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BOSQUEJO
DE
BUENOS AIRES
CAPITAL DE LA
NAClOiN ARGENTINA
A. GALARCE
Contador Pülilico
Miembro activo del Instituía Geográfíi^o ArgcMiim
Adminislrndot General de Conlribucion Directa
y Patentes de U Kacion
TOMO II
Impren'
BUENOS AIRES
, Litografía y Encuadernacion de Stiller & Laass
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ADVERTENCIA
Han trascurrido dos años desde la fecha en que apareció el primer vo-
lumen de esta obra.
La tardía aparición del segundo se justífíca con causéis muy lógicas que
no pudimos neutralizar con solo nuestra buena voluntad.
Hablamos dado á luz nuestro primer tomo, sin tener segundad alguna
sobre el apoyo y protección, muy necesaria para nosotros, que merecerla di-
cho trabajo y el plan trazado, de parte de los poderes públicos.
La incertidumbre no por eso nos hizo flaquear.
Circulaban ya en el país, y aun en el extranjero, los primeros ejemplares
de la edición cuando emprendimos las gestiones ante los poderes públicos so-
licitando suscricion á la obra.
Tiempo pasó hasta que se resolvió favorablemente nuestra demanda de
protección, lapso en que por carencia de elementos estuvo interrumpida la
confección del segundo libro, pues no podíamos continuar dicho trabajo sin
un apoyo eficaz que pusiese en nuestro poder medios prácticos de ejecución.
No dejó de contribuir también la Municipalidad á re<ardar la mas pronta
elaboración del segundo libro cuando resolvió suscribirse, lo que tuvo lugar
mucho tiempo después de la aparición del primer tomo y para la cual tuvi-
mos que hacer una nueva edición. La primera se había agotado ya, y por
consiguiente, forzados nos vimos á emplear algún tiempo para la composición
y corrección de la segunda.
Tales son las causas que nos han obligado á perder tanto tiempo y á pre-
sentar nuestro segundo tomo, tan laborioso como el primero, con un interva-
lo de dos años.
— IV —
En lo sucesivo no ocurrirán intermitencias irregulares, para lo cual con-
tamos con un personal determinado permanente, salvo vicisitudes anormales
que no pudiésemos vencer.
Antes de terminar, debemos manifestar que á pesar de la buena acojida
que ha tenido la obra y de las simpatías que ha despertado en cierta parte
del comercio por las descripciones gratuitas que hacemos de los estableci-
mientos industriales y de comercio de alguna importancia, sin que nos anime
otro propósito que el de acumular datos para dar una idea cabal de la capa-
cidad y elementos de nuestra riqueza pública y privada, hemos tocado con
serias dificuhades para obtener de los industriales interesados los pormenores
para componer la descripción de dichos establecimientos.
Pensamos que ya hubiese desaparecido esta remora ignorante, incapaz de
calcular el mal que ellos mismos se infieren; pero son muchos todavía los re-
trógrados que se obstinan en creer que dichos datos nos servirán de pauta para
formular aumentos sobre patente y contribución directa.
Siendo, pues, un hecho la realización de esta obra, creemos muy oportuno
dar aquí el plan que nos servirá para su elaboración, cuyo orden es como si-
gue, sin alteración alguna de los capítulos generales que comprende cada vo-
lumen :
Tomo I Sección i*
» II » 2»
III » 3' y 4*
> IV » 5', 6» y 7*
» V » 8% 9% 10* y 1 1*
> VI » 12^ 13* y 14*
» VII » I5^ i6«, 17* y i8«.
» VIII » 19* y 20* y resumen general
PRÓLOGO
SECCIÓN PRIMERA
Aprovechamos este lugar para cumplir con una deuda grata que hemos contraído cuan-
do nuestro primer tomo vio la luz pública y los escritores y la prensa en general le some-
tieron al eximen minucioso y critica serena, despertando en algunos el es^úiitu de la con-
troversia en materia sumamente interesante para quien sigue el desenvolvimiento extraordi-
nario délos elementos materiales que presiden ¿ impulsan la formación y el engrandecimiento
de la riqueza pública-
La prensa y los investigadores de nuestro progreso elevaron su palabra ilustrada á la
atención pública encomiando con frases patnóticas y de estímulo para el autor algunos de
sus capítulos en que acaso por primera vez se hacía un ensayo sobre puntos ó cuestiones
cuyo desarrollo es una verdadera revelación en el orden económico social-
¿Cómo espresar, ahora, nuestra gratitud por aquellos votos espontáneos y los concites
honorificos que hemos inspirado!'
Hay sentimientos Cuya extensión, fuerza y sinceridad no se patentizan con la palabra
escrita ni hablad^ de este orden es el que nos domina en la deuda pública contraída,
que nimca estará suficiente nt equitativamente satisfecha-
Hasta del extranjero hemos recibido congratulaciones por nuestro humilde y paciente
trabajo, y últimamente testimonios auténticos y honoríficos de esos que acuerdan los torneos
del saber humano. <EI Bosquejo de Buenos Aires> ha merecido el discernimiento del se-
gtmdo premio enla Exposición de Berlín de última fecha, es decir, medalla de plata.
\
,»
TEATRO NACIONAL
-TS -
6 palcos está^ólocados y se denominan empezando por su parte inferior: palcos ba-
jos, ídem de balcón, idem altos, caeuela y paraíso.
tEstá iluminado con gas hidrógeno bicarbonado y caía con profusiOD, teniendo además una
5a de crisUl que pende del centro del cielo-raso y que es un poderoso foco de luz, aumen-
o notablemente con el reflejo que despiden los innumerables trozos de cristal que lo cir-
BANCO HIPOTECARIO DE U PROVINCIA
Este Banco se fundú |>or Ley déla Pro-
vincia de Buenos Aires de -5 de Noviem-
bre de 1871.
Su aparición á la vida pública fué un
acontecimiento económico que venía pre-
cedido del entusiasmo y aprobación públi-
cas, y aunque al principio tuvo que luchar
con añejas prácticas y preocupaciones,
triunfó de ellas por las liberalidades con-
tenidas en su carta orgánica.
Apareció en momentos que se dibujaba
una gran crisis econónñca provocada por
la febriciente especulación que se hacía
sobre la propiedad urbana, la cual se pro-
dujo sin grandes pérdidas para la institu-
Fasada aquella, el establecimiento fun-
cionó con una actividad estraordinaria, en-
tregando sus capitales á la explotación de
nuevos negocios, industrias y á la edifíca-
5u prosperidad acreció rápidamente y su crédito y emisiones se ensancharon de una ma-
prodigÍo|p.
Fué en esta época que hizo construir el magnífico edífído con que encabezamos estas
y que más tarde tuvo que abandonar para trasladar á la ciudad de la Plata el centro
is diversas operaciones.
Nacionalizada la ciudad de Buenos Aires no podía continuar su funcionamiento, sin me-
ibo, por la presencia del Banco Hipotecario Nacional.
Véase los demás detalles que se dan en el primer tomo, pág. 5S7.
BANCO DE lÚNDRES V RIO 'DE LA PUTA
rface veinte y cuatro afiüs que esta Íiisti[iiLÍuti luiiciunji ..üii ri;|j..
en el extenso crédito de que goza y los fuertes capitales de su resurv-i i.,^,..,i: .1.
Dos o mas crisis comerciales la coamavieron en su larga vida de labor y alguna
con tanta intensidad que no dejó de pasar un buen lapso basta su completa rehabilita-
ción Rnandera- De los cuatro Bancos de que so compono la institución, el de esta
Capital se ha distinguido especialmente en las operaciones de Descuentos y Depósito
como en las de Caja.
Fué su capital primitivo 297.310 libras esterlinas, extendiéndolo los accionistas ala
suma de 600.000 al tercer aÜo de su ejercicio económico.
Su amplio y elegante edificio lia sido construido expresamente para Banco, cónsul*
lando todas las necesidades que reclaman estas instituciones, si bien no es de costosa
arquitectura.
1«8 demis detalles están consignados en la página 580 del primer tomo.
BANCO DE ITALIA Y RIO OE U PUTA
Este edificio ha sido cons-
truido en el año iS7i-72yinÍ-
de una superficie de 624 metros
aladrados, pues consta de 34
metros de frente al Norte por
;6 de fondo- La construcción
arquitectónica del frente es do
estilo clásico y au decoración
relieves y zdcalo de mármol
blanco de Carrata.
El salón principal es del
mismo estilo y ocupa ana super-
ficie de 116,50 metros, siguiendo inmediatamente L esle las oficinas de la Gerencia, Secre-
taría, Tesoro, Archivo, Salón del Directorio, y por fin las mas inferiores. En el piso alto
hay además cuatro piezas de servicio y una que sirve de depósito de papeles y libros
V¿ase, tomo I*, pAgina 582, los dem&s detalles de esta institución.
BANCO INGLES ^L RIO DE LA PUTA
Este establecimiento se fund¿ y abri<^ al
pi^blico sus operaciones en el año t83t en
un local provisorio.
Tres años después trasladó sus ofirinas al
actual, que es de su propiedad y fué cons-
truido expresamente para Banco.
El local se compone de 15,50 metros de
frente por 30 de fondo, y au salan principal
de 355 metros cuadrados, sin columnas ni
construcción alguna que pudiera quitarie la
vista ó sustraerle el mas pequeño espacio
del servicio á que está destinado. Por uno
y otro de sus costados laterales corre á ¡os
seis metros de altura una galena ¡nterioi
que contiene los archivos del establecimien-
to. Su mostrador es de 30 metros de largt^
por uno de ancho.
El edificio consta además de todas las
otras oficinas indispensables para la buena administración de la institución;
p£r3. gabinete de) Gerente, sala de la Caja fuerte, etc., etc.
Y Véase, lomo /", página ,¡84. Jos cleiii;is detalles.
1
I
— xin —
BOLSA DE COMERCIO
En el inlerés de am-
pliar los datos que sobte
este establedmieDto he<
moa dado en el piüner to-
mo de esta obra, página
421, hemos solicitado con
j insistencia su adquisición
por medio de nuestros
agentes sín poder conse*
guir un solo detalle.
No obstante, algo dire-
mos para dar una idea de
ella en este volumen.
Los piimeíos trabajos
para la formación de esta
Sociedad se iniciaron en
1821, y después de gran-
des dificultades y aun
de persecuciones políticas
; por] Rosas, se constituyó definitivamente en Junio de 1854.
Ha tenido que abandonar im edificio construido por el'a por el notable movímienlo
' qiie adquirió y el aumento de socios siempre creciente que la ha Tavorecido. El edificio
actoal es de propiedad de miembros de ella constituidos en empresarios y á quienes la
institución abona un creddo alquiler mensual.
El tiene una superficie de 29Ó3 metros y frentes hacia la plaza 25 de Mayo y calle
I Piedad.
£ste edificio fué inaugurado el dia 7 de Didembre.
Tiene oficina de teléfono, panteléfono y telégrafo.
Ed cada una de sus entradas tiene hermosos y amplios vestíbulos que encabezan los
[ gtaodes salones.
Todas sus paredes y cielos rasos están pintados al ¿Ico y adornados con los escu-
I dos de todas las nadones con las cuales está en relación.
Su biblioteca promete ser una de las mas ricas de las de su género por loa
esiuerzos que se hacen para dotarla como corresponde á la categoría é importancia
qoe hoy asume.
BUllWiin
El edificio de este establecimiento quedó deíiniíivameiitc conslniÍd(> en el año if
y entregado en el mismo al servido público, disponiendo para los fines de su creación
de cuatro pisos con noventa grandes cuartos á salones amueblados.
En el piso bajo están establecidos el gran comedor y café del hotel, con dos escale- I
ras de acceso & los pisos superiores, una para el uso csclusivo de los mozos y la otra |
para el de los pasajeros.
El salón del comedor tiene una superficie de i6 metros de frente por cuarenta de
fondo, dotado de todas las comodidades y lujo que puedo apetecer el mas escéntrico, per- |
fectamenle aereado y con la luz proporcional h su magnitud; el cielo raso de este salón ¡
es notable por la riqueza y elegancia de su estilo arquitectónico, el de Luis XV.
Las cocinas están situadas lejos de este salón para evitar el siempre desagradable olor de I
las confecciones; las escaletas son de mármol hasta el primer piso; el pavimento de las ha-
bitaciones es de madera tapizada de costosas alfombras y el de los patios de todos los
pisos de mosaico de caprichoso gusto.
-XV —
Oíandcs aberturas [ (jtactícadas en el centro de cada piso permiten la mas perfecta ven-
láladoD de lodo el edificio por au comunicación directa con el inferior, y una limpieza
ñrepiochable es lo que mas especialmente distingue á este establecimiento.
La aiquitectura exterior del edifido es del estilo Renacimiento.
El mismo propietario de este establecimiento hizo construir en el año iSSo un mag-
fcjfifrt edificio de tres pisos compuesto de cincuenta y cinco grandes cuartos, dcslínado á
dbii huéspedes y ubicado al frente del Hotel ya descrito.
También el estilo del Renacimiento decora la arquitectura exterior de la casa amue-
blada y todos los detalles principales como accesorios del gian Hotel han sido reprodu-
cios en este establecimiento.
Ambos tienen organizado un buen servicio de baños, con las comodidades y aun el
i inherente á su respectivo destino.
Uno y otro se conservan constantemente llenos de pasageros ó huéspedes, lo que
prueba d buen gusto, ser\'Íuo y excelentes condiciones de su dotación particular.
V¿sse, tomo i", página 744.
PREFECTURA MIARITIMA
La Capitanía del Puerto, que así se lla-
maba en otro tiempo, desempeñaba con mu-
cha irregularidad e insuficiencia los servidos
de su luinisterio por la pobreza de los ele-
mentos puestos á su alcance, figurando en el
es^enario administrativo en una esfera muy
secundaria.
Mucho contribuía á este decaimiento su
mala organización y el poco interés que
inspiraba su desprestigio para impulsarla
conforme á la categoría de las demás ofi-
cinas públicas.
Pero, construido el expreso edificio ac-
tual, citante y espacioso, modificado su ré-
gimen y orden orgánico y confiada su di-
rcL-cion á hombres de méritos reconocidos,
ia Piefeclura Maritima es hoy una de las
reparticiones mas importantes de la Admi-
oistracion NadonaJ y que ofrece un vasto horizonte para grangearse U estimadon pública .
Este edificio fué constmidü en el año 1881.
Cuarenta Sub -Prefecturas dteeminadas por todo el territorio de la Nadon dependen
de ella y su conservación y servicios cuestan al Erario la suma anual de t 413.077,20.
El presupuesto acuerda á la Prefectura para su sostenimiento la cantidad de pesos
66825 anual.
Véase primer tomo, pág. 71Ó.
ESTACIÓN CENTRAL DE FERRO-CARRILES
Al tratar de esta otidna en eJ primer tomo, p&g. 409, establecimos con documentos
públicos por base, cual filé su origen y porqué se modificó mas tarde su nombre, llamán-
dose como al presente.
La convendon celebrada por las diversas empresas de ferro-carriles en aquella época
existentes y cuyas ^-ias tenían sus puntos de arranque dentro del perímetro de la Capital,
dió por resultado que se construyese una Estadon ferro-carrilera en un paraje que pudie-
se servir de punto de reunión y salida de sus trenes y cuya explotadon & aprovechamien-
to fuese común.
A lo que llevamos dicho en el primer tomo, fregamos hoy la ley general que rige
■obre ferro-carriles en explotadon y de los que en el futuro se construyesen.
Es un documento interesante que debe conocerse:
— XVli —
RBOLAMBNTO DB LOS PBRRO-CARRILBS NACIONALBS
El Sotado y Cámara de Dipuiados de la Nación Argentina, reunidos en Congreso^ ek,,
sancionan con fuerza de Ley:
Articulo i^ Todos los Ferro-Carriles nacionales ya existentes y que en adelante se
construyeren en la República, estarán sujetos á la inmediata inspección y vigilancia de las
autoridades de la Nación, y sus empresas, administraciones c direcciones, al cumplimiento
de la presente ley y de las que en lo sucesivo sancionase el Congreso.
Art 2° Dedáranse Nacionales, á los efectos del articulo anterior: i*^ Los Ferro-Car-
riles que se construyeren en los territorios nacionales. — 2^ Los que se construyeren por
cuenta y con el tesoro del Gobierno de la Nación. 3^ Los que tuvieren garantido por
parte del Gobierno Nacional, un interés mínimo sobre el capital empleado. 4^ Los que
recibieren una prima cualquiera del Gobierno Nacional, para su construcción. 5^ Aquellos
cujra construcción y explotación fuesen autorizadas por ley especial del Congreso.
CAPÍTULO I
DE LA VIA Y SU CONSERVACIÓN
Art 3° Son deberes de toda empresa ó dirección de estos Ferro-Carriles, una vez
abiertos al servicio público: i^ Mantener siempre el camino en buen estado, de modo que
pueda ser recorrido sin peligro por los trenes, y cuidar por consiguiente de la inmediata
reparación de todos los deterioros que sufriese y la remoción de todos los obstáculos
que impidieren el ejercicio regular de la via, debiendo entenderse la misma prescripción
respecto de los almacenes, depósitos y demás accesorios del camino. 2^ Conservar en
buen estado el tren rodante, que será de calidad y cantidad suficiente para suplir á las
necesidades del camino, en relación con la actividad ordinaria de las comunicaciones
entre los diversos pueblos que ligare. 3° Establecer telégrafos eléctricos y mantenerlo^
corrientes en toda la extensión del camino, para el servicio del mismo. 4^ Iluminar las
estaciones y faros á nivel, desde la puesta del sol hasta la llegada del último tren. 5^
Establecer la guarda y el servicio de las barreras en los pasos á nivel. tP Asegurar la vigi-
lancia y oportuna maniobra de las agujas, en los cambios y cruzamientos de via. 7^ Cer-
rar el camino en los lugares y en la extensión que se determine p>or el Poder Ejecuti-
vo. 8® Establecer barreras en todos los puntos en que los Ferro-carriles cruzaren los
eaininos y calles públicas á nivel. Estas barreras deberán cerrarse á la aproximación de
cada tren, abriéndose después que hayan pasado, para dejar espedito el tráfico. 9^ Hacer
los trabajos necesarios para dejar espedito el tráfico en las calles ó caminos públicos que
atravesare el Ferro-Carril. 10^. Construir las alcantarillas y obras necesarias para dejar libre
d desagüe de los terrenos linderos.
— XVIII —
Art 4® La infracción á cualquiera de las disposiciones contenidas en el articulo
precedente, será penada con una multa de cincuenta mil pesos fuertes, según el caso, sin
perjuicio de que la empresa infractora ejecute los trabajos necesarios en el término que
el Juez determine.
Art. 5® Si los trabajos 6 reparaciones fuesen urgentes, los Inspectores de Ferro-
carriles podrán proceder á su ejecución inmediata, á cuenta de la empresa.
Art 6° Cuando un Ferro-Carril atravesare rios navegables, deberá ser construido
de manera que no embarace ni entorpezca la navegación. Si atravesare otra clase de rios,
esteros ó canales de riego, las obias se ejecutarán de manera que no perjudiquen el
uso de las aguas.
CAPÍTULO II
POUCIA DE LOS FERRO-CARRILES
Art 7^ Los propietarios de terrenos linderos á las vias férreas no podrán arrojar
basuras, ni obstruir en manera alguna las canaletas laterales, ni servirse de ellas como
desaguaderos, con excepción de aquellos cuyas propiedades, por su inclinación natural,
tuvieren su desagüe en la via.
Art. 8^ £s prohibido á toda persona extraña al servicio del camino, introducirse ó
estacionarse en él, á no ser empleados públicos en el desempeño de sus funciones. Es
prohibido igualmente conducir á lo largo del camino cualquiera clase de animales; pero
podrí atravesarse, debiendo en este caso el conductor hacerlos salir al aproximarse el
tren. Es estensiva esta medida á los conductores de carros ¿ otra clase de vehículos.
Art. 9^^ Es prohibido á menor distancia de veinte metros de la via: i^ Abrir zanjas,
hacer escavaciones, explotar canteras ó minas, y en general ejecutar cualquiera obra aná-
loga que pueda perjudicar la solidez de la via. 2^ Construir edificios de paja ó de otra
materia combustible. 3° Hacer cercos, depósitos ó acopios de materias inflamables ó
combustibles.
Art To. Es también prohibido á menor distancia de cinco metros de la via: i^
Dar á los muros ó cierros que se construyan, salida sobre la via, con excepción de
aquellos fundos que el Ferro-Carril dividiere, en los cuales podrá darse esas salidas, con
permiso del Inspector. 2^ Hacer depósitos y acopios de frutos, materiales' de construcción
ó cualesquiera otros objetos.
Art II. Es prohibido igualmente: i^ Construir muros ó cierros, á menor distancia
de dos metros de la via. 2^ Hacer plantaciones de árboles á menos de doce metros de
la via.
Art. 12. Las disposiciones de los artículos 9, 10 y 11, no son aplicables álospropie-
— XIX —
taríos de los tertenos linderos con las calles públicas por las que pase un Ferro-Carril,
dentro dd recinto de los pueblos ó ciudades.
Art 13. Si alguna de las obras especificadas en los artículos 9, 10 y 11, existiesen
al ti^npo de construirse un Ferro-Carril, á menos distancia de la expresada en dichos
arüculos, podrá ser expropiada, i solicitud de la empresa constructora. Si la expropiación
no se verifica, no podrán ejecutarse en las obras otros trabajos que los necesarios para
conservarlas en el mismo estado, siendo prohibida su reconstrucción, en caso de destruirse.
Art 14. La disposición contenida en el inciso 2* del artículo 10, no es aplicable:
i^ Al depósito de materias no inflamables, siempre que su altura no excediere á la de
los terraplenes por donde pasare el Ferro-Carril. 2° Al depósito ó acopio momentáneo
de materiales de construcción ó de objetos destinados al cultivo. 3^ Al depósito ó aco-
pio de frutos de la cosecha, mientras esta se practica. £n estos casos, la empresa no será
responsable por la pérdida ó deterioro que sufriesen los objetos, sin culpa suya ó de
sus ajentes, á consecuencia del servicio del Ferro-Carril.
Art. 15. La contravención á lo dispuesto en los artículos 7, 8, 9, 10 y 11, será pena-
da con una multa de veinte á quinientos pesos fuertes, sin perjuicio de la obligación
por parte del infractor, de restablecer las cosas á su estado anterior, y de responder por '
todos los perjuicios ocasionados. Si en el término señalado por el Juez ante quien se
entablare la queja, no hubiera el infractor restablecido las cosas á su estado anterior,
podrá hacerlo la empresa á costa de aquel, previa autorización del Juez.
Art 16 Las distancias de que hablan los artículos 9, 10 y 11, se medirán horizontal-
mente, desde el medio del foso ó zanja del camino, y á falta de esta, desde una línea
que corra paralela al riel exterior, y que diste metro y medio de este.
CAPÍTULO m
MATERIAL T PERSONAL EMPLEADO EN LA EXPLOTACIÓN
Art 17. Ninguna locomotora, tender ó carruage podrá ser librado al servicio publi-
co, sin previo reconocimiento pericial y autorización del Inspector del Ferro-Carril. Cuan-
do por deterioro ó por cualquiera otra causa, se retirase del servicio alguna máquina ó
codie, no podrá restituirse al servido, sin nuevo reconocimiento y autorización.
Art 18. £1 Poder Ejecutivo hará reconocer cada vez que lo estime por conveniente,
todo el material de explotación de los Ferro-Carriles, y hará excluir del servicio las
máq^i^n^^ y carruajes que no ofrecieren la s^^dad necesaria.
Art 19. £n caso de no conformarse la empresa con el reconocimiento pericial
prevenido en los artículos anteriores, se someterá el asunto á la justicia federal, no
pudiendo emplearse los carruajes ó máquinas declaradas en mal estado, hasta el pronun-
ciamiento del fallo judicial.
Art. 20. Toda empresa deberá tener en las estadonesi en los trenes y en todo d
trayecto del camino, de dia y de noche, desde que empieza hasta que termina el moví*
miento diario, el número de empleados que fuese necesario, para que d servicio se haga
con seguridad y sin tropiezo ni peligro de accidentes. Estos empleados estarán provistos
de las instrucciones y de todos los medios requeridos para d buen cumplimiento de sus
respectivas obligaciones.
CAPÍTULO IV
FORMAaON T MARCHA DE LOS TRSNBS
Art 21. Todo convoy ordinario de pasajeros deberá cuando menos llevar carruajes de
I* y 2^ clase y tener sobre la máquina un maquinista y un fogonero, y en los coches, un
guarda tren por cada cinco carruajes.
Art 22. Ningún tren podrá ponerse en marcha, sino después que el maquinista haya
inspeccionado el estado de la locomotora, y una persona idónea el de los coches, sus
ejes y sus ruedas.
Art 23. Las locomotoras, provistas de sus respectivos miriñaques, se pondrán siempre
á la cabeza del tren y no podrán marchar hada atrás, exceptuándose de esta disposidon,
los movimientos que se hacen cerca de las estaciones, y los casos en que sea necesario
emplear locomotoras de auxilio. £1 inspector podrá en otros casos especiales conceder
permiso para no observar esta disposidon.
Art 24. No podrán colocarse más de dos locomotoras en cada convoy de pasajeros,
las cuales deberán ir siempre á la cabeza del tren. Detrás del tender, irán por lo menos
tantos coches sin pasajeros, cuantas sean las máquinas que remolcan d tren. £n los tre-
nes mixtos de pasajeros y carga, los coches de pasajeros serán colocados detrás. Al extre-
mo de todo tren, deberá ir un wagón desocupado.
Art 25. Los trenes en movimiento deberán estar suñdentemente iluminados en su
parte exterior durante la noche, como también en su parte interior, los coches de pasa-
jeros.
Art 26. £1 maquinista deberá tocar el pito: i» Al moverse el tren; 20 al aproximarse
á las estadones, paso á nivel, grandes desmontes y demás parajes que pudieran ofrecer
peligros; 3* al encontrar animales sobre la via, debiendo en tal caso hacer lo posible para
que la desocupen. £n los casos de los dos últimos incisos, deberá además disminuirse la
veloddad de la marcha ó detenerse el tren, si fuere necesario.
Art 27. £1 jefe dd tren, los guarda-frenos y el maquinista, estarán en comunicadon
en cuanto sea posible, durante la marcha, para poderse dar en caso de peligro, la seüal
ét alarma.
Art 28. Antes de ponerse en movimiento un tren extraordinario, se dará aviso por
medio del telégrafo á todos los jefes de estación, los cuales lo trasmitirán á los guarda-camino, y
denlas empleados de su dependencia.
Art 29. Ningún tren podrá partir de la estación, antes de la hora marcada en el
reglamento de servicio.
Art 3a Los trenes que conduzcan pasajeros, no podrán marchar con velocidad ma-
yor de setenta kilómetros por hora, comprendiéndose las demoras en las estaciones.
Art. 31. Cada tren ¿ máquina que se ponga en movimiento, deberá ir provista de
los aparatos y útiles necesarios para colocar la máquina y los coches sobre la via, en
caso de descarrilamiento: de señales de paradas, las que, si sucediera algún incidente, se
colocarán de manera que puedan verse á quinientos metros de distancia, y de un aparato
portátil de telegrafía, que pueda ponerse en contacto con el hilo del telégrafo, para dar los
avisos necesarios en coso de accidente.
Art 32. Cuando se hacen reparaciones en la via, se pondrán señales á un kilómetro
de distancia, para indicar si debe detenerse el tren ó solo disminuir su marcha.
Art 33. Las empresas deberán hacer conocer del público, por medio de los diarios,
y por avisos colocados en todas las estaciones, el itinerario de los trenes y los horarios
de salidas y libadas. Los cambios que en ellos se efectúen, se harán conocer del públi-
co, por los mismos medios indicados, por lo menos quince dias antes de principiar á
regir.
Art 34. Los trenes deberán seguir en su marcha, la velocidad y el itenerario que la
empresa hubiese fijado de antemano. Si á causa de accidentes ó por evitar peligros, se
alterase esa marcha, el conductor del tren deberá justificar el hecho, levantando una acta
que firmarán tres pasajeros á lo menos. La falta de esta formalidad, constituye á la em-
presa responsable por esa alteración.
CAPÍTULO V
DISPOSiaONES RELATIVAS k LOS VIAJEROS
Art 35. Las tarifas relativas al trasporte de las personas y al exceso de equipajes,
dd>erán ponerse en conocimiento del público, en la forma prescripta en el articulo 33.
Dd>erán igualmente colocarse á la vista, en todas las estaciones, los reglamentos especia-
les que las empresas establecieren, concernientes á los equipajes y á la admisión y obliga-
dones de los pasajeros.
Art 36. En cada estación, la boletería deberá abrirse por lo menos \ treinta minutos
antes de la hora marcada para la salida del tren. La entr^a de los equipajes podrá
hacerse hasta dos minutos antes de la salida.
Art 37. Las empresas tendrán d deber de no aceptar en los trenes ó expulsar d^
-^ XXII —
ellos, á las personas que por su estado, molestasen al público, ó no quisiesen sujetarse á
las prescripciones de los reglamentos. No se admitirá en los coches ni en las estaciones
i ninguna persona que llevase arma de fuego, sin previa comprobación de bailarse des-
cargada.
Art. 38. Las empresas podrán establecer en sus reglamentos, multas moderadas,
para aquellas personas que viajen sin boleto, ó que viajen en coches de clase superior,
teniendo boletos de clase inferior; y en general, para todos aquellos que intenten defrau-
dar los intereses del Ferro-Carril. Estas multas no excederán de la mitad del valor que
habría importado el perjuicio.
Art. 39. £1 viajero que por falta de carruajes, se viese en la necesidad de entrar en
uno de clase superior, al designado por su boleto, nada satisfará á la empresa, por el
exceso del precio del asiento. Si por el contrario, en virtud de la misma causa, el viajero
tuviese que ocupar un asiento de clase inferior, la empresa deberá devolverle el importe
integro de su billete á la terminación del viaje. Cuando por ocupación de todos los asien-
tos de la clase que expresa su boleto, el viajero tuviese que ir de pié, tendrá derecho á
que se le devuelva la mitad de su pasaje, salvo convención en contrario.
Art. 40. Las empresas no cobrarán porte por los equipajes de pasajeros, cuyo peso
no exceda de 50 kilogramos, debiendo dar una contraseña que sirva para la entrega en el
lugar del destino. Los bultos que no estorbaren al público y cuyo peso no exceda de 10
kilogramos, podrán ser llevados en los carruajes de pasajeros.
Art. 41. Las empresas deberán entregar á cada pasajero, inmediatamente después de
llegar á su destino, todos los bultos que formasen su equipaje. En caso de extravio ó dete-
rioro de alguno de ellos, la indemnización se hará efectiva, con arreglo á la tarifa de
avalúos que se haya fijado en el reglamento respectivo, según ñ, naturaleza y calidad de los
bultos.
Art. 42. La empresa no responde de los objetos que lleven consigo los pasajeros.
Tampoco responde de las joyas, pedrerías, dinero, billetes de banco, títulos de la deuda
pública ó hipotecarios ú otros documentos de la misma clase, qne se contuviesen en un
equipaje que se hubiese entregado para conducir, si no se manifestasen especial y deter-
minadamente.
Art 43. En cada estación habrá un registro visado mensualmente por el inspector, en el
cual podrán los pasajeros consignar sus reclamaciones contra la empresa ó sus empleados.
Art 44. En cada estación habrá igualmente un botiquín provisto de medicamentos,
vendajes y demás útiles que puedan necesitarse para casos de accidentes.
Art 45. En los trenes que condujeren pasajeros, no podrá llevarse materias esplosi-
vas de ninguna clase, so pena de una multa de cien á dos mil pesos fuertes, sin perjui-
cio de las responsabilidades civiles ó criminales á que hubiere lugar, en caso de acci-
dentes.
'♦:^it
CAPITULO VI
TRASPORTE DE MERCADERÍAS
Art 46. Las empresas darán publicidad á las tarifas y reglamentos que establecieren
para el trasporte de mercaderías, en la forma indicada para la tarifa y reglamentos de pa«
sajeros. Los cambios que en ellos se introdujeren se pondrán en conocimiento del público
un mes antes de su vigencia.
Art 47. Las empresas deberán registrar los bultos de mercaderías, á medida que se
presenten para ser despachados, estendiendo carta de porte, si la exijiese el cargador, ó
dando simplemente en caso contrarío, un recibo que indique la naturaleza y peso de
los bultos, el importe total del flete y al mismo tiempo, en que debe hacer el tras-
porte.
Art 48. La expedición de las mercaderías, se hará en el mismo orden del Registro,
sin preferencias para nadie.
Art 49. No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, serán preferidos para la
conducción: i^ Los frutos y provisiones destinados al consmno diario de las poblaciones
que el Ferro-Carril comunique. 2^ Los equipajes de los pasajeros y los bultos de enco-
miendas, cuyo peso no esceda de cincuenta kilogramos. 3^ Los objetos para los cuales la
autoridad gubernativa, nacional ó provincial, reclamase la preferencia por urgencia de servicio
publico.
Art 50. Todo cargador deberá hacer declaración previa del número, peso, clase y cali-
dad de las mercaderías que remitiese. La falsedad de esta declaración, exime á la empresa de
toda responsabilidad.
Art 51. Las tarifas serán uniformes para todos los que se sirvan del Ferro-Carril. Sin
embargo, la empresa podrá reducir los precios de tarifa en favor de los cargadores que
acq>tasen plazos mas largos que los que les correspondieren, s^^ el orden del registro ó
de los que se obliguen á proporcionar en períodos dados, un mínimuni de toneladas de
caiga. La concesión á uno ó muchos remitentes, será esteosíva á todos los que la pidan,
sqetándose á iguales condiciones.
Art 52. Las obligaciones y responsabilidades de las empresas respecto á los cargado-
res^ por pérdidas, averías ó retardo en la espedicion ó entrega de las mercaderías, serán
raídas por las disposiciones del cap. 5 tit 30, libro !<> del Código de Comercio. Serán tam-
bién aplicables á las empresas de Ferro-Carriles, las disposiciones de las leyes generales
sobre trasportes, en todos los puntos no previstos por la presente ley.
Art 53. Las empresas serán directamente responsables de los perjuicios ocasionados
por colpa ó negligencia de sus empleados, en el desempeño de sus fundones.
— XXIV —
CAPITULO VII
PRIVILEGIOS DE LAS EMPRESAS
Art. 54. Todos los materiales necesarios para la construcción y esplotacíon de Ferro-
Carriles nacionales, serán introducidos libres de derecho. £1 Pocler Ejecutivo dictará las
medidas necesarias para impedir los abusos en el ejercicio de esta prerrogativa.
Art. 55. Decláranse exentas de todo impuesto nacional, las propiedades, muebles ó
inmuebles que constituyen los ferro-carriles y sean necesarias para su esplotadon y tr&fíco ;
no pudiendo tampoco ser gravados con impuestos provinciales, las que correspondan á los
ferro-carriles costeados ó garantidos por la Nación.
CAPÍTULO VIII
GRAVÁMENES DE LAS EMPRESAS
Art 56. Las empresas no podrán oponerse á que otro ferro-carril empalme con el
suyo, pase por arriba, por debajo ó á nivel, con tal que los trabajos que se hicieren al
efecto, no interrumpan el servicio regular de los trenes en la linea primitiva. £n caso de
empalme ó cruzamiento á nivel, la nueva empresa colocará en el punto de intercepción
una casilla y un guarda- camino encargado de hacer á los trenes de ambas vias, las seña-
les necesarias para evitar choques ó contratiempos en el servicio.
Art 57. Las empresas no podrán oponerse á que sus vias sean cruzadas por caminos carri-
les ordinarios, cuando el Gobierno ordene ó permita su establecimiento. Tampoco podrán opo-
nerse á la construcción de canales 6 cauces artificiales de agua que atraviesen la via, siempre
que las obras que se hicieren con ese motivo, no perjudiquen la solidez de la via ni interrumpan
en manera alguna el servicio regular de los trenes.
Art. 58. Toda empresa de Ferro-carriles, es obligada á conducir gratuitamente: i^ La
balija de la corresponaencia que gire por los Correos. 2^ Al empleado que la oficina respec-
tiva encargare de la balija. La Administración de Correos, determinará los trenes ordina-
rios en que debe hacerse esa conducción los cuales se detendrán en todas las estaciones ,
aunque no hubiere pasajeros. La empresa deberá destinar á este objeto, un departamento
especial en los trenes, capaz de contener todas las balijas postales. 3® A los funcionarios
ó empleados, comisionados por el Poder Ejecutivo, para la inspección y reconocimiento de
la via y del material de explotación. 4^ A los funcionarios judiciales, que fueran á prac-
ticar investigaciones sobre delitos cometidos en las estaciones ó en los trenes, ó sobre acci*
dentes ocurridos en la linea.
Art 59. £1 Poder Ejecutivo ó las autoridades que él determine, tienen derecho pre«
— XXV —
ferente para trasportar por el Ferro-Carril, las fuerzas militares y los materiales de guerra
que quibieren, avisándolo al jefe de la estación respectiva dos horas antes de la salida del
tren, y pagando por la tropa, la mitad del precio de pasaje de última clase, por los oficia-
les la mitad del precio del asiento que ocuparen, y por los materiales la mitad del precio
de tarifa. »
Art 6o. £1 Poder ejecutivo ó las autoridades que él determine, tendrán derecho
para exigir el despacho de un tren ordinario, avisándolo con anticipación de tres horas, y
abonando una compensación convencional, además de los precios de trasporte indicados
en el artículo anterior.
Art 63. En caso de conmoción interior ó de invasión extranjera, el Poder Ejecutivo
podrá tomar de su cuenta el uso de los Ferro-Carriles, abonando á la empresa una com-
pensación, cuya base de avalúo será el término medio de lo que hubiese producido el
camino en el último semestre.
Art 62. Toda empresa está obligada á compartir el uso de cualquiera de sus esta-
ciones con las otras compañías cuyas lineas se unieran á la suya, debiendo fijar de común
acuerdo, el precio y las demás condiciones de esta comunidad.
Art 63. Cuando se unan en algim punto, dos ó más ferro-carriles, construidos por
diferentes empresas, los carruajes de caiga y de pasajeros de cualquiera de ellas, podrán
traficar por la via que pertenece á la otra, pagando el peaje, y con arreglo á las condi-
ciones que establecieren por convenio mutuo.
Art 64. Las disposiciones de los dos artículos precedentes, se harán efectivas, siem-
pre que no estorben ni interrumpan el tráfico y servicio regulares de la empresa pro-
pietaria del camino, ó estación sobre que recae el gravamen.
Art 65. En caso que no tengan lugar los convenios á que se refieren los artículos
62 y 63, como también en todas las cuestionos que puedan suscitarse entre las empresas
con motivo del ejercicio de las servidumbres impuestas en los mismos artículos, las em-
presas se someterán á la dedsion de arbitros, que las mismas nombrarán ante el Juez de
Paz respectivo.
CAPÍTULO DC
INSPECaON GUBERNATIVA
Art 66. El Poder Ejecutivo nombrará para cada ferro-carril nacional, uno ó más
inspectores, comunicando este nombramiento á las direcciones respectivas ó á sus represen-
tantes en la República.
Art 67. Son fundones á cargo de los inspectores: i^ Vigilar la fiel observancia de las
disposiciones de esta ley. 2® Averiguar en caso de accidentes ó retardos notables en las
— XXVI —
telidas ¿ lidiadas de los trenes la causa que los hubiere producido, procediendo á la for-
mación de un sumario, si el hecho fuese de gravedad. Se considera retardo notable, aquel
que excediese de la quinta parte del tiempo que el tren debe emplear en su viaje. 3^* De-
nunciar ante el Juez Federal respectivo, los casos de infracción de la presente ley, acompa-
ñando los antecedentes relativos al hecho para los efectos civiles ó criminales á que hubiere
lugar. 4^^ Inspeccionar en los ferro-carriles garantidos, la administración y contabilidad,
cuidando de que sean llevadas con exactitud y dando cuenta al Poder Ejecutivo de los
vidos ¿ irregularidades que notare.
Art. 68. Es obligatorio de las empresas, facilitar á los Inspectores todos los medios ne-
cesarios para el desempeño de sus funciones, dándoles al efecto, libre acceso en las es-
taciones y demás puntos del camino.
Art 69. En los Ferro-Carriles garantidos ó esplotados por el Gobierno, la obligación
impuesta en el articulo anterior se extenderá á la exhibición de los libros, registros y de-
más doamientos que los inspectores desearen inspeccionar. Para facilitar esta inspección,
las administraciones de esos Ferro-Carriles, formarán mensualmente im balance de su
activo y pasivo.
Art. 70. La inspección especial establecida respecto de los Ferro-Carriles garantidos
no cesará sino cuando se hubiere reembolsado al Gobierno todas las sumas pagadas en
razón de la garantía.
CAPÍTULO X
t>£ LOS DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD DEL TRÁFICO DE LOS FBRRO«CARRILES.
ArU 71. Todo individuo que destruyere intencionadamente un ferro-carril, ó empleara
algún otro medio para detener ó entorpecer la marcha de un tren, ó para hacerlo des-
carrilar, será castigado con una pena de dos meses á dos años de presidio. Si el fin
que el delincuente se propone se hubiera producido, la pena será de seis meses á cuatro
años de presidio.
Art 72. Si el hecho hubiere ocasionado contusiones, heridas ó ñacturas en alguna
persona, la pena será de imo á ocho años de presidio. Si el accidente hubiese ocasio-
nado la muerte de una ó mas personas, la pena no bajará de ocho años de trabajos
forzados, pudiendo los tribunales aplicar hasta la última.
Art 73. La amenaza verbal 6 escrita, de cometer alguno de los delitos especificados
en el articulo anterior, será castigada con prisión de uno á seis meses, ó oon multa de
cincuenta á trescientos pesos fuertes.
Art 74, Todo individuo que por imprudencia, negligencia, ó inobservancia de los
reglamentos, causare involuntariamente un accidente dei que haya resultado herida una
— xxvn —
persona, será castigado con prisión de un mes á un año, ó una multa de cincuenta á
seidentos pesos fuertes, sin perjuicio de la reparación del daño causado. Si el accidente
hubiera producido la muerte de una ó mas personas, la pena será de prisión de uno á
dnco años.
Art 75. Los mecánicos, conductores ó guarda trenes 7 demás empleados que aban-
donaren su puesto durante el servicio respectivo, serán penados con una prisión de un
mes á dos años, ó con una multa de cincuenta á mil pesos pesos fuertes. Si á con-
secuencia del abandono del puesto, ocurriesen accidentes que causaren la muerte ¿ he-
ridas á alguna persona, la pena será en el primer caso, de dos á ocho años de prisión
y en el segundo de tres meses á dos años, sin perjuicio de las indenmizadones á que
la empresa queda obligada, segan el articulo 53. Si d abandono se hidere con intendon
criminal, d culpable será castigado con las penas señaladas en los artículos 71 y 72,
aumentadas en im terdo, cuando no fuere d caso de aplicar la ultima pena.
Art 76. Todo el que intencionalmente cortase los alambres del td^;rafo destinado
al servido del Ferro-Carril, arranca se ó destruyese los postes, ¿ejecutase algún otro acto
tendente á interrumpir la comunicadon telegráfica, será castigado con prisión de dos á
doce meses. Si del hecho hubiesen resultado acddentes en los trenes, la pena será de
cuatro meses á dos años. Si en estos acddentes resulta herida ó muerte de alguna
persona, la pena será de dos á diez años de trabajos forzados.
Art 77. Si durante el viaje de un tren se cometiere algim delito, d conductor de-
berá tomar las medidas necesarias para asegurar la persona del delincuente, que será
puesto á la disposidon del Juez respectivo, en la primera estadon que se tocare, acom-
pañándole un parte detallado del hecho criminal, con espresion de las personas que lo
presenciaron. Para el cumplimiento de este deber, el conductor tendrá las facultades y
autoridad que son inherentes á los agentes de polida.
Art 78. Los jefes de estadones, los conductores de trenes y demás empleados
encargados de velar por la seguridad del tráfico, pueden requerir el auxilio de la fuerza
publica y la de los particulares, para hacer efectivas las reglas relativas á esa misma
s^;urídad, como también para la aprehensión de los delincuentes.
Art 79. Todo ataque ó resistencia \'iolenta á los agentes ó empleados de los Ferro-
carriles, en el desempeño de sus fundones, será castigado con prisión de quince á
sesenta dias, ó con multa de veinte y dnco á den fuertes.
Art 80. La polida de orden interno de las estaciones y de los trenes, se estable-
cerá en im reglamento especial, formado por las empresas y aprobado por d Poder
Ejecutivo.
— XXVIII —
CAPITULO XI
DISPOSICIONES DIVERSAS
Art 8i. Las infracciones á las prescripciones de la presente ley, que no tuvieren
pena especial señalada, serán castigadas con multas de cincuenta á mil pesos fuertes, ó
con prisión de uno á dos meses, aplicada por los tribunales federales, por denuncia
de los Inspectores, ó á solicitud del ñscal, de los pasajeros, 6 de las empresas de Ferro-
Carriles.
Art. 82. £1 importe de las multas que se impongan con motivo de la aplicación de esta
ley será destinado al fomento de la instrucción primaria.
Art. 83. Los objetos olvidados ó perdidos en los carruajes, en las estaciones ó en la
via, y aquellos cuyos dueños, consignatario ó remitentes se ignore, se mantendrán
en depósito por la empresa, y se anotarán en un registro especial, con designación del
dia y lugar en que fueren encontrados, y de sus principales señas.
Art. 84. El depósito de dichos objetos, se pondrá en conocimiento del público, por
medio de avisos insertos en dos ó mas periódicos, por tres veces, con intervalo de
im mes entre ima y otra inserción. Si nadie se presentase á reclamar los objetos, den-
tro de un año contado desde el último aviso, ellos se pondrán á disposición del Juez de
Sección respectiva, para que proceda á su venta en remate público. £1 producido de
estas ventas, será destinado al fomento de la Instrucción primaria, deducidos los gastos
ocasionados.
Art. 85. Si los objetos fuesen de fácil deterioro, serán inmediatamente vendidos, pre-
via autorización judicial, procediéndose respecto del precio, como indica el articulo
anterior.
Art. 86. Los reglamentos á que se reñeren los artículos 35 y 36, serán sometidos á
la aprobación del Poder Ejecutivo, antes de ponerlos en vigencia.
Art. 87. Los empleados de las empresas que, por la naturaleza de sus funciones, se
hallen en comunicación necesaria con el público, deberán hablar el español.
Art. 88. Comuniqúese al Poder Ejecutivo. — Dado en la Sala de Sesiones del Congreso
Argentino, en Buenos Aires, á los nueve dias del mes de Setiembre de mil ochocientos
setenta y dos. — Adolfo Alsina — Cdr/os M.Saravia, Secretario del Senado. — C. del Campillo
— Bernardo Silveira, Secretario de la Cámara de Diputados.
Departamento del Interior. — Buenos Aires, Setiembre iS de 1872. — Cúmplase, comu-
niqúese y dése al Registro Nacional. — Sarmiento. — Uladislao Frías,
— XXL\ —
CASA DEL SEflOR A. LELOIR
Este edifirio ubicado en la esquina de las
calles Florida y Piedad, se compone de dos
pisos con un regular número de habitaciones,
estando ocupado actualmente el inferior por
dos tiendas y un almacén.
La planta alta es accesible por dos entradas,
con sus respectivas escaleras de mánnol, ha-
cia una y otra calle; un gran vestíbulo que
ocupa el centro de ella, está rodeado por tres
grandes salas y el comedor; un pasadizo pone
en comunicación un gran palio de galería y
las principales habitaciones con toda la casa.
£1 número total de habitaciones es de 2b-
La arquitectura interior es de estilo moder-
no y el comedor está decorado con el de
Francisco i°; la construcción de lo demás no
^ tiene un estilo bien detenninado.
' ' Los trabajos de edificación de esta casa em-
pezaron el año 1882 y se terminaron tres anos
después, bajo la dirección y responsabilidad
de im lencmbrado arquitecto,
CASA OE!HUÉRFANAS DE lA MERCED
' Ningún dato tenemos que ^egar á los
publicados ya en nuestro primer tomo, pág.
i pesar de haber solicitado oporttma-
liente aquellos que hemos considerado co-
no el complemento de laexposicion aludida.
Este establecimiento, obra de la piedad
cristiana, se fundó por solo d esfuerzo in-
dividual de su benefactor, el Dr. Juan Alonso
González, sin haber merecido en su narí-
míento á la vida sodal, la protección de las
atltorídades civiles.
Las numerosas dificultades con que se lu-
chó para realizar su fundación, ¡son una
praeba de la f¿ y constanda desplegadas á
&VDT del elevado sentimiento de dar hos-
pitalidad y educación' ¿ los^deaventurados
t la humanidad.
— XXX —
Esa noble aspiración encontró aun deapues del establecimiento de cata institadon
una resistencia y persecución que amenazaron su existencia seriamente, y que solo la
gran perseverancia y amor de sus guardianes pudieron vencer en la lucha desigual
peñada con el Gobier.io de Rosas.
Arrojado lejos del p^s el mal gobernante, la Casa de Huérfanas se ha sostenldc
después ¿ expensas del tesoro público bajo la inmediata dirección de las damas de 1^
Sociedad de ^nefícenda, produciendo los frutos que corresponden á su
ministerio.
Tiene un edíftcio propio de dos pisos cuya superficie de 5111 metros le da i
amplitud que le permite disfrutar de todas las comodidades para ejercer su instituto.
Cuenta en la actualidad con cerca de ¡QO educandas.
IGLESIA CATEDRAL
^iP^^
Tiene o
i Imitad de metios g$.37 con un ancbo de 43.35 y su nave central S,86
de longitud.
Su altura alcanza á metros 34,68 teniendo su hermosa cúpula un diámetro de 17,34.
La iglesia Catedral tiene dnco naves y en una de ellas una capilla sencilla en la
que reposan los restos del ilustie Geneial San Martin. Son numerosos los altares y
valiosisimos los ornamentos y adornos, as como algunas de sus pinturas notables. La
tediada decolumnata que tanta vista y austerídad le presta (iié construida en el año 1822.
IGLESIA DE LA MERCED
Esta iglesia comenzó á ser pairo-
quia desde el 4 de Abril de 1830
bajo el titulo de Nuestra Señora de
la Merced, oCaUdrai ai Norte, por
comprender la parte norte de la
antigua parroquia de la Catedral.
Desde ñnes del siglo pasado se
conservan instituidas en esta igle-
sia dos congregaciones piadosas de
hombres y señoras, tituladas^ La
Venerable Orden 3' de la Merced»
y «Cofradía de Santa María del
Socorro.»
Olías institudones de origen mas
mte congrega á los fieles en esta iglesia: «el Apostolado de la Oradon, y Cofradía
M Corazón de Jesús» y la «Cofradía de Nuestra Señora de la Merced» fundada en 1881
k pránera y en 1883 la segunda.
El I" de funio de 1882 se fundó la .Sodedad protectora de los pobres>, compues-
ta de señoras de la parroquia bajo la direcdon del cura, cuya misión es prott^r á los
pobtes de la parroquia, auxilííindoles con ropas, alimentos, dinero, y con la exhortadon y
el consuelo que han menester los afligidos.
Esta misma sodedad acaba de fundar un Col^o de Niñas pobres en el que reciben gra -
tis la educadon hasta que por sus aptitudes puedan ganarse personalmente la vida, ó
la buena fortuna les depare un compañero en matrimonio — en el mismo se han abierto
e adultas.
Puede dar alguna idea de la importancia de ella, el movimienlo y el resultado que ofrece |
el balance anual practicado últimamente:
isae
ENTRA
OAS
t m/n.
Mayo 3i
E<¡stBncÍa en Cédulas Hipolecatias Serie
asz 06
Junio 1-
756
Jnlio .'
33 31
Agoato >'
Dinero aacado del Banco para pagar al a
"V
Sacado del Banco para pagar al alba&il.
33 11
710
Sio
39 81
Diciembre »
1887
453 89
33 ai
Sacado del Banco para pagar al albaOil
z8oa
460
Sacado del Banco para pagar el trimestn
Sacado del Banco para pagar al albafiil
3<iO
11 1)
33 ai
Recibido de loi alquileres de los escrito
19087 So
I
— xxxni —
1886
Mayo 3 1
»
»
»
»
»
»
»
»
»
»
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»
1>
»
»
»
»
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»
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X»
»
X»
»
»
»
»
»
»
»
SAX«iJDAS
Pagado por alquileres de piezas para los pobres
Entregado como limosna
Pagado por medicinas
Por cajones fúnebres, calzado y an asiento de goma para un enfermo
Pagado á la preceptora del colegio parroquial por sueldo de Mayo
Pagado á la sub-preceptora del colegio parroquial por sueldo de Mayo
Por limpieza y gas durante el mes en el colegio
Pagado al maestro constructor de la casa á cuenta del edificio y arreglo de la
vereda
Por colocación de cielo raso de madera en cuatro piezas del colegio
Por 43so $ m/n depositados en el Banco Inglés
Pagado al Banco Hipotecario por cuatro trimestres vencidos
Por el pasaje de las Hermanas de la Caridad de Santa Fé á esta y su regreso .
Por catecismos y manuales de Urbanidad para el colegio y otros gastos
Por la limpieza de la casa después de concluida la obra, cepillos, baldes,
etc., etc
Pagado al cobrador por la cobranza anual, semestral y mensual
Por $ 773.50 m/n depositados en el Banco Inglés
Existencia en caja
TotáUs iguaUs
S. E. ú O.
Buenos Aires, Mayo 3 1 de 1887.
$ m/n<
818 10
296
90 65
42
80
40
14
8845
600
4320
2700
63 40
19 o5
53 20
773 5o
I 883o 00
257 5o
19087 5o
FlLOMBNA U. DB LaLAMA.
Cueata asi mismo la iglesia, con una biblioteca católica para prestar libros é imprimi
folletos de propaganda religiosa y moral, fundada el 1° de Noviembre de 1882 y con una exis-
tencia actual de 1.500 volúmenes.
Se ha establecido también la enseñanza dominical de la doctrina, desempeñada por los
sacerdotes, señoras y señoritas, semanalmente en los dias domingos á las 2 p. m., á la que con-
curren generalmente de quinientos á seiscientos niños y niñas, encontrándose inscriptos cerca
de un mil.
Posteriormente el edificio ha recibido ima refacción notable en su interior, decorándolo
según el orden corintio y colocándole veinte y dos ventanas ó vidrieras, cuyos vidrios de color
variado representan santos, alegorías, pasajes evangélicos, etc , y por ñn se ha construido una
grata á Nuestra Señora de Lourdes en la capilla de Santa Bárbara, instalada á la izquierda de la
entrada al templo.
Véase tomo i^ pág. 612, los demás detalles de esta institución religiosa.
COLEGIO DE VARONES (CATEDRAL AL NORTE)
I
En el año 1859 qucdfi teí
minada la construcción 1
este edificio, el primero 1
hoc que el Gobierno dio á le
población escolar del Norte,
con todas las comodidades
que recomienda la higiene. ,
El 27 de Mayo de este a
se colocó la piedra funda,<i3
mental, celebrándose en esUlfl
ocasión una ñesta solemne &
la que concurrió con entu-J
siasmo el pueblo, corpora*'!
ciones escolares, los 'raieraliros de la Legislatura, la Comisión Parroquial, la de la Muniá
palidad y muchos otros funcionarios.
La piedra fué colocada por el Síndico de las escuelas de la Catedral al Norte, don Felipe '
Llavallol, y pronunciado el discurso ¡naugunü por el Jefe del Departamento de Escuelas, don
Domingo F. Sarmienta
Posteriormente el edificio ha sido ensanchado dándole una capacidad para S50 educandos; |
contando en la actualidad con una existencia de 650 alumnos. ^
Consta de una superficie compuesta de 22,72 metros de frente por 64,25 de fondo. m&A
un martillo de 25 de largo por 8 de ancho; de 14 salones destinados para clases y distribuidos
por mitad en la planta alta y baja del edi&cio; de ocho salas, de las cuales dos para oficinas del
Consejo Escolar y seis para habitaciones del director; tiene además tres patios y un gimnasio
espacioso.
Véase tomo i", pág. 670, los demás detalles de este establee fcniento escolar.
ESCUELA GRADUADA DE VARONES
es sólida y su arquiledura de muy buen guslo.
Esle edificio ha sido construido, obed^
ciendo al plan de edificación escolar trazado
por el Consejo Nacional de Educación, en
el año 1884, é inaugurado y entregado al
servicio público en el de 1886.
Su capacidad cumple y satisface las exi-
gencias de la enseñanza, distribuidas cien-
tíficamente sos oficinas.
£1 edificio está dotado de este modo:
consta de dos pisos con atrios y vestíbulos
en imo y otio, una gran sala destinada a]
personal director, un salón para biblioteca y
otro para guardaropa; de dos grandes pa-
tios en cada piso, de seis habitaciones para
el preceptor en la planta alta y de cuatro
espaciosas galenas en ambas plantas; un
gimnasio bastante amplio y diez salones ex-
tensos destinados á las clases, con todas
las demás oficinas indispensables y jardi-
nes que embalsaman el ambiente.
IGLESIA EVANGÉLICA
Establecida la congregación de pro-
testantes anglicanos provisoriamente
en un local que se reducía á un pe-
queño salón, en el año 1825, se tras-
ladó al edificio actual construido ex-
presamente y cuyo terreno, que se com-
pone de 52 metros de fondo por 18,50 .
de frente, lo donó k esta comunidad
el Gobierno de Rosas.
El nuevo edificio fué habilitado y
puesto al servicio público A principios
de 1831. Su construcción fué en aquel
tiempo el primer ejemplar de arquitec-
tura griega en esta ciudad.
Las mejoras que pauta! i ñamen le sl-
introdujeron en este templóle lian ek-
ido hoy á una alta categoría que se '
■tingue especialmente por el lujo de
B decoiadoD.
I El muro del coro es de piedra cs-
a en Inglaterra- ^
— XXXVI —
Un magnífico pulpito, obra de verdadera riqueza artística, de roble tallado, fiíé ronstniído
también en Inglaterra. Tiene cuadros de gran mérito, y perfectamente arreglados 400 asientos
para los ñelea.
En el primer torao, pág. 633, se encontrará mayor abundancia de datos sobre este templo
confitería del Aguiu
Í4^^
Kstn conñteiia Tué establecida en el üSn
1852 por D. Vicente Costa y actualmenM
en explotación por sus sucesores Srea. Ca*|
nalc Hermán i.>s.
No conocemos el monto del c;ipiliil t
que it ínauguió este establcí ¡miento, i
á lio dudarlo debe haber sido muy humildi
su origen, como todot y aún los mis ooloi
sos de esta Capital; lioy gira con ;
y ii(me asegurado su porvenir,
>ii mlminanie posición le ha hecho t
• >'[itri.> obligado de los pascantes de la arif*l
tocc¿llca calle Florida, en la que está sÍtiiB> J
do el ediñcio, conqulstÉindose una clientolt
vasta y de lo mh selecto de la pobladon.'l
Es moderna la construcción y de dos pi»
sos el edificio con tudas las dependencin
necesarias, en cuyo arreglo se ha prncedU.!
do con gusto, elegancia y lujo.
Consta su supcificicdc 14 metros de frental
por 22 de fondo y es propiedad de uno dsl
los socios del negocio, aclualmcnte con r^fl
sídencia en Europa.
Vt.intc y tres empleados, cuyos sueldos varían entre í 18 y 150 mensual, deseropeñaol
las diversas tareas y atenciones del establecimiento.
Este edificio gana un alquiler mensual de $ 400.
— xxxvn -
cigarrería DS J- oaumas
E! ediñcio de este establecimiento
ha sido construido recientemente en
un solai compuesto de metros 8,66
de frente por 26 de fondo, es de Z
pisos en su frente y de 4 al fondo,
aumento de constnicdon realizado
posteriormente con arreglo al ensan-
che que lian recibido las operaciones
del establee i miento y en el que se han
^tlojado nuevos departamentos ¿ ta-
lleres de fabricación.
El costo del edificio se remonta á
P_l>esos 55.000.
El personal superior se compone de
.?¡ gerentes, un contador y un tenedor
<Ie libros. El inferior ó de obra se
calcula en 90 individuos, de los cua-
les son mujeres 5a
El Sr. Daumas llegó á Buenos
'^ Aires sin capital alguno, entrando en
ei comercio como dependiente y por
ICiinsiguieiite ganando un sueldo mezquino.
L Pero su laboriosidad y economía le independiaron desde el siguíoite año, establecieo-
■) una pequeña fábrica de agarros que adquirió muy pronto gran clientela; muchas veces
pmbió de domicilio, hasta que en 1883 se estableció en el edificio actual de su pro-
bad.
Hoy el capital de la fábrica es de 100.000 pesos y la venta anual por mayor y me-
nor alcanza á ¿00.000. Su maquinarla es de lo mejor y más perfeccionado que se cono-
ce, de la misma manera que el material de elaboración y el producto elaborado.
Una vidriera grandiosa colocada sobre la calle, de un solo vidrio de metros 5,20 de
I por 4,30 de ancho y 20 milímetros de espesor, contiene una protija y lujosa exposi-
t de productos de la casa, boquillas, cigarreras, etc., etc.
Varias veces ha obtenido los primeros premios en exposiciones del país y extranjeras
r sus cicelentes cigarrillos.
— XXXVUI —
La mujer tiene en este establedmiento una ocupación digna y honorable, alcanzandc
su trabajo una remuneración elevada peto mi^.justa y equitativa.
La provisión de tabacos se hace de Tucuman y Corrientes los del país, y los cxtran-|
jcros de Habana, Bahía, Sumatra, Java y varios otros puntos.
El consumo de tabacos anual oscÜa entre 40 y 50.000 pesos.
En cuanto al papel se trae directamente de Francia y su consumo puede estimaiil
en un valor anual de 13,000 pesos.
IGLESIA y CONVENTO OE LAS MONJAS CATALINAS
Imposibilitados de podn
ofrecer nuevos datos sobre es-
ta institución por míis que
hemos solíciLido con empei
HUÍ concretamos S referir en
^.'^'te segundo tomo algo de lo
que hemos dicho en el pti*
mero, pág. 624.
Instalado el 35 de Diciei
brc de 1745, las monjas
vieron que soportar mucl
penalidades á causa de
abonilrseles por largo tiemj
los intereses correspondientes
al capital representado ¡>or el
dote colectivo. Fu¿ por eal
rason íiue ol Gobierno cu i82¿ ordenó se toma.se nunn de todos los bienes raíces
las monjas obligando A sus tenedores i satisfacer perentoriamente las sumas que á csl
adeudaban por intereses, pero que pura mayor garantía el mismo Gobierno vendió dich(
bienes i varios particulares, exonerím dulas así de todas las contingencias y aún
de algunos de sus tenedores.
El edificio de la iglesia mide 12 metros de ancho por 32 de fondo y 12 de all
la cual conala de 8 altares de algún mérito que ocupan 3 costados del templo.
Tiene una gran verja de fierro de 7 metros de altura y 2,50 de ancho.
E! fundador de esta iglesia y convento lo fué el Dr, Dionisio de Torres Brisi
quien demandó personalmente del monarca el real permiso de fundación, la cual tuvo
lugar con las monjas traídas expresamente de Córdoba.
£1 estado económico de la instalación fué en aquel tiempo:
Dote de las religiosas y l^;as $ 67 . 500
Existencia del capital del fundador » 16 .000
De 2 herencias > i .000
Total S 84.500
DEPARTAMENTO DE OBRAS PÚBLICAS
£n el primer tomo de esta obra, pág. 68, hemos tenido ya ocasión de hablar sobre
el origen y ley de creación de esta ofídna pública.
£n esa reseña dimos una idea completa sobre los fines de ella, estableciendo las
atribuciones del cuerpo técnico director y señalando respectivamente las funciones indivi-
duales que dicha ley orgánica establece para cada empleado.
La composición del cuerpo técnico se halla detallada también minuciosamente, de la
misma manera que las erogaciones que impone al Tesoro Nacional su sostenimiento,
y en la proporción que á cada una corresponde
Deseando ampliar esa reseña damos cabida hoy al interesante documento que se in-
serta á continuación.
£1 tiene por objeto unificar un sistema de pesa<) y medidas, habiéndose elegido como
prototipos el metro y el kilogramo.
£sta resolución rige para la República Argentina desde Agosto 28 de 1876 en que
fueron firmadas y ratificadas las declaraciones de la Convención Internacional del Metro.
£n esta Convención figuran como partes contratantes las más poderosas naciones de
Europa y América.
Léase el contenido de dicho documento.
CONVBNCION INTERNACIONAL DBL METRO
París, 30 de Mayo de 1875.
La República Argentina, S. M. el Emperador de Alemania, S. M. el Emperador de Atistria
y Hungría, S.M.elRey délos Belgas, $.M. el Emperador del Brasil, S. M. el Rey de Dinamarca,
SL BL d Rey de España, S. K el señor Presidente de la República Francesa, S. M. el Rey def
- XL -
Italia, S. E. el señor Presidente de la República del Perú, :;. M. el Rey de Portngal y de lo» J
Algarves, S. M. el Emperador de todas las Rusias, S. M. el Rey de Suecia y Noruega, S. E. el
señor Presidente de la Confederación Suiza, S. M. el Emperador de los Otomanos y S. E. el
señor Presidente de la República de Venezuela, deseando asegurar la unificación internacional
y el perfeccionamiento del sistema métrico, han resuelto celebrar una convención con este fin,
y han nombrado por sus Plenipotenciarios, á saber ;
S. E. el señor Presidente de la República Argentina, á S. E. el señor don Mariano Balcarce,
Enviado Extiaordinario y Ministro Plenipotenciario de la República Argentina en París;
S- M. el Emperador de Alemania, á S. A. el Principe de Hohenlohe Schillingsfutst, Gran
Cruz de la Aguüa Roja de Rusia, y de la Orden de San Humberto de Bavjera, etc., etc., etc., su
Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en París ;
S- M. el Emperador de Austria y Hungría, á S. E. el Conde de Apponyí, su Chambelán
actual y Consejero íntimo, caballero del Toisón de oro, Gran Cruz de la Real Orden de San
Esteban de Hungría y de la Orden Imperial de Leopoldo, etc., etc., etc., su Embajador Extra-
ordinario y Plenipotenciario en París;
S. M. el Rey de los Belgas, al señor Barón Beyens, Gran Oficial de su Orden de Leopoldo,
Gran Oficial de la Legión de Honor, etc-, etc., ele, su Enviado Extraordinario y Ministro Ple-
nipotenciario en Pans;
S. M. el Emperador del BrasÜ, al señor Marcos Antonio de Araujo, Vizconde de Itajubá,
Grande del Imperio, miembro del Consejo de S. M., Comendador de su Orden del Cristo, Gran
Oficial de la Legión de Honor, etc., su Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en
París;
S. M. el Rey de Dinamarca, al señor Conde de Moltke Hoilfeldt, Gran Cruz de la Orden
de Dannebrog y condecorado con la Cruz de Honor de la misma Orden, Gran Oficial de la
Legión de Honor, etc, etc., etc., su Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en
París;
S. M, el Rey de España, á S. E. el señor don Mariano Roca de Togores, Marqués
de Molins, Vizconde de Rocamora, Grande de España de primera clase, caballero de la Orden
Insigne del Toisón de oro, Gran Cruz de la Legión de Honor, etc, etc., etc., Director de la
Academia Real Española, su Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en París; y el señor
General Ibañez. Gran Gniz de la Orden de Isabel la Católica, etc., etc., Director General del
Instituto Geográfico y Estadístico de España, Miembro de la Academia de Ciencias ;
S. E. el señor Presidente de los Estados Unidos de América, al señor Elihu Benjamín
Washbume, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos en
París;
S. E. el señor Presidente de la Repiiblíca Francesa, al señor Duque Decaze, Diputado
á la Asamblea Nacional, Comendador de la Orden de la Legión de Honor, etc., etc.. Ministro
— XLI —
de Negocios Extranjeros ; al señor Vizconde de Meaux, Diputado á la Asamblea Nacional,
Ministro de Agricultura y comercio; y al señor Dumas, Secretario perpetuo de la Academia,
Gran Cruz de la Orden de la Legión de Honor, etc., etc.;
S. M. el Rey de Italia, al caballero Constantino Nigra, caballero Gran Cruz de las órdenes
de Santos Mauricio y Lázaro y de la Corona de Italia, Gran Oficial de la Legión de Honor,
etc, etc, etc., su Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en París ;
S. E. el señor Presidente de la República del Perú, á don Pedro Galvez, Enviado Extraor-
dinario y Ministro Plenipotenciario del Perú en Paris, y al señor don Francisco Rivero, antiguo
Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario del Perú ;
S. M. el Rey de Portugal y de los Algarves, á don José de Silva de Méndez Leal, Par del
Reino, Gran Cruz de la Orden de Santiago, caballero de la orden de la Torre y de la Espada
de Portugal, etc., etc., Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Paris ;
S. M. el Emperador de todas las Rusias, al señor don Gregorio OkouneíT, caballero de las
Ordenes de Rusia y de Santa Ana de primera clase, de San Estanislao de primera dase, de
San Wladimir de tercera clase, Comendador de la Legión de Honor, etc., etc., etc., actual Con*
scjero de Estado, Consejero de la Embajada de Rusia en Paris ;
S. M. el Rey de Suecia y de Noruega, al señor Barón Aldesward, Gran Cruz de la Orden
de la Estrella Polar de Suecia y San Olaf de Noruega, Gran Oficial de la Legión de Honor,
etc, etc., etc., su Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en París ;
S. K el señor Presidente de la Confederación Suiza, á don Juan Conrado Kem, Enviado
Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la confederación Suiza en Paris;
S. M. el Emperador de los Otomanos, á Husny Bey, Teniente Coronel^del Estado Mayor,
condecorado con la cuarta clase de la Orden Imperial del Osmanié, de la quinta clase de la
Orden del Medjidié, Oficial de la Legión de Honor, etc., etc, etc.
S. E. el señor Presidente de la República de Venezuela, al doctor Elíseo Acosta.
Los que después de haber canjeado sus Plenos Poderes y hallándolos en buena y debida
fcnna, negociaron y firmaron en la ciudad de París, á los veinte dias del mes de Mayo del año
mil ochocientos setenta y cinco, las disposiciones siguientes ;
Arüculo I. Las Altas Partes contratantes se comprometen á fundar y sostener á expensas
comunes, una Oficina Internacional de Pesas y Medidas científica y permanente, que funcionará
en París.
Art II. El Gobierno Francés adoptará las disposiciones necesarias para facilitar la adqui-
sición, ó, si es posible, la construcción de un edificio especialmente destinado á este objeto, en
las condiciones determinadas por el Reglamento adjunto á la presente convención.
Art III. La Oficina Internacional funcionará bajo la dirección y vigilancia exclusiva de un
Comité Internacional de Pesas y Medidas, estando este mismo bajo la autoridad de uiia Con-
fenaida General de Pesas y Medidas formada de delegados de todos los Gobiernos contratantes
■ XLII —
Art rV. La FresideDcia de la Conferencia General de Pesas y Medidas, es conferida al
Presidente en ejercicio de la Academia de Ciencias de París.
Art. V- La organización de Ia06cina, como también la composición y las atribuciones del
Comité Internacional y de la Conferencia G-eneral de Pesas y Medidas, se determinan por el
Reglamento adjunto á la presente convención.
Alt. VI. La Oficina Internacional de Pesas y Medidas, queda encargada; i* de todas las
comparaciones y verificaciones de los nuevos prototipos del metro y del kilogramo; 2" déla
conservación de los prototipos internacionales; 3" de las comparaciones periódicas de los pa-
trones nacionales con los prototipos internacionales y con sus mitos como también de los ter-
mómetros patrones; 4° de la comparación de los nuevos prototipos con los patrones fundamentales
de Pesas y Medidas no métricas, empleadas en varios países y en las riendas; 5" del contraste
y de la comparación de las reglas geodésicas; ó" de la comparación de los patrones y escalas
de precisión cuya verificación se pidiere, sea por Gobiernos, sea por Sociedades científicas,
sea también por artistas ó por sabios-
Art. VII El personal de la Oficina se compondrá de un Director, de dos auxiliares y del
niimero de empleados necesarios.
A partir de la época en que se haya efectuado la comparación de los nuevos prototipos y
que estos bayan sido repartidos entre los diversos E.stados, el personal de la Oficina se reducirá
en la proporción que ae juígue conveniente.
Los nombramientos del personal de la Oficina, serán notificados por e! Comité Internacio-
nal á los Gobiernos de las Altas Partes Contratantes.
Art VIII. Los prototipos internacionales del metro y del kilogramo, como también sus
hitos, permanecerán depositados en la Oficina; el acceso al depósito será reservado única-
mente al Comité Internacional.
Art. IX. Todos los gastos de establecin^íento é instalación de la Oficina Internacional de
Pesas y Medidas, como también los gastos anuales de sosten y los del Comité, serán cubiertos
por contribuciones de los Estados Contratantes, establecidas según una escala que tenga por
base su población actual.
AtL X, Las sumas que represente la parte de contribución de cada uno de los Estados
Contratantes, serán entregadas al principio de cada año, por intermedio del Ministro de Nego-
cios Extranjeros de Francia, á la caja de Depósitos y consignaciones en París, de donde serán
extraídas á medida de las necesidades, por orden del Director de la Oficina.
Art. XI. Los Gobiernos que lucieren uso de la facultad reservada á todo Estado de adhe-
rirse á la presente Convención, estatán obligados á pagar una contribución cuyo monto se
determinará por el Comité, según las bases establecidas en el artículo IK, la que se destinará
4 la mejora del material científico de la Oficina.
Art. XII. Las Altas Partes Contratanteis se reservan la facultad de hacer, de comiin
— XLHI —
acuerdo» á la presente convención todas las modificaciones cuya utilidad fuese demos-
trada por la experiencia.
Art. XIII. A la espiración del término de doce años, la presente Convención podrá
ser denimciada por una ú otra de las Altas Partes Contratantes.
£1 Gobierno que hiciere uso de la facultad de hacer cesar sus efectos en lo que le
condema, estará obligado á notificar su intención con un año de anticipación, y renun-
ciará por este hecho á todos los derechos de co-propiedad sobre los prototipos internacio-
nales y sobre la Oficina.
Art XIV. La presente Convención será ratificada según las leyes institucionales parti-
culares de cada Estado; las ratificaciones serán canjeadas en París, en el término de seis
meses ó antes si ñiera posible. Entrará en vigor á contar del i^ de Enero de 1876.
En fé de lo cual, firman y fijan sus sellos los Plenipotenciaríos respectivos.
Hecho en París, el 20 de Mayo de 1875. — (L. S.) M. Balcarce. — (L. S.) Hohenlohe,
Alemania. — (L. S.) Apponyi, Austría-Hungria. — (L. S.) Beyens, Bélgica. — (L. S.) Vizconde
de Itajubá, Brasil. — (L. S.) Moltke-Hvitíeldt, Dinamarca. — (L. S.) Marqués de Molins,
Cirios Ibañez, España. — (L. S.) E. B. Washbume, Estados-Unidos de Améríca. — (L. S.)
Decazes, C. de Meaux, Dumas, Frauda. — (L. S.) Nigra, Italia. — (L. S.) P. Gálvez, Fran-
cisco de Rivera, Perú. — (L. S.) Okoimeff, Rusia. — Por impedimento del Barón Aldesward
— (L. S.) H. Akerman, Sueda y Noruega. — (L. S.) Kem, Suiza. — (L. S.) Husny, Turquía,
— (L. S.) E. Acosta, Venezuela.
Buenos Aires, Julio 23 de 1875.
A los efectos del articulo 19 de la Constitución Nadonal, remítase al Congreso para
su aprobadon.
Avellaneda.
Pedro Antonio Pardo,
LEY DE APROBACIÓN
El Senado y Cámara de Diputados de ¡a Nación Argentina^ reunidos en Congreso, sancionan
con fuerza de: —
LEY
Articulo I®. Apruébase la Convención del Metro, celebrada por el Ministro Argen-
tino en Francia, y los demás Representantes que firman dicha Convención, y sus dos
Anexo > reglamentaríos.
Art 2<*. Comuniqúese ai Poder Ejecutivo.
Dada en la Sala del Congreso Argentino, en Buenos Aires, á veinte y ocho de Agosto
de mil ochocientos setenta y seis.
Mariano Agosta. Félix Frías.
Carlos M. Saravia, Miguel Sorondo,
3ecretarío del Senado. Secretario de la C. de Diputado^
CANJE DE LAS RATIFICACIONES
Habiéndose reunido los abajos finnados para proceder al canje de las ratificaciones,
S. E. el Presidente de la Confederación Argentina y S, E. el Presidente de la Repú-
blica Francesa, sobre la Convención firmada en París el 20 de Mayo de 1875, con el
objeto de asegurar la unificación internacional y el perfeccionamiento del sistema métrico,
fueron exhibidos los poderes para este acto y después de examinados, hallados en buena
y debida fonna, con arreglo á los términos de las disposiciones adoptadas en conferen-
cia del 20 de Mayo de 1875, el ejemplar de las ratificaciones presentado en nombre
de S, E. el Presidente de la República Aigentina ha sido recibido por el Gobierno Fran-
cés que dará aviso de esta entrega ¿ las demás Potencias signatarias de la Convención.
En fé de lo cual, los abajo firmadas han extendido la presente acta autorizándola coa
sus sellos.— (L. S.) Af. Bakarce.—CL. S.) Dn-ases-
ANEXO NlÍMERO I.
REGLAMENTO
Artículo I. La Oficina Internacional de Pesas y Medidas se establecerá en un edificio
especial que presente todas las garantias necesarias de tranquilidad y estabilidad.
Se compondrá, fuera del local destinado al depósito de los prototipos, de salas para
la instalación de compradores y de balanzas, un laboratorio, una biblioteca, una sala de
archivos, despacho de trabajo para los funcionarios y alojamientos para el personal de
guarda y de servicio.
Art. IL El Comité Internacional queda encargado de la adquisición y apropiación de
este servicio, como también de la instalación de los servicios á que se halla desti-
En caso de no poder conseguir el Comité un edificio conveniente, se construirá uno
bajo su dirección y según sus planos.
Art III. El Gobierno Francés tomará á pedido del Comité Internacional, las medidas
necesarias para que sea reconocida la Oficina como establecimiento de utilidad pú-
blica.
Art IV. El Comité Internacional ordenará la fabricación de los instrumentos nece-
sarios, como ser, comparadores para tos patrones, aparatos para determinar la dilataciones
absolutas, balanzas para los pesos en el aire y en el vacío, comparadores para las reglas
geodésicas, ele.
Art. V. Los gastos de adquisición ó de construcción del edificio y los gastos de ins-
talación y compra de instrumentos y aparatos nó podrán exceder en todo á la suma de
400.000 francos.
— XLV —
Art VI. El presupuesto de gastos arü lr<!, es entendido del modo siguiente:
A. Para el primer periodo de confección y comparación de los nuevos proto-
tipos:
a) Sueldo del Director 15.000 francos
» de dos ayudantes á 6.000 fr. cada uno 12.000 >
Cuatro auxiliares á 3.00 j fr. cada uno 12,000 »
Salario de im Conserje Mecánico 3 .000 »
> de dos sirvientes á 1.500 fr. cada uno 3.000 »
Total de sueldo 45.000 francos.
b) Remuneración para los científicos y artistas que, á
pedido del Comité, fueran encargados de tra-
bajos especiales. Conservación del edificio, com-
pra y reparaciones de aparatos, carbón, alum-
brado, gastos de oficina, etc 24 . 000 francos
c) Remuneración para el Secretario del Comité Interna-
cional de pesas y medidas 6.000 »
Total 75«ooo francos.
£1 presupuesto anual de la Oficina podrá ser modificado según las necesidades, por
el Comité Internacional, á propuesta del Director, pero sin poder exceder la suma de
100.000 francos.
Toda modificación que el Comité creyese oportuno hacer en estos limites, en el pre-
supuesto anual fijado por el presente reglamento, será comunicada á los Gobiernos Con-
tratantes.
£1 Comité podrá autorizar al Directorio, á pedido suyo, á transferir de un inciso á
otro del presupuesto lo que le esté asignado.
B. Para el periodo posterior á la distribución de los prototipos:
a) Sueldo del Director 15.000 francos
» de im ayudante 6 .000 »
Salario de un Conserje mecánico 3 .000 »
» de un sirviente 1.500 »
25.500 francos
b) Gastos de Oficina 18.500 francos
c) Remuneración para el Secretario del Comité Inter-
nacional 6.000 »
Total 50 . 000 francos
Art, VIL La Conferencia General mencionada en el articulo 3® de la Convención,
se reunirá en París, á convocación del Comité Internacional, á lo menos una vez cada
aeis años«
• XLVI -
Ella tiene por misión, discutir y proyectar las medidas necesarias para la propaga-
ción y el perfeccionamiento del sistema métrico, como también sancionar las nuevas de-
terminaciones melrológicas fundamentales que hubiesen sido practicadas en el intervalo de
sus reuniones. Ella recibe el informe del Comité Internacional, sobre los trabajos eje-
cutados, y procede por escrutinio secreto, á la renovación por mitad del Comité Interna-
cional.
Los votos en el seno de la Conferencia General son por Estado, Cada Estado ten-
drá derecho k im voto.
Los miembros del Comité Internacional tienen derecho k ocupar un lugar en las
reuniones de la Conferencia; pueden ser al mismo tiempo Delegados de sus Gobiernos.
Art VIH. El Comité Iniernacional, mencionado en el articulo III de la Convención,
se compondrá de catorce miembros, pertenecientes todos á diferentes Estados.
Por la primera vez se compondrá d« doce miembros del antiguo Comité permanente
de la Convención Internacional de 1872, y de dos delgados que, al tiempo del nombra-
miento del Comité permanente, hubiesen obtenido el mayor número de sufragios, después
de los miembros elegidos.
Al tiempo de la renovación, por mitad, del Comité Internacional, los miembros sa-
lientes, serán en primer lugar aquellos que, en caso de vacancia, hubieran sido elejidos
provisoriamente en el Intervalo entre dos sesiones de la Conferencia; los demás serán de-
signados por la suerte.
Los miembros salientes serán rcelegibles,
Art. IX. El Comité Internacional dirige los trabajos relativos á la verificación de los nue-
vos prototipos, y, en general, de todos los trabajos metrológicos que las Altas Partes Contra-
tantes decidiesen hacer ejecutar en común.
Queda, además, encargado de vigilar la cons:rvacion de los prototipos internacio-
nales.
Art. X. El Comité Internacional se constituye eligiendo por sí mismo, por medio de
escrutinio secreto, su Presidente y Secretario.
Estos nombramientos serán comunicados á los Gobiernos de las Altas Partes Contra-
tantes.
El Presidente y el Secretario del Comité y el Director de la Oficina deben pertenecer
á países diferentes. Una vez constituido el Comité, no puede proceder á nuevas elecciones
ó nombramientos, sino tres meses después que hayan sido notificados todos los Miembros por
la Oficina del Comité.
Art XI. Hasta la época en que sean determinados y distribuidos los nuevos prototipos,
el Comité se reunirá, por lo menos, una vez al año; después de esta época sus reuniones s^
rán por lo menos bi-anuales.
— XLVli —
Art XII. La votación del Comité se computa á mayoría de votos; en caso de empate de
votos el Presidente dedde.
Las decisiones no son válidas sino cuando el número de miembros presentes, es igual
por lo menos á la mitad mas imo del número de miembros que componen el Co-
mité.
Bajo reserva de esta condición, los miembros ausentes tienen el derecho de delegar sus
votos i los miembros presentes, quienes deberán justificar esta delegación. La misma r^a
se observará en cuanto álos nombramientos por escrutinio secreto.
Art XIII. Durante el intervalo de una sesión á otra, el Comité tiene el derecho de de-
libeiar por correspondencia.
En este caso, para que la decisión sea válida, es necesario que todos los miembros del
Comité hajran sido llamados á emitir su opinión.
Art XIV. £1 Comité Internacional de Pesas y Medidas, llena provisoriamente las vacan-
tes que pudieran acontecer en su seno; estas elecciones se hacen por correspondencia, habien-
do sido llamados á tomar parte en ellas todos los miembros.
Art XV. £1 Comité Internacional confeccionará un reglamento detallado para la oiga-
nizadon y los trabajos de la oficina, y fijará las cuotas que deban pagarse por los trabajos ex-
traordinarios previstos en el arüculo VI de la Convención.
Dichas cuotas se destinarán al perfeccionamiento del material científico de la
Oficina.
Art XVI. Todas las comunicaciones del Comité Internacional con los Gobiernos de las
Altas Partes Contratantes, se efectuarán por intermedio de sus Representantes Diplomáticos
enPáris.
Para todos los asuntos cujra solución dependa de una administración francesa, el Comité
recurrirá al Ministro de Negocios Extranjeros de Francia.
Art XVII. £1 Director de la Oficina, como también los ayudantes, son nombrados por
escratinio escrito por d Comité Internacional.
Los empleados son nombrados por el Director.
El Director tiene voto deliberativo en el seno del Comité.
Art XVIII. £1 Director de la Oficina no tendrá acceso al local del depósito de los pro-
totipos internacionales del metro y dd kilogramo, sino en virtud de una resolución del Co-
mité y en presencia de dos desús miembros.
£1 local dd depósito de los prototipos no podrá ser abierto sino por medio de tres llaves
que estarán, una en poder del Director de los Archivos de Francia, otra en d del Presi-
dente del Comité y otra en el del Director de la Oficina.
Los patrones de la cat^oría de prototipos nacionales, serán los únicos que se han
de emplear para los trabajos ordinarios de comparadon de la Ofidna*
■ xLvm -
Art. XX. Las escalas
vención, se establecerán con
Art XIX. El Director de la Oñcina dirigirá cada aiio jI Comité: i°un infonne eeo-^
nómico relativo á las cuentas del ejercicio precedente, del que se le dará descargo después I
de verificado; 2" un informe sobre el estado del material; 3° un informe general sobre los
trabajos ejecutados durante ei año trascurrido.
El Comité Internacional dirigirá, por su parte, á lodos los Gobiernos de las Altas Par-
tes Contratantes, un Informe anual sobre el conjunto de sus operaciones científicas, técnicas
y administrativas y de las de la Oficina,
El Presidente del Comité dará cuenta á la Conferencia General de los trabajos ejecu-
tados desde la época de su última sesión.
Los informes y publicaciones del Comité y de la Oficina serán redactados en idioma
francés. Serán impresos y trasmitidos á los Gobiernos de lae Altas Partes Con
tan tes.
e las contribuciones de que trata el artículo IX de la Con-
) sigue:
La dfira de la población, expresada en millones, se multiplicará por el coeficiente 3
para los Estados en que el sistema métrico es obligatorio; por el coeficiente 2 para aque-
llos en que solo es facultativo; y por el coeficiente t para los demás Estados.
La suma de los productos obtenidos, dará el número de unidades por el que deberá
dividirse el desembolso total.
El cociente dará el monto de la unidad de desembolso,
Art, XXI. Los gastos de confección de prototipos internacionales, como también de
patrones é hitos destinados á acompañarlos, serán hechos por las Altas Partes Contratantes,
según la escala establecida en el artículo precedente.
Los gastos de comparación y verificación délos patrones pedidos por Estados que no
tomasen parte en la presente Convención, serán determinados por el Comité, en conformi-
dad á las cuotas fijadas en virtud del artículo XV del Reglamento.
Art XXII. El presente Reglamento tendrá igual fuerza y valor que la convención á que
se halla adjunto.
M. Balcarce. — Holienhole. — Apponyí. ^ Beyens. — Vizconde de Itajubá. — L. Moltke
Hvilfeldi. — Molins. — Ibañez. — E. B. Washburne,— Decazes. C. de Meaux. Dumaa. — Nigra, —
P. Calvez. Francisco de Rivero. — Méndez Leal. — OkounefT. — Akerman, por impedimento del
señor Barón Aldesward, — Kem. — Husny. — E. Acosta.
- XLDC —
Anexo Nombro 2
DISPOSICIONES TRANSITORIAS.
Art I. Todos los Elstados representados en la Comisión Internacional del Metro reu-
nida en París en 1872, ó sean no partes Contratantes en la presente Convención, recibirán
los prototipos que hayan pedido y que le serán entregados con todas las condiciones de ga-
lantias determinadas por la mencionada Comisión Internacional.
Art II. La primera reunión de la conferencia General de pesas y medidas mencionada en
,é articulo III de la Convención, tendrá principalmente por objeto aprobar estos nuevos pro-
bt^x)s y distribuirlos entre los Estados que los hayan pedido.
Por consiguiente, los Delegados de todos los Gobiernos representados en la Comisión
Internacional de 1872, como también los miembros de la sección francesa, tendrán derecho
i formar parte de esta primera reunión, para concurrir á la aprobación de los proto-
tipos.
Art. III. El Comité Internacional mencionado en el artículo III de la Convención, y
compuesto como queda establecido en el articulo VIII del Reglamento, se halla encargado
de recibir y de comparar entre sí los nuevos prototipos, según las decisiones científicas de la
Comisión Internacional de 1872 y de su Comité permanente, bajo la reserva de hacer las
modificaciones quesurgie^^n en la práctica.
Art IV. La sección francesa de la Comisión Internacional de 1872 queda encargada de
los trabajos que le han sido encomendados para la construcción de los nuevos prototipos,
con el concurso del Comité Internacional.
Art. V. Los gastos de ftibricacion de patrones metálicos, construidos por la sección fran-
cesa, serán reembolsados por los Gobiernos interesados, según el precio de costo, por unidad,
que será determinado por la mencionada secdon.
Art VI. El Comité Internacional está autorizado para constituirse Inmediatamente y
practicar todos los estudios preparatorios necesarios para poner en ejecución la Convención
sin entrar en gasto alguno antes de canjeadas las ratificaciones de esta Convención.
M. Balcarce. — Hohenlohe. — .\pponyi. — Beyens. — Vizconde de Itajubá. — L. Moltke Hvil-
feldt — Molins. Ibañez. — E. B. Wasbhurne. — Decazes. C. de Meaux, Dumas. — Nigra. — P. Gal-
ver. — Francisco de Rivero. — Méndez Leal. — OkounefT. — Akerman, por el señor Barón Aldes-
ward (impedido). — Kern. — Husny. — E. Acosta.
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BOSQUEJO DE BUENOS AIBES
PLANO DB LA SEGUNDA SECCIÓN (')
Acompañamos el plano de superficie que corresponde al perímetro de que
nos vamos & ocupar en este libro. Creemos escusado decir que él nos perte-
nece y lo hemos levantado expresamente para este objeto. Si algunas deficien-
cias tiene, son debidas á los propietarios que se niegan obstinadamente á per-
mitir la entrada de cualquier persona encargada de la operación, aun cuando
se les manifieste el objeto para lo que se hace.
La escala es la misma que la del anterior, y si hemos cambiado los colores
para Ta designación de los pisos, como él mismo lo indica en la referencia, ha
sido porque creemos que en estos hay más seguridad de que no se alterarán
con >( tiempo como sucede con los del primero.
0) En la manzana 9, partida 88, calla Bolívar n> 3o/38, hajr un error: tieoe aiíi fntiU porqne
la IIdm divisoria con el número anterior h proloi^ dewla el fondo en linea recta hacia el fie>M.
í
:.m
i
SECCIÓN SEGUNDA
Cuando se fuiídú la ciudad fué esta la parte principal, pues aseguran las
crónicas que Don Pedro do Mendoza tuvo al Sud de ella su vivienda, y es
lógico suponer que tanto al derredor del fuerte ó plaza principal como al de
su residencia, se agrupara mayor número de habitantes en épocas en que el
peligro era común y para la defensa indispensable la reunión de todos los
elementos con que se pudiera contrarestar las iiostilidades diarias de los indí-
genas. Se encuentra constatado en documentos que se lian publicado, el que
la calle denominada boy << De la Defensa », ei-a poco tiempo después de su
repoblación, la principal, según asi lo aseguraba en 1585 el Alcalde Mayor al
solicitar del Cabildo el que se le obligara al Piior del Convento de Francisca-
nos, á demoler una pared que en esa época construía, y « la cual interrumpía
el paso en esa calle que por ser la que conducta al puerto era por donde más
gente transitaba ». En la actualidad es la segunda por su posición solamente,
porque en cuanto á su importancia comercial y al valor de las propiedades
radicadas dentro del perímetro que comprende, son varias otras las que
le superan.
Está ubicada á la izquierda de la calle divisoria y de la anteriormente
descripta, teniendo porlímitesalNorle la Sección ya indicada, la décima-cuarta
al Sud, al Oeste la Cuarta y al Este el Rio de la Plata.
Su forma es casi igual á la de la primei-a, teniendo 1030 metros de frente
al S. E., 1026 al N. O., G55 al S. O. y 030 al N. E-, formando en lodo un total
do 603519 metros cuadrados, igual á Ofi lieclárcas, 32 áreas y 19 metros.
La posición topográfica sobre el nivel mediano del Rio, os la de metros
13,72 en el ángulo N. E.; 18,19 en el N. O.; 6,08 en el ilol S. E. y 11,55 en
el S. O., teniendo dentro del cuadrado depresiones y altui'as que alteran nota-
blemente estas medidas. A consecuencia de haber sido muy accidentada la
forma exterior del terreno en la época de su fundación, los primeros pobla-
dores quisieron transformarla en plana y con tal objeto llenaban con los des-
perdicios cuanto querían edificar ; pero, como en ésta se retardó la edificación,
cuando las necesidades obligaron á la población á extenoei^e, ya
reconocido los inconvenientes de levantai" el subsuelo con tan nialoíi mate-
riales y las ventajas de los rlesasües naturales cuando se carece de obras de
salubridad y saneamiento. De ahí el origen del porqué es más plana la super- .
ficie a! Norte.
Tiene cuarenta y cuatro manzana^, algunas de forma muy irregular, como J
puede verse en el plano acompañado, con la especialidad, además, de que & I
consecuencia de estar interrumpida por el Rio, la vía pública que rodea á loda I
la ciudad, solo tienen tres frentes aq uelias primeras da la ribera. A esas calles I
sin salida es debido el que en esta Sección, tengan en la actualidad su repre-
sentación legal, el pasado, presente, y hasta el porvenir que también ya sel
diseña.
La especulación aun no se lia inclinado á la parte céntrica del Sud; espera I
probablemenle la apertura de las vias que liguen á la Aduana con la Boca dari
Riachuelo, y que, dando acceso libre á las que hoy do nada sirven, se desarro-j
lie allí el movimiento comercia! que es propio de todo centro próximo al foco;!
entonces se producirá también la subdivisión que al presente se encuentra tall
como en la época de nuestra emancipación.
En la edificación aparece la lucha del pasado con el presente y la inler-l
posición entro ambos del porvenir que se anticipa. Aquellas construcciones^
que sin embargo de la solide/, y buena clase de los materiales empleados, sobt
hoy, por su arquitectui-a y estado, materia de curiosidad para el que 1
como para el que observa, abundan en esta Sección, disputando palmo ápalmo
la tierra que ocupan y de ¡a que lentamente viene tomando posesión la que es
del gusto de la época. Los franciscanos, ellos que en ninguna parle han for-^
mado á vanguardia del progreso, aquí se han anticipado á las necesidades;
de los hijos del siglo XIX, edificando varias casas como pueden ser las dall
porvenir. Son treinta y cuatro compuestas de tres habitaciones, cocina, pa-g
tío, etc., construidas en cuarenta metros de sufierficie cada una y sobre esUif
otra y otra hasta tres. A cualesquiera que las vea se le ocurre que los qu«
las habiten no pueden ser casados, ni corpulentos, ni de elevada eslaturaj
indispensable el que manden hacer muebles apropiados, no tengan niños ^
renuncien á mantener animales domésticos; el tamaño de los pasadizos, el c
las habitaciones, patios y demás oficinas lo exige asi. ¡ Y sin embargo, ya est&l
ocupadas !
La arquitectura es como la edificación, variada. Se conservan aquf esi
casas que conocieron nuestros antepasados, ediñcadas en terreno de muchl
frente y fondo, de un solo piso, techos bajos y de teja, rejas en las ventanal
tanto en las habitaciones de la calle como en las interiores, ancho zaguán cod
portada de cuatro hojas figui'ando dos puertas de distinto tamaño, patios cu©
drados y espaciosos rodeados de galería y en el centro un algibe, dorraitopíoi
como salones y comedor donde cabían holgadamente hasta la tercera y cuarta
generación de la familia que se reunía en los dias clásicos del santo de lo?!
— o —
abuelos; algunas de éstas hay eii que el matei'ial con que han sido construidas
se pulveriza cuando se le toca, mostrando cavidades hasta cierta altura de
la pared ocasionadas por el agua de lluvias. Las nuevas, que aun no se pue-
den citar como modelos de las de orden definido ni combinado, v menos como
de buen gusto, no son abundantes, pero siempre se alternan proporcional-
mente con las antiguas.
El mismo orden en la distribución de las piezas interiores, (que ya antes
hemos dicho las hace parecer á las casas de Pompeya ), domina en los edificios
de esta Sección mas que en ninguna otra; las costumbres en las familias han
originado este atraso. Era antes una preocupación en la mayoría el que no
eran higiénicas ni cómodas las casas altas, y el de que el tono, la decencia,
consistía en tener uwa. finca de mucho frente y fondo, edificada solo en la planta
baja con habitaciones á ambos costados y dejando en el centro grandes patios
para colocar el algibe ó cisterna. Después que la tisis y la pulmonía se han
generalizado haciendo víctimas en las clases acomodadas con preferencia, y en
que el valor de la tierra ha centuplicado, se han convencido de que la edifica-
ción europea, debido á su distribución científica, reúne al mismo tiempo que
todas las comodidades la gran ventaja de ponerse á cubierto de los cambios
de una temperíitura tan variable como la nuestra, así como también de que con-
tribuye al acrecentamiento de la renta por la economía de la tierra en que se
edifica; estas son las causas para que ya en otras secciones se empiece recien
hoy á adoptarse las variables, armoniosas y elegantes que predominan en las
grandes ciudades europeas.
Existe también una circunstancia más que contribuye á que sea la única
refractaria al progreso que se desarrolla en toda la ciudad, sin embargo de
ser ella de las más próximas á los centros de mayor importancia comercial,
administrativa y social. Gran número de las propiedades son de construcción
antigua y sus dueílos personas de fortuna que no viven en ellas; las conser-
van para renta, y ésta es mayor en el estado actual que si las edificaran de
nuevo á consecuencia de que, siendo imposible que sus habitantes las destru-
yan más de lo que están y de que su constru('cion no exija la observancia de
reglas higiénicas, viven allí familias enteras dentro de una habitación que á la
vez que dormitorio, es sala de recibo, cocina y cuarto para lavar. Si se edifica-
ran de nuevo tendrían que gastarse en los costosos materiales que se emplean
hoy en todas las construcciones, las viviendas qae se hicieran no podrían ser
ocupadas por esa misma gente á la que no le es posible cambiar su modo de
vivir porque no puede de otro modo llenar sus necesidades, y los que las ocu-
paran, si es verdad que las conservarían en perfecto estado, no podrían pagar
lo que éstos, porque ahora hay cincuenta ó cien familias entre quienes se dis-
tribuye el importe de la locación que entonces recaería sobre una sola.
Ninguna de las Secciones principales tiene calles tortuosas como ésta,
según puede comprobarse con el plano adjunto; y, algunas de las que apare-
cen rectas, como las de la Victoria, Alsina, Moreno y Belgrano, no tienen
() -
apoyo en su aminquc; por ollas no os posible ontivir á <u>nscrueiU!Ía de que el
liio de la Plata, aiiticipíuidoso i'i Uulo, üono aquello bajo su dominio; consér-
vase la ribera como cu la pi'imera ('poca en ((ue fué ¡joblada. líl hombre, ola
autoridad, se han dejado dominar por el a^ua, y ésta impide que el comercio
circulo por allí, é imponiéndose, sus necesida los obliguen á regularizar el tra-
zado de las vías de comunicación. lístameos se^^uros (pie no serolardarán por
mucho tiem])o esas obras, |)or(iue son varios los proyectos existentes, que de
realizarse cuales([uicra cambiai'á por (íomi)lolo su estadía a<ítual.
La propiedad particular ocupa una su|)er(i<Me de metros cuadrados 483445,
las acerns 2ío85, las vías públicas 12r)73S y la única plaza, la de Mayo, 28451.
La pavimentación en las aceras es tan vnriada como caprichosa. Las
j)icdras in<>:losas, francesas, italian.is, hamburguesas, oriental, etc., etc., tienen
allí sus rej)resentantcs y no faltan también las baldosas, el F<jrtland, los ladri-
llos y cuanta composición es (*()noí'ida para eso objeto, que nos demuestran
con su estabilidad en buen estado la com|)Cteni!Íacon los primeros en donde el
tránsito de los peatones es poco Ircuente. La nivelación recien empieza y no
es extraño encontrar en la misma cuadra veinte ó Irtíinta centímetros do dife-
rencia en la altura, como uno y hasta dos metros en el ancho. líl costo es el
mismo que hemos dado ya en la Sec<*i<)n primera.
El aíirmado do las vías destinadas para los rodados y cabalgaduras es
como el pavimento de las aceras. Hay adoquinado con piedras divorsas y
colocado con sujeción á distintos sistemas, emp(;drado (•()mun, mixto con
carriles, y natural ó sea ninguno. Los colocaremos en el orden en que re-
sultan :
Adoí(UÍnado Metros cuadrados. UTNíC)
límpcíhvido (íomun >» >; 1 l.M.'}
límpedrado con carriles » >» IMOl
I^avimento natural » »• liJlál
Metros cuadrados. l2r)7.*5S
Kl empedrado ha sido construido sobre el i)iso n;itural (limitándose gene-
ralmente en los de Norte á Sud, el declive |»Mra de>agüar. á la cuíidra <le que
se trata ó á las próximas), formand») en el centro de la calle un relleno con
tierra ¿^redosa i)ara íVurililar c! re[)arto del a^nia y prote;^er las [)iedras unas
con otras al recibir |)resion. Se empleaban piodríis de (^l^)Xt^¿0 en el empe-
drado general y de 0,^0 para las caras superior é inferior para el espesor en
la <lireccion normal (h'l íirjne; las dimensiones de las <*aras cita<las varían de
0,30 á 0,40. Las dificultades de su irolocacion por el tamaño no se i)restaban
á la buena íleterm¡na(*ion del perfil convexo, resultando también ser muy i)or-
meablo y dando por ello fácil acceso al a«;ua y á las materias orgánicas que
empeoran el firme. A la ^M-eda solía agre^^ársele arena del Kio, í|ue es la que
siempre so emplea jiara rezebar, materiales inservibles por su misma compo-
— 7 —
sicion una.y por su grano finóla otra, produciendo la unión de ambas una
gran cantidad de polvo que forma un lodo y éste mantiene la humedad en la
caja y hace movedizo el firme impidiendo así su consolidación. Las piedras
que se han empleado son todas de la República Oriental, canteras situadas en
las islas Sola, San Gabriel, Dos Hermanas y Punta Carretas. En algunas do-
mina el componente micáceo, el cuarzoso en otras y no falta también el fel-
despato rosa con mica.
El adoquinado es el último firme adoptado (tal como se ha indicado en la
Sección primera) y con él es que se pavimentan las calles en que se renueva
lentamente el empedrado existente. Cuando se discutía la elección de afirma-
dos para toda la ciudad, se trató de la conveniencia que habría en facilitar la
permeabilidad del terreno por medio del drenaje, á fin de que corrientes de
aire oxigenado facilitaran su combustión completa y rápida. Pero se resolvió
llenar las juntas que dejan las piedras al colocarse con una composición
maleable y compacta, á fin de que toda la pavimentación sea impermeable
y el agua corra buscando su desagüe natural, á consecuencia que de los estu-
dios hechos resultó que el terreno no era i)ernieablc sino en su primer capa
(que no excedía de 0,40) y muy costosa una de hormigón y asfalto que era
con lo que se podría obtener lo mismo.
Para el emi)edrado c(.>n cnri'ilos se observa el mismo procedimiento antes
indicado y su colocación conu) el costo son idénticos. En la actualidad se pro-
yecta .sustituir esas gran<K's [)io(lras ó blorks, como algunos les llaman, por
adoquines de un tamaño común.
La superficie en «jue no existe ningún afií'mado, que lo es en la ribera
entre Venezuela é Independencia, se mantiene sin arboleda, habiéndose aumen-
tado algo en estos últimos anos, debido á quo los encargados de explotarla
arena del Rio la de[)Ositan en su costa á fin de aumentarla con la tierra molida
producida por los terrones que sacan del locho del Riachuelo las dragas ocu^
padas en los trabajos de canalización; para conservar esos depósitos se vén
obligados á construir terraplenes ó palizadas que eviten los resultados del
avance del agua impulsada por las mareas ó fuertes vientos, y lo que se hace
y se procura conservar, se consolida poco á poco.
Puede decirse que de esta Sección parten todas las líneas de tramways ó
ferro-carriles de sangre que recorren con sus 25G coches 149775 kilómetros
dentro de la ciudad, cruzándola en diversas direcciones, pues siendo la Plaza
de Mayo el centro obligado, á olla convergen todas. — 8189 metros de vía son
recorridos constantemente dentro del perímetro de que tratamos, además de
los 1088 que corresponden al Ferro- Carril do la Boca y Ensenada, que desde
la Estación Central atraviesa la ribera Sud para internarse en la Provincia de
Buenos Aires. El ancho de la trocha y su colocación es igual en todo alo que
ya hemos mencionado en nuestro primer tomo. Hay parajes determinados,
como aquellos en que la calle Bolívar atraviesa las de Rivadavia y Victoria, en
que jamás transcurre un minuto sin que pase un coche, ya sea de una ú otra
empresa.
— 8 —
El servicio de alumbrado por medio del gas de carbón mineral, se hace
en todo el radio por medio de 29i faroles con picos sistema «Nuevo London
Argand », cuya luz equivale íi veinte velas fotométricas de esperma, lo que se
controla con picos cortados «Batonoing». El consumo es de cinco pies cúbi-
cos por hora y el costo total es el de cuatro pesos quince centesimos moneda
nacional al mes por cada uno, debiendo encenderse cuarenta y cinco minutos
después de ocultarse el sol, y ser apagados también cuarenta y cinco minutos
antes de que aparezca. Están colocados distante cincuenta metros próxima-
mente uno de otro, á la altura de 2,50 en el muro de los edificios, sobre un
brazo de hierro que sale 1,20 hacia el centro de la vía publica. La Plaza de
Mayo tiene además 22 columnas do hierro, distribuidas convenientemente, de
metros 3 de altura, cada una de las cuales sostiene cinco faroles idénticos á
los anteriores en tamaño y equivalencia; también en el centro déla misma,
una otra de poco más altura y más consistente que las anteriores, en donde
se encuentra un foco cuya luz c(|uivale á300 bugías. Tres faroles más sistema
Siemens, colocados uno en el áti-io de cada Iglesia, conii)lementan el alum-
brado de todo el perímetro de la Segunda Sección.
La Policía, Justicia de Paz ó InspectMon de Higiene se realiza en las con-
diciones ya determinadas al ti-atar de la sección anterior. Lo mismo respecto
de la distribución del ngua y limpieza del interior y barrido de calles. Creemos,
por lo tanto, una repeti<*i()n de lo dicho el tratar nuevamente de todo aquello
que es igual en (rada uno de los veinte distritos.
No hay sección alguna on que el aí^pecto genci-al sea tan variado en todo
como en ésta; no es solamente en la edificación y movimiento en lo que difiere
de las demás: también lo es en el ancho de las vías públicas, en el comercio,
en todo, porque los extremos siempre tienen su representación. Extraordi-
naria agitacíion en la intci'posicion de las calles Victoi'ia y Rivadavia con las
de Chacabuco y Perú; insignificante, de muy es(!asa importancia, en las de
Alsina y Moreno con las de Halcarce y ('olon. Ostenta(;ion del lujo en unos
centros; la manifestación del ti*al)aj() en su más ingrata labor, en otros. Agru-
pación de paseantes y carruajes allí; riila constante de carreros más adelante,
y después el silencio no interrumpido sino por uno que otro de sus habitan-
tes. Calles bien pavimentadas, humedecidas constantemente, y otras en que el
antiguo empedrado aun no ha sido reemplazado, y el ti'anseunte pasa, cubrién-
dole una nube de polvo. Barrios en que de noche el silencio lo interrumpe solo
el pausado andar del guardián nocturno de policía; otros en que desde las doce
hasta las cuatro de la mañana, los hombres se codean, disputan, compran,
venden, trabajan, todo con rai)idez y acompañado de cantos, músicas, ruidos
de carros é imprecaciones de los carreros. Tiendas de géneros, joyas ó espe-
cialidades de lo más notable de la Cíipital, y también de aquellas en que la
clasificación les asigna la última de todas las categorías.
De dia, incesante movimiento se nota en los centros donde .se agrupa el
comercio y al derredor de las Aduanas, hombres de negocios, paseantes, via-
— 9 —
jeros, lujosos carruajes con yuntas de crecido valor se disputan el pase en
Victoria, Perú, etc.; despachantes, dependientes, empleados y conductores de
carga, poco mas allá, mantienen ese ruido propio de la industria y el trabajo,
en calles transitadas solo por ellos, donde se disputa 6 se concierta una ope-
ración, á la vez que se castiga á las bestias y se atropella al descuidado tran-
seúnte. Por la noche todo cambia; pocos carruajes en los centros de paseo y
exposición, muchos paseantes, profusión de luces; fuera de allí escaso alum-
brado, ningún curioso, solo se vé al que sale de su casa ó vuelve á ella.
Tanto contraste es producido porque el progreso que viene del Norte, se
ha reconcentrado en un radio limitado, manteniéndose el resto estacio
nario.
Aun cuando el plano que precede pone de manifiesto cuanto tuviéramos
que decir sobre superficie, agregaremos el siguiente cuadro que facilita el
conocimiento del ancho máximo y mínimo de cada una de las vías públicas
de que vamos á ocuparnos en seguida, y el total de los metros cuadrados
que ocupan.
ÁREA DE LAS CALLES DE LA i*" SECCIÓN
NOMBRES
.vnclio máximo ¡ Aicliomiiimiim ; snperScie total
Plaza Victoria
Paseo de Colon
Balcarce
Defensa
Tupac Axnurü . .
Bolívar
Perú
Chacabuco . . . .
Rivadavia
Victoria
Alsina
Moreno
Belgrano
Venetnela
Méjico
Chile
San Lorenzo. . .
Independencia ,
242 — 118. 5o
27
i3
II
M
10
10
9
9
10
10
M
10
10
i5
9
.5o
.3o
.5o
.10
.5o
9 —
9.10
9.50
9 —
9.50
9.5o
8.42
9 —
9.20
9.85
8.5o
8 —
9 —
8.5o
8 —
Superficie total,
28.450.73
53.517.07
TI. 762. 08
9.080. 1 1
363.7?
9.028.05
9.928 —
5.328 --1^)
2.756.25
7.827.50 (*)
6.877.90 (•)
6.026.75
6.066.25
5.438.25
5.557.50
6.594.06
1.585.25
2. 586. 5o íV
178.774 —
(}) 4 m. 5o hasta el límite, con la sección 4^.
O Incluso la plazuela del Congreso.
(*) Indoao las plazuelas de San Francisco y Mercado viejo
(O 4 «50 basta el limite con la sección 14.
vías publicas
No pretendemos escribir la historia porque no aspiramos al titulo de histo-
riadores ni estamos preparados para ello; simplemente recordamos el origen
del nombre con que so designa A nuestras calles. Si hemos agregado docu-
mentos ó referencias, ha sido con el único objeto de ampliar en unos casos, au-
torizar en otros y conservar en los mas el recuerdo de lo que no debe olvidarse.
Creemos un deber de nuestra parte hacer esta salvedad ó advertencia, antes
de entrar en materia á propósito del capitulo con que hemos encabezado éste,
á fin de que no se dé á nuestra reseña importancia de que carece ó interpreta-
ción agenaá la idea que nos guia.
CJLLLE JÍITTAD^VJA
Esta calle, cuyo significado queda descrito en el primer lomo, está com-
prendida también en la segunda sección que se extiende hacia el Sud de la
ciudad, y muchas veces tendremos ocasión de encontrarla formando parte de
algunas de las que aun nos falta que tratar.
Su presencia casi constante en la división seccional del Municipio obedece
¿que dicha calle, desde la época colonial, sirvi6 de punto de partida al trazado
general, y, por consiguiente, á la distribución y edificación: los trazados sucesi-
vos la han considerado de la misma manera y los mas posteriores la han decla-
rado línea divisoria de la ciudad; los trabajos de nivelación practicados allá en
los tiempos lejanos ylos últimos llevadosá cabo consultando la higiene y salu-
bridad de la.poblacion, se han realizado siemore considerando especialmente
esta cal'e como el eje de la ciudad, á cuyos costados (norte y sud) las aguas plu-
viales se escurren en sentido opuesto, facilitando su curso la menor masa Uquida
que tas recorría en su extensión.
— 12 —
Tal era la disposición que se había dado á la pavimentación urbana para
acelerar la cirí^ulncion de la>í a^^uas, evitando su estagnación en el recinto déla
ciudad, í(uo no solo es un estímulo al desarrollo de epidemias muy peligrosas,
sino í|ue dilicultan ó paralizan el tráílíío, el comercio, localmente, con grave
l)eriuicif» de la población.
Los trabajos posteriores practicados de acuerdo con los últimos progresos
de la higiene pública, han períecciona<lo notablemente las condiciones económi-
cas y sanitarias de la pavimentación de las calles, con la colocación de poderosos
canos de desagüe (jue arrastran impetuosamente las aguas pluviales depositán-
dolas en el rio que circunda la ciudad por el norte y el este.
La calle Kivadavia ha sido en diversas épocas y por múltiples conceptos
objeto de la atención especial de las autoridades legislativas ó municipales: la es-
tatua decretada para eternizar la memoria del ilustre estadista que llevaba aquel
nombre, no ha sido colocada aun, [)ci'o su piedra fundamental, depositada con
solemne poin[)a, se encueiiti-aá muy pocas varas do dicha calle, en la plaza de
Mavo.
Antes <le llevar dicho nombre, Kivadavia la eligió con preferencia para
servir de punto de partida á las innovaciones (jueintroílujo en la pavimentación,
embellecimiento ó apertura de calles en el Municipio: dispuso, entre otras cosas,
que aquella se considerase como |)Uiito de arranque [)ara la formación de bou-
levares ó simplemente callos anchas que se abrirían de cuatro en cuatro cua-
dras háciael norte v sudde ella.
CJLLLE VICTORIJL
Todos los |»ueblos tienen sus glorias, (íonquistas y gi'andezas que celebran
con regocijo tanto mas entusiasta cuanto mas onerosa y cruenta ha sido su
posesión.
Unos congregan á las multitudes en determinado dia para rememorar el
recuor<io glorioso, otros levantan gigantescos monumentos |)ara perpetuar
hasta la eternidad el grandioso acontocimiento, simbolizando la idea con ma-
jestuosas rej^resentaciones.
•«Victoria»», ei.ti'o nosotros, signifi<'a la protección augusta del Dios de las
Victoi'ias que nos dispensó cuando dominados por extrafi'is naciones ó amena-
zados con el hátigo inquisitorial en la lucha de nuestros mas sagrados derechos
como ciudadanos ó simplemente miembros de la humanidad libre, cíistigába-
mos la audacia del invasor ó sembrábamos la muerto entre los opresores de
nuestro querido suelo patrio.
Larga y sangrienta guerra ha ilustrado la historia primitiva de estos paises
con triunfos inmortales en su anhelo do ser nación libre, y nuestros gobernan-
tes, refundiendo las glorias nítidas do esa lucha heroica, han sintetizado en una
.sola palabra compleja todo aquel cúmulo de resplandeciente grandeza, dando ó
una de las calles de la ciudad federal el nombre majestuoso de Victoria,
— 13 —
Pero cualquiera que emprenda una escursion por el campo histórico de
nuestra vida política, encontrará que los laureles recogidos en Tucuman, Salta,
Chacabuco, Maipo, Perú, etc., se han entregado á la posteridad para su admi-
ración, orlando con sus nombres las calles del municipio.
Por consiguiente, si cada uno de los hechos militares que iban constituyendo
nuestra libertad y consolidando la soberanía de los pueblos han sido ya dados
ala inmortalidad, el nombre de la calle Vict(»ria está de más, es una repetición
desagradable que debe suprimirse y reemplazarse por otro de mayor signifi-
cación é importancia de los muchos que yacen en indiferente olvido ó irritante
menosprecio.
Restituyase á la veneración de las generaciones nombres eminentes que
recuerdan las glorias del laborioso pasado, y las autoridades habrán practicado
un acto justo reclamado por la patria.
Entre esos beneméritos ciudadanos descuella el progresista hombre de
Estado D. Juan José de Ve'iiz, que anticipándose en mucho á la obra de nues-
tra redención social, derramó incalculables beneficios en la naciente sociedad
que gobernaba, envilecida y barbarizada antes y después de su vi-real gobierno.
Las innumerables mejoras que emprendió su espíritu creador y organizador,
el aliento que infundió con su palabra cariñosa, las reformas en todos los servi-
cios administrativos y su natural generosidad con el desvalido, no son por
cierto las únicas prendas relevantes que le distinguen de los personajes de su
época.
Intransigente en el cumplimiento de su deber, probo en el manejo de los cau-
dales reales, ecónomo en la aplicación de las rentas é infatigable en mejorar. las
condiciones sociales délos subditos, llama la atención hasta cien años después
por su integridad, filantropía y amor al progreso. Contrariando las expresas
órdenes reservadas de su gobierno de mantener á estas provincias en el mismo
grado de atraso y relajación con que se hizo cargo de ellas, negándoles todas
las ventajas de la civilización, abre con su administración una nueva era de luz
y sabiduría, podemos decir, introduciendo reformas y adelantos enteramente
desconocidos.
Parece imposible que la obra luminosa del ilustre mandatario hubiese
encontrado resistencias formidables en el vecindario, resistencias que solo se
esplican por la negligencia é ignorancia que connaturalizó aquellos espíritus
con las sombras del oscurantismo.
Las aspiraciones sublimes eran sentimientos desconocidos en esa época
nefasta, porque se reprimían ó castigaban apenas asomaban; se habían familia-
rizado tanto los habitantes con aquel tratamiento brutal, quese creían condena-
dos á perpetuidad á esa vida muelle y pasiva, sin ideales ni emulación.
Pero en tan crueles momentos se presenta en la escena el ciudadano don
Juan José Vertiz, que nombrado primera autoridad de este Vireinato del Rio de
la Plata, se hizo cargo de su elevado puesto.
Pronto conoció el espíritu de las gentes que iba á gobernar, sus tendencias,
— lí -
coslunihres, aptitudes, oto., y considorándolns í1¡l:iims(1c iiioj«)r suerte, se empe-
ñó en su adelantamiento y pi'ogroso con iin|U(Mn-antai)lo rnnst;incia y labor.
Empe/ó \n)V eri^xir la líoal Audiencia l^'etoi-ial, Intendencias, mejorar el
servicio eclesiástico v crear nuevos (aíralos; contribuvó á consolidar el Semi-
nario Conciliar, fundar ca})ellanías reales, asii^nai* subsidios á las iglesias, dis-
tribuir los diezmos v colocar el coro en la (>atedral; paciiicó las Provincias
sublevadas, aceleró los procedimientos judiciales, ordenó el trazado, nivelación,
aseo y com|)ostura de las calles y prohil)ió y suprimió todo cuanto menoscababa
el ornato de la ciudad: castigó desórdenes y ci-ímenes como j)remió el mérito y
las grandes acciones; notables mejoras introdujt>en el ramo de hacienda, multi-
plicó los agentes de la justicia i)ara asegurar la propiedad individual y prevenir
los crímenes, cuidó y veló (íon esmero el tráfico interno á lin de f.-icilitar las ope-
raciones mercantiles, sin olvidar por eso los preceptos de la higiene; estableció
el alumbrado de laciuílad, fundó el hospital ó casa de expósitos y el protomedi-
cato; erigió el ('Jolegio Ixeal de San ("arlos, un hospicio de mendigos y mandó
diversas expediciones al Chaco para reducirá sus moradores; autorizó ycoope-
i'ó á la navegación de todo el Kio Hei-mejo, |)rotegió la fíibricadeafíil enTucu-
man y fundó unn hermandad do caridad, casa d(í hnérfíinas y hospital de mujeres;
ordenó la construcción de un puente sobi'iícl Desaguadei'o i)ara facilitar el co-
mercio interno, establecimientos de foi-ti(icacion y pol)lacion en la costa pata-
gónica y la construcción de una alameda: mejoró elservi(;io de conservación de
las Islas Malvinas, porsusgesti(jnessefortilicó el puerto de Montevideo y puso
término honroso á las hostilidades de los portugueses; [)ei*mitió la explotación
de minas; estableció el correo ])ara la más fácil ex|>edi(!Íon de la correspon-
dencia y levantó foi'tilicaciones para defensa y soguritiad délas tVonteras: orde-
nó la instrucción de las milicias, pavimentó las calles, abrió el teatro álaespec-
tacion pública contratando los actores, etc., etc.
Muchos otros adelantos i)rom<.»vió con laudable pi'opósito y vma constancia
y ttrmeza f|ue le granjearon simpatias.
A pesai' de í|ue su obra y todos sus actos políticos fuesen encaminados
esencialmente á mejorar la suerte do los naturales, encontró dificultades que
hubieran hecho retrocederá cuahjuier oti'o <Mudadano, poro no así al Virey
Vertiz, que comprendía di(dia resistencia explicán<losela por el atraso é igno-
rancia en (|ue había vivido la población, persistiendo lín sus propósitos.
No obstante la lucha fué amarga: los españoles dosconíiaban ya del Virey,
ci'eyendo (pie se dodicaí)a exclusivamente al siM'vícío de los naturales, y éstos
manifestaban su descontento por tod.is arpicll.is mejoras <'uya aplicación é im-
portancia no cono(*ían, con pi'otestas enérgií*;is y tumulto^ alarmantes.
De manera, pues, que su empeño seh?ice doblemente meritorio, si pensa-
mos que la oposiíMon llegó á ser fuerte y (pie su ííspfritn creador supo hacerse
délos elementos f|ue reclam-iba su plausible pi'opósití): en esa é|>oca en f|ue
íle todo se carecía é ignorantes los mí)radí>resde las í»on(piistasde la (civilización
y de los progresos de la humanid¿xd, tuvo por fner/a el ilustrado Virey que edu-
car al puebW) para complementar su patriótica y grande obra social.
— 15 —
Tales son los legítimos y edificantes títulos con que se presenta el Virey
D. Juan José Vertiz, vestido con los ornamentos de la generosidad sublime, de
la patriótica aspiración y de la labor fecunda: los pueblos que han recogido los
opimos frutos de su laboriosa administración tienen el deber de inmortalizar
á su bienhechor.
La denominación de c< Victoria)) á una de nuestras calles no tiene ya signifi-
cación, y como ocurre la coincidencia deque en ella vivió el célebre Virey, pe-
dimos, con justicia, se le cambie por la de «Vertiz». Hombres que después de
un siglo son recordados con veneración y respeto, deben ponerse sus nombres
en los labios populares para grabarse en la mente de las generaciones que se
suceden.
Adolfo Alsina, cuyo nombre se perpetúa en esta calle, nació en Buenos
Aires el 14 de Enero de 1829, del matrimonio de D. Valentin Alsina v D* Antonia
Maza.
Educado bajo las doctrinas de una moral austera y de principios eminente-
mente democráticos, amaba las instituciones de su país con profunda venera-
ción, y allí donde las pasiones humanas pretendían levantar el imperio de am-
biciones bastardas á trueque de la verdad y legalidad constitucional, su voz
potente y acendrado patriotismo atraía á las masas y desarmaba al enemigo
con brillantes discursos, ya en las plazas públicas, ya en su casa particular ó en
el Congreso.
Jamás lo arredró el peligro, ni vaciló ante las consecuencias, ni desmayó
en sus propósitos: siempre firme en sus convicciones y patriota decidido, im-
pugnó francamente la conducta extraviada y perniciosa de mandatarios como
de caudillos ó jefes de partido.
En su corta pero fecunda carrera pública, ha dejado rastros luminosos que
revelan la grandeza de su alma, la generosidad de su carácter, su amor al orden,
el respeto á las instituciones y la abnegación de su corazón.
Como legislador, gobernador y ministro jamás olvidó los intereses de la
patria ni consintió en restringir los derechos del ciudadano: cuando alzaba su
voz, era únicamente procurando mayor gloria al país, exhortando al pueblo al
fiel cumplimiento de los preceptos de la constitución ó restableciendo la verdad
histórica del pasado.
Fué verdadero republicano y sus ideas políticas no transigieron nunca con
gobiernos monárquicos y poderes omnímodos; templado y sereno en la lucha,
inutilizó á sus contrarios con la perseverancia en sus designios y la ciega fe en
los principios que sostenía.
- U) —
Nacido en medio do los horrores do niíilliafladíi tiranía, Alsina robusteció
con mas vehemoncia su e.spíi'itu do ifrualdad y libertad, irritándose contra su
propia debilidad para arrancar de su trono al monstruo político: su padre fué
mas de una ve/ huinillado |»or eso mandón, y su abuelo pagó tributo ala fero-
cidad sanguinaria del dós|K>ta salvaje (|ue dui*ante mas do veinte años dominó
el país.
Su propio padre (|ui/.á hubiera sucumbido, si el esforzado valor de su madre
no le hubiera sustraído de la prisión que loahori'ojaba á bordo del pontón «Sa-
rán di.»
Finalmente, cuando en la vi<ítoi'ia de (.'asci'os se reconquistaban todos los
atributos de una Nación virtuosa y llenado glorias, el valiente Alsina había
contribuido con su brazo y l)ravura á demoler el solio tiránico del déspota y se
preparaba á consolidar nuestra existencia política.
En este tiempo contaba ya la edad de veinte y tres anos y ocupaba un pues
to en uno de los Ministerios.
El pueblo creía que el vencedor de C^asoros iba á sor el continuador de la
política afrentosa do liosas, y estimulado doblemente por la prédica patriótica
do la prensa extranjera, no vaciló un solo instante en oponerse enérgicamente
á las pretensiones del vencedor.
El fué el pi'iinoi'o(|ue levantó su voz contra las importunidades y exigencias
de Urqui/a, que cada dia iban enaumont'» so. lucido pnr las esptíranzaí? de largo
imperio. Notiíicado Alsina, redactor princi|)al d<í la ««Nueva Época» de moderar-
se en su lenguaje, <lesdeese nionionto lo acentuó mas, castigando con la fría
verdad en lenguaje severo las pi-<:tensioiies del i|ue el pueblo consideraba ya
como émulo de llosas.
Pocos dias después fué destituido de sn puesto en el Ministerio, naciendo
desdo (entonces su popularidad que ya lo aclamaban como víctima de la arbi-
trariedad ó como mártir de la libei'tad.
La ideado resistir alas pretensiones de ürquizaso hal)ía propagado de una
manera alarmante por toda la í-iudad y solo se esperaba el dia y la hora indi-
cados para repelerlo.
El 11 do Setiembre de IHlri estalló la rovolucií)n ([uo dio por fruto la inde-
pendencia para elegir nuestros ^gobernantes, restringida antes por el caudillo
de Entre-Rios, y en la nueva situacúon del país el Dr. D. Valentín Alsina fué
electo Gobernador de Huenos Aires, cargo (jue dimitió en presencia délos dis-
turbios que nacieron á influjo de las insidiosas sugestiones de Urquiza.
Alsina se alistó resueltamente en las fuerzas que so organizaban para
batir á los revoltosos que sostenían al caudillo, llegando á sor uno de los hom-
bres mas prestigiosos que tenía el partido.
Desimesde triunfos y reveses, al lin tuvieron los defensores de Buenos
Aires que capitular, incorporándose la |)rov¡ncia á la Nación, acto que debía
tener lugar después de una convención adhoc de la cual formó parte el doctor
Adolfo Alsina.
- 1? —
• «
Defensor de la integridad y autonomía de la provincia de Buenos Aires,
combatió siempre enérgicamente el proyecto de su federalizacion.
En la batalla que presentó el General Mitre á las fuerzas de Urquiza en 1861,
sé condujo con valoré intrepidez, contribuyendo á la victoria de Pavón.
En 1862 fué electo Diputado al Congreso por la Provincia de Buenos Aires,
revelando en los debates en que tomó parte una instrucción clara y gran cau-
dal de conocimientos, mucha previsión en los negocios constitucionales y una
delicadeza esquisita para tratar los diversos asuntos.
A mediados de 1866 fué nombrado Gobernador de la misma Provincia, de-
sempeñando el cargo con tanta honradez como laboriosidad; mortificado por
el monopolio que hacían los usureros con el papel moneda, en su primer men-
saje presentó dos proyectos de importancia vital: la creación de una Oficina
de Cambio y el establecimiento de Bancos de emisión — uno y otro destinado á
hacer una verdadera revolución económica, ampliando las operaciones y
dando mas giro á los negocios.
El primero se realizó al impulso de sus propios esfuerzos y bajo su admi-
nistración, y cuando el comercio acordó premiar este servicio tan trascenden-
tal á su desarrollo, regalándole una medalla de oro y un diploma de honor, no
faltaron espíritus mezquinos que se opusieran, negándole la iniciativa y origi-
nalidad de la idea.
El gobierno del Dr. Alsina fué fecundo en obras de progreso moral y ma-
terial: encarnación de los principios de libertad y dignidad cívica, observó
escrupulosamente entera prescindencia como gobernante en las luchas electo-
rales; reprimió por doquier el abuso y el fraude, así como piemió y exaltó las
virtudes del ciudadano v la labor del obrero.
Dio vigoroso impulso á nuevas industrias que con hábil mano supo atraer
al seno de la República y especialmente á la provincia de Buenos Aires, y á'fiíi
de llenar mejor su misión pública, abrió innumerables escuelas en la campaña
y socorrió á las desgraciadas víctimas de epidemia: surcó de ferro-carriles el
territorio de la provincia, poniendo en inmediata comunicación á los pueblo.^
que la componen, é internando en éstos parte de la numerosa inmigración que
arribaba al Plata, transformó súbitamente sus usos, costumbres, necesiiades.
consumos, etc., dando vidaá una actividad comercial pasmosa en los intereses
rurales.
Había favorecido y protegido cuanto pudo los intereses de la Provincia
cuyos destinos puso en sus manos seducida por risueñas esperanzas: dadas las
exigencias de la actualidad, no dejó nada por hacer y solo deploraba no contar
con los elementos necesarios para afrontar una verdadera obra de progreso y
actividad.
Fué tan recto en su política, austero en obedecer y hacer cumplir las leyes,
sencillo en su carrera pública y fiel con sus amigos como generoso con sus ene-
migoSy que nadie tuvo que reprocharle un solo acto indigno ó violento, ya en
las esferas del poder ó en el silencio de la amistad y vida privada.
— 18 —
t)espues de un gobierno progresista cuya bandera fué el respeto á la moral
y la obediencia á las leyes, bajó de la silla constitucional ofuscado por los
homenajes que le tributaban los pueblos, presentándolo como un dechado de
virtudes y patriotismo para servir de imitación á los hombres públicos que le
sucedieran.
Entre tanto, la cuestión presidencial so complicaba asombrosamente de
uno á otrodia, dividiéndosela opinión en diferentes y varias fíu-ciones.
Cada una levantaba su candidato y respectivamente ci'eian que era el único
capaz de manejar las riendas del gobierno federal: llegaron á presentar una
actitud tan alarmante, se habían enconado de tal modo los odios en los partidos
entre sí, que ya no se pensaba ni en futuras transacciones, y solo la faz descar-
nada déla guerra civil destacaba su impura y péríida frente.
El partido autonomista, que tenía por jefe al l)r. Alsina, levantó la candi-
datura de éste para Presidente.
El caudillo derrotado en Pavón era también at*lamado \)0v su partido Pre-
sidente déla República.
Cuando la cuestión electoral parecía irreconciliable ¿ inminente, el l)r. Al-
sina convocó á su partido á una reunión, declai'ando en ella (jue renunciaba
desde ese momento su candidatura para dejar libre el campo á los que con más
méritos que él les correspondía gobernar el país. TíM'niinada la lucha, el Con-
greso proclamó electos para Presidente y Vice-Pi*osidente de la República á
los ciudadanos I). Domingo Faustino Sarmiento y I). A(iolfo Alsina, tomando
posesión de su cargo el último el 12 de Octubre de ISOS.
En este nuevo puesto era muy limitado el papel que le cnrrcspoiidía, cir-
cunscribiéndose únií^amonte á presi(lir Ins sesií>nes di3l Senado; poro, cuando
en 1870 fué desiirnado en compañía de algunos desús colegas de la( -onvencjou
Constituyente para i*odaí*t:u* la sección del Poder Ejecutivo, dio pruebas feha-
cientes de la superi(.)i*idad de sus talentos, de la claridad de su vasta instruc-
ción y de sus elevadas ideas de gobierno.
Entonces a|)arec¡ó ante legisladores y tribunos, couio el profundo orador
que conmueve y convence, gobernando la palabra y discutiendo las (cuestiones
con la riqueza de estilo y conocimientos científicos del caso.
Su populariílad cada dia se ensanchaba mas y mas abarcan<lo los horizon-
tes políticos de la Nación, y cuando los partidos como los pueblos querían
hacer ostentación en las plazas públicas de su simpatía y «íarifio al hombre cuya
divisa política fué el respeto á las instituciones y á la inviolabilidad de las ga-
rantías del ciudadano, escusaba las estruendo.sas manifestaciones democráticas,
fingiéndose enfermo ó retirándose silenciosamente á los pueblos de la Pro-
vincia.
En la próxima lucha presidencial, .su nombre fué lanzado en el campo de
la contienda, npoyadoen su poderoso partido que quería elevarle á la primera
magistratura de la Nación.
Pero esta vez como la primera, el doctor Al.sina sacrificó sus aspiraciones.
— 19 —
su nombre, la corona triunfal de su carrera pública, en honor y beneficio de
las instituciones, en veneración al orden y tranquilidad de la causa común:
hizo mas, prestó su poderoso contingente al candidato que la mayoría de la opi-
nión pública dio el triunfo soberano en los comicios.
Cuando en holocausto á la paz interna hubo renunciado su candidatura á la
presidencia, el pueblo había resuelto poner nuevamente en sus manos los des-
tinos de Buenos Aires para darle ocasión de complementar la obra de progreso
que inició en su primer gobierno; pero, un proyecto trascendental, una obra de
importancia vital.un pensamiento gigantesco habia herido su cerebro seduciendo
sus nobles aspiraciones: — la seguridad de las fronteras fué el'sueño que acarició
su mente, y como el gobierno de la Provincia carecía de los resortes impulso-
res á la ejecución de su vasto plan, renunció categóricamente el presente con
que le obsequiábala democracia.
Los votos populares concentráronse en la persona del doctor Avellaneda,
merced á sus grandes méritos, siendo elegido Presidente y prestando el jura-
mento de lev como tal el dia 12 de Octubre de 1874.
La exaltación política de los partidos conmovió los ámbitos de la Nación
presentando un cuadro doloroso en los estados que la constituyen: todos se
habían levantado en armas, unos proclamando la revolución y otros alistando
fuerzas para sofocarla, aquellos declarándose en favor de los descontentos y
éstos en apoyo del Gobierno Nacional.
La situación recrudeció violentamente, y ejércitos organizados paseaban
sus huestes por todo el territorio amenazando la estabilidad de los gobiernos y
contagiando con su presencia á los pueblos que habian permanecido tranquilos
V fieles á la lev.
Declaróse el sitio general, y llamando el Gobierno Nacional á los ciudada-
nos para ocurrir á la defensa de la integridad y honor de nuestras leyes, ordenó
el equipo de las fuerzas para salir al encuentro de los descontentos.
Esta campana enlutó el corazón de muchas familias por la muerte de pa-
dres ó hijos que quedaron en el campo de batalla para servir de testimonio del
choque de las pasiones; pero al finia suprema autoridad reconquistó el imperio
de las leyes, un momento en suspensión, y sometió á su reconocimiento y obe-
diencia á aquellos que en dia fatal se levantaron trastornando el orden y ga-
rantías sociales, la consolidación de nuestra existencia política.
Uno de los primeros actos del nuevo Presidente fué llamar á su lado al
doctor Alsina para compartir con él las tareas administrativas, confiándole la
cartera de Guerra y Marina.
Pocos dias antes había ascendido á coronel de Guardias Nacionales, nom-
brándosele comandante en jefe déla movilizada en Buenos Aires; pero nom-
brado luego Ministro de la Guerra, tuvo que ponerse á la cabeza de las fuerzas
en campaña.
La rapidez de las marchas, la severa disciplina y sus previsoras combina-
ciones dieron el triunfo á la legítima soberanía nacional.
-80 -
Pacifícados ios pueblos y sometidos los descontentos, la comunidad ar-
gentina entró nuevamente en el tranquilo ejercicio de sus derechos y suprema
autoridad.
Desde este momento el doctor Alsina se consagró con ardor al logro de su
plan de defensa y seguridad de los intereses rurales de la Provincia, suma-
mente comprometidos por las frecuentes invasiones de los indios que caían en
í'recido número llevándose cuantiosas partidas de ganado.
Dos grandes objetos le preocupaban constantemente: dar fronteras in-
í*onmovibles á Buenos Airesy ensanchar el territorio de la República, alejando
á los últimos confines al indomable enemigo.
El segundo propósito debía ser una consecuencia del primero, pues con el
establecimiento de pequeñas fuerzas para guarnecer el último avance de la
expedición, do hecho so les cerraba el paso al territorio perdido, teniendo que
internarse forzosamente.
Pero la cuestión frontera ni es nueva ni ha llamado la atención por sus
prodigiosas conquistas: la carencia de jálanos topográficos, los peligros que
amenazaban á los destacamentos, la lucha con la naturaleza y la constancia y
te de sus propósitos es lo que verdaderamente se admira en esta heroica cam-
pana.
Ni el brusco romi)imiento de formales convenios, ni lámala fó y traidora
conducta de los indios, mas las inclemencias del intenso frío en árida llanura,
fueron causas bastantes para enervar el espíritu de Alsina y perturbar un mo-
mento su obra.
Las expediciones quesearmaron enel pasado siglo fueron casi todas nulas
on los resultados obtenidos, porque si bien es cierto (jue hicieron desalojar
á las tribus indias de algunas de sus posiciones, las perdieron también inme-
diatamente porque ni las guarnecaín ni .se trató de colonizarlas ó poblarlas.
Su principal objetivóse encaminaba, al parecer, á la destrucción del ene-
migo, ó por lo menos, á contenerlo en sus irrupciones vandálicas tan peligrosas
como desoladoras.
Si los directores de la guerra con el salvaje tuvieron el propósito de des-
pojarle do su territorio para incorporarlo al de las naciones civilizadas, pues
queasí debe deducirse (*uando las fuerzas en campaña iban provistas de todos
los aparatos ó instrumentos para estudiar su clima, topografía, hidrografía,
constitución del suelo, etc., dando noticia de todo cuanto puede interesar á la
fundación de un i)ueblo laborioso, justo os declarar que el plan de conquista
adolecía de graves defectos, y que las porciones de tierra así adquiridas, pe-
rentoriamente, eran restituidas sin sacrificio al dominio salvaje por los vicios
fie su organización .
Pero es que se creía de buena fé que rechazados los indios después de un
simulacro de escaramuza, no pondrían mas los pies en las inmediaciones de la
parte territorial perdida, sin í*\iidarse de ocu|)arla militarmente por algún
tiempo.
— 81 ~
Con tan triste práctica, el salvaje hufa precipitadamente á la vista áe las
tropas, dejando á retaguardia las ricas comarcas por las que se le perseguía,
pero así que se convencía que no era molestado, asechaba á los invasores, vol-
vía sobre sus pasos á medida que aquellos se alejaban, y quince dias después
un feroz asalto de desolación y muerte conmovía á las poblaciones cristianas
arrebatándoles cantidades considerables de ganado.
Tan vicioso plan de querer enseñorearse del desierto y fundar pueblos sin
establecer permanentemente fuerzas para conservar las posiciones abandona-
das por el salvaje, se ha trasmitido y practicado en la misma forma por todas las
expediciones posteriores, sin lograr otro resultado que la muerte de algunos
indios, hacer prisioneros y restituir parte de las haciendas robadas.
Moralmente, las ventajas obtenidas se redujeron á hacerles reconocer la
superioridad de nuestros elementos de guerra y á aterrorizarlos con la presen-
cia de nuestros soldados.
El plan de guerra y de población del doctor Alsina venía precisamente á
obviar todos esos vicios, obrando bajo la base de que los trabajos á ejecutarse
responderían á este único fin, para asegurar los propósitos económicos que le
guiaban, cual era el de: «hacer imposible las grandes invasión es y difíciles las
pequeñas. »
Una esperiencia cruel é ingrata había llevado el convencimiento á nuestros
hombres de gobierno que para luchar con el salvaje no solo era necesario
amagarlo constantemente con la fuerza de las armas sino también improvisar
en medio del desierto baluartes capaces de impedir el tránsito de las hacien-
das, como retardar el silencioso v súbito asalto del indio falaz.
Las ingentes sumas de dinero invertidas en aquellas expediciones milita-
res fueron una razón mas para que el doctor Alsina diera mayor amplitud á su
plan, suprimiendo los dispendiosos caudales aplicados al sostenimiento de
fuerzas en las fronteras, lo cual conseguiría con el recíproco interés de las nue-
vas población es en defenderse de las agresiones de los salvajes, auxiliada por
una pequeña fuerza de línea, cuyo apoyo principal sería entonces la barrera
construida á vanguardia de los pueblos en formación.
Pero, sabido como es que el indio solo asalta cuando se vé acosado por la
hambre para robar hacienda, tampoco podrían dar resultado sus depredaciones
porque se les quitaría el ganado antes de salir de la última línea; además, la
barrera tenía por principal objeto evitar ó dificultar, por lo menos, la extrac-
ción de las haciendas, razón mas para pensar que el indio no se aventuraría
á sorprender las poblaciones ganaderas y ejecutar sus consabidos latroci-
nios.
Cuando hubo madurado bien su plan y se resolvió á dar los primero pa-
sos para emprender su ejecución, el Presidente de la República en su men-
saje pidió autorización al Congreso para invertir hasta la suma de 400.000 pe-
sos fu/^rtes en telégrafos y demás construcciones, partida que fué votada por
los cuerpos legislativos, después de un estudio largo y nutrido del proyecto
sobre fronteras.
— 22 —
Finalmente, pudo entregarse de lleno á realizar su vasto plan de defensa,
que no solo había merecido la aprobación del Congreso sino también de las Cá-
maras provinciales de Buenos Aires que contribuyeron con un generoso sub-
sidio á su mejor y más pronta ejecución.
Lleno de fó y esperanzas distribuyó i\ los jefos de división de las tropas ex-
pedicionarias las respectivas instrucciones á que debían sujetarse las fuerzas
de su mando, marcándoles para cada una el itinerario y los trabajos á se-
guirse.
El telégrafo trasmitía, breve tiempo después, las últimas disposiciones
que le sujerlan las necesidades de su obra, cruzando la palabra de fuerte en
fuerte para reunir 6 combinar los elementos destinados á su ejecución.
La apertura del foso fué una do las preocui)aciones que más le absorbía
porque creía que en este complemento de su plan estribaba en mucho la segu-
ridad de las fronteras y quizá el buen éxito de la empresa.
La idea del foso no era original: fué una aplicación que'hizo el doctor Al-
sina sacada del plan de defensa combinado por Chile para despojar á los in-
dios de la provincia de Arauco. convencido do que el único antemural capaz de
detener 6 dificultar las invasiones en una llanura de ilimitado horizonte serla
una gran zanja de sois á siete leguas do largo y de un ancho correspondiente al
espacio comprendido entre el Sauce Corto y el Salado.
Esta al menos era su opinión si apenas derro<*ada la tiranía de Rosas se
hubiese querido levantar una fortificion seria que garantiese la vida é intereses
de la población rural; poro á no haberse ejecutado nada i>ara servir de salva-
guardia á lo que constituye la fuente primordial de nuestra común riqueza,
emprendía entonces la apertura de una zanja de cuatro varas de ancho por tres
de profundidad y la construcción de una muralla, interiormente, con la misma,
tierra extraída, lo que vendría á ser mas tardo un obstáculo, no insuperable,
pero si lo suficientemente inaccesible para sorprender de una manera súbita
los pueblos nacientes.
A fin de dar una organización acabada á las fuerzas expedicionarias, el
doctor Alsína hizo un examen prolijo de las condiciones guerreras del indio,
porque á su entender, según el enemigo deben ser las armas con que se le
combata.
De esta manera pudo apreciar la gran ventaja que el salvaje tenía sobre
nuestros soldados de caballería, pues mientras aquel apenas hacía gravitar
sobre el caballo un cuero lanar, su chiripá y una cafia cuando la tenia suspen-
dida, el soldado llevaba un peso superior en cincuenta á sesenta libras, lo^que
contribuía á que la caballería se extenuara mas pronto y no pudiese empren-
der una persecución formal.
Para obviar este inconveniente modificó la organización y armamento de
las tropas, introduciendo el uso del revólver y de la coraza, hizo construir
lanzas muy ligeras en nuestro parque y presentó al soldado en el campo de
la lucha en condiciones análogasfde peso á las del enemigo, perú muy supe-
rior en cuanto á lo demás de la guerra.
— 23 -
Toda su actividad la habia contraido á la mejor solución del problema de
defensa de las fronteras y no era extraño que su naturaleza se agostara en me-
dio de tantos desvelos, padecimientos físicos y morales y la obligación de pro-
veerlo y ordenarlo todo, ya desde su asiento en el Ministerio ó en el mismo
campo de exploración.
Declinaba con mucha precipitación su existencia hacia el ocaso, y quizá
comprendiéndolo no quiso dejar á otro la honrosa tarea de complementar su
obra fecunda: por eso se entregó con mas ahinco y fé, abusando de sus debi-
litadas fuerzas, al logro del pensamiento que acariciara con tanto ardor y pa-
triotismo. Pero su naturaleza visiblemente se resentía y para nadie era ya un
misterio que el eminente patriota descendía aceleradamente al abismo de la
nada.
Su grande obra aun no tocaba á su término, interrumpida frecuentemente
por enfermedades que le obligaban á guardar cama; pero no obstante esto, se
hacian palpables los beneficios que refluían de ella sobre la riqueza pastoril, el
ensanche de los pueblos, de lo.> ferro-carriles, la introducción é inversión de
í^randes capitales en agricultura y ganadería, y sobre todo, la seguridad de vi-
da ó intereses de la campaña. A pesar de estar incompleta su obra de defen-
sa á su muerte, puede decirse con propiedad que llenó su programa.
Después de las tres grandes invasiones que tuvieron lugar en el primer
año de los trabajos de defensa, no se sufrió otra alguna que mereciese tal im-
portancia, sin duda por el pavor que les infundieron los estragos que hacian
nuestras armas, con lo cual cumplió su promesa, de: <<Hacer imposible las gran-
des invasiones,»
Las pequeñas invasiones se repitieron varias veces, pero con resultados
tan adversos y trágicos para los indios que al último, ni siquiera las intentaban
por el escarmiento cruel que sufrían en cada asalto, con lo cual satisfizo, ndifi-
cuitar las invasiones pequeñas.»
En fin, su obra fué la mas completa de todas las que le precedieron y en
atención al dinero invertido en ella puede decirse que obtuvo todas las ventajas
humanamente posibles, porque no perdonó un solo instante en pro de su
único pensamiento.
Después de una labor agitada y nutrida se sintió enfermo, pero asimismo
continuó trabajando; la enfermedad se acentuó mas y mas, y dominando por
completo la naturaleza de Alsina, tronchó su existencia después de crueles
padecimientos.
Adolfo Alsina murió el dia 29 de Diciembre de 1877.
Se le hicieron grandes honores y el ejército nacional guardó luto durante
dos dias por tan eminente ciudadano.
- 2t
CJLJLLE MORENO
Del matrimonio de D. Manuel Moreno ArgumOssa, natural de Santander, y
D*. Ana María Valle, natural de Buenos Aires, nació D. Mariano Moreno el
23 de Setiembre de 1779.
D. Manuel Moreno pertenecía á una de esas familias nobles de España,
(jue después de algunos afios de esplendor por su riqueza, el único capital
(¡ue les resta son los títulos sociales, testimonio imperecedero de su noble
alcurnia.
En 1765 y después de la muerte del viejo general á quien servía como
secretario privado en el gobierno de la Habana, y sin mas intereses pecunia-
rios que los cortos ahorros que pudo hacer mientras estuvo á su servicio,
tomó la plaza de contador en el navio La Concepción que conduela un valioso
cargamento al Callao, en el Perú.
Pero habiendo naufragado en el (.'abo de Hoi-nos, los que pudieron salvar
á la catástrofe formaron una pequc^fia y débil embarcación en la cual se diri-
gieron á Buenos Aires, á cuyo puerto arribaron con felicidad: entre estos
venía el señor Moreno, (piion i*esolvió establecerse de tijo, antes que ser
juguete de los caprichos de las olas.
Muy pronto se captó la voluntad de las autoridades, tanto por la noble/a
de su carácter atrayente como por su intachable conducta, y fué empleado en
la tesorería de las cajas reales de Buenos Aires.
Sus grandes méritos le granjearon el ¡rarino de una excelente matrona,
que llegó á ser su íiel compañera hasta su muerte.
Catorce hijos tuvo He este matrimonio, sobreviviendo únicamente ocho,
de los cuales era el mayoi- don Mai-iano.
La austeridad de su carácter, auní|ue benévolo y atrayente, la viveza de
su ingenio, la generosidad de su alma y la grandeza de sus miras en todas
sus acciones, revelaron desde su infancia el difícil y eminente papel que
estaba encargado de desempeñar en la organización político-social de su pa-
tria, envilecida y esclavizada.
Tenia una memoria tan prodigiosa (¡ue desde sus mas tiernos años reci-
taba largos trozos, cuando no piezas enteras de poesía, que le granjearon la
estimación de sus compañeros y la admiración de sus parientes y relaciones.
Como una prueba de la austera sencillez de su carácter candoroso, como
del respeto que observaba con los mayores y mucho mas con las autorida-
des, vamos á referir un episodio de su vida infantil, cuando tenia seis años
de edad.
Una tarde salió á paseo el Marqués de Loreto, entonces Virey de Buenos
Aires, en su coche radiante, precedido de dos volantes, á carrera, y guardias
de á caballo: el niño Mariano que salió á verlo, ofuscado por el brillo de la
carroza y sorprendido del buUente aparato y la majestad del virey, hincóse de
- 25 —
rodillas, obligando á hacei* ifrual re\eiencia á un hermano suyo, cuando pasó
por frente de ellos aquel agente del monarca.
Profunda satisfacción embai-gó la vanidad del virey por aquel homenaje
de acatamiento y sumisión de vasallo: muy lejos estaba de pensar que el que
así doblaba la i-odilla y la cerviz, sería el mismo que echaría por tierra el
ignominioso trono del último de los vireyes y la dominación espafiola. Mas
tarde, el doctor Moreno siempre que recordaba de este acto, solía decir: «No
puedo disculparlo sino por la buena fé con que me prosterné ante el ídolo.»
A la edad competente ingresó en la escuela del rey, pasando después al
Colegio de San Carlos donde aprendió l«js estudios clásicos que se enseñaban
en dicha institución, como también el latin, la lógica y la filosofía de aquel
tiempo.
Su poderosa inteligencia y su contracción al estudio dieron pronto frutos
inequívocos de i.i su[)erior¡(lad de sus talentos: en los certámenes de filosofía
en que tomó parte salió laureado con el supi-emo galardón, conquistándose el
afecto de muchos hombres de ciencias y el respeto que inspira la supremacía
en sus contemporáneos; tuvo numerosos amigos que le suministraron sin
restricción los libros y materias que indicaba, rt)deándole de muy elevadas
consideraciones.
Terminados sus estudios generales á los veinte y dos anos de edad y
vencidas las dificultades que obstruían su viaje para ingresar en la universi-
dad de Charcas, en el mes de Noviembre de 1799 tomó el camino del Perú,
distante quinientas leguas hasta Charcas.
Los talentos eminentes del futuro campeón de la libertad fueron incenti-
vos que enagenaron la generosidad de su madre, la cual puso en sus manos
hasta la última joya que constituía su pobre ajuar.
A los dos meses y medio terminó su viaje, después de haber sufrido una
penosa enfermedad.
El canónigo Terrazas, á quien iba recomendado, le recibió afectuosamen-
te y con deferencias; sondeó su carácter y escudriñó sus conocimientos, juzgó
su poder intelectual y las tendencias de su espíritu, y convencido de su gran-
deza de alma y su aprovechamiento, que le revelaban como una esperanza de
la patria, le entregó su magnífica biblioteca que se componía de importantísi-
mas obras en religión, ciencias y literatura, así como también de las de po-
lítica y filosofía que perseguía la inquisición. Moreno se había dedicado al
doctorado en teología.
Pero era tal su pasión por el estudio de la filosofía, que una vez se sintió
electrizado cuando leyendo á Raynal inspiró su corazón patriota con las
primeras reflexiones filosóficas sobre la ísoberaiúa popular, al hacer el autor
este homenage al idioma inglés, en la Historia filosófica de los establecimientos
ultram arinos de las naciones europeas, qw los siguientes térmiiius: Esta lengua
ha sido la primera en que se dijo, la majestad del pueblo; esta sola expresioii consa-
gra un iaioma.
— 26 —
Conservó en s\i mente durante todíi su vida esto .ip.íto^mii, ((ue lo di6 i;i
conciencia de la soberanía del pueblo y cuyo principio ora por sí soIí> un
verdadero dogma político.
Era de espci-arse <|uc ol continuado estudio /!o aquellas obi*as eminente-
mente lihcrales condujesen el espíritu do Moreno .i beber ími tan puras fuentesj
el estimulante do su propensión íi salvar la desdichada pali'ia, y así iuó que
insensiblemente se vio atraido y cautivado pm- los principios (pie preconizaban
con irresistible pre-ion íilosófic.i, y abra/.mdo el (ístii.lio de ia jurisprudencia,
á principiosde ISOl se niati-iculn ó iniiresó en la Acadtíinia í'arolina.
nes|)ues de haber practicado al«;un lieuipo en r.i tvstudio (UA Dr. I). listé-
ban Agustin Gazi-on, natural de Huenos Aii os y residente en el l^orú, abi-ió al
público, á principios de 1805, su íístudio de abogado.
Mientras fué estudiante contraj»» ¡n» ortantes é nitima:^ relacií^ues j'oij pa-
triot^is doíílarados, auní|ue sc^cretínucnie, (pie predicaban sordamente cíjiitra
los abusos incalilicabhvs y capriclu. ■ -.in l'rtMio d(.» la> auioridadiís monárqui-
cas, inculcando en sus amigos los s(;ntiiiiien1os de la libíMiad «' ¡ii<le|»cndencia,
los derechos del ciudadano y la sobiíraina innata de los pueblos (|ue velan por
sus destinos.
Tan constante era la |)rédica paii-iotica y si' adhirieron ianto> ciudadanos
poderosos á las ideas que si» trataba de generíiü/ar (íh la-* niaras ptipulai'os,
que no se t)miti(') uiímIío alguno ni est'uerv.o pai-.i cn-efiari'^s a aborrecer un
yugo extranjei'o de-;pótico, y iMíaccionar sobi-o la inm'»rai y al»yecia condición
á que redujeron ;i ios naturales.
El pueblo tenía ya ¡aconciemaa soliorma de ,iuc-iim iuimiilante situación,
y la dominación metropolitana aípiejaba mas y ma- d 'i mai que í-oía sorda-
mente sus (íutraf'as.
Esperaba una cualquiera o<:asion para manilestar >u ;i¡di.Lriia<'ion contra el
régimen colonial, públicamente y de una manera si>liMiini', la cual so presentó
bajo muy favorables ausj)icios í'on la invasión do las huestes íVancesas en el
territorio de la península.
(^aducó de hechoel (lobierno central v el trono vacilante buscaba ron
ansiedad refugios en su ocupado territorio, de donde era i'opelido nuevamente
para sentar reales luego en una provincia cualquiera, que no garantía ni .su
propia se^urida(L
El Gobierno d(í (íste Vu'oinato, habiendo desaparecido y í'ui^ado el (ycntral,
que le sustentaba moral y materialmente, no jMxlía subsistir como agente
de una autori<lad des(!onocida, despreciada y uiti-aja'ia hasta (d exceso.
Ya se sabe lo que ocurrió hasta que la aui'oi'a del dia ¿o do Mayo de 1810,
saludó cariñosamente ii Ií)s patriotas onvu<;itos c«ií lo-, anchurosos pliegues de
la bandera a/ul v blanca.
— 27 —
Antes de haber terminado sus estudios en la universidad, Moreno se des-
posó con una hermosa joven peruana de catorce años de edad.
Abierto su estudio, defendía tan calorosamente á sus cUentes en alguna
injusticia inferid?» por las autoridades, que pronto se atrajo las miradas y el
odio de los agentes reales, quienes le señalaron como la víctima de sus arbi-
trariedades á sus paniaguados.
A no haber sido la influencia amistosa de algunos verdaderos amigos es-
pañoles. Moreno, seguramente, no se habría salvado del inquisitorial anatema
fulminado contra su vida, y dirigiéndose á Potosí, residió algún tiempo en esta
ciudad, después volvió á Chuquisaca, y ordenados los preparativos correspon-
dientes, emprendió viaje átáu patria, acompañado de su esposa y de un hijo de
cuatro meses.
Nuevamente tuvo que rendir una prueba pericial para ser incorporado al
foro de Buenos Aires y poder ejercer su profesión de abogado.
Una ruidosa causn promovida por el canónigo magistral de la Iglesia con
tra el Obispo, por arbitrariedades y vejámenes, fué la primera que se enco-
mendó á los taleíitosdel Dr. Moreno.
Muchas consideraciones harian peligrosa la defensa de este alegato, pero
aquel abogado, sin prestai- oídos más que ala justicia y á la razón, combatió
con energía firme y acendrado patriotismo la teoría de su adversario, re-
futó los más fundamentales argumentos con una precisión y ardor incon-
trastables.
Olvidó enteramente el peligro que le amenazaba, y dando á su palabra una
sonoridad solemne, sostuvo su doctrina con elegante dicción, severo raciocinio
Y admirable elocuencia.
Fué llevado en triunfo á su casa, dejando mohino y humillado al Obispo,
su defensor y sus adeptos.
Pocos momentos después, el padre del Dr. Moreno se alejaba para siem-
pre de la patria de los vivos.
La renuncia de uno de los dos relatores de la audiencia, había dejado va-
cante una plaza y se buscaba el hombre que debía sustituir al ilustrado
abogado que había dimitido su honorífico empleo. El Dr. Moreno fué llamado
á desempeñar dicho puesto, que reclamaba no solamente una asiduidad muy
frecuente, sino el concurso del conocimiiMito de las leyes, independencia y
equidad en los fallos, y mucha laboriosidad en el despacho.
Correspondió con altura á las miras y esperanzas de ios corazones sanos
y patriotas, y conquistóse una ve/ inás el aprecio y respeto de sus conciuda-
nos, así como también la desconfianza v mal disimulado!, recelos de los
españoles.
Desde su bufete dirigía la oi)inion pública de los americanos hacia la
reconquista de los universales derechos, garantías y libertades naturales
que rigen la humanidad, exagerando muchas veces las pasiones y el desen-
freno de los enemigos de la patria, que amenazaban y juraban sujetarnos á su
pupilaje.
— 28 —
Los hon'ondosrrímoncs pfitnx'iníiílos por (Jisiioros ívirey': y ejecutados
por (;sp;ifi«)l<»s su1);í11ííi*iios sur(»siv;iiníMiííMjn íjiiifo, la l^i\/. y l:i Plata, exa<:er-
Waron los intraiKpiilo'. ;iij¡iii(;s «It» los palriolas y «Miipo/aroii á oi'y:ani/arse en
r.olerliviíia'los para harí?r |)úí)l¡fa inaiiiri»stíií*i<ni <lo su pi'ol'uiiíla indig-
nación.
í 'orno las ^í^randíís arcioiio.s tienen una virtud atractiva incontrastable, y
conducen ¡rrcHiisihlíMuentíi á sus admiradores á la iniitacitju, el movimiento
operado por arpiollos puchios infortunados, repercutió solemne y amena/.ador
en las pla/.as de Hnciios Aires á mediados «leí mes de Mavo íle 1810.
(/onociílos son ya. los tlemá-i in«!Ídentes hasta ladej»osicion del virey Cis-
neros y la instalación de; la nrinníra Junta denioi-rática (|ue su|)lantü el poder
inínoral <iií los u^in-paíloi-es de imostr(»> ílorecliis, du» la U\¡Lríiima posesión de
nuestra soberanía.
Msta Junta señaló al Dr. Moreno ol (li>tin.ií:ui'ii<imo puesto de Secretario
de (iobiorno, do Guerra v do l^claciones líxíeriores, el cual veriíicó una ver-
dadoi'a roíoiana en la administración: oi-^ani/(') ('mi mucho lino el ministerio,
aumentó las horas (hí trahají», suprimió empleos iiuitihjs y abrevió las formas
(*umi)limentai-ias.
Kl ministei-io se entregó i\ una fecunda i,d»oi*iosiílad, irabajando hasta
ríe noche, y los asuntos de la i-i^olucion stí dictaminaban ó despachaban por
el Secretarií.) (mi (d reircMi^ del ir<)i)iern</, en su casa particular ó en las callos y
|)lazas públicas.
No contento con estas l'aenas, pensó «jue id putíi>io nocesiiaba se ie exci
tase constaníem(Mií(i para mantentír vivo el rue.u:o ^^\u^. animal)a su entusiasmo
patriótico; sentar lii-memente lo^ |»ri[H'ipios liid movimient»» revolucionario;
iluminar la concieihda suprema d(d ciudadano: dilundií* i<l(.'as democráticas
en las masas y. linalinonte, inspirai* horror y abominación contra h>s
tiranos, ensei*iándoles ;i aborriM-erios y despi-eeiai-.os com » á viles ver-
du^íos.
Para consei^uir tan plausibles !*esultados, fundó, sin coop(?i*acion al.uuna,
hi (ificet a tlt' linouiís Mn's, \u)V dnido iMiiiiió eonsianfemente el fue^o <|ue ali-
mentó las aspiraci(»nes popuiai- vs y ia !u/ <pie ¡iniiiló de sabiduría ia con-
(•ienci'i democráticade los oprimidos, e-^tableciendo ios dí^rechos del hombre.
íH>rriííiendo abusos, indicando rtíforma^, insiituvcndo <*entros dtí 'lucacion v
comercio, aeonsejando medidas de utilidad púl)lica, e.te., etc.
La propa;^anda de la (¡nvejti rreó »lefensor(»s de la patria, ciudadanos
laborií\si»s y una noble emulación en los lactores de la ricjue/a públi(!a.
í -onocifl.js son los ninnerosos (íscritos del eianüto abobad»), y en los deore-
los de la Junta como k\\\ las disposi<*i(Híes administrativas (le comercio, indus-
tria, mejoramiento de la >oeiedad (y institución de ccntr<»s ilu-itrativos, siem-
pre se sentía a.piel fue^'o sa.i>rado por !.a felicida<l de la patria, a<iuellas
sublimes as|)iraci(Hies, que, '-ual un apóstol, dejaban ti'a/adas y expeditas las
esí'abrosas sendas de injestfí» futuro rMiirrandecimiento.
— 29 —
Seríamos parcos si tentáramos tributar un elogio, como se merece, al es
clarecidoy benemérito profeta y luchador de nuestr-o ser político-social: ade-
más, no es tal nuestro propósito, ni nuestra pluma sería la fiel intérprete de la
augusta grandeza de esta personalidad.
Fundó una biblioteca pública, cuando los recursos eran insuficientes para
atender á las necesidades de la nueva organización política, convencido que
ella sería el centro de reunión de ancianos y niños, que abriría á su razoné
inteligencia la fuente de los conocimientos y progresos humanos, vedada
durante tres siglos por monarcas retrógrados.
Establecióse además una academia de instrucción militar y matemáti-
cas; se construyó una fábrica de armas; se habilitó el puerto de la Ensenada de
Barragan al tráfico exterior, y como puerto menor el de Rio Negro.
Organizada y creada legahuente la Junta que velaba por los destinos de la
Confederación ó Provincias Unidas con el aplauso de todos los pueblos, algunos
ambiciosos refractarios, sin otro interés que el puramente personal, amena-
zaron é hicieron circular voces que morirían asesinados todos los miembros de
ia dicha Junta.
Y en efecto, el Gobernador de Córdoba (Concha), auxiliado por Liniers,
Allende, Rodríguez, Moreno y el Obispo, preparaba un fuerte ejército parain-
vadir Buenos Aires y apoderarse de las autoridades.
Pero los conspiradores fueron hechos prisioneros, y aunque el pueblo
había fulminado sobre los liberticidas la sentencia de la última pena, como
reos de lesa patria, la Junta se constituyó muchas veces en sesión secreta,
deseando salvarlos, antes de lanzar el ravo de muerte v escarmiento.
El Dr. Moreno sostuvo con firmeza, auní[ue no con serenidad, que se apli-
case álos reos un castigo ejemplar, para cortar desde su nacimiento la raíz de
la discordia y enseñar á los obcecados cómo la justicia social devuelve á los
pueblos la tranquila felicidad doméstica.
El general encargado por la Junta de ajusticiar militarmente á los
revoltosos, compadecido sin duda de la suerte cruel de aquellos infelices, de-
jaba pasai" el tiempo y sus dilaciones permitieron á los reos llegar hasta
cerca de Buenos Aires, sabiendo lo cual Moreno dijo solemnemente á sus
colegas: «Vaya V. (dirigiéndose al vocal Castelli), y espero que no incurrirá en
la misma debilidad que nuestro general; si todavía no se cumpliese la determi-
nación tomada, irá el vocal Larrea, á quien pienso no faltará resolución; y por
último, iré yo mismo si fuese necesario».
El Dr. Castelli hizo fusilar inmediatamente á los prisioneros.
Tanto querían y respetaban los patriotas al Dr. Moreno, como grande y
profundo era el aborrecimiento de los españoles por el mismo, pues le creían
único autor de sus desgracias é inmolador de su gobierno.
Temíase, con razón, por lase.íruridad del Secretario, y habiéndole aconse-
jado de hacerse acompañar por una escolta á su casa cuando se retiraba de la
de Gobierno, por lo general á muy altas horas, les contestó siempre de esta
— 30 —
manorn: ^iQídrro m^n^ /nnn cnrrnr ol nruf/o fíe ^Pr fisesiii/idn pnruprrir n mi pritriff, que
lfrv<v)itonnt* o)t Ins rnlhis rnn o I upnrcíti) do los tiranos**.
Va\ <li;i los olii'iah^s do Patrifios dííhnn un i);unn.iot(í al presuleiite de la
Junta, t(M'minaíl<) ol cual un oíicial llaina«lo Huarle, lii/o un brindis proclanaan-
<io /i////>'vv/<//>r á S.riv^ili'a. y oatrtiotras cosas doria que la América esperaba
con impacHMH'ia íoin.i^'M?! fctro y la corona.
F.sto fue motivo para (pie la Junta cxpidirst^ el <> de I^icienibre un decreto
suprimiendo los horun-cs ni I*i-osidcnto.
I.lcno (1(* coMí'Oiítos siMitcnciosos V de sul)lin)'*s oensaniirMitos en favor
t ai
déla indcpcnlcnria V lihciMad. no pndiMnos ahstoinM-nos do coi)iaralirunos pár-
rafos, ponpio su rcdacrion fue de Mor<Mio:
«(Se pi-oliihc todo brindis, viva ó a»'lamacion pública en favor de individuos
l)articulares d(^ la Junta.
uSi fsffis son juslits^ririrnn rn el corazón dt* sas ntnritif/aflanns: ellos no aprecian
horas f/ar han sifltt projanatias nai rltufios tlt! los /¡ra?tos. No se podr<á brindar sino
por la pairia, por sus d<M-«»r|íns, pMi- i.-i jLcioria d*' sus ai-mas. y por (d)j otos i¿:ene-
iv'iles cnncíM'nií'Mtí's ;i la i»id)ln-a feliíMdad. llabiiMidf) luícdio un bi'indis don
Atanasií» DnartíM'dM <pu> ofeuílió la pr<»bid;id del Pi*esid<Mito, y atacó los dere-
(di(»sde la pati'ia, d(d)'a per<*'*'N* en nin'adaisu: por (d e--íad<» de euibriap^uoz en
(\u<^ se jiallal)a, >r le p(M-don'i la vida, pero se l(^ destirrra perp(''tuani(Mito de esta
rjudad, /forf/tfc na hahitantr fli* llurnns \lrrs. ni rhrio ni ilnrtniiJo ilvln'. trnvr impre-
sionas ro)¡tra la liliortad tlr sn patria >^.
A Ims pocos (lias (i<^ i^si(» iih'idenio. lleiraron los di|)ntad(»s provinciales
llamadora fnnnai' d ('(Hiirreso Naciniml, p«M*o (pie. int(M-pretando seirun sus
]íi'0pios int«»i-(^--(Vs, .-deiraron liab'M' >Íí]m inviiridns á foi'niaí' parte del I^oder Fje-
cutivo la Junta y p«^dían --u incoi-jMH-a.'ion ;i «día, e\pr(»sandn <jue la circular
de«*ía terminantí'Uientt^ «pl(» "la .luiit.-i de-^e.'iba rode;n-<(» de 1(»> tai(M)tos y asis-
tencia d(^ los repi*(\sentantes nacií>n'i.ies. . . . •■
Mstns últimos concept()s yW la invitación sii'vi(>ron d«^ pi'ctosto á lo.sdipu-
tados Mará ci'í^eí'sí* con deretdn» :'i forin.-n- p;n'te í1c| Mjiícutivo.
[.a nota-circular fn<' r(»«la'*iad.i ¡mr c! Dr*. í'a>tclli, |;i cual fué íirmada por
los miembros d(í la.Iniíi.i en mnin(v:!os «pi*^ su at«Micioii (v-taba pi'i'ocu])ada con
los diver>()s neirocKts a'lt!Mnisirativ(»s, >iií imponiM'>e prí'viamenti^ dosu si^ui-
ficacion: aípjídbís coMCf>piMs fu(*ron un «M-ror, (¡ue pi»r dar mayoi'es amplilíca-
ciones á los fundamíínios de l;i. níM^^idíp] indispíMisable de constituir (d (congre-
so, alten'» c()mpl(*tamente oi sentido y viitud de las mii-as de la Junta.
A nesai'dí» la resisiciicia (b» los secretarios Passo v M(H'(mjo, v aún <';} Saa-
voflra. se incoi-|)oraron los diputad«.s, no ol)sí;niie la indignación do los paiidotas.
Mslo acoiití^cimientíi y ])alal)ras VíM-tidas (mi A seno de la .hnita ])or algunos
diputados, singularmente contra Mor-eno (\ (piien pi-esentaban cíinnídesacredi-
taíb.) por su decreto supi-imi(Mido b^s b< ñores al Pi-esidcnte, formaron resolu-
ción firme en el <ánimo de di(di«.» Secrctaiio. r-eiiuriciandí» instant;íneam<Mit(\
Ni las numerosas protestas y solicitud de andiros v enemi.uns |Ȓira volver
— 31 —
■
áformar parte del Gobierno, prestando ala patria sa valioso eoiilingente y á la
Junta el concurso de su sabiduría luminosa, ni las manifestaciones de gratitud
y admiración que le tributaba el pueblo rogándole continuase manejando los
resortes de nuestro naciente establecimiento, conduciéndolo por la senda ven-
turosa que surcaban sus |)riv¡legiados talentos, no le fué posible complacer
aquella honorífica demanda, pues su resolución y la injusticia inferida eran el
lienzo que le ocultábala escena política.
Su carácter no era identificación de ultrajes y vejámenes.
Seis dias después de la i-enuncia irrevocable, el Dr. Moreno fué encargado
de pasará Londres como ministro plenipotenciario, á fin de robustecer y con-
solidar nuestros sentimientos de amistad con los del gobierno británico. Las
credenciales fueron suscritas por Saavedra y la Junta de Diputados en despa-
cho de 34 de Diciembre de 1810, dirií^idoá Lord Welleslev.
Moreno, que con igual firmeza estaba resuelto á no admitir esta comisión,
reflexionando sobre la necesidad que sentía su patria de los vigorosos y pro-
gresistas e¿fuei*zos de sus verdadei-os hijos, rompió decididamente con la
austeridad de su carácter y se preparó á elaborar su felicidad y engrandeci-
miento, eslabonando sus <iestinos i\ las arterias mas robustas y omnipotentes
de lasnaciones, cuyaactualirla»! hacía concebir los resplandores desús ventu-
rosos destinos.
Sin embargo, inspiraciones siniestras y un melancólico aviso misterioso
preocupaban la imaginación calenturienta del infortunado patriota, pues pre-
sentía dolorosamente que jamás volvería á sentir los oHuvios de amor en el
cariñoso regazo de su patria ;miada.
Su viaje era la postrera y fatal despedida eterna.
Un lúgubre incidente púsole mas nervioso y pensativo.
Una noche, su esposa recibió, de incógnito mensajero, un paquete sellado
que contenía un velo negro, un abanico de luto y un billete anónimo que decía:
«Mi estimada señora: Como sé que vá Vd. á ser viuda, me tomo la confianza
de remitir estos artículos que pronto corresponderán ásu estado».
Pero ya era tarde y no se dio oídos a tales supersticiones.
El 25 de Enero de 1811, después de ser condu'-ido por un buque do guerra
inglés «Misletoe», mandado por el «-apilan Ranisay, se transbordó á «La
Fama», buque mercante, á la altura <ie la Ensenada, donde estaba tomado su
pasaje y el de los Secretarios respectivos, dándose la vela para el mar en
Punta de Lara, en convoy con la «Misletoo>^ que también se dirigía á Europa.
Después de navegar hasta cien leguas mas allá del Cabo de Santa María,
donde ya libre de corsarios debía separarse esta última que solo le acompañaba
para proteger á «La Fama» en caso de piraterías, etc., el Capitán Ramsay vol-
vió á repetir sus desinteresados servicios rogando á Moreno de trasbordarse en
la «Misletoe», porque había mas seguridad y estaba mucho mejor dotada.
Pero la comitiva agradeció sinceramente los ofrecimientos del capitán
inglés, y dándole un abrazo de despedida, se separó y tomó diversa ruta.
— 32 —
Después de un liíi:er() innr-eo <|U(? (iX|)oriineiitó el <'()inisu)nM(Io se relii/o, pero
so ol)serval);i (juo su uiiturale/a \h:.\ deraycixlo y unuprufuníhiti-iste/a embar-
gaba su csj)íritu, antíís tan coniunicaíivo y aveces muy jovial; acieiiuis el buen
ejercicitxle la «'CDnoniía ur^íinica sci había alloiadn notablcmontc.
Lleíi:aíl<)s alus :<;ÍS" Sni* do la línea, ílafpioar-on visiblonicnto sus fueiv.asy
teininndo un inniinoníe pelif^ro mearon al capitán hacer escala en Janeiro ó
Cabo de Huena lísporan/.a, el cual nu aceptó ni \u)v las roinunei'aciones (jue se
leolVecieron.
Pi'ot'undanHMite ahaíidt» >i* encontraba en su ;^^'lbinet<^ postrado por aflic-
ciones morales, cuando aprovechadlo >u rai'a >olodad, presentóse el capitán
ofreciéndolo un vaso «le a^ua (|U<í contenía una dosis excesiva íle eniéti»*u: 4 f^ra-
mos de antimonio tartari/ado.
Cuando supo Moihmkj la ilósis ípie hal)ía tomado, declaró (jue su ('onslitu-
cion no admitía sinT) una cuarta parte de i^i-amo, y<iui^ se i-eputaba muert<í.
La autopsia no pudí» j»raciicarse y la causa de su muerte es mi misteiáo
que entraña el simio de los mares.
Apenas bebió aípiella mortífera poción sufrió terribles convulsiones que
proloníraron j)ortres (lias su espantt)sa afonía, entreirando su alma alCivador
el 4 de Mar/o de 1811, al amanecer, a ios "¿S'^íT" Sur de la línea, á los li'S años de
edad.
Perdonó y pidió p(M'<lon por >us tahas á ami;j:os y enemigos, yira/.óelplan
de conducta que del)ían se^^uirsus serretari^s en la ('orto dtí Londres.
Después de hacéisele los hoiior<'.> funcl)i'es ipie correspondían á su
cai'ácter, íué entrei^ado ñ :a> a.uuas del mar á la< T» d(í acjueila tatídica
tarde.
Saavtídra, í-uando sup<» este trisie a«-onte;'iniitínt"», hab'aex<*lamado inelan-
cólicament(*: " Tt.uUfi at/im rrn tnftiiest*'r ¡mra (tpat/tir tantn /f(CfH). •■
Así terminó el ínclito abo'^ado y a[)ó>iol (h^ nuesti-os nías caros intereses,
sentido y llorado por la humanidad americana, cuya patria, viuda de su
ilustre ('ompañero y prolector, sentía ya mi^terio>amente (d veneno coi-rosivo
que rett>rcía sus entrañas.
Ni sus huesos recibieron el fo^^iso aliento <le nuestra madre conmn!
Proyecto del Dr. Moreno sobre instalación de la primera Junta Gubernativa
(«Un f)ando publicado á nombre de la Junta Provisional í;ul)ernativa de
las Provincias del Ilio do la Plata, por el señor D. I'ernando VII (jue «'ontenga
los artículos siguientes:
«1" ür:lenai' la asisteiuda de tofias las corpoi'acii)nes, Jefes y vecindario
á la misa solemne (jue se celebrai-a en la l^l(»sia de la ('atedral el Domingo
tres de Junio inmediato si^^uiente, en ac(!Íon de gracias por la instalaeioii de
esta Junta y terminación feliz, que lian teni<lo las agitaciones de este pueblo
causadas por los desgraciados sucesos de la península.
— 33 —
«2* Que siendo la base principal del orden felizmente restablecido, la
confianza del pueblo en sus magistrados y el respeto y puntual obediencia
á sus órdenes, se ordena la subordinación á la autoridad nuevamente esta-
blecida, en la inteligencia que ésta usará de toda la energía conveniente para
sostener con dignidad el sagrado depósito que el pueblo le ha confiado,
castigando con rigor á cualesquiera que siembre desconfianzas ó recelos.
«3* Que será castigado con igual rigor cualesquiera que vierta especies
contrarias á la estrecha unión que debe reinar entre todos los habitantes de
estas provincias, ó que concurra á la división entre Españoles Europeos y
Españoles Americanos tan contraria á la tranquilidad de los particulares y
bien general del Estado.
«4" Se encargará á todos los habitantes de este pueblo el decoro y
veneración á la respetable persona del Excmo. señor don Baltasar Hidalgo de
Cisneros dispensándole las consideraciones correspondientes á su carácter
y al distinguido patriotismo con que en favor de este país se ha ofrecido á
repetir en cualquier destino sus importantes servicios.
«5® Los alcaldes de barrio celarán el cumplimiento de estas prevenciones,
avisando á los señores oidores de sus respectivos cuarteles la menor inob-
servancia.»
Este proyecto fué, sin duda, convertido en resolución de la Junta, por que
al pié del borrador del Dr. Moreno, se encuentra una nota de puño de don
JoséR. Basavilvaso que dice: «se extendió y publicó en 26 de Mayode 1810.»
Proyecto de erección de una estatua al Dr. D. Mariano Moreno
El 29 de Noviembre de 1873, al cerrar sus trabajos la Convención Cons-
tituyente de la Provincia de Buenos Aires, quiso conmemorar tan solemne
acto, cumpliendo con un deber de justicia y patriotismo, sancionando lo que
sigue:
Al Poder Ejecutivo de la Proviticia.
Al cerrar sus trabajos la Convención Constituyente, no puede menos que
volver su mente hacia los grandes hombres que nos han puesto en el camino
de adquirir instituciones libres, y desea recomendar al Ejecutivo de la Pro-
vincia, que recabe de las Cámaras Legislativas, los fondos necesarios para
conmemorar la jura de la constitución que acaba de firmarse, erigiendo una
estatua de bronce al Dr. D. Mariano Moreno, el primer iniciador v el
primer mártir de las libertades democráticas de que hoy gozamos.
Dios guarde á V. E. muchos años.
Rufi7io de E liza Ide— Vicente Fidel López—
Adolfo Ahina— Dardo Rocha — Luis V.
Várela— Santiago Alcorta-Exequiel N.
Paz — Juan María Gutiérrez,
— 34 —
Del matrimonio de D. l)omiii{;o Belírrano y Perí, (conocido por Pérez).
íintural de Oncglia en el Piamonte, y do dona María Josefa González Casero,
nacida en Finónos Aires, vio la luz pública el í^eneral argentino el día 3 de
Junio de 1770 on Buenos Aires, siendo bautizado en la ipflesia Catedral
al dia siguiente con el nombre de Manuel José Joa((uin del Corazón de
Jesús.
Desde sus prinier-os años reveló una inteligencia superior y cuando llegó
á la edad do diez y siete ya liabía cur?-ado ttxlos los estudios más elevados que
[íodían hacei'se entonces on nuestras institui'ionos de instrucción |)ública:
aprendió el latin, la teología, lilosíil'ía, lógica, física, metafísica, ética y litera-
tura, etc.
iM'a, pues, necesario favoroi-oi' su pi-edispusii-ion al estudio de las cien-
cias y sus pairos, i-icos (» ilusi.*os, fomont;iri»n y estimularon su Mrdor por
el cultivoó investigación dolos con«)cimiontos bumanos, enviándole a Rspafia,
con el a])lauso de ¡íariontos y amigos.
A mediados do 17S(), so mali-i<-uló on la lliiiversid.-ul de Salamanca, donde
estudió leyes, recibiéndose ;'í pi'iiicipius cb» 1TS*J «lo bacbiilcr en Valladolid y
de abogado el lU do Mnoro do 17*.^'¿, nu sin bal)er pi"icticado antes en Madrid
para |)erfecc¡onarso on sus estudios protosionalos.
Llegado ;i esta edad, so sintió impulsado so<M'Ot;unont(í á la invi».siigacion
de las <:iencias s<.)ciales, tMimprondiondo que la mayor gloria que podía -idjudi-
carse á sus talentos luminosos, ora la i)dmii*a<*ion y gratitud de los pue-
blos amorií'anos, felices y orgullosos con la i-ogoneracion social que elaboraba
su cerebro ardiente al caloi* de un patriotismo puro y abnegado.
VA estudio do la economía ]>olítica, part¡<*ularmonie, fué su principal
|)reocupac¡«jn. y no contento con las teorías y exposiciones sabias de los más
preclaros miombrosdo una sociedad de Kconomía Política, fundada en Madrid
V de la cual formaba parte, lleval)a su tVenético alan |>or el estudio lia>ta la tra-
ducción de obras exti-anjeras do masó menos mérit(j (económico, para aumen-
tar el caudal intelectual sobre aquella materia de tan |>rovecliosas consecuen-
cias para los pueblos nacientes.
Helgi'ano fué el im|)ortador de aquellos conocimientos sociales que, no
solo dieron conciencia propia al ciudadano del valor é importancia de sus in-
tereses, sino que repercutiendo en las regiones <lel Viejo Mundo el estruendo
de las i'eformas sociales verilicadas en las mí'irgenes del Rio de la Plata, dig-
nificaron y enaltecieron el nombre y la capa<íidad intelectual de los bijos de las
ProviücJas Unidas.
Hai)ía adquirido acjuel sentimiento magnánimo de amor á sus conciuda-
nos é idolatría por el bien de su patria, que le fué característico, en el miste-
rioso silencio de su morada, gabinete de los más eruditos autores en fílosofía,
economía política, etc.
— 35 —
El comercio se emancipó con universal regocijo del pupilaje monopolista
de la Metrópoli, enseñando á los americanos que la humanidad era natural-
mente libre y soberana en todos los actos encaminados á labrar la felicidad de
las colectividades.
Este acontecimiento trascendental fué precursor de la revolución polí-
tica que años más tarde castigó ejemplarmente á los agentes políticos de los
Reyes Católicos.
Vasta y profunda era la ilustración del Dr. Belgrano para no formar parte,
despejando el horizonte, de las contiendas sociales que desmoronaban el
régimen colonial implantado en el Nuevo Mundo por el gobierno monárquico,
la mayor calamidad política y la más abominable injuria á la huma-
nidad.
Pero, deseoso de ensanchar sus conocimientos para aplicarlos á la mejora
de nuestras instituciones, á la reforma de nuestras costumbres, á la ilustra-
ción popular, á la perfección de nuestros elementos, y en una palabra, á hacer
de sus compatriotas ciudadanos progresistas y amantes de las glorias que dan
realce y supi^eniacia á pueblos como á individuos, creyóse impotente aun
para regenerar política y socialmente á su país, obra que requería un estudio
más profundo y severo para apropiarse del conocimiento filosófico de la natu-
raleza de nuestros males, de la debilidad de nuestras acciones, y aun de la
impureza de nuestros sentimientos sin fó patriótica.
Iba á descorrer, por consiguiente, el misterioso velo que ocultaba á su vista
las revelaciones del pensamiento humano para dar inmediatamente aplicación
práctica á sus numerosos conocimientos.
Pidió permiso al Rey para leer libros prohibidos, dos años después de un
célebre proceso que instruyó la Inquisición á un notable escritor por poseer en
su biblioteca particular escritos de Bayle, Montesquieu, J. J. Rousseau y
Voltaire.
Trasmitida la petición por el Rey al Papa Pió VI, éste se la concedió en
la forma mas amplia para que pudiese leer todo género de libros condenados, aunque
ftiesen heréticos, á excepción de los de astrología judiciaria y délas obras obs-
cenas.
Aumentado extraordinariamente el caudal de sus conocimientos, adquirió
e^ convencimiento sobre el mejor gobierno de los pueblos y la senda que
debía seguirse para fundar la prosperidad nacional.
La revolución francesa que estalló por esta época hirió profundamente su
ser político, cuya revelación hace en sus Memorias, en estos términos: «Como
en la época de 1789 me hallaba en España, y la revolución de la Francia hiciese
también la variación de ideas y particularmente en los hombres de letras con
quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad^
propiedad, y solo veía tiranos en los que se oponían á que el hombre, fuese donde
fuese^ disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza tes había concedido, y
que aún las mismas sociedades habían acordado en sus establecimientos indi-
rectamente. »
— 36 —
Dias después, el Ministro Gardoqui le romuniraba haber sido nombrado
SeiM'Otario dol Consulado do Comercio que debía eri^iise en Buenos Aires,
robándolo indicase ciindidatos para iüfuaies instituciones ipie se crearían en
varios puntos de la América.
línti-i? otros deberos del Secretario, Mdoi)ía presentar anualmente una me-
moria sobre los objetos propios de su instituto», loque llenó de {?ozo á Bel-
*írano porque so prepai'aba á hacer una doscripcion su^(*inta de las riquezas,
pi'oducciones, elementos y necesidades do cada Provincia, á tin de llamar la
.•itencion d«» los lleves para oi)rar sobre su mejoramiento y conveniencia.
Kl Consuladode Buenos Aires, adern;ísde su jurisdicción mercantil, estaba
encirííado de fomentar la ai^ricultura, comercio ó industria, denominándose,
p()r su doblo caráí'tcr, .A^/í/í'/ //^ fio/tif^rno.
Lai-i^as y rnid<jsas cuostionos oconómicas tuvo que sostener Bel^rano con
tra los mono|K^l¡stas de ( 'ádi/ que á todo trance quoríin C(»nservar las fran-
quicias comerciales. <|ue. hacióiiíiolos exclusivos, constituían enormes fortunas
ri'^w íj^i'avcs pci*juici<)s de. la coniunida<l.
K\\ tí)das las cuestiones que se suscitaron <*on motivo de las libertades que
el Rey (*onccdía al comercio do Buono.s Air'os, los que sostenían las opinio-
nes do Bel^raiio fueron vencidos, pí)i'quo la inayoi* parte de los miembros
del Consulado pc)sponian los int'.M'oses do la patria ii los exclusivamente
pei-sonalos.
Sin embarco, esos debates sir'vicron al monos á formar una escuela cuyos
íiocididos partidarios no tai'<iarían en recoí^or los frutos de su propaganda
patr-iótica, defendida con tanto ai'dor como constancia.
Intrí^flujo notables mejoras y la creación de establecimientos é institucio-
nes pi'ove<*h(vsas en el orden material como moral, en todo lo cual el (aiusu-
iado siempre apr<.>bó ardientomonte todos lo>» planes y proyectos inspirados y
desarrollados por* los |)i()sólitos dtí Boli^rano, cuyas doctrinas ganaban terreno
visiblemente, y siempr«í fueron apt)yadas por su^ c()ntendí)i'es «ruando los ne*
ííocios pro|)uestos tondííui al stM-vicio do a<lministracion interna, exclusiva-
mente.
Poi'o, en las franquicias del <*omercio lii)i-o exterior, imposible: conservá-
ronse ac('»rrimos enemiiTos, obteniendo muchas vt^ces del Rey la i*evocacion de
cualquier disposición por la cual so concedía algún priviloi^io ó li(*encia á los
c.omer(Mantesd(í Buenos Aires con relación al ti'Afico exterior.
Son nuniíM'osa^ las mojor*as que em[)rendió y reali/ó para fomentar la
agricnltiHM. las industria.^, la instru<;cion, o¡ trabajo, y íinalmente la perfección
de imesti'a existencia política y social, en todo lo cual .se pei'cibe el espí-
ritu iniíMativo íi(» Bol.y:rano y la> lucos lo sus vasti>s conocimientos econó-
micos.
El trabajo pesado y con>tante «le la Secretaría para hombres como él que
solo pensaba en proyectar y fundar centros de labor intelecutal y físico para
conducir al paísásu rá|)ido |)erfeccionamiento y prosperidad, nc(*e.sariamente
— 37 -
debilitarían sus fuerzas en una edad temprana, y deseando conquistar á todo
trance la suspirada felicidad de su patria entró en otro género de lucha.
Renunció su puesto y habiéndole reemplazado el Escribano del Tribu-
nal, se convenció entonces cuan delicado era poner aquel resorte del go-
bierno en manos de hombres que solo se alimentaban de la fatal pasión por
los intereses personales; en consecuencia escribió á los Reyes indicando al
ciudadano Dr. D. Juan José Castelli, «por ser sujeto muy versado en la eco
nomía política, y en quien concurren apreciables circunstancias que le han
adquirido la estimación de todo el pueblo», como suplente, lo que fué acor-
dado por cédula de 6 de Marzo de 1796.
Sus ensayos militares fueron de poca significación, como que era actor
en los simulacros de combate ó torneos de armas que distinguieron la últi-
ma época del gobierno colonial.
El mismo declara que sin inclinación á la carrera militar, se sometió al
aprendizaje de la milicia porque creía poder ser útil á su país.
La primera invasión inglesa lo encontró en las filas patricias luchando
como soldado á las órdenes de un cabo d'3 escuadra en aquella escaramuza
farsaica que dejó libres las puert.is de la «ciudad á la dominación inglesa.
apoyada, al parecer, por las mi-^mas auíoridaies esi)ari )¡as que no ofrecieron
resistencias sino facilidades.
Belgrano pasó entonces á Montevideo, y cuando supo que la reconquista
de la ciudad se había verificado por las tropas al mando de Liniers, volvió á
Buenos Aires en vísperas del dia designado para constituir la nueva leirion de
patricios, eligiendo los Comandantes respectivos.
Este movimiento de militarización al mismo tiempo que serviría para re-
peler la segunda invasión inglesa que se preparaba, tenia por objeto también
afíanzarse Liniers en el poder que le habia conferido la suprema voluntad
del pueblo: todos los ciudadanos fueron llamados á alistarse en los cuerpos
patricios, formando batallones según el origen- de provincias y facultados
para darse jefes y oficiales de su beneplácito.
Fueron electos Comandantes D. Cornelio Saavedra y D. Esteban Romero,
como Sargento Mayor D. Manuel Belgrano que en el acto tomó posesión de
su cargo, entregándose desde ese momento á un estudio severo para adqui-
rir los conocimientos militares de los que ni nociones tenía, al mismo tiempo
que aprendía el manejo y uso de las armas.
Después de haber disciplinado el cuerpo á sus órdenes, tuvo algunas
disputas con los oficiales por lo cual presentó su renuncia quedando á la dis-
posición del Comandante General Liniers.
En estas circunstancias fué cuando tuvo lugar la aparición de las nuevas
tropas inglesas apoyadas con las naves que venían rindiendo á sus plantas
todo cuanto se oponía á su paso.
Alistóse inmediatamente en las filas defensoras, contribuvendo con su
valor y solicitud en la construcción de trincheras, á la derrota y rendición
i discreción del enemigo.
— 38 —
Las victorias de ambos acontecimientos políticos revelaron al pueblo la
fuerza de sus elementos, entusiasmó .i las masas, confortó el espíritu público
y reanimo las esperanzas de fundar sólidamente su constitucionalidad inde-
|)endiente.
Además la prosencia del cuerpo do patricios fue la base de muchas me-
joras, sujiresiones de autoridades ó ai)Usos españoles, y sobi'etodo, de la liber-
tad en las acciones y palal)i*as (|Uo dá t;into ;iscendicnto y majestad á los
pueblos cuaiido so prfíparan á ^o/ar do su ultrajada y oprimida sobe-
ranía.
Bcl^'rario fué uno do los patriotíis (|uc mas so distiníruioron y lucharon
|>ara salvar al país, arrojando íio su seno la dominación meti'opolitana, y aun-
que en aquel tiompo los hombros mas docto-^ oi'an monarquistas recalcitran-
tes, fuésin ombaríTO un error político quo el futui'o vencedor en Tucuman y
Salta negociase ol ostablociniionto do un protectorado, re^íoncia ó cualquier
otra forma monáríjui<-;i.
VÁ puol)lo /ispiraha al ideal sa^nvido do la libertad y sinticndola potencia de
su fnor/.a y voluntad soberanas, ol «inpujo do sus armas ími las contiendas
polítií'as, y sobr(í todo, un hoiTor implacable contra lo-; privilo^iosde sangre,
no quiso coiitompoi'i/ar <*on iiin^run í^obierno oMrano al ¡laís. empezando por
rom[)oi' poco á poco los eslabones de la posada cadena, llamada: Gobierno
de las Indias.
No estaba lejana la hoi'a venturosa en <|U(i los patriotas, arrepentidos
do sus negociaciones, cifiei-an su auirusta fronte con ol majestuoso emblema
de la libertad, íd()lo innato do la humanidad.
F.os mas d<»ci(hdos piíti'iotas y >us exaltados campeones no dieron por
terminada su obra dií rodoncioii de un pueblo flosiíraciado, hasta no darse
ellos misinos un í^obiei-no de sus pro|)ias tilas, sin elementos heterogéneos,
un gobioi-no de familia.
Fueron inútiles los inauditos esfuerzos he(*hos por los españoles para
conservar su presa y tiespues para i'e<*onquistarla.
Kl gran libro del destino se halda abierto á los ojos |)Opulares y en él
estaba dccreta(U) que nuestra cíjnstitucionalidad na<*ional sería democrática
re])ubl¡cana.
El <?.") do Mayo de 1810 nació á la vida política orlado con los soberanos
dones do la natura, y bajóla influenciado un ambiento puro y un cielo sereno,
ol pendón do la nionarcjuía española fué arrojado <\c la casa (Consistorial y
Fí»rtale/a.
Un nuevo íiobierno se levantaba á la la/ del mundo, ins|)ii'ado y sostenido
j)or el pueblo, humillado por cerca «le tres siirlos, fiándose leyes eminente-
mente democráticas.
Hemos hecho ya enimestro j)rimer t«>nio una reseña de los acontecimien-
tos de esta épíjca on que se diseña el papel que desempeñó Bolgrano.
Fué unode los que mas ha contribuido a iniestra emancipación política y
de los que primero dio ¡dea de la libertad en estas remotas regiones.
— 39 —
Constituida la Junta Gubernativa, de la cual era vocal, se despachó emisa-
rios para el interior, invitando á los pueblosáimitará Buenos Aires y proclamar
la revolución hasta sus fronteras.
La resistencia armada que se organizó en Córdoba quedó dominada con la
decapitación del héroe de la Reconquista y la Defensa, bajo cuya autoridad y
mando marchaba amenazadora á expulsar al Gobierno revolucionario del
asiento supremo.
ElDr. D. Juan José Castelli fué designado para llevare! grito de libertad á
los confines del Alto Perú, dando consistencia á la opinión revolucionaria y pre.
parando los elementos bélicos que la sostendrían en su justa como humanitaria
demanda, mientras el Dr. Belgranoera comisionado y encargado del gobierno
de la Banda Oriental para dirigir las operaciones políticas, al mismo tiempo
que extendía su influencia y poder hasta Corrientes y el Paraguay, dando así
un golpe audaz y general á la reacción.
Decretada por la Junta la invasión al Para2:uay, y puesto en marcha Bel-
granocon 200 hombres al principio y que alcanzaron á mas do un mil, por el
contingente que le ofret-ían los pueblos á su paso, disciplinó severamente sus
cuerpos, les dio confianza en la victoria, y sus numerosas pi-oolamas inocularon
en sus espíritus la misma fé y patriotismo del General en Jefe.
Era la primera vez que mandaba fuerzas de esta consideración, confiáiidole
una misión tan peligrosa como ardua.
Improvisado General dio, sin embargo, muestras de poseer en alto grado
la táctica militar, ensenando á las fuerzas de su mando sus deberes como sol-
dados, ciudadanos y defensores de la patria; organizó el ejército con mucho
acierto, cuya moralidad podía servir de modelo; rígida disciplina los enca-
denaba como si fueran una sola familia, v finalmente, entusiasmados con los
dones de la libertad, esperaban ansiosos el momento de luchar con el enemigo
para enseñarle á vencer ó á morir.
Bajo tan buenos auspicios marchaba tranquila la columna patriota con
dirección al Paraguay.
La expedición tuvo tres encuentros desesperados hasta llegar al Tacuary,
término de la jornada en que recogió los frutos que se proponía la Junta Gu-
bernativa, los numerosos aplausos que recibió de sus amigos y la bendición de
los pueblos que se habían conquistado un aliado cuyas huestes eran inven-
cibles.
El primer encuentro tuvo lugar á las márgenes del Paraná, en un claro
denominado Campichuelo, donde se había fortificado la avanzada paraguaya
para contener á los invasores.
Sabiendo Belgrano que la resistencia sería tenaz y el desembarco difícil,
hizo construir botes de cuero, canoas, grandes balsas de madera y una mayor
capaz de soportar un canon haciendo fuego; el vado del Paraná, que tenía 800
metros de ancho en aquellas alturas, y la corriente impetuosa de sus aguas,
obligaban á los patriotas á atravesarlo en balsas, haciendo un desembarco á
— 40 —
legua y media, preri-^n mente en el Campichuelo defendido con la metralla ene-
miga.
Quebrantado el .u misticio celebradi) entre ios (ienerales contendores por
los paraguayos que alarahan por peluloiies, rC)nipiéronse las hostilidades y se
l)repararon á la refriega
Holgrano, ;'ila> once déla noche mandó una [><irt¡da de doce hombres, que
sorprendiendo la f)riiner avan/.ada (pie encontró, los hi/.o prisioneros, se apo-
deró de susarmas y esparció el terror por el campamento eniMnigo, que creyó
que todo el gi'Uc>o «leí ejércíTt) patriota cei'caba sus tortiticaciones.
(iraciasá la confusión que engendró aíjuel golpe auclaz pudo desembarcar
í'i las tres de la mafiaiia el resto de las troj>as, y antes <le poder reunir el Mayor
General Machain un polotou de los hombres «üseminados por el bosque, para
cumplir la órflen de atacpic (|ue recibió del General en Jefe, diez valerosos sol-
dados se precipitaron coniu Icones ^obre los cañones enemigos, poniendo en
dis].)ersion á 54 hambres (pie los su-^teníau, annítraliándolos p(jr la espalda con
sus propias armas: los íi-oíeos fueron (res [)ie/as dt». artillería y una bandera.
Retirada y posesionada la <livisi«>n iMiemi^ra del pueblo de Itaj)ua, fué obligada
á evacuarlo pni* «d Mavnr Grcneral que avan/ócoii la vanguardia, dejando en su
poder^iO canoas, uní'anoii pequefin, armas y municiones.
Tal fuésu primer triunfo en la'*arrera miliiaryenel partcípiepasóála Jun-
ta le atribuía tantu mérito (|ue s.»io síí explica por ser >u primei* ensayo como
íreneral en Jefe.
lín seguida emprendió su mar<dia internan lose en el teri'itoi-io paraguayo:
solo un ardiente patriotismo y una IV' heroica ¡)or su Jefe, podrían conservar
perfe<'tament(3 unidas aíjuedas trn¡jas (pi«' ati'avesaban campos y poblaciones
desiertas, bosques casi impenetrahlcs y pantanas espantosos (jue hacían peli-
grosísimo su pasaje.
Impertérrito continuó su marcha salvando tod<.)s los '.)b>táculos naturales
íjue encontraba á .->u pas(j, hasta cpie íinalmente el 15 de Knero de 1811 llegó á
las cercanías no. la inexpugnable posición íhd Paraguai*y, «londe habia acampado
y se fortificó el ejér»'ito enemi;j:o, <*om|)uestí) mas ó menos de (3.500 soldados de
todas armas.
filra el plan <le Heli^rano sorpren<lerlo en la oscui'idad y soledad de la noche
y habiéndos(^ie incorporado una división de 20í) hombres, hi/o resolución fir-
me de llevar el ataque á sus adversarios y pelear hasta caer muerto en la lu-
cha, con los mil hombres de su mando.
Die/. y seis pie/.as de artillería defendían las fortificaciones del General
Velasco, su émulo.
Dispuestas las tropas para la acción, el General recordaba personalmente
á sus soldados á las 2 de la mañana del 19, dirigiéndoles las mas entusiastas
arengas.
Una hora después, las columnas de ataque marchaban sobre el enemigo,
quedando el General con una pequeña división para conservar el campamento
y convoy de guerra.
— 41 —
Bruscamente cayeron las avanzadas sobre las tropas enemigas, sembran-
do el terror y la confusión con tan inesperado ataque, al mismo tiempo que la
primera columna hacía un faego nutrido por otra pai'te.
El desorden fué espantoso y no pensando masíjueen la salvación persona
se declaró una fuga desesperada en dicho campamento.
El mismo General enemigo, viéndose abandonado por sus tropas, se puso
en salvación, ai rojando lejos de sí su uniíbrme militar y maldiciendo tan de-
sastroso momento.
La aurora del dia siguiente saludó á los victoriosos patriotas que estaban
entregados á la persecución del enemigo ó sosteniendo luchas parciales.
Completamente divididos y diseminados los vencedores, advirtió el ene-
migo que podía recuperar todavía su ariillería abandonada y disputar el
efímero triunfo de sus rivales.
En efecto: empezó á reorganizarse, y vueltos de su sorpresa, acribillaron
ÉL metralla á los patriotas que habían quedado en el campamento, mientras los
demás no oian el llamado del tambor en el intrincado bosque en que se inter-
naron.
Con once piezas de artillería disputaba la victoria el enemigo, sosteniendo
un fuego mortífero durante tres hoias que abría anchos claros en las tilas con-
trarias.
Al fin, después de una lucha tenaz y vigorosa de cuatro horas consecutivas
de un fuego vivo, tlaquearon visibleinoníe los patriotas, poniéndose luego en
retirada: faltaron las municiones.
Replegadas en el campamento las reliquias del denodado puñado de va-
lientes y revistados, resultó que su jiérdida era como de la quinta parte, dejan-
do 120 prisioneros en el campo enemigo, y diez muertos. Hubo también diez
heridos.
La pérdida del enemigo alcanzó á setenta hombres.
Este desastre no era capaz de atligir el espíritu varonil y temerario de Bel-
grano, que mas bien recibió un poderoso estimulo y una lección para el futu-
ro, que un desaliento para la lucha.
Hizo preparar su convoy y emprendió la retirada con noble desprecio por
frente del enemigo que se sintió impotente y humillado con aquel gesto de reto
á muerte.
Mientras atravesaba el Tebicuary se le incorpoi-ó una fuerza de 150 hom-
bres y el escuadrón de caballería que dejó en Candelaria, avanzando hasta
Santa Rosa á fines de Enero, donde recibió comunicaciones de Buenos Aires
que le participaban haber sido ascendido á Brigadier, irritando su noble desin-
terés y abnegación.
Finalmente continuó su marcha hasta que, acampado á la margen izquier-
da del Tacuary, resolvió esperar los refuerzos pedidos.
Pasados algunos dias empezóse á sentir la escuadrilla naval paraguaya
en las aguas del Paraná, y aunque había corrido ya un mes que Belgrano
— 42 —
ocupase aquella posición, no se traslucía sin embargo la intención de ser
atacado |)or ol enerniíro.
Kl 1) (lo Mar/o, al d«*spinilar ol di.-i, viósc, rnii sorpresa, amagado por tres
puntos íi la V(?/., coMihiiiadas las t'iior/as navales nm las terrestres.
Mionti-as llegaba el rel'uer/o r|ue fiabía solicitado el jefe paraguayo, abría
clai'os en el bosrpio á <lf)s leguas del campamento, con cuyos ;irboles construyó
un sólido puente sobro ol Tacnaí-y, y dispn(^^to ya para el ataque con el auxilio
que recibiera, una l'norte <!(»hnnna debía niani<»bi-ar desdo ol paso delTacuary,
mientras avanzaban las l'uer/as navales, v el al mandi) de una división de 2()00
bombi'Cs sorprencHese á los invasores.
Un puñado de M)i) argentinos |)ara -iO^M) parairuayos !
Si en Paragnary liai)ían luobado á ra/on de uno poi* lí, no era extraflo ni
l)eligi'oso doloiiíloi* la rausa en ol Tacuary on la prtfpoi'oion de uno contra diez
Emponad/ la acción tuvii^-on lugar cuatro ataques, lo menos, en cerca de
ocho horas, y aunque ol ontMnigo so reforzaba constantemente so vio cautivado
y ompoqnofiocido con las proezas do valoi* ojocnta<ias por l<)s soldados de la
j)atria: después de tanto pcdoai', rvansadas ambas tripas, un sentimiento de
humaniílad c«)ntuvo (d brazo fratricida de \os (pío más tarde sei'ían hermanos
en la lucha.
Kl rosnilado de la l)atalla fué que <*osar«»ii 1;í> hostilidades en virtud de la
cai)itulacioi» colol>rada (M 10 de Marzo de ISll por los ejércitos contendores.
Hablamos ümíramentc dcj o.^ta acción p-M-ípu^ al iratai* de la calle Tacuarí
tenemos <pio hacoi' una relación suscinta do todos los detalles que suprimi-
mos en la })reson'í.
El general Helgrano^ no contonto conhabei' ven<-idt) moralmenteal enemi-
go (*on un puñado <ie hombros, después do la capitulaciiMi r^o su|)o atraer toda
la oficialidad más ílistingui<la y do más ascendiente á las ideas patrióticas que
alentaba su cnrazon, preparando (d teri'ono .i la causa de la revolución cuyas
banderas flameaban p(.»r toda la Amóri<'a del Sud.
Así terminó la oxpodicinn al Paraguay «lue supo cun'juisiar Ins objetos polí-
ticosque leencnmondó la Juntarevolucionai-ia á tuerza d(^un valor heroico y há-
bil di])lomacia, ya que no píir el triunft) militar de sus armas, sin embargo de
quelacapitulacion fué una gloi'iosa victoria, dad<.>s los débileselementos de gue-
ri*a con (|ue batió á un enemigo tantas veces sui)eriur y en su propio territorio.
La causa revolucionaria so hallaba triunfante desde ('huquisaca hasta el
Desaguadero y desde el Kcuarlor hasta Méjico — de manera que solo la Banda
Orienlal v el X'irevnato del Perú eran los únicos asilos de los tiranos reaccio-
nai'ios.
Mi Gobierno de la Junta se concretó primero a expulsar al enemigo de
Montevideo qu<^ acababa de reconocer la autoridad del Cnosejo de Regencia
— 43 —
aceptando como su Gobernador al General Vigodet; sabedor el mismo Consejo
de haber sido derrocado el Virey de Buenos Aires, nombró á D. Francisco
Javier de Elío pa?*a reemplazarle.
La Junta se negó á reconocer al nuevo mandatario y rompió las hostilida-
des con la autoridad de la Banda Oriental. ,
Una escuadrilla de tres buques con 33 cañones fué equipada y encargada
de interceptar los auxilios que Montevideo pudiese prestar al Paraguay por la
vía fluvial.
Empeñado el combate naval, la escuadriHa fué completamente destrozada
y apresada en las aguas del Paraná, después de una heroica defensa hecha al
abordaje.
El ejemplo de los revolucionarios y la causa legítima que ilefendlan arras-
tró á los pueblos de la Banda Oriental con decidido entusiasmo, poniéndose á las
órdenes de la Junta: todas las poblaciones situadas en la margen izquierda del
Uruguay y en otras posiciones no menos importantes se habían sublevado con
las armas en la mano.
La Junta, conociendo el espíritu organizador y la pureza del patriotismo
de Belgrano, la severa disciplina que imponía á las tropas y, sobre todo, su
propaganda política que con tanta habilidad sabía cautivar pueblos enteros á su
favor, dirigió sus miradas hacia este benemérito patricio encomendándole la
dirección de la guerra con Montevideo.
El 9 de Abril llegó Belgrano á la Villa de la Concepción del Uruguay con
los restos de su ejército, dando cumplimiento á laórdenque recibió de la Junta,
y después de calmar el espíritu de agitación y rivalidad que separaba á los
caudillos populares que habían insurreccionado los pueblos, los sometió con
suave moderación al orden, colocando á todos bajo el amparo y sombra de la
bandera de la redención.
El comandante D. José Rondeau, nombrado segundo jefe del ejército,
marchaba ya á incorporársele con el resto de los refuerzos; las acertadas dis-
posiciones militares que llevó á cabo Belgrano y el entusiasmo y decisión de
los jefes por el éxito de la jornada, rodearon por todas partes á las fuerzas
realistas, reduciéndolas muy luego á los estrechos límites de la Capital. Los
patriotas hablan ocupado ya á Minas, Maldonado, Canelones y San José, obte-
niendo en estos triunfos precursores un aumento de más de 500 hombres, 80
prisioneros y dos piezas de artillería.
Pero sabido es ya que en estos dias ocurrió en Buenos Aires el más abomi-
nable movimiento político que podía esperarse en tales momentos y cuyo solo
recuerdo es una vergüenza injustificable.
La revolución del 5 y G de Abril, incorporando álos Diputados provinciales
al Poder Ejecutivo, separó de su seno á los vocales más conspicuos y únicos
sostenedores del solemne reto lanzado en son de guerra por los ámbitos de la
América del Sud.
Belgrano, separado del ejército que operaba en la Banda Oriental, y llama-
— 44 —
do íi urescnciadel nuevo Gobierno compuesto de diez y nueve vocales, á res-
[Mnidorá los caraos quo se le imputaban, hi/o reconocei" al comandante Ron-
d(íau(»om() general on jólo del ejór-rjto, y en se^i^uidase dirijió á Buenos Aires á
sincorarsp, d<'s|»ojadí) yn del *xra<lc) d(3 Briíjadier General.
Pilcaron ruatro meses on <|ue f]os|»nes <Ie llnmar el nuevo Gobierno al
])nol)l() para fnrnuilar sus ipiojas contra el roo inocente, ;i los i'estos del ejército
do Tacuíiry y .-'i l;i< ti«»]»:is quo aso<liaban á Montoviíloo |>ara deponer los car-
aos contra (íl p;idre di» la pntria, so sinti») avcr^íon/ada y verdaderamente
Inuniliíiíla la Junta d<' su <*rim¡nal proceder, cuando los mismos enemigos del
ireneralhiíMcrtuí roprc>Miíafiones declarando autoritaria laeonductadel Gobier-
no y oxiiíiendo la ¡mneili.ita libertad del Dr. Bel^rano.
La Junta, ultraj-idn uñv sus oi'opios |)artidarios, puso en libertad al que con
bra/o criminal habia scuim'Im (mi el bmico de los acusa<ios.
líntre t.'uilr), l«Ksmi>inos a<'onlecimient»>>ípie si» desarrollaron mientras se
nrocesnba á Belirrano, jiuM-oii oti*as tnnt.is in'uebas de su inocencia v la conde-
nación de la autoridad d<' \:\ Juiit;i.
I/i batalla de l;l'^ Piedras (pK* tuv.» iu;;:ar (piiiK^e dias después de su sepa-
ra(»ioii del ejérciíi», y ípi'» üi'acias á s\i^ di>,|>í»>iciones y ásu propaganda política
babía preparado ¡os elementos á una virtciiia si^irura, fué el primer triunfo que
saludó ;il nuevo nin'leo inib(M'nativ«» nacido por el movimiento deloyGde
Abril: el sitio de M<>nievid(M) y \:\ |H'csencia del (\iér<'ito en el Alto Perú dieron
esperan/a de una f'eli/ terujinarion en la lu<*ba: pei't> este último, desmorali-
/a(b) por el r/inibio de ílobiiMaio, f'u(} batido coin|»letamente el 20 de Junio en
los campos de (iuatjui, roto i)ruscament(* el armi>tirio poi* el enemigo; la flota
espan»»la bombardeaba la Capit.-jl y los pnrtimueses auKMUi/aban la Banda
Oriental.
Tal era la situaciíjn en (|U«' babía í^olocarlo la nueva Junta al país, y la pa-
tria la inculpaba de sei* la úni<'a anti)ra de tanto desastre, foi'jando crímenes y
levantando pi-oce-^n- ánfMierab's tpie solo liabían dado glorias y cuya conduc-
ta, antes <[w cuipable, era bieidiecbora y abnegada.
Lil)re Heiirrano fué nombrado por el Gobierno representante de la Junta
acerca del Parairnay, á fin de entablar negociariones diplomáticas que dieran
por resíiltado su sometimiento á la autoridad de la Junta ('entra!.
Per(*, ajtes debemos decir ííu<-' B«Mgrano en el campo de Tacuary, en su
expedición al Parai:uay. .se bahía atraído lasimpatia pcrscjual de valerosos y
prestigio.s/>s j(»fc> parau^nayos, iipicuiándoles el espíritu revolucionario, los
cuales llenos de entusiasmo y con ba>tante.s eiíMuentos, aseguraron al general
argentino di» <'anibiarei e^ta(b> de cosa>» en la Capital, creando una Junta á se-
nici/in/.a de la (pie (Migondróel diaíf) de Mayo de ISIO.
Llf.'varlo á cabo el p(;n<ami(Mito de lo.s revolucionarios, se derrocó al Go-
bernador \'ela/co y se esiablecin unn Junta compuesta de tre-^ individuos, de
la cual participaba como v»>cal el Dr. 1). José Gasi)ar Rodrigue/, do Francia,
el mismo (pie poco después martiri/iial Paraguay durante treinta anos.
— 45 -
Una tenaz oposición se produjo contra ol Dr. Francia, que no era partida-
rio de la revolución; pero los directores responsables del movimiento que creó
el nuevo gobierno le aceptaron á formar parte del ejecutivo.
La inflexible voluntad del Dr. Franfia.su carácter esroista v dominador,
SUS tendencias al absolutismo, ol desprecio por sus paisanos y el odio por los
extranjeros, fueron las causas impulsosas de destruir la autoridad moral que
compartía con él las tareas y obligaciones gubernativas.
Una presión irresistible se dejó sentir en la camarilla oficial y obrando
bajo las impresiones de una alma iinioble y de una voluntad autoritaria, des-
terró á unos, encerró en calabozos inmundos á otros, restringió las libertades
civiles y se proclamó único y absoluto apóstol del poder despótico.
Por mera fórmula hizo convocar los pueblos á un Congreso general , del cual
surgió una nueva faz con el mismo fondo: se creó una Junta Gubernativa in-
dependiente compuesta de cinco miembros, órganos auxiliares de la insinua-
ción férrea del déspota Francia.
Bajo tales auspicios, la nueva Junta sedirijió á la de Buenos Aires decla-
rando que no reconocía suprouiacia á ningún otro gobierno y que á fin de
constituir y solidificar la unión ameri(*ana establecía las condiciones precisas
que .servirían de base á las negociaciones ((ue entablaren ambos Gobiernos.
En efecto, nombrados Belgrano y el jurisconsulto I)i'. D. Vicente Anasta-
sio Echevarría para emprender los negocios diplomáticos en el Paraguay,
fueron encargados de atraer y convencer á los paraguayos de la necesidad
política del reconocimiento de un gobierno supremo en la Junta Central, de la
misma manera que las provincias argentinas se habían i^ujetado á la autoridad
de aquella, porque comprendían que, siendo una é indivisible la causa y el obje-
tivo revolucionarios, el establecimiento de una suprema voluntad que dirijiese
los negocios políticos de los pueblos aliados, era la única salvación de losdes-
tmos autonómicos de las colectividades congregadas.
En último caso, los comisinados debían obtener un pacto de alianza ofen-
siva y defensiva contra cualquier enemigo que osase atacar sus territorios.
Pero la Junta de Buenos Aires, vacilante en su política, impotente para
hacer cumplir sus mandatos y dominada por multitud de voluntades varias y
siempre divergentes, buscaba el modo de fortalecer la autoridad, ampliar y ro-
bustecer su acción por la reducción del número de Vocales, y, finalmente, diri-
jír los negocios con mano enérgica.
Se pensó en la división de los poderes, poniendo el ejecutivo bajo la direc-
ción de muy pocas personas, para salvar la situación premiosa en que se habían
colocado. Los Diputados, vencidos por los reformistas, so constituyeron en
cuerpo deliberante denominado Jimta Conservadora y el resto de los miembros
conservaron la autoridad legislativa hasta darle nueva forma á este poder por
la convocación del Congreso, después del cual tuvo lugar la creación de un
triunvirato denominado GoÓ7>r;ío Ejecutivo, cuyas deliberaciones era refren-
dadas por su Secretario, D. Bernardino Rivadavia, personalidad que nos es
ya conocida por su brillante foja de servicios.
— 46 —
Kl nuevo Gobierno ensanchó con viril energía el horizonte estrecho que
la faltado unidad del anterior hab-a rrcado, y extendiendo la vista por los
últimos continos del Vircynato so aseguró do la situación que le había legado,
contemplando, poruña parte, el avance orjíuUosu dolos realistas victoriosos en
las fronteras del Alto Perú; por otr.í el amago bélico de los portugueses
quo corrían presurosos á levantar el sitio <|Uo sufría Montevideo y, iinaloientey
el ceñudo semblante dol flóspota i)a!*aí^Miayo qw parecía lan/ar un reto sacrí-
\c^o á sus hermanos del Pinta.
• l*cro ol nervio vi^jroroso que impulsaba al Kjecutivo, la estrecha unión de
lostriunvir(j>, su vive/a «liplomática, su arción potente y rá|)¡da como el rayo,
y la férrea voluntad ante ol pcli^-ro <*omoynt<i l;is amena/as, fueron incentivos
para acrorentMr la aut(»ri(iad y poner diqne> á la petulancia de unos, á la sober-
bia <le otros V á lis aml)iciono> de lt>s má>.
En consecuencia, cin[).3/.ó por colo!)rar uti armisticio con Montevideo, obs-
truyoinio asi la alian/a con ol lirasil, al mismo tiempo (|uecontenía á los reac-
cionarios dol Alto Perú; aceptó lasoxigonciasdol Paraguay, [)orque su alianza
erado irraii iniortis [)ara lac iU>a, noutraii/.aniolosauxilios que pudiera prestar
ci P«»rtuir«il. V roiitr'i¡»uv<Mido c(Hi continiíontt^s dosoiilados ala destrucción del
enemigo val triunfo do la emancipación poUtira.
Lo^ comisioii.'idos del (lol)icruo llogarou al P.iraguay á últimos de Setiem-
bre, y dopuos de las c«)nf<.'i'enc.ias([uo tuvici'tni nju ol Dr. Francia, tirmóse el
Iratati*» (lo cnumii amordo el 1'^^ do Oclubi'o, latilicnndoio el 31 del mismo ei
(jobierno de l>uono> Aires.
Laastut.í flipiomacia dci Dr. Kraneia,NU refinada hipocresíaque no dejaba
traslu''ircii -.u <eml)i;nite ni en sus aecione-- los socrcMos impulsos de su alma
perversa, las doniostracionos repetida^, al parecer, do amistad franca y unión
política, su priídica e^ntra la reacción o|»orada y armada en el campo realista,
y hasta ia venei-acion (|U0 tributaba á ia augusta imagen de Frankün, cuyos
principios liberales parecía cultivar el exoci-ablo demagogo, iodo esto fué causa
para rjuo Ins cduiisiiinadn^, no entreviendo on af|Uol ostreclio espíritu sino
|o.^ sontiini(MJi<.»s m.ás pur«»N hacia ia fraternidad americana y un odio exaltado
á los partiílarins de la monarquía, suscribiesen un pactt» en que no solo se
accíídió á ias |írinn3ras exigencias del Paraguay, sinoijuo se reconuciú políti-
camente la soboiMiila autonómica do su territorio, dosmenbrándose violen||^
tamento déla integridad jurisdiccií.mal del antiguo X'irreynato.
Ninguna ventaja «>btuvh!ron las Provincias (Jni«iascon dicho tratado, por-
que los mismos auxilios quo prometía (»i l\-HMgua\ |)ura (^ooperar á los éxitos
do la c«»niiond;i americ;uia, fueron ilusione- íantasmagórica.s í(ue se evapora-
rf)n ii la uhmum' re(;lamac¡«.ni.
Tal fué el tríitadoen que Francia oxj^lotó cobarfleé inicuamente la f ó y
patriotismudo Holgran*» y neuírali/ó y eclip-ó la astucia ysuspicacia del doctor
Echevarría.
A su regrosó do su tnision al Paraguay, Belgrano fué nombrado Coronel
— 47 —
del Regimiento N* 1°, primer tercio del cuerpo de Patricios, hasta entonces á
las órdenes de D. Corneiio Saavedra.
Rodeado de peligros el Gobierno, pen>ó (iecididamente en someter á Mon-
tevideo para tener el dominio de las airuas del Pai*ana, para lo cual se empezó
la construcción de baterías de costa en los rios Uruiruav v Paraná, «colocando
fuerzas militares en su márj:en occident?il. Las del Paraná, situadas en e¡
pueblo del Rosario, fueron puestas bajo el mando de Belíírano. quien se hizo
cargo el 10 de Febrero con entera íe y resolución.
Sabiendo que debía ser atacado por una flotilla enemiga apresui-ó los
trabajos de fbrliticacion [.resididos por él mismo, que al cabo de quince dias
quedaron completamente terminados y dispuestos los deíensores á no ceder
un palmo de terreno.
En este momento mismo, Belgrano era nombrado líeneral en jei'e del
ejército del Perú por i'enuncia del General D. Juan Maitin Pueyrredon, pa-
sando inmediatamente á ponerse á la cabeza de', ejéroit!» rpie debía salvar á la
patria, coronando sus e.>fuerzos coü tres triunfos sucesivos.
Completamente desmoraiizavlo este ejército, enervada ol cs[»íritu militar
deles jefes y sobrecogi«los de espa-nt-j los soldados con las víctimas que
hacían sus enemigos; sa<[ueadas las poblaciones é incen* liados ios pueblos
rebeldes, la superioridad incomparable en calidad y (rantilnl de las armas
españolas, la exhausta fatiga de tanto batallar, la nulidad de l-.^s elementos de
la patria, la disciplina sin treno, la emulación de los c¿mdillos, la desnudez y
la hambre, la falta de pago, la debilidad moral ^^on los recientes desastres,
todo esto forman un conjunto el más desolador, cuyo gobierno, solo almas
tan abnegadas y sublimes como la de Belgrano, pueden reconstituir la fé
patriótica, inoculando su pro|)io espíritu.
Empezó por levantar el ánimn caido y con vigorosa mano sujetó los reclu-
tas á los severos principios disciplinarios, distribuyó dinei*'í .-i las tropas con
la economía del caso; los ejercicios militares fueron lecciones fretíucntes:
exhortábales constantemente al cumplimiento de sus deberes y á procurar
dias de gloria para la patria en peligi'o: animábales con ol ejemplo que ofre-
cían los pueblos hermanos sacriticados en bien de la causa común : tal fué su
plan de reorganización al hacerse cargo de tropas sin fé ni entusiasmo, cum-
pliéndolo de la mejor manera posible.
El enemigo, orgulloso con su triple victoria en Cochabamba, tendía sus
huestes á lo largo de Salta, persiguiendo con su avanzada al ejército de Bel-
gr^ino que apenas contaba con 1300 hombres, sin armas, porque ó eran in titiles
ó impotentes para contrarestar la metralla mortífera del enemigo.
Después de una tenaz persecución á las tropas patriotas, que desalojaban
sucesivamente todos los puntos que iban ocupando, al Sud del rio de las
Piedras hicieron alto las columnas hostilizadas y preparándose al combate se
inició el fuego por ambas partes, venciendo al principio, vencidas después por
el refuerzo que recibió el enemigo, y nuevamente dueña:» del campo por la
— 48 —
caida impetuosa de '..:> iaerzas (jue inaiulaba el mismo general en jeíe, sem-
brando la confusiorj oii la linea contraria.
liste triunfo, auii-iuc de inipurtancia secundaria, al menos contribuyó
mucho á levantar el espií-itu marcial de las tropas, despertando un entusiasmo
patriótico di^no dei maesti-o <|uo les ensenaba la carrei'a de la gloria.
Sin ernbai'iro, el eiército se encí^ntraba lodavía en una situación muv
peligro^íi, p()r(|ue siendo poderoso el enemigo, tenía sulicientes elementos
para dcsti'o/ar el puñado de valientes que constituía el único baluarte contra
la dominación metropolitana.
Por consiguiente, ora necesario buscar la salvaci<.>n en el campo de batalla
á fuer/a (ie heroicitUnles, ya ((uo hasta la disciplina se vería muy pronto rela-
jada con la inc<ír|)oracii>n do olenientos nuevos y sin organización; tal fué el
pensamiento del genei'al patriot<i <(Utí, obrando conti'a las expresas ói'denes
de la Junta, se i-esolvió .i haciM* pié hrine en Tucuman hasta vencer ó perder
la última esperan/a.
Despachó en seguida un olirial a esta ciudad para entusiasmar al pue-
blo, ofreciendo ol concuíso de su>i fuer/as a íin de resistir al ejercito espa-
ñol que se |)reparaba a invadirlo: ííI pueblo tucumano ofreció toda clase de
elementos, y subyugado por el patriotismo y la coníian/a que insi)iraban las
ardientes palabras del emisario, se comprometió á luchar antes que entregar
la pla/a al eneini^io.
Hajo tales auspicios, Belgi-ano efectuó su retirada (••)n direc(!Íon á Tucu-
man, donde recibió varios cv)nlingentes de reclutas y las más expresivas
ovaciones á su pers(>na y ejército.
No tardó mucho el enemigt) en pi-esentarse á las puertas de la ciudad
desaliando la debilidad de ^us defensores, que acudieron ala palestra con
hondas, lazos, palos y cuchillos poi' únicas armns.
Así, Hclgrano retó á muerte ii sus adversarios, experimentados en la
guerra y pri)VÍsíos ventajosamente de las ires armas.
Después de iial)erse intimadíj uno v otro la rendición do í'uerzas v recha-
zado con igual subei'bia por ambí^.s, se declaró el í'onibate á sangre y fuego,
sembi-ando la muerte en el campí) de la lucha.
Poííos momentos pasaron de encarnizada batalla, <'uan<io ruta la linea
enemiga pui- sus alas tué pre>a de una coiilusion espantosa y de una fuga
precipitada, dejando en el campo 7]»iezas de ariilleria, 4o() fusiles, 3 banderas
y 2 estandartes, iót) muertos, todo el jianjue y bagajes, y 61 jefes y oficiales
con Gátí individuos de tropa prisioneros.
La pérdida de los patriotas tué de 80 muei-tos y :¿(M) heridos.
Desde entónees Tucuman se llamó Sepulcro de la tiranía.
Esta victoi'ia luvo una trascendencia extraoi'dinaria para la causa de la
revolución, porque no solo se levantó el espíritu caido ó abatido en las pobla-
ciones dominadas j>or el enemigo incendiándose la guerra, sino que estimu-
lados sus directores aceleraron ios resultados de este triunfo, obteniendo
- 49 —
nuevas glorias en Montevideo, Alto Perú, Chile, Lima y Quito; en una palabra,
ella fué el monumento de la independencia ameiúcana.
Pasados los primeros dias de guzo j)or tan plausible acontecimiento, Bel-
grano se dispuso marcliai- sobre Salta, <|ue á la noticia de la victoi*ia en Tucu-
man el espíritu de revolución había inflamado las masas populares.
A la cabeza de sus tropas, el General argentino, después de arengarlas,
empe/ó á avanzar silenciosamente, venciendo á la naturaleza en los diversos
obstáculos que encontró á su paso, sin cuidarse mas que de las armas en el
horrible temporal que presidía la gigantezca marcha.
El General Tristan, reparando su ejército en la ciudad de Salta y aumen-
tándolo con los refuerzos que le mandaba Goyeneche, se preparaba de los
elementos necesarios para resistir cualquier tentativa de su enemigo, mientras
condenaba á muerte á amigos y enemigos que propagasen haber sido vencido
en Tucuman.
Sin duda que la circunstancia de una continuada lluvia torrencial le man-
tendría en la seguridad de no ser invadido fundándose en las crecientes de los
rios; por consiguiente, cuál no sería su sorpresa cuando por sus avanzadas
supo que el ejército patriota estaba acamp¿ido á una y media legua de la ciudad.
Inmediatamente oi-ganizó los cuerpos, dispuso el convoy, proclamó al ejército
y se preparó á defenderse.
Tres dias después, es decir, ei 20 de Febrero de 1813, avanzaron hasta po-
nerse á medio tiro de canon del enemigo, el cual rompió fuego con decisión
y bravura.
La impetuosidad de las tropas i)atriotas, el vivo fuego de fusilería y arti-
llería en combinación con la caballería, impusieron muy luego al enemigo que
poco á poco iba abandonando el terreno.
El recuerdo del heroico empuje de las armas de los vencedores en la
batalla de Tucuman, desalentó á los defensores realistas, y desmoralizados con
aquel desastre, empezó á cundir la desconfianza primero y la confusión después
por toda la línea, pronunciándose la fuga por los mas valerosos cuerpos de
ella, mientras otros hacían esfuerzos sobrehumanos por restablecer el honor
de sus armas en aquella contienda de muerte.
Breves instantes después, las fuerzas vencedoras acuchillaban por la es-
palda á los fugitivos hasta hacerlos meter en las mismas fortificaciones de la
plaza 6 en las iglesias de la ciudad, de una de las cuales se posesionó un pu-
ñado de héroes desplegando en sus torres la bandera de la independencia
americana.
Ni la heroica actitud de las mujeres, ni la amenaza ó súplica del general
vencido, fueron estímulos para reorganizar y acudir á la defensa de las trin-
cheras los soldados y cuerpos enteros que se habían encerrado en las iglesias
ó que vagaban en espantoso desorden por el interior de la ciudad.
La batalla estaba terminada: el parlamentario es[>añol, sobrecojido de
terror, se presentó al General vencedor suplicando una honrosa capitulación.
— 50 —
líelffrauí) otorgó los lionoros do un ,ü:onci*oso pacti^ al cuomigo vencido,
cntre.íj^áiiilolo los prisioiioros, «lejan'Io lil)i*o á la üfuarnicioii (lo Jujuy para
i'Ctirarse ••ou sus arni:is. y á las ti-opas (|uo >•? iialial)an oii la (Mu<lail permi-
tióles líis honores do la í^uor*ra á su salida de ella, i-indiendo las ai'mas á
las tres cuadras de la <'iuda<l con la oiiti^eira <le todos los pertrechos de
í^^uerra.
27HC) liomhrcs enti*egai'oii, uno |)«)r uno, las armas á las tropas ven«*e-
doras, y pai-a evitar la luiniillacion del <lenei*;il vencido 'pie delua poner en
manos de Relgrano su espada impotente, éste le abi'a/ó liernamento en pre-
sencia do ambos ejéi'citos.
(Jomponen el valios.» troCt^o di^ ost:i vi<-toi'iíi: tf(W handeras, 17 jefes y ofi-
ciales prisionoi'os (MI el campo de liaíaila, ísl muerto>, ll-i hei'idos, 278f>
rendidos, incluso cinco oIícímIos íjceiiernlcs, 1K5 do cnpitan íi sublenicnte y
:¿üiSii individuas de tropa; cu re>rim»Mi, t.)f|.) ci i»ir»rcit«i de. Tristnii sin escapar
uno solo; adem.'is, 10 pic/as de artillería d(» las cuales cinco fueron toniaílas
en el cond)ate, ¿ISS fusiles, -jno (»spad.'is, pistolas y carabinas, íoíIo el pai'-
íjue, maesti'anza y pei'írci'hos de ;^ucrra.
K\ eit''rcMto diíl (loneral Melirr'an».) íuvi> U)'\ nuicrios. tlV.) hei'idos v 4?
contusos.
Los cadávei'cs de ambos cji'rcitos fuiM'on sepultados en una misma fosa,
con la siiiuiíMite IcvíMida (Mi la «-ru/ «-nrrcspnndi.Miti^: Af/ai f/ffrrjt /us mncet/o-
res t/ rc.nvnins rl "íO th' Fe.lnwrtt do. ÍS í:l.
líl emMnip» futí juramcntadu li í no touiar la> aruias «'Mníi-a los pati'iotas
basta los liNUte> del I)(ísai;uadero, comprouiiso ([ucj)raniad(> muy lucp^ poi'
el X'ii'ey de f/ima; p»?r<» las tropas se» balM'an entusiasmado y tVaterni/aílo
tanto con su nob! • causa, «pie a i^Kcopcion de .'{no >oldadns y 7 oliciales, lus
demí'is contÍMuai*«>n su marcha, haciendo una feliz, y pati'ióti<-a propa^^anda en
la Pa/, Puno, Cu/co y Are<|uipa. con irrav»» piM'juicit) <le la causa realista,
que <*V su soplo viviíií*ante vio lovantai'se el espíi-iíu público con estruendosos
ai)lausos.
Pui.vsto en marcha el ejéi'iMto lle^ó á íines deJuni'»;'! Potosí, donde es-
tableció su cuartel gentíral, i-emontó y disí*iplinó las tropas, sublevó las
pí^blaciones vecinas, se atr-ajo la amistad de un podei'oso cacif|ue del Chaco
íjue cooperó con iWO indios ;i aumentar las huestes argentinas, mientras el
Coronel Zelaya disciplinaba 1¿(I0 homl)rt.vs de (.-ochabamba <|ue se pusieron
al amparo <le las victoriosas legiones.
Finalmente Hel^rano cmpe/ó á avanzar cou su ejército desnudo, sin
mumci<;nes, la íraballería á i)ié y con mas de lOÓO soldados sin disciplina,
hacia la pampa de Vilcapu^rio, donde lle^ó el 27 de Setiembre á la cabeza de
;r)t)() hombres con 14 [>iezas de ai'tilloría, entrcí ellas dos obuses.
Mi General Pczuela, nombrado en recm|)la/.o de Goyeneche, contaba con
mas «!e4í)<)0 hombres y IH pie/as de artillería.
La partida de 2ü00 indios conducida por el patriota Cárdenas fué destro-
— 51 —
zada completamente por el Comandante Castro, al servicio de la causa realista,
perdiendo todos los papeles que constituían la correspondencia con Belgrano,
conociendo así el enemigo los planes y situación del ejército patriota y la
sublevación de los pueblos circunvecinos á favoi* de oslo último que ie corta-
ban toda comunicación y le privaban de i-efuerzos en r:xso de una derrota ó
retirada.
A las 2 de la mafiana del 1" de Octubre comen/ó á descender el ejército
enemigo la pendiente que conduce á la pampa de Vilcapugio en la esperanza
de sorprender, pero fueron sentidos por las avanzadas, resonando el grito de
alarma en el campamento de los libertadores.
Al dia si£¡:uiente ambos ejércitos, desplegados en í)atalla, y á los dos
tercios de tiro de fusiU rompieron un fuego vivísimo.
La lucha fué encarnizada y cruel: las columnas patriotas llevando el ataque
con irresistible impetuosidad empezaron á arrollar á los escuadrones enemigos
introduciendo el desorden consiiruiento en la línea; la caballería destrozando
Á SU vez las fuerzas que >e lo oponían. i>erseiruía á los vencidos: el centro ene-
migo fué hecho i>edazos y ia perspectiva de una completa victoria enardecía
el valor de los americanos.
La línea patriota se había desecho, pues cada cuerpo vencedor [)ersiguíóy
hostilizó encarnizadamente al vencido, quedando aj^enas una fuerza de 600
soldados del enemigo en el campo de batalla que luchaba desesperadamente.
Este puñado de hombres logró sostenerse denodadamente conservando
su posición, lo que en todo caso no era mas que retardar su muerte; pero
cuál no sería la sorpresa de los veniredores cuando vieron al Comandante
Castro caer como una granada sobre ellos, con una fuerza superior á mil
hombres: entonces se invirtió bruscamente la suerte de las armas v la victoria
sonreia al enemigo.
Impotentes fueron los esfuerzos de Belgrano para reunir las tropas dis-
persas, y luchando hasta el heroísmo tuvieron que abandonar el campo sus
reducidas fuerzas, situándose en una pe(|ueña altura, desde donde llevó tres
veces el ataque siendo rechazado vigorosamente.
La victoria se había declarado ya por el enemigo que ni aún se atrevía á
forzar aquella posición que á fuerza de tambor llegó á ser defendida por 200
patriotas: en consecuencia, el General ordenó la retirada, marchando su Mayor
General con dirección á Potosí para reunir los dispersos, mienti'asél se dirigía
hacia Cochabamba buscando la incorporación de Zelaya que no había asis-
tido al combate.
Emprendida la retirada, después de toda clase de sufrimientos que supie-
ron sobrellevar con tanta humildad como valor, llegai'on las reliquias del
ejército vencido á tres leguas de los ingenios do Ayohuma, donde esta-
bleció el cuartel general el valeroso y constante Belgrano, para reorganizar
un nuevo ejército.
La pérdida del enemigo fué como de 600 hombres entre muertos y heri-
— 52 —
dos, iniontras queol patriota perdió todo su parque y artillería, mas de 400
fusiles, U»s mejores jcfo-i..S(M) muertos y murhos prisioneros.
Apenas so loprró reunir HXM) hombres, habiéndose dispersado los
demás.
Hí'«)r^anizad() el ojórcito se dispusf) á |»n?stMilar nueva batalla.
So romponía rxnno de MODO homl)res y de S pio/.as <le artillería del cali-
bre <Ie á 1 y de á 2: el d(»l onomii,^ • do ii)00 y <le 18 piezas de á 4 y
de á íi.
Antes de empozai* la a(M'i«»n ya se inducía «¡uo este último sería el victo-
rioso por(|ue ora supori»r on tudo y las pioi)al)ilidades le favorei^ían.
A pesar de la voluntad do todos los ¡oíos, y i\k} muohas oircunstancia.s
dosfavoi-ablos, ol íicnor.il Heliri'aii'» resolvió linror IVento al enemijío diciendo
soUíinnomonlo : •« Vo rosp.uid<» :i l;i n;ii*¡on ron mi rabo/a del éxito de la
batalla. »
Anlos de amanecor ol dia *.) el eii"»roiio patriota ocupaba las i)ampas de
Ayolnnna, donde lo salió ;il oinMioním o\ (Mnímiiro.
Allí permanoi.-ió roi'onoí'iendo ol terreno, insíiuyondo á ios jefes de la
manera como >e llevaría ol ata'|U<\ ariMiixando á las tropas y disoiplinando
reclutas.
('i»mo á las í» do la m-añana el cnomiiro ompo/ó á descender por la
cuesta hacia ol lu.irar quo »»cupaban ios patriotas, y aunque torios los oliciales
y jei'ys acMii-^ojaban al (i(MnM*ai <lo <lostro/.arl«» en la bajada que hacían los
cuorp(»> en dosórdiMi, conti^stó con protiunla convi<'cion: <»No so atlijan Vds.:
d(íjon (|U0 bají.Mi todos, para ipio no so (»scape ninguno. La victoria es
nuo>tra.i'
(Ion tan cio'ía coníian/a reveló sus posiciones ai enemi^n, quien conoció
ínmodiatamonte el plan do i:ueira que había c«»mbmado. y obrando entonces
como acíjnsejaban la |»rudon(Ma y la i;ictica militar, impartió mievas órdenes
y «lió í'oh^cacion estratégica ;i sus escuadrones.
Repentinamente el ejército patriota so vio atacado |)or el tVeiíte y por
i'cta.ííuardiaal mismo tiempo que sus llamaos «luedaban en jacjue.
Inició el fuo;.ro el onomiiro liacioiido al^nuí d(»str(»/o en las filas contrarias
que permanecían impoí-t(ii'ritas, sin conti'ístarl" porque lo^ proyectiles apenas
r(»corrían la mitad de la distancia qu(» lo> .separaba.
t -osó el fue^ro y arremoíi(Mido «-on incr«Mblo om|>uje fueron rechazados
con i.i:ual viiror hasta >u- propias j)osici.inos. donde á su vez car^jó el ene-
migo, ompi;n;'indoso entonce^ una espantosa carnicería por la caballería,
miontias el estruendo (hii canon v la lusiloría reniliondo su ronco acento en
•• •
las altura<, soml)raba la mu«M'toon ol cam|M) fie l)atalla.
hi?spue> de mas da ti*os horas .le rudo comi)ato, no quedaba otra espe-
ranza de salvación al ojórcitM lil)ertador que una heroica retirada.
Kounie4id(j al^run»» dis|)ers'»s pudo foianar un cuor|)o dt* -iooliombres de
infantería y 8í) «le caballei'ía, si(»nd'» esii» últimos los (jue con un heroísmo
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imponderable contuvieron por muchas veces el ataque de 800 enemigos bien
armados V estimulados con la victoria.
Las pérdidas fueron: mas de 500 prisioneros con muchos jefes, entre
ellos 300 heridos en poder del enemigo, 50l) muertos, toda la artillería,
bagajes y parque. La del enemigo fué de 500 hombres fuera de combate.
Emprendida la retirada llegó con su pequeña división á la quebrada de
Tinguipaya, de donde continuó hasta Potosí, y de aquí hasta Jujuy por la
persecución que se le hacía.
En este último punto logró reorganizar un nuevo ejército compuesto de
1800 hombres, sin contai* con la incor[)oracion del Regimiento de Granaderos
á Caballo al mando del Coronel D. José do San Martin, que se efectuó poco
después, nombrado por el Gobierno segundo jefe del ejército.).
Obligado nuevamente á salir de Jujuy continuóla retirada hacia Salta,
encargando á Dorregode contener al enemigo, quien no solo lo impuso varias
veces, sino que obtuvo muciías ventajas [barriales, habiendo sostenido una
ve>: cerca de Salía un ataque que duró mas de 4 horas con pérdidas insigni-
ficantes. Al llegar d Salta el ejército, se le incorporó San Martin de donde
continuó hasta Tucuman estableciendo aquí su cunrtel general.
En seguida entregó el mando al segundo jefe, dando así cumplimiento á
la orden del Gobierno que por petición suya le relevaba.
Separado de! ejército, enfermo física y moralmente, el General Belgrano
emprendió su viaje hacia Buenos Aires, siendo objeto de burla en Santiago
del Estero por el Coronel Dorrego, su amigo y subalterno, de donde con-
tinuó hasta Córdoba y de aquí hasta la Villa de Lujan, punto en que
debía detenerse i)or orden expresa del Gobierno, mienti'as se continuaba
el proceso que se le formó por las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma.
No teniendo faltas de que acucarle, el [)roceso quedó interrumpido, man-
dando muy luego el Gobierno sobreseer en la causa.
Respecto de sus trabajos como comisionado acercade la corte de Inglaterra,
nombrado poco después de su separación del ejército del Alto Perú en com-
pañía de Rivadavia que marchaba con destino á Madrid á negociar los destinos
de las Provincias Unidas del Rio de la Plata bajo la condición terminante de
reconocer la libertad é independencia de estos países, procurando fundar un
gobierno bajo el solio de instituciones democráticas republicanas, creemos
haber hablado ya en otro lugar haciendo uíia relación suscinta de dichas ne-
gociaciones.
Vuelto Belgrano á su patria sin haber obtenido ninguna ventaja acercade
nuestro ser político en las coi'tes extranjeras, llegó á Buenos Aires á principios
del año 1816, encontrando mas profundamente divididas las ideas dominantes.
Ya se sabe también el resultado que tuvo su misión cuando marchó á la
- 54 —
oa\)e/.u fio las fiior/as fio fAt^arvin-'ion fio rnar v tiorra oii su r-alidad de General
Olí Jíifíi |iar:i |i;ií:¡lií';ii- á S;iiif;i-I**í'' in-'ir»-«*'-«-i«i:i;i'i;i, <!•* i;i mi<ma manera qu6
í-oijoí-Cfii'i- I;í ;. »-i¡vií|;nl 'jii<; |»ii-'> í;i) ;ii"..^'i ;'j fin »lr* r-'U^fituir oi Ponírreso en
'ru<:uiiiaii V [iV'}i:\ii\n:iV -MlcnnPMii'Mití* -u ifi-i'MMMi'i'Mn'ia. lovaiitaudo así un
iiu'ívo .-í;r |»olít¡í-ij 'iii". í-oiiiM i.i.^ 'I<íiii;'i- n;i«-i..:j.-- ciij, ijiiiver^ >, obrara por su
Vai 'Iíí-Ijí, í ■.••iirjw^/, rii/'i una '•!-'i!«iL'.'j-i'l.'i t'ra:'M y rc-^uelta en favor del go-
?HOf!io m''n:M-'íii!'"'». .íUí»":-".'i:j 1m -'I- ¡'i'.*;i< v:i {.■•:''.'i jt!-*:i-:i ñ v.'i ]M')r una larira v
". .'i-»;i ••'-!•."'•-. i. ■»[ H i í'1,1 -i; i: i-i-'-Vf ¡li'í 'iii-' í;. |.:|.' . • i :i j ii«'i-¡ r.i ; .. , ||4I i'^tai»a pr'ijíapado
ui x.'iiía 1'».- ••.ííiii'ijí"- ;'i!'.j «''ín-Mv.ir y <*»¡i-m,|'í.i!- !.i^ í*'»iiiiiuris í|UO sustenta-
rl.'iii <íi í*'iiii«-i'» r«íi»uiiii<*;i'i'>. m" i»:.i';na U' «muí: • v ••irrui.'i ideas ilítiásiicas
I ■
ii'ii" lo- í'iiiiMto- '!•• .•»- iiai^-íf- sii'i-aiiií rií-.-iij»»^.
l**:!<i una .'¡]t¡.|;i I •■;itíi. «'müíIu'-í'i do la mallo á ,.>> n>nt;iiuadores de los
iiiistr(;> i»í;ii-a'i'.»i-»í- 'H* Mav^ i-»'- «-i ••amiu-» •!•» ¡a i».í-reiH»!'a«'Íoi líulltjca, ¡lumi-
nand'» ¡o- st»inl;no^ aM^iiio-* .pui -^«j al»riaij ;i >i.i< niaiMa^ |»ai*.a larliar haMa veii-
í-í:r ó morir, va oii las «••»iivul>ionO'- l'afídif'a^ de la tíinM'ra civi . va en la santa
d'.Miianda (]•• jiisti'-ia •'» mihírio con i'¡ d»n¡nn'l'H' adulto y tioro <|ue se cebó
durann.' !r«:- iar;_'o< siL'io--.
y.íi oUirU) ;í>í sucí»di«'»: «;l |»noln" x* aliiin«nt.i!»;i de iíica^ iinramonte demo-
rrí"iiií-;i>: [;i iuiiaidaíl d<' toilo> l«i- ii'»mhi-os lo <'i-a un nrim-ijiií» natui'al ro<rha-
/anílo i-un d<í-d<u Ims rum'')- in'i'sonaie-». v pI (Miti-oiii/ainií/nii» de una familia
<-on>¡dí'ral)a fimo «m mavoi- ai«Miia'Í • ;i la Inimi'ii la»!, sintiendo in.stintiv.a-
■
mcntíj <jn»i ia sol.H.'.rama |»o|»ular «M-a mi atrihuti» i vino de las aiii'upaiMOiies
-oí'ialí^s.
A^'i pní's. tpjiía |»ei'le«'ia í'.,ih'i<Mn*i;i .j»» >us destino-^.
Mil xí.LMiida. veino< a H.n;^i'ano liirii.nr «mi la^ di>eii<ioii(^s intestinas siempre
con tan inaia -niMMe 'jiu.' un p'i'rtido jí^f»'. iiijt» de la iicicropMicielafl dt.> los ele-
niííiii'S ípu' <'on<iitnian e! M)<'M-cifu d<» la patria, ahu-^ó crimiiiahnonte de su
huena (r y conii.-m/a, i)a>.'mdosoal oneniiiro «-on toda^ la> ti'opas mientras pac-
tal)a la í*apitulaí*¡ou y despojando al íiem.'ral dt* su mandil.
l*\ié i>n la :;u<M'ra civil doudo nelüraiio siiiti«i v suíVió li»s mas aecrbos do
lore-^ e>pirituaie< y í'orpoi aU^-^: la flesnu'hv, la penuria del Matado <pic no le
auxiliaba ni >i«piieiM ,iara aüiníMitar ía^ trop;i<, una liaml)!e espantosa durante
laru;os mesiís, yiM'los de frió en un ticuipo ia-Unnciitc. sitiados de eneuiiiío^,
(»xliau>tos de latiira y dominados |)or un siu i"io coi:t<'MÍdo. tales fueron las tris-
tí»s í'ondi<Moncs (MI (puí <(' (íiieonlró (»1 ejí'i'i'iio ;'i las ordene^ del virluoso y
aluMVirado Hcliíi'ano.
Mstos dolores >«.» aciMituaron r.'ipidamiv'iie y minado m.i< tarde por una
eruel hidropesía iMiipe/ó á sentir los posti-íM-os sufrimientos di» la muerte.
Vu motin militar levantado imi Tuenm m derroe»'» las auloi*idades Icj2:ales
oiHi|)ando el (iohierno sus aileptos n <'opartícip(rs; Heliíi'anc», á la sazón en su
lerhode dolor, fuéasalta(lo]M)r los insur^^entes eapitaneadosi)or Ahi'ahara Gon-
/ale/, 'pnen c)r'IiMió sí^c rema'diara una b.arra <le irrillos.
— 55 —
Su médico do cabecera, el doctor Joseph Redhad, se opuso enérgica y va-
lerosamente imponiendo á los insensatos: Belgrano apenas sufría el contacto
de las sábanas en sus piernas, horriblemente hinchadas, y sin embargo se
pretendía aherrojai'lo en tal estado y en el mismo teatro donde ilustró la causa
revolucionaria con una victoria esplendente.
En este punto, la ingratitud identilica dos grandes hombres: Colon y
Belgrano!
Belgrano que quería á Tucuman como á la tierra de su nacimiento, según
sus propias palabras, había resuelto desde muchotiempo .itrás dejar sus huesos
en la florida Capital: pero la amargura y el afrentoso atentado que se pretendió
hacer en su persona le disuadieron de a juel nro¡)ó>;ito, re^<ilviendo entonces
legar sus cenizas á su pueblo natal.
Trece meses consecutivos lo había tenido postrado en «'am-i la pertinaz
hidropesía, sin tener la dicha de ver á sus numei'osos amigos.
Tres fieles a'lmiradoi'cs cuidaban de su nersona v cuando solicitó del
Gobierno de Tucuman un préstamo «le ¿(H)() í> \k\va íi*asladarse á Buenos Aires
se le negó, contestándole que el Tesoro se hallaba exhausto.
Por fortuna, uno de esos grandes amigos le facilitó la suma indicada,
emprendiendo su viaje inmediatamente: iírual <'osa le sucedió cuando ocurrió
ai Gobierno General en dem-uida de protec-Mon: todos le abandonabanl
En su viaje, sin contai' con ios suiVimientosde >u enfermedad y los aneaos
al movimiento de una silla de |)Osía. nooncontró en todo su trayecto una sola
naano amiga que le prestara apoy» y r')rtaleciese su espíritu: un corazón gene-
roso que le ofreciera hospitalidad, ni un voto por «^u 'restablecimiento: hasta el
maestro de posta tuvo derecho á ii]suitar'iO impíamente.
La enfermedad había avanzado notablemente y víctima de una convulsión
de agonía, cerró enteramente sus ojos á las siete de la miu'iana del 20 de Junio
de 18á0, esclamando melancólicamente: ¡Ái/, patria mia!
Sus restos reposan en el atrio del convenio de Santo Domingo, amortajado
con el hábito del patriarca de la orden, cuyo sepulcro fué cavado al pié de la
pilastra derecha del arco central del frontispicio de dicha iglesia.
La gratitud de la posteridad ha levantado unaestátua ecuestre de bronceen
la Capital Federal, otra, pedestre y también en bronce, en Tucuman para ense-
ñar con sus leyendas el camino de la gloria á los hijos de la libertad.
La Federación Venezolana tiene por límites: al Norte, el Mar de las Antillas,
al Este la Guayana inglesa, alSud el Brasil y al Oeste los Estados Unidos de
Colombia.
Está comprendida éntrelas' y 12* 16' de latitud norte y entre 8*49' longitud
este y 6* 13' longitud occidental del meridiano de Caracas.
— r>r, —
Su sii|)(»rlirii^ '*^ 'lí» Lili'). ()()() kilóüiíMí'ns cuíi'lríiílos.
Su |h)I)1;hm()ii;i<"¡'mhI(>;i mas ílií :¿.OíM).n()i) ii<» liahitaiiics.
\'iMhvnplasoM«'ri ¡ró lihro (' in'lo|)Oii(ii'Mi!<* en ol afn»ílo l8¿I'J,ilciK»niinándose
(iraii Ko|Milílii'/i íl(»('uloiiil)ia im iiiihni «••m Nuova Graiia'ia y Quito, j)oro segre-
i;jni(l(>so 011 IS^íí, consliíuyó aparto una Ko'lerai'i'Mi bajo el nouibre de Estados
Su .m)l>i<Mn«» <vs i-('|iuhli<*aii<) í'ivÍ«M'al. lialí¡('*iiílM>o oi'i:ri'l'.) tMi Kcpública desde
ol .ífio ISll.
('(»ni|»r(?iiílo la I'\ííloi'a<*if»ii, ¿í) lvsta<lo<, 2 'l'(M'rifor¡i»s y el Üistiáto Fe-
iloral.
N'oiuvuola <*si;i viiicul.-nla ••un :i..s')íi'ik i»or <us tiM'li'-i-i'io.s, ¡«liomas, co.s-
tuuil>ri*s, por -^us ;i^[iir;i('i'iiii»'. ¡i<»í:f¡i';ts y ;iuii p'ir-^Lis p¡'Mpia> «iosifraí-ias.
L.'i pn|jti«\'i innii.ii-fniica i,^-»i).M'ij''» íiuiihü.'ii ;iíií aii«'ieii'l'» :i Ins umuraies á ^su
yuií») (|<»-hñtirn. y .i^í .•niii') n.-nM üM^Míi-o-s liul»M un a'lali'l líuorreri», uu salvador
(juo hirióse uimni's «;1 íron.» ■!• i.) - --í.-in jt.i.l, i|i» ¡a nii-ina iuan«»i*a apareció para
a«jUoll;i ol r<'il<Miíí»r 'le su-^ «loi-O'-ir"-. i-' •^us lilu-i-t.-nlos, y «lo su soberanía po-
lítica;
l'll uiisnio <m|ím ;i |.í> fl<'»s|Mita-. la uii^uiíi ropumiaiM'ia á la dominación
ospafinla, ii:iiaí(»s a>|iira<'i'Hh'-i y tíMi-l«'in*ias y '.i«i|-rni 'i«*t"»Mj<iU'es«le un«»s mismos
|>rin('i|)ios("' jtlí'iitii'o- 'Ir-iuniM^. c-aija una ffabajab.-i j">i- -,u pr^piíMoiioidad para
restaurar;! laAuHÍi'i''a i*)- jire«-i »-•- ÍMncí-» u^U!"p;i'ÍM-; ¡.or un i*(>n»jUÍstador >in
le, ílo «'.^íroflias niii'as y rO!f'*»_:ra'l » «mi --uium j:ra'i'>.
Lns Iriunfns <b'l uu'» ilriiafiaii «ir -:'•/." -i ■;•- ;»■ •í)l:i«'ÍMni's ilel otro, jiürcjue
ellns atirnialían ¡a unioa'l ani«M'i«-;i'..i, (.'-iii-'»ii'la!ií|'» ia- o>p»M"an/.as populares y
losseiitiniirntn-^ iM»lifií'o> i\r. ins in".'»^ .¡ím Xuo\ ■ • Mun«l-).
í/Uauíln \'«-n«vu».'ia U'»- fomunicí» la (A.-iiiarJMn ai p'»'icr *UA primer ma^^is-
tradoíl»;! ir"bi(Mii'< rrpul»ii«"aii'«. !a- Prn\ ¡¡iri.-i- I 'ii¡«ia> ñ^ícjarnn onn infiecible
entusia-^iíi" «-I iiri.¡:int(.' íriunfu le ia< i-ii-a- •h*in<M*i";'ili''as, lanías \eoos envueltas
en l«»s plioiTue- *\*'. la uo^irr.'n-ia y «lo la íalaliíla'l.
l)(i>ilo en'"i)«-f-;|ia'-ta la locha la*^ mas coivlialos ri^laciones li;;an á ambos
países on la per-O'-U'-inn «le su eniíranílivimionín y esplendor.
CJS.IjLE MJÉJICO
La l{epúl)li<*a (le Méjico tiene por limites: al N. ios Ksta<los Unidos, al
K. el ígnito (le Méjico y <í1 mar <lc las Antillas; al S. K. (juatemala; al S. y al
O. el Océano I^acíH<*o.
La sui)erticie total es <le áJM)(>,(HM) <le kilom. cuadra<i<)s.
Su población es «lo l>.tM)t),oi)() de liahitanles.
La Reía'iblica de Méjic-o ha sufridlo tremendos golpes [)or la ambición
de europeos y amerieanos, despojílndola hastade su propia autonomía como
nación libre.
— Oí —
Iiidependieiue por su suprema voluntad devJe 1821, erigióse en imperio
el nuevo Estado, pero rompiendo con las restricciones y trabas de la forma
y gobierno monárquicos, un ano después proclamóse República solemne-
mente.
Dos terribles invasiones de Francia v Estados Unidos trastornaron la
vida económica de la gran nación perdiendo mucha parte de su territorio:
pero en la última guerra que sostuvo con la primera en 1861, no solo vióse
sacrificada en enormes deudas, sino lo que es peor, caía desmoronado el
gobierno que la sostenía, erigiéndose tres años después un imperio gober-
nado por el Archiduque Maximiliano de Austria, para caer al cabo del mismo
tiempo aplastado bajo el peso de la justicia, restituyendo la nación su auto-
nomía usurpada.
La República comprende: 27 Estados, un distrito federal y un ter-
ritorio.
Como todos los pueblos americanos que han tenido que sacudir un yugo
oprobioso, cual el monárquico español, los mejicanos pelearon con bravura
en los campos de la lid, y nunca los reveses ó desastres de sus armas pudie-
ron siquiera moderar el fuego sagrado que animaba á sus corazones demo-
cráticos.
Despedazado el solio de la monarquía y gobernados republicanamente por
sus propios hermanos, tuvieron que luchar contra los descontentos que en
número considerable se dividían la opinión y agitaban los pueblos interiores
excitándoles á la rebelión y al pillaje.
La lucha civil que sufrió Méjico después de reconquistar su indepen-
dencia y de dar solidaridad á la República á la espectacion exterior, fué cruel-
mente desastrosa, brutal y sanguinaria. Los gobernantes se sucedían vertigi-
nosamente, expiando sus errores en el patíbulo por haber escalado el poder
con la punta de las bayonetas; las arcas quedaban vacías por las manos
impuras que las gobernaban; el crédito vacilante y aun muei'to, no podía
arbitrar recursos para contenerlas insurrecciones, etc.
Después de esta lucha fatal, un gobierno ¡lustrado y expresión de la
voluntad del pueblo, llamó á su lado á los hombres mas idóneos del país
para compartir las tareas administrativas, introdujo notables reformas y
suprimió gastos superfinos; estrechó las relaciones diplomáticas con todos
los países, celebrando tratados de comercio, convenciones y toda clase de
vínculo comercial.
Nuestra República se ha asociado francamente al movimiento de pro-
greso que impulsa hoy á Méjico, enviándole todo cuanto es materia de
comercio.
Consecuente nuestro país con las doctrinas políticas que desde su
infancia fueron su religión y culto, dispensa á los pueblos americanos afines
el profundo respeto y cariño que inspiran el trono de la libertad constitu-
cional y el altar de la democracia.
— 5« —
Los pueblos niejicaiios, hermanos «gomólos <io los de las Provincias
Unidas, lovaiitaroii luiísoims el estandarte <!«» la libertad para desalojar del
suelo r(^pul)licaiii) á l'»s (^sriavo^ di> las dinastías, y cuando el triunfo de las
armas de la patria i'ol)i|;iba (mi 1«>s püi'uMi<^s fio su band(»ra ;i los [)roscriptos
sefialándoles el puesto de l;i Lcinriíi, ¡a América tMitera saKniaba con entu-
siasmo IVíMiótico las ("OMípiislas d«í l.is ideas repuldicanas, |ropercutiendo
los himnos de la lil)(M'ta<l en el últinm .inü;ulo del iniovo continente.
('liando aqiitdlns heróicí)s |)uel)los maniícst.iron :\\ universo (Mitoro la
auííusía y su|»r(;ma voluntad de ¿j:ol)ernar>e por sí mismos, dechirando su
completa libei-íadé indí»pendcncia (U^ l<»da dominación extraña, el mundo de
Colon exlremeí'ióse d(í júbilo v c(iiel»r<') d«Minn :i oir-o de sus extremos el
hiH'inoso presente tributado :i la .irr.'in familia, á la id(>a r(*publi(^ana, á la
i'eli^ion dem«)crí'itic;i.
í^os pueblos d»i M(\jico y los del lM:it:i íniiin.une.'jie li'4:.i los por la coii-
(íiencia y su pr«>p¡a cnn^erva-'ion, han llorado junto-" doloi'osas pérditlas 6
celebrado inmortiles triunl'os; cons(».*nenci:i de i.i iiicha coniinenial d«? dos
entidades (MuinrMites: la iil)crtad y i;i esclavitud.
riov Sí' d;m la man-» atcrmo-;;nnentii dii-ijicndo lo< ili'<iinos de ambos
países píir el itineraiio «pie i(» b.in oiarí'.-ido ^n i:lori.i-;;i bisi«n'ia y ias con-juistas
del saber humano: ol proL^reso.
La K*(»|)úblic;i de Chilí» ticuíí poi- líinitc>: al N. til d<>siertt) de Ataeaina,
al lí. los Andes (puj la scpai-.-ni dtí \:\ l\e]M'il)lica Ai*,L¡;eniina, al S. ol Cabo
de IIf)rnos v al O. kA Pacílico.
Su extensión t(?rritorial no pasa dt». •¿7(),<)<H) kiloin. «Miadrados; no obs-
tante, un autor chileno le dá hasta .j.'íl),()(M).
('hil(> proclamó su in<lepen<l(Mic¡a el í'¿ de Kebi-iM-o <lo ISIS, aniversario
del /glorioso ti-iunlo en í.'ha<*abuco. fiándose» una or.Lrani/..ndon política cual
correspondía á sus mírresidades y á sus aspira<'iones.
l^a líepribli(!a Ar^^entina. entoncívs Pr*)v¡nci;is Unidas del liio de la
Plata, rod<;aíla de ciKnni^os por todas partes, oprimida y vaiálante por espan-
tosa anar(|Uía, (empobrecidas sus arcas y sin elementos para afrontar una
situación tan comi)licada, rompió con todos y decJaramlo la f^uorra á sus
multiplicados (;nemi*^os esperó con serenidad el desenlace do la contienda:
un ejército formado al pié de los Andes sombró la muerte en los campos
do ('hile, aplastnnílo á sus dominadores.
L:i aui'ora de la libertad lució ma^ní(ic,a en ol reino redimido, cantando
las ;;1 o: ¡as patrias las í;o/.osas multitudes.
San Martin fué su recon<iuistadoi- y el profeta de sus destinos.
líl imperio de los Incas quedó restituido, pero esta vez bajo la forma
de gobierno democrático-republicano.
— 59 —
Hoy cuenta con una población no menor de 2.500.000 habitantes.
La gigantesca campana emprendida por el General San Martin á través
de los Andes busf^ando al enemigo en su propio centro, allá donde tenía
un poderoso acopio de elementos bélicos y mayor número de defensores, se
llevó á cabo de la manera mas satisfactoria, y supo in'.Milcar con tanta habi
lidad el General Argentino en el ánimo de sus soldados los sentimientos de
la obediencia, disciplina y amor á la patria, que nunca oyó una queja ni sintió
desaliento en aquellos valerosos defensores cuando practicaban la inmortal
ascensión, agobiados por el peso de los materiales de la artillería y víctimas
del frió intenso de la glacial cordillera.
Después de triunfos parciales y de gloriosas victorias, las armas pro-
tectoras hicieron flamear el pabellón argentino-chileno en todo el territorio
antes ocupado por el enemigo.
Proclamada la independencia y reconocida como nación soberana por
los pueblos de la América y Europa, entregóse con ardor ú la reforma
general de la administi'atúon, hacienda, instrucción pública, etc. de la Repú-
blica, solicitando de las naciones vecinas su concurso para propender y
acelerar mas etica/mente ia preponderancia que perseguían sus gober-
nantes.
En el año 1855 celebró Chile el primer tratado de amistad, comercio
y navegación (*on nuestra República, abriendo de esta manera un campo
mas vasto á la labor nacional y un mercado seguro para el intercambio de
sus efectos.
Después, convenciones de extradición y postal, y por Hn el amis-
toso tratado de límites celebrado en 1881, ha estrechado y vinculado mas
fuertemente los lazos que ligan á los dos países, trabajando recíprocamente
y de consuno á favor del bien general.
Dos vias férreas que arrancarán de esta República para internarse en el
territorio chileno y poner en comunicación ambos países recibiendo recí-
procamente los productos de las industrias y de la agricultura de uno y
otro, son otros dos lazos poderosos de amistad que fortificarán los senti-
mientos de adhesión y el engrandecimiento de ambas Repúblicas.
Estas nuevas vías de comunicación estrecharán mas las relaciones comer-
ciales y el cariño fraternal de los dos países.
TRATADO DE LÍMITES ENTRE LA REPÚBLICA ARGENTINA Y LA REPÚBLICA
DE CHILE
Buenos Aires, 23 de Julio de 1881.
En nombre de Dios Todopoderoso. Animados los Gobiernos de la República Argentina
y de la República de Chile del propósito de resolver amistosa y dignamente la controversia
de limites que ha existido entre ambos países, y dando cumplimiento al artículo 39 del
Tratado de Abril del año 185O, han resuelto celebrar un Tratado de Límites, y nombrado
á este efecto sus Plenipotenciarios, á saber:
S. E. el Presidente de la República Argentina al Doctor Don Bernardo de Irigoyen,
Mixústro Secretario de Estado en el Departamento de Relaciones Exteriores; S. E. el Pre-
— 60 —
síciente de la República de Chile í Don Francisco de B. Echeverría, Cónsul General en
«iquelhi República.
Quienes después de lial^crse manifestado sus Isleños Poderes y encontrc'mdolos bastantes
para celebrar este acto, han lí^nvenido en lus artíruios siguientes:
Articulo I. El limite entre la República Argentina y Chile es de Norte á Sud hasta
el paralelo .S2 d<; latitud, la C'ordillcra tle los Añiles. Iji línea fronteriza correrá en esa
(íxtension p<»r las cunibn*s más elevadas di: dichas Cordilleras que dividan las aguas y
pasará ])or entre las vertientes que se desprenden á un lado y otro. Las dificultades que
pudieran suscitarse por la existencia de ciertos valles formados i>or la bifurcación de la
Cordillera y que lU; sea chira la linea divisoria de las aj^uas, serán resueltas amistosamente
p«»r dos j)eritos nombrados um» de cada j)arte. En caso de no arribar estos á un acuerdo, será
llamado á decndírlas un ter<vr ]ietito (leNÍ*;nadu por ambos ( gobiernos ; de 1:ls operaciones
(juc practique'!!, se levantará una a< la en di-blc ejemj)lar, lirmada j)or los dos peritos, en
los puntos (Mi (pie hubirren estado de acuerdo y además por el tercer perito en los puntos
resueltos por éste. Esta acia pnalucirá pleno elecio (les<le cjue esluvien=» suscrita por ellos y
se considerará firme y valeilera sin necesidad de c.tras foruialidades ó trámites. Un ejemplar
del acta s<!rá (rh'vada á cada uno d<- los d"*í ( íobiernos.
.\rt. II. En la parte .Austral d<I Coniimnte y al Norte del Estrecho de Magallanes,
el limite entre los dus j^aíses será una línea (pu*, partier.do tle Punta Dun^enes, se prolongue
j)(»r tierra hasta Monte I)incri>: de a(pn «ontinuaiá hacia el ncste, siguiendo las mayores
elevaciones de la cadena de colinas ijue allí existm hasta t<.car en la altura de Monte
Aymond. De este jmnto se ])rolon!rará la línea hasta la interseccit.)n del meridiano 70 con el
parale!».) sj de latitud, y de aquí se-^uirá hacia el Hesic coincidiendo con este úllimo paralelo
hasta rl divortia at¡uarum de los Andes. Los territorios (jue c[uedan al Norte de dicha línea
perieneceián á la Kepi'ibli«.a .Xrui.'nlina; y á (!hile hs (pu: .se extiendan al Sud, sin perjuicio
de lo íji"' disj)i»ne re-pectn de la Tierra drl Fut^o r islas adyaí'entes, el artículo tercero.
Art. 11 1. En la Tieira del Kueí;o se trazará una línea que, pailiendo del punto deno-
minadí» Cabo del Espíritu Santo, en la latitud .sj jurados .^n minutos, se prolongará hacia el
Sud, coin» ¡diendo con el Meridiano ( )( ( idental de (írecnwich, hS grados ^^4 minutos hasta
tocar en el Canal < H<-a^le •. La Tiena del Lueuo. dividida de esta manera, seiá Chilena en
la parle ( Kridental y .\rgentina en la ]>arte ( >rienlal. En cuanto á las islas, ])ertenecerán
á la Rei)ública Argentina la isla de ¡c»s Estados, los islote^ próximamente imuediatos á esta
y las demás islas (pie haya sobr*. rl Atlántico, al ( )riente d(? la Tierra del Fuego y costas
orientales de la Tatagonia; y jHTteneierán á Chile todas las islas al Sud del Canal « Beagle»
hasta el Caín» de ]L)in(»s y las (pie haya al Occidente ile la Tieira del Fuego.
Ari. IV. Los misnu)s peritos á i[ue se leliere el artií ulo j)rinn;ro íijarán en el terreno
las lineas indicadas en los dos artíeui«is anterioics y ])roecderán en la misma forma que
alli se determina.
Art. V. El Estrecho de Magallanes cpieda neutrali/adi» á perpetuitlail y asegurada su
libre navegaci(»n ])aia las banderas de todas las NaiK>nes. En el interés de asegurar esta
libertad v ncutrniidad, no se construirán en las lostas ftírlificaciones ni defensas militares
que puedan contrariar ese prop<'»siio.
Art. VI. L«-)s Ciobiernos de la Re])ública Argentina y de Cüiile ejercerán pleno dominio
y á jícrpetuitlad, si)bre los territorios que respectivamente les pertenecen según el presente
arreglo. Toda cuestión (jue, j)or desgracia, surgiere enlie ambos países, ya sea con motivo
de esta transacción, ya .sea < ir; cuahpiier otra cui^a, será s )motida al fallo de una Potencia
amiga, quetlando en todo caso como límite ¡inonmovible entre las dos Repúblicas el que se
exprese en el priísente arreglo.
Art. VIL I-^is ratificaciones dcí este Tratado serán canjeadas en el término de sesenta
(lias, ó ant(.*s si fuese posible, y el canje tendrá lugar en la «iudad de Buenos Aires, ó en
la de Santiago de Chile.
En 'ii de lo «nal los Plenipotenciarios de la República .Xr^cnlina y tle la República de
Chile íirmar «n y .Míllaron con sus respectivo'; sellos, y [)or da¡>licadi), el presente Tratado
en la ciudad de Huenos Ain-s, á is dias del m<:s dr Julio del año de Nuestro Señor 1881. —
(L. S.) UruNARDo nr Iki<;ovj;n. — (L. S.) Fra.\<i.si:(j dk B. Eciir.vKRkÍA.
PROTOCOLO ADICIONAL
En Buenos Aires. ;'i quince dias del mes de Setiembre de mil ochocientos ochenta y uno,
estamlo presentes en la Secretaria del Ministerio de Relaci».>nes Exteriores de la República
Argi-ntina, el señor Ministro Secretario fie Estado en el Deparlamento de Relaciones Exte-
rioies, l)(K:t(»r Don Bernard<i de Iri^oyen, y el señor l)>n Franinsco de B. Echeverría.
— 61 —
Flenipotendarío espedal del Excmo. Gk)bierno de Chile, para suscribir el Tratado de Limites
que quedó ñnnado en esta ciudad, el veinte y tres de Julio ultimo: manifestó el señor
Echeverría que habla recibido de su Gobierno instrucciones para proponer al Excmo. Gobierno
de la República Argentina, prorogar el plazo estipulado en el artículo 7° de dicho Tratado
para ratificación y canje, en razón de ser poco el ténnino que restaba para que pudieran
expedirse ambos Congresos.
El señor Ministro de Relaciones Exteriores contestó que en vista de la consideración
expuesta, el Gobierno Argentino no tendría inconveniente en estipular la ampliación.
Conformes con esta idea el señor Echeverría, exhibió los Plenos Poderes que le hablan
sido trasmitidos por el telégrafo para suscribir el presente Protocolo, y que son del tenor
siguiente:
Santiago de Chile, Setiembre 13 de 1881. — Anibal Pinto, Presidente de la República de
Chile, á todos los que la presenten NÍeren: ¡Salud!
Por cuanto: considero que el plazo fijado en el artículo séptimo del Tratado de Limites
ajustado entre Chile y la República Argentina es deficiente para efectuar en tiempo el canje
de las ratificaciones:
Por tanto: y teniendo toda confianza en don Francisco de B. Echeverría, Cónsul General
de Chile en la República Argentina, he resuelto nombrar como por la presente lo nombro y
constituyo Plenipotenciario de Chile, para que negocie y firme con el Plenipotenciario, debida-
mente autorizado por el Gobierno Argentino, un Protocolo que consigne la próroga que se estime
Cunveniente del plazo que fija para el canje de las ratificaciones del referido artículo séptimo
del Tratado de veinte y tres de Julio del presente ano. Y lodo lo que el referido Plenipoten-
ciario negocie y firme en \'ista de estos Plenos Poderes, promete cumplirlo en todas sus Partes,
previa la aprobación del Congreso que nuestra Constitución prescribe.
En féde lo cual, he hecho extender estos Plenos Poderes firmados de mi mano, sellados
con el sello de las armas de la República y refrendados por el Ministro de Relaciones Exte-
riores, á trece dias del mes de Setiembre del año de Nuestro Señor mil ochocientos ochenta
y uno. — (Firmado): Aníbal Pinto. — (Firmado): Melquíades Valderrama.
El señor Echeverría ofreció de acuerdo con lo que su Gobierno le previene en telegrama
anterior, presentar los poderes en la forma de costumbre, y habiéndose aceptado por el señor
Ministro de Relaciones Exteriores esta promesa y exhibido por su parte la Plenipotencia que le
ha sido conferida por S. E. el señor Presidente para negociar y firmar, por parte de la Repú-
blica Argentina, el presente Protocolo, y después de diversas indicaciones sobre el plazo, las
que fueron discutidas, convinieron ambos Plenipotenciarios ampliar por treinta dias mas el tér-
mino estipulado para la ratificación y canje del Tratado firmadv) en esta ciudad el veinte y
tres de Julio; debiendo contarse la próroga desde el veinte y dos del corriente mes
El presente Protocolo será considerado como parte adicional é integrante del referido
Tratado y sometido como tal á la aprobación de los respectivos Congresos.
En fé de lo cual, firmaron y sellaron con sus respectivos sellos el presente Protocolo. —
ÍL. S.) Bernardo de Irigoyen. — (L. S.) Francisco de B. Echeverría.
LEY DE APROBACIÓN
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina, reunidos en Congreso, sancionan
con fuerza de ley.
Artículo I. — Apruébase el Tratado de Limites con la República de Chile, celebrado en esta
Capital el veinte y tres de Julio del presente año, y el Protocolo a aexo firmado el 15 de
Setiembre del mismo.
Art II. — Comuniqúese al Poder Ejecutivo. Dada en la Sala de Sesiones del Congreso
Ai^^entino, en Buenos Aires, á once de Octubre de mil ochocientos ochenta y uno. — YkPiíí^'
CISCO B. Madero.-^ Carlos Ai, Saravia, Secretario del Senado. — Lidoro J. Quinteros.—
Miguel Sorondo^ Secretario de la Cámara de Diputados.
— 62 —
CJS.1LLE DE SAN LORENZO
l)uofni.> los (?>p;jri()i(»s(i(» Mí>iit(ívi<lo<.i y dr las a^uas «iel leíala, las fuerzas
navales (.'íMiuitíaii to'ln^íí'jMíírí» íiíí air«ií'iílaíl<í> ilevaiiílo ííI espanto á las pobla-
ritjijcs nuv¡alíí>, ó ¡iit(3riiárHÍosí» iiia> de una ve/ (Mi el ttifi'iforio invadido
pequeños <i»»-t:u-aMieníos protíí^iílospor ia ílula iiiionti'as asei^uraban los robos
Je hacioiJ'Ja y saileamientí) íÍ(í propie<la<ie.>.
Lu> pueblos íle San Nicolás y San Ptídi'o habían sufrido con horror la
irrupción, despojándohjsde cnantiosos bienes, y A lin de ponerse al abrií^o de
(li<!lios latroí.'inios, roniuniraron al (lobierníí todo lo a«-onteeido, solicitando su
pnileccii^n para px-arnKMiiarlos.
San Martín «pie un'; ení-ai'«;ado(dicialnn.Mití; j»ara la creación y organización
dií un re;4ÍniiiMifo de "<iranad(;ro> a caballón, <M-a á lasa/.on coronel efectivo en
virtud dc| divr-iMo di; 7 do I )iri.Mnl)r(í d<' isiri, y ya ba>lantiMnente clisciplinadfj
p«»i- la -evcra insii-uccion müitará «pie in^oniciin >n jol"'.', i'ci'ibió con satisfac-
ción ia (•Mini>i'»n «pie le cncuniendó ei .ií<»l)i<^rin) par-a repeler y castigar ojem-
plainnínie á las íiicr/as invasora>.
('<»níiada< <'ístas;i la |>cricia y bravui-a del «'apitan de ai'tillería I). Juan
Antonio /;d)ala, .-<^ preparó;! darse a la vcia una (»\p(Mlicion loriuada de ti'Opa
do <ies(ínibai*c<», bien ininiicionada, ;'i nbj'üo'iíí pi-oveer de carne fresca lapia/.a
sitiada, díMnnlicndo de pa^ola> r')riiii(-i''¡one-- <pní los patriotas construían en el
Pai-aná.
Kl dia antc'^ d-» habcj-sí» í*c-»ii.»|to p )nci'sc. (jn mai'clia diclia expedición,
luic^tro .i;nl)i(M-no tuvo cíuiociinienlo de atpicl movimiento y sus miras por un
in<lividuo «pie acabalía dtí Ilegal' ;'i San l^'ci-nando, recibiendo muy luego nuevas
noti(.*ias ipie le asegural)an ([W la oscuadiilla de \h>nievideo surcaba ya el
Paraná.
Fué en estas cirí*unstancias cuando San Martín recibió la ór<len para que
poniéndn>e a la cal)e/a <le ^i7}{) bombnís de cal)al¡er'ía é infantería, siguiese
todos los movimientos del em^migo, cargándole en el momenloíjue pretendiese
desembarcar.
Poro, de las fuerzas (juedisciplinabael «'oronel apenas Uyi) hombres estaban
en aptitud de [irestar algún sei'vicio, siendo todos los demás recdutas sujetos á
riguroso aprendizaje; sin «Mnbargo, la inlerioi'ida<l de esta fuerzanodebilitó por
eso las grandes esperanzas (juec.oncií)iei'a a(|uehle su intachable íiisciplina y su
valerosa <iispc).s¡<'i()iiguen*era, y dando cumplimiento á la orden superior, se
puso á la cabeza de dicho destacamento, níoviéndoso en acelerada marcha,
desj)ues de impartir las últimas ói-denes para el mejor gobierno y disciplina de
las fuerzas (juc se reclutaban.
Parte ríe otro regimiento al mand(í del (!<nnandantc D. Juan Bautista
Morón, debía partir en apoyo de los granaderos para el caso de algún desastre.
listos se movían únicamente de noche á causa de los sofocantes calores del
-63-
^cípitacioii que mas parecía en completa y desesperada fuga
que animada del deseo de llegar oportunamente al desembarco que se pre-
sentía.
Llejj;adu ú San Nicolás dispuso un servicio de batidores y vigías para que
te tuviesen al corriente de los movimientos de los invasores, pues no se sabia de
una manera cierta el punto que eligirían piiraei desembarco, quesería al mismo
tiempo el campo de la lucba.
La fueiv.a sutil española avan/,aba muy paus^adaraente, sembrando el terror
porlus pueblos de la costa, hasta que tomando una dirección mas delinida
hendía resueltamente las aguas en derechura de San Loreniu, donde fondeó
dctenninándoseü hacer víveres, pero no sin arrasar antes el convento del
mismo nombre que ocupaba una planicie casi horizontal y distante 300
varas de las barrancas del Paraná, que son tajadas á pique hasta la puerta
del mismo templo, habiendoademásotra "bajada á 428 metros del edificio por
la que avanzó el enemigo para hacer e! desembarco.
Comprendiendo San Martín que muy pronto tenía que habérselas con los
•■nemigos, hi¿o vivaquear á sus tropas, avanzando en seguida con mucha cau-
tela para no ser sentido: situado Irasde la quinta riel monasterio hacia el N. O.
del edificio, mandó formar en ala, echar pié á tierra y desenfrenar los caballos,
escuchando con avidez los movimientos del enemigo,
Una orden terminante habla impartido San Martín para que en aquellas
cercanías no se prendiese una sola luz. convidando con la soledad á \o^marmos
para efectuar su anhelado desembarco, lo que no tardó en suceder.
Vislumbraba ya la aurora cuandoel coronel entró al convento y después de
conversar con los monjes subió á la torre acompañado de algunos oficiales para
observará la fuerza española, cuyos nnovimientos le apercibieron que se
at:ercaba el momento decisivo, bajando en seguida para situar conveniente-
mente ó los granaderos.
Era ya de día cuando botes y lanchas desembarcaban á los invasores, que
en numero de trescientos veinte marineros y soldados de marina, bajaban muy
tranquilamente dirijiéndose hacia el monasterio muy conñadamonte.
En estas circunstancias volvió á subir San Martín á la torre para espiar
p<jr última vez á los españoles que avanzaban ya, bajándose al punto y orde-
nando qne el regimiento, dividido en dos escuadrones, se moviese y preparase
el ataque, llevando éstede tal manera que el segundo escuadrón á las órdenes
del capiran D. Justo Bermudez lo haría por uno de loa flancos al mismo tiempo
cjue ól de frente, á la cabeza del primero, confundiría al enemigo por un fuego
simultáneo, imposibilitando su retirada.
Por mas que se quiso hacer simultánea la carga, no fué posible á causa de
Ia mayor distancia que debía recorrer el segundo para flanquear la fuerza espa-
ñola, San Martin cuando los tuvo ya cerca, mandó á la derecha en batalla.
rompiendo nutrido fuego, que íuó contestado con vigor por aquella cuya línea
formaba martillo.
— G4 —
Kl coronel aiisi'so ¡jonjue no se le oscjipara uno solo, íinimaba á los gra-
naderos colocados ei! I<'i vanguar(1ia do su línea con [lalabras entusiastas, cuan-
do una metralla lan/al.i por uñado las dos carroñadas colocada en el centro de
la línea onemip:a, chocanrlo con el pocho do su corcel le derribó súbitamente,
apretando en su calda la i)ierna derecha del denodado coronel.
Este fué el momento do mayor poliííro fjuo ofreció la resistencia: ocurrido
este deplorable accidente muy cerca de la línea onemii^a, ofreció la ventaja á
ésta para apresurar el éxito de la batalla en su favor, y desprendiéndose de ella
el mismo Zabala ¡e tiró un feroz hacha/o á su émulo, que lo^^ró desviarlo de la
cabe/.a, pero que le ro/óla mejilla i/íjuiei-íia ruya ci(!atri/. conservó siempre; á
la sa/.on, un soldado enemigo separándose de la líijoa corrió á sepultarle su
bayoneta en el cora/.on ruando se (Convenció do que el caido era el jefe de las
fuerzas de Huenos Aires, peroalzáMd<jlo en la lanza el fi:ranaderoJuan Bautista
Baigorria, dio tiomp») á <jUOsu^ comparieros, me/rlándose con los españoles y
luchando uno coiiti'a tres, sombrasen el terror en espantosa carnicería, distin-
guiéndose muy particularmente en aquella obrado destrucción el denodado y
valeroso granadero (!orrentino Juan Bautista Cabral, que fué el héroe de la san-
grienta acción del 3<io Kel)rcro de ixi:^
Hasta este momento ninguna vont.jja estimulaba á las fuer/as beligerantes,
sin embarco do que ei cnemiiro omp^/.ó á dcs'-ontiar <lo su suerte, por lo que
corriéndose el bravu Zabala con sus tro|)as hi^la las barrancas, buscando ei
apoyo déla ai'tilloría naval a los íj:rit'»s de ^ Viva el líey y la España!» vése de
pronto interceptado por la división de Bei*muíle/ que á í^alt)pe tendidt) llegaba
al campo de batalla, c(jntrarestando á la bala emMniíj:a<*on la potencia del brazo
do sus granaderos.
Indecisa pormancció pí)r al^^uii rato l;i sueriu do las a»"mas, ])ues aunque
el enemigo estriba formado dcfiN-tuosainento p'W ia. pr-osencia de la segunda
división A la (pie hacía un l'uo^^o vivo a qUiíma rop.i, no por eso dejó de resistir
gallarda y bizarramente á los embates do la d(»rrota que amagaba á su línea
encendida en circulo estrecho, debilitando su fuerza v í'edu(riendo sus moví-
mientos.
Pero ellin «le la contienda llegal»a ahora apn.^suradamente sonriendo á los
apuestosganaderos: (d poi-ta ospafnd perdía su bandera, arrancada de sus manos
al propio tiempo que la viila; un p(doton on«»migo cala desfallecido aquí, mien-
tras que cargando los paliMotas impotuo>ament(i á \n voz y toque de «á degüello»
ala línea enemiga con irresistible empuje, los /////r///o.< fueron rechazados con el
encuentro de los caballos hasta las propias barrauíías empinadas, sepultándo-
les en el seno de las aguas ó un feroz hachazo de granadero ponia término á la
lucha singular.
Inútil fué invitarles <iue se rindieran ofreciéndoles seguridades: horrible
pánico se había apoderado de ellos, pretiriendo tirarse barranca abajo que
entregarse á su enemigo.
El combate había terminado^ el campo del honor, enrojecido con la saugre
— 05 —
de defensores y ofensores, cubierto de los despojos de la trágica sorpresa, era
celebrado á las ocho de la mañana por las fuer/as do la justicia con alegres dia-
nas y vivas A la patrin, en tan feliz como memorable estreno de esos famosos
gi*anaderos que enlutó á España con la muerto <le sus subditos, desde San Lo-
ren/.o hasta los últimos confines de Boliviaen las gloriosas jornadas de Junin y
Ayacucho.
Fueron trofeos de la memorable acción en San Loren/.o, sin incluir sesenta
muertos, trece heridos, entre estos el mismoZabala y dos jefes, catorce prisio-
neros, dos caHoncitos de á 4, sesenta fusiles, cuatro bayonetas y una lujosa
bandera de división.
Las pérdidas de los patri<.)tas fueron: (*atorce muertos, otros tantos heridos,
incluso San Martin y un prisionero.
Instrucciones que deberá observar el Coronel D. J03é de San Martin para los movimientos
de la fuerza que debe marchar por la costa del Paraná
Primeramente se le autoriza, de un modo pleno y sin restricción ali^una, para que
lome las medidas que crea mas convenientes para la mcj«.>r dirección de su em¡>rcsa y
desempeño de la comisión.
2** Podrá circular órilenes A los Jueces de los Partidos, Alcaldes, Comandantes mili-
tares y Hacendados de transito para que le franqueen todos los auxilii>s de caballadas,
reses, y cualesquiera otros que necesitare para la expedición.
3** Si los enemigos no hubiesen tleseinbarcado y avistase los buques, estará á la ob-
servación de sus movimientos, y en el caso de que bajasen, regresará sin perderlos de vista,
veríñcando lo mismo si subiesen hasta llegar á Punta Gt>rda.»
«4** Si los enemigos hubiesen desembarcado y hecho alto en algún punto do la costil,
y la fuerza fuere superior y decidida á batirse c >n la que los ataque, podrá pedir auxilio
al teniente gobernador de Santa Fé, bajo la calidad de devolvérselo en caso de que,
|)asando de Punta Gorda los buques para arriba, se tema intenten un desembarco en aquel
punto, y entonces se aumentará la fuerza que lleva, el refuerzo que crea ci^nveniente.
5** Si los marinos con toda su fiierza siguieren rio arriba, seguirá sus movimientos
siempre observándolos en sus designios, c<.»mo se le previene en el artículo 3", y en caso de
verlos empellados contra las bateiías ilc Punta Gorda, «'> en desembarco en la opuesta \yn
el Paso del Rey, esperará el refutado para «.lecidirse á regresar, observándolos si viniesen
río abajo, i p>asar á Santa Fé á auxiliarla en el caso antes prevenido.
60 Comunicará los avisos mas ejecutivos, de posta en posta, de cuanto ocurriere.
7° Dejará prevenido en las postas y á li^s comandantes y alcaldes del tránsito, tengan
prontas caballadas para el caso en que el gobierno le comunique órdenes de volver acele-
radamente á la Capital.
8® En el caso de regresar, sea pi^r orden superior o en observación de los enemigos,
continuará con las carretillas de municiones y demás tráfago hasta la misma Capital.
9® En cualquier lance imprevisto que no se hallase prevenido en esta instrutxion, se
deja al discernimiento y conocimientos militares del Coronel D. José de San Martin, tomar
las medidas que estime oportunas para seguridad de la em])resa y honor de las annas tle
a Patria.
Knenos Aireíi, Rnero 28 de 1B13.
— (\{\
Parte oñcial del Coronel de Granaderos á Caballo, D. Jo»é de San Martin, al Superior
Gobierno
dc
Kxciim. síülor: Ti!n<;n el liDiior de- dctir A V. K. (jiic el (li;i Iros de Febrero, los granr
derus de mi inaiidi), en su prinu-r ensayo, han a.i»re^;ulo un nuevo triunfo á las armas d
la Patria. Los enemigos en runntíro de 2.50 honil)res, desembarcaron á las cinco y media
do la mañana en el puerto de San Lorenz«»,y s(Mlirig¡eron sin oposiíñon al roUí^io de San
('arlos, conforme al plan (|Ui; tenían medilailo: en dos divisiones de á U) hombres rada una
los rar^né por dereclia é iz(iuier<ia: hiriemn, no obstante, una lísf >rzada resistencia sostenida
pf:r los fuíígíís de sus buíjues, pe-P» los ^ian<id<Tos cardaron sobre ellos sable en mano: al
|>unto, se replegaron en fuu:a á la^ bajadas, ilejando <;n el «ampo de batalla 40 muorlos, 14
prisioneros, de ellos 12 heridos, sin incluirlos ijue se desplomaron y llevaron c insigo, que
por los recueros do sangre (|ue se ven <'n las barrancas, considero mayor número. Dos caño-
nes, 40 fusiles, 4 bayonetas y una bandera t|u«í jvmgo en manos de V. K. y la arrancó con
han
don
hasta
el borde de la barranr.i, ray<'> «ste r<conicnilable oíii lal en manos del enemigo.
Kl valor é intrepiílez (|U(r haíi manifestado hi oIit¡al¡<la'l y tropa de mi mando, los
liartMi acreedores á l<»s re^pt.'los de la patria y ali'riciiMes de V. K. Cuento entre estos al
esforzado y benemérito párioco, doí loi don Julián Navarro, tjuese prt:sentó con valor ani-
mando C( MI su voz y ^uniihislr.mdo los auxilios espirituales en el campo de batalla: igual-
mente lo han ( untraidolis ofu ia'es voluntarios don V'if iMite Marín »1 y don Julián Corvera,
í|ue ala par délos mios, peim:mecieron con denuedo en todos los peligros.
Segur.imenle el val«>r y la ¡nlrc[)¡dez «lemis granaderos huliiera terminado en este tlia
de un s«)lo golpe las invasi> 'in;s dr l'.s (MUMcigos en las costas del l'araná, si la proximidad
de las bajadas (jue ellos no des.imj>araron no hubieran j)r'»tegitlo su fuga; j)ero me arrojo á
pr«'nosti<"ar sin temor, (|ue cstt; esrannieiito será nn piinripio para (|ue los enem¡gi>.s no
vui-lvan á in(ju¡t:lar istos paríli<«is mor;!dor<*s.
Dios guardia á V. K. nnuh'is años.
nes, 40 lusiies, 4 t)ayoneias y una nanoera t|u«í jvmgo en manos cíe v. i\. y la arrancó ce
la vida al Abanderado, el valiente oficial don llip/ilito 15«)ucharvl. De nuestra parte se ha
perdido 2h hombres, (» nmtrlos y los demás heridos: ile e.^te número son, el capitán de
Justo Hermudt-z y el tenientií ilon Manuel Diaz Velez, (pie avatizámlose con energía hasl
San lion'ii/i), l<'i'br»'ro .'i tW. isi:;.
Josí. iJK San Martín.
Oficio del Coronel D. José de Sun Martin al Supremo Gobierno
'J'engo el honor d'M'levar á la eonsideíai ion de V. K. ti oflt io tpie se han servido dirijirmc
los religiosr)s del « oK-gio i\v. nnsioneros de Sitn Carlas, ofrc< iendo >.us sentimitrntos patrióticos,
y soliciíando la gra« ia á <\w los juzgo a'iedoiív. Ks n^itoria l.i deridida :idhesion de a(pie!la
«onnmiílad ala sa.L^rada < au<a de América, de (¡ue he sido testigo < n la última arción (|ue sos-
tuve Contra los en<niigos tn las inmediaciones de atjuel «onvento; sobre todo V. K. resolverá
lo (jiu: estime conveniente. Dios guarde á V. K. nnuhos anos. — iUienos Aires, Febrero i8 ele
i^'.V ■ y<^'-^"'" '^' *^^^f^ IMarttu.— Al Kxcmo. Superior ííobierno.
Dl.í UlTo:
Habiendo manifestad»» los religioso-; (juc lepresentaíi, su anmr y adhesión del sistema de
un modo público é ineíjuívocíi desdtí el piim ipio de la revoluc ion en estas ]>rov¡ncias, se les
declaia excluitlosde ser compreinlidos en los de» retos ^^eneralcs <|iic se expidan por el (JoVúemo
Contra I«is europet s enemig<»s del p:?!"", v en c«'nsecn«-ncia jiubliíjiieseen (¡ac<'tapara satisfacción
dea(piel colegio. líav tres rúbricas de V^^ SS. dí'M iobicrno. - (¡ui.io^ Sei relaiio.
— 67 —
Petición de los religiosos de San Lorenzo
Sr. Coronel: este colegio hablando por sus principales individuos, juntos para el presente
objeto, dice: que quando en las circunstancias de aflicción de estos dias en nada pensó tanto,
como en aliviar á los necesitados heridos de la patria, y subvenir á los sanos de ella, tubo la
gustosa satisfacción de hacer palpables no solo á V. S. y á todos sus oficiales, sino también á
sus mejores soldados los sentimientos de adhesión, y amor de que está animado. No solo el
santo y apostólico ministerio de su instituto, con los principios de religión le estimularon á
ello, como le han estimulado hasta aqui en quantas ocaciones se han ofrecido: sino también la
penetración que todos, y cada uno de los individuos de esta casa tenemos de la justa causa
que se está sosteniendo: y cuando á tan poderoso motivo se junta el debido agradecimiento á
las estimaciones, y distinciones de honor, y confianza que constantemente ha recibido del pa-
ternal, piadoso, y justo superior gobierno, ninguna otra remuneraí.ion ajxítece, que ver la conti-
nuación de estas causas de su placer. En cuya inteligencia no tiene V. S. que escuchar mas las
voces de su religioso y compasivo corazón, para repetir sus instancias caritativas en quanto á
satisfacer los intereses, que tan gustosamente ha expedido este colegio para el socorro de su
trop;^ porque, si quanto resta se hubiera gastado totalmente, no daria otra contestación, que la
insinuada, y solo añadiría el dulce placer de haberlo todo consumido en el mas oportuno reme-
dio de la patria, que se le pudo ofrecer. Gozosa esta comunidad con la victoria conseguida á
las puertas de su domicilio, y satisfecha de haber estado prontíi y con alguna aptitud para tal
efecto, y sus resultas, suplica á V. S. únicamente que para sello de las complacencias mas gus-
tosas de esta familia religiosa, y su posible seguridad, contribuya si lo tiene á bien: para que
el superior gobierno la certifique de su confianza y \yoT ella mande, que esta comunidad no se
entienda jamás comprendida en los decretos, que universal mente se expidan, si algunos se
expidieren contra europeos, no viniendo expresamente declarados los que componen este cole-
gio, cuyos sentimientos son tan unos con los de la patria, y su actual gobierno como ha hecho
ver en las indudables pruebas por pídabras, y obras, tjue á t<xios son notorias desde aquel
primer principio que en la instalación de la primera junta la congratuló por escrito, cuya con-
testación reserva con el debido aprecio.
Dios Nro. Sr. guarde á V. S. muchos años que le decea. — En este colegio de misioneros de
S. Carlos y Febrero 15 de 18 13. — Afectísimo capellán y servidor de V. S. por si, y nombre de
toda esta comunidad apostólica. — />. Pedro García^ Guardian.
Queda dichoya, que iiabiéndose acordado la convocación de un Congreso,
debía éste i*eun¡r.se en cualquier otro punto que no fuera Buenos Aii*es, á fín de
tranquilizar alas provincias que se hubieran sentido inquietas en caso con-
trario.
Así se hizo y la primera reunión tuvo lugar en la ciudad de Tucuman, con
aplauso de todos los pueblos (|ue reconocieron unánimennente .su soberana auto-
ridad, uniformando las ideas políticas y fundiendo en el mismo molde las
aspiraciones patrióticas.
El pueblo de Tucuman con su jefe á la cabeza, corporaciones, jefes mili-
tares, tropas, etc., dio una elocuente prueba de su amoral orden y criterio
político, reconociendo en el Soberano Congreso la suprema autoridad de los
pueblos de la Union y rindiéndole la obediencia y respeto como corresponde á
su augusta dignidad.
El pueblo de Buenos Aires hizo igual ceremonia, bendiciendo ardiente-
mente su existencia.
— 68 —
La rórinula «id ¡ui'ariKMito ({iie debían prostar las aiilnriilades del I'^stado al
Cun»;res(», ei'a la si^^uiouti»:
«¿Juráis á Dios Nue.sliv) S»»nni', y proiiuílois ;i la l'ali'ia rerono^er en ei
presente Coii^rt'x) de Dipuladus !a soixM'aiiiult» ios pueblos í[ue r*o])re>eiitaií?i»
"¿.kiraisiá Dios Niioslro Señor y prinnei(.»is ;i la l^atria, ()bede<!er,;íuartlar y
(•uuiplir íicliiitiiitc sus diM-roiiís y dííliM'niiiiacioiios?))
«Si así lo lii<*i(írtMs, Dios os avu-b^ v si iin ns lo dtMn:illdo.>».
' ti
Todos los piníblos, liónos del nias>anlo patriotismo y entusiasmo >e ;ipre-
suraban á pi-estai* osii^ juraunM)fo, pU(»s veían on el Congreso la únira institución
capa/ de destruir la arru-tpiía .piví dominaba en i')das la> pi-ovineiasasí como de
ííobei'nai" y distribuir iMpiiíaiivamente la ¡u>ii<-ia, reprimiendo Ujdo acto que ii«>
fuese eneaminado i\ viirori/ai- nuestra í»\i>ieneia |»olíiiea, solidil¡<*ando las lia-
^cs de la eonstitueionalidaíi.
Mlí'on^nvso elidió como Dircei.»r Supri'moal (leneral D.Juan Martín
Pucyi'rtMloM, (piien emp(í7ó á pi-esí;ir ;^M-ande^ au\ilio.> a l:i> expi^dieiones Hel
Perú y (.'bile para ae,'d)ar con (jl enemi.iro.
I^ll movuniento de insm'i*ec<*ion ípH' entalló (Mj liuenos Aires con oeasinn
del dci-rocamionto d(il l)ire<-toiio interino del (leneral D. Antonio Gonzale/
Halcaree, Uu) sofocado por la pre>encia y en«.>r.uía del Jete del listado, D. Juan
Martín Puevrredon.i
Por fin loirró en medio de la tempesta<l políti<'a y de peligros extcrioros,
declarar la indepeufleneia el ('on.icre>o de Tucuman, cuya acta es cornu
sigue :
En 1;l bcixíinérilit y muy (li,mi;i ciiuhul iU\ San Mii^iiel ilol Tiiruinaii, á nuevo días del
mes (Ur |iili«) (l<í mil MI luniriiin^ diez V seis. It-rminail.L hiNr>¡iiii onliiiaria, el Cnn^rcscj délas
rrciviiH ias l'iiiíl.is («íiitiiiiii') siisaiilí'rioies «li^riisi. inc-s snlut' el ^raiulc, aiiuusl'» y sagrado objeto
(le la iii(l<-jK'iKÍt.n( ¡a du Ids piU'l)lo.> ijik-. la foimaii.
V.rn iiiiiver.s.il, inii>taiitc y díM-idido rl ( lam«>r <lel tcnilorio entero |>or mi emancipación
sulemiic del jnídor des|)''»ti(f» de los n^ves <lt! M^¡).tna; lo> l\<pi«*srntaiites, sin embargo, consa-
graron á laii arduo asunto toda la pp'fundidaíl de su^ laleiilos, la re< litud de. su^ intenriulies e
intereses (|ue demándala .saín ion d'í la su«rte suva, |>U'*i)l"S representados y po.sicridad. A su
turno fuenjn pret^untados: r^i (juerían «jue las IVovin-ia^ i\c. la Union fuesen una nación
lihrc é imlepcndienle tl«.* lo>, reve>» de Ksp-.na v su iin:tr>'»|)»li? A« lamanni primero llenos del
sant'í ardt»r de la ju^tiiia, v uno á uno n-iteraron Mieesivanienle su unánime y csj)(»ntíiiico
(leeidido vote) por la inde¡)i.'ndeneia del país, fijando en su virtud la determinación
siguiente:
Ni)s, los Representantes dií las IVovinrias Unidas d»; Sud-Améri< a, reunidos en Congrcsi>
(leneral, invorando al Ktirrno «juc j)reside al univeiM), un el nombre y por la autoridad de los
pueblos i[\u: rei)resentamo.s. protLslan<lt> al ( 'iel* », á lis naeiom-s y ln»mbres todos del globo la
justicia (jue reíala nuíjstros V'>tos: tle« laramos s. >Irinntrmenl<- á la fa/ de la liernu que es
voluntad unánime é indubitable d(! usías PpAin-ias iom|)ei 1««í» violentos vínculos ((ue las
ligaban á his reyes de Kspaña, n'eup(;tar l«>s dere.ebos <le (jue fueron despojadas, 6 investirse
d«:l altoraráetcr «le una na< ii>n libní é independii^nl*: del rey l''ernando VII, sus siu:cs(.)res y
metr«')poli. (^)uedan en ctin.MMiKíneia de Imm.Iio y de «lereeln) con amplio y |)leno poder para
darse las f«irnias (jue cxije la jusiieia, é itiíjicre el nnuulo de sus a«luales circunstancias.
Todas y ca«la una de ellas así U) jjubli'an, tleelaran y ratifican, « umprometiéndose por nucstrcj
medio al cumplinnentoy sn.^ien de (ísta su voluntad, bajo el se;íino y garantía desús vidas,
liabercs v fama.
(.'t»numiquese á (juienes coiresptimla para su publi "aeion, v en í>ií^e<juio del respeto que
le debe á las nacioiurs, dctállunsc en ini manifiesto Ion í^raví.^imos fundamentos impuUivos de
esta solemne declaración.
— 69 —
Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congies
V refrendada por nuestros Diputados Secretarios.
Francisco Narciscí de Lapriüa, Presidente y Diputado poi San
Juan. — Mariano Boedo, Vice- Presidente y Diputado por Salta. —
Dr. Antonio Saenz^ Diputado por Buenos Aires. — Dr, José üarre-
gueira^ Diputado por Buenos Aires. — Fray Cayetano fosé Rodríguez,
Diputado por Buenos Aires. — Dr. Pedro Medrano, Diputado por
Buenos Aires. — Dr, Manuel Antonio Acevedo, Diputado por Cata-
marca. — Dr, José Ignacio Gorriti^ Diputado por Salta. — Dr, José
Andrés de Meló. Diputado por Chichas. — Dr. Teodoro Sánchez de
Bustamante, Diputado por la ciudad de Jujui y su territorio. —
Eduardo Pérez BúineSy Diputado porC<')rdoba. — Tomás Godoy Cruz,
Diputado por Mendoza — Dr. Pedro Miguel Araoz. — Diputado por
la Capital de Tucuman. — Dr. Esteban Agustín Gascón, Diputado
por la Provincia de Buenos Aires. — Pedro León Gallo, Diputado
por Santiagv> del Estert>. — Pedro Francisco de Criarte, Diputado por
Santiago del Estero. — Pedro Jgnacio Rivera, Diputado por Misque.
Dr. Mariano Sánchez de Loria, Diputado por Charcas. — Dr. José
Severo Malavia, Diputado por Charcas. — Dr. Pedro Ignacio Castro
Barros, Diputado por la Rioja. — Lie, Jerónimo Silguero de Ca^
brera y Cabrera, Diputado por Córdoba. — Dr. José Colómbres, Dipu-
tado por Catamarca. — Dr. José Ignacio Tomás, Diputado por Tucu-
man.— Fray Justo de Santa Marta de Oro, Diputado por San Juan,
/osé Antonio Cabrera, Diputado por Córdoba. — Dr, Juan Agustín
Maza, Diputatio por Mendoza. — Dr. Tomás Manuel de Anchor ena
Diputado por Buenos Aires. — José Mariano Serrano, Diputado por
Charcas; Sccitiidiúo.— -Juan José Passo, Diputado por Buenos Aires;
Secretario.
MANIFIESTO
Que hace á las naciones el Congreso General Ccnstituye>íte de las Provincias
Unidas en Sud-Aaiérica, sobre tratamiento v crueldades que han sufrido
DE los españoles, MOTIVANDO LA DECLARACIÓN DE SU INDEPENDENCIA.
Ei honor es la prenda que aprecian los mortales más que su propia existencia, y que
deben defender, sobre todo los bienes que se conocen en el mundo, por mas grandes y sublimes
que ellos sean. Las Provincias Unidas del Rio de la Plata han sido acusadas por el gobierno
esp>añol de rebelión y de perfidia ante las demás naciones, y denunciado como tal el famoso
acto de emancipación que expidió el Congreso Nacional en Tucuman á 9 de Julio de 1816;
imputándoles ideas de anarquía y miras de introducir en otros países principios sediciosos,
al mismo tiempo de soliatar la amistad de esas mismas naciones y el reconocimiento de este
memorable acto para entrar en su rol. El primer deber entre los más sagrados del Congreso
Nacional, es apartar de si tan feas notas, y defender la causa de su país publicando las
crueldades y motivos que impulsaron la declaración de independencia. No es este cierta-
mente un sentimiento, que atribuya á otra potestad de la tierra el poder de disponer de
una suerte que le ha costado á la América torrentes de sangre, y toda especie de sacrificios y
amarguras. Es una consideración importante, que debe a su h<^nor ultrajado y el decoro de
las demás naciones.
Prescindamos de investigaciones acerca del derecho de conquistíi, de concesiones
pontificias y de otros títulos en que los españoles han apoyado su dominación: no necesitamos
acudir á unos principios que pudieran suscitar contestaciones problemáticas, y hacer revivir
cuestiones que han tenido defensores por una y otra parte. Nosotros apelamos á hech«ís,
que forman un contraste lastimoso de nuestro sufrimiento con la opresión y servicio de los
españoles. Nosotros mostraremos un abismo espantoso que España abría á nuestros i^ies y en
que iban á precipitarse estas provincias, si no se hubiera interpuesto el muro de su emancipa-
ción. Nosotros, en fin, daremos razones que ningún racional podrá desconocer, á no ser que
las encuentre i>ara persuadir á un país que renuncie para siempre á toda idea de su felici-
— 70 —
I
diicl, y adopte pt»r sistema la mina, v\ oprobio y la pat iciicia. Pongamos i la faz del
mundo esto riiadro. (|ue nadie ])iieile mirar sin penetrarse profundamente de nuestros mís-
mí)s sentimientos.
Dí.'sfle que los rspaniíji-s sr apoíleraron ilc- estos p;ns(.'.«>, prefiriendo el sistemado asegu-
rar su dominaíion, L-xlerminandM. destriiyiMnlt) y drt;ra(lan(l", los planes de esta devastacúon
se pusieron Uie^(» en ])lanta, y ^e lian «oíitiniiailo 5in inti-rujision por «■sj)a('io de Ircscicntfjs
anos. Kilos principiaron |)or asesinar á los nionan as d»-l iN'iii. y después hicieron lo rnisniu
con los demás réiíulos y primado-, iju«' rnconiraton. Lns habitantes d<*l país, queriendo o^nte-
ner tan fenxíís irrnjn.'iones <:ntn: la ^ran il«rsventaja «le sus armas, fu«'ron victimas del fuego
y del hieip», y dejaron sus p'»i)Iaei'nes á la.s llamas, tjiitr fueron aplicadas sin ])iedad ni dis-
tinción |n»r t«.>' las partes.
I. os esi)arn>les pudieron rntonees una barrera á la población del pais: |)rohilnjr(ín con
leyes ri^or. «sis la «-ntrada de t-xlranjcros; linutaron en lo j). )sible la de los mismos españo-
les, y la iacihtaron en estor> úll¡ni'»s tiempos á los huiubres erimiiu>sos, á los [)residarios y á
los inmorahrs, (jue conven!. i arr"j;ir de su Península. Ni los vastos pero henno.s<»s desiertos
(jue aípn sr habían í'orinad'» » on el extennini-i tle l^s natuiales; iiiel interés de loijue debía rendir
á Kspaña el cultivo d(^ uuns campos tan feraces « ouío ¡nnifnv»s; ni la perspectiva de l«*s
minerales más rieí>s y abuiidant- s tlel firb'-; ni el aliciente de iinnunerables ¡)rodu(:cioncs,
desconocidas hasta entoini-.^ las un.l^, i)reíiosas por su valor inestin)able las otras, y capaces
todas de animar la industria y el ( <Mner« ii>, llevand- > aqu'jlla á su c<ilmo, y éste al más íüto
prado d(í opuhíncia; tiivier«»n po<ler })ara <aml)iar I )s principiírs sembríos y ominosos de
la c«)rte lie Madrid. Centenares de leguas hay «lespubl.i. las é incultas de una ciudad i otra.
Pueblas enteros se han acabado, quedaiidí» s<;|)uliad''S cutre las ruinas <li: las minas ó pere-
ciendo ron el antimonio bajo irl diab>'iIico invento de las mitas, sin que hayan bastiido a
reformar este sistema extermina* l«jr, ni los lament«is de tol.» el Perú ni las muy enérgicas
representacioní's de los más celosos ministros.
Kl arle lie i'xplntar nn'iHMales, nn'rarlo ( on aband- 'H.» y apatía, ha í|uedado entre nosotros
sin los proi^i esos que han tenido lusdi-njás en l^s s¡"l»s de la iluslrau' »n entre las naciones
cultas; así las minas más oj)ulenlas. trabajadas ( asi á la brusca, hati venido á .sepultarse, por
haberse desplomado los cerros sibre sus b.i.>.i--;, i') [>'»r liabers<* inundado de aj^ua his labores, y
(piedado abandonadas. Otras proiiucii.ines raías y estimabhrsdel país se hallan todavía con-
fundidas en la natuialeza, sin haber interesalii num a 1*1 celo d(»l g«»bierno; y si algún sabio
observando ha intentado publi. ar sus vetitajas, ha sido repren<lidt) <le la corte, y obligado á
callar, por la decadencia que j) (han sufrir alüunos artefactos • onuines de Kspana.
Lk'i enseñanza ile las < i«'nc¡;is era prnliibida para n'»vitro>, v solo .si; n(»s concedieron la
gramática latina, la íilf)sníía anticua, la leolDoja y la juri>j)rudencia civil y canónica. El vircy
1). loaquin del Pino se le llev<'» nuiy á mal tpie hubies<- pi-miitido en Ihieiios Aires al consulado
msti:ar una <áledra de náutica, y en< umpliuiiento d^- l.is «'irdi-nes que vinieron de la corte, se
inandí'í cerrar el aula, y se prohibi»'» enviar á Paiis ji'ivenes i[\i:i sr formasen buenos i)rofcsores
de (piímica |)ara que aquí la ensen.isím.
Kl conier<io fué siempre un monopolio exi huivo entre las manos de los comerciantes de la
Península y las de hts « onsí<.'natar¡«>s que niandab.ni á Améiiía. í.os enipliíos eran jxira los
españoles; y anuíjue l«isann;ri< arn'S eran llamadas á i.-lif)s \)t)V las li'vrs. solo llegaban á conse-
guidos raia-í veces v á «osta <le sa< í.m'í «»n innii-n.Nos < .mdales la codi» ia de la corte. Knlre cien-
loy sesenta vireyes que han gob<:rnadc» las Améiicas, >it\n se « ueiitan cuatro amencani»s; y de
.seiscientos y dos ia|)itanes generales y i;«»bernailores, á excep( imi de caloñe, los demás han
sido todosesj-añoles. Proporc¡<inalmente sucedía lo misuKi cmu r\ resto ile empleos de imjKjr-
tancia, y apén:us se encontiaba alguna alternativa de americanos y espai'ioles entre los escri-
bientes de lasolif ¡ñas.
Todo |í) disponía aM la Msj.ana j)ara qur prevaleciese en A inérii a la degradación desús
naturales. No h: convenía ( pie se (orniaseíi sabios, temerona de ipie se desarrollasen genios y
talentos capaces de pn»nmver 1 .s inímises de su patria, y ha( er piogresar rápidamente la civili-
zación, las costuinl.»r(;s y las disposiciones excelentes iKmjui: están dolados sus hijos. Dismi-
nuía incesant'-mente la población. n'c<:lando ipie algún dia luesecapazde em]>render contra su
dominación .sostenida por un número peipienísimo de brazos par.i uuardar t:ni varias y dilatadas
regMJUes. I lacia el ( ornen io exc usivo. j)or(jue s-.»spe« liaba que I.i opulencia nos haría orgullo-
sos y cai)aces de a''i)irar á liberta rnoN < le sus vej:iciones. Nos negaba el fomento déla indus-
tria, para que n«ís faltasen los medios de salir de la m¡s<r¡ i y pi»bre/.a; y iio> excluía de los
emi)leos ])ara que todn el inllujo del p lís !•> tuviesen los peninsulares y formasen las inclinacio-
nes y habitudes necesarias, á lin de tenernos en una d<"j»enil«-n< ia, ipie no nos dejase pensar,
ni proceder, .sin») según las formas españolas.
Kra sostenido con te.s«jn este sistema por los vi rey rs: cada uno de ellos tenia la investidura
— 71 —
de un visir su poder eni bastante para aniquilar á todo el que osase disgustarlos: por grandas
que fuesen sus vejaciones, dcl)'ian sufrirse con resignación, y se companiban supersticiosa-
mente por sus satélites y aduladores con los efectos de la ira de Dios. Líis quejas que se diri-
gían al trono, ó no se percibían en el dilatado camino de millares de legua<i, que tenían que
atravesar, ó eran sepultadas en las covachuelas de Madrid por los deudos y protectores de estos
procónsules. No solamente no se suavizó jamas c>le sistema, pero ni había esperanza de poderlo
moderar con el t¡emp(\ Nosotros n(^ teníamos inlluencia alguna directa ni indirecta en
nuestra legislación: ella se fonnaba en Espafuu sin que nos concediese el derecho d-j enviar pro-
curadores para asistir á su foimacion y representar lo conveniente, como lo tenían las ciuda-
des de Espaila. Nus-ttros no la teníamos tampoco en los gobiernos que podían templar
mucho el rigor de la ejecuci'-n. No><Hros sabíamos (jue no se nos dejaba mas recurso que el
de la paciencia; y que para el que no se resignase á tod'» trance, no era castigo suficiente el últi-
mo suplicio: porque ya se habían inventado en tales casos tc>rmentos de nueva y nunca vista
crueldad, que ponían en espanto á la misma naturaleza.
No fueron tan repetidas ni t<in grandes las sinrazones que conmovieron á las provincias de
Holanda, cuando tomaron las armas para desprenderse de la España; ni lasque tuviéronlas
de Portugal para sacudir el mismo yiv¿o: ni las que pusieron á los suizos bajo la dirección de
Guillermo Tell para oponerse al emperad »r de Alemania; ni kis de los Estados Unidos del
Norte-Amcrica, cuando tomaron el partido de resistir los impuestos que les quiso introducir la
Gran Bretaña; ni las de muchos otros paíse-» que sin haberlos separado la naturaleza de su
metn'ípoli, lo han hecho ellos para sacudir un yugo de fierro, y labrarse su felicidad. Nosotros,
sin embargo, separa<los de España por un mar inmenso, dotados de dif rente clima, tic distin-
tas necesidades y hnbitudcs, y tratad- »s como rebañi>s de animales hemos dado el ejemplo
singular de haber sido pacientes entre tanta degradación, pennaneciendo obedientes, cuando
se nos presentaban las mas lisonjeras coyunturas de quebrar su yugo y arrojarlo <i la otra
parte del Océano.
Hablamos k las naciones del mundo, y nv> podemos ser tan inij^rudentes que nos pro-
p«.»ngamos engañarlas en lo mismo que ellas han visto y palpad» >. La América permaneció
tranquila todo el períotlo de la guerra do sucesión, y espero á que se decidiese la cuestión
porque omibatian las casas de Austria y Borbon, para correr la misma suerte de España. Fué
aquella una ocasión oportuna para redimirse de tantas vejaciones: pero no lo hizo, y antes
bien tomó el empeño de defenderse y armarse por sí sola, para conservarse unida á ella.
Nosotros, sin tener parte en sus dcsnvenenci ts con otras potencias de Europa, hemos tomado
el mismo interés en sus guerras, hemos sufrido los mismos estragos, hemos s- »brellevado sin
murmurar todas las privaciones y escaceses que nos inducía su nulidad en el mar, y la incomu-
nicación en que nos ponian con ella.
Fuimos atacados en el año de i8oí^: una expedición inglesa sorprendi<') y ocupó la
capital de Buenos Aires por la imbecilidad é impericia del vircy qu** aunque no tenía tropas
españolas, no supo valerse de los recursos numerosos que s" le brindaban para defenderla.
A los cuarenta y cii^;Co dias recuperamos la capital, quedando prisioneros l'»s Ingleses con
su general, sin haber tenido en ello la menor parte el virey. Llamamos á la corte por
auxilios para libramos de otra nueva invasión que nos amenazaba; y el consuelo que se nos
mandó fué una escandalosíi real «Vden en que se nos previno que nos defendiéramos
como pudiésemos.
El año siguiente, fué ocupada la Banda (oriental del Rio de la Plata por una expc-
ciií.\on nueva y mas fuerte, sitiada y rendida por a^alto la plaza de Montevideo: aUí se
reunieron mayores fuerzas británicas, y se formó un armamento para volver á invadir la
capital, que efectivamente fué asaltada á I )S pocos meses mas c^ni la fortuna de que su esfor-
zado valor venciese al enemigo en el asíilto, obligándolo con tan brillante victoria á la
cvacuíicion de Mimtevideo y tcxia la Bantla Oriental.
No podia presentarse ocasiím mas halagüeña para habernos hecho independientes, si
el espíritu de rebelión ó de perfidia hubieran sido (\ipaces de afectarnos, ó si fuéramos suscep-
tibles de los principios sedicios-'S y anárqueo-; que se nos han imputado. Per.), ¿á qué
acudir á estos pretestos? Razones muy plan ibles tuvimos entonces para hacerlo. Nosotros
no debíamos ser indiferentes á l.i degradíH:i<ui en que vivíamc^s. Si la victoria autoriza
cilgima vez al vencedor para ser áibiti.) tic los destinos, nosotros podíamos lijar el nuestro,
hallándonos con las armas en la mam-, triunfantes y sin un regimiento espai'iol que pudiese
Tesistim«.»s; y si ni la victoria ni la l".'. rza dan derecho, era mayor el que teníamos, para
no sufrir mas tiempo la dominación de España. Las fuerzas déla península no nos eran
temibles, estando sus puertos bloqueados, los mares dominados j)or las escuadras británicas:
Pero á pesar de brindarnos tan placenteramente ¡afortuna, no quisimos separarnos de España,
( rcyendo que esta distinguida prueba de lealtad mudaría los principios de la corte, y la haría
conocer sus verdaderos intereses.
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¡Nns cnganamns niiscral»K'nu.ntc. y nos lisunjcainns con cs]H;ranzas vanas!
Kspana no recil)^'» tan ^cncnísa »k:m«>stra< i«ni romo una si;nal de benevolencia, sino como
oblip[arit)n debida y nj;urosa. La AimTÍt a («•nlinii/» regida (on la misma tirantez, y nuestros
heroicos sacrifií ios sirvieron s'»lainente para añadir albinias páginas á la historia de las
injusticias í|ue sufrimos.
Kslo es el estado «-n (juc !U)s halló la rtív<}lu("i«m dr Ksjiana. Nosotros acostumbrad fis i
í»bedcccr ciítgamente < uaiilo allá se disj)onl;i, prestamos obeili(íncia al rey Femando de
Hnrbon, no obstante <iue se h;ib¡a < onmudo dcriibando á su padre del trono por medio de
un tumulto suscitado en Aranjue/. V¡mi»s (pie sejj^uidamcnte i)asn á Francia: que allí fué
detenido ton sus j^atires y hermanos, y privado de la corona (jue ;icababa (ie usurpar. Que
lanaíi«»n ocupa» la |)or tndas paites })or tn»pas Ii.iik tr.^as se «-onvulsinnaba, y entre sus fuertes
sacudimient'is y aj;itac¡ones ( iviles eran asesinad» )s por la ¡)lebe amotinada varones ¡lus-
tres, ( pie gctberuaban las pnAim ias « «mi acierto, /> servían con honor en los ejércitos. Que
entre estas oscííjh iones >e levantaban en ellas gobierufís, y titulándose su})remo cada uno se
consideraban con derec ho para mandar soberanamente á las Américas. Una junta de esta
clase formada en Sevilla tuvo la |>resuncion ile ser la prinuíra (jue aspir») á nuestra obediencia:
V los viieves iiMS oblÍLrar«»n á iucstarle reconocimiento v sumisión. Kn menos de dos meses
pretendi»'» In misnu» otra junta titulada su|)rema d(í í íalicia, y nos envi<') un virey con la gro-
sera amenaza d(; que vendrían también treinta mil hombres, si era neccsarií>. Erigi«'»se luego
la junta (cntral, sin haber tenid(» partt* nosotros en su tormaMon. y al [)unt<» la obedecimos,
cumpliendn con (oln v eficacia sus de<rct«»s. Knviamos soc< «rros íUí diñen», d<»nativos volun-
tariíjs y aux¡lií»s de toda es])' « {•' para a- reditar fjU'' nuestra lideli<lad no lorria riesgo en
(uaUjuieía piucba á (jue se (piisiera sujetarla.
N«)S'4ros hablam')s siiln iciitados pi.rlos ai^enles del rey |">sé Napoleón, y hahigados
Cí)n grandes jHíinesas de mejorar nuestra suerte, si nos adheríamos á supartido. Sabianius
que los españoles de la primera imp«»itan( ¡a se habían declara» !•» ya pi»r él; (jiie In nación
(estaba sin e¡ér< itos, v sin una diiecM"n v¡L;(}ro>a tan ne<-esaria v.w 1<)S momentos de apuro.
Kstábamcs inlorniail<s (pie las Ir» -pas del Rio de la Plata «pie fuepíii prisioneras A Lt'mdres
después de la primera exji(di< ion de Ims In;;leses, hai»í;in sido <•. .nducida-J á (.-ádiz, v tratadas
allí ( on la mavor inhumanidad; cpi*' se habían vi^to pr^i isadas á jH'tlir limosna ¡)or las calles,
j»ara no morir de hambn-: y (pie de^-inidas, v .-in auxilio alguno, hablan sido enviadas á
combatir con los fiaiueses. IVro en medio dtí taiitos desengaños permanecimos en la
misma posii ¡on, hasta que (Mupand»» los fraii(es(rs las An«laluc¡as se dis¡)ers(') la junta
central.
Kn estas (ircuustancias, s(í ])ublici'> un j)aj>el sin fecha, y lirmado s()lamente pcír el arzo-
bis|»o (le I.aoílitca, (pie habia siilo presidente, de la extinguida ¡unta < entral. Por él se orde-
naba la foimacion de una regeiK ia. y se de-^ignaban tres miembros ípuí debían componerla.
Nosotr«ís lio pudimos dejar de S"bieco¡rrnos ( on t.m ríMu-nlina cnnio ine^pí^ada nueva.
iMitiamos en cuidados y teiinnios sei envueltos en las miomas desgracias ile la metrópi>li.
Keflexiíjnamos Sí»bi(; su sitúa» ¡on inci- i v va( ilante, h.ibiíMídose y.i presentado los fran-
ceses, á las puertas dir Cádi/ y de la I l.i de León. Kecelal>am«'S de los nuevos Rcrgentcs
des( ono( ¡do> para nosoiinv. haliiénd(«se pasado á los írances'-s los españoles dii mas
crédito, disuelta la ( entra!, perseguidos \ acusad- -s (hr trai«ion sus individuos en
papeles pi'iblici»s. ( 'oiioí íaiuoN la iiu-fica( ia del de( reto j>ublicado por el arxijbispo,
y sus ningunas fai ultades para istablítirr la regeiK ia; ignorábamos si 1()S franceses
se habían apoderado de ("ádi/, y consuma<lo la ((nwpiista de Kspana, entretanto que
el papel h;¡l»la vi nid(i á nuestras ii'arios; y dudábann s cpn? un gobierno nacido de loí
d:sp<is«is hagineiitos d(! la ( cutral no «..riiese ¡)rotíto la misma suerte (pie ella. Atentos A
los ri(?sgos en (pie nos hallábamos, re^ •! i ios tomar á nuestro cugo v\ cuidado de nuestra
.segundad, mientras adquiríamos mej r--^ ( onocimitmtos del estad ) de Kspana, y se cunci-
li.'tíia alguna (nnsisteiK ia su gobiern»» iv: vez de legrarla, vimos caer luego la regencia, y
su« cderse las mudanzas de g«»bieino las unas á las (»tras en los tiempos de mayor
apuro.
Knlre tant(/, luísotros establecimos nuestra junta de gobierno á semejanza de las de
Kspa?"ia. Su institución fiu'- puramente ])rovis(»iia, y á nombríí del cautive rey Femando.
Kl viiey I )on l'altasar Hidalgo tle ( ian-ros expidi('> circulares á los gobernadores para que
se prepararen á la gneria civil, y armasen sus j)roviiu ¡as ( ««ntra las otras.
I''I Rio de la Plata fué blocpieado al instante por una (rscuadia; e! gfibernador de Cór-
dova empez«'> á organizar un ejénito; (1 de Potosí y el presidente de Charcas hicieron
marchar otro á les c(»níines deSalta; y el presidente ílelC'uz((». presentándose vnii otro tercer
ejí'rcito sobre las márgenes del I )esagi*iadeio, luz»» un ainiistií io de (uarenta <lias pañi des-
(uidarnos; y antes de terminar éste, r«»mj»i«'» las ho.stilidades, atacó nuestras tropas, y hubo
- 73 —
un combate sangriento, en que perdimos más ele mil ciuinientí>s hombres. T^i memoria se
horroriza de recc)rdar los desaíueros que tomeiió cnt«»n«».'N (joycnoche vn Cochabamba.
; Ojalá fuera posible olvidarse de e>te amcri» ano inürat-» y sanguinario, qur man(l<') fusilar
el dia de su entrada, al honorable gi^i»crn.'ulor intendente Ante/ana: qu«.- presenciando desde
los balcones de su casa este inicuo ase^inat*.», L^itaba ron ierocidail á la tropa, que no le tirase
á la cabeza porque la necesitaba para ponerla en una pira; que después de habérsela
cortado, mandil arrastrar por las ralles el yerto tron«.o de su cadáver, y que autorizó i sus
soldados con el bárbaro decreto de hacerlos dueños de vidas y haciendas, dejándolos correr
en esta brutal posesión por muchos dias!
La posteridad se asombrará de la ferocidad conque se han encarnizado contra nosotros
unos hombros interesados en la ec^nservacion de las Américas : y nunca podrá admirar bas-
tantemente el aturdimiento con que han pretendido castigar un paso que estaba marcado con
sellos indelebles de fidelid;ul y anu^r. ¥A nombre de Fernando de Borb«>n j)recedia en todos
los decretos del gobierno, y encabezaba sus despachos. El pal>ellon español tremolaba en
nuestros buques y servia para nitlamar nuestros s<:)lda(los.
Las provincias, viéndose en una es])e( ie de orfandad jjor la dispersión del gobierno
nacional, por la falta de <»tro legítimo, y capaz de resj>etabilidad, y por la conquista de casi
toda la metrópoli, se hablan levantado en Argos, que velase sobre su seguridad, las conser\'ase
intactas para presentarse al cautixo rey, recuperada su libertad. Era esta medida imitación
de la de España, incitada por la declaración que hizo á la América parte integrante de la
monarquía, e igual en los derechos con aquella; y había sido antes pra( ticada en Montendeo
por consejo délos mismos españoles. Nosotros ofrecimi>s continuar los socorr«)S pecuniarios
y donativos voluntarios para proseguir la guerra y publicamos mil veces la sanidad de nues-
tras intenciones y la sinceridad de nuestros vt.>tos. La Gran Bretaña, entonces tan benemérita
de la España, interponía su mediaiion y sus respetos, para que no se nos diese un trata-
miento tan duro y tan a<^erbo. Pero est<»s hombres, wUucaíios en sus capriíhos sanguinarios,
desecharon la mediación, y expidieron rigorosas órdenes á todos los generales, para que se
apretasen más la guerra y los castig'')s: se elevaron por todas partes l(»s cadalsos, y se
apuraron los inventos para afligir y consternar.
Ellos procuraron desde ent«')nces divitlirnos por cuantos medios han estado á sus alcances,
para hacernos exterminar mutuamente. Nos han suscitado calumnias atnues atribuyéndonos
designios de destruir nue.stra sagrada religión, abolir toda moralidad, y establecer la licen-
ciosidad de costumbres. Nos ha(en una guerra religiosa, maquinando de mil m«)dos la
turbación y alarma de f:onciencias, haciend<.> dar decretos de censuras eclesiásticas á los
obispos españoles, publicar exconun ñones, }' sembrar por medio de algunos confesores
ignorantes doctrinas fanáticas en el trii)unal de la penitencia. Con estas discordias religiosas
han dividido las familias entre sí; han hecho desafectos á l()s padres con los hijos: han roto
los dulces vínculos que unen al maridí* con la esposa; han sembradía rencores y odios
implacables entre los hermanos más queridos, y han pretendido poner toda la naturaleza
en discordia.
Ellos han adoptado el sistema de matar hombres indistintamente para disminuirnos ;
y á su entrada en los pueblos han arrebatado hasta l«>s infelices vivanden>s, l«»s han llevado
en grupos á la plaza, y los han ido fusilando uno á uno. L;is ciudad«.'s de Chuquisaca y
Cochabamba han sido algunas veces los teatros de estos furores.
Ellos han interpelado entre sus tropas á nuestros soldados j)risioneros, llevándose los
oñdales aherrojados á presidios ckmde es imposible conservar un año dr. .salud; han dejado
morir de hambre y de miseria á otros en las cárceles; y han obliírado á muchos á trabajar en
las obras públicas.
Ellos han fusilado con jactancia á nuestros parlamentarios, y han cometido los últimos
horrores con jefes ya rendidos y otras personas principales, sin embargo de la humanidad
que nosotros usamos con los prisioneros: de lo cual son buena prueba el diputado Matos, de
Potosí, el capitán general Pumacagua, el general Ángulo y su hermano, el comandante Muñecas
y otros jefes de partida, fusilados á sangre fria después de muchos dias de prisi« )neros.
Ellos en el pueblo del Valle Grande tuvienm el placer brutal de cortar las orejas á sus
naturales y remitir un canasto lleno de estos presentcís al cuartel general: quemaron después
la población, incendiaron más de treinta pueblijs numerosos del Perú, y se deleitaron en
encerrar á los hombres en las casas antes de ponerles fuego, para que allí muriesen
abrasados.
Ellos no solc han sido crueles é implacables en matar; se han despojado también de
toda moralidad y decencia pública, hat iendo azotar en las plazas á religiosos ancianos y
mujeres amarradas á un cañón, habiéndolas primero desnudado con furor escandaloso, y
puesto á la vergüenza sus carnes.
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- 7\
A <il' '.-• lililí I '■« I .-•* i^Mi' •■ ■ I i I I» - . I - ■ 'ki> I ii< -, -o» j ii> i ■ .- ■ I i iii ^- I «in ' ' •r«Hi,-«, I M..< li< r 111(1 1(11 iAi>J<7 *»»•
su>. ii.(I»l(.Mis. !>, Ii;ili¡',nn«-;, sin jm ni-iüiv :'i >.:< « iil- .i<> ^r])iii;ii:i']iari'»s: v por i'ínlrii del general
I'c/ucki, «juciii.'.K'ii I;i inU >iii «h¡ |>ii«l'l-» di- l'iin;i y ]);is:in»ii :'i «iirhilli» viüjos, mujeres y
TiifKK. c^iii- í\\r. !u iiiiii'» ipu «•]!• «.i'iírün «11. l'!ll"- li.'iii ív\< ¡Uidt» í ■•ii^pira<'ií>nrs atroros (íntre l'>s
opariíilr-i nvíiH iíl:n!« .s. •■:» ini'.stKi^ < iiiil.Mlr^. y ims li.-in piic>t-. en el «niiflii in de rastigar ron
..1 /.li! 1- . I. . . 1 r . -i:. '
el i'iltinm siiplii id, i^kIils il«- r-iiniliji-- iiunin«i>;is.
K:ln<s li.in «'(■iiip'-lid.» ;'i iiiK'stiits lirnii.iii' is r lii)i.s ;'i idinai aniia^ rontra nosotros; y
r«)riiiaiid«> i-jrp il'»- iU' h,s li.il»i!.iiil<'s <1«-1 país al inaiidn de sus i»fir i;ilr<s, Ins Iiai» obligado á roni-
hatir («in niir>,ti;is impas. l-.iics li;iii cxciíadM iiisiiirc <'¡'»ní-s díiinrsliras. corromjMcndo con
dinero y i-nla « la-:' df uainas ;'■ h» ní'MMd»=ros parítiiMs del canipi». para envolverlos en una
espanlnsa aiianjuia. y ala» .un-'* <i¡\ididu>, y <lrl)ilitad<»>.
Kllos han lallaíi'» loi, inr.iniia y \eiL:in-nza ¡ntlícj'hji» .'i c i;;mi;is < a])ilula(ioncs ios hemos
('«mceditlM r\\ rei)eii<l¡i-^ vi.r <-s inu*. Ins ii«'nii>s trnidí» dciiají* <¡c la espada: hicieron que
ví»lviiM-n á l(»niar ¡as a'iii;:-- m::iíi" mil h'-mhn-^ (\\u- >«: rimliitiMn « on su íícncral Tristán en
el < onihalo de >alla. .'i «luicins L:ri¡»i« ixinnenle fi.w e»li''> « apitiila» i"n el Líeneral Ijel;;rano en el
catiijxí d.' iíat;il¡;i. \ m.'.s l:ii.i ii.^ unrnl'* ><■ l.i < iMiipii<'». had-» i ii la Ir d«.» su palabra.
hlli'- 111 -s h:íhda<l" á lii/ i.n iii¡«\ii iiiv«iil < «h- Ihíih-r riiv<iií;iiand<» las aizuas v l«»s aliincn-
ln>. luaiid- > lii« I' -li \ (-ii« idi"^ «¡i la 1 'a/ p- »m1 Li'U<'ial]'¡iiili » ; \ .'i la lM-n¡L:ni<lad < on ijUC l*»s trató
rst<* dcsj-."iif> di l.al"riii. r«ridnl-iá «ü-í i'-» ii»n. !•• « < "IH 'ptiinluii iii • ■ iji la harh.iric di* volar los
< ua?"t'lr> ijiir '.I-Illa', n-ii-.v l>.- tl< aii'aiiiaa- -. I*.!!- ■- !ian 1- ird- • l.i i ia¡< /.i dr «-xi.itar á nuestros
•j;;(:iicrali'v \- v;. i^iiiiao- -i* -.. ..hii-ai:» ■' • <ií! d<i'< h' > sa-jiadi • di- ] •. rlaiiifiilar. para «[ue nf»s tríiicio-
nasrii. t-si I il.ii'iid' 'li .' í.iitas • oii paiih'i idad \ iÍ'm.ii.. .'i r-h initnin. lian «hn larado que las
li*\'es <!«• la ir.n ri.i < .i»-'í\ .-.das riiii»: n.-.i i- a».-.- « uiía- n-» «i'-l-ían i im-N aiT < -inlia nosotros; v su
•^('n«'ral P'-/U( la. «Ic-pia >^ li. lai>;.l'.'la dr X-.-aüía. pa'a « f' -' ..it.i: -•• il«- «« iiiijni iijiisus, tuvi> la se-
K MÍi!a<i di- i'-^¡» 'I ;•■•■: ai ■_• ii< i.J ¡ 'i«l;j..i;- >. 'M' «■■.'! iii a;-» '!*«■- ¡: ■ -^. p> Mlian ••rlrbrar tratados.
'1 al < ra. la < ■ '!i«i:. 1. ii-- í- .- • -, ■:. ''•■ ' • ■!: ii"-.,i! i<.. • ar-id. • h"i-i nan«l'» <!«• lí'iriHin fué resli-
luidi»al ¡'"ii". .\í.-' ij' .- • i-aii. - I 'i: i.i i ^ !■!■ I..1I.111 licj.ni ■ «i i/tihíími dt! taniiK desastn^s :
n' I-. i/ar< • ;■ ' ijii'- lüi o \' (iii-- ><• iia'-ia. .• •; íii.p - ■ i-?. la aci\ «i-.i. iad ii- ■ s»ilii indií'.-iiiif.* á lati<'Si>la-
I 1 I
« inn d<- -!i- pii'i'l - : \ •■: i'.'.f ::an.- -^ M; •!■■ ''.i.- ■.'■.;■■ ;íi- j« ■., ¡1 -«• -.ai»r<ii ir ilr niieslp» entallo.
N't ' p'iíli I 'iiid ii-» oai- ! -. 'i!'ía I.!.:!'-.-. 1« lai in-ir .•■.«:•• a ■ ; -■. . ■ jU'- iiii'-^lra^ súijüras lo
int'Tí'-ar.Mii á uadid 1 '•.*■ -■ : ■jr.iitml v -i'- > -:> i"'i:«ia'i -: i«- i-.. ■■ aii • -..lii.id-t ha*»!:! lo.s <if'los lo?»
■
' • •i*»--.aMt.- •'-]'. ih-'i- . I •■: • •^•»-a:..i 1' •■.•■.ai'i.: p.iia j■■^ j.a;---<l' .\ii.i'i!' a una ina-xa v drsí'nnr)-
' ¡<la iiiniai'ui'l -'¡p',¡''" ;': i.ni.>> ¡••^ cii iiijil' «s .¡ii> ■• i.ail.iii •?; la'» ln^1«'iias de li »>. nlavore^
tiran- -.
I'.! n-'S dii ¡ai'' aiM.";a;ad -- '-li I- .- piiin»:- - in- iin-iit- ■- <l«- ■-'. ! iv-hlU) i- -a á Alaclrid ; «'-1 no ha
f|n»T;«Í- ' "i; nn«--M.i ■. '|U'ia-. M .:• '.¡íii'ii nía-!: -Vj»;: i-. \ :, . ha - iIh - id« • por luliina líratia Uh
]»"id<a:. l'.i i "i:Iii ii;'- .'< !■ ■ vii'-vi-. •_" -i 'M ii.i' I '- \ 'j'-iriaM- .a.f iiiiiía r;»! i .ntiail< » rn artual
I ar ni' '-lia. i ht lai»'- ' ilin' ii d' I'.-t..d' i.i pi-nii i' .!¡ o".- 1. -; la.ii ¡i ■ . a:... < • 'nsiiuu ií.n. para tpie nos
L'« 'hrinari- lu-'ra di- |i '- .tl< aip «-s d< r.?i p-'d-.i di', iia/a- i ■. .j: . '¡'.¡¡í i- • \ tiránji'», ¡;a¡«» rj eiial
habían.'»,'- \-.i«¡.l-i iii-^ ^:jl..- nadida |ii( s-i! . o- ■día ir Jai .1 aa piai' ip*- ( ii<-ni;.Li' • *\*' la ju.slieia
\' ílc la b< l¡< li' I n« i.!, \- pi»; • < «lislL-nií-i !■■■. aid;.!.- • d«* ■.;■ 'I •'■; ii.i .'.
l'.l s«- apíi' •'• lu«'4'' .! !•■■ aiit ii -jr-inij' ^ a- haiii:'ii;- •-. ■••ii ..va-ia d»- -u- nnni%lriis, para ern-
jilrarh -> « ■ 'til 1,1 n< --«"i!' •• I'.' i.a I:' < iii . tia-'p' <: i.!! a c.-l-- p.i¡si , . ¡/ 1 1 ii. .-. i,uin«-r')s« »n paia <:> tnsu-
niar la- di\.!-ta< i- »n< -. I '- ii.< < in.i' >- \ I- 1-. i- »ii >-. l'J h i !.• i • -' . \ir i- «^ i»r¡nH ins • lunpl i alientos
t\i' las ;»: .1» 11' ¡as di- ¡\ur' "i-a á >u vu« lí « il«- 1 lan i.». 1 •.w.i • ■ iiiair. aa'-:» i !.i á íjU'' ?i' 'S negasen lotla
I ■ til*
a\ania \" s. i . •; !• ., \ ji. •-. vi» si-n di njui',. yai ii.dii'-ii-nli--. l'J iia cj.ii !■ 1 a:, ¡«"jlainriii. » parti«"ular de
< ors« » r 1 iiiiía 1' - l'ii<ni's íic .\jn''i¡' a. '¡a'- • > iiiii'-n»- di^¡■:•-" i -n- - i-.'-í ¡laia^. \ manda alu>rrar la
tripula' ii. ti : ha |ii"iiibi<l" »ni'- se «-lí^'! N'-n « "H ii"-«»li'- l.js I'M-s d«- ^us • •|■<lenan/a^ navales
fiiimada-. ^' ;^ia; »lc!<i h'i d'- «.'fiii''. \ tu-, ji.i n'-jail" í-kIm (i:.:nl'« '• «ik í'dinn»> a sus vasallos
apn-sadií-» ¡/< m iim-stii i-, • '):saii' ■-. l'.l ha < iiviad-» á mi> .;i nt'i.iM-- «'«ii U'mI'»s tlrM(rl'»s de perdón.
í|n«- ha'cti j/iii.!Í' ar jiaia .ihi' ¡n.n á la.s •:• i.t«:. ■■» n- i.Ias /• ÍL'n":anír.-. á im d'- 'jU'- les ta^ilitcn la
(nti.ida til ¡a^ « iiid.id's; pii-» al n.i la-' t-iaip» I'-, ha Had" < 'lias iii«.iiu' « ioin-> reservadas, y
aiitoí¡/ad¡ i> ' ( -n cllay, <!• pi:- •■ -jii" las i.i tii>afi. aL' • ' an. ijai-aiau. --aíjiii'an. « <in(!s( an. di.siniulan
li )S asi'sii.ati's ]jarli( uI.M' -. v l<»«l'i «imi;!-' ii.i!.>> lai" ha» • !>• a l« -s .-ii])!!' s;m-. |)t'rdonailos. Kn el
nombí'- d' i i inaial' > d'- ií' m1'- 'ii'- 'i'ii' >• ii.i» « n p« jim 1 <n !•'.•. < aniin» i.-.' abr/asdi- nln ialfS j'tatriotas
j»r¡sii iní/roN ; rs '|iii- ni/'s han mu'TJ'. ;'■ ¡..il...- \ á ¡ndraílas .'1 im '•. mandante de partidas lijeras;
V es (jiif ai . o.i n* 1 r'amaiL;' ', o«--pia ■^ '¡<- nuK-ri- • l.imiíi'-n á ].a¡'.- pi -r mano «Id in(lí-( ente Cen-
li-no. Ii: ( 'jrtaron la íabr/.a, y su íiimi' por prr-.cnle .li {¿t-neíal i'e/U(.Ia, jiarliiipándolc: que
aí^uello era un milagro d».-. la vlr^^cn dtl Carmen!
— 75 —
•
Un torrente de males y angustias semejantes es el que nos ha dado impulso para tomar el
único partido que quedaba. Nosotros hemos meditado nui\' detenidamente sf »]>re nuestra suerte;
y vohiendo la atención á todas partes, solo liemt^s visto vcstigi'.^s de los tros elementos que
debían necesariamente formarla: ¡oprohio, ruina y paciencia! ; Q'.n'- debía de esperar la Amé-
rica de un rey que viene al trono animado de ^ciititniL-nios tan < ^uelí:s c inhumanos? ; De un
rey que antes de principiar se a])re-ura á impedir qiu: niuLTun p:'.n( ¡|)e se interpondrá i)ara con-
tener su furia? r De un rey que paira (on (.ada!«'s y < adenas los inmensas si(Tirni<»s que han
hecho para Síicarlo del cautiverio en que e^taba ^us vasall»» de Kspana? ¿ Unos va>allus que á
precio de su sanare y de ttnia ospe< ie de danos han conii^atido p«.r redÍ!íiirlo de la prisión, y no
han descansado hasta volver á ceñirle hi (orona? Si utuks hombres á quienes debe tanto, por
solo haberse fonnado una constitución, han re<:i!M<Io la muerte y (^árcel por galardón de sus
servicios, ¿qui: debería estar reseivad«j p tra nos-.)tro.<? Esperar de el y de sus carniceros ministros
un tratamiento benigno, habría sido ir á buscar entre los tigres la magnanimidad del águila.
En nosotros se habrian repetidlo «-ntoni es lascs(»*nas tle Caracas, Cartajena, Quito y Santa-
Fe; habríamos dejado c<)ncuhar las c<.'ni/<is de *^■ ),(>>> j)ers'>nas (jue han sido vi» 'timas del furor
enemigo, cuyos ilustres manes convertirían < ontrano^otn»* imti iu>ti(^ia el * lamor<ie la vencijanza;
y nos habríamos atraído la excecra<'i««n dr tantas gcMura^ iones venidi-ras condenadas á servir
á un amo siempre disj^uesto á maltratar! >^. y que por ^u nuli<iad en el mar !ia raído en absoluta
imi>utencia de protegerlas contra las inv.iciomjs extrangeras.
Nosotros, pues, hnpelidob por los c^f)an'>les y su rey, nos hem^^s constituido indej)endien-
tes, y nos hemos aparejado á nuestra defensa natural contra los e>trag<.)S de la tiranía con
nuestro honor, con nuestras vidas y hacien<las. Nt)sotros hemos jurarlo al Rey y supremo Juez
del mundo que no abandonaremos la causa de la justicia: y que no dejaremos sepultar en
escombros y sumergir en sangre derramada p >r manos de verdug<)S la patria que El nos ha
dado: que nunca olvidarem-.)S la obligación de salvarla de los riesgos (}ue la amenazan, y el
derecho sarrosa nt'.^ ipie ella tiene á re lámar de nos<.»tros todos los s^'-ritiaos necesarios, para
que no sea perturbada, e>canieci(la y h"! adi por las plantas inmundas «le hombres usurpado-
res V tiranos. Xi.»^.tr«>s hemos gral»ado ( sta ile<iar;icion en nuestros |)e(iios para no desistir
jamas de Combatir por ella. Val tieinp"» <le ni:inir''star á las naciones del mundo las razones
que nos han movido á ti.nnar este partidi>. tenemos el honor do publicar nuestra intención de
vivir en i>az con t«Klas, y aun con lami^nia Kspana desde el raonienio en (.pie quiera aceptarla.
Dado en la sala del Congreso en Buenos Ain^s. •'» veinte v ein' o de < íotubre de mil ocho-
cientos diez v siete.
Dr. Pr.DRo líiXACio DF. Castro v Barros,
Pr-ísilñ-níí'.
D/ . /o Sí E II í^ en i o t¡e El tas,
^^ecroi ario.
Acta del juramento que dieron los individuos que componen el ejército de los Andes
para sostener la independencia de Sud-América
En la ciudad de Mendoza, i ocho de Agost«> de mil orh* cientos diez y seis, reunidos en la
sala de despacho del Sr. Gobernador Intendente de la Provincia, Cor. mel Mavor Don Tose de
San Martin, tod(»s los xefes del estado inay-r del exer-.iío en ^u^ diver>o.s ministerios, los de
los cucq)OS de linea i[ue lecomp«»nen, y los de la milicia de esta eai)ital y >u campaña desde
la clase de brigadier á la de sargento mavor in-^lusive, leida á rnneeeueneia la famo^a acta del
Soberano Congreso Nacional de 9 de Julio del corrienie añ«>. en !a ipie >u soberania sancio-
nó por aclamación plenisima, y votj uná:M;nj. la independen«.i k eman* i[)acion absoluta délas
Provincias Unidas del Sud en esta parte de América, ile la d«iniinacion del rey de España
Femando 7", sus sucesores, y metróp<3li, y de todo otro poder extranjero, y concedido un
intervalo justo á los trasportes del placer, y ternura mas sublimes, que inundaron á todo el con-
curso: tom/» el Sr. Intendente la palabra anunciando el sagrario objeto de la reuni«>n y puesto
en pie los circunstantes les recibió el juramento y protestación s »lemne de promover y defen-
der la enimciada independencia, y libertad de estas provincias, sosteniendo sus derechos hasta
con la vida, haberes, y fama, según la f"'>rnuila del juramento, mandad») exigir p<.>r el mismo
Soberano Cuerpo. Terminó así esta acta. —José de San Martin. — Jost' Ignacio Zeníeno,
Secretario.
— 70 —
Jura y prockimacion de la Independencia de las Provincias Unidas
El viernes i,^ de Selicmbrc d(.' iSP», s«: jírfdain»'» y jur/» la indcpcnrleníia nacional de las
Proviiuiaís Unidasdel Kin di: la Jálala en la rapital d<- IJiu:nus Ain;«; todas las («írpnra» iones,
jefes y (empleados < ¡viles vniilitarrs. a» ninj)anai"M al d¡n< l«>r I'iieyrrcdun. á I.ls <liez de la ma-
ñana, desde la forlalc/.a liasla la plaza \'i<:l'>na, dl)ndí;^.■'^lal>a (lis])ii«'sln un espacioso tablado que
aílniilia oMnodann-nle lí»(la la («Mniliva. I.a distribuí i"n sim/triía d<- las in »j)as delinea, cívíí'as,
el miK ursn Muini.To.vi y ordenado <I<1 ve» iíKlario niiis lu' ido dr ambos siíXos, las dccoracio-
no alusivas roli.r arlas «-n eliinln- y ánuuNisd»* lanii>nia plaza al reverbero de un creeidisimo
núniíTo lie larolírs d<'>tinaíi«is á laikiniinafinn. la annonia díla-» musirás nian'iales y demás de-
mostrai iones del piibli< o rei;of ¡jn «.írírcian la esrcna ma.s inli:n>anl«-. la mas halagüeña y la mas
diíj^na del dia (jut: se «clebraba, ronstanti- «)bjrto lU- l^s proliombr»--» de la Patria.
En medio de los mas vivos trasporii-s del públi« o iío/.o, d l*n*<id<Mit<- del Cabildo, don
Franciscii Antonio de K-« alada, <n;irb' «lando la bandrra nacional, dijo:
Ciudadanos Ar;;(Mitin<.)s : «1 dfH'iIio au;;u^t<.> de la rmancipaMon polltira de las j^rovincias
en Sud América, unidas «n Con^re^-c ««s presenta la d<.'( lara< ion (h.-! nu«-vt» mundo, .ser á «jue
vuestros v()tos ban aspirado, «>s eleva al ran^o de Na» ion y os pubH«a indeprnd¡<-ntr.s del rey
de España K<rnando VII, sus nvi« es- .ns, meii<''[)o|i y det<jda «lonuiiaMon «xlrana. I.)e<Te.to de
tanta dij;nida»l n«j basta <jue se a* lame, ruando (,^ j)r(M iso sabrrlo con los esfuerzos para la con-
eonlia, (.««n el poder <le la unión y \'n\\ «.bcdienMa á las autorid.ídes jurándolo asi ante el Dios
de la Píitria, ante los pueblos y ante el orbe tod<».
•Juraisá I)ios iuirstrí> Sen«»r, y esta señal de "i" promover v defender la libertad de las Pro-
vinuas Unidas í-n Sud Amériea y ^u ¡nílejM;n<l<iii ia del Rey de Kspana I*'rrnando VII, sus su-
(.esop's y mctn'ipoli: y loria otra doniina» ion extianjí'ra-'
■^Juráis á l)ios nuestro Señor, y proin<-teis á bi Patria el s«»sl<"n de <slos dereeb*>s hasta con
la vi<la, babens y fama-' -
SÍ, juramos.
Si asilo hieiereis I)ios os ayude, y --i n»», Kl y la Patria os bagan cariío.
CJ^JLJLE COIRÓN
Kl nornbi'c do esta ríilb», i'(3í*uei"íl.i no .111110 fl«i iim;^ti*ns próceros, ni una
celebridad aniorir;iii;i, sino ;*i ;iípi(dl;i i;lori;i umív<m'>;iÍ «pn» iraspuso oj Ocóano
para d(?sciibrir un inundo fJe-NCínineidn, >in'''íiiido r<\Lrionc>i iiinotMs para inocu-
larles la civili/aeion oin'o|»<\"i.
Su extraordinaria ¡nt(ílÍLr<MM'ia >e doari'ollú ;il c.'iior do una constanída v
al)no^M<*¡on diu-u.-isdo ^u ü:lorios;i misión: sus primeros años reídhicrun sobria
y austci*aeduca<'ioM ''u d lion^.u* patíírno, pi-eparando un rar;'i<*.ter bondadoso y
inaí^nániíno. ('uan<lo •• »:ií:ibió la idea de un nuevo mundo, rreyóse «debido por
Dios paradesí-ubrii'ie. y 'isí maniliesta.'ilosSobcratios de líspana en (d momento
de ba<"er las trans/icci<.»nes para vcM-ifií^ar su primer vi.-ije; en vano.se lia atribuido
la concepción de aí[uellM sublime idea de la e\i>ten<'i:i de un mun<io allende el
Océano, (\ un viajen» p^rtui^ués <[ue murió en cas;i de (Jo'lon, dejand(j planos,
cartas^^eo^í'áíicas, itinorai-ioií informaciones completas d<3 un nuevo «rontiiiente:
solo la maledicencia y ia poca l)U(Mia f(; de '-icrtos escritores pueden arrojar
.Siembras, que son impotentes para oscurecer a brillante carrera del hom-
l)re mas grande fie todos los países y de to<b)S los tiempos. Ks extraordinaria
la con.stancia yfé(ron í(ue lucha á lin<le llevar la persuasión á los Soberanos dQ
— 77 —
Europa, para entregarles un mundo mucho mas vasto y portentoso que los
pueriles reinados que gobernaban; de todas partes le rechazan como visiona-
rio, pretensioso y ambicioso de honores, gloria y títulos délas mayores digni-
dades políticas: sufre con sublime abnegación las vejaciones, desaires y el des-
den del populacho y de los doctos de las cortes : años enteros pasó agobiado
por la melancolía y pobreza, para obtener audiencia de los Reyes Católicos.
El ofrecimiento del Nuevo Mundo fué rechazado de Portugal, Genova, Ve-
necia, muchas otras cortes y aún de España mismo, negándole hasta las espe-
ranzas de toda tentativa de descubrimiento por considerarle loco y farsante.
Después de innumerables padecimientos, tratamientos vejatorios y ci'uen-
tos sacrificios, vióse iluminada la inteligencia de la magnánina reina Isabel y
prestando resueltamente su apoyo al proyecto de Colon, empefla hasta sus
joyas para equipar la expedición y consigue la aprobación real de su esposo.
Muchos desencantos, torturas y crueles desengaños esperaban al célebre
Almirante de las Indias en su larga carrera de gloria y prosperidad para la
ingrata España; pero no fué esto únicamente lo que contribuyó á apagar aquella
existencia luminosa y robusta: una ingratitud aún mas cruel le asechaba en
medio de su deslumbrante fama: los títulos v la felicidad de su familia le fue-
r-on arrebatados ignominiosamente por el mismo Rey que se sintió empeque-
i^ecido por la grandeza de Colon á su regreso del primer viaje.
La conducta posterior de Fernando fué un veneno constante que corroía y
espedazaba el corazón del Almirante, acelerando la desaparición ó muerte
genio mas fecundo del universo.
La muerte de la reina Isabel, única esperanza y consuelo del desventurado
clon, contribuyó poderosamente á la de éste.
Ningún resorte saludable y provechoso podía tocar el Almirante después
:zile aquel desgraciado acontecimiento, y acosado por la ingratitud del Rey y la
jobreza en que dejaba á su familia, rindió su alma al Creador en medio del
lauto V la desoUicion: triste leonado de títulos dudosos v afrentosos desdenes de
"mm Soberano sin ley, ambicioso, falaz é ingrato.
Colon era extranjero en la España beneficiada con un mundo!
Sus descendientes recogieron amargo fruto de la política engañosa del
Hey, consiguiendo apenas un gobierno cuyas facultades y acciones las restrin-
gía y censuraba una autoridad superior colocada en uno de sus flancos y
patrocinada por el astuto político.
La institución del Mayorazgo á favor de la familia Colon, perpetuamente,
fué amargo ideal que desvaneció la autoridad real con falaces promesas y
estudiada gratitud y respeto.
Esto dicho, pasamos á historiar ligeramente los hechos y acontecimien-
tos mas prominentes del extraordinario nauta y astrólogo en sus viajes de des-
oubrimientos.
— 78 —
A pesar del cm|)Oño sistomálioo de ;il;;uiios os<!r¡lore.s do arrojar dudas
sí^brc ol ano del iiíUMmienlí) de Cristnlia] Oiloii, alei^ando razones varilantes ó
insostenibles, la lu/ >e ha lie<*ho va v nmrhos historiadores modernos v con-
teni])oráneos do! lu'íroe del ()<!<ían(», han [n-odaniado en alta V'jz, apoyados en
datos (' indu<:cionos ind(j.>ii-u«-til)les, ijul» ol oniinonle descubridor vino ai
rnnndo en el aTio l-tT).
V\ lui^nr de su nafiniionto, la noblo/a do s\is pT'edcí'Osores y la existencia
íle sus pririMM'os afHjs h;in sido olijetos también do intrincadas controversias,
dando púbulo ;'i af[iiell«)S osrritnros íjuo m;is iinman la atención [)or la audacia
(|U0 pnr lasin<'cr*idad do sus asovoracinnos.
Poro aquellos do l)Uiína t'ó sun los campeónos de la histoi'ia humana que
reconstituyen l;i verdad oi'onoló^i<'a, dando el \z.y\\n de alerta <!ontra las misli-
(iraciones y oroaciones raprichosas ó hi|)ot«*MÍí*as de <*araí'tcres fjue viven do la
confusión V las tini«íblMs.
MI i»ais n.'itíd dn Colnn lYui <r(Miova, v no nu(?.blo''illos, provincias v ciuda-
1 lila.
dos quo 011 vano so dis|»utaron la <'uuíi AA esclarocido jiauta paríi aíljudicarso el
esplendor d(.' >us uloi-ia.'^.
Su nii>ino padro, ol anciano Dominiro (.'olonibo, on cuatro escrituras otor-
gadas (■ I S .v<oi;i dodo li70 a lííM, declara naturalmiinte ser de (irénova.
Su lierniaiio Sanfia.^o, en una caria de aprondi/ajo, mientras i'esidía on
Snvona, Iik' díM'i.jrado ciudadano «lo íi<'miov;i.
MI í'ondo l*M^''iiy do f^or^cís k^w su "Historia do la vida y vi;ijos de (Jristó-
bal f'í)lon'>, di(«*: ^ ími la o^ci-itura díí Institución (h.d Mayíjra/.i^'í, iiec.hacl2'¿ de
Kebr-ero do lí*JS, en Ixínelicio do su d«.'scond(M]<'ia,ol lírauAlmirantedel Océano,
virev «le las Indi.'i^, dico toxtualmonio: ■Siendo vo nacido on ílénova:» mas
adelante, roc<)mi«índa;'i susher<'d(;rosquo l'avMrc/<'an, sin perjudicar áln corona
do lvs|)ana, todo cnanto sea (in honra y acríícontamiento do (iénova, '«ciudad
noble y |)od(M'o-;i por !a mar. " l'Aplica o^ía |>rodiloccion di<'iondti también «delia
salí v on olla nací. ..
'raml)ien su padi-o ora ironovós y casó con una aldeana de Bisajj^no,
Susana l'ontanaro^sa, de la cual tuvo cuatro hijos: í^iaslóbal, Bartolomé,
|>(»p»triiij V Santia^^o.
M>tal)ii*cióso on (i'Miova, (;n su propia casa, y «'onio fueran muy exiguas sus
i'ííuta^ adoptó (M ofi<-io ílo cardador do lana: fué en olla dondo nac,i6 su hijo
r'ristóbal, hación'loit'! bauti/ar en la i;^l"sia do San Ivstóban del mismo lugar.
Su apellido os ( '■íjoinbo. píjro (M mi^mo «mi su-í esciátos lo latini/ó llamán-
dose Col'Hubus, y cuando prestó sus sorvi<Mosá los Royos (..'atólict)s espaHoii-
/áronlo llamándolo Colon.
\é\\ Uííblo/aílo los antepasadí)s doí'olon os iimcgablo. I\staba om|>arentado,
por las aianas y la marina, con p»;rsoMajos do ní)ble y relevada alc.urnia, y el
escudo do aianas «(uo usaba el padre de í'olon, era casi común en las diversas
ramas genealógicas de su familia.
lín los primeros anos de Colon mientras vivía al lado de su padre, pudo
— 79 —
este descubrir quo su hijo mayor estaba dotado de una intcliííenoia extraordi-
naria que se revelaba en todos sus actos.
Su padre, concibiendo los resultados do una edu<!acion severa, no perdonó
medio ni esfuer/opara darle la instrucción mas elevada de aquellos tiempos, y
lé hizo ingresar en la Universidad de Pavía, á la el^id de diez años, cuyos
principales estudios eran filosofía natui-al, astrolugía y filosofía extraordinaria
que daban un nombre célebre á dicha Universidad.
Pero álos doce años volvía nuevamente al hoí3:ar n.ilerno sin duda porque
no podía costearse sus estudios, y á los catorce 1-^ encontramos ya á bordo en
viaje marítimo, siendo pur consiguiente muy superficial la instrucción que
recibiera.
Sin embargo, conociendo Colon supredisposicion á la navegación, además
de que Genova no ofrecía otra carrera mas luci'ati va en aquellos tiempos y el
estímulo de que sus predecesores se habían hecho ilustres y poderosos en el
seno del Océano, abra/.ola ardientemente y entró de aprendiz como grumete, á
adquirir aquella práctica, serenidad ante el peligro, experiencia y conoci-
miento de los fenómenos marítimos y meteorológicos, que tanto le sirvieron en
sus expediciones.
En este aprendizaje, el marino recorrió muchas veces el Mediterráneo y
pronto se distinguió por su valor temerario: aumentó el caudal de sus conoci-
mientos en la ciencia astrológica y fué conde-orado con el grado de capitán
alcanzado en la guerra que sostuvo el Rey Rene contra Xápoles.
En un terrible combate que libró contra unos barcos venecianos que iban
ricamente cargados y á los cuales había aferrado el suyo con arpones y cables,
tuvo que arrojarse al agua para no morir víctima del incendi») que se produjo
en los buques enemigos, y por consiguiente, en el suyo que estaba fuertemente
sujeto á aquellos.
La primera costa distaba dos leguas desde aquel punto, y á no haber sido
un gran remoque le deparó la I^rovidencia en aquella lucha con la muerte, el
Nuevo Mundo hubiera continuado desconocido del viejo continente.
Auxiliado de esta manera pudo llegar á Lisboa; poco tiempo después casó
con doña Felipa de Perestrello, hija de Bartolomé Moguis de Pereslrello.
domiciliado en Portugal y gobernador de la isla de Porto-Santo.
Muerto Perestrello continuó cultivando Colon las relaciones que aquel
dejara, siendo la mayor parte de hombres muy entendidos en la navegación y
astronomía.
Sostuvo correspondencia muy interesante con el célebre físico y cosmó
grafo, Pablo Toscanelli, médico de Florencia, hombi-e de extraoi'dinario
talento á quien consultaba el mismo Rey de Portugal cuando preparaba alguna
expedición alo desconocido.
En 1474 y en esa misma correspondencia aseguraba ya al doctor Tosca-
nelly de doblar el mundo por el Occidente y le pedía opinión y consejo, y al cabo
de año y medio el plan y la concepción de un nuevo continente había adquirido
la sanción concienzuda del futuro Almirante.
— 80 —
A los nuíwonla anos do edad y descando ('ñUm que su palr-ia recibiera los
benoticiosde su iioblo [)lan, se diri^i:!*') á íií'íiiovaque exhausta de recursos por
las iin[)la(%ablos ííucri'as f|UO había sostenido r inrapacícs t(jdavía sus lionfibres
doctos de concebir y <int<.Mider las razones rioniíti<*as ími í[ue se i'undalja aquel
[)roye(!t<j, desec-hólas |)ro[>osií!Íonos y le tuvluj-oii por lardante.
Salió deíiénovay ofreció el nuuido á \'on«N'i;i «pie le despidió «le la misma
manera, pnsandoen se;;uidaá Savona, donde residió al;^un tiempo para ayudar
al sostenimiento de su padre; luei^o volvió á Portu'íaly aplazando la revelación
de su proye<!to. se dedi<'.ó á un estudio sev(M*o y practicó lai-iros ó. importantes
viajes á través del í)(N!íano ;;erni;'nii<*o, eniiípierienílo la hidro^rraí'ía y tomando
a|)unte de todo ruanlo dato ó t'íinónieno concui-ría á robusi^icer su teoría.
Imi seíTuida presentó su proyecto á l;ii'ort(í díí Portu.í^al y íué reeha/.ado
por la opinión del confesor riel Hey, dort^r Die.i^o Ortiz de flazadilla, si bien
había mayoría en favor de aíjuella revel.-irion d(í un muiiflo en la Comisión
encariñada de su estudio v dictamen.
Las conferencias verbales í|ue tuvo el WcyJu-inlí con íj-istóbal ÍJolon le
persuadieron de una manera ciara y concluyente de la reaiidaílde aquella vasta
y majestuosa idea, per<>se aco/^ió al dict;'imen del vnnidoso y nstuto obispo de
Ceuta.
Líi corle de l^)rtu'^•^l trató con felonía vcubardíí traición al noble cal)allero
de ílénovíi, valiéndose d(; sus mismos planos é infornn?s, carta y derrotero,
para (iiiviir secret."i mente uno <!•} sus bn-pies ;il m;uido del mejor y mas
entendido de sus |)ilo:os ;l arrain*ar de las concavidades del Océano el secreto
de un muixlo des<'onocido.
Para acabar de ?icometei* est;i empresa, faltaba aun al pilotí) la intre|)idez,
sei'Cnidad y \n chispa divina que ilmninab.'i fíl cerel»ro del ilustrado icenovés: &
los primcí'os amados do un.-t tempest;nl en el seno de la inconmensui'able
iinnensidíid del ( )<M?;nio, viró apresuradamente sobre Portu;;al á ridiculizar,
por ventm-;í, con bufonadas y ^foseros ab>urdos;iquel proyecto grandioso.
Sin embarco, (d Rey, dtíscíjtiíiando d(í l;i (Mi.ü:aí'ios;i pilhM'ía d<í aquel bribón,
prestó secreí.imente su aprobación ai pian de (!olon, y des|>achó emisarios á
llamarle á su prescMicia.
I^ero ya el marino emimíiile había realizado todos los inmuebles que tu-
viera su es|»o.sa en a(|nelladesl(»al y p<irlida tierra, end)arcándose al |)Uiito con
destino á(ién<jva, renovando sus proposiciones ;l la corle, — nada satisfactorio
consi;;uió, y resolvió entonces pasará Savona á visitar su familia y prestarle
su alivií^ personal.
Mucho vaciló para escoiTcr á cual di.» las poitiiicias cristianas de P^uropa
debía ha<rer el obsequi»» de un mundo deslumbrante de rií|uezas, hasta que al
íin optó por la de lísj)ana, á (tuya (torte ofreció de r^xlillas aíjuel inestimable
tesoro, fuente de todos los dones de la natura.
INjr una <le esas raras é inexplicables cojucidem.'ias en la vida humana,
mientras Colon .se dirigía á Huelva para poner bajo el cuidado y solicitud de
— 81 —
la hermana menor de su esposa, casada con un oscuro español, á su hijo Diego,
Ínterin arreglaba sus negocios con los Soberanos Católicos, desvióse del ca-
mino, extraviado sin duda por el pensamiento fijo que avasallaba su imagina-
ción, y llegó repentinamente A un descuidado y añoso convento situado á
media legua del puerto de Palos y visible únicamente por la parte del Océano,
solicitando p¿ni y cííxw\ p.-ira ('A y su hijo.
Este convento, (loíiichlo :\ la N'íri^.^j y ll.un.'i'lo «S:nitn Marín *\o ia Ha-
bida»', estaba servido eiitonc»^s \)'ív i-oIíiííosds do San Kraii.M>ro.
Suguurdian, Fray Juan Pere/ de Mai*<'liena, í[uo por sus talentos y virtu-
des evangélicas llegó á ser confesor de la Keina, le ofreció des<-anso en su
celda, investigando la causa de sus sufrimientos y su rara aparición en aquel
convento, sepultado lejos del bullicio de las ciudades.
Colon confió al fraile todos sus padecimientos y el propósito de someter al
criterio de los reyes el estudio de su proyecto de descubrimiento. El reverendo
padre se inclinó respetuosamente ante el marino en quien acababa de des-
cubrir un profundo saber y un enviado de Dios para ensanchar los límites del
mundo conocido.
Detuvo al hijo para educarle en los claustros de aquel convento, mientras
el padre, munido de una recomendación que le diera el fraile para el entonces
confesor de la Reina, el Prior del Prado, se dirigía ala corte es,:>anola, resi-
dente á la sazón en Córdoba.
Era un santo varón é ilustradísimo el Prior del Prado, mas no entendien-
do absolutamente sobre matemáticas y ciencias naturales, tampoco podíadarse
cuenta de la teoría de Colon; intentó este último muchas veces v tocando
múltiples resortes una audiencia de los Reyes, pero no pudiendo conseguirla,
consagrábase nuevamente á un estudio tenaz en su pobre y miserable morada.
Una noble mujer, condolida sin duda de los sufrimientos de aquel hom-
bre extraordinario, quiso compartir con él su destino y le entregó su mano en
afectuoso consorcio ; esta digna seíiorita era hija de elevada nobleza, muy her-^
mesa, pero como él sin bienes de fortuna.
Este matrimonio tuvo lugar en Noviembre de 1486, y en Agosto del siguiente
año nació su hijo Fernando.
Pasados los primeros encantos del tálamo, reanudó nuevamente Colon sus
pretensiones, y como ni siquiera entreviese la posibilidad de obtener audiencia,
tal vez desesperado, escribió directamente al Rey Fernando la siguiente carta:
«Serenísimo Príncipe:
« Navego desde mi juventud. Cerca de cuarenta anos ha que surco los
mares. He visitado todas sus costas conocidas, y he hablado con gran número
de hombres sabios, con eclesiásticos, seglares, latinos, griegos, moros y per-
sonas de toda clase de religiones. He adquirido algún conocimiento en la
navegación, en la Astronomía y Geometría. Tengo bastante experiencia para
dibujar el mapa del mundo, y poner los pueblos, ríos y montañas en los puntos
IX
— 82 —
donde se hallan situados. Me he dedicado á los libros de Cosmografía, His-
toria y Filosolia. Heme decidido ahora á ompren<ler el descubrimiento do las
Indias; y acudo á Vuestra Alte/a para suplicarlo que favorezca mi empi'esa.
No dudo que se burlarán de ello los que lo sopan; pero si \'uestra Alteza me
quiere darlos medios para ejecutarlo, espero llevarla á buen éxito por obstá-
culos que se presenten».
Ni este ex})edicnte le valió mayor fortuna, pues ni siquiera recibió contes-
tación, y después de muchas contrariedades y disgustos, llegó á trabar relación
con el Nuiício A})Ostól¡co, Monseñor Antoin*.) Geraldini, instructor de la hija
mayor de la Reina.
Este y sus numerosas relaciones se empeñaron decididamente en obtener
délos Reyes audiencia para (^olon y al cabo de mucho tiempo se vieron col-
madas sus pretensiones.
En presencia de los Soberanos, (.'olon romunicó su proyecto con extraor-
dinaria firmeza y una convicción profunda en los incalculables resultados á
favor de la corona.
La presencia do Colon, su air*e majestuoso, su suporior-idad científica y la
ingenua humildad de su cará<*tcr, produjo una muy favorable impresión en el
ánimo de Isabel, mientras (juc el caiitf) y i-eccloso Fci'nando aguardaba otra
ocasión mas decisiva [)ara formar opinión.
Sábese que muchas otras (NMiferencias tuvieron lugar por llamado de la
Reina queso interesaba visiblemente át'avordolasprotensiones de Colon, pero
que muy preocupada la í^)rte con los asuntos |)()líticos de (iranada no dedicó
toda la atención que moro(!Ía á aquel proyecto.
Al fin so ordenó la celebración do un ('ongroso en Salamanca delosliom-
bres mas doctos del Reino para examinar el plan do. Colon
Era mayor ol número de teólogos quede cosmógrafos (le los que componian
aquel cuerpo, los cuales, poco versados en matemátit^as y astrología, condena-
ron el proyecto com(j i?n/josib/f\
Sin embargo la Reina no dio importancia á afpiol di<*tamon y haciendo lla-
mar á Colon repetidas voces, lo aseguró (|ue olla faTorocería sus deseos y que
serían una realidarl después de la toma do Ciranaíla.
Pero ¡cómo esperar tanto tiempo! El hermano de Colon por orden de
éste negociaba el descubrimiento en la corte de Inglaterra, que por lo mismo
que no recibía comunicación alguna de aíjuel, pensó que estarían muy adelan-
tadas las gestiones.
En consecuencia se dirigió al convento de la Rábida para trasladar su hijo
Diego á casa de su esposa doña Beati'iz Enriquez, en Córdoba, y pasar en
seguida á Londres.
Pero el patriota fray Juan Pérez, conmovido de la situación desesperante
del astrólogo y desvanecidas sus esperanzas de las glorias íjue estaba llamada
á recibir España, en un arranque de conmiseración patriótica, mandó llamar
al célebre cosmógrafo de Palos, Garcia Hernández, y se sometió el proyecto
— 83 —
á discusión en las soledades de aquel misterioso convento, resultando muy
bien fundado y practicable.
Inmediatamente escribió á la Reina haciendo una apoteosis de Colon y
comunicando al mismo tiempo el dictamen de García Hernández; terminaba
pidiéndole en nombre de la Religión Católica y el lustre del Reino que hiciera
volver á Colon que llevaba un mundo á ofrecer á Inglaterra.
La regia guerrera que recibió esta comunicación en el campamento de
Granada, hizo llamar inmediatamente á Colon haciéndole un donativo de veinte
mil maravedís para que se presentara cual correspondía en la ciudad de
Santa-Fé.
Tomada Granada, y aun en medio de los deleites del pueblo y el regocijo
de los Reyes de Aragón y Castilla, recibió en audiencia la Reina al ilustre ge-
novés, escuchó su palabra ardiente y sincera, y aceptó por inspiración los planes
del italiano, invitándole á hacer las proposiciones que correspondía.
Una comisión nombrada para informar y aconsejar sobre la remunera-
ción que exigiera Colon, se expidió aconsejando á la Reina no aceptar aquellas
exigencias, enormes por su trascendencia política y social, que le colocaban
muy superiormente á todos los varones nobles de Espaila y que era mengua
irritante para la corona conceder privilegios y prerogativas casi regios aun
extranjero aventurero, pretencioso, loco y testarudo.
Las condiciones impuestas por Colon, causaron profunda conmoción en
el ánimo de patricios y plebeyos que aconsejaban á la Soberana de Castilla
no admitir exigencias tan deprimentes é irrespetuosas á la dignidad del Go-
bierno; pero, Isabel ya tenía formado su propósito de protejer al extranjero, y
por la misma extensión de aquellas estipulaciones calculaba la riqueza y fe-
cundidad délos descubrimientos, todo lo cual aplicaría en bien del principio de
Redención y de sus queridos subditos.
Era tanta la oposición y se inventaban tales pretestos para desconceptuar
el proyecto y apagar la fé ardiente que inspiraba á Isabel, que el mismoColon
espontáneamente ofreció contribuir con la octava parte de los gastos expedi-
cionarios, pero sin alterar una sola cláusula de sus pretensiones.
Finalmente tanto había obrado la ignorancia de los unos y la petulancia de
los otros con sus observaciones en el ánimo de la Reina que la mantuvieron
indecisa por mucho tiempo — Fernando habia acusado á aquel proyecto de
temerario y altanero desde el principio.
Convencióse por fin el genovés del rechazo de sus planes y echó sus mira-
das á Francia cuvo soberano le llamaba á su corte.
Púsose en camino y teniendo que arreglar a.suntos domésticos en Córdoba
pasó á esta ciudad á despedirse de su familia y de la desconfiada España que
le hizo malgastar ocho años de vida, con padecimientos, vejaciones y el desden
de sus doctos ignorantes.
Pero ilustres servidores de la reina fueron á arrodillarse á sus pies pidién-
dole por la gloria del reino patrocinase aquella empresa, en tanto que
■ 84 -
Fray Juan Pérez, con unción evangélica, demandaba del Señor que ilumiJ
nara el entendimiento de Isabel para realizar aquel grandioso acontacij
miento.
De repente la soberana de Castilla sintióse cambiar enteramente de cri'~\
terio ; veta clara y distintamente las riquezas que darían renombre á su reino,
y los esplendores de una base jsegura á la causa de Cristo; comparaba y media .
la gloria mmarcesible que orlarla los destinos de la Cristiandad y la felicidad
que derramaba en todo su valeroso reino; y no pudiendo contener por mas i
tiempo el gozo secreto que alimentaba su espíritu, se pronunció de la ]
manera mas favorable para acojer por cuenta del reino de Castilla solamente ]
aquel inestimable plan de ventura y poderlo.
Un oficial de guardias corrió á llamar nuevamente á Colon.
Conociendo estela firme resolución de la Reina, olvidando los agravios .
y padecimientos que habla sufrido, se presentó á la corte que le recibió con i
las pruebas del mayor i'egocijo y respeto.
Todo quedó allanado, firmándose la capitulación ei 17 de Abril de 1492 (
en la ciudad de Santa Fé, por ambos reyes, pero sin comprometerse en nada J
Fernando y su reino.
La expedición fué patrocinada por la corona de Castilla y el emprés- i
tito que se hizo al reino de Aragón fué integrado oportunamente.
Se despachó oficialmente órdenes a las autoridades del puerto de Palos !
de preparar ti-e.-í carabelas para el viiíji; y de tomar W-i bajeles con sus J
pilotos, raariiierús, etc., aunque fuese ala fuerza, imponiendo fuertes multas 1
á. los que resistieren dicha orden. A pesar de lodo, el tiempo corría veloz y í
no se habla hecho nada todavía, hasta que el ángel tutelar de Colon le pro- I
sentó los navios con unatripulacion ilustrada y experimentados pilotos; Fray 1
Juan Pérez se entendió con los hermanos Pinzón y poco después firmaron el
convenio con Colon.
Se hicieron los aprestos necesarios recibiendo provisiones para un año,
y terminados los preparativos pocos dias después se dieron á la vela en la
noche del 3 de Agosto de 1492, no sin haber antes rendido culto á Dios
en el convento de la Rábida y recibido con devoción el sacro cuerpo de
Jesucristo.
Largo y enojoso sería seguir & Colon en su viaje contando las vicisi- i
tudes, difieuilades , peligros , amenazas , motines y la insubordinación '
frecuoiilede iodos lo.sqiiele acompañaban, excepto unos cuantos que perma-
necieron fieles & la obediencia y respeto, subyugados por el extraordi- I
nario saber del futuro Almirante que les inspiraba confianza, terror y I
ventura.
Triste es la historia de este primer viaje que ultrajó tanto la dignidad
del hombre mas grande del universo, y como está en la conciencia hasta de
las criaturas aun sus mas ínfimos pormenores, nos abstenemos de repetir
ingi'atitudes y maldades que conmueven el corazón mas vil y empedernido;
- 85 ■
lor consiguiente, solo apuntaremos las tierras que descubrió hasta su regreso
i los puertos de España.
El 12 de Octubre de 1492 tocó y desembarcó en la primera isla que se
presentó á su vista y á la cual denominó »Isia de Sají Salvador».
Muchas otras islas y tierras que descubrió á medida que avanzaba las
Wamó sucesivamente: Sania María de la Concepción — Archipiélago de las Luca-
yas—hla Fernandina — h/a Isabel— Isla de Cuba— Mar de Nuestra Sefiora — Puerto
Sanio — Isla de Babeca — Isla Española.
También reconoció y bautizó al Cabo Beaupré — la montaña de la Plata —
el cabo del Ángel — la Punta de Hierro — e! cabo Redondo — el cabo Francés
— el cabo del Buen Tiempo — el golfo de las Flechas, etc.. etc.
Para aprovechar el buen tiempo y el blando viento, el once de Enero
de 1493 levó anclas con dirección á, España , llevando consigo indios
de diversas ramificaciones de la raza Americana, muestras minerales y veje-
tales, productos agrícolas, y en fin, toda clase de testimonios de la magnifi-
cencia y grandeza de estas regiones no conocidas.
I Antes de llegar á España tuvo forzosamente que tocar en Portugal y
teniendo que cumplir en la iglesia un voló que hizo á bordo, bajó álierra, cir-
cunstancia en que fué hecho prisionero y sometido á un riguroso interrogatorio.
Envidiosos los portugueses por aquel descubrimiento que darla tanta
gloria y poderlo á España, quisieron secuestrar los papeles y cartas geográ-
ficas que revelaban su existencia, y aun los mismos consejeros del Rey Juan
II le insinuaron de hacer asesinar á Colon; pero lejos el monarca de envi
lecer la dignidad de su reinado, honró regiamente al Almirante del Océano
y prohibió seriamente cualquier tentativa de ultraje.
Pasó en seguida á Palos y algunos dias después se dirigió á la corte de
los Reyes Católicos por en medio de arcos de triunfo y regias nianifesta-
ciones.
La recepción que allí le esperaba fué magnifica, grandiosa é inu-
sitada.
Aun resonaban los aplausos cuando empezáronse á organizar los prepara-
tivos del segundo viaje en el cual partirían un vicario apostólico, doce
misioneros y el padre Juan Pérez de Marchena como astrónomo de la
expedición.
El 25 de Setiembre partió del puerto de Cádiz con diez y siete buques
y mil quinientos tripulantes con dirección al Nuevo Mundo tomando
distinto derrotero del anterior; muchos nobles hablan tomado parte en
esta expedición, ya seducidos por el oro ó por las aventuras de lo des-
conocido.
La primera tierra que tocó fué las Canarias, donde llegó el 1» de Octubre,
y continuando su viaje al dia siguiente descubrió sucesivamente la Doral-
nica, Guadalupe, Monserrat. Antigoa, Santa Cruz, Santa Urzula, Las Once
mil Vírgenes y San Juan Baulisla.
k
— 86 —
También descubrió una hermosa meseta que llamó Isabela.
Poco ilesjiues reconoció la costa suducste de Cuba, descubrió la isla
de Jamaica, el Archipiélago de los «Jardines de la lieina», y algunas islas
de menor importancia; fundó una riudad en Isabela, administró con rectitud
la justicia y sometió ('í>n su ptxler muchos pueblos indios que se coaligaron
para repeler á los extivanjeros.
Sus enemigos envidiosos y los descontentos elevaron informes y denun-
cias sobre la supuesta crueldad r|ue ('olon ejercía con ellos y pedían su desti-
tución del gobierno de las Indias, etc.
En su regreso á Ksjíaña, Colon fué recibido con muestras de agradeci-
miento por parte de la Reina, á pesar de las protestas y falsos manifíestos
de insubordinados ambiciosos ó de nobles de abyecto carácter.
El Almirante fundó un Mayoi-a/gu y acelei-ó los preparativos de su
tercer viajo. La ingratitud iba adr|uiricndo poco á poco tales proporciones
que ya ora sulioionte para aíuargar la vida dol ilusti-e genovós.
El 30 de Mayo do tWS oniprondió la tei'cera exjícdicion, partiendo del
puerto do Snnlúcar con sois carabelas; pasó poi- Canarias y por las islas
del ('abo Verde, y siguiendo por debnjo dol paralelo do Sierra Leona, sufrió
por muchos dias ol insoportable ralov de la zona tórrida hasta verse obligado
á cambiar d(} su r-umbo.
Algunos dias después descubrió la isla de la Trinidad, la tierra Hrncie, y
muchos isloio> ;i los que denominó Tierra do (Iraria; costeando el Cabo Paria
descubrió las isl;is do los Testigos, la Concepción, Iíi Asunción y la de Mar-
garita, dos|>uos do lo cual s(» dirigió i\ la lís|>anol;i (pie estaba com|)lotamente
insurre<ícionada por hombrcís pci'voisos cpio (juoiían satisfacer sus más bajas
pasiones, aún á costa do la trainpiilida<l y biuMi gobierno <io la colonia.
Fermentaban do tal manera los ánimos (W los presidarios, estimulados
por la vida dosenfi'onada y licenciosa (|ue los poi'mitííin los jefes rebeldes,
que estaban más dispuestos á morir ¡ideando con sus companeros que volver
á la dis(!Íplina y moralidad que impone toda administración regular y civili-
zada. Ebrios do placer y de go/u, en inofliodo aíjuella corrupción degradante,
daban muestras visibles de en<'ono y perfidia contra el Almirante, el Adelan-
tado y algunos otros fieles al deber.
Después de (cruentos .saítrificios en su dignidail y autoridad, Colon logró
reducir á los revoltosos, ajusti(^ian<lo á los más (^uli^ablos, y enviando á los
descontentos á líspana rlonde hicieron las pi'o.sontaciones más criminales á
los Reyes (.'atólicos contra la conducta ílel Almirante.
Por más dispuesta que estuviese Isabel á favor'ocer á Colon, tal fué la
propaganda hostil y perversa íjue se hizo en la corto, que deseando conocer
fielmente los sucesos ocurridos en la Española, nombró un Comisario, con
plenos poderes para juzgar sobre aijuellos desórdenes y castigar á los culpa-
bles, como asimismo para sustituir en el gobierno á Colon en caso de ser éste
delincuente.
— 87 —
Luego que arribó BobadiHa, el eiKíargado real, á la Española, hizo cargar
de cadenas al Almirante, al Adelantado yá Don Diego Colon, sin ningún
trámite legal, y los despachó á Castilla, elevando á los Reyes una sumaria
falsa é inconexa de sus abusos de autoridad, es decir, de las quejas insolentes
de los enemigos de Colon, sin haber escuchado á éste ni comunicádole sus
crímenes.
Llegados á Castilla la indignación de la Reina fué indecible cuando supo
el tormento y vejacionesque hicieron sufrir al Almirante, y ambos Reyes le es-
cribieron protestando del proceder inicuo de Bobadilla, enviándole además un
presente de dos mil ducados de oro para reparar su desnudez y presentarse á la
corte, donde fué recibido con manifiestas pruebas de gratitud y reconocimiento.
Inmediatamente se destituyó á Bobadilla, nombrando gobernador interino
al Comendador Ovando que partió á la Española con una escuadra compuesta
de treinta y dos buques.
Mientras Colon hacíalos preparativos para un cuarto viaje, escribió al
Papa comunicándole su proyecto de rescatar el Santo Sepulcro del poder de los
musulmanes al regreso de su última expedición.
Partió de Cádiz con cuatro buques y doscientos tripulantes dispuesto á dar
la vuelta al mundo por un estrecho que debía encontrar para surcar las aguas
del Pacífico;en este viaje descubrió la isla de Guanaja, cerca del Nuevo Continen-
te, tierra firme cerca del caboCaxinas y á quince leguas de e.ste último el « Rio
de la Posesión ». Después de muchos padecimientos tocó en una bahía á la cual
llamó Bahía del Almirante y luego en la laguna de Chiriqui, el cabo Nombre
de Dios, el puerto de las Provisiones y del Retrete, llegando por fin á Puerto
Bello, donde á causa de horrible tempestad tuvieron que esperar hasta la cal-
ma de los elementos.
Tormentos crueles amargaron y i*esintieron profundamente la naturaleza
de Colon, ya por los siniestros marítimos, ya por la perversidad de los tripu-
lantes, y después de haber probado el destino su fé y paciencia, auxiliado mi-
lagrosamente, volvió á España, no sin tocar antes en la Española.
Enfermo Colon no pudo presentarse á la corte por mucho tiempo, reci-
biendo una profunda herida en .su lacerado corazón cuando supo que la Reina
Isabel estaba agonizante en .su lecho de dolor.
Muy pocos dias después la muerte puso término ala existencia bienhecho-
ra de la Reina de Castilla, acelerando con mucha rapidez el mal que aquejaba á
Colon, y á pesar de las diligencias que hizo practicará su hermano tendentes al
reconocimiento y adjudicación de los títulos, dignidades y privilegios que se
le ofrecieron en cambio del mundo con que obsequió á España, largas dilacio-
nes y sistemática indiferencia era ia política de Fernando, que procuraba ganar
tiempo hasta que el Almirante sucumbiese á su profundo dolor.
Finalmente agravóse de tal manera su enfermedad que el diade la Ascen-
sión del Señor, el 20 de Mayo de 1506, espiró rodeado de sus deudosy amigos»
— 88 —
Los restos del esclarecido navoí^ante reposan en la Catedral de Santo Do-
minico; puesestí'i prohado auténticamente que la exhumación y la traslación de
ellos á la Habana, verificada onSO de Piciembre de 1795, tributíindole pomposos
honores, fué una amar«2:a e(|UÍv()cacion que constataron alp:inios anos después
con el descubrimiento do la existencia íle aíjuellos venerandos huesos en la Ca-
tedral susodicha.
Como una prueba de lo que asc^íuramos vamos á hacer algunas reflexio-
nes sobre la suerte que cori'ici'on los i'cstosdel Almirante.
El 10 de Setiembre do 1S77 obtuvo el deleitado apostólico cerca de las Re-
públicas de Haiíi y Santo Dominico del Gobierno local las facultades necesarias
para hacer ciertas modiíi(*aciones y reformas en uno de los tres presbiterios de
la Catedral de Santo Domingo.
Al hacer las escavaci<^nes y i'oparaciones del caso, ocurrió que en el dia
diez de Setiembre so hizo un descubrimiento de una caja que contenía huesos
humanos, y A fin do pr(K'eder con todas las formalidades legales, se levantó un
expediente sobre aquel misterioso hallazgo, el cual está concebido en estos
términos:
Kl sonor Obispo ( di<'0 ol acta) ha manifost;ido:
1° Soi'lo notorio por tradición quo, á pesar do r»uanto aparece do los docu-
mentos públicos relativos á la traslaí*i(^n do los restos do Crist6l)al Colon desde
Santo Domingo á la Ciudad do la Habana en 17í)r>, poiiían dichos restos existir
aun en el mismo lugar donde anti.i::uamente estaban depositados, esto es, en la
parte derecha del presbiterio do la Catedral Dominicana, debajo del espacio
ocupado por el trono arzobispal.
2° Quo deseando el mismo sonor Obispo depurar la verdad que pudiera
haber en la expresada tradi<'ion, aprovc(!hando la oportunidad de las indica-
das reparaciones, autorizaba al canónigo presidonte, D. Francisco Javier Billi-
ni, Aquion estaba encargada su dirección, para que practicara las averigua-
ciones quo so consideraran mas (Convenientes i)ara obtener dicho objeto.
3'' Que continuanílo proí*isamente estas avoi'iguaciones, hallaba el expre-
sado canónigo el dia lí de Mayo, iihi izquionia del presbiterio, esto es, del lado
de\R E pisto /fi, una caja de plomo con esta inscrii)cion pintada sobre una plan-
cha: El Almirajite Don Luis Colon, Duque de Vernr/iias, Marqués de Después
en la mañana del 10 de Setiembre, (ron el auxilio de dos peones de albañil, des-
cubría Ala profundidad de unos dos palmos debajo del pavimento, de la parte
del Evangelio, la abertura de un sepulcro por la cual se podía ver parte de
una caja metálica.
4° Que ai>enas estuvo informado ol señor Obispo de todo esto, se trasla-
daba á la Catedral, donde llegaba también el Sr. Cónsul Cambia.^^o, y entrambos
comprobaban dicho descubrimiento.
5° Que continuándose la comenzada escavacion en presencia de las auto-
ridades políticas y civiles, del Cuerpo Consular y de muchos vecinos, después
de removida una piedra, se extraía mas tarde la caja, la que está construida
— 89 —
de plomo y mide 42 centímetros de largo, 20 y medio centímetros de ancho y
21 de profundidad.
6» Que en la tapa de la caja se encuentra escrito: Z>. de la a. P*'*. A^. á
saber: Descubridor de la Áméricfi Primero Almirante, Después en el lado
izquierdo hay l¿i letra C !ijy -iíim C mí \:\ •> n't.^ >»:i:M^"«.ir, y íin:ilino:ito s<^ vé
una il en el lado »ílm*Cí*Ii<>; lo «{.lo -o iii ¡iiítM'pr «ta !->: CrisiVhtl C hm [tmi-
rante.
7* Que levantando la tapa, se encontrú grabado en ia parte ¡níerna de la
misma, con caracteres góticos alemanes, el epígrafe:
111*"'. V Es'*^ Varón
D. Cristóbal Colon.
8» Que dentro de la caja, á consecuencia de comprobaciones practicadas
por peritos anatómicos, se hallaron: un fémur, \xn peroíieo, un radio, una claví-
cula, un codo, ocho costillas, el hueso sacro, el cóccix, dos vértebras lumbares, una
cervical y dorsales, dos talones, un hueso del fnetacarpo, y uno del metatarsOy un
fragmento del frontal ó coronal^ tres pedazos de tibia, dos tarsos^ un pedazo de
homoplaio y uno de mandíbula inferior , y medio extremo del hombro: total: veinte
y ocho fragmentos grandes y trece pequeños, estando reducidas á polvo las
demás partes.
Qo Que finalmente en la expresada caja se encontraron dos pequeños espi-
gones desprendidos de la misma, y una bala de plomo de peso de una onza
poco más ó menos. »
De aquí se infiere que dichos restos reposan torfavía en Santo Do-
mingo y que los que trasladaron á la Habana fueron los de don Diego,
su hijo.
Habían trascurrido ya dos siglos y medio que habían sido sepultados los
huesos de Colon, y como no hubiera indicación alguna que revelase á la vista
el sitio en que estaban guardados, la equivocación debía tener lugar sin causar
extrañeza, pues no existía ninguna persona que supiese positivamente el lugar
que aquellos restos ocupaban. «
De manara, pues, que se reputan los verdaderos aquellos que se han
encontrado en la Catedral de Santo Domingo en el dia 10 de Setiembre de 1877,
y -no los que se trasladaron á la Habana en Diciembre de 1795.
Por una de esas aberraciones que ocurren en la vida de los pueblos, el
continente descubierto por Colon fué bautizado por la costumbre primero y
oficialmente después con el nombre de América, femenino del nombre de
aquel Américo Vespucci que visitó y descubrió islas y tierra firme en sus via-
jes á estas regiones de las Indias.
xa
— 90 ~
Amóriro Vcspurci fué el tercer hijo del matrimonio de Anastacio Ves-
pucci ó Isabel Miiii, cuyo nacimiento tuvo lugar el 1) de Mar/.o de 1451, en
Florencia.
Recibió esmerada educación y después de sufrir varios reveses de la for-
tuna, se dedicó á leer cuanto se había escrito respe(!to á los descubrimientos
hechos por Colon y .-ila navegación.
Fue un experimentado y erudito piloto, íjue después de ser encargado de
proveer á las cxpcditMoncs destinadas ;'i las [ndias, verificó su primer viaje en
1409, formando parte de la que equipó Alonso de Ojeda, patrocinado por el
obis|)o Fonseca.
Dos aíios después se cree que prestó sus servicios al Reino de Portuga\
teniendo el mando de una carabela en una es(*uadra compuesta de seis bajeles
destinada al descubrimiento de Malaca, viaje en que después de varias difi-
cultades y siniestros llegó al Brasil, recorrió toda la costa y cargando su
bajel de palo de Brasil, viró hAcia Portugal; en Junio de 1504, llegó al puerto
de Lisboa.
Muchos escritores atribuyen á Vespuí*ci el descubrimiento del Brasil
realizado en acjuel viaje, cuando no hizo verdaderamente otra cosa que .seguir
el rumbo y aprovechamiento de las cartas náuticas de ('olon y las relacio-
nes de los marinos ([ue hicieron el viaje con el Almirante de las
Indias.
Dícese también que á estas tierras llamó America el florentino Vespucci,
nombre que se extendió poco á |h)Co hasta abra/.ar todo el (Continente.
Esta es más ó menos la versión de como el Nuevo Mundo fue bautizado
por la costumbre y el abuso de los admiradores ó allegados de Vespucci con
el nombre de América.
Si hemos recordado aíjuí de este navegante florentino, es porque necesi-
tábamos aclarar el nombre del Nuevo Continente que tan natural hubiera sido
llamai'le del nombre de su descubridor; mas, una aberración chocante le deno-
minó á su modo y no fué ¡losible contrarrestarle.
Como todo cuanto ha podido (Contribuir á realizar el descubrimiento de
estas vastísimas regiones, es parte integrante de tan grandioso aconteci-
miento, nos es indispensable dar algunas noticias sobre la persona de don
Martin Alonzo Pinzón, que participó de las mismas aflicciones y vicisitudes
que el Almirante en su primer viaje á lo des(!onocido, sin otra guía y auxilio
que la divina Providencia.
Se ha dicho y asegurado que si Pinzón no hubiese contribuido con su
poderoso ascendiente y un c<»nt ingente de tripulación que le debía mucho
respeto y consideraciones, ni Colon hubiera verificado su viaje, ni España
oilado sus sienes con una victoria tan trascendental en el mundo de las cien-
cias y en la vida comercial y política de las naciones, sin faltar por esto
— 91 —
quien pretenda que los conocimientos geográficos, de navegación y astrono-
mía que sobrepujaban en aquella época, eran fruto de la poderosa inteligencia
de Pinzón que tan sobresaliente se habla hecho en dichas materias. Pero esta
maldiciente prédica se ha desmoronado por ser excesivamente falsa é insoste-
nible, ocupando la verdad histórica el asiento que le reservan las investiga-
ciones cronológicas.
La concepción de la idea y su practicabilidadson result-idos gloriosos del
genio fecundo del infortunado genovés, y si bien es cierto que éste encontró
dificultades para equipar la escuadra y que la incorporación de Pinzón con su
contingente de tripulación abrevió la ansiedad y disgustos del Almirante, no
por eso el viaje hubiera dejado de emprenderse, ni Castilla de aprovechar el
sacrificio de dignidad, tesoro, desvelos y hasta el ridículo, que hizo para dar
cima á aquel valiosísimo negocio.
La vergüenza de Pinzón por su desobediencia á Colon á su regreso de
aquel viaje fué edificante, pues no pudiendo soportarla, se retiró lejos de la
corte donde breves dias después entregó su alma al Creador.
El nombre de esta calle recuerda al ilustre General D. Antonio González
Balcarce.
Tuvo lugar su nacimiento en la ciudad de Buenos Aires, el dia 13 de Junio
de 1774, teniendo por sus legítimos padres al teniente coronel D. Francisco
Balcarce, Comandante de Blandengues de la frontera, y D*. Victoria Martinez;
su abuelo paterno el teniente coronel del regimiento de la Princesa, D. Fran-
cisco Balcarce v materno el de la misma clase de infantería D. José Mar-
tinez, que fué Gobernador del Paraguay.
Su padre, que habia servido durante largos años en la guarnición de
las fronteras, habíale estimulado con provechosa asiduidad á la carrera de
las armas, viendo sus disposiciones y el manejo frecuente que hacía de ellas.
Sus estudios escolares, después de darle algún conocimiento sobre el
saber humano, fueron abandonados para abrazar resueltamente la ciencia
militar, sometiéndose á la investigación de sus últimos adelantos y estudiando
con ahinco todo cuanto podía interesarle.
Cuando la invasión de los ingle.^es que por segunda vez intentaron
apoderarse del territorio del Plata obligaba á rendirse á los asaltados de-
fensores de Montevideo, se hicieron muchos prisioneros y entre aquellos
tuvo igual suerte el ciudadano D. Antonio González Balcarce.
Sus nobles sentimientos y su constante dedicación á los conocimientos
militares, su circunspección y severidad en todos sus actos le grangearon la
simpatía y plena confianza del enemigo, que la demostró de una manera
indubitable al comisionarle para proponer al Gobierno de Buenos Aires el
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canje do prisioneros, encargándose ademas de recibir los donativos y comí
siones para los que lo eran de los ingleses.
No obstante de ser rechazada la proposición por las autoridades de Bue-
nos Aires, ni quiso abusar de la confianza que so le dispensó ni de !a liber-
tad de que gíjzaba para romper las cadenas á que le sujetó la suerte de las
armas, y presentándose espontáneamente al enemigo en la ciudad conquis-
tada, reclamó su puesto como prisioneio de guerra.
Embarcado con sus demás compañeros de infortunio, surcaron las aguas
con destino á Inglaterra.
Allí permaneció hasta que celebi-ada la paz entra esta potencia y FCspaña,
fue trasladado á esta, A la cual por su origen, vínculos de sangre y alianza de
familia, le unían estrechamente.
Ni la fria monotonía de largo cautiverio, ni la pesadumbre que embarga
al prisionero, encerrado en lóbrega cárcel, fuei-on causas para enervar su espí-
ritu, formado en el crisol ílo la lucha y la heroicidad. Continuó (íon pasión el
estudio de la táctica militar, embebiéndose en la última palabra cjue se habia
dicho acercado olla, para onr¡(|Uocor el caudal <lo sus conocimientos.
Fué en líspafia donde luchó como soldado hasta distinguirse do sus demás
compañeros en la momorabio lucha contra la invasión de las legiones france-
.sas cuyo itinei-aiio marcaban sus vi<'torias. Dopues do prestar importante.s
servicios á la Mclró|)oli, i-(»;ire>ñ á su |»atr'ia para libcrtai'la del ominoso yugo
que ultrajaba su dignidad política: dobioi-on sor muy intorosantcs los servicios
con que <M)ntribuyó á su cinanciíjacion, cuand<» on el destronamiento de los vi-
royes verilicado en isKi oi'a ya 'l'eniontc Coronol graílu.-ido, notorias, como
son, las r-estricí'iones sobro cualí|UÍoi* carrera que imponía el ílobierno Colo-
nial álos hijos del lMat;i.
En el célebre dia ár> de Mayo de este ano se había aconlado, popularmen-
te, proi)arar una expedición do quinientos hombros costeada con los sueldos
del Virey, oidores, otc^ para prodicai-la rov(jlucion j)orel interior, levantand(>
los pueblos y sujetando á los descontentos.
FIl 7 de Julio, (ian<lo cumplimiento á las disposiciones del acuerdo, el Go-
bierno des|)achó las fn(Mv.as oxpodicionai'ias, com|>uostasde 1150 hombres de
>;!-; tr'í»s .'ir!n.-i< ;il m:mdí» de una «•í>ni¡siofi infoLCi-.-ida poi los señores: Coronel
! •■ ) ■ . . . . .. < ' ' ■ • ■■■»■ ■!': ".irmi-'l I). Antonio
í ' ,1 .1 i . . . :■ : ■! ■• . .■ . ► i í ■ \ '"^ í'* '. .1 .i-i. : »i" 'li' - 'í*'rra .
y I ). \'i • Mi-' i ,■ »|' , ^ r¡-.':.i: I i; ■ i - ■• iii ■ . i » - ii ii i •- ■ , .1 r.! i • i < ■ iii^cj' na iil^i-
yorí;i decidía la> rcs».)lm'ioncs.
El CíU'oiu»! Ocanqjo I»! csidí.'i (íst;i coini>iini, |hm'o tan alt<) rang») iu> .se le
dispensó |)or su pcrií'ia ó tnlcntos niilitai'os: fué únicamente una medidadiplo-
mática para (Conciliar las exigencias do las pr(jvin;Mas, que habían simpati/.ado
con el.
Balcarce,[por el contrario, merecíala coníianza de t<jdos los hombres polí-
ticos de la época porque tenía una experiencia vasta é ilustrada,era firme en sus
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sentimientos patrióticos y había hecho muchos adelantos en la ciencia militar;
de manera que si al parecer fué nombrado segundo en la expedición, fué real-
mente el encargado de dirigir y gobernar la opinión militar.
En marcha las columnas libertadoras á Córdoba para reprimir á Liniers
que se había puesto á la cabeza de 1500 hombres, la mayor parte americanos,
llegaron á los diez dias á la Guardia de la Esquina, punto de división de aquella
provincia con la de Buenos Aires. Los jefes de la expedición tuvieron cono-
cimiento que habiendo emprendido retirada el enemigo, á la noticia de la apro-
ximación délas fuerzas de la Capital, desorganizóse la línea y empezaron á des-
bandarse las tropas con tal precipitación que los cabecillas se vieron solos y
errantes por espesos bosques.
Fué en estas circustancias que destacado Balcarce con una vanguardia de
trescientos hombres se empeñó en una persecución tan tenaz contra l')s jefes
fugitivos, que sin acordarse de las fatigas ni peligros á (juese exponía se inter-
nó resueltamente en lo más intrincado de los bosques, aprisionando á los
principales caudillos en diferentes puntos de las PiedritaSy por donde huian pre-
cipitadamente para incorporarse á sus partidarios del Perú.
El 6 de Agosto, por la noche, Balcarce dirigiéndose auna luz que divisó en
el bosque, supo que Liniers se hallaba escondido muy cerca, donde inmediata-
mente fué hecho prisionero tomando en la mañana del 7 al Gobernador Con-
cha, Oidor Allende, asesor Rodríguez, al ministro de las cajas reales Moreno
y al obispo Ür. D. Rodrigo Antonio de Orellana.
Retrogradó Balcarce su marcha regi*esandoá (^M-doba (la (Mudad) con di-
chos prisioneros, donde fueron custodiados con toda seguridad hasta recibir
órdenes de la Capital, cuyo Gobierno decretó la muerte de los reos dando orden
de ejecutarla al Comandante General, que desobedeció porque carecía de la
energía necesaria para despachar tan grave como imponente asunto.
La Junta militar asediada por la principal parte de la sociedad de Córdoba
para dilatar por lo menos el término de la ejecución hasta que el Superior Go-
bierno reconsiderase la sentencia, tuvo finalmente que ceder, pero se puso en
viaje con los reos á la Capital para adjudicarle toda la responsabilidad á dicho
Gobierno, á quien comunicó el temperamento adoptado.
Así que se recibió semejante noticia, la sentencia fué confirmada, con
excepción del Obispo, y despachado un vocal del mismo Gobierno para hacerla
ejecutar en el lugar que los encontrase, obligando al agraciado sacerdote á pre-
senciar tan crupl arto, el ípie tuvo lugar el día 2(> de Agosto de 1810, en la misma
jurisdicción de Cónh^ba, eiiti-e ia posta de la Cabeza del Tiifre y la llamada de
Lobaton. En la batalla de Suipacha el (ieneral Balcarce salvó con su genio mili-
tar la suerte de la revolución. Empeñado un pequeño tiroteo, hizo replegar las
tropas dando á entender al enemigo que flaqueaban, el cual saliendo de sus po-
siciones atacó vigorosamente, pero fué contenido y hecho pedazos por losinde
pendientes, salvándose muy pocos en la fuga.
La acción habla empezado ron una fuerza de 1000 infantes y cuatro piezas
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de artillería, reforzada al principiar la batalla, y solo llegaron después de la der-
rota 250 hí)nil)res á Cotaj^aita, dejando en ol campo armas, fornituras, pren-
das, dinero y allinjas.
El íiul)iernc |)rcmió este brillante servicio enviándole los despachos de
Brigadier General y cíjndecoráiidole con un escrudo de oro y el título de bene-
mérito de la patria.
Como (!ünsecuen(*ia de la victoria de Sui|)acha ocupó á Potosí, hizo prisio-
neros á los jefes fugitivos deacjuella y tomó posesión de la ciudad de La Plata,
donde lo a<*lamaron Presi<lente de la Junta, pero (4ue solo aceptó el puesto d©
Regidor perpetuo.
lín l.SU después de remontar y disciplinar el ejército, firmó un armisti^
cío solicitíido pni' el ílenei-al (loyíMUíche por cuarenta dias.
Acampabíi conliadainonie el «íjérriío independiente en las cercanías del
Desaguadoi-o, (*uan(Io runipieiido bruscamente las bostilidados antes del plazo
fijado, el jefe enemigo, fué cnvueltij en borrible (*onl'usion.
(.'orrieron especies íjuezalierían la reputa(!Íon del jefe |)atriota y á fin de
destruir ásusenemigos solicitó de la Juntaque selc formase un consejo deguerra
para res|)onder de su conducta, y á mérito de sus instancias tuvo lugar dicho
consejo absolviéndole de todo cargo.
En ISlifué Gobernador Intendente de Huenos Aires y poco después Alvear
le confió una ('(uiiision cerca d(»l cjér(?ito del Perú; en .seguida se hizo cargo
de la Inspección ficnoral, puesto (jue íiesempenó durante corto tiempo.
Kl KmIc Al)ril de I8l(), fué nombrado Supremo I)ire<-.1or Interino, pres-
tando (mi esta ocasión importantísimos servicios á la cau.sa de la revolución
auxiliando poderosamente íi San Martin en el Cíjuipo de la expedición liberta-
dora de Chile, cuyo |>royecto patrocinó fVan(*amente.
Recibió durante .su administración la célebre memoria de Guido que
marcaba el itinerarií) (jue debía seguirse en la jornada á Chile, así como las
ventajas que eran do espei'arse.
Kl grito de nuestra independencia conmovió también la admini.stracion d^
su Gobierno, derrocado el 20 de Julio de 1810.
Fué nombrarlo Jefe del listado Mayor General y conservando tan alto
puesto marchó á Chile en 1SI7, en <*alidad de segundo jefe de la expedición,
pai'a los casos de enfermedad, ausen(*ia, etc., del General en jefe.
Destinarlo al mando de la caballería, se Iucmó en hábiles guerrillas en el
Cerrillí) Verde (*omoenel desastre de Cancha Rayada, incorporándose con Las
lleras y los dispersos al General San'Martin en los llanos de Maipo.
Jefe (lela infantería en la memorable victoria de 5 de Abril de 1818, contri-
buyó con su bra/o é inteligencia á ilustrar y enriquecer nuestra historia con un
nuevo y glorioso triunfo.
La patria condecoró con premios y honores (\ los vencedores de Maipo,
mientras que Chile le distinguió con la banda de la legión de mérito.
Durante la au.sencia de San Martin, que duró siete meses, el General Bal-
caree se hizo cargo ae! mando de las fuerzas libertadoras, remontando el ejér-
cito, disciplinando las tropas y organizando nuevos batallones.
Ai regreso del general en Jefe, fué destinado para batir al enemigo que
saqueaba la provincia de la Concepción, en calidad de General del Ejército del
Sud.
Las hábilesdisposiciones tomadas por Balcarce, la decisión de los jefes des-
tftcadosparaatacar las columnas desprendidas del enemigo y las estratégicas
maniobras llevadas á cabo por su genio militar dieron el resultado mas fecundo
que podía esperarse, destruyendo casi totalmente al enemigo y dispersando
ei resto.
Con esta campaña quedó purgado el territorio chileno de realistas, perdien-
do en la jornada de la Concepción l.SOOhombres de (ropas de linea, 11 piezas
deartilleria. municiones, todos sus equipajes, mas de 400 arrobas de azúcar
y 150.000 mazos de tabaco.
Después de esta victoria, Balcarcedió al Coronel Freiré el mando de la pro-
vincia de la Concepción, retirándose áBuenos Aires después de hacer entrega
de las tropas de su mando.
Fué en esta campaña donde sintió debilitarle sus fuerzas á causa de las
penurias y dolorosas marchas que tuvo que verificar, pensando entonces en
restablecerse de tan crueles fatigas en el seno de su Patria, desempeñando las
tranquilas tareas de la Jefatura del Estado Mayor General.
Pero las frecuentes noticias del próximo arribo de fuerzas españolas man-
dadas por la Metrópoli para restituir sus colonias, fué un nuevo estímulo para
prestar un gran servicio á su país aceptando el nombramiento que hi^o el Go-
bierno en su persona para construir las obras de defensa.
Empezó de nuevo á trabajar activamente en dichas construcciones cuando
se sintió desfallecer repentinamente, extinguiéndose el b de Agosto de 1819, á
la edad de 45 años,
Las exeqr.ias fúnebres tuvieron un esplendor inusitado celebrándose en la
iglesia de Santo Domingo.
El Gobierno decretó se le tributasen los honores de Capitán General y una
pensión vitalicia deSOO duros anuales á una de sus hijas.
Su cadáver se encuentra enterrado enel interior del templo de Santo Do-
mingo, en Buenos Aires, en cuya lápida se lee: «Se consumió por la Patrian
entre estas: — <( Valor y Patria»; mas abajo se lee una inscripción en verso. Las
armas de la patria decoran estos sentimientos de gratitud.
SuUago, Abril 3D de IBIB.
Dedi'irasc á favor del Sr. Brigadier General en Jefe sustituyeme del Ejércilu Unido
D, Antonio González Balcarce, la asignación de 3000 pesos anuales, que se le abunarán por las
cajas generales del Estado desde el dia ó del corriente, en que invistió el generalato, hasta
que cese en su sustitución. El Gobierno no puede ver con indiferencia permanezca indotadi)
un Jefe de mérito y su dignidad, que con servicios y esfuerzos distinguidos ha defendido y
M>stieDeinfatigableinente los sacrosantos derechos de la Patria. Tómese razou en el Tribunal
Mayor de cuentas y Tesorería general, — O'Higgins. — Zenlmo, Secretario.
El honorable íreiieral argentino rehusóla asignación, fundAndose en f|U9¡l
su residencia en Chile no serla permanente. Ese documento que reproducimoal
á continuación, esuntestimonio elocuente del elevado ¡latriotismcquodi-ilínguía '
á los ilustresjefes argentinos del glorioso ejército de los Andes:
Excmo. Señor; Los cctrtos servicios que haya prestado desde mi ingreso á eale país, y los
que tenga el placer de poder desempeñar sucesivamente, quedarán excesivamente conipensados
con que merezcan la suprema aprobación de V. E. y evidencien á este benemérito pueblo el
decidido interés con que deseo sus felicidades. A nada mas aspiro, ni he venido con otro de-
signio. En este concepto, reciba V. E. mi mayor reconocimiento por la asignación que le
merezco en au honorable nota de 2 dol corriente, haciéndome la gracia depermitirmemeniegue
k su admisión; pues ni lie contraido mérito que sea digno de remuneración, ni el tiempo qnÍT
cuento continuará mi permanencia en este Estado me puede dar lugar á que la adquiera.
Dios guarde á V. E. muchos años. — Cuartel General de Santiago, 4 de Mayo de 1818.-
Antonio González Balcakce,
Departamento de la Querr*.
Para acreditar ei Excmo. Sr. Director el alto aprecio con que mira los esclarecidos 4
incesantes servicios que ha prestado V. S. á la Nación desde el principio de nuestra gloriosa
lucha, y al que ha contraido muy particularmente en la célebre jomada de Maipo, no siendo
posible hacerlo con un nuevo grado militar por hallarse V. S. condecorado con el roas elevado
que reconoce nuestra milicia, ha acordado señalar una pensión vitalicia de 600 pesos anuales en
favor de los hijos de V. S.; una beca dotada en el Colegio de la Union dei Sud para et mayor
de ellos, y el que sea este último considerado en la carrera militar en virtud de este misroo
acuerdo, si llegando á la edad competente se sintiere inclinado a seguir el ilustre ejemplo de
su padre. Estando muy lejos de corresponder esta distinción por su- valor material i los rele-
vantes méritos de V. S. se reserva S. E, aprovechar las ocasiones de acreditarle cuan grande el
la consideración que V. S. le merece, y cuan tierna la gratitud que le cons^ran todos sus
compatriotas.
Lo que tengo la satisfacción de comunicar á V. S. de orden suprema. Dios guarde & V. S.
muchos años. Buenos Aires, Mayo 18 de 1818. — Rúbrica deS. E. — A/aiías de Irignyen. — Señor
Brigadier General y en Jefe aostituto de los Ejércitos Unidos de Chile y de ios Andes. Don
Antonio González Balcarce.
19 Aires, Noviemtire 33 ds ISl.
Se declara que la calle en que está situada la casa del ñnado General D. Antoni<
caree, tenga el nombre de este Jefe en k)S términos que lo ha solicitado su esposa Doña
Dominga Buchardo. á cuyo efecto se librarán las órdenes competentes; pasándose al Director
de la Biblioteca tanto la memoria que ha presentado dicha señora, como también el plan de
defensa de esta ciudad que formó el expresado Jefe en el año de 1819, de su propio puño y
letra, para que se depositen en la colección autógrafa mandada establecer, '
Comuniqúese á la señora bteresada ¿ insértese en el Registro Oficial. — Rúbrica deS. K-
RlVADAVIA.
I
- w-
CALL.E TUFJk.C-AmA.FtU
Don José Gabriel Tupac-Amarü era descendiente de la raraa real creada
' por el malrimotiio do Don Marlin García Loyola, rjue fué Gobernador de Chile,
con Doña Clara Bealri/. Co\'a, bija d-;! iliiico vástagu jTal que {|Uedui-y drl
Irono de Ins Inca*.
Habta estudiado ligeramente en el Cu/co y en la Universidad de San
Mfti'cos de Lima, y aunque no liizo nfiuchos progresos en las aulas salió reves-
tido de gran ascendiente y superioridad sobre los indígenas, que le consi-
deraban heredero del trono y el único capaz de restituirles sus derechos
desconocidos.
Fué en el afio 1780 cuando diú impulso y gran energía á la causa revo-
lucionaria que desde diez, años atrás había empezado á sembrar los senti-
mientos de rebelión contri los déspotas 'le España que se ensañaron con los
naturales ultrajándoles de todas maneras y cargándoles de impuestos y
contribuciones.
En esta ve?, habla llegado á tal extremo la avaricia y ci'ueldad de los
Corregidores, que no contentos con los gravámenes que imperaban, de cuyos
dineros apenas si daban cuenta de la mitad al Soberano, azotaban sin piedad
á aquellos infelices, cuyas costumbres, leyes, religión y patria habían sido
arrebatados con impía y sacrilega mano.
Un odio entrafiable sentían los naturales contra todas las autoridades
españolas, y en general contra todos los extranjeros peninsulares, cuyo despo-
tismo y tiranía habla llegado al último estado de tirantez.
Las poblaciones se habían sublevado llevando la alarma y el grito de
esterminio á lo más recóndilo del reino, pero rodeándose de las mayores
precauciones y sigilo para no ser sentidos en la conflagración, hasta que el
jefe diera la señal de insurrección y levantamiento.
Empezó primei-o por reclamar del Monarca el reconocimiento en su
persona de la descendencia de la antigua familia que gobernó el imperio de
los Incas, destruido por Pizarro en su real nombre; sabido era que tales pre-
tensiones ni se escucharían siquiera, pero el Rey le condecoró con el titulo de
Marqués do Oropesa, llevado por sus predecesores.
El Inca José Gabriel, exasperado por la negativa del Soberano v creciendo
cada vez más su odio á los españoles, se decidió á dar la última mano á su
obra de reconquista é independencia, y distribuyendo pródigamente sus rique-
zas á naturales y españoles criollos adictos á su plan, en breve habla reunido
la opinión y concurso de provincias populosas del vireynato del Perú y del de
Buenos Aires.
Un ejército imponente, aunque falto de municiones, recorrería todo el
lorritoriü oprimido, aplastando á sus donninadorcs.
Hizo circular secretamente vigorosas proclamas en que se quejaba angus-
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tiosa, pero enérgicamente, contra los avaros opresores, pidiendo conno castigo
á la afrentosa condición á que los habían reducido, lína venganza cruel, espan-
tosa, que hiciera temblar á los cobardes mandatarios.
Supo quejarse con tanta industria y melancolía en algunos prelados del
Perú de los sufrimientos qne padecían los indígenas por la tensión de la
política de los agentes del Rey, que logró interesarlos á su favor enviando
representaciones á la corte para protestar contra las injusticias c impiedad de
las autoridades y pedir la supresión de la mita y los repartimientos.
Entre los comisionados encargados de este negocio marchó también uno
de los deudos más inmediatos de Don José (iabriel, Don Blas Tupac-Amarú;
pero antes de llegar á su destino dichos agentes se supo que murieron repen-
tinamente, sin embargo que Angelis piensa que hubo sospecha de envene-
namiento.
Tan triste a(!ontecimiento impresionó súbitamente al caudillo, porque
presumía ya los males que surgirían de acjuella acusación contra todas las
autoridades civiles hecha en su nombre y como representante de la familia
indígena.
No tardaron en hacerse sentir los horribles efccttos do sus gestiones: el
Corregidor de su Provincia le intimó (jue si en ocho dias no pagaba las sumas
del reparto y tributos, así como una dcuíla <|ue tenía en Lima, le mandaría
ahorcar inmediatamente.
Tan dura providencia fué como la mo<*ha inflamada arrojada á un volcan
por estallar, pues precipitó de tal manera los sucosos cuyos sordos ecos
hablan desterrado la quietud y tranquilidad de las poblaciones, que acabó por
dar las últimas dis[)osicioncs del levantamiento general (|ue pregonó en sus
proclamas incendiarias
Un ardid de su ingenio le dio un gran triunfo sin «[uo lo costase una gota
de sangre ni dis()arar un tiro: invitó al Corregidora un (Convite que debía cele-
brarse en la tiesta del Monarca, ol cual so pi'osonto muy gustosamente; pero
apenas le vio el Inca se apoderó do su porsorja, lo hizo tirmar cartas llamando
á más de doscientos españoles criollos, ahorcán<iolo en seguida con toda su
servidumbre.
En seguida hi/.o proclamar la supresión de los repartimientos^ de las adua-
nas y de la miVrt de Potosí, así como también la extinción de (Corregidores;
para todo lo cual tomó el nombre del liey, obrando, .según él, por su soberano
mandato.
La fortuna de este Corregidor como el de otro que logró escapar á la
venganza de José Gabriel y los repartimientos (\\xq tenía almacenados este
último, fueron los mejores trofeos do su política, pues distribuyéndolos sin
cuenta entre criollos, indígenas, mestizos, etc., s(i atrajíj tan gran número de
adeptos á su causa que se consideraba ya bastante íuerto para hacer frente á
cualquier movimiento de sus enemigos.
Sus frecuentes viajes por el interior del Reino, su proverbial generosidad
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y la fraternidad con que acogía á todos los infelices, víctimas de los manda-
tarios, sus arengas patrióticas y las promesas de una vida dulce y pacífica,
electrizó á las poblaciones declarándose sus vasallos y dispuestos á luchar
hasta conseguir tan preciosos fines.
Cundió la insurrección por los más apartados distritos, dando pábulo á los
habitantes de más allá del Perú: el incendio se propagó rápidamente, convul-
sionando doce provincias del Vireynato del Perú y ocho del de Buenos Aires
que juraron el exterminio de los españoles.
En seguida se proclamó ó htzose reconocer como principal heredero del
trono de los Incas, llamándose Libertador del Reino, Restaurador de privilegios, y
Padre común de los que gemíati bajo el yugo de los repartimientos. Protector
y Rey.
Fué su primer pensamiento apoderarse del Cuzco, la Ciudad Santa, antigua
morada desús dioses, asiento de sus príncipes y sepulcro de sus héroes; se
dirigió en su demanda á la cabeza de setenta mil hombres, pero que solo
alcanzaron á cuarenta mil cuando pisaron los arrabales déla clásica ciudad,
por las numerosas deserciones que produjo en sus tropas sin disciplina y me-
drosas un encuentro que sostuvo con los realistas en el trayecto de su
expedición.
No obstante este descalabro marchó con decisión sobre el Cuzco cuva
posesión le darla sobrados elementos para exterminar á sus enemigos.
El puñado de defensores españoles que se opondría á la entrada de las
fuerzas rebeldes, había preparado la defensa de la ciudad como aconsejaba la
prudencia y táctica militar; pero la impericia del Jefe indígena, el desorden en
el ataque, la confusión de las tropas y su debilidad en el empuje como la cobar-
día en la resistencia, la desinteligencia de los jefes y los estragos de la metralla
enemiga, acabaron por envolver á los sitiadores en tan desastrosa confusión
que ni atinaban á ponerse, no ya en retirada, sino en veloz fuga, haciendo horri-
ble matanza en aquel hacinamiento de hombres sin ley, orden, disciplina, ni
obediencia.
Trágico fué el rechazo que sufrieron los revoltosos desbandándose los
cuerpos que formaron aquel ejército, sin dirección ni moral, en rumbos dis-
tintos: el Jefe principal, llamado por su esposa, regresó á Tungasuca, su pro-
vincia.
Numerosas manifestaciones de entusiasmo le hicieron en su tránsito por
las provincias, de manera que deseando corregir aquel desastre y vengar la
sangre de sus hermanos, volvió á reunir nuevo ejército, marchó sobre Cuzco y
fué rechazado por segunda vez tan sangrientamente como en la primera.
En el último combate que sostuvo en su propia provincia, donde fué
sitiado por las fuerzas de Lima, tuvo también igual éxito la contienda, pero
fué mas amarga y triste: cayó prisionero con toda su familia y los principales
jefes de la rebelión.
Su carrera había terminado de la manera mas aciaga á la causa, sin obtener
una sola ventaja.
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Fué tan cruel y bárbara la muerte que tuvo por mandato do las autoridades
españolas que solo rcrord.trlo horrorl/a y sublevan los sentimientos de hunna-
nidad.
Kl día IS de Mayo do 1781 tuvo lu^ar su terrílida ejecución.
Tan cruel vcngaii/íi no ;une<lreiiió á los deudos de Tupae-Amarú, que
poniéndose á la cabe/a de la opinión, c()níinuar»)n levantando los pueblos, coii-
citándí)los A la repaiMcion do las pérdidas [)or indisoluble unión.
Pero las autoridades <lc Lima liabían Ijin/.ado un e<l¡c'to por el cual se
ofrecía amnistía á todos los revonosos(|ue se acojicsen á su A^;i/y?ía poIítí<'a,
en n()mí)re del Soberano.
Muíílios de los deudos de Tupac-Amarú, se presentaron sometiéndose al
orden y pidienrlo el indulto, (pie no se les ne^ó: pero que al año siguiente caían
pesadamente sus cabe/as separadas del ti'oneo, por el perjuicio de aquellos
monstruos.
Así tei'minó ol último levantamiento ríe los indíf^enas para sacudir el
pesado yn.i^o d(i >us crueles dominadores, r<'^an<lo los (»ampos de la lid con
la san'íi-e ¿generosa di) padres »'» liijo^ ile la América.
Pero el último movimiento V(M*i(icado por Tupaí'-Amarú lle/^ó á ser tan
universal, (d órlio á ins (ísprifioles había cre«Mílo á su inllujo en tal extremo
y la ven^an/a de los opresores tuvo un car;'u't(ír tan brutal, hereje é impío, que
sus lú^Md)r(ís recuerdos no se borraron jamás di» la mente de los vivos, tra-
ljajaníb> con^tantemiMito en la desirrariíi para ven^^ar tan afrentosas ejecu-
ciones.
Duró por mucho tiemi)o el ófiio concentrado hasta que breves anos después
ios oprimidos con las armas en las manos, nb(»dec¡cndo ápiáncipios bien defini-
dos y guiados j)or la iiiteli^íMicia y píitriotisuM) de jefes experimentados y
eminentemente patriotas, sembrai'on el terror en (M í*ampo enemi^JTo, implan-
tando un mievo orden fie cosas que desmoronaba ei edi(i«-¡(i (»iuientado en tres
lardos sip:los dei podcM* monárquico d(í Msp.-n'ía, devolviéndoles las libertade.s
usurpadas, los tiereclios suprimi«los y en<*amin;'mílc)les á su regeneración
j»olítica; canif)iando completanitíntíí a<jU(dla foi'ina (le ,uí»biei'no para olvidar
toflos sus vicios y presentarse «'ou la pur(va republi(*ana y la fé patriótica on
li^árfluis f'i?-ivis no una nueva vida, dd nacimientí) díj mía i^ran nacdon des-
■ ' í I ■ . 1 .
I . : i.: : . . :■ . i ■ • '¡"i" ■'• O r' ■''! U'oníMltc <M1 cl í'ora-
/•Ml «ic Ul-» .:i'ii''|-..'i= :!ir - \ . .li ;• . .-1 -, ,• :¡i :,■.:.. . '.i . i ,U ü'. M- » í |U ' produjO
SU ardor Ix'lico para iMídia/ar de >u .-.uclo a los u>ur|^a;|or^^'<, fué latea que
incendiamií^ los pueblos y sublevandt) los «.'spíritus mantuvo vivo el sagrado
fuego que anos después anifjuiló á losenemiiros de nuestra patria, usurpadores
de nuestros mas legítimos é inalienables dei'echos.
- 101 —
Castigos ejecutados en la ciudad del Cuzco con Tupac-Amarú, su mujer, hijos y confidentes
El Viernes i8 de Mayo de 1781, después de haber cercado la plaza con las milicias
de esta ciudad del Cuzco, que tenían sus rejones }' algunas bocas de fuego, y cercado la
horca de cuatro caras con el cuerpo de mulatos, y Huamanginos, arreglados todos con
fusiles y bayonetas caladas, salieron de la compañía nueve sujetos, que fueron los siguientes:
José Verdejo. Andrés Castelo, un zambo, Antonio Oblitíis (que fué el verdugo que ahorcó
al General Arriaga), Antonio Bastidas, Francisco Tupac-Amarú, Tomasa Condemaita, cacica
de Acos, Hipólito Tupac-Amarú, hijo del traidor, Micaela Bastidas, su mujer, y el insurgente
José Gabriel. Todos salieron á un tiempo, y uno tras y otro venían con sus grillos y esf)Osas
metidos en unos zurrones, de estos en que se trae yerba del Paraguay, y arrastrados á la
cola de un cabalU^ aparejado. Acompañados de los sacerdotes que los auxiliaban, y custo-
diados de la correspondiente guardia, llegaron todos íil pie déla horca, seles dieron por medio
de los verdugos las siguientes muertes:
A Berdejo, Castelo, al zambea y á Bastidas se les ahorcó llanamente: á Francisco Tupac-
Amaru. tio del insurgente, y á su hijo Hipólito se les cortó la lengua antes de arrojarlos de
la escalera de la horca, y á la india Condemaita se le dio garrote en un tabladillo, que esta-
ba dispuesto con un torno de fierro que á este fin se había hecho, y que jamás habíamos visto
por acá: habiendo el indio y su mujer visto con sus ojos ejecutar estos suplicios hasta en su
hijo Hipólito, que fué el último que subió á la horca. Luego subió la india Micaela al ta-
blado donde asimismo, á presencia del marido, se le corto la lengua y se le dio garrote,
en que padeció infinito, poique teniendo el pescuezo muy delgado no podía el tomo aho-
garla, y fué menester que los verdugos, echándola lazos al pescuezo, tirando de una y otra
parte, y dándola patadas en el estómago y pechos, la acabasen de matar. Cerró la función
el rebelde José Gabriel, á quien se le sac/) á media plaza, allí le cortó la lengua el verdugo,
y despojado de los grillos y esposas, lo pusieron en el suelo: atáronle á las manos y pies
cuatro lazos, y asidos estos á la cincha de cuatro caballos, tiraban cuatro mestizos á cuatro
distintas partes, espectíiculo que jamás se había visto en esta ciudad. No sé si porque los
caballos no fuesen muy fuertes ó porque el indio en realidad fuese de fierro, no pudieron ab-
solutamente dividirlo, después que por un largo rato lo estuvieron tironeando, de modo que
lo tenían en el aire, en un estado que parecía una araña. Tanto que el Visitador, movido
de compasión, porque no padeciese más aquel infeliz, despachó de la Compañía una orden,
mandando le cortase el verdugo la cabeza, como se ejecutó. Después se condujo el cuerpo
debajo de la horca, di^nde se le sacart>n los brazos y los pies. Esto mismo se ejecutó con
las mujeres y á los demás se le sacaron las cabezas para dirigirlas á diversos pueblos. Los
cuerpos del indio y su mujer se llevaron á Picchu, donde estaba fonnada una hoguera en la
que fueron arrojados y reducidos á cenizas, las que se arrojaron al aire y al riachuelo que
por allí corre. De este modo acabaron José Gabriel Tupac-Amarú y Micaela Bastidas,
cuya soberbia y arrogancia lleg<> á tanto, que se nominaron reyes del Perú, Chile, Quito, Tucu-
man y otras partes, hasta incluir el Gran Paítití. con otras locuras á este tono.
Este día concurrió un crecido número de gente, pero nadie gritó, ni levantó una voz:
muchos hicieron reparo, y yo entre ellos, de que entre tanto concurso no se veían indios, á
lo menos en el traje mismo que ellos usan, y si hubo algunos, estarían disfrazados con capas
ó ponchos. Suceden algunas cosas que parece que el diablo las trama y dispone, para
confirmar á estos indios en sus abusos, agüeros y supersticiones. Dígolo porque, habiendo he-
cho un tiempo muy seco, y dias muy serenos, aquel amaneció tan toldado, que no se le vio
la cara al sol, amenazando por todas partes á llover: y á la hora de las doce en que estaban los
caballos estirando al indio se levantó un fuerte refregón de viento, y tras este un aguacero,
que hizo que toda la gente, y aun las guardias, se retirasen á toda prisa. Esto ha sido causa-
de que los indios .-e híiyan puesto á decir, que el cielo y los elementos sintieron la muerte del
Inca, que los españoles inliuinanrjs é impíos estaban niaiand > con tanta crueldad.
Distribución de ios cuerpos, ó sus ptiriesy de ¡os nueí*e reos principales de ¡a rebelión ajusticiados
en ¡a plaza del Cuzco^ el 18 de Mayo de tySi
José Gabriel Tupac-Amarú — Micaela Bastidas, su mujer — HipuSlito Tupac-Amarú, su hijo
— Francisco Tupac-Amarú, tio del primero — Antonio Bastidas, su cuñado — La cacica de Acos
— Diego Verdejo, comandante — Andrés Castelo, coronel — Antonio Oblitas, verdugo.
A Tinta — La cabeza dejóse Gabriel Tupac-Amarú — un brazo á Tungasuca — otro deMí-J
cáela Bastida, ídem — otro de Antonio Bastidas, á Pampamarca — la cabeza de Hipólito á Tua-
gasuca — un brazo de Castelo, A Siirimana— otro á Pampamarea — otro de Verdejo, á CoparaqiU
— otro á Yauri — el resto de su cuerpo á Tinta — un brazo i Tungasuca — la cabeza de Fiandsc
Tupac-Amam á Pilpinto,
A Quispicmrhi — Un brazo de Antonio Bastidas k Urco — una pierna de Hipólito Tupac-
Amarú, áQuiquijana — otra de Antonio Bastidas, á Sangarará — la cabeza déla cacica de Acos
■'i idero — la de Castelo, íi Acamayo.
A Cuzco — El cuerpo de José Gabriel Tupac-Amarú, á Picchu— ídem el de au mujer con
su cabeza — un brazo de Antonio Oblitas, camino de San Sebastian.
A Carabaya — Un brazo de José Gabriel Tupac-Amarú — una pierna de su mujer — un brazo
de Francisco Tupac-Amarú.
A Azangaro—Vn^ pierna de Hipólito Tupac-Amarú.
A Lampa— \¡m pierna de José Gabriel Tupac-Amarú. A Santa Rosa — un b:
á lyabiri.
A Arci/uipa — Un brazo de Micaela Bastidas.
A Chubmlcas — Una pierna de José Gabriel Tupac-Amarú. en Livitaca— im brazo de s
hijo, á Santo Tomás.
A Paucarlambo — El cuerpo de Castelo, en su Capital la cabeza de Antonio Bastidas.
A Chilquisy Masques — Un brazo de Francisco Tupac-Amarú, á Paruro.
A Condesu}-os tit Arequipa — La cabeza de Antonio Verdejo, ú Chuquibamba.
A Puno — Una pierna de Francisco Tupac-Amarú, en su capital.
Nota — Fernando Tupac-Amarú, de lo \J2 años, é hijo de José Gabriel, fué pasado pa|
debajo de la horra, y desterrado por toda su vida á uno de los presidios de África
(Colección do Pudro if Angelil).
»hijd
CALZjE nEFENSA
Hornos referido ya en oti-o lugac los acontecimientos que .ie desarroüarod
con motivo de la primera invasión inglesa.
La segunda se (Verificó en los primeros dias del aflo 1807 y como coH'^í
siderase el enemigo que era sumamente importante á sus fines la toma d||
Montevideo, la llave del Pl;ila, para recibir sin obstáculo los refuerzos necei
rios en caso adverso en el ataque á Buenos Aires, emprendió su conquista co^
tan poca resistencia délos defensoresque solo sus errores y la cobarde fugadeP
Virey Sobremoiite fueron un brillante triunfo para los invasores.
Cuando la Capital i-emitió los refuer/os para rechazar las tropas inglesas,
hablan estas últimas lomado ya posesión de Montevideo.
Dueño el enemigo de esta plaza,despachó fuerzas parala toma de la ColoniaJ
pero apenas hubo llegado esta noticia lila Capital, el vecindario se prepai
á defenderse contra los invasores, queduefiosde aquel punto caerían pre<^4
ladameiite sobre ella; en eon.'secuencia se organi/.ó un pequeño ejército da
mil quinientos voluntarios que á la cabeza del Coronel Ello marchó áreooni
quistar la Colonia.
Elio, Comandante General de la Campaña de la Banda Oriental, no solaí
mente fué incapaz de sostenerse, sino que tuvo que emprender una retiradaá
donde perdió toda la artillería y hasta su propio equipaje, con fuerzas todavía^
superiores á las de su contendor.
Ék
103 -
í triunfo consolidó ea su posición al invasor y no teniendo otro pen-
samiento que ia adqulsioiaii ¡jor la l'uecza fie la Ciudad de Buenos Aires, se
aceleraron los aprestos para verificar el ataque.
Entretanto, el Cabildo, la Municipalidad y el vecindario no descansaban
an solo instante en hacer los preparativos para la defensa, y .lunque el tesoro
público se hallaba exhausto, el patriotismo y lo sa¡^rado de la causa ó intereses
propios, encontraron por doquier los elementos conducentes á la salvación
de nuestros legítimos derechos,
Movióse por tin el enemigo de sus posiciones con un ejército numeroso
apoyado por poderosa artillería, perfectameiile disciplinado, estimulado con
las recientes aunque efímeras victorias, cargado de abundantes municiones
terribles en la guerra como crueles después de la victoria.
A fines del mes de Junio de 1807 desembarcó tranquilamente en la Ense-
bada, sin indicios de ser sentido y mucho menos de resistencia,
El Iota! de fuerzas enemigas que á la cabeza del Teniente General Juan
Whitelocke arribó á nuestros puertos, según un estado interceptado, alcan-
zaba á la suma de nueve mil ochocientos hombres al mando de cinco ge-
nerales.
Desde la Ensenada se movió el ejército arrastrando su arlillerfa con
direccioná la C:ipital, llegando febriciente de coraje á Quilmesel 1° de Julio;
en su trayecto no solo se vio obligadoá luchary vencer los obstáculos naturales
del camino, sino lo que es peor, el fuego mortífero de un pelotón de patriotas
que había sido destacado con la expresa comisión de incomodarlo, el cual
conocedor de los recobccos y salidas todas de aquel, lo sorprendía como por
encanto con una lluvia de balas en medio de sus vivaques.
Tan inusitada guerra no dejó de ocasionar bajas en el enemigo y la pérdida
|-:d6dos cañones de A 18 en los fangos en que se metía.
Las fuerzas de Buenos Aires se pusieron bajo las órdenes del General
,^niers, porque merecía toda la confianza de las tropas, y además por la
■atilud del pueblo que reconquistó su desmantelado hogar por el valor y pericia
) ilustre español.
Pocos di as después de la aparición de lasfuerzas invasoras, burlando la
Vigilancia de ia armada inglesa, pudo llegar á la Capital un buque con
nrrespondencia de Cádiz, ea la cual venían los despachos de Brigadier para
Ltoiers y de Virey interino para el Gobernador de Montevideo, Sr. Pascual
uiz Huidobro, ala sa/.on preso, y en su defecto para el oficial de mayor gra-
Huacion por antigüedad.
Aunque había otros jefes superiores y mas antiguos que Liniers, éste fué
lombrado Virey porque los otros ó se hallaban prisioneros ó juramentados,
Riendo recibido con calurosos aplausos por el vecindario de Buenos Aires que
«e habfa fanatizado con el Reconquistador, marchando el 1° de Julio al en-
Keaentro de las huestes enemigas.
Las Iropas patriotas se situaron en la margen izquierda del rio de Barra-
104
cas, cerca del puenle, quedando organizadas en tres divisiones: la primera i
mando del Coronel de Ingenieros D. César Balbiaiii, la segund:i al del Coroiwfl
Ello, la tercera del Coronel Ü. Bernardo Vela/co, gobernador del Paraguay, y I
el cuerpo de reserva al del capitán He navio D. Juan Gutierre;? de la Concha:!
cada una de las'livisiones llevaba Insignias distinlas.
Las tropas compniílan un total de lets mil doscientos bombre^í, entre loüj^
cuales se contaban mil de c;aballer[a y sGte<--ienlos de artillería, con cincuentt
piezas.
Como se vé, las fuerzas enemigas excedían en un tercio a estas ultimas y a
se agrega la superioridad de sus armas, su severa disciplina, su intachabttC
organización y aguerridas en el combate como en los sufrimientos, se comprendí^
á simple vista que solo rodeándose de ventajas en el seno de la ciudad podl
Liniers oponer sus bisónos soldados con dudosa probabilidad en el éxito.
Pop consiguiente, grande fué la sorpresa y desazón que sintieron capitulAi
res, municipales y pueblo, cuando se supo que el General en jefe habla ordenada
salirlesal encuentro y presentarles batalla.
El descontento cundió alarmante y amenazador por las calles de Buenos
Aires; enérgicas protestas se elevaron de su seno y una murmuración sorda
pero terrible, fuéel anatema de ios voluntarios, que aunque sabían se les ilevabi
á ser sacrificados por los hijos de Albion, pudo mas el sublime sentimienttt
del patriotismo en aquellos corazones heroicos que la ofrenda de muerte y d*
solacion que brindó al enemigo su muy querido General.
Pero el invasor miró con desprecio las huestes patriotas y fué á sita
tranquilamente en Miserere, sin medir sus armas con los defensores.
Era indudable que las tropas de la defensa se hablan salvado de unii
muerte segura en la acción campal que ofreció ;i los invasores y que estod
desdeñaron; pero un erior fatal del General Liniers eclipsaba nuevamenta
salvación de la patria, victoriosa al principio con solo no haber encendido aXM
cartucho.
Mas esla vez el General español marcho con sus tropas k desalojar :
enemigo del Miserere, y después de ligero fuego cayó el General Craufrud ríwí
pentinamente en el campo y puso ei i completa derrota á los defensores.
Los voluntarios perdieron en esla ocasión mucha gente y tres piezas dfl
artillería, mientras el enemigo tuvo mas de trescientas bajas con nueve oQa
cíales.
Inmediamente del desa-stre, el mayor general Lewison Gower que Q3an|
daba las fuerzas destacadas en Miserere intimó la rendición de la ciudad ;
General ospaílol, quien las pidió por escrito.
Mientras ocurría esto fué cuando Liniers oHció al Cabildo dando cueni
del desastre y asegurándole que como la ciudad iba á ser tomada reorganizalx
el ejército para acudir á su reconquista.
Pero estaba ya en la conciencia del pueblo el desastre de aquella primera
acdou y anticipadamente organizo los cuerpos de defensa de la ciudad en caso
de ser invadidos por el enemigo en seguida del triunfo.
- 105 —
Mas los defensores eran tan pocos, se hallaban tan cansados y desmopa-
lizados, desprovistos de armas y sin jefes de competencia militar, que solo
la torpeza ola ignoraneu completa en el arle de la guerra pudo impedir que
Whitelocke, general en jefe, se reuniesiíá los vencedoresdel Mísererey llevase
esa misma noche el ataque á la indefensa ciudad, que á no dudarlo, después de
corta resistencia se hubiera posesionado de ella.
Pero la impericia de este Jefe fué la salvación de los patr.iotas.
Desmayaba ya el espíritu de resistencia en la ciudad por la falta de toda
clase de elementos y sobi'e todo por no saber en esa noche fatal la suerte
que cupiera al General español, á quien creían prisionero y dispersos confu-
samente los cuerpos derrotados; entonces fué cuando del seno del Ayunta-
miento surgió la noble figura del esforzado Martín de Alzaga, Alcalde de
primer voto, y haciendo tocar llamada éüuminando toda laciudad para hacer
creer ul enemigo que esfabnn resueltn mente decididos á resistir sus preten-
ciones, empezaron á llegar los dispersos por todos rumbos al mismo tiempo
que entusiasmados con elaspecto de júbiloque ofrecían las calles de Buenos
Aires, atronaban el aire con gritos patrióticos y amenazas de muerte á los
invasores.
El Alcalde nosolo arengaba con calor y confianza á las tropas que iban
regresando, sino que él mismo atendía los trabajos de fortificación que se
llevaron á cabo esa misma noche en todas las calles que conduelan á la plaza y
Fortaleza, dotándolas de la artillería y municiones necesarias; distribuyó pan,
carne y vino á los dispersos que llegaban, mientras los trabajadores no tenían
con que reparar sus fuerzas durante toda aquella noche de ruda labor.
Enormes zanjasse abrieron en derredor de la plaza por todas las vias
que conducen é ella, mientras se barrearon otras con sacos de lana, obstru-
yéndolas £i dificultando su acceso de mil maneras.
Al dia siguiente ofició LiniersálaMunicipaüdad, la cual le invitó á entrar
en la ciudad apresuradamente para constituir la defensa militar de la plaza,
contestando al mismo tiempo á la intimación de rendición del enemigo negati-
vamente.
Protegió el regreso del General reforzando el paso por donde debía hacer
su entrada, laque luvolijgar á principiosde la tarde del 3 de Julio, distribu-
yendo en seguida poi* las azoteas gran número do tropas y por todos los puntos
en que se creía atacaría el enemigo.
Entretanto el General Whitelocke se habla movido de su campamento para
reunirse al resto de sus tropas acantonadas en los Corrales de Miserere, lie
gando á, este punto cuando declinaba la tarde: el total de tropas reunidas
alcanzaba á siete mil hombres, mientras el resto ocupaba la Reducción con
Maho[i á la cabeza.
Pasó todo este dia sin ocurrir nada notable, notificándose á todos los
^aérales val Teniente Coronel Pak.para una junta deguerraque se veriBcarla
¡lia siguiente: ella luvo lugar á las diez y media de la maílana, expresando el
— 106 —
General Whilelocke que en virtud de los muchos inconvenientes y coríír
dadesenque se encontraba el ejército sitiador, habla resuelto tomar por asalto
la ciudad Alas doce del mismo día. Hubo protestas juiciosas por parte de algunos
generales, haciendo sentir la ineficacia y peligro en que pondría á las tropj
que no estaban preparadas para asaltar una ciudad en que cada casa era utA
fortaleza y cada fortificación el sepulcro de la invasión.
Por fin desistió de esta primera ¡dea, conviniendo en que el ataque a
verificarla á las primeras horas de 5a maílana del dia 5, según las indicucioneq
del General Auchmutyyel Teniente Coronel Pak.
Suplan de ataque, que no comunicó áningun jefe, era vicioso en extremo!
no había ningún pormenor que consultase las reglas militares ni neutraliza!
siquiera las aberraciones de aquella famosa combinación.
La escuadra no tomaba parte alguna en la lid ni para servir de hospital í
los heridos, mucho menos para llamar la atención de los sitiados, debilitaaé
la defensa.
En lugar de atacar con todas las fuerzas disponibles, destinó al Tenientf
Coronel Mahon á mantenerse en Barracas hasta nueva orden á la cabeza (
8.000 hombres y con la mayor parte de la artillería.
Era su principal objeto tomar la plaza y fortaleza desalojando á los d«
fensores, para lo cual ordenó que el Teniente Coronel Guard, con el regimiente
nüm. 45, atacase la Residencia, amplio edificio que servia de hospital y que í
hallaba situado al Sud; el Teniente Coronel Nugen, la Pla^a de Toros y Retiro"
con el regimiento nüm. 38, — los dos puntos estratégicos que dominaban la
ciudad, mientras las demás columnas atacarían de frente por las calles de la
ciudad, hasta apoderarse de la plaza.
La brigada ligera dividida en dos columnas puso á las órdenes de Craug
furd y Pak — todas estas fuerzas arrastraban artillería.
Dos cabos colocados á la cabeza de cada columna, con herramienta
servían para echar abajo las puertas de las casas.
Se dio orden terminante á los jefes de no permitir que se disparase un soifi
tiro á su entrada por las calles y en caso de sufrir nutrido fuego por las fuerza]
parapetadas en las azoteas, debían echarse hacía sus fiancos hasta apoderara
de las casas más próximas al '■io para así formar dos líneas que flanquease
las principales defensas.
Para mejor ejecución de esta orden, las armas se llevarían descargada:
En cuanto al General en jefe ni puso en conocimiento á los demás de 1
posición que él ocuparla ni del papel que se había reservado.
Tantos eran los desaciertos y contradicciones de este plan que antes c
empezar el ataque ya sabían los invasores la suerte que les esperaba, resoí
viendo en consecuencia luchar hasta hacer prodigios de bravura á objeto ■
neutralizar un tanto disparates asaz perniciosos y hasta criminales, quefuerí
tan afrentosos á su orgulloso amor propio.
Ei General expedicionario no admitió observaciones militares á su plan.
■ 107 —
■ Entretanto enlaciudad reinaba un entusiasmo indescriptible; en la plaza
del Retiro y de los Toros se habla situado el número suficiente de defensores
con la batería de artillería correspondiente, clavándose las demás; la fortaleza
quedó guarnecida con tropas y municiones bástanles á su defensa, mientras
que tudas las calles que desembocaban en dicha plaza y las inmediatas boca-
calles eslaban erizadas de artillería, municiones y soldados, asi como las
ventanas, puertas y azoteas de las casas eran otros tantos fuertes donde se
l^estrellarlan los invasores, mucho mas si ateniéndose á la orden antedicha no
^^Háefendlan .
^^^H'Por fin alumbró el día 5, hiriendo suspriraeros resplandores las bayo-
^^!Sfes defensoras y los cañones colocados en las boca-calles, a! mismo tiempo
quedescubrla á losojosde los hijos deBuenosAires la obi'a mas completa de
defensa que puede ejecutarse en una noche.
Whitelocke habla dispuesto que Craufurd y Pak llevasen el ataque por el
centro, Auchmuty por la izquierda paraposesionarse de la Plaza de Toros y
Retiro, y Lumley por la derecha para apoderarse de la Residencia, mientras
que él y su cuartel general, Gowor y mil docientoshombres se establecieron
en la quinta del anglo-americano Wliite.
Por manera, pues, que el número de hombres disi)uestos á lanzarse sobre
la ciudad puede estimarse en cinco mil, sin contar con aquellos del cuartel
general y los que tenia Mahon á sus órdenes.
Eran la seis y media de la mañana y aun no se sabia á qué hora se empe-
zarla el ataque, manifestando visiblemente su impaciencia las tropas inglesas
por aquellas dilaciones é inmovilidad, cuando repentinamente rugió el cañón
dando la señal de internarse en la ciudad.
Cada división se lanzó, como un león sobre su presa, por las calles de la
ciudad para Henar su cometido; el General Auchmuty fué el primero que mi-
dió sus armas con las de los españoles en demanda de la plaza del Retiro y
os cuya posesión le fué encomendada.
I Retiróse hallaba defendido por cuatrocientos marineros, mandados
(oficiales de la Armada, bajo las órdenes del capitán de navio D.Juan Gu-
Swrez de la Concha, y la plaza de Toros por una compañía de granaderos de
Galicia a! mando del Capitán D. Jacobo Adrián Várela.
Las fuerzas de Concha y Auchmuty chocaron de una manera terrible y
sangrienta, cubriendo de cadáveres el campo de la lid: tres veces arremetió el
general inglés con indecible empuje y otras tantas fué rechazado con igual vi-
gor; ebrio de coraje, lanzóse de nuevo sobre la plaza de Toros, donde se
habla reconcentrado Concha con sus fuerzas, y asestando la metralla de un
canon de á 12, de que logró apoderarse, contra los muros de aquella, se trabó
un combate sin piedad, á sangre yfuego.
E! rayo de la muerte hirió el campo de los combatientes sembrando de
cadáveres las posiciones disputadas: entretanto las municiones de los defenso-
res se hablan agotado y no les quedaba otro arbitrio que rendirse ó abrirse
paso ¿ la bayoneta á través de las del enemigo y sus balas.
■ Í08 —
Concha determinó rendirse creyendo imposible la retirada, pero el esforJ
zado Capitán Várela prefirió la muerte á semejante salvación, y lanzando*
con furioso ímpetu sobre el enemig-o, bayoneta en mano, acribilló de heridas í
las huestes que se le opusieron abriéndose paso por sobre sus cadáveres, coil
riendo en seguida á prestar su valeroso contingente en otros puntos de la
dad. Mas de dos horas habla durado el cruel combale hasta la rendición d^
Concha, perdiendo en tal ocasión los restos de la guarnición española y treinlí
y dos caflones, la mayor parte clavados. No se conoce el numero de mue'-losí
La división inglesa tuvo una baja no menor de seiscientos hombres.
En seguida, Auchmuly, dejando la guarnición correspondiente para la con-
servación de la pla/.a, tomó posesión del Convento de las Catalinas y de algunas
casas cercanas en dirección á la Plaza Mayor.
El Teniente Coronel Guard no encontrando resistencia en sus pretensiones
se habla posesionado traquilamente del Hospital Residencia desde la siete ds
lamañana ydejandoeneste puntoalgunas fuerzas distribuidas al mando del (
Mayor Niehols, con el resto se dirigió á saber la suerte de Craufurd, incorpo- *
rándosele una partidade su regimiento cuyo oficial tenía orden de distraer á los
defensores por aquel punto á fin de deTaililar la fuerte resistencia que se hacia
á sus tropas.
Guard avanzó intrépidamente, pero acosado por el fuego de los volunta- ■
rios tuvo que cambiar de dirección, y en la primera calle que desembocó se di¿» J
repentinamente conPaIt, que corrido y desecho por los defensores se apresu-T
raba á asilarse en Santo Domingo, como única salvación.
Guard le siguió y ambos se posesionaron de esta Iglesia.
La mas difícil empresa habla correspondido á Lumley el cual estaba eii-¡
cargado de apoderarse de la plaza Mayor, y posesionándose de las casas S
mas cercanas al rio avanzó con las cuatro columnas de que se componían loa ]
regimientos 88 y 36 por las calles que de antemano se le hablan señalado.
AI principio penetró casi sin resistencia, pero á medida que fué internan- 1
dose el fuego de la defensa llegó á ser tan nutrido y certero que el regimiento S
había quedado tendido ó prisionero de Elioque defendía en esta parte; enconse-
cuencia,con el resto de las tropas atacó vigorosamente Lumley, queya se creta
perdido, y logró apoderarse de una manzana en laque nuevamente fué hostiti-
zado con ardor; alU plantó la bandera británica, la cual, vista por sus compa-
triotas, acudieron áreunirsele.
Muy oportuno fué el refuerzo que recibiera del regimiento num. 5 y él'l
resto de la otra columna del 36 que se le incorporaron para contestar con
gullosa dignidad á Elio que demandaba su rendición, contando al mismo tiemnl
po con Auchmuty que correrla á protegerlo.
Pero el fuego de los defensores no cesaba y producía enormes bajas, y all
paso que sus tropas disminuían rápidamente las filas contrarias aumentaban en '
la misma proporción; sus municiones se agotaron y el estampido del cañón ha-
bla cesado en la ciudad, circunstancia que le tenía inquieto por la suerte dQ
- 1Q9. -
Craufurd; el socorro de Auchmuty tampoco llegaba y sus tropas caian con
^anta celeridad, que al fin se decidió ú abandonar aquella posición para reple-
garse hacia el Retiro, lo que verificó bajo el fuego mortífero que de todas las
casas de su malhadado tránsito le hacían, como también de la Fortaleza.
Completamente diezmados alcanzaron allegar ambos regimientos como á
las tres de la tarde al Retiro, uniéndose á las tropas de Auchmuty.
En cuanto á Craufurd y Pak que llevarían el ataque por el centro tuvieron
muy poca suerte, sobretodo el segundo que después de internarse suficiente-
mente en la ciudad avanzaba resueho al puntoque se le había encomendado su
posesión, cuando una descarga poderosa de todas las casas que le rodeaban y
de las azoteas le tendieron mucha parte de sus tropas, obligándole á retroceder
y & buscar la unión con la otra columna en que había dividido su cuerpo, la cual
on confusa retirada dejabamas de la mitad de sus fuerzas en la calle que intentó
forzar. Pak quiso rehacerse con la gente que le quedaba y ocupar cierta po-
s^icion en la plaza, pero nuevamente fué rechazado con pérdida, en cuyo caso
-t rato de replegarse á la Residencia, encontrándose en el camino con Craufurd
la columna que había desplegado.
Craufurd dirigiéndose por la derecha de Pakhabía avanzado hasta muy cer-
de la Fortaleza, hacia el sur, y destacando al Mayor Campbell con la orden á
^jruard de avanzar en la misma dirección para reforzarlo, fué en el momento de
practicarlo cuando tuvo lugar el encuentro con Pak, quien invitó á Craufurd á
replegarse ala Residencia; pero estaban muy cerca de Santo Domingo y con-
siderando este último que esta posición conciliaba con sus instrucciones, se
resolvió á tomar posesión de dicho convento, lo que verificaron ambos jefes,
distribuyendo soldados por las ventanas, balcones y parte alta para rechazar
al enemigo que no tardaría en hostilizarlo.
Pero apenas impartió sus órdenes para la defensa de este sitio, cuando un
fuego compacto y abundante lanzado por los defensores de la plaza desde las
azoteas y balcones de las casas, empezó á diezmar las tropas sitiadoras, cayendo
desde lo alto del Convento los soldados invasores v sembrando de cadáveres
el pavimento; indescriptible era el cuadro que ofrecí:in los miembros mutila-
dos, el desorden de las armas y el lago de sangre que cubría á los valientes.
Insostenible se hacía ya su permanencia en aquel convento, y á pesar de
Ixaber rehusado rendirse, sus tropas continuaban desapareciendo bajo un fuego
incesante que le acribillaban á balazos.
Por fin, no le quedó otro recurso que salir de semejante posición y solo
esperaba que se acercase un buen número de españoles para atacarlo, ueutra-
\ izando así el fuego de las azoteas en la confusión de los combatientes; en efecto,
-acercaban estos y los soldados ingleses abandonaban sus puestos para caer
el enemigo buscando una salvación mas probable, y cuando se creyó
oportuno dieron las voces de ataque los jefes ingleses en el momento mismo
cjue aquellos se adelantaban á apoderarse de un canon de á 3 que no pudo ser
metido en el Convento: los defensores sufrieron recias cargas y furiosas em-
bestidas, como si elementos desesperados se desencadenaran sobre ellos, y
sosteniéndose con igual empuje y bravura pbligaron a! enemigo & refugiarse
por segunda vez en el mismo asilo, dejandocerca de cincuenta hombres muer-
tosen la refriega. »
Ocho horas habla durado masó nnenos el combateen que la parte mas trá-
gica cüpole al enemigo, que reducido á menosde su mitad, sin municiones, sin
esperanza de refuerzos, al parecer terminada la acción en la ciudad y sufriendo
atrozmente el plomo de los urbanos rjue abría visibles claros en su diezmada
tropa, resolvió Craufurd, previa consulta con sus Tenientes, rendirse desple-
gando en el acto bandera parlamentaria; pero era tan sostenido el fuego por
una y otra parte y habla tal encarnizamiento en sus enemigos, que después de
mucho trabajo y serios peligros lograron entenderse los parlamentarios, con-
tentándose los invasores con U sola garantía de sus vidas, que apenas alcanza-
ban á seiscientos de los mil y ciento cincuenta soldados que componían las
columnas de Craufurd y Pak y el destacamento de Guard.
Ello recibió las espadas de sus contendores ya rendidos.
La tarde declinaba ya y el Sol casi en su ocaso se mostró radiante para
enseñar á los defensores de Buenos Aires los despojos de su incontestable bra-
vura en los miembros dispersos y cuerpos inertes que yacían en las calles.
Fueron los trofeos de esta inmortal victoria en la jornada de 5 de Julio de
1807, mil seiscientos setenta y seis prisionerosy ochocientos cadávei'es, es de-
cir, la mitad de las fuerzas que atacaron la ciudad. En cuanto á la pérdida de
los defensores, Liniers, en su parte oficial al Principe de la Paz, aprecia en tres-
cientos los heridos, sin decir nada de los prisioneros y muertos.
En estas circunstancias se habla pensado nuevamente en otro ataque |>or
parte de algunos jefes de laexpodicion, contando para el efecto con las fuerzas
del Retiro y Residencia, los mil ochocientos soldados que tenia Mahon en
Barracas y los mil de Whitelocke en Miserere; pero hablan sido destrocados con
tan furioso ataque sus compañeros, reducidos á su mitad y desalentados con la
guerra cruel que se les hacia desde las azoteas, ventanas y puertas, y finalmente,
inspiraba tan poca confianza el conocimiento militar del general en jefe, que ,
las trepasen su mayor parte protestaban contra tal intento insinuando en el
ánimo de sus jefes los beneficios de una capitulación.
Rendido Craufurd.se suspendieron las hostilidades durante la noche, y al
dia siguiente Liniers envió un parlamentario á Whitelocke quien se dirijióal Re-
tiro, donde en lugar de hablar con el jefe expedicionario lo recibió Auchmuty,
prometiendo por su parte suspenderlas hostilidades basta las doce, como lo
pedía el general español, hasta la contestación de Whitelocke que se hallaba á j
la sazón en los corrales de Miserere.
Este jefe contestó en resumen pidiendo veinte y cuatro horas de suspen-
sión para recojer los heridos, ele, conservando cada beligerante sus respecti-
vas posiciones.
Es de advertir que las proposiciones de Liniers solo se limitaron en un
4
— 111 —
principio á solicitar el canje de prisioneros evacuando esta plaza; pero el patrio-
ta y valeroso Alzaga que comprenclió que se volvían ilusorios los trofeos de
tan brillante victoria, de acuerdo con el general español, aumentó las pre-
tensiones y se envió el parlamentario.
Conocemos ya su resultado, á lo que se le contestó que si en el término de
un cuarto de hora no se aceptaban aquellas, romperíase el fuego. Rugía ya el
cafton por los ámbitos de la ciudad, cuando se recibió un aviso por el cual Whi-
telocke aseguraba despachar un parlamentario plenamente autorizado para ne-
Despues de sentar .sus proposiciones y empeñada la discusión, se formuló
or fin el tratado con sus correspondientes observaciones, despachándole
on el mismo oficial inglés á Whitelocke para su aprobación, quien después
o reunir todos los jefes de la expedición en consejo y teniendo en considera-
la exigüidad de sus elementos para luchar con una población fuerte y fa-
irs¿tica en lo que hace al patriotismo, resolvieron suscribir el pacto, lo que se
-^/erificó por los dos jefes superiores de ella. Entretanto, Whitelocke se había
rasladado al Retiro donde firmó las capitulaciones al dia siguiente.
Desde entonces ambos contendientes solo se preocuparon del cumplimien-
:o del texto del tratado, devolviéndose respectivamente los prisioneros, etc.,
te, hasta que el 13 á mediodía se dio á la vela la expedición inglesa de regreso
Montevideo, donde sujetándose á los términos de las capitulaciones se pon-
dría inmediatamente fuera de sus dominios tan luego de dar cumplimiento á
las prescripciones de aquel .
Indescriptible fué el regocijo que embargó al vecindario de Buenos Aires,
<uando surcando de nuevo las aguas del Plata las naves de la poderosa Ingla-
ierra, de regreso á su país, llevaban como trofeos de la contienda la mas humi-
llante afrenta.
Para asegurar la entrega de Montevideo, Liniers había despachado dos
pequeñas divisiones en que se apoyaría el cumplimiento de dicha operación, lo
que se verificó al tenor de lo estipulado, abandonando para siempre las aguas
del Plata el dia 9 de Setiembre en que se dio á bordo todo el resto de la expe-
dición, habiendo partido un mes antes varios buques con parte de las fuerzas
ÍQvasoras con destino al Cabo de Buena Esperanza. En Buenos Aires como en
Montevideo, después del desalojo de las tropas expedicionarias, el cuerpo mu-
oicipal y el Cabildo distribuyó premios á las tropas defensoras, todas volunta
rías, recompensas y pensiones vitalicias á los huérfanos, á las viudas, á los
imposibilitados de trabajar y aun álos que habían agotado sus recursos en de-
fensa de la Patria; asimismo se dio libertad á numerosos esclavos y se festejó
dignamente en ambas márgenes del Plata el fausto y glorioso acontecimiento
que nos independizó de un poder extraño y absoluto.
■Ü2.
Llegado "Whifekicke á su patria, el Gobierno Británico ordenó su prisión y
la instrucción del proceso á que dio luíjar el resultado déla expedición contra
el Rio déla Plata, cuyo mando sa le confiócomo jefe superior, y que á causado
su impericia habla arrojado una mancha ¡ndeisblo de eterna humillación al ho-
nor y dignidad de la Nación. De dicho proceso que duró seis meses y en el que
se emplearon treinta y una sesiones, resultaron las siguientes conclusioDeSq
• Consideradas debidamente por el Consejo de Guerra las razones en que se sustenta
cargos contra el preso, Teniente General Whitelocke, su defensa, y las razones por él expl
tas, opinan, que es culpable en la totalidad de dichos cargos, excepto en la parte del s
referente ala orden para que las columnas llevasen descargadas las armas, y que per ninguit J
tilo se permitiese hacer fuego.
Desea vivamente el Consejo no quede duda ninguna de que en lo mas
las precauciones tomadas para evitar innecesario fuego, mientras las tropas avanzaban á los
puntos de ataque designados; y por lo tanto, que absuelve al Teniente General Whitelocke de
esa parte del expresado cargo.
El Consejo condena al TenUnte General John Whitelocke. á la pérdida del empleo y á qiu u
te declare incapaz ¿ indigno de gozar empico tmliliii , de íualquíera especie qui sea, en el servicio de
JTH Majestad.
También dispuso la Corona, confirmada la sentencia, que esta fuese leída á la cabeza de
cada uno délos regimientos del ejército inglés, ájin dt que quedase como duradero lealimonio dt
tas/ahiles consecuencias d que se exponen los oficiales, que en el desempeño de lo' importantes deberes
que se les confian, no desplegan aquel celo, juicio y decisión personal, que, tanto su Soberano, como
su Patria, tienen derecho á esperar de aquellos d quienes se cometen mandos elevados. •
Asi terminó su carrera el confiado Wliitelocke, que consideró con
desden y menosprecio á los valerosos defensores del Plata.
ttan^^l
1
INSTRUCCIONES DADAS POR EL GOBIERNO INGLÉS AL GENERAL WHITBLOCiCB '
Downing Street, Marzo 5 de 1807. — Señor: Habiéndose creído conveniente enviar un
oficial de alto rango, y de conocidos talentos y juicio, á tomar el mando de las fuerzas de S. M.
que se hallan ya, ó probablemente se hallarán muy pronto empleadas en las provincias de
la América del Sud, debo informar á V. que S. M. se ha servido elejir á V. para este objeto;
y por lanío partircL V, desde luego al Rio de la Plata, en un buque que est4 ya preparado para
conducirlo, á tomar el espresado mando.
I^as fuerzas que encontrará V. á su llegada, son l.is remitidas desde el Cabo al mando
del teniente coronel Backhouse, y las que partieron de Inglaterra á las órdenes del brigadier
general Sir Samuel Auchmuty, que consisten de los cuerpos que aljajo se mencionan, y montan
en todo al número de 5.338 hombres. Pero á éstos se agregará probablemente, cuando V.
llegue, ó poco después, la fuerza que manda el brigadier general Craufurd, que también se
menciona y se compone de 4.212 hombres (9.550 hombres)
Para que pueda V, juzgar con mas certeza de la confianza que hay de que esta fueraa
ae reunirá con la primera, como también el regimiento () de dragones que queda mencionado,
y cuyo destino puede haberse cambiado por el buque que despachó el almirante Murray, in-
cluyo á V. una relación de todas las noticias recibidas y de todas las órdenes expedidas en el
particular, deque aparece que casi no puede quedar ninguna duda de que el Fly habrá llegado
antes que el general Craufurd hubiese salido del Cabo, y que éste debe por consiguiente haber
dirigido su curso al Rio de la Plata junto con el almirante Murray.
Siendo, sin embargo, posible que no haya sucedido así, es preciso estar prevenido para
ambos casos, á saber, la reunión del armamento del generaJ Craufurd ó el de haber segiudo i
su destino primitivo. En el primero de estos casos, como la fuerza de V. se considera mas que
suficiente para cualquier objeto que se propusiese emprender, despachará V. lo mas pronto
posible y cuando lo hallare prudente, d regimiento ((9, y algún otro que V. pueda desp
der después de sus primeras ocupaciones, enviándolos bajo convoy seguro para el Cabo, |
que de alli pasen á la India.
— 113 —
Con la fuerza arriba expresada procederá usted á ejecutar el servicio que le está encar-
gado de reducir la provincia de Buenos Ayres al dominio de S, AI.
En el otro caso menos probable de que el armamento del General Craufurd haya se-
guido á su destino primitivo, tal vez encontrará V. ser mas conveniente, con consulta del
almirante, el despacharle un buque por el Cabo de Hornos, con ordenes á dicho general, cuyas
órdenes podrán ser, ó de seguir el plan que hasta aquí se tiene formado, 6 de mandarle que
renuncie eternamente aquella empresa.
Para una y otra cosa se le deja á usted, y á los oficiales que dirigen la fuerza naval, en
una libertad completa á este respecto, sin otra restricción sino que debe extender los limites
de sus operaciones mas allá de los que están designados actualmente, y que en todo evento,
siempre que se requiera la cooperación de cualquiera parte de las fuerzas navales de S. M. no
debe darse ningim paso, ni darse alguna orden al General Craufurd, sin el acuerdo de los co-
mandantes de mar, asi en el Rio de la Plata, como con dicho general.
De cualquier modo que se obre, ya en cuanto á instrucciones al General Craufurd, si
hubiese pasado á su destino anterior sin haber tocado en Buenos Aires, ó en cuanto á usar de
la fuerza que hallase usted desde luego en los lugares mismos, debe usted tener presente que
el objeto de la empresa que le está cometida, no es el de molestar y hacer daño al enemigo,
sino el de ocupar aquellos puntos ó porciones de territorios, que tomados de una vez por
las fuerzas de S. M., no sean fáciles de ser recobrados, y que al mismo tiempo no requieran
para su conservación un cuerpo de tropas mayor que el que puede suponerse que este país
querrá emplear en guarnecerlos, no debiendo ciertamente exceder su número al que ahora se
|x>ne bajo el mando de usted.
Se presmne que con una fuerza mucho mas inferior á la que que podría usted reunir,
suponiendo que se le agregue el general Craufurd, y fuera de la que lleva usted consigo, as-
cenderá á mas de g.ooo hombres, se tomará posesión sin dificultad de toda la provincia de
Buenos Aires; p)ero después resta todavia considerar qué número será suficiente para mante-
ner la posición contra las tentativas que el enemigo puede hacer para reconquistarla y las
fuerzas que puede reunir á este fin.
En cualquiera parte donde se establezca la autoridad de S. M., debe ponerse el mayor
cuidado y todo empeño en conciliar la buena voluntad de los habitantes, absteniéndose de to-
do lo que puede chocar sus opiniones y preocupaciones religiosas, respetando sus personas y
propiedades, removiendo las trabas é imposiciones de que se quejen, y haciéndole sentir en
general la benéfica influencia del gobierno de S. M. comparado con aquel á que se hallan
sometidos anteriormente.
Con respecto á reglamentos comerciales, se conducirá usted por las órdenes que ha pu-
blicado el Consejo (que se incluyen en copia) para dirigir el tráfico de Buenos Aires, y que
extenderá usted, según las circimstancias lo admitan, á otros lugares y territorios que cayesen en
poder de S. M.
Cuando estos reglamentos afecten en alguna manera al gobierno y la constitución del
pais, el principio que debe observarse es, abstenerse cuanto sea posible de toda cosa que pue-
da infringir los derechos, privilegios y aun usos establecidos de cualquiera de las clases de los
habitantes; y no introducir en el gobierno cualquier otro cambio sino el que necesariamente
deba resultar de la sustitución de las autoridades de S. ^I. á las del Rey de España.
Puede ser necesario mudar individuos; y al hacer esto debe darse la preferencia, en cuan-
to sea posible, á los naturales del país, dejando á un lado las persona'^ nacidas en España.
Todos aquellos que fueron los principales motores y agentes de la insurrección contra
el general Beresford y de su ejército, deben ser alejados con cuidado ó enviándolos á Europa
ó poniéndolos en situación en que sus maquinaciones no puedan ser temibles en lo futuro.
El caso del general Beresford y de su ejército, debe bajo otro pimto de vista, ser el ob-
jeto de la atención de usted, y parece en efecto que así lo reclama el honor nacional, confor-
me á los sentimientos que animan á S. M. por el bienestar de sus tropas, y la justicia que
debe hacer el pais á los que emplea en su servicio.
En este instante tal vez seria diñdl averiguar con claridad hasta qué punto fué violada
la capitulación con aquellas tropas, 6 cuál sea precisamente el reclamo que de sus resultas
convenga hacerse en su favor . El servicio que se ha confiado al celo de usted, por mas feliz
que sea en otros respectos, debe considerarse incompleto, siempre que quede süguna duda
en cuanto á la restitución de estas tropas en tiempo regular, ó a protejerlas entre tanto
contra toda especie de violencia y de mal trato.
Aunque S. M. se ha servido ordenar se envié además desde luego la fuerza que se
.expresa al margen (1,630 hombres) para operaciones que puedan ser precisas, pero que sin
esta ayuda y en caso que no se verifique la junción del General Craufurd, no podrá usted
emprender; con todo no es la intención de S. M. que toda esta fuerza se retenga, sino única-
x5
mente la parte que sea necesaria para asegurar los puntos ij teriiiorios, que por resultado
final de aquellas operariones, haya usted podido ganar.
Se supone que el níimero necesario para este objeto no podrá exceder en ningun caso
de 8.000 hombres, á mas de las tropas que podrá usted levantar en el país, 7 por consi-
guiente, á no ser sino en circunstancias particulares, que será de su cai^o explicar satisfacto-
riamente al gobierno, no deberá usted considerarse autorizado para retener mas que aquellas
Si las circunstancias fuesen tales que obliguen á usted á ceñir sus operaciones á la ocu-
pación de Montevideo ó Maldonado, ó de algún otro punto de la costa, que crea usted con-
veniente conservar para protejer el comercio y los demás buques, se presume que una fuerza
muy inferior á 8,000 hombres será bien suficiente; y en tal caso como en cualquier otro,
remitirá usted el exceso por la primera ocasión oportuna á Inglaterra.
.Si la reducción de Montevideo hiciese parte de su plan de operaciones, según se ha di-
cho arriba, y se hubiese conseguido en efecto, no por ello debe usted considerarse obligado
por estas instrucciones, í mantenerse permanentemente en posesión de aquella fortaleza, sino
que podrá usted retirar la guarnición y destruir sus murallas si asi le pareciese conveniente.
»En lodo lo referente al manejo de rentas de cualquiera provincia ó distrito de que se
halle usted en posesión, se guiara usted por las instrucciones que ae han dado al geo»al
Craufurd, de las que aqui se acom_paña copia.
En el mismo papel encontrara usted instrucciones sobre otro punto de gran delicadeza é
importancia, á saber, /o qae debe usted responder á las preguntas de ios habitantes sobre su si-
tuación futura en la paa.
Según verá usted en el papel citado, ninguna otra seguridad debe dársele, sin¿ que
S. M. no restituirá sino con gran repugnancia unas posesiones que tanto estima: y que en nin-
gún caso consentirá en devolverlas, sin lomar medidas de seguridad en favor de aquellos que
por su afecto á S, M. puedan temer haber incurrido en el desagrado de su anterior gobierno.
Antes se ha supuesto que pueden aumentarse las fuerzas de S. M. con tropas levanta-
das en el país. Por de contado, debe ponerse gran cuidado en elegir los individuos ó clases
propias á aquel objeto; en determinar el pié en que hayan de ser puestas y su monto; pero
obrando con estas precauciones, se deja percibir que esta medida avnidará mucho á asegurar
las posesiones de S. M. en aquella parte del mundo, y e\ilará al mismo tiempo el sacar de-
masiadas tropas de este país. Es casi innecesario observar que tanto en este, como en todo
otro punto, debe guardarse la más estricta economía, así en adoptar cualquier plan en su
origen, cuanto en disponer los detalles para llevarlo á ejecución; por lo cual se espera que
al dar aviso de todo ga.sto de esta especie, espondrá usted las razones que lo hayan inducido
i ello, con todos los pormenores del negocio.
Queda antes asentado que en caso de reunirse el General Craufurd, ó nó, no puede
haber duda ninguna de que se mantendrá usted en posesión de algunas panes, de mas 6
menos extensión, de la costa del Este.
Pero restan todavía dos casos que fijar, y aunque inverosímiles, no deben pasarse en
silencio. El uno es que encuentre usted á su llegada que las plazas que habían ocupado
las tropas de S. M-, no estén yá en su3 manos; el otro que sea necesario abandonar todo lo
que hubiese poseído antes, y retirar de aquel país toda la fuerza inglesa. En imo ú otro de
estos casos, parece que no quetla mas que considerar que el modo en que usted y el general
Craufurd, con todas las tropas que uno y otro tienen, puedan volverá Inglaterra. Pero al adoptar los
medios necesarios á este efecM, lo mismo que para decidirse sobre la retirada, debe atenderse
al estado en que probablemente se halle el armamento del General Craufurd en aquel
momento, considerado con relación á la salud de las tropas, qué víveres hubiese aun S bordo,
y qué dificultades puedan ofrecerse para emprender un nuevo \iaje, largo v repentino.
Estas consideraciones requerirán no solamente que toilas las tVdenes que usted envíe al
general Craufiírd, si se halla separado de usted, sean hasta cierto grado discrecionales, mai
también deberán influir en determinar la línea de conducta que usted creerá conveniente
abrazar, de concierto con los oficiales que mandan la escuadra.
Tendrá usted cuidado de trasmitir por toda oportunidad al gobierno de 5. M. noticias
de sus procedimientos, pues la falta de comunicaciones regulares é incesantes ha causadcrtw
hasta ahora muchos embarazos respecto al servicio particular, cuya dirección se le encomícE
Tengo el honor, etc.. ele
(Firmado)
i de Mr. Widham. — Al
fuerzas que sirven en la América del Sud.
HOWICK.
general Whitelocke, comandante í
— 115 —
Proclama del Comandante General de armas de Buenos Aires, el día de la revista general
que pasó á las tropas en la tarde del 24 de Junio de 1807
Ilustres ciudadanos alistados para defender vuestro patrio suelo : cuerpos veteranos que
tantas veces habéis regado con Miestra sangre la gloriosa carrera de las armas: respetable
cuerpo de inválidos que con tanta bizarría me habéis pedido armas para sacrificar hasta
vuestro último aliento, rechazando á los enemigos de nuestra patria, de nuestro augusto culto
y de nuestra felicidad, he visto en la tarde de ayer sobre vuestro semblante cifrada la victoria.
Cuatro mil despreciables enemigos se atreven á insultamos, fundando su loca pretensión sóbrela
poca, energía que nos suponen. Haced que con el escarmiento de su ruina aprendan á respetar
con la Europa entera el valor y la constancia española. Tengamos presente lo que estas virtu-
hideron ejecutar el dia 1 2 de Agosto del año anterior y marchemos con confianza de un
:3'eguro triunfo bajo los auspicios del Dios de las \ictorias. Que nuestras voces repitan miles de
^"eces morir ó vencer. Si entre nosotros se hallare, que no me lo persuado, alguna alma débil,
• . . • _• J_ _1 12 ' xíl^* ^i » • ...
vierta proposiciones de desconfianza, o tibieza en nuestro empeño, que se le cambie las
nnas con una rueca y que una muerte afrentosa sea el premio de la cobardía, si la hubiese.
ero lejos de mi semejante temor; todos estamos animados de un mismo espíritu: vuestras
^^posas, N'uestros hijos, \'uestros magistrados, descansan en N-uestro valor: los ministros del Señor
^^frecen incesantes sacrificios por el feliz suceso de nuestras armas: y no dudo un solo momento
<que con tan poderosos medios y estímulos, no dejareis de ceñir N-uestras sienes con los laureles
^ue nos están preparados y de ver esculpidos N'uestros nombres en el templo de la fama.
BuenoH Aires, 20 de Junio de 18i.>7.
Santiago Liniers.
Resefta de los cuerpos que componian el ejército para la defensa
INFANTERÍA
Primer cuerpo — Era el regimiento de Patricios, compuesto de tres batallones.
El primero al mando de su teniente coronel D. Comelio Saavedra, natural de Potosí,
vecino y propietario de esta Capital.
El segando al mando de D. Esteban Romero, natural y del comercio de la misma.
El tercero al de D. José Domingo Urien, de igual naturaleza, contador del Consulado (Tri-
bunal de Comercio): los dos últimos con igual graduación que el primero.
Segundo Arribeños, al mando de D. Juan Pió Gana, vizcaino, comerciante del Perú ; y
transeúnte á España entonces, quien por su afición á la milicia que siguiera en la guerra del
Rosellon se hizo cargo de este cuerpo con el título de comandante.
Tercero — El de naturales, indios, con agregación de pardos y negros, al mando del teniente
coronel D. Manuel Ruiz, español, vecino y capitán de las antiguas milicias urbanas.
Cuarto — El tercio de montañeses, su comandante D. José de la Oyuela, vecino y comer-
ciante de esta plaza, sustituido después por su paisano D. Pedro Andrés García, del mismo
vecindario, y escribano del juzgado de bienes de difuntos.
Quinto — El de andaluces, á las órdenes de D. José Merlo, gaditano, comerciante.
Sexto — El de gallegos, á las de D. Pedro Cervino, su paisano, vecino de ésta, y uno de
los empleados facultativos en la demarcación de límites con el Portugal.
Séptimo — El tercio de catalanes fué mandado en su principio por D. Jaime Nadal y
Guarda, y después por D. Olaguer Reynals, ambos catalanes, de igual vecindario y comer-
ciantes.
Octavo — El de vizcaínos y castellanos, al mando de D. Prudencio Murguiondo, vizcaino
también, piloto de altura, a quien por sus aptitudes le nombraron aquellos primer comandante;
asignándole el cuerpo durante su permanencia doscientos pesos mensuales.
Noveno — Formaban éste los Granaderos de Terrada, (después de Fernando VII), im
número de hijos del país, teniendo por su comandante á D. Juan Florencio Terrada, natural,
propietario y antiguo capitán de milicias de esta ciudad.
Décimo — E) de quinteros, al mando de D. Antonio Ludano Ballester, también nattiral de
esta ciudad, agricultor. ^
Undécimo — E! de maestranza, al mando de D. José Rivera, gallego, vecino de esta ciudad,
y anncro mayor del rey.
caballería
El primer cuerpo de ello !o fonnaban :
i^' Escuadrón — Húsares del rey (vulgarmente, de Pueyrredon), al mando de su segundo
comandante D. Marlin Rodríguez, por ausencia del primero en misión á Madrid, ambos natu*
rales de ésta, comerciante éste y hacendado aquel otro.
2° Escuadrón con la denominación de Húsares de Vivas, por su comandante D. Lúeas
Vivas, natural, vecino y propietario aquí.
y Escuadrón de Húsares de Nuñez, su comandante D. Pedro Nuñez, también natural
de ésta, comerciante.
4° — El segundo cuerpo era el Escuadi
ral de ésta y avecindado en Montevideo, u
Nuñez se halló en el ataque de aquella.
5" — El de Miqueletes ó Migueleles, al mando del Dr. D. Alejo Castex, natural de esia
ciudad y abogado de su Audiencia.
b" — Carabineros de Carlos IV, al mando de D. Lúeas Fernandez, andaluz, aquí ave-
cindado.
La artillería, por último, denominada la Union, porque la componían unidos americanos
y españoles, al mando de D. Gerardo Esteve y Danch, catalán.
De este aierpo salieron excelentes prácticos, jóvenes del país.
Infernales, al mando de D, Diego Herrera, natu-
de los reconquistadores de la Capital, el que aya
Intimación de rendición de las tropas ingles
I & la pía:
de Buenos Aires
Señor: El capitán Roche, del regimiento 17 de Dragones, á quien tuve el honor de
mandar á V. E. esta mañana, me ha informado que V. E. deseaba comunicase yo por escrito el
particular de las condiciones y así, tengo que decir á V. E. que el Excedentísimo Sr. Teniente
General, John Whitelocke, me ha ordenado, deseoso sinceramente de evitar la innecesaria
efusión de sangre humana, intime á V. E. que en el presente estado de las cosas, de no pro-
ceder á más, concederá algunas condiciones al pueblo de Buenos Aires, debiéndose fund:n en
las que siguen ; y posiblemente consentirá en alguna pequeña variación que las haga más ía,W
rabies, sin alterar la estipulación original, fundamcotal:
lo Todos los subditos ingleses, detenidos en la América del Sur. deberán si
y se pondrán rehenes suficientes en poder de los comandantes ingleses, hasta que 11^
Buenos Aires.
2° Quedarán prisioneros de guerra todos los oficiales, militares y soldados, y toda per»
que tenga empleos civiles, dependientes de! Gobierno de Buenos Aires.
3° Que han de entregar en buen estado lodos los cañones, pertrechos, armas y munic
40 Que ha de entregarse á los comandantes ingleses toda propiedad pública, de cualqifl
clase que sea.
5" Que se concede á los habitantes de Buenos Aires el libre ejercicio de la religión C
lica romana.
6" Que se asegurará y respetará para sus dueños toda propiedad particular en tierra-
Nuestra fuerza es tan considerable, que creo que V. E. no podrá dudar del último resul-
sultado : y confío en que V E. me creent, cuando le as^uro, que únicamente el deseo de
evitar una escena tan horrorosa, como la que se presenta tomando un pueblo por asalto, e* el
motivo que induce al general Whitelocke á permitirme escriba de este modo. — Tengo el honor
de ser, etc— / Levitón Goiver, Mayor General.
Por comisión del general español D. Santiago Liniers, contesto á Vd. á la carta que por
su parlamentario le ha remitido, dirigida á intimar la rendición de esta Capital, dtciéndole, que
nada que se dirija á rendir las armas, oirá; que tiene tropas bastantes, animosas y mandadas
por jefes llenos de deseo de morir por la defensa déla patria, y que esta es la hora de mani-
festar su patriotismo. — Queda de Vd. su atento servidor Q. S. M. B. — Coronil ¿y/í.— Julio 3
de 1 307. — Al Mayor General, Lnaison Gotoer.
á
— 117 —
Intimaciom del General Bspaflol
Excmo. señor : Los mismos sentimientos de humanidad que animaron á V. £. sin cono-
cer mis fuerzas, á proponer el capitular, me animan hoy con el pleno conocimiento de las
de V. K; con ochenta oficiales de todas graduaciones y mil soldados prisioneros y á lo
menos con el doble de muertos, sin que los ataques hayan llegado al centro de mi batalla.
Para evitar mayor efusión de sangre y dar á V. E. una nueva prueba de la generosidad
española, vengo en proponer á V. E. que siempre que se quiera reembarcar con el residuo
de su ejército, y evacuar á Montevideo y todo el Rio de la Platii, dejándome rehenes para
la s^;uridad del tratado, no solamente le devuelvo todos los prisioneros que tengo en el
momento en mi poder, sino lodos los que tengo hechos á su antecesor el Mayor general
Beresford: cu inteligencia que no admitiendo V. E. esta propuesta, no respondo según el
enardecimiento de mis tropas, de que e>perinienten las suyas tod»» el rigor de la guerra;
estando tanto mas exasperadas cuanto que tres de mis edecanes han sido heridos, habién-
dose presentado á diferentes puntos en que se habían asomado banderas parlamentarias :
motivo por el cual envió á V. E. ésta por uno do sus oficiales, esperando su respuesta en
el término de una hora.
Tengo el honor de ser de V. E. obediente ser\'idor.
Baeno:* Aire-, «S de Julio de li^fí.
Saxtiago Liniers.
Al Excmo. señor Juan Whitelocke.
P. D. — Después de escrita la presente, ha caldo prisionero el general Craufurd, con
toda su división y muchos oficiales de varios regimientos.
Contestación al General Liniers por el General Juan Whitelocke
Cuartel general, Plaza de toros, Julio 6 de 18l>7.
Señor Tengo el honor de acusar el recibo de su carta. Me hace V. E. justicia en creer
que cualquiera cosa que sea relativa á la causa de la humanidad me será grata : y por lo mis-
mo y porque la duración de la acción de ayer los heridos de ambas partes están dispersos
en considerable espacio de terreno, propondría yo que haya un armisticio de 24 horas para
que cada uno pueda jimtar los dispersos en las líneas de avance de las diferentes columnas :
que el sitio que ocupan ahora los ejércitos sea la línea de demarcación, y que cada uno lleN'e
los heridos del otro para entregarlos en los respectivos puestos avanzados.
Por lo que respecta á la idea de rendir las ventajas que este ejército ha obtenido, es
absolutamente inadmisible, habiendo tomado también muchos prisioneros, apresado una por-
ción de artillería con todas sus municiones y gcinando ambos flancos, dejo á la sinceridad de
V. E. la comparación de la situación respectiva de los dos ejércitos. Lamento la circunstan-
cia de haber sido heridos sus edecanes. No puedo atribuirla á otra cosa que á las equivo-
caciones que comunmente ocurren al principio de las hostilidades: yo cuidaré de que no
MicK-a á suceder ; pero tengo que obser\'ar que á mi edecán le hicieron fuego por todo el
camino de las lineas de V. E. cuando lo mandé de parlamentario el 4 del corriente.
Tengo el honor de ser, etc.
Juan Whitelocke.
Al Excmo. señor General Liniers.
Tratado deñnilívo acordado «nlre los Generales en Jefe de las tropas de S.
M. B- según los articuloB siguiemeB
i" Habrá desde ese tiempo cesación de hostilidades en ambas bandas del Rio de
la Plata.
2° Las tropas de S. M. B. conservarán duranle el tiempo de dos meses, contados desde
el dia de la fecha, la Fortaleza y Plaza de Montevideo, y como país neutral se considerará
una linea desde S. Carlos al Oeste hasta Pando al Este, y no se harán hostilidades en nin-
guna parte de esta línea : entendiéndose la neutralidad únicamente, en que los individuos
de ambas Naciones puedan vivir libremente bajo sus respectivas leyes, siendo los vasallos
españoles juzgados por las suyas y los ingleses por las de su Nación.
3° Habrá de ambas parles una restitución recíproca de prisioneros, incluyendo no
solamente tos^queseban tomado desde la llegada de las tropas del mando del Teniente General
Whiteiocke, sino también todos los subditos de S. M. B. tomados en la América del
desde el principio de la guerra.
4" Que para el mas pronto despacho de los buques y tropas de S. M. B, no se
drá impedimento en los abastos de víveres que se pidan para Montevideo.
5° Se dará el término de diez días contados desde la fecha para el reembarco de
tropas de S, M. B. á fin de pasar á la banda del Norte del Rio de la Plata, llevándose
sus armas los que en la actualidad las tengan, con la artillería, municiones y equipajes,
haciéndose el reembarco en los punios mas convenientes que se escojan, y durante este
término podrán vendérseles los víveres que necesiten.
6° Que llegado el caso de la entrega de la Plaza y Fuerte de Montevideo, que se ha
de verificar al cumplimiento de los dos meses prefijados en el artículo i", se hará en los
términos que se encontró, y con la artillería que tenía al tiempo de su toma.
7° Se entregarán mutuamente tres oficiales de graduación hasta el cumplimiento de
estos artículos por ambas partes, debiéndose entender que los oficiales de S. M. B. que
han estado bajo su palabra, no podrán servir contra la América del Sud hasta su llegad;
á Europa. — Fecho en la Fortaleza de Buenos Aires, á 7 de Julio de 1807, — Firmal'
Saaliago Liniers. — Cisar Balbiani. — Btrnario dt Velasco. — Xavier Ello. — fakH Whiítlocl
George Murray.
(Copia literal de un impreso de la colección del Sr. D. Carlos Casavalle.
neral
i
. W. Windeham sobre la sccíod de Buenos Aires, publli
> Setiembre de 1B07 , en Oiceta extraordinaria
U de Jiüio de laT.
lada^
Señor: Tengo el honor de participar á Vd. para noticia de S. M., que habiéndome
juntado en MonteWdeo el 15 de Jimia al cuerpo mandado por el Brigadier General Crau-
fiírd, el almirante Murray v yo, no perdimos un momento en dar las disposiciones nece-
sarias para atacar á Buenos Aires. Después de muchas dilaciones originadas por los vientos
contrarios, se efectuó el desembarco sin oposición el 25 de dicho mes en la ensenada de
Barragan, que es una bahía pequeña treinta millas al poniente de la ciudad. Los cuerpos
empleados en esta expedición fueron tres brigadas de artillería ligera, al mando del capitán
Fraser. Los regimientos 5, 38 y 87 de infantería al del Brigadier General Sir Samuel
Auchmuty; el 17 de dragones ligeros, el jCi y el 88 al del Brigadier General Guillermo
Lumley; ocho compañías del regimiento 95 y nueve compañías de infantería ligera al del
Rrigadier General Craufurd; cuatro escuadrones del ó de dragones, el nueve de dragones
ligeros, y los regimientos 40 y 45 de infantería al del coronel F. Mahon; y todos los dra-
gones que estaban desmontados á excepción de cuatro escuadrones de! 17 al del teniente
coronel Lloyd. Después de algunas marchas penosas por un país cortado por pantanos
y riachuelos profundos y cenagosos, llegó el ejército á Reducción, que es un lu^r como á
nueve millas de distancia dei puente del Riachuelo, en cuya orilla opuesta había colocado
el enemigo balerías, y establecido una formidable línea de defensa. Resolví por lo tanto
rodear esla posición, marchando en dos columnas por la izquierda y pasando el rio t
— 119 —
■
arriba» donde paretío se podía vadear, y reunir mis fuerzas en los arrabales de Buenos
Aires. Envié al mismo tiempo á decir al coronel Mahon, quien conducía la mayor parte
de la artillería bajo la escolta del 1 7 de dragones ligeros y del regimiento 40, que esperase
órdenes ulteriores en Reducción.
El mayor general Lewison Gower que mandaba la columna derecha, cruzó el rio en
lan paraje llamado Paso Chico, y encontrándose con un cuerpo del enemigo lo atacó y
lo desbarató con bizarría. Por ignorancia de mi guia, no pude reunirme con el cuerpo
]>riiicipal del ejército hasta el dia siguiente en que formé mi línea, colocando al Brigadier
Oeneral Sir Samuel Auchmuty á la izquierda, extendiéndola hacia el convento de la Reco-
leta que distaba dos millas. Los regimientos 3Ó y 88 estaban á la derecha; el Brigadier
General Crauíurd ocupaba el centro y principales avenidas de la dudad á distancia de tres
millas de la Plaza mayor y Fuerte; el regimiento ó de guardias dragones, el 9 de dragones
ligeros y el regimiento 45 estaban á su derecha estendiendose hacia Residencia. De este
modo la audad se hallaba casi embestida. La disposición del ejército y la circimstancia de
estar la ciudad y arrabales subdivididos en manzanas cuadradas de 140 varas por cada
frente, junto con la noticia de que el enemigo pensaba ocupar las azoteas de las casas, die-
ron ocasión á formar el plan de ataque siguiente :
Al Brigadier General Sir Samuel Auchmuty se le mandó destacar el regimiento 38 á
apoderarse de la Plaza de toros y terrenos adyacentes, tomando allí puesto; los regimien-
tos 87, 5, 36 y 88 se dividieron en alas, y se mandó á cada una de ellas que penetrase
por la calle que tenía en frente. El batallón ligero se di\4dió en alas y se mandó que cada
una de ellas seguida por otra del regimiento 95, y un canon de á tres, entrase por las
calles á la derecha. £1 regimiento 45 debía entrar por las dos inmediatas, y después de
haber limpiado las calles de enemigos tomar puesto en la Residencia. En la calle del cen-
tro se pusieron dos cañones de á seis cubiertos por los carabineros y tres escuadrones* del
regimiento 9 de dragones ligeros, y lo restante de este se apostó de reserva en el centro.
A cada división se mandó marchar adelante por la calle que tenía enfrente hasta llegar á
la última manzana de casas inmediatas al Rio de la Plata, de la cual debía apoderarse,
rormándose sobre las azoteas y esperar allí mis órdenes. El regimiento 95 tenía que ocupar
dos de las situaciones mas dominantes de las cuales pudiese incomodar al enemigo; se
xnandó que á la cabeza de cada columna marchasen dos cabos con sus hachas para rom-
per y abrir las puertas. Todo el ejército iba sin cargar y no era permitido hacer fuego
liasta tanto que las columnas hubiesen libado á sus puestos y formadose en ellas.
El cañoneo de las calles del centro debía ser la señal para que todos avanzasen.
Conforme á esta disposición, á las 6 y media de la mañana del dia 5, el regimiento 38,
marchando á su izquierda y el 87 á su frente, se acercaron al puesto ftierte del Retiro y
Íl la Plaza de toros, y después del ataque más vigoroso en que padecieron mucho estos regi-
mientos, su valeroso comandante el Brigadier General Auchmuty se apoderó del puesto, to-
mando 32 cañones, inmensa cantidad de municiones y seiscientos prisioneros. El regimiento
5, hallando poca resistencia, avanzó hacia el rio y tomó posesión de la iglesia y convento
de Santa Catalina. Los r^mientos 36 y 88 al mando del Brigadier General Lumley, movién-
dose en el orden expresado tuvieron que sufrir muy desde luego un fuego \'ivo y sostenido
de ñisileria desde los tejados y ventanas de las casas cuyas puertas estaban cerradas tan
fuertemente, que casi era imposible el forzarlas. Las calles estaban cortadas por fosos pro-
fundos en cuyo interior había cañones que llovían metralla sobre las columnas que avanza-
ban. Sin embargo de esta oposición, el regimiento 36 con su valiente general á la cabeza,
U^ó finalmente á su destino; pero el 88, hallándose más inmediato al ftierte y defensas
principales del enemigo, quedó tan maltratado por su friego que fué totalmente roto y hecho
prisionera
Hallándose asi expuesto el flanco del regimiento 36, este regimiento y el 5 se reti-
raron al puesto de Sir Samuel Auchmuty cerca de la Plaza de toros; pero antes tuvieron
el Teniente coronel Bume y la compañía de granaderos del 3Ó ocasión de distinguirse, aco-
metíendo un cuerpo de ochocientos enemigos y tomando y clavando dos piezas de artillería.
Los dos cañones de á seis que iban por la calle del centro, encontraron un fuego muy superior,
y los cuatro escuadrones de carabineros conducidos por el Teniente coronel Kingston
avanzaron para tomar la opuesta bateria; pero herido por desgracia este valiente oficial
como también el capitán Bumell que le seguía en el mando, el fuego terrible de las bate-
rías y de las casas obl^ á estas tropas á retirarse auna pequeña distancia; bien que con-
tinuaron ocupando una posición en frente de las defensas principales del enemigo, y con-
siderablemente más avanzada que la que habían tomado por la mañana.
La división izquierda del Brigadier General Craufurd al mando del Teniente coronel
X*ad[, pasó por cerca del rio, y volviendo á la izquierda se acercó á la plaza mayor con el
— 120 —
intentn de .ipfuU'rarse djl a»loK¡í> de Jcsuitiis, sítuariün que dominaba la linca principal át
defensíi (\c\ cneinii;»); poro til rLieu;() destructor di; éste, liizo el proyecto impracticable, y
liabicndo sufrido una i;r;in pérdida [)or lud)er entrado parte de la división en una casa que
no pudo sustencT, y tlmd»; tuvo á hn;vr rato i|ur. rendirse : el rosto después de ap^antar
om la mayor intrc'i)itl-jz un luo;;. > horrible y herid») su comandante, se retiñí sobre la
división derecha mandada por el Brigadier (.íeneral Crrmfurd en persona. Habiendo atrave-
sado esta división hasta el Rio de la Plata, volvi«'> también á la izquierda para acercarse
á la Plaza y I'^UTle de cuyo bastión del norvieste distaba unas cuatrocientas varas, cuando
el Brij^adier ( u-noral C'raufurd sabiendo <»1 tlescalabro de la división de la izquierda, tuvo por
eonveniente tomar posesión del e« «aventó tic Santo Domingo, cerca del cual se hallaba, con la
intcnci«>n de apoderarle tle la iiíle^ia de los Franciscanos que está mas cerca del Fuerte, en
el caso de que el ata<[ue «'» ventajas de alguna de nuestras column;is le libertasen de algún
modo de \ns fuegos enemigos cpie le cercaban. El reginriento 45 hallándose más lejos del
ccnlr«> del enemigo, habla ganad») la Residencia sin mucha oposición, y el Teniente coronel
Gtuird dejándola en [.>oder de las compañías de su batallón marduj con la compañía de gra-
naden)S hacia el centn) de la ciudad, y se incori^oró con el Brigadier (loneral Craufurd.
Kl enemigo que ahora cenaba el convento por todas partes, (juiso tomar un canon de á
tres, cjue estaba en la calle: el Teniente «orouel om su o>mpañía y algunos pocos soldados
de infantería ligera al mando del mayor Frotter (oficial de gran mérito) quedaron muertos,
pero se salv/) el cafion. El Brigadier (íeneral se vi/i con esto ])recis;ido á ceñirse á la defensa
del convento, desde el cual se coiitinuí'> liaciendt» fuego bien dirigido sobre los enemigos
que se a( creaban: jkto la cantiilad de br«la>. metralla y lusilena á que estaban expuestos
lí»s nuestpís, les nblig»') á dejar 1-» alto drl ctlilicici. Ent«)nccs el enemigo en níunero de seis
mil hombres se acere»'» con cañ«»nes para í'»r/.ar las puertas de madera que miran al Fuerte:
y el -Iirigadicr (Jeneral, n-) ten¡i'ndt> c«»numicacion c«»n niniíuna de las demás columnas, y
juzgantlo pi>r la tesa<it»n del fuegt» que las que estaban <ert a de él no habian tenido mejor
f<írtuna. se rinilit'» á las cuatro de la tarde.
El resiilladt) de la ac* ion di- este «lia nn: hal»ía dejndi» en posesii»n de la Plaza de
toros, puest'" hurte á la derecha tiel enemigo, y de la Residencia, que es otro puesto
fuerte á su iz(jui<iila: y yo ocupaba una ]>o^i(i(>n avanzada delante de su centro; pero
estas ventaja> habían ««'stado más de d«»s mil quinient<»s hombres entre muertos, heridos
y |)risionen)S. Kl fui-go á vjue las trop.is esiu\¡eron expuestas fué violento en extremo. Me-
tralla en las coquinas de loólas las calles fusilería, granadas de mano, ladrillos y piedras
tiradas <lesde los icjad'is de las casas: catla |)r(»pieiari'> nm >us negros defendiendo su
habitatúon, eada una de las cuales era una verdatlera fortaleza, y quizá no sea ponderación
decir, que no había rw líuenos Aires hi»nil>re que no estuviese empleavlo en su defensa.
Tal era la siiuaeimí il«»| cjénit.» en la mañana del o, mando el (ieneral Liniers me dirigió
una carta, ofn-eicndo entregarme t«idos los prisi<íneros h<-chos en la pasada acción, con el
regimientt) 71 y otros ««igidos (»)n el Brigadier < Ii-neral Beresforil, con tal que desistiese
vo de .ilacar la cuid.id v retirase las fuerz.is de S. M. del Ri») de la Plata, intimándome
al niism»» tiemp'» ^lue la e\aspí.Ta«ion ilel populaehí) no le ]K*rmitia responder de la segu-
ridad de los prisioneros, si yi> persistía en obrar ofensivamente. Moviilo por esta conside-
ración (que ptir conduelo mas según» sabía ser fundatla), y letlexionando el poco fruto que
resultaría de la ])osesion de un j)aís cuyos habitantes e.stán tan enconados con nosotros,
resolví abandonar 1;ls ventajas (jue habííi conseguido la valentía de las tropas, y accedí al
tratado adjunto, (jue confí«> tendrá la aprobación de S. M.
Nada más me queda que añadir, excepto la alabanza de la conducta del almirante
Murray que ha contribuido constantemente con el mayor esfuerzo al buen éxito de las
opi;racioni-s del ejército. El eaj)itan Rowley, de comandante de los marineros en tierra;
el capitán iíayntem dt;l navit) de S. ]\1. A/rica, cine dirigi<'> el desembarco, y el capitán
Thompson di-l Fh\ que mand«') las lanchas «añoneras y (jue antes habla contraído un mé-
rito muy señalado en el reconocimiento ilel rio: todos merecen mis mas expresivas gracias.
(Siguen los eU»gi«»s de varios oficiales.)
Tengo el honor, etc.
Juan Wiiitelocke,
TiMiieiite (iencral.
— 121 —
Parte de don Santiago Liniers, Comandante de las fuerzas españolas, dando cuenta del ataque
de la invasión inglesa.
Serenisimo Señor:
Después de lo que tuve el honor de manifestar á V. A. S. á 13 de Mayo próximo
pasado acerca del estado en que se hallaban las tropas voluntarias congregadas para la
defensa de esta Capital, y fundadas esperanzas que alimentaba de conseguir una completa
victoria sobre los enemigos, por la sin igual constancia que notaba en el entusiasmo de todas
aquellas, tengo la satisfacción de hacer presente á V. A. S. de haberse logrado enteramente en
los términos que voy á manifestarle.
Los enemigos continuaron sus disposiciones para el embarco de las tropas que debían
atacar esta Ciudad; y no obstante, los puntuales y exactos avisos que tuve p>or los confidentes
de Montevideo de que su número excedía de 6.000 hombres, sin contar las tropas de refuerzo
que habian venido de Londres al mando del general Craufurd, y que cuidaron de no
desembarcar, publiqué en 25 del inmediato Junio, después de la revista general que pasé á
todas las trop)as, la proclama, de que acompaño un ejemplar con el n° i, en la que les hice enten-
der que el número de enemigos era solo de 4.000 hombres; cuyo ardid fué inútil, vista la
bizarría de ima tropa que venció un enemigo más numeroso que ella y había decretado, al
tenor de mi proclama, vencer ó morir.
Las embarcaciones enemigas empezaron á avistarse en número considerable el dia 23,
siendo puntuales, frecuentes y anticipados los avisos que tuve de la £nsenada y vigías de la
costa; el 27 se presentaron á la vista de esta Capital más de 80 buques á la vela, en ademan
de dirigirse á Balizas; pero después fueron desapareciendo y se dirigieron á la Ensenada de
Barragan, donde empezaron á desembarcar las tropas el 28, y trataron de atravesar el bañado,
de que tuve los más exactos avisos. Ninguna situación podía ser más favorable para atacarlos;
pero consideré que para efectuarlo, necesitaba disminuir mi ejército debilitándolo en una
tercera parte á lo menos; en cuyo caso, correría el riesgo de que reembarcándose el enemigo,
me acometiese con ventaja en otro punto más inmediato á la Ciudad, distando de ésta la
Ensenada 14 leguas, y con esta consideración me contenté con hacerlo observar por varios
piquetes de mi caballería; las dificultades inmensas que tuvo que vencer el ejército mglés en su
marcha fueron incalculables, á pesar de que cerca de un mes de seca las había aminorado no
en i>equeña parte : tardó hasta el dia i** del corriente en llegar á los Quilmes, punto que yo
"había abandonado, haciendo replegar el destacamento y artillería que allí tenía, al puente
de Barracas, sobre la orilla oriental del Riachuelo; y este mismo dia marché con todo mi
ejército y artiUería á situarme en el propio paraje, formando mi línea de batalla N. S., la
ala derecha con alguna oblicuidad, tanto por convenirme más esta situación, cuanto
por la cualidad del terreno. Mi ala derecha se hallaba al mando del coronel D. César Bal-
biani, con banderola roja; la izquierda, por el de la misma clase D. Bernardo de Velazco,
Gobernador del Paraguay y Misiones, con banderola blanca; y el centro por el coronel don
Javier Elío, con banderola azul, la artillería de batalla y obuses, en número de 24 piezas
interpoladas en la línea, y toda la de grueso calibre á la izquierda en número de 4, formé
una segunda línea de reserv-a, compuesta de dos divisiones con seis cañones de á ocho y dos
obuses, debiendo yo tomar al momento del ataque la cabeza de la división de la derecha, y el
capitán de navio y gobernador de Córdoba, don Juan Gutiérrez de la Concha, la de la
izquierda para cargar al enemigo por sus ñancos. La noche fué cruel por el mucho frió y
varios chubascos de agua que sufrió mi tropa con la mayor constancia, no oyéndose más
que voces de alaría en las varias rondas que pasé durante la noche, la que pasaron los ene-
migos en la estanzuela de Santo Domingo.
Amaneció despejado el dia dos y marché 100 pasos á mi frente guardando el mismo orden.
Toda la mañana observaban mis tropas de caballena lijera en pequeñas paitidas los movimientos
de los enemigos, haciendo escaramuzas en sus puestos avanzados; á las 10 me avisaron que se
había puesto en movimiento, y que marchaba; y no dudando que venía á atacarme, corrí las
lineas animando á mis tropas, diciéndoles que el Santo del dia era Santiago y la victoria, y que
á ella íbamos: al momento me resp>ondieron todos con tales aclamaciones, que no dudé un solo
instante de haberla conseguido completa si el General Witelocke me hubiese atacado; pero éste
desfiló su ejercito por la izquierda, y mis esploradores me anunciaron que se dirigía á pasar el
Riachuelo por el Paso chico ó por el de Burgos: rompí inmediatamente en columna por midere*
cha y le presenté segunda vez batalla en ángulo recto á mi primera posición, apoyada mi ala
x6
derecha al Paso chico, habiendo dejado mi reser\'a para la defensa del Puente; pero burló ftx^*
mi esperanza y fué á pasai el río á otro vado más al oeste: entonces determinéy pensé cortarlo
eo su marcha, volviendo yo á repasar el puente con mi segunda y tercera columna, dejando en
mi anterior situación la primera y el cuerpo de reserva con la artillería gruesa, por haber tenido
aviso que otro cuerpo venía en la dirección del citado puente; pero por más que quise esforzar
mi marcha con las dos columnas expresadas, mis tropas rendidas, caminaban por terrenos pan-
tanosos y albardones, adelantaban poco, y por esto determiné hacer tirar una división de artille-
ría con la caballería y tomandir la cabeza gané el altnde la barranca y fui á situarme á los
ciírrales del Miserere, por ios que me avisaron que ae dirigía el etiemigo, quien coq la más increi-
ble diligencia había hecbo una marcha de más de cuatro leguas. Efectivamente, vi asomarse
alguna tropa ligera, sobre la que rompí el fuego, y que dispersé al momento; en el mismo liem-
poseme incorporó el jefe déla columnablanca, pero con solo el terdo de Vizcaya y el de arrí-
benos incompletos, y el segundo escuadrón de húsares con algunos miñones y soldados del Fijo,
y el escuadrón de cazadores. A poco rato llegó ta columna Inglesa, compuesta de más de 1500
hombres, que se situó detrás de un largo cerco de tunas que tenía á mi frente y rompió un fu^o
sostenido de mosquetería al que respondí gallardamente con mi artillería, y poco más de 5cx>
hombres de infantería y 100 de los arribeños que estaban solo armados de picas; la proxi-
midad de la noche, y el haberse atrasado el resto de las dos columnas, me ponía enlamas
critica situación, por lo que mandé replegar la artillería, movimiento que ejecutado bajo un
vivo fuego y con pérdida de los caballos no pudo efectuarse sin algún defecto: perdí tres piezas
de artillería, que dejé clavadas; á mi ayudante D. Manuel de Arce le llevaron una charretera
de un balazo, y hallándome desparramado y cortado, tuve que seguir con un trozo de caballería
por callejones que me apartaron de la dirección de la Ciudad, con lo que cerró enteramente la
noche y empezó állover^ Esta acción, algún tanto desgradada, ha sido talvez la que nos ha
dado la victoria, porque habiendo perdido los enemigos más de trescientos hombresynueveoficia-
les, y considerando que las tropas con que les presenté batalla eran solo las de mi vanguardia,
detuvieron su marcha,y aun la deotra columna, que tuve noticia se encaminaba directamente
á la Ciudad y la hubiera atacado esa misma noche, imponiéndoles désele entonces no poco
terror el efuerzo y animosidad de mis tropas.
Mi punto de reunión era la Chacarita de los Colegiales; pero la oscuridad de la noche
me impidió lomarla; y e! riesgo inminente que tenia de caer en alguna avanzada de loi
enemigos, si me estraviaba, me hizo determinar íi pasarla en una casa, en la que tuve \
noche mas amarga que jamás he sufrido; al amanecer del día ,í me transferí 3
Chacarita, á donde encontré aigtmas piezas de á 12 de lu batería de la Recoleta, que e
las que habla salvado componían el ni'unero de 11, marché iimiediatamenle á la ciudad,
en la que habían entrado todas las densas tropas, inclusas las de la columna roja que estaban
ya distribuidas por las azoteas de las casas de las ocho entradas de la Plaza, á cuyas bocas'
se hallaba asestada la artillería según mi plan de defensa, todas nuestras tropas lijeras y
varios voluntarios de los diferentes cuerpos de patricios y veteranos se hallaban dispersos en
partidas de guerrillas; en el Retiro se hablan situado el Capitán de Navio D. Juan GutierrcJ!
de la Concha, con el cuerpo de Marineros que yo había desembarcado, haciendo entrar
todas las embarcaciones de guerra en el Riachuelo, por considerarlas inútiles para la defensa
de la plaza en vista del numero de los enemigos, y reforzarme con sus tripulaciones y
guarniciones, que formaban un cuerpo de mas de 400 hombres, habiendo igualmente man-
dado pegar fuego á un brulote que tenia preparado, después de arrojar los principales
mixtos y mina al agua, y asi mismo quemé una üagata apresada que estorbaba el fuego
de las baterías, y la compañía de granaderos del tercio de Galicia, que se colocó en la
Plaza de Toros. Este propio dia se recibió un parlamento del General Inglés, queriendo
hacerme algunas proposiciones, á que se contestó lo verificase por escrito: lo ejecutó en los
ténninos que aparece de la copia núm. 2, al que, por hallarme aim fiíeta de la plai
estando concebido con tanta arrogancia como la de solicitar la entrega de ella, queí'
prisioneros de guerra no solo los oficiales militares, sino aun los empleados civiles, sin ot|j
concesión que el libre uso de la religión y el respeto de las propiedades privadas, conté
á mi nombre el Coronel D. Javier Ello con la energía y decoro correspondientes, hacién-
dole entender que no se oiría proposición que pudiera diríjirse á rendir las armas, y que
hallándose con tropas llenas de deseo de morir en defensa de la patria era llegada la ocasicM)
de manifestar su patriotismo, como se reconoce de la copia núm. 5.
El citado dia y el 4 siguiente no ofrecieron acaecimiento alguno de consideración, sino
pocas acciones parciales de guerrilla: los aproveché para abrir unas trincheras á una cuadra
al frente de las ocho calles de la plaza, de seis varas de ancho y cuatro de profimdidad,
arrimando por nuestros lados unos tablones para facilitar las comunicaciones, haciendo subir
sobre las azoteas las piedras que se sacaron de las calles y habiéndolas provisto antes détfl
nocne
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uve Ij^l
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— 123 —
buen número de granadas y frascos de fuego. £1 Greneral Inglés me repitió ofido, qne eft A
señalado con el num. 4, en que, haciendo alarde de su fuerza, me estimulaba de nuevo á
capitular bajo honrosas condiciones, por principios de humanidad, según decía, y evitar la
efusión de sangre. Mi contestación, que es la copia núm. 5, fué decirle con la energía y
decoro correspondientes, que mientras tuviese municiones y se conservase en la guarnición y
vecindario el espíritu que los animaba, jamás admitiría propuesta alguna de entrega, pues
me sobraban medios para resistir su esfuerzo, y que los derechos de la humanidad que
redamaba mas bien eran vulnerados por él, que era el agresor, que por mí, que solo trataba
de cumplir con los deberes del honor.
£1 dia 5, á las seis de la mañana, empezó el ataque por el Retiro, que bien pronto se
hizo general en todos los puntos : -tres horas y cuarto se mantuvo aquel, á pesar de haber
sido atacado p>or mas de 2000 hombres, que acometieron por todas las entradas de este
Puerto: fué muerto en él, el alférez de fragata D. José Ri vas, y heridos los tenientes de
navio D. Cándido Lasala, D. Antonio Leal de Ibarra, el de fragata D. Benito Correa, y el
alférez de la misma clase D. Manuel Villavicendo, y cinco ofidales mas de los otros cuerpos.
jEI Comandante Concha recibió un balazo en el sombrero, y una contusión en la espalda de
otro rebote: habiendo perdido mas de doscientos hombres entre muertos y heridos, y habién-
cioseles acabado las municiones de la artillería, no obstante sus copiosos repuestos, pensó en
retirarlas y meterse en la plaza, lo que no pudo ejecutar por hallarse cercado de enemigos, y
liubo de quedar prisionero con el capitán de fragata D. Juan Ángel Michelena, los tenientes
<ie navio D. Cándido Lasala, D. José Posadas y D. Jadnto Romarate, los de fragata don
3Ianuel Iglesias, D. Benito Correa, D. Domingo Allende y D. José Miranda, los alféreces
^e navio D. Federico Laros y D. Jacinto Butter y los de fragata D. José Aldana y don
!Martin Asas.
Los ataques por los demás puntos de la Ciudad fueron muy felices: á cada momento se
'tomaban prisioneras partidas crecidas de tropa y oficiales en las calles y en las casas en
que se querían fortificar: estos apresamientos y el enardcdmiento de la tropa española
atrajeron algunas desgradas. Bajo una apariencia de parlamento, fué muerto mi primer
ayudante el teniente de navio don Baltasar Unguera, desde el Convento de Santo Domingo,
y el coronel D. Javier Elio, el capitán de artillería urbana D. José de Pasos, gravemente
herido. Mi recomendable edecán D. Manuel de Arce, que hada á mi lado sus primeras
armas, y se había mostrado con el mayor denuedo en el combate del Miserere, fué igual-
mente muerto en la calle de las Catalinas. Últimamente, sabiendo que se hallaba en .el
expresado Convento de Santo Domingo el general Craufurd con más de 1000 hombres, le
mandé intimar la rendición, asegurándole que no tendría la misma condescendencia, que en
igual caso había observado el general de Canarias, y que iba á echar abajo el Convento. Su
respuesta fué llena de arrogancia diciendo á mi ayudante que bien lejos de rendirse, pensaba
que yo le pedía capituladon, y que iba á avanzar á la bayoneta: sobre esta respuesta dispuse
un formal ataque, mandando arrimar artillería, y empece á batir la torre desde el fuerte, lo
que bien pronto le obligó á enarbolar la bandera blanca; y habiendo mandado al coman-
dante de la columna azul, se entregó el general Craufurd con 930 soldados desarmados. En
estas circunstancias, hallándome con 2.000 prisioneros, 105 oficiales, entre los cuales se nume-
raban varios coroneles y el expresado general, y considerando que á lo menos excedería en
mucho el número de los muertos y heridos; debiendo reñexionar que la pérdida de uno de
mis soldados, honrado ciudadano, vasallo fiel y padre de familia, no podía compensarse con
la triste gloria de acabar de destruir las reliquias del ejército enemigo; que aun conseguido
este fin, me hallaba imposibilitado de conservar tantos prisioneros, prescindiendo del inmenso
gasto de su manutención; y que últimamente me había de costar nueva expedidon la recon-
quista de Montevideo, con el parecer de los coroneles Velazco y £lío, el del Sr. Fiscal de
lo Civil D. Manuel Genaro Villotas, y de todo el Cuerpo Municipal, determiné mandar un
{parlamentario al general inglés exponiéndole las ventajas que acababa de tener sobre sus
tropas; y que para darle una nueva prueba de la generosidad y humanidad esp>añola siempre
q[ue consintiera en reembarcarse y entregarme la plaza de Montevideo, le devolvería no
solo todos sus prisioneros, sino también los que se habían hecho al mayor general Berresford,
según aparece de la copia n** 6. Su respuesta, que es la que contiene la del n* 7, fué
insignificante en cuanto á mi propuesta, y en conclusión me pedía una suspensión de armas
por 24 horas : le contesté verbal mente que ya que mis miras de humanidad no le adecuaban
^mapezaría de nuevo dentro de un cuarto de hora los horrores de la guerra. £fectivamente,
'volvi á romper el fuego; f)ero apenas pasó una hora cuando volvió un parlamentario con la
«zarta del general inglés, que contiene la copia n° 8, proponiéndome un armistido hasta que
xne mandase un oficial superior para tratar sobre los puntos de mis proposidones condliato-
xias; en efecto, convenimos, con corta diferencia, en nuestro tratado, pidiéndome el Comisario
;ga1o de
ario, ql^^
hasta lai doce del día siguiente para la. aprobación del general i3e mar; la que i
forme á la hora indicada y ea la del n" 9, con cuya vista se arregló y ñrmo el tratado que
acompaño bajo el número lo.
No cabe, señor, en expresión alguna, el valor y entusiasmo sin igual de todos los cuerpos;
cada uno lia tratado de distinguirse: ofídales y soldados solicitaban con ansia las ocasiones
de mayor riesgo, y han excedido á los cuerpos reglados en disciplina y subordinación. Todos
igualmenle son dignos de elugio: y yo me reservo hacer en papel separado la recomendación
que considero de justicia, detallando las acciones particulares de cada cuerpo y de cada
individuo que se halla distioguido, para que S. M. pueda dispensar con la munificencia que
acostumbra las gradas que tenga por conveniente a un pueblo generoso, que abandonando
con la mayor constanda ptor el término de 1 1 meses su industria, su comercio y el regalo
sus casas, por dedicarse únicamente á adiestrarse en el manejo de las armas,
dejar bien puesto el honor de ellas, conservando á su majestad, con la defensa de t
y oposición hecha al enemigo, la posesión de estos interesantes dominios, en que índuda^
mente se hubiera ido internando rápidamente.
Cualquiera expresión mia es muy inferior á lo que juzgo merece este vedndario, qlÜ
no ha dudado sacrificar su descanso, sus intereses y sus mismas vidas, para servir de
modelo de fidelidad al mqor de los soberanos y de ejemplo de patriotismo á codos los
que tienen la dicha de ser sus vasallos, y de ser gobernados por las más sabias leyes del
universo.
El Cuerpo Municipal ha sido el prindpal móvil para mantener este generoso entu-
siasmo, proveyendo de caudales en las urgendaa durante este tiempo, y dando ejemplo de
fidelidad : desde el momento del ataque no desamparó la Plaza, dando las más oportunas
providencias para el abasto, custodia de los prisioneros y asistencia de los heridos, despre-
ciando el peligro que le rodeaba, de que advertí varías veces al alcalde del primer voto
D. Martin Alzaga, á D. Manuel Ortiz Basualdo, fiel ejecutor, y al reidor don Manuel '
Agüero, particularmente en ocasión en que al primero le cayó una bala á los pies. El
fiscal de lo Civil el Sr. D. Manuel Gemro Villotas se presentó igualmente en la plaza, con
mayor denuedo el día 5, y fué uno de los que presenciaron la conferencia que tuve para
formar el tratado.
Tampoco puedo olvidar lo mucho que me ha ayudado para poner esta Ciudad en el esta-
do de defensa que ha hecho, el Coronel don César Balviani que desde la época de la recon-
quista ha servido á mis órdenes, como dije íi V. A. S. en otra ocasión, desempeñando con
conocimiento los encargos de Mayor General y Cuartel maastre general, siendo uno de los oficia-
les que, en clase de rehenes, pasó i Londres al cumplimiento de lostratados; ni tampoco á los
Coroneles don Bernardo de Velasco, Gobernador del Paraguay y Misiones, don Javier Ello,
comandante de la compañía de Montevideo y el capitán de navio don Juan Gutiérrez de la
Concha, intendente de Córdoba, quienes con sus luces y conocimientos mihtares han contri-
buido en mucha parte al logro de tan completa é insigne victoria, lograda por unas tropas
voluntarias sobre un ejército de io,o<x» hombres de tropas escogidas, con 5 generales y cre-
ado número de oficiales de graduación, de que entre prisioneros, muertos y heridos, perdieron
en un solo dia mas de jooo. Los de nuestra parte lo verá V. A. S. detallados en el estado
adjimto señalado en el num, 1 1, llorando entre los muertos al comandante del tercio de Arri-
beños don Pió de Gana, cuya actividad, valor y patriotismo lo habían hecho distinguirse
entre los demás de sudase, y la del Teniente de Navio don Cándido de Lasala de resulta
de sus heridas: quedándome la satisfacción de haber cumplido con lo que ofireá á V. A. S. en
mi cartel del 10 de Setiembre del año próximo anterior y con lo que de su orden se me
encarga por su Secretario don Antonio Samper en la de 27 de Marzo del presente.
A las escenas de los horrores de la guerra sucedieron las de urbanidad en el mayor
esmero en el cuidado de los heridos; visitar á los generales Ingleses los que me pagaron la
visita, y admitieron un brillante convite al que concurrieron todos los Jefes de todos los cuer-
pos, magistrados, prelados y empleados, con los principales vecinos del pueblo; el General
Witelocke hizo la demostración de quenohallando como manifestarme su agradecimiento á
la generosidad que había usado con sus prisioneros, y humanidad con que había tratado á
sus heridos, me suplicaba admitiese una espada en testimonio de ello, de lo quedaría parte á
su corte: correspondí á esta fineza con varias predosidades de historia natural, lo que espero
merecerá la aprobadon de V. A. S. en quien resplandecen, como en todo buen español,
cualidades de cortés y valiente.
Dios giuarde á V. A. S. muchos años,
Bmho* Airea, 31 d« Jolio i» 1607. '
Excmo. Sr.
Santiago Liniers.
CALLE BOLrVAFt
Ste es el nombre del guerrero sud-amei-icano que dio vida y ser político á
cuatro naciones preponderantes que hoy se disputan los florones del pro-
greso y espectabilidad, continuando en seguida la reconquista al imperio de !a
libertad é ¡mdependencia del reino del Perú, ya desmantelado ó irapresionado
con los primeros efluviosde aquellos sagrados principios de existencia política
porel denuedo y ciencia militar del primer Capitán deaquella gloriosa época,
D. José de San Martin.
Este territorio conocido en aquel tiempo por Alto Perú y hoy Bolivia,
acibió el honorífico cuan inestimable presente de su soberana autonomía en
Bcélebre batalla deAyacucho, cuyas proezas de valor inmortalizaron nombres
i ciudadanos argentinos, chilenos, peruanos y colombianos, pero cuyo
mtismo de nación libre é independiente, gozando ya de sus sublimes atri-
tos, consagrara el ínclito San Martin en su famosa expedición a! Perú,
b'echando al enemigo en un círculo reducido y penoso.
Sin embargo, el Gobierno del Perú agradecido por tan preciosos dones,
(Biso patentizar su reconocimiento y gratitud á los vencedores de Guaqul,
Vilcapugio, Ayouma, Sipesípey Torata, denominando á todo el territorio Re-
públka liolwar, y a la Capital de ésta Sucre.
Fué en esta época cuando nuestro gobierno llamó Bolívar & una de nuestras
calles, pero DO para perpetuar al héroe del .Chimborazo, sino para dar una
nueva muestra de amistad á la naciente República.
Nada hemos encontrado en las obras que hemos pulsado que se refiera á
■degeneración de nombre que ha sufrido aquel Estado, llamándose hoy Repi't-
'o de Bolivia; sinembargo, un recuerdo remoto que conciiia con probabiüda-
6 racionales respecto del cambio, permite darnos lasiguiente explicación;
CoD muy raras excepciones era la única nación que se habla apellidado
Indose un nombi-e de terminación masculina, habiendo desechado otro del
mo carácter (el de Perú), y echando una ojeada por la vieja Europa, se
tevenciómas de aquello que le parecía ya una exentricidad.
Eaefecto: Inglaterra, Francia, España, Alemania, Italia, Rusia, Austria,
Wgría, etc., etc., habían adoptado iiombresesencialmente femeninos y como
WncesnosotrossegMiamos los últimos pormenores de nuestras madres de
kivilizacion, concibieron la idea de cambiar aquella denominación adaptán-
la& esta co.stumbre, sin bori-ar por eso la idea que aquella trataba de inmor-
El vocablo Boiivia llenaba ambas condiciones: sus radicales recordaban al
iooquistador y su terminación era femenina; desde entonces adoptó este
mbrepor causa tan singular.
' En nuestras calles ¡a primera denominación no se ha alterado, conser-
^dose hasta hoy en ios tableros municipales.
— 126 —
Bolívía es una de las naciones con la cual mantenemos estrechas relaciones
comerciales, y la mutua amistad de ambos países ha surcado la parte Norte de
nuestro territorio abriendo numerosos caminos que facilitan y ensanchan el
cambio de los efectos de una y otra nación.
A pesar de que solo incidentalmente hubiéramos hablado de Bolívar,
puesto que ningún bien ha recibido el país ni por su saber, ni como guerrero,
no obstante por hallarse su nombre tan ligado á la historia de la Independen-
cia sud-americana, dedicaremos algunas palabras in;ís respecto de aquella
célebre entrevista que tuvo en Guayaquil con el General San Martín.
Es de todos conocido el objeto que reunió allí á los dos generales, punto
en que debía decidirse de la suerte de América, confiada ala magnanimidad
y patriotismo de sus ángeles tutelares.
Pero esos dos hombres, eran dos caracteres opuestos, dos naturalezas
distintas, dos corazones movidos por diversos impulsos, dos almas de temple
desigual y encontrado.
No pudieron entenderse en las proposiciones que fueron objeto de la
entrevista y sacrificando susglorias, su superioridad y la dignidad del guerrero
argentino, ofreció San Martín su propio brazo para lucliar como .soldado ó
general bajo las órdenes del Libertador de (Jolombia áíin determinar laguerra
del Perú.
Pero él, ambicioso de honores v domini(j, no encontró conciliacion'en sus
miras equívocas y poco elevadas, y con palabras evasivas y |)romesas que no
cumpliría según su desconfianza, lii/.o entender al Protector del Perú que él
llevarla la guerra á los últimos confines del Perú sin su cooperfUMon y que se
bastaba á sí mismo.
Comprendió San Martín ((uc uno do los dos estaba de mas en la contienda,
y sacrificando su propio honor dejó libre el (•amf)oá su competidor del Chira—
borazo.
Para dar mayor autoridad á nuestros asertos, copiamos lo que sigue de
una carta dirigida por San Martín á Bolívar des|>ues de la entrevista.
En el segundo párrafo le dice en estos términos: « Los resultados de nuestra
« entrevista no han sido los que me prometía para la pronta terminación de la
í< guerra, desgraciadamente yo estoy lirmemcnte convencido, ó que usted no
«< ha creido sincero mi ofrecimiento de servir bajo sus órdenes con la fuerza
« de mi mando, ó que mi persona le es embarazosa. » •
En el siguiente párrafo se ex[)!'esa así: » Kn lin, general, mi partido está
« irrevocablemente tomado: para el áO del mes entrante he convocado el pri-
M mer Congreso del Perú, y al siguiente dia de su instalación me embarcaré
" para Chile, convencido de que >o\o mi presencia ea el tínico obstáculo que le
« impide á usted venir al Perú con el ejército ele su mando. >»
Para que se conozca y pueda juzgar imparcialmente á estos dos hombres
y medirse la petulancia y fatuidad de Bolívar, vamos á relatar el siguiente hecho:
En un banquete que hizo preparar' para obsequiar á San Martín á su llegada á
— 127 —
GíiaiV^^^^i^ que tuvo lugar con la asistencia délos oficiales argentinos, perua-
nos oliilenos y colonnbianos de la mas alta graduación que se encontraban
á ¡g^ ^fii.7.on, cerca de terminar aquel acto inició los brindis Bolívar con el siguien-
te 1 ^A'antando altosu copa é invitando á los concurrentes de imitarle: uBritido
seíic^ -^'^^» P^^ '^^ ^^^ hombres más grandes de la América del Siid; el General San Mar-
iiji 1^ ^/^**- Pasado este brindis, San Martín hi/o el siguiente: «/^r ¡apronta termi-
nac¿^^^^ rfe la guerra, por la orgaiúzaciojí de las nuevas Repúblicas del Contifiente Ame-
, y por la salud del Libertador,
odas estas acciones son ingenuas manifestaciones del carácter y espíritu
personas y en este caso el retrato moral mas edificante de los dos adalides
América.
ío podemos, sin embargo, rehuir la tentación de trascribir el siguiente
par -23»- ^elo hecho por el notable escritor D. Juan María Gutiérrez.
SAN MARTÍN Y BOLÍVAR
.ns guerreros mas notables de la América moderna española, Bolívar y San Martín, solo
an por los propósitos de su carrera y por las glorias que les cupo en la lucha de la
«ndencia. Como hombres, son mas bien dos contrastes que dos analogías. — Caracteres
itrados, talentos de temple desigual, naturalezas subordinadas á diversos impulsos, se
.^ron una vez uno frente al otro, y al darse los brazos como hermanos en la victoria, se
ieron, adxirtiendí > que no pertentxúan á la misma familia, según las leyes que la natura-
lia establecido para eslabonar por la simpatía á los seres inteligentes.
Kl uno anhelaba, sediento de ruido y de esplendor, á subordinarlo todo á su personalidad
^""^ ^M fama. — Esforzábase el otro, por hacer impersonales sus proezas y esquivaba sus sienes
^ |c>^ laureles mejor merecidos.
H uno escala el Chimborazo para que resuene mas desde la altura su del{rio\ el otro,
síl^Tm^^i^^» como un cometa describe su curva sobre las cumbres de los Andes, deseoso de no ser
seri.t.i<i3o. — El uno vence, destruye, aniquila impaciente; el (^tro economiza la sangre y las cosas,
cr^a- y administra.
bolívar es el vengador exasperado por los excesos de la guerra á muerte; San Martin,
el rci^ilizador con la espada de los severos principios de los pensadores de Mayo. — El primero
resxicrita un mundo para darle su nombre; el segundo redime á los pueblos de la caida de la
sei^HlcIiimbre, para que la gran patria americana cuente c<>n ciudadanos y no con esclavos.
El sol que calentó la cuna de San Martin es tibio en comparación del que ardió sobre la
de Bolívar. — Este nace opulento en una ciudad capital; aquel en la severa economía del
de un soldado, en una aldea sometida al régimen monacal de la célebre sociedad de
uno tiene por maestro y mentor á un visionario, cuya razón desgreñada no conoce el
al apetito de las novedades. — El otro se educa en un colegio austero, bajo la disciplina
del compás y la escuadra del geómetra.
.1 hijo de Caracas pasea su primera juventud por las plazas de las ruidosas cortes de
►a extranjera: mientras el nativo de las Misiones, gasta sus tiernos años en los campá-
is de los ejércitos de un -pueblo desgraciado, invadido por un usurpador injusto, y que
de su independencia á esfuerzos de patriotismo y de \'irtud.
.^Vmbos al fin son víctimas del ostracismo. — San Martin se retempla y prolonga en él
sus ^dias por la resignación magnánima y la digna espera en la justicia íutura; mientras que
^olíx-3r, a semejanza del gran desventurado de la fábiila, se deja devorar las entrañas por el
^^tr-^ de la desesperación.
San Martín al despedirse del Perú, embarcándose de incógnito, dirijió álos
peí* víanos una proclama que será inmortal en los fastos políticos, diciendo entre
s cosas: — «jEw cuanto á mi conducía pública^ mis compatriotas (como en lo ge-
Pidan,
GEN-
Táe las cosas) dividirán sus opiniones: los hijos de eslos darán el verdadéi
Con motivo de estas últimas palabras que penetraban el oscuro velo que
oculta el porvenir, el ilustre escritor peruano D. Mariano Felipe Paz Soldán,
en su " Historia de! Peni Independiente", dice:
■■ Conocía que la opinión respecto al juicio de su conducta pública
.. dividida, pero coníiaba en que los hijos de sus contemporáneos darfan'
« verdadero fallo: es cierto que muchos de estos injuriaron la memoria de ese
« héroe, pero nosotros, hijos de aquellos y cuyo /«//« es el verdadero, declaramos
" ANTE EL UNIVERSO QUE SaN MaKTIN ES EL MAS GRANUE DE LOS HÉROES, EL MAS
" VIRTUOSO DE LOS HOMBRES PÜBLICOS, EL MAS DESINTERESADO PATRIOTA, EL MA^
« HUMILDE EN SU GRANDEZA^ Y A QUIEN EL PeRÚ, ChILE Y LAS PROVINCIAS ARGÉN;
" TINAS LE DEBEN SU VIDA Y SU SBR POLÍTICO; que San Martín á nadie injuí
« que sufrió con cristiana resignación los mas inmerecidos ataques, aun
« pues de retirado á su humilde vidaprivada:desubacanosalieron revelacJoni
« que mancillaran la honra ajena, ni de su pluma se deslizó el corrosivo veneno
II déla difamación: en todo esto es mas grande que Bolívar y que Washington. w
Según lo que llevamos expuesto acercade estas dos celebriciades ami
canas, se nos ocurre preguntar: ¿Quién fué el que se sacrificó en aras de
patria, el belicoso y altanero Bolívar ó el humilde y abnegado San Martín?
Y se trata de perpetuar aquel nombre en el corazón argentino!!
Como apéndice á lo que llevamos expuesto, queremos hacer constar
rara coincidencia postuma con la vida y aspiraciones de ambos personajes.
En la organización de nuestras calles resulta que la de Bolívar (actual)
continuación de la de San Martin.
Semejante coincidencia se presta á la inteipretacion de las siguientes
reflexiones:
San Martín empezó luchando ene! Perú para darle libertad, y el continuador
de esta empresa fué Bolívar hasta su feliz terminación.
Dichas calles están en contacto por el principio de una y otra, de la misma
manera que San Martín y Bolívar alimentaban sus almas en el bello ideal de
mismo principio social: libertad.
Las mismas calles se e.vtienden en rumbos opuestos, asi como aquelli
dos grandes talentos tocaron medios y resortes opuestos para Uegai" á un miítmo
io2Í
fin.
Al leer la relación que algunos escritores hacen de los objetos de la eol
vista en Guayaquil, pasmado se queda uno de la mala fé con que asienl
aseveraciones tan deprimentes y chocantes.
En sus furores patrióticos solo ven la figura y personalidad del compatriol
Bolívar de quien hacen una verdadera apoteosis, aunque sea con detrimento de
reputaciones hechas á fuerza fie sacrificios y heroicidades: apenas distinguen
al pigmeo San Martin en su ascensión á los Andes.
I
■ 129 -
Bnna^br ejemplo, que San Mailín quería establéce^goDÍerño^ño^
Dárquicos en la América libre, y que para el efecto mandó embajadores á
negociar con Vireyes el eslablecimienlo de un trono absolutoy omnipotente.
Semejante afirmación es un ultraje político, imperdonable, inferido á la fé
Zoiatría republicanas en la encarnación de la libertad.
Sábese de la manera mas evidenleque San Martin y Bolívar estaban liili-
mamente ligados por igual juramento en unaasociacionpolitico-social: La Logia
de Lautaro.
Es demasiado conocido el origen de esta sociedad secreta para historiar
la participación que tomó en los negocios páblicos desde su advenimiento á la
vida social; nos concretaremos únicamente á señalar cuáles eran los lazos que
vinculaban á los socios.
A este respecto, el General Mitre en su «'Historia de Belgrano». dice: «El
primer grado de iniciación de los neófitos era el juramento de trabajar por la
(Ddependencia americana: el segundo, la profesión de fé del dogma republicano.
U formadeljuramento del segundo grado érala siguiente: "Nunca reconocerás
po'' gobierno legitimo de tu patria sino á aquel gttesea elegido por la Ubre y espontá-
nea voluntad de los pueblos; y siendo el sistema republicano el mas adaptable al go-
"tfrto de las Américas, propenderás por cuantos medios estén a tus alcances, á giie ioí
pue&los se decidan por él».
He ahí esplicada la vida y conducta política de! héroe argentino, cuyos
preceptos nos inhiben de entrar en esplicactones.
Tal era el programa político que desarrolló con su acostumbrada firmeza y
constancia.
Sus difamadores ni siquiera tienen conocimiento del severo compromiso de
los Caballeros racionales, cuyo pacto textual choca tan notoriamente con sus
inicuas aseveraciones.
Según eslo ¿podía San Martín proponer gobiernos raonárquicosásu colega
y hermano Bolívar?
La consecuencia lógica no es un enigma.
HONORES FÚNEBRES,
SE DECRETAN AL EXCMO. SEÑOR GENERAL
SIMÓN bolívar
inameiito áe Gobierno.
IB Aires. Setiembre 1° de 1B3I.
Sm embargo de no haber recibido el Gobierno aviso alguno oficial acerca do la muer-
jñá ilustre general D. Simón Bolívar, por cuya tazón, ú pesar de haber llegado mucho tiem-
l hace la noticia de tan infausto suceso, suspendió por entonces hacer la demostración que
a los importcintes servicios de este distinguido americano, debiendo ya creerse fuera de
1 duda aquel lamentable acontedmienta por lo que se vé en los papeles públicos de las
Repúblicas hermanas, y considerando el Gobierno que es un acto de rigorosa justicia, i
nifestar el profundo dolor que le ha producido una pérdida de tal magnitud, tribulaodo I
la vez el homenaje de reconocimiento y respeto que es debida á la memoria del héroe i
Colombia, ha acordado y decreta:
Art. 1° En el dia que oportunamente designará el Gobierno, se celebrarán con su a
tencia y la de todas las corporaciones civiles y militares, exequias en la Iglesia Catedrfl
en honor del Excmo. señor general D. Simón Bolívar.
Art 2° Por tres dias consecutivos, incluso el de la celebración Je las exequias que exprq
el artículo anterior, llevarán luto todos los empleados, así civiles como militares.
Art. 3° Comimíquese á quienes corresponda ypublíquese.
TomjÍs M. de Anchorkna
Aunque no tenemos ninguna calle que lleve el nombre de Bolivia, debe
considerarse implícitamente agreg-ado al catálogo de ellas en la de Bolívar, que _
fué su libertador y á la cual dio su nombre.
Además, llevamos dicho que por una aberración sigue conservando i
nombre de! guerrero de Caracas.
La República Argentina no ha podido ser indiferente á las frecuentes d^
mostraciones de amistad y votos por su engrandecimiento recibidos á porfía d
la naoion boliviana, con la cual la unen hoy estrechos lai;os de vida laboriosi
sin pecar de refractaria y aun de ingrata.
Los tratados de comercio, convención postal, extradición, navegacionjl
etc., que vinculan arabos países de gobierno análogo, son hoy otras tantas arte*
rías que nutren enérgicamente su existencia política y financiera, dando noU
ble ensanche á su reciproca actividad.
Damos á continuación el principal de los documentos que á tales obligfll
clones internacionales se refieren, haciendo, primero, los siguientes apunté)
preliminares de límites, extensión y poblaoion-de su territorio:
Linda al Norte con territorios ocupados por los indios, al Este con el Brai
sil, al Sud-Este con el Gran Chaco (|ue la separa del Paraguay; al Sud con id
República Argentina, al Sud-Oeste con Chile, tocaniío por el Oeste con el Pacff|
co y en toda su frontera occidental con el Peril, hallándose situada al Sud-EsQJ
de esta República y separadas por el lago de Titicaca.
Su extensión geográfica está calculada api'oximadamenle en 1.297,01
kilómetros cuadrados.
Su población puede estimarse on 2.000,000 de habitantes.
Tratado de .
listad, I
o y Davegicio
e las Rapüblic
i Arger
Nos, Domingo Faustino Sarmiento, Presidente de ia República Argentina, hacemos saber
á lodos los que d presente inslnmi en to de confirmación vieren: que !i los nueve dias del mes
de julio de iS68, se concluyó y firmó en la Ciudad de Buenos Aires, entre la República
Argentina y la de Bolivia debidamente representadas, un tratado de amistad, comercio j ~
navegación, cuyo tenor y forma es como sigue:
El Gobierno de la República Argentina y el Gobierno de la República de Bolivia, de-f
seando afianzar y estrechar ias relaciones que existen entre ambos países ligados por
nidad de origen y contigüedad de su territorio, fijando las estipulaciones esplicativas qtU
i|8n la base de sn progreso y desarrollo comercial, de la manera mas ftatemat y de
écla reciprocidad: han resuelto con este objeto celebrar un Tratado de Amistad, Comercio
Kavegacion; y al efecto han nombrado por sus Ministros Plenipotenciarios, á saber: S. E.
iíeünr Presidente de la República Argentina al Excmo. señor doctor don Rufino de Elizalde,
■ Ministro Secretario de Estado en el Departamento de Relaciones Exteriores: — 3. E. el Sr. Prc-
ente de la República dé Bcilivia al Exmo. señor Coronel don Quintin Quevedo, su Enviado
Iraotdinarioy Ministro Plenipoteiiciarin en la República Argentina. — Los cuales, después de
ít canjeado sus respectivos poderes, que fueron hallados en buena y debida forma, convi-
rob en lo siguiente:
Art. I' Habríi paz inalterable y amistad perpetua entre la República Argentina y la Re-
a de Solivia y enire los ciudadanos de estos dos países, sin excepción de lugares ni de
' Las relaciones de Amistad, Comercio y Navegación entre amb;is Repúblicas,
^nocen por base una reciprocidad perfecta y la libre concurrencia de las industrias de los
i de dichas Repúblicas en ambos y en cada uno de sus territorios.
I Art 3° Los Argentinos en la República de Bolivia, y los Bolivianos en la República
taCiiia, tendrán los mismos derechfis que los Ciudadanos, con excepción, de los políticos;
Eesiarán sujetos sino á las contribuciones é impuestos que paguen los Ciudadanos, y po-
T ejercer profesiones científicas estando acreditados en forma por tos Tribunales ó Fa-
ades competentes, como si fueran profesores del país.
J Art 4' Son hábiles y de fuerza legal para ¡os dos Estados, los documentos, obligacío-
■f contratos otorgados en cualquiera de los dos territorios, con arreglo á la forma estable-,
a sus leyes, las sentencias arbitrales ó las pronunciadas por sus Tribunales sobre ellos
a competencia, surtiendo en el otro los mismos efectos que los documentos, obliga-
tty contratos de su propio territorio, y qut: las sentencias de sus propios Tribunales, siem-
_ i)ne su ejecuciun no im)>orte ai'tos prohibidos por las leyes del otro Estado.
, AiL 5" Las leyes de cada imo de los dos Estados Contratantes, sobre Ciudadanía, serán
1 para determinar la calidad de Ciudadano Argentino ó Boliviano, respectiva-
pnte, cualesquiera que sean las leyes de la oira Nación que el ciudadano pretendiera invocar
,« favor.
, Art 6" Los Argentinos en la Repiiblica de Bulivia y los Bolivianos en la República Ar-
jtina.no podrán emplear en sus gestiones jurídicas otros arbitrios ó recursos que los que
irleyes conceden á los Nacionales, de consiguiente, no se podrá entablar reclamación d¡-
' a ninguna contra una resolución definitiva de los Tribunales de Justicia, bien que podrá
« la gestión diplomárica en caso de denegación de justicia, ó del retardo infundado
b secuela y terminación de los juicios, á efecto de que las leyes sean cumplidas. Tampoco se
hé emplear reclamaciones diplomáticas por las violaciones de propiedad ó ataque personales
^ los ciudadanos de una de las Repúblicas contratantes, sufran en la otra por consecuencia
la cx>nmocion intestina, en cuyo caso aquellos solo podrán emplear las acciones que las
■ conceden á los nacionales: pero si tales vejaciones fuesen cometidas ú ordenadas por
!> de la autoridad Pública, los perjudicadas podrán recurrir al amparo diplomático, para
T la condigna reparación.
L Art. 7° Cada uno de los Estados contratantes, se comprometen á prestará los ciudadanos
0 las g;arantía3 que sus leyes conceden á los Nacionales, la seguridad de la propie-
■ líteiaria, y de los invenios industriales que tuviesen en su país.
\ Art 8° Los ciudadanos de cada una de las Repúblicas contratantes, estarán exentos en
fcrritorio de la otra, de.todo sen-icio personal en los Ejércitos de mar y tierra, lo mismo
g de todas las contribuciones de guerra, préstamos forzosos y requisiciones militares, con
wdCT motivo que se exijan. Sin embargo, no podrán negar sus servicios en protección de
propiedades, si tuviesen domicilio establecido y amenazara á aquellas algim
) inminente.
■ Art 9° Las dos Repúblicas contratantes reconocen el principio de la inviolabilidad del
le lüs acusados ó refugiados por catisas ó delitos políticos, obligándose á imi^edir que
1 del asilo. Se comprometen a celebrar una convención especial sobre extradición de
. Los agentes respectivos tendrán facultad de requerir el auxilio de las autoridades
ttpara la prisión, detención ó custodia de los desertores de los buques mercantes, y para
¡K objeto se dirigirán á las autoridades competentes, y pedirán los dichos desertores por
jirilo y con documentos competentes de que son tales desertores, y en vista de esta prueba
BK rehusará la entrega. Estos desertores, luego que sean arrestados, se pondrán á disposidoQ
■" 'lOs Agentes consulares y podrán ser depositados en las prisiones públicas á solicitud y
is de los que los reclaman, pata ser enviados á los buques á que correspondan u otros
> misma Nación; pero sino fuesen enviados dentro de un mes contado desde el dia de su
— 132 —
arresto, serán puestos en libertad, y no volverán á ser presos ni molestados por la misma causa.
Se obligan á no emplear en su servicio militar de mar 6 tierra, á los desertores de la otra y i
hacer salir del país a los soldados y marinos de guerra del otro, siendo requerido por los agentes
correspondientes, aiando la deserción no sea acompañada de delito politico.
Art. I o. No estarán sujetos á embargo ni podntn ser retenidos los buques, arreos de ganados
() embajes, pertenecientes á los ciudadanos de cualesquiera de las Repúblicas, existentes en la
otra. Pero si esta retención ó embargo se verificase para alguna expedición militar 6 para un
servici»^ público, de carácter muy urgente, deberá proceder la indemnización quecomprende el ser-
vicio prestado, y que sea suficiente paní reparar los daños que se ocasionaren á los propietarios.
por razón de su obligado desempeño.
Art. 1 1 . Las dos partes contratantes declaran y reconocen el libre tránsito del comercio na-
cional y extranjero que se cultiva y se pueda cultivar ])or los puertos marítimos y fluviales de
una y otra República, por las vias terrestres, y por las férreas que lleguen á establecerse, sin más
gravámenes que los muy ni(')dicos de almacenaje, pontazgo y peaje, que en su creación serán res-
pectivamente comunicados i)or los ( jobiemos, para que se sujeten á la más estricta reciprocidad.
A este fin se señalarán oportunamente por los dos Gobiernos en acuerdo especial, los puertos
de escala y de depósitos marítimos, lluviales y terrestres que convinieren, estipulando al mis-
mo tiempo las formalidades del tránsito y de txlas las demás condiciones que se precisan en
el sentido de las franquicias más amplias.
Art. 12. Las partes contratantes se conceden mutuamente la libre navegación del Plata y
sus respectivos afluentes, con arreglo á lo que pactarán en una convención especial. No se
impondrá á los buques Bolivianc^s en k)s puertos Argentinos, ni á los buques Argentinos en
los puertos Bolivianos, otros ó más altos derechos, pt)r razón de tonelada, faro, anclaje ú
otros que afecten al cueri)odcl buque, que lo que en los mismos casos se cobraren á los buques
Nacionales. La importación ó exportación de mercaderías ó efectos quesea ó pueda ser licito
importar o exportar ile cualquiera de los territ<")rios de las partes contratantes, pagará los
mismos derechos, ya se haga en buques Bolivianos ó Argentinos, y las rebajas ó exenciones
que se otorguen á las mercaderías ó efectos importados n exportados en buques Nacionales se
extenderán á los importados ó exportados en buques de cada uno de los países contratan-
tes, respectivamente. Ninguna prohibición, restricción ó gravamen podrá imponerse al co-
mercio recíproco de ambos países, sin(') en virtud de disposiciones generales aplicables al comer-
cio de todas las otras Naciones. Si esta prohibición, restricción o gravamen recayera sóbrela
importación ('> exportación no quedan sujetos á ella los buques de los respectivos países, si no
se aplica también á la importación <'» exportación, en buques Nacionales. Será p>ermit¡do
entrar á los buques Bolivianos ó Argentinos respectivamente, a todos los puertos de sus terri-
toriosáque fuere permitido entrará los Naci« males.
Art. 13. Los dos Gobiernos se obligan á hacerlas obras necesarias en sus resi>ectivos terri-
torios, para facilitar las vias de comunicaci«)n terrestre y lluvial con arreglo á las bases que
estipularán en una convención especial.
Art. 14. Serán considerados como Bolivianos en la República Argentina, y como Argenti-
nos en la República de Bolivia, los buques que naveguen bajo las respectivas banderas, y que
lleven los papeles de mar y documentos requeridos j^or las leyes de cada país, para la justi-
ficación de la nacionalidacL de los buques mercantes, para lo cual se comunicarán sus leyes res-
pectivas de navegación. Los buques, mercaderías y efectos, pertenecientes á los ciudadanos res-
pectivos que hayan sido tomados por piratas, n conducidos ó tomados <'> encontrados en los
puertos de uno ú otro país, serán entregados á sus projíietarios, pagando, si en efecto los ha
habido, los costos de repre.sa que sean determinadt>s por los Tribunales respectivos, habiendo
sido probado el derecho de propiedad ante los mismos, y á consecuencia de reclamación que
deberá hacerse durante el lapso de dos años por las |)artes interesadas, apoderados ó agentes
de los Gobiernos respectivos. Los buques de guerra y los paquetes del Estado de la una de
las dos Potencias podrán entrar, morar y carenarse en los puertos de la otni como lo hagan los
Nacionales, estando sujetos á las mismas reglíts, y alas mismas ventajas. Si sucediese que una
de las dos partes contratantes estuviese en guerra con una tercera, observarán los siguientes
principios: Que la bandera neutral cubra al butiue y á las personas con excepción de los oficia-
les y s<'>ldados en servicio efectivo del enemigo. Que la bandera neutral (ubra la carga, á ex-
ceixúon d(í los artículos de contrabando de guerra, no siendo aplicable este principio á las
potencias que no lo reconocieren ú observaren, y por «oiisiguiente, la propiedad de enemigos
que pertenezca á esos Gobiernos no se libertará por la bandera de aquella de las dos partes
contratantes que se conserve neutral, perr» .serán libres las mercaderías ('» efectt)s del neutro
embarcadas en buques de la bandera de aquel, enemigo, á excepción del contrabando de guerra.
Que los ciudadanos del país neutro pueden navegar libremente con sus buques saliendo de
cualquier parte para otra perteneciente al enemigo do uno ó de otro puerto, quedando expre-
■ 133 -
sámente prohibido el que se les moleste de manera alguaa en esa navegación. Que cualquier
buque de una de las altas partes contratantes que se encuentre navegando hacia un puerto
bloqueado perla otra, no será detenido ni confiscado sino después denotificacionespecíal del
bloqueo, DOtiñcada y rastrada por el jefe de las fuerzas bloqueadoras ó por algún oficial bajo
tunando en el pasaporte de dicho buque. Que ninguna de las partes contratantes permitírá
que permanezcan ó se vendan en sus puertos las presas marítimas hechas á la otra por alguii
Estado con quien estuviese en guerra. Que para determinar los objetosó artículos que sean
contrabando de guerra, se estará á lo establecido que esté en los Tratados que tienen cele-
brados ó que celebrasen en adelante con otras naciones,
Art 15. Será permitida la introducción por tíerra entre ambos países de artículos de pro-
ducdoD 6 fabricación nacional ó extranjera para el consumo, con sujeción á los impuestos
establecidos en cada Estado, La introducción de mercaderías, para el consumo ó en tránsito
por tierra, se hará por los puntos que desígnenlos Gobiernos en sus territorios. La República
Aigentjna establecerá un empleado que ejérzalas funciones de vista en cada una de las adua-
na» de Bolivia de donde se despachen mercaderías ó efectos para el consumo ó tránsito de
la República Argentina, )■ por donde se introduzcan los que vengan de esta, y la República de
BoÜvia establecerá otro empleado de igual clase en las aduanas Aleutinas, en que se per-
mitán las mismas operaciones. Dichos empleados procederán de acuerdo en el despacho de
mercaderías y efectos con el de igual clase de la Aduana respectiva, sujetándose i las leyes
41 país donde ejercen sus funciones, para visación y demás reconocimientos necesarios, y á
te leyesdesiis respectivos países, para las certificaciones y demás papeles que deben expedir
i la Aduana de su patria. Estarán sujetos al régimen y disciplina déla Aduana donde prestan
'US servicios, y serán removidos por sus respectivos Gobiernos, cuando el otro lo pidiese con el
iníomicdel jefe de la Aduana. Sus sueldos serán cubiertos por sus respectivos Gobiernos.
Art 10. Los Agentes Diplomáticos y Consulares de cada uno de los Estados, tendrán
todas las franquicias, inmunidades y privilegios, que se conceden ó concedieren á la Nación
mas favorecida gratuitamente, si la concesión es gratuita, y con la
la concesión es condicional, obligándose á celebrar una convención
estos principios,
Art. 17. Se obligan á hacer una convención especial de corree
cáones entre uno y otro pab.
Art, 18. Cada una de las partes contratantes, se compromete
ni indirecto, á la segregación de porción alguna de los territorios de ¡a otra, ní ía creación
con ellos, de Gobiernos independientes en conocimiento de la autoridad soberana y legitima
respectiva.
Art ig. Las partes contratantes se obligan á emplear todos los arbitrios pacíficos y
conciliadores, de la manera mas paternal, para dirimir las cuestiones ó diferencias que pudie-
ran tener, y si desgraciadamente sobreviniese la guerra, las hostilidades no podrán empezar
entre ambos países sin previa notificación reciproca, seis meses antes de im rompimiento,
acompañada de un manifiesto de las causas de la declaración de la guerra. La cuestión límites
nunca será cuestión de guerra sino de avenimiento amistoso ó de arbitraje. Siempre que des-
graciadamente interviniese alguna interrupción de las amigables relaciones, ó un rompimiento
entre las dos Naciones contratantes, los ciudadanos de cada una, residentes en el territorio de la
otra, podrán permanecer y continuar sus trabajos sin ser molestados, en tanto se conduzcan
pacificamente, y no quebranten las leyes del país de su residencia en manera alguna, y sus
efeoos y propiedades, ya fuesen confiados á particulares ó al Estado, no se estarán sujetas á
embargo ni secuestro, ni á ninguna otra exacción que aquellas que puedan hacerse á igual
clase de efectos ó propiedades pertenecientes á los Nacionales del Estado en qne dichos
ciudadanos residieren. Las deudas entre particulares, los fondos públicos y las acciones de
compañías no serán nunca confiscados, secuestrados ó detenidos.
Art. 20. Todas las estipulaciones de este tratado, con e-tcepcion de) artículo t" y 2° que
SOD perpetuas, durarán por el término de doce años contados desde el cange de las raiifi-
cadoDcs, y si doce meses antts de espirar este plazo, rú la una ni la otra de las dos partes
contratantes anunciare, por una declaración oficial, su intención de hacer cesar su efecto, el
dicho Tratado será todavía obligatorio durante un año, y así sucesivamente hasta la espi-
lacion de los doce meses que siguieren á la declaración oficial mencionada en cuestión,
cualquiera que sea la época en que tuviese lugar.
An, 31. El presente tratado será ratificado, y las ratificaciones serán canjeadas en el
Icnnino de doce meses, ó antes si luere posible, en la ciudad de Buenos Aires. En fé
de lo cual nosotros los infrascriptos, plenipotenciarios de la República Argentina > de la
República de Boiiíia, hemos firmado y hecho sellar con nuestros sellos particulares el pre-
sente tratado de amistad, comercio y navegación.— Buenos Aires, ci de Julio de mil ocho
cientos sesenta y ocho.
Rufino de Euzalde. (L. S) — Quintín Quevkdo. (L S.)
misma compensaaon si
especial con arreglo k
i, á ñu de facttitar las rela-
j prestar apoyo directo
— 134 —
Y teniendo presente el mismo tratado cuyo tenor queda preinserto y bien visto y con-
siderado pc^r Nos, y habiendo sido aprobadí^ por el Congreso I^pislalivo de la República
Argentina, lo areptainos, o)nfirmam»>s y rat¡íir;ini(»s dic h<> iratadu para ahora y para en
adehinte, ofreciendo y pnmicticndo «uniplirlo y hacerlo cumplir asi en el todo, n
'omo en
cada una de sus estipulaciones, usíindo para rl efecto, de todí» ])oder y medios á nuestro
alcance, en tcst¡moni<^ délo cual íirmamos el ])reseHte instrumento de ratifícaciony sellado
Con el sello naciííual y rcfroniUido por el Miuisiro Sci retario de Estado en el Departa-
mento de Relaciones Exteriores. Dado en la < a.sa de ( íobierno Nacicmal. en la Ciudad de
Buenos Aires, !\ veinte y ocho de Agosto de mil othoeientos sesenta y nueve.
DoMiNíio Faustino Sarmiento.
Marúuio Varria.
Kecordamos hribcr diclio en íil«^uiia parto (|ue si San Martin organizó un
ojói-cito de disciplina ejemplar, propamdo para soportar <\\\ ochalar un solo
gemido las cruonlas fatigas de la guerra y la panosísima trasposición de los
Andes, internándose en el territorio rlominado poi* sus im[)larables enemí-
go.s y resuelto (:a<la sohlado á morir como héroe antes i|Uo. entregarse a]
opresor, no ora iinicínnente |»ara desaliar y batir á los secuaces del Rey en
Chile, sino (jue rugiendo el canon revcducionario on el seno del Pacífico des-
truiría el centro y único baluarte á la indepemlencia de Sud-Amcrica, que
ofrecía entóneos el i-oino del Perú.
Fué en la ciudad do Tucuman, s¡cnd<") general en jefe del ejército del
Alto Perú, donde sintió iluminarse su c.iM'ebro preocupado con la deficiencia
y debilidad de las fucr/.as á su mainio: ;dlí con<Mbió el gigantesco plan de
campana ((ue terminó coronado do laureles y cargado de la gratitud y ova-
ciones de los |)ueblos redimidos.
Todos conocen (|uo su visión en I'ucuman ^luedó realizada en los campos
de batalla de Chile y Perú, exclamando Heno de fé en el poi'venir después de
su primei* triunfa.) en Chacabuco : <« Al t^jército de los Andes queda para siem-
pre la gloria de decir: en '¿i dias liemos hecho la campana, pa.samos las
cordilleras más elevada^ del globo, concluimos con los tiranos, v dimos la
libertad á Chile. »
Otíspuos de la victoria do CÜíacabucf). San Martin ordenó la creación de
imcvas tro|)as vetei'anas de las ti'os armas, r(íor*gani/,andi> las de los Andes,
para la continuación de la guerra con el enemigo del Perú, <'ontratando los
buques necesarios par'a el transporto do tropas y materiales.
Preparada de esta manera la expedición, proc.edió á dar de alta y baja á
las tropas del cjérííito do Chile y de los Ando-^ que consideraba demás para
la cam])ana, á tin dono eiitorj>ecor la actividad en las maniobras y movimientos
militares como también para no i*ecai*garso do gastos.
Después hizo la distribución de las fuer/as on los buques en tres divisio-
nes, disponiendo (jue cada una se com|»usiesc del número de tropas, de las
las-
tres armas, de los materiales y repuestos con arreglo al tonelaje en concepto
¿i maniobrar por sí solas en caso de separarse del convoy.
La 1' división de vanguardia se puso bajo el mando del coronel del regi-
miento de granaderos á caballo, D. Rudecindo Al varado.
La 2* del centro, á las órdenes del coronel mayor D. íJuan Antonio Al-
varez de Arenales, y la 3' de retaguardia, á las del coronel D. Francisco Anto-
nio Pinto, dotadas de esta manera :
DIVISIONES
BÜQUS6
1
▲BTTIJiKRÍA.
INFAXTERÍi.
1
CABALLERÍA
1
i
¡ 1
i
TOTAL
caSones
I* Vanguardia
4
5o
1 162
261
1473
6
2* Centro
5
263
IIl3
261
1637
i3
3^ Retaguardia
5
lOO
778
i3i
1008
6
Total ....
14 '
' 413
3o53
652
4118
25
En seguida distribuyó las instrucciones a los jefes de divission como á los
de cuerpo, dándoles otras reseñadas en pliego cerrado con orden de abrirse
solo en el caso de ver:?e separados sus buques del convoy.
Embarcado todo lo necesario, y dadas las últimas disposiciones, rompió
la marcha el convoy á las 2 de la tarde del 20 de Agosto de 1820, cuyo conte-
nido era el siguiente : 23 jefes, 273 oficiales, 4118 hombres de tropa y 25
cañones.
En una de las fragatas se llevaba 1280 cajones de cartuchos de fusil á
bala, 1500 bultos de parque, cajas de herramientas y útiles de maestranza; en
un bergantin 1400 cajones de municiones de infantería y caballería, 1200 tiros
á bala y metralla de artillería y granadas de obús, 190 de lanza-fuegos, esto-
pines y espoletas para las granadas y 8 barriles de pólvora de fusil y de
canon; otra fragata conducía 9Gü cajones de armamento, correaje de repuesto
y 180 quintales de fierro de toda clase, y algunas otras más iban cargadas de
los materiales y demás necesidades que reclamaba la campaña.
La fuerza marítima al mando del vice-al mirante Lord Cochrane se com-
ponía de la manera siguiente : 7 buques, 231 cañones y 1928 tripulantes.
Tal fué la expedición que marchó de Chile á libertar el Perú, cuyas vic-
torias navales como terrestres nos son ya conocidas bástala despedida del
general San Martín, la que verificó por medio de una proclama, dejando el
campo de la lucha en manos del afortunado guerrero de Colombia, que fué
el continuador de su obra inmortal.
— 136 -
La República del Perú se halla situada eiilre 2" y 21" de latitud Su<
69° y 84° de longitud Occidental, del meridiano de París.
La superficie de! terreno es de 1.605.7-42 kilómetros cuadrados.
Tiene por limites: al Norte, el Ecuador; al Este, el Brasil; BoliviaalSl
y el Pacífico al Oeste. Su costa es de una extensión de 2900 kilómetros.
Su población alcanza á 3.00O.000 de habitantes.
Está ligado á nuestro país por tratados de todo género que garanten el
comercio y las buenas relaciones que siempre han unido á ambos países, cuyo
origen, idioma ó historiase confunden.
El General San Martin al Excmo. Cabildo, Ju!
o de la Ciudad de Buena*
Cuartel ^«iieial en Valparu)
, iS de Agosto de II
Excmo. Señor:
\
El dia de mañana dá á la vela la expedición libertadora del Perú: como su General, yo ten-
go el honor de informar á V. E. que representa el pueblo heroico, el virtuoso pueblo más digno
de la historia de Sud-América y de la gratitud desús hijos; protestando á V. E. que mis de-
seos mas ardientes son por su Telicidad, y que desde el momento en que se erija la autoridad
central de las provincias, estará el ejército de los Andes ybordinado a sus órdenes superiores,
con la más llena y respetuosa obediencia.
Dios guarde á V. E. muchos años.
JosE DE Sa« Martin.
I del General San Mai
I
Con fecha 13 de Noviembre de 1818. el General San Martín, generalísimo délos ejér-
citos unidos de Buenos Aires y Chile, dirigió al pueblo peruano y á sus ejércitos la siguiente
proclama:
• Paisanos: Para dirigiros mi palabra no solo me hallo autorizado por el derecho conque
todo hombre libre puede hablar al oprimido. Los acontecimientos que se han agolpado en el
cuiao de nueve años os han demostrado los solemnes títulos con que ahora los Estados in-
dependientes de Chite y de las Provincias Unidas de Sud-América me mandan entrar en vues-
tro territorio para defender la causa de vuestra libertad. Ella está identificada con la suya y
con la causa del género humano; y los medios que se me han confiado para salvaros son tan
eficaces como conformes á objeto tan sagrado.
Desde que se hizo sentir en algunas partes de la America la voluntad de ser libres, los
agentes del poder español se apresuraron á extinguir las luces con que los americanos debían
ver sus cadenas. La revolución empezó á presentar fenómenos de males y de bienes, y en
consecuencia de su marcha el virey del Perú se esforzó á persuadir que había sido capaz
de aniquilar en los habitantes de lima y sus dependencias hasta el alma misma para sentir
el peso é ignominia de sus grillos. El mundo escandalizado en ver derramarla sangre ame-
ricana por americanos, enlto á dudar si los esclavos eran tan culpables como sus tiranos, ó
si la libertad debía quejarse más de aquellos que tenían la bárbara osadía de invadirla que
de los que tenían la necia estupidez de no defenderla- La guerra siguió incendiando este
¡nocente país, pero á pesar de todas las combinaciones del despotismo, el evangelio de los
derechos del hombre seprop^a en medio délas contradicciones. Centenares de americanos
caían en el campo del honor ó á manos de alevosos mandatarios, mas la opinión fortifio
da por nobles pasiones hacía sentír siempre su triunfo: y así el tiempo regenerador de las B
- 137 —
ciedades políticas, acabó de preparar al gran momento que vá ahora á decidir el problema
de los sentimientos peruanos y de la suerte de la América del Sud.
Mi anuncio, pues, no es el de un conquistador que trata de sistemar una nueva escla-
vitud. La fuerza de las cosas ha preparado este gran dia de nuestra emancipación política,
y yo no puedo ser sino un instrumento accidental de la justicia y un agente del destino.
Sensible á los horrores con que la guerra aflige á la humanidad, siempre he procurado llenar
mis fines del modo más conciliable con los intereses y mayor bien de los peruanos. Después
de una batalla completa en el campo de Maipo, sin escuchar ni el sentimiento de la más
justa venganza por una bárbara agresión ni el derecho de la indemnización por los graves
males causados á Chile, di una completa prueba de mis sentimientos pacíficos. Escribí á
\*uestro rey con fecha once de Abril de este ailo, «que sintiese la situación difícil en que
estaba colocado, se penetrase de la extensión á que podrían dilatarse los recursos de los dos
Estados intimamente unidos, y la preponderancia de sus ejércitos; y en una palabra, la des-
igualdad de la lucha que le amenazaba. Yo lo hice responsable, ante todos los habitantes de ese
territorio, de los efectos de la guerra; y para evitarlos, le propuse que se convocase al ilustre
vecindario de Lima representándole los sinceros deseos del gobierno de Chile y de las Pro-
vincias Unidas: que se oyese la exposición de sus quejas y derechos, y que se permitiese á
los pueblos adoptar libremente la forma de gobierno que creyeren conveniente,¡cuya deliberación
espontánea sería la ley suprema de mis operaciones, etc.» Esta proposición liberal. ha sido con-
testada con insultos y amenazas; y así el orden de la justicia tanto como la seguridad común
me precisa á adoptar el último de los recursos de la razón, el uso de la fuerza protectora.
La sangre, pues, que se derrame será solamente crimen de los tiranos y de sus orgullosos
satélites.
No os ha sido menos patente la sinceridad de mis intenciones después de la j< uñada
de Chacabuco. El ejército español fué enteramente derrotado, Chile se hizo un Estado
independiente y sus habitantes empezaron á gozar de la seguridad de sus propiedailes y
de los frutos de la libertad. Este ejemplo es por si solo el mas seguro garante de mi
conducta. Los tiranos, habituados á desfigurar los hechos para encender la tea de la dis-
cordia, no han tenido pudor de indicar que la moderación que el ejército victorioso ha ob:
servado en Chile ha sido una consecuencia de su propio interés. Sea así en hora buena
¿no es esta una mejor garantía y una razón más de confianza:*
Sin duda que por ella serán arrojados de Lima los tiranos, y el resultado de la victoria
hará que la Capital del Perú vea por la primera vez reunidos sus hijos, eligiendo libre-
mente su Gobierno y apareciendo á la faz del globo entre el rango de las naciones. La
unión de los tres Estados independientes acabará de inspirar á la España el sentimiento de
su impotencia y á los demás poderes el de la estimación y del respeto. Afianzados los pri-
meros pasos de vuestra existencia política, un Congreso central compuesto de los represen-
tantes de los tres Estados dará á su respectiva organización una nueva estabilidad y la
Constitución de cada uno, asi como su alianza y federación perpetua se establecerán en
xnedio de las luces, de la concordia y de la esperanza universal. Los anales del mundo no
recuerdan revolución mas santa en su fin, más necesaria á los hombres, ni mas «uigusta por
la reunión de tantas voluntades y brazos.
Lancémonos pues, confiados sobre el destino que el Cielo nos ha preparado á todos.
Bajo el imperio de nuevas leyes y de poderes nuevos, la misma actividad de la revolución
se convertirá en el más saludable empeño para emprender todo género de trabaji>s que man-
tienen y multiplican las creaciones y beneficios de la existencia social. A los primeD:>s dias
de la paz y del orden, esos mismos escombros que ha sembrado la gran convulsión política
de este Continente serán como las lavas de volcanes que se convierten en principios de
fecundidad de los mismos campos que han asolado. Así vuestras campiñas se cubrirán de
todas las riquezas de la naturaleza, las ciudades multiplicadas se decorarán con el esplendor
de las ciencias, y la magnificencia de las artes y el comercio extenderá libremente su movi-
miento en ese inmenso espacio que nos ha señalado la naturaleza.
Americanos: El ejército victorioso de un tirano insolente difunde el terror sobre los
pueblos sometidos á su triunfo; pero las legiones que tengo el honor de mandar, forzadas á
hacer la guerra á los tiranos que combaten, no pueden prometer sino amistad y protección
á los hermanos que la victoria ha de librar de la tiranía. Yo os empeño mi más sagrado
honor en que esta promesa será cumplida infaliblemente. Os he significado mis deberes y
designios: \'uestra conducta nos dirá si vosotros sabéis llenar los vuestros y merecer el ilustre
nombre de verdaderos hijos de este pueblo.
Españoles europeos: mi anuncio tampoco es el de vuestra ruina. Yo nt) voy á entrar
en ese territorio para destruir, el objeto de la guerra es el de consen'ar y facilitar el aumento
de la foitima de todo hombre padñco y honrado. Vuestra suerte feliz está ligada á la pros-
x8
a América: ^Tiestra desgracia eK
tenacidad. Vosotros lo sabéis: España se halla reducida al illtimo grado de la imbecilidad y
corrupción; los recursos de aqueila monarquía están dilapidados, el Estado cargado de una
deuda enorme, y lo que es peor, el terror y la desconfianza formando la base de costumbres
públicas han forzado á la Nación á ser melancólica, pusilámine, estúpida y ■"■■'i' '^i" '•*
libertad del Perú os ofrece una patria segura,
A las íntimas relaciunes que os unen ú los Americanos no falta sino \'ueslro deseo
conducta pata formar una gran familia de hermanos. Respecto á las personas, á las pro]
dades y la á santa religión católica, son los sentimientos de estos Gobiernos unidos: yo os
aseguro del modo más solemne.
Habitantes todos del Perú: la expectación de más de las otras tres partes de la
está sobre vuestros pasos actuales.
¿Confirmareis las sospechas que se han excitado contra vosotros en el espacio de nueve
años? Si el mundo vé que sabéis aprovechar este feliz momento, vuestra resolución le será
tan imponente como la misma fuerza unida de este Continente- Apreciad el pon'enir de
millones de generaciones que os pertenecen. Cuando se hallen restablecidos los derechos de
la especie humana, perdidos porlajUas «dades en el Perú, yo me felicitaré de poderme unir
á las instituciones que los consagran, habré satisfecho el mejor voto de mi corazón y quedará
concluida la obra mas bella de mi vida.
Solo ua
deseo ^H
1 propi^
yo os^H
la tiera^J
Cuartel geaeral eu Santiago de Chile, Novie.
í DE San Martin.
El 30 de Diciembre se dirigió el vencedor de Maipo por la siguiente proclama,
ejército de Lima:
Soldados del ejúrdto de Lima: El fin de mi marcha hacia ¡a Capital del Perú es el tle
hacer con ella una firme reconciliación para el consuelo de todos los hombres. Nueve
años de horrores han inundado de sangre y lágrimas la América. Vosotros mismos habéis
sido oprimidos y fatigados de los males de ima guerra emprendida, no por el bien de la
Nación española, sino por las pasiones orgullosas de los agentes de aquel Gobierno. La
opinión y armas de toda esta parte del mundo vá en fin á presentarse delante de Lima,
para poner término á tantas desgracias. Vosotros no haríais sino prolongar los sacrificios
estériles, cuando, ciegos, á la irresistible fuerza de la voluntad común, queráis sostener un
empeño temerario. Cada uno de vosotros ha pertenecido á la causa de Tos pueblos: cada
uno pertenece á la humanidad: los deberes militares no pueden alterar aquellas fuertes obli-
gaciones de la naturaleza. Los soldados de la patria, fieles en el camino del honor como en
el del triunfo, no son terribles sino para los enemigos de la libertad. Ellos |dan más valor
á la victoria por las injusticias que ella hace reparar, que la gloria con que los cubre. Huid
pues de la ignominia de perecer al lado de tiranos detestables. En las filas de vuestros her-:
manos patriotas encontrareis el camino del honor, de la felicidad y de la paz. Os lo asi
UD general que nunca ha faltado á su palabra.
!
Cuutf I ganerü eu Santiago de Chile, 30 de Diciembre di
José de San Martin.
Decrelú d«nda hospitalidad á loi emigrados del Perü
Departmnento da Gubiemo.
BuenOB Aires, Fehiero 1 de
Siendo constante que de las Provincias del Perú ocupadas por el enemigo ha emigrado
ima porción decidida de hermanos nuestros al territorio libre, y pareciendo natural que fuera
üe BUS hogares carezcan de todos los auxilios necesarios para su subsistencia; la humanidi
y la justicia dictan que hallen entre nuestros brazos todo el consuelo y buena acogida que h
, y que sirva de testimonio inequívoco del aprecio y de la a
n que miramos sus virtudes. En su consecuencia he venido en declarar que los vecinos
c los pueblos sujetos á mi jurisdicción adonde llegaren nuestros hermanos emigrados, están
bligados á recogerlos en sus casas, y proporcionarles, según las comodidades y pié de fortuna en
que se encuentren, todos los alivios y asistencias que necesiten, corriendo al cargo de las res-
pectivas municipalidades el distribuir en el vecindario de su pertenencia los individuos y fami-
lias que hubieren emigrado después de la jornada cíe Sipe-Sipe, y velando los Gobernadores y
Tenientes Gobernadores al cumplimiento puntual de esta mi resolución que se les circulara
'lualmente que á todos los cabildos, insertándose en la Gaceta para que llegue
)dos los interesados. — Alvarez — Gregorio lagle. Secretario.
Bistrucciones que debe
ibaervac el Excmo. seAor Qeneral en Jefe del Ejírcilo Libertador dil
Peni, D. José d« San Martín
En la Ciudad de Santiago de Chile, á veintitrés dias del mes de Jimio de mil ochocientos
veinte, estando el Ejccmo. Senado en su sala de acuerdos y en sesiones ordinarias: resolvió S. E.
Que siendo el objeto del Estado de Chile y el espíritu que anima al Ejército destinado A la expe-
dición del Perú, sacar de la esclavitud y dominación del Rey de España á los habitantes de
aquellas vastas Provincias; uniformar el sistema de la libertad civil y nacional en toda la Améri-
«ra Meridional; acabar con los serviles partidarios de Fernando VII, que acantonados en aque-
llos puntos, sostienen con su acostumbrada o>^''''inadon una guerra destructora; y constituir
unos nuevos estados independientes, que unidospara la defensa déla causa común, con los de*
más que ya han conseguido su libertad, ncs hagan impenetrables á los ulteriores ambiciosos
proyectos de los españoles, debían fijarse las reglas que debe observar el Excmo. General en Jefe
íic la espedicion, y acordadas por su S. E., quedó decidido que estas se limitasen á las instruc-
ciones, que deben cumplirse inviolablemente, y han de correr bajo los siguientes:
Art. i" En los pueblos á que arribe no usará de ta fuerza sino cuando después de haber
convidado á sus habitantes con la paz encuentre una obstinada resistencia.
Art. 2" Los pueblos y Provinciasque voluntariamente se entregasen, serán iratadoscomo
hermanos en común; y en particular, no se insultaran, ni ofenderán las personas ni los inte-
reses; y auna aquellos que no sean adictos á nuestra causa, se procurará ganarles con el bien y
buen trato, haciéndoles entender que el sistema de nuestra libertad civil, tiene por objeto in-
ifiíeparable el espíritu de beneficencia y amor á la humanidad.
Art 3° Cuidará que todos los individuos del Ejército obser%-en escrupulosamente lo preve-
Üdo en el artículo anterior, castigando con severidad á los transgresores, haciéndoles conocer
e mayores y más notables conquistas se consiguen con la buena opinión y fuerza moral, que
a el cañón y bayonetas.
Art 4° Luego que haga su entrada en algún pueblo, hará que juntándose las corporacio-
JS y principales vecinos, hagan elección de Teniente Gobernador ó de Gobernador, si fuere
bbecera de Provincia, de cabildo y demás funcionarios públicos, en el caso que los antedichos
Q contrarios á la causa de la América, consultando estas elecciones el orden y tranquilidad
íbiica, y la seguridad de lo que se fuere conquistando.
Art. 5" Que á los Gobernadores ó Tenientes, >' cabildos elididos en la forma dicha, pedirá
medidamente cuarteles para el ejército, casa para oficiales, víveres y demás auxilios que se
cesitasen, de modo quesin ofender en lo menor el justo derecho de sus propiedades, conoz-
n todos que son legítimos dueños de aquellos territorios, y nuestro Ejército no exije de ellos
lO los derechos de la hospitalidad, y las justas atenciones y remuneraciones de unos herma-
s, que á costa de grandes sacrificios, aspiran á sacarlos de la esclavitud, y ponerles en el goce
ble la libertad civil .
Art, 6" Hará que en todos los pueblos y Provincias, que voluntariamente se ofrezcan k
^tra amistad, se arreglen los gobiernos en la forma que se ha dicho en el articulo 4° y que
^ se jure y publique solemnemente la independencia de la nación española, para cuyo efecto man-
dará comisionados de representación y probidad, que observen una conducta irreprensible, y
conforme á lo que se previene en los artículos anteriores.
Art. 7" Que si la Capital del Perú, y algunos otros pueblos, se negaran á nuestras con-
venciones de paz, y fuese preciso usar de la fuerza para tomarlos, se eviten, en cuanto sea
posible, los saqueos, violencias y demás excesos que ofenden & la religión y humanidad.
Art, 8° Cuidará que eu tos pueblos tom^idos pot ias armas, se reúnan los patriotas q
en ellos hubieren, para que hagan la elección de sus mandatarios, como se previene en el artí-
culo 4°, Pero de ningiin modo admitirá ningún empleo político para sí, ni para loa oficiales.
Art. ti" En !a Ciudad de Lima, Capital del Perú, se eligirá, conforme á lo prevenido en
dicho art. 4", un director ó Junta Suprema, como agrade á los Vocales, que con pleno poder
gobierne todas aquellas Provincias, separando de los empleos políticos y militares h todos los
que sean notoriamente contrarios á nuestra causa, subrogándoles patriotas de probidad é
idóneos para el buen servicio del Estado.
Art 10. Que solicite de la suprema autoridad constituida en la Capital, sefonne un pro-
yecto de constitución provisoria, que siendo voluntaria mente suscrita por las corporaciones y
vecinos de todo el Estado, se jure solemnemente su observación en la Metrópoli y en iodos
los pueblos-
Art. II. Para la formación de la constitución, se tendrá mucha consideración, en cuanto
lo permita el sistema de nuestra libertad, á las antiguas costumbres de aquel Estado, que no
podrán ser alteradas, sin pesadumbre y notable sentimiento de sus habitantes; y cuya estirpa-
cion debe ser obra de la prudencia y del tiempo.
ArL ¡z. Por este mismo principio, en los pueblos que fuere uniendo á nuestra amistad.
110 hará la menor novedad en el orden gerárquico de los nobles, caballeros cruzados, títulos,
eta, etc., y cada uno tratará y hará tratar con aquellas distinciones, que su actual rango exije.
Art. 13. Cuidará que en ninguna parte de aquel Estado se hagan secuestraciones de bie-
nes, sino de aquellos que han fugado para reunirse con los enemigos de nuestra causa, y de
las propiedades de los habitantes de !a península, pero todo esto se practicará por las comi-
siones que para el efecto se nombrarán por las justicias territoriales, á quienes corresponde
BU ejecución y aplicación de los caudales que de ellos resultasen, para el pago del ejército expe-
dicionario y de la Escuadra.
Art 14. A todos los naturales de aquellas Provincias que hayan sido contrarios á nuestra
libertad y quisieran quedarse con nosotros, conformándose con el actual sistema, se les recibirá
benignamente, y se les distinguirá á proporción de los compromisos que arrostrasen por nues-
tra causa.
Art. 15. Lo mismo se practicará con los habitantes españoles en aquel Estado, bien que,
en lo interior, con aquella cautela que exije la prudencia; pues nunca conviene ceder al enemigo,
á no ser que haya dado prácticamente incontestables pruebas de su compromiso y conversión,
y solo en este caso se podrá echar mano de los criollos y peninsulares para los empleos del
Estado.
Art 16. En las contribuciones mensuales que aquellos gobiernos impongan á los vecinos,
para los gastos del Ejército. Escuadra, etc., se encargará á las autoridades, para el efecto cons-
tituidas, alivie á los patriotas en cuanto sea posible, y se cargará la mano, en primer lugar, á los
españoles, criollos tibios y obstinados, y en SMundo á los indiferentes.
Art. 17. Si se considerase por necesario a la seguridad pública desterrar algunos individuos
oficiará sobre ello á las autoridades constituidas, ó tratará verbatmente con ellas, á fin de que lo
haga con la cordura y moderación que las circunstancias ocurrentes exigieren.
Arl. 18, Si á algunos eclesiásticos corutituidos en empleos públicos, por ser muy contrarios
al sistema de nuestra libertad fuese preciso removerlos, se hará por las autoridades
constituidas, y con aquella moderación que pide su carácter y dignidad,
Art iq. Las iglesias y sus bienes serán en todas las circunstancias inviolables; de modo
que, aun tomando algunos pueblos por 1 3 fiíerza, nunca permitirá que se ponga la mano en el
santuario ni en sus ministros; ordenándolo así al Ejército, y castigando ejemplarmente á los
transgresores.
Art. 20. Cuidará con el mayor celo que la religión santa de Jesucristo sea respetada de
todo el Ejército, y castigará con severidad á los insolentes que hablaren contra las verdades de
lafé, y sus adorables ministros, escarmentando á los que con una conducta inmoral escanda-
lizaren aquellos pueblos.
Art 21. Solicitará que los indios sean tratados con lenidad, y aliviados en cuanto sea
posible, de las graves pensiones con que los oprimía el pesado yugo Español, y que entren al
goce déla libertad civil, en los mismos términos que los demás individuos de aquellas Pro-
vincias.
Art- 22. Si fuere preciso levantar algunos cuerpos militares de los naturales de aquellas
Provincias, cuidará que en ellos se confundan las castas, entre quienes siempre se obser-
van ciertos principios de rivalidades ofensivas ala unión y disciplina militar; hará que de los
individuos de cada especie, se fórmelos cuerposó compañías auxiliares.
Art. 23- No hará novedad alguna sobre la libertad de esclavos, pues esto deberá ser prira^
tivo de las autoridades que se constituyeren, y cuya resolución se debe tratar con mucha «"^^
^s£
— 141 —
curm^'t^^^^'*' pero si recibirá en su ejército á todos los negros y mulatos esclavos, que volunta-
nte se le presentaren, sin darse por entendido de su libertad, á no ser que concurran gra-
0S circunstancias que lo exijan,
^^rt 24. En el caso que los esclavos que se le presenten, sean tantos para su Ejército no
-.ite de todos, y antes bien puedan serle perjudiciales, deberá remitir á este Estado el
?ro que compongan dos ó mas batallones. Salvo en el caso de este y el artículo anterior,
^l*'^5^^*who de propiedad de los amos deberá respetarse para cubrir la contribución proporcional
Q^^^ ^«acuerde por los Estados á quienes sea aplicable.
^rt. 25. Cuidará de comunicar cualesquiera resultados ('» providencias que tomare el Su-
pr^*^^^ Gobierno y Senado de este Estado, Ínterin se acuerda la remisión de un Diputado, que
^^^l^^^xá elegirse con la autoridad é instrucciones convenientes, y con quien solo podrá acor-
(j3 x-^^ los asuntos y negociaciones diplomáticas y comerciales de ambos Estados; y mandando
coxxa."»-*'^^^^ ^^ resolución al Excmo. señor Director Supremo, ordenó S. E. se le manifestara,
qi2^ ^^ cumplimiento de los artículos citados se interesa el honor del Gobierno, el mayor apre-
cio *^ ^' sistema y el crédito de la Nación, seria útil que si fuera posible, marchara con la expe-
dicrio*! d Diputado de que habla el precedente artículo: y ejecutado firmaron los señores con
el ít^ frascripto.— /w/ Ignacio Cienfuegos — Francisco B, Fontecilla — Francisco A nionio Pérez —
/t^^rm Agustín Alcalde— José Maria de Rosas— Josí Maria lillareal, Secretario— Es copia:
Tratado de Amistad, Comercio y Navegación con el Perú
Baenos Aires, 9 de Marzo de 1874.
República Argentina y la República del Perú, deseando estrechar las relaciones de
id que felizmente y sin la menor interrupción han subsistido siempre entre ellas, á pesar
haber sido jamás consagradas por ningún pacto, y regularizar de una manera durable y
oca ventajosa, las relaciones comerciales, han decidido proceder á la conclusión de un
o de Amistad, Comercio y Navegación, y al efecto nombraron por sus Plenipotenciarios,
r
República Argentina á S. E. el señor Ministro de Relaciones Exteriores doctor don
s Tejedor.
la República del Perú á S. E. el señor Ministro Residente doctor don Manuel
3'en.
<^enes después de haber canjeado sus respectivos plenos poderes y de haberlos hallado
^«jena y debida forma, han estipulado los artículos siguientes:
Art I® La paz y amistad felizmente mantenidas y cultivadas sin la menor interrupción
^ la República Argentina y la República del Perú, serán perpetuamente firmes é inviola-
^^^^& •». cuidando con el mas \ivo interés los Gobiernos de ambas Repúblicas, de mantener entre
SI 'y sus respectivos territorios, pueblos y ciudadanos, sin distinción de personas ó lugares, la
& cordial inteligencia.
Art 2* Los argentinos en el Perú y los peruanos en la República Argentina, gozarán recí-
'^::ramente de los mismos derechos civiles y garantías que los nacionales, y estarán sometidos
'^ l3^a.s leyes y jurisdicción del país.
Art 3® Los argentinos en el Ferú y los peruanos en la República Argentina, estarán
^ntos de todo ser\'icio personal, así en el ejército ó armada, como en las guardias ó mi-
~9s Nacionales.
No podrán, sin embargo, los que tuvieren domicilio establecido, negar sus ser\'icia« en
otecdon de las personas y propiedades en caso que estuviesen amenazadas de algún
X^^igro inminente.
Art 4° Los argentinos en el Perú y los peruanos en la República Argentina no podrán
^smplear en sus cuestiones contenciosas otros recursos que los que conceden á los nacionales
las leyes de los respectivos países: debiendo precisamente conformarse, como estos, con las
Tesoluciones definitivas de los Tribunales y Juzgados de Justicia, y sin que en ningún caso pue-
dan entablar por ellas ninguna reclamación diplomática.
Art 5» La inter\'encion diplomática respecto de las cuestiones contenciosas que tengan
ios argentinos en el Perú ó los peruanos en la República Argentina, no tendrán lugar al^o-
lutamente sino en caso en que los Juzgados ó Tribunales se negasen á administrarle justicia
con arreglo á las leyes, (í retardasen con violación de ellas, la secuela y terminación deT
juicios, y esto con el solo y tánico objeto de que las leyes sean aimplidas.
Art. 6° La República Argentina y la República del Perú, convienen en que habiA liber-
tad recíproca de comercio y navegación entre sus respectivos ciudadanos y territorios.
Los ciudadanos de cualquiera de las dos Repúblicas, podrán en consecuencia frecuentar
con sus buques todas las costas, puertos y lugares de la otra en que se permita el comercio ex-
tranjero; residir en cualquier punto de los territorios de la otra y ocupar las casas y almacenes
que necesiten. Dichos ciudadanos gozarán también deentera libertad para viajarycomerciaren
cualquier lugar del territorio de la otra, eu lodo género de efectos, mercaderías, manufacturas y
productos de 'ícíto comercio; y abrir tiendas y almacenes por menor, sometiéndose: á las
mismas leyes, decretos y usos establecidas para los ciudadanos del país, y sin estar sujetos á
mayores contribuciones ó impuestos que los que pagan ó deben pagar los ciudadanos
naturales.
Art. 7° Loa ciudadanos de cada una de las partes contratantes, no podrán ser deteni-
dos, ni sus naves, tripulaciones, mercaderías, estarán sujetas á embargo ó expropiación paia
expediciones militares, ni para ningún otro objeto público ó particular, sin conceder á los inte-
resados la indemnización correspondiente, en el modo y forma que con los nacionales.
Art 8" Los buques argentinos á su entrada ó salida de los puertos del Perú, y los buques
peruanos á su entrada ó salida de los puertos de la República Argentina, no estarán sujetos á
otros ó mas altos derechos de tonelada, faro, puerto, pilotaje, cuarentena ú otros que afectan
el cuerpo del buque, que aquellos que pagaren en igualdad de casos los buques nacionales.
Art, 9° Toda clase de mercaderías y artículos de comercio que sean importados legal-
mente en los puertos )■ territorios de cualquiera de las Alias Partes Contratantes, en buques
nacionales, podráu serlo también en los buques de la otra Nación, sin pagar otros ó mas altos
derechos é impuestos, cualquiera que sea su denominación, que si las mismas mercaderías ó
artículos fuesen importados en buques nacionales, ni se hará distinción alguna en el modo de
hacer los pagos de los mencionados derechos é impuestos,
Queda expresamente convenido que las estipulaciones de éste y del artículo anterior, son
aplicables eu todasu esteusion á los buques y á sus cargamentos, pertenecientes á coalquiera
de las Altas Partes Contratantes que lleguen á los puertos y territorios de la oira, ya sea en
el caso que dichos buques hayan salido directamente de los puertos del país á que pertenece,
ó de los puertos de cualquiera otra Nación.
Art. lo. No se exigirán otros ó más altos derechos á la importación en los puertos y
territorios de cualquiera de las Altas Partes Contratantes, de cualquier articulo, produelo ó
manufactura de la otra, que los que se pagan ó pagaren por el mismo articulo, producto ó ma-
nufactura de cualquier otro país; ni se impondrá prohibición alguna á la importación de cual-
quier artículo, producto ó manufactura de cada una de las Altas Partes á los puertos ó territorios
de la otra, sin que la prohibición se extienda igualmente á todas las demás Naciones.
Art. II. Toda clase de mercaderías y artículos de comercio que puedan exportarse
l^almente de los puertos y territorios de las dos Altas Partes Contratantes en buques
nacionales, podrán exportarse también en buques de la otra parle, pagando únicamente los
mismos derechos y gozando de las mismas primas, descuentos y Franquicias, que sí la misma
mercadería ó los mismos artículos de comercio se exportasen en buques de la una ó de la
otra Parte.
Art. 12. Se declara que las estipulaciones del presente tratado no se consideran aplica-
bles á la navegación y comercio de cabotaje entre un puerto y otro situado en el territorio de
cualquiera de las Partes Contratantes; pues la regulación de este comercio está reservada res-
pectivamente á las leyes particulares de cada una de las Partes.
Sin embargo, los buques de cualqwera de los dos países podrán descargar parte de bus
cargamentos en un puerto habilitado para el comercio extranjero, perteneciente al territorio
de cualquiera de las Altas Partes Contratantes, y continuar con el resto de su carga á cual-
quier olro puerto del mismo territorio abierto al comercio extranjero, sin pagar otros ó ma-
yores derechos de toneladas ó de puerto, que los que pagan en i;iles casos los buques nacionales,
en circunstancias análogas, y del mismo modo, se les permitirá cargar en diferemes puertos
en el mismo viaje para otros p^ses.
Art 13. Con el objeto de evitar el contrabando que pueda hacerseen perjuicio de una ú
otra República, las mercaderías de cualquiera clase y procedencia que se saquen de los puertos
de la República Argentina en donde haya aduana para el Perú, y reciprocamente las merca-
derías que se saquen de los puertos del Perú con destino á la República Argentina, se despa-
charán certificando la aduana: el competente sobordo que exprese la clase, bandera, nombre
y porte del buque, el puerto de su procedencia y el de su destino, los nombres del cargador,
del remitente de cada cargamento y de la persona á quien so hace el envío de éste: el núme-
f
— 143 —
w-o d^ bultos de cada cargamento y el total de los queso destinen á cada puerto, y por último,
^ contenido, forma, marcas, números y peso de cada bulto.
Art 14. Los ciudadanos de una de las Repúblicas Contratantes que se vieren obliga-
j^^j^ á buscar refugios 6 asilo con sus buques, en los ríos, puertos, ú otros lugares del territo-
-^ ^e la otra, por causa de tempestad, persecución de piratas ó enemigos, avería en el casco
ó s^f^^^^^^ ^^^ ^^ agua, carbón o provisiones, serán recibidos y tratados con humanidad, dán-
^^f ^s todo favor, auxilio y protección para reparar sus buques, acopiar agua, carbón, víveres,
^ .nonerse en estado de continuar su viaje sin obstáculo ni molestia de ningún género, ni pago
^^ derechos de puerto ó cualquiera otra carga, que los emolumentos del práctico; y sin exi-
^¿tI^^ ^^ descarguen toda ó parte de la carga, si no fuere preciso. Si fuere necesario descar-
%SiX' p^^^ de la carga 6 toda ella, la que fuese descargada y reembarcada, pagará los gastos por
eJ s^x^do de los almacenes y por el trabajo.
CTuando se haga preciso vender parte de la carga, únicamente para pagar los gastos del
aj^l>o forzado, lo vendido quedará sujeto al pago de los derechos de importación, si por la ley
¡Qg, cr^usare.
in embargo, si un buque después de reparado y en perfecto estado para continuar su
se demorase en el puerto más de cuarenta y ocho horas, quedará sujeto al pago de los
líos y demás gastos de puerto; y si durante la permanencia en el mismo puerto hiciese
a transacción mercantil, tanto el buque como los efectos que descargue y los productos
mbarque, estarán sujetos á los derechos y demás impuestos establecidos por las leyes y
entos, como si el arribo hubiera sido voluntario.
lEs entendido que esta estipulación no altera en lo más mínimo las disposiciones vigen-
cada pais, sobre esta materia.
Art. 15. Si algún buque de una de las dos Partes Contratantes naufragare, sufriere ave-
fuere abandonado en las costas de la otra, 6 cerca de ella, se dará á dicho buque y á
ipulacion toda la asistencia y protección que fuere posible; y el buque, cualquiera parte
"3, todo su aparejo y pertenencias y todos los efectos y mercaderías que se salvasen ó el
ucto de ellas si se vendieren, serán entregadas á sus dueños ó agentes debidamente autori-
segun las disposiciones vigentes en cada país, que en nada se considerarán alteradas
estas estipulaciones.
Art. 16. Los buques, mercaderías y efectos pertenecientes á ciudadanos de una de las
Repúblicas Contratantes que fueren apresados por piratas, bien en alta mar, ó dentro de
~%nites de su jurisdicción, y llevados <S encontrados en los rios, radas, bahías, puertos ó ter-
cos de la otra, serán entregados á los dueños 6 á sus agentes, probado que sea su derecho
los tribunales competentes. La reclamación debe hacerse dentro del término de un año
los mismos interesados, sus agentes 6 los de los respectivos gobiernos, obser\'ándose en todo
leyes de cada país y los principios del derecho de gentes.
Art 1 7. Las estipulaciones de este tratado, relativas al comercio, son aplicables á los bu-
argentinos y peruanos, sea que procedan de los puertos del país ó que pertenezcan respec-
^aunente, sea que procedan de los de otros países extranjeros.
Se considerarán como buques argentinos en el Perú y como buques peruanos en la Repú-
Argentina, todos aquellos que pertenezcan á ciudadanos de la República Argentina ó del
:rii respectivamente, y que naveguen provistos de las patentes ó cartas de mar expedidas
la forma acostumbrada, según las leyes y reglamentos de cada República.
Art 18. Las dos Repúblicas Contratantes se obligan á no conceder favores, privilegios ó
^i^enciones algunas sobre comercio y navegación á otras naciones, sin hacerlos extensivos á los
^ Xidadanos de la otra parte, quienes gozaran gratuitamente si la concesión hubiese sido gra-
y mediante igual compensación, ú otra equivalente, que se arreglará de mutuo acuerdo, si
concesión hubiese sido condicional.
Art 19. Los buques de guerra de una de las dos Repúblicas, serán admitidos y trata-
os en los puertos de la otra, como los de la nación más favorecida.
Art 20. Convienen las dos partes contratantes en reconocer los siguientes principios en
de guerra de alguna de ellas con una nación extraña:
I® Las naves de aquella de las dos partes contratantes que permanezca neutral, podrán
navegar libremente de los puertos y lugares enemigos á otros neutrales, ó de un puer-
to ó lugar neutral á otro enemigo, ó de un puerto ó lugar enemigo á otro igual ene-
migo, exceptuando los puertos o lugares bloqueados; y será libre en todos ¿stos casos
cualquiera propiedad que vaya á bordo de tales naves, sea quien fuere el dueño, ex-
ceptuando el contrabando de guerra.
Será libre igualmente, toda persona á bordo del buque neutral, aunque sea ciudadano
de la nación enemiga, siempre que no esté en actual servicio del Gobierno enemigo,
ó destinado á él.
144-
2° Las personas y las propiedades de los ciudadanos de aquella de las dos partes
tratantes que permanezca neutral en caso de guerra de la otra, serán libres de
detención y confiscación, aun cuando se encuentren á bordo de una nave em
salvo si las personas se hallaren en servicio del enemigo ó destinadas á ¿1, ó sí la
piedad fuere contrabando de guerra.
3'» Las estipulaciones contenidas en este artículo, declarado que e! pabellón cúbrela
piedad y las personas, se aplicarán á aquellas potencias que reconocen ó en lo SU(
reconocieren este principio, y no á otras.
Art 21. Se reputan como artículos de contrabando, cuya conducción y comercio que-'
dan prohibidos en caso de guerra, los siguientes:
i" Piezas de artitlena de todas clases y calibres, sus montajes, útítes de servido y pro-
yectiles, pólvora, bombas, torpedos, fuego griego, cohetes á la congréve, y todas las
demás cosas destinadas al uso de la artUlena y fusilería. ^|
2° Escudos, casquetes, corazas, cotas de malla, fornituras y uniformes militares. ^H
3° Banderolas y caballos juntos con sus arneses. ^H
40 Las máquinas de vapor, combustibles y todo lo anexo á ellas, destinadas al uso tW
las naves de guerra; y en general toda especie de armas de hierro, acero, cobre, bron-
ce y cualesquiera otras materias, manufacturadas, preparadas ó formadas expresamente
para hacer la guerra por mar ó por tierra.
5° Los víveres que se destinan á las tropas ó escuadras enemigas.
Art. 22. Los artículos de contrabando de guerra, antes enumerados y clasificados, que
se bailen en im buque destinado á puerto enemigo, estarán sujetos á detención y confis-
cación; pero el resto del cargamento y el buque se dejarán libres para que los dueños puedan
disponer de ellos, según lo estimen conveniente.
Art. 2^. Ninguna nave de cualquiera de las partes contratantes será detenida en alta
mar por tener á su bordo artículos de contrabando, siempre que el capitán ó sobre-cargo
de dicha nave quiera entregar los artículos de contrabando al apresador; á menos que
esos artículos sean tan numerosos ó de tan gran volumen, que no puedan, sin grave
inconveniente, recibirse á bordo del buque apresador; pero en este caso y en todos los demás
de justa detención, el buque detenido será enviado al puerto más inmediato, cómodo y
seguro, para ser allí juzgado con arreglo á las leyes.
Art. 24. Cuando un buque navegue hacia un puerto ó lugar enemigo, sin saber que ^e
halla sitiado ó bloqueado, puede ser rechazado, notificándose el bloqueo ó ataque por el
oficial que mande un buque que fcrtue parte de la fuerza bloqueadora; pero se le permi-
tirá ir libremente á cualquier otro puerto ó lugar que su capitán ó sobre-cargo juzgare
oportuno, sin confiscar parte alguna de su cargamento, á menos que fuere contrabando de
guerra. Mas si después de notificado el bloqueo ó ataque, el expresado buque intentare
de nuevo entrar al jiuerto, podrá ser apresado y confiscado, así como su cargamento, salvo
el caso de que este pertenezca á persona distinta del dueño del buque, y pueda probar
que era extraña á la violación del bloqueo.
No se impedirá á ningún buque que hubiere entrado en un puertc
bloqueado ó atacado, salir de él en lastre ó con el cargarocnlo con que 1
quiera otro, hecho antes de comenzar el bloqueo; más si intentare salir c
que hubiese hecho después de csle acto, estara sujeto á confiscación junto
Los buques de una ú otra de las partes contratantes que se e
bloqueado ó atacado al tiempo de la reducción ó entrega del lugar,
tuvieren á bordo, no estarán sujetos á confiscación ó demanda alguna,
los dueños en tranquila posesión de sus propiedades.
Art. 25. Con el objeto de prevenir desordenes en la visita y reconocimiento de los bu-
ques mercantes y sus cargamentos en alta mar, se estipula: que siempre que un buque de
guerra de una de las parles contratantes se encontrase con un neutral de la otra, el primero
permanecerá á !a mayor distancia que sea compatible con la posibilidad y seguridad de hacer
la visita, atendidas las circimslandas del viento y de la mar y el grado de sospecha que inspire
el bajel que ha de ser visitado, y enviará un bote con dos ó tres hombres solamente para
verificar dicho reconocimiento de los documentos concernientes á la propiedad y carga del
buque, iin ocasionar la menor extorsión, violencia ó mal trato, de lo cual será responsable cou
su persona y bienes el capitán del buque armado. En ningún caso se exigirá de la parte
neutral, que vaya á bordo del buque reconocedor con el fio de exhibir sus dociunentos, ni
por ningim otro objeto.
ArL 20. Si una de las dos parles contratantes estuviere en guena, los buques de. la olra
deberán proveerse de patente de navegación ó pasaportes, en que se expresen el nombre,
naturaleza del dueño del buque, el nombre y capacidad de éste, y el nombre y residí '
de hallarse
ó con cual-
cargamento
carga.
n un puerto
cargamentos que
j que se dejará ¿
I capitán, á fiíi de que se compruebe que el buque pertenece rea] y verdaderamente á ciu-
Uanos de la otra parte- Estando cargados los expresados buques, llevarán además de la
" ■ ' ivegadon ó pasaportes, manifiestos ó certificados que contengan los pormenores
\ calamento y el lugar donde fuere embarcado, para que pueda saberse si hay á bordo
Ctos de contrabando. Estos certificados serán expedidos en la forma acostumbrada, por
Unas de Aduana ó autoridades del puerto de donde saliere el buque, sin cuyo requisito el
iresado buque puede ser detenido para ser adjudicado él o su cargamento, por los tribu-
" s competentes, á menos que se pruebe que la falta proviene de algún accidente ó se
sat aquella con testimonio del todo equivalentes, en la opinión de los susodichos tri-
Jes.
Alt. 27. Las anteriores estipulaciones relativas i !a visita y reconocimiento de los buques,
b aplicarán solamente á aquellos que naveguen fuera de convoy; pues cuando los dichos
juques vayan en convoy, se considerará suficiente la declaración verbal del comandante de
este, hecha bajo su palabra de honor, de que los buques que están bajo su protección, perte-
necen 3 la nación cuya bandera lleva. En caso de que los buques se dirijan á un puerto
«nemigo, declarará además el comandante, que dichos buques no tienen á su bordo, artículos
''"I contrabando de guerra.
Art. iS, Las causas de presas serán decididas por los tribunales establecidos al efecto
: las leyes de las respectivas Repúblicas, y dichos tribunales serán los únicos que tomen
) de ellas. Siempre que tales tribunales de una ú otra parte pronunciaren sen-
sobre algún buque, efecto o propiedad reclamados por ciudadanos de la otra parte, la
la ó decisión mencionará las razones ó motivos en que se ba fundado, y se entregará
^ tndanle ó agente de dicho buque, ó propietario, si lo solicitare, im testimonio autén-
> de la sentencia ó decisión, ó de todo el proceso, con tal que satisfagan los derechos
, Deseando las dos partes contratantes evitar toda desigualdad en lo concer-
i relaciones oficiales internacionales, convienen en conceder á sus Enviados,
listros, Encargados de Negocios Extranjeros y demás agentes públicos, los mismos favores,
Kkonidades y exensioncs de que con arreglo al Derecho de Gentes, gozan ó en adelante
'ataren los de las naciones más favorecidas.
Art 30. Como consecuencia del principio de igualdad establecido, en virtud del cual los
dadanos de cada una de las dos altas partes conU^tantes gozarán en el territorio de la otra
I loa mismos derechos que los naturales, se declara : que los daños causados por las facciones
r individuos particulares, y en general por casos fortuitos de cualquiera especie, no darán
dio á indemnizaciones especiales, estando soto obligados los Gobiernos de las dos Repú-
1 á conceder á los naturales de la otra la misma protección en sus personas y propie-
i que las leyes conceden á sus propios ciudadanos.
Art 31. Los agentes diplomáticos de una de las dos Repúblicas, en países extranjeros,
aoxde no existan agentes de la otra, harán toda clase de gestiones permitidas por el Derecho
Intemiicionai, para protejer los intereses y las personas de sus ciudadanos, en los mismos
ténninus en que deben hacerlo respecto de los de su propio país, siempre que su inter\'endon
■ea solicitada por ta parte interesada y admitida pot el Gobierno cerca del cual reside.
^~" Art 3¿. Las Repúblicas contratantes, deseando mantener tan firmes y duraderas sus
Bcionea amistosas, cuanto lo permita la previsión humana, convienen: en que si uno ó más
dadanos de una de las dos panes contratantes, infringiere cualquiera de los artículos de
í Tratado, ó alguna ó algunas de las estipulaciones e>dstentes entre los dos países, el
actor ó infractores serán personalmente responsables, sin que por ello se turbe ¿ interrumpa
fc buena annonia y correspondencia entre las dos Repúblicas, comprometiéndose cada una
pellas, i no protejer á los infractores, ni menos autorizar en ningún sentido semejantes
Art. 33, Las dos Repúblicas convienen en que, si desgraciadamente llegan á interrum*
"W las relaciones de amistad entre ellas, no apelarán á las armas, antes de agotar la vía de
i, y en tanto que no se haya perdido la esperanza de obtener por ésta la satisfac-
m debida. Cuando ocurriese aquel caso, el Gobierno que se cree agraviado, después que
~l hecho valer las razones que le asisten y solicitado inútilmente una justa avenencia,
ñgnará en un maniticsto los fundamentos de su queja y ]»s presentará en el despacho de
iriones Exteriores del Gobierno á quien se impata la ofensa, anunciando la intención de
itérala decisión de un tercero (de cinco Gobiernos que se designará) si antes de seis meses
Nltados desde el día en que ese maniñesto haya sido presentado, no se hayan dado las
iflHcacioDes satisfactorias, sobre el punto ó puntos que fueren motivos de queja.
El Gobierno á quien se imputa la ofensa, debe contestar dentro de dichos seis meses y
minará so exposición designando por su parle uao de los cinco Gobiernos propuestos para
e ñtva de arbitro. 19
146 -
Si el Gobierno ofendido no se diera por satisfecho cun las explicaciones <lel otro, amDc
se dirigirán al designado por arbitro, sometiéndole con lal piezas justificativas necesarias, la
materia sobre que debe recaer la decisión.
Si el Gobierno acusado eludiere la propuesta de arbitramento, ú el nombramiento de
arbitro, éste se elegirá por el actor de entre los cinco Gobiernos que se designó primitiva-
mente.
En general, en todos loa casos de naturaleza grave y capaz de producir la guerra, en
ijue no puedan avenirse las dos partes contratantes por medio de las vías diplomáticas, ocur-
rirán á la decisión ile un arbitro para arreglar pacífica y definitivamente sus diferencias, y no
podrá ningima de ellas declarar la guerra, ni autorizar actos de represalia contra la otra, sino
en el caso de que ésta rehuse someterse á la decisión arbitral de un Gobierno amigo, ó cumplir
la sentencia dada por éste.
Art. 34. En el desgraciado evento de guerra tntre las dos Repúblicas, con el fin de
disminuir los males de ella, se estipula lu siguiente;
I" Rotas las hostilidades, los comerciantes, traficantes y otros ciudadanos de todas
profesiones de cualquiera de las partes, que residan en las ciudades, puertos ó terri-
torios de la otra, podrán permanecer, continuar su comercio y negocios, en tanto
que se conduzcan pacíficamente y no cometan ofensa alguna contra las leyes, y en
caso de que su conducta les hiciese sospechosos, podrán ser removidos libremente
de un punto á otro del territorio, ó si se juzgase oportuno mandarlos salir del país,
se les concederá el término de doce meses contados desde la publicación <j intima-
ción de la órdeu, para que en él puedan arreglar y ordenar sus negocios y retirarse
con sus familias, efectos y propiedades, á cuyo ñn se les dará el necesario salvo-
conducto.
2" Los hospitales y ambulancias raililares de heridos, las intendencias y el servicio de
sanidad, de administración y el pasaporte de heridos, así como los médicos, cirujanos
y capellanes, son neutrales, y como tales gozarán de especiales consideraciones de
funciones. Concluidas éstas,
que pertenezcan. Es enten-
: 6 ambulancias custodiadas
para guardarlos de
parte de los beligerantes, mientras desempeñen
podrán las indicadas personas retirarse al campamento i
dido que no se reconocerá la neutralidad de los hospitali
por una fuerza militar superior á la e-ttoct amenté
ataques de individuos particulares.
ArL 3j, El presente Tratado será perpetuo en cuanto á la estipulación de su artículo
primero; y en cuanto á los demás durará por el término de diez años, contados desde la
fecha en que las ratificaciones sean canjeadas. Pero si ninguna de las partes animclare á la
otra por una declaración oficial un año antes de la expiración de este plazo su intención de
hacerlo terminar, continuará siendo obligatorio para ambas partes, hasta un año después de
cualquier día en que se haga tal notificación por una de ellas.
_Art. 30. Este Tratado será ratificado por el Poder Ejecutivo de cada una de las dos
Repúblicas, previa su aprobación por los respectivos Congresos, y las ratificaciones serán
canjeadas en Buenos Aires ó en Lima, dentro del más breve término posible.
En fé de lo cual, nosotros los Plenipotenciarios de la una y de la olía parte, lo heni
firmado y sellado con nuestros sellos particulares, en Buenos Aires 4 9 de Marzo de 1874.-
(L. S.) C. Tejedor. — (L. S.) Manuel Irigoven.
BneuD) Ajru, Ui;d 19 da tí
A los efectos del artículo 19 de la Constitución Nacional, remítase al CongrMO para É
aprobación. ''
Sarmiento
C. lyedor.
LEY DE APROBACIÓN
El Senadí) y Cámara 4e Diputadas de ¡a Nación Argentina, reunidos ei
Congreso,
Art, i" Apruébase el Tratado de Amistad, Comercio )' Navegación celebrado entre la
República Argentina, y el Presidente de la República del Perú, por medio de sus respectivos
Plenipotenciarios en Buenos Aires, el día i.j de Marzo, con las modiñcacioncs siguientes :
— 147 —
I** La supresión total del artículo 5**.
2^ La adición de las palabras, la cuestión después de las de anunciando ¡a intención de
someter en el primer párrafo del artículo 33.
Art. 2*> Comuniqúese al Poder Ejecutivo.
Dado en la Sala de Sesiones del Congreso Argentino, en Buenos Aires, á los veintiocho
días del mes de Setiembre de mil ochocientos setenta y cuatro. — Adolfo Alsina. — Carlos
M, Saravia, Secretario del Senado. — Luis Saexz Pe^a. — jWgue/ Sorondo, Secretario de la
Cámara de Diputados.
CANJE DE LAS RATIFICACIONES
Habiéndose reunido los infrascriptos, para canjear, en virtud de sus plenos poderes espe-
ciales, las ratificaciones del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, concluido y firmado
en Buenos Aires el 9 de Marzo de 1874, entre el Perú y la República Argentina, y habién-
dolos examinado detenidamente se notó, que en el instrumento de ratificación del Gobierno
del Perú faltaba el inciso 3", del artículo 20 que dice: 3*^ las estipulaciones contenidas en
este artículo, declarando que cl pabellón cubra la propiedad y las personas, se aplicarán á
aquellas Potencias que reconocen ó en lo suc^ivo reconocieren este principio y no á otras.
Los Plenipotenciarios que suscriben deliberaron acerca de lo que debía hacerse en
presencia de dicha omisión, y habiendo declarado el del Perú que debía considerarse aquel
inciso como si estuviera inserto en el lugar correspondiente del instrumento de ratificación
del Gobierno Peruano por ser parte integrante del Tratado á que se refieren la aprobación
dd Congreso y dicha ratificación, y cuyo text'^ Hene en su poder el Gobierno Argentino, y
habiéndose hallado en lo demás perfectamente conforme los instrumentos de ratificación,
acordaron consignar el hecho referido en la presente acta y proceder á verificar su canje.
Asi lo hicieron en efecto en la forma acostumbrada, y extendiendo por duplicado este
protocolo que firmaron y sellaron los infrascritos, en Buenos Aires, á 20 de Diciembre de
1875. — (L. S.) Bernardo de Irigovent. — (L. S.) Manuel Irigoyen.
La- primera acción formal que verificaron las tropas expedicionarias á
Chile al mando del General San Martin con las realistas de esa región, fué la
inmortal batalla en la cuesta de Chacabuco donde chocaron impetuosamente
las armas que defendían, unas la libertad é independencia y las otras la conser-
vación V la esclavitud del reino chileno.
En este campo glorioso fué donde el ejército libertador conoció con pro-
funda convicción la superioridad de su organización, de su ventajosa disciplina
militar, de su firmeza en el ataque y aun de su bravura.
Para dar una idea de los hechos militares que prepararon este acontecí"
miento de importancia tan trascendental para la causa del ejército oriental de
los Andes, nos es menester bosquejar la situación de ese postrer período tan
fecundo en ventajas parciales.
En efecto: la vanguardia del ejército que venia desde Mendoza, remontaba
los Andes con su pesada artillería y aun en medio de los sufrimientos consi-
guientes á su penosísima como heróicamarcha, no perdonó ocasión de embestir
al enemigo, cualquiera que fuese el número, apenas le avistaba, saliendo siem-
pre victoriosos los pelotones invasores.
— 148 —
infinitas fueron las escaramuzas hasta venirse formalmente i\ las manos
en Chacabuco, siendo uno solo el resultado para los imnrgcntes del Plata: la
victoria.
Por el camino de Uspallata iba el cuerpo del ejército que marchaba á las
órdenes del General Las Fieras; — según parte oficial de este jefe se supo que
el dia 24 de Enero, una partida de 250 hombres, sorprendió una avanzada ene-
miga en « Piclieuta», haciéndole siete prisioneros, mas un cabo que se había
pasado voluntariamente.
Perseguida con tenacidad, llegó á situarse ventajosamente en una fuerte
posición donde se sostuvo durante dos horas y media que duró el combate, liasta
que se retiró lapai'tida patriota por ser ya de noche; el enemigo había perdido
en esta vez 14 muoi'tos, incluso un oficial.
Destacado el Teniente don Juan Lavalle, de las fuerzas al mando del
Sargento Mayor de Ingenieros don Antonio Arcos, con 25 granaderos á caballo
á batir una avanzada de 50 hombres, apenas quiso cargarlos se pusieron en
precipitada fuga, logrando hacer tres prisioneros en la persecución que
emprendió contra ella; la noche evitó la matanza ó la rendición.
También el Comandante don Ramón Freiré, desde la « Vega de Cumpéo »,
doce leguas de la ciudad de Talca, dio aviso al Gobernadoi* Intendente de Cuyo
que con una fuerza de GO hombres había ata(*ado el 4 de Febrero una partida
de cien y tantos enemigos, y que después de una lucha sostenida durante dos
horas, pudo al fin derrotarla á pesar de su posición superior, haciéndole 20 pri-
sioneros con lü muertos de tropa y dos oficiales, y tomándole además sables,
tercerolas y monturas, etc.; un soldado realista se había pasado armado á las
filas patriotas.
El mismo Coronel Las Meras partici|)ó desde el « Juni*alillo » al General
San Martin, í|ue habiendo destacado al Mayor Martinoz con una compailía del
número 11 y los.'W granaderos al mando del Teniente Aldao, |)ara j^osesionarse
de la «fiuardin do Hornillos)), posición occidental de los Andes, defendida por
mas de cien hombres de infantería y caballería, tuvo lugar el 4 de Febrero
un encuentro sangriento en í|ue des|)ues de disputarse vigorosamente el campo,
fué vencido al íin el enemigo y i)ueslo en fuga, pero dejando en la demanda
40 muertos y 4í) prisioncíros, entre estos (ios oficiales.
La noche, que avanzaba rápidamente, pudo salvar el resto de la guar-
nición.
— 149 —
El Comandante don Juan Manuel Cabot, destinado á atacar á Coquimbo,
en su parte oficial al Gobernador de Cuyo, comunicaba que habiendo sorpren-
dido en la «Cañada de los Patos» una guardia enemiga compuesta de ocho
soldados y un sargento, hizo prisioneros á todos estos y también á otra de
igual número que debía relevarla.
Otro parte dirigido por el General Soler, comunicaba que desde «Achupa-
Uas», destacando al Comandante don Mariano Necochea con los cien hombres
del escuadrón Escolta, para que practicase un reconocimiento sobre San Feli-
pe, fué avistado por el enemigo que pretendió cortarle el paso en Putaendo,
saliéndole al encuentro con 300 soldados de caballería, dejando una reserva
compuesta de 400 infantes y dos piezas de artillería en la falda de la sierra de
«Las Coimas».
El número de enemigas era muy superior y la posición ventajosa; por
consiguiente, siendo muy aventurado presentar una acción franca, era nece-
sario inventar algún arbitrio que menoscabase tanta superioridad.
En materia de expedientes estratégicos era fecundo el ingenio de Neco-
chea, y ordenando se empefiasen guerrillas por [ambos flancos del enemigo á
fin de alejar la caballería enemiga del apoyo de la infantería, les previno á los
jefes de simular una retirada hasta que se separase aquella lo bastante de
dicha posición.
Tal como lo previo Necochea sucedió y en el momento mismo que se
había separado cuatro cuadras del campamento, teniendo á media cuadra de
distancia á la caballería que le perseguía, aquel valeroso jefe volvió rápida-
mente sobre su retaguardia, dando tan espantosa carga al confiado enemigo
que desorganizado y aterrado con el ruido extraño de las vainas de latón de acero
de los sables de los insurgentes, había dado el grito de « sálvese el que pueda »,
poniéndose en acelerada fuga, despojándose de todo cuanto podía molestarles
en aquella dispersión sin ejemplo, y dejando en el campo 19 muertos, incluso
dos oficiales, 4 prisioneros heridos y 60 piezas de armas: fusiles, carabinas,
sables y pistolas.
Los que pudieron salvarse, incorporados al grueso del ejército, comuni-
caban á sus compañeros el terror que les impusieron los sablazos de los Grana-
deros y la sonajera de sus vainas: en esta época solo se usaba en Chile vainas
de suela.
Los triunfos obtenidos por Las Heras y Necochea, pusieron al ejército en
posesión de Aconcagua, donde no solo remontó su caballería sino que consi-
guió- abundantes provisiones.
El mismo Coronel Las Heras dio aviso el 8 de Febrero, comunicando que
estando en posesión de la Villa de Santa Rosa de los Andes el Mayor Martinez,
destacado expresamente, acababa de llegar triunfante de una guerrilla enemí-
150 -
ga á la que habla muerto un soldado, apoderándose de seis mil cartuchos ft
bala y sesenta caballos, lomando Las Heras al entiar á la villa un almacén de
víveres con 100 líos de charque y mas de 100 fardos de galleta.
El Comandante don Juan Manuel Cabot, en su parte oficial al Gobierno
comunicaba que habiendo chocado sus armas con superiores partidas enemi-
gas el 11 de Febrero en el lugar de « Barraza >> y el 12 en el de » Sálala », los
derrotó después de reñidos combates, haciéndoles 43 muertos de tropa, tres
oficiales vires mujeres, 40 prisioneros, incluso un Teniente Coronel, sub-
delegado de Coquimbo, su hijo y dos oíiciales, apoderándose en el campo de
dos piezas de artillería de montaña de & 4, 32 fusiles, 6 espadas, 16 cajones de
municiones, 2 barriles de pólvora. 4 fardos de vestuarios y 30 cargas de equi-
pajes, encontrando en la ciudad de la Serena 36 barriles de pólvora útil. 4 de
mojada. 6 fusiles, 4 cañones volantes de á 4. y en el puerto de Coquimbo doce
cañones de á 12 v 2 de á 24.
4
e
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I
Estos y muchos otros fueron los felices hechos militares que, precursores
del solemne triunfo en Chacabuco, hablan despejado el camino de enemigos
para presentarlos replegados en aquella cuesta donde tantas glorias recibieran
las huestes de la Patria.
Siendo la idea fundamental del plan del General San Martin, batir en
detall al enemigo, cuando se vio dueño de los valles de Aconcagua y Putaendo,
resolvió sin pérdida de instantes presentarle formal batalla, antes que pudiese
engrosar sus filas con nuevos refuerzos,
Las fuerzas realistas del reino de Chile alcanzaban á la sazón á 5.500 sol-
dados veteranos, sin contar con las milicias regladas.
Marcó, Presidente de Chile, incapaz de organizar un plan de defensa
que pudiese malograr los cálculos y pericia de San Martin, habla destacado
hacia el Sud 2.200 hombres pensando que la invasión se practicaría por ese
lado, y solo cuando luvo noticias auténticas y alarmantes del rumbo que
seguían las diseminadas tropas triunfantes, fué entonces que envió la fuerza
restante para detener el progreso de los invasores por el lado Norte, poniendo
á su cabeza, recien el 10 de Febrero, al Brigadier don Rafael Maroto como su
General en jefe.
San Martin, previsor y calculador en extremo, despachó hombres do''|
entera confianza á Santiago para espiar todos los movimientos del ejército/ i
realista y disposiciones oficiales al respecto, dando inmediato y seguro aviso''
de todo lo pertinente á la guerra, mientras que liada practicar con ingenieros i
competentes un reconocimiento prolijo en la cuesta de Chacabuco, levantando
los croquis correspondientes.
— 151 —
El campo de honor distaba doce leguas al norte de la capital de Santiago,
separado del valle de Aconcagua por una serranía, denominada como aquel
"Cliaeabuco", atravesada por una pequeña senda y un camino carretero en
zig-zac hecho abrir por el Marqués de Osorno que fué Presidente de Chile.
El croquis levantado por los ingenieros y los pliegos que le presentó uno
de sus espías de otro conquistado en la misma Secretaría de Marc6 !e hicieron
cambiar de resolución : las tropas se hablan posesionado en la falda norte de
la cuesta, donde repuso sus caballadas en los grandes alfalfares de las chacras
mas inmediatas, situando el cuartel general en la mas conveniente de estas.
Asi las cosas, el General en jefe constituyójunta de guerra de los Generales
y jefes de cuerpo para resolver lo mas á propósito según las nuevas noticias
recibidas, acordando que al dia siguiente se atacarla al enemigo.
Era su plan dividir el ejército en dos columnas, una de las cuales se
enseñorearla del camino á la Capital para corlal' la relirada al ejército realista
avanzando apresuradamente hacia el campo de! combate, mientras que la otra
eatrelendrla con escaramuzas al enemigo dando tiempo A que aquella ¡legara
tra lomarlo entre dos fuegos.
La primera división quedó & cargo del General Soler, denominándola
! derecha, compuesta de 2.100 hombres próximamente con 7 cañones de raon-
ia de á 4, servidos por 80 artilleros; esta columna se componía de lo mejor
Das aguerrido del ejército, como que estaba destinada á romper sus fuegos
r la retaguardia del enemigo.
La segunda división era comandada por el Brigadier O'Higgins, llamán-
la ala izquierda. Como su misión era únicamente secundar el ataque de la
división primera, trabando antes guerrillas como para distraer al enemigo,
solo se componía de 1500 pla7,as á cuya retaguardia marchaba el Cuartel Gene-
ral y Estado Mayor.
Fácil era presumir el éxito de esta jornada, bien considerados los porme-
nores de nuestras ventajas: el ejército realista se hallaba desmoralizado con
las últimas derrotas, iba á caer entre dos fuegos de tropas aguerridas y victo-
riosas, y finalmente le dominaba el terroi- de los hachazos de ios sables de los Gra-
naderos y la sonajera de las vainas.
Los oficiales de avanzada del ejército libertador dieron frecuentes avisos
al General en jefe que una columna enemiga estaba situada en la cumbre de
la cuesta ai parecer dispuesta á defender la posición, y como ya se habla
resuelto presentar batalla al ejército realista al rayar la aurora del dia 12 de
Febrero, se movieron las tropas en dirección á dicha subida, ordenando ala
división O'Higgins desprender una partida de infantería, previniendo al oficial
que subiese por los cerros del flanco izquierdo del camino á fin de llamar la
atención por esa parle, pero que visto por el enemigo desprendió el jefe rea-
lista otra partida para detener á. aquella, iniciando un corto tiroteo que fué
interrumpido por la aparición brusca á la vuelta de un recodo, de la división
O'Higgins que paso á paso avanzaba de frente sobre el camino carretero,
dando asi tiempo á que llegara la división Soler.
— 152 —
Tan inesperado incidente fué causa de que abandonando la cumbre las
fuerzas realistas con todas las avanzadas se roi)legasen al grueso del ejército,
por orden del jefe español, con mucha sorpresa del libertador que creía dispu-
tarla hasta el ultimo extremo.
Vai consecuencia, la división O'IIiggins ocui>ó tran(|uilamente la cumbre,
desde donde divisó al ejército enemigo acampado en ('hacabuco, mientras la
columna en retii-aíhi bajaba ai)i'esuradamente la cuesta, hostilizada por los tres
escuadrones de (Iranaderos al maiído <Iel (ícneral Zapiola, colocados á la
vanguardia do las tropas en descenso de a«|uella elevación.
En estas circunstancias trabóse un combate de caballería con fuego soste-
nido mientras se vei-ificaba la bajada, llegando á Ins oncea la [)lanicie el General
O'Higgins con los batallones 7 y S, haciéndolos formar en batalla inmediata-
mente, colocándose á rctaguai-dia los escuadi'ones de caballería.
Fué en esta ocasión que los ejércitos beligei'antes rompieron un fuego de
inlanteríj. espantoso, causando la artillería enemiga enormes estragos en las
tropas y caballería, sin esperanza de obtener ventaja alguna sobre las realis-
tas: el Coronel Zapiola, comprendiendo la gravedad de la situación, despachó
un oficial al (jeneral San Martin avisándole lo que ocurría para disponer lo
mas conveniente.
líntonces el fleneral extendiendo el brazo derecho hacia el camino viejo,
gritó: — « Condarco : corra usted á decir al (leneral Soler que cruzando la
sierra caiga sobre el llanco enemigo con t(>da la celeridad (|ue le sea posible».
Arrebatado de ira y entusiasmo, arremetió Olliggins con los dos batallo-
nes de su división en columna cerrada, con bayoneta en mano sobre la línea
enemiga, que colocada su infantería sobre las bai'i-ancas de un arroyito y las
tropas con frente al norte, se estrelló contra ese pequeño inconveniente tenien-
do que retroceder hasta ponerse í'uera del alcance do las balas del enemigo;
grave peligro corría la suerte do las tro|)as patriotas en tan críticos momen-
tos, y alarmado San Martin con aí[uel i-iesgo tan iimiinente, poniéndose perso-
nídmente á la cabeza de los (Iranaderos, atacó impetuosamente la caballería
enemiga, acribillándola á sablazos y dispersándola confusamente, sufriendo la
misma infantería la inlluencia de aquel mágico emi)uje í[uq á no haberse ple-
gado en cuadro habría sido arrollada en pavorosa carnicería.
FA campo todavía estaba ocu|)ado por la infantería enemiga que apoyaba
su izquierda con una fuerza de :¿(M> infantes colocada en el morro.
La división Soler, ya obedeciendo á la orden de San Martin ó ya por el
so.stenido cañoneo de dos horas, subiendo j>reci[)itadamente el cerro cayó
brusca y denodadamente sobre el morro, desalojando la guarnición enemiga
y atacando simultáneamente el cuadro de infantería realista por el flanco y
frente, la que después de nutrido fuego emi)ezó á retroceder con enormes bajas
hasta que se rindieron los últimos restos, salvándose los demás en una viña
que se extendía á sus espaldas donde se internaron en tropel.
La acción había terminado sonriendo la victoi'ia á las armas de la Patria,
— 153 —
presagio de infinitas glorias en aquel venturoso estreno al través de los Andes.
Fueron los trofeos de la batalla en la cuesta do Chacabuco: 2000 fusiles,
19 cañones de todo calibre, 2 banderas, 1 estandarte, todo el parque y muni-
ciones, 600 muertos de tropa, mas el Coronel don Ildefonso Elorreaga y Coro-
nel Antonio Quintanilla, herido el Brigadier don Rafaei Maroto; prisioneros:
600 de tropa, 32 oficiales de toda clase, el Capitán General don Francisco
Marcó del Pont, el Brigadier don José Bernedo, el Coronel don Fernando
Cacho y el Sargento Mayor don Vicente San Bruno.
El ejército libertador tuvo dos capitanes muertos y 130 de tropa, un tenien-
te y dos alféreces heridos y 174 de tropa.
PARTE DE LA BATALLA DE CHACABUCO
Excmo. Señor: la serie de sucesos que instantáneíiniente han ido sucediéndose desde el
momento que abrimos la campaña, no me han pennitido hasta, ahora dar á Vuestra Excelen-
cia mi pormenor circunstanciado de los acontecimientos mas notables de estos últimos días.
En el parte histórico pasado por el Estado Mayor el 20 del anterior y que elevé al cono -
amiento de Vuestra Excelencia, se detallaba ya el orden con que las tropas marchaban, y las
medidas tomadas para facilitar nuestra empresa. En efecto, se consiguió que el ejército se
reuniese el 28, y llegase en el mejor pié á los manantiales sobre el camino de los Patos, desde
cuyo punto traté ya de dirigir y combinar los movimientos de modo que pudiesen asegurarme
el paso de las cuatro Cordilleras, y romper los obstáculos que el enemigo podría oponemie en
los desfiladeros que presentan los cajones p« >r donde trataba de penetrar; s» formaron desde
luego dos divisiones; la primera que debía marchar á vanguardia, la puse á cargo del señor
Brigadier don Miguel Soler: la compañía del batallón núm. i de Cazadores, las compañías de
granaderos y cazadores del 7 y 8, mi escolta, los escuadrones 3 y 4 de granaderos á caballo, y
5 piezas de artillería de montaña; la segunda, formada de los batallones 7 y 8 y dos piezas,
bajo la conducta del señor Brigadier don Bernardo O'IIiggins; el coronel Zapiola con los es-
cuadrones I y 2, y el Comandante de artillería con algunos artilleros y los trabajadores de
maestranza seguían inmediatamente después. Al mismo tiempo dispuse que el Mayor de In-
geniero don Antonio Arcos se dirigiese con 200 hombres por nuestra izquierda, penetrara por
el boquete del Valle hermoso, cayese sobre el Ciénego, donde habia una guardia enemiga, y
finalmente que repechando sobre la cumbre del Cusco, y dejando á su retaguardia las cordi-
lleras de Pinquencs, franquease estos pasos, marchase en seguida sóbrelas Achupallas, procu-
rase tomar este punto, que es la garganta del valle, y ponerlo en estado de defensa, para poder
con seguridad reunir el ejército, y desembocar en Putaendo.
El 5 tuve ya aviso del General de la vanguardia, que este oficial había entrado en las
Achupallas el 4 por la tarde; que el Comandante militar de San Felipe con ciento y más hom-
bres y la milicia que pudo reunir vino á atacarla; pero que fueron rechazados y perseguidos por
25 granaderos á caballo al mando del bravo teniente Lavalle, á punto de que en la misma
noche y mañana siguiente abandonaron todos Putaendo, y la villa de San Felipe, dejando
equipajes, caballadas y cuanto tenían.
El señor General Soler se adelantó mpidamente con mi escolta y los escuadrones 3 y
4; hace forzar la marcha de la infantería, y el o consigue montar la artillería y reunir todos
los cuerpos de su vanguardia sobre Putaendo: dispone que el comandante Necochea se situé
con 80 hombres de mi escolta y 30 de su escuadrón sobre las cimas, ordena al Comandante
Mellan, ocupar con dos compañías de infantería y el resto de los escuadrones 3 y 4, el pueblito
de San Antonio: en el mismo día forma un campo de Marte, y establece su cuartel general
con las demás tropas de su división en San Andrés del Tártaro.
El enemigo recibió refuerzos considerables el O por la tarde; en la misma noche pasó el rio
de Aconcagua, y al romper el alba del dia 7 se presentó al frente del comandante Neco-
chea con 400 caballos, sobre 300 infantes y dos piezas á su retaguardia; este valiente oficial
no vaciló im instante: mandó retirar sus avanzadas, hasta ver al enemigo media cuadra no
disparó unsolo tiro: encargó la derecha al Capitán don Manuel Soler y la izquierda al an^u-
20
^ l.vi —
clantc don Angcl Pacheco: inundó poner sable en mano, les cargan con la mayor bizarría, los
Ijatcn completamente, dejan sobre ^]o miR-rtos en el campo, toman 4 prisioneros heridos, y los
persiguen acuchillándolos hasta el cerro délas Conuas, donde los protege su infantería. En
la misma mañana antes de las <> abandonan precipitadamente su posición y San Felipe, y re-
pasan al otro lado del Rio.
Entre tanto, el Coronel Las lleras, (jue con su batallón número 11 y 30 granaderos í
caballo y dos piezas tic mt^ntaña debía caer sobre Santa Rosa por el camino de Uspallata,
obtenía sucesos i}i;ualmente brillantes é ii;ualmente ventajosos que los que había conseguido
la vanf»uarilia del tjórcito. Kl 4 pi^r la tarde alac«'> su segundo, el mayor D. Knriquc M<artinez,
la j;uardia de los Antles, compuesta de iíX) hombro: después de hora y media de combate
^eap^»der«') del pue>to á bayonetazos, tomando 47 ¡ »risioneros, su armamento, municiones y
algún» )S útiles.
Consecuente á mis /)rdenes, e^ta división debía entrar el S en Santa Rosa, y ponerse en
comunicación con la vanguardia del ejercito, que el misnit) dia dei/ia caer sobre San Felipe, lo
(jue se ejecutó sin una honi ele tliferencia; la noche del 7. l'>s enemigos abandonaron sus
posiciones en el Ac(»ncagua y (Juiimon. dejando municiones, armas y varios pertrechos,
recostándose s« «bre Chacabucn: en su consecuencia, me resolví á marchar sobre ellos y la
capital con tuda la rai)idez pONÍble, y atacarlos en «ualquier punto donde los encontrase, no
obstante no haijerme llcgaiío aun la artillería de batalla.
Kn la maclrugada clel o hice restablecer el puente del rio Aconcagua: mandé al
comandante Melian marchase con ^u escuadrón sobre la cuesta deChacabuco, y observa síC
al encmig'»: t-l ejéniíu inminó en seguida, fué á acamjjnr en la boca de la quebrada con la
división del Coronel Las lleras, (|uc recibi«'' «írdenes de 1 oncurrir á (rste punto.
Desde e^te momento las inlencionrs ilel enemigo se manifestaron mas claras: la posición
que tom«'i sobre la cumiare, y la rc^sohicion con (jue pitrecía dispuesto á defenderla, hacían ver
estaba decidido á s<'Stenerse. Nuestras avanzatlas se situaron á tim de fusil de las del enemigo,
y durante los dias lu y 11 se hicieron l-'S reconocimientos necesarios, se levantó un croquis
de la posición, y en su consecuencia, establecí el disi)Obitivo del atacjuc para la madrugada
ilel Siguiente dia.
Vuestra Excelencia hallará junio el planí» loi)ográfico del terreno donde se manifiestan
lc»s movimientos que ejecut<'i el ejército en esta jornada y la p«.>sicion que tomó el enemigo.
Al Sr. IJrigadier S«>ler di el mando de la derecha, que o*\\ el número i de cazadores, com-
pañías de granaderos y bateadores ilel 7 y s al cargo del Teniente Coronel D. Anacleto
Martinez, númert» 11. 7 piez;is de artillería, mi escolla, y el 4" cs<niadron de granaderas á
eaballo, debía aunarlos en ll;int'» y env(»lverlos, mirnlras el Sr. Ihigadier O'Higgins, que
encargué de la izíjuierda, l<.»s batía de frente c«»u l-is l)titalN.»nes números 7 y tS, los escua-
dn»nes l°, 2" y .V* y dns piezas. Kl resultado de nuestro i)rimer movimient(j fué, como debió
serlo, el abandono que los enemigos hieitTon de su i)i"'iiioii sóbrela t'umbre: la rapidez de
nuestra martha 110 les di«'j tiempo de hacer venir las íiu-rzas tjue tenían en las casas de
C-hacabuto j>aia dis])utarno3 la subida. Kst<* piimer suceso era preciso completarlo: su infan-
tería caminíiba á pié, tenía (juc atravesar en su retirada un llano de mas de cuatro leguas, y
aunque estaba so6tenida por buena colunma de caballeí la, la experiencia nos habla ensenado
cjiíe un solo escuath\ín de granaderos á caballo bastaría para arrollarla y haceria pedazos:
nuestra posición era más ventajo.sa. Kl Sr. ( leneral ( )'lliggins podía continuar su ataque de
frente mientras que el Urigather Soler cpiedaba siempre en aj^titud de envolverlos, si querían
sostenerse antes de salir al llano: al efecto hice marchar al C(^ronel Zapata con los escuailro-
nes i^ c" y 3" para tjue caígase ó entretuviese al menos. ínterin llegaban los batallones
números 7 y 8, lo ([ue sucedií'» exactamente, y el enemigo se vio obligado á tomar la pi>sicion
que maniíiesUi el phinc». Kl Sr. (ieneral Soler contimí»'» su movimiento por la derecha, que
dirigií'» con acierto, combinación y conocimiento, (pie á pesar de descolgarse por una cum-
bre la más áspera ¿impracticable, el enemigo no lleg»'» á advertirlo hasta verlo dominando su
propia posición, y amagándolo el llanco.
La resistencia cjue ai [uí nos íi^hiso fué vigorosa y tenaz: se empeñó desde luego un fuego
horroroso, y nos disputaron por más de una hora la victoria con el mayor tesón, verdad es
que en este puntóse hallaban sobre 1500 infantes escogidos que era la ílor de su ejército, y se
veían sostcnid«>s pt^r un cuerpo de caballería resi)ctable. Sin embargo, el momento decisivo
se presentaba ya. Kl bravo lírigadier < )'I I iggins reúne los batallones 7y8 al mando desús
comandantes Craraer y C<jnde, forma columnas cerradas de ataque, y con el 7 á la cabeza
carga a la bayoneta sobre la iz(|uicrda enemiga. El Conmel Zapiola al frente de los escua-
drones 1°, J® y 3° con sus comandantes Melian y Molina, rompe su derecha; todo fué un
esfuerzo instantáneo. El General Soler cayó al mismo tiempo sobre la altura que apoyaba
su posición: esta fonnaba un mamelón en su extremo: el enemigo había destacado 200 hom-
— 155 —
Dres para defenderlo: mas el Comandante Alvarado llega con sus cazadores, destaca dos
compañías al mando del Capitán Sah-adorcs, y atacar la altura, arrollar á los enemigos, y
pasados á bayonetazos, fue obra de un instante. El Teniente Soria de cazadores se distinga i<'»
en esta acción.
Entre tanto, los escuadrones mandados por sus intrépidos comandantes y oficiales car-
gaban del modo mas bravo y distinguido: toda la infantería enemiga quedó rota y desecha; la
carnicería fué terrible, y la victoria completa y decisiva.
Los esfuerzos posteriores se dirigieron solo á perseguir al enemigo, que en una horrorosa
dispersión corría por todas partes sin saber dónde guarecerse. El Comandante Necochea,
que con su cuarto escuadrón y mi escolla, cayó por la derecha, como denota el plano, les
hizo un estrago terrible. Nuestra caballería llegó aquella tarde hasta el portezuelo de Co-
lina: toda su infantería pereció, sobre 5(X) prisioneros con 32 oficiales, entre ellos muchos de
graduación; igual ó mayor número de muertos, su artillería, un parque y almacenes consi-
derables y la bandera del regimiento de Chilo¿, fueron el primer fruto de esta gloriosa
jomada.
Sus consecuencias han sido aun mas importantes. El Presidente Marcó, en medio del
terror y confusión que produjo la derrota, abandona la misma noche del 12 la Capital se
dirijo con un resto miserable de tropa sobre Valparaiso; deja en la cuesta del prado toda su
artillería, teme no llegar á tiempo de embarcarse, corre por la costa hacia San Antonio, y es
tomado con sus principales satélites por una partida de granaderos á caballo al mando del
arrojado Capitán Aldao y el patriota Ramirez. Mañana se espera en esta Capital.
Todos estos sucesos prósperos son debidos á la disciplina y constancia que han manifestado
los Jefes, Oficiales y tropa, dignos todos del aprecio de su^ conciudadanos y de la conside-
ración de Vuestra Excelencia.
Sin el auxilio que me han prestado los briu:adieres Soler y O'Higgins, la expedición no hu-
oíera tenido resultados tan de( isiv^>s: les ostov sumamente reconocida), asimismo á los individuos
del estado mayor, cuyo segundo Jefe el Cv>ronel Beruii me acompaño en la acción y comunico
mis órdenes, asimismo como lo ejecutaron á satisfacción mia los ayudantes de campo el coronel
D. Hilarión de la Quintana, D. José Antonio Alvarez, D. Antonio Arco?, D. Manuel Escalada y
D. Juan O'Brien.
La premura del tiempo no me permite expresar á Vuestra Excelencia los oficiales que mas
se han distinguido, pero lo verificare luego que sus jefes me pasen los informes que les tengo
¡>edidos, para que sus nombres no queden en olvido.
Fhialmente el Comandante Cabot sobre Coquimbo, Rodríguez sobre San Femando, y el
Teniente-Coronel Freiré sobre Talca, tienen iguales sucesos; en una palabra, el eco del patrio-
tismo resuena por todas partes á un tiemi^D mismo, y al ejército de los Andes queda para
siempre la gloria de decir: en 24 dias hemos hecho la campaña, pasamos las cordilleras mas
elevadas del globo concluimos con los tiran- »s, y dimos la libertad á Chile.
Dios guarde á Vuestra Excelencia muclv »s años. — Cuartel General en Santiago de Chile,
Febrero 22 de iSij.—/ost' (/e Sd/t J//;//)/.— Excmo. Señor Direct-^r Supremo do las Provin:ias
Unidas de Sud- America.
BnenoA Aires, Abril 15 de 1817.
Por cuanto es proj^io de la liberalidad y deber del Gobierno Supremo de las Provincias
Unidas de Sud- América premiar el mérito de los guerreros que en la memorable jomada de 12
de Febrero último desplegaron sus virtudes militares aumentando nuevas glorias a su Patria en la
cuesta de Chacabuco, por tanto y considerando digno de una particular distinción al Capitán
General y en Jefe del ejército de los Andes, D. José de San Martin, á cuyo infatigable celo v
conocimientos militares debe la Patria la parte principal de tan gloriosa jornada, he venido en
acordar use en lo sucesivo sobre el costado izquierdo de la casaca, un escudo bordado de realce
conforme al diseño que se le remitirá por el Ministerio de la (}aerra, llevando en su orla la siguiente
inscripción: La Patria en Chacabuco: y en su centro: Al vencedor de los Andes y libertador de
Chile. Que desde la clase de Brigadieres hasta la de Sargentos Mayores graduados inclusive,
lleven pendiente del pecho con una cinta tricolor, blanca, celeste y amarillo una medalla
de oro con la siguiente inscripción: La Patria á los vencedores de los Andes, y en la orla :
Chile restaurado por el valor en Chacabuco; que igual distinción gocen desde Capitanes hasta
— 156 —
la (lase de Alfcrc^ ÍTicIiisivc, con sohi la diferencia de ser la medalla de plato, y no debeno
variar su calidad en los respectivos ascensos qiu: les correspondan en el pn^rcso de su carrera.
Que los sargentos, cabos y soldados usen en el brazo izciuierdo un escudo de pailo blanco con la
dicha inscripción de color celeste, y (pie estas distinciones sean distribuidas por el Jefe del Estado
Mayor á los jefes del ejercito el (lia 2.5 de Mayo pióximo, después del Te-Deum en acción de
gracias al Ser Supremo y celebridad del aniversario de la regeneríuúon política de estas Provincias:
que por conducto de los Jefes U) sean á los Capitanes de compañías, por el de estos ¿ los oficia-
les subalternos, y por los Ayudantes á la tropa, cuidándose de dará este acto toda la majestad
del Estado Mayor General, é
estadística de la propiedad raíz
Continuaremos en éste el mismo plan que trazamos en el tomo primero &
6n de facilitar la uniformidad en el resumen general.
Como se ha dicho que hemos adoptado para este trabajólas fórmulas de
otro, cumple & nuestro deber declarar que en este caso y para este objeto, no
hemos copiado ningún formulario delosmuchosqae encontramos cnlos diver-
sos tratados y obras de Estadística que poseemos; no porque nos hayan pare-
cido mal, sino.por la necesidad de sujetarnos en todo á los datos que podíamos
obtener por medio de los empleados especiales con que contamos para ello, ade-
más de nuestra investigación personal, y no á los que habría sido de gran con-
veniencia hacer conocer.
AKA
VALOR HABITAC
IONES
PROPORCIÓN
1
$
850.000 Habls.
30
$ 83011,11
2
1.838.000
148
» 18418,90
4¡"-
Tithrú
5
8.715. 000
349
.. 77.i9,30
6
..
3.008.000
458
.. 6507,68
7
»
700.000
815
. 3255,81
8
»
1.878.000
351
.. 3041,02
9
»
1.815.000
488
.. 4300,94
10
„
1.705.000 .
371
.. 4757,41
11
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1.881.000
396
.1 4598,48
12
»
380.000
112
.. 8857,14
13
,.
I.OOd.OOO
280
» 4446,90
14
>.
1.345.000
450
« 8988,88
15
»
1.315.000
814
.. 6144,85
— 158 —
MANZANA
10
»
17
))
18
»
19
»
20
»
21
»
22
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23
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24
»
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27
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29
»
30
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»
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»
33
»
34
j)
35
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»
37
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38
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39
»
40
»
41
»
42
»
43
))
44
VALOR
HABITACIONES
$
2. 108.000
Habts.
304
»
234.000
»
165
))
730.000
))
331
»
1.075.000
))
350
»
1.1G3.000
»
228
»
1.187.000
1)
459
»
222.000
»
111
»
125.000
»
03
»
385.000
»
80
»
816.000
))
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863.000
»
333
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»
297.000
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II
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»
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M
838.000
»
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»
32Í)
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444.000
II
155
»
494. 0(V)
»
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511. (M)0
»
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II
441.000
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383
»
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0
178.000
»
180
»
13.000
»
1
»
178. 0(M)
»
197
»
308.000
1)
294
II
449.000
)»
295
»
438.000
II
359
PROPORCIÓN
$ 30.380.000 Hl)ts. 11121
$
7131,57
»
1418,18
»
2205,43
))
3071.42
»
5100,87
»
2586,05
»
2000
»
1984,12
»
4812,50
»
2086,95
»
2591,59
»
2331,40
»
1188
>l
1837,00
»
2215,84
»
2554,87
»
2033,43
»
2407,40
»
2864,51
»
1360,86
))
1648.38
1)
1151,43
»
753,24
»
988.88
1)
130,00
))
903,55
>í
1251,70
))
1.522.00
»
1220.05
$
3270.02
El resultado es un 25 6 30 por ciento menos del valor real de las propie-
dades, aceptando aquel quG en la actualidad tienen; esto es debido á la suba
en el precio de los alquileres producida por la demanda, hecho que so ha acen-
tuado do una manera mas definida después de haber nosotros recojido los
datos y formado este cuadro. Solo debido al e.Kceso de población, venida en
.<iu mayor parte del interior de la República y por lo tanto exentos todos ellos
de preocupaciones locales, han obtenido los propietarios valorizar sus fíncas,
equiparándolas con las de la Sección primera, aunque todavía con algún des-
mérito, que puede calcularse en 15 por ciento. Anteriormente esta Sección era
de las mas atrasadas sin embargo de su ventajosa posición.
— 159 —
La propiedad urbana, en general, asciende gradualmente en lo principal,
y en su relación con el precio al que diariamente se cotiza, acentúase mas esa
misma proporción en el centro, duplicándose en unos casos y cuatriplicándose
en otros cuando se trata de aquellos ubicados en los alrededores de la ciudad.
En particular, no es solamente la posición, extensión, número de habitaciones
y materiales empleados los que se lo determinan, lo es su forma regular y ésta
se considera irreprochable cuando no es menor de 9 metros el frente y el fondo
no excede de 35 ó 40.
En el número de habitaciones están comprendidas aquellas grandes y
cómodas del siglo p.'^sado como también las estrechas, húmedas y mal sanas
de las casas de vecindad y conventillosy las de ladrillo crudo ó cocido con barro
6 mezcla y las de madera de cajones cuyas dimensiones fueron diversas; entre
ellas hay con piso de mosaico, ladrillo, portland, baldosa ó piedra y techos de
azotea, teja ó fierro de canaleta. En general el tamaño lo es de 4 por 4 (metros)
pero hay hasta de 12 y 20 por cuatro y de 3 por 2; la altura de las antiguas es
de 3, la de lo edificado en los último s años de 4 y la de lo que se edifica actual-
mente de 4.50; los patios son espaci osos en las antiguas, medianos y pequeños
en las de construcción moderna.
Si hay variedad en los precios que resultan como el equivalente á una
habitación, ellos están en relación con las dimensiones y materiales empleados
en las mismas. Por tanto, podemos asegurar á nuestros lectores que todos los
señalados pueden servir de base para apreciar el de una finca, incluyendo el
valor de la tierra y todas aquellas dependencias que existen en cada casa y
no es posible clasificar como habitación.
IUN2MU
SUPERFICIE
HABITANTES
PROPORCIÓN
N». 1
Mtrs.
7.953
Habts.
4
Mtrs.
1988,25
» 2
»
7,137
»
26
»
274,50
» 3)
4(
Plaza Victoria.
5
Mtrs.
13.189
»
440
»
29,97
» 6
»
14.490
»
397
»
36,49
,) 7
»
7.548
»
313
»
24,11
8
»
12.228
»
464
))
26,35
9
»
13.956
»
498
))
28,02
» 10
»
14.017
»
302
»
46,41
» 11
))
14.386
»
395
»
36,42
» 12
»
7.838
»
141
»
55,58
» 13
»
14.232
))
255
»
55,81
» 14
»
14.010
»
496
»
28,24
» 15
»
14.025
»
96
»
146,09
•
—
- 100 —
•
Manzana
SUP
ERFICIE
13.80 i
HABITANT
ES
418
PROPORCIÓN
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Mti-s.
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iihts. n
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.135
»
23,13
Mti's.
34,20
Kocurclainos lo aiilcriorinonlc dicho á propósito «leí plano acompañado, esto
os, qucnos pertcnciíc y lia sido levantado para servirnos en este trabajo; en con-
secuencia, hemos puesto empeño en que él se haya llevado acabo con la mayor
exactitud posible, examinando con prolijidad hasta los [)equefios detalles. Sin
embargo, al tratarse de la Sección segunda debemos hacer una aclaración:
siendo imposible determinar hasta donde llega el terreno de aquellas propie-
dades situadas sobre la calle Colon entre las de Victoria y Belgrano, se les ha
asignado el comprendido dentro de una línea recta en los puntos que mas
avanzan hacia el Rio en las calles citadas.
— . 153 —
presagio de infinitas glorias en aquel venturoso estreno al través de los Andes.
Fueron los trofeos de la batalla en la cuesta de Chacabuco: 2000 fusiles,
19 cañones de todo calibre, 2 banderas, 1 estandarte, todo el palique y muni-
ciones, 600 muertos de troj)a, mas el Coronel don Ildefonso Elorreaga y Coro-
nel Antonio Quintanilla, herido el Brigadier don Rafaeí Maroto; prisioneros:
600 de tropa, 32 oficiales de toda clase, el Capitán General don Francisco
Marcó del Pont, el Brigadier don José Bernedo, el Coronel don Fernando
Cacho y el Sargento Mayor don Vicente San Bruno.
El ejército libertador tuvo dos capitanes muertos y 130 de tropa, un tenien-
te y dos alféreces heridos y 174 de tropa.
PARTE DE LA BATALLA DE CHACABUCO
Excmo. Señor: la serie de sucesos que instanláneamente han ido sucedicndose desde el
momento que abrimos la campaña, no me han permitido hasta ahara dar á Vuestra Excelen-
cia un pormenor circunstanciado de los acontecimientos mas notables de estos últimos días.
En el parte histórico pasado por el Estado Mayor el 20 del anterior y que elevé al cono
cimiento de Vuestra Excelencia, se detallaba ya el orden con que las tropas marchaban, y las
medidas tomadas para facilitar nuestra empresa. En efecto, se consiguió que el ejército se
reuniese el 28, y llegase en el mejor pié á los manantiales sobre el camino de los Patos, desde
cuyo punto traté ya de dirigir y combinar los movimientos de modo que pudiesen asegurarme
el paso de las cuatro Cordilleras, y romper los obstáculos que el enemigo podria oponerme en
los desfiladeros que presentan los cajones por donde trataba de penetrar; s» formaron desde
luego dos divisiones; la primera que debía marchar á vanguardia, la puse á cargo del señor
Brigadier don Miguel Soler: la compañía del batallón núm. i de Cazadores, las compañías de
granaderos y cazadores del 7 y 8, mi escolta, los escuadrones ,^ y 4 de granaderos á caballo, y
5 piezas de artillería de montaña; la segunda, formada de los batallones 7 y 8 y dos piezas,
bajo la conducta del señor Brigadier don Bernardo O'Higgins; el coronel Zapiola con los es-
cuadrones I y 2, y el Comandante de artillería con algunos artilleros y los trabajadores de
maestranza seguían inmediatamente después. Al mismo tiempo dispuse que el Mayor de In-
geniero don -Aoitonio Arcos se dirigiese con 200 hombres por nuestra izquierda, penetrara por
el boquete del Valle hermoso, cayese sobre el Ciénego, donde habia una guardia enemiga, y
finalmente que repechando sobre la cumbre del Cusco, y dejando ;i su retaguardia las cordi-
lleras de Pinquenes, franquease estos pasos, marchase en seguida sobre las Achupallas, procu-
rase tomar este punto, que es la garganta del valle, y ponerlo en estado de defensa, para poder
con seguridad reunir el ejército, y desembocar en Putaendo.
El 5 tuve ya aviso del General de la vanguardia, que este oficial había entrado en las
Achupallas el 4 por la tarde; que el Comandante militar de San Felipe con ciento y más hom-
bres y la milicia que pudo reunir vino á atacarla; jíero que fueron rechazados y perseguidos por
25 granaderos á caballo al mando del bravo teniente Lavalle, á punto de que en la misma
noche y mañana siguiente abandonaron todos Putaendo, y la villa de San Felipe, dejando
equipajes, caballadas y cuanto tenían.
El señor General Soler se adelantó rápidamente con mi escolta y los escuadrones 3 y
4; hace forzar la marcha de la infantería, y el O consigue montar la artillería y reunir todos
los cuerpos de su vanguardia sobre Putaendo: dispone que el comandante Necochea se situé
con 80 hombres de mi escolta y 30 de su escuadrón sobre las cimas, ordena al Comandante
Metían, ocupar con dos compañias de infantería y el rosto de los escuadrones 3 y 4, el pueblito
de San Antonio: en el mismo dia fonna un cami)j de Marte, y establece su aiartel general
con las demás tropas de su división en San Andrés del Tártaro.
El enemigo recibió refuerzos considerables el O por la tarde; en la misma noche pasó el rio
de Aconcagua, y al romper el alba del dia 7 se presentó al frente del comandante Neco-
chea con 400 caballos, sobre 300 infantes y dos piezas á su retaguardia; este valiente oficial
no vaciló un instante: mandó retirar sus avanzadas, hasta ver al enemigo media cuadra no
disparó unsolo tiro: encargó la derecha al Capitán don Manuel Soler y la izquierda al aiyru-
20
^ ir>4 —
danto don Ángel Pacheco: mundo poner sable en mano, les cargan con la mayor bizarría, lo5
baten completamente, dejan sobre 30 muertos en el campo, toman 4 prisioneros heridos, y lo»
persiguen acucliillindolos hasta el cerro délas Coimas, donde los protege su infantería. En
la misma mañana antes de las (^ abandonan precipitadamente su posición y San Felipe, y re-
pasan al otro lado del Rio.
Entre tanto, el Coronel Las Hcnts, (jue con su batallón número ri y 30 granaderos á
caballo y dos piezas de m(;ntana debía caer sobre Santa Rosa por el camino de Uspallata,
oljtenla sucesos igualmente brillantes c igualmente ventajosos que los que había conseguido
la vanguardia del ejército. Kl 4 [k)v la tanle alac«'» su scguntlo, el mayor D. Enrique Martínez,
la guardia de los Andes, compuesta de kh) hombres: clespue^ de hora y media de combate
se apoden') del puesto á bayonetazos, tomando 47 i>risioneros, su armamento, municiones y
algunos útiles.
C'onsccuente á mis »'>rdenes, esta división debía entrar el 8 en Santa Rosa, y ponerse en
comunicación con la vanguardia del ejercito, que el mismt> dia debía caer sobre San Felipe, lo
(jue se ejecutó sin una horade diferencia; la noche del 7, los enemigos abandonaron sus
posiciones en el Aconcagua y (Jurimon, dej:indo municiones, armas y varios pertrechos,
recostándose >(>bre Chacabuco: en su con^ecuencia, me resolví á marchar sobre ellos y la
capital con toda la rajúdez j)os¡ble, y atacarlos en «ualquier i)unto donde los encontrase, no
obstante no haberme llegatlo aun la arlillcría tle batalla.
Kn la madrugada del <» hice restablecer el puente tlcl ri«) Aconcagua: mandé al
comandante Melian marcha>e con >u escuatiron sobro la cuesta de Chacabuco, y observase
al enemigo: el ejercito «aminó en seguida, fué á acami)ar en la bocado la quebrada con la
división del Coronel Las lleras, ijuo recibi»'» órdenes de cjncurrir a e^te punto.
Desde e>te momento las intenciones del enemigo se manifestaron mas claras: la posición
(jue tom«'» sobre la cumbre, y la rest>lucion con (jue parecía disjmesto A defenderla, hacían ver
estaba dociditlo a sostenerse. Xue.stras avanzadas se situaron á tiro de fusil de las del enemigo,
y durante los dias kj y 11 se hicieron l«»s rei:on«. «cimientos necesarios, se levantó un croquis
de la ])OSÍ(.ion. y en su consecuencia, establecí el disj)ositivo del atacjue para la madrugada
del Siguiente dia.
Vuestra Excelencia hallará junto el plan«» top< 'gráfico del terreno donde se manifiestan
los movimientos que ejecut*'» el ejército en e>la jornada y la poMeitm que tomó el enemigo.
Al Sr. llrigadier Soler di el mando de la dtreíha, que om el número i de cazadores, com-
pañías do granaderos y bateadores del 7 y S al cargo del Teniente Coronel D. Anacletu
Martinez, número 11, 7 piezas de artillería, mi escolla, y el 4" escuadrón de granaderos á
caballo, debía ala(arlo> en llanca y enví^lverlos, mientras el Sr. Drigadier (")'Higgins, que
encargué de la iz(iuierda, los batía de frente con l'»s batallones números 7 y 8, los escua*
dr(»nes l^ 2^ y .s" y d«^^5 piezas. Kl resultad'» de nuestr») ]>rimer movimient»; fué, como debió
serlo, el abandoii!» (jue los enemigas hi< ieron de su p-'^jíicn sóbrela cumbre: la rapiílez de
nuestra marcha no les di*') tiempo «.le hacer venir las fuerzas que tenían en las casas de
C'hacabu<o para disimtarnos la subida. Este primer sucedo era preciso completarlo: su infan-
tería caminaba á pié, tenía ([ue atravesar en su retirada un llano de mas de cuatr») leguas, y
aunque estaba sostenida por buena tolunma de caballeiía, la cxj)eriencia nos había enseñado
ijue un solo escuadrón do granaderos á caballo bastaría para arrollarla y hacerla pedazos:
nuestra posición era más ventají^sa. Kl Sr. (íeneral n'Higgins podía continuar su ataque de
frente mientras que el IJrigadier Soler quodal)a siempre en a]>titud de envolverlos, si querían
sostenerse antes de salir al llano: al efect<^ hire marchar al Coronel Zapatii con los e.scuadro-
nes 1^ 2^ y 3^ para (jue laigase ó cntretu\¡e>o al menos, ínterin ílegíiban los batallones
números 7 y 8, 1«.> que sucedí*'» exactamente. \' el enemigo so vic') obligado á tomar la pc^sicion
que manifiesta el plano. Kl Sr. (ieneral Soler contimn'> su movimiento por la derecha, que
dirigió ctm acierto, combinación y conocimiento, (¡ue á pesar de descolgarse por una cum-
bre la más áspera ó impracticable, el enemigo no llegó á advertirlo hasta verlo dominando su
propia posición, y amagándole el llanco.
La resistencia ijue aíjuí nos oi)Us<> fué vigorosa y tenaz: so empeñó desde luego un fuego
horroroso, y ims disinitanjn por más de una hora la victoria con el mayor tesón, verdades
que en este puntóse hallaban sobre 1500 infantes escogidos que era la ílor de su ejército, y se
veían Sí'ístcnidí'S por un cuerpo de caballería respetal>le. Sin embargo, el momento decisivo
se juosentaba ya. El bravo J'rigadier (Vlljggins reúne los batallones 7y 8 al mando de sus
comandantes Craraer y Conde, forma colunmas cerradas de ataque, y con el 7 á la cabeza
carga á la bayoneta sobre la izquierda enemiga. El Con mol Zapiola al frente de los escua*
drones 1°, J® y 3° con sus comandantes ]\lelian y Molina, rompe su derecha; todo fué un
esfuerzo instantáneo. El Ceneral Soler cayó al mismo tiempo sobre la altura que apo3raba
su posición: esta formaba un mamelón en su extremo: el enemigo había destacado 200 hom-
— lr);> —
Dres para defenderlo: mis el Comandante Al varado llega o)n sus cazadores, destaca dos
compañías al mando del Capitán Salvadores, y atacar la altura, arrollar (i los enemigos, y
pasarlos á bayonetazos, fué obra de un instante. El Teniente Soria de cazadores se distinguí»'»
en esta acción.
Entre tanto, los escuadrones mandados por sus intrépidos comandantes y oficiales car-
gaban del modo mas bravo y distinguido: toda la infantería enemiga qued<i rota y desecha; la
carnicería fué terrible, y la victoria completa y decisiva.
Los esfuerzos posteriores se dirigieron solo á perseguir al enemigo, que en una horrorosa
dispersión corría por to<Uis partes sin saber dónde guarecerse. El Comandante Necochea,
que con su cuarto escuadrón y mi escolla, cayó por la derecha, como denota el plano, les
hizo un estrago terrible. Nuestra caballería llegó aquella tarde hasta el portezuelo de Co-
lina: toda su infantería pereció, sobre 5(X) prisioneros con 32 oficiales, entre ellos muchos de
graduación; igual ó mayor número de muertos, su artillería, un parque y almacenes consi-
derables y la bandera del regimiento de Chiloé, fueron el primer fruto de esta gloriosa
jomada.
Sus consecuencias han sido aun mas importantes. El Presidente Marcó, en medio del
terror y confusión que produjo la derrota, abandona la misma noche del 12 la Capital, se
dirija con un resto miserable de tropa sobre Valparaíso; deja en la cuesta del prado toda su
artillería, teme no llegar á tiempo de embarcarse, corre por la costa hacia San Antonio, y es
tomado con sus principales satélites por una partida de granaderos á caballo al mando del
arrojado Capitán Aldao y el patriota Ramírez. Mañana se espera en esta Capital.
Todos estos sucesos prósperos son debidos á la disciplina y constancia que han manifestado
los Jefes, Oficiales y tropa, dignos todos del aprecio de su> conciudadanos y de la conside-
ración de Vuestra Excelencia.
Sin el auxilio que me han prestado los briiradieres Soler y O'Higgins, la expedición no hu-
oiera tenido resultados tan derisivi.>s: lcs,estoy sumamente reconocido, asimismo á los individuos
del estado mayor, cuyo segundo Jefe el coronel Beruii me acompañó en la acción y comunicó
mis órdenes, asimismo como lo ejecutaron á satisfairion mia los ayudantes de campo el coronel
D. Hilarión de la Quintana, D. José Antonio Alvarez, D. Antonio Arcos, D. Manuel Escalada y
D. Juan O'Brien.
La premura del tiempo no me permite expresar á Vuestra Excelencia los oficiales que mas
se han distinguido, pero lo verificaré luego que sus jefes me pasen los informes que les tengo
pedidos, para que sus nombres no queden en olvido.
Finalmente el Comandante Cabot sobre Coquimbo, Rodríguez sobre San Femando, y el
Teniente-Coronel Freiré S( íbre Talca, tienen iguales sucesos; en una palabra, el eco del patrio-
tismo resuena por todas partes h un tiomi>o mismo, y al ejército de los Andes queda para
siempre la gloria de decir: en 24 días hemos hecho la campaña, pasamos las cordilleras mas
elevadas del globo concluimos con los tiranos, y dimos la libertad li Chile.
Dios guarde á Vuestra Excelencia muchos años. — Cuartel General en Santiago de Chile,
Febrero 22 de 181 7. — Jo${ de San J/// //>/. — Excmu. Señor Direcl«>r Supremo de las Prov¡n:ias
Unidas de Sud-América.
Buenos Aires, Abril 15 de 1817.
Por cuanto es propio de la liberalidad y deber del Gobierno Supremo de las Provincias
Unidas de Sud-América premiar el mérito de los guerreros que en la memorable jomada de 1 2
de Febrero último desplegaron sus virtudes militares aumentando nuevas glorias á su Patria en la
cuesta de Chacabuco, por tanto y considerantlo digno de una particular distinción al Capitán
General y en Jefe del ejército de los Andes, D. José de San Martin, á cuyo infatigable celo v
conocimientos militares debe la Patria la parte principal de tan gloriosa jornada, he venido en
acordar use en lo sucesivo sobre el costado izquierdo de la casaca, un escudo bordado de realce
conforme al diseño que se le remitirá por el Ministerio de la Guerra, llevando en su orla la siguiente
inscripción: La Patria en Chacabuco; y en su centro: Al vencedor de los Andes y libertador de
Chile. Que desde la clase de Brigadieres hasta la de Sargentos Mayores graduados inclusive,
lleven pendiente del pecho con una cinta tricolor, blanca, celeste y amarillo una medalla
de oro con la siguiente inscripción: La Patria á los vencedores de los Andes, y en la orla :
Chile restaurado por el \'alor en Chacabuco; que igual distinción gocen desde Capitanes hasta
— 156 —
t.\ rlaso (le Airórc^. inclusive, con sola la diferencia de ser la medalla de plata, y no debexte
Niiriar su calidad en \ns respectivos asrens<"»s que les rorrcsp<^ndan en el progreso de su carrera.
V^híe los sargf Mitos, cabos y soldados usen en el brazo izíiuicrdo un escudo de pauo blanco con I&
ilirha inscripí'ion do color celeste, y que estas dislinriones sean distribuidas por el Jefe del E^stado
Liuc por (onducto délos Jefes lo sean a los Cai)itanes de eoinpauías, por
les subalternos, y por los Ayudantes á la tropa, cuidándose de dará este acto toda la majestad
y circunsptíccion que exi^e el plíuisible motivíí que lo impulsíi.
Llovese á debido efecto, y á este fin transcríbase al Jefe del Estado Mayor General, é
imprímase. — PuilVRRKdon — Maiias de Jngoynij Secretario.
estadística de la propiedad raíz
Continuaremos en éste el mismo plan quo trazamos en el lomo primero &
fin de facilitar la uniformidad en elrcsúmen general.
Gomóse ha dicho que hemos adoptado para este trabajólas fórmulas de
otro, cumple á nuestro deber declarar que en este caso y para este objeto, no
hemos copiado ningún formulario delosmuchosque encontramos en los diver-
sos tratados y obras de Estadística que poseemos; no porque nos hayan pare-
cido mal, sino por la necesidad de sujetarnos en todo á los datos que ' podíamos
obtener por medio de los empleados especiales con que contamos para ello, ade-
más de nuestra investigación personal, y no álosque habría sido de gran con-
veniencia hacer conocer.
1
t
850.000
2
1.838.000
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2.715.000
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14
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148
349
458
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112
220
450
214
$ 23011,11
.1 12.118,90
7740,38
6507,88
3255,81
3611,02
.4300,94
4757,41
4598,48
2357,14
4446,90
2988,88
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MANZANA
VALOR
HABITACIONES
1
PROPORCIÓN
N". 10
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1220,05
Hl)ts.
11121
3270,02
Kl resultado e.^ un 25 ó 30 por ciento menos del valor real de las propie-
dades, aceptando aquel que en la actualidad tienen; esto es debido á la suba
en el precio de los alquileres producida [)or la demanda, hecho que se ha acen-
tuado do una manera mas definida después de haber nosotros recojído los
datos y formado este cuadro. Solo debi<lo al exceso de población, venida en
su mayor parte del interior de la República y por lo tanto exentos todos ellos
de preocupaciones locales, han obtenido los pro|)ietarios valorizar sus fincas,
equiparándolas con las de la Sef^cion primera, aunque todavía con algún des-
merito, que puede calcularse en 15 por ciento. Anteriormente esta Sección era
de las mas atrasadas sin embargo de su ventajosa posición.
— 159 —
La propiedad urbana, en general, asciende gradualmente en lo principal,
y en su relación con el precio al que diariamente se cotiza, acentúase mas esa
misma proporción en el centro, duplicándose en unos casos y cuatriplícándose
en otros cuando se trata de aquellos ubicados en los alrededores de la ciudad.
En particular, no es solamente la posición, extensión, número de habitaciones
y materiales empleados los que se lo determinan, lo es su forma regular y ésta
se considera irreprochable cuando no es menor de 9 metros el frente y el fondo
DO excede de 35 ó 40.
En el número de habitaciones están i^omprendidas aquellas grandes y
cómodas del siglo p.isado como también las estrechas, húmedas y mal sanas
de las casas de vecindad y conventillos, las de ladrillo crudo ó cocido con barro
6 mezcla y las de madera de cajones cuyas dimensiones fueron diversas; entre
ellas hay con piso de mosaico, ladrillo, portland, baldosa ó piedra y techos de
azotea, teja ó fierro de canaleta. En general el tamaño lo es de 4 por 4 (metros)
pero hay hasta de 12 y 20 por cuatro y de 3 por 2; la altura de las antiguas es
de 3, la de lo edificado en los último s años de 4 y la de lo que se edifica actual-
mente de 4.50; los patios son espaciosos en las antiguas, medianos y pequeños
en las de construcción moderna.
Si hay variedad en los precios que resultan como el equivalente á una
habitación, ellos están en relación con las dimensiones y materiales empleados
en las mismas. Por tanto, podemos asegurar á nuestros lectores que todos los
señalados pueden servir de base para apreciar el de una finca, incluyendo el
valor de la tierra y todas aquellas dependencias que existen en cada casa y
no es posible clasificar como habitación.
MANZANA
SUPERFICIE
HABITANTES
PROPORCIÓN
N«. 1
Mtrs.
7.953
Habts.
4
Mtrs.
1988,25
2
e\ 1
»
7.137
»
26
»
274,50
.) 3)
41
Plaza Victoria.
5
Mtrs.
13.189
)>
440
»
29,97
6
»
14.490
»
397
»
36,49
7
»
7.548
»
313
»
24,11
8
))
12.228
))
464
»
26,35
» 9
))
13.956
»
498
»
28,02
)) 10
»
14.017
»
302
»
46,41
)) 11
))
14.386
»
395
»
36,42
» 12
))
7.838
»
141
»
55,58
,» IJ
»
14.232
))
255
))
55,81
» 14
))
14.010
))
496
»
28,24
» 15
»
14.025
»
96
»
146,09
OCUPANTES
1
i
8UPERPI0I1
1
VALOK
1
1
Propicia
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5^6
12.77
68.33
136533
63047
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13.04
58.7.
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197 I 4000
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■00. ao
563S6obo
100.00
Las diferencias que se observan aquí, fijándose en la proporción ascea- ]
dente en que resultan los propietarios respecto al número, superlicie y valor, ,
son originadas por las propiedades de El Estado, La Iglesia y Municipalidad, ,
que si es reducido en uútnero, la superficie es eslensa y crecido el valor.
La proporcionalidad en que se colocan por su propia importancia aque- ]
Has que se alquilan y son ocupadas á la vez por sus dueños, es la más exactai
Las quese arriendan, con su descenso comparativo del número, superñcíe y
valor, nos indican una construcción moderna en laque se ha tenido en cuenta
la economía de tierra y la de materiales costosos.
NACION.^LIDAD
Italianos.."!. !!..
Espaboles
Franceses
I-iglesBB
Orientales ,
Paraguayo»
PonuguesBs
Iglesia Católica..,
ArgenliDcs
Ilalianoa
EspaBolea
Franceses
Ingleses
Alemanes
Otientales
Nqrie Americanos,
Iglesia Católica.. .,
546
93176
14273
Sa39
5046
4626
3Z63
1751
397
6io5
3804
J643
1493
283B46
Debemos declarar que hemos comprendido en la clasilicacion de moder-
nas aquellas cuyo frente lo es, y también que es crecido el número de las que
se han reedificado en solo esa parte, pue.s en tanto que en otras Secciones so
construyen, aqut, la mayoría, se limitan á modificar lo existente.
Con un veinte por ciento menos en el número de propiedades, esta Sección
comparada con la primera, tiene una superficie igual, ó lo que es lo misme, en
4
— . 153 —
presagio de infinitas glorias en aquel venturoso estreno al través de los Andes.
Fueron los trofeos de la batalla en la cuesta de Chacabuco: 2000 fusiles,
19 cañones de todo calibre, 2 banderas, 1 estandarte, todo el parque y muni-
ciones, 600 muertos de tropa, mas el Coronel don Ildefonso Elorreaga y Coro-
nel Antonio Quintanilla, herido el Brigadier don Rafaei Maroto; prisioneros:
600 de tropa, 32 oficiales de toda clase, el Capitán General don Francisco
Marcó del Pont, el Brigadier don José Bernedo, el Coronel don Fernando
Cacho y el Sargento Mayor don Vicente San Bruno.
El ejército libertador tuvo dos capitanes muertos y 130 de tropa, un tenien-
te y dos alféreces heridos y 174 de tropa.
PARTE DE LA BATALLA DE CHACABUCO
Excmo. Señor: la serie de sucesos que instantííneamente han ido sucediéndose desde el
momento que abrimos la campaña, no me han permitido hasta aliara dar á Vuestra Excelen-
cia un pormenor circunstanciado de los acontecimientos mas notables de estos últimos días.
En el parte histórico pasado por el Estado Mayor el 20 del anterior y que elevé al cono
amiento de Vuestra Excelencia, se detallaba ya el orden con que his tropas marchaban, y las
medidas tomadas para facilitar nuestra empresa. En efecto, se consiguió que el ejército se
reimiese el 28, y llegase en el mejor pié á los manantiales sobre el camino de los Patos, desde
cuyo punto traté ya de dirigir y combinar los movimientos de modo que pudiesen asegurarme
el paso de las cuatro Cordilleras, y romper los obstáculos que el enemigo podría oponenne en
los desfiladeros que presentan los cajones p(;r donde trataba de penetrar; s# formaron desde
luego dos divisiones; la primera que debía marchará vanguardia, la puse á cargo del señor
Brigadier don Miguel Soler: la compañía del batallón núm. i de Cazadores, las compañías de
granaderos y cazadores del 7 y 8, mi escolta, los escuadrones 3 y 4 de granaderos á caballo, y
5 piezas de artillería de montaña; la segunda, fonnada de los batallones 7 y 8 y dos piezas,
bajo la conducta del señor Brigadier don Bernardo O'Higgins; el coronel Zapiola con los es-
cuadrones I y 2, y el Comandante de artillería con algunos artilleros y los trabajadores de
maestranza seguían inmediatamente después. Al mismo tiempo dispuse que el Mayor de In-
geniero don Antonio Arcos se dirigiese con 200 hombres por nuestra izquierda, penetrara por
el boquete del Valle hermoso, cayese sobre el Ciénego, donde habia una guardia enemiga, y
finalmente que repechando sobre la cumbre del Cusco, y dejando á su retaguardia las cordi-
lleras de Pinquenes, franquease estos pasos, marchase en seguida sobre las Achupallas, procu-
rase tomar este punto, que es la garganta del valle, y ponerlo en estado de defensa, para poder
con segundad reunir el ejército, y desembocar en Putaendo.
El 5 tuve ya aviso del General de la vanguardia, que este oficial habla entrado en his
Achupallas el 4 por la tarde; que el Comandante militar de San Felipe con ciento y más hom-
bres y la milicia que pudo reunir vino á atacarla; pero que fueron rechazados y perseguidos por
25 granaderos á caballo al mando del bravo teniente Lavalle, á punto de que en la misma
noche y mañana siguiente abandonaron todos Putaendo, y la villa de San Felipe, dejando
equipajes, caballadas y cuanto tenían.
El señor General Soler se adelantó rápidamente con mi escolta y los escuadrones 3 y
4; hace forzar la marcha de la infantería, y el o consigue montar la artillería y reunir todos
los cuerpos de su vanguardia sobre Putaendo: dispone que el comandante Necochea se situé
con 80 hombres de mi escolta y 30 de su escuadrón sobre las cimas, ordena al Comandante
Melian, ocupar con dos compañias de infantería y el resto délos escuadrones 3 y 4, el pueblito
de San Antonio: en el mismo día forma un campo de Marte, y establece su aiartel general
con las demás tropas de su división en San Andrés del Tártaro.
El enemigo recibió refuerzos considerables el 6 por la tarde; en la misma noche pas<) el rio
de Aconcagua, y al romper el alba del dia7 se presentó al frente del comandante Neco-
chea con 400 caballos, sobre 300 infantes y dos piezas á su retaguardia; este valiente oficial
no vaciló un instante: mandó retirar sus avanzadas, hasta ver al enemigo media cuadra no
disparó unsolo tiro: encargó la derecha al Capitán don Manuel Soler y la izquierda al atvu-
20
OCUPANTES
1
SUPERFICIE
i
VALOR
i
S+6
799
.8.90
"■77
68.33
1 3635a
63P47
183846
18.35
13.04
58.71
1 iSooooo
317ZC00
15714000
14 .ÍI
54.18
.00.00
483445
.00.00
363S60OO
■~"
Las diferencias que se observan aquf, fijándose en la proporción asceo-
dente en que resultan los propietarios respecto al número, superficie y valor,
son originadas por las propiedades de El Estado, La Iglesia y Municipalidad,
que si es reducido en número, la superficie es estensa y crecido el valor.
La proporcionalidad en que se colocan por su propia importancia aque-
llas que se alquilan y son ocupadas á la vez por sus dueños, es la más exacta.
Las quese arriendan, con su descenso comparativo del número, superficie y
valor, nos indican una construcción moderna en laque se ha tenido en cuenta
la economía de tierra y la de materiales costosos.
NACIONALIDAD
Ilalianas..' ."!!.!
EspafiolM
Franceses
Oriemales
Paraguayos..
Iglesia Católiú...
ArgenlincB
Ilalianoi
Espa&oles
Franceses
Ingleses
Alemanes
Orientales
NQfte Americanos.
Iglesia Católica....
.70
53.76
14373
3i39
.ii
5046
.i>
4816
.Bq
2 263
.3«
24 oS
.li
1751
397
■-'7
180
.73
.33
13410
10
3814
6105
7S
3S04
71
1645
>3
1493
i3oo
Debemos declarar que hemos comprendido en la clasificación de modei
ñas aquellas cuyo frente lo es, y también que es crecido el número de las qu.^^^
se han reedificado en solo esa parle, pues en tanto ijue en otras Secciones »•-
construyen, aquí, la mayoría, se limitan á modificar lo existente.
Con un veinte por ciento menos en el número de propiedades, esta Seccio ^
comparada con la primera, tiene una superficie igual, ó lo que es lo mism«, ■
172 -
Cada habitante paga niensualmente $ 9.-i0 en cambio de los 10.70 i
de la Sección primera, y en ésta el alquiler de una habitación es de $ 18.25 fl
el mismo tiempo que en la otra lo es de 18.13.
El interés del capital invertido en propiedades urbanas no es menor del
resultante en el cuadro precedente; por el contrario, éi se eleva hasta llegar
en algunos casos & ser de 2i % al año & consecuencia de que el producido es
gradual y ascendente en la misma proporción en que se avanza del centro
hacia los limites de la Capital . Aquí es menor, pero mas estable y seguro; all'
mayor, aunque sujeto t frecuentes oscilaciones y algunas dificultades para L
buena locación.
El interés reducido como producto de las fincas centrales es una de lai
causas por las que en ellas dejan de emplearse cantidades importantes con relaj
cion á otras excéntricas. En estas como su valor es mas fijo, menos sujeto a
cambio da valores en su adquisición, no puedo haber esperanza de lucí
extraordinario y rápido como en las otras: únicamente la colocación seguí
del capital en donde jamás se pierde.
Sucede con frecuencia que en épocas de prosperidad las transaccioneí
como la edificación, se paralizan en estos centros, debido á que abundan la
negocios en que con seguridad m obtiene un doble interés sin peligro algund
pero llega un momento de prueba para el país y el orden se invierte, los capa
talistas aguijoneados por numerosa población se apresuran á edificar en lo mal
céntrico, porque allí aseguran la renta con mas estabilidad á la vez que coi
facilidad.
TRASMISIÓN DE LA PROPIEDAD
Dijimos antes que liali(ainos aceptado para nuestras de mostración es un^
afioenqueel importo letal de las venias realizadas no excedió tan notable-
mente como en otros, en los que el demérito de la^monsda circulante les hace
aparecer con un valor superior aUjue debemos reputar como real ó venal. Al ,
tratar la materia en esta Sección, como on las siguientes, conlinuaremos baj(>n
el mismo plan. '
En los centros principales como éste, las operaciones son muy liraifadas.
La circunstancia de ser los dueños de fincas, en su mayor parte, personas que
poseen otros bienes de fortuna, ó de encontrarse en una posición desahogada,
en que les bástala renta para vivir, restringe las operaciones, que, por otra^
parte, solo tienen atractivo para aquel que busca la colocación segura de sil]
dinero con moderado interés, mas no para el que pretende lucrar
la valorización ascendente en la proporción de aquellas radicadas en los baPi
i'ios excéntricos.
Repetiremos aquí lo dicho en olra publicación análoga á propósito dall
Valor de la propiedad urbana en esta ciudad. Después de aquella preferencia J
acordada por todos al Norte sobre el Sud, fundada últimamente en el liechQ'J
de encontrarse en esa parle todos los paseos públicos, mayor numero de plaza
"V la mejor pavimentación, existe también marcada predilección por unoj
í->arrios 6 centros con relación á otros, y, por último, se le acuerda hoyl
i mportancia al arrumbamiento ó frente donde esté situada la propiedad yJ
si sus dimensiones.
Las de frente ai Sud y en segundo término las que lo tienen al Norte, sona
las de mayor aceptación. En las primeras, el sol con su calor natural vivifi^
<5n todo el interior, aun cuando los linderos eleven sus muros; en las segundoíbl
^1 viento Pampero contribuye á mejorar sus condiciones salubres.
A el área ó superficie es grande la diferencia que se le acuerda, pon
«cuanto cada dia que pasa se reconoce más deficiente la edificación exis-l
lente que exige gran extensión formada con poco frente y mucho fondo, i
^^^^^^^ dhjeto de colocar las habita
^^V y con uno ó dos patíos al
^^H dad que debido á la valor
^^M meiro cuadrado y el serví
^^H familias, cualesquiera que '■
^^H^ nos fondo para construir,
^^^1 quefio radio: debajo ¡os (
^^H arriba los dorniitorios y s<
^^^M etíonómícas é higiénicas. I
^^H chos, contribuirá el servici
^^H con ellas desaparecerán lo
^^H ximos á )ns habitaciones,
^^H CALLE RtHeTC
- 174 -
itíiones seguidas unas
costado y huerta ó jí
■ízacioii i'íipida de la
cío doméstico ha llega
sea su posición social,
recoiicenlrando todas
iepósitos, en el princ
obre estos las del servi
'ara generalizar mas
0 de las cloacas próx
s depósitos ó sumíder
cuando no pegados á
de óm^^^ffliSm^^^^^^
irdin al final. En la actuali-
tierra, ésta se vende por
do á preocupar á todas ^^|
se busca más frente y lli^^|
las habitaciones en un p^*
ipal las 'piezas de recibo,
cío, obteniendo asi ventajas
lo que ya es deseo de mu-
¡mo á inaugurarse, porque
■os tan nocivos y hoy pr^^
eilas mismas. ^^M
rOMSTK
milrm
roK.o
BDFRItPIOIB
n,f..cuad.
5.20 por
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12,99
36,1 5
60,62
39,83
6o,6í
63,00
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29.64
59,iS
60.62
3o. 1 1
34,64
23.68
60,62
59,10
60,62
45,46
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43.30
60.61
37,80
3r,a3
56,3ü
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33,34
lí,76
28.54
14,14
3o,3i
39.75
33.5o
5S,o2
3o,3i
36.37
61.70
36.19
23.94
3o.3i
16,21
eo,6a
3o, 3 1
67.J4
317. d6
1.364.56
579. '3
414.59
9:8,39
485,10
357,65
130,89
74'.33
1.4OÍ.7S
319.47
199.9S
461,29
8i3,5l
995,88
446,76
332.31
304,65
l33,!^8
í. 415,91
918,31
1.814,34
247,96
512.33
i.?:i,73
Í44.50
243.97
688.38
17.S45
314,92
973,91
434,16
515, 12
336,11
960,53
1.111.61
391,16
167.90
374.OÍ
tu. 34
238.23
191,77
3.307 Iialiana
:6,o66 Eapatiola
Í07.480 Argentina
60,000
23 56a «
227.333 P.iraguaya
ia.731 Española
13.O0O Argeniina
4.133 "
74,400 ..
20.666 Ilaüana
9.193 Argentina
20.666 C. S^" Domingo
44.433 CN.deEduc.
41,126 »
11.573 Argentina
11,000 Italinna
18,000 C, N.JeEduc.
6.3oo Argentina
Sj.i58 n
14.095 FrancMa
1,480 Iisllana
9.300 Argentina
24.800
75,433 Francesa
31.620 Oriental
60.000 Argenlina
64.066 n
9.B00 »
103,333
10.9S3
Í.I25
25,000 Suiía
33.DOO Italiana
9.85o Argenlina
3.710 Italiana
19.000 Francés
2.700 Español
9 40D Italiana
3,059 Argenlioa
Francesa
Argeniln*
Italil^H
^^H Perú
^^H Bolívar
^^H DefCDM
• ■ ■ 7/'9
... m./mS
... ."3S/340
^^B Defensa
^^H Perú
... 343/347
370
^^^H San Lorenzo
^^H
^H Bdgrano
^H Belgrano
55
... 386/390
::: ,¿'í!
^^^H Bo1¡v&rio3/]ieyVen«zuela io3/iog
^^m Míjico
^^^H Balcarce
^^H Perú
... 540/448
^^H Bel8im.o
. . . 14/16
.5,7",Si
1.487.909 -
Si se detiene el lector en la planilla precedente, encontrará grandes
.reas vendidas á diez, catorce y diez y ocho pesos el metro cuadrado, lo
^:^ua\ no solo corrobora cuanto hemos dicho de esta Sección á propósito de
la desproporción existente en sus valores, sino que justifica el término medio
^e pesos 57,85 para el conjunto de todas las operaciones realizadas en el año.
Las causas anteriormente expuestas, son las que obstan para limitaren
^^te perímetro las compra- ventas.
También en ésta la mujer se hace propietaria de diez fincas cuya im-
j)ortancia se eleva á 496.802 pesos.
Reasumiendo lo adquirido por cada nacionalidad en cuanto al número,
superficie y valor, así como también lo enagenado por los mismos, resulta
^1 siguiente cuadro:
»iúa.
23
7
3
3
3
X
z
z
z
COlfPRADORBS
SUPERRCIE
metros
Z4. 286,64
3.688,3o
9i4«5o
2.136.83
2.111,06
461.29
918.39
243,97
960,33
25.721,51
val^or:
pesos
VENDEDORES
NACIONALIDAD
NÚM.
SUPERFICIE
metros
854.133
85.573
31.497
108.528
103.559
20.666
227.337
31.620
25.000
1 .487.909
Argentinos
Italianos |
Españoles :
Franceses ¡
Cons. Nao. de Educación.;
Cto. de Santo Domingo... ¡
Paraguayo
Oriental.
Suizo
Ingleses
32
4
2
2
z8. 128.42
2.763,x3
97^.21
2. 188, 36
579,13
z. 086,26
VAL^OR
pesos
! z. 080.153
I 59.973
i 80.700
I 91.050
60.000
106.033
25.721.5z z. 487. 909
En la primer Sección los Argentinos vendieron un cincuenta por ciento
mas de lo comprado, hecho que evidencia su falta de confianza en el valor real
déla propiedad, por lómenos el de su indiferencia por ser ó no propietarios.
En esta han enagenado un veinte y ocho por ciento más de lo adquirido,
debiendo recordar que es en las principales donde mayor representación
tienen.
!
HIPOTECAS SOBRE LA PROPIEDAD RAÍZ
En los últimos liemposseliaii movilizado mas de setenta millones represen-
la^josen cédulas hipotecarias, acordadas en garantía de gran número de pro-
pioci^des radicadas en esta Capital y que representan una cantidad igual ó
nia,y<i>r al doble de la citada.
"El valor de las tincas se ha duplicado en general, desde que todas han
reoo nocido las ventajas de la hipoieca en los Bancos emisores de Cédulas,
Jia.t>i«ndole favorecido para su valorización la suba extraordinaria de losalqui-
ler-^=3 y la fácil colocación de esos mulos en las plazas europeas.
'E.\ dueño de una casa solicita y obtiene de alguno de los estabteci-
mi^xitos indicados, la mitad del valor de ella en títulos que en el acto con-
vievt^ en moneda de curso legal, y además de conseguir una parlo del
ca.pki.'tsil amortizado, por ese solo hecho su propiedad vale mas, puesto que
la. -ventaja de poder pagar el cincuenta por ciento en trimestres iguales
du.xT'ZLX'ita treinta ai1os, la coloca al alcance de un mayor número de intere-
sados, cuando no necesitados.
Debido á la población quede todos los ámbitos de la República y aun
del ^xtrangero llega diariamente á esta Capital con el ánimo decidido de
a.v ^ c; indarse en ella, desde hace ya mas de cuatro ailos, y para alojar á
la. <:vial no basta !a edificación permanente, se han encai-ccido tanto los nl-
qu-il^res, que cualesquiera inquilino con la misma cantidad conque paga la
loca-Cion, puede atender el pago de amortización é intereses de una hipo-
teca, igual al valor total de la propiedad que ocupa. De ahí la causa por la
caal el número de las hipotecas se eleva en la misma proporción que la
de las ventas.
-A-demás, hoy se hipoteca por negocio, sin necesidad de vesder, simple-
mente para movilizar el capital. Se han dado cuenta todos de que en cuales-
quiera operación comercial ó industrial el producto es superior al que se paga
por- amortización é intereses al Banco prestamista; y de que, si las cédulas
bajan, ganan volviendo á comprarlas para chancelar su deuda, y si por el
contrario suben, es porque se ha valorizado más su misma propiedad.
— 178 —
Los Bancos de descuentos no se ven ya como antes con solicitantes tiu-
merosos á cada paso y por crecidas sumas, debido á lo que es nuavo enii-o
nosotros, el liaberse sustituido el crédito rea! al personal. Se hipoteca al &a
sin considerarse el hecho un descrédito para la persona; se movilizan esos
grandes capitales con ventajas positivas para todas aquellas instituciones de
crédito que antes tenían necesidad de atender solo á las exigencias del desar-
rollo del comercio y las industrias; y, hoy. ai mismo tiempo que lodos traba-
jan con miis desahogo, se impulsa con mayor vigor al progreso que aparece
en todos los centros de Buenos Aires.
El año elegido por nosotros para dar cuenta de estas oper'ai^ionos no es sino
un pálido reflejo de lo que han llegado á ser las hipotecas en la actualidad;
es por eso que nos hemos permitido los párrafos anteriores.
En la Sección se han realizado 19 hipotecas, las cuales importaron 313^7
pesos, habiendo contribuido el Banco Hipotecario con 273.100, el de la Pru —
vincia con lt>.69S. un argentino con 20.667 y dos italianos con 2.892.
La importancia de las operaciones por nacionalidad es como sigue:
17 Argentinos por $ 306.357 ó sea el 97,77 '/,
1 Español ■' " 2.000 .. •> -> 0.64 ..
1 Italiano - - 5.000 » " » 1.59 ->
19
1 313.357
100 .
jue: ^j
Habiendo hipotecado la mujer $ 53.500, resulta que lo ha hecho por e •
117, de io comprado por ella, asi como los argentinos en el mismo case:»
tienen el 36, los espai1ole.s el 7, los italianos el 6 y en el conjunto de todo Ic^
vendido el 21.
SOCIEDADES Y ASOCIACIONES
la Pi>|
CLUB DEL PROGRESO
Fundado en el año 1852 cuando recien se echaban los primeros cimientos
de nuestra conslilucionalidad, lia contribuido eficazmente á formar y levantar
el espíritu de sociabilidad, á perfeccionar los hábitos y costumbres de la
po blacion y á desarrollar el gusto por las reuniones y la comunicación social.
Pronto las familias más pudientes se inscribieron como sodas, contribu-
yendo íl asegurar su existencia, cuya importancia é inlluencia en una sociedad
•^Uo habla sido ultrajada por tanto tiempo, la hacían doblemente simpática á
^ fJroteccion publica.
Hoy el número de los socios alcanza & un mil, habiendo abonado la suma
^ SOO pesos cada uno á su ingreso y que contribuyen bi-mensualmente con ■
^^'^í^ y medio pesos, adelantados, como cuota ordinaria.
'El mobiliario lujoso que embellece sus magníficos salones representa un
^- » o t- de 55 mil pesos y no pasará mucho tiempo en ser sustituido por otro
^^ moderno y fastuoso en armonía con nuestro progreso y el perfecciona-
'*5X")to del gusto, cultura ó ilustración.
El Club carece al presente de un edificio apropiado al movimiento y de-
^*">"ollo que ha alcanzado, pagando un alquiler mensual de rail pesos por e!
^^*^ ocupa y que no ofrece todas las comodidades necesarias.
El edificio consta, en el primer piso, de tres grandes salones de 33 metros
^ largo por 10 de ancho, de tres salas de 8 de largo por 6 de ancho, una
P^cjijeilasala de 5 por 4 para toilette de caballeros, sombrererta, guarda-ropia
- ^^ficinas de ios empleados en esle departamento.
En el segundo piso, un gran salon-comedor, dos salones de billares, un
^-''^ledor de señoras, dos salas ocupadas por la biblioteca, comedor de em-
^^^ados, pequeña sala de toilette y demás oficinas destinadas á la bodega,
despensa, cocina, etc.
J
— 180 -
En el tercer piso hay siete piezas ocupadas por el dormitono i
pleados y depósitos de útiles generales.
El establecimiento sostiene para atender los diversos servicios de
administración, diecisiele empleados cuyo sueldo máximo es de $ 800 y
mínimo de 30, mensuales; diariamente concurren de 150 A 80ü personas soci
á la biblioteca, que consta de 1136 volümenes. distribuidos así :
Obras varias, 8CK) volúmenes; colección de diarios encuadernados, 326; cu
detalle de la última, es como sigue :
FDBLlGAaiONSS
«El Nacional)!, ,
«La Tribuna"
«La Nación.
nLa Prensan
«La República»
«La Pampa'!
«La Libertad»
«La Fatriau
«Ei Pueblo»
«La Verdad»
«El Diacio"
icSnd- América»
<iEl Órdenu
«La Tribuna Nacronalu.
«El Mercantil»
«La Crónica»
iiLa Reforma»
4(Lu Reforma Pacifica».,
«La Union»
«La PoUticaH
«La Revisla»
«Los DebalBsn,
••El ArEentíDOii
«La Consiilucion».
"La Pai»
«El Siglo»
«El Comercio»
Desde iS5z hasta la fecha
» i8S3 " Budesaparici
» í86a 11 el présenlo
su liesaparicion
el presente
au desaparición
el presente
iSSS
el presente
1SS7 basU iSSS
Las publicaciones & que está suscrito el Club son 88. de las c
extranjeras 45 y 43 nacionales.
El cuadro anterioi-, aunque no es completo desde que solo registra 1
ñas publicaciones nacionales y ninguna extranjera, lo hemos formado pt
dar siquiera una idea de la importancia y riqueza de esta biblioteca, super
en este punto á las colecciones délos eslablecímienlos públicos que cuid
de ellas con tanto interés.
También nos ha sido imposible obtener un estado demostrativo exacto
del movimiento económico mensual de la casa, pero á fin de ensenar su capa-
cidsLdi siquiera por el que corresponde á un semestre, en el que figuran gastos
9jf ^¿«aordinarios diversos, presentamos el siguiente :
GASTOS DE UN SEMESTRE
Tertulias de disfraz. . .
Alquiler
Sueldos de empleados.
Alumbrado á gas ....
Teléfonos
Consumo de carbón. .
Sastrería de los mozos
Gastos de toilette ....
Tapicería
Cancillería
Bncuademacion
§
»
»
»
»
»
»
»
7.045.03
6.000
4.637.74
2.494.50
93
80
21.»
93
327.94
176
76
Herrería
Impresiones
Por lustre de muebles.
Billares
Gastos menores
Muebles v útiles
Büile de Julio
Publicaciones
Refacciones
Total
9
n
»
»
»
i3i.o5
234
56
i83
989
8.900.
5.429
1:262
x.o56
8 40.376.86
r&
El salón de juegos está ricamente adornado, decorando sus paredes tapi-
una valiosa galería de cuadros al óleo muy importante : cuando tiene
r un baile se dispone un gran salón de los tres que hemos dicho de que
ta el primer piso, realzado por magníficos y numerosos espejos, muni-
cia de iluminación y profusión de cortinados y muebles de mucho mé-
el mismo esplendor y lujo se observa en el comedor destinado á las
ras, en las salas de toilette, biblioteca, etc., etc.
"Un restaurant, dotado de un director, otros empleados, tres cocineros y
mozos de servicio, anexo al mismo establecimiento, pero que no depende
ste, está encargado de la provisión y confección de los banquetes, etc.,
antas operaciones culinarias se practicasen; — este personal no es rentado
el Club, pero éste abona los gastos que se originan en la confección de los
entos, debiendo un inspector de hotel, remunerado por el establecimiento,
^lar su calidad, preparación y estricta limpieza.
El notable desarrollo que ha tomado en estos últimos tiempos, le permite
^ llevar á cabo la construcción del edificio que ha proyectado, para cuyo
^to y el valor del terreno destina la suma de $ GOO.OCK).
El capital que se trata de invertir en este solo edificio puede dar ya una
^^ea de la importancia del establecimiento y de su movimiento económico. La
Comisión edificadora del Club, poniendo en la ejecución de esta obra su inteli-
gente actividad, su refinado gusto estético y sus disposiciones organizadoras,
sa*brá responder dignamente á las exigencias de una sociedad culta, de una
aristocracia distinguida y eminentemente fastuosa.
Concluido el edificio, el reglamento sufrirá algunas modificaciones, es-
pecialmente en lo que se refiere á cuotas. El que ahora rige lo trascribimos
á continuación por el interés que puede ofrecer á algunos.
— 182 —
REGl. AMENTO
Artículo I" La Sociedad >(.- denomina Clutí deí. Put^GRic^^O; tiene por princi_
ol)jetu mantener un centro bocial de cultura, á cuy.i efect*» tendrá un local espacioso y cenlsral,
donde habrá salones para fiestas, reunid >ncs, conversación, lectura, juegos de ingenio jt &^sr-
vicio de restaurant,cn los cjue serán ext lusivamente atendidos los socios liel Clnb y transean tes
admitidos. Habrá tambicn una Biblioteca de obras selectas, y en la que serán coleccionad <«
los princijíales pcri('>dic«.»s y revistas nacionales y extranjeras.
Art. 2" Se iHohibe expresamente todo juego de azar : éstos son aquellos en que preval^^ce
únicamente la suerte. En ca.so de duda sobre cuál sea juego de azar, ella será detennin2L<da
p<»r la Comisión Directiva.
Art. ,v' Son i)ermititli)s los de naipes que no sean de azar, el ajedrez, chaquete, dam.^as,
domin<'> y <.)lrns ile esta clase.
Art. .]" Son prohibidas las reuniones en el local del Club que no sean compuestas cxcX xi'-
sivaniL-nte de sus miembros, sin {¡revio acuerdo de la Asamblea (jeneral extraorcHnaria en
se halle presento lamita<l más uno (U'l número total de socios.
Art. .s" Se prohiben las sus» riciones extraonlinarias, el préstamo de muebles ú ot ■
objetos i>e.rtenec¡entes al Club, sin previo acuerdo de la Asamblea General.
Art. O" Es prohibida la exlraei ion ih- objetos, libros ó papeles impresos de
salas del Club, bajo ))ena de Jo pesos moneda na« ionaKle multa, y de expulsión en cr
de reincideníúa.
Art. 7'' La Sociedad es presidida por una Comisión Líirectiva compuesta de siete mi
bros : Presidente, X'ice-rresidentc Seeretario, Tesorero y tres vocales.
Art. S" Los mienibrtís de la Comisión Directiva son nombrados por un año, en Asamk^ ^^
General, por bíiletos escritos y á jíluralidatl ile voto>. y los directores así electos nombr^^i^^ •
entre sí los fuiici<«narios de (jue habla el articulo anterior, e.xcepto el Tresidente y Vice ^ T**
serán nombrados j)or votación dirirc^ta de la Asamblea. ^^
Art. <»" Habrá suplentes paia integrar la Comisión Directiva en caso de impedim^^^^
de alguno de los Directores, y lo serán aípiellos hasta seis, (pie después de los dco-*
j)ara el Directorio hayan obtenido sufragios, y entrarán á suplir según el mayor número j
votos que hayan tenido.
Art. ií>. Cada semestre, el i" de Abiil y el i" ile Octubre, se renovará la Cotni^-j^ ^
Directiva. ietirái;dose primeramente tres de sus miembros, y los cuatro restantes en la renc^^j.
cion siguiente, observándose siempro el misnn) ''-rdcn.
Art. II. Son atribu» ionesde la Comisión Directiva :
\'^ X'elar jjor el eumplimicnti» de cstel\eglam»-nt(.«;
2" I\e.^«»l ver .sobre la admisión de socios;
.V* Cuidar déla i-olida interior y tic t«nlo lo relativo á la mejor administración d3cl
Club, sancioiíanilo los nglanienios necesarios;
•l'' Crear y supiimir emjilcosy fijar el presujíuesto de gastos;
5^^ Convocará la A>amblea < ieneral <.>nlinaria •!• extraordinaria.
Ail. ij. Lasscsi<»nes de la Comisión Directiva deberán celebrarse por convocatoria cr^^eA
l'residcnte, y .sus resi»luci«»nes seián tomadas por simple mayi»ría, siempre que estén prcs^-
tes cuatro miembros |>or lo meno.s, excf[>to el caso previ.stopor el artículo 23.
Art. i.v ^Jueda prohibido á los miembnxs di; la C«)mision Directiva, bajo pe
de expu^si n. dar esplica« i'»nes individuales sobre las deliberaciones que en ella teng
lugar, coui" tanibien declarar su vot<j en lo relativo al rechazo /> admisión de ca»:
didatos.
Art. ij. El Tesorero presentará cada bimestre á la Comisión Directiva un estado de ^^
caja, y é.ste será manitestado en la .sala de lectura.
Art. 15. Enl"smese> de Marzo y Setiembre serán convocados los socios á Asamb^^¿i
Cieneral Ordinaria, c(»n el objeto de piuce<ler á la e!eo<ion de Ion miembros de la Comisxox?
Directiva (pie han ilc reemplazar á l«»s (juc terminen su períixio en los meses siguien^eí?,
é hn])onerse del informe escrito que deberá presentar la C<.»misicn Directiva.
La Convocatoria deberá hacerse por los jierii!»dicos y jvjr citación particular á cada 8000^
con ocho dias de anticii)acion, acompañándole una lista nominal de todos los asociados y de
los miembr«»s salientes de la C'omision Directiva.
Art. i(). Siempre que haya presente una octava parte de miembros activos, seri
considerada la Asamblea como General y hábil para deliberar y decidir.
— 183 —
Si ala segunda convocatoria que la Comisión hiciese no concurriese la octava parte de los
vs, pasada una hora después de la señalada para la reunión, se proclamará válida la
nblea con el número de los presentes, y se procederá inmediatamente á tratar de los
tos que motivaron la convocatoria.
Art 17. Se exceptúa de lo dispuesto en el artículo anterior el caso previsto en el
ulo 4°.
Art 18. Las resoluciones de la Asamblea General serán adoptadas por votaciones públi-
la votación secreta tendrá lugar solamente cuando sea pedida por tres miembros y
itada la indicación por la mayoría.
Art. 19. En la Asamblea General no se puede entrar en discusión sino sobre puntos
ivos á proposiciones sometidas por la Comisión Directiva. Sin embargo, cualquier socio
le en Asamblea General hacer mociones de la naturaleza que fueren, las que, siendo
adas por diez socios, pasarán á la Comisión Directiva, para considerarlas en sesiones
rulares, pero de ningún modo pueden dar motivo á discusión en el acto.
Art. 20. En caso de que algún socio tuviese motivo de queja contra la Comisión Direc-
iS sobre objetos pertenecientes al Club, ó contra alguno de sus consocios ó empleados,
ríjirá exclusivamente y por escrito al Presidente, quien convocará la Comisión Directiva,
la resolución de ésta no satisface, puede dicho socio pedir que la Comisión llame á
iblea General, presentando para esto un pedimento motivado y firmado, cuando
«, por veinte socios, número que se exige en todo caso para pedir Asamblea Extraor-
ia.
AxL 21. Para ser admitido socio del «Club del Progreso> se requiere: ser mayor
xlad; ejercer profesión ú ocupación honorable; gozar el candidato y su familia
buena reputación; ser presentado por tres socios del Club, .que lo sean desde un
mtes.
Art 22. La presentación se hará por medio de nota firmada, dirigida al Presidente, en
al los proponentes aseguren que el propuesto reúne las condiciones expresadas en el
alo anterior. Los nombres del propuesto y de los proponemos serán fijados en el salón
tctura durante siete dias consecutivos. Los socios proponentes estarán obligados á dar á
omisión Directiva los informes que se les exijan acerca del candidato y su familia,
saltare qu« no conocen personalmente al propuesto y su familia, perderán por el término
los años el derecho de presentar nuevos socios.
Art 23. Después de transcurridos los siete dias determinados en el artículo anterior, el
idente convocará á la Comisión para resolver sobre la admisión de los candidatos,
esando el nombre de éstos en la citación. Reunida la Comisión, estando presentes siete
abros de ella, se procederá á la votación secreta por medio de bolillas blancas y negras,
bolillas negras bastarán para el rechazo del candidato. Si resultare una sola bolilla negra,
spenderá la votación hasta otra reunión, que no podrá efectuarse antes de ocho dias, y
cual se citará con las mismas formalidades expresadas en este artículo, y se
:derá á nueva votación, quedando aceptado el candidato si diese el mismo resultado
A anterior.
\rt 24. El candidato que haya sido rechazado, solo podrá ser presentado nuevamente
íes de transcurridos dos años desde la primera votación.
Art 25. Todo socio admitido pagará como cuota de ingreso 200 pesos nacionales, y ade-
^a suscricion que corresponda al bimestre de su admisión.
Art. 26. Los socios abonarán bi-mensualmente ima suscricion de ocho pesos cincuenta
ivos moneda nacional, que será cobrada al principio de cada bi-mestre.
Art zy. Se declaran incluidos entre los candidatos á que se refiere el artículo 21, las
is que no tengan hijos, que las representen, sometiéndose á votación sin pagar ingreso y
suscricion bi-mensual.
Art 28. Cada imo de los socios recibirá un diploma que lo acredite como miembro del
JB DEL Progreso >.
Art- 29. Los socios gozan de los derechos siguientes :
i<* Entrar libres en los salones del Club durante las horas fijadas por el Reglamento
interno.
2^ Concurrir á todas las fiestas que se celebren en el Club, pudiendo presentar
en ellas su familia, entendiéndose que ésta la componen exclusivamente la esposa
é hijas.
3® Solicitar de la Comisión Directiva invitación á las fiestas para sus padres, ^ hennanas
y señoritas de su inmediato parentesco ó que habiten en su casa y estén bajo su
dependencia.
.|" Sollritar laiji'tas p<-r un ims jmra IraiiÑountis. mn arreglo al arlículo 37.
5" rn^sfular caiulitlatus para sucios;)'
íí** Tomar parte, «on v«>z y votn, en las tielibcraciunes de las Asambleas
( iencralcs .
Art. 30. ( i >/aii (le l«>s derechos acordados á !<»$ socios, y no están obligados á abonar
ingreso ni >us»TÍrion, Ins Ministros Diplomáticos y sus Secretarios acreditados ante d
(.íul»icrn<í Argentino, los Jefes de Esta(ion Naval y Comandantes de buques de guerra
extranjeros surt"s en el puerto.
Art. ;^i. VA soiio que, venrid».) el bimestre, no hubiese satisfecho aun su cuota, podrá
ser declarado < esante por la Comisión 1, irectiva.
Art. .^j. El >oci«», que p^r ausencia ''> « ualt}uier otn^ motivo, hubiese cesado de hacer
narte de la So< ieila«l y que ijuiera ^er reintegrado, deberá someterse á una nueva admisión
en la forma cstalilc» ida.
Art. ,Vv V.\ so« ¡«) ijue. ai aumentarse temporalmente, lo avisase jior escrito al Presidente
de la Comisi«»n. expresando su dcsn) de t^ntinuar de s(»eio, á su regres<». será readmitido
inmediatamente sin necesidad de vota» ion. ([ucdantlo á su elección papar las mensualidades
vencidas ''» la mitad de la « uota de ingreso.
Art. vi- Enera de los casos obligatorit»s por este Reglamento, queda la Comisión con
la lacullad de expulsión por 1 uatro votos confonne?. y la tiene la misma Sociedad por
])edimento escrito al Presidente, íirmado por lo menos por dos terceras partes de los
soeitís .
Alt. .v> El socio expulsado que ipiiera volverá ingresar no podrá ser presentado
sin«'> después de dos anos del dia de la e\i)ulsii>n, debienili") observarse en este caso las
mismas formalidades í|yc para los que no han pertenecido á la Asociación.
Alt. ^0. El M)c¡o aus»nte ilebcrá < ontinuar [«agando la suscricion bi-mensual para que
su familia pueda «"murrir á las fiestas del Club.
Art. .^7. El SI mío que sorprendiese ala C'"mision. obteniendo invitación para perst^^nas que
no sean de su fannlia. vjuedaiá ]iri\ado por el térnuno de tlos años del derecho de solicitar
invita» iones.
Art. .v*^. Se » onsidcra «nm-) transeúntes úni» amenté á las personas que, residiendo habi-
tual mente en el ¡nlciior •'• exterior tle l;i República, á ilistancia por lo menos de lOO kiló-
metros (\c c>ta cajMtal, estén de tránsito en ella j^or un término que no exceda de seis
meses. Los transeúntes á que este artículo se refiere j^odrán concurrir al Club por un tér-
mino que nocxíeda de un mes, siendo presentad' «s por un socio que fírmará en el registro
< orrcspondiente, y habiendo «.btenido una tarjeta lirmada p«»rel Presidente y Secretario. En
esta tarjeta no está « omprcndida la invitación á las fiestas que se celebren.
Art. .V». E';> transeúntes v[ue. después de liabi-r «-btenido la entrada por un mes, qui-
sieren (ontinuar jx-r ma^ tiempo, j odrán lia« er^-e presentar como socios transeúntes, por
seis me.ses, pa-aiuio indas las meiisu.'.lidades adelantadas, y cumpliéndose respecto de eíloi
lo prevenido en 1« -^ artículos ji, jj y j ;. Suloen casos excepcionales, á juicio de la
Comisi'-n Uirecliva, poilrá ejeuitarse más ile una vez el derecho que acuerda este
articulo.
Art. -|«). El ( lub dará un baile anual en solemniza»'ion del t) de Julio y otro en el mei
de Setiembre, tres tertulias de difraz ó fantasía en Carnaval y los demás bailes, tertulias,
conciertos y ««tras fiesuis (pieileterminc la í'innisiou hirectiva.
A estas fiestas si^lo tienen dereiho á conuirrir 1«'S so'ios y sus familias (art. 2(), inc. 2*);
y la Cnmisioii hirectiva invitará á ellas al Tresidentc de la República y sus Ministros, i
los Trebidentes de las Cámaras Legislativas de la Nación y á los Presidentes de la Suprema
Corte y de las Cámaras Judieiales de la Capital.
Alt. 41. La Comisión Directiva p«.»drá igualmente onceder invitación á los transeimtcs
distinguidos y á sus familias, á los padres y señoritas hermanas de los socios que la solidteii,
y á la señora madre, viuda <'» hija del ijue hubiese sido socio suscrítor del Club seis años
consecutivos.
Art. /}2. La Comisión Direitiva designará á uno lie sus miembros ó á cualquiera
de los socios del Club con especial en<'arL'^o de la organización y fomento de la
biblioteca.
Art. 4,^. En el Reglamento interno ([ue la Comisión Directiva dicte, podra concederse
á l<is so<i«»s la facultad cié extraer, jior un término prudencial, libros que no sean de consulta,
previo recibo y formales garantías de devolu» ion.
Art. 44. Este Reglamento obliga á todos lo.s socios á su puntual observancia, bajo la
pena de exclusi«ín á aiiuellos que contravengan á sus disposiciones.
— 185 —
Solo podrá ser reformado parcial 6 totalmente por iniciativa de la Comisión Directiva
y aprobación de las dos terceras partes, por lo menos, de los socios presentes en la Asam-
blea General Extraordinaria que se convocará con ese objeto.
Art 45. Queda absolutamente prohibido á la Comisión Directiva invitar á las fiestas
del Gub á las personas presentadas para socios y que no hubiesen sido admitidas en la
forma prescrita por el art. 2^.
INSTITUTO GEOGRÁFICO ARGENTINO
Siete años hace que el Instituto Geográfico Argentino funciona sin inter-
rupción, robustecido por la incorporación que recibe de nuevos socios anima-
dos ardientemente por el progreso de la ciencia geográfica á cuyo servicio
consagran vida é intereses, sin mas retribución que la gratitud pública y recom-
pensas honoríficas que esta Sociedad discierne.
La actividad desplegada en su seno y en el teatro mismo de sus vastos
estudios le han colocado en una posición espectable, digna de la misión que
congrega ásus ilustrados miembros: los trabajos de exploración que el Institu-
to ha patrocinado y llevado acabo sostenido por sus propios esfuerzos, no solo
han abierto y ensanchado el árido y penoso camino de la ciencia geográfica,
sino que territorios ignotos y rios inesplorados han recibido el majestuoso
saludo déla civilización, pronta á sentar su inconmovible trono en medio de la
imponente soledad de sus llanuras sin término.
Por los datos que presentamos en seguida respecto de su movimiento
económico, se viene en conocimiento de su próspera situación y de las risue-
ñas esperanzas que inspira su labor fecunda, tanto por los hombres de ciencia
que lo componen como por la abnegación y patriotismo de aquellos que no
formando parte de él, cooperan espontáneamente con elementos materiales á
la realización de sus elevados propósitos.
Fundado bajo la impresión de un mismo sentimiento, sostenido por la fé
de sus esfuerzos y el patriotismo de sus miras, los socios iniciadores y fun-
dadores se sintieron conmovidos de satisfacción cuando apenas creado el Ins-
tituto recibió un contingente poderoso de compañeros que se afiliaban 11 las
mismas tareas y obligaciones, dispuestos, cada uno, á ser el primero que
desafiando los peligros y privaciones descorriese el velo de lo desconocido
para revelar al mundo civilizado la existencia de un nuevo teatro de sus glorio-
sos triunfos.
Quedó definitivamente fundado el 15 de Mayo de 1879 y reconocido en el
carácter de persona jurídica en el año 1882.
El personal de administración del Instituto se compone de: un Gerente,
dos Jefes de Oficinas Cartográficas (uno en la de Córdoba y otro en la de esta
Capital), un cobrador y repartidor y un portero.
34
- 186 —
A mediados del ano 1880 el número de socios que compartían las tar
científicas, ó de propaganda en el exterior, lia sido de 480, distribuidos en
forma:
Socios activos 317 ■ Corrcsptmsales en América /o
p honutarius 11 ' ^^ » Europa /■/
corresponsales en la República 17 | Rcpresenlantes en diversos países S
El J5 do Mayo del mismo ano, dia en que el Instituto cumplió el ?• aii/-
versarlo de su fundación, se celebró una tiesta de gala presidida por el Exorno,
señor Ministro do Relaciones líxteriores, encargado de verificar la solemne
distribución de los premios, medallas y diplomas, acordados á sus dis-
tinguidos exploradores, acto que tuvo lugar en medio de una concurrencia
numerosa y selecta.
Un gran mapa y atlas do la República os una «le las obras mas importan-
tes y valiosas que ha emi)rcndido esta asocia<;inii (-¡(iutílica; una expedición á
la Patagonia Austral, costeada y i>atrocinada por la misma se realizará en
breve bajóla dirección v mando del Sargento Mavor Movano, cuvos resulla-
dos enriquecerán poderosamente la historia geográfica de esta sección
territorial fie la Reimblica.
Otras no menos importantes se realizarán con su cooperación á favor de
las cuales ha puesto toda clase de elementos: una de ellas llevará acabo la ex-
ploración del Araguay-Guazú — diversos mapíis, documentos, libros, etc., re-
colecta por su cuenta j»ara enviarlos al eminente geógrafo autor de la Geografía
Universal.
El tiraje que se hace actualmente del Holetin, órgano del Instituto, alcan-
za á un mil de ejemplares, que se distribuyen por las ciudades mas adelantadas
del mundo (juc se interesan |>or nuestro progreso y adelantamiento: la sus-
cricion en la República aumenta notablemente y casi eii la misma proporción
la demanda del extranjero, prueba inequívoca de la importancia de sus traba-
jos y estudios.
Mantiene canje con las })ublicaciones mas importantes del exterior é inte-
rior de la República y cada vez se va transformando con mayores ventajas y
provecho, en todo lo que constituye sn capacidad ec<)nómica y su saber
cientíUco.
La biblioteca (¡ue posee es rica yiibundanio y sus colecí'iones completas
sobre viajes, exploraciones, etc., son monumentos do consulta para las inves-
tigaciones de los hombres de ciencia: es su manantial constante el poderoso
canje que so.stiene con las sociedades científicas de su género, de la República
y el extranjero.
Las .secciones de este Instituto creadas en las provincias se han disueito la
mayor parte, porque siendo muy })obi-c el concurscj que ellas prestaban á los
múltiples trabajos iniciadcjs y llevados á cabo por la <!asa central, no corres-
pondían á los esfuerzos hechos [)ara sostenerlas, (.'nicamcnle la de Córdoba
existe y se co.stea por sí misma sus necesidades, contando en su seno con 43
— 187 —
cios amantes del estudio de la Geografía y suficientemente desinteresados
ra ponersus aptitudes y trabajo personal al servicio del mayor engrande^
niento de la institución.
Para dar una idea sobre el movimiento y estado económico del Instituto,
3ertamos en seguida el Balance de Caja hecho en 31 de Diciembre de 1885.
HABER
DEBE
A saldo de balance de 30 de Junio
^ mensualidades c ingresos
» subvención del Gobierno Nacional (viaje á Patag)....
> para planilla del Instituto
de las provincias para el Atlas
» Ganancias y pérdidas
' Donación del General Mitre
> Mobiliario y Biblioteca
De Gastos Generales 8
» Atlas de la República »
> Boletin ¿ impresiones ^
* Exploraciones en Patagonia >
» Depósito en el Banco de la Provincia >
« « Nacional »
« « .( « donación Mitre »
» Existencia en moviliario »
En caja »
8
8
14.630,83
1657 —
2000 —
400 —
60 —
89,90
1200 —
1512,11
1942,45
i57B,8o
300 —
1083 —
6183,87
7500 —
1200 —
1512,11
•294»5i
21.549,84 8 21.549,84
El canje que sostiene la Revista de! Instituto es numeroso ó importantí-
mo según puede verse por el siguiente detalle:
PUBLICACIONES NACIONALES
Buenos Atres (Capital) — Anales: de la Sociedad Científica Argentina; del Circulo Me-
co Argentino: de la Sociedad Rural Argentina.
Boletines-, del Departamento Nacional de Agricultura; del Ministerio de R. E.; del Cen-
) Naval; de Estadística MuTiicipal; del Departamento Nacional de Higiene; el Ejército
'gentino; El Industrial.
Revistas: de la Sociedad Geográfica Argentina; del Club Naval; Militar; de Farmacia; de
encías Médicas.
Buenos Aires (Provincia) — De La Plata-. Revista de La Plata.
Córdoba — Boletin de la Academia Nacional de Ciencias.
PUBLICACIONES EXTRANJERAS
Alemania — De Berlin: Zeitschrift der Gesellschatt für Erdkunde, Verhadlungen der Ge-
llschaft für Erdkunde; Deutsche Kolonialzeitung; Mittheilungen der Afrikanischen Gesellschaft.
De Bremen: Deutsche Geographische Blatter.
De Dresden: Jahresbericht des Vereins für Erkinde.
De Halle: Mittheilungen des Vereins íur Erdkimde.
De Hamburg: Mittheilungen der Geographichen Gesellschaft.
De Jena: Mittheilungen der Geographischen Gesellschaft.
Austria—/?^ Viena: Das Handels: Deutschet Rundschau für Geographie und Statistik;
sitschrif für Wissenschaftliche Ceographie; Annalen des Naturluschen Hofmuseums; Vereín
ir Geographen ander Universitat; Die Oesterreiche Monastschrift für den Oricnt.
BÉLGICA — De Amberes: Bulletin de la Sociéte Royale de Geographie.
De Bruselas: Société Royale Belge de Geographie.
Egitio — Dtl Cairo; BuUetin de la Societé Khédivialc de Géographie.
EspaSa — De Barctlona: hrabos Mundos.
Df Madrid: Revista General de Marina; Boletín de la Sociedad Geográfica; Revista de
Geografía Comercial.
Esta nos -Unidos — De Nueva- Vorh BuUetín of tlie American Geographical Society.
De Washington: Bulletin Internationa! Meteorology, Bulletin of the United States Ceo-
logical Survey.
Frascia — De Burdeos: Societé de Géographie Commerciale,
Del Havre: Societé de Géographie Commerciale.
De Nancy: Bulletin de la Societé de Géographie de l'Esl.
De Litie: Bulletin déla Societé de Geo^aphie,
De Lyon: Bulletin de la Societé de Géographie.
De Parir. La Gazzete Géographique et l'Exploration; Bulletin de la Societé de Géo-
graphie: Ix Moniteur des Consulats.
Dt Rcchefort. Bulletin de la Sodété de Géograjihie.
De Toulouse: Bulletin de la Sociéle de Géographie; Bul lelin de la Soriété Academique
Franco-H ispan o- Portuga ise.
Inglaterra — De Londres: South American Journal; Proceedings of ihc Royal Geogra-
phical; Society and Monthly Recoid of Gcography.
Italia — De Ndpohs: BoUettino dclla Societa Africana D'Italia.
De Milán: L'esploratore: L'csplorazioiie Commerciale.
De Roma: 'Lí Terra; Eolletlino della Societá Geográfica Italiana, I
De TííDíi.- Revista del Club-Alpino Ilaliano; II Bavetti; Socielá Meteré ológica Ilaliana.
JAPÓN — De Tnkio: Sodéte de Géographie.
MÉJICO — De Méjico: Anuario del Observatorio Astronómico deTacubaya; LaNatura!eL_
Anales de la Sociedad Geográfica; Informes y documentos relativos á comerdo, Interior ■
Esterior.
PORTUOAL — De Lisboa: Boletin da Sociedade de Geographía.
Perú — De Lima: Anales de Construcciones Civiles \' de Minas; La Gaceta Científica,
Rusia — De Moscou: Bulletin déla Societé Imperiale des Naturalistes.
De San Pelersburgo: Bulletin de la Sc)ciété Imperial de Géographie.
StTiZA — De Ginebra: Le Globe.
ÜRüGiJAY — De Montevideo: Revistad© Ajedrez; Anales del Ateneo Urtiguay,
Del Reglamento General, extpaclamos lo que sigue:
Son propósitos del Instituto Geográfico Argentino: promover y fom^
la exploración y descripción de los territorios, costas, islas y mares adyacen-
tes de la Repüblica Argentina y países limítrofes — fomentar la fundación en
las provincias de secciones dependientes del Instituto Central que persigan
fines análogos, denominadas Sección dellmiiliilo Geográ/ico Ar<fentino en —
publicar una Revista para hacpr conocer su^ ti'abajos, y ofrecer á los poderes
públicos su concurso para lodos ar^uellos objetos relacionados con los fines de
la Sociedad. ' *
El Instituto se com|ione de Borios: activos, honorarios, corresponsales y
representan les.
Los activos deben ser presentados por dos socios, admitidos por la Junta
ycooperar á los finesde la institución, para ser considerados tales.
Están obligados á aceptar las coraisionesque les encomiende la Sociedad —
abonar una cuota de ingreso de $ 8 y de uno mensualmente y asistir á Asam-
bleas y demás actos.
Tienen derecho á recibir un diploma que los acredite — frecuentar el local
y usar de su Biblioteca y colecciones — recibir un ejemplar de la Revista y .
di
I i
di
— 180 —
demos publicaciones sociales, y llevar oyenlesá las reuniones— publicar (sus
trabajos en la Revista y hablar y votaren las deliberaciones de la Sociedad.
El atraso de seis meses en el pago de tas mensualidades, la ejecución de
actos infamantes 6 que promuevan discordia entre los socios ó pongan en
peligro !a existencia de la Sociedad, son causas determinantes de expulsión.
Todo socio activo debe pasar aviso A la Secretaría, si se ausentase de la
localidad donde funciona la Sociedad.
Los AoHomnoj son aquellos f]ue habiendo prestado servicios eminentes &
la ciencia geográfica, los acepta la Junta Dii-ecliva, previa proposición escrita
por diez socios — gozan de los mismos derechos, menos del voto.
Los correspojisaies son nombrados por la Junta por su propia iniciativa 6á
propuesta de diez socios, para representar á la Sociedad en el territorio de la
República ó en el extranjero, debiendo dirigir comunicaciones áaquella, sobre
los estudios geogrftñcos propios ó ágenos realizados en el lugar de su resi-
dencia.
Los representantes son nombrados exclusivamente por la Junta para ges-
ionar los intereses del Instituto en un punto cualquiera.
Están obligados & poner á éste en relación con las sociedades |congéneres
existan en el país en que residan, establecer el canje ^de las publicaciones
■que hagan con el Boletín y ^tenerlo siempre al corriente de los congresos y
demás certámenes geográficos que se reúnan y á los cuales sea necesario
concurrir.
Una Asamblea ordinaria, por lo menos cada dos meses, celebra la So-
ciedad, la cual tiene lugar con la presencia de cualquier número de socios,
bastando el voto de ia mitad más uno de ¡os presentes para que haya reso-
lución.
La palabra se concede por turnosy no son permitidos los diálogos.
El 5 de Mayo década año se reúne la Asamblea en sesión extraordinaria
á objeto de nombrar la Junta Directiva, para lo cuales necesaria la presencia
de la quinta parte de los socios residentes en ia Capital; dicho nombramiento
se hace en votación secreta por boletos impresos ó manuscritos.
Las opiniones de ios socios vertidas en las Asambleas ó por escrito en la
Revista, no responsabilizan al Instituto.
Encada aniversario de su fundación se celebra una conferencia pública
organizada bajo la dirección de la Junta Directiva,
La Junta Directiva es la que administra y dirige los intereses del Ins-
tituto.
Está compuesta de un Presidente, un Vice-Presidente t° y otro 2°, un Ge-
rente, un Tesorero, un Pro-Tesorero, diez Vocales y un Bibliotecario.
— 190 —
Ella se renueva por mitad y tiene el deber de adoptar las resoluciones par<
realizar los propósitos sociales que el Insliluto persigue y ejecutar ¡as disposiJ
clones de la Asamblea — seflalala orden del dia para las Asambleas de I
ciedad, cita á Asambleas extraordinarias porsí 6 A petición de cinco socios, yl
por lo menos se reúne una vez á la semana — necesita siete miembros para j
formür quorum yadopia resoluciones asimple mayoría — cia cuenta de sus actos. J
A la Asamblea en todas las sesiones y nombra y admite las renuncias de loa J
empleados d sueldo — nombra las comisiones necesarias & los tínes de la |
asociación para ejecutar las resoluciones de la Asamblea y tbi'mula los pro-
gramas que deben regir los concursos.
Ei Presidente es el rep'.'esentantedelaSociedadysu firma, enlodes los casos 1
debe ser refrendada por el Secretario — firma los diplomas de los sucios, \a»3
órdenes de pago, cheques y demás obligaciones de Tesorería — sostiene reía"!
clones con las sociedades nacionales y extranjeras — es el Jefe del Eslableci-J
miento del Instituto, presídelos actos sociales, dirige las discusiones, decídél
las votaciones en caso de empate, y presenta una Memoria anual del movi-^
miento social que se lee en la Asamblea del 5 de Mayo — no tiene voz ni votoeif
los debates, excepto cuando se hai;e sustituir por el Vice-Presidente.
Los Vice-Presidentes reemplazan á aquel por su orden y ejercen laal
mismas funciones que el Jefe de la Sociedad.
El Gerente es el Secretario del Instituto y está obligado árefrendar la íirmd
del Presidente, asistir á los diversos actos de la Corporación, llevar loslibrosdff
acias de las sesiones de la Asamblea y déla Junta, los demás libros necesa-J
rios ala mejor organiz-acion y un registro de las diferentes clases de socios por*
urden de fechas de su iu^íreso.
El Tesoi-ero está obligado a cobrar mensualmente bajo su firma, las cuotas 1
sociales — depositar en el Banco de la Provincia, ios fondos provenientes doj
entradas ordinarias — pagar las cuentas que se le presenten autorizadas con lai
firma del Presidente y Secretai'io — presentar á la Junta un balance mensual y I
otroirime-jtral que es leido en la Asamblea— denunciar ante ella á los socioaJ
morosos en el pago de sus mensualidades— llevar en forma comercial los^
libros de la Sociedad. El Pro-Tesorero reemplaza á aquel en caso de neoesia
dad y ejerce entonces las mismas funciones
El BibliotecHrio es el encargado esclusivamenie de la formación, arregla
y consei-vacion de la Biblioteca y Archivo de laSociedad.
Está obligado ó dirigir la formación de los catálogos de libros, planos yj
mapas del Tnstituto— tratar por los medios á su alcance de aumentar los librosj
— 191 —
de la Biblioteca, ya invitando á los socios ii contribuir con donaciones ¡»ara
este objeto 6 procediendo ala compra de los que estiina»íe con venientes — llevar
todos los libros necesarios y vigilar constanlemenle sobre la conservación de
la Biblioteca — comprar ó pei'mutar libros y mapa*;, e>?clusivamenle geográficos
con los fondos designados por la Junta, y présenla!' cada dos meses un tetado
de las obras adquiridas y de la inversión de los fondos que se le hubiteen
entregado para este objeto.
El Gerente depende directamente del Presldenle y es el encargado déla
administración interna de la Sociedad.
Esde su deber llevar la contabilidad bajo la vigilancia del Tesorero y
efecfuarde acuerdo con él la cobranza de Tesorería— remitir á ia prensa los
datos y noticias que interesen S la Sociedad — citar á los socios á las Asam-
bleas y demás reuniones — ^coleccionar los folletos y las entregas de las obras
periódicas para hacerlas encuadernar — racilitar á los socios la inspección de
H<los archivos y colecciones — llevar un registro de ios libros de la Biblioteca
brestados á los socios.
Las colecciones de Cartas, Mapas, etc., y el enriquecimiento de la Biblio-
teca, se atienden especialmente con las donaciones voluntarias délos socios,
del Gobierno y de los particulares.
Los periódicos se encuadernan inmediatamente que alcanzan ú formar
un volumen, no pudiendo extraerse entregas sueltas de la sala de lectura; un
catálogo general formado de todas las obras, folletos, planos, periódicos, etc.
existentes en la Biblioteca, se entregará » cada socio paia facilitar su adqui-
sición á objeto de las consultas ó esludios geográficos. •
El archivo contiene las actas de las sesiones, las comunicaciones ó memo-
rias que los socios ó personas estrenas dirijen á la Sociedad y demás docu-
mentos relativos á ella.
Las colecciones se forman con las dádivas de los socios ó de otras perso-
nas y con aquellos objetos que la Sociedad adquiere con sus propios recursos.
En los concursos que celebra este Instituto cualquiera persona puede
tomar parte sujetándose estrictamente á las siguientes condiciones generales
además del jirogramaque se dicta especialmente:
Presentar una memoria anónima escrita en idioma casteilano acompafia-
da de un pliego cerrado con lema igual al de aquella, expresando el nombre y
residencia del autor; las memorias presentadas son estudiadas y clasificadas
por una Comisión especial, la cual, al espedirse, funda laciasificacion que bubie-
— 192 —
se liedlo, en virtud de la cual la Asamblea decide si hay ó no lugar á acordar
el premio desi*?nado.
Las memorias que hubiesen merecido premio son publicadas inmediata-
mente, devolviéndose los pliegos cerrados en que consta el nombre de les
autores de los demás.
El Instituto ha establecido una recompensa de honor para premiar á
aquellos trabajos que por su erudición y saber se distingan de los demás pre-
sentados á concurso, discerniendo otros de me::or valora los de segundo
orden: el primero se llama « Gran Premio liivadavia » y consiste en una medalla
de oro que en una de sus caras tiene el Imsto de aquel benemérito ciudadano
con esta inscripción •• Gran Premio liivadavia •> v el ano, v en la otra el escudo
de la Sociedad y esta inscri[)cion: *( Concurso del Instituto Geof/ní/ico Argentino >i.
Los premios secundarios consisten en (li|)lomas de honor.
Su distribución solemne tiene lugar en el aniversario del Instituto.
La Revista de esta Sociedad es denominada: <« liolctin del Instituto Geográ-
fico Argentino ^^\ a}»arece periódicamente y contiene: informes de las comisio-
nes, extracto de las actas de las sesiones, los proyectos, memorias y otros
trabajos de los socios, los temas y programas de los asuntos puestos á con-
curso, etc. Se distribuye gratis á los socios y sociedades análogas del país
ó extranjeras en relación con el Instituto.
Fji las conferencias públicas (jue celebra l.'i Junta Directiva pueden tomar
parte los geógrafos extranjeros que lleguen ai país, munidos de la correspon-
diente invitación: la entrada á ellas es gratuita ó no, según lo acuerda aquella.
El Presidente del Instituto esei.Iefe de las Secciones Técnica y Litográfíca.
La primera se coni})t)ne de un dibujante y dos ayudantes y la segunda de
un litógrafo director y los otlcialos necesarios; de la dotación de una y ofra
está encargada la Junta Directiva.
Las secciones del Instituto Geográfico Argentino tienen por objeto fomentar,
ayudar y propender al mejor éxito de las exploraciones y trabajos cientlfícos
iniciados por el Instituto Central en favor de los propósitos de la Sociedad.
La Comisión Directiva de cada una de ellas se compone de: un Presidente,
un Vice-Presidente, un Secretario, un Tesorero y tres Vocales.
Los diplomas de los socios activos dados por las secciones son refrenda-
dos con la ín-ma del Presidente y Secretario del Instituto Central; los Presi-
dentes V Vice de las secciones son miembros natos de la Comisión Directiva
«
del Instituto Central, pudiendo asistir á sus sesiones y deliberar, con voto;
— 193 —
cada sección nombra un Delegado con residencia en la Capital que forma parte
déla Comisión Directiva del Instituto matriz; las secciones tienen el deber de
pasar al Instituto de la Capital uíi estado trimestral de su respectiva adminis-
tración, remitiendo el rem mente, si hubiese, deducido los gastos adminis-
trativos, etc.
CLUB DE RESIDENTES EXTRANJEROS
El Club de Residentes Extranjeros es una asociación de fines puramente
sociales fiara cultivar la buena armonía, la protección mutua y la uniformidad
de miras que debe existir entre ellos.
Bajo dichos principios se han constituido sus socios, bien queá su ingreso
no eran admitidos sino ciudadanos de cierta nacionalidad, desajiareciendo pau-
latinamente esta restricción hasta dar al Club el carácter eminente de cosmo-
polita, sin distinción de ningún género á este respecto.
Esta a.socia<*ion ha |)resenciado y sufrido, como el país, los males y con-
quistas que nos han conmovitlu en nuestra vida social; cuarenta y cinco anos
de lucha le han connaturalizado con las vicisitudes ordinarias, y dando mas
amplitud á su acción y desarrollo, ha abierto las puertas del centro á todo aquel
que solicita su incorporación.
En el año 18il quedó definitivamente establecido, después de las gestio-
nes preliminares corres})ondientes, con 140 socios, existiendo al presente dos
de los que fueron sus fundadores como socios activos.
La cuestión de nacionalidad, imperante é intransigente al principio, para-
lizó los progresos de la asociación á tal punto que su influencia se sintió du-
rante largo tiempo, malogrando los esfuerzos hechos para reaccionar sobre
aquella existencia débil y enfermiza.
La reforma practicada en sus Estatutos le dio gran impulsión, abriendo
nuevos v mas vastos horizontes á su actividad social v económica, marchando
desde entonces por la segura senda de la prosperidad.
Muchas veces se ha visto obligado á cambiar de local, consultando y res-
pondiendo á su movimiento })rogresivo y al mayor decoro y comodidad de
los asociados; las cuotas de ingreso y mensual han aumentado notablemente
como contribución, lo que prueba la prosperidad de la asociación puesto que la
nueva imposición obedece á la necesidad de colocarla mas en armonía con
sus intereses y miras, ya construyendo edificio propio ó enriqueciendo la do-
tación de su Biblioteca.
El Club cuenta en la actualidad con 320 socios activos residentes en la
ciudad y 70 en el campo, siendo miembros honorarios el Presidente de la Re-
pública, el Gobernador de laProvinciade Buenos Aires y sus ministros, miem-
bros del cuerpo diplomático y cónsules que no sean comerciantes.
aS
— 194 —
La cuota de entrarla es de pesos 80 y la mensual de 5.
Aunque esta asociación recibe en ,su seno á personas de distinta tiacia
lidad, fué ella fundada por los ingleses y conserva aun el carácter especial i
ellos le impi-iraieran, á pesar de que la admisión de los socios se hayahechoá
tensiva á cualquier aspirante.
Eila ha contado desde su origen con hombres de gran corazón, generoí
y progresistas, que no lian vacilado un instante en planteai-y favorecer inct
trias y empresas comerciales de mucho aliento, en prestar al país los eleni
tos de vida y progreso de su patria en momentos y circunstancias en I
nuestra existencia era vacilante y el porvenir sin probabilidades de mn
ramiento.
Su noble ejemplo ha colocado hoy en la misma senda á franceses y alej
nes que se dispulan cun calor el empréstito d e capitales colosales á la Ra
blica Argentina.
El espíritu de empresa, las grandes indij^trias y la introducción consU
de capital dan á los ingleses aqui residentes una superioridad incontestaj
en cuanto al capital extranjero, representando una proporción de 80 %
los demás, nu obstante que sean ellos los menos, y mucho, en poblai
Siempre han sido comerciantes y cada dia que pasa sienten mas fól
el porvenir de nuestro país, sembrando de vías •férreas nuestro lerritoi
Ím])ortando grandes industrias y asociándose para acometer los negoi
mas trascendentales.
CLUB ESPAÑOL
Con veinte aAos de existencia social en el centro mas activo de la Uepü-
blica, el Club Español goza de una espectabiUdad y bienestar remarcables.
Congregados para fomentar y estrechar ios sentimientos de fraternidad
éntrelos que componen la colonia española, ha logrado reunir en su seno lo
que puede considerarse como la expresión, el resumen de la capacidad ¡iitele&
tual y financiera del elemento espailol.
De él han surgido ideas é iniciativas que honran en grado eminente y em
tecen los sentimientos de humanidad de sus miembros, socorriendo al í
,lido, prestando auxilios de todo género á las victimas de los terremotos J
Andalucía, de las inundaciones de Murcia, y por fin, de la miseria en Asturn
todo cuanto puede aconsejar el amor á la patria y las virtudes cívicas
impresionado vivamente sus afectos, tendiendo la mano al pobre que Inaplq
caridad, al necesitado que solicitasu asistencia.
Apesardelas desgracias que le conmovieron ydelos desembolsóse
tuvieron pur consecuencia, en una de sus reuniónos se levantó una voz pidietil
la cooperación de todos pai-a funJar un iiospitíil yservir de asilo de curacioi
los enfermos de la colonia.
— 1% -
las cuotas ordinarias íjiie |)a*2:an los socios; cuairo nio/os |)ara atender los
diversos servicios del estahlcciniiciilo, «^aiiaii cada uno ^ íO ni(?nsnnlcs.
Kslc í'lul), como todos aquelhís cuyo único fin (\s cstre(.'liar los sciitiinioii-
tos del con<*iudadano en i)aí.s(»s extr-anos y nianteníM'se unidos orf^rniicameiitc
y con representación para todas las vicisitudes sociales, se ha fundado bajo
¡dénti(*as bases á los aludidos, íec(>no(Nen<lo solo dos clases de socios : susfrí-
lores V hminraridíi.
Los suscritoí-es son a<|uellos <juc pa^an cuota de ím^m-cso y mensual des-
pués de hal)(»r sido acííptados como socios, y los honorarios a(|ueli')s á í|UÍoiies
se ha(»e dicha distin<*ion á virtufl de irrandes símvícíos v favores prac:ti<'ados
en i)ro de Kspana ó de la <*olcciivi<lad cspanohi.
La(*uotade ini^reso (>s de S ;">() v ia mensual «le i.
Tres mensualidadtís (!í)nscculivas impai^as dclerminan la cesantía del
socio, y su ex|)ulsion <*uando produzca ;n-tos indecorosos en el recÍMt<j (iol
Club.
Kei>i-esenta y administra «d Club, una ('omis¡«>íi Direcliva c<)in|>uosta
de Presidente, Vico-l*resid(Mile, 'l'esoi-ero, Si'ci-efario y tres Voí'ale.s, cron
duración de dos anos en su minisíiM'io, i-cnovánilosíí ]i(»r su mitad en el pri-
mero, y en el se*;undo y sucesivos los «|ue haynn (\jercidí) su puostu dos
años.
Las Asambl(»as generales oi-dinai-ias y extraordinarias se «-omixinon .solo
de socios susci'itoi-es, las «-uales s(* praciic;ni con la ípiinta parle dtí aquellos
enlai)r¡mera convo(\'iloria y con ol número (pu? <*oncurra en la stíí^unda.
Los dcberc<y atril)u<'ioiií\s d(* cada uno de losípKí conipojuMi laCtimision
Dii-ectiva están consai^rados ya por los í'(\i;lamentos (mi gemM'al de asociacMo-
nes análogas.
Hov cuenta con un número totnl de í(M) socios, v si hemos fie iii/í?ar
SU existencia futura |)or el movijuicnlo aumentaiiví) «pie se ha opei*a<lo en
este último ano, creemos no piícar de ox.igcra'los, asegurando «pie st> dajíli-
carán en el año venidei'o.
V\ movimiento de su ( -aja ofi-ece (^1 siguiente resultado:
Kntradas: §; l(Vr).'n,ír». Salidas: I í.TCm/.^O. Mtectivo LTíiCi/if». Al |>arccer
solo se nota la existencia di» un cnpital muy reducido, inca|)a/. poi* sí .solo
hasta |)ara (*oadyuva!' una reforma mas ó mejios impoi'tantt*: piM'o si e.xami-
namos fjue el ('lub ha satisfecho íoílas sus <leudas, i'eali/ado su costosa tr'as-
Uu'ion, emprendido y i-eali/.ado muchas mejoras, ofrecido dos suntuos<js
bailes v una velada liter-ai-ia: v por Ihi, aumentado los sei'vicios de adniinis-
tracion, ese superávit i)Ue<i(i ya dai-nos una idi?a más (»xacía de la i)i'(js|)e-
ridad (|ue sumáe á la asociaci(Uj y (jue tal ve/ no está lejano el dia en que
pueda c(>ntem])larse sol)erano de todas sus aspiraciones.
— 197 —
SOCIEDAD RURAL
Veinte años hace que un núcleo de hombres patriotas, separándose de
la indiferencia y la apatía general, echaban sobre sus hombros la pesada ta-
rea de levantar la industria pastoril, postrada por un decaimiento inerte tan
peligroso, que marchábamos á pasos agigantados por el sendero del des-
prestigio, pobreza y nulidad.
Tan noble y laudable propósito sedujo á los hombres de corazón y de
ciencia que cooperaron generosamente con sus luces, esfuerzos personales y
hasta con el sacrificio de sus intereses, á realizar los designios de un puñado
de ciudadanos venerables.
La ejecución de la idea fué pronta y eficaz, dando existencia á la Socie-
dad con un crecido número de ganaderos y agricultores, que quedaron
vinculados bajo la sujeción de unos mismos principios ó iguales obliga-
ciones.
Ella se ocuparía de la investigación y estudio del mejoramiento de las
razas, déla aplicación práctica de los instrumentos agrícolas para determinar
las ventajas de su adopción, del regadío de los campos, de la extracción de
las aguas estancadas, de la destrucción de todo cuanto dañase los intereses
rurales, de la propagación de los preceptos para lograr y mejorar los pro-
ductos de los sembradíos, de prevenir á los agricultores contra las pestes y
epidemias de los ganados, del cruzamiento de las razas, y, por fin, de difun-
dir por medio de su órgano de publicidad los diversos y múltiples conoci-
mientos sobre inventos ó perfeccionamiento de prácticas é instrumentos de
labranza, pastoreo, irrigación, alimentación de los ganados, etc., etc.
Alentados por la brillante acogida y prosperidad que tuvieron estas aso-
ciaciones en otros países, hoy preponderantes y casi absolutos en ciertas
cuestiones rurales, sintieron esa noble emulación que inspira lo grande, lo
bello y lo patriótico.
Nuestros países sumidos en la región meridional del nuevo continente,
apenas. si se sentían conmovidos por las grandezas y el lustre de los pueblos
que habían dado al mundo las primicias de un invento maravilloso.
La conciencia de sus resultados y el brillo omnipotente que comunica
á los pueblos fué el calor que alimentó en el corazón del ganadero argentino
el desarrollo de una idea soberana, magestuosa y sublime.
LaSocie'dad Rural es hoy un coloso, intelectual y materialmente: ella
sola ha conquistado en el extranjero un renombre distinguido para la Na-
ción Argentina, y durante cortos n. mío lo- distribuye en sus torneos periódi-
cos, galardones conquistados por la perfección y pureza de los productos
expuestos.
Tiene á la orden del dia cuestiones trascendentales para resolver sobre
— 198 —
agricultura y í^iinjidería, actualmente sometidas á un estudio laborío^
profundo (jue <lesarrollarán con ilustración y gran caudal de observaci
científicas los miembros mas conspicuos que la componen.
Quedó fundada dclínitivamente el 10 de Julio de 18GG.
EXPOSICIÓN INTERNACIONAL
K\ estínmlo y aun la emularion í|ue lia despertado en el espíritu de es-^^ f >^
culacion y de poí-ícccionamicnto de nuestros hombres de labor esta e.sp^^ «:_:^\c
de torneos, lan nptos para desenvolver la ri(|ueza general y producir el msp^^" ^^)-
ramionto de cuanto importa e! comercio y sus principales factores, es \m\>K^^^^ w-
derable ó incalculabhís los beiieíicios (jue han recibido las industrias, maií ^"
facturas, ganadería, agr¡(*ultura, valori/aiMon délas tierras, etc.
Una mirada retros|)ectiva íi una década de anos basta para revelarnos
estado primitivo do nuestras prácticas, las ideas embrionarias sobre produ
cion, el (Mrculo esti-ccrho de las aspiraciones, la i)arali/.acion 6 decadencia d»
los elementos fautores, la inca|)ac¡dad teórica y |)ráctica del productor, yer
general, la nulidad y mala clase de los productos |)ara responder á las exigen-—
cias de un comei-cio sin criterio.
La cria de gaii?nlns, poi- ejemplo, ya(*ía en el más completo abandono,
dejando á la Providencia cuidar del desarrollo y conservación de la especie
para entregarla 1u(\ü:o á Ins mataderos públicos ó colocarla, con grandes
pérdidas, en los mercados de ('hile, l^erú, etc.
Ni siquiera las grandes dificultades con que tropezaron los ganaderos en
el extranjero pai*a asogni*ai* el <»()mercio de sus hacien<las, fueron causas sufi- —
cicntes i)ara pi-omoveí* algún adelanto ó mejora en la cria y explotación de<^
esta industria, única por luengos afios de la rique/.a privada y pública qu
constituía la princi]);d fuente de producción.
Y auní|ue se r.vo'ui que ni necesidad puflieran tener de las Exposiciones
para mejorar las c()ndiciones (í<ronómi(ías do esto comercio, pensando qu»
tal pcrfec<*ionamiento se im|)ondría por sí S(do ó que su colocación era oblr
gada y forzosa en aíiuellos míM'cados i)or la (virencia de ganado, rarísim
eran las i)ersonas (\\xe dispensaban alguna atención á este ramo de rjque
haciendo alguna iiuiovacion en las viciosas prácticas adoptadas para la cria.
Las industrias faf)riles, aletargadas con la opresión de un glacial indif ,
rentismo respecto á la calidad do sus productos, continuaban su (romer
garantido por la fácil (colocación de estos y sin otro estimulo que su segu^
aceptación. *
En la agricultura ocui'ría un he(;ho más ó menos análogo, imponiendo
en los mer(!ad(;s, no por la bondad del pi'oducto, sino más bien por la de
preocupación del consumidor.
Tal era aproximadamente el estado precario, negligente y anti-econóraí
de nuestro (íomercio general en a<iucllos anos de vida muelle y pasiya.— I^
— 199 -
u.lturay ganadería en Buenos Aires fueron poco á poco desligándose de
^os fatales que encadenaban su desarrollo, rompiendo con todas las
^^^ -ticas y habitudes causantes de su miserable condición de vida v para-
. ^— ion.
'* nacimiento de la «Sociedad Rural», cuerpo que se formó y organizó al
, ^^ objeto de velar por el acrecentamiento de las industrias v el adelanta-
so*^-^ rf r
. ^-jto de la ganadería y agricultura, fué la fuerza motriz que les dio im-
,.^-4-> en su desenvolvimiento, perfeccionando desde lue^^o los sistemas en
^ ^i^^^tcion é indicando economías y simplificaciones en las tareas materiales.
Xl^csde entonces, puede decirse, se despertó un estímulo poderoso eii el
r^so y perfeccionamiento general de estas industrias, rodeándose sus
, ^^/iictores de las obras más notables y adoptando prácticas universal-
^-;j t-^i'^conocidas para la cria de ganados, su selección y preparación á los
Rn^^^ del comercio; para el pastoreo, prados artificiales y conservación de
£ j...^tges verdes; y en cuanto á la agricultura, para prevenir los sembradíos
^Pj-f. ^^las plagas, evitar el estancamiento de aguas, distribuir el riego con
^.g^^j^l cridad y método, y tomar, por fin, las precauíriones debidas contra las
i^^^j ¿Jes secas ó las inundaciones, etc., etc.
,os primeros concursos que dicha Sociedad organizó con el carácter de
uac i *^"^'^s despertaron grande interés en los productores, cooperando con
afaiT ^l mejor cometido de aquella y á la emulación que nació de esas exhi-
bic¡<3nes por exponer la última y mejor prueba de la capacidad industrial.
Lo^ mismos sirvieron para extraer, y aplicar, délos métodos de enseñanza
ag-ffcz^ola y ganaderil, todas aquellas prácticas y advertencias científicas de
prr>l>,stc3a utilidad en el cultivo de los campos y en la selección, cruza y mejo-
'•am i ^ nto de las razas.
ada se ha omitido desde entonces en el sentido de aprovechar é inves-
los principios y procedimientos que más concillaran con las particula-
ts de nuestro clima y la naturaleza de los campos y su vegetación.— Las
iciones ulteriores han contenido en su seno productos que han eclip-
^ los mismos que la Exposición Real de Inglaterra distinguió honrosa-
con superior recompensa por su belleza y perfección.
[ucho adelantamos en estos dos últimos ramos de la industria general y
)T eso estamos satisfechos.
,os últimos concursos realizados siempre bajo las inspiraciones y patro-
ciiii.<i:> de la «Sociedad Rural», han dado }>ruebas inconcusas del rápido pro-
gr^^<ii> alcanzado en las industrias — todos los objetos expuestos, y en especial
\os ^^^ :«iimales, revelaron el profundo conocimiento teórico y práctico de agri-
cul't d^ Tes, ganaderos, fabricantes, etc., adquirido merced á un nutrido estudio
est i Ticiulado por el valor y la estimación que despiertan la perfección y gran-
de^ir.^3^ de sus productos.
Tin la última Exposición habida en el año 1886 y que con el carácter de
U^'t^rnacional solicitó el concurso de los países más adelantados del universo,
— 200—
resultó reduoiílísimo el local destiníulo á contener las remesas de objeto
profliictos que aquellos lo hicieron, viéndose obligada la ('omisión respecti
á ensanchar notablemente los pabellones, aumentai' los |)esebros etc.
Kn ellíi estaba representado ol último invento sobre instrumentos y útil ^,^
de a/íricultura con todas sus va!*iad;is nplicariones; la íj:anadería ofrecía x¡fí
hoi'mosí) cuadro de múltiples vistas con los apecimcns de las mo/clas de ra/.as-
pui-as entre sí, los d(» estas con l.-is mestizas, y una variedacl infinita de los de
la criolla ó del |)aís en su í*ruzamiento con a<|Uollíis.
Jamás concurso alguno en todo Sud-Améi'ica reunió en su seno con igual
esplendor, riípie/a y variedad, productos más pei'fecfos y «grandiosos.
Lm misma «Socicdacl Kural» y el país en general trabajan de consuno
para i-epi*esentar á la Kepúbliíía (;n la próxima líxposicion Universal que se
celebrará en Paris en el año ISSí), (!ual corres]M)nde á la categoría de su
ilusti'atrion y progresos: esta tarea ha sacrificado las aspiracMones de nuestro
pueblo <|ue anhela la oi'.írani/acion de estos concursos ó torneos en el seno de
su |)ati'ia, para atraerse las sim])atías y la rique/.a del orbe; entero.
í^a última Kxposicion ha creado ^n'andtís espc!*an/as |)ara lo futuro y dado
¡nap!*eciabh>s beneficios al país.
Va\ el deseo <ie dar una id(\'i ae(M'ca de la impoj-tancia y extensión de
este certánuMi, colocamos (mi í)s\\.^ Iu^^ar al.irnnos cuadraos ípií» reivelan los resul-
tados obtenidos en la exliibicion de los •4:anadí>s.
Todos los premios adjudicados aican/.ai'í»n á la cifj-a d(í \Vl\), de los rúales
fueron 150 primer'os premif>s, IKí segundos y (y.\ tei<'erí>s, c.onsistiendi) respec-
tivamente en «;ran medalla d(í plata, ^n'an medalla de cobre y modalla de
cobi-e (menor).
— 201 —
Relación de las especies animales exhibidas en la Exposición Internacional
qne lian obtenido premio
ESPECIE VACUNA
NOMBRE DSL ANIMAL
EDAD
RAZA
PREMIO OBTENIDO
EXPOSITOR
Año*
M<t(e«
Dnlu of HanUlaod.
Dowrham
Leopoldina
Confldencia
Princa Scarlet
Tronera
OrangeTJ*'
Dai'ham
a
Minerra
Ternera
Hopewéll
Leda
Beatriz
Princess Louisee 2*
Noble
Faraón II
Orange
Hirtfiol
Jadit]i4»
Dnehess of Towneiey 6*
Monarca
Limay
OUberte
Mahnaca
Wellington
Vmoldo2o
Preciosa
CUo.
EIPUU
Julia.
Bonita
Tnlip
Rómalo
Coqueta
Marcelo
Haergo
Oordon .
a
Azteca
Cholnla
Spangle 25«
KcllBoy
mida
Ynti
Stanley
Boliirar
Holgante
Cbnstmas Rosee.
Azt^che
Circe
Borjses
Lolin
Chivo
Bonito
Yaca colorada . . .
15/16
Darham
Dui'ham 15/16
7 8
15/16
*
7; 8
Hereford
ti
4
Mestizo
u
u
PoUed Angas
ti
Mestizo
Para leche
Gordo
u
Para gordura
1
1
1
1
1
2
o
•>
4
^
o
6
7
5
7
1
1
1
1
2
2
3
1
1
•>
2
2
2
2
5
3
1
1
1
•>
7
1
1
3
5
7
9
7
11
71 2
9
9
7
6
7
7 I
6 I
3 '
7
3 ,
8
5
1
6
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5
7
9
11
10
8
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5
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11
11
4
7
6
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O
6
8
2
1
7
1
10
8
7
8
7
2o premio
2© "*
5«r -
1er. premio y gran copa
de piAta ofrecida por el
Sr. Gettiog para el mej or
animal vacuno expuesto
en el pais.
I"" premio
o,» u
2« •*
3"
i»
1"
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M
a
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a
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il
•i
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Domingo Frías
Vicente L. Casares
w m
Norberto Qnimo
Diego Church
Celedonio Pereda
Domingo Frías
M U
Bernardo Irigoyen
Domingo Frías
u u
Senillosa Hnos.
Vicente L. Casares
Xorberto Quimo
Leonardo Pereyra
Domingo Frías
u u
Francisco B. Bosch
Vicente L. Casares
a m
Domingo Frías
Vicente L. Casares
Francisco B. Bosck
Kxequiel de Elia
Suceiiion C.Casares
Luis M. Saavedra
Sucesión C.Casares
Senillosa Hnos.
U I»
Luis M. Saavedra
IC. 3. Zeballos
Miguel F. Salas
II
u
Martin de Gainza
Arturo Yacomans
E. S. Zeballos
Miguel F. Salas
Leonardo Peresrra
Miguel F. Salas
Federíco Neild
Miguel F. Salas
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Ie. S. Zeballos
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Vicente L. Casares
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ESPECIE OVINA
NUMERO PEL ANIMAL
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. Domingo Frias
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¡Senillüsa linos.
Juan A. Brown
Kzcmra 1 fórmanos
Vicente L. Casares
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ESPECIE CANINA
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2 perros de la Tierra del Faeg'o
1 pcn'a finta para gnanla— 4 afio» !
1 peno rar.a danesa— 2 afloi '
1 perro y nna perra, Cryhannds puros !
I peirn y una prrra. Foyterrior puros 1
AVES DOMÉSTICAS
1 colMCloa de Balllnas varias raxis han obleoido primer premio— pertenecen al Pim)ne 3 de Febrero.
I colcfflon de gallos y gnlllnas raza Pádna pora, han obtenido primer premio— pertenecen H Alberto A. Argeric^fa
1 colección de potos areenllnos tan ol)tenilo el primer premio- pcrt onecen al Parque 3 do Felirero.
'¿ gansos ñf Egipto han obtenido tercer premio— pertenecen al Parque 3 de Febrero.
I colección de faisanes han obtenido el primer premio- pertenecen al Parque 9 de Febrero.
1 coleceion de conejas arEeniinas han obtenido el tegundo premio -pertenecen al Parque 3 de Febrero.
Detalle del peso obtenido de los animales vacunos exhibidos
on la Exposición Rural Internacional
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^^^^^^^^^^B ESTADO ECONÓMICO ^^^^^H
^ De la Memoria correspoiidieiite tomamos los siguientes datos que se
^^M rerieren ásu capacidad económica y administrativa.
^^H A HnniíHolíiñn 1a Sni-irtHaH cnnta.ha ron nii nrimpim dp, lÜri sftí'los, dAdiinirlrta^
^^M ya32r\\ie por fallecimiento, ausencia, ele, se setmraron de ella durante el mtí^|
^^M mo. V sin asresar dteit mas ingresantes en el üilimo día. ^M
^^H La Biblioteca, formada esenciaimente con los fondos destinados A la com-
^^B pra (le libros A esle objeto, aunciue recibe también un fuerte conlinsente por ol
^^H Cfiniedtí su6i't,'aiio esüecial v por imuierosas düiiiicioiies. esUt reirulanneiilo
^^m dulaila de oljras q ue versan en su totalidad sobre asunlos. rui-ales.
^H El catáloifu ortranizadoen el arto iH^'i acusa una existencia de 28(17 volii-
^^M menes encuadernados, que aarecados A los liOü volúmenes, mas 300 folletos sin
^^B encuadernar ingresados hasta el |)i'esenie. forman un total de óiüi. para cuyo
^^H arresto voreanizacion se debe constrnir nuevos estantes y formar otro
^^M catálogo. ^^1
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El movimiento económico de los «Anales», órgano de publicidad de esta
Sociedad, en el período que tratamos y según los Balances publicados, ofrece
el siguiente resultado: Salidas durante el ano, .5^3019,8-í — Entradas en el mis-
mo, .^ 2010,77, por suscriciones y avisos, produciéndose un déficit contra el
tesoro de ír 1909,07 cubierto con los fondos de la Sociedad.
Si á primera vista parece esccsiva y económicamente insostenible la admi-
nistración de esta publicación, debe tenerse en cuenta que la suscricionque se
cobra á socios y extraños es casi insignificante, como no lo hace ninguna otra
publicación de oproximada importancia; de manera que un aumento cual-
quiera en este solo sentido bastaría para equiparar sus entradas y salidas, pero
no es tal el propósito de esta Sociedad, y antes que gravar el mayor bien del
socio imponiendo fuertes contribuciones, prefiere disponer de su tesoro la suma
necesaria para cubrir el déficit á que aludimos, mucho mas cuando sufi-
cientemente conocida la capacidad intelectual de la Sociedad y el interés con-
sagrado á responder á las esperanzas fundadas que ha concebido la población,
el movimiento de socios v de suscritores aumentará forzosamente, creando
mayores recursos para equilibrar las condiciones económicas de su conser
vacion.
Muchas circunstancias robustecen la aseveración que hemos hecho al
hablar de los «Anales», v no vacilamos aún en hacerla extensiva al estado
general déla Sociedad, impulsada cada dia por una prosperidad creciente.
Leida la Memoria respectiva, el Presidente ha indicado la necesidad y
conveniencia indispensables de dotará la asociación de un edificio propio, cons-
truido ad hoc, con todas las comodidades y amplitud que exijen el asombroso
A'uelo de los intereses de que dispone y la circunstancia de ser en el país la
^nica depositarla y protectora de las esperanzas y aspiraciones del gremio
ganadero y agricultor. Este solo proyecto bastaría para dar idea sobre el al-
cance económico de laSociedad, considerando que no se cree necesario apelar
á recursos extraordinarios para lograr este fin, y sabido es por demás que en
punto á magnificencia y comodidad, según el frenesí que distingue ó se nota
en las actuales construcciones, no quedaría rezagada en la categoría é impor-
tancia de los colosales edificios públicos del dia.
Satisfaciendo sus propios deseos por el engrandecimiento del país, protejo
todo movimiento é iniciativa que propenda á este objetivo, acordando premios
en las ferias y concursos de ganado á los mejores specimens délos productos
expuestos, resuelve y se expide brevemente en toda consulta hecha sobre
asuntos rurales, etc., etc.
La última Exposición realizada bajo el patrocinio de esta Sociedad y que
con el carácter de internacional se celebró reuniendo en su seno todo lo que
puede interesar ala industria ganadera y á la agricultura, ha dado los siguien-
tes resultados en su parte financiera.
El presupuesto de gastos fué calculado en la suma de $ 141.200, conlandd
como recursos para sufragarlos las subvenciones acordadas por los Gobifl
uos de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires, las entradas por 1^
visitas, alfjuiler de locales, comisión de remates, etc.
Las entradas totales alcanzaron ¡1 la suma de $ 140.897,80 y los gastos á i^
155.638,43 aproximadamente, habiendo una difei-encia en contra de $14.740,3!
la cual se debe á las modificaciones y aumento de pesebres que se llevan
a cabo para atender los numerosos pedidos de local hechos poslerioi
mente.
El edificio construido para esta Exposición lia sido arrendado en partd
produciendo su alquiler una entrada anual de g 4550, y una economía
$ 1632, lodo lo cual représenla urt beneficio liquido de $6182.
La situación económica de esta Sociedad es, según los balances presea
tados, como sigue:
Movimiento de caja verificado durante el año: ingresos $ 143.379,*
egresos $ 130.413,83— capital efectivo g 13.965,6a.
El Balance general durante el mismo año, acusa: activo $91843,17, pa
sivo g 16.711,03— capital liquido $ 75.131,14.
CANJE DE LOS ANALES
BulUiin de ¡a íiocüU oes Agiiculkurs de Alger.
> ■ - f .. í Franca — París.
Anilles del Aleiug del L'ruguay — Montevideo.
Asoetacion Rural del L'ruguay — id.
Anales déla Sociedad Científica Argentina — Buenos Aires.
El Agricultor Indiutrial de Córdoba-
El Espejo — New-York.
Ihe Miller — London.
Fomento de la Industria ¿j/iiSo/rf— Barcelona.
lh< Economist — London.
foumal de la Sociítl Agricole de Brabau¡-l{aimanl^-'Qí\isa\\cs.
fournal iT Agricullure — París.
Le Messager Agricote du Midi — París.
Aiassachusetts Horttcultural Society — Boston.
El Porvenir de la Industria — Barcelona.
Pensilvania Stalale Cé/Zí^í- -Pensil vania.
Revista del Instituto Agrícola Catalán de San Isidro — Barcelona.
Sociedad de Agricultores — Madrid.
Sociedad ¡'alenciana de Agricultura — Valencia.
Revista de Agricultura — Habana.
Sociedad de Ganaderos — Madrid.
lie Weckly Freeman Frish Agricultiirisl — Duliliji.
The Enginer — London.
'I he Provisioner — London.
Boletín de Agricultura — San Salvador.
El £.xporlador — Hamburgo.
Soa'iti puur I' encouragement de f industrie nadonale — ParÍ3.
7he Cultivator and Counlry Gtnlltman — Albany — New-Teraey.
South American Journal — London.
The AttUing W&r/rf— Buffalo.
Rtoista de la Sociedad Universtíana ^Híoni^yiá^o,
La Industria Uruguaya-^l/íoni^viáeo.
EÍ Ateneo dei Uruguay — id.
Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura — Santiago de Chile.
Boüetino di Notizie Agrarie — Roma.
La Basse Cour — París.
The British. TVade Journal — London.
Monireal Horticultural Society — Canadá.
Gaceta de Agricultura — Madrid.
Revista General de Medicina Veterinaria — Madrid.
La Gaceta Cientifica — Lima.
El Economista Americano — New- York.
El Porvenir Agrícola — Madrid.
El Comercio — San Salvador.
El Latino Americano — New- York.
Con los siguientes de la Capital:
El Diario,
Ei Sud América,
La Voz de la Iglesia.
La Prensa.
La Tridima Nacional.
El Operario Italiano.
Le Cou/rier de la Plata,
El Corleó Español.
The Buenos Aires Herald.
Jhe Standart.
La Nazione Itatiana.
La Campaña.
Esiadistica ' Comercial.
El Debate.
V Inmigrani.
Biblioteca Pública.
» Rivadavia.
Fígaro.
La Razón.
Revista Boliviana.
Instituto Agronómico Veterinario.
El Comercial.
El Censar.
Z' Independant.
Revista de la Plata.
Con los siguientes del Interior.
El Progreso — Belgrano.
El Eco de Córdoba— C6xáoh2L.
El Agricultor Industrial de Córdoba — Id.
El Libre del Sud.
La Patria — Dolores.
La Discusión — Gual^^y.
El Dia-^Ui Plata.
El Oeste — Mercedes.
El Comercial — San Pedro.
La Voz del Saladillo.
El Norte de Buenos Aires — San Nicolás.
Ll Porteño de Bahia Blanca.
Boletín de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba.
Revista de la Sociedad Rural de Corrientes.
Boletín de la Sociedad Rural ^ de Febrero — Concepción del Uruguay.
REFINAMIENTO DE LAS RAZAS
Este tópico, después de un estudio prolongado y profundo, ha quedado
resuelto favorablemente, no ya únicamente porque la ganadería argentina
necesitaba alcanzar el perfeccionamiento de sus razas, que por otra parte
to.dos los criadores del mundo han procedido lo mismo, si que también como
una medida económica para dar mayor colocación á sus ganados, abriendo
veneros inagotables y seguros de riqueza pastoril en el mercado ganadero.
Las especies bovina, ovina y caballar llaman la atención sobre sus pro-
ar
duelos mestizados, luchando en los torneos de la ciencia á la par de specim
coronados por brillantes triunfos en la Exposición Real de Inglaterra, y vé
cides en la lid por la increíble perfección de los primeros.
No desmienten ni el entusiasmo ni la consagración de los criadores argí
tinos para conducir sus rebatios al estado próspero, grandioso y brillante que
hoy ostentan con orgullo y esperan con avidez la palestra del arte y de ia
ciencia para mostrar a! mundo la esplendidez de sus productos.
Y tan fuerte es la convicción de que poseemos magníficos reproductores
en las tres especies, que hombres inteligentes y de reconocida competencia
del extranjero, después de nutrido estudio y de un examen prolijo de i
caracteres exteriores como de sus relevantes cualidades, han declaiado pütí
camento « que no tardará mucho el dia en que los europeos vengan á núes)
país á proveerse de reproductores de las tres especies. »
Semejante vaticinio no puede tomar de sorpresa á nadie, desde que i
todas las razas y sus criadores han estado representados en la 6' Exposicifl
Rural Argentina que ha discernido á nuestros productos, obra exclusiva
mente de argentinos en cuanto al grado de perfección, los lauros de lá jiisUq
Y del progreso.
Para el criador argentino quedan muy pocas dificultades que vencer psd
atraerse las simpatías y conveniencias del comercio ganadero del mundo;
adoptando como progenitores de sus razas privilegiadas, tipos irreprochables
de belleza, fuerza, resistencia y constancia en la prole que crea dándole I
perfecciones del spécimen combinadas con las prendas especiales y caracl
rfsticas de la ra/a ennoblecida.
Si bien es cierto que en el ganado bovino se obtenta preferencia po~
nuestra raza criolla en el comercio europeo respecto á la colocación de los
cueros no es menos cierto asi mismo que la carne ha sido aceptada con resis-
tencia por falla de propiedades nutritivas y de cualidades superiores (
gusto, ele.
Esta iia sido primordialmente la causa para que se opere en nuestra
industria pastoril una reforma completa que nunca será bastante encomiada
por los resultados tan felices como prósperos que ha suministrado para su
amplia explotación y superior parfeccionamiento,
En todas nuestras razas se ha operado el mismo movimiento de traof
formación, verificándose las cruzas en el orden y naturaleza que exprésame
á continuación:
La especie bovina criolla se cruza con las razas Durham, Hereford,
ven, Polled Angus. Charolesa, etc.
La caballar, con los Percheron, Cleveland, Trakhenen, Morgan, Orloí
Hunter, Clydesdale, Árabe, etc.
La ovina, con los Nsgreltes, Lincoln, RambouiUet, Southdown, Oxfon
shiredown, Leicester, etc.
Cada especie ha dado en sus cruzamientos ejemplares notabilísima
para los diversos usos y aplicaciones á que se les destina.
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¡sis-
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— 211 —
La que hasta hoy ha llegado á un desarrollo y perfeccionamiento com-
>letQs es sin duda la especie caballar que ha alcanzado un mejoramiento pro-
ligioso en todos sentidos.
COLOCACIÓN DE LA CARNE
Siendo esencialmente ganadero nuestro país ha sentido la necesidad de
conquistar mercados que reciban sus principales productos, para conservar
il equilibrio entre lo que se crea y lo que se consume, ó lo que es lo mismo,
Jara garantir la relación armónica délo que constituye la economía financiera
le un pueblo.
La abundancia de nuestro ganado vacuno forzosamente debía conducirnos
I hacer de él la principal materia de comercio con el extranjero, investigando
f estudiando detenidamente los diversos procedimientos y medios de con-
seguir una segura y ventajosa colocación, disputando en la excelencia de la
condición con que presentamos nuestros productos en los puertos extranjeros,
con países envejecidos en dicho arte y seílores de la alimentación animal.
Nuestras viejas prácticas desaparecen súbitamente al influjo de los ade-
lantos modernos, y cualquiera que sea la forma con que nuestros productos
56 presenten á la competencia con los de los pueblos rivales, siempre han
>btenido colocación y se les ha reconocido alguna ventaja.
No sucede lo mismo tratándose de la conservación de las carnes. Las
anas, cueros y grasas tienen colocación en cualquier mercado, pero en lo
lue precede no podemos aún vanagloriarnos de sus resultados.
En el comercio de carnes hemos debutado con el sistema de salazón
conquistando algunos, aunque contados, mercados de consumo.
El Brasil, con el cual manteníamos un comercio activo de este producto,
la creído conveniente elevar las tarifas que gravan su introducción, trasgre-
liendo, quizá, cláusulas esplícitas de convenios celebrados entre ambos paí-
ses, lo que en último término producirá limitaciones desventajosas para uno y
otro en el intercambio de efectos.
Estos atentados, por lo general, reciben correctivos tan eficientes que
aleccionan y hacen arrepentir álos pueblos que los intentan ó ejecutan, y que,
casi siempre, son incapaces de poder reconquistar el bien perdido, ó simple-
mente de reivindicarse cumplidamente.
Semejante emergencia no nos ha sorprendido en la inacción, pues ya el
gremio de ganaderos estudiaba con preferencia el problema de ensanchar mas
el comercio de carnes, adoptando otros procedimientos que abrieran un hori-
zonte mas vasto ala colocación de dicho producto.
Dando mas vigor á la industria, nacieron poderosas fábricas para conge-
lar la carne, y hechas las preparaciones correspondientes lanzaron á los dis-
tintos mercados considerable cantidad del producto elaborado bajo los princi-
pios de un nuevo sistema.
Una fuerte y poderosa competencia le esperaba en lospuertos de Ingla-
terra, donde los Americanos del Norte disputaron enérgicamente su coloca-
ción, conquistando por fin la preferenciade sus productos. *
La carne conservada por el hielo ofrece una gran desventaja que esquizá
la que lia determinado la preferencia á favor del sistema de los Norte-Ame-
ricanos: puesta en contacto del aire, inmediatamente se transforma presea
taiido una vista desagradnóJe — vuélvese blanca de color, como si hubisi
estado por mucho tiempo puesta debajo del agua, y aun pierde e! sabor-
mientras que las otras se conservan frescas, con el color natural, como si í
ese momento hubiesen salido de ios mataderos.
Bajo tales condiciones no han podido vacilar mucho tiempo los coná
midores, optando por laíi últimas.
El sistema Norte-Americano no tardara en ponerse en práctica enn
nosotros, y entonces en lugar de emplear el hielo se conservará la carne [
medio del Trio, que es en lo que principalmente consiste.
CURACIÓN DE LA SARNA
El ganado lanai-, victima por mucho tiempo del acanis, iba perdiendi
poco á poco el apogeo quehabia «Ican/iado en el comercio ganadero, operán-
dose un cambio radical en la general tendencia del hacendado á preferir la
cria y explotación de la especie ovina á otra cualquiera. J
Los peligros de una ruina inminente en los ricos y de la desesperación fl
miseria en ios pobres, habia hecho levantarla voz suplicante de la gran familMP
pidiendo á los Gobiernos y ú ios hombres de ciencia el auxilio de una medida
enérgica para combatir el mal que diezmábala población ovina con una
muerte cruel y desesperante.
No se necesitaba ciertamente que el acarus incubase y se desarrollara
los mismos establos para que las majadas fuesen pi-esas del insecto devorad)
las propiedades rurales, generalmente sin cercado, ofrecían un vasto terrem
los rebaños para pacer cómodamente, sin distinción de propietarios
Este descuido peligroso producía siempre los resultados que debían espá?
rarso — los rebailos reconocidos de gozar de buena salud volvían apestados al
redil, porque se rascaban en los postes, troncos ó se echaban en el mismo punto
donde otros enfermos hablan dejado mechones de lana plagados del terril
insecto.
Reinaba en estos tiempos la mayor desconfianza é inquietud por la e3
tencia del ganado lanar que desa^sarecla casi de improviso, dejando loa cam]
en un silencio y soledad desconsoladores.
Por todas partes no se oia mas que el clamor arrancado por la miser!^
acusando las irreparables pérdidas sufridas en lo que formaba quizá los
únicos intereses.
La epidemia llegó á adquirir proporciones tan alarmantes y exlraordií
111 a
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sal
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I
— 213 —
rias que fué necesario estudiar y arbitrar sin pérdida de tiempo algún agente
qufmico que obrando violentamente sobre el insecto le diese una muerte in-
mediata.
Todos estaban persuadidos que la solución favorable de esta cuestión ocu-
parla la atención toda del país, porque representaba para la Hacienda una de
las fuentes más poderosa de la riqueza pública y privada.
Rl momento de obrar había llegado ya: los hacendados en número muy
crecido se reunían provisoriamente en los sitios más adecuados, donde el
conocimiento de estos trabajos se propagase con más celeridad, logrando
atraer á aquellas conferencias ambulantes un nutrido é interesante auditorio.
Estas reuniones fueron tomando poco á poco un carácter más definido;
una ligera organización estrechaba á los hermanos de causa, comprometién-
dose unos y otros á traer este dato, estudiar un punto determinado, 6 abordar
por sisólo el problema del sarnicticida.
La enfermedad de la sarna había hecho tantos progresos y perjuicios que
cuando se supo el motivo que reunía á aquellos hombres, abandonando sus
intereses y quehaceres, se agruparon ó tomaron parte en las conferencias has-
a los más indiferentes, con gran aplauso de los iniciadores.
Era necesario constituirse, reglamentar las obligaciones, regular los ser-
vicios y obligará sus miembros á una pequeña contribución — de aquí nació la
«Sociedad Rural»
Despertaba á lavidapública encarnando unpriucipio humanitario ygrande,
— una preocupación de 20 anos de exitacion, una cuestión de vida ó muerte, de
doloró de satisfacción para el gremio ganadero.
La curación de la sarna fué el ideal que dio vida á la Sociedad y por con si-
guiente debía la cuestión á resolverse ser la primera que ocupase la atención de
sus miembros.
Ella quedó solucionada poco tiempo después dando resultados inmejora-
bles y aplicándose en cada establecimiento donde había aunque fuese un a
oveja.
Generalizado el procedimiento curativo con todas las prevenciones y pre-
cauciones que debían obsei*varse, hízose patente el bien que preconizaban lo s
hombres de estudio. La confianza y la alegría renacieron en el rústico hogar
y los rebaños pacian sin inquietud en los campos.
Los específicos que se emplean combaten enérgicamente al insecto y lo
matan aun en pleno desarrollo: el método curativo ha extendido su aplicación
por todo el territorio de la República, no existiendo un solo ganadero que no se
por halle provisto de los aparatos necesarios para los experimentos ú operacio-
nes del baño.
■ .
DESAGÜES
En tiempos no muy remotos no se tenía ni siquiera ¡dea de las diversi
ventajas de extraer ó dar curso ¡i las aguas que en las ondulaciones depresivas
ú hondonadas délos terrenos se depositan después de la lluvia.
Las aguas pluviales estancadas, porque se detienen donde es más pro-
fundo el terreno, eran consideradas por el agricultor como el desiderátum para
la cria delosganados, pues que eltasofreclau con sus esteros y pantanos un
depósito permanente, aunque nada salubre, del elemento liquido, dispensán-
doles del enojoso trabajo de suministrarles por sus manos y por medio de
materiales é instrumentos á propósito, etc.
Nada que no fuese agua cenagosay precipitada por las nubes satisfacía 4 los
criadores de antaño, asi considerados por la pobreza intelectual que poseían
sóbrela materia; y estaban tan profundamente persuadidos de sus grandes
ventajas por la exoneración de ese servicio molesto y dispendioso, que se m
raban con desprecioy mengua por no estar dotadas de estanques natural
hermosas zonasde terreno virgen 6 experimentado.
Vivían entregados con la mayorconfianzad la labor pastoril, reí
aprovechando los frutosque por la exhuberancia y abundancia de los pasto!
ofrecía la naturaleza en su constante y cuotidiana obra de consumir y crear.
Asi pasaron muchas décadas viviendo ¿expensas de un suelo privilegiado
en alto grado, sin devolverá la tierra los beneficios espléndidos con que los sor-
prendía en "su existencia muelle, y entregándose en medio del regocijo general
á la distribución de los producios espontáneos y su colocación en el
merrio.
Pero como nada hay en el mundo inmutable, esos mismos estanques, ani
manantiales de riqueza, se hablan convenido en focos de infección que sem-
braban la muerte en los individuos de la raza ganadera y dejaban misei-ables
Ó los señores de un cuantio.'so rodeo.
Entónces|se operó una transformación rápida en las faenas pastoriles,
estudió con empeflo el fenómeno, se investigó con ardor sus causas, se analii
científicamente las aguas de los esteros, y por fin resplandeció la verdad ¿3
desgraciado suceso — las aguas en estado de pulrefaccian eran bebidas con
avidez por la hacienda (no habla otras), cayendo ft corta distancia victima del
veneno.
Desde aquel dia se tiene horror por los campos que encierran lagunas
insignificantes charcos de agua, que los cercan con alambre ai no puedi
extraerla, para aislar á los ganados de su engañosa presencia.
Hoy, por lo general, se construyen bebederos especiales donde al pból
tiempo ei ganado seacostumbra por si solo A buscar el agua á horas del
minadas: las aguas estancadas casi no existen ya por las obras de desagüe
se practican para hacerla desalojar los terrenos bajos.
Esta medida contribuirá a mejorar notabloraonte los campos Uaciéndol
;os^^
do
ír-
—ral
am-
ales
más aptos para su cultivo y la cria de los ganados, al mismo tiempo que se
valorizan por la desaparición de un peligro inminente.
Las continuas epidemias sufridas han escarmentado á los esplotadoresdc
la industria pastoril, entregándose hoy con más atención y con un estudio
prolijo alas faenas rurales, sin olvidar un momento todas las cuestiones que les
atañen como criadores.
PRADOS ARTIFICIALES
Quizá parecerá extraño, que al tratar esta cuestión confesemos que los
prados artiñciales son una necesidad en ciertos puntos de la campaña, cuando
es notoria la abundancia de los pastos naturales y las propiedades alimenti-
cias que tanta preeminencia les han dado para la cria de los ganados.
Y sin embargo, es una necesidad apremiante que no admite dilación ni
vacilaciones: debe crearse un medio artificial capaz de poder alimentar un
número crecido de animales en un terreno relativamente pequeño ó reducido.
Está constatado que un terreno, de cualquiera extensión, no produce con
sus pastos naturales lo que representa el interés mínimo del capital en él in-
vertido; esto sucede con aquellos campos que se extienden mas allá de 80 ó 100
kilóiQetros de la Capital, donde los ferro-carriles apenas dejan sentir su in-
fluencia creadora al través de la distancia.
El problema se presentaba interesante y seductor: los prados artificiales
fueron la solución de la cuestión y las plantaciones que se han llevado á cabo
han venido á probar las ventajas económicas que ellos reportan al agricultor y
al ganadero. Los terrenos así explotados han producPdo un interés superior
que asegura el capital, mejora los ganados y los coloca en condiciones á
propósito para la venta: por este medio se conseguía también estimular las
especulaciones sobre la propiedad rural, garantiendo realmente la existencia
de la ganadería y su colocación en los mercados exteriores. Desde entonces
inmensos potreros (terrenos cercados) de alfalfa que la vista no puede domi-
nar, ofrecen el bello paisaje de un horizonte ilimitado de color verde-azulado.
La alfalfa es la planta forrajera predilecta, porque es la mas adaptable á la
naturaleza de los terrenos y condiciones de nuestro clima, á la par que por la
abundancia de albúmina que contiene es un alimento poderoso para el
ganado.
Es tan floreciente su producción que sin dispensar atención alguna á su
cultivo puede recibir cuatro y hasta cinco cortes durante el año, renovándose
así constantemente el forraje que constituye el principal sosten de la cria
ganaderil.
Si se tiene la precaución de abonar el terreno y dedicarse algún empeño en
su esplotacion, se habrá asegurado mayor producción mejorándola hasta en
sus propiedades alimenticias.
La cuestión del estaicamiento del agua es la preocupación constante del
- ál6-
agricultor, por los inconvenientes y perjuicios que puede causar en los exten-
sos pi'ados su fermentación y descomposición; por eso en los sembradíos hay
siempre fuertes pendientes ó pequeños canales para acelerar el curso de las
aguas pluviales 6 de regadío, sin permitir en ningún caso su estagnación.
La duración de esta planta ó la fuer/a vital de la semilla alcanza por lo
general á doce anos.
ENSILAOS
lista cuestión, tan debatida por el gremio de agricultores y ganaderos,
ha sido resuelta ííivorablemente para los países del viejo continente y los del
Norte de América, los cuales hacen prácticos los incalculables beneñcios que
reportan los silos, sin preocuparse lo bastante del precio áque los alcanzan.
El ensila.^o ha sido proclamado como «el invento mas precioso que haya
hecho la agricultura moderna», y los pueblos ganaderos antiguos, muy com-
petentes en la cria y mejoramiento de las razas y esencialmente comerciales
en este artículo, rinden culto á lus poderosos c inestimables resultados que él
produce: e! universo entero ha reconocido sus ventajas y quizá considéralo
como el elemento salvador de la existencia ganadera y su desarrollo.
Entre nosotros el sistema de conservar verdes los forrajes durante el
invierno es todavía materia de serios estudios y una preocupación constante
de los miembros que componen la Sociedad Rural: el empeño tenaz y patrió-
tico con que ha afrontado este problema de trascendencia universal, nos per-
mite esperar recojer los frutos de su laudable dedicación.
Hemos dicho que para nosotros son inaplicables los diversos procedimien-
tos que se han ideado y se practican para mejorar y vigorizar la alimentación
délos ganados en el invierno
El ensilado debe hacerse en grande escala y con muy poco costo relativa*
mente. La última es condición indispensable para nosotros. Los diversos
ensayos que se han hecho han ido á estrellarse generalmente ante ella, y
cuando se han suprimido los materiales de aprensamiento ha fracasado el pro-
pósito; se ha ensilado en el seno de la tierra sin el auxilio de elementos extra-
nos y tampoco hadado resultados; en el aire libre, y es indispensable emplear
máquinas y materiales de compresión, que como es natural encarecen sobre-
manera el forrage.
Un resultado análogo ha producido el ensayo de cercar con paredones
especiales el silo de debajo de tierra, queriendo evitar las infiltraciones de
agua, y siempre el gran costo !
Nuestros principales inconvenientes para la construcción y aprovecha-
miento económico de los silos son: excesiva humedad en el aire, frecuentes
y copiosas lluvias y la ¡iresencia del agua á corta profundidad.
Todoscll<js[)ucden subsanarse, pero mediante grandes ^rogaciones que
los vuelven impracticables.
_ 217 — ,
Con mucho empeño se busca forrages baratos que promuevan una abun-
dante salivación para servir de alimento en el invierno, pues es sabido que ella
predispone al animal á producir una perfecta digestión, con lo cual se consegui-
ría sustituir, aunque perentoriamente, las ventajas del silo.
PLANTACIÓN DE ÁRBOLES
Los árboles desempeñan un papel tan importante en la economía rural y
urbana de los territorios entregados á la civilización y á la lucha humana, que
ellos han contribuido con sus propiedades químicas naturales á perfeccionar
y complementar el trabajo del hombre para colocar á los pueblos en las con-
diciones de salubridad que requiere la ciencia higiénica para el desarrollo feliz
y perfecto de las agrupaciones.
Los bosques son en los pueblos como los pulmones en el hombre y asi
como estos toman del aire atmosférico el oxígeno que necesitan para la respi-
ración animal, dejando libre el carbono, los árboles obran en sentido contrario,
absorviendo este último y exhalando aquel, produciéndose de esta manera una
permutación de gases que sirven de complemento entre sí para las diversas
funciones del reino animal y vejetal.
Los árboles, sin entrar á apreciar su influencia sobre el clima, tienen ade-
más una misión elevada, humanitaria y económica: ellos ofrecen con su fron-
doso ramaje abrigo generoso al rebaño desesperado que huye de los rayos
ígneos de un sol abrasador sin impedir que en la estación invernal gozen de las
caricias delastro rey.
Nuestros agricultores en las dilatadas llanuras de la Pampa, cuya tempe-
ratura calcinada no puede refrescarse por la ausencia de corrientes de agua,
han debido aprender muy temprano á salvar los peligros que resultan páralos
ganados sometidos á vivir en un ambiente de fuego.
Las plantaciones de árboles han tenido por objeto ^tre nosotros evitar
esos inconvenientes y hacer mas dulce y agradable la vida salvaje de los ani-
males, corrijiendo la naturaleza donde era necesario para rodearles de las
mayores comodidades y ventajas á la cría y explotación de la ganadería.
La arborizacion en nuestras praderas ha sido materia de estudio largo y
profundo sobre la elección de los árboles, atendiendo á las siguientes condi-
ciones de :
Rápido crecimiento,
Frondosidad,
Sin espinas y cuyo follaje no pueda comer el animal.
Utilidad del bosque, para construcciones terrestres.
Varias son las plantas que con preferencia adornan y pueblan los estable-
cimientos rurales de conformidad con las exigencias que deben llenar en rela-
ción con la cría ganaderil.
— ¿18 —
Él saúco llorón y la acacia de albata son los predilectos, no obstante de
cultivarse en grande escala el |)araiso, cuyo solo defecto para no ser general-
mente adojítado, consiste en su tardío crecimiento.
Los árboles de que hemos hecho mención tienen además la propiedad de
repeler á todo insecto dañino, de manera que í2:aranten sólidamente su estabili-
dad y duración, prestando inestimables servicios á la industria pastoril, á la
climatología local y por íln valorizando los campos cultivados.
Nuestro clima no ha sufrido variación sensible en todo el territorio de la
Nación, conservándose al presente casi como en los tiempos primitivos, siem-
pre sano, saludable y vivificador teniendo sus estaciones perfectamente deter-
minadas bajo temperaturas moderadas y agradables.
Es esta la causa porque nuestros colonos y ganaderos en la arborizacíon
de los campos han tenido una sola mira, sin por eso contrariar ó desnaturalizar
la bondad y constancia de nuestras condiciones climatéricas: ese objetivo ha
sido el de dar abrigo á los ganados en las extensas y dilatadas llanuras some-
tidas á Itt explotación.
ALAM B R AD O S
Hemos dicho ya que los intereses genei-ales de la campana han tenido, y
tendrán por siempre, por apóstol á la Sociedad Rural, cuyo prospecto de labo-
riosidad no ha olvidado el mas ¡nsigiiiiicante detalle para pn^movei'los al mas
alto grado de eiigi'andeciniiento.
Una de las(*uestionos (jue mas ha preocupado su atención y estudio, ha
sido, á no dudai'lo, la que se refiere á los cercados de las i)ropiedades rurales.
La per[)ctaa Un'ha entro hacendados originada por el mal sistema de segu-
ridad y inanct)mun¡dad de intereses encontrados, ha sido la peor remora con
que se ha troi)e/.ado siempre <|ue(jucría introducirse alguna reforma saludable,
l)orque estantío las [n-opiedades divididas ó separadas por límites convencio-
nales, su mejor uso y a|)rovechamiento suscitaba constantemente controver-
sias interminables y odiosas.
Semejante estado de cosas no [)odia durar mucho tiempo, so pena de
condenar á su ruina á la agricultura y ganadería; algún expediente debía
tomarse, tanto á fin de garantir la {)ropiedad j)articular como para asegurar á
los ganados el medio mas fácil y económico de su alimentación y existencia,
Enconti'ándose dichas propiedades sin cercado de ningún género que las
aislaren recíprocamente y [)aí:icndo los rebaños en este ó en aquel campo, sin
distinción, eran consecuencias forzosas ol aniquilamiento de las haciendas por
carecer deterrentjs reservados, su pérdida ó desaparición paulatina á causa de
las mezclas inevitables, ó por la ausencia de agua en las grandes secas, ó por
los efectos de bina epidemia desarrollada en alguno de los rodeos.
En este sentido la imprevisión habla llegado á su mayor grado, pues á mas
— 319 —
de todo aquel desorden los campos, por lo general, contenian mayor número
de cabezas que el que corresponde á una determinada extensión, volviéndolos
incapaces de responder á las exigencias de una regular alimentación.
Las pendencias á que hemos aludido tuvieron su principal manantial en la
manera de determinar los deslindes de las propiedades, para lo cual se con-
tentaban con plantar postes de fierro ó madera, y otras veces abrir pozos á
enormes distancias, de uno á otro de sus ángulos, borrándose ó perdiéndose
naturalmente ó por la mano de un mal vecino.
Toda esta cadena de dificultades fué sometida aun rigoroso examen, estu-
diando las prácticas y procedimientos mas conformes con el bien general y el
progreso.
El problema quedó resuelto de una manera eficaz, gracias á la investiga-
ción profunda de que fué objeto por parte de la Sociedad Rural empeñada en
hacer desaparecer de la campaña aquel caos de contradicciones y anomalías :
los cercados de alambres fué la solución de la cuestión, y al aconsejar su adop-
ción á ganaderos como agricultores, enseñó los procedimientos mas apropiados
y económicos sobre su construcción, duración, seguridad, etc.
Antes en lugar de los cercados de alambre se acostumbraba practicar
zanjas al derredor de la propiedad, lo que no pocas veces ha sido causa de
enfermedades por el estancamiento de las aguas que contenían en la época de
las lluvias, sin contar con la pérdida de terreno que aquellas imponen en una
gran extensión.
El cercado de alambre salvó todas las dificultades porque no solo se con-
seguía con él la separación de las propiedades, la seguridad de los ganados, y
la garantía de una área determinada para el pastoreo, sino que se evitaban las
mezclas, la apertura de zanjas onerosas y las pérdidas por secas ó epidemias.
Gracias áeste sistema de seguridad, las propiedades se dividen en potre-
ros destinados á recibir las haciendas cuando uno de ellos acaba de servir al
pastoreo, dando así tiempo á los demás á recobrar su fuerza nutritiva.
Es de esta manera como se ha conseguido obtener el mayor provecho
del forrage natural sin erogaciones de ningún género, ni aun de preocuparse de
su riego, bastando al efecto extraerle el ganado que se servía de él y abando-
narle en seguida á sus propias fuerzas naturales y á la influencia de nuestro
clima bondadoso.
A fin de dar alguna idea sobre la importancia y extensión de los cercados
de alambre en la Provincia de Buenos Aires, véanse los siguientes datos rela-
tivos á su importación :
En 1877 el consumo fué equivalente á 1125 leguas lineales ( 1 )
» 1878 » » » » » 1197 » »
» 1879 » » » » » 2110 » »
(x) Una legua es igual á Saoo metros y el cálculo es sobre 5ooo kflos para cada una.
— 220 —
• ■ j
En 1880 ol consumo fuó equivalente á 2329 leguas lineales ( 1 )
» 1881 » » » » » 2483 » »
,) 1882 » » » » » 2476 » »
)) 1883 >» » » ^> » 3199 »
.) 1884 » » » » " 3028 »
» 1885 » » » » » 4472(1)»
»
»
»
EXPORTACIÓN DE LANAS
En cuanto á la exportación de lanas, el cuadro siguiente demuestra la
importancia que ha alcanzado su comercio ó colocación en los principales
mercados europeos; la imposibilidad de colocar en este mismo cuadro los da-
tos análogos referentes á los años 1884 y 1885 y á fin de evitar la diversa
clasificación por la distinta procedencia á que obligaría la incorporación de
estos, aprovechamos este lugar para darlos aisladamente — el resultado es el
siguiente :
Exportación general de lana limpia y sucia en el año 1884, Kilos 114.344.648
» » " » » »> » » 1885, « 128.393.264.
El Departamento General de Estadística clasifica este movimiento de co-
mercio exterior por naciones y no por puertos como lo revela el siguiete cua-
dro; razón por la cual hacemos su consignación en el mismo en obsequio
á la claridad y mejor inteligencia.
(i) Corwfponde á la importación hecha tn la República y no por la Aduana de Boenot AiCM
como en los anteriores.
— 221 --
SSxportaolon de lanas del Plata
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2739
1282
45212
X 36803
77544
334339
No es menos interesante el cuadro á que damos cabida á continuación reve-
lando en sus columnas numéricas los precios ó el valor en que se estima nues-
tros principales productos en los mercados extranjeros; esos mismos valores
han sido y serán siempre, suponiendo que mejorasen en lo sucesivo, el estí-
mulo poderoso de la labor agrícola y ganaderil cuya prosperidad y engrande-
cimiento no se harán esperar mucho tiempo.
— 222 —
Precios aproximativos de los frutos del pais en los mercados
de Buenos Aires
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Las siguientes cifras demuestran la existencia de ganado en la Provincia
de Buenos Aires en los años 1875 v 1881.
La comparación de uno y otro nos revela la estabilidad de su riqueza,
pues á pesar de el vacuno extraído por los indios en sus grandes invasiones,
su emigración á países extranjeros ya en forma de tasajo ó viviente, las con-
tinuas epidemias y su consumo en nuestros mercados, su fecunda reproduc-
ción conserva siempre la misma proporción, haciendo efectivas las cifras
primitivas de existencia.
(x) Equivalentes á kiloRramo: Una arrobn= 11,4850 k. Una pesada= 16,0790. Una Ubrai»o,4594.
XTiu fanega=io3,365o. Un qnin(a]=45,940. Una tonelada =«9 18, 80.
Ganados de la Provincia
ESPECIES
AÑO 1875
ANO 1881
Vacuno
Yeguarizo
Caballos
Lanar sajón . . .
» mestizo.
» criollo . .
Muías y burros.
Cerdos
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2397787
57838073
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Los siguientes datos sobre importación de ganado manifiestan el movi-
miento operado durante un lapso de veintitrés años, y sus múltiples variantes
de uno á otros nos demuestra cómo el* espíritu de comercio ó de perfecciona-
miento de nuestras razas, ha ido destruyendo poco & poco añejas teorías y
prácticas rudimentarias en la cría ganaderil, importando los especuladores
spécimem apropiados al logro de tan interesantes objetos.
Casi toda esta importación es de animales de razas finas.
Importación de g-anado en pié
1
C A BJE ZAS
C AB S Z AS
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ANOS
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1
1
La exportación de ganado en pió queda demostrada por el cuadro que
damos á continuación sobre su movimiento en un período de veintitrés años.
Las alternativas que él oft'ece nos revela las variantes del consumo ani-
mal en los mercados de Chile, Bolivia y Perú.
Expoptacion de granad
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La exportación de cueros, según se vé en el siguiente cuadro, ha guarda-
do una proporción casi ascendente desde el año 1848 á. 1885, constituyendo
así una verdadera fuente de comercio y producción para el país.
Sus gruesas cantidades bastan para dai' una idea de la importancia qne
asumido la industria ganaderil.
Exp
ortacion de
cueros
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37J165
31336894
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ESTATUTOS DE LA SOCIEDAD RURAL ARGENTINA
Artículü I* Los projiósitos de la Sociedad Rural Argentina son:
1" Velar por los intereses de la campaña.
2" Propender al mejoramiento, orden y arreglo de nuesiro pastoreo, por métodos
razonados y conforme á las necesidades económicas y climatológicas del país.
y Estudiar los medios de combinar la gar\ader!a con la agricultura.
4" Propender á que los hombres de ciencia se ocupen de estudiar la manera de pro-
veer de agua nuestros campos, como también de agotar nuestros bañados.
5" Promover por todos los medios ai alcance de la Sociedad, el bienestar y moralidad
de los habitantes de la campaña,
■ 6° Estudiar las especies de ganado mas adecuadas á nuestro clima, investigar cual de
sus razas conviene mas, ya sea por su valor ó por la facilidad de su alimentación.
7° Tomar todas aquellas medidas que estén en la esfera de esta Sociedad, para propa-
gar los conocimientos agrícolas,
8" Aconsejar al Gobierno las medidas que deban tomarse para evitar el contagio
cuando se declare alguna epidemia en los ganados, )■ estudiar y proponer las reso-
luciones tendentes á impedir la importación de animales atacados de enfermedades
contagiosas 6 hereditarias.
Art. 2° Su asiento principal será la Capital de la República, pudiendo establecer sucarsa-
— «ilonde lo creyese oportuno.
Art 3° Para que la Sociedad tenga el carácter de persona jurídica, con capacidad de
^*i<l*airir derechos o contraer obligaciones, se solicitará la aprobación de estos Estatutos por el
S'^i;>^3rior Gobierno.
ArL 4* La Sodedad se compondrá de socios actívos, honorarios y corresponsales, y será
''^p> ^"«sentada por una Comisión Directiva, compuesta de 17 socios con los cargos ydenomina-
'-*^>*-"»«s siguientes:
Presidente
Vi ce-Presidente 1°.
Vice- Presidente 2'
Tesorero
Secretario y
Doce Vocales
Ari, 5* El nombramiento de Presidente y'Vices, se hará por la Asamblea General por
^¡3^ «lía absoluta, y el de los Vocales pormayotía relativa, y durarán dos años en el deaem-
^^^■"*-«3 de sus funciones, pudiendo ser reelectos.
AcL 6" En caso de renuncia ó fallecimiento, la asamblea nombrará reemplazante por el
^*~**3Íno quele faltase,
Art. 7" La Asamblea anual de la Sociedad tendrá lugar el día diez del mes de Agosto,
^■^*"^8er informada de los trabajos del año y proceder á la elección de los miembros salientes
^ I a Comisión Directiva,
Arl. 6" El día fijado para las reuniones anuales se anunciará permanentemente en las
**"^ieilas de los «Anales- de la Sociedad, y cuatro dias antes al domicilio délos socios.
_ Art. 9° En la Asambleaanualse requiere la presencia de la duodécima parte de los socios
^^^-^i'vos para abrir la sesión, y en las extraordinarias la décima quiala,
Art 10. Si á la primera citación no hubiese número, se citará por segunda vez con tres
de aviso, debiendo tener lugar la sesión con eí número de socios presentes.
Art II, Una vez constituida la Asamblea, queda hábil para deliberar, aunque se retira*
algunos socios y quedase sin el número requerido por ci artículo 9°.
^^ Art. 12. Sostendrá una publicación en forma de libro, cuyo titulo será «Anales de la
Y**^iedad Rural Argentina-; en ella se registrarán los informes de las Comisiones, extractos de
^*^ actas de las sesiones, asi como los artículos que la redacción prepare.
Art 13. La Sociedad Rura! celebrará exposicionci nacionales de ganadería y agricultura
*** la Capital de la República é iniciará exposiciones regionales, anuales, de acuerdo con los
^^tros establecidos, prestándoles su cooperación con arreglo á los recursos de que al efecto
^Wponga. Las exposiciones regionales se podrár\ hacer en toda la República.
Art, 14. La Comisión por sí, ó á pedido por escrito de diez socios, podrá convocar á
Asamblea extraordinaria, pero en ella solo podrá tratarse del objeto de la convocatoria.
Art 15, La reforma pardal ó total de estos Estatutos ó del Reglamento solo podrá hacer-
se en una Asamblea General, especialmente tonvocada al efecto, y lodo cambio ínlroducidc
deberá ser aproba<to por dos terceras partes á lo menos, de los socios presentes, y recabarse,
respecto de los primeros, la aprobación de quien corresponda-
Art, Ib. El fondo social lo constituyen, principalmente, las cuotas de entradasy siucrído*
nes mensuales de los socios.
REGLAMENTO DE LA SOCIEDAD RURAL ARGENTINA
CAriTULO I
DE LOS SOCIOS
siguientes categorías; activos, honorarios ym
Artículo 1° Los socios se. dividirán
corresponsales.
Art. 2' Para ser socio activo se requiere ser presentado por dos socios y aceptado por Ii
Comisión Directiva en escrutinio secreto, no siendo admitido si resultaran dos votos ea c
Si resulta un voto en contra, se suspende r.'i U resolución liasia tomar informes; y sien IaaL^_.
da votación ss obtuviese el mismo resultado, quedará aceptado. La presentación d? nueve
socios se liará por escrito y los propuestos deben ser m.nyores de edad.
ArL 3" La cuota de ingreso para socio activo será de * 40 mpi, y la suscricion de 8 m/q
por bimestre adelantado.
Art. n° Para ser socio honorario ó corresponsal se requiere: haberse distinguido con produc
clones científicas, hechos ó trabajos prácticos, re lacio nadf.is con los propósitos de esU Sociedad,
ya sea en la República ó en el extranjero.
Art. 5° El Presidente de la República y los Gobernadores de Provincia son miembros ho- ,
norarios de la Sociedad Rural Argentina.
Art. b° Los socios honorarios solo pueden ser nombrados por la Asamblea. Los corres*
ponsales por la Comisión Directiva.
Art. 7" Todo candidato que fuese recliazado en la forma del articulo 2^ podrá ser nueva
mente presentado después de trascurrido un año,
Art. 8" Toda queja de un socio contra algún empleado de la Sociedad, será iiedia al Pre
Bidente verbalmente, y sí fuese de trascendencia, por escrito, á la Comisión Directiva.
Art. g" Paradejar de ser socio es necesario comunicarlo por escrito al Gerente.
Art, 10. La calidad de socio se pierde:
1" Por falta de pago de un semestre vencido.
2" Por observar una conducta ofensiva ó indecorosa á la Sociedad, precediéndose en U
caso de acuerdo con el artículo 24.
Art. II. Cualquier socio puede exponerá la Comisión Directiva las ideas ó proyectos qu(
considere útiles á la Sociedad, teniendo ei derecho de concurrir al seno de fa Comisión Diiec
liva cuando esas ideas ó proyectos deban tratarse, pero sin voto en las deliberaciones.
Art. 12. Los socios honorarios ó corresponsales no tendrán voto en las decisiones de larf
. Sociedad, pero siempre que se hallen presentes podrán tomar parle en las discusiones de \v%
Asamblea. ■
Art 13. Todos los socios de cualquiera categoría que sean, tendrán entrada gratis ¿lasj
fiestas, exposiciones ó ferias que dé la Sociedad, y á un ejemplar de los «Anales» ó cual- 7
quiera otra publicación que haga la Sociedad.
Art. 14. El 16 de Agosto, aniversario de la instalación de la Sociedad, tendrá lugar una
fiesta conmemorativa en alguno de sus locales.
Art 15. Los socios tienen el derecho de asistir al local de la Sociedad durante las horas
que esta permanezca abierta, y que será de las 8 a. m. hasta las 1 1 p. m.
CAPITULO n
DE LA COMISIÓN DlñECm»
Art. ib. La Com
acuerdo con el art cul
a D ectiva será renovada por mitad en cada Asamblea anual de
3 Estatutos, pudiendii los salientes ser reelectos.
Art I ;, To lo m emb de la Comisión lienc el deber de dar aviso en el caso de ausen-
L -t:aT-se temporalraen e
Art. 18, Pa a [ue ean validas las resoluciones de la Comisión, se requiere la presencia
dnco de su nuen L o ndo sas atribuciones:
i' Dirig los abajo de la Sociedad y administrar sus fondos.
2" Elegir de u seno un Secretario, un Tesorero y un Director de los «Anales', loa
que podrán ser reemplazados provisoriamente por otros miembros de la Comisión,
en caso de ausencia prolongada.
3° Nombrar los sticios que deban constituirse en Comisiones especiales- cuando lo
_ requieran los intereses ú trabajos de la Sociedad.
I 4" Nombrar el Gerente de la Sociedad y demás empleados que considere necesarios
y fijar sus sueldos.
i° Presentar la memoria ani^l de los trabajos de la Sociedad.
f Autorizar al Gerente oara invertir una cantidad mensual en diarios y gastos meno-
res, de la cual éste dará cuenta trimestralmente.
I 7* Convocar k Asambleas extraordinarias en los casos que determina el Reglamento
j ó cuando los asuntos lo requieran.
j 8'*Nombrar un Redactor de los «Anales», rentado, cuando lo crea conveniente,
[■ 9" Resolver sobre la admisión de socios.
' 10. Nombrar socios corresponsales.
II. Hacer cumplir las disposiciones de este Reglamento.
Art. 19. Iniciará y sostendrá correspondencias con Iqs Sociedades Agrícolas eslranjeras,
^^aiando de investigar bsdo aquello que pueda relacionarse con el adelanto de nuestra indus-
^^'^»¿ agrícola y rural.
Art. 30. Establecerá relaciones con los principales mercados extranjeros, para conocer
*-^^L3 consumos y productos.
Art. z\. Se pondrá en relación con todas las asociaciones del mismo género que se Tormén
-^^c~^ la República.
Arl. 22. Inveítigatá las clases de semillas y plantas alimenticias, forrajeras é industriales
L~*-ie pueden introducirse y aclimatarse con ventaja.
Art. 23, Esproliibido á los miembros de la Com bion Directiva dar explicaciones ó noti-
- ^»- as en lo relativo al rt^chazo ó admisión de candidatos para socios ó transeúntes bajo pena
_ Art. 24.* La Comisión Directiva tiene facultad para expulsar de la Sociedad á todo sodo
^^^ transeúnte que por causas fundadas se haya hecho indigno de pertenecer á esta.
Para lomar en consideración este asunto se requiere la presencia en comisión de tres
^"«jarlas partes de sus miembros, y para la expulsión ó suspensión, mayoiía de dos tercios
'-^ ^ votos de los presentes.
Alt. 2y Las votaciones de candidatos para socios serán hccluis por bolillas blancas y
*^».<gras.
CAPITULO III
DEL PRESIDENTE
Art 2Ó. El Presidente representará á la Sociedad en todos sus actos, y son sus atribu-
<^nes:
!" Presidir las asambleas y las reuniones de la Comisión Directiva.
2" Dirigir las discusiones, y en caso de empale en la votación, resolverla con su voto,
y Llamar _á la cuestión á los oradores que se hubiesen separado de ella.
— 22S —
4** Tomar píirte en las discusiones, debiendo dar la presidencia alvice I^ y en defecto
de 6ste al vico 2**.
5'* Firmar los diplomas de los socios y los documentos que la Comisión Directiva
espida á nombre de la Sociedad.
6** Firmar las escrituras de propiedad íi nombre de la Sociedad.
7^ Ordenar el pago de gastos acordados por la Comisión Directiva.
8" En ausencia del Presidente, el Vicc-Presidente V* ó 2" ejercerán sus funciones.
<)^ Designar los vocales que hayan de reemplazar al Secretario y Tesorero ausentes
en los casos que lo encuentre necesario.
CAPITULO IV
D£L SECRETARIO
Art. 27. El Secretario firmará con el Presidente en los casos fijados en el art. 26, inci-
sos 6, 7 y 8, y levantará el acta de las Asambleas.
Será asimismo de .su deber anunciar el resultado de los escrutinios en las votaciones
á que se refiere el art. 5" de los Estatutos.
CAPITULO V
DEL TESORERO
•
Art. 28. Son sus atribuciones:
1° Ser el depositario de los fondos de la Sociedad.
2° Firmar las cuentas á cobrar.
3° Pagar las cuentas que llevan las firmas del Presidente y del Secretario.
4° Presentar á la Comisión Directiva un balance de Caja cada trimestre.
CAPITULO VI
DE LOS VOCALES
Art. 29. Son deberes de los Vocales:
I** Asistir á las reuniones de la Comisión Directiva, y cu caso de inasistencia, dar aviso
á la Secretarla.
2° En ausencia del Secr(;tario y Tesorero reemplazarlos en sus funciones, previa desig-
nación hecha por el Presidente cnn rargo de dar cuenta á la Comisión Directiva.
CAPITULO VII
DE LAS ASAMBLEAS
Art. 30. Los acuerdos de las Asambleas Generales serán tomados por simple mayoría
de socios presentes.
Art. 3 1 . La discusión será libre, respetándose la prioridad del que hubiese pedido la
palabra.
Art. 32. Un sociíj, apoyado por dos ó más socios, podrá pedir que una discusión sea cerra-
da, y en este caso el Presidente i)ondrá á votación si el asunto se halla ó no suficientemente
discutido.
Art. 33. Siempre que un socio pida que se levante la sesión, y sea apoyado en la forma
del artículo anterior, el Presidente lo pondrá á votación.
— 229 —
Art 34. Las mociones podrán ser escritas ó verbales, y apoyadas por dos socios serán
puestas á discusión p>or el Presidente, en el orden que fuesen presentadas. Solo las mociones
de orden pueden tener prioridad sobre las otras.
CAPITULO VIII
DE LOS TRANSEÚNTES
Art 35. Son considerados transeúntes las personas que se encuentran temporalmente en
la Capital.
Art 36. Las tarjetas para transeúntes serán solicitadas por un socio, firmadas por el Pre-
sidente y Secretario, y serán válidas por un mes.
Art 37. Los transeúntes á que se refiere el artículo anterior, que después de obtener
la entrada por un mes, quisieran continuar como tales, podrán suscribirse por seis meses, abo-
nando las mensualidades adelantadas.
Art 38. Son considerados permanentemente transeúntes los agentes diplomáticos.
Art. 39. Los transeúntes podrán concurrir á las asambleas sin voto en sus delibe-
raciones. •
CAPITULO IX
DEL GERENTE
Art 40. Son sus deberes:
1° Asistir á las reuniones de la Comisión Directiva, redactar las actas y llevar los
libros de ellas y de Caja.
2° Ejecutar los acuerdos de la Comisión Directiva, y dirigir las oficinas y dependencias
de la Sociedad.
3° Llevar el Registro de Socios, catálogo de la Biblioteca, y demás libros que sean nece-
sarios para la mayor regularidad de los trabajos de la Corporación.
4® Llevar la correspondencia administrativa de la Sociedad.
5° •x\puntar diariamente en la pizarra de la Sociedad (del local) los precios de venta
de haciendas en los Corrales, y una vez á la semana, los de lana, cueros , cerea-
les, etc.
(P Recopilar los datos del inciso anterior en un registro especial que se conservará
en el archivo de la Sociedad.
7** Tener á su cargo el cuidado, orden y policía del local de la Sociedad.
2fi Dar al Director de los «Anales», los documentos que deban publicarse y el extracto
de actas.
9® Dar todos los informes que sean pedidos por los socios, relativos á la Sociedad.
10. Hará las funciones de Pro-Secretario, en ausencia del Secretario, y de Pro-Teso-
rero en ausencia del Tesorero, siempre que el Presidente lo juzgue indispensable.
CAPITULO X
DE LA BIBLIOTECA
Art. 41. Habrá una Biblioteca Agrícola Rural que contenga las mejores obras nacionales
y extranjeras sobre la materia, como las publicaciones periódicas más acreditadas.
Art 42. Los libros de la Biblioteca no podrán ser extraídos de la sala sino en casos
especiales, con previo permiso del Gerente, y tan solamente por 15 días.
Art 43. Él el caso previsto en el artículo anterior, se debeiá dejar recibo en un libro espe-
cial que se llevará para el efecto.
— 230 .-
CAPITULO XI
DEL PERIÓDICO
Art. 44. Los «Anales» se ocuparán de todo asunto que responda á los fínes de esta Sode-
dad, y la periodicidad de su publicación quedará á disposición de la Comisión Directiva.
Art. 45. La redacción y avisos estarán á cargo de la persona ó personas que la Comisioii
Directiva dctemiinc, y bajo la vigilancia del Director.
Art. 46. La remuneración será la que el presupuesto general le asigne.
Art. 47. £1 producto de las suscriciones, venta y avisos del periódico formará parte de loi
recursos de la Sociedad.
CAPITULO XII
DE LAS EXPOSICIONES, FERIAS Y EMSA VOS
Art. 48. La Comisión Directiva formulará un reglamento para las exposiciones y ferias
y prescribirá las bases á que se han de sujetar los ensayos de instrumentos agrícolas.
Art. 49. Para las exposiciones, ferias y ensayos que lleve á cabo la Sociedad, la Comisión
Directiva estará autorizada para nombrar las comisiones especiales que juzgue necesarias.
CAPITULO XIII
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Art. 50. En la primera Asamblea ordinaria después de la sanción de este Reglamento, se
elegirán nueve miembros de la Comisión Directiva por el termino de dos años, y tres por el de
un liño.
En la segunda renovación se elegirán ocho, y así sucesivamente, en cumpli miento de lo
dispuesto en el articulo 16.
SOCIEDAD COSMOPOLITA DE PROTECCIÓN MUTUA
Esta Sociedad fundada el 23 de Julio de 1876, cuenta hoy con un número
de socios bastante para ascf^urar su existencia y promover y ejecutar cual-
quier reforma ó extensión en sus resortes de aspiración y fines.
Siendo su principal objeto la protección mutua entre el gremio del comer-
cio y de las industrias, tan necesaria y útil para los extranjeros como naciona-
les que viven lejos de su familia ó escasos de recursos, no tardará mucho el
dia en que la contemplemos vasta y próspera mejorando la suerte de los que
caen en la lucha diaria.
Un establecimiento de enseñanza mercantil, anexo á la misma institución,
prepara á los socios que lo soliciten en ciertos ramos del comercio poniéndo-
los aptos para el desempeño de las tareas de su predilección.
- 231 -^
Es reglamentario también de ella, buscar y dar colocación á los socios
que no la tengan bajo ciertas prescripciones, de la niisma manera que asegu-
rar la asistencia gratuita de los enfermos, con remedios, médicos y aun uii
pequeño socorro, haciéndose cargo de todos los gastos de inhumación para los
casos de fallecimiento, acordando á los deudos una pensión temporaria, siem-
pre que el fallecido haya llenado en un todo las prescripciones que establece
el Reglamento,
Otra sección « La Colmena Cosmopolita » tiene por objeto fomentar el
espíritu de economía, realizando así pequeños ahorros que puestos en acción
en la compra de títulos de renta pública, se liquidan al cabo de cinco años,
distribuyendo los beneficios entre los socios, menos el 2 % que se destina al
Asilo de Huérfanas.
Los socios se dividen en tres clases : numerarios, protectores y hono-
rarios.
Los primeros son aquellos mayores de 15 años que deben estar colocados
en el momento de solicitar el ingreso; deben gozar de buena salud, carecer de
defectos físicos que los imposibiliten para el trabajo y ser presentados por un
socio; tales son las condiciones exigidas para ser socio numerario.
Los protectores son aquellos que prestan voluntariamente ayuda á la ins-
titución.
Para ser honorarios se requiere contraer méritos muy especiales en bene-
ficio de la Sociedad.
La administración de esta está á cargo de una Comisión Directiva com-
puesta de: Presidente, Vice-Presidente, Secretario, Pro-Secretario, Tesorero,
Pro-Tesorero y ocho Vocales.
Actualmente cuenta con 534 socios que agregados á los 172 que se han
separado de la Sociedad, da un total á principios de año de 706 asociados, cuya
mayor parte se han retirado por renuncia ó por ausentarse del país.
Del número actual son numerarios 341, protectores 151 y honorarios 42,
siendo los argentinos, italianos y españoles los que componen su mayor parte.
Las entradas alcanzaron en el periodo del último año á la suma de pesos
5,181.63, habiendo tenido egresos por valor de $ 5,068 15.
La Sociedad cuenta con cuatro médicos honorarios que prestan gratuita-
mente sus servicios y con otros cuatro que son costeados por ella.
El 24 de Julio ha celebrado pomposamenie su décimo aniversario y res-
pondido á los gastos que la fiesta demandaba por medio de suscricion volun-
taria levantada entre los socios.
En la sección de instrucción ha habido un movimiento de caja, represen-
tado por $ 1.950.27 de entradas, y $ 1.881.40 de salidas.
Cuenta con profesores especiales para la enseñanza de las materias
siguientes: Teneduría de Libros, Aritmética, Francés, Inglés, Gramática Cas-
tellaiiM, Cfili^n^afía, etc., y los ayudantes necesai'ios para el mayor ensanche y
aprovochaniicnto de las tai'oa> osrolarcs.
La(.-olmcna (.'osmopolita lia tenido un movimiento de capital activo de
$ 7.1)51.75 contra § 7.'iS() de valor pasivo, ípioilando á benelicio de la Sociedad
un superabit de $ 571.75, disti'ibuido entre 015 cuotas ú sean un 7 J %.
A pesar de babor bablado ya al^^o de lus objetos y aun de la organización
de esta Sociedad, liaremos además ima ligera mención de la parte orgánica de
cada una de las Secciones (|ue la com|)onen, |)rocurando la mayor brevedad á
este res[)ecto.
Hemos dicbo, pues, las clases de socios ([ue ba e>.tablecido y aun la com-
posición <le la (.•omisi<.ni Directiva, cuyo cargo ó funciones duran sei.s meses:
los sotrios numerarios abonan obligatoriamente ásu ingreso la cantidad dedos
pesos y como cuota mensual según la (íategoría á que liubiese optado el aspi-
rante.
1' categoría, cuota s 1.75
¿' .■ ». ■. 1.00
Estíjs sfjcií.)S son los úni(!os <p.ie llenen dcrecbo á los benelicios pecunia-
i'ios de la Socie<lad, |)ues los prolCíMores solo están (jbligados á favorecer y
avudar á esta c()n una cuota voluntaria.
Tres mensualidades sucesivas no alionadas v sin justilicacion determina
la .^e])aracion del s(k*ío (pie baya incurrido en esa falta, pudiendo reingresar
previo pago de cuota de entrada y de las mensuales atrasadas; el socio argen-
tino está exonei'ado de las cuotas mientras |)iesta servicio militar, pasado el
cual debe comunicai'lo á la Sociedad.
Los socios tienen dcrecbo á un so(*()i-ro pecuniario, en caso de i)crder la
coloí.'acion que bubiesen teiiid(^, en esta forma y sol») durante tres meses.
De $ 1,50 á los de I"" (•atcgoría
.. M 1,00 « 2^
n M 0,í)0 « ;3*
pero siempre (luejustili'iuen la enfermedad ó causa que les privó déla ocu-
pación 6 colocación (pie tuvieron.
Los enfermos go/an, durante \vcs meses ó mas, de estos socorros:
3 l,í)t) para los de la 1* categoría
•' 1,'i'í) »' i^" »'
Al íiue fallece se le costea el ataúd, un carro fúnebre de segunda clase,
tres carruajes de acompañamiento, la sepultura y un [ierjueno subsidio á la
familia -'necesitada) de cuarenta centavos durante seis meses.
— 233 —
La Sección de Instrucción comprende el Instituto Mercantil, biblioteca y
gabinete de lectura.
Los socios pueden ser numerarios y honorarios: los primeros deben abo-
nar una cuota de dos pesos por entrada y dos por la mensual — los numerarios
que cursen las clases del Instituto deben pagar 0.50 centavos mensualmente, —
los honorarios que presten su concurso en el profesorado la cuota que les pa-
rezca conveniente, á voluntad — son separados de esta sección aquellos que
observan mala conducta y poca aplicación al estudio, ó bien dejen de abonar
tres mensualidades consecutivas sin justiñcacion.
El gabinete de lectura está á disposición de todos los socios con todas las
colecciones que se formaren de los diarios y periódicos que pueda costear el
Consejo, de la misma manera que la biblioteca, pero sin tener no osbtante el
derecho de extraer del establecimiento ninguna obra ni publicación, quedando
do por el contrario obligados á donar algún libro. También se enseña en este
instituto la Geografía física y política, historia general del comercio, derecho
mercantil, italiano, geografía astronomía y económica política.
Los que deseen ingresar en él, previa solicitud determinando curso y
asignaturas á que obtasen, solo deben abonar los útiles de enseñanza y los
libros de texto.
El Consejo Directivo entiende en todo lo pertinente á la Sección de Ins-
trucción y á su dirección y administración.
Se compone de: Director, Sub-Director, Secretario, Pro-Secretario, Teso-
rero, Bibliotecario é Inspector.
INSTITUTO AGRONÓMICO VETERINARIO <">
Este Instituto, nacido á la vida pública, durante la administración pro-
gresista de uno de nuestros gobernantes mas ilustrados y emprendedores, se
ostenta majestuoso y omnipotente en la Capital de la Provincia de Buenos
Aires, ora por su capacidad científica, organización y fines, ora por su
capacidad económica, resultados prácticos y la dilatación de su esfera de
acción.
El desarrollo y progreso crecientes que le impulsan en el mejor y más
fácil desempeño de sus múltiples miras, le han colocado en la cima de la
(i) Esta institución se ha colocado entre las sociedades y asociaciones por no ser un establecimiento
nacional; ha sido planteado por el Gobierno de la Provincia, está en su territorio, manteniendo en esta
Capital solo el asiento de su Comisión Directiva.
3o
— 234
aspiración nacional, haciendo una sólida realidad del ideal de educar á
nuevas generaciones en los conocimientos teóricos y prácticos de las indi
trias agrícola y ganaderil, que no por ser las preerainenles y únicas enj
territorio argentino han dejado da servir en el universo entero casi como
único sustentáculo de lodo pueblo constituido.
Esas dos industrias que por sí solas elaboran la riqueza nacional y pu<
servirde pauta para medir las fuerzas económicas de las colectividades po|
tosae, comprenden cuestiones trascendentales cuya solución favorable es
fuente de incesante producción que promueve toda clase de mejoras y peri
cionamientos, atrayendo hacia si el concurso de capitales enormes y el fa'
y voluntad de las naciones .que presencian nuestro progreso.
Nuestros hombres públicos han comprendido la urgencia de dotar al
coü institutos de esta naturaleza para garantir los intereses de la riqui
pastoril, familiarizando ai agricultor y ganadero con los conocimientos teóni
Y prácticos que sus hijos propagan en el curso de sus estudios y que ponen en
evidencia en el campo del' ensayo.
El plan de estudios es vasto y el cuerpo de profesores organizado p
dictar las materias no pueda ser más competente, habiéndose contratado
mayor parle en Europa de aquellos cuya reputación era universalmoi
reconocida en la ciencia de la agricultura y del arte veterinario.
Con esta Instituto se han salvado indudablemente aquellas industi'ii
porque él dará ó formará hombres de sólida instrucción que llevarán ese gi
caudal de conocimientos á !ós últimos ¡Ingulos de nuestro territorio, ppi
diendo en las faenas rurales ia ejecución de los preceptos científicos.
Sise considera que funciona desde el afio de 1883 y que aun no ha tenido
tiempo de producir los beneficios consiguientes á su objeto, debemos ver en él
forzosamente un nuevo horizonte á la inteligencia, ala producción y á la pej
facción de los factores de! engrandecimiento social.
La juventud puede entregarse de lleno á esta nueva clase de estudií
segura de obtenerlas recompensas de sus desvelos á la par que hará por
saber un beneficio inestimable al país.
Los estudios teóricos reciben inmediata aplicación en los campos
ensayo que posee el establecimiento de su propio seno, observando minu-
ciosamente las diversas especialidades de cada cuestión en su parta técuica
como los caractci'es exteriores en la física ó práctica.
El estudio concienzudo y completo que se dará en él á los alumnos y
interés que estos desplegarán en hacer efectivo el bion anhelado, nos permlj
fundar halagüeñas esperanzas en los dias que le están reservados á nuesti
país.
1 en
I
ido
nél
— 235 —
El Harás comprende un edificio destinado al alojamiento de animales
finos importados y otro para las hembras destinadas á ser fecundadas y que
serán mantenidas á pesebre.
La casa de administración del Harás, en la] que hay un departamento
para servir de alojamiento á animales enfermos de males contagiosos.
Otro edificio para depósito de máquinas y forrages.
Baño de inmersión ó de duchas y de natación para los animales.
Jardines y potreros, divididos los últimos para colocar por separado .los
animales finos con los de trabajo, y las hembras destinadas á la fecunda-
ción.
Los diversos servicios del Harás son desempeñados por «veinticinco
personas cuyo sueldo mayor es de $ 220 y el menor de 8 1^"^-
El costo de los galpones construidos en el Harás* ha alcanzado á la
suma de ^'20.000 que con los aumentos practicados últimamente resulta de
^ 32.000.
El edificio construido en la Plata para el Instituto ha costado ^ 60.000 —
posee una biblioteca que consta de 1500 volúmenes más ó menos, los cuales
versan en su mayor parte sobre agronomía y veterinaria.
Los gabinetes de física y laboratorio químico son completos y de gran im-
portancia, tanto por la calidad de los.instrumentoscomo por la abundancia de
los aparatos destinados á la experimentación práctica.
La chacra modelo destinada al estudio práctico de la agricultura, en laque
los estudiantes investigan paso á paso las modificaciones y progresos de la
planta así como las enfermedades que la afligen, las ventajas del abono, la na-
turaleza del suelo, los beneficios de la irrigación, etc., la aplicación de los ins-
trumentos de agricultura, estaciones de las siembras ó plantación, influencia
del frió, etc., etc., comprende un terreno de 400 cuadras, para cuyos diversos
servicios cuenta con un personal de 37 empleados, de los cuales el que mayor
sueldo recibe es de $ 124 y el menor $ 18. Huerta, jardines y quinta posee
el mismo establecimiento para servir de práctica á los alumnos, desempe-
ñando las faenas consiguientes once individuos, cuyo sueldo mayor es de $ 40
y -de $ 18 el menor. También existe una gran viña servida por cinco peones,
sueldo mayor $ 40 y 18 el menor. Un conservatorio de vacuna servido por seis
personas, sueldo mayor $ 85 y menor 20. Un hospital de clínica con cinco em-
pleados, sueldo mayor $ 200 y menor 20; una estación agronómica con cuatro
personas, sueldo mayor 100 y menor 20: y por fin, IG individuos para toda clase
de servicios, sueldo mavor 70 v menor 10.
El presupuesto de gastos está calculado en 175.000 $.
Posee el establecimiento un dormitorio con capacidad para 200 alumnos.
El Instituto comprende un terreno de 887 cuadras de las cuales utiliza 400
en los objetos de su ministerio y arrienda temporalmente el resto, hasta que el
ensanche que él reciba le pongan en aptitud de extender los servicios á su
cargo.
— 236 —
El personal técnico del establecimiento e.stá conripuesto de un Rector (pro-
fesor también,) y veintiún profesores cuyo sueldo mayor es de 310 y menor
de 90.
El cuerpo administrativo se comimne de 34 personas do servicio, sueldo
mayor 320 y menor 20.
• El Harás se abrió con los siguientes animales reproductores:
El Plata f caballo de carrera.
La Paraná y La Uruguay^ yeguas de carrei'a.
El Rio 'Ncf/rOy padrillo de raza Trakehncn.
El Ncuqnen^ padrillo de ra/a Suffolk Puncb.
La Limay^ yegua de raza Suffolk Puncb.
El Bermejo^ toro de raza Durliam.
El Pilcomayo^ id. id.
La Queque fi y la Carcarahá, vacas de raza Durham.
El Salado, toro de raza Hereford.
La Ibera y Ifuanacac/te, vacas de raza Hereford.
El Af/rio, toro de raza PoUed Angns.
La Nalmel-lhiapl y Guadalupe, vacas de raza PoUed Aiicrus.
Y por fin, varios otros sementales de diferentes razas y algunos de carne-
ros y ovejas finas, razas Negrctto, Lincoln y Kanibouillct.
Durante los pocos meses del ano 1883 en í|ue la Cbacra pudo emprender
algunos trabajos agrícolas, se logró- cultivar ciento seis cuadras cuadradas,
cuyo detalle es como sigue:
De centeno 1 iiuadra cuadrada
» maiz 35 )) »
» trébol colorado 4 •> »>
* avena 12 •» »
» cebada 4 » >»
» mirasol 1 » »
» papas 2 » »
)) sorgo 2 )> »»
» vina 12 » »
» almacigos * 3 » »
» alfalfa 30 » »
A pesar de que las cosechas fueron malas, |)udo recogerse 3400 kilos de
centeno, 14000 de cebada y 100000 de maiz, habiéndose perdido la mayor parte
de las demás sementeras, azotadas por una tormenta de piedra que destruyó
también la viña.
— 237 —
En el año 1884 se cultivaron 156 cuadras cuadradas, agregándole huerta,
nionte y jardines.
El servicio animal de la Chacra se compone: 49 bueyes, 12 vacas, 21
caballos y 42 yeguas de tiro y reproducción.
El Harás, cuyo objeto es el mejoramiento de las razas de las especies ca-
ballar, bovina, ovina, etc., recibe también los animales finos que se le remiten
para ser servidos por los reproductores del Establecimiento, cobrando por
dicho servicio pequeñas cuotas variables según la especie.
El movimiento de reproducción ha sido el siguiente:
El semental de carrera « El Plata » sirvió en el período de 1883-84, dos
yeguas puras del Harás y 21 de particulares — 17 puras y 4 mestizas — dando
las primeras sus crias respectivas y 18 de la? últimas; de 1884-85 sirvió 33
yeguas de particulares — 22 puras y 11 mestizas y 3 yeguas puras del Harás.
El semental « Rio Negro » de tiro liviano raza Trakehnen, sirvió del 82 a'
83, 27 yeguas de particulares, y 8 de la Chacra— del 83 al 84, 24 de particulares,
1 pura del* Harás y 10 de la Chacra.
El semental «Nauquen» de raza Suffolk-Punch para tiro pesado, sirvió 18
yeguas de particulares y 10 de la chacra en el período de 1882-83, y 15 de parti-
culares, 1 pura del Hará? y 10 de la Chacra en el de 1883-84.
El Harás cuenta con 13 animales puros de la especie caballar divididos en
esta forma: 6 de raza de carrera: El Plata, la Paraná, la Uruguay, la Lady
Golíghtly, Caseros y Colonia — 3 de raza Trakehnen: El Rio Negro, la Huér-
fana y Catalina — 4 de raza Suffolk-Punch: El Nauquen, la Limay, la Bacacay
y Caaguazú.
De la especie bovina cuenta con 19 individuos: 3 toros, 2 vacas y 2 terne-
ros, raza Durham — 2 toros y 2 vacas, raza Hereford — y 2 toros, 3 vacas y 3 ter-
neros, raza Polled-Angus.
Últimamente ha encargado á Europa la compra de varios animales para
anmentar la dotación y responder mejor á las miras de perfeccionamiento
animal que tiene por objeto el Harás: toro y vaca de raza lechera, burros para
la cria de muías y una yegua y un caballo árabes para promover ventajosas
cruzas.
Para el pastoreo de toros cuenta el Harás con 8 potreros cercados de seis
alambres y medios postes de ñandubay, colocados á una distancia de tres
metros, habiéndose abierto calles de siete metros de ancho para separar los
potreros entre sí, tiene también 2 potreros para el pastoreo de yeguas y po-
trillos finos compuestos cada uno de una extensión de 10,000 metros.
— 238 —
El Instituto Agronómico Veterinario de la Provincia do Buenos Aires
en Santa Catalinn, compronf.lc también un conservatorio do vacuna animal,
que tiene por objeto el cultivo y la aplicación del virus profiláctico de la vi-
ruela, una (lo las enfermedades i|ue se desarrolla con mas fuer/a entro
nosotros.
La cantidad del virus recolectado lia sido suficiente para llenar 14012pla-
cas V 2V¿ tubos.
MI conservatorio ha provisto en fjranflos cantiílades ü los Consejos do
Hip:icne Nacional y Provincial, Dirección de la A^isten<íia Pública, Círculo
Médico Arí^entino y cstal)lecimientos do caridad, del virus requerido á objeto
de la vacunación.
Hasta la focha se han inoculado ÍOO terneros, oi)eracion que so verifica en
/lepartamento wlhoc, especiales, observando un procoílimiento .sencillo v
provechoso.
Mantiene relación con los. Conservatorios de la Haya, Ról^íica y Ñapóles,
y proporciona vacuna al Brasil, He|H'iblica Oriental y Perú.
l>ol Ko^lamonto (icl Instituto cnti-esacamos:
MI Instituto comprendo: lacnsofian/a de la agroii()mí;i, lado la veterinaria,
In osia(*ion a.^ronóm¡ca, l.i repr«.Hlncci<)n do animales y el conservatorio de
vacuna íinimal.
l'na (/omisiíHi Dii-O'Miva ••onipu(v-;la jIo un ProsifliMite y siete Vocales admi-
nistra y |)ros¡do Ins divor>as fuin*ion(vs del ostablocimionti\ resuelve los asun-
tos do adniinislracion. t-.»iist¡tuyo Consojoi-on la incorpoi-acion de jn'ofesoresy
demás cnorjio doconto, <*oiic(m1o bo<'as, dosiituye ó suspende á cualquier em-
pleado, formula el [íresiipuestD de f^nstos y pi'osenta una Memoria anual sobre
la man-ha general del Instituto, ot(\,otc.
Un Intendente esol i-e|>resentante de esta' Comisión y jofe inmediato de
tí)dos los empleados.
El servicio médico os gratuito para alumnos y enipleados y descmpeflado
por un mí'dico á las ór(lenes de aquel, debiendo llevar estadística circunstaa —
ciada de dicho servicio, anotando las pai'ticularidades del caso.
La administración y dirección de la ensefian/.a pceneral cstAn á cargo d(
un Rector y es desenq»onada |)oi* un cuer|)o de profesores especiales ei
(*ada materia.
Un alumno i)ara ingresar debe haber cumplido 10 anos do edad, pn
sentar testimonio do su moralidad y conducta intachable y estar prepí
rado en los conocimientos exigidos por el examen de ingreso.
Los alumnos pueden ser j^ensionistas, medio pensionistas y becadut \
— 239 —
■
pagando los primeros una suma anual de 300 pesos por la enseñanza, más
todos los gastos que hicieren en libros, útiles, etc., del establecimiento,
veníicándoto por cuartas partos en el ano en c¿ida trimestre.
Los becados lo reciben todo grati* y ningún alumno puede cursar de
uno á otro año sin haber rendido examen aprobado y completo de cada
materia.
Dos exámenes consecutivos reprobados y del mismo curso determinan
la expulsión del educando.
El laboratorio y gabinetes, biblioteca y museo, todo está á la disposi-
ción de alumnos y profesores y, administrados por empleados especiales
responsables de los útiles ó instrumentos respectivos á su cargo.
Lo*5 exámenes de ingreso son escritos y orales y comprenden: idioma
nacional— geografía — historia — aritmética — álgebra — geometría — trigonome-
tríay ciencias naturales.
Con la apertura de las vacaciones empieza la época de la práctica en
los diversos cuidados y conocimientos sobre agronomía y Yeterinuria diri-
gidos por los profesores respectivos.
El Instituto cuenta además con una estación agronómica destinada á
investigar científicamente los fenómenos de la naturaleza, así como las
semillas, condiciones climatológicas y enfermedades de las plantas, estudiar
las tierras y' los procedimientos para mejorarlas, etc., etc.
Un conservatorio de vacuna animal que tiene por objeto conservar y
cultivar el cow-pox, su propagación gratuita sea por inoculaciones directas
ó por remisión del virus.
Tiene también un órgano especial denominado «Anales del Instituto
Agronómico- Veterinario, cuya redacción está confiada á los catedráticos
del Instituto y de toda persona de reconocida competencia en ambas mate-
rias, estudiando y dilucidando las cuestiones rurales bajo el punto de vista
práctico y científico y propagando los conocimientos mas útiles y ventajosos,
los mas modernos y prácticos en su aplicación.
La enseñanza escolar está dividida en cuatro cursos cuvas materias
de estudio, ya para la agronomía como para la veterinaria, son las,
siguientes:
PRIMER AÑO
Agrónomos Veterinarios
Francés. Francés.
Dibujo.
Anatomía descriptiva.
Disección.
Anatomía descriptiva.
Disección.
Física y metereologla. j Física y metereolog^a.
Química general. I Química general.
Botánica. I Botánica.
Herborización. | Herborización.
Mineralogía. • Mineralogía.
Zoología. . , Zoología.
Matemáticas.
240 —
SEGUNDO AÑO
Agrónomos.
Dibujo.
Anatomía descriptiva.
Disección.
Fisiología.
Micrografia.
Agronomía.
Práctica agrícola.
Mecánica.
Hidráulica.
Química analítica.
Arte de herrar. -
VliTERlNARIOS.
Anatomía descriptiva.
Disección.
FisioloíJfía.
Micrografia,
Agronomía.
Práctica agrícola.
Lección teórica del arte de herrar.
Ejercicios del arle de herrar.
TERCER ANO
AORÓXOMOS.
Dibujo.
Agronomía.
Química agrícola.
Práctica agrícola.
Zootecnia.
Genio Rural.
Economía rural.
Química analítica.
Industrias agrícolas (tecnología).
Arte de herrar los animales.
Exterior de los animales domésticos.
Ejercicios prácticos de zootecnia.
Vkterixarios.
Agronomía.
Clínica. .
Patología especial.
Materia medica.
Farmacología.
Economía rural.
Anatomía topográfica.
Medicina ojxíratoria teórica.
Medicina T)peratoria práctica.
Manipulaciones farmat^eiiticas.
Ejercicios del arte de herrar — Lección teórica
del arte de herrar.
Exterior de los animales domésticos.
Anatomía patológica.
CUARTO AÑO
Agrónomos.
Dibujo y redacción de proyectos.
Agronomía.
Economía rural.
Química analítica.
Industrias agrícolas.
Enfermedades de las plantas.
Entomalogia agrícola.
Contabilidad agrícola.
Práctica agrícola.
Geografía y estadística agrícola.
Física industrial.
Construcciones Rurales.
Riegos y Drenaje.
Topografía.
Arboricultura.
Veterinarios.
Agronomía.
Economía rural.
Zootecnia.
Patología quirúrgica.
Medicina operatoria práctica.
Clinica.
Obstetricia.
Inspección de las carnes.
Policía sanitaria y medicina legal.
Ejercicios prácticos de zootecnia.
Manipulaciones farmacéuticas.
Ejercicios del arte de herrar.
Ejercicios ó manipulaciones de obstetricia.
^ 241 -
SOCIEDAD PROTECTORA DE LOS ANIMALES
La ausencia de esta institución en un país culto y civilizado importa un
ultraje casi humillante ala sociedad que la rechaza ó no le presta la protección
que merecen sus fines humanitarios.
Los espectáculos de sangre, de barbarie y de sentimientos perversos de-
sarrollados plenamente en la vía pública, son actos que las leyes, la moral y el
corazón humano rechazan con horror y piden un castigo severo para los cul-
pables ó ejecutores, porque infieren la condenación d^ todo sentimiento noble
y piadoso y la más abyecta abominación por los sagrados principios en que
reposan esencialmente el respeto y la dignidad de las sociedades colectivas:
la cultura y la moralidad.
Si los hombres en sus relaciones sociales son castigados por las leyes,
cuando quebrantan el orden material ó moral de los pueblos, para garantir la
estabilidad de los gobiernos constituidos, ¿porqué la justicia humana no ha de
castigar con severidad la crueldad de los hombres ejercida sobre sores irra-
cionales, incapaces de defensa, si aspira á engalanarse con los atributos de su
misión eminentemente civilizadora?
La cultura y moralidad de los pueblos, son la base fundamental en que se
apoya su existencia social y política, y cuando una cualquiera de ellas se
aparta del camino que le señala el progreso humano, una relajación depri-
mente invade á la otra, prostituyendo las virtudes que la alimentaron en los
momentos de mayor esplendor.
Hermanadas por sus fines é impulsadas por unos mismos principios, la
una es el complemento de la otra y ambas la suprema perfección délas facul-
tades humanas.
El establecimiento de estas instituciones es aclamado con entusiasmo por
las colectividades, porque comprenden que traen consigo el perfeccionamiento
de nuestros usos y costumbres, los sanos principios de moral que comprimen
los actos de barbarie y de vergüenza, y finalmente, que encamina al corazón
dando dirección á sus impulsos y sentimientos para obrar el bien ge-»
neral
La de Buenos Aires nació á la vida pública precedida por la estigma y el
ridículo general, una atmósfera de desaliento y de desprestigio inficionándola
aspiración general abatía los espíritus más fuertes, y cuando todo parecía sei*
envuelto por el desencanto y la indiferencia, la Sociedad se constituyó y ani-
mada del propósito firme de interceder por la suerte y buen trato de los
irracionales, desplegó su actividad con un entusiasmo lleno de fé en el por-
venir.
La vida laboriosa que desempeña entre nosotros para cumplir el progra-
ma de sus aspiraciones humanitarias, es la prueba elocuente de que espera
3x
■ 242 -
con resignación el fallo de los enemigoa que la ullrajaron, anonadadi
al presente con los frutos recogidos por su incesante obra de bien y pn
teccion.
Preocupada profundamente en introducir las mejoi'as y reformas tenden'
tes á aliviar el trato que se dá á los anímales y hacerles más soporlables la*
fatigas de la faena diaria, la Sociedad colocará en breve fuentes-abrevaderos
encargados á Londres para ofrecer al hombre y á los irracionales el agua que
reparará sus fuerzas físicas y forttñcará el ánimo para continuar el trabajo
empezado.
El concurso que le presta ia Policía es eficaz é inmediato, y es principal-
mente á la actividad con que ha obrado para castigar á los inhumanos que se
ensañan con las victimas inocentes é inofensivas, que se debe el respeto y flfl
mejor trato que se observa hoy con los animales. m
Sus relaciones en el extranjero con sus congéneres la ponen en conocí^
miento de las reformas yadelantos promovidos así como del perfeccionamien-
to de los elementos materiales empleados para ejercitar la protección. El
contingente que ellas le prestan robustecen su acción y suprimen viejas prác-
ticas rutinarias.
Veamos ahora el movimiento y actividad de esta Socieead durante el ai^(
1885; ciento sesenta y nueve casos de protección tuvieron lugar y catorce
nuncias hechas por sus miembros.
Los primeros comprenden ia protección que se observó en los casos á¿
maltratar inliuraanamenteá caballos y otros animales, cargarlos con exceso
ó por hacerlos trabajar enfermos 6 heridos, negarles alimento ó herirlos
cruelmente con diversos intrumeiitos.
Los ejecutores lodos fueron inmediatamente aprehendidos por la Policía &
solicitud de la Sociedad; el numero de socios que ia componen hoy hace esj
rar que la protección se ejecutará aun en los más apartados punios del Muí
cipio.
Los fondos que sostienen la conservación de este núcleo constituido de
[ hombres abnegados son todavía nnuy exiguos, porque si bien es cierto que el
publico le hacede vez en cuando alguna donación, cuando esta no se producí
queda entregada á sus propias fuerzas, es decir, al producido de ias cuotas,
sus miembros y una pequeña subvención del Gobierno.
Sin embargo, su estado económico lejos de inspirar desconfianzas haci
abrigar la idea consoladora de que prouto podrá contar con un capital sufi-
ciente para atender las verdaderas necesidades de la población en lo que se
reñere ú la protección de los animales: sus miembros, alcanzaron en 1885 á la
cifra de quinientos, estoes, dos veces mas que en el año anterior, y si en esta
misma proporción continúan aumentando en !o sucesivo sus elementos di
acción habrán adquirido entonces una basesóliday positiva.
Su estado económico hasta Octubre 1° de 1885 lo revela el siguiente
lanoe:
año
eso
•los
^fa &
!sp^_
""I
o de
le el
luc^^
— 243 —
LA CAJA DE LA ♦SOCIEDAD ARGENTINA PROTECTORA de los ANIMALES^»
D'JE B E
1884
Nbze. 1»
1885
Enero 1*
^ •»
A saldo existencia en el
Banco .i
« Cobro de cuotas por No-
viembre y Diciembre...
n Donaciones ^or diplo-
mas, id. id. ■
>•••«•••
A cobro de cuotas hasta
Setiembre 30
. Donaciones por diplo-
mas, id. id.
, Subvención del Gbno Na-
cional coirespondiente
al presente año
. Intereses del Banco bas-
ta Setiembre 30
3 700 61
„ 148 80
, 5862
HABER
1884
Nbre. 1»
$ «06 03
S 1000 10
356 90
600-|
14 39' n 1971 39
i
Por compra de mueble? s/r
.. avisos 6 impresiones ^
., Donación voluntaria
de la a D. & D. Carlos
Capurro .,
., Castos de Secretaría
hasta Diciembre 31 .. .,
^ Comisión al cobrador,
Ídem ,
^ Alquiler de casa, des-
de 18 Noviembre, has-
ta Diciembre 31
1885
Enero 1®-
Por compra de muebles ^
.. — « avisos é impresiones „
., — . Gastos de Secretaria
y Asente hasta Se-
tiembre 30 „
, — ., Comisión al cebrador.
Ídem n
. • „ Alquiler de casa has-
ta Setiembre 30 „
. — ., Sueldo del Agente,
desde Abríl hasta Se-
tiembre 30 „
, — ., Teléfono Gower-Bell
desde Abríl hasta Oc-
tubre ,
, - — ., Gasto de 43 carrua-
ges en el día de la
manifestación „
Sbrc. 30 — Por saldo en el Banco. -
300 80
157 -
^Ti —
34 57
31 12
56-1$ 604 4{t
1865 — Octnbre 1» Existencia en efeetivo en el
Banco : $ 815 — \
21 501
237 50
, 223 73
, 20320
. 360-
240 —
45 -
129 -
815 —
^2274 93
- ¡$2879 42
Del Reglamento que rige hoy esta Sociedad estractamos lo que á su
organización y obligaciones de los socios respectivos corresponde.
Son sus propósitos prevenir la crueldad para con los animales y propen-
derá su buen trato y estimación, empleando para la realización de estos fines
todos los medios posibles que aseguren la existencia de la institución y la efi-
cacia de sus esfuerzos.
Está representada por una Comisión Directiva compuesta así: un Presi-
dente, un primer y segundo Vice-Presidente, un primer y segundo Secreta-
rio, un Secretario corresponsal, un Tesorero, un Pro-Tesorero, un Bibliotecario
y seis Vocales.
Pueden reunirse extraordinariamente sus miembros, pero están obli-
gados á hacerlo trimestralmente á objeto de discutir sobre los verdaderos
intereses de la Sociedad.
Son socios cualquier persona mayor de edad sin distinción de naciona-
lidad ni sexo, y asimismo los menores de edad con aprobación de los padres,
y que acepten las responsabilidades creadas por los Estatutos — hay cuatro
clase de socios: fundadores, activos, honorarios y corresponsales.
Los primeros son aquellos que se inscribieron en el Registro de la Socie-
dad durante todo el año de 1884 y hubiesen satisfecho la cuota correspon-
diente.
Activos, todos los socios que ingresen á la Sociedad; con los mismos dere-
chos y privilegios que los anteriores.
— 244 —
Honorarios: el Presidente de la República, los Gobernadores de Provincia,
los Presidentes do las Cámaras LcgislatiTas, de los Tribunales de Justicia,
de l'as Municipalidades, do las Sociedades Rurales, los Jefes de Policía y
finalmente aquellos í[UC á juicio de la Comisión, hubiesen prestado distinguidos
servicios á la Sociedad.
Corresponsales los que dentro 6 fuera del país, cooi)erasen al mayor brillo
V soslcnimiciito do lainsfituíMon.
Los fundadonís y activos, mayores do edad, pagan 0,5() mensualmente
por trimestre adelantado y dos posos al rocil)ir el diploma.
Para ser socio, las personas que lo soliciten deben ser presentadas por
uno ó dos miembros de la Sociedad — la Comisión Directiva admite ó rechaza
la solicitud.
Los socios contribuyentes al inscribirse y recibir el diploma deben dona
una suma no menor de un peso, perdiendo el carácter de tales los que n
hubiesen pagado tres trimestres vencidos ú ob.servasen una conducta censu
rabie y desdorosa.
En la primera semana de Octubre de cada año se celebra una Asamble
General para informarse de los trabajos practicados y hacer la eleccio
de los miembros que reemplazan á los salientes de la Comisión Directiva.
La Asamblea so constituye con la torcera parte del número total de Ic::::;^©
socios contribuyentes 6 con cualquier número si la citación s-í ha hecho p^::^;.
segunda vez, tomándose los acuerdos por simple mayoría do socios contriU ^.
yentes presentes.
En la Asamblea General se procede al nombramiento de la Comisio/i
Directiva, sorteándose cinco do sus miembros — los salientes son ree/e-
gibles.
El Presidente es elegido por la misma Asamblea á mayoría de votos y
por medio do votación secreta — los Vico-Presidentes y demás funcionarios,
son electos por la (Jomision y también por votación secreta.
Para la Comisión Directiva son elegibles los socios contribuyentes de
mayor edad, incluso las señoras — los menores de edad no tienen voto ni pueden
usar de la palabra.
Son atribuciones de la Comisúm Directiva: dirigir los trabajos de la Socie-
dad, administrar sus fondos y decidir sobre la admisión ó expulsión de sus
miembros ó socios — nombrar los socios que deben constituirse en comisiones
especiales 6 juris, los empleados necesarios y los socios honorarios y corres-
pon.sales — presentar la memoria anual do los trabajos.
Cualquier miembro que falte tres veces consecutivas, sin justificación pro-
bada, es declarado suspendido en sus funciones.
El Presidente es el representante de la Sociedad en todos sus actos y son
sus atribuciones: presidir las Asambleas y la Comisión Directiva, dirigir las dis-
cusiones, anunciar el resultado de los escrutinios, firmar los diplomas y los
documentos de aquella y autorizar el pago de los gastos acordados — en su
— 245 —
ausencia es reemplazado por el primer Vice-Presidente con las mismas fun-
ciones.
Los Secretarios refrendan la firma del Presidente, hacen y computan los
escrutinios, levantan las actas de las sesiones, cuidan de los libros de actas y
de correspondencia y dan cuenta ala Asamblea de los trabajos hechos por la
Comisión Directiva.
El Tesorero tiene por atribuciones: ser el depositario de los fondos de la
Sociedad, firmar las cuentas á cobrar, depositar los fondos en el Banco de la
Provincia á la orden del Presidente, pagar las cuentas que ordene la Comisión
Directiva y presentar en las reuniones trimestrales un balance general del
estado délos fondos de la Sociedad.
COLEGIO NACIONAL DE ESCRIBANOS
Esta institución creada por la iniciativa de unos pocos escribanos im-
pulsados por el deseo de uniformar la acción y dignificar la profesión de este
gremio, se ha visto poco después poderosamente secundada por la cooperación
que ha recibido con la propaganda é incorporación de los mismos miembros
que dudaron de su existencia y conservación y por consiguiente, que se abstu-
vieron de formar parte de ella, desde las reuniones preparatorias en que se
discutíalas bases de los estatutos reglamentarios.
Hoy los elementos que la sostienen bastan para asegurar su vida colecti-
va y la laboriosidad desplegada por sus miembros la han colocado en una
altura honrosa, extendiendo notablemente sus relaciones de acuerdo con los
propósitos que persigue.
El 21 de Mayo de 1886 quedó definitivamente fundado este colegio.
El número de socios activos que cuenta en la actualidad es de 126 y de 33
el de honorarios; posee una biblioteca que, si bien no es rica, encierra obras
importantísimas de derecho de autores eruditos — ella se compone de ciento
veinte y siete obras comprendidas en cuatrocientos ochenta volúmenes. Los
salones de este centro han recibido últimamente una notable mejora: el mobi-
liario antiguo ha sido sustituido por otro nuevo y de lujo, mas conforme con el
carácter de la asociación, pero sin inferir erogaciones ó gravámenes chocan-
tes á su situación económica — las entradas, provenientes de las cuotas de los
socios, cubren fácilmente los gastos administrativos del Colegio, y aun se pro-
ducen pequeños sobrantes que se incorporan al fondo metálico depositado en
el Banco — el 31 de Agosto de 1886 poseia el Colegio en el Banco la suma de
$ 2.149.
Está suscrito á publicaciones periódicas, folletos y á algunas obras impor-
tantes— el refuerzo recibido por la Biblioteca consiste en estas publicaciones y
— 246 —
ol cange quo sostiene, pero en breve debe ser aumentada con obras interesan-
tes que se comprarán al efecto.
De los Estatutos y Reglamento de esta asociación estractamos lo que sigue:
La Asociación debe residir en la ciudad de Buenos Aires y son sus princi-
pales propósitos mantener y fomentar el espíritu de asociación entre todos ios
escribanos en ejercicio, estrechando los vínculos de amistad y fraternidad,
propender á su mayor ilustración y consolidar la fé y confianza depositada en
ellos, celebrar conferencias y confeccionar trabajos que tiendan & enriquecer
los conocimientos adquiridos y defenderse mutuamente en los casos que lo
requiera la profesión.
Los socios deben reunir las siguientes condiciones: ser escribano en
condiciones de ejercer la profesión, ser presentado á la Comisión Directiva por
escrito y firmado por tres socios activos, sin haber recibido la tacha alguna
presentación durante los ocho dias subsiguientes.
Son sus deberes: abonar diez pesos por ingreso y un peso y veinticinco
centavos por cuota mensual adelantantada — respetar y cumplir los Estatutos, el
Reglamento y toda disposición emanada del cuerpo — cooperar al adelanto de la
Asociación y desempeñar las comisiones que se les encomiende — poner en
conocimiento de la Comisión si tiene un practicante á su lado, expresando su
nombre, edad, nacionalidad y la fecha en que entró á practicar, dando cuenta
en el momento do interrumpir dicha práctica y pagando cuarenta pesos de
multa los que contraviniesen esta última disposición — socorrerse mutuamente
en circunstancias adversas — asistir A kis asambleas, etc., etc.
Los socios pueden inspeccionar los libros de actas, correspondencia,
contabilidad y tesorería, en presencia del encargado respectivo — pedir cuenta
de sus actos ii la Comisión Directiva — pedir la convocación de Asambleas extra-
ordinarias, expresando el objeto y suscribiendo la solicitud diez socios por lo
menos — proi)oner socios activos y honorarios y los proyectos que se conside-
rasen de utilidad para la Asociación, etc., etc.
Tres socios activos i)ucden pedir por escrito la expulsión de un consocio.
Pasados tres meses sin abonar la cuota correspondiente queda declarado
cesante cualquier socio, y expulsado de la Asociación si cometiere actos in-
dignos y deprimentes.
Socios honorarios pueden ser los abogados de la República ó cualquiera
otra persona que hubiese prestado notorios servicios á la Asociación, v tam-
bién los Escribanos de centros congéneres en que fuesen considerados como
honorarios los miembros del Colegio Nacional de Escribanos.
Los socios honorarios son presentados por diez socios activos por escrito
dirigido á la Comisión Directiva, la cual lo presenta á laAsamblea — tienen voz
en las deliberaciones, pero carecen de voto.
: j. La Comisión Directiva se compone de un PresideHte, Vice-Presidente,
Secretario, Tesorero, Bibliotecario y seis Vocales, y es nombrada por la
Asamblea á mayoría de votos — dura un año en ejercicio de sus funciones y
— 247 —
ningún miembro puede ser reelegido — es electa con treinta dias de anticipa-
ción— una comisión especial compuesta de dos socios se encarga del escru-
tinio y proclamación del resultado de la elección.
Son deberes y atribuciones de la Comisión Directiva:
Cumplir y hacer cumplir las disposiciones del Reglamento, de la Asam-
blea, Comisión Directiva y los Reglamentos, etc.
Hacer colocar en sitio visible el nombre del aspirante á socio por ocho
dias durante los cuales deben presentarse por escrito las observaciones que
sobre él tuviesen que hacer los socios — por lo menos debe reunirse una vez
porsemana— dictar medidas para conservar el orden — nombrar los empleados,
sa«^penderlos ó destituirlos y fijar sus sueldos — organizar los tribunales de
apelación — votar los fondos necesarios para costear el servicio fúnebre por
fallecimiento de algún socio — expedir los diplomas de socios activos y hono-
rarios— organizar conferencias — proponer á la Asamblea las reformas que
considere de conveniencia — promover la formación de Colegios de Escri-
banos en las Provincias y sostener comunicación con estos y los que existan
en el extranjero de igual género — concurrir en corporación á reuniones 6 de-
mostraciones públicas para que fuese invitado el Colegio.
Son deberes y atribuciones del Presidente: representar al Colegio en los
actos que se relacionen con él — presidir las Asambleas y las sesiones de la
Comisión Directiva — tiene voto en caso de empate y puede hacer uso de la
palabra delegando su puesto — firmar la correspondencia — presentar un infor-^
me semestral de la marcha del Colegio — firmar con el Tesorero las libranzas
al Banco y con el Secretario las órdenes de pago de gastos ordinarios — orde^
nar la impresión de las conferencias ó lecturas que se diesen en el Colegio—^
acompañado del Secretario gestiona ante los Poderes Públicos — dirige las dis-
cusiones, fíjalas votaciones y proclama las resoluciones de la Comisión y déla
Asamblea — sostiene y hace cumplir las prescripciones del Reglamento y
Estatutos.
El Vice-Presidente reemplaza al titular en los casos de ausencia, enferme-
dad y si por muerte, suspensión ó renuncia, hasta el nombramiento del
propietario.
Son deberes del Secretario: redactar las actas y correspondencia, cuidar
los archivos y citar á los socios para las Asambleas — refrendar la firma del
Presidente — cumplir las órdenes que éste le dictare — computar y verificar el
resultado de las votaciones y proclamar su resultado con el número de votos
en pro y en contra — llevar los libros siguientes: de actas de la Comisión Direc-
tiva— id. délas Asambleas — de inscripciones de socios activos y honorarios, —
id. de practicantes— id. en que se copie toda resolución de interés y que se re-
lacione con el gremio en general
Las funciones de los demás empleados son análogas á los de igual catego-
ría en casi todas las Asociaciones, razón por la cual omitimos deslindarlas en
particular*
r
estadística del comercio y las industrias
Habiendo hecho en el primer tomo las aclaraciones que consideramos
pertinentes á este capítulo, reputamo:? ionecesaria su repetición y continua-
remos bajo el mismo plan que en aquel dejamos trazado.
Se relaciona la importancia del Comercio de esta Sección con la de la
propiedad raiz. Comparadas con la de la Primera, se destaca el descenso pro
porcional en ambas.
Tenemos cuatro manzanas suprimidas para el Comercio é Indastrias, por
cuanto ellas son destinadas á Establecimientos del Estado, y para desahogo de
la población. La Aduana en la número uno, la Casa de Gobierno ó asiento del
Poder Ejecutivo en la siguiente, y la gran Plaza de Mayo que comprende las
correspondientes & aquellas cuya designación debió hacerse con los tres y
cuatro, nos eliminan lo mas céntrico é importante, y por lo tanto, en donde
mayor representación podrían tener esos dos factores de nuestra riqueza.
El número de los negocios es menor, también lo es el de los capitales y
el de los empleados como se puede constatar en el cuadro siguiente:
Niifum
Míwii
imm
CapMeiiiro
nnndo!
ác
HeEocin
cantal (n ilio
Eipladn
S
4S
9 3950600
341
26
$ 1603700
1 3o
54
314
37
374500
47
7
4aiooo
41
aS
134900
IOS
8
34
iSiaooo
161
ag
na
33
iSo6aSo
a63
eoiioo
81
5a
3i
aBioSoo
6a
3547000
3i8
3a
536100
ja
40700
98
33
878500
43
404000
6
34
.89S00
'4
1117500
35
7
73
57
35
166000
144
37
16
Siooo
38
aS
i484aoo
94
39
1 3500
19
3aa63oo
150
4'
14900
ag
SO
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44
aSooo
3a
aS
735
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3985
— 251) —
Aparte de la circunstancia enunciada á proposito de las primeras cua,
tro manzanas, existen otras (\iusas no menos importantes que aquella para
justificar el escaso número de ne*^ocios en Sección tan céntrica como ésta.
Los Conventos de las comunidades de San Francisco y Santo Domingo, el
crecido número de Iglesias en tan pequeño i)crímetro, el asiento de Estableci-
mientos Públicos ([ue 0(*upan extensa sui)erílc¡e y la falta de una vía pública
en la Ribera, son suliclcntcs pnra justiíicar disminución tan notable en lo que
en una época fué lo principal de la ciudad.
El Capital se manillcsta con la misma relación existente en cuanto se ha
hecho constatar antes comparándose con los resultados obtenidos en la Sección
Primera. En esta no hay bancos, el número délas casas es muy limitado, y
en general no existen esos establecimientos cuyo extraordinario movimiento
acrecienta el Capital en giro.
De esa falta do actividad ([UC hemos iiccho notar antes como propia de la
Sección, se resienten hasta las mismas casas de comercio establecidas en ella,
(excepción hecha de las situadas entre las calles de Rivadavia y Alsina), pues-
to que sus opeivicioncs comerciales no son comparables con las de la anterior,
en aquellas cuyo capital efectivo ó crédito sea equiparable.
En cambio de las desventajas notables de una Sección céntrica compara-
da con otra que también lo es, i)odemos asegurar mayor exactitud, en cuanto
es posible, en la a[)reciacion del capital en giro, ¡íues las dificultades
opuestas han sido en menor número y mas fácil de ser salvadas sin incurrir en
notables errores.
Para cada man/ana resultan, como término medio, en el número de los
negocios, el de lS,-í(), en vez de ¡os ¿4,*M) (|ue ai'roial)an los comprendidos en
el perímetro de (|ue nos ocupamos en el i)rimer tomo.
Corresponde 7}/i2 de los em[)leados para cada una de las ca.sas do co-
mercio comprendidas en ésta, así (tomo en la anterior la proporción era de 5,35.
Desde luego se destaca el hecho de falta de correlación en esta parte, puesto
que esa afirmación sería lógica si existiera la misma en el número de los ne-
gocios y la importancia de losca[)itales. i*ero ella se esplica perloctamente por
el mayor número en ésta de pequeñas industrias ó ramos de Comercio cuya
prosperidad exige el trabajo personal como único medio de lucrar, en tanto
que en la otra, la mayoría es de establecimientos (*on crecidos capitales y para
la marcha de los cuales no es necesario un personal en relación con su impor-
tancia.
— 251 -
Para apreciar la importancia de los alquileres, sueldos é impuestos con-
tinuaremos con el siguiente:
Número
ie
ALQUILSRES
SUELDOS
IMPUESTOS
Súmero
de
1
' ALQUILERES
SUELDOS
IMPUESTOS
M¿n:anA
Pesos
1 —
Pesos
PtíSOS
.Msñ:ana
Pesos
1 Pesos
Pesos
5 '
92664
153S40
9687.28
26
326z6
60204
1 3z62.32
6 i
109692
172980
i33i8.04
27
Z4400
2Z432
1526.76
7
16440
28080
1114.30
28
4452
6060
888.88
8
42024
63996
4086.90
29
T468S
3oz32
z6z5.72
9 '
65676
98040
6387.3o
3o
Z6920
23724
Z973.35
10
77028
109956
6Ó10.88
3z
Z2Z92
28728
2417.04
Zl
Z0O152
Z48020
9155.99
32
Z3226
22752
Z674.00
12 i
1
7440
1 1 160
568.64
33
TOX40
Z9224
770.22
i3 '
3780
4500
711.60
34
4500
7500
602.49
M
47664
IOS240
4972.81
35
9x32
Z7652
z 394. 68
x5
9180
27660
994.45
36
6072
z8z32
878.44
i6
35328
3m8i6
3445.79
37
2796
3720
7ZO.34
17
5676
2x540
601.34
38
3504
5736
487. 2Z
x8
18924
39516 !
2463.24
39
328S
3i6S
579.24
«9 .
42024
93988
5oi8.83
41
38i6
6420
597.56
20
24408
38844
2655.45
42
14340
Z5576
1497.44
21
34368
43116
3173.22
43
5820
74x6
578.46
?2
23
4560
2760
35460
7800
403.40
2X3.24
44
6420
6708
600.25
25
22656
66288 ,
4892.90
940776 '
z6z6z24
ZO243O.O2
En la primera Sección cada establecimiento paga mensualmente como
término medio $ 1350, 10. En esta la proporción es de 1279,90. Aun cuando en
aquella los alquileres son mas elevados y las casas, en general, de mayor im-
portancia, en ésta disponen de mas superficie porque, como antes lo hemos
dicho, es aquí mas explotado el trabajo del hombre. Allí el capital en efectivo ó
en crédito opera en centros reducidos, se acumula; aquí, por el contrario, en la
mayoría de los casos es escaso y se le sustituye con la labor incesante del que
busca el beneficio en industrias ó ramos de Comercio que exigen el concurso de
numeroso personal.
La retribución de servicios nos manifiesta la exactitud de nuestras ob-
servaciones anteriores. Así, en tanto que en la primera la proporción de los
sueldos es de $ 568 para cada uno de los empleados, en la segunda solo alcanza
á 403. En aquella se paga por la destreza en determinados trabajos cuyo
desempeño no está al alcance de crecido número ó por la confianza indispen-
sables que solo se adquiere con servicios continuados. En esta prevalece en la
mayoría el de casas donde el cumplimiento de los deberes como empleado,
es mas fácil y no requiere conocimientos ó condiciones especiales, por cuanto
se exige mas del trabajo del hombre que de sus intelectuales condiciones.
Este hecho que nos pone de manifiesto una diferencia de 30 por ciento en la
retribución de servicios de los empleados de dos perímetros iguales, linde-
ros y céntricos, no reconoce otra causa que la expuesta como lo comprobare-
mos mas adelante.
En los impuestos el promedio resultante en la primera es de $ 181,66 como
pago anual y en esta el de 139,35. Ese 31 por ciento de diferencia debía ser con-
— 252 —
siderablemente mas elevado si en esos impuestos no estuviera incluido el Mu-
nicipal que es reducido para las grandes casas de comercio á las que se les co-
bra como de familia ó escritorios, en tanto que se quintuplica en los hoteles,
cafés, fondas, etc.
So justitica solo así el resultado comparado de las dos Secciones.
Continuaremos investigando la representación de cada nacionalidad en el
conjunto de que ahora nos ocupamos.
NACIONALIDADES
Número
de
negocios
PROPORCIÓN
Por cierno
Capital n 8lro
PROPOROIOI
Por demo
Argentinos
Italianos
Franceses
Españoles
Ingleses
Alemanes
Suizos
Orientales
Norte- Americanos . . .
Portugueses
Brasileros
Belgas
Austríacos
Holandeses
Paraguayos
Sociedades anónimas,
Totales
98
198
I 32
2X2
27
«4
12
iz
X
4
2
2
I
X
2
8
735
13.334
16.937
17.967
28.845
3.675
3.267
1. 634
1.469
0.1 38
0.545
0.273
0.273
0,137
0.137
0.274
1 .095
xoo. —
5763600
6717450
7912500
5528200
7939000
2427500
II 78000
364500
5ooo
2o5ooo
139000
23ooo
3ooo
1200000
80000
7o3ooo
14.34
Z6.7S
19.70
13.75
19.76
6.04
2.93
0.91
o. 01
o.5z
0.35
o.o6
2.98
O.M
X.74
46188750
100,—
La proporción obtenida por los Argentinos en esta no so eleva sóbrela que
resultó en ¡a anterior y tememos su descenso en las siguientes, dada la aver-
sión de su carácter á todos los negocios que exigen contracción y cuyos resul-
tados no son inmediatos y dependen en gran parte su buen éxito del ahorro.
Los Españoles tienen en esta Sección mayor representación que en ningu-
na otra. Se han agrupado en esto centro y monopolizado, puede decirse, la es-
plotacion de ahuacen al por menor, fondas y casas de liospedage, puesto que
en estos ramos es en donde son dueños del mayor número de casas.
En la di.stribuci(jn del capital se ve no carecren de importancia los de aque-
llas Nacionalidades que figuran en las primeras catoí^orias, puesto que hay
relación con los de la Primera Sección, siendo los Bancos en aquella, el ori-
gen de la diferencia resultante entre uno y otro total.
— 253 —
Del número de los empleados ocupados por cada una de las Nacionalidad
des antes indicadas y de los alquileres que ellas pagan, así como también la
proporción en que resultan trata el siguiente cuadro;
NACIONALIDADES
Núnuro
de
empleados
PROPORCIÓN
Por ciento
ALQÜILSRES
Pesos
PROPORCIÓN
Por ciento
Axgentinot.
Italianos . .
Españoles
Ingleses
Alemanes
Suizos
Orientales
Norte Americanos
Portugueses .'
Brasileros
Belgas. ... *
Austriacos
Holandeses
Paraguayos
Sociedades anónimas
673
8X2
743
9"
205
228
143
65
2
i3
6
7
2
10
9
i56
17.25
20.25
18.80
22.75
5. 10
5.65
3.5o
Z.60
o.o5
0.32
o.x5
o.x5
0.06
0.26
0.22
3.90
X 40700
20269a
20x768
22507a
6x404
40416
2x660
X0788
X200
5304
2400
3240
540
2976
6276
Z4340
14.90
2X.54
21.44
23.02
6.53
4.41
2.3o
x.x5
o.x3
0.55
0.25
0.34
0.06
o.3x
0*67
1. 5o
3985
xoo. —
940776
xoo. —
Si se comparan los resultado.s de este cuadro con algunos de los anterio-
res, se encontrarán hechos dignos de estudio porque revelan por sí mismos ten-
dencias ó costumbres que existen.
La proporción de cada Nacionalidad con el número de negocios, capital
en giro y empleados, se presta á observaciones interesantes que omitimos por
su extensión y. pertenecer á otro género de trabajos.
La representación de los Españoles, como antes lo habíamos enunciado,
es mayor en esta Sección que en cualesquiera de las otras diez y nueve. Su
especialidad ó aquella á la que con preferencia se dedican, la habíamos indica-
do también y solo debemos agregar el de encontrarse agrupados en las man-
zanas mas próximas al Rio. Así como en la Primera predominan los Italianos
en la población y comercio en las cercanías de la Ribera Norte, en esta lo son
los Españoles en el mismo radio.
Aun cuando lo indicado es la Nacionalidad de los dueños de negocios,
puede formarse una idea aproximada de la de los empleados, sabiéndose qne
en general cada una prefiere álos suyos y el de que hemos incluido en dicha
agrupación & todos los que se ocupan en ello y por lo tanto están comprendi-
dos también esos mismos propietarios.
El monto de los alquileres de cada uno comparado con el capital y número
de empleados, demuestra la importancia de los negocios de las Nacionalidades
indicadas.
— 254 —
Los sueldos ó impuestos quo pagan, con la proporción resultante para
cada una,, complementando los cuadros precedentes, so encuentran en el si-
guiente:
NACIONALIDADES
SUELDOS
Pesos
PROPORCIÓN . IMPUESTOS
I'ut cic-mo
F'csús
PROPOROIOI
Por cieno
Argentinos ,
Italianos ,
Franceses
Españoles
Ingleses ,
Alemanes
Suizos ,
Orientales
Norte-Americanos. . . ,
Portugueses
Brasileros
Belgas
Austriacos' ,
Holandeses
Paraguayos
Sociedades anónimas.
296232
18.33
16123.79
15.75
292032
xS.07
23282. Ó7
12. 73
32X336
19.9'»
X9464. x6
19.-
2S4040
17. 5S
22x49.93
ai.63
150240
9.29
9528.96
9.3o
102324
6.33
4553.36
4-45
53940
3.34
2752.92
a. 69
23760
X.47
1290.92
z.s6
36o
0.02
102. —
0.09
«'960
0.43
562.20
0.5S
2940
0. iS
275-03
0.17
2340
0.14
X70.20
0.Z7
3oo
0.02
59.16
o.ob
9360
0.57
700.—
0.68
4920
o.3i
370.62
0.36
65040
4.02
X043.90
Z.OX
16x6124
100. —
102430.02
lOO'—
í ÓTALES ,..•■..•••.*..
En comprobación de cuanto llevamo.^ dicho y con especialidad el deque
en esta Sección hay mayoría de neírocios ó industrias cuya naturaleza é impor-
tancia no exigen, como en laSercion Primern, mejor preparación en los ele-
mentos auxiliares de (|U0 se valen para su desarrollo, hemos formado el
cuadro siguiente con el resultado de lo ¡nafrado anualmente por las principales
Nacionalidades, según .su importancia, á cada uno do los que ellos emplean en
ambos perímetros.
Naoionalidad
Argentinos
Italianos
Franceses
Españoles
Ingleses
Alemanes
Termino medio proporcional
Sección Primtra
.S7i,ll)
"r)3()4ír
Sección Sogunte
))
>•
»
»
440,40
359,02
432,48
311,74
732,89
4i8,89
454,35
A primera vista resalta la diferencia entre las de una y otra Sección, pues
en ninguna se igualan: llegando en algunos á 17 por ciento, y tratándose
como se hace en las dos do diversas industrias como ramo de comercio exis-
tentes en una y otra Sección. Esto mismo nos revela ser los ingleses los que
mejor retribuyen los servicios: los alemanes, aquellos (pie le siguen, y en ter-
cera categoría los Argentinos. Fáltanos averiguar si es por conveniencias 6
exijirlo así los empleos en que los ocupan.
Los impuestos no se prestan á observaciones, porque siendo ellos en
su mayor parte Municipales, se aplican con sujeción á determinados servicios
y en esos casos es frecuente paguen más los de poca importancia debido á
que exigen mayor servicio ó vigilancia.
— 355 —
Entraremos d enumerar los ramos de Comercio é ladustrías existentes,
le, aun cuando es extenso, no es posible eliminar las principales^ por corres-
>ader al plan adoptado y ser interesante su conocimiento en detalle.
RAMOS DE C051ERaO 0 LNDUSTBU
NffiJClO!
Cüpiial en jiros
EmpleailDs
Almací™ á, multa
Si 000
500
5Í300
=36300
3630.J
3:6oQ
137300
3aooo
3;orO'-
ja3oL..i>
IC13500
aitggoo
37COO
iSoo
i3o,-.a
,^
37
76
ColchnneriaB y deposito» de c,\:nas
'57
Carbonería! y Maizerias.
£iporta;Íon (casus de;. . ,
Empresas y Agencias ma
Empresarios de obras
Fondas con y sin hospedaje. .
Fotc^iafias
Ferreterías y pininrerias
Fábricas de camisas ,
Hemrías ,
Hojalaterías ,
Hoieles ,
Imprentas
Importadores
Importadores y Exportadores.
Librerías
Liiografias
Lustre Je calzado
Licores y refrescos
Marmolerías
Mueblerías
Mercerías
Molinos
Panaderías
Peluquerías
Rettaorant
Relojerías )■ Joyerías
Sombrererías . . . > <
Sastrerías y Ropa hecha. . . .
Tambos y Lecherías
Talabarierias
Tienda de géneros
Tapcerias
Tonelerías
Vario*
YeMrias
Zapauríai
i355co
S4000
39000
3980000
tSSSoo
579700
looooo
36000
So 100
üSoo
I 131400
4400
S3oo
iSSoo
117300
— 256 —
Comparado este cuadro con el de la sección anterior, resulta mayor
número de industrias y algunas no existentes en aquella, pero que se encuen-
tran radicados aquí, así como también disminución en el de las casas de
comercio.
A lo expuesto antes, poco tendremos que agregar, pues creemos haber
dicho lo necesario para formarse idea.
En cuanto á las horas de trabajo, ellas son tan variadas como los mis-
mos ramos detallados.
En el comercio, solo las casas importadoras y aquellas que operan desde
su escritorio, limitan sus operaciones á las comprendidas desde las 10 a. m.
hasta las 4 ó 5 p. m. Los demás empiezan de 7 á 8 a. m. y terminan á las
9610 p.m.
Las industrias, en general, empiezan á las 7 a. m. y terminan á las 6p. m.
Sin embargo, desde hace pocos años, hay crecido número que trabajan de
noche con alumbrado artificial, preñriendo para esto último el eléctrico.
El número é importancia se aumenta de dia en dia por exijirlo así las
necesidades de la población y especialmente es en las industrias en donde
ese progreso so acentúa de una manera mas notable , pues á todos,
sin excepción, les falta tiempo para poder atender los pedidos que se les
hacen.
Si del cuadro se elimina la parte comercial, en lo relativo al capital, lo
resultante para las industrias sería de poco valor ; y, en verdad lo es, porque
no existen en este centro esos grandes establecimientos que hoy se generali-
zan , radicándose donde pueden disponer de extensa superficie , pagando
arrendamientos económicos imposibles de conseguir en esta sección.
Continuaremos con la planilla ó cuadro precedente, en cuanto se relaciona
con los alquileres, sueldos é impuestos que pagan en el año cada una de las
enunciadas.
— 857 —
BH
RAMOS DE COHERUO O INDUSTRIA
Almacenes de música
Artefactos para gas y aguas corrientes.
Armerías y cuchillerías
Alpargaterías
Aserraderos
Bazares y artículos de fantasía
Boticas y droguerías
Cafés y cafés con restaurant
Carpinterías
Confiterías
Cocherías y caballerizas
Compañías de Seguros
Cigarrerías
Colchonerías y depósitos de camas. . . .
Consignatarios y comisionistas
Comestibles y licores
Confecciones para señoras
Carnicerías, frutas y verduras
Casas amuebladas.
Corralones de maderas
Carbonerías y maicerías
Exportación (casas de) •
Empresas y agencias marítimas
Empresarios de obras
Fondas con y sin hospedaje
Fotografías
Ferreterías y pinturerías
Fábrícas de camisas
Herrerías
Hojalaterías
Hoteles
Imprentas .«
Importadores
Importadores y exportadores
Librerías
Litografías
Lustre de calzado
Licores y refrescos
Marmolerías
Mueblerías
Mercerías
Molinos
Panaderías
Peluquerías
Restaurants
Relojerías y joyerías
Sombrererías
Sastrerías y ropa hecha
Tambos y lecherías
Talabarterías
Tiendas do géneros
Tapicerías
Tonelerías
Varios
Yeserías
Zapaterías
ALQUILKRES
Pesos
SUELDOS
Pesos
IMPUESTOS
Pesos
Sumas,
5340
3oo
4284
159^
1440
1x064
T0488
1975a
9456
34788
6660
ax6o
20904
1740
44280
81612
13572
1548
12480
3960
35x6
4920
8460
3840
2x564
6240
3x68
3072
x3oo8
3xo8
20880
32x60
213240
8736
10X52
3ooo
2760
15996
720
24108
2x276
6000
8xxa
20664
336o
23664
X3356
52092
2340
1 524
359x6
4176
2448
38688
X224
15864
940776
3X20
1080
558o
6264
3720
X6260
x86oo
18888
20976
33648
xxx6o
2940
3 1860
1428
66060
59508
19296
708
5280
6480
I5X2
6240
42720
39360
X7424
6600
2040
X0080
57000
9696
24240
X26420
462660
24000
6840
x3o8o
336o
35520
i5oo
3x68o
16572
9120
26160
29x60
2796
2x060
XO140
83352
768
1740
37272
4920
X2336
56460
2676
46404
433.60
47-72
709.56
x56.—
X37.20
14x8.72
» 493. 44
X888.79
1x25.34
2746.66
38o.—
842.40
X945.60
147.71
5727.98
9172.22
849.32
256.96
366.25
539.67
537.21
X 1 39 . —
965.70
573.28
2570.35
300.52
479."
434.80
1339.59
348.48
886.36
22x3.64
29993.87
2XX7.28
880.—
142.52
229.50
1408.96
72.28
x58i.40
2 1 52 . 38
237.20
822.08
2i36.52
282.88
265 X. 68
1x25.64
4337.25
266.04
x64«40
369X.17
3x0.72
3o5.38
3669.37
93.68
t 584. 63
X616124 X02430.02
J3
- 35S-
Los alquileres son eievadüs en geiiei-al, debido á que el malaprove-J
chamiento de la tierra y el crecido valor de ésta encarece la locación cuyo!
produelo responde a! interés del capital empleado. Proporcionalraente sonB
mas crecidos que en ciudades iiuportanles de Europa, por cuanto en aquellas
¡a edificación se ele va y en la nuestra las costumbres han influido para que ellaf
se dfisarrolle con tendencia indefinida á extenderse,
Por esa causa el comercio soporta hoy las consecuencias de una edifícacion '
deficiente. Hay casas impoi-tndoras y mayoristas que pagan hasta rail nació- I
nales por el alquiler mensual, siendo pocas aquellas cuya locación es menor
de trescientos.
En los negocios al por menor, difícilmente se encuentran algunos que pa-
guenal mes cuarenta ó cincuenta pesos, existiendo, por ei contrario, endiversos
gremios, crecido número de los que soportan un alojamiento excesivo para
aquel profano en la materia cuya imaginación no concibe puedan soportarse tao.
crecidos gastos.
Los sueldos son también muy variables, habiendo pasado ya la época en 4
que un pretendiente debía antes hacer mérito sirviendo sin sueldo, a1gu~
ñas veces un año, para obtener el puesto cuya remuneíacion mensual no I
excedía de lo que hoy representan veinte nacionales. Hoy ni aun aprendica
se encuentran sin sueldo; en las industrias y pequeño comercio es en dond^J
ellos son mas reducidos; pero siempre, ademAs de la comida y algunafti
veces también alojamiento, no es menor de 10 á 15 nacionales a! raes.
El buen industrial jamás percibo menos de dos nacionales diarios en la j
mas pobre de las industrias, elevándose por el contrario según su especialidad^
y competencia hasta seis. Para ol desempeño de aquellos que exigen cono» J
cimientos cuya posesión se adquiere con solo el estudio, la compensación j
varía, no tiene límite, pero siempre es elevada porque el trabajo esl
abundante.
En el comercio sucede algo análogo retribuyéndose con largueza ItUkl
servicios de personas competentes ó que poseen conocimientos especiales. E^.
aquellos al por menor y de fácil desempeño es de veinte pesos, casa y comidil
el término medio, elevándose asi ¿tradualmente y en relación á la importan-'
cia del negocio y funciones á desempeñar- En los mayoristas esa proporcíOD I
media se eleva asésenla y en los importadores á cien, pero siempre en las.l
condiciones indicadas y por lo tanto en la escala ascendente.
En el comercio especialmente y también en alganas industrias existe una.
especie de obligación moral impuesta por la práctica, establecida por los ante-
cesores, de compensar al buen servidor con participación en un tanto por
ciento de las utilidades en el año, que al tín convierte al dependiente que ha
servido diez ó quince años en dueño í> sucesor, de la casa en que entró. Esta
causa produce un aumento de roas de un cincuenta por ciento en los suol-J
dos de aquellos ocupados en diversos ramos de uno ü otra, que por su natu-
raleza misma no admile esperanza ¡Oguna de porvenir como el indicado.
J
— 259 —
Los impuestos son el de patentes y el municipal, únicos fiscales obligato-
rios; los importadores tienen adenuis el de derechos de importación que son
ellos los únicos en anticiparlo. Los de alumbrado interior y servicio de agua
no los comprendemos por no encontrarse en las condiciones los otros dos.
En cuanto al do patentes él puede calcularse en una escala que empieza
en 8 y termina en G0() por un ano, con ex<*epc¡on de un reducido número
comprendido entre la última caie^roría y las intermedias hasta ltM)0; los bancos
de depósito y descuentos pagan desde íi.OOO hasta í<.00i).
El municipal es de poca imiiortancia para los grandes establecimientos
y de mucha para los pequeños, se cobra mensualmente, sin tener en cuenta
capital ni importancia, y correspondo á los servicio-^ de alumbrado y barrido
en la vía i)ública y limpie/a ó oxtracion He residuos; varía con relación á la
naturaleza del ramo explotad'» y al número de puertas y ventanas exteriores
entre 2 v 10 al mes.
Terminaremos con el cuadro do las profesiones liberales y el de auxiliares
del comercio, tal como lo hicimos en el volumen anterior.
NACIONALIDADES
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Franceses
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Norte-Americanos
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Alemanes
Orientales * . . .
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3 :
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72
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391
En todas las profesiones liberales so exiíre para su ejercicio la rivalida-
cion del título que acredite la competencia ante la facultad respectiva, sin obli-
gación de renunciar á su nacionalidad. En los afrentes del comercio hay
completa libertad y mas de una voz hornos vi-^to .'i correloi'os i[iio necesitaban
de un intérnrote nara iia''er-i> ivit.M^I.M*.
A pi*np/)sit<) tjo ■()>; Ijouoli-ios ib'cni l-js p.)r i-)^ '■íxl;\'i:ij-.v'.")s <-uya inteligen-
cia v cO'.nDotciicia .jc.iii-.iu ;ii sorvii'io de estopáis, solo diromos, no senos
puede citar el iiomi)ro de uno solo que no haya conseguido lo bastante para
vivir bien v hacer fortuna.
Nos vemos obligados á dar mas extensión á este capitulo que en el del
tomo anterior, debido á tener asieolo en el perímetro comprendido en esla
sección, el gobieno general, y la mayor parle de sus dependencias.
— 202 —
rran el período legislativo .«íimuHáneamento — iiii]í?un miembro de ellas puede
ser acusado ó molestado por opiniones verti'las cu ol seno del Congreso
i>on alridifcioncs del (!oni¿:res«): le«j:islar sobre aduanas exteriores; estable-
cer derechos de ini})orta(:¡un y exportación — imponer contriijuciones directas;
contraer empréstitos pecuniarios sobre ol crédito do la Nación — disponer
del uso y cnajijonacion <lc las ticri-as do propiedad nacional — arreglar el pago
de la deuda interior y exterior de la Nación — fijar el jíresupuefjto nacional de
gastos y aprobar ó desechar la cuenta de inversión — hacer sellar moneda, fi-
jar su valor y el de las extranjeras— dictar los Códigos civil, comercial, penal
y de minería — reglar el comercio marítimo y terrestre — lijar la fuerza de línea
de tierra y mar — autorizar al Poder Mjccutivo para dcclai'ar la guerra 6 hacerla
paz — promover l/i in/lustriii, inmi^Mvicion, construcción do ferro-carriles y ca-
nales navegables, l.'i coloni/acinn, imporlncion de capitales extranjeros, la
exploración íIo los rios interiore-;, etc. — |)ormilii* la intro luccion de tropas ex-
tranjeras en el terriiori<') do la Nar'ion, aprob.ir ó desechar los tratados con-
cluidos con las ílemás naciones — prt)Voor á la scLcuridaddc las fronteras
Parala formación do las leyes, cualesípii(?ra do los miembros de ambas
Cámaras pueden jíresontarlas bíijo la forma úo proyectos, de la misma mane-
ra que el Poder Ejecutivo — cuando un proyecto ha sido aprobado por la Cáma-
ra de su origen, jiasa á la otra para su discusión, la cual si también lo aprueba,
es sometido entonces al Poder Ejecutivo (|uo debe |)romulgarlo como ley si
merece su aprobación — es considerado aprobarlo por el Poder Ejecutivo todo
proyecto no devuelto en el término de diez dias útiles — un proyecto rechazado
totalmente por una de las Cámaras no puede repetirse en los sesiones del año,
pero si únicamente ha sido coi'rejido ó adicionado jior la Cámara revisora,
vuelve entonces á la de su origen y si dichas correcciones son aprobadas por
mayoría absoluta, pasa en tal caso á examen del Poder Ejecutivo Si este las
desecha, vuelve el jjroyecto por segumla voz ala Chámara revisora, y si esta las
sancionase nuevamente por una mayoría de las dos terceras partes de sus
miembros, vuelve á p;isarel proyecto á la ('áinara do su origen, la cual para
rechazar las cori-ecciones necesita ol voto de las di^s terceras partes de los
miembros |)resentes.
Cuando un prf»yocto (ís desechado on todo 6 en parto poi* ol Poder Ejecuti-
vo, i)asa con las ol)sorv.icir)iies o c()i-rec«-ioncs ala Cámara do su origen, la
cual si las<:oníirma por mayoría do dos tiMclrisdo vntns, os sonr^tido á la revi-
sión do la oti'íi Cámai';i. Si o>t;iá >u voz cnnlirinn las CDi-r-occioncs, el proyecto
es ley y pasa al Poíl(M' Ejecutivo pai'.i su pi-nnml^ncion— la íVirmula <|ue debe
usarse en la sanción do las leyes, (»>: «^1^1 Sonadn y Camarade Diputados de
la Nación Argentina, rounidosen ('ongroso, etc., doci-etan 6 sancionan con fuer-
za de lev*.
Las facultades, atribuciones y reglamentación general de cada Cámara
quedan definidas del modo siguiente:
— 263 —
CÁMARA D£ DIPUTADOS
Al in(:üri)orar.se los Diputados á ia Cámara prestan pi'éviamentoel siguiente
juramento:
¿Juráis por Dios y ns/o.y stmfos EvaiKjelios dcücuipcñar fiel mente el cargo de Di-
putado y obrar en fodu í//» con/nr/nidad á lo qia prescribe la Comíitucion Nacio-
nal] Sí JLRO. Si a^^i lo /iicierei^, Dios os ayude ^ ¡j si nó, El y la Patria os lo demanden.
El traiamieiito de la Cámara es el de Honorable, la cual solo en casos de
fuerza mayor puede constiiuirse fuera de la Sala de sesiones, necesitando la
presencia de la mitad mas uno del total de los miembros para formar quorum
legal. Una vez incorporados, están obligados á asistir á todas las sesiones, no
pudiendo ausentarse en el período legislativo sino con licencia de la Cámara,
la cual, á su juicio, puede acordarle con ó sin goce <le dieta por tiempo deter-
minado— los permisos que la Cámara j)uede acordar á su^ miembros para de-
sempeñar comisiones <lel Fodor Ejecutivo, incompatibles con la asistencia alas
sesiones, solo duivui j^or el ano legislativo en rpie fueron otorgados — cuando
por falla de quorum n.» sv? roiistituyo scsií)n. la Se<"retaría debe publicar los
nombres de los asistoiitos é iii;i<istenios, expresando si la falta fué cono sin
aviso — la minoría, coiistiuii'ia (mi sesión. ])Uode compeler á la mavoría en el
caso de inasi>tencia rcitera-ia-- los Diputados electos siempre gozan del viático
designado |.)0r i;i ley, aunque sus di|>lomas no fuíi-en aprobados, y solamente
de la dieta cuando la Cámara aprueba la elección de algún Diputado que no tu-
viese diploma.
El dia25 6 2i) de Abril de cada ano se reúnen ios Diputados en sesiones
preparatorias y eligen un Presidente provisorio, quien nombra una Comisión
especial, de los ya recibidos, ])ara dictaminar sobre los poderes délos electos,
expidiéndose inmediatamente sobre las elecciones que no ofrezcan dificultad,
dejando á laconsidei-acion de la Cámara la resolución de las demás — cuando
el número de diputados recibidos es bastante i^ara formar quorum legal, se pro-
cede inmediatamente á nombrai* un Presidente v dos \'ico-Presidentes, des-
pues de lo cual el primero comunica al Poder Ejecutivo y al Senado que queda
constituida legalmcnte la Cámara.
En las primeras sesiones ordinarias se lijan los dias y horas de .sesión en
que debe reunirse la Cámara, siendo extraor<1inarias las que se celebran fuera
de ellos ó durante el receso — las .«^esiones son públicas, i)ero pueden también
ser secretas por resolución de la Cámara — (M Podei* l^jecutivo y también una
petición por e>criio de cinco Diputados dirijida al Presidente, tienen derecho
á requerir de la Cámara se reúna en sesión secreta para resolver si el asunto
que la motiva debe tratarse reservadamente — en una sesión secreta solo pue-
den concurrir los miembros de la Cámara y sus Secretarios, los Senadores,
los Ministros del Poder Ejecutivo y algunos taquígrafos, haciendo jurar previa-
mente á estos últimos qne no revelarán el secreto.
— 264 —
Las extraordinarias tienen lugar á petición del Poder Ejecutivo, por reso-
lución de la Cámara ó por petición de cinco Diputados dirijida por escrito al
Presidente.
El Presidente y Vice-Presidente duran en sus funciones hasta el 15 de Jih
lio, ejerciéndolas los que los reemplazaren hasta la clausura del Congreso-
ambos son reelegiblcs — las atribuciones del Vice-Presidente se reducen á sus-
tituir al Presidente cuando este no concurre — el nombramiento de Presidente
y Vice-Presidentes se debe comunicar inmediatamente al Poder Ejecutivo y i
la Cámara de Senadores.
Entre las atribuciones y deberes del Presidente, estractamos las siguientes:
Llama á los Diputados y abre la sesión desde su asiento — dá cuenta de to-
dos los asuntos entrados, dirije las discusiones, llama á la cuestión y al orden
á los Diputados, propone la votación y proclama el resultado, designa los
asuntos que deben fc^rmar laórdoii del dia; provee lo conveniente á la policía,
orden y mecanismo de la Secretaría, presenta á la aprobación de la Cámara el
presupuesto de gastos y sueldo de ella, en los casos de empate resuélvelas
cuestiones con su voto
Los Secretarios so nombran i\ |)lurali<lad de votos j)or la Cámara, extraños
áella, y dependen directamente del Presidente; son dos y deben prestar jura-
mento de desempeñar fielmente el cargo, guardando secreto cuando se lo pida
la Cámara.
De las obligaciones comunes á los Secretarios, entresacamos:
Redacitar las actas y organizar las publicaciones hechas por orden de la
Cámara — verificar por escrito el escrutinio en las votaciones nominales— anun-
ciar el resultado de las votaciones y el número de votos en pro y en contra^
proponen al Presidente el presupuesto de gastos y sueldos de la Secretarla y
de la casa — el Presidente distribuye entre ambos Secretarios, según las nece-
sidades del servicio, dichas funciones.
El Secretario encargado de la redacción de las actas debe: autorizarlos
documentos firmados por el Presidente; extender en un cuaderno especial el
acta de cada sesión; darles lectura en cada sesión autorizándolas cuando ha-
yan sido aj)robadas por la Cámara y firmadas por el Presidente; trasladarlas
al libro destinado para este objeto y firmarlas él y el Presidente: llevar por sepa-
rado cuadernos y libros de actas reservadas que deben ser leidas y aprobadas
en una sesión inmediata, también secreta, y trasladadas en la misma forma
indicada.
El Secretario encargado del diario está obligado á: leer todo lo que pida la
Cámara, menos el acta; redactar las discusiones si no hubiesen taquígrafos y
obtener las traducciones de ellas en el caso que hubiesen taquígrafos; correr
con las impresiones — distribuir la orden del dia y demás impresiones éntrelos
miembros del Congreso y los Ministros del Poder Ejecutivo.
Nueve Comisiones permanentes, compuestas cada una de cinco Diputados»
— 265 —
están encargadas respectivamente del despacho de los asuntos ó negocios á
que se refieren— de Negocios Constitucionales y Exteriores, de Legislación y
Justicia, de Culto é Instrucción Pública, de Hacienda, de Obras Públicas, de
Presupuesto, de Guerra y Marina, de Peticiones y Poderes, y de Inmigración,
Colonización, Agricultura y Tierras Públicas
Los Ministros del Poder Ejecutivo pueden tomar parte en el debate de
cualquier cuestión, pero no tienen voto— la Cámara por indicación de uno ó
mas Diputados puede hacer concurrir á su recinto á los Ministros para reci-
bir las esplicaciones é informes que estime convenientes, debiendo hacerse la
citación á estos inmediatamente si las informaciones se refieren á asuntos pen-
dientes ante la Cámara.
La Cámara de Diputados se compone de ochenta y seis miembros, cuya
dieta y viático abona el Tesoro con la suma mensual de $ 39.812,34, que fija el
Presupuesto Nacional.
La Secretaría de esta Cámara se compone de: dos Secretarios, un pro-se-
cretario, un oficial mayor, otro oficial mayor l^ y uno 2*., tres inferiores, un
encargado de la Biblioteca, un mayordomo, cinco ordenanzas, un guardián y
un portero jubilado.
El cuerpo de taquígrafos se compone: un director, un sub-director, seis ta-
quígrafos de primera, siete de segunda y un ordenanza.
El personal total de ambos cuerpos, incluso los gastos por impresiones,
subvenciones, gastos de escritorio, fomento de biblioteca, etc., imponen al Te-
soro una erogación de $ 5.812 mensuales.
La Contaduría del Congreso se compone de: un contador mayor, dos con-
tadores auxiliares, un oficial 1% tres auxiliares y un ordenanza, cuyo sos-
tenimiento incluso los gastos de oficina asciende á $ 1.475 mensuales.
CÁMARA DE SENADORES
Seis dias antes de reunirse el Congreso en sesiones ordinarias, se cons-
tituye el Senado en sesiones preparatorias para examinar los poderes presen-
tados por los Senadores que deben incoporarse, los cuales son aprobados
inmediatamente sino ofrecen dificultad, dejandoá la deliberación de la Cámara
los demás.
El resultado del examen y votación debe comunicarse al Poder Eje-
cutivo para que ordene practicar nuevas elecciones si alguno de los pode-
res fuese desaprobado.
Al incorporarse un Senador debe prestar previamente el siguiente
juramento:
« ¿Juráis á la Patria, por Dios y estos Santos Evangelios, desempeñar debi-
«4
— 266 —
damente el cargo de Senador que ella os ha confiado para el Congreso Legis-
lativo Federal de la Nación Argentina, y obrar en todo de conformidad con lo
que prescribe la Constitución Nacional? »
Incorporado y archivados sus títulos, el Presidente de la Cámara le ex-
tiende el correspondiente despacho de Senador, refrendado por el Secretario,
expresando la Provincia que representa, el diade su incorporación y el de su
cese — inmediatamente se procede al nombramiento de Presidente y Vice-
presidente Provisorios que deben jurar su cargo, el cual dura por el término
de las sesiones de cada año, participándolo acto continuo al Poder Ejecutivo
y Cámara de Diputados, de la misma manera que cuando la Cámara ha
quedado organizada.
En la primera sesión del Senado, abiertas las Cámaras, se nombran las
comisiones respectivas para el examen y estudio de los negocios.
La mitad mas uno del número total de Senadores constituye quorun legal
y por consiguiente Cámara.
Sesiones ordinarias son las que se celebran en los dias designados por la
Cámara y extraordinarias las en otros y también las secretas —las sesiones
son públicas, peroá pedido del Gobierno ó de tres Senadores pueden ser se-
cretas, á las cuales tienen derecho á asistir los Diputados, siempre que no
tengan carácter ejecutivo — los taquígrafos no concurren generalmente á estas
últimas — en las extraordinarias debe expresarse previamente el asunto ü ob-
jeto de ellas si fuesen públicas, reservándolo paralas secretas — los Senadores
deben asistir á todas las sesiones y i)ara faltar á alguna avisarlo al Presidente,
pero si la inasistencia continúa por tres sesiones ó mas por cualquier motivo,
debe solicitar licencia por escrito á la Cámara — las sesiones se celebran en
la Sala designada y solo en caso extraordinario fuera de ella.
Presidencia, — De las obligaciones y facultades del Presidente, entre-
sacamos:
Sostener el Reglamento y obrar <le acuerdo con él — mantener el orden
en la Cámara, dirijir la discusión, llamar á la cuestión y al Orden y fijar las
votaciones — proclamar las decisiones de la Cámara
no toma parte en las discusiones ni tiene voto, sino en los casos de empate ó
cuando se haya hecho reemplazar por el Vice-Presidente — es el único que ha-
bla en nombre del Senado, pero no puede comunicar por escrito sin su
acuerdo.
Secretaria. — El Secretarioes nombrado por la Cámara á pluralidad respec-
tiva, de fuera de su seno y depende directamente del Presidente.
Son en parle sus obligaciones: Redactar las actas y notas que deben pa-
sar á la Cámara de Diputados— cuidar de la organización c impresión del
Diario de Sesiones — hacer por escrito el escrutinio en las votaciones nomina-
les expresando el nombre de los votantes — anunciar al Presidente el resultado
de toda votación y el número de votos en pro y en contra — extender en un
cuaderno el acta de cada sesión, la que después de aprobada y rubricada
— 267 —
por el Presidente, debe ñrmar. Trasladadas al libro correspondiente y fir-
madas las actas por él y el Presidente debe archivar el cuaderno original —
las actas reservadas deben ser llevadas y trasladadas del mismo modo — or-
ganiza y pasa al Presidente los presupuestos de sueldos y gastos de la Se-
cretaría, y de la casa — debe leer en la Cámara todo lo que en ella se ofreciere —
cuida de la impresión del Diario de Sesiones — solicita de lo s taquígrafos las
traducciones de las discusiones, procediendo después conforme á lo indicado^
el Archivo del Senado está á su cargo
Un Pro-Secretario desempeña las mismas funciones cuando no concurre
el Secretario, debiendo cooperar al mejor servicio y expedición de la Se-
cretaría en caso contrario.
Comisiones, — Hay seis Comisiones compuestas cada una de tres miembos,
á saber: de Negocios Constitucionales, de Legislación, de Hacienda, del Inte-
rior, de Guerra y Marina y de Peticiones, las que son únicamente informan-
tes de los asuntos, materias ó negocios que se someten á su dictamen — ^una
Comisión especial, compuesta también de tres miembros, debe examinar las
cuentas de la Administración y del Crédito Público.
Asistencia de /os Ministros. — Los Ministros carecen de voto, pero pueden
tomar parte en cualquier debate — uno ó mas Ministros pueden concurrirá la
Cámara á requisición de uno ó mas Senadores para suministrar los informes y
esplicaciones que se estimaren convenientes — cuando la presencia de uno ó
mas Ministros es necesaria para la resolución de cualquier asunto en discu-
sión, aprobada la petición, debe citarse inmediatamente á aquellos.
La Cámara de Senadores se compone de treinta miembros, cuya dieta y
viático cuesta al Tesoro Nacional la suma mensual de pesos 14.208,84.
La Secretaría se compone de dos Secretarios, un pro -secretario, un oficial
mayor, otro inferior, otro mas inferior, cuatro oficiales, un intendente, tres
ordenanzas y un mayordomo.
El cuerpo de taquígrafos, se compone de un director, un sub-director, dos
taquígrafos, cinco inferiores, dos auxiliares y un ordenanza.
Los gastos de impresiones, de escritorio, reparación del mobiliario, etc.,
agregados á los de sostenimiento del cuerpo total de empleados, cuesta al
Erario Nacional la suma mensual de pesos 6.376.
CONVOCANDO A ELECCIONES PARA DIPUTADOS A LA ASAMBLEA GENERAL
Si pudo proclamarse triunfo la disolución de la primera Asamblea provisional del 6 de Abril
último, la patria debe sin duda datar un nuevo nacimiento desde el instante mismo en que salvó de
la terrible crisis que preparaba la del 6 de Otubre. La Asamblea mostróse como un centro de im-
pulsión arbitraria en una circunferencia aparentemente popular. Absurdo ciertamente insoporta-
ble, figurarse representación de los pueblos, habiéndose sofocado la espresion del voto general;
7 como si pudiera sentarse el edificio moral de la libertad, sobre dmientos de elecciones vicio-
sas, esdusiones4violentas.;y suplencias ilegales. Pero los ciudadanos virtuosos, superiores al
choque de pasiones, que habían empezado á estallar con toda fuerza, contestaxon qpor-
- 268 —
tunamente, que para los que tienen y conocen sus derechos, no era respetos los abusos^
leyes los artiñcios, ni mandatos los caprichos. Por un movimiento tan majestuoso no quisie-
ron dar un paso hacia la libertad ultrajada, sin darlo igualmente hacia la independencia
nacional. Los medios que pusieron en obra, si hirieron algún modo la imaginación, déjame
también satisfecha la razón y lisongcaron los sentimientos délos hombres libres. El objeto
inmediato lu¿ la organización del Estado, que no tenia ley, jurisprudencia, forma, ni genio
alguno cierto, y donde una serie de decretos cf)ntrar¡os había servido hasta aqui de titulo y
alimento á la arbitrariedad de \vs magistrados. Sin violencia pues, se estableció la autoridad
superior que preparase el camino; y el pueblo que había asombrado al mundo el 25 de
Mayo de 18 10, le dio nuevas Icccionos de moderación y de justicia con el espectáculo déla
nueva instalación. Constituido el gobierno, si su primer cuidado en tiempo fué la expulsión
de los enemigos exteriores, atender á los ejércitos y rendir el justo homenaje A los ilustres
defensores de la pátrin en Tucuman, la libcrUid interior y la felicidad permanente del Estado
ha sido su empeño principal en importancia.
Cualquier abandono de los pueblos cu el piélago de abusos agolpados para su ruina por
el poder arbitrario, seria á los ojos de los individuos encargados de la autoridad, un delito
tan enorme, como sujetar su suerte á la disposición y capricho del conquistador mas inso-
lente. Asi es, que luego que lo permitió el torbellino de las primeras atenciones á que nos
empeñaban los sucesos militares, se anunció en un manifiesto la Asamblea General preve-
nida en el bando ereccional del ocho del corriente, anuncio escuchado con recelo por los
lX)llticos misteriosos, temido con horror ])or los tiranos y deseado ansiosamente p>or ios aman-
tes del orden, unión y prosperidad de esU'is Provincias. Después de haber afíanzado el pri-
mer paso á la libertad con un esfuerzo y resistencia tan general como sublime; después de
sostener por el espacio de tres años una lucha de ferocidad y de barbarie peninsular de una
parte, y de virtud y constancia americana de otra, cuando la España no puede justificar su
conducta en constituirse ante el Tribunal de las naciones imparciaics, sin confesar i pesar
suyo, la justicia y santidad de nuestra causa; ruando el eterno cautiverio del señor don Fer-
nando VII ha hecho desaparecer sus íiltimc^s derechos con los postreros deberes y esperanzas
las mas ingenuas; cuando el estado de nulidad é inccrtiduinbre política no nos ha ofrecido ni
prepara sino terribles contrastes que pongan á una difícil prueba la moderación, la firmeza
y el valor, cuando una serie desgraciadamente necesaria de movimientos nos ha precisado i
flotar de un gobierno en otro provisorio excitando á su vez nuevas pasiones, odios y des-
confianzas que privan á la República de aquella preciosa fuerza, que solo puede ser de resul-
tado y fruto de la unión; cuando las victoriosas legiones de la patria en el Perú y en el
Norte marchan ¿ zanjar los cimientos de nuestra seguridad y el sepulcro délos injustos agre-
sores del país; cuando la necesidad misma de mantener aquella, demanda imperiosamente
una reforma en la administración pública, que facilite en nuestro mismo seno los recursos
proficuos que en el día se hacen insuficientes, ¡íor los vicios del antiguo régimen y por el
ejercicio irregular é incierto del poder; en fin, cuando la hidra de las facci(mes se ha acallado
felizmente con la creación de una autoridad para llenar las intenciones de los pueblos, ¿qué
otro tiempo puede esperarse para reunir en un punto la majestad y fuerza nacional?
Esta sin duda debe ser la memorable épo(\'i en que el Pueblo de las Provincias Unidaí
del Rio de la Plata, abriendo con dignidad el sagrado libro desús eternos derechos por medio
de libres y legítimos representantes, vote y decrete la figura con qu debe aparecer en el gran
teatro de las naciones. Elevados sus Diputados ala altura de su noble ministerio y elevada la
patria á un brillante destiuo, saldrán entonces las grandes medidxs, la energía y la fortuna.
La constitución que se sancione alentará la timidez de unos, contendrá la ambición de otros, aca-
bará conla vanidad importuna, atajará pretensiones atrevidas, destruirá pasiones insensatas y
dará en ñn á los pueblos lacartade sus derechos y al gobierno la de sus obligaciones. En vano
los impostores políticos ó erguidos aristócrata.s, intentaron paralizar esta justa empresa, emba-
zando el interés públi(X) con el mantenimiento de antiguos abusos á la par de estériles espe-
ranzas, los tiempos y la fuerza misma de las cosas han completiido ya la revolución moral en
los sentimientos é ideas délos ameriranos; su indefinición política ó su neutra permanencia,
ó los arrastraria á la disolución de una espantosa anarquía, /) los volvería á sepultar en la calma
estúpida de la mas ignominiosa servidumbre, descendiendo á ella cim los sagrados derechos
de que no hubiesen Iiecho uso en su tiempo y en su turno. ¿Por qué se temerá escuchar por
primera vez la voluntad de todos los pueblos que pueden libremente explicarla? ¿Qué aconte-
cimiento podrá hacer gravitar los ultrajes de la servidumbre sobre los pueblos aún oprimidos
con mayor estrago y fiereza, cuando los sucesos de la Paz, Cochabamba y Potosí han com-
pletado ya los términos de ferocidad, desolación y tiranía? Manténganse si se quieren los
abusos mismos ó las envejecidas instituciones, pero reciba al menos cualquiera determina-
ción el gran carácter del consentimiento público, para que regle la conducta de unos pue-
— 269 —
blos, que no deben ser ya gobernados sino por verdaderas leyes dictadas en una Asamblea
General.
Partiendo de estos principios, los individuos del Gobierno, fuertes con la justicia y sin-
ceridad de sus intenciones, no corresponderían á la alta confianza con que se les ha honrado
sino caminasen firmemente á tan elevado y justificado fin, llamados al ejército del poder,
no por ambición ni por intriga, sino por el sufragio de los hombres libres, cuando se haya
establecido la base y forma de Gobierno, que se crea más á propósito al bien y utilidad de
todos, resignarán el mando inmediatamente en las manos que una legítima elección señale,
enteramente contentos con la gloría y el honor de haber conducido á los pueblos del Rio de
la Plata á la dignidad de una Nación legítimamente constituida, así que reconociendo desde
luego la representación nacional, no solo como un derecho sino como un deber, la invocan
como el medio más eficaz de proveer á la común defensa, procurar la segurídad general y
asegurar las bendiciones de la libertad, para la edad presente y futura, y por lo mismo
han acordado que la Asamblea sea convocada desde esta fecha, para que empiece sus augustas
fundones en todo el mes de Enero del año próximo entrante, reunidas que sean en esta
Capital los Diputados de los pueblos libres. La representación en ella debe ser tan completa
cual deba y pueda ser en un Congreso de tan alto carácter é importancia; pero no habiendo
forma alguna establecida que regle legítimamente el modo de las elecciones de los represen-
tantes, de suerte que pueda decirse con verdad, que sus resoluciones sean la expresión de la
voluntad general, y así para destruir el recelo de que sea reducida la Asamblea á las formas
estrechas y exclusivas de las Asambleas anteríores, como para evitar el desorden y tumul-
tuosa confusión, consiguientes á toda reunión sin plan, regla, ni sistema, escollo tan eversivo
del justo uso de la libertad, como la arbitraría limitación prescrípta por tímidos tiranos, ha
creido el Gobierno indispensable fijar la primera institución que deberá observarse con la
más delicada exactitud bajo las declaraciones siguientes:
I* Se pasará orden por los Gobernadores ó Tenientes de acuerdo con los Ayunta-
mientos, á todos los Alcaldes de barrio, para que citando á todos los vecinos libres y pa-
triotas de sus respectivos cuarteles, concurran á una hora señalada á la casa de cada Alcalde
ó donde estos designaren, y á consecuencia, luego que se hallen reunidos, nombrarán en
cada cuartel un elector á pluralidad de votos.
2* Las ciudades que no estuviesen divididas en cuarteles ó que su número sea reducido,
se repartirán en el primer caso en ocho cuarteles cuando menos, y en el segundo se subdi-
vidiran los barrios de modo que se cuenten en el mismo número indicado, comisionando
el jefe del pueblo los sujetos de conocida imparcialidad y patriotismo que hayan de presidir
el nombramiento de electores en cada cuartel si tampoco hubiese Alcaldes que desempe-
ñasen estas funciones.
3^ £1 nombramiento de electores se hará en el mismo dia y si es posible en una misma
hora en todos los cuarteles, debiendo concurrir acto continuo á congregarse en la Sala
Capitular de Ayuntamiento del lugar, para proceder inmediatamente en consorcio de éste
y su presidente á la elección del Diputado ó Diputados para la Asamblea, sirviéndose del
Escribano de Cabildo para la autorización de los sufragios.
4^ Todas las personas libres y de conocida adhesión á la justa causa de la América,
sie excepción de empleados civiles ó militares, podrán ser electores ó electos Diputados,
no siendo preciso que estos sean naturales ó residentes en los mismos pueblos que van á
representar.
5^ Las votaciones serán públicas y en voz alta del modo digno de un pueblo virtuoso
y libre, asi como deben las sesiones de la Asamblea, circunstancia indispensable que com-
prenderán los p>oderes ó instrucciones.
6* Esta Capital tendrá cuatro Diputados por su mayor población é importancia política;
las demás Capitales de Provincia nombrarán dos, y uno cada ciudad de su dependencia, á
excepción de Tucuman que podrá á discreción concurrir con dos Diputados á la Asamblea.
7* Concluida la votación y hecho público el eS'^rutinio se hará saber inmediatamente
al pueblo, el ciudadano que resulte electo Diputado á pluralidad de votos, en la inteligencia
que debe reunir las más recomendables cualidades, principalmente estar acreditada de un
modo indeficiente, su fervorosa adhesión á la libertad del pais y una virtuosa imparcialidad
que le ponga á cubierto de la nota escandalosa de faccioso o de algún otro vicio que desdiga
de tan alto ministerio, circunstancias que encarga sobre manera el Gobierno con que de la
felicidad ó desaderto de la elecdon, resultará evidentemente ó el feliz destino ó el más ultra-
jante infortunio de los pueblos.
8* Como el motivo poderoso que induce la celebradon de la Asamblea tiene por objetos
príndpales la devadon de los pueblos á la existencia y dignidad que no han tenido y la
oiganizadon general del Estado, los poderes de los Diputados serán concebidos sin limi-
— 270 —
tadon alguna, y sus instrucciones no conocerán otro limite que la voluntad de los poder-
dantes, debiendo aquellos ser calificados en la misma Asamblea, antes de su apertura. ea
una sesión preliminar.
9* Bajo este principio, todo ciudadano podrá legítimamente indicar á los electores que
extiendan los poderes c instrucciones de los Diputados, lo que crea conducente al intttéi
general y al bien y felicidad común y territorial. Debiendo precisa c indispensablemente
verificarse la apertura de la Asamblea en todo el mes de Knero del ano próximo entrante;
el Cuerpo de electores con su presidente entenderán breve y sumariamente sobre cualquier
virio de la elección ó calificación de la persona electa, sin que de su pronunciamiento hají
lugar á recurso alguno, ni aún á este (ioljiemo, procediéndose en caso de evidente nulidad
á una nueva elección en la forma proscripta, para evitar de este modo cualquier entoq)e.
cimiento que haga tnispasar el tiemj)(í prefijado. A ruyo efecto, y para aplicar dignamente
las reglas que en general deben observarse, se estará á lo que previene el art 3" dd Re-
glamento de 2.^ de Noviembre de 181 1, que da íí)rma á la Asamblea Provisional. — Dado
en e.sla Kt)rtaleza de Buenos Aires á 24 de Octubre de 1S12. — Dr, Juan José Passo^
Fnincisco ikl^irano — Dr, Antonio Alvarez Jonie — Juan Manuel de Luca, Secretario de Go-
bierno Interino.
TRATAMIENTO DEL CONGRESO Y LOS DIPUTADOS
Tucnman, 24 de Marzo de 1816.
Kn honor de los PucIjIos, vtTdadero origen de la Soberanía, sus representantes, como su
\iva inií'igen, y esi^iesion de sus v(»los reunidos en C'ongreso, tendrán el tratamiento de Sobe-
rano Señor en tenias las (K'asioius (pu: se dirija la palabra á este respetable cuerpo. Los
Diputados en particular S(»h) tienen el del resto de l<,s ciudadanos.
Comuniqúese á quienes corresponda para su publicación. — Doctor Pedro Medrano,
Presidente — Doctor ¡ost j\I. Serrano, Secretario.
FORMULA DEL RECONOCIMIENTO DEL CONGRESO
Tnciiinaii, Murzo 'i4 de 1816.
En la ciudad de Tucuman, á 2.\ de Marzo de 18 lí), se acordó por el Soberano Con-
greso Nacional que el juramento de reconocimiento y obediencia debía prestarse con suje-
rion á esta fórmula: ¿|urais en ní>inbrc de Dios Nuestro Señor, y prometéis á la Patria re-
Cí>no(:cr en v\ presente Congreso de Diputados la soberanía de los pueblos que representan?
¿Juráis á Dios Nuestro Señor y prometéis á la Patria obedecer, y guardar y cumplir, y hacer
guardar y cumplir sus decretos, y detenninaciones? Si así lo hiciereis Dios os ayude, sino
os lo demande.
DECLARANDO INSTALADO EL CONGRESO NACIONAL
Tacuman, 24 de Mano de 1816
Es instalado legítimamente el Coniírcso de las Provincias Unidas del Rio de la Plata,
y queda en a'titud de esprimir la voluntad de los pueblos (pie lo forman.
Comunl<iU(íse á cpiienes corresp vid i para su piiblicarioii. — DocroR Pedro Medrako,
Presidente — Doctor ¡ose Mana Serrano, Secretario.
— 271 —
Juramento de obediencia al Congreso por las autoridades de la Capital y acción de
gracias por la instalación del mismo
BANDO
E¡ Director Interino del Estado :
Por cuanto con fecha 28 de Marzo anterior he recibido la importante noticia de ha-
berse reunido el í|ia 24 del mismo el Soberano Congreso Nacional, que estaba convocado
para la dudad de Tucuman, previniéndome el mismo augusto cuerpo, que á consecuencia de
su solemne instalación, se proceda al reconocimiento de su alta dignidad. Por tanto, he ve-
nido en determinar que para el dia de mañana 1 5 del corriente a las diez, asistan todas las
corporaciones, jefes militares, civiles ) politices á las casas consistoriales donde ante el
Excmo. Cabildo de esta Capital debo prestar el juramento de reconocimiento al dicho So-
berano Congreso Nacional, después de lo cual las expresadas corporaciones y Jefes pasarán á
esta Fortaleza á verificar igual juramento en mis manos, con la solemnidad que corresponde
á este acto religioso.
Este es sin duda aquel momento suspirado por todos los buenos, que desde que la
opresión quebrantó los vínculos que ataban el corazón de las Provincias, anhelaban por un
centro de unión que apresurase los grandes destinos á que corrió la America desde su feliz
movimiento. En medio de las agitaciones cuando la desgracia parece empeñada en apurar
nuestro valor, y cuando los reveses públicos han puesto á prueba la constancia del ciudadano,
los Pueblos de la Union burlando las esperanzas de nuestros enemigos, han dado al mundo
el augusto espectáculo de una Nación que se reúne á formar sus leyes, y entre el estruendo
de la guerra procede á restablecer su constitución con la tranquilidad que en las dulzuras de
la paz, y para hacer una expresión de nuestro justo regocijo por tan interesante suceso, se ilu-
minará la ciudad por tres dias consecutivos, haciéndose también al Ser Supremo la compe-
tente acción de gracias al dia siguiente del juramento. Publíqucse así por bando para que
llegue á noticia de todos, fijcnse copias en los parajes públicos y dése á la Prensa. Hecho
en Buenos Aires á 14 de Abril de 181Ó. — Ignacio Alvarez, Presidente — Gregorio Tagle^
Secretario.
Voto de cada una de las Provincias Unidas para la designación del punto de
reunión del Congreso Nacional
Buenos Aires, Octubre 21 de Ib 24.
Para llenar todos los objetos que motivaron la circular del 7 de Febrero del presente
año, dirijida á los Gobiernos independientes del territorio de las Provincias Unidas, el Go-
bierno ha acordado y decreta:
Articulo 1° Por el Ministerio de Relaciones Exteriores, se formará una razón que com-
prenda el voto dado por cada Gobierno y la data en que se ha comunicado, sobre el higar
donde debe instalarse el Cuerpo Nacional.
Art 2® Elsta razón se insertará en el Registro Oficial en seguida del presente Decreto,
circulándose uno y otro á dichos Gobiernos. — Heras — Manuel José Garda.
VOTAOON Á QUE SE REFIERE EL DECRETO ANTERIOR
Q0BD£R1I0S FECHA DE 8ü COMUNICÁCIOX VCT08
Paraná 26 de Febrero de 1824 Buenos Aires
San Juan 28 de Febrero de 1824 » »
Mendoza 28 de Febrero de 1824 » »
Salta 2 de Marzo de 1824 » »
San Luis 4 de Marzo de 1824 Tucuman
Rioja 3i de Marzo de iS¿4 Buenos Aires
Buenos Aires 26 de Abril de 1824 » »
Misiones 27 de Abril de 1824 » »
Corrientes* 7 de Mayo de 1824 n »
Tucuman 17 de Mayo de 1824 » »
Santiago del Estero. 20 de Mayo de 1824 » »
Catamarca 21 de Junio de 1824 » »
Córdoba 30 de Setiembre de 1824 » »
Santa-Fé 20 de Setiembre de 1824 » »
Manuel fosé Garda,
— 272 —
LEY FUNDAMENTAL
Bnenos Aires, Enero 2i de 18Ü5
El Presidente del Congreso (icneral Constituyente de las Provincias Unidas del Rio de
la Plata, tiene el honor de comunicar al Excmo. Gobierno de Buenos Aires, que reunidas ellas
en Congreso, han reproducido ct)n fecha de ayer, por medio de sus Diputados y del modozoas
solemne, el pacto con que se ligaron desde el momento en que, sacudiendo el yugo de la an-
tigua dominación española, se constituyeron en Nación independiente. Las bases de este
pacto son las que se contienen en la ley adjunta. Kí Presidente al comunicarla según en eUa
misma se dispone, al Excmo. Gobierno de Buenos Aires, tiene la satisfacción de repetir 4
S. E. las consiileracioncs de respeto que le merecen. — Manuel Antonio de Castro, Presi-
dente— ÁUjo I '¿/¡tgas. Secretario. — Excmo. Gobierno de la Provincia de Buenos Aíres-^Sala
de Sesiones del Congreso General Constituyente.
El Congreso General Constituyente de las Prmnncias Unidas del Rio de la Plata, ha acordado
y decreta lo siguiente:
1° Las Provinci:is del Rio de la Plata reunidas en Congreso, reproducen por medio de
sus Diputados y del modo más solemne, el jxicto con que se ligaron desde el momento
en que, sacudiendo el yugo de la antigua dominación esj)añola, se constituyeron en Nadon
independiente, y protestan de nuevo emplear todas sus fuerzas y todos sus recursos para
afianzar su independencia Nacional y cuanto pueda contribuir i la felicidad general.
2^ El Congreso General de las Provinci;is Unidas del Rio de la Plata es, y se declaza
Constituyente.
3° Por ahora, y hasta la promulgación de la Constitución que ha de reorganizar el
Estado, las Provincias se regirán interiormente por sus i)ropias instituciones.
4** Cuanto concierne á los objetos de la independencia, integridad, seguridad, defensa y
prosperidad nacional es del resorte privativo del Congreso General.
5° El Congreso espedirá prt)grcsivamcnre las disjíosiciones que se hicieren indispensa-
bles sobre los objetos mencionados en el artículo anterior.
0° La Constitución que sancionare el Congreso será ofrecida á la consideración de las
Provincias y no será promulgada, ni establecida en ellas hasta que haya sido aceptada.
7° Por ahora, y liasta la elección del Poder Ejecutivo Nacional, queda éste provisoiio-
mcnte encomendado al Gobierno de Buenos Aires con las facultades siguientes:
Primera — Desempeñar todo lo concerniente á negocios extranjeros, nombramiento y
recepción de Ministros y autorización de los nombrados.
Segunda — Celebrar tratadt)S, los que no podrá ratificar sin obtener previamente espedal
autorización del Congreso.
Tercera — Ejecutar y comunicar á los demás Gobiernos todas las resoluciones que el
Congreso expida en <'>rden á los objetos mencionados en el articulo 4°.
Cuarta — Elevar á la consideración del Congreso las medidas que conceptúe conv^
nientespara la mejor expedición de los negocios del Estado.
8^ Esta ley se comunicará á los Gobiernos de las Provincias Unidas por el Presidente
del Congreso. — Manuel Antonio de Castro, Presidente. — Alejo Villegas, Secretario.
Manifiesto del Soberano Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en 8ad-
Amérlca al dar la Constitución
Cuando presente la historia á las edades venideras el cuadro de nuestra revolución, do
podrán escusarse de confesar que hemos andado esta carrera con esa majestuosa simpiici-
dad con que da sus pasos la Naturaleza. Borrascas, tempestades, erupciones volciñicaí;
nada perturban el orden de sus leyes, ni impide el término á que debe llegar. No meooi
que en el orden físico hay en el orden moral otros sacudimientos políticos, que nacen dd
choque violento de los intereses y las pasiones. Estos son los que sufrimos por espado de
nueve años, y los que han concurrido á separamos de nuestros altos destinos. Con todo in-
móviles en nuestro propósito, no han podido destruir ese interés que inspira el amor al Uen
y á la causa de la libertad.
— 273 —
Acordaos, ciudadanos, del memorable 25 de Mayo, que nos abrió la vasta y trabajosa
carrera de la virtud. Degradados por el largo período de trescientos años, nos velamos bajo
un gobierno que por su debilidad y sus desastres ya no podía ser el agente tutelar de nues-
tra tímida existencia. Su plaza parecía estar vacante en medio del edificio social, y todo
conspiraba á una completa disolución. Fue, pues, que obligados á asegurar el orden público
y la defensa del Estado, dimos el primer paso de la revolución, reconcentrando en nosotros
mismos un gobierno sin más límites de su beneficencia que los de su poder. Esta resolución
heroica causó una alarma general entre los déspot^is subalternos, tanto mas terribles en su
opresión cuanto más vecinos á los opnmidos. Una larga servidumbre, dice un sabio, forma
un deber de resignación y bajeza: besando entonces el hombre con respeto sus cadenas,
tiembla de examinar sus propias leyes. Esto sucedió á muchos de nuestros compatriotas (con
dolor lo decimos), y de ellos compusieron los tiranos su fuerza mayor; para oponer á su im-
petud ima obstinada resistencia, todo ciudadano se hizo soldado; el coraje se inflama, las
espadas se afilan, y el incendio se hace general.
Pero todos creimos que la obra caducaría en su misma cuna sin un Congreso General
que fuese el centro de la unidad, diese el tono á las Provincias Unidas, y avivase esas
semillas de justicia primitiva que la España había procurado sofocar. Pero ¡ay! ¡qué de es-
collos vimos levantarse sobre nuestros pasos desde que la discordia hizo resonar su trom-
peta entre nosotros mismos, y vino en auxilio de nuestros enemigos! Nada disimulamos.
Desde este fatal momento quedaron confundidos el derecho con el interés, el deber con
la pasión, y la buena causa con la mala. Los gobiernos se suceden tumultuariamente como
las olas de una mar agitada: se instala una asamblea general que desaparece como el humo;
sopla España entre nosotros el fuego de la disensión; amontona sobre nuestra opinión las
calumnias más groseras: manda ejércitos exterminadores; y los sucesos de la guerra son ya
prósperos, ya adversos.
Tanto como era más fácil nuestra situación, se hacía más apetecible ese Congreso Na-
cional que destruyese el germen diseminado de la discordia, y concertase los medios de po-
ner la patria en seguridad. Un gran designio es siempre independiente de los sucesos mo-
mentáneos, y sobrepuja á toda la indisciplina de las pasiones. A despecho de tantos emba-
razos, de tantas trabas, de tantas contradicciones, aparece reunida en !a ciudad de Tucuman,
casi á los seis años de nuestro primer aliento, la misma representación nacional que hoy os
dirije, ciudadanos, la palabra. Ved aqui el segundo paso con que imitamos á la sencilla na-
turaleza. Todo fué preciso, sin duda, para que se mostrase nuestra obra con esa dignidad
que comunican las distancias y los escollos á los grandes acontecimientos.
Las consecuencias de esa nube, que de grado en grado había oscurecido el horizonte,
nos daban por entonces lúgubres presagios de una ruina próxima. ¡En qué estado tan deplo-
rable se hallaba la República, cuando se instaló el Congreso Nacional!
Los ejércitos enemigos extendiendo la desolación y sus crímenes; los nuestros dispersos
y sin subsistencia; una lucha escandalosa entre el (jobierno Supremo y muchos pueblos de
los de su obediencia; el espíritu de partido ocupado en combatir una facción con otra; una
potencia extranjera que nos observa próxima á sacar partido de nuestras discordias; ciuda-
danos inquietos siempre prontos á sembrar la desconfianza comprimiendo el corazón de los
incautos; el erario público agotado, el estado sin agricultura, sin comercio y sin industria;
la secta de Europeos españoles conspirando por la vuelta de la tiranía ; en fin, todo el Estado
caminando, de error en error, de calamidad en calamidad, y su disolución política: ved
aquí, ciudadanos, las llagas de la Patria que consternaron nuestras almas, y nos pusieron en
el arduo empeño de curarlas.
Abatir el estandarte sacrilego de la anarquía, y la desobediencia fué lo primero á que el
Congreso dirigió sus esfuerzos. Por un cálculo estraviado, en que las santas máximas de la
libertad ser\'ían de escudo á los desórdenes, se hallaban desunidas de la Capital varias Pro-
vincias. Este ejemplo contagioso tuvo también otros imitadores en algunos pueblos. A fin
de calmar estas inquietudes y hacerles ver la demencia de sacrificar la libertad de muchos
siglos á la independencia de un momento, tomó el Congreso todas las medidas que pudo dic-
tarle la prudencia. La fuerza armada pone límites á la licencia en unas partes; un Diputado
del cuerpo en el carácter de enviado atraviesa el Paraná, llevando por destino realizar ima
conciliación, cuyas bases fuesen la buena fé, la beneficencia recíproca, y la mas estrecha
cordialidad. Para que á la luz de ima reflexión fria y serena pudiesen desvanecerse los
prestigios y convencerse de que los resultados espantosos de la discordia llegaban mas allá de
lo que alcanza la imaginación, dirigió también el soberano Congreso un manifiesto lleno de
vigor, en el lenguaje de la verdad, de la razón y el sentimiento, capaz de convencer al más
indócil y de endulzar al más feroz. Fácil era reconocer en cada línea las almas de unos
ciudadanos que sufríamos las emociones dolorosas de una patria desgraciada.
as
— 274 —
Exigía la justicia» cl bien de la patria y aún el interés individual, que renunciando una
ambición consejera de crímenes y usurpaciones, incliniíse la balanza el peso de los males pre-
sentes y futuros al lado de la causa apoyada sobre cl buen juicio. Si no sucedió así, a lo
menos el soberano Q)ngreso tuvo la solida satisfacción de manifestar que sus pensamientos
todos eran á favor de la Patria: i\ur. estaba libre de ese espíritu de partido que ciega y de-
grada; que no habla profanado el sanluarin de la sabiduría, traicionando sus altos deberes, y
ijue hablando á los disidentes de sus obligaciones, les hizo ver la preferencia que me-
rece una virtud sumisa y modesta, al arroj») de los que compran la celebridad por una
muerte inútil a la ])atria.
Kl Congreso Nacional habla previsto de lejos, que en un tiempo en que se hallaba per-
turbada toda la rotiicion ile la máquina política, uo era posible restituirla á la armonía de su
antiguo curso sin la fuerza motriz de un gobierno (}ue, según la expresión de un sabio, es al
sistema político lo que ese poder mislerioán (jue en el hombre reúne la acción á la voluntad.
Con esta razón general (incurrirán otras de suma importancia producidas por las circuns-
tancias del momento. La marcha oscura de la intriga y los manejos atrevidos de la ambición
hablan puesto á la Cai)¡lal en un estado de crisis peligrosa. Por todos se deseaba un nuevo
director, que con su autoridad aítiva y vigilante asegurase el imperio de las leyes, prote-
jiese el orden, y volviese al Kstado su trantjuilidad. A más de esto, no sin fundamento
se esperaba que uti d¡re<*tor supremo á nombramiento de toda la representación nacional fuese
mirado por las Provincias ron el agrado á (jue inclinan las propias obras, y no con esa descon-
fianza oculta c^ue en las de este grnero merecen las agenas. Penetrado de estos sentimientos
el soberant) Congreso, puso sus miras en un hombre distinguido ])or sus servicios, reco-
mendable j)or sus talentos, y, en su juicio, capaz por su iH^lItita decerrar la puerta á los abis-
mos. Fué este cl seu<»r (¡eneral d'»n Juan Martin ile l'ueyrriíilon, que felizmente tiene en
sus manos las riendas del Kstado. VíiSí)tros lo sabéis, ciuiiadanoSM'»»^ q"^ pulso y acierto ha
sabido fijar la suertí- vacilante ile la Patria. A su j)resen( ia. las i)asiones agitadas solo nos
dieron aquel susurro que dejan en las aguas por algún tiempo las grandes tempestades. I-os
facciosos fueron disperséis, llevando consigo la ctnifusitin y sus remordimientos.
Kl soberant) Congreso li hó de ver que una magistratura suprema sin una regla propia que
le sirviera de gula, m» jjodía gozar ile solida existencia. Por (.lesgracia el astuto provisorio que
regla el Kstado, lisonjeando demasiado las aspiraciones de ur.os pueblos sin experiencia, aflojó
alguu tanto los nudos sociales, Kl soberano C'ongreso creyó de su deber la formación de otros
que provisoriamente llenasen i-l vacío de la constitución. ;\unque sin la recomendación que
da la idea de una obra permanente, él debía eonformarsc á los principios tlel pacto social, al
genio de la Nación, á su espíritu religioso, á su moral, á sus virtudes, y á todas las necesida-
des del Kstado. Vednos aquí, ciudadanos, emj)enados en dar á la mátiuina política una acción
sin abusos y un movimientí» sin ileslruecion. No daremos un análisis de su organización,
porípie reservándonos hacerlo en brevi- de la constitución, que tomó de el muchos
artículos, esperamos esta ocasión para (juc juzguc-is rl mérito i\c nuestro trabajo.
Diremos, sin embarizo. i|ueá virtud dr cstr reglamento, auncjue el Poder Kjecutivo quedó
en la feliz impolt:ncia de ser un désj)()ta, con toilo recuj)er"'»la autoridad de (píese hallaba des-
pojado, .su nombre n<» luéya un título vano con (juesc decoraba la nulidad, sinc:) una expresión
(pie acompañada dt-l vigor debía su.s(Mtar el resprio y obrar sobre los pueblos con un
a.scendiente desccMiucido. Temible al mismo tiempo podría romper estos muros impene-
trables, (jue parecía poner al vicio á cubierto de lodc»s los esfuerzos del poder.
No menos en centinela para cjuc el abuso de la autorichul no ivisa.se á tiranía, lo estu-
vimos tambi(rn i)ara que la libertad del pueblo no dejenerase en licencia. Muyendo de esas
juntas tumultuarias para las elecci<»n(iS(le jrfes de los pueblo.s reformamos kis formas recibi-
das, y no dimos lugar á esos principios subversivos de todo orden social. Tuvimos muy pre-
sente aquella sabia máxima: ([ue es ncícsaiio trabajar todo para cl pueblo, y nada por el
pueblo; por lo mismo limitamos el cínul'» (le su acci<m ala propu(!sta de elegibles. Fué asi
como se consigui''» la traiu[uili<lad; y no abandonándolos ciudadanos sus trabajos útiles para en-
tregarse al dist'rnímirnto de matí.'rias erizadas de abrojos, dejasen de correr como al principio
todíxs los j)enodi)s del des«'irdcn.
A merced de estas justas medidas, y de otras tiuc omitimos, la patria empezó á presentar
su frente con otra dignidad, y tenía en su mano los c'lementos projnosde su fuerza; seis aiios
desjnies iban (^orricndo en <jur por parte de Ks])aha s«)steníamos una guerra injusta, insensata
y ruinosa: .solo i)i»r(|ue rebasa bamos ser sus esclavos. No sin razón creíamos que la vuelta de
Fernando VI I al trono de sus j)adres pondría lin á estas calamidades, y que entregándose á
los movimientos de una alma \'irtuosa, cuyas desgraciits hal)ían forzado a la fortuna á aver-
gonzarse de su inconstancia, reconocerla nuestros derechos á la emancipación. Todos los
pueblos de la tierra, unidor; de interés por la humanidad, tenían fíjada su vista sobre este
— 275 —
acontecimiento memorable: ó para coronar su nombre de gloria, ó para cubrirlo de una infamia
eterna. Siempre rey por autoridad, y siempre padre por ternura, pudo haber hecho la real
autoridad amable y cara á los pueblos. Mas, ¿qué hizo? ¿Escuchó con agrado la voz elo-
cuente de la razón? ¿Tuvo acojida en su ánimo la dulce persuasión á favor nuestro? ¿Los
lamentables gritos de las víctimas que se sacrifican a su nombre conmovieron sus entrañas?
No, ciudadanos, no: en su alma tenía su trono el imperio de la ferocidad, de ella sale una
voz que dice, como se dijo en otros tiempos contra los Norte- Americanos: con pueblos rebe-
lados, la clemencia es debilidad; el estandarte de la rebelión fué levantado por la fuerza:
caiga sobre las manos que lo desplegaron, y sobre todo sus secuaces, la cruel hacha de la jus-
ticia: no demos tiempo á esos amotinados para que se acostumbren á sus crímenes, á los jefes
para que afirmen su poder, ni á los pueblos para que aprendan á venerar sus nuevos amos.
A ellos se les dan pasiones, como las armas. Desplegúese á su vista la majestad del trono
español: ellos se precipitarán á nuestros pies, pasando luego del terror á los remordimientos,
y de los remordimientos al yugo. La piedad en la guerra civil es la mas funesta de las virtudes:
la espada una vez desenvainada no debe volver á su lugar, sino por la sumisión: perezcan
todos si es preciso, y á los que escapen de la muerte, solo les quede en su alivio ojos para
llorar.
Los hechos de este Rey inhumano van t^ dos al unísono de estas palabras. Traed, ciuda-
danos, á la memoria el torrente de males que os expusimos en otro manifiesto político, si acaso
no bastan los que sufris, para acreditar su crueldad; ignoraba sin duda que la paciencia tiene
un término al que sucede la desesperación: que el terror indigna mas que lo que acobarda á un
pueblo armado por su libertad; y en fin, que la naturaleza se venga de todo aquel que se atreve
a ultrajarla.
Para conocer todo el fondo de impudencia que caracteriza los hechos de este Rey,
echemos la vista sobre los españoles de la Península que irresolutos balancean entre si per-
severan bajo el yugo ó se proclaman independientes de Fernando. ¡Cómo! ¿Será burlándose
de sus Wdas que se les inclinará á la obediencia? ¿No servirá más bien esta crueldad para
endurecer sus corazones? Sí, nosotros lo sostenemos: en esa escuela de sangre, que ha
abierto ante sus ojos, es de donde ellos aprenderán á no ser sier\'os. Si llegan a sublevarse,
en ella es donde sus almas vacilantes se habrán fortificado contra sus dudas. Ellos vivían
perplejos sobre abandonar á su Rey; la voz del respeto paternal les gritaba: Deteneos, es
vuestro Soberano Y tú, legislador imprudente, tú habrás fijado su voz trémula, tú habrás
apagado en ellos la dulce ternura del amor filial; tú los habrás precipitado á la in-
surrección.
Con respecto á nosotros, los efectos aún fueron más justificados: sus excesos en uno y
otro hemisferio acabaron de borrar toda disposición á favor de su vasallaje. Perseguidos á
todos ultrajes por su fiereza, él mismo nos hizo conocer que solo la independencia era la tabla
saludable para llegar á una isla afortunada. Dimos por fin el tercer paso que nos indica-
ba la naturaleza, y nos declaramos independientes, gracias al odio irreconciliable que nos
produjo tanto bien. Ciudadanos, vednos aquí desde esta época en un siglo enteramente nue-
vo: ya no pertenecemos á la España, sino á nosotros mismos. Enemigos de un Rey ingrato,
concentraremos en adelante nuestros proyectos y nuestras fuerzas en el plan único de nuestra
felicidad. Las almas tímidas, que solo juzgan de la suerte del Estado por las menguadas
dimensiones de su fortuna, creyeron que nuestra existencia exigía siempre estar unida
á la España. Se engañaron. Verá el mundo que podemos ser autores de esta nueva
creación.
En efecto, ¿de qué aliento vigoroso no se sintieron esforzados nuestros brazos al pronun-
ciar estas palabras?: ¡Somos ya independientes, somos libres! Entonces fué cuando los co-
razones se asociaron para sostener con gloria los empeños de esta feliz metamorfosis. En-
tonces fué cuando los himnos consagrados á la libertad llegaron á componer una parte del
culto. Entonces, en fin, cuando las llamas del regocijo sucedierom en mucho á los incen-
dios de la discordia. Ciudadanos, no sin la mas tierna emoción observa el soberano Con-
greso que un enviado extranjero cerca de nuestro gobierno, penetrado de los sentimientos
que os inspiró la independencia, informa al suyo por estas cláusulas: «Esta fué una me-
dida de la mas alta importancia, y ha sido productiva de una unanimidad y decisión antes
desconocida, la saludable influencia de este intrépido y decisivo paso fué sentida á un
tiempo en todo el territorio, y dio nuevo vigor y fuerza á la causa de la Patria y estabi-
lidad al Gobierno.»
No era poco habernos desembarazado de enemigos domésticos y roto las coyundas
de un yugo aborrecido; pero mucho más pedía de nosotros nuestro propio instituto. En-
tablar relaciones amigables con las potencias extranjeras, de quienes podíamos temer que
se reimiesen á nuestro común enemigo, y conseguir el reconocimiento de nuestra inde-
I
— 276 —
pendencia. Ved aquí, ciudadanos, los gnindcs objetos que han ocup«'ido las m¿s serias y
profundas meditaciones del Congreso. Nadie hay cjue ignore, que para no descarrílane
en el laberinto de esta carrera, es necesario sepuir un orden de consejos, reñexiones y
pensamientos que salen de la esfera de los comunes. Nada menos se necesita que un co-
nocimiento exacto de los intereses que unen n desunen i las Naciones, de los objetos que
las lisonjean ó las irritan; de lr;.s fuerzas que disfrutan /» de las que carecen; una agilidad
de espíritu, cjue rcílcjándose sin (csar sobre sus projiios proyectos para extenderlos ó re-
primirlos, suspenderlas •'• i^reeipil.'irh^s, se a«om')(la al tiempo, se presta á los acontec mientos
y toma la iornia de las < iraiu.staiicias, jxtí» sin dependencia de ellas; un esj^íritu de preo-
cupación Contra la astuta política (jue asegura sus nefíociaeiones con las desconfianzas, lai
dirige Cí»n desvios aparentcp, las adelanta con lentitudes estudiosas, y nunca está mas sería
de su ténnino que i liando afecta mas distancia; en íin, un ^olpc de ojo distinto y rápido
que une los objetos á pesar de sus distancias, los distingue ;\ pesar de su semejanza, y los
concilia á pesar de su contrariedad.
No creáis, ciudadanos, que esta sea una pura teoría con que procuramos entretener
vuestra imaginación. Ks, s!, el sumario de nuestros pasos en la difícil carrera de la deli-
cada diplomacia. Puesto en nuestras manos un Kstadí^ naciente, inconstituido, /qué de di-
ficiles combinaciones no han siilo ne<esaiias para intn^ducir la razón, armada de toda su
fuerza, en el fondo de los gabinetes, ó indiferentes sobre su suerte, ó desconfiados de su
justicia, «'» ]írevcni(los < ontra su causa, ó en contradicción contra sus intereses, ó detenidos,
en fui, por el inlliijo de una ]\>lítica circunspecta? rlQur de actividad, qué de diligencia
para frustar en las cortes las sugestiones eni])«)nzoña(las de la vengativa España, y dejar
sin frutos sus eternos rescntiinií'iilos? r;(,>uc de j)rudeiicia y ilelícadeza para ajustar nego-
ciaciones, sin conij ip. meter al instad» •, con una potencia vecina que nos observa? En fin,
¿qué (le precaución, qué de ])a< iencia para contiMier el genio del mal apoderado de algu-
nos pu(?blos, lonnandíí en el seno del Kstado otro Estaclo ajxirte, sin mas política que
la de las pasiones, siempre MiJiiniidas por la autt;ridad y siempre en lucha con ella
misma?
Por el interés de nuestra «ausa, ciudadaiK'S, no nos es j^crmitido correr el velo á los
misterios que uom lian (.cnjíadi» (««n las dein¡'iN naciniio. Ell«»s M»n de t;d naturaleza que
deben obrar en silein io y ma»liiiar j^*'r jir«\uresns ¡um ]isil»les y lent')S. La justicia y la utilidad
común con (pie se recínniend;! mievti.i c;iu>a. stni del géiuTo .sublime y de un orden su-
perior á los obslá(ul«»s: (juc M¡^( it.i la intriL'a. Así trllas minarán sordamente las opiniones;
ellas filtraián exilio las aguas mancas, y chjando un dej)ós¡to profundo, fructificara el bien
con abundancia. Kntre tanto, «(.iiiíiiiéinoiios ion disfrutar de las j)otencias Europeas, esa
neutralidad tá< ita Iniídada s< •! miel deixM lio de igualdad entre Nación y Nación, como otrai
tintas j)ersonas libres (¡ue vivtn en el (\stado de la naturaleza. Es solire este principio
incontestable ijue no creyéndose ningun.i de ellas con acción á mezclarse en los asuntoi
domésticos de cada Estado, retiran su coo]>era( i»»n activa y dejan á las partes contendoras
de la ])rcsente ludia en su ])leno derecho j^aia obrar según sus intereses. El comercio,
la paz. la beneficcnMa reíípnxa ([ue redama la .sociedad universal entre todas las Nacio-
nes del globo, son sólidos bicMies (jue en su tribunal merecerán la preferencia sobre las
pretensiones injustas y acaloradas (!«• España.
Los cuidadc»s de la ^iuerra y el deseo de tomar un conocimiento mas exacto de todas
las nrlaciones (jue uiu-n los diversos intereses del I^stado, (ejecutaban al s»)berano Congreso
])ara trasladarse á la Capital, donde más «n contact») con el Poder EjíMutivo podría darse
á la causa otra celeridad, otro a< ierto. No fué sino después de haber calmadí» las agi-
taciones de varios ananjuistas, siein]>re eiiij>enados en disputarse las ruinas de la ¡^tría,
Cjue veriíicí'» el ('on^^reso su ira^latifii.
Si la naturale/a úc un manifiesto breve v sin into admiti(;se el detall de nuestras serias
ocupaciones de^(le (sta éj)oca, ]»or él d«'ber¡;i¡s medir, ciudadanos, la extcnsi<m de nuestros
cuidados. Reparar los males del Estado, al mi'-nio tieni]>o fjU(? trabajamos en formarle la
const¡tuci<m mas venia josa: ved a(|in lo que exijia de nosotros un instituto laborioso.
lj\ escasa población del Estado peilla lU* justicia (jiu! nos acercá.semos al origen de
un mal que nos daba ])or resultado nuestra < omun debilidad. Este no era otro que cü
despotí.smo del anticuo líVinien. <uyos esliamos .son siemjirc la esterilidad, la incultura y
el dcsiíTto de los camjx^s. Autorizando el Con;^r«'so al Supremo Director del Kstado para
adjudicar tierras baldias á nuev(»s ])obladi»res, (piienes cultivasen este árbol de la vida, dio
la scííal de (pie se lejjía por l(.»s senliniicnt» s de un espíritu reparador.
Las calamidades de una puerra Kir^a y di'^pendit>sa tenían aujotados los fondos públi-
cos, y í^ravado el Estado con una deutla enorme. No podía ií?norar el Condeso que el
dinero es para el cueri)o político lo (jue la san^^rc ])ara el huinaní^. Aumentar la masa
— 277 —
de estos fondos y mejorar su situación deplorable, fué lo que fijó su solicitud y sus cui-
dados. A este efecto sancionó el decreto de amortización expedido por el Poder Ejecu-
tivo, dictó im reglamento que sirviese de guia á la Comisión encargada del cobro de
deodas relativas á la Aduana, aprobó la rebaja de su arancel, el establecimiento de la caja
nacional de fondos de Sud-América, dio su existencia á un banco de rescate para el
fomento del rico mineral de Famatina, mandó establecer una callana de fundición, tuvo
su aprobación el proyecto de una casa de moneda, y trata de hacerla extensiva á los metales
de cobre. No es por movimientos rápidos que se pueden restablecer las rentas agotadas
de un Estado. El tiempo y la prudencia son los que darán este resultado feliz.
La ignorancia es la causa de la inmoralidad que apaga todas las virtudes, y produce
todos los crímenes que afligen las sociedades. El Congreso con el mayor interés escuchó
y aprobó la solicitud de varias ciudades en orden á recargar sus propios haberes para es-
tablecer escuelas de primeras letras y fomentar otras benéficas instituciones.
No hay cosa mas consoladora que ver propagado el cultivo de la educación pública.
Los trabajos consagrados por el Supremo Director del Estado al progreso de las letras en
los estudios de esta Capital, y los que se emplearán en las demás Provincias, servirán con
el tiempo para formar hombres y ciudadanos. Sensible el Congreso á sus laudables
conatos, aplicó la parte del erario en las herencias transversales a la dotación de los
profesores.
Persuadido también de que la instrucción en el ameno y delicioso ramo de la historia
natural influye con ventajas considerables en el progreso de los conocimientos humanos,
ha protejido las ideas benéficas de un naturalista recomendable por su saber.
Las recompensas nacionales son un homenaje que la patria ofrece á la \'irtud, un
culto público tributado al mérito, y un estímulo de grandes acciones. Con monumentos y
signos de honor mandó atestiguar su reconocimiento á los guerreros que han señalado su
valor en defensa de la patria, y con algunos privilegios exclusivos a favor de los in-
ventores ó introductores de las artes ha procurado domiciliar las producciones de la
industria.
Crímenes de revoluciones intestinas contra el gobierno tenían atemorizada la patria
por la tenebrosa meditación de los completados y sus frecuentes animosidades. Ningima
seguridad en el Estado, ningún lus^ar de asilo, ningún funcionario público sin peligro. El
dolor con que el Congreso advertía que nuestros códigos legales no eran suficientes para
contener la audacia de unos hombres profundamente corrompidos, le hizo concebir que
era preciso crear un nuevo tribunal de vigilancia, que con un reglamento acomodado á
las circunstancias pudiese detener el curso de estos instrumentos de venganza y pros-
cripción. Una comisión militar fué creada, y ella se emplea en purgar la patria de
malvados.
Nnnca ha sido el ánimo del Congreso, ciudadanos, llamar vuestra atención al porme-
nor de los asuntos que vuestras pretensiones particulares han elevado á su conocimiento.
No es porque no redunde en su satisfacción el que ad\irtieseis la marcha silenciosa y pa-
ciente que ha llevado un camino escabroso y lleno de aridez. Pero, ¿quién podrá seguir
el hilo en este inmenso cúmulo de aspiraciones? Con un ardor infatigable trabajábamos
en la constitución que había de consolidar vuestra felicidad; mas este pesado despacho
paralizando nuestros afanes, fué preciso que fiando los menos arduos al juicio de una
comisión, quedasen desembarazadas las atenciones del Congreso para emplearlas en el
principal objeto de su misión.
Cuando nos disputasteis, ciudadanos, á la formación de este Congreso soberano, bien
penetrados estabais, que sin una constitución permanente no podía entrar el Estado en la
lista de las Naciones, ni llamarse libre y feliz. En efecto ¿qué otra cosa es la constitución
política de un Elstado, sino ese solemne pacto social, que determina la forma de su gobierno,
as^ura la libertad del ciudadano, y abre los cimientos del reposo público? Desde luego, no
habriamos desempeñado los sagrados deberes de nuestro encargo, si en la que al presente os
alargamos, no vieseis en acción ese derecho incontestable de los pueblos para elejirse
la mejor.
En un asunto en que empeñaron todo su saber los Licurgos, los Solones, los Platones
y Aristóteles, creyeron vuestros representantes que sin el socorro de la historia, de la
política, y del cotejo de las mejores constituciones iban expuestos á traicionar toda vuestra
confianza. Así es que, para evitarlo, acercándose á estas fuentes puras, han sacado los
principios que rijen las sociedades políticas, y los han acomodado al pacto social que vais
á jurar.
Seguramente podemos decir con igual derecho que decía una sabia pluma en su caso,
que la presente constitución no es ni la democracia fogosa de Atenas, ni el régimen mona»
— 278 —
cal de EsparUi, ni la aristocracia patricia 6 la efervescencia plebeya de Roma, ni el gobierno
absoluto de Rusía, ni el desputismo de la Tunjiiía, ni la federación complicada de algunos
Estados. Pero es, sí, un estatuto (jue se acerca á la perfección: un estado medio entre la
convulsión deni()crática y el abuso del jmder ilimitado.
Por esta idea antiiijxidíi, ya advertís, ciudadanos, que deseando el Conj^reso soberano
haceros gustar de todas las ventajas que los hombres pueden j;ozar sobre la tierra, ha for-
mado la constitución presoiUe, orü;ani/and(í de un modo mixto los ])oderes legislativo, ejecu-
tivo y judicial. Dividir estos potlcres y equilibrarlos de manera que en sus justas dimen-
siones estén como encerrada.s las semillas dol bien piVi»li<*o, ved m\\i\ la obra reputada en
política jior el último esfuer/o del espíritu humano: y veil aqui también con la que ha asegu-
rado el Congre.so vucstia prosperidad. Un análisis de sus bases principales, os pondrá,
ciudadanos, tín estado de conocer i[ue ella lleva el sello de la más profunda reflexión.
Por la misma constitución del hombre. j)or ia formación de las sociedades, y por una
grande serie de nv.inumentos hist«'>ri(*os, dc.Mubrió el C«>n;.;reso esta importante verdad— que
no puede ser por nuicho tiempo un pueblo libre y feliz, sin (|ue sea su propio legislador.
Pero cuaiul<:) (|uecl<') convencido de su fucr/a, lo estuve.) en igual ^rado, que su ct.mcurso inme-
diato á la formación (lela ley, le comunitaria el carácter ijue llevan siempre las obras dd
error, del tunmlto y las pasiones. Una asamblea numerosa, de hombres por la mayor parte
ignorantes, dividiilos jK>r oj)iniont-s, por i)nncii)ios, por intereses, y «ngitados por todo lo que
ferm(»nta al reded«>r de si, no puede producir leyes sábia.s. Para hacer buenas leyes, dice
un fil<')sofo, se necesitan cabezas frias y corazones puros. Pero cuando esto fuese posible en
pcijuenos jmeblos, n<» lo sería en los vastos estados.
Estos principios Concluyen la necesidad de ejercer los pueblos su potestad legislativa por
otras manos distintas de las suyas, ])ero ele;;idas por ellos mismos; y la razón que ha tenido
el C(Ulgre^o Constituyente para formar otro compuesto de dos Cámaras, una de represen-
tantes y otra de Senadores. Kl pueblo es el oríiien y <l creador de toilo pi)der: pero no
pudiendo ejercer i)i.)r .sí mismo el le.i;islativL), es este auL^uslo Conj^rcso el depositario de su
confianza para este ministerio.
En la amovilidad de los representantes y senadori's n<» ha ])n»cunido manifestar menor
cordura este Congreso. No hay sentimiento más natural al hombre que el de extender el
poder de que está revestido. Peio un hombre transeúnte en la carrera de los empleos no
puede ser tentailo con el goce de una Hirtuna l'ugitiva.
Fué, |)ue.s, pt)reso, que el Congreso constituyente puso límites á estos cargos.
Debe también reconocerscí su piev¡si')n, lijando á tienqios señalados las sesiones del cuerpo
legislativo. Ha dcmostrailo la expeiiciu ia. y pare<'e estar en la llaqucza natural del hombre,
que una Asaml»lea legislativa siempre en íatiL^a buscando materia á .sus peq>6tuas deliberado-
ne.s, nuncainuídií ser tan feliz que la encuentre tal cual ella conviene para sancionar leyes
justas y ])roporciona(las á las jMiblicas nei^esidades. Kn este caso, la misma multiplicidad de
leyes, (jue siempre se ha mir.ido conn.» sínt«)ma de corrupción, las desnuda de este carácter
sagrado ipie comuni(*a su imi)orlancia unida á su singularidail.
Siguiendo el plan (jue se había tiazado el ( 'oiigreso Constituyente, como encargado
para levantar el cdifuio social, procedi»'» á la cicaiion del Poder Ejecutivo. Todo cuanto
puede influir á cautivar el entendimiento, lu había ]KM*suadido ipie el hombre nunca
puede gozar de libcrlail bajo un gobierno donde se hallen amal.uamadi)s sobre unas manos los
dos poderes legislativo y ejcíHilivo. Kn efecto, la voluntad del que manda es entonces la
suprema ley, tanto másráj)ida en su ejetucion, cuanto es más vivo su projno interés; obligado,
pues, á dividirh», revisti»'» con este alto poder á un solo dircMtor supremo.
Adveitiil atpií, ciuilailanos, la .sabiduiía de esta medida. Kn la ejecución de las leyes,
un centro único de poder siempre ha si<lo necesario para (pie ellas sean sui)eriores á todos los
obstáculos. Ubre entonces el magistrailo supienn^ de los concurrentes llenos de las des-
confianzas y k)S celos ípie inspira una oiliosa rivalidad, él sabrá conducir al puerto el bajel
del Estado por entre borrascas y piecipicios. í^a anarquía ábrela puerta á la tiranía, y la
tiranía forja los hierr(»s dt; la esclavitud. Iaí unidad (.leí jioder previene estos inconvenientes.
A su presencia desaparecen las turbulencias: y el trono de la ley se deja ver en todo su
esplendor.
Rodeando la Constitmion á este piimcr niagistratlo de una grande dignidad y fuerza fisici,
es como se ha propuest») imprimir en los ánimt)s un respeto saludable, y ponerlo en aptitud de
protejer las instituciones en que está fundada la prosperidad del Estado. Entre otras muchas
atribucionas, él es el jefe suprcmi» de todas las fuerzas de mar y tierra; inspector de todos
los fondos públicos: dis[)ensador de todos los empleos; tiene un influjo inmediato en los tratados
con las naci«)nes extranjenus; publica la guerra: la dirijo en todo su concurso; propone al
cueri^o legislativo proyecitjs (jue estima convenientes á la felicidad de la patria; manda ejecu-
— 279 —
tar todas las leyes; examina las que de nuevo se meditan, y goza de un veto moderado. Así
es como esta suprema magistratura tiene en sus pianos todos los resortes del Gobierno; y así
es también, como se halla autorizado para reprimir la audacia de los prevaricadores, que con
ultraje de las leyes procuran ser autores de una política subversiva.
Con sobrado acuerdo no quiere la Constitución que el Supremo director del Estado tenga
la iniciativa de las leyes, ni menos un veto absoluto. Nada sería tan peligroso como el de
revestirlo con esta soberanía. ¿Qué otra cosa produciría esa iniciativa, sino tener siempre
subordinado el ejercido de la soberanía á los antojos del Ejecutivo? Y este veto absoluto ¿qué
nos daría p>or resultado, sino abrir la puerta á la discordia, tentar al Gobierno para que
invada en su totalidad lo que ya en parte le pertenecía; y corromper los miembros que puedan
oponerse á su ambición. Cierto es que el que tiene en sus manos las riendas del gobierno,
y que como á un centro común llama todas las partes de la administración, debe conocer
todas las necesidades del Elstado y promover los medios que influyan en su alivio; pero es en
fuerza de estas mismas consideraciones que la Constitución le autoriza para proponer proyec-
tos conformes á su carácter, á sus costumbres, á su presente situación, y aun á producir un
vtio moderado, que no pasando de una simple censura, es más análogo á la naturaleza de
su poder.
A las dos instituciones sociales de que hasta aquí hemos hecho mención, añadió el
Congreso Constituyente una Corte Suprema de Justicia con la investidura del Poder Judicial.
Razones no menos poderosas que las pasadas dieron nacimiento á esta separación. Un legis-
lador y juez á un mismo tiempo, vendría á ser no pocas veces, juez en su propia causa. No
parece sino que en cierto modo venga el legislador su ofensa personal, cuando juzga del
ultraje inferido á su misma ley: teniendo entonces que infligir penas contra el agresor se halla
expuesto éste á ser víctima de su pasión. Otra es la disposición de un mero juez, cuyos
sentimientos menos agitados, porque no ve insultada ninguna de sus obras, escucha en
silencio la voz de la razón.
Por lo demás, las funciones de los que ejercen este poder, se reducen á sostener con
fuerza la verdad en el templo de la justicia. A fin de que ellos sean órganos fieles de la ley,
instruyéndose constantemente de su espíritu, dispone la Constitución aue duren en sus plazas
lo que dure su probidad de vida y buena opinión. Poderlo todo á favor de la justicia, y
no poder nada á favor de sí mismos, es el estado en que la misma Constitución pone á sus
ministros. El texto de la ley, claro y expreso, es todo lo que ellos pueden sobre el ciu-
dadano. De este modo quedan sin efecto los consejos peligrosos de ese amor propio que,
con interpretaciones arbitrarias, aspira á capitular con la ley, y encontrar un medio aparente
entre el vicio y la virtud.
Nada habría hecho el Congreso Constituyente, si dividiendo los poderes, no los hubiese
equilibrado, de manera que el ejercicio de cada uno se hallase contenido en sus justos límites.
Más ó menos autoridad de la que les correspondía, ó hubiese favorecido el desorden, ó
provocado á la insurrección, ó consagrado la tiranía. Demos por ahora, ciudadanos, una
ojeada rápida sobre la Constitución presente, y veremos alejados de ella estos escollos.
La facultad de formar leyes sería por lo común llevada a los últimos excesos, si pudiese
perder de vista que su objeto es unir á los ciudadanos por un interés común. Los hombres
entonces, opresores ú oprimidos, sufrirían los mismos males que en el estado de naturaleza.
Advertid, ciudadanos, la denodada atención del Congreso Constituyente para contrabalancear
esa facultad y prevenir todos sus abusos. Pasemos en silencio las formalidades de la Consti-
tución, para que tenga acceso un proyecto de ley; nada digamos en orden á la mayoría de
sufragios requerida en su aprobación; y fijemos la vista, así sobre el influjo de los dos
cuerpos deliberantes, como sobre el que tiene el Ejecutivo en la formación de la ley. Per-
suadido el Congreso que sin que ésta fuese pesada en distintas balanzas, jamás presentaría
la imagen de la imparcialidad, fué que dividió en dos cuerpos de intereses distintos por
algunos respetos ese Poder Legislativo. Una Cámara de Representantes y un Senado son
esos cuerp)os encomendados de esta augusta función. Leyes iniciadas en cualquiera de ellas,
discutidas en ambas, pasadas por la prueba de la censura del Ejecutivo, revisadas nueva-
mente y sancionadas por dos tercios de sufragios, jamás podrá dudarse que son el fruto
de la reflexión profunda, del juicio severo, de la madurez del espíritu; y que equilibrando
^Á los poderes, la Constitución purifica las leyes de todas las sugestiones del amor propio,
Y aún de las pequeñas faltas del descuido.
No seria menos funesto á la libertad el Poder Ejecutivo que el Legislativo sin equili-
brio, si revistiendo el Congreso con la fuerza armada, no hubiese tomado en la Constitución
las medidas que dicta la prudencia para mantener la balanza en igualdad. Sabido es, que
las leyes enmudecen á vista déla fuerza. Un magistrado armado siempre es emprendedoi;
jT de la violadcn de las leyes á la tiranía el camino es corto. Pero, ciudadanos, vivid se-
— 280 —
f^ros de esta usurpación. La fuerza física, que en la paz sirve de apoyo al Ejecutívo, se
halla mitigada ¡>or la fuerza moral qui; sirvd de 1)aluarte al Legislativo. Esa conñanza en-
tera, ese amor sincero i!e los jnicblos á unos representantes de su elección, depositarios
fieles do. su fortuna, de su libcrtail y aún di.' su existencia, y cuya causa personal se halla
identificada con la suya: ved a(}ui, ciudadanos, en lo (jue ella consiste. Sería demasiada
presunción de* un magistrado sii])rcni(> persuadirse í|ue en «aposición de esta fuerza moral
podía invadir impunemente los derochos sagrados de la Legislatura. En la escuela de todos
los siglos debería haber aprt'udido que esa liierza moral, aunque fundada sobre las ñbras
blandíis del C(jrazon y (h.'l cerebro, es inc«.)ntraslable; y que aspirar á destruirla, es destruir
su poder mismo. Kn efecto, l(»s jmrblos no lard.'irlan en armarse para vengar una ofensa
que mirarían (onm jiropia, y aniquilar un temerari») que intentaba construir su fortuna
sobre las ruinas de la libertad.
Sin duda que la guerra puede ser la ocasión mas favorable á esc ambicioso para poner
en práctica el :iesdichado talento de no escu<liar la razón, y j>rocediendo por la vía de hecho
atacar nuestra libertad. Pero entrando el Congreso Constituyente en el corazón del hombre, y
conociéndola marcha de las pasiones, ]>revino las c-onsecuencias de este paso resbaladizo.
Con ese instinto de j)recaiu.:¡on(jue ha presidido á sus deliberaciones, equilibró los pasos de la
guerra. El Congreso Soberano la medita, la ajusta, y la declara: el Poder Ejecutivo la publica,
levanta los ejércitos y los ilirije, jhto aún hay más: sin los nueví)s subsidios que ella exige, no
hará esc ambicioso siut) vanos e>fuerzos con (|ue contentar su pasión. Su facultad se extiende
al desnudo hecho de soliritarlos; la del Congreso á alargarle la mano con medida, y hacerle
siempre sentir su dependencia.
Cuando el Congreso C'onstituycnte autorizó al Poder Ejecutivo con la doble facilitad de
disponer de los fondos públicos, y distribuir honores y dignidades, bien .sabia lo que ella
j)ucde en las manos de un ambicioso para ganarse aliados, ctjrrompiendo la virtud misma;
pero también sabía (pie la Constitución abría caminos para detenerlos en la carrera desús
empresas. Contra ese principio desorganizad» )r, (juc nace, crece y se fortifica en el seno de
la corrupción, iiuiere la ley fundamental (pie el Poder Ejecutivo vaya enfrenado por las
reglas que est;iblece el legislativo en el manejo de los caudales; y que si es de su resorte
poner empleados en los j)ucNtos, sea también del de este último acusarlos por una Cámara,
y sei)ararlos p« >r la « )tra. Así se ve t|ue las dcsviaciiines ilcl gobierno supremo se hallan contenidaí
en esta parte i)or la Constitución, y reducido su inllujo al puro bien social.
Si analizanms más la C«)nslilucion. todo nos hará ver que está trazada en justas propor-
ciones. El Ejecutivo celebra los tratailos con las demás naciones; el Senado los aprueba 6
rechaza, según la f(»rma ccmslitucional. Nada más justo en el orden de los principios que deben
regir á una nación sabia y ceio>a de su libertad. El objeto de estos tratados, es conservar la
balanza política entre sus di\'ers<)s intereses y fuerzas; es combinarlo de tal modo que ninguna
l)0tcncia ])ueda ])n-valecer sóbrelas otra.s oprimirlas «'» conquistarlas. L¿i razón clama porque
el primer magistrado déla ki'i)úbli( a, cuyo destino es poner en movimiento todos los ramos
de la administración, penetrar por .sus embajadores los gabin<ítesde los príncipes, y arreba-
tarles sus .secretos, tenga una parte muy activa en la celebracicm de estos convenios; pero se
trata ile la suerte del Estado, y en estos asuntos su j)oder no es más (juc un anillo, que enla-
zado con el legislativo, forma la cadena s«m ial. La coni:urrencia de ambos es la que comunia
la chispa elcctriía ([ueda la vida á la stu ii-dad.
Acabando de hacer ver el e(iuiIibrio de esta K'V ct^nstituiional, llamamos vuestra atención,
ciudadano.s, á la libertad de la prensa, (jue os fraiKíuea con generosidad. Constituido el pueblo
en tribunal censorio, puede decirse (pie lleg''» á su perfección el equilibrio de los poderes, y
aseguró sus ba.ses la libertatl civil. Sin esto la verdail, débil en tiemjx)s de vuestros tiranos, no
se atrevía á ver la luz, y temblando ante los mismos que tlebla intimitlar, merecía la censura
que debía liacrrsc. Peto, ¡qur tu«-r/.a vai«iiil. (pié (Muiría Li de es;i verdad, cuando con la
liberlail déla pivilca rii obla .^us dí-ntí Ims! ¡(^)ué aLíuiioii pai a los buenos, y qué freno ¡xira los
hombres i\ur abusan de su podei! A( oidaos, les decía á un piíncij)e un íilós«)fo, que cada dia
de vuestra vida es una li<.»¡a tle tu historia. Ninguno hay tan inmoral y bajo para el que la
estimación públi(*a no sea en el fon<lo del alma un decidido objeto de su amor propio. Esta
libertad bien ampliada os hablará con esa noble firmeza (pie el amor constante de la patria
inspira á todo buen ciudadano, y hará que se avergüencen los malvados de parecer á la íaz de
vuestro tribunal.
Cuandi » el congreso constituyente, equilibrando los podcre.s, se propuso establecer la libertad
sobre bases inmóviles, sabía muy bien que este choque per[)éluo de los pesos daba algún
alimento á las agita(?¡ones moderadas. No creáis, ciudadanos, que ellas puedan llevarnos al seno
de la anarquía. L'na libertad bien afirmada i)reviene sicmi)ie ese desorden social. La balana
délos poderes está equilibrachi; los derechos tienen garantía, y la licencia un freno. Temed, ai,
— 281 —
cuando nos vieseis (por servirnos de la expresión de un sabio) vegetar en un reposo parecido al
entorpecimiento de un paralitico. La ambición siempre se aprovecha del sueño de los demás,
y ella nunca duerme.
Para el final complemento de la Constitución no ha omitido el Congreso Constituyente la
declaración de esos vuestros derechos esenciales, de que ó jamás pudisteis renunciar sino en
partes ó que había alterado la corrupción. Fué preciso á vuestros tiranos que cerrasen
los archivos de la naturaleza, para que no pudieseis encontrar los justos títulos de vuestra
libertad, igualdad y propiedad. Ellos se os abren á vuestra vista. Ellos borrarán de vuestra
memoria la humillante historia de vuestros antiguos ultrajes. Ellos desterrarán las preocu-
paciones de esos seres privilegiados, que insultaban con su fausto vuestra miseria. Ellos deben
dar emulación á los talentos, aplicación al trabajo, respeto á las costumbres. Perpetuamente
respiraréis en adelante el amor al bien, á la patria, á la justicia. De intento no os hemos
presentado hasta aquí la religión católica, apostólica, romana, como la dominante entre nososotros,
y como la primera ley del Estado. Acrc^ditar esta resolución entre pechos tan religiosos, acaso
lo miraríais como ofensa y creeríais que se aplaudían vuestros representantes de no haber
cometido un delito. Dejemos ese cuidado principalmente para aquellos Estados donde una
criminal filosofía pretende sustituir sus miserables lecciones á las máximas consoladoras de
un Evangelio acomodado á nuestra flaqueza. Por lo demás, el Congreso constituyente ha
creído que no eran del fuero de la ley las opiniones particulares que no interesan al orden
público» y que el corazón humano es un santuario que debe venerar desde lejos.
Al leer la historia de las antiguas naciones, os asombrareis, ciudadanos, de sus disturbios
y disensiones sin ribera. Después de mil debates terribles, era el último resultado abandonar los
pueblos i la suerte siempre incierta de las armas. Mal combinados los poderes, sin una linea
fija que los demarcase, sin equilibrio las fuerzas, nadie era tan superior á sus flaquezas, que
no le hiciesen ilusión sus pasiones. Todo era efecto de que la política aun no había salido
de su infiínda. Las luces de los siglos posteriores acabaron de perfeccionarla: y todas han
venido en socorro de la constitución que os presentamos. No ha cuidado tanto el congreso
constituyente en acomodarla al clima, á la Índole y las costumbres de los pueblos en uu
estado donde siendo tan diversos estos elementos, era imposible encontrar el punto de su
conformidad; pero, si, á los principios generales de orden, de libertad y de justicia, que
siendo de todos los lugares, de todos los tiempos, y no estando á merced de los acasos,
debían hacerla firme é invariable.
Después de nueve años de revolución, llegó por fin el momento, ciudadanos, que tuvié-
semos una constitución; ella encierra los verdaderos principios del orden social , y está dispuesta
de manera que comunicando un solo espíritu, críe el genio de la nación. Las legislaturas
venideras la acercarán mas y mas á su perfección , y la pondrán en estado que pueda
respetarla la mano del tiempo. Se dice comunmente que todas las naciones corren los
penodos de la vida hasta la decrepitud en r^ue perecen. Nosotros desmentiremos esta máxima,
si siempre en centinela de la constitución hacemos que renazca con ella la nación misma.
Por lo que respecta á nosotros, no ambicionamos otra gloria que la de merecer vuestras
bendiciones : y que al leerla la posteridad, diga llena de una dulce emoción : Ved aqui la
carta di nuestra libertad^ estos son los nombres de los que la formaron, cuando no existíamos, y
ios que impidieron que antes de saber que éramos hombres, supiésemos que éramos esclavos.
Ciudadanos : o renimcíamos para siempre el derecho á la felicidad, ó damos al mundo
el espectáculo de la unión, de ¡a sabiduria y de las virtudes públicas. Mirad que el interés
de que se trata encierra un largo porvenir. Un calendarío nuevo está formado : el dia que
cuente en adelante, ha de ser o para nuestra ignominia, ó para nuestra*gloría. — Dado en la
Sala de Sesiones, en Buenos Aires, i 22 de Abril de 1819. — Dr. Gregorio Funes. — Ignacio
NMn^ Pro-Secretario.
Ley de la Le^sUtara de Buenos Aires, cediendo el territorio del Municipio de la ciudad, que
ha sido declarado Capital de la República
El Senado y Cámara de Diputados, etc.
Articulo i^ A los efectos del articulo 3° de la Constitución de la Nación, la Legisla-
Una de la Provincia cede el territorio del Municipio de la ciudad de Buenos Aires, que
ha sido declarado Capital de la República, por la ley nacional de Setiembre 21 de 1880.
Art 2^ Queda facultado el Poder Ejecutivo para celebrar con el Gobierno Nacional los
— 282 —
arreglos necesarios al cumplimiento de esta ley, debiendo someterlos á la aprobación de la
Legislatura.
Art. 3® Mientras el Honorable Ompreso m^ dicte leyes de impuestos para la ciudad,
ésta abonará las contribuciones generales y municipales que actualmente paga, con excep-
ción del im])uesto para alcoholes y tabacos, que solo se cobrará el 31 de Diciembre del ano
presente.
Art 4° Comuniqúese, etc.
Dada en la Sala de Sesiones de la Legislatura de la Provincia, á veintiséis de No-
viembre de mil ochocientos ochenta.
NicoLÍs AciiÁvAL. Juan Darquier.
Manuel J, Laincz^ J. M. Jordán (hijo),
Secretario. Secretario.
Biicuos Aires, Diciembre <> ile 1b^).
Cúmplase, comuniqúese, publiqucsc c insértese en el Registro Oficial.
ROMERO.
C.xRLos A. D'AMica
^Iariaxo Demaria.
Es copia —
Cristian Demaria,
Oflcial Mayor.
CASA DE JUSTICIA
La Casa do Justicia ó Cabildo, roiiu) se lo llama, os la residencia del Poder
Judicial, ejercido por una Corte Suprema de Justicia y los domas tribunales
inferiores.
CORTE SUPREMA
El Tribunal de laSujíroma Corte es desempofiado por cinco Ministros de
la Corte, un i>rocurador í^eneral, dos secretarios relatores, un ugicr, dos ofi-
ciales 1°", un oficial auxiliar, dos escribientes, un escribiente para el procura-
dor, un intendente v dos ordenanzas.
El fomento da la biblioteca, trastos de oficina, extraordinarios, pensiones,
etc., y el sosteniraiento del cuerpo de empleados, cuestan al Tesoro Nacional
la suma men.sual de $ r).r)9r),r)0.
La Corte Suprema conoce: ori;rínaria y exclusivamente do las causas
concernientes á embajadores, ministros, cónsules y vice-cónsules extranjeros
y en las que una provincia fuese parte— en grado do apelación ó nulidad, de
las causas en que hubiere duda sobro la jurisdicción á que corresponden ó se
decidiese en última instaacia á ser regidas por loyes provinciales, como tam-
-583 -
Fde las en que han conocido ya los Tribunales Superiores de Provincia —
Wi caso de discordia, impedimento, rocusaciou ó excusación justificadas de
ano 6 más miembros de la Corle, es integrada por abogados particulares que
aita designa — para dictar sentenciase requiero la presenciado la mayoría
absoluta de sus miembros — de sus fallos no hay recui-so alguno, á excepción
iel de revisión — la Corte noml>i^ \' i-nnmr've >.ns emnleatios subalternos.
¡Bte Tribunal conoce en 1' instancia: de las causas que afecten intereses
í ó más provincias, de una provincia y un vecino ó vecinos de otra,
idanos ó subditos extranjeros — de una provincia y un Estado extranjero —
i las referentes á embajadores, ú otros ministros diplomáticos extranjeros, á
s personas que componen una Legación, etc., — de las que versan sobre pri-
logios y exenciones de cónsules y vice-c6nsules extranjeros en su carácter
Iblico — por apelación, de las sentencias definitivas en las causas criminales
¡ciadas ante Jueces de Sección y en las civiles antedichas, siempre que el
üor disputado exceda de doscientos pesos — la sentencia de 2' instancia es
eculiva, ya la confirme ó revoque.
De las sentencias definitivas pronunciadas por los Tribunales Superiores
i Provincia puede apeiai-se ante la Corte : cuando en un pleito sea materia de
lestion la validez de un tratado, de una ley del Congreso ó de una autoridad
creída en nombre de la Nación, y la decisión fuese contra la validez cuando
idez sea materia de cuestión por pretender que ella es repugnante ú la
1 Nacional, tratados 6 layes del Congreso, y se sentencie en favor
— 284 —
de la validez de la ley ó autoridad de provincia — cuando se forma cuestión sobre
la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución^ de un tratado, ley [del
Congreso ó comisión de autoridad nacional, y la decisión fuese contra la
validez del título, derecho, privilegio, etc., que se funde en dicha cláusula.
CÁMARAS DB APELACIÓN
Las Cámaras de Apelación son dos, una en materia civil y otra en ma-
teria criminal, correccional y comercial.
La primera se compone de : cinco vocales, un secretario judicial, otro
auxiliar, dos ugieres, un oficial auxiliar, otro inferior, seis escribientes y dos
ordenanzas.
La segunda de : cinco vocales, un secretario judicial, otro auxiliar, un
escribiente, un ugier, un oficial auxiliar, otro inferior, tres escribientes más y
dos ordenanzas: el Presupuesto Nacional asigna para el sostenimiento de los
empleados de ambas Cámaras y gastos de oficina, fomento de biblioteca, visi-
tas de cárceles, etc., la suma mensual de $ 9,174.
La Cámara de lo Civil, conoce en última instancia: de los recursos contra
las resoluciones de los respectivos Jueces Letrados — de los recursos de fuerza
contra las de las autoridades eclesiásticas — de los recursos contra las de la
Municipalidad, en asuntos de carácter contencioso-administrativo.
La Cámara do lo Criminal, Correccional y Comercial conoce de los recur-
sos, en última instancia, contra las resoluciones de los respectivos Jueces
Letrados.
Ambas forman Tribunal con el Presidente y dos Vocales para decidir
sobre los recursos interpuestos contra resoluciones interlocutorias — los Vo-
cales de cada Cámara deben turnarse men.sualmente — para juzgar definitiva-
mente, las Cámaras proceden con el número íntegro de sus miembros, pu
diendo verificarlo también con tres ó cuatro de sus miembros siempre que las
partes no exijan integración ó que las Cámaras no lo ordenasen.
Para las causas criminales que mereciesen pena de diez años ó mas, la
Cámara respectiva resuelve con el número Integro de sus miembros — la pena
de muerte solo puede imponerse por el Tribunal Integro y con unanimidad de
votos. Las Cámaras funcionan todos los dias hábiles y son públicas sus audien-
cias. Para ser miembro de las Cámaras es necesario ser ciudadano mayor de
treinta años, haber ejercido la profesión de abogado durante seis años en el
país, ó desempeñado alguna magistratura; su nombramiento es hecho por el
Presidente de la República, con acuerdo del Senado — las disputas de compe-
tencia entre las Cámaras son decididas por la Suprema Corte — no pueden ser
simultáneamente jueces de una misma Cámara los parientes consanguíneos ó
afines dentro del cuarto grado civil — cada Cámara ejerce superintendencia
sobre los Tribunales y funcionarios inferiores de su ramo y dicta reglamentos
para la mejor administración, con aprobación de la Corte Suprema, que es el
— 285 —
Tribunal superior de toda la administración de Justicia— las Cámaras deben
velar por el orden y disciplina de los Tribunales, oficinas y funcionarios de su
dependencia, y promover ó proponer las mejoras necesarias para el más fácil
desempeño de la administración de justicia
La Cámara de Apelación en lo Criminal, Correccional y Comercial ha
tenido el siguiente movimiento de causas en los Juzgados respectivos.
Los de los primeros han intervenido en 2.759, habiéndose iniciado 2.149
durante todo el año 1885, de las cuales fueron resueltas 982 por los Juzgados
del Crimen y 1049 por el de lo Correccional, quedando una existencia en los
primeros de 561 y de 167 en el último — de las causas concluidas, 574 fueron por
sentencia definitiva, elevándose por apelación á la Cámara 103 y en consulta 124.
Los de comercio intervinieron en 9437 causas, de las cuales 2435 fueron
iniciadas durante el año, quedando concluidas 2253, de éstas 209 por sentencia
definitiva.
La Cámara intervino en 718 causas — 327 criminales y 391 mercantiles,
de las cuales se resolvieron 648, quedando en tramitación 70.
De las sentencias definitivas dictadas por la Cámara, en lo criminal y
correccional, fueron confirmadas 229, reformadas 12 y revocadas 11 — en lo
mercantil, confirmadas 55, reformadas 1 v revocadas 10.
De los autos interlocutorios, de los dos primeros, se confirmaron 42,
reformados 3 y revocados 2 — en lo mercantil, confirmados 192, reformados 37
y revocados 54.
El movimiento de presos: 512 en los Juzgados del Crimen y 907 en los de lo
Correccional, de los cuales 609 fueron condenados y 90 absueltos, saliendo por
diversas causas 490. — 77 individuos fueron escarcelados bajo fianza.
De los condenados fueron mujeres 19 y menores 171 — los delitos más
frecuentes fueron: heridas, hurtos, robos, estafa y homicidio — las condenas
fueron: á presidio, 6— á penitenciaria, 13- -á confinamiento, 5— á prisión, 138—
á arresto, 444— á multa, 2— y á penas diversas 2.
La Cámara de Apelaciones en lo Civil presenta el siguiente movimiento
verificado durante el año 1885.
Sentencias definitivas 121
» interlocutorias 559
Decretos y providencias de trá-
mites 5321
Informes de Secretaría 187
Acuerdos de Superintendencia. 13
Legalizaciones 2735
Oficios librados 645
Los Juzgados en lo Civil, han dado este resultado:
Asuntos entrados en el año 3675
Sentencias definitivas pronunciadas 941
» interlocutorias 3728
Expedientes que pasan al año 1886 24139
— 2SG —
JUZGADOS DE PRIMERA INSTANCIA
Los nueve Juzgados de primera Instancia de que se compone la Admi-
nistración de Justicia, están formados de la manera siguiente:
Juzgados en lo Civil: cuatro jueces letrados, veinte y cuatro escribanos
secretarios judiciales, veinte y cuatro oficiales auxiliares, cincuenta y dos
escribientes, cuatro oficiales do justicia v cuatro ordenanzas.
Juzgados en lo ('omei'cial: dos jueces letrados, doce secretarios judiciales,
doce oficiales auxiliares, veinte y cuatro escribientes, dos oficiales do justicia
V dos ordenanzas.
Juzgados en lo(?r¡m¡nal: dos jueces letrados, cuatro secretarios judiciales,
cuatro oficiales auxiliares, cuatro escribientes, dos oficiales de justicia y dos
ordenanzas.
Juzgados en lo Correccional: un juez, dos secretai-ios judiciales, dos
oficiales auxiliares, dos escribientes, un t)ficial de justicia y un ordenanza.
Los gastos de oficina, publicaciones, extraordinarios, etc., agregados al
costo del sostenimiento de los empleados do estos Tribunales, imponen al
Tesoro emolumentos por valor do § 27ÍÍH mensuales.
Los Jueces Letrados son nombrados por el Presidente de la República,
con acuerdo delSenado — sus empleos duran mientras observan buena conducta
— para ser juez letrado debe ser ciudadano, tener treinta años de edad, haber
ejercido en el país durante cuatro ailos la profesión de abogado ó «lesempenado
en el mismo término una magistratura — dan audiencia diariamente y pueden
habilitar dias y horas foi'iados— sus resoluci<")nes, despachos, etc., son
firmados por elK)s y autorizados con la firma de un Seci'etario — pueden
reconveniry penar á todos sus subalternos por mal desempeño de sus obliga-
ciones, faltas contra su autoridad v decoro, desa(*.ato, ote
Los Jueces de lo (^ivil conocen en T instancia en todos los asuntos regidos
por leyes civiles, con las limitaciones correspondientes — en 2* y última instan-
cia de las apelaciones y demás recursos promovidos contra resoluciones de
Jueces de Paz en materia civil — sus sentencias son apelables en 2* y última
instancia ante la respectiva Cámara de Apelaciones.
Los Jueces de Comercio conocen en V instancia en todos los asuntos regi-
dos por el Código y leyes de comercio, con las correspondientes limitaciones
en 2* y última instancia, de las apelaciones promovidas contra resoluciones de
Jueces de Paz en materia comercial — de sus sentencias puede apelarse, en 2*
y última instancia, ante la respectiva Camarade Apelaciones.
Los Jueces de lo Criminal conocen en juicios por delitos que merezcan
pena mayor de un ano de prisión 6 mil pesos de multa — por defraudación de
rentas fiscales que afecten intereses de la Capital — pueden intervenir en los
juicios por jurados, pero únicamente para aplicar las penas correspondientes,
previa declaración del Jurado.
Los Jueces de lo Correccional conocen en 1' instancia de todos aquc-
— 28? -
los delitos en los que la pena sea mayor de cuatro dias de arresto ú ocho
3esos de multa y no exceda de un año de prisión ó mil pesos de multa —
30 2* y última instancia, de las apelaciones contra resoluciones de Jueces
le Paz en asuntos correccionales — sus sentencias son apelables ante la
Z!ámara respectiva, en 2* y última instancia
JUZGADOS DE MENORES
La guarda y protección oficial de los Menores é incapaces está á cargo
ie dos defensurías cuva jurisdicción se extiende al Norte la una v al Sud
ia otra de la calle Rivadavía, que sirve de linea divisoria.
El personal de que se componen ambas Defensurías es como sigue:
ios defensores de menores, dos oficiales de secretaría, dos asesores letra-
dos para los defensores, dos habilitados cobradores, cuatro escribientes,
cuatro ordenanzas, que con los gastos de oficina cuesta su sostenimiento
al Tesoro Nacional la suma anual de $ 21576.
Son deberes y atribuciones délos empleados de las Defensurías: rehu-
sar cualquier compensación de las partes por sus servicios y en ningún
caso cobrar emolumentos, bajo pena de expulsión — prestar servicio en cual-
[juier momento que lo requieran sus jefes, dentro y fuera de las horas
Dficiales — la responsabilidad del Asesor y Defensor es conjunta cuando la
opinión de ambas concuerda, y exclusivamente del último en el caso de
separarse del dictamen del primero — los Asesores pueden dictaminar por
escrito ó verbalmente, á petición de los Defensores — no pueden hacerse
cargo como Abogados, de menores ó incapaces que estén bajo la protec-
ción de las Defensurías — la ausencia de un Defensor debe ser llenada por
3l otro, y si ambos no pudiesen prestar sus servicios, los reemplazará un
Asesor ó letrados nombrados por los Defensores si aquellos se encon-
trasen en igual caso — las multas impuestas por los Defensores en desem-
peño de sus funciones son depositadas en el Banco Nacional, dando cuenta
al Ministerio de Justicia — es deber ineludible de los Defensores hacer que los
menores é incapaces reciban la instrucción primaria y aprendan un arte ú
oficio— anualmente deben presentar al Ministerio respectivo una memoria
sobre el movimiento de las Defensurías á su cargo, proponiendo las reformas
que fueren necesarias — deben colocar en el Banco Nacional á usuras pupi-
iares los dineros de menores é incapaces que estén bajo su acción — cual-
quier persona residente en la Capital debe concurrir á las Defensurías á
prestar las declaraciones que se solicitaren — la persona que tuviere sin auto-
rización legal menores huérfanos de padre y madre en su poder, debe, en
15 dias, poner en conocimiento de la Defensuría á que corresponda, para que
provea lo mas conveniente-^sufren pena proporcional aquellas personas que
— 288 —
no llenasen las obligaciones contraidas ante la Defensuría para tomar á su
cargo uno ó mas menores o incapaces — la colocación de menores se hace por
previo contrato— la inspección á los establecimientos de beneficencia y ca-
ridad pueden hacerla los Defensores por lo menos una vez al mes — todos
los establecimientos y asociaciones de beneficencia, casa de expósitos, etc.
deben pasar por turno á cada Defensuría mensual mente un informe sobre
las entradas de menores é incapaces, sin padres, tutores ó curadores y de
aquellos que pueden salir colocados — los Defensores pueden pedir al Gobierno
y Municipalidad subvenciones para sostener y fomentar los establecimientos
hospitalarios de menores ó incapaces— las Defensurías llevan por orden alfa-
bético de apellidos los libros siguientes: de actas, de contratos, registro de
menores, do incapaces, de depósitos á la orden del Defensor, entrega dedepó-
sitos, copiador de notas, comparendos, etc
El movimiento que ha tenido lugar en cada una de las Defensurías du*
rante el año, se distribuye do la manera siguiente :
Sección Norte
Los fondos depositados á favor de Menores dan este resultado:
Existencia en 31 de Diciembre de 1884.... $ 4282 — i
Por Depósitos hasta igual fecha de 1885.. $ 3168.42 7810.89
» Intereses capitalizados » 36().47 » 3528.89 j
Dinero entregado á Menores en 1885 668.43
Existencia en 31 de Diciembre de 1885.. $ 7148.46
El movimiento de Menores habido en esta Defensuría es como sigue:
Entraron 448, siendo varones 195 y mujeres 253, que tuvieron el siguiente
destino y distribución: colocados por la Defensuría, 208 — entregados ásus
deudos, 120 — contrajeron matrimonio, 32 — pa.sados á disposición del de-
fensor, 9— á la Escuela de Cabos y Sargentos, 2— á la Escuela Naval, 2— al
Asilo de Niños Desvalidos, 8— al Asilo de Huérfanos, 8— al del Buen Pastor,
10 — á la Casa de Ejercicios, 6 — al Hospital, 5— á la Casa de Niños Expósi-
tos, 5— llegaron á su mayor edad, 8— se fugaron, 10 — fallecieron, 1— y envía-
dos á los talleres de la Penitenciaria, 14.
Por nacionalidad, eran, argentinos: 315 — italianos, 67 — españoles, 28—
orientales, 10— franceses, 15— paraguayos, 11 — y suizos, 3.
Por edad eran: 35 de 1 á 5 años— 36 de 5 á 10 años — 86 de 10 á 15 aflos
y 291 de 15 á 22 años.
El movimiento de correspondencia habido durante el mismo año ofrece
el siguiente resultado: Notas dirij idas, 1966 — Notas recibidas, 361.
— 289 —
Sección Sud
El movimiento de fondos de Menores verificado durante el año dá el
resultado siguiente:
Existencia del año 1884 $ 18,866.48
Recibido en todo el de 1885 » 1,425.67
$ 20,292.15
Entregado á Menores en 1885 » 1,315.26
$ 18,976.89
El movimiento de Menores habido en esta Defensuría es como sigue:
entraron 401, siendo varones 200 y mujeres 201, que tuvieron la colocación
y destino expresados á continuación: colocados particularmente 199 — entre-
gados á sus parientes, 130 — ala Escuela de Oficios, 51 — á la Santa Casa de
Ejercicios, 7 — al Asilo del Buen Pastor, 10 — y al Hospital de mujeres, 4.
Por nacionalidad eran: argentinos, 327 — italianos, 41 — españoles, 27 —
y orientales, 6.
Su movimiento de correspondencia: Notas dirijidas, 1772 — notas reci-
bidas, 355.
ARCHIVO DE LOS TRIBUNALES
Esta oficina se compone de : un archivero, un sub-archivero, dos oficia-
les auxiliares, dos mas inferiores, seis escribientes y un ordenanza, cuyo
sostenimiento y gastos de oficina imponen al Tesoro Nacional una erogación
mensual de $ 1.244.
El Archivo está formado : con los Protocolos de todas las Escribanías de
Registro existentes,menos los cinco últimos que quedan en poder de los Escri-
banos de Registro y con los expedientes archivados en las Secretarías y de-
más oficinas de actuación ó Registro de la Capital — los Secretarios de cada
tribunal de la Capital remiten los expedientes que deben archivarse en los
dos primeros meses del año y los Escribanos de Registro el Protocolo corres-
pondiente^ conservando siempre en su poder los registros de los cinco años
últimos— el archivero se hace cargo de los expedientes y Protocolos, exami-
nando su estado y las circunstancias que en ellos notase, devolviéndolos si
adolesciesen de alguna irregularidad — el Archivo está organizado por orden
de oficinas, colocando en cada una de ellas los expedientes y Protocolos que
respectivamente les corresponde, formando el archivero un Índice para cadn
oficina, y dos Índices generales, uno de escrituras y otro de expedientes —
en los de escrituras, debe expresarse los nombres de los otorgantes, fechas
37
— 290-
de las escrituras, nombres de los Escribanos y oficinas y objeto de ellas y
en los expedientes, los nombres de las partes, Juez, oficina actuaría y objeto
dcljuicio — los protocolos no pueden ser extraídos del Archivo sino en caso
de fuerza mayor y en cuanto á los expedientes solo en virtud de orden escrita
do un Juez y por el término de sesenta días — los Registros y Archivos son de
propiedad pública
•*«••
El movimiento habido en el Archivo durante el año, presenta el re-
sultado siguiente:
Notas dirigidas por esta oficina 420
» recibidas 301
Testimonios expedidos en fojas 1450
Certificados » » » 264
Informes » » » 103
Mandamientos sobre anotación 32
Expedientes remitidos á los Juzgados 451
» » á la Provincia do Bue-
nos Aires 3
Total 3030
REGISTROS D£ LA PROPIEDAD, DE HIPOTECAS. DE EMBARGOS É INHIBICI0NB8
En esta oficina do Registro deben inscribirse: los títulos traslativos de
dominio de inmuebles ó derechos reales — impuesto sobre los mismos — ^los títu-
los que constituyen, reconocen, modifican 6 ostinguen derechos de hipotecas,
usufructo, uso, habitación, servidumbre ó cualíjuier otro derecho real— los
actos ó contratos en virtud do los cuales se adjudican bienes inmuebles 6 de-
rechos reales — los contratos de arrendamiento de bienes raices por tiempo
determinado, que exceda deun ailo — las ejecutorias que dispongan el embargc^
de bienes inmuebles — para inscribir dichos títulos es necesario que estén con-^^
signados en escritura pública, ejecutoria ó documento auténtico.
Bajo pena de nulidad, toda inscripción debe contener: la fecha de la pre-^ *
sentacion del título en el Registro con expresión de la hora — la naturaleza, si— -
tuaclon, medida superficial y linderos de los inmuebles, objeto de la inscrip-- ^
cion — la naturaleza, valor, extensión, condiciones y carga de cualquiera'
especie del derecho que se inscribe — la naturaleza del título que se inscribe ]f
su fecha — el nombre, apellido y domicilio de la persona á cuyo favor se hac ^^
la inscripción — el nombre apellido y domicilio de la persona de quien procede
inmediatamente los bienes 6 derechos que se deben inscribir — ladesignacii
de la oficina ó archivo en que existe el título original— el nombre y jurisdiccú
— 891 —
del Juez d^Tribunal que haya expedido la ejecutoría ú ordenado la inscripción
y la firma del encargado del Registro— cuando el título es un documento pri-
vado que hace constar un contrato de locación, debe ser reconocido por la
otorgante ante el encargado del Resgistro — cuando es sobre traslación de domi-
nio la inscripción, debe expresar sí se verificó á titulo gratuito ú oneroso y
si ise pagó el precio al contado ó se estipuló plazo — las inscripciones hipoteca-
rias de crédito, deben expresar el importe y plazo de la obligación garantida
y el interés estipulado — cuando un título traslativo del dominio de los in-
muebles ha sido inscrito en el Registro, no puede inscribirse ningún otro de
fecha anterior por el cual se trasmita ó grave la propiedad del mismo inmue-
ble— las inscripciones determinan por el orden de sus fechas la preferencia
del título
BSCRIBANIAS DE REGISTRO
Las escribanías de Registro son cuarenta y ocho para los asuntos en
materia civil estando designada con el número lia que fué fundada en el año
1584 es decir cuatro años después de la reconstrucción de la ciudad de Bue-
nos Aires y con el número 48 la última que se fundó en el año 1880, cuan-
do dicha ciudad fué declarada Capital Federal.
Para los asuntos contenciosos sobre materia comercial, existen diez
escribanías de registro, habiéndose fundado la primera en el año 1794 y
la última en 1882.
Son deberes y atribuciones de los Escribanos de registro: autorizar
con su firma y conforme á las leyes, actas, contratos, escrituras y demás
actos públicos — al tomar posesión de su oficio depositan en el Banco Na-
cional, como fianza, diez mil pesos en títulos de deuda pública — pueden
aumentar los Registros, pero ellos representan siempre, cada uno, una po-
blación de diez mil habitantes en la Capital — de acuerdo con las leyes, es-
tán obligados á estender los actos y contratos que se solicitasen siendo
responsables por daños y perjuicios porescusarse de la obligación — no pue-
den salir de la Capital sin previa licencia de la Cámara de lo Civil, de-
biendo residir en ella — para ser Escribanos de Registro deben tener diplo-
mas de Escribanos públicos — pueden hacerse reemplazar por un suplente
propuesto á la Cámara de lo Civil en los casos de ausencia, impedimento
— son nombrados y removidos por el Presidente de la República
No pueden ser escribanos: los encausados por delito — los que hubieren
sufrido condena por cualquier delito y los fallidos no rehabilitados — los es-
cribanos secretarios no pueden ausentarse sino con permiso de los Jueces —
ninguno délos escribanos puede ejercer comercio ni formar parte de asocia*
ciones comerciales enlaCí^ital — no pueden formar sociedad los Escribanos!
Secretarios con los de Registro para repartirse los emolumentos correspon-
dientes— para el 'cobro de los derechos deben sujetarle estrictamente á lo
quefijael arancel correspondiente, debiendo bacer constaren los testimoniois
y demás lo que perciban por derechos ,
DECRETO DECLARANDO POR REGULADOR LEGAL DEL TIEMPO AL RELOJ
DEL CABILDO.
¡VIVA LA CONFEDERACIÓN ARGENTINA!
¡MUERAN LOS SALVAJES UNITARIOS!
DepuUmuito de Oobiei
IB Airea, Eaaro II de 18*9.
Considerando cuan conveniente es fijar un común regulador dd tiempo, sin lo cual es
imposible establecer un perfecto orden en el servicio público, exactitud en las dtas paia
actos oficiales y para negocios ó asuntos privados, y la metódica distribución del trabajo.
Que aquella conveniencia es tanto mayor en nuestro pais, cuanto que es bien notable la
inexactitud con que por lo común se acude á las citas, ya pata actos oficiales, ya para
conferencias y arreglos privados, siendo este un abuso que el Gobierno desea ver corregido,
pues causa trastornos en el servicio público, ocasiona molestias y perjuicios á los que soa
puntuales i la hora dada, y sirve á veces de recurso á la mala fé.
Que la circunstancia de haber sido recientemente reemplazado el antiguo reloj de Cabildo
con otro de buena construcción, colocado en la misma torre, provee de la base indispensable
para la resolución que el Gobierno estima necesaria á este respecto y consbte esencialmente
en establecer un regulador legal del tiempo.
Que para que el reloj de Cabildo sirva de regulador legal del tiempo, es necesario
proceder de modo que los relojes privados puedan siempre estar en conformidad con él; y que
á este efecto es indispensable que el dato que se adopte para el arreglo y corrección del relc^
de Cabildo, esté al alcance de todo el que quiere tener el suyo acorde con éatc-
Que sin embargo de que el dato más exacto y apropiado para correr los relojes, es el
de mayor altura del sol, determinada por el cuadrante; y que aun cuando hoy sena este
hecho tanto mejor conocido y más adoptable, si el uso de los cuadrantes fuese general, cuanto
que por la primera vez, en el almanaque de este año se ha puntualizado de orden del Go-
bierno, el momento preciso en que respectivamente, en diversos dias del año, U^a el sol í
su mayor altura y se verifica el medio di a verdadero; con todo no es oportuno tomar hoy
por punto de partida esta hora para el arreglo del reloj público, regulador legal del tiempo,
porque es muy conveniente que este arreglo se haga en una hora en que los particulares
puedan simultáneamente arreglar sus relojes, y si el de Cabildo se corrigiese en el momento
de la mayor altura del sol, solo podrian corregir los suyos á la misma hora aquellos de
entre los particulares que estén á ima distancia proporcionada para oir las campanas de Cabildo
¿ que posean cuadrantes; pero que no siendo estos de un uso general, sino muy raros, los que
no los tienen y habitan ágran distancia de Cabildo, quedarían en la necesidad de arreglar sua
relojes á una hora distinta de la adoptada para el r^;ulador común.
Que en la imposibilidad de elegir, por ahora, ese momento más adecuado para arreglar,
por cuanto no todos ni la mayor parte de los habitantes de la capital, suburbios y adyacencias
poseen cuadrantes, se hace necesario ocurrir á otro de los dos signos que ofrece el sol. el de su
salida y el de su ocaso, siendo la hora del ocaso más cómoda al efecto que la del nacer,
atento el modo común de vivir.
Que, aunque no puede desconocerse los embarazos, permanentes ó accidentales, que para
el arreglo de los relojes al tiempo del ocaso, oponen, o las sinuosidades del terreno, ó los
4
— 293 —
odajes que á esa hora ocultan con frecuencia el horizonte, sin embargo debe tenerse presente
que tal momento es el que menos inconvenientes tiene por ahora, y hasta que los habitantes
de los suburbios y adyacencias, especialmente los dueños de quintas y chacras, coloquen en
ellas cuadrantes.
Que sin embargo de los expresados inconvenientes para el arreglo de los relojes al ponerse
d sol, esta hora como la del nacer, está determinada con exactitud en las nuevas tablas de
salida y ocaso que, por disposición del Gobierno, han sido formadas y se han publicado por
primera vez en el almanaque de este año, las cuales no solo están calculadas por la latitud,
como lo estaban las que antes de ahora han salido en los almanaques, sino que en las nuevas
han sido tomadas también en cuenta la refracción y semidiámetro, y las diferencias que
provienen, en tiempo medio, de la aceleración ó retardo que diariamente sufre el sol en su
marcha aparente hasta volver al mismo punto ó su mayor altura: correcciones que omitidas en
las antiguas tablas, causaban el efecto de que, observada la salida ú ocaso del sol á la
vista de un reloj perfectamente arreglado, jamás ó muy rara vez, se hada aquel movi-
miento al preciso instante que marcaba el almanaque, notándose muchas veces grandes
discrepancias.
Teniendo en vista el Gobierno todas estas consideraciones, y preparadas las cosas conve-
nientñnente en el almanaque para el presente año, ha acordado y decreta:
Articulo i^ Se declara por regulador l^al dd tiempo al reloj de Cabildo.
Art 2^ La hora dada para actos del servicio público y entre particulares, para conve-
nios, contratos ó arreglos sobre objetos de interés pecuniario ú otros análogos, para hacer una
propuesta, ó contestar á ella sobre los mismos objetos, ó para expedirse en cualquier acto que
le sea relativo, se entenderá siempre en la capital, suburbios y adyacencias, que es la del reloj
de Cabildo.
Art 3^ La falta de puntualidad en la hora, ordenada ó convenida, será calificada con
arreglo al reloj del Cabildo para la imposición de la pena en que hayan incurrido los funcio-
narios públicos por ese defecto, para la verificación de la multa estipulada en que hayan caido los
particulares por la misma causa, para la indemnización de daños y perjuicios provenientes del
mismo origen y para todos los demás efectos á que hubiese lugar.
Art 4® Los Jueces, Jefes de oficinas y demás Autoridades, serán escrupulosos con la
calificación de todo defecto de pimtualidad de hora.
Art 5^ £1 reloj de Cabildo, por ahora y hasta nueva resolución, será arreglado al ponerse
el sol, en el momento preciso en que su disco desaparece totabnente de la vista en el
horizonte.
Art 6® Publiquese, hágase saber á quienes corresponde y dése al Registro Oficial.
Por ¿rden de S. £.
El Oficial i^ del Ministerio de Gobierno,
Benedicto MacuL
Ley declarando Código Nacional el Código de Comercio redactado por los Dres. Dalmacio
Veles Sarsfield y D. Eduardo Acevedo.
D Gobenador de Boenos Aires, Encargado del Poder EJecntivo Nacional.
Buenos Alies, Setiembre 12 de 1802
Por cuanto el O>ngreso Nacional ha sancionado la siguiente ley: £1 Senado y Cámara de
Diputados de la Nadon Argentina, reunidos en Congreso, han sancionado con fuerza de ley:
Artículo I® Declárase Código Nacional el Código de Comercio que actualmente rije en
la Provincia de Buenos Aires, redactado por los Doctores D. Dalmacio Velez Sarsfield y Don
Eduardo Acevedo.
Art 2^ £n el resto de la República con excepción de aquellas Provincias que ya
lubiesen adoptado el mencionado Código, empezará éste á regir tres meses después de la
publicación oficial que hará de él el Poder Ejecutivo á la mayor brevedad, bajo la dirección
de sus antoresy siendo posible.
— 294 —
Art 3<> En aquellas Provincias en que, por la composición de sus respectivos tribu-
nales 6 juzgados mercantiles ó por cualquiera otra causa, no sean ejecutables algunas dis-
posiciones del Código, podrán sus autoridades dictar las medidas que convengan á fin de
que lo sean.
Art. 4^ Comuniqúese al Poder Ejecutivo. — Dad.'i oii la Sala de Sesiones del Congreso
Argontin») ;i los diez dias del mes de .Setiembre del auo del Señor de mil ochocientoi
sesenta y dos.
Marcos Paz. Pastor Obligado.
Cdr/os Mina Saravia, Bernabé Quintana^
Secretario. Secretario.
Por tanto: cúmplase, comuniqúese, publlquese é insértese en el Registro Nacional.
MITRE
JUA.^l A. GeLLY y ObBS.
CÓDIGO CIVIL
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina^ reunidos en Congreso, sanaonam
con fuerza de Ley: —
Articulo 1° ElO')digo Civil redactado por el Dr. D. Dalmacio Velez Sarsfíeld, observaráse
como ley en la República Arj^entina, desde el i® de Enero de 1871.
Art. 2° La Sui)rema Ci>rte de Justicia y tribunales federales de la Nación, darán cuenta
al Ministerio ilc Jastiiia, en un infonne anual, de las chulas y diíicultailcs que ofreciese en la
práctica, la aplicación (h^l C<'»(ligo, así como de los vacios que encontrasen en sus disposiciones
para presentarlas oportunamente al CíMip^rcsu.
Art. ^^° Kl P. E. reaibará de los Tribunales de las Provincias, por conducto délos respec-
tivos gobiernos, iguales informes ¡)ara los fines del artl( ulo anterior.
Art. 40 Autorizase al P. E. para hacer l()s gastos (jue demande la impresión del Código
Civil, debiendo solo tenerse por auténticas his ediciones oficiales.
Art. 5'' Conmulcjuese al P. P-.
Dada en la Sala de .sesiones del Congreso, en Buenos Aires, 4 25 de Setiembre de 1869.
Adolfo Alsina. Manuel Quintana.
Carlos M. Saravia, Ramón B, MuHiz,
Secretario del Seuadu. Secretario de la C. de DD.
Departamento de Justicia.
Baenos Aires, Setiembre 29 de 1809.
Tengase por ley, comuniqúese, publuiucsc ó insértese en el Registro Nacional.
SARMIENTO.
N. Avellaneda.
LEY DE ciudadanía
El Senado y Cámara de Diputados de la Xacion Argentina^ reunidos en Congreso, sancionan
con valor y fuerza de Ley.
TÍTULO I
DE LOS ARGENTINOS
Arrtículo 1° Son Argentinos:
i^' Todos los individuos nacidos, ó ({ue nazcan en el territorio de la República, sea
cual fuere la nacionalidad de sus padres, con excepción de los hijos de Mioiitxoa
extranjeros residentes en la República.
2° Los hijos de los Argentinos nativos, que habiendo nacido en país extranjero, optaren
por la ciudadanía de origen.
30 Los nacidos en las Legaciones y buques de guerra de la República-
40 Los nacidos en las Repúblicas que formaron parte de las Provinciaa dd Río deb
— 295 —
Plata, antes de la emancipación de aquellas, y que hayan residido en el territorio de
la Nadon, manifestando su voluntad de serlo.
5^ Los nacidos en mares neutros bajo el pabellón Argentino.
TÍTULO II
DE LOS C/ÜDADAMOS PON HATURALIZACIOM
Artículo 2® Son ciudadanos por naturalización:
V* Los extranjeros mayores de i8 años que residiesen en la República dos años conti-
nuos y manifiesten ante los Jueces Federales de secdon su voluntad de serlo.
2® Los extranjeros que acrediten ante dichos Jueces haber prestado, cualquiera que
sea el tiempo de su residencia, algunos de los servicios siguientes:
1° Haber desempeñado con honradez empleos de la Nación ó de las Provindas, dentro
ó fuera de la República.
2® Haber servido en el ejérdto ó en la escuadra ó haber asistido á una función
de guerra en defensa delaNadon.
3<* Haber establecido en el país una nueva industria ó introduddo una invendon útil.
4® Ser empresario ó constructor de ferro-carriles en cualquiera de las Provindas.
5® Hallarse formando parte de las colonias establecidas ó que en adelante se estable-
deren, ya sea en territorios Nadonales ó en los de las Provindas; con tal que
posean en ella alguna propiedad raíz.
6° Habitar ó poblar territorios Nacionales en las lineas actuales de frontera ó fuera
de ellas.
/* Haberse casado con mujer Argentina en cualquiera de las Provincias.
8® Ejercer en ellas el profesorado en cualesquiera de los ramos de la educadon ó de
la industria.
Art 3® £1 hijo de ciudadano naturalizado que fuere menor de edad al tiempo de la
naturalizadon de su padre y hubiese naddo en país extranjero, puede obtener del Juez
Federal la carta de ciudadanía, por el hecho de ser enrolado en la Guardia Nadonal, en el
tiempo que la Ley dispone.
Art 4^ £1 hijo de dndadano naturalizado en país extranjero, después de la natura-
lizadon de su padre, puede obtener su carta de dudadania, si viniendo á la República se
enrola en la Guardia Nadonal á la edad que la ley ordena.
TÍTULO III.
PROCEDIMIENTOS Y REQUISITOS PARA ADQUIRIRLA CARTA DE CIUDADANÍA
Art 5° Los hijos de los argentinos nativos, naddos en el extranjero, que optaren por
la dudadania de origen, deberán acreditar ante el Juez Federal respectivo, su calidad de
hijo de Argentino.
Art 6° Los extranjeros que* hubiesen cmnplido las condiciones de que hablan los artículos
anteriores, obtendrán la carta de naturalización, que les será otorgada por el Juez Federal
de Secdon ante quien la hubiesen solidtado.
TÍTULO IV.
DE LOS DERECHOS POUTICOS DE LOS ARGENTINOS
Art 7^ Los Argentinos que hubiesen cumplido la edad de i8 años, gozan de los dere-
chos políticos conforme á la Constitudon y á las leyes de la República.
Art 8® No podrán ejercerse en la República los derechos políticos por los naturalizados
en país extranjero; por los que hayan aceptado empleos y honores de Gobiernos extranjeros,
sin permiso del Congreso: por los quebrados fraudulentos, ni por los que tenga sobre sí sen*
tenda condenatoria que imponga pena infamante ó de muerte.
Art. 9* Solo el Congreso puede acordar la rehabilitadon á los que hubiesen perdido el
ejerddo de la dudadania.
— 296 —
TÍTULO V.
DISPOSICIONES GENERALES
Art. I o. La carta de ciudadanía, asi como las actuaciones para obtenerlas, serán
gratuitas.
Art II. Por el Ministerio del Interior se remitirá á todos los Jueces de SecdoQ el
suficiente número de ejemplares impresos de cartas de ciudadanía, de modo que sean otor-
gadas bajo ima misma forma.
TÍTULO VL
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Art. 12. Los hijos de los Argentinos nativos y los extranjeros que están actaalmente
en el ejercicio de la ciudadanía argentina, son considerados como ciudadanos naturales ó natura-
lizados sin sujeción á ninguno de los requisitos establecidos por esta Ley, debiendo únici-
mente inscribirse en el Registro Cívico Nacional.
Art. 13. Quedan revocadas todas las disposiciones en contrarío á la presente Ley.
Art. 14. Comunicjucsc.
Dada en la Sala de Sesiones del Congreso Argentino, en Buenos Aires a primero de
Octubre de mil ochocientos sesenta y nueve.
Salustiano Zavalia. Carlos María Sara vía.
Manuel Quintana, Rufino Várela,
Secretario. Secretario.
Octubre 8 do IhOP.
Cúmplase, comuniqúese, publíquese é insértese en el Registro Nacional.
SARMIENTO.
Oalmacio Velez SARSFma
£s copia.
E. Foz.
Oficial 1-
PRIMERA CARTA DE CIUDADANÍA CONCEDIDA EN LA REPÚBLICA
El Superior Gobierno Provincial de las Provincias CniJas del Rio de la Plata d nomirt iü
Sr, D. Fernando Vil,
Teniendo en consideración los relevantes servicios de D. Roberto Billinghurst, natural
de Inglaterra, ayudante mayor de artillería, agregado al ejército de la Banda Oriental de
este Rio, deseando acredit¿ir los principios liberales que ha adoptado y premiar en d
modo posible el mérito de los que han adquirido con sus acciones un derecho á la esti-
mación y reconocimient(j de la patria; por tanto ha acordado librarle á nombre de ella, y
en ejercicio del poder que le ha confiado la voluntad de los pueblos, el título de dudadano
de estos países, por el que se le admite solemnemente al gremio del Estado, y al goce de
todos los fueros y privilegios cjue como á tal ciudadano le competen en virtud de las deda*
raciones anteriores, y las que posteriormente se expedirán al efecto de clasificar el distía*
guido honor, exenciones y prerogativas cjul* forman el carácter de la verdadera dudadania:
encargando en consecuencia á todos los jefes políticos y militares, y á todos los habitantei
de la América, comprendidos bajo la jurisdicción del Gobierno, á cuyo conocimiento ilq^
la noticia de este titulo, le guarden y cumplan las distinciones y privilegios, que por ¿1 le
corresponden; quedando reservad<j para la primera Asamblea, el manifestar haberse binado
el presente con recomendación del mérito que le ha impulsado. — Dado en Buenos Airela en
20 de Noviembre de 181 1. — Feliciano Antonio Chiclana. — Manuel de Sarratea^^-Juan Jui
Passo, — Bernardino Rivadavia, Secretario. — Queda tomada razón en el libro de dtulosdd
Excmo. Cabildo y lo anoto. — Buenos Aires, Didembre 3 de i^ii.^Nuñn,
— 297 —
CASA DE GOBIERNO ('>
El Palacio de Gobierno es la residencia del Poder Ejecutivo, desem-
peñado por un ciudadano investido con el título de «Presidente de la
Nación Argentina», y cinco Ministros Secretarios de Estado, á saber : del
Interior, de Relaciones Exteriores, de Hacienda, de Justicia — Culto — Instruc-
ción Pública y de Guerra y Marina, que tienen á su cargo el despacho do
los Negocios de la Nación, los cuales para revestir los actos del Presidente
de la eficacia y legalidad constitucional, deben refrendarlos por medio de
su firma, como requisito indispensable.
Presidencia. — El Presidente y Vice-Presidente paia ser elegidos prime-
ros magistrados de ia Nación deben reunir las siguientes condiciones: nacer
en el territorio argentino ó ser hijo de ciudadano nativo aunque naciere
en país extranjero, profesar la religión católica-apostólica-romana, tener la
edad de treinta años, haber sido seis años ciudadano déla Nación y gozar
de una renta anual de dos mil pesos — duran seis años en el poder, pueden
ser reelectos después de un periodo, pero les es prohibido ejercer otro
empleo rentado por la Nación ó Provincia alguna — al tomar posesión de
(t) Víase pdg. 3i del tomo I.
— 298 —
sus respectivos cargos, reunido el Congreso, prestan el juramento de ley
en manos del Presidente del Senado.
Para la elección de uno ú otro se emplea el mismo procedimiento : la
Capital y cada una de las Provincias nombran una junta de electores, igual
al duplo del total de Diputados y Senadores que envian al Congreso, bajo
las mismas prescripciones observadas para la elección de Diputados.
Reunidos los electores en la Capital de la Nación y en la de sus Pro-
vincias respectivas cuatro meses antes de terminar el período del Presidente
cesante, se eligen ambos funcionarios por cédulas firmadas expresando en
una la persona por quien votan para Presidente y en otra la que eligen para
Vice-Presidente, después do lo cual se hacen dos listas de los individuos
electos para Presidente y otras dos de los para Vice-Presidente, con el
número de votos que cada uno obtuviese, las que son firmadas por los elec-
tores y remitidas, cerradas y selladas, dos de ellas (una de cada clase) al
Presidente de la Legislatura Provincial, y en la Capital al Presidente de la
Municipalidad que las deben conservar depositadas y cerradas, y las otras dos
al Presidente del Senado.
Reunidas las listas, el Presidente del Senado las abre en presencia de
ambas Cámaras. El escrutinio se verifica por los secretarios, á los cuales se
asocian cuatro miembros del Congreso sacados á la suerte, anunciando el
número de sufragios que resultase en favor de cada uno de los candi-
datos y proclamándolos inmediatamente si reúnen la mayoría absoluta de
todos los votos — si no hubiese mayoría absoluta, el Congreso elige entre
las dos personas c(ue hubiesen obtenido mayor número de sufragios — si la
primera mayoría hubiese cabido á mas do dos personas, el Congreso elige
entre ellas — la elección se hace á pluralidad absoluta de sufragios y por
votación nominal — el escrutinio v rectificación de las elecciones se hace con
la presencia de las tres cuartas partes del total de los miembros del Con-
greso— la elección de ambos funcionarios debe concluirse en una sola sesión
del Congreso.
De las atribuciones y obligaciones del Presidente, entresacamos:
Es el Jefe Supremo de la Nación y tiene á su cargo la administración
general del país — expide instrucciones para la ejecución de las leyes de la
Nación, sin alterar el espíritu de ellas — es el Jefe inmediato y local de la
Capital — participa de la formación de las leyes — nombra los magistrados de
la Corte Suprema y demás tribunales federales inferiores — concede por si
jubilaciones, retiros, licencias y goce de monte-pios — ejerce los derechos
del patronato nacional en la presentación de obispos — nombra yremueveá
los Ministros Plenipotenciarios y Encargados de negocios, con acuerdo del
Senado, y por sí á los Ministros del despacho, los oficiales de sus secre-
tarlas, agentes consulares, etc. — abre las sesiones del Congreso y mani-
fiesta á este cuerpo el estado de la Nación y promueve reformas en la
administración, etc. — proroga las sesiones ordinarias del Congreso— recauda
— 899 —
.as rentas nacionales y Mecreta su inversión— es comandante en jefe de
todas las fuerzas de mar y tierra — declara la guerra y concede patente de
corso y carta de represalias, con aprobación del Congreso — no puede
ausentarse de la Capital sin permiso del Congreso
MINISTERIO DBL INTERIOR
El Ministerio del Interior está encargado de la administración, estudio
y expedición de todos aquellos asuntos conexos con los ramos de Gobierno
y Policía de los territorios federales y délas provincias.
Son atribuciones y facultades de este Departamento: intervenir en el
gobierno político y económico de la Capital y territorio federalizado^man-
tener la paz y armonía entre las provincias — hacer ejecutar fielmente las
leyes en las elecciones nacionales^onvocar y prorogar las Cámaras — pro-
veer en lo referente á caminos, canales, puentes, calzadas y obras públicas
nacionales pertinentes á este ramo — sobre navegación de los rios, su
exploración y subvención de vapores — cuestiones sobre limites entre las
provincias, la creación de otras nuevas, su reunión ó división — sobre inmi*
gracion y colonización — sobre servicio de postas, correos y mensagerías —
expedir patentes de invención y privilegios sobre agricultura é industrias
— intervenir en la estadística en general, en los asuntos del Departamento
de Ingenieros civiles y trabajos científicos que no se refieran á enseñanza —
en imprentas nacionales y subvención de periódicos— en el nombramiento
de sus empleados, su destitución y jubilación
Anualmente presenta una memoria en la que hace una historia de todos
los asuntos administrativos en que ha intervenido, dando cuenta detallada
de cada uno de ellos con sus principales ocurrencias, y expone claramente
los vicios ó defectos de organización que ha notado en la ejecución ó expe-
dición de las oficinas de su dependencia.
El Presupuesto Nacional para atender los diversos gastos de este Depar-
tamento le asignó la suma anual de $ 10.330,358, correspondiente al año
1885, incluyendo en la misma la cantidad de $ 62.121 que pertenece á los
de la Presidencia.
MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES
Siendo el objeto principal de este Departamento, mantener y robustecer
las relaciones políticas y comerciales del país con las naciones extran-
jeras, sus atribuciones y facultades deben circunscribirse á: cultivar las
relaciones de amistad y buena inteligencia con los Gobiernos extranjeros.
— 300 —
recibir sus Ministros Diplomáticos, Cónsules y Agentes Comerciales — hacer
observar y ejecutar los tratados, concordatos y convenciones acordadas con
potencias extranjeras — publicar las declaraciones de guerra ü otras desti-
nadas al exterior — sostener correspondencia con los gabinetes extranjeros,
agentes di[)loniáticos, consulares 6 comerciales cerca de este Gobierno y
con los de éste ('erca de los gobiernos extranjeros — nombrar los Agentes
diplomáticos, consulares y comerciales en el exterior — legalizar los docu-
mentos que deben obrar en el exterior — intervenir y representar á la Nación
en las cuestiones de territorio con las naciones vecinas — hacer ejecutarlas
leyes que se retieren ú garantías y derechos de los extranjeros — nombrar
los empleados de su Departamento — mantener correspondencia con las autori-
dados nacionales y provinciales referentes á Relaciones Exteriores
El IM'esu|)uestü Nacional para el ejercicio del ano económico de
1885 lo asigno la cantidad do $ 392.250 para sufragar los gastos de esta
repartición.
Anualmente presenta una memoria exj)licativa de todos los asuntos
despachados, dando cuenta del estado de las relaciones internacionales con
todas las novedades proílucidas — cualquier defecto notado para la mas fácil
expedición de sus resoluciones, puede ofrecerle ocasión para proponer su
respectiva reforma proyectándola de acuerdo con lo que mas convenga á los
ÍHies de la Administración.
MINISTERIO DE HACIENDA
Este Departamento está encargado de la recaudación de los derechos,
impuestos y contribuciones que el Poder Legislativo sanciona, haciéndolos
efectivos por medio de oficinas especiales creadas para este objeto.
Es de su atribución y competencia : inspeccionar las oficinas generales
y particulares de cuenta y razón, de recaudación y administración— las
aduanas y resguardos — las casas de moneda — bienes nacionales y renta y
locación de tierras públicas — lo que se relaciona con impuestos y rentas
nacionales, subastas y arriendo de ramos fiscales — impuestos de cualquier
clase en los territorios federali/.a.los — sobre operaciones y negociaciones de
la tesorería y sus relaciones con establecimientos bancarios — sobre privi-
legios para fundación de Bancos y empresas í[ue estimulen la importación
de ca})itales extranjeros — examen de los estatutos y reglamentos de cual-
quier Banco de emisión — la correspondencia ó instrucción á los Fiscales y
Agentes del Ministerio Público, jefe de las administraciones y demás fun-
cionarios en las provincias para cobrar las rentas y percibir judicialmente
los derechos fiscales — lo relativo ala deuda pública, su consolidación, pago
de intereses y amortización — al uso del crédito interior y exterior de la
Nación, negociación de empréstitos y pago de sus intereses — contabilidad
— sol-
dé los fondos fiscales— comercio exterior — habilitación ó supresión de puer-
tos, aduanas y caminos — construcción de obras públicas — estadística de las
rentas y cuenta de su inversión — descubrimientos y explotación de minas — la
formación del presupuesto de sus gastos y la del general
En fin, interviene en todos aquellos asuntos ó negocios administrativos
que forman parte de la capacidad económica financiera de la Nación, promo-
moviendo las mejoras ó reformas conducentes á armonizar los diversos
servicios de la Hacienda con el progreso general del país y corregir los
vicios ó defectos orgánicos de las oficinas á su cargo para la mejor expedición
de los asuntos ú operaciones — anualmente presenta una Memoria sobre el
estado financiero del país, analizando económicamente una por una las rentas
generales de la Nación.
El Presupuesto General para el ejercicio del año económico de 1885 le
asignó la suma anual de $ 2.133.915 para sufragar los gastos en la parte de
administración nacional que le corresponde, á cuya cantidad agregada la de
deuda pública y uso del crédito asciende su monto total á $16.164.361. La
deuda pública presenta dos aspectos: deuda consolidada, que comprende los
títulos de rentas emitidos en el país ó en el extranjero, clasificados de Deuda
Interna y Deuda Externa; deuda no consolidada, entendiéndose por tal, la
deuda por letras de Tesorería, por créditos en cuenta corriente con bancos
y por órdenes de pago, imputadas.
Las rentas generales de la Nación la forman los impuestos de: impor-
tación—exportación— papel sellado — patentes comerciales é industriales —
contribución directa — almacenaje y eslingaje — correos y telégrafos — faros y
avalices — visita de sanidad — aguas corrientes — ferro-carriles Central Norte
y Andino — puerto y muelle del Riachuelo — corte de maderas — depósitos
judiciales — acciones de ferro-carriles — devolución de garantías — acciones del
Banco Nacional — parque 3 de Febrero — penitenciaría — casa de moneda y
eventuales — estas cinco ó seis últimas categorías de rentas no son estables,
fijas, pero como contribuyen con tres y medio millones de pesos á formar
la riqueza pública, nos ha parecido oportuno consignarlas como fuentes rentís-
ticas del Tesoro Nacional.
MINISTERIO DE JUSTICIA, CULTO É INSTRUCCIÓN PÚBLICA
Este Departamento administra y resuelve todos aquellos asuntos de
Gobierno que se refieren á la organización del sistema judicial, régimen y
despacho de los Tribunales Federales y Juzgados civiles y criminales de los
territorios federales — promueve y vigila sobre la recta y pronta administra-
ción de justicia, en los Tribunales nacionales y en los territorios federales,
de la misma manera que sobre la conducta de los Jueces y demás empleados
de justicia — la correspondencia con la Suprema Corte de Justicia, Tribunales
— 302 —
y Juzgados Nacionales inferiores — sobre la competencia entre las autoridades
administrativas, entre estas y los Tribunales de Justicia, entre los tribunales
de provincia y los Nacionales— sobro indulto y conmutación de penas— sobre
nombramiento, suspensión 6 destitución de jueces y empleados de justicia—
sobre construcción de edilicios para Tribunales y Juzgados, cárceles, presi-
dios, casa de corrección y reclusión y lo que corresponde á Policía — sobre
estadística judicial — formación del Registro Nacional, leyes y decretos-*lo
que se reñere al culto y al ejercicio del Patronato Nacional — sobre creación
de diócesis, límites de los obisi)ados, y división y creación de parroquiasen
los territorios federales — sobre seminarios eclesiásticos, su fomento y direc-
ción— promover y dirijir la instrucción y educación pública — sobre Universi-
dades y escuelas primarias en la República, y establecimientos secundarios
de educación en los territorios íederales — la correspondencia con las Univer-
sidades, Cole.i^Mos y ('ual(|uicr establecimiento literario de la Nación, y con
todas las autoridades nacionales — formar su respectivo presupuesto y presen-
tarlo al Ministerit) de Hacienda jiara componer el í^eneral — el nombramiento,
destitución ó jubilación do sus empleados
Anualmente i)resenta una Memoria en la que hace una exposición sucinta
de todas las novedades ocurridas durante el ano en el Departamento á su
cargo, dando cuenta de las providencias producidas — cualquier defecto 6
necesidad (|ue nota en la expedición de los asuntos, le ofrece ocasión para
solicitar su modilicacion ó la creación de nuevos empleos ú oficinas para
proceder con más celeridad á su más pronto despacho.
El Presupuesto General de la Administración le asignó para el ejercicio
del año económico de 1885 la suma de $ 5.244.512, con la cual atendió los
diversos .servicios del Ministerio.
La presidencia y dirección de las tres carteras de que se compone este
Departamento, están á cargo de un .solo funcionario.
MINISTERIO DE GUERRA Y MARINA
Son atribuciones y deberes de este Departamento: la organización, disci-
plina, policía, distribución y movimiento del ejército permanente, la instruc-
ción y disciplinado las milicias ó guardias nacionales y de lasque están al
servicio de la autoridad Nacional — las fortificaciones, plazas, maestranzas y
fábricas]^de armas y municiones — la provisión de los ejércitos y escuadras-
escuelas y academias militares — la inspección y economía de los hospicios de
inválidos y cuarteles — lo que se refiere al servicio religioso, de sanidad y
hacienda del ejército — la defensa y seguridad de las fronteras — lo relativo al
servicio de la marina Nacional, arsenales, etc. — la expedición de patentes de
corso y letras de represalia — la declaración del estado de sitio — la manuten-
cioD, depósito, destino y cange de prisioneros de guerra — las recompensas
por servicios militares — la formación de su presupuesto respectivo y su
presentación al Ministerio de Hacienda
El Presupuesto General asignó á este Departamento para el ejercicio del
año económico de 1885 la suma total de $ 10.949.273 para sufragar los gastos
creados al servicio de la Guerra y Marina.
En la Memoria que anualmente presenta este Ministerio hace notar todas
las deficiencias que ha sentido la parte administrativa que le corresponde,
dá cuenta del movimiento verificado en las oficinas á su cargo y pide la
reforma de todo aquello que le parece vicioso ó refractario en la práctica de
los servicios que le están encomendados.
El ejército de linea tiene un efectivo de:
Seis Tenientes generales — 15 Generales de División — 4 de Brigada — 69
Coroneles— 204 Tenientes Coroneles— 206 Mayores— 309 Capitanes— 184 Te-
nientes 1" — 284 Tenientes 2" — 151 Sub-Tenieiites y Alféreces — 166 Sargen-
tos I"'— 407 Sargentos 2"*— 372 Cabos 1°' y 435 id. 2'"— 198 Trompas"92 Tambo-
res— 171 aspirantes ó oficiales — 119 á sargentos y 6247 soldados.
El Cuerpo de Inválidos se compone de: 5 Coroneles — 11 Tenientes
Coroneles — 13 Sargentos Mayores — 26 Capitanes — 5 Ayudantes Mayores —
14 Tenientes 1"— 9 Tenientes 2" y 18 Sub-Tenientes.
Como dato curioso presentamos en seguida un cuadro que manifiesta el
número total de empleados de que se compone cada Ministerio, entendiéndose
por tales el personal respectivo, cualquiera que fuese su categoría y
naturaleza.
EMPLEADOS
REPARTICIONES TOTALES
Ministerio del Interior 6602
I. de Relaciones E.'íieriores 62
» " Hacienda 1674
11 » J. C. é Instrucción Pública..- 1980
" )> Guerra y Marina 1505S
Total general S5370
La reconstrucción del Palacio de Gobierno autorizada por ley de 22 de
Octubre de 1883 se lleva acabo con la cantidad votada que es de $ 650,000, pero
la grandiosidad del edificio y el lujo ornamental absorberán en breve dicha
— 304 —
suma y habrá necesidad de extenderla hasta un millón de pesos. Fué
presupuestada en $ 895.118.09 de costo la ejecución de la obra, mas el ensan-
che enorme que ha recibido esta casa monumental exije mayor suma para
realizar su completa terminación.
MUNICIPALIDAD
Todos los pueblos constituidos y gobernados aún por sabias leyes haa
tenido necesidad de crear |)oderes comunales, atines con su organización
política, para garantir los intereses del Municipio y propender al perfecciona-
miento de los elementos que com})onen su capacidad económico-social.
La composición orgánica y el carácter primordial de la entidad que admi-
nistraría dichos intereses han sido objetos de calurosos debates en la orga-
nización de muchos pueblos antiguos, porque do ellos dependía directamente
el adelanto y mejoramiento de los servicios comunales, cuya influencia en las
costumbres, religión, moral y respeto á los poderes públicos es tan benéfica
y civilizadora que solo á su calor y amparo resplandecen las virtudes cívicas
y el amor á las instituciones.
Para conseguir este plausible objeto fué menester que las colectividades
gobernasen y administrasen i)Or sí mismas los intereses de la comunidad,
sometiendo á su celo y vigilancia exclusivas los destinos del Municipio; las
rentas del Tesoro Municipal, aplicadas con tino á la satisfacción de las exi-
gencias de la vida social y del |)erfeccionamiento de los medios de acción y
gobierno, constituyen la base fundamental del principio legítimo y soberano
que sostienen los pueblos })ara reglar sus propios destinos.
Las deliberaciones de esta autoridad, nacida de la |vida social de las agru-
paciones, reconocen un límite en la legislación de los gobiernos, con la cual
obran de acuerdo en la perfectibilidad de los medios de existencia.
El Poder Municipal es la institución más benéfica y provechosa que
ha podido crearse en las colectividades, porque su acción é influencia la sien-
ten todas las clases sociales, desde el humilde obrero hasta el más orgulloso
magnate, y sus amplias facultades le permiten desenvolver sus elementos, no
solo para corregir nuestros vicios y mejorar el medio vital de la población,
si que también para socorrer al desvalido y encaminar nuestras tendencias
por la senda más i)ráctica y perfecta, entonando las costumbres y velando
por los preceptos de la higiene como de la moral.
Su misión es eminentemente civilizadora y humanitaria.
— 305 —
La Municipalidad de esta Capital se compone, según su ley orgánica, de
un Consejo Deliberante á razón de dos miembros por cada parroquia, ó sean
veintiocho, y de un Departamento Ejecutivo.
El primero es elegido por votación popular entre las personas que reúnen
las condiciones siguientes :
Haber cumplido veinticinco años de edad, estar inscriptos en el padrón
electoral, saber leer y escribir, pagar contribución directa en el Municipio
ó patente comercial ó industrial, ó ejercer una profesión liberal y ser residentes
en la parroquia desde seis meses por lo menos antes de la elección.
Los extranjeros que reúnen las mismas condiciones, paguen en el Muni-
cipio un impuesto de más de cien pesos, posean el idioma nacional y se hallen
domiciliados en la Capital desde cinco años antes de su elección.
El cargo de miembro del Consejo es incompatible con toda comisión ó
empleo de carácter político y todo empleo rentado de carácter nacional 6 pro-
vincial.
El municipal que acepta cualquiera de estas comisiones ó empleos cesa
ipso-facto en el desempeño de sus funciones.
No pueden ser miembros del Consejo:
Los deudores del Tesoro Nacional ó Municipal que ejecutados legalmente
no hubiesen cubierto sus deudas ; los que estuviesen privados de la adminis-
tración de sus bienes; los quebrados fraudulentos, mientras no son rehabili-
tados; los condenados á pena corporal mientras no cumplan su condena: los
que estuviesen directa ó indirectamente interesados en cualquier contrato
oneroso con la Municipalidad, exceptuando los dueños de acciones de socie-
dades anónimas que tengan contratos con ellas mientras no tengan participa-
ción en su gerencia ó en su comisión directiva.
Los miembros del Consejo duran un año en sus cargos, renovándose
anualmente por mitad ; sus funciones son gratuitas y tienen el carácter de
cargo público de lo que nadie puede excusarse sin causa legítima, bajo multa
de quinientos pesos.
ATRIBUCIONES Y DEBERES DEL CONSEJO
Este se instalad !• de Enero de cada año, nombrando su presidente, vice-
presidente V y vice 2°. Tiene durante el año dos períodos de sesiones ordi-
narias de tres meses cada uno, pudiendo por sí solo prorogarlas por un mes
más. Celebra también sesiones de próroga ó extraordinarias cuando es
convocado por el Intendente á solicitud, por escrito, de una cuarta parte desús
miembros.
El quorum legal del Consejo es formado por la mitad más uno de la
totalidad de sus miembros, salvo los casos en que es necesario las dos ter-
ceras partes de votos del Consejo.
El Consejo es juez único de la elección de sus miembros, y una vez pro-
39
— 306 —
nunciada su resolución al respecto, no puedo reveerla. Tiene la facultad de
expulsar de su seno, con dos tercios de votos de los presentes en sesión, á
cualquiera de sus miembros por transgresión ú omisión en el desempeño de
sus deberes, ó por actos de indignidad 6 desacato contra la Corporación.
Puede también proceder contra las personas de fuera que faltaren al respeto
en sus sesiones á algunos de los miembros de la Corporación, ó á esta en
general, ordenando el arresto del culpable, ó sometiéndolo á la justicia se-
gún la gravedad del caso. El Consejo 6 la minoría en su caso, puede compeler
á los inasistentes por medio de la fuerza pública, ó por multas que fijan sus
reglamentos.
Son atribuciones del Consejo:
El nombramiento y remoción de su Secretario y demás empleados de
Secretaría, que deben ser personas de su seno; la imposición de las multas
por excusación inmotivada para aceptar cargos municipales.
Crear un cuerpo de inspectores municipales para la ejecución de sus dis-
posiciones, sin perjuicio del auxilio que debe prestarle la policía de la
Capital cuando sea requerido. Nombrar de su seno comisiones de investi-
gación para que le informen sobro la marcha de la administración en determi-
nadas materias. Organizar por medio do una ordenanza especial la Comisión
examinadora de las cuentas de administración del Municipio. Aceptar ó re-
chazar las donaciones 6 legados hechos al Municipio; ejercer las funciones
que le fuesen encomendadas por el Congreso.
Corresponde al Consejo dictar todas las medidas, ordenanzas ó disposi-
ciones para la dirección y administración de las propiedades ó intereses lo-
cales del Municipio, las que se refieren á las tres secciones siguientes:
HACIENDA
Fijar todo impuesto á mayoría absoluta de votos del Cuerpo Deliberante,
aumentado para ese acto, con numero igual al (jue lo componga, de los ma-
yores contribuyentes de cada parroquia ; proveer á la administración desús
propiedades y acordar con dos tercios de votos de los miembros que com-
ponen el Consejo, la enagenacion por medio de licitación, de aquellas que no
sean de uso público ; establecer multas por medio de sus ordenanzas, hasta
la cantidad de quinientos i)cs()s. ('ontracr empréstitos dentro de los límites
necesarios para que su .servicio anual, con la deuda consolidada, no exceda
de un 20 Vo de su renta total, debiendo destinar para ello un fondo especial
amortizante. Estas resoluciones solo pueden adoptarse por dos tercios déla
totalidad de sus miembros.
Votar anualmente el presupuesto déla administración municipal, no pu-
diendo cerrar las sesiones del afjo, sin haber votado antes los impuestosy
presupuestos para el siguiente; examinar, aprobar y rechazar las cuentas de
inversión del presupuesto del año presentadas por el Departamento Ejecutivo;
— 307 —
proveer á los gastos comunales no incluidos en el presupuesto y que haya
necesidad de atender.
El Consejo debe organiza la oficina de Crédito público local, fijando el
sueldo personal de los empleados subalternos. Esta oficina debe estará cargo
de un miembro del Consejo como presidente y de dos personas más elegidas
á pluralidad de votos por el Consejo Deliberante y cuyas funciones son gra-
tuitas.
OBRAS PÚBLICAS
Corresponde al Consejo en cuanto á obras públicas:
Ordenar el ensanche y apertura de calles, la fijación de la altura de los
edificios particulares y de las delincaciones de la ciudad, el establecimiento
de plazas, paseos y parques, y autorizar la compra ó solicitar la expropiación
de los terrenos necesarios al efecto; proveerá la construcción de drenajes y
acueductos para la circulación de las aguas. Proveer al establecimiento de
aguas corrientes, usinas y servicios análogos, ya sea por cuenta del distrito
6 por empresas particulares. Determinar la construcción de caminos, puentes,
desagües y calzadas, por sí ó por empresas particulares, pudiendo en este
último caso autorizar por tiempo determinado el cobro de derechos de peaje
6 de pontazgo. Dar ó negar permiso á título gratuito, oneroso y por tiempo
limitado para la construcción de tren-vías. Vigilar el mantenimiento de la
ribera en el ancho fijado por la ley civil, pudiendo cuando más permitir cons-
trucciones particulares y depósitos de carácter transitorio de acuerdo con la
policía fluvial y aduana. En general, con todo lo que se relacione con obras
públicas municipales, ya sea que se ejecuten directamente ó por contratos
particulares, debiendo siempre tomarla licitación como base para todos los
contratos que excedan de mil pesos.
SEGURIDAD
Corresponde al Consejo en lo relativo á la seguridad :
Intervenir en la construcción de teatros, templos, escuelas y demás edi-
ficios destinados á reuniones públicas ; reglamentar el orden y distribución
interior de los existentes consultando la seguridad y comodidad del pú-
blico, disponiendo que tengan la provisión de luces necesarias, los de-
pósitos de agua suficientes para combatir el fuego, y las puertas adecuadas
para la más fácil circulación de las personas ; intervenir igualmente en la
construcción y refacción de los edificios particulares, al solo objeto de ga-
rantir su solidez, y ordenar la compostura y demolición de aquellos que por
su estado ruinoso ofrezcan un peligro inminente; adoptar las medidas y pre-
cauciones tendentes á evitar las inundaciones, incendios y derrumbes; dictar
ordenanzas sobre la dirección, pendiente y cruzamientos de ferro-carriles y
— 308 —
tren-vfas y adoptar las medidas necesarias para eTitar los peligros que ellos
ofrecieren. Proveer todo lo concerniente á alumbrado público del Municipio;
establecer el control necesario para garantir la fidelidad de las pesas y me*
didas; dictar ordenanzas sobre el servicio doméstico conforme á lo establecido
en el Código Civil; determinar la colocación de los vehículos en los lugares
públicos; fijar la tarifa de los carruajes de alquiler y reglamentar el tránsito
por las calles; crear la reglamentación de un registro de vecindad para fines
generales de la administración.
Corresponde al Consejo, en lo concerniente á —
HIGIENE PÚBLICA
La limpieza general del Municipio; la desinfección del aire, de las aguas
y de las habitaciones; la propagación de la vacuna y medios de hacerla obli-
gatoria; la reglamentación higiénica de edificios públicos, casas de diversión
y de inquilinato, pudiendo determinar en cuanto á estas últimas la extensión
de las habitaciones y patios y servicio interior de limpieza: la reglamentación
de los establecimientos ó industrias clasificadas de incómodas é insalubres,
pudiendo ordenar su remoción siempre que no fueran cumplidas las condicio-
nes que imjmsiese á su ejercicio, ó que esto se hiciere incompatible con la
salud pública; la vigilancia del expendio de sustancias alimenticias, prohi-
biendo la venta de aquellas que por su calidad ó condiciones sean perjudi-
ciales á la salud; la conservación y reglamentación de cementerios; el aseo y
mejora de los mataderos, mercados y corrales; la adopción de todas las me-
didas y disposiciones tendentes á evitar las epidemias, disminuir sus estra-
gos, investigar y removerlas causas que las produzcan ó sostengan, y en
general, todas las que concurran á asegurar la salud y bienestar de la pobla-
ción, comprendiéndose entre ellas, las visitas domiciliarias á ese objeto.
En todas las cuestiones de salubridad pública, la Municipalidad debe
ser asesorada por el Consejo Nacional de Higiene.
Corresponde al Consejo, en lo relativo á —
BENEFICENCIA Y MORALIDAD PÚBLICA
Fundar y reglamentar casas de corrección y de trabajo, asilos para po-
bres imposibilitados de trabajar, asilos y colegios de huérfanos, casas de
expósitos y hospicios de dementes; la cre¿icion, dirección y administración de
hospitales y demás establecimientos de caridad que estuviesen á su cargo. La
protección á la «Sociedad de Beneficencia» por medio de las subvenciones que
el presupuesto asigne. Vigilar y proveer á la colocación de jóvenes pobres en
establecimientos fabriles ó industriales.
Dictar las disposiciones necesarias á fin de que no se ofrezcan al público
espectáj[;ulos que ofendan la moral ó perjudiquen las buenas costumbres ó
— 809 —
tiendan á disminuir el respeto que merecen las creencias ó instituciones re-
ligiosas.
Acordar los permisos necesarios para el establecimiento de casas de
baile, juegos permitidos y en general de todos los que puedan dar ocasión á
escándalos y desórdenes, debiendo determinar las condiciones y reglas á que
deben sujetarse, y pudiendo cerrarlas en caso de inobservancia á sus regla-
mentos ó cuando las considere maniñestamente perjudiciales; prohibir la venta
6 exposición de objetos inmorales.
No se admitirá acción alguna para impedir el cumplimiento de las reso-
luciones que la Municipalidad dicte en uso de las atribuciones que esta ley le
confiere.
Los particulares que se consideren damnificados por ella deberán ejer-
citar su derecho en juicio contencioso-administrativo con apelación al Tribu-
nal que la ley de procedimientos designe.
DEPARTAMENTO EJECUTIVO
El Departamento Ejecutivo está á cargo de un funcionario nombrado
por el Presidente de la ríepública, con acuerdo del Senado.
Ningún municipal puede ser á la vez miembro del Departamento Delibe-
rante y jefe del Ejecutivo.
El Intendente Municipal dura dos años en el ejercicio de su cargo, pu-
diendo ser reelecto.
El Consejo Deliberante puede remover al Intendente Municipal por mala
conducta ó negligencia grave en el cumplimiento de sus deberes, siendo nece-
sario para la destitución, la concurrencia de dos tercios de votos de los muni-
cipales presentes en la sesión. Iniciada la acusación, puede suspenderse al
acusado por el mismo número de votos.
El Intendente Municipal tiene el derecho de ser oido en sesión antes de
resolverse sobre su destitución y no puede suspendérsele por más de dos
meses.
En caso de enfermedad, ausencia, suspensión, renuncia, destitución, ó
muerte del Intendente Municipal, ejercen provisoriamente sus funciones el
presidente, vice-presidente 1% ó vice presidente 2** del Cuerpo Deliberante, en
el orden indicado, mientras no se nombra un sustituto ó se llena la vacante
con arreglo á la ley.
ATRIBUCIONES Y DEBERES DEL DEPARTAMENTO EJECUTIVO
Son atribuciones y deberes del Intendente Municipal :
Asistir á su oficina á las horas de despacho; dictar un reglamento para el
régimen interno de sus oficinas; promulgar las ordenanzas sancionadas por
el Consejo Deliberante y proveer á su ejecución por medio de los empleados
á sus órdenes, dictando las disposiciones y reglamentos del caso .
— 310 —
Observar en el término de cinco dias las ordenanzas que estime ilegales
ó inconvenientes, inclusive la del presupuesto general; pero si el Consejo
insiste en su resolución por simple mayoría de votos de los miembros pre-
sentes en sesión, debe promulgarlas y cumplirlas. Si vencidos los cinco
dias útiles la ordenanza no es observada ni promulgada, se considera en
vigencia.
Nombrar un Secretario y los demás empleados de sus oficinas, con excep-
ción del Contador-Tesorero y demás jefes de repartición á quienes se nom-
bra con acuerdo del Consejo General Deliberante.
Presentar al Consejo Deliberante, en el segundo período de las sesiones
del año, la cuenta general de la inversión de la renta; dar á este los datos
y antecedentes que solicite y presentar al mismo, á más tardar á la aper-
tura del segundo período de las sesiones del año, el presupuesto general
de la administración y los proyectos de ordenanzas sobre impuestos y
recursos municipales.
Representar á la Municipalidad en sus relaciones oficiales con el Go-
bierno de la Nación por intermedio del Ministro del Interior; representarla
igualmente por sí ó por apoderado, en las acciones o contestaciones judiciales
que le corresponden como persona jurídica.
Prorogar las sesiones del Consejo Deliberante por asuntos de interés
urgente ó convocarlo á sesiones extraordinarias por los mismos motivos, 6á
solicitud por escrito de una cuarta parte de los miembros de dicho Consejo.
Presentar proyectos de ordenanzas á la consideración del Consejo Deliberante
acompañados de mensajes que los funden; ejercer las funciones que le fuesen
encomendadas por las leyes del Congreso. Celebrar contratos sobre la admi-
nistración de sus propiedades inmuebles, con la autorización del Consejo
Deliberante. Imponer las multas á los empadronadores, miembros de los
jurados de reclamos y de las mesas receptoras de votos, cuando dejaren de
concurrir, sin motivo, en los dias designados. Ejercer la superintendencia y
dirección inmediata de los empleados dependientes de .su sección, conforme
á las ordenanzas del caso; imponer en cada caso las multas que establecen
las ordenanzas de cuyo cumplimiento está encargado.
Celebrar contratos ó autorizar trabajos dentro del presupuesto, cuando
el valor de los contratos exceda de quinientos pesos, debiendo hacerse por lici-
tación aquellos que excedan de mil pesos.
Dar al Consejo Deliberante los informes escritos que le requiera y con-
currir á sus sesiones á dar las informaciones que se le pidan. Concurrir á las
sesiones de aquel cuando juzgue oportuno tomar parte en sus debates, pero
no votar.
Presentar al mismo en el primer período de sus sesiones una memoria
anual del estado déla administración; tener á su cargo, de acuerdo cenias
disposiciones de esta ley y los reglamentos que dicte el Consejo Deliberante,
la ejecución del presupuesto municipal; expedir las órdenes correspondientes
de pago.
— 311 —
No puede ausentarse de la Capital por más de dos días, sin aviso del
Consejo Deliberante. Hacer recaudar los impuestos y rentas que correspon-
dan al Municipio. Expedir órdenes por escrito para visitas domiciliarias,
previa resolución del Consejo Deliberante
En la actualidad, toda la organización municipal es regida por la ley fun-
damental cuyo extracto acabamos de hacer, exceptuando únicamente el que
los miembros del Consejo Deliberante son nombrados por el Poder Ejecu-
tivo, en comisión, por el término indicado.
Las obras de ornato, embellecimiento y de salubridad que emprendió la
Municipalidad desde que esta Capital sufrió una lección amarga con la visita
de la fiebre amarilla en el año 1871, aún no están totalmente terminadas, bien
que ha sido necesario corregir ciertos defectos, ensanchar los trabajos prac-
ticados é introducir las reformas ó perfecciones que señalan las investiga-
ciones y el progreso de la ciencia higiénica.
En una ciudad cuyo comercio, en igualdad de población, no tiene rival en
la América del Sud, y que ha recibido sucesivamente todas las pruebas y me-
joras con arreglo á su incesante y variado tráfico, parece extraño asegurar
que aún no hayan terminado las modificaciones y que la población no goce
de perfectas condiciones de salubridad.
Pero es que ésta se extiende y lleva sus industrias fabriles, manufacturas
y fábricas lejos del centro de la ciudad atrayendo hacia si una buena parte
de la masa del pueblo que edifica, establece su comercio, abre sus escue-
las, etc., y en breve los tramways prolongan sus vías férreas produciendo un
movimiento urbano que asombra.
La Municipalidad está á la espectativa de todas estas manifestaciones de
progreso, prestando su contingente poderoso para dotarlas de todas las como-
didades de que se goza en los barrios ó secciones privilegiadas : jamás da
por terminadas sus tareas y constantemente abre nuevas calles, plazas y
paseos públicos, extiende los diversos servicios administrativos y otorga con-
cesiones á empresas de todo género especulativo.
La pavimentación de las calles, el barrido y riego de las mismas, el tras-*
porte y quema de los desperdicios de la ciudad, y por fin, la plantación de
arboledas en su recinto, son cuestiones todas sumamente interesantes por
tener una conexión tan íntima con la salud y la higiene de la población.
Especialmente en estos servicios ha contraído con algún interés sus es-
fuerzos el poder municipal para lograr colocarla en las condiciones que recla^
man su progreso, su enorme tráfico y la cultura de sus habitantes.
— 312 —
Muy pobre de elementos la Administración de la Limpieza en los años
anteriores, sus servicios frecuentemente se resentían de deficientes é incom-
pletos, pero hoy ha recibido un gran impulso para poder satisfacer como
corresponde las exigencias de la higiene urbana.
Las ordenanzas y disposiciones que se han dictado á este respecto y por
cuya aplicación y observancia vigilan los agentes municipales, dan una prueba
inequívoca del empeño que se ha tenido en garantir los beneficios de la
higiene.
Del movimiento administrativo operado en el año 1885 tomamos algunos
datos que se refieren á la actividad de cada una de las oficinas que componen
esta repartición.
El cálculo de recursos ha ascendido á la suma de $ 2.284.997,19, cantidad
con la cual tuvo que atender las diversas necesidades y trabajos administra-
tivos presupuestados en $ 2.082.857,92 con el personal correspondiente, para
el ejercicio del año económico de 1884.
Las entradas que ha tenido la Municipalidad durante el año 1885 ascendie-
ron á $ 4.533.537,60, incluyendo la existencia de 31 de Diciembre de 1884, can-
tidad que ha sobrepasado al cálculo de recursos on la suma de $ 2.22L540,4l.
En el afio anterior la Municipalidad había recibido autorización del Con-
greso para contraer un empréstito de valor de 10 millones de pesos en títulos
de la deuda municipal á objeto de aplicarlos á las necesidades de ornato é
higiene del Municij)io, habiéndose dictado en Febrero de 1886 por el Hono-
rable Consejo Deliberante, la ordenanza respectiva en la que dispone y deter-
mina las obras que deben ejecutarse, la forma en que se emitirán los títulos y
demás instrucciones necesarias á su mejor aplicación.
Aunque la Intendencia recibió varias propuestas para colocar el emprés-
tito en el extranjero, no ha podido proceder á su realización porque no tiene
todavía la autorización solicitada del Congreso.
Considerando la importancia de las obras que deben llevarse á cabo, es de
esperar que muy en breve se pondrá término á esta negociación destinada á
transformar la fisonomía de la ciudad.
El impuesto general que comprende el de alumbrado, barrido y limpieza,
ha ascendido en el mismo año á la suma de $ 545.645,07, reducida notable-
mente perlas dificultades que entorpecen el procedimiento judicial señalado
á los recaudadores, inconvenientes que solo se subsanarían reformando la ley
orgánica que áeste punto se refiere — así, pues, no es extraño que la deuda
que ella origina aumente todos los años con gran perjuicio del Municipio y de
la Corporación Municipal que es objeto de la explotación de los más atrevidos
— el tesoro municipal dispensa el pago de estos impuestos, por excepciones
concedidas á personas destituidas de recursos, por valor de $ 319.45.
— 313 —
La oficina de Obras Públicas sufraga todos sus gastos y sueldos de em-
pleados con la suma anual de $ 357551,04, distribuidos así:
33377,40 $ en la oficina de Ingenieros que se compone de : un ingeniero-
director, un arquitecto, un secretario, dos ingenieros de sección, un ayudante,
un auxiliar, dos id. inferiores, cuatro dibujantes, dos inferiores, un inspector
de obras, uno id. de máquinas, dos id. de empedrados, uno id. de gas, uno id.
de kerosene, un guardián del camino Palermo, un correo, gastos de oficina,
sostenimiento de tres caballos, etc.
12150,60 en 35 carreros de obras públicas.
20889,24 en las cuadrillas de jardineros que se componen de: un di-
rector, un sub-director, un jefe del cultivo, un auxiliar, 46 peones, un carpin-
tero, alimentos para pájaros, etc.
16190,40 en servicio extraordinario de un capataz y 49 peones jardi-
neros.
3967,56 en un encargado y 10 guardianes de paseos.
22976,04 en gastos de semillas, herramientas, canos, mangas, etc., para
conservación de los paseos públicos.
248000,40 para las obras públicas municipales.
En el afirmado de las vías públicas se procede con actividad, haciendo
trabajar alas cuadrillas déla Municipalidad, ó contratando los trabajos con
particulares cuando las numerosas atenciones y necesidades urbanas reclaman
la inmediata dedicación de esta Oficina 6 multiplicándose otras veces para
satisfacer la demanda de sus esfuerzos solicitados.
Veamos, sin embargo, cuál ha sido su laboriosidad en el año 1885.
De la Memoria respectiva entresacamos lo siguiente:
Con adoquinado de granito se afirmaron 75 cuadras, 33 de empedrado con
trotadoras, 26 del común y de Mac-Adam una superficie de 219780 metros cua-
drados, de los cuales corresponden 140730 hacia el Norte de la calle Rivadavia
V 79050 al Sud de la misma.
La extensión lineal de las calles pavimentadas del Municipio ha sido á
últimos del año 1885 de 51680 mt. lin. de adoquinado, 5550 de empedrado
mixto, 92850 de empedrado común, 7945 de Mac-Adam y 530 de adoquinado
de madera que componen un total de extensión lineal pavimentada de 158555
metros, correspondiendo aproximadamente á una superficie de 1449885 m.
lineales.
A pesar de los datos que suministra la pavimentación de las calles, el trabajo
aun no ha terminado y puede decirse propiamente que apenas representan los
trabajos ejecutados una trigésima parte hasta lograr pavimentar las vias pú-
blicas del Municipio.
El sistema de trotadoras ó carriles como el de afirmado de granito, son
dos mejoras trascendentales introducidas en los afirmados porque importan
beneficios positivos en cuanto á su validez y duración.
La conservación de los pavimentos ha sido una de las cuestiones que mas
40
— 314 —
ha llamado la atención de esta oíicina para obligar á la Empresa de las obras
de salubrificacion (i la reconstrucción inmediata del pavimento removido v
vigilar sobre el relleno y apisonamiento para garantir el libre tráfico.
La compostura de empedrado v Mac-Adam abraza una superficie de rae-
tros cuadrados 342250 — la exoneración á las Empresas de Tranwaysde recons-
truir el afirmado por donde circulan sus vehículos ha sido un gran recargo que
ha experimentado esta Oficina, en cuyo objeto ha distraído una buena parte de
los trabajadores municipales, abandonando quizá necesidades premiosas que
reclamaban urgente reparación.
La mayor parte de las aceras do la ciudad han sido reconstruidas con
arreglo á los niveles dados por la Oficina representando una superficie de m.
c. 32859 — los cordones de granito de 125 milímetros de grueso colocados en
las calles abrazan una extensión de m. lin. 10549 — la compostura de 493 cua-
dras sin pavimento que representan 500000 m. c. de superficie, y finalmente,
algunos otros trabajos de menos importancia como ser: la construcción de
54 pasos de piedra para facilitar el acceso á las Escuelas públicas, con una
superficie de m. c. 1G20 ; levantado el nivel de algunas cuadras para garan-
tir las obras de las cloacas, y desmontado varias barrancas para facilitar
el tráfico, etc., etc.
Se han entregado al servicio público 84 cuadras en prolongación de calles
abiertas, trabajos que fueron ejecutados con arreglo al trazado general de las
calles, proyectándose otras y verificado la rectificación y ensanche de varias.
En las plazas públicas la a(;cion municipal ha hecho sentir los beneficios
de su celo, translormándolasácasi todas ya con obras de ornato ó simplemente
reparaciones, pero que les dan un realce risueño y pintoresco atrayendo á los
paseantes á su seno; en la plaza de la Victoria se ha dado colocación á una
hermosa fuente de bronce que con la otra que debe sustituir á la pirámide
actual, que será sustituida, á su vez, por otro monumento en el centro déla
plaza, formarán un grupo soberbio con la estatua ecuestre del General Belgrano;
— la del General Lavalle, embellecida con el monumento de mármol de dicho
militar, el mas majestuo.so é importante do cuantos posee la República, es hoy
la mas hermosa del municipio: ensanchadas y adoquinadas las calles de cir-
cunvalación, notablemente mejorados los jardines y la presencia de una gruta
artificial levantada en uno de los costados de la plaza le comunican un aspecto
de belleza seductora; mas 6 menos las mismas reformas se han ejecutado en la
de la Libertad, cuyos jardines mejorados, la estatua del doctor Alsina y la arbo-
leda uniforme que circunda sus cuatro costados, la han transformado ventajo-
samente contribuyendo de una manera eficaz al embellecimiento y ornato del
municipio; la del 11 de Setiembre ha sido objeto también de la reforma general
que impulsa á la Municipalidad coiivirtiéndola en agradable paseo, de calles
perfectamente niveladas, con cordones de granito y cubierta su superficie de
cascajo y arena; la del 29 de Noviembre ha recibido iguales mejoras y muy
pronto rivalizará con la magnificencia délas demás; la de Independencia y Ge-
- 315 —
neral Belgrano quedarán modificadas con los trabajos de embellecimiento que
en ellas se ejecutan y la expropiación que se hará de los edificios que las re-
ducen, para ensancharlas debidamente; dos proyectos importantes para la
construcción de una'alameda y un gran parque en el municipio, permitirá su
realización á la Oficina de Obras Públicas prestar los servicios de su labo-
riosidad
La edificación impulsada por una febril especulación y la iacilidad de
enagenar las propiedades ha asumido proporciones inusitadas en el año 1885,
produciendo al Tesoro Municipal la suma de $ 43381,45 la recaudación de los
derechos correspondientes, cuyos trabajos de construcción representan una
extensión de m. Un. 16233,47.
En la edificación los materiales empleados por la generalidad son de
buena calidad é inmejorables las mezclas, y en cuanto á la arquitectura es muy
variada.
Las casas de inquilinato que se construyen en la actualidad no han obede-
cido al progreso general, y la Municipalidad convencida de las ventajas pro
venientes de su especulación, no ha vacilado mas y ha aprobado los planos de
las que tiene proyectadas. En breve ordenará su construcción cuya explotación
será sin duda una fuente poderosa de recursos á la par que valorizará sus
terrenos valdios.
Varios proyectos presentados y despachados á objeto unos de extender
algunas vias centrales de tranways y otros para construir vias sub-urbanas,
dan una prueba inequívoca del adelantamiento que nos impulsa cuando la com-
plicada red que hoy envuelve á la ciudad no basta para suplir el movimiento
comercial y las necesidades secundarias de la población.
En el enterratorio de la Chacarita se han hecho también trabajos im-
portantes presididos por esta Oficina relativos á la nivelación y trazado de
calles interiores y de circunvalación que muy pronto permitirán habilitar
algunas de sus secciones para las inhumaciones, en cuyo caso se procederá
á clausurar el cementerio de la Recoleta; este último solo ha ofrecido tra-
bajos de menor importancia tendentes al aseo y conservación del edificio de
a capilla.
La Casa de Aislamiento, terminada ya, puede habilitarse y prestar los
servicios públicos á que está destinada, comprendiendo el edificio ocho
grandes pabellones completamente aislados y separados por una pared,
fuera de tres salas que deben contener 36 camas, y un gran pabellón que
contiene las oficinas de la Administración.
En el Hospicio de las Mercedes se terminó un departamento destinado á
ios furiosos y otro hidroterápico.
Se han practicado reformas y ensanches en el edificio ocupado por las
Hermanas do Caridad del antiguo Hospital de Hombres, con el objeto
le alojar en él los enfermos crónicos asilados en el Hospital San Roque,
el cual ha recibido una pequeña transformación, haciendo de las construc-
— 316 —
clones antiguas una sala auxiliar de enfermos. En el Hospital de Clínicas
como en el Asilo de Mendigos, los trabajos ejecutados han sido de poca
importancia.
En el Mercado del Plata se hicieron pequeñas reformas en la recons-
trucción do los techos, pero en el del Centro los trabajos practicados han
sido muy importantes, i)orque ha recibido un notable ensanche en el
interior.
En los mataderos de abasto también se practicaron obras importantes
relacionadas con la higiene y los diversos servicios de su administración,
de la misma manera que en el corralón de limpieza los trabajos lo han
ensanchado y compuesto notablemente su interior.
Los mercados de abasto, denominados del Centro, Comercio y Plata
que pertenecen á la Municipalidad, y bajo cuyo amparo experimentan un
desarrollo progresivo, han [)roducido respectivamente durante el afio 1885
las sumas siguientes: $ 21121)8,43 el primero, § 2J73r>,(S7 el segundo, y
$ 98017,27 el último, sol)ropasand«) al ano anterior en la cantidad de
$ 194ÍÍ8, 88, descompuesta así:
Mercado del Centro $ 11409,58
» ^> Comercio •■ 3575,21
>. Plata ». 4454,09
$ 19438,88
Si se ejerce vigilancia por la Intendencia Municipal, estas rentas aumen-
tarán considerablemente en el próximo afio de 1880, por el ensanche que han
recibido los mercados y el gran número de puestos nuevos abiertos al
consumo.
Los numerosos establecimientos públicos que la Asistencia Pública ha
creado y vigila para mitigar los dolores y sufrimientos de la humanidad,
entregando sus atenciones y administración á un cuerpo abundante de
empleados y encargados especiales de su dependencia, son, puede decirse,
la columna en que se sostienen la (paridad y piedad (Tistianas, recibiendo
en ellos los dolientes los incalculables beneficios de su instituto: construi-
dos con arreglo á las últimas prescripciones de la higiene, suficientemente
espaciosos, con de|)artamentos aislados para las enfermedades infecciosas,
jardines interiores y exteriores rpic pui'itican el aii'e, y todo bajo el más
severo cuidado de aseo y limpie/a, demuestran palmariamente que nada
se ha omitido para hacer de ellos verdaderos centros de sanidad y aún de
recreo, que alivien y amenicen la difícil existencia de tanto desgraciado.
Entre los establecimientos aludidos existen el Asilo de Mendigos, Hospicio
de Inválidos, Asilo de Mujeres desvalidas, Instituto frenopático, Hospital
- 317
oe Niños, Oficina de Vacuna, etc.. etc., y también los csmeiiterios^
cados, matadero público, saneamiento de la Boca del Riachuelo, limpieza,
barrido y riego, Oficina Química, etc
La Oficina de Vacuna ha tenido el siguiente movimiento durante el
mismo año: vacuoados 4403 y revacunados 1197, que componen un total
de 5600, de los cuales 2714 son varones, y mujeres 2886, predominando
los de edad de uno á cinco años.
En la Asistencia Pública han tenido entrada 609 enfermos, que agre-
gados á once del aúo pasado, dan un total de 630, de los cuales curaron
415, murieron 196, y quedaron en asistencia 9.
La viruela fué la que causó mas daño en los enfermos, muriendo de
esta sola enfermedad 158 individuos, 239 salieron curados y 6 quedaron en
Iratamiento, loque hace un total de 403 variolosos.
La estación en que se desarrolló con mas fuerza fué la del invierno,
en los meses de Junio, Julio y Agosto.
En el Hospicio de las Mercedes han tenido entrada 361 individuos
locos, de los cuales 60 curaron, mejoraron 21, fugaron 66, murieron 83, y
quedaron locos 51, siendo su mayor parte jornaleros, comerciantes, hacen-
dados, carpinteros, zapateros y albaúiles.
Por nacionalidad predominan los italianos con 142 individuos, siguiéndo-
les respectivamente los argentinos, españoles, franceses, etc.
Por el estado civil son los solteros los que en mayor número han
perdido el uso de sus facultades, siendo de estos 236, casados OS, viudos
8, y 19 cuyo estado se ignora, predominando por edad los comprendidos
en el periodo de 31 á 40 años, siguiéndoles los de 21 a 30, de 11 á 20, y
de 51 á 61).
De los 361 eran católicos 360 y 1 protestante.
Ei alcohol figura en primera linea como el agente principal de la ena-
«nación menta! de los enfermos entrados.
DEPARTAMENTO DE POLICÍA
El papel que desempeña este cuerpo [jolliico en los centros civilizados, es
R delicado é importante que solo á su benéfica influencia puede aspirarse al
rfecto desarrollo délas instituciones, consolidando los dos grandes princi-
s en que se sustenta el edificio social: el orden y la moralidad pública.
En vano se ha de buscar el origen de nuestro progreso material y moral
en la sola influencia de sabias leyes y i;i abundancia de elementos de vida: es
preciso que ambos estén i-obustecidos y segundados por aquella entidad polí-
tica que multiplicándose por todas partes, conserva la pureza délas instítu"
— 318 —
dones y el respeto á la moral, sagrados atributos de la felicidad de los
pueblos.
Es por estas consideraciones que las autoridades de todos los países
dedican con afán sus esfuerzos en el perfeccionamiento de esa rama de los po-
deres públicos, que representa la acción y ai)licacion de los principios 6 leyes
emanados de los cuerpos legislativos.
Puesta esta repartición bajo la ilustrada dirección de hombres progre.
sistas é íntegros que se preocupan ardientemente por investirla de la respetuo-
sidad que debo caracterizarla, descansa hoy después de ruda labor sobre los
firmes cimientos de su capacidad y actividad asombrosas.
La energía desplegada contra la perpetración de crímenes, el castigo im-
puesto ú los infractores desús disposiciones, la rapidez para el descubrimiento
de los diversos delitos, los abusos de autoridad que ha reprimido su celosa
dedicación, el de las bebidas espirituosas y finalmente, todo acto realizado con
escándalo á la moral y resj)eto que se debeá la sociedad, ha sido, en general,
castigado con tanta i)rontitud y efi(*acia que no solamente inspira desconfianza
á sus clientes, sino que cada dia robustece sus elementos de acción aspirando
al mismo tiempo á los dictados de justa y enérgica.
Las diversas reparticiones que le constituyen, dotadas cada una del per-
sonal suficiente para atender los diferentes servicios policiales, dependientes
todas de la gefatura, desempefian las comisiones ó necesidades para que han
sido creadas con la misma inteligente actividad y pericia que la oficina princi-
pal, obedeciendo inalterablemente la misma consigna: velar por el órdeny
el cumplimiento de disposiciones vigentes.
Actualmente ningún ciudadano desdeñaría prestar sus servicios en la Po-
licía que, gracias á la previsión económica del Gobierno, este elemento de fuer-
za |)eligrosa está sometido al ilustrado criterio de una muy buena parte de
nuestra juventud y de hombres serios cuya aspiración al perfeccionamiento
de la institución es una de las cualidades mas relevantes que les distingue.
Para dar esta solución al problema que ha preocupado 4 todos nuestros
gobernantes de colocar á la Policía en el rango y con la capacidad que exige
el extraordinario desarrollo de esta Capital, ha sido necesario depurarla de los
vicios hereditarios que han venido trasmitiéndose desde tiempo remoto, ale-
jando de su seno los resabios de una época rudimentaria, tan perniciosos al
bienestar de los pueblos objetivo que se ha conseguido principalmente con
aumentar el sueldo asignado á los empleados, estimulando la buena retribu-
ción á personas muy idóneas que no aspiran mas que al cumplimiento estricto
de sus obligaciones y al mejor servicio.
La cronología de esta repartición se halla envuelta en la oscuridad de su
pasado, impenetrable para nosotros por la carencia de memorias de su jefe
respectivo ó apuntes históricos de algún investigador curioso, circunstancia
que lamentamos porque nos ¡M'iva de la satisfacción de reseñar sucesivamente
s diversas fisonomías que ha ido adoptando.
' 319 —
Sin embargo, para poder formarse una idea del perfeccionamiento que ha
alcanzado y del plan distributivo de facultades y obligaciones conferidas á sus
agentes, presentamos los siguientes datos que se refieren á la composición,
número y categoría gerárquicade los empleados, las partidas asignadas por ei
Presupuesto Nacional para el sostenimiento de cada repartición, un extracto
de sus respectivas atribuciones, de disposiciones generales, y finalmente, al-
gunos apuntes estadísticos que revelan el desarrollo de la criminalidad con
sus caracteres y circunstancias especiales.
La Policía tiene por objeto principal el sostenimiento del orden público,
que consiste, en general, en la conservación de la persona y de la propiedad,
la seguridad de los Poderes del Estado y el libre ejercicio délas instituciones
políticas.
La reglamentación de sus diversos servicios es amplia y bastantemente
previsora: las oficinas secundarias establecidas en las diferentes secciones que
componen el distrito de la Capital, regidas por un plan administrativo que es el
complemento de la acción de las principales, distribuyen la justicia con tanta
prontitud y eficacia que esas poderosas palancas de la actividad policial han
contribuido con su celo é idoneidad á dar á 1^ institución el carácter mas pro-
minente que inviste: respeto y simpatía.
La vasta órbita en que giran los agentes policiales, jamas ha obstado para
que el criminal fuese aprehendido, la inmoralidad castigada, el ladrón despo-
jado del objeto hurtado, ni el falsificador sorprendido en sótanos ó cuevas con
los instrumentos del delito en las manos.
Ahora bien, la Policía ha distribuido su acción y autoridad de la manera
siguiente:
JEFATURA
Un ciudadano con el título de Jefe de Polícia ejerce la primera autoridad
de la institución: un Secretario y un Asesor acompañan en sus funciones al
Jefe del Departamento.
Son deberes y atribuciones de éste:
Asistir diariamente á la Oficina y dictar las disposiciones relativas á la
Policía de seguridad, conservación del orden y cumplimiento de las ordenazas
déla Municipalidad; librar órdenes de aprehensión de delincuentes, contra-
ventores, desertores, allanamientos de fuero doméstico y secuestro de objetos
pertenecientes á criminales, falsificadores, etc; ordenar la pesquisa de casas
sospechosas; hacer cumplir los mandatos de los Jueces ó autoridades supe-
riores; someter ala justicia ordinaria, los presos que incurran en delitos gra-
ves, al Ministerio de Menores los huérfanos ó abandonados por sus padres y
á la autoridad militar los soldados desertores; autorizar todas las diligencias
— 320 —
del despacho de notas, informes, etc. proponer al Gobierno el nombramiento
de los empleados del Departamento así como la exoneración de los mismos
por falta de competencia, etc .visitar las olicinas de su dependencia para ins-
peccionar el servicio, el cumplimiento de las ordenanzas
El Secretario ú Oficial 1° obedece alas siguientes atribuciones:
Recibir delJefo de Policía los asuntos entrados al despacho para darles
la dirección correspondiente, distribuyéndoles á las oficinas respectivas los
que fueren de simple trámite 6 proyectando los decretos ó informes que hayan
de acordarse con el Jefe — abrir los pliegos dirijidos oficialmente, en ausen-
cia de éste, y despacharlos si son relativos al servicio ordinario, pero en nin-
gún caso si compete directamente al Jefe su resolución — resolver por si mismo
cualquier duda, en consulta, sobre detalles administrativos de Policía— pre-
sentar diariamente al despacho los asuntos que se hubieren acordado y vigilar
que los libros de las oficinas de la casa central estén al dia, pudiendo propo-
ner cualquier modificación para el mejor dcsemperio de ellas siempre queno
altere las disposiciones del Reglamento General — ordenar el pronto despacho
de los asuntos en trámite, indagaciones, etc., sobre el curso de cualquierex-
pediente — informnr á los particulares sobre el estado de sus asuntos ó la
resolución recaída en ellos
El Asesor ocupael mismo rango que losC'omisarios <le Sección, pero sus
funciones no ultrapasan de la mera prestación de sus servicios prolesionales
que consisten en ilustrar al Jefe de Policía con su opinión autorizada sóbrela
resolución ó despacho de los asuntos en tramitación.
El Presupuesto Nacional i'etribuye el servicio de este personal con la
suma de $ 1.117 al mes.
OFICINA CENTRAL
Esta oficina consta de un oficial que hace de Jefe de ella y once escri-
bientes para atender los servicios de la Mesa de entradas y salidas, de extrac-
tos, de redacción de asuntos judiciales y de copia.
Mesa de extractos — En esta, deben llevarse los libros correspondientes
para atender los asuntos que se refieran á:
Tribunal de Justicia
Juzgado Nacional
Ministerio de Menores
Curia Eclesiástica
Departamento Topográfico
Municipalidad
Cualquier mandamiento 6 diligencia de dichas reparticiones debeser
extractado en el libro que le corresponda, haciendo constar la fecha, el nom-
Consejo de Higiene
Tribunal de Comercio
Juez Correccional
Jueces de Paz de ciudad y campaña
Solicitudes particulares
-. 321 —
bre del que pide la ejecución, el de la persona que ha de ser ejecutada y el
objeto 6 condición del mandamiento, al pié de lo cual se copia el decreto
recaído.
Diligenciado un mandamiento por el agente á quien se le sometió, vuelve
á la mesa de extractos donde se le pone al margen de la anotación primitiva
el cumplido y el devuelto.
Tanto el extracto como las notas de remisión deben hacerse por el
Oficial á cuyo cargo esté el libro á que corresponda el asunto en tramitación.
Mesa de Redacción — Esta mesa debe ocuparse de proyectar las notas de trá-
mite ordinario, circulares y documentos que se dirijan ó contesten á ciertas
reparticiones nacionales y provinciales; estos proyectos se entregan á la Mesa
de Copiar para ser pasados en limpio y copiados en el libro que corresponda
á la autoridad ó asociación á quien fueren dirijidos, 'devolviendo dicho trabajo
á la Mesa de Redacción para confrontarlo antes de ser llevado á la firma.
El trabajo de que está encargada esta mesa debe quedar despachado en
el dia.
La mesa de copiar recibe diariamente de la de redacción los borradores
de notas, etc., que haya que poner en limpio y de la de extractos las que hubiese
que pasar á los libres respectivos.
Debe llevar los libros necesarios para copiar todas las comunicaciones
que dirija el Departamento y confrontar todo documento que ponga en limpio.
El personal de esta oficina está remunerado con la suma mensual de $ 798
que le fija el Presupuesto.
Las oficinas de archivo, depósitos, estadística, padrón y de pagos tienen
un personal compuesto de cuatro oficiales encargados de cada una de ellas,
un contador, un auxiliar y ocho escribientes costeados con la cantidad de $ 1.309
mensualmente por el Erario Nacional.
COMISARÍA DE ORDENES
La Comisaría de Ordenes es desempeñada por un comisario efectivo, otro
supernumerario, otro auxiliar de órdenes, nueve escribientes, un sargento, un
cabo y ocho vigilantes correos, cuyo sostenimiento cuesta la suma mensual
de $1.473.
La Oficina de Telégrafos se compone de un inspector, dos escribientes,
tres telegrafistas (jefe de turno), setenta y cinco telegrafistas de 2* y 3* clase y
dos guarda-hilos, que con las partidas asignadas para conservación de líneas,
fórmulas, útiles de escritorio, etc., asciende á $ 4.578 la suma mensual que
cuesta su sostenimiento.
El servicio médico se compone de cuatro médicos, un practicante y un
ordenanza que con la partida asignada para conservación de la sala de autopsias
y cirujía alcanza á $ 760 el total de sus gastos mensuales.
El Comisario de Ordenes es el empleado por medio del cual el Jefe de
4X
— 322 —
Policía trasmite á los encargados de sección y agentes de seguridad todas las
disposiciones que se deben cumplir; nombra el servicio de guardia dentro y
fuera del Departamento, el extraordinario de comisiones y cualquier acto que
reclame fuerza pública; resuelvo cualquier duda sobre el cumplimiento ó
ejecución de ordenes ó disposiciones de autoridad superior, recauda délos
comisarios de sección las multas policiales 6 municipales que se impongan
con la especificación resi)ectiva para anotarlas en los libros correspondientes,
debiendo presentar cada semana un estado por orden de sección de los individuos
multados y sus valores, cuyo importe entrega A la oficina de pagos, la que le
firma el recibo do cada entrega al pié do ella en los asientos de sus libros
El Comisario supernumerario reemplaza, en caso de ausencia, al de
órdenes con las mismas atribuciones y deberes; es de su deber desempeñar
cualquier comisión extraordinaria que requiera ser confiada á un empleado
superior, bien i)ara levantar un sumario, instruir una indagación, clasificar
detenidos, etc., etc.
La Oficina de Ordenes debe llevar un libro para hacer constar la entrada
do todos los individuos al Departamento en calidad de presos, especificando el
nombre de cada uno, patria, edad, estado, profesión y la autoridad que lo
remito, pero no procederá a la detención de ninguna persona sin parte que
acredite la causa de su arresto y la competencia de quien lo envia.
También lleva un libro de órdenes, uno de clasificaciones, [uno copiador
de ¡as notas que dirija, un índice de prófugos y desertores, uno de extracto de
las órdenes á cumi)lir, los de multas, un registro para anotar los pasaportes y
otro para matrículas
El Medico de Policía debe reconocer ios cadáveres encontrados en los
parajes públicos, ya i)orque ellos revelen el origen de un crimen ó simplemente
para hacer constarlas condiciones encjue fueron encontrados.
Practica la autopsia de cadáveres cuando considera que ella es indispen-
sable para esclarecer sus |)resunciones, ó bien para analizar las materias
contenidas en el cuerpo á fin de descubrir el agente de intoxicación.
líeconoce también los heridos, contusos ó alienados que se hallen
detenidos en la casa central ó en sus propios domicilios á pedido del Comisario.
Para que el Médico proceda al i'cconocimiento ó certificación de cadáveres
ó heridos, por mandato do un Juez ú otra autoridad, es indispensable que el
documento contenga el Cúmplase del Jefe de Policía
OFICINA DE LA MAYORÍA
Consta de un oficial, encargado de ella, tres escribientes de 3* y uno del' y
un guardián, encargado del depósito uniforme de armas.
El presupuesto asigna á este personal la suma mensual de $ 415.
— 323 —
alcaidía
Consta de un alcaide, jefe de ella, un segundo alcaide, cinco escribientes
de 3*, seis guardianes llaveros, un capataz y cinco ordenanzas, que agregado el
costo de su sostenimiento á los gastos generales de esta repartición, asciende á
la suma de $ 15231o que abona el Tesoro Nacional.
Sondeberes y atribuciones del Alcaide: conservar bajo inventario legalizado
por el Jefe de Policía todas las existencias de las diferentes oficinas de la casa
central como de los objetos que contienen los almacenes, ropas, armamento,
monturas, etc; de todo lo cual no puede hacer entrega sin una orden del Jefe,
que le sirve de comprobante; cuidar de la limpieza diaria de todas las oficinas,
vigilar los arrestados, distribuir la guardia, celar por la seguridad de los
presos y conservación del orden, cuidar del buen tratamiento de los presos,
prohibirla introducción de armas, herramientas, bebidas, etc.; llevar dos libros
para hacer constar en uno la entrada de las mujeres y en el otro la de los hom-
bres detenidos, con designación de nombre, nacionalidad, edad, ejercicio, la
autoridad que le remite y la causa de la prisión, presentando al fin de cada mes
un cuadro estadístico del movimiento de detenidos con expresión de sexos,
edades, nacionalidades, estados, ejercicios y causas.
En caso de ausencia del Alcaide, desempeña sus funciones el segundo.
COMISARÍA DE PESQUISAS
La Comisaría de Inspección y Pesquisas se compone de dos comisarios,
uno auxiliar, diez de Policía, dos oficiales de Policía, cinco sargentos, un
ordenanza y un sirviente, cuyo sostenimiento cuesta al Tesoro la suma
mensual de $2.685 agregada la partida destinada á comisiones extraordinarias.
COMISARÍAS DE SECCIÓN
Las veinte comisarías de sección en que está dividida la jurisdicción
policial de la Capital, tienen la siguiente total dotación de personal: veinte
comisarios de Policía, veinte auxiliares, sesenta escribientes, doce oficiales
encargados de la fuerza, sesenta oficiales inferiores, veinte sargentos 1% ochenta
sargentos 2% ochenta cabos 1% ochenta cabos 2% 1.250 vigilantes, veinte
ordenanzas y veinte sirvientes de caballeriza, costeado con la suma mensual
de $64.640. *
Son deberes y atribuciones del Comisario de Sección: Hacer cumplir en
el local de su mando todas las disposiciones de policía y ordenanzas municipales
vigentes y cualquier mandato de autoridad superior que se re Sera á personas ó
cosas de su Sección; indagar ó esclarecer hechos criminales que se relacionen
con la Policía de seguridad, cualquiera que fuese el domicilio de las personas
comprendidas en el crimen; todos los empleados que desempeñen servicios en
una sección, transitoria ó permanentemente, dependen directamente del
Comisario, asi como cualquier comisión encomendada á empleados superiores
no puede resolverse sin la intervención del Comisario de la Sección en que
deba tramitarse.
CABALLERIZAS
La administración de la caballeriza, depósito fúnebre y ambulancias so
hace con el siguiente personal: un Comisario Administrador, un oficial de policía
2' Administrador, un maestro y tres oficiales herreros, un talabartero y dos
oficiales, un carpintero, dos oficiales mecánicos, dos capataces, ocho sirvientes
de caballeriza y diez ordenanzas conductores de vehículos.
Debe imponerlas multas por infracciones policiales ó municipales, pasan-
do una relación nominal de los penados con conocimiento de la causa y valor
do las multas aplicadas, por intermedio del Comisario de órdenes — no puede
imponer penas 6 mullas discrecionales — los detenidos en una Sección no tienen
entrada en la Policía sin conocimiento del Comisario respectivo, el cual debe
expresar por escrito la causa de la prisión — producida una herida grave, el
Comisario remite al Hospital al herido verificando la primera curación en la
botica mas cercana, de todo lo cual debe dar cuenta, despachando el certifica-
do médico-legal que requiere del Administrador del Hospital.
Corresponde al Comisario deSeccion la averiguación de todo hecho crimi-
nal llevado acabo en su departamento, así como la aprehensión del delincuente
que ha cometido un delito en otra sección y se asile en lado su jurisdicción.
En el caso de un asalto á personas ó propiedades por malhechores, ladro-
nes, etc., el Comisario debe prestarle auxilio al vecino ó transeúnte que se lo
pidiese — no admite demanda por cobro de pesos, injurias éindemnizacionde
daños — asegura los intereses que por muerte ó desaparición del dueílo quedi
sen abandonados, de lo cual levanta inventario asociado del Alcalde de barril
y dos vecinos, tomando las medidas necesarias para la mayor seguridad
ellos — siel fallecido es un extranjero shi familia, el Comisario dará aviso
Cónsul respectivo, en presencia del cual procederá al inventario y segurid.
de los bienes abandonados, documento que llevará los sellos del Consulados-
de la Policía — el conocimiento de laexistencia de un cadáver en las vias, plazas
públicas ó dentro de una casa, impone al Comisaríola obligación de evitar que
él sea removido hasta que el Médico de Policía haya pasado el informe res-
pectivo de su reconocimiento, cuando se ignore completamente el origen de su
muerte — solo penetra en el asilo doméstico, previo allanamiento del fuero, por
mandato superior, para aprehender un criminal, secuestrar objetos 6 docu-
mentos, cuya orden deberá estar autorizada por el Cúmplase del Jefe del
Departamento
«
t-
lO
m
oV^*
La Oficina de una Comisaría de Sección está permanentemente abierta pat1|
atender los diversos servicios policiales y prestar los auxilios necesarios i
— 325 —
vecindario de la localidad—- el Comisario es responsable de todos los actos que
autoriza, debiendo personalmente dictar álos escribientes todas las informa*
ciones, sumarios y declaraciones.
Para el régimen interno de cada Oficina de Comisaría se llevan los siguien-
tes libros: un libro copiador de las notas ó partes que se dirija al Jefe de Policía;
otro de las notas ó carpetas á los Comisarios ú otros agentes subalternos; otro
de las órdenes del dia: uno de las demandas ó quejas de vecinos en denuncia
de hechos; uno de índice de los presos remitidos al Departamento; uno de
diligencias cumplidas por mandato del Jefe ó autoridad superior; uno de índi-
ce para anotación de prófugos y desertores cuya captura esté recomendada:
uno de todos los informes expedidos en peticiones particulares ó por provi-
dencia de jueces y un cuaderno del movimiento de alcaldes y tenientes.
CUERPO DE BOMBEROS
Este cuerpo consta de: un jefe director, un 2* jefe, tres capitanes, seis
tenientes, tres sub-tenientes, tres sargentos 1% doce sargentos 2°., diez cabos
I*., diez cabos 2*., y ciento sesenta y cinco bomberos, cuyo sostenimiento
agregado á los gastos de materiales, su conservación, etc, cuesta al Tesoro
la suma mensual de $8.803.
Los diversos gastos del Departamento General de Policía han sido presu-
puestados en $ 6.160 mensuales.
El sostenimiento del Cuerpo policial con todas sus necesidades cuesta á
la Nación la suma anual de $ 1.245.108.
Las relaciones oficiales de superioridad y dependencia de los agentes
entre sí quedan determinadas por la siguiente escala gerárquica ordinaria de
los empleados policiales.
1" Secretario del Departamento
2o Comisario de Ordenes
3o » Inspectores
4** » de Sección
5° » Auxiliar de Ordenes
6* » » » Inspección
7® » » » Sección
8p Jefes de Oficina
9* Oficiales Principales
10. Oficiales Inspectores
11. Segundos Jefes de Oficina
12. Oficiales escribientes
13. Escribientes
14. Sargentos primeros
15. » segundos
16. Cabos primeros
17. » segundos
18. Vigilantes
El agente de Policía debe tener presente en todos sus actos, privados
como públicos, la importancia de su misión social, procurando merecer la
conQanza que se deposita en él con las cualidades de honra'ío y celoso; debe
— 386 —
ser de buenas costumbres y circunspecto para inspirar respeto y simpatía.
El carácter de autoridad y el grado gerárquico que inviste son permanentes;
debe respeto al superior en cualquier acto y todo su tiempo y atención al
desempeño de sus funciones; es de su deber evitar todo acto desdoroso que
le enagene la estimación de sus superiores y de sus semejantes; no puedepar-
ticipar de las diversiones públicas, del juego, de la bebida, de la sociedad con
personas de mala conducta y en general de cualquier desorden ó acto impro-
pio; jamás puede emitir juicio sobre la honorabilidad ó competencia de los
miembros del cuerpo ultrajando su reputación ni calificar de ninguna manera
sus actos privados ü públicos; le es prohibido contraer relaciones de amistad
y confianza con los vecinos del barrio que está confiado á su celo y autoridad;
debe dar las informaciones que se le soliciten, á toda persona, respecto de la
localidad — debe velar muy especialmente por la seguridad política de la Capital,
denunciando las conspiraciones que se fraguasen contraías autoridades déla
República ó Gobiernos extranjeros, de la misma manera que contra personas
influyentes, corporaciones ó funcionarios públicos.
Hecho un arresto, las únicas medidas que debe adoptar son aquellas que
garantan la seguridad del preso mientras este á su cargo; jamás debe hacer
uso de las armas que lleva, salvo el caso de que el delincuente no quiera some-
terse ala justicia, después de tocar todos los resortes de la persuasión, enton-
ces podrá defenderse de sus aírresiones- le está severamente prohibido
comunicar datos, informes ó copia de los actos de la Policía á particulares 6 á
agentes de ella, especialmente de los sumarios, así como también tomar parte
en las elecciones, directa ó indirectamente, limitándose á garantir ó conservar
el orden para que el acto popular pueda practicarse con plena libertad — cuando
recibe una orden es responsable de su ejecución usando de su propio arbitrio
para la mejor expedición de la comisión
Todos los agentes del Departamento de Policía, en el caso de faltar á la
disciplina y servicio policial ó por contravenciones á las órdenes que dicte la
Gcfatura, ó simplemente por omisiones 6 actos impropios ejecutados en el
desempeño de sus respc«ítivos deberos, son reprendidos administrativamente
con las penas siguientes: 1* Amonestación, 2* arresto simple, 3' arresto
riguroso, 4* descuento de sueldo y 5* separación.
Cuando un agente es encargado de una comisión reservada ó especial de
la Sección, debe muñirse de una tarjeta que acredite su carácter para poder
desempeñarla, la cual llevará inscripto el nombre, apellido y gerarqula policial
del agente, la fecha de su expedición, el tiempo de su validez, la firma del agen-
to que la otorga y el sello de la Comisaría respectiva en el reverso — la tarjeta se
renueva cada vez que espira el plazo asignado á la comisión que la motivó, para
el desempeño de otra nueva — las targetas son de dos clases: color celeste para
una comisión reservada y blanca para las especiales de Sección, con las ins-
cripciones antedichas, y además la del carácter de la comisión — los agentes
— 327 —
deben llevar siempre consigo la tarjeta y es de su deber exhibirla á cualquier
otro superior que la solicite.
Todo agente investido con autoridad gerárquica policial, franco ó en
servicio, debe llevar consigo un pito para la trasmisión de las señales de
ordenanza á los demás.
El pito es de metal blanco, de siete centímetros de largo y tiene grabadas
las armas de la patria y la inscripción: «Policía de la Capital». — es de propie-
dad déla Policía y está prohibido el uso de cualquier otro — cuando un agente
lo pierde debe ponerlo en conocimiento de su superior para proveerle de otro
descontando su valor de los haberes del que sufriese la pérdida — para los
agentes que usan uniforme les es obligatorio llevarlo pendiente de una cinta
negra de cuarenta centímetros de largo por quince milímetros de ancho, pren-
dida en el tercer botón de la chaquetilla, quedando al arbitrio de los demás
el modo de usarlo.
Los toques de orden reservados esclusivamente á la Policía no pueden
ser empleados por otra repartición pública, corporación ó empresa, incurriendo
en la pena de ocho pesos de multa ó cuatro dias de arresto por cada infrac-
ción— cuando un agente quiere llamar á otro que está próximo á él, debe dar
una pitada corta, respondiendo con un toque semejante el segundo que debe
acudir inmediatamente — una pitada prolongada y otra corta significan que los
agentes en servicio de calle deben estar alertas, toque de que se hace uso sola-
mente desde las7p. m. hasta las 6 a. m. de cadadia, dándolo una vez cada
media hora — dos pitadas cortas sirven para indicar que el Oficial Inspector ó
Sargento de servicio en la calle, deben concurrir á la Oficina de la Comisaría
por necesidades del servicio, repitiendo el toque los agentes de la Sección
hasta que uno de aquellos lo oiga — una pitada prolongada y tres cortas sig-
nifican que el agente que las toca necesita al Oficial Inspector ó Sargento
de servicio en algún punto de la calle — una pitada prolongada y dos
pitadas cortas significan auxilio, es decir, que el agente que las toca necesita
ser protegido por los demás.
Las dos pitadas prolongadas indican incendio — el [agente que se encuen-
tra en cualquiera de estos dos casos debe llamar continuamente hasta que
concurra un superior suyo ó un número suficiente de agentes para el objeto
—para el primer caso el agente repite el toque y concurre al punto que se
lo solicita, y para el segundo repite dos veces y concurre inmediatamente
—tres pitadas prolongadas significan reunión, es decir, que los agentes, en
servicio ó francos, deben presentarse inmediatamente á la Comisaría de su
Sección; producida la llamada, los agentes deben repetirla donde la oyesen
hasta la misma Comisaria tocándola una vez en cada boca calle.
Los toques de ordenanza antedichos solo deben usarse en los casos nece-
sarios y nunca como prueba para cerciorarse de la actividad ó atención de
los agentes policiales, facultad reservada solo al Jefe de Policía ó á quien éste
autorice. . * * » . . . « «*.... 4 « » 4 . «
— 328 —
El uso de medallas por ciertos agentes de Policía sirve como distintivo de
la autoridad que invisten para exigir de los demás y del público el auxilio ó coo-
peración que necesita, haciéndose reconocer en tal carácter.
Ninguna otra persona, reparticionó corporación puedeadoptarparasu uso
medallas semejantes á las de la Policía, incurriendo en la pena de veinte pesos
de multa ú ocho diasde arresto porcada infracción los que las fabriquen, ven-
dan ó compren — las de la Policía son de plata y de dos milímetros de espesor,
excepto la delJefe que es de oro.
Sus dimensiones varían de la manera siguiente: para el uso del Jefe de
Policía, Secretario del Departamento, Comisarios de Ordenes, de Inspección,
Supernumerario y de Sección, de los Médicosy Asesor tienen cuarenta y cua-
tro milímetros de largo, por treinta milímetros de ancho; la de los Comisarios
Auxiliares y Jefes de Glicina de cuarenta milímetros por veinte y ocho; la de
los Oficiales Principales de treinta y cinco milímetros por veinte y cinco de
ancho; y la de los Oficiales Inspectores y demás agentes subalternos de treinta
milímetros por veinte y dos de ancho: las medallas llevan en el anverso al
centro las armas de la patria, al rededor en la parte superior el título gerárquico
que tiene el agente que la usa y en la parte inferior la inscripción «Policía de
la Capital.»
Las medallas son de propiedad exclusiva de la Policía — cuando un agente
renuncia 6 es separado de su puesto, debe entregar la medalla al Comisario de
Ordenes, si es agente superior, y al Comisario de Sección ó Jefe de la Oficina
de quien depende si es subalterno.
En el servicio como fuera de él el agente debe llevar siempre consigo la
medalla, prendida al lado izquierdo del chaleco á la altura del pecho— en los
casos quehubiese agrupación de gente la llevará exteriormente en el saco ole-
vita del mismo lado y altura — es intransferible y tanto el que la presta á otro
agente ó á un particular comete gravo falta como el que la recibe — un libro
«Registro de medallas» llevado por la Comisaría de Ordenes contiene: la fecha
en que se entregó la medalla, el recibo de ella y el número de orden si lo tiene,
la firma y rúbrica del agente que la recibe y el grado gerárquico á que co-
rresponde
La reglamentación del complicado mecanismo de esta institución política,
imprescindible para garantir la estabilidad y progreso de los pueblos, fundada
sobre la experiencia y la legislación sabia que los países mas adelantados han
dictado para prevenir ó alejar de la .sociedad los elementos retrógrados, los
vicios que las corroen y los peligros de la seguridad individual, es una com-
pilación concienzuda de los Códigos Civil y de procedimientos, ¡lustrada
con la larga práctica y dedicación á su mayor perfeccionamiento.
Tres naciones americanas han tomado por modelo la distribución de
las facultades administrativas do la Policía y su régimen interno, poniéndo-
las en vigencia en sus localidades respectivas.
— 329 —
Esta es la demostración mas elocuente del mérito de ese trabajo re-
glamentario confeccionado por uno de los mas laboriosos empleados de esta
repartición, que consagró ardientemente su tiempo para componer el Re-
glamento expresado, consultando al efecto otros de igual género reputados
como muy superiores.
Para dar una idea sobre la criminalidad que se desarrolla en esta capi-
tal, vamos áapuntar algunas cifras estadísticas que por sí solas bastarán para
calcular su magnitud.
Los crímenes y delitos ocurridos en el municipio durante el año 1885
han ascendido á 1722, que comparados con la criminalidad de los últimos
cuatro años da el siguiente resultado.
1881 1.762
1882 1.647
1883 1.605
1884 1.635
1885 1.722
Los crímenes y delitos contra las personas han alcanzado áj la cifra de 576
hechos, de los cuales se produjeron 530 lesiones, 21 homcidios, 14 tentativas
de homicidio, 2 asesinatos, 8 tentativas de asesinato y un caso de imprudencia,
empleándose con mas generalidad las armas ú objetos cortantes en su eje-
cución.
El número de autores probables que han llevado á cabo los crímenes y
delitos ya enunciados es de 707, de los cuales se constituyeron en prisión
544, fugándose los demás.
Por la edad, han predominado entre los autores los de 21 á 25 años de-
biéndose notar muy singularmente que siete individuos menores de quince
años han tomado parte también en esta lucha de pasiones sangrientas.
De los mismos 544 aprehendidos son: solteros 391, casados 141 y viu-
dos 12.
Por la nacionalidad de los mismos, los argentinos representan el mayor
número, siguiéndoles inmediatamente los italianos.
De los crímenes y delitos contraía propiedad particular que en el mis-
mo período de tiempo han alcanzado á 912 hechos, se han producido 460
robos, 322 hurtos, 147 estafas, 27 tentativas de estafa, 16 tentativas de robo,
13 de hurto y 7 robos con violencia.
El número de autores probables es de 1215, de los cuales fueron constitui-
dos en prisión 581 fugándose los demás, siendo 541 hombres y 40 mujeres.
Respecto de la edad el período de 21 á 25 años es el que predomina entre
esta clase de criminales, habiendo sido autores también 43 menores de
quince años.
— 330 —
De los 581 aprehendidos son: solteros 473, casados 96 y viudos 12,
Por la nacionalidad de los mismos, los argentinos representan el mayor
número, siguiéndoles inmediatamente los italianos.
Los valores robados, hurtados y estafados ascienden á la suma de |
245.697,15 en esta forma: en dinero $ 159.213,97 y en objetos $ 86.483,18, co-
rrespondiendo á lo robado $ IGl. 598, 18, hurtado $ 36.796,34, y estafado $
47.302,63, do todo lo cual la Policía ha restituido á los damnificados un valor,
de $33.092,08, descompuesto así:
En dinero $20.408,59 De lo robado $11.928,96
En objetos » 12.683,49 » hurtado » 4.811,39
$ 33.092,08 •^ '"^^^^^ » ^^-^^>^
$ 33.092,08
Solo 16 dohtos contra la honestidad tuvieron lugar durante el mismo
de los cuales cuatro han sido por corrupción de menores, 4 por rapto y en fin
por sodomía y estupro.
El número de autores probables asciende á 19, de los cuales se han captu-
rado 15, fugándose los demás.
Dolos 15 aprehendidos son hombresl2y mujeres 3, siendo su mayorparle
de nacionalidad italiana.
El periodo de edades que predomina es el do 21 ¿í 25 afios.
Según el estado civil de ellos son: solteros 12, casados 2 y viudos 1.
Los delitos contraías garantías individuales, el orden publico y delitos
peculiares á los empleados públicos, han alcanzado á la cifra de 125 hechos,
de los cuales son autores probables 154, aprehendiéndose únicamente 140, los
demás fugaron.
De los 140 capturados son hombres 134 y mujeres 6, predominando en d
período de edades el de 21 á 25 anos y que por su estado civil son: solteros
98, casados 40 y viudos 2.
Los argentinos son los que tiguran en mayor número, siguiéndoles los
italianos.
Los suicidios que han tenido lugar en el mismo año han ascendido por
una singular coincidencia al mismo número de 72 que se produjeron durante
el año 1884, clasificados así: 35 suicidios y 37 tentativas.
Las causas que han determinado su ejecución, según los informes recogi-
dos, dan el siguiente resultado: amores contrariados, 4— celos, 3— demencia,
17_d¡.sgustos do familia, 7— deudas, 5— ebriedad, 5— hastío de la vida, 3-
malos negocios, 2— padecimientos físicos, 9— pérdida de dinero, 3 y causas
ignoradas 14.
De las armas empleadas para la ejecución délos suicidios, las mas ge-
neralmente preferidas por los hombres son las de fuego y las disolurionos de
fósforos para las mujeres.
— 881 —
Por la edad predomina el período de SI á 25 años, y por su estado civil son :
solteros 42, casados 25 y viudos 5. Por la nacionalidad de los suicidas los ar-
gentinos figuran en primer término, siguiéndoles los españoles y respecto de
las tentativas predominan los italianos.
Los contraventores á las disposiciones policiales y municipales vigentes que
han sufrido prisión en el Departamento y Comisarías presentan el siguiente
análisis: los detenidos en el Departamento han alcanzado á la cifra de 6327, de
los cuales son hombres 5365 y mujeres 962, figurando los argentinos en pri-
mer término, que clasificados según el carácter de contravención da el siguien-
te resultado: ebriedad, 1888, desorden, 3099, y por uso de armas, 1340 — délos
primeros son hombres 1408y mujeres 480, siendo el período mas peligroso pa-
ra esta infracción el de 36 á 50 años — de los segundos son hombres 2881 y
mujeres 218, predominando el período de 15 á 25 años y de los últimos 1076
son varones y 264 mujeres, siendo mas frecuente esta clase de contravención
en el periodo de 15 á 25 años de edad
El número total de detenidos en las Comisarías hasidode 37159 individuos,
de los cuales entraron por ebriedad 26.364, por desorden 4725 y 6070 por
contravenciones diversas — de los primeros son 24.811 hombres y 1553 muje-
res, perteneciendo al período de 26 á 35 años su mayor parte, que corresponde
á la nacionalidad italiana — de los segundos son 4335 hombres y 390 mujeres,
cuya mayor parte han sido ejecutados por individuos de 15 á 25 años de nacio-
nalidad italiana — de los últimos son 5737 hombres y 333 mujeres, correspon-
diendo al período de 15 á 25 años su mayor parte que pertenece á los ita-
lianos.
Aunque los incendios producidos en el año próximo pasado hayan sido me-
nos que los de 1884, los valores que representan aquellos superan casi en el
doble álos mismos, pues los 61 incendios ocurridos en este dieron pérdidas por
valor de $ 260.791,50 y los 57 de 1885 por valor de $ 421.070,
De lo incendiado estaba asegurado: 1884: $ 125.561—1885: $ 156.475.
El material de bomberos sufrió pérdidas por valor de $ 2.300.
En el año próximo pasado se produjeron 445 accidentes que ocasionaron
la muerte de 47 individuos y simplemente lesiones á 235^ de los cuales son va-
rones 355 y mujeres 27, originando perjuicios pecuniarios por valor de pesos
23.817.
— 332 —
CORREOS Y TELÉGRAFOS
La historia de los primeros procedimientos y de las prácticas usadas en
el servicio de Correos desde su fundación, se pierde en la oscuridad del tiempo
por la negligencia de los que manejaban sus destinos ó por la mala y deficiente
organización do esta repartición.
Ni una Memoria ni apuntes sueltos referentes á su movimiento y meca-
nismo interno ú orgánico pueden atestiguar la laboriosidad de sus encargados
inmediatos, desempeñándose sus diversos servicios automáticamente ó resol-
viéndolos rf prioriy sin bases tijíis, comparaciones, consulta y menos sujetán-
dose y de acuerdo con prescripciones de una legislación especial.
Retrogradando ciento veinte años del presente, penetramos en una
época del pasado cuya historia pobre y raquítica en todos los ramos de la
actividad y producción humanas, nos revela asimismo el precario estado del
Correo y la poca ó ninguna comunicación social y comercial entre nosotros
y con los extranjeros.
Esa historia empezará pues desde el afio 17G7 á que hemos remontado
en nuestras prolijas investigaciones, protestando de haber puesto por nuestra
parte toda la dedicación ó interés posibles á fin de presentar dichos datos
acompañados de las observaciones y apuntes estadísticos que les sirviesen
de complemento, yaque nos ha sido imposible seguir al Correo en el orden
cronológico de su existencia y progreso.
En este ano se nombró á D. Domingo Basavilbaso, Director de la Admi-
nistración de Correos, bajo el título de Administrador de Correos Marítimos
y del ramo de Comercio en el Hio de la Plata, ordenándose en Abril del si-
• guíente que los correos de tierra quedaban adscriptos y bajo la depen-
dencia de la mencionada Administración, cuyos servicios, tarifas, tramita-
ción, etc., fueron reglamentados en 1770.
La organización que en este año recibió fué la base y el principio sobre
que so sostuvo hasta un luengo lapso de tiempo posterior sin que en su
régimen general se introdujese ninguna moditicacion simple ó radical con-
tinuando sus servicios al imperio de una estabilidad perfecta en el orden
legislativo.
En 1788 existían va 108 correos anuales distribuidos de esta manera:
«I
Marítimos entre Coruña y Montevideo G
Terrestres á Potosí (uno mensual) 12
» » y Lima G
» Chile 12
» » Paraguav 12
» » Montevideo 48
Correos de encomiendas á Potosí 6
i« Chile G
"108
— 333 —
En 1813 había exactamente igual número de Correos, circulando la
correspondencia entre Chile, Potosí, Paraguay, Uruguay, Misiones y
Montevideo .
En Octubre de 1814 un decreto del Gobierno de Posadas dio nueva orga-
nización á la repartición de Correos cuyo régimen subsiste hasta el presente,
impulsando sus vías económicas á tal punto que lo que antes se explotaba
sacrificando al Tesoro con déficits más ó menos importantes, se traducían
entonces en un venero para el Fisco.
Bien que el nombramiento de Administrador recaido en la persona de
don D. Basavilbaso nos ha servido de punto de partida en esta reseña,
en el mismo año y en el mes de Enero fué nombrado D. Mateo Ramón de
Alzaga por el Conde del Castillejo, sin dejar dudas sobre la existencia ó
efectividad de un Administrador anterior, por cuanto establecía en la comu-
nicación de aquel nombramiento, « que quedaba revocado cualquier otro
por el cual se ejerciese la Administración. »
Otro dato que confirma esta inducción es el de que en una visita de
inspección practicada por D. Alonso Carrio de la Bandera en todas las Admi-
nistraciones de Correos desde Buenos Aires á Lima, y acompañado por don
Calisto Bustamante, asegura este último en su « Lazarillo de Ciegos » que
D. Domingo Basavilbaso fué el que proyectó en 1747 y 1748 los correos fijos.
La comunicación por vía fluvial entre poblaciones del Atlántico y el Pací-
fico se hacía particularmente antes de la fecha precedente, costeando el
servicio de Correos el comercio ó los particulares por medio de expresos.
En las instrucciones que se dieron al Sr. Basavilbaso para desempeñar
los servicios de la Administración se estableció un Correo trimestral que se
haría por paquebotes especiales que recorrerían de la Coruña á Montevideo,
siendo de cuenta del Estado los gastos correspondientes, pero con la condición
de trasportar no solo la correspondencia oficial y pública sino también pro-
ducciones del país, de ida como de vuelta, y costeados por la Real Hacienda
á objeto de producir alguna renta para ayudar á los gastos del Correo.
Los correos aludidos debían salir todos los 15 de Febrero para llegar á
Montevideo los 15 de Mayo, los 15 de Junio para llegar los 15 de Febrero, los
15 de Febrero para llegar los 15 de Diciembre y los 15 de Diciembre para
llegar los 15 de Marzo.
También se estableció que los correos de tierra debían ser fijos ó inalte-
rables, que si los paquebotes llegaran atrasados nunca debían despacharse
expresos sino esperar la próxima salida del siguiente, y finalmente, que no
se embarcase á ningún pasajero sin pagar previamente su pasage ó
transporte .
Don Félix de la Rosa, Contador de la Renta de Correos de Buenos Aires,
desempeñó interinamente las funciones de Administrador desde 1794, en que
falleció el Sr. Basavilbaso hasta dos años después en que D. Antonio Romero
de Tejada, nombrado desde Madrid con iguales títulos y prerogativas acorda-
— 884 —
das al fundador, se hizo cargo de la Administración General, prestando ser-
vicios no interrumpidos hasta 1810 en que fué separado dei puesto por esparcir
circulares para el reconocimienlo del Consejo de la Regencia.
La destitución del Sr. Tejada promovió al Contador D, Melchor de Albin
á Administrador interino, que fué reconocido y nombrado con efectividad en
el año 1811 por la Junta Provincial Gubernativa de las Provincias del Rio
déla Plata, designándole bajo el titulo de Administrador General de Correos
de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.
Su constancia y dedicación en dicho empleo le merecieron la gratitud
del Gobierno que le recompensó sus afanes con la jubilación acordada el 8 j
de Febrero de 1821.
Reemplazó a! Sr. Albin el General D. Juan Ramón Balcarce.
Cinco ó seis meses después una Comisión compuesta de tres ciudadanoJ
fué nombrada para presidir ios servicios de la Administración General da
Correos, la que 5 años después fué relevada por D. Juan Manuel de Luca,
nombrado Administrador único por el Presidente de la República D. Bernar-
dino Rivadavia.
El señor de Luca fué jubilado en Enero de 1858, resolución que elevó j
don Gervasio A. de Posadas al puesto de Administrador General.
La Junta Gubernativa de 1810, para cortar ciertos abusos en la Adminis-
tración, ordenó que los Correos sufrirían privación de empleo y diez años de
presidio si entregaban cartas fuera de balija. Puede decirse que el servicio
de Correos se consolidó y quedó garantida su regularizacion cuando en 1814- 1
el Poder Ejecutivo se unipersonificó poniendo en manos de un solo ciudadano
todo el mecanismo y resortes de la administración pública, distinguiéadole
con el titulo de Supremo Director. Realizado este pensamiento, se centralizó
en Buenos Aires el servicio de Correos, se nombró Administradores en
todas las Provincias incluso el Paraguay y la Banda Oriental, quienes estaban
obligados á pasar mensualmente una relación numérica del movimiento de
Caja, etc.
Se estableció las postas convenientes y los Correos regulares y extraorc
narios hasta el Paraguay, Chile, Perú, etc., se dispensó del servicio milita
á los postillones; en 1816 se aumentó el servicio de correos y postas y s»
estableció dos expediciones mensuales de posta en posta con un solo caba-J
Uo desde Mendoza á SanJuan, la Riojay Catamarca, con relación y unionl
en el Tucuman á los Correos Generales que giraban desde Buenos Airasrl
hasta el Perú con facultad de despachar extraordinarios por el Gobierno y i
el público. D. Bernardino Rivadaviafué el que prestó inestimables servicios
á esta repartición, introduciendo una serie de modificaciones y de mejoras
que le dieron un impulso vigoroso, acrecentando las rentas y despojándola
de todos los vicios que habían esterilizado muchos añosde trabajo ygrandes
caudales.
En 1821 se otorgó la primera patente de paquete entre este puerto y el d« J
ud ^m
1
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:a,
ar- I
I
— 335 —
Montevideo ; se suprimió la estafeta inglesa de la Sala de Comercio ; se concedió
cuatro postillones á cada uno de los establecimientos de postas ; en 1822 se de-
terminó la manera de recibir la correspondencia de ultramar ; se estableció
las carreras para los correos de campaña y los dias de salida y muchas otras
medidas y disposiciones tendentes á regularizar el servicio yá mejorcu* su
organización.
Los años 1823-24-25 fueron de verdadera labor para esta repartición que
no solo aumentó notablemente su^ servicios por medio de nuevas postas y
correos, sino que celebró un convenio con los Gobiernos de Tucuman y Salta
para facilitar la conducción de la correspondencia hasta las provincias del Alto
Perú, y se organizó el servicio de los correos en la carrera de Santa Fé y
Ck>rrientes.
En 1826 se estableció una Administración Nacional de Correos.
En 1828 se redujo á dos los correos de la carrera del Perú y los de la carrera
del Norte con dirección á Santa Fé, Entre-Rios y Corrientes. Establecióse un
correo semanal para el Salado.
En 1829 redújose á dos los correos de la carrera de Chile, Perú y Santa Fó
—establecióse nueva tarifa de correos — ordenóse la extracción y el pago de las
cartas para el Brasil — duplicóse la tarifa de las postas.
En 1830 se redujo á uno los correos mensuales para Chile y el Perú.
En 1832 se decretó que los Maestros de Posta cobraran al Erario por los
auxilios que suministraran, un real por los caballos de silla y dos por los de
tiro en cada legua, y á los particulares dos reales por los primeros y cuatro
por los segundos — reformóse la tarifa de cartas de Ultramar, penando á los
introductores de correspondencia furtiva.
En 1849 el Gobierno concedió las mismas prerogativas de que gozara
la Real Compañia de Malas á los Lores comisionados del Almirantazgo de In-
glaterra por especial convenio con aquella para la conducción de las Malas por
paquetes á vapor.
En 1852 se restituyó á las oficinas de correo todas las prerogativas que se
les había acordado en su fundación y que fueron subvertidas en el gobierno
de Rosas — establecióse un correo mensual para Santa Fé — se fijó un nuevo
arancel para el cobro del porte de cartas introducidas del interior y de cabos
afuera y aun de Montevideo — decretóse el establecimiento de un correo bi -
mensual para Santa Fó, Entre-Rios y Corrientes, otro para Chile parando en
Mendoza, y finalmente otro para el Perú parando en Jujuy — establecióse correos
para Córdoba, Rioja y Catamarca.
En 1853 se establecieron tres correos mensuales para las vias Norte, Sud
y Oeste de la Provincia de Buenos Aires — se concedió privilegio de paquete á
la goleta Palomo entre este puerto y el de Montevideo — en 1854 se dictó varias
ordenanzas relativas á la contabilidad — se contrató con una empresa de men-
sajerías la conducción de la correspondencia para todos las puntos de la cam-
pi^a^— en 1855 se estableció correos á la ligera para el Rosario — se ordenó
que la Administración de Correos pasase mensualmente una relación de lo^l
trabajos que hubiese practicado — en 1856 se estableció un correo para el Rosa-
rio y se propuso al Gobierno un aumento de porte para todas las cartas, dia-
rios ó periódicos — en 1857 llegaron las primeras Malas conducidas por los
paquetes de la Compañía Parda Transatlántica — se sancionó la ley para el por-
teo de cartas en la proporción siguiente: por caria sencilla S pesos moneda
corriente, por las dobles 3 pesos, triples 4 pesos y 5 por las de peso, debiendo
aumentarse en las demás un peso por cada 4 adarmes, por el certiñcado en
carta ó paquete 5 pesos — se contrató la conducción en dos paquetes vapores
de la correspondencia pública para los puertos del Paraná y Uruguay.
En 1858 se introdujeron algunas reformas y se estableció buzones en las
principales plazas y parajes de la ciudad — se estableció un correo fluvial para
los puertos del Paraná de las Palmas — se redujo la tarifa para el porteo de las
cartas — se reglamentó el servicio y carrera de las mer:sajeríasy díligenciasque
transitaban por ia campaña — establecióse buzones en los puntos que recorre
el Ferro-Carril del Oeste — se sancionó una nueva ley de tarifa postal para la
ciudad y campaña — se convino con el Presidente del Banco y Casa de Moneda
la impresión de ios timbres postales — dióse un nuevo reglamento de Postasy 1
las instrucciones á los Administradores de Correos.
En 1859 se destinó el vapor Buenos Aires á ia navegación del Paraná de
las Palmas, sirviendo de correo fluvial entre la Capital, Zarate, Baradero, San
Pedro, Obligado y San Nicolás de los Arroyos — se contrató con los empresa-
rios de las mensajerías de las carreras iNorte, Sud y Oeste el envío de la corres- ]
pendencia pública para todos ios puntos de la campaña — se dio principio al j
arreglo del Archivo y á la formación de ua Índice— se redujo la tasa del porteo .]
delascartas y se igualo el portede las cartas del interior con las del exterior» J
etc., etc.
En los años 1861-62 se estableció una Oficina Sucursal para la expedición de ]
cartas á última hora por la vía marítima, sin gravamen público de ningún gé-
nero— se aumentó los buzones urbanos — se contrató el servicio de malas de
6 para Rio Janeiro con la Compañía de las Mensajerías Imperiales de Francia
— se proyectó una Convención Postal entre la Francia y la Confederación Ar-
gentina— se hicieron públicas profusamente las disposiciones generales sobro -i
cartas al buzón y ala mano — de las franqueadas — no franqueadas — franqueo i
insuficiente — sin dirección — para rectificar la dirección — de las certificadas —
fuera de balija — para el ejército, ele, etc. — se sancionó una nueva ley de tarifa
postal — se nacional! zóel Departamento de Correos de Buenos Aires— se llevó
a cabo un convenio postal con Chile — en 1863 con motivo de la falsificación de
timbres postales se imprimieron nuevos timbres de franqueo — se expidió nue-
vas patentes de paquetes — se realizó un convenio postal con el Paraguay — se *
proyectó la anexión del Departamento Telegráfico al de Correos de la Repü- '
blica. I
En los años 1865-66 se aumentó notablemente las Oficinas de Correos,
— 337 —
Estafetas y buzones de ia República, de la misma manera que los paquetes,
mensajerías, postas, etc.; se introdujo alguna mejora en los diversos servicios
de Correos; se enriqueció la Biblioteca, etc., etc.
El servicio de Correos de la República continuó así durante una década
de años con muy pocas variantes en su movimiento administrativo y especial-
mente en las bases reglamentarias de su organización, diferenciándose única-
mente en el aumento de oficinas, estafetas, servicio fluvial y convenciones
postales que promovieron ciertamente una gran circulación de correspondencia
interior y exterior en armonía con nuestras relaciones comerciales y con el
progreso impulsivo que impelía al país á su mas pronto engrandecimiento.
Cuando la Administración General de Correos y Telégrafos trasladó sus
oficinas á la Casa especial que el Gobierno Nacional mandó construir ad hoc
ocupando una situación ventajosísima en lo que en esta ciudad se considera
como el foco ó punto donde convergen la actividad y la especulación de sus
habitantes, su organización sufrió una reforma casi radical poniéndola á la
altura de las exigencias de un comercio extraordinario y de un movimiento
de población asombroso. La nueva organización ha distribuido científicamente
el mecanismo interno de esa máquina de relación social, deslindando las
atribuciones de los que concurren á su gobierno, penando todo cuanto puede
estorbar el bien recíproco de comunicación y estimulando generosamente al
fiel servidor.
De la parte legislativa que á Correos y Telégrafos se refiere poco tenemos
que agregar, á no ser algunas disposiciones generales que se contiene en su
carta orgánica y régimen interno, de cuya organización entresacamos lo que
sigue:
La dirección y administración general de correos y telégrafos están &
cargo de una oficina denominada Dirección General de Comunicacio7ies que
funciona bajo la dependencia del Ministerio del Interior y cuyo jefe lleva el
titulo de Director General de Correos y Telégrafos de la República.
El servicio administrativo se divide en cuatro secciones.
Corresponde á la Administración General: ejercer la superintendencia en
todo el territorio de la República, proponer el aumento de los servicios, el
de los empleados, su suspensión, destitución 6 ascenso — celebrar convencio-
nes postales, contratos para la conducción de la correspondencia — presentar
una memoria prolija del movimiento administrativo anual, aconsejando las
medidas á tomarse y las prácticas mas modernas y convenientes al mejor
servicio del correo; obrar de acuerdo en todos sus actos con el Poder Ejecu-
tivo y llevar la estadística délos ramos de correos y telégrafos, etc., etc.
De las cuatro secciones en que se divide el servicio administrativo,
corresponde á la primera que tiene á su cargo la administración de Telégrafos
43
de propiedad de la Nación, bajo la autoridad y vigilancia de un funcionario^
que lleva el título de Administrador de Telégrafos de la República:
Obedecer y hacer cumplir las órdenes y disposiciones trasmitidas por el'
Jefe superior y que se relacionen con el mejor servicio de Telégrafos — vigilar
la buena marcha del servicio administrativo, proponiendo nuevos empleados
6 la suspensión ó destitución de los que faltasen á sus obligaciones — presu-
puestar los gastos anuales del ramo — proponer la introducción de cualquier
medida que mejore el servicio — proyectar contratos sobre la provisión de
útiles, etc.
Corresponde á la 2" que tiene á su cargo la Contaduría General y es admi-
nistrada y dirigida por un funcionario con el título de Administrador de la
Contaduría.
Dirigirla contabilidad de ambos ramos — vigilar por la cobranza de las
deudas de una y otra Administración— proyectar los contratos sobre Correos
y Telégrafos — vigilar el servicio interno de correos terrestres y Huviales-
comunicar la creación de nuevas oficinas, estafetas ó adminislraciones de
correos — dirigir la estadística de Correos y Telégrafos — proyectar su pre-
supuesto anual — proponer el nombramiento y destitución de empleados del
correo.
La 3' sección tiene á su cargo los servicios diversos de la oficina de
comunicaciones y le corresponde :
Vigilar el servicio concerniente á las malas extranjeras — proyectar las
Convenciones Postales y los Reglamentos, las tarifas postales, provisión da
útiles en el ramo de Correo y presupuestar sus gastos.
La 4' sección está encargada de la Tesorería y cuida de: efectuar los
pagos concernientes á ambos servicios — dirigir y administrar la oficina de
giros postales para el interior y el extranjero — el depósito, administración y
distribución de los timbres postales y telegráficos de franqueo — evitar el
uso de timbres falsificados ó ya servidos.
Los Jefes de Sección constituyen en junta el Consejo Administrativo
de la Dirección General de Comunicaciones bajo la autoridad y presidencia
del Director General.
Son responsables de sus actos, de la ejecución de las órdenes del Supe-
rior, de la regularidad y buen servicio á su cargo — presentan anual-
mente una memoria de los actos administrativos en que han interve-
nido, etc.
Las penas disciplinarias en que incurren los empleados de Correos y
Telégrafos por infracción á los reglamentos, etc., son: reprensión, privación
del sueldo, no excediendo de lo días, suspensión de sueldo por un término
de 2 meses y destitución.
La Ley establece administraciones de Correos de 1* clase en todas las
capitales de Provincias y ciudades que pasen de 5000 habitantes, de 2* en
I
I
Ifis de 1 á 5000 habitantes, de 3' en las de 1000 y estafetas en tas de menos
de mil — los Jefes y demás empleados de la 1* deben residir en las capi-
tales de Provincia, siendo á su vez los jefes de los demás empleados de
la misma.
Los Inspectores de Sección deben residir en la que les corresponda
y verificar la inspección separados ó reunidos, estando divididos para tal
objeto ambos servicios en la República, en las siguientes secciones:
1' Buenos Aires y Santa-Fó, 2* Entre-Rios, Corrientes y Territorio del
Chaco, 3' Córdoba, San Luis y Santiago del Estero, 4' Mendoza, San Juan,
Rioja y Catamarca y 5' Tucuman, Salla y Jujuy,
Para los efectos de las disposiciones sobre nombramientos y penas dis-
ciplinarias, los empleados de Correos y Telégrafos de la República están divi-
didos en cuatro categorías : 1' todos los empleados|de la Dirección General de
Comunicaciones y los Administradores de clase — 2' los Inspectores de Sección,
los Administradores de 2* clase y los Jefes Superiores de oficina — 3' los Admi.
nistradores de 3* clase, los encargados de Estafetas ó Estaciones Telegrá-
ficas, los Jefes inferiores de oficina, los oficiales de estas, ayudantes ó
escribientes y demás empleados de igual categoría — 4" los carteros, estafe-
teros ambulantes y demás empleados subalternos — todos estos empleados
está.n exceptuados de servicio activo en la Guardia Nacional y de todo cargo
político 6 civil que fuese obligatorio — está penada toda percepción de gra-
tificación que recibiesen en el desempeño de sus funciones.
El servicio de las estafetas ambulantes, el de cartas á domicilio y el
de recibo, expedición y entrega de la correspondencia certificada, están
reglamentados de acuerdo con el movimiento intelectual y comercial de la
República y la celeridad de las operaciones mercantiles.
Su reglamentación prevee todos los casos en los que por descuido, asalto,
pérdida, etc., de ia correspondencia incurriesen los carteros, penando á estos,
ó á los interruptores de su sistemáticajdistribucion — establece premios, gra-
tificaciones y jubilación en el servicio para aquellos empleados que cum-
plen fiel y lealmente sus obligaciones — es apta para responder á cualquier
aumento ó extensión que recibiese la correspondencia pública, etc., etc.
Las convenciones postales que nuestro país ha celebrado con aquellas
naciones que estrechan los vínculos de amistad y de reciproco interés,
principales objetivos de todo gobierno, con el ánimo de facilitar la mayor
producción y comercio para servir al intercambio y circulación de los
efectos que constituyen la riqueza nacional, han dado opimos resultados,
^promoviendo una actividad pasmosa en todos los factores ó auxiliares de
lia prosperidad pública.
Ha estendido nuestro comercio, ensanchado los elementos productores,
iTÍgorizado las industrias, atraído la inmigración extranjera ó importado
grandes capitales empleados eo nuevos géneros de comercio y de pro-
ducción.
En 1859 se llevó á cabo la convención postal con la República Boli-
viaua, removiendo todas las trabas y obstáculos qae pudiesen impedir la
circulación y fácil expedición de la correspondencia entre los dos
países.
De ella estractamos lo que sigue: Propender por todos los medios
posibles á aumentarlos medios de comunicación, estrechando mutuamente
los puntos mercantiles de mayor importancia de ambos pafses, con todas
las facilidades requirentes — regularizar el servicio de correos, poniendo en
relación y armonía las salidas de los terrestres y fluviales de ambos,
aumentándolos toda vez que fuese necesario á la mayor producción — esta-
blecer correos internos en todos los puntos y ciudades de cada una de
ellas para incorporarlos á la comunicación internacional — facilitar la con-
ducción de la correspondencia de uno ü otro país con destino á naciones
extranjeras, liquidándose por trimestres los valores que una ú otra adeude
por este servicio, para lo cual se baria el cange de las tarifas correspon-
dientes, etc.
Las convenciones celebradas posteriormente con las Repúblicas del
Uruguay y de Chile son análogas y del mismo tenor de la que hemos heeho^j
el anterior extracto, j
El 1° de Setiembre de 1877 y propuesta por el Departamento de Cor-
reos de Suiza, la República Argentina se incorporó definitivamente con
aquella fecba á las estipulaciones del Tratado concerniente á la creación
de una Union General de Correos concluido en Berna el 9 de Octubre
de 1874.
En los años 1883 y 1884 la República Argentina celebró convenios espa-
ciales con los Gobiernos Francés, de Estados Unidos de Norte América y'
de la Gran Bretaña para aumentar los limites de peso y las dimensiones d(
los paquetes de muestras de mercaderías cangeadas mutuamente, estable-
ciendo que dichos limites no pueden exceder de:
350 gramos Para~el peso.
30 centímetros de largo I
20 " " ancho 1 Para las dimensiones,
10 » » espesor )
Las tarifas que rigen para la correspondencia interna y urbana, enten-
diéndose por la primera la que se expide de una localidad á otra y por la
segunda la que se distribuye en la misma localidad donde es franqueada,
son las siguientes:
Por cartas 6 pieza cerrada, ocho centavos por cada 15 gramos ü
fracción.
— 341 —
P^Tarjelas postales sencillas cuatro centavos y ochoporiM ele respuesta
paga — por papeles de negocio ocho centavos por cada 250 gramos ó frac-
ción— medio centavo por cada 50 gramos de diarios y periódicos— cuatro
por los primeros 100 gramos y uno por cada 50 adicionales ó fracción por
muestras de mercaderías y encomiendas de semillas.
Para la correspondencia urbana — i centavos por cada 15 gramos ó frac-
ción de cartas y toda pieza cerrada — 2 por tarjeta postal sencilla y A por las
<ie respuesta paga — 4 por los primeros 250 gramos de papeles de negocio y
U,QO por cada 50 gramos adicionales ó fracción.
Toda pieza de correspondencia puede certificarse á solicitud del remí-
teote y mediante el pago del franqueo respectivo, mas el derecho fijo de 16
centavos.
Las cartas y demás piezas de correspondencia cuyo peso no excede de un
kilogramo son entregados gratis á domicilio en la Capital de la Nación y las
de las Provincias, y en general on toda ciudad ó pueblo en que el producido da
buzones de correos equivale 6 excede al costo de su distribución . En las demás
poblaciones solo secobra4 centavos por carta ó paquete y por una distancia
máxima de dos kilómetros y ocho por una de tres.
El abono á domicilio cuesta 75 centavos al mes, anticipados, excepto la
correspondencia por «expreso». En esta, el remitente paga anticipadamente
además del franqueo un derecho fijo de 8 centavos.
El abono al apartado cuesta $ 5 al ano y la correspondencia es entregada á
domicilio. Por cada carta anotada en una lista publicada se cobra 2 centavos
además del porte si se adeuda. Es gratuita la reexpedición de la correspon-
dencia y su devolución á los remitentes. La destinada á ser expedida á última
hora cuesta además del franqueo el valor de un porte sencillo de carta,
etc., etc
Las tarifas para el servicio telegráfico establecen 4 centavos por cada una
de las primeras diez palabras de un despacho simple y 2 centavos por las sub-
siguientes; dirección y firma no se cobran.
Por los <.recomendados)i se cobra además de la tasa anterior el derecho
de 40 centavos, cualquiera quesea su estension.
Por los "Colacionados» 16 centavos por palabra en las diez primeras y 8
por cada una de las subsiguientes; por los iiurgentesi>12centavos entamisma
forma y 6 por las otras. En las conferencias telegráficas se abona: $ 5 por los
primeros quince minutos y uno porcada cinco subsiguientes. Es dóblela tasa
para las conferencias de mas de una hora no pudiendo exceder ninguna de
dos. No se cobra derecho deporte á domicilio. Los despachos para la prensa
pagan un centavo por palabra. Los despachos trasmitidos por el Telégrafo
Trasandino gozan de una rebaja de un 50 % — los destinados al extranjero
pagan ó centavos por cada una de las diez primeras palabras y 2 1/8 por las
subsiguientes (cada una] contándose la dirección y firma, etc., etc.
— 342 —
El movimiento administrativo verificado en el año 1885 de Correos y Telé*
grafos en todo el territorio de la República es una elocuente y simpática reve-
lación del progreso que nos mueve animando hasta el último pedazo de tierra
nacional, donde meses antes el indio paseaba sus huestes bárbaras, sedientas
de pillaje y desolación.
El ferro-carril, la navegación, la inmigración y el telégrafo han sido los
principales factores del desarrollo de pueblos nacientes levantados á sonde
patrióticos vítores sobre la morada salvaje, disputada á la civilización por las
armas del oscurantismo ó iguíjrancia.
La República entera ha comunicado fácilmente en toda su jurisdicción re-
velando diariamente los caudales de su poderosa actividad por la celeridad y
exactitud de la correspondencia cambiada entro pueblos colocados deuDOá
otro de sus extremos. El progreso que en el ramo de Correos y Telégrafos
revela la memoria correspondiente asombra verdaderamente cuando se com-
para su actividad en los dos últimos anos transcurridos; su movimiento di
los siguientes resultados.
Las cartas y paquetes do impresos que han circulado en el interior y exterior
de la Repúl)Iica representan la cantidad de 35.475.000 piezas distribuidas asi:
20.050.000 las i)rimeras y 15.425.(K)0 los segundos, que relacionándolas con el
movimiento del año 1884 producen una diferencia á favor de aquel de un 20 •/#
próximamente, según puedo verse por este cuadro:
1SS4 1«M
Cartas 17.427.431 20.050.000
Paquetes do impresos 10.025.218 15.425.000
28.052.649 35.475.000
Diferencia en contra de 7.422.351
35.475.000 35.475.000
Descompuesto el total de la comunicación postal según su destino general,
es decir, en el interior y exterior de la República, presenta este resultado:
Cartas de circulación Interprovincial 16.880.000
Impresos » » 13.600.000
Cartas » Internacional 3.170.000
Impresos » » 1.825.000
35.475.000
Las 4.995.000 piezas circuladas en el exterior se distribuyen según su na-
turaleza de este modo:
CORRESPONDENCIA INTERNACIONAL
PIEZAS
EXPEDIDO RECIBIDO TOTAL
Carlas francas
" sin franquear
" libres de porte
Piezas certificadas
Tarjetas simples
>> respuestas pagas
Diarios y periódicos, paquetes...
Otros impresos, paquetes
Muestras, ,>
Papeles de negocios »
1.403.000
32.500
3.300
69.600
8.200
1.500
514.850
104.500
17.650
14.«K)
1.501.150
35.700
3.600
99.400
10.100
1.950
1.009.150
116.850
29.350
18.850
2.904.150
68.800
6.90O
169.000
18.300
3.450
1.524.000
220.750
47.000
33.830
Total de piezas
4.995.000
Las que colocadas por Continentes ofrecen este cuadro;
Europa 2.208.500
Sud-América
Norte-América
Centro-América y Antillas
Asia, África y Oceania
890.550
57.700
6.150
PA0UBIÍ9
1. 007.850
756.700
50.000
7.100
2.250
3.170.000
1.825.000
4.995.000
El movimiento de correspondencia exterior, es decir, 3.170.000 carias y
l.S^.OOO paquetes de impresos se verificó del modo siguiente;
Fueron transportados por mar 2.364.000 cartas y 1.149.000 paquetes
» los ríos 739.000 « » 615.000
» » » tierra 67.000 » » 61.000
Que compone el total de 3.170.000
1.825.000 ..
En la circulación de las primeras se emplearon 857 vapores que recorrie-
ron 8.271.536 kilómetros— 7.821.347 en el Atlántico y450.189 en el Pacífico—
en 417 viajes.
Para las segundas se hicieron 817 viajes redondos recorriendo 928.924
kilAmetros y para las últimas 140 viajes que representan 136.800 kilómetros
— 344 —
de distancia recorrida. Las oficinas extranjeras que cambiaron balijas con la
nuestra fueron en Europa:
Ambéres; Agentes á bordo de los paquetes franceses; Ambulante de
Badajoz á Ciudad Real; Barcelona; Bremen; Burdeos; Ambulante de Calais
á París; Cádiz; Corufia; Dunquerque: Junchal; Gónova; Gibraltar; Hamburgo:
Havre; Ambulante de Irun á Burdeos; Ambulante de Irun á Madrid; Marsella;
Ambulante de Ostendo á Ambéres; París; San Vicente; Santa Cruz de Tenerife;
Tuy; Ambulante de Ventimeglia á frónova; de Verviers & Colonia y
Vigo.
En América: Asunción; Aritonina: Arica; Babia; Calino; Colonia; Coronel;
Corral; Corumbá; Guaviyú: Habana; Humaitá; Independencia; Iquique; Lima;
Mercedes; Moliendo; Montevideo; Nueva Palmira; Nueva York; Paranaguá;
Pernambuco; Punta Arenas; Paisandú; Rio Grande doSul; Rio Janeiro; Salto;
Soriano; Santo Tomás; Santa Rosa de los Andes; Santos; Santa Catalina;
Tupiza; Talcahuano; Uruguayana; Valparaíso y Villa'del Pilar.
Hemos dicho ya que la correspondencia interprovincial ha alcanzado en
el mismo año á la cifra de 30.4S().000 piezas, compuestas de 16.880.000 car-
tas y 13.600.000 paquetes de impresos.
Para poder desempeñar con alguna regularidad el movimiento de
comunicación postal verificado en el interior del país ha sido indispensable
la creación de estafetas que trabajando como las ya establecidas pudiesen
llenar debidamente los servicios del Correo, cuya actividad é imperiosas
exigencias se hicieron tan sensibles con el adelantamiento general del pal8;á
646 alcanzan hoy las oficinas postales de la República, distribuidas asi: Capi-
tal, 19— Buenos Aires, 210— Santa Fé, 79— Corrientes, 35— Entre R¡os,331-
Córdoba, 54— San Luis, 29— Mendoza, 28— Catamarca, 24 — San Juan, 13-
Santiago del Estero, 17— Tucuman, 19— Salta, 20— Jujuy, 10 -La Rioja, 20-
Nauqucn, 1— Misiones y Chaco, c/u 7— Patagonia, 8— Chubut, la Pampa y
Martin García, c/u 1.
El número de piezas certificadas expedidas por las oficinas nacionales para
circular en el interior del país se eleva á la cifra de 004.138.
Si la rebaja que se propone respecto de las tarifas postales se realiza
como esperamos, entonces la comunicación postal aumentará considerable-
mente, en primer término, la correspondencia certificada de la cual se usará
mas ampliamente por las seguridades y garantías que ofrece su trasporte 6
circulación hasta llegar á poder de los destinatarios.
Los estafeteros en los ferro-carriles trasportaron 258.248 balijas de cor-
respondencia y 2.204.132 piezas sueltas, recorriendo una distancia de 4.155.320
kilómetros.
Los estafeteros ñuviales transportaron 33.250 balijas y 48.500 piezas
sueltas, recorriendo 399.406 millas de distancia.
Si el movimiento de correspondencia permite apreciar ó calcular la labo-
riosidad de los pueblos y su inteligente actividad, los datos que se refieren al
— 345 —
írvicio urbano de correos de esta Capital son la expresión mas lata de su
regreso y capacidad: los buzonistas extrajeron durante el año 1885 en el
trímetro de la ciudad 2.535.733 piezas, de las cuales son 1.742.983 cartas y
K3.750 impresos; estaban destinadas al Municipio mismo 668.386 cartas y
13.560 impresos.
Cinco Sucursales diseminadas por la ciudad en relación con el ser-
cio de las estafetas ambulantes de los ferro-carriles, presentan este movi-
liento.
SUCURSAL»
CARTAS
IMPRESOS
BALIJAS
PRODUCIDO
Estación Constitución. . . ,
Calle Lima
Estación i z de Setiembre ,
Plaza Lavalle ,
Estación Central
Total
214.542
122.944
3i3
142.839
38.135
1. 6x1
99.078
108.264
368
6i.o33
3o. 688
5x6
99.910
29.491
8.X57
617.402
329.522
XO.965
$ 8.042
» 6.452
» 12.265
» 5 . 546
» X4.3X4
$ 46.6x9
La actividad de la Oficina de Listas v Posta Restante, ofrece este cuadro:
NACIONALES
DEL EXTERIOR
TOTAL
Cartas entradas
63.929
28.826
1X4.304
65.533
X78.233
» entregadas al público
94 • 359
Existencia en 3x de Diciembre de x885. .
35.X03
48.771
83.874
Paduetes imoresos. entrados
4I.83X
7-971
40.324
9.716
82.155
» entregados al público
17.687
Existencia en 3i de Diciembre
33.860
30.608
64.468
En todo el año fueron entregadas á domicilio 5.840.338 piezas, compuestas
í 3.067.984 cartas y 2.772.354 paquetes, de las cuales fueron devueltas por
s carteros urbanos y por diversas causas 46.507 de las primeras y 84.169 de
s últimos. Respecto de la correspondencia muerta ha alcanzado en este
lo á la cifra de 118.947 piezas, á saber: 67.092 cartas y 51.855 paquetes de
ipresos, devolviéndose á los remitentes 2062 cartas y expidiéndose de
levo 1877.
Fueron retornadas de la correspondencia internacional, 27.308 piezas,
impuestas de 22.322 cartas y 4.986 paquetes de impresos.
El presupuesto nacional del mismo año asignó á la repartición de Correos
ira sufragar sus diversos gastos lá suma de $ 824.314.44, de la cual se ha
vertido 720.696,07 debiéndose abonar la cantidad de 81.733,05 por sueldos,
44
— 346 —
subvenciones, etc., que aun no se liquidaron, resultando un saldo de 21.885,38
proveniente de las economías y ñscalizacion de las cuentas á cobrar presenta-
das para su cancelación.
El producido de la misma ha alcanzado á la suma de $ 737.304,14or¡gi.
nándose un superabit de $ 10.608,07 que pasó á rentas generales.
Tal es el movimiento que tuvo lugar en la repartición de Correos la
comunicación postal, la cual ha aumentado considerablemente en dicho afio
si se compara con la del anterior; pero el progreso que esperamos de la mis-
ma en el ano venidero atendiendo áquo muchos pueblos y ciudades se han
incorporado al movimiento general con el ferro-carril que toca los principa-
les parajes de producción y comercio, tiene por fuerza que llamar agrada-
blemente nuestra atención aumentadas las cifras estadísticas de su
movimiento administrativo con la laboriosidad siempre creciente de laRepü-
blica y sus dependencias.
Facilitadas y espeditas las vias naturales del Correo, aumentadas las
estafetas, el ferro-carril siempre en prolongación ó construcción por distintos
rumbos, los adelantos introducidos para promover la mayor producción
postal, la celebración de una convención internacional realizada en Lisboa
y ala cual se adhirió nuestro pai.s, la inmigración que afluye á nuestro suelo
atraída por las facilidades y garantías del trabajo, etc., todo este programado
adelantamiento cuya mayor parto está ya realizado, nos hace presentir un
porvenir no lejano do ventura y engrandecimiento que nos colocará á la par de
las naciones mas adelantadas del mundo.
Consideramos también do importancia hacer conocer como está distribui-
do en la ciudad Capital Federal el servicio de la comunicación manuscritaé
impresa, el destinado á la venta de timbres postales y por fin las oficinas
auxiliares encargadas de llevar á la central toda la correspondencia que
en ellas se deposite, ya con destino urbano, interior ó exterior del pais.
Los buzones de Correos, Sucursales y Agencias están diseminados en la
ciudad en esta forma y número:
BU20NES
SUD — Bolívar j Estados Unidos — Bolívar y Garay — Chacabuco y Europa — Piedras y
Chile— Estados Unidos y Zeballos — Venezuela y Sarandi -Rivadavía y Albertí — Rivadaviaj
Jujuy-Perú y Alsina — Rivadavia núm 84 — Independencia y Buen Orden — Lorea y Vene-
zuela— Comercio 61 -Santa Lucia y Santa Felicita — Belgrano y Saavedra^Buen Orden y
Victoria— Rioja y Caseros — Caballito — Boulevard Pueblo Alsina— Rivadavia 279 — Defensa
737 — esto es, 2 1 buzones para cartas, tarjetas postales, etc.
Norte — Bolsa de Comercio — Paseo de Julio, frente al Muelle de Pasajeros — Muelle de
Pasajeros, en la casilla del Resguardo — Florida y Charcas — Artes y Corrientes^-Parani y
Corrientes— Charcas y Talcahuano — Maipú y Paraguay — Rivadavia y Maipú — Cangallo y
Suipacha— Centro América y Santa Fé - Suipacha y Viamonte — Libertad y Juncal — Para-
guay y Cerrito - General Lavalle y Callao — Callao y Santa Fé - Rivadavia y Suipacha—
Reconquista y Tucuman — Maipú y Corrientes — Rivadavia núm. 1575 — Frente á la Peniten-
ciaria— Puente Maldonado — Muelle Catalina» — Córdoba Ó63 — Cangallo, en el Hotel de Roma
esto es, 25 buzones que agregados á los anteriores alcanzan á un total de 46, de los cuate
son pilares de ñerro 8 y los demás cajas del mismo metal incrustadas en las paredes.
AGENCIAS
SüD — Bolívar 667 — Chacabuco 516 — Zeballoa 361— Independencia 344 — Venezaela 633
— DeTensa 574 — Avenida Santa Lucia esquina Santa Felicita — Belgrano 1 1 78— Corrales de
Abasto — Casa de N. Ascencio^Caballito — Casa de M. Donato — Pueblo Alsina — Casa de
Íuan Iglesias — Bolívar 437 — Venezuela 948 — Rivadavia 1108 — Perú 108 — Victoria 398 —
defensa 737 — esto es, 20 Agendas para toda dase de correspondencia.
Norte — Paraguay 153 - Reconquista 33Ó — Cangallo 360 — SantaFé y larrea — ^Juncal 194
— Parag;uay 388 — Gral. laval le 899— Santa Fé 625 — Rivadavia i575^Frenteá la Peniten-
ciaria— C¿a de P. Mariano — Puente Maldonado — SantaFé 1309— San Martin 170 — Riva-
davia 75 — Reconquista 478 — Artes 190 — Florida 25 — Rivadavia 15 — Córdoba 663 — Char-
cas 463 — Corrientes 664 — Cangallo 229 — Estación del Retiro, confitería — Suipacha 294 —
Florida y Charcas — Córdoba y Andes — Reconquista 202 — Rivadavia 279 y Paraná 48, es
decir, 30 en este rumbo que agregadas á las precedentes suman 50 agencias para todo servido
de Correos,
SUCURSALES
Estadon Central de Ferro-Carriles — Paseo de Julio —Centro Norte — San Martín 120 —
Centro Oeste — Rivadavia 842 — Centro Sud — Defensa 283 — Estadon Lima — Lima 180 —
Lorea — Lorea 257 27 — Once de Setiembre— Ecuador 9 y 11 — Parque — Libertad 367 — Cons-
titudon — Estadon Constitución del F. C. S, — Barracas al Norte — Avenida Santa Lucia 237 —
Palenno — Estación del F. C.Norte — Boca del Riachuelo — Calle Brown 14, estoes, un total
de 24.
La correspondenda se retira de los buzones diez veces al dia desde las ó a. m. hasta
las 7 p. m. y cuatro veces diarias en el mismo intervalo de Barracas, Palermo, Puente Alsina,
Almagro y Caballito, mientras que en los dias festivos se extrae cuatro veces de los centrales
y dos de los últimos ó mas apartados del centro.
El movimiento de las oficinas telegráficas durante el año 1885 ha sido
superior en 90.829 despachos expedidos |respecto del que tuvo lugar en
1884.
A fin de presentar dicho resultado en la forma que se ha efectuado,
componemos el siguiente cuadro que denriuestra también la procedencia y
naturaleza de la comunicación telegráfica :
DESPACHOS
Buenos Aires, Capital yprovinda
Santa FÉ
Córdoba
Santiago del Estero
Entre-Rioi
Corriente!
Tocoman
Catamarca
La Rioja
Salta
MOT
Territorios Nacfonale
334. 6ao
33-444
15.867
89.763
39.44a
30.534
4.761
18.647
5.6gS
.5.517
590,913
i8.93i
6.117
aB.yii
1.75o
15.03?
7.966
1. 701
87a
1.504
35.J15
17.6:7
47.408
32.63o
7.S93
5.633
ai. 063
7.aOa
— 348 —
Como se vé una buena cantidad de despachos telegráficos oficiales priva al
fisco de una renta importante y al comercio la oportunidad de las tran«
sacciones y el aprovechamiento debido de su poderosa facultad.
Los despachos oficiales por la prioridad que le acuerda la ley son in-
mediatamente trasmitidos con gravo perjuicio do los demás que tienen que
esperar la total transmisión de aquellos, agrupados en las oficinas por el
abuso desmedido que los Gobiernos de Provincia hacen del telégrafo, reem»
plazándolo en todos los casos al Correo, sin preocuparse de los intereses
que hieren ni de los perjuicios que ocasionan.
Es por esto que el producido de telégrafos no representa siquiera las
dos terceras partes de los gastos de explotación, conservación y reparación
de las líneas, porque el valor asignado á los despachos oficiales es pura-
mente nominal y solo originan perjuicios á la comunidad.
Sin embargo, veamos como se ha producido la renta de Telégrafos
por Provincias y con arreglo al cuadro anterior:
PROVINriAS
rRODL'CIIH)
NOMINAL
TOTAL
Buenos Aires, Capital y Provincia.
Santa Fé
Córdoba
Santiago del Estero
Entre-Rios
Corrientes
Tucuman
Catamarca
La Rioja
Salta
Jujuy
Territorios Nacionales
74.055.42
73.771.63
14.949.44
8.170.44
39.747.88
19.264.30
13.543.21
4.53S.OÓ
2.097.39
<).267.33
2.481.76
6.955.18
271.441.60
i6.i6o.z8
3.783.82
4.568.69
2.188.79
10.347.76
6. 23o. 06
1.545.42
3.050.93
645.73
2.020.97
1.14Ó.30
10.190.28
61.878.93
90.215.60
77.555.45
:9.5i8.i3
zo. 358.79
50.095.64
25.494.36
17.088.63
7.588.99
3.343.12
11.288.30
3.628.06
z7.z45.46
333.320.53
Buenos Aires, Capital
y Provincia 100.231.24
Sanla-Fé 60.470.S5
Córdoba 34.490.57
Santiago del Estero. 20.391.90
Entre-RiüS 66.764.93
Corrientes 45.761.36
Tucuman 20.011 .20
Catamarca 14.721.48
La Rioja 18
Salta 19.
Jujuy 12,
Mendoza 8.
San Luis 4
San Juan 1
Territorios Naciona-
les 93.610.61
Total 515.425.25
374.87
520.62
001.38
946.72
.448.40
.72
La notable diferencia que existe entro los gastos y el producido de Te-
légrafos desaparecerá en breve por mas que ella sea tan sensible; restrin-
gida la facultad conferida á los Gobiernos de Provincia, aumentados los
cables sub-fluviales, las lineas aéreas, los conductores y las relaciones ó
convenciones sobre servicio telegráfico celebradas con las naciones vecinas,
lodo lo cual pronto quedará realizado merced á los esfuerzos é interés des-
plegados por la Dirección de Correos y Telégrafos consagrada á revestir
á esta repartición de la grandeza y simpatía que deben adornarla, de con-
formidad á sus fines, este ramo llegará á ser una de las fuentes rentísti-
cas mas poderosas de la Nación y esta última habrá alcanzado un desar-
rollo pasmoso permitiéndola conocer en un momento dado las necesidades
ó el estado floreciente de los pueblos que la componen.
Para asumir semejante fisonomía basta poner en obsequio del pais la
buena voluntad é inteligente contracción de los que gobiernan sus destinos;
los elementos en que la iniciativa y la acción oficial deben apoyarse para
emprender las reformas 6 el perfeccionamiento que reclamen el progreso y
la común aspiración, abundan entre nosotros y consideramos que cualquier
pensamiento destinado á obrar un bien general se realizarla con la decidi-
da cooperación que le dispensarían los hombres verdaderamente progre-
sistas que mas de una vez han puesto sus capitales alj servicio de una obra
de utilidad pública.
— 350-
ADUANA
En el deseo de presentar
al público una relación coof
pieta áe todos los actos, reales
órdenes y disposiciones regla-
mentarias que constituyan la
primitiva historia de nuestro
comercio marítimo, hemos com-
pulsado todas las obras, me-
morias y artículos sueltos que
se han escrito sobre ól, y ú
único fruto qua hemos sacad
do nuestras investigacioneshi
sido el desaliento que nos pro
dujo la anarquía y contradiccioB
de actos administrativos y (
antagonismo de las aseveri
ciones.
Son tales los desperfectos!
vicios de la historia de nuesh
Aduana que por ahora, resij
nados, solo nos limitamos!
hacer algunos apuntes pres
tando por décadas el movimiento marítimo.
Reconstruida la ciudad de Buenos Aires (U de Junio de 1580) y i
ficada después de los primeros actos de la fundación, sílbese que inmedid
lamente despachó Garay un navio & Espafla para dar cuenta del establea
miento, cargado de algunos frutos, y como al afío siguiente por cédol
real se hizo merced al Capitán Alonso de Vera y Aragón de selecienl^
ducados de almojarifazgo, es presumible que dicho Capitán fué el enviaí
por Garay para promover el comercio, el cual gestionó ante la Corle í
jando establecidos registros, y por consiguiente, la Aduana de este puer(
Poco tiempo después, el fundador de Buenos Aires fué víctima del
ferocidad de los indios, y la población, anarquizada por las ambiciones 1
los conquistadores y en constante jaque por las embestidas del salvaje,
sintióse desfallecida por una paralización alarmante que amenazaba su pro-
pia estabilidad.
Trascurrido asi el primer quinquenio, en el aflo 1586 se verificft^
- 351 -
primer acto aduanero cobrándose por los empleados reales el almojarifazgo
correspondiente, acto que dejó establecida de hecho la Aduana de Buenos
Aires, pues aunque no conocemos ningún documento público que autoriza-
ce el establecimiento de esta aduana no cabe duda que el Rey concedió el
permiso para comerciar con Buenos Aires cuando en las cédulas expedi-
das con posterioridad á 1571 ordenaba que los artículos introducidos de-
bían depositarse en esta aduana, y satisfechos los derechos correspondientes^
entregarse á sus dueños.
La prohibición de comerciar por el Rio de la Plata tenia por princi-
pal objeto evitar que el oro y plata del Perú saliesen de estos reinos, pero
el Rey concedía, por él mismo, el permiso de introducir las mercaderías
que juzgaba convenientes ó suñcientes á las necesidades de las poblaciones;
el pago por los efectos importados no podía hacerse con frutos del reino
porque la exportación ó extracción de ellos estaba severamente prohibida
por cédulas vigentes, así como también á las personas que quisiesen esta-
blecerse en Buenos Aires ú otros puntos del Vireinato sin especial licencia
del Rey.
Pero, de alguna manera debían pagarse las crecidas sumas á que
ascendía la importación, so pena de carecer de lo mas indispensable^ y
siendo imposible hacerlo con harinas, carnes y sebo por contrabando, for-
zosamente tenía que verificarse el pago en oro y plata, obteniendo así el
Rey un resultado contrario á sus pretensiones.
La política del Monarca obtuvo un éxito análogo en lo que se refería
á la prohibición de dejar entrar por este puerto á ningún cristiano, ya para
establecerse en Buenos Aires ó de paso para otro cualquier punto del Vi^
reínato; las autoridades desobedecieron las peales órdenes y permitieron,
precaucionalmente, su establecimiento; la exportación llegó á hacerse pú-
blicamente en la década de 1586 á 1595, contrariando las expresas órdenes
emanadas de la Corte, abriéndose de esta manera horizontes mas risueños
á nuestro naciente comercio, merced á las ideas progresistas de algunos
de los primeros gobernantes y de las peticiones reiteradas de los vecinos.
En 1599 se produjo por una casualidad afortunada un hecho que vino á
aumentar las esperanzas de la población sobre el progreso de estas loca*
lidades; una urca flamenca cargada de mercaderías fué decomisada por
el Gobernador de Buenos Aires, por proceder de un país rebelado contra
el Rey: con este motivo hubo necesidad de alquilar una casa para servir
de Aduana en la que se depositarían dichas mercaderías.
Pero no se crea por esto que ella quedó definitivamente establecida y de una
manera permanente, pues lejos de eso y aunque es verdad que se habia sé*
flalado ya el terreno para servir de Aduana, se alquilaban propiedades con este
objeto tan estrechas y de construcción tan frágil que era indispensable flan*
quearlas de centinelas para asegurar las mercaderías en ellas deposi*'
tadas.
— 352 —
Las autoridades aun no podían pensar en la construcción del edificio adua-
nero por la miseria del Tesoro y la poca actividad del comercio marítimo: las
casas particulares se contrataban por tiempo determinado, apenas para servir
á las necesidades de un tranco insigniñcante.
Sin embargo, en 1603 el progresista Saavedra, anhelante por dar impulso
á nuestro escaso comercio, se separó súbitamente de las rutinarias ideas ad-
ministrativas de sus antecesores y dictó un auto ordenando que de los recur-
sos provenientes de multas y condenaciones que debían acumularse, se hicie-
se uso á objeto de emprender la construcción de la Aduana y Cabildo, pero
con la mayor moderación que sea posible para que prosigan y no cesen.
Poco tiempo después las activas gestiones de don Sancho de Figueroa,
comisionado por el Virey para averiguar la cantidad de esclavos y mercade-
rías introducidas al Perú sin permiso del Rey y proceder á su embargo, dieron
por resultado la libre circulación de los productos de estos reinos á los puntos
vecinos, cambiándolos por todos aquellos artículos cuyo consumo ó apli-
cación eran mas indispensables.
Esta permisión imprimió un notable movimiento en el comercio de estos
países, aletargado antes por disposiciones refractarias á todo progreso; las
poblaciones, agobiadas por gravámenes exagerados ó injustos pudieron desde
entonces con mas esperanza y virilidad entregarse á las rudas faenas de la
labor de la tierra alucinados por elcange que permitía la liberalidad de una dis-
posición para proporcionarse los artículos ó efectos mas necesarios á su
existencia»
Puede decirse que dicha medida fué la tabla de salvación de nuestro co-
mercio: numerosos corsarios asediaban nuestros puertos y se disputaban la
presa: restricciones chocantes abrumaban á los moradores del Vireinato ira-
pidiendo el desarrollo denuestos elementos y actividad.
Ella vino á despertar poderosamente el ejercicio de nuestras fuerzas, esti-
mulándonos á la explotación de la tierra, cuyos productos no sufrirían la es-
tagnación en nuestros graneros sino que solicitados con urgencia por los pue-
blos limítrofes eran recibidos con ansiedad y cambiados por todo aquello que
mas se necesitaba, escepto ciertos artículos.
La exportación, prohibida por la ignorancia de la ciencia económica en
aquella época, recibió el agua bautismal que la puso apta para su mayor de-
sarrollo, y desde entonces los vecinos todos se consagraron á este único afán
^-e/ trabajo.
Pero volviendo sobre la aduana, confesamos que hasta aquí llegan los
datos que hemos encontrado en nuestras investigaciones: sin embargo, las di-
versas fisonomías que ha sufrido nuestro comercio quedan reveladas de una
manera evidente por las siguientes cifras estadísticas, formando cuadro de
década en década.
En los once años que trascurrieron desde 1586 hasta 1596, tuvo lugar el
siguiente movimiento marltim o .
— 353 —
La importación de mercaderias á Buenos Aires representa un valor de
1.843.131 reales y 114.922 en esclavos, sumas que hacen un total de 1.958.053
reales plata.
En cuanto á la exportación, solo cuatro partidas de artículos extraidos
del país se realizaron en tan largo período, teniendo lugar la última en el ano
1591 cuyo valor total ascendió ala suma de 84.758 reales plata. Desde este
ano no se hizo ninguna otra exportación, revelando en su margen los libros de
Tesorería que los derechos cobrados por las tres últimas partidas de las ya
enunciadas, se devolvieron á los exportadores por cobrarse sin orden del
Rey.
La década comprendida entre los anos de 1606 á 1615 arroja un movi-
miento marítimo muchas veces superior al de la anterior, resultado que se
comprende fácilmente porque entonces la exportación de las cosechas estaba
ya autorizada, disposición que produjo una verdadera revolución comercial
enlosdiversosgremiosde la población que pusieron enjuego todos sus ele-
mentos de trabajo.
Es por esto que en dicha década los valores importados se remontaron
ala suma de 7.533.123 reales y los exportados ala de 1.151.678 reales plata
formando un total de 8.684.801 reales.
Sin embargo, en los diez años siguientes el comercio se mantuvo firme
únicamente pero no sobrepasó al de la década anterior como era de esperarse;
quizá las luchas internas ó los continuos amagos de los salvajes, detuvieron la
corriente de las transacciones obstaculizando su natural desarrollo.
El movimiento de importación ascendió, en la década de 1616 ál625, á la
suma de 7.957.579 reales y el de la exportación representó el valor de 360.904
reales, formando ambos valores la suma total de 8.318.483 reales plata.
Peores resultados se obtuvieron en la década siguiente, pues ellos repre-
sentan apenas una cuarta parte de los valores importados y exportados en la
anterior. He aquí esos valores:
De importación 1-792.427 I -.^ ,^^^ , , ^
^ , . ^_ ^^12.048.401 reales plata.
De exportación 25o.974 |
En la sexta década comprendida en los anos de 1636 á 1645 se obtuvieron re-
sultados idéntico^ aunque todavía inferiores á los de la anterior, pues una
larga y fatal crisis comercial azotaba á las poblaciones comprimiéndolas en su
poderosa actividad.
. Los valores importados alcanzaron ala suma de 1.681.264 reales y los ex-
portados á la de 288.196, formando ambas un total de 1.969.400 reales plata.
La década de 1646 á 1655 fué igual á la anterior, pues el movimiento total
marítimo representa un valor de 1.974.053 reales plata.
Nuestro empeño por hacer una relación completa del comercio marítimo de
esta Aduana para demostrar de una manera precisa y cláralas diversas fiso-
nomías que le han dado nuestras necesidades y el desenvolvimiento de la
45
— 354 —
riqueza pública, ha fracasado ante la mas absoluta carencia de apuntes esta-
dísticos que no creíamos encontrar para un período tan largo como el que me-
dia entre los anos de 1856 á 1869, es decir dos siglos que resisten á toda prove-
chosa investigación.
La magnitud de la dificultad que provoca esta ausencia de datos no puede
escapar á nadie, mucho más tratándose de apuntes estadísticos, razón por la
cual solo nos concretaremos á consignar los que se refieren álos últimos veinte
y cinco anos.
La política de Rosas había alejado del territorio argentino los capitales
y elementos capaces de conducir á los pueblos á su engrandecimiento, some-
tiendo al ciudadano á contribuciones forzosas y á las industrias al mas terco
indiferentismo.
Algo rehecha la República de tan rudo golpe, entró nuevamente á la vida
regular llamando á los hombres de todas las naciones para entregarles á la
explotación las principales fuentes de la riqueza.
El movimiento de la importación y exportación verificado desde los aflos
1861 á 1871 dio el siguiente resultado, siempre ascendente do uno á otro año,
lo que prueba la regularidad del comercio y el progreso general de la común
actividad.
ANOS
IMrOKTACIüN
KXrUKTAClON
TUTALIU»
i86i
0 XQ. 328. 320
» X2. 058.696
.* 3x.387.ox6
1862
)) 20.941.697
» Xr).I24.X92
» 37.065.889
i863
» 24.299. x88
» 18.x76.08x
» 43.475.269
1864
» 21. 85o. 220
» x8.83x.834
» 40.682.054
i865
» 27. 103.0x7
» 2X. 996. 777
» 49 -099 «794
1866
}> 32.269.082
» 23.029.7 IX
» 55.298.793
1867
>) 33.372.321
^) 28.078.834
M 6x.45x.i55
1868
» 38.64X.883
» 25.ui3.66i
» 63.655.544
1869
» 37.54x.604
» 27.527. 1x0
» 65.068.7x4
1870
» 39 . 0 1 9 . X 5 1
» 23.098.936
» 62.xx8.087
1871
» 33.393.302
» X7. 3X0.0X2
» 5o.7o3.3x4
A fin de que pueda apreciarse con mas claridad el movimiento comercial
marítimo operado en los puertos de la Capital en estos últimos años, damos á
continuación el resumen de cada uno de ellos que tantas esperanzas encierran
para nuestro futuro engrandecimiento.
El valor total de la importación y exportación ha ascendido en el afio 1872
á la suma de.^ 80.529.902 que se descompone de la manera siguiente: importa-
ción, 48.038.654; exportación, 32.491.248.
El año siguiente, ese mismo movimiento había aumentado una sexta parte
del anterior, ascendiendo á la suma total de ^ 93.866.837, de la cual corres-
— 355 —
ponde á la importación un valor de 59.434.505 y la exportación de 34.432.532,
existiendo una diferencia á favor del año 1873 de 13.336.935 pesos.
Tan halagadoras cifras no podían por menos que dar un vuelo pasmoso á
nuestro comercio favorecido por el estímulo que ofrecen nuestras leyes y la
riqueza de nuestro suelo.
Pero un acontecimiento fatal vino á paralizar de una manera extraordina-
ria el comercio todo déla República, pues la elección constitucional de Presi-
dente de la Nación correspondiente al período de 1874 á 1880 había preparado
elementos bélicos para presentarse en la lucha, acto que degeneró en obstinada
revolución política, obligando á ciudadanos pacíficos á armarse en defensa de
las instituciones y de sus propios intereses.
Los perjuicios que irrogaron las ambiciones ilegítimas de los directores
de la sedición quedan perfectamente definidos con solo analizar el movimien-
to marítimo verificado en 1874, que prueba de una manera irrefragable cuanto
daño sufrió el comercio.
En efecto, el total de los valores importados y exportados había alcanzado
apenas á |? 74.994.768, es decir 18.872.069 menos que en el año anterior.
Vacilantes las instituciones por un movimiento agresivo al orden y esta-
bilidad constitucional, el comercio no podía realizar transacciones de ninguna
clase por la incertidumbre de sus intereses, amenazados por la conflagración
general que asumió proporciones alarmantes y peligrosas.
El año 1875 transcurrió agitado perlas últimas convulsiones de la lucha
fratricida y nuestro comercio paralizado por los peligros que le asediaban sus-
pendía toda operación importante.
El movimiento de importación y exportación habido en este año es seme-
jante al anterior, cuyo monto total a.scendió á f 74.676.419 distribuidos de la
manera siguiente: importación, f 41.649.645; exportación f 33.026.774.
Pero en el año 1876 se sufrió un descenso muy sensible, entrando en esta
Aduana mercaderías por valor de J* 59.868.162 es decir 14.808.257 menos que
en el anterior, cuya causa no pudo ser otra que las consecuencias de un comercio
paralizado y herido por las exigencias de la guerra civil que se devoró inmen-
sos capitales, sin retribuir otra cosa que la miseria y la desolación; la llaga
mortal abierta á nuestros intereses no debía cicatrizarse sino muchos años
después, cuando afianzado el orden y estabilidad de las instituciones, se res-
tituyese en el extranjero la confianza sacrificada á las miras bastardas que
produjeron semejante escándalo político.
Por eso es de notar que aun en el año 1877, es decir, tres años después
de aquella rebelión, el comercio quebrantado por las oscilaciones del crédito
no pudo rehacerse de los males que hirieron sus facultades vitales, presen-
tando un movimiento marítimo, en el que claramente se divisa ó se apercibe la
parálisis que le consume.
El total de valores importados y exportados por esta aduana alcanzó ala
i^uma de |P 60.873.930 descompuesta así: importación f 31.169.934; exportación
— 356 —
JP 29.703.996, sobrepujando en JP 1.877.782 al mismo movimiento del afio 1878
realizado de esta manera: importación, f 34.537.814; exportación f 24.458.334,
que componen un total de j? 58.996.148.
Pero en el año siguiente, 1879, la importación y exportación de produc-
tos aumentó súbitamente ascendiendo sus valores á la suma total de f
70.112.909 sobrepasando al ano anterior en la cantidad de 11.116.761
pesos fuertes.
En el siguiente no fué menos productivo al Tesoro Nacional el movi-
miento comercial marítimo á pesar de los disturbios políticos que se produ-
jeron al finalizar dicho ano, difundiendo la desconfianza en todos los gremios
sociales.
El valor total de la importación y exportación alcanzó á jff 74.499.089, cor-
respondiendo á la primera ^ 35.898.551 y á la segunda jff 38.600.538.
Terminamos estos apuntes estadísticos con el presente cuadro que com-
prende el quinquenio de 1881 á 18S5, el cual demuestra el aumento anual
verificado en nuestro comercio marítimo de una manera tan evidente que
escusamos todo comentario al respecto.
1
i
IMPOBTAriON
EXPORTACIÓN
TOTALES
i88i
$
m/n
45.696.589
8
m/n
40.577.288
1
m/n 86.273.887
1882
»
»
49.356.388
»
»
42. 134.710
»
» 91.491.098
i883
»
»
66.072.322
M
))
40.710.386
»
» 106.782.708
1884 <
»
»
77.364.916
»
»
47.065.929
))
» 124.430.845
x885
»
))
73.427.540
n
»
58.X49.789
n
» 131.577.329
Hemos terminado aquí con la reseña histórico-estadística del movimiento
marítimo de nuestra Aduana, cuyo resumen no puede ser mas halagüeño si
tenemos presente las f^randes dificultades que han entorpecido su desarrollo.
No pondremos punto final A esta relación sin explicar previamente la causa
que motiva la notable diferencia entre los valores importados y exportados.
Los efectos ó mercancías importadas reciben un valor oficial equivalente al
que predomina en plaza y sobre esa avaluación se cobra el aforo correspon-
diente, pero es que aquellas se han gravado no solamente con el pago de trans-
porte desde Europa hasta nuestro fondeadero, sino con fletes y demás gastos
hasta arribar á los depósitos de Aduana, representando por consiguiente un
valor superior del que realmente tienen. En cuanto i\ exportación el fenómeno
esála inversa: es decir, que cobrándoselos derechos al efectuar la cargay
según el valor que tienen en pla/a, las mercaderías son aforadas antes de
recibir los gravámenes de fletes y navegación hasta el buque que lo ha de con-
ducir al extrangero.
Este fenómeno es puramente estadístico y obedece esencialmente á las con-
diciones de nuestro Rio que no siempre permite á los transportes de gran calado
su aproximación al puerto de carga y descarga.
— 357 —
Por manera, pues, que la proporción entre importación y exportación es
idéntica y la diferencia entre sí del todo ilusoria.
La ley sancionada para el año de que tratamos y que tiene por objeto fijar
los derechos correspondientes á las mercaderías importadas á nuestros
puertos, establece:
El derecho de cincuenta y cinco por ciento á los tabacos en general — el de
50 Vo á las armas y sus adherencias, pólvora y municiones, perfumería, ci-
garros de todas clases y cafés — el de 45 Vo á la ropa hecha y confecciones en
general, sombreros, calzados, arreos y arneses, carruajes, muebles, fósforos
que no seati de cera, cohetes, yerba-mate elaborada y objetos de arte — 10 Vo
sobre hierro no galvanizado en planchas, lingotes, barras y flejes, pino blan-
co, spruce sin labrar, coigúe, sal gruesa común, papel de cualquier formato
para escribir ó imprimir — ^5 % sobre arpilleras, alhajas de oro y plata labradas,
sedas para bordar y coser, todo instrumento ó utensilio con cabo ó adorno
de plata ú oro cuando estos aumenten una tercera parte de su valor, arados,
duelas y cascos de madera ó fierro para envasar, libros impresos con encua-
demaciones á la rústica y con tapas de cartón ó tela sin cantos dorados, pren-
sas, útiles 6 materiales que sirvan exclusivamente para imprenta, con esclu-
sion de tipos, prensas para litografías, máquinas de todas clases para estable-
cimientos agrícolas é industriales, motores á vapor, piezas de repuesto para
las mismas máquinas, hilos y alambres en carreteles para engavillar, ácido
sulfúrico y sulfato de cal — 2 % sobre las piedras preciosas sueltas.
Los siguientes derechos específicos:
Trigo por cada 100 kilogramos $ 1,65
Almidón, por cada kilo » 0,05
(^afé, » » » 0,08
Fideos, » » » 0,07
Galletitas finas ú otras masas de harina, id . . . » 0,09
Harina de trigo ó maiz, id » 0,04
Maiz desgranado, id » 0,04
Té de toda calidad, id » 0,30
Azúcar en general, id » 0,07
Vino común en casco, litro » 0,06
Vino fino en casco, id » 0,S2
Cada botella de vino de cualquiera clase que
sea, de no más de un litro • . . . » 0,22
Un litro ó una botella de cerveza ó cidra. . . » 0,15
Alcoholes en cascos que no excedan de 30
grados » 0,15
Licores en general que no excedan de 25 id » 0,55
Alcoholes embotellados, de no mas de un
litro por botella y que no excedan de 30
grados » 0,25
Licores embotellados, de no más de un litro
por botella y quano excedan de 25 grados $ 0.55
Los de mayor fuerza alcohólica pagan en
proporción ■
Kerosene, por litro i> 0,05
Velas estearinas ó parafinas, kilo "0,15
Estearina, ¡d » 0,12
Naipes, porcada gruesa 10,00
Fósforos de cera, por kilo » 0,50
Los artículos al peso que tienen dos ó mas envases pagan el derecho
especifico, teniéndose en cuenta el envase de cubierta inmediata.
Son libres do derecho de introducción los siguientes: buques y maquina-
rias para buques á vapor, carbón de piedra, alambres para cercos y telégrafos,
animales de raza y ganado en pié, pescados y frutas secas, muebles y herra-
mientas de inmigrantes de poco valor, oro y plata sellados, en grano, pasta 6
polvo, plantas, materiales de fierro 6 acero para la vía permanente de ferro-
carriles ó traraways, locomotoras, rodajes con ó sin ejes para aquellos,
caños de fierro sin baño ni galvanismo para gas óaguas corrientes quelengan
setenta y cinco milímetros de diámetro por lo menos, azogue, guías, combos
de mas de dos kilogramos, barrenas y pólvora especial para minas, objetos
para el culto pedidos por los prelados, útiles y libros de enseñanza pedidos
por los gobiernos de Provincia 6 por los Consejos de Educación, semillas
destinadas á la agricultura, específicos contra enfermedades del ganado lanar,
tierras do brezo y castaño, etc.
Son libres de derecho de exportación toda clase de productos, frutas 6
manufacturas del país; exceptilanse los siguientes que pagan sobre su valor:
el i % la lana sucia ó lavada, pieles de caza, cueros lanares, sucios ó lavados
y plumas de avestruz — el 3 "/„ el aceite animal, astas y chapas de asta,
ceniza de huesos, cerda, garras de cuero, grasa, sebo, huesos y pieles di-
versas.
Los derechos se liquidan por una tarifa de avalúos formada sobre la
base del precio de los artículos en depósito en cuanto á los de importación,
y sobre los precios eu plaza en condiciones de embarque para los de expor-
tación.
Los derechos de las mercaderías no incluidas en la tarifa se liquidan sobre
lus valores declarados por los despachantes.
Las Aduanas pueden retener en el término de cuarenta y ocho horas,
contadas desde la inspección del Vista, por cuenta del Tesoro Público, todas
las mercaderías cuyo valor declarado consideren bajo, pagando inmediata-
mente á los interesados el valor declarado, con más un diez por ciento da
aumento, en letras expedidas por la Administración de Rentas, á noventa dias
vista.
Se concede á los vinos, aceites, aguardientes, cerveza y licores en casco,
I
— 359 —
una merma de cinco por ciento si proceden de puertos situados al otro lado del
Ecuador, y dos por ciento á los de este lado — 2 % por rotura á los mismos
líquidos si vienen embotellados.
Los derechos de exportación se pagan en el primer puerto de embarque
siendo los efectos despachados directamente para el extranjero, no pudiendo
transitar por agua de un puerto á otro de la República, sino los que hubiesen
pagado ó afíanzado derechos.
Los derechos de importación se pagan antes de la entrega délas merca-
ierías; si el importe excede de 200 pesos el pago puede hacerse en letras es-
tendidas en el papel sellado correspondiente, giradas á90 dias de la fecha, con
si interés de Banco y garantida á satisfacción del Administrador de Rentas.
En los demás casos el pago se hace al contado. .
Los derechos de exportación se pagan al contado antes de la salida del
buque exportador.
Es prohibido el tránsito terrestre de mercaderías que no hubiesen abonado
derechos de importación en cualquier Aduana de la República, menos las que
pasen de tránsito para puertos del Brasil por los de Concordia, Federación y
Paso de los Libres; las que de Chile se dirijan á las Aduanas de Salta y Jujuy;
las que de las Aduanas de Buenos Aires y Rosario, pasen en tránsito á las de
Mendoza, San Juan, Salta y Jujuy y de estas á las de Bolivia y Chile, etc., etc.
De los diversos y minuciosos trámites que deben seguirse en el procedi-
miento aduanero y por consiguiente de su régimen interno, extractamos:
Todo consignatario de buque que carga en el extranjero con destino al
puerto de Buenos Aires, hace visar sus papeles de carga por el Cónsul Argen-
tino de su procedencia y por los de los puertos de escala.
Llegado al puerto de su destino y debidamente cumplidos los pequeños
trámites sobre reconocimiento de papeles y pago de derechos respectivos, los
consignatarios de las mercaderías quedan facultados á disponer de ellas — la
descarga se efectúa por medio de lanchas, con todas las formalidades que re-
glamentan este servicio, y directamente en los depósitos, pudiendo recibir las
mercancías tres destinos distintos: despacharse directamente al consumo de la
plaza; de tránsito para otra Aduana de la República ó para el extranjero, y
depositarse para darle después destino; cuyas operaciones se tramitan sin
grandes recargos ni graves demoras que perjudiquen el comercio ó la mas
pronta é inmediata colocación de los artículos ó mercancías.
Cuando un buque quiere cargar en nuestro puerto con destino al extranje-
ro debe sujetarse á las disposiciones vigentes ú ordenanzas dictadas para
obtener el permiso respectivo, otorgado el cual queda expedito para efectuar
la carga, dividiéndose en tres categorías los artículos que pueden salir para el
extranjero: 1> frutos y productos del país, sujetos ó no á derechos de exporta -
— 360 —
cion: 2* mercaderías extranjeras exportadas de tránsito, y por fin, mercancías
extranjeras removidas de la plaza.
El régimen interno para verificar esta operación es sencillo y liberal, ha-
biéndose en este sentido introducido algunas modificaciones á las ordenanzas
respectivas que las depuran de trámites viciosos y de prácticas difusas y engor-
rosas, observándose el mismo procedimiento para los frutos que se carguen
libres ó sujetos á derechos.
Las diligencias para el embarque varían según el punto del resguardo por
donde se efectúe, pudiendo ser éste: la Aduana vieja. Aduana nueva, el puerto
de San Martin, el de Barracas v el de la Boca del Riachuelo.
Las salidas de tránsito de mercancías extranjeras y las mercancías remo-
vidas de la plaza, están respectivamente sujetas á especial tramitación con la
documentación y diligencias del caso, sacando los duplicados necesarios para
la constancia de la operación.
La importación en el comercio interior es una operación cuya tramitación y
forma varia según que: los frutos del país no adeuden derecho de importación
ni exportación — las mercancías extranjeras estén libres de todo derecho-*lo8
frutos del país puedan adeudar derechos á su exportacion'y mercancías extran-
jeras que puedan adeudar derechos de importación.
La exportación en el comercio interior solo puede hacerse de mercancías
extranjeras removidas del mercado, artículos extranjeros de tránsito y algunas
veces frutos del país sujetos á derechos: las tramitaciones de esta operación
varían según el carácter de las mercancías ya indicadas.
UNIVERSIDAD
m
Espulsados los PP. Jesuítas de
los dominios de la corona espariola,
:tcontecimiento que se verifico en es-
ki capital en la noche del 2 de Julio
(.le 1767, los bienes temporales que
se les secuestró por real orden al-
guna aplicación debían recibir, y co-
mo aquellos se preocuparon en todo
tiempo y lugar de difundir los cono
cimientos humanos, aunque con mi-
ras particulares, el rey Carlos III
que había emprendido una reforma
general en los diversos ramos admi-
nistrativos, ordenó que las casas y
conventos de la compañía se apli-
casen á los objetos de la instrucción
pública, sirviéndose de ellos para es-
cuelas y colegios de enseüanza.
Bajo tales auspicios el entonces
Gobernador D. Juan José de Vertiz.
estimulado por la disposición del
Monarca para difundir las luces de
la ciencia, pasó A los cabildos eclesiástico y secular un oficio en que de-
mostraba lo que anualmente podían producir los fondos de temporalidades y
otro encareciéndoles le indicasen la aplicación ó destino que debía dar á la
lesiay casas de ejercicio, así como la mejor manera de establecer escuelas
^tindíos f/enerales para la enseüanza y educación de la juventud.
Los cabildos aconsejaron la creación de un Colegio Convirtorio y de una
Universidad pública dotada de cátedras y con facultad para conferir grados.
El Procurador General de la ciudad, don Manuel Basavilbaso, después
de estudiar los informes de ambos cabildos, emitió su opinión aconsejando la
adopción de un nuevo plan de estudios confeccionado por él. en el que consul-
tando los fondos de la institución proponía !a disminución de los sueldos de
los catedráticos para armonizarlos cor, aquellos.
En el nuevo plan no figuraban las matemáticas como materia de estudio
,ra la Universidad, pero el buen cuidado que tuvo el Síndico para no pro-
merlas se explica por el horror que ellas inspiraban en la Metrópoli, elu-
.^— ..>'
- 36á —
diendo con mucha previsión el rechazo de su proyecto y quizá de la erección
de la institución.
Si los informes del cabildo y procurador convenían en que era necesario
crear una Universidad en Buenos Aires, no era únicamente inspirados por
su amor á la difusión de las luces de la civilización, sino que en el espíritu
inquieto, investigador y activo de los porteños encontraron la base para fun-
dar sus propósitos, revelando en las continuas instancias del vecindario su
anhelo por la instrucción y el cultivo de las ciencias.
Sin embargo, la mayor parte cupoá las autoridades del país, las que no
solo por su carácter oficial sino por sus constantes gestiones consiguieron que
el proyecto universitario llegase muchas veces á su mas próxima realización,
[)ero que diversas causas agenas á la voluntad general privaron por largo
tiempo á esta capital délos beneficios de la instrucción superior.
Aunque el progresista americano Vertiz se había preocupado con tanto
empeño en acelerar la realización de esto glorioso pensamiento, tuvo que
confesar con pena, al escribir á sus delegados, que «por no haberse formalú
zado la Universidad á que accedió el rey, los estudios del real colegio de San
Carlos, están reducidos A gvdiiXiiiúc'd^ retórica, filosofía, teología y una cátedra
de Cánones».
El último año del siglo XVIII fué fatal para la común aspiración de tener
Universidad, pues por un decreto de Aviles se ordenaba: «agregúese al e.\pe-
diente de la materia» lo que significaba relegarlo al olvido con todas sus ins-
tancias.
Dicho expediente descansó durante un período de veinte años, al cabo de
los cuales el Director D. Juan Martin Pueyrredon ordenó su estudio para dar
cima al plan administrativo que se había trazado: suprimir la enseñanza de
estudios infructuosos, perfeccionar los que se consideraran provechosos y
útiles al pueblo, y finalmente crearla Universidad para formar ciudadanos
¡lustrados v virtuosos.
En una larga y patriótica nota al Congreso en la cual hacía presente al
soberano cuerpo los altos destinos á que estábamos llamados á llenar para
elaborar la felicidad déla patria, sin gravar el tesoro con emolumentos exi-
gentes para el sostenimiento de la Universidad, termin.^ba pidiéndole plena
autorización para remover todos los embarazos que pudieran estorbarlo áfin
de realizar el grandioso pensamiento que gobernantes como gobernados
explotaron sin llegar jamás ásu ejecución; el Congreso concedió al Director
las facultades solicitadas poniéndole en las condiciones que anhelaba, pero
pocos dias después descendía de la silla gubernativa y la Universidad quedó
nuevamente en proyecto.
En el año 1821 volvióse á agitar el mismo pensamiento al compás de la
I-e forma general que sufría el país: esta vez no podía defraudar las esperan-
zas tantas veces desvanecidas, porque la mejora emprendida en todas las
instituciones y la administración consultaría los verdaderos intereses y capa-
cidad del país.
— 363 —
El célebre Dr. D. Manuel Antonio Castro, redactor del periódico oficial,
había abierto una campaña sin tregua sobre el asunto de la Universidad, y
en una serie de artículos interesantísimos probó de una manera clara los
caudales de beneficios que se debían recoger, siendo las ciencias la llave
maestra de la felicidad de los pueblos.
El Dr. Castro, facultado por el gobiei*no para proceder á la organiza-
ción de la Universidad, llenó su cometido empezando por dividir los estu-
dios en departamentos especiales con la dotación correspondiente de xíate-
dráticos, y cuando juzgó terminada la composición de las aulas y cátedras,
dio aviso al gobierno para que hiciera el nombramiento del cuerpo docente.
Era resolución del Gobierno investir ala Universidad con todas las facul-
tades y preeminencias de las mas privilegiadas y darle en su instalación todo
el esplendor y solemnidad que requería la realización de un ideal perseguido
casi medio siglo.
En efecto, convocadas las autoridades eclesiásticas, civiles y militares,
los miembros todos de la Universidad, se presentó el gobernador en el templo
de San Ignacio, acompañado desús cinco ministros y del cuerpo diplomático
y después de hacer leer el edicto de erección déla Universidad procedió á
tomar é[ juramento de incorporación al Rector y demás miembros de ella.
Después de los discursos alusivos al acto, se retiraron las autoridades y
demás séquito animados de los mas nobles sentimientos y felicitando al
Gobierno por la gloria que le cabía al patrocinar las aspiraciones de un pueblo
anhelante de sabiduría.
Al dia siguiente se inauguró su capacidad intelectual y sus fueros juris-
diccionales confiriendo cinco grados de medicina y uno de derecho.
El establecimiento de la Universidad produjo uno de los efectos de mayor
trascendencia á los objetos de su creación: ella fué la directora y centro de la
enseñanza superior, gravitando á su alrededor los demás, aún de carácter
especial, de manera que logró centralizar y reunir en un solo cuerpo la direc-
ción y suprema autoridad de la instrucción pública, tan pernicioso en caso
contrario, lo que obtuvo por la celebración de concordatos con cada uno de
los establecimientos de enseñanza que entonces habia: Colegio del Consulado,
Instituto Médico y Colegio de «La Union».
La Universidad se componía de los siguientes departamentos ó faculta-
des: 1** departamento de primeras letras, 2* departamento de estudios prepa-
rativos, 3* de ciencias exactas, 4* de medicina, 5* de jurisprudencia y 6* de
ciencias sagradas, servidos por diez y siete catedráticos y ayudantes cuyo
sostenimiento costaba al Tesoro la suma anual de 11.000 $.
Bajo este plan de estudios, el Gobierno como el pueblo se prometían los
mas felices resultados, iniciando en la juventud el conocimiento de las ciencias
cuya aplicación en la vida activa é inteligente se traduce en el perfeccio-
namiento de las aspiraciones y elementos materiales para elaborar la comua
felicidad.
— 364 —
El establecimiento de la Universidad fué acogido con indescriptible entuí
siasrao por el pueblo que comprendfa toda su intluencia ó importancia en losil
futuros destinos de la humanidad, considerándola como el clásico presente da .1
una gloriosa época de progreso.
Ella estaba destinada á inocular en los jóvenes corazones el amor á lasJ
ciencias y el respeto sagrado á las instituciones políticas, alejando de nuestra I
inquieta imaginación las fantásticas visiones de la libertad y suprema dicha J
de las democracias en los dorados pliegues de una revuelta civil.
Durante mas de veinte años nuestro espíritu político se habla alimentado J
con principios ó aspiraciones absurdas, quiméricas, creyendo encontrar la,
venturosa solución de nuestra existencia en movimientos sediciosos que da-
ban pávulo á la intranquilidad de nuestro carácter.
Bajo este punto de vista, la Universidad podía consideraj-se como el án-J
cora de salvación de nuestra suerte futura, porque fué en ella que las ciencias, I
sociales, las matemáticas, la legislación de los países extranjeros y todo otro I
conocimiento capaz de influir en los destinos de una agrupación política,!
trasformaron las ideas refractarias y anti-socialesque dominaban en esaópo-i
cade oscurantismo, armonizando nuestra capacidad intelectual cenias exí-í
gencias de la fecunda actividad del siglo XIX.
Los documentos que damos a continuación ilustran abundantemente la
historia ligera que hemos hecho de la Universidad, dando cabida igualmente i
á los estatutos que rigen dicha institución y establecen las facultades y obliga- 1
ciones de los encargados de su dirección y enseñanza.
En ei presupuesto de gastos confeccionado para el año económico de]
1M85, el Gobierno Nacional ha destinado la suma de $ 247.296 a la Universidad i
para sufragar los diversos gastos administrativos y de enseñanza, cuya orga- J
nizacion se determina á continuación:
Clasiñcados los libros que constituían la Biblioteca del Consejo Superiopl
por una Comisión especial nombrada por decreto de 1° de Julio de 18^, se
procedió á su distribución, verificada en esta forma: á la Facultad de Dere-
cho, 835 volúmenes — á la de Ciencias Médicas, 183 — á la de Ciencias Ffsico-
Matemáticas, 927— á la Biblioteca Pública, 2872— y á la del Colegio Nacional,
2218, que componen un número total de volúmenes de 7035.
Durante el año 1885, el Consejo Superior ha celebrado veinte y seis se- 1
siones, resolviendo lodos los asuntos de su incumbencia — la Facultad de j
Derecho, diez y seis— la de Medicina, veinte y diez y siete la de Matemáti-
cas, habiendo dado respectivamente la primera 655 lecciones, la segunda ]
2096 y la última 1554.
El Rectorado de la Universidad expidió 33 diplomas de doctoren Juris-
prudencia y 33 en Medicina — la Facultad de Derecho otorgó 35 diplomas de i
Abogado — la de Matemáticas ocho de Ingeniero Civil, y la de Medicina que j
expide conjuniamenie con el Rectorado ha otorgado además diplomas pro-
fesionales de sus escuelas anexas, en esta proporción: en Farmacia, 8 — en
»
»
- 365 —
Obstetricia, 3 — en Flebotomía, 2 y revalidado 8 de médicos extranjeros, 4 de
Farmacia, 6 de Obstetricia y 1 de Odontología,
Los alumnos matriculados en la Universidad en el año 1885 alcanzaron
á682, distribuidos como sigue: Facultad de Derecho, 178 — de Ciencias Mé-
dicas, 378 y de Matemáticas 126, habiendo recibido todas ellas la cantidad
de 2016 exámenes en esta forma: la primera 579, la segunda 987 y la últi-
ma 450.
El fondo metálico del Consejo Superior fué en 1* de Marzo de 1885 de
pesos 24.026,62, que con las entradas que ha recibido y con el 75 por ciento de
los ingresos de las Facultades durante el año de 1884, asciende el fondo uni-
versitario hasta el 1* de Marzo de 1886 á la suma de pesos 46.420,54, cuyo
detalle es como sigue:
Facultad de Derecho $ 11.758,71
» Medicina » 5.330,64
» Matemáticas » 3.396,91
Por derechos de certificados » 51,60
» » » legalizaciones » 8,40
» intereses devengados » 1.848,56
Existencia en V de Marzo de 1885 » 24.026,62
Total $ 46.421,44
Egresos respectivos durante el mismo año » 8.544,01
Existencia en Marzo de 1886 $ 37.877,43
El Consejo Superior se compone de: un Rector, un secretario general,
un pro-secretario, un bedel, un contador auxiliar, un oficial auxiliar, un guar-
dián, un ordenanza v dos mas inferiores.
Los gastos de oficina y el sostenimiento del personal docente y sirvientes
cuestan al Tesoro Nacional la suma anual de $ 15.540.
De los Estatutos de la Universidad Nacional de Buenos Aires entresa-
camos lo que á continuación se expresa:
Ella se compone de: una Asamblea, un Consejo Superior, un Rector y las
Facultades de Derecho y Ciencias Sociales, de Ciencias Médicas y de Cien-
cias Físico-Matemáticas.
La Asamblea es formada por todos los miembros titulares de las Faculta-
des bajo la presidencia del Rector, debiendo actuar en todas sus delibera-
ciones el Secretario General.
Es atributivo de la Asamblea: elejir, suspender y destituir al Rector y
admitir y desechar su renuncia — conceder licencia al mismo para ausentarse
de la Capital, pero siempre sin goce de sueldo — resolver sobre creación de
nuevas Facultades ó la división de las existentes.
La Asamblea se convoca por el Consejo Superior con tres dias de antici-
pación, expresando el objeto de la convocatoria— se constituye en sesión con
— 366 —
la mitad mas uno del número total de sus miembros — la elección del Rector
es nominal y termina en una sola sesión. . . .
El Consejo Superior se compone de: el Rector, los Decanos de las Faculta-
des y de los Delegados por cada una de estas.
Es atributivo del Consejo: ejercer la jurisdicción superior universitaria-.
convocar á la Asamblea — dictar los Reglamentos y Ordenanzas para todas las
Facultades — fijar las épocas para los exámenes, expedición de. matrículas,
apertura y clausura de los cursos— vigilar el cumplimiento de los Planes de
Estudios — acordar el título de Doctor — resolver en última instancia las cues-
tiones contenciosas falladas en primera por el Rectoró las Facultades— fijar
los derechos universitarios — examinar y dar cuenta al Congreso de la exis-
tencia é inversión de los fondos universitarios — aceptar las donaciones, lega-
dos, etc., que se hicieren á la Universidad ó Facultades — formular el proyecto
de Presupuesto para la Universidad — acordar licencia al Rector 6 Profe-
sores
El Rector es el representante de la Universidad; para ser elegido se
requiere ser ciudadano argentino y miembro académico de alguna de las
Facultades.
Son atribuciones del Rector: hacer ejecutar los acuerdos y resoluciones
de la Asamblea y del Consejo — llevar la correspondencia con el Gobierno y
demás autoridades, entendiéndose oficialmente con las corporaciones ó esta-
blecimientos científicos — dar por sí solo los Diplomas Universitarios y con-
juntamente con el Decano de la Facultad respectiva los de las profesiones
científicas — vigilar la contabilidad y tener á su orden en el Banco Nacionalel
Fondo Universitario — visar los certificados otorgados por las Facultades-
ocupar el puesto de honor en todos los actos de solemnidad que celebren
éstas— inspeccionar las colecciones, gabinetes y bibliotecas de las Faculta-
des— proponer en la Memoria que eleva al Ministerio de Instrucción Pública
todas las reformas proyectadas por el Consejo Superior
El Rector es elegido por cuatro años y en caso de destitución ó muerte,
el Decano mas antiguo ejerce sus funciones— tiene voto en las resoluciones
adoptadas por el Consejo Superior y debe vigilar por el cumplimiento y ob-
servancia de los Estatutos, asi como de las Ordenanzas y Reglamentos dic-
tados por el Consejo Superior
Las Facultades se componen de miembros titulares, honorarios y corres-
ponsales, debiendo ser quince los primeros para cada una.
Funcionan separadamente en casa especial en la cual instalan sus res-
pectivas oficinas, aulas, laboratorios, gabinetes y biblioteca y son presididas
por su respectivo Decano — sus sesiones ordinarias se celebran desde el !•
de Marzo hasta el 1* de Diciembre.
Son atribuciones de las Facultades: elegir su Decano, Secretario y Dele-
gados— nombrar á sus miembros académicos titulares, honorarios y corres-
ponsales— dictar el Reglamento para el régimen interno — decidir en V in§'
— 367 —
tancia las cuestiones contenciosas — proyectar los Planes de Estudios — reva-
lidar los diplomas extranjeros de profesiones científicas — fijarlas condiciones
de admisibilidad de los estudiantes á su ingreso — formar las comisiones
examinadoras — proponer al Consejo las reformas ó mejoras que creyese
conveniente y dar cuenta al mismo en una Memoria de los trabajos de la
Facultad, el estado de la enseñanza, las necesidades del Instituto, la asisten-
cia de los alumnos y la rendición de exámenes.
Los Decanos son elegidos por cuatro anos, nominalmente y en sesión es-
pecial— son los Presidentes de las Facultades respectivas.
Para ser Decano se requiere: ciudadanía argentina y ser Miembro Aca-
démico.
Son sus atribuciones: formar parte del Consejo Superior y expedir con-
juntamente con el Rector los diplomas de las profesiones científicas — hacer
cumplir las resoluciones de la Facultad — ordenar la expedición de matrícu-
las y de certificados de exámenes — dar cuenta al Consejo Superior do las
entradas por derechos universitarios y de la inversión de los fondos desti-
nados á los gastos de la Facultad
Carece de voto en las resoluciones de la Facultad, decidiendo solo en caso
de empate, y puede ser sustituido en sus funciones por el Académico mas
antiguo, siempre que por enfermedad, ausencia, destitución ó muerte no
pueda desempeñar sus obligaciones.
Los Delegados déla Facultad al Consejo Superior son elegidos por dos
años y están obligados á concurrirá las sesiones de éste y formar parte de
las comisiones nombradas — la inasistencia continua de los Delegados da
lugar á pedir á la Facultad que representan el nombramiento de otros que
los reemplacen — no pueden ausentarse por mas de un mes sin licencia del
Consejo
Para ser miembro académico titular se requiere: título académico ó cien-
tífico expedido por las Universidades Nacionales, antigüedad de seis años
en la adquisición del título y residencia habitual en la Capital — deben asistir
á las sesiones de la Facultad y desempeñar las comisiones que* se les enco-
miende— pueden ser removidos, lo que se hace en sesión especial, convocada
al efecto y por mayoría de las dos terceras partes de los miembros presentes....
Para ser miembro académico honorario ó corresponsal basta tener título
académico ó científico expedido por Universidad ó Facultad Nacional ó ex-
tranjera— pueden concurrir á las sesiones de la Facultad y tomar parte en
sus deliberaciones, pero no pueden votar
— 368 —
EDICTO DE ERECCIÓN DE LA UNIVERSIDAD
D. Martin Rodríguez, Brigadier General, Gobernador y Capitán General de la provincia
de Buenos Aires.
Desde el año de 1778 estaban expedidas las órdenes para el establecimiento déla Univer«
sidad de esta ciudad, y la mas remarcable indiferencia del Gobierno Metropolitano las habia.
sepultado en el olvido. Exitado el Supremo Poder Ejecutivo por las instancias de muchos ciuda>«^
danos amantes de la ilustración y progreso del pais, propuso al Congreso General en 181 ^
la erección de este establecimiento literario: y oficiando que se hallaba bastantemente facult^¿[^
do para proceder á fundarlo por sí solo, manifestó que deseaba la cooperación de aquel cuerj^
soberano para colmar de autoridad la ejecución de un pensamiento tan benéfico. El Congr^^
General adhirió sin demora á la propuesta, dándole las formas provisionales el Gobiernen
cuidando de remitirlas para su aprobación á la primera Legislatura, pero las calamidades ^/
año veinte lo paralizaron todo, estando á punto ya de realizarse.
Pero habiéndose restablecido el sosiego y tranquilidad de la provincia, es uno de los pjj-,
meros deberes del Gobierno entrar de nuevo á ocuparse en la educación pública y promove;^^
por un sistema general, que siendo el mas oportuno para hacerla ñoreciente, lo había suspeg.
dido la anarquía y debe desarrollarse el nuevo orden. Animado de estos sentimientos resolví
llevar á ejecución la fundación de la Universidad, y para poner mas expeditas las medidas
conducentes á este fin, nombré Cancelario y Rector dándole las facultades necesarias piara que
procediese y dispusiese la erección: y en seguida habiendo también nombrado Prefectos para
presidir los departamentos científicos, dispuse que se formase un tribunal compuesto de estos
funcionarios y de los doctores decanos de cada facultad: y habiéndoseme comunicado que se
hallaba todo dispuesto y ordenado para hacer la institución, por el presente público, solemne
edicto, erijo é instituyo una Universidad mayor, con fuero y jurisdicción académica y esta-
blezco una sala general de doctores que se compondrá de todos los que hubiesen obtenido el
grado de doctor en las demás Universidades y sean naturales de estas provincias, casados ó
domiciliados en ella; y por falta que hay de licenciados, serán matriculados como tales, por
esta sola vez, los que habiendo obtenido el grado de bachiller en alguna facultad mayor, ha-
yan recibido después la licencia con despacho expedido por el tribunal competente paraqer-
cer la facultad. Los estatutos demarcarán la autoridad y jurisdicción de la Universidad, del
tribunal literario, del Cancelario y del Rector; y entre tanto que se expidan aquellos quedarán
completamente autorizados para conocer y resolver en todos los casos y causas del fuero aca-
démico.
Las facultades particulares de los Prefectos serán arregladas del mismo modo no menos
que los derechos, preeminencias y prerogativas de todos los individuos que pertenecen á cada
uno de los departamentos, entendiéndose que desde esta fecha gozará esta Universidad, y sos
individuos, de los que están concedidos á las Universidades mayores mas privilegiadas, y en-
trará también en posesión de todos los derechos, rentas, edificios, fincas y demás que han esta
do aplicadas á los estudios públicos y han servido para sus usos, funciones y dotación todo
lo cual mando que así se guarde y cumpla puntualmente, publicándose este edicto en la sala
general de la Universidad por el Escribano Mayor de Gobierno el dia de su apertura. A cuyo
efecto hice expedir el presente, firmado de mi mano, sellado con el sello de la Provincia y
refrendado por mi Secretario de Gobierno, — en Buenos Aires áQ de Agosto de 1821.
Martin Rodríguez.
Bernardino Rivadavia.
ACTA D£L DIA D£ LA ERECCIÓN DE LA UNIVERSIDAD
En la ciudad de Buenos Aires, el dia 12 de Agosto del presente año, undécimo de nues-
tra libertad, el señor Gobernador y Capitán General de la provincia, acompañado de sus s^
ñores Ministros de Gobierno y Relaciones Exteriores, de la Guerra y Marina y del de Ha-
cienda y de todas las autoridades eclesiásticas, civiles y militares, pasó al templo de San Igna-
cio á las cuatro y media de la tarde para verificar la apertura de la Universidad. £n la entnula
del Templo estaba una comisión de la muy ilustre sala de doctores, compuesta de cuatro
individuos, para recibir á S. E. Inmediatamente el señor Rector y Calendario de la Universi-
dad nombró una comisión de doctores para que condujesen al sitial del señor Gobernador el
edicto de erección de la Universidad que descansaba sobre un almohadón de damasco. En
s^;uida salió la muy ilustre sala de Doctores con sus masas, y el Pro-secretario del claustro
— 369
mayor del Colegio de la Union del Sud, fonnada en dos alas y presidida del señor Rector y del
Tribunal literario. Al momento de entrar en la Iglesia y estando todos reunidos, mando leer
S. E. el edicto de erección al Pro-secretario por defecto del Escribano Mayor de Gobierno.
G>ncluida su lectura el señor Gobernador tomó el juramento de incorporación al señor doctor
don Antonio Saenz y á la muy ilustre sala compuesta de los doctores siguientes:
:♦
D. Luis Chorroarin.
-^ Bernardo de la Colina.
Juan Dámaso Fonseca.
» Pedro Denis.
» Mariano Medranpe.
» Mariano Andrade.
» Tomás Antonio Valle.
/ Esteban Agustin Gazcon.
» Domingo Belgrano.
» Diego E. Zavaleta.
* Manuel Antonio Castro.
» Antonio Esquerrenea.
» Paulino Gari.
» Vicente Anastasio Echeverría.
» Manuel Villegas.
» Valentin Gómez.
» F. Mariano Chambo.
» Domingo Viola.
* Pedro Pablo Vidal.
D. José Joaquín Ruiz.
^ Pedro Carrasco.
» Feliciano Marlinez.
» José López García.
» Saturnino Planes.
:> Mateo Vidal.
^ Francisco José Acosta.
V Francisco de Paula Rivero.
Domingo V. Achega.
Roque Saenz Peña.
Santiago Figueredo.
uan José Alsina.
uan Andrés Duran.
Licenciados
D. Mariano Lozano.
> Juan Antonio Fernandez.
» Tuan Andrés Perrera-
Concluido este acto el señor Rector pronunció una oración inaugural á la que contestó
con otra el señor Ministre Secretario de Gobierno, D. Bernardino Rivadavia. Manifestó en ella
la obligación que había contraido desde aquel momento de su instalación la Sala de Doctores
y prometió toda la protección del Gobierno.
En seguida el señor Rector invitó á la muy ilustre Sala para que pusiese á disposición del
Gobierno un grado de indulto en señal de agradecimiento como á fundador de este estableci-
miento; como también otro al Pro-secretario de la Universidad por haber estado sirviendo
gratuitamente su empleo; á lo que accedió la Sala unánimemente. Con lo que, y habiéndose
retirado el Gobierno con toda la comitiva, quedó erigida y establecida la Universidad Pública
de la provincia de Buenos Aires. — Buenos Aires, 12 de Agosto de 1821. — Dr. Juan Antonio
Saenz. — /uan Francisco Gil, Pro-Secretario.
NOMBRAMIENTOS DE PREFECTOS
Excmo. Señoi:
Para el arregUí de los Deparlamentos que deben componer la Universidad, es de necesi-
dad que se nombren los Prefectos que han de presidirlos. Estos nombramientos por ser de
primera creación corresponde al Superior Gobierno por la primera vez. En esta virtud V. E. se
servirá hacerlo con las personas que fueren de su superior agrado, á ñn de que tengan tiempo
de prepararse para el dia de la apertura pública y solemne de la Universidad, en que deben
asistir componiendo el tribunal literario.
Nuestro Señor guarde á V. E. muchos años. — Buenos Aires, Julio 1° de 1821. — Dr. An-
tonio Saenz, — Excmo. señor Brigadier y Capitán General D. Martin Rodriguez.
CONTESTACIÓN
En vista del oficio de V., fecha 7 del corriente, he resuelto que la prefectura del Depar-
tamento de la Academia de Jurisprudencia sea anexado al cargo de Director de la misma
Academia.
Que sea prefecto de Ciencias Sagradas el Dignidad de tesorero de esta Santa Iglesia
Catedral Dr. D. José Valentin Gómez, y del Derecho el Dr. D. Vicente Anastasio de Eche-
verría.
47
— 370 —
Que la prefectura de Medicina sea también anexada á la dirección del Instituto Médico,
y que los Departamentos de Matemáticas y Estudios Preparatorios, corran el primero á cargo
de D. Felipe Senillosa y el segundo del Dr. D. Bernardino Rivadavia. La reunión de los pre-
fectos con un padrino de cada Facultad que será el Doctor mas antiguo de ella, compondrán
el tribunal literario que deberá V. presidir como Cancelario y Rector de la Universidad. — Dios
guarde á V. muchos años. — Buenos Aires, Junio 13 de 1821. — Martin Rodríguez.—;/^/!
Manuel Luca. — Al Dr. D. Antonio Saenz, Cancelario y Rector de la Universidad.
FACULTAD DE CIENCIAS FISICO-MATEMATICAS
Las ciencias matemáticas tuvieron principio y se cultivaron entre noso-
tros desde el establecimiento de los P. P. Jesuítas; pues uno de ellos estableció
por sí mismo un observatorio astronómico en el pueblo de San Cosme y San
Damián de las Misiones del Uruguay logrando determinar su posición geo-
gráfica. Los trabajos de este compatriota fueron aplaudidos y muy elogiados
por el astrónomo de una de las Partidas españolas de demarcación, recono-
ciendo en ellos los grandes talentos del autor que por su propia iniciativa y
esfuerzos construyó los cuadrantes solares y demás aparatos necesarios.
En este tiempo los vecinos de la campaña de Buenos Aires, sin una regla
fija, científica y general sobre el arrumbamiento que debían seguir los deslin-
des de sus propiedades, estaban comprometidos en cuestiones de límites inter-
minables: el Cabildo no sabía que hacer para dilucidarlas ni como proceder
para realizar su distribución equitativa sin dañar los intereses encontrados,
cuando quiso la casualidad que un Jesuita, el P. José Quiroga, se presentase
solicitando permiso para enseñar y fundar una escuela de matemáticas, lle-
gando casi al mismo tiempo á nuestro puerto varias naves de la marina real
española.
El Cabildo, para salir del confiicto en que le colocaron los propietarios ru-
rales, convocó una junta de «pilotos de altura» de los recien llegados y asoció
á ellos al maestro de matemáticas, los cuales resolvieron satisfactoriamente el
punto y determinaron que la variación de la aguja en Buenos Aires era de 16*
(año de 1745),'dando además las reglas á que se someterían los que practi-
casen las mensuras, hechas á rumbos verdaderos, es decir, corregidos de
variación.
En el mismo año el padre Quiroga fué comisionado para explorar la costa
patagónica en compañía del P. Cardiel, quienes hicieron las rectificaciones de
las descripciones geográficas y de las posiciones astronómicas conocidas
hasta entonces, de estos parajes.
Hasta el año 1771 no se había establecido aun ninguna aula de estas
ciencias á pesar de los esfuerzos hechos para educar la juventud, pues á fines
del mismo año se sentía ya la necesidad de fundar escuelas sobre geometría,
náutica y mecánica, pero que volvieron á quedar olvidadas durante un largo
tiempo hasta después del establecimiento del Real Consulado de Buenos
Aires, cuyo secretario propendió á la fundación de una escuela de geome-
tría, arquitectura, perspectiva y toda clase de dibujo, sin conseguirse mas
que la enseñanza de este último.
— 371 —
A fines del año 1779 recien empezó el estudio de las matemáticas apli-
cadas á la navegación con el ingreso de quince alumnos que en Marzo de
1802 dieron examen de las materias contenidas en el primero y único curso
de la Academia de Náutica, en presencia del Excelentísimo Virey que en
la distribución de los premios señalados de antemano puso personalmente
en manos de los jóvenes alumnos agraciados el que correspondía á la cla-
sificación obtenida, y consistentes en: un Sextante, un Octante, un Com-
pendio del curso de Matemáticas y un ejemplar del Tratado de Navegación
por D. J. Juan.
La Academia y la escuela de dibujo cayeron juntas bajo el golpe rudo
de la política monárquica que las hizo desaparecer por medio de una orden,
reconviniendo al Consulado por sostener bajo sus auspicios establecimien-
tos que eran de mero hijo.
Pronunciada la revolución y establecida la Junta de Gobierno, el 12 de
Setiembre de 1810 tuvo lugar la apertura de una escuela de Matemáticas diri-
jida por el Teniente Coronel D. Felipe Centenach y siempre bajo los auspi-
cios del Consulado, inspirado por su célebre Secretario. La inauguración
de esta escuela fué un acontecimiento que se celebró con toda la pompa y
majestad dignas de la misión y papel encargada de desempeñar en una po-
blación que recien se iniciaba en los principios políticos de la soberanía
popular.
Esta escuela continuó así durante un corto tiempo, pues el Gobierno
mas preocupado entonces con la educación, tenía un vasto plan de ense-
ñanza cuya aplicación introduciría en los estudios de las ciencias matemáticas
todos los adelantos hechos hasta esa época desterrando de la enseñanza y de
la práctica los vicios de las teorías ó principios primitivos de que adolescían
en aquel tiempo los textos adoptados.
Para realizar este pensamiento el Gobierno invitó á todas las Provincias
á concurrir con elementos pecuniarios para costear los profesores que se
había pedido de Europa y sostener el establecimiento literario en que se ense-
ñarla el derecho público, la economía política, la agricultura, \b.s ciencias exactas,
la geografía, \b, mineralogía, el dibujo, lenguas, etc.
Fué en este tiempo que llegó al país el ingeniero español D. Ángel Mo-
nasterio que estableció una fundición de balas y cañones y levantó las bate-
rías del Rosario con el concurso de Belgrano.
El proyecto de enseñanza no pudo realizarse por diversas causas ni los
profesores pedidos llegaron tampoco: entonces el Gobierno redujo sus preten-
siones fundando una Academia para enseñar, además délas matemáticas pu-
ras, la arquitectura civil y naval, obligando á los cadetes de la guarnición á
concurrir á las aulas.
La Academia Nacional de Matemáticas en Julio de 1817 enseñaba' las
j -
siguientes materias de la cuales 21 discípulos rindieron examen, 14 de primero
y 7 de segundo año;
— 372 —
Aritmética.
Primer año ( Cuatro reglas de álgebra.
Propiedades de la línea recta.
Aplicación del álgebra á la aritmética.
Trigonometría rectilínea y esférica.
Segundo año ( Aplicaciones del álgebra á la geometría.
Secciones cónicas.
Principios de geometría descriptiva.
En el ano 1820 se completó el cuarto curso de matemáticas, del que rin-
dieron examen varios jóvenes, entre ellos algunos oficiales de artillería, en
presencia de las autoridades del país, corporaciones y un respetable público
compuesto de lo mas notable de la población.
Los resultados fueron muy satisfactorios y las autoridades se apresura-
ron á abrir el 5** curso imponiendo las condiciones bajo las cuales se podía
ingresar y rendir el examen de sus respectivas materias.
El estudio de las matemáticas quedó poco tiempo después interrumpido
y solo se restableció después de organizada la Universidad.
También se instituyó en 1819 una aula de pilotage cuya enseñanza no fué
gratuita, pues los alumnos debían satisfacer á su ingreso una pequeña cuota
al profesor.
Actualmente la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas está organizada
de una manera completa, con todos los aparatos necesarios — consta del si-
guiente personal: veinte catedráticos, un secretario, un bedel, cuatro ayudan-
tes y un ordenanza, cuyo sostenimiento y gastos del laboratorio de química,
física, historia natural, matemáticas y secretaria importan la suma anual de
$ 42 036 que pesa sobre el Tesoro Nacional.
Las materias^de estudio en esta Facultad quedan detalladas y distribui-
das en la forma siguiente:
PLAN GENERAL DE ESTUDIOS
La enseñanza se distribuye del modo siguiente:
Primer año, — Introducción al Algebra Superior. — Trigonometría Esférica. — Geometría
Descriptiva (i*', año). — Dibujo lineal, topográfico y de arquitectura. — Física (i*'. año).— Quí-
mica Inorgánica. — Botánica (i®^ año).
Segundo año, — Algebra Superior. — Geometría Analítica. — Geometría Descriptiva (2'' año).
— Curso oral de arquitectura teórica. — Dibujo de ornamentación. —Física (2° año). — Química
Orgánica. — Botánica (2° año).
Tercer año. — Cálculo diferencial é integral. — Construcciones {i^. año). — Hidráulica (i*'.
año). — Curso oral de Arquitectura práctica. — Dibujo de Perspectiva. — Higiene. — Química
Analítica (i*'. año). — Zoología (I*^ año). — Mineralogía.
Cuarto año. — Mecánica Racional. — Mecánica Aplicada (i®'. año). — Construcciones (2* año).
— Hidráulica (2° año). — Geodesia {i^^. año). — Química Analítica (2° año). — Zoología (2® año).
— Geología. — Curso oral sobre ventilación, calefacción, clasificación y disposición general de
los edificios públicos. — Dibujo de Construcciones y de Máquinas.
Quinto año — Construcción de Máquinas — Mecánica aplicada (2** año). — Termo-dinámica
y máquinas á vapor. — Geodesia (2**año). — Astronomía. — Preparación de proyectos en general
con todos sus detalles, cálculos, presupuestos, etc.
Sexto año — Geometría Moderna. — Física Matemática,
— 373 —
La Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas expide los siguientes títulos.
Doctor en Ciencias Físico-Matemáticas.
Doctor en Ciencias Físico-Naturales.
Ingeniero Civil.
Ingeniero Mecánico.
Arquitecto.
Para obtener uno de los títulos anteriores debe rendirse exámenes de las
asignaturas que se expresan á continuación:
DOCTOR EN CIENCIAS FÍSICO-MATEMÁTICAS
Primer año. — Introducción al Algebra Superior. — Trigonometría Esférica. — Geometría
Descriptiva ( I *^ año). — Física (i**". año). — Química Inorgánica.
Segundo año. — Algebra Superior. — Geometría Analítica. — Geometría Descriptiva (2® año).
Física (2° año.) — Química Orgánica.
Tercer año, — Cálculo diferencial é integral. — Química Analítica (i". año).
Cuarto año. — Mecánica Racional (I«^ año). — Geodesia (i*^ año). — Química Analítica
(2® año).
Quinto año. — Mecánica Racional (2'' año). — Geodesia (2^ año). — Astronomía.
Sexto año. — Geometría Moderna. — Física Maiemática.
DOCTOR EN CIENCIAS FÍSICO-NATURALES
Primer año. — Introducción al Algebra Superior. — Trigonometría Esférica. — Física (i^'año)
— Botánica (i***. añoj. — Química Inorgánica.
Segundo año, — Física (2® año). — Botánica (2° año.) — Química Orgánica. — Dibujo.
lercer año. — Química Analítica (cualitativa). — Zoología (i*^^ año). — Mineralogía.
Cuarto año. — Química Analítica (cuantitativa) — Zoología (2° año). — Geología.
INGENIERO CIVIL
Primer año. — El primer año del plan menos Botánica.
Segundo año. — El segundo menos Botánica y Química Orgánica.
Tercer año. — El tercero menos Zoología.
Cuarto año. — El cuarto menos Zoología.
Quinto año. — £1 quinto año del plan.
INGENIERO MECÁNIGO
Primer año — El primer año del plan menos Botánica.
Segundo año. — El segundo menos Arquitectura y Botánica.
Tercer año. — El tercero menos Arquitectura y Zoología.
Cuarto año. — El cuarto menos Geodesia, Química Analítica y Zoología.
Quinto año. — El quinto menos Geodesia y Astronomía.
ARQUITECTO
Primer año. — El primero del plan menos Física y Botánica.
Segundo año. — El segundo menos Física, Química y Botánica.
Tercer año. — El tercero menos Zoología y Mineralogía.
Cuarto año. — Mecánica Aplicada. — Construcciones. — Hidráulica. — Higiene. — Preparación
de proyectos en general, cálculos y presupuestos. — Dibujo de ornamentación, bóvedas, te-
chos, etc.
El título de Ingeniero Civil habilita para ejercer la profesión de Agrimensor,'prévia la
práctica de seis mensuras, por lo menos, hechas con Ingeniero ó Agrimensor patentado y cer-
tificado de competencia expedido por el mismo.
Para obtener los títulos de Ingeniero Civil, Ingeniero Mecánico ó Arquitecto, es necesario
además del examen general, la presentación y desarrollo de un proyecto con su memoria cor-
respondiente que indicará la Facultad.
Los candidatos al doctorado en Ciencias Físico-Matemáticas y Físico-Naturales además
del examen general deben presentar una tési¿ sobre un tema á su elección, debiendo in3-
cpbir en dicha tesis diez proposiciones accesorias que son dadas por la Facultad,
— 374 —
Aquellos que han obtenido un título de los mencionados, pueden optar á otro, cuyo plan
de estudios sea mas extenso, rindiendo exámenes parciales de las materias que no forman
parte del programa correspondiente á su título y sujetándose á las demás pruebas exigidas
para la obtención del mismo.
Los exámenes verificados en 1885 arrojan los siguientes resultados:
Sobresalientes
Distinguidos
Buenos
Regulares
Reprobados
MATRICl'LAlMíS
MIIKRS
TOTAL
37
97
io6
72
24
336
3
i3
20
19
zx
66
40
lio
126
91
35
402
El resultado obtenido en las cuatro épocas que fija el reglamento para
recibir exámenes generales, de tesis, de proyectos y de revalidación, se mani-
fiesta en el siguiente cuadro:
rr.AsiFirAnoNK»
FXAMRNK5
CPNKKALKS I)R
INORNIÜRIA
PK MATKMATICA^
5(;pRRI0KltS
PRO VICTOS
PARA INGENIEB08
TtSlS
PARA IMOBNinOS
DB BBVALtDACIOV
Sobresalientes
9
23
3
I
I
...
7
2
I
1
Distinguidos
Buenos. , . . .
Regulares
Reprobados
—
36
I
9
'
X
El número de alumnos matriculados en los cursos del año 1885 alcanzó ál26
distribuidos así: primer año de ingeniería, 47 — segundo año, 12 — terceraño, 15
cuarto, 20 y quinto, 14 — primer año de matemáticas superiores, 3 — de segun-
do, 3 y 13 alumnos ingresados de la Facultad de Ciencias Médicas.
De las veinte asignaturas de que se componen los cursos de esta Facultad
se han dictado 1554 lecciones.
El académico Ingeniero D. Emilio Rosetti, impulsado por el deseo de esti-
mular y premiar á los alumnos estudiosos al cultivo y consagración de las
ciencias físico-matemáticas, hizo donación á la Facultad respectiva de una
valiosa colección de instrumentos de topografía destinados al gabinete de geo-
deslat,.para que si ella llegase á merecerla aceptación de la institución erigiese
un premio que se discerniría al estudiante cuyas clasificaciones fuesen las más
altas, al obtener el diploma de ingeniero.
Desde entonces el Premio fíoseiii so adjudica anualmente por disposición
de la Facultad y consiste en libros 6 instrumentos de matemáticas.
El Departamento de Ingenieros déla Nación ha confeccionando ya los planos
— 375 —
y presupuesto para la construcción del edificio en que la Facultad y Escuela
de Ingenieros trasladará en breve sus clases y demás oficinas.
Ha percibido durante el año la cantidad de $5016 por matrículas, dere-
chos de exámenes y certificados, y agregando los intereses del capital que tie-
ne depositado en el Banco Nacional y la suma devuelta por el Consejo superior
por gastos hechos en el gabinete de física, asciende el movimiento en ingresos
ala cantidad total de $5596,97; los egresos durante el mismo año se han elevado
á $ 6016,49.
Del Reglamento de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas, entresa-
camos lo que sigue:
La Facultad está formada de los quince miembros académicos nombrados
por el Poder Ejecutivo y de los honorarios.
Un Decano la preside en sus sesiones y la representa ante el Consejo,
las otras Facultades y demás corporaciones, debiendo un secretario refrendar
sus actos.
La Facultad se divide en dos secciones permanentes de siete miembros cada
una: la primera se encarga de lo relativo á las matemáticas y la segunda á las
ciencias físico-naturales.
Son atribuciones y deberes de la Facultad: elegir sus miembros y empleados,
suspenderen sus funciones, por inasistencia, á sus miembros, formar las comi-
siones examinadoras, reformar su Plan de Estudio, nombrar cada año sus
delegados al Consejo y cada dos años el Decano y Vice-Décano y á sus profe-
sores titulares ó interinos, presentar al Consejo su presupuesto de gastos,
fijar las condiciones de ingreso délos alumnos, señalar un premio al mejor
trabajo relativo á las ciencias de su incumbencia.
La Facultad debe reunirse en sesión una vez lo menos por mes desde
la apertura de las matrículas hasta la recepción de los exámenes de fin de año,
bastando la presencia de cinco miembros académicos incluso el Presidente para
formar quorum legal — el resultado de toda votación se considera resolución de
la Facultad, estando obligado el Secretario á levantar acta de las discusiones.
Las vacantes de miembros académicos se integran por elección á mayo-
ría de votos, observando: que el candidato tenga título académico científico y
acredite ser competente en algún ramo de las ciencias á cargo de la Facultad;
que resida en el punto donde funcione esta; que acepte el Reglamento y las
comisiones y compromisos que se le confieran y finalmente que presente un
trabajo sobre ciencias físico-naturales ó matemáticas y haga una disertación
oral al ingresará la facultad.
El nombramiento de miembros honorarios se hace por unanimidad de
votos— se elige cada dos años el Decano, Vice-Décano y Tesorero— para ser ca-
tedrático se requiere idoneidad notoria en el desempeño del cargo ó rendir
pruebas de suficiencia ante la Facultad.
— 376 —
El Decano dirije el estable» ¡miento en que funciona la Facultad, vela por
el cumplimiento del Reglamento y por la disciplina, preside en las sesiones y
decide con su voto en los casos de empate — presenta al Consejo los. presupues-
tos y proposiciones de la Facultad y catedráticos y redacta una Memoria anual
sobre el estado de la enseñanza y necesidades de la Facultad en lo que le con-
cierne— administra los fondos
El Tesorero reclama y recibe del Secretario los fondos pertenecientes á la
Facultad, debiendo depositarlos á premio en el establecimiento que determine
aquella y capitalizar los intereses cadaaño — verifica los pagos ordenados por el
Decano y presenta anualmente el estado de la Tesorería.
Los Catedráticos deben atender esclusivamente á la enseñanza del ramo
de su asignatura, dando cuenta á la Facultad del dia de apertura y clausura de
los cursos — llevan un registro de inasistencia délos alumnos — dan aviso ala
Facultad con un mes de anticipación cuando tienen que ausentarse — dictan tres
clases, por lo menos, en la semana y no pueden desempeñar, particularmente,
más de dos cátedras — están obligados á formar parte de las comisiones exa-
minadoras y confeccionar anualmente los programas de su asignatura — ^gozan
del sueldo Integro en caso de enfermedad y de la mitad por comisiones.
Todo alumno para ingresar debe tener, lo menos, diez y siete años de
edad, buena conducta y moralidad y certificado de haber cursado los estu-
dios preparatorios de acuerdo con el Plan de Estudios — no puede cursar de
un año áotro sin haber rendido examen y sido aprobado en todas las materias
del anterior — la interrupción durante dos años de los estudios inhabilita al
alumno para continuar en la Facultad, á menos que dó examen de los años an-
teriores al que quiera cursar — un bedel para cada asignatura lleva constancia
de la falta de asistencia — treinta faltas en los cursos diarios y quince en los
demás imposibilita para dar examen en calidad de alumno de la Facultad.
Las comisiones examinadoras deben nombrarse antes del V de Noviera,
bre — se componen de tres miembros por lo menos, entre los académicos ü
honorarios y los profesores del ramo á que corresponda el examen — los exá-
menes empiezan el 20 de Noviembre, empleando media hora para cada alumno,
que si no es aprobado vuelve á cursar las mismas materias — la clasificación
puede hacerse después de cada examen, procediendo de esta manera: primero
debe decirse si el examinado es aprobado ó nó por medio de votación secreta
con dos letras A. y R. que significan aprobación y reprobación — elempateim-
porta reprobación — si el examinado resulta aprobado, se distribuye diez boli-
llas á cada examinador, que representan de uno á tres inclusive reyular; de
cuatro á seis inclusive bueno; de siete á nueve inclusive distinguido ^ y el diez
sobresaliente. Depositado en la urna por cada examinador el número que
exprese el grado del examen, se suman todos y el resultado se divide por el
número de examinadores; el cuociente indica el mérito del examen — ^si hubiese
una fracción en la división mayor de un medio se considera entero— los
exámenes pueden ser orales, escritos ó prácticos, según los casos, y los puntos
— 377 —
sobre que deben versar son sorteados de los programas respectivos; el sorteo
se verifica de este modo: puestas las bolillas en una urna, de acuerdo con el
programa, el examinando saca tres á la suerte — los números que ellos expresen
contienen las cuestiones que debe tratar el examinado — el alumno que no rin-
de examen á fin de año, sin justificación, pierde el curso.
Para obtener el título que corresponde á todo estudiante, habiendo sido
aprobado en todos los exámenes en las materias que componen el Plan de Es-
tudios, desde el 1** de Marzo de cada año debe rendir un examen general teó-
rico-práctico que se verifica en dos sesiones: una para la parte teórica y otra para
la experimental ó práctica — aprobado en esta prueba final debe presentar una
tesis sobre un tema á su elección — el candidato elige de entre los miembros
académicos uno que presida y dirija la discusión durante el examen de lésis —
el visto-bueno del Presidente de tesis autorízala impresión del manuscrito —
hecha la impresión, el Secretario recibe cincuenta ejemplares para distribuir-
los entre los académicos y profesores, archivándose dos de ellos en la biblio-
teca— señalado el dia y hora para la discusión oral y examen de tesis el candi-
dato debe sostenerla contra la comisión de examen — toda la Facultad concurre
á este acto, pero la comisión examinadora debe estar formada por lo menos
de cuatro miembros, fuera del Presidente de tesis que no toma parteen la dis-
cusión, pudiendo decidir con su voto en el solo caso de empate — la clasificación
de este examen se verificará del mismo modo que para la de los exámenes esco-
lares— si fuese aprobado el examinando debe asegurar ante la Facultad servirse
honorablemente de su ciencia; más, si fuese reprobado, no puede rendir
nuevo examen sino después de seis meses, y de un año si lo fuese por segun-
da vez.
FACULTAD DE DERECHO
En el informe presentado por D. Manuel de Basavilbaso aconsejando la
adopción del plan general de estudios formulado por él, proponía también la
creación de los Estudios de Derecho, constituidos por tres clases: de derecho
canónico, de derecho civil, y de derecho de Castilla.
El estudio de la Jurisprudencia quedó suspendido hasta que se erigiese
en Universidad el Colegio Carolino: esta disposición impuso la obligación
á ios estudiantes que terminaban su aprendizaje en Buenos Aires, de tras-
ladarse á Charcas ó á Santiago de Chile para continuar sus estudios ^
querían dedicarse al foro.
La Universidad de Charcas alcanzó una gran reputación á fines del siglo
pasado» por los estudios completos que prescribía el plan de enseñanza
escolar. Invertíanse dos años en el estudio de los principios de derecho y
del Código español, y los catedráticos obligados á constantes disertaciones
prescriptas por reglamentos, perfeccionaban la enseñanza, y aumentaban,
por consiguiente, el caudal de sus conocimientos sobre las materias á su
cargo. Cuando en actos solemnes, los alumnos obligados á hacer una de-
— 378 —
fensa pública esta merecía la aprobación de los profesores, entonces se les
investía con el grado de bachiller que les habilitaba para ejercer la profe-
sión de abogado.
El grado de Doctor no pasaba de ser una mera condecoración. Termi-
nados los estudios académicos, estaban obligados á practicar dos años en
el estudio de algún letrado, y á asistir á los juicios del Tribunal, con lo
cual quedaban hábiles para dar el último examen privado ante los jueces
de la Audiencia^ última é indispensable prueba para recibir la autorízacioQ
de abogar.
El grado de bachiller en las facultades de cánones y jurisprudencia
costaba cien reales en Chile, y era necesario rendir cinco exámenes de ins-
tituta y uno de cánones, previa asistencia á las aulas universitarias.
Para ejercer la profesión de abogado en Buenos Aires, los estudiantes
recibidos en las Universidades de Charcas ó Chile, era necesario rendir un
examen facultativo ante la real audiencia pretorial de Buenos Aires, y
probar «que sus antecesores eran españoles, limpios de toda mala raza, y
de arreglada vida y costumbres, sin haber dado nota de sus personas,
mereciendo muchos de sus parientes el haber obtenido empleos distingui-
dos en la República.»
El estudio de la jurisprudencia en la ciudad de Córdoba se abrió en la
administración de Gobierno del Marqués de Sobremonte, pero adolescía de
tantos vicios el método de enseñanza, que hacía enteramente estériles los
esfuerzos de la juventud escolar.
En Buenos Aires comenzó dicho estudio con el establecimiento de la
Universidad, en cuya composición científica de las materias de enseñanza,
existía el Departamento de Jurisprudencia, compuesto dedos cátedras, una
de Derecho natural v otra de Derecho civil.
No obstante una Academia de Jurisprudencia instituida en 1814, for-
maba abogados j)ara el foro de Buenos Aires, antes de la creación de la
Universidad, y á principios de 1815, por decreto del Supremo Director,
quedó definitivamente autorizada su fundación.
La cátedra de Economía Política que formaba parte de los Estudios que
la Universidad enseñaba, empezó á dictarse recien en el año 1823: los
Elementos de economía de Mili fueron traducidos en Buenos Aires v declara-
dos como texto para la Universidad. Dos años duraban los estudios uni-
versitarios de Economía, destinando el primero á la parte teórica, y el
segundo á la aplicación de sus principios á la economía doméstica, comer*
cial y social, y á la estadística y administración de la hacienda pública.
La parte correspondiente al segundo año y la historia de la ciencia eco-
nómica, era redactada, por obligación, por el catedrático respectivo para
insertarla en la prensa.
Los estudios de la ciencia económica adquirieron una gran importancia
según se desprende de los siguientes conceptos vertidos por el Gobierno eo su
— 379 —
Mensaje á la Legislatura de la Provincia en el año 1833: «La Economía
política ha empezado á enseñarse, y sus luces difundidas, procurarán á
nuestra patria administradores inteligentes».
Actualmente la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales está perfec-
tamente organizada, y el Cuerpo de Catedráticos es bastante competente é
ilustrado. Está compuesto del siguiente personal: diez catedráticos, un
secretario, un escribiente auxiliar, un bedel, un mayordomo y un orde-
nanza, cuyo sostenimiento, agregados los gastos de Secretaría y de casa
importan la suma anual de $ 23.160 que subviene el Tesoro Nacional.
Son materias de estudio en esta Facultad: Introducción al Derecho. —
Derecho Civil — Internacional — Romano — Penal y Comercial — Constitucional
y Administrativo— de Procedimientos — Canónico — Economía Política y Filo-
sofía del Derecho.
Los exámenes recibidos por esta Facultad, han dado el siguiente re-
sultado:
OFICIALES
CLASIFlCAaONIS
PARHALES
GENERALES
TESIS
RHVAUDAaON
TOTAL
Sobresalientes
32
2
- --
34
Distinguidos
104
8
16
128
Buenos
I20
i5
H
I
i5o
Regulares
46
16
I
63
Reprobados
14
2
16
LIBRES— PRUEB
A ORAL
10
I
-^
54
6
—
—
62
4
—
34
4
II
I
—
II
60
66
38
12
Sobresalientes
Distinguidos
Buenos
Regulares
Reprobados
Los alumnos matriculados durante el año alcanzaron á 142, distribuidos
en esta forma: primer año, 29; segundo, 37; tercero, 32; cuarto, 22; y quinto,
22; treinta y seis personas asistieron á las aulas, con permiso, como oyentes.
De los 578 exámenes tomados en esta Facultad son, por materia: 30 de
introducción al derecho — 36 de derecho internacional público— 40 de romano — 64
de economía política — 43 de canónico— 20 de penal — 72 de civil — ^29 de comer-
cial— 62 de constitucional — 10 de administrativo — 8 de internacional privado
—40 de procedimientos — 31 de ñlosofía de derecho — exámenes generales, 1' y
2* término 59 — revalidación de diplomas extranjeros, 1.
Los expedientes despachados por el Decanato fueron 228, de los cuales
34 por ingreso de alumnos, 12 de certificados, 15 de matrículas, 93 de exáme-
nes y 74 de asuntos varios.
— 380 —
La Secretaría dirijió 77 notas y redactó 134 actas de exámenes.
Se han introducido algunas modíñcaciones y aumentado la capacidad d«|
edifício de la Facultad; se ha construido además un salón especial para servir
de Biblioteca y un salón de espera.
FACULTADES
Del Reglamento de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales entresacet.
mos lo que mas importa conocer.
Esta Facultad tiene por objeto la enseñanza de los ramos de las ciencias
jurídicas y sociales y confiere por sí misma los grados de Doctor y de Licen-
ciado.
El grado de Doctor comprende los estudios siguientes:
PRIMER AÑO
Introducción general al estudio del
Derecho ó Enciclopedia Jurídica.
Derecho Civil.
Derecho Romano.
Derecho Internacional.
SEGUNDO a55o
Derecho Civil.
Derecho Comercial ó Penal.
Derecho Romano.
Derecho Internacional
TERCER AÑO
Derecho Civil.
Derecho Comercial ó Penal.
Derecho Canónico.
CUARTO ANO
Derecho Civil.
Derecho Constitucional.
Derecho Penal ó Comercial.
Procedimiento Civil y Penal.
QUINTO AÑO
Procedimiento Civil v Penal.
Medicina Legal.
Derecho Administrativo.
SEXTO AÑO
Economía Política.
Legislación Comparada.
Filosofía del Derecho.
La duración y distribución de los estudios para obtener el grado de Licen-
ciado es la misma anterior hasta el 5** año inclusive.
Los alumnos de Jurisprudencia pueden obtener el titulo de Bachiller, de
acuerdo con el plan de estudios que fije la Facultad de Humanidades y Filo-
sofía.
Para la admisión en los cursos superiores de la Facultad de Derecho, la
instrucción preparatoria debe comprender: tres años de latin, dos de filosofía,
dos de matemáticas elementales, dos de historia y literatura, uno de física, uno
de química y dos idiomas vivos, el francés y el inglés ó alemán.
Profesores titulares y agregados son los encargados de la enseñanza de
las ciencias jurídicas y sociales, siendo directamente nombrados los primeros
por la Facultad, para lo cual se requiere que el candidato sea graduado de
Doctor en la Universidad de Buenos Aires — habiendo seis profesores gradua-
dos debe elegirse de enire ellos el profesor titular, pero ninguno puede enseflar
dos asignaturas.
— 381 —
El año escolar empieza el 15 de Marzo y termina el 15 de Noviembre, y la
duración de cada clase no puede ser menor de una hora — no puede elejirse
ninguna obra como texto, pero el profesor puede indicar las que considere mas
autorizadas y conformes al estudio de que se trate.
Todo profesor está obligado á presentar antes del 1* de Febrero de cada
año un programa á la Facultad de las materias que comprenda la enseñanza
del año escolar, el cual si es aprobado por esta, á él debe sujetarse el exa-
men de la materia — á concurrir á las aulas los dias y horas que se designen y
dar lección con la presencia de tres alumnos, lo menos.
Para renunciar el profesorado se debe dirigir á la Facultad con treinta
dias de anticipación ...
Los alumnos de esta Facultad son aquellos que han recibido legalmente
matrícula y hecho registrar por el profesor respectivo y anotar por el Secreta-
rio, exigiéndose como ingreso y para obtenerla: presentar el diploma de Ba-
chiller de la Facultad de Humanidades y Filosofía, y aquellos que no se en-
cuentran en este caso un certificado de la misma que acredite haber llenado
cumplidamente el reglamento de estudios preparatorios — los que cursaren
en otras Universidades ó Colegios Nacionales de la República, pueden
ser admitidos á matrícula presentando certificados de revalidación de la Facul-
tad de Humanidades y Filosofía — esta misma entiende en los exámenes de
ingreso de estudiantes libres — el boleto de matrícula, expresa: nombre y ape-
llido del alumno, domicilio, clases, nacionalidad, edad, año en que ingresa,
fecha de la inscripción, número del registro y firma del Secretario — expedida
la matrícula, se la presenta inmediatamente al profesor respectivo para ser ano-
tado el alumno en la lista de sus discípulos — se puede concurrir á las aulas en
calidad de oyente, para lo cual el Secretario le provee de un boleto que debe
ser presentado á los bedeles para apuntarlo en las listas en dicha calidad — el
Registro de matrículas se abre cada año el 1' de Febrero y se cierra el 31 de
Marzo — todo alumno debe concurrir alas aulas en los dias y horas designados,
reputándose falta si se presentase un cuarto de hora después de la fijada ofi-
cialmente— treinta faltas de asistencia á cualquiera asignatura determina la
pérdida de curso y por consiguiente que debe cursar las mismas materias, si
no quiere rendir examen como estudiante libre — para obtener grado profesio-
nal ó universitario se requiere haber hecho los estudios completos de cada
curso y haber sido aprobado en el examen particular de cada materia — para
ingresar á esta Facultad basta presentar los certificados completos de exáme-
nes rendidos en Universidades Argentinas ó Colegios Nacionales — si el certi-
ficado fuese expedido por Universidad extranjera, para incorporarse á la
Facultad debe previamente rendir examen de las materias que componen los
cursos de ella, y aprobado, se le concede matrícula
Los exámenes son parciales y generales: el parcial dura media hora y
comprende el estudio completo de la materia, menos aquellos cursos que du-
ran más dedos años en los que se debe rendir un examen parcial al fin de los dos
— 388 —
primeros y el otro al fín del curso — los generales tienen lugar al fin del 5* y 6*
año de estudios, antes de conferir la licencia ó grado, y comprenden las mate*
rías de todos los cursos de Derecho — dura una hora y es rendido individual*
mente — la comisión examinadora se compone de tres miembros para los par*
ciales y de cinco para los generales, presidida una y otra por un miembro de
la Facultad — el Decano es miembro nato de las Mesas examinadoras — el pro-
fesor de cuya materia se rinde examen parcial debe concurrir al acto y tiene
voto — en este examen el alumno saca de la urna dos bolillas que designan las
cuestiones sobre que debe versar el examen — la clasificación se verifica así:
se decide primero si el examinando es aprobado ó no, lo que se hace pop vo-
tación secreta con las letras A y R, significando el empate postergación; se dis-
tribuyen después entre los miembros de la mesa treinta bolillas para graduar el
examen: desde el número tres hasta el diez y nueve inclusives importan un exa-
men aprobado; desde el veinte al veinte y nueve, distinguido; y el treinta distingui-
do por unanimidad: esta votación es también secreta — el aplazado en examen
general no puede rendir nuevo examen sino después de dos meses del diaen que
fué aplazado — los estudiantes que hubiesen hecho estudios particulares están
sujetos á las mismas disposiciones con las siguientes modificaciones:la duración
de un examen parcial es de una hora, el examen es oral y debe dar también
una prueba escrita, clasificándolos separadamente, y si en alguno no fuese
aprobado, el examen queda aplazado — en los generales la prueba oral dura
hora y media — los exámenes generales, de Tesis y de revalidación tienen lugar
en los meses de Mayo y Agosto, después de terminados los períodos anuales
de examen parcial— los alumnos que deben rendir examen tienen que inscri-
birse en la Secretaría con quince dias de anticipación — todos los estudiantes
inscriptos en las listas de examen presentadas por el Secretario al PresidjBnte
de cada comisión, deben hallarse presentes al acto y acudir al llamado del
Presidente, perdiendo el turno si no se presenta en dicho momento y queda
postergado su examen cuando no se hubiese presentado por segunda vez— de
cada examen el Secretario levanta una acta en la que hace constar la designa-
ción de las personas que componen la mesa, el nombre y apellido de cada estu-
diante^ la materia del examen, las clasificaciones recaídas, las resoluciones de
la mesa sobre dificultades ocurridas, la hora de principio y conclusión de la
sesión y la clase de prueba del examen — no hay reclamo sobre la clasificación
obtenida
Los títulos de Doctor y de Licenciado en las ciencias jurídicas y sociales
se expiden á los que habiendo estudiado las materias que exijen los progra-
mas han sido aprobados en los exámenes parciales, generales y de tesis— el
título de Licenciado acredita la capacidad científica para los servicios del
foro y magistratura; el de Doctor da además el derecho al ejercicio del profe-
sorado en la Universidad — ambos títulos se obtienen presentando una tesis
sobre un punto importante del Derecho Civil, Comercial 6 Penal con expresión
déla proposición que debe sostener y de otras tres accesorias sobre cualquierti
— 383 —
materia de las otras ciencias jurídicas, á su eleccioa, estando obligado para
optar al grado de Doctor sostener una proposición accesoria sobre cada una
de las materias especiales del doctorado — impresa la tesis y diez dias antes
del examen debe entregar al Secretario cincuenta ejemplares y un original con
lafírma autógrafa — este último examen tiene lugar ante una comisión de la
Facultad compuesta de cinco miembros y dura de cincuenta á ochenta minu-
tos— los votos sobre la aprobación y mérito de los exámenes se reservan hasta
la expedición de los diplomas que se confieren en sesión pública y solemne de
la Facultad, cuya adjudicación se verifica en los dias 24 de Mayo y 12 de Agosto
de cada año — el Secretario entrega á cada uno de los miembros de la comisión
examinadora un ejemplar de la Tesis ó disertación — si el examen no fuese
aprobado queda aplazado, observándose en el segundo las mismas formalida-
des anteriores
El titulo de profesor agregado solo es conferido á los graduados según el
plan de estudios — la Facultad, después de terminados los exámenes de Tesis,
designa cada año uno ó más temas sobre las ciencias jurídicas ó sociales que
merezcan un estudio especial y premia con el título de profesor agregado á los
autores de las tres mejores disertaciones — la comisión de Direcion de Ense-
ñanza es la que examina el mérito de los trabajos é informa á la Facultad sobre
los que deben recaer los premios — las mismas disertaciones pueden servir á
sus autores para optar al grado de Doctor — el profesor agregado tiene derecho
para ser elegido profesor titular — son los suplentes de los titulares en casos de
ausencia, impedimento etc
El órgano de la Facultad de Derecho es «Anales de la Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales» que aparece cada año formando un volumen de: las dispo-
siciones y acuerdos reglamentarios de la enseñanza; las actas del Concurso
de profesores agregados cuando se adjudican premios; las actas de las Comi
siones Examinadoras de Tesis; las disertaciones y trabajos científicos premia-
dos, y los documentos, informes y trabajos científicos de la de los miembros de
Facultad ó de sus corresponsales
El Arancel para derechos de matrículas y diplomas es como sigue:
Por cada matrícula de estudio superior $ 4
» » id . id. preparatorios » 2
» diploma facultativo » 100
» .revalidación de diplomas nacionales » 100
» » id. id. extrangeros » 200
» )) títulos profesionales » 55
» » revalidación de títulos profesionales extranjeros » 100
» diplomas á estudiantes libres » 200
» títulos profesionales á los mismos .... » 100
»
»
— 384 —
La Secretaría General y las de las Facultades cobran los derechos si-
guientes:
Por certificados de examen de estudios preparatorios c/ materia $ 0.40
» id. id. id. superiores id » 0.80
» revalidación de estudios preparatorios de Colegios Na-
cionales » 4
» revalidación de diplomas de Bachiller en Letras ó Artes
de Colegios Nacionales » 8
» id. id. id. id. id. extranjeros » 20
» cada legalización de firmas de los Decanos ó Secretarios
de las Facultades » O.40
Cualquier alumno que altera el orden en una conferencia es expulsado del
aula inmediatamente por el catedrático — queda suspendida aquella si el desor-
den es general y no se descubre á los autores — producida por tercera vez la
interrupción, se cierra el aula por el resto del año perdiendo el cursólos alum-
nos matriculados presentes ó ausentes, dando cuenta el catedrático, según el
caso, al Rector déla Universidad ó al Decano de la Facultad — la clausura del
aula es pronunciada por el Rectoró la Facultad — la deposición del catedrático
constituye plena prueba para la clausura
Cualquier desacato cometido contra los profesores ó autoridades univer-
sitarias es castigado con la expulsión de los culpables por un año como míni-
mun y hasta cinco como máximun — durante el término de la pena, los expul-
sados pierden el derecho de presentarse á examen y el de hacer revalidar sus
certificados 6 diplomas — los encargados de velar por la disciplina de la Uni-
versidad sufren también expulsión inmediata si por negligencia ó complicidad
no revelasen el nombre de los autores del desorden
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS
Una real orden del año 1799 disponía la creación de un «Tribunal del Pro-
to-medicato» y como complemento de este una cátedra de medicina y otra de
cirugía, todo lo cual se fundó de acuerdo con los términos de la cédula citada.
Designado el Dr. D. Miguel O'Gorman para presidir el proto-medicato y
nombrado al mismo tiempo para desempeñar la cátedra de medicina, se abrie-
ron las aulas de e^ta última en 1802, pero bajóla dirección del Dr. D. Cosme
Argerich en virtud de orden superior, con la incorporación de catorce alumnos.
Un año antes tuvo lugar la apertura de la escuela de anatomía y cirugía
con nueve alumnos, á quienes se obligaba á presentar antes de obtener ma-
trícula una información de «vita et moribus» y certificado de haber cur-
sado filosofía.
La escuela de medicina en Buenos Aires pudo conservarse, en medio de
la escasez de los elementóse instrumentos indispensables, solo por la abnega-
ción y el patriotismo de sus fundadores que costearon con su propio peculio los
—"385 —
aparatos de más necesidad y se consagraron con ardor al desempeño desús
funciones.
El primerearse terminó satisfactoriamente, confiriendo los grados aca-
démicos á jóvenes que por su inteligencia y perseverancia supieron llegar al.
término honroso de una carrera erizada de dificultades y deficiencias en los me
dios prácticos de su enseñanza.
En el año 1813 los estudios recibieron un gran impulso y aumentó y me-
joró notablemente la enseñanza, dotando á la escuela de medicina de cinco
cátedras y un anfiteatro anatómico — la nueva organización que sufrieron
estos estudios, contribuyó sobremanera á su mejoramiento y mayor am-
plitud.
Al dictar la nueva organización, se denominó á la escuela «Instituto ::iédi-
co» dándole el carácter de cuerpo militar.
Pero la escuela de medicina á pesar de las acertadas disposiciones dicta-
das para asegurar su existencia y darle esplendor, fué decayendo fatalmente
poco á poco hasta el año 1820 en que murió su fundador y protector, el doc-
tor Argerich.
Los catedráticos, las materias de enseñanza y la remuneración asignada
á las funciones de aquellos, se manifiestan á continuación, según el primer
presupuesto que formó la Provincia de Buenos Aires después del año 1820,
•
D. Cristóbal Montúfar, director y catedrático de Medicina $ 1.600
id. Médico y Cirujano Mayor del ejército. . » 1.500
id. Médico del Hospital » 400
(Vacante) Catedrático de Cirujía » 1.200
» Amadeo Bompland, » de materia médica » 1.000
» Juan Antonio Fernandez, » de instituciones médicas » 1.000
» Francisco C. de Argerich » de anatomía » I.OÜO
Total de sueldos anuales $ 7.700
El nombramiento hecho en la persona del botánico Bompland fué causa
de un artículo aparecido en la prensa y publicado por el catedrático de medi-
cina y cirugía D. Francisco de Paula Rivero, en el que protestaba contra dicho
nombramiento, establecido que las diversas cátedras del Instituto debían obte-
nerse por oposición. Estas reñexiones causaron probablemente la renuncia
de D. F. C. Argerich y la del Sr. Bompland.
Este era el estado de la escuela de medicina cuando se incorporó ala Uni-
versidad que acababa de fundarse.
Los estudios médicos se abrieron en el local de la Universidad el dia 7 de
Marzo de 1822 bajo el nuevo régimen establecido y con las siguientes materias
de enseñanza: instituciones médicas, id. quirúrgicas, clínica médica y clínica
quirúrgica.
£1 gobierno en el deseo de aumentar y mejorar los elementos tendentes á
49
»
»
1
— 386 —
producir el bien público y sobre todo á perfeccionar y generalizar los conoci-
mientos médicos cuya aplicación en la vida de los pueblos ha reportado ven-
tajas tan remarcables, creó una academia de medicina dirijiday regenteada
por los ciudadanos más ilustrados que residían en Buenos Aires, cualquiera
que fuese su nacionalidad.
El 18 de Abril de 1822 tuvo lugar la apertura presidida por el Ministro de
Gobierno quien dirigió uua alocución patentizando la importancia de la insti-
tución destinada á enseñar y cultivar las ciencias médicas en provecho de la
comunidad.
Por decreto de Mayo del mismo año se establecieron seis premios parasen
distribuidos por la Sala de Doctores de la Universidad, por la Academia de
Medicina y por la Sociedad Literaria, los dias 24 de Mayo y 8 de Julio de
cada año.
Así continuó la escuela de medicina, adscrita ala Universidad, la enseñan-
za teórico-práctica de las materias que abrazaba introduciendo paulatinamente
las mejoras y el perfeccionamiento que el progreso general del país reclamaba
de una institución encargada de difundir los conocimientos científicos para
cuidar de la salud del pueblo y conservarla perfecta en medio de la labor
general.
Actualmente la Facultad de Ciencias Médicas ha alcanzado un gran des-
arrollo, y el cuerpo de profesores bastante estricto para hacer cumplir las pres-
cripciones de la enseñanza de esta ciencia como lo ordena el respectivo plan
de estudios, propende por todos los medios á revestir á esta institución de la
pCputacion y el respeto que deben caracterizarla. — Su personal se compone de:
diez y ocho catedráticos, seis practicantes, tres disectores, dos preparadores,
un auxiliar modelador, un secretario, un escribiente, un bedel, un ayudante de
fisiología esperimental, tres ayudantes auxiliares y dos ordenanzas, cuyo sos-
tenimiento inclusos los gastos de experimentación, etc., imponen al Tesoro Na-
cional un emolumento anual de $50.064.
Son materias de estudio en esta Facultad: anatomía descriptiva y topográ-
fica— fisiología general y humana — patología general y ejercicios clínicos—
histología y anatomía patológica — materia médica y terapéutica — nosografía y
clínica médica — medicina operatoria — nosografía y clínica quirúrgica — higiene
pública y privada — medicina legal y toxicología — partos y clínica respectiva—
enfermedades de niños y clínica respectiva — enfermedades de mujeres y su
clínica — farmacia y práctica farmacéutica y química farmacéutica.
El Hospital de Clínicas, que es la cátedra práctica de esta Facultad, se com-
pone de: un médico administrador, un escribiente, un contador-tesorero, un
mayordomo, un oficial auxiliar, seis médicos de sala, cinco practicantes ma-
yores, diez inferiores, un farmacéutico, dos ayudantes de botica, un oficial
mecánico, un carpintero, un barbero, dos ordenanzas, tres cocineros, un guar-
— 387 —
dian, treinta y dos peones para diversos servicios, un Capellán ydoce Hermanas
de Caridad, cuyo sostenimiento agregados los múltiples gastos administrati-
vos impone al Erario Nacional una erogación anual de $ 115.596.
Los exámenes que han tenido lugar durante el año 1885 dieron los siguien-
tes resultados:
OFICIALES
CLASinCAaONCS
l'ARCIALBS
GKNERALKS
TI^IS
RSVAUDAaON
TOTAL
Sobresalientes
Distíngnidos
Buenos
R^^lares
68
i68
322
141
22
12
48
56
28
7
6
24
14
3
5
22
12
II
86
245
414
■ 184
40
Reprobados
LIBRES— PRUEBA ORAL
Sobresalientes
Distinguidos .
Bnenos
Regalares
Reprobados . . .
2
2
4
i3
2
2
4
i5
El movimiento de Tesorería ha dado un saldo á favor de la Facultad de
$ 10.488,68, pues las entradas fueron de $ 15.482,44 y las salidas de $ 4.893,76.
El de Secretaría ha consistido en 78 solicitudes por matrícula y 130 por
exámenes generales, 126 notas recibidas y 139 remitidas.
Del Reglamento de la Facultad de Ciencias Médicas de la Capital extrac-
tamos é insertamos loque sigue, á nuestro juicio, suficiente para dar unja
idea de su organización escolar y disciplinaria.
Esta Facultad se compone de miembros académicos y honorarios— los
primeros no pueden exceder de quince y sí los últimos, debiendo aquellos reu-
nir las siguientes condiciones: ser doctor en Medicina ó Farmacia de Univer-
sidad conocida — ejercer cualquiera de las dos profesiones durante seis años
ó e! magisterio de uno de sus ramos durante cuatro años, ó haberse presen-
tado en un certamen científico y sido laureado ú obtenido clasificación de
sobresaliente ó distinguido en todos los exámenes de medicina ó farmacia, y
residir en la Capital.
Miembro honorario se puede ser: por prestar un servicio notorio á la cien-
cia, ala enseñanza de la medicina ó de la farmacia ó distinguirse por su saber
en el arte de curar, por su patriotismo en los ejércitos ó durante las epidemias
— no tiene voto en las deliberaciones de la Facultad.
Son atribuciones de esta: conceder grados, licencias, títulos, etc., que
acrediten la capacidad intelectual para el ejercicio público de la medicina ó de
la farmacia — á solicitud de los poderes públicos dilucidar cuestiones sobre
medicina ó higiene — percibir los derechos sobre enseñanza que le compiten —
— 388 —
nombrar todos sus profesores, Decano y Delegados ante el Consejo Superior y
las comisiones examinadoras — reglamentar la recepción de exámenes — admi-
nistrar sus fondos y examinar las cuentas de la Tesorería — fijar el presupuesto
anual de sus gastos, etc
Los miembros académicos deben concurrirá las sesiones ó cualquier otro
acto de la Facultad á que fuesen citados— pueden ser expulsados de su seno
por cometer falta grave ó no cumplir con sus obligaciones, debiendo pronun-
ciar un discurso inaugural al incorporarse á ella.
El Decano es elegido de entro los miembros académicos, dura cuatro años
en su empleo y no puede ser reelecto — son sus atribuciones: representar á la
Facultad en sus actos públicos y privados — firmar los diplomas, títulos y licen-
cias que se expidan— convocar á la Facultad á sesiones ordmarias y extraor-
dinarias y presidirlas — proponer las medidas y mejoras que estime convenien-
tes respecto del orden económico, etc
Para ser Secretario debe ser doctor en medicina de esta Facultad v
nombrado por ella, siendo sus obligaciones : concurrir á la Secretaría todos
los dias — autorizar las resoluciones de la Facultad— mantener la correspon-
dencia oficial — levantar acta de las sesiones — asistirá los exámenes y llevar
lo? libros de grados, exámenes, actas, gastos, notas, etc. — cuidar del archivo
— convocar por esquelas á sesiones á los académicos -percibirla mitad de
los derechos cobrados por certificados ó c6j)ia de documentos
Un profesor titular debe reunir las siguientes condiciones : ser doctoren
medicina de esta Facultad y ciudadano argentino y haber practicado seis años
sobre clínica y obstetricia — lo corresponde la enseñanza del ramo de su asig-
natura y dar cuenta al Decano de la apertura y clausura del curso — hacer
anotar en un registro las faltas de la asistencia diaria de los alumnos— los
profesores de clínica son directores exclusivos en sus salas del servicio mé-
dico y están autorizados á sacar de las otras los enfermos cuyo mal correspon-
da á la asignatura que dictan — los de anatomía patológica son los únicos
que pueden hacer las autopsias de los cadáveres — los profesores, por turno,
gozan del derecho de ausentarse por un año con sueldo íntegro á los centros
de Europa ó Estados Unidos á hacor estudios científicos sobre la asignatura
que desempeñan, estando obligados á' remitirá la Facultad los trabajos que
practicasen como una j)rueba de su contracción
Los sustitutos son profesores interinos nombrados de antemano para
reemplazar á los titulares ausentes, y deben reunir las mismas condiciones
que estos últimos — una cátedra vacante es llenada por el sustituto con el
sueldo del titular, y si se presenta como los demás candidatos al concurso y
en igualdad de circunstancias, la Facultad lo prefiere nombrándolo para
desempeñarla — los sustitutos en ejercicio gozan de la mitad del sueldo asig-
nado á los profesores titulares
Las asignaturas de Clínica Médica general, de Clínica Quirúrjica general,
de Obstetricia práctica, de Oftalmología, de enfermedades de niños y de mu-
— 389 —
jeres tienen cada una un empleado, Jefe de Clínica, que está bajo la depen-
dencia del profesor — son deberes del Jefe de Clínica: hacer la historia de
los casos que el profesor le indique; dirijir á los alumnos en las observacio-
nes, asistir á las autopsias de los fallecidos que fuesen objeto de lecciones y
renovar la clínica — pueden ser Jefes de clínica los doctores en Medicina ó los
estudiantes que hubiesen rendido su examen de 6" año
La Escuela tiene dos Directores, pudiéndolo ser aquellos que hubiesen
sido aprobados en el examen de 4* afio de medicina — son sus deberes: cuidar
de la conservación y aseo del anfiteatro y de sus útiles, preparar las piezas
anatómicas que indique el profesor del ramo; dar lecciones prácticas de anato-
mía, presidir el periodo de los repasos y hacer las preparaciones anátomo-
patológicas que le señale el catedrático del ramo — cada año el profesor designa
el disector que debe servir de Jefe de los trabajos anatómicos, el cual reem-
plaza al primero y dirije los estudios en su ausencia
El ingreso á la Escuela de Medicina y Farmacia impone: edad justificada
de diez y seis años, los diplomas de Bachilleren letras y ciencias déla Univer-
sidad, los certificados de estudios completos preparatorios de los Colegios Na-
cionales— para ingresar á la Escuela de Medicina se deben presentar los certi-
ficados de la Universidad que manifiesten haber cursado todas las materias del
programa de la Facultad de Humanidades y para continuar en la misma la cons-
tancia dehaber rendido examen del curso anterior — el alumno puede empezar
á concurrir al aula que le corresponda con solo presentar el boleto de matrí-
cula al profesor del año que va á cursar — un bedel anota en el registro las faltas
de asistencia, bastando treinta de estas para perder el curso — están obligados
los alumnos á hacer las preparaciones, conferencias, historias de casos prác-
ticos, necropsias y otros trabajos científico-literarios que indique el profesor,
como asimismo á asistir á las curaciones en los hospitales y salas á que los
destine el Decano, considerándose falta al aula la inasistencia á ellas
El orden y distribución de la enseñanza del curso completo de medicina
en los seis años de estudios, son los siguientes:
1". año — Anatomía Descriptiva, Histología y Disecciones diarias.
2* id. — Patología general y ejercicios clínicos, Fisiología, Anatomía
topográfica y Disecciones diarias.
3". id. — Materia médica y Terapéutica, Higiene pública y privada.
4"* id. — Patología externa. Medicina operatoria, enfermedades de mu-
jeres y su clínica.
5' id. — Oftalmología y su clínica. Clínica Quirúrjica, Obstetricia (1".
curso,) Patología interna y clínica médica.
H* id. — Clínica médica, Enfermedades de niños y su clínica, Obstetri-
cia (á* curso) y su clínica. Medicina legal y Toxicología. Las
clínicas son diarias.
— 390 —
La enseñanza extraordinaria consiste en la apertura de cursos que los
profesores libres ó maestros privados pueden abrir sobre un ramo cualquiera
délas ciencias módicas, principalmente sobre especialidades
Para procederá los exámenes escolares, la Facultad nombra las comisio-
nes examinadoras antes del 1* de Noviembre, que se componen de tres miem-
bros elegidos entre los académicos — de la Facultad y catedráticos de la Es-
cuela.
Los alumnos son llamados al examen en el orden en que están inscritos;
no pudiendo rendir aquellos que no lo estén, los que hubiesen perdido el
curso por inasistencia ó no pagado el derecho de examen ó no presentasen el
certificado de asistencia de un trimestre á las clínicas especiales los es-
tudiantes de 50 y 60 año, pudiendo estos últimos rendir el examen con el
certificado de asistencia á solo una de las Clínicas, pero quedan obliga-
dos de exhibir el certificado á las otras antes de rendir el examen gene-
ral— los que pierden su turno de examen quedan para el último — los exámenes
empiezan el 15 de Noviembre y por el 6* ano descendiendo hasta el primero
gradualmente — dura media hora para cada alumno y el que no es apro-
bado vuelve á cursar las mismas materias — la clasificación, después de cada
examen, se hace por votación entre los examinadores, leyéndose por el Secre-
tario las que tuviesen lugar cada dia — el mérito de los examinados se avalúa
del modo siguiente: el número 10 expresa el mas alto grado de excelencia, el
1 la mediania y el O la nulidad — los intermedios expresan: de 7 á 10 esclusíve
clasificación de distinguido, de 4 á 6 de bueno y de 4 á 1 regular, y reprobado
de 0; lo demás del procedimiento de clasificación se practica como en las
otras Facultades — los exámenes son orales y los puntos ({ue deben exponer
los de los programas respectivos — en los exámenes de 5* yG'ano, se reciben
seis por dia; el examen del enfermo dura media hora, en presencia de uno
de los examinadores.
Terminados los estudios teóricos y prácticos como lo establece el re-
glamento, los alumnos que hubiesen sido aprobados en todos sus exámenes
reciben los grados siguientes: los discípulos de la Escuela de Medicina el gra
do superior de doctor en medicina, que le autoriza legalmente á ejercer la
medicina y cirugía y aspirará las funciones de miembro académico y hono-
rario y al profesorado en la escuela de medicina — los de la Escuela de Far-
macia, el grado de Licenciado en Farmacia si hubiesen cursado dos años y
de doctor si tres años, pudiendo ejercer la y aspirará las funciones de miem-
bros académicos y al profesorado en la Escuela de Farmacia — el grado de
Licenciado en el arte de dentista á los que cursan los estudios de Odontolo-
gía, pudiendo ejercer la profesión.
El grado de Licenciado en Flebotomía á los que hubiesen cursado los res-
pectivos estudios de esta materia — dos años cursados de obstetricia, importan
el diploma de parteras alas señoras.
En los meses de Marzo, Mayo, Julio y Setiembre, los alumnos que hubie-
— 391 —
sen terminado sus estudios conforme al reglamento, deben rendir un examen
general teórico-práctico sobre todos los ramos que abraza el estudio de la
medicina y sobre dos casos prácticos, uno de medicina ú obstetricia y otro de
cirugía, indicados por el profesor respectivo y ante el cual debe examinar al
enfermo — el examen dura una hora, fuera del tiempo invertido en el de los
prácticos — los alumnos de 6°afío que aspiren al grado de doctor en medicina,
habiendo sido aprobados en todos sus exámenes, deben presentar á la conside-
ración de la Facultad un tema á su elección sobre el cual escribirá una Tesis,
trabajo que debe ser original y nuevo sobre un punto importante de la ciencia ó
ramo á que se refiere — la comisión examinadora de tesis se compone de cuatro
miembros académicos, fuera del Presidente de tesis que es elegido por el
examinando — este último examen dura hora y media y si el alumno es apro-
bado presta el juramento de ley y recibe el diploma de Doctor en
Medicina.
Los médicos extranjeros para revalidar sus títulos, deben presentar los
diplomas, probar que son adquiridos legítimamente y que los estudios practi-
cados son los mismos ó equivalentes á los que establece esta Facultad — no
tienen ningún valor: los títulos de Oficiales de Sanidad de Francia y de Ciru-
jano del* y 2a clase de Inglaterra, España ú otro país — la autenticación de las
firmas se hace por los agentes diplomáticos ó consulares de la República en
el extranjero —deben además sujetarse á las siguientes pruebas: rendir un
examen general teórico ante una comisión de la Facultad sobre Historia Natu-
ral médica, Anatomía Descriptiva, Topográfica y Patológica, Histología,
Fisiología, Patología general, Materia médica. Terapéutica, Historia de la Me-
dicina, Higiene, Medicina legal y Toxicología — el examen dura dos horas — otro
examen general teórico-práctico sobre Nosografía médica. Enfermedades
mentales y de niños. Nosografía Quirúrgica, Obstetricia, Clínica externa. Clí-
nica interna, Operaciones, Clínica oftalmológica y Clínica dermatológica y
sifilítica — en este examen se señalan dos casos prácticos, uno de medicina ó
partos, otro de cirugía y dos operaciones en el cadáver — hora y media dura
este examen, fuera del tiempo empleado en las operaciones — la reprobación
en uno de ellos importa reprobación en todo — si fuesen aprobados, se extiende
la constancia en el diploma para su revalidación — los médicos extranjeros
aspirantes al Doctorado sufren las mismas pruebas que un alumno
regular.
Para ejercer la profesión de farmacéutico hay una Escuela de preparación
— tres profesores titulares y tres sustitutos son los encargados de esta ense-
ñanza— en la misma Escuela de Farmacia pueden dictarse cursos libres — sus
alumnos están sujetos á las mismas disposiciones que rigen para los de medi-
cina, además de practicar dos años con un profesor del ramo en una botica
Los que quieren dedicarse al estudio de la Odontología, deben estudiar:
la Anatomía y Fisiología de la cabeza, con el catedrático de Anatomía, las en-
- SOg-
fermedades de los dientes, encías y maxilares y lo concerniente al arte del
dentista con un profesor del ramo durante dos años — el examen de estas ma-
terias dura media hora, y el general teórico-práctico á que está obligado des-
pués de terminar sus estudios, dos horas, en el cual debe presentar una pie/a
del arte señalada por el Decano • . . .
Los que quisiesen seguir estudios de Flebotomía, deben estudiar:
Primer año: Anatomía del cuello, del brazo, del pié, etc., con los profesores
de Anatomía y Fisiología.
Segundo año: Las operaciones de la pequeña cirujía con el profesor de
nosografía quirúrgica y en la Clínica respectiva — el examen teórico-práctico
de los dos años de estudios, dura una hora
La Facultad de Ciencias Médicas cobra los derechos siguientes:
Por cada matrícula, pesos 10 — por examen parcial, 2 en Diciembre y 10 si
se posterga — examen general de tesis y diploma, 130 — examen gene-
ral y diploma á los farmacéuticos de la escuela, 120 á los licenciados y 130 á
los doctores — examen y diplomas á los médicos extranjeros, 180 — á los
farmacéuticos extranjeros, 130 — á las parteras, 100 — á los dentistas 120 y á
los flebótomos, 80.
Antes de empezar cualquier curso debe satisfacerse el derecho correspon-
diente.
La Facultad tiene dos sellos, uno para sellar los diplomas y el otro para
la correspondencia y demás documentos — el alumno reprobado en un examen
general ó de grado no puede presentarse á nuevo examen sino seis meses des-
pués, y si fuese por segunda vez, solo al cabo de dos años
CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIÓN
La educación común en la República Argentina, alentada vigorosamen-
te por los elementos que la impulsan y descansando sobre los firmes princi-
pios y la severa organización que le hadado la Ley nacional respectiva, mar-
cha tranquila y magestuosa por la senda luminosa abierta á fuerza de patrio-
tismo é inteligente consagración, á vanguardia del perfeccionamiento positi-
tivo que decora y engalana nuestros mas triviales esfuerzos.
Ni podía ser otra la ansiada retribución 6 el natural y genuino desenlace
de la actividad creadora de nuestra sociedad; palpábamos, aunque en estado
latente, el corolario de nuestros triunfos sociales al emprender la lucha coa
nuestro atraso, preocupaciones, tradiciones y la ignorancia de nuestros pue-
blos consagrando las fuerzas físicas é intelectuales del país al logro de un ob-
jetivo seductor, de un principio eminenteque las naciones mas adelantadas del
— 393 —
mundo han perseguido hasta el sacrificio, aunque no como nosotros que no
hemos reparado ni en las necesidades que nos asediaban ni en la aplicación
inmediata de nuestras facultades para procurarnos rápida riqueza ni, en fin, en
lospeligros y dificultades que podía originar la pertinaz y perseverante perse-
cución de aquel — la educación — tan absortos elaborábamos nuestro plan de
conquista y dominio.
Y si bien es cierto que hoy podemos vanagloriarnos de la fecunda y efi-
caz aplicación de nuestras aptitudes por el simpático estado que ha alcanzado
la educación popular, aun no nos damos por satisfechos y cuando la legisla-
ción actual que rige los procedimientos pedagógicos no concierte con el pro-
greso intelectual futuro, entonces será una nueva y gloriosa ocasión para lus
educacionistas que harán sentir todo su amor, patriotismo y saber en el perfec-
cionamiento de las instituciones, de ese templo omnipotente morada de la vir-
tud y grandeza de los pueblos.
No sin razón dijo sentenciosamente el ilustre Leibnitz «Que se me con-
fie la educación de los niños v transformaré la faz del mundo».
La Nación haesperimentado en el último quinquenio (1881-1885) momen-
tos imperdurables de satisfacción: en su seno se han inaugurado y entregado
al servicio de la comunidad cosmopolita multitud de establecimientos escola-
res, desde la capital Federal hasta la última colonia; ha visto con placer que las
autoridades escolares, sus agentes, el padre de familia y aun el educando han
contribuido todos en la esfera de su capacidad áhacer prácticos y verdaderos
los beneficios de la educación y de la enseñanza, y por fin ella ha sido objeto
de aplausos sinceros y eficientes tributados por las naciones que siguen paso
á paso nuestro desenvolvimiento político-social.
Pero aun no es este el momento oportuno para que la laboriosidad oficial
y el esfuerzo personal del pedagogo descansen sóbrelos laureles inmarcesi-
bles de la obra grandiosa que han realizado de consuno, ni menos para dejar-
se ofuscar por la influencia de estruendosas ovaciones que países amigos
han rendido ásu saber é ilustración.
Mucho hay que trabajar todaviapara satisfacer la aspiración pública y el
programa del Gobierno, por mas que los resultados obtenidos al presente ha-
yan correspondido al esfuerzo de las autoridades escolares, que no han omi-
tido medio ni resorte para aplicar eficaz y oportunamente las medidas, auxi-
lios ó mejoras que la experiencia ha enseñado en la práctica del apren-
dizage.
En el último año los recursos del país destinados para la difus«orf de la en-
señanza han aumentado notablemente porque la Nación, las Provincias y
los Municipios han distraído parte de sus rentas aplicándolas al sosten y
mayor desarrollo de la instrucción primaria, tan descuidada en años anterio-
res principalmente en las Provincias que no dedicaron áeste ramo de la admi-
nistración pública la atención que merecen sus fines olvidando la influencia
que ejerce en los pueblos.
- 394 -
Gso aumento se ha realizado en la proporción de 1,14 por ciento, habían*
do alcanzado las rentas destinadas al ano 1884 á la cifra de $ 3.070.425,20 y
de $3.516.794,71 al año 1885, según puede verse por el siguiente cuadro:
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Buenos Aires >»
Entre-Rios
Corrientes
Santa-Fé
Córdoba
SanJLuis
Mendoza
San Juan
Rioja
Catamarca
Santiago del Estero...
Tucuman
Salta
Jujuy
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))
»
»
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»
»
»
»
»
»
))
1.100.000
$
1.283.780
1.035.000
»
1.153.502
79.284
»
88.572,11
111.176
»
119.176
86.246
»
121 . 120
89.220
»
94.080
58.779
»
127.884
97.151,60
»
107.240,60
58.508
»
66.600
48.100
»
38.796
25.171
1)
33.380
18.660
))
31.000
70.546,82
»
75.780
153.339,78
»
149.280
38.593
»
26.604
$ 3.070.425,20 $ 3.516.794,71
Este cuadro por masque pretenda revelarnos disminución en los presu-
puestos de Provincia ella es simplemente aparente y aseguramos desde ya que
cada una de estas ha aumentado las rentas de instrucción, y que si del cuadro
comparativo resultaá primera vista ese aparente descenso es porque en el año
1884 las partidas destinadas para ediñcacion de escuelas figuran en una
proporción superior á las del último.
Por consiguiente, progresamos de una manera evidente y franca por la
convicción que han alcanzado los beneficios de la instrucción en toda la
extensión del territorio argentino, merced á la actividad é interés desplega-
dos por las autoridades escolares nacionales.
Si comparamos la población de la República con las rentas escolares
resulta que cada habitante disfruta de mas de un peso para su educación; es-
ta sola consideración basta para acreditar nuestro progreso y que nos preo-
cupamos de ella algo mas que las naciones civilizadas del mundo: en efec-
to, fuera de algunos estados de la Alemania del Norte y de los Estados Uni-
dos de la América del Norte que destinan sumas iguales y superiores para la
difusión de la educación común, sobrepujamos en mucho á Inglaterra» Fran-
cia, Holanda, Austria, Bélgica y otros paises que invierten apenas lo que
representa la mitad ó las dos terceras partes de su población respectiva.
Así mismo para que pueda compararse y apreciarse la proporción en
que adelantamos en materia de instrucción primaria, léase lo que sigue que es
suficientemente ilustrativo por si solo:
- 395 —
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— 396 -
Resumen estadístico de las Escuelas Particulares de la República en z88S
PROVINCIAS
Escuelas
MAESTROS
Varonet
Mujeres
TOTAL
INSCRIPCIÓN
Varones
Mujeres
TOTAL
Asistencia
media
Obsenadooet
Capital
Buenos Aires
Córdoba
Corrientes
Catamarca
Entre-Rios
Jujuy
La Rioja
Mendoza
San Juan
San Luís
Salta
Santa Fé
Santiago del Estero.
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Total..
128
159
3i
12
142
8
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6
5
2
9
89
9
zo
6x1
366
136
19
6
74
5
2
3
I
6
74
5
SI
708
2X5
177
14
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93
3
8
6
4
37
78
4
7
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3o3
33
19
167
8
2
XI
7
4
43
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9
28
1367
6126
3092
1978
544
237
2603
310
60
65
32
36
278
2080
235
978
18554
4927
3732
2984
3o I
45i
1726
143
174
195
1 5o
689
1726
43
141
16382
10853
5824
4962
845
688
4329
353
60
239
227
186
967
38o6
178
1119
34736
9449
4268
3721
655
563
3246
3xa
4*
210
i6x
128
759
2854
ao8
814
27390
Secun d censo
de 188).
Es (lo advertir que en el primer cuadro no están incluidos los alumnos
que concurren á los Colegios Nacionales, Escuelas Normales y de aplica-
ción de unos y otros, porque no dependen del Consejo Nacional de Educación.
La Ley de Educación dictada en 8 de Julio de 1884 para la instrucción pri-
maria de la población escolar de la Capital, Territorios y Colonias de la
Nación y reglamentada en 28 de Junio de 1885, ha producido el bien quede
ella se esperaba, recibiendo aplicación en todas partes y haciéndola cumplir
religiosamente en cada una de sus disposiciones ó preceptos.
El personal enseñante guiado por la misma Ley que le señala el ca-
mino que debe adoptar para aplicar el método, la disciplina y su consagra-
ción á la enseñanza, ha encontrado nuevos horizontes en la carrera peda-
gógica que le estimulan á servir al país, educando á los que mas tarde han
de sostener sobre sus hombros el peso enorme de dirigir y gobernar á los
pueblos, porque la suprema autoridad premia á estos servidores con pensio-
nes vitalicias después de un corto número de años deservicio.
Los inspectores nacionales creados por la misma ley para vigilar por
el cumplimiento de esta en todo loque prescribe respecto de la administra-
ción de la enseñanza, han desempeñado un papel muy importante corri-
giendo los vicios, regularizando la asistencia, obligando la remisión de
los datos estadísticos, vigilando sobre la inversión de los fondos destinados
á la instrucción primaria y sobre la asistencia de los profesores, y final-
mente aconsejando las medidas tendentes á mejorar los procedimientos 6 á
hacer desaparecer las irregularidades que notan en la práctica de la ense-
ñanza, etc.
La ley que acuerda subvenciones á las Provincias se ha aplicado rigoro-
samente y cumplido con religiosidad, abonando las sumas correspondientes
cuando se ha probado de una manera evidente haber procedido con su-
jeción á ella y mediante el informe del inspector nacional respectivo.
El pedido de útiles, libros y mobiliario escolar durante el último ano, pre-
senta este resultado ;
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— 398 —
La educación primaria en la República, á pesar del esfuerzo de la autori*
dad nacional y el ejemplo que ella ofrece á las Provincias destinando de su
tesoro una suma importante para auxiliar su desenvolvimiento, se ha
mantenido casi estacionaria por la poca atención que le dispensan éstas y
el irregular procedimiento bajo el cual se administran los fondos dedicados
á la instrucción, pues en lugar de ponerlos bajo la autoridad del Consejo local
que es el que directamente entiende en la difusión de la enseñanza común,
apreciando sus verdaderas necesidades é introduciendo las mejoras que
cree mas oportunas y efícaces^ están incorporados y sometidos á las tesore-
rías provinciales, multiplicando las funciones y dificultando la rápida expe-
dición de los asuntos escolares, sin ser nada extraño que ellos sean aplicados
á otros ramos de la administración en el deseo de promover y aumentar
las fuentes de la riqueza pública.
Es de esta manera como se ha descuidado la instrucción primaria con
grave perjuicio de la Nación por los niños analfabetos que semejante indolen-
cia ha producido, y cuyo concurso en la labor nacional no solo es eminen-
temente pasivo, sino también de notorio perjuicio y una constante amenaza
al orden, garantía y estabilidad de los gobiernos.
Pueblos con grandes ó pequeños recursos han hecho sentir toda su
acción con preferente solicitud sobre la hacienda pública, estableciendo ferro-
carriles, telégrafos, abriendo nuevos caminos y puertos á los productos de
estados vecinos ó fomentando la agricultura, industrias, etc., sin dedicará
la educación común otros elementos materiales que los pobres y exiguos
restos provenientes de la aplicación de aquellos en la laboriosidad ñnancie-
ra local, incapaces de sostenerla y desarrollarla en la misma proporción de
progreso que los demás ramos de la administración.
No busquemos en otra causa el origen de la cifra alarmante de analfabetos
que ofrece el estado mas rico de la República, no obstante los esfuerzos extra-
ordinarios que ha hecho para aminorarla ó hacer desaparecer los 70,000 niños
destituidos completamente de educación que registra el último Censo Esco-
lar Nacional; pero, el acrecentamiento natural de la población y la inmigración
externa é interna aumentan anualmente los analfabetos á tal punto que
pasará mucho tiempo para que Buenos Aires logre presentar su población
adornada con los atavíos de la instrucción.
Las amargas revelaciones que dicho Censo ha hecho á las autoridades
escolares, á los ciudadanos estudiosos que se preocupan con ardor de la edu-
cación de los pueblos, y finalmente á los conspicuos legisladores, envuelven
lecciones severas y alarmantes que cuestan no solo grandes sacrificios esté-
riles, si que también haber privado á una población inmensa de las nociones
mas elementales del saber humano, separándola con un abismo insalvable
del acceso y roce de la ilustrada, sin poder participar de los destinos
públicos, de la dirección de los negocios, ni aun de los adelantos de las
ciencias,
- 399 -
Esta triste experiencia ha dado también frutos inapreciables en el orden
administrativo: ella ha permitido corregir vicios orgánicos, modificar los pro-
cedimientos administrativos, perfeccionar el plan de enseñanza, ensanchar
la educación, estimular á los profesores al mejor desempeño de sus funcio-
nes, multiplicar los establecimientos de educación, mejorar el mobiliario es-
colar, crear fondos especiales y administrados por comisiones escolares, y
finalmente, llevar una razón estadística del movimiento de las escuelas para
apreciar en cualquier tiempo el estado de instrucción de la República é inves-
tigar qué embarazos han impedido su mayor desarrollo.
Los Estados Unidos y Suiza, que son los dos países cuya población marcha
á la cabeza de la educación común de las naciones, no están favorecidos por
una legislación tan amplia y completa como la nuestra: ella no crea en aque-
llos fondos propios ni permanentes destinados por la autoridad central para el
sosten de las escuelas, limitándose á auxiliar la educación de vez en cuando
con subsidios extraordinarios, mientras que entre nosotros las Escuelas Nor-
males de La República y la educación común déla Capital, Colonias y Territo-
torios gozan de recursos propios que les acuerda el presupuesto anualmente
y á mas un millón y doscientos mil pesos destinados á atender todas las
escuelas de la República, concediendo subvenciones, etc, sin por eso dejar
de contribuir en la construcción de edificios apropiados y con útiles, libros
é instrumentos en su dotación.
Hemos dicho y detallado ya en un cuadro especial cuáles son las rentas
ó recursos con que se sostiene la educación primaria en el país, sin incluir
las escuelas normales cuyos gastos se atribuyen á la instrucción secun-
daria.
Con los poderosos elementos puestos al servicio de la enseñanza, la buena
voluntad de todos y la atención que los poderes públicos de las Provincias
consagran á los objetos de tan noble aspiración, pronto veremos colmados
los deseos de la generalidad de sus promotores y lo que antes considerába-
mos como una remota esperanza, será una realidad que asombrará
á los que estudian ¿inquieren nuestro progreso y laboriosidad.
El Censo Escolar levantado el año 1884 es un trabajo de mérito destina-
do á señalar principalmente en qué puntos los Gobiernos deben aplicar su
acción y autoridad para remover los obstáculos de la educación, manifestando
de una manera clara el estado de la instrucción primaria en toda la República
y cualquier Provincia ó Colonia, la dotocion escolar, el cuerpo de profesores,
alumnos inscritos, asistencia é inasistencia, sus caracteres especiales, el
número de alfabetos, semi-alfabetos y analfabetos de la población esco-
lar, etc., etc.
Ningún Censo es mas prolijo ni mas completo á pesar de las dificultades
interpuestas en su laboriosa confección por la ignorancia de ciertos padres de
familia, por la negligencia de las autoridades subalternas y aun por la novedad
de \úü exigencias de dicho trabajo: no obstante las numerosas contrariedades él
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se ha llevado á cabo bajo la fírme perseverancia de los encargados respecti-
vos, dejando para lo sucesivo un camino expedito y franco á las investigacio-
nes de la educación común.
Otra de las causas que han mantenido en un estado pobre y rutinario la
instrucción primaria ha sido indudablemente la falta de edificios apropiados
para practicar la enseñanza, ejerciendo sobre los profesores y los alumnos
el estado miserable de aquellos una influencia irresistible de marcada repul-
sión, tanto mas cuanto eran insalubres, incómodos y sumamente redu-
cidos.
Hoy una transformación completa ha suprimido el triste aspecto que
ofrecían los edificios escolares antiguos, reuniendo á la comodidad, lujo, amplia
dotación, hermosos jardines, higiene y disciplina, otros interesantes detalles
que atraen al niño al templo del saber y al profesor al desempeño de sus obli-
gaciones, sintiéndose satisfecho y aun orgulloso de la consideración que me-
rece al Estado y á la sociedad, del aprecio que se hace de sus servicios y de
las esperanzas que alimenta el pueblo de su consagración y aptitudes intelec-
tuales.
La provincia de Buenos Aires y la Capital han llevado á cabo una obra
colosal y eminentemente social con la construcción de majestuosos edificios
escolares que han realizado, á costa de grandes sacrificios, es verdad, pero
que retribuyen y retribuirán beneficios incalculables bajo cualquier punto de
vista que se considere el gasto: valoriza la propiedad en una buena exten-
:áion, evita pago de alquileres exhorbitantes y arbitrarios, estimula la instruc-
ción, embellece la ciudad; enaltece su objetivo primordial y revela principal-
mente el afán y la preocupación de los Gobiernos por el cómodo desarrollo de
la educación común y su perfeccionamiento: los mismos edificios se adaptan
ventajosamente á la organización distributiva de los oficios de cualquier re-
partición nacional sin hacer reparaciones ó modificaciones con tal objeto, é im-
primen con su sola presencia un carácter de bienestar y preponderancia á
las sociedades ó pueblos que los contienen; el barrio ó el radio urbano en que
están ubicados adquiere un poderoso tráfico y ameniza su aspecto.
En cuanto á Bibliotecas Populares, las pocas que se sostenían ha catorce
años en la República han desaparecido una á una bajo la indiferencia glacial
de los pueblos, que ni como recreo ni como centro deintruccion fueron fre-
cuentadas, quedado completamente olvidadas por la poca costumbre de leer
ó consultar hechos históricos.
Y aunque es verdad que la Nación les retiró la subvención que les acor-
dara, nunca tal consideración hubiera tenido la virtud de hacerlas desaparecer
sien las poblaciones se hubiese desarrollado el gusto por la lectura, el amor
por la concurrencia ó asistencia aellas, y finalmente, el deleite que se experi-
menta con los libros recreativos ó instructivos.
No dejó de contribuir poderosamente á tales resultados la supresión de
las subvenciones, y asi creemos lo ha entendido el Gobierno desde que por la
- m -
ley de Educación Común encarga al Consejo Nacional de establecer y regla-
mentar subvenciones para cooperar al mayor desarrollo y creación de bibliote-
caspopulares, difundiéndolas por toda la República en la proporción que co»
rresponda á los pueblos.
En breve se abrirá esta loable campaña y dada la laboriosidad del Conse-
jo Nacional y su dedicación á todo lo relativo á instrucción pública, no pasará
mucho tiempo sin extenderlas de tal manera que en cada barrio de la Capital
establezca una biblioteca y en cantidad suficiente en las Provincias.
Las consideraciones precedentes poniendo de manifiesto la participación
que ha tenido el Consejo Nacional de Educación en la obra generosa y esen-
cialmente humani taria de llevar y extender en todo el territorio argentino los
conocimientos preliminares de la vida consciente de los pueblos, preparando
las facultades intelectuales á su pleno desarrollo y al ciudadano á acometer la
difícil tarea del engrandecimiento nacional, dan una breve idea de cuanto se
ha trabajado y de lo que hemos conseguido para levantar la educación común
descuidada, desprestigiada, pobre y rutinaria en tiempos no remotos, dándo-
le la autoridad y brillo que debe sustentarla para atraer é incitar á las pobla-
ciones al aprendizaje de sus soberanos principios, bajo la severa disciplina
del pedagogo y la equitativa distribución de las tareas escolares.
Expuesto lo que antecede pasamos á ocuparnos de la misma materia en lo
que especialmente se refiere á la Capital de la República.
La instrucción primaria en la Capital es la que ofrece mayores ade-
lantos, ya en los beneficios recojidos, ya en los elementos que la impulsan,
lo que nada tiene de extraño si se considera que aquella está á cargo direc-
tamente de la autoridad escolar central ó sea el Consejo Nacional de Educa-
ción y que debe aplicar con preferencia sus desvelos y dedicación á la sec-
ción que le está encomendada, cuyo gobierno por otra parte y el poder
municipal cooperan eficazmente al mayor desenvolvimiento con cuantiosas
rentas, que se invierten en la construcción de edificios escolares, en la dota-
ción mecánica de los establecimientos y en promover mejoras trascendentales.
Favorecida de esta manera la Capital, veamos cual ha sido el movimiento
estadístico de sus escuelas, públicas y privadas, la asistencia é inscripción de
los alumnos, el número de maestros, sueldos, alquileres y gastos: para mejor
comprensión formamos el siguiente cuadro cuyos datos se refieren al año 1885:
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— 403 —
Nos escusamos de apuntar aquí las consideraciones que se desprenden
iógicamenle del cuadro precedente y que no pueden escapar á la ilustración
del que estudie la enseñanza práctica de la educación común, porque
creemos casi hasta enojoso ocupar la atención del que nos sigue, en quien
suponemos un criterio erudito y observador.
Los datos que constituyen dicho cuadro se complementan con los del
siguiente, pudiendo unos y otros dar una idea completa de la extensión y
elementos de la enseñanza pública y privada.
Escuelas Particulares en
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DISTRITOS
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6116
4737
[1853
9449
^P En otro lugar hemos dicho ya respecto de las rentas que sostienen la
educación común que ellas son la base principal de la instrucción y que
deben ser fijas, permanentes y administradas por las autoridades escolares
si .se quiere asegurar los beneficios de la enseñanza y promover el pro-
greso del pats en todos sentidos.
En Buenos Aires es sobre lodo donde se ha hecho langible esta verdad,
porque el trabajo, la alimentación, la habitación, el vestido, etc., han
adquirido un valor extraordinario encareciendo todos los elementos, y
como ellos constituyen una necesidad imprescindible, afectan de la misma
manera á las artes, industrias fabriles y comercio en general.
Esta crisis no pudo dejar de hacer sentir sus efectos sobre la instrucción
primaria cuyos fondos, pobres y despreciables entonces, eran insuficientes
para mantenerlas escuelas del municipio y mucho mas para afrontar una si-
tuación económica tan exigente y onerosa.
De todo lo mas absolulamenle indispensable se carecfa en aquel tiempo,
para costear y administrar la enseñanza debidamente: sin edificios apropia-
dos, sin útiles, muebles ni libros; ambulantes y en perpetua instabilidad tas
escuelas por la arbitrariedad y el abuso del propietario del local, con un per-
. — 404 —
sonal docente sin preparación, aptitudes ni la austera moralidad que debe pre*
sidir cada uno de sus actos; reglamentación defectuosa en los servicios y
obligaciones de alumnos y profesores, todo contribuia al desquicio escolar,
sacriñcando la abnegación y generosidad de los ciudadanos consagrados á le-
vantar y enaltecer la educación pública.
El peligro que amenazaba á la sociedad y los males que la afligirían en lo
futuro era entonces el horizonte que ofrecía la instrucción primaria, relegada
á una indifencia cruel y aún criminal, porque no podía dar mas fruto al pueblo
que la existencia de una generación abrumada por todos los vicios sociales,
ignorante y holgazana.
La ley de 1876 dictada por la Legislatura de Buenos Aires y que rigió á
la Capital hasta 1884, fué la salvación de las instituciones y de la sociedad que
marchaban á pasos precipitados hacia un abismo — ella creó recursos propios
para el sostenimiento de las escuelas de la Provincia y un fondo permanente
para cubrir en lo futuro las erogaciones necesarias.
Dado ya el ejemplo, el Gobierno Nacional lo imitó aumentando dichos
recursos sufícientemente para desarrollar la educación en la Capital Fede-
ral en su mas aiáa expresión y establecer escuelas en todos los barrios de la
ciudad.
Los impuestos y rentas que constituyen los recursos escolares, han produ-
cido lo siguiente, y para mayor claridad lo comparamos con los mismos del
afio 1884.
Z884
z885
Contribución Directa
1 374.020,01
49.1 5o. 39
193.766.42
4.16979
1 395.207.53
42.202.27
257.884,90
22.671,18
Herencias vacantes y legados
Rentas municipales, z5 o/o
Matriculas
Intereses por depósitos judiciales (impagos)
Venta de tierras (impaBo)
Totales
1 62i.io6,6z
1 717.965.88
Como se vé, en estos recursos no hay gran abundancia y á no ser laa
subvenciones acordadas por el Honorable Congreso ellos no hubiesen llenado
las necesidades escolares siempre crecientes en proporción al progreso del
pafs, porque merced á la construcción de los edificios que son costeados con
recursos extraordinarios y cuya capacidad puede contener hasta seis ú ocho
escuelas juntas con todo su material de enseñanza y cuerpo docente de pro-
fesores, la partida de alquileres disminuye notablemente afio por año, y
mucho mas en el presente que se inauguraron de una sola vez cuarenta
grandiosos edificios.
i,os gastos G|ue han ocurrido durante el año 1885, que comparantes coq
— 405 —
los del anterior para establecer mas claramente SUR diferencias en los diver-
sos servicios escolares del municipio, presentan los siguientes resultados:
Por sueldos de maestros
Por alquileres
Por útiles de escudas
Por refacciones de edificios. . .
Gastos diversos
ll
I 3oi.6x6.6x
172.901,78
21.196,79
771.57
15.685
Totales ¡j $ 5i2.i7i,7.'>
I 348.390.85
i.=ii.577,54
38.o83,o3
2.3l2,10
21. 161. 58
I 561.527,10
I 46 774.26
21.324,24
16.888.24
X. 540. 53
5.456.58
Los aumentos que se notan en el último año son debidos en primer
término al mayor número de niños y de profesores, y por consiguiente, de
útiles é instrumentos escolares — en el año venidero ó en el siguiente los
alquileres habrán desaparecido en su totalidad.
El presupuesto de gastos de la educación común en la Capital ha asumido
esta proporción:
Presupuestos de las catorce Secciones de la Capital 622320
Presupuesto interno del Consejo Genetal de Educación . . 26460
Presupuesto extraordinario para edificar, mobiliario y
compras de terrenos 63500
1283780
Los fondos con que el Consejo debía subvenir los gastos anteriores son
los siguientes:
$ m/n por afto
Producido de la Contribución Directa por el 40 "'o que
la ley destina al sostenimiento de las escuelas pú-
blicas
£1 producto del 15 %de las rentas municipales
Impuesto sobre herencias transversales y vacantes
Matrículas
Intereses de depósitos judiciales
Patentes
Subvención nacional por libros y maestros
Por subvención á los edificios en construcción
Valores en tramitación, de que puede disponer el Con-
sejo y con los que puede contar para atender á los
gastos de edificación
380000
240000
50000
20000
1 0000
1 0000
70000
IIOOOO
403780
Importe total 1293780
La formación de un fondo permanente escolar ha sido la convicción que
trajo á las autoridades escolares el mal resultado obtenido con la legislación
y reglamentación antiguas; su principal objeto es el de atender los gastos de la
educación con las rentas que él produzca anualmente, contando con un capi-
tal seguro y fuerte para responder á las contingencias sobrevinientes,
406-
Lii ley de 1884 no hizo mas que ratificar ó confirmar la conveniencia de
forraario, establecido ya por ley de la Provincia de Buenos Aires en 1876,
bien r4ue modificando el sistema de su formación y aumentándolas fuentes ile
los recursos destinados á constituirlo.
Salvo raras excepciones, el Consejo cobra religiosamente loque le corres-
ponde y el fondo permanente aumenta con regularidad anualmente.
En cuanto á los edificios escolares construidos en laCapilaly que han al-
canzado á la cifra de 54, ellos son bastantes cómodos y majestuosos para lla-
mar la atención en una ciudad que carece de edificios propios para las ofici-
nas públicas, siendo la única el del Correo que es moderno y amplio.
Pero si se tiene en cuenta que existen grandiosos edificios ocupados por
hoteles, cafóes, teatros, clubs, nuestra civilización y progreso, el aumento
creciente de la población y finalmente que los destinados á laeducacion común
deben ser construidos en concepto á la mayor duración y comodidad, no hay
porque eslrañarse de su presencia y magnificencia mucho mas cuando se han
llevado á cabo sin erogaciones al Tesoro Nacional ni disponer de mas medios
que los que leseñala el presupuesto del Consejo.
Se ha invertido en la compra de terrenos para escuelas la suma de pesos
466.903 75 y en la construcción de dichos edificios $2.151.783,83, quedando aun
por abonar un millón, mas ó menos, con lo cual se habrá satisfecho comple-
tamente dicha cuenta.
Prescindiendo del objeto para que fueron construidos los edificios que poi-
si solo reclamaría aun mayores sacrificios, ellos nunca pudieron ser inferiores
en clase ni capacidad si hemos de armonizar el progreso general con los inte-
reses de la instrucción pública.
Tanto el pobre como el rico son alumnos de una misma escuela y con-
curren, estudian y se divierten sirviéndose de los mismos elementos, sin esta-
blecer diferencias ni prerogativas en perjuicio de unos y á favor deotros, con-
siderándose todos iguales desde la infancia y con el mismo derecho á las
distinciones y méritos que acuerda la Sociedad ó el Estado: es bajo este comu-
nismo práctico que se olvidan y caducan las diferencias de nacimiento, de for-
tuna y aun de aspiraciones cívicas y patrióticas, fundiendo en un mismo mol-
de desde la edad mas tierna el carácter, el corazón y aun las tendencias de los
que mas tarde intervienen en la vida política de los pueblosde la República.
El mismo cuerpo enseñante se siente mas atraído y seducido á la satis-
facción de sus obligaciones, porque se persuade^de la importancia que se atri-
buye ásu misión, dándole por teatro de sus nobles y científicas tareas peda-
gógicas edificios grandiosos que convidan á la consagración de la enseñanza.
Además, campean razones de economía y de utilidad en la construcción
de dichos edificios: doscientas e-scuelas de la Capital que abonaban doscientos
pesos lo menos de alquiler mensual, imponían al tesoro educacional una ero-
gación de $ 40.tX)0 mensuales ó sea 48U.O0Ú al año, es decir casi la totalidad del
presupuesto ordinario, que ahora ni en ningún tiempo hubiera podido sosle-
I
— -407 —
nerse sin grave perjuicio de la instrucción; carencia de libros, edificios incómo-
dos é insalubres, mal personal docente, enseñanza sin vigilancia, etc; tales se-
rian los resultados de semejante tensión y anarquía. Con el mismo capital
empleado en alquileres se han levantado los hermosos ediñcios escolares de
de que nos ocupamos, arrancando de la abusiva especulación y del tutelaje de
los propietarios, á la educación que vacilaba ya en medio de tanta inmorali-
dad y humillante desorganización .
Con la capacidad que se ha dado á los recientemente construidos, pueden
alojarse con comodidad 30.000 niños, y llenar aun por muchos aiios las nece-
sidades crecientes déla educación común.
Los Consejos Escolares de Distrito creados por la misma ley de 1884 ejer-
cen en la instrucción primaria funciones tan vitales é importantes que con
propiedad podemos afírmar que ellos son la palanca impulsora del mecanis-
mo escolar y el guardián solícito y severo que vela constantemente por el cum-
plimiento de las prescripciones legislativas, estudiando las reformas que en
la parte administrativa pueden introducirse y observando cuidadosamente la
competencia del personal docente, la asistencia diaria, la inversión de los fon-
dos escolares, etc. etc.
La misión paternal de que han sido investidos los Consejos de Distrito y
el fiel cumplimiento de sus obligaciones, les han granjeado la reputación y
el elevado aprecio que les dispensan el Gobierno y el pueblo, depositando en
ellos las esperanzas risueñas que se prometen de la laboriosidad y esfuerzos
hechos en pro déla educación.
Léase la parte que á sus atribuciones se reñere en la Ley tantas veces
citada y dígasenos francamente si el papel que ella le asigna no importa la
base única en que debe apoyarse la difusión de la enseñanza y su perfeccio-
namiento.
Las escuelas particulares que en tiempo no remoto absorvieron la edu-
cación de la población infantil por los escasos recursos del Estado y aun la
mala reglamentación de la instrucción primaria, van desapareciendo poco á
poco por el establecimiento de las públicas, cuya enseñanza es gratuita y
buena.
Las escuelas particulares que se fundaron bajo diversas formas y régi-
men, aunque obligadas todas á enseñar el Idioma, la Geografía, la Historia
y la Constitución Argentina y aun la instrucción cívica, desempeñaron un
papel muy principal en la educación común de la población escolar de la Capi-
tal, contribuyendo eficazmente á la difusión de 1^ enseñanza en la mayoría de
dicha población, la que hubiese quedado entregada á sus propios instintos sin
poderlo remediar la pobreza del erario provincial.
Pero, federalizado este municipio é impulsados sus elementos por una
fuerza extraordinaria de progreso, la educación común recibió la extensión y
el esplendor que la enaltecen hoy bajo los auspicios de la progresista admi-
nistración que terminó.
La Biblioteca Naciona) de Maestros y el Museo Pedagógico, dos ¡nstitUi
Clones que el celo de la suprema autoridad escolar ha creado en esta Capital
mientras atendía y llenaba estrictamente las obligaciones que le señalan lo9^
artículos de la ley dictada en 1884, podrán adquirir dentro de breve tiempo
la importancia que merecen, cuando libre el Consejo de ¡as numerosas aten-
ciones quegravitan sobi'e él por la aplicación de aquella, la iíispeccion en la
construcción de los edificios, etc., pueda consagrar el tiempo necesario pal
desarrollarlos.
La Biblioteca Nacional, organizada ya con los pocos elementos de que
dispono, contribuirá enérgicamente a la mayoi' ilustración del cuerpo ense-J
ñante y al fomento de la instrucción popular con los métodos mas modernos
de educación, las mejoras y el perfeccionamiento de la práctica de la ense-
ñanza y ñnalmente el estudio detenido de las condiciones escolares del
alumno.
Conocida es, por demás, la importancia que pueblos antiguos y moderm
han atribuido á este centro de recreo y de ilustración, educando las mai
por medio de todas clases de facilidades y atractivos ya distribuyendo á
micilio el alimento moral é intelectual ó bien recibiendo los lectores en mi
jestuosos locales rodeados de las comodidades apetecibles.
El Museo Pedagógico que debe contener una exposición perfecta y técni-
camente clasiticada de todo el material de enseñanza escolar para estudiar sol
la aplicación de los instrumentos, ó aparatos destinados á la educación y gene-
ralizar su uso, perfeccionarlos y fatricarios con el menor costo posible, etc.
se ha realizado ya, pobre y débilmente es verdad, pero que mas tarde lle-
gará á ser una instituciona acreedora á nuestras simpatías por sus fines, su Íi
portanciayla intervención que tonnará en el perfeccionamiento de los ele<
mentos que promueven y desenvuelven la instrucción popular.
1
os^^l
El Consejo Nacional se compone del siguiente personal; un Presidenta
cuatro vocales, dos inspectores técnicos déla Capital y de los territorios i
Clónales, catorce inspectores maestros normales, un secretario, un ofícial, v
escribiente, cuatro escribientes mas, un contador y un auxiliar de este, un t»
sorero, un encargado de la estadística, otro de la biblioteca, otro del depósi-^
lo de libros y útiles, dos escribientes auxiliares del encargado del depósito, uafl
oHcial auxiliar, un mayordomo, tres ordenanzas y dos peones del depósito.
Los Consejos de Distrito se connponen de: un Presidente, cuatro Vocaleí
y un Secretario, cuyas funciones son gratuitas, menos las del último, que os
rentado por el Consejo de Educación.
La Educación Común comprende estas tres categorías de estudios pri-,
marios — escuela infantil, elemental y superior— que corresponden en el raismq
Ri- 409 -
6rclen á la enseñanza áe 1* S 3" grado, de 1' i 4° y de 1° á 6° inclusives, disti-I-
buida por materias del modo siguiente:
^^tNociones sobre lectura y escritura simultáneas^-caJigra fia— aritmética — lengua nacionai —
snseñaDza oral del lenguaje, según los procedimientos de Fróebel — geometría — dibujo lineal —
lecciones sobre objetos— geografía — gimnasia — moral y religión— labores de mano — compo-
sidoD, escritura y dictado y música.
SEGUNDU GRADO
^** Lectura y escritura simultáneas — caligrafía— aritmética — lengua nacional — lenguaje—
geometría — dibujo lineal — lecciones sobre objetos — geografía — gimnasia — composición escri-
ta y dictado— moral y religión — labores de mano y música.
F TERCER GRADO
Lectura — caligrafía — aritmética — lengua nacionai — composición escrita y dictado — geo-
metría—dibujo lineal— lecciones sobre objetos — geografía — gimnasia^historia nacional — moral
y religión — labores de mano y música.
CUARTO GRAI>0
Lectura — caligrafía — aritmética — lengua nacional — composición escrita — geometría — di-
bujo lineal — lecciones sobre objetos — geografía — gimnasia — moral y religión — historia natural
(roologia)— labores de mano — economía doméstica — historia nacional y música.
QUINTO GRADO
Lectura— cpligraíí a— álgebra — lengua nacional— composición escrita — geometría — dibujo
lineal — geografía, nociones de cosmografía— higiene — fi sica— agricultura — gimnasia — historia
nacional — labores de mano — economía doméstica— moral y religión música — gramática fran-
cesa— inglés y botánica.
Lectura — caligrafía — aritmética — lengua nacional — dibujo lineal — francés a inglés — ejerci-
cio práctico de ambos — mitieralogia — fisiología— anatomía^ química — agricultura — composicio-
nes literarias y comeicialcs — gimnasia — labores de mano ^economía doméstica — música — cons-
titución nacional y provincial.
Como se ve los estudios que abraca la educación son bastante extensos
y completos: hemos omitido la relación de los programas correspondientes á
las materias de cada grado por no liacer tan larga esta ligera descripción.
La legislación sobre insti'uccion primaria establece:
El objeto de la escuela primaria es favorecer y dirigir el desarrollo moral,
intelectual y físico de todo niño de seis á catorce años^ de edad, dividiéndose
la instrucción en obligaloria, gratuita y gradual de conformidad con los pre-
ceptos de la higiene.
Todo padre, tutor ó encargado de niños comprendidos en la edad esóolar
están obligados á proporcionarles la instrucción antedicha, ya en ¡as escuelas
L
— Aló —
públicas, particulares ú hogar de los niños, todo lo cual debe comprobarse por
medio de certificados y exámenes y obligarles por amonestaciones y multas al
fiel cumplimiento de esta disposición.
Para los efectos de la ley general sobre instrucción primaria, debe existir
por lo menos una escuela en cada vecindario de mil á mil quinientos habi-
tantes en las ciudades, y de trescientos á quinientos en las colonias y territo-
rios, perímetro que constituye un Distrito Escolar.
El mínimum de instrucción obligatoria abraza: Lectura y Escritura,
Aritmética (conocimiento de las cuatro primeras reglas de los n limeros en-
teros, del sistema métrico decimal y de la ley sobre moneda, pesas y medidas),
Geografía de la República y nociones de la universal. Historia Argentina y
nociones de la general, Idioma Nacional, Moral y Urbanidad, nociones de
Higiene, de ciencias matemáticas, físicas y naturales, de Dibujo y Música
vocal. Gimnástica y conocimiento de la Constitución Nacional, debiéndolas
niñas aprender además labores de mano y nociones de economía do-
méstica.
Los varones deben tener asimismo un ligero conocimiento sobre ejer-
cicios y evoluciones militares y nociones de Agricultura y Ganadería para los
de la campaña; la enseñanza religiosa se practica en las escuelas públicas por
los ministros autorizados de los diferentes cultos.
La enseñanza primaria se divide en seis ó más agrupaciones graduales y
es dada en escuelas Infantiles, Elementales y Superiores.
Los niños de seis á diez años reciben la enseñanza en clases mixtas.
Además de las escuelas mencionadas, la lev acuerda la facultad de esta*
blecer otras especiales, como: Jardmes de Infantes^ Escuelas para Adultm^
Escuelas Ambulantes, etc.
La inspección médica é higiénica y la vacunación y revacunación de los
niños son obligatorias; las clases diarias do las escuelas se alternan con
intervalos de descanso, ejercicio físico y canto.
Cada Consejo Escolar abre anualmente un libro de matrícula en el que
inscribe el nombre, edad, sexo, comunión de los padres, domicilio, etc., de
cada niño escolar del distrito.
Los padres, tutores etc. de niños que no hacen matricular son" penados,
de la misma manera que los directores de escuelas que los recibiesen en tales
condiciones. Anualmente se abre un registro de asistencia escolar en el que
se anota la concurrencia de los alumnos, estableciendo penas para los padres
que contrariasen las disposiciones vigentes á este respecto.
En cada escuela se lleva un libro de estadística en el que se consig-
na respecto de ella, las condiciones del edificio, monto del alquiler, repara-
ciones que necesita, inventario y estado de los muebles, libros y útiles
y respecto de cada niño, el grado de su clase, aprovechamiento, con-
ducta, etc.
Cada dos años debe practicarse un censo de la población escolar en todos
los diversos distritos escolares.
— 411 —
Para ser director, sub-d¡rector ó ayudante de una escuela pública debe
justificar previamente su capacidad técnica, moral y física para la ensefianza.
Los diplomas de maestros son expedidos por las escuelas normales de la
Nación ó de las Provincias. Los maestros extranjeros para ejercer el magis-
terio deben revalidar sus títulos ante una autoridad escolar de la Nación y
conocer su idioma.
Los rpaestros deben cumplir estrictamente con las disposiciones de la
l®y> programas y reglamentos en vigencia, debiendo dirijir personalmente la
enseñanza, concurrir á las conferencias pedagógicas y llevar debidamente los
registros de asistencia, estadística é inventario, prohibiéndose á los directores,
sub-directores y ayudantes, recibir cualquier emolumento de los padres de
los niños que concurren á sus escuelas, ejercer cualquier oficio ó empleo que
impida el cumplimiento ie sus obligaciones escolares, imponer castigos cor-
porales ó afrentosos y acordar premios, por sí, á los alumnos.
Los preceptores y sub-preceptores gozan de unapension vitalicia igual á la
mitad del sueldo que perciben si después de diez afios consecutivos de servi-
cio no continúa ejerciendo sus funciones por enfermedad, de las tres cuartas
partes del sueldo por servicio de quince años y de sueldo íntegro á los
veinte.
Las escuelas son inspeccionadas dos veces anualmente por inspectores
maestros cuyas atribuciones son: vigilar si se cumplen, en la enseñanza, la
ley, los reglamentos, programas y métodos dictados al respecto, como lo
establecido sobre textos, formularios y sistemas de registros, estadística é in-
ventarios; informar al Consejo Nacional sobre el resultado de su inspección,
estado de la enseñanza en las escuelas inspeccionadas y los defectos que
fuese necesario corregir, del estado de los edificios de propiedad pública,
estado y clase del mobiliario, y elevar al Presidente del Consejo un informe
mensual.
En cada Distrito Escolar funciona permanentemente una Comisión Inspec-
tora con el título de Consejo Escolar de Distrito compuesta de cinco padres de
familia elegidos por el Consejo Nacional, y duran dos años en su ejercicio:
sus funciones son gratuitas, menos las del Secretario que es rentado.
Son sus atribuciones: dictar su propio reglamento con aprobación del
Consejo Nacional — cuidar de la higiene, disciplina y moralidad de las
escuelas públicas de su distrito — estimular la asistencia de los alumnos pro-
porcionando vestidos á los indigentes —establecer cursos ó conferencias noc-
turnas para adultos en las escuelas ó fuera de ellas — promover la fundación
de sociedades cooperativas de la educación y la de bibliotecas populares de
distrito- abrir la matrícula escolar, recaudar las rentas del distrito proce-
dentes de matrícula, multas, donaciones ó subvenciones particulares — pro-
poner el nombramiento de directores, sub-directores ó ayudantes para l.is
escuelas de su distrito — presidir en cuerpo ó por medio de uno 6 más de sus
niiembros los exámenes públicos de las escuelas de su Distrito — rendir cuenta
— 412 —
mensual mente al Consejo Nacional de los fondos escolares que adminis.
trase.
Forman el tesoro común de las escuelas:
El 20 Vo déla venta de tierras nacionales, siempre que su producido no
exceda de 200.000 $.
El 50 Vo de los intereses de los depósitos judiciales de la Capital.
El 40 Vo do la Contribución Directa de la Capital, territorios y colonias
nacionales.
El 15 Vo del impuesto de patestes de la Capital, territorios y colonias
nacionales.
El 15 Vode las entradas y rentas municipales.
El interés que produzca el fondo permanente de escuelas.
El importe del derecho de matrícula escolar, á razón de un peso anual
por cada niño, excepto los indigentes.
El importe de las multas, las que no pueden esceder de cien pesos ni ser
menores de cinco, por cada falta — el importe de las penas pecuniarias y multas
impuestas por cualquier autoridad en la Capital, territorios y colonias na-
cionales, cuya aplicación no estuviese prevista por ley especial — los bienes
que por no tener herederos correspondan al fisco nacional en la Capital,
colonias y territorios nacionales— el 5 Vo de toda sucesión entre colaterales,
con excepción de hermanos — el 10 Vo de toda herencia ó legado entre extra-
ños— las donaciones en dinero, bienes muebles ó raices y títulos hechas á
favor de la educación común de la Capital, territorios, etc, nacionales— las
sumas que el Congreso destine anualmente para pago de sueldos y gastos
del Consejo Nacional y para el sosten de las escuelas públicas de la Capital,
territorios y colonias nacionales, costo de edificios, mobiliario, útiles y libros.
De estos fondos se reserva anualmente un 15 Vo destinado á la formación
(le un fondo permanente do educación, que se administra separadamente del
tesoro común escolar, y que no puede aplicarse sino á los objetos de la
educación.
La renta producida por dicho fondo se capitaliza durante dos años, pasados
los cuales se aplica la renta sucesiva al sosten de la educación.
Las becas y demás gastos de enseflanza de los alumnos que se dedi-
can al magisterio en las Escuelas Normales de la Capital son costeados
por el tesoro nacional.
Los terrenos en que fuese necesario construir un edificio escolar son
donados por las Municipalidades de la Capital, colonias y territorios nacio-
nales, y sino los poseyeran contribuyen á su adquisición con una tercera
parte de su valor.
Las cantidades destinadas por el presupuesto nacional para el fomen-
to de la instrucción primaria en la Capital, territorios y colonias naciona-
les, son entregadas mcnsualmentc por la Tesorería de la Nacioq al Consejo
Nacional de Educación,
- 413 —
El Ministerio de Instrucción Pública es la autoridad superior de la
enseñanza escolar, dirijida y administrada por un Consejo Nacional de
Educación que funciona en la Capital de la República y se compone de
un Presidente y cuatro vocales, cuyas tareas duran cinco años.
Son atribuciones y deberes del Consejo: dirijir la instrucción en todas
las escuelas primarias y vigilar la enseñanza de las escuelas normales de
la Capital, Colonias y Territorios Nacionales — administrar todos los fondos
consagrados á la educación común — organizar la inspección escolar — for-
mular anualmente el presupuesto de gastos y el cálculo de recursos á
los objetos de la educaron común y someterlos á la aprobación del Con-
greso por intermedio del Ministerio de Instrucción Pública — celebrar tres
sesiones semanales — dictar su reglamento interno — la distribución á las
escuelas públicas y particulares de los formularios de matrícula, registro
de asistencia, estadística y censo de la población escolar — dictar los pro-
gramas de la enseñanza de las escuelas públicas — expedir títulos de maes-
tros y revalidar los diplomas extranjeros—prescribir y hacer adoptar los
libros de texto mas adecuados — suspender ó destituir á los maestros, ins-
pectores ó empleados por causa de mal desempeño de sus funciones —
establecer conferencias de maestros — promover la formación de bibliotecas
populares y de maestros — dirigir una publicación mensual de educación —
contratar los maestros especiales — administrar las propiedades inmuebles
pertenecientes al tesoro de las escuelas— recibir con beneficio de inventa-
rio herencias y legados y cualquier donación á favor de la educación —
autorizar la construcción de edificios escolares, etc., etc.
Elevar anualmente un informe de todos sus trabajos al Ministerio
respectivo — el nombramiento de todos los empleados de la dirección y
administración de las escuelas primarias — los miembros del Consejo son
responsables personalmente de la mala administración de los fondos esco-
lares
El Consejo Nacional debe establecer en la Capital una Biblioteca pú-
blica para maestros y contribuye con la quinta parte del valor de las
bibliotecas que se establecieren en jurisdicion nacional, quedando obligados
sus directores (particulares ó asociaciones) á : instalar la biblioteca en
paraje central y en edificio capaz para cincuenta lectores — prestar gratui-
tamente los libros al vecindario — llevar la estadística de su movimiento v ele-
vario al conocimiento del Consejo. La subvención se acuerda mediante previa
relación del edificio mencionado, indicando calle y número y el certificado
de depósito en un Banco de la suma destinada á la compra de libros.
Los directores ó maestros de escuelas ó colegios particulares deben
manifestar su deseo de establecer una escuela ó colegio de enseñanza
primaria, indicando el sitio, condiciones del edificio, clase de enseñanza,
los títulos de capacidad legal de la persona encargada de dirigir el esta*
— 414 —
biccimiento — llevar los libros de reífistro establecidos y comunicar los da-
tos estadísticos escolares prescriptos — someterse á la inspección técnica ya
mencionada y dar el mínimum de enseñan^ca obligatoria establecida.
Cualquier contravención en este sentido determina la negación del
permiso que se solicile para la fundación de la escuela 6 colegio., etc, etc.
COLEGIO NACIONAL
La instrucción pública protegida
y auxiliada poderosamente perlas
autoridades nacionales avanza cada
dia hacia su perfección dejando tras
si las disposiciones orgánicas pn-
mitivascuyaaplicabilidad no conci-
lla con el desenvolvimiento general
que impulsa nuestra exislenciaso-
cial actual y que solo fueron útiles
en el comienzo de la educación del
pueblo, es decir, de los primems
rudimentos del saber humano.
Los planesjde estudios, reglamen-
tos y ordenanzas dictados para so-
meter las poblaciones á un régimen
determinado y uniforme de educa-
ción común, aunque no dieron re-
sultados muy felices sirvieron al
menos para prepararlos &. una re-
forma trascendental cuyos frutos
palpamos hoy muy de cerca; quizá
no está lejana la hora dichosa en
que el Censo Kscol.ir|Naci(>nal suprima de sus columnas estadísticas las cifras
de alumnos analfabetos que llevan un ligero desconsuelo al investigador de
nuestro priigreso intelectual.
El constante afán de nuestras autoridades políticas, la infatigable soli-
citud de los agentes de instrucción publica, el celo desplegado por los
padres de familia para educar & sus hijos, la predisposición del Argentino
para adquirir los conocimientos que han de hacerlo útil al país, la multi-
tud de establecimientos de educación -que Gobiernos Provinciales y Nacional
han diseminado por todo el terriloiio de la República y finalmente la
-4l5-
ion que ha sabido despertar el último estableciendo premios valiosos
á las colectividades que según su población educasen la décima parte de
ella, han obrado una metamói-fosis tan halagüeña y positiva en la educa-
ción pública que no será una jactanciosa apreciación si añrmamos que
ha de llegar un dia no remoto en que presidamos el movimiento intelec-
tual de los pueblos Sud-Americanos.
Declarada obligatoria la educación y puesta en ejecución la disposición
oficial relativa por los encargados inmediatos del Ministerio respectivo, se
ha procedido con tal actividad y empeño que sus fecundos resultados se
han hecho remarcables en el adelantamiento general que excita nuestra
labor cuotidiana, garantiéndonos Arme y ampliamente de todas las emer-
gencias y evoluciones relrogresivas que suelen experimentar Ioh pueblos en
su infatigable actividad creadora.
Empeñadas en una erogación respetable las rentas del Tesoro Nacio-
nal para sufragar los gastos de instrucción publica en la República, podemos
enorgullecemos de los producidos que su f'jlií aplicación reporta & ios
intereses generales del país, iniciando mejoras trascendentales é importan-
I llsimas en el orden económico-social,
^^^P Algunos ligeros apuntes históricos servirán para dar una idea dala fun-
^^^dacionde este establecimiento.
En 1771 el Virey Vertiz, á virlud de la confiscación de bienes hecha
á los Jesuítas, pidió al Cabildo eclesiástico y secular una exposición sobre
P la necesidad ó «medios de establecer escuelas y estudios generales para la
[ enseñanza y educación de la juventud,» los cuales aconsejaron la creación
de un Colegio Convictorio.
' Tai es el origen del célebre Colegio de San Carlos, cuyo tUulo os un
1 homenaje de respeto y gratitud al Rey Carlos III, bajo cuyo gobierno se
I estableció, pero que solo doce años después tuvo lugar su instalación,
i existiendo en ese período estudios públicos superiores para externos bajo
la misma denominación de aquel.
El Colegio de los Jesuítas se destina para practicar los estudios del
de San Carlos, habiéndose costeado con fondos de los mismos y durante
mucho tiempo los «estudios públicos superiores.»
El Colegio de los Jesuítas no era una institución de enseñanza pública
como pudiera creerse por el título, sino simplemente un Convento que para
I distinguirlo de los de igual clase y de orden distinta le dieron aquella
denominación especial.
- il6-
Eii el aüo 1783 y según el libra de "Matrículas» cursaban las clasfti
(.■¡licúenla y siete alumnos en las materias siguientes:
De tercer año de Teología 3
De segundo ■' 11
Filósofos 13
Gramáticos 30
El Viroy Verliz en su Memoria de Gobierno aseguraba al Marqiiéd
de Loreto que los estudios del Real Convictorio Carolino se abrieron cad
la presencia de den alumnos, tal ve?, incluyendo los concurrentes á lo<
esludios pübücns, que estaban comprendidos en la misma denominación]
del Colegio.
El de San Carlos era dirigido por ei clero secular y estaba bajo Id
autoridad y dependent'.ia de los Vireyes, quienes acordaron gracia Ue dod
becas A los descendientes de empleados militares y de cuatro para hijos (
"pobres honrados."
Los esludios y organización de este Colegio estaban regidos por constittk
cíones especiales para atender á su mejor arreglo en lo temporal y
ritual.
El ciudadano don José Luis Chorroarin ejerció el rectorado del Colegia
por muerte de su primer rector, desde 1786 á 1803, prestando sus servicio!
con paternal solicitud.
En este último año cursaban sesenta y nueve estudiantes.
Los acontecimientos políticos que luego sobrevinieron, y la continuad
cion de la guerra de independencia del Plata, desvirtuaron y desconcepluaroa
los estudios reales y el Colegio Carolino, incorporándose la juventud
un nuevo orden de ideas y aspiraciones, seducida por los triunfos y la
glorias de la carrera militar, tan proficua en honores y homenajes al valoa
y al heroísmo.
Ese movimiento revolucionario transformó el ediñcio del Colegio en
cuartel de soldados, y los principios sobre filosofía escolástica y teología]
en los déla pericia y estrategia militares.
Preocupada entonces la Junta de Gobierno con la creación de un nuevo
establecimiento de educación que respondiese á las necesidades de la época,
pidió el apoyo y la cooperación de sus colegas, que resolvieron en Asamblea
General n que á fin de uniformar en lo posible por ahora la educación de la
juventud, y hasla la formación del plan general de esludios, encargado á una
Comisión Interior; los estudios que en la actualidad se hacen en los Cole-
gios de San Carlos y Seminario se reúnan en un solo cuerpo, debiendo ser
regenteadas las cátedras por ios que las sirvieren cor. la dotación del
Estado en el dicho Colegio de San Carlos».
Esta vez la Junta no pudo realizar su pensamiento de reforma ©u id
educación superior, aplazando su ejecución para una época más propicia
. 41* -
I tardó en manifestarse con !a exaUaciun al gobie
í Juan Marlin de Pueyrredoíi.
Un decreto de 2 de Junio de 1817 reveló al puebluja necesidad y el
propósito del Gobieiiio, de dar mayor ensanche y extensión ala enseñanza
publica conformes las exigencias y progresos de la época.
El Colegio de San Carlos, elevado'á una categoría honorífica, recibió el
nombre de «Colegio de la Union del Sud», y modificó ventajosamente su
organización y plan de estudios.
Con este nuevo plantel continuó por mucho tiempo educando al pueblo y
dando al país hombres progresistas y más ó menos ilustrados, que más
larde han cooperado con sus luces y esfuerzos al sostenimiento de nuestras
conquistas y engrandecimiento.
Por fin, el Colegio Nacional ha venido á interrumpir esa sucesión de
I nombres ó denominaciones que recibía en cualquier reforma, adoptando un
plan de enseñanza vasto y nutrido de materias científicas importantes» del
cual damos cuenta á continuación con la distribución y el orden que regla-
mentan las disposiciones vigentes dictadas á este respecto.
La enseñanza secundaria en los Colegios Nacionales se practica en Cur-
sos Regulares y Cursos Libres, entendiéndose por regulares aquellos que
siguen en todas sus partes el plan de estudios obligatorio, y por libres los
que no se sujetan á él.
En la semana se emplean veinte y dos horas para la enseñanza, distribui-
das por materias, con arreglo al plan de estudios, debiendo cuando más ex-
tenderse á seis horas el estudio diario.
Ningún alumno de curso regular puede pasar al curso inmediato superior
■ sin haber rendido antes examen completo de las materias del anterior.
I Para que un curso pueda funcionar, es necesaria la asistencia á las aulas
de cincuenta alumnos matriculados.
Queda interrumpido el estudio de todo alumno que habiendo estudiado
las mismas materias durante dos años, no pasara al curso superior en el
tercero, ó que hubiese sido reprobado en el mismo tiempo en las dos terce-
ras partes de las materias.
El plan de estudios que rige hoy en todos ios Colegios Nacionales ha
dado resultados muy satisfactorios hasta el presente, debido indudablemente
ala circunspecta distribución de las materias que constituyen el estudio se-
cundario, es decir, los conocimientos indispensables para incorporarse á las
universidades déla Nación.
Seis años duran los cursos regulares, y las materias se distribuyen así:
418 —
PRIMER AÑO
) t
Xeceioíies tfeiliaiiáléf
•
■»
Idioma Nacional — Analogía — Sintaxis 5
Historia — República Argentina desde el descubrimiento hasta
las invasiones inglesas -
Geografía — República Argentina 2
Animéiica 5
Francés • 3
Inglés 3
Dibujo geométrico de las figuras planas 2
Total en la semana 21
SEGUNDO AÑO
Idioma Nacional "OiXoXo^ViSiy Prosodia y Ortografía 3
Historia — República Argentina, desde las invasiones inglesas
hasta el presente
Geografía — República Argentina 2
Algebra 4
Física — Nociones elementales de Física descriptiva y experi-
mental i 2
Química — Id. id. id , 2
Francés 3
Inglés : :.:, 3
Dibujo Geométrico (Sólidos) \.. ^ I
Total en la semana 2Z
TliRCER AÑO
Idioma nacional — Literatura preceptiva 3
/^i.f/í?r;a— Oriente — Grecia- -Romana 3
Geografía — Antigua y moderna de Asia y África, y antigua de
Grecia y Roma — Oceania 2
Geometría — Geometría plana 3
Física — Gravedad — Calor 2
Química — Inorgánica — Metaloides 2
Francés 3
inglés 3
Dibujo — Geográfico i
Total en la semana 22
CUARTO AÑO
Idioma Nacional — Literatura española de los Estados Sud- Ame-
ricanos 5
Historia — Europa desde la caida del Imperio Romano hasta la
Revolución Francesa » 3
Geografía — Europa 2
Geometría — Geometría del espacio 3
Física — Magnetismo — Electricidad 2
Química — Inorgánica — Metales 3
Historia Natural — Nociones generales — Zoología general, com-
prendiendo los elementos de anatomía y fisiología compa-
radas 4
Total en la semana 22
— 41^ —
QUINTO AÑO
Lecciones semanales.
Literatura general — Nociones generales de Literaturas extran-
jeras y de Estética 3
Historia — América, desde el descubrimiento hasta la Indepen-
dencia de los Estados Unidos 3
Geografía — América 2
Irigonometria — Rectilínea y esférica...... 2
Física — Luz — Acústica 2
Química — Orgánica 2
Historia Natural — Ciasiñcacion de los animales — Botánica ge-
neral, comprendiendo la orgünografia, biología y ñsiologia 2
Filosofía — Psicología — Lógica 2
Latín 2
Alemán
Total en hi semana.
T
•?->
C»/
SEXTO ANO
Nociones de Derecho General v especialmente del Político v
Civil '. ^... '. 2
Nociones de Economía Política, Administrativa y Estadística 2
Historia — Europa, desde la Revolución Francesa, y de América
desde la Independencia de los Estados Unidos hasta el
presente 3
Cosmografía 2
Filosofía — Moral, Teodicea é Historia de la Filosofía 3
Higiene^ — Contabilidad y Topografía (una cada una) 3
Historia A^a/«r<j/— Clasificación de los vegetales — Mineralogía
general y especial, Geognesia, Geología 2
Latín — Alemán (dos cada una) 4
Estenografía i
Total en la semana 22
Todo alumno, al ingresar á los Colegios Nacionales, debe abonar seis
oesos por derecho de matrícula, cuyo producido es aplicado exclusivamente á
mejorar y satisfacer las necesidades de la enseñanza secundaria. La matrí-
cula puede solicitarse desde el 15 de Febrero al 15 de Marzo de cada año,
llevando su constancia respectiva en los colegios, en el libro denominado de
«Matrículas» que expresa el nombre del alumno, su edad, domicilio y asig-
naturas que debe cursar en el año. El derecho de matrícula no se devuelve,
aunque el alumno fuese reprobado ó abandonase los estudios
El movimiento que ha tenido el Colegio Nacional de la Capital durante
el año 1885, presenta el siguiente resultado:
El número de estudiantes que solicitaron su incorporación á este Colegio,
ascendió á 617, procedentes de colegios nacionales, particulares y Consejos
Escolares. Las solicitudes presentadas en Secretaría se elevaron á la cifra
de 711, y fueron despachadas en su totalidad por el Rector; 135 certificados
de estudios hechos en este colegio se expidieron, correspondiendo 39 á estu-
diantes regulares y 96 á libres.
— 4»0 —
El número de alumnos matriculados durante el mismo aflo, ofrece el
resultado siguiente:
Inscriptos en el 1' año 348
2* ). 90
3* ). 103
»
Inscriptos en el ifi ano
69
» » 5* »
62
» » 6* »
42
El total de alumnos matriculados alcanza á 614 y agregados á los 199
inscriptos en ramos sueltos componen la cifra de 813, la misma cantidad
que maniñestael Registro de matrículas respectivo.
Los exámenes que tuvieron lugar en Marzo para permitir el ingreso de
los aspirantes ó de los aplazados del año anterior, se verificaron dando resul-
tados muy satisfactorios, como puede verse por los siguientes cuadros de
exámenes de estudiantes regulares y libres :
RBGlfl.ARKS
Primer afio
Segundo afio
Tercer afio
Cuarto afio
N«DB
EXlMIVlNDOe
SXÍMmíB
AraOBADOS
sxlmuisB
RB»aOBAD06
TOTAL DE
■ ZÁlfSHBS
39
49
23
7
2
I
49
5x
20
10
2
2
17
«4
17
4
66
75
3t
•
2
2
Quinto afio
Sexto afio
Suma
Z2I
«34
6a
196
LIBRBS
Primer afio.. .
Segundo afio. .
Tercer afio. • . .
Cuarto afio...
Quinto afio.. .
Sexto afio
Suma
N« DK
BXAIONAMDOS
68
64
34
35
3
4
X98
bxímuibs
apbobadoh
lOX
82
36
4«
3
7
271
bzImbmbs
BBPB0BA008
36
35
16
i5
xo3
TOTAL DK
ixImbitbs
«37
"7
52
57
3
8
374
Los exámenes de estudiantes regulares verificados al terminar el año
scolar de .1885, dan el siguiente resultado :
Primer mflo
Segundo afio
Tercer afio
Caarto afio
Qointo afio
Sexto afio
Suma
K*DB
sxiimrunxNi
ao4
85
68
57
39
55i
APaOBlDOS
1 039
657
763
644
497
430
4020
BKPaOBJLDOS
a38
43
48
«9
23
a3
404
TOTAL DX
ÍXÍKBHB8
H77
700
8it
•73
520
443
4424
Los exámenes de estudiantes libres matriculados ofrecen el siguiente
asumen, clasiñcados de primero á sexto aAo:
KXiMSMBS
BEPB0BJLDO6
N* DK
CXAHTNINDOS
Primer afio ü
Segando ato. . .
Tercer afio. . .
Cuarto afio . .
Quinto afio..
Sexto afio. . . .
í
• • • . • I
Suma
5?
84
73
5z
33
z8
3X4
APBOBADO8
86
224
203
162
1x3
62
85o
38
109
76
45
33
22
TOTAL DE
KXÁKBHBS
323
124
333
279
207
146
44
1173
Los de estudiantes libres dan el resumen que sigue :
N*DR
RXJLMIMllfDOS
BXÁMSNBS
▲PROBJLD06
KXÁKBMBS
RBPBOBlDoe
TOTAL nx'
BXÁKXlfXB
Primer tfio
295
765
«4»
IOÓ7
Segundo aAo
208
477
x3i
608
Tercer afio
117
«34
99
333
Cuarto afio
ZOI
233
28
261
Quinto año
8o
162
25
187
Sexto afio
53
88
3o
X18
Suma
854
X959
555
a5M
— 482 —
Los de los Colegios particulares que se incorporaron al Nacional mediant
el examen de ingreso de práctica, ofrecen los resultados siguientes:
Primer afio. .
Segundo afio. .
Tercer afio. ..
Cuarto afio . . .
Quinto afio. . •
Suma
BX4MIMAHD08
z63
58
4
2
346
xxlMnm
▲PROBJLDO8
740
335
122
17
I23l
SXllfBHIIS
BIPBOBAOOS
TOTAI« DB
BXÍKXBXB
118
58
14
4
z
195
858
393
1 36
21
x8
Z426
El movimiento económico operado en el Establecimiento durante el mismo
año acusa una existencia metálica libre de $ 6.993,53, es decir, la diferencia
de .'los ingresos ($99.863,29) y egresos ($ 92.870,76) que ha tenido la iosti-
tucion.
El Colegio Nacional de la Capital se compone del siguiente personal:
un Kector, un Vice-Rector, un Secretario, cuarenta y dos profesores, doce
celadores, tres ayudantes, un escribiente, dos ordenanzas y cuatro sir-
vientes. . . >.
Dicho personal está destinado exclusivamente para atender la enseñan-
za de los cursos regulares y sus necesidades administrativas, mientras que
el encargado de los cursos libres se compone de: seis profesores y dos
ayudantes.
El Presupuesto General para el ejercicio del año 1885 asigna á este Co-
legio la suma anual de $ 86.952 destinada á sufragar los gastos de la enseñan-
za escolar, cantidad que apenas representa la cuadragésima cuarta parte
de los fondos que el mismo Presupuesto invierte para costear los esta-
blecimientos escolares de carácter nacional, diseminados en el territorio
de la República.
BIBLIOTECA PÚBLICA
Todas las naciones civilizadas para garantir la educación é instrucción
oficial suministrada por los Establecimientos escolares, se han apoyado
generalmente en un mismo medio, aleccionadas por la triste experiencia que
han sufrido los países que descuidaron alimentar y nutrir diariamente la
capacidad intelectual de sus habitantes, ofreciendo mas tarde el lamentable
espectáculo de una existencia vegetativa y embrionaria que marchaba
apresuradamente hacia el oscurantismo.
— 423 —
Las Bibliotecas desempeñaron desde entonces un papel principal en
la vida político-social de las agrupaciones para sostenerlas y conducirlas
en la labor general y progreso dé los conocimientos humanos por la senda
mas perfecta del adelantamiento universal : ellas sirven no solo de fuente
inagotable á las investigaciones de los hombres emprendedores é ilustra-
dos, sino también de centro de reunión y de recreo al proletario que aban-
dona la azada ó el pico para consagrar una hora á la curiosidad histó-
rica ó simplemente de los adelantos de las industrias y artes.
. :Su sola presencia puede servir para aquilatar nuestro poder material
é intelectual porque ella es una revelación lata del espíritu que nos anima,
de Las aspiraciones que perseguimos y aún de las tendencias que nos im-
pulsa como individuos y como pueblo.
La riqueza del Establecimiento y el servicio públicoi prestado al ve-
cindario que goza de sus benéñcos fines, son dos puntos 6 cuestiones que
están en razón directa con la capacidad mental de los ciudadanos, bas-
tando únicamente esos dos datos al estadista para apreciar el estado de
pi-ogreso de los pueblos.
Sobrada razón tuvo la Junta Gubernativa de 1810 y la población de
esa época para ostentar su disposición y aptitudes, cuando la primera ins-
tituyó oficialmente la Biblioteca Nacional y la segunda la colinó ^e valio-
sos y continuados obsequios de libros, obras completas y de elementos
pecuniarios.
' Los vehementes deseos del pueblo y la aparición del decreto guberna-
tivo fueron las bases sobre las cuales los hombres patriotas fundaron el
establecimiento mas digno y provechoso á la colectividad; una suscricion
patriótica abierta en el vecindario, valiosos legados de libros y la genero-
sidad de los ciudadanos pudientes que pusieron sus bibliotecas particula-
res á la disposición de la Comisión encargada de su formación y organi-
zación, fueron los felices preliminares de su fecunda y larga vida. :;
EIJ mismo Establecimiento, rpbustecido con la incorporación de los
libros que les fueron confiscados á los que en Córdoba organizaron el
movimiento subversivo contra el Gobierno de la Junta, se sintió suficien-
temente dotado para servir al público y en condiciones de satisfacer el
anhelo general.
En 1810 quedó fundada y abierta al servicio público con las donacio^
nes y la valiosa confiscación ordenada y llevada á cabo en el mismo año
de los libros que estuviesen en poder de los reos revolucionarios de Cór-
doba, y aunque en este tiempo fuesen verdaderamente pobres los elemen-
tos científicos con que se iniciaba en su carrera pública, abrió sus puertas
á la comunidad argentina alentada por el espíritu progresista y empren-
dedor de los amantes á las ciencia^ y letras.
-m-
A fínes del mismo año el Gobierno ordenó la incorporación á ella de
los libros que constituían la biblioteca del Colegio de San Carlos y de tos
que por disposición postuma legó el Illmo. Obispo Acamor y Ramírez á
beneficio de la primera biblioteca pública oñcial que se estableeieM.
Los buenos auspicios que caracterizaron esta época de su existeneia
reciente pero vigorosa, determinaron al Gobierno á ordenar se formase un
dep^ito de planos geográfícos, topográficos é hidrográficos de) territorio
de las Provincias Unidas y aún de cualquier sección de América, excitando
á los particulares y asociaciones al préstamo ó donación de los que po-
seyesen, para servir de esta manera á los intereses del país, despertando
el estímulo y espíritu de especulación á los hombres emprendedores.
Una decena de años sucesivos la puso en aptitud de servir debida*
mente á las exigencias de un pueblo culto y febriciente de saber, pues que
en aquel tiempo el Gobierno con el peculio desús rentas, los particulares
y las asociaciones con donaciones de libros y dinero proporcionados con lar-
gueza, y por fin obsequios valiosos tributados á su feliz establecimiento por
hombres generosos que desde Europa no perdían de vista nuestro destino
é intereses, la habían dado un poderoso impulso de engrandecimiento sus-
trayéndola á toda emergencia ó vicisitud capaz de hacerla vacilar en su
suerte futura.
En este tiempo aumentó notablemente sus estantes, libros y los fon-
dos destinados á su fomento, procedentes de donación.
En 1821 el Gobierno ordenó que de los manuscritos de la Biblioteca
se formase una colección de autógrafos de las letras de todos los ciuda-
danos que hubiesen rendido y rindiesen servicios distinguidos á la patria.
En el mismo año una disposición gubernativa aumentó los deberes del
Director atendiendo á la mejor organización del establecimiento y ala se-
guridad y conservación de su dotación, y las horas de consulta y estudio,
estableciendo tres horas nocturnas de servicio público.
Así continuó por mucho tiempo al amparo de la protección pública y
de la subvención anual que le acordó el Gobierno ée la Provincia de Bue-
nos Aires, hasta que en 1871 se modificó y amplió el reglamento á tal
punto que los libros y el aumento de empteados hacían necesaria una in-
mediata modificación en el anterior.
En 1880 se nacionalizó el establecimiento y se emprendió una com*
pleta organización y clasificación de las obras y manuscritos que poseía.
No confita en ningún documento público el estado de la Biblioteca en
sus primeros años de vida, razón por la cual pasamos en silencio su
movimiento y la estadística de sus obras hasta una fecha que se renMoia
casi á nuestros dias.
Pero como siempre será interesante conocer su dotación en cualquier
época para inducir el atraso ó progreso que han seguido nuestros pasos,
vamos á apuntar algunos datos relativos á ella y á su marcha.
— 425 -
De la Memoria correspondiente á los años 1880 y 1881 presentada por
el Directorio al Ministro de Gobierno de Buenos Aires, entresacamos los
apuntes consignados á continuación:
Las donaciones particulares y oficiales durante el año 1880 presentan
los siguientes datos: 183 volúmenes de derecho y administración; 14 de
literatura y filosofía; 23 de historia y geografía; 50 de ciencias y artes;
2 de casuística y religión y 8 entregas de publicaciones periódicas.
Las compras efectuadas en el mismo tiempo fueron respectivamente
de 15, 17, 50, Id y 88.
Durante el año 1881 las donaciones particulares y oficiales, en el mis-
mo orden, fueron de 100, 20, 25, 44, 4 y 33 — y las compras de 11, 16,
38, 20, 7 y dos mapas, planos, etc.
Por el cuadro que trascribimos á continuación se puede apreciar aproxi-
madamente el caudal con que contribuyeron al ensanche de la Biblioteca el
vecindario y el Gobierno de Buenos Aires por medio de donaciones cuyo total
de volúmenes clasificados por materia arroja las siguientes cifras:
VOLÚMENES
AMOS
HISTORIA I CIENCIAS
I
teología
1872
1873
1874
1875
1876
1877
1878
1879
1880
I88I
Soma
248
64
99
117
104
118
421
61
i83
ICO
106
25
4
6
32
57
53
10
14
20
I5i5
327
49
3
3
8
42
23
43
10
23
25
PERIÓDICOS
MAPAS
229
140
^—
25
8
3o
10
2
49
58
23
22
1
22
I
58
202
4
32
52
27
5o
2
8
44
4
33
6X1
1
36
259
3
22
987
25
2
i33
1172
Los volúmenes de las obras compradas en el mismo período de 1872 á
1881, dan los siguientes resultados:
■
AJioS
DKRBCHO
UTEBATUBA
HISTORIA
CIENCIAS
rCBLICACIOMES
PERIÓDICAS
MAPAS
1872
209 ,
267
I63
332 !
3
—
1873
75 !
62
20
II
1874
367
65
26
3ii !
1875
411
943
68 2
1467
170
iS
1876
222
382
418
340
108
66
1877
118
25o
180
370
57
5
1878
29
1
18
36
43
^^^^
1879
19
II
3i
28
196
7
1880
i5
17
DO
10
85
1
1881
II
ló
38
20
7
2
Soma
1476
2016
1626
2925
669
98
— 426 —
El número de concurrentes á la Biblioteca durante el año 1880 ha sido
de 6953 lectores y de 7715 en el año 1881, presentando el siguiente cuadro
comparativo de 1872 á 1881 :
ÁRog Meg€H CoHCurr§HÍ4*
1872 De Setiembre á Diciembre. . . z33o
1873 » Enero » » ... 5017
1874 »• » » )) ... 4546
1875 » » » }} ... 4888
1876 » » w » ... 619a
1877 M )) » Mayo 2589
Z878 Clausurada 3064
1879 '' Junio á Diciembre 2064
1880 » Enero » 6953
x88x » » » 77i5
Total 43358
El número de obras y volúmenes que poseía la Biblioteca en el año 1881
ha sido de 13645 de las primeras y de 31691 de los últimos, descompuestos por
secciones en esta forma :
Obras Yolúmena
Sección i* — Derecho, administración, estadística, ttc 2592 6806
» 2* — Ciencias diversas 3 1 5o 7063
» 3^ — Historia, geografía, viajes, etc 3322 8442
« 4'* — Literatura, filosofía, teología, etc 458i 9380
Total..... 13643 3169X
El número total de diarios y periódicos fué de 909.
Al presente hemos tocado con una^^ran dificultad respecto á los datos esta-
dísticos que conciernen al movimiento diario de lectura, y existencia de folle-
tos, obras, autógrafos y colección de diarios que contiene el establecimiento.
Desde el año 1881, que ha sido el último en el que se hizo una relación
mas ó menos prolija de dichos datos, no se ha presentado la Memoria respec-
tiva anual, ya por haberse nacionalizado la Biblioteca y por consiguiente fué
menester emprender su reorganización, ó bien porque siendo algo deficiente
la antigua ha tenido su Director que ordenar y clasificar desde el legajo mas
polvoroso.
Los datos referentes al año que nos ocupa verán muy brevemente la luz
pública por el Ministerio respectivo, sin que á nosotros nos haya sido dado
insertarlos en este lugar, por la oposición del Director de la Biblioteca que cree
que ellos no deben pertenecer al dominio público por via extraoficial.
Sabemos de buen origen que los partes mensuales del movimiento de
lectura y adherencias existen en el Ministerio de Instrucción Pública para
publicar su resumen anual en la memoria respectiva, y cual si «e tratase
de alarmar á la población con la narración de un crimen inaudito, se nos
priva de su publicación.
— 427 —
Esta deñciencía nadie mas que nosotros la siente, porque era nuestro
deseo hacer una reseña histórica del pasado y presente de la Biblioteca
de la manera mas completa y posible.
Hemos oido de personas competentes que esta institución cuenta en
la actualidad con una existencia total de obras que no baja de 45 á 50
mil volúmenes.
Se han hecho en el edificio muchas y muy notables reparaciones,
dándole mas amplitud, comodidad y decencia, con las dotaciones respecti-
vas en todos los ramos de su incumbencia.
El personal de empleados del salón ha sido aumentado de la misma
manera que el de los talleres de encuademación.
El salón destinado á la lectura tiene mas ó menos 25 metros de largo
por 10 de ancho y contiene la estantería que es toda de madera fina y que
se eleva hasta? ú 8 metros de altura; sus puertas son de cristal y balcones
corridos de fierro, enrejillado, permiten remover los libros de las galerías
superiores.
En el centro del salón y separadas entre sí por una distancia de dos
metros están colocadas dos largas mesas en las que para cada lector existe
una especie de atril disimulado en su superficie plana que permite dar
al libro de lectura la inclinación necesaria. La luz se distribuye equita-
tivamente y con arreglo á lo que sobre este punto prescribe la ciencia
respectiva.
Del Reglamento que hoy rige para el servicio público de la Biblioteca,
entresacamos lo que se expresa á continuación:
El servicio se divide en dos secciones, uno diurno y otro nocturno,
ambos con funciones y obligaciones idénticas, debiéndose turnar cada
quince dias y atender cada uno un solo servicio diario.
Están igualmente obligados á formar los catálogos, conservar y cla-
sificar las existencias, sostener la correspondencia oficial, copia de listas
y documentos que se refieran al Establecimiento y en general á desem-
peñar cualquier servicio indicado por el Director referente á la marcha ó mejor
organización administrativa.
El servicio diurno está comprendido entre las 11 a. m. hasta las 4
p. m. y el nocturno desde las 7 hasta las 10; el servicio de la sala de
lectura se desempeña por un oficial primero, dos empleados y un orde-
nanza— todo lector está obligado á inscribir en un libro formulario su
nombre, nacionalidad y profesión, nombre del autor y título de la obra
consultada, y observar profundo silencio en el salón sin dirijir la palabra
á ninguno ni producir ningún ruido que pueda llamar la atención á los
demás — terminada la lectura debe hacer entrega el lector á los empleados
de servicio de las obras consultadas, que nunca pueden ser mas de tres
volúmenes — cualquier periódico ú obras por entregas se reservan del servicio
público cuando no están encuadernados, estando obligados aquellos que
— 488 —
, presentar una 6rden expresa é
Be&or
solicitasen compulsar maims'^ntos
Ministro de Instrucción Publica.
Una sala especial destinada & escribir con tinta sirve á los lecton
autorizados á sacar copias ó extractos de las obras solicitadas — es prohibí
fumar en la sala da lectura y hacer apuntaciones, doblar las hojas, ete
los libros prestados — ningún lector puede introducir ni extraer libros
Establecimiento, ni sacarlos de los armarios por si mismo
MUSEO PUBLICO NACIONAL
"^uando don Benardino Rivadaiia,
n mas benemérito do nuestros patri-
cios, emprendió una reforma general
en e! pafs mientras el pendón repú-
blica no flameaba de uno 6 otro Je
su-^ exti'emos desafiando la ira de sus
ronluniases enemigos, ñola HmítÚ
exclusivamente & mejorar la adi
nistracion política y dar tono y vij
á las instituciones desprestigia!
y débiles— Rivadavia hiío much?
mas, ó impresionado sin duda por
la patriütiea idea de fundar estable-
cimientos científicos que sirviesende
depositarios de nuestras riquezas en
los tres reinos de la naturaleza, don-
de el sabio como el estudiante, los
contemporáneos como las generacio-
nes venideras pudiesen estudiaráin-
vestigar los caracteres especiales de
una época por .-^ c\jn>-,i,:i,jii de sus principales producciones, puso Iodo su
empello en obsequiar á Buenos Aires con una de las creaciones mas sublimes
de su desinteresado corazón republicano y el dia 27 de Mayo de ISlSdecretúel
establecimiento do un Museo Publico.
Aunque este acto fué acogido con calor y unánimemente, quedo entera-
mente olvidado por un luengo lapso de tiempo, no sin razón, cuando nuestro
propio ser político era arrebatado imp[am(3nta y disputado con denm
en los campos de batalla.
Las huestes patriotas de regreso de su expedición á las Repübli
hermanas & quienes libertaron, contemplaron con entusiasmo el va*lo
nitú
M
icho^n
lera-
sti^J
M
— 489 -
horizonte que sus armas despejaron después de horrenda tempestad; esta
vez la Patria sin enemigos extraños á quienes temer, pudo entregarse de
nuevo á la consecución de la reforma emprendida: por un decreto de 31
de Diciembre de 1823 se ordenó que en la parte alta del convento de Santo Do-
mingo se depositasen algunos objetos y sirviese de Museo Público, conteniendo
las colecciones, curiosidades, instrumentos históricos y elementos de los
distintos reinos de la naturaleza.
Puesto el Museo en 1826 bajo la dirección del señor Ferrari que
desempeñó sus funciones con tanta laboriosidad é interés para dotarlo y
enriquecerlo cual convenía á las miras del Gobierno y á su propia inicia-
tiva, logró desde muy temprano hacerlo interesante por los objetos y
productos recolectados y coleccionados con esmero y según su naturaleza
é importancia; entre estos existía una colección de 720 minerales perfec-
tamente clasificados y un cisne del Rio de la Plata notable por su largo
cuello negro, especie particular á la América del Sud.
Este establecimiento, poco feliz desde su fundación por mas que ella
fué aplaudida calurosamente, ha tenido desde sus primeros días como en
la edad media de su precaria existencia, momentos de vacilación ó de
paralización que apenas daban señal de una vida penosa y abatida por la
indiferencia casi general.
Nada podemos adelantar sobre la historia primitiva del establecimiento
que nos ocupa; nuestras reiteradas investigaciones y la compulsación de
obras y manuscritos que hemos tenido á la vista nos convencieron muy
pronto de la inutilidad de nuestros esfuerzos y de la efímera como vegetativa
existencia que sufrió por largo tiempo en diversos períodos — las donaciones
fueron insignificantes durante las dos décadas de gobierno tiránico que abrumó
al país, habiéndose perdido en este tiempo casi todas las clasificaciones de su
parte zoológica y numerosos objetos que existían clasificados ya — la parte
mineralógica se conservó felizmente íntegra, quizá porque la colección de 136
minerales estaba catalogada en idioma extranjero.
El abandono que condujo al Museo al estado miserable que presenta en
esta época, no puede causar extrañeza desde que los ciudadanos fueron des-
pojados de sus mas sagrados derechos y reducidos á una condición deplorable
por un tirano perverso y sanguinario.
Una nueva era de ventura se diseñaba en el horizonte político del pueblo
ultrajado y deprimido, y cuando dos años después de reconquistaren el campo
de Caseros nuestra dignidad y autonomía política, la República entraba en
la senda que le señalaban sus destinos, el Museo fué nuevamente objeto de la
preocupación de los gobernates y de los hombres de ciencia interesados en el
progreso de un establecimiento tan importante en las colectividades.
En el año de 1854 apareció un decreto reconociendo ala Asociación de Ami-
gos de la Historia Natural del Plata establecida al solo objeto de fomentar y
proteger la existencia del Museo, después de lo cual el Gobierno y los hombres
— 430 —
ilustrados hicieron toda clase de donaciones, patentizando así los propósitos
que les animaba.
En dos años de vida duplicó largamente los objetos y colecciones que
logró reunir en treinta y uno de su existencia pasada, y relacionado íntima-
mente con la Universidad, recibió un poderoso impulso de prosperidad y enri-
quecimiento que hacía presentir un grandioso futuro bienestar: en efecto, el
Gobierno y los particulares le obsequiaron con colecciones completas y de
mérito, con nuevos estantes y numerosos objetos de interés científico — el Di-
rector introdujo importantes innovaciones en su reglamentación interna y
trabajos de catalogación, clasificación, etc.
Nombrado Director General del Museo Público el Dr. Germán Burmeister,
por el decreto de 21 de Febrero de 1862, su elección ha sido acertada y muy
provechosa al país, sujetando al establecimiento á una organización seria y
haciendo científicamente la clasificación de los objetos coleccionados y orde-
nados según la naturaleza ó ramo de cada uno de ellos: la reforma general
emprendida con tanto acierto ha dado resultados fecundos en el sentido de la
opulencia y arreglo metódico del Museo, presentando un aspecto imponente
por su severa organización y la escrupulosa limpieza observada en la irrepro-
(íhable conservación de los elementos que lo componen. El Museo, en su estado
actual, hace honor á la República y puede enorgullecerse de poseerlo en ta-
les condiciones.
A fin de dar una idea ligera sobre la importancia científica de este estable-
cimiento, reseñaremos aquí brevemente siguiendo al Dr. Burmeister en cada
una de las secciones en que ha dividido la existencia de objetos antiguos y
curiosos del Museo.
En la sección artística no se encuentra nada notable ni de valor.
Algunos cuadros y dibujos bien ejecutados, retratos de personajes histó-
ricos y unos cuantos grabados de escaso mérito es lo único que la constituye.
La sección histórica ha sido dividida en dos categorías comprendiendo una
los objetos antiguos y la otra los más modernos.
Componen la primera, tres momias de Egipto de una edad no menos de tres
ó cuatro mil años, pues es sabido que los Egipcios conservaban los cadáveres
délos hombres y délos animales embalsamándolos y colocándolos después
en cuevas naturales ó artificíales; varios vasos peruanos y otros objetos anti-
guos, como dos momias del Perú, son do mucha importancia científica.
La colección numismática es una verdadera adquisición, hecha en Roma, de
gran mérito. De ella nos ocupamos más adelante.
La conquista de Méjico por Cortés representada en 22 cuadros pintados
con talento y gusto es la mejor de las antigüedades que posee el Museo.
Un estandarte religioso, español, que se cree fué el que D. Juan de Garay pa-
seó en la fundación de Buenos Aires, y dos espadas de la misma época, de per-
sonajes españoles.
La sección moderna comprende los trofeos de las últimas guerras, en
— 431 —
ascaso número, pues la mayor parte están depositados en las Iglesias y en el
Ministerio de la Guerra.
También poséela co/a fúnebre en que se reimpatriaron los restos de Riva-
davia de Espafia, la espada del General Lavalle y la carretilla que sirvió de
símbolo ala inauguración del Ferro-Carril al Sud, y por fin la máquina infer-
nal depositada por Rosas, en su gobierno, y con la cual pretendía se le quería
matar.
La sección cientifica comprende diversas colecciones especialmente en
zoología, cuyo mérito y valor son también distintos pero muy importantes.
La historia natural es en esta sección la más profusa y abundante por la
numerosa existencia de sus variados productos, como que el suelo de la Repú-
blica y en particular el de Buenos Aires, son opulentísimos en fósiles antidilu-
vianos de nuestra fauna.
La parte zoológica es como hemos dicho, bastante rica, prevaleciendo
sobre todas las colecciones la de los animales vertebrados, los cuales se divi-
den en cuatro clases: mamiferosj pájaros^ anfibios y pescados.
Los primeros se dividen entre los modernos ó de la actualidad y los anti-
diluvianos, habiéndose descubierto, según Mr. Bravard, hasta cincuenta espe-
cies de los últimos.
Posteriormente ha recibido la colección de fósiles grandes refuerzos que la
han enriquecido de un modo notable, ya por regalos que debe el Museo á
la generosidad de algunos amigos, ó ya por las incesantes diligencias y em-
peños desplegados por el Sr. Director y los demás empleados.
Figuran entre los regalos principalmente los numerosos cueros de mamí-
feros y aves de la costa patagónica, traídos de sus escursiones en esta región
por el hoy Sargento Mayor Sr. Moyano, y otros por el Sr. Fauvety^ de la misma
costa. También el Sr. Ingeniero Montenac ha regalado algunos cueros de ma-
míferos terrestres, recogidos personalmente en sus excursiones por el país.
Al fin, elJardin Zoológico del Parque 3 de Febrero ha mandado diferentes
cadáveres de animales raros, muertos en ese establecimiento. Figura también
en el museo una gran Diomedea exulatis, que ha sido traida viva de Patagonia
á Buenos Aires para decorar el lago del jardín de la Recoleta, en donde pronto
murió el pobre animal, no acostumbrado á la vida de agua dulce de poca ex-
tensión. Su cadáver, fué regalado al Museo por el Sr. D. Torcuato de Alvear,
en esa época Intendente de la Municipalidad.
Entre las adquisiciones que no proceden de regalos y que han sido hechas
con intervención del Director, figura una gran colección de fósiles recogidos en
Tarija por el Naturalista viajero del Museo, don Enrique de Caries, en 32 gran-
des cajones, que no han sido hasta ahora bien determinados y colocados á la vis-
ta del público por falta de un salón conveniente en el Museo para exponerlos.
Solamente el cráneo de Mastodonantium ha podido ser expuesto.
En la colección ya anteriormente existente figuran algunos objetos tan
completos que no posee ningún Museo del mundo en mejor perfección.
Estos son:
— 432 — .
El esqueleto de Megatheriiim americanum.
El de Scelidotherhim leptocephalum.
El de Mylodon gracilts.
Los de Panochtlhiis tuberculatus^ Glyptodon asper y Heplophorus omaiWj este
último no enteramente perfecto.
De estos tres animales fósiles, hay también corazas completas, bien res-
tauradas en su fígura natural.
En ñn, el esqueleto completo del gran W^vq ibsW Machaerodus neogaeus^
regalado al Museo por don Guillermo Wheelwright.
De muchas otras especies existen cráneos, vértebras y huesos de los
miembros casi perfectos.
Nombraremos como los principales:
El oso fósil Ursus Bonaérensis.
El caballo fósil Hippidium neogaeum.
El singular animal fósil Macrauchenia patachonica.
Dos cráneos perfectos y muchos otros huesos del Toxodon^ animal gigan-
tesco fósil parecido al Rinoceronte actual.
El esqueleto y dos corazas de Ecctatus Seguinii^ representante fósil del
gran peludo actual.
El Mylodon gigantesco, llamado Lestodon armatus por Gervais, y el crá-
neo de la otra especie más pequeña llamada por Bravard Mylodon Owenii
Todos estos objetos han sido científicamente tratados por el Director del
Museo, don Germán Burmeister, en los «Anales del Museo Público de Bue-
nos Aires, (tomos I— 111,1864-1885. 4 to.) y en otras obras separadas, publi-
cadas, ya en Buenos Aires en lengua española, ó en Alemania en su propio
idioma.
Entre los maniferos modernos existe una especie nueva de pichiciego$
científicamente denominada, chamyphoriis retusus y 98 más con 200 individuos
de los cuales ninguno tiene el mérito del pichiciego.
La colección de pájaros representada por 500 especies y 1500 individuos
no tiene mucho de notable, á no ser que ella comprende á lo menos casi
todas las especies conocidas de la República Argentina y muchas de la
América en general.
Los anfibios y pescados ofrecen menos interés á causa de la pobreza é
mdiferencia en que existen tales objetos desde la fundación del estable-
cimiento.
La colección de insectos es una de las mas ricas en especies del pafs y
puede considerarse como la primera de su clase á pesar de la lucha tenaz
empeñada contra la humedad del aire que impide conservar íntegros los indi-
viduos en los salones actuales, lo que en breve se salvará con el ensanche
ya autorizado del establecimiento y la ventaja de poder disponer de cuartos
especiales á este objeto.
Una colección conchiliológica^ con que ha sido obsequiado el Museo es
— 433 —
muy rica y muy importante, constando de muchas especies y enriquecida por
el Director de las especies actuales del pais. La que estaba formándose
antes del ingreso de esta, ha tenido muy poco valor, estando casi perdida por
ei abandono en su conservación anterior; en esta sección se encuentran tam-
bién algunos 77ianscos, corales y pólipos marinos.
En la de botánica hay una colección de maderas, en su mayor parte
de las indicadas mas adelante y un pequeño herbario de plantas europeas.
La colección mineralógica es mas abundante que la anterior, bien que las
donaciones hechas han sido en su mayor parte de la misma clase de mine-
rales, casi todos productos de las minas de Chile. Hasta hoy se encuentra
mas ó menos en el mismo estado primitivo, sin numeración ni clasifi-
cación.
Hablaremos finalmente más en extenso de la colección numismática del
Museo, porque es un verdadero adorno del establecimiento por la riqueza de
su contenido.
La primera parte de la colección, que ha servido como núcleo á la actual
fué comprada por el Superior Gobierno en 1823 á Mr. Dufresne de Saint León, en
la suma de 6,000 francos. Constaba de 1505 piezas antiguas romanas, recogi-
das por el P. Cassone en Roma, que fué durante sesenta años guardián de las
medallas del Vaticano. El catálogo original de esta preciosa colección fue
hecho por Mr. Oberlin, por largo tiempo Gefe del gabinete de medallas de la
Biblioteca Nacional de París. Es notable esta colección antigua por )a perfec-
ta conservación de la mayor parte de sus piezas, conteniendo algunos ejem-
plares de plata, otros de bronce y los demás de cobre.
En 1827, una donación hecha por el señor /íícarrfo Pousset, compuesta de
407 piezas, vino á aumentar la primera colección numismática del Museo, en-
riqueciéndola principalmente con ejemplares dobles.
Otra donación hecha por el señor don Bernardino Rivadavia de 17-i meda-
llas principalmente del país, y finalmente, de algunas otras particulares déla
Sociedad de Amigos déla Historia Natural que han contribuido mucho al es-
tado actual de esta colección.
El último aumento lo ha recibido la colección numismática por la com-
pra de la de don Juan C. Várela, en 1870, después de un previo y prolijo
examen, verificado por una Comisión compuesta de don Bartolomé Mitre, don
Andrés Lamas, don Juan M. Gutiérrez, Rector entonces de la Universidad, y el
Director del Museo, que aconsejó la adquisición con el doble fin de ceder al
Museo las piezas que no poseia y de dar las otras como núcleo de una colec-
ción numismática de la Universidad.
Como esta colección pasó en efecto, á ser propiedad, por la parte dicha,
de nuestro Museo, ordenó el Superior Gobierno de la Provincia á don Aurelio
Prado y Rojas hiciera un catálogo metódico de toda la colección numismática
actual del Museo, publicándose este catálogo en un volumen de 800 páginas
en el año 187-i.
S5
— 434 —
Para dar una idea completa del estado y proporciones que llegó á asumir
la sección numismática del Museo Público en el ano 1874, véase el resumen
que ofrecen las donaciones recibidas, inclusa la colección comprada á D,
Juan C. Várela; su detalle es como sigue :
COLECCIONES PIEZAS
Casone 1 . 505
Pousset 394
Rivadavia 174
Varios 420
Várela 3.282
PIEZAS
Total 5.781
Se han catalogado 4.967
tlay borradas, ilegibles. . 181
Pasaron á la Universidad. 755
Uaplicadas 202
Existencia 6.105
El exceso de 324 piezas que aparece entre la existencia y el total despiezas
donadas y compradas, proviene seguramente de pequeñas donaciones de
particulares que no se hicieron constar en el libro respectivo y que se reci-
birian quizá mientras se verificaba la clasificación general.
La primera parte de la colección numística comprende:
Hispania^ O monedas: de Cádiz, Cartagena y Ampurias.
Gallia^ 4 monedas: Jefes Galos, Marsella, Nimes y Bélgica.
Italia^ i8i: Chiete, Allifae, Frentani, Cal vi, Napoli, Sessa, Arpe, Hyrium, Luceri, Salpe,
Taranto, lleraclea. Torre di Mare, etc, etc., de plata y bronce su mayor parte y 4 medallas
de bronce de fábrica campaniense.
Asídy II: Mysia, Acolis, Jonia, Lycia, Mesopotainia, Monaiidro, etc., todas de bronce.
África, 30: Egipto, Re}'es de Egipto, Nicopolitis, Cyrenaica, Numidia y Mauritania, de
plata y bronce.
La sección segunda comprende:
El As. Romano con 17 monedas: familias Cornelia, Papirii, Terencia y Titia;^ Semis
Triens, Duadrans y Sextans.
Las Consulares, 87: familiíw Aburia, Accoleia, Acilia, Aolia, Annia, Antonia, Aurelia, Cal-
purnia, Carisia, Claodia, Considia, Cordia, Cornelia, Cosconia, Flaminia, Frontera, Furia, Junia,
Licinia, Mamilia, Marcia, Minera, ote, etc., de las cuales son So de plata, una de vellón y seis
de bronce.
Las ImperiaUs son 1434 — Pompeyo, Julio César, Marco Antonio, Lépido y Octavio,
Augusto, Livia, Augusto y Agrippa, Marco Agrippa, Ñero Claudio Drusso, Antonia (mujer de
Drusso), Tiberio, Callgula, Claudio, Nerón, Galba, Vitelio, etc., etc., cuya mayor parte son de
de bronce y casi todo el resto de plata.
Las colecciones de medallas y monedas de toda la América se componen:
República Argentina, 3 J monedas: Provincias del Rio de la Plata, Rioja, Córdoba, Entre
Ríos, Buenos Aires, Banco Nacional, etc., de las cuales son 3 de oro, ló de plata y 13 de co-
bre, y 132 medallas de plata y cobre conmemorativas de hechos históricos, desde 1808
á 1827.
República del Uruguay, 8 monedas: desde 1843 ^ 1857, de las cuales son 7 de cobre y
una de plata, y 20 medallas de oro, plata y cobre desde 1789 á 1834.
„ I de bronce y 2 de cobro, desde 1817 á 1851. ,
Has de piala, desde i'Sqb. iSjij.
F'iraguav, i moneda de cobre de 1845 y 4 medalla de plata y cobre acuñadas desde i86g
á 1S67.
Brasil: 31 monedas de plata, oro y cobre, acuñadas en tiempo del gobierno colonial
desde i86q á 1821 — 24 de los mismos metales en el gobierno independiente desde iSib á
186Ó, y lomedallas hasta 1835.
^o//wVi, 35 monedas de oro y plata (gobierno colonial) desde 1729 á 1809— una de oro y
otra de plata (confederación Perú -Bol i vi ana) en 1838, y 2 de oro y 4 deplata desde 1830 á
1865 — 42 medallas conmemorativas desde 1789 (\ 1808, su mayor parte de plata.
Peni, 6 medallasde oroy plata desde 1747 á 1S65 y 2 medallas de oroy 10 do plata
desde 1755 á 1789.
Colombia, 2 monedas de oro y 1 de plata desde 1821 á 29.
Ecuador, i moneda de oro, año 1835,
Nueva Granada, 3 de oro y dos de plata desde 1846 á 57.
Centro A'iiérica, i de oro, 1828, y una medalla de piala, 1877.
Costa Rica, 3 de oro, 1821.
Haili, I de plata y i de cobre, 1846.
M¿¡ico, b de piala y 2 de cobre, desds 1739 á 18Ó0, y 4 medallas de plata y 2 de
cobre, sin fecha.
Estados Unidos (áñ No, te América), 2 de oro, 14 de plata, iS de cobre, 1 de vellón y
I de nickel {36) desde 1797 á 1858, y una medalla de estaño, sin fecha.
Las monedas y medaÜasi acuñadas en la época moderna y contemporinea
de Europa, son :
España, 139 monedas (oro, plata y cobre) hasta 1871, comprendiendo los reinados
de Sancho de Aragón, Enrique III de Castilla, Reyes Católicos, Carlos I y Juana. Felipe
II, Felipe III, Felipe IV, Carlos II, Carlos III, ele, ele, basta el de Amadeo I, y seis meda-
llas (plata, bronce y plomo) en el reinado de Carlos I, una de plata y otra de bronce en
el de Femando II y 8 de plata y cobre en el de Isabel II.
Portugal, 4» monedas de oro, piala y cobre hasta 1S58, comprendiéndolos reinados de
Juan III. Sebastian; Alfonso III, Pedro ÍI, Juan 13, José I, Mana I y Pedro III, Juan VI,
Kegentehasta Pedro II (1856), y unamedalia de plata.
Grecia, una de plata y 3 decobre (1843)
Turquía, una de oro, 8 de piala 2 de vellón y 7 de cobre desde 1785 ;i 1S60 y una
medalla de cobre.
Estados Pontificios, 9 de plata, iS de cobre, i de oro, 2 de vellón y 1 de bronce desde
1549 á 1867, comprendiendo los ministerios de Pablo III, Pablo IV, Gregorio XIII. Clemen-
te VIII, Urbano VIII, Inocencio X hasta Pió IX, y 12 medallas de bronce, 3 de plata, 3
de plomo y una decobre.
Ñápales y Sicilia, 4 de piala, 4 de cobre, i de bronce y i de oro, desde V121 á 1823.
Principado de Luca y Piombino, 1 moneda y i medalla de cobre.
República de Florencia, 4 monedas de plata.
Gran Ducado de Toseana, b monedas de plata y i de cobre desde 1 590 á 1 S59
Ducado de Pariiia, 2 monedas de vellón, i de oro, 2 de plata y i de cobre desde 1794
áiSjo.
Ducado de Mantua, 2 monedas de cobre, y 1 medalla de plomo.
República de \enecia, 5 monedas de plata, I de oro, y 7 de cobre (varias fechas), y I me-
dalla de bronce, 1847.
Ducado de Milán, smonedas de cobre y2 de platay una medalla de cobre.
República de Genova, 4 monedas de oro, I de plata y I de cobre,
»Cerdeña, 2 de vellón, 8 de cobre y I de plata desde 1721 á 1814.
Repiíbtica Cisalpina, 1 de bronce y una medalla de bronce.
Reino de Italia, 4de plata, 3 de cobre y una de vellondesde 1807 á 1614.
Nuevo Reino de Italia (Víctor Manuel II) 4 de plata y 4 de cobre, desde iBb^ i'i 1867, y 2
medallas de plata, 5 de zinc plateado y una de zinc dorado.
República de San Marino, i moneda de cobre, 18Ó9.
Suiza, 5 de vellón, 23 de cobre, 1 1 de plata y r de bronce desde 1 707 hasta 1 860, y una
medalla de cobre, 1564.
Francia, by de plata, 57 de cobre, 5 de bronc&jde vellón y 5 de oro desde el siglo VII
hasta 18Ó7, y 264 medallas de bronce desde 1789 hasta 1845.
Gran Bretana, $1 monedas de plata y 105 de cobre, desde 1594 á 18Ó5, y 98 medallas
de plata, cobre y plomo desde 1594 a 1862.
— 436 —
Provincias Unidas de los Paises Bajos ^ 19 de cobre, 8 de plata y i de bronce desde 1626
hasta 1794. y 9 medallas de plata, cobre y plomo.
Reino de Holanda^ 6 de plata y 1 1 de cobre desde 1827 á 1860.
Bélgica, I de plata, 3 de vellón y 12 de cobre desde 1833 ^ 1862, y 7 medallas de plata,
cobre y bronce desde 1840441.
Austria, 3 de plata, 18 de cobre y i de oro desde 181 2 á 18Ó2, y 5 medallas de plata, co-
bre, etc., desde 1814 á 1836.
Hungria, 2 de plata, 15 16- 1848.
Bohemia, i de plata y i de cobre, 1781.
Polonia, 3 de vellón y 7 de cobre, 1529-1824, y i medalla deestaüo v i de bronce, 1757
á 1788.
Gran Ducado de Varsovia, 2 de cobre, 181 1.
Orden de Malta, i de cobre, 1786.
Orden de los Porta- Espadas, \ de plata y una de vellón, 1237.
Reino de Wesifalia, 3 de cobre, 1707-13.
Principado de Neuchatel, i de cobre, 1806.
Imperio Alemán, 10 de plata, 3 de oro, 2 de vellón y 14 de cobre, 1 581 -1802, y 28 meda-
llas de plata, bronce, cobre y plomo, 1790.
Arzobispo de Maguncias, 2 de plata y 3 de cobre, 1690- 1767.
» > Traveris, 2 de plata, 1Ó69-74.
t > Colonia, I de plata, 1694, y i medalla de plomo, 1583.
Mar graves de Brandeburgo, 7 de plata, 1542-695, y 4 medallas de plomo.
Condes Palatinos del Rhin, i de cobre, 1706, y 2 medallas de plomo.
Electores Duques de Brunsivick-Hannover, 10 de plata, i de oro, 3 de vellón y 4 de co-
bre, 1697- 1 807.
Archiduques de Austria, i de hierro y 3 de plomo, sin fecha.
Obispos de Bamberg, medalla de plomo, 1601.
» > Padeborn, 5 monedas de cobre, 16Í15-767.
> » Munster, i de plata, 4 de cobre y una de vellón, 1 745-90, y una medalla.
» » Osnabruck, 3 de cobre, 2 de bronce y i de plata, 1599-764.
Duques de Baviera, 3 de plata, i de vellón y 2 de cobre, 1717-800, y 2 medallas.
» > Sajonia Gotha, i de cobre, 1647, y 2 medallas de plomo.
» » » Weimar, i moneda de cobre, 1756.
Mar graves de Brandeburgo Bareith, 3 de plata, i de vellón y, de cobre, 1744-83.
Duques de Brunsivick Luneburgo, 5 medallas de plomo, 1616-48.
> > » Wolfembutel, 2 medallas de plomo.
> » » » Danneberg, 8 monedas de plata, i de plomo, 3 de cobre,
I de oro y i de vellón, 1688-802.
» ' » « Zell, 4 de plata y i de cobre, 1676-89.
» » Pomerania, i de vellón, 1631.
» V Wurtemberg, 3 de plata y i de cobre.
Landgraves de Hesse-Cassel, 2 de cobre y 3 de plata, 1745-80, y i medalla de bronce, l
de plomo y i de estaño, 1792.
Duques de Mecklemburg Schwerin, i de estaño, 4 de cobre, 4 de plata y 8 de vellón,
1 593- 1 805.
> » » Strelitz, I de vellón y i de cobre, 1793.
» » Holstein Gotharp, 7 de cobre, i de vellón, 2 de plata y i de plomo, 1 577-1797.
Obispos de Hildesheim, i moneda de plata, 1735.
Mar graves de Anspach, i de plata, 1775.
Principes de Analt Dessau, i de cobre, 1755. y i medalla de bronce.
Duques de Lorena, i de bronce, 1393.
Principes de la Frisia Oriental, i de plata, 1694.
Condes de Mansfelds, I de cobre, 1627 de Solms Braun/els,2áQ cobre, 1777-99 — deSáa-
wemburg, i de plomo, 1604— úV Z/>/^, 3 de plato, 3 de vellón, y 3 de cobre, 1766-804.
Ciudad de Lubeck, 8 de plata, 3 de cobre y 2 de vellón, 1573-752.
» » Frankfart, I de cobre y 2 de vellón, 1797-805.
> » Bremen, 7 de plata y 2 de cobre, 1657-705.
X» » Dortmund, i de cobre, 1754-
» >> G oslar, 2 de plata y 3 de cobre, 1712-64.
» » Hamburgo, 9 de plata, 6 de vellón y 2 de cobre, 1698-796, y 4 medallas de
plato-estaño, 1661-803.
» X. Ratisbona, i de cobre, sin fecha.
— 437 —
Ciudad de AugsburgOy 2 de cobre, 1799-804.
» > Nuremhergy 2 de plata y 1 de cobre, 1667.
» » Ravemhurgo, i de cobre, 1Ó55.
Confederación del Rhin^ 4 de vellón, 7 de plata y o de cobre desde 1808 4 181 3.
)» Germdnica^l^ de plata, 43 de cobre, 17 de vellón, y i de oro, y 30 meda-
llas de oro — plata — cobre — estaño.
Prusia, 15 de plata, 21 de cobre y 8 de vellón desde 1740 hasta 1859 y 21 medallas de
plata-cobrc-bronce, desde 1701 á 1807.
Ciudad de Sírahundy 3 de plata y 2 de cobre, 1685-741.
» > Soes/f I de cobre, 1741.
» » //am^ I medalla de cobre, 1739.
Ducado de Cleves^ i moneda de cobre, 1769.
» » Bergy I de plata, 5 de cobre y i de vellón, 1722-804.
Ciudad de Rosiock, 2 de plata y 5 de cobre, 1732-808.
> » Wismar, i de plata y 2 de cobre, T6Ó1-799.
» » Rethely i de plata, 1642.
Ducado de Luxemburgo, 2 de cobre, 1759-89.
Arzobispo de Bohemia^ i medalla de plomo.
Dinamarca, 8 de vellón, 20de plata y 13 de cobre, 1533- 1855, 7 ^3 medallas de plata,
bronce y estaño, hasta 185O.
Sueciay 2Ó de cobre, o de plata y i de vellón, 1668-1845, y ó medallas de plata hasta
1861.
Rusia, II de plata, '17 de cobre y 2 de vellón desde 1723 á 1862, y 118 medallas de
bronce y estaño, desde 1720 á 1829.
ASIA
/udea, I moneda de plomo.
India Inglesa, 17 monedas: 8 de plata y 9 de cobre.
China, 198 de cobre, sin fecha.
Japón, 7 monedas: i de oro, 3 de plata y 3 de cobre, sin fecha.
ÁFRICA
Egipto, 3 de oro, i de plata y i de cobre, 1 808 á (K).
Tunes, I de oro, 3 de cobre y 2 de plata 1711 á 1864.
Marruecos, 2 de oro, 3 de plata y 8 de cobre y q6 monedas y medallas, sin noticia histórica.
Existen además 10 monedas de Europa antigua, 6 de las familias consulares, 44 délas
imperiales, 10 argentinas, i brasilera, i venezolana, 5 de Estados Unidos (Norte América) y
23Ó déla Europa (edad media y moderna).
Riqueza mineralógica del país
La mineralogía, es una ciencia sobre la cual largo tiempo poca atención se
ha puesto en nuestro país, por que ningufi descubrimiento ni investigación
importante se lia hecho hasta la época mas moderna para enriquecerla, ni si-
quiera estimular á los que se dedican al estudio de las ciencias naturales.
Un solo objetivo, puede decirse, ha determinado á los que á ella se han de-
dicado perentoria y momentáneamente, el lucro ó comercio de los minerales
encontrados.
Y, sin embargo, las muestras que existen en nuestro Museo y las que
componen algunas colecciones particulares, prueban de la manera mas evi-
dente la proficua existencia de especies minerales diseminadas de uno á otro
— 438 —
extremo de la República, cuyo detalle prolijo no podemos presentar, cual lo
deseamos, pero que con una ligera reseña creemos dar una idea, sino tan apro-
ximada al menos lo suficiente para darse cuenta de los tesoros que entraña
nuestro suelo accidentado.
Conocemos muy bien la deficiencia del fruto de nuestro empeño, pero en
el deseo de hacer conocer los elementos de riquc/a (pie muy luego serán fuen-
tes de producción de incalculables beneficios para el país, no vacilamos en ofre-
cer el siguiente extracto de las especies minerales mas conocidas que encierra
el suelo argentino.
I. Grafito (C.)
Existe en las Provincias de Córdoba, Catamarca, San Luis, la Rioja y Salta y manifiés-
tase en hojas pequeñas y masas considerables acompañado de variedades de hieno
amarillo.
Azufre nativo (S)
Existe en las Provincias de San Luis, la Rioja y San Juan y manifiéstase en cristales
piramidales, en vetas de cuarzo aurífero, en polvo ó costras y acompañado de piritas de
hierro.
Hierro nativo (Fe)
Este mineral es casi desconocido en la República en tal estado: existe en abundancia el
hierro meteórico.
Cobre nativo (Cu)
Existe en las siguientes localidades: Provincias de San Luis, Catamarca, Rioja, San Juan»
Mendoza y Salta. Manifiéstase algunas veces cristalizado, transformándose en cobre rojo por
efecto de la oxidación, pero sus formas mas generales, son: chapas, ramos, masas irregulares,
esponjosas ó musguiformes.
Plata nativa (Ag)
Este mineral se encuentra en cantidades considerables, presentándose en formas de ra-
mos, rejas, plumas, chapas, hojas, alambres, clavos, etc. Es su color metálico blanco lustroso,
pero se torna rojizo amarillento por la influencia del azufre. A veces contiene oro y otn»
cobre.
Abunda en cantidades considerables en las minas de la Rioja, v en menor escala en las
Provincias de Córdoba, Catamarca, San Juan y Salta.
Oro nativo (Au)
Se encuentra en abundancia y en muchos puntos de la República; siempre se presenta
mezclado con plata ó cobre — se halla en vetas ó en aluviones y en el estado metálico. Ma-
nifiéstase en chapas, hojas, ganchos, granos, ramillos, pegaduras, etc.
Las principales localidades donde se encuentra, son: Provincias de Córdoba, San Luis,
la Rioja, Catamarca, San Juan, Mendoza, Salta, Jujuy, Patagonia y Misiones.
Óxidos
Cobre rojo (Cu-o) — Se encuentra en Catamarca, la Rioja, Córdoba, San Luis, San Juan y
Salta, en grandes masas compactas, sin lustre y mezcladas con óxidos de hierro.
Hierro rojo (Fe^o^) — Este mineral abunda en la República, pero es insuficiente para la fabri-
— 439 —
cacion del hierro. Es por lo general terreo, de color rojo de sangre hasta negro, y de poco
lustre. Encuéntrase en las Provincias de Córdoba, San Luis, Rioja, Catamarca, Salta, San
Juan y Buenos Aires.
Hierro pardo (Fe-o^-j-xh^o) — Es más abundante todavia que el anterior, pero aun no se
lo beneficia; su color vana entre amarillo parduzco y negro de hierro, pero el polvo se con-
serva siempre pardo. Existe en Córdoba, San Luis, Catamarca, Salta, Jujuy, Rioja, San Juan,
Mendoza, Buenos Aires, etc.
Hierro magnético. — Aunque es abundante y se encuentra en grandes masas, no se lo be-
neficia todavia; preséntase en hojas ó granudo y por lo general titanifero — se oxida mucho
cambiándose en hierro rojo, — se halla en masas cristalinas ó cristalizadas entre granitos y
gneises. Las localidades en que se encuentra, son: Córdoba, Catamarca, Rioja, San Luis,
Mendoza, Salta, Jujuy, Corrientes y Buenos Aires.
Pleonasia. — Es abundante en las calizas granudas, con serpentina, condrodita, etc.; su co-
lor es ^ negro y preséntase en octaedros, Se encuentra en Córdoba y San Juan.
Óxidos de manganeso, — Los pocos análisis hechos hasta el presente no permiten conocer
las propiedades físicas de estos minerales, pero se cree se manifestarán, en lo general, en ma-
sas impuras, mezcladas con hierro, ácido silícico, etc. Existen en Córdoba, San Juan, San Luis,
Catamarca y Jujuy.
Cuarzo (Sio-) — Es el que principalmente constituye la cuarcita, la arenisca, arena suelta,
granito, gneis, micacita, pórfido, cuarcífero, liparita, etc. Abunda muchísimo en la República;
se presentan mas puras en la pegmatita y á veces con abundancia de cuarzo rosado, turma-
lina, feldespato, berilo, columbita, etc.
La tridimiia y el ópalo. — Se encuentran en cortas cantidades.
Argentita. — Se encuentra en diferentes puntos de la República; cubre á veces á la plata
nativa con costras cristalinas. Se encuentra entre cuarzo, blenda, hierro espático, etc.; hay en
cortas contidades.
Galena (P b S). — Este mineral es muy abundante en el país, pocas veces se encuentra
cristalizado y casi siempre está mezclado con plomo blanco, malaquita, sulfuro de cobre,
blenda, pirita de hierro, pirita de cobre, cuarzo, caliza, hierro espático, etc. Se encuentra en
abundancia en Córdoba, Catamarca, Salta, Jujuy, Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis.
Blenda (Z n S). — Abunda en las minas de la República, los cristales son torcidos y algo
abundantes. Se mezcla con el hierro pardo y espático, cobre gris galana, plata nativa, argen-
tita, rosicler, etc.; es su color generalmente amarillo pardo hasta negro. Se encuentra en Cór-
doba, Catamarca, Jujuy, San Luis, Rioja, San Juan y Mendoza.
Pirita de hierro (Fe S-). — Es abundante en el país y se presenta á veces en cristales her-
mosos; se mezcla generalmente con galena, blenda, cobre abigarrado, etc.; se cambia en hierro
pardo. Existe en Córdoba, Catamarca, Rioja, Salta, Jujuy, San Luis, San Juan, ^Mendoza, etc.
Marcasita (Fe S-). — Es poco común y se mezcla fácilmente con piritas de hierro; se trans-
forma por oxidación en vitriolo de hierro. Se encuentra en San Luis, Rioja y Jujuy.
Famatinita (3 Cu-S) (Sb As) (-S^). — Los cristales son muy escasos; su color rojo da cobre
guisado se oscurece en el aire, es poco quebradizo y negra la raya, etc. Existe en la Rioja.
Cloruro de sodio. — La sal común es muy abundante en la República y de condiciones su-
periores para la cocina y usos industriales; se halla generalmente mezclada con sulfatos de
sodio, potasio, magnesia, etc., y con cloruro de magnesio, potasio, etc.
Se encuentra en las Provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero, Salta,
Jujuy, Tucuman, Catamarca, la Rioja, San Luis, San Juan y Mendoza.
Plata cornea blanca y verde. — Estos minerales no abundan mucho en la República. Existen
en Córdoba, Salta, San Juan, Mendoza, la Rioja, etc.
Espato flúor. — Es algo escaso en el país. Se encuentra en San Juan y Catamarca.
Alacamita. — Existe en algunos puntos; es poco conocida y generalmente confundida con la
malaquita.
(Nitratos) Salitre, — El salitre es muy común en el país y se confunde generalmente con la
sal de cocina.
Caliza. — Las calizas forman muchas y grandes serranías en la República, dando algunos
mármoles tan hermosos como los más preciados de Italia y Grecia. Se encuentran en Córdoba,
Santiago del Estero, Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza y Jujuy.
Aragonita y dolomía. — Existen en el país con alguna escasez la primera, la segunda es
abundante.
Brunespato. — Existe en muchas minas — su color varía entre blanco -amarillento, amari-
llo pardo y rojizo. Se encuentra en San Luis, Mendoza, Rioj^a, etc.
Hierro espático. — Se encuentra cristalizado, cambia de color volviéndose pardo hasta
negro. Existe en San Luis, Córdoba, Rioja y Mendoza.
— 440 —
Manganesa espática, — Es de hermoso color rosado ó carne, se encuentra á veces cristalizado
y en muchas minas del país. Existe en Catamarca y la Rioja.
Plomo blanco. — Es bastante común en la República y está acompañado generalmente de
galena. Se encuentra en Córdoba, Catamarca, Salta, San Luis y San Juan.
Malaquita. — Es bastante abundante en el país y nunca se presenta en cristales. Existe
en casi todas las provincias.
Azurita. — La azurita es mas escasa que la anterior y se halla generalmente acompañada
de ella. Existe en Córdoba, Catamarca, Rioja, San Luis. San Juan y Mendoza.
Carbonato de sodio. — Se encuentra en varios puntos, nunca puro y casi siempre mezclado
con sulfato.
Sulfato de sodio. — Está muy distribuido en el pais este mineral, nunca .se encuentra en el
estado puro y casi siempre acompañado de sulfatos.
Sulfato de magnesio. — Este mineral se encuentra en cantidades algo considerables y mez-
clado con cloruro de sodio, sulfato de sodio, etc.
Alumbre, —Se encuentra en muchos puntos de la República, es de color blanco amari-
llento y casi siempre está mezclado con cuerpos diversos. Existe en Córdoba, San Luis, San
Juan, Salta, Jujuy, Catamarca y Rioja.
Yeso. — El yeso está diseminado por todo el país, formando lomas enteras, se presenta á
veces en la forma de muy buenos cristales, es su color blanco gris amarillento. Existe en
Córdoba, Catamarca, Santiago del Estero, Tucuman, Salta, Jujuy, Rioja, San Juan, Mendoza,
San Luis, Entre-Rios, Corrientes y Buenos Aires.
Vitriolo de hierro, — No es muy común en el país; su color, cuando puro, es verde; el
cobrizo es más bien azulado. Existe en San Luis, Rioja, San Juan, Mendoza, Catamarca y Jujuy.
Vitriolo de cobre. — Está formado por la oxidación de su) furos de cobre y se halla disuelto
en las aguas de minas de cobre, es generalmente muy ferruginoso. Existe en Catamarca, la
Rioja y San Luis.
Anglesita.S halla en algunos puntos, acompañado de galena, sulfatos y carbonates.
Existe en San Luis, Catamarca y San Juan.
Baritina. — En algunas minas abunda este mineral, se presenta formando muy buenos
cristales. Su color es blanco y á veces rojizo. Existe en Catamarca, Rioja, San Luis, San Juan
y Mendoza.
Brochantina. — Se halla en varias minas, su color es verde esmeralda y está acompaña-
do generalmente de sulfuros de cobre, linacita, anglesita y cerusita. Existe en San Luis, Ca-
tamarca, San Juan y Córdoba
Linarita- — Es poco común en el país y se presenta formando cristales muy complicados
de rara belleza, su color es de azul puro y los cristales trasparentes. Existe en Córdoba, Ca-
tamarca y San Luis.
Existen además muchos otros minerales en diferentes puntos de la República y algunos
en cantidad considerable — entre estos podemos citar: vesuviana, olivina, granate, wemerita,
mica clorita, serpentina, kaolin, cobre silicatado, natrolita, cordierita, wclastonita, augita, diála-
ga, actinolita, anfíbol, berilo, talco, analcima, chabarita, ortoclasa, sanidina, plagioclasa, carbón
de piedra, asfalto y petróleo, etc., etc.
El cuadro que trascribimos á continuación tiene una gran importancia si
se considera el estudio concienzudo y completo que por primera vez se ha he-
cho entre nosotros de las pi'Opiedades físicas de las maderas de los bosques
argentinos, hasta hoy completamente ignoradas por no haberse practicado ja-
más una investigación cienlítica sobre ellas.
La utilidad que el mismo ofrece á nadie puede escapar desde que basta co-
nocer la densidad de una madera para saber la aplicación que le corresponde
en los diversos usos de las construcciones, sin contar con que la determina-
ción de su diámetro y altura son dos datos interesantísimos para la explota-
ción de nuestros bosques.
Nada podemos decir respecto de la abundancia relativa de cada una de
las especies de que dá cuenta dicho cuadro, porque todavía tenemos bosques
vírgenes donde la planta humana no ha sentado ni perentoriamente su trono
reparador.
Chysophylum lucumifolium,:
ScbiuuB MoUe, L ...
Paligonum acre
Populuí Itálica, L ..
Prosapia at([Brrobi1]a ;
Anchico ó Angica. . .
■ colorado. .
Arates ó Aratren. , .
Arayi colorado ..
Blanco GranJc.
Blanquillo , , lEicaecaría
Brea ó Sioa-sina \ Packínsonia actilenta L. a
Caeaalpinia pceeoí , .
Cabríoba
Canela 6 Palo canela,
t^nelon
Caüafistula
» colorada, .
Caoba
CarambaiéamariDD. .
?Oreodaphiie, tftc.
Swietenia Mahagaof. .
Cataodi ?Proiopis apee.
Cebil Piptadeni
Cebil colorado n cebil G. R.IÍ..
Cedro ,Cedrela Brasiliensls. Si HÍI
» colorado, oscuro, gI<
B jaipeado, crespo, etc. i> 'i spec.
u macbo
Cedrillo
Ceibo ó Seibo...
Cepa-Caballo...,.
Cbal-Chal
Chichi ta. .
Cbnfia.
Chifial
Coco ó Cochuchu, .
Coronillo
Coronilla
Curá-pytá . .
.rilío. .
Erilryíia criatagalli. L...
?Xanlb¡um ■pinosum. . . .
UrvilleaaeHana, G. R.
aut Scbmidelia edulis,
Goticllea deconica
iiigustifoli
Curá-iurá,
Curiü PPudocarpu;
Carupay Acacia atramenlaria, Benih,
aut Sapium aacuparints .
hlinpicay i Excaecaria bigtaodnlota
*■ Muell
Chaco. Corrientes
Todas laa Provincias
Córdoba, Tucuma'i
Todas las Provincias
Varias Pro
Tu cu man. Braiil
Alio Uruguay
Chaco, Misiones, Brasil
Corrí en íes, Brasil
Misiones, »
Santo Domingo
Chaco. TucuíU.
Islas del Paraná
Tu cu man
Córdoba y oír
Corrientes
Tucumaii
Buenos Aires
Córdoba, Tncí
Patagonia
Buenos Aires
Toe unían
Misiones
Chaco y Provs. liinitrúfes
Corrientes
NOHBU COMDN
Eiplaa ele corona
Espinillo 6 algarrobo n:
rillo
Espinillo aromila
Eucallpia» globului. . .
Crapiapofla
Gnivjyú
Gnarlnaná
Gnatambú ,
Guayabo
Gatyacan blanco
Píydlum-gnaynbo
! Calliandra porloricensis , ,
Benlh I
Caesal|iÍDÍD melanocaipa ,
G. K. B. aat. PotlÍaria|
bygromilrFca. G. R. B..
PaugOQUla americana spec, |i
Guayatü. fdls» Guahiyay.
Haya á Aya
Uiscayanle ó ViicayanH. .
Horco-cevil ú Orcoccvil,
Hor
mnlle . .
Horco-inOlle ó mollc del
IncieoBoú palo de inci
Jacarandii
KyrÍDdy 6 Quiríndi..
Lanza blanco ó palo de
Lanía amarilis.
1. a^ra..,.
Lapacho amarillo
Laorel blanco . , .
Loro blanco ú ]>alo de loro
Hollé blanco
Mora.....
Nogal de Tacummi, .
o europeo
• da Norte -Amé rica .
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Acacia cavenin, Hoock. ,
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Eucaliptus globaluí . . , .
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Nsctandra amam, Mun. . . .
1) porphyria, G.R.B.
aut. Emolum apogon. . . .
Ocotea aDaveoleni
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LucDiiu Setlowü, D. C.aui
LucDina verííbtia
Eugenia malo, B.R.G, aat
Eugenia pnngeni, G.R B.
Z'iyphua MUtol, G.R.B..
Duraní lul Lilhrea pretiOi,
aat. Maya spinoia
Duvana faKicalata
Macluti Mota, G. R. B...
Citrus aatantluí». L
Juglaiu auGlralis, G. R. ti.
aut. Cupaaia, apee
JnglVU ««ía A jugliinB nigra
?Juglans, ipec
ProwpiB Ñandubay, G.K.B,
Genipa, spec. ............
Corrí en leí
Tucumnn, Paraguay
Corriente*
Bueno* A 'reí
Eitados Unido*
Chaco, Corrientes. Bra
Uilicnea
Entcí-Rioi
Chaco, Provincia) Imiitafc!
LrugiiJy
Corrientes
Chaco
Tucunian
Córdoba, Calamatca
Provincias del Norte
Chaco
Brasil
Chaco
Tucuman
Tncuman
Chaco, Misiones
Corriente*
I*U* del Putanii
Tuciiman
Entie-Bioa. Sanliaga
Corriente*
Provincia» del Norte
Cardaba
Norte America
Chaco, Entre- Rio»
Corriente*
Olmo
Pacará
Pacará bayo
Pacnri
PalBD-palaD
Pdlcna negra (cortna). . .
Pstma negra (coTazon). .
Palma amarilla
Palo amarillo
rosa colorado ó macho
Calliandra Pacará..
CopemJcia cerífera, Hart,
. Calycophillnin multiflorum,
G. R. B. ant Solanum
{ verbascifolium, L
. ' Pimpínella Anísum
. {llex Paraguay en sis. Si. Hil,
?Macher¡uni, spec
Pcteceby ó Pytereby..
Pino de MUIonet.. . .
n amarillo
Guayacum ofGcinale. L, ■
Bulnesia Sarmienta. I
Metía Azedarch, L
fSlercnÜa, apee
íArancaria Brasílienxls. ,
. 59 J » o . Ó60 o
-544
3,73! o
3.918 o
3.73S0
. Chaco
o BncooB Aifn. e
o Provincia» d«l t
o Tucuman
s ProviscÍM del NoriP. Chaco
o Corrrienleí
} Milione*. Pg ragua y
• Chaco
a Norte Amírica
. Condalia linéala, G.R.B..
. Aspidospetma Quebracho
blanco, Schlechl. . . .
'"JuebrachiaLorenllU.G.R.B. 1
Quebralillo
Rabo de macat»
Retama ó reUmi
Roble europeo. .
Roviraró. ¡ta! vex ibiraió).
Rona-caspi ..,..
Samuhú ó Yucban
San Antonio 6 palo de San
Sangro de drago,.
Sapirangui
Sataíraz
Sanee blanco
i> colorado
Sombra de inro. . ,
Tacuara ó cafia i!
Taican
Tala
Tala crespo
Talco ó Tarto. , .
Taperibi-gnatú. .
. Bnlneaia retama aut.
n jnnceum
. Qoercns pedunculai.i,
Chorisia ínaignit, Kth,
Myrsine floribnnda. R, Dr.
ant, Pentapanae angelici-
(oliam , ,
. Salii, apee
. SaliiMumbotdtlana, CR.B.
I Wíld
. Agonandra tice lia. aui
LDiboiyrif ipln*»
. R. B
. itambuta, ipcc
. CeÍtiiflexuo*a,WIIdaut.Dii-
ranta I^renlKI, G.R.B.
;:elii* Chichope. Mig, aul
Celii» dlflun, Pl......
. Thoilnli wflnmuKolli. U
R. B ,,
7^4
0.408
1.104
o.AoB "O.HqO n
o.gKl
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o Tucuman
o Chacn y Prov. limltrofei
mea y Paraguay
. Ulaione»
o Cal amaren
o Eurnpa
u Noria AmArlca
, Millonea
. Tucuman
o CorrltnM*. Chacn
4.M II
4.00
3 14.00
Tucuman
Chaco, Corrí «niM
MI*io'i«*
a tl.oo Varia* Provincial
5.00
0.5n l'roTliicU* <ltl Nnna
— 444 —
NOIIBHB COMÚN
NOMBRE científico
DENSIDAD
I DIMBMSIOHVt
DKL TROMCO
Diam.
Altura
LOCALIDAD
Tapenigua-guazú . .
Tatané ó tatanel . . .
» amarillo . . .
» ala de oro. .
Tataré
Tataybá
Tayi
Tembetary blanco
» negro .
Timbó
»
n
Timbó-y-atá
Tipa blanca.
Toro-ratay. .
Trébol
Tusca
blanco,
negro . .
macho.
Tuyú-hapé
Urunday ó Urundey
Urundey-hú ó negro.
Urundey-mi
Urundey-pará
Urundey-rá
Vinal ó visnal
Virarú
Viraró ó Ibiraró. . . .
Ibiraró amarillo ....
Ybirá-pitáó Virapitá..
Ybirá-pitá-mini
» guazú
Ybirá-pepé ,
Ybirá-rirá
Ybirá-tay ,
Ybirá-yepiró
Yasuretá ó Caoba de
siones ,
Yatytá
Ybá-hehé
Ybá-hay
Yguá-viyú
Yucurubuzú
Zygophylléa
Enterolabium Timbouwa.
Mart
» » spec* •
» » spec. .
» >i spec. .
? » « spec. .
Macherium fertile
Miroxidum microspermun. .
Acacia moniliformis, G.R.B.
aut. Acacia aroma
o.5oo
0.970
0.65o á 0.978
0.947
0.671 » 0,767
0.720 » 1.040
1.024
0.693
0.848
0.328 » 0.440
0.340
0.421
0.55o
0.597
0.662
0.877
0.566 » 0.632
Mi-
Astronium jnglandifolium. .
» » spec . .
» » spec . .
» » spec. .
? • >} » spec. .
Prosopis ruscifolia, G.R.B.
Ruprecthia excelsa. G.R.B.
» viraró
» corylifolia, aut.
Ruprecthia sali-
cifolia. Meyn.. .
Daphnosis Leguizamonis. . .
}) » spec. .
? » » spec. .
o"6o
0.40
0.40
0.40
0.40
0.40
0.35
0.35
0.35
0.70
0.70
0.70
0.70
0.70
0.40
o. 3o
0.35
0.9x8
0.756
i.iio » X.270
1.256
0.920 » 1.407
0.848 » I. 091
0.938
0.800
0.765
0.765 MO.875
0.25
0.23
o.5o
0.5o
x6*oo
6.00
6.00
6.00
6.00
6.00
4.00
4.00
4.00
14.00
14.00
14.00
14.00
14.00
h»3o-
4.00
5.00
4.00
3.5o
6.00
6.00
Corrientes
Chaco y Prov. limitrofei
Chaco
Misiones, Paraguay
» í»
»
n
n
Chaco y Prov. limitcofes
?Gnaphalium lutevalbum. . .
»
»
M
»
»
o. 5o
0.9x8
0.745 » i.o38
o. 839
0.608
0.894 » x.oo3
0.900
1.0x2
0.988
0.824
0.8x1
0.832
0.862
0.924
0.4x6
o. 5o
0.90
0.90
¡0.90
0.25
0.20
7.00
7.00
5.00
5.00
5.00
0.3o
0.35
0.35
0.35
o. 25
o. 20
0.40
5.00
4.00
4.00
3.00
5.00
Corrientes
Tucuman
Corrientes
Misiones, Paraguay
Tucuman
Corrientes
Chaco y Prov. limitrofet
)» h
n »
» »
Corrientes
Tucuman, Corrientes
»
Misiones, Paraguay
» »
Chaco y Prov. limitroíes
Misiones
Misiones, Paraguay
Misiones
»
Corrientes
Misiones
Corrientes
n
»
n
— 445 —
Además, el Museo poseo utn rica biblioteca, la cual fué fundada en 1863,
sirviendo como núcleo para su instalación laque compró al Sr. Director del
Museo el Supremo Gobierno de la Provincia de Buenos Aires en 30,000 pesos
moneda corriente antigua y que constaba de 433 obras con 897 volúmenes de
todos formatos, incluso una cantidad de folletos.
Desde esa fecha, la Biblioteca del Museo ha continuado aumentando, ya
por compra con los fondos asignados para su aumento, ó ya por medio de las
obras introducidas por el Dr. Burmeister, adquiridas las unas por canje con
sus publicaciones y las otras como de su propiedad particular, y cuyo número
asciende actualmente á mas de dos mil obras de ciencias naturales con un
número como de siete mil volúmenes incluso los folletos, hallándose allí las
publicaciones de las academias y sociedades cientíñcas más célebres, y siendo,
en su ramo, la mas rica Biblioteca que existe en Sud-América.
El Museo se abre á la espectacion pública una vez por semana y desde
las 10 a. m. hasta las 3 p. m. de cada Domingo.
Está al cuidado científico y administrativo de un profesor de Historia Na-
tural que es su Director y jefe, quien está encargado de velar por la mas per-
fecta conservación de todos los objetos que constituyen y posee el estableci-
miento, ejecutar su clasificación científica y colocación ordenada^ proponer al
Gobierno la adquisición de animales, plantas, minerales y todo objeto de im-
portancia científica etc.
Es deber del preparador, preparar, embalsamar y montar las pieles de los
animales ú otros objetos, según las indicaciones hechas por el Director.
Ningún concurrente puede tocar los objetos, abrir los armarios, extraer
objetos para estudiarlos en su casa particular ni fumar en los solones, so
pena de ser expulsado del establecimiento por cualquiera infracción de lo
enunciado.
ARCHIVO NACIONAL
Muy penoso es para nosotros no poder ofrecer al público la historia de
este establecimiento, dando cuenta al mismo tiempo de los caudales que con-
tiene: es el mas rico y completo en papeles y documentos públicos de cuantos
existen en Sud- América, y el único depositario de nuestra historia política con
todos sus antecedentes, detalles y circunstancias ilustrativas.
El edificio dispone de catorce salas que se encuentran repletas de papeles
y legajos, existiendo por lo menos igual cantidad diseminada en las oficinas
públicas y escritorios particulares; hoy se lleva á cabo su catalogación y cía-
— 446 —
sífícacion para darle una organización simple y sistemática que asegure la
satisfacción del que inquiere un dato de remota recordación.
A pesar de no estar habilitado por su desorganización actual para atender
cualquier solicitud particular úofícíal, ha prestado importantes servicios á la
Comisión Liquidadora de la deuda de la Independencia y del Brasil, contribu-
yendo con los instrumentos mas fehacientes al inmediato despacho de los
asuntos respectivos.
Otra de las causas que obsta á recibir de este establecimiento los bene
flcios de su creación, es la existencia de varios archivos permanentes esparci-
dos en el municipio que debieran refundirse en uno solo, clasiñcado y ordena-
do cientiñcamente.
Pero esa variedad dificulta á tal punto el esclarecimiento y tramitación de
los asuntos civiles que solo uniformando su organización podría hacerse desa-
parecer la causa retardatriz de su inmediata expedición, y por consiguiente,
los perjuicios que origina su disgregación.
No menos de cinco mil documentos ha restituido el establecimiento por
devolución espontánea de sus tenedores en el corto tiempo de un año, hacien-
do de esta manera un bien inapreciable al país y á este tesoro arqueológico de
las primeras impresiones de nuestro ser político.
CASA DE MONEDA
k^^V
I
nP^«RÍI!ll
La moneda española de oro y piala era la nacional hasta el afiode I8l3 y
su mayor parte acuñada en la casa de Potosí, la cual lo hada en cantidades tan
crecidas de la de plata que á pesar de esa circunstancia llegó á tener el pre-
mio de 3 % por la fuerte extracción que se hacia de ella fuera del Rio de la
Plata. Una disposición del Gobierno fijó de una naanera precisa el valor de
las monedas.
Triunfantes las armas de la patria en el Alto-Perú, el Gobierno Argentino
dispuso que la Casa de Moneda de Potosí acuñase monedasde oro y plata del
mismo peso y ley que la española, á tin de no alterar ó introducir diticultades
en su uso ó manejo; pero reconquistado Potosí por los españoles á consecu-
encia de! desastre de los patriotas en Ayouma, volvió nuevamente á caer en ?<u
poder y al imperio de sus leyes.
Tambienen 18l5ias armaspatrias ocuparon á Potosí y se empezó lase-
gunda amonedación que fuéinterrumpida por la derrota sufrida en Sipe-Sipe en
Noviembre del mismo año; entonces fué cuando se pensó en amonedar en la
Provincia de Córdoba para continuar la acuñación interrumpida tantas veces en
Potosí, con arreglo ala ley de 1813— pero el Gobierno imposibilitado de lle-
var á cabo la amonedación en Córdoba, cedió el privilegio de acuñación, en
aquella casa, de monedas de un real, medio real y cuarto real á particulares
por venta en remate, que lo realizaron hasta principios de 1844.
— 448 —
Decretado el establecimiento de una Casa de Monda en la Rioja, se
contrató con una Compañía de capitalistas su creación, con privilegio de
acuñar oro y plata y por un determinado número de años, pasados los cuales
quedaría de propiedad de la Provincia pagando únicamente la mitad del costo
de la maquinaria.
En el año 1824 quedó realizado el contrato y se estableció la casa acuñando
monedas de oro y plata; las primeras eran una onza con el mismo cuño de 1813
— En el anverso: en el campo, un sol rodeado de la leyenda, Provincias del Rio
de la Plata: en el reverso, en el campo, el escudo Argentino con trofeos milita-
res por debajo y 2 S. á los lados, rodeado por la leyenda en Unwn Libertad.
Este cuño sirvió de tipo á la amonedación de la Rioja en 1825 acunando
las onzas de oro y los pesos de 8 reales de plata y además las fracciones que
circulaban en Potosí.
No se conoce el monto total de la acuñación porque las continuas re-
vueltas que agitaron á aquella Provincia originaron la pérdida de los libros en
que se llevaba constancia de los trabajos monetarios; sin embargo, se sabe
que hasta 1836 continuó acuñándose, aunque en cantidades insignificantes, pero
entonces bajo la adopción de un nuevo cuño que en lugar del sol y el escudo
ostentara la efigie del Dictador Rosas; desde esa fecha no hubo un tipo fijo
para la acuñación, pues se emplearon diversos cuños con variadas leyendas,
hasta el año 1842, circulando de esta manera una variedad infinita de mone-
das, que aunque no obstruian las operaciones comerciales, no dejaron de inspi-
rar desconfianzas.
Decretada la creación de una Casa de Moneda en Córdoba en Febrero de
1884 para acuñar monedas de oro y plata, se redujo á trabajos insignificantes
por la carencia de metales para la amonedación; además, la ley de sus mone-
das era inferior á la de las de la Rioja, con la cual tuvo que ponerse de acuerdo
para eludir las dificultades que sintió en la circulación de ellas y dar mas en-
sanche á sus trabajos de acuñación, que continuaron hasta después déla cal-
da de Rosas, época en que la Rioja adoptó su cuño provincial.
Las monedas de esta casa fueron declaradas buenas, y malas las de
Córdoba en peso y ley en el examen á que se las sometió.
Autorizado el Poder Ejecutivo en 1854 para hacer acuñar en ambas casas
monedas de plata de 5, 10, 20, 50 y 100 con un peso de 14 adarmes y la ley de
10 dineros finos las últimas y en proporción las fraccionarias, dio cumpli-
miento á dicha disposición legislativa comunicándola á los respectivos esta-
blecimientos.
La unidad de la moneda debía llamarse Colon.
Motivos poderosos impidieron el cumplimiento de esta ley y obligaron al
Gobierno á introducir economías en la Administración, el cual con fecha 19 de
Junio de 1855 expidió un decreto clausurando la casa de Córdoba, y aunque no
se procedió de la misma manera respecto de la de la Riója, muy pronto dejó
de funcionar; su amonedación fué tan insignificante que en el año de 1861 apenas
acuñó 15 en cuartos de real, desapareciendo por st misma en el siguiente.
Autorizado el Gobierno en 1821 para contratar en el extranjero la amo-
nedación de cobre, cuya falta se sentía en la circulación con perjuicio del co-
mercio, dio cumplimiento á la ley negociándolo en Londres, el cual fué apro-
bado por la Legislatura en 1822, estableciendo que la suma sería de cien mil
pesos en monedas de cobre de un décimo de real.
Mas ó menos la tercera parte de esas monedas sería el beneficio del Te-
soro Público, según el contrato, y apenas se recibió la primera remesa, que
fué de cincuenta mil pesos, el Gobierno los entregó á la circulación, ordenando
que particulares y oficinas públicas las recibiesen hasta dos pesos en cada
ciento y por el valor de diez piezas por cada real y de cinco por cada medio.
En 1824 el Gobierno fué también autorizado para fundar una Casa de Mo-
neda en Buenos Aires, y funcionaba ya en 1827 á cargo del Banco Nacional por-
que este establecimiento tenía por su carta orgánica el privilegio exclusivo de
acuñar moneda en todo el territorio de la República, el cual acuñó hasta el 31
de Mayo de 1836 la cantidad de $ 438.397,6 1/2 en monedas de valor de 20 déci-
mos, de 10, de 5, de 2 1/2 ó un cuarto de diez décimos.
Como dichas monedas representaban igual valor que el papel fiduciario del
Banco, pronto se desvalorizó este último y el cobre empezó á desaparecer sin
que Rosas pudiese evitarlo, prohibiendo su extracción de la Provincia bajóla
mas severa penalidad á los contraventores. Pero las monedas de cobre desa-
parecieron, y á fin de mejorarla situación del comercio, autorizó Rosas á la
Casa de Moneda para acuñar de cobre del valor de medio real, real y dos reales
hasta la cantidad de 400,000 $.
Otras emisiones acuñadas y puestas en circulación en diversas épocas
dieron en 1851 un total de emisión de cobre de $ 868.001,6 1/2.
Las acuñaciones de cobre hechas en tiempo de Rosas se mantuvieron en
la circulación porque su valor estaba en relación con el de la onza de oro,
apreciada en 500 $ mas ó menos.
Derrocado Rosas, la Casa de Moneda y Banco de la Provincia hicieron las
siguientes emisiones de cobre: $ 419.064 m/c. desde 1853 á 1856 y $ 351.730
desde 1860 á 1861.
El Gobierno de la Confederación en 1854 ordenó la acuñación en Europa de
100.000 $ en monedas de cobre que representasen centavos de pesos fuertes
en este orden: monedas de un centavo, $ 25,000— de dos centavos, $ 25,000—
y de cuatro centavos, $ 50,000 — las cuales lanzadas á la circulación debían
recibirse en todas las oficinas públicas y en la proporción de 5 Vo por los par-
ticulares.
Como no habla una moneda metálica nacional, el Gobierno de la Confede-
ración dispuso que las que circulaban entonces fuesen recibidas como moneda
corriente por todas las oficinas fiscales de la Nación, y al año siguiente el
Congreso fijó el valor de las monedas extranjeras. — La Provincia de Buenos
Aires, independiente de aquel, declaró también dos años después, decurso le-
gal las monedas de oro extranjeras fijándoles el valor correspondiente.
«7
— 450 —
Pero en el aflo 1862 el Congreso dictó una ley determinando el valor le-
gal de las monedas de oro extranjeras, ñjando el de 17 $á la onza de oro, tipo
que serviría para la emisión de los fondos públicos votados; pero otra ley del
año siguiente alteró dicho valor determinando el de 16 $ para las onzas de oro
con arreglo al cual se harían las emisiones posteriores y se reducirían las an-
teriores.
La falta de una moneda nacional que sirviese de medida fija de valor y
el deseo de hacer desaparecer de este mercado la anarquía monetaria que
existía por la diversidad de las monedas en circulación y los perjuicios irro-
gados al comercio en general, decidieron al Congreso á sancionar la creación
de dos casas de moneda disponiendo que la unidad monetaria nacional sería
una moneda de oro de 1 y 2/3 gramos, y la de plata, declarada de vellón, de
27.110 miligramos, ambas de 900 milésimos de fino.
Autorizado el Gobierno para fijar el valor de las monedas extranjeras, se
apresuró á dar cumplimiento á dicha disposición, cuyos resultados se retarda-
ron mucho á causa de que la plata ñuctuaba en su valor en el mercado de Lon-
dres sufriendo iguales alternativas entre nosotros, hasta que el Congreso, á
objeto de uniformar el valor de las monedas circulantes, fijó por ley do 16 de
Setiembre de 1879, para la plata como unidad de moneda 25 gramos, ley 1)00
milésimos de fino.
Verificada la construcción de la Casa de Moneda en Buenos Aires y puesta
en condiciones de empezar la acuñación de la moneda nacional, una nueva
ley del Congreso determinó que la unidad monetaria de la República sería el
peso de oro ó plata, teniendo el primero 1,6129 diez milésimos de gramo y el se-
gundo 25, ambos de 900 milésimos de fino, permitiendo la circulación de las
monedas extranjeras hasta que se hubiese acuñado $ 8.000.000 en oro y
$ 4.000.000 en plata, después délo cual quedaban aquellas desmonetizadas.
Pero reducidas las emisiones de moneda nacional simplemente á la fiducia-
ria, lanzadas á la circulación por los Bancos emisores de la Provincia de Bue-
nos Aires y el Nacional, las extranjeras persistieron siempre siendo la mone-
da circulante y hasta obligatoria.
Decretada la fundación de la Casa de Moneda de esta ciudad en el año
de 1877, empezó á funcionar recien desde Diciembre de 1881 á pesar de la opi-
nión adversa y de la guerra sin cuartel que la desprestigiaban, patrocinadas
por individualidades sin criterio cuyo juicio declaraba una utopia ó absurdo
su existencia y sostenimiento.
También se habló de que la nueva Casa no fabricaría jamás moneda como
la extranjera ni por igual precio, y finalmente que no satisfaría las necesida-
des de la circulación monetaria en esta plaza.
Todos estos fueron otros tantos errores que el Establecimiento debía des-
vanecer para atraérsela confianza pública y la voluntad general: sus enemigos
desarmados por los resultados de la amonedación, contribuirían mas tarde á
robustecer su acción, ampliando su labor y los beneficios del país.
— 451 —
En esta Casa se había tenido el cuidado especial de adquirir una maqui-
naria perfecta y de dotarla de operarios inteligentes que ejecutasen los traba-
jos de acuñación con toda precisión y limpieza.
Puesta en tales condiciones no solo produjo las cantidades monetarias
necesarias á la circulación presente y futura, sino que acuñó monedas más
perfectas y de menor precio que las importadas del extranjero, además
de que la Nación tenía la ventaja de hacer acuñar cuando la demanda lo
reclamase, inmediatamente y en su propio país, desligándose de la tutela
de naciones extrañas y despertando con su influjo industrias desconocidas.
Del costo del edificio y maquinaria puede deducirse aproximadamente
su importancia y labor monetaria.
Importe de la construcción del edificio $ 163.173
Gastos de instalación en 1880 $ 4.181,42
» » 3 grandes cajas, 3 balanzas auto-
máticas y la máquina de acepi-
llar, con su instalación » 11.257,63
» » 2 nuevas prensas y 2 pares lami-
nadores » 30.757,82 » 46.197
Costo del Establecimiento.... $ 209.370
Las máquinas contratadas en 1883 debían llenar como condición es-
pecial la facultad de poder fabricar mas de un millón de piezas fraccio-
narias de plata por mes, á fin de dar cumplimiento á la ley de 5 Noviem-
bre de 1881 para proscribir de la circulación las monedas de plata extranjeras,
acuñando los pesos 4.000,000 m/n á que estaba obligada según el art. 7
de la misma, no contando ya mas que con los meses de Noviembre y Di-
ciembre.
El gasto de la fabricación de las monedas alcanzó hasta Diciembre de
1883 á la suma de pesos 155.335, deducido el importe de la maquinaria,
pero incluyendo lo que costó el aprendizaje de los operarios, la organiza-
ción de las oficinas y otros de distinta naturaleza que se incorporaron á
esta cuenta por la dificultad de determinarlos.
La acuñación hasta la mi$ma fecha de piezas de oro, plata y cobre
importó la suma de pesos 8.725.562,49, teniendo por costo medio pesos
1,77 por cada 100 pesos.
Con este resultado general no se puede apreciar con justicia y equi-
dad la importancia del Establecimiento y el costo de la acuñación, en los
que se encuentran aglomeradas piezas de diverso valor y por consiguiente
de costo.
Una idea mas completa nos dan los siguientes resultados parciales de
la amonedación: los 2.978.112 piezas acuñadas en el afio 1882 importaron
— 46S —
pesos 8.195.445,56 gastando la suma de pesos 50.398,81 que representa un
costo medio de pesos 8,89 por cada 100 pesos— las 9.548.855 piezas que se
acuñaron en 1883, importaron un valor de pesos 6.881.893.33, habiéndose
gastado en su fabricación la suma de pesos 59.464,38, que representa un
costo medio de 0,94 por cada 100 pesos.
El costo mayor que se observa en la acuñación de 1888 era inevita-
ble en el primer año, porque ni los operarios tenían la práctica suficiente
para hacer trabajos acabados, ni se contaba con elementos y aparatos que
suprimiesen las diñcultades anexas á una industria nueva; pero esas mis-
mas deñciencias fueron la base sobre la que la Casa de Moneda pudo
ofrecer en lo sucesivo al comerció piezas de metal más baratas que las
introducidas y de fabricación bastante limpia y perfecta, porque se prove-
yó de nuevos aparatos que reportaron grandes economías en los trabajos
de acuñación, sin contar con que podía satisfacer la demanda en la circu-
lación aunque llegase á ser extraordinaria.
A ñn de dar una idea de la capacidad del Establecimiento, hé aquí
lo que puede producir con solo diez horas de trabajo diario:
Oro 30.000 argentinos $ 150.000
Promedio de 86 dias al mes $ 3. 900. 000
Plata 50.000 piezas de 50 cts. $ 85.000
55.000 » » 80 » » 11.000
88.000 » » 10 » » 8.800 » 38.800
Promedio de 86 dias al mes » 1. 008.800
Cobre 50.000 » » 8 » » 1.000
50.000 » » 1 » » 500 » 1.500
Promedio de 86 dias al mes » 40.300
863.000 piezas que importan por dia $ 190.300
Por mes $ 4.949.100
Si se relaciona el gasto mensual que le asignó el Presupuesto del aflo
1883, es decir, pesos 5.595, con la fabricación de las monedas según el
cuadro anterior, se obtiene el costo proporcional en esta forma: para las
monedas de oro, pesos 0,14 por cada 100 pesos; pesos 0,55 para las de
plata y pesos 14,35 para las de cobre, lo cual prueba las inmejorables con-
diciones en que se encuentra el Establecimiento que lo ponen á igual nivel
de los mejores del extranjero, prometiéndose aún resultados mucho más
satisfactorios si se logra introducir algunas mejoras ya propuestas á objeto
de formar industriales argentinos en una escuela práctica que se anexará
al mismo; los beneñcios obtenidos en el año 1883 han producido una renta
sufíciente para sacar los valores invertidos en el ediñcio, maquinaria y
cubrir los gastos presupuestados para el añe 1884 y parte del 1885, los
Quales serán indudablemente muy superiores 9i se tiene en vista la or^-
— 453 —
nizacion y simplificaciones establecidas para facilitar los trabajos de amo-
nedación y la práctica sobresaliente de operarios y empleados.
Entendiendo directamente el Ministerio de Hacienda en la compra del
oro, no puede determinarse aquí el precio que se paga, pero si respecto
4e la plata cuyo precio es de pesos 37,75 por kilogramo de fino cuando el
título es superior á 0,^0, y de pesos 37,65 si es inferior.
El valor de los metales de plata comprados ascendió á 2.400.831,10
pesos y el emitido á pesos 2.710.639,60.
El precio del cobre varió entre 0,35 y 0,45 por kilogramo.
Los minerales del país producen bastante plata, pero la producida por
la Usina establecida en Chilecito, declarada superior por su pureza, no
puede rivalizar con ninguna ofreciendo grandes ventajas para la amone-
dación.
En cuanto al cobre, su impureza ha impedido beneficiarlo en la amo-
nedación, siendo esta la causa porque se lo introduce de Montevideo y de
Inglaterra para la refundición.
El oro amonedado es importado de Europa y principalmente de In-
glaterra, porque en el país es escasa su producción.
El oro, plata y cobre beneficiados hasta el 31 de Diciembre de 1884
ofrecen los siguientes guarismos:
1.643.186 argentinos de pesos 5 $ 8.215.930
430 i » « » 2 i. » 1.075 $ 8.217.005
573.737 pesos plata $ 573.737
2.786.847 piezas » » » 50 cts » 1.393.423,50
2.393.995 » » » » 20 » .... » 478.799
3.598.801 » » » » 10 » .... » 359.880 $ 2.805.839,60
7.143.752 » cobre » » 2 » .... $ 142.875
5.497.735 » » » » 1 » ... » 54.977 $ 197.852,39
23.638.483 piezas varias que importan.... $ 11.220.696.99
Para mayor abundancia de datos se puede ocurrir á la obra del señor
Pedro Agote, de la cual hemos extractado lo que llevamos dicho, prescin-
diendo de ciertos pormenores que no están comprendidos en el plan que
nos hemos trazado.
El personal de que se compone el Establecimiento es el siguiente: un
Director, un Contador, otro auxiliar, un Tesorero, otro auxiliar, un Quí-
mico ensayador, otro auxiliar, un Ayudante de laboratorio, un Mecánico, un
2* Mecánico, un Intendente, un guardián, dos escribientes y dos ordenan-
zas, cuyo sostenimiento incluyendo los gastos de oficina, experimentos de
fabricación y conservación de máquinas, etc., etc. cuesta al Tesoro Na-
cional la suma anual de pesos 68.040 votada para el ejercicio del año 198$,
<«"«■
— 454 —
La Ley de moneda establece en sus principales disposiciones que la
unidad monetaria de la República es el peso de oro ó plata, equivalente el
primero á 1 gramo 6,129 diez milésimos de gramo de oro y de título de 900
milésimos de fino, y á 25 gramos de plata del mismo título el segundo.
Acuña monedas de oro, plata y cobre con la denominación, clase,
valor, título, peso, diámetro y tolerancia siguientes :
MONEDAS DE ORO
^^■^■««a
NOMBRE
Argentino.
1/2 Argentino.
CLA^E
DE MRTAL
Oro
VALOR DE
LAS PIEZAS
TITULO
PESO
JUST'í
5 pesos
2 z/2 nesos
T^
Milésimos
TOLIRANCIA
EN MAS o CN MENOS
Milésimos
900 y 100 m/m
900 de cobre
.f.<*/« TOLERAStClA EN
'""° MAS Ó EM MENOS
Gramos
80645
40322
Milésimos
DlAlETRO
Milíoetros
sa
19
MONEDAS DE PLATA Y COBRE
CLASE
OBL METAL
VALOR
DE LAS PIEZAS
TÍTULO
JUSTO
TOLERANCIA EN
MAS Ó EN MENOS
PESO
JUSTO
TOLERANCIA BN
MAS ó EN MENOS
OlAlETW
Plata.
Cobre
Un peso.
5o cents.
20
xo
5
2
X
»
»
»
»
Milésimos
900 y 100
m/m de
cobre
9 5 partes cobre
4 • de estaño
I » de zinc
Milésimos
2
3
5
5
5
I o en el cobre
{ en el zinc
y estaño
Gramos
25.0CO
X2.500
5.000
2,5oo
x.5oo
10, 000
5.000
Milésimos
3
5
5
7
10
xo
xo
Milímetroi
37
3o
23
18
16
3o
25
Todas las monedas llevan estampado en el anverso el escudo de armas
de la Nación con la inscripción «República Argentina», y el año de su acu-
ñación— en el reverso un busto cubierto con el gorro frigio é inscripta la
palabra «Libertad» y la denominación, valor y ley de la moneda.
El «Argentino» y el «peso plata» llevan la inscripción «Igualdad ante
la ley» en el canto, y las demás de oro y plata el canto acanalado, y las
de cobre liso — la acuñación de las de oro es limitada, la de plata no pue-
de exceder de cuatro pesos para cada habitante de la República y de veinte
centavos la de cobre, cuyo curso y circulación es obligatoria en el territo-
rio de la Nación.
— 455 —
Esta Ley prohibe la circulación legal de toda moneda extranjera de
oro cuando se hubiese acuñado ocho millones de pesos en moneda de oro
de la Nación y cuatro millones de plata para las extranjeras del mismo
metal : cumplido este plazo, el Gobierno debe recoger toda la moneda de
plata extranjera pagando únicamente la cantidad de fino que contengan —
los Bancos quedaron obligados por esta Ley á renovar su emisión de bille-
tes, á moneda nacional, y á recoger la emisión de billetes de fracciones de
un peso, para lo cual debían llamar públicamente y durante un año á su
conversión, después de lo cual los no recogidos quedarían desvalorizados,
incurriendo en una multa de $fts. 50.000 aquellos que infringieran la ley
en este punto.
La Casa de Moneda, dependiente del Ministerio de Hacienda, es admi-
nistrada y dirigida por un Director asistido en sus funciones por un Ensa-
yador, un Contador, un Tesorero y un Intendente, nombrados por el Po-
der Ejecutivo; los empleados inferiores son nombrados por el Director; las
fianzas que prescribe la ley para el desempeño de las funciones de estos,
son: doce mil pesos el Director, seis mil el Contador, Tesorero y Químico
Ensayador, y cuatro mil para los Ayudantes del Director y Contaduría. '
El Director es responsable de las operaciones que se ejecutan en el
establecimiento, vigila su marcha administrativa, determina la clase y orden
en que aquellas deben ejecutarse, conserva el archivo con todos los docu-
mentos y piezas de moneda provenientes de ensayos y verificación de peso
y título.
El ensayador es el jefe del laboratorio, analiza los metales é informa
sobre su estudio ó resultado de la operación, sobre cuestiones de su com-
petencia y á pedido del Director — propone las modificaciones que cree con-
veniente introducir respecto de la fabricación, lleva un registro de sus ope-
raciones y enseña el arte de ensayar á los ayudantes á sus órdenes.
El Contador es el jefe de la contabilidad y lleva la teneduría de libros
por partida doble— forma estadísticas de los gastos de fabricación y de las
cantidades v clase de monedas en circulación.
Para la verificación de los metales se funden primero estos al título
legal, se ensayan las barras, y según el resultado se procede á la conti-
nuación de las demás operaciones de fabricación.
El peso de los blancos se verifica antes de ser sellados, en esta forma:
los «argentinos», «1/2 argentinos» y «pesos», uno por uno, desechándose
aquellos que no tienen el peso dentro de las tolerancias legales — de los
blancos preparados para las otras monedas de plata y cobre se toma al
acaso el número que entra en un kilogramo, pesando el conjunto, en cuya
operación, si hay conformidad en el límite de las tolerancias, se los sella
inmediatamente, y sí no, se procede á la eliminación de las malas.
-4B6-
£l Director, terminada la operación de la fabricación» examina el as-
pecto que presentan las monedas, esto es, el color natural del metal, la per-
fección de los sellos é inscripciones, los cantos, etc., como lo exige la
ley.
Después de esto, el Contador, Tesorero y Ensayador toman cada uno
en presencia del Director, tres piezas de un c<peso«> si se trata de oro 6
plata, y si de otras el número que entra en un kilogramo.
El Director toma tres piezas de cada clase, si el peso de ellas está
dentro de las tolerancias de la ley, de las cuales entrega dos al Ensayador
para que veriñque su título, conservando la tercera junto con el acta lev^-
tada y suscrita por los cuatro empleados presentes, testificando el resul-
tado de la verificación del peso, el número de piezas, el peso del conjunto
y la fecha. Las especies restantes son pesadas en conjunto y comparado
su peso con el que resulta de mutiplicar el número de piezas por su peso
justo, considerándose válida la operación cuando si hay diferencia no ex-
cede ella á las tolerancias legales.
Las piezas son entonces depositadas en el Tesoro junto con un dupli-
cado del acta mencionada y no se tocan hasta verificar el ensayo, el cual
si da por resultado que el titulo de ellas está contenido en las tolerancias lega-
les, se libra á la Tesorería General la cantidad fabricada, refundiéndolas
inmediatamente en caso contrario. El informe del ensayador se agrega al
acta de peso, que es depositada en su caja por el Director hasta que el
Gobierno decreta una verificación especial para descargarlo de la respon-
sabilidad de la fabricación.
Concluido el trabajo y hechas las verificaciones expresadas el Director
lo comunica al Ministerio de Hacienda dando cuenta de la cantidad, peso,
valor y clase de cada una de las monedas, quien ordena que el Sub-Se-
cretario de Hacienda, el Contador y el Tesorero General de la Nación se
trasladen á la Casa de Moneda para verificar el recuento y peso de las
cantidades á recibir.
Conocido el número, toman al acaso, si se trata de monedas de oro
ó de «un peso» plata, varias monedas que pesan prolijamente una por
una, y si lo es de otras toman el número que entra en un kilogramo.
Lo demás se pesa conjuntamente y si su peso coincide con el que resulta
de mutiplicar el número pesado por el peso de una de las monedas, en
el limite de las tolerancias legales, toman también al acaso tres monedas
de cada clase que se colocan en un sobre lacrado incluyendo una acta
firmada por los empleados que reciben y los que entregan, depositándose
dicho sobre en Tesorería General hasta que el Gobierno decreta su verifi-
cación. Los que reciben deben manifestar su conformidad en una acta
que firman por duplicado respecto del peso, número y valor de las mone-
das. El Poder Ejecutivo ordena una vez lo menos por año la verificación
del titulo de las piezas de monedas reservadas en Tesorería General.
— 457 —
La Casa de Moneda recibe para fundir, afinar y ensayar el oro y plata
que se le presente, toda vez que el peso del oro no sea menor de 200 gra-
mos y el de la plata de 5 kilogramos. Los metales elaborados en el esta-
blecimiento se devuelven en barras selladas, indicando el número de orden,
peso y título con las tolerancias de 0,002 para el oro y 0,003 para la
plata.
La Casa de Moneda recibe para amonedar, sin retribución alguna, el
oro en barras selladas que se le presente sin considerar las tolerancias
establecidas. En el recibo por metales depositados que expide el estable-
cimiento se aprecia hasta una fracción de dos decigramos por cada pesada,
y si es plata hasta un gramo.
Una Comisión presidida por el Ministro de Hacienda y compuesta del
Presidente de la Contaduría, el Director de la Casa de Moneda y el Teso-
rero General de la Nación determina los precios que debe pagarse por cada
kilogramo de metal fino.
PATENTES DE INVENCIÓN Y MARCAS DE FABRICA Y DE COMERCIO
Esta oficina creada en el año 1876 por Ley especial y organizada debida-
mente según la misma, prestaría servicios que podríamos llamarlos inestima-
bles ,si se llenasen cumplidamente sus objetos y estuviese dotada cual corres-
ponde con empleados y útiles para hacer la estadística general de sus múltiples
conceptos.
El personal trabajador se compone de un empleado auxiliar, mal renta-
do, á cuyo cargo está el único libro que en ella se lleva, y el cual consta de
casillas de cuatro divisiones en las que solo puede consignarse el nombre del
solicitante, objeto de la solicitud, fecha de su despacho y duración del privilegio.
No hay allí libros especiales para anotar los inventos 6 perfeccionamien-
tos por separado y por naturaleza de industria, por revalidaciones de paten-
tes extranjeras ó por aumento de privilegios, etc., ni siquiera se dispone de
una columna mas de aquellas cuatro en laque pudiera hacerse las distinciones
que requiere una estadística prolija y concienzuda.
Llega á tal punto esta desorganización y deficiencia, que ni la nacionalidad
del inventor ó solicitante puede conocerse, teniendo que inducirla el curioso de
las analogías de apellido, sus terminaciones ó la pronunciación característica
de los idiomas conocidos.
Suprimimos el cuadro por el cual se notaría el frivolo servicio que hace
esta oficina, que por sí sola bastaría para desacreditarnos ante la opinión de
muchos en materia de estadística, que no es otra cosa que la expresión numé-
rica de nuestra aptitud y valer.
58
— 458 —
Los únicos datos que podemos presentar de su movimiento son: haberse
concedido en el último año 98 patentes de invención que produjeron al Tesoro
la suma de trece mil pesos por derechos y papel sellado, y 193 marcas de
fábrica que representan ocho mil por idéntico concepto.
La Ley no se ha cumplido en lo que respecta á la dotación del personal que
ella autoriza, incurriendo con esta informalidad en desórdenes y deficiencias
que importan un grave desprestigio á la competencia de los empleados y una
depresión en el carácter que debe investir dicha oficina.
Si no tuviéramos la seguridad de que su organización se pondrá muy pronto
en armonía con los elementos y arreglo de las demás para llenar como debe
las necesidades privativas é inherentes al progreso general, nos desconsolaría
sinceramente verla reducida á una labor insignificante y material, sin esas
investigaciones y advertencias que sugiere su estado económico y el desenvol.
vimiento déla actividad individual.
Las mismas consideraciones vertidas para las patentes de invención debe
hacerse extensivas á las marcas de fábrica y de comercio, pues que ambas
están comprendidas en esta oficina y el mismo personal al servicio de una
y otra.
Las Leyes que estractamos á continuación impondrán al interesado délos
procedimientos que debe seguir en la solicitud por patente ó marca, así como
délos privilegios, excepciones, multas álos falsificadores, revalidación, trans
ferencias de privilegios, etc., etc., que ellas acuerdan y establecen.
Entre las patentes concedidas figuran muchas de gran importancia, ya
porque perfeccionan los procedimientos de producción, ó bien porque dan una
nueva aplicación á los elementos factores de la riqueza pública.
En materia de conservación de carnes, por ejemplo, las prácticas en uso
hasta hace poco han ido desapareciendo con suma rapidez, sustituidas por apii-
cacionessimplificativas de trabajo, material y tiempo, que son una garantía en
el éxito de la colocación de nuestros productos ganaderiles por la bondad del
procedimiento de conservación.
En lo que se refiere á ovejas se ha concedido patentes por máquinas espe-
ciales para esquilar, extraer la lana de las pieles, lavarla, etc., por rápidos pro-
cedimientos.
En el cercado de alambre se han introducido grandes mejoras respecto de
su duración y resistencia.
En general, las patentes concedidas han dado resultados muy provechosos,
porque recibiendo inmediata aplicación han reducido los emolumentos de la
producción y aumentado los beneficios de la explotación.
Las artes y las industrias en estos últimos cuatro años se han despojado
bizarramente de los atavíos rudimentarios que las oprimían, abrigándose con
los ropajes esplendentes del progreso y la civilización.
Ellas denotan un adelanto progresivo en nuestra actividad productora y en
el afán de perfeccionar sus elementos inherentes, de acuerdo con principios eco-
nómicos irrefutables.
— 469 —
La Ley sobre patentes de invención establece en sus principales disposi-
ciones:
Conferimiento de derecho exclusivo de explotación á sus autores por
descubrimiento ó invenciones en cualquier género de industrias, garantido
con títulos especiales denominados Patentes de Invención.
Tal derecho es extensivo aún para los descubrimientos realizados en
el extranjero, siempre que el solicitante sea el inventor ó su legítimo sucesor,
y sujetándose á lo que sobre este punto prescribe la misma.
Considéranse descubrimientos ó invenciones: los nuevos productos indus-
triales, los nuevos medios y la nueva aplicación de medios conocidos para ob-
tener un resultado ó un producto industrial.
Las patentes se otorgan por cinco, diez, y quince años según el mérito
del invento y la voluntad del solicitante — en las de revalidación se acuerda
hasta diez años, pero siempre caduca con la espiración del término de la pri-
mitiva patente.
Una patente nueva paga el impuesto de ochenta, doscientos 6 trescientos
cincuenta pesos, según que sea por cinco, diez ó quince años de privilegio —
bajo esta base el impuesto es proporcional al tiempo en las de revalidación, cuyo
pago, en general, se efectúa abonando la mitad al presentar la solicitud y la
otra por anualidades sucesivas.
Una oficina creada especialmente para la expedición de las patentes
tiene sobre sí toda la responsabilidad que supone la tenencia de papeles y
documentos públicos, con las obligaciones reglamentarias que establece su ré-
gimen interno.
Las solicitudes se hacen en papel sellado de 85 centavos y son dirigidas en
la Capital á la Oficina de Patentes y en las Provincias á las Administraciones
principales de Correos, acompañándose por duplicado á ellas una descripción
del invento, los dibujos y muestras para su demostración y la relación de los
objetos que se presente.
Con la presentación de la solicitud se debe depositar la mitad del impues-
to señalado, abonándose el doble de la misma toda vez que por cualquier mo-
tivo se infringiera esta disposición, sucediendo igual cosa con los Administra-
dores de Correos que no remitiesen en el primer correo dichas solicitudes al
Comisario de Patentes de la Capital.
Las solicitudes deben expresar el tiempo porque se solicita patente sin
contener restricciones, condiciones ni reservas, un título que designe sumaria
y precisamente la invención; debe ser escrita en castellano y los dibujos ane-
xos hechos con tinta y con arreglo á una escala métrica; debe limitarse á un
objeto principal, con los accesorios que las constituyan y las aplicaciones que
se indicasen.
La patente puede ser otorgada por el Comisario siempre que el término
solicitado no exceda de diez años, pasando al Ministerio del Interior para su
resolución, inapelable, si fuere por quince.
De las denegaciones de patentes se puede ocurrir al Ministerio del In-
terior quien las confirma 6 revoca, perdiendo en el primer caso la suma depo-
sitada.
Se concede certificado de adicionó perfeccionamiento á lodo aquel que J
mejora un descubrimiento ó invención patentada, por un término que no pue- |
de exceder del acordado para la patente principal ni de diez años, menos en el '
caso de haber trascurrido la mitad de ese tiempo ó que la mejora suprima la
mitad de los gastos de producción, ei tiempo, riesgo de personas ó cosas, etc,
en que se concede un término prudente y equitativo.
El procedimiento para obtener dicho certificado es el mismo del que cor^í
responde al de patente, debiendo pagar solamente la cuarta parte si es el due']
ño y la mitad, si es extraílo, del impuesto de aquella. Si fuese un extraño, noj
puede hacer ia explotación exclusiva de la mejora sin pagar una prima al pri-*i
mer inventor ó explotarla en concurrencia con este.
Paf ente precauciona/ se olorgaá.todo aquel que explota un invento ó ¡
mejora por solo un año de duración, pudieiido renovarla á su espiración; esta]
patente se obtiene mediante el pago de $ 50 por cada ve?, que se la so-|
licite.
Su efecto consiste en que mientras duren sus privilegios de explotacionJ
no puede conferirse igual derecho relativo al objeto de !a invención ó me-g
jora sin previa notificación.
Toda patente de comercio puede transferirse á favor de otro siempre que
se satisfaga la totalidad del impuesto, se haga constar en escritura pública
dicha transferencia y por fin se registre el traspaso en la Oficina de Patentes.
Son nulas las patentes ó certificados cuando se cambia ó altera el nombro J
del inventor, con premeditación y mala fé, se obtenga con un titulo fraud»»!
lentamente falso, se refiera á una patente en vez de certificado ó se exploteñM
liabiendo caducado.
Caducan en el caso de haber trascurrido dos años sin explotarse desdi
la expedición del permiso ó de interrumpirse durante el mismo espacio de
tiempo su explotación.
El delito de falsificación es castigado con una multa de cincuenta pesos á^
quinientos ó con una piision de uno á seis meses y ia pérdida de los obgetos ]
falsificados, con mas la indemnización de daños y perjuicios recibidos y re-"
clamados.
Son marcas de fábrica ó de comercio, lasdenominaciones de los objetos!
6 los nombres de las personas, bajo una forma particular, los emblemas, loa J
monogramas, los grabados ó estampados, los sellos, viñetas y relieves, la:
letras y números con dibujo especial, los envases ó envoltorios délos obje-J
tos y cualquier otro signo con que se quiera distinguir los artefactos de uai
fábrica ó los objetos de un comercio.
— 461 —
La marca puede colocarse sobre los obgetoa mismos, el envase 6 envol-
¡Brio. Su propiedad puede pasar ;i ~ heredei'os ó sei" trasferida por contrato
ipor disposición de última voluntad.
La cesión ó venta del establecimiento comprende la de la marca si no
!ay estipulación en contrario en el contrato respectivo.
La transferencia de una marca debe hacerse constar en la Oficina en que
Usé registrada para adquirir el derecho á usarla.
El derecho de propiedad de un fabricante ó comerciante para el uso ex-
^usivo de una marca es protegido durante diez años, sin perjuicio de pro-
ngarse indefinidamente siempre queal término deeste plazo se reproduzcan
asías formalidades prescriptas para la primera solicitud.
El nombre del comerciante y el de la razón social, el de la muestra ó la
Resignación de una casa que negocie en artículos determinados, constituye
lina propiedad industrial.
En el caso de usarse una marca ó designación semejanle á otra preexis-
nte, se debe introducir una modificación en la que se solicita de tal manera
ela haga visiblemente distinta de aquella.
El reclamo por identidad de marca ó designación debe hacerse dentro del
primer año de uso, pasado el cual el interesado ha perdido todo derecho de
breparacion.
Lassociedadesanóminasy los particulares tienen derecho al nombre que
llevan, debiendo ajustarse en todo lo demás á las prescripciones de la ley; el
derecho al uso exclusivo del nombre como propiedad industrial termina con
la casa que lo lleva ó con la explotación del ramo de industria.
Son castigados con multa de veinte á quinientos pesos ó una prisión de
quince dias á un año:
Los que falsifican ó adulteran una marca de fábrica ó de comercio.
Los que usan de una marca agena.
Los que contribuyen ó son fautores de ventas de artículos con marca falsi-
ficada 6 fraudulentamente aplicada.
Los que contribuyen ó son fautores de ventas de marcas auténticas sin co-
Jiociraiento de su propietario.
Las penas se duplican en el caso de reincidencia.
OBRAS DE SALOBRIDAD
El saneamiento de las grandes ciudades, indispensable para resistir ala
^scioné influencia de los agentes morbíficos que desarrollan la labor y econo-
faia de los pueblos, ha sido desde tiempos muy remotos el único arbitrio pues-
B en práctica a fin de defender y asegurar la existencia de las agrupaciones
opulosas.
— 462 —
Ni la bondad del clima, ni la situación ventajosa de las ciudades, la pure-
za de las aguas, la fertilidad del suelo son prerogativas munifícientes salvadoras
y capaces por sí solas de conservarlas inocuas é inmunes contra los males
orgánicos que desarrolla la actividad individual y colectiva, naturales y forzo-
sos en la vida laboriosa de los pueblos.
No bastan, pues^ las excelencias de ciertas ventajas naturales para destpujp
el veneno que las sociedades mismas desarrollan en su labor y economía,
sino que, investigando las ciencias y consultando los intereses generales,
obras colosales de saneamiento se llevaron á cabo, distribuidas en todas direc-
ciones y por todo el recinto de las ciudades amenazadas, de la misma mane-
ra que las arterias en el cuerpo humano, para arrebatar á los gérmenes destruc-
tores hasta la última probabilidad de desarrollo, convirtiendo sus manantiales
de vida en veneros de aire puro y aún de riqueza pública.
La población de esta capital seguía sus destinos entregada con la mayor
confianza y dicha á su pasmosa actividad, sin que la turbara siquiera el pre-
sentimiento de algún mal lejano, tal era la fó que le inspiraban su clima, sus
aguas cristalinas y su situación.
Febriciente en sus transacciones comerciales y en el establecimiento y
prolongación devias férreas por todos los ángulos del país, fué sorprendida y
azotada por el flagelo asiático en el año 1868, llevando el pavor y el desconsue-
lo á todos los hogares: la población no estaba preparada para combatir seme-
jante azote, y la epidemia, desarrollándose con violencia y saña, cegó las cabezas
de innumerables víctimas.
Esta cruel lección nos enseñó prácticamente que los dones de la natura-
leza son ficticios v falaces al cabo de un cierto número de años de vida social,
cuando las obras artificiales y las previsiones y consejos de la ciencia no se
vinculan y ligan estrechamente á aquellos, conservando incólumes sus pode-
rosos beneficios y ventajas.
Un estudio meditado y profundo de nuestros hombres de saber nos de-
mostró claramente las causas que hablan favorecido el rápido desarrollo del
cólera y las obras que debían ejecutarse para prevenir al pais de tan terrible
viajero.
Esas elucubraciones dieron por resultado la provisión de agua filtrada á
los habitantes^ obra proyectada en 1854, olvidada después, pero que quedó
terminada, en escala menor, en el año 1869, y que después se ensanchó bajo
el triple sistema de aguas corrientes, desagúes, cloacas y pavimento de
las calles.
Antes de entrar á tratar estas cuestiones creemos necesario el siguiente
orden de consideraciones que es la base á que aquellas obedecen en su
realización.
Es tradicional nuestro bondadoso y salutífero clima á cuyas cualidades
debe esta ciudad su nombre, de la misma manera que el agua de la cual se
proveerla á los habitantes fué declarada superior á las mas que hacian igual
— 463 —
servicio en centros populosos de Europa, según el análisis cuantitativo y cua-
litativo practicado á este respecto tomando diversas muestras de distintos
puntos del Rio de la Plata.
Construida la ciudad sobre una eminencia situada al Oeste de este gran
estuario, la provisión de agua debía forzosamente hacerse por fuerza de vapor
de gran potencia y de una manera constante para evitar interrupciones en el
servicio.
Las obras que debían realizarse eran absolutamente indispensables para
poner á la ciudad en condiciones sanitarias que garantiesen la vida de los mo-
radores tan seriamente comprometida por el mal sistema de desinfección
adoptado, y en vigor hasta entonces, de represar las aguas servidas en pozos
perforados debajo de las habitaciones, y la contaminación de las aguas de
uso doméstico que por espacio de siglos se conservaban en perfecta comunica-
ción con aquellas por infiltraciones subterráneas.
Tan pésimas condiciones higiénicas y las exhalaciones deletéreas que ellas
provocaban, modificaron naturalmente el clima, preparando el recinto de la
ciudad para el desarrollo pestífero de enfermedades epidémicas, cuyas conse-
cuencias costaron raudales de lágrimas á la población.
Envenenado el ambiente, estrechas y húmedas las calles, la ausencia de
grandes y numerosas plazas, la poca circulación de aire reparador, estanca-
das y putrefactas las aguas servidas y contaminadas las potables, tal era el
estado sanitario en el afio fatal de 1868 cuyo solo recuerdo causa pavor.
Sentados estos antecedentes históricos, reseñaremos á continuación los
diversos trámites que sugirieron el estudio y la magnitud de las obras de salu-
brificacion proyectadas.
Debiendo la Dirección del Ferro-Carril del Oeste proveerse de agua dulce
para el ejercicio de sus máquinas estableció un pequeño sistema de provisión
que luego se ensanchó para beneficiar á una parte del vecindario en una área
muy reducida de la ciudad.
El peligro que ofrecía el imperfecto sistema de no dar salida á las aguas
servidas había llamado la atención de los hombres de ciencia que en opúsculos
mas ó menos profundos advirtieron á las autoridades del país la amenaza ter-
rible que envolvía para la salud del pueblo aquel atentado contra la higiene;
fué entonces que estalló el cólera á cuyo influjo se presentaron al Gobierno
varias propuestas para el establecimiento de un sistema completo de cloacas.
Encargada la Municipalidad por ley especial para estudiar las propuestas y
celebrar el contrato respectivo, después de muy importantes estudios sobre
puntos que merecían consagrarse detenidamente en su dilucidación, pasó á la
aprobación de las Cámaras la propuesta del Sr. Robinson que parecía respon-
der mejor á los intereses generales y á los principios de salubríficacion*
- 464 —
El Gobierno, por su parte, había encargado al ingeniero Sr. J. Coghlao un
estudio prolijo sobre dichas obras, levantando los planos correspondientes,
cuyos trabajos fueron aprobados por una Comisión especial nombrada para
dictaminar sobre ellos, y que sirvieron de norma para escuchar las propues-
tas presentadas.
Finalmente, una Ley de 24 de Setiembre de 1870 creó una Comisión de
Aguas Corrientes, Cloacas y Adoquinado, encargada «del estudio de dichas
obras y de su presupuesto, debiendo aceptar los planos que resultasen mas
convenientes.»
En este tiempo llegó á esta ciudad el Ingeniero Sr. Bateman llamado porel
Gobierno Nacional para proyectar el puerto de Buenos Aires, yreconocidasu
profunda competencia por los hombres mas eminentes de las ciencias exactas,
la Comisión no vaciló en aprovechar los extensos conocimientos teóricos y
prácticos del Ingeniero, encargándole la confección de nuevos planos y el
estudio de las obras de salubriñcacion, con la superintendencia en la ejecución
de estas.
El Sr. Bateman aceptó la comisión bajo las siguientes condiciones:
«!• El Sr. Bateman queda nombrado Ingeniero para proyectar las obras,
dirigir y vigilar su ejecución.
«2* El Sr. Bateman debe preparar todos los estudios, planos, especifica-
ciones y contratos para la ejecución de cualquier parte de las obras. Debe
proveer ingenieros competentes á propósito para vigilar cada ramo, y debe
pagarsus gastos, y todos los gastos que precisa la preparación de los planos
y la vigilancia de las obras.
«3* La Comisión paga al Sr. Bateman, un honorario de 7 Vo sobre el costo
de las obras, y le ofrece la asistencia en nivelaciones y mediciones que puede
ser efectuada por los ingenieros jóvenes en servicio del Gobierno.
«4* Este convenio se extiende porel espacio de 7 años y el honorario debe
ser pagado en este período en iguales sumas trimestrales; el restante, si que-
da alguno, al ñn del período estipulado, ó antes á ser mas pronta la conclusión
de las obras.
«5' El Sr. Bateman en persona, ó por sus representantes, se encargará
de la inspección de la maquinaria y materiales de fierro ú otras cosas que
será preciso mandar de Inglaterra ú otras partes de Europa para las obras, y
ninguno de estos artículos será recibido por la Comisión sin su aprobación y
certificado.
«6° Si sus planos para la ejecución de las obras no son aceptados por la
Comisión ó las autoridades competentes, la Comisión pagará al Sr. Bateman
por sus estudios, planos y especificaciones la suma de 10.000 £.»
Hecho este contrato, fué sometido á la aprobación del Gobierno, el cual es-
tuvo conforme con todas sus estipulaciones. En Setiembre del año 1871, el Sr.
Bateman envió desde Inglaterra los planos confeccionados, informando sobre
los mejores sistemas adoptados en la construcción de estas obras con ídcIusíod
- 465 —
del presupuesto de su costo. Llegados dichos planos á Buenos Aires, la Comi-
sión de Aguas Corrientes se consagró á estudiarlos con meditación, analizando
las primordiales cuestiones en todos sus detalles y aplicaciones, y no satisfecha
aún con los estudios concienzudos hechos por su parte y el consejo de perso-
nas muy competentes en el ramo, formuló catorce preguntas sobre los pun-
tos mas esenciales que debían resolverse científicamente para adoptar unos ú
otros sistemas de salubriñcacion.
El interés ó ilustración con que procedió la Comisión la honran altamente,
bastando imponerse solamente del cuestionario que forman dichas preguntas
para convencernos del apostolado que había hecho de su misión.
1* ¿Pueden arrojarse las materias escrementicias sólidas y líquidas, al Rio
en el lugar de que se provee de agua la ciudad de Buenos Aires, sin que dichas
aguas se contaminen y perjudiquen á la salud pública de los presentes y futu-
ros moradores?
2* ¿Las aguas servidas de la ciudad resultante de los usos domésticos,
fábricas, tintorerías, curtidurías, mercados, mataderos, etc., pueden impune-
mente mezclarse con las aguas potables en el mismo lugar?
3* ¿La depuración de estas aguas por procedimientos químicos, será sufi-
ciente para constituirlas inocentes?
4* ¿No sería mas conveniente ala higiene pública utilizarlas en la irriga-
ción y fertilización de las praderas incultas que rodean el Municipio?
5* ¿Qué área de tierra se necesita para absorber el excedente de aguas
servidas de una ciudad cuya provisión es de ocho millones de galones diarios
sin que ellas dañen á la vegetación?
6* ¿Las aguas pluviales deben correr por los mismos caños de las aguas .
sucias, ó galerías de caños especiales se establecerán para conducirla al rio?
7* ¿Cuál de los sistemas de irrigación es mas salubre, la absorción de las
tierras por el agua ó la irrigación subterránea?
8* ¿ Estos caños de tormenta deben extenderse á todo el Municipio, ó basta-
rá se coloquen en los terceros que reciben la gran masa de agua llovida?
9* ¿ En que dirección y á qué profundidad del Rio deben abocar dichos
caños?
10* ¿ Las aguas que han de servir para la provisión de la ciudad deben ser
tomadas de la localidad que actualmente se toma, haciendo mas ó menos in-
ternado el caño de absorción, ó debe preferirse la punta de los Olivos ú otro
lugar?
11* ¿Qué diámetro deben tener los caños que han de servir á la provisión
y desagüe de las aguas servidas y pluviales?
12* ¿Qué clase de materiales se emplearán en su construcción?
13* ¿En qué extensión de la ciudad las aguas podrán marchar por su solo
peso de gravitación y cuál aquella que requiere el impulso de máquinas á va-
por y su fuerza respectiva?
14* ¿ Cuál de los varios sistemas de letrinas usados en Europa es aplicable
59
— 466 —
entre nosotros , consultando la salubridad pública y su practícabilidadfs
Oira serie de preguntas y en número de 10 sobre si era peligroso exteo-M
derla provisión de agua antes que se le diese salida. recab6de ios hombresJ
ilustrados y de Corporaciones científicas, su contingente de luces para obrar d»
acuerdo con los últimos progresos déla ciencia teóricay práctica.
Estudiadas suficientemente las cuestiones á resolverse y á virtud de la
informes particulares recibidos, la Comisión aceptó los planos y trabajos delj
Sr. Bateman, introduciendo modificaciones en dos de los puntos que fueroaj
materia de la consulta y de serios estudios parciales.
Aclarados yresueltos los dos puntos en discusión, el Sr. Ingeniero Bate-J
man fué nombrado Ingeniero Director de las Obras, y creóse además una Comi*i
sion Auxiliar en Londres encargada de verificar las compras y contratos auto^
rizados por la Comisión de Aguas Corrientes parala provisión de todos \oam
materiales necesarios á la ejecución de lostrabajos de salubrificacion.
Poco antes de constituida la Comisión en Londres y deseando apresurarl
la realización de dichas obras, la de Aguas Corrientes llamó á licitación en estaf
Capitaly en la de Inglaterra para presentar propuestas sobre su ejecución.
Fuertes capitalistas é industriales prácticos en este género de trabajos, ex-J
perimentados constructores de análogas obras en las capitales europeas, y pon
fin, ingenieros eminentes que se hablan distinguido en esta clase de conslrue-j
ciones, elevaron sus respectivas propuestas, ilustradas todas con estudios com^
pletos y observaciones científicas muy importantes, tomando como tipo da
comparación los trabajos realizados en las principales ciudades del viejffa
mundo y con gran acopio de conocimientos en la materia,
Sometidos á la consideración y estudio de la Comisión Especial los pla-
nes de salubrificacion y presupuesto de costo de las diversas propuestas y exa-
minadas con detención en cada una de las especialidades constitutivas de los
sistemas aconsejados, sin perderde vista losestudiosy planos conl'eccionados
por los Ingenieros Sres. Coghian y Bateman. aprobó y aceptó la de los señores
Nowman, Medici y C. por ser menos onerosa y estar mas de acuerdo con los .
principios y preceptos que deben caracterizar esta clase de trabajos, que por lo 1
raismoque son tan dispendiosos debfa contraerse en su estudio una observa- 1
cion profunda y cautelosa para garantir su solidez, duración y la regularidad
en el servicio.
Deseábamos tener en nuestro poder los pliegos de la propuesta aceptada |
para conocer como habían sido resueltas las cuestiones científicas que tanto
preocuparon á la opinión pública y que fueron objeto de estudios y observa-
ciones completas realizadas por personas de reconocida competencia y de !
sólida instrucción; pero, conociendo nosolros la aceptación que mereció á la '
Comisión los planos y estudios proyectados por el Ingeniero Sr. Bateman, cree-
mos que la propuesta se habrá ajustado en un todo á dicho plan ó sistema,
satisfaciendo además los dos puntos controvertibles en que diferían las
apreciaciones de la una y del otro y que consistían;
— 467 —
!• El destino que debían darse á las aguas inmundas.
2* El lugar donde debía hacerse la provisión de agua.
Salvada la cuestión suscitada por esa diferencia de opiniones, la pro-
puesta habrá quedado reducida á conformarse con los sistemas estudiados
y aconsejados por el Sr. Bateman, quien resuelve el problema de la cons-
trucción de las obras de aguas corrientes, cloacas, desagües y pavimentación
de las calles del Municipio, déla manera que lo hacemos á continuación, ex-
tractando su propio informe pericial.
Seremos breves en este extracto, por cuanto no es nuestro deber estudiar
profunda y detenidamente las cuestiones de mayor ó menor importancia que
se presenten en el curso de este Bosquejo, sino simplemente reseñar á gran-
des rasgos aquello que mas importe y merezca conocerse de propios y extra-
ños, máxime cuando en estos trabajos no hay tanta divergencia en los siste-
mas que adopta la ciencia moderna.
DRENAOS y CLOACAS
Examinando las condiciones especiales de nuestra ciudad y el sistema
sanitario empleado para privarla de las materias inmundas que produce,
esto es, las aguas servidas y los productos fecales, aconsejaba el sistema de
alcantarillas ó cloacas con una provisión abundante de agua, después de his-
toriar los diversos tratamientos puestos en práctica en otros pueblos para
verificar la limpieza de las ciudades y los malos resultados que han dado mas
que económicos, higiénicos ó insalubres.
Impugnaba francamente el sistema usado en Paris en aquel tiempo, pre-
tendiendo salubrificar la ciudad con la extracción temporal y en carros es-
peciales de las materias fecales contenidas en recipientes impermeables, de
la misma manera que rechaza el usado en la Gran Bretaña, es decir, el tra-
tamiento de las inmundicias por las cenizas secas del carbón de piedra que-
mado, depositadas en letrinas ó resumideros, como asimismo el aparato de
tierra seca que es inaplicable para las grandes ciudades.
Todos estos sistemas no han respondido á las ventajas y beneficios que
deben producir, circunstancias por las cuales han sido abandonados en las
prácticas modernas.
Otro punto cuestionable ha sido también el destino que debe darse á las
sustancias inmundas y á las aguas servidas.
¿Dónde deben arrojarse estas materias residuarias?
Numerosos son los estudios que se han llevado á cabo para dilucidar
favorablemente esta cuestión tan importante para la salud de los pueblos,
sobre todo de las ciudades fluviales que son las mas expuestas á ser víctimas
de cualquier imprevisión que resulte en la construcción de las obras de
saneamiento .
Diversos procedimientos se han practicado para salvar á las poblaciones
— 468 —
de las propiedades corruptoras 6 infecciosas de los productos fecales y aguas
servidas: unos los aplican á la agricultura, otros los depositan ó descargan
en los ríos, y fínalmente algunos los transforman en materia esencialmente
comercial, el guano.
El primero es el que más conviene á la salud de los habitantes de una
población por el doble beneficio que reporta su aplicación: salubrifica la
ciudad y enriquece la agricultura, dando mayores bríos y fuerza á la produc-
ción vegetal.
El segundo ha sido condenado universalmente como insalubre y atentato-
rio á la seguridad individual y colectiva: contaminadas las aguas por eL
depósito de las inmundicias, exhalan miasmas deletéreos que arrastrados por*^
los vientos ocasionan en el recinto de las ciudades, enfermedades infecciosas
de consecuencias desastrosas para la comunidad.
El último era inaplicable entre nosotros por el enorme costo que exije su
conservación y establecimiento, además de que dicho procedimiento conta-
mina fácilmente el aire, conduciendo á las mismas conclusiones del anterior.
Era de esperarse que el primer sistema se abriese paso en la opinión
pública sostenido por las altas conveniencias que envuelve su aplicación, pero
las enormes sumas que se invertirían en la construcción de las obras y
las reparaciones á que daría lugar el aumento de población y la ausencia de
campos á propósito en las inmediaciones de la ciudad, determinaron á los
Ingenieros encargados de su estudio á aconsejar á la Comisión la adopción del
segundo que fué objeto de largas y profundas investigaciones, analizando
parcialmente cada una de las circunstancias de mas trascendencia para lograr
la inocuidad de las aguas.
El gran volumen de agua que arrastra el Plata y la ausencia de corrientes
retrospectivas determinadas por el flujo y reflujo, son ventajas inapreciables
cuando las materias inmundas deben descargarse en los ríos, porque ellas
garanten á las poblaciones do los peligros de contaminación por su estanca-
miento.
Considerando pues estas propicias condiciones del Plata, se determinó
arrojar las materias inmundas de la población á este Rio, á una distancia de
la ciudad próximamente de veinte mil metros y de la costa á los novecientos,
punto desde el cual serían arrastradas al mar por la fuerza de las corrientes,
sin temor de que la agitación de las aguas les dieran un movimiento retrogre-
sivo hacia los puertos de la Capital.
La inocuidad de las aguas se había asegurado con este procedimiento
y zanjado la más peligrosa dificultad para llevar á feliz término una cuestión
tan interesante y debatida.
Así quedó resuelto este difícil problema de tanta importancia para la salud
de los pobladores y que solo después de un largo y nutrido estudio sobre los
diversos sistemas en práctica, quedó dilucidado favorablemente en dicho
sentido.
— 469 —
Otra cuestión no menos importante debía preocupar ala ciencia hidráulica
para resolver la mejor manera de librarse de las aguas de lluvia, sin peligros
de estancamiento ni contaminación y lo más económicamente posible.
Sobre este punto se resolvió, á virtud de las consultas hechas y de los
informes especiales emitidos por sociedades científicas y hombres competen-
tes en la materia, que las aguas debían ser conducidas por alcantarillas ó
cloacas cuya descarga efectuarían en el mismo Rio de la Plata.
El sistema de alcantarillas ó cloacas, comprende tres clases de conductos,
á saber :
Cloacas colectoras destinadas á recibir y conducir el producto ordinario
de drenage de pequeños distritos y el agua de fuertes lluvias de 1 i pulgada
por hora.
Cloacas interceptoras que reciben el producto del drenage de las anteriores
y del agua de lluvia de i de pulgada por dia, pasando el excedente de esta can-
tidad combinada por sobre los bordes laterales ó cámaras que reciben el agua
de tormenta v la conducen á
Conductos para agua de tormenta que llevan las aguas de ésta ó de lluvia
directamente al rio.
Para los casos de marea alta se ha provisto grandes reservas para depo-
sitar las materias inmundas y conservarlas mientras dure la agitación anormal
de las aguas del Plata; su capacidad total es de 29 millones de galones, con
una extensión de una milla de largo y separadas en tres divisiones de 28 pies
de ancho cada una.
PROVISIÓN DE AGUA
' Calculando la población de la Capital en 200.000 habitantes en el año 1870,
era opinión de los Ingenieros que bastaba una provisión de 7.200.000 galones
por dia para servir á todos los usos y aplicaciones del agua, asegurando á cada
habitante la disposición de cuarenta galones diarios; pero considerando el
aumento futuro de población y las nuevas aplicaciones que tendría el agua
hasta entonces no conocidas, se dieron á las obras proporciones vastas pu-
diendo proveer hasta 20.000.000 de galones diarios de agua pura, fresca y
saludable, incomparablemente mejor á la que puede proporcionar el Lujan ó
el Paraná.
Para suministrar el agua á la población se ha tenido en cuenta que la
provisión debe ser constante y bajo una presión suficiente para llevarla á los
pisos más elevados de las casas, construyendo un depósito ó reserva cubierto
en el terreno más alto de la ciudad al cual se elevaría el agua por fuerza de
vapor y efectuaría la provisión por simple gravitación.
El nivel superior en dicho depósito estaría á 30 pies sobre el del terreno y
á 110 más ó menos sobre el del rio en agua baja, con una capacidad de 16 mi-
llones de {galones de agua.
— 470 —
Para elevar 8 millones de galones de agua en 24 horas al depósito de
servicio ha sido necesario emplear una fuerza de vapor equivalente á 500
caballos.
Las obras propuestas debían servir una área compuesta de 2156 cuadras,
do las cuales 1222 i pueden recojer el producto del drenage de ellas por gra-
vitación y conducirlo á la cloaca maestra, mientras que para las restantes se
debe emplear fuerza mecánica á fin de lograr el mismo movimiento, por ha-
llarse en terrenos bajos.
Las obras para la provisión de agua se componen de caños-maestros
grandes dispuestos de tal manera rjue no pueden perder más fuerza ó presión
por fricción que 5 pies por milla, de otros más pequeHos que pierden 10
pies y finalmente de tubos distribuidores que malgastarán 15.
Al presente solo se ha colocado dos líneas de caños maestros para efec-
tuar la provisión, pero en lo futuro podrá aumentarse á tres cuando así lo
exijan los progresos de la población.
El costo total de estas obras importa la suma de ciento cincuenta y nueve
millones, trescientos cuarenta mil seiscientos cincuenta pesos moneda
corriente (1).
La deficiente administración de la Comisión encargada de la ejecución
de estos trabajos, la rescisión de contratos, la falta del dinero necesario para
llevar á cabo las obras, la suspensión de los trabajos y otras muchas causas
han elevado el valor de dichas obras á la suma de $ >% 38.804.530,40 en un
período de 14 años, debiendo emplearse todavía tres años para conseguir su
definitiva conclusión.
Si bien es cierto que poseemos un sistema de cloacas y desagües como
no lo tiene otra ciudad en el mundo, debemos considerar que es elevado el
costo de estas obras, ya por imprevisión ó bien por la carencia de elementos
materiales que obligan á suspenderlas, comprometiendo al Erario en un des-
embolso improductivo enorme por los intereses que consume la porción de
trabajos ejecutados.
La capacidad de los conductos, cloacas y caños ha sido impugnada por
un hombre ilustrado y competente en la materia, observando que ella era muy
inferior, al iniciarse los trabajos, porque preveía claramente el gran aumento
vejetativo de la población, la atracción urbana y la inmigración extranjera.
El Director General de las obras de salubrificacion, pensó que la ciudad
de Buenos Aires no debía compararse con la Chicago del Norte ni la Londres
del viejo continente en su extraordinario adelantamiento, contentándose con
ponerla en condiciones de recibir en cualquier tiempo toda mejora y extensión
en sus múltiples servicios, sin cuidar de que dichas ampliaciones importan
erogaciones de tal magnitud que generalmente se resuelven en aplazamien-
tos sin término.
(z) Un peso moneda corriente es equivalente á o,o3S7 de moneda nacional.
— 471 —
He aquí las dimensiones aludidas de las cañerías, es decir, cinco con-
ductos de agua de tormenta y cinco cloacas colectoras:
Conducto N* 1 — Tiene un diámetro dem. 4,27, término medio m. 3,505 y una
longitud de 1841 metros lineales.
„ ,, 2 — Diámetro m. 4,27, término medio m. 3,353 y una longitud
igual á 2478 metros lineales.
3— Diámetro 4,27, término medio 3,657 y longitud igual á 3672
metros lineales.
4 — Diámetro 4,27, término medio 3,505 y longitud 4040 metros
lineales.
» 5— Diámetro 4,27, término medio 3,200 y longitud 1980 metros
lineales.
Gran Colector N* 1— Diámetro variable de m. 1,50 á 2,21 y longitud 6786
metros lineales, forma circular.
Cloaca Colectora N* 2 — Diámetro variable de 0,91 á 1,37 m. con una longitud
igual á 1300 m. 1. y forma ovoidea.
» 3 — Diámetro entre 0,91* á 1,37, con una longitud de m. I.
1340 y de forma igual á la anterior.
»
»
»
»
»
»
))
»
» 4 — Diámetro de idéntica variabilidad y de longitud de
1437 m. 1., la misma forma.
» » )) 5 — Lo mismo que el de la anterior, pero con 885 m. 1. de
longitud, forma ovoidea.
Las cloacas ramales tienen una forma circular y variables sus diámetros
entre 0,75 y 1,20 m.
La constitución geológica del suelo de esta ciudad ofrece interesantes por-
menores cuyo estudio ha sido practicado muchas veces con numerosas inves-
tigaciones y experimentos prácticos que nos permiten conocer científicamente
su naturaleza y composición.
Considerando la importancia que tiene este conocimiento en relación con
la higiene y salubridad de las grandes ciudades, trascribimos á continuación
algunos apuntes extraídos de un trabajo minucioso y paciente que nos refiere
las distintas propiedades de nuestro suelo urbano.
Tres muestras de la capa superficial analizadas detenidamente han dado
el siguiente resultado:
PROPIEDADES
CAPA
SUPERIOR
a» CAPA
.1 METRO
' w.
ó* CAPA
2 METROS
Aguas y materias volátiles
Arena y silice
Alúmina
Oxido de fierro
Carbonato calcico
Oxido de magnesio
Ácidos fosfórico, sulfúrico, cloro, potasa, etc
4.435
2,270
82,925
78.935
5.895
9.450
2,z83
3.025
1,255
1.033
0.860
0.968
2.438
3.319
100.000
zoo,ooo
1,860
82.325
9.975
3,253
1,122
0,984
0,481
— i72 —
Analizando las capas de tierra hasta una profundidad de 14 metros, se ha
observado que:
La de 1 metro es compacta, resistente y de color amarillento sucio.
De 2, es menos resistente y más clara.
De 4, es amarilla naranjada, compacta y fuerte; brillante si se la corta.
De 7, menos compacta, más friable y más clara, con brillo metálico.
De 9, más compacta y dura y blanca sucia de color.
De 11, friable y arenosa, color amarillento sucio, se desmenuza fácil-
mente.
La de 13 es todavía más arenosa y blanda y la de 14 es dura y compacta
y de color amarillo rojizo sucio.
La densidad de la tierra suelta y comprimida, hecho el experimento
correspondiente, da el siguiente resultado en 1000 centímetros cúbicos.
Peso de lOOO eentfmeuro cúbleos de tlern.
SITBLTA
USAMOS
COMPBIMIl>A
ÜRAMOS
Tierra de 1
metro de
profundidad
1181.69
1306,10
2
1207,10
1461,03
4
1161,90
1415,54
1057,28
1288,26
9
1215,96
1306,50
11
1184.04
1312,20
13
1207,90
1313,25
14
1293,42
1422,60
En cuanto á los componentes químicos de la misma tierra analizada
hasta 14 metros de profundidad, véase lo que sigue.
AKIIMA y MUCIl
ALUMINA Y
CARBOMATü
COMIUKADA
ÜXIÜO FMRÍCO
CALCARIU
%
%
%
1 metro de proruiuiidad
75,49
12,66
0,5
2
75,35
10,42
3,0
4
70,99
13,72
0,9
7
67,00
15,30
0,2
9
79,65
10,02
0,4
11
76,92
12,87
0,1
13
85,03
9,41
0,1
14
77,28
12,16
0,1
El aire contenido en 1000 centímetros cúbicos varia entre 338,70 que tiene
la tierra á los 14 metros y 419,35 á los 11, siéndolos demás intermediarios.
El poder absorbente para el agua varia entre 18,57 á los 9 metros de pro-
fundidad y 36,40 á uno, en peso, y en volumen entre 24,25 y 47,32 á idéntica
profundidad.
— 473 —
El poder de absorción para las materias orgánicas y minerales lo revela
el siguiente cuadro en el que se han hecho dos series de experiencias, la una
por medio de una solución titulada de clorhidrato de amoniaco y la otra por
medio de una solución de urea igualmente titulada.
1000 KILOGRAMOS DE
TIERKA ABSORBEN
CLORURO DK AMONIO
En 48 horas
1 Gramos
A
»
»
»
X metro de profundidad
2
4
7
9
» X 1
» i3
» 14
En 6 días
Gramos
1000 KILOGRAMOS UB
TIERRA ABSORUbN
DK URKA
En 48 horas . En i o días
Gramos I Gramos
1088,25
X 529, 5o
3941,2
5930,0
1088.25
x529.5o:
3i02.5j
4948.7
1748.00
:980,0o
5855,o
8343.7
1980,00
2403,50
7448.7
7536,2
1092.50
1 529,50
-4736,2
5673,7
1529.50
X748.00
3941.2
5930.0
874,00
1092,50
3i52.5
4328.6
1529.50
1748.00
4738,7
5948.5
A objeto de adoptar oficialmente un plano de comparación para las ope-
raciones de nivelación, al cual debían sujetarse todas las construcciones,
ferro-carriles, puertos, muelles, etc., se nombró una Comisión encargada de
averiguar y resolver científicamente la relación que hay entre el nivel ordi-
nario de aguas bajas del Rio de la Plata y el centro de la estrella del peristilo
de la Catedral, resultando del experimento que la diferencia de altura entre
ambos puntos era de diez y nueve metros.
El análisis científico practicado de los componentes del agua de que se
sirve la población, arroja los siguientes resultados:
Contiene, O de materias en suspensión, 190 de materias sólidas en solu-
ción, 22 de cloro, 05 de amoniaco, 35 de albuminoide, trazas de azoatos, O de
azoitos, 5 grado de dureza, 1,00 de impureza relativa según la cantidad de
amoniaco albuminoide y 2,50 de impureza según la cantidad de materias só-
lidas en solución, en un volumen de 1000,000 m/c.
Los filtros que funcionan actualmente y que se dividen en tres cuerpos,
tienen en su totalidad una superficie filtradora de 1087 metros cuadrados, y su-
ministran una provisión de agua diaria de tres y medio millones de galones á
una población comprendida en once mil casas próximamente.
En breve esta provisión aumentará notablemente hasta suministrar dia-
riamente 16 millones de galones con los nuevos filtros que se pondrán en ejer-
cicio para servir á 45 mil casas.
En el año 1885 se extrajo del Rio 5.225. 733, kilólitros de los cuales se sumi-
nistró 4.127.752 á 7817 casas, que aseguraron una renta fija, mientras que el
60
— 474 —
número total de servicios establecidos alcanzó á 8.757, todo el cual dio un pro-
ducto en el año de $326.542,62, arrojando un promedio de consumo por cada
habitante calculando diez personas por casa, equivalente á 147 litros -diarios de
agua nitrada.
El promedio de lo que paga cada casa es de $ 33,87 al año ó sea de $ 3
mensualmente, consumiendo cada servicio por año 528.048 litros.
La Comisión de Obras de Salubridad no tiene en la actualidad un Regla-
mento que fije las atribuciones y deberes del personal técnico y administra-
tivo á su cargo, rigiéndose a! presente en todos sus actos y organización por
las disposiciones contenidas en un proyecto de reglamento,que tiene sometido
á la aprobación del Poder Ejecutivo.
El que estuvo en vigencia hasta 1881 y cuando esta Comisión dependía del
Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, es hoy muy deficiente, pues no llena
cumplida ni satisfactoriamente las necesidades creadas por el progreso alean-
zadoen la extensión que abrazan los servicios delicados é importantísimos d^
su objeto.
Con la cesión de este municipio para Capital Federal se ha introducido
en todas las oficinas de la administración y en el régimen de los ser vicios públ i*
eos, notables reformas de acuerdo con el carácter especial que deben inves-
tir y de las funciones propias de su ministerio.
Es una rama del Ministerio del Interior encargada de servicios tan serios y
de tan complicado mecanismo, que con razón se procede consuma cautela y
estudio en todo cuanto concierne á organización y distribución de obligaciones.
El capital que representan las obras ejecutadas y las extensiones que han
recibido en estos últimos años es considerable y por consiguiente digno y
forzoso de atender sus servicios con especial empeño, objeto que se realizará
con la dotación personal acordada á sus dependencias y el régimen orgánico
cuya aprobación pende del criterio del Poder Ejecutivo.
MERCADO DEL CENTRO
Hemos buscado con ansiedad y hasta el cansancio entre los numerosos folle-
tos que poseemos y la misma Biblioteca Nacional alguna obra ó libro que tratara
de los antecedentes históricos del Mercado «Viejo» hoy del Centro, para com-
poner la descripción á que estamos obligados de establecimientos de este
género, según el plan general adoptado.
Pero nuestra acción y perseverancia se han visto paralizadas y entorpecidaLS
por la ausencia completa délos datos que con tanto interés hemos rebuscadcD,
sin conseguir otra cosa que el desaliento y la pena que produce la convicción
de la esterilidad de nuestros esfuerzos, dirijidos á hacer la historia de un esta-
blecimiento sumamente interesante á la población.
— *re —
La ünica noticia histórica de que tenemos conocimiento es que ei mismo
local f) paraje que sirve hoy de ffMercadodel Centro» fué de propiedad pública
primero y de perloiieiicia de los P. P. Jesuítas después, del cual hicieron de-
pósito de ios frutos y productos que compraban en el interior del Vireynato de
Buenos Aires, habiendo construido para servir á tal objeto numerosas chozas
ó cuartos techados de paja, por cuya circunstancia se le denominó «La Ran-
chería."
La real orden del monarca
rarlos III, disponiendo la con-
li^L-acion de bienes y expulsión
.]i> los P. P. Jesuítas de sus do-
. ¡linios, puso nuevamente á la
luioridad en posesión de «La
Hnncherfa" , que se convirtió
üiuy luego eti el primer centro
de solaz y educación del pue-
blo por disposición del Exemo.
\'¡rey Verliz.
Kstablecida la i/timmaciotí ,
i|Ui; consistfa en el alumbrado
(\o velas de sebo, quiso indu-
d:ibl emente el mismo Virey
continuar la realización de las
innovaciones que lenta proyec-
tadas, ordenando la institución
de un teatro í) casa de comedias,
en el mismo local de "La Ran-
chei'íao, transformada en gran-
"'"^^ des galpones de madera con
T^P lecho de paja para servir de
--_- -c , ==^ onlro de los espectáculos pú-
^y " ^ "~ ¡(OS. No era cierlamenteun
íi[':!\:iiii.'ii .:i!.:i'.>~., i.ii;i .iii'has diversiones, pues las
tarifas eslablecfan uiarauíente "dos reales por los blancos y uno por los
que no lo sean, incluso en este corto estipendio el asiento que ha de haber
para todos.»
La casa de comeilias. A últimos del siglo pasado desapareció consumida
por el voraz elemento del fuego, incendio que tuvo por causa la caída de un
cohete en los techos de paja, lanzado desde el Atrio de la iglesia de San
Juan Bautista del convento de Capuchinas, cuya colocación se celebraba ei
gosto de 1792,
nismo paraje casi llegó á ser teatro en el orden trágico de una de
— de-
esas escenas horrorosas á que solo el patriotismo puede impulsar: el deno-
dado Pueyrredon, sometida la ciudad á la dominación británica á princi-
pios de este siglo, estuvo á punto de hacer volar con pólvora el sitio en
que se asilaron las fuerzas invasoras, y que solo la suerte propicia de las
armas de los defensores le indujeron á no ejecutar su proyecto teme-
rario.
Es lo único que sabemos respecto de los primeros momentos de exis-
tencia de este mercado, quedando la historia de una larga etapa de su vida
social, envuelta en las tinieblas del oWído.
Las Memorias de la Municipa-
lidad, de la cual depende, ante-
riores á la de 1864, nada dicen
respecto de los antecedentes del
Mercado Viejo, limitándose úni-
camente á dar cuenta de las ren-
tas que él producía, librados sus
impuestos & la subasta pública;
pero ni una sola palabra se de-
dica & establecer los anteceden-
tes ó condiciones bajo las cuales
se le entrego al servicio público.
Por consiguiente, coartados en'
este punto para emprender su
bosquejo histórico, cuya deficien-
cia la sentimos muy deveras, for-
zados nos vemos & hablar quizá
desde la mitad de su vida admi-
U^^- nistrativa. dando á conocer su ca-
pacidad económica y las difícul-
fades que surgieron con motiso
del contrato celebrado por la Municipalidad con una empresa particular
para la reconstrucción de este Mercado y su explotación durante un cierto
perfodo de tiempo.
No sacados á licitación estos trabajos, se presentó una propuesta á la
Municipalidad ofreciendo construir y explotar el mercado durante quince
años, abonándole un millón cincuenta mil pesos moneda corriente anuales, y
declarando que pasaría á ser propiedad de aquella después de cumplido di-
cho plazo con todas las modiñcaciones y mejoras hechas á objeto de ampliar
su actividad.
Esta propuesta no fui'; aceptada porque se creyó que entregando dichos
trabajos á pública licifacioii, la construcción y explotación del Mercado serla
muclin menos onerosa por la competencia, déla cual resulta siempre la ma-
yor economía en estos negocios.
— 477 —
Mientras la Corporación Municipal estudiaba la importancia de este
asunto y la mejor manera de proceder á fin de obtener las mayores venta-
jas en la concesión, aquella propuesta fué reiterada por la Empresa un
ano y medio después, introduciendo esta vez alguna modificación en las ba-
ses que solo respondía á mejorar las condiciones bajo las cuales la Sociedad
quedaba comprometida á tomar la obra por su cuenta, si ellas fuesen apro-
badas.
En esta segunda propuesta, se pagaba á la Municipalidad por la ena
genacion de las rentas del mercado la suma anual de un millón de pesos mo-
neda corriente de aquella época, debiendo durar el contrato de explotación
veinte años, después de los cuales el edificio sería de propiedad municipal.
Por manera que lejos de convenir á los intereses déla Municipalidad la
nueva propuesta, mucho mas onerosa que la primera, se produjeron difi-
cultades insalvables para la ejecución de la obra, desde que los proponentes
disminuyeron la cantidad que debían pagarle anualmente y aumentaron á
veinte los años de duración del contrato.
Solo el parentesco que ligaba á algunos de los miembros de las Comi-
siones de Hacienda y Obras Públicas con los proponentes ó el interés directo
que tuvieron en este negocio, pues que dos de aquellos representaban las cua-
tro sétimas acciones de las que constituian el capital social, pudo producir
la aceptación del monstruoso y absurdo contrato tan deprimente para la
Corporación como oneroso y pesado para el municipio que debía soportarlo
en calidad de carga inicua.
Muy poco tiempo después, pero el suficiente para que las obras de cons-
trucción estuviesen adelantadas, la Municipalidad interpuso demanda en
los Tribunales del* Instancia contra la empresa, pidiendo la rescisión del
contrato por haber sido hecho con notoria ilegalidad y ultrapasado las atri-
buciones que le confiere su carta orgánica.
La sentencia fué favorable á la Municipalidad declarando nulo el contrato
y confirmada por la Suprema Corte en la apelación que hizo de ella la empresa
constructora.
Las entradas que el Mercado tenía en esa época son fáciles de calcularse
con solo considerar la propuesta ya referida, que aunque es cierto que defrau-
daba una parte de sus rentas representando una suma respetable al cabo de
veinte años, era apenas notable la diferencia entre la cantidad recaudada anual-
mente y la que le abonaba la empresa para la explotación por su cuenta.
A fin de que se pueda apreciar la marcha próspera que impulsa á este
Mercado el adelantamiento general, vamos á establecer comparaciones re-
cientes sacadas de su propia actividad y capacidad, que indudablemente nos
darán el grado positivo y proporcional de su situación económica presente y
futura.
El producido de los diversos impuestos que constituyen la renta de este
Mercado, ha dado en el año 1884 el siguiente resultado distribuido er) esta for-
— 478 —
ma, la más á propósito para dar una idea fija sobre la importancia de cada uno
de ellos, comparados con el producido.
IMPUESTOS
AÑOS
1994
!•••
))
w
»
Por puestos fijos
» » E. anexos
» » fuera de radio
Ciirros..
Cargueros
Cargas á pié
Canastos ó palancas
» Canastos
>» Corderos
Puestos muebles
l'-ventunles
Sisas
Mullas
t> Arrcntíamicni') de piezas altas.
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»
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i; »
I „
II »
96.63o.8i
4.980.12
7-723,93
34 862,71
3.963,75
1.139,76
884.31
3.403.34
1. 561,97
8.354.22
733.52
45.622,21
787,20
Totales
I ICO. 548.15
» 4.849.27
8.957,41
2I.302,00
1.487,00
860, 5o
681.65
3.934,60
2.000,24
7.501.95
876,00
56 766,00
» 1.394.00
» 1.100,00
I 21x.298.43
Este Mercado cuenta con 120 puestos de carne, 35 de verdurn, 7 del
frutas, 20 de huevos y aves, 7 de chancherías, 4 de queso y manteca y 15
de pescados, todo lo cual hace un total de 208 puestos.
En este se reasume toda la Administración Central de Mercados del
Municipio, y aunque po.see un numeroso personal para atender los diver-
sos servicios que comprenden su dirección y administración, no está servi-
do como lo reclaman la higiene animal, la salubridad de la población y la
seguridad individual.
Casi todos nuestros Mercados adolecen de la falta de competencia ad-
ministrativa ó cuando menos de la poca atención que desplegan los encarga-
dos de vigilar por el mejor servicio y la garantía de un consumo de supe-
rior clase, pues frecuentemente se observa que los animales destinados al
abasto públi 30, si no han merecido los favores del solicitante ó comprador
en el momento de presentarse al sacrificio, quedan estacionados en los cor-
rales por cinco, seis, diez ó mas días sin comer alimento alguno, á no ser ani-
males de estimación en cuvo caso reciben una modesta ración diaria de
pasto seco.
Este Mercado produce diez carros diarios de basura en invierno y has-
ta veinte en verano.
Al tratar del Matadero haremos sobre este punto algunas reflexiones
con el solo propósito de procurarnos la desaparición de tanto mal, no obstan-
te que creemos quedarán eliminados con el plan de reorganización de Mer-
cados introducido por el nuevo Intendente,
IGLESIA Y CONVENTO DE SANTO DOMINGO
^^^^^r^-^
Desde antes del aíio 1603 t a orden de padrea doraiiiicos se congregó en
el mismo sitio en que eslá hoy ubicada la iglesia y convenio, pero de una
manera muy pobre y casi provisoriamente en un edificio que se derrumbó
en 1677.
Empezados los trabajos de edificación de un nuevo templo y convenio
en el mismo local, tuvo igual suerte en el año 1751, época en que se dió
principio al actual.
El arquitecto que tomó á su cargo la construcción de este edificio fué
el italiano D. Antonio Marsella, el mismo que dirijió la de la iglesia de
San Telrao.
La superficie que poseían los dominicos por cesión hecha por D. Juan de
Gai-ay, era de una manzana completa de la cual estuvieron en posesión hasta
el año 1823 en que el Presidente Rivadavia suprimió la comunidad y se man-
dó abrir en la misma época una calle cortada, dividiéndola manzana en dos
porciones de terreno.
La superficie en que está hoy edificado ei convenio l .^iesia es de 52 me-J
tros de frente por 78 de fondo, teniendo ademá:^ un atrio de 26 por 35.
Ei edificio actual está sustentado por los muros construidos en el añal
1751, cuyo trabajo costó á la comunidad la suma de 45 mil pesos próximameo- '
le, sin incluir el vaior de la torre que mira á la calle Defensa levantada en el
año 1858, ni el de la nueva sacristía próxima á terminarse que representan á.
rededor de 30 mil pesos oro.
La i{?lesia consta de tre? naves, siendo la mayor la central que mide 70fl
metros de largo pur 10 de ancho y las otras dos, colaterales. 52 de largo porl
5,50 de ancho cada una; una sacristía y una contra- sacristía, ambas de 18 I
metros de largo por 9 de ancho; quince altares todos tallados arllsticamenle en I
madera de cedro; en breve se terminará la construcción de una nueva sacristfaJ
y de seis pequeñas salas para oficinas déla misma iglesia; dos grandes salas!
reservadas para actos capitulares de la comunidad y de las cofradías estableci-r
das en la iglesia. El convento consta de un refectorio de 17,50 metros de largo I
por 4,50 de ancho y una sala de recibo de 7 de largo por 5 de ancho, cuatro *
claustros altos y bajos, dos de 53 de largo por cerca de 3 de ancho, y los oíros
de 28 metros de largo por e! mismo ancho, en ios cuales hay 25 celdas para
habitaciones de los religiosos; un departamento mas con 20 celdas distribui-
das en dos claustros, altos y bajos, sirve para los novicios y estudiantes ■
preparatorios.
Consta de tres patios, destinado el primero para la cocina, despensa y 4
demás dependencias interiores, el segundo para habitación de los religiosos I
sacerdotes y el tercero para la de los novicios y estudiantes.
La iglesia tiene muchos ornamentos, entre los cuales existen cuatro com- \
píelos cuyo valor asciende á6 mil pesos oro.
En pinturas notables posee cuadros de importancia artística, habiendo I
entre otros uno que representa á la Virgen del Rosario y Santa Rosa de Lima, I
muy antiguo, pero de un gran valer en el arle.
La iglesia contiene además vai'ias reliquias cuidadosamente conservadas^
en grandes cuadros de cristal y que pertenecen á la Patria, ganadas en sus 1
inmortales triunfos á los enemigos de nuestra soberanía é independencia.
Cuatro banderas tomadas á los ingleses y el estandarte del famoso re-
gimiento núm. 71 perpetúan en las columnas del templo dominico el Iieroico j
valor de nuestros padres de 1807,
Un retablo mayor de primer ói-den y la remoción de! piso de la iglesia j
sustituyéndole con mosaico, son las mejoras que en breve se introducirán eii f
este templo.
Como un complemento á lo que llevamos dicho del Conveito é Iglesia de I
Santo Domingo, agregamos el siguiente cuadro relativo al número de proj
piedades que poseía esta comunidad, cuando por el decreto de 1823 quedaron
despojados de sus bienes temporales.
— 481 —
12 de Setiembre, una esquina ocupada por D. León Machado, alquiler mensual $ g
28 » Diciembre, una casa » » » Juan Aguilera » » @ 17
28 » » un cuarto )> » » Martin Aguilar » » * i?
15 » Abril una casa » » » Pedro Longino » » S 32
30 » Setiembre un cuarto » » » Manuel Viera » » » 12
6 » Agosto una casa > » D* Dominga Medina » » » 17
6 » Marzo im almacén » » D. Francisco Marti » » » 18
28 » Diciembre el cementerio
del hospital » » » Juan Ballesteros » » » 5
28 » Diciembre la Ranchería » » » Jorge Robredo » » * ^3
28 » » un cuarto » » » Femando de la Oyuela» » » 10
8 » Noviembre un cuarto de
la ranchería » » » Feliciano de Belén » » » 2
8 » Noviembre un cuarto del hospital » José Silva » » » 4
8 » » un cuarto chico » » Andrés Galán » » @ 12
29 » Mayo un cuarto » » » JoaquinDiaz » » S 3
29 » Mayo up cuarto » » » Lúeas Añasco » » » 3
I® » Enero(i824)un cuarto » » » Gregorio Hernández » » » 4
I** » » ( -> )un cuarto » » » Román Wilson » » » 3
I ** » » ( » )un cuarto » » » Manuel José Reyes » » »^ 4
Del arrendamiento de tierras pertenecientes á los dominicos tomamos los
siguientos apuntes:
Una cuadra de terreno í los herederos de D. Ramón Acosta pagando anualmente un
arriendo de 8 5
Los terrenos de la Estanzuela á D. Antonio Tollo arriendo » 300
Una quinta en el «Hueco de los Sauces,» D. Manuel Zensano. . » » 404
Un terreno atrás de la Chacarita, D. Guillermo Roberson » » 30
Un terreno delante, id. D. Felipe Soto » » 30
3 cuadras de terreno, D. Luis Naon « » » 16,4
Un terreno, D. José Santiago » » 5
Una cuadra de terreno, D. Juan Cocovl » » 5
Un terreno, D. Marcelino Yago » » 8
Un pedazo de terreno, D. Jorge Zamborain » » 50
Un terreno, herederos de D. Francisco Canosa » » 7,4
Un terreno, D. Gregorio del Campo » ® 20
En una de las torres de esta iglesia existen todavía las balas de los defen-
sores de 1807, lanzadas contra los invasores délas Islas Británicas que bus-
caron como último refugio de salvación en aquella célebre refriega los claus-
tros de la pacífica residencia de los dominicos: existe en muchos de nosotros la
dea errónea de que aquellos proyectiles son de los ingleses, sin recordar que
los patriotas de aquella fecha histórica gloriosa se habian empeñado en derri*
bar á balazos el único baluarte que quedó al invasor de su temerario propósito.
6t
— 483 -^
Fué en esta época que los P. P. Jesuítas y también los Recoletos llegaron
á estos dominios estableciéndose distintamente por toda su extensión, empe-
ñados como aquellos en hacer prosélitos, aunque no siempre con idénticos
fines.
Los franciscanos y los jesuitas se repelieron apenas se sintieron en con-
tacto, naciendo una rivalidad sin tregua entre unos y otros, y trabajando sor-
damente por la ruina del contrario y el brillo y el triunfo de sus respectivas
instituciones.
Sin hacer una crónica narrativa de estas dos rivalidades y sus variados
incidentes, consagramos algunas líneas á la cronológica historia del estable-
cimiento de los primeros.
Cuando el fundador de Buenos Aires verificó la repartición de la traza
de esta ciudad, señaló la misma manzana que ocupa hoy la iglesia y conven-
to de San Francisco, á Fray Francisco Solano, primer cura de ella y también
el primero y mas constante agitador para levantar el templo á San Francisco.
Se cree que fuese en 1604 la época en que tuvo lugar la fundación de este
monasterio, mas ni esta fecha ni la de 1594 en que aseguran algunos, se
considera la verdadera, porque aun en este último año se hallaba terminada ya
la casa de los religiosos franciscanos.
Por los documentos históricos á que dio lugar la investigación de dicha
fecha, se deduce fácilmente que su establecimiento se llevó á cabo muy pocos
años después de la reconstrucción de la ciudad por don Juan de Garay.
Y en efecto, consta en instrumentos públicos que en el año 1589, el Ca-
bildo y Justicia Mayor de esta ciudad tuvo que proceder contra los desmanes
é inmoralidad ejecutados públicamente por el fray franciscano Francisco Ro-
mano que formaba parte de la comunidad religiosa ya establecida.
Finalmente, otra prueba que no deja duda acerca de la fecha de la fundación
del convento es que en el año siguiente la autoridad ordenó al mismo fraile Ro-
mano á presentarse á los tribunales ordinarios á exponer las razones en que
se fundaba para cercar las calles que tocaban alas dos manzanas que D. Juan
de Garay donó para el establecimiento de la comunidad de San Francisco.
La misma Real provisión y donación de aceite, vino, ornamentos y cam-
pana hecha en favor de esta congregación de franciscanos, prueba irrefuta-
blemente que la instalación del Convento é institución religiosa se verificó muy
pocos años después de la reconstrucción de esta ciudad.
El actual edificio de la iglesia empezó á construirse en e¡ año 1731 y se-
gún el plano confeccionado por el arquitecto padre Jesuíta D. Andrés Blanqui,
quedando terminado en 1783, á excepción de las torres que en 1807 se desplo-
maron.
Mientras se emprendía la construcción de la iglesia, los franciscanos aquí
— 484 —
residentes representaban continuamente al Rey la necesidad y urgencia de en-
viar religiosos franciscanos á los pueblos del Plata reclamados por numero-
sas naciones indígenas.
De aquí se deduce pues que en tanto se apresuraba la fábrica del ediñcío,
no se olvidaba de aumentar y extender la propaganda de la fé católica en ter-
ritorios inmensos poblados por creyentes idólatras, por ignorancia, que ab-
juraban de sus ideas religiosas cuando la prédica del cristianismo llevaba á su
conciencia el convencimiento.
El edifício de la sola iglesia había costado hasta 1770 medio millón de pe-
sos, celebrándose su dedicación en 1754.
Siendo guardián el padre Antonio de Santaella, se trabajó en 1751 el coro,
destruido en 1767.
En 1754 se había colocado todos los altares y cinco puertas principales de
la iglesia y sacristía; se hizo además el panteón, la reja de fíerro, las perillas
de bronce y por fln la baranda de madera torneada del comulgatorio.
El claustro que va de la sacristía á la portería quedój^terminado en 1757,
como igualmente se llevó á cabo en el mismo año notables adquisiciones en
adornos de altares é imágenes. En el año 1761 y siguiente se aumentaron
estas adquisiciones, se colocaron las barandillas de madera torneada, adelan-
tóse la construcción del convento y se terminó la de las bóvedas de dos claus-
tros y la de un oratorio en el panteón.
En 1763¡quedó terminada la escalera principal y cuatro celdas, habiéndose
empezado la construcción de otras dos. En 1766 el pulpito entallado, varias
celdas y otras obras de carpintería y albañilería se llevaron á cabo. En 1770
las obras se suspendieron por orden de la autoridad^ pues amenazaba la gran
bóveda de la iglesia desplomarse y tal vez reducir á escombros todo el edificio,
por cuya razón informaron los peritos constructores nombrados ad hocse pro-
cediese inmediatamente á su demolición.
Esta resolución oficial abatió profundamente el ánimo de los padres reli-
giosos, que se consideraban completamente arruinados si ella se hacía prác-
tica, pues desaparecía el único medio de existencia con que se sustentaban y
los frutos de un largo y penosísimo trabajo de una serie de años.
El guardián fray Juan Antonio López fué el que levantó la voz y emprendió
la defensa del edificio en representación de la comunidad, demostrando con
muy atendibles argumentos que no había tal peligro de desplome y que con un
ligero refuerzo se garantía la solidez y firmeza del edificio, consiguiendo por
fin eludir la ejecución de tan temeraria disposición.
Reanudado el trabajo para el convento é iglesia continuaron con el mismo
ardor los religiosos haciendo terminar las construcciones empezadas, adqui-
riendo nuevos adornos y aumentando siempre con nuevas construcciones ya
en la iglesia, ya en el convento. Así prosiguieron hasta principios del siglo
actual^ sin vacilar un momento en medio de todas las dificultades y pobreza
aueles asediaban en sus faenas cuotidianas,
— 485 —
En 1807 sufrió grandes desperfectos la iglesia con motivo de haberse gua-
recido en ella las columnas del ejército inglés que invadió esta capital, y aun-
que no se sabe exactamente los perjuicios que ocasionaron, porque en dicho
año no se llevó constancia alguna por parte de los religiosos, ellos no debieron
ser muy insigniñcantes cuando antes de fínalizar el mismo se derrumbó toda
la fachada del templo.
Este acontecimiento imprevisto originó la observación técnica de todo el
edificio, por disposición de la autoridad que temiendo una catástrofe con lo
que había quedado en pié del templo, se apresuró á ordenar su inspección.
Verificada esta y emitido el informe seiba á proceder á su demolición
completa, pero creyendo no fuese rigurosamente necesaria tal medida, se hizo
venir de Montevideo al ingeniero constructor don Tomás Toribio que tenía á
su cargo las reales obras de fortificación de ese puerto.
Inspeccionadas por este las seguridades de la parte de edificio que se man-
tuvo firme, opinó que ligando las paredes que forman la nave interior del edi-
ficio por medio de gruesos tirantes de fierro colocados á distancia proporcio-
nada, aseguraba que la duración del templo quedaba garantida, aun más que
la de los mejores construidos. Fué el mismo arquitecto Toribio que se encargó
de dicha obra de reparación, construyendo el pórtico y torres de la iglesia y
los trabajos de seguridad ya referidos.
En el año 1810 quedaron terminadas las obras de refacción ideadas por
aquel arquitecto y ejecutadas por su orden por el ingeniero don Francisco Ca-
ñete. Todo esto existe hasta el presente.
El frontis fué tasado en la suma de cuarenta y dos mil pesos, de los
cuales tuvieron que desembolsar los franciscanos diez y nueve mil.
Los trabajos que continuaron hasta el año 1819 fueron ya casi insign-
ficantes, pues solo se atendía entonces á la adquisición de más adornos
é imágenes, etc.
La arquitectura del frontis del templo es de orden dórico y jónico y
tiene 15,58 metros de ancho por 31,20 de alto hasta las cruces de las torres jó-
nicas. Entrando por la puerta mayor del frontispicio septentrional se sigue
un vestíbulo en cuyo pavimento hay una lápida con esta inscripción:
<(Aquí yacen los restos de los Ilustrísimos Sres. Obispos de Buenos
Aires D. Fray Gabriel y D. Fray Juan Arregui, hermanos, naturales de
esta ciudad, y protectores de la fábrica de este templo, año de 1637 y
renovada en 1861 por esta comunidad á que pertenecieron.»
La arquitectura del interior de la iglesia es de orden toscano, el piso
del salón de baldosas catalanas, y su superficie de 86,60 metros de lon-
gitud por 13 de ancho. Los altares colocados en las paredes laterales
del templo, son doce, sin contar el altar mayor, los de la contra sacris-
tía 6 de pro/undis^ oratorios y panteón que alcan^n á diez y seis, y con
los de la Iglesia, capilla y panteón de San Roque (ubicada en 34,64
¡netros de longitud y 9,70 de ancho) con veinte y ocho altares. El altar
— 486 —
mayor tiene de alto 17^40 metros y de ancho 13. La arquitectura del re-
tablo es de orden corintio y majestuosa.
El panteón está ubicado bajo el altar mayor, al cual se desciende
por una escalera de diez escalones.
A la sacristía se entra por la parte de Oriente y contiene dos her*
mosos cuadros que revelan toda la grandeza del pincel de Miguel Ángel,
y representan la Ascensión y la Crucifixión del Señor. En el lienzo de
estos cuadros se lee: «Miguel Ángel fecit anno 1760».
Una fuente de mármol y una pila son también dos obras de mérito.
Las otras pinturas que adornan las paredes no dejan de ser de alguna
importancia.
La ante-sacristía se compone de 17,25 metros de longitud y de 7,80 de
ancho, y está adornada de un elegante retablo jónico y de varias pinturas.
El coro de esta iglesia se distingue especialmente por su majestad: dos
órdenes de sillas de cuerpo ocupan sus paredes laterales en número de ochenta
y dos; el facistol es sólido, de madera de Jacaranda, tallada, y tiene un re-
sorte y llave de fierro, secreto, para hacerlo giratorio, que no se puede
descubrir su situación.
Los libros mayores son 16 y ocho los menores, de seis palmos de
ancho abiertos. Existen dos órganos: el mayor está contenido en una
caja de cedro con tres columnas y dos medias columnas y cuatro huecos;
una ventana pequeña para poner dos órdenes de teclas para las manos y
uno para los pies, con dos tambores y seis puertas; tiene de altura 6,90
metros con cinco angelones y cuatro fuelles.
El convento es vasto y su perspectiva arquitectónica admirable.
La biblioteca posee obras de notable mérito en idioma hebreo, griego,
latin, castellano, francés, portugués, italiano y versan sobre todas artes y
ciencias. Ei número de volúmenes alcanza á 7000.
La capilla de San Roque construida en el costado izquierdo de la
iglesia de San Francisco y cuadrando ei atrio de este templo, puede con-
siderarse como una institución aparte, aunque está en perfecta comunica-
ción con la comunidad de los padres franciscanos.
Y en realidad son independientes, aun en su respectiva advocación,
pues tienen todos los ornamentos, esculturas, imágenes etc., de su pro-
piedad, con todas las demás necesidades ó adherencias del culto.
Véase, ahora, por el documento que transcribimos y á que hemos hecho
referencia en el episodio de que el mismo dá cuenta.
CABILDO DE i6 DE FEBRERO DE 1689
En la ciudad de la Trinidad y Puerto de Buenos Aires, en diez y seis dias del mes de Febrero
de mil quinientos y ochenta y nueve años, se juntaron á Cabildo como han de costumbre,
Justicia y Regimiento, conviene á saber: £1 General Juan de Torres Navarrete, y Alcalde
Gaspar de Quevcdo y Hernando de Montalvo, Regidor, y Andrés de Vallejo, Alférez, y Pedro
— 487 —
Sánchez de Luque, y Francisco Muñoz, y Antón Higueras de Santana, y Miguel Navarro,
Procurador desta ciudad, y estando asi juntos en el Cabildo, el alcalde Gaspar de Quevedo
dijo: que anoche á mas de las nueve horas de la noche, estando presentes Antón Higueras de
Santana, y Francisco Muñoz y Hernando de Montalvo, juntamente con el Escribano Antón
Garda Caro, llegó Francisco Pérez de Burgos, Escribano de Su Majestad y vecino desta ciudad,
y dijo que nos requería una, dos y tres veces, y todas las que de derecho podía y debía, como
á tal alcalde y regidores desta ciudad, pusiésemos orden y remedio en los alborotos y
ocasiones que Fray Francisco Romano, fraile de la Orden de San Francisco y cura desta ciudad
metía y obligaba á los hombres para perderse, y que, no lo haciendo, protestaba contra
nosotros lo que protestar debía y podía, con mas las revueltas y muertes que sucediesen
fuesen á nuestro cargo y no al suyo; y á mí constándome ser el dicho fraile ocasionado, lo
deda y proponía en el Cabildo, ante el Señor General y demás Justida y Regimiento, y dijo,
que presentaba para descargo de su ofído, y por hacer lo que debía un requerimiento del
tenor siguiente: — que para tal caso se requiere, y estando en el Cabildo entró Francisco Pérez,
Escribano de Su Majestad, y presentó una provisión de su Majestad en que le hada merced
del dicho oficio de escribano, y la licenda para pasar á estas partes de las Indias, y dijo: que
el requerimiento que fecho tiene, lo vuelve á hacer de nuevo ante sus mercedes y lo pedia por
testimonio; y estando en esto entró el Alcalde Alonso Parejo, y yo el dicho Escñbano ie lei
de verbo ad verhum el dicho requerimiento que hizo Francisco Pérez de Burgos, Escribano de
Su Majestad, y el requerimiento que el Alcalde Gaspar de Quevedo hada.
Y el Aladde Alonso Parejo, visto el requerimiento de Frandsco Pérez y el que el Alcalde
Gaspar de Quevedo ha presentado, dijo: que es justicia que se envié á su Prelado al Padre
Fray Francisco Romano, para que se evite el escándalo y ocasiones desta dudad que en ella
dá y ha dado y va continuando, para que los hombres y vednos desta dudad vivan con quietud
y sosiego en el servido de Dios y de Su Majestad; y esto dijo que daba por su parecer y voto,
y lo firmó.
Luego habló el Tesorero Hernando de Montalvo, Regidor desta dudad, y dijo: que lo
pedido por requerimiento de Frandsco Pérez de Burgos, y ansinusmo por el Alcalde Gaspar
de Quevedo, al General y á todo el Cabildo, son justos y verdaderos, y que conviene lo por
los dichos requirimíentos pedido, que el dicho Fray Francisco Romano salga desta dudad á dar
cuenta ásu Prelado, de lo que ha hecho y dicho en perjuicio y deshonor de los vecinos des-
ta dudad, y de mujeres casadas, y el haber tenido desacato con Pedro Berdun, Teniente que
fué en esta ciudad, de querelle dar un palo en la plaza pública desta dudad y ansí mismo al
Alcalde Gaspar de Quevedo; yes público y notorio en esta dudad, y en la de Santa-Fé, y en
la de la Asundon, que anduvo huyendo por los montes, con un arcabuz, huyendo de su Prelado
y de las demás justicias, eclesiásticas y seglares, en que fué dado por apóstata por el Obispo y su
administrador, según este declarante lo ha oido dedr públicamente en esta dudad; y declaro
que conviene al servicio de Dios Nuestro Señor y de Su Majestad y quietud y pacificación
desta ciudad, por oviar mayores daños y cosas que pueden suceder, visto su mal ejemplo que
dá, que le edien desta dudad y se dé cuenta á su Prelado: y esto dijo que daba por su respues-
ta y parecer y lo firmó de su nombre.
Y luego habló Andrés de Vallejo, Alférez y Regidor, y dice: que todo lo que ha dicho el
Tesorero Hernando de Montalvo ha venido á su noticia, y se conforma con lo que el didio
T^orero ha dicho: y esto dio por su respuesta y parecer, y lo firmó de su nombre.
Y luego, enaste instante, entró Juan de Castro, Regidor.
Y luego habló Pedro Sánchez de Luque, Fid Ejecutor y R^dor, dijo: que visto el
pedimento de Frandsco Pérez de Burgos, fecho al alcalde y demás regidores, y lu^o pedido
áeste Cabildo por el requerimiento del alcalde Gaspar de Quevedo, ser muy justo y conveniente
al servido de Dios y de Su Majestad, y á los vednos, y paz y quietud desta república que el
dicho Fray Francisco Romano salga desta dudad lueso, á dar cuenta á su Prelado de los es-
cándalos y alborotos que ha dado en esta dudad, y da, y el mal ejemplo que dá, y las infamias
que ha causado y causa á los vecinos y mujeres casadas desta dudad; y como R^dor y
Fiel y Ejecutor della, pide y requiere una y dos y tres veces, y las que de derecho puede y de-
be, ai General y cuerpo de este Cabildo, Justicia y R^miento desta dudad, luego le envien á
dar la dicha cuenta al dicho su Prdado, que hadéndolo ansí harán lo que deben y son obligados
en servido de Dios y de Su Majestad, y bien desta república, y lo contrarío hadendo, protesto
contra todos en general y á cada uno en particular, los daños, muertes, escándalos, ínfe^nn'^j^
menoscabos de personas y haciendas que se recresderen á los vecinos y moradores, estantes y
habitantes en esta dudad; y esto daba por su voto y lo pedía por testimonio para en guarda
de su derecho y lo presenta ante quien conviene y lo firmo de au nombre.
Y luego hablo Frandsco Muñoz, vecino y R^;idor desta dudad, y dijo: que habiendo
visto d requerimiento fecho por Frandsco Pérez de Burgos y por d Al^de Gaspar de
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Quevedo, constándole ser verdaderas y justas y á derecho conforme, y haber visto por vista de
ojos muchas cosas, y oidoselas al dicho fraile, y por acortar razones se remite al dicho y voto
y parecer de Pedro Sánchez de Luque, y, como regidor desta ciudad, hace el propio requeri-
miento, con las protestaciones que el dicho Pedro Sánchez las hace, y lo pido por testimonio;
y esto dio por su respuesta, y lo firmó.
Y luego habló Juan de Castro, Regidor desta ciudad, y dijo: que á su noticia ha venido que
el Padre Fray Francisco Romano ha causado muchos escándalos en esta ciudad y en otras
partes adonde ha estado; pero que en el inter de agora no conviene que el pueblo quede sin
religioso, y si saliese, requiero al General y á todos los deste Cabildo que estorben la ida y viaje
á un padre que aqui está, que no salga de la ciudad; y esto dio por su voto y parecer, y lo firmó
de su nombre.
Y luego habló el Regidor Antón Higueras, y dijo: que visto el pedimiento y requirimiento
y protestación fecha por Francisco Pérez y por el Alcalde Gaspar de Quevedo, ser justa, y todo
que dicen ser justo y haber pasado, y haberlas oido, y parte de ellas haber pasado en su pre-
sencia, estando el miércoles de ceniza, á puestas del sol, con el Alcalde Gaspar de Quevedo, en
la plaza desta ciudad, vino el dicho fraile de su convento diciendo que le quería hablar una
palabra y apartóle desviado, habló en secreto con el dicho Alcalde, y oyó dedr al dicho Alcalde:
tenga respeto á la vara del Rey, sino haréselo tener, y allí de palabra en palabra, se vinieron á
trabar de manera que vino á alzar el dicho palo para el dicho Alcalde, diciéndole de falsario, y
yo me ful para el dicho fraile y le detuve, llevándole, y rogándole que por amor de Dios se
fuese á su convento; y ansi, visto las libertades y desvergüenzas que tiene con la justicia Real, y
dijo que conviene al servicio de Dios y del Rey, y bien de la República, que se le mande que
salea á dar cuenta á su Prelado, y no haciéndolo ansí, le apremien á que luego se vaya ; y esto
dio por su respuesta y parecer, y lo firmó de su nombre.
Y luego Francisco de Areco, Alguacil Mayor desta ciudad, habló y dijo : que se conforma
con el dicho del Alcalde Alonso Parejo y Hernando de Montalvo, tesorero; porque conviene al
servicio de Dios y de su Majestad, y esto dio por su voto y parecer, y lo firmó de su nombre.
Y luego habló Miguel Navarro, Procurador desta ciudad y dijo: que pues es notorio, pública
voz y fama que el dicho fray Francisco Romano ha causado y causa grandes escándalos en esta
ciudad, y da mal ejemplo en ella, infamando á los vecinos y moradores y mujeres casadas desta
ciudad, pide y requiere, una y dos y tres veces, y las que de derecho debe y puede, en nombre
de la República, pobres y viudas della ; pide al general y Justicia y Regimiento desta dudad
luego compelan al dicho fraile salga desta ciudad á dar cuenta á su Prelado, sin embargo de lo
que dice en su voto y parecer Juan de Castro, Regidor ; y haciéndolo ansi estorbarán muchos
daños y escándalos que pueden suceder y acaecer ; que enviándolo á su Prelado harán lo que
deben y son obligados ; lo contrario haciendo, protesta contra sus mercedes en general y cada
uno en particular los daños, muertes y menoscabos que en esta ciudad recresderen ; y de como
ansi lo pide y requiere, lo pide por testimonio, y lo firmó de su nombre.
Y luego habló el General Juan de Torres Navarrete, y dijo : que visto los escesos y demaúas
que ha tenido y tiene el Padre Fray Francisco Romano, teniendo poca correcdon y enmienda
a cosas pasadas, dijo que por evitar los daños que se podrían recrescer, es justo que vaya á su
Prelado, á descargarse de todo lo que ante él se pedirá por algunas personas que ante el pare-
cerán á pedir su justicia; y conformándose con los votos deste Cabildo, y por ser públicos
sus escesos y exorbitancias, fué de común parecer que luego salga desta dudad; guardándose el
decoro que como á religioso se debe, sin que le haga agravio, molestia, ni vejación alguna por
obra ni palabra, y de como ansi lo votó lo firmó de su nombre, y todas las demás justicias y
Regimiento desta dudad— Juan de Torres Navarrete — Gaspar de Quevedo — ^Alonso Parejo-
Hernando de Montalvo — Andrés de Vallejo — Pedro Sánchez de Luque — Francisco Muñoz-
Juan de Castro — Antón Higueras de Santana — Francisco Areco — Miguel Navarro — ^Todo lo
cual, yo el dicho escribano doy fé que pasó ante mi — Antón Garda Quro— Escribano Público
y Cabildo.
Este es el templo y claustro i|ue sirvió de morada á los R. tí.. P. P. Je-
suítas cuyo lecuerdo histórico está lleno de episodios interesantes, sobre lodo
en aquellos postrimeros días de su expulsión de todos los dominios del mo-
narca español.
A medida que se fabricaba el edificio y se revelaba á los indios un nuevo
6rden de ideas religiosas, no se descuidaba de hacer venir de Europa mayor
número de misioneros para propagar la religión católica por un vasto ter-
ritorio poblado de fíente humilde, sumisa, y que escuchaba con gran vene-
ración la incisiva palabra sagrada de los predicadores de Cristo, abjurando
fácilmente de sus creencias idóialras.
Mucho se ha hablado respecto de la conducta de los P. P. Jesuítas y de
sus miras particulares en la misión de atraer á los infieles á la religión ca-
tólica. Se les ha inculpado de haber dichos misioneros inculcado en los con-
vertidos ¡deas subversivas contra todas las demás Ordenes establecidas,
coartando la conversión, y por fin, de hacer comercio con las mismas reve-
laciones religiosas que pregonaban y propagaban á tanto por individuo. La
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conversión era un comercio que esplotaban por el desprestigio en que hablan
hecho caer á los otros predicadores, cuya palabra era desoída por los infieles.
De muchas otras irregularidades y perjuicios fueron acusados los misio-
neros jesuítas cuando se hicieron las representaciones para obtener del Rey >^
Carlos III se resolviese á ordenar su expulsión de todo el Vireynato del Plata^
Perú, etc.
No obstante estas apreciaciones, no falta quien asegure que la institucío -^
mas benéfica y proficua á nuestra religión, que la ha exaltado á su mayo;;^
esplendor y conqui.stado la conciencia de millares de almas á la fé católica, ^^
sido esclusivamente la de los R. R. P. P. Jesuítas.
Y en efecto: es irrefutable que estos predicadores mientras convertían coo
la cruz en sus largas y penosísimas peregrinaciones místicas, el templo de fa
ciencia y del saber humano se alzaba solitario, pero solemne, en el centro de
llanuras sin término; sus habitantes corrían presurosos á beber de las fuentes
de la civilización el alimento del alma y de la mteligencia. Los Jesuítas eran
talvez los únicos que fundaban iglesia y colegio de enseñanza religiosa y moral
para dar á los fíeles el pasto espiritual de que tanto necesitaban.
Si es cierto que se enseñorearon de la conciencia, esta conquista era legi-
tima, pues tal debía ser el fruto de sus privaciones, padecimientos, peregri-
naciones sin fin y su constante y perseverante solicitud por el mayor esplendor
y exaltación del dogma del cristianismo.
Las continuas representaciones que se hicieron al Rey acusando á los mi-
sioneros de Jesús de toda suerte de inmoralidades, abusos y faltas en el de-
sempeño de su instituto, hallaron eco, por fin, en el ánimo del monarca,
quien con fecha de 27 de Febrero de 1767 dictó la Real orden de extrañamiento
de la comunidad jesuítica de todos sus dominios de España, Indias, Islas Fili-
pinas y demás adyacencias.
Hasta fines del año siguiente la misión de la Compañía de Jesús se había
extinguido en las Indias Occidentales, anatematizada por los prelados de la
Iglesia y proscriptos del teatro de sus glorias los quizás verdaderos apóstoles
y mártires de la religión católica. Todos sus bienes temporales fueron con-
fiscados y vendidos muchos de ellos por el Gobierno de aquel entonces y
utilizados los mas para servir de institutos de enseñanza civil y religiosa.
La posteridad reconoció mas tarde, es de suponer, el error y precipita-
ción con que se procedió extrañando á la Orden de los Jesuítas, pues 70 años
después en Buenos Aires se rehabilitó el buen nombre, moralidad y amor á
la religión de dichos frailes, ordenando el Gobierno se les pusiese en pose*
sion del Colegio de San Ignacio para que vivieran en comunidad y recibiesen
á cuantos hermanos llegasen de Europa con el cargo de enseñar las asigna-
turas que aquel les encomendase para cuyo objeto se ofrecía aumentar el
local.
En el año 1608 tuvo lugar el establecimiento de los P. P. Jesuítas en esta
Capital, con ocasión de haber sido destinada una misión de estos religiosos al
obispado de Tucuman.
— 4W —
En ese año, los capitulares les permitieron se estableciesen y fundasen
convento en el mismo sitio que hoy es Plaza de Mayo y que mas tarde reci-
bieron en donación legítima hecha por el heredero del Adelantado Juan Ortiz
de Zarate.
En posesión ya de estos terrenos, el Gobierno ordenó su expropiación al
cabo de cierto tiempo por temores de invasión europea, siendo en esta ocasión
que se trasladaron al local que en la actualidad ocupa la iglesia de San
Ignacio.
Esta iglesia es hoy una parroquia de la división jurisdiccional eclesiástica
del municipio.
Dejó de ser convento desde la expulsión de los P. P. Jesuitas.
La iglesia tiene catorce altares, varios cuadros y pinturas de importancia
artística y por fín una capacidad correspondiente á una extensión de metros
53,30 de fondo por 21,80 de frente, con un atrio espacioso que mide 18,10
por 5,90.
Real cédula, para que en los reinos de las Indias se cumpla y observe el deereto que se in-
serta, relativo al eztraflamiento y ocupación de temporalidades de los Religiosos de la
Compaflia de Jesús.
El Rey — Por cuanto, con Real Decreto de veintisiete de Marzo próximo pasado, remití á
mi Consejo de las Indias copia del que con la misma fecha he mandado expedir á mi Consejo
Real, relativo á los Religiosos de la Compañía de Jesús, el cual es del tenor siguiente: Habién-
dome conformado con el parecer de los de mi Consejo Real, en el extraordinario que se celebró
con motivo de las ocurrencias pasadas, en consulta de veintinueve de Enero próximo, y de lo
que sobre ella me han expuesto personas de mas elevado carácter; estimulado de gravísmíias
causas, relativas á la obligación en que me hallo constituido de mantener en subordinación,
tranquilidad y justicia mis pueblos, y otras, urgentes, justas y necesarias que reservo en mi
Real ánimo, usando de la suprema autoridad económica que el Todopoderoso ha depositado
en mis manos para la protección de mis vasallos y respeto de mi Corona: He venido en man-
dar se extrañen de todos mis dominios de España é Indias, Islas Filipinas y demás adyacen-
tes á los Religiosos de la Compañía, así Sacerdotes, como coadjutores, ó Legos que hayan he-
cho la primera profesión, y á los Novicios que quisieran seguirles, y que se ocupen todas las
temporalidades de la Compañía en mis dominios; y para su ejecución uniforme en todos ellos
os doy plena y privativa autoridad, y para que forméis las instrucciones y órdenes necesarias,
según lo tenéis entendido y estimareis para el mas efectivo, pronto y tranquilo cumplimiento.
Y quiero que no solo las Justicias y Tribimales superiores de estos Reinos ejecuten puntual-
mente vuestros mandatos, sino que lo mismo se entienda con los que dirijiereis á los Vireyes,
Presidentes, Audiencias, Gobernadores, Corregidores, Alcaldes mayores y otras cualesquiera
Justicias de aquellos Reinos y Provincias; y que en virtud de sus respectivos requerimientos,
cualesquiera tropas, milicias ó paisanaje den el auxilio necesario, sin retardo ni tergiversación
alguna, so pena de caer el que fuese omiso en mi Real indignación: y encareo á los Padres
provinciales, Prepósitos, Rectores y demás superiores de la Compañía de Jesús se conformen
de su parte á lo que se les prevenga, puntualmente, y se les tratará en la ejecución con la mayor
decencia, atención, urbanidad y asistencia de modo que en todo se proceda conforme á mis so-
beranas intenciones. Tendreislo entendido para su exacto cumplimiento, como lo fio y espero
de vuestro celo, actividad y amor á mi Real servicio; y daréis para ello las órdenes é instruccio-
nes necesarias, acompañando ejemplares de este mi Real decreto, á los cuales, estando firmados
de Vos, se les dará la misma fé y crédito que al original. Rubricado de la Real mano. En el
Pardo á veintisiete de Febrero de mil setecientos sesenta y siete. Al Conde de Aranda, Presi-
dente del Consejo.
Es copia del original que S, M, se ha servido comunicarme, Madrid primero de Marzo demif
setecientos sesenta y siete, — El Conde de Arakda.
Cuya real diaposicion comuniqué al enunciado Tribunal de Indias, para que, en su intcli- J
gencia y conforme á ella, expidiese sin pérdida de tiempo las cédula* convenientes á mis Indias I
Occidentales, islas adyacentes y Filipinas, para su mas puntual y exacto cumplimiento; bien J
entendido que la ejecución del extrañamiento y ocupación de temporalidades corre privativa- i
mente por el Conde de Aranda, Presidente de mi Consejo, y bajo de su mano por los Vire- I
yes, Presidentes y Gobernadores de aquellos dominios, debiendo remitir las diligendas de re- "
sullas de su comisión, y recibir por su mano las órdenes sucesivas. Por tanto, por la presente mí
Real cédula, mando á los Vireyes del Perú, Nueva España y Nuevo Reino de Granada; á lf>a
Presidentes, Oidores y Fiscales de las Audiencias de aquellos d'stritos y del de Filipinas; & lo)
Gobernadores y Justicias de ellos é islas adyacentes, y ruego y encargo á los muy Reverendo» I
Arzobispos, Reverendos Obispos y Cabildos de las santas iglesias metropolitanas y catedrales 1
de las diócesis comprendidas en la demarcación de los expresados Vireynatos y Audiencias, |
cumplan y ejecuten, hagan cumplir y ejecutar, puntual y literalmente todo el contenido del
preinserto mi Real Decreto, sin ir y venir contra éi en manera alguna, ni permitir que con
ningún pretesio se düate, suspenda ó dificulte su puntual y efectivo cumplimiento; en inteligencia
de que ya tengo anticipadas las órdenes convenienies k los mismos Vireyes, Presidentes y
Gobernadores con cartas escritas y ñimadas de mi Real mano, para la ejecución de las primeras J
providencias é instrucciones remitidas por el Conde de Aranda; que así es mi voluntad v que se I
obedezcan sin réplica ni contradicción las órdenes dadas, oque diere el mismo Conde, relativas f
á los puntos que quedan expresados, á cuyo fin lo haréis publicar en la forma acostumbrada, J
para que llegue á noticia de todos. Fecha en el Pardo, ¿ cinco de Abril de mil se teci cutos sesenta \
y siete.
riHtruccíon de lo que deberán ejecutar loa comisionadas para el citranamienio y ocupai
de bienes y baciandas de los Jesuítas en España é Indiae.
I, Abierta esta Instrucción cerrada y secreta en la víspera del día asignado para su c
plimiento, el ejecutor se enterará bien de ella, con reflexión de sus capítulos, y disimulada- 1
mente echará mano de la tropa presente ¿ inmediata, ó en su defecto se reforzará de otros
auxilios de su satisfacción, procediendo con presencia de ánimo, frescura y precaución,
tomando desde antes del dia las avenidas del Colegio ó Colegios, para lo cual él mismo,
por el dia antecedente, procurará enterarse en persona de su situación interior y exterior,
porque este conocimiento práctico le facilitará el modo de impedir que nadie entre y sal- _
ga sin su conocimiento y noticia.
II. No revelará sus fines á persona alguna, hasta que por la mañana temprano an- I
tes de abrirse las puertas del Colegio, á la hora regular se anticipe con algún pretexto, j
distribuyendo las ordenes para que su tropa ó auxilio tome por el lado de adentro las I
avenidas porque no dará lugar á que se abran las puertas del templo, pues este deba 1
quedar cerrado todo e! dia y los siguientes, mientras los Jesuítas se mantengan dentro f
del Colegio,
III- La primera diligencia será que se junte la Comunidad, sin exceptuar ni al her-
mano cocinero, requiriendo para ello al Superior en nombre de S. M., haciéndose al toque J
de la campana interior privada, de que se valen para los actos de Comunidad; y en esta 1
forma, presenciándolo el escribano actuante, con testigos seculares abonados, leeiá el Jtfol i
Decreto de extrañamiento y ocupación de temporalidades, expresando en la diligencia los I
nombres y clases de lodos los Jesuitas concurrentes- I
TV. Les impondrá que se mantengan en su sala capitular, y se actuará de cuales I
sean moradores de la casa, ó transeúntes que hubiese y Colegios á que pertenezcan, to- j
mando noticia de los nombres y destinos de los seculares de servidumbre que habiten j
dentro de ella, ó concurran solamente entre dia para no dejar salir los unos ni entrar loi '
otros en el Colegio, sin gravísima causa.
V. Si hubiere algún Jesuíta fuera del Colegio, en olro pueblo ó paraje no distante,
requerirá al Superior que lo envié á llamar para que se restituya inmediatamente, sin
otra expresión, dando la carta abierta al ejecutor, quien la dirigirá por persona segura, que
nada revele de las diligencias, sin pérdida de tiempo.
VI. Hecha la intimación, procederá sucesivamente, en compañía de los padres Superior
y procurador de la casa, á la judicial ocupación de archivos, papeles de toda especie, biblioteca
común, libros y escritorios de aposentos, distinguiendo los que pertenecen á cada jesuíta, jun-
tándolos en vmo ó mas lugares; y entregándose de las llaves el Juez de comisión.
— 493 —
VII. Consecutivamente proseguirá c' í^oruestro con particular vigilancia, y habiendo
pedido de antemano las llaves con precaución, ocupará todos los caudales y demás efec-
tos de importancia que alli haya, por cualquiera título de renta ó depósito.
VIII. Las alhajas de sacristía é iglesia bastará se cierren, para que se inventaríen á
su tiempo, con asistencia del procurador de la casa que no ha de ser incluido en la re-
mesa general, é intervención del Provisor, Vicario eclesiástico, ó Cura del pueblo, en falta
de Juez eclesiástico, tratándose con el respeto y decencia que requieren, especialmente los
Vasos Sagrados, de modo que no haya irreverencia, ni el menor acto irreligioso, firman-
do la diligencia el Eclesiástico y Procurador, junto con el comisionado.
IX. Ha de tenerse particularísima atención, para que, no obstante la prisa y multitud
de tantas instantáneas y eficaces diligencias judiciales, no falte en manera alguna la más
cómoda y puntual asistencia de los religiosos, aun mayor que la ordinaria, si fuese posi-
ble, como de que se recojan á descansar á sus regulares horas, reuniendo las camas en
parajes convenientes para que no estén muy dispersos.
X. En los noviciados (o casas en que hubiese algún novicio por casualidad), se han
de separar inmediatamente los que no hubiesen hecho todavia sus votos religiosos para que
desde el instante no comuniquen con los demás, trasladándolos á casa particular, donde
con plena libertad y conocimiento de la perpetua expatriación que se impone á los indi-
viduos de su Orden, puedan tomar el partido á que su inclinación los indujese.
A estos novicios se les debe asistir de cuenta de la Real Hacienda mientras se resol-
viesen, según la explicación de cada uno, que ha de resultar por diligencia firmada de su
nombre y puño, para incorporarlo si quiere seguir, ó ponerlo á su tiempo en libertad con
sus vestidos de seglar al que tome este último partido, sin permitir el Comisionado suges-
tiones para que abrace el uno ó el otro extremo, por quedar del todo al único y libre ar-
bitrio del interesado, bien entendido que no se les asignará pensión vitalicia, por hallarse
en tiempo de restituirse al siglo, ó trasladarse á otra Orden religiosa, con conocimiento de
quedar expatriados para siempre.
XI. Dentro de veinticuatro horas, contadas desde la intimación del extrañamiento, ó
cuanto mas antes, se han de encaminar en derechura desde cada Colegio los Jesuitas á
los depósitos interinos ó casas que irán señaladas, buscándose el carruaje necesario en el
pueblo ó sus inmediaciones.
XII. Con esta atención se destinan las cajas generales ó parajes de reunión siguientes:
De Mallorca, en Palma — de Cataluña, en Tarragona — de Aragón, en Teruel — de Va-
lencia, en Segorbe — de Navarra y Guipúzcoa, en San Sebastian — de Rioja y Vizcaya, en
Bilbao — de Castilla la Vieja, en Burgos — de Asturias, en Guijon— de Galicia, en la Coruña
— de Extremadura, en Trejenal, á la raya de Andalucia — los reinos de Córdoba, Jaén y Se-
villa, en Jerez de la Frontera — de Granada, en Málaga — de Castilla la Nueva, en Carta-
gena— de Canarias, en Santa-Cruz de Tenerife ó donde estime el Comandante general
XIII. Su conducción se pondrá al cargo de personas prudentes y escolta de tropa ó
paisanos, que los acompañe desde su salida hasta el arribo á su respectiva caja, pidiendo
a las justicias de todos los tránsitos, los auxilios que necesitaren, y dándolos estas sin demora,
para lo que se hará uso de mi pasaporte.
XIV. Evitarán con sumo cuidado los encargados de la conducción el menor insulto á
los religiosos, y requerirán á las justicias para el castigo de los que en esto se excedieren;
pues aunque extrañados, se han de considerar bajo la protección de S. M., obedeciendo
ellos exactamente dentro de sus reales dominios ó bajeles.
XV. Se les entregará para. el uso de las personas toda su ropa y mudas usuales que
acostumbran, sin disminución; sus cajas, pañuelos, tabaco, chocolate y utensilios de esta na-
turaleza; los breviarios, diurnos y libros portátiles de oraciones para sus actos devotos.
XVI. Desde dichos depósitos, que no sean maritimos, se sigue la remisión á su em-
barco, los cuales se fijan de esta manera:
XVII. De Tarragona podrán transferirse los jesuitas de aquel depósito al puerto de
Salou, luego que en él se hayan aprontado los bastimentos de su conducción por estar
muy cercano.
XVIII. De Burgos se deberá trasladar los reunidos allí al puerto de Santander, en
cuya ciudad hay Colegio, y sus individuos se incluirán con los demás de Castilla.
XIX. De Fregenal se dirigirán los de Extremadura á Jerez de la Frontera, y serán
conducidos con los demás que de Andalucía se congregasen en el propio paraje, al puerto
de Santa María, luego que se halle pronto el embarco.
XX. Cada una de las cajas interiores ha de quedar bajo de un especial comisionado
que particularmente deputaré, para atender á los religiosos hasta su salida del Reyno por
niar, y mantenerlos entretanto sin comunicación externa, por escrito ó de palabra, la cual
se entenderá privada desde el momento en que empiecen las primeras diligencias, y aá
se les intimara desde luego por el ejecutor respectivo de cn.la Colegio, pues la menor
transgresión en esta parte, que no es creibtc, se escarmentará ejemplarísimamenie.
XXL A los puertos respectivos destinados al embarcadero, irán las embarcaciones su-
ficientes con las i;rdenes ulteriores, y recogerá el comisionado especial recibos individuales
de los patrones, con lista expresiva de todos los jesuítas embarcados, sus nombres, patrias
y clases de primera, segunda profesión ó cuarto voto, como de los legos que los acom-
pañen if^al mente.
XXII. Previénese que el Procurador de cada Colegio debe quedar, por el término de
dos meses, en el respectivo pueblo, alojado en casa de otra religión, y en su defecto, en
secular, de la confianza del ejecutor, para responder y aclarar exactamente, bajo de depo-
siciones formales, cuanto se le preguntase tocante á sus haciendas, papeles, ajuste de cuentas,
caudales y régimen interior; lo cual evacuado, se le aviará al embarcadero que se le seña-
lase, para que solo ó con otros sea conducido al destino de sus hermanos.
XXIII. Igual detención se debe hacer de los Procuradores generales de las provincias
de España é Indias, por el mismo término y con el propio objeto y calidad de seguir á
los demás.
XXIV. Puede haber viejos de edad muy crecida, ó enfermos que no sea posible re-
mover en el momento; y respecto á ellos, sin admitir fraude ni colusión, se esperará hasta
tiempo mas benigno, ó á que su enfermedad se decida.
XXV. También puede haber uno ú otro que, por orden particular mía, se mande de-
tener para evacuar alguna diligencia ó declaración judicial, y si la hubiese, se arreglará á
ella el Ejecutor; pero en virtud de ninguna otra, sea la que fuere, se suspenderá la salida
de algún jesuíta, for tenerme S. M. privativamente encabado de la ejecución é instruidc
de su Rea! voluntad.
XXVI. Previénese por regla general, que los procuradores, ancianos, enfermos ó dete-
nidos en la conformida_d que va expresada en los artículos antecedentes, deberán trasla-
darse ¿ conventos de Orden que no siga la escuela de la compañía y sean los mas cercanos;
permaneciendo sin comunicación extema á disposición del Gobierno, para los fines expre-
sados; cuidando de ello el Juez Ejecutor muy particularmente y recomendándolo al Supe-
rior del respectivo convento, para que de su parte contribuya al mismo fin, á que sus
religiosos no tengan tampoco trato con los jesuítas detenidos y á que se asistan con toda
la caridad religiosa; en el seguro de que por S, M. se abonarán las expensas de lo gas-
tado en su permanencia.
XXVII. A los jesuítas franceses que están en colegios ó casas particulares, con cual-
quier destino que sea, se les conducirá en la. forma misma que á los demás jesuítas, como
a los que estén en Palacio, seminarios, escuelas seculares ó mihlares, granjas ú otra ocu-
pación, sin la menor distinción.
XXVIII. En los pueblos que hubiese casas de seminarios de educación, se proveerá
en el mismo instante á sustituir á los directores y maestros jesuítas, con eclesiásticos se-
culares que no sean de su doctrina, entretanto que con más conocimiento se providente
su régimen; y se procurará que por dichos sustituios se continúen las escuelas de los se-
minaristas; y en cuanto á los maestros seglares, no se hará novedad con ellos en sus res-
pectivas enseñanzas.
XXIX. Toda esta Inüruccion providencial se observará á la letra por los jueces eje-
cutores ó Comisionados, á quienes quedará arbitrio para suplir, según su prudencia, lo
que se haya omitido y pidan las circunstancias menores del día, pero nada podrán
alterar de lo sustancial, ni ensanchar su condescendencia, para frustrar en el más míni-
mo ápice el espíritu de lo que se manda, que se reduce a la prudente y pronta expul-
sión de los Jesuítas, resguardo de sus efectos, tranquila, decente y segura conducción
de sus personas á las cajas y embarcaderos, tratándoles con alivio y caridad c impi-
diéndoles toda comunicación externa de escrito ó de palabra, sin distinción alguna de
clase ni personas; puntualizando bien las diligencias para que de su inspección resulte
el acierto y celoso amor al Real servicio con que se hayan practicado, avisándome
sucesivamente según se vaya adelantando. Que es lo que debo prevenir, conforme á las
órdenes de S. M. con que me hallo, para que cada uno en su distrito y caso se
iirregle puntualmente á su tenor, sin contravenir á él en manera alguna, — Madrid, 1" de
Marzo de 1767. — El Conde de Aranda.
— 495 —
Adición á la instrucción sobre el extrafiamiento de los Jesuítas
I. Para que los Vireyes, Presidentes y Gobernadores de los dominios de Indias é
Islas Filipinas, se consideren con las mismas facultades conducentes que en mí residen en
virtud de la Real resolución, depongo en ellos las de que habla la instrucción de España,
para dar las órdenes señalando las cajas de depósito y embarcaderos, como aprontando
¡as embarcaciones necesarias para trasporte de los Jesuitas á Europa y Puerto de Santa
María, donde se recibirán y aviarán para sus destinos.
II. Como su autorídad será plena, quedarán responsables de la ejecución, para la cual
proporcionarán el tiempo y fíjarán el día en que se cumpla en todas las partes de su
distrito, expidiendo las órdenes convenientes con la mayor brevedad á fín de que no llegue
á noticia de unos Colegios lo que se practique en otros sobre este particular.
III. En esto ocurrirán los gastos que se pueden considerar, y asi deberán costearse
de las cajas reales, con calidad de reintegro de los efectos de la Compañía.
IV. En el secuestro, administración y recaudación de dichos productos, ha de haber
la mayor pureza y vigilancia, para evitar suestravio, ó confianzas perjudiciales.
V. En todas las Misiones, que administra la Compañía en América y Filipinas, se
pondrá interinamente por provincias im Gobernador á nombre de S. M. que sea persona
de acreditada probidad, y resida en la cabeza de las Misiones, y atienda al gobierno de
los pueblos, conforme á las leyes de Indias; y será bueno establecer allí algunos espa-
ñoles, abriendo y facilitando el comercio recíproco, en el supuesto de que se atenderá el
mérito de cada imo con particularidad, s^un se distinguiese.
VI. En lugar de los jesuitas se subrogarán por ahora ó establemente clérigos ó reli-
giosos sueltos con el sínodo que paga S. M. á ñn de que puedan situarse cómodamente,
cuidando en lo espiritual el Diocesano de atender á lo que sea de su inspección, para lo
cual los Vireyes, Presidentes y Gobernadores pasarán las órdenes convenientes á los Re-
verendos Arzobispos y Obispos.
VII. El que vaya nombrado de Grobemador ó Corregidor á la respectiva provincia de
Misiones, llevará el encargo de sacar de ellas á los Jesuitas, y dirigirlos á la caja respec-
tiva, á cuyo efecto, se le deberá dar la escolta provisional competente.
VIII. A fin de facilitar la reunión de los Jesuitas misioneros que se hallen muy des-
tacados en distancia seria conducente que el Provincial, ó quien tenga sus facultades, es-
criba para ellos órdenes precisas, conviniendo para lo mismo que se haga antes el arresto
de los existentes en sus colegios, asi para que el Provincial no busque dilaciones por bajo
mano, como porque los misioneros mismos, viéndose destituidos del principal auxilio, sean
más pimtuales al cumplimiento, y estas órdenes de los provinciales o superiores inmedia-
tos han de ser abiertas y sin que expresen más que el retiro del sujeto, sin narrativa de
la providencia general.
IV. De todo lo que vaya ocurriendo, diligencias é inventarios, se me remitirá el ori-
ginal, quedando allí copia certificada, para que en las dudas y recursos que ocurran, se
pueda resolver en la forma que S. M. lo tiene determinado.
X. Aunque los Presidentes subalternos, ó Gobernadores, han de poner en cumpli-
miento estas órdenes é instrucciones, ya las reciban en derechura ó ya por medio del Vi-
rey respectivo, sin retardación de la ejecución, deberán dar cuenta inmediatamente á su
Superior de lo que adelantasen, para mantener la armonía y subordinación que es
justa.
XI. Como esta providencia es general y imiforme para todos los dominios de S. M.
después de un maduro y deliberado examen, sería inútil el que ninguno de los comisio-
nados buscase pretextos para dejar ineficaz lo mandado, pues se mirarla como reprensible
semejante conducta, y responsable de sus resultas el que por tales medios espusiese á
desgraciarse las Reales órdenes; y si todo su ahinco y aplicación se ha de esforzar á líes
varias á debido efecto con vigor, prudencia y secreto, no fiando este negocio sino á ios
muy precisos, y disponiendo que en un mismo dia ó pocos de diferencia, s^un las dis-
tancias, se cumpla lo mandado en todos los colegios y casas de la Compañía de su dis-
tríto, enviando pliegos cerrados con carta remisiva y prevención en ella de no abrírlo-
hasta la víspera del dia que se prefíjase para la ejecución.
XII. La distancia no permite se consulte sobre la práctica; v así los Vireyes, Presi-
dentes ó Gobernadores respectivos, sin faltar al esplrítu de la orden, serán arbitros, en
todo el ámbito de su mando, de proporcionar el cumplimiento por medios equivalentes
ó añadir las precauciones que estimaren, conduciéndose con firmeza é integridad, por tra-
tarse del Real servicio, en punto que las omisiones serían de gravedad.
XIII. De la inspección que acompaña, formada para Españ», deduciiá cada Ejecutor i
lo que sea aplicable en aquel paraje de su comisión; de maj.^ia que por ella, esta y lu I
que dictase el juicio de cada uno, bajo el mismo espíritu, se llegue al complemento cabal I
de la expulsión; combinando las precauciones y reglas con la decencia y buen trato de I
los individuos, que naturalmente se prestarán con resignación sin daj motivo para que el (
Rea! desagrado tenga que manifestajse en otra forma; ó usando los Vireyes, Presidentes, J
Gobernadores y corregidores de la fuerza, que en caso necesario sería indispensable, por-
que no se puede desistir de esta ejecución ni retardarla con pretextos. Sobre lo cual cada I
uno en su mando tomará por sí la deliberación oportuna, sin consultarla á España sino I
para participarla después de practicada. — Madrid, i" de Marzo de 1 767. — Ei Conde dt I
Aranda.
Noticia de los colegíoB. rcHÍdenciaB y mislon<
:s que fueron de los Regulareí extinguido* de U
Compaflia en loa Reinos de Indias, Provin
cías de Buenos Aires, Tucumao y Paraguay
I Córdoba, col.
25 San José.
z id.. Seminario.
2Ó San Carlos.
3 id.. Noviciado.
27 San Ignacio Miní.
4 Montevideo, R.
28 Loreto.
5 Santa Fé de la Veracruz, col.
29 Santa Ana.
6 Corrientes.
30 San Ignacio Guazú.
7 B. Aires, C. máximo.
31 Nuestra Señora de la Fé. .
8 id„ Col, de Belén.
12 Santa Rosa. ^^^^
9 id. R.
33 Saatíago. |^^H
10 Asumpcion del Paraguay.
34 San Cosme. ^^^H
II San Fernando.
35 Jes^- ^^^
12 Rioja, Col.
3Ó Trinidad. i^^^l
13 San Miguel de Tucuman,
37 Itapúa. ^^H
14 Potosí.
38 Candelaria. ^^^H
15 Santiago del Estero, col.
3r, Yapeyú. ^^^H
16 Tanja.
40 La Cruz. «^^^1
17 San Phelipe de Lerma.
41 San Borja. ^^^^H
18 Salta.
42 Santo Thomé. ^^^H
19 San Juan.
43 San Nicolás. ^^^H
20 San Xavier.
44 San Luis. ^^^H
21 Mártires.
45 San Lorenzo. ^^H
22 Santa María la Mayor.
4& San Ángel. .^^H
23 Concepción.
4; San Juan. ^H
24 Apóstoles.
48 San Miguel. ^^H
Carla del Gober
de los bienci
raguay. y »p
:upado8 á los Je
icion que podia
e Aranda, expor
estada
1 y P-
Excmo. Señor
Muy señor mió: Para que S. M. delibere lo más conforme á sus piadosas intenciones,
sobre lo que posrian los del urden de la Compañía en estas tres provincias del Rio de ta Plata,
Tucuman y Paraguay, expoudtL' á V. E. lo que hasta ahora he podido comprender y me dicta
el deseo del mejor servicio de ambas Majestades.
El cuerpo vastísimo de todos los bienes, me pereuado que se dividirá en tres clases.
La primera, de las obras pías inlíluidas por distintos para determinados fines, con seña-
ladas cargas que se deben satisfacer de los réditos de los fondos verificados en aquellas ñucas
sobre que se impubierun.
— 497 —
La segunda, de los pueblos de indios, cuya falta de paga de tributos es constante.
La tercera, los del particular y común de colegios y provincias.
Cada una de estas clases se compone de muchas cuentas que para la liquidación se
necesita dilatado tiempo, aunque entiendo que las de obras pias tienen menos trabajo y piden
distinción, y en las otras dos solo debe averiguarse los débitos y créditos con los extemos,
para cobrar y satisfacer los alcances verdaderos, formando de cada cuerpo liquido, sin excep-
tuar las que hayan tenido entre sí los pueblos y la que igualmente han girado de unos á otros los
colegios y provincias, por contemplar esta última una masa para ocurrir á los gastos y subsisten-
cia de los de la Compañía, á otros ñnes del soberano agrado.
Las casas, obrajes y haciendas de campo son invendibles á dinero de contado por su In-
timo valor, respecto de que no hay vasallos en estas Provincias que tengan caudales para com*
prarlas, y su administración la considero costosa y arriesgada.
£n estos términos, me parecía más conveniente que, después de avaluadas, se hiciesen al-
monedas, para darlas á tributo ó censo de cinco por ciento anual á los vasallos seculares,
bajo de las condiciones de conservarlas mejoradas, y con las correspondientes seguridades pK>r
lo respectivo al principal y á la pimtual paga del crédito, según se practica con todas las impK>-»
siciones; pues así se aseguraba una renta perpetua, y los subditos tenían este alivio, mirando
también á que, cuando se concluya la contribución asignada á los de la Compañía por la
grande piedad y generoso ánimo del Rey nuestro señor, es regular quede á favor del Erario,
al que han defraudado en mucho más.
Las Iglesias con lo correspondiente á ellas, y los Colegios con sus librerías, se pueden
aplicar á los devotos ministerios para que debieron erigirse.
La religión de Bethlemitas, ahora veinte años, se posesionó en esta ciudad del Hospital,
que se mantenía y administraba de cuenta de S. M., de cuya Real Orden se les entrego con
im corto número de censos, que tenía de fondo, y un peso que se tributa de cada botija y
sobre de aguardiente de las que se introducen, á lo que se han agregado diferentes mandas y
limosnas hechas por varios particulares; pero el edificio es inútil por su calidad y estado, y d
terreno corto, sin esperanza de tener extensión: se les podía dar la casa de ejercicios del Alto
de San Pedro, con la Iglesia y Colegio de Belén, que está contiguo, atendiendo á que D. Mel-
chor García de Tagle, que fundó dicha casa, puso por condición que ¿altándolos de la Compañía
al cumplimiento de su voluntad, entrasen a poseerla para hospitales los Bethlemitas. £s un
paraje á propósito, porque no está en el centro de la ciudad; y con lo que hoy tienen y aque-
lla posesión y sus obras pías se amplia lugar y medios para la curación de los enfermos, y
aún se puede establecer hospital de mujeres, pues para ejercicios están los conventos, y espé*
cial mente el de la Recoleta franciscana, que tiene fondo destinado á este ministerio, que se
ejerce en tiempos determinados del año, y aún siempre que se piden.
El Orden de la Merced tiene bastantes Iglesias y conventos de buenos edificios y sufi-
ciente número de religiosos de todas clases.
El de San Francisco está con más posesiones y mejores edificios de Iglesias y conventos,
y con mayor número de religiosos; de forma que no necesita aumento ni auxilio.
El de Santo Domingo es el que se halla escaso de todo, porque en las tres provincias np
hay más de seis conventos, situados en esta ciudad, en los de Córdoba, Santiago del Estero,
la Rioja, Santa Fé, y Asunción del Paraguay, y un hospicio en la de Corrientes, de unos écH-
ficios antiguos, con muy pocas celdas, cuasi inhabitables, y del mismo modo las Iglesias que
amenazan ruina; el número de los religiosos corto, y de cátedra solo imo, graduado de maes-
tro, que pasa de ochenta años.
Necesitan convento de primitiva observancia, ó Recolección, que no tienen como en las
demás provincias y sirve para modificar á unos y perfeccionar á otros.
Me parecía conveniente que se les diesen las Iglesias y colegios que tenían los de la
Compañía, con aquellos útiles de estantes, mesas, sillas y bancos, y los ornamentos, vasos
sagrados y alhajas precisas para los oficios divinos, repartiendo lo demás de estas clases á las
catedrales, parroquias y otras iglesias, con proporción á sus necesidades y posibles.
Podía destinarse a la misma religión la clase de bienes de obras pías, para que, cum-
pliendo con sus cargas, disfrutasen su congrua, que les sirviese de alivio á la necesidad que
padecen.
De las librerías también se podían hacer cargo, con la obligación de mantenerlas como
bibliotecas francas, para el uso del público, según se practica en esa corte y otras partes, pero
para que esta orden se ponga en estado conveniente, es necesario que S. M. haga venir cin-
cuenta ó sesenta religiosos hechos y en actitud de entrar desde luego á regentear Cátedras y
ejercer magisterios de novicios, estableciendo el convento ó conventos de Recolección, y to-
mando parte en el Gobierno, practicando en esto la alternativa que se observa en la de San
Francisco y en la misma de Santo Domingo en otras provincias de este reino, sin esperar á
— 498 —
que dios lo pidan, respecto de que, no llegará este caso, pues quieren los del país ser solos
en el mando, y asi se ve que, si algún europeo toma el hábito, aimque su literatura, virtud
y méritos le hagan acreedor, no le permiten ascenso
Con el modo propuesto no se necesitan otras órdenes, ni más número de religiosos de
los que hay, considerado el de los pueblos y sus habitantes, y solo se podrá atender al de
ampliar á Universidades publicas el Colegio Convictorio de Córdoba en aquella ó en esta
dudad, reconocida la suficiencia de los fundos para las dotaciones de cátedras.
Espero que V. £. me advierta la voluntad de S. M. sobre este punto de Iglesias y co-
legios, atendiendo á que las mantengo cerradas, porque cualquiera providencia interina podia
ocasionar algún extravio de los adornos que hay en ellas, previniéndome también la aplica-
ción que deba darse á aquellas alhajas de plata servibles que no sean vasos sagrados, ni con-
sidero precisas para los que hayan de entrar á ocupar las Iglesias.
Es cuanto por ahora me permito exponer el tiempo y la multitud de ocurrencias.
Nuestro Señor guarde á V. E. muchos anos, como deseo. — ^Buencs Aires, 23 de Se-
tiembre de 1767. — Excmo. Señor: B. L. M. de V. E.: su mas atento servidor. — Francisco Bu^
carelí y ürsua — Excmo. Sr. Conde de Aranda.
MONTE DE PIEDAD
La Casa de Montepío que fundó la Provincia de Buenos Aires por ley de
sus respectivas cámaras de fecha Octubre 15 de 1877, funciona hasta el presente
con regularidad en el municipio déla Capital Federal^ administrada y dírijida
por agentes representantes de dicha Provincia.
Desde que se nacionalizó este municipio todos los ediñcios y estableci-
mientos públicos de aquella en él ubicados fueron comprados sucesivamente
por el Gobierno Nacional, estando en la actualidad muy adelantadas las ges-
tiones que se practican para obtener laenagenacion del que nos ocupa.
Son estas tramitaciones lasque nos privan por hoy de ofrecer datos fres-
cos sobre su movimiento económico y administrativo, pero no obstante se
dará una idea de él con los que se refíeren al año 1883.
El Gobierno de la Provincia al establecerlo lo puso en relación con el Banco
oficial de la misma, abriéndole un crédito por valor de cinco millones de pesos
moneda corriente ó sea doscientos mil pesos fuertes, ordenando además la
clausura de todos los demás de su género que estuviesen ó no autorizados
por las Municipalidades en plazos prudentes y perentorios, y fijando asimismo
las penas ó multas en que incurrían los contraventores á lo dispuesto.
Veamos ahora las operaciones del año 1883:
OPERACIONES Numero Cantidad
Préstamos 21663 9745040
Renovaciones 16163 8654982
Rescates 18285 8726498
Excedentes abonados 1692 161599
Venta en remate 1344464
Préstamos sobre prendas rematadas 113080(i
Excedente líquido 260866
Amortización 33300
Intereses 880475
Derecho de Depósito 101738
Comisión de tasación 56744
Préstamos en circulación el 31 de Diciembre 4532494
— 4M —
El Balance General tomado en 31 de Diciembre de dicho año, acusa las
siguientes cifras:
Debk
CL'itrrAS
»
»
»
Útiles y muebles $ m/c.
Caja !
Préstamos
Sucursales
intereses y derechos
por cobrar »
Adjudicaciones >»
Total
»
»
»
»
»
2268712
602164
4532494
288758
227115
23666
594-^909
Banco de la Provincia % m/c 5^97307
Excedentes » » 135460
Ganancias y pérdidas » » 41014S
Total.
La cuenta de Ganancias y Pérdidas dá el siguiente resultado:
Dbbx
CuixrAs
5942909
Habbk
Gastos generales $ m/c
Comisión de tasa-
ción...
Utilidad
»
>^
«
»
628275
13354
410142
Total.
1051771
Saldo anterior $ m/c.
Interesesy derechos
por cobrar « «
Intereses y derechos
cobrados « «
Derecho de depósito «
Excedentes proscrip-
tos >
Excedentes antiguos »
Total
»
»
»
))
6331
227115
568080
68130
67145
114970
1051771
REGISTRO DE LA PROPIEDAD
Esta ofícina creada por ley de 6 de Diciembre de 1881, tiene por objeto
hacer inscribir en ella todo titulo traslativo de dominio de inmuebles ó dere-
chos reales impuestos sobre los mismos; Instituios en que se constituyan,
reconozcan, modiñquen ó extingan derechos de hipoteca, usufructo, uso,
habitación 6 cualquier otro derecho real; todo acto ó contrato por el cual se
adjudiquen bienes inmuebles ó derechos reales; las sentencias ejecutoriadas,
que por herencia, prescripción ú otra causa reconocieren adquirido el do-
minio, ó cualquier otro derecho real sobre inmuebles; los contratos que
excedan de un año, de arrendamiento de bienes raices por tiempo determi-
nado; las ejecutorias que dispongan el embargo de bienes inmuebles, ó que
inhiban á una persona de la libre disposición de los mismos, etc., etc.
Para ser inscriptos estos títulos, se requiere estén consignados en escri-
tura pública, ejecutoria, ó documento auténtico.
Aunque en la actualidad podríamos presentar el movimiento anual de esta
ofícina con todos los detalles y particularidades de los documentos ins-
criptos, creemos es más oportuno, y aún más lógico, ofrecer dichos datos
— 500 —
cuando tratemos de la Oñcina de Contribución Directa, no porque dependa
directamente de esta, sino por la intima relación que vincula el movimiento
de una y otra.
Cuando llegue este caso, daremos detalles completos sobre las ventas
é hipotecas con todas sus adherencias y especiñcaciones realizadas durante
el año 6 en un quinquenio para hacer destacar más la importancia que pro-
gresivamente ha ido adquiriendo la propiedad, ó bien la decadencia de la
misma, si fuese posible este fenómeno económico.
Las inhibiciones nos darán materia de observación y estudio cuando al
tratar de los tribunales especiñquemos en detal su movimiento adminis-
trativo .
PLAZA DE MAYO
Vacante por mucho tiempo el adelantazgo del Rio de la Plata, por muer-
te del Gobernador Domingo Martinez de Irala, érala aspiración general de
los más poderosos marinos ó navegantes (^ue habían rendido importantes
servicios al Rey en estos dominios.
Algunos flaqueaban ante la responsabilidad y peligros económicos que
contenía el pliego de condiciones; otros, aunque estaban seguros de las ri-
quezas que podían explotar á favor de su bienestar personal, vacilaban al
analizar las prescripciones del contrato.
Pero D. Juan Ortiz de Zarate, poderoso acaudalado que en el Perú había
prestado interesantes servicios á la Corona, comprometiendo su fortuna y
aun su posición venidera, entró en arreglos con el superior gobierno para
hacerse cargo de estas provincias.
Entre las obligaciones que contrajo Zarate con el Rey Felipe II, por la
capitulación de 1569, debía traer doscientos españoles que serían labrado-
res y artesanos, y trescientos hombres de guerra, conducidos en cuatro
navios bien artillados y provistos de las armas, municiones y bastimentos
necesarios; fundar dos pueblos de españoles entre los distritos de la ciudad
de la Plata, Chile y ciudad de la Asunción, y otro en la entrada del Rio
de la Plata; introducir en el territorio del Vireinato cuatro mil cabezas va-
cunas, cuatro mil ovejas, quinientas cabras, y trescientas yeguas y caballos
al cabo de los tres primeros aüos, debiendo gastar de sus propios intereses
veinte mil ducados de oro para atender á todas las necesidades del mejor
servicio y conservación de las provincias.
Muchos trabajos y diñcultades tuvo que superar el Adelantado Zarate
para equipar la expedición y emprender el viaje llegando en 1573 al Rio de
la Plata, de donde se dirigió á la Asunción, arribando el año siguiente á
este punto.
— 501 —
Pero en 1575, abrumado por ei decrecimiento de su fortuna, las con-
trariedades que supo crearse con su inmoderada política, y su impotencia ó
poca habilidad para gobernar los destinos de estas provincias, murió bajo
el peso desús ambiciones ó de sus errores trascendentales.
El capitán D. Juan de Garay fué el encargado por el infortunado Zarate
para hacer cumplir sus últimas disposiciones, debiendo poner en posesión
del adelantazgo á la persona que contrajese matrimonio con su hija doña Jua-
na Ortiz de Zarate, residente en Chuquisaca, adelantazgo que le correspondía
de derecho, según las estipulaciones de la capitulación; verificóse el enlace de
aquella con el Oidor de la Audiencia de Charcas, D. Juan de Torres de Ve-
ra y Aragón, por el especial empeño que desplegó Garay, quien fué nom-
brado lugarteniente general por el nuevo Adelantado^ con plenos pode-
res para continuar los descubrimientos, conquistas y población etc., á que
estaba obligado.
En 1576 regresó Garay ala Asunción, iniciando un gobierno laborioso
y progresista que le mereció grandes triunfos populares: fundó dos pueblos
al Este y Norte de la Capital , delegó después el mando en el capitán Rui
Diaz Melgarejo, y en el año 1580 vino á Buenos Aires con el objeto de
reedificar la ciudad. Trazado el plano y distribuidos los solares, señaló á
beneficio del Adelantado Torres de Vera una cuadra de tierra, sita entre el
Fuerte Real y la plaza mayor, la misma que hoy conocemos bajo el nom-
bre de Plaza de Mavo.
m
Tres años después, y cuando por sus innumerables é importantísimos
servicios en el Perú como en el Rio de la Plata se atrajo la voluntad y
simpatías de amigos y enemigos, murió alevosamente asesinado por los
indios, nombrando el Adelantado para sucederle á don Juan de Torres
Navarrete, que emprendió con el mismo ardor que su antecesor, la conquis-
ta y fundación de nuevos pueblos, gobernando el territorio con general
aplauso.
Poco después pasó á España el Adelantado, sin hacer renuncia de sus
títulos, ni de su Gobierno, quedando despoblada por cerca de una treintena
de años la cuadra de tierra que le adjudicara su lugarteniente Garay, pero
que en 1608 y con motivo de la llegada (^e una misión de jesuitas, que-
dó transformada en Colegio de la Compañía de Jesús por voluntad del Go-
bierno que les cedió ese mismo pedazo de tierra por ser el más á propó-
sito á tales fines.
Pero once años después, don Juan Alonso de Vera y Zarate, hijo del
Adelantado Torres de Vera y Aragón, fué nombrado gobernador de las
provincias de Tucuman, y Adelantado titular del Rio de la Plata, según la
capitulación firmada por su abuelo en 1569.
Puesto en posesión de su gobierno, convino con don Rodrigo Alonso del
Granado que éste edificase casas de vivienda en la cuadra de terreno que el
Adelantado poseía en Buenos Aires, para comprárselas según tasación, ter-
mina da la construcción de ellas.
— 508 —
Esta cuadra se hallaba entonces dividida en dos partes por un callejón,
estando ocupada la del Norte por el Colegio de los jesuítas, y en la del
Sud era en la que se trataba de construir dichas casas.
Satisfecho el convenio en lo que competía á Rodrigo Alonso, tuvo éste
que entablar acusación contra el Adelantado, que al ñn se vio despojado
del terreno por otro acreedor, procediéndose en seguida á su remate.
Por el año de 1634 gobernaba el Rio de la Plata, don Pedro Esteban
Dávila, á cuyo arribo desembarcó con alguna gente de guerra en previsión
dé los peligros de una invasión europea, que so anunciaba en esa época,
y deseando preparar todos los elementos bélicos para la resistencia, así
como de construir las obras de defensa indispensables para asegurar el
éxito, encontraba en las nuevas construcciones que se habían hecho en
la plaza, un obstáculo serio para maniobrar la artillería en caso de ataque;
pero nada notable sobrevino, porque no teniendo lugar la invasión, tampoco
tenía objeto útil la demolición de ellas.
Por muerte del Capitán Pedro de Rojas y Acevedo, que fué quien
compró en remato la parte sud de la plaza, su esposa quedó en posesión
de dicho terreno que donó á la Compañía de religiosos, para que amplia-
ran el estrecho establecimiento, del cual tomó posesión el Colegio, en
virtud de la correspondiente escritura de donación.
En 1649^ el segundo adelantado titular del Rio de la Plata don Juan
de Vera y Zarate, hijo legítimo del primer adelantado titular don Juan
Alonso de Vera y Zarate, hi/.o donación al mismo Colegio del terreno en
que este se hallaba establecido, quedando de esta manera en posesión
completa de dicha cuadra.
El 10 de Junio de 1659 recibió orden del rev el Gobernador don Alón-
so de Mercado y Villacorta, para que emprendiese sin pérdida de tiempo
los mas serios trabajos de defensa de la plaza, gastando de la real hacien*
da todo cuanto se creyese conveniente á aquellos fines, pues se temía de
una manera evidente un próximo ataque de los enemigos de la corona en
estos dominios; fué entonces que dando cumplimiento la autoridad de Bue-
nos Aires á la real cédula entró en transacciones con los padres religiosos
para expropiar el Colegio, fundándose en que éste, además del inminente
peligro que ofrecía á los defensores del Fuerte si se atrincheraban los inva-
sores en sus murallas, impedía también poner en juego la artillería para
ofender al enemigo y rechazar su desembarco por este lado.
Después de varios acuerdos y gestiones indispensables, convinieron
los religiosos en verificar la traslación del Colegio recibiendo una suma
de dinero para costear los primeros trabajos de la nueva construcción y
acarreo de materiales.
Pero también esta vez no se realizaron los temores déla invasión que
se esperaba, no habiendo, por consiguiente, procedídose á la demolición del
edificio de la Compañía que hasta principios del siglo presente existió, pero
— 5<e —
bajo el nombre de Piquete de San Martin, sin duda porque en él se guar-
dó el coche y las muías destinadas para el servicio del viático á los en-
fermos de la Parroquia de la Catedral. En esta misma época se cons-
truyó un edificio conocido mas tarde con el nombre de Recoba Vieja que
separaba la Plaza Mayor de la Plaza de Armas.
En el año 1822 se demolió por fin el Colegio de Jesuitas, ó sea el Pi-
quete de San Martin, bautizando con el nombre de «25 de Mayo» á la plaza
cuyo terreno adjudicó Garay con tanto tino al adelantado Torres de Vera.
Para mayor ilustración del lector, damos en seguida colocación á los
documentos á que hemos hecho referencia en la reseña histórica de esta
plaza.
Ellos son instrumentos públicos que no pueden dejar duda sobre la
exactitud de las afirmaciones que contienen.
Extracto de las concesiones hechas por el Rey al adelantado Juan Ortiz de Zarate para
la Gobernación de las Provincias del Rio de la Plata
1* La merced de la gobernación se hacía á Ortiz de Zarate, así délo
que hasta entonces estaba descubierto, como de todo lo demás que en
adelante se descubriese dentro de sus limites, asi por la costa del mar' del
Norte como por la del Sur, con el distrito y demarcación que S. M.el Empe-
rador le dio y concedió al gobernador D. Pedro de Mendoza y después de él á
Albor Nuñez Cabeza de Vaca y á Domingo de Irala^ con el mismo salario y
en el mismo orden que la habían obtenido sus predecesores, por su vida
y la de un hijo varón, y en defecto de éste, de la persona que el con-
cesionario eligiese por sucesor. Debiendo extenderse los límites fijados,
sin perjuicio de las gobernaciones concedidas á los capitanes Serpa y Don
Pedro de Silva.
2* Era nombrado Ortiz de Zarate gobernador y capitán general y jus-
ticia mayor de estas provincias, por su vida y la de un heredero ó
sucesor.
3* Se le daba el título de adelantado de las provincias del Rio de la
Plata, para sí y para sus herederos y sucesores, en su casa y mayorazgo,
perpetuamente para siempre jamas.
4* Se le concedía poder y facultad para repartir y encomendar to-
dos los indios y encomiendas que estuviesen vacantes y vacaren en la go-
bernación, haciéndolo por sí ó para sus capitanes y tenientes, por dos vidas
en los pueblos ya establecidos, y en los que en adelante se poblasen por
tres, observándose en la sucesión el orden establecido sobre el particular.
5* Se les concedía, á él y á su sucesor, el alguacilazgo mayor de toda
la gobernación y la facultad de nombrar alguaciles mayores en todos los
pueblos de ella, removerlos y nombrar otros^ cuando le pareciese opor-
tuno.
— 5©4 —
6* Ortiz de [Zarate y su sucesor podrían levantar á su costa y en
lugares convenientes, hasta tres fortalezas de piedra, dotándolas del ar-
mamento y municiones necesarias, y tendrían en recompensa la tenen-
cia de ellas durante sus dias y los de dos sucesores, con ciento y cin-
cuenta mil maravedís de quitación anual cada una, los que se pagarían
con productos de la tierra y no de otro caudal.
7* Se concedía facultad al adelantado para tomar un repartimiento de
indios vacos, por dos vidas, pudiendo mejorarlo tomando otro en lugar
del primero, percibiendo los tributos correspondientes, previa tasación y
visita de los indios, conforme á lo anteriormente dispuesto sobre el par-
ticular en cédulas y provisiones reales.
8* Podría repartir tierras ó solares y caballerías, estancias y otros
sitios á todos sus hijos legítimos y naturales, por sí ó por sus capitanes
y tenientes, y en cuanto al repartimiento de indios de que trata el artícu-
lo precedente, lo podría dejar á su hijo mayor legítimo, ó dividirlo entre
sus hijos legítimos á su voluntad. Falleciendo alguno serian sucesores los
que sobreviviesen y no teniendo hijos legítimos ni mujer al tiempo de su
muerie, entrarían á suceder sus hijos ó hijas naturales en el mismo orden
que los legítimos.
9* Los indios que Ortiz de Zarate tenía encomendados y los que en
adelante se le encomendasen en el Perú, los podría conservaren los mis-
mos términos que los que le perteneciesen en esta gobernación^ siendo
obligados él y su sucesor, á tener escudero en la ciudad déla Plata, para
servir y sustentar la vecindad en su nombre; y al dicho escudero no le
podría remover ninguna justicia, sino el mismo adelantado ó sucesor.
10. Ortiz de Zarate v su sucesor tendría facultad de mandar
abrir marcas para señalar los metales de oro y plata y cobrar los quintos
y otros derechos que perteneciesen al rey, guardando dichas marcas en
las cajas reales de tres llaves, como estaba ordenado.
11. Podría el adelantado proveer interinamente cualquier empleo que
vacase ó fuese necesario crear, señalando los sueldos correspondientes,
con condición de dar cuenta á S. M. parala resolución que fuese de su
voluntad.
12. No estarían obligados el adelantado, su sucesor ni vecino alguno,
por el término de diez años, á pagar á los ofíciales Reales, por derechos
del oro y plata, perlas y piedras que se descubriesen, mas de la décima
parte, contándose el plazo desde que se practicase la primera fundición y
marcación de metales ó piedras de valor.
13. No pagarían alcabala por el término de veinte años, contados
desde la fecha de la capitulación, el adelantado ni los demás pobladores
y conquistadores, de todo aquello que de los reinos de España trajesen,
ni de lo que en estas provincias negociasen .
14. Desde la misma data y por el término de diez años quedaban
- 505 —
exentos del pago de almojarifazgo los vecinos de la gobernación, de todo
aquello que introdujeren para el uso de sus personas y casas, debiendo
pagarlo de loque trajesen para vender ó enagenar de otro cualquier modo.
El plazo sería de veinte años para el adelantado y sus sucesores
así de lo que introdujesen como de lo que exportasen para España.
15. En caso de rebelión por parte de ios indios ó de algunos españo-
les alterados, iria gente á mano armada para castigarlos y reducirlos; y
con acuerdo de los Oficiales Reales, el adelantado ó su sucesor, podría gas-
tar de la hacienda real todo lo que para dicho castigo fuese necesario
16. Era facultado el gobernador para dictar las ordenanzas que le
parecieren convenir al buen gobierno de españoles y naturales, y para el
beneficio de las minas de oro, plata y piedras de valor que se descubri-
sen en la gobernación, no excediendo esas ordenanzas de lo que el rey
tenia ordenado, lemitiéndolas dentro de dos años al Consejo Real de Indias
para ser confirmadas ó proveer lo que fuese mas conveniente, mandando
sin embargo el gobernador que fuesen cumplidas y ejecutadas mientras
se dictaba la resolución superior.
17. Podría el gobernador nombrar corregidores y alcaldes mayores para
el buen gobierno y ejecución de la justicia real, en los lugares, provin-
cias ó partidos en que fuesen necesarios, señalándoles moderados sala-
rios que les pagarían los Oficiales Reales.
18. Podría el gobernador disponer de quince ó veinte quintales de
hierro y acero existentes en la ciudad de la Asunción para gastarlos en lo
que le pareciese convenir.
19. Últimamente, en caso de residencia, proveería el rey teniendo
consideración á los servicios del adelantado, sobre la súplica hecha por
este de no ser despojado, él ni su sucesor, durante la residencia se to-
mase, de la posesión de su gobierno.
En virtud del ofrecimiento que el adelantado hizo al Soberano de
fu4idar seis ó mas pueblos á más de los á que estaba obligado, el Rey le
hizo las siguientes mercedes:
1* Podría importar anualmente, en dos navios, las mercaderías, armas
y herramientas que fuesen necesarias para proveer la gobernación, libres
de almojarifazgos por el término estipulado, con tal que los navios salie-
sen de España en conserva de una de las flotas ó armadas de Tierra Fir-
me y Nueva España hasta las islas de Canaria, de donde tomarían la der-
rota para estas provincias, salvo el caso que en defecto de flota, el rey
apreciando las circunstancias, tomase la resolución correspondiente.
2* Podría importar de los reinos de España, Portugal, Cabo Verd ^ y
Guinea, cien esclavos negros, libres de todo derecho, siendo condición in-
dispensable su permanencia en estas provincias so pena de perderlos en
beneficio del fisco.
3* Quedaría para resolverse en oportunidad, teniendo consideración al
64
— 506 —
resultado que se obtuviese con los servicios del empresario, sobre la pre-
tensión de éste para que se le hiciese merced de título de marqués y de
veinte mil vasallos indios casados en la tierra que nuevamente conquistase
y poblase, para él y sus sucesores.
Cumpliendo el capitán Juan Ortiz de Zarate con las obligaciones ca-
pituladas y con las instrucciones provisorias y ordenanzas que el rey man-
dase observar en estas provincias, le serían guardadas fielmente las mer-
cedes que se le hacían; pero faltando á lo pactado, corridos tres años, se
procedería contra él, como contra persona que no guarda ni cumple su
contrato y traspasa los mandamientos de su rey, obligándolo á la satis-
facción de la pena de diez mil ducados para la cámara y fisco de S. M.
Habiendo llegado á Buenos Aires en el año 1608 una misión de F. P.
Jesuitas, que venía con destino á la gobernación de Tucuman, y solicitado de
las autoridades un solar para edificar casa de convento y fundar colegio, los
capitulares se expidieron en esta forma:
«Otro si acordaron los dichos capitulares que, atento que los padres do
la Compañía han venido á esta ciudad á poblar y hacer convento y fundar
casa de la dicha Compañía, y es necesario se le dé sitio conveniente para
el dicho efecto, lo pida el procurador de la ciudad al señor (lobernador, y
que les haga merced de una cuadra que está frontera del fuerte y plaza de
esta ciudad, atento que está la dicha cuadra despoblada y dada, por no haber
poblado las personas á quien de ella estaba hecha merced, y atento que para
el dicho efecto es el sitio más acomodado y mejor que hay en esta ciudad
para el tal ministerio. »>
La petición que el cabildo mandó hacer por este acuerdo, aunque no co-
nozcamos los términos de la merced, fué indudablemente despachada de
conformidad por el gobernador Hernandarias de Saavedra, pues los Jesuitas
levantaron su primer colegio en la parte del Norte de la mencionada cua-
dra de esta ciudad.
Donación del derecho de los solares y cuadra del Colegio de esta ciudad hecha por el
Adelantado don Juan de Vera y Zarate. Buenos Aires, Sello segundo, vale por este
año de 1649.
Sepan cuantos esta carta de donación vieren, como yo el adelantado don Juan de Vera
y Zarate, que lo soy de esta Provincia del Rio de la Plata, é hijo legítimo del adelantado don
Juan Alonso de Vera y Zarate, caballero del orden de Santiago, ya difimto, y de doña Maria
de Figueroa Holguin, su legítima mujer, como uno de dos herederos é hijos del dicho
adelantado mi padre, y por lo que me toca, digo: que por cuanto desde mi tierna edad hasta
la presente he recibido muchos beneficios acompañados de toda voluntad y amor de la
religión de la Compañía de Jesús y en particular el colegio y casa de ella de la ciudad de la
Plata, como han sido de educación^ estudio y buena crianza, y otros que son notorios, de
que rae hallo muy reconocido y espero recibir otros muchos de la dicha religión. Por lo
( ual en reconocimiento de todo lo referido, otorgo que hago gracia y donación, pura, mera,
perfecta c irrevocable, hecha entre vivos y partes presentes, al colegio y casa de la dicha
Compañía de Jesús que está en esta ciudad, de todo el derecho que tengo, pueda tener y
— 507 —
me pertenezca en cualquier manera á la cuadra que está en la traza de esta ciudad y plaza
pública de ella, enfrente del fuerte real de esta ciudad y en que está fundado el dicho co-
legio y casa de la Compañía de Jesús de ella, y los dos solares conjuntos á dicha casa, inclu-
sos en dicha cuadra, que fué repartida, con otras tierras y datas, al adelantado Juan de Torres
de Vera, oidor de la Real Audiencia de la Plata, por el General Juan de Garay según y como
más largamente consta de la fundación de esta ciudad y traza de ella y después conñrmada
y aprobada dicha data y merced, en el real nombre por don Fernando de Zarate, siendo
Gobernador y Capitán General de esta Provincia y la del Tucuman según y como consta de
titulo de la dicha confirmación y data y repartición hecha por el dicho general Juan de
Garay y notoriedad de todo lo referido. Y en la dicha conformidad, desde hoy dia de la
fecha de esta me aparto y desisto y á mis herederos y sucesores de cualquier derecho que
á la dicha cuadra he y tengo y puedo haber y tener en cualquier manera, y todo lo cedo,
renuncio y traspaso en el dicho colegio, para que lo haya y tenga por razón de la dicha
donación y otro cualquiera que le competa y yo pueda haber y tener, ceder y renunciar; y
en caso necesario apruebo y ratiñco la posesión actual que el dicho colegio tiene de la dicha
cuadra, y le doy el poder y facultad que de derecho se requiera para que si le pareciere la
pueda tomar y aprender de todo ó parte, judicialmente y cada que quisiere: la cual dicha
donación, además de ser como es remuneratoria, declaro no ser inmensa ni inmoderada, y
caso que lo sea en todo ó en parte, me aparto de todo el tal derecho, y sobre ello renuncio
las leyes que dicen y prohiben no se puedan hacer donación ni donaciones de toda ó la ma-
yor parte de los bienes y sin dejar y reservar los donatarios suficientes y congrua sustenta-
ción y según y como en dichas leyes se contiene; y desde luego he por insinuada dicha
donación, en caso que exceda de los quinientos sueldos del derecho y deste caso: además de
que la dicha donación no llega ni alcanza su valor á la dicha cantidad, la cual rae obligo á
no revocar en ningún tiempo por ningún caso aunque de derecho lo pueda hacer, porque
de todo me aparto, si lo contrario hiciere, quiero y consiento no ser oido, antes repelido
de juicio y además de ello incurrir en pena de trescientos pesos de á ocho reales, que me
impongo por tal pena convencional y que aplico al dicho col^o, por la cual me pueda
luego ejecutar, y sin embargo de ella todavía se haya de guardar y cumplir esta donación eE
todo y por todo.
Aceptación. — Y estando presente yo el P. Thomas de Urueña, de la dicha Compañía
de Jesús y procurador de esta dicha casa y colegio de ella, como tal y en su nombre acepto
la dicha donación, según y como vá referido y agradezco en el dicho nombre la buena obra
que el dicho adelantado don Juan Alonso de Vera y Zarate hace al dicho colegio; y yo ei
susodicho, para el cumplimiento de todo lo referido por lo que me toca, obligo mi persona
y bienes, presentes y futuros, y doy poder á los jueces y justicias de S. M. y otros que lo
fueren competentes, para que todos me compelan y apremien por todo rigor de derecho, y
renuncio todas y cualquier leyes, fueros y previlegios de mi favor, con la general y derechos
de ella, y la que dice que el actor debe seguir el fuero del reo; y ambas las dichas partes lo
otorgamos segim dicho es — que es hecha en esta dicha ciudad de la Trinidad puerto de
Buenos Aires, en veintinueve dias del mes de Mayo de mil y seiscientos y cuarenta y nueve
años; y los dichos otorgantes, que yo el escribano doy fé conozco, la firmaron aquí de sus
nombres y en este papel rubricado en que se despacha por falta del sellado, siendo á todo
presentes por testigos el Capitán Juan Doblado de Solis, Sebastian Rs. y Tomás de Ga-
yoso, vecinos y residentes en esta dicha ciudad. — El adelantado don Juan Alonso de Vera y
Zarate. — Tomás de Urueña — ante mi — Gómez de Gayoso — Escribano de S. M.
Yo el dicho Gómez de Gayoso, Escribano de S. M. y vecino de esta ciudad de la Tri-
nidad, hice sacar y saqué el traslado de su original, según que ante mi pasó, y con él lo
corregí y concuerda, que queda en mi poder y á que me refiero, y va dicho traslado en papel
rubricado, f>or falta del sellado, mandado así por auto del señor Juez privativo de él y otros
de las justicias de esta ciudad y en fé de ello lo signé y firmé — En testimonio de verdad-
Gómez de Gayoso — Escribano de S. M.
— 509-
PLAZA DE ''LOS ANDES"
Asi se llama un pedazo de terreno abierto comprendido en esta Sección,
en la calle Balcarce entre las de Méjico y Chile, que más bien es una calle
ancha (una cuadra) que lo que se entiende &:eneralmente por plaza.
Los sucesos de nuestras armas á través de los Andes le han dado el he-
roico título que la distingue, mas como hay también una calle denominada
«Andes», creemos más oportuno tratar sobreesté punto al bosquejar la Sec-
ción que comprende á esta última.
Respecto de la plaza, lo único que puede decirse es que ella no tiene
importancia alguna como paseo 6 sitio de recreo, pues la autoridad municipal
muy poca atención le ha dispensado para darle los atractivos del embelleci-
miento y ornato que enaltece á las demás.
Cuando San Martin .salvo lo.^ Andes para llevar la paz y libertada las Re-
públicas meridionales del Continente, conquistadas por la fuerza de las
armas, Chile so preparó para secundar esta protección, y ni la pobreza del
erario, desnudez y fatigas, mitigaron un momento el ardor patriótico que
impulsaba á la guerra íi sus hijos.
La campaña de los Ande.'-^ ha dado lugar á heroicas acciones, ha esti-
mulado el patriotismo y escitado á su más alto grado el sentimiento de la
independencia soberana.
Léase el documento que trascribimos á continuación y que solo es un
reflejo de las virtudes y grandeza de alma de los habitantes de aquella edad
de oro.
Oficio del Qobernador del Obispado de Chile al Intendente de la Provincia de Santiafo
ofreciendo todas las alhajas del Clero, y decreto del Qobierno á propósito de esto.
Excrao. señor. — V. E. nos acaba de prevenir que nuestros hermanos puestos en el
campo de batalla aguardan por horas el ataque del enemigo para derramar su sangre y sa-
crificar sus vidas por nuestra conservación. V. E. nos presenta la triste imagen de Chile des-
trozada por dos años y medio con una atrocidad verdaderamente española, y a nuestros hijos,
padres y esposas que horrorizados del cadalso y las cadenas que les preparan las fieras que
marchan por los campos de Talca, convierten sus lágrimas hacia los valientes que en las orillas
de Tingirica han jurado morir antes que ver nuestra desolación; pero al mismo tiempo nos
advierte V. E. que á estos valientes les falta el pan y los auxilios con que han de sostener el
vigoroso brazo que extermine al enemigo» y que agotados los rectusos públicos no alcanzan
aim para formar el hospital donde deben curarse las heridas que reciban por nuestra sal-
vación.
¿Y qué espera V. E. que contesten los chilenos (t tan dolorosas como interesantes imáge-
nes? que todas nuestras fortunas sin reserva» son de la Pairia, Que por ahora se digne
admitir V. E. la oblación expontánea que le hacemos de cuantas especies de plata labrada
existen en nuestro poder, y la protesta con que aseguramos á la Pairia y al universo entero que
entre tanto subsista la guerra y las urgencias de Chile, no se verá en nuestras casas una sola
alhaja de plata.
— 509 —
£1 pueblo de Chile no quiere que se toquen las alhajas de las Iglesias hasta que habiendo
consumido todas las particulares, digamos humillados ante el Señor Supremo: para conservar
los preciosos dones de la existencia y libertad que nos habéis concedido, nos presentamos des-
nudos á implorar vuestra protección y á sostener vuestras órdenes con auxilio de lo que habla-
mos destinado para adorar vuestro culto.
Entretanto admita V. E. la ofrenda que le hace el clero secular y regular por su gober-
nador, cabildo y prelados, de cuantas alhajas poseen en particular, ó no entran en el decoro
del culto; todas cuantas poseen las magistraturas y cuerpos públicos, y las que como represen-
tantes de ambos estados, gremios y corporaciones ofrecemos al Estado en particular, y las
as^^ramos en general, cerciorados de la voluntad pública y á nombre del pueblo de San-
tiago.
Por consiguiente, dígnese V. E. nombrar una comisión que reciba estas oblaciones, y avisar
á nuestros hermanos que deben contar con los últimos esfuerzos de nuestra gratitud. — José Ig-
nacio Cienfuegos, Gobernador del Obispado. — Francisco Fontesilla, Intendente de la Provin-
cia.— (Siguen las firmas del clero secular y regular y demás corporaciones.)
DBCRETO:
Santiago. Marzo 5 de i8i8.
Pasen mis ministros de Estado en el despaclio de Gobierno y Hacienda á los
cabildos seculares y eclesiásticos, para que después de recibir las condignas gracias de tan he-
roica generosidad, hagan saber á las corporaciones que suscriben, y al pueblo y estado ecle-
siástico de Santiago, que no hallando el gobierno expresiones proporcionadas á la gratitud
que exige su oblación, ordena desde luego que en las pirámides que existen á los puntos del
Oriente y poniente en las entradas de mar y tierra de esta Capital, se grabe la siguiente ins-
cripción:
El$ de Marzo de í8i8, se despojó voluniariamenie el pueblo de Santiago de todas sus alhajas
y útiles de plata protestando no adquirir otros Ínterin la patria se hallase en peligro.
Naciones del Universo: extranjeros que entráis en Chile: decidid si tal pueblo podrá ser es-
clavo.
Entretanto no permitiendo la generosidad de tan heroico pueblo que el gobierno tome
otras medidas y arbitrios para ocurrir á los apuros de la guerra que los que se fundan en la
absoluta confianza de sus virtudes é interés público, desde luego declaro y ordeno que desde
este dia se suspenda y cese toda contribución mensual en Santiago, descansando en su pro-
pia generosidad. Disp>ongo también que estas alhajas se mantengan como un depósito que
sirva de prenda y seguro para los socorros extraños que pueda solicitar el Grobierno, á fin de
que si la guerra concluye pronto como lo esperamos de la protección del Altísimo, sean res-
catadas con los ingresos ordinarios del Fisco; y conveniente con la propuesta que me hacen
todos los cuerpos, nombro de comisionados que recauden las presentes oblaciones, á los dos
Alcaldes de esta Capital, á D. José Manuel Lecaros, á D. Domingo Toro, D. Ignacio y
D. Domingo Eyzaguirre, el fiscal de la Cámara D. Tose Gregorio Argomedo, y su ministro
decano, D. Francisco Antonio Pérez, quienes dejaran un recibo á cada interesado del peso y
especies que entrega, con las señales de sus marcas, si las tuvieren, llevando igualmente un
libro donde trasladen el mismo recibo firmado del donante, y de la comisión, que se archi-
vará en la Secretaría de Cabildo, é imprimiéndose la anterior representación y este Decreto,
comuniqúese al ejército, á nuestros aliados, y sirva de documento á las naciones que desean
instruirse del carácter de la revolución Americana. — Cruz.
ESTABLECIMIENTOS INDUSTRIALES
<LA PRENSA»
La Prensa, cuyo fundador y propietario es el docloi" don José C. Paz, vio la
luz pública el Lunes 18 de Octubre de 1869, en el mismo local (¡ue hoy ocupa-
Fué sudirectoi- el señor don Cosme Marino y su editor don Jorge E. Cook.
Apareció como diario de la tarde, cHmbiandij su salida por la mañana el
6 de Julio de 1871.
El propósito de su fundador fué hacerlo diario matutino, y si empezó por
darlo por la tarde, fué porque creyó, y con razón, que de esa manera lo prepa-
rarla con éxito para entrar en la lucha con los colosos de la mañana en esa
época.
La empresa carecía del capital sufiriente para darle el impulso que ambi-
cionaba.
El primer número fué impreso en una sola hoja; el texto y los avisos ocu-
paban 10 columnas, ó sean 490 centímetros, iguales á 8 columnas de las 56 que
actualmente tiene.
El o de Noviembre del mismo afío, La Prensa cambió de formato, apare-
ciendo con 4 páginas, de un tamaño igual á las actuales. El 17 de Enero de
1870 ensanchó su formato, hasta una capacidad de material de lectura y avisos
de 1960 centímetros.
En 1873 la empresa trajo de Europa una máquina de reacción, de Alouzé.
siendo una de las primeras de ese sistema introducidas al país.
La Prensa continuó desenvolviéndose, formando su capital con sus propios
productos.
Pocos años después, el tiraje diario exigía máquinas de más rapidez en la
impresión. Pai'a satisfacer esta necesidad la empresa introdujo ia máquina ro-
tativa de Marinoni, la primera que vino al Rio de la Plata.
El lí de Diciembre de 1883 apareció el diario impreso con esa máquina,
adoptando el fórmalo de 8 páginas que actualmente tiene: con frecuencia apa-
rece con 10, 12, 16 y hasta ha llegado á presentarse con 18 páginas.
Siéndole insuficiente para su tiraje creciente una máquina rotativa, á
pesar de su rapidez en la impresión, en 1886 montó una segunda del mismo
sistema: arabas trabajan diariamente y & la vez.
— 512 —
La Prensa ha tenido en los 19 afios de existencia que cuenta, tres directores:
el fundador, señor Cosme Marino, á quien le sucedió en 1872 el doctor don Es-
tanislao Zeballos, quien permaneció en ese puesto hasta Agosto de 1877, fecha
en que lo reemplazó el actual, doctor don Adolfo E. Dávila.
Tres administraciones ha tenido La Prensa: la primera á cargo del señor
José Cueto, la segunda de don Estarlo Valle, y la tercera, que empezó en 1877,
de don Miguel Silva, que dura todavía.
Muchos de los hombres públicos que han tigurado y figuran en la política
han sido redactores de La Prensa^ tales como los doctores Pellegrini, Gallo,
Terry, don Octavio Pico y otros; pero los que mas han escrito en sus columnas
fueron su fundador doctor Paz y los doctores Zeballos y Dávila.
El fundador de este diario, que ha sido y es su único propietario, á falta de
capital para impulsarlo, le consagró toda su actividad y notoria energía de ca-
rácter, logrando darle un temple, que mantuvo siempre y que lo ha conducido
á la altura á que ha llegado.
Se propuso instituir un órgano de verdad en todas sus secciones, calidad
que ha hecho su crédito.
Una innovación sobre todo introdujo en el periodismo de la época, que fa-
cilitó el avance de su circulación: fué la ñutida del dia, á la que dio un interés
inusitado entonces, pues la prensa de esos tiempos se preocupaba especial-
mente del editorial polemista.
El aviso chico, de profesiones, servicio doméstico, etc., fué también inicia-
do en Buenos Aires por Im Prensa, siendo de notarse que conserva sin disputa
el predominio en ese ramo de la clientela del periodismo argentino.
Haí*.e diez anos solamente, recibía entre 20 y 30 de esos avisos por día;
actualmente su número oscila entre 300 y 350 y no es raro que se sobrepase
de este guarismo.
La Prensa ha tenido un crecimiento incesante y tirme: su circulación ha
avanzado bajo una ley uniforme.
Alejada de los partidos, sin haber jamás servido la política de ningún go-
bierno, manteniéndose con independencia con su programa de verdad, ha
sabido grangearse las simpatías y el aprecio del público, hasta llegar al má-
ximun de la circulación del periodismo nacional.
En sus columnas se debaten todos los asuntos de orden económico, so-
cial, científico, comercial y político, con criterio sereno, á cuya conducta debe
la autoridad de que gozan sus opiniones dentro y fuera del país.
Como órgano de opinión y como empresa comercial, no hay en la Repú-
blica quien aventaje á La Prensa: á estas alturas envidiables ha subido, con su
solo esfuerzo, la modesta y pobre hoja vespertina que vio la luz pública el 18
de Octubre de 1869.
Sin duda alguna, son pocos los ejemplos de un diario formado y engran-
decido de esa manera.
Mientras La Prensa se desarrollaba á fuerza de labor y de perseverancia en
— 513 —
sus ¡deas, se ha visto surgir y desaparecer numerosas empresas periodísticas
con respetables elementos pecuniarios y de otro orden.
Una condición sustancial, que ha debido ser decisiva en la vida próspera
de ese diario, es la consecuencia y la lógica de sus opiniones, hecho poco co-
mún en los anales del periodismo, que debe atribuirse á la unidad de Dirección,
pues en la organización de La Prensa, por voluntad de su fundador, el Director
predomina en todo lo que la afecta, desde las principales hasta sus mas subal-
ternas secciones: todo el material cuotidiano pasa por sus ojos.
La circulación actual de La Prensa oscila alrededor de 17.000 ejemplares,
clasificada de esta manera: Capital, 13.000; provincia de Buenos Aires é interior
de la República, 3.500; y exterior, 500.
El personal ocupado por La Prensa es vasto: figura en su presupuesto
mensual con 6.000 pesos moneda nacional, mcluso su cuerpo de corresponsales
europeos, en el que figuran Julio Simón, Arsenio Houssaye, Julio Claretie,
Porez Galdós, Barrili, la condesa de Albado y otros.
La índole de este trabajo nos impide entrar en otro orden de considera-
ciones juzgando al diario que nos ocupa, que es una de las creaciones genuinas
del pueblo de la Capital, en cuyo espíritu está profundamente arraigado.
CASA DE REMATE DE ADOLFO BULLRICH Y C\
La casa de remate es entre nosotros muy general y los fecundos resul-
tados obtenidos en este género de labor están constantemente llamando la
atención especulativa del inquieto comerciante que sigue paso á paso las evo-
luciones económicas de la actividad general.
La que nos ocupa, sin carácter definido cuando se estableció, empezó sus
operaciones teniendo por base un capital de $ 6,000, con el cual atendía los di-
versos gastos de la casa, desempeñando sus funciones con austera honradez y
solícito interés, condiciones que muy pronto le granjearon la confianza pú-
blica.
Sostenida y protegida por ella desde sus primeros dias, haciéndola el de-
pósito general de los principales y más valiosos artículos destinados á re-
mate, se sintió desde luego impotente y reducida para satisfacer la demanda
siempre creciente del movimiento comercial, que adquirió súbitamente pro-
porciones desmedidas en el orden económico del país.
La capacidad material del edificio no correspondía ni podía contener ya
los animales y mercaderías que la especulación colocaba en él diariamente á
porfía: el movimiento del establecimiento fué tan complicado y poderoso, que
para satisfacer las exigencias del comercio fué necesario abandonarlo y tomar
otro mucho más vasto y amplio.
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Competentes y de acrisolada honradez los rematadores, la casa cada día
tomaba mayor espectabilidad en la plaza, y sus poderosos recursos aumen-
taban con tanta rapidez que bien pronto la colocaron en condiciones de res-
ponder ventajosamente á las exigencias del movimiento inusitado de las ope-
raciones mercantiles.
Fué entonces que la casa cambió de local, eligiendo un edificio mas
apropiado á sus fines y capaz de atender la demanda del comercio: pero su
amplitud y comodidades se resienten hoy de una manera alarmante con el
movimiento que ha adquirido en estos últimos años, excesivamente fuerte y
exigente para satisfacerlo en toda su plenitud.
No hay un dia en que no se verifique un remate masó menos importante,
mientras que en otros tienen lugar cuatro ó cinco de gran valor y trascendencia
por los capitales puestos bajo el imperio del martillo.
Los dias de fiesta son los de mayor labor para este establecimiento, tenien-
do á veces que concurrir á las ferias que los hacendados organizan en sus
cabanas, las cuales tienen lugar generalmente cuando existen diversas espe-
cies de ganado que el interesado se propone vender en remate.
Entiéndese por caía/m entre nosotros, los establecimientos ganaderos fun-
dados exclusivamente para reproducir animales de raza de reconocido valor é
importancia.
Los cuidados con que tratan á los animales en esta casa de remate respec-
to de su alimentación, higiene y mansedumbre, son los títulos mas recomenda-
bles en que se apoya su supremacía sobre las demás y el favoritismo público.
Las sustancias alimenticias que constituyen la manutención que seda álos
animales destinados á remate, consisten en pasto seco, alfalfa, afrecho, maíz,
cebada y avena: los servicios de la alimentación son desempeñados por hom-
bres competentes, de conocimientos especiales, que la proporcionan durante el
dia las veces y cantidad que juzgan necesarias para realzar el estado de gordu-
ra y estampa de los animales.
Las comisiones que cobra la casa varían con las condiciones especiales de
las mercaderías ó artículos á rematarse, su importancia, clase, cantidad y pun-
to en que se efectúa, etc.; el mínimun de la comisión es de un medio por cien-
to y de cuatro el máximun.
Un tenedor de libros y ocho empleados componen el personal de este esta-
blecimiento, siendo tres de estos últimos, por los servicios asiduos que han
desempeñado por largo tiempo, interesados en los beneficios de la casa; losi
sueldos varían entre 25 y 160 pesos mensuales, invirtiendo en ellos la cantidad
de 700 al mes — ocho peones, sin contar los que mandan los vendedores, hacen
los servicios .secundarios de la administración.
En cuanto al régimen de alimentación es convencional, pudiendo el vende-
dor elegir las sustancias ({ue se suministran á los animales, bajo la siguiente
tarifa: Animal vacuno ó caballar, 80 centavos; ovejas, cerdos, perros, etc.,
20 centavos diarios.
— 515 —
Ochenta pesebres se conservan llenos durante todo el año.
El movimiento de caja mensual, término medio, es de $ 200.000.
Damos á continuación una nómina de las personas del extranjero que
consignan á esta casa animales de raza para ser vendidos al mejor postor :
Francia, Inglaterra y Alemania, son las naciones que mas proveen á
nuestro país del ganado de raza, cuya cria y propagación ha llamado la aten-
ción de los ganaderos argentinos.
DEL EXTRANJERO
Sres. Dionald Maclennau
» Humphry Smith
V C. R. Witherell
Eells y Cióse
• A. Yeomans
> A. F. Sicquot Hno.
' Carlos Debaissieux
^ R. Ewart
* V. Gilbert
Duvrarau y Lesieux
■> D. P. Ha3n*'ard
^ Daniel Veysset
Sres. G. H. Moores
» Alfred Wolff
» Langworthy
•* G. von Behr
» £d. Lübben
► Jh. M. Bennet
>- F. von Homeyer
^ W. Bateman
. Mollar y C*.
:. J. W. Nash
Otros varios
DEL PAÍS
Sres. Miguel N. de Uribelarrea
:• Carlos Villate
» Vicente L. Casares
"> Antonino Cambaceres
» Martin de Gainza
» Di^o Church
» R. Herrera Vegas
» Félix Alzaga
» Manuel Guerrico
^ Mariano Acosta é hijos
» M. Real de Azua
» Juan A. Brown
> F. J. Mecks
> Manuel S. Aguirre
• Kenny
■> Gahan
y> Ezcurra Hnos.
> C. y E. Grondona
> Bernardo de Irigoyen
» Narciso Vivot
» Ocampo Hnos.
» Juan S. Boucau
Sucesión de C. Casares
» » S. Lawrie
y muchos otros cuyo detalle es demasiado extenso.
Testamentaria C. Urioste
Sres. Leonardo Pereira
Cabana Rivadavia
» Bell é Hijos
> Tomás Acevedo
> Juan Fair
» Patricio T. Reid
» Senillosa Hermanos
j» F. Chas é Hijos
» E. Olivera Hnos.
> David A. Shennan
> Jh. Bolland
» Guillermo Kemmis
> Juan R. Lanús
> Estanislao Zeballos
> Martínez de Hoz
» Blaquier é Hijos
> Ezequiel de Elia
> Máximo de Elia
> Agustín de Elia
> Lozano Hnos.
» Santiago Luro
> Juan Cobo
> Eduardo Casey
Dados estos pormenores necesarios para darse cuenta exacta de
la capacidad comercial de esta casa, exclusiva en toda la América del
Sud en cuanto á su especial carácter ganadero y al crédito de que goza,
pasemos ahora á conocer su movimiento sumamente interesante ér ilustrativo,
no solo por referirse á la industria tradicional de este país que abraza capitales
— 516 —
incalculables, sino porque sus particularidades ofrecen una base segura á la
especulación, á su estudio detenido, y sobre todo, á reflexiones capaces de ha-
cernos predecir sobre el porvenir de la industria general, porque ella sola dá
vidaá muchas otras, que cual parásitos, se nutren y desarrollan á expensas de
su poderosa y abundante savia.
En nuestra vida económica, apenas naciente desde que solo tres décadas
escasas de afios llevamos de existencia constitucional y de labor administra-
tiva, la industria ganadera, pobre y endeble, no alcanzaba á merecer la aten-
ción de la población, relajada por viejas prácticas viciosas y rutinarias que pa-
ralizaban su natural desarrollo.
Convencidos los capitalistas naturales y extranjeros que la industria ga-
nadera, atendida debidamente, produciría enormes ganancias, dadas nuestras
condiciones de terreno y elementos rurales, empezaron á explotarla con des-
confianza todavia al principio, porque las innovaciones siempre inspiran recelo;
pero cuando los resultados dieron con inconmovible realidad el éxito brillante
que era de esperarse, entonces aquella industria llegó á ser la única preocupa-
ción, 6 inmensos capitales antes inactivos daban vida y movimiento á extensas
zonas de nuestro territorio, despertando en las inmediaciones de los estableci-
mientos ganaderos industrias desconocidas que promovían laactividadgeneral.
Poco apoco fueron introduciéndose mejoras en la cria de ganado, cruzando
las razas, refinándolas, y dedicándole la atención y estudio que su importancia
trascendental exigía de un país eminentemente agrícola y ganadero: ella muy
pronto se convirtió en una de las fuentes mas colosal de la riqueza pública y
privada.
Veamos ahora cual ha sido el movimiento de la casa de remate de que nos
ocupamos, cuyo detalle y cantidad de animales, clase, importe, etc., pueden dar
una idea aproximada de la importancia de esta industria.
Teniendo lugar en esta casa un remate por semana, generalmente, de
ganado, en los cincuenta y dos que representa el ano de 1885, ha dado el
siguiente resultado:
GANADOS
KSPPTieS
N.» Dk CAÜP/AX
IMI'ORTB
Caballar
X.361
38.2X0
X8.853
54
87
58.365
1 130.567
» 2X8 320
Laxiar
Vacuno ... • •
» 28X.403
» 2.1X6
Porcino
Aves domésticas. .
•
» 7S7
1 633.163
— 517 —
Los remate» de ganado caballar ^e voriticaron de esle modo:
GANADO
CABAL
LAR
fv„c>
(-.n.iia..
.,p.„.o.
VB...S
.,„.c.
PO„,.^=
«.n,c*«„.
™nK.i.r.
L«ro
9
J77
iB
6
-
19
35
6
748
6
7
i6
4
9
3
87
S 11.600
Cssates
74S
.. I.B70
" ■■4»
. 10.900
» S.goo
n 5.8S3
" I I. 084
Mostiio de carrera
3Sz
65
799
44
10,
i36i
t 1 3o, 56?
En el ganado lanar cuyo total ya conocemos, es muy satisfactorio el cua-
dro que ofrecen sus ventas-remates : las diversas razas que se crian en nues-
tros establecimientos permitirán un día no muy lejano perfeccionar y retinar
el ganado lanar, cuyo producto constituye el manantial mas poderoso de rique-
za y que justamente es apreciado en el extranjero considerándolo como el
mas favorable y beneficioso á la fabricación de paños.
De las 38210 cabezas de esteganado vendidas al mejor postor, fueron car-
neros 3.068, ovejas 34.842 y borregas 150. de distintas razas y especies: dieron
un producido de $ 218.320 disfribuidos déla manera siguiente:
GANADO LANAR
..,.,
e........
„o».«».
.-..«.^s
,.™r.
963
107a
I So
loaJ
31 13
iai3
161:
3.995
3484»
45
1
mi
1 5o
J640
31995
í 44.909
.1 73.700
" 41-493
,610
» 34.3SB
iSo
38*10
« 118.320
Es el ganado vacuno el que representa mayor movimiento y que pone en
juego mayor suma de capital: ofreciendo mas seguridades de vida ei animal
vacuno que los otros, el capitalista se entrega con preferencia & la cria v es-
plotaclon de él, procurando siempre el mas perfecto refinamiento.
Los remates realizados por esta nasa de dicho ganado, presentan las par-
ticularidades que se ex[ifesan en esto cuadro.
GANADO VACUNO
™.,
™...a^ v..,= \-,,,u.,-..=
,....,.
s5
i55
ryi
6 vacas
345 nov
.5429 c-
II 14
1 I79J
3i5
3li
S
47.613
«0709
Sia eapeeiftnaaioa
59Í7
116.567
Total.
18853 cabezas que ¡mporuron
t
iSi.Sií
E! ganado porcino y las aves domésticas han tenido en este año poco mo-
vimiento, pues las personas que se ocupan de la cria y vent'a de ellos son mu-
chas y absorben poi' consiguiente la especulación que se pudiera hacer en este
mercado: el comercio de ambas especies no es reducido, pero por los datos
que presentamos 110 puede apreciarse ni aproximadamente su desarrollo y espe-
culación, pues ios consignamos exclusivamente para dar una idea del movi-
miento general de esta casa y no como el estado de su comercio especial.
La propiedad urbana y rural es la que mas ha llamado la atención de los
rematadores, pues ella sola représenla un capital de $ 5.526.854 procedente del
valor obtenido de las propiedades rematadas.
El cuadro general que confeccionamos á continuación, pone de manifiesto
a! primer golpe de vista la proporción en que cada una de las materias comer-
ciales que dieron movimiento á esta casa en el año 1885, ha contribuido á obte-
ner los sip;uientes resultados:
RESUMEN
Ganados $
Propiedad urbana....
» rural
Plantas
Mercaderías varias...
Buques
633.103
2.7H1.990
2.744.864
19.400
10.093
2.405
Total.- $ 6.101-915
Como se vé, plantas, diversas mercaderías, buques, muelles, carros y
carruajes, etc, han caido bajo la acción del martillo, ofreciendo á los especu-
ladores ocasiones muy propicias para realizar una operación ventajosa é im-
portante: el curso forzoso que pesó sobre dicho año económica no tuvo la
fuerza suficiente para contener ni mucho menos paralizai' el ejercicio y vasto
desarrollo de las industrias, que con sus poderosos elementos de vida y de labor
han dado al país la seguridad de sus brillantes deslinos y á sus habitantes la
confianza y los medios para promover el progreso de la i-iqueza pública y
privada.
— 519 —
IMPRENTA Y LIBRERÍA DE MAYO
Este establecimiento, fundado en 1853, es en los dos ramos que abraza,
como el apóstol de las letras argentinas y el archivo del pensamiento nacional
en cuanto se ha manifestado la actividad intelectual del país y aun de Sud-
Araérica .
El contiene la historia y el canto patriótico sobre el primer grito de libertad
que profirieron nuestros patricios, de la misma manera que los monumentos
bibliográficos de la cronologia histórica de nuestras luchas civiles y conquis-
tas sociales.
El señor Casavalle, su propietario, ha sido el único que provocando á la
misma ruina abrió un manantial seguro de producción literaria en su estableci-
miento, favoreciendo de todos modos los emolumentos de edición á cuyo ser-
vicio consagró su afán patriótico.
Sus trabajos de impresión no tienen rival en Sud-América, mereciendo
laudatorias alabanzas en el extranjero y el primer premio de honor (medalla
de oro) en las Exposiciones de Córdoba y Continental.
Infatigable benefactor de las letras argentinas, su establecimiento ha sido
el punto de convergencia de la mayor parte y de lo mejor que ha visto la luz
pública sobre historia nacional, política, jurisprudencia, arte dramático y lite-
ratura en general, reimprimiendo constantemente dichas obras, agotadas por
la febriciente demanda de tan interesantes revelaciones del ingenio argentino.
La sección de la librería contiene todas las obras que han producido los
literatos, políticos, poetas, jurisconsultos, financistas y los historiadores del
país, habiendo sido, en esta especialidad, casi esclusiva durante muchos años,
pero que el progreso fabuloso de la República le ha ido arrebatando poco á
poco las primicias pecuniarias de este negocio con la importación de exten-
sos capitales y de todo género de industrias especulativas.
En los catálogos que publica periódicamente, se leen centenares de títulos
de obras y escritos de nuestros mas ilustrados publicistas, tanto nuevos como
de los de posterior reimpresión.
También ha contribuido á levantar el arte tipográfico y mejorar los mate-
riales de impresión, porque siempre ha ejecutado con esmero y perfección los
trabajos que le han sido confiados á porfía.
Hoy cuenta con la protección pública, sobre todo con la parte mas inteli-
gente de la juventud y viejos escritores, que ven en este establecimiento al pa-
trocinador del desarrollo de las letras.
Entre las obras mas importantes que ha editado esta imprenta, podemos
citar á la Revista de Buenos Aires, del Rio de la Plata, la del Paraná y Nueva
Revista de Buenos Aires — Alberdi, su vida y sus escritos — Biografía de Manuel
— 520 —
Dorrego — Críticas y Bocetos Históricos— Curso de Higiene Pública— Comen-
tario sobre la constitución federal de los Estados Unidos — Comprobaciones
históricas, de Mitre — Ensayo sobre la historia de la constitución argentina —
Estudios sobre el Código de Comercio — Elementos de derecho canónico — Efe-
meridografía argirometropolitana y argireparqueótica — Facultad délas Cáma-
ras Legislativas — Historia Argentina — Historia de la Revolución Argentina —
Historia de Belgrano — Introducción general al estudio del derecho — Cuestión
del Estrecho de Magallanes — Patagoniay las tierras australes, — cuyos mas re-
nombrados autores v colaboradores de la literatura nacional, son: el General
Mitre, Juan Maria Gutiérrez, Antonio Zinny, José Tomás Guido, Mariano A.
Pelliza, Eduardo Wilde, Adolfo Saldias, Amancio Alcorta, Carlos José Alva-
rez, Luis V. Várela, Vicente F. López, Luis L. Domínguez, Vicente y Ernesto
Quesada, J. B. Alberdi, Lucio V. Mansilla, etc., etc.
Las obras puramente literarias y un gran catálogo de biografías y libros
de enseñanza que ha editado con perfección y hasta con lujo, ñolas men-
cionamos aquí.
FABRICA NACIONAL DE CALZADO
Esta fábrica se ha organizado por medio de una Sociedad Anónima deno-
minada como el rubro de estas líneas, á objeto de adquirir en propiedad una
gran fabrica de calzado ya establecida en esta Capital, y propender por todos
los medios á levantar esta industria, abaratando el costo del producto y em-
pleando los materiales mas legítimos en la fabricación.
Esta sociedad debe durar cuando menos veinte anos y puede adquirir toda
clase de bienes, con facultad de empezar á funcionar cuando se hubieren sus-
crito $ 500,000 de la primera serie de acciones emitidas.
El capital original ó social es de $ 1.200.000 y deberá cubrirse con la emi-
sión de dos series de acciones, de 6000 cada una.
Esta Sociedad es dirigida por un Directorio compuesto de siete personas,
renovable por mitad cada dos años, excepto el Gerente y Sub-Gerente que solo
pueden ser separados de sus puestos por resolución de Asamblea, convocada
expresamente.
Celebra Asamblea ordinaria una vez cada año y extraordinaria cuando lo
solicita un número de Accionistas que represente por lo menos la tercera
parte del capital, considerándose constituidas aquellas siempre que represen-
ten la mitad de las acciones emitidas.
Sus resoluciones son obligatorias parala Sociedad.
Las utilidades son distribuidas de esta manera: 15 Vo ^1 Gerente á mas de
su sueldo; 5 V© al Sub-Gerente á mas de su sueldo; 3 Vo al Presidente; 2 «/o á
— sal-
ios demás directores ó suplentes no remunerados especialmente, á prorata de
las sesiones á que hayan asistido, y 75 Ve & los accionistas.
Esta Sociedad ha sido reconocida por el Gobierno é inscripta en el Regis-
tro de Comercio, adquiriendo por consiguiente el carácter de persona jurídica.
Quedó fundada definitivamente en el mes de Julio de 1887.
BODEGA, destilería Y UCORERIA DE JOSEUN B. HUERGO
Este establecimiento empezó á funcionar desde el año 1881 bajo la firma de
José María Huergo y esclusivamente en la fabricación de vinos. Dos años
después recibió un gran ensanche y se extendió su fabricación hasta hacer
licores, girando un año después bajóla razón social de Joselin B. Huergo y Ca.
El antiguo propietario siguió solo en la cultura del viñedo, en el que po-
see actualmente 100.000 cepas de vid de las mejores y mas acreditadas espe-
cies francesas, y la nueva razón social en la fabricación de licores que ha re-
cibido un gran impulso y merecido la decidida protección del público.
Consta la fábrica de 7 departamentos de 450 metros de ancho por 45 de
fondo, con salida ádos calles, 4 piezas destinadas para escritorio, y 1 gran cor-
ralón para depósito de cascos vacios, carros, caballos, etc.
El material de fábrica se compone de 6 grandes alambiques movidos á
vapor, que pueden producir hasta 5.000 litros diarios de cualquier licor, 14 tone-
les de 50 hectolitros de capacidad, 3 de 100 y 30 de 8 á 10; 4 bombas trasiego,
3 tachos para almíbar, filtros, máquinas para llenar, tapar y capsular, 3 gran-
des depósitos de hierro y 1 de cobre para alcoholes y demás útiles indis-
pensables.
La venta mensual gira al rededor de 35.000$ y los gastos de $ 1.500.
Puede calcularse la existencia de licores elaborados y en preparación en un
valor aproximado de 100.000 $. Aunque la casa no tiene sucursales, es
conocida en toda la República y está en relación con casi todas las Provincias
por medio de sus agentes especiales.
No la liga con el extranjero otro vínculo, que el de por compra de envases
y de ciertas materias primas que aquí no existen. Ha concurrido á tres Expo-
siciones con sus productos y en cada una de ellas ha obtenido el mayor premio
designado previamente.
La dotación personal de la casase compone de 6 dependientes, un capataz
y 16 peones.
66
- 522 —
TIENDA «EL PROGRESO
Tuvo lugar su apertura al servicio público en el año 1875, con veinte
empleados distribuidos en las secciones de tienda y mercería, los únicos ramos
que constituyen el comercio del establecimiento.
También ha merecido este con alguna preferencia los favores de la protec-
ción pública, al servicio de la cual sus propietarios han consagrado toda su
atención é interés.
Las ventas que realiza anualmente son una prueba evidente de la catego-
ría que ocupa en el comercio de esta plaza y del capital que el establecimiento
tiene invertido en mercaderías.
También tiene distribuidos los artículos por secciones ó departamentos de
venta especial, algunos de los cuales son atendidos por señoras y otros por ven-
dedores especialistas.
Las mercaderías están aseguradas por un valor de $ 280.000 oro, y aunque
la casa no ha establecido en las Provincias sucursales inferiores, es conocida
en todo el país.
Tiene casa propia de comisión en París y de compras en Londres, Berliot
Viena, Manchestery Lyon. En su organización interna ha tomado por modelo
las del Louvre y Bon Marché.
El número de empleados no baja hoy de sesenta, sin contar con las
modistas que tiene á su servicio para confecciones, etc.
Consta de catorce departamentos la división hecha en la distribución de
as mercaderías para facilitar su pronta revisión, cada uno de los cuales tiene
un personal compuesto de un jefe, tres ó cuatro empleados y un cadete*
Es uno de los establecimientos mas fuertes de la plaza y una esperanza
seductora para sus dueños, señores J. B. Burnichon y Ca.
* «
FABRICA DE NAIPES
Este establecimiento funciona desde el 17 de Mayo de 1885, recha en que
tuvo lugar su instalación.
Desde entonces hasta la actualidad ha seguido sin interrupción una
marcha ascendente de prosperidad, asegurándole un buen éxito en todos sus
trabajos y mereciendo la conñanza y protección del comercio.
Son casi nulas las relaciones mercantiles que tiene con el extranjero,
porque preocupada con la demanda interna no ha tenido tiempo para estrechar
aquellas; pero su estado floreciente y el trabajo constante que elabora, la
— 583 —
permiten pensar hoy en aumentar la maquinaria y el personal operario para
atender en cualquier escala los pedidos que reciba, pues con la dotación ac-
tual solo fabrica anualmente una cantidad que no pasa de 24,000 docenas de
naipes, cuyo consumo es puramente interno.
Las mejoras y el aumento que se trata de introducir en el establecimiento
importan una suma aproximada de $ 40.000, incluyendo el edificio ex-profeso
que debe hacer construir, con las maquinarias y demás extensiones enun-
ciadas.
En ninguna época ha tenido que deplorar crisis económicas ni paralización
de trabajos, á no ser una huelga inusitada é insólita de operarios, cuya ma-
yor parte eran de nacionalidad española, y que no tuvo otras consecuencias
que su expulsión del establecimiento y la incorporación del obrero argentino
á aquellos talleres que se impusieron la tarea de preparar al hijo del país en
esa labor especial, sin excluir á la mujer de esas faenas en las que pronto se
conquistó un puesto distinguido, mereciendo hasta la preferencia en ciertos
trabajos.
El capital actual es de treinta á treinta y cinco mil pesos, habiendo sido el
primitivo de veinticinco mil.
Varia de 30 á 50 el número de empleados que necesita y tiene para los di-
versos trabajos de la fabricación, contando hoy con solo 40, que no pueden
prestar los servicios reclamados por la acumulación de las obras que tiene
á su cargo y que para dar cumplimiento solicita 20 á 25 empleados más,
tanto hombres como mujeres. Estos empleados importan al establecimiento
un gasto'mensual mínimo de $ 700, por sueldos variables entre $ 6 el menor y
$ 90 el mayor.
La entrada mensual por obras puede calcularse entre tres y cuatro mil
pesos generalmente, aunque tiene épocas en que percibe hasta seis mil,
según la clase del trabajo que ejecuta.
La fabricación mensual alcanza hasta 2000 docenas.
Cuenta para la elaboración de los naipes con una máquina de imprimir,
una prensa, un motor á vapor, una máquina de jabonar y tres más para dis-
tintos usos.
Como carece de un edificio apropiado para estos trabajos, no puede en la
actualidad aumentar estos materiales hasta no emprender la construcción del
edificio que tiene proyectado su propietario .
Los trabajos que se ejecutan no se verifican por medio de contratos per-
manentes ni á objeto de proveer sucursales, que tampoco las tiene, sino
obedeciendo á las necesidades del comercio, perentorias por su instabilidad en
este ramo.
España, Italia y Alemania son los puntos de provisión de papel de este
establecimiento, cuya variedad de clases constituye, comprendidas las tintas,
las diversas calidades de los naipes.
Las tintas se elaboran en el mismo establecimiento, produciendo de psta^
— 524-
suerte, economía en su costo y mejora en las clases, empleándose hasta doce
colores en la fabricación.
Las tarifas varían con la calidad de los naipes, fabricándose desde el más
ordinario hasta el superior ó extra, cuyo precio respectivo por docena y por
mayor es como sigue :
Núm. 40 $ 1 Núm. 2 $ 2,50
1 » 1,25 » 7 » 3,50
»
»
3 » 1,80 » 9 » 4,00
<EL CAUCETE>
VIÑAS DE D. JUSTO CASTRO
Así se denomina un pedazo de terreno, una colina, situada á cinco leguas
al Este de la ciudad de San Juan y al pié de una sierra conocida con el nombre
«Pió de Palo».
Componen esta propiedad doscientas cuadras cuadradas de ciento treinta
metros por costado cada una, ocupadas por 250,000 cepas de vid de las mejo-
res especies francesas, colocadas paralelamente y dispuestas en línea por cuar-
teles separados por espaciosas calles, que permiten la más minuciosa inspec-
ción.
Esta magnífica propiedad pertenece al señor Justo Castro.
Su propietario, después de viajar con sumo interés por casi todo el interior
de la República, por Chile, Perú y Bolivia, estudiando de paso los mejores
métodos de viticultura y vinicultura, resolvió entregarse al plantío de un
viñedo modelo.
La primera compra de cepas que realizó, pertenecieron á las máá acredi-
tadas especies de Burdeos traídas directamente y que sirvieron como de núcleo
á la gran plantación.
Llevado á cabo el primer plantío, la cosecha debía tardar lo menos de 3 á
4 años, cuyo espacio de tiempo lo aprovechó el industrial estableciendo en el
((Caucete»]una casa de venta al por menor de artículos de ferretería, tienda,
almacén, mercería, talabartería, y por fin, de un molino á vapor.
Ninguno de estos negocios y sus atenciones, han privado al Sr. Castro de
dedicar con preferente solicitud su afán é inteligencia al cultivo de la vid. Cada
año extendía la plantación con ejemplares de cepas de notoria reputación
comercial.
Una gran crisis que amenazaba destruir el equilibrio financiero del país
dibujábase ya con alarmante inquietud, envolviendo en las ruinas de su labor
tenebrosa el fruto cuantioso del constante y paciente trabajo.
— 585 —
De esta terrible prueba sn1i6 airoso el establecimiento del «Caucete»,
después de lo cual y para emprender la fabricación de vinos de la uva de sus
viñedos, asoció en sus negocios ádos de sus hermanos, igualmente laboriosos
como el propietario.
En el primer año de fabricación se elaboraron 1500 bordalesas, 2200 en
el siguiente, 2500 en el tercer año, 4000 en el cuarto, y por fin, 7000 en el último
año, es decir, 1886.
El aumento incesante de la producción íué requiriendo progresivamente
mayor amplitud en los departamentos, nuevas máquinas y más perfeccionadas,
un edificio propio construido expresamente para dar cabida al inmenso mate-
rial de elaboración necesario á la fabricación, aparatos más modernos y los
accesorios indispensables para coadyuvar en el mejor éxito, todo lo cual se
ha llevado á cabo elevando el establecimiento del v<Caucete»tal vez al primer
rango de la industria vinícola.
Exceptuando la valiosa dotación del material mecánico, los salones con-
tienen además 100 gigantescos toneles de fermentación, 1000 pipones, 1000
pipas y 5000 bordalesas.
Seiscientos trabajadores se ocupan en las faenas de la vendimia y 150
cuando ha pasado la elaboración y cosecha. La mayor parte de éstos y de
los operarios son de nacionalidad argentina, educados y enseñados en la ver-
dadera escuela de Artes y Oficios que ofrece la labor humana en el Caucete.
La contracción é inteligencia puestas al servicio de la industria vinícola,
debían dar muy pronto los resultados lógicos de su investigadora dedicación,
produciendo en la actualidad vinos de mesa y de postre, superiores á los im-
portados, en los cuales muchas veces no toma ingerencia alguna la materia
prima, la uva.
La excelencia y superioridad de clase de los productos elaborados en el
Caucete, prueban irrefutablemente cuanto ardor y consagración han presidido
las faenas bajo el punto de vista científico.
Varias medallas de oro que constituyen el primer galardón de la ciencia,
discernido á la mayor perfección, condecoran al inteligente industrial, mereci-
das en todos los torneos en que ha expuesto el producto de sus afanes
agrícolas.
En esta Capital y en La Plata se han establecido grandes depósitos de
vinos para atender la demanda de numerosa clientela.
La aceptación que han merecido estos productos aseguran al afamado
industrial la preponderancia de sus viñedos, cuya extensión aumentada anual-
mente, permite esperar que no tardará mucho tiempo en realizar el éxito
supremo á que se puede aspirar: la exportación.
La venta mensual es de 16.000 $ y cuenta con 27 empleados en ambos
depósitos. El capital primitivo fué de $ 50.000.
Se fabrican también exquisitos licores de legítimos caldos de vinos, como
ser anis, anisete, cognac, etc., q|ue han merecido igualmente n^uch^^ acepta-
ción.
- 586 —
TIENDA <A LA CIUDAD DE LONDRES»
El 15 de Marzo de 1873 quedó deñnitivamente establecida y abierta al
servicio público con un capital en mercaderias de $ 25.000.
Su propietario, D. Juan Brun, tuvo desde la fundación de este estable-
cimiento el propósito de levantarlo á la altura del «Bon Marché» de París,
en el cual había prestado servicios durante siete aflos, alcanzando á la su-
perior categoría de interesado por su talento comercial.
La idea de su establecimiento se desarrolló y debió llevarse á cabo
desde el año 1871, pero la flebre amarilla que azotó á la población en esta
fecha difirió para ocasión más oportuna su realización.
En el año 1867 llegó á Buenos Aires el Sr. Brun sin otro capital que
sus aptitudes é inteligente actividad, colocándose muy pronto en una casa
francesa introductora en la cual desempeñó con tanto acierto y felicidad
sus funciones, que no tardó en recibir la recompensa de sus afanes, me-
reciendo de sus superiores la distinción de admitirle como interesado.
Este premio á su laboriosidad ó inteligencia le dio nuevos brios para
propender de todos modos á la mayor prosperidad del establecimiento, que
logró conseguir sin grandes esfuerzos, aumentando notablemente la clien-
tela que supo atraer con tanto tino y eficacia.
Fué en el año 1839 que hizo venir de Europa á su hermano Hipólito
para establecer la tienda que nos ocupa, atendiendo inmediatamente á los
preparativos necesarios á tal objeto, pero que solo cuatro años después
logró realizar el pensamiento.
Los buenos oficios de algunas casas comerciales de esta Capital gran-
jearon al Sr. Brun los elementos ó sea el crédito indispensable para abor-
dar la idea, pues entonces solo tenía un capital aproximado de $ 6000 y
que solo en gastos de instalación se distrajo la mitad de dicha suma.
En estas condiciones el Sr. Hipólito Brun abrió el establecimiento
siendo su socio comanditario su hermano D. Juan, quien entró en el año si-
guiente á formar parte de la sociedad como socio activo, cuando pudo dis-
minuir el peso de sus numerosas ocupaciones.
Doce años duró la sociedad de los dos hermanos hasta la muerte de
D.Hipólito que tuvo lugar en el año 1885, quedando desde entonces el activo
y pasivo del establecimiento á cargo de D. Juan.
Hubo tal actividad en la casa y se había desplegado tanto interés en
mantener permanentemente todo género de novedades en mercería, con-
fecciones, etc., que llegó á convertirse en el centro obligado de las damas,
no solamente por aquella consideración sino por el lujo y distribución
sistemática de las mercancías, teniendo á la puerta del establecimiento un
servicio de'carruajes dispuesto á fin de entregar á domicilio los obje-
tos vendidos.
— 527 —
Tales comodidades agregadas al surtido completo en los tres ramos
que explotaba, ejercieron una poderosa atracción sobre el género femenino,
reuniéndose allí lo mas aristocrático de la población.
En el primer año de su fundación logró realizar una venta al rededor
de 75.000 $ con un capital en mercaderías de $ 25.000, administrado por tres
vendedores, un cadete y un repartidor.
En la actualidad el personal de la casa, entre jefes, vendedores y ven-
dedoras modistas, alcanza & la cifra de 112 empleados, sin incluir el ser-
vicio externo de la misma, que es desempeñado por cien personas encar-
gadas de costuras y bordados.
Mas de un millón de pesos representa el valor de las mercaderías
vendidas en este año.
El establecimiento ocupa una superficie de 2750 metros y sus merca-
derías están aseguradas en veinte y dos compañías representando el valor
total del seguro la suma de $ 368.250,19, oro.
Su comercio es de importación y minorista y abraza los ramos de
tienda, mercería y confecciones.
Tres tilburys de cuatro ruedas hacen el servicio de repartición á do-
micilio.
En breve abrirá dos nuevos departamentos, de camas el uno y de
alfombras el otro, con los cuales serán doce, divididos en sesenta y cuatro
especialidades.
La nacionalidad de los empleados es varia, predominando la francesa.
MUEBLERÍA DE PARÍS
Fundada en el año 1851 con un mediano capital, ha esplotado el ramo
de mueblería con mucho acierto, contribuyendo en gran parte á perfeccio-
nar el gusto artístico en el menaje doméstico.
Este establecimiento ha sido el primero que, estableciendo relaciones
directas con las principales fábricas de Paris, ha introducido al país mue-
bles de gran importancia, ya por su labor artística como por la superiori-
dad de sus materiales.
Actualmente, con un capital de $ 200.000, puede satisfacer cualquier
pedido ó trabajo que se le encomiende, en la seguridad de llenar debida-
mente los deseos del solicitante.
Realiza anualmente una venta que gira al rededor de 500,000 pesos,
de muebles importados directamente de las fábricas parisienses.
Satisface los pedidos con la asistencia de quince empleados, á quie-
nes reconoce como sueldo mayor seis pesos diarios, y menor un peso.
Los gastos generales del establecimiento varian entre 2500 á 3000 pesos
mensuales, incluso el alquiler de la casa que ocupa, esto es, 400 por mes.
— 528 —
ZAPATERÍA DE J. BERNASCONl
D. Juan Bernasconi llegó á Buenos Aires sin capital en el año 1855, entran-
do como oñcial á prestar sus servicios en la zapatería del Sr. Dufour.
Su consagración y economía le proporcionaron los elementos , aunque
pobres, para abrir un pequeño establecimiento del mismo ramo, en el que
desplegó toda su actividad empleando materiales de superior calidad.
La prosperidad sonreía al industrial con una clientela generosa y ele-
gante que se aumentaba á gran prisa, cambiando súbitamente la faz del
establecimiento.
Cuando hubieron pasado algunos años de ruda labor, la casa giró en
otro orden; en vez de emplear el capital en su propio negocio, compra de
propiedades, etc., efectuaba operaciones de descuentos que le aseguraban
un buen beneficio, continuando en esta especulación hasta en la actualidad.
La fábrica de calzado y los descuentos han sido los únicos factores de la
colosal riqueza de este industrial.
La zapatería tomó mucho incremento cuando por primera vez recibió
en comisión una fuerte consignación de calzado europeo; fué en este
tiempo que cambió de local trasladándose donde hoy está establecida y en
el que ha continuado recibiendo las consignaciones del extranjero.
La solidaridad de este establecimiento impulsó á D. Juan á trasladarse
á Europa, dejándolo bajo la dirección y gobierno de sus hijos, mientras él
fundaba una gran fábrica en Europa que al presente sostiene diez mil
operarios, según han podido constatar algunos argentinos allí residentes,
efectuando también operaciones de descuento por enormes valores.
D. Juan Bernasconi, antes de abrir su zapatería en esta ciudad, sirvió
de músico en una de las bandas de las fuerzas militares que guarnecen
la población.
DIARIOS Y PERIÓDICOS
Los diarios y periódicos de esta Sección son numerosos y muchos de ellos
disfrutan de indisputable solidaridad económica, á excepción de «La Prensa»,
cuya descripción hacemos aparte, que es el coloso de la América del Sud.
He aquí el conciso detalle de los demás.
La Tribuna Nacional^ diario de la mañana, político, noticioso y comercial,
de formato de 0,88 por 0,64, de cuatro páginas, nueve columnas de 65 m/m.
con 2 m/m. de interlineado y tipo cuerpo 8. Fundado en 1880.
La Union, diario de la mañana, político, noticioso y comercial, de formato
— 529 — •
de 0,71 por 0,51, con cuatro páginas, siete columnas de 65 m/m. y 2 de interli-
neado— tipo cuerpo 8. Fundado en 1882.
La Patria^ diario matutino, político, noticioso y comercial, de formato de
0,81 por 0,57, con siete columnas de 70 m/m. y 2 de interlineado — tipo cuer-
po 8. Fundado en 1880.
El Porteño, diario matutino, político, noticioso y comercial, de formato de *■ jv
0,71 por 0,50, con siete columnas de 65 m/m. y 2 de interlineado — tipo cuerpo
7. Fundado en 1882.
El Nacional, diario vespertino, político, noticioso y comercial, de formato de
0,88 por 0,64, con ocho columnas de 71 m/m. y 2 de interlineado — tipo cuerpo
8. Fundado en 1853.
Sud' América, diario vespertino, político, noticioso y comercial, de formato
de0,74 por 0,54, con seis columnas de 80 m/m. y dos de interlineado — tipo cuer-
po 8. Fundado en 1882.
La Razón, diario matutino, político, noticioso y comercial, de formato de
0,80 por 0,50, con siete columnas de 72 m/m. y 2 de interlineado — tipo cuerpo
8. Fundado en 1886.
El Popular, diario matutino, político, noticioso y comercial, de formato de
0,81 por 0,59, con siete columnas de 68 m/m y 2 de interlineado — tipo cuerpo
8. Fundado en 1887.
Todos estos diarios se publican en idioma nacional y aparecen con cuatro
páginas cada uno.
Revista Médico-Quirfirjica, publicación quincenal, en 4*, órgano de los intere-
se^ médicos argentinos, con 16 páginas y 2 m/m de interlineado — tipo cuerpo 8.
Fundada en 1864.
Revista Jurídica, publicación mensual, en 4**, órgano del «Centro Jurídico»,
con 30 páginas y 3 m/m. de interlineado — tipo cuerpo 8. Fundada en 1885.
Revista de los ititereses rurales de la Provincia de Rueños Aires, publicación
mensual, órgano de la ganadería, agricultura, etc, en folio, de 20 páginas, con
2 columnas de 93 m/m. y 3 de interlineado — tipocuerpo8. Fundada en 1887.
Roletin del Instituto Geográfico, publicación mensual, en 4®, órgano de la So-
ciedad de este nombre, de 30 páginas y 3 m/m. de interlineado — tipo cuerpo 7.
Fundado en 1880.
Roletin mensual de Demografía, publicación mensual, en 4", órgano históri co-
estadístico de la población, de 8 páginas y 2 m/m. de interlineado — tipo cuer
po 7. Fundado en 1882 y escrito en idioma francés.
Roletin de la Union Industrial Argentina, publicación hebdomedaria y órgano
de las industrias del país, en folio, de 4 páginas con 4 columnas de 74 m/m. y2
de interlineado — tipo cuerpo 7. Fundado en 1887. Es el órgano de las asocia-
ciones «CentroIndustrial))y «Club Industrial» posteriormente refundidas.
Anales del Instituto Agronómico Veterinario, publicación quincenal, en 4", de
20 páginas, con 2 columnas de 64 m/m . y 8 de interlineado — tipo cuerpo 8. Fun-
dado en 1886.
67
• — 530 —
Anales déla Sociedad Rural Argentina, publicación quincenal, en 4^, con 30
, . páginas de 2 columnas d^ 64 m/m. y 2 de interlineado^tipo cuerpo 8. Fundado
m 1867. ••
La Ilustración Argentina^ periódico ilustrado, aparece cada diez dias, lite-
_^ rario é histórico, en Jolio, con 8 págioas, de 2 columnas de 10 centímetros c[u y
Mr 3 m/m. de interlineado — tipo cuerpo?. Fundado en 1881.
La Elegancia Porteña^ periódico ilustrado de modas, labores y literatura, en
folio, con 8 páginas de 3 columnas de 75 m/m. y 3 de interlineado— tipo cuerpo
8. Fundado en 1887. Es confeccionado en París expresam'ente para Buení)s
Aires.
La Papallona^ periódico ilustrado, semanario, noticioso y literario, en fo-
• lio, de 8 páginascon 2 columnas de 84 m/m. y 3 de interlineado — tipo cuerpo 7.
Fundado en 1887 v escrito en idioma catalán.
La Buena I^ctura^ periódico hebdomedario, órgano délas familias, sobre
religión, moral, etc., en 4", con 14 pajinas de 2 columnas de 64 m/m. y 2 de in-
terlineado—tipo cuerpo 9. Fundado en 1879.
BOSQUEJO DE BUENOS AIRES
♦
SEGUNDO TOMO
SKOOION SI^^GHITI^OA
índice
PÁGINIS
Advertencia m * iv
Prólogo - Sicciom /•— Teatro Colon —
Teatro Nacional — Banco Hipotecario
déla Provincia— Banco de Londres y
Rio de la Plata— Banco Carabassa —
Banco de Italia y Rio de la Plata —
Banco Inglés del Rio de la Plata— Bol-
sa de Comercio — Hotel de Londres —
l'refectura Marítima — Estación Cen-
tral de Ferro-Garriles — Casa del Sr. A.
Leloir — Casa de Huérfanas de la Mer-
ced— Iglesia Catedral — Iglesia de la
Merced — Colegio de Varones — Escue-
la Graduada de Varones — Iglesia Evan-
gélica — Confitería del Águila — Cigarre-
I ía de ]. Daumas — Iglesia y Convento
de las Monjas Catalinas — Departamen-
to de Obras Públicas v á xliz
Plano de i a Sección Segunda i >i 2
Sección Segunda 3 » 10
VÍAS PÚBLICAS — Rivadavia — Victoria —
Alsina — Moreno — Belgrano — Vene-
7uela — Méjico — Chile — San Lorenzo —
Independencia — Colon — Balcarce —
Tupac-Amarú -- Defensa — Bolívar —
Perú — Chacabuco 11 á i56
Estadística db la Propiedad Raíz —
Valor, habitaciones — Superficie, habi-
ta ntcs — Número de propiedades —Va-
lor del metro cuadrado — Nacionalidad,
número, valor — División para super-
ficie— División para valores — División
para pisos — División para propietarios
y locatarios — Ocupación — Edificación
— Renta 157 á 172
Trasmisión de la Propiedad — Ubica-
ción, superficie, valor — Nacionalidad
de compradores y vendedores 1 73 á 176
Hipotecas íobre la Propiedad Raíz —
Número, nacionalidad, valor 177 á 178
Sociedades y Asociaciones — Club del
Progreso — Instituto Geográfico Argen-
PÁODIAS
tino— Club de Residentes Extranjeros
— Club Español— Sociedad Rural—
Sociedad Cosmopolita de Protección
Mutua — Instituto Agronómico Veteri-
nario— Sociedad protectora de los Ani-
males— Colegio Nacional de Escri-
banos 179 á 248
Estadística del Comercio y las Indus-
trias— Negocios, capital, empleados —
Alquileres, sueldos, impuestos — Nego-
cios y capital de cada Nacionalidad —
Empleados y alquiler que pagan — Suel-
dos é impuestos — Clasificación de los
negocios, capital y empleados — Clasi-
ficación de los negocios, sueldos é im-
puestos— Profesión, nacionalidad. .. . 249 ¿ 260
Establecimientos Públicos— Congreso
— Casa de Justicia— Casa de Gobierno
— Municipalidad — Departamento de
Policía — Correos y Telégrafos— Adua-
na— Universidad — Consejo Nacional
de Educación — Colegio Nacional— Bi-
blioteca Pública — Museo Público Na-
cional— Archivo Nacional — Casa de
Moneda — Patentes de invención y Mar-
cas de fábrica y comercio — Obras de
Salubridad— Mercado del Centro —Igle-
sia y Convento de Santo Domingo —
Iglesia y Convento de San Francisco —
Iglesia de San Ignacio — Monte de Pie-
dad—Registro de la Propiedad — Plaza
de Mayo — Plaza de «Los Andes». . . . 261 á 5io
Kstablecimibntos Industriales — uLa
Prensa» — Casa de Remate de Adolfo
Bullrich y C*. — Imprenta y Librería de
Mayo — Fábrica Nacional de Calzado —
Bodega destilería y licorería de JoseÜn
B. Huergo y C* — Tienda a El Progreso»
— Fábrica de Naipes — «EJ Caucete» —
Tienda «A la Ciudad de Londres» —
Mueblería de París — Zapatería de J.
Bernasconi — Diarios y periódicos..,. 5ii á 53o
i •
■I s
í
3 blDS Día A31 7AM
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5001
.Gli»
V.2
V_
DATE DUE
1
STANFORD UNIVERSITY UBRARIES
STANFORD, CAUFORNIA
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