que  pertenece  á  la  especie  de  jeroglíficos  que  á 
la  de  escritura.  En  este  pasage  (que  nos  demuestra  hasta  la  evi- 
dencia el  grande  é  importantísimo  servicio  que  los  Masoretas 
hicieron  á  los  cristianos  católicos  y  á  nuestra  Santa  Madre  la 
Iglesia  con  la  invención  del  systema  de  puntuación,  y  su  aplica- 
ción de  los  puntos  vocales  al  texto,  perpetuando  con  ellos  la 
inteligencia  literal  de  cada  palabra  considerada  de  por  sí  )'  fixan- 


DIATaiBA    Ó    DISERTACIÓM    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  461 

do  SU  propio  significado),  se  deja  ver  también  con  admiración 
otro  efecto  que  producen  los  accentos  gramáticos  como  llaman, 
que  es  sellar  la  inteligencia  gramatical  del  período  entero,  y  la 
división  de  cada  inciso  de  los  que  le  componen  como  partes 
integrantes.  Pues  aunque  las  letras  vocales  ó  puntos  que  las  re- 
presentan determinan  por  lo  común  la  voz  escrita  á  significar 
propiamente  un  objeto  en  individuo,  no  sucede  lo  mismo  en 
quanto  al  período  é  inteligencia  del  sentido  que  contiene,  según 
la  mente  del  que  escribe  ó  del  que  habla;  puesto  que  con  unas 
mismas  numero  voces  con  sus  consonantes  y  vocales,  y  aun  con 
sus  acentos  tónicos,  puede  quedar  obscuro  y  confuso,  y  aun  sig- 
nificar cosas  distintas  ó  contrarias,  como  de  hecho  sucede  y  su- 
cederá siempre  que  falten  las  notas  de  ortografía  que  los  Maso- 
retas  suplieron  con  sus  acentos  gramáticos.  Esto  se  conocerá, 
observando  lo  que  sucede  en  esta  sentencia  (respuesta  que  se 
cuenta  de  un  oráculo  de  la  gentilidad):  ibis  redibis  at  non  morieris 
in  bello;  sentencia  que  sin  la  coma  que  determine  al  miembro, 
por  su  localidad,  queda  obscura,  y  puede-  significar  cosas  no 
solamente  distintas,  sino  contrarias,  como  se  vee  (prescindiendo 
de  la  construción  de  la  palabra)  poniendo  la  coma  después  de 
la  voz  redibis,  ó  después  de  la  voz  non. 

Los  Masoretas,  pues,  para  desterrar  la  obscuridad  del  texto  y 
fixar  la  claridad  y  distinción  en  cada  inciso,  en  cada  sentencia  y  en 
cada  período,  hallaron  el  medio  luminoso  de  los  acentos,  que  dis- 
tinguieron con  los  nombres  de  Emperadores,  Reyes  y  Ministros, 
para  marcar  la  jurisdición  más  ó  menos  principal  de  cada  uno,  y 
con  ella  el  sentido  del  todo  por  el  de  las  partes  enlazadas;  de 
suerte,  que  así  como  un  Imperio,  Reyno,  Provincia  y  Corregimien- 
to, tienen  sus  mojoneras  ó  límites  conocidos,  que  marcan  el  punto 
hasta  dónde  llega  la  jurisdición  y  autoridad  propia  de  cada 
Emperador,  Rey,  Intendente,  Corregidor  y  Alcalde,  del  mismo 
modo  los  Masoretas,  con  quatro  de  sus  acentos  principales  y 
otros  quantos  subalternos,  echaron  el  sello  al  inciso,  colon  imper- 
fecto, perfecto  y  punto  final  del  período;  señalando  como  con  el 
dedo  la  jurisdición  de  cada  uno,  y  por  ella  el  sentido  literal  y  co- 
nocimiento  claro  del  pensamiento  que  el  escritor   estampó    en 


462  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

el  escrito,  véanioslo  en  este  pasaje  ppno"  minia  'ai'ü  ■nD"'~¿'S 
n'lTj  ¡<ai  13  ~\'J  liSaT  r^'S-  En  este  período  que  contiene  una 
parte  de  la  bendición  de  Jacob  á  Judá,  su  cuarto  hijo,  y  con 
ella  la  profecía,  con  la  que  señaló  el  tiempo  de  la  venida  del 
Mesías  prometido  al  mundo,  se  halla  tan  claro,  preciso  y  de- 
terminado el  cumplimiento  del  vaticinio  por  los  acentos,  como 
sin  ellos  obscuro,  vago  y  confuso;  por  ellos  se  distinguen  tres 
incisos  marcados  con  el  signo  de  la  jurisdición  respectiva  á 
cada  uno:  el  primero  (que  termina  en  la  palabra  quinta  n-,inia 
con  su  acento  rey  «»  ;  Zakepkaton  precedido  de  sus  tres 
ministros,  á  saber:  dos  Kadinas  —  y  un  merca  simple  -)  es- 
plica  este  concepto  absoluto  solamente:  no  faltará  el  cetro  de 
Judá;  el  segundo,  que  contiene  las  tres  palabras  '-'iiSjT  í^ao 
ppnai  con  el  acento  Achnach  rey  — :  en  la  tercera  tiSjt,  pre- 
cedido  de  su  ministro  Manach  -—  añade  la  prerrogativa  que 
tendrá  el  legislador  su  descendiente,  á  saber:  grabar  ó  sellar 
moneda,  formar  decretos,  etc.,  por  la  palabra  ppno;  y  el  terce- 
ro, que  abraza  las  quatro  palabras  restantes  n  Sit'  NiTiaTi'!  se 
halla  en  nueva  }'  distinta  jurisdición,  que  principia  en  la  pala- 
bra -■•}  con  su  comitiva  correspondiente  (hasta  concluir  el  verso 
con  otro  inciso  que  lo  termina  en  su  emperador  siluk  — )  marca 
y  determina  el  tiempo  en  que  faltará  el  cetro,  y  el  legislador  con 
su  autoridad  por  estas  palabras  hasta  que  Z'eiiffa  nS^'i:;  Na''"''^,  por 
cuia  voz,  en  la  opinión  constante  y  común  de  cristianos  y  rabi- 
nos, se  entiende  el  Mesías  prometido.  En  donde  se  ve  que 
teniendo  el  período  tres  incisos  sellados  con  sus  jurisdiciones 
distintas,  solo  y  precisamente  por  los  acentos  masoréticos  se 
demuestra  y  concluie:  primero,  que  ninguna  palabra  de  cada 
uno  de  los  incisos  puede  pertenecer  á  otro,  y,  de  consiguiente, 
que  la  traducción  literal  del  texto,  que  dice,  conlorme  con  la 
Vulgata  (primer  inciso)  no  faltará  el  cetro  de  Judá,  (segundo 
inciso)  Ni  legislador  entre  sus  pies,  (tercer  inciso)  hasta  que  ven- 
ga n'Svj  el  Mesías,  es  verdadera  y  enteramente  conforme  al 
texto  que  nos  presentan  los  Rabinos;  y  segundo,  [quánto  se  en- 
gañan éstos!  ¡y  quán  ignorantes  de  su  propia  lengua  se  manifies-  ■ 
tan  los  Doctores  de  la  Sinagoga,  cuando  lejos  de  conocer  el  ma- 


DIATRIBA    Ó    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  463 

nejo  de  la  llave  que  inventaron  sus  mayores  para  habrir  el  libro 
sellado,  y  hallar  el  verdadero  sentido  de  las  palabras  de  por  sí 
y  de  la  frase  completa,  traducen  de  esta  suerte:  primer  inciso, 
110  faltará  el  cetro  de  Judá;  segundo,  ni  legislador  entre  sus  pies 
eternamente,  y  tercero:  atando  venga  el  Mesías;  pues  no  reparan 
ni  ven  que  la  palabra  t;  (aunque  á  veces  significa  eternamente), 
aquí  no  tiene  ni  puede  tener  este  significado,  porque  es  partícu- 
la perteneciente  á  la  jurisdición  del  tercer  inciso,  no  á  la  del 
segundo,  según  ellos  la  traducen,  y  solamente  significa  hasta,  no 
otra  cosa  diferente  ni  distinta.  Lo  que  se  demuestra  observando 
que  este  inciso,  que  es  el  tercero  del  período  por  construcción 
gramatical,  puede  transponerse  y  ser  el  primero  del  período, 
sin  alterar  el  sentido;  como  se  verá,  si  colocamos  las  palabras 
de  la  profecía  del  original  de  esta  suerte,  etc.,  nViü  xzi-io  iy 
Ó  las  traducimos  á  cualquier  otro  idioma;  pues  lo  mismo  es  de- 
cir en  latín,  v.  g..  Non  anferetiir  cetrian  de  Juda;  segundo,  et 
dux  de  femo7-e  ejiís;  tercero,  doñee  venial,  qni  inittendus  est,  que 
decir:  primer  inciso,  doñee  veniat,  qiii  mittendus  est;  segundo 
inciso,  non  anferetar  cctruní  de  Jiida;  tercero,  et  diis  de  fe  more 
ejus;  y  lo  mismo  significa  en  castellano;  primer  inciso,  no  falta- 
rá el  cetro  de  Judá;  segundo,  ni  legislador  de  su  estirpe;  terce- 
ro, hasta  que  venga  el  Mesías,  que  decir:  hasta  que  venga  el  Me- 
sías, primer  inciso;  segundo,  no  faltará  el  cetro  de  Judá;  terce- 
ro, ni  legislador  de  su  estirpe,  transposición  que  repugna  á  la 
traducción  que  hacen  los  Rabinos,  como  que  con  ella  trastor- 
nan y  destruyen  el  verdadero  sentido  marcado  con  la  jurisdi- 
ción del  acento  —  rey  puesto  en  la  penúltima  sílaba  de  la  pala^ 
bra  vTji. 

Concluímos  el  artículo  con  observar  que  esta  doctrina  gra- 
matical, al  paso  que  demuestra  hasta  la  evidencia  el  importante 
servicio  que  hicieron  á  su  posteridad  los  Masoretas  con  la  inven- 
ción del  sistema  de  puntos,  y  su  aplicación  al  texto  original,  no 
sólo  refuta  completamente  la  opinión  de  un  nuevo  Doctor  Cató- 
lico, que  en  el  prólogo  de  una  obra  manuscrita  dedicada  al 
clero  español  dice  (entre  mil  cosas  que  ponen  en  ridiculo  al 
G.  P.  .San  Jerónimo  y  á  su  estudioj  que  los  Masoretas  confun- 


464  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

dieron  y  corrompieron  la  Sagrada  Escritura  con  sus  puntos;  sino 
que  convence  á  los  Rabinos  de  su  mala  fee  ó  de  su  mucha  igno- 
rancia en  su  conducta,  desarmándolos  de  su  argumento  princi- 
pal, con  el  que,  imitando  á  los  ciegos  que  venden  anteojos  con- 
trahechos de  larga  vista,  permanecen  en  su  ciega  obstinación, 
engañan  á  los  infelices  Hebreos,  y  aun  se  lisongean  de  que  los 
cristianos  viven  muy  engañados  acerca  del  reconocimiento  y 
adoraciones  que  prestan  á  Jesús  Nazareno,  como  al  verdadero 
Mesías  prometido;  añadiendo  con  cierta  arrogancia  que,  atendi- 
do al  texto  hebreo  (que  suelen  tener  en  la  mano,  confiados  en 
que  los  Maestros  Católicos  no  le  entienden),  la  profesía  de  Jacob 
es  una  prueba  la  más  clara  de  su  piadosa  esperanza  y  creencia 
de  que  el  Mesías  aun  no  ha  venido. 

He  aquí  su  tradución  literal  y  el  raciocinio  con  que  se  fasci- 
nan á  sí  mismos  y  tienen  fascinado  á  su  desventurado  pueblo. 
La  profecía,  dicen  ellos,  quiere  decir  en  castellano:  No  faltará 
el  cetro  de  yiidd,  ni  legislador  de  su  estirpe  eternamente^  cuando 
venga  el  Mesías,  y  añaden:  es  así  que  la  casa  de  Judá  ahora  no 
tiene,  ó  está  sin  cetro,  ni  autoridad,  como  es  patente  á  todo  el 
mundo;  luego  es  evidente  que  el  Mesías  prometido  no  ha  veni- 
do; porque,  según  la  letra  del  texto,  concIuyeTi:  cuando  venga  el 
Mesías,  el  cetro  estará  para  siempre  jamás  en  la  estirpe  de  Juda. 
Raciocinio  desconcertado,  hijo  de  la  más  crasa  ignorancia  acer- 
ca de  la  doctrina  sana  de  sus  Mayores,  y  que  peca  en  dos  extre- 
mos, á  saber:  uno,  confundiendo  la  segunda  venida  del  Mesías 
en  magestad  y  gloria  á  juzgar  vivos  y  muertos  con  la  primera, 
que  hizo  hace  1834  años,  bestido  de  nuestra  carne  en  humildad 
para  padecer  y  morir;  y  el  otro,  manifestando  que  aun  no  saben 
leer  la  escritura  de  su  lengua  propia,  como  queda  demostrado. 


DIATRIBA    Ó    DISERTACIÓN    DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  465 


Artículo  III 

En  donde  epilogados  los  precedentes  con  la  aplicación  de  su  conte- 
nido á  las  inscripciones  y  monedas  antiguas,  se  demuestra  con 
ejemplos  la  importancia  del  conocimiento  de  las  lenguas  sabias, 
por  el  que  aquéllas  ofrecen  á  la  historia  en  sus  caracteres  y  es- 
critura. 

Si  para  demostrar  este  argumento  fuera  necesaria  la  prolija  y 
larga  serie  de  las  monedas  é  inscripsiones  que  se  conocen  de 
los  siglos  remotos  hasta  hoy,  sería  preciso  desistir  de  la  empre- 
sa, como  superior  á  las  facultades  y  á  la  pequeña  esfera  de  unos 
conocimientos  demasiado  limitados  sobre  la  materia  presente; 
pero  no  siendo  necesario,  ni  aun  conveniente  el  pormenor  para 
presentar  á  la  vista  una  prueba  terminante  de  su  influxo  en  la 
historia  por  los  datos  que  llevan  consigo,  ya  en  la  escritura,  ya 
variedad  de  los  caracteres,  ya  en  fin  en  símbolos  y  figuras,  que 
son  otros  tantos  testigos  no  solamente  de  su  nacimiento,  exis- 
tencia propia  y  de  los  hechos  acontecidos  en  distintos  lugares 
y  tiempos,  sino  también  del  tiempo  y  lugar  en  donde  sucedie- 
ron, bastará  ofrecer  unos  quantos  de  cada  especie  para  venir  en 
conocimiento  de  las  demás  que  se  ceñirnos  ó  que  puedan  des- 
cubrirse en  adelante.  Así  que,  sin  conocer  el  rigor  cronológico 
se  presenta  en  primer  lugar  la  copia  de  una  inscripsión  antiquí- 
sima existente  en  una  columna  de  pied/a  tosca,  sita  entre  el 
promontorio  Sigeo  y  el  río  Scamandro,  según  el  Placentino.  En 
segundo,  la  de  una  moneda  griega  de  oro,  mui  rara,  cuñada  en 
una  ciudad  mui  antigua  (que  ya  existe)  con  caracteres  unciales. 
Tercero,  la  de  una  moneda  de  plata  con  caracteres  caldeos,  pero 
en  idioma  hebreo.  Y  quarto,  la  del  modelo  de  una  moneda  ára- 
be, de  cuio  typo  conservamos  una  apuntación  para  la  particular 
inteligencia  á  falta  de  monedas  efectivas  que  nos  pudieran  decir 
á  qué  punto  ó  parte  de  la  época  de  los  Abderramanes  primero, 
segundo  y  tercero  pertenecían,  ó  pertenecerán  de  hecho  quan- 
tas  se  hallen  semejantes  en  tamaño,  inscripsión  ó  metal. 

TOMO  Lx.xv  30 


66  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 


INSCRIPCIÓN    GRIEGA    ANTIGUA 

©Ar'O.dIKO    EMI    TO    EPMO 

Z3vio>ioqn   OT   zoTAq>i 

10  KArO  KPHTHPA  A£  KA 
Vnza  ^0/v\®H  IA>I  TZIT 
TAr'FIOl^  EJOKA  M^Er^A 
ZIPEIZI  EAr*  JE  TI   TAZ  +  O 

zgnizoaq      ^3^iaj3>i3m 

KAI    HE    POlEZEr'    AlZO 
lOO'JlJA    IA>I    zon 

Esta  inscripsión,  por  lo  que  presenta  á  la  vista  en  sus  letras 
consonantes,  por  la  figura;  en  las  vocales,  por  el  no  uso  de  la  Q 
omega  y  de  algunos  diptongos,  así  como  en  la  falta  de  proso- 
ilias  y,  finalmente,  en  su  dialecto  jónico  y  modo  de  describir  ó 
esculpir,  ofrece  las  siguientes  observaciones,  que  nos  conducen, 
como  por  la  mano,  á  la  inteligencia  de  su  contenido.  Primera, 
las  letras,  todas  unciales,  y  el  dialecto  jónico  nos  acercan  á  la 
época  de  Cadmo,  el  que,  según  la  opinión  común,  las  llevó  á  los 
griegos  jónicos;  mas  al  notar  que  algunas  en  su  figura  como  la 
H.  0.  V.  ^.  esto  es,  H.  0.  Y.  X.  son  de  fecha  posterior,  aunque 
mui  antigua,  nos  obligan  á  retirarnos  del  punto  de  antigüedad 
tan  distante  para  fixar  la  época  de  la  existencia  de  la  inscripsión 
y  consultar  para  el  acierto  á  los  demás  datos  que  nos  presenta. 
Hallamos,  pues,  también,  que  sus  líneas  están  escritas  principian- 
do de  izquierda  á  derecha  y  continuando,  viceversa,  de  derecha 
á  izquierda;  mas  al  considerar  que  los  primeros  Griegos  que  es- 
cribieron lo  hicieron  como  su  maestro  Cadmo  Fenicio,  princi- 
piando de  derecha  á  izquierda,  y  que  después  (por  la  misma 
razón  que  tubieron  y  tienen  los  Orientes  para  tirar  la  primera 
línea  de  su  escritura  de  derecha  á  izquierda,  á  saber:  potentia 
expedita  et  materia  disposita  operandum  est)  los  que  siguieron 
á  aquella  generación  practicaron  el  modo  de  escribir  ps^póipeSov 


DIATRIBA   O   DISERTACIÓN    DE    LAS   LENGUAS    ORIENTALES 


467 


more  boum  arantium,  de  derecha  á  izquierda  la  primera  línea,  y 
la  segunda  de  izquierda  á  derecha;  mas  principiando  por  la 
izquierda  (práctica  que,  según  aparece  por  los  efectos,  hubo  de 
durar  poco  tiempo  entre  ellos)  nos  veremos  precisados,  para 
conciliar  estas  fechas,  á  vuscar  un  término  medio  y  concluir 
que  la  inscripsión  es  antiquísima,  tal  vez  la  más  antigua  de  quan- 
las  se  han  conocido  y  se  conocen  hasta  hoy.  He  aquí  lo  que 
contiene: 

Soy  hijo  de  Fanódico  Hermocrato  (palabra  que  se  puede  inter- 
pretar/o  rte/í'.:'»  de  Mercurio)  que  lo  fué  de'Proconesio,  yo  puse 
el  cráter  y  la  vase  para  memoria  entre  los  Sigeos:  si  padeciere 
algún  daño,  encargo  que  tengan  cuidado  de  mí  los  Sigeos.  Me 
hicieron  Esopo  y  sus  hermanos. 

Al  mirar  esta  moneda  á  los  crepúsculos  de  la  historia,  sola- 
mente hallaremos  que  es  ó  era  de  oro,  mui  rara,  cuñada  en  una 


Moneda  griega. 


ciudad  muy  antigua  situada  en  la  ribera  del  seno  Tarentino, 
inmediata  al  río  Casucuto,  edificada  por  los  Peloponesios  y  des- 
truida por  los  Samnitas;  y  aunque  al  tender  la  vista  sobre  ella 
se  descubre  por  un  lado  gravada  la  cabeza  de  una  muger  ceñi- 
das las  sienes  con  girnalda  y  sin  inscripsión,  y  por  el  otro 
una  espiga  muy  granada,  podremos  inferir  la  fertilidad  del  país 
¿cómo  se  conocerá  sin  el  auxilio  de  la  lengua  griega?  jOué  es  lo 
que  nos  dice  por  esta  inscripsión  /v\EyAnONTI  NON?  A 
cómo  hallaremos,  al  menos  aproximadamente,  la  época  en  que  se 
cuñó,  si  no  conocemos  sus  prosodias,  sus  caracteres,  su  forma,  y 
los  comparamos  con  los  primitivos  de  la  Edad  media  y  posterior,-' 
A  las  luces  de  este  idioma  se  ve:  primero,  que  sus  letras  todas 


468  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTOKIA 

SUS  unciales,  y  que  su  figura  nos  lleva  á  los  tiempos  fabulosos  ó 
principio  de  los  históricos;  segundo,  que  la  figura  de  la  vocal 
primera  A  es  de  las  que  recibieron  de  Cadmo;  tercero,  que  falta 
la  prosodia  en  la  vocal  de  la  penúltima  sílaba,  y  que  en  la  últi- 
ma tiene  una  o  micron  por  la  Q  omega,  y  de  estas  observacio- 
nes concluiremos;  primero,  que  la  moneda  se  cuñó  antes  que 
los  Griegos  conocieran  las  prosodias  de  Aristófanes,  y,  por  con- 
siguiente, que  es  de  época  anterior  á  la  fecha  de  las  prosodias; 
segundo,  que  aun  no  conocían  la  Q  omega,  que  nació,  según 
digimos,  después  de  la  guerra  de  Troya,  y  de  aquí  se  deja  ver 
que  la  ciudad  en  donde  se  cuñó  ya  existía  quando  aquélla  se 
destruyó  y  que  se  llamaba  Metaponto,  pues  la  inscripisón  es  un 
genitivo  de  plural  del  adjetivo  tíovtivoi;  compuesto  de  la  prepo- 
sición [i.£Tá,  y  que  significa  de  los  del  ponto  allá. 

En  el  Monetario  de  M.  Charles  Patín  existía  hacia  el  año  de 
1690  una  moneda  de  plata  que  tenía  por  un  lado,  en  el  centro, 


Moneda  hebrea. 

una  vara  florida,  y  en  la  circunferencia,  la  inscripsión  siguiente; 
.Tiinp  DiSuii  1  y  por  el  otro  tenía  en  el  centro  una  copa  ó  vaso  con 
peana,  y  en  la  circunferencia  esta  inscripción,  bxiíZ?!  Sp'c;  sin  el 
conocimiento  simultáneo  de  las  dos  lenguas  hebrea  y  caldea,  es 
muí  difícil  conocer  científicamente:  ¿Oué  especie  de  moneda  es 
ésta?  ¿Qué  es  lo  que  representa?  ¿Y  á  qué  edad  pertenece?  Por- 
que llevando  las  monedas  según  el  orden  general  sus  inscripsio- 
nes  con  los  caracteres  comunes  y  usados  en  la  nación  que  las 
cuña,  el  que  entienda  la  Caldea  sola  reconocerá  los  caracteres 
peculiares  de  los  Caldeos;  pero  como  el  Dialecto  de  que  usa  es 


DIATRIBA    Ó    DISERTACIÓN   DE    LAS    LENGUAS    ORIENTALES  469 

hebreo,  he  aquí  nace  una  dificultad  que  no  podrá  vencer  sin  la 
inteligencia  de  la  hebrea.  Alas,  por  la  vara  que  tiene  en  un  lado 
y  por  el  vaso  que  lleva  en  el  otro,  sospechará  tal  vez  que  aqué- 
lla es  símbolo  de  la  vara  de  r\arón,  y  ésta,  símbolo  de  la  urna 
que  contenía  el  Maná  que  estuvo  en  la  Arca  Santa  de  la  Alian- 
za; pero  esto  será  un  nuevo  misterio  que  le  aumentará  su  dificul- 
tad; pues  los  Caldeos  jamás  tuvieron  en  su  poder  la  Arca  del  Tes- 
tamento, y  aun  quando  la  hubieran  tenido,  nunca  hubieran  cuña- 
do una  moneda  de  esta  clase  y  en  lengua  hebrea;  por  cuias 
razones  el  Lector  de  la  moneda  formará  quando  más  una  idea 
muy  confusa  del  contenido,  en  lugar  de  la  clara  y  distinta  que 
necesita.  Por  el  contrario,  el  que  conozca  las  dos  lenguas  hebrea 
y  caldea  conocerá  los  caracteres  y  sabrá  la  variedad  que  pade- 
cieron los  primitivos  de  la  hebrea  á  la  vista  del  pueblo  de  Dios 
de  la  cautibidad  de  Babilonia  para  Jerusalén,  como  también  que 
el  santo  Hesdras  presentó  los  sagrados  libros  escritos  con  letras 
Caldeas,  desconocidas  á  los  hebreos  que  se  quedaron  en  Jerusa- 
lén y  en  sus  contornos,  los  quales,  desde  el  tiempo  de  Moysés 
hasta  sus  días,  usaron  constantemente  de  las  letras  samaritanas, 
que  son  de  figura  mui  diversa,  y  les  será  mui  fácil  el  conoci- 
miento y  explicación  científica  de  la  moneda  en  los  estremos 
que  contiene;  pues  sin  detenerse  podrá  decir  con  verdad:  pri- 
mero, que  esta  moneda  tiene  las  dos  inscripsiones  hebreas  con 
caracteres  caldeos;  segundo,  que  por  un  lado  dice  SsiUi  Spc  • 
esto  es,  siclo  de  Israel,  y  por  el  otro  ir"pn  DiSc"i%  es  decir,  Jeru- 
salén la  Santa;  tercero,  que  está  cuñada  en  la  ciudad  de  Jerusalén; 
cuarto,  que  su  época  debe  fixarse  en  el  tiempo  que  medió  entre 
la  vuelta  de  la  cautividad  de  Babilonia  y  la  dominación  de  los 
Romanos  sobre  los  Ysraelitas,  no  antes  de  aquélla  ni  después  de 
ésta;  no  antes  de  aquélla,  porque  entonces  los  caracteres  cal- 
deos eran  una  abominación  para  los  Ysrealitas;  no  después  de 
ésta,  porque  desde  la  dominación  de  los  Romanos  los  Judíos 
no  tubieron  la  acción  de  sellar  moneda;  quinto,  que  en  quanto 
á  su  valor,  siendo  de  plata,  el  siclo  es  aproximadamente  el  de 
diez  reales  vellón  españoles;  sexto,  que  la  urna  y  la  vara  son 
símbolos   sagrados   peculiares   de  la  religión    que   profesaba  el 


470 


boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 


pueblo  hebreo.  Y,  finalmente,  que  no  teniendo  la  moneda  nom- 
bre propio  de  persona,  cifra  ni  señal  que  la  determine,  care- 
ce de  dato  fijo  para  determinar 
el  Rey  ó  príncipe  y  el  año  que  se. 
cuñó. 

Para  suplir  la  falta  de  monedas 
árabes  (y  de  salud  para  no  haber 
vuscado  alguna  efectiva)  y  espli- 
car  su  contenido  como  auxiliar 
de  la  historia,  ofrecemos  parte  de 
una  memoria  ó  apuntación  que 
conservamos  para  instrucción  par- 
ticular, Y  que  sirve  como  de  regla 
para  conocer  las  monedas  de  los 
tres  Abderramanes  I,  II  y  III  que 
reynaron  en  Andalucía,  y  las  de 
los  demás  reyes  que  les  siguie- 
ron por  algunos  siglos.  Las  de  los 
Abderramanes,  de  que  hablaremos 
solamente,  todas  llevan  doble  ins- 
cripsión  por  ambos  lados  escritos 
en  el  centro  y  circunferencia  de  esta  suerte:  por  el  un  lado  dicen 
en  el  centro 


Moneda  árabe. 


6l  ^<r: 


jr- 


esto  es;  No  hay  Dios,  sino  Alá  que  no  tiene  compañero. 
En  la  circunferencia  dice: 


J.   ^^. 


\ 


es  decir:  En  el  nombre  de  Dios  se  cuñó  esta  moneda  en  Cór- 
doba, año,  etc. 

En  el  otro  lado  dice  en  el  centro: 


Uií"  ii         Xi    Jj    ^}y    Jj   A:    J    J.. 


I 

esto  es:  Dios  es  uno.  Dios  es  eterno,  no  engendra  ni  es  en  gen- 
drado,  no  tiene  algún  igual. 


DIATRIBA   Ó    DISERTACIÓN    DE   LAS    LENGUAS   ORIENTALES  4/1 

Y  en  la  circunferencia  dice: 

es  decir:  Mahoma  embiado  de  Dios,  le  embió  con  la  dirección  y 
religión  verdadera,  aunque  pese  á  los  asociados. 

La  inscripsión  de  esta  moneda  y  otras  antiguas  semejantes 
presentan,  á  todos  los  que  entienden  solamente  el  Árabe  erudito, 
una  dificultad  invencible  en  quanto  á  la  pronunciación  legítima, 
corriente  y  usual  entre  los  Árabes  por  la  falta  de  mociones  ó 
vocales  que  enseña  el  uso  y  la  voz  viva;  y  lo  que  es  más  parti- 
cular, aun  cuando  las  tubiera,  como  son  tres  solamente  las  mo- 

ciones  que  se  hallan  en  su  escritura  I  á  saber y  —  1  para  su- 
plir el  efecto  de  nuestras  cinco  vocales,  ofrecen  dificultad  no 
pequeña  á  los  demás  Europeos  que  estudian  la  lengua  Árabe  sin 
maestros  prácticos  en  la  recta  pronunciación,  la  que  por  otra 
parte  es  diferente  según  la  diversidad  de  regiones,  de  provincias, 
de  ciudades  y  aun  de  poblaciones  particulares;  pero  como  este 
conocimiento  de  la  pronunciación  corriente  influie  mui  poco  ó 
nada  en  el  de  las  monedas  para  hallar  lo  que  buscamos  en  sus 
inscripsiones  como  auxilio  de  la  historia,  siempre  resulta  para 
este  efecto  una  necesidad  de  conocer  el  mecanismo  del  lenguage 
escrito,  los  accidentes  de  las  letras,  de  su  numeroso  alfabeto,  que 
consta  de  veintiocho,  todas  consonantes;  su  división  de  ligables 
é  iligables,  etc.,  sus  números  ó  cifras  aritméticas  (mui  diferen- 
tes en  figura  de  las  que  usan  los  demás  pueblos  de  Europa  y 
fuera  de  ella,  aunque  se  diga  que  la  recibieron  de  los  Árabes); 
sus  voces  primitivas  ó  derivadas,  simples  ó  compuestas;  pues 
como  existen  gravadas  en  las  inscripsiones  de  las  monedas  y  de 
otros  monumentos  antiguos,  el  conocimiento  de  estas  cosas  es 
como  la  llave  del  secreto,  que  encierra  la  época,  el  lugar,  el  año, 
el  nombre  del  Rey,  Príncipe  y  á  veces  del  Ilagib  ó  Ministro  que 
la  hizo  sellar. 

Los  descubrimientos  de  antigüedades  Romanas  y  Griegas  que 
contiene  la  grande  obra  del  Ercolano,  y  los  que  nos  presenta 
últimamente  la  descripsión  de  L'Egj-pte,  hecha  por  las  comisio- 


472  boletín  de  la  real  academia  de  la  histokia 

nes  de  literatos  Franceses  en  el  tiempo  de  la  permanencia  de  las 
tropas  de  Buonaparte  en  el  Egypto,  contienen  exemplos  innume- 
rables de  inscripsiones  griegas,  latinas  y  árabes,  que  no  solamente 
comprueban  nuestro  argumento,  sino  que  por  ellas  solas  se  puede 
venir  en  conocimiento  de  la  religión,  leyes,  costumbres,  usos, 
gusto  y  grado  de  perfección  que  habían  adquirido  ya  estas  Nacie  - 
nes  en  los  tiempos  remotos  sobre  las  letras,  artes,  etc.  Pero  el 
estado  y  circunstaricias  de  un  combaleciente  mui  débil  no  per- 
miten nuevas  pruebas.  Sólo  falta,  para  concluir,  ofrecer  este  pe- 
queño ensayo  á  la  censura  de  la  Real  y  Muy  Ilustre  Academia 
Española  de  la  Historia,  Corporación  de  varones  tan  sabios  y 
prudentes  como  benignos,  y  á  la  corrección  de  Nuestra  Santa 
Aladre  la  Iglesia  Católica  Apostólica  Romana,  cuia  fee  y  obe- 
diencia profesa,  por  la  gracia  de  Dios,  el  último  de  los  ministros 
de  esta  Provincia  de  las  dos  Castillas. 

La  Victoria  de  JMadrid,  7  de  Mayo  de  1S34. 

Br.  Fk.  Antonio  de  Ver.v. 


DOCUMENTOS  OFICIALES 


I 

PREMIO   HISPANO-AMERICANO 

A  propuesta  del  señor  Director  de  la  Academia,  excelentísi- 
mo señor  Marqués  de  Laurencín,  en  la  sesión  del  día  lO  de  Oc- 
tubre se  aprobó  la  concesión  de  un  premio  anual  para  conmemo- 
rar el  12  de  Octubre  de  cada  año  la  fecha  del  Descubrimiento 
delNuevo  Mundo  y  la  Fiesta  de  la  Raza. 

En  la  Gaceta  del  domingo  12  de  Octubre,  número  285  del 
año  ccLviii,  pág.  164,  se  publicó  la  primera  convocatoria  para 
dicho  premio,  concebida  en  los  términos  siguientes: 

«REAL    ACADEMIA    DE    LA     HISTORIA 

Para  dar  mayor  esplendidez  á  la  Fiesta  de  la  Raza,  dirigida  á 
estrechar  más  y  más  las  relaciones  entre  las  Repúblicas  america- 
nas de  sangre  española  y  la  antigua  Patria  común,  á  quien  se 
debe  la  maravilla  del  descubrimiento  y  las  altas  inspiraciones  de 
su  civilización,  la  Real  Academia  de  la  Ilistoria  estatuye  un  pre- 
mio anual,  consistente  en  una  medalla  de  oro  y  un  diploma  de 
Correspondiente  para  el  autor  del  mejor  trabajo  sobre  Historia 
ó  Geografía,  en  el  más  amplio  concepto  de  estas  ciencias,  de  paí- 
ses de  la  América  española  ó  Filipinas,  en  el  período  comprendi- 
do entre  el  descubrimiento  y  la  independencia  de  la  América 
continental  española. 

Al  concurso  del  año  próximo,  que  desde  esta  fecha  queda 
abierto,  á  la  Secretaría  de  la  Academia  pueden  ser  enviadas  las 


474  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA     DE    LA    HISTORIA 

obras  que  opten  á  él  que  sean  originales  y  escritas  é  impresas  en 
lengua  castellana  .y  que  hayan  visto  la  luz  pública  durante  los 
últimos  cinco  años.  La  admisión  de  obras  quedará  cerrada  el 
día  l.°  de  Abril  de  1920,  á  las  cinco  de  la  tarde,  y  la  Academia 
publicará  su  fallo  y  otorgará  el  premio  referido  el  12  de  Octubre 
siguiente. 

Madrid,  II  de  Octubre  de  1919. — El  Director,  El  Marqués  dio 
Laurencíx. — El  Secretario  interino,  Juan  Pérez  de  Guzmán  y 
Gallo. 


II 

CONSERVACIÓN  DE  OBJETOS  HISTÓRICOS  Y   ARTÍSTICOS 
Y   DE  MONUMENTOS  DE  LA  ANTIGÜEDAD 

La  Excma.  Diputación  foral  de  Navarra,  accediendo  á  las  ges. 
tiones  practicadas  por  la  Comisión  de  Monumentos  de  aquella 
provincia,  ha  publicado  la  circular  que  aquí  se  reproduce,  diri- 
gida á  los  Ayuntamientos  de  aquel  antiguo  reino,  recomendán- 
doles presten  eficazmente  todo  su  apoyo  á  aquella  Comisión 
provincial,  á  fin  de  evitar,  en  lo  posible,  la  enajenación  de  toda 
clase  de  objetos  históricos  y  artísticos  y  la  destrucción  de  los 
monumentos  navarros.  Esta  circular  ha  sido  dirigida  á  la  Acade- 
mia en  oficio  del  12  de  Septiembre  último,  y  dada  cuenta  de 
ella  en  la  sesión  del  3  de  Octubre,  la  Academia  acordó  su  repro- 
ducción en  el  Boletín. 

He  aquí  su  texto: 

«Reconocido  por  los  pueblos  más  progresivos  el  poderoso  in- 
flujo que  el  cultivo  de  la  Historia  y  de  las  Artes  ejerce  en  la  po- 
pular civilización;  recomendada  á  las  Comisiones  de  Monumen- 
tos por  las  Reales  Academias  de  San  Fernando  y  de  la  Historia 
la  conservación  déla  riqueza  artística  é  histórica,  esta  Diputación, 
que  tan  reit-erados  testimonios  ha  dado  de  abundar  en  esas  mis- 
mas muy  loables  aspiraciones,  estimulando  los  estudios  históri- 
cos y  acudiendo  en  auxilio  de  la  Comisión  navarra  de  Monumen- 


DOCUMENTOS   OFICIALES  475 

tos  (inteligente  y  laboriosa  cual  lo  atestiguan  sus  actos  desde  que 
comenzó  á  funcionar),  secundando,  en  fin,  su.patriótica  gestión 
en  orden  á  los  diferentes  cometidos  que  de  su  reglamentación 
se  derivan,  entiende  ser  de  suma  oportunidad  una  pública  mani- 
festación de  identificación  con  la  labor  y  tendencia  mencionadas, 
haciendo  propias  de  esta  Corporación  feral  y  provincial  las  cir- 
culares repetidamente  dictadas  por  dicha  entidad,  en  orden  á  la 
más  perfecta  conservación  de  la  riqueza  monumental  y  frente  a 
la  dilapidación  tan  constante  como  dolorosa  y  perjudicial  de  la 
riqueza  artística,  que  las  autoridades,  y  especialmente  las  ecle- 
siásticas, han  condenado  enérgicamente,  siendo  de  notar  las  cir- 
culares de  éste  y  otros  Obispados  y  de  la  Nunciatura  apostólica, 
voces  dignísimas  y  autorizadas  que  seguramente  alcanzan  á  cuan- 
tos en  Navarra  sienten  palpitar  el  amor  á  la  Religión  y  á  la 
Patria. 

Por  estas  razones  y  otras  no  menos  atendibles,  esta  Diputa- 
ción, ante-  el  lamentable  espectáculo  de  las  incesantes  enajena- 
ciones de  toda  clase  de  objetos  artísticos,  ante  la  indiferencia 
con  que  se  contemplan  á  diario  las  mutilaciones  de  estatuaria, 
lápidas,  ventanales,  pórticos,  rosetones,  capiteles,  tímpanos,  cor- 
nisamentos, escudosi  cruces,  etc.,  etc.,  se  cree  obligada  á  excitar 
el  amor  patrio  del  pueblo  navarro  desde  el  primero  al  último  de 
sus  administrados,  interesando  de  todos  y  cada  uno  cuantos  es- 
timen en  algo  su  propio  prestigio,  que  vigilen,  delaten  }•,  á  ser 
posible,  impidan  toda  operación  de  venta  ó  mutilación  del  patri- 
monio artístico  y  monumental  de  Navarra,  poniendo  en  juego  la 
influencia  máxima  posible  — la  personal  inclusive —  en  contra 
de  esas  enajenaciones  depresivas  y  presentando  cuantas  resisten- 
cias pasivas  fueran  posibles  y  cuantos  entorpecimientos  sean  ha- 
cederos para  evitar  que  esas  venerandas  herencias,  esas  invalua- 
bles  reliquias  legadas  á  las  sucesivas  generaciones  por  nuestros 
antepasados,  memorables  por  su  heroísmo  y  talento,  su  abnega- 
ción y  laboriosidad,  su  fe  y  patriotismo,  sean  profanadas  en  ma- 
nos de  la  especulación  (cuando  no  trasladadas  á  la-  mansión  del 
judío  y  del  incrédulo)  desde  los  altares  de  nuestro  Dios. 

Convencida  esta  Diputación  de  que  su  voz  ha  de  hallar  eco  en 


47Ó  BOLETÍN    DE    LA   REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

todos  los  corazones  navarros  sin  excepción,  recomienda  á  las 
autoridades'  municipales  y  á  cuantos  funcionarios  de  ella  depen- 
den, presten  á  la  Comisión  de  Monumentos  Históricos  y  Artís- 
ticos de  Navarra  un  decidido  apoyo,  cooperando  sin  vacilaciones 
á  la  acción  de  entidad  tan  altruista  y  secundando  en  todo  mo- 
mento sus  gestiones,  en  la  certeza  de  que  así  ejercen  también  el 
bien  público  y  han  de  merecer  el  aplauso  de  esta  Diputación. 

Pamplona,    I."  de  Septiembre  de  1919. — La  Diputación  y  cu 
su  nombre,  Lorenzo  Orozco. — ^J.  Vidal  Abascal,  Secretario.» 


* 


La  Comisión  de  Monumentos  de  la  provincia  de  Gerona,  al 
remitir  á  la  Academia,  en  cumplimiento  de  lo  que  dispone  el  ar- 
tículo 7.°  del  Reglamento,  copia  del  Acta  de  la  sesión  celebrada 
el  4  de  Julio,  inserta  en  ella  otra  comunicación  al  mismo  fin  diri- 
gida al  limo.  Sr.  Obispo  de  aquella  diócesis,  y  que  dice  así: 

Ilmo.  y  RvMO.  Señor: 

Han  llegado  á  esta  Comisión  insistentes  rumores  de  próxima 
enajenación  de  objetos  artísticos  de  varias  iglesias  de  este  Obis- 
pado, y  para  evitar  tal  desastre,  acudimos  á  V.  L,  que  forma 
parte  de  esta  Corporación,  para  que  ampare  las  reliquias  de  joyas 
é  indumentaria  que  para  esplendor  del  culto  ó  de  simples  ense- 
res y  útiles  que  para  hacer  más  decorosa  la  casa  del  Señor  lega- 
ron pasadas  generaciones,  movidas  por  devoción  ó  sólo  por  amor 
al  templo  á  cuya  sombra  habían  vivido. 

La  reconocida  ilustración  de  V.  I.,  su  amor  al  patrimonio  ar- 
tístico de  nuestro  país,  le  sugerirán  medios  de  evitar  que,  bajo 
pretexto  de  falta  de  numerario,  se  tolere  por  Párrocos  y  Juntas 
de  Obras  se  malvendan  objetos  que  pertenecen  á  la  iglesia,  á  los 
feligreses  y  á  todo  visitante  que  desee  contemplarlos. 

El  mero  hecho  de  que  chamarilleros  y  negociantes  ofrezcan 
grandes  cantidades  por  objetos  que  su  usufructuario  ó  poseedor 
tiene  en  poca  estima  por  no  ser  de  inmediato  uso,  estar  empa- 
ñados por  la  pátina  de  los  años,  debería  ponerlos  en  guardia  so- 


DOCUMENTOS   OFICIALES  477 

bre  el  valor  real  del  objeto  de  que  van  á  desprenderse,  pues  no 
es  de  creer  que  al  comprador  le  guíe  sólo  el  afán  de  hacer  una 
dádiva. 

El  negociante  explota  ó  la  ignorancia  ó  la  avaricia  de  los  po- 
seedores, y  ella  debe  evitarse  á  todo  trance,  pues  de  no  hacerse, 
el  rrtal  ejemplo  cundiría  y  cesarían  en  absoluto  los  donativos  de 
personas  piadosas,  y  nuestros  templos  quedarían  huérfanos  de 
todo  contenido  artístico,  y  tal  vez  atisbados  por  los  hombres 
adinerados  para  apropiárselos  y  destinarlos  á  instalaciones  de 
Bancos  y  trusts  comerciales. 

No  cabe  en  los  trámites  de  esta  comunicación,  ni  entra  en  el 
ánimo  de  esta  Comisión,  disertar  sobre  si  es  más  conveniente 
que  los  objetos  de  interés  histórico,  artístico  ó  utilitario  no  des- 
tinarlos al  culto  deben  guardarse  en  Museos  especiales,  ó  si, 
respetando  los  deseos  de  los  donadores,  han  de  permanecer  en 
su  lugar  de  origen,  ya  que  estima  que  en  el  templo  del  más  mo- 
desto pueblo  en  que  se  guarde  un  objeto  artístico  será  objeto  de 
peregrinaciones  por  quien  tenga  interés  en  conocerlo  y  estudiar- 
lo; lo  que  sí  cree  conveniente  é  imprescindible  es  que  se  forme 
un  razonado  inventario  iconográfico  del  tesoro  que  posee  cada 
iglesia,  y  una  vez  realizado  el  mencionado  inventario  publicarlo, 
logrando  con  ello  un  Registro  de  la  propiedad  artístico  con  guía 
segura  para  el  estudio  y  una  prueba  del  cariño  que  tenemos  por 
nuestros  antepasados.  > 

El  Acta  que  contiene  este  documento  lleva  la  firma  del  Presi- 
dente de  la  Comisión,  D.  M.axuel  Alxuz,  y  el  refrendo  del  Secreta- 
rio, D.  Martín  SuArez. 


NOTICIAS 


Durante  el  pasado  mes  de  Octubre  la  Academia  ha  tenido  noticia  del 
fallecimiento  de  los  Correspondientes  que  siguen; 
En  Atenas  (Grecia),  el  Sr.  Spiridion  P.  Lambros 
En  Granada,  D.  Francisco  de  Paula  Góngora  del  Carpió. 
En  Madrid  (Pueblo  Nuevo),  D.  Luis  Díaz  Mili;'m. 


En  la  sesión  del  viernes  24  de  Octubre,  cumplidos  los  preceptos  re- 
glamentarios, se  procedió  á  cubrir  la  vacante  del  Numerario  excelentí- 
simo é  limo.  Sr.  D.  José  María  Salvador  y  Barrera,  Arzobispo  de  Valen- 
cia. Para  ella  fué  elegido  D.  Mariano  Gaspar  y  Remiro,  catedrático  de 
Lengua  hebrea  en  la  Facultad  de  Filosofía  y  Letras  de  la  Universidad  de 
Madrid.  Obtuvo  todos  los  votos. 


La  Comisión  de  Indias,  en  la  misma  sesión,  propuso  que  para  la  cele- 
bración del  próximo  Congreso  Hispano-Americano  que  se  ha  de  reunir 
en  Sevilla  en  el  año  1921,  se  escriba,  en  representación  de  la  Academia, 
una  obra  escrita  ad  hoc,  y  que  contribuya,  por  el  tema  que  desarrolle,  al 
movimiento  general  de  reivindicaciones  patrias,  que  tan  gran  incremento 
ha  tomado  desde  la  vulgarización  del  libro  de  La  leyenda  negra,  del  ma- 
logrado Sr.  Juderías.  El  .Sr.  Beltrán  y  Rózpide  propuso,  )'  la  Academia 
:iprobó,  que  el  tema  fuese:  La  esclavilud  en  América  durante  el  período 
colonial.  El  Sr.  Bécker  fué  designado  para  llenar  este  cometido. 

Entre  las  obras  de  reciente  publicación  en  América  inspiradas  en  este 
sentimiento  justo  de  reivindicaciones  para  España,  debe  contarse,  con 
títulos  de  grande  honor,  el  libro  del  Sr.  D.  Ignacio  Loureda,  catedrático 
de  la  Escuela  de  Altos  Estudios  de  la  Universidad  Nacional  de  Méjico, 
titulado  Elementos  de  Historia  de  Méjico,  dividido  en  diez  y  ocho  leccio- 
nes, desde  el  Descubrimiento  de  América  y  La  conquista  ante  la  Historia, 
hasta  la  Iniciación  de  la  Independencia,  el  primero  y  segundo  Imperio  y  la 
restauración  de  la  República. 

Este  libro  está  destinado  á  sustituir  en  las  escuelas  los  de  te.xto  de  fa- 


NOTICIAS  479 

l)ric;ición  extranjera,  y  en  los  que  se  tiende  á  educar  la  juventud  en  las 
ideas  más  erróneas  y  adversas  á  España.  La  obra  del  Sr.  Loureda  mere- 
ce el  reconocimiento  de  todos  los  espíritus  rectos  y  justos. 


Por  el  fallecimiento  del  Sr.  Hinojosa  han  quedado,  como  más  antiguos, 
en  la  Presidencia  de  las  Comisiones  que  aquél  ostentaba:  los  Sres.  Beltrán 
\-  Rózpide,  en  la  de  Indias;  Vignau,  en  la  de  Cortes  y  Fueros;  Conde  de  la 
Vinaza,  en  la  de  Recompensas,  y  el  mismo  Beltrán  y  Rózpide,  en  la  del 
Compendio  de  Historia  de  España. 


En  la  sesión  del  lo  del  actual  fué  presentado  por  el  Sr.  Vignau,  Presi- 
dente de  la  Comisión  de  Cortes  v  Fueros,  el  tomo  xlii  de  las  Acias  de  las 
Cortes  de  Casulla,  que  comprenden  las  de  las  convocadas  en  Madrid  en 
el  año  de  1623.  desde  el  5  de  Noviembre  de  1624  hasta  el  4  de  Julio 
de  1625. 

Componen  dicha  Comisión  de  Cortes  y  Fueros  los  Sres.  Vignau,  Ureña. 
Laiglesia,  Conde  de  la  Mortera,  Menéndez  Pidal  y  Marqués  de  Lema. 


El  número  á&LaJ?osade  Tepeyac,  correspondiente  al  12  de  Septiembre 
de  1 9 19,  que  ha  sido  recibido,  por  la  Academia,  contiene  un  interesante 
artículo  de  D.  F.  P.  del  Castillo,  titulado  Las  firmas  de  Don  Fray  Juan  de 
Zumárraga,  primer  Obispo  de  Aícxico,  en  el  cual  se  insertan  catorce  autó- 
grafos del  mismo  y  una  descripción  de  cada  uno  de  ellos  y  de  los  docu- 
mentos de  donde  han  sido  tomados. 

Hasta  el  cuarto,  sólo  se  compone  del  signo  y  la  cruz;  pero  en  éste  )-a 
aparecen  las  iniciales  F,  J.,  O.  L,  de  las  palabras  Fray  Juan,  Obispo  Inqui- 
sidor; la  quinta,  que  es  la  que  se  encuentra  con  más  frecuencia,  dice,  en 
castellano.  Fray  Juan,  Obispo;  la  sexta  lleva  el  nombre  de  su  diócesis  de 
México;  la  séptima  es  como  un  ex  libris,  y  dice:  Es  de  Fray  Juan  de  Zu- 
márraga, Obispo  de  México;  la  octava,  en  latín,  dice:  Frater  loannes  qui  scri- 
hit  manu  propria;  la  novena,  Frater  loannes  Episcopus  mexicancnsiutn  In- 
quisitor,  á  la  que  en  la  décima  añade;  Apostolicus;  á  la  décimatercera  se 
añade:  Fray  Juan  Obispo  de  méxico  comisario  de  las  Bulas.  Las  que  no 
se  detallan  son  semejantes  alas  indicadas.  La  más  antigua  es  del  año 
de  1534. 

Merece  los  sinceros  elogios  de  la  Academia  el  limo.  Sr.  D.  Ángel  Re- 
quena y  López,  dignísimo  Obispo  de  Falencia,  el  cual,  sabedor  de  la  cri- 
minal industria  que  venían  sosteniendo  algunos  chamarileros  y  personas 
desaprensivas  é  ignorantes  de  aquella  capital  y  pueblos  de  su  diócesis  en 
el  tráfico  de  objetos  históricos  y  artísticos  de  aquellas  iglesias,  dando  una 
clara  muestra  de  su  ilustración  y  celo  apostólico,  ha  creado  en  la  planta 
baja  del  Palacio  episcopal  un  Museo,  para  recoger  en  él  los  rest(,s  que 


480  NOTICIAS 

([uedan  de  los  tesoros  de  la  antigüedad  que  todavía  se  conservan  en  mu- 
chos templos.  El  ejemplo  de  este  sabio  prelado  es  digno  de  imitación. 


D.  Tomás  Román  Pulido,  Correspondiente  en  Jaén  de  la  Real  Acade- 
mia de  Bellas  Artes  de  San  Fernando,  ha  publicado,  en  la  revista  Don 
Lope  de  Sosa,  que  se  publica  en  aquella  capital  y  en  su  número  lxxxi, 
que  corresponde  al  mes  de  Septiembre  último,  una  noticia  ilustrada  de 
diversas  piezas  de  objetos  de  cerámica  italo-griegos  é  ibero-romanos 
hallados  en  aquellas  cercanías  y  que  3'a  constituyen  ima  apreciable  co- 
lección de  joyas  arqueológicas.  El  primero  de  estos  objetos  es  un  Cráter 
iialo-grie^o,  cuyas  dimensiones  son  0,29  x  0,80  centímetros,  adornado 
de  figuras  rojas  y  considerado  como  del  siglo  v  antes  de  Jesucristo;  el 
segundo  un  vaso  llamado  lecito,  de  fondo  negro,  con  una  figura  roja  tam- 
bién; el  tercero  un  plato,  con  figuras  rojas  por  ambos  lados,  de  una  finura 
y  delicadeza  notables. 

Las  figuras  del  Cráter  representan  una  escena  mitológica  campestre; 
el  lecito  ostenta  una  especie  de  esfinge.  Todas  estas  piezas  y  otras,  basta 
ciento  veinte  que  constituyen  la  colección  del  Sr.  Román  Pulido,  han  sido 
halladas  en  el  término  de  Peal  del  Burno  y  en  el  sitio  denominado  Cerca 
de  la  Horca;  han  sido  examinadas  por  los  Sres.  Mélida  y  Alvarez-Oso- 
rio.  Director  y  Vice-director  del  Museo  Arqueológico  Nacional,  respec- 
tivamente, y  proceden  de  las  excavaciones  autorizadas  debidamente  por 
la  Junta  .Superior  de  Excavaciones  y  Antigüedades  en  aquella  provin- 
cia, de  donde  proceden  también  otros  grupos  declarados  de  utilidi".d 
pública  y  que  han  sido  ad(iuiridos  por  el  Estado. 

El  Sr.  Román  Pulido  promete  dar  á  conocer  otros  vasos  ibero-romanns 
que  han  sido  encontrados  del  mismo  modo  en  aquel  lugar. 

Otro  libro,  impreso  en  Guadalajara  de  Méjico,  nos  ofrece  la  fecunda  plu- 
ma de  nuestro  Correspondiente  el  Sr.  Marqués  de  San  Francisco.  Se 
titula  Ex  antiquis:  Bocetos  de  la  vida  social  en  la  Nueva  España,  y  es  una 
preciosa  revista  de  las  ilustres  damas  españolas  que  dieron  tono  á  aque- 
lla sociedad,  durante  el  mando  de  sus  respecti\'os  maridos  los  virreyes  de 
Méjico,  desde  las  primeras  virrreinas  hasta  la  esposa  del  general  Itu- 
rrigaray,  que  fué  la  última  que  allí  brilló  con  todo  el  esplendor  de  tan 
elevado  punto. 

Juan  Pírez  de  GuzmXn  y  Gallo 


1/1 


^\ 


TOMO  Lxxv  Diciembre,  1919  cuaderno  vi 

BOLETÍN 

DE    LA 

REAL  ACADEMIA  DE  LA  HISTORIA 

INFORMES   GENERALES 


I 

ALGUNOS  MANUSCRITOS  DE  LA  BIBLIOTECA  DEL  MINISTERIO 

DE  ESTADO 

Cuantos  conocen  la  historia  de  la  Administración  pública  en 
España  saben  perfectamente  que  la  «Primera  Secretaría  de  Esta- 
do y  del  Despacho»,  que  así  se  denominó  hasta  mediados  del 
siglo  xi\-  el  actual  Ministerio  de  Estado,  no  sólo  tenía  á  su  cargo 
la  dirección  de  las  relaciones  exteriores,  sino  múltiples  servicies 
de  carácter  meramente  interior,. como  la  Gaceta  y  el  Mercurio, 
las  Reales  Academias,  Escuelas,  Sitios  reales.  Academias  litera- 
rias, Artes  y  Dibujo,  Imprenta  real.  Observatorio  Astronómico, 
Archivos  generales  del  Reino,  Sanidad,  Cementerios,  Lazaretos, 
Médicos  y  Cirujanos,  Correos,  Caminos,  Canales  y  Postas,  Mos- 
trencos, Ursulinas,  Compañía  Marítima,  Gabinete  de  Historia 
Natural,  Sociedades,  estados  de  población.  Jardín  botánico.  La- 
boratorio químico,  Flora  española.  Hospicios  y  Seminarios  de 
Cartujos,  Juntas  y  Diputaciones  de  caridad.  Arbitrios  píos.  Aso- 
ciaciones de  señoras.  Industria  y  sus  agregados,  etc.,  etc. 

Esta  amplitud  de  las  funciones  de  la  Primera  Secretaría  de 
Estado,  que  casi  hacían  de  ella  un  Ministerio  universal,  fué  cau- 
sa de  que  su  Archivo  tuviese  extraordinaria  importancia,  pues 
en  él  hubieron  de  reunirse  antecedentes  preciosísimos  sobre  tan 
varios  asuntos;  y  su  misma  Biblioteca,  aun  sin  contar  las  adqui- 

TOMO    LXXV  31 


482  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    EN    LA    HISTORIA 

siciones  hechas  por  el  ikistrado  marino  D.  José  Mendoza  de 
los  Ríos,  en  virtud  de  órdenes  del  Príncipe  de  la  Paz,  á  fines  del 
siglo  XVIII,  cuando  se  creó  el  Gabinete  geográfico^  ofrecía  verda- 
dero interés  para  los  estudiosos  por  el  gran  número  de  manus- 
critos que  contenía,  entre  ellos,  varias  Crónicas  de  los  Reyes  de 
España;  la  Colección  de  Alejandro  de  la  Vega,  formada  por  90 
voluminosos  tomos  en  folio;  la  titulada  «Papeles  varios  ■>,  en  la 
que  se  mezclaban  impresos  y  manuscritos,  formando  unos  80 
volúmenes;  la  de  Cortes  y  documentos  relativos  á  ellas,  23  to- 
mos en  12  volúmenes  de  copias  sacadas  por  D.  Miguel  de  Ma- 
nuel, de  El  Escorial,  Salazar,  Biblioteca  Real  y  Archivos  de  varias 
iglesias. 

Instalado  el  Ministerio  en  habitaciones  de  la  planta  baja  de 
Palacio,  la  falta  de  local  obligó  á  hacer  repetidas  remesas  de  pa- 
peles á  los  Archivos  de  Simancas  y  de  Alcalá;  y  la  creación,  en 
la  primera  mitad  del  siglo  pasado,  de  distintos  Departamentos 
ministeriales,  hizo  que  se  entregasen  á  éstos  todos  los  papeles 
referentes  á  las  materias  propias  de  cada  uno,  que  dejaban  de 
depender  de  la  Primera  Secretaría. 

Todo  esto  disminuyó  en  gran  manera  la  cuantía  de  los  fondos 
del  Archivo  de  Estado.  Sin  embargo,  aún  á  fines  del  siglo  xix 
era  uno  de  los  más  importantes  de  España  no  sólo  en  lo  relati- 
vo á  las  relaciones  internacionales,  sino  en  su  aspecto  estricta- 
mente histórico;  pero  en  1899  se  enviaron  al  Archivo  Histórico 
Nacional  las  Colecciones  qaae  antes  he  mencionado,  así  como  los 
papeles  referentes  á  las  Ordenes  del  Toisón  de  Oro,  San  Juan  de 
Malta,  Carlos  III,  Isabel  la  Católica  y  María  Luisa,  Tratados  ori- 
ginales y  numerosos  legajos  de  política.  Los  papeles  referentes 
al  Toisón  alcanzaban  á  1 429,  y  entre  los  de  San  Juan  había  mu- 
chos procedentes  del  Archivo  español  de  Malta,  que  habían  sido 
remitidos  por  D.  Félix  Amat  en  1798,  después  de  ocupada  la 
isla  por  los  franceses. 

Aunque  al  hacer  esa  remesa  prevaleció  el  criterio  de  enviar  lo 
anterior  á  1850,  forzosamente  hubo  que  excluir  gran  número  de 
papeles  de  fecha  más  antigua,  los  cuales,  por  el  carácter  de  los 
asuntos  á  que  se  refieren,  hubieron  de  quedar  en  el  Archivo  del 


ALGUNOS    MANUSCRITOS    DEL    MINISTERJO    DE    ESTADO  483 

Ministerio.  Así  se  hizo  con  casi  todo  lo  referente  á  la  Casa  Real 
y  á  la  Santa  Sede;  con  lo  relativo  á  los  mil  incidentes  surgidos 
con  los  Estados  Unidos  respecto  de  la  Luisiana,  la  Florida  y  las 
Antillas  españolas;  con  lo  que  se  refiere  á  las  antiguas  Regencias 
berberiscas  y  Marruecos;  al  restablecimiento  de  las  relaciones 
entre  España  y  sus  antiguas  provincias  americanas;  á  las  difíciles 
y  complicadísimas  cuestiones  surgidas  con  Portugal  desde  1814 
en  adelante,  y  especialmente  los  años  1826  á  1834,  y  á  toda  la 
correspondencia  y  expedientes  de  la  guerra  civil,  movimientos 
revolucionarios,  emigrados,  etc.  Algunos  centenares  de  cartas 
pertenecientes  á  nuestros  principales  personajes  políticos  y  á  los 
agentes  encargados  de  vigilarlos  en  el  extranjero  durante  sus 
períodos  de  emigración,  cartas  que  contienen  curiosísimos  datos 
de  gran  valor  para  escribir  la  Historia  política  de  España  en  el 
siglo  XIX,  ¿cómo  habían  de  ponerse  al  alcance  de  todo  el  mundo.^ 

En  la  Biblioteca,  muy  abundante  en  obras  de  Geografía  y  de 
viajes,  existen  basfantes  manuscritos  que  allí  no  prestan  utilidad 
alguna,  porque  son  desconocidos  por  los  eruditos,  y  que  encie- 
rran verdadero  valor  para  cuantos  se  consagran  al  cultivo  de  la 
Historia.  Esto  me  mueve  á  molestar  á  la  Academia,  llamando  su 
atención  acerca  de  algunos  de  esos  manuscritos,  para  que,  de 
■este  modo,  constando  su  existencia,  puedan  ser  utilizados. 

Antetodo,  mencionaré  la  Crónica  de  Sahagún.  El  ejemplar  á 
que  me  refiero  perteneció,  según  nota  que  en  él  consta,  al  Cole- 
gio de  Padres  Jesuítas  de  Toledo,  y  fué  del  uso  áe\  P.  Jeró- 
nimo Román  de  la  Higuera,  el  cual  dejó  escrito  en  la  primera 
hoja  lo  siguiente;  ;<Chronica  del  Monasterio  de  Sahagún,  com- 
puesta por  Don  Fray  Alberto,  prior  de  dicho  Monasterio  que 
fué  en  tiempo  de  Don  Bernardo».  Don  Nicolás  Antonio,  en  su 
Bibliotheca  vetus,  tomo  11,  folio  13,  puso  ya  en  duda  la  exactitud 
de  tal  aserto,  pues  la  Crónica  no  pudo  ser  escrita  en  castellano 
en  tiempo  de  Alfonso  VI,  por  lo  que  no  falta  qufen  haya  conje- 
turado que  gran  parte  de  esta  Crónica  debió  ser  escrita  en  latín 
por  algún  monje  del  siglo  xir,  y  que  aprovechándose  de  ella  otro 
monje  del  siglo  xiii  ó  xiv,  la  puso  en  lengua  castellana  y  adicio- 
nó hasta  sus  días.  Esta  conjetura  adquiere  más  fuerza  teniendo 


484  BOIETÍN    de    la    real    academia    de    la    HiSTORIA 

en  cuenta  que  el  P.  Escalona  nos  dio  impreso  este  manuscri- 
to, aunque  con  algunas  variantes,  en  los  Apéndices  de  la  Histe- 
ria de  Sahagún,  como  obra  de  dos  autores  anónimos. 

Nuestro  ilustrado  compañero  el  Sr.'Puyol,  que  tan  profundo 
estudio  ha  hecho  de  esta  materia  en  un  notable  discurso  sobre 
el  abadengo  de  Sahagún,  encontrará  motivo,  seguramente,  en  el 
examen  de  ese  manuscrito,  para  nuevas  é  interesantes  observa- 
ciones que  ilustren  la  Historia  del  mencionado  Mojiasterio. 

Existe  también  un  ejemplar,  escrito  con  varias  letras,  al  prin- 
cipio en  caracteres  de  fines  del  siglo  xv  ó  primeros  años  del  xvi, 
de  la  Crónica  de  los  Reyes  Católicos,  por  Pérez  del  Pulgar,  con- 
tinuada luego  hasta  I5l7i  Y  adicionada  con  los  Anales  breves 
del  Dr.  Galíndez  de  Carvajal.  Este  ejemplar,  que  en  1629  estaba 
en  poder  de  Fray  Agustín  de  Salamanca,  no  ofrece  novedad  al- 
guna, porque  la  Crónica  y  los  Anales  fueron  publicados  en  la 
Biblioteca  de  Autores  españoles  de  Rivadeneira,  pero  cuando 
menos  constituye  una  verdadera  curiosidad. 

Posee  asimismo  la  mencionada  Biblioteca  una  copia  de  la 
Crónica  de  Enrique  IV^,  escrita  por  Fray  Jerónimo  de  la  Cruz, 
lector  de  Teología  en  el  Real  Monasterio  de  San  Jerónimo  de 
Madrid,  cuyo  ejemplar  tiene  ex  libris  de  Alvarez  de  Abreu,  del 
Consejo  de  Indias;  y  la  Crónica  de  Enrique  III,  por  Pedro  López 
de  Ayala,  corregida  y  anotada  por  Jerónimo  Zurita.  Este  pre- 
ciosísimo ejemplar  lleva  en  su  último  folio  la  firma  del  fiscal  del 
Consejo,  D.  Pedro  Zapata  del  Mármol,  lo  cual  demuestra  que 
fué  copiado  en  1 5  80  ó  1 582. 

A  esta  misma  fecha  pertenece  un  grueso  volumen  de  docu- 
mentos referentes  á  la  sucesión  de  Felipe  II  en  el  Trono  de  Por- 
tugal. Contiene  multitud  de  cartas  y  despachos,  todos  origina- 
les, con.  las  respuestas  y  resoluciones  del  Monarca.,  de  puño  y 
letra  de  éste. 

Al  mismo  asunto  se  refieren  los  cuatro  voluminosos  tomos, 
de  hermosa  letra,  que  contienen  la  copia  de  la  correspondencia 
del  famoso  D.  Cristóbal  de  Moura,  uno  de  los  principales 
agentes,  acaso  el  principal  de  todos,  que  tuvo  Felipe  II  en  Por- 
tugal, en  cuyo  país  ejerció  luego  el  cargo  de  Virrey,  siendo  agrá- 


ALGUNOS    MANUSCRITOS    DEL    MINISTERIO    DE    ESTADO  4S5 

ciado  más  tarde,  por  sus  grandes  servicios,  con  el  título  de  ^lar- 
qués  de  Castel-Rodrigo.  Esta  obra  fué  utilizada,  indudablemen- 
te, por  nuestro  Correspondiente  D.  Alfonso  Danvila  para  escri- 
bir la  interesantísima  que'  publicó  con  el  título  de  Diplomáticos 
españoles:  Don  Cristóbal  de  Maura. 

\1\\  volumen  de  285  folios  y  los  índices  contiene  papeles  refe- 
rentes á  las  negociaciones  seguidas  entre  las  Cortes  de  Madrid, 
Londres  y  Roma  para  concertar  el  matrimonio  de  la  infanta  Doña 
María,  hija  de  Felipe  III,  con  el  Príncipe  de  Gales.  Figuran  en 
ese  volumen  multitud  de  consultas  originales  del  Consejo  de 
Estado  acerca  de  ese  asunto,  con  la  resolución  que  sobre  cada 
una  de  ellas  adoptó  el  Monarca;  y  también  opiniones  y  parece- 
res de  distintas  personas  que  fueron  consultadas,  instrucciones 
á  nuestros  Embajadores  en  Roma  y  minutas  de  otros  documen- 
tos; todo  lo  cual  tiene  una  gran  importancia  para  el  estudio  de 
las  relaciones  de  España  con  Inglaterra  y  la  Santa  Sele  en  el 
siglo  XVII,  y  su  conocimiento  atenúa,  en  no  pequeña  parte,  la 
responsabilidad  de  los  gobernantes  españoles  en  el  deplorable 
fracaso  de  aquellas  negociaciones  matrimoniales,  demostrando 
que  éste  fué  debido,  en  primer  término,  á  la  enemiga  de  Ur- 
bano VIII,  Papa  completamente  antiespañol,  cuyas  exigencias, 
que  no  pudieron  ser  rechazadas  por  la  Corte  de  Madrid,  nos  lle- 
varon al  rompimiento.  Estos  papeles  fueron  copiados  por  mí 
hace  años,  y  las  copias  las  presenté  en  1913  á  la  Academia,  la 
cual  acordó  su  publicación,  que  aun  no  ha  sido  posible  llevar 
á  cabo. 

Para  la  Historia  de  los  reinados  de  Felipe  I\'  y  Carlos  II,  son 
de  gran  valor  las  Consultas  del  Consejo  de  Estado,  por  Chuma- 
cero,  de  1 043  á  1 65 1,  en  cuatro  volúmenes,  y  las  Consultas  al 
Rey  por  D.  Antonio  Ibáñez  de  la  Riba  ?Ierrera,  Arzobispo  de 
Zaragoza,  Virrey  y  Capitán  general  del  Reino  de  Aragón,  siendo 
Presidente  de  Castilla,  en  los  años  de  1690,  1601  y  1692.  Esta 
última  obra  consta  de  cuatro  volúmenes,  pero,  desgraciadamente, 
no  está  completa. 

No  menos  interesantes  son  la  colección  de  papeles  originales 
y    memorias   redactadas    por  el  plenipotenciario  español  en  el 


4S6  BOLETÍN    DE    I.A    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Congreso  de  Breda,  D.  Melchor  de  Macanáz  (1747-1748),  y  las 
memorias  del  Alarqués  de  Santa  Cruz  de  Marcenado,  Embajador 
extraordinario  y  plenipotenciario  en  el  Congreso  de  Soissons. 

Hay  una  descripción  de  las  costas  de  California,  firmada  por 
Iñigo  Abbad  y  Lasierra;  un  volumen  titulado  «Compendio  del 
estado,  costumbres  y  ordenaciones  de  la  Religión  de  San  Juan 
de  Jerusalén»,  escrita  por  el  limo.  Sr.  Fray  Christiano  Austransi^ 
en  el  año  l657i  obra  que  no  he  podido  leer,  pero  que  ofrece  la 
particularidad  de  estar  encuadernada  en  un  pergamino  que  debió 
pertenecer  á  un  libro  de  coro,  pues  contiene  parte  de  la  letra  y 
música  de  la  Antífona,  con  magníficas  letras  capitales;  descrip- 
ción de  los  Corregimientos  de  Barcelona,  Lérida,  Villafranca  del 
Panadés,  Granada,  etc.;  las  Etiquetas  de  Palacio  de  1562  y  l657v 
por  Gutiérrez  de  Párraga;  tomos  de  papeles  referentes  á  la  expe- 
dición de  O'Reylli  á  Argel,  y  á  la  de  Ceballos  á  Buenos  Aires; 
la  Plistoria  de  esta  Real  Academia,  escrita  por  Llaguno  y  Amí- 
rola,  encuadernada  en  un  volumen  con  la  Plistoria  del  famoso 
Colegio  de  Santa  Cruz  de  Valladolid;  y  útilísimos  inventarios  de 
los  papeles  de  Estado  existentes  en  Simancas,  hechos  por  el  in- 
dividuo de  esta  Academia  D.  Tomás  González. 

Posee  también  la  Biblioteca  del  Ministerio  de  Estado  los  Dia- 
rios de  las  tres  Partidas  españolas  encargadas  de  llevar  á  cabo, 
con  las  correspondientes  portuguesas,  la  demarcación  sobre  el 
terreno  de  los  límites  entre  España  y  Portugal  en  la  América 
meridional,  fijados  por  el  discutidísimo  Tratado  hispano-lusitano 
de  175O1  y  los  Diarios  de  la  primera  y  segunda  Partida  (el  déla 
tercera  no  se  ha  encontrado)  de  la  demarcación  realizada  en 
cumplimiento  del  Tratado  de  1777-  Especialmente  los  dos  últi- 
mos son  obras  de  un  alto  valor  geográfico  é  histórico  no  sólo 
por  las  descripciones  del  terreno,  sino  por  la  multitud  de  obser- 
vaciones astronómicas  que  en  ellas  aparecen  registradas,  y  por- 
que evidencian  que  los  Comisarios  españoles  poseían  una  gran 
cultura  científica  y  conocían  y  practicaban  los  procedimientos 
más  adelantados  en  aquella  época.  Por  esto,  y  por  el  empleo  de 
los  aparatos  más  perfectos,  se  demuestra  que  estábamos  á  la  al- 
tura de  los  países  más  civilizados. 


ALGUNOS    MANUSCRITOS    DEL    MINISTERIO    DE    ESTADO  487 

En  estos  volúmenes  estoy  trabajando  hace  meses  por  encargo 
de  la  Real  Sociedad  Geográfica.  Deseaba  dicha  docta  Corpora- 
ción publicar  coleccionados  todos  esos  Diarios,  interesantísimos 
para  historiadores  y  geógrafos,  pero  desgraciadamente  eso  no  es 
posible,  pues  dada  la  carestía  Hel  papel  }'  el  alto  precio  de  la 
mano  de  obra,  la  pubUcación  importaría  una  suma  superior  á  los 
recursos  de  que  aquélla  puede  disponer;  y  por  ello  habré  de 
limitarme  á  dar  en  amplio  extracto  los  tres  Diarios  de  la  demar- 
cación de  1750,  é  íntegro  el  Diario  de  la  primera  Partida  de  la 
demarcación  de  1775,  obra  esta  última  del  Capitán  de  fragata 
D.  José  Várela  y  UUoa,  pues  el  Diario  de  la  segunda  Partida, 
que  mandó  D.  Diego  de  Alvear,  ha  sido  publicado,  mejor  ó  peor, 
en  Buenos  Aires.  Esta  publicación,  que  formará  dos  tomos  de 
regulares  dimensiones,  llevará  al  frente  un  extenso  resumen  de 
la  Historia  de  las  relaciones  de  España  y  Portugal  en  América 
hasta  fines  del  siglo  xviii. 

De  gran  utilidad  es  también  la  documentación  que  sobre  los 
límites  entre  las  provincias  de  la  Luisiana  y  de  Tejas  coleccionó 
de  Real  orden  el  P.  José  Antonio  Pichardo.  Desgraciadamente 
está  incompleta  esta  riquísima  colección,  tan  interesante  para  el 
estudio  de  nuestras  relaciones  con  los  Estados  Unidos. 

Por  último  — pues  temo  estar  abusando  de  vuestra  benevolen- 
cia— ,  citaré  el  manuscrito  original  de  las  Memorias  del  famoso 
Ministro  de  Fernando  VII,  D.  José  García  de  León  y  Pizarro. 
Aunque  esas  Memorias  se  publicaron  hace  unos  treinta  años,  el 
manuscrito  no  ha  perdido  su  interés,  porque  entre  éste  y  el  texto 
de  la  aludida  edición  existen  grandes  y  esenciales  diferencias. 
Por  una  parte,  los  ocho  gruesos  volúmenes  en  folio  antiguo  es- 
pañol que  componen  el  manuscrito,  se  han  reducido  en  la  alu- 
dida edición  á  tres  tomos  en  octavo,  y,  por  otra  parte,  se  ha  alte- 
rado el  texto,  atenuando  grandemente  los  juicios  formulados  por 
Pizarro,  que  en  el  original  resultan  más  severos,  más  desconsi- 
derados para  determinadas  personas.  El  ex  Ministro  de  Estado 
se  muestra  implacable,  aunque  acaso  no  injusto  en  muchos 
casos,  con  algunos  de  los  que  alternaron  con  él  en  el  Gobierno 
y  con  otros  que  en  su  época  intervinieron  en  la  política. 


4  5¿  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

De  estos  fondos  puede  decirse  que  están  perdidos  para  la  cul- 
tura, porque  son  desconocidos  aun  por  las  personas  más  eruditas. 
Hombre  como  Fernández  Duro  ignoraba  la  existencia  en  Madrid 
de  los  mencionados  Diarios  de  las  Partidas  de  límites,  los  cuales 
creía  que  habían  ido  á  parar  al  Museo  Británico.  Por  esto,  cuando 
hace  poco  más  de  dos  años  hice  yo  raíerencia  á  ellos  en  mi 
obra  los  EstiiJios  geográficos  ei/  Espaiia,  sorprendió  la  noticia,  y 
personas  competentes,  fundándose  en  hiis  asertos,  abogaron  por 
su  publicación.  Pero  no  es  lo  peor  que  sean  desconocidos,  sino 
que  están  en  el  Ministerio  de  Estado  en  muy  malas  condiciones, 
por  la  falta,  cada  día  mayor,  de  local,  y  por  la  deplorable  situa- 
ción de  éste,  todo  lo  cual  obligará,  en  plazo  no  muy  lejano,  á 
pensar  en  hacer  una  nueva  remesa  á  alguno  de  los  Archivos 
generales. 

Todos  estos  manuscritos  estarían  perfectamente  en  la  Biblio- 
teca de  nuestra  Academia,  y  podrían  ser  en  ella  de  gran  utilidad: 
pero  sobre  este  particular  nada  más  debo  yo  decir;  y  concluyo 
pidiendo  á  los  señores  Académicos  me  dispensen  la  molestia 
que  haya  podido  causarles. 

Noviembre,  1919. 

Jerónimo  Béckek. 


II 

«AXALECTA  -MONTSERRATENSIA» 
Volum.   I.  Any    1917.   Monestir  de   Montserrat,    19 18. 

Como  dicen  los  monjes  del  famoso  Monasterio  en  la  Introduc- 
ción de  este  libro,  la  historia  de  ese  monumento,  evocador  de 
tantos  prodigios,  está  sin  escribir,  y  difícil  ha  de  ser  hacerla  tan 
completa  como  por  diversos  conceptos  merece.  Manos  ignaras 
destruyeron,  á  los  principios  del  siglo  xix,  su  riquísimo  Archivo, 
y  sólo  podrá  suplirse  la  irremediable  carencia  de  autorizados 
documentos,  á  fuerza  de  pesquisas  doctas,  tenaces  y  continuas. 

El  Monasterio  de  Poblet,  con  el  palacio  mandado  construir  por 


ANALECTA    .MONT3ERRATENSIA  4S9 

D.  Martín  </  Hitiuauo,  aunque  no  terminado,  á  causa  de  su 
muerte,  ocurrida  en  1392,  componen  un  maravilloso  conjunto, 
no  habiendo  en  España,  dentro  del  estilo  ojival,  nada  superior 
en  belleza,  proporciones  y  corrección  de  líneas:  constituye  esa 
obra,  de  insuperable  gallardía,  una  de  tantas  pruebas  que  acredi- 
tan que  no  es  posible  superar  el  valor  estético  del  arte  fundado 
por  el  catolicismo. 

Emporio  de  letras,  de  ciencias  y  de  arte,  fué  Montserrat.  En  su 
imprenta  se  estampaban  libros  notables  antes  de  finalizar  el 
siglo  xv;  en  sus  talleres  de  orfebrería  se  labraban  espléndidas 
coronas  destinadas  á  la  Reina  de  los  Cielos;  algunas  partituras, 
milagrosamente  escapadas  al  estrago  de  un  incendio  general,  dan 
fe  de  una  filiación  de  grandes  maestros  en  el  arte  musical,  y  otros 
datos  esparcidos  en  crónicas,  revistas  y  libros,  impresos  y  ma- 
nuscritos bastan  para  acreditar  la  inmensa  grandeza  que  duran- 
te un  largo  período  alcanzó  el  famoso  Monasterio. 

Pero,  aparte  del  Montserrat  histórico,  existe  el  Montserrat 
actual,  y  con  el  fin  de  iniciar  una  obra  de  altísima  importancia 
reconstructora,  los  monjes  benedictinos  allí  cobijados,  empren- 
den la  publicación  de  estos  Anales,  laboratorio  donde  se  ha  de 
preparar  el  trabajo  de  la  definitiva  reintegración. 

Comienza  el  volumen,  espléndidamente  impreso,  con  la  des- 
cripción de  muchos  M.  SS.,  hecha  por  D.  Anselmo  María  Alba- 
reda,  algunos  con  bellas  miniaturas;  sigue  otro  trabajo  acerca  de 
los  cantos  de  los  romeros  (siglo  xivj,  redactado  por  D.  Gregorio 
María  Suñol,  y  de  grandísimo  interés  para  la  historia  de  la  músi- 
ca; incluye  después  un  estudio  acerca  de  los  textos  catalanes  del 
Uamado  Llibre  Veniiel!,  del  Rvdo.  P.  Archivero;  otra  sección,  ti- 
tulada .Miscelánea  Histórica,  comprende  documentos  inéditos  y 
de  utilidad  indudable  para  los  anales  del  Monasterio,  tomados 
del  Archivo  del  mismo,  de  la  Biblioteca  Nacional  de  París  y  de 
la  Nacional  de  Madrid,  y  una  relación,  de  las  riquísimas  alhajas 
y  preseas  donadas  á  la  Santísima  Virgen,  en  la  que  se  encuen- 
tran inestimables  datos  para  el  conocimiento  de  las  Artes  nacio- 
nales. A  continuación,  la  Crónica  del  Santuario,  con  varias  no- 
tas: en  una  se  especifica  las  nuevas  adquisiciones  del  Archivo, 


49°  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

donde  las  hay  tan  extraordinarias  como  un  autógrafo  de  San 
José  de  Calasanz,  y  en  otras  se  da  cuenta  de  los  aumentos 
que  ha  tenido  la  Biblioteca;  de  los  valiosos  cuadros  adquiri- 
dos recientemente,  atribuidos  á  Murillo,  Jordán,  Rivera,  y  otros 
autores  de  fama;  de  las  mejoras  y  nuevas  construcciones  rea- 
lizadas, y  de  varios  sucesos  de  actualidad  relacionados  con  el 
Monasterio. 

No  debe,  pues,  dudarse,  á  juzgar  por  lo  que  del  índice  expues- 
to se  deduce,  que  este  primer  volumen  de  los  Anales  ha  de  ser 
firme  jalón  para  la  reconstitución  del  Monasterio  y  para  el  cono- 
cimiento de  su  historia.  La  competencia  de  los  monjes  á  esta 
tarea  dedicados,  el  amoroso  afán  con  que  á  ella  consagran  su 
labor,  son  prenda  segura  de  que  la  obra  tan  vigorosamente  ini- 
ciada ha  de  continuar  con  todas  las  condiciones  de  firmeza,  de 
constancia  y  de  estudio  indispensables  para  dar  cima  á  la  gran 
empresa  que  los  benedictinos  de  Montserrat  se  proponen  llevar  á 
cabo,  con  grata  complacencia  de  los  amantes  de  la  Historia  y  las 
Artes  nacionales,  y  muy  especialmente  de  esta  Real  Academia, 
que  aplaude  y  ensalza  esas  patrióticas  tentativas  y  felicita  en- 
tusiasta á  los  ilustres  sabios  que  la  dirigen,  dignos  sucesores 
de  aquellos  que  consagraban  su  vida  á  descifrar  antiguos  ma- 
nuscritos, á  cultivar  las  ciencias,  las  artes  y  las  industrias,  á 
realizar  descubrimientos  que  prepararon  la  transformación  so- 
cial tan  honda  y  brillante,  conocida  con  el  nombre  del  Renaci- 
miento. 

Es  cuanto  puede  manifestar  el  que  suscribe,  en  cumpHmiento 
del  encargo  recibido  de  informar  á  la  Academia  respecto  de  esta 
Analecta  Montserrateusia. 

Madrid,  Octubre   19 19, 

El  Barón  de  la  Vega  de  Hoz. 


JUAR    ALBARELLOS  49  I 


III 


JUAN  ALBARELLOS 

Efemérides    burgalesas. 

I  Apuntes  históricos.)  —  Prólogo  de  Eloy  García  de  Ouevedo. — Burgos. 
Imprenta  del  Z)/<7;-/<i  í/c  Burgos;  1919.  Un  tomo  en  4.°  mayor  de  xvi  +  2S4 
páginas. 

Contiene  este  volumen  una  muy  numerosa  colección  de  artícu- 
los que  ha  venido  publicando  durante  todo  el  año  1918  en  el 
Diario  de  Burgos  su  Director,  ü.  JuanAlbarellos,  Correspondien- 
te de  la  Real  Academia  de  San  Fernando. 

Al  reunirlos  en  un  tomo  ha  añadido  notas  bibliográficas  de 
interés  y  ha  completado  su  obra  con  X\'I  apéndices,  en  los  que 
se  amplían  algunos  puntos  que  la  breved;.d  del  espacio  de  que 
se  disponía  en  el  periódico  no  permitió  presentar  debidamente 

El  carácter  del  trabajo  da  al  libro  una  gran  variedad,  puesto 
que  se  tratan  asuntos  muy  diversos  antiguos  y  modernos.  Un 
índice  cronológico  y  otro  por  materias  permiten  utilizar  fácil- 
mente el  enorme  caudal  de  datos  runidos  en  los  217  artículos 
que,  salvo  error  de  suma,  se  contienen  en  el  tomo. 

En  el  prólogo,  debido  á  la  pluma  del  Catedrático  del  Instituto 
de  Burgos  y  Correspondiente  de  nuestra  Academia,  D.  Eloy- 
García  de  Ouevedo,  se  dice  que  el  autor  «no  sólo  ha  encontrado 
para  intercalarlos  en  sus  efemérides  los  sucesos  históricos  de 
gran  relieve,  aquellos  que,  más  que  burgaleses,  son  españoles  por 
su  trascendencia  en  la  vida  nacional,  de  los  cuales  hay  no  pocos 
en  las  páginas  que  siguen,  y  ha  incluido  en  ellos  otros  que  mar- 
can épocas  ó  momentos  culminantes  en  la  vida  de  la  cabeza  de 
Castilla;  sino  que,  entretejidos  con  éstos  para  dar  variedad  al 
conjunto  y  completar  los  matices  del  cuadro,  hay  mil  detalles 
curiosos  y  olvidados  de  antiguas  costumbres  burgalesas,  de  de- 
vociones y  de  fiestas,  de  visitas  de  personas  reales,  de  animados 
espectáculos  públicos  ó  de  solemnidades  fúnebres,  de  graves 
procesiones,  de  bodas  regias,  de  representaciones  dramáticas,  de 


49^  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA     DE    LA    HISTORIA 

cortejos  solemnes  con  que  hacen  su  entrada  Los  Monarcas;  de 
todo,  en  fin,  lo  que  puede  dar  cabal  idea  de  lo  que  ha  sido,  en 
el  transcurso  de  los  tiempos,  la  gloriosa  y  vieja  ciudad.» 

Claro  es  que  la  investigación  realizada  por  el  Sr.  Albarellos 
pocas  veces  es  de  primera  mano:  pero  ha  tenido  la  laboriosidad 
necesaria  para  recoger  sus  noticias  en  multitud  de  libros,  rarísi- 
mos muchos  de  ellos  y  aun  manuscritos  algunos,  y  el  buen  cri- 
terio preciso  para  escoger  con  notable  acierto.  No  faltan  tampoco 
en  la  obra  algunos  documentos  inéditos  como,  verbigí  atia,  la 
curiosísima  carta  en  que  se  describen  los  tunerales  por  el  alma 
de  la  Emperatriz,  mujer  de  Carlos  V,  ó  la  no  menos  interesante 
que  refiere  la  entrada  del  César  en  la  ciudad;  carta  que  ha  dado 
lugar  á  que  se  rectifique  la  fecha  en  que  se  suponía  ocurrido  este 
suceso,  y  aun  el  lugar  en  que  el  Emperador  juró  los  privilegios 
de  la  ciudad  ante  el  Marqués  de  Poza  y  el  famoso  escribano  Zu- 
mel, todo  lo  cual  estaba  ó  mal  escrito  ó  mal  leído  en  un  acta  del 
Concejo. 

Igualmente  son  del  mayor  interés  varias  noticias  nuevas  rela- 
cionadas con  la  guerra  de  la  Independencia,  y  en  especial  del 
famoso  alzamiento  contra  los  franceses  en  Burgos,  antes  del  Dos 
de  Mayo,  el  i8  de  Abril  de  1808,  episodio  respecto  al  cual  se 
apuntan  datos  desconocidos  y  nombres  de  burgaleses  muertos 
en  aquel  motín. 

Es  impoi^tante  también  la  colección  de  noticias  acerca  de  los 
viajes  y  estancias  en  Burgos  de  Reyes  y  personajes  insignes, 
como  Santa  Teresa,  Cristóbal  Colón,  el  Gran  Capitán  y  otros,  y 
las  que  se  relacionan  con  fiestas  públicas  de  todo  orden,  materia 
poco  tratada  por  los  que  de  cosas  burgalesas  han  escrito. 

En  suma,  y  para  no  hacer  interminable  esta  nota,  el  libro  del 
Si-.  Albarellos,  por  la  abundancia  y  variedad  de  materias  y  el 
cúmulo  de  noticias  que  reuniólas  presenta,  habrá  de  ser  muy  bus- 
cado por  quienes  aspiren  á  hacer  cualquier  estudio  relacionado 
con  la  famosa  Capiit  Caslellae. 

El  prólogo  de  nuestro  Correspoiuliente  D.  Eloy  García  de 
Quevedo  hace  indicaciones  muy  acertadas  acerca  de  la  historia 
burgalesa  y  sus  cultivadores  antiguos  y  modernos,  con  referen- 


El.    ASnClO    DE    I. A    UNIVERSIDAD    Y    TIERRAS    DE     \VIIA  493 

cías  á  historias  manuscritas  de  la  ciudad,  algunas  que  se  tenían 
por  perdidas,  como  la  de  Fray  Melchor  Prieto,  que  el  Sr.  García 
de  Ouevedo  halló  en  el  archivo  ducal  de  Fernán  Núñez;  la  de 
Castillo  Pesquera  (cuyas  noticias  utilizó  el  P.  Flórez  en  su  Espafia 
Sagrada),  y  la  del  P.  Bernardo  de  Palacio,  ambas  conservadas 
hoy  en  la  librería  del  propio  prologuista. 

Vicente  L.\mpérez  v  Rome.\. 


IV 
EL  ASOCIO  DE  LA  UNIVERSIDAD  Y  TIERRAS  DE  ÁVILA 

El  laborioso  Correspondiente  en  Ávila,  D.  Tesi'is  Molinero,  se 
ocupa  en  escribir  la  historja  de  tan  importantísima  institución, 
cuyo  trabajo,  dividido  en  ciiatro  partes,  lleva  muy  adelantado, 
dando  en  él  una  idea  exacta  de  lo  que  histórica,  política  y  finan- 
cieramente, fue,  ha  sido  y  es  tan  patriótica  asociación  de  pue- 
blos de  la  región  abulense. 

Ocúpase  en  la  primera  parte  de  la  ciudad  de  Avila,  desde  su 
repoblación  por  Alfonso  VI,  y  de  los  privilegios  y  franquicias 
concedidas  por  este  Monarca  y  sus  sucesores.  La  segunda  parte 
enumera  el  origen  de  estas  Comunidades,  los  primeros  docu- 
mentos que  con  ella  guardan  relación,  la  división  de  la  provin- 
cia en  sesmos  y  pueblos  que  constituían  cada  uno  de  ellos, 
bienes  que  constituían  en  el  siglo  .xvi  su  hacienda  y  los  que  hoy 
la  constituyen. 

La  administración  de  los  bienes  del  «Asocio»,  con  todas  cuan- 
tas noticias  y  datos  existen  en  los  archivos,  constituye  la  ter- 
cera parte,  y  la  cuarta  es  el  catálogo  de  los  documentos  que  se 
conservan  en  las  oficinas  del  <' Asocio»  y  en  las  del  Ayunta- 
miento de  Avila,  relacionados  con  tan  admirable  institución;  ar- 
senal copiosísimo  é  inexplorado  que,  desde  remotos  tiempos, 
conserva  tradiciones,  leyes,  usos  y  costumbres  dignos  de  vene- 
ración y  recuerdo  por  las  generaciones  presentes. 


494  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Es  tan  interesante  lo  qu^  el  Sr.  Molinero  relata,  que  sería  in- 
justo el  no  llamar  la  atención  sobre  ello,  y  es  tan  importante  el 
servicio  que  á  la  historia  ha  de  prestar  la  publicación  de  tan 
erudito  trabajo,  que  merced  á  ella  podrá,  con  el  tiempo,  sa- 
berse algo  de  lo  que  fué  ese  «Asocio^,  llamado  hoy,  según 
todas  las  muestras,  á  desaparecer,  pues  las  corrientes  que  en 
estos  momentos  se  dibujan,  son  las  de  que  cada  pueblo  quiere 
administrarse,  por  sí,  la  parte  de  bienes  que  en  el  «Asocio»  le 
corresponden,  ó  lo  que  es  lo  mismo:  que  al  cabo  de  unos  cuan- 
tos años  no  quede  de  la  institución  mas  que  el  recuerdo  de  su 
existencia  y  las  ceremonias  que  se  celebran  en  el  segundo  do- 
mingo de  Octubre,  en  «la  ofrenda  grande»,  que  éste  es  el 
nombre  con  que  se  señala  á  la  histórica  romería  de  Sonsoles. 

* 

UN  TERCER   EJEMPLAR   MANUSCRITO   DE    LAS    ORDENANZAS 
DADAS  POR  LOS  REYES  CATÓLICOS  Á  LA  CIUDAD  DE  ÁVILA 

Nuestro  Correspondiente  en  Avila,  el  entendido  y  laborioso 
D.  Jesús  Molinero,  una  vez  terminada  la  catalogación  del  Ar- 
chivo Municipal  de  su  cargo,  ha  emprendido  igual,  tarea  con 
todos  los  documentos  y  volúmenes  existentes  en  las  demás  de- 
pendencias de  aquellas  oficinas  municipales. 

Entre  ellos  ha  tenido  la  suerte  de  hallar  un  tercer  ejemplar, 
manuscrito  en  «letra  cortesana»,  de  las  Ordenanzas  dadas  por 
los  Rej'es  Católicos  á  dicha  ciudad,  y  que,  por  sus  enmiendas  y 
correcciones,  podría  tomársele  por  el  borrador  del  que,  en  per- 
gamino, allí  se  conserva,  ó  de  la  copia  notarial  de  177 1  — ejem-. 
piares  ambos  que  fueron  publicados  (previa  la  corrección  de 
pruebas  por  el  Sr.  Molinero)  en  este  Boletín,  y  en  los  números 
correspondientes  á  los  meses  de  Noviembre  de  IQI/  á  Abril 
de  19 1 8 — ,  sino  fuera  porque  el  hecho  de  no  contener  dato, 
fecha  ó  signo  alguno  que  permita  abrigar  esta  sospecha,  nos 
lo  veda.  . 

El  Sr.  Molinero,  con  su  pericia  y  celo  habituales,  se  ocupa 
en  cotejarle   con  los  dos    ejemplares  publicados,    sin  que   hasta 


REFRANES    VALENCIANOS  495 

ahora  las  modificaciones  encontradas  afecten  al  sentido  del  tex- 
to y  sí  sólo  á  algunas  palabras  empleadas.  Una  vez  terminada 
su  compulsa,  el  Sr.  ^lolinero  se  propone  comunicar  á  la  Acade- 
mia el  resultado  de  sus  investigaciones. 

El  Marqués  de  Foronda. 


V 

REFRANES    VALENCIANOS    RECOPILADOS    POR    EL    P.    LUIS 
GALIANA,  DOMINICO 

Tanto  para  la  justa  y  acertado  práctica  del  idioma  valenciano, 
como  por  el  especial  provecho  que  á  todos  reporta  ver  transcrip- 
tas á  su  nativa  lengua  las  sentencias  que  por  boca  del  pueblo 
corren,  como  luz  de  verdad  manifiesta,  juzgo  que  la  publicación 
de  toda  obra  de  refranes  es  conveniente,  y  cuando,  como  en 
el  presente  caso,  es  el  recopilador  de  ellos,  uno  de  los  que  en 
pasadas  centurias  contribuyó  con  más  ahinco  al  renacimiento  y 
esplendor  de  la  lengua  valenciana,  la  conveniencia  se  convierte 
en  utilidad  y  la  publicación  en  homenaje. 

En  la  villa  de  Onteniente,  Reino  de  Valencia  y  á  9  de  Junio 
de  1740,  recibía  las  aguas  bautismales  en  la  Iglesia  parroquial  un 
hijo  de  D.  Antonio  Galiana,  doctor  en  Medicina,  y  de  Doña  Lu- 
ciana Cervera,   imponiéndosele,  entre  otros,  el  nombre  de  Luis. 

Especialísima  vocación  por  el  estudio  y  la  práctica  de  las 
virtudes  cristianas,  hubieron  de  llevarle  á  solicitar  el  ingreso  en 
el  Convento  de  Dominicos  de  Onteniente,  en  el  que  profesó  á 
10  de  Junio  de  1756,  del  que  pasó  al  Convento  de  Orihuela,  en 
donde  estudió  Filosofía  y  Teología,  con  tanto  aprovechamiento, 
que  durante  los  años  1760  á  1 762  leyó  Artes  en  el  Convento  de 
su  Orden,  en  Onteniente. 

Hecha  la  oportuna  oposición,  logró  en  1763  el  título  de 
Maestro  de  Estudiantes  del  Convento  de  San  Onofre,  según 
patente  que  á  su  favor  expidió  el  P.  General  Fr.  Antonio  Boxa- 
dors.  El  ardimiento  que  en  su  nuevo  cargo  puso,  su  inmoderada 


496  Bni.F.TIS    DE    I  A    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

afición  al  estudio  y  las  pertinaces  fiebres  que  le  aquejaron 
durante  su  estancia  en  dicho  Colegio,  'quebrantaron  su  salud, 
reintegrándose  á  Onteniente,  atacado  ya  de  los  primeros  sínto- 
mas de  la  tisis;  largas  temporadas  permaneció  en  el  Convento  de 
Santo  Domingo  de  Valencia,  y  durante  ellas  trabó  especialísima 
amistad  con  el  notario  D.  Carlos  Ros  y  Hebrera,  insigne  escritor, 
propagador  entusiasta  de  su  materno  idioma  y  del  que  ¡nduda- 
mente  tomó  el  P.  Galiana  afición  á  los  estudios  de  vulgarización 
del  valenciano. 

Tan  estrecha  fué  la  amistad  entre  estos  dos  autores,  que 
la  obra  del  P.  Galiana  intitulada  Rondalla  de  Roudallcs  a  itnita- 
cióii  del  Cuento  de  Cuentos  de  D.  Francisco  de  Ouevedo  y  de  la 
Historia  de  la  f  Historias  de  D.  Diego  de  Torres,  composta  per 
un  apasionat  de  la  Llengua  Llcniosiua,  fué  publicada  por  Carlos 
Ros  en  Valencia,  en  1768,  en  la  imprenta  de  Benito  Monfort. 

El  ser  autor  el  P.  Galiana  de  esta  obra,  lo  demuestran  entre 
otros  datos  el  que  consta  en  el  ejemplar  existente  en  la  Biblio- 
teca Universitaria  de  Valencia  del  referido  libro,  en  donde, 
en  nota  escrita  en  la  hoja  blanca  anterior  al  frontis,  consta 
«Del  P."  Galiana,  Dominico,  el  mismo  que  puso  la  nota  á  la 
Perfecta  Casada  del  M.  Fr.  Luis  de  León,  impresa  dos  veces». 
Este  testimonio  lo  confirma  una  nota  delNTayáns,  complementa- 
ria de  otra  de  D.  Agustín  Sales,  que  figura  a'  pie  del  frontis  del 
tomo  I  de  la  obra  de  Ximeno  Escritores  del  Reino  de  Valencia, 
ejemplar  que  perteneció,  primero  á  Sales,  luego  á  Mayáns, 
después  á  D.  José  Serrano  Morales,  y  para  al  presente  en  la 
Biblioteca  del  Ayuntamiento  de  Valencia;  la  referida  nota  dice: 
«Degé  este  tomo  i  el  2°  para  copiar  mis  notas  mss.  del  margen 
al  P.  Luis  Galiana  Ord.'  Predic.™'"  16.  Spbr.  1767»  [hasta  aquí 
llega  lo  escrito  por  Sales  á  lo  que  Mayáns  añade],  «que  murió 
de  allí  á  pocos  años  en  Honteniente,  de  donde  era.  .Siendo  niño 
prometía  que  sería  algo,  pero  quanto  más  se  adelantava  iva 
dando  menos.  La  Rondalla  de  Rondallas  que  escrivió  á  imitación 
del  Cuento  de  Cuentos  de  Ouevedo  es  obra  suya  y  dexó  allí 
estampado  su  poco  juicio».  Esta  apreciación  de  D.  Gregorio 
Mayaus,  es  completamente  injusta;  los  desvelos  del  P.  Galiana 


REFRANES    VALENCIANOS  497 

por  la  depuración  del  valenciano  y  las  numerosas  obras  que 
escribió,  y  que  luego  anotaremos,  demuestran  nuestro  aserto. 

La  enfermedad  que  aquejaba  al  ilustre  Dominico  iba  agraván- 
dose por  días,  hasta  el  punto  que  por  ver  si  en  el  saludable 
clima  de  Onteniente  hallaba  el  P.  Galiana  algún  alivio,  fué  trasla- 
dado á  dicha  villa;  en  ella  entregó  su  alma  al  Hacedor  el  4  de 
Marzo  de  177 1 •  á  los  treinta  y  un  años  de  edad. 

Ningún  aserto  servirá  mejor,  para  demostrar  los  constantes 
esfuerzos  del  P.  Galiana  en  favor  de  la  restauración  y  pureza  del 
idioma  valenciano,  que  la  carta  que  desde  Orihuela  dirigió  á  Car- 
los Ros,  en  22  de  Mayo  de  1763,  que  á  continuación  copiamos: 

Molt  senyor  meu:  Temps  fá  que  mire  a  V.  M.  com  un  home 
naixcut  pera  el  bé  de  la  llengua  valenciana  y  tenintlo  per  tal, 
no  puch  deixar  d'agrairli  lo  gran  beneficí  en  renovar  sa  propie- 
tat,  concisió  y  elegancia. 

\  o  no  sé  que  cosa  mala  han  encontrat  en  ella  els  valencians, 
pera  qu'aixina  vajen  oblidantla,  sent  cert  que  homens  de  juhi  y 
sens  pasió  parlen  de  ella  ab  lloancja.  Sabut  es  lo  que  Cervantes 
digué  en  son  llaor  en  sa  Historia  de  los  trabajos  de  Per  siles  y 
Sigismunda.  En  Manuel  Vidal  y  Salvador  la  celebra  de  modo 
qu'en  Uaconisme,  sotilea  y  gracia  deis  conceptes  la  antipogaba 
a  totes.  Agó  mateix  asenten  molts  doctes,  mes  jó  afegixch,  que 
no  sois  es  apreciable  per  ser  concisa  y  agraciada,  sino  també  per 
suceptivola  de  tota  aquella  majestat  que  se  li  dona  a  la  castella- 
na, tan  apropiada  pera  parlar  d'asuntos  serios,  com  reputada 
sempre  per  especial  gloria  d'este  idioma.  Y  sino  que  Iligquen  els 
que  pensen  que  nostre  llemosí  sois  es  pera  les  coses  de  graceig, 
lo  Ilibre  qtiart  de  Ludofo  Cartusiano,  traduhit  en  valencia  por 
Joan  Roiz  de  Corella  (l)  y  vorán  quant  gran  es,   sabrán   quant 


(1)  Lo  guarí  del  Carfoxá.  La  obra  empieza  en  el  folio  ij  «comengá  lo 
quart  II  del  cartoxá  aromangat  ||  per  lo  Reverent  e  mag  ||  nifich  mestre 
iohan  roig  ||  de  corella  cavaller  e  me  ||  stre  en  Sacra  theologia  ||  .»  Acaba 
con  el  siguiente  colofón:  «ad  laudem  et  honorem  domini  nostri  ||  iesu 
christi  eiiisque  virginis  marie  ||  mntris  sua;  fuit  impresam  in  civi  ||  tate 
urbis  valentie  die  XVI  februa  ||  rii.  Ano  domini  jM.CCCC.LXXXXV.  > 
(B.  del  A.) 

TOMO   LXXV  32 


498  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

propi  es  pera  tractar  coses  de  Deu  y  dirán  que  no  sois  la  llengua 
castellana  es  seria  y  circunspecta  sino,  també  la  valenciana.  Sent 
així  com  es  ¿quí  no  s'admirará  de  que  aquells  homens  que  ha- 
gueren  pogut  adelantarla,  ó  per  lo  menys  conservarla,  s'hajen 
descuidat  tant,  que  no  sois  no  li  han  donat  Ilustre  ningú,  sino 
que  encara  han  segut  causa,  pera  que  aquell  gran  esplendor  que 
l'adornaba,  poch  a  poch  anara  enfosquintse? 

Entre  estos  coloque  jo  a  Beuter  per  haber  traduhit  a  la  llen- 
gua castellana  la  primera  part  [y  la  segunda] ,  de  sa  Historia 
de  Valencia  que  estampa  en  llemosí  l'any  1538  revocant  lo 
proposit  que  fet  tenia  d'escriurela  tota  en  nostra  llengua  y  fentlí 
en  ab  agó  molt  agravi.  No  es  manco  reprensible  Viciana  en  lo 
treball  que  prengué  de  traduhir  al  castellá  los  escrits  qu'en 
Valencia  compost  había,  per  mes  que  já  confesara  son  pecat, 
puix  en  la  carta  que  dirig  a  esta  ciutat  dedicantli  l'obra  titola- 
da  Alabanzas  de  las  Lenguas  Hebira,  Griega,  Latina,  Castella- 
nay  Valenciana,  qu'imprimí  l'any  15/4  (O'  ''  demana  lo  perdó 
de  sa  falta. 

No  val  respondrer,  que  ab  agó  feren  comunicable  al  mon  lli- 
terari  sons  escrits,  pues  debien  supondrer  qu'altres  se  hagueren 
prés  el  traball  este.  En  llemosí  escrigueren  Ansias  March  y 
Jaume  Roig  y  n'obstant,  ses  obres  no  sois  foren  traduhides  en 
llatí  y  castellá,  sino  encara  ademes  en  altres  llengues,  Gaspar 
Gueran  de  Montemayor,  patrici  meu,  traduhi  a  la  llengua  Uatina 
y  comenta  les  obres  de  este  últim  y  En  Llorens  Mateu  Sanz  les 
traslada  a  la  valenciana.  Del  primer  (deixant  apart  que  Vicent 
Mariner  escrigué  en  vers  llati  los  cantichs  d'amor),  traduhi  al 
castellá  algunes  obres  En  Baltasar  de  Romaní  y  Jordi  de  Monte- 
mayor  y  demprés  lo  Dr.  Narcís  de  Araño  Oñate  vá  traduhir 
tota  l'obra.  Y  encara  crech  que  asegura  Mosen  Pons  estar  estos 
poetes  traduhits  en  francés  y  en  italiá.  Jo  enjamés  com  se  deu 
ben    lloar  Tirant  lo  Blandí,  que  compongué  Pere  Joan  Marto- 


(1)     Reimpresa    en    Valencia,    imp.    de    Carlos    Verdejo,    1877,     8.° 
(B.  del  A.) 


REFRANES    VALENCIANOS  499 

rell  (l),  no  sois  está  traduhit  al  castellá,  que  es  publica  en  Va- 
lladolit,  l'any  1511,  sino  en  francés,  que  fá  pochs  anys  dona  a  la 
llum  Joan  Batiste  Sochay,  canonje  de  Rodez.  Y  a  fé  que  no  es 
este  Ilibre  tan  útil  pera  lo  publich  com  els  que  Pere  Antón 
Beuter  y  Viciana  compongueren;  perqu'encara  que  Cervantes 
l'alabe  ab  la  hiperbol  que  dalt  pose  sois  es  agó  perqu'en  ell  en- 
contrá  un  tresor  de  content  y  una  mina  de  pasatemps,  qu'en  lo 
demés  es  perniciós  y  com  a  tal  condénal  Lluis  Vives. 

Empero  ¿pera  que  m'he  de  cansar  cercant  altres  eixemples,  si 
en  la  mateixa  Historia  de  Beuter  s'en  oferixen  qu'amostren  esta 
veritat  ab  mes  certea?  Tots  saben  que  les  primeres  parts  de  sa  Cró- 
nica, que  hui  corren  s'escriguesen  en  ¡lengua  castellana  y  ab  tot 
N'Anfós  UUoa  les  tradhui  a  la  italiana  (2).  Lo  mateix  puix  haguera 
segut,  si  haguera  seguit  en  publicarles  com  comengat  les  habia. 
Y  aixi  lo  temor  de  que  ses  obres  quedasen  condenades  como 
a  presó  dins  lo  cercle  d'aquest  regne,  fon  vanisim.  Per  lo  que 
soch  de  dictamen,  que  tant  este  autor,  com  tots  los  que  segui- 
ren  ses  pasos,  foren  homens  pusilanims,  de  poca  decisió  y  apo- 
cáis, puix  per  uns  tan  petits  temors  deixaren  d'enjo  yellar  nos- 
tre  idioma  y  fias  ses  obres,  que  sens  dubte,  serien  mes  lloables 
si   escrites   foren  en  llemosí,  que  coneixien  mes  que'l  castellá. 

No  així  V.  M.  puix  encara  que  poseix  la  ú  y  l'altre  ab  molta 
perfecció,  no  ha  volgut  despullar  a  nostra  patria  de  la  gloria  que 
li  cap  en  tindrer  tan  cabal  idioma  prenentse  pera  agó  aquell  tre- 
ball  de  que  sois  poden  formar  idea  bona  los  que  shan  dedicat 


(i)  Véase  Juan  Givanel  y  M.vs:  La  novela  caballeresca  española,  Elu- 
dió critico  de  Tiraiit  lo  Blandí.  Madrid,  imp.  de  Fortanet,  1912,  en  8.°  do- 
ble. Martin  luán  de  Galba,  coautor  de  Tirant  lo  Blandí,  por  Francisco 
Martínez.  Valencia,  1916.  hnsa^o  Biobibliografico  de  Tirant  lo  Blandí, 
por  D.  Marcelino  Gutiérrez  del  Caño.  Madrid,  tip.  de  la  Revista  de  Archi- 
vos, 1918,  4.°  (Dichas  obras  en  la  B.  del  A.) 

(2)  La  extremada  rareza  de  esta  edición  italiana  de  Benter,  que  en 
mi  bibloteca  poseo,  me  determina  á  copiar  su  papeleta  bibliográfica:  Cró- 
nica genérale  D'Hcspagna  et  del  Regno  de  Valcnza...  composta  delV  Eccellen- 
te  Ai.  Antón  Beuter  ei  nuovamente  tradotta  in  lingua  italiana  del  S.  Allonso 
d'Vlloa.  Venecia,  Gabriel  Giolito  de  Ferrari,  1556.  Port.^ -(-  37  hojas  de 
preliminares  sin  foliar  -)-  534  págs.  de  texto  -)-  una  hoja  sin  foliar,  con  el 
escudo  del  impresor;  al  ñnal  de  los  preUminares,  mapa  de  España,  8.° 


500  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

al  estudi  deles  llengues.  Per  aqó  entench  jó  qu  es  V.  M.  acree- 
dor a  qu'els  doctes  eternicen  y  colmen  los  seus  escrits  de  lloan- 
ges.  Jo  volguera  ser  ara  un  home  gran  pera  poderles  celebrar 
com  se  mereixem;  empero  ja  que  no  puch  ferlos  este  honor  m'a- 
contentaré  en  donar  a  V.  M.  les  gracies  y  exhortarlo  a  que  pro- 
seguixca  en  exaltarnos  nostra  llengua  (l).  Reflexione  seriament 
la  gran  necesitat  que  te  de  polirse  y  els  pochs  que  s'apliquen  a 
este  estudi  y  ja  que  Deu  1¡  ha  donat  esta  afició  empléela  en  pro- 
fit  d'este  regne,  que  tant  interés  té  en  retindrer  sa  propia  llen- 
gua, puix  encara  que  altre  motiu  no  haguera  qu 'encontrarse 
escrit  en  ella  casi  tot  lo  qu'en  los  argius  se  troba  seria  molt 
precis  conservarla.  Lo  qual  se  llograría  facilment  reimprimint 
algunas  obras  d'estil  ters  y  pur,  que  están  casi  ja  oblidades.  In- 
dicaré les  qne  jutge  ser  mes  utils  en  proba  de  mes  bons  desijos. 
Primerament,  puix,  seria  convinient  reimprimir  la  fíis/oria  de 
la  Conquestp-  de  Valencia,  qu'escrigué  lo  Rey  En  Jaume  (2),  por 
ser  lo  moniment  de  mes  rigurós  llemosí  que  s'encontra  y  si  es 
trobara  la  versió  que  treballá  En  Llorens  Mateu  y  Sanz  del 
habit  de  Montera,  deuria  donarse  a  llum  y  no  hauria  mes 
que  desijar,  per  que  alli  s'entendrien  bé  la  purea  y  propietat  deis 
vocables  y  la  forga  de  les  frases  d'aquell  temps.  També  había  de 
ferse  reimpresió  del  Ftirs  de  este  regne  que  ordena  Lluis 
Alayna  y  dona  a  la  prensa  Joan  Pastor  en  l'any  15  I5  (3))  perqué 


(1)  Para  el  conocimiento  de  la  labor  de  Carlos  Ros,  consúltense: 
Francisco  Martí  Grajales:  El  notario  Carlas  Ros  y  He!>rera,  blo-hibliogra- 

fia.  Valencia,  F.  Vives  Mora,  1891,  8.°.  Faustino  BakberX:  Conferencia 
sobre  bio-bibiiografia  de  Carlos  Ros.  Valencia,  F.  Vives  Mora,  1905,  4.° 
(Ambas  B.  del  A.) 

(2)  Fué  hecha  por  D.  INIariano  Agiiiló  y  terminada  por  su  hijo  D.  Án- 
gel, impresa  en  Barcelona,  en  la  imprenta  de  Celestino  Verdaguer  y  Fidel 
Giró,  1 873- 1 904,  8.°  (B.  del  A.) 

(3)  Sufre  el  P.  Galiana  lamentable  equivocación  al  consignar  tal  fecha, 
como  la  de  publicación  de  los  Fueros  de  Valencia:  en  ese  año  lo  publica- 
do por  tal  autor  fué  el  Anreum  opics  regalium  eí  privilegiorum...  impresa 
por  Diego  Gumiel,  en  fol.°  (B.  del  A.).  Los  Fueros  se  imprimieron  dos 
veces:  la  primera  fué  en  el  año  1482,  impresa  en  dicho  año  en  Valencia 
por  Lamberto  Palmart.  y  la  segunda  también  en  dicha  ciudad,  años  1547- 
1548,  impresa  por  Juan  Mey,  siendo  el  ordenador  de  ella  el  notario 
Francisco  Juan  Pastor.  (B.  del  A.) 


REFRANES    VALENCIANOS  50I 

ademes  de  ser  molt  utils  pera  saber  lo  modo  de  gobernarse 
hagut  en  ell  y  altres  coses  importants  a  les  llej's,  servirien  molt 
pera'l  fí  qu'es  desija. 

Nostre  Fr.  Antoni  de  Cañáis,  deyxeble  de  Sant  Vicent  Ferrer, 
traduhí  del  llatí  en  valencia  los  nou  Ilibres  de  Valeri  Maxim 
De  dictio,  factisqne  memorahilibus  y  Lluis  de  F"enollet  (de  qui 
parla  llargament  Viciana),  vertí  a  la  mateixa  llengua  la  Historia 
di  Aleixaüdre,  composta  per  Quint  Curcio  Rufo,  publicant  los 
dos  Ilibres  que  mancaben  ab  alió  que  d'  este  rey  nos  referix 
Plutarch,  cosa  que  no  té  la  traducció  castellana  que  feu  Pere 
Candido,  en  l'any  1430.  Estos  Ilibres  son  molt  dignes  de  tornar- 
se a  publicar  (l),  puix  sent  bones  traduccions,  podriem  ab  elles 
entendre  gran  part  del  bon  us  de  la  llengua,  consultant  lo  llatí 
en  los  pasajes  y  modos  de  parlar  mes  especiáis,  que  no  sabem 
ara.  Per  agó  jutge  jo,  que  pera  la  fi  qu'es  presten  res  hiá,  que  com 
les  versións  servixca;  y  així  també  volguera,  qu'es  donara  a  llum 
la  traducció  de  Joan  Roig  de  Corella,  de  qu'  he  fet  menció  (2)  y 
la  que  imprimí  en  Valencia  en  1491,  Miguel  Pérez,  caballer  de 
molta  erudició,  ab  aquest  titol:  Explanado  de  Lati  en  Valencia- 
na Lengua  del  Libre  de  Mestre  Joan  Cefoni,  Conseller  de  Paris 
de  la  iinitació  de  Jesii-Crist  e  del  vienyspren  de  aqucts  nion 
miserable  (3).  Este  mateix  autor  traduhí  en  valencia  la  Vida  de 
Santa  Catalina  de  Sena,  qu'escrigué  en  la  seua  Crónica  San 
Antonio  de  Florencia,  la  qual  se  publica  en  Valencia  ab  altra 
inédita  de  San  Onofre  escrita  en  llemosí,  l'any  I498. 


(1)  La  traducción  de  Antonio  Cañáis  ha  sido  impresa  recientemente 
con  esta  portada:  Llibre  anomenai  Valeri  Máximo,  Deis  diís yfeis  memo- 
rables. Tradúcelo  catalana  (¡¡¡)  del  XIV. 'm  Segle  per  Frare  Antoni  Cañáis, 
ara  per  primera  volta  estampada  sc^ons  lo  Codex  del  Concell  de  Cent  per 
R.  Miquel  y  Planas.  Barcelona,  L'Aveng,  1914,  2  volúmenes,  8.° 

(2)  Véase,  Obres  de  J.  Roi(  de  Corella  puhlicades  ab  una  introdúcelo 
per  R  Miquel  Planas.  Barcelona  1913;  volumen  ix  de  la  Biblioteca  Cata- 
lana. 

(3)  Reimpresa  con  este  título:  La  imitado  de  Jesucrist  del  Venerable 
Tomás  de  Kempis,  tradúcelo'  catalana  (¡¡¡)  de  Miguel  Pérez  novament  pjibli- 
cada  per  R.  Miquel  Planas,  segons  la  edició  de  l'any  1482.  Barcelona 
[L'Aveng]  1911,8.°  (B.  del  A.1 


502  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Estime  en  molt  un  eixemplar  que  tinch  (obsequi  del  senyor 
Marqués  de  Colomer,  que  me'l  dona),  per  rara  qu'es  est  obra, 
puix  ni.  En  Nicolau  Antoni,  ni  ninguna  de  les  Biblioteques  del 
Regne  han  fet  menció  d'ella.  La  imprimí' també  en  Valencia,  l'any 
15 1 1  nostre  Fr.  Tomás  de  Vesáchs  (qu'es  traducció  de  la  de 
Fr.  Reymont  de  Capua),  ya  s'encontra  ab  mes  facilitat  perqué  lo 
canonje  Teodor  Tomás,  la  torna  a  reimprimir,  l'any  1735- 

A  estes  traduccións  se  podrá  afegir  la  Vida  de  Cristo  que 
escrigué  Sor  Isabel  de  Villena  (l),  en  la  qual  tindrien  que 
dependrer,  los  homens  de  juhi,  elegancia  y  propietat  en  lo  lien- 
guaje,  qu'es  fácil  y  sencillo  y  molt  en  que  pensar  sa  devoció  per 
ser  est'obra  a  modo  de  las  de  la  Venerable  Agreda.  Tots 
aquestos  Uibres  que  he  insinuat  están  en  prosa,  empero  com  hia 
molts  a  qui  els  agraden  els  versos,  també  seria  convinent  qu'en 
esta  collecció  entraren  los  poetes  va'lencians  mes  famosos,  pera 
que  aixi  fora  perfecta  y  tingueren  modelos  que  imitar  en  uns  y 
en  altres. 

Y  així  en  primer  lloch  se  deuehen  donar  a  llum  les  Trabes  de 
Mosen  yaiimc  Febrer  (2),  per  estar  plenes  de  pur  liemos!  y  de 
erudició.  Yá  sé  qu'es  molt  dificultes  conseguir  un  eixemplar  bó 
y  sancer,  mes  fentse  diligencies  y  valentse  del  qu'En  Joseph 
Vicent  Ortí  y  Mayor  recopila,  tal  \  egada  s'encontrarien  totes. 
Ningii,  a  mon  entendrer,  pogué  fer  este  servici  al  mon  Iliterari 
com  Esquerdo;  empero  este  en  lloch  de  publicarles  il-lustradres, 
les  vicia  y  tira  a  peclre  en  lo  compendí  que  feu  d'elles  (3). 

Seguix  lo  famós  Ausias  March,  que  convendría  reimprimir  ab 
alguna  traducció,  la  qual  si  fora  la  que  feu  lo  Dr.  N'Arcís  Araño, 


(i)  Pubficada  por  primera  vez  en  Valencia,  en  1493,  y  fuego  en  fa 
misma  ciudad,  en  1564,  y  en  Barcelona,  en  1518  y  1916. 

(2)  Lo  fueron  en  esta  forma:  Trohcs  de  Alosen  Jaume  Fcbrcr,  caballcr, 
que  tracia  deis  llinat^cs  de  la  Conquista  de  Valencia  e  son  regnc...  Vafen- 
cia,  imprenta  del  Diari,  1796,  4.°,  y  de  nuevo  reimpresas  en  Pafma 
de  Mafforca,  imprenta  de  Gefabcr,  184S,  4.°  (Ambas  ediciones  B.  del  A.) 

(3)  Consúltese  sobre  ef  particular,  autor  probable  y  formación  de  la 
serie  de  Trobas,  la  siguiente  obra:  Obsert>aciones  histórico-criticas  a  las 
Trobas  intituladas  de  Mosen  Jayme  Febrer;  su  autor  el  P.  M.  Fr.  Bartolo- 
mé Ribelles.  Valencia,  José  de  Orga,  1804-4.°,  (B.  del  A.) 


REFRANES   VALENCIANOS  503 

seria  la  niillor  y  se  faria  un  gran  benefici  per  ser  de  tots  los 
poemes  y  no  haberse  imprés  encara  {l),'  La  Ciidolada  o  Llibre 
de  Consells  de  laume  Roig,  també  es  bona  obra  y  aixi  se  deu  fer 
un  altra  impresió,  perqué  encara  que  s'encontra  já  mes  facil- 
ment  que  les  altres  per  haberla  dat  a  llum  V.  M.  l'any  I735i  ab 
tot  y  agó  deu  ferseli  asi  lloch;  mes  soch  de  pareixer  que  aquesta 
edició  se  fera  seguint  los  eixemplars  antichs  y  no  ometent  cosa 
del  autor,  a  qui  s'habien  d'afegir  les  notes  de  Mosen  Vicent 
Pons,  que  vaig  vore  en  la  Biblioteca  de  mon  verdader  amich  En 
Gregori  Mayans  y  Ciscar,  les  quals  encara  que  breus,  manifesten 
que  lo  cors  d'est  obra  te  un  anima  mes  il-lustre  de  lo  que 
comuname.N't  se  pensa  (2). 

Peguera  encara  citar  altres  autors  qu'han  escrit  bé  lo  llemosí, 


fi)  Respecto  á  las  ediciones  de  Ausias  March,  vid  en  mi  índice 
de  manuscritos  Icmosines  de'  El  Escorial  la  nota  bibliográfica  de  este 
autor,  en  la  que  registro  diez  y  nueve,  desde  1559  a  1914;  deseo  recoger 
al  presente  la  consideración  que  al  Maestfo  López  de  Hoyos  mereció  la 
lengua  lemosina,  y  que  consigna  el  que  en  1560  fué  ¡Maestro  de  Buenas 
letras  de  Cervantes  en  el  folio  2  de  la  edición  de  Madrid,  de  1579; 
dice  así:  Parecer  que  dio  el  maestro  Juan  López  de  Hoyos.  Por  mandado 
de  vuestra  alteza  he  visto  este  libro  de  poesía  del  famoso  poeta  Ausias 
March.  El  qual  es  poeta  español  y  escrivió  en  lengua  Lemosina,  d  por 
mejor  dezir,  un  mixto  de  catalana,  y  algo  de  Gallega  y  valenciana.  Está 
traduzido  en  castellano  por  Jorge  de  Montemayor.  En  lo  que  toca  á  sus 
conceptos  es  tan  subido,  que  los  de  muy  delicado  juycio  creen  que 
Petrarca  tomó  muchos  de  los  muy  delicados  que  tiene  deste  autor. 
Es  digno  de  ser  impreso.  En  todo  lo  demás  va  mu}'  correcto  y  digno  de 
que  sus  buenos  conceptos  se  vean  y  sepan,  pues  son  de  hombre  de 
nuestra  España,  que  es  valenciano.  Y  porque  este  es  mi  parecer...  Deste 
estudio  y  casa  de  V.  A.  á  veynte  y  uno  de  Agosto  de  mil  y  quinientos  y 
setenta  y  ocho  años.  El  Maestro  Juan  López  de  Hoyos. 

No  creo  necesite  comentario  alguno  la  descabellada  opinión  que 
á  López  de  Hoyos  merece  en  su  origen  y  elementos  filológicos  compo- 
nentes la  lengua  lemosina;  es  pintoresco  y  definitivo  el  buen  padre 
maestro. 

{2)  Esta  edición,  que  deseaba  el  P.  Galiana,  pero  con  tantas  y  tantas 
perfecciones  que  mejoramiento  no  cabe,  fué  hecha  por  D.  Roque  Chabás 
su  título  es:  Spill  o  Libre  de  les  Dones  per  Mcstre  Jaume  Roig.  Edición 
critica,  con  las  variantes  de  todas  las  publicadas  y  las  del  M.  S.  de  la 
Vaticana.  Prólogo,  estudios  y  comentarios  por  Roque  Chabás.  Barcelona. 
Tip.  L'Avenc  1905,  4.°  (B.  del  A.) 


504  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

mes  no  es  lo  meu  intent  parlar  de  tots.  Lo  qui  no  puch  ometre 
es  En  Bernat  Fenollar,  qu'ademes  de  les  moltes  obres  que  com- 
pongué  en  vers  y  prosa,  treballá  un  Tratado  de  las  palabras  que 
se  deben  eliminar  de  la  Lengua  Valenciana,  por  ser  agenas  del 
Idioma.  Esta  obreta  seria  la  mes  útil  que  desijarse  poguera  en  este 
asunte,  empero  fins  ara  no  tenim  d'ella  altra  noticia  qu'aquella 
que  nos  dona  Jaume  GaguU  en  la  seua  titolada:  La  Brama  deis 
Llauradors  del  Oria  de  Valencia  (i)  y  aixi  lo  qui  la  traguera  de 
l'oblit  acreedor  seria  a  qualsevol  honra. 

Ab  una  col-lecció  qu'es  fera  d 'estes  obres,  remediat  quedaría 
en  molt  lo  defecte  de  la  llengua  valenciana,  perqu'en  ella  depen- 
driem  tota  la  puretat  y  elegancia  que  conté  este  idioma. 

Mes  em  dirá  V.  M.  ¿qui  ha  de  ser  l'osat  que  s'atrevixea  a  eos- 
tejar  la  reimpresió  de  tants  Ilibres,  no  habent  de  servir  sino  a 
aquetts  regne.''  Jo  já  sé  qu'este  proyecte  no  pot  eixecutarlo  un 
home  que  tinga  poques  rendes  perqu'es  negoci  de  gastar  dinés 
a  manta. 

A  qui  li  tocaba  fer  ago  era  a  eixa  noble  y  lleal  Ciutat,  que  tant 
se  precia  de  mostrarse  apasionada  per  les  lletres,  sent  cert  que 
tot  había  de  cedir  en  utilitat  y  honor  d'ella  y  son  regne.  Si  bé 
soch  de  sentir,  que  quansevol  qu'imprimira  esta  gran  obra,  res 
había  de  pedre,  perqué  tots  los  que  foren  de  bon  gust  en  aquest 
regne  y  en  Mallorca  y  Catalunya  se  quedarien  molts  eixemplars, 
per  ser  la  llengua  de  tots  estos  regnes  una  mateixa  en  la  subs- 
tancia y  encara  casi  en  lo  modo,  si  parlem  de  feja  mes  antiga. 
Mes  com  no  hiá  varó  de  estos  desijos,  ni  qui  fasa  present  a  eixos 
senyors  la  gran  necesitat  que  hiá  de  conservar  l'idioma  propi 
d'este  regne;  prenga  V.  M.  a  son  carrech  (ja  qu'es  pera  desem- 
penyarlo),  l'exhortar  y  donar  eixemple  a  tots  los  demés  que 
vullguen  imitarlo,  pero  fer  en  ella  alió  que  puguen.  Animes  V.  M. 


(i)  Fué  reimpresa  por  D.  Roque  Chabás,  según  la  edición  del  año  1561, 
en  esta  forma:  La  Brama  deis  llauradors  del  orla  de  Valencia  contra  lo 
Venerable  Mossen  Bcrnart  Fenollar,  Preveré,  per  lo  Magnifich  Mossen 
Jaume  GaguU,  cavaller.  2."  edició.  Valencia,  Francisco  Vives  y  Mo- 
ra. 1901,  8.°  (Mi  ejemplar  es  uno  de  los  10  que  se  imprimieron  en  papel 
del  año  1557). 


REFRANES    VALENCIANOS  505 

y  cobre  forges,  que  algú  no  ha  de  mancarli  que'l  seguixca.  De 
mi  puch  asegurarli,  que  si  fora  tan  versat,  tan  instruit  en  esta 
llengua  com  soch  apasionat,  ningún  mig  ni  treball  ometria,  que 
juggara  ser  del  cas  pera  lo  fí  de  que  se  tracta. 

Y  pera  que  V.  M.  veja  que  parle  ingenuament,  li  tramet  dues 
cartas  llemosines,  qu'es  lo  que  puch  donarli  per  ara,  les  quals, 
per  haber  en  elles  copia  de  vocables  valencians,  jutge  que  tal 
vegada  podran  servir  al  Diccionari  que  V.  M.  está  treballant  ara. 
Puix  encara  que  dech  supondré  que  tendrá  V.  M.  noticia  de 
ells,  podría  sucehir  qu'algú  no  l'haguera  oit  y  ago  bastaría  pera 
que  jo  tinguera  per  acertat  lo  meu  pensament,  sent  cert  que  ab 
una  sola  veu  que  li  afegira,  llograria  mon  intent  y  faría  un  bon 
servici,  per  ser  cosa  convinent  que  ixca  lo  Diccionari  ben  cum- 
plit  y  acabat.  Y  cas  que  per  agó  no  servixquen,  servirán  pera  sa- 
ber les  cerimonies  que  observaren  los  antichs  valencians  en  les 
rinyes  y  la  manera  que  tingueren  d'eixir  a  un  desafiu;  puix  no 
contenen  altra  cosa  en  sí  que  ú  qu'en  hagué  entre  En  Pere  Maga 
y  En  Joan  Vilaragut.  La  primera  es  d'este  caballer  y  diu  així: 

Don  Pero  Maga:  crech  que  vos  hajats  per  nottori,  com  no  sola- 
ment  entre  els  gentils  homens  hon  ja  causa  alguna,  mes  encara 
entre  molts  altres,  per  sola  voluntat  e  dellit  se  son  fetes  reques- 
ta  de  batalla.  E  com  per  vostre  treball  sia  desijós  que  aquell  de 
vos  o  de  mi  al  qual  la  fortuna  será  favorable,  puxa  haber  mane- 
ra de  gloriarse  en  lo  dany  e  deshonor  de  altre.  Per  tal  jó  Joan  de 
Vilaragut  a  tota  ma  requesta,  requerix  de  combatre  a  tota  ul- 
tranga  a  vos  dit  Don  Pero  Maga,  mon  cors  contral  vostre  sense 
nenguna  altra  companya,  segons  gentils  homens  per  semblats 
requestes  han  acostumat  combatre.  Donanli  de  terme  pera  res- 
pondre  tres  dies  y  que  done  la  carta  al  molt  noble  Calvan  de 
Villena  y  quatre  mesos  de  temps  pera  cercar  Jutge  y  si  no  es- 
trobaba,  en  prenia  ells  altres  quatre  y  si  no  quedaba  la  requesta 
en  lo  mateix  punt.  Dat  etc.  partida  per  A.  B.  C.  Joan  Vilaragut. 

La  segona  carta  es  la  resposta  a  esta  qu'es  d'En  Pero  Maga  y 
díu  així: 

Mosen  Joan  Vilaragut,  Jo  Pero  Maga  he  rebut  una  vostra  letra 
per  Catalunya  lo  Heraut,  partida  etc.  que  diu,  Don  Pero  Alaga 


506  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

crech  que  vos  hajats  per  nottori  etc.  A  lo  qual  vos  responch: 
Que  en  nom  de  aquell  qui  es  vencedor  de  les  batalles,  e  de 
nostra  Donna  e  del  benaventurat  Sent  Jordí  accepte  la  vostra 
requesta  e  deuis  que  la  dita  batalla  se  faga  a  cavall,  lo  cavall  ar- 
mat  de  lorigues,  pespuntes  e  testera,  sens  daga  ni  espasa,  ni 
alguna  altra  maestría,  ab  sella  de  acer  sens  ales,  bores,  cadenes, 
baldes  ne  altres  maestries,  los  estrebs  ligats  o  desligats  cascú  a 
sa  voluntat.  Cascú  de  nos  haja  de  ser  armat  de  gabatons,  arnés 
de  cama  e  de  cuxa  acostumat  de  portar  en  guerra  de  seguir, 
bragues  de  malla,  gipó  comú  e  no  fort  sens  maestría  ylases  o 
mirases  ab  falda  de  malla  de  mig  pam,  les  quals  no  puxen  pesar 
25  lib.  en  sus.  Soseres  de  malla,  guarda  bragos  sens  ala,  dues 
cagóles  de  un  pam  de  dellarch  e  mig  de  ampie,  ambrasels  abso- 
serts  acostumats  de  portar  en  guerra  sens  varefins,  ne  altra 
maestría,  manyoples  o  guantaletes  sens  daga  — dues  aletes  sens 
maestría  alguna,  fincháis  com  se  acostumen  portar  en  guerra. 
Gorguera  de  ferro  ab  sa  franja  'de  malla —  de  bernet  redó  ab 
tres  dits  de  orla,  ab  salteres  de  malla,  langa  de  dotze  pams  de 
asta  e  pam  e  mig  de* ferro  de  la  gruxa  que  cascú  voldrá,  ab  son 
rest  de  cuiro  sen  puxe  segons  en  guerra  es  acostumat  portar. 
Dues  espases,  una  de  cinch  pams  de  ferro  e  un  pam  e  mig  de 
mantí  e  altra  de  tres  pams  de  ferro  e  un  pam  de  mantí  ab  sos 
poms  e  mires  acostumades.  Una  daga  de  un  pam  e  mig  de  ferro 
ab  son  manech  de  fust  de  un  pam  etc.  Oferix  treballar  en  cercar 
Jutge  cristía  o  moro  no  sospitós  ahon  no  quedará  sa  voluntat 
requesta  en  lo  punt  que  demanaba.  Dat.  a  22  de  Setembre 
any  1418. 

Estes  dues  cartes  les  porta  Mosen  Pere  Benlloch  en  la  segona 
part  del  Compendi  que  feu  de  lo  qu'es  conté  en  la  ciutat  d'Ori- 
hola,  fins  l'any  I  523,  que  tinch  manuscrit  de  má  de  l'autor,  que 
no  les  posa  sanceres,  sino  del  mateix  modo  que  jo  a  V.  M.  les 
he  tramases.  He  procurat  trasladarles  ab  tota  fidelitat,  menys 
dos  noms  que  no  he  pogut  Uegir,  per  estar  la  lletra  mal  for- 
mada. 

Volguera  que  foren  del  gust  de  V.  M.  y  que  serviren  dalgo 
pera   son    Dkciouari    que    m'alegraria   saber   quant    s'estampa. 


REFRANES    VALENCIANOS  507 

V.  M.  perdone  ma  franquea  y  estigas  persuadit  que  l'estime  y 
desije  ser  lo  seu  amich  y  aixi  no  s'oblide  de  manarme.  Deu 
guart  a  V.  M.  los  anys  que  desije.  Orihola  y  Maig  a  22  de  1 763. 
B.  L.  M.  de  V.  M. 


son  mes  segur  servidor, 

F.  Lluis   G.-íliana. 


Molt  senyor  meu,  Carlos  Ros. 


Si  la  carta  anteriormente  copiada  demuestra  la  competencia 
del  P.  Galiana  y  su  conocimiento  de  los  clásicos  valencianos, 
más  se  reafirma  tal  juicio  detallando  y  enumerando  las  obras 
que  de  su  mano  salieron,  y  confirmada  queda  la  ligereza  de  Ma- 
yáns  al  calificarle  de  poco  seso,  ingrata  é  injusta  corresponden- 
cia al  afecto  que  el  P.  Galiana  le  dedicaba  y  del  que  consigna 
en  su  carta  cuando  refiriéndose  á  él  le  llama  «mon  verdader 
amich».  De  las  obras  escritas  por  Fr.  Luis  Galiana  de  que  tengo 
noticia  son  estas: 

1.  La  carta  que  queda  transcripta  anteriormente,  fecha  22  de 
Mayo  de  1 763,  que  Carlos  Ros  insertó  al  principio  de  su  Diccio- 
nario Valenciano^  en  la  segunda  edición  impresa  por  Benito 
Monfort  en  el  año  1 764. 

2.  La  Perfecta  Casada  del  Maestro  Fr.  Luis  de  León,  nue- 
vamente ilustrada  y  corregida  en  esta  vasta  impresión  por  Fray 
Luis  Galiana,  Lector  de  Filosofía  en  el  convento  de  ünteniente. 
Valencia.  Salvador  Fauli,  1765;  se  reimprime  en  Madrid  por 
Antonio  Espinosa  en  1799.  Ambas  ediciones  en  8.° 

3.  Rondalla  de  Rondalles  a  imitado  del  Cuento  de  Cnentos  de 
Don  Francisco  de  Quevedo  y  de  la  Historia  de  Historias  de  Don 
Diego  de  Torres.  Composta  per  un  curios  apasionat  de  la  Llen- 
gua  Llemosina  y  treta  a  llum  per  Carlos  Ros,  Notari  publich 
per  Autoritat  Apostólica  y  Real  de  esta  molt  Noble  Isigne 
y  Coronada  Ciutat  de  Valencia.  Valencia,  Benito  Alonfort,  1 768, 
en  8.°;  se  reimprime  por  el  mismo  Monfort  en  igual  tamaño  en 
los  años  1776  y  1820  y  en  los  semanarios  valencianos  El  Doctor 
Cudol  y  La  Traca. 

4.  Commentarius  de  scriptis    V.    Fr.  Liidovici    Graiiatensi, 


508  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

procurante  Joanne  Baptista  Munnozio  Valentino,  Doct.  theologo. 
Valencia,  José  y  Tomás  de  Orga,  1769,  4.° 

Respecto  á  obras  que  dejó  manuscritas,  Fuster  en  su  Biblio- 
teca Valenciana,  tomo  2° ,  págs.  61-62,  cita  las  siguientes: 

5.  Memoria  de  los  Varones  señalados  en  virtud,  letras  y  ar- 
mas, naturales  de  la  antigua,  -noble y  leal  villa  de  Onteniente,  un 
tomo  en  4.° 

6.  Cartas  eruditas  á  los  primeros  sujetos  de  este  reino  y  de 
otros  bien  conocidos  por  la  literatura. 

7.  Tractatns  de  Phillobolia,  sive  florum  et  ramorum  sparsione 
in  sacris  et  civilibus  rebus  usitatissima... 

8.  Expostulatio  cuní  atra  Libitina  de  interitu  Stephani  Sor- 
nosae  solertis... 

9.  Centones  vitae  hiimanae  miserias  reserantes  ex  pluribus 
poetis  concinnati  et  in  4  libros  distributi. 

10.  Disertación  sobre  una  lápida  del  pueblo  de  Vive/,  en  que 
se  explican  las  costumbres  que  observaron  los  antiguos  en  erigir 
estatuas,  edificar  sepulcros,  grabar  inscripciones  y  otras  cosas. 
Sigue  á  continuación: 

Carta  que  escribió  el  Dr.  Bernardo  Ballester  á  Fr.  Luis  Ga- 
liana en  el  año  1 760,  sobre  la  anterior  Disertación. 

1 1.  Oración  del  Dulcísimo  nombre  de  Jesús,  que  dijo  en  Va- 
lencia Fr.  Luis  Galiana,  cuando  tenía  diez  y  ocho  años. 

12.  Oración  de  los  Santos  Inocentes,  que  dijo  siendo  colegial 
de  Orihuela. 

13.  Cartas  familiares  y  eruditas  de  Fr.  Luis  Galiana  á  Don 
Gregorio  Mayáns  con  las  respuestas  de  este  sabio  caballero. 

14.  Vita  D.  Pauli  Eremitae  ex  Sancto  Hieronymo  desumpta 
et  ad  métricas  legas  concinnata. 

15-  Ludi pueriles  sive  carminae,  quae  subcissivis  horis  pere- 
git  usque  ad  annum  suae  aetatis  sextum  decimum. 

16.  Onologio  o  Historia  de  los  Burros. 

17.  Explicación  de  algunas  máquinas  de  guerra,  especial- 
mente de  las  que  lleva  Mosén  Pedro  Bellot  en  su  Compendio  de 
las  notas  de  la  Sala  da  Orihuela;  á  esta  obra  sigue: 

Carta  laudatoria  del  Dr.  Agustín  Sales,  Cronista  del  Reino  de 


REFRANES     VALENCIANOS  5O9 

Valencia,  al  M.  R.  P.  Lector  F.  Jerónimo  Espuig  sobre  la  obra 
antecedente. 

18.  Carta  de  Fr.  Luis  Galiana  al  Dr.  Agustín  Sales,  en  que 
se  prueba  ser  el  Manganell  y  Fonevol  un  mismo  ingenio,  y  apun- 
tamientos sobre  el  mismo  asunto. 

19.  Fray  Ludoviéi  Galiana,  Sacr  Ord.  Praedic.  Epistolae  ad 
Berna rdn iit  Ba ¡lista ruin. 

20.  Sermón  del  juicio  universal,  compuesto  y  predicado  por 
Fray  Luis  Galiana  en  el  Colegio  de  Orihuela,  año  1763. 

21.  Oratio  in  pervigilio  Natalis  yesu-Ckristi  habita  in  Pa- 
triarchali  Collegio  Orcelitano  ejusdem  ordinis. 

22.  Siete  Dedicatorias  que  compuso  y  se  publicaron  en  dife- 
rentes obras. 

23.  Coloqui  graciós  y  entretengut,  que  ha  pasat  este  matí 
entre  el  Aguilucho  de  Moltó  y  la  Blanca  del  Marqués  sobre  la 
Procesó  que  es  feu  air  dia  26  de  Juliol  de  este  any  1766  en  la 
Villa  de  Ontinyent,  I.''  y  2."''  part. 

24.  Explicación  Histórico-fahulosa  del  libro  de  los  espectácu- 
los, de  M.  V.  Marcial,  año  1764. 

No  citados  por  Fuster  existen  en  la  Biblioteca  L^niversitaria 
de  Valencia  los  dos  siguientes  manuscritos: 

25.  Addiciones  i  Correcciones  a  los  dos  tomos  de  Escritores 
J'alencianos  del  Doctor  Vicente  Ximeno,  empezadas  por  el  Licen- 
ciado Fr.  Luis  Galiana  de  Onteniente  i  Proseguidas  por  Fr.  Jo- 
seph  Texidor. 

26.  Tractatus  de  inscriptionibiis  antiquis,  duobus  Tomis 
comprehensus.  Auctore  Fr.  Ludovico  Galiana,  Fontinentano... 

Y  finalmente  reg-istraremos  el  manuscrito  de  Refranes  Valen- 
cianos,  que  a  continuación  transcribimos: 

27.  Refranes  Valencianos,  recopilados  por  el  P.  Luis  Galiana; 
manuscrito  en  papel  existente  en  la  Real  Academia  de  la  Histo- 
ria, letra  del  siglo  xviii;  28  hojas  sin  foliar,  son  en  blanco 
los  folios;  3  en  su  totalidad,  el  5  al  recto,  9  al  verso,  así  como  el 
10,  el  II  y  el  12,  el  2^  y  el  28  en  su  totalidad.  La  caja 
de  escritura  es  de  diferentes  tamaños,  como  corresponde  á  un 
cuaderno  distribuido  en  partes  por  división  alfabética,  destinado 


JIO  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

á  la  consignación  diaria  de  los  refranes  de  que  se  va  teniendo 
conocimiento.  Tamaño  del  cuaderno:  155  X  I05  milímetros. 

He  de  añadir  para  la  debida  identificación  de  este  manuscrito 
que  procede  de  los  papeles  del  P.  Fita,  devueltos  por  los  PP.  de 
la  Compañía  de  Jesús  á  la  Academia  de  la  Historia. 

En  el  original  que  transcribo  existen  algunos  refranes  caste- 
llanos y  reducidas  equivalencias  latinas;  de  unos  y  otras  he 
prescindido,  porque  lo  que  á  mi  intento  interesaba  era  dar 
á  conocer  lo  que  á  Valencia  se  refería  y  reintegrar  al  P.  Galiana 
en  el  lugar  que  su  aplicación,  estudio  y  talento  merecían,  que  si 
Mayáns  desconoció,  fueron  en  cambio  muy  justamente  alabados 
por  el  P.  Teixidor  en  el  siguiente  soneto: 

Publique  ya  el  clarín  dulci-sonoro 
De  la  fama,  lo  dulce  y  arrogante 
De  este  breve  volumen,  elegante 

Y  digno  de  esculpirse  en  tabla  de  oro; 
Sea  guardado  como  un  gran  tesoro, 

Y  como  el  más  precioso  diamante, 
Para  que  el  orbe  aplauda  en  adelante 
A  su  joven  autor,  á  quien  adoro; 

Pues  en  sus  tiernos  años  de  tal  modo 
Nos  da  señales  de  su  gran  talento 
En  haber  dado  á  luz  aquesta  obra. 

Que  me  atrevo  á  decir  que  el  mundo  todo 
No  tiene  en  sí  otro  igual  entendimiento, 
Pues  tal  honor  en  tal  edad  se  cobra. 

Tan  laudatorio  juicio,  que  consiguió  el  Historiador  de  los  mo- 
numentos valencianos  en  el  manuscrito  del  libro  de  Los  Espec- 
táculos de  M.  V.  Marcial,  que  el  P.  Galiana  escribiera  y  queda 
registrado  anteriormente,  lo  hago  extensivo  á  los  Refranes 
Valencianos,  que  de  dicho  autor  publico. 

Madrid  y  Julio,  ii,  919. 

Vicente  Castañeda. 


REFRANES    VALENCIANOS  51I 


Colección    de    refranes   valencianos  que   disponía 
el  P.  L.   Fr.  Luis  Galiana,  Dominico. 

Son  de  su  mano    (1). 

A 

Ama  i  señoría  no  volen  compañía. 

A  Deu  Madrít  quet  quedes  sens  gent  díxía  un  sabater. 

Ab  tos  majors  no  partixques  peres,  ni  de  burles  ni  de  veres. 

A  Gorga,  que  es  Purgatori  de  gosos. 

Are  de  S.   iNIartí,   la  pluja  está  así  y  de   vesprada    la  pluja   es 

pasada. 
Arreplegador  de  la  cendra  escampador  de  la  fariña. 
Al  gos  ronyos  tots  la  venten. 
A  qui  no  mata  porc  no  se  li  dona  llonganisa. 
Animal  bon  menjador  pera  tot  treballador. 
Apres  de  la  fosca  nit  amaneix  lo  día  ciar. 
Al  pont  son  les  azotadas. 
Amor  de  monja  y  pet  de  frare,  tot  es  aire. 
Arrós  y  bugada,  foch  de  brasa. 
Aígua  sobre  aigua,  ni  neteja,  ni  llava. 
Acostat  ais  bons  y  serás  u  dells. 
A  bou  flac  tot  son  mosques. 
AJÍ  crú  y  vi  pur,  passen  lo  port  segur. 
A  carn  de  Ilop,  dent  de  gos.  ^ 

A  canes  honrades  no  hia  portes  tancades. 
Al  bon  varó  les  terres  agenes  sa  patria  son. 
Amors,  dolors  i  díners,  no  poden  estar  secrets. 
Aixi  com  preguntarás  tal  resposta  trobarás. 
Ana  la  negra  al  bañ  i  tingué  que  contar  un  añ. 
Assí  sastres  hasta  que  vínguen  homens. 


(i)     Respetamos  en  absoluto  en  la  transcripción,  la  forma  en  que  está 
escrita  la  obra. 


512  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

A  la  vora  del  riu  no  fases  niu. 

A  tots  ajuda  Deu,  no  al  que  sembra  en  térra  mala. 

Al  Rei  li  falten  ses  hores. 

A  la  ocasió  la  pinten  calva. 

Asó  teniem  i  manjavem  pá  a  soles. 

Al  molí  y  a  la  esposa  sempre  li  falta  alguna   cosa. 

Ab  lo  sens  i  la  paciencia  sadquirix  la  ciencia. 

Adobanse  va  Juana  y  fila  de  mala  gana. 

Aigua  calenta  y  veta  apretada,  sangría  acertada. 

A  goR  vell  no  hia,  sus,  sus. 

A  falta  de  pá  bones  son  coques. 

A  bou  vell,  cencerro  nou. 

A  cada  porc  vé  el  seu  S.  Martí. 

A  un  traidor,  dos  alevosos. 

Amic  de  sí;  enemic  de  ningú. 

Al  que  menja  lo  madur,  fesli  rocegar  lo  dur. 

Arrós  que  fá  el  ventre  grós. 

Aon  no  ia  cap,  tot  es  cua. 

A  Juana  se  lan  porten  e!s  Moros  i  ella  no  plora,  no  li]|sab  molt 

mal  ser  mora. 
A  la  que  es  pesada  cosa,  la  persona  melindrosa. 

B 

Bona  casa,  bona  brasa. 

Baix  la  manta,  no  hiá  negra,  ni  blanca. 

Beni  Carió,  gran  olla  y  chic  sermó. 

Bosí  per  forsa  es  mal  de  angulir. 

Bon  cap  per  Alcalde 

Eet  será  polst  si  el  rabo  es  trenca 

Bona  vá  la  danga. 

Benaja  el  pá,  que  es  deixa  vendré. 

Blat  comprat,  ni  coques,  ni  rollos,  ni  pá  saonat. 

Blat  tarda,  ni  palla,  ni  grá. 

Bescuit  de  moncha,  cafís  de  forment. 

Bon  sermó  tindrem  si  no  es  rebenta. 

Bons  dies,  bones  obres. 


REFRANES    VALENCIANOS  513 

Bó  es  missar  y  casa  guardar. 

Bona  vista  vejam  figues  en  Agost. 

Bé  canta  Marta,  después  de  farta. 

Beata,  si  el  amor  no  u  desvarata. 

Ben  volent  o  mal  volent,  de  la  dona  sigues  parent. 

Bó  es  que  la  casa  sapia  a  home. 

Beure  molt  i  anar  dret,  no  pot  ser. 

Bé  pots  dir  que  las  encontrada  chilladora,  ni    una   mosca   que 

no  oirá. 
Bona  palla  arrastres. 
Basta  esquilar,  sin  desollar. 
Bé  el  poden  deixar  nadar  sense  caravana. 
Bonico  es  el  chic. 
Bou  solt  be  es  llepa. 
Bon  cor  lleva  la  mitad  de  la  por. 
Bestia  loca  nunca  es  vella. 
Bon  dia  fó,  si  hiá  que  menjar. 
Bon  saludador,  bon  bevedor. 

Bones  confiances  i  males  cullites  acaben  les  cases. 
Bovo  de  Coria,  que  demanava  un  reñó  per  torna. 
Bona  escusa  té  el  malalt,  pixa  el  Hit  í  diu  que  sua. 

(Continuará). 


TOMO    LXXV  33 


EXCMO.  SR.  D.  VICENTE  VIGNAÜ  Y  BALLESTEE 


La  historia  académica  de  este  ilustre  Numerario,  aunque  siem- 
pre interesante  para  su  biografía,  no  es  bastante  ni  para  reseñar 
todos  sus  títulos,  toda  su  labor  literaria  y  toda  su  representación 
personal  en  el  Cuerpo,  que,  por  su  instituto,  es  el  organizador  y 
el  custodio  de  los  elementos  documentarlos  que  han  reportado 
desde  la  mitad  del  siglo  antecedente  tantas  necesarias  rectifica- 
ciones á  la  historia  patria,  y  ha  descubierto  y  dado  el  relieve  me- 
recido á  tantos  nombres  olvidados  y  que  no  se  conocían,  y  á 
tantos  hechos  importantes  que  contribuyen  con  su  testimonio 
justificado  á  completar  la  urdimbre  de  la  Historia  y  la  síntesis 
de  los  sucesos  más  trascendentales. 

Desde  muy  á  los  principios  de  su  ingreso  en  el  Cuerpo  facul- 
tativo de  Archiveros-Bibliotecarios,  Vignau  comenzó  á  servir  en 
la  Real  Academia  de  la  Historia;  pues  en  1862,  es  decir,  á  los 
dos  años  de  pertenecer  al  referido  Cuerpo,  siendo  en  él  Ayu- 
dante, vino  destinado  á  nuestro  Archivo,  del  que  era  Jefe  el  in- 
olvidable y  eximio  paleógrafo  D.  Manuel  Goicoechea,  bajo  la 
Dirección  académica  del  Bibliotecario  perpetuo  limo.  Sr.  D.  Au- 
reliano  Fernández-Guerra  y  Orbe. 

'Habiendo  pasado  á  otros  destinos  superiores  y  siendo  Cate- 
drático de  la  Escuela  Superior  de  Diplomática,  Auxiliar  de  la 
Comisión  de  Cortes  de  nuestra  Academia,  autor  de  innumera- 
bles trabajos  históricos  relativos  á  la  Edad  Media  y  Jefe  del  Ar- 
chivo Histórico  Nacional,  y  estando  vacante  la  silla  que  ocupó 


^ 


Bol.  de  la  R.  Acad.  de  la  Hist. 


T.  LXXV.— Cn"  VI.-Lám   T. 


EXCMO.    SR.     D.    VICENTE    VIGNAU    Y    BALLESTER 
Nació  en  Valencia  el  7  de  Junio  de  1834.  Murió  en  Madrid  el  30  de  Octubre  de  1019. 


DON    VICENTE   VIGMAU    Y   BALLESTER  515 

con  la  Dirección  de  la  Academia  el  Excmo.  Sr.  D.  Antonio  Cá- 
novas del  Castillo,  en  la  sesión  del  14  de  Enero  de  1898,  á  pro- 
puesta de  los  Sres.  D.  Fidel  Fita,  D.  Antonio  Rodríguez  Villa, 
D.  Antonio  Sánchez  Miguel  y  D.  Juan  Catalina  García,  fué  pro- 
puesto para  dicha  vacante  y  elegido  en  el  mismo  mes.  Tomó  po- 
sesión de  su  plaza  el  19  de  Junio  siguiente,  leyendo  un  discurso, 
cuyo  tema  fué  El  Archivo  Histórico  Nacional.,  á  que  contestó  el 
ya  citado  Sr.  Rodríguez  Villa,  después  de  revisados  é  informa- 
dos los  dos  por  los  Sres.  D.  Francisco  Fernández  y  González 
y  D.  Víctor  Balaguer. 

El  23  de  Septiembre  siguiente,  el  Excmo.  Sr.  Marqués  de  la 
Vega  de  Armijo,  Director,  le  designó  para  formar  parte  de  la 
Comisión  de  Arqueología,  y  el  13  de  Mayo  de  1910  lo  incorpo, 
ró  á  la  Comisión  de  Cortes  y  Fueros.  En  29  de  Abril  de  1912, 
por  fallecimiento  del  Excmo.  Sr.  D.  Bienvenido  üliver  y  Este- 
11er,  se  le  encargó  de  continuar  la  publicación  de  las  Cortes  de 
los  antiguos  Reinos  de  Aragón  y  Valencia  y  Principado  de  Cata- 
luña, labor  que  siguió  desempeñando  hasta  el  término  de  su 
vida. 

En  el  Boletín  de  la  Academia  su  nombre  figuró,  desde  1886, 
en  un  Informe  dado  por  el  Sr.  D.  Vicente  de  la  Fuente  sobre  el 
Cartulario  de  Eslonza  (Boletín,  tomo  ix,  pág.  391).  Posterior- 
mente, y  siendo  ya  Numerario,  él  informó  á  su  vez  sobre  Las 
crónicas  generales  de  España,  del  Sr.  Menéndez  Pidal;  Alfonso 
de  Castro  y  la  ciencia  penal,  de  D.  Eloy  Bullón;  los  Sueldos  bar- 
celoneses, el  Archivo  de  la  Chancillería  de  Valladolid,  La  paheria 
de  Lérida,  los  Documentos  de  Colón  de  la  Casa  de  l'eragua,  el 
Ducado  de  Cidi-  Yahya  y  sobre  un  premio  de  la  Fundación  del 
Barón  de  Santa  Cruz. 

Si  á  esto  se  reduce  su  actuación  académica,  en  el  concepto  de 
su  carrera  profesional  en  el  Cuerpo  facultativo  de  Archiveros- 
Bibliotecarios  ostenta  títulos  de  mucha  mayor  importancia,  que 
€s  necesario  recordar  ó  aportar  á  lo  menos  aquí. 

Antes  de  ingresar  en  él,  en  1860,  sus  títulos  profesionales  eran 
los  siguientes.  Nacido  en  Valencia  en  7  de  Junio  de  1834,  casi 
niño  comenzó  á  estudiar  Latín  y  Humanidades  en  el  Colegio  de 


5l6  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Santo  Tomás  de  Villanueva;  en  la  misma  ciudad,  y  en  el  mismo 
siguió  la  carrera  de  Teología,  en  cuya  Facultad  se  doctoró.  Tras- 
ladóse á  Madrid  en  1857,  y,  en  la  Universidad  Central,  cursó  la 
carrera  de  Derecho,  y,  terminada,  abrió  bufete  y  la  desempeñó 
durante  cuatro  años.  Emprendió  inmediatamente  después  los 
estudios  de  la  Facultad  de  Filosofía  y  Letras,  tomando  sus  títu- 
los. En  un  período  de  treinta  y  seis  meses,  y  obteniendo  en  la  ma- 
yoría de  las  asignaturas  los  premios  correspondientes  á  ellas,  se 
doctoró  en  Medicina,  siendo  nombrado  en  1880  Catedrático  del 
Instituto  y  Hospital  Homeopático  de  San  José,  de  Madrid.  Ya 
desde  1 860  pertenecía  al  Cuerpo  facultativo  de  Archiveros,  Bi- 
bliotecarios y  Arqueólogos,  y  después  de  la  publicación  de  una 
Gramática  del  dialecto  lemosin,  desde  el  año  1 88 1  hasta  la  su- 
presión de  la  Escuela  Superior  de  Diplomática,  desempeñó  en  la 
misma  la  Cátedra  de  Gramática  histórico-comparada  de  las  len- 
guas neo-latinas,  pasando  á  la  Facultad  de  Filosofía  y  Letras  de 
la  Universidad  Central,  en  virtud  de  Real  decreto  de  20  de  Julio 
de  1900,  cuando  se  suprimió  la  referida  Escuela.  En  la  L^niversi- 
dad  explicó,  hasta  su  jubilación,  en  1904,  la  Cátedra  de  Gramá- 
tica de  las  lenguas  romances. 

Entretanto,  en  el  Cuerpo  de  Archiveros  desempeñó  los  car- 
gos más  distinguidos,  como  el  de  Secretario  general  del  mismo, 
Secretario  y  Vocal  de  su  Junta  facultativa  y  Director  del  Ar- 
chivo Histórico  Nacional,  en  el  que  sucedió  al  Sr.  D.  Francisco 
GonzálezL  Vera,  sucesor  á  su  vez  de  D.  Tomás  Muñoz  y  Romero, 
pues  aunque  entre  estos  dos  últimos  la  política  deletérea  de 
nuestros  Gobiernos  hizo  pasar  á  D.  José  Sanz  Pérez  y  al  poeta 
dramático  D.  Luis  de  Eguilaz,  estos  nombres  de  todo  punto 
intonsos  en  la  esfera  técnica  de  tan  importante  misión,  sólo  dejó 
la  efímera  estela  de  su  respectiva  respetabilidad  personal,  sin 
poder  prestar  servicios  útiles  á  la  Corporación  ni  al  Instituto  á 
cuyo  frente  fueron  puestos. 

Puede  decirse,  pues  todos  los  testimonios  documentados  que 
existen  lo  comprueban,  que  tanto  la  fundación  del  Archivo  Ge- 
neral Central  de  Alcalá  de  Henares,  por  Real  decreto  de  17  de 
Julio  de  1858,  como  la  del  Archivo  Histórico  Nacional,  en  28  de 


DON    VICENTE    VIGNAU   Y    BALLESTER  517 

Mayo  de  1 866,  y  la  del  mismo  Cuerpo  facultativo  que  los  orga- 
nizaron y  siguen  sirviéndolos,  fué  casi  exclusivamente  debido  á  la 
ilustrada  cuanto  persistente  iniciativa  de  la  Real  Academia  de  la 
Historia,  desde  que  en  1850,  por  Real  orden  de  18  de  Agosto, 
se  mandó  por  el  Ministerio  de  Hacienda  entregar  á  nuestro 
Cuerpo  los  documentos  de  las  Ordenes  monásticas  suprimidas  y 
que  existían  en  deplorable  abandono  y  confusión  en  la  antigua 
Dirección  de  fincas  y  bienes  del  Estado.  La  Academia  alojó  en 
su  propia  residencia  tan  enorme  masa  de  diplomas  en  pergaminos 
y  de  papel  en  legajos.  En  su  propia  residencia,  aunque  tan  redu- 
cida, se  abrieron  las  primeras  cátedras  del  mismo  Cuerpo  facul- 
tativo. Y  en  su  propia  residencia,  aunque  tan  estrechada  por  todo 
su  natural  movimiento  orgánico  más  el  que  de  estos  hechos  sur- 
gió, los  nuevos  alumnos,  discípulos  entusiastas  de  Muñoz  y  Ro- 
mero y  de  Tro  y  Ortolano,  comenzaron  aquellos  trai)ajos  in- 
mortales que  en  Vignau  se  significan  por  sus  dos  clásicos  libros,  el 
Cartulario  de  Eslonza  y  el  índice  de  documefttos  del  Monasterio  de 
Sahagún.  El  primero  de  ellos,  el  Cartulario  de  Eslonza,  trascribe 
227  escrituras  de  donaciones,  testamentos,  compras,' arrenda- 
mientos, sentencias,  permutas,  transacciones  y  demás  actos  jurí- 
dicos desde  el  año  912  (siglo  x)  hasta  el  de  1399  (siglo  xiv),  en 
cuyos  textos,  escritos  en  un  latín  que  entraña  y  refleja  las  varias 
fases  por  las  que  ha  pasado  desde  su  infancia  nuestro  romance, 
se  hallan  apuntados  muchos  hechos  históricos  que  permanecían 
ignorados.  Los  documentos  descritos  del  Archivo  del  .Monasterio 
de  Sahagún  llegan  al  número  de  2.533,  y  ^1  publicarlos  Vignau 
lo  senriqueció  con  un  copiosísimo  Glosario  y  un  Diccionario  geo- 
gráfico, al  que  añadió  un  plano  del  territorio  que  abarcaba  la 
jurisdicción  de  dicho  Monasterio.  No  hay  que  ponderar  aquí  el 
juicio  que  estos  trabajos  han  merecido  á  la  crítica  docta  de  na- 
cionales y  extranjeros,  ni  los  servicios  de  gran  utilidad  que  han 
prestado  á  la  ciencia  histórica. 

Esta  labor,  tan  profunda  y  escrupulosamente  hecha,  no  fué  en 
■  su  carrera  mas  que  el  principio  de  otras  monografías  y  artículos 
de  que  inundó  en  sus  tres  distintas  épocas  la  Revista  de  Archi- 
vos, Bibliotecas  y  Museos,  el  Museo  Español  de  Antigüedades,  la 


5IO  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Academia  y  nuestro  Boletín.  Las  monografías  históricas  de  Vig- 
nau  en  la  Revista  del  Cuerpo  facultativo  ascienden  á  90,  de  las 
cuales  69  publicó  en  la  primera  época  de  dicha  publicación  y  21 
en  la  tercera,  debida  casi  exclusivamente  á  su  iniciativa  y  su 
constancia. 

La  primera  época  de  la  Revista  alcanza  del  año  1871  al  1875; 
la  segunda  época,  sumamente  efímera,  es  del  año  1 883,  y  la 
tercera  del  de  1886,  sin  que  desde  entonces  haya  tenido  inte- 
rrupción hasta  ahora.  Los  trabajos  de  Vignau  correspondientes 
á  la  primera,  ó  son  de  organización  ó  puramente  técnicos.  Ya  en 
187 1  especificaba  en  uno  de  estos  artículos  Los  Fondos  del  Archi- 
vo Histórico  Azadona!,  ó  designaba  los  Trabajos  para  su  nueva 
instalación,  6  hacía  llamamientos  á  otros  Archivos,  como  los 
parroquiales,  cuya  importancia  histórica  ponía  de  relieve,  ó  mos- 
traba su  erudición  en  materia  numismática  en  artículos  como  el 
de  los  Denarios  6  el  de  los  Morabitis  ceriniis,  ó  daba  á  conocer  en 
materia  bibliográfica  el  Inventario  de  la  Reina  de  Aragón  Doña 
María  y  el  del  Duque  de  Calabria,  ó  hacía  constar  el  destino  del 
Archivo  de  Uclés  al  Histórico  Nacional;  pero  en  la  tercer  época, 
jefe  ya  de  este  Archivo  y  empleado  en  su  completa  reorganiza- 
ción y  aumento,  cada  año  y  aun  cada  semestre  daba  en  la 
Revista  el  pormenor  de  sus  ingresos,  siendo  tantos  los  que  con 
su  diligencia  obtuvo  en  el  tiempo  en  que  lo  dirigió,  que  de 
3.000  legajos  que  lo  constituían  al  tomar  posesión  de  aquel 
empleo,  llegó  á  reunir  más  de  1 59.000,  trasportando  á  él  para 
este  efecto  la  parte  histórica  del  General  Central  de  Alcalá  de 
Henares,  los  del  Ministerio  de  Gracia  y  Justicia  y  parte  del  de 
Estado  hasta  1801,  los  del  Consejo  de  Estado  y  Tribunal  Su- 
premo de  Justicia,  la  documentación  de  los  antiguos  Consejos  de 
Castilla,  Hacienda,  Cruzada  é  Indias;  el  Histórico  de  Toledo  y  el 
del  Consejo  de  Ordenes,  los  de  las  Ordenes  monásticas  suprimi- 
das y  demás  de  carácter  histórico  que  aun  existían  en  los  de  las 
Delegaciones  provinciales  de  Hacienda  y  los  recibidos  en  1897, 
después  de  la  pérdida  de  nuestras  Colonias,  de  Cuba,  Puerto 
Rico  y  Filipinas.  De  algunos  de  estos  nuevos  fondos  sacó  para 
la  Revista  monografías  y  artículos  tan  interesantes  como  el  Día- 


DON   VICENTE    VIGNAU    T    EALLESTER  519 

rio  de  los  sucesos  que  tuvieron  lugar  en  Madrid  desde  zg  de  Julio 
áb  de  Agosto  de  lóyo;  la  Correspondencia  autógrafa  de  Carlos  IV 
con  el  Emperador  Napoleón,  en  el  año  1805;  varios  Documentos 
referentes  á  D.  Leandro  Fernández  de  Moratín;  la  Corresponden- 
cia de  Felipe  IV  con  el  Abad  de  Poblet;  los  Papeles  referentes  á 
la  muerte  de  Felipe  V,  y  d  la  Coronación  de  Fernando  VI; 
el  Inventario  de  los  bienes  que  dejó  al  morir  al  Monasterio 
de  Santas  Creus  Perris  de  Austris;  las  Cartas  del  P.  Felipe  Scio 
de  San  Miguel  desde  Portugal  á  la  Princesa  de  Asturias  (María 
Luisa  de  Parma)  y  al  Conde  de  Floridablanca,  y  otras  colecciones 
análogas  y  del  mismo  aprecio;  bien  que  en  esta  labor  la  de  mayor 
alcance  es  la  que  se  refiere  á  la  publicación  del  índice  de prue' as 
de  los  Caballeros  que  han  vestido  el  hábito  de  Santiago,  Calatra- 
va.  Alcántara  y  Mantesa,  en  colaboración  con  nuestro  ilustre 
Director,  el  Excmo.  Sr.  Marqués  deLaurencín;  El  délos  Caballe- 
ros de  la  insigne  Orden  española  de  Carlos  III,  El  de  los  papeles  de 
la  Junta  Central  Gubernativa  del  Reino  y  del  Consejo  de  Regencia 
y  el  Catálogo  de  las  causas  contra  la  fe  seguidas  ante  el  Tribunal 
del  Santo  Oficio  de  la  Inquisición. 

Las  notas  bibliográficas  insertas  en  el  Boletín  no  tienen 
número;  la  Biblioteca  catalana,  de  Aguiló  y  Fuster;  las  Casas  de 
Estudio  de  Valencia,  de  Vives  y  Sierra;  el  Diccionario  militar,  de 
Almirante;  los  Moriscos  españoles  y  su  expulsión,  de  Danvila  y 
Collado  y  de  Barrachina  Pascual;  las  Lecciones  sumarias  de 
Psicología,  de  Giner  de  los  Ríos  (D.  Francisco);  La  primer 
vuelta  al  mundo,  de  Llorens  y  Asensio,  son  trabajos  de  este 
género;  y  otra  multitud  que  en  obsequio  á  la  brevedad  no 
se  citan  aquí. 

Tal  fué  el  bagaje  literario  y  tales  los  títulos  de  honor  que  en  su 
carrera  brillante  supo  conquistar  con  su  trabajo  asiduo,  su  estu- 
dio perseverante  y  su  constancia  en  todo  el  ilustre  compañero 
que  la  Academia  ha  perdido  y  por  tantos  conceptos  difícil  de 
reemplazar. 

Juan  Férez  de  Guzmán  y  Gallo. 


VARIEDADES 


I 
CARTAS  DE  DON  PRÓSPERO  BOFARULL 

SOBRE  ARREGLO  DEL  REAL  Y  GENERAL  ARCHIVO  DE  LA  CORONA  DE  ARAGÓN 

Excmo.  Sr.:  La  relación  de  las  tareas  de  esta  oficina  de  mi  car- 
go en  el  discurso  de  un  año  de  tanta  agitación  como  el  presen- 
te, que  tengo  el  honor  de  elevar  á  manos  de  V.  E.,  ofrece  una 
época  de  las  más  delicadas  y  de  mayores  apuros  en  que  pueden 
verse  los  Archivos;  ya  sea  que  se  atienda  sólo  á  su  conservación, 
ó  ya  á  la  clase  de  trabajo  de  sus  dependientes,  en  el  análisis  y 
coordinación  de  documentos,  que  siendo  substancialmente  lite- 
raria, requiere  aquel  grado  de  calma  y  tranquilidad  que  no  se  ha 
gozado  en  un  año  de  tan  extraordinarios  acaecimientos. 

Pasaré,  sin  embargo,  señor  excelentísimo,  á  describir  en  este 
parte  reglamentario,  con  toda  la  exactitud,  orden  y  claridad  que 
permita  la  escasez  de  mis  luces,  el  celo  con  que  esta  oficina  ha  pro- 
curado llenar  el  interesante  objeto  de  su  instituto;  y  la  benigna 
acogida  que  S.  M.  ha  dispensado  en  los  nueve  precedentes  años  de 
mi  encargo  á  otras  tareas  de  menor  importancia  en  circunstancias 
menos  espinosas,  me  promete  la  satisfacción  de  que  recibirá  con 
algún  agrado  la  noticia  de  la  conservación  y  ulteriores  progresos 
del  Archivo  más  precioso  y  antiguo  de  su  Real  Corona. 

Los  que  ha  hecho  este  año  el  establecimiento  en  la  grandiosa 
obra  de  la  traslación  é  inventario  de  la  inmensa  serie  de  escrituras 
sueltas  sobre  pergamino  á  que  di  principio  en  1814,  y  que  en 
mi  último  parte  de  I  5  de  Diciembre  de  1822  dexé  en  el  núme- 
ro 1.964  de  la  colección  peculiar  del  reinado  del  Sr.  D.Jaime  I, 


CARTAS    DE    DON    PROSPERO    BOFARULL  521 

se  halla  hoy  en  el  núm.  2. Oí 7  de  la  misma;  y  si  bien  la  corta  di- 
ferencia numérica  de  52  que  tan  sólo  resulta  se  presenta  tenue  y 
de  corta  consideración  respecto  de  otros  años,  debo  advertir 
á  V.  E.  que  sobre  ser  dichas  52  escrituras  de  un  volumen  extra- 
ordinario y  de  difícil  y  entretenida  descifración,  se  agrega  á  esto 
que  la  oficina  se  ha  visto  precisada  á  interrumpir  esta  tarea  para 
atender  á  otras  de  mayor  consecuencia  y  premura. 

Tal  graduará,  en  mi  concepto,  la  superior  ilustración  de  V.  E., 
el  primer  tomo  del  nuevo  repertorio  é  inventario  de  registros 
de  este  Archivo,  cuya  copia  acompaño,  fruto  de  diez  años  de 
preparaciones,  obra  la  más  descuidada  y  necesaria  para  el  esta- 
blecimiento, y  tributo,  por  fin,  el  más  debido  á  la  confianza  de  Su 
Majestad,  á  quien  tiene  esta  oficina  el  honor  de  consagrarla.  La 
advertencia  preliminar  que  he  puesto  en  las  primeras  páginas  de 
este  volumen  me  dispensa  la  obligación  en  que  su  falta  me  cons- 
tituiría de  manifestar  á  V.  E.  el  tiempo  en  que  ya  el  Sr.  D.  Fer- 
nando III  de  Aragón,  V^I  de  Castilla,  ordenó  que  se  diese  prin- 
cipio á  este  inventario;  los  remiendos,  encuademación,  foliación, 
rotulatas,  certificaciones  y  demás  operaciones  entretenidas  que 
han  precedido;  el  método  que  en  su  ejecución  se  ha  guardado,  y 
cuanto,  por  fin,  he  creído  oportuno  advertir  para  su  perfecta  inte- 
ligencia y  manejo.  Necesitaba,  señor  excelentísimo,  la  ejecución 
de  esta  ardua  empresa,  según  digo  con  la  franqueza  que  me  ca- 
racteriza, una  mano  más  diestra  que  la  mía  y  circunstancias  más 
favorables  que  las  pasadas;  pero  el  arrojo  de  haberla  embestido 
con  tan  débiles  fuerzas  y  la  esperanza  de  que  mis  sucesores  po- 
drán perfeccionarla  algún  día,  me  promete  el  premio  de  la  in- 
dulgencia, á  que  sólo  aspira  mi  buen  deseo. 

Este  mismo  me  ha  conducido  también  al  examen  y  clasifica- 
ción de  una  multitud  de  papeles  sueltos  y  antiguos  que  existen 
en  la  4."  sala  de  este  Archivo,  y  á  entresacar  de  ellos  muchos 
millares  de  cartas,  tratados  y  otros  documentos  diplomáticos 
originales,  castellanos  y  latinos,  árabes,  lemosines  y  aun  grie- 
gos y  hebreos,  con  los  que  he  enriquecido  extraordinariamente 
la  colección  cronológica  de  cartas  del  tiempo  de  los  Monarcas 
de  Aragón,  cuyo  arreglo  é  importancia  emprendí  y  manifesté  en 


522  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

mi  parte  de  10  de  Diciembre  de  1817;  por  manera,  que  esta  co- 
lección, que  en  aquel  año  se  componía  sólo  de  90  legajos  en 
folio  arreglados  cronológicamente,  se  extiende  hoy  hasta  el 
núm.  152,  que  ofrecen  á  miles  piezas  significativas,  las  más  sin- 
gulares y  curiosas  para  ilustración  de  nuestras  historias.  Al  tra- 
bajo substancial  del  examen  y  arreglo  cronológico  de  esta  pre- 
ciosa colección  se  agrega  el  material  de  haber  mandado  formar 
á  todos  estos  legajos  unas  bolsas  ó  carteras  de  buen  pergamino 
forradas  de  cartón  para  su  mayor  consistencia,  que  al  paso  que 
presentan  el  volumen  agradable  á  la  vista,  preservan  los  docu- 
mentos que  encierran  del  polvo,  humedad  é  insectos,  enemigos 
capitales  d  e  estos  establecimientos. 

Haré  mérito  asimismo  en  este  lugar  de  otra  tarea  no  menos 
digna  de  la  atención  de  V.  E.,  cual  es  la  del  alfabeto  á  que  se 
refiere  mi  último  parte,  y  ha  continuado  la  oficina,  para  facilitar 
más  y  más  sus  investigaciones,  á  los  abultados  índices  de  los 
registros  12,  13,  14,  15  y  16  del  reinado  del  Sr.  Don  Jaime  I.°, 
así  como  á  los  de  conclusiones  civiles  de  la  antigua  Cancillería, 
desde  el  año  1515  á  1522,  inclusive;  y  no  omitiré,  finalmente, 
rnanifestar  á  V.  E.  que  el  examen  y  arreglo  de  los  55  registros 
que  enriquecen  el  interregno  del  Sr.  Donjuán  2°,  pertenecientes 
á  los  gobiernos  intrusos  del  Príncipe  Carlos  de  Viana,  Renato 
de  Anjón  y  Pedro  de  Portugal,  que  tantos  disturbios  produjeron 
en  la  antigua  Corona  de  Aragón,  y  que  por  lo  mismo  se  hacen 
tan  interesantes,  son  fruto  igualmente  de  las  ocupaciones  del 
presente  año. 

Si  bien  que  sólo  por  vía  de  consulta  elevé  á  manos  de  V.  E.,  en 
10  del  corriente,  mi  exposición,  dirigida  á  que  se  sirva  manifes- 
tarme la  soberana  voluntad  en  orden  á  la  parte  diplomática  é 
histórica  entresacada  de  algunos  Archivos  de  los  Conventos  y 
Monasterios  que  se  decían  suprimidos  en  esta  provincia,  y  depo- 
sitada en  el  establecimiento  á  instancia  de  la  Real  Academia  de 
la  Historia,  no  puedo  aquí  pasar  por  alto  el  importantísimo  y 
extraordinario  servicio  que  ha  hecho  la  oficina,  no  sólo  en  haber 
salvado  esta  preciosa  parte  de  unos  Archivos  que  los  más  han 
sido  saqueados  y  reducidos  á  una  absoluta  nulidad   y  desorden 


CARTAS    DE    DON    PRÓSPERO    BOFARULL  523 

por  el  abandono  con  que  se  han  mirado,  sí  que  también  por 
haberlos  arreglado  y  conservado  durante  el  Sitio  de  esta  plaza  á 
la  par  de  los  mismos  diplomas  que  pertenecen  á  la  Real  Corona 
de  S.  M.,  á  fin  de  que,  según  fuese  algún  día  su  soberana  resolu- 
ción, pudiesen  devolverse  á  las  corporaciones  interesadas,  ó  agre- 
garse á  este  establecimiento  para  su  mayor  riqueza,  como  se 
practicó  á  principios  del  siglo  xni  con  los  papeles  de  los  extin- 
guidos templarios.  Los  expedientes  de  inventario  de  núm.  I  al  4 
que  acompaño,  al  paso  que  justifican  las  existencias  de  esta  cla- 
se, darán  á  V.  E.  una  noticia  cabal  de  esta  tarea  y  de  la  formali- 
dad y  celo  con  que  ha  procedido  la  oficina.  Sobre  todo,  el  Ca- 
tálogo del  núm.  l.°  de  los  Códices  manuscritos  del  Real  Monas- 
terio de  Santa  María  de  Ripoll,  digno  no  por  ser  mío,  sino  por 
la  noticia  que  da  de  unas  obras,  las  más  antiguas,  originales  y 
raras  que  acaso  se  conocen,  de  ocupar  la  atención  de  V^.  E.  y  el 
examen  de  la  Real  Academia  de  la  Historia;  ha  consumido  mu- 
chas horas,  que  he  consagrado  gustoso  á  una  tarea  tan  penosa 
como  útil. 

Miro  también  acreedoras  á  ocupar  su  lugar  en  este  parte  las 
muchas  que  ha  necesitado  la  oficina  para  cerrar  y  verificar  uno 
por  uno  los  mil  y  quinientos  á  mil  y  seiscientos  registros  que 
resultan  remendados,  encuadernados,  foliados  y  rotulados  desde 
que  S.  M.  me  confió  la  dirección  de  este  establecimiento,  pues 
he  juzgado  necesaria  esta  formalidad  y  sello  de  la  fe  pública  de 
que  me  hallo  revestido,  tanto  para  evitar  los  fraudes  que  pueden 
cometerse  desglosando  ó  añadiendo  folios  á  los  registros,  cuanto 
por  ser  el  número  de  dichos  folios  parte  integrante  del  nuevo 
inventario,  no  menos  que  la  noticia  del  año  de  la  encuadema- 
ción, que  se  expresa  en  todas  estas  certificaciones. 

Pasaré,  empero,  por  alto,  señor  excelentísimo,  las  que  he  libra- 
do en  este  aciago  año  á  instancia  de  parte,  y  los  informes,  noticias 
y  demás  de  curso  ordinario  en  una  oficina  tan  enlazada  con  los 
tribunales,  autoridades  y  corporaciones  literarias  de  dentro  y  fue- 
ra de  esta  ciudad;  y  entraré  en  el  detall  de  las  materiales  fatigas 
dirigidas  ala  conservación  tde  ese  interesantísimo  establecimiento. 
Apenas  los  ejércitos  aliados  de  S.  M.  Cristianísima  se  presenta- 


524  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

ron  al  frente  de  esta  plaza,  vi  el  inminente  riesgo  en  que  se 
hallaba  el  Real  Archivo  si  la  obstinación  en  defenderle  daba 
margen  á  las  operaciones  militares  y  asoladoras  consiguientes  en 
tales  casos.  Traté,  pues,  de  tomar  la  precaución  que  dictaba  la 
prudencia  en  lance  para  mí  tan  apurado,  y  habiendo  mandado 
limpiar  y  reconocer  por  el  Arquitecto  las  dos  piezas  subterrá- 
neas á  prueba  de  bomba,  suspendiendo  la  oficina  toda  otra  ta- 
rea, se  ocupó  exclusivamente  en  trasladar  y  depositar  en  ellas, 
baxo  el  método  que  fixé  en  la  instrucción  y  expediente  que 
acompaño  á  V.  E.  de  núm.  5i  los  20  volúmenes,  cien  mil  escri- 
turas hechas  en  pergamino  y  demás  papeles  de  que  se  compone 
en  el  día  este  Archivo,  que,  sin  embargo  de  estar  calculado  su 
peso  á  unas  nueve  mil  arrobas,  fué  trasladado  de  las  piezas  altas 
á  las  bajas  en  sólo  el  discurso  de  ocho  días  por  los  dependientes 
y  sin  otro  auxilio  que  el  de  dos  mozos  de  confianza  para  las  fa- 
tigas más  extraordinarias.  Finalmente,  desvanecidos  los  recelos 
y  disipados  los  riesgos  con  la  entrada  y  ocupación  de  la  plaza 
por  las  tropas  aliadas,  ha  sido  colocado  otra  vez  el  Archivo  en 
las  salas  y  estancias  altas  en  que  antes  se  hallaba,  con  igual  ra- 
pidez y  método,  y  sin  que  haya  sufrido  la  más  mínima  altera- 
ción, menoscabo  ni  desorden;  antes  al  contrario,  ha  logrado  con 
esta  grande  y  extraordinaria  operación  el  beneficio  de  una  lim- 
pieza, la  más  extremada.  Dígnese  V.  E.  enterarse  de  los  porme- 
menores  que  ofrece  este  expediente,  y  poner  en  noticia  del 
Rey  N.  S.  para  su  satisfacción  el  resultado  de  una  faena  tan  pe- 
nosa y  necesaria  como  recomendable  por  el  celo  con  que  la  han 
desempeñado  los  laboriosos  oficiales  l.°,  2°  y  4." 

No  han  sido  menores  los  apuros  en  que  se  ha  visto  este  año  el 
establecimiento  por  la  privación  absoluta  de  las  asignaciones  que 
le  señala  el  Reglamento,  y  cuya  falta  hubiera  paralizado  entera- 
mente todos  sus  trabajos  á  no  haberse  podido  subvenir  de  los 
cortos  fondos  del  residuo  del  Real  Sello,  que  en  unión  con  el  se- 
ñor Regente  de  esta  Audiencia  pudimos  oportunamente  salvar 
de  las  gestiones  del  Jefe  político  de  esta  Provincia,  y  que  se  han 
invertido  á  beneficio  del  Real  Archivo'  en  los  términos  que  ma- 
nifiesta la  copia  núm.  6  que   acompaño  del  expediente  original 


CARTAS    DE    DON    PROSPERO    BOFARULL  525 

que  obra  en  esta  oficina.  Así  que,  después  de  socorridas  todas  las 
necesidades,  resultan  este  año  remendados,  encuadernados,  fo- 
liados y  rotulados  por  los  maestros  libreros  destinados  á  este 
objeto  273  registros  de  los  más  maltratados,  formadas  las  152 
carteras  para  la  colección  de  cartas  originales  del  tiempo  de  los 
Monarcas  de  Aragón,  de  que  he  hecho  mérito  anteriormente,  y, 
finalmerfte,  ha  podido  legajarse  de  nuevo  con  papel  de  marquilla 
del  de  mayor  consistencia  con  buenas  cintas  de  sujeción  la  se- 
rie de  procesos  y  papeles  del  extinguido  Consejo  de  Aragón, 
que  se  compone  de  333  volúmenes  de  un  tamaño  extraordinario, 
sin  otras  composturas  y  remiendos  de  menor  importancia,  pero 
de  absoluta  necesidad  para  la  conservación  y  arreglo  de  estos 
preciosos  é  interesantísimos  documentos. 

Falta  sólo  manifestar  á  V.  E.  para  completa  noticia  de  todas 
las  operaciones  de  la  oficina  en  el  discurso  del  año,  que  he  in- 
gresado en  este  Real  Archivo  de  mi  cargo,  por  vía  de  depósito  y 
con  la  correspondiente  formalidad  de  inventario,  nueve  cajones 
de  papeles  y  documentos  de  la  extinguida  Jefatura  política,  Di- 
putación é  Intendencia  de  la  provincia  de  Gerona,  que  tendré  á 
disposición  de  las  autoridades  legítimas  á  quienes  interesan;  y  al 
recordar  en  este  momento,  señor  excelentísimo,  la  dichosa  época 
del  primer  Ministerio  de  V.  E.,  en  que  este  establecimiento  logró 
providencias  que,  sin  lisonja,  le  han  elevado  al  floreciente  estado 
en  que  se  halla,  no  puedo  menos  de  esperar  que  la  acreditada  ilus- 
tración de  V.  E.  continuará  dispensándole  su  protección  pode- 
rosa y  los  auspicios  á  que  le  hacen  acreedor  su  respetable  anti- 
güedad é  importancia. 

Dios  guarde  á  V.  E.  muchos  años.  Barcelona  y  Diciembre, 
24  de  1823. 

Excnio.  Sr.: 

Próspero  de  Bofarull. 

Excmo.  Sr.  Marqués  de  Casa  Iriijo,  primer  Secretario  de  Estado 
V  del  despacho  Universal  del  misnio,  etc.,  etc. 

(Archivo  de  la  Academia.) 

(Contintiará.) 


ADQUISICIONES  DE  LA  ACADEMIA 

durante  el  primer  semestre  del  año  1919 


REGALOS  DE  IMPRESOS 

DE    SEÑORES   ACADÉMICOS  DE  NÚMERO 

Bonilla  y  San  Martín  (limo.  Sr.  D.  Adolfo).  «Revista  Crítica  His- 
pano-Americana»,  publicada  por  A.  Bonilla  y  San  Martín. 
Tomo  IV.  Núms.  3-4.  Madrid,  1918. — Tomo  v.  Núms.  1-4. 
Madrid,  1 9 19. 

Laurencín  (Excmo.  Sr.  Marqués  de).   «Artículos  varios».  Volu- 
men III.  Madrid,   1919. 
«Los  Almirantes  de  Aragón.  Datos  para  su   cronología».    Ma- 
drid, 1919. 

Mélida  (limo.  Sr.  D.José  Ramón).  Museo  Arqueológico  Nacional. 
«Adquisiciones  en  1917.  Notas  descriptivas».  Madrid,  1918. 

Salvador  y  Barrera  (Excmo.  y  Rvdo.  Sr.  Dr.  D.  José  M."").  «San 
Vicente  Ferrer.  Carta  pastoral  que  el  Excmo.  y  Reverendí- 
simo Sr.  Dr.  D.  José  M."  Salvador  y  Barrera,  Arzobispo  de 
Valencia,  dirige  á  sus  diocesanos  con  motivo  del  V  cente- 
nario de  la  muerte  de  San  Vicente  Ferrer».  Valencia,  1919. 

Villa-Urrutia  (Excmo.  Sr.  Marqués  de).  «El  Palacio  Barberini. 
Recuerdos  de  España  en  Roma».  Madrid,  1918. 

DE    ACADÉMICOS    HONORARIOS 

Cebrián  (D.Juan  C.)  «El  término,  América  latina»,  por  Aurelio 
M.  Espinosa.  (Traducción  de  Felipe  M.  de  Setién). 
«Importance   of  Spanish  to  the  American  Cetizen».  Ey  John 
D.  Fitz-Gerald.  New  York,  1918. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  527 


DE  CORRESPONDIENTES    NACIONALES 

Arco  (Sr.  D.  Ricardo  del).  «Dos  grandes  coleccionistas  arago- 
neses de  antaño  (Lastanosa  y  Carderera)».  Madrid,  1919. 
(Remite  dos  ejemplares). 
Bauer  y  Landauer  (Sr.  D.  Ignacio).  «Encenias  de  la  devotis- 
sima  hermita  y  nuevo  Santuario  de  la  Madre  de  Dios  de 
la  Fuencisla:  y  folemnifsimas  fieftas,  que  en  la  tranflació 
desfta  fantifsima  imagen  hizo  la  antiquifsima  y  muy  no- 
ble Cuidad  de  Segouia  poro  nueue  dias  continuos,  es- 
critas por  el  Licenciado  Simón  Diaz  y  Frías,  hijo  de  la  pro- 
pia Ciudad.  Dirigidas  á  don  Antonio  de  Idiaguez  Manri- 
que, Obifspo  de  Segouia,  y  del  Confejo  de  fu  Mageftad». 
con  priuilegio.  En  Valladolid,  por  luán  Godinez  de  Millis. 
Año  1614. 
«Souvenir  de  Moscou.  Sacre  de  Seurs  Majestés  l'Empereur  et 
rimpératrice  de  Russie».  (Álbum  con  34  fotografías,  47  X  59 
centímetros). 
Cabeza  de  León  (D.  Salvador).  «La  Universidad  de  Santiago  y 

D.  Ramón  de  laSagra>.  Santiago,  1919. 
Campoy,   Pbro.    (Sr.  D.  José  M.^).    «Cisneros.  Su  personalidad 

como  Religioso  y  Prelado».  Totana,   1918. 
Canella  y   Secades   (Sr.  D.    Fermín).   XII  Centenario   de  Cova- 
donga.  «Discurso  leído  en  la  Excma.  Diputación  Provincial 
de  Oviedo  ante  SS.  MM.  los  Reyes  de  España  Don   Alfon- 
so XIII  y  Doña  Victoria  Eugenia  el  día  9  de  Septiembre  de 
1918».  Madrid,   1917. 
Carreras  y  Cande  (Sr.  D.  Francisco).  «Miscelánea  histórica  cata- 
lana». Serie  11.  Barcelona,  1918. 
Castro    López   (Sr.   Don    Manuel).    «Almanaque    Gallego   para 

1919».  Buenos  Aires,  1918. 
Coll  y  Tosté  (Sr.  Dr.  D.  Cayetano).  «Boletín  Histórico  de  Puerto 
Rico».    Publicación  bimestral.   San  Juan    de    Puerto  Rico. 
Año    V.    Número    6.    Noviembre  y   Diciembre    de    1918, 
Año  VI.  Número  I.  Enero  y  Febrero  de  1919. 


528  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Cotarelo  y  Valledor  (Sr.  D.  Armando).  «Los  cristianos  españoles 
ante  la  invasión  musulmana».  Santiago,   IQIQ. 

Cotrina  y  Ferrer  (Sr.  D.  Joséj.  «El  españolismo  de  Menorca  en 
las  obras  de  Ramiss»,  publicado  en  el  tomo  xiv.  Cuader- 
no III  de  la  Revista  de  Menorca^  correspondiente  á  Marzo 
de  1919. 

Fabo  (Rvdo.  P.  Fr.  P.)  «Historia  deMarcilla».  Madrid,  1918. 
«Historia  del  Convento  deMarcilla».  Monachil,  1919. 

Hernández  Sánz  (Sr.  D.  Francisco).  «Velada  necrológica  cele- 
brada por  el  Ateneo  de  Mahón,  el  día  12  de  Febrero  de 
1919,  en  honor  del  Dr.  D.  Juan  Ramisy  Ramis,  primer  his- 
toriógrafo menorquín,  en  el  primer  centenario  de  su 
muerte».  Publicado  en  la  Revista  de  Menorca  Año  xxiii. 
Cuaderno  iii.  Marzo  19 19. 

Larrinoa  (Sr.  D.  Pedro  de).  «Comunidades  de  Castilla  y  Guerra 
en  Euskeria  1520-24.  (Una  colección  diplomática)».  Bil- 
bao, 1919. 

Martínez  Moras  (Sr.  D.  Fernando).  «Instituto  de  Estudios  Galle- 
gos. La  lengua  gallega».  La  Coruña,  1918. 

Méndez  Gaite,  Presbítero  (Sr.  D.  Ramón).  «Patria  y  Regiona- 
lismo». Madrid,  1918. 

Meseguer  y  Costa,  Arzobispo  de  Granada  (Excmo.  é  Timo,  señor 
D.  José).  «¿Quo  vadis?  Recuerdos  de  un  viaje  á  Roma  y  de 
un  glorioso  Centenario».  Granada,  I9I7- 
«Solemnidad  religiosa  en  honor  del   Sacerdocio  Católico.  El 
Arzobispo  de  Granada  al  venerable  Clero,  dignísimas  Auto- 
ridades, respetable  Familias  Religiosas  y  amados  fieles  de  la 
Archidiócesis».  Granada,  1918. 
«Recuerdo  de  la  Peregrinación  Granadina  á  Zaragoza  y  Lour- 
des en  1908».  Granada,   1809. 
«Recuerdo  de  la  inauguración  del  título  de  Basílica  Menor  y 
consagración  de  la  iglesia  de  la  Inmaculada  Concepción  de 
María  Santísima  y  San  Juan  de  Dios  de  Granada».  Grana- 
da, 1917. 
«Exhortación  Pastoral  sobre  la  propagación  de  la   Fe».  Gra- 
nada, 1916. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  529 

«Pastoral.  Las  venganzas  de  Dios,  .'\centos  penitentes  por  el 
Arzobispo  de  Granada  en  la  Cuaresma  de  1917».  Grana- 
da, 1917. 

«La  palabra  de  Dios  y  la  palabra  del  hombre.  Estudio  sobre  sus 
muchos  derechos  y  deberes».  Granada,  1908. 

«Homenaje  al  R.  P.  Francisco  Suárez,  Doctor  Eximio,  orna- 
mento de  España,  honra  y  prez  de  Granada,  lustre  de  la 
Compañía  de  Jesús,  teólogo  y  jurisconsulto  eminente,  apo- 
loguista  conspicuo,  genio  inmortal  de  la  Ciencia,  gran  polí- 
grafo, talento  enciclopédico  de  primer  orden,  místico  su- 
blime, en  el  tercer  centenario  de  su  muerte  ■.  Forma  parte 
del  homenaje  de  la  Gaceta  del  Sur  de  Granada,  con  mo- 
tivo del  tercer  centenario  de  su  muerte».  Granada,  1918. 
Naval  (Rvdo.  P.  Francisco).  «Curso  de  Teología  ascética  y  mís- 
tica.»   Segunda  edición,   corregida   y  aumentada.  Madrid, 

1919- 
Polanco  Romero  (Sr.  D.  José).    «Historia  de  España».  Tomo   i. 

Madrid,  1918. 
Paris  (Mr.  Fierre).  «Exploration  archéologique  de  Bolonia  fpro- 
vince  de  Cadix)».  Publicado  por  los  Sres.  Fierre  Paris  y 
G.  Bonsor  en  el  tome  xx.  Núm.  2  del  Bulletin  Hispanique, 
correspondiente  á  Abril-Junio  de  1918. 
Pérez  Jiménez  (Sr.  Dr.  D.  Nicolás).  «Fábulas».  Prólogo  del  ex- 
celentísimo Sr.  D.  Víctor  Balaguer.  ^Barcelona,  1 888. 

«Historia  general  de  la  Comarca  de  la  Serena  y  particular 
de  la  Villa  de  Cabeza  del  Buey.  Muñoz  Torrero  y  su  época  ■>. 
Badajoz,  1888. 

«Estudio  físico,  médico  y  social  de  la  Comarca  de  la  Serena 
en  general  y  de  la  Villa  de  Cabeza  del  Buey  en  particular». 
Badajoz,   1888. 

«Problemas  de  toxicología  e  hidrología  médica.»  Madrid.  1888. 

«Historia  general  de  la  Comarca  de  la  Serena.  Perfiles  biográ- 
ficos: Quintana,  Ayala,  Moreno  Nieto,  Balmaseda  y  Jimé- 
nez». Badajoz,  1899. 

«Termas  de  San  Hilario.  Estudio  físico-clínico  hidrológico». 
Barcelona,  1 892. 

TOMO    LXXV  34 


:;30  BOLETÍN    DE    BA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

«Memoria  de  las  Termas  de   Fuencalientey.  Premiada  por  el 

Real   Consejo  de  Sanidad  con  el  premio    de  primera  clase. 

Madrid,  1912. 
«Historia  del  Estado  de  Capilla».  Cáceres,  1906. 
«Mis  impresiones.  Poesía».  Córdoba,  1914. 
Quadra  Salcedo  (Sr.  D.  Fernando  de  la).  «Las  bellezas  bilbaínas 

en  el  siglo  xixí.  Bilbao,  1919. 
Ouintero  Atauri   (Sr.   D.  Pelayo).    «Cádiz  pintoresco.  Colección 

de  retratos  del  Museo  de  Bellas  Artes  de  Cádiz».  Texto  del 

Director  del  Museo,  Pelayo  Quintero  Atauri.  Fotograbados 

de  M.  Iglesias.  Cádiz,  1919. 
Ramírez  de  Arellano  (Sr.  D.  Rafael).    «El  Mesón  del  Sevillano. > 

Toledo,  1919. 
«Historia  de  Córdoba*.  Tomo  iii.  Ciudad  Real,   1918. 
Saderra  y  Mata   (Sr.    D.  Joseph).    «El   Prat   de   les   Indianés». 

Olot,  1910. 
«Exposició    bibliográfica  de  la  Premsa  Olotina  del  6  al  1 3  de 

Septembre  de  1914.  Catáleg».  Olot,  1914. 
«El  Rey  D.  Martín  d'Aragó  y  la  Vila  d'Olot».  Olot,  1912. 
«Ressenya  histórica   de   .Santuari   de   Ntra.    .Sra.    del   Tura», 

Olot,  1905. 
«Ramellet  á  María  Inmaculada  en  son  Any  Jubilar:  1904- 1905». 

Olot,  1905. 
«XXII  Certamen  Literari-Artistich  d'Olot-igi I ».  Olot,  1912. 
«XXIV  Certamen  Literari-Artistich  d'Olot».  Olot,   1913. 
«XXV  Certamen  Literari-Artistich  d'Olot».  Olot,  1914. 
«El  Deber».  Semanario  católico.  Olot.  Año  vii.   Núm.  349.  5 

de  Septembre  de  1 903. — Any  xix.  Núm.  954.  2/   de  Marg 

de  191 5. — Núm.  984.  23  d'Octobre  de  1915. — Núm.  1.102. 

26  Gener  de  191 8  {El  Deber,  setmanari  de  Olot,  que  fervo- 

rosament   sent  l'amor  a  sa  térra,    homenatja,   amb   aquest 

fascicle  al  patrici  Oloti,  en  Francese  Monsalvatj  i  Fossas...) 
«Biblioteca  de  El  Deber.  Notas  históricas  de  Olot».   Tomo  i, 

II  y  III.  Olot,  1899- 1914. 
Sánchez  Albornoz  Menduiña  (Sr.  D.   Claudio).    «Reivindicación 

histórica  de  Castilla».  Valladolid,  1919. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  53 1 

Santa  Teresa  (Rvdo.  P.  Silverio  de).  «Biblioteca  Mística  Carme- 
litana. Obras  de  Santa  Teresa  de  Jesús».  Tomo  v.  Las  Fun- 
daciones. Burgos,  1918. 

Serrano  y  Sanz  (Sr.  D.  Mauuel).  «Discursos  leídos  en  la  Real 
Academia  de  Bellas  Artes  de  San  Luis  de  Zaragoza  el  día 
28  de  Mayo  de  1916  en  la  recepción  de  D.  Manuel  Serrano 
y  Sanz».  Zaragoza,   1919. 

Solar  V  Taboada  (Sr.    D.   Antonio  del).  «Don  Eugenio  Escobar 

-  o 

Prieto,  Deán  de  la  S.  I.  C.  de  Plasencia.  Apuntes  de  su 
vida».  Badajoz,  1916. 

Tramoyares  Blasco  (Sr.  D.  Luis).  «Archivo  de  Arte  Valenciano». 
Año  IV.  Número  único.  Enero-Diciembre,  1918. 

W^alls  y  Merino  ¡Sr.  D.  Manuel).  «Panamá  Canal  Record.  Expro- 
piaciones de  propiedades  particulares  en  la  Zona  del  Canal 
de  Panamá».  Balboa  Heights,  C.  Z.,  October  24,  1917. 


DE    CORRESPONDIENTES     EXTRANJEROS 

Bnrreto   (Sr.  José  María).    «Sin  Réplica   (cartas   diplomáticas)». 
La  Paz  (Bolivia),  1919. 

Blanco  Eombona  (Sr.  D.  Rufino).  «Biblioteca  Ayacucho.  Cartas 
de  Sucre  al  Libertador  (182O-1826)».  Tomo  i  (1820-1826). 
Madrid,  19 1 9. — Tomo  11  y  último.  Madrid,  1919. 
«V^ida  del  Libertador  Simón  Bolívar»,  por  Felipe  Larrazábal. 
Prólogo  y  notas  de  R.  Blanco  Fombona.  Tomo  11.  Madrid, 
1918. 

Dornellas  (Sr.  Affonso  de).  «Flistoria  e  Genealogía.  Desenhos  do 
mesmo  auctor».  lu  volume.  Lisboa,  .mtmxv. 
«Affonso  de  Dornellas-Descrigáo  e  razáo  da  Festa  de  Home- 
nagem  em  sua  honra  levada  a  afeito  no  dia  23  de  Dzembro 
de  1917  por  un  grupo  de  amigos  e  admiradores  da  sua 
grande  obra  de  benemerencia  e  heroicidade,  posta  ao  ser- 
vido da  Sociedade  Portuguesa  da  Cruz  Vermelka^->,  por 
Mario  Joao  Paulo  Freiré.  Lisboa,  1918. 
Bibliotheca  de  Historia  e  de  Genealogía  organizada  por  Affon- 


532  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTOH* 

SO  de  Dornellas.  i.  «Historia  déla  Ciudad  de  Ceuta,  sus  su- 
cesos militares  y  políticos;  memorias  de  sus  santos  y  prela- 
dos y  elogios  de  sus  capitanes  generales,  escripta  em  1648 
por  J.  Jerónimo  de  Mascarenhas»,  publicada  por  ordem  da 
Academia  das  Sciéncias  de  Lisboa.  Lisboa,  mcmxviii. 
Fitz-Geráld  (Sr.  Johan  D.)  «Hispania».  A  Ouartely  yoiirnal 
devoted  to  the  interests  of  Teachers  of  Spanish,  and  pu- 
blished  by  the  American  Association  of  Teachers  of  Spa- 
nish. Stanford  University,  California.  Volume  i.  Number  4. 
December,  iQlS. 

«Unit  colletion  for  translation  to  accompany  Elementary 
Spanish  Prose  Book»,  by  Lawrence  A.  Wilkins,  A.  M. 
New  York,  19 19. 

«Spanish  in  the  High  Schools  a  Handbook  of  Alethods»,  by 
Lawzence  A.  Wilkins  A.  M.  New  York,  1919. 

«The  Híspanle  Series-Advanced  Spanish  Composition  and 
Conversation»,  by  Aurelio  M.   Espinosa.  New  York,  1917. 

«La  Conjuración  de  Venecia.  Año  de  13 10».  Drama  en  cinco 
actos  y  en  prosa  por  Francisco  Martínez  de  la  Rosa.  Eaited 
with  introduction,  notes,  and  vocabulary  by  Arthur  L. 
Owen,  A.  M.  New  York,  1917. 

«Importance  of  Spanih  to  the  American  litizen..-.  Chicago, 
1918. 

«Elementos  de  Español-Am  Elementary  Spanish  Grammar 
for  Schools  and  Colleges»,  by  Julián  Moreno-Lacalle.  New 
York,  1918. 

«Elementary  Spanish- American  reader»,  by  Eduardo  Bergé- 
Soler.  New  York,  1918. 

«The  fuhdamentals  of  Spanish.  grammar»,  by  Alice  Hunting- 
ton  Bushee.  New  York,  1917- 

«Elementary  Spanish  reader»,  by  Aurelio  M.  Espinosa.  New 
York,  1918. 

«Importance    of    Spanish    to    the    Americam    Citizen.    New 
York,  1919. 
Frankowski  (Sr.  Eugeniusz).  «As  cangas  e  jugos  portugueses  de 
jungir  os  bois  pelo  cachabo».  Lisboa,  1916. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  533 

«La  lucha  entre  el  hombre  y  los  espíritus  malos  por  la  pose- 
sión de  la  tierra  y  su  usufructo».  Madrid,   1916. 

-«Hórreos  y  palafitos  de  la  Península  Ibérica».  Madrid,   1918. 

«Real  Sociedad  española  de  Historia  Natural.  Extracto  de  la 
sesión  del  día  3  de  Octubre  de  1917».  Madrid,  1917. 

«Los  signos  quemados  y  esquilados  sobre  los  animales  de  tiro 
de  la  Península  Ibérica».  Madrid,  1916. 

«Terra  Portguesa».  Revista  ilustrada  de  Arqueología  artística 
y  Etnografía.  Lisboa.  Anno  ni.  N^^  25-26.  Agosto  e  Se- 
tembro  de  19 18. 
García  Kohly  (Sr.  D.  Mario).  «Franklin»,  por  M.  Mignet,  Miem- 
bro de  la  Academia  Francesa.  Traducción  y  Prólogo  de 
Mario  García  Kohly,  ex  miembro  de  la  Cámara  de  Repre- 
sentantes y  actual  Ministro  Plenipotenciario  de  Cuba  en 
España.  Madrid,  19 19. 
Momer  Sans  (Sr.  Ricardo).  «La  fiesta  hispanoamericana.  Discur- 
so en  la  Escuela  Argentina  Modelo  (12  de  Octubre  de 
1918)».  Buenos  Aires,  1918. 

«La  Vita  e  un  Sogno  de  Arturo  Farinelli».  Buenos  Aires, 
1918. 
Pasquier  ¡Mr.  Félix).  «Vente  du  chateau  de  Castelviel  de  Rosa- 
nés  en  1023,  par  Berenger,  Comte  de  Barcelone  d'aprés  la 
charte  origínale.  Texte.  Fac-similé.  Commentaire».  Toulou- 
se,  1918. 
Romero  de  Terreros  y  Vinent,  Marqués  de  San  Francisco  (señor 
D.  Manueli.  «Monografías  Mexicanas  de  Arte.  Residencias 
Coloniales  de  México».  México,  mcmxviii. 

«El  estilo  epistolar  en  la  Nueva  España».  Discurso  leído  por 
su  autor  D.  M.  Romero  Terreros  y  Vinent,  Marqués  de 
San  Francisco,  en  su  recepción  de  Individuos  de  Número 
de  la  Academia  Alejicana,  el  22  de  Abril  de  1919. 

«La  capilla  del  Cerrito  de  Guadalupe»,  apuntamientos  históri- 
cos recogidos  y  ordenados  por  el  Presbítero  Jesús  García 
Gutiérrez.  Méjico,  1914. 

«El  Venerable  Padre  Juan  González»,  por  Jesús  García  Gu- 
tiérrez. Publicado  en  el  Boletín  de  la  Sociedad  Mexicana  de 


J34  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Geografía  y  Estadística.  Tomo  vji,  núm.  8.  Mayo  y  Abril 
de  1918. 

«El  Mensajero  Mariano».  México.  Tomo  11.  Núms.  6-7.  Abril- 
Mayo  1919. 

«]^a  Rosa   de   Tepeyac».   México.  Año  i.  Núm.   I.  Mayo    12 
de  1915. 

«Torneos,  mascaradas  y  fiestas  reales  en  la  Nueva  Espaiía». 
México,  1918. 
Salas  (Sr   Carlos  I.)  «Pedro  Mártir  de  Angleria.  Estudio  biográ- 

fico-bibliográfico».  Córdoba  (Argentina),  I9I7- 
Tavera-Acosta   (Sr.    B.)   «Páginas   Historiales'.    Ciudad-Bol¡var> 

1919. 
Villanueva  (Sr.  Carlos  A.)  «Historia  y  Diplomacia.  Napoleón  y 
la  Independencia  de  América».  París,  1911. 

«Resumen  de  la  Flistoria  general  de  América».  París,  1912. 

«Historia  de  la  República  Argentina».  Tomos  I  y  II.  París,  1912. 

«Groupement  des  Universités  et  Grandes  Écoles  de  France 
pour  les  relations  avec  l'Amérique  latine.  La  Diplomatie 
franc;a¡se  dans  l'Amérique  latine-.  Núm.  11.  \'^énézuela.  Nú- 
mero III.  Nouvelle  Grenade.  París,  1918. 
Zeballos  (Sr.  Estanislao  S.)  «La  Nationalité  au  point  de  vue  de 
Ja  Législation  comparée  et  du  Droit  privé  humain.  Confé- 
rences  faites  á  la  Eacuilé  de  Droit  et  des  Sciences  sociales 
de  rUnivt-rsité  de  Buenos-Aires  et  publiées  par  ordre 
de  ladite  Faculté  par  E.-S.  Zeballos,  Professeur  a  l'Univer- 
sité  de  Buenos  Aires».  Tome  troisieme.  Dénationalisation 
(premiere  partie).  París,   1916. 

DEL    GOBIERNO    DE    L.\    NACIÓN 

Dirección  General  de  Aduanas.  Madrid.  «Resúmenes  mensuales 
de  la  Estadística  del  Comercio  exterior  de  España».  Núme- 
ros 347  y  348.  Octubre-Noviembre  de  los  años  1916, 
1917  y  1918. — Núm.  349.  Diciembre  de  los  años  1916 
1917  y  1918. — Núm.  350.  Enero  de  los  años  1917,  1918. 
Núm.  351.  Febrero  de  los  años  1917,  1918  y  1919. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  535 

«Estadística   del   impuesto   de   transportes    por   mar    y   á   la 

entrada    y    salida   por    las    fronteras».    Segundo    y   tercer 

trimestre  de  1918. — Tercer  trimestre  de   igi8.  (Repetido.) 

«Producción    y    circulación    de    azúcares,    achicoria,   alcohol 

y  cerveza  en  el  tercer  trimestre  de  1918.  Madrid,  1919. 

Dirección  General  del  Instituto  Geográfico  y  Estadístico.  Madrid. 
«Anuario  del  Observatorio  de  Madrid  para  1919».  Ma- 
drid, 1918. 

Dirección  General  de  Obras  Públicas.  «Estadística  de  las  Obras 
Públicas  de  España.  Carreteras  y  caminos  vecinales.  Situa- 
ción en  1°  de  Enero  de  19 1 7  y  datos  y  gastos  de  explota- 
ción correspondientes  á  1912,  1913,  1914,  1915  y  1916». 
Madrid,  19 1 9. 

Ministerio  de  la  Gobernación.  Inspecciones  generales  de  -Sani- 
dad. «Boletín  mensual  de  Estadística  demográfico-sanita- 
ria».  Núms.  6-8.  Junio-Agosto  de  1918. — Núms.  9  y  10. 
Septiembre-Octubre  de   I919. 

Ministerio  de  Gracia  y  Justicia.  Dirección  General  de  Prisiones. 
«Estadística  Penitenciaria.  Año  de  1914».  Madrid,  1918. 

DE    GOBIERNOS    EXTR.-VNJERGS 

Embajada  Argentina.  Madrid.  «Colección  de  Publicaciones  His- 
tóricas de  la  Biblioteca  del  Congreso  Argentino.  Corres- 
pondencia de  la  ciudad  de  Buenos  Aires  con  los  Reyes  de 
España.  Documentos  del  Archivo  de  Indias.  (Cartas  del 
Cabildo.  Memoriales  presentados  en  la  Corte  por  los  procu- 
radores, apoderados  y  enviados  especiales  de  la  ciudad). 
Publicación  dirigida  por  D.  Roberto  Levillier.  Tomo  11. 
Prólogo  de  D.  Rafael  Altamira.  1615-1635».  Madrid,  1918. 

Estadística  Municipal  de  la  ciudad  de  Buenos  Aires.  «Boletín». 
Año  XXXII.  Núms.  9-12.  Septiembre-Diciembre  de  1918. 

Ministerio  de  Industrias  de  la  República  Oriental  del  Uruguay. 
«Revista».  Montevideo.  Año  vi.  Núms.  41-42.  Octubre-Di- 
ciembre de  1918. — -Año  VII.  Núms.  43-44.  Enero-Febrero 
de  1919. 


536  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Ríinisterio  de  Instrucción  Pública.  Montevideo.  «Memoria  co- 
rrespondiente al  período  Noviembre  de  1916a  Febrero  de 
19 1 8,  presentada  á  la  H.  Asamblea  general  por  el  doctor 
D.  Rodolfo  Mezzera».  Montevideo,  1918. 

Ministerio  de  Relaciones  Exteriores  de  la  República  Oriental  del 
Uruguay.  Montevideo.  «Boletín».  Año  vi.  Núms.  11-12. 
Noviembre-Diciembre  de  1918. — Año  vii.  Núms.  1-3.  Ene- 
ro-Marzo de  1919. 
«H.  Cámara  de  .Senadores  de  la  República  Oriental  del  Uru- 
guay». Montevideo,  191 8. 

Oficina  de  Estadística  Comercial  de  la  República  Oriental  del 
Uruguay.  Montevideo.  «Comercio  exterior  de  la  República 
Oriental  del  Uruguay  (Comercio  especial):  Año  1916». 
Montevideo,  19 1 8. 

Secretaría  de  Instrucción  Pública  y  Bellas  Artes  de  la  República 
de  Cuba.  «Revista  de  Bellas  Artes».  Publicación  trimestral. 
La  Habana.  Año  1.  Vol.  1.  Núm.  2.  Abril-Junio  1918. 
«Revista   de    Instrucción   Pública  •>.    Año   i.    Vol  i.    Núm.    5- 
Septiembre-Octubre  1 919. 

DEL    DEPÓSITO    DE    LIBROS    DEL    MINISTERIO    DE    INSTRUCClt)N     PÚBLICA 
Y    BELLAS    ARTES 

«La  Ilustración  Española  y  Americana».  Revista  universal  enci- 
clopédica de  Bellas  Artes,  Ciencias,  Literatura,  Actualida 
des  y  Turismo.  Madrid.  Año  lxii.  Núm.  47-48.   Diciembre 
de  1918. — Año  Lxiii.  Núm.  I-22.  Enero-Junio  de   I919. 

DE   ACADEMIAS    Y    CORPORACIONES    NACIONALES 

Arxiv  Municipal  de  la  Ciutat  de  Barcelona.  «Col  lecció  de  Docu- 
ments  histories  inedits.  Manual  de  Novells  Ardits  vulgar- 
ment  apel-lat  Dietari  de  lAntich  Consell  Barceloni».  V^o- 
lum  setze  que  compren  el  volum  original  xxxi*^  (13  Octu- 
bre 1652-30  Novembre  1658).  Publicat  per  acord  i  a  despe- 
sesde  TExcmo.  Ajuntament  Constitucional. Barcelona,  1918. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  537 

Asociación  de  antiguos  Alumnos  del  Colegio  de  la  Inmaculada. 
Gijón.  «Solemne  velada  conmemorativa  de  la  Coronación 
canónica  de  la  Santina  y  del  XII  Centenario  de  la  Batalla  de 
Covadonga».  Número  extraordinario.  Núm.  v.  Junio,  1919. 

Ateneo  Científico,  Literario  y  Artístico  de  ¡Mahón.  «Revista  de 
Menorca».  Año  xxii.  Quinta  época.  Tomo  xiii.  Cuaderno  xii. 
Diciembre,  1918. — Año  xxiu.Tomo  xiv.  Cuadernos  i-v.  Ene- 
ro-Mayo de  1919. 

Ateneo  de  Tortosa.  «La  Zuda».  Boletín  del  Ateneo.  Año  vi.  Nú- 
mero 70.  Diciembre  de  1918. — Núms.  71-74.  Enero-Abril 
de  1919. 

Ayuntamiento  de  Madrid.  «Sesión  solemne  celebrada  por  el 
Excmo.  Ayuntamiento  de  la  M.  N.  y  M.  H.  Villa  de  Madrid, 
bajo  la  presidencia  del  Excmo.  Sr.  Gobernador  civil,  con 
asistencia  de  los  Sres.  Representantes,  Diplomáticos  y  Con- 
sulares de  las  naciones  Hispanoamericanas  y  otras  diversas 
Representaciones  oficiales  el  día  12  de  Octubre  de  1918, 
para  conmemorar  la  Fiesta  de  la  Raza».  Madrid,  I9I9- 

Biblioteca  y  Archivo  de  la  Parroquia  de  San  Pedro  de  Olite 
(Navarra).  'Inventario  del  Archivo  y  fundación.  Reglamento 
y  Catálogo  de  la  Biblioteca  en  la  Parroquia  de  San  Pedro 
de  Olite  (Navarra)».  Barcelona,  1919. 

Cámara  de  Comercio  de  la  Provincia  de  Madrid.  «Boletín  Ofi- 
cial». Madrid.  Año  xi.  Núm.  II.  Noviembre  de  19^8. — 
Año  XII.  Núms.  1-5.  Enero-Mayo  de  1919. 

Cámara  Oficial  Española  de  Comercio.  Buenos  Aires.  «.Boletín». 
Cuarta  época.  Núm.  48.  Abril  de  1919. 

Centre  Excursionista  de  C'atalunya.  Barcelona.  <  ButUetí».  Any 
xxviii.  Núms.  281-287.  Juny-Desembre  de  1918. 

Centre, Excursionista  de  la  Comarca  de  Bages.  Manrésa.  «But- 
lletí».  Any  xiii.  Núms.  70-71.  Gener-Desembre,  1917. 
i\ny  XIV.  Núm.  72.  Janer-Juny,  I9I7- 

Centro  Aragonés.  Barcelona.  «Boletín».  Año  xi.  Núm.  128.  I.°  de 
Abril,  19 19. 

Centro  de  Cultura  Hispanoamericana.  Madrid.  «Cultura  Hispano- 
americana». Madrid.  Año  viii.  Núm.  '¡'J .  i  5  de  Abril  de  1919. 


530  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Centro  de  Cultura  Valenciana.  «Noticia  biográfica  del  Director 
de  número  Dr.  D.  Juan  Luis  Martín  Mengod»,  por  J.  Gil  y 
Calpe.  Valencia,  IQIQ. 
Centro  del  Ejército  y  de  la  Armada.  <  Sociedad  de  Naciones  y 
fuerzas  Militares».  Conferencia  pronunciada  en  la  noche  del 
sábado  15  de  Febrero  de  1919  por  el  Excmo.  Sr.  D.  Anto- 
nio Maura  y  Montaner. 

«El  Ejército  y  la  Armada  y  la  cultura  nacional >•.  Conferencia 
pronunciada  el  sábado  22  de  Febrero  de  1919  por  el  Exce- 
lentísimo Sr.  D.  José  Marvá  y  Mayer.  Madrid,  1919. 

«Conferencia  pronunciada  el  sábado  8  de  Marzo  de  1919  por 
el  Excmo.  Sr.  D.  Miguel  Primo  de  Rivera».  Madrid,   I9I9- 

«La  Rendición  de  la  Armada  Alemana  á  los  Aliados».  Confe- 
rencia pronunciada  el  sábado  22  de  Marzo  de  1919  por  el 
Almirante  Marqués  de  Pilares.  Madrid,  1919. 

«Las  enseñanzas  técnicas  en  el  Ejército».  Conferencia  pronun- 
ciada el  sábado  22  de  Marzo  de  1919  por  el  Excelentísimo 
Sr.  D.  José  Rodríguez  Carracido. 

«La  crisis  de  las  ideas  en  los  fundamentos  del  Ejército».  Con- 
ferencia pronunciada  por  el  Excmo.  Sr.  D.  Niceto  Alcalá 
Zamora  el  día  12  de  Abril  de  1919.  Madrid,  1919. 

«Las  Instituciones  Militares  en  la  Edad  presente».  Conferencia 
pronunciada  por  el  Excmo.  Sr.  D.  Federico  Madariaga,  Ge- 
neral de  división,  el  día  19  de  Abril  de  1919. 

«Impresiones  de  una  mujer  en  el  frente  Oriental  de  la  guerra 
europea*.  Conferencia  leída  el  25  de  Abril  de  1919  por  la 
Excma   Sra.  D."  Sofía  Casanova. 

«La  misión  educativa  del  Ejército».  Conferencia  pronunciada 
por  el  Excmo.  Sr.  D.  Antonio  Royo  Vilanova. 

«Biblioteca:  Memoria  correspondiente  al  año  1918,  redactada^ 
por  el  Bibliotecario  D.  Manuel  Antolín  Becerro,   y  Suple- 
mento al  Catálogo  general  de  1917».  Madrid,  1919. 
Centro  de  Estudios  Americanistas  de  Sevilla.  «Boletín».  Año  v. 
Núm.  21.  Diciembre  de  1918. — Año  vi.  Núms.  22-25.  Enero- 
Abril  de  19 19. 
Centro  de  la  Llnión  Ibero- Americana  en  Vizcaya.   «El  libro  es- 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  539 

pañol  en  América».  Informe  que  emite  el  Centro  de  la 
Unión  Ibero-Americana  en  Vizcaya  sobre  el  comercio  de 
libros  en  el  extranjero,  particularmente  en  América,  y  res- 
pecto á  la  creación,  en  Bilbao,  de  la  Empresa  Ambos  Mun- 
dos, editorial  y  de  importación  y  exportación  de  librería. 
Bilbao,  1919. 

Círculo  de  la  Unión  Mercantil  é  Industrial.  ]\Iadrid.  «Memoria 
presentada  por  la  Junta  de  gobierno  á  la  General  ordinaria 
de  señores  Socios  el  día  19  de  Febrero  de  1919».  Madrid, 
1919. 

Comisión  de  Monumentos  Históricos  y  Artísticos  de  Navarra. 
Pamplona.  «Boletín».  Segunda  época.  Año  1918.  Tomo  ix. 
Núm.  36.  Cuarto  trimestre  de  1918. — Tomo  x.  Num.  37. 
Primer  trimestre,  1919. — Número  38.  Segundo  trimestre 
de  1919. 

Comisión  de  Monumentos  de  Vizcaya.  Bilbao.  «Boletín».  To- 
mo VII.  Año  VII.  Enero-Marzo  de  1918. 

Comisión  protectora  de  la  Producción  Nacional.  Madrid.   «Me- 
moria reglamentaria:  Primer  tomo.  Texto.  Estadísticas.  Año 
1918».  Madrid,  1919. 
«Memoria  reglamentaria».  Segundo  tomo.  Anexos  (documen- 
tos, mociones  y  ponencias).  Año  I918.  Madrid,  I9I9- 

Compañía  General  de  Tabacos  de  Filipinas.  Barcelona.  «Colec- 
ción general  de  documentos  relativos  á  las  Islas  Filipinas, 
existentes  en  el  Archivo  de  Indias  de  Sevilla».  Tomo  11. 
1915.  Ejemplar  núm.  497. 

Depósito  de  la  Guerra.  Madrid.  «Anuario  Militar  de  España». 
Año  19 1 9. 

Escuela  Especial  de  Ingenieros  de  Caminos,  Canales  y  Puertos. 
Madrid.  «Anuario:  Curso  de  1917-1918».  Madrid,  1919. 

Escuela  Superior  de  Arquitectura  de  Madrid.  «Biblioteca  de  la 
Escuela  de  Arquitectura  de  Madrid.  Catálogo  del  donativo 
de  Cebrián».  Madrid,  1917. 

Estado  Mayor   Central   del  Ejército.  Madrid.   «La  guerra  y  su 
preparación».  Año  iii.  Núm.  12.  Diciembre,  1918. — Año  iv. 
■    Núms.  1-5.  Enero-Mayo  de  1919. 


54°  boletín  de  la  re,\l  academia  de  la  historia 

«Extracto   de   organización    militar  de  España.»  I.°  de  Mayo 
de  1919. 

Facultad  de  Derecho  y  Museo  Laboratorio  Jurídico  de  la  Uni- 
versidad de  Madrid.  «Revista  de  Ciencias  Jurídicas  y  Socia- 
les». Madrid.  Año  11.  Núm.  5- 

Federación  española  de  productores,  comerciantes  y  amigos  del 
libro.  «Bibliografía  Española».  Repertorio  quincenal  de  la 
producción  del  libro.  Madrid.  Año  xix.  Núms.  I-I2.  Enero- 
Junio  de  1919. 

Institución  Libre  de  Enseñanza.  Madrid.  «Boletín».  Año  xlii. 
Núm.  705.  31  de  Diciembre  de  1918. — Año  xliii.  Núme- 
ros 706-710.  Enero-Mayo  de  1919. 

Listituto  General  y  Técnico  de  Burgos.  «Memoria  acerca  de  su 
estado  en  el  curso  académico  de  1917  á  1918$,  por  el  Doc- 
tor D.  Eloy  García  de  Quevr-do  y  Concellón,  Catedrático 
numerario  y  Secretario  del  Establecimiento.  Burgos,  1918. 

Instituto  General  y  Técnico  de  Navarra.  «Memoria  acerca  del  es- 
tado del  Instituto  General  y  Técnico  de  Navarra  durante  el 
curso  académico  de  1916  á  1917,  leída  el  día  l."  de  Octu- 
bre de  este  último  año  en  la  solemne  apertura  del  curso  de 
1917  á  1918»,  por  D.  Pedro  de  la  Puente  y  Mansfield,  Cate- 
drático y  Secretario  del  mismo  Instituto.   Pamplona,   191 8. 

Instituto  General  y  Técnico  de  Valencia.  «Memoria  del  curso 
académico  de  1917  á  1918».  Valencia,  1919. 

Instituto  Geológico  de  España.  «Boletín».  Tomo  xxxix.  To- 
mo XIX.  Segunda  serie.  Madrid,  I918. 

Junta  para  ampliación  de  estudios  é  investigaciones  científicas. 
Centro  de  Estudios  Históricos.  Madrid.  «Revista  de  Filolo- 
gía Española».  Tomo  v.  Cuaderno  4.°   Octubre-Diciembre 
de  19 1 8. — Tomo  vi.  Cuaderno  I .°  Enero-Marzo  de  1919. 
«Curso  de  vacaciones  para  extranjeros  (8.°  año)».  Madrid,  1919. 
«Fueros  castellanos  de  Soria  y  xA.lcalá  de  Henares».   Madrid, 

1818. 
«La    escultura    funeraria    en    España:    provincias    de    Ciudad 
Real,  Cuenca  y  Guadalajara»,  por  Ricardo  de  Orueta.   Ma- 
drid, 19 1 9. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  541 

«Instituciones  patronales  de  previsión  en  los  Estados  Unidos», 

por  Federico  López  Valencia.  Madrid,  1918. 
«Viajes  de  Benjamín  de  Tud'-la,  1160-1173».  Por  primera  vez 
traducidos  al  castellano,  con  introducción,  aparato   crítico, 
anotaciones  y  tres   mapas,   por  Ignacio  González  Llubera. 
Madrid,  1918. 

Junta  central  de  Colonización  y  Repoblación  interior.  Madrid. 
«Boletín».  Año  i.  Xúm.  I.  Primer  trimestre  de  1919. 

Junta  de  Ciéncies  Xaturals  de  Barcelona.  «Musei  Barcinonensis 
Scientiarum  Xaturalium  Opera*.  Series  Zoológica,  iv.  Ins- 
truccions  per  ais  recolleclors  d'Insectes,  per  Ignasí  de  Sa- 
garra,  Conservador  de  Zoología  del  Museu  de  Ciéncies  Na- 
turals.  Barcelona,  1918. 

Junta  Consultiva  de  las  Cámaras  de  Comercio,  Industria  y  Nave- 
gación. Madrid.  «Informe  de!  Excmo.  Sr.  D.  Basilio  Paraíso, 
Vicepresidente  de  la  Junta  ■  Consultiva  de  las  Cámaras  de 
Comercio,  Industria  y  Navegación,  á  la  Comisión  encargada 
de  estudiar  la  constitución  de  una  Sociedad  de  las  Nacio- 
nes, y  la  participación  de  España  en  la  misma».  Madrid, 
1919. 

Junta  Directiva  del  Fomento  del  Trabajo  Nacional.  Barcelona. 
«Memoria  correspondiente  al  ejercicio  próximo  pasado  de 
1918».  Barcelona.  1919. 

Juntas  de  Iconografía  Nacional.  «Retratos  del  Museo  del  Prado», 
por  J.  Allende-Salazar  y  F.  J.  Sánchez  Cantón.  Madrid,  1919. 

Junta  Superior  de  Excavaciones  y  Antigüedades.  Madrid.  «Ex- 
cavaciones de  Numancia».  Memoria  que  de  los  trabajos 
realizados  en  19 16  y  I917  presenta  el  Presidente  de  la  Co- 
misión ejecutiva  de  dichas  excavaciones  D.  José  Ramón 
Mélida.  Madrid,  1918. 
«Excavaciones  en  Cala  d'Hort  (Ibiza)->.  Memoria  de  los  resul- 
tados obtenidos  en  las  excavaciones  y  exploraciones  practi- 
cadas en  el  año  19 17,  redactada  por  D.  Carlos  Román  y 
Ferrer.  Madrid,  1918. 
«Excavaciones  de  la  Cueva  del  Segre».  Memoria  de  los  re- 
sultados  obtenidos   en  las   excavaciones  practicadas  en   el 


542  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

año    1917,    redactada    por    D.    Juan    Serra  y   Vilaró.   Ma- 
drid, 1918. 

Liga  Africanista  Española.  Madrid.  «Manifiesto.  El  problema  de 
Marruecos.  Contra  asechanzas  intolerables». 

Liga  Marítima  Española.  Madrid.  «Boletín  Oficial». — Año  xviii. 
Núm.  III.  Noviembre-Diciembre  de  1918. — Año  xix.  Nú- 
meros II2-II3.  Enero-Abril  de  1919. 
«Vida  Marítima».  Órgano  de  propaganda  de  la  Liga  Marítima 
Española.  Madrid.  Año  xvii.  Núm.  612.  Diciembre  de  1918. 
Núms.  613-628.  Enero-Junio  de  1919. 

Monte  de  Piedad  y  Caja  de  Ahorros  de  Madrid.  «Memoria  y 
cuenta  general  del  Monte  de  Piedad  y  Caja  de  Ahorros  de 
Madrid  correspondiente  al  año  1918».  Madrid,  1919- 

Museo  Provincial  de  Bellas  Artes  de  Cádiz.  «Boletín».  Año  i. 
Núm.  I.  1919. 

Museo  Provincial  de  Bellas  Artes  de  Zaragoza.  «Boletín».  Año  iii. 
Núm.  3.  Enero  de  igig. 

Museo  Laboratorio  Jurídico  de  la  Universidad  de  Madrid.  «Re- 
vista de  Ciencias  Jurídicas  y  Sociales».  Órgano  de  la  Facul- 
tad de  Derecho  y  del  Museo.  Laboratorio  Jurídico,  Direc- 
tor, Rafael  de  Ureña  y  Smenjaud,  Decano  de  la  Facultad 
de  Derecho.  Año  i.  Núm.  4.  Madrid,  mc.mxvhi. 

]\Iuseo  Pedagógico  Nacional.  Madrid.  «La  preparación  de  los 
Maestros»,  por  Lorenzo  Luzuriaga,  Inspector  agregado  al 
Museo.  Madrid,  1918. 

Observatorio  del  Ebro.  Tortosa.  «Ibérica».  Año  v.  Núm.  258.  28 
de  Diciembre  de  1918. — Año  vi.  Núms.  250-2S3.  Enero- 
Junio  de  1919. 

Real  Ateneo  de  Vitoria.  «Ateneo  >.  Cuarta  época.  Año  vi.  Nú- 
mero 63.  Diciembre  de  1918. — Año  vii.  Núm.  64-68.  Enero- 
Mayo  de 1919. 

Real  Academia  de  Bellas  Artes  de  San  Fernando.  «Boletín». 
Madrid.  Tercera  época.  Año  xii.  Núm.  47.  30  de  Septiem- 
bre de  1918. — Núm.  48.  31  de  Diciembre  de  1918. 

Real  Academia  de  Ciencias  Exactas,  Físicas  y  Naturales  de  Ma- 
drid. «Revista».  Tomo    xvi.  Primero    de   la   segunda   serie. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  S4.S 

Núms.  7-9.  Enero-Marzo  de  1918. — Núms.  10-12.  Abril- 
Junio  de  1919. — Tomo  xvii.  Segundo  de  la  segunda  serie. 
Núms.  1-6.  Agosto-Diciembre  de  1919. 
Real  Academia  de  Ciencias  Morales  y  Políticas.  «El  trabajo  ma- 
nual en  las  reglas  monásticas».  Discurso  leído  en  el  acto  de 
su  recepción  por  el  Excmo.  Sr.  D.  Luis  Redonet  y  López 
Dóriga  el  día  19  de  Enero  de  1919.  Madrid,  1919. 

«Apuntes  para  la  Historia  jurídica  del  cultivo  de  la  Ganadería 
en  España».  Memoria  premiada  en  el  decimonono  concur- 
so especial  sobre  Derecho  consuetudinario  y  Economía  po- 
pular (año  1916),  escrita  por  D.  Tomás  Costa  Martínez. 
Madrid,  1918. 

«La  organización  económica  nacional».  Discurso  leído  en  el 
acto  de  su  recepción  por  el  Excmo.  Sr.  D.  Luis  Marichalar 
y  Monreal,  Vizconde  de  Eza,  y  contestación  del  Excelentí- 
simo -Sr.  D.  Eduardo  Sanz  y  Escartín,  Conde  de  Lizarraga, 
Académico  de  número,  el  día  13  de  Abril  de  1919.  Ma- 
drid. 

«La  Prerrogativa  Regia  y  la  Rel'orma  constitucional  > .  Discur- 
so leído  por  el  Sr.  D-  José  Manuel  Pedregal,  y  contestación 
del  Excmo.  Sr.  D.  Amos  Salvador,  Académico  de  número, 
el  día  4  de  Mayo  de  19 19.  Madrid. 

«Proceso  del  sindicalismo  revolucionario».  Discurso  leído  en 
el  acto  de  su  recepción  por  D.Julio  Puyol  y  Alonso,  y  con- 
testación de  D.  Adolfo  Bonilla  y  San  Martín,  Académico 
de  número,  el  día  1 1  de  Mayo  de  1919.  Madrid. 

«El  ciclo  de  las  sociedades  políticas:  formación,  conservación 
y  disolución».  Discurso  leído  en  el  acto  de  su  recepción 
por  el  Excmo.  Sr.  D.  Manuel  de  Burgos  y  Mazo,  y  contes- 
tación del  limo.  Sr.  D.  Adolfo  Bonilla  y  San  Martín,  Aca- 
démico de  número,  el  día  22  de  Diciembre  de  1918.  Ma- 
drid, 1918. 
Real  Academia  Española.  «Boletín».  Madrid.  Año  v.  Tomo  v. 
Cuaderno  xxv.  Diciembre  de  1918. — '¡"orno  vi.  Cuaderno 
XXVI.  Febrero  de  1919. — Cuaderno  xxvii.  Abril  de  1919- 

«La  escatología  musulmana  en  la  Divina  Comedia».  Discurso 


544  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

leído  en  el  acto  de  su  recepción  por  D.  Miguel  Asín  Pala- 
cios, y  contestación  de  D.  Julián  Ribera  Tarrago,  el  día  26 
deEnerode  1919.  Madrid,  1919. 
«Obras  de  Lope  de  Vega»,  publicadas  por  la  Real  Academia 
Española.  (Nueva  edición).  Obras  dramáticas.  Tomo  v.  Ma- 
drid, 1918. 

Real  Academia  Gallega.  Coruña.  «Boletín».  Año  xiv.  Núms.  128- 
129.  Enero-Febrero  de  1919. 
«Diccionario  Gallego-Castellano».  Cuaderno  ir.  Coruña,  1919. 
Cuaderno  xii.  Coruña,  1919- 

Real  Academia  de  Jurisprudencia  y  Legislación.  «Memoria  leída 
ante  la  Junta  de  gobierno  el  día  30  de  Noviembre  de  1918 
por  su  Bibliotecario  el  Académico  Profesor  D.  Francisco 
Soler  y  Pérez».  Madrid,  1919. 

Real  Academia  Nacional  de  Medicina.  «Anales».  Tomo  xxxvni. 
Cuaderno  iv.    31    de   Diciembre   de    1918. — Tomo    xxxix. 
Cuaderno  1.  30  de  Marzo  de  1919. 
«Discurso  leído  en  la  solemne  sesión  inaugural  del  año  1 9 19, 
'  celebrada  el  26  de  Enero  de  dicho  año  en  la  Real  Acade- 
mia Nacional  de  Medicina,  por  el  limo.  Sr.  Dr.  D.  Ramón 
Jiménez  y  García,  Académico  de  número».  Madrid,  1919. 
«Memoria  leída  en  la  solemne  sesión  inaugural  del  año  1919, 
celebrada  el  26  de  Enero  de  dicho  año  en  la  Real  Acade- 
mia Nacional  de  Medicina,  por  su  Secretario  perpetuo    el 
Excmo.  é   limo.  Sr.  Dr.  D.  Manuel   Iglesias   y   Díaz».  Ma- 
drid, 1919. 

Real  Academia  .Sevillana  de  Buenas  Letras.  «Boletín».  Año  11. 
Tomo  II.  Cuaderno  viii.  Diciembre  de  1918. — Año  iii. 
Tomo  iii.  Cuaderno  ix.  Marzo  de  19 19. 

Real  Sociedad  Económica  Matritense  de  .Amigos  del  País.  «Con- 
clusiones relativas  á  la  situación  político-económica  de  Es- 
paña en  los  actuales  momentos  é  intensificación  del  traba- 
jo». Madrid,  1918. 
«Exposición  leída  en  el  Senado  por  el  Presidente  de  la  -Socie- 
dad, D.  Manuel  Molina  y  Molina,  acerca  de  la  labor  realizada 
por  la  Corporación  en  el  último  quinquenio  >.  Madrid,  1918. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  545 

«Curso  de  1918  á  1919.  Estudios  de  la  Sociedad  acerca  de 

cuestiones  urgentes».  Madrid,  1918. 
«Discursos  leídos  en  la  Junta  general  extraordinaria  celebrada 
en  22  de  Junio  de  1918  en  memoria  del  Excmo.  Sr.  D.  Ra- 
fael alaría  de  Labra».  Madrid. 
«El  impuesto  de  utilidades  sobre  la  riqueza  mobiliaria.  Nece- 
sidad de  su  reforma  en  sentido  justo  y  equitativo».  Memo- 
ria presentada  á  la  Real  Sociedad  Económica  Matritense  de 
Amigos  del  País,  por  D.  Fernando  Alartínez  Piñeiro,  .Secre- 
tario de  la  Sección  de  Intereses  Económicos.  Dictamen  de 
D.  Juan  Martínez  Añíbarro,  Presidente  de  la  Sección.  Répli- 
ca al  mismo  y  conclusiones  aprobadas  por  la  .Sociedad  como 
resumen  del  Debate».  Madrid,  1918. 
«Discursos  leídos  por  el  limo.  Sr.  D.  Faustino  Prieto  y  Pazos 
y  el  Excmo.  Sr.  D.  Manuel  Molina  y  Molina  en  memoria 
del  limo.  Sr.  D.  José  Ubeda  y  Correal,  Secretario  general 
que  fué  de  la  .'\ociedad».  Madrid,  1919. 

Real  .Sociedad  Geográfica.  Madrid.  «Boletín».  Tomo  lx.  Cuarto 
trimestre  de  1918. — Tomo  lxi.  Primer  trimestre  de  1919. 
«Revista  de  Geografía  colonial  y  mercantil».  (Órgano  oficial 
de  la  Sección  Colonial  del  Ministerio  de  Estado).  Tomo  xv. 
Núm.  12.  Diciembre  de  1918. — Tomo  xvi.Núms.  1-5- Enero- 
Mayo  de  I 9 19. 

.Sociedad  Castellana  de  Excursiones.  \'^alIadolid.  «Castilla  artís- 
tica é  histórica».  Boletín  de  la  Sociedad.  Año  xvi.  Números 
I91-192.  Noviembre-Diciembre  de  1918. 

Sociedad  Central  de  Arquitectos.  «Arquitectura».  Madrid. 
Año  I.  Núms.  4-8.  Agosto-Diciembre  de  1918. — Año  11. 
Núms.  9-12.  Enero- Abril  de  1919. 

Sociedad  Cordobesa  de  Arqueología  y  Excursiones.  «Boletín». 
.   Año  II.  Núm.  2.  Enero-Febrero  de  1919.     ' 

Sociedad  de  Estudios  Almerienses.  Almería.  «Revista».  Tomo  ix. 
Cuadernos  u-xir.  Febrero-Diciembre  de  1918. — Tomo  x. 
Cuaderno  i.  Enero  de  1919. 

Sociedad  Peñalara.  Madrid.  «Peñalara».  Revista  de  Alpinismo. 
Año  VI.  Núm.  64.  Abril  de  1919. 

TOMO    LXXV  35 


546  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Societat  Arqueológica  Luliana.  Palma.  «BoUetí».  Any  xxxiv. 
Tome  XVII.  N°  45S.  Desembre  de  19 1 8. — N°"  459-463.  Ge- 
ner-i\Taig  de  1919. 

Teatro  Lírico  Nacional.  Madrid.   «Moción  elevada  al  Excelentí- 
simo señor  Ministro  de  Instrucción  Pública  y  Bellas  Artes 
por   el  primer  Congreso  Artístico  celebrado  en   Madrid». 
«Actualidad  Musical».  Artículo  publicado  en  la  Revista  His- 
•        panoamericana. 

Unión  Iberoamericana.  Madrid.  «Memoria  correspondiente  al 
año  1918).  Enero,  1919. 

Universidad  Central.  «Discurso  leído  en  la  solemne  inauguración 

del  curso  académico  de  1918  á  1919  por  el  Dr.  D.  Arturo 

de  Redondo  y  Carranceja,  Catedrático  de  la  Facultad  de 

Medicina».  Madrid,  1918.  (Remite  dos  ejemplares.) 

«Memoria   Estadística   correspondiente   al    curso   de   1916   á 

1917».  Madrid,  1917. 
«Distrito  Universitario  de  Madrid.  Censo  electoral  para  1919.» 

Universidad  Literaria  de  Valenci^.  «La  enseñanza  de  la  Historia 
en  la  Universidad  española  y  su  reforma  posible».  Discurso 
inaugural  del  año  académico  de  1918  á  1919,  por  José  De- 
leito y  Piñuela,  Catedrático  de  la  Facultad  de  Filosofía  y 
Letras.  Valencia,  1918. 


DE     ACADEMIAS    Y     CORPORACIONES     EXTRANJERAS. 

Academia  Nacional  de  Historia.  Bogotá.  «Boletín  de  Historia  y 
Antigüedades».  Año  xii.  Núms.  134  y  135.  Marzo-Junio 
de  I918. — Núm.  13Ó.  Diciembre  de  191S,  y  137.  Enero 
de  1919. 

Academia  Nacional  de  la  Historia.  Caracas.  «Discurso  de  recep- 
ción de  Andrés  F.  Ponte,  como  individuo  de  número, 
el  9  de  Mayo  de  I9I9».  Caracas,  1919. 

Académie  des  Inscriptions  et  Belles  Lettres.  Paris.  «Comptes 
rendus  des  séances  de  l'année  1918».  Bulletin  de  Septem- 
bre-Octobre. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  547 

Académie  Royale   des   Sciences  et  des  Lettres  de  Daneniark. 
Copenhague.  «Bulletin».  Juin  1917.  Ma¡   1918. 
«Mémoires».    7""^   serie.   Tome   ni.   Numero    3.  Copenhague. 
1918. 

American  Catholic  Historical  Society  of  Philadelphia.  «Records» 
Vol.  XXIX.  N.°  4.  December,  1918. — Vol.  xxx.  Num.  I. 
March,  1919. 

American  Jewish  Historical  .Society.  Baltimore.  <'Publ¡cations». 
Number  26,  1918. 

American  Philosophical  Society.  Philadelphia.  <'.Proceedings->. 
Vol.  Lvii.  N.°  6.  1918. 

Antiquarischen  Gesellschaft.  Ziirich.  "Mitteilungen».  Band.xxviii 
Heft  4.   161 9. 

Archivo  General  .Administrativo.  Montevideo.  «Revista  ó  colec- 
ción de  documentos  para  servir  al  estudio  de  la  Historia  de 
la  República  Oriental  del  Uruguay,  patrocinada  por  el  Go- 
bierno y  dirigida  por  el  Director  del  Archivo  Ange. 
G.  Costa.  Vol.  VIII  (anexo  al  vol.  n).  Montevideo,  1918. 

Archi\o  Nacional.  Habana.  «Boletín».  Publicación  bimestrall 
Alio  XVII.  Núms.  2-6.  Marzo-Diciembre  1918. 

Asociación  Patriótica  Argentina.  Barcelona.  -La  Argentina». 
Revista  mensual  ilustrada.  Año  iii.  Núm.  23.  Maj'o 
de  1919. 

Biblioteca  Municipal  de  Guayaquil.  (Ecuador).  «Boletín».  To- 
mo IV.  Núms.  75-77.  Agosto-Diciembre  de  1918. 

Biblioteca  Nacional  de  Honduras.  Tegucigalpa.  «Memoria  del 
.Secretario  de  Estado  en  el  Despacho  de  Fomento,  Obras. 
Públicas  y  Agricultura,  presentada  al  Congreso  Nacional: 
1916-1917».  Tegucigalpa,  1918. 
«Memoria  del  Secretario  de  Estado  en  el  Despacho  de 
Fomento,  Obras  Públicas  y  Agricultura,  presentada  al 
Congreso  Nacional:  1916-1917».  Tegucigalpa,  1918. 

«La  Enseñanza  Primaria)^.  Tegucigalpa.  Año  vi.  Núm.  41.  Año 
de  1918. 

Biblioteca  Nazionale  Céntrale  di  Firenze.  «Bollettino  delle  Pubbli- 
cazione    italiane   rícente   per  diritto  y  Stampa».   N°^   209- 


548  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

210.     Settembre-Dicembre.     1918. — N.°-*     JII-214.     Gen- 
naio-Aprile  1919. 

Bibliotheca  Philologica  Bata  va.  Lugduni-Batavorum.  «Mnemosy- 
ne».  Nova  series.  Volumen  quadragesimum  septimum. 
Pars  I.  Lipsiee,  1919. — Pars  11.  Lipsise,  1919. 

Bibliotéque  de  l'Ecole  de  Hautes  Etudes  Hispaniques.  Bordeaux- 
«Inventaire  des  monuments  sculptés  pré-chrétiens  de  la 
Péninsule  ibérique».  Premiere  partie:  Lusitaiiie  Coi/ventus 
Emeritensis-,  par  Raymond  Lantier,  membre  de  l'Ecole  de 
Hautes  Etudes  Hispaniques.  lxui  planches  par  J.  Devillard. 
,     Bordeaux,   I'QlS. 

Casino  Español.  Centro  de  la  Colonia  española  de  Cienfuegos- 
(Cuba).  «Por  el  idioma  español.  Carta-exposición  á  un  Co- 
mité de  profesores  de  la  Universidad  de  Berna».  Cienfuegos. 
(Cuba),  1919. 

Centro  de  Estudiantes  de  Medicina.  Quito.  «Revista».  Publica- 
ción mensual.  Quito.  Año  11.  Núms.  3-4.  Enero-Febrera 
de  1919. 

Centro  de  Estudios  Históricos  de  la  República  de  Colombia. 
Manizales.  «Archivo  Historial».  Año  i.  Núms.  3-5.  Octu- 
bre-Diciembre 1918. — Núms.  6-7.  Enero-Febrero  1919. 

Centro  de  Historia  de  Cartagena  de  Indias.  «.Boletín  Historial». 
Año  i-iv.  Núms.  I  á  36.  Mayo  de  1915  á  Abril  de  1918. 
Forman  tres  volúmenes  encuadernados  en  rústica. 

Comisión  Editora  de  las  «Obras  de  lá  Avellaneda».  Habana. 
«Obras  de  la  Avellaneda.  Edición  Nacional  del  Centenario. 
Tomo  iii:  Obras  dramáticas.  Tomo  iv:  Novelas  y  leyendas»^ 
Habana,  1914. 

Dropsie  College  for  Hebrew  and  Cognate  Learning  ¡n  the  City 
of  Philadelphia.  «The  Jewish  Quarterly  Review».  New  se- 
ries. Vol.  IX.  N.°*  3  and  4.  January  and  April,  1919. 

Escuela  Naval  de  La  Punta.  Perú.  «Revista  de  Marina».  La 
Punta.  Año  iv.  Núm.  2.  Marzo  y  Abril  de  1919. 

Estado  Mayor  del  Ejército  de  Colombia.  Bogotá.  «Memorial». 
Publicación  mensual  editada  bajo  la  dirección  del  Departa- 
mento de  Historia.  Bogotá.  Año  viii.  Núms.  74-/8.  Agosto- 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  549 

Diciembre  de  igi8. — Año  ix.  Núms.  79-81.  Enero-Marzo 
de  1919. 

Facultad  de  Filosofía  y  Letras.  Buenos  Aires.  «Documentos 
para  la  I-Iistoria  Argentina».  Tomo  ix.  Administración 
edilicia  de  la  ciudad  de  Buenos  Aires  (1776-1805).  Buenos 
Aires,  1918.  (Remite  dos  ejemplares). 

Faculté  des  Lettres  d'Aix.  «Annales».  Tome  vi.  N°^  3-4. 
Juillet-Décembre  1912. —  Tome  vii.  N"'  1-2.  Janvier-Juin 
de  1913. — Tome  ix.  X°»  1-4.  Janvier-Décembre  1915 
«Annales».  Nouvelle  Serie.  N°^  I  et  2.  Marseille,  1918. 
«Annales».  Tome  vr.  N°*  3-4.  Juillet-Décembre  1912. — 
Tome  vil.  N''^  1-4.  Jan\ier-Décembre  1913. — Tome  viii. 
N"^  1-4.  Janvier-Décembre  1914. — Tome  x.  N"^  1-2.  Avril- 
Juin  191Ó. 

Faculté  des  Lettres  de  Bordeaux  et  des  Universités  du  Midi. 
«Revue  des  Etudes  Anciennes».  Bordeaux.  xl''  année: 
Tome  XX.  N"  4.  Octobre-Décembre  1918. — Tome  xxi, 
N'"'  1-3.  Janvier-Septembre  1919. 
«Bulletin  Italien».  lx"  année.  Tome  xviii.  N°=  3-4.  Juillet- 
Décembre  1918. 
«Bulletin  Hispanique».  xl!.*"  année.  Tome  xxi.  N"^  1-2.  Jan- 
vier-Juin 1919. 

Faculty  of  Political  Science  of  Columbia  Lmiversity.  New  York. 
«Political  Science  Ouarterly».  Vol.  xxxiii.  Number  4.  De- 
cember  1918. — Vol.  xxxiv.  Number  I.  March  1919. 

Instituto  do  Ceará  Brasil.  «Revista  trimensal».  Ceará.  Fortaleza. 
Tomo  xxxii.  Anno  xxxii.  I.°,  2°,  3.°  e  4.°  trimestres,  1918. 

Instituto  Smithsoniano  de  Washington.  «Smithsonian  ^[iscella- 
neous  CoUections».  Vol.  lxviii.  Numbers  9-12. — Vol.  lxix. 
Numbers  2-8.  Washington,   19 18. 
«Report  on  the  progress  and  condition  of  the  United  States 
National  Museum  fo  the  year  ending».  June,  30,  1918. 

Kgl.  Danske  Videnskabernes  Selskab.  Kobenhavn.  «Historisk- 
-filologiske  Meddelelser».  i-n  1-7.  Kobenhavn,  1918. 

K.  Vitterhets  Historie  och  Antilívitets  Akademien.  Stockholm. 
f  Fornvannen  ■  Argángen,  II.  Stockholm,  1919. 


55°  boletín    de    la    real    academia    de    la    HISTdRIA 

R.  Deputazione  Véneta  di  Storia  Patria.  «Nuovo  Archivio  Véne- 
to». Periódico  storico  trimestrale.  Nuova  serie.  N""  1 1 1-1 12. 
Luglio-Dicembre  19 1 8. 

R.  Societá  Romana  di  Storia  Patria.  «Archivio».  Roma.  Vol.  xli. 
Fase.  1-4,  1918. 

Royal  Historical  Society.  London.  «Transactions».  Fourth  Se- 
ries. Vol.  I,  1 91 8. 

Sección  de  Historia  de  la  Facultad  de  Filosofía  y  Letras  de  la 
Universidad  de  Buenos  Aires.  «Origen  y  patria  de  Cristó- 
bal Colón.  Crítica  de  sus  fuentes  históricas.),  por  Rómulo 
D.  Carbia,  Miembro  de  la  Sección  de  Historia  y  Director 
de  la  Biblioteca  de  la  Facultad.  Buenos  Aires,  1918. 

Secretaría  de  Instrucción  Pública  y  Bellas  Artes  de  la  República 
deCuba.  «Revista  de  Instrucción  Pública».  La  Habana.  Año  i. 
Vol.  I.  Num.  4.  Julio-Agosto   1918. 
.  Sociedad  Económica  de  Amigos  del   País.  Habana.  «Revista  Bi- 
mestre Cubana».  Vol.  xui.  Núms.  4-5.  Julio-Octubre  1918. 

Sociedad  Ecuatoriana  de  Estudios  Flistóricos  Americanos.  Qui- 
to. «Boletín».  Año  i.  Núm.  3.  Octubre-Noviembre  de  1918. 
Año  II.  Núm.  4.  Enero-Febrero  de  19 19. 

Sociedad  Geográfica  de  Lima.  «Boletín».  Tomo  xxxiii.  Trimes- 
tre cuarto.  Diciembre  de  1917-  Tomo  xxxiv.  Trimestre  pri- 
mero. Diciembre  de  1918. 

Sociedad  Geográfica  Sucre.  «Boletín».  Revista  mensual  de  Flis- 
toria,  Geografía  y  Estadística.  Tomo  xviii.  Núms.  206-208. 
Cuarto  trimestre  de  1918. 

Sociedad    Jurídico    Literaria.    Quito.    «Revista».    Nueva    Serie. 

Tomo  XXI.  Núms.  62-67.  Julio-Diciembre  de  1918. 
.  Sociedad  Mexicana  de  Geografía  y  Estadística.   México.  «Bole- 
tín». Quinta  época.  Tomo  vii.  Núms.  7-9.  Enero-Junio  1918. 

Sociedade  de  Geographia  de  Lisboa.   «Boletim».  36^  Serie.  Nú- 
meros 1-6.  Janeiro  a  Junho  1918. 
■  Sócietá  di  Storia,  Arte,  Archeología  per  la  Provincia  di  Alessan- 
dria.  «Rivista».  Anno  ir(xxvii).  Fase.  viii.  Octobre-Dieem- 
bre  1918. 

Societá  di  Storia    Patria.  Napoli.  «Archivio  Storico  per  le  pro- 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  55  I 

vince  Napoletane».  Nuova  serie.  Anno  iv.  Fase,  i  ii.  Dicem- 

bre  1918. 
Societá  Storica  Lombarda.  Milano.    «Archivio  Storico  Lombar- 
do». Pubblicazione  trimestrale.  Serie  quinta.  Anno  xlv.  Fas- 

ciólo  iii-iv.  25  Gennaio  1919. 
Société  des  Antiquaires  de  l'Ouest.  Poitiers.  <  BuUetin».  Deuxie- 

me-troixieme  trimestres  de  I918. 
Société  Asiatique.  Paris.    Journal  Asiatique».    Recueil  de  Alé- 

moires  et  de  notices  relatifs  aux  études  orientales.  Onziéme 

serie.  Tome  xi.  N°  3.  Mai-Juin  1918. 
Société  de  Géographie  et  d'Archéologie  d'Oran.    «Bulletin  tri- 

mestriel».  Oran.  xLi'^année.  Tome  xxxviii.  Fascicules  cl-cli. 

^jer.^me  trimestres).  Aíars-Decembre  1918. 
Société  Historique  Algerienne.  Alger.   «Revue  Africaine».   Cin- 

quante-neuvieme  année.  N°^  296-297.  3"'"  et  4""*  trimestres 

1918.  Soixantieme  année.  N°  298.  1'=''  trimestre  1919. 
Société  de  Linguistique  de  Paris.  «Mémoires».  Tome  dix-neuvie- 

me.  Sixiéme  fascicule.  Paris,  1916 
Société  Nationale  des  Antiquaires  de  France.  «Bulletin».  Publi- 

catión  trimestrielle.  2""^-3'"'  trimestres  1917. 
«Mémoires».   Huitieme  serie.   Tome    cinquieme.    1915-1918. 

Paris,  1918. 
Société  Suisse   d'Héraldique.   «Archives  Héraldiques   Suisses». 

Tome  xxxii.  N"=  2-4.  Zürich,  19 18.  Tome  xXxiii.  N°  i.  Zü- 

rich,  1919. 
The  Historical  Society  of  Pennsylvania.  Philadelphia.  «The  Pen- 

nsyl-vania  Magazine  of  History  and  Biography».   Published. 

Quarterly.  Vol.  xlii.  N'"  167-168.  July October  1918.  Vo- 

lumexi.in.  N°*  169-170.  January  April  1919. 
The  Jewish  Theological  Seminary  of  America.  New  York.   «The 

Jewish  Theological  Seminary  Past  and  Future».  New  York. 

1919. 
The  School  of  Oriental   Studies.   London    Institutions.    «Bulle- 
tin». 1918. 
L'niversidad  de  Cartagena  (Colombia).   «Revista  L^n  i  ver  sitaría». 

Año  III.  Núms.  14-17.  Julio  de  1918. 


552  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Universidad  Central.  Quito.  (República  del  Ecuador).  «Anales». 
Año  V.  Núms.  69-71.  Junio- Agosto  de  Igi8. 

Universidad  de  Honduras.  Tegucigalpa.  <,La  Enseñanza  Prima- 
ria». Publicación  mensual.  Órgano  de  la  Dirección  General 
de  Instrucción  Primaria.  Año  vi.  Núm.  41.   Octubre  1918. 

Universidad  Mayor  de  San  Marcos.  Lima.  «Revista  Universita- 
ria». Año  xni.  Vol.  II.  Tercer  y  cuarto   trimestre   de  1 91 8. 

Universidad  Nacional  de  México.  «Boletín».  Órgano  del  Depar- 
tamento Universitario-y  de  Bellas  Artes.  Tomo  i.  Núm.  2. 
Noviembre  de  1918. 

o 

Universidad  de  Uppsala.  Kyrkohistorisk  Arsskrift»,  utgifven  af 

o 

Hermán  Lundstron  t^.  Sjuttonde  Argangen,  I916.  Ader- 
tonde  Argangen,  1917.  Nitonde  Argangen,  I918. 
«Bref  och  skrifvelser  af  och  till  Cari  von  Limée».  Forsta  af- 
delningen  del  vii.  Uppsala,  1918. 
University  of  California.  Berkeley.  «Catalongue  of  materials  in 
the  Archivo  general  de  Indias  for  the  Pacific  Coast  and  the 
American  Southwest».  Berkeley,  1919. 

DE    PARTICUL.\RES    NACIONALES 

Agapito  y  Revilla  (Sr.  D.  Juan).  «Arquitectura  Castellana.  Dos 
edificios  curiosos  del  siglo  xvi  en  Medina  del  Campo».  Va- 
lladolid,  1918. 

Albarellos  (Sr.  D.Juan).  «Efemérides  Burgalesas  (apuntes  histó- 
ricos)». Prólogo  de  Eloy  García  de  Quevedo.  Burgos,  1919. 

Alcover  (Sr.  D.  Antonio  María).  «Boletín  del  Diccionario  de  la 
Lengua  Catalana».  Tomo  x.   Núm.  I-IO.  Janer  191S.  Maig 

1919- 
Aranzadi  (Sr.  D.  Telesforo  de).  «Exploración  de  nueve  dólmenes 
del  Aralar  guipuzcoano».  Memoria  presentada  á  la  Excelen- 
tísima Diputación  de  Guipúzcoa  por  D.  Telesforo  de  Aran- 
zadi, Catedrático  de  la  Facultad  de  Farmacia  de  Barcelona; 
D.  José  M.  de  BarandiaraR,  Catedrático  del  -Seminario  Con- 
ciliar de  Vitoria  y  D.  Enrique  de  Eguren,  Catedrático  de  la 
Universidad  de  Oviedo.  San  Sebastián,  1919. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  553 

«Exploración  de  catorce  dólmenes  de  Aralar»,  por  T.  de 
Aranzadi  y  F.  de  Ansoleaga.  Segunda  y  tercera  expedición 
subvencionadas  por  la  Excma.  Diputación  foral  y  provin- 
cial de  Navarra.  Pamplona,  1918. 
«Exploración  de  catorce  dólmenes  del  Aralar».  Pamplona, 
1918. 

Barreda  (Sr.  D.  Luis),  «Romancero  de  Carlos  Quinto».  Madrid, 
191S. 

Beruete  y  Moret  (Sr.  D.  Aurelio  de).  «Rogelio  de  Egusquiza, 
pintor  y  escultor».  ¡Madrid,  1918. 

Bretón  (Excmo.  Sr.  D.  Tomás).  «Teatro  Lírico  Nacional.  Moción 
elevada  al  Excmo.  Sr,  Ministro  de  Instrucción  pública  y 
Bellas  Artes  por  el  primer  Congreso  artístico  celebrado  en 
Madrid».  Madrid,  1919. 

Cala  y  López  Sres.  Repacer  (D.  Ramón)  y  P'lores  González. 
Grano  de  Oro  (D.  Miguel).  «La  Fiesta  de  Moros  y  Cristia- 
nos en  la  villa  de  Carboneras,  precedida  de  una  noticia  his- 
tórica». Cuevas  (Almería),  1918. 

Castañeda  y  Alcover  (Sr.  D.  Vicente).  «Relaciones  geográfi- 
cas, topográficas  e  históricas  del  Reino  de  Valencia,  hechas 
en  el  siglo  xviii  á  ruego  de  D.  Tomás  López.  Alicante- 
Castellón  de  la  Plana.  Las  publica,  con  notas,  aumentos 
y  comentarios  Vicente  Castañeda,  Correspondiente  de  la 
Academia  de  Bellas  Artes  de  San  Carlos  de  Valencia».  Ma- 
drid, 19 19. 
«El  Doctor  D.  José  Berní  y  Cátala,  jurisconsulto  valenciano». 
Madrid,  1919. 

Castellano  (Sr.  Conde  de).  «Crónica  de  la  Corona  de  Aragón». 
La  escribió  D.  Gaspar  Castellano  y  de  la  Peña,  Conde  de 
Castellano.  Extraída  de  los  Anales  de  Qnrita  y  comprende 
desde  el  Reynado  de  D.  Ramiro  Sánchez  hasta  la  procla- 
maciónde  D.Hernando  el  Católico.  Zaragoza,  m.d.cccc.xviiii. 

Consejo  de  Administración  de  la  Editorial  «Saturnino  Calleja» 
S.  A.  (Sr.  Presidente  del).  «La  Literatura  Española».  Resu- 
men de  Historia  crítica.  Segunda  edición  refundida  y  muy 
aumentada.  Ilustrada  con  profusión  de  retratos  y  de  repro- 


554  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

ducciones    de    documentos,    monumentos,   etc.    Tomo    iv. 
Nuestros  días.  Madrid,  mcmxvii. 

Cortinas  y  Murube  (Sr.  D.  F.)  «Un  sevillano  en  París  (1785- 
1842)».  Madrid,  mcmxviii. 

Díaz  Llanos  (Sr.  D.  Eduardo).  «Apuntes  sobre  la  Tierra  y  el 
Hombre»,  por  Eduardo  Díaz  Llanos.  Prólogo  por  el  Doctor 
Pedro  Bosch  y  Gimpera.  Huelva,  1918. 

Dusmet  Arizcum  (Sr.  D.  Xavier).  «El  Castillo  de  San  Felipe  de 
Mahón.  (Monografía  histórica)».  Mahón,  1919. 

Escrivá  de  Komaní,  Conde  de  Casal  (Excmo.  Sr.  D.  Manuel). 
«Historia  de  la  cerámica  de  Alcora.  Estudio  crítico  de  su 
fábrica.  Recetas  originales  de  sus  más  afamados  artífices. 
Antiguos  Reglamentos  de  la  misma».  Ejemplar  núm.  20. 
Madrid.  Año  de  m.cm.xix. 

Fernández  Valbuena,  Obispo  titular  de  Escilio  (^^Ilmo.  Sr.  D.  Ra- 
miro). «La  Religión  a  través  de  los  siglos.  Estudio  histórico 
comparativo  de  las  Religiones  de  la  Humanidad».  Tomo  se- 
gundo. Madrid,  1919. 

Gamoneda  (Excmo.  Sr.  D.  Antonio).  «Secretaría  del  Congreso 
de  los  Diputados.  Boletín  analítico  de  los  principales  docu- 
mentos parlamentarios  extranjeros  recibidos  en  la  mis- 
ma». Madrid.  Año  x.  Tomo  xv.  Núms.  95-99-  Enero-Mayo 
de  1919. 
«índice  general  del  Boletín  analítico».  Comprende  los  22  nú- 
meros publicados  desde  15  de  Eneró  de  19 1 7  hasta  IS  de 
Diciembre  de  I918.  93  a  94.  Madrid,   1919. 

García  Marcellán  ("Sr.  D.  José).  «Real  Capilla  de  S.  AL  Reorgani- 
zación del  Archivo  musical  (de  1734  a  1918).  Historia  de 
los  instrumentos  Je  música  construidos  por  Stradivarius  y 
Amati  que  en  la  actualidad  poséela  Capilla».  Memoria  com- 
plemento del  trabajo  que  por  orden  de  S.  M.  el  Rey 
(q.  D.  g.)  ha  realizado  el  Profesor  tenor  de  la  misma  Real 
Capilla  D.  José  García  Marcellán.  Madrid,  1918. 

García  Moreno  (Sr.  D.  Melchor).  «Extracto  de  algunos  juicios 
acerca  del  Catálogo  Paremiológico  de  Melchor  García  Mo- 
reno». Madrid,  1919. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  555 

García  Teijeiro  (Sr.  D.  ■Miguel).  «Castroverde.  Pequeñas  jornadas 
por  su  distrito».  Volumen  i.  Lugo,  1918.  (Su  autor  remite 
dos  ejemplares). 

García  Villada,  S.  I.  (Rvdo.  P.  Zacarías).  «Catálogo  de  los  códi- 
ces y  documentos  de  la  Catedral  de  León».  ívladrid,  1919. 

Gaspar  y  Larroy,  Maestrescuela  de  la  S.  I.  C.  de  Huesca  (señor 
Doctor  D.  Pedro).  «Monografías  presentadas  al  Segundo 
Congreso  de  Historia  de  la  Corona  de  Aragón  acerca  de  la 
cultura  Política,  Jurídica,  Artística,  Sociológica  y  Religiosa, 
desarrolladas  en  el  siglo  xii  y  comienzos  del  siglo  xjii  en  el 
expresado  Reino».  Con  licencia  eclesiástica.  Zaragoza,  I919. 

Gaspar  Remiro  (Sr.  D.  Mariano).  «Fernando  Ilde  Aragón  y  V  de 
Castilla,  en  la  reconquista  del  reino  moro  de  Granada».  Za- 
ragoza, I918. 

Godoy  Ramírez  (Sr.  D.José).  «Bosquejo  Geológico  Histórico  de 
la  actual  Provincia  de  Almerías.  Segunda  edición.  Almería, 
1917.  (Remite  dos  ejemplares). 

González  Palencia  (Sr.  D.  Ángel).  «índice  de  la  España  Sagrada», 
por  Ángel  González  Palencia,  del  Archivo  Histórico  Nacio- 
nal. Publicado  en  Madrid  el  año  1918  por  la  The  Hispanic 
Society  of  America. 

Granzovv  de  la  Cerca  (Sr.  C).  «Polonia»,  con  una  carta-autógra- 
fo del  Excmo.  Sr.  Conde  de  Romanones.  San  Sebastián, 
1919.  (Remite  dos  ejemplares.) 

Guichot  y  Sierra  (Sr.  D.  Alejandro).  «Colección  completa  de  las 
Obras  Literarias  y  Gráficas  de  Joaquín  Guichot  y  Parody, 
compilada  y  anotada  por  Alejandro  Guichot  y  Sierra.»  Vo- 
lumen primero:  Prólogo.  Dibujos  varios.  Escritos  periodís- 
ticos. Dibujos  para  la  enseñanza.  Obras  dramáticas.  Nove- 
las. Sevilla,  191 1. — Volumen  tercero:  Estudios  histórico- 
críticos.  Dibujos  de  miniaturas.  Dibujos  de  monumentos 
sevillanos.  Dibujos  de  historia  de  Sevilla.  Vindicación  de 
Pedro  I  de  Castilla.  Historia  de  Andalucía.  Sevilla,  1913. 
«Historia  del  Excmo.  Ayuntamiento  de  la  muy  Noble,  muy 
Leal,  muy  Heroica  é  Invicta  ciudad  de  Sevilla»,  escrita  en 
cumplimiento  de  acuerdo  capitular,  por  D.Joaquín  Guichot 


556  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

y  Parody,  Cronista  oficial  de  Sevilla  y  su  provincia,  Acadé- 
mico preeminente  de  la  Real  Sevillana  de  Buenas  Letras, 
Catedrático,  por  oposición,  de  la  suprimida  Escuela  de  In- 
genieros Industriales  y  del  Instituto  Provincial,  etc.  Tomo  11: 
Desde  Carlos  I  hasta  Felipe  V.  1516-1701.  Sevilla,  1897. — 
Tomo  in:  Desde  Felipe  V  hasta  Fernando  VIL  I  701-1808. 
Sevilla,  1898. — Tomo  iv:  Desde  Fernando  VII  hasta  la  Re- 
volución de  Septiembre.  1809-1869.  Sevilla,  1903. 
«Prontuario  del  viajero:  Granada»,  por  A.  Guichot. 
«Prontuario  del  viajero:  Córdoba»,  por  A.  Guichot. 
«Prontuario  del  viajero:  Sevilla»,  por  A.  Guichot. 
«Los  tres  principales  estados  de  la  Giralda  de  Sevilla.  Frente 
del  Oriente.»  Cuatro  láminas  con  texto  castellano,  francés, 
inglés  y  alemán.  Madrid. 

Herrera  Oria,  S.  J.  (Rvdo.  P.  Enrique).  «Autenticidad  de  las  reli- 
quias de  San  Iñigo,  Abad  de  Oña.»  Estudio  crítico-históri- 
co por  Enrique  Herrera  y  Oria.  (De  la  Revista  de  Archivos, 
Bibliotecas  y  Museos).  Madrid,  1918.  (Remite  dos  ejem- 
plares.) 
«Asociación  Española  para  el  Progreso  de  las  Ciencias.»  Con- 
greso de  Sevilla.  Tomo  vm.  Sección  sexta.  Ciencias  Histó- 
ricas, Filosóficas  y  Filológicas.  índice  délos  Docuuientos 
del  Monasterio  de  .San  Salvador  de  Oña,  siglo  xv,  por  el 
P.  Enrique  Herrera  Oria.  Madrid,  191 8. 

Hompanera,  Agustino  (Rvdo.  P.Bonifacio).  «Educación  de  la  ju- 
ventud.» Madrid,  1918. 

Ispizua  (Sr.  D.  Segundo  de).  «Los  Vascos  en  América.»  Volu- 
men iv:  Venezuela.  Tomo  i:  Descubritni&nto.  Tomo  11:  Lope 
de  Aguirre.  Madrid,  1918. 

López  Martínez  (Sr.  Dr.  D.  Celestino).  «Capítulos  para  la  biogra- 
fía del  Historiador  D.  Argote  de  Molina...  Madrid,  1918. 

López  Núñez  (D.  Alvaro).  «Tratado  legal  sobre  los  mundos,  por 
el  Licenciado  Lasso,  T550-" 

Llanos  y  Torriglia  (limo.  Sr.  D.  Félix  de).  «Cataluña  é  Irlanda.» 
Madrid,  1919. 

Martín  Mínguez  (Sr.  D.  Bernardino).  «Documentos  y  trabajos  de 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  557 

la  Comisión  extraparlamentaria  para  la  transformación  del 
impuesto  de  consumos.»  Tomo  i:  Actas,  Dictamen  y  Esta- 
dos.— Tomo  11:  Informaciones,  Proyectos  y  Legislación  na- 
cional y  extranjera. — Tomo  iii:  Estudio  de  los  presupuestos 
municipales  ordinarios  de  las  capitales  de  provincia.  Prólo- 
go, Documentos  oficiales.  Actas  y  Estados,  índice  a'fabéti- 
co. — Tomo  iv:  Prólogo,  Apéndices,  Documentos  oficiales, 
Estados.  Madrid,  19 lo. 
«Recuerdo  de  la  ermita  de  Nuestra  Señora  de  la  Piedad  de 
Herrera  de  Pisuerga. » 

Muñoz  y  Torrado  (Sr.  D.  Antonio).  «Discursos  leídos  ante  la 
Real  Academia  Sevillana  de  Buenas  Letras  por  los  señores 
D.  Antonio  Muñoz  y  Torrado  y  D.  Joaquín  Hazañas  y  La 
Rúa  en  la  recepción  solemne  del  primero  el  día  24  de  No- 
viembre de  1918.»  Sevilla,  1918. 
«El  Santuario  de  Nuestra  Señora  de  Guaditoca,  Patrona  de 
Guadalcanal.  Notas  históricas.»  Sevilla,  1918. 

Méndez  Bejarano  (Sr.  D.  Mario).  «El  Rey  Sisebuto,  astrónomo.» 
Madrid,  1919. 

Navarro  y  Sánchez  Salvador  (Sr.  D.  Eduardo).  «Prehistoria  de 
la  Guerra  Europea»,  por  H.  Stegemann.  Madrid,  1918. 

Navas,  Bibliotecario  Mayor  de  S.  M.  (Excmo.  Sr.  Conde  de  las). 
«Crónicas  generales  de  España,  descritas  por  Ramón  Me- 
néndez  Pidal».  Tercera  edición  con  notables  enmiendas, 
adiciones  y  mejoras.  Aladrid,  1918.  Obra  publicada  á  ex- 
pensas de  la  Real  Casa  y  remitida  á  la  Academia  por  el  ex- 
presado Sr.  Conde,  por  encargo  de  S.  M.  el  Rey  (que  Dios 
guarde). 

Peña,  Agustino  Recoleto  (Rvdo.  P.  \'icente  ].).  «San  Millán  de 
la  Cogolla.»  Guía  para  los  que  visiten  los  célebres  Monaste- 
rios del  Santo,  de  Suso  é  Yuso  (llamado  el  «Escorial  de  la 
Rioja»)  en  la  provincia  de  Logroño.  Monachil,  1917. 

Pilares  (.almirante  Sr.  ]\Iarqués  de).  «Conferencia  del  en  el 

Círculo  Católico  Obrero  de  San  José.»  Madrid,  1919. 

Piñal  de  Castilla  (Sr.  D.  Enrique).  «Archivos  de  Andalucía.  El 
Rey  D.  Pedro  I  de  Castilla  y  su  descendencia»,  por  los  se- 


CjS  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

ñores  D.  Enrique  Piñal  de  Castilla  y  D.  Fernando  Carnevali 
y  de  Imaz.  Sevilla,  19 19. 

Rionegro,  Misionero  Capuchino  (Fray  Froylán  de).  «Relaciones 
de  las  Misiones  de  los  PP.  Capuchinos  en  las  antiguas  pro- 
vincias españolas,  hoy  República  de  Venezuela,  1650-1817.» 
Tomos  i-ii:  Documentos  inéditos  de  los  siglos  xvii  y  xviii, 
publicados  bajo  la  dirección  y  estudio  de  Fray  Froylán  de 
Rionegro.  Sevilla,  191S. 

Risco,  S.  J.  (Rvdo.  P.  Alberto).  «D.  Juan  de  Austria,  hijo  de  Fe- 
lipe IV.  Narración  histórica».  Madrid,  1918. 

Rodríguez  Escorial  (Sr.  D.  José  L.).  «El  Arte  Románico  en  Se- 
govia.»  Zaragoza,  igi8. 

Salva  y  Riera  (Sr.  D.  Jaim&).  «Derecho  de  Familia  en  Mallorca.» 
Con  un  estudio  histórico-bibliográfico  de  la  Legislación 
mallorquína.  Palma  de  Mallorca,  [918. 

Sánchez  (Sr.  D.  Ramón).  «Himno  de  la  Raza,  dedicado  á  Es- 
paña y  á  las  Repúblicas  Latino- Americanas,  en  con- 
memoración del  descubrimiento  de  América».  Para  can- 
to y  piano.  Los  Angeles,  California.  Estados  Llnidos  de 
América. 

Vázquez  de  Aldana  (Sr.  D.  Enrique).  «Recordatorio  del  dolor  y 
de  la  muerte.»  Madrid,  1919- 

Villapanés  (Sra.  Marquesa  de).  «Los  dos  amores  (narración  his- 
tórica)», por  el  P.  Alberto  Risco,  S.  J.  (con  licencia  eclesiás- 
tica). Dedicado  á  S.  A.  R.  el  Príncipe  de  Asturias  en  el  día 
de  su  cumpleaños.  Sevilla,  Mayo  de  1918. 


DE    PARTICCL.ARES    EXTRANJEROS 

Arboleda  (Sr.  Gustavo).  «Historia  Contemporánea  de  Colombia 
(desde  la  disolución  de  la  antigua  República  de  este  nombre 
hasta  la  época  presente)».  Tomos  i-ii.  Bogotá,  iwcmviii-ix. 

Arguello  (Sr.  Leonardo).  «La  Guerra  por  la  Paz:  1914-1918». 
León  (Nicaragua),  1918. 

Block   (Edouard,    prince   de).    «Armorial   des   princes    du  sang 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  559 

royal  de  Hainaut  et  de  Brabant,  avec  un  portrait  de  l'auteur». 
París,  1908. 
«Eloge  de  l'Armorial  des  princes  du  sang  royal  de  Hainaut  et 
de  Brabant.  Annexe».  Bruxelles,  1908. 

Carreño  (Sr.  Alberto  María).  «Clearco  Meonio.  Breves  noticias 
acerca  del  limo.  Sr.  D.  Joaquín  Arcadio  Pagaza,  Obispo  de 
Veracruz».  Méjico,  I9I9- 

Casa  Editrice  Nicola  Zanichelli.  Bologna.  «I  fenomeni  electtro- 
atomici  sotto  l'azione  del  magnetismo»,  per  Augusto  Righi. 
Anno  1918. 

Contamine  de  Latour  (Mr.  P.)  «La  société  des  nations  est-elle 
possible?».  París,  1918. 

Cuervo  Márquez  (D.  Carlos).  «Biblioteca  de  Historia  Nacional». 
Volúmenes  xvji-xv]ii.  Vida  del  Doctor  jf osé  Ignacio  de  Már- 
quez. Tomos  i-ii.  Bogotá,  1917-1919. 

Daranatz  (Chanoine  J.  B.).  «Vieilles  Trouvailles».  Bayonne,  1918. 
«Bayonne  et  les  Saints  Fondateurs  de  la  Visitation».  Bayonne, 
1918. 

Ferreira  (Sr.  Godofredo).  «Don  Gil  Sanches.  Subsidios  para  a 
monographia  da  Villa  de  Sarzedas».  Lisboa,  1919. 

(Jarcia  (Sr.  Jenaro).  «Don  Juan  de  Palafox  y  Mendoza,  Obispo  de 
Puebla  y  Osma,  Visitador  y  Virrey  de  la  Nueva  España». 
México,  1918. 

Keune  (Professor  Y.  B.).  «Paulys  Real-Enzyklopádie  der  Klassis- 
chen    Altertumswissenschaft».    (Remite   cuatro    fascículos). 
Stuttgart,  1918. 
«Kriegsarbeit  des  Museums  zu  Aletz»,  von  Museumsdirektor 
K.  Professor  Y.  B.  Keune.  Metz,  1916 

Larrea  (Sr.  Carlos  M.).  «El  Descubrimiento  y  la  Conquista  del 
Perú».- Relación  inédita  de  Miguel  de  Estete. 

Levillier  (D.  Roberto).  «Colección  de  publicaciones  históricas  de 
la  Biblioteca  del  Congreso  Argentino.  Correspondencia  de 
la  ciudad  de  Buenos  Aires  con  los  Reyes  de  España.  Docu- 
mentos del  Archivo  de  Indias.  Cartas  del  Cabildo.  Memo- 
riales presentados  en  la  corte  por  los  procuradores,  apode- 
rados y  enviados  especiales  de  la  ciudad».  Publicación  diri- 


560  nOLETÍN     DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

gida  por  D.  Roberto  Levillier.  Tomo  iii.  Prólogo  de  D.  Pe- 
dro Torres  Lanzas,  Jefe  del  Archivo  de  Indias.  166-1700. 
Madrid,  191 8. 

Maas,  O.  F.  M.  (Rvdo.  P.  Otto).  «Las  Órdenes  religiosas  de  Es- 
paña y  la  colonización  de  América  en  la  segunda  parte  del 
siglo».  Barcelona,  1918. 

Madera  (Sr.  E.  L.).  «Geografía  de  Imbaduras.  Ibarra,  1918. 

Magalháes  (Sr.  Basilio  de).  «Escola  Nacional  de  Bellas  Artes.  A 
Renascenga  e  a  sua  floragao  artisica  (These  de  concurso 
para  pFOvimento  da  cadeira  de  Historia  das  Bellas  Artes)». 
Río  de  Janeiro,  igi8. 

Montero  y  Brown,  Pbro.  (Sr.  D.  Ramón).  «Del  Terruño».  Ho- 
menaje al  colegio  «San  Miguel»  en  el  año  xxv°  de  su  funda- 
ción. 1892-1917.  Mercedes  (República  del  Uruguay),   1918. 

Mounier  (Mr.  André).  «Les  faits  et  la  doctrine  économiques  en 
Espagne  sous  Philippe  V.Gerónimo  de  Ustáriz  (1670-1732». 
Bordeaux,  1919. 

Nijhoff  (Martinus).  «Linschoten-Vereeniging».  Elfde  Jaaverslag, 
1918.  Lijst  der  uitgaven  naamlijst  der  Leden  op  I  January, 

1919. 

Palomeque  (Sr.  Alberto).  «Las  primeras  cartas  de  nacionalidad 
Argentina».  Buenos  Aires,  1918. 

Pardo  Suárez  (D.  Vicente).  «Ladrones  de  Tierras».  Habana,  1918. 

Peralta  (Sr.  D.  Hernán  G.).  «España  y  América.  (Colección  de 
artículos  de  una  polémica)».  Carta-prólogo  del  Dr.  D.  Vale- 
riano F.  Ferraz.  San  José  de  Costa  Rica,  1918. 

Poschman  (Sr.  Adolf).  «Algunos  datos  nuevos  y  curiosos  sobre 
el  monumento  de  D.  Felipe  (El  Hermoso)  y  D."  Juana  (La 
Loca)  en  la  Real  Capilla  de  Granada».  Madrid,  1918. 
«Die  Siedlungen  in  den  Kreifen  Braunsberg  und  Heilsberg». 
Berlín,  1913. 

Rivarola  (.Sr.  Rodolfo).  «La  raza  como  ideal».  Buenos  Aires,  1918. 

Rivet  (Mr.  le  Docteur  P.).  «La  famille  betoya  ou  tukano».  París, 

1914- 
«L'origine  de  l'homme».  París,  1914- 
«Linguistique  bolivienne.  La  Langue  mobima».  París,  1S14. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  561 

Sánchez  de  Fuentes  (D.  Fernando).  «Por  la  libertad  y  el  dere- 
cho». Discursos  por  Habana,  I0l8. 

Sijthofi's  (Sr.  A.  \V.).  «Aluseum».  Leiden.  26='^  Jaargang.  Nú- 
meros 4-9.  January-Juni,  19 19. 

Sorbelli  (Sr.  Prof.  Albano).  «La  prima  edizione  della  lettera  di 
Giuseppe  Mazzini  á  Cario  Albertos.  Bologna,  1918. 
«La  Notitia  Status  Hetruriae  e  il  tempo  della  sua  composi- 
zione».  Memoria  presentata  il  19  giugno  1916  alia  classe  di 
Scienze  morali  della  R.  Accademia  delle  Scienze  dell'Insti- 
tuto  di  Bologna.  Bologna,  1917. 
«Camilla  Gonzaga-Faá.  Storia  documentata...»  Bologna,  1918. 

Stegemann  (Mr.  H.).  «Prehistoria  de  la  guerra  europea.  Ma- 
drid, 1918. 

Travieso  (Sr.  Doctor  Carlos).  «Memorias  militares  del  General 
D.  Ventura  Rodríguez,  publicadas  por  el  Dr.  Carlos  Trave- 
sedo.  Guerra  grande.  Episodios  de  la  defensa  de  Montevi- 
deo». Montevideo,  1919. 

Urien  (Sr.  Carlos  M.).  «Mitre.  Contribución  al  estudio  de  la  vida 
pública  del  Teniente  general  Bartolomé  Mitre».  Tomos  i-ii. 
Buenos  Aires,  1919. 

Wright  (Sr.  L  A.).  «Santiago  de  Cuba  and  its  District  (1607- 
1640)».  Madrid,  1918. 


PUBLICACIONES  NACIOX.\LES    RECIBID,\S  POR    CAMBIO  CO.N  EL    «BOLETÍN» 

«Archivo  Ibero  Americano».  Publicación  bimestral  de  los  Padres 
Franciscanos.  Madrid.  Año  v.  Núms.  29-30.  Septiembre -Di- 
ciembre 1918. — Año  VI.  Núm.  31.   Enero  Febrero  1919. 

«Boletín  de  Santo  Domingo  de  Silos».  Burgos.  Año  xxi.  Núme- 
ros 7-8.  Mayo-Junio  1919. 

«Coleccionismo».  Revista  mensual  de  Coleccionismo.  Madrid. 
Año  VI.  Núm.  -jl.  Diciembre  191S. — Año  vii.  Núms.  73  '■]. 
Enero-Mayo  I919. 

«Don  Lope  de  Sosa».  Crónica  mensual  de  la  provincia  de  Jaén. 
Año  vil.  Núms.  73  77.  Enero-Mayo  1919. 

TOMO    LXXV  ,5 


562  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

'Estudios  Franciscanos».  Revista  mensual  dirigida  por  los  Pa- 
dres Capucliincjs.  Barcelona.  Año  xii.  Tomo  xxi.  Núm.  139. 
Uiciembre  de  1918. — Año  xiii.  Tomo  xxii.  Núms.  140- 144. 
Enero-Mayo  de  IQIQ. 
El  Monasterio  de  Guadalupe».  Revista  quincenal  ilustrada,  pu- 
blicada por  los  Padres  Franciscanos  del  mismo  Monasterio. 
Año  IV.  Núms.  61-72  Enero-Junio  de   IQIQ. 

«España  y  América».  Revista  quincenal.  Madrid.  Año  xvi.  Nú- 
mero 24.  15  Diciembre  1918. — Año  xvii.  Núm.  I.  i.°  Enero 
Junio  de  1919. 

«Euskalerriaren  alde».  Revista  de  cultura  vasca,  publicada  bajo 
el  patrocinio  de  la  Excma.  Diputación  de  Guipúzcoa.  San 
Sebastián.  Tomo  viii.  Núms.  174-176- Junio-Diciembre  de 
1918. — Tomo  IX.  Núms.  181-185.  Enero-Mayo  1919. 

«La  Alhambra».  Revista  quincenal  de  Artes  y  Letras.  Granada. 
Año  XXI.  Núm.  498.  Diciembre  de  1918.  —  Año  xxii.  Nú- 
meros. 499-509.  Enero-Junio  de  1919. 

«La  Ciencia  Tomista».  Publicación  biriiestral  de  los  Dominicos  es- 
pañoles. Madrid.  Año  xi.  Núms.  5 5-57. Enero-Junio  de  I919. 

«La  Ciudad  de  Dios».  Revista  religiosa,  filosófica,  científica  y 
literaria,  publicada  por  los  Padres  Agustinos  de  El  Escorial. 
Madrid. — Añoxxxix.  Vol.  cxvi.  Época  tercera.  Núms.  I.095- 
I.106.  Enero-Junio  de  1919. 

«La  Revista  Quincenal».  Barcelona.  Año  iii.  Núms.  53  59.  Mar- 
zo-Junio de  1919- 

«Memorial  de  Artillería».  Madrid.  Año  lxxiii.  Serie  sexta. 
Tumo  XIV.  Entrega  sexta.  Diciembre,  191 8. — Tomo  xv.  En- 
trega primera-quinta.  Enero-Mayo  de  I9I9- 

«Memorial  de  Infantería».  Toledo.  Año  viii.  Tomo  xv.  Núme- 
ros 84-89.  Enero-Junio  de  1919. 

«Memorial  de  Ingenieros  del  Ejército».  Madrid.  Año  lxxiii. 
Quinta  época.  Tomo  xxxv.  Núm.  12.  [">iciembre  de  191S. 
Año  Lxxiv.  Tomo  xxxvi.  Núms.  1-5.  Enero-Mayo  de  1919. 

«Monumenta  Plistorica  Societatis  Jesu  a  Patribus  ejusdem  Socie- 
tatis  edita».  Matriti.  Annus  xxv.  Fase.  297-2,00.  Septembri- 
Decembri  1918. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  563 

«Nueva  Academia  Heráldica.  Archivos  Históricos  de  Genealo- 
gía y  Heráldica.  Madrid.  Tomo  vi.  Segunda  época.  Di- 
ciembre de  1918. — Tomo  vii.  Enero-Marzo  de  IQIQ. 

-iNueva  Etapa».  Revista  mensual,  redactada  por  los  alumnos  de 
la  Universidad  libre  de  El  Escorial.  Época  xxii.  Núm.  i. 
8  de  Diciembre  de  1918.  Núms.  2-5.  Enero-Mayo  de  1919. 

«Razón  y  Fe».  Revista  mensual,  redactada  por  los  Padres  de  la 
Compañía  de  Jesús.  Madrid.  .'\ño  xviii.  Tomo  uii.  Núme- 
ros 210-214.  Febrero-Junio  de  1919. 

■«Revista  Castellana».  Valladolid.  Año  iv.  Núm.  27.  Diciembre 
de  1917.  Año  V.  Núms.  28-30.  Enero-Marzo  de  1918. — Nú- 
meros 31-32.  Abril-Mayo  de  1919. 

«Revista  Eclesiástica».  Órgano  del  Clero  español.  Valladolid. 
Año  xxui.  Yol.  xLiv.  Núms.  i  5-  Enero-Marzo  de  1919. 

«Revista  de  Historia  y  de  Genealogía  Española».  Madrid. 
Año  vil.  Núm.  12.  Diciembre  de  1918.  Año  viii. — Núme- 
ros 1-4.  Enero- Abril  de  I919. 

«Revista  general  de  Marina».  Madrid.  Tomo  lxxxiii.  Cuader- 
no 6.°  Diciembre  de  I918. — Tomo  Lxx.xiv.  Cuadernos  I. "-5.° 
Enero-Mayo  de  19 19. 

«Toledo».  Revista  ilustrada  de  Arte  y  Turismo.  Toledo.  Año  iv. 
Núms.  III-I12.  Diciembre  de  1918.  — Año  v.  Núms.  113- 
119.  Enero- Abril  de  1919. 


PUBLICACIONES  EXTKAXJER.AS  RECIBIDAS  POR  CAMBIO  CON  EL   <'BOLETIX» 

«L'Archiginnasio*.  BuUettino  della  Biblioteca  Comunale  di  Bo- 

logna.  Anno  xiii.  Nums.  3-6.  Settembre-Dicembre,  1918. 
La  Civilta  Cattolica».  Roma.  Anno  lxx.  \^oI.  i.  Quadernos  1645- 

1656.  Gennaio-Giugno,  1919. 
«La    Rassegna»,    giá    Rassegna    bibliográfica    della    Letteratura 

italiana  fondata  da  Alessandro  d'Ancona.  Firenze.  Serie  iii. 

Vol.  ni.  Anno  xxvi.  Numeri  4-6.  Ottobre-Dicembre,  1918. 

Anno  xxvii.  Nums.  I-2.  Febbraio-Aprile,  1919. 
<0  Instituto».  Revista  sclentifica  e  literaria.  Coimbra.  Vol.  lxv. 


564  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

]\Tos  10-12.  Outubro-Decembro,   1918. — Vol.  i.xvi.  N°^   I-4. 
Janeiro-Abril,  1919. 

«Polybiblion».  Revue  Bibliographique  Universelle.  Paris.  «Par- 
tie  Littéraire».  Deuxieme  serie.  Tome  quatre-vingt-septie- 
me.  cxLuí  de  la  Collection.  Cinquieme  et  sixieme  livraisons. 
Novembre-Décembre,  1918. — Tome  quatre-vingt-huitieme. 
Premiere  livraison.  Janvier,  1919.  -Deuxieme  livraison.  Fé- 
vrier,  1919. —  Troisieme  et  quatrieme  lirvaisons.  Mars- 
Avril,  1919. 
«Partie  Technique».  Deuxieme  serie.  Tome  quarante-quatrie- 
me.  cxLiv'^  de  la  Collection.  Onzieme  et  douzieme  livrai- 
sons. Novembre-Décembre,  19 1 8. — Tome  quarante-cin- 
quieme.  Premiere  livraison.  Janvier,  1919. — Deuxieme  li- 
vraison. Février,  I919. — Troisieme  et  quatrieme  livraisons. 
Mars-Avril,  19 1 9. 

«Revue  Hispanique».  Recueil  consacré  a  l'étude  des  langues, 
des  littératures  et  de  l'histoire  des  pays  castillans,  catalana 
et  portugais.  Paris.  Tome  xraa.  N°  104.  Aoút,  1918. — 
Tome  xLiv.  N°  105.  Octobre,  1918. 

«Rivista  Storica  Italiana».  Pubblicazione  trimestrale.  Torino. 
Anno  XXXV.  Vol.  x.  Fase.  4.  Ottobre-Dicembre,  1918. — 
Anno  XXXVI.  Vol.  xi.  Fase.  I.  Gennaio-Marzo,  1919. 

«The  English  Historical  Review».  London.  Vol.  xxxiv.  Nuni- 
bers  133-134.  January-April,  1919. 


DE  LAS  REDACCIONES  Y  POR  CORREO 

Archivo  Bibliográfico  Flispano-Americano».  Publícalo  la  Libre- 
ría general  de  Victoriano  Suárez,  Preciados,  48,  Madrid. 
Tomo  X.  Núms.  7-12.  Julio-Diciembre  de  1918. 

«Bibliografía».  Barcelona.  Año  i.  Núm.  I.  Enero-Febrero  de  I919, 

«Boletín  y  Catálogo  del  Archivo  General  de  la  Nación».  Publica- 
ción mensual.  Sucre.  Tomo  111.  Núm.  II.  Marzo  de  IQig. 

cBoletín  Oficial  de  los  territorios  españoles  del  Golfo  de  Gui- 
nea». Año  xa.  Núm.  23.  Santa  Isabel.  Diciembre  de  1918. 


ADQUISICIONES    DE    LA    ACADEMIA  565 

«BoUettlno  del  Bibliófilo».  Notizie  induci  illustrazioni  di  libri  a 
stampa  e  manoscriti  publicazione  diretta  da  Alfonso  Miela. 
Napoli,  1918. 

«Comisión  colectiva  nombrada  para  hacer  arreglos  para  una 
conferencia  universal  de  fe  y  orden».  En  varios  idiomas. 

«Comité  Parlementaire  d'action  á  l'étranger.  La  deuxieme  se- 
maine  de  l'Amérique  latine.  Congres  tenu  a  Paris  du  22  a 
28  Novembre  1917».  Paris,  1917. 

«El  Comercio».  Revista  mercantil,  Industrial  y  Agrícola.  Ma- 
drid. Año  VI.  Núms.  66-67.  Abril-Mayo  de  1919. 

«El  Correo  de  Cádiz».  Año  xi.  Núm.  3.630.  Febrero,  1919. 

«El  Cronista».  Revista  quincenal.  Serradilla.  Año  iv.  Números 
73-84.  Enero-Junio,  1919. 

«El  Ideal  Gallego».  La  Coruña.  Año  iii.  Núms.  609-720.  Enero- 
Junio,  1919. 

«En  defensa  de  las  colonias  de  Guinea».  Publicado  en  La  Vos 
de  Fernando  Póo,  de  Barcelona. 

«Institución  Cultural  Española.  Memoria  y  Balance  general  co- 
rrespondiente al  quinto  ejercicio:  Marzo  1918-1919».  Bue- 
nos Aires,   1919. 

«La  autonomía  de  Cataluña».  Barcelona,   1919. 

«La  Calle».  Madrid.  Año  iii.  Segunda  época.  Núms.  15-23. 
Abril-Junio  de  19 1 9. 

«La  Civilisation  frangaise».  Guide  pour  l'explication  des  clioses 
de  France.  Paris.  Premiere  année.  Núm.  I.  15  Abril  1919. 

«La  Reforma  Social.»  Revista  mensual  de  cuestiones  sociales, 
económicas,  políticas,  parlamentarias,  estadísticas  y  de  Hi- 
giene pública.»  New  York.  Tomo  xii.  Núm.  4.  Diciembre 
de  1918. — Tomo  xiii.  Núm.  I.  Enero  de  1919. 

«La  L^nión  Hispanoamericana».  Revista  mensual  ilustrada.  Ma- 
drid. Año  IV.  Núm.  31.  Mayo  de  1919. 

«Letras».  Revista  mensual.  Córdoba.  Año  i.  Núm.  2.  Mayo  de 

1919. 
«Lusa».    Viana-do-Castelo.    Ano    i.    N°^    18-19.    Dezembro   de 
1917. — Ano    II    N°''    31-43    Junho-Dezembro   de    1918. — 
N°  44.  Jan  de  19 1 9. 


566  BOIETIN    DE    LA    KEAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

«Manifiesto  del  Sr.  General  D.  Félix  Díaz  al  pueblo  Mexicano». 
México,  1918. 

«O  Oriente  Portugués».  Revista  da  Comissao  Arqueológica  da 
India  Portuguesa.  Nova  Goa  (India  Portuguesa).  Ano  16. 
Vol.  XVI.  Núms.  1-2.  Jan.-Fev.  1919. 

«Raza  Española».  Madrid.  Año  1.  Núm.  i.  Enero  de  1919. 

«Revista  Contemporánea».  Cartagena  de  Indias.  Tomo  in.  Nú- 
mero 18.  Diciembre  de  1918. — Tomo  iv.  Núm.  19.  Enero 
de  1919. 

«Revista  Económica».  Madrid.  Año  vin.  Núms.  135-140.  Febre- 
ro-Mayo de  19 1 9. 

«Revista  de  Obras  Públicas».  Madrid.  Año  lxvj.  Núm.  2.257. 
Diciembre  de  I918. — Año  Lxvii.  Núms.  2.258-2.282.  Enero- 
Junio  de  I919. 

«Scientia».  Anno  xiii.  Serie  segunda.  Vol.  xxv.  Núm.  81.  Junio 
de  1919. 

«Una  opinión  acerca  del  Proyecto  de  Ferrocarril  directo  entre 
la  frontera  francesa  y  el  puerto  de  Algeciras».  Madrid, 
19IQ. 

«Unión  Ibero-Americana».  Madrid.  Año  xxxii.  Núm.  7.  Diciem- 
bre de  1918. — Año  xxxiii.  Núms.  8-IO.  Marzo-Mayo  de 
19I9. 


DOCUMENTOS  OFICIALES 


I 

COMISIÜX  PROVINCIAL  DE  MONUMENTOS  HISTÓRICOS 
Y  ARTÍSTICOS  DE  ¡MURCIA 

Don  Andrés  Sobejano  Alcayiia-,  Secretario  de  la  Comisión  provin- 
cial de  Monumentos  de  Murcia  y  Correspondiente  de  la  Real 
Academia  de  Bellas  Artes, 

CERTIFICO:  Que  en  el  libro  de  Actas  de  esta  Comisión, 
al  folio  67,  se  encuentra  inserta  al  acta  de  nueva 
constitución  de  la  misma,  cuyo'  tenor  es  el  si- 
guiente: 

seSores  asistentes  «En  la  ciudad  de  Murcia,  á  6  de  Diciem- 

Báguena  bre  dc  191 8,  hora  de  las  tres  de  la  tarde, 

Rodrirue^,  Arquitecto  mu-  reunidos  los  scñores  citados  al  margen  en  el 

"l'^'P-'''-  salón  bajo  del  l\Iuseo  provincial,  bajo  la  pre- 

Ibánez.  -^  ^  "^  ^ 

Llovera.  sidencia  del  hasta  aquí  Vicepresidente,  se- 

Riiiz-Funes.  ^ 

Rectur  de  la  Universidad.      ñor  Bagucoa,  Icyóse  el  acta  de  la  sesión  an- 

^■'^""'  terior,  y  fué  aprobada. 

El  Sr.  Báguena  lee  el  nuevo  Reglamento  de  las  Comisiones 
Provinciales  de  ^Monumentos ,  aprobado  por  S.  M.  en  II  de 
Agosto  último  y  publicado  en  la  Gaceta  de  14  del  mismo,  en 
virtud  del  que  se  reforma  notablemente  la  constitución  de  aqué- 
llas; en  su  consecuencia,  se  procede  á  elegir  los  cargos  que  el  Re- 
glamento novísimo  dispone,  siendo  nombrados  por  unanimidad: 

Presidente:  D.  Alejandro  Seiquer  López,  Académico  Corres- 
pondiente de  Bellas  Artes. 


568  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Vicepresidente:  D.  Vicente  Llovera  Codorníu,  Correspondiente 
de  la  Historia. 

Conservador:  D.  José  María  Ibáñez  García,  Correspondiente  de 
la  Historia. 

Secretario:  D.  Andrés  Sobejano  Alcayna,  Correspondiente  de 
Bellas  Artes. 

Los  referidos  señores  tomaron  posesión  de  sus  cargos. 

El  Sr.  Báguena  expone  que,  acacabados  ya  los  grupos  de  es- 
cuelas graduadas,  cuya  construcción,  juntamente  con  la  del  Mu- 
seo, fueron  objeto  especial  de  la  dirección  y  cuidado  de  un  Pa- 
tronato, al  haberse  entregado  ya  oficialmente  esas  construcciones 
á  la  Diputación  y  Municipio,  dicho  Patronato  ha  cesado  de  ac- 
tuar, y  como  éste  era  quien  venía  pagando  el  salario  mensual  del 
vigilante  del  Museo,  funcionario  especial  y  preciso,  distinto  del 
portero,  se  solicitó  oportunamente  librase  la  Excma.  Diputación 
alguna  cantidad  mensual  para  pagar  á  este  operario  de  lo  que 
dicha  Corporación  provincial  pueda  consignar  en  sus  presupues- 
tos para  subvencionar  á  la  Comisión  de  Monumentos,  á  la  que 
debe  crecida  suma.  Dicho  Sr.  Báguena  presenta  cuenta  detalla- 
da de  los  libramientos  recibidos  para  pago  de  las  mensualidades 
del  vigilante  referido,  Fernando  Nicolás,  desde  Enero  á  Noviem- 
bre del  corriente  año. 

También  por  el  mismo  Sr.  Báguena  son  presentados  los  Bole- 
tines oficiales  de  ambas  Reales  Academias  de  la  Historia  y  Be- 
llas Artes  y  las  publicaciones  de  la  Junta  de  Excavaciones  reci- 
bidas en  el  lapso  de  tiempo  habido  desde  la  sesión  anterior. 

Ante  indicaciones  hechas  por  el  Arquitecto  Sr.  Rodríguez  de 
la  posible  pronta  demolición  del  Contraste,  característico  edificio 
del  siglo  xvn,  que  está  en  estado  casi  ruinoso,  se  acuerda  por  la 
Comisión  procurar  se  conserven  en  la  nueva  edificación  que  en 
su  lugar  se  levante  los  notables  escudos  inscritos  en  guirnaldas 
que  liay  tallados  en  la  portada  de  Poniente,  y  que  antes  del  de- 
rribo se  obtengan  buenas  fotografías  del  conjunto  y  detalles, 
como  asimismo  relación  de  los  vítores  que  ha)'  pintados  en  la 
fachada  del  viejo  edificio. 

Se  acuerda  comunicar  á  las  Reales  Academia  á  que  correspon- 


DOCUMENTOS    OFICIALES  569 

de  los  nombramientos  recaídos  en  esta  sesión,  que  fué  levantada 
seguidamente  y  cuya  acta  firmará  el  Presidente,  de  que  certi- 
fico. — El  Presidente,  Seiquer.  (Rubricado.) — El  Secretario,  An- 
di'és  Sobejano.  (Rubricado.)» 

Y  para  que  conste  y  surta  los  efectos  oportunos,  expido  la 
presente  en  Murcia,  á  quince  de  Febrero  de  mil  novecientos  diez 
y  nueve. 

El  Secretario, 

Andrés  Sobejano. 


NOTPICIAS 


En  el  mes  último  la  Academia  ha  tenido  noticia  del  fallecimiento  en 
Lima  (Perú)  del  Correspondiente  D.  Ricardo  Palma.  El  Sr.  Palma  fué 
propuesto  para  Correspondiente  en  Lima,  siendo  Director  de  la  Biblio- 
teca y  Archivo  Nacional  de  la  República  peruana,  por  los  Sres.  D.  Vicente 
de  la  Fuente,  D.  Antonio  María  Fabié  y  D.  Víctor  Balaguer,  en  29  de 
Enero  de  1886. 

Como  historiador  publicó  algunas  obras  que  conceptuaba  inéditas;  y 
preguntado  en  Abril  de  1905  al  Secretario  perpetuo,  Sr.  Fernández 
Duro,  si  se  habían  dado  á  luz  los  Ana/es  del  Perú,  de  D.  Fernando  Monte- 
sinos, de  que  poseía  una  copia,  el  Sr.  Fernández  Duro  le  contestó  que  en 
la  Colección  de  libros  raros  de  la  Sociedad  de  Bibliófilos  se  habían  publi- 
cado en  1882,  en  Madrid,  imprenta  de  Ginesta,  las  Aíemorias  antiguas,  /lis- 
tóricas  V  políticas  del  Perú,  por  el  licenciado  D.  Fernando  Montesinos,  se- 
guidas de  ks  Informaciones  acerca  del  señorío  de  los  Incas,  hedía  por  man- 
dato de  D.  Francisco  de  Toledo,  virrcv  del  Perú,  habiéndose  copiado  para 
ello  el  original  de  estas  obras  que  existe  en  la  Real  Academia  de  la  His- 
toria, Colección  i\Iuñoz.  El  Sr.  Palma  era  al  morir  Director  de  la  Acade- 
mia Peruana  y  Correspondiente  de  la  Real  Española. 

En  1892  vino  á  Madrid  representando  á  su  país  en  las  fiestas  centena- 
rias del  Descubrimiento  del  Nuevo  Mundo,  y  mientras  permaneció  en 
esta  capital  asistió  asiduamente  á  las  sesiones  de  nuestra  Academia. 

También  ha  fallecido  en  Lérida  el  Correspondiente  D.  Herminio  For- 
nes  y  García  y  en  Burgos  D.  Amanció  Rodríguez  López. 


En  la  sesión  del  viernes,  21,  se  presentaron  tres  propuestas  para  cu- 
brir la  vacante  del  Sr.  Vignau:  la  primera  en  favor  de  D.  Vicente  Casta- 
ñeda, firmada  por  los  Sres.  Llreña,  Menéndez  Pidal,  Puyol  y  Barón  de 
la  Vega  de  Hoz;  la  segunda  en  favor  del  Rvdo.  P.  Fray  Guillermo  Anto- 
lín,  agustiniano,  con  la  firma  de  los  Sres.  Laiglesia,  Ribera,  Mélida  y 
Gómez  Moreno,  y  la  tercera  en  favor  de  D.  Eloy  Bullón,  firmada  por  los 
Sres.  Beltrán  y  Rózpide,  Duque  de  T'Serclaes,  Blázquez  y  Bécker 


NOTICIAS  571 

El  primero  es  Bibliotecario  y  Archivero  del  Real  Consejo  de  las  Orde- 
nes; el  segundo,  Jefe  de  la  Biblioteca  del  Real  Monasterio  de  El  Escorial, 
y  el  tercero,  Subsecretario  de  Instrucción  pública. 

En  la  sesión  del  día  28  se  verificó  la  elección,  habiendo  sido  elegido  el 
Sr.  Castañeda. 

Con  motivo  del  fallecimiento  del  Sr.  Vignau,  le  sustituyen  en  la  presi- 
dencia de  la  Comisión  de  Cortes  y  Fueros  el  limo.  Sr.  D.  Rafael  Ureña; 
y  en  la  de  la  redacción  del  Manual  de  Arqueología,  D.  Antonio  Vives  y 
Escudero. 

El  Excmo.  Sr.  D.  José  Grinda,  nuestro  Correspondiente,  ha  entregado 
en  la  Secretaría  de  la  Academia  cuatro  legajos,  que  encierran  las  pape- 
letas manuscritas  originales  de  los  apuntes  que  para  una  Geografía  árabe 
de  España  reunía  su  ilustre  deudo  el  Excmo.  Sr.  D.  Eduardo  de  Saave- 
dra,  Académico  de  Número  y  Director  que  había  sido  del  Cuerpo. 

El  Sr.  Director,  Marqués  de  Laurencín,  dispuso  que  pasasen  á  exa- 
men de  los  Sres.  Ribera,  como  arabista,  y  Blázquez,  como  geógrafo,  é 
informado  por  éstos  el  carácter  del  precioso  manuscrito,  se  acordó  pasa- 
se á  nuestra  Biblioteca,  en  la  sección  que  enriquecen  nuestros  manuscri- 
tos Srabes. 

El  Sr.  D.  Antonio  María  Alcover,  Canónigo  Magistral  de  Mallorca,  ha 
enviado  á  la  Academia  un  ejemplar  impreso  de  la  Conferencia  que  leyó 
en  sesión  pública  de  la  Rea!  Academia  de  Jurisprudencia  y  Legislación 
de  Madrid  el  día  14  de  Mayo  último,  tomando  por  tema  El  latín  como 
punto  de  partida  para  el  estudio  de  las  lenguas  romances.  Motiva  tan  intere- 
sante estudio  el  caso  anómalo  de  que,  mientras  en  todas  las  naciones  que 
forman  la  vanguardia  de  la  civilización  y  del  progreso:  Alemania,  Inglate- 
rra, Norte  América,  Italia,  Suiza  y  Francia,  se  pasan  en  los  centros  de  pú- 
blica enseñanza  largos  años  estudiando  latín,  y  se  considera  por  todos  el 
conocimiento  profundo  de  tal  idioma  como  principio,  raíz  y  fuente  insus- 
tituible de  toda  ilustración  y  cultura-literaria  y  científica,  en  España  y  en 
la  enseñanza  oficial  se  tiene  casi  abandonado,  habiéndose  recluido  últi- 
mamente á  los  seminarios  y  conventos,  donde  únicamente  se  estudia  con 
profundidad,  como  si  una  gran  parte  de  nuestra  gran  Minerva  literaria  y 
científica  de  nuestro  siglo  xvi  no  se  hallase  escrita  en  latín.  La  Conferen- 
cia del  Sr.  Alcover  merece  la  aprobación  y  el  aplauso  de  la  Academia. 


Han  sido  nombrados  por  el  Ministerio  de  Instrucción  Pública  Delegados 
regios  de  Bellas  Artes  en  sus  respectivas  provincias,  nuestros  Corres- 
pondientes: D.  Ricardo  delArco,  en  Huesca;  D.  Aurelio  de  Llano  y  Roza 
de  Ampudia,    en  Oviedo,  y  D.  Carlos   Sarthou  Carreres,   en  Castellón. 


572  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Nuestro  Correspondiente  en  Oviedo  D.  Aurelio  de  Llano  y  Roza  de 
Ampudia,  ha  impreso  en  la  capital  de  Asturias  El  libro  de  Caravia,  nom- 
bre del  pueblo  en  que  nació,  y  que  se  asienta  entre  una  cadena  de  rocas 
y  el  Océano  cántabro,  á  67  kilómetros  de  Oviedo,  en  un  bellísimo  paraje, 
entre  Rivadesella,  al  este,  y  Colunga,  al  oeste.  El  libro  está  adornado  con 
copiosas  ilustraciones,  y  después  del  estudio  desde  todos  los  aspectos  de 
su  suelo,  razas  y  costumbres,  entra  su  autor  en  los  dominios  de  su  pre- 
historia, describe  las  exploraciones  y  objetos  arqueológicos  que  se  han 
debido  á  las  excavaciones  que  se  han  practicado  en  sus  términos,  antes 
de  acometer  de  lleno  en  su  Historia  civil,  desde  el  siglo  x  hasta  el  día. 
Esta  monografía  se  hace  de  singular  aprecio,  por  estar  ceñida  á  los  pre- 
ceptos de  la  ciencia  histórica  modei-na  y  proscriptos  el  método,  los  proce- 
dimientos y  la  crítica  con  que  antes  eran  forjados  estos  libros. 


Rectificación:  En  el  Acta  de  la  Comisión  provincial  de  Monumentos  de 
Gerona,  publicada  en  el  Boletín  de  Noviembre  último,  páginas  476  y  477, 
por  deficiencia  en  la  lectura  de  las  firmas  del  Presidente  y  Secretario  de 
dicha  Comisión,  se  llama  al  primero  D.  Manuel  Alniíz,  en  lugar  de  don 
Manuel  Almeda,  que  debía  decir;  y  al  segundo,  D.  Martin  Suárez,  en  vez 
de  D.  Martin  Su  reda. 

La  Comisión  del  Boletín  suplica  á  sus  dignos  Correspondientes  que  al 
firmar  'o  hagan  con  perfecta  claridad,  para  evitar  estas  rectificaciones. 

Juan  Pírez  de  Guzmán  t  Gallo. 


ÍNDICE  DEL  TÜMÜ  LXXV 


Pags. 

Informes  oficiales: 

I.     Casa  del  Pópulo  en  la  ciudad  de  Baeza. — Vicente  Lampérez..         5 
II.     El  Corral  del  Carbón  en  Graciada. — José  Ramóa  Mélida. — 

Enrique  María  Repulías  y  Vargas    9 

Informes  generales: 

I.     San  Vicente  Ferrer^  los  .Jurados  de  ]'alenc¿a. — Eduardo  Ju- 
lia Martínez 19 

11.  Subvención  de  Fernando  VI,  Rey  de  España,  para  la  construc- 
cióji  de  la  p>  ifnera  iglesia  católica  en  Berlín. — AdolfPosch- 

mann 56 

III.     Alcázar-Seguí.  -  Vicente  Ramírez 65 

Variedades: 

I.     La  Orden  Española  de  Caballería  de  la  Jarra. — Lorenzo  Ta- 

deo  Villanueva 6S 

II.  Elogio  histórico  de  D.  Antonio  Agustín,  Arzobispo  de  Tarra- 
gona^ leído  en  la  Real  Acadenia  de  la  Historia  el  día  J  de 
Diciembre  de  1830. — Pedro  Sáinz  de  Baranda 77 

Documentos  oficiales: 

I.     Comisión  Provincial  de  Monumentos  Históricos  y  Artísticos  de 

Álava 90 

Noticias 9' 


Informes  oficiales: 

I.     La  fachada  crujía  y  capilla  del  Hospicio  de  Madrid.     Vicen- 
te Lampérez  y  Romea 97 


574  boletín  de  la  real  academia  de  la  historia 

Págs. 

Informes  generales: 

I.  Colección  htilriz-Baüer  y  Colección  Lope::,  Ballesteros. — Juan 

Pérez  de  Guzmán  y  Gallo loi      125 

II.  Njievos  7-csios  romanos  /tallados  en   Coscojuela  de   Fantova 

(Huesca).  -Ricardo  del  Arco •. 127 

III.  Sepiliera  del  Infante  D.  Felipe.,  hijo  del  Rey  Fernando  1 11  el 

Santo. — Regino  Inclán  Inclán 143 

IV.  La  Virgen  de  Guadalupe  en  Méjico. — Mariano  Cuevas,  S.  J .      185 

V.  Disquisiciones  acerca  del  catitor  flamenco  Juan  de  Wrede. — 

El  Duque  de  Alba 199 

VI.     El  Cardenal  Guillermo  de  Croy  y  el  Arzobispado  de  Toledo. — 

Adolfo  Poschmann 201 

VIL     Le  voy  age  de  la  Reine  Maric-Cliristine  en  Ilalie  et  les  rancii- 

ttes  de  la  cour  de  Turin. — Commandant  Weil 2S2 

VIII.     Cartulario  de  la  Iglesia  de  Sania  Alaria  del  Puerto  (Santo- 
ña).  (Continuación.) — Manuel  Serrano  y  .SMnz 323 

IX.      Tari/a  y  la  política  de  .Sancho  IV  de  Castilla.   (Continua- 
ción.)— Mercedes  Gaibrois  de  Ballesteros 349 

Actualidades: 

I.     El  Arzobispo  de  Valencia  E.xcmo.  é  limo.  Sr.  D.  José  María 

Salvador  y  Barrera. — Juan  Pérez  de  Guzmán  y  Gallo..  . .      356 

II.  La  inauguración  del  Museo  Numantino  en  Soria 358 

Documentos  oficiales: 

I.     Convocatoria  para  premios  de  ig20  y  lg22 367 

II.     El  Dos  de  Mayo  de  1808  en  Madrid.,  declarado  fiesta  nacio- 
nal en  el  Uruguay. — P.  de  G 371 

III.  Coynisión  provincial  de  Monumentos  Históricos  y  Aiiísticos  de 

Zamora 374 

IV.  Comisión  provincial  de  Monumentos  Históricos  y  Artísticos  de 

Valencia 375 

V.     Comisión  provincial  de  Monumentos  Históricos  y  Artísticos  de 

Lugo 377 

VI.  Comisión  provincial  de  Monumentos  Históricos  y  Artísticos  de 

Pontevedra 378 

Noticias 380 

Informes  oficiales: 

I.     Las  Catedrales  principales  de  España  (románicas  y  góticas). — 

Vicente  Lampérez 385 


ÍNDICE  575 

Págs 

II.     Iglesia  parroquial  de  Santa  María  de  Villakásar  de  Sirga. — 

Vicente  Lampérez. ...    387 

III.     Publicaciones  del  Sr.  Serra  y   Vilard. — Jeróuimo  Bécker. .  .  .     393 

Informes  generales: 

I.      Una   estación  prehistórica  en    Yccla  de    Yeltes . — José   Luis 

Martín  Jiménez 399 

II.     Monumentos  romanos  de  la  antigua  Aítgusto'briga,  hoy  Tala- 
vera  la    Vieja,  en  la  provincia  de    CíÍcí/'^j.^Josc  Ramón 

Mélida 415 

III.     Una  inscripción  visigótica  en  Játiva.—Fvaacisco  Naval 426 

Variedades: 

I.  Diatriba  o  disertación  sobre  la  utilidad  de  las  lenguas  orien- 
tales— Br.  Fr.  Antonio  de  Vera 431 

Documentos  hficiales: 

I.     Premio  hispano-americano 473 

II.     Conservación  de  objetus  históricos  y  artísticos  y  de  monumen- 
tos de  la  antigüedad. 474 

Noticias 478 

Informes  generales: 

I.     Algunos  manuscriios  de  la  Biblioteca  del  Ministerio  de  Estado. 

Jerónimo  Béclcer 481 

II.     Aíialecta  Montserratensia. — El  Barón  de  la  Vega  de  Hoz.  . .      4S8 

II I.  Juan  Albarellos. — Vicente  T-ampérez  y  Romea 491 

IV.  El  Asocio  de  la  Universidad  y  tierras  de  Avila. —  Un  tercer 

ejemplar  manuscrito  de  las  Ordenanzas  dadas  por  los  Re- 
yes Católicos  á  la  ciudad  de  Avila. — El  Marqués  de   Fo- 

ronila ■ 493 

\'.     Refranes   valencianos   recopilados  por  el  P.  Luis  Galiana, 

Dominico.  (Continuará.) — Vicente  Castañeda 495 

Excmo.  Sr.  D.  Vicente  Vignau  y  Ballester. — Juan  Pérez  de 
Guzmán  y  Gallo 514 

Variedades: 

I.  Cartas  de  Don  Próspero  Bofarull  sobre  arreglo  del  Real  r 
General  Archivo  de  la  Corona  de  Aragón.  (Continuará.) — 
Próspero  de  Bofarull 5?o 


576  BOLETÍN    DE    LA    REAL    ACADEMIA    DE    LA    HISTORIA 

Págs. 

Adquisiciones   de    la   Academia   durante   el  primer  semestre   del 
año  1919 526 

Documentos  oficiales: 

I.     Comisión   Provincial  de  Monumentos  Históricos  y  Ariisiicos 

de  Murcia 567 

Noticias 570 

índice  del  tomo  lxxv 573 


DP  Academia  de  la  Historia, 

1  Madrid 
A35  Boletin 

t.75 


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