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Full text of "Cartas de Jovellanos y Lord Vassall Holland sobre la guerra de la Independencia (1808-1811)"

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ITALIA-ESPAÑA 


EX-LIBRIS 
M.  A.  BUCHANAN 


PRESENTED  TO 

THE  LIBRARY 

BY 

PROFESSOR  MILTON  A.  BUCHANAN 
OF  THE 

DEPARTMENT  OF  ITALIAN  AND  SPANISH 
1906-1946 


CARTAS 

DE 

JOVELLANOS 

Y 

LORD  VASSALL  HOLLAND 


U3 


5, 1811   CENTENARIO  DE  JOVELLANOS  *  1911 


CARTAS 

DE 
Y 

LORD  VASSALL  HOLLAND 

sobre 

la  guerra  de  la  Independencia 

(1808-1811  ) 
coit  prólogo  y  notas 

DE 

*    JULIO  SOMOZA  GARCÍA-SALA 

C.  dé  la  Feal  Academia,  de  la  Historia. 


Segundo  y  último  volumen 


MADRID 

IMPRENTA  DE  LOS  HIJOS  DE  GÓMEZ  FÜEXTENÍ.BRO 

Bordadores,  núm.  lo. 

1911 


JUNIO  1809 


293 


CORRESPONDENCIA 


[  J  _LVI] 

Sevilla,  20  Junio  1S09. 

302  Mi  muy  estimado  My  Lord;  se  abre  un  nuevo 
estado  de  cosas.  Las  avanzadas  de  Cuesta  están  en  Xa- 
raicejo.  El  enemigo,  ha  evacuado  precipitadamente  á 
Truxillo,  perseguido  por  nuestras  guerrillas,  y  en  el 
día,  secrée  que  estén  ya  del  otro  lado.  Ahora  bien; 
Víctor  y  vSebastiani  pueden  unirse.  Venégas  ha  bajado 
á  los  llanos  de  la  Mancha:  tiene  solo  3.000  caballos:  el 
enemigo,  puede  reunir  8.000  en  terreno  en  que  esta 
arma  tiene  toda  su  ventaja.  ¿Tenemos  justo  motivo  de 
temer?  Yó,  por  lo  ménos,  y  como  pobre  golilla^  estoy 
lleno  de  temor,  y  si  he  de  decir  verdad,  de  enfado,  al 
ver  que  con  24.000  hombres  de  Wellesley  y  40. 000  de 
Cuesta,  la  cosa  se  haya  hecho  de  manera,  que  mien- 
tras Soult  y  Ney  ponen  en  terror  á  Galicia  y  Astúrias, 
los  23.000  hombres  de  Venégas  pueden  ser  derrotados, 
forzadas  las  bocas  de  Sierra  Morena,  y  Sevilla  puesta 
otra  vez,  si  no  en  peligro,  por  lo  ménos  en  confusión  y 
terror. 

303  Ayer,  no  tuve  carta  de  Vms.  y  hoy  no  ha  veni- 
do todavía  el  parte;  ignoro,  por  consiguiente,  si  Vms. 
han  ido  al  Puerto  ó  nó.  Lo  que  deseo,  es  que  My  Lady 

esté  completamente  buena  Llega  ahora  mismo  la 

carta  del  Puerto.  Siento  la  indisposición  de  Madama,  y 
no  me  deja  gozar  el  gusto  de  la  pronta  venida  á  ésta. 
Espero,  sin  embargo,  que  le  tendré  más  cumplido, 
viéndola  llegar  del  todo  restablecida.  Va  la  Gazeta  de 
las  noticias  de  que  hablé  anoche.  Si  Vm.  la  coteja  con 


294 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


la  relación  de  las  francesas,  verá  quán  probable  es  la 
derrota  de  Bonaparte.  Dios  la  confirme,  y  él  me  con- 
serve á  Vm.,  á  la  amable  My  Lady  y  á  toda  la  compa- 
ñía, tan  felices  como  desea  su  affmo. 

Jovellanos. 

302  Para  aclaración  de  este  párrafo,  expresaremos  cuáles  eran 
la  situación  y  fuerzas  de  los  Generales  Cuesta,  Venégas,  y  We- 
llesley,  que  mandaban  los  egércitos  de  Extremadura,  La  Man- 
cha y  Portugal,  respectivamente;  y  cuáles  las  de  Víctor  y  Sebas- 
tiani,  con  sus  correspondientes  objetivos. 

Cuesta,  hallábase  en  Junio,  en  Jaraicejo  (prov.  Cáceres,  már- 
gen  izquierda  del  Tajo)  con  una  fuerza,  no  de  40.000  hombres,  sinó 
de  36.000. 

Venégas,  el  14  de  Junio,  había  bajado  de  Sierra  Morena  á  las 
llanuras  de  La  Mancha,  llevando  un  egército  de  19.000  infantes  y 
3.000  caballos. 

Wellesley,  hallábase  en  Abrántes,  dando  descanso  y  respiro  á 
sus  tropas  (22.000  hombres),  con  las  cuáles,  el  27  de  Junio,  mar- 
chaba hacia  la  frontera  de  Extremadura. 

Víctor,  después  de  la  victoria  de  Medellín  (27  Marzo  1809)  se 
mantuvo  en  Mérida,  y  el  19  de  Abril,  trató  de  entrar  en  Portugal 
con  Lapisse.  No  consiguiéndolo,  escapó,  y  subió  á  Torremocha  á 
Cáceres,  Plasencia  (donde  estaba  el  19  de  Junio),  y  de  aquí,  tomó 
á  Talavera. 

Sebastiani,  se  encontraba  en  Ciudad  Real. 

El  objetivo  español,  era  av atizar  sobre  Madrid,  y  recuperarlo. 
El  objetivo  francés,  era  la  ocupación  de  Portugal,  entrando 
Soult  por  Galicia,  Lapisse  por  Salamanca,  y  Víctor  por  Extre- 
madura. Pero  interrumpió  este  proyecto  el  general  inglés  Wilson, 
atravesándose  en  el  Puerto  de  Baños.  Lapisse,  se  incorporó  á 
Víctor  en  Mérida,  el  19  de  Abril. 

En  Mayo,  hicieron  el  segundo  intento  hacia  Alcántara,  pero 
interpuesto  el  General  inglés  Mackenzie,  desistieron  de  él,  y  re- 
trocedieron á  Extremadura,  y  de  aquí  á  Castilla. 

Entónces,  mudado  el  objetivo,  empezaron  los  preparativos 
para  la  campaña  de  Talavera. 


JUNIO  1809 


295 


[H_XLVill] 

Junio  20  de  1809. 

Mil  gracias  de  sus  cartas,  y  mil  parabienes  de  las 
grandes  noticias  que  nos  han  dado  hoy:  que  aunque  no 
habrá  de  verdad  mas  que  la  mitad,  sería  suficiente 
para  salvar  á  España. — A  propos:  dice  Vm.  hay  bue- 
nas noticias  de  Asturias,  y  no  me  dice  cuáles  son.  Es- 
tando en  Cádiz,  tal  vez  las  hubiera  oído;  pero  aquí 
nada  oigo  sinó  de  Sevilla. 

Con  esperanza  de  verle  luego ^  no  le  molesto  con  mi 
mal  castellano  y  mala  letra.— Van  ahí  algunas  Refle- 
xiones de  nuestro  M.^  Alien:  no  está  enteramente  con- 
tento de  ellas^  pero  me  parecen  dignas  de  reparo  (re- 
paso)^ y  la  sustancia  es  muy  sana. 

Hágame  el  favor  de  escribir  dirigiendo  sus  cartas 
á  casa  de  Gordon,  Xeréz,  donde  dormiremos  pasado 
mañana.  Entra  el  sobrino,  y  estamos  agradecidos  de 
esta  atención  de  Vm.  Me  parece  muy  aficionado  al  pue- 
blo éste;  y  el  estado  de  los  paseos,  acredita  su  esmero. 
Adiós. 

W.ii  Holland. 

Mañana  vamos  á  ver  á  San  Lucar. 
La  Señora,  está  ahora  muy  bien,  pero  tiene  en  el  pié 
una  espina,  é  todavía  queda  coja. 

[J_LVII] 

Sevilla,  21  de  Junio  1809. 

304  Conque  amado  Lord  mió,  ¿nos  veremos  luego? 
t[Y  nos  veremos  por  poco  tiempo?  Me  consuelo  en  lo 
primero,  porque  al  fin,  en  lo  segundo,  nuestra  recipro- 


2% 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


cacion  no  nos  permite  extender  nuestro  deseo.  Veámo- 
nos,  pues,  y  tenga  yo  el  gusto  de  disfrutar  otra  vez 
del  dulce  trato  de  tan  buenos  amigos. 

305  No  he  hablado  de  Romana,  porque  es  asunto 
que  me  duele  mucho.  A  pesar  de  sus  tachas,  y  de  ser 
acaso  el  más  ofendido  por  su  conducta,  no  he  sido  yo 
de  los  que  opinaron  por  su  remoción,  pero  acordada 
ya,  creo  haber  sido  el  que  más  influyó  en  que  se  hi 
cíese  con  decoro.  Tratábase  de  llamarle  para  que  vi- 
niese á  sentarse  en  su  silla  de  vocal,  y  pude  lograr  que 
se  acordase  llamar  á  todos  los  demás,  y  lo  conseguí. 
Así  no  será  él  solo  llamado,  sino  todos.  Hice  más,  y 
fué  inspirar  á  Garay  que  el  llamamiento  se  apoyase  en 
la  necesidad  de  reunir  todos  los  vocales  en  tiempo  en 
que  la  Junta  se  ocupaba  en  negocios  tan  graves,  y  se- 
ñaladamente en  la  preparación  de  las  Córtes;  y  por  fin, 
á  nuestro  Pachin,  en  que  el  general  que  se  nombrase 
en  su  lugar,  fuese  como  interino,  para  dejarle  el  honor 
habitual  del  mando.  Quid  ultra  debui  faceré  et  nonfeci? 

306  Pero  la  cosa  está  todavía  en  pleito.  ¿Cómo? 
dirá  Vm.  Óigalo  y  admírelo. 

307  En  la  Junta  de  ayer,  se  presentó  nuestro  Frere 
reclamando  la  providencia.  Prescindo  del  modo,  y 
también  de  los  fundamentos.  La  Junta,  se  redujo  á  res- 
ponderle, que  lo  soUcitase  por  una  nota  escrita,  y  en 
esto  quedó.  Sentiré  que  lo  haga  hoy  porque  me  quedo 
en  casa  á  trabajar  sobre  Córtes.  Como  mi  dictámen  le 
es  favorable,  yo  le  sabría  conciliar  con  lo  que  se  debe 
al  decoro  del  cuerpo,  y  á  la  impertinente  mixtión  de  un 
extrangero  en  sus  resoluciones.  Todo  esto  viene  de  la 
franqueza  conque  entra  y  se  le  tolera  en  nuestras  se- 
siones; pero  este  paso,  fuera  más  disimulable,  si  se 
hallase  en  la  que  fué  relativa  á  este  asunto.  Veremos 
en  que  pára.  Yo  celebraré  que  gane  el  pleito,  con 
tal  que  gane  las  costas.  Esto,  de  mañana.  (Se  conti- 
nuará.) 

308  Va  el  boletín  recibido  en  la  sección,  y  álli  tam- 
bién la  estimable  de  Vm,  Esta  irá  á  Xeréz,  donde  tam- 
bién la  de  ayer. 


JUNIO  1809 


297 


309  De  Astúrias,  que  Gijon  fué  evacuada  el  7;  que 
Ballesteros,  amenazando  á  Oviedo  con  15.000  hombres 
de  tropas  y  paisanage,  obligó  á  los  Franceses  á  evacuar- 
la también,  y  persiguiéndoles  les  mató  ó  aprisionó  800 
hombres,  y  el  resto,  se  retiró  á  las  alturas.  La  noticia 
es  de  un  patrón,  y  contextada  judicialmente  por  los 
pasageros  que  traía.  Procedía  de  Ribadeo  en  6  días. 
Si  cierta,  los  Franceses  se  habrán  retirado;  porque 
¿cómo  podrían  subsistir  en  las  montañas? 

310  Los  apuntamientos  de  Mr.  Alien,  para  el  al- 
muerzo. ¡Malhaya  la  espina  que  hace  cojear  á  nuestra 
amable  MyLady!  Sé  que  va  andando  la  escolta  que  ha 
de  acompañar  á  Vms.,  y  quisiera  ya  oir  las  campani- 
llas. Salud  general,  y  á  Dios! 

Jovellanos. 

305  La  Romana,  fué  relevado  del  mando  del  egército  de  Gali- 
cia, dejando  á  su  arbitrio  el  nombramiento  de  su  sucesor.  Lo  fué 
el  Duque  del  Parque  (vid.  §  372,  y  nota  475). 

307  El  retrato  de  John  Frere,  está  bastante  bien  trazado  por 
Arteche.  Así  se  expresa  (/.  c.  vi,  p,  261):  "Pero  Frere,  hombre 
«exaltado,  tan  entrometido  que,  así  quería  manejar  á  la  Central, 
„como  á  los  egércitos  de  su  nación  y  la  nuestra,  atreviéndose  á 
„dar  consejos  á  los  Generales  sobre  las  operaciones  militares  que 
„les  estaban  cometidas,  era  enemigo  de  Cuesta;  quería  dirigir 
„tambien  á  los  que  lo  eran  en  la  Central,  y  los  sostenía  con  su  in- 
„fluencia,  como  derivada  de  la  de  su  gobierno,  y  fué  quien  intro- 
„dujo  en  el  alma  de  Wellesley,  la  desconfianza,  causa  de  no  pocos 
„de  los  disgustos  que  se  suscitaron  entre  los  dos  caudillos,  en 
«aquella  campaña,,  (refiérese  á  la  de  Talavera). 

De  muy  vária  manera  retrata  á  este  personage,  su  amigo  Lord 
Holland. 

"  John  Hookham  Frere  (1769-1846),  diplomático  y  escritor,  Sub- 
„secretario  de  Negocios  extrangeros  (Estado)  de  1799  á  1800:  Em- 
„bajador  en  Lisboa  (1800):  y  en  Madrid  (1802).  Después  de  su  fra- 
„caso  en  España,  rehusó  posteriores  empleos,  y  se  dedicó  á  la  lite- 
„ratura.  Siendo  Frere,  íntimo  amigo  de  Canning,  no  se  dignó 
«considerar  á  Moore  con  aprecio,  ni  hacer  cosa  mayor  en  su  ob 
^sequío. 


298 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLA.ND 


„  Ántes  que  Sir  John  Moore  tomara  el  mando  del  egército,  de- 
„bieron  los  Ministros  haber  enviado  al  Gobierno  español  entonces 
„constiti:!Ído,  ó  designado,  á  su  instancia,  algunos  militares  con 
„los  cuales  mantuviera  trato  confidencial.  La  elección,  recayó, 
„sin  embargo,  en  mi  amigo  Frere,  hombre  de  ardiente  y  generosa 
^disposición,  de  singular  y  original  ingénio,  y  de  grandes  conoci- 
„mientos  literarios,  muy  apasionado  por  la  causa  española.  Cier- 
„to  es  que  habia  contribuido  á  nuestra  ruptura  con  este  país,  en 
,,1804,  5^  á  la  escandalosa  captura  de  las  fragatas;  pero  su  perso- 
,,nal  altercado  con  el  Príncipe  de  la  Paz,  fué  bien  mirado,  como 
„compensacion  por  otras  iguales  ofensas,  á  los  ojos  de  la  Nación 
„irritada,  aún  furiosa  contra  aquel  favorito.  Su  espíritu  antifran- 
„cés,  también  sobremanera  extravagante  donde  quiera,  conge- 
„niaba  con  el  impresionable  de  los  españoles,  no  siendo  infunda - 
„da  la  confianza  que  les  inspiraba. 

„  Estas  consideraciones,  y  su  intimidad  con  Mr.  Canning,  fue- 
„ron  su  única  recomendación.  Ni  tenía  otra;  pues  con  todo  suar- 
„dimiento,  lectura,  talentos,  y  humor,  no  era  hombre  para  los  ne* 
,.gocios.  Sus  modales,  repulsivos  en  todo  tiempo,  como  de  perso- 
,.na  no  habituada  al  trato  social,  llegaron  á  serlo  más  todavía,  en 
,..razon  á  la  importancia  de  los  asuntos  que  le  estaban  confiados, 
„volviéndole  negligente  y  aparatoso.  Así,  distanciado  de  unos,  y 
„sospechoso  para  otros,  era  frecuentemente  engañado  por  hom- 
„bres  viles  y  arteros;  y,  en  mayor  grado  todavía,  por  su  propia 
„imaginacion.  No  poseía  la  ciencia  de  conocer  á  los  hombres,  y 
„aún  cuando  se  adaptaba  á  sus  ideas,  y  aprobaba  su  conducta,  no 
„fué  comunicativo  ni  cordial  con  ninguno  de  ellos,  en  sus  relacio- 
„nes  oficiales.  Su  habitual  distracción,  tomaba,  cuando  se  trataba 
„de  capacidad  ó  alcance  político,  un  aire  y  gesto  altanero  y  pre- 
,,suntiioso:  y  aunque  estuviese  en  absoluto  exento  de  tales  vicios, 
,,ántes  prefería  que  se  le  imputasen,  que  reconocer  la  más  leve 
„falta  de  desatención,  olvido,  ó  descuido.  En  su  correspondencia 
„con  Sir  John  Moore,  mostró  gran  escaséz  de  juicio,  en  el  común 
„acuerdo,  siendo  inexplicablemente  remiso  en  comunicarle  lo  que 
,,había  averiguado,  y  notoriamente  presuntuoso  y  ofensivo,  asi  en 
„el  fondo  como  en  la  forma  de  sus  manifestaciones  y  dictámenes„ . 

(Further  memoirs  pág.  19-20, 

309  Después  de  la  huida  de  La  Romana  (Gijón,  19  Mayo\  y  ha- 
biendo conferido  el  mando  de  las  tropas  á  Ballesteros  con  igual 


299 


fecha,  resolvió  éste  avanzar.  En  Llánes,  supo  la  ocupación  y  re- 
unión en  Oviedo,  de  los  tres  generales  franceses  (20  Mayo),  y  se 
dirigió  á  Infiesto,  donde  fué  confirmado  en  el  mando,  por  los  gefes 
y  guerrilleros,  siempre  desavenidos.  Kellérman,  y  Bonnet,  pues- 
tos de  acuerdo,  persiguen  á  Ballesteros,  le  derrotan  en  Lluéves 
(24  de  Mayo),  y  por  último  le  arrojan  á  la  montaña  de  Santander, 
á  través  de  los  puertos  (Alv.z  Valdés:  ob.  d.  p.  164 Así,  el  entu- 
siasmo por  la  causa  nacional,  desfiguraba  los  hechos,  pintando 
como  victorias  las  derrotas,  y  engañando  á  Juntas,  Generales  y 
Ministros. 

Como  Toreno  desconoce  la  topografía  provincial,  relata  estos 
sucesos  muy  erróneamente  en  su  obra  (t.  2,viii,  p.  243-244).  Balles- 
teros, no  tomó  por  Covadonga  arriba,  cosa  sencillamente  absur- 
da é  imposible,  ni  se  guió  por  las  cimas,  disparate  puramente  me- 
tafórico, sinó  que,  como  expresado  va,  remontando  el  curso  del 
Sella,  hasta  la  confluencia  del  Ponga  en  Sámes,  subió  al  Puerto 
de  V entanielles,  y  ya  en-  tierra  de  León,  tomó  al  oriente  con  rum  - 
bo  á  Pótes. 


[  J  —  LVIII] 

Sevilla,  22  de  Junio  1S09. 

311  Pas  un  franjáis  en  defa  dii  Tage,  rnon  cher 
My  Lord,  Víctor  se  escapó  sin  ser  sentido,  y  es  menes- 
ter confesar  que  su  retirada  ha  sido  muy  bien  dispues- 
ta, colocado  como  estaba  entre  dos  rios,  y  con  un  egér- 
cito  superior  á  la  espalda.  Culparáse  á  Cuesta;  pero  le 
disculpará  Wellesley.  Ya  en  Abrántes,  y  bajo  la  pro- 
mesa de  que  luego  se  le  uniría,  le  pidió  que  no  empeña- 
se acción  alguna  con  el  enemigo,  y  así  lo  prometió  y 
cumplió,  sin  que  por  eso  el  otro  se  moviese  de  Abrán- 
tes.  Yo  no  entiendo  estas  alianzas  ni  esta  especie  de  co- 
operación. Se  promete  mucho,  y  se  hace  poco,  y  en  el 
sentido  de  nuestra  comedia,  darlo  todo  y  no  dar  nada. 
Si  yo  fuera  diplomático,  daría  por  averiguado  el  miste- 
rio, y  obraría  en  consequencia.  Cubra  Vm.,  le  diría  á 


300 


Wellesley,  el  Portugal,  mas  pues  ya  no  hay  franceses 
en  Extremadura,  tome  Vm.  la  frontera  de  Castilla,  y 
avance  si  quiere  un  poco  para  poner  en  cuida.do  á  Ma- 
drid y  á  Burgos.  Esto  sólo  será  para  nosotros  un  bién^ 
y  acá  nos  bandearemos.  Lo  que  yo  no  puedo  sufrir,  es 
que,  para  seguir  su  plan,  hoy  ofrezcan  reunirse  al  ins- 
tante, y  seguir  cooperando  hasta  el  Pirineo;  y  que  ma- 
ñana digan,  que  no  tienen  zapatos  para  andar,  ni  dine- 
ro para  comer.  Basta:  llega  la  carta  del  Parte  (H.-K) 
y  voy  á  leerla  

312  ¡Conque  nos  veremos  Viérnes  ó  Sábado!  Va 
esta,  sin  embargo,  por  si  encuentra  á  Vms.  todavia  en 
Xeréz,  donde  fué  la  de  anoche,  y  la  de  anteanoche.  No 
he  tenido  tiempo  para  leer  á  Mr.  Alien  esta  mañana 
consumida  en  escribir  para  la  sesión  de  hoy,  en  que  se 
adelantó  algún  paso,  y  aún  hay  esperanza  de  algún 
otro.  Ahora  recibo  la  continuación,  pero  pues  nos  vere- 
mos luego,  quede  todo  á  la  vista.  Entretanto,  saludan- 
do á  nuestra  amable  M}^  Lady,  á  quien  deseo  libre  de 
espinas,  y  á  toda  la  noble  comitiva,  quedo  de  Vm. 
affmo. 

Jovellanos. 

313  P.  D.— Saludo  afectuosamente  á  Mr.  Gordon. 

(3,^  estancia  de  H.  en  Sevilla.) 

311  Darlo  todo,  y  no  dar  nada,  título  de  una  renombrada  co- 
media de  Calderón  de  la  Barca. 

311  Las  retiradas  de  los  generales  franceses  en  España,  son 
siempre  admirables.  Así  que  no  acertamos  la  causa  por  la  cual 
Jovellanos  elogia  aquí  á  Víctor,  y  no  tributa  igual  aplauso,  que 
también  lo  merecían,  á  Soult,  en  su  retirada  de  Oporto  (§§  139, 
147),  á  Massena  en  la  de  Portugal  (565)  y  á  Kellerman  en  la  de  As. 
túrias  (323),  pues  las  frases  que  dedica  á  estos  últimos,  tienen  más 
de  despectivas  ó  desdeñosas,  que  de  justicieras. 

La  censura  á  Wellesley,  es  también  difícil  de  establecer.  No 
obstante,  se  realizó  lo  que  deseaba  Jovellanos  en  esta  parte,  esto 


301 


es,  que  avanzaran  los  aliados,  una  vez  evacuada  la  Extremadura 
por  los  franceses.  El  resultado,  fué  la  conferencia  de  Cuesta  y 
Wellesley  (vid.  §  333),  y  como  consecuencia,  la  batalla  de  Tala- 
vera.  La  circunspección  de  Sir  Arthur  de  Wellesley,  no  podía  ser 
comprendida  por  los  Centrales,  ni  por  los  Generales  españoles;  y 
es,  que  los  ingleses,  estimaban  á  los  franceses  en  lo  que  realmen- 
te valían;  y  nuestros  compatriotas,  cegados  por  la  ira,  la  vehe- 
mencia, el  arrebato,  y  el  odio  al  invasor,  no  podían  ver  tan  claro 
en  la  contienda,  como  los  hijos  de  Albión. 

3l2  Del  22  al  28  de  Junio,  fué  la  tercera  3^  última  estancia  de 
los  HoUanden  Sevilla,  adonde  seguramente  fueron,  con  el  exclu- 
sivo objeto  de  dar  el  último  adiós  á  su  preclaro  y  digno  amigo. 


[J_LIX] 

3  de  Julio  1809. 

314  Mi  muy  amado  Lord:  Allá  vá  está  á  buscar  á 
Vm.  á  Badajóz,  para  darle  gracias  por  el  cuidado  que 
ha  tenido  de  avisarme  de  la  buena  salud  de  My  Lady, 
y  comitiva,  desde  Fuente-de-Cantos,  donde  veo,  por  la 
fecha,  que  no  pudo  llegar  d  tiempo  mi  carta.  Es  una 
fortuna  que  el  tiempo  se  hubiese  mantenido  fresco,  y 
yo  supongo  que  no  haya  empezado  á  incomodar  á  Vms. 
hasta  hoy,  en  que  vuelve  á  aplanarse  sobre  nosotros  el 
calor. 

315  Está  Vm.  obedecido.  Esta  mañana  he  escrito  á 
nuestro  general  la  carta  que  Vm.  me  indica.  Ocurrié- 
rame  ántes;  fuílo  dejando,  parte  por  timidéz,  y  parte 
por  pereza.  Vm.  disipó  uno  y  otro,  y  creo  que  mi  car- 
ta le  podrá  servir  de  algún  consuelo. 

316  Tiene  Vm.  á  Cuesta  á  la  otra  banda  del  Rio, 
con  su  puente  armado  y  montado,  y  sin  saber  qué  es  lo 
qué  piensa.  Ni  yo  sé  en  qué  piensa  Lord  Arthuro,  ni 
dónde  está.  ¿Crée  Vm.  que  puedan  nunca  ponerse  al 
unísono?  Posible  es:  yo  ni  lo  creo,  ni  espero.  x\l  uno,  no 
conozco;  mas  le  veo  poco  consiguiente.  El  otro,  testa- 


302 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


rudo,  incapaz  de  yugo  y  de  consejo.  Dice  nuestro  re- 
frán, que  dos  boquituertos  nunca  pueden  besarse. 

317  Hase  interceptado  una  carta  de  Bellune  á  Josef. 
Píntase  en  ella  muy  falto  de  medios  y  recursos:  al 
egército,  hambriento  y  descontento,  y  para  nada;  y  su 
reputación,  fortuna  y  honor,  en  riesgo,  si  no  se  le  so- 
corre. Pero  ¿viene  bien  esto  con  haber  salido  cargados 
de  provisiones  y  tesoros,  con  haber  dejado  tras  de  sí, 
trigo  y  víveres  sobrantes?  ¿con  haber  arrebañado  las 
vacas,  y  los  frutos  á  una  y  otra  mano?  Creo  que  sea 
una  carta  echadiza,  tal  vez  con  el  fin  de  provocar  al 
enemigo.  Los  nuestros,  avanzados  hasta  Oropesa,  no 
hallan  algunos.  A  veces,  nos  los  pintan  en  fuerza  en 
Talavera,  á  veces  en  Toledo,  á  veces  en  la  Mancha. 
Sus  designios  son,  á  mi  ver,  encubiertos.  Por  más  que 
se  muestren  débiles,  debemos  temerlos,  y  yó,  vea  lo 
que  quiera  de  favorable,  siempre  diré: 

Time  o  Dañaos  et  dona  fer  entes. 

Venégas,  en  Sta.  Elena;  pequeñas  acciones  al  pié 
de  la  Sierra,  y  ante  Gerona,  bizarramente  lidiadas  y 
ganadas  por  los  nuestros:  grandes  esfuerzos  en  Aragón 
y  Cataluña  para  reunir  fuerzas,  y  reparar  el  mal  pa- 
sado. El  general  Blake,  proponiendo  á  este  fin  medios 
propios  de  su  celo;  y  todos  dispuestos  á  ayudarle.  Un 
egército  de  reserva  acordado  entre  Guadalquivir  3^  Ge- 
nil:  una  gazeta  más  á  la  semana:  carta  de  Mallorca, 
congratulatoria  por  las  Córtes:  esto  es  cuanto  puedo 
decir  á  Vm.  hasta  el  dia. 

318  Viene  á  mi  memoria  nuestra  amable  My  Lady. 
¡Quánto  le  deseo  de  salud,  de  comodidad,  de  contento 
en  su  viage,  y  de  descanso  después  de  él!  Como  Vms. 
no  se  detendrán  en  Badajóz,  á  donde  vá  ésta  dirigida, 
escribiré  más  adelante  otra  para  que  los  halle  en  Lis- 
boa. Entretanto,  consolándome  con  que  Vms.  me  con- 
servarán en  su  memoria,  tengo  el  gusto  de  asegurar  á 
toda  la  honrada  compañía,  de  la  mía,  y  á  Vm.,  de  la 
ternura  con  que  le  ama  su  fiel  y  constante  amigo, 

Jovellanos. 


303 


314  Lord  Holland,  debió  marchar  de  vSevilla  por  última  vez,  el 
día  28  de  Junio  de  1809  (vid.  not.  2P,  pues  el  3  de  Julio  de  dicha 
año,  ya  estaba  en  Badajóz  (H  — 49),  de  donde  acusa  á  Jovellanos 
recibo  de  su  carta  del  jueves  29  de  Junio  (J  — que  se  se  perdió): 
y  como  al  propio  tiempo  le  manifieste,  que  parece  un  castigo  es- 
tar seis  días  sin  ellas,  ajustase  esta  declaración,  al  cómputo 
fijado. 

También  se  perdió  otra  carta  de  Holland  desde  Fuente  de- 
Cantos  (H  —  l)  según  se  expresa  al  final  de  la  mencionada  H  —  49. 

3)5  No  se  expresa  en  este  párrafo  cuál  sea  el  General  á  quien 
se  dirige  Jovellanos;  pero  se  aclara  esta  duda  en  el  §  324  déla 
carta  J  —  61-  El  motivo,  fué  el  siguiente:  El  General  Blake  que 
mandaba  el  egército  de  la  Derecha  (Aragón  y  Valencia)  desde 
mediados  de  Abril  de  1809,  había  obtenido  la  victoria  de  A  lea  fus 
(división  Areizaga)  el  23  Mayo  1809;  pero  en  los  siguientes  días, 
15.y  18  de  Junio,  fué  derrotado  á  su  vez,  en  Alaría^  y  Belchite 
(prov.  Zaragoza)  por  el  General  Suchet. 

Estas  fueron  las  causas  por  las  cuales  Jovellanos  le  escribió, 
consolándole  de  sus  últimos  fracasos;  y  esta  carta  consolatoria, 
fué  motivada  por  una  advertencia  que  desde  Fuente-de-Cantos 
(prov.  Bj-dajoz)  le  hizo  Lord  Holland  en  una  carta  que  se  ha  per- 
dido, como  tantas  otras  de  que  damos  noticia;  pérdida  sensible, 
porque  ccn  ellas,  se  aclararían  muchos  pasages  ambiguos  ú  obs- 
curos que  no  hemos  logrado  descifrar. 

Como  el  Sr.  Ferrás  ó  Ferráz  (vid.  el  índice  de  personas,  y  la 
ep.  H  —  27)  es  el  encargado  de  llevar  esta  epístola,  con  otros  plie- 
gos, barruntamos  que  el  mensagero  pudiera  ser  algún  oficial  co- 
misionado para  la  correspondencia. . 

316  iMuy  bien  juzga  Jovellanos  el  contrapuesto  génio  de  Cues- 
ta, y  de  Sir  Arthuro  Wellesley;  pero  su  animosidad,  no  provenía 
sólo  de  antipatía  de  raza  y  carácter,  sinó  que  existían  en  el  fondo, 
más  graves  motivos  y  secretas  causas. 

Véase  cómo  retrata  á  Cuesta,  Londonderry:  (Arteche:  vi- 
p.  252):  "Cuesta  (dice)  no  era  persona  de  talento;  pero  sí  valiente, 
„justo,  y  hombre  de  honor,  aún  cuando  lleno  de  preocupaciones, 
Jerco  hasta  el  último  grado,  y  aborreciendo  á  los  franceses  con 
„el  ódio  más  rencoroso.  En  consideración  á  esto,  y  porque  cono- 
„cían  que  nunca  les  haría  traición,  los  españoles  tenían  confianza 
^ilimitada  en  Cuesta,  y  la  ponían  con  tanto  más  placer,  cuanto 


304 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„que  él  nunca  dejó  de  hacer  justicia  de  cuantos  traidores  cayeron 
„en  sus  manos.  No  alcanzó  victoria  alguna,  pero  estuvo  siempre 
«dispuesto  á  batirse;  y  al  comenzar  la  batalla,  siempre  se  le  veía 
„en  el  sitio  de  mayor  peligro.,, 

Quien  quiera  conocer  los  motivos  de  la  animosidad  entre  We- 
llesley  y  Cuesta,  las  intrigas  de  Frere,  y  las  que  se  urdían  aire 
dedor  de  Cuesta  y  otros  Generales,  y  la  Central,  debe  leer,  sin 
excusa,  los  interesantes  párrafos  que  sobre  dichos  extremos,  exa- 
mina el  historiador  Arteche,  en  su  tan  citada  obra,  tomo  vi,  pá- 
ginas 258  á  264. 

V^eamos  ahora  cómo  retrata  Arteche,  á  Cuesta,  y  Frere  (alma 
vde  estas  intrigas  (vid.  nota  J  —  57))  en  los  días  que  precedieron  á 
la  batalla  de  Talavera,  ó  sea,  en  Junio  y  Julio  de  1809: 

(tom.  VI,  261)  "El  General  Cuesta,  podía  abrigar  resentimien- 
^.tos  contra  la  Junta  Central;  tenía  un  carácter  muy  difícil,  duro 
„é  intransigente;  pero  reintegrado  en  el  mando,  y  consecuente 
-„siempre  con  sus  ideas,  en  cien  ocasiones  manifiestas  de  discipli- 
„na  y  lealtad,  no  había  de  faltar  á  ellas,  mucho  ménos  cuando  no 
„había  empezado  á  sonreirle  la  fortuna.  Aún  después  de  sentir 
„sus  halagos,  una  vez  concluida  la  jornada,  la  más  gloriosa  suya, 
„de  Talavera,  limitó  la  manifestación  de  su  disgusto,  al  acto  de 
..jdejar  el  mando  sin  alharacas  ni  pronunciamientos.,, 

Las  frases  que  le  dedica  HoUand  en  sus  Memorias  (Forcign 
rcminiscenceSy  p.  157),  tienen  poco  de  halagüeñas:  "Se  le  presen- 
„taba  (dice)  como  modelo  curioso,  y  aún  ridículo,  de  un  español 
..intratable.  Tenía  ochenta  años  cuando  fué  designado  para  el 
.„mandoen  gefe.  Era  altanero,  desconfiado,  ignórame  3^  terco; 
„pero  sufrido  en  las  fatigas,  tan  incapaz  de  perfidia,  como  inacce- 
„sible  al  miedo.  Observaba  las  leyes  del  honor  con  una  pedante- 
„ria  tal  en  los  procedimientos,  que  hubiese  sacrificado  á  una  frus- 
^«lería  cualquiera,  bajo  este  aspecto,  sus  intereses,  su  gloria,  y 
,,hasta  la  causa  que  defendía.  Confesaba  que  era  preferible  per- 
,,der  diez  batallas,  ántes  que  modificar  las  disposiciones,  una  vez 
,,tomadas;  ó  ántes  que  hacer  la  más  mínima  concesión  en  materia 
„de  etiqueta,  á  un  oficial  subalterno  ó  á  un  aliado  extranjero. „ 

Con  haberle  calificado  de  Quijote,  se  hubiera  ahorrado  tantas 
pinceladas. 

V 


JULIO  1809  305 


[H_IL] 

Badajóz:  Martes:  4  Julio  1809. 

Querido  y  estimado  amigo  mio:—Llegamos  aquí 
ayer  sin  novedad,  sin  noticias,  y  aun  sin  carta  de  Vm. 
Tanto  nos  ha  mimado  Vm.  con  su  apreciable  corres- 
pondencia en  Cádiz  y  en  el  Puerto,  que  parece  un  cas- 
tigo estar  6  dias  sin  ellas: —  pero  de  esto  tiene  la  culpa 
el  correo,  ó  más  bien,  los  que  tienen  mando  en  ello. — 
Sabe  Vm.  que  las  cartas  de  jueves,  esto  es,  del  día  29 
(de  Jiinio)^  no  llegaron  hasta  ayer  noche,  y  el  parte 
al  exército,  pasa  cada  dia  por  Los-Santos,  que  no 
dista  más  de  doce  leguas  de  aquí:  de  modo  que,  en  es- 
tableciendo otro  parte  desde  allí  hasta  Élvas,  que  son 
15  leguas,  tienen  Vms.  y  por  (para)  objetos  políticos, 
por  el  comercio,  y  tal  vez  por  los  exércitos,  comunica- 
ción directa  con  Lisboa,  de  donde,  á  Élvas,  gasta  el 
correo  ordinario  dos  dias,  cuando  de  Badajóz  á  Sevilla, 
que  es  la  misma  distancia,  por  mejores  caminos  y  sin 
rio  que  pasar,  pierde  aún  cinco.  Si  estuviese  yo  para 
quedarme  en  Lisboa,  clamaría  aún  más  largamente 
sobre  este  punto,  puesto  que  sería  interesado  á  recibir 
más  á  menudo,  noticias  de  mi  digno  y  amado  amigo,  y 
del  grande  negocio  que  tiene  de  desempeñar,  y  qué  ó 
en  Portugal  ó  en  Inglaterra,  ocupará  toda  mi  atención. 
Todos  aquí  y  en  el  camino,  hablan  bien  de  esa  provi- 
dencia, y  todos  la  quieren  quanto  ántes.— En  Fuente 
de  Cantos,  me  dijo  un  vecino  de  ese  pais  tan  fértil  en 
lanaSj  ablando  de  los  vocales  de  la  Junta,  que  era 
cosa  fina,  Don  Gaspar  Jovelianos.— Sale  el  correo,  y 
esta  carta  no  llegará  á  sus  manos,  hasta  Viernes. 
Adiós. 

VM  Holland. 

lúa.  Señora,  está  durmiendo:  está  algo  resfriada,  y 
L.  ^  John,  ha  estado  malo,  pero  ya  se  ha  puesto  mejor. 

20 


306 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Le  escribí  á  Vm.  desde  Fuente  de  Cantos.— h\z\\xy o  mi 
dirección  á  Lisboa,  pero  será  mejor  que  la  manden  del 
Correo  de  gabinete. 

Me  han  recibido  con  tantos  honores,  y  tan  de- 
masiada finesa  aquí,  que  á  penas  he  tenido  tiempo 
para  escribir. 


[  J_LX] 

Sevilla,  8  de  Julio  de  1S09. 

319  Mi  muy  amado  My  Lord:  quiero  que  vaya  ésta 
á  recibir  á  Vm.  en  Lisboa,  y  á  llevarle  el  deseo  de  que 
haya  llegado  felizmente  á  esa  corte,  con  su  bella  mitad 
y  su  amable  comitiva.  El  tiempo,  si  ahí  como  acá,  ha 
sido  muy  bueno  para  caminar  con  viento  largo,  y  fres- 
cas noches  y  mañanas.  Si,  pues,  los  caminos  y  posadas 
no  han  presentado  alguna  molestia,  espero  que  Vms. 
habrán  hecho  un  viage  sin  ella. 

319  a   Aquí  seguimos  el  tren  de  vida  ordinario. 
Acordada  finalmente  la  llamada  de  Romana,  se  deja  á 
su  arbitrio  la  sucesión  del  mando.  Ya  se  sabe  de  oficio 
la  evacuación  de  Astúrias:  arrojados  los  de  Kellerman, 
por  Wóster,  se  los  acosó  y  persiguió  hasta  las  alturas 
de  Pajáres.  Se  cree  positiva  la  evacuación  de  La  Co- 
ruña,  y  la  retirada  de  Soult  y  Ney,  de  Galicia.  Dícese 
que  componen  una  fuerza  de  28  000  hombres,  cosa  que 
no  puedo  concebir  si  no  se  han  reunido  con  Kellerman. 
¿Es  que  Beresford  los  tomará  el  ñanco  con  sus  portu- 
gueses? Cuesta,  ha  reforzado  poderosamente  su  egérci- 
to:  quatro  mil  hombres  ha  sacado  de  la  guarnición  de 
Badajóz,  sin  desechar  los  alistados  de  la  provincia.  Su 
fuerza  pasará  ya  de  45.000  hombres;  grande  apoyo  de 
esperanzas,  sinó  también  de  temores.  Venégas,  se  man- 
tiene en  la  Sierra,  3^  allí  le  queremos  los  que  no  desea- 
mos exponer  nuestras  fuerzas  al  trance  de  un  ataque. 
Gerona,  más  y  más  estrechada,  se  sostiene;  ha  sido 


JULIO  1809 


307 


completamente  socorrida:  en  una  salida  de  la  guarni- 
ción tomó  al  enemigo  una  batería  de  ocho  cañones: 
mas  como  no  hay  egército  para  alejar  á  los  sitiadores, 
de  temer  es  que  al  cabo  tengan  que  rendirse  

320  Sigo  hoy  S.— A  mediodía  recibí  la  favorecida 
de  Vm.  de  Badajos  (H— 49),  y  empiezo  á  temer  que 
Vm.  no  hubiese  recibido  la  que  le  dirigí  á  esa.  De  nada 
sirve  hablar  sobre  la  mejora  de  correos:  el  torrente  de 
los  negocios  los  arrastra  todos,  y  miéntras  unos  van 
por  el  centro  en  curso  precipitado,  otros  se  embarazan 
y  detienen  en  los  remansos  de  la  orilla.  Todo  el  mundo 
•clama  por  noticias,  y  ninguna  se  dá  sin  atraso.  Clamo 
por  una  gazeta  diaria:  se  ha  ofrecido  una  más  por  se- 
mana, y  no  se  dá,  y  entretanto  hay  mil  partes  deteni- 
dos; lo  están  las  gratulatorias  de  Córtes,  y  mil  otras 
cosas.  ¿Qué  remedio?  Paciencia. 

321  Lo  de  Córtes,  ni  vá  ni  viene.  La  comisión  acor- 
dada sobre  el  negocio  de  Astúrias,  mal  concebida,  mal 
dirigida,  y  sin  prudencia  ni  decoro  pensada,  nos  tiene 
muy  descontentos  á  Pachin  y  á  mí.  Hemos  hecho  en 
vano  primera  reclamación  j  y  estoy  trabajando  la  se- 
gunda; pero  ya  veo  y  toco  qne  nuestros  compañeros  se 
complacen  en  humillarnos.  No  sé  cuál  será  el  término 
de  la  cosa.  Temo  que  me  obliguen  á  pedir  una  licencia 
para  ir  á  tomar  los  baños,  y  soltar  un  remo  que  se  ma- 
neja sin  gloria  ni  provecho.  Esto,  les  duele;  pero  mí 
quietud  y  mi  decoro,  me  ofrecen  sólo  este  medio  de 
vivir  tranquilo.  Al  ménos,  tendré  tiempo  para  escribir 
á  Vm.  Están  ya  aquí,  el  Nuncio,  aunque  de  paso,  y  los 
encargados  de  negocios  de  Austria,  América  y  Ñápe- 
les. Frere,  ladeado  conmigo,  y  yó,  muy  descontento 
de  la  grosería  con  que  se  hubo  en  el  negocio  de  Creus, 
causa  de  la  discordia.  Nos  abocaremos  algún  día, 
y  entónces  oirá  buenas  verdades.  Pensaba  escribir 
más  largo;  pero  no  quiero  detener  ésta  por  si  hay  co- 
rreo. Mucho  siento  el  resfriado  de  My  Lady;  mucho, 
la  indisposición  de  nuestro  Lord  Russell.  Espero  que 
ambos  lleguen  en  completa  robustéz  á  Lisboa.  Este  es 
mi  actual  deseo.  Saludo  á  la  amable  señora  muy  cari- 


308 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOI-LAND 


fíosamente,  ofrezco  mi  memoria  al  respetable  Mr.  Alien 
y  señoritos,  y  quedo  de  Vm.  affmo.  y  constante  amigo,. 

Jovellanos. 

319  El  15  de  Julio  de  1809,  ya  estaba  Holland  en  Lisboa  (vid.- 
H-52). 

Z\9  a  Rindiendo  siempre  el  tributo  de  nuestra  admiración  á. 
los  dictados  del  honor  y  del  patriotismo  que  brillan  en  todas  las 
cartas  del  gran  gijonés,  no  dejan  de  extrañarnos  las  noticias  que 
de  oficio,  llegan  á  los  departamentos  de  la  Central. 

Kellérman,  general  bueno  y  sábio,  llegó  á  Oviedo  el  20  de 
Mayo,  y  en  seguida,  por  disposición  de  Ney,  fué  nombrado  Co- 
mandante general  de  Astúrias.  Aquí  continuó,  según  vemos  por 
la  fecha  de  sus  decretos,  hasta  el  10  de  Junio,  en  que,  llamado  por 
Napoleón,  se  trasladó  á  Castilla  (Alv.  V^aldés:  ob.  d.  apéndices 
69,  70,  71,  72.) 

Vóster  (desde  la  línea  del  Eo)  anduvo  muy  perplejo  y  remisa 
sobre  volver  á  Oviedo.  Mas  desobedeciendo  á  Mahy,  que  le  lla- 
maba para  la  recuperación  de  Lugo,  y  sabiendo  que  Ney  regre- 
saba á  Galicia  por  la  costa  de  Astúrias,  se  dirigió  á  la  capital^ 
hallándose  en  Salas  el  1.°  de  Junio,  y  su  segundo,  Bárcena,  en 
San  Martin  de  Miranda  ó  Leiguarda  (Sierra  de  Courío),  el  2  de 
Junio. 

Sábelo  Kellérman,  y  destaca  á  Barthelemy  con  dos  columnas- 
de  2.000  hombres  para  hacerle  frente.  Ríñese  una  acción  en  el 
Puente  de  Miranda  (sobre  el  Pigüeña)  entre  Ménes  y  Lodón  (2  Ju- 
nio}, y  los  franceses,  retroceden  á  Oviedo.  Vóster,  siempre  rehacio^ 
llega  á  Grado  el  6  de  Junio.  Kellérman  (ausentes  ya  Ney  y  Bon- 
net)  sale  de  Oviedo  en  la  madrugada  del  10  de  Junio,  y  al  siguien- 
te, 11,  entra  Vóster  en  la  capital. 

Quisieron  los  de  Occidente  perseguir  á  Kellérman  en  su  reti- 
rada, pero  lo  hicieron  con  tal  parsimonia,  que  claramente  dieron^ 
á  entender  no  era  aquél  su  intento.  Un  grupo  de  salvajes  que  for- 
maban una  alarma^  acometieron  en  Castiello  de  Lena  á  la  escol- 
ta que  conducía  los  enfermos,  heridos,  y  convalecientes  de  la  di- 
\i.sion  francesa,  acuchillando  á  todos  estos  desgraciados  tan  des- 


JULIO  1809 


309 


piadada  é  inhumanamente,  que  indignado  Kellerman  por  aquella 
villana  cobardía,  hizo  en  sus  verdugos  cruel  y  justiciero  castigo 
iAlv.'  Valdés:  p.  185). 

321  De  la  comisión  acordada  sobre  el  negocio  de  Asturias,  ó 
sea,  sobre  la  conducta  de  la  Romana,  va  hecha  referencia  en  nota 
á  la  carta  siguiente  (§  327). 

De  lo  tocante  al  negocio  de  Creus,  ó  Creux,  no  hemos  podido 
encontrar  rastro. 

l  J_LXI] 

Sevilla,  11  de  Julio  1809, 

322  Otra  visitita  á  mis  caros  y  respetados  amigos  de 
Lisboa:  ¿Cómo  vá,  mi  muy  amable  My  Lady?  ¿Está  Vm. 
ya  reposada  y  reparada  de  las  molestias  del  viage? 
¿Tiene  Vm.  buena  compañia?  ¿No  es  verdad  que  en  ella 
se  cuenta  el  valiente  general  Beresford?  Pero  ¿por  qué 
Vm.  no  le  encarga  que  venga  á  acabar  con  Soult,  que 
dicen  que  está  en  Zamora,  hambriento,  atraillado  y  des- 
armado? ¿Por  qué  se  le  ha  de  permitir  que  venga  á  re- 
forzar á  Víctor,  y  á  darnos  cuidado?  Parece  que  Cuesta 
habrá  pasado  otra  vez  el  Rio,  y  que  hoy  habrán  comido 
juntos  los  generales  sobre  su  derecha.  Dicen  que  Vené- 
gas  volverá  á  Sta.  Cruz.  Los  Franceses  que  andaban 
por  Guadalajara  y  Soria,  han  ido  á  Madrid.  Se  vé  que 
el  enemigo  se  reconcentra  y  amaga  á  dar  algún  gran 
golpe.  Las  cabezas  que  asestará,  Vm.  las  conoce. 

323  También  son  para  Vm.  estas  noticias,  mi  muy 
amado  My  Lord;  pero  hay  otras  tristes  con  que  no  quie- 
ro afligir  el  compasivo  corazón  de  My  Lady.  Ellas  se- 
rían de  poca  importancia  para  entrambos,  si  no  perte- 
neciesen á  dos  amigos  suyos.  Gijón  fué  ocupado  por  los 
Franceses  que  desahogaron  su  fúria  en  mi  casa,  y  las 
de  mis  amigos.  Destrozaron  mis  pinturas,  despedaza- 
ron todos  mis  libros,  y  rompieron  todos  mis  muebles. 
Otro  tanto  en  Oviedo,  en  las  casas  de  mi  sobrino  Pe- 


310 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


fíalba,  del  amable  Pachin,  y  otros  de  los  nuestros.  Pera 
al  fin,  han  sido  echados  y  acosados  de  Asturias,  y  per- 
seguidos hasta  Pajares,  marcando  el  camino  con  su  in- 
fame sangre.  Ya  no  hay  uno  en  todo  el  país. 

324  He  escrito,  como  Vm.  me  encargó,  al  Genera! 
Blake,  y  espero  que  mi  carta  le  sirva  de  algún  consue- 
lo: fué  entregada  al  Sr.  Ferrás  que  la  incluyó  en  sus 
pliegos. 

325  El  último  buque  que  llegó  de  Plymouth,  trae  no- 
ticias de  las  derrotas  de  Bonaparte;  pero  las  gazetas  de 
Londres  hasta  el  26  de  Junio,  nada  dicen.  Los  confiden- 
tes de  Cataluña  hablan  en  los  mismos  términos.  ¿Cree- 
rémoslos?  Mejor  es  esperar. 

326  No  sé  si  me  traerán  esta  noche  una  Representa- 
ción de  un  extremeño  honrado,  que  he  mandado  impri- 
mir, y  á  que  añadí  un  prólogo,  y  por  apéndice,  la  exce- 
lente pragmática  de  los  Reyes  Católicos  sobre  armas^ 
y  alardes.  Parecióme  muy  conveniente  en  un  tiempo  en 
que  dum  nostra  fastidimis  inhiamiis  alienis 

321  Del  otro  asunto  de  que  hablé  en  mi  anterior^ 
nada  más  puedo  decir.  Á  nuestra  reclamación,  se  res- 
pondió: lo  dicho,  dicho.  La  invidia,  es  endémica  en  los 
cuerpos  colegiados.  ¡Quiera  Dios  que  en  nada  dañe  á  la 
causa  que  les  está  confiada! 

328  Sufrimos  un  calor  infernal;  no  se  puede  sufrir  la 
calle.  Deseo  á  Vms.  mayor  comodidad,  y  creo  la  ten- 
drán, porque  están  á  la  lengua  del  agua.  Saludo  á  toda 
la  respetable  compañía,  y  quedo  de  Vm.  affmo. 

Jovellanos. 

322  Efectivamente,  Soult  estaba  el  19  de  Mayo  en  Orense,  y  el 
2*2  en  Lugo:  en  1.°  de  Junio  salía  de  esta  ciudad  gallega  en  perse- 
cución de  La  Romana;  vésele  el  23,  24  y  25  de  Junio  en  la  Puebla 
de  Sanabria,  y  el  11  de  Julio  (fecha  de  esta  carta)  en  Zamora.  Des- 
de aquí,  va  por  Salamanca  á  Ciudad  Rodrigo  (no  concurriendo  á. 
la  batalla  de  Talavera},  y  el  31  de  Julio  atraviesa  el  Puerto  de 
Baños  (divisoria  de  Salamanca  á  Cáceres),  para  llegar  el  3  de 


JULIO  1809 


311 


Agosto  á  Plasencia.  Y  así  como  La  Romana  era  la  eterna  pesa- 
dilla de  Soult,  sin  poder  haberle  nunca  á  las  manos,  Soult,  á  su 
vez,  era  la  pesadilla  de  Wellington,  antes  y  después  de  la  batalla 
de  Talavera. 

¿Cómo  supieron  en  Sevilla  la  situación  de  Soult,  y  el  estado  de 
su  egército?  Por  una  casualidad.  Soult,  desde  la  Puebla  de  Sana- 
bria  (á  25  de  Junio  de  1809)  envió  á  Madrid  al  General  Frances- 
chi,  con  un  pliego  para  José  I,  informándole  del  estado  de  su 
egército,  y  de  sus  necesidades  después  de  cinco  meses  de  incomu- 
nicación. Este  pliego,  fué  interceptado  más  allá  de  Toro,  por  una 
guerrilla  que  mandaba  el  capuchino  Fr.  Julián  de  Delica  (Tore- 
no:  Historia....,  2-vin-241,  y  apénd.  9),  quien  lo  hizo  llegar  ense. 
guida  á  manos  de  la  Central. 

323  Singular  es  el  empeño  que  ponen  algunos  gijoneses  en  dar 
malas  noticias  á  Don  Gaspar,  de  lo  que  acontecía  en  su  pueblo  y 
casa,  noticias  que  tenemos  por  exageradas  en  grado  sumo.  En  los 
veinte  días  que  los  franceses  permanecieron  en  Gijón,  no  hicieron 
tanto  destrozo,  ni  tenían  para  qué,  y  mucho  ménos,  en  las  casas 
de  Jovellanos,  García  Sala,  y  Marqués  de  San  Esteban,  donde  es- 
tuvieron alojados  los  gefes  de  la  guarnición.  Escasos  cuadros  ó 
libros,  de  los  que  Jovellanos  poseía,  se  perdieron.  Mayor  fué  el 
destrozo  causado  por  invasores  y  guerrilleros  en  los  siguientes 
años  de  1810  y  1811,  como  después  veremos. 

Algo  más  causarían  en  Oviedo  en  las  casas  del  Conde  Peñalba 
(Don  Rodrigo  G.z  de  Cienfuegos),  y  de  Camposagrado. 

Desde  esta  fecha,  hasta  el  2  de  Febrero  de  1810,  á  penas  si  al- 
guna vez  que  otra,  vuelve  á  mentar  Jovellanos  el  nombre  de  As- 
túrias. 

326  Creímos  en  un  principio  que  aludiría  Jovellanos  al  roman- 
ce titulado  Alarma  española  que  compuso  el  poeta  y  honrado  ex- 
tremeño Meléndez  Valdés  en  los  últimos  días  de  Abril  de  1808, 
dedicándoselo  al  Conde  del  Montijo.  En  una  carta  dedicatoria 
que  le  precede,  dice  al  Conde  que  le  remite  algunas  cópias  para 
que  las  reparta  (según  desea)  entre  sus  valientes  soldados,  y  lo 
haga  cantar. 

El  romance,  es  flojillo,  y  largo,  y  contiene  todos  los  tópicos  que 
son  de  rigor  en  tales  casos.  Comienza: 


312 


CARTAS  DE  JOVELLAXOS  Y  HOLLAND 


Al  arma^  al  arma,  españoles^ 
que  nuestro  buen  rey  Fernando^ 
victima  de  una  perfidia 
en  Francia  suspira  esclavo  

Meléndez  Valdes,  desterrado  de  la  Corte,  volvió  á  ella  después 
de  la  revolución  de  Aranjuéz  (19  Marzo  1808\  y  presenció  los  ho- 
rrores del  día  dos  de  Mayo.  Según  Quintana  (Noticias  históricas 
y  literarias  de  Meléndez  Valdes)  "aceptó  una  comisión  para  As- 
„túrias  en  compañía  del  Conde  del  Pinar  (José  Antonio  de  Mon  y 
„Velarde,  asturiano,  magistrado  que  gozaba  fama  de  cruel  y  se- 
^^vero)^  y  es  fuerza  confesar,  que  si  los  motivos  que  tuvo  para 
«aceptarla,  no  son  del  todo  excusables  á  los  ojos  de  los  amantes 
„de  la  independencia,  yam«s  inconsideración  ninguna  fué  casti» 
,,gada  con  un  rigor  más  crüel.„  Alude  con  esto,  Quintana,  á  que 
Meléndez,  y  Pinar,  estuvieron  amarrados  á  un  roble,  para  ser  pa- 
sados por  las  armas,  en  el  Campo  de  San  Francisco  de  Oviedo. 

Meléndez  Valdés  compuso  dos  Alarmas,  según  refiere  Alcalá 
Galiano  en  los  siguientes  términos  (Recuerdos  de  un  anc.^  p.  110): 
"  El  poeta  Meléndez  Valdés  en  los  días  primeros  del  levanta- 
„miento,  dócil  instrumento  de  los  franceses,  como  volvió  á  serlo, 
„venido  entónces  á  mejor  acuerdo,  y  cediendo  á  su  inclinación  y 
„á  la  de  sus  amigos,  y  no  á  su  flaqueza  de  espíritu,  había  publica - 
„do  un  romance  de  mediano  mérito,  con  el  título  de  Alarma,  lleno 
„de  las  ideas  reinantes;  pero  hubo  de  publicar  segunda  Alarma , 
„mejor  que  la  primera,  y  en  la  cuál  no  sólo  añadía  un  cántico  más 
,,á  los  muchos  destinados  á  celebrar  triunfos,  sinó  que  en  sentidas 
„y  patrióticas  palabras,  anunciaba  la  próxima  venida  de  Napo- 
^,leon,  con  gran  poder,  diciendo: 

„  Vendrá  y  traerá  sus  legiones 

„  que  oprimen  la  Scitia  helada, 

„  ofreciendo  á  su  codicia 

„  por  cebo,  7nontes  de  plata. 
„  Vendrá  y  llorareis  de  nuevo 

„  las  ciudades  asoladas,  etc  „ 

(Napoleón,  atravesó  la  frontera  española  el  día  8  de  Noviem- 
bre de  1808.) 

Pero  después  de  cotejadas  las  fechas,  Abril  y  Noviembre  de 
1808,  y  la  de  la  carta,  que  es  de  11  de  Julio  de  1809,  tenemos  por 


JULIO  1S09 


313 


cierto  que  se  trata  de  muy  distinta  materia.  En  efecto,  Holland, 
en  su  carta  52  (15  Julio  1809)  agradece  á  Jovellanos  el  librito  so- 
bre Los  Alardes,  que,  muy  interesante  por  sí,  lo  es  mucho  más 
por  el  excelente  prólogo  que  le  ha  puesto  Vm. 

327  Trátase  en  este  párrafo,  como  igualmente  en  los  señalados 
con  los  números  321  y  340,  del  poco  éxito  que  tuvieron  las  Repre- 
sentaciones elevadas  á  la  Junta  Central,  por  Jovellanos  y  Cam- 
po-Sagrado, sobre  la  conducta  de  La  Romana  en  Oviedo,  de  todo 
lo  cual  da  extensa  noticia  el  autor,  en  su  Memor.  en  def.  de  la 
Junla  Central,  P.  2,a-2  §§  60,  61,  62.  En  el  apéndice  X  de  dicha 
obra,  se  insertan  las  tres  Representaciones  (20  Mayo:  6  Julio:  10 
Julio  de  1809),  y  la  resolución  dictada  sobre  ellas,  ibidem:  Sevilla, 
10  Julio  de  1809. 

Más  adelante,  fueron  atendidas  en  parte  dichas  reclamaciones, 
pues  la  Central  nombró  dos  comisionados,  uno,  militar  (el  Te- 
niente General  Don  Antonio  Arce,  Capitán  General  de  Extrema- 
dura], y  otro,  togado  (el  Consejero  de  Indias,  Don  Francisco  Ya- 
ñez  de  Leiva)  para  que  pasaran  á  Asturias,  lo  que  realizaron  en 
Noviembre  de  1809,  instalando  una  nueva  Junta,  en  Luarca,  el  4 
de  Marzo  de  1810.. 

Arce,  y  Leiva,  cometieron  graves  desaciertos,  y  aún  hechos 
poco  honrosos,  si  hemos  de  dar  crédito  á  los  historiadores  locales 
(vid.  Toreno:  Histor.....  2-xi-431,  432):  Alvarez  Valdés:  loe.  cit. 
p.  150151.) 


IJ_LXII  I 

Sevilla,  15  de  Julio  1809. 

329  Conque  Vm.  mi  amado  My  Lord  no  habrá  reci- 
bido ninguna  carta  mía  hasta  en  Lisboa?  Tal  infiero  de 
una  del  Administrador  de  Correos  de  Badajoz,  á  quien 
dirigí  la  que  debió  Vm.  recibir  allí.  Siéntolo  en  el 
alma,  porque  procuré  informar  á  Vm.  de  todo  lo  que 
aquí  ocurría,  y  mis  noticias  se  habrán  ranciado  en  la 
tardanza.  Consuélome  conque  Vm.  no  me  culpará  de 


314 


CARTAS  DE  JOVFXLANOS  Y  HOLLAND 


falta  de  cariño,  y  con  que  me  dejará  acusarme  á  mí 
mismo  de  la  desprevision,  que  tal  fué  la  de  no  haber 
atinado  las  fechas  con  que  debí  escribir,  si  ya  no  fué 
la  culpa  de  los  correos. 

330  Ahora,  supongo  á  nuestra  amable  My  Lady  re- 
cibiendo la  debida  adoración  de  los  Señores  Fidalgos 
de  Lisboa,  mientras  que  Vm.  y  el  respetable  Mr.  Alien, 
se  ceban  en  lo  mejor  de  la  literatura  Portuguesa,  y  que 
los  preciosos  Russell  y  Fox,  alimentan  sus  almas  nue- 
vas con  tantos  objetos  de  curiosidad  como  presenta  esa 
grande  y  medio  nueva  ciudad.  Yo  deseo  á  todos,  en 
estos  dias  de  mansión,  la  mejor  salud,  y  el  más  cum- 
plido contentamiento. 

331  P.or  acá,  vamos  tirando,  en  todo  el  sentido  de 
la  palabra.  Vienen  buenas  contestaciones  sobre  lo  de 
Córtes;  se  publican  algunas,  pero  Vm.  inferirá  el  espí- 
ritu general,  de  que  no  han  querido  publicar  la  de  la 
Junta  de  Cataluña,  porque  clamaba  por  una  pronta 
convocación.  La  comisión,  va  acumulando  proposicio- 
nes; pero  sólo  está  resuelta,  la  de  que  la  convocación, 
se  haga  por  estamentos. 

332  Hay  una  acordada  que  dispone,  que  á  la  elec- 
ción de  Procuradores  de  ciudades  de  voto,  concurran 
el  Personero  y  diputados  del  común,  con  tanto  número 
de  vecinos  elegidos  por  el  pueblo,  como  baste  para 
igualar  el  número  de  regidores  propietarios;  esto  es, 
no  electivos.  Y  que  estos  adjuntos,  tengan  voz  activa 
y  pasiva  en  la  elección,  como  ellos.  Este  y  otros  pun- 
tos, como  el  de  agregar  á  Capmany  á  los  trabajos  de 
la  comisión,  para  la  cual  ya  trabaja,  no  están  resueltos 
aún  por  la  Junta,  aunque  se  espera  que  pasen  sin  tro- 
piezo. No  sé  si  le  habrá  en  dar  representación  á  las 
Juntas  superiores,  acordado  también  por  la  comisión. 

333  Nada  de  egércitos,  sinó  que  Cuesta  y  Welles- 
ley  se  han  besado  ya,  y,  como  decimos,  comido  en  un 
plato.  Mucho  dure.  Las  noticias  del  Norte,  si  ciertas, 
son  en  gran  manera  favorables,  y  no  pueden  dejar  de 
influir  en  los  egércitos  de  acá.  ¿Se  irá  entonces  á  Ma- 
drid? ¿Seguirá  el  Gobierno?  ¿Habrá  en  él  alteración? 


JULIO  1809 


315 


Vm.  querrá  que  yo  me  agite  en  esto;  pero  ya  sabe  mi 
sistema.  Diré  con  franqueza  y  sostendré  con  firmeza, 
lo  que  crea  mejor.  Pero  moverme  á  más,  no  cabe  en  él. 
Veo  que  mi  voz  es  de  poco  peso;  pero  creo  haber  di- 
cho otra  vez:  Fodere  non  valeo:  mendicare  erubesco. 

334  Amable  My  Lady:  no  acabaré  sin  ofrecerme 
particularmente  á  los  piés  de  Vm.,  rogarle  que  salude 
á  mi  nombre  á  toda  la  amable  compañia,  y  pedirle  de 
rodillas  que  me  crea  siempre  su  más  rendido  y  fiel 
amigo, 

Jovellanos. 

330  Lo  de  Lisboa,  medio  nueva  ciudad^  alude,  sin  duda,  al 
espantoso  terremoto  que,  á  las  diez  ménos  cuarto  de  la  mañana 
del  dia  1.°  de  Noviembre  de  1755,  redujo  á  escombros  la  hermosa 
capital  lusitana.  De  España,  Francia,  é  Inglaterra  (sobre  todo  de 
esta  última)  enviáronse  importantes  socorros  á  los  habitantes 
que  escaparon  con  vida  de  tan  terrible  catástrofe.  La  reedifica- 
ción de  la  ciudad,  se  debió  á  los  esfuerzos  grandiosos  del  insigne 
Carvalho  y  Mello,  que  adquirió  más  tarde  merecida  celebridad 
con  el  título  de  31arqtiés  de  Pomhál. 

333  La  conferencia  de  Cuesta,  con  Sir  Arthur  de  Wellesley, 
tuvo  lugar  el  dia  10  de  Julio  de  1809  en  Casas  del  Puerto  de  Mi- 
rahete  tprov.  de  Cáceres,  márgen  izquierda  del  rio).  El  plan  de 
campaña  adoptado,  fué  avanzar  hacia  Talavera  por  las  márge- 
nes del  Tajo.  [Vid.  Toreno,  Histor  2-ix-280.) 


[H_L] 

Badajos— 5  Julio  1809. 

Querido  Amigo  mió: — Me  aprovecho  de  la  oportuni- 
dad que  me  da  la  vuelta  de  los  escopeteros  que  me  han 
acompañado  hasta  aquí,  para  escribirle,  y  con  el  arre- 
glo del  correo  es  muy  factible  que  llegue  esta  carta  án- 
tes  de  la  que  le  escribí  ayer  por  el  correo  ordinario.— 


316 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Llegamos  aquí  sin  novedad,  se  ha  descansado  la  Seño 
ra,  y  después  de  las  muchas  atenciones  y  demasiados 
honores  que  me  ha  proporcionado  Garay  (á  quien  es- 
cribí también  con  fecha  de  ayer),  estamos  para  salir  de 
Badajoz  y  de  mi  segunda  patria,  esta  tarde. 

Aquí  no  se  habla  de  otra  cosa  sinó  de  las  Cortes,  no 
puedo  decir  si  es  muy  lisonjero  para  la  Junta  el  motivo 
con  que  muchos  infieren  la  necesidad  de  ellas — pero 
puesto  que  sea  buen(o)  el  remate,  no  importa  porqué  ca- 
mino llegan  á  tener  tales  deseos. — Lo  cierto  es  que  los 
tienen,  y  los  tienen  con  mucho  tesón.— Me  alegro  tam- 
bién que  entre  las  muchas  quejas  que  he  oído,  siempre 
me  han  hablado  con  excepción  de  algunos,  y  entre  ellos, 
siempre  de  mi  digno  amigo  Jovellanos,  y  Garay,  con  el 
respeto  y  admiración  debidos  á  su  patriotismo. — 

También  he  ido  á  visitar  á  un  preso  distinguido  que 
no  sale  todavía  de  su  cárcel,  aunque  le  habían  anuncia- 
do un  decreto  que  le  proporcionaba  la  facultad  de  pa- 
searse en  las  cercanías.  Me  parece  tiene  talento,  y  aun- 
que sé  muy  bien  que  hay  en  su  conducta  mucho  que 
sentir  y  tal  vez  á  condenar,  sin  embargo,  con  la  fran- 
queza con  que  siempre  he  hablado  á  Vm.,  mi  dignísimo 
amigo,  no  puedo  disimular  que  en  este  asunto  la  Junta 
haya  mostrado  muy  poco  respeto  ó  á  los  principios  de 
la  libertad  ó  de  la  buena  política.  Puede  ser  que  fulano 
sea  intrigante,  sea  hombre  peligroso  y  alborotado,  pero 
no  por  eso  tiene  el  derecho  de  arrestarle  qualquier  Go- 
bierno que  no  sea  tiránico.  Quando  se  arresta uno  me 
parece  justo  instituir  quanto  ántes  su  proceso  y  ente- 
rarle de  su  acusación  y  de  sus  acusadores.— Se  puede 
decir  que  en  circunstancias  muy  críticas  como  las  en 
que  está  España,  se  puede  apartarse  de  máximas  que 
por  ser  puras,  no  dexan  de  ser  incómodas  al  Gobierno. 
Pero  prescindiendo  de  que  el  Gobierno  siendo  él  sólo 
juez  de  esta  necesidad,  es  muy  peligrosa  tanta  licen- 
cia, me  parece  que  aún  este  pretexto  no  se  puede  ad- 
mitir sinó  ccn  referencia  á  las  mismas  circunstancias 
por  que  se  vé  apurado  el  Estado.— Y  si  se  podía  admi- 
tir una  providencia  irregular  y  violenta  al  gobierno  del 


JULIO  1809 


317 


día,  sería  contra  de  los  que  se  han  hecho  sospechosos 
de  trayción  al  enemigo,— pero  no  puede  tener  derechos 
un  Gobierno  interino  de  tomar  providencias  sólo  para 
su  conservación,  contra  sus  vasallos,  que  no  eran,  no 
pueden  ser  lícitas  á  otro  Gobierno  qualquiera.— Créa- 
me Vm.  que  no  soy  el  único  que  contempla  estas  cosas 
de  esta  manera.— Hablan  la  gente,  y  hablan  abierta- 
mente que  con  la  excepción  de  la  persecución  que  Vm. 
ha  experimentado,  apenas  sucedió  en  el  tiempo  del  Prín- 
cipe de  la  Paz,  que  se  arrestase  (á)  uno  en  su  casa,  y  que 
estuviese  preso  qiiarentay  dos  días  sin  enterarle  de  su 
proceso,  y  sin  hacerle  cargo  de  nada.  Y  si  es  verdad 
que  este  hombre  tenga  malas  disposiciones,  ¿no  le  pa- 
rece á  Vm.  que  haciéndole  un  martyr  (como  lo  será 
qualquiera  preso  sin  acusación  pública,  sin  declarar  las 
circunstancias  que  han  motivado  el  Gobierno,  y  en  fin, 
en  el  modo  más  despótico  que  suelen  practicar  los  peo- 
res déspotas),  le  procuran  un  partido,  y  le  facilitan 
Vms.  el  papel  que  tanto  rezelan  que  haga?  Le  puedo 
asegurar  que  hasta  aquí,  tal  ha  sido  el  efecto  de  su  pri- 
sión en  Badajoz,  y  me  parece  que  si  hay  algo  de  que 
puedan  Vms.  hacerle  cargo,  se  debía  hacerlo  quanto 
ántes,  y  sinó  restituirle  en  plena  libertad  y  mandarle 
quanto  ántes  á  hacer  su  obligación  en  el  egércitOy  de 
donde  no  me  parece  que  tenga  el  Gobierno  el  derecho 
de  apartar  los  que  quieren  servir,  si  no  tienen  cargo 
que  hacerles,— El  hecho,  es  que,  el  gran  mal  proviene 
de  la  falta  de  imprenta  Ubre  y  de  proceso  público,  y 
aún  me  extraño  que  un  pueblo  que  se  ha  levantado  tan 
heróicamente  contra  los  franceses,  aguanten  tanto  si- 
lencio y  tan  poca  confianza  en  él,  en  cosas  políticas. — 

Perdone  Vm.  esta  prolixa  impertinencia  y  tanta  mo- 
lestacion. — estoy  tan  deseoso  que  todo  (lo)  que  hagan 
Vms.  sea  bien  hecho,  que  no  puedo  sinó  hablar  muy 
claro  quando  me  parece  haya  algo  que  reprobar. — 
Adiós.  Escriba  Vm.  por  el  correo  ordinario — por  las 
postas,  y  en  fin,  por  todas  las  oportunidades. 

Estamos  todos  buenos. 
Adiós. 


318 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


(  J_LXIII  J 

» 

Sevilla,  19  de  Julio  1809. 

335  Mi  muy  amado  Lord;  por  fin  Vm.  llegó  á  Lis- 
boa, como  dije,  ántes  que  mis  cartas  á  sii  mano,  y  así 
me  lo  confirma  la  del  5,  escrita  de  Badajoz  (H  —  59) 
que  me  entregó  el  calesero.  Espero  con  impaciencia 
saber  que  Vms.  llegaron  al  término  de  su  viage  sin 
desgracia,  y  éste  es  mi  primer  deseo. 

335  a  Con  razón  invectiva  Vm.  la  conducta  arbitra- 
ria seguida  con  el  prisionero  que  Vm.  visitó,  y  en  que 
no  sé  qué  miedo  hizo  seguir  un  rumbo  precisamente  el 
más  contrario  al  que  debía  resultar  de  aquel  principio. 
No  es  ya  fácil  reparar  lo  que  se  erró  al  principio;  pero 
me  daría  por  contento  si  no  se  incurriese  en  nuevos 
errores.  Vm.  sabe  quánto  amo  yo  la  justicia  y  el  órden, 
y  quando  mis  fuerzas  no  alcanzan  á  establecer  su  ob- 
servancia, debo  contentarme  con  lavar  mis  manos. 

336  Estamos  en  vísperas  de  un  ataque,  y  tal  vez  á 
esta  hora  estarán  empeñados  en  él  nuestros  egércitos. 
Hemos  entrevisto  á  medias  el  plan,  y  aunque  no  entien- 
do la  materia,  me  gusta  poco.  No  me  parece  que  ha}' 
bastante  unión  en  los  tres  cuerpos,  para  que  deban 
obrar  á  mucha  distancia,  contra  un  enemigo  reunido. 
Oigo  que  los  ingleses  se  mueven  hacia  Avila;  buen  me- 
dio para  llamar  allí  la  atención;  no  bueno,  si  su  apoyo 
fuere  necesario  para  refuerzo  de  Cuesta.  Creo  que  Ve- 
négas  obrará  primero.  Contamos  mucho  con  su  pru- 
dencia; tiene  cerca  de  23.000  infantes,  y  casi  4.000  ca- 
ballos. Es  el  día  de  buen  hado;  hoy  hemos  celebrado 
en  la  capilla  de  San  Fernando,  la  batalla  de  Baylén. 
Asistieron  el  Nuncio,  y  los  Ministros  de  Inglaterra, 
Austria,  Portugal  y  Provincias  Unidas. 

337  Capmany,  está  ya  libre  de  la  Gaseta^  y  agrega- 
do á  los  trabajos  de  Córtes.  Pero  nos  ocupan  demasia- 


JULIO  1809 


319 


do  los  negocios  de  la  guerra,  y  el  temor  de  sus  resul- 
tas; si  malas,  al  pueblo,  si  buenas,  al  general  victo- 
rioso. 

338  Amable  My  Lady;  me  llama  la  hora  de  la  Junta 
nocturna.  Saludo  á  Vm.  muy  afectuosa  y  no  ménos 
respetuosamente,  y  soy  de  toda  la  compañia  constante 
amigo, 

Jovellanos. 

335  a  El  prisionero  militar,  de  que  se  habla  en  el  §  335  a  de 
esta  carta,  no  se  menciona  por  su  nombre,  ni  tampoco  en  la  ante- 
rior de  L.d  Holland  (H  —  50),  y  sólo  se  especifica  en  ésta  que  lle- 
vaba en  prisión  42  días  en  5  de  Julio;  de  donde  resulta  que  fué 
preso  el  día  25  de  Mayo  de  1809.  Por  las  expresiones  de  Jovella- 
nos en  diversas  partes  de  su  epistolario,  creemos  se  trata  del  Con- 
de del  Montijo. 

Arteche,  expresa,  que  el  Conde  del  Montijo,  encarcelado  en 
Valverde  (prov.  Badajoz)  por  sus  fechorías  de  Extremadura^ 
fué  trasladado  desde  dicho  punto  á  la  Inquisición  de  Sevilla. 

Pero  antes  (tom.  vi-219,  nota  1)  habia  declarado  dicho  historia- 
dor, que  de  Sevilla,  donde  aquél  estaba,  fué  desterrado  á  San  Lú- 
car  de  Barrameda,  zomo  presunto  autor  del  alboroto  que  ocurrió 
en  Granada  el  16  de  Abril  de  1809.  De  modo,  que  según  este  pro- 
ceso, fué  reducido  á  prisión  en  Sevilla,  el  25  de  Mayo,  por  haber 
ambicionado  la  Capitanía  General  de  Granada,  y  conducido  á 
S.  Lúcar  de  Barrameda:  de  aquí,  á  Valverde  (donde  le  visitaría 
L.d  Holland),  y  desde  este  punto,  conducido  otra  vez  á  la  Inqui- 
sición de  Sevilla,  donde  seguía  conspirando,  y  de  donde  le  arran- 
có el  motin.del  24  de  Enero  de  1810,  para  elevarle  al  puesto  de 
individuo  de  la  Junta  Suprema  de  todo  el  Reino  ^  título  que  se  dió 
pomposamente,  la  Sevillana. 

Véanse  también  las  cartas  signadas  J  —  70,  §  379:  J  —  96,  §  511, 
y  nuestra  nota  á  la  J  —  99,  §  527.  Igualmente  Toreno,  oh.  d,  2- 
ix-254. 

33Ó.  En  el  §  336,  el  pensamiento  de  Jovellanos,  respecto  al  com- 
bate que  se  avecinaba,  es  atinadísimo.  Creía  que  el  plan  de  ata- 
que, tenía  por  base  la  reunión  de  los  tres  cuerpos  de  Wellesely, 


320  CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Cuesta,  y  Venégas  (que  no  se  efectuó),  pero  desconfiaba  de  la  ex- 
tensión de  la  línea  de  combate.  Mas  había  otro  mal  mayor,  la  falta 
de  unidad  en  el  mando,  que  esterilizó  todo  el  provecho  que  pudo 
sacarse  de  aquel  glorioso  triunfo. 

La  victoria  de  Bailén  (cuyo  aniversario  se  celebraba),  fué  el 
día  19  de  Julio  de  1808. 


[H_LI] 

Montemor:  Julio  9: 1S09. 

Hasta  aquí  hemos  llegado,  queridisimo  amigo,  sin 
novedad,  y  aun  sin  calor,  pero  hoy  ya  empieza  y  nos  ha 
detenido  en  este  pueblo,  y  en  una  mala  posada  hasta 
la  tarde.  Nos  apartemos  del  camino  á  Venda-do  Du- 
que para  ver  á  la  ciudad,  y  á  las  antigüedades  de  Evo- 
ra,  y  nos  recibió  con  mucho  agasajo  el  venerable  Pre- 
lado, que,  con  86  años,  conserva  su  espíritu,  su  viveza 
y  su  bondad  al  (á)  pesar  de  las  atrocidades  que  come- 
tieron en  su  diócesis  los  franceses,  y  las  afrentas  que 
personalmente  le  hizo  Loison.  Tiene  ahí  una  bella  bi- 
blioteca deque  ha  sacado  nuestro  Alien  una  copia  de 
la  carta  convocatoria  del  tiempo  de  Don  Enrique,  en 
castellano-.^  se  la  enviaré  á  Vm.  No  le  hablo  de  noticias, 
ya  por  no  tenerlas,  ya  porque  serían  viejas  si  las  tuvie- 
se, antes  de  llegar  á  Vms. 

Tal  vez  desempeñará  para  mí  estas  comisiones,  su 
sobrino  Tineo;  averiguar  los  títulos  de  las  comedias  de 
Guillen  de  Castro^  y  las  fechas  de  su  publicación,  y 
representación.  También,  apuntar  las  fechas  de  las  di- 
ferentes dignidades  que  lograron  Roda^  Campománes^ 
Florida  Blanca^  Aranda\  las  de  sus  dimisiones  y  de 
sus  fallecimientos,  y  la  del  destierro  de  los  Jesuítas,  y 
también  cualquiera  obra  con  que  pueda  tropezar,  que 
tenga  relación  á  este  último  asunto. 

Perdone  Vm.  esta  molestacion;  espero  que  Vm.  y 
todos  harían  lo  mismo  por  mí  en  todo  que  se  ofrece  (lo 


JULIO  1809 


321 


que  se  ofrezca)  en  Inglaterra.  Tal  vez  enviaré  esta 
carta  por  uno  que  va  á  Lisboa  esta  noche;  tal  vez  es- 
peraré hasta  que  esté  yo  allá,  que  será  pasado  maña- 
na ó  el  dia  después.  Adiós:  mil  y  mil  memorias  de  Mi- 
lady. 

[H_UI] 

Lisboa:  15  Julio:  1809. 

Queridísimo  amigo  mío:  Le  escribí  una  carta  desde 
Montemor,  y  no  ofreciéndose  oportunidad  para  enviar- 
la, la  he  traído  aquí,  pero  la  he  traspapelado,  de  modo 
que  no  puedo  en  el  punto  encontrarla;  no  importa,  si 
tropiezo  con  ella,  ahí  yrá,  y  sinó,  no  es  mucha  la  pér- 
dida. Ya  estamos  para  embarcarnos  de  veras  en  la  fra- 
gata Lively^  que  saldrá  miércoles  próximo,  así  le  pido 
de  escribirme  muy  á  menudo  con  dirección  á  Holland- 
House,  London. 

Muchísimas  gracias  le  doy  á  Vm.  por  el  librito  so- 
bre los  Almudes  que,  muy  interesante,  por  sí,  lo  es  mu- 
cho más  por  el  excelente  prólogo  que  le  ha  puesto  Vm. 
¡Qué  buena  es  esa  alusión  á  las  Córtes!  eso  sí  que  es 
el  verdadero  modo  de  enseñar  á  sus  paisanos,  y  el  ob- 
jeto de  las  Córtes,  y  el  verdadero  medio  de  lograr  la 
libertad.  Hablar  muy  á  menudo  de  las  ventajas  que  les 
resultarían,  y  acomodarlas,  en  cuanto  se  puede,  á  las 
le^^es  y  los  usos  antiguos. 

Con  ésta,  va  la  cópia  de  la  carta-convocatoria  de 
Don  Enrique,  en  castellano,  que  halló  nuestro  infatiga- 
ble Mr,  Alien  en  la  biblioteca  del  Obispo  de  Évora, 
pero  ya  le  hablé  de  este  asunto  en  mi  carta  de  Setúbal; 
también  yrá  (irán)  los  pormenores  de  su  plan  de  Re- 
presentación^ pero  el  trastorno  del  viage,  y  lo  que 
llama  graciosamente  nuestro  Dryden  en  una  de  sus  car- 
tas á  Cloud,  oflittle  businesses^  le  ha  impedido  de  tra- 
bajar en  lo  demás. 

¡Cuánto  y  cuánto  siento  la  desgracia  de  su  casa  y  de 

21 


322 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


SUS  sobrinos,  y  del  amable  Pachin!  No  entiendo  bien  lo 
que  dice  Vm.  ni  de  Asturias,  ni  de  Creus  y  F"rere. 

Cuanto  á  las  providencias  que  han  tomado  con  As- 
turias, para  decirle  francamente  mi  modo  de  pensar, 
no  me  gusta  nada  el  haber  condescendido  con  mi  ami- 
go Romana,  hasta  dejarle  nombrar  su  sucesor,  y  me 
parece  el  grande  mérito  de  Ballesteros  en  Astúrias,  y 
tal  vez  el  de  Mahy  en  Galicia,  les  indicaron  para  el 
mando  de  esas  dos  provincias. 

Con  todo,  amigo  mío,  perdone  Vm.  que  le  diga,  que 
muchísimo  sentiría,  aunque  sean  justas  sus  quejas  y  re- 
clamaciones, que  se  disgustase  Vm.  con  sus  compañe- 
ros en  puntos  que  tocan  á  Astúrias.  La  grande^  tal  ves 
la  mayor  desgracia  de  España ^  está  en  las  desave- 
nencias que  existen  entre  provincia  y  provincia^  y  se- 
ría grandeza  de  alma,  digna  de  mi  amigo  Don  Gaspar, 
ser  el  primero  que  supiese  disimular  aún  los  agravios 
que  se  permiten  otros  á  la  principalidad;  también  se  le 
proporcionará  el  medio  de  servirle  más  eficazmente  en 
otros  puntos. 

Sigue  bien  la  Señora,  y  todos  estamos  buenos.  El 
tiempo,  no  es  desagradable,  y  la  fragata  en  que  nos 
embarcaremos, hermosísima.  Muy  mucho  celebro  el  de- 
creto de  un  exército  de  reserva,  y  el  apoyo  que  dan 
Vms.  á  Blake.  Manden  Vms.  tropa  que  no  sea  valen- 
ciana, y  haga  venir  por  acá,  esa. 

He  visto  muchas  cartas  del  nuestro  exército,  todas 
llenas  de  alegría,  y  muy  muy  contentos  con  los  Espa- 
ñoles; no  rezelo  desavenencias  entre  Wellesley  y  Cues- 
ta, pero  aquí  hay  muchas  entre  los  Gefes.  Es  menester 
ser  justo:  no  creo  fuese  culpa  de  Wellesley  quedar  tan- 
to tiempo  en  Abrántes,  y  también  diga  Vm.  al  digno 
Don  Martin  (de  Garay)^  que  me  ha  dado  explicación 
el  Almirante  Bertheley  que  estuvo  otra  vez  empleado 
en  nuestro  Ordnance,  el  verdadero  secreto  de  la  falta 
de  fusiles,  y  le  aseguro  que  no  haya  habido  culpa  nin- 
guna en  esta  materia,  en  el  Gobierno. 

El  proyecto  que  le  sugería  á  él  estando  en  Sevilla, 
me  parece  bueno,  y  también  permiso  de  comprar  todo 


JULIO  1809 


323 


el  fusil  extranjero  en  Inglaterra,  que  no  sirve,  me  pa- 
rece otra  providencia  factible.  Me  gustaría  muchísimo 
ver  impresas  algunas  de  las  ideas  de  nuestro  Alien 
quanto  ántes,  y  le  diría  porqué.  Si  piensan  exclusiva- 
mente los  amigos  de  las  Cortes,  en  el  base  de  la  pobla- 
ción^ sería  difícil  quitárseles  esa  idea,  y  ántes  de  ha- 
berla pronunciado,  me  parecen  tan  sanas  y  tan  filosó- 
ficas las  de  nuestro  Alien,  que  granjearían  muchos  par- 
tidarios. En  sacando  á  luz  muy  á  menudo  en  gazetas  y 
libritos,  alusiones  y  dictámenes,  como  esa  buena  alu- 
sión en  su  prólogo  á  los  Alardes^  pueden  Vms.  ense- 
ñar mucho  al  pueblo,  sin  que  él  sepa  que  haya  tenido 
el  fastidio  de  aprender. 

Adiós,  amigo  mió.  Créame  Vm.  que  uno  de  mis  mo- 
tivos cuando  vine  en  España,  era  cultivar  la  amistad 
con  que  en  mi  juventud,  Vm.  se  había  dignado  de  hon- 
rarme. Sus  elocuentes  obras,  sus  luces,  su  persecución, 
y  tal  vez  el  amor  propio  de  haberle  conocido  siendo  yo 
tan  jó  ven,  me  había  hecho  esperar  de  hallar  en  Vm.  to- 
das las  prendas  que  puedan  ilustrar  su  pátria,  y  aun  la 
humanidad.  Era  en  verdad  difícil  de  llenar  la  idea  que 
se  me  había  hecho  de  su  amabilidad,  pero  de  veras, 
amigo  mió,  en  el  patriotismo  de  su  corazón,  en  la  dul- 
zura de  su  trato,  lejos  de  no  haber  igualado,  mucho  y 
mucho  ha  aventajado  Vm.  lo  que  me  pintaban  mi  ima- 
ginación y  mis  esperanzas;  y  si  en  dexando  la  España, 
me  parece  salir  de  una  segunda  patria,  también,  que- 
rido amigo  mió,  en  apartándome  de  Vm.  me  parece 
que  me  aparto  de  un  amigo,  de  un  protector  que  re- 
nueva en  mi  corazón,  sentimientos  muy  parecidos  á  los 
que  me  solían  inspirar  las  personas  que  miraba  y  miro 
como  segundos  padres. 

Adiós,  amigo. 

WMHolland, 


324 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


[H_LIII] 

Lisboa,  17  Julio  1809. 

Encoré  une  fots,  respetabilísimo  amigo  mió:  AdioSy. 
puesto  que  no  sale  hasta  mañana  el  Navio. 

Las  noticias  que  traen  los  papeles,  ya  las  sabrá 
Vm.,  y  las  de  Silveira  y  Beresford,  no  las  tengo.  De 
Cuesta,  y  de  Wellesley,  llegarán  á  Sevilla  ántes  que- 
aquí. 

Me  da  lástima  oir  de  todos  cuantos  le  han  tratado^ 
tan  amargas  quejas  de  mi  amigo  Romana,  y  por  él 
mismo,  más  aún  que  por  otros,  deseo  esté  fuera  del 
mando. 

Aquí  nos  ha  recibido  con  mucha  atención  Pérez  de 
Castro,  y  me  parece  mozo  de  espíritu. 

Mi  pobre  amigo  Lugo,  que  creo  muy  y  muy  hombre 
de  bien,  está  muy  entristecido;  y  en  efecto,  tiene  dos 
grandes  desdichas:  wi  hermano  que  ha  condescendido 
con  el  gobierno  intruso,  y  una  muger  que,  por  buenita 
(bonita)  y  interesante  que  sea,  es  francesa  de  Nación. 
Le  han  nombrado  (fuera  de  su  carrera),  á  un  empleo- 
ea  Valencia,  y  no  se  atreve  á  llevar  á  ese  país  á  su 
muger,  y  á  fé  que  tiene  razón.  Con  todo,  le  da  consue- 
lo la  esperanza  de  Córtes,  las  cuales  ya  años  ha  que 
está  deseando  con  ánsia.— No  sé  qué  sea  su  proyecto 
ó  qué  su  pretensión;  pero  sea  lo  que  quiera,  me  atrevo 
á  pedir  á  Vm.  y  á  nuestro  digno  amigo  Don  Martín 
Garay  lo  oiga;  porque  ha  sido  siempre  su  suerte  ser 
perseguido  y  infeliz;  y  con  todo  y  al  pesar  de  los  mal 
afortunados  enlaces  que  tiene,  le  estimo  mucho,  y  como 
buen  español,  y  como  buen  amigo  de  las  Córtes,  y  de 
la  libertad  de  su  pátria. 

Muchas  memorias  á  mis  amigos,  y  especialmente  á 
Pachin,  quien  me  ha  prometido  escribirme  de  rato  en 
rato;  y  sinó  por  Sevilla,  nunca  tendré  noticias  seguras- 


jUL-o  1809 


R25 


de  Blake,  Venegas,  ni  tal  vez  de  Cuesta  ó  de  We- 
llesley.— Adiós. 

7.//  Holland. 
Milady  está  buena,  y  en  fin  todos  sin  novedad. 

[J_LXIV] 

Sevilla,  26  de  Julio  ISO  9. 

339  Mi  muy  amado  Lord:  en  la  Junta  he  recibido  con 
•el  placer  más  grande  las  tres  cartas  de  Vm.  escritas 
desde  Montemor  y  Lisboa  (H  —  51:  H  —  52;  H  —  53),  y 
si  no  hay  equivocación  en  la  última,  se  habrá  perdido 
'Otra  escrita  de  Setúval  {li — m),  aunque  temo  que 
haya  equivocación  en  su  anuncio.  Mi  placer,  ha  sido 
muy  grande  en  saber  que  Vms.  no  sólo  hicieron  sin 
desgracia  su  viage,  sinó  también  sin  notable  molestia. 
No  me  ha  agradado  tanto  la  noticia  de  que  Vms.  irán 
á  embarcarse  luego  en  la  Lively.  ¿Conque  ésta  irá  á 
buscar  á  Vms.  al  precioso  asilo  de  HoUand-House?  Allí 
es  donde  buscarán  á  Vms.  mi  memoria  y  mi  amistad, 
y  allí  también,  donde  irán  mis  cartas  con  toda  la  fre- 
cuencia (que  permita)  mi  negociosa  situación.  ¡Plu- 
guiera á  Dios  qüe  sólo  me  rodease  la  nube  de  peque- 
ños quehaceres  de  que  habla  el  sublime  Dryden!,  por- 
que, ¿quáles,  que  no  fuesen  del  bien  de  nuestra  pátria, 
pudieran  privarme  del  placer  de  escribir  á  Vms.  todos 
ios  días,  y  de  templar  con  mis  cartas  la  falta  de  su  vis- 
ta y  su  trato?  Vm.  no  sabe  ni  puede  concebir  hasta  qué 
punto  han  penetrado  mi  corazón  las  muestras  de  fran- 
ca y  tierna  amistad  con  que  Vm.  y  la  amable  My  Lady 
me  le  han  cautivado.  Y  no  hablo  de  lo  que  se  han  em- 
peñado en  distinguirme  sin  mérito  alguno,  pues  sobre 
esto,  reñiremos  en  artículo  separado. 

340  No  crea  Vm.  que  en  mi  deseo  de  separarme  de 
la  Junta,  entraba  el  de  abandonar  la  causa  que  defien- 


326 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de.  Era  mi  propósito,  pedirle  que  me  dejase  agregada 
á  la  Comisión  de  Córtes,  para  darme  todo  á  este  gran- 
de objeto.  Detúvome  la  compañía  de  Pachin,  no  sólo- 
en  el  mismo  desaire,  sino  en  la  escandalosa  injusticia 
de  la  resolución,  groseramente  sostenida  por  la  invi- 
dia.  Detúvome,  no  ménos,  el  temor  de  que  esta  campa- 
nada,  agradable  á  los  descontentos,  fuese  poco  favo- 
rable á  mis  compañeros.  Hice,  pues,  el  sacrificio,  y 
aunque  humillado  por  el  desaire,  y  estremecido  por  el 
temor  de  las  consecuencias  en  mi  pobre  país,  continúa 
mi  obligación  y  mis  tareas,  que,  en  las  presentes  cir- 
cunstancias, ni  son  pocas,  ni  poco  graves. 

341  Porque  reunidos  ya  los  egércitos,  la  pátria  está 
asomada  á  grandes  esperanzas  y  grandes  temores.  To- 
dos se  lisongean  de  que  el  enemigo  va  á  abandonar  la 
Córte;  y  aún  solo  nos  ocupan,  deliberaciones  relativas 
á  este  suceso.  Pero  la  reunión  de  sus  tropas  que  han 
ido  preparando  y  felizmente  conseguido:  los  refuerzos 
con  que  las  han  ido  aumentando:  el  aumento  de  artille- 
ría y  municiones,  y  la  viveza  y  obscuridad  de  sus  mo- 
vimientos, casi  á  la  vista  de  nuestros  egércitos,  ¿na 
puede  demostrar  que  no  abandonarán  el  campo,  sin 
intentar  ó  provocar  un  ataque?  Y  si  á  éste  sigue  una 
dispersión,  ¿qué  será  de  nosotros?  En  este  caso,  We- 
llesley  se  retirará  sobre  Portugal,  porque  ¿quién  le  po- 
drá pedir  ó  exigir  otra  cosa?  Los  egércitos  de  Oriente 
y  Norte,  el  uno  débil  y  rodeado  de  cuidados;  el  otra 
mandado  por  un  general  infatuado,  rodeado  de  pica- 
ros, y  detestado  en  todas  partes:  y  ámbos  incapaces  de 
acudir  á  nuestra  defensa,  ¿qué  será  de  la  pátria?  Nadie 
quiere  ver  esto,  y  arrullados  con  vanas  ilusiones,  nos 
vamos  en  pos  de  ellas  sin  curarnos  de  precaver  las 
contingencias  en  que  podemos  hallarnos  enredados. 
En  ñn,  la  prenda  está  por  poco,  los  egércitos,  siempre 
avanzando,  están  á  la  vista,  y  acaso,  miéntras  escriba 
esto,  nuestra  suerte  estará  decidida.  — Vá  esto  de  dos 
veces. 

(Seguiré.) 


JULIO  iS09 


327 


342  Quánto  me  agraden,  y  de  quánto  provecho  me 
sean  los  trabajos  de  nuestro  Mr.  Alien,  no  lo  sé  bien 
ponderar.  Coincidimos  en  el  deseo  de  imprimirlos,  y 
éste  es  mi  ánimo  si  tuviese  bastante  vagar  para  tradu- 
cirlos y  disponerlos  para  la  prensa;  y  otro  tanto  quisie- 
ra con  el  extracto  del  Estilo  de  la  Cámara  de  los  Co- 
munes. Pero  Vm.  sabe  cómo  vivimos  aquí;  y  si  viera 
quánto  tiempo  roban  los  pretendientes  y  las  visitas,  y 
quán  poco  sobra  del  que  exigen  la  Junta,  las  secciones 
y  la  comisión,  no  extrañará  que  mis  deseos  vayan  tanto 
más  allá  de  mis  facultades. 

343  Y  ahora,  mi  muy  querido  Lord,  voy  á  reñir  un 
poco  con  Vm.  Monasterio,  ha  acabado  el  busto,  y  de- 
jandaá  otros  el  juicio  de  su  semejanza,  que,  según  di- 
cen, no  le  es  desventajoso,  diré,  que  el  trabajo  es  muy 
superior  á  la  materia,  y  al  objeto.  Deseaba  yo  recom- 
pensarle, para  que  no  fuese  mi  estropeada  figura  la  que 
solamente  concurriese  al  obsequio  de  Vm.,  pero  Vm., 
acordándose  con  Quintana,  que  desde  luego  me  salió  al 
paso,  me  quitó  esta  satisfacción.  Mas  no  es  esta  sola 
mi  queja:  es  lo  mayor,  que  Vm.  piense,  como  el  mismo 
Quintana  asegura,  hacer  grabar  una  lámina;  cosa  que 
me  dolerá  no  poco,  no  sólo  porque  la  miro  como  supe- 
rior á  mi  mérito,  sinó  por  quanto  lo  es  también  á  lo  que 
puede  sufrir  mi  amor  propio.  ¡Por  Dios,  mi  amado  My 
Lord!,  que  no  le  mortifique  con  canto  exceso  de  honor; 
y  quando  por  esto  no  se  detenga,  deténgase  por  consi- 
deración de  sí  mismo,  y  guardándose  de  las  ilusiones 
de  la  amistad,  no  dé  ocasión  á  que  se  diga  que  pone  tan 
alto  el  punto  de  su  aprecio,  que  no  merezca  la  aproba- 
ción de  los  que  judgan  sin  ellas. 

344  Somos  26  de  Julio,  y  estamos  pendientes  de  los 
Partes.  Venégas,  está  á  la  vista  de  Sebastiani  en  La 
Membrilla,  con  un  tercio  de  buena  fuerza  más.  Welles- 
ley  y  Cuesta  en  Talavera  y  sobre  Víctor,  á  quien  solo 
divide  el  Alberche,  y  que  tiene  menos  que  doble  fuer- 
za. El  ataque  estaba  resuelto:  las  avanzadas  y  guerri- 
llas, ya  se  empeñaban.  El  temor  es  ya  ménoS;  las  espe- 
ranzas crecen;  pero  crecen  á  la  par  la  ilusión  3^  la  vana 


328 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


confianza.  Quiera  Dios  no  dañe.  Los  partes  se  atravie- 
san á  medida  que  los  egércitos  se  alejan,  y  como  hoy  es 
correo,  y  ya  no  hay  espera,  voy  á  encargar  á  Pachin 
que  me  haga  el  extracto  de  los  del  dia.  Hícele  presente 
la  memoria  de  Vm.  así  como  á  Hermida,  que  la  retri- 
buyen con  finísimo  afecto. 

345  ¿Y  no  podré  yo,  con  el  mismo,  ofrecerme  á  Vm., 
mi  amable  My  Lady?  ¡Gracias  á  Dios  que  se  halla  en  su 
Holland  House  después  de  tantas  fatigas!  ¡Qué  consue- 
lo para  sus  amigos,  qué  gloria  para  España  que  las 
haya  sufrido  con  gusto,  á  trueque  de  haber  vivido  unos 
pocos  meses  entre  nosotros!  Ahora,  si  puedo  pedir  á 
Vm.  algo,  es  que  modere,  no  el  cariño,  que  él  qual  nin- 
guna cosa  puede  ser  más  grata  á  mi  corazón,  sinó  el 
concepto  de  nuestro  My  Lord,  que  oprime  con  sus  hon- 
ras mi  humildad,  tanto  como  cautiva  con  su  ternura  mi 
corazón.  Con  él,  saludo  al  respetable  Mr.  Alien,  y  á  los 
amables  señores  Russell  y  Fox,  y  con  él,  es  de  todos 
affmo.  amigo 

Jovellanos, 

339  Mandaba  la  fragata  Lively,  anclada  en  la  bahía  de  Vigo 
cuando  la  rendición  de  la  ciudad  (27  Marzo  1809)  el  comandante 
Mr.  G.  Mac-Kinley,  gran  amigo  del  ilustre  gallego  Don  Luis  Ló- 
pez Ballesteros,  ministro  que  fué  de  Hacienda,  de  1824  á  1832. 

Del  Diario  de  Lady  Holland  (Lady  Holland' s  journal:  t.  II, 
p.  259),  copiamos  un  fragmento  referente  á  este  buqne,  donde  na- 
vegó su  hijo  Cárlos: 

"  —Agosto:  1810.  -El  General  Ferguson  (2.°  gefe  en  Cádiz)  se 
„ha  visto  obligado  á  dejar  á  Cádiz,  á  causa  de  su  salud.  Está  afli- 
^gido  con  su  penosa  vida,  siempre  as^ravada  en  un  clima  cálido.— 
„Hizo  las  veces  de  verdadero  amigo  con  nuestro  querido  hijo  (que 
„salió  á  navegar  con  él  en  la  Lively)  ejerciendo  sobre  él  una  au- 
„toridad  paternal-  De  igual  modo,  á  su  llegada  á  Cádiz,  le  cambió 
„de  buque,  y  le  colocó  con  el  capitán  Codrington  de  el  Blake, 
«donde  ahora  está,  camino  de  Menorca,  convoyando  á  los  buques 
«españoles  que  van  allá  desde  Cádiz.,, 

Por  nota,  agrega:  "que  su  hijo  Cárlos  Fox,  ingresó  en  la  Ar- 


JULIO  1809 


329 


„mada  en  1809,  pero  que  se  disgustó  tanto  de  esta  vida,  que  la  dejó 
,,en  1813,  y  estuvo  luego  dos  años  al  lado  y  al  servicio  de  su  her- 
3,  mana... 

Á  principios  de  Septiembre  de  1810,  la  Lively  naufragó  cerca 
de  las  rocas  de  Malta. 

340  La  resolución  recaída  en  el  asunto  de  La  Romana,  queda 
dicha  en  nota  al  §  327.  Táchala  Jovellanos  de  injusta,  y  sostenida 
por  la  envidia. 

341  Acertadísimos  son  los  vaticinios  de  Jovellanos  respecto  á 
las  consecuencias  del  choque  que  se  avecinaba:  graves  y  solem- 
nes los  momentos:  temibles  las  resultas.  Algo  de  ello  se  cumplió, 
porque  Wellesley  se  retiró  á  Portugal;  y  si  bien  los  egércitos  de 
Oriente  (Blake)  y  Norte  La  Romana),  no  acudieron  á  la  sangrien- 
ta cita,  tampoco  llegó  á  ella  Soult,  cuyo  concurso  nos  hubiera 
acarreado  un  fin  desastroso. 

343  Alcalá  Galiano  (Recuerdos  p.  79-80)  habla  de  la  ter- 
tulia de  Quintana  en  Madrid,  durante  los  años  1807  y  1808  á  la  que 
asistió  el  autor  desde  la  edad  de  diecisiete  años,  en  Noviembre 

de  180Ó.  Entre  sus  concurrentes,  menciona  á  D.  Juan  Nica- 

^sio  Gallego,  cuya  fama  empezaba  entónces;  á  Blanco  White,  ya 
«conocido  en  Sevilla;  Arjona,  también  del  gremio  sevillano;  Tu- 
lpia, unido  con  Quintana  por  amistad  estrecha;  Capmany,  á  quien 
„malas  pasiones  llevaron  después  hasta  á  pintar  con  negros  colo- 

„res  aquella  concurrencia  ;  Alea,  traductor  del  Pa¿>/o 3'  Vir- 

y^ginia,  Gerónimo  de  la  Escosura,  Arriaba,  D.  N.  Viado,  y  al- 
„gunos  más.,, 

En  este  grupo,  había  de  todo:  un  zamorano  (Gallego);  un  abu- 
lense  (Tapia);  un  catalán  (Capmany  ;  dos  madrileños  (Quintana,  y 
Arriaza);  dos  sevillanos  (Arjona,  y  Blanco-White);  dos  asturianos 
(Escosura,  y  Alonso  de  Viado).  Este  último,  debía  ser  el  Teniente 
de  ingenieros  Don  Joaquin  Alonso  de  Viado  y  Castro  (n.  en  Gi- 
jón  en  1780),  ó  alguno  de  sus  dos  hermanos,  Don  Manuel  (poeta  y 
escritor,  Ayudante  del  Regimiento  de  Nobles  en  1807)  ó  Don  Juan, 
gijoneses  también,  y  alumnos  del  Real  Instituto  Asturiano. 

Parte  de  esta  tertulia,  se  reunió  también  en  el  domicilio  de 
HoUand,  durante  su  permanencia  en  la  capital  andaluza. 


330 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Jovellanos,  no  pudo  recompensar  á  Monasterio,  como  deseaba, 
por  habérsele  adelantado  Quintana;  pero  no  se  olvidó  de  elogiarle 
cumplidamente  (vid.  Papeles  de  la  Junta  Central,  leg.  1,  letr.  Q.) 
Tampoco  pudo  impedir  que  se  grabara  en  Lóndres  el  diseño  del 
busto,  del  cual  damos  noticia  en  otra  parte  (vid.  Inventario  de  un 
jovellanista,  Madrid:  Rivadeneyra:  1901,  pág.  211):  y  también» 
anotación  al  §  415  de  estas  Cartas. 

344  Nótese  que  esta  carta,  está  escrita  la  víspera  de  la  batalla 
de  Talavera,  dia  en  que  el  General  Cuesta,  prescindiendo  de  We- 
llesley,  y  arriesgándose  á  pasar  sólo  el  Alberche  (trib.  del  Tajo) 
cometía  la  loca  temeridad  de  avanzar  hasta  Torrijos,  desde  cuyo 
punto  la  vanguardia  española,  mandada  por  Zayas,  tuvo  que  re- 
troceder en  desórden  á  Alcabon,  y  de  aquí  á  Cazalegas  (vanguar- 
dia inglesa),  volviendo  á  repasar  el  Alberche  á  instancias  reitera- 
das de  Wellesley. 

345  ¡Gracias  á  Dios  que  se  halla  en  su  Holland  House  / 

Esta  exclamación  de  Jovellanos,  es  hipotética,  pues  que  en  carta 
de  23  de  Agosto  (§  376)  aún  ignora  el  feliz  arribo  á  HoUand-Hou- 
se,  y  sólo  en  12  de  Septiembre  y  de  un  modo  indirecto,  sabe  por  el 
Conde  de  Toreno  que  sus  amigos  habían  llegado  (§  394);  y  también, 
en  19  de  igual  mes,  por  Abella,  y  Capmany  (§  395).  Hasta  el  dia  3 
de  Octubre  (J— 76)  no  lo  supo  directamente  de  los  interesados. 

Los  Holland,  llegaron  á  Portsmouth,  el  12  de  Agosto  de  1809, 
y  debieron  embarcar  en  la  bahía  de  Setúval.  Confirma  dicha  fe- 
cha el  Diario  de  Lady  Holland  (tom.  II,  p.  247). 


[J_LXV] 

Sevilla,  1  de  Agosto  1809. 

346  Mi  muy  amado  Lord:  á  esta  hora,  y  escribiendo 
en  la  Junta,  puedo  comunicar  á  Vm.  el  resultado  de 
los  partes  que  acabamos  de  recibir.  El  25,  Cuesta,  que 
se  había  separado  de  Wellesley,  á  quien  dejó  sobre  el 
Alberche,  y  adelantádose  hasta  Sta.  Olalla,  se  hall6 


AGOSTO  1809 


33Í 


amenazado  del  egército  de  Víctor,  y  tomó  el  partida 
de  replegarse.  Los  enemigos,  se  le  acercaron,  y  ponién- 
dose sobre  el  río,  indicaron  el  ataque.  Formóse  el  egér- 
cito combinado;  el  27,  atacó  el  enemigo  con  toda  su 
fuerza  de  45.000  hombres,  fué  vigorosamente  rechaza- 
do, y  con  gran  pérdida.  Renovó  el  ataque  con  nuevo 
furor  el  28,  y  fué  otra  vez  rechazado.  En  consecuen- 
cia, el  rey  Josef,  que  mandaba  sus  tropas,  repasó  el 
rio,  con  98  carros  de  heridos,  y  aunque  la  acción  dura- 
ba á  la  salida  del  Parte,  Cuesta  la  dá  por  decidida.  La 
mayor  gloria,  será  del  egército  Inglés,  porque  á  él  se 
dirigió  la  mayor  fuerza  del  ataque,  con  el  intento  de 
doblar  su  izquierda,  y  por  lo  mismo,  fué  mayor  su  pér- 
dida Esperamos  un  poco  para  cantar  esta  victoria,  que 
puede  ser  decisiva. 

347  Venégas,  está  ya  en  Aranjuéz,  y  ha  pedido 
30.000  raciones  en  Valdemoro;  cosa  que  no  puede  de- 
jar de  aumentar  la  consternación  que  ya  se  suponía  en 
Madrid.  La  división  de  Lacy,  está  sobre  Toledo^  en 
Nambroca,  con  esperanza  de  entrar  al  día  siguiente^ 
pues  que  no  habia  allí  más  que  1.500  hombres.  Hasta 
aquí,  en  la  Junta.  Al  salir  de  ella,  otro  correo.  Los  ene- 
migos se  retiran:  dicen  que  sobre  Toledo.  No  parece 
verosímil  que,  cerrado  por  Venégas  el  paso  por  Aran- 
juéz á  Madrid,  se  dejen  cortar  el  de  Navalcarnero. 
¿Será  que  quieran,  por  una  marcha  rápida,  atacar  á 
Venégas,  mientras  dejan  al  egército  combinado  á  la 
otra  banda  del  Alberche?  No  lo  creo,  después  de  una 
derrota  en  que  perdieron  15  cañones,  con  un  general, 
muchos  oficiales,  gran  número  de  muertos  y  heridos, 
carros  de  municiones,  etc.  Es  más  probable  que  se  reti- 
ren sobre  los  Puertos,  cubran  á  Madrid  ó  vayan  sobre 
el  Ebro.  Iremos  viendo  y  contando.  El  último  correo 
partió  el  2Q  al  medio  día.  El  de  Venégas,  es  del  28  en 
la  noche.  Parece  que  los  ingleses  perdieron  tres  gene- 
rales, y  muchos  oficiales.  Frere,  manifiesta  mucho  con- 
tento: hubo  repique  de  campanas,  y  salva,  y  mañana, 
es  probable  que  haya  Te  Deum.  Así,  mientras  corre  á 
rios  la  sangre  humana^  los  cantos  de  Victoria  y  los 


332 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


hymnos  de  gratitud  al  cielo,  celebran  las  miserias  de 
la  pobre  humanidad. 

(Seguiré.) 

Hoy  31  de  Julio  á  la  hora  de  ir  al  baño  que  empieza 
esta  noche  en  casa. 

348  1  de  Agosto. — Empiezan  á  venir  detalles.  Toda 
la  gloria  es  de  Wellesley:  él  solo  dió  disposiciones,  y 
las  dió  sábias.  Algunas  de  nuestras  tropas,  se  dispersa» 
ron:  muchas,  sostuvieron  bizarramente  sus  puestos.  La 
división  de  Alburquerque,  siempre  con  los  Ingleses,  les 
fué  de  grande  auxilio:  su  gefe,  mostró  tanta  valentía  y 
espíritu,  como  prudencia  y  pericia  militar.  La  de  Bas- 
secourt  les  ayudó  mucho  en  coyuntura  muy  necesaria; 
pero  sobre  todo,  el  viejo  coronel  del  Rey  cargó  en  un 
último  apuro  tan  valerosamente  al  enemigo,  que  le  obli- 
gó á  abandonar  el  terreno  quando  los  demás  empeza- 
ban á  plegar.  Cuesta,  confirmó  su  opinión  de  valor; 
pero  también  la  redujo  á  esta  sola  prenda;  estimable, 
pero  de  no  grande  estima  quando  sola. 

349  Venégas,  tiene  órden  de  entrar  en  Madrid  con 
6.000  hombres,  y  mandar  allí  mientras  se  organiza  su 
gobierno.  Pensóse  en  que  fuese  una  comisión  de  la  Jun- 
ta: hubo  gran  división  en  esto,  y  se  abandonó  el  pensa- 
miento. Va  un  corregidor,  dos  consejeros,  y  seis  alcal- 
des de  Corte,  y  se  restablecerá  el  tribunal  de  vigilancia 
y  protección.  Hay  algún  cuidado  sobre  los  sentimien- 
tos de  aquel  pueblo  hacia  la  Junta.  Yo  no  creo  que  des- 
merezca su  confianza.  Sus  esfuerzos,  le  han  salvado. 
¿Qué  más  pudo  hacer?  Vamos  á  otra  cosa. 

350  Esta  mañana  ha  llegado  el  rico  presente  de  li- 
bros que  me  envió  de  Cádiz  á  nombre  de  Vm.  el  señor 
Duff .  iQué  de  favores  y  pruebas  de  amistad  no  acumu- 
la Vm.  sobre  mí!  ¿Era  tanto,  menester,  para  que  yo  le 
amase  con  ternura  y  le  profesase  eterna  gratitud?  Los 
destinados  á  Quintana,  y  Blanco,  están  ya  en  su  poder. 
La  Santa  Cruz  y  su  madre,  están  en  Cádiz;  y  el  Maris- 
cal Noblejas,  se  ha  encargado  del  rollo  que  venía  en  el 
cajón  para  la  primera,  y  se  le  remitirá.  ¡Ojalá  tuviese 


AGOSTO  1809 


333 


yo  tiempo  para  cebarme  en  la  lectura  de  tantas  precio- 
sas obras  como  Vm.  me  ha  enviado! 

351  Está  adoptada  la  admisión  de  las  Juntas  á  la  re- 
presentación nacional,  por  diputados,  y  también  la  de 
las  ciudades  cautivas.  Sobre  el  modo  de  estas  eleccio- 
nes, tratamos  ahora. —Es  tarde  y  voy  á  la  Junta. 

347  El  combate  en  Santa  Olalla,  fué  el  día  26  de  Julio:  los  de 
Talavera,  el  27  y  28.  Véase  á  Toreno,  Bistor   2-ix-278;  y  Gó- 
mez de  Arteche,  tom.  vi-vii. 

La  situación  de  las  tropas  francesas,  después  del  combate,  era.*^ 
el  31  de  Julio,  José  I  con  el  iv  cuerpo  de  egército  y  la  reserva,  se 
colocó  en  Illéscas  (camino  de  Toledo  á  Madrid).— Sebastiani,  re- 
pasando  el  Alberche,  en  Salinas.— Victor,  el  1.°  de  Agosto,  en 
Maqueda,  y  Santa  Cruz  de  Retamar  (camino  de  Talavera  á  Ma- 
drid). 

Venegas,  amenazaba  á  Toledo,  desde  Aranjuéz. 

Entre  algunos  borradores  de  las  cartas  de  Jovellanos  á  Ho- 
Uand  (Archivo  de  Fuertes  Acevedo,  legajo  A  D)  hállase  un  papel 
suelto,  y  en  él,  una  nota  puesta  por  Tineo,  el  bibliófilo,  á  un  pa- 
sage  de  la  presente  carta  (el  final  del  §  347).  No  hay  que  olvidar 
que  Tineo  Ramírez,  figura  entre  los  n^orattnianos  puros,  con  sus 
ribetes  de  volteriano  y  libre  pensador.  Dice  así: 

"Este  pasage,  est  vraiment  la  expresión  de  un  filósofo  estóico  A 
„quien  adornan  nobilísimos  sentimientos  humanitarios.  Malheii- 
f^reusemerjt  {por  desgracia),  los  seres  vulgares  no  alcanzan  (el  con- 
„cepto  de)  la  Divinidad,  mas  que  bajo  una  forma  corpórea,  pasio- 
^nal  y  tangible,  imaginando,  como  cosa  muy  natural,  que  de  la 
^Joindre  d  Vélan  (asociarla  á  la  vehemencia)  de  sus  pasiones,  á  la 
^cruauté  ravissante  (la  ciega  crueldad)  de  sus  instintos,  y  á  la  as- 
„piracion  de  ses  souhaits  (sus  anhelos  y  deseos^  única  manera 
„con  que  la  conciben. 

„  De  donde  se  infiere,  que  las  religiones  no  subsistirían,  si  no 
^revistieran  la  forma  humana  y  sensacional;  y  si  sus  ministros  no 
„se  asociaran  du  m¿me  (de  igual  modo)  á  estas  manifestaciones 
„expontáneas  de  las  muchedumbres. 

„  El  concepto  de  una  religión  ideal,  ó  sea,  la  moral  pura,  como 
«norma  de  la  vida,  es  inasequible  á  los  que  no  piensan,  ni  estu- 


334 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„dian,  ni  meditan,  ni  se  elevan  á  la  región  serena  de  la  abstrac- 
„cion.„ 

348  Una  sección  de  artillería  mandada  por  el  teniente  Don 

Santiago  Piñeiro  preparó  á  nuestro  regimiento  del  Rey^  una 

de  las  más  brillantes  cargas  que  registran  los  anales  de  la  caba- 
llería española.  "Repelidos  así  (dice  el  Conde  de  Toreno)  y  al 
„tiempo  que  ya  flaqueaban(los  enemigos)  dió  sobre  ellos  asombro- 
„sa  carga  el  regimiento  español  de  caballería  del  Rey,  guiado  por 
„su  Coronel  Don  José  María  de  Lástres,  á  quien,  herido,  sustituyó 
„en  el  acto  con  no  menor  brío,  su  teniente.  Don  Rafael  Valparda, 
„Todo  lo  atrepellaron  nuestros  ginetes,  dando  lugar  á  que  se  co- 
„jieran  diez  cañones,  de  los  que  cuatro,  trajo  al  campo  español  el 
«mencionado  Piñeiro  „ 
(Arteche,  vi,  314). 

Wellington, sobre  este  episodio, escribió  á  Frere:  "El  regimien- 
„to  de  caballería,  creo  que  se  llama  del  Rey,  dió  una  excelente  y 
-«oportuna  carga  hacia  nuestra  derecha.,, 

El  General  Cuesta,  en  los  partes  oficiales  sobre  la  batalla  de 
Talavera,  proponiendo  al  Coronel  (Brigadier)  del  Regimienta 
para  que  sea  promovido  al  grado  de  Mariscal  de  Campo,  le  llama» 
en  uno,  Don  José  María  Lastra^  y  en  otro,  Don  José  María  de 
Lastra.  Mas  en  el  Estado  Militar  de  España  del  año  1798,  figura 
este  heróico  militar.  Comandante  entónces  del  regimiento  de  ca- 
ballería de  Farnesio^  con  el  nombre  de  Don  José  María  Lastres.  „ 


[J_LXVI] 

Sevilla^  2  de  Agosto. 

352  Vengo  del  solemne  Te  Deum:  la  alegría  es  gran- 
de, y  mayor  fuera,  si  las  noticias  de  Alemania  venidas 
por  Lóndres,  no  nos  aguasen  el  gusto.  A  judgar  por  los 
boletines  franceses,  la  derrota  de  los  Austriacos  fué 
completa.  Algo,  ó  mucho  tendremos  que  rebajar,  y  sin 
embargo,  es  para  nosotros  triste  noticia.  Yo  clamaré 
siempre  por  el  aumento  de  fuerza,  por  su  reunión  en 


AGOSTO  1809 


335 


un  egército  de  instrucción  y  reserva,  y  por  un  fuerte 
empréstito,  El  Marqués  de  Wellesley,  está  ya  sobre 
Cádiz,  y  según  Frere,  ya  habrá  desembarcado.  ¿Cesará 
la  misión  de  éste?  ¿Quedará  con  el  extraordinario,  como 
Apodaca  con  Ceballos? 

353  Mi  muy  amable  My  Lady;  en  el  rico  presente  de 
libros,  reconozco  algunos  destinados  por  Vm.  para  sa- 
ciar mi  curiosidad.  Pero  me  contentaré  coa  reconocer 
á  su  bondad  esta  nueva  prueba  de  lo  mucho  que  me 
honra,  y  con  deberle  en  tiempos  más  tranquilos,  si  Dios 
nos  lo  diere,  algunos  momentos  de  lectura  agradable. 
Téngalos  Vm.  cada  día,  y  además  quantas  satisfaccio- 
nes merece,  y  yo  le  deseo,  y  nunca  olvide  á  su  apasio- 
nado admirador  y  reconocido  amigo 

Jovellanos. 

354  P.  D.  Ntra.  vanguardia  de  Aranjuéz,  sorprendió 
la  gran  guardia  francesa  que  estaba  sobre  el  Puente- 
largo^  y  cuesta  de  Salinas:  la  derrotó:  escaparon  po- 
cos, algunos  de  éstos  fueron  muertos  por  los  pueblos 
del  tránsito,  y  los  que  se  refugiaron  á  Madrid,  habrán 
causado  allí  nueva  consternación.  Puede  esto  sernos 
funesto,  si  el  pueblo  de  Madrid  hace  algún  movimien- 
to, y  el  enemigo  intenta  degollarle  ó  saquearle. 

355  Al  respetable  Mr.  Alien,  y  amable  Sres.  Russell 
y  Fox,  mis  finas  expresiones. 

356  Voy  á  cerrar  la  carta.  Acaba  de  llegar  un  parte 
con  noticias  de  que  el  egército  de  Victor,  ha  venido  á 
Toledo  derrotado,  fatigado,  y  en  gran  desórden.  Tal 
vez  Venégas  resolverá  á  atacarle.  Si  Cuesta  y  Welles- 
ley  se  mueven,  las  ventajas  pueden  ser  muy  decisivas; 
si  no,  aún  podemos  temer.  Se  confia  mucho  en  Vené- 
gas,  que  tiene  su  egército  en  el  pié  más  brillante  de  dis- 
ciplina y  entusiasmo. 


352  Las  noticias  de  Alemania,  deben  referirse  á  la  batalla  de 
Wagram  (5-6  Julio  1809),  y  al  armisticio  de  Znaym,  propuesto  por 
el  Archiduque  Carlos  en  12  de  Julio  de  1809. 


336 


CARTAS  DE  JüVELLANOS  Y  HOLLAND 


Para  mejor  inteligencia,  aclararemos  en  lo  posible  quiénes 
fueron  los  Embajadores  ingleses  residentes  en  España  durante  el 
periodo  que  abarca  este  epistolario,  extremo  no  fácil  de  precisar 
por  la  escasez  de  datos  y  difícil  concordancia  de  las  fechas. 

Fueron  delegados  del  Gobierno  británico  cerca  de  la  Central: 

a)  Mister  J.  H.  Frere,  ministro  plenipotenciario. 

b)  El  Coronel  Stuart,  su  antecesor. 

c)  Lord  Bentinck,  comisionado  en  Aranjuez  por  el  Genera^ 
Moore  para  entenderse  con  los  dos  anteriores  y  la  Junta  Central. 
Str  John  H.  Frere,  desembarcó  en  La  Coruña  el  20  de  Octubre 
de  1808.  Vino  con  él  de  Secretario,  su  hermano,  Bartholomew 
Frere.  Cesó  en  el  cargo  en  Agosto  de  1809. 

El  Marqués  de  Wellesley,  fué  designado  para  suceder  le,  como 
Embajador  extraordinario  en  Mayo  de  1809;  llegó  á  Cádiz  el  1.^ 
de  Agosto  de  este  año,  y  á  Sevilla,  el  11  de  dicho  mes.  Salió  de 
esta  última  ciudad,  el  8  de  Noviembre  de  1809,  llegando  á  Londres 
el  28  de  igual  mes  y  año. 

Bartholomew  Frere  (ántes  Secretario  de  Embajada)  quedó  de 
embajador  interino  desde  8  de  Noviembre  de  1809  hasta  Abril 
de  1810.  Su  hermano  John,  quedó  á  su  lado,  intrigando,  como  de 
costumbre,  con  los  adversarios  de  la  Central. 

Henry  Wellesley,  hermano  del  Marqués  de  Wellesley,  y  de 
Wellington,  desempeñó  la  Embajada  desde  Abril  de  1810,  conti- 
nuando en  ella  durante  los  años  1811  y  1812. 

354  Esta  post-data^  está  escrita  después  del  día  5  de  Agosto. 
El  egército  de  Venégas,  compuesto  de  cinco  divisiones,  hallá- 
base situado  en  Santa  Helena,  junto  á  La  Carolina  (prov.  Jaén),  y 
debía  ir,  según  el  plan  de  campaña,  desde  Santa  Cruz  de  Múdela 
(prov.  Ciudad  Real)  á  pasar  el  Tajo  en  Fuentidueña.  Una  división, 
pasó  á  Mora;  Venégas  con  la  4.^  y  5.^  se  adelantó  á  Tembleque; 
la  2.^  y 3.^  avanzaron  á  Ocaña.  El  29  de  Julio,  avistaba  áAranjuéz. 
¿Por  qué  no  avanzó  Venégas  sobre  Madrid?  Motivos  varios  y  con- 
tradictórios  detuvieron  su  marcha:  explícitamente  los  declara  To- 
reno  en  su  obra  (2  —  ix  —  298).  El  30  de  Julio  concentró  Venégas 
su  fuerza  en  Aranjuéz,  apostando  en  el  Puente  Largo  la  división 
de  Lacy.  El  5  de  Agosto,  tomó  posiciones  para  defender  el  paso 
del  Tajo.— En  dicho  dia,  á  las  dos  de  la  tarde,  aparecieron  los 
franceses  de  Sebastiani,  trabando  el  combate  (acción  de  Aran- 


AGOSTO  1809 


337 


juéz);  mas  no  pudieron  forzar  el  paso.  Tuvieren  allí  500  bajas;  nos- 
otros, 200. 

356  El  egército  de  Víctor,  no  estaba  tan  derrotado,  fatigado  y 
y  desordenado^  como  da  á  entender  la  carta  de  Jovellanos  (sin 
duda  por  erróneas  noticias  del  Ministro  de  la  Guerra),  pues  que 
pudo  pasar  el  Tajo,  el  9  de  Agosto,  por  Toledo  y  los  vados  de 
Aflover,  adelantándose  á  Venégas,  y  ganándole  por  la  mano  en 
actividad  y  decisión,  confirmándose  así  la  atinada  advertencia  de 
nuestro  narrador,  en  la  siguiente  epístola  (§  361). 


[J_LXVII] 

Sevilla,  8  de  Agosto  1809. 

357  Muy  á  pique  estuve,  mi  muy  amado  My  Lord^ 
de  anunciar  á  Vm.  que  habíamos  recobrado  otra  vez  á 
Madrid;  porque  esto  entró  en  el  plan  de  nuestros  Ge- 
nerales, y  la  feliz  victoria  de  Talavera,  hacía  muy  pro- 
bable su  ejecución.  Mas  la  aparición  de  Soult  hacia  el 
Puerto  de  Baños,  dió  á  las  cosas  un  nuevo  aspecto,  We- 
llesley  y  Cuesta,  habían  resuelto  dar  un  nuevo  ataque 
al  enemigo,  y  esto  parecía  lo  más  seguro,  y  tanto  más, 
quanto  menos  le  hubiesen  dejado  reponerse  después  de 
la  rota.  Tardáronse,  y  ya  Soult  entrado  en  Plasencia, 
llamó  á  Wellesley  hacia  el  Tiétar.  Quedó  Cuesta  á 
contener  á  Victor,  mas  luego,  creyéndose  poco  segu- 
ro, siguió  á  aquél^  y  advirtió  á  Venégas  de  su  movi- 
miento. Pero  éste  conserva  su  puesto.  Tiene  su  quartel 
en  Ocaña,  dos  divisiones  en  Aranjuéz,  y  fuertes  avan- 
zadas en  Valdemoro,  por  donde  corren  sus  guerrillas  y 
ponen  en  gran  consternación  á  Madrid.  No  es  una  la 
opinión  acerca  de  este  partido:  la  mía,  si  vale  algo, 
está  por  él.  ¿Qué  mayor  diversión  para  Víctor,  qué  ma- 
yor freno?  ¿Huirá  de  Soult  que  viene  á  buscarle?  ¿Ven- 
drá todo  sobre  Venégas  dejando  al  egército  combina- 

oo 


338 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


do  abierto  el  camino  y  la  posesión  de  los  puertos?  Ve- 
négas,  por  otra  parte,  no  le  teme.  Cuenta  con  30.000 
hombres  bien  disciplinados  y  impacientes  de  entrar  en 
la  lucha:  su  caballería,  es  de  3.500  y  tiene  consigo  los 
mejores  generales  de  división.  Esto  hoy  martes,  á  la 
mañana. — Hasta  el  fin  de  mañana  miércoles,  si  hubiere 
novedad  militar,  la  diré. 

358  Y  ¿es  cierto  el  armisticio  del  Danubio  que  ase- 
guran las  gazetas  de  Madrid?  No  me  parece  tan  deci- 
siva la  batalla  de  Wagram  que  fuerze  á  los  Austríacos 
á  una  paz  tan  peligrosa.  Tirado  el  guante,  su  suerte, 
debe  ser  la  de  España:  vencer  ó  morir:  ó  todo  ó  nada. 
Sin  embargo,  esto  me  tiene  en  grande  inquietud.  Si 
cierto,  ¡pobre  España! 

359  Dicen  que  el  Marqués  de  Wellesley  entrará  hoy 
en  Sevilla.  He  visto  el  otro  día  á  su  hijo,  á  quien  cono- 
cí en  casa  de  Vm.  Aún  no  tienen  alojamiento:  no  sé  si 
mientras  le  hallan,  los  alojará  Wyseman. 

360  Monasterio,  está  nombrado  delineador  de  un  es- 
tablecimiento Hydrográfico  y  geográfico  que  Escaño 
ha  hecho  en  el  Puerto,  ó  la  Isla;  pero  tendrá  una  licen- 
cia para  trabajar  otra  obra  que  le  está  encargada  aquí. 
Trátase  de  un  pedestal  piramidal  de  mármol  con  el 
busto  del  Rey  en  lo  alto,  y  un  bajo-reheve  al  frente,  que 
represente  el  juramento  de  la  Junta.  Trabajará  la  obra 
en  bulto.  Monasterio,  y  la  de  reheve,  Sancho,  escultor 
de  cámara,  de  gran  talento,  que  sentiré  no  sea  conoci- 
do de  Vm. 

361  Parte  de  Venégas:  Sus  partidas  avanzadas,  han 
sido  atacadas  tres  veces,  y  otras  tantas  rechazaron  va- 
lerosamente al  enemigo.  Éste,  sacó  su  gente  de  Zara- 
goza, y  la  reunió  á  la  que  tenía  en  Madrid,  y  para  re- 
emplazar aquélla,  trajo  de  Gerona  10.000  hombres,  de- 
jando allí  5.000  solamente.  La  distancia  de  Cuesta, 
hará  forzosa  la  retirada  de  Venégas  á  sus  primeras  po- 
siciones. Aquel,  con  Wellesley,  estaba  sobre  el  Puente 
del  Arzobispo.  ¡Oh  Beresford!  ¡Si  ántes  se  hubiera  in- 
terpuesto y  detenido  á  Soult!  El  enemigo,  nos  gana  mu- 
cho EN  ACTIVIDAD.  My  Lady,  saludo  á  Vm.  y  la  revé- 


AGOSTO  1809 


339 


rencio.  Saludo  á  toda  la  compañía  y  soy  de  todos  afec- 
tísimo amigo, 

Jovellanosí 

362  P.  D.  Hasta  ahora,  Wellesley  nos  abandona, 
porque  ha  dado  el  itinerario  al  Intendente,  hasta  Mé- 
rida.  Luego  se  vá  á  Portugal.  ¿Así  se  nos  vende?  Acaso 
-es  alguna  desavenencia  con  el  viejo  Cuesta,  de  que  hay 
indicios.  ¿Por  qué  no  explicarla?  Entretanto,  lo  dicho 
esta  mañana,  no  es  cierto.  El  cuerpo  que  atacó  á  Ve- 
négas,  era  de  Victor.  Ahí  va  la  extraordinaria.  Acaso 
se  habrá  de  retirar  á  la  Sierra,  porque  está  desampa- 
rado. ¡Quán  diferente  situación  de  la  del  principio  del 
mes!  No  sé  lo  que  escribo,  en  la  Junta  y  en  medio  de  la 
conversación  agena.— 8  de  Agosto,  á  las  once  y  media 
de  la  noche. 


357  Esta  carta,  es  muy  interesante,  porque  muestra  á  un  tiem- 
po, el  desbarajuste  que  reinaba  en  el  Ministerio  de  la  Guerra,  el 
falso  concepto  que  se  tenía  del  ejército  francés,  y  las  erróneas 
creencias  que  abrigaban  los  Centrales.  Los  motivos  por  los  cua- 
les no  persiguió  Wellesley  á  los  franceses  después  de  la  batalla 
de  Talayera,  se  descubren  ya  en  la  siguiente.carta  de  Jovellanos 
(J— 68)  y  muy  visiblemente,  en  el  párrafo  que  á  continuación  trans- 
cribimos del  historiador  Arteche  (vi— 334): 

"Que  Wellesley  tuvo  al  terminar  el  combate,  noticia  del  ar- 
„misticio  de  Znaym  (12  Julio  1809);  consecuencia  inmediata  de  la 
«batalla  de  Wagram  (6  Julio  1809);  que  la  tuvo  también  de  la  mar- 
„cha  del  mariscal  Soult  sobre  Plasencia:  que  podría  tener  razones 
„políticas  que  se  desenvolverían  al  llegar  su  hermano  á  Sevilla 
„como  embajador  de  la  Gran  Bretaña;  todo  podrá  ser;  pero  que 
„no  se  diga  que  detuvieron  á  hombre  de  guerra  tan  experto  y  des" 
„pues  de  tamaño  triunfo,  ni  el  retirarse  el  enemigo  tan  ente- 
„ro  ni  la  falta  de  vituallas.,, 

En  el  §  359  declama  Jovellanos  que  el  Marqués  de  Wellesley  en- 
traría en  Sevilla  regularmente  en  la  expresada  fecha  (8  Agosto). 
"Debió  entrar  tres  dias  después  (11  Agosto),  pero  no  su  hermano 
Sir  Arthuro,  como  erróneamente  expresa  el  historiador  sevillano 


340 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Don  Joaquín  Guichot,  en  los  siguientes  términos:  "El  11  de  Agos- 
„to,  entró  en  Sevilla  Sir  Arturo  Wellesle5^  con  objeto  de  acordar 
„con  la  Junta  Suprema  los  medios  de  oponerse  á  la  marcha  del 
„Mariscal  Soult  hacia  la  baja  Andalucía,  y  tratar  de  las  graves 
„cuestiones  que  se  agitaban  en  aquellos  días.  Hízole  el  pueblo  un 
„recibi miento  entusiasta,  hasta  el  punto  de  desengancharlas  mu- 
elas de  su  coche  y  arrastrarlo  con  cordones  de  seda,  desde  el  Con- 
„  vento  de  San  Diego,  extramuros  de  la  ciudad,  hasta  la  casa  de 
,,los  Ponce  de  León  y  Vicentelo  de  Leca,  en  la  plaza  del  antiguo 
^Colegio  y  Universidad  de  Santa  Maria  de  Jesús,  que  se  le  habia 
«destinado  para  su  morada.,, 

Pero  quien  entró,  fué  únicamente  el  Marqués  de  Wellesley,  Sir 
Ricardo  de  Wellesley,  porque  su  hermano  Arturo,  se  retiraba  por 
aquellos  días  á  Portugal,  según  indica  Jovellanos  en  la  postdata 
de  la  misma  carta  [Hasta'ora,  Wellesley  (S.  A.)  nos  abandona, 

porque  ha  dado  el  itinerario  al  Intendente,  hasta Mérida  ]  — 

El  §  365  de  la  carta  J— 68,  lo  confirma,  y  en  el  441  de  la  J— 82.  se 
afirma,  que  el  Marqués  de  Wellesley  anunció  que  venía  su  her- 
mano Lord  Wellington,  y  deseaba  presentarle  á  la  Junta;  y  en 
efecto,  en  la  siguiente  epístola  (J— 83,  §  450,  de  8  de  Noviem- 
bre 1809),  se  lee:  Vino  Arthuro,  y  jué  presentado  con  su  herma- 
no^ en  la  audiencia  de  despedida  (refiérese  á  la  marcha  del 

Embajador  Sir  Ricardo,  que  fué  reemplazado  por  Bartholomew 
Frere.). 

Y  á  las  mismas  horas  en  que  los  sevillanos  tiraban  del  coche 
del  Embajador  inglés,  su  hermano  nos  abandonaba,  y  el  General 
Sebastiani,  derrotaba  á  Venégas  en  Almonacid.  (11  Agosto  1809.) 

En  la  misma  fecha  de  esta  carta  (8  Agosto),  las  tropas  de  Soult 
(división  Caulaincourt)  derrotaban  á  las  de  Cuesta  (división  Bas- 
secourt)  en  la  acción  de  Puente  del  Arzobispo.  Wellesley,  senta- 
ba sus  reales  en  Deleitosa,  y  luego  en  Jaraicejo. 

§359  El  personage  que  se  menciona  en  el  §  3v59,  también  citado 
en  las  cartas  (J— 77,  J— 78)  es  Patrick  Wiseman,  católico  irlandés, 
comerciante  sevillano,  y  tío  del  que,  al  andar  de  los  tiempos,  fué 
Cardenal  Wysenian,  sevillano  de  origen  inglés  (como  Blanco- 
White),  más  conocido  en  los  fastos  literarios,  por  su  obra  Fabiola 
ó  Las  Catacumbas  de  Roma.—^l  Cardenal,  nació  en  1802;  tenía, 
por  tanto,  siete  años  en  aquella  época.  Su  padre,  falleció  en  1804. 


AGOSTO  1809 


341 


360  De  Don  Ángel  Monasterio,  ya  va  hecha  referencia  en  la 
c.  J— 19,  nota  89  a.  Y  en  cuanto  á  Don  Dionisio  Sancho,  escultor 
de  Cámara,  véase  más  adelante  la  nota  414. 


[J  — LXVIIM 

Sevilla,  15  de  Agosto  1809. 

363  ¡Quánto  ha  mudado  el  estado  de  nuestras  cosas 
mi  muy  querido  Lord!  Poco  ha  que  contábamos  con  re- 
cobrar la  Córte,  para  la  cual  estaba  nombrado  Capitán 
General,  Gobernador,  corregidor  y  tribunales;  y  con 
echar  los  franceses  del  otro  lado  del  Ebro,  y  casi,  con 
lanzarlos  al  otro  lado  del  Pirineo.  Tan  bellas  esperan- 
zas nos  daba  la  victoria  de  Talavera,  y  la  unión  de  los 
egércitos,  prontos  á  perseguir  á  Victor.  En  esta  situa- 
ción, se  anunció  la  venida  de  Soult  por  Plasencia,  y 
éste,  sinó  el  motivo,  fué  un  pretexto  para  la  separación 
de  los  egércitos  aliados.  Wellesley  dice  que  iba  á  batir 
á  Soult,  dejó  á  Cuesta  sobre  el  Alberche;  pero  en  vez 
de  tomar  hacia  el  Tiétar,  tomó  al  Puente  del  Arzobis- 
po, le  pasó,  y  pidió  víveres  para  la  ruta  de  Mérida. 
Cuesta,  mal  seguro  en  Talavera, y  con  noticias,  por  una 
carta  interceptada,  de  que  Soult  traía  más  fuerza,  si- 
guió á  los  ingleses  con  ánimo  de  unírseles;  pero  ellos 
hablan  subido  al  puente  de  Almaráz,  y  no  estando  en 
el  mismo  deseo ^  hubo  de  pasar  Cuesta  al  otro  puente, 
y  se  situó  en  la  mesa  de  Ivór.  Entretanto,  Soult,  hizo 
su  unión  sin  estorbo,  y  el  egército  de  Victor,  elevado  á 
miás  de  50  mil  hombres,  pudo  obrar  contra  Venégas, 
sin  dejar  de  estar  á  la  vista  de  Cuesta.  Casi  á  un  mis- 
mo tiempo  tentó  pasar  el  Tajo,  en  Aranjuéz,  donde  fué 
rechazado  con  gran  mortandad;  y  en  el  Puente  del  Ar- 
zobispo, donde  la  división  de  Bassecourt  fué  casi  sor- 
prendida, su  caballería  sufrió  mucho,  y  hubiera  sido  el 
día  más  desgraciado,  si  la  división  de  Alburquerque  no 
hubiese  acudido  tan  á  tiempo  para  salvar  toda  la  infan- 


342 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


teria  de  Bassecourt.  No  por  eso  se  unieron  los  egérci- 
tos,  aunque  Wellesley  situó  su  quartel  en  Xaraicejo, 
mientras  Cuesta  está  en  Ivór.  Pretéxtase  la  falta  de  ví- 
veres y  bestias  de  tiro,  con  más  afectación  que  razón, 
aunque  á  la  verdad  haya  alguna,  por  la  devastación  en 
que  quedó  el  país.  Así  que,  mientras  se  pasaba  el  tiem- 
po en  contextaciones  y  quejas,  el  enemigo,  que  tal  vez 
no  lo  ignoraba,  vino  sobre  Toledo  para  caer  sobre  Ve- 
négas.  Lidióse  una  reñidísima  batalla  en  Almonacid, 
con  gran  furor  y  pérdida  de  una  y  otra  parte:  si  la  vic- 
toria es  determinada  por  el  campo,  la  ganó  el  enemi- 
go; si  por  el  daño,  nosotros,  pues  no  se  duda  que  fué 
mayor  el  de  los  Franceses.  Venégas,  enterado  de  la 
inacción  voluntaria  de  los  Ingleses,  y  forzosa  de  Cues- 
ta, que,  sólo,  no  puede  ya  contra  el  enemigo,  retiró  en 
orden  su  egército  en  vuelta  de  sus  primeras  posiciones 
de  la  Sierra;  y  si,  como  se  teme,  Wellesley  se  vá  á 
Portugal,  Cuesta  tendrá  que  ocupar  otra  vez  las  de  Mo- 
nasterio, y  nos  hallaremos  como  tres  meses  ha,  con  la 
diferencia  de  que  el  enemigo  tendrá  doble  fuerza  que 
entónces.  Entretanto,  el  egército  de  Beresford,  que 
pudo,  á  lo  ménos,  desviar  á  Soult  á  que  no  entrase  por 
Plasencia;  y  La  Romana,  que  detenido  en  la  Coruña 
como  el  otro  en  Lisboa,  pudo  y  debió  reunírsele,  nada 
hicieron.  El  primero  tiene,  según  dicen^  24.000  hom- 
bres: el  segundo  30.000  armados;  y  he  aquí  una  fuerza 
considerable  inutilizada  por  falta  de  actividad,  por  fal- 
ta de  plan  ó  por  falta  de  buena  voluntad,  miéntras  los 
Franceses,  tendrán  mucha  razón  para  reirse  de  esta 
coaHcion,  sinó  ya  también  para  hacernos  llorar  nuevas 
lágrimas. 

364  Veamos  ahora  este  cuadro  en  su  aspecto  polí- 
tico. Sepa  Vm.  que  nuestro  Frere,  dos  días  ántes  de 
la  llegada  del  Marqués  Wellesley  á  Sevilla,  y  quando 
estaba  para  partir  de  Cádiz,  nos  presentó  una  nota 
quejándose  con  demasiada  acrimonia,  de  Cuesta,  por 
haber  abandonado  4. 000  ingleses  heridos  en  Talavera, 
pidiendo  su  separación  del  mando,  y  el  nombramiento 
de  ua  general  de  la  confianza  de  Wellesley,  ó  bien  del 


343 


Duque  de  Alburquerque,  que  lo  era.  Fué  tanto  mayor 
nuestra  sorpresa,  quanto  ni  Cuesta  hablara  de  tal  cir- 
cunstancia, ni  el  mismo  Frere  indicaba  venir  la  queja 
de  su  general.  Resolvióse  escribir  á  Cuesta,  y  espe- 
ramos. 

365  Entretanto  se  presentó  el  Marqués  de  Welles- 
ley,  recibido  con  entusiasmo:  se  le  habló  sobre  todo: 
desaprobó  la  nota  de  Frere:  aseguró  que  su  hermano 
no  se  separaría^  siempre  que  se  le  asegurasen  los  me- 
dios de  asistencia,  y  movimiento  de  su  egército.  Si 
esto  es  lo  que  suena,  si  no  es  abrir  un  camino  á  la  se- 
paración, por  la  primera  que  accidentalmente  acaezca, 
Vm.  lo  judgará  mejor  que  yó.  Pero  aquí  estamos. 

366  Entretanto,  Cuesta,  ó  disgustado  de  la  separa- 
ción, ó  descontento  con  un  partido  suscitado  en  su 
egército, ó  temeroso  de  alguno  de  acá,  que  no  le  es  muy 
propenso,  nos  envió  su  dimisión;  precisamente  quando 
habiéndose  tratado  ya  de  nombrar,  ó  nó,  su  sucesor,  fué 
unánimemente  decretada  la  negativa.  Á  la  dimisión, 
que  más  bien  es  pedir  licencia  para  ir  á  unos  baños,  se 
respondió  con  el  decoro  que  le  conviene,  poniendo  en 
sus  manos  el  admitirla,  esto  es,  disfrutarla  ó  nó. 

367  Hoy  nos  dicen  también,  que  Beresford  entra  ya 
en  Extremadura  con  23.000  Portugueses,  y  que  el  egér- 
cito de  Romana,  viene  marchando  con  30.000  hombres. 
Pero  este  General,  aún  estaba  el  4  en  LáCorufla,  y  di- 
cen que  iba  á  salir  para  entregar  el  mando  á  Mendizá- 
val.  ¿Qué  tal? 

368  Por  fin,  aquella  proyectada  carta  de  que  habla- 
mos á  la  partida  de  Vm.,  se  acabó,  y  vá  inclusa.  Es 
larga,  larguísima;  pero  estoy  tan  lleno  de  su  objeto, 
tan  herido  de  la  injuria,  tan  ansioso  del  desagravio,  y 
tan  penetrado  de  su  justicia,  que  no  he  podido  reducir- 
la más,  por  más  que  lo  intenté.  Pero  vá  á  Vm.,  que  no 
sólo  puede,  sinó  que  debe  cortar  y  rajar  en  ella;  y  des- 
pués de  haberlo  hecho,  ruego  á  Vm.  que  cuide  que  se 
publique,  no  solo  en  una,  sinó  en  más  gazetas  ¿Sabe 
Vm.  que  las  de  Lóndres  sobre  este  punto  se  han  publi- 
cado en  la  de  Murcia?  Y  ¿quién  lo  solicitaría  sinó  algu- 


344 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


no  de  Valencia?  Con  esto,  verá  Vm.  que  no  esgrimo  la 
espada  nisi  lacessitus.  Pero  mi  nombre  no  debe  so- 
nar en  esta  contienda.  Hartas  tendré  que  reñir  por  acá, 
á  cara  descubierta. 

369  Amable  My  Lady;  no  caiga  Vm.,  por  Dios,  en  la 
tentación  de  leer  esta  miserable,  pesadísima  carta,  es- 
crita con  mal  pulso,  mala  pluma,  ánimo  distraído,  tiem- 
po apurado,  y  á  diversas  reprisses.  LeaVm.  solo  el  tes- 
timonio de  la  constante  y  sincera  y  reverente  inclina- 
ción, de  su  más  apasionado  y  obligado  amigo. 

/.  Ll. 

370  P.  D.  Todavía  me  reservo  á  decir  algo  maña- 
na, si  ocurriere. 

371  16,  por  la  tarde.  No  hay  novedad  pública;  pero 
el  calor  de  ayer  sobre  el  de  los  días  anteriores,  me  ha 
hecho  grande  impresión.  Estoy  con  una  molestísima 
dysentería,  que  lo  hubiera  sido  más,  si  los  baños  que 
tomo  por  las  noches  no  hubiesen  mitigado  su  irritación. 
Tanto,  no  es  menester  para  que  yo  me  acuerde  de  nues- 
tro Mr.  Alien  y  le  eche  menos.  Saludo  también  á  los  jó- 
venes Lores. 

S 

363  Sería -^yjj^  muy  larga,  analizar  y  precisar  las  diferentes 
posiciones,  movimientos,  combates,  acciones  y  encuentros  que  se 
reseñan  en  esta  carta  (una  de  las  extensas  de  la  colección),  sin  es- 
tar muy  empapado  en  la  historia  de  los  sucesos  militares  que  pre- 
cedieron y  siguieron  á  las  batallas  de  Talavera,  y  Almonacid;  se- 
paración de  los  egércitos  aliados  (Wellesley.— Cuesta.— Vené- 
gas);  llegada  de  Soult  á  Plasencia  (3  Agosto);  reunión  de  los  egér- 
citos de  Soult  y  Víctor;  dimisión  del  General  Cuesta  (12  Agosto), 
y  otros  mil  pormenores  que  sólo  pueden  abarcarse  con  el  atento 
estudio  de  la  Historia. 

Sobre  el  éxito  de  la  batalla  de  Almonacid  (11:  Agosto:  1809)  en 
que  Venégas  fué  derrotado  por  Sebastian!,  el  relato  de  los  histo- 
riadores está  en  oposición  con  lo  que  apunta  Jovellanos,  pues 
nuestra  pérdida  en  aquella  acción,  fué  de  cuatro  mil  hombres,  y 
la  de  los  enemigos,  llegó  solamente  á  la  mitad.  JoveHanos,  insis- 


AGOSTO  1809 


345 


te  nuevamente  en  lo  contrario  en  la  subsiguiente  carta  (J— 71, 
§  383).  Tampoco  el  egército  de  Venégas  se  retiró  en  órden,  pues 
tuvo  dos  dispersiones;  una,  al  finalizar  la  batalla,  y  otra  más  des- 
ordenada, en  Manzanáres,  de  resultas  de  la  cual,  los  fugitivos, 
desmandados,  y  en  tropel,  no  pararon  hasta  Sierra  Morena.  - 

En  cuanto  á  la  cooperación  de  Beresford,  y  La  Romana,  uni- 
dos, habría  mucho  que  decir.  Por  lo  ménos,  el  segundo,  no  mere- 
ce tanta  inculpación,  pues  bastante  hizo  con  entretener  á  Soult, 
durante  los  meses  de  Mayo,  Junio  y  Julio,  trayéndole  mareado  y 
sin  rumbo  por  Galicia,  Zamora,  Salamanca  y  Extremadura.  Es- 
tas correrías,  fueron  precisamente  causa  eficaz  de  que  Soult  no 
concurriera  á  la  batalla  de  Talavera,  ó  á  batir  á  Wellesley  en  su 
retirada,  lo  cual  hubiera  acarreado  un  final  desastroso  (confr.  no- 
tas 208  y  322). 

368  La  proyectada  carta^  á  que  Jovellanos  alude,  creímos  en 
un  principio,  sería  su  tercera  Representación  sobre  los  sucesos 
de  Astúrias  (bien  extensa  por  cierto)  que  lleva  la  fecha  de  10  de 
Julio  de  1809.  Mas  la  presente,  es  de  un  mes  posterior,  y  debe  ser 
distinta,  aunque  tratando  idéntica  materia. 

HoUand,  en  su  correspondencia  (H— 58  y  H— 59)  acusa  á  Jove- 
llanos recibo  de  esta  carta,  añadiendo,  que  sinó  en  una  Gaceta^ 
buscará  otro  medio  para  sacarla  á  luz.  En  22  de  Septiembre 
de  1809,  le  avisa  no  haber  desempeñado  aún  su  encargo.  En  las 
sucesivas,  nada  más  dice,  aunque  conjeturamos  que  pudo  haberse 
publicado  en  El  Español  de  Blanco-White,  ó  en  el  Correo  de  In- 
glaterra (Courier  of  England),  recogiendo  la  alusión  que  se  hace 
en  una  post-data  de  esta  correspondencia  (§  404).  También  pudo 
aparecer  en  la  Edinburgh  Reviene  donde  colaboraban  Alien,  y 
sus  amigos,  ó  en  la  Revista  trimestral  (Quarterly  Review.) 

[J_LXIX] 

Sevilla^  23  de  Agosto  1809. 

372  ¡Qué  días  tan  amargos  vamos  pasando,  mi  que- 
rido My  Lord!  Por  fin  se  verificó  la  separación  de  We- 
llesley, cuyos  puestos  sobre  el  puente  de  Almaráz,  es- 


346 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


tán  ya  entregados  á  los  nuestros,  y  él  en  Truxillo.  Des- 
pués de  mil  notas,  idas  y  venidas,  se  trata  de  un  nuevo 
plan.  Que  los  ejércitos  combinados  tomen  la  izquierda 
del  Guadiana:  el  Inglés  la  izquierda,  tocando  con  la 
suya  en  Badajóz,  el  nuestro  la  derecha,  en  La  Serena, 
y  Medellin.  Téngolo  por  una  entretenida,  porque  miro 
como  imposible  el  modo  de  arreglar  esta  línea.  Téngo- 
lo por  peligroso,  porque  aquél  ha  descubierto  ya  bas- 
tante decididamente  el  designio  de  meterse  en  Portu- 
gal, y  nosotros,  solos,  no  estaremos  bién  para  cubrir  la 
Andalucía;  y  porque  Beresford  se  retira  también,  de- 
jando en  Salamanca  á  Ney  ó  Soult,  y  frustrada  la  re- 
unión del  egército  de  Romana,  cuyo  mando  se  ha  dado 
ya  á  Parque.  Se  insiste  con  demasiada  afectación,  y 
diré  también  con  poquísimo  decoro,  en  la  falta  de  ví- 
veres, aunque  causada  antes  por  Ta  retrogradación  de 
un  egército  que  se  reputó  cargando  al  enemigo,  y  hoy 
remediada,  según  nos  asegura  Calvo,  comisionado  allí. 
Yo  no  sé  si  queriendo  echar  sobre  nosotros  la  nota  de 
descuidados  y  flojos,  y  aún  de  ingratos,  con  un  egérci- 
to que  nos  dió  tan  señalada  victoria(y  luego,  malogran- 
do su  fruto,  nos  abandonó)  querrán  también  extraviar 
la  opinión  pública,  y  hacer  la  guerra  ministerial  en  esa. 
Ni  sé,  si  temiendo  la  paz  de  Austria,  y,  como  una  con- 
sequencia  suya,  nuestra  ruina,  se  tiende  ya.  la  vista  á 
ulteriores  proyectos.  Mi  génio,  hecho,  ó  tímido ,  ósus- 
picáz,  por  las  desgracias  privadas  y  las  calamidades 
públicas,  todo  lo  teme,  ó  lo  recela. 

373  Por  otra  parte,  nos  tiene  en  cuidado  el  Egérci- 
to de  Venégas,  que  después  de  haber  Hdiado  con  vale- 
roso tesón  en  Almonacid,  y  retirádose  con  buen  orden 
de  alli,  luego,  sin  un  enemigo  que  le  persiguiese,  se  dis- 
persó cerca  de  la  Sierra,  sin  duda  (tal  se  recela),  por- 
que el  general  en  gefe,  temiendo  una  pronta  invasión^ 
se  adelantó  á  señalar  los  puestos,  y  acaso  los  de  divi- 
sión velaron  poco  sobre  las  suyas.  Hoy  está  ya  reunido 
en  su  antiguo  acantonamiento;  pero,  ¡quánto  no  des- 
alienta este  espíritu  de  desorganización!  ¡Quánto  no 
hace  temer! 


AGOSTO  1809 


347 


374  Otro  torillo  corre  en  la  plaza.  La  idea  de  que 
Wellesley  mande  el  egército  (ya  adelantada  por  Fre- 
re),  se  ha  puesto  más  en  claro.  El  negocio  anda  ya  en 
avenencia;  pero  temo  que  no  sea  mas  que  una  entrete- 
nida. Nosotros,  en  esto,  como  en  todo,  tendremos  toda 
la  docilidad  que  pueda  desearse.  Pero,  ¿sacaremos  de 
ello  partido?  No  lo  creo,  y  veo  la  alianza  frustrada  sin 
más  remedio  que  uno.  Y  ¿quál,  dirá  Vm?  Que  Lord 
Vassall  Holland,  entrase  en  el  Ministerio. 

375.  Por  último,  se  habla  de  Regencia,  y  se  quiere 
que  el  pueblo  tome  parte  en  ello.  Hay  quien  cree,  que 
viene  el  pensamiento  de  los  Ingleses;  otros,  que  de  la 
gente  de  Madrid,  que  andan  por  aquí.  Acaso  esto  es  lo 
más  probable,  pues  que  Palafox  ha  hecho  ya  la  propo- 
sición, y  se  votará  el  Domingo.  ¿Cómo?  Vm.  lo  sabe: 
mis  compañeros  no  la  quieren.  Viendo  en  ella  su  ano- 
nadamiento, quieren  más  bien  correr  la  suerte.  Yo  la 
deseo,  porque  la  creo  necesaria,  y  si  he  de  decir  toda 
la  verdad,  para  echar  el  cuerpo  fuera.  Pronto  á  traba- 
jar hasta  el  último  suspiro,  quisiera  hacerlo  ayudando 
al  gobierno;  pero  sin  tomar  parte  en  él. 

376  Todo  el  papel  se  lo  ha  llevado  My  Lord.  Ahora 
quiero  saludar  á  Vm.  y  ofrecerle  mis  respetos.  ¿Cómo 
es  que  yo  nada  sé  de  Vms.,  y  vivo  tanto  tiempo,  ¡oh 
amable  My  Lady!  en  la  zozobra  consiguiente  á  esta 
incertidumbre?  ¿Hubo  acaso  algún  azar  en  la  navega- 
ción? ¿Padeció  la  salud  de  alguno  de  mis  queridos  nave- 
gantes? Lo  cierto  es,  que  me  tarda  mucho  la  noticia  del 
feliz  arribo  de  la  compañia  á  Holland  House;  quisiera 
que  hubiese  volado  tanto  como  mi  deseo. — Yo  estoy 
ya  mejor,  y  hace  dos  días  que  asisto  á  la  Junta;  pero 
con  tanta  ansiedad  de  espíritu,  que  sufro  harto  más  que 
en  mi  dolencia.  ¿Qué  le  haremos?  Esta  suerte  me  aguar- 
daba después  de  tan  larga  tormenta,  y  me  resigno  á 
ella;  porque  no  sé  que  ningún  hombre  pueda  labrar  la 
suya,  y  creo  que  todos  deben  recibir  la  que  alguna 
causa  más  alta  les  prepara. 

377  Ya  vé  Vm.  que  esta  carta  se  escribe  por  la  ma- 
ñana. La  priesa  de  los  negocios  en  medio  de  mi  conva- 


348 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


lecencia,  no  me  dejó  tomar  la  pluma.  Llegó  el  miérco- 
les, y  no  quise  dejarle  pasar  sin  escribir  á  Vms.:  ma- 
drugué, escribí,  y  acabo  saludando  á  la  amable  comi- 
tiva, y  reiterando  á  los  piés  de  Vm.  la  constante  y  re- 
verente inclinación  con  que  es  siempre  su  afectísimo 
amigo 

Jovellanos. 


372  Wellesley  desde  Jaraicejo  (donde  estaba  el  20  Agosto),  bajó 
á  Trujillo,  Mérida,  Badajoz,  y  Portugal.  Allí  se  mantuvo  hasta 
que  fué  á  Sevilla  en  Noviembre  de  1809.  Por  tanto,  el  nuevo  plan 
estratégico,  era  un  pretexto  para  dar  largas  al  tiempo,  y  observar 
lo  que  de  sí  daban  los  acontecimientos. 

373  Confirma  este  párrafo,  lo  que  dejamos  dicho  en  la  nota  363 
respecto  á  la  dispersión  del  egército  de  Venégas  (véase  su  retra- 
to, hecho  por  Galiano,  J— 97,  nota.) 

375  La  cuestión  del  nombramiento  de  Regencia  (enlazada  lúe  ■ 
go  con  el  de  la  Comisión  ejecutiva),  está  abundantemente  tratada 

por  Toreno  (Histor          2  —  x— 359  á  363).  Alguna  discrepancia 

existe,  sin  embargo,  entre  lo  que  Toreno  afirma,  y  lo  que  consig- 
na Jovellanos,  porque,  ¿cómo  es  posible  (según  aquél  establece) 
que  Calvo  de  Rozas,  hombre  de  menguada  minerva,  y  de  áspera 
y  enérgica  condición,  atrajera  hacia  si  á  Jovellanos  y  sus  ami- 
gos? Un  mozo  como  el  Intendente,  que  sólo  contaba  treinta  y  seis 
años,  mal  podia  arrastrar  á  gente  de  edad  provecta,  y  curtida  en 
semejantes  lides,  como  Jovellanos,  y  el  baylío  Valdés  (ambos  de 
sesenta  y  cinco  años),  Campo-Sagrado  (de  cincuenta  y  cuatro), 
Castañedo,  y  Gimonde. 

De  Don  Francisco  de  Palafox  y  Melzi,  eterno  intrigante  y  re- 
voltoso, harto  se  dice  en  estas  Cartas,  No  escarmentado  de  la 
compañía  de  Calvo  de  Rozas,  y  Montijo,  ni  de  la  prisión  en  la  Car- 
tuja de  Sevilla,  fué  procesado  de  nuevo  por  insubordinación, 
en  1810,  y  recluido  en  el  Castillo  de  Bell  ver,  donde  falleció  en  1812. 
Véase,  para  más  detalles,  la  nota  biográfica  que  le  consagra  Don 
Mário  de  la  Sala,  en  su  Obelisco  histórico,  pág.  170. 


AGOSTO  1809 


319 


ÍJ_LXX] 

Sevilla,  30  de  Agosto  1S09. 

378  Nada  nuevo  dió  de  sí  esta  semana,  mi  muy  ama- 
do Señor,  si  ydi  no  es  un  correo  que  hemos  recibido  de 
Bardaxi,  despachado  de  Buda  el  24  del  pasado,  y  que 
ha  causado  aquí  extraordinario  placer,  porque  supone 
derrotado  al  egército  francés,  y  triunfante  el  del  Prín- 
cipe Carlos.  Pero  como  las  condiciones  del  armisticio 
acreditan  lo  contrario,  mi  juicio  no  puede  (asentir)  sen- 
tir á  tales  noticias,  por  más  que  aseguren  que  el  Em- 
perador no  había  recibido  bien  el  armisticio,  y  se  ha- 
llaba muy  distante  de  la  paz;  y  por  más  que  noticias 
posteriores  de  rotura  de  las  hostilidades,  aseguren  otra 
derrota  de  los  Franceses  el  29,  y  aun  la  declaración  de 
Rusia  y  Prusia  contra  ellos,  y  se  den  por  seguras,  con 
referencia  de  patrones  procedentes  de  Palermo,  y  de 
los  confidentes  delRosellón.  Si  tanto  fuese  cierto^  otro 
gallo  nos  cantára;  pero  suspendo  mi  juicio,  ó,  por  me- 
jor decir,  le  niego,  para  no  llevar  un  chasco  tan  pe- 
sado. 

379  Entretanto,  el  sistema  de  retirada  de  Wellesley 
sigue,  y  siguen  las  ociosas  combinaciones  de  una  posi- 
ción unida  con  Eguia  (porque  Cuesta  ha  insistido  en 
una  Ucencia  para  tomar  los  baños  de  Ardales),  que  ni 
se  verificará,  ni  conviene.  Y  digo  que  no  conviene,  por- 
que prolonga  nuestra  inacción,  y  paraliza  los  recursos 
y  los  esfuerzos  necesarios  para  salvar  la  pátria.  Aún  á 
la  vista  de  esta  inacción,  la  intriga  se  agita  y  mueve: 
en  Extremadura,  para  poner  á  Alburquerque  al  frente 
de  aquel  egército,  en  lo  quál,  después  de  los  movimien- 
tes  de  Wittingham  y  las  tentativas  de  Frere,  andan 
ahora  Montijo  y  la  Junta  de  Badajoz.  Y  aquí,  por  la  Re- 
gencia, de  que  todos  tiemblan  sin  que  se  sepa  quién  lle- 
va la  voz,  y  sobre  que  hay  una  proposición  de  Palafox 


350 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


que,  por  inoportuna,  tendrá  ménos  apoyo  del  que  pudie- 
ra, y  nunca,  nunca  hallará  tanto  como  debiera,  en  la 
mayoria.  La  prenda  está  echada:  la  votación  será  den- 
tro de  la  semana:  Vm.  adivinará  la  resolución,  ó  la  diré 
yo  dentro  de  ocho  dias. 

380  Los  Franceses,  abandonan  otra  vez  la  Mancha, 
y  temo  que  se  reúnan  sobre  el  Tajo,  y  le  pasen,  y  ata- 
quen á  Eguía,  mientras  Wellesley  marcha  á  Lisboa. 
¿Dirá  Vm.  que  injurióla  condactade  su  gobiernoPComo 
no  la  entiendo,  no  será  extraño  que  la  judgue  mal. 
¡Quiera  Dios  que  me  engañe!  Venégas,  con  22.000  in- 
fantes y  3.000  caballos,  volverá  á  la  Mancha.  No  sería 
extraño  que  á  esto  le  provocasen,  porque  se  trata  de 
abrir  una  puerta  á  la  Andalucía.  Pero  á  Vm.,  que  tiene 
los  hechos,  quedan  libres  las  congeturas. 

381  Amable  My  Lady;  quisiera  hablar  con  Vm.  de 
cosas  más  gratas:  pero  no  hay  tiempo  ni  gana,  y  la  ig- 
norancia en  que  estoy  acerca  de  Vms.,  hace  caer  la 
pluma  de  la  mano.  Pero  ni  Vm.  ni  mi  amado  Lord,  ni 
la  estimable  compañia  caerán  jamás  de  la  memoria  de 
su  constante  afectísimo  amigo. 

/.  Ll, 

382  P.  D.— Wellesley,  ha  pronunciado  abiertamente 
que  se  retira,  y  Beresford,  está  ya  en  Portugal.  Nos- 
otros ¡ah! 


378  Parece  increíble  la  confusión  de  noticias  que  encierra 
este  párrafo,  producto  de  la  fantasía  de  confidentes  y  patronos^ 
tragadas  todas  por  el  vulgo  sevillano,  con  la  más  sándia  creduli- 
dad. También  nuestros  representantes  diplomáticos,  intercalaban 
á  veces  en  sus  despachos,  con  Cándido  optimismo,  visiones  de  color 
de  rosa.  Á  lo  cual  replica  Jovellanos  con  mucha  zumba,  que  si 
tales  portentos  fueran  ciertos,  otro  gallo  nos  cantára.  He  aquí  lo 
contenido  en  dos  cartas  de  nuestro  plenipotenciario  en  Viena, 
Bardaxí  y  Azara. 

Buda  Pesth:  22  Julio  1809  (registrada  por  Becker:  loe.  ciú.,  pá- 


AGOSTO  1809 


351 


gina  82)  :  "que  el  Tratado  de  alianza  entre  España  y  Austria,  se 

«demoraba,  porque  el  Emperador  austríaco  estaba  preocupado 
„por  los  sucesos  militares  ocurridos  desde  fin  de  Junio,  hasta  que 
„el  Archiduque  Cárlos  firmó  el  vergonzoso  armisticio,,  (el  de 
Znaym,  12  de  Julio  1809).  Esta  carta  la  conocía  Jovellanos. 

Buda-Pesth:  24  Julio  1809  (en  la  J  -  70)  Bardaxí,  supone  de- 
rrotado el  egército  francés,  y  triunfante  el  del  Príncipe  Cárlos 
(falso  por  completo). 

Otras  noticias,  aseguran  nueva  derrota  de  los  franceses  el  29 
Julio  de  1809  (falso  también). 

Otras,  la  declaración  de  guerra  de  Rusia  y  Prusia  contra  los 
franceses  (también  falsa). 

Unas  y  otras  noticias,  procedían  del  Rosellón,  y  de  Palermo. 
Pero  fué  tan  al  contrario  lo  sucedido,  que  los  rusos  tomaron  las 
armas  contra  los  austríacos,  y  éstos  fueron  derrotados  por  Napo- 
león en  Wagram  el  5-6  de  Julio  de  1809,  suceso  que  acarreó  el  ar- 
misticio de  Znaym  (12  Julio  1809),  y  como  consecuencia,  la  Paz  de 
Viena  (14  Octubre  1809). 

De  resultas  de  lo  cual,  el  25  Octubre  1809,  enviaba  el  Príncipe 
de  Metternich,  los  pasaportes  á  Bardaxí,  y  éste,  regresaba  á  Es- 
paña completamente  chasqueado. 

379  Wellington,  hallábase  el  20  de  Agosto  de  1809  en  Jaraicejo 
(pr .  deCáceres),  y  desde  allí,  emprendió  su  marcha  retrógrada  por 
Mérida  j^Badajóz,  á  Portugal.  La  misión  de  los  ingleses,  era  de- 
fender este  reino;  claramente  va  á  decírnoslo  nuestro  ilustre  his- 
toriador militar. 

(Arteche:  ob.  d.^  vi-213)  "Lo  que  hay  es  que,  ya  lo  hemos  dicho, 
^„la  gran  preocupación  de  los  ingleses,  era  la  independencia,  y  por 
^, consiguiente,  la  defensa  de  Portugal,  de  cuyo  territorio  hicie- 
„ron  la  base  de  todas  sus  operaciones  en  la  Península,  y  que  pa- 
„recía  retenerlos  en  su  seno,  como  si  su  guarda  fuera  el  único  ob- 
i,jeto  que  los  trajera  al  continente,  en  aquel  largo  periodo  de  las 
«guerras  napoleónicas.  Si  se  acordaron  de  España,  fué  para  sacar 
«fruto  de  la  explosión  patrióiica  de  nuestros  padres,  tan  admirada 
„en  el  Reino  Unido;  pero,  al  poner  la  planta  en  ella,  procuraron, 
,,mejor  que  defenderla,  ocupar  alguna  plaza  importante,  sobre 
„todo,  si  tenía  cerca  arsenal  marítimo,  como  La  Coruña,  en  su 
,,primera  expedición,  y  Cádiz,  después,  salvadas  de  sus  garras 


352 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„por  las  circunstancias  de  la  guerra,  aquélla;  y  ésta,  por  los  rece- 
„los  y  el  patriotismo  de  la  Junta  Central. 

„  Ya  hemos  visto  el  despacho  de  Wellington  á  la  Junta  de  Ex- 
„tremadura,  en  que  la  decía  que  la  seguridad  del  reino  de  Por- 
tugal ^  era  la  principal  misión  que  se  le  había  confiado.,. 


[J_LXXI] 

Sevilla^  6  de  Septiembre  1809. 

383  Nuestro  estado  actual,  mi  querido  My  Lord,  ha 
variado  muy  poco.  El  enemigo  está  en  grande  exulta- 
ción después  de  la  batalla  de  Almonacid,  pues  aunque 
fué  doble  su  pérdida,  lograron  alejar  al  egército  de  Ve- 
négas,  que  retirado  Cuesta,  quedaba  sin  apoyo.  Hoy, 
Eguía,  que  sucedió  á  éste,  está  otra  vez  sobre  la  iz- 
quierda del  Tajo,  y  Venégas  se  avanza  otra  vez  hacia 
la  llanura  de  la  Mancha.  La  fuerza  enemiga,  muy  divi- 
dida. Ney  en  Castilla,  Soult  en  Plasencia,  Víctor  entre 
Toledo  y  Talavera,  y  Sebastiani  entre  Aranjuéz  y  Al- 
calá. No  tendríamos  cuidado,  si  Wellesley  y  Beresford 
no  estuviesen  ya  en  Portugal,  y  no  se  anunciase  la  paz 
con  Austria  hecha,  ó  pronta  á  hacerse  y  el  mónstruo 
caminando  á  España.  El  Marqués  Wellesley,  quedaba 
esta  mañana  en  conferencia  con  Garay:  si  dijo  algo  de 
nuevo,  lo  sabré  esta  noche.  Recibió  su  correo  ántes  de 
ayer,  despachó  otros,  y  su  hijo,  voló  en  posta  al  egér- 
cito. Temo  que  los  indicios  no  sean  buenos:  si  la  paz 
del  norte  se  ajusta,  actitrn  est,  sinó,  nos  veremos  las  ca- 
ras: en  ambos  casos,  mucha  y  buena  sangre  será  de- 
rramada.—De  Regencia,  sur  le  tapis.  Sobre  Córtes,  se 
trabaja.  Nada  más  ocurre,  y  estoy  de  priesa,  y  admi- 
rando cómo  habiendo  llegado  á  Cádiz  una  fragata  in- 
glesa con  pocos  dias  de  navegación,  no  tengo  de  Vms. 
noticia  alguna.  Tampoco  de  oficio  de  nuestros  envia- 
dos. ¿Qué  diremos  de  esto,  mi  amable  My  Lady?  Em- 
piezo á  estar  inquieto  en  este  punto.  Como  E'rere  hace 


SEPTIEMBRE  1809 


353 


el  desdeñoso,  y- no  trato  al  nuevo  embajador,  ni  á  nin- 
gún Inglés,  nada,  nada  sé  de  allá.  Lo  que  sé,  es  que  mi 
tierna  memoria,  se  agita  frecuentemente  hácia  las 
Dueñas,  y  mi  tierno  afecto,  se  avanza  al  mismo  tiempo 
hacia  Holland-House.  Mis  finos  recuerdos  á  la  amable 
compañía.  El  canónigo,  y  Tineo,  saludan  á  todos,  y  yo 
soy  siempre  de  Vm.  fiel  y  apasionado  amigo. 

y.  LL 

384  P.  D.— 6  de  Septiembre. 

Escribo  siempre  por  la  via  de  Lisboa,  y  el  conducto 
del  caballero  Willers,  y  seguiré,  mientras  Vm.  no  me 
diga  otra  cosa. 

385  Wellesley  teme  la  paz,  y  yo  interpreto,  la  crée. 

383  La  voz  exultación^  ya  anticuada,  equivale  á  las  de  ale- 
gría^ alborozo,  regocijo,  entusiasmo,  &. 

La  batalla  de  Almonacid  (pr.  Toledo),  se  empeñó  el  11  de 
Agosto  de  1809:  y  en  cuanto  á  las  bajas  ocurridas  en  ella,  son  á  la 
inversa  de  lo  que  en  la  carta  se  relata.  Según  Toreno,  ob.  d.  (2  — 
IX —  302)  nuestras  bajas,  fueron  de  4.000  hombres;  los  franceses, 
solo  tuvieron  2.000. 

Sobre  la  posibilidad  del  regreso  de  Napoleón  á  España,  reali- 
zada que  fuera  la  paz  con  Austria,  véase  lo  que  más  adelante 
apuntamos  por  nota  á  la  carta  J— 98, 

La  frase:  mi  tierna  memoria  se  agita  frecuentemente  hácia 
las  Dueñas,  alude,  á  que  en  aquel  barrio  de  Sevilla,  está  el  Pa- 
lacio de  Alba,  donde  residieron  los  Holland  (vid.  la  carta  H— 6). 

[J_LXXII] 

Sevilla,  12  de  Septiembre  de  1809. 

386  Empiezo  á  escribir  á  Vm.  en  sesión  para  el  co- 
rreo del  miércoles,  en  el  que  irá  mi  carta  por  la  misma 
via  de  Lisboa,  aunque  por  nuestro  Pérez  de  Castro,  en 

23 


354 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


9 


lugar  del  caballero  Willers.  Mi  cuidado  por  el  silencio 
de  Vms.  es  cada  día  mayor,  porque  teniendo  cartas  de 
Lóndres  del  29  y  31  de  Julio,  y  16  de  Agosto,  no  he  re- 
cibido una  sola  letra  de  Vm.  Y,  ¿cómo  podré  persuadir- 
me á  que  en  esta  última  fecha  no  hablan  llegado  Vms. 
á  su  casa?  Ni,  ¿cómo  á  que  estando  en  ella  hubiesen 
Vms.  dejado  de  escribir  dos  letras?  Y  si  me  han  escri- 
to, ¿en  qué,  mi  amado  My  Lord,  consistirá  este  atraso 
ó  falta  de  cartas?  Vm.  me  lo  dirá  y  yo  entretanto  de- 
voraré esta  inquietud,  que  ciertamente  me  mortifica 
mucho. 

387  Hasta  aquí  el  Domingo.  Después,  ha  venido 
otro  correo  de  Lóndres  con  cartas  hasta  el  26,  pero 
ninguna  de  Vm.,  y  éste  es  un  enigma  que  no  acierto  á 
descifrar,  y  habré  de  esperar  que  lo  hagan  el  tiempo  y 
la  paciencia. 

388  Entretanto,  nada  sabemos  de  la  resolución  gue- 
rrera del  Austria,  y  ántes  bien,  el  Piloto  del  24,  dice 
que  las  cartas  de  Paris  del  12,  aseguran  estar  firmada 
la  paz.  Otras  noticias  muy  contrarias,  nos  aseguran  es- 
tar intimada  la  cesación  del  armisticio.  Un  director  de 
correos  escapado  de  Madrid,  dice,  que  en  la  órden  del 
día  del  24,  dada  á  la  guarnición  del  Retiro,  se  anunciaba 
lo  mismo  con  grandes  bravatas  contra  el  Emperador 
Francisco.  ¿Qué  creeremos?  Oigo  que  anoche  se  recibió 
otro  correo  con  buenas  noticias;  pero  nada  sé,  detenido 
en  casa  por  negocios  domésticos.  Unos  sobrinos  del 
canónigo,  y  resobrinos  míos,  emigraron  á  ésta  desde 
Astúrias.  Los  alojé  en  casa  hasta  que  hallaron  una.  El 
padre  de  la  familia,  atacado  de  una  fiebre  gástrico-bi- 
liosa,  se  me  fué  ayer  de  entre  las  manos,  y  su  viuda, 
con  tres  hijos,  volverán  hoy  con  nosotros. 

389  El  egército  de  Beresf  ord,  ya  en  Portugal  y  el  de 
Wellesley,  en  gran  parte.  Eguía,  en  Deleitosa,  y  sobre 
los  puentes;  y  Venégas  otra  vez  avanzando  por  las  lla- 
nuras de  la  Mancha.  Entretanto  el  Marqués  de  Welles- 
ley intima  y  inculca  la  resolución  de  nuestro  abandono, 
en  un  tono  que  se  conoce  dictado  por  el  deseo  de  justi- 
ficarle ante  la  Europa,  y  ante  el  pueblo  inglés,  no  sé  si 


SEPTIEMBRE  1809 


355 


con  otra  intención  que  la  de  cubrir  la  conducta  de  su 
hermano  y  la  del  gobierno.  De  esto,  Vm.  será  mejor 
juez.  Hubo,  en  verdad,  gran  desórden  en  la  provisión 
de  los  egércitos  de  Extremadura,  y  los  hay  aún,  á  pesar 
de  quantas  providencias  dió,  y  quantos  auxilios  envió  el 
Gobierno.  Nuestro  Calvo ^  fué  comisionado  hace  más  de 
un  mes  para  remediar  el  mal:  se  volvió  sin  hacerlo,  se 
indispuso  con  el  general,  y  hoy,  solo  conocemos  que  en 
esto  se  esconde  algún  misterio,  sin  que  tengamos  ojos 
bastante  linces  para  penetrarle.  Pero  el  gobierno,  po- 
drá decir:  ¿quid  ultra  dehui  faceré  et  non  feci?  Van 
allá  gentes  de  nuevo  para  remediar,  y  gentes  para  in- 
quirir. Lo  cierto  es,  que  en  el  fondo,  la  queja  de  los 
aliados  no  es  justa^  y  que  es  muy  difícil  quitarle  el  aire 
de  pretexto,  para  justificarla. 

390  Los  enemigos,  muy  divididos  desde  Guadala- 
xara  y  Alcalá,  donde  Sebastiani,  hasta  Plasencia  y  Có- 
ria,  donde  Ney.  Entre  Talavera  y  Toledo,  Victor  — 
Eguía,  tiene  26.000  infantes  y  6.000  caballos,  pas  bien 
nourris:  Venégas,  27.000  y  3.000,  en  el  mejor  estado. 
El  egército  de  Castilla,  tomará  por  Portugal  á  salir  á 
Extremadura  por  falta  de  caballeria.  Mendizával,  trae 
15.000  hombres,  sobre  que  apoya  mucha  confianza.  Ba- 
llesteros, con  10.000  bien  vestidos  y  armados  bajó  de 
Astúrias  á  León,  y  acaso  estará  incorporado. 

391  Todo  lo  mandará  Parque,  que  dicen  tiene  9.000 
hombres.  Si  es  que  Austria  se  tiene,  el  enemigo  no  pue- 
de esperar  la  reunión  de  tantas  fuerzas,  y  la  capital 
será  libre. 

392  Vm.  estará  escandaUzado  con  la  prohibición  del 
Semanario  Patriótico^  y  yo,  no  ménos,  aunque  no  es 
cierta-  Una  noche,  en  sesión  muy  reducida,  y  ausen- 
tes los  que  pudieran  resistir  cualquier  idea  intolerante, 
se  delataron  algunas  indiscreciones  del  papel,  y  acordó 
indicar  á  los  autores,  más  moderación.  Picáronse:  to- 
maron el  partido  de  cesar:  lo  anunciaron  de  un  modo 
poco  discreto,  y  esto  dicen  ha  producido  en  el  público 
mucho  disgusto  contra  el  gobierno.  Trátase  de  reme- 
diarlo. Calvo,  anuncia  nueva  moción  sobre  el  asunto: 


35b 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


puede  ser  que  el  miedo  haga  mejor  efecto  que  la  razón. 

393  Tanto  basta  por  hoy:  si  de  aquí  á  mañana  ocu- 
rriere algo,  avisaré. 

394  Amable  My  Lady;  acabo  de  hablar  un  largo 
rato  de  Vm.  y  de  nuestro  dulce  HoUand  con  el  Conde 
de  Toreno  (ántes  Matarrosa)  que  llegó  estos  días  de 
Astúrias  con  la  Marquesita  de  Camposagrado,  y  otras 
gentes.  ¡Con  quánto  gusto  oigo  en  su  boca  el  elogio  de 
mis  dulces  amigos!  Él,  se  acuerda  mucho  de  las  hon- 
ras que  debió  á  Vms.  en  Holland  House,  y  oyó  con 
gran  placer  las  que  Vms.  dispensaron  á  sus  amigos  de 
aquí.  Pero,  ¿á  quién  hablo?  ¿Cómo  es  que  yo  no  sé  de 
Vms.  ni  puedo  esperar  que  respondan  á  mi  inquietud, 
y  á  mis  deseos?  Á  Dios,  mi  respetable  amiga.  No  olvide 
Vm.  nunca  que  es  su  más  fino  y  fiel  apasionado 

Jovellanos. 

387  JoveUanos,  estuvo  sin  recibir  cartas  de  Holland,  desde 
el  26  de  Julio  de  1809  (J-64)  en  cuya  fecha  recibió  tres  (H-51,  52, 
53)  hasta  el  3  de  Octubre  de  igual  año  (J— 76),  en  que  le  acusa  re- 
cibo de  las  H-54,  55,  56,  57  y  58;  y  desde  el  21  de  Octubre  (J— 79) 
en  que  le  anuncia  haber  recibido  las  H— 59  y  60,  hasta  el  31  de  Di- 
ciembre (J-89)  donde  le  da  aviso  de  la  H— 64  (12  Diciembre  18C9), 
sin  aludir  á  las  cuatro  intermedias,  H— 61,  m,  62  y  63. 

Estas  demoras,  atrasos  y  faltas,  se  explican,  en  parte,  por  lo 
que  más  adelante  decimos  en  nota  al  §  561 ;  y  en  parte,  por  las  ra- 
zones que  expone  Holland  en  la  suya,  H— 54,  relativa  á  lo  parali- 
zados que  encontró  sus  asuntos  al  regresar  á  Inglaterra. 

388  Los  sobrinos  del  Canónigo  (de  Sevilla,  Francisco  Javier 
González  de  Cienfuegos  y  Jovellanos)  y  resobrinos  suyos,  eran, 
Doña  Antonia  Argüelles  Quiñones  y  González  de  Cienfuegos 

(hija  del  Señor  de  Peñerudes),  y  su  esposo,  Don   con  tres 

hijos.  Estos,  y  su  madre,  regresaron  á  Astúrias  con  Doña  Manue- 
la Blanco  Inguanzo,  en  1810,  en  el  bergantín  Begoña  (vid,  J— 41, 
§  208). 

389  Varias  veces  se  quejó  Wellington  de  la  falta  de  víveres, 


SEPTIEMBRE  1809 


357 


fundando  en  ella  su  resistencia  á  la  prosecución  de  la  campaña.— 
La  primera,  en  oficio  de  16  de  Julio  de  1809  pasado  á  O'Donojú  (del 
Estado  Mayor  del  General  Cuesta)  en  el  que  le  decía  que  no  se  le 
facilitaban  recursos  para  su  egército;  á  lo  cual  agrega  Arteche 
(t.  IV  — p.  262-263,:  que  era  absolutamente  imposible  el  satisfa- 
cerlas (sus  reclamaciones)  en  la  proporción  que  exigían  las  ne  • 
cesidades  del  egército  inglés. 

Otra  vez,  en  29  de  Julio  (después  de  la  batalla  de  Talavera)  y 
desde  dicha  villa;  no  pareciendo  (agrega  Toreno,  2  —  ii  —  292) 
"oportuno  modo  de  remediarla,  permanecer  en  el  lugar  en  donde 
„más  se  sentía.,, 

Y  otra,  después  de  la  batalla  de  Almonacid  (11  Agosto  1809): 
„  La  Junta  Central  (Arteche;  l.  c,  t.  vi)  había  dado  las  órdenes 
„más  apremiantes  con  ese  objeto,  y  había  enviado  á  Extremadura 
i^varios  comisarios  de  guerra  dirigidos  por  Juan  Lozano  de  To- 
„rres  (un  intrigante  gaditano)  para  conseguirlo;  pero  el  país  esta- 
„ba  esquilmado  con  ser  teatro  de  la  guerra  los  meses  anteriores 
„de  aquel  año,  y  la  Central,  carecía  de  fuerza  moral  para  impo- 
„nerse  á  pueblos  que  detrás  del  cumplimiento  de  aquellas  órde- 
„nes,  no  veían  sinó  la  miseria  más  espantosa.,, 

Muy  oportunas  y  muy  al  caso,  son  también  las  reñexiones  que 
Toreno  apunta  en  este  difícil  problema  de  las  subsistencias.  Léa- 
las quien  se  quiera  imponer  en  él  debidamente.  (Ob.  d.,  2— ix— 302 
y  siguientes). 

Calvo  de  Rozas  (á  quien  por  dos  veces  menciona  Jovellanos, 
§§  372,  389)  fué  nombrada  por  decretos  de  31  de  Julio  y  5  de  Sep- 
tiembre de  1809,  vocal  de  una  comisión  para  proponer  auxilios  de 
todo  género  al  egército  anglo-español  (véase  sobre  este  particu- 
lar, la  obra  biográfica  El  Intendente  Calvo  de  Rosas^  por  A.  C.  de 
Santiago-Gadea,  págs.  238  á  242.) 

La  misión  de  Calvo  de  Rozas,  y  el  General  Eguía,  fracasó  de 
igual  modo  que  la  de  Lozano  de  Torres,  acaso  con  mayor  vio- 
lencia. 

„  Eguía,  y  Calvo  (añade  Toreno,  2  —  ix,  304)  hicieron  á  Welling- 
„ton  nuevos  ofrecimientos  para  desviarle  de  su  propósito,  conclu- 
„yendo  con  decirle  el  primero,  que  á  no  ceder  á  sus  instancias, 
^^creeria  que  otras  causas,  y  no  la  falta  de  subsistencias,  le  de- 
„terminaban  á  retirarse.  Otro  tanto,  y  con  más  descaro,  escribióle 
«Calvo  de  Rozas.  Ásperamente  replicó  Wellington,  indicando  á 


358 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„Eguía.  que  en  adelante,  sería  inútil  proseguir  entre  ellos  la  co- 
„menzada  correspondencia.,, 

Calvo  de  Rozas,  examinó  minuciosamente  en  Extremadura,  á 
donde  fué  por  mandato  de  la  Junta  Central,  el  estado  de  aquel 
egército  (que  de  47.000  unidades,  se  redujo  á  27.000),  pues  le  vemos 
CS.-Gadea,  obr,  dicha)  en  Miajadas,  Guadalupe,  Villanueva  de  la 
Serena,  Medellín,  y  Trujillo,  desde  ell.°  al  23  de  Agosto  de  1809. 
No  obstante  el  dicho  de  Jovellanos  372)  de  que  se  había  reme- 
diado la  falta  de  víveres^  en  la  presente  carta  de  12  de  Septiem- 
bre, declara,  que  Calvo,  comisionado  para  remediar  el  mal,  se 
volvió  sin  hacerlo. 

El  Intendente  Calvo,  redactó  y  presentó  en  Sevilla,  á  6  de  Sep 
tiembre  de  1809,  un  plan  de  Reformas  y  medidas  para  la  organi- 
zación y  buena  asistencia  de  los  egércitos  (Gadea,  ob.^.,  p.  239); 
más  como  oportunamente  insinúa  Toreno,  se  equivocó  la  Central 
en  imaginar,  que  con  sólo  dar  órdenes  y  enviar  empleados,  se 
abastecia  el  egército  inglés,  y  el  español  (l.  c,  p.  302). 

Últimamente,  tratóse  en  Sevilla  el  problema  de  las  subsisten- 
cías,  entre  los  de  la  Central  y  el  Marqués  de  Wellesley,  hermana 
de  Wellington,  sin  adelantar  cosa  alguna,  con  lo  cual,  Welling- 
ton,  se  retiró  á  Badajóz,  y  de  aquí,  á  la  frontera  lusitana. 

En  los  siguientes  términos  retrata  el  General  Arteche  (o.  d.,  vr 
—219,  al  insigne  defensor  de  Zaragoza:  "Entre  los  que  más  se  agi- 
„taban  en  la  Junta  Central,  se  hallaba  el  diputado  por  Zaragoza, 
5,Don  Lorenzo  Calvo  de  Rozas,  partidario  de  las  ideas  de  Jovella- 
„nos,  presuntuoso,  eso  sí,  é  irreflexivo,  muchas  veces  importuno  y 
„pero  moviéndose  siempre  en  dirección  de  la  libertad,  y  riñenda 
^grandes  batallas  por  la  de  la  prensa.,,— Atinado  es  tal  juicio,  por- 
que en  el  Intendente  Calvo  (como  en  algunos  otros  de  los  Centra- 
les) vemos  siempre  a!  hombre  probo,  al  héroe,  al  exaltado  por  la 
libertad,  pero  no  el  legislador,  ni  el  político,  ni  el  pensador,  ni  el 
estadista.  Treinta  años  le  distanciaban  del  ilustre  hijo  de  Astú- 
rias;  mayor  era  la  distancia  entre  sus  ideales;  incomensurable,  la 
que  les  separaba  en  el  órden  y  método  de  los  procedimientos. 

Calvo  de  Rozas,  arrestado  á  bordo  de  la  fragata  Paz  en  la  ba- 
hía de  Cádiz,  el  día  6  de  Febrero  de  1810,  por  denuncia  calumnio- 
sa, fué  puesto  en  libertad  el  día  19  de  Octubre  de  1810,  con  todos- 
Ios  pronunciamientos  favorables,  (vid.  Santiago-Gadea:  El  Inten- 
dente Calvo  ,  pág.  195  y  siguientes.)— Véase  también  la  muy  ra- 


SEPTIEMBRE  1809 


359 


zonable  biografía  del  Intendente,  hecha  por  el  docto  General  Don 
Mario  de  la  Sala,  en  su  Obelisco  histórico,  pág.  306  y  siguientes. 

390,  391  Las  cifras  que  señala  Jovellanos  para  nuestras  fuer- 
zas, son  evidentemente  exageradas.  Pueden  comprobarse  más 
adelante  (nota  398). 

392  Sobre  el  incidente  de  la  prohibición  del  Semanario  Patrióti' 
co,  y  otros  á  él  pertinentes,  hemos  consultado  los  siguientes  textos: 

a)  Jovellanos:  Memor.  en  def.  de  la  J.  C.  P-2,  A— 2,  §  115. 

b)  Quintana:  Obras  inéditas:  págs.  179,  202,  261,  265,  266. 

c)  Alcalá  Galiano:  Recuerdos  de  un  anciano:  pág.  160,  187. 

d)  Toreno:  Histor  (2— ix— 253). 

e)  Menéndez-Pelayo:  Hist.  de  los  Heterodoxos,  t.  iii,  pág.  441. 
fj  A.  C.  Santiago-Gadea:  El  Intendente  Calvo  de  Rosas;  pá- 
ginas 179-82. 

El  Semanario  Patriótico,  tuvo  tres  épocas:  la  primera,  en  Ma- 
drid (Agosto  á  3  Diciembre  1808);  la  segunda,  en  Sevilla  (Enero  á 
Septiembre  de  1809);  la  tercera,  en  Cádiz  (1810  á  1813). 

Transcribiremos  ahora  algunos  de  dichos  textos  para  mayor 
ilustración  de  la  materia. 

(Menéndez  Pelayo:  iii,  441)— "Por  el  artículo  10  del  Reglamento 
„de  Juntas  provinciales,  había  vedado  la  Central  el  libre  uso  de 
yla  imprenta,  que  ya  á  favor  de  la  general  confusión,  empezaba 
„á  desatarse,  inaugurándose  el  periodismo  político  con  un  papel 
^titulado  El  Semanario  Patriótico,  que  muy  poco  después  de  la 
„primera  retirada  de  los  franceses  en  1808,  había  comenzado  á  re- 
„dactar  Quintana,  con  la  colaboración  de  sus  amigos  Eugenio  Tu- 
lpia, fosé  Rebollo  y  Juan  Alvares  (Pw^/^m.  Interrumpido  después, 
„ volvieron  á  publicarle  en  Sevilla,  Don  Isidoro  M.  de  Antillon  y 
„el  famoso  Blanco-  White,  mostrando  mucho  más  á  las  claras  pro- 
„pósitos  reformadores  en  todo,  aunque  de  las  materias  eclesiásti- 
„cas  sólo  se  trató  por  incidencia.  Dióle  al  principio  ensanches,  la 
«Central,  pero  pronto  tuvo  que  advertir  á  Blanco,  que  moderase 
„la  violenta  aspereza  de  su  lenguage,  con  lo  cual  enojóse  Blanco, 
„y  suspendió  el  periódico.,, 

(Nótese  que  L.d  Holland  en  una  de  sus  cartas  [H— 63,  Noviem- 
bre 6-1809]  sale  á  la  defensa  de  Blanco,  agriamente  injuriado  y 
ofendido  por  la  prensa  de  Cádiz.) 

Más  explícito  Alcalá  Galiano,  se  expresa  en  los  siguientes  tér- 
minos: 


360 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


(Recuerdos  pág.  160)— "El  Semanario  Patriótico^  muerto 

„en  Madrid  con  la  entrada  de  los  franceses  (3,  4,  Diciembre  1808), 
„y  resucitado  en  Sevilla  para  morir  en  breve  por  su  propia  volun- 
„tad,  hija  de  enojo  nacido  de  pretender  el  Gobierno  escatimarle 
„la  libertad  de  sus  juicios  ú  opiniones  „ 

(ibidem:  pág.  187)  "Gallardo,  no  muy  conocido  en  Madrid,  ha- 
„bia  sido  elegido  en  Sevilla,  para  escribir  en  el  Semanario  Pa- 
„triótico,  puesto  á  la  sazón  á  cargo  de  Don  Isidoro  de  Antillón, 
„Don  José  María  Blanco  (el  después  conocido  por  Blanco-White) 
„y  Don  Alberto  Lista,  á  los  cuales  había  encomendado  Quintana, 
„por  entónces  muy  embebido  en  las  ocupaciones  de  su  empleo, 
„ continuar  el  periódico  por  él  fundado  en  Madrid,  en  Agosto  de 
,,1808,  al  cual  había  logrado  dar  extremada  valía  é  influencia,  y 
„en  que  había  empleado  su  ya  acreditada  pluma.  Gallardo,  hubo 
„de  escribir  un  artículo  que  no  gustó,  á  punto  de  haber  sido  des- 
mechado por  quienes  habían  de  ser  sus  colaboradores  

„  Gallardo,  juró  ódio  acerbo  á  la  pandilla  de  Quinta- 

«na  „ 

Pero  no  fué  Gallardo  quien  provocó  la  animosidad  de  algunos 
Centrales  contra  el  Semanario,  sinó  Blanco-White,  cuya  irrita- 
ción no  se  aplacó,  ni  aún  con  la  mediación  amistosa  de  Don  Mar- 
tín de  Garay.  Y  si  bien  se  mira,  la  redacción  del  Seinaitario,  for- 
mada por  un  conjunto  de  espíritus  discordes  y  violentos,  tenía  que 
pegar  un  estallido,  pues  que  en  ella  estaban  representadas  las  di- 
versas regiones  españolas  con  sus  típicos  caractéres,  siempre  en 
perpetua  lucha  desavenidas.  Lista,  y  Blanco,  eran  sevillanos:  An- 
tillón, aragonés;  vizcaíno.  Calvo;  extremeño,  Gallardo,  y  caste- 
llano, Quintana. 

La  moción  de  Calvo  de  Rozas  (ó  proposición  en  favor  de  la  li- 
bertad de  imprenta)  á  que  Jovellanos  se  contrae,  lleva  la  misma 
fecha  de  la  presente  carta,— 12  Septiembre  de  1809— y  fué  publi- 
cada varias  veces.  Inclúyela  el  Señor  Don  A.  C.  Santiago-Gadea, 
en  su  mencionada  obra  El  Intendente  Calvo,  pág.  179,  y  es  un  resu- 
men de  todos  los  lugares  comunes  propios  de  la  fraseología  polí- 
tica de  la  época,  donde  se  habla  .del  genio  sombrío  de  Felipe  11^ 
derechos  individuales,  viejas  y  tristes  dolencias  públicas^  la 
sombra  del  misterio^  y  otros  ditirambos  por  el  estilo. 


SEPTIEMBRE  1809 


361 


[J_LXXIII] 

Sevilla,  19  Septiembre  1809. 

395  Sé  por  fin,  mi  muy  amado  Lord,  que  Vms.  han 
llegado  á  su  Casa  sin  desgracia:  dícemelo  Avella  en 
carta  del  24  del  pasado,  y  me  lo  confirma  Capmany  con 
referencia  á  la  casa  del  Embajador.  Esto  me  deja  fuera 
de  inquietud,  pero  aviva  más  y  más  mi  deseo  de  reci- 
bir carta  de  Vm.  y  saber  por  ella  qué  causas  pudieron 
hacer  tan  lento  su  pasage  á  esa,  y  tan  tardía  su  llega- 
da; y  al  mismo  tiempo,  me  dá  la  más  cierta  esperanza 
de  que  nuestra  correspondencia  tomará  la  recíproca 
desde  el  primer  correo. 

396  Entretanto,  no  hay  novedad  en  los  egércitos,  si 
ya  no  es  que  nuestra  mayor  fuerza  cargó  al  de  la  Man- 
cha. El  Inglés,  tocando  en  la  frontera  de  Portugal,  pero 
aún  en  España:  que  Blake  socorrió  á  Gerona:  que  la 
plaza,  aún  se  defiende  con  heroicidad,  y  que  nada  sa- 
bemos aún  de  paz  ni  guerra  en  el  Norte.  Que  en  lo  in- 
terior, se  trata  de  concentrar  el  gobierno:  que  está 
acordado  en  una  comisión,  el  plan  de  una  sección  ejecu- 
tiva^ pero  se  duda  que  sea  admitido  por  la  Junta,  aun- 
que muy  juicioso;  así  como  no  lo  fué  el  de  renovar  los 
vocales.  Que  entretanto,  hay  por  de  fuera  temores  de 
movimientos,  y  sean  ó  no  ciertos,  se  toman  precau- 
ciones. 

397  Nada  más  ocurre,  sino  hacer  á  mi  amable  My 
Lady  el  rendimiento  acostumbrado.  ¡Quánto  celebro 
que  haya  vencido  las  fatigas  3' las  molestias  del  viage! 
Todos  los  amigos  que  participaban  de  mi  inquietud, 
están  llenos  de  placer  con  esta  noticia.  Mi  canónigo,  el 
sobrino  Tineo,  Quintana,  Garay,  todos  saludan  á  Vm., 
de  quien,  de  My  Lord,  de  nuestro  respetable  Mr.  Alien 
y  de  los  amables  señoritos  Russell  y  Fox,  es  siempre 
muy  fino  amigo 

/.  LU 


362 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


396  La  Central  (con  fecha  23  Agosto  1809)  había  oficiado  á  Bla- 
ke,  General  en  gefe  del  Egército  de  Cataluña,  residente  en  el 
cuartel  general  de  San  Hilari  "para  que  á  costa  de  cualquier  sa- 
„crificio  y  por  cuantos  medios  fueran  posibles  é  imaginables,  aún 
„cuando  fuese  preciso  levantar  en  masa  toda  la  provincia,  vola- 
„se  al  socorro  de  Gerona,,  (Arteche:  ob.  c,  vii,  357). 

Todo  esto,  es  pura  declamación  retórica,  porque  ni  el  General 
Blake  necesitaba  que  el  oficinista  Cornel  le  enseñara  el  cumpli- 
miento de  sus  deberes  militares,  ni  el  levantar  en  masa  una  pro- 
vincia, es  cosa  fácil  ni  hacedera,  ni  está  en  manos  de  un  general 
en  gefe;  y  ménos,  tratándose  de  Cataluña. 

El  primer  convoy  de  víveres  y  hombres,  entró  en  Gerona 
el  1.°  de  Septiembre  de  1809,  al  mando  de  Don  Jaime  García  Con- 
de (vid.  la  carta  J  —  73). 

El  segundo  convoy  de  víveres,  á  las  órdenes  del  brigadier  Don 
Enrique  O'Donell  (Coronel  del  Reg.to  de  Ultonia),  se  organiz6 
en  Hostalrich,  de  donde  partió  el  26  Septiembre  1809,  consiguien- 
do introducir  sólo  170  bagages,  y  cayendo  el  resto  del  convoy  ea 
poder  del  enemigo  (vid.  J  —  76,  J  —  77). 

Sobre  la  rendición  de  Gerona,  vid .  J  —  91 . 


[J_LXXIV] 

Sevilla,  27  de  Septiembre  1809. 

398  Poco  hay  que  decir,  mi  muy  amado  Lord,  no 
ocurriendo  cosa  notable  fuera  ni  dentro.  Eguía,  veri- 
ficó su  reunión,  y  sobre  el  Tajo  hay  ya  como  50.000 
hombres.  Alburquerque,  que  manda  la  división  que 
quedó  en  Almaráz,  aún  está  aquí.  Parece  que  el  Mar- 
qués de  Wellesley  desaprueba  estas  disposiciones:  yo 
creo,  que  á  todo  se  dá  mal  aire  quando  se  quiere  cam- 
biar el  espíritu  de  los  pueblos  sobre  alguna  causa. 

399  Seguimos  nuestros  trabajos  en  la  comisión  de 
Córtes,  y  se  van  formando  Juntas  para  examinar  los  in- 
formes y  memorias  remitidas.  Están  ya  en  acción,  qua- 
tro.  Una  de  Ordenación  y  Redacción^  para  ordenar  y 
extractar,  y  distribuir  los  escritos:  una  de  Medios  y  Re- 


SEPTIEMBRE  1809 


363 


cursos,  para  la  guerra:  una  para  el  plan  de  Hacienda, 
y  otra  para  el  de  Legislación.  He  formado  para  cada 
una,  una  pequeña  instrucción,  y  ahora  trabajo  una 
para  la  Junta  de  Instrucción  Pública.  Capmany,  una 
Memoria  para  la  forma  del  Congreso.  Por  nosotros 
la  cosa  no  será  retardada;  pero  es  raro  que  los  cuerpos 
retardan  los  informes:  ninguna  de  las  Juntas  ha  dado 
el  suyo:  la  de  Valencia,  ha  acordado  una  exposición  de 
dudas  que  conspiran  á  disuadir  la  convocación.  Halas 
comunicado  á  las  demás.  La  de  Mallorca,  ha  respondi- 
do admirablemente,  deshaciendo  las  dudas,  aplaudien- 
do el  decreto,  y  demostrando  con  decoro  la  necesidad 
de  obedecer  y  ayudar  al  gobierno  en  tan  bella  obra.  Es- 
peramos á  ver  el  partido  que  toman  otras:  mas  yo  veo, 
que  en  general,  son  más  los  que  desean  las  Córtes,  y 
Córtes  muy  prontas,  que  los  que  las  repugnan. 

400  Aún  duran  esas  malditas  negociaciones  de  Aus- 
tria, y  como  Bonaparte  sabe  bién  vencer  en  las  gue- 
rras políticas,  tememos  mucho  que  conquiste  la  paz. 
Las  noticias  y  rumores,  son  muy  malignos. 

401  Llegó  Romana:  presentóse:  no  pudo  ser  admiti- 
do por  no  tener  poderes:  acordóse  al  segundo  dia,  reci- 
birle con  protexta  de  presentarlos:  juró  y  asiste,  y  está 
en  la  sección  de  guerra. 

402  My  Lady,  ¿cómo  vá  en  la  patria  núm.  1?  ¿Ha  des- 
cansado Vm.  de  la  penosa  navegación?  ¿Goza  Vm.  en 
la  preciosa  HoUand  House,  de  salud,  reposo  y  conten- 
tamiento? Este  es  ya  un  deseo  habitual,  y  de  por  vida, 
de  su  muy  rendido  y  afectuoso 

Jovellanos. 

398  Según  los  §§  390,  391  de  esta  correspondencia,  el  egército 
español  estaba  fraccionado  del  siguiente  modo: 
Egército  de  Extremadura  (Eguía)— 26.000  inf.  -\-  6.000  cab. 
Egército  de  la  Mancha  (Venégas)— 27.000       +  3.000. 
Mendizával.  15.000j 
Ballesteros  10.00o'34.000 

Parque   9.00ol  

87.000  inf. +9.000  cab.=96.00a. 


Egército  de  la' 
Izquierda . . . , 


364 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Pero  semejantes  cifras,  son  tan  gratuitas,  como  caprichosas, 
no  obstante  que  en  el  departamento  de  la  Guerra,  debían  hallarse 
los  estados  de  fuerza  debidamente  regulados. 

Pero  aún  tomando  como  base,  la  irregular  información  de  To- 
reno  (ob.  ¿i?.,  2  —  x  —  366),  nos  encontramos,  con  que,  si  al  pro- 
mediar Septiembre  de  1809,  estuviesen  reunidas  en  Ciudad  Ro- 
drigo todas  las  tropas  del  Egército  de  la  Izquierda,  llegaría  su  ci- 
fra á  26.000  hombres.  Pero,  como  enseguida  veremos,  no  alcanza- 
ba á  la  mitad. 

En  efecto,  á  fines  de  Septiembre  (Toreno:  /.  c,  2  —  x  — 
367)  el  egército  "del  Duque  del  Parque  constaba  de 
10.000  inf .  +  1.800  cab   11.800 

Ballesteros,  allegó  el  19  Octubre,  8.000  id. 

(Toreno  —  2  —  x  —  370)   8.000 

Castro-Fuerte,  concurrió,  el  1.°  Noviembre,  con   6.200 

De  modo  que  en  1.°  de  Noviembre,  contaba  el  Duque  del 

Parque,  con   26.000 

hombres,  sin  la  reducida  4.*  división  que  quedó  en  el  Bierzo. 
¿Cómo  es  posible,  por  tanto,  que  dos  meses  ántes  de  su  reorgani- 
zación, sumara  34.000  soldados? 

Veamos  ahora  la  reunión  de  los  egércitos.  Trasladóse  el  de 
Extremadura  á  la  Mancha,  estableciéndose  el  cuartel  general  en 
Daimiel  (3  Octubre  1809),  á  las  órdenes  del  General  en  gefe  Don 
Francisco  Eguía.  ^ 

46.103  inf. 


Egercito  de  Extremadura  Eguia)L,       ,    ,  ^ 
^  ,  ,  ,51.869  hs.'  5.766  cab. 

Egército  de  la  Mancha  (Venegas)i 


55  piez.  art. 

Toda  esta  fuerza,  mermada  más  tarde  y  regida  por  Areizaga 
(que  sucedió  á  Eguía)  era  la  que  iba  á  perecer  mes  y  medio  des- 
pués, en  la  llanura  de  Ocaña  (19  Noviembre  1809). 

399  La  incansable  labor  de  Jovellanos,  en  esta  época  tumultuo- 
sa en  que  tantos  se  agitaban,  bullían  y  conspiraban,  y  tan  pocos 
trabajaban,  se  evidencia  bien  en  esta  carta.  Más  ampliamente  tra- 
ta su  autor  de  ^stdiS  juntas  de  sección^  ó  Comisiones,  en  su  cele- 
bérrima Memoria  en  def.  de        C,  P.  2  —  a.  2  —  §§  68,  69,  70. 

Á  las  seis  que  aquí  se  señalan,  a)  Ordenación  y  redacción;  b) 
Medios  y  recursos;  c)  Hacienda;  d)  Legislación;  e)  Instrucción 
pública;  f)  Ceremonial  de  Córtes,  hay  que  agregar  otra  de  g) 
Asuntos  eclesiásticos.  Para  las  cinco  primeras,  formó  Jovellanos 


OCTUBRE  1809 


365 


el  Reglamento  ó  instrucción  correspondiente;  y  unos  apunta- 
mientos^ para  la  de  g)  Asuntos  eclesiásticos^  que  estuvo  á  cargo 
del  canónigo  de  Jaén,  Don  Francisco  Castañedo.  La  de  f)  Cere- 
monial de  Córtes^  fué  conferida  á  Don  Antonio  Capmany:  y  en  la 
de  d)  Legislación,  tuvo  parte  muy  principal,  el  insigne  asturiano, 
Don  Francisco  Martínez-Marina,  cuyo  nombre  y  residencia  se 
oculta  (ignoramos  por  qué  motivo),  en  la  correspondencia  que  so- 
bre el  particular  medió  entre  Don  Gaspar  de  Jovellanos,  y  el  Ge- 
neral Venégas. 

Tampoco  faltan  datos  sobre  dichas  materias,  en  los  abundan- 
tes é  inexplorados  Papeles  de  la  Junta  Central^  que  se  custodian 
en  el  Archivo  Histórico  Nacional. 

[J  — LXXV] 

Sevilla,  Octubre  1809  (sin  día). 

403  Mi  muy  amado  My  Lord:  acaba  de  decirme  Ave- 
11a,  que  á  su  partida  de  Lóndres,  Don  Andrés  Ángel  de 
la  Vega  hablaba  ya  de  volver  á  Astúrias.  Si,  pues, 
acaeciese,  que  al  recibo  de  ésta,  no  se  hallase  ya  en 
Inglaterra,  ruego  á  Vm.  que  dirija  la  carta  que  inclu- 
yo, á  Don  Manuel  Flórez  Méndez,  otro  comisionado  de 
la  Junta  de  Oviedo,  previniéndole  que  la  abra,  lea,  y 
ponga  en  ejecución  su  contenido.  Perdón  otra  vez,  y 
mande  Vm.  á  su  affmo. 

Jovellanos. 

404  P.  D.  Y  el  Correo  de  Inglaterra^  ¿no  imprimirá 
la  carta  apologética  de  mi  pobre  Junta? 

403  Los  comisionados  de  Astúrias  que  fueron  á  Inglaterra  á 
solicitar  el  auxilio  de  dicha  nación,  fueron:  el  Vizconde  de  Mata- 
rrosa  (después  Conde  de  Toreno),  el  Catedrático  de  la  Universi- 
dad Ovetense  Doctor  D.  Andrés  Ángel  de  la  Vega  Infanzón,  y  el 
Doctor  D.  Fernando  Álvarez  de  Miranda.  Se  les  unieron,  en  ca- 
lidad de  intérpretes,  los  gijoneses,  Don  Silvestre  de  la  Piniella,  y 
Don  Toribio  Ci fuentes,  piloto  de  la  Real  Armada,  saliendo  todos 


366 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  Gijón  el  30  de  Mayo  de  1808  á  bordo  del  corsario  inglés  Stace 
Brik.  Esta  comisión,  cumplido  su  encargo,  regresó  á  España,  des- 
embarcando en  La  Coruña,  el  17  de  Noviembre  de  1808. 

Por  lo  tanto,  como  es  difícil  suponer  que  Vega  Infanzón  per- 
maneciera en  Lóndres  hasta  Octubre  del  siguiente  año,  cabe  ad- 
mitir que  volviera  á  Lóndres  con  instrucciones  especiales,  tal  vez 
€n  unión  de  Flórez-Méndez. 

La  descripción  de  los  comisionados  y  su  llegada  á  Lóndres,  se 
describe  por  Lord  Holland,  en  sus  Further  Memoirs  ofthe  whig 
party,  pág.  12;  y  la  comida  dada  á  estos  comisionados  en  16  de 
Agosto  de  1808  (en  Holland  House),  en  los  Diarios  de  Lady  Ho- 
lland, tom.  II,  p.  245.  Estos  son  sus  términos. 

(Holland)— "Hacia  fines  de  Mayo,  ó  principios  de  Junio  de  1808 
«vinieron  de  allá  (de  España)  desde  Astúrias,  Matarrosa,  y  Don 
„Andrés  de  la  Vega:  era  el  primero  un  jóven  aristócrata,  más  co- 
„nocido  después  con  el  título  de  Conde  de  Toreno,  y  el  otro,  un 
„abogado  de  provincia,  que  unía  á  una  extrema  sagacidad,  é  in- 
„tegridad  intachable,  gran  sobriedad  de  juicio,  y  un  carácter  pro- 
,.pio  para  inspirar  y  conmover  el  ánimo.  Más  adelante,  trabajó 
„por  desvanecer  los  efectos  de  aquella  desconfianza  que  de  uno  y 
„otro  lado,  así  dentro  como  fuera  de  las  Córtes,  divorciaba  á  los 
..españoles  de  sus  aliados:  mas  falleció  en  Cádiz,  víctima  de  la 
„fiebre  amarilla,  ántes  de  haber  alcanzado  toda  la  gloria  á  que 
„era  acreedor  por  sus  merecimientos,  y  ántes  de  que  pudiese  em- 
„plear  las  conciliadoras  facultades  de  su  temperamento,  en  prevé 
„nir  aquellas  calamidades  que  tan  inesperadamente  ocasionó  el 
„regreso  del  rey  Fernando.  Su  modesto  porte  é  inferior  rango,  la 
«extrema  juventud  de  Matarrosa,  y  la  relativa  insignificancia  de 
„la  provincia  de  Astúrias,  hizo  vacilar  á  nuestro  Gobierno,  hasta 
„la  llegada  de  los  representantes  de  Galicia  y  Andalucía,  hom 
„bres,  no  iguales  en  capacidad,  pero  de  elevado  rango,  por  su  na- 
„cimiento  ó  clase.  El  Almirante  Apodaca,  aunque  en  verdad  ele- 
;..gido  para  ampararle  contra  el  resentimiento  de  la  multitud,  por 
„haber  firmado  una  proclama  favorable  á  los  franceses,  ántes  que 
„por  prueba  alguna  de  afecto  hacia  ellos,  tenía  aire  de  hombre 
«preocupado,  y  modales  que  denunciaban  más  conocimiento  de 
«mundo  y  talento  para  los  negocios,  de  los  que  realmente  poseía. 
«Estas  circunstancias,  y  la  confirmación  del  simultáneo  levanta- 
,;miento  en  toda  España  el  día  de  San  Fernando  (25  ]\Iayo)  deter- 


OCTUBRE  1809 


367 


„minaron  á  nuestro  Gobierno  á  dar  toda  la  ayuda  posible  á  la  pri- 
„mera  resistencia  popular  que  se  levantó  contra  las  agresiones  de 
«Napoleón.,, 

(Lady  Holland)— "16  Agosto:  1808.— Los  representantes  espa- 
„ñoles,  comen  aquí.  Son  cinco  en  total,  á  saber:  el  Vizconde  de  Ma- 
Jarrosa,  y  Don  Andrés  de  la  Vega  (estos  fueron  los  primeros 
„que  vinieron,  de  la  Junta  de  Oviedo).  El  vizconde,  es  muy  jóven, 
„no  pasa  de  diecinueve  años:  La  Vega,  es  persona  muy  agrada- 
„ble,  y  de  buena  instrucción,  muy  estimado  por  su  paisano  Jove- 
„llanos.  Sangro^  es  el  diputado  por  Galicia;  había  sido  designado 
„para  ir  á  Bayona,  pero  huyó,  y  fué  comisionado  con  otro,  Frey- 
„re,  quienes  volverán  después  á  La  Coruña,  con  armas,  etc.,  etc. 
„Los  diputados  sevillanos,  son,  Jácome,  y  Apodaca.  Jácome,  es 
„individuo  de  la  Junta  de  Sevilla.  El  último,  es  el  Almirante  que 
„mandó  estos  dos  últimos  años  en  Cádiz,  y  á  quien  se  rindió  la  es- 
„cuadra  francesa.  Es  muy  animado,  y  agradable  en  sus  maneras, 
„y,  de  todos  los  de  la  comisión,  es  uno  de  los  que  poseen  méiSprác- 
y^tica  de  mundo. 

„  Atribuye  la  desgracia  de  Solano,  á  las  maquinaciones  de  un 
„grupo  movido  por  odio  personal.  Habiéndose  comprometido  So- 
„lano  con  las  peticiones  del  populacho,  la  consecuencia  hubiese 
„sido  la  destrucción  completa  de  su  propia  escuadra,  porque  en 
„aquel  momento,  los  buques  estaban  tan  embarazados,  que  los 
«franceses  hubieran  echado  á  pique  á  los  españoles.  Apodaca,  pa- 
„recía  satisfecho  de  sí  mismo  por  su  destreza  (ingenio)  en  sacar 
«triunfantes  á  los  españoles,  sin  comprometerles.  Estaban  muy 
«contentos  con  la  derrota  de  Dupont,  y  también  con  las  noticias 
«de  la  evacuación  de  Madrid.  Á  la  cuenta,  José  Bonaparte  se  re- 
«tiró  de  allí  sobre  el  29,  después  de  permanecer  solo  tres  días  en 
„su  capital,  quizá  apresuradamente,  con  los  despojos  y  el  botin 
„de  los  palacios.  Hállase  en  Segovia  con  una  fuerza  de  23.000 
«hombres,  esperando  órdenes  de  Napoleón.  Moncey,  y  su  destro- 
«zado  egército  valenciano,  están  con  él.  Mr.  Vaughan,  escribe 
„ desde  Coruña  que  Mr.  Stuart  (que  estuvo  anteriormente  en  Pe- 
«tersburg)  fué  recibido  con  grandes  muestras  de  consideración  y 
„amistad:  á  los  oficiales  de  mar  y  tierra,  les  enseñaron  El  Ferrol; 
„y  á  su  regreso,  iluminaron  los  pueblos.  Habían  sabido  la  noticia 
„del  desembarco  de  Sir  A.  Wellesley  en  la  desembocadura  del 
«Mondego,  el  río  tan  celebrado  por  Camoens. 


368 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Infructuosas  fueron  nuestras  diligencias  para  obtener  datos 
biográficos  de  Flórez  Méndez,  sugeto  por  primera  vez  menciona- 
do en  este  epistolario. 

Desígnale  Don  Gaspar  en  la  presente  carta,  como  comisiona- 
do de  la  Junta  de  Oviedo^  y  en  la  lxxi,  como  diputado  de  la  Junta 
de  Asturias.  Mas  en  otra  de  1.°  de  Mayo  de  181 1,  avisa  al  Lord* 
que  Flórez-Méndez  se  le  presentará  en  su  nombre^  agregando, 
que  era  un  jóven  asturiano,  honrado,  de  talento,  y  establecido 
en  Lóndres.  Pero  ya  ántes  de  dicha  fecha,  lo  había  hecho,  coma 
se  desprende  del  contexto  de  la  última  carta  de  Holland  (H  —  74, 
del  7  de  Abril  de  1811). 

Tampoco,  en  ninguna  de  las  Juntas  constituidas  en  Astúrias, 
hemos  visto  citado,  entre  los  nombres  de  sus  individuos,  el  de 
Don  Manuel  Flóres  Méndez.  Y  solo  en  la  obra  de  Álvarez  Val- 
dés  (Mentor,  del  levant.,  p.  225),  vemos,  en  la  lista  de  los  emplea- 
dos en  el  servicio  del  Egército,  nombrado  Comisario  á  un  Don 
Manuel  Flórez,  con  fecha  de  20  de  Junio  de  1808  (y  á  sus  expensas)- 

Flórez  de  Méndez  (que  así  se  firma),  supo  en  Lóndres  el  falle- 
cimiento de  Jovellanos,  y  se  lo  comunicó  á  Blanco-White.  En 
carta  muy  sentida,  le  contestó  éste,  doliéndose  de  tan  irrepara- 
ble pérdida  (véase  en  n.  ob.  Amarguras  de  Jovellanos,  pág'msi 
432-433). 

Una  extraña  casualidad  nos  hizo  conocer  la  escritura  y  el  do- 
micilio de  este  olvidado  asturiano.  Al  remitir  á  Don  Baltasar 
González  de  Cien  fuegos  el  número  de  El  Español  de  30  de  Enera 
de  1812,  donde  se  publica  el  extracto  del  primer  vol.  de  la  Memor. 
en  def.  de  la  J.  Central,  y  el  elogio  de  su  ínclito  autor,  escribió  el 
remitente  en  la  portada:  Para  Don  Balthasar  Cienfuegos  y  Jo- 
vellanos; de  Don  Manuel  Flórez  de  Méndez — 12  Wilson  St 
(reet). 


[H_LIV] 

Holland-House:  31  Agosto:  1809. 

Querido  y  respetado  amigo  mió:  Tengo  vergüenza 
de  no  haberle  escrito  desde  mi  llegada  en  Inglaterra, 
pero  me  espantó  lo  mucho  que  quería  decirle  y  me  dis- 


AGOSTO  1809 


369 


trahía  aquella  nube  de  pequeños  negocios  de  que  ya 
hablamos  otra  vez,  y  que  se  puso  harto  más  espesa  en 
este  país  que  abunda  en  ésta,  como  en  otra  especie  de 
nieblas. 

Hemos  tenido  un  viage  por  mar  muy  feliz,  pero  algo 
largo.  Tres  semanas  estuvimos  en  mar,  y  nos  desem- 
barquemos en  Portsmouth  el  día  12,  de  este  mes.  La 
Señora,  que  estaba  buena  todo  el  tiempo  del  viage,  ha 
estado  algo  desazonada  desde  su  llegada  á  casa,  pero 
ahora  va  bien,  y  se  acuerda  con  satisfacción  y  amar- 
gura del  dulce  trato  de  Vm.  y  nuestros  amigos  de  allá. 
—Hemos  tenido  la  dicha  de  hallar  buenos  á  todos  los  de 
aquí.  Charles,  está  ya  marinero,  y  sigue  los  estudios 
de  su  profesión  en  una  escuela  cerca  de  Portsmouth. 
Lord  John^  está  3^a  en  casa  de  su  padre,  y  toda  su  fa- 
milia conviene  en  que  no  haya  perdido  su  tiempo  en 
España,  sinó  que  ha  viajado  con  mucho  provecho. — 
Nuestro  Alien,  no  se  aparta  de  su  trabajo,  y  me  atre- 
vo á  esperar  que  sacará  á  luz  un  día  de  estos,  algo  so- 
bre las  leyes  de  España,  junto  á  la  traducción  de  una 
obra  que  á  cualquier  otro  que  Vm.  diría  es  la  mejor 
que  tienen  Vms.  en  asuntos  de  economía  política. 

Acabamos  de  recibir  su  carta  áé[  2  y  3  de  este  mes 
(es  decir,  la  J  — 66,  y  otra  que  falta,  J  —  m^),  y  no  la 
contestaré  mas  que  para  darle  gracias,  puesto  que  ya 
habrán  mudado  de  aspecto  las  cosas,  y  me  temo  que 
ya  se  habrán  desengañado  sus  esperanzas  de  recobrar 
á  Madrid.— No  han  llegado  aquí  las  noticias  de  la  paz 
con  Austria,  pero  me  parece  muy  verosímil,  para  no 
decir  cierto,  que  se  haga,  y  aún  si  no  se  hiciese,  están 
las  cosas  ahí  de  modo,  que  no  se  podia  esperar  más 
que  nuevos  triunfos  para  los  EYanceses  y  nuevas  des- 
gracias para  la  Europa.  —  ¡Oxalá  pudiera  mandarle 
consuelo  sobre  el  espíritu  público  de  aquí!  -  pero  con 
franqueza,  se  ha  resfriado  el  Beto  sobre  las  cosas  de 
España  muy  mucho,  y  le  atribuyo  á  la  falta  de  liber- 
tad de  imprenta^  de  discusión  pública,  y  á  la  dilación 
de  las  Córtes;  y  no  se  le  puedo  disimular  que  aún  la 
supresión  de  la  Inquisición  por  Bonaparte,  por  ilusoria 

24 


370 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


que  sea,  no  dexa  de  alucinar  á  muchos  guando  la  cote- 
jan con  lo  poco  que  se  ha  hecho  hasta  aquí  en  materia 
de  reforma. — Con  todo,  somos  justos  en  un  punto,  y 
todos  cuantos  hablan  de  las  cosas  de  España,  miran  á 
mi  digno  amigo  Don  Gaspar,  como  el  patriota  más 
ilustrado,  y  el  Vocal  de  la  Junta  de  que  se  ha  de  espe- 
rar la  restauración  de  un  Gobierno  libre  y  sábio.— Es 
verdad  que  todo  depende  del  buen  acierto  con  que  se 
dirigen  las  operaciones  militares,  y  me  temo  mucho 
que  ya  no  comen  del  mismo  plato  Wellesley  y  Cuesta: 
ni  tampoco  se  acertará  nada  en  cosas  de  guerra  sin  un 
Xefe^  y  ese,  todavía  no  parece. 

No  falta  de  darme  mucho  cuidado  el  no  haber  ya  teni- 
do noticias  de  algún  buen  suceso  ó  de  Ballesteros,  ó  de 
Romana  en  Castilla,  porque  habiéndola  casi  evacuado 
Ney,  Mortier  y  Soult,  si  no  puedan  los  Gallegos  y  As- 
turianos aprovecharse  de  su  ausencia,  ¿cómo  se  pue- 
de esperar  otra  oportunidad?  Esperamos  también  que 
Vms.  no  dejan  escabullirse  el  tiempo,  escarmentados 
como  han  de  serlo,  de  la  inacción  del  año  pasado, 
Exércitos  de  reserva,  fortificaciones  en  los  puertos,  y 
aún  establecimiento  de  plazas  de  guerra  en  puntos  ser- 
vidos (retirados)  de  los  enemigos  (como  por  exemplo 
sería  Vigo,  Carmona,  Tarragona),  y  almacenes  de  ví- 
veres, &,  &,  en  ellos,  son  providencias  que  imposibili- 
tarían la  repetición  de  muchas  desgracias  que  acaecie- 
ron en  los  meses  de  Enero  y  Febrero  pasado. 

De  nuestra  expedición  á  la  Escalda,  no  se  sacará 
todo  el  fruto  que  se  debía  esperar  de  tan  costoso  arma- 
mento, y  mucho  lleva  el  chasco  el  pueblo  de  no  haber 
podido  penetrar  hasta  Amberes.— Hoy  come  aquí  Apo- 
daca,  que  no  he  visto  todavía,  y  el  Vicar  of  Bvay  que 
le  acompaña,  pero  que  no  hace  gran  papel  en  este 
pais.—No  me  extraña  lo  que  Vm  dice  del  buen  viejo 
de  Extremadura,  y  me  alegro  que  van  adelantándose 
y  en  opinión  y  en  pericia  militar  el  Duque  de  Albur- 
querque  y  el  General  Venégas.  Es  cierto  que  e-n  una 
guerra  de  rev^olucion,  los  héroes  de  los  exércitos  han 
de  formarse  en  ella,  y  ser  hijos  de  ella. 


SEPTIEMBRE  1809 


371 


Adiós,  con  mil  y  mil  memorias  de  la  parte  de  la 
Señora . 

P.  D. — Estoy  esperando  con  ansia  las  noticias  y  la 
llegada  del  busto.— Tengo  de  enviar  algunas  frioleras 
á  amigos  míos  en  Sevilla,  y  si  están  ya  prontas,  aña- 
diré á  ésta  una  nota  de  ellas,  porque  enviándolas  al 
encargo  del  nuestro  Cónsul  Duff ,  me  he  atrevido  á  de- 
cirle que  si  acaso  hubiese  dificultad  en  la  Aduana,  se 
enderezase  á  Vm.  ó  á  Garay  para  facilitarles  el  trán- 
sito. 

[H_LV] 

Holland-House:  Septbre.  6: 1S09. 

Querido  amigo  mió:  aunque  le  escribí  pocos  días 
ha,  no  puedo  sinó  aprovecharme  de  otra  oportunidad 
que  me  proporciona  el  viage  del  Sr.  Cavendish,  sobri- 
no del  Duque  de  Devonshire,  que  sale  para  España  con 
su  primo  Lord  William  Bentinck.— ¡Oxalá  pudiera  yo 
darle  buenas  noticias! — Todos  creemos  que  está  hecha 
la  paz,  ó  para  hacer  luego,  entre  el  Austria  y  la  Fran- 
cia, y  si  Vms.  no  pueden  echar  los  franceses  de  Espa- 
ña, mientras  tantos  exércitos  enemigos  están  en  Ale- 
mania, ¿quánto  ménos  se  puede  esperar  de  sus  esfuer- 
zos, quando  se  reunirán  todos  ellos  entre  elEbro  y  los 
Pirineos? 

No  le  puedo  disimular,  amigo  mió,  que  todos  aquí 
me  hacen  la  guerra  como  Españolado,  echándome  en 
cara  la  lentitud  y  la  inacción  en  cosas  civiles  y  milita- 
res, y  la  desunión  de  los  Generales  en  estas  últimas. 
Es  cierto  que  ni  Vms.  están  contentos  de  La  Romana, 
ni  los  Ingleses  de  La-Cuesta,  y  sin  embargo,  después 
de  sabido  esto,  uno  y  otro  manda  (n)  todavía. 

También  me  dicen  aquí,  hablan  de  las  Cortes ^  ha- 
blan de  reformas,  pero^  ¿qué,  de  todo  eso^  se  ha  he- 


372 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


cho?  Ni  tienen  General  en  Xefe  que  tenga  opinión^  ni 
tienen  Gobierno  executivo  que  tenga  unidad  ó  auto- 
ridad, ni  tienen  tampoco  libertad  de  discusión  que 
pueda  fomentar  el  entusiasmo  en  el  pueblo,  amedren- 
tar á  los  intrigantes  y  estimular  á  los  perezosos. — Con- 
fieso que  los  acusadores  de  aquí,  hablan  con  mucha 
ignorancia,  y  en  algunos  puntos,  no  rezelo  sus  ataques, 
pero  entre  lo  mucho  que  dicen,  hay  cosas  de  que  solo 
se  puede  decir 

pudet  haec  opprobria  vobis, 

Et  dici  potuisse  et  non  potuisse  refelliceret. 

Hoy  tendré  el  gusto  de  oir  noticias  de  mis  amigos 
de  Sevilla,  y  más  que  todos,  de  mi  respetado  Don  Gas- 
par. Come  aquí  Hossper,  que  acaba  de  llegar  con  car- 
tas de  Lord  Wellesley,  y  ¿cómo  habrá  gustado  ese  Se- 
ñor á  Vms.?  Celebré  mucho  que  en  su  discurso  á  Cádiz, 
había  abiertamente  alabado  el  proyecto  de  llamar  á  las 
Córtes.  Es  cierto  que  de  él  se  puede  aprender  verum 
laborem,  y  tal  vez  fortunam,  y  si  á  éstos,  añade  vir- 
tutem,  y  el  deseo  de  establecer  la  libertad  con  la  inde- 
pendencia, sería  muy  gloriosa  su  Embaxada  en  Es* 
paña. 

La  Señora,  que  estuvo  algo  desazonada,  ya  va  me- 
jor, y  estamos  todos  sin  novedad.— En  el  Edinburgh 
Review,  han  hecho  un  artículo  sobre  la  traducción  de 
su  excelente  Informe  de  Vm.  hecha  por  un  Ruso.  No 
hay  nada  en  la  crítica  de  que  puede  quejarse  un  amigo 
del  autor  del  Informe;  pero  tampoco  hay  el  conoci- 
miento que  se  podía  esperar  en  tales  asuntos,  y  es  un 
artículo  muy  inferior  á  los  que  suele  producir  aquel  ex- 
celente periódico. 

Si  Vm.  ó  su  sobrino,  pudiese  lograr  para  mí  algu- 
nos documentos  que  tengan  referencia  al  destierro  de 
los  Jesuítas  con  las  fechas  de  las  providencias  del  Go- 
bierno en  ese  asunto,  y  con  algunas  anécdotas  que  sir- 
van á  aclarar  lo  oscuro  de  aquel  acontecimiento,  le  se- 
ría infinito  agradecido. 

También  me  hacen  falta  para  un  proyecto,  ó  por  me- 


SEPTIEMBRE  1809 


373 


jor  decirlo,  un  proyectico  mío,  los  títulos  de  las  come- 
dias de  Guillen  de  Castro. 

No  han  salido  de  Lóndres  todavía,  los  caxones  de 
que  le  avisé  la  semana  pasada.  Tal  vez  tendré  el  tiem- 
po de  añadir  otros  con  libros  para  Vm.  y  para  algunos 
■amigos  mios. 

Espero  que  Vm.  se  empeñe  con  el  mismo  esmero  en 
despachar  de  ahí,  el  busto  tan  deseado  de  mí.  ¡Qué 
gusto,  qué  alborozo  para  mí  la  llegada  de  esa  obra!  La 
estoy  deseando  con  una  ánsia  que  no  se  puede  pon- 
derar. 

Los  amateurs  de  aquí,  alaban  mucho  el  gracioso 
cuadro  de  Murillo,  y  todos  convienen  en  que  sea  una 
muestra  muy  apreciable  y  muy  rara  de  su  pincel. 

He  tenido  mucha  satisfacción  en  viendo  un  monu- 
mento que  se  ha  hecho  últimamente  aquí,  y  que  acre- 
dita mucho  el  talento  del  escultor  y  el  estado  de  las 
artes.  Es  una  estatua  en  bronce  del  difunto  Duque  de 
Bedfor  (tío  de  Lord  John,  y  amigo  y  favorecedor  mío) 
que  se  ha  puesto  en  una  plaza  de  las  más  grandes  de 
Lóndres.  No  han  sacado  todavía  una  estampa,  pero  si 
no  me  engaña  el  interés  que  excita  en  mí  el  asunto,  no 
es  nada  inferior  á  las  mejores  de  Italia. 

Pero  perdone  Vm.  esta  tan  larga  molestacion:  mil 
y  mil  memorias  de  la  parte  de  Milady;  no  pasa  un  día 
sin  que  hablamos  de  la  bondad  y  de  la  dulzura  del  tra- 
to de  nuestro  amigo  y  favorecedor  Don  Gaspar. 
Adiós. 

H. 


[H_LVI] 

Lóndres:  6  Septiembre:  1809, 

Querido  amigo  mió:  Pocos  dias  ha,  le  escribí  una 
carta  muy  larga  que  entregué  al  Ministro  de  España 
para  despachársela,  y  hoy  acabo  de  escribir  otra  de 
que  se  ha  encargado  el  hijo  de  L.^  G.  Cavendish  que 


374 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


va  á  España  con  L.^  W.  Bentinck.~x\sí,  por  el  correo 
ordinario,  no  le  digo  más  sinó  que  celebramos  haber 
tenido  buenas  noticias  de  su  salud  de  Vm.,  y  que  Mi- 
lady  y  todos,  estamos  aquí  sin  novedad. 
Adiós,  respetable  amigo. 

[H_LVII] 

(S  Septiembre:  1809). 

Queridísimo  amigo  mió:  Ahí  van  al  cuidado  de  nues- 
tro Cónsul  Duff,  á  Cádiz,  dos  ó  tres  caxitas  para  la 
Marquesa  de  Ariza,  y  dos  para  Vm.  Una,  contiene 
papel,  &,  &,  para  dibujar,  que  habia  yo  creido  pudiese 
divertir  su  muchacho  (¿Manuel  Martines  Marma?): 
además  de  eso,  le  envia  á  Vm.  la  Señora,  tres  estam- 
pas, del  Príncipe  de  Gales,  de  mi  tio,  y  el  mío. 

La  quarta,  que  es  también  de  mi  preciosa  figura, 
está  destinada  para  Don  Manuel  Quintana,  y  le  suplica 
se  la  entregue. 

(Carta  sin  fecha  nifirtna.) 


[H_LVIII] 

S  Septiembre:  1S09. 

Le  escribí,  querido  y  respetado  amigo  mío,  dos  car- 
tas ayer,  pero  no  puedo,  sinó  añadir  estos  dos  renglo- 
nes, para  darle  mil  gracias  por  dos  cartas  suyas  con 
fecha  del  día  8,  y  del  día  15  del  mes  pasado  (J  — 67, 
J  —  68).— Siento  muy  mucho  la  mudanza  del  estado  de 
la  guerra,  y  aún  más  las  desavenencias  y  la  flaqueza 
que  á  mi  parecer,  han  contribuido  y  contribuirán  á 
empeorarlo. 

Aquí  no  están  contentos  de  Wellesley,  pero  no  le 
hacen  cargo  de  haberse  retirado  ántes  de  haberse  ade- 


SEPTIEMBRE  1809 


375 


lantado  demasiado,  y  de  haber  sacrificado  su  gente 
fiándose  á  un  General  con  que  no  se  debía  contar:  y 
en  verdad,  por  medio  español  y  españolado  que  soy, 
no  encuentro  disculpa  ninguna  por  (para)  Cuesta,  y 
perdone  Vm.  la  franqueza  con  que  le  hablo,  aún  ménos 
por  los  que,  después  de  tantos  errores  y  disparates 
suyos,  se  porfían  á  emplearle. — Después  de  haberse 
adelantado  sin  necesidad,  y  haber  perdido  su  vanguar- 
dia y  sus  víveres;  después  de  no  haber  querido  empe- 
ñar una  acción  ántes  de  la  reunión  de  Víctor  con  Se- 
bastiani,  ni  cuida  los  puertos  de  Baños  ó  Perales,  por 
los  cuales  podía  ser  cortado  Wellesley,  ni  queda  en 
Talavera  aún  para  esperar  que  se  adelante  Víctor;  y 
dos  veces  hubiera  perdido  dos  divisiones  de  su  Exérci- 
to,  si  no  hubiese  sido  por  el  valor  y  pericia  militar  de 
Alburquerque.  — No  hablo  del  abandono  de  los  enfer- 
mos ingleses,  y  muchas  otras  faltas  que  no  se  pueden 
disimular.— ¿Por  qué,  pues,  no  decirlo  abiertamente? 
¿Por  qué  no  llamarle  sin  todas  esas  condescendencias 
y  decoros,  que,  á  la  verdad,  huelen  (denuncian)  la  ti- 
midez de  una  Corte  que  más  rezela  á  sus  vasallos  que 
á  sus  enemigos,  y  no  un  gobierno  revolucionario  he- 
cho por  el  pueblo  y  para  el  pueblo,  y  en  que  todo  se 
debía  hacer  con  franqueza  y  con  vigor?  Ya  verá  Vm, 
que  soy  del  parecer  de  Frere,  y  que  según  mis  ideas, 
se  debía  nombrar  por  General  en  Xefe  á  cualquiera 
que  gustaba  más  á  Sir  A.  Wellesley,  y  si  no  tiene  él 
preferencia,  á  Alburquerque,  á  Venégas,  ó  á  Blake, 
que  son  jóvenes,  y  cuyo  mando  sería  el  fruto  de  haber- 
se distinguido  en  el  campo,  y  no  de  ser  indicado  en  la 
Guia,  que  tiene  poco  acierto  en  esta  materia.— Lo  que 
me  entristece,  es  lo  poco  que  sé  ha  hecho  mientras  es- 
tuvieron los  Exércitos  franceses  en  Alemania:  y  en 
verdad,  no  es  la  culpa  de  Beresford  y  sus  portugueses, 
ó  de  Wellesley  y  sus  ingleses.  Estos  últimos,  no  pue- 
den ser  muchos,  y  Vms.  no  deben  contar  con  ellos  por 
más  que  auxiUarios;  y  quanto  á  Beresford,  seria  pen- 
sar en  lo  escusado,  esperar  que  podía  pasar  la  fronte- 
ra, mas  que  para  amenazar  al  enemigo. 


376 


CARTAS  DE  JOVRLLANOS  Y  HOLLAND 


Pero  si  por  falta  de  plan  no  saben  guardar  los  pues- 
tos los  Españoles:  si  al  momento  que  se  reúnen  todos 
los  exércitos  franceses  para  caer  sobre  el  pequeño 
exército  de  Wellesley,  no  se  hace  nada  en  las  provin- 
cias que  dejan  abandonadas,  para  cortar  su  línea  con 
Francia,  ¿cómo  se  puede  esperar  que  podrán  resistir  á 
más  de  tres  veces  la  fuerza  que  tienen  ahora  cuando 
vendrá  con  sus  huestes  Bonaparte  del  Danubio?  Y,  ¿qué 
podía  hacer  Wellesley,  sinó  retirarse  estando  en  Oro- 
pesa,  los  puertos  de  Baños  abandonados  sin  un  tiro  de 
fusil;  los  franceses  á  Plasencia,  y  aún  algunos  ya  en 
Navalmoral,  y  La-Cuesta,  abandonando  á  Tala  vera? 
No  habia  otro  partido  que  tomar. 

Me  empeñaré  en  buscar  el  medio  de  publicar  la  car- 
ta; pero  toman  ya  tan  poco  interés  en  las  cosas  de  Es- 
paña, que  no  puedo  asegurarle  que  lo  harían  de  buena 
gana  los  editores,  pero  lo  veremos;  y  si  no  hay  propor- 
ción para  publicarlo  en  una  Gazeta,  buscaré  otro  me- 
dio para  sacarla  á  luz. 

Aquí  no  quieren  creerme,  quando  les  aseguro  que 
de  véras  se  llamarán  las  Córtes:  todos  claman:  ¿y  por 
qué  tanta  lentitud?,  y  entretanto,  ¿qué  se  ha  hecho  en 
le  Hacienda,  en  las  leyes,  ó  en  el  punto  más  principal  de 
todos,  la  libertad  de  imprenta?  —La  causa  de  España, 
no  ha  perdido  en  el  espíritu  público,  ni  el  carácter  na- 
cional del  pueblo,  pero  el  Gobierno,  sí,  y  desde  la  pu- 
blicación del  hermano  del  General  Moore,  todos  aquí 
claman  contra  la  poca  libertad  que  hay  en  España,  y 
hacen  cargo  al  Ministerio  inglés,  de  no  haber  capitula- 
do con  la  Junta,  de  nombrar  un  Comandante  en  Xefe 
para  los  Exércitos:  de  llamar  las  Córtes  en  que  podía 
influir  el  pueblo,  y  de  establecer  la  libertad  de  la  im- 
prenta.— Dicen  que  ningún  abuso  se  ha  suprimido,  y 
que  la  Junta  tiene  todos  los  defectos  de  un  despotismo 
sin  la  opinión.  Hablan,  á  la  verdad,  con  excepción,  de 
Don  Gaspar,  y  de  dos  ó  tres  otros  vocales,  pero  aún,  si 
no  fuese  preciso  para  el  bien  del  país,  ensanchar  el  ba- 
sis  del  Gobierno,  lo  sería  para  lograr  la  confianza  del 
aliado  principal,  que  tantas  desgracias  acabarán  con 


SEPTIEMBRE  1809 


377 


quebrantar. — Pero  no  importa  tanto  que  eso  se  haga 
bien,  como  que  se  haga  pronto,  prontísimo. —Se  espera 
algo  aquí,  de  la  actividad  de  nuestro  Embaxador,  pero 
mucho  hacen  falta  las  providencias  necesarias  para  es- 
tablecer almacenes,  y  formar  exércitos  de  reservas:  y 
mas  que  todo,  se  queja  de  la  falta  de  unión,  de  plan,  y 
de  confianza  entre  sí.— El  rezelo  que  ha  tenido  el  Go- 
bierno, ó  por  lo  ménos  que  se  supone  que  tenga  del  Du- 
que de  Alburquerque  en  lo  militar,  y  del  Duque  del  In- 
fantado, en  lo  político,  no  ha  gustado  en  Inglaterra:  y 
á  mi  parecer,  l.*'  hasta  que  el  Comandante  en  Xefe,  sea 
un  mozo  y  del  agrado  de  Wellesley:  2.*",  hasta  que  las 
Córtes  sean  llamadas  con  dia  fixo:  y  S."",  hasta  que  el 
Poder  executivo  sea  concentrado,  y  que  sea  admitido 
en  él,  el  Duque  del  Infantado:  y  4.**,  hasta  que  la  liber- 
tad de  la  imprenta  sea  enteramente  establecida,  y  sin 
reserva:  y  5."*,  hasta  que  se  trata  de  reformar  los  abu- 
sos de  la  hacienda,  no  dexará  de  rezelar  la  resulta  de 
la  contienda,  el  público  aquí;  y  es  con  mucho  senti- 
miento que  lo  digo,  querido  amigo  mió,  yó,  en  mi  par- 
ticular como  inglés,  y  miembro  del  Parlamento,  por 
muy  españolado  que  soy,  no  puedo  aprobar  los  esfuer- 
zos que  está  haciendo  mi  pátria,  para  una  causa  tan 
justa  en  sí,  pero  la  cual  un  gobierno  anómalo  y  oligár- 
quico, echará  sin  remisión  á  perder. — Me  he  atrevido 
á  hablar  claro  sobre  esta  materia,  ya  porque  siento 
tanto  la  situación  de  España,  y  estoy  tan  aficionado  á 
ella  y  á  su  causa,  ya  porque  es  útil,  que  Vm.  sepa  lo 
que  se  piensa  sobre  la  causa  en  Inglaterra;  y  Vm.  pue- 
de juzgar,  si  tal  sea  la  opinión  de  un  medio  español  so- 
bre su  segunda  pátria,  cuál  será  la  del  pueblo  inglés, 
que  no  puede  mirarle  mas  que  como  pais  aliado,  pero 
extrangero. 

Adiós:  estoy  esperando  con  ánsia  que  me  traigan  las 
noticias  del  despacho  de  las  cartas-convocatorias,  y 
de  la  declaración  de  una  entera  libertad  de  imprenta, 
providencia  que  no  es  ménos  locura  que  tiranía  haber 
dilatado  hasta  aquí. 

Con  un  Bonaparte  por  Déspota,  se  puede  hacer  una 


378 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


guerra  escarnecida  á  un  pais;  pero  sin  tener  un  génio 
militar  por  déspota,  ha  de  buscar  la  fuerza  en  la  liber- 
tad, y  no  en  el  despotismo,  la  nación  que  quiera  defen- 
derse con  entusiasmo. 


[  J— LXXVI] 

Sevilla,  3  de  Octubre  1S09. 

405  Por  fin,  mi  muy  amado  My  Lord,  después  de 
tanto  esperar  llegaron  las  cartas  de  Vm.  tan  aprecia- 
bles  para  mí,  como  de  mí  deseadas.  Recibí^  primero, 
las  dos  del  6,  luego  las  dos  del  8  de  Septiembre,  y 
ahora  mismo  acaban  de  enviarme  la  del  31^  que  era 
la  primera  que  debia  recibir.  Quánto  celebré  yo  la  fe- 
liz llegada  de  Vm.,  de  la  amable  My  Lady  y  de  toda  la 
compañía  á  ese  pais,  Vm.  lo  inferirá  de  mi  cariño,  y 
de  la  impaciencia  con  que  esperaba  y  deseaba  esta  no- 
ticia. Son  ahora  mis  votos,  por  la  continuación  de  su 
preciosa  salud,  por  los  progresos  de  la  educación  de 
Garlitos,  por  el  provechoso  fruto  del  estudio  y  medita- 
ciones de  nuestro  Mr.  Alien,  por  la  adolescencia  física 
y  moral  del  Sr-  Russell,  y  en  quanto  á  Vm.  y  su  pre- 
ciosa mitad,  por  todo  el  lleno  de  contento  y  dicha  á  que 
son  acreedores  por  su  altamente  ilustrado,  y  intima- 
mente perfeccionado  corazón. 

406  El  busto,  está  concluido  muchos  dias  há:  víle 
una  vez  sola,  y  me  pareció  bién  acabado:  viéronle  mu- 
chos y  logró  general  aprobación:  mas  como  Vm.  no  ha 
querido  que  yo  tuviese  en  él  mas  parte  que  mi  pobre 
triste  figura,  no  me  he  atrevido  á  instar  por  su  remesa. 
Quintana  entiende  en  ella,  y  dará  razón. 

407  Fuera  imposible  que  yo  contextase  á  todo  el 
contenido  de  las  cartas  de  Vm.;  las  mias  lo  han  hecho 
en  parte.  Sé  lo  que  hemos  perdido  en  el  espíritu  públi- 
co; pero  sé  que  con  poquísima  justicia.  De  acá,  fueron 
preparadas  las  especies  con  un  fin  bien  ageno  de  la 


OCTUBRE  1809 


379 


buena  fé  que  debíamos  esperar  de  nuestra  hermandad. 
La  falta  de  víveres,  ni  del  todo  cierta,  ni  tampoco  in- 
evitable, singularmente  si  se  fuese  adelante,  no  era  su- 
ficiente motivo  para  volver  atrás;  y  si  la  ocupación  de 
Bonaparte  en  el  Danubio,  lo  era  para  dar  mayor  acti- 
vidad á  la  guerra,  ¿no  lo  sería  para  que  nuestros  alia- 
dos nos  siguiesen,  quando  era  segura  una  nueva  victo- 
ria? ¿Quando  ésta  hubiera  producido,  primero  la  liber- 
tad de  la  capital,  y  luego  la  retirada  de  Soult  hacia 
Burgos  ó  su  derrota?  Se  culpa  á  Cuesta  de  no  haber 
cooperado  con  actividad,  cargo  tan  incierto,  como  in- 
justo. Que  sus  órdenes  no  fuesen  las  más  acertadas,  es 
posible,  y  para  mí  muy  probable,  porque  no  soy  de  los 
que  le  han  creído  lo  que  le  cree  el  vulgo;  mas  que  su 
cooperación  no  fuese  sincera,  y  de  buena  fé,  es  una  ca- 
lumnia vilmente  inventada,  no  para  dañar  á  él,  sinó  á 
nuestra  causa.  El  egército  de  reserva,  está  decretado; 
empezóse  á  formar;  pero  los  accidentes  de  la  guerra 
obligaron  á  arrastrar  las  tropas  al  refuerzo  del  egér- 
cito. El  aumento  de  gente  no  se  ha  activado  por  falta 
de  fusiles;  pero,  ¿qué  no  hemos  hecho  para  tenerlos? 
¿No  ofreció  Cochrane  150.000  en  una  contrata  abonada 
por  Frere,  y  por  la  qual  tomará  en  Veracruz  un  millón 
de  pesos?  ¿No  hemos  enviado  una  rica  expedición  á 
Trieste  para  convertir  su  valor  en  fusiles?  ¿No  hemos 
ofrecido  un  premio  de  100.000  reales  sobre  el  valor  de 
los  fusiles,  á  quien  nos  traiga  10.000?  Ahora  viene  otro 
Cochrane  ofreciendo  quarenta  mil;  pero  ¡con  qué  con- 
diciones! Quiere  un  privilegio  para  llevar  á  América  un 
capital  de  géneros  cuyos  derechos  enjuguen  el  valor  de 
los  fusiles;  es  decir,  por  lo  menos  88  por  ciento  de  más 
valor^  cosa  que  arruinaría  nuestro  comercio,  como  que 
descontentaría  notablemente  á  la  América,  y  que  chu- 
paría la  mayor  parte  de  la  sustancia  del  comercio  de 
las  colonias.  Y  ¿es  esto  buena  fé?  ¿Es  deseo  de  ayudar- 
nos? Y  si  el  Gobierno  permite  á  un  particular  traernos 
40.000  fusiles,  ¿no  pudiera  darlos  con  condiciones  mé- 
nos  duras?  Dice  que  lo  permite,  porque  son  de  desecho; 
pero  si  inútiles  del  todo,  ¿para  qué  permitir  esteenga- 


380 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


ño?  Si  en  algún  modo  útiles,  ¿por  qué  no  responde  con 
ellos  á  nuestro  clamoreo?  Por  último,  mi  amado  Lord, 
sin  dinero  nada  se  hace.  Y  bién,  ¿qué  subsidio  en  di- 
nero nos  dá  nuestra  alianza?  Ninguno  después  de  la 
instalación  de  la  Junta. 

Lejos  de  eso,  ha  chupado  nuestra  sustancia.  Nada 
se  ha  pagado  de  lo  que  consumió  el  egército  de  Moore: 
nada  de  lo  que  consume  el  de  Wellesley:  el  millón  dado, 
y  luego  arrebatado  por  la  fragata  Minerva  cuando  la 
retirada  de  Galicia,  no  se  vuelve:  Cochrane,  tomará 
en  Veracruz  tres  millones,  y  las  letras  por  dos,  aunque 
con  enorme  pérdida,  se  pagan  lentamente,  y  el  terce- 
ro, ni  en  letras  ni  en  fusiles.  ¿Qué  alianza,  pues,  es  esta 
que  no  presta  auxilio  de  gente,  ni  de  dinero,  ni  de  ar- 
mas, á  quien  necesita  de  todo?  ¿Y  en  fin,  quando  la  ex- 
pulsión de  los  franceses  está  en  manos  del  aliado,  y  no 
se  hace?  Y  si  esta  famosa  expedición  volviese  desde 
Flesinga  á  las  costas  de  Cantabria,  mientras  el  egérci- 
to combinado  cayese  sobre  Madrid,  ¿quién  duda  que 
150.000  hombres  expelerían  á  90.000  forzados  á  cubrir 
tantos  puntos?  Basta. 

408  Gerona,  hace  milagros  de  constancia  y  valor. 
Blake,  á  la  hora  de  ésta,  la  habrá  socorrido  dos  veces 
por  medio  de  un  egército  enemigo  de  doble  fuerza. 
Tuviera  dinero  y  haría  levantar  el  sitio,  y  llevaría  la 
guerra  al  interior  de  Francia.  Amigo  mió,  buena  fé,  y 
tódo  irá  bién. 

409  ¿Y  crée  Vm.  que  el  impulso  dado  desde  aquí  al 
espíritu  público  de  Inglaterra  tenga  por  objeto  dañar- 
nos? Lo  dirá  el  efecto.  ¡Canning!  ¡Canning!;  pero  de  ma- 
nera que  no  sea  reemplazado  por  un  amigo  de  España. 
No  sé  si  mi  anteojo  descubre  bastante  horizonte;  apli- 
que Vm.  el  suyo,  y  veremos. 

410  En  quanto  á  nuestras  miserias,  ¿quién  más  pe- 
netrado de  ellas?  Las  Córtes  tienen  siempre  enemigos; 
pero  la  opinión  pública  está  por  ellas.  Ahora,  las  Jun- 
tas sacan  la  cabeza,  y  empiezan  á  desobedecer  y  ame- 
nazar. Si  no  me  engaño,  esto  producirá  las  Córtes,  ó 
una  disolución  del  Gobierno.  Entretanto,  se  trata  se- 


OCTUBRE  1809 


381 


riamente  de  reconcentrar  el  poder  ejecutivo.  Sí  se 
hará,  sí  se  hará  bién,  sub  judice  lis  est. 

411  Quédese  Vm.  con  Dios,  Lord  mió,  que  voy  á 
saludar  á  nuestra  amable  My  Lady.  Sí,  Señora,  á  me- 
dida que  el  tiempo  se  avanza,  crece  nuestro  interés 
por  la  salud  y  la  dicha  de  la  preciosa  persona  que  vá 
á  aumentar  la  mejor,  la  más  amada  de  España,  familia 
de  Inglaterra.  Los  amigos  de  Vm.,  no  sólo  no  olvidan 
sus  beneficios,  más  ni  su  imágen,  y  cada  día  recuerdan 
algunos  momentos  en  que  saliendo  de  su  quarto,  á  la 
sala  conversación,  decían  dentro  sí:  incessu  gravi  pa- 
tuit  dea.  Si  con  la  de  nuestro  amado  Lord,  viniese  una 
estampa  de  Vm.,  que  debe  grabarse,  este  consuelo 
más  tendríamos  los  amigos,  entre  los  quales  rehusa  el 
último  lugar 

Jovellanos. 

406  Véase  lo  manifestado  en  nuestra  nota  345. 

406  Sobre  la  ejecución  y  mérito  de  este  busto,  confr.  nuestra 
obra,  Inventario  de  un  jovellanista,  sección  VIII.  Transcribire- 
mos, para  mayor  comodidad  del  lector,  lo  pertinente  á  este  se- 
gundo grabado  de  Jovellanos,  publicado  en  1816. 
"  Apareció  en  el  segundo  tomo  de  la  magnífica  obra  de  Lord 
„Holland:  Some  account  of  the  Uves  and  writings  o f  Lope  Félix 

y^de  Vega  Carpió  and  Guillén  de  Castro  

„     Reproduce  el  busto  de  mármol,  mandado  hacer  por  HoUand 

„en  Sevilla  á  Don  Ángel  Monasterio  (1809),  y  grabado  en  acero 

„con  singular  soltura  y  diestro  buril,  por  Scriven,  según  la  firma: 

„  Scriven^  sculp. 

„     Al  pié,  esta  leyenda: 

„         Don  Gaspar  Melchor  de  Jovellanos 

„     from  a  bust,  in  the  possession  of  Lord  Holland. 

„      Published  Nov.  28,  18 16 y  by  Longman,  Hurst  Rees. 

„      Orme  &  (and)  Brown,  London. 

„  El  busto,  está  colocado  casi  en  fáz  (Vs)-  Frente  despejada,  dé- 
„bilmente  rugosa;  calva  la  cabeza,  con  cabello  suelto,  escaso  y  li- 
„geramente  rizado  sobre  las  sienes.  Orejas  carnosas  y  grandes 


-382 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


^Fruncido  el  ceño,  espesas  las  cejas;  nariz  magistral,  boca  correc- 
„ta,  barba  carnosa,  y  facciones  perfectamente  modeladas.  Expre- 
-„sion  grave,  aire  solemne,  y  ejecución  certera  „  (Véase  también 
el  grabado  f.) 

407  En  el  Discurso  leido  por  el  general  Arteche  en  el  Ateneo 
de  Madrid  (19  Abril  1887),  sobre  la  Cooperación  de  los  Ingleses  en 
la  Guerra  de  la  Independencia,  léense  los  siguientes  párrafos: 
"  En  cnanto  á  lo  del  material  de  guerra  y  equipos  facilitados 
„por  los  ingleses,  yo  os  podría  dar  razón  desde  el  número  de  los 
^,cañones  (que  ninguna  falta  hacían  en  esta  tierra  clásica  del  hie- 
„rro  y  el  bronce),  hasta  el  de  las  suelas  de  zapatos  que  nos  fueron 
«enviadas,  fatigando  así  vuestra  benévola  atención,  Pero  con  de- 
„ciros,  que  entre  las  armas  vinieron  miles  de  chuzos ^  comprende - 
„réis  que  la  Inglaterra  ito  las  tenia  de  fuego  en  cantidad  suficien- 
^^te  para  las  necesidades  de  aquella  guerra. 

¿Cómo,  con  efecto,  habrían  sus  fábricas  de  dar  abasto  á  los 
„egércitos  de  toda  la  Europa,  que  consumían  muchas  más  armas 
„que  las  que  pudieran  proporcionarles  sus  parques,  para  reponer 
„las  pérdidas,  en  tanto  y  tanto  revés  como  sufrían?,, 

¿De  dónde,  pues,  añadimos  ahora,  habían  de  sacar  los  150.000 
fusiles  que  ofreció  Cochrane  (que  no  es  el  Almirante  inglés  de 
este  apellido),  y  que  con  tanta  insistencia  se  piden  en  la  carta  J— 85 
<§  459)?  ¿Para  qué  valían  los  40.000  recibidos,  de  desecho?  ¿Para 
qué  los  10.000  recibidos  en  Noviembre?  Y  con  tan  malas  armas,  y 
sin  municiones,  y  gente  bisoña  ¿pretendíamos  derrotar  á  Soult? 
¡Oh  ilusión  del  patriotismo! 

De  la  negociación  de  tres  millones  de  pesos  hecha  por  el  Ca- 
ballero Cochrane,  á  nombre  del  Gobierno  inglés,  habla  Jovella- 
nos,  en  su  Memoria  (P.  l  —  a.  2.  —  §  18). 

Holland,  en  dos  de  sus  cartas  íH— 54,  H-59)  habla  de  las  ex- 
pediciones enviadas  por  la  Gran  Bretaña  contra  Nápoles,  y  Am- 
béres  (Bélgica  francesa)  en  Septiembre  de  1809. 

La  expedición  contra  Nápoles,  iba  dirigida  por  Sir  John 
Stuard,  y  no  tuvo  resultado. 

La  segunda  expedición,  mucho  más  importante,  tenía  por  ob- 
jeto destruir  el  gran  arsenal  francés  que  Napoleón  habia  cons' 
truido  en  Ambéres,  y  cegar  el  Escalda.  Esta  expedición,  se  com 
.ponia  de  40  navios,  36  fragatas  y  otros  buques  con  30.000  hombres 


OCTUBRE  1809 


383 


de  marina  y  tripulación,  y  40.000  de  desembarco,  á  las  órdenes  de 
Lord  Chatam  (hermano  primogénito  del  gran  Pitt). 

La  fuerza  expedicionaria,  desembarcó  en  la  isla  Walcheren; 
se  apoderó  del  fuerte  de  Batz  (3  Agosto  1809),  y  en  vez  de  dirigir- 
se á  Ambéres^  atacó  á  Fíessingue^  que  se  rindió  el  15  de  Agosto. 
Entónces,  los  ingleses,  subieron  por  el  Escalda,  pero  ya  era  tarde 
para  llegar  á  Ambéres,  atestada  de  tropas,  y  fortificada. 

Lord  Chatam,  ordenó  la  retirada,  perdiendo  10.000  hombres  en 
los  pantanos  de  Walcheren.  La  guarnición  de  Flessingue,  vióse 
obligada  por  las  enfermedades  palúdicas,  á  abandonar  la  plaza, 
cuyas  fortificaciones  destruyó  (24  Diciembre:  1809). 

En  más  breves  términos  lo  refiere  Arteche  (L  c,  vii— 251):  "In- 
„glaterra,  en  vez  de  auxiliar  á  España  debidamente,  ideó  dos  ex- 
„pediciones,  una  á  Walkeren,  y  otra  á  Nápoles,  imaginando  dis- 
„traer  á  Napoleón  de  sus  operaciones  contra  Austria.  La  expedi- 
„cion  de  40.000  hombres  que  Lord  Chatam  llevó  á  Walkeren  (cuyo 
„principal  objetivo  era  hacerse  dueña  del  arsenal  de  Ambéres)  fué 
„aniquilada  por  las  enfermedades  palúdicas,  endémicas  en  la 
«isla.,, 

Trata  extensamente  esta  materia  Lord  Holland  en  sus  Further 
Memoirs  págs.  31  y  siguientes,  46  y  siguientes. 

409  El  sentido  de  este  párrafo,  es  un  poco  ambiguo,  porque  lo 
trastorna  el  adverbio  no.  Lo  entenderíamos,  admitiendo  ó  recha- 
zando dicha  partícula,  bajo  estas  dos  formas: 

a)  que  no  sea  reemplazado  por  un  enemigo  de  España,  ó, 

b)  que  sea  reemplazado  por  un  amigo  de  España. 

—En  carta  de  22  de  Septiembre  de  1809  (H-59)  escribe  Holland: 
Estamos  en  el  día  sin  Ministerio  y  sin  Gobierno:  Castlereagh, 

Canning,y  D.  de  Portland,  se  han  retirado  y  luego, 

Wellesley  (el  Marqués)      es  Ministro  Secretario  de  Estado. 

—En  otra  de  26  de  Septiembre  (H— 60)  añade:  Sin  Canning,  no 
puede  existir  este  Ministerto. 

—En  1.°  de  Noviembre  (H— 62):  Ya  está  hecho  el  Ministerio; 
pero  esperan  con  mucha  ánsia  la  llegada  del  Grande  Marqués 
(¿de  Wellesley?),  no  creo  se  atreva  á  tomar  el  cargo,  si  no  éntre 
con  él  otra  vez  Mister  Canning. 

—En  28  de  Noviembre  (H  —  65):  Aquí  se  publica  la  carta  de 
Canning,  el  mismo  día  que  llega  su  amigo,  para  tomar  encargo 


384 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


en  el  Ministerio^  con  que  ha  reñido.  Ahora  veremos  lo  que  es  el 
tan  decantado  Marqués.  No  es  la  misma  cosa  ser  invencible  en 
las  Indias,  y  vencedor  en  Europa. 

—En  1.°  de  Noviembre  ÍJ  —  82,  §  441),  se  expresa  que  el  propio 
Marqués  de  Wellesley,  se  anuncia  como  sucesor  de  Canning 
(Ministro  de  Relaciones  Extrangeras,  ó  de  Estado). 

La  actitud  de  Canning  respecto  á  España,  debió  variar  algo  en 
el  curso  de  la  guerra.  Entusiasta  partidario  de  nuestra  Nación^ 
en  los  comienzos  de  ella,  fué  amortiguándose  á  medida  que 
aumentaban  nuestros  reveses,  y  se  resistía  la  Central  á  sus  im- 
posiciones. Canning,  era  tory  (conservador),  y  sus  ideas,  se  aco- 
modaban mejor  á  las  de  Florida  Blanca,  que  no  á  las  que  susten- 
taban sus  adversarios.  Oigamos  á  Becker,  después  de  aludir  á  la 
enojosa  cuestión  de  los  suministros: 

(l.  c,  pág.  84):  "No  fué  éste  el  único  motivo  de  disgusto  entre 
ola  Junta  y  el  Gobierno  inglés,  pues  si  bien  el  Presidente  de  aqué- 
„lla.  Conde  de  Florida-Blanca,  había  muerto,  los  que  como  éste 
«representaban  el  amor  á  la  tradición^  defendieron  con  tal  ener- 
„gía  sus  convicciones,  frente  á  los  que,  siguiendo  á  Jovellanos, 
„eran  partidarios  de  ciertas  novedades,  que  Mr.  Canning  hubo  de 
«insinuar  (Nota  pasada  á  Garay,  fecha  en  Lóndres  20  de  Julio  de 
«1809)  que  si  se  atreviera  d  criticar  cualquiera  de  las  cosas  que 

„se  habían  hecho  en  España,  tal  vez  manifestaría  sus  dudas  

^de  si  no  había  habido  algún  recelo  de  soltar  el  freno  á 

„toda  la  energía  del  pueblo  contra  el  enemigo. „ 

Toreno  (,2  ix-252},  de  quien  Becker  copia  las  anteriores  frases, 
Jas  interpreta  en  sentido  inverso  al  de  este  escritor.  Porque  el 
historiador  asturiano,  supone,  que  tales  frases,  las  dijo  Canning 
enojado  contra  el  proceder  de  los  obstruccionistas  de  las  Córtes 
(los  tradicionalistas);  y  Becker,  por  el  contrario,  insinúa  con  ellas 
el  espíritu  de  transigencia  que  los  innovadores  de  la  Central,  mos- 
traban con  las  ideas  de  los  revolucionarios  franceses. 

La  actitud  y  el  criterio  de  Jovellanos,  no  han  sido  entendidos, 
ni  interpretados  con  la  fidelidad  debida,  por  el  Sr.  Becker. 

Comentando  L.d  Ilchester,  las  expresiones  de  Jovellanos  del 
párrafo  409,  sospecha  "que  es  probable  que  se  expresase  en  sen- 
tido irónico\^  lo  cual  es  inadmisible,  porque  nunca  empleó  nues- 
tro paisano  la  ircnía  en  sus  escritos,  como  contraria  que  era  en 
absoluto,  á  sus  sentimientos,  carácter,  y  estilo. 


OCTUBRE  1809 


385 


Agrega  luego,  que  "la  gran  amistad  de  Canning  con  Frere 
„(que  era  cordialmente  detestado  por  los  españoles)  pudo  también 
„tener  algo  que  ver  con  la  observación  de  Jovellanos.,,  Esto  sí 
podría  ser,  teniendo  presente  que  la  embajada  de  España,  la  des- 
empeñó John  H.  Frere,  de  Octubre  de  1808  á  31  de  Julio  de  1809. 
De  1.°  de  Agosto  á  8  de  Noviembre  de  1809,  estuvo  de  Embajador 
extraordinario  en  España,  el  Marqués  de  Wellesley.  Bartholom. 
Frere,  se  hizo  cargo  de  la  Embajada,  hasta  Abril  de  1810,  en  que 
fué  substituido  por  Henry  Wellesley. 

Sobre  el  duelo  de  Canning,  se  expresa  así  Sarah  Lennox:  The 
Ufe  ,  pág.  547. 

"Las  disensiones  que  habían  surgido  en  el  Gabinete  entre  Lord 
„Castlereagh  y  Mr.  Canning,  dieron  origen  al  duelo  entre  ambos 
«caballeros,  el  21  de  Septiembre  de  1809.  Difícil  es  saber  quién  es- 
„taba  más  equivocado,  y  me  parece  que  la  culpa  debe  repartirse 
„éntre  ámbas  partes.  La  opinión  pública,  se  colocó  primero,  del 
„lado  de  Mr.  Canning.  Tiempo  andando,  sin  embargo,  ciertos  he- 
,,chos  vinieron  á  probar  hasta  la  evidencia,  las  afirmaciones  de 
„Lord  Castlereagh,  pues  aunque  Mr.  Canning  había  estado  intri- 
„gando  durante  algunos  meses  para  conseguir  la  dimisión  del  Mi- 
„nistro  de  la  Guerra,  L.d  Castlereagh,  aparentemente,  le  otor- 
„gaba  su  entera  confianza,  y  le  concedía  que  diese  órdenes  para 
«llevar  á  efecto  la  expedición  de  Walcheren. 
„  Pero  también  es  cierto  que  Castlereagh  era  uno  de  los  conta- 
„dos  miembros  del  Gabinete,  á  quienes  este  complot  contra  su 
„honor,  no  hubiese  sido  comunicado.,, 

410  Sobre  las  Juntas  provinciales,  véanse  nuestras  anotacio- 
nes á  las  cartas  J  —  3,  J  —  83,  y  J  —  97. 


[J_LXXVII] 

Sevilla,  11  de  Octubre  1809. 

412  Sea  ó  no  cierto,  mi  muy  amado  Lord,  lo  que  Ga- 
ray  me  dijo  á  noche,  mi  alma  está  desde  entónces, 
llena  de  gozo.  Cartas  de  Lóndres,  le  aseguran,  que 
Vm.  viene  á  suceder  al  Marqués  de  Wellesley.  No 

25 


386 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


quiero  acordarme  de  lo  que  en  esto  interesa  la  amistad, 
para  dar  todo  el  aprecio  y  celebridad  de  esta  nueva, 
al  patriotismo.  Dichosos  nosotros  si  entregados  á  una 
potencia  aliada,  logramos  para  órgano  de  nuestra  co- 
rrespondencia, un  amigo  de  España,  un  hombre  que 
nos  mire  con  interés,  que  nos  trate  con  decoro,  que  sea 
incapaz  de  insultarnos  en  la  desgracia,  y  que  nos  ha- 
ble solo  con  franqueza  y  buena  fé.  Pero  acaso,  hablo 
de  una  ilusión.  Y  ¿por  qué  lo  será?  ¿Podría  hacer  cosa 
mejor  el  gobierno  Inglés?  ¿Qué  ventajas  le  han  dado 
los  Wellesley? 

413  Vino  correo  de  Lóndres  y  no  he  tenido  carta  de 
Vm.  Supongo  que  ignorará,  que  además  de  la  vía  de 
Lisboa,  hay  otra  de  correspondencia  por  Cádiz.  No  es 
esto  pedir  que  Vm.  me  escriba  siempre,  sino  desear 
que  lo  sepa  para  cuando  quiera  escribirme. 

414  Según  lo  que  me  dijo  ayer  Monasterio,  el  busto 
debe  estar  ya  en  poder  de  Vm.  El  autor,  parte  á  Cádiz 
á  dirigir  los  dibujos  de  una  dirección  hydrográfica  que 
allí  se  restablece:  es  comisión  de  pocos  meses,  y  aquí 
se  le  prepara  otra  obra  de  más  consideración. 

415  He  empezado  á  formar  una  relación  del  negocio 
de  expulsión  de  los  Jesuítas:  la  seguiré  á  trozos  lo  más 
pronto  que  pueda,  para  satisfacer  al  deseo  de  Vm.  Ti- 
nco, habrá  dicho  á  Vm.  lo  poco  que  sabe  de  Guillén  de 
Castro,  de  cuyas  obras  tenía  apuntamientos  en  Ma- 
drid. Moratin,  según  creo,  tiene  en  esta  literatura  dra- 
mática, un  tesoro  de  apuntamientos. 

416  No  hay  novedad.  Toda  la  fuerza  enemiga  re- 
concentrada en  Toledo,  y  Talavera.  Aún  Soult  se  arri- 
ma allí.  Eguía,  apostado  hacia  la  Sierra.  Blake,  ha  so- 
corrido segunda  vez  á  Gerona,  cuya  gloria  sube  sobre 
la  de  Zaragoza.  Venégas,  mal  desairado,  enviado  á  se- 
gundo de  Blake.  Se  dice  enfermo:  pide  licencia  para 
baños,  y  se  manifiesta,  con  razón,  descontento. 

Si  Vm.  viniere  por  acá,  podrá  evitar  algunos  des- 
aciertos, y  desfacer  no  pocos  entuertos. 

417  Amable  My  Lady;  á  Vm.  sí  que  diré  que  no 
quepo  en  mí  de  gozo  desde  que  espero  que  volveremos 


OCTUBRE  1809 


387 


á  tener  á  Vms.  por  acá.  Yo  lo  miraría  como  una  gran 
dicha  para  nuestra  patria,  y  de  gran  consuelo  para  mí, 
y  tediado,  como  estoy,  de  mi  presente  situación,  en- 
tonces me  hallaría  perfectamente  en  ella.  Dé  Dios  á 
Vm.  un  felicísimo  alumbramiento,  y  á  todos,  el  con- 
suelo de  volverla  á  ver. 

418  Avella,  está  ya  trabajando  en  su  Secretaría  de 
Córtes.  Garay,  ha  renunciado  la  suya.  De  esto,  otro 
otro  día.  Entretanto,  soy  de  Vm.  con  todo  el  corazón, 

/.  LL 

419  P.  D.  Allá  va  la  primera  hoja  jesuítica. 

420  Acabo  de  hablar  con  Quintana.  No  ha  recibido 
carta  de  Vm.  Dice  que  el  busto,  bien  encajonado,  está 
más  ha  de  un  mes,  entregado  al  Señor  Wyseman,  que 
decía  e^tar  pronto  el  buque  que  debia  llevarle.  Cuén- 
tale, por  lo  mismo,  en  poder  de  Vm. 

421  Tenemos  aquí  á  Don  Agustín  Argüelles,  que 
vino  de  Asturias  en  compañía  del  Conde  de  Toreno 
(ántes  Matarrosa).  Le  hemos  nombrado  Secretario  de 
la  Junta  de  Legislación.  Para  esta  Junta,  nombramos 
también  á  Blanco;  pero  se  ha  excusado.  En  las  varias 
juntas  que  mi  comisión  de  Córtes  va  formando,  inclui- 
mos las  personas  más  capaces  que  aquí  se  conocen: 
pero,  ¡quántas  que  ahora  serían  muy  útiles  arrebató  á 
Bayona  el  mónstruo  de  la  tyrania! 

412  Holland,  no  llegó  á  ser  Embajador  de  España,  con  gran 
pesar  de  su  fidelísimo  amigo,  que  tanto  lo  anhelaba.  Las  amargas 
frases  con  que  vitupera  Jovellanos  la  conducta  de  los  Represen- 
tantes británicos  en  nuestra  Nación,  prueban,  que  ni  John  Frere, 
ni  el  Marqués  de  Wellesley,  marcharon  acordes  con  la  Junta,  ni 
con  los  Ministros  de  Estado,  Ceballos,  Garay,  y  Saavedra.  Las 
desavenencias,  fueron  muchas  y  grandes,  pues  chocaban  abierta- 
mente la  soberbia  y  altivéz  inglesas,  con  nuestro  irascible  carác- 
ter. Lo  más  duro  para  nosotros,  era,  que  las  inculpaciones,  se  ba* 
saban  en  nuestra  falta  de  previsión,  en  nuestra  carencia  de  plan 


388 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  campaña,  y  de  unidad  de  mando,  y  en  la  ineptitud  de  nuestros 
Generales.  Tampoco  era  oro  de  ley  lo  que  brillaba  en  el  campa 
inglés,  y  la  presente  correspondencia,  lo  justifica  cumplidamente, 
Pero  la  amalgama  no  podia  realizarse  jamás,  porque  nos  separa- 
ba el  hondo  abismo  de  la  raza. 

414  Papeles  de  la  Junta  Central,  leg.  1— Q.  Cinco  documentos 
referentes  al  acuerdo  de  la  Junta  Central  á  propuesta  del  vocal 
de  la  misma,  Don  Gaspar  de  Jovellanos,  de  adornar  el  salón  de 
sesiones  de  la  Junta  con  un  busto  de  Fernando  Vil,  sobre  un  pe- 
destal con  relieves  alegóricos  á  la  Junta,  y  cuya  ejecución  se  con- 
fió al  escultor  de  Cámara,  Don  Dionisio  Sancho  y  á  Don  Ángel 
Monasterio,  á  quien  elogia  mucho  Jovellanos  en  su  informe. 

415  Lord  Holland,  había  publicado  en  1806,  la  siguiente  obra: 
Some  account  of  the  Ufe  ad  writings  o f  Lope  Félix  de  Vega  Car- 
piOy—hy  Henry  Richard  Lord  B  olí  and.— 'Lonáon:  printed  for 
Longman   1806:  1  vol.  4.°  men.  de  viii  +  294  págs. 

El  ejemplar  de  esta  obra,  regalado  por  el  autor  á  Jovellanos, 
se  conserva  en  la  Biblioteca  del  Instituto  de  Gijon,  y  al  final  de  la 
pág.  233,  escribió  con  lápiz  el  obsequiado: 

Acabado  de  leer  en  Sevilla  á  30  de  Mar  so  de  1809— guando 
el  ilustre  autor  con  su  amable  y  digna  esposa  Lady  Wassally 
honraban  con  su  presencia  esta  ciudad. 

En  1817,  reprodujo  Lord  Holland  su  obra,  aumentándola  con 
la  vi  da  y  escritos  de  Guillen  de  Castro  (cuyos  datos  le  habían  sido 
facilitados  por  Jovellanos,  y  su  sobrino  Tineo),  bajo  el  siguiente 
epígrafe:  Some  account  of  the  Uves  and  writings  of  Lope  Félix 
de  Vega  Carpió^  and  Guillen  de  Castro.— 'Loviáon:  1817:  2  vol. 
en  8.°,  impresos  por  Th.  Davison. 

Ilustran  esta  obra,  varios  grabados,  á  saber:  retrato:  fac-simil 
de  la  firma  de  Lope,  y  un  autógrafo:  reproducción  del  busto  de 
Jovellanos  hecho  en  Sevilla  por  el  escultor  riojano  Don  Angel 
Monasterio;  y  autógrafo  de  una  carta  fechada  en  Muros  (es  el 
final  del  §  538  de  la  carta  J— 101).  Reproduce  también,  toda  la  in- 
troducción á  la  segunda  parte  de  la  Memoria  sobre  las  diversio- 
nes públicas;  y  el  Elogio  de  Domingo  García  de  la  Fuente  (fiel 
servidor  de  Don  Gaspar),  tomándole  de  la  Memoria  en  defensa 
de  la  Junta  Central. 


OCTUBRE  1809 


389 


En  lo  referente  á  la  expulsión  de  los  Jesuítas,  véase  lo  que  de 
cimos  en  la  nota  de  la  carta  J— 52. 

421  Sobre  Argüelles,  véase  la  nota  563. 

[J_LXXVIII] 

(Sin  fecha.  Recibida  en  11  de  Noviembre  1809) 
¿14  Octubre? 

422  Tal  están  nuestras  cosas,  dentro,  alrededor  y 
fuera,  que  la  pluma  rehuye  de  hablar  de  ellas.  Pro- 
puesto y  negado  el  establecimiento  de  Regencia,  se 
aprobó  el  de  una  comisión  ejecutiva,  cuyo  plan  hubiera 
producido  el  mismo  efecto;  pero  el  plan  fué  desechado. 
Está  formado  otro  que  se  vá  á  discutir,  y  Dios  sabe,  si 
lo  será  también.  Cerca  de  nosotros,  reina  mucho  des- 
contento: hay  personas  que  conocidamente  le  fomen- 
tan, y  poco  á  poco,  van  minando  nuestra  opinión,  único 
cimiento  de  nuestra  seguridad.  Fuera,  y  á  distancia, 
las  Juntas  insultan  y  desobedecen;  y  sin  vigor  ni  fuer- 
za para  contenerlas,  cada  día  se  envalentonan  más  y 
más,  y  se  hacen  más  temibles.  Y  sin  embargo,  ¿creerá 
Vm.  que  conociendo  y  temiendo  esto  mismo,  hay  una 
suprema  repugnancia  al  remedio?  La  prenda  está  por 
poco,  y  él  está  en  nuestra  mano.  Reconcentrar  el  gobier- 
no y  acelerar  la  época  de  las  Córtes,  lo  calmaría  todo. 
Si  se  hace  lo  primero,  lo  segundo  seguirá  naturalmen- 
te; la  invidia  de  los  que  quedan,  luchará  por  poner 
término  al  poder  de  los  que  mandan.  Esperemos,  pues, 
el  bién,  del  mal, 

423  Ningún  paquete  de  los  que  Vm.  me  anuncia,  ha 
llegado,  ni  aviso  del  Sr.  IDuff.  No  importa,  porque  la 
detención  estará  en  el  buque  portador,  y  porque  han 
llegado  sin  detención  las  Sugestiones  sobre  las  Córtes 
de  nuestro  Mr.  Alien,  cuyo  objeto  es  más  urgente.  He- 
las releído  con  el  mayor  gusto,  y  nuestro  Tineo,  las 


390 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


tiene  ahora  entre  manos  para  traducirlas.  Si  lo  hace, 
lo  hará  bién.  Entretanto,  puedo  asegurar  á  Vm.  que  en 
nuestra  Juntilla  de  Cortes,  no  estamos  muy  lejos  de  sus 
excelentes  ideas,  salvo  en  quanto  á  los  estamentos  pri- 
vilegiados, sobre  lo  qual  no  habemos  fijado  aún  nuestro 
dictámen.  Veré  si  mis  compañeros  convienen  en  que  se 
impriman,  porque  en  esta  materia  hay  mil  trabajos; 
pero  la  importancia  de  difundir  estas  luces,  es  innega- 
ble, y  aún  su  necesidad. 

424  Y  vamos  á  las  cosas  de  ahí.  Corre  por  acá  que 
el  ministerio  quiso  entrar  en  avenencia  con  la  oposi- 
ción, admitiendo  dos  de  ella  en  su  amalgama:  que  fué 
hecha  y  desechada  la  proposición,  y  que  se  dijo:  ó  todo 
ó  nada  Creólo  así.  La  respuesta,  es  conforme  al  ca- 
rácter de  los  que  la  daban.  Se  añade,  que  Vm  no  que- 
rría ser  embajador,  sinó  con  un  ministerio  de  su  parti- 
do; pero  si  éste  cuaja,  ¿no  será  Vm.  algo  más  que  em- 
bajador? Mi  corazón  se  contentanXcon  esto:  mi  razón,, 
me  hace  desear  para  Vm.  cosa  más  alta  y  digna  de  su 
reputación. 

425  Amable  My  Lady;  también  yo  estoy  inquieto 
por  la  detención  del  busto,  que  no  sé  cómo  explicar.  La 
culpa  no  está  en  nosotros:  caiga  toda  sobre  Wyseman 
á  quien  fué  entregado  meses  ha. 

426  Ha  sido  separado  Eguía  del  mando  de  nuestro 
egército  grande,  que  volvió,  por  nuestros  pecados,  á  la 
Sierra.  Creo  que  vendrá  á  mandarle  Blake,  y  que  Ve- 
négas  irá  á  mandar  en  Cataluña.  Lo  que  previ,  suce- 
derá. Toda  nuestra  suerte  se  pondrá  en  manos  de  Bla- 
ke. Reciba  de  la  boca  de  Vm.,  mis  sinceras  gracias 
por  su  bondad,  nuestro  Mr.  Alien;  mis  ñnas  memorias 
nuestro  Sr.  Russell,  mil  cariños  al  gracioso  Carlitos, 
y  Vm.  la  seguridad  del  constante  afecto  de  su  finísimo 
amigo 

/.  LL 

427  P.  D.  Ruego  á  Vm.  que  dirija  la  adjunta,  con 
seguridad,  al  Diputado  de  nuestro  Principado  de  Astú- 
rias;  porque  es  sobre  asunto  de  interés,  y  no  quisiera 
que  se  traspapelase. 


OCTUBRK  J809 


391 


La  presente  carta,  carece  de  fecha.  Le  atribuimos  preventiva- 
mente, la  de  14  de  Octubre,  por  dos  razones.  Primeva:  porque  en 
ella  se  habla  de  la  separación  de  Eguía,  y  del  regreso  del  egér- 
cito  grande,  á  Sierra  Morena.  Eguía,  había  establecido  su  cuar- 
tel general  en  Daimiel  el  3  de  Octubre  de  1809  (con  51.869  hom- 
bres: vid,  la  nota  398):  pero  al  avanzar  los  franceses  (Víctor  y  Se- 
bastiani)  sobre  sus  posiciones,  el  dia  12  de  Octubre,  el  General  es- 
pañol tornó  de  priesa  á  su  guarida  de  Sierra  Morena,  según  fra- 
se de  Toreno  (2  —  x  —  371);  luego  esta  carta,  posterior  al  12  de  Oc- 
tubre, es  verosímilmente,  del  13  ó  14.  [No  sucedió  Blake  á  Eguía, 
como  presumía  Jovellanos,  sinó  Don  Juan  Carlos  de  Areizaga. 

Sobre  tal  determinación,  consúltese  á  Arteche  (Histor  vii— 

219)  ]— Segunda:  porque  Holland,  en  carta  de  6  de  Noviembre 
de  1809  (H-63),  expresa,  que  en  dicho  día,  recibió  la  de  Jovella- 
nos de  14  del  mes  pasado  (14  de  Octubre)  fecha  que  en  nuestro 
sentir,  corresponde  á  la  presente.  Y  aunque  esta  coordinación,  no 
se  ajusta  á  la  advertencia  puesta  por  Holland  en  cabeza  de  la  pre- 
sente {recibida  en  11  de  Noviembre),  algunas  de  sus  materias  es- 
tán tratadas  en  ella,  y  otras,  como  la  de  la  embajada  de  Holland 
en  España  (J— 77],  contestada  en  la  de  12  de  Noviembre  (H— 64, 
que  alcanza  al  16),  lo  cual  indica  que  contestaba  á  varias,  de  una 
vez. 

422  Y  como  los  asuntos  de  Regencia,  Comisión  ejecutiva,  Plan 
ó  Reglamento,  y  Comisiones^  aparezcan  algo  confusos  para  los 
que  pacientemente  no  los  hayan  seguido  desde  su  origen,  señala- 
remos algunas  fechas  que  den  idea  de  sus  trámites  y  desarrollo. 

Agosto  21.— Don  Francisco  Palafox,  propone  la  reconcen- 
tración del  poder,  en  un  solo  Regente. 

Agosto —  2%— Representación  del  Consejo  de  Castilla  en  que 
pide  el  nombramiento  de  una  Regencia,  é 
intenta  negar  la  legitimidad  de  la  Junta  Cen- 
tral (Memor.  en  def.  de  la  J.  C.—  P.  2  — a. 
2  -  94). 

Sept   l.os— El  Duque  del  Infantado  descubre  al  Marqués 

de  Wellesley  una  conspiración  que  se  fragua- 
ba en  Sevilla.  El  Marqués  se  lo  comunica  á  la 
Central. 


392 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Sept   19.— La  Central  acuerda  el  nombramiento  de  una 

Comisión  ejecutiva. 
„  ....Nómbrase  una  Comisión  (Valdés:  Campo-Sa- 

grado:  Jovellanos:   Castañedo:  Gimonde) 
para  formar  el  plan  ó  reglamento  de  la  Comi- 
sión ejecutiva. 
„  ....La  Comisión,  formula  y  presenta  el  Plan  ó  Re- 

glamento. 

„  ....La  mayoría  de  la  Junta  Central,  desecha  el 

Plan  ó  Reglamento, 
„  ...  .Nómbrase  una  segunda  Comisión  (La  Romana, 

y  otros  para  reformar  el  Plan  ó  Reglamento. 
„  ....Se  aprueba  este  segundo  Plan. 

25.— La  Junta  de  Valencia  hace  una  Representación 

á  la  Central. 

Octubre. . .  14.— La  Romana,  lée  un  papel  sobre  el  establecimien- 
to de  una  Regencia. 

21.— Es  desechado  por  la  Junta  Central. 

28.— Decreto  de  la  Junta  Central  convocando  á  Cór- 
tes  (publicado  en  la  Gaceta  de  4  de  Noviem- 
bre). 

Noviem. . .  1. os— Instalación  de  la  1  Comisión  ejecutiva.  (Laodi- 
cea.— La  Romana— 'R\qu.Q\mQ.—¥ .  X.  Caro.— 
Jócano.  -  Garcia  de  la  Torre.— Villel.) 

Noviem.  últ.os  —La  Junta  Central,  rechaza  en  una  Exposición 
los  ataques  de  la  Junta  de  Valencia. 

Entre  los  enemigos  de  la  Junta  Central  en  aquellos  tormento- 
sos dias  hay  que  señalar: 

a)  El  embajador  inglés,  Marqués  de  Wellesley. 

b)  Su  hermano,  Lord  Wellington. 

c)  El  Consejo  de  Castilla. 

d)  Los  afrancesados. 

e)  Don  Francisco  Palafox. 

Arteche,  le  retrata  así:  "A  su  corto  talento,  correspondía  una 
„audacia  que  desfallecía  pronto,  por  la  misma  inseguridad  y  es- 
„casa  fijeza  de  sus  pensamientos. „ 

Más  cruel  Alcalá  Galiano  (Recuerdos  pág.  114),  para  dar 

idea  de  este  grotesco  personage,  copia  el  final  de  un  parte  remití- 


OCTUBRE  1809 


393 


4o  por  él  á  la  Gaceta,  que  dice  textualmente:  "Participo  á  usted 
,,que  hemos  tomado  á  Caparroso  á  las  once  de  esta  mañana,  ha- 
„biéndola  evacuado  los  enemigos  á  las  ocho.  Voy  corriendo  á  ac- 
„tivar  todo  aquello,  y  á  que  sigan  adelante  las  conquistas. „  Lue- 
go, añade:— Firmaba  este  escrito,  Don  Francisco  Palafox,  herma- 
no del  célebre  Don  José,  defensor  de  Zaragoza,  y  hombre  muy 
apreciable,/)^ro  corto  en  luces  y  saber,  y  si  bien  digno  de  estima, 
impropio  para  el  mando. 

f)  El  Marqués  de  la  Romana  (que  también  se  consideraba  con 
más  que  suficientes  méritos,  para  aspirar  hasta  á  la  lugartenencia 
del  Reino.  Toreno,  le  llama  irreflexivo,  tan  pronto  indolente,  tan 
pronto  atropellado). 

g)  Las  Juntas  de  Sevilla,  Badajoz,  y  Valencia. 

h)  El  Conde  del  Montijo  (vid.  nota  335  a,  y  otras). 

i)  El  Duque  del  Infantado  (un  militar  fracasado,  que  se  creía 
la  primera  persona  de  la  Nación  íArteche  —  vii,  476)).— Schépe- 
1er  explica  la  acción  de  Infantado,  por  los  desaires  recibidos  al  re- 
levarle del  mando  del  Egército  del  Centro  (en  17  Febrero  1809),  y 
al  postergarle  después,  para  él,  al  General  Venegas,  sobre  quien 
echaba  la  culpa  de  la  derrota  de  Uclés.  El  historiador  alemán,  le 
atribuye  la  comunicación  de  los  proyectos  de  los  conjurados,  á 
Wellesley,  en  los  cuales  (dice)  le  abvia  los  ojos  el  Duque,  aún  no 
tomando  parte  activa  en  ellos,  porque  creía  deber  tan  sólo  dejar 
hacer,  para  después  ocupar  el  primer  puesto  en  el  nuevo  Go- 
bierno. 

j)  Varios  particulares;  y  diversos  Generales,  castigados  con 
destitución,  relevo,  traslado,  etc.,  como  Cuesta,  Venegas,  Eguía, 
Marqués  del  Palacio,  Mahy,  Alburquerque.  Y  entre  los  primeros, 
el  Conde  de  Tilly,  Blanco-White,  y  cuantos  alborotadores  y  des- 
pechados se  albergaban  en  la  hermosa  capital  andaluza. 
De  esta  materia,  ya  nos  ocupamos  en  el  Prólogo. 


394 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


[H_LIX] 

Holland-House:  y  22  Septiembre:  1809. 

Querido  amigo  mió:  Es  inútil  escribir  noticias  de  In- 
glaterra, puesto  que  las  anticipan  las  Gazetas. — A  pro- 
pos  de  ellas,  no  he  desempeñado  todavía  su  encargo 
hasta  aquí,  pero  no  faltaré  de  hacerlo. — Estamos  en  el 
dia  sin  Ministerio  y  sin  gobierno. — Castlereagh,  Can- 
ning,  y  Duque  de  Portland,  se  han  retirado, y  la  farsa  se 
acabó,  como  sus  saynetes  de  Vms.,  con  bofetones  y 
palos.— Canning  y  Castlereagh,  riñeron  ayer,  y  quedó 
herido  este  último,  pero  no  gravemente.— Puesto  que 
no  ha  habido  desgracia,  me  divierto  bastante  del  fin 
escandaloso  y  ridículo  con  que  ha  acabado  un  tal  gabi- 
nete. Con  todo,  las  resultas  de  sus  disparates,  son  nada 
risibles.  Más  de  15. 000  hombres  están  enfermos  de  ca- 
lenturas de  la  expedición  en  Olanda,  y  de  45.000,  que 
se  han  desembarcado  en  Lisboa,  desde  la  salida  de 
Moore  del  Portugal,  no  tiene  en  el  día  más  de  10.000 
ingleses  L.^  Wellington,  en  Elvas. — Muchísimos  oficia- 
les que  acaban  de  llegar,  me  aseguran  que  han  pasado 
en  Extremádura  días  y  aún  semanas  enteras  sin  pan, 
sin  sal,  y  sin  vino,  y  que  el  soldado  nada  tenía  de  eso, 
por  más  de  18  días.  No  echo  toda  la  culpa  de  esto,  como 
lo  hacen  nuestros  gaceteros,  á  los  Españoles,  á  Cuesta, 
ó  á  la  Junta.  Creo  que  tenga  también  su  parte  en  ella, 
el  General  nuestro,  y  más  aún  la  organización  de  nues- 
tro Comisariat;  pero  tampoco  se  puede  disculpar  en- 
teramente ó  Cuesta,  ó  la  Junta:  y  le  diré  con  franque- 
za, el  no  nombrar  ó  á  Alburquerque,  ó  á  Venégas,  ó  á 
Blake,  sin  circunspección  y  sin  menagementy  me  pa- 
rece flaqueza  en  demasía. 

Nada  de  Austria:  dicen  que  ha  dejado  su  emplea 
Stadlion,  señal  poco  equívoco  de  un  tratado  de  paz. 
Otros  dicen  habrá  guerra,  y  que  la  Rusia  riñe  con  Bo- 
naparte.  Tengo  poca  fé  en  las  voces  de  guerra,  y  aún 


SEPTIEMBRE  1809 


395 


menor  esperanza  en  su  buen  éxito,  si  sucediere.  La 
constancia  del  pueblo  español,  es  el  único  consuelo  que 
nos  queda;  pero  si  además  del  enemigo,  tiene  que  lu- 
char con  un  Gobierno  anómalo,  oligárquico,  y  poco 
unido,  con  Generales  envejecidos  y  duros  de  génio,  y 
más  que  todo.,  con  consejos  desunidos,  con  intriga,  des- 
avenencias, &,  &,  ¿qué  hay  que  esperar?  En  verdad,  es- 
tamos en  el  siglo  de  desavenencias. 

^  Talis  progenies  hornifinm,  si  prisca  ftiisset, 
Pirithoum  fiigeret  Theseus,  offensiis  Orestes 
Descreret  Pylades,  odisset  Castora  Pollitx. 

La  Señora,  está  todavía  buena,  y  hasta  la  mitad  del 
mes  próximo  no  espera  su  accoiichement.  Garlitos» 
siempre  bueno  y  siempre  contento  de  su  elección  de 
profesión. — Ya  estoy  para  escribirle. 

Como  tengo  muy  poco  tiempo  para  escribir,  me 
atrevo  á  escribirle  cúrrente  cálamo ,  sin  buscar  frases 
ó  aun  ei  castellano.  Con  tal  que  se  dexan  entenderse 
mis  palabras,  poco  me  pesa  vengan  atropelladamente 
ó  no.  Esta  es  la  quinta  carta  [es  la  vi)  que  le  he  escrito 
desde  mi  llegada.  Muchas  tiernas  memorias  de  la  parte 
de  Milady.  Estamos  esperando  con  ánsia  que  venga  el 
busto  de  nuestro  amigo  y  favorecedor.  Adiós  mil  veces. 

Wellesley  ya  está  (es)  Ministro  Secretario  de  Esta- 
do, pero  no  parece  será  muy  permanente  su  Ministerio. 
Veremos. 

Las  cosas  del  teatro;  la  elección  de  Xefe  de  la  Uni- 
versidad, y  las  disputas  entre  Wardle  y  M.^^^  Clarke, 
ocupan  tanto  al  público  que  apenas  puede  pensar  en 
las  frioleras  de  Europa,  de  Francia, de  España,  &,  &  con 
que — ¡vamos  allá!— como  nos  solía  decir  el  buen  Her- 
mida,  á  quien,  como  á  muchos  otros,  le  suplico  diga 
mil  finas  expresiones  de  mi  parte,  y  de  la  de  la  Señora. 


396 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


[H_LX] 

Lóndres:  H.d  H.e  26  Septiembre:  1S09. 

Querido  y  respetadísimo  amigo  mió:  Quánto  y 
quánto  echamos  (de)  menos  todos  los  días,  el  amable 
trato  de  Vm.  y  ¡quán  agradecido  estoy  de  sus  aprecia- 
bles  cartas  que  recibo  con  toda  puntualidad!— No  sé  si 
lleguen  con  la  misma  las  mías,  puesto  que  hasta  ahora, 
no  las  contesta  Vm.:  es  verdad  que  por  falta  de  opor- 
tunidad y  por  sobra  de  negocitos^  á  mi  primera  llegada 
no  le  escribía  tan  á  menudo  como  debía,  pero  desde 
este  último  mes,  no  ha  pasado  semana  que  no  le  haya 
escrito  algunos  renglones. 

Si  no  fuese  molesto  hablando  de  cosas  de  nuestra 
parroquia^  no  faltaría  qué  decir  en  el  día.— Es  cierto 
que  sin  Canning,  no  puede  existir  este  Ministerio,  y  que 
por  fuerza,  ó  han  de  renunciar  á  sus  empleos,  ó  buscar 
auxilio  de  otra  parte.  Dicen,  y  es  cierto,  que  hayan 
mandado  venir  Lord  Gre}^,  y  Lord  Grenville,  pero  no 
habrá  verosimilitud  si  las  voces  que  corren  son  funda- 
das, que  un  tratado  de  paz  sería  la  resulta  de  tales 
conferencias.  ¡Oxalá  fuesen  tan  dudosas  las  de  Alema- 
nia! Pero  no  puedo  creer,  aunque  no  falta  quien  lo 
diga,  tenga  ó  la  voluntad  ó  la  fuerza  de  romper  la  paz 
otra  vez,  el  Emperador  de  Austria.  Ni  tampoco,  si  así 
habían  de  acabar  las  negociaciones  dexaría  sus  fuer- 
zas en  inacción,  por  un  tiempo  tan  dilatado,  el  impa- 
ciente Napoleón. 

No  sé  si  habrá  recibido  varios  paquetillos  que  le  he- 
mos enviado,  y  algunos  que  nos  hemos  atrevido  man- 
dar á  Vm.  para  otros,  Milady  é  yó. 

Ahí  va  la  brochure  de  nuestro  Alien  sobre  las  Cor- 
tes. Trabaja  siempre  en  esto,  pero  mucho  y  muy  mu- 
cho se  disgusta  con  la  lentitud  de  un  Gobierno  que 
tiene  de  luchar  con  uno  que  nunca  pára  aún  un  ins- 
tante— bis  dat  qui  cito  dat. 


SEPTIEMBRE  1809 


397 


Está  buena  todavía  la  Señora,  y  me  encarga  dé  las 
más  amistosas  expresiones  para  Vm.:  empieza  á  entris- 
tecerse de  que  no  haya  llegado  el  busto,  y  se  acusa 
mucho  de  haber  salido  de  Sevilla,  sin  embarcarlo  para 
Inglaterra.  Es  verdad  que  nos  hace  falta  muchísimo. 
¿No  habrá  averiguado  Tineo  los  títulos  de  l^sComedias 
de  Guillen  de  Castro? 

Le  pido  le  dé  á  él  y  al  amable  Canónigo,  muchas 
memorias  de  mi  parte.  Á  Garay,  que  siento  con  él  que 
nuestros  Ministros,  se  empeñen  en  tirar  pistolasos, 
en  lugar  de  mandarle  sus  fusiles.  Espero  que  él,  y 
los  demás  amigos  mios,  especialmente  los  Cortistas 
estén  buenos. 

Adiós. 

[J_LXXIX] 

Sevilla,  21  de  Octubre  1809. 

428  No  esperaré  yo  al  miércoles,  mi  muy  amado  Se- 
ñor y  respetable  amigo,  para  dar  á  Vm.  la  noticia  de 
una  victoria  ganada,  no  sobre  los  franceses,  sinó  sobre 
los  enemigos  de  las  ideas  justas  y  liberales,  por  los 
amigos  de  una  saludable  reforma  constitucional.  Ayer 
fué  acordado  por  la  Junta  que  las  Córtes  se  congrega- 
rían el  primero  de  Marzo  próximo;  y  hoy,  por  tercera 
vez  desechada  la  proposición  de  una  Regencia,  repro 
ducida  en  un  discurso  de  Romana  (que  oHa  al  aceite  y 
al  contubernio  de  Frere)  se  acordó  la  formación  de  una 
Comisión  ejecutiva,  compuesta  de  6  y  el  Presidente,, 
para  despachar  inmediatamente  con  los  Ministros  (y  sin 
secciones)  todos  los  negocios  ejecutivos:  quedando  la 
Junta,  encargada  de  la  deliberación  y  resolución  de  to- 
das las  providencias  de  trascendencia  general  para  la 
defensa  y  buena  administración  del  Reino.  Aún  resta 
para  mañana  algo  que  arreglar  sobre  esto  último,  y 
será  preciso  reservar  á  la  Junta  algunas  nominaciones, 


398 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


fuera  de  alguna  natural  demarcación  de  poderes,  por- 
que al  fin  es  preciso  temporizar  con  el  deseo  de  algunos, 
por  no  perderlo  todo. 

429  Y  bien,  ¿cómo  estamos  de  Ministerio?  Vm.  en  su 
carta  del  22  (H— 59)  (que  recibí  ayer,  esto  es,  una  se- 
mana después  de  la  del  26)  (H— 60)  me  ha  hecho  reir 
quando  me  dice  que  se  acabó  á  capazos.  Mas  como  en 
la  última  se  trataba  de  una  amalgamación  heterogé- 
nea, y  por  lo  mismo  difícil  de  cuajar,  y  de  otra  parte, 
los  caídos  no  podrán  ya  levantarse,  mi  esperanza  de 
que  éntre  toda  la  oposición,  y  que  en  ella  tenga  Vm.  al- 
guno de  los  primeros  lugares,  ya  no  será  vana.  ¡Cúm- 
plala el  cielo!  ¡Oh!  ¡Y  quánto  lo  habremos  menester  en 
la  ilustre  carrera  en  que  vamos  á  entrar!  De  esto,  otro 
dia;  éste,  se  consagra  á  tan  plausible  noticia.  Yo  ruego 
á  Vm.  que  la  anuncie  quanto  ántes  á  nuestra  amable 
My  Lady,  y  á  nuestro  respetable  Mr.  Alien,  cuyo  auxi- 
lio imploro.  Tineo,  traduce  las  Sugestiones,  y  ios  ejem- 
plares que  acaban  de  entregarme  se  acabaron  de  re- 
partir hoy.  Vm.  sabe  que  yo  no  quiero  parte  en  Regen- 
cia, ni  gobierno;  mon  lot  son  las  Córtes.  En  esto  tra- 
bajaré hasta  dar  la  vida;  y  si  la  Nación  las  congrega 
con  el  sosiego  y  prudencia  que  podemos  esperar,  mori- 
ré contento.  ¿Y  qué,  no  será  dulce  la  muerte  después 
de  haber  dado  á  la  Nación  este  grande  bién? 

430  Venégas  está  aquí  para  conferenciar.  El  miér- 
coles, diré  más;  por  hoy  soy  todo  de  Vm.  affmo. 

Jovellanos. 

429  Á  consecuencia  del  duelo  entre  Castlereagh  y  Canning  el 
21  de  Septiembre  de  1809,  ambos  ministros  resignaron  sus  cargos 
(22  Septiembre),  planteándose  la  crisis  del  ministerio  inglés.  Fué 
ésta  muy  laboriosa,  pues  duró  desde  el  22  de  Septiembre  al  1.°  de 
Noviembre.  Durante  ella,  se  ofrecieron  dos  puestos  á  los  whigs  (á 
Lord  Grey,  y  Lord  Grenville),  que  fueron  rechazados,  según  ma- 
nifiestan Jovellanos  y  Holland  en  sus  respectivas  cartas  (H— 60— 
26  Septiembre;  y  J-78  14-Oct.  §  424).  Por  último,  el  1.°  de  No- 
viembre se  constituyó  el  nuevo  gabinete  tory,  siendo  reemplaza- 
dos el  Duque  de  Portland  (Presidencia)  por  Spencer  Perceval; 


OCTUBRE  1809 


399 


Cannin^  (Secret,  de  Estado)  por  Lord  Wellesley;  y  Castlereagh 
(Secret.  de  Guerra)  por  Lord  Liverpool. 

Canning,  que  se  creía  imprescindible,  fué  eliminado.  Los  We- 
llesley, triunfaban  en  toda  linea:  por  mar  (Williani,  en  el  Almi- 
rantazgo), por  tierra  (Sir  Arthuro\  en  el  Ministerio  (Richard  Co- 
Uey),  y  en  la  Diplomacia  (Sir  Henry). 


IJ_LXXXi 

Sevilla,  Octubre  1809. 

431  ¿Qué  diré  á  Vm.,  mi  muy  amado  Lord,  que  co- 
rresponda á  las  esperanzas  indicadas  en  mi  última 
carta?  Hemos  pasado  unos  días  llenos  de  inquietud  y 
disgusto,  y  todavía  no  estamos  libres  de  sobresaltos. 
Desechada  la  Regencia,  acordada  la  comisión,  ó  sec- 
ción ejecutiva,  y  aprobado  su  plan,  se  procedió  ayer 
á  la  elección  de  sus  miembros.  Yo  no  me  atrevería  á 
decir  los  que  son,  por  no  faltar  al  secreto  del  cuerpo; 
pero  sabiendo  ya  que  sus  nombres  corren  por  todas 
las  bocas  de  la  ciudad,  no  tengo  reparo  en  decir- 
los. Son  los  Sres.  Romana,  Villel,  García  de  la  Torre, 
Riquelme,  Caro,  y  Jócano,  que  con  el  presidente  ha- 
cen siete;  á  todos  los  quales  conoce  Vm.  por  hombres 
de  probidad  y  buen  celo,  y  á  algunos,  por  dotados  de 
mucha  capacidad.  Déles  Dios  acierto,  y  á  nosotros, 
para  ayudarlos.  Dicen  que  el  público  no  está  contento 
con  la  elección,  y  añaden  que  hubo  en  ella  un  partido 
para  excluir  á  todos  los  que  opinaron  por  la  Regencia. 
Yo  no  lo  creo,  por  más  que  en  algo  convenga  con  el 
hecho.  Sea  lo  que  fuere,  la  cosa  está  pasada,  aunque 
no  publicada.  Parece  que  el  Marqués  de  Wellesley, 
que  en  conferencias  con  Garay  habia  estado  mucho" 
por  la  Regencia,  ha  anunciado  que  si  iba  adelante  lo 
de  la  comisión  ejecutiva  rompería  abiertamente  un  par- 
tido de  insurrección  que  sabía  estarse  formando  secre- 
tamente. Qué  efecto  producirá  esta  novedad,  no  lo  sé. 


400 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Yo  voy  á  darme  todo  á  los  trabajos  preparatorios  de 
Cortes,  et  omnis  in  hoc  sum,  ¡Quánto  celebraría  que 
Vm.  me  dijese  algo  sobre  el  local,  primero,  del  pueblo, 
y  luego,  del  lugar,  ó  edificio  en  que  conviene  la  cele- 
bración. Está  acordado  que  concurran  los  tres  brazos: 
cómo  han  de  deliberar,  esto  es,  si  en  una,  dos  ó  tres 
cámaras,  nó.  El  punto  está  doctamente  discutido  por 
nuestro  Alien;  pero  temo  mucho  que  no  corra  su  opi- 
nión. Sobre  la  forma  de  deliberar,  Argüelles  (que  está 
aquí  con  Toreno  (Matarrosa)  y  nombrado  Secretario 
de  la  Junta  de  Legislación),  la  acabará  de  traducir  ma- 
ñana. En  las  Sugestiones,  trabaja  Tineo. 

432  Vamos  ahora  á  nuestros  egércitos.  Parque,  ata- 
cado en  Tamámes  (junto  á  Salamanca),  ha  rechazado 
y  batido  al  General  Marchand,  haciéndole  perder  más 
de  dos  mil  hombres.  En  la  Mancha,  todo  nuestro  egér« 
cito  está  en  la  Sierra,  y  los  franceses,  tocan  ya  en  Santa 
Cruz.  Hay  grande  apariencia  de  que  intenta  un  grande 
ataque,  y  estamos  en  mucho  cuidado,  sin  que  por  eso 
desconfiemos  de  nuestro  grande  egército.  Lo  de  Gero- 
na, es  un  prodigio  de  valor  y  constancia.  Blake,  proyec- 
taba un  movimiento  para  llamar  la  atención  del  ene- 
migo, favorecer  una  salida  de  la  guarnición,  que  es 
fuerte  aunque  cansada,  y  mal  mantenida,  y  abrir  co- 
municación á  los  socorros. 

433  Tal  es  nuestra  situación.  Alburquerque,  nom- 
brado General  en  gefe  del  pequeño  egército  de  Extre- 
madura, le  desdeña,  al  parecer,  pues  dicen  que  aún 
está  aquí.  No  sé  si  en  ello  hay  misterio,  ni  puedo  más 
por  hoy. 

424  Mas  no  me  faltará  tiempo  para  saludar  á  Vm., 
mi  muy  amable  My  Lady.  Mi  interés  por  la  cumplida 
salud  de  Vm.,  crece  á  medida  que  Vm.  se  avanza  á  la 
época  de  su  desembarazo.  Déla  Dios  un  felicísimo  y 
facilísimo  alumbramiento.  Entretanto,  cuídese  mucho, 
y  salude  á  nuestros  buenos  amigos,  y  créame  siempre 
el  más  constante  y  sincero  de  sus  servidores. 


/.  Ll, 


OCTUBRE  1809 


401 


435  P.  D.  ¿No  parece  ese  busto?  Tampoco  las  estam- 
pas, entre  las  quáles  deseo  con  ansia  las  del  inmortal 
Fox,  y  su  digno  sobrino.  Y  ¿cómo  estamos  de  Ministe- 
rio? Otro  objeto  de  curiosidad  y  deseo. 


431  Según  lo  manifestado  en  la  carta  anterior  (J  —  79,  §  428),  el 
día  20  de  Octubre,  se  fijó  la  fecha  para  la  reunión  de  Córtes;  y  el 
21,  se  acordó  la  formación  de  la  Comisión  ejecutiva,  con  desig- 
nación de  sus  individuos.  Y  pues  en  la  presente  carta  se  afirma, 
que  se  procedió  ayer  á  la  elección  de  sus  miembros,  deducimos 
que  le  corresponde  la  fecha  de  22  ó  23  de  Octubre. 

Los  individuos  designados  para  la  Ejecutiva,  representaban 
las  teorías  del  antiguo  régimen,  siendo  los  más  extremosos,  Ri- 
quelme  (magistrado),  y  Caro  (catedrático  de  Leyes  en  Sala- 
manca). 

Jovellanos,  rehuye  formar  parte  de  toda  colectividad,  y  se 
satisface,  con  dedicarse  á  los  trabajos  preliminares  de  las  Córtes, 
á  las  cuales  debían  concurrir  los  tres  brazos  (clero,  nobleza,  y 
pueblo.) 

Los  preliminares,  procedimientos,  y  formalidades  (ó  Ceremo- 
nial) de  Córtes,  eran  por  él  concienzudamente  estudiados.  Concu- 
rrían á  tan  laudable  obra,  Mister  Alien  y  L.d  Holland  con  sus  lu- 
ces; el  docto  Capmany  (según  atrás  dejamos  insinuado;  notas  218 
y  399);  el  sabio  Martinez-Marina,  Castañedo,  y  los  eruditos  tra- 
ductores de  Alien. 

432  La  batalla  de  Tamámes,  ocurrió  el  día  18  de  Octubre  de 
1809.  Ganáronla  el  Duque  del  Parque,  y  sus  Generales  (Losada, 
La  Carrera,  Belveder,  y  Anglona)  contra  el  General  Marchand 
(que  mandaba  el  vi  cuerpo  francés  en  ausencia  de  Ney).  Tuvo 
éste  una  pérdida  de  1.500  hombres;  la  nuestra,  fué  de  700. 

La  situación  de  nuestros  Generales,  por  aquellos  días,  era  del 
siguiente  modo: 

Romana,  en  la  Comisión  ejecutiva. 
Blake^  en  Cataluña. 

Parque,  en  Tamámes  (Salamanca)  el  18  de  Octubre,  con  12.0C0 
hombres. 

26 


402 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Ballesteros,  con  8.000  hombres,  incorporado  á  Parque  el  19  de 
Octubre,  al  día  siguiente  de  Tamámes. 

Eguia  (sustituido  por  Areisaga)  en  Sierra  Morena;  egército 
de  la  Mancha. 

Alburquerque  (aún  en  Sevilla),  gefe  del  egército  de  Extrema- 
dura, con  12.000  hombres. 

[J_LXXXI] 

Sevilla,  27  de  Octubre  1S09. 

436  Mi  muy  amado  Lord;  escribo  á  Vm.  sólo  para 
incluirle  la  adjunta  carta  que  espero  haga  dirigir  á  Don 
Manuel  Flórez  Méndez,  diputado  de  la  Junta  de  Astú- 
rias,  sobre  el  mismo  asunto  que  indiqué  en  mi  anterior. 
Si  Vm.  no  supiese  de  su  paradero,  tendrá  la  bondad  de 
remitirla  por  medio  del  Señor  Apodaca,  perdonándome 
á  mí  tantas  molestias  como  le  doy. 

437  Nada  de  nuevo.  La  función  de  Tamámes  ha  sido 
mucho  más  importante  de  lo  creído.  El  enemigo,  perdió 
más  de  2.000  hombres.  La  caballería,  hizo  ménos  de  lo 
que  debió,  y  mucho  ménos  de  lo  que  pudo:  la  infante- 
ría, empezó  dispersándose,  en  tanto  grado,  que  fué  pre- 
ciso hacerla  volver  á  fusilazos.  Pero  los  soldados,  vuel- 
tos á  sus  filas,  pelearon  como  tigres. 

438  Va  otro  borrón  sobre  la  espulsión  jesuítica. 

439  Ahora  me  dicen  que  los  enemigos  se  retiran  al 
pié  de  la  Sierra,  hácia  el  Tajo. 

440  Salud,  y  tiernas  memorias  á  nuestra  amable  My 
Lady  y  compañía,  y  mande  Vm.  á  su  affmo.  amigo. 

/.  LL 


[H_LXI] 

Holland-House:  Octubre  18:  1809. 

Querido  y  respetado  amigo  mío:  ya  días  y  aún  se- 
manas ha,  que  no  he  tenido  carta  de  Vm.,  y  según  veo' 


OCTUBRE  1809 


403 


de  las  Gacetas,  no  habrá  habido  noticias  que  den  gusto 
€n  comunicarlas. 

No  ha  hecho  grande  papel  el  nuestro  Arturo;  pero 
sea  lo  que  fuera,  me  parece  cargo  muy  grande  al  Go- 
bierno de  España,  no  haber  hecho  nada,  mientras  es- 
tuvieron en  Alemania  los  exércitos  de  Napoleón.-— Otra 
oportunidad  como  esa,  no  la  tendrán  Vms.,  y  aunque 
les  hubiese  faltado  un  exército  Inglés,  me  parecen  su- 
ficientes las  fuerzas  de  España,  para  que  dirigidas  con 
buen  acierto,  acabasen  con  lo  que  quedaba  de  los  Fran- 
^ceses  quando  salí  de  España.  Y  también  siento  mucho 
que  siga  la  misma  lentitud  en  las  providencias  civiles, 
como  en  las  de  guerra. 

La  hbertad  de  la  imprenta  y  la  convocación  de  Cór- 
tes,  no  están  mas  cerca  que  estaban  en  el  mes  de 
Mayo.— Por  desdicha,  no  hay  la  misma  inacción  en  Bo- 
naparte,  y  aquí  se  supone  ya  hechas  las  paces  con  Aus- 
tria. Dice  (J — 71)  Vm.  actum  est  de  nobis,  y  es  así,  por- 
que vos  non  agites. 

Aquí  estamos  muy  ocupados  de  nuestros  dispara- 
tes, y  en  efecto,  no  hay  Gobierno,  ni  systema. 


[H_LXII] 

Londres:  i.°  Noviembre:  1809. 

Querido  y  respetadísimo  amigo  mío:  No  entiendo 
por  qué  sus  cartas  de  Vm.  me  llegan  tan  atrasadas,  y 
las  mias  no  llegan  ni  temprano  ni  tarde.  Otras  tuve  yo 
de  Sevilla  del  dia  7  del  pasado  mes,  y  el  mismo  correo, 
no  trae  sinó  del  13  de  Setiembre  de  Vm.— Con 

tanto  atraso,  no  se  puede  hablar  de  sucesos  públicos, 
pues  ántes  que  llegue  la  Disertación,  ya  se  habrá  aca- 
bado el  asunto.— Con  todo,  no  se  puede  decir  eso  de  sus 
proyectos  de  reforma  de  Cortes,  &.,  &. 

¡Ay  Dios  mío!  quánto  tiempo,  y  qué  precioso  se  ha 
'  dexado  escabullir,  y  mientras  Bonaparte  ha  conquista- 


404 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


do  á  Alemania,  Vms.  no  han  podido  arreglar  el  llama-^ 
miento  de  las  Córtes,  y  establecer  la  libertad  de  la 
imprenta:  miéntras  él  ha  deshecho  tres  ó  quatro  jerar- 
quías, Vms.  no  han  podido  asegurar  la  suya.  Las  bue- 
nas miras,  las  luces,  el  patriotismo,  no  faltan  en  Espa- 
ña: pero  sin  la  prontitud  y  aun  la  rapidez,  nada  se 
puede  hacer  en  este  siglo.  Rest  (Best)  is  not  for  the 
charriot  ofthe  Sw/í.*  y  habiendo  escogido  la  España  una 
carrera  tan  gloriosa,  pero  tan  difícil  y  tan  peligrosa,  no 
había  de  dormir  en  el  camino.— Aquí  tenemos  también 
nuestras  tonterías,  y  son  grandes.— La  sangre  que  se 
ha  derramado,  y  los  tesoros  que  hemos  gastado,  son  sin 
exemplo  en  nuestra  historia:  y  ¿qué  fruto  sacamos  de 
tanto  esfuerzo?  Pero  aquí  se  han  divertido  con  mucho 
regocijo  y  mucho  predicaren  el  jubileo.  Un  predicador 
de  Escocia,  sacó  un  texto  muy  raro  para  su  prédica.  Es 
en  el  quarto  Capítulo  del  Libro  del  Eclesiastés,  ver- 
so 13:  Mejor  es-  niño  pobre  y  sabio,  que  Rey  viejo  y  ne- 
cio, que  no  sabe  preveer  en  adelante. 

Ya  está  hecho  el  Ministerio,  pero  esperan  con  mu- 
cha ánsia  la  llegada  del  Grande  Marqués.— No  creo  se 
atreva  á  tomar  el  cargo,  si  no  éntre  con  él  otra  vez 
M.»^  Canning. — Si  no  fuesen  tan  lastimosos  los  efectos, 
sería  de  véras  un  saynete  muy  divertido,  la  historia  de 
nuestro  Ministerio.  La  Señora,  pide  mil  y  mil  memo- 
rias, y  aprecia  como  debe  las  afectuosas  expresiones  de 
su  amigo  y  protector  Don  Gaspar:  y  ¿por  qué  no  viene 
el  busto?  Nos  hace  falta  muchísimo,  y  le  suplico  se  sir- 
va avivar  á  Monasterio  y  á  Wiseman,  para  que  lo  des- 
pachen y  lo  envíen  quanto  antes.  Este  quanto  antes 
hace  falta  en  cosas  pequeñas  como  en  grandes. 

Estimo  mucho  la  bondad  de  los  sobrinos;  de  Garay 
y  de  Hermida,  y  quedo  su  más  apasionado  y  reconocido 
amigo. 

Mi  mala  letra,  sirve  de  firma. 


NOVIEMBRE  1809  4(¡6 


[H_LXIII] 

Holland-House:  Noviembre  6:  1809. 

Queridísimo  y  respetable  amigo  mío:  Tengo  ver- 
güenza de  no  haberle  escrito  ya  meses  ha,  pero  era  en 
afecto  por  el  rezelo  de  la  incertidumbre  de  muchos  me- 
dios de  comunicación,  y  de  la  carestía  de  otros,  y  aun 
á  tanta  distancia  no  se  ofrecen  otros  asuntos  de  corres- 
pondencia sinó  los  que  piden  larga  discusión,  porque 
los  demás  pierden  y  su  novedad  y  su  piquante  (pican- 
te), en  llegando  dos  meses  después  de  haber  sido  es- 
critos. 

En  el  dia,  recibo  su  estimable  del  14  del  mes  pasado, 
con  dos  papeles  adjuntos,  y  con  mucha  alusión  á  otro 
harto  más  apreciable  (quiero  decir  la  Memoria)  que 
hasta  aquí  no  me  ha  llegado. 

Estotros  son  interesantes  para  mí,  en  tanto  que  de- 
muestran el  zelo  inagotable  de  mi  respetado  Don  Gas- 
par para  todo  (lo)  que  pueda  aprovechar  (d)  su  patria, 
y  fomentar  las  luces  de  sus  paisanos:  y  preciso  es  con- 
fesar que  la  verdadera  filosofía  haga  á  todos  los  que  la 
cultivan  suministrándoles  consuelo  y  recreación  en  los 
torbellinos  de  adversidad  y  de  negocios:  y  ocupación  y 
contento  en  el  recogimiento  y  reposo. 

En  quanto  á  los  asuntos  militares  y  políticos,  no  me 
gusta  en  nada  la  fortuna  de  las  cosas,  ni  por  española- 
do que  soy,  le  puedo  disimular  que  á  mí  me  parece  que 
los  dueños  de  mi  segunda  pátria,  se  precian  de  gran- 
des políticos  en  alentar  sospechas  que  más  sirven  á  pro- 
ducir que  á  alejar  los  males  que  rezelan,  y  en  conciliar 
sus  preocupaciones  con  ciertas  máximas  metafísicas, 
sin  parar  en  que  ambas  no  son  hecho  al  caso,  ni  contri- 
buyen á  verificar  las  únicas  miras  que  deben  seguir, 
quiero  decir,  el  echar  fuera  los  Franceses,  y  al  conser- 
var en  cualquiera  modo  que  sea  factible  el  imperio  es- 
pañol á  Fernando  7.™° 


406 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


No  se  ha  ofrecido  la  oportunidad  de  mandarle  los 
números  de  Blanco  (White);  á  mí  me  parecen  llenos  de 
sana  politica,  dictados  del  verdadero  deseo  de  servir  á 
su  pátria,  compuestos  con  mucho  tino  y  mucha  elo- 
cuencia, y  aún  bastante  exentos  de  pasión,  por  ser 
obra  de  uno  que  ha  sido  ultrajado  del  modo  más  in- 
decente, por  todos  los  escritos  y  aun  discursos  que 
vomita  la  imprenta  de  Cádiz.  Pero  sé  muy  bien  que 
casi  todos  los  españoles  los  miran  de  otro  aspecto,  y 
todo  lo  que  me  atrevo  á  pedirle,  es  que  Vm.  no  lo  juz- 
gue por  las  injurias  de  sus  enemigos,  sinó  por  sus  mis- 
mos escritos. 

Él  pretende  que  ha  querido  conservar  las  Américas 
á  España:  dice  que  el  rumbo  que  han  seguido  los  Go- 
biernos de  España,  y  especialmente,  la  Regencia  y  las 
Córtes,  ha  sido  el  más  cierto  para  enagenarlas,  para 
justificar  su  separación, y  para  lograrla. — Es  cierto  que 
en  el  día,  parece  que  tal  será  el  efecto,  y  es  preciso 
acordarse  que  qualquiera  (qiie)  haya  sido  el  dictámen 
de  Blanco,  es  el  opuesto  que  se  ha  adoptado;  y  por 
consiguiente,  si  la  resulta  es  mala,  no  es  la  resulta  de 
sus  escritos,  pero  sí  la  del  systema  que  condena. 

En  quanto  á  la  soberanía,  y  lo  demás  de  la  metafí- 
sica de  Argüelles,  él  se  burla  de  ella,  y  me  parece  (aun- 
que no  haya  yo  tenido  el  gusto  hasta  aquí  de  alcanzar 
su  Memoria,  que  estoy  tan  deseoso  de  lograr)  que  en 
eso  Vms.  convendrán  bastante. 

En  toda  esa  parte  de  la  conducta  de  Córtes,  hay 
poco  tino  y  mucha  pedantería,  y  me  parece  que  la  sa- 
tiriza muy  bien  el  Juan- sin-Ti erra  de  El  Español. 

No  sé  si  al  mismo  tiempo  que  le  envío  esta  carta  ha- 
brá proporción  de  mandarle  los  Españoles,  pero  si  es 
factible,  lo  haré. 

Está  muy  buena  la  Señora,  y  siempre  muy  reconocida 
por  su  amistosa  memoria.— Hoy  mismo  acabo  de  apren- 
der (saber)  la  vuelta  de  mi  querido  Garlitos,  del  Gabo 
de  Buena-Esperanza,  y  el  gozo  que  me  habrá  causado 
su  llegada,  tal  vez  habrá  algo  trastornado  mi  castella- 
no, que  quebrantado  ya  por  el  tiempo  y  por  el  poco  uso^ 


NOVIEMBRE  1809 


407 


no  puede  aguantar  otro  secousse.  Muchas  memorias  de 
la  parte  de  M.^  Alien;  sabe  (sepa)  Vm.  que  ha  sido  ele- 
gido Warden  of  Dulwich  College^  especie  de  Obra  pía 
cuyo  Director  ha  de  ser  por  fuerza  del  nombre  de  su 
primer  fundador,  Alien,  el  Comediante:  no  puede  ser  ni 
casado,  ni  eclesiástico;  de  modo  que  nuestro  Alien  ya 
se  ha  convertido  en  una  especie  de  Padre  Prior  lego, 
que  hace  reir  á  todos  sus  amigos,  pero  que  no  dexa  de 
serle  útil,  cómodo,  provechoso  y  honroso.  El  tal  prior 
pide  (manda)  mil  memorias  para  Vm. 
Adiós. 

VJi  Holland. 

[J_LXXXII] 

Sevilla,  1  de  Noviembre  1S09. 

441  Aunque  la  sesión  de  mañana  me  proporcionará, 
mi  muy  querido  Lord,  dar  á  Vm.  alguna  noticia  que 
no  puedo  hoy  adivinar,  le  diré,  para  ponerme  al  co- 
rriente del  día,  que  el  Duque  del  Parque,  ha  entrado 
en  Salamanca,  habiéndola  evacuado  los  Franceses  á 
su  arribo.  Que  el  egército  grande  de  los  franceses,  que 
se  adelantó  hasta  la  falda  de  la  Sierra,  se  retira  hacia 
el  Tajo,  y  el  nuestro,  baja  de  la  altura  en  su  segui- 
miento; que  Gerona,  se  tiene,  y  esperamos  que  Blake 
prepare  algún  buen  golpe  contra  los  sitiadores;  y  esto 
es  lo  que  hay  de  guerra.  De  política,  que  el  Marqués 
de  Wellesley  pidió  día  para  despedirse,  y  se  le  dió  el 
domingo  29,  que  luego  desavisó  diciéndose  enfermo,  y 
luego,  sin  hablar  de  partida,  anunció  que  venía  su  her- 
mano Lord  Wellington,  y  deseaba  presentarle  á  la 
Junta.  Dícennos  que  está  llamado  para  suceder  á  Can- 
ning,  y  aún  nos  dicen  que  lo  dice  él  mismo.  Si  es  así, 
ya  podrá  Vm.  decir  que  no  tengo  mal  olfato  político. 
A  qué  venga  su  hermano,  si  no  es  á  despedirse  (porque 
dice  que  no  partirá  por  Lisboa,  sinó  por  Cádiz)  no  lo  sé; 
Dios  los  traiga  y  los  lleve  en  paz. 


408 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


442  También  acá  hacemos  y  deshacemos  ministe- 
rios. Nuestro  Garay,  después  de  hacer  dimisión  de  la 
Secretaria  General,  insistió  una  y  otra  vez  en  hacerla  de 
la  interinidad  de  la  de  Estado:  se  le  admitió  por  fin,  se 
procedió  á  nombrar  Ministro,  y  fué  nombrado  Saave- 
dra.  Ninguno  mejor  si  Vm.  viniese  de  Embajador;  pero 
aunque  tan  bueno  para  todo,  no  sé  lo  que  será  con  el 
que  está,  ó  otro  que  se  le  parezca.  No  sabemos  quién  le 
sucederá  en  Hacienda,  y  hay  á  la  verdad  muy  poco  en 
qué  escoger.  Se  habla  de  nombrar  uno  separado  para 
la  América,  y  aún  se  dice  que  Cornel  se  separará. 

443  1.*"  de  Noviembre:  Acabamos  de  nombrar  presi- 
dente de  la  Junta  y  Comisión  ejecutiva,  al  Arzobispo, 
que  renunció  y  no  le  fué  admitido;  y  por  Vice  Presi- 
dente, á  Altamira.  En  seguida  se  juntó  la  Comisión  eje- 
cutiva, y  seguirá  ya  este  nuevo  órden  de  cosas,  que  á 
pesar  de  sus  zurrapas,  nos  ofrece  alguna  ventaja.  El 
egército  de  la  Mancha,  va  descendiendo,  y  alguno  es- 
cribe que  para  el  10  del  corriente  estará  sobre  Madrid. 
Hágalo  Dios. 

444  Nada  más  ocurre:  va  el  adjunto  impreso  que 
vale  más  que  la  Comisión  ejecutiva.  La  de  Córtes,  que 
ha  perdido  tres  vocales,  los  recuperará,  y  no  se  ocu- 
pará de  otra  cosa. 

445  My  Lady:  voy  á  emprender  una  novena  á  San 
Ramón,  abogado  de  los  felices  partos,  y  si  el  Santo 
bendito  quiere  hacer  lo  que  es  razón,  hará  que  el  de 
Vm.  lo  sea  tanto  como  sinceramente  desea  su  afectísi- 
mo amigo 

Jovellanos. 

446  P.  D.  Allá  va  la  última  parte  de  la  noticia  sobre 
el  extrañamiento  de  los  Jesuitas. 

442  Don  Martin  de  Garay,  Secretario  General  de  la  Junta 
Central  desde  su  constitución,  fué  reemplazado  en  dicho  cargo, 
por  el  asturiano  Don  Pedro  Inguanzo  y  Ribero,  canónigo  de  To- 
ledo. 


NOVIEMBRE  1809 


409 


Designado  también  Ministro  de  Estado^  interino,  en  lugar  de 
Don  Pedro  Ceballos  (que  cesó  en  5  de  Enero  de  1809,  por  haber 
sido  nombrado  Embajador  extraordinario  en  Lóndres)  le  sucedió 
en  propiedad,  el  sevillano  Don  Francisco  de  Saavedra. 

Fué  igualmente  propuesto  para  vocal  de  la  Comisión  de  Cór- 
íes,  en  cuyo  cargo  reemplazó  á  Don  Francisco  Xavier  Caro. 

Á  Saavedra,  sucedió  en  el  Ministerio  de  Hacienda,  Don  Am- 
brosio Garro,  Marqués  de  las  Hormazas. 

Menciónase  aquí  por  primera  vez,  al  Ministro  de  la  Guerra, 
Don  Antonio  Cornel:  de  quien  trae  un  resúmen  biográfico  la 

obra  del  Sr.  Sala-Valdés:  Obelisco  histórico  ,  pág.  43. 

444  El  impreso  que  remite  el  autor  á  su  amigo,  es,  con  toda 
seguridad,  el  Decreto  de  convocación  á  Córtes^  con  fecha  de  28 
de  Octubre  de  1809  (obra  de  Quintana:  vid.  nota  459),  que  se  in- 
sertó en  la  Gaceta  de  4  de  Noviembre  de  1809. 

Los  tres  vocales  que  perdió  la  Comisión  de  Córtes^  fueron,  se- 
gún más  adelante  se  expresa  (J  —  87,  §  467],  el  Arzobispo  de  Lao- 
dicea  (Vera  Delgado),  Don  Rodrigo  Riquelme,  y  Don  Francisco 
Xavier  Caro,  que  fueron  substituidos  por  el  Conde  de  Ayamans 
(Togores  Zanglada)  y  Don  Martin  de  Garay. 

Es  digna  de  notarse  la  acritud  de  expresión  con  que  Toreno 
califica  á  los  primeros,  llamándoles  rémoras  para  todo  lo  bueno; 
á  la  inversa  de  Jovellanos,  cuyas  correctas  y  corteses  frases 
(§  341}  aparecen  dictadas  por  la  más  esquisita  y  generosa  nobleza. 


F  J  — LXXXIIM 

Sevilla,  8  de  Noviembre  1809. 

AA7  No  quiere  la  suerte,  mi  muy  amado  Señor,  que 
nosotros  gocemos  un  momento  de  tranquilidad.  Á  la  pu- 
blicación de  las  Córtes,  y  reconcentración  del  Gobier- 
no, que  tanto  afán  nos  costó,  se  sigue  ahora  la  inquie- 
tud de  las  Juntas,  no  descubierta  del  todo,  sinó  por  la 
de  Badajóz  que  abiertamente  anunció  algunos  dias  ha, 
que  no  entendía  haber  abdicado  su  poder  soberano;  y  la 
de  Valencia,  que  enarbolando  el  pendón  de  insurgen- 


410 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


cia,  anuncia  ahora  el  propósito  de  conservar  la  sobera- 
nía en  su  distrito.  Esta  escisión,  que  importaría  ménos 
si  tuviese  otro  objeto,  es  más  temible  porque  anuncia 
también  una  resistencia  á  la  reunión  de  las  Córtes,  y 
descubre,  por  consiguiente,  el  propósito  de  retener  por 
un  tiempo  indefinido,  su  dominación.  En  fin,  descubre 
esta  Junta,  el  deseo  de  convertir  la  nación  en  Gobier- 
no federado,  que  siempre  sería  ilegal,  ageno  de  la  ex- 
tensión, del  genio,  y  de  las  costumbres  de  España,  y 
mucho  más  ageno  aún,  de  las  estrechas  circunstancias 
en  que  se  halla;  poseída  la  mitad  por  un  ambicioso,  y 
la  mitad  mal  gobernada  por  unos  cuerpos  más  ambi- 
ciosos aún  que  el  enemigo,  á  la  sombra  de  un  gobier- 
no que  no  tiene  ni  vigor  para  contenerlos,  ni  fuerza 
para  refrenarlos. 

448  Entretanto,  las  voces  de  que  está  firmada  la  paz, 
se  susurran  en  todos  los  rincones,  y  aunque  esta  noticia 
no  tenga  autenticidad,  témome  mucho  que  salga  cier- 
ta. No  puede  ser,  pues,  más  desgraciada  la  ocasión, 
quando  la  atención  toda  del  gobierno  se  debe  volver  á 
tan  grande  objeto. 

449  Entretanto  el  egército  de  la  Sierra,  cayendo  á 
la  Mancha,  va  ya  á  afrontarse  con  el  enemigo,  pues 
mañana  se  hallará  en  Tembleque.  Si  pasan  el  Tajo, 
Alburquerque,  que  manda  sobre  la  izquierda  del  Tajo 
Extremeño,  y  Parque,  que  está  en  Salamanca,  llamarán 
su  atención  por  aquellas  partes,  y  los  Franceses  ataca  - 
rán  ó  serán  atacados  entre  Aranjuéz  y  Toledo.  Tal  es 
el  plan.  Las  apariencias  son  de  que  el  enemigo  se  quie- 
re hacer  fuerte  sobre  las  montañas  cercanas  á  Ma- 
drid. 

450  Vino  Arthuro,  y  fué  presentado  con  su  hermano 
en  la  audiencia  de  despedida;  y  á  consecuencia,  se  pre- 
sentó con  sus  credenciales,  Frere,  hermano.  En  el  mis- 
mo día,  hice  mi  segunda  visita  al  Sr.  Marqués,  á  quien 
encargué  para  Vms.  mil  finos  recuerdos.  Tuvo  la  bon- 
dad de  enviarme  dos  tratados  sobre  la  abolición  del  co- 
mercio de  Negros.  Va  encantado  de  la  Catedral,  cuya 
descripción  tuve  el  honor  de  presentarle.  Lleva,  según 


NOVIEMBRE  ISO'9 


411 


dicen,  muchas  pinturas,  no  buenas  y  muy  caramente 
pagadas. 

451  He  visto  esta  mañana  al  Sr.  Wiseman,  quien  me 
aseguró  que  el  busto,  si  no  está  ya  en  Londres,  irá  na- 
vegando. 

452  My  Lady;  á  la  llegada  de  ésta,  habrá  Vm.  sali- 
do de  su  cuidado,  y  muy  felizmente,  si  según  el  deseo 
de  sus  buenos  amigos,  y  los  fervorosos  ruegos  hechos 
á  San  Ramón. — Que  Vm.  se  conserve  siempre  buena  y 
contenta,  para  consuelo  nuestro,  y  dicha  de  su  dig- 
no esposo,  es  lo  que  más  ardientemente  apetece  su 
affmo.  amigo. 

/.  Ll. 

453  P.  D.— Tres  personas,  áun  tiempo,  emprendie- 
ron la  traducción  de  la  Memoria  de  Mr.  Alien.  De  las 
dos  concluidas,  la  mejor  es  la  que  hizo  Tineo,  que  se 
imprimirá  y  irán  exemplares. 

447  Retratado  está  aquí  de  mano  maestra,  el  espíritu  de  insu- 
bordinación de  las  Juntas  provinciales,  en  el  que  se  descubre  el 
fondo  del  carácter  español,  indisciplinado,  loco,  levantisco  y  en- 
vidioso; ¡y  en  qué  circunstancias!  ¡frente  al  más  poderoso  enemigo 
de  Europa!  Y  admirablemente  presentidos  por  el  gran  escritor, 
los  gérmenes  del  gobierno  federativo,  en  cuya  forma  embrioná- 
ria,  ántes  palpitaba  la  hostilidad  de  tribu  á  la  idea  de  la  unifica- 
ción nacional,  que  no  la  aspiración  legítima  á  una  forma  de  Go- 
bierno progresiva  é  independiente. 

Conceptos  táles,  hállanse  acertadamente  explanados  por  Mar- 
tin Hume,  en  su  reciente  y  notable  libro,  Historia  del  pueblo  es- 
pañol^ su  origen^  desarrollo  é  influencia. 

Así  es,  que  la  empresa  de  la  Junta  Central,  era  formidable,  y 
á  sus  generosos  esfuerzos,  aún  no  se  ha  hecho  la  debida  justicia. 
Extrañeza  causa,  por  tanto,  que  un  escritor  como  Alcalá  Galia- 
no  (Memorias  de  un  anciano^  pág.  133),  se  atreva  á  lanzar  con- 
tra ella,  la  siguiente  injuriosa  acusación:  "La  Central,  era  bien 

„ó  mal  obedecida,  pero  lo  era  sólo  en  los  puntos  capitales  No 

era  de  extrañar  que  en  tal  cuerpo  hubiese  traidor  es.  Esta  aser- 


412 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


cion,  es  completamente  gratuita,  y  más,  cuando  no  se  prueba. 
Podría  haber  entre  los  numerosos  individuos  de  la  Junta,  y  de 
hecho  los  había,  ignorantes,  ineptos,  ambiciosos,  exaltados  é  in- 
trigantes; porque  los  procesos  seguidos  contra  Palafox  (hermano 
del  Marqués  de  Lazán),  Conde  de  Contamina,  Conde  de  Tilly,  y 
Calvo  de  Rozas,  por  indisciplina,  ambición  de  mando,  conspira- 
ción ó  soberbia,  lo  patentizan  en  cierto  modo;  pero  todavía  no  se 
ha  hecho  á  ninguno  de  ellos  (aún  contando  los  embozados  y  cobar- 
des ataques  del  Consejo  de  Castilla),  la  inculpación  de  traidor. 

Porque  si  semejante  dictado  se  lanzó  por  la  indecente  chusma 
gaditana  (o.  c,  pág.  134)  sobre  el  petulante,  pero  honrado  centra- 
lista. Marqués  de  Villél,  digno  representante  de  Cataluña,  no  fué 
porque  en  manera  alguna  hubiese  incurrido  en  tal  delito,  sinó 
porque  aquellas  hienas,  ávidas  de  sangre,  no  pudiendo  descargar 
en  él  su  loca  fúria,  fueron  á  saciarla  en  el  indefenso  Don  José  He- 
redia,  comandante  del  Resguardo,  cuya  sola  falta,  era  la  de  per- 
seguir el  contrabando. 

Apuntados  quedan  por  otra  parte,  en  el  prólogo  de  este  libro, 
los  enemigos  que  asediaron  á  la  Junta,  miéntras  existió,  y  los 
motivos  por  que  la  combatieron,  con  las  causas  que  determinaron 
su  transformación  y  muerte  (vid.  J  —  3,  J  —97,  etc.). 

448  La  Paz  de  Viena,  fué  el  14  de  Octubre:  hacía  ya  veintiséis 
días  que  se  había  firmado. 

449  Por  la  situación  de  los  egércitos,  se  ve,  que  el  objetivo  mi- 
litar de  Areizaga,  era  ir  sobre  Madrid. 

450  El  Marqués  de  Wellesley,  hermano  de  Sir  Arthuro,  emba- 
jador extraordinario  de  la  Gran  Bretaña,  llegó  á  Cádiz  el  1.°  de 
Agosto  de  1809,  como  afirma  Castro  (ob.  d.,  pág.  15),  y  á  Sevilla, 
el  J 1  de  igual  mes,  marchando  de  esta  ciudad,  según  leemos 
(J  —  67),  el  8  de  Noviembre  de  dicho  año.  En  lo  que  yerra  Castro 
(oh.  d,y  pág.  56),  es  en  suponer  que  el  día  20  de  Diciembre  de  1812 
aún  continuaba  en  Cádiz  el  Marqués.  El  yerro,  consiste,  en  con- 
fundir á  este  último,  con  su  hermano  Sir  Henry. 

Alude  también  Jovellanos  en  este  párrafo,  á  Frere^  hermano^ 
6  sea,  á  Bartholomew  Frere  (1778-1851),  hermano  menor  de  John 
Hookham  Frere.  Trájole  este  último  consigo  de  Secretario  de 


NOVIEMBRE  1809 


Embajada,  y  desempeñó  el  cargo  de  Ministro  plenipotenciario 
interino,  de  Noviembre  de  1809  hasta  Abril  de  1810,  en  cuya  últi- 
ma fecha  fué  reemplazado  por  Henry  Wellesley. 

Barth.  Frere,  pasó  luego  á  la  Secretaría  de  Legación  en  Cons- 
tantinopla,  donde  permaneció  algunos  años.  Figura  también  en- 
tre los  colaboradores  de  la  Edinhurgh  Review. 

Suponemos  que  las  dos  obras  regaladas  por  Wellesley  á  Jove- 
llanos,  sean,  con  alguna  probabilidad,  las  siguientes  que  constan 
en  un  inventario  judicial  de  la  herencia  de  Don  Gaspar  M.  de  Jo- 
vellanos. 

a)  Debates  ó  mociones  sobre  el  comercio  de  los  esclavos  en  la 
Cámara  de  los  Comunes:  8.°  pasta  (en  inglés). 

(Debuts  (motions)  on  the  Slave-Trade  into  the  House  of 
Commons.) 

b)  Wilberforce  (W.):  Una  carta  sobre  abolir  el  comercio  de  ne- 
gros: 4.°  pasta  (en  inglés). 

(Letter  on  the  abolition  of  the  Slave-trade.) 

William  Wilberforce  (1759-1833)  es  el  glorioso  campeón  del  bilí 
para  la  abolición  del  comercio  de  esclavos  (Slave-Trade)  que  fué 
aprobado  en  1807. 

En  cuanto  á  la  Descripción  artística  de  la  Catedral  de  Sevilla^ 
que  Jovellanos  regaló  al  Marqués,  debe  ser  la  de  Ceán  Bermú- 
dez,  cuya  primer  edición  (en  8.°,  por  la  Viuda  de  Hidalgo)  apare- 
ció en  1804. 

453  Sobre  la  traducción  de  la  obra  de  Alien  por  Tineo  (que  se 
imprimió  en  Lóndres)  véase  lo  manifestado  anteriormente,  en  la 
nota  218. 


[J_LXXXIV] 

Sevilla,  14  de  Noviembre  1809. 

454  Que  la  opinión  del  pueblo  de  Lóndres,  con  res- 
pecto al  pueblo  y  al  Gobierno  de  España,  haya  sido  alu- 
cinada y  pervertida  por  la  intriga,  que  libraba  sobre 
esta  perversión  la  elección  de  sus  agentes,  nada  tiene 


414 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  extraño;  pero  que  haya  logrado  pervertir  tarabién 
la  de  Vm.,  mi  amado  Lord  y  respetado  amigo,  es  para 
mí,  no  solo  extraño,  sitió  incomprensible.  Yo  no  seré  tan 
ciego  que  no  conozca  los  vicios  de  nuestro  Gobierno, 
ni  tan  deslumbrado,  que  me  obstine  en  defenderlos; 
pero  no  llevo  en  paciencia  que  se  le  achaquen  cargos 
injustos  por  los  que  le  conocen,  y  saben  quánto  ha  he- 
cho, que  no  se  podía  esperar  aún  del  mejor  constituido, 
y  quántas  razones  le  estorbaron  de  hacer  lo  que  quiso 
y  no  pudo.  Á  buen  seguro,  que  sí  Vm.  al  escribir  su 
carta  de  27  de  Octubre  (H— tuviese  las  noticias 
que  habrá  recibido  después  por  otras  muchas  mías 
(pues  desde  la  partida  de  Vms.  no  he  dejado  de  es- 
cribir una  cada  semana)  no  me  diría  lo  que  contiene 
aquella  carta.  Vm.  dice,  que  Wellesley  no  hizo  nada, 
y  yo  añado,  que  nada  nos  dejó  hacer.  Resuelto  á  la  in- 
acción, siempre  nos  pretendieron  lisongear  él  y  su  her- 
mano, con  que  saldrían  de  ella.  Los  víveres,  eran  el 
primer  renglón  de  su  cantinela,  y  á  la  promesa  de  ellos, 
respondían  que  no  contaban  con  poder  bastante  en  el 
gobierno  para  asegurarlos.  Proponían  planes  de  situa- 
ción y  acción  combinada,  y  descubrían  al  mismo  tiem- 
po, que  todo  su  objeto  era  cubrir  el  Portugal,  y  estar  á 
la  vista  de  los  sucesos  del  Norte.  Hubiérame  creído  la 
Junta,  y  desde  su  retirada  de  Talavera,  no  se  hubiera 
contado  con  Vms.  sinó  para  pedirles  armas  y  dinero. 
Por  fin,  la  paz  está  anunciada,  y  yo  la  tengo  por  segu- 
ra, y  mi  pronóstico  de  que  el  egército  inglés  no  saldrá 
una  línea  de  la  frontera  de  Portugal,  se  vá  á  verificar; 
y  aún  también,  que  si  Bonaparte  apareciere  con  un 
fuerte  egército,  sólo  se  creerá  seguro  Wellesley  en 
Lisboa,  y  con  una  Escuadra  anclada  á  la  vista.  Y  aho- 
ra temo  más,  porque  viendo  que  la  división  española 
que  mandaba  Wilson,  se  retiene  en  Portugal  con  vanos 
pretextos,  y  que  Alburquerque,  aunque  encargado  de 
llamar  la  atención  al  Puente  del  Arzobispo,  se  retira  á 
Truxillo,  y  se  acerca  al  egército  inglés,  y  á  la  Junta  de 
Badajóz  dominada  por  éste,  y  proclamadora  de  aquel, 
veo  dans  la  coulisse,  cosas  que  ni  me  gustan,  ni  debie- 


NOVIEMBRE  1809 


ramos  temer.  Dirá  lo  que  son,  el  tiempo,  porque  acaso 
mi  imaginación  herida  y  hecha  suspicaz  por  las  desgra- 
cias públicas^  prevée  peligros  que  no  hay,  y  designios 
que  no  están  concebidos. 

455  Entretanto,  nuestra  comisión  cortesana,  trabaja 
constantemente  en  los  objetos  de  su  grande  encargo,  y 
nuestros  egércitos  promueven  con  ardor  el  suyo.  Par- 
que, entrando  en  Salamanca,  atrajo  á  Castilla  más 
fuerzas  que  las  que  pudiera  batir,  y  ho}^  cubre  el  Puerto 
de  Baños;  pero  logró  su  objeto,  que  era  llamar  allí  la 
atención  para  favorecer  las  operaciones  de  la  Mancha. 
Areizaga,  que  manda  en  ella,  forzó  al  enemigo  á  re- 
plegarse hacia  Aranjuéz  y  Toledo,  sentó  su  quartel  en 
Ocaña,  y  según  apariencias,  irá  á  batir  á  lós  franceses, 
si  se  obstinasen  á  conservar  la  izquierda  del  Tajo,  yaún 
á  intentar  su  paso  por  Aranjuéz  y  amenazar  á  Madrid. 
Blake,  ya  no  será  separado  de  Cataluña,  y  protege  la 
prodigiosa  defensa  de  Gerona.  Nuestra  comisión  ejecu- 
tiva trabaja  á  todas  horas,  y  bien;  pero,  amigo  mió, 
¿qué  haremos  sin  armas  ni  dinero?  ^\  San  Leandro,  vol- 
vió á  arribar  á  la  Habana,  y  la  Astrea,  á  Lima,  y  nos 
faltan  cinco  millones  de  duros  que  tienen  á  bordo.  Se 
hacen  diabluras  para  tener  fusiles:  las  fábricas,  pro- 
movidas á  tanta  costa,  apenas  nos  darán  de  dos  á  tres 
mil  por  mes.  Acabamos  de  recibir  10.000  de  esa  ciudad; 
pero  esto  es  un  nada,  para  la  necesidad  que  insta.  Los 
alistamientos,  dan  mucha  gente;  pero,  ¿qué  haremos 
sin  armas  para  equiparles,  ni  dinero  para  vestirlos  y 
mantenerlos?  Se  abren  empréstitos  en  España  y  en 
América,  se  van  á  imponer  fuertes  contribuciones,  y 
nada  se  dejará  de  hacer  de  quanto  sea  necesario  para 
defender  la  pátria,  hasta  que  la  Nación  congregada,  y 
recibiendo  las  riendas  de  la  mano  de  este  Gobierno  tan 
aborrecido  y  calumniado,  se  encargue  de  tan  importan- 
te objeto,  ó  nombre  otro  que  le  dirija  con  más  dicha  y 
aceptación. 

456  Amable  My  Lady;  sigo  con  mis  votos  á  San  Ra- 
món hasta  saber  del  feliz  alumbramiento  de  Vm.  Sea 
tal  como  yo  deseo,  y  halle  ésta,  á  Vm.,  restituida  á  su 


416 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


plena  y  robusta  salud.  Poco  me  gusta  que  mis  cartas 
tarden  tanto  en  llegar  á  Vms.,  y  ménos  en  recibir  las  de 
ahí  tan  de  tarde  en  tarde.  ¿Es  esto  falta  de  los  correos^ 
ó  efecto  de  alguna  interceptación?  Si  lo  último,  harta 
mal  hacen  los  que  pretenden  pescudar  en  las  inocentes 
correspondencias  de  la  amistad.  Pero  peor  para  ellos. 
Salud  á  nuestros  amigos,  y  mande  Vm.  á  su  affmo. 

Jovellanos. 

457  P.  D.— Tineo,  y  el  Canónigo,  saludan  á  toda  la 
respetable  comitiva,  y  lo  mismo  nuestro  Garay. 

454  La  carta  de  HoUand  de  27  de  Octubre,  se  perdió.  Véase 
la  tabla  epistolar,  donde  se  especifican  las  que  se  extraviaron,  y 
las  de  que  tenemos  noticia  con  fecha  cierta. 

Las  nuevas  acusaciones  de  Jovellanos  contra  la  conducta  de 
nuestros  aliados,  y  de  los  Wellesley,  están  referidas  aquí,  de  un 
modo  magistral.  Desde  la  batalla  de  Tala  vera  (27-28  Julio  1809), 
en  cuya  fecha  se  retiran  los  ingleses  hacia  Portugal,  hasta  un 
año  después  (24  de  Julio  de  1810)  en  el  combate  del  Coa  (Portu- 
gal), no  volvieron  á  entrar  en  fuego  los  ingleses.  Y,  hasta  el 
siguiente,  Abril  de  1811,  no  reanudaron  sus  campañas  en  suela 
español. 

Respecto  á  la  paz  (de  Viena^  entre  Francia  y  Austria,  14  Octu- 
bre de  1809),  nótese,  que  en  la  carta  precedente  (§  448)  no  tienen 
aún  nuestros  ministros,  la  noticia  por  auténtica,  aunque  se  susu- 
rraba de  ella.  En  la  que  anotamos,  es  cuando  se  advierte  que  la 
paz  está  anunciada^ y  se  tiene  por  segura.  De  modo,  que  acon- 
tecimiento de  tanta  resonancia  y  trascendencia  en  Europa,  sólo 
se  sabe  en  la  capital  de  España  (Sevilla),  un  mes  justo  después 
de  ocurrido.  Habría  entónces  que  preguntar,  para  qué  servían 
nuestros  representantes  en  el  Extrangero,  y  entre  ellos,  Bardaxí^ 
plenipotenciario  en  Viena  (véase  la  nota  378). 

455  La  situación  de  nuestras  fuerzas,  y  gefes,  por  aquellos 
días,  era  del  siguiente  modo  (confr.  not.  432): 

Romana,  en  la  Ejecutiva. 
Blake^  en  Cataluña. 


OCTUBRE  1809 


417 


Parque^  con  Ballesteros  y  Castro-Puente  (26.000  hombres),  en 
Salamanca,  cubriendo  el  Puerto  de  Baños. 

Areisaga,  con  Freiré,  Zayas,  y  Lacy,  en  Ocaña  el  11  de  No- 
viembre, con  52.000  hombres. 

Alburquerque,  con  12.000  hombres,  en  Trujillo,  camino  deBa- 
dajóz. 

La  cuestión  de  armamento  y  provisiones,  era  una  de  las  más 
capitales  de  entónces. 

Por  lo  que  toca  á  los  caudales,  que,  para  la  guerra  de  la  Pe- 
nínsula, conducían  á  nuestros  puertos  los  navios  San  Leandro  y 
Astrea,  debemos  declarar,  que  no  dichos  buques,  sinó  otros,  fue- 
ron los  que  los  aportaron,  cinco  meses  y  medio  después.  En  apoyo 
de  lo  cual,  recordaremos,  que  celebrándose  en  Cádiz  el  2  de 
Mayo  de  1810,  el  segundo  aniversario  de  esta  fiesta  cívica,  se  ex- 
presa así  su  historiador  local  (Castro:  loe.  cit.,  pág.  24):  "Contri- 
„buye  á  esta  solemnidad  grandiosa  en  aquellos  instantes,  la  en- 
„trada  de  los  dos  navios  de  línea,  Algeciras^  y  Asia^  que  anclan 
„á  la  boca  del  puerto,  y  vienen  de  Veracruz,  y  La  Habana,  con 
^^siete  millones  de  pesos  fuertes,  y  cuatro  mil  fusiles.  Son  los  so- 
5, corros  que  nos  envían  nuestros  hermanos  de  América.,, 

Pero,  ni  las  fábricas  españolas  construyendo  fusiles  sin  des- 
canso, ni  los  pedidos  á  Lóndres  por  mediación  de  Cochrane 
(vid.  §§  407,  459,  y  not.  407),  ni  los  que  aqui  se  anuncian  llegados 
á  Cádiz,  ni  cuanto  dinero,  municiones,  recursos  y  gente  pudiera 
allegarse,  de  nada  serviría,  porque  todo  llevaba  el  sello  de  la 
premura,  y  de  la  imprevisión,  y  todo  llegaba  tardía  é  inútilmente. 
Y  no  es  que  de  intento,  acumulemos  sombras  para  entenebrecer 
el  cuadro,  nó;  es  que,  por  inferioridad  de  raza,  y  por  completa 
ausencia  de  cultura  intelectual,  nada  hacemos  en  tiempo  opor- 
tuno para  prevenir  mayores  males:  y,  eternos  improvisadores  en 
la  poesía,  la  novela,  la  declamación  y  el  drama,  imaginamos  que 
el  mismo  coeficiente  puede  aplicarse  al  arte  de  la  guerra  (ora 
convertido  en  ciencia),  que  al  arte  de  la  improvisación  teatral  y 
artística.  ¡Todavía  creemos,  que  con  arengas  militares,  se  ganan 
las  batallas,  y  que  bordando  escapularios  y  banderas,  se  exalta 
el  heroísmo,  y  se  avasalla  y  rinde  al  enemigo! 


27 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


[J_LXXXV] 

Sevilla,  22  de  Noviembre  1809. 

458  Viene  otro  miércoles,  mi  muy  amado  Lord,  pero 
no  vienen  cartas  de  Vm.,  ni  responden  los  correos  al 

ánsia  que  tengo  de  recibirlas.  ¿Quién  las  detiene?  

No  lo  sé,  ni  es  fácil  discurrirlo. 

459  No  queda  ya  ilusión  que  se  sostenga  contra  la 
noticia  de  la  paz,  que  apénas  se  creía,  quando  ya  se 
leían  los  tratados.  A  este  golpe  ha  despertado  el  ante- 
rior descuido.  Se  imprime  un  Manifiesto  que  nuestro 
Quintana  escribió  con  el  corazón.  ¡Con  qué  gusto  le 
leerá  Vm.!  Un  decreto,  pedirá  la  tercera  parte  de  la 
plata  de  los  particulares:  otro,  la  cuarta  de  los  sueldos 
y  rentas:  otro  y  otros,  otras  cosas,  y  sobre  todo,  gente. 
Pero  My  Lord  mió,  ¿por  qué  estos  150.000  fusiles  ofre- 
cidos por  Cochrane,  y  cuyo  importe  habrá  tomado  á 
esta  hora,  no  se  nos  darán  por  Vms.?  Se  dirá  que  no 
los  hay;  pero  ¿no  se  pueden  hacer,  y  entregar  á  medida 
que  se  hagan?  Yó  preveo,  que  Wellesley  ya  no  lidiará 
en  España,  guardará  la  frontera  de  Portugal  mientras 
Bon aparte  no  traiga  más  fuerzas;  mas  venido  que  ha- 
yan, no  esperará  la  suerte  de  Moore.  Ya  van  llegando 
transportes  vacíos  á  Lisboa.  ¡Qué  bien  dice  el  refrán, 
que  hombre  prevenido,  vale  por  dos!  Veo  que  las  pro- 
videncias que  tomamos,  son  tardías:  yo  no  he  dejado  de 
clamar  por  ellas;  pero  no  dejo  de  conocer  que  acaso 
entónces  hubieran  sido  peHgrosas,  y  desde  luego,  no 
habrían  sido  tan  eficaces  como  serán  ahora.  El  espíritu 
público  no  ha  decaído;  ménos  el  del  Gobierno;  mas  bién 
parece  que  han  cobrado  más  energías. 

460  Areizaga,  en  Ocaña;  en  las  pequeñas  acciones, 
con  gran  ventaja,  salvo  en  una  sobre  Ontígola,  mandada 
por  un  Bernuy,  que  salió  mal  porque  hubo  dispersión. 
En  otra,  sobre  el  Puente  del  Arzobispo,  Alburquerque 
triunfó.  Parque,  iba  sobre  los  de  Castilla,  ya  mengua- 


NOVIEMBRE  1809 


419 


dos  por  haber  enviado  refuerzos  al  Tajo;  mas  le  vá  ór- 
den  de  venir  á  él.  La  heroica  Gerona,  está  al  caer,  y 
Blake,  aburrido  porque  no  recibió  socorro,  pide  su  re- 
tiro. En  Cortes,  fervet  opus,  porque  ya  el  tiempo  nos 
apremia;  y  esto  hay  que  decir  á  Vm. 

461  Mas  á  nuestra  amable  My  Lady,  diré  que  estoy 
muy  confiado  de  que  la  novena  á  San  Ramón,  haya  cau- 
sado el  más  feliz  efecto;  no  por  eso  la  aconsejo  que  vis- 
ta un  hábito  del  Santo,  aunque  fué  muy  de  moda  en 
otro  tiempo;  pero  vá  ya  pasando.  Á  nuestro  Mr.  Alien, 
que  su  Memovia  está  en  prensa.  Y  con  esto,  á  Dios,  mi 
bueno  y  respetable  amigo,  de  quien  lo  es  affmo. 

Jovellanos. 

462  P.  D.  22  por  la  noche.— ¡Quánta  diferencia  des- 
de esta  mañana,  mi  muy  amado  Lord!  Un  rayo  del  cie- 
lo ha  caído  sobre  nosotros,  y  nuestra  patria  está  en  el 
líltimo  peligro.  Los  Franceses,  atacaron  á  Areyzaga  en 
Tembleque,  y  nuestro  egército  se  ha  dispersado.  Esto, 
y  la  confusión  que  de  esto  ha  resultado  por  acá,  es  lo 
que  sé,  porque  trabajando  para  las  Córtes,  me  estuve 
en  casa  todo  el  dia.  ¡Qué!  ¿Perecerá  esta  triste  nación, 
oprimida  por  sus  enemigos,  abandonada  de  los  amigos, 
sin  haberse  visto  un  solo  dia  reunida  y  libre?  No  puedo 
mas;  voy  á  la  Junta,  y  allí  acabaré  mi  carta. 

459  La  fecha  de  este  Manifiesto^  escrito  por  Quintana,  fué  la 
de  28  de  Octubre  de  1809.  Titúlase;  La  Junta  Suprema  del  Reyno 
á  la  Nación  Española:  .folleto  de  13  págs.  en  4.°— Real  Alcázar  de 
Sevilla,  28  Octubre  de  1809.  Entre  los  MSS.  del  Instituto  de  Jove- 
llanos: vol.  LXXX.) 

He  aquí  lo  que  dice  este  escritor  en  la  Memoria  sobre  su  pro- 
ceso y  prisión,  que  escribió  en  1818  en  la  Cindadela  de  Pamplona 
(véase;  Obras  inéditas  delExcmo.  Señor  Don  Manuel  José  Quin- 
tana: Madrid:  1872:  págs.  193-194.) 

"Á  mediados  de  Octubre  (de  1809),  pues,  si  mal  no  me  acuerdo, 
^,publicó  el  Gobierno  un  Manifiesto,  hecho  por  mi  también,  en 
.„que  ofrecía  expresamente  convocar  las  Córtes  á  principios  del 


420 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„año  siguiente,  para  que  se  reuniesen  en  el  Marzo  próximo.  En 
„este  Manifiesto,  es  donde  se  halla  aquella  expresión  que  agradó- 
„tanto  por  su  novedad:  Dad  algo,  españoles,  á  nuestra  inexpe- 
„riencia;  mucho  más,  á  las  circunstancias:  nada  á  nuestra  iU' 
Jencion.  Principio  de  equidad  que  deberán  tener  siempre  pré- 
nsente, todos  cuantos  quieran  juzgar  sanamente  de  la  revolución 
«española.,, 

Y  es  caso  singular,  que  Jovellanos,  en  la  Memoria  en  defensa- 
de  la  Junta  Central  (parte  2,  §  116)  al  hablar  de  los  grandes  tra- 
bajos preparatórios  para  la  convocación  de  Córtes,  cite  con  rele- 
vante elogio,  á  su  compañero  Don  Martín  de  Garay,  y  al  Secre- 
tario Don  Manuel  Abella  [erudito  y  laborioso  académico  de  la- 
Historia,  llamado  para  Secretario  de  la  Comisión  de  Córtes,  de 
la  Embajada  extraordinaria  de  Lóndres  en  que  estaba  empleado 
(Memor,  en  def.  de  la  J.  C:  part.  2,  art.  2,  §  66')],  á  cuya  extraor- 
dinaria é  incansable  actividad,  otorga  merecido  aplauso,  dejando 
de  mencionar  á  Quintana  (á  quien  tanto  alaba  en  esta  carta). 

460  El  tragin  de  Generales  en  Cataluña,  después  de  la  capitu- 
lación de  Gerona,  da  pobrísima  idea  de  lo  que  era  el  Ministerio- 
de  la  Guerra  en  aquellas  críticas  circunstancias. 

En  20  de  Octubre  de  1809,  Blake,  que  intentó,  aunque  inútil-^ 
mente,  socorrer  á  Gerona  por  tercera  vez,  se  retiró  á  Vich.  En- 
10  de  Diciembre  de  1809,  capituló  Gerona,  y  en  igual  día,  no  ad- 
mitiendo la  Central  á  Blake,  la  dejación  del  mando,  lo  renunció- 
en  el  Marqués  de  Portago. 

Por  enfermedad  de  éste,  le  reemplazó  Don  Jaime  García 
Conde,  á  quien  sucedió  en  breve,  el  General  Don  Juan  de  Henes- 
trosa.  En  su  lugar,  fué  nombrado  Capitán  General  de  Cataluña: 
el  21  de  Enero  de  1810,  Don  Enrique  O'Donell  (Toreno:  Hist.  2- 
xr-442). 

Es  decir,  que  en  poco  más  de  un  mes,  contó  Cataluña  cinco 
Capitanes  Generales,  á  saber:  Blake,  Marqués  de  Portago,  Gar- 
cía-Conde, Henestrosa,  y  O'Donell. 

Á  fin  de  Enero  de  1810,  Blake,  de  vuelta  de  Cataluña,  se  hizo 
cargo  de  los  restos  del  Egército  del  Centro  (ó  de  la  Mancha).  So- 
bre Blake,  y  los  motivos  de  su  dimisión,  véase  la  nota  489. 

462  Sóbrelos  motivos  de  la  batalla  de  Ocaña,  dice  Arteche 
tvn,  277):  "Dictó,  pues,  la  Junta  Central,  sus  órdenes  para  que  c! 


NOVIEMBRE  1809 


421 


.„egército  acampado  en  Sierra  Morena,  se  lanzara  á  Castilla,  con 
„la  esperanza  de  ver  pronto  evacuada  la  capital  de  la  Monarquía 
„por  sus  injustos  agresores.,, 

Arteche,  estima  esta  resolución  por  imprudente^  fundado  en 
varias  razones.  Primera:  por  la  indiscutible  superioridad  de  los 
^efes  y  oficiales  franceses,  héroes  de  Jena  y  Friedland;  segunda: 
por  la  inactividad  y  falta  de  cooperación  del  egército  anglo-por- 
tugués;  tercera:  porque  si  bien  ciertas  regiones  de  España  esta- 
ban libres  de  enemigos,  esas  atenciones  de  ménos  tenía  el  fran- 
cés, que  le  permitían  en  un  día  dado,  la  reunión  de  cuantas  fuer- 
zas pudiera  necesitar  para  hacer  frente  á  las  nuestras;  cuarta: 
porque  con  la  paz  de  Presburgo  (la  de  Viena,  querrá  decir)  po- 
dían venir  de  un  momento  á  otro  refuerzos  considerables,  y  tal 
vez  con  ellos,  el  Emperador  en  persona. 

El  General  Eguía  (que  sucedió  á  Cuesta  en  el  mando  del  Egér- 
cito del  Centro)  quería  disciplinar  é  instruir  sus  tropas,  ántes  de 
avanzar  sobre  la  Córte,  para  darlas  (Arteche,  vii,  279)  con  mayor 
cohesión  y  disciplina ,  la  confianza  y  el  vigor  que  suponía  in* 
dispensahles  ántes  de  emprender  la  marcha  sobre  Madrid.  Esta 
determinación,  contraria  al  parecer  del  Gobierno  y  de  la  Junta, 
motivó  su  relevo  por  el  General  Areizaga.  Y  sin  embargo,  los  su- 
**<:esos  vinieron  á  dar  la  razón  á  Eguía. 

Pero  no  tenía  el  Gobierno  (ibid.^  vTi,  281)  fuerza  para  resistir  el 
impulso  de  las  muchedumbres,  así  las  civiles  como  las  militares, 
todas  despreciando  irreflexivamente  los  peligros,  por  evidentes 
que  se  presentaran,  ante  el  menor  asomo ^  no  decimos  de  pro- 
habilidad,  sinó  de  esperanza  de  conseguir  su  patriótico  es- 
fuerzo, 

¡Ignorancia,  irreflexión,  atropello,  indisciplina  ,  imprevi- 
sión, fanatismo  !  ¡Pobre  nación !  á  la  altura  de  los  pueblos 

primitivosl  Y  en  tanto,  Zaragoza  abandonada;  Gerona  poco  mé- 
nos que  olvidada;  nuestros  Generales,  riñendo,  insultándose,  y 
conspirando;  la  Junta,  pensando  en  Córtes  y  libertades;  los  gadi- 
tanos, dando  bailes;  y  los  ingleses,  preparados  para  el  reembar- 
que: ¡infelices  de  nosotros  si  vuelve  Napoleón  á  España!;  y  más 
tristes  aún,  si  Wellington,  por  propia  imposición,  no  llega  á  po- 
nerse al  frente  de  los  Egércitos  aliados! 

No  obstante,  el  historiador  Arteche,  aún  después  de  enumerar 
las  múltiples  y  variadas  causas  que  motivaron  el  desastre  de 


422 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Ocaña  (siendo  en  nuestro  sentir,  la  principal,  el  ánsia  irreflexiva 
del  grupo  de  empleados  y  oficinistas  por  volver  á  sus  pingües  y 
holgados  destinos  de  la  Córte),  quiere  señalar  como  la  más  cul- 
minante de  ellas,  la  mala  fe  británica:  tales  son  sus  palabras: 

(ibícl.:  vn,  340)  "El  fracaso,  pues,  de  aquella  campaña,  debe 
«atribuirse  en  primer  lugar,  á  las  ambiciones  de  dominio  de  la 
„nacion  inglesa  y  de  Lord  Wellington,  d  la  política  torcida  y 
,^mala fe  de  ambos.  No  dejó,  tampoco,  de  tener  su  culpa,  y  grave,. 
„la  Junta  Central,  que,  según  el  poco  caso  que  hizo  de  los  conse_ 
„jos  que  se  la  daban,  apresuró  impremeditadamente  el  principia 
„de  las  operaciones,  temeroso  de  que  con  la  paz,  que  ya  se  temía^ 
„de  Austria  (se  firmó  el  14  de  Octubre  de  1809)  fuera  á  perderse 
„una  ocasión  nueva  de  obligar  al  Intruso  á  alejarse  de  su  córte- 
„Esa  confianza  estaba  tan  arraigada  en  la  conciencia  de  los  Cen- 
„tralistas,  que  se  envió,  con  Areizaga,  un  plantel  completo  de  au- 
„toridades  y  delegados  que  restableciesen  en  Madrid  la  autori" 
„dad  española,  el  órden  y  buen  gobierno  precisos  para  asegurar 
„la  tan  deseada  restauración.  Disculpaba,  sin  embargo,  á  la  Jun- 
„ta,  de  sus  esperanzas  y  apresuramiento,  el  empeño  mismo,  en  los 
„hermanos  Wellesley,  de  regatear  su  ayuda,  exigiendo  por  pre- 
„cio  de  ella,  la  previa  ocupación  de  Cádiz  por  las  tropas  de  la  Gran 
„Bretaña;  empeño  tanto  más  manifiesto  y  apremiante,  cuanto  que^ 
„habiéndose  Wellington  trasladado  á  Sevilla,  sus  observaciones 
„y  consejos,  añadían  á  las  del  Embajador,  la  fuerza  y  el  peso  de 
„un  hombre  en  quien  no  pocos  cifraban  la  única  esperanza  de  la 
„pátria.  Y  esa  fama,  que  después  se  ha  hecho  no  poco  popular,  se- 
„duciendo  á  los  que  no  se  han  detenido  bastante  á  desentrañar  las 
«múltiples  causas  del  éxito  de  las  armas  españolas  en  la  guerra  de 
„la  Independencia,  daba  lugar  en  las  deliberaciones  de  la  Central, 
„el  temor  de  que,  imponiéndose  á  sus  deberes  y  responsabilida- 
„des,  la  arrastrase á  un  acto  de  debilidad,  que  costara  después  los 
«sacrificios  y  las  lágrimas,  estériles  también  acaso,  que  lleva  exi- 
„gidos  la  tan  ambicionada  como  justa  recuperación  de  Gibraltar» 


„  Véase  con  cuánta  razón  puede  decirse,  que  el  fracaso  de  los 
«proyectos  de  la  Junta  Central,  se  debió  al  egoísmo  de  la  Gran 
«Bretaña,  y  á  las  ambiciones  y  el  orgullo  del  más  insigne  de  sus 
«  Generales.  „ 

Sentimos  no  estar  conformes  con  el  Sr.  Arteche  en  este  par- 


NOVIEMBRE  1809 


423 


ticular.  Una  y  mil  veces  diremos,  que  nuestra  imprevisión,  es  la 
eterna  causante  de  nuestros  males,  antaño  como  hogaño,  y  que  es 
inútil  buscar  motivos  secundarios  para  paliarla. 

[J  —  LXXXVI] 

Sevilla,  25  de  Noviembre  1809. 

463   Areyzaga,  está  en  la  Sierra:  la  caballería, 

en  los  pueblos  de  su  falda  meridional,  salvo  una  divi- 
sión queFreyre  recoge  en  la  del  lado  opuesto.  La  in- 
fanteria,  se  vá  reuniendo:  se  envían  socorros  de  todas 
clases,  y  el  enemigo  hasta  ahora,  no  adelanta.  Parque, 
persigue  la  división  de  Marchando  que  parece  busca  la 
derecha  del  Duero;  y  Alburquerque,  dueño  del  Puente 
del  Arzobispo,  avanza  sus  guerrillas  hasta  Talavera. 
El  egército  inglés,  come,  sin  ir  atrás  ni  adelante. 

463  Esta  carta,  sin  principio  ni  fin,  parece  sólo  un  fragmenta 
de  la  que  debió  serlo.  Porque  es  mu}^  extraño,  que  su  autor  no  dé 
más  pormenores  de  la  derrota  de  Ocaña.  "La  dispersión  de  las 
„tropas  españolas  (dice  el  historiador)  llegó  hasta  el  extremo  de 
„no  haberse  reunido  en  el  espacio  de  dos  meses  en  Sierra  More- 
„na,  más  que  25.000  hombres.  De  4  á  5.000,  perecieron  en  tan  in- 
„fausta  jornada;  los  prisioneros  fueron  13.000;  cuarenta  cañones 
„los  perdidos,  é  inmensos  los  víveres,  municiones  y  carros  aban- 
„donados.„ 

[  J_LXXXVII] 

Sevilla,  29  de  Noviembre  1809. 

464  Todo  el  mundo,  mi  muy  amado  Lord,  tiene  car- 
tas de  Lóndres,  menos  yó,  acaso  porque  las  espero  con 
más  ánsia.  ¿Habrá  por  ventura  en  ese  país  de  libertad^ 


424 


CARTAS  DE  JOVFXLANOS  Y  HOLLAND 


algún  recelo  en  la  fé  y  confianza  de  los  correos?  ¿Ha- 
brála  en  Portugal,  por  donde  pasan  mis  cartas?  Pero, 
¿cómo  es  que  no  llega  el  busto  que  tanto  tiempo  ha  está 
en  navegación?  ¿Cómo  no  llega  acá  el  cajoncito  con  las 
estampas  de  que  Vm.  me  habló  en  su  primera  carta? 
¿Cómo  es  que  escribiendo  yo  todas  las  semanas  no  ha- 
bla llegado  á  Vm.  sinó  la  carta  del  13  de  Septiembre? 
¿Cómo  que  Quintana,  no  ha  recibido  alguna  de  Vm.,  ni 
Ferrás  de  My  Lad}^? 

465  La  desgracia  de  Ocaña,  nos  ha  añigido  mucho, 
no  tanto  por  su  pérdida,  quanto  por  su  inñujo.  Un  egér- 
cito  poderoso  que  abandona  el  campo,  en  la  mayor 
parte  sin  reñir,  es  una  desgracia  de  malísimo  ejemplo, 
después  de  la  de  Belchite.  En  éste,  no  sólo  contábamos 
con  la  mayor  organización  y  disciplina,  sinó  con  un 
ardor  que  nos  ponderaban  de  prodigioso.  Agregue  Vm. 
que  las  dos  divisiones  primero  atacadas,  lucharon  como 
leones,  rechazaron  al  enemigo  con  gran  destrozo,  le 
persiguieron  hasta  un  olivar  en  que  se  hablan  refugia- 
do, y  le  iban  á  atacar  á  la  bayoneta  cantando  ya  vic- 
toria, quando  un  regimiento  se  arremolinó  y  huyó,  y 
dió  el  funesto  ejemplo,  que  siguió  todo  el  egército, 
salvo  los  gef  es  y  muchos  valientes  oficiales,  que  se  sal- 
varon no  sin  grave  pérdida  y  dificultad. 

466  Volvió  el  egército  á  la  Sierra,  y  la  reunión  se 
vá  haciendo  con  ménos  lentitud  que  la  de  Medellin.  El 
enemigo  la  favorece,  pues  que  en  vez  de  seguir  el  egér- 
cito, se  repliega  sobre  Toledo.  Créese  que  vayan  sobre 
Alburquerque  y  Parque:  yo  temo,  que  sobre  el  prime- 
ro, para  penetrar  por  Extremadura  á  Portugal,  ó  á 
Andalucía,  dejando  un  fuerte  campo  de  observación 
para  contener  á  Parque  y  iVreizaga.  La  inacción  de 
Wellesley,  nos  es  funestísima.  Para  Vms.,  puede  ser 
muy  prudente;  para  nosotros,  es  poco  generosa. 

467  Al  primer  rumor  de  la  desgracia,  temí  por  nues- 
tras Córtes:  ya,  calmado  el  primer  susto,  todo  el  mundo 
vuelve  á  desearlas,  y  en  ello  trabajamos  sin  cesar.  La 
comisión  encargada  de  esto,  ha  mejorado:  al  Arzobis- 
po, Riquelme,  y  Caro,  que  pasaron  á  la  ejecutiva,  fue- 


NOVIEMBRE  1809 


425 


ron  subrogados.  Garay  y  Togores(Conde  de  Ayamans, 
Mallorca).  Váse  adoptando  casi  del  todo,  el  plan  de 
nuestro  Alien.  ¡Qué  lástima  que  no  estemos  más  cerca 
para  conferenciar  sobre  mil  dudas  que  se  atraviesan! 

468  Romana,  y  Riquelme,  van  al  ejército  á  inquirir, 
animar  y  socorrer.  El  primero,  será  dirigido  por  el  se- 
gundo, que  lo  sería  por  qualquiera:  tal  es  de  distraído 
y  ligero.  Creo  que  bullirán  mucho^  y  harán  poco;  pero, 
¿quién  iría,  sinó? 

469  Amable  My  Lady;  lo  que  no  me  dicen  las  car- 
tas, se  lo  figura  mi  deseo.  Vm.  está  ya  libre,  recobra- 
da, y  con  todo  el  brillo  de  su  perfecta  salud.  Así  sea, 
y  entretanto  que  tenemos  el  gusto  de  saberlo,  compa- 
dézcase Vm.  de  los  buenos  amigos,  no  los  olvide,  y 
crea  que,  entre  todos,  es  el  más  sincero  y  constante 

Jovellanos, 


470  P.  D.  ¿Hase  abierto  ya  el  Parlamento?  ¿Re- 
suena en  él  la  voz  del  amigo  de  España  y  de  sus  fieles 
defensores? 

471  Sin  embargo  de  lo  dicho,  oigo  ahora  que  Ro- 
mana quiere  ir  solo,  pero  no  acompañado;  y  que  se 
quiere  que  obedezca  sin  réplica. 

468  Por  disposición  de  la  Central  gubernativa,  se  había  for- 
mado sumaria  á  los  geíes  y  oficiales  que  estuvieron  en  la  batalla 
de  Ocaña.  Formaban  la  Junta  ó  Comisión  investigadora  los  re- 
presentantes de  la  Central,  Marqués  de  la  Romana,  Riquelme,  y 
Gutiérrez  Rabé,  quienes  debían  trasladarse  á  La  Carolina,  y  oir 
á  los  sumariados  para  poner  remedio  al  mal  ocurrido,  y  pre- 
caverle en  lo  futuro,  Romana,  se  excusó,  ó  por  mejor  decir,  se 
negó  á  ir  acompañado,  y  debió  salirse  con  la  suya,  pues  en  la  car- 
ta J— 88  (§  474)  se  le  ve  substituido  por  el  Marqués  de  Campo-Sa- 
grado. 

De  modo,  que  la  nueva  Comisión,  estaba  formada  por  Campo. 
Sagrado,  Don  Rodrigo  Riquelme,  y  Don  Juan  de  Dios  Gutiérrez 


426 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Rabé,  ninguno  de  los  cuales  debía  tener  competencia  para  juz- 
gar de  la  matefia,  ni  de  la  gravedad  del  caso  (vid.  §  484),  pues 
la  presidencia  efectiva,  y  el  interrogatorio,  fueron  encomendados 
al  Brigadier  Don  Pedro  José  de  Gámez.  Era  aquél,  uno  de  tantos 
casos  en  que  nuestros  Centralistas,  plagiaban  el  ridículo  papel  de 
los  Convencionales  franceses. 

Tratábase  en  aquel  proceso  de  depurar  las  responsabilidades 
entre  el  General  Aréizaga,  y  los  de  división,  Don  Pedro  Agustín 
Girón,  Don  Juan  Bermuy,  Don  Manuel  Freiré,  Don  Pelegrino  Já- 
come,  Don  Gaspar  Vigodet,  y  Don  José  de  Zayas.  Lo  ocurrido 
fué,  que  cada  uno,  quería  desentenderse  de  sus  compromisos,  y 
en  primer  lugar,  Aréizaga,  por  sus  desaciertos  (á  quien  cabía  la 
mayor  culpa),  y  Girón.  El  relato  de  estos  desórdenes  está  debida- 
mente puntualizado  y  especificado  por  Arteche,  en  su  Historia 
(t.  VII,  pág.  298-302). 

Después  de  las  informaciones  y  declaraciones  de  los  Genera- 
les, se  sobreseyó  la  causa  en  29  de  Abril  de  1810,  por  tener  la  Re- 
gencia motivos  muy  poderosos  para  ordenarlo  asi  (ihid.,  vii, 
pág.  325).   

Más  adelante,  copia  Arteche  (viii,  15)  el  siguiente  párrafo  de 
Alcalá  Galiano: 

„  En  lugar  de  un  General  nuevo,  pasaron  á  La  Carolina  varios 
«vocales  de  la  Junta  Central;  el  Marqués  de  Campo-Sagrado,  ge" 
„neral  y  buen  caballero,  pero  sin  experiencia  de  la  guerra;  Don 
„Rodrigo  Riquelme,  togado;  y  Don  Juan  de  Dios  Gutiérrez  Rabé, 
^.^hacendado  de  Córdoba,  provincia  que  representaba  en  la  Cen- 
„tral.  Estos  tres  personages,  llevaban  el  encargo  de  activar  el  au- 
„mento  y  nuevo  arreglo  del  egército,  y  de  poner  en  buen  estado 
„de  defensa  los  puertos  de  la  Sierra  (Morena);  trabajo  inútil, 
„siendo  éstos,  tantos,  en  la  extensión  de  aquellos  montes,  y  faltan- 
„do  á  sus  defensores  el  aliento  necesario  para  pelear  aún  en  los 
«puestos  más  ventajosos.,, 

„  Esto  se  hacía,  en  vez  de  la  formación  de  un  campo  atrinche- 
„rado,  que  con  muy  buen  acuerdo  proyectaba  Aréizaga.,, 

¡Lo  de  siempre!:  letrados,  hacendados,  caballistas,  y  paseantes 
en  Córte,  dictaminando  sobre  la  defensa  militar  de  la  cordillera 
Mariánica  sin  saber  una  palabra  de  geografía,  ni  de  mate- 
máticas; y  con  la  pretensión,  además,  disponer  puertas  al  campo  . 


DICIEMBRE  1809 


427 


[J_LXXXVIII] 

Sevilla^  6  de  Diciembre  1S09. 

472  Mi  muy  estimado  amigo  y  señor:  ahora  sí  que 
puedo  yo  quejarme  con  razón  ó  de  Vm.,  ó  de  mi  des- 
gracia. Otro  correo  ha  llegado,  y  en  él,  varias  cartas 
de  Lóndres,  sin  que  yo  haya  recibido  una  sola  letra. 
Ferrás,  aunque  sin  carta,  recibió  un  paquete  de  ejem- 
plares de  la  Memoria  de  nuestro  Mr.  Alien  (en  caste- 
llano), y  aún  en  esta  casa,  nuestro  canónigo,  tuvo  otro 
ejemplar;  mas  yó,  ni  Memoria  ni  carta.  Qué  quiere 
decir  esto,  Vm.  lo  explicará,  si  acaso  mi  correspon- 
dencia no  tiene  la  misma  suerte  de  no  llegar  á  sus 
manos. 

473  Precisamente  nos  hallamos  en  el  caso  de  resol- 
ver el  punto  de  la  formación  de  los  dos  Estamentos.  El 
mayor  número  de  los  que  han  escrito  sobre  esto,  se  in- 
clina á  una  sola  Cámara;  ninguno  á  tres;  pero  la  Co- 
misión de  Córtes,  ha  adoptado  las  dos,  y  vá  á  propo- 
ner su  dictámen  á  la  Junta  Suprema,  con  grande  espe- 
ranza de  que  sea  sancionado  en  ella.  La  convocatoria, 
la  forma  de  los  poderes,  la  fórmula  del  juramento,  la 
instrucción  de  las  elecciones,  y  el  manifiesto  que  debe 
acompañar  á  la  convocación,  se  está  arreglando,  y  el 
1.°  de  Enero  se  expedirán  las  órdenes,  cumpliendo  nos- 
otros, á  costa  de  mil  afanes  y  contradicciones^  nuestra 
promesa. 

474  Pero,  ¿nos  lo  permitirán  los  bárbaros?  ¡Quán  de- 
plorable es  nuestra  situación!  El  egército  de  la  Man- 
cha, se  vá  reuniendo.  Areyzaga,  tiene  ya  allí  20.000 
hombres,  y  confiamos  que  no  tarde  en  doblar  su  nú- 
mero. Pero  se  perdió  la  mayor  parte  de  los  fusiles, 
¿cómo,  pues,  le  armaremos?  Se  arrebaña  quanto  se 
puede,  se  construyen  lanzas  y  puñales,  se  levantan 
otros  cien  mil  hombres,  se  toman  por  la  Junta  quantas 


428 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


providencias  dictan  la  necesidad  y  el  celo;  pero  la  co- 
misión ejecutiva  trabajando  mucho,  hace  poco,  y  los 
recursos  faltan  para  todo.  La  dispersión  de  Ocaña,  ha 
causado  gran  desaliento,  y  no  pocas  discordias  en  el 
egército.  Camposagrado,  y  Riquelme,  han  ido  en  co- 
misión á  La  Carolina  para  inquirir,  castigar,  ordenar 
y  activar;  pero  el  mal  es  grande,  y  el  remedio  difícil. 
Parque,  persiguió  en  Castilla  á  Marchand,  haciéndole 
algún  daño  hasta  Medina:  supo  allí  la  dispersión  de 
Ocaña,  y  emprendió  su  retirada:  reforzado  el  enemigo, 
le  siguió  á  su  turno:  hubo  un  empeño  harto  caliente  so- 
bre Alba  de  Tórmes:  nuestra  infantería  se  batió  con 
bravura,  y  aunque  la  flojedad  de  la  caballería  la  puso 
en  riesgo,  salió  dél  con  mucha  gloria.  Hubo  pérdida  de 
una  y  otra  parte;  la  del  enemigo,  mucho  mayor.  Tal  es 
nuestro  estado,  fuera. 

475  Dentro,  el  botarate  de  Romana,  no  solo  hizo 
imprimir  en  Valencia  el  voto  que  leyó  en  la  Junta  so- 
bre Regencia,  sinó  que  imprimió  en  él  cosas  que  no 
habia  leído,  y  entre  otras,  una  invectiva  contra  Astú- 
rias.  Esto  producirá  una  guerra  más  abierta  de  la  que 
él  rompió  y  seguía  contra  quanto  hay  y  produjo  de 
bueno,  aquel  pais.  Si  en  ella  sale  descalabrado,  peor 
para  él.  En  quanto  á  mí,  que  no  riño,  nisi  lacessitus^ 
estoy  bien  preparado  á  la  lucha. 

476  Me  consume,  mi  amable  My  Lady,  la  falta  de 
cartas  de  Vms.;  pero  si  Vms.  están  buenos,  la  primera 
que  reciba  me  dejará  tranquilo,  y  ¡disipará  mi  mal  hu- 
mor. Entretanto,  renovando  á  Vm.  y  á  toda  la  esti- 
mada compañía  mi  tierna  memoria,  soy  de  mis  amados 
Lord  y  Lady,  el  más  ñno  y  ñel  amigo 

477  P.  ]).  No  hay  libertad  legal  de  prensa;  pero 
Vm.  ve  que  la  hay  de  hecho.  Los  periódicos,  se  cruzan, 
y  todo  el  mundo  los  deja  discurrir.  Allá  van  esos  nú- 
meros del  Expectador\  su  autor,  el  Presbítero  Don  Al- 
berto de  Lista,  autor  del  Elogio  de  Floridablanca^  ya 
impreso,  pero  no  publicado  por  falta  de  un  retrato  que 
se  graba  en  Valencia. 


DICIEMBRE  1809 


429 


473  Jovellanos,  en  su  Memoria  en  def.  de  la  /.  C,  inserta,  en 
los  Apéndices^  casi  todos  estos  documentos. 

474  El  Duque  del  Parque,  queriendo  auxiliar  á  Areizaga, 
ahuyentó  de  Alba  de  Tórmes  (19  Noviembre)  á  5.000  franceses,  y 
trató  de  hacer  lo  propio  con  otros  10.000  que  se  reunieron  en  Me- 
dina del  Campo,  donde  sostuvo  un  choque  bastante  acalorado.  De 
allí,  regresó  al  Carpió,  y  en  la  mañana  del  28  de  Noviembre,  lle- 
gó á  Alba  de  Tórmes,  y  á  la  entrada  del  pueblo  esperó  á  los  fran- 
ceses, que  venían  mandados  por  Kellerman.  En  breves  instan- 
tes, se  presentaron  éstos,  y  derrotaron  la  derecha.  La  izquierda, 
se  sostuvo  bravamente  con  Mendizával,  mas  al  pasar  el  puente, 
se  produjo  un  grave  desórden,  perdiendo  los  nuestros  unos  tres 
mil  hombres.  El  egército,  pudo  salvarse,  huyendo  por  distintas 
vias,  llegando  al  cuartel  general  situado  cerca  de  Ciudad  Rodri- 
go, á  principios  de  Diciembre. 

475  Jovellanos,  narra  las  causas  que  motivaron  la  aparición 
del  papel  de  La  Romana,  lo  que  se  proponía  con  él,  y  los  efectos 
que  produjo  su  publicidad.  (Mentor,  en  def.  de  laJ.C,  Part.  2  — 
art.  2  -  §§  100,  101  y  102.) 

La  Romana,  estaba  furiosamente  enojado  contra  los  asturia- 
nos, y  también  contra  sus  representantes  (Jovellanos  y  Campo- 
Sagrado),  por  las  tres  Representaciones  que  elevaron  á  la  Junta, 
en  Mayo  y  Julio  de  1809.  Pero  como  en  la  reunión  de  14  de  Octu- 
bre de  1809,  al  leer  su  papel  La  Romana,  callara  el  afectado  é  in- 
jurioso apóstrofe  que  dirige  d  Asturias^  págale  Jovellanos  con 
igual  silenciosa  reserva  de  expresar  todo  loque  sobre  dicho  papel 
pudiera  decir,  si  á  ello  fuere  provocado  (v.  Memor.  dicha,  §  lOJ). 

Del  Manifiesto  ó  Voto  de  La  Romana  sobre  la  Regencia,  se 
publicaron  dos  ediciones: 

1.  ^  edición:  Valencia:  en  8,° 

2.  ^  edición:  Sevilla:  12  págs.  in  folio. 

La  que  vimos  (MSS.  del  Instituto  de  Gijon,  vol.  lxxx),  se  titula: 
Representación  del  Excmo.  Señor  Marqués  de  La  Romana  á 
la  Suprema  Junta  Central  (fechada  en  Sevilla,  14  Octubre 
de  1809),  12  págs.  en  folio.  El  apóstrofe  contra  Astúrias,  pág.  10, 
dice  así: 

„     ¡Astúrias!  ¿No  viste  levantado  el  poderoso  brazo,  que  con  tan 


430 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„vivas  instancias  y  ruegos  buscaste,  y  descargar  el  golpe  de  su 
„poteslad  contra  una  Junta,  que  después  de  haber  reconocido  la 
„Soberanía  de  la  Central,  y  estar  recibiendo  de  ella,  auxilios,  que 
,/altaban  d  mis  fatigados  y  desnudos  soldados,  se  trataba  como 
„Monarca,  mandaba  como  déspota,  quería  ser  obedecida  como 
„Bonaparte  en  los  países  que  domina,  y  había  llegado  á  desobede- 
„cer  la  misma  voluntad  expresa  de  Nuestro  Rey  el  Señor  Don 
«Fernando  Vil?  Un  Manifiesto  documentado,  hará  ver  pronta- 
^^mente  estas  verdades:  y  sin  embargo,  V.  M.  ha  premiado  una 
«desobediencia  tan  escandalosa,  y  cuyos  progresos  impedí  con  ex- 
„cesiva  moderación,  y  de  sus  resultas,  he  sido  separado  disimu- 
^^ladamente  del  mando,  para  honrar  con  más  distinción  á  unos 
^^criminales  Españoles. „ 

Indudablemente,  se  le  fué  la  mano  al  Marqués. 

Mas  concordando  fechas,  y  reuniendo  los  antecedentes  que  Jo- 
vellanos  menciona,  tendremos: 

a)  Que  perseguido  por  Ney,  huyó  de  Oviedo,  y  se  embarcó  en 
Gijón,  en  el  bergantín  de  guerra  Palomo,  saliendo  de  allí  al  ama- 
necer del  19  de  Mayo  de  1809. 

b)  Que  por  precedentes  cartas  de  Jovellanos  de  18  y  21  de  Ju- 
nio, y  8  de  Julio,  §§  291,  305,  319  a,  se  trató  del  asunto  de  La  Ro- 
mana, en  la  Central,  acordándose  su  remoción  (con  el  mayor  de- 
coro), y  dejando  á  su  arbitrio  la  sucesión  del  mando. 

c)  Que  habiendo  sido  nombrado  Romana,  individuo  de  la  Junta 
Central,  por  Valencia,  salió  para  su  nuevo  cargo  el  18  de  Agosto 
de  1809,  habiéndole  substituido  en  el  mando  de  Astúrias  y  Galicia» 
el  Duque  del  Parque  (J— 69,  §  372). 

d)  Que  á  fines  de  Septiembre  de  1809,  llegaba  Romana  á  Sevi- 
lla, y  tomaba  posesión  del  cargo,  siendo  ademas  vocal  de  la  Sec- 
ción de  Guerra  y  de  la  Comisión  Ejecutiva. 

y  e)  Que  en  14  de  Octubre  de  1809,  leyó  en  la  Junta  su  ruidoso 
papel,  que  después  imprimió  en  Valencia  con  igual  fecha.  (Véase 
también  lo  que  más  adelante  dice  Jovellanos  en  la  carta  XCVI, 
§  509.) 

Pero  La  Romana,  no  sólo  aspiraba  á  la  dignidad  de  Regente, 
siendo  aclamado  como  tal  en  el  revuelto  tumulto  de  Sevilla  del  24 
de  Enero  de  1810  (aunque  su  Junta  no  accedió  á  la  idea),  sinó  que 
ha  sido  acusado  de  más  graves  faltas  por  un  historiador  extran- 
gero.  Oigámosle: 


NOVIEMBRE  1809 


431 


(Arteche:  t.  vii,  481)  ^^Schépeler,  va  más  léjos  que  Toreno,  y 
-«achaca  á  Romana,  que  en  el  mismo  dia  en  que  clamaba  contra  el 
^nepotismo  reinante,  procuraba  á  su  hermano  menor,  capitán,  un 
«regimiento  de  caballería.  De  algo,  y  más  grave  le  acusa  todavía 
„el  historiador  alemán,  tan  conocedor  de  nuestras  cosas,  desde  la 
„época,  sobre  todo,  en  qué,  siendo  ministro  plenipotenciario  de 
„Prusia,  pudo  procurarse  todo  género  de  datos  en  Madrid.— Acu- 
osa á  Romana,  de  haber  enviado  su  famoso  escrito  á  Valencia, 
adonde  su  hermano  José,  que  allí  mandaba,  lo  hizo  reimprimir 
„para  remitirlo  á  todas  las  provincias,  con  una  segunda  parte, 
^^proponiendo  depositar  en  las  manos  de  Romana^  la  corona  de 
y^España,  parte  que  Canga- Argüelles  hizo  suprimir,  en  la  confian- 
„za  de  que  Caro  firmaría  la  circular  sin  revisarla.  Algo  después, 
«costaba  á  Canga,  aquel  rasgo  de  astucia  patriótica,  el  destierro 
„á  Ibiza,  en  compañía  de  sus  colegas  en  la  Junta,  Cros,  y  Bertrán 
„de  Lis.  La  opinión,  atribuyó  estos  manejos  á  la  Inglaterra,  por 
„medio  de  Doy  le,  y  Tuper,  éste  Cónsul  entónces  en  Valencia.,, 

477  Sobre  Don  Alberto  Lista,  véase  lo  que  va  dicho  en  nota  á 
la  carta  J— 51. 


[H_LXIV] 

12  Noviembre:  1809. 

Ya  cinco  días  ha  (el  7)  que  parió  la  Señora  de  una 
hija.  Las  dos  están  á  maravilla  buenas,  y  en  este  triste 
mes,  está  muy  alegre  mi  casa.— También,  al  punto,  el 
mismísimo  día  traxo  á  Inglaterra  el  navio  Brockbanck 
(ó  Brockback),  el  tan  deseado  busto  de  mi  digno  y  que- 
ridísimo amigo  Don  Gaspar:  no  le  han  desembarcado 
todavía,  pero  ¡con  quánto  gozo  le  recibiremos!— Ya  ha- 
brá oído  Vm.  el  fin  del  saineie  de  nuestro  ministerio 
antipapal,  y  en  leyendo  las  cartas  de  Lord  Grenville, 
y  Lord  Grey,  habrá  bien  entendido  los  muchos  moti- 
vos ¡que  les  persuadían  de  rehusar  la  proposición  de 
esta  gente. 

Mucho  y  mucho  en  ciertos  tiempos  me  hubiera  acó- 


332 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


modado  la  Embaxada  en  España,  presupuesto  fuese 
acaso  un  gobierno  con  que  podía  contar;  pero  en  ver- 
dad, no  me  parece  en  el  momento,  un  destino  muy 
agradable,  aún  aficionado  como  soy,  he  sido,  y  siempre 
seré  á  ese  país,  puesto  que,  hablándole  con  franqueza, 
no  puedo  disculpar,  y  siendo  ministro,  no  pudiera  disi- 
mular, la  poca  prontitud  con  que  se  executan  las  miras 
de  los  buenos  Españoles,  y  aún  de  la  Junta  misma.  Se 
quejan  de  que  no  tienen  opinión,  y  ¿cómo  han  de  te- 
nerla? Ni  se  atreven  á  castigar  abiertamente  á  los  ma- 
los,  ni  á  fiarse  del  Pueblo.  Créame  Vm.  querido  amigo 
mió,  conozco  muchos  y  muchísimos  oficiales  ingleses, 
que  entrando  en  España  con  entusiasmo,  han  chocado 
con  esta  especie. — En  lugares  donde  dixeron  había  de 
todo,  almacenes  establecidos  por  el  Gobierno,  &,  &,  han 
pasado  (aún  los  de  grado  superior)  sin  hallar  \in(a) 
miaja  de  pan.  Luego  después,  entran  los  franceses  y 
hallan  todo.  Se  retiran  los  franceses,  y  los  que  después 
de  haber  rehusado  todo  á  los  Ingleses,  lo  franquearon 
á  los  Franceses,  no  se  castigan.— Esto,  no  proviene  de 
la  falta  de  buena  intención  del  Gobierno,  nó,  pero  sí  de 
su  poca  autoridad;  reciprocamente  resulta  á  la  vez 
(efecto)  y  causa  del  poco  vigor  y  poca  osadía  con  que 
se  atreve  obrar  en  cosas  políticas,  y  del  temor  que 
siente  de  la  voz  pública,  y  de  la  libertad  de  imprenta. 
Todo  esto,  lo  sienten  Vms.,  y  no  se  les  escapa  el  reme- 
dio, pero  sabiéndolo  y  reconociéndolo  ya  seis  meses 
ha,  tienen  la  flaqueza  de  no  haberlo  verificado,  y  ¡ay 
de  mí!  ¡quántas  cosas  y  quán  grandes  se  han  hecho  en 
estos  seis  meses  en  Alemania  por  el  enemigo! 

Es  la  dicha  (fortuna)  de  Napoleón,  en  todas  partes, 
en  Alemania,  en  Inglaterra,  y  en  España,  hallar  mucha 
inacción,  y  mayores  desavenencias  en  sus  contrarios. 

Hablemos  de  otros  asuntos,  que  estos  son  dema- 
siado tristes. 

Le  doy  mil  y  mil  gracias  por  sus  notas  sobre  los  Je- 
suitas,  ¡qué  bondad  es  la  suya  en  medio  de  tantos  tra- 
bajos, emplearse  en  dar  gusto  á  mi  curiosidad!— Es- 
pero que  M.r  Alien  3'a  se  adelantará  con  ia  traducción 


DICIEMBRE  1809 


433- 


del  Informe;  ha  sido  muy  distraído,  como  yo  también 
desde  su  llegada  en  Inglaterra,  y  por  eso,  tengo  de  pe- 
dirle me  disculpe  al  Señor  Tineo,  de  no  haber  respon- 
dido, como  hubiera  debido,  á  su  amable  carta. 
Adiós,  queridísimo  y  respetado  amigo  mió. 

P.  D.  Noviembre  16.— Estamos  todos  buenos. 
L.d  John,  ya  está  en  Edinburgh  con  el  famoso  Play- 
fair,  el  mejor  mathematico  de  este  país,  y  hombre  de 
bien.  CarHtos,  siempre  á  su  Academia  á  Gosport,  muy 
cerca  de  Portsmouth,  apasionado,  como  ántes,  á  la 
marina. 

Aquí,  se  crée,  que  ha  estado  malo  Bonaparte,  y  en 
efecto,  parece  habrá  habido  algo  de  eso,  pero  no  tanta 
quanto  dicen  y  desean  muchos  

Mucho  hemos  celebrado  la  victoria  del  Duque  del 
Parque,  en  Tamámes,  pero  pide  otras,  y  grandes  y  fre- 
cuentes, el  tiempo. 

Me  alegro  mucho  que  Vms.  ya  tengan  las  sugestio- 
nes (proposiciones) ,  aquí  las  alaban  mucho,  ya  por  su 
moderación,  ya  por  los  buenos  principios  en  que  están 
fundadas. 

Adiós  otra  vez. 


[J_LXXXIX] 

Sevilla^  13  de  Diciembre  1809. 

478  Están  con  efecto,  olvidados  todos  los  malos  ra- 
tos que  he  tenido  con  la  falta  de  cartas,  y  plenamente 
indemnizados  con  el  placer  que  me  ha  dado  ayer  la 
carta  de  Vm.  (H— 62)  por  la  que,  á  un  mismo  tiempo, 
sé  que  nuestra  amable  My  Lady  (que  como  dicen  nues- 
tras aldeanas,  no  tiene  licencia  de  Dios  para  hacer 
cosa  mala)  ha  hecho  tan  bien,  y  tan  felizmente,  su  des- 
embarazo, y  que  la  madre,  la  hija,  el  padre,  y  toda  la 

28 


434 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


amable  familia  gozaban  de  entera  salud,  y  conservaban 
la  memoria  de  su  invariable  amigo.  No  fué  ciertamente 
la  Señora  Lucina  la  que  presidió  á  tan  feliz  alumbra- 
miento: fué  el  bendito  San  Ramón,  movido  de  mis  fer- 
vorosas novenas.  Sea  mil  veces  enhorabuena,  mi  muy 
amado  Lord,  y  derrame  Dios  sus  bendiciones  sobre  tan 
amable  familia,  y  sobre  el  digno  gefe  que  la  preside. 

479  Todo  está  listo  para  la  convocación  de  Cortes: 
anoche,  fueron  aprobadas  la  plantilla  de  Convocatoria, 
la  Instrucción  para  las  Elecciones,  fórmula  de  pode- 
res, &.  Todo  irá  al  punto  á  la  prensa,  y  al  1.°  del  que 
viene,  irá  volando  por  esas  provincias.  La  representa- 
ción popular,  será  como  de  300  vocales:  uno  por  50.000, 
por  los  pueblos:  uno,  por  cada  ciudad  de  las  que  fueron 
llamadas  en  1789:  uno  por  cada  Junta  Superior  (17);  y 
por  las  Américas,  algunos  naturales  de  ellas  residentes 
aquí,  y  elegidos  con  acuerdo  de  los  nombrados  por  ellas 
para  la  Central,  y  reemplazables  por  los  que  vinieren 
de  allá.  Las  dos  Cámaras,  están  acordadas  por  la  comi- 
sión de  Córtes:  pero  la  consulta  no  ha  subido  aún  á  la 
Junta.  Si  lo  fueren,  vendrán  todos  los  Prelados  y  Gran- 
des, y  no  más.  Tratamos  ahora  de  iniciativa  y  veto- 
trataremos  de  Orador  ó  Canciller,  y   pero  hay 

muchos  miércoles  para  hablar  en  esto. 

480  Vm.  me  indica  cómo  acabó  en  esa  el  saynete 
diplomático,  sin  decirme  los  interlocutores:  veremos  si 
Saavedra  tiene  gazetas,  y  allí  sonarán. 

481  Por  acá  vamos  reparando  nuestras  quiebras. 
Areyzaga,  tiene  ya  en  la  Sierra  28.000  hombres,  y  su 
egército  crece  por  dias.  Parque,  opina  marchar  al  otro 
lado  del  Duero,  para  cubrir  la  Castilla  y  el  Norte.  Al- 
burquerque,  está  en  Santa  Olalla:  Wellington  deja  el 
Guadiana,  y  toma  la  derecha  del  Tajo,  y  aun  dice  que 
se  reunirá  con  Beresford.  Gerona,  se  tiene  milagrosa- 
mente. Cataluña,  en  un  congreso  provincial,  ha  acor- 
dado levantar  50.000  hombres  y  recaudar  dos  millones 
de  duros.  Nuestra  Ejecutiva  no  pára;  pero  Romana  em- 
baraza. Su  indiscreto  papel,  circula,  y  no  puede  no  te- 
ner consequencias. 


DICIEMBRE  1809 


435 


482  Ahora  mismo  llegaron  los  cajones.  Ahora  mismo 
acabo  de  besar  las  caras  imágenes  de  mi  dulce  amigo, 
y  de  mi  venerado  su  tio.  Los  lios  para  Infantado,  Cap- 
mani,  Blanco,  Garay,  Hermida,  se  van  distribuyendo. 
La  Santa  Cruz,  y  toda  la  gente  de  su  estofa,  está,  se- 
gún creo,  en  Cádiz;  pero  allá  la  buscará  su  cajoncito. 
No  puedo  más.  Mis  tiernas  expresiones  á  la  adorable 
puérpera:  á  Mr.  Alien,  que  sus  ideas,  si  no  en  todo,  se- 
rán adoptadas  en  lo  más  esencial.  Deseo  los  progresos 
•de  Charles,  y  Lord  John,  y  soy  todo  de  Vm.  con  millo- 
'iies  de  gracias  y  expresiones. 

J.Ll, 

478  La  carta  de  que  se  congratula  JoveUanos  en  este  párrafo, 
es  la  signada  H— 04  (12  Noviembre,  1809),  en  la  cual,  Holland,  le 
participa  el  nacimiento  de  su  hija  (Georgina  Ana)  ocurrido  el 
dia  7  de  Noviembre  de  1809. 

479  Los  documentos  que  aquí  se  citan,  están  todos  publicados, 
unos,  en  las  Gacetas  del  Gobierno  (Sevilla,  Isla  de  León);  otros, 
en  la  Memoria  de  Jovellanos,  tantas  veces  citada:  en  los  Docu- 
mentos justificativos  de  la  Junta  Central;  Papeles  de  la  Junta 
Central  Supr.  Gubernat.  del  Reino  (Archiv.  Histór.  Nac);  y 
otros,  en  las  diferentes  Historias  de  Toreno,  Canga- Arguelles, 
Alcalá- Galiano,  Gómez  de  Ar teche,  Londonderry,  Schépe- 
1er,  etc.,  etc.,  etc. 

480  Situación  de  los  Generales  y  fuerzas  de  su  mando: 
Aréisaga  (después  del  descalabro),  en  Sierra-Morena,  con 

28.000  hombres. 

Duque  del  Parque  (después  de  la  acción  de  Medina  del  Campo 
(23  Nov.)  y  de  la  derrota  de  Alba  de  Tormes  (28  Nov.),  en  El  Bo- 
dón, á  dos  leguas  de  Ciudad  Rodrigo. 

Albur querque^  en  Santa  Olaya ,  camino  de  Trujillo  (provincia 
de  Cáceres). 

Wellington,  subiendo  al  Norte  del  Tajo. 

482  El  regalo  de  grabados  y  libros  para  Jovellanos,  se  conte- 
nía en  dos  cajones.  Entre  los  grabados^  se  contaban:  dos,  con  el 


436 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


retrato  de  Lord  Holland  (uno  para  Don  Gaspar;  y  otro  igual^ 
para  el  poeta  Quintana):  uno,  del  insigne  estadista  Charles  James 
Fox,  y  otro,  del  Príncipe  de  Gales,  obsequio  de  Lady  Holland  á. 
su  amigo  (vid.  H— 57). 

Aunque  no  se  menciona  el  retrato  grabado  de  Miss  Elizabetb 
Vassall  Holland,  que  tanto  deseaba  poseer  su  ilustre  amigo,  se- 
gún las  afectuosas  expresiones  con  que  lo  manifiesta  (J— 76,  §  411)^ 
no  sería  imposible  que  más  adelante  se  llevase  á  ejecución,  pues 
ya  dejamos  consignado  en  el  Prólogo  de  estas  Cartas,  que  Lady 
Holland  figura  entre  las  escritoras  inglesas,  por  su  elegante  eS' 
tudio,  Life  of  Sidney  Smith;  The  journal,  etc. 

De  los  libros,  no  se  hace  especial  indicación,  aunque  muchos 
de  ellos  se  conserven  actualmente  en  la  biblioteca  del  Fundador 
del  Real  Instituto  Asturiano. 

Digno  es  también  de  singular  estima,  el  recuerdo  que  dedica 
Holland  (papel y  lápices  para  dibujar)  al  amanuense  y  dibujante 
de  Jovellanos  (á  quien  aquél  apellida  su  muchacho),  y  que  á 
nuestro  juicio,  no  es  otro  que  el  aplicado  gijonés  Don  Manuel  Mar- 
tínez Marina  (ihid.,  H— 57),  hijo  del  primer  Maestro  de  la  Escuela 
de  Santa  Doradia  de  Gijon  (incorporada  al  insigne  Lyceo),  Don 
Miguel  Martínez  Marina,  hermano,  éste,  del  célebre  jurisconsulto 
Don  Francisco. 

Después  de  redactada  esta  nota,  recibimos  como  obsequio  del 
Señor  Eduardo  Llanos  Cifuentes,  todas  las  obras  publicadas  por 
individuos  de  la  familia  Holland  (varias  de  ellas,  recientemente, 
y  que  citamos  en  la  sección  bibliográfica)  y  en  las  cuales  se  con- 
tienen gran  número  de  retratos  de  los  contemporáneos,  de  los  que 
entresacamos  los  siguientes: 

Charles  James  Fox  (tio  de  Holland),  2  retratos,  uno  de  1789. 

Elisaheth  Vassall  Holland,  2  retratos,  uno  de  1793,  otro 
de  1795. 

Lord  Henr y  Richard  Holland,  2  retratos,  uno  de  1795,  otro,, 
posterior. 

Richard  Vassall,  padre  de  Elizabeth,  de  1793, 
John  Hookham  Frere,  embajador  en  España. 
José  M.  Blanco-White,  escritor,  etc.,  etc.,  etc. 


DICIEMBRE  1809 


437 


[J_XC] 

Sevilla,  20  de  Diciembre  1809, 

483  Mi  muy  amado  Lord:  ahora  quisiera  yo  tener 
Tina  carta  de  Vm.  cada  semana,  para  saber  del  total 
restablecimiento  de  la  amable  puerpei'a,  y  de  la  buena 
salud  de  la  recién  nacida.  Suple  su  falta,  el  deseo,  y 
con  él,  van  mis  votos  por  este  bien,  y  por  la  buena  sa- 
lud de  Vm. 

484  Por  acá,  no  hay  novedad:  los  Franceses  han 
destacado  fuerzas  hacia  el  Ebro.  Tal  vez  irán  á  acabar 
con  Gerona.  Blake,  se  ha  obstinado  en  dejar  el  mando, 
y  yo  creo  que  á  ello  contribuyesen  algunas  desavenen- 
cias con  aquella  Junta  provincial.  Creo  que  tuviese  ra- 
2ón;  pero  su  delicadeza  la  llevó  á  cabo.  Yo  quisiera 
que  viniese  á  mandar  á  la  Sierra;  pero  él  pretexta  de 
quebranto  de  su  salud,  y  nos  deja  tan  poco  lugar  á 
destinarle,  como  él  se  reserva  para  ser  destinado.  Por 
el  mismo  camino  hemos  perdido  á  Venégas,  y  es  poco 
bueno  lo  que  queda  para  el  mando.  Riquelme,  y  Cam- 
posagrado  están  en  la  Sierra,  y  no  sé  lo  que  adelantan. 
El  papel  de  Romana,  hecho  en  casa  de  Frere,  donde 
€stá  alojado,  y  que  parece  obra  de  muchas  manos,  y 
nacida  de  muy  siniestro  impulso,  es  causa  de  continuos 
disgustos.  El  hombre,  es  una  calabaza  vacía,  y  siento 
mucho  que  sea  amigo  de  Vm.  Creímos  que  nos  sería 
útil  en  la  comisión  ejecutiva,  pero  embaraza  más  que 
hace. 

485  Mi  comisión  de  Córtes,  me  trae  un  poco  ocupa- 
do: en  ella,  en  la  Junta  de  Legislación  y  en  la  de  Ins- 
trucción pública,  que  yo  presido,  está  acordada  la  li- 
bertad de  imprenta.  No  sé  lo  que  acordará  la  Junta. 
Quizá  no  se  atreverá  á  hacer  la  ley;  pero  á  lo  ménos, 
la  propondrá  á  las  Córtes,  y  entretanto,  protegerá  de 
hecho  la  libertad. 

486  Amable  My  Lady,  un  besito  á  la  chiquitína:  re- 


438 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


cobre  Vm.  del  todo  su  brillante  salud,  y  mande  quanta 
quiera  á  su  affmo.  amigo 

487  P.  D.— De  las  dos  estampas  ó  retratos  de  Vm.^ 
mi  muy  amado  Lord,  el  uno,  he  destinado  á  Quintana, 
que  me  ha  dicho  desearle  con  ánsia,  y  está  no  poco  ce- 
loso de  no  haber  tenido  carta  de  Vm.  Yo  creo  que  éste 
fuese  el  verdadero  destino  de  la  estampa;  pero  he  tras- 
papelado la  primera  carta  de  Vm.  y  no  puedo  dar  con 
ella:  mi  memoria  me  socorre.  Si  acaso  me  he  engaña- 
do, no  por  eso  creo  que  Vm.  desaprobará  el  destino;  y 
si  otro  era  el  objeto  de  Vm.,  se  encargará  del  des- 
agravio. 

484  En  la  pasada  nota  460,  y  en  la  489  de  la  siguiente  carta^ 
apuntamos  el  motivo  del  disgusto  de  Blake.— Agregaremos  aquí, 
que  si  resignó  el  mando  de  Cataluña  en  manos  del  Marqués  de 
Portago,  y  en  día  solemne  (capitulación  de  Gerona:  10  Diciembre» 
1809),  fué  debido  á  su  desavenencia  con  las  Juntas  Catalanas,  y  á 
la  inexplicable  conducta  del  Ministro  Cornel,  desautorizándole. 

Estas  son  las  expresiones  de  Toreno  (2  —  xi  —  442):  "Motivó  se- 
„mejante  resolución,  haber  aprobado  la  Central,  contra  el  dictá- 
,^men  de  dicho  General^  lo  determinado  por  el  Congreso  catalán» 
„de  levantar  40.000  hombres  de  somatén.  Blake,  quería  crear 
^cuerpos  de  linea^  y  no  reuniones  informes  de  indisciplinados 
^^paisanos.  Pero  los  catalanes,  apegados  á  su  antigua  manera  de 
«guerrear,  hallaron  arrimo  en  el  Gobierno  Supremo,  desaten- 

„diéndose  las  reflexiones  juiciosas  de  Blake  

„  El  somatén  que  se  había  levantado,  no  produjo  el  efecto  que 
«esperaban  los  catalanes.  Apareció  tarde,  y  al  caer  Gerona  (cuyo 
„asedio  duró  ¡siete  meses!);  y  no  queriendo  tampoco  los  partidos 
«desprenderse  de  sus  respectivos  contingentes  para  prestarse 
„mutuo  auxilio,  faltó  el  necesario  concierto.,, 

Jovellanos,  opinaba  que  Blake  tenia  razón. 

Los  caliñcativos  que  emplea  Jovellanos  en  sus  Cartas,  contra 
La  Romana,  son  siempre  despectivos,  duros,  ó  burlescos.  Al  prin- 
cipio, úsalos  con  relatiya  moderación,  llamándole  desfacedor  de 


DICIEMBRE  180^ 


439 


tuertoSy  y  extravagante  (§§  102,  189,  291);  pero  después  de  la  lle- 
gada de  La  Romana  á  Sevilla  en  Septiembre  de  1809,  y  con  oca- 
sión de  tramitarse  las  Representaciones  sobre  los  sucesos  de 
Asturias,  invectivas  del  Manifiesto  de  Valencia,  y  posteriores 
acaecimientos  en  la  Comisión  Ejecutiva,  el  apóstrofe  se  recru- 
dece, apellidándole  botarate  (§§  475,  5321,  calabaza  vacia  (§  484), 
indolente  (§  503),  y  héroe  (,§  516)  en  sentido  burlesco. 

Mas  habiendo  muerto  Romana  en  Cartaxo  (Portugal),  el  23  de 
Enero  de  1811,  y  no  cabiendo  en  el  gran  espíritu  de  Don  Gaspar, 
rencor  por  lo  pasado,  ni  pudiendo  tampoco  prescindir  para  los 
fines  de  la  Historia,  de  la  narración  de  los  hechos  ocurridos,  díc- 
tale su  corazón  las  siguientes  nobilísimas  frases,  en  el  Prelimi- 
nar de  su  Memoria: 

"En  medio  de  tanta  suspensión  (por  la  impresión  de  la  Memo» 
^ria),  el  público  supo  y  sintió  la  muerte  de  un  célebre  General  r 
„de  quien  se  habla,  y  á  quien  se  alude  más  de  una  vez,  en  esta 
„obrita  (Marq.  de  La  R.),  Sentíla  yo  también,  porque  siempre 
„aprecié  sus  talentos  militares,  y  siempre  le  deseé  muy  sincera- 
;,mente,  toda  la  gloria  que  le  hubieran  podido  grangear  en  la  de- 
„fensa  de  la  Pátria.  Pero  la  sentí  mucho  más,  porque  miéntras 
„existía,  podía  hacer  alguna  explicación  de  su  conducta,  en  los 
„hechos  en  que  me  creí  con  derecho  á  censurarla;  y  entónces,  mi 
„censura,  pareciendo  más  franca  y  noble,  hubiera  tenido  mayor 
„fuerza.  Aun  por  eso,  la  borraría  ahora  de  buena  gana,  si  en  un 
«negocio,  en  que  están  comprometidos  el  honor  del  país  en  que 
„nací,  y  el  deber  de  mi  representación,  fuese  mi  silencio  concilia- 
„ble  con  los  poderosos  motivos  que  me  obligaron  á  romperle.  Á 
„bien,  que  mi  censura,  recae  sobre  hechos  públicos,  que,  cual- 
„quiera  que  tenga  interés  ó  deseo,  y  se  halle  con  razón  para  im- 
5,pugnarlos,  lo  podrá  hacer,  contradiciéndolos,  explicándolos  ó 
«disculpándolos,  según  le  pareciere.  Y  como  por  otra  parte,  mi 
„honor  me  ha  empeñado  en  esta  lucha  de  razón,  contra  otras  mu- 
„chas  personas  autorizadas  y  respetables,  tampoco  temo  que  la 
«maledicencia  diga,  que  sólo  tuve  valor  para  lidiar  con  un  muer- 
„to,  cuando  no  me  ha  faltado  para  lidiar  con  tantos  vivos.,, 

El  punto  capital  de  la  conducta  de  La  Romana  en  Astúrias^ 
hémosle  tratado  ya  en  las  notas  102  y  203. 


440 


CARTAS  DK  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


[J  —  XCI] 

Sevilla,  27  de  Diciembre  1S09, 

488  Mi  muy  amado  Lord:  no  recibiendo  carta  de 
Vm.,  las  mías  vendrán  á  ser  muy  breves.  En  el  dia,  no 
hay  que  añadir,  sinó  que  nuestra  Junta  ha  desechado 
ia  propuesta  de  dividir  las  Cortes  en  dos  Cámaras,  he- 
cha por  la  Comisión.  Acordó,  sin  embargo,  proponerla 
y  fundarla  para  que  las  mismas  Córtes  la  hagan,  si  les 
pluguiere.  Puede  haber  alguna  esperanza  de  que  así  lo 
hagan,  porque  no  dudo  que  se  reunirán  allí  muchas 
gentes  de  juicio;  pero  los  mozos,  propenden  á  ideas  de- 
mocráticas, y  me  temo  que  la  Juntilla  abunde  en  ellas, 
y  tenga  muchos  prosélytos.  Aún  no  sabemos  si  serán 
admitidos  todos  los  Grandes  y  Prelados;  si  no,  la  elec- 
ción de  los  admitendos  ofrecerá  un  nuevo  embarazo. 
Nos  hacen  trabajar  como  azacanes  en  la  comisión,  y  al 
cabo,  todo  vá  por  tierra. 

489  Creemos  que  ha  caído  Gerona,  y  entregádose 
por  capitulación,  aunque  nada  sabemos  de  oficio.  El 
Principado,  habia  hecho  un  levantamiento  en  masa 
para  socorrerla;  pero  era  ya  tarde,  y  aún  más  en  tiem- 
po, Bíake  confiaba  poco  en  esta  gente  nueva  y  colecti-  • 
cia.  Por  eso  insistió  en  su  retiro,  y  ya  estará  en  Mála- 
ga, ó  llegará  muy  luego. 

490  Me  figuro  ya  á  nuestra  amable  My  Lady  del 
todo  restablecida,  y  dando  aumento  de  vida  y  salud  á 
su  niñita.  Deseo  uno  y  otro  á  entrambas,  y  á  Vm.  toda 
feUcidad  que  cabe  en  la  idea  de  su  tierno  amigo 

/.  LL 

491  P.  D.— Á  propósitó;  si  Vm.  no  ha  escrito  á  Quin- 
tana, piense  en  desenojarle.  Tampoco  Ferrás  ha  reci- 
bido una  letra,  y  ambos  hacen  de  Vms.  tierna  y  fre- 
cuentísima memoria. 


DICIEMBRE  1809 


441 


489  La  rendición  de  Gerona,  en  el  tercer  sitio,  fué  el  día  10  de 
Diciembre  de  1809. 

Hacía,  pues,  diez  y  siete  días  que  se  había  rendido  Gerona,  |y 
todavía  lo  ignoraba  el  Ministro  de  la  Guerra!  No  faltaba  más, 
sinó  que  lo  hubiera  sabido  un  día  más  tarde  (el  28),  para  que  el 
sarcasmo  fuera  doblemente  cruel. 

Las  reclamaciones  de  Álvarez  á  los  Generales  Blake  y  Cou- 
pigny,  á  la  Junta  Superior  del  Principado,  y  á  la  Central,  fueron 
desoidas.  Aquellos,  con  disculpas  y  excusas,  y  éstos  con  procla- 
mas retóricas  y  vanas  promesas,  le  abandonaron.  {Heroísmo  su- 
blime, incomparable,  el  de  aquel  titán,  inconmovible  en  medio  de 
la  indiferencia  de  los  unos,  del  abandono  de  los  otros,  de  la  deser- 
ción de  los  suyos,  del  hambre,  la  peste,  y  la  insaciable  furia  de  los 
sitiadores!  ¡Alma  heróica  sin  segundo,  en  aquellos  pavorosos  mo- 
mentos en  que  su  sombra  augusta  se  levanta  por  encima  de  las 
más  grandes! 

Arteche  (t.  vii,  163),  á  propósito  de  la  cr usada  de  Cataluña 
para  libertar  á  Gerona,  se  expresa  en  los  siguientes  términos:  "La 
«organización  popular,  no  pudo  hacerse  lo  homogénea  que  era  ne- 
„cesario,  obedientes  los  migueletes  y  somatenes  á  sus  autoridades 
„locales,  y  á  las  voluntades  siempre  dispersas,  de  sus  gefes,  aji- 
^donados  á  no  pelear  sinó  en  derredor  de  los  pueblos  de  su  na- 
y^turalesa,  y  d  lo  más,  en  el  país  circunvecino.^ 

En  otra  parte,  y  sobre  el  mismo  tema  (t.  viii,  221)  escribe: 
^'  Ya  dijimos  que  el  llamamiento  de  la  Junta  (de  Cataluña)  re- 
„sultaría  para  la  liberación  de  Gerona,  nulo  ó  tardío,  como  al  fin 
.,sucedió:  la  pugna  entre  el  egército  y  los  catalanes,  histórica  y  de 
^ época  remota,  según  manifestamos  en  el  tomo  anterior,  impidió 
„el  arranque  general,  simultáneo  y  decidido  de  que  había  me- 
^nester  la  ciudad  heróica,  y  aun  cuando  los  migueletes  y  soma- 
„tenes  simpatizaron  más  con  las  tropas,  por  sufrir  privaciones  se- 
„mejantes  y  correr  iguales  peligros,  sus  esfuerzos  se  perdieron  en 
„el  vacío  del  fracasado  pensamiento  de  las  autoridades  de  Man- 
^^resay  de  Sevilla.,, 

Por  nota,  agrega  el  duro  juicio  de  Schépeler,  historiador  ale- 
mán de  la  guerra  de  la  Independencia  ít.  vii,  pág.  449). 

Schépeler,  nada  afecto  á  los  catalanes,  en  quienes,  además  de 
avaricia,  supone  ódio  inextinguible  á  los  soldados  españoles,  dice 
á  propósito  de  esto:  ''La  palabra  Congreso,  volaba  de  boca  en  boca 


442 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


«despertando  la  memoria  de  tiempos  gloriosos,  despejaba  los  hori- 
„zontes  del  porvenir,  y  unía  á  todos  los  catalanes.  Blake,  prome- 
„tió  al  Congreso  (de  Manresa)  limpiar  la  provincia  de  enemigos^ 
„si  los  habitantes  se  decidían  á  levantarse  en  masa  como  los  ga- 
„llegos;  y  cierto  que  los  hubiera  dirigido  mejor  que  como  se  hizo; 
„pero  los  catalanes  tomaban  su  nombre  como  sinónimo  de  des- 
agracia.,, 

Y  ahora,  después  de  transcurrido  un  siglo,  odiando  á  Castilla 
con  saña  de  tribu  fronteriza,  y  pretendiendo  acaso  avasallar  á  Es- 
paña, alentada  por  la  torpe  conducta  de  cuatro  gobernantes  inep- 
tos, tenemos  otra  vez  Junta  de  Manresa,  tan  díscola,  tan  egoísta^ 
tan  ambiciosa  y  tan  audáz  como  la  primera. 


f  H_LXV] 

Noviembre  2S:  1809. 

Acabo  de  recibir,  querido,  y  respetadísimo  amiga 
mió,  su  amable  carta  del  1.^  de  este  mes  (J— 82),  con 
la  apreciable  proclama  de  la  Junta,  y  con  su  papel 
interesante  sobre  los  Jesuítas. — ¡Quánto  y  quánto  le  es- 
toy agradecido  para  (por)  sus  atenciones,  amistades  y 
bondad!  Pero  también  para  (por)  mi  segunda  pátria,  le 
doy  mil  y  mil  gracias  de  haber  adelantado  el  gran  ne- 
gocio de  las  Córtes.— Si  al  pesar  de  la  paz  con  Austria, 
y  de  la  endemoniada  actividad  de  Bonaparte  se  verifi- 
case esa  deseada  Asamblea,  no  desesperaré  del  buen 
acierto  de  ella,  y  de  la  buena  salida  de  esta  gloriosísi- 
ma lucha. 

La  Comisión,  para  decirlo  con  franqueza,  no  me 
gusta,  no  por  ser  Comisión,  sino  por  los  individuos  que 
la  componen,  y  por  los  que  echo  ménos  en  ella.  ¿Dónde 
está  el  querido  Don  Gaspar?,  y  si  él  lo  rehusaría  ¿por 
qué  está  excluido  de  tan  importante  oficio  el  patriótico 
Campo-Sagrado?  pero  con  las  Córtes,  todo  se  arre- 
glará 

Corcidimt  venti  sitnul  alba  haittis 
Stella  refulgit. 


NOVIEMBRE  1809 


443 


El  papel  está  bien  hecho,  y  no  dexará  de  gustar 
aquí. 

¿Quién  es  este  Ariazaga  (Ay ¿izaga)  que  manda  el 
exército  en  la  Mancha?  hasta  aquí  no  le  había  oído 
nombrar.  ¡Dios  haga  sea  un  Coligni,  un  Príncipe  de 
Orange,  un  Fairfax,  ó  un  Washington! 

La  Señora  y  la  chica  están  muy  buenas.  Garlitos 
que  ha  vuelto  con  motivo  de  tabardillas,  en  su  acade- 
mia (de  que  no  se  queja  nada)  está  bueno,  y  pide  (en- 
vía) mil  memorias. 

Aquí  se  publica  la  carta  de  Canning  el  mismo  dia 
que  llega  su  amigo,  para  tomar  encargo  en  el  Ministe- 
rio, con  que  ha  reñido.  Ahora  veremos  lo  que  es  el  tan 
decantado  Marqués.  No  es  la  misma  cosa  ser  invencible 
en  las  Indias,  y  vencedor  en  Europa.  Adiós:  mil  y  mil 
memorias  de  la  parte  de  Milady. 

H  . 

Ahora  es  indiferente  mandar  las  cartas,  via  Cádiz, 
ó  Lisboa;  viene  á  ser  lo  mismo;  aun  mejor  por  Cádiz. 


[H_LXVI] 

Holland-House:  13  Diciembre:  1S09. 

Querido  y  respetado  amigo  y  favorecedor  mío: 
Ya  tenemos  su  busto  en  casa,  y  tan  parecido,  que 
algunas  veces  hace  ilusión,  y  se  nos  puede  persuadir 
que  tengamos  (tendremos)  luego  (la  satisfacción)  de 
disfrutar  el  amable  trato  de  Don  Gaspar.  ¡Oxalá  pudié- 
semos!—Sus  interesantes  cartas  me  han  llegado  muy 
bien,  pero  algo  atrasadas,  que  será  mi  culpa,  en  no  ha- 
biéndole pedido  las  embiase  por  Cádiz,  quando  se  le 
ofrece  la  oportunidad  del  paquebote,  ó  de  algún  correo 
de  Gabinete. 

Celebro  mucho  la  resolución,  apruebo  la  proclama, 
pero  siento  siempre  la  tardanza  de  Córtes,  porque  más 


444 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  quatro  meses  desde  la  proclama  hasta  su  celebra- 
ción, ¡quántas  cosas  no  pudieron  verificarse  en  aquellos 
quatro  meses,  siendo  ya  congregadas  las  Córtes,  y 
quántas  desgracias  no  pueden  acontecer  en  quatro  me- 
ses, no  teniendo  la  autoridad  precisa  el  Gobierno!— No 
hablo  de  las  intrigas,  las  desavenencias,  y  las  muchas 
dificultades  en  que  se  hallan  Vms.  y  de  que  se  queja 
tan  justamente  mi  digno  y  filosófico  amigo,  haciéndo- 
me una  descripción  de  ellas,  tan  patética  é  interesante. 
No  las  entiendo  ni  las  puedo  entender  de  tan  léjos.  Es 
un  Fldndes,  como  dicen.  ¡Oxalá  se  pusiese  enfrente  de 
los  negocios,  un  Prince  d'Orange,  que  sin  tal  dicha,  no 
tengo  mucha  esperanza  de  la  buena  salida  de  esta  glo- 
riosísima lucha! — No  hay  duda  que  vuelve  ahí  Bona- 
parte:  las  amenazas  de  su  discurso  al  Cuerpo  Legisla- 
tivo, lo  anuncian;  y  si  los  esfuerzos  de  España  no  se  di- 
rigen, no  diré  con  mejor  acierto,  pero  con  una  peri- 
cia y  génio  militar  aun  igual  al  suyo,  no  me  atrevo  á 
pensar  en  lo  que  ha  de  ser  la  resulta. 

Sigue  traduciendo  el  Informe  sobre  la  Ley  agraria 
el  nuestro  Alien:  tal  vez  habrá  leido  Vm.  la  crítica  so- 
bre Laborde  en  el  Edinbitrgh  Review.—MiXdiáY^  ya 
está  buena,  y  vamos  á  hacer  una  vuelta  en  el  campo,  y 
á  divertirnos  en  el  tiempo  de  Navidad  al  Palacio  del 
padre  de  Lord  John  Russell.  Su  hermano,  que  fué  he- 
rido en  la  batalla  de  Talavera,  ha  vuelto,  y  está  ente- 
ramente curado.— Caditos  está  con  nosotros,  alegre  y 
muy  adelantado  en  los  estudios  propios  de  su  profe- 
sión. 

Adiós. 

Holland. 

IJ_XCIIJ 

Sevilla,  3  de  Enero  1810. 

492  Mi  querido  y  respetable  amigo:  por  fin  he  te- 
nido el  gusto  de  recibir  otras  dos  cartas  de  Vm,, 
de  28  de  Noviembre  y  13  de  Diciembre  (H  —  65; 


ENERO  1810 


445 


H  — 66),  que  me  han  llenado  de  placer.  Ya  doy  por 
buenas  á  la  amable  puérpera,  y  á  la  preciosa  niñita,  y 
como  sé  que  Vm.  lo  está,  que  lo  está  y  que  aprovecha 
Garlitos,  y  que  todos  piensan  en  pasar  unos  días  en  el 
campo,  nada  me  queda  que  desear  sinó  que  mucho 
dure.  También  celebro  la  -buena  salud  y  la  estimable 
memoria  de  nuestro  Mr.  Alien,  á  cuya  nota  respondo 
en  la  adjunta,  saludando  á  todos  muy  cordialmente. 

493  Á  la  entrada  de  año,  hemos  renovado  el  Gobier- 
no ejecutivo,  cesando  la  mitad  al  cumplimiento  del  pri- 
mer bimestre.  Cesaron,  á  la  suerte,  Romana,  Riquel- 
me,  y  Caro,  y  entraron  por  elección,  el  Conde  de  Aya- 
mans,  el  Marqués  del  Villar,  y  Don  Félix  Ovalle.  Si 
ganamos  ó  perdimos,  díganlo  otros. 

494  Allá  va  la  Instrucción  de  elecciones,  con  una 
particular  para  la  de  Asturias.  También  se  dió  forma 
particular  para  Galicia  y  Canarias.  Debiéronse  de 
acompañar  todas  de  un  manifiesto;  pero  no  gustó  el 
que  se  hizo,  y  se  trabaja  otro.  La  comisión  no  ceja  en 
su  trabajo;  pero  su  obra  de  días,  se  suele  deshacer  en 
un  momento  por  otros.  La  reunión  en  dos  cámaras, 
está  desechada;  pero  aún  insistiremos. 

495  Creo  que  el  egército  inglés  nos  vá  á  dejar,  y  ya 
preveemos  que  el  movimiento  á  la  orilla  izquierda  del 
Tajo,  era  un  preparativo  para  la  retirada,  que  ahora 
dicen  que  se  hará  por  Oporto.  ¡Pobre  Nación!  abando- 
nada á  sí  misma,  y  además  escarnecida  hasta  de  sus 
amigos.  Dicen  que  Frere  acaba  de  pasar  una  nota  in- 
sultante, que  yo  no  sufriría.  Vanse  cumpHendo  mis  pro- 
fecías: 1.^,  que  ya  no  cooperarían  con  nosotros  (des- 
pués de  la  batalla  de  Talavera):  2.^,  que  se  retirarían, 
verificada  la  paz  de  Austria:  S."",  que  buscarán  ó  harán 
pretextos  para  romper  con  nosotros  del  todo:  la  4.*  no 
la  diré  todavía;  pero  si  vivimos,  acuérdese  Vm.  que 
no  ha  sido  imprevista,  y  yo  la  recordaré  á  su  tiempo. 

496  Temo  que  se  retarde  la  reunión  del  Parlamen- 
to, porque  el  nuevo  Ministerio  tendrá  mucho  que  hacer 
para  preparar  sus  planes.  La  carta  de  Canning,  me 
parece  cosa  miserable;  y  me  ha  hecho  acordar  nuestro  ^ 


446 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


reirán:— riñen  los  ladrones  y  descúhrense  los  hurtos, 
497  Amable  My  Lady;  concluyo  deseando  á  Vm. 
toda  felicidad  en  su  Vüleggiatura,  y  asegurándole  de 
la  constante  y  respetuosa  inclinación  de  su  fino  amigo 
y  servidor  q.  s.  p.  b. 

/.  LL 

493  La  primera  Comisión  Ejecutiva  (en  22  Octubre  1809)  es 
taba  constituida  por  los  Señores: 

1  Laodicea  {Arz.).— 2  Romana,—^  Villel.—A  G.*  de  la 
Torre.— 5  Riquelme.— 6  Caro.— 7  Jócano. 

La  segunda  (en  1.°  Enero,  1810)  la  formaban  los  Señores: 

1  Laodicea  [Arz-]. —2  Ayamans.  —  3  Villel.—4  G.^  de  la 
Torre.— 5   Villar. —6  O  valle.— 7  Jócano. 

Lo  que  equivale  á  decir,  que  en  su  composición,  el  elemento  his- 
tórico doctrinario,  fué  substituido  por  el  de  más  avanzadas  ideas. 
Pero  así  y  todo,  en  el  egercicio  de  sus  funciones  (enumeradas  por 
Jovellanos  en  su  Memoria,  P.  2  —  A.  2  — §  102),  fueron  maneja- 
das una  y  otra,  por  el  Marqués  de  la  Romana;  pues  siendo  éste, 
el  único  militar  que  entró  en  la  Comisión,  su  vos  (dice  el  pane- 
girista de  la  Central)  fué  en  ella,  no  sólo  la  primera,  mas  casi 
la  única  que  decidla  todas  las  materias  relativas  á  la  guerra. 

De  modo,  que  á  partir  del  22  de  Octubre  de  1809,  cuantos  erro- 
res se  cometieron  por  el  ramo  de  Guerra,  deben  ser  imputados 
simultáneamente  á  La  Romana,  y  á  Cornel. 

495  La  profecía  de  Jovellanos  sobre  la  conducta  de  los  ingle- 
ses, no  iba  descaminada.  Refiérese  también  á  lo  que  lleva  dicho 
en  carta  anterior  ( J  —  84  —  §  454;;  y  al  temor  (que  no  indica,  pero 
que  insinúa)  de  que  el  Duque  de  Alburquerque,  fuese  proclama- 
do caudillo  de  las  fuerzas  españolas,  ó  Regente.  Esta  es,  salvo 
yerro  ó  interpretación,  la  cuarta  profecía  que  no  se  atreve  á 
estampar. 

La  nota  insultante  de  Frere,  de  que  aquí  se  habla,  debe  con- 
traerse á  los  graves  sucesos  políticos  ocurridos  en  España,  al 
finalizar  el  año  1809. 

496  En  la  correspondencia  de  Holland  (H  ~  64)  háblase  de  la 
publicidad  de  las  cartas  de  Lord  Grenville,  y  Lord  Grey. 


ENERO  1810 


447 


También  de  otra  de  Mister  Canning  (H— 65),  publicada  el  mis- 
mo día  de  la  llegada  á  Lóndres  del  Marqués  de  Wellesley,  con 
quien  riñó  el  Ministro.  Á  ésta,  alude  la  expresión  de  Jovellanos, 
diciendo  de  ella,  que  era  cosa  miserable.  La  diferencia  de  fe- 
chas (28  Nov.  1809.  —  3  Enero  1810)  se  explica  por  la  tardanza 
del  correo. 

La  carta  ó  manifiesto  de  Canning,  se  publicó  en  la  prensa  in- 
glesa el  día  28  de  Noviembre  de  1809.  Afecta  la  forma  epistolar, 
y  va  dirigida  á  Lord  Camden,  censurándole  por  su  mala  inteli- 
gencia con  Lord  Castlereagh. 

Á  propósito  de  ella,  dice  Lady  Holland  en  su  Diario  (21  No- 
viembre 1809):  "—Mr.  Canning,  escribe  á  LordG.  Leveson:  ["Ten- 
„go  entendido  que  Lord  Ció  Ció  está  bastante  mejorado  parato- 
„mar  su  medicina.  De  consiguiente,  mañana  le  enviaré  mi  carta, 
„y  al  siguiente  día,  enviaré  otra  para  los  defuera  de  casa.,,]— De 
„modo,  que  nosotros,  contamos  ver  mañana  este  largo  anuncio; 
„y  con  mayor  ánsia,  el  segundo  manifiesto.,, 


[J_XCIII] 

Sevilla,  10  de  Enero  1810, 

498  Mi  muy  amado  amigo  y  señor:  acaba  de  despe- 
dirse el  caballero  Wellesley,  que  parte  á  Cádiz  para 
embarcarse  á  Lóndres,  donde  parece  que  está  nombra- 
do para  vocal  en  la  Cámara  baja.  Hele  rogado  que  haga 
á  Vm.  presente  mi  memoria,  y  ya  supongo  que  le  ha- 
llará de  vuelta  de  su  villeggiatura,  pues  que  debiendo 
abrirse  el  Parlamento  para  el  23  del  corriente,  no  creo 
que  Vm.  faltará  en  su  Cámara  alta.  Empero,  si  alguna 
tentación  alejase  á  Vm.  de  ella,  yo  le  suplico  que  la  re- 
sista, y  que  vaya  á  tronar,  así  contra  los  enemigos  de 
la  Constitución  inglesa,  como  en  favor  de  los  Españo- 
les, para  que  los  dejen  en  paz  reformar  la  suya,  y  los 
ayuden  á  refrenar  y  confundir  á  estos  feroces  enemigos 
de  la  Europa,  y  del  género  humano,  pero  que  lo  sonpro 
famosiori  de  la  Inglaterra  y  la  España,  las  dos  mejores 


448 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


naciones  del  mundo,  y  sobre  todo,  las  dos  patrias 
de  Vm. 

499  Nuestras  convocatorias  vuelan;  pero  aún  no  se 
han  despachado  las  de  los  Estamentos  privilegiados.  La 
comisión,  ha  opinado  por  que  sean  convocados  indivi- 
dualmente, Grandes  y  Prelados,  y  insistido  en  que  se 
reúnan  en  una  Cámara.  La  consulta  está  hecha,  y  se 
despachará  de  hoy  á  mañana.  Temo  la  resolución,  por- 
que es  grande  el  partido  que  quiere  una  sola  Cámara. 
La  suerte  no  se  perderá  por  corta  ni  mal  echada. 

500  Nuestra  fuerza  disponible  (rebajados  desarma- 
dos y  enfermos)  es  de  30.000  hombres  en  la  Sierra, 
10.000  en  Extremadura,  y  de  25  á  30.000  en  Castilla,  sin 
contar  la  de  Astúrias,  GaHcia,  Cataluña,  Aragón,  y 
Valencia,  donde  se  arma  con  calor.  Pero  hay  poca  con- 
fianza en  los  Generales,  y  mucha  desconfianza  en  estas 
malditas  dispersiones.  Con  todo,  si  los  egércitos  Inglés 
y  Portugués  obran  de  acuerdo,  seremos  salvos,  y  el 
tirano,  cansado,  se  hallará  acometido  por  otras  partes; 
porque^  ¿cómo  es  posible  que  Vms.  no  puedan  quitarle 
su  influencia  en  la  Rusia? 

501  Fusiles,  fusiles,  fusiles;  y  acabo  saludando  á 
la  amable  My  Lady,  y  repitiéndome  de  Vm.  affmo. 

Jovellanos. 

502  P.  D.— Mucho  celebro  que  el  busto  de  mi  vieja 
cabeza  haya  salido  tan  parecido  á  su  ruin  original,  para 
que  las  ilusiones  de  la  amistad  le  dén  el  aprecio  que  por 
sí  no  merece. 

498  Según  los  datos  tomados  del  Calendario  inglés  de  1809,. 
los  Wellesley,  fueron  nueve  hermanos;  pero  los  que  más  figura- 
ron en  este  período,  son  cuatro;  uno  de  ellos  (el  Marqués)  indivi- 
duo de  la  Cámara  de  los  Pares,  y  los  otros  tres,  de  la  de  los  Co- 
munes, á  saber: 

a)  Richard  Colley  Wellesley  (Lord  Wellesley),  Marqués  de 
Wellesley;  de  la  Cámara  de  los  Y* slvqs.— Sucesor,  su  hermano 

b)  William  Wellesley  Pole,  Primer  Secretario  del  Almiran- 
tazgo, individuo  de  la  Cámara  baja. 


ENERO  1810 


449 


c)  Heiiry  Wellesley,  hermano  de  los  anteriores,  miembro  de 
la  Cámara  baja. 

d)  Arthur  Wellesley  (Lord  Wellington  de  Talavera),  hermano 
de  los  anteriores,  Teniente  General,  individuo  de  la  Cámara  baja. 

Por  lo  tanto,  el  Caballero  Wellesley,  vocal  de  la  Cámara  baja, 
que  aquí  se  menciona,  no  es  el  Marqués  de  Wellesley,  embajador 
extraordinario  de  la  Gran  Bretaña,  quién,  según  la  carta  J  —  82, 
se  consideraba  como  presunto  sucesor  de  Canning,  Ministro  de 
Estado  (y  aún  nos  dicen  que  lo  dice  él  7w/smo:  textual).  Así,  con- 
jeturamos que  se  trata  de  Henry^  hermano  del  Marqués  de  We- 
llesley, el  mismo,  regularmente,  que  llevaba  en  posta  los  despa- 
chos de  su  hermano  (no  su  hijo)  al  egército  inglés,  como  refiere 
la  carta  de  6  de  Septiembre  de  1809  (J  —  71  —  §  383). 

El  otro  Wellesley  (William),  no  debió  venir  á  España  por  la 
importancia  de  su  cargo.  Á  él,  ó  al  Marqués,  debe  referirse  la  ex- 
presión que  estampa  Jovellanos  en  la  carta  J  —  100,  §  532:  ¿Y  á 
esto  habrá  enviado  Wellesley,  un  hermano  por  General  y  otro 
por  Embajador? 

Henry  Wellesley,  es  el  que,  en  Marzo  de  1811  (Toreno:  /.  c, 
3  — XIV  — 239)  pedía  á  la  Regencia  y  á  las  Córtes,  el  mando  de 
las  provincias  aledañas  á  Portugal,  para  su  hermano  el  Lord 
Wellington,  pretensión  que  fué  denegada  (véase  nuestra  nota  569). 
Henry  Wellesley,  vino  de  Embajador  á  España  en  Abril  de  1810 
(Toreno:  3  -xiii-  170). 

No  obstante  lo  dicho,  se  nos  advierte,  con  relación  á  lo  estam- 
pado en  el  texto  de  la  carta  J  —  71,  que  es  probable  que  se  trate 
de  uno  de  los  hijos  naturales  del  Marqués  de  Wellesley,  nacido 
ántes  de  su  primer  casamiento  en  1794.  No  tuvo  hijos  legítimos. 
Blanco-White,  en  su  Autobiografía  menciona  haber  encontrado 
en  España,  en  esta  época,  á  un  Mr.  Richard  Wellesley ^  hijo  de 
Lord  Wellesley.  (Nota  de  L.d  Ilchester). 

500  De  la  lectura  de  esta  triste  carta,  se  infiere,  que  año  y  me- 
dio después  de  declarar  la  guerra  al  coloso  de  Europa,  no  tenía, 
mos  ni  egército,  ni  generales,  ni  fusiles,  ni  vestuario,  ni  dinero^ 
ni  disciplina,  ni  aliados,  ni  víveres,  ni  nada.  ¡Y  todavía  estaban 
aquellos  Cándidos,  pensando  en  Cámaras,  Juntas,  decretos,  regla 
mentos,  libertad  de  imprenta,  y  otras  zarandajas!  Sólo  con  la 
mso'^QridihXe  soberanía  de  las  Juntas  provinciales,  su  estúpida 

29 


450 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


altivéz,  desobediencia  é  intrigas,  tenía  Napoleón  más  que  sufi- 
ciente para  aniquilarnos.  ¡Y  todavía  los  optimistas  de  HoUand  y 
Mr.  Alien,  clamaban  á  voz  en  grito  por  dos  Cámaras,  libertad 
de  imprenta,  soberanía  nacional  y  precedentes  históricos  escu- 
driñados en  los  infólios  y  mamotretos  del  siglo  XIV!  ¡Ilusos!  ¡ni 
por  asomos  conocían  al  pueblo  español!  heróico,  sí,  en  la  deses- 
peración, pero  imprevisor  é  impotente  ante  la  gravedad  del  peli- 
gro que  se  avecinaba. 

Magistrados  como  Melendez  Valdés,  creían  que  se  organi- 
zaban alarmas,  cantando  versos  los  soldados;  los  proyectistas, 
ideaban  memorias  defensivas  del  género  bufo;  los  Generales, 
conspiraban  y  se  odiaban  entre  sí;  la  Junta  de  tenderos  gaditanos 
se  entretenía  en  ridiculas  parodias  de  milicias  locales,  en  azuzar 
á  las  turbas,  y  en  cobrar  el  corretage  sobre  todo  el  dinero  de  la 
Nación;  y  el  Ministro  de  la  Guerra,  que  debía  ser  el  alma  de  la 
defensa  nacional  y  el  gefe  supremo  en  aquellos  críticos  instan- 
tes organizaba  plantillas  de  personal  en  el  Ministerio  de 

su  cargo,  para  cuando  volviéramos  á  recuperar  la  capital. 


[J_XCIV] 

Sevilla,  17  de  Enero  1810. 

503  Los  Franceses  están  al  pié  de  la  Sierra  y  ama- 
gan á  atacar.  Ya  lo  hicieron  á  la  división  de  Vigodet 
en  Villamanrique,  donde  fueron  rechazados.  Pero  e. 
miedo,  que  solo  entró  en  nosotros,  produjo  un  decreto 
anticipado  de  traslación  á  la  Isla  de  León,  donde  debe- 
mos estar  para  el  L°  de  Febrero.  Mas  como,  ni  toda  la 
Junta  es  allí  necesaria,  ni  lo  es  parte  alguna  tan  antici- 
padamente, somos  murmurados  y  censurados  sin  mise- 
ricordia. La  comisión  ejecutiva,  renovada  hace  tan 
poco,  como  la  primitiva.  Romana,  le  pegó  su  indolen- 
cia. Al  rumor  de  que  Valencia  iba  á  ser  atacada,  se  le 
nombró  para  mandar  allí:  aceptó  con  mucho  gusto:  van 
pasados  15  dias  y  no  trata  de  salir.  Sus  bellos  her- 
manos de  Vm.,  si  no  me  engaña  mi  malicia,  se  compla- 


ENERO  1810 


451 


cen  en  nuestro  peligro,  y  quisieran  que  creciese  para 
<:ohonestar  su  retirada,  ó  por  mejor  decir,  nuestro  en- 
tero abandono.  Jamás  alianza  tan  fría  y  tan  poco  sin- 
cera se  ha  visto  en  la  Historia.  Podemos  ser  nosotros 
muy  culpables  por  nuestros  errores  ó  nuestros  descui- 
dos; pero  siempre  será  una  verdad  constante  que,  con 
auxilio,  mil  veces  hubiéramos  echado  al  enemigo  allen- 
de del  Pirineo. 

504  Aún  no  están  convocados  Clero  ni  Grandeza,  ni 
resueltas  las  dudas  que  sobre  esto  fueron  suscitadas. 
¡Qué  desgracia  luchar  para  hacer  el  bien,  y  no  poderlo 
hacer!  Estoy  muy  afanado,  y  no  tengo  tiempo  sinó  para 
saludar  á  la  amable  My  Lad}^,  y  ofrecerme  de  Vm. 
affmo. 

Jovellanos. 


[H_LXVII] 

26  Diciembre  1809.  Ampthill  Park. 

Querido  y  respetado  amigo  mió: 

Recibí  una  muy  apreciable  carta  de  Vm.  algunos 
dias  ha,  pero  las  noticias  que  traía,  eran  tan  opuestas 
á  las  que  hubiera  deseado  mi  afición  por  España,  que 
á  penas  tengo  bastante  firmeza  para  responderla.— La 
derrota  del  Exército  de  la  Mancha,  la  poca  fortuna  de 
Blake,  y  la  demasiada  verosimilitud  de  la  caída  de  Ge- 
rona, me  espantan,  y  no  me  dejan  lugar  de  esperar.  No 
puedo  disimular  que  desde  la  paz  de  Austria,  y  el  poco 
partido  que  se  sacó  de  aquella  grandísima  diversión, 
no  me  atrevía  á  escuchar  mas  esperanzas,  pero  en  todo 
yba  lisonjeándome  que  no  caería  la  causa  de  España 
antes  de  la  celebración  de  las  Córtes,  y  del  congreso 
de  tan  poderosa  y  constante  nación  no  podía  sinó  es- 
perar algún  provecho;  pero  van  minorándose  y  desapa- 
reciendo aún  mis  más  agradables  ilusiones,  y  no  veo 
sinó  el  triunfo  del  despotismo  en  la  forma  más  terrible 
para  los  habitantes,  y  más  vergonzosa  para  la  gloria 


452 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  ese  país,  que  á  pesar  de  todas  las  desgracias,  no  pue- 
do ni  podré  jamás  contemplar  sinó  como  á  una  segunda 
pátria. 

Ya  habrán  disipado  su  amable  inquietud,  las  noti- 
cias del  buen  parto  de  Milady.  Está  ya  tan  buena,  que* 
estamos  haciendo  una  vuelta  en  el  campo,  y  estoy  ya 
dos  dias  ha  en  la  casa  de  un  tío  mío  Lord  Opay,  casa 
(y  park)  vedado,  que  servían  años  ha  de  asylo,  á  la  po- 
bre Catalina,  Reyna  de  nuestro  Henrique  8.^°,  y  Infan- 
ta de  España. — Puso  una  cruz  mi  tío  en  que  se  lée  una 
inscripción  escrita  por  Horace  Walpole,  L.^  Oxford. 
Los  versos,  no  son  malos,  aunque  entre  Vms.  no  pasa- 
rían por  muy  católicos. 

El  lugar,  es  hermosísimo,  y  que  tal  vez  estimo  más 
por  haber  sido  la  escena  de  mi  niñez  y  juventud. 

La  Señora  está  muy  buena,  y  me  pide  le  envíe  mil 
memorias.  No  volveremos  á  Londres  por  un  ratico,  ha- 
biendo de  pasar  algunos  días  con  el  Duque  de  

(Sin  terminar.) 
Las  cartas  p  LXVIII  y  q  LXIX,  y  r  LXX,  perdidas. 


[J_XCV] 

Sevilla^  23  de  Enero  1810. 

595  Mi  muy  amado  Lord:  antes  de  dejar  esta  mi 
amada  Sevilla,  de  donde  no  saldré  sinó  con  grave  do- 
lor, quiero  poner  á  Vm.  dos  letras  para  pintarle  la  si- 
tuación en  que  nos  hallamos.  Ella  es  por  cierto  bien 
triste,  y  creo  que  dará  no  poca  pena  á  Vm.  que  tanto 
nos  ama;  pero  no  sería  desesperada,  si  se  empleasen 
bien  los  recursos  que  aún  nos  restan.  El  enemigo,  ha 
penetrado  por  el  Puerto  del  Rey,  pero  no  estamos  aún 
enterados,  de  si  nuestro  egército  se  ha  retirado  ó  dis- 
persado. Si  lo  primero,  habrá  sido  sobre  Jaén,  desde 


ENERO  1810 


453 


donde  flanqueando  ó  persiguiendo  al  enemigo,  podrá 
no  solo  detenerle,  sinó  ir  menguando  la  fuerza  con  que 
debe  dejar  cubierta  su  espalda.  Alburquerque,  que 
tiene  ya  sus  avanzadas  en  Guadalcanal ,  flanqueará  su 
derecha,  y  Coupigni  ha  salido  á  cubrir  el  paso  de  Car- 
mona.  Entretanto,  Parque,  habrá  pasado  el  Tajo,  y  se 
adelanta  por  Extremadura,  y  si  es  cierto,  como  ayer 
se  dijo,  que  Wellesley  avanza  hacia  Castilla,  puede 
hacer  allí  grandes  ventajas,  porque  al  ñn  unido  á  Be- 
resford,  3^  á  García,  que  está  con  10.000  hombres  en 
Astorga  y  ayudado  de  la  pequeña  división  que  ha  que- 
dado  en  Astúrias  (pues  lo  demás,  con  Ballesteros,  está 
en  el  egército  de  Parque)  puede  hacer  una  fuerza  de 
más  de  50.000  hombres,  de  más  confianza  que  los  que 
lidiaron  en  Ocaña.  Tal  es  nuestro  estado:  y  ¿lo  creerá 
Vm.,  mi  querido  Lord?  entre  tantas  otras  razones,  ¿no 
es  harto  doloroso  por  el  estorbo  que  ofrece  á  la  reunión 
de  las  Córtes?  Porque,  ¿qué  sosiego  habrá  en  los  pue- 
blos para  hacer  las  elecciones?  ¿qué  confianza  en  los 
elegidos  para  venir  á  reunirse?  ¿qué  sosiego  en  el  go- 
bierno para  volver  toda  su  atención  á  un  acto  tan  im- 
portante? He  aquí  lo  que  me  aflige  muy  íntimamente, 
y  lo  que  sólo  una  particular  providencia  puede  reme- 
diar. 

506  Desde  el  20  han  empezado  á  salir  para  la  Isla 
los  vocales  de  la  Junta:  á  la  hora  de  esta,  habrán  par- 
tido de  12  á  14.  Yo  partiré  con  Pachin  mañana,  embar- 
cado. De  aUá  escribiré  á  Vm.  lo  que  ocurra.  Entretanto 
salude  Vm.  á  la  amable  My  Lady  y  compañía,  y  man- 
de á  su  mas  tierno  amigo 

'  J.  Ll. 

507  P.  D.  Allá  va  el  Elogio  de  Floridablanca  que 
creo  no  ha  visto  Vm.  Aún  no  se  ha  repartido  sinó  á  la 
Junta. 

505  Esta  carta,  es  la  última  que  escribió  Jovellanos  (la  víspera 
de  su  marcha,  ó  pocas  horas  antes)  en  Sevilla,  á  donde  no  había 


454 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  volver  más,  pues  salió  al  amanecer  del  24  por  el  Guadalquivir 
(Mentor,  en  def.  de  la  J.  C,  part.  1  —  art.  2,  §  122.) 

La  situación,  se  agravaba.  Los  franceses,  penetraron  por  el 
Puerto  del  Rey  (20  Enero  1810)  en  Sierra  Morena  (Ciudad  Real  á 
Jaén)  para  caer  á  Las  Navas.  Nuestras  tropas  huyeron  á  la  des- 
bandada. ¿Cómo  tras  aquella  tremenda  derrota,  soñaba  aún  el 
divino  Cornel  con  un  egército  de  50.000  hombres,  obrando  en 
combinación  Alburquerque,  Coupigny,  Parque,  Ballesteros,  Gar_ 
cía-Velasco,  Wellesley  y  Beresford?  Porque,  ó  el  ministro  de  la 
Guerra  deliraba,  ó  semejantes  remedios,  parto  de  una  improvisa- 
ción enfermiza,  debían  ser  infundios  de  Cornel,  que  (para  quitár- 
selo de  delante)  le  endosaría  ^Pachin;  y  éste,  sin  hacerse  cargo  de 
que  en  mejores  circunstancias  no  había  podido  acudirse  en  auxi- 
lio de  Zaragoza,  y  Gerona,  Ciudad  Rodrigo,  y  Astorga,  creía  cári- 
didamente  que  iban  ahora  á  prestárselo  á  ellos  tan  dispersas 
tropas.  ¡Y  de  quién  lo  esperaban,  gran  Dios!  ide  los  ingleses!  ¡De 
los  ingleses,  que  nos  abandonaron  después  de  la  victoria  de  Tala- 
vera!  ¡y  contaban  con  ellos,  cuando  ántes  de  trece  dias,  el  Maris- 
cal Víctor  iba  á  hacer  tronar  el  cañón  ante  los  muros  de  Cádiz! 

Porque  Víctor  venía  en  seguimiento  del  Duque  de  Alburquer- 
que, que  logró  entrar  en  Cádiz  con  una  división  de  7.000  hombres 
el  4  de  Febrero  de  1810.  Al  siguiente,  5  Febrero,  Víctor  bloqueaba 
á  Cádiz. 

Afirma  Jovellanos  (§  505)  que  Garda-  Velasco  estaba  con  diesr 
mil  hombres  en  Astorga.  Malos  y  erróneos  informes  eran:  por- 
que quien  ocupaba  y  defendía  á  Astorga,  era  el  coronel  (ya  bri- 
gadier) Don  José  María  Santocildes,  que  también  la  había  defen- 
dido en  el  primer  sitio  de  1809.  El  11  de  Febrero  de  1810,  estaba 
frente  á  ella  el  General  Loison;  y  Santocildes,  sólo  contaba  para 
su  defensa  con  2  700  hombres.— García-Velasco,  con  la  cuarta  di- 
visión del  egército  de  la  Izquierda,  acantonada  en  El  Bierzo,  y 
con  fuerzas  desmembradas  en  Astorga,  Puebla  de  Sanabria,  y 
Lugo,  sólo  contaba  con  una  fuerza  de  dos  mil  hombres  disponi-^ 
bles,  y  esos,  en  un  estado  miserable.  (Arteche:  /.  c,  t.  viii,  147.) 

Esto  prueba,  que  los  datos  y  noticias  que  llegaban  al  Ministe- 
rio de  la  Guerra,  y  que  facilitaba  á  Lord  Holland  el  crédulo  Pa- 
chin^  de  todo  tenían,  ménos  de  ciertos  y  seguros.  Y  casi  estamos 
por  alegrarnos  de  que  así  sucediera.  Porque  recabar  noticias  del 
departamento  de  Guerra,  y  en  campaña,  para  remitírselas  sin 


FEBRERO  J810 


455 


perder  minuto  á  un  extranjero  (por  muy  adicto  que  fuera  á  nues- 
tra causa),  es  cosa  que  prueba  más  temeridad  que  buen  sentido,  y 
más  torpeza  que  prudencia,  precisamente  en  un  sugeto,  que  por 
su  alta  graduación  en  la  milicia,  debiera  pescar  al  vuelo  la  gra- 
vedad de  semejante  proceder,  y  el  alcance  de  la  responsabilidad 
en  que  incurría. 

Incomprensible  nos  parece,  por  otra  parte,  en  el  clarísimo  ta- 
lento de  Jovellanos,  que  pudiese  imaginar  que  España  en  la  tre- 
menda crisis  por  que  atravesaba  (cuando  sin  recursos  ni  hombres 
veía  peligrar  su  nacionalidad)  iba  á  preocuparse  ni  poco,  ni  mu- 
cho, ni  nada,  en  congregar  Córtes,  decretar  libertades,  y  hacer 
ensayos  democráticos.— Un  país  monárquico,  absolutista,  ageno  y 
extraño  á  toda  clase  de  elección  popular,  á  toda  forma  parlamen- 
taria, y  á  toda  deliberación  serena,  no  podía  comprender  ni  al- 
canzar la  necesidad  urgente  de  tan  radicales  reformas,  cuando 
en  todo  el  territorio  ardía  la  guerra,  y  sembraba  su  suelo  de  luto, 
sangre,  ruinas  y  desastres. 

Pase  porque  Mister  Alien,  preceptor  y  docto  filósofo,  nacido  y 
criado  en  un  pais  parlamentario  por  excelencia,  sintiese  el  pru" 
rito  de  la  propaganda,  y  la  creyese  fácil  y  hacedera  en  un  pueblo 
ineducado  y  semisalvaje,  dominado  por  el  despotismo  monárqui- 
co, y  el  fanatismo  teocrático.  Pero  en  manera  alguna  podía  esca- 
parse á  la  penetración  de  Jovellanos,  que  no  eran  aquellos  los  mo- 
mentos hábiles  para  su  realización.  Las  intrigas  que  se  urdían  á 
su  alrededor,  y  de  las  cuales  fuera  víctima  propiciatoria,  pudie- 
ran convencerle  de  que  había  en  Sevilla  más  exaltación  y  patrio- 
tismo retórico^  que  no  grandeza  de  alma  para  callar  y  obrar ^  cual 
lo  exigía  el  deber,  y  lo  pedía  la  dolorosa  situación  de  la  pátria. 

Á  verlo  vamos  en  la  estupenda  y  grandiosa  carta  que  sigue  á 
la  presente. 

[J_XCVI] 

Real  Isla  de  Leon^  2  de  Febrero  1810. 

508  Todo  lo  hemos  perdido,  mi  muy  querido  Lord; 
estado,  honor,  patria,  existencia,  todo  lo  hemos  perdi- 
do. Los  pronósticos  de  Vm.  están  cumplidos,  aún  antes. 


456 


CARTAS  DE  JÜVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  tiempo,  porque  los  Franceses  doblaron  la  Sierra, 
aún  sin  la  presencia  y  refuerzos  de  su  Emperador.  Ya 
los  tiene  Vm.  en  torno  de  Sevilla,  y  aunque  en  corto 
número,  el  terror  los  precede,  y  el  abatimiento  los  es- 
pera, acompaña  y  sigue.  Y  lo  que  no  se  puede  decir 
sin  lágrimas,  entretanto,  los  facciosos,  tal  vez  agita- 
dos por  ellos,  rasgan  el  corazón  de  la  patria  y  la  inha- 
bilitan para  la  defensa,  y  los  que  con  tan  buen  celo 
como  poca  fortuna  la  hemos  defendido,  nos  hallamos 
perseguidos,  escarnecidos,  y  hechos  la  execración  de 
los  pueblos  y  la  risa  de  los  malvados.  Vm.  deseará,  y 
debe  saber,  cómo  se  ha  obrado  tan  extraña  transfor- 
mación. 

509  Quando  nadie  hablaba  de  Regencia,  cuyo  nom- 
bre y  idea  se  había  hecho  odioso  en  la  Junta,  el  peque- 
ño Palafox  la  reclamó  en  un  escrito  harto  atrevido, 
que  hizo  después  circular  por  las  provincias,  y  al  mis- 
mo tiempo,  el  Consejo  que  ántes  la  propusiera,  la  vol- 
vió á  pedir  en  otra  consulta  en  que  atribuía  todos  los 
males  y  desórdenes  de  la  administración  púbUca  á  las 
Juntas  provinciales,  sus  naturales  enemigas.  De  ésta, 
se  esparcieron  también  copias  por  todas  partes,  las 
quales  produjeron  un  clamor  general  de  las  Juntas  con- 
tra el  Consejo  y  contra  la  idea  de  Regencia.  En  esta 
situación,  leyó  Romana  en  la  Junta  su  famoso  papel, 
que,  aunque  oído  con  enojo  y  escándalo,  quedó  sin  sa- 
tisfacción ni  respuesta,  por  la  debilidad  en  que  había 
caído  nuestro  cuerpo.  Entonces,  los  bien  intenciona- 
dos, no  pudiendo  acordar  una  Regencia,  buscaron  un 
medio  de  reconcentrar  el  gobierno  ejecutivo,  que,  á 
duras  penas,  se  aprobó.  Formé  yo  el  plan  para  una 
comisión  ejecutiva,  que  fué  desechado,  sólo  porque  re- 
concentraba en  ella  todo  el  poder  que  le  pertenecía, 
separándole  de  la  Junta.  Formóse  otro  plan  embrolla- 
do, con  concurrencia  de  Romana,  y  ahora  me  acuerdo 
que  ésta  fué  la  ocasión  en  que  presentó  su  papel.  For- 
móse la  comisión,  y  la  Junta,  fué  bastante  generosa 
para  no  excluir  de  ella  al  hombre  que  tanto  la  había 
injuriado,  y  que  tal  vez  buscaba  por  tan  vil  medio,  la 


FEBRERO  1810 


457 


reparación  de  su  opinión  ya  vacilante.  En  todas  estas 
cosas,  tuvo  gran  parte  el  M,  W.  (Marqués  de  Welles- 
ley)  que  siempre  se  mostró  ansioso  de  la  formación  de 
la  Regencia,  y  quedó  poco  contento  con  la  comisión  y 
con  la  Junta.  Pero  si  ésta  fué  generosa  con  Romana, 
un  partido  de  necios,  ó  embrollones,  sin  pensar  que 
labraban  su  ruina,  se  empeñó  en  excluir  de  la  comisión 
á  quantos  habían  opinado  por  las  Córtes;  y  lo  fueron, 
con  grande  estudio,  Valdés,  Garay,  Camposagrado,  y 
quantos  habian  mostrado  ideas  más  moderadas  y  ge- 
nerosas en  el  decreto  de  convocación  de  Córtes  para 
el  Marzo,  que  se  acordó  quando  la  comisión.  Desde  en- 
tónces,  ésta  sola,  acordó  quanto  fué  relativo  á  la  gue- 
rra, y  los  sucesos  de  ella,  son  la  medida  de  sus  provi- 
dencias. La  derrota  de  Ocaña  perdió  la  pátria,  abrien- 
.  do  el  paso  á  la  Andalucía:  no  porque  Galicia,  Astúrias, 
Valencia,  Murcia  y  las  provincias  mismas  mal  ocupa- 
das del  enemigo  no  sean  capaces  de  prolongar  la  gue- 
rra, hasta  que  llegue  un  momento  para  su  salvación, 
sinó  porque  el  temor  vuela  por  todas  partes;  y  estas 
provincias,  en  que  el  pueblo  compuesto  de  jornaleros 
«s  miserable  y  indiferente,  y  sin  espíritu  de  pátria, 
y  los  ricos,  tienen  todo  el  egoismo  de  la  fortuna;  ni 
saben,  ni  quieren  defenderse. 

510  Mientras  esto  pasaba,  se  acercaba  el  plazo  se- 
ñalado á  las  Córtes,  y  la  Junta,  dudosa  ya  de  la  segu- 
ridad de  ellas  en  lo  interior,  las  fijó  en  esta  Isla,  y  para 
ella  las  convocó  desde  1."*  de  Enero:  mas  no  bien  se 
supo  que  los  Franceses  habían  penetrado  por  Despe- 
ñaperros,  los  débiles,  empezaron  á  clamar  por  la  tras- 
lación de  la  Junta.  Propúsose  que  se  hiciese  de  los  que 
no  pertenecían  á  las  comisiones  ejecutivas  y  de  Córtes; 
pero  no  fué  aceptado.  Señalóse  para  la  traslación,  el 
20  de  Enero,  asegurando  en  el  decreto  que  continuaría 
siempre  el  despacho  de  los  negocios,  en  Sevilla:  salie- 
ron en  el  dia  señalado  los  débileS;  y  los  demás,  sabien- 
do que  la  comisión  ejecutiva  iba  á  partir  también,  par- 
timos igualmente  en  la  noche  del  23^  teniendo  estas 
salidas  (contra  el  dictámen  de  los  buenos)  todo  el  aire 


458 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  fuga,  porque  tal  era  el  temor  que  inspiraban  los 
susurros  del  pueblo,  á  los  que  habían  dado  tan  grande 
ocasión  á  ellos. 

511  Adviértase  que  Montijo,  y  Palafox,  se  hallaban 
entonces  arrestados,  y  que  la  comisión  ejecutiva  tuvo 
la  imprudencia  de  no  anticipar  su  traslación  á  lugar 
menos  peligroso.  El  arresto,  era  muy  justo,  y  yo,  aun- 
que por  la  memoria  de  su  venerable  madre,  hice  quanto 
pude  porque  no  lo  fuese  el  primero,  no  puedo  dejar  de 
conocer  que  era  necesario.  Está  probado,  que  fué  autor 
de  un  motín  en  Granada  para  que  el  pueblo  le  nombra- 
se, como  le  nombró,  capitán  general:  y  á  su  primo, 
arrestado  por  la  comisión  ejecutiva,  se  probó,  que  tenía 
tramada  una  conspiración  para  apoderarse  de  toda  la 
Junta  y  hacerse  Regente  con  otros,  que  no  sé  quiénes 
fuesen,  aunque  creo  que  Cuesta  y  Eguía.  Un  partido  de 
estos  presos,  que  siempre  nos  rodeó,  y  nuestra  mala 
policía  nunca  pudo  atrapar,  sublevó  al  pueblo  en  la  ma- 
ñana del  24,  se  agolpó  en  la  Junta  de  Sevilla,  pidió  la 
soltura  de  Montijo,  y  la  verificó  ántes  que  se  resolvie- 
se: pidióse,  y  se  accedió  á  la  de  Palafox;  ambos  fueron 
agregados  á  la  Junta  de  Sevilla,  ámbos  pidieron  la  for- 
mación de  la  Regencia,  nombrándose  uno  á  otro:  ámbos 
hicieron  proclamar  á  Romana,  que  nombrado  Capitán 
General  de  Valencia,  y  diciendo  siempre  que  iba  á  par- 
tir, y  asegurando  después  que  vendría  con  la  Comisión 
ejecutiva,  se  halló,  sin  embargo,  en  la  escena,  fué  en 
ella  aclamado  y  propuesto  para  la  Regencia,  y  aunque 
la  Junta  de  Sevilla  no  accedió  á  la  idea,  fué  admitido  en 
su  gremio  y  nombrado,  con  otros,  para  una  comisión 
militar  independiente,  y  general  del  egército  de  Cas- 
tilla para  derribar  á  Parque,  á  quien  él,  los  (Wellesley), 
y  los  franceses,  hacían  la  guerra  de  mucho  ántes;  acaso 
porque  el  carácter  firme  y  decidido  de  este  General, 
no  les  convenía. 

512  Entretanto,  Montijo,  mandando  por  sí  mismo, 
despachaba  órdenes  y  emisarios  al  camino,  para  esci- 
tar los  pueblos  y  los  magistrados,  contra  los  individuos 
de  la  Junta:  fueron  arrestados  en  Xeréz,  el  Presidente, 


FEBRERO  1810 


459 


Vice-Presidente  y  Ovalle,  y  encerrados  en  la  Cartuja 
para  evitar  la  muerte;  y  los  que  veníamos  por  el  río, 
hallamos  en  la  tierra  no  poco  peligro  y  detestación.  Los 
diarios  de  Sevilla,  vendidos  á  los  facciosos,  derrama- 
ban las  calumnias  por  todas  partes:  que  habíamos 
abierto  la  Sierra  á  los  Franceses:  que  nos  habíamos  en- 
riquecido con  los  caudales  de  América:  que  tratába- 
mos de  entregar  la  nación  al  tirano,  que   pero  es- 
tos papeles  ya  habrán  pasado  el  mar,  porque  en  todos 
estos  sucesos,  han  tenido  gran  parte  algunos  que  andan 
aquí  mal  escondidos. 

513  En  tal  conflicto,  puestos  ya  en  libertad  los  arres- 
tados, y  reunidos  todos  aquí,  tomamos  la  única  resolu- 
ción que  las  circunstancias  aconsejaban  y  permitían. 
Después  de  acordar  solemnemente  el  nombramiento  de 
una  Regencia  en  la  qual  ninguno  de  nosotros  entrase, 
fueron  nombrados  para  ella  el  Obispo  de  Orense,  Cas- 
taños, Saavedra,  Escaño,  y  el  Consejero  de  Indias  Don 
Estéban  Fernandez  de  León;  y  ya  instalados,  la  Junta, 
depositó  en  ellos  toda  su  autoridad  y  se  disolvió,  sin 
haber  reservado  para  sus  individuos  ningún  sueldo, 
ni  otra  seguridad,  que  la  de  sus  conciencias.  Castaños, 
está  aquí,  es  Capitán  General  de  Andalucía,  y  su  auto- 
ridad es  la  única  protección  que  tienen  nuestras  vidas. 

514.  Yo  no  temo  por  la  mía;  pero  veo  una  triste 
perspectiva  delante  de  mis  ojos,  y  el  partido  mismo 
que  he  tomado,  la  hace  más  triste.  Pudiera  muy  bien 
quedarme  al  lado  del  nuevo  Gobierno,  como  Consejero 
de  Estado  que  soy:  acaso  lo  hará  algún  otro;  pero  en 
la  desgracia  de  mis  hermanos,  no  se  acomoda  mi  cora- 
zón á  tomar  el  partido  de  la  conveniencia.  He  pedido  á 
la  Regencia  mi  jubilación  de  la  plaza  de  Estado,  ó  por 
lo  ménos,  una  Hcencia  para  volver  á  Astúrias,  y  voy  á 
embarcarme  para  allí  con  mi  amado  y  digno  Pachin, 
y  su  esposa,  que  está  aquí,  y  esto  será  de  un  día  á  otro, 
y  tal  vez  mañana.  Pero  la  conñanza  de  la  amistad  no 
debe  ser  á  medias,  y  yo  debo  abrir  á  Vm.  el  estado  de 
mi  triste  situación.  Perdido  un  equipage  en  Barcelona, 
otro  en  Madrid,  y  el  otro  parte  extraviado  en  el  barco, 


4b0 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


y  parte  dejado  en  Sevilla,  y  saqueada  por  los  France- 
ses mi  casa  de  Gijon,  no  me  queda  otro  recurso  para 
vivir  que  el  pequeño  y  destruido  mayorazgo  que  tengo 
allí.  Si  pudiese  gozarle,  basta  y  sobra,  para  existir  es- 
condido en  aquel  rincón,  y  pasar  de  él  al  sepulcro.  Pero 
temo  que  aún  este  recurso  me  falte.  Ya  corren  voces 
de  que  los  Franceses  amenazan  á  Asturias:  aquel  país, 
envió  12.000  hombres  con  Ballesteros,  y  los  quatro  ó 
seis  mil  que  le  quedan,  están  hambrientos  y  desnudos. 
Todos  nuestros  egércitos  se  han  alejado  de  Castilla,  y 
Romana  es  probable  que  no  los  acerque.  El  de  Albur- 
querque,  viene  á  encerrarse  en  Cádiz,  y  los  restos  de 
Areyzaga,  que  quieren  que  mande  Blake,  en  la  Sierra 
de  Ronda.  Es  pues,  de  temer,  que  al  llegar  á  Astúrias 
no  halle  donde  poner  el  pié,  y  entónces,  heme  aquí  redu- 
cido á  una  absoluta  mendiguéz;  porque  toda  mi  fortuna 
en  el  día,  no  llega  á  cien  doblones.  Si  este  caso  llegare, 
la  amistad  me  dará  un  asilo.  No  le  pido;  le  buscaré 
seguro  de  encontrarle.  Iré  á  Lóndres,  si  algún  buque 
inglés  me  lleva  por  caridad,  volaré  á  Holland  House, 
y  todo  mi  cuidado,  será  no  hacerme  gravoso  á  mis  ca- 
ros patronos.  Mi  deseo,  es  morir  en  tierra  de  España: 
les  pediré  que  me  lleven  á  Canarias,  ó  á  algún  lugar  de 
América^  donde  pueda  depositar  mis  huesos;  porque 
de  vivir,  ya  no  se  debe  tratar.  Y,  ¿lo  creerá  Vm.?  nada 
de  quanto  veo  delante  de  mis  ojos  me  aflige:  aflígeme 
esta  pátria  ingrata,  que  á  la  edad  de  67  años,  después 
de  43  de  buenos  servicios,  y  de  haber  trabajado  por  su 
libertad  con  tanto  celo  y  desinterés,  me  confunde  en 
su  proscripción  y  su  desprecio,  sin  consideración  ni 
miramiento  alguno,  con  los  que  no  la  han  hecho  tanto 
bién.  Pero  me  aflige,  sobre  todo,  que  cuando  iba  á  con- 
gregarse la  nación,  y  coronarse  la  grande  obra  en  que 
tanto  he  sudado,  tantas  contradicciones  he  vencido,  y 
tanto  

(La  conclusión  no  se  halla  en  la  carta  original.) 


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461 


511-512  Ampliando  nuestra  nota  335  a,  diremos,  que  el  Conde 
del  Montijo  (cuya  madre,  Doña  María  Francisca,  fué  leal  amiga 
de  Jovellanos),  perpétuo  conspirador,  y  ejemplar  típico  de  los  mi- 
litares de  pronunciamiento  (con  mayor  anterioridad  que  Riego), 
empezó  á  figurar  en  el  motin  de  Aranjuez,  según  consigna  en  sus 
Recuerdos  (pág.  210)  Alcalá  Galiano. 

"Este  personage  (agrega)  había  figurado  mucho  en  las  cosas 
„de  nuestra  pátria,  acreditándose  de  ambicioso  é  inquieto,  pues 
„pasaba  por  cosa  averiguada,  que  en  19  de  Marzo  de  180S,  en 
„Aranjuez,  disfrazado  de  hombre  de  la  plebe,  y  llamándose  el 
Pedro,  había  capitaneado  la  sedición  que  derribó  al  Príncipe 
,.de  la  Paz,  y  por  consecuencia,  aunque  en  verdad  no  de  intento, 
„movió  á  Cárlos  IV  á  hacer  renuncia  de  la  Corona.  En  la  guefra 
„de  la  Independencia,  el  mismo  Conde  había  representado  algún 
„papel,  aunque  no  de  los  de  más  nota  ó  lustre,  siendo  á  veces  sol- 
„dado  valiente  en  el  campo,  y  nunca  general,  y  soliendo  en  las 
«ciudades,  trazar  ó  dirigir  alborotos^  cuyo  objeto  era  apoderar- 
„se  él  del  mando,  6  dársele  á  alguno  de  sus  amigos.,, 

Poco  después,  en  30  de  Mayo  de  1808,  vuelve  á  sonar  su  nom- 
bre con  motivo  de  la  pavorosa  tragedia  gaditana  (Alcalá  Galia- 
no: ob.  d.  I  Castro,  ob.  d.,  pág.  9):  "Achácase,  en  parte,  al  Conde 
„del  Montijo,  el  tumulto  y  la  muerte  violenta  dada  al  General 
„Solano,  marqués  del  Socorro,  en  Cádiz,  el  dia  30  de  Mayo  de 
,,1808,  por  más  que  de  ella  se  vindicara  el  Conde,  en  el  folleto 

„cuyo  título  es:  X  Manifiesto  de  lo  que  no  ha  hecho  el  Conde 

,^del  Montijo^  escrito  para  desengaño  y  confusión  de  los  que  de 
„buena  ó  mala  fé,  le  dicen  aútor  de  sediciones  que  no  ha  hecho  ni 
„podido  hacer.— Cádiz:  1810.,, 

El  carácter  frivolo  y  petulante  de  Montijo,  se  reñeja  bien  en 
la  carta  que  dirigió  á  los  Sres.  Saavedra,  y  Jovellanos  (11  Di- 
ciembre de  1808),  cuando  los  individuos  de  la  Central  se  encami- 
naban  á  Sevilla  (vid.  Amarguras  de  Jovellanos^  pág.  165,  396.) 

El  16  de  Abril  de  1809,  fraguó  una  conspiración  en  Granada,  á 
donde  se  trasladó,  dirigida  á  entorpecer  la  acción  de  la  Junta 
Central,  y  á  la  vez,  para  que  le  nombrasen  Capitán  General;  la 
cual,  oportunamente  descubierta,  se  le  mandó  que  saliese  á  la 
sordina  de  la  ciudad.  (Toreno:  oh,  d.,  2  — ix  — 254.) 

En  sus  persecuciones  y  vagancias,  pasó  de  Sevilla  á  San  Lú- 
car  de  Barrameda,  y  de  aquí,  á  Badajóz,  dónde,  haciéndose  eco 


462 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  las  intrigas  de  la  Junta  Extremeña,  conspiraba  de  nuevo  con- 
tra la  Central  ^.Toreno:  2—- x  — 357).  Mandó  ésta  prenderle,  y  se 
refugió  en  Portugal.  De  aquí,  fué  acercándose  cautelosamente  á 
España,  pero  La  Romana,  que  no  le  perdía  de  vista,  dió  nueva 
órden  de  prisión  contra  él  (Toreno:  2  —  x  —  383),  y  sorprendido  y 
preso  en  Volver  de  del  Camino  (25  Mayo  1809j,  fué  trasladado  más 
tarde  á  la  Inquisición  de  Sevilla,  desde  donde,  fiel  á  su  tenden- 
cia conspiradora,  seguía  sus  manejos,  ora,  en  unión  de  su  primo 
Francisco  Palafox  (arrestado  por  La  Romana  en  La  Cartuja  de 
Sevilla,  á  fines  de  1809),  de  su  pariente  Contamina,  y  aún  del  Ge- 
neral Eguía. 

El  24  de  Enero  de  1810,  los  sacó  de  la  prisión  el  motin  sevilla- 
no (Toreno:  2  —  xi  —403);  y  es  lo  singular  del  caso,  que,  á  pesar 
de  la  ojeriza  que  sentían  contra  La  Romana,  presidente  de  la 
Comisión  Ejecutiva,  después  de  nombrarse  mutuamente  Regen- 
tes, Montijo,  y  su  primo  Palafox,  designaran  para  igual  cargo,  á 
La  Romana,  medida  que  no  prevaleció,  por  considerarse  dema- 
siado rebajados  los  otros  junteros  sevillanos.  Fueron  éstos,  pri- 
mitivamente, Don  Francisco  Saavedra,  General  Eguía,  y  los 
tres  antecitados,  Montijo,  Palafox,  y  Romana.  Mas  esta  junta,  de 
vicioso  origen,  quedó  anulada  por  otra  militar  que  fué  la  que 
realmente  mandó  los  pocos  días  de  su  duración,  pues  los  france- 
ses entraron  en  Sevilla  á  la  siguiente  semana,  ó  sea  el  1.°  de  Fe- 
brero de  1809,  á  las  tres  de  la  tarde. 

La  veleidad  de  Montijo,  se  caracteriza  en  todas  las  épocas 
de  su  vida;  y  así  le  vemos  en  1814,  declarar  contra  los  diputados 
constitucionales  de  Cádiz;  como  le  vemos,  en  1816,  conspirando 
contra  la  Monarquía,  desde  el  eminente  puesto,  que  tanto  ambi- 
cionó, de  la  Capitanía  General  de  Granada.  En  tales  términos  lo 
encontramos  consignado  por  Alcalá  Galiano,  á  la  conclusión  del 
párrafo  inicial  de  la  presente  nota  (pág.  210): 

"Restablecido  Fernando  VII  en  el  trono  (1814),  y  presos  y  en- 
„causados  los  de  superior  renombre  entre  los  diputados  á  Córtes, 
„ apareció  con  general  admiración  declarando  contra  ellos,  para 
«contribuir  á  su  condenación,  el  Conde  del  Montijo,  acción  tanto 
„más  extraña,  cuanto  que  él,  por  su  vida  anterior  y  opiniones  co- 
„nocidas,  más  parecía  de  las  opiniones  de  los  constitucionales, 
„que  de  las  contrarias;  y  por  otra  parte,  cuanto  que,  ausente  casi 
^siempre  del  lugar  en  que  celebraban  sus  sesiones  las  Córtes, 


FEBRERO  1810 


463 


i,poco  podía  saber  de  ellas,  sinó  por  rumores  vagos.  Pero  como 
„no  era  en  él  costumbre,  ni  perseverar  en  un  sistema,  ni  dejar 
„que  no  hablase  de  él  la  voz  pública,  ello  es  que,  llegando  á  Gra- 
„nada,  estableció  alli  la  Sociedad  secreta,  que  se  difundió  por 
,,toda  la  monarquía,  siendo  él,  General,  cabeza  del  cuerpo  cons- 
„pirador,  y  teniendo  igual  carácter  la  parte  de  la  Sociedad  de 
„que  era  inmediato  presidente.,, 

Y  de  tarambana  semejante,  decía  Holland  (H  —  50  —  5  Julio 
1809)  que  tenia  talento,  y  que  si  no  se  le  enteraba  de  su  proceso^ 
ni  se  le  acusaba  públicamente^  se  corría  el  riesgo  de  hacerle 
mártir.  Á  un  militar  en  campaña,  que  conspira  contra  el  poder 
ejecutivo,  se  le  aplica  inmediatamente  la  ley  marcial:  esto,  lo  sa- 
bía Holland.  Pero  como  el  partido  inglés,  representado  por  los 
Frere,  los  Wellesley,  Doyle,  y  otros,  alentaba  y  protegía  á  Mon- 
tijo,  de  aquí  la  falsa  creencia  del  Lord,  en  el  procedimiento  que 
con  aquél  se  debía  seguir. 

§  514  Sobre  los  trabajos  hechos  por  Jovellanos  para  la  convo- 
catoria á  Córtes,  puede  verse  lo  que  deja  dicho  en  los  párrafos 
precedentes  473,  479,  485,  488,  494,  499,  504,  505,  509,  510  y  513.- 
Aunque  no  expresa  las  fechas,  agregaremos,  que  la  Junta  Cen- 
tral se  disolvió  el  día  31  de  Enero  de  1810;  y  en  el  mismo,  tomó  la 
Regencia  posesión  de  su  cargo.  (Memor:  en  def.  de  la  J.  C.  P.  2, 
art.  2,  §  130.) 

En  los  apéndices  á  la  Memoria  en  def.  de  la  J.  Central^  se  in- 
sertan los  últimos  documentos  que  publicó,  á  saber: 

Apéndice  ZF//.— Proyecto  de  Reglamento  y  juramento  para  la 
Suprema  Regencia  (Isla  de  León,  29:  Ene- 
ro: 1810.) 

Apéndice  XF///.— Último  decreto  y  Reglamento  de  la  J.  Central 
sobre  la  celebración  de  las  Córtes  (Isla  de 
León,  29:  Enero:  1810.) 
Apéndice    Z/X— Último  edicto  de  la  Suprema  Junta  Central 

(Isla  de  León,  29:  Enero:  1810.) 
Apéndice      ZX— Despedida  de  la  Suprema  Junta  Central  (Isla 
de  León,  31:  Enero:  1810.) 
Todos  son  debidos  á  la  pluma  de  Jovellanos. 
Sobre  este  particular,  escribe  Arteche  (t.  viii,  75): 


464 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„  La  Junta  Central,  publicó  su  último  decreto  el  29  de  Ene^ 
„ro  de  1810  (es  el  Apéndice  XVIII)  acompañado  de  un  re^amen- 
„to,  minuciosa  instrucción  de  cuanto  debería  hacerse  para  las 
«convocatorias,  la  constitución  de  los  elegidos  en  los  dos  Esta- 
„mentos,  el  popular,  y  el  de  dignidades:  la  manera  de  suplir  la 
«representación  de  las  provincias  ocupadas  por  el  enemigo,  y  de 
„U1  tramar,  y  varios  otros  detalles;  cortapisas  que  la  Regencia 
«eludió  después,  no  dando  publicidad,  y  de  consiguiente,  validéz, 
„á  aquel  canto  de  cisne  de  la  Junta  Central. 
„  No  se  publicaron  en  Cádiz:  pero  el  decreto  corrió  impreso  en 
«algunas  provincias,  remitido  por  el  Marqués  de  las  Hormazas, 
„con  fecha  5  de  Febrero.,, 

¡Y  toda  la  gestación  du  grand  affaire,  trabajosamente  elabo- 
rada por  la  inteligencia,  la  pericia,  y  las  plumas  de  Mr.  Alien» 
Lord  Holland,  y  Jovellanos,  se  vino  al  suelo  en  menos  que  se  per- 
signa un  cura  loco!  Si  esto  fué  orgullo  de  los  Regentes,  maquina- 
ciones de  los  envidiosos  y  del  Consejo  de  Castilla,  ó  pasividad 
inerte  de  nuestra  raza,  agena  á  tales  primores  de  erudición  y 
buen  sentido,  díganlo  otros.  Pero  por  lo  ménos,  confirma  nuestro 
anterior  vaticinio  (J— 95,  nota),  de  que  Holland,  y  Alien,  se  equi- 
vocaban de  medio  á  medio,  al  imaginar  que  con  simples  decretos, 
podía  trasplantarse  á  nuestro  pais,  el  secular  sistema  parlamen- 
tario de  la  Gran  Bretaña.  Ni  aún  hoy,  transcurridos  cien  años  de 
aquellos  terribles  días,  puede  arraigar  en  nuestra  pátria,  lo  que 
no  tiene  arraigo  ni  en  el  carácter,  ni  en  las  costumbres,  ni  en  la 
incultura  nacional. 

Y  así  como  en  vísperas  de  Trafalgar,  decía  el  insigne  Nélson, 
que  había  que  dejar  su  parte  á  la  Fortuna^  de  igual  modo,  en  las- 
conmociones  populares,  y  en  los  movimientos  revolucionarios, 
hay  que  dejar  su  parte,  á  esa  fuerza  misteriosa  que  impulsa  y 
arrastra,  seduce,  derriba,  y  transforma,  sin  que  le  importe  nada 
el  derecho,  la  tradición,  la  fuerza,  y  los  reglamentos:  fermenta- 
ción de  algo  extraño  y  oculto  que  desprecian  los  rutinarios,  pero 
que  atropella  violentamente  por  todo,  como  las  aguas  de  un  río 
desbordado. 

En  la  fecha  de  esta  carta  (2  Febrero  1810)  ya  había  llegado 
Bonnet  á  Gijon  y  Oviedo,  pues  que  tenía  la  órden  de  la  ocupación 
de  Astúrias.  Las  escasas  fuerzas  con  que  contaba  esta  región 
para  su  defensa,  eran: 


FEBRERO  1810 


465 


4.000  hombres       (gefe:  Llano  Ponte). . .  en  Colómbres. 
2.000        id.         (gefe:  Antonio  Arce),  junto  á  Oviedo. 
1.000  peones  y  g.s  (gefe:  Porlier)  en  la  Cordillera. 

El  25  de  Enero  de  1810,  Bonnet,  con  6.000  hombres  atacó  la  línea 
de  Colómbres,  apoderándose  de  Puente-Puyón  después  de  reñida 
lid.  Llano-Ponte,  se  acogió  á  la  línea  del  Sella  (Cangas  de  Onís), 
después,  á  la  del  Piloña  (Infiesto),  y  por  último,  desmoralizadas 
sus  tropas,  se  retiró  á  la  izquierda  del  Nalón,  cruzándole  por  de- 
bajo de  Oviedo.— Arce,  dispuso,  que  una  fuerza  del  batallón  In- 
fante Don  Carlos^  300  dispersos,  y  dos  piezas,  se  situasen  en  Pola 
de  Siero.  Todo  lo  arrolló  Bonnet,  que  entró  en  Oviedo  el  30  de 
Enero  de  1810,  y  al  siguiente  día  (1  de  Febrero^  en  Gijón. 

Habla  también  Jovellanos  en  este  párrafo,  de  su  fortuna,  que 
en  dicha  fecha  (2  Febrero)  no  llegaba  á  cien  doblones  (8.000  rea" 
les);  y  conviene  recordar,  que  aquella  pudo  remediarse  con  el  ge- 
neroso préstamo  (12.000  reales)  de  su  fiel  mayordomo  Domingo 
García  de  la  Fuente,  á  quien  días  después  (25  Febrero  1810),  otor- 
gaba carta  de  donación  por  tan  laudable  desprendimiento,  (vid. 
Amarguras  de  Jovellanos^  pág.  404). 

Véase  más  atrás  la  nota  137. 


La  presente  carta,  es  en  nuestro  sentir,  la  más  culminante  de 
la  colección.  También  es  la  más  extensa,  y  más  lo  fuera,  si  pare- 
ciera su  final  grandilocuente,  compendio  y  cifra  de  quien,  sobre 
todos  los  dolores,  mira,  como  el  más  acerbo,  la  ingratitud  de  su 
patria,  la  injusticia  de  sus  contemporáneos,  el  atropello  hecho  á 
su  ancianidad  y  á  su  honradéz  por  una  turba  de  mercachifles  in- 
vestidos del  mando,  y  por  una  Regencia,  (¡oh  Saavedra!  ¡cuán 
triste  huella  dejas  en  el  alma  lacerada  de  tu  amigo!)  que  no  sabe 
imponer  su  voluntad  de  hierro  á  los  voceadores  de  la  plaza;  y  por 
último,  ve  menospreciada  la  obra  pasmosa  de  su  inteligencia;  y 
allá,  en  lontananza,  velada  por  la  niebla,  la  borrosa  silueta  del 
proscripto. 


De  los  cinco  individuos  que  formaron  la  Regencia,  excluimos 
al  Obispo  de  Orense,  que  no  había  llegado  aún  á  su  destino;  y  á 
Fernández  de  León,  que  fué  substituido  en  seguida.  Restaban 

30 


466 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Únicamente  Saavedra,  Castaños,  y  Escaño:  mas  no  ligaba  á  Jo- 
vellanos  amistad  alguna  con  los  dos  últimos;  de  modo  que  sólo 
Saavedra  podía  ser  su  intercesor  y^medianero.  De  él,  hace  cum- 
plido elogio  en  su  Memoria  (P.  2  —  a.  2  —  §  129):  pero  el  día  de  la 
instalación  de  la  Regencia  (noche  del  31  de  Enero  de  1810),  aún  no 
había  llegado  á  su  destino,  y  como  Jovellanos  salió  de  la  bahía 
de  Cádiz  el  26  de  Febrero,  ignoramos  lo  que  pudo  hacer  el  nuevo 
Regente  en  obsequio  de  los  representantes  asturianos. 

En  la  siguiente  carta,  son  dignas  de  especial  mención  las  frases 
que  dedica  á  la  Regencia  (§  515):  "la  nueva  Regencia,  ó  por  debi- 
„lidad,  ó  por  temporizar  con  la  nueva  Junta  de  Cádis,  ó  sinó 
„/>or  ingratitud,  á  lo  ménos,  por  una  estúpida  indiferencia  sobre 
«nuestra  suerte,  nada  hacía  ni  decía  en  favor  de  los  que  tan  acree- 
„dores  eran  al  desagravio,,. 

Más  adelante,  30  de  Agosto  de  1810  (§  543)  añade:  una  respues- 
ta que  espero  de  Saavedra^  decidirá  mi  partido  de  volver  á  Cá- 
diz. Sin  duda  no  llegó  la  respuesta,  ó  si  llegó,  fué  negativa.  Así 
parecen  darlo  á  entender,  en  otra  de  Diciembre,  (§  557),  las  tristes 
expresiones  que  se  le  escapan,  según  las  cuales,  ya  estaba  olvi- 
dado, pues  hacia  ocho  meses  que  no  le  pagaban,  y  dos,  que  no 
le  escribían. 

El  historiador  Toreno  (2  —  xi  —  420)  dedica  al  amigo  de  Jove- 
llanos las  siguientes  frases:  "En  el  libro  tercero,  tuvimos  ocasión 
„de  delinear  el  carácter  y  prendas  de  DonFrancisco  de  Saavedra, 
„hombre  dignísimo,  mas  de  cortoinjlujocomo  regente^  debilitada 
„su  cabeza  con  la  edad,  los  achaques  y  las  desgracias.,, 

Entre  los  retratos  existentes  en  la  casa  de  Jovellanos,  figuraba 
hasta  hace  poco,  el  de  Saavedra,  obra  magistral  del  pincel  de 
Go5^a.  Sus  propietarios,  le  enviaron  á  Madrid,  y  no  en  la  forma 
que  prudentemente  les  aconsejamos;  para  que,  siquiera  por  gra- 
titud, no  faltara  jamás  en  dicha  casa,  la  imagen  del  insigne  sevi- 
llano, que  compartió  con  Don  Gaspar,  en  1798,  las  amarguras  del 
poder. 


MARZO  1810 


467 


[J_XCVII] 

Muros  de  Noy  a  (sobre  Finisterrc],  S  de  Mar  20  ISIO. 

515   Como  yo  supongo,  mi  muy  amado  My  Lord, 
•que  Vm.  y  nuestra  amable  My  Lad\^  estarán  con  algu- 
na inquietud  acerca  de  mi  suerte,  no  quiero  perder  la 
ocasión  de  enterarlos  de  ella;  y  menos  ahora,  que  pa- 
rece haber  tocado  al  extremo  de  la  adversidad.  Sin 
duda  que  yo  había  nacido  para  pasar  en  ella  el  último 
trozo  de  mi  vida;  pues  tal  se  han  combinado  los  acon- 
tecimientos, que  no  han  podido  ser  para  mí  ni  más  re- 
petidos ni  más  desgraciados  que  en  esta  época.  Supongo 
á  Vm.  enterado  de  los  que  se  refieren  de  la  disolución 
de  nuestra  Junta,  por  mi  última  carta  escrita  en  la 
Isla  de  León  (J — 96),  y  dirigida  por  medio  del  señor 
Duff.  Á  pocos  dias,  nos  embarcamos  el  amable  Pachin 
y  yó  con  nuestras  familias,  en  la  fragata  de  S.  M.  Cor- 
nelia, que  debía  traer  los  pliegos  al  Señor  Obispo  de 
Orense,  y  llevarle  á  su  destino.  Entretanto  que  se  le 
daban  estos  pliegos,  pasamos  allí  tres  semanas  de  gran- 
de amargura,  no  solo  por  la  impaciencia  de  llegar  á 
nuestro  amado  país,  sinó  también  porque  sabíamos  de 
una  parte,  que  en  Cádiz  corrían  impunemente  las  gro- 
seras calumnias  que  los  enemigos  de  la  Junta  Central, 
difundían  indistintamente  contra  sus  individuos;  y  de 
otra,  que  la  nueva  Regencia,  ó  por  debilidad,  ó  por 
temporizar  con  la  nueva  Junta  de  Cádiz,  ó  sinó  por 
ingratitud,  á  lo  ménos  por  una  estúpida  indiferencia 
sobre  nuestra  suerte,  nada  hacía  ni  decía  en  favor  de 
los  que  tan  acreedores  eran  al  desagravio.  Faltaba  en 
esto,  no  solo  á  su  deber,  sino  también  á  sus  promesas^ 
como  Vm.  verá  por  las  copias  adjimtas.  Cansados, 
pues,  de  tanto  sufrir,  determinamos  Pachin  y  yó  dar 
ia  cara  y  defender  nuestra  opinión,  y  dirigimos  al  dia- 
rista de  Cádiz  el  cartel  de  desafío  de  que  también  en- 


468 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


vio  copia,  y  de  la  respuesta  que  se  nos  dió:  respuesta 
tan  justa  y  decorosa  de  parte  del  Gobernador,  como 
injusta  y  grosera  de  la  de  la  Junta.  Hubiéramos  repli- 
cado á  ésta,  si  cansados  de  la  tardanza,  y  sabiendo 
que  iba  á  dar  la  vela  para  el  puerto  de  Gijon  el  Ber- 
gantín Covadonga,  no  hubiésemos  resuelto  trasbor- 
darnos á  él  y  recibido  las  contestaciones  al  punto  mis- 
mo de  zarpar.  Era  esto  el  26  del  pasado,  al  ponerse  el 
sol.  Navegamos  con  viento  favorable,  y  calmas  alter- 
nadas hasta  montar  el  cabo  de  San  Vicente;  pero  allí, 
entrada  ya  la  luna  equinoccial,  y  soplando  con  furor  los 
vientos  del  tercer  quadrante,  hicieron  nuestra  navega- 
ción no  solo  molesta,  sinó  en  extremo  peligrosa  para 
un  buque  de  150  toneladas,  con  solo  ocho  hombres  de 
tripulación.  Fueron,  sobre  todo,  terribles  las  noches 
del  3,  4  y  5  del  corriente;  pero  en  esta  última,  después 
de  no  poder  aguantar  ningún  trapo,  y  quando  por 
nuestro  rumbo  nos  creíamos  10  leguas  á  la  mar  de  Fi- 
nisterre,  oimos  la  terrible  voz,  tierra^  tierra:  nos  per- 
demos: estamos  sobre  las  Islas  del  Oms.  Todos  nos 
creímos  náufragos,  y  (á)  esta  desgracia  era  inevita- 
ble, si  ya  entónces,  rayando  el  dia,  no  nos  hubiese  ad- 
vertido el  peligro.  Duró  sin  embargo  mucho  tiempo  la 
zozobra,  antes  que  pudiésemos  desembarazarnos  de  él: 
porque  el  viento,  que  soplaba  con  furor,  dejaba  poco 
lugar  á  la  floja  maniobra  de  un  buque  pesado  y  peque- 
ño. Pero  al  fin,  pudimos  orzar,  librarnos,  y  tomar  feliz- 
mente la  segura  vía  de  este  pequeño  puerto,  donde 
anclamos  á  cosa  de  las  ocho  de  la  mañana  del  dia  6. 
Mas  no  crea  Vm.  que  acabaron  aquí  nuestras  desgra- 
cias. Mal  apenas  hablamos  llegado,  quando  conocido 
el  buque  por  unos  amigos  del  Capitán,  vinieron  á  bor- 
do, y  la  primera  noticia  que  nos  dieron,  fué  la  de  estar 
Astúrias  ocupada  por  los  Franceses.  .Un  rayo  del  cielo 
no  hubiera  herido  más  fuertemente  mi  corazón.  No 
ciertamente  por  el  entero  naufragio  de  mi  pobre  for- 
tuna, sinó  porque  siempre  me  había  consolado  en  tan- 
tas desgracias  como  llovían  sobre  mí,  la  idea  de  que 
si  España  perecía,  Astúrias  sería  la  última  á  recibir  el 


MARZO  1810 


469 


yugo.  Todo,  pues,  pereció  para  mí;  ya  no  tengo  ni 
bienes,  ni  libros,  ni  hogar,  y  ni  siquiera  tengo  pátria, 
que  tal  nombre  no  quiero  dar  á  una  pequeña  porción 
del  país  donde,  ni  se  defiende  con  rabia  ni  furor  la  li- 
bertad, ni  con  justicia  y  gratitud  el  honor  y  el  decoro 
de  los  que  tanto  han  trabajado  por  ella.  ¡Ojalá  pudiera 
yo  abandonarla  en  el  dia!  mas  ni  para  esto  tengo  me- 
dios, ni  los  podré  tener  sinó  volviendo  al  lado  de  un 
Gobierno,  á  quien  no  quisiera  servir,  ni  serviré  por 
mucho  tiempo,  pues  que  tan  poco  se  cura  del  buen  nom- 
bre de  los  que  tan  bién  y  desinteresadamente  sirvieron 
á  la  Pátria.  Hemos  pues,  dado  cuenta  de  nuestra  si- 
tuación á  la  Regencia,  y  esperaremos  su  resolución. 
Si  nos  mandan  pagar  las  dos  mesadas  ya  devengadas 
de  nuestros  sueldos,  con  este  auxilio  me  embarcaré 
para  Canarias  ó  Mallorca,  y  si  para  esto  no  hubiere 
ocasión,  me  embarcaré  á  Lóndres,  para  pedir  á  Vm.  de 
rodillas,  que  me  haga  transportar  á  Canarias,  que 
allí,  por  ser  tierra  de  España  y  libre  de  Franceses,  es 
donde  quiero  depositar  mis  huesos.  No  mire  Vm.  esto 
como  una  injuria  hecha  á  la  amistad.  Yo  viviría  al  lado 
de  Vm.  y  me  agregaría  gustoso  á  su  familia  con  qual- 
quier  destino  que  quisiera  darme  en  ella,  si  uno  de  mis 
firmes  propósitos,  no  fuese,  no  abandonar  la  España, 
mientras  conservase  un  palmo  de  tierra  libre  de  Fran- 
ceses en  que  pudiese  existir;  y  si  estando  en  los  67  años 
de  edad,  no  sintiese  que  ya  no  es  tiempo  de  pensar  en 
vivir  con  gusto,  sinó  de  morir  con  tranquilidad. 

516  Debiera  aquí  soltar  la  pluma;  pero  añadiré,  que 
la  ocupación  de  Astúrias  no  es  absoluta;  pero  el  enemi- 
go no  solo  está  apoderado  de  Oviedo,  Gijon  y  Avilés, 
sinó  también  de  las  dos  orillas  del  Nalon.  Dicen  que  se 
defendió  bién  la  izquierda  en  el  puente  de  Peñañor; 
pero  que  habiendo  pasado  un  cuerpo  de  Franceses  el 
barco  de  Udrión,  para  envolver  á  los  nuestros,  se  hizo 
forzosa  su  retirada:  que  nuestro  egército  estaba  reuni- 
do hacia  el  poniente,  con  el  cuartel  general  en  Luarca, 
y  preparándose  á  expeler  al  enemigo.  Esto  nos  dicen 
aquí.  Mas  yo,  que  conozco  el  desamparo  y  pobreza  en 


470 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


que  esrá  aquel  país,  y  la  debilidad  en  que  cayó  su  go- 
bierno desde  que  el  héroe  Romana,  suprimiendo  su  Jun- 
ta General,  le  sepultó  en  la  anarquía,  nada  espero  que 
no  sea  desgraciado  y  funesto.  Á  decir  verdad,  aún  tema 
por  Galicia.  Sin  duda  que  este  reino  hace  grandes  es- 
fuerzos, y  toma  muy  activas  providencias;  pero  se  ha- 
lla sin  egército  y  sin  armas  para  formarle;  y  aunque  se 
hallan  tan  cerca  para  socorrerle,  ingleses  y  portugue- 
ses, ¡qué  sé  yó!.   Basta,  mi  buen  amigo.  Vm.  ten- 
drá bastante  que  hacer  en  su  Parlamento  para  no  dis- 
traerse á  las  cosas  de  extraños.  Yo  celebro  en  el  alma 
que  el  triste  accidente  acaecido  á  Garlitos  en  su  prime- 
ra cacería,  no  tenga  otra  consequencia  que  la  de  ha- 
cerle más  cauto,  para  que  en  otra  ocasión,  no  se  aban- 
done tanto  al  placer  de  correr  á  caballo.  Saludo  muy 
tiernamente  á  nuestra  amable  My  Lady,  y  á  Mr.  Alien, 
y  á  los  preciosos  jóvenes  Russell  y  Fox,  y  otro  tanto 
hace  mi  amado  Pachin,  y  ámbos  somos  de  Vm.  muy 
fieles  y  firmes  amigos. 


517  P.  D. — No  he  leido  la  última  Revista  de  Edim- 
burgo,  ni  lo  deLaborde,  de  que  Vm.  me  habla,  y  á  fé 
que  tendría  mucho  gusto  en  tenerlos,  porque  ahora  es 
quando  sobrándome  tiempo  me  faltan  libros  para  leer. 
Pero  yo  no  sé  dónde  podría  recibir  este  papel,  ni  aún 
las  noticias  de  Vm.  ¿Podrían  venir  al  Cónsul  de  la  Co- 
ruña?  En  quanto  á  mí,  yo  las  daré  de  dó  quiera  que  me 
llevase  la  suerte. 

Ex  undique  totis,  Usque  adeo  tiirbamur  agris. 


515  Esta  es  la  primer  carta  que  Jovellanos  escribe  á  HoUand 
desde  Múros,  á  los  dos  días  de  haber  desembarcado  en  dicha  vi- 
Ua.— Don  Gaspar,  y  Campo-Sagrado,  recibieron  franca  y  gene- 
rosa hospitalidad  en  la  casa  de  la  Viuda  é  hijos  de  Cendón,  que 
les  brindaron  sus  dueños  obsequiosamente,  para  que  viviesen  jun- 
toSj  según  declara  Ceán  (Biograf.  de  Jovellanos^  pág.  110.) 


MARZO  1810 


471 


Igual  manifestación  hace  el  autor  de  esta  carta,  en  otra  que  es- 
cribe al  representante  de  Canarias  en  la  Central,  diciéndole:  "Va 
y,á  partir  de  aquí  un  barco  con  carga  de  sardina,  y  dirección  á  esa 
„Isla  (Canarias),  y  en  él,  Don  Bernardo  Cendón^  vecino  de  esta 
„villa,  y  uno  de  los  sugetos,  á  quienes,  mi  amada  pareja,  Campo- 
flSagrado,  y  yó,  hemos  debido  en  ella  más  favor  y  compañía.,, 

Resta  por  averiguar,  si  el  Don  Bernardo,  era  el  gefe  de  la  casa 
en  la  época  de  la  arribada  de  Don  Gaspar,  ó  si  la  viuda^  llegó  á 
tal  estado,  cuando  publicó  Ceán  su  obra. 

515  Nunca  poder  más  despreciativo,  odioso  y  abusivo  se  formó 
por  aquella  época  que  la  Junta  de  Cádis^  amasijo  de  comercian- 
tes ambiciosos,  vulgares  y  logreros,  que  no  otra  mira  llevaban, 
que  la  de  avasallar  todos  los  poderes,  é  imponer  el  suyo  en  la 
forma  más  violenta,  soéz  y  audáz,  que  registran  los  anales  de 
aquellos  luctuosos  dias. 

Hable  por  nosotros ,  la  autorizada  voz  del  más  concienzudo  de 
los  historiadores  militares  contemporáneos: 

(Arteche,  t.  viii,  pág.  81.)— "Una  ]\xnidi^  formada  en  la  plasa,  y 
„que  pretende  ceñirse  las  ínfulas  de  la  autoridad,  y  negarse  á  re- 
„conocer  la  Regencia,  hasta  verla  apoyada  por  el  Embajador  in- 
„glés,  no  sólo  se  une  al  pueblo  para  derrocar  á  la  Central,  sinó 
„que  persigue  encarnizadamente  á  sus  vocales.  Se  llegó  hasta  re- 
„gistrar  los  equipages  de  los  que  ya  se  habían  embarcado;  se  les 
„quiso  encausar  autorizándolo  el  Consejo  (de  Castilla),  siempre 
^inspirado  por  la  envidia  y  el  despecho;  y  fué  necesario  que  aque 
„llos  mismos  procedimientos  inquisitoriales  usados  con  los  Cen- 
gírales,  hicieran  resaltar  su  inocencia,  desinterés  y  patriotismo, 
„para  no  ser  objeto  de  nuevos  y  más  temibles  atropellos.  Aún  con 
„mayor  encarnizamiento  que  á  Jovellanos  y  Campo-Sagrado,  que 
^partían  para  Astúrias,  su  país,  fué  perseguido  Don  Lorenzo  Cal^ 
„vo  de  Rozas,  conduciéndole  al  Castillo  de  San  Sebastian,  mién- 
„tras  se  metía  en  un  convento  á  su  muger  y  á  algunas  de  sus  ami- 
„gas  que  pensaban  acompañarle  á  Mallorca.  La  persecución - 
«procedía  principalmente  de  personas  que,  por  cierto,  no  podían 
«blasonar  del  patriotismo  ardiente  que  caracterizaba  al  represen- 
„tante  de  Aragón.  ¡El  candor  resplandeciente  de  la  lealtad,  dice 
„un  historiador  alemán  (Schépelerj  refiriéndose  á  Calvo,  ofende 
„la  vista  de  los  seres  manchados/ 


472 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„  La  Junta  de  Cádiz,  no  permitió  nunca  el  establecimiento  del 
„ Cuartel  general  del  Egército,  en  la  plaza. 

Llegó  á  conferírsele  la  administración  de  las  rentas  de  la  Co- 
„rona,  de  los  fondos  que  iban  llegando  de  América,  y  los  proce- 
,.dentes  del  crédito,  de  los  impuestos  y  contribuciones.  En  cam- 
„bio,  era  su  obligación  principal,  la  de  abastecer  al  Egército  con 
„víveres,  armas,  sueldos,  vestuarios,  etc.,, 

Á  lo  cual  añade  Schépeler  sentenciosamente:  De  este  modo^  la 
JiintUy  era  Va  Tesorera  de  España^  y  los  adelantos  de  los  comer- 
ciantes de  Cádis,  no  fueron,  á  decir  verdad,  lo  último  que  se 
cargó  en  cuenta,  —  En  su  irritación  contra  la  Junta,  llega  el 
historiador  alemán  á  calificar  su  patriotismo,  de  patriotismo 
judio. 

Napier,  califica  de  espíritu  venal  el  de  la  Junta. 

Si  hemos  de  aceptar  el  dicho  del  frivolo  y  ventolero  Don  Adol- 
fo de  Castro,  "de  1808  á  1810  inclusive,  entraron  en  Cádiz,  proce- 
„dentes  de  América,  71.616.268  pesos  fuertes,,.  (Castro:  obra  dicha, 
pág.  25,  nota  1.) 

Así  es  que,  aún  cuando  Alcalá-Galiano,  como  hijo  de  Cádiz, 
quiera  librar  á  su  pátria  de  infamante  nota,  diciendo  (oh,  c,  pá- 
gina 125-126)  que  en  1809  era,  entre  las  ciudades  de  España,  ''una 
,.de  las  de  más  cultura,  y  muy  de  notar  en  ella  la  falta  de  vulgo 
^^nsolente  y  soéz;  y  que  solamente  en  el  alzamiento  popular  ha- 

„bía  sido  feróz  „,  negárnoslo,  teniendo  por  vanas  todas  sus 

galas  retóricas  para  convencernos  de  tan  inconsistente  como  do- 
rado sofisma. 

El  pueblo  de  Cádiz,  y  sus  autoridades,  procedieron  cobarde, 
artera,  y  deslealmente,  con  el  infeliz  General  Solano,  con  el  hon- 
rado Marqués  de  Villel,  con  el  inocente  Comandante  Heredia, 
con  el  íntegro  Duque  de  Alburquerque,  3^  con  los  dignísimos  re- 
presentantes de  la  Junta  Central.  Se  portaron  de  un  modo  igno- 
minioso, con  los  rendidos  franceses  de  la  escuadra  de  Rosselly,  3^ 
más  villanamente  aún,  con  los  desgraciados  polacos  que  llegaron 
hasta  La  Cortadura,  pacíficos,  cansados,  rendidos,  y  confiados  en 
la  hospitalidad  gaditana. 

El  cuadro  histórico  de  Don  Adolfo  de  Castro,  que  él  preten- 
dió que  fuera  revelador  de  gloria,  no  es  más  que  un  mosáico  ho- 
rrible y  grotesco  á  la  vez,  donde  se  barajan  3^  confunden  los  crí- 
menes, las  bufonadas,  las  mentiras,  los  horrores,  payasadas  y 


MARZO  1810 


473 


desvergüenzas,  de  una  multitud  ignara,  loca,  churrigueresca, 
sórdida,  criminal  y  fanática.— Ese  conjunto  abigarrado  de  frailes, 
contrabandistas,  tenderos,  delatores,  mugeres  fastuosas,  y  mili- 
tares de  salón  ó  quijotescos;  esa  chusma  de  playa  y  presidio,  esas 
milicias  comparseras  de  guacamayos  y  cananeos^  que  por  no 
servir  á  la  pátria  en  los  campos  de  batalla,  toleran  los  horribles 
tumultos  en  que  se  piden  las  cabezas  de  Villel,  y  Caraffa,  y  mi- 
ran impasibles  el  horroroso  asesinato  de  Heredia;  y  esas  autori- 
dades impotentes  que  toleran  que  un  ridículo  fraile  capuchino  sea 
nombrado  Gobernador  Militar  de  la  plaza,  y  no  se  desdeñan  de 

presidir  Juntas  de  comerciantes  logreros,  serán  todo  lo  que 

se  quiera,  ménos  héroes  del  valor  y  del  civismo,  y  emblema  de 
la  cultura  de  un  pueblo  heróico. 

Las  acusaciones  que  contra  la  Junta  de  logreros  de  Cádiz,  ful- 
mina el  Duque  de  Alburquerque,  embajador  en  Lóndres  (Abril 
de  1810)  en  su  ruidoso  Manifiesto,  alH  publicado;  y  la  respuesta 
atrabiliaria  y  descompuesta  que  le  dió  la  Junta  (Toreno:  Histo- 
ria 2  —  XI  —  426),  patentiza  de  un  modo  irrecusable,  la  diferencia 
que  media  entre  la  rigidéz  inflexible  de  un  militar  pundonoroso, 
y  la  moral  acomodaticia  de  uso  tenderil,  entre  los  que  sólo  osten- 
tan por  móvil,  el  utilitario  lema  de  vivir  y  medrar. 

Las  cópias  adjuntas,  debieron  serlo  de  los  documentos  que 
forman  el  apéndice  xxi  de  la  Memor,  en  def.  de  la  Junta  Central, 
que  consta  de  dos  números,  á  saber:  a)  Representación  de  Jove- 
Uanos  á  la  Regencia  (isla,  de  I^eón,  1:  Febrero:  1810)  pidiéndole 
el  retiro  de  su  empleo  de  Consejero  de  Estado,  ó  sinó,  una  licen- 
cia temporal  para  Gijón:  b)  Contestación  del  Consejo  de  Regen- 
cia [Isla,  de 'Leoi%  2:  Febrero:  1810)  por  medio  de  su  Secretario 
el  Marqués  de  las  Hormazas.  En  esta  última,  se  expresa,  que 
5.  M.  (la  Regencia)  se  halla  muy  satisfecho  de  los  méritos  é  im- 
portantes servicios  que  ha  hecho  V.  E.  á  la  patria  y  no 

consiente  de  ningún  7nodo  la  separación  de  V.  E.,  ni  que  se  re- 
tire de  su  plaza  de  Consejero  de  Estado  etc.,  etc. 

En  el  apéndice  xxii  de  la  propia  obra  registrante  los  siguien- 
tes documentos  á  que  alude  Jovellanos:  a)  Oficio  al  Director  del 
Diario  de  Cádiz  (20:  Febrero:  1810);  b)  otro,  al  Gobernador  Mili- 
tar de  Cádiz,  Teniente  general  Don  Francisco  Xavier  de  Vené- 
gas  (20;  Febrero:  1810);  c)  Respuesta  del  Gobernador  Militar  (25: 
Febrero:  1810);  d)  Respuesta  del  Director  del  Diario  incluyendo 


474 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


la  de  la  Junta  de  Cádiz  (24:  25:  Febrero:  1810);  e)  Carta  confiden> 
cial  del  Gobernador  Militar  F.  X.  Venégas. 

La  respuesta  de  la  Junta  de  Cádiz,  al  Director  del  Diario^  tan 
injusta  como  grosera^  es  la  siguente: 

•'La  Junta  Superior  de  Gobierno,  ha  visto  el  oficio  de  Vm.  fe- 
„cha  21  del  corriente,  y  escrito  que  le  era  adjunto  (el  cartel  de 
«desafío  de  Jovellanos  y  Campo-Sagrado),  cuya  publicación  en 
„el  Diario  no  estima  conveniente  por  ahora  la  misma  Junta,  pues 
„el  reyno  tiene  sus  tribunales  donde  deben  provocarse  instancias 
„de  esta  ndXxxvdilQz^i.— Fernando  Ximénes  de  Alba —Miguel  de 
^^Lobo^  vocales.,, 

¡Los  barateros  de  Cádiz,  padrinos  de  los  falsos  delatores,  pre- 
tendiendo descalificar  á  Jovellanos!  ¡es  el  colmo  de  la  desver- 
güenza y  del  sarcasmo!  ¡y  que  esto  haya  quedado  impune! 

En  la  presuntuosa  obra  de  Castro,  Cádiz  en  la  guerra  de  la 
Independencia^  pág.  68,  se  lee  la  lista  de  los  18  junteros,  perso- 
nas todas  completamente  desconocidas,  comerciantes  en  su  ma- 
yor parte,  y  ¡caso  extraño!  presididos  por  un  Teniente  General, 
como  Gobernador  militar  de  la  plaza:  ¿puede  darse  nada  más 
ridículo? 

516  Para  mejor  inteligencia  de  los  sucesos  ocurridos  en  Astú- 
rias  de  Febrero  á  Mayo  de  1810,  á  que  se  alude  en  el  párrafo  516 
de  esta  carta,  en  el  519  de  la  siguiente,  y  en  el  529  de  la  J— 99, 
apuntaremos  breve  efeméride,  que  dé  clara  noticia  de  ellos. 

Arrojados  los  asturianos  á  la  izquierda  del  Nalon,  establecen 
allí  la  línea  de  defensa,  con  fuerzas  en  Grado  y  Puente  de  Pe- 
ñaflor. 

El  12  de  Febrero,  sale  Bonnet  de  Oviedo  y  se  sitúa  en  Pola  de 
Siero.  El  14,  vuelve  á  Oviedo,  y  bate  y  pone  en  fuga  en  el  Puent-e 
de  Colloto  (Siero,  s/  el  Nova)  á  Bárcena,  y  Porlier,  que  comuni- 
can su  pánico  á  las  tropas  de  Llano-Ponte  (las  cuales  habían  ocu- 
pado momentáneamente  á  Oviedo),  y  no  paran  en  su  fuga  hasta 
la  orilla  izquierda  del  Nalon.  Los  franceses  les  persiguen  hasta 
el  Puente  de  Peñaflor  (Grado,  s/  el  Nalon)  adonde  llegan  el  15  de 
Febrero. 

4  Marzo.— Se  establece  en  Luarca  el  cuartel  general:  y  se  ins- 
tala allí  la  nueva  Junta  del  Principado,  en  sustitu- 


Ml\RZO  1810 


475 


cion  de  la  de  Romana.  vSe  reorganiza  un  egército  de 
4.700  infantes  y  150  caballos. 

El  General  Arce  (D.  Antonio),  abandona  el  mando. 

La  Junta,  designa  por  nuevo  General  en  Gefe  de  la 
Provincia,  á  Don  José  María  González  de  Cienfue- 
gos  (§  529),  ayudado  por  un  Consejo  de  guerra,  com- 
puesto de  los  gefes  de  mayor  graduación,  presentes 
en  el  cuartel  general. 
17  Marzo.— La  división  gallega  de  1 .700  hombres,  se  sitúa  en  Bel- 
monte. 

19  Marzo.— Combate  de  Peñaflor  (Conc.  Grado  s/  Nalon.) 

Bonnet  se  retira  á  Cángas  de  Onís  en  busca  de  re- 
fuerzos. 

27  Marzo.— Llegan  refuerzos  á  Bonnet,  de  Santander. 

28  Marzo.  — Porlier,  en  Gijon:  Bonnet,  en  Oviedo. 
Idem  —Bonnet  avanza  de  nuevo  contra  Peñaflor. 

Idem  —Huye  el  egército  asturiano  á  la  desbandada,  hasta 

Luarca. 

1  Abril.  —La  división  gallega  cubre  el  Puente  de  Peñaflor  y  lo 
fortifica:  Bárcena,  los  de  Soto  (Barco  de  Soto),  y  la 
derecha:  y  Porlier,  la  izquierda  (la  costa). 
6  Abril. —Escaramuzas  en  los  puentes  de  Gallegos  y  Nora- 

(Conc.  Regueras  s/  Nora). 
14  Abril.  —  Bárcena,  combate  en  El  Padrún  con  éxito,  causando  á 

los  franceses  360  bajas  (entre  Oviedo  y  Miéres). 
27  Abril.  —Bonnet,  ataca  y  toma  el  puente  de  Soto  (Barco  de  So- 
to), y  luego,  el  de  Peñaflor. 
La  división  gallega,  se  retira  á  Cornellana. 

1  Mayo.  —  Perdida  la  línea  del  Narcea,  se  retiran  los  asturianos 

á  la  del  Navia. 

2  Mayo.— Moscoso  (Brigad.  D.  Juan)  sustituye  en  el  mando  á 

Díaz,  y  entra  en  Coaña  con  la  Junta,  que  luego  se 
trasladó  á  Grandas  de  Salime. 
Las  fuerzas  asturianas,  se  dispersan. 
La  inutilidad  de  la  Junta  de  Astúrias,  y  su  embarazo  para  las 
operaciones  militares,  es  tan  patente,  que  no  sólo  La  Romana, 
sinó  también  el  Brigadier  Moscoso  y  el  General  Cienfuegos,  como 
el  sábio  historiador  Arteche,  lo  van  á  patentizar  con  sus  dichos, 
observaciones,  y  censuras. 


476 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


(Arteche,  viii,  65).  "Creer  que  sin  una  autoridad  respetable  y 
„respetada,  sin  tropas  en  disciplina,  siquier  sean  nuevas  y  aún 
„ colecticias,  sin  orden,  en  fin,  el  primero  de  los  elementos  milita- 
„res  para  el  combate,  se  pueden  improvisar  defensas  con  algunas 
«probabilidades  de  éxito,  es  la  mayor  de  las  temeridades,  si  no 
„de  las  locuras.,, 

Opinión  del  Brigadier  Don  Juan  Moscoso  (de  E.  M.)  sobre  las 
Juntas  de  Astúrias  (trasladada  de  Arteche,  viii,  134): 
"  Yo  no  sé  qué  se  adelantará  de  bueno  con  estas  Juntas,  pero 
„yo  ya  les  he  dicho  que  en  ellas  no  se  debe  hablar  mas  que  de 
„pólvora,  fusiles,  soldados  y  dinero.  Estos  Congresos  para  tratar 
„del  bien  y  defensa  de  la  Patria,  sin  haber  á  penas  un  militar,  son 
„lo  mismo  que  una  reunión  de  hombres  para  tratar  de  hacer  za- 
„patos,  sin  haber  un  zapatero  entre  ellos.,, 

Por  eso,  sin  duda,  se  estableció  la  Junta  militar  ó  Consejo  de 

Guerra.  (Arteche,  viii,  140,  141,  143  )  "La  nueva  Junta  de  la 

„Provincia  (4  Marzo  1810)   abatida  después,  en  querella 

„ constante  con  los  gefes  de  las  tropas,  más  se  ocupaba  en  sus  pro- 

„pios  intereses,  que  de  los  generales  de  la  defensa  

„  El  Estado  Mayor,  proponía  medidas  enérgicas,  que  hiciesen 
„efectiva  inmediatamente  la  conscripción:  pero  todas  hallaron 
„oposicion  en  la  Junta,  temerosos  sin  duda  los  vocales^  de  mal- 
„quistarse  con  sus  paisanos.  Estos,  ocultaban  á  los  desertores  de 
Jos  regimientos  y  á  los  prófugos  de  sus  concejos,  con  excusas 

„y  por  medios  hasta  vergonzosos..  Se  hizo  ver  á  la  Junta  lo 

„errado  de  aquel  camino  para  la  liberación  de  la  Provincia;  has- 
„ta  se  la  amenazó  con  publicar  un  Manifiesto  que  la  dejaría  en 
„mal  lugar:  todo  inútil    


„  Se  acabó  toda  ilusión  sobre  la  eficacia  del  patriotismo  de  los 
„ asturianos  para  la  defensa  de  aquel  territorio,  abrigo  clásico  de 
„la  independencia  española:  y  á  su  único  mantenedor  aquellos 
„dias  en  las  márgenes  del  Navia,  el  brigadier  Moscoso,  se  le  po- 
„día  disculpar  una  de  sus  últimas  cartas  al  General  Mahy,  á  quien 
„decía  el  30  de  Abril:  "No  hay  que  esperar  nada  de  esos  malditos 
«portugueses;  nada  de  los  ingleses;  nada  de  nadie,  y  sólo  con  lo 
«poquísimo  que  cada  uno  tiene  en  cada  provincia,  se  puede  calcu- 
„lar,  y  aun  así,  con  mil  trabas,  con  mil  contrariedades:  no  se  tra- 
,,ta  mas  que  de  autoridades,  y  de  mantenerla  aunque  sea  un 


MARZO  1810 


477 


„so/í?  dia:  todos  quieren  mandar,  aunque  las  provincias  no  se 
.^salven.  ¡Qué  sistema  tan  contrario  al  de  la  utilidad  de  la  NacionI 
,,/Estas  Juntas,  en  que  todo  es  conversación  y  confusión:  nadie 
.^sabe  lo  que  es  cada  uno,  y  todo  va  embrollado! 
„  El  apóstrofe  de  Moscoso,  es  duro  (agrega  Arteche);  pero  no  es 
„fácil  rechazara  su  espíritu,  el  asturiano  Conde  de  Toreno,  por- 
„que  en  su  obra,  dice  de  aquel  Gefe:  que  en  el  arte  de  la  guerra 
y,era  entendido,  y  aún  sabio.,, 

El  accidente  ocurrido  á  Garlitos  en  su  primera  cacería,  ocurrió 
el  lúnes  2  de  Enero  de  1810,  y  debió  relatarlo  HoUand  en  su  carta 
de  26  de  Enero  de  1810  (H— />),  que  no  pareció  aún. 

Este  es  el  relato  que  de  él  hace  su  madre  (Lady  Holland's  Jour- 
nal, II,  252} r 

"  2  Enero.— Me  sobresalto  en  extremo  con  la  relación  que  trae 
„Aleck,  de  haber  encontrado  á  Cárlos  lastimado  de  una  grave 
„caída. 

„  Contraviniendo  la  promesa  que  me  hicieron  Lady  Ana  (y  su 
„tío),  le  permitió  ir  con  ella  (á  caballo)  á  la  caza  del  zorro.  Cayó, 
„y  se  rompió  la  pierna  por  la  rodilla.  Llegamos  tardíamente  á 
„Woburn,  3^  después  de  una  comida  apresurada,  salimos  á  escape 
.,Mister  Alien  y  yó,  á  ver  á  Cárlos.  Hallárnosle  con  calentura.  Al 
„siguiente  dia,  fuimos  otra  vez  á  ver  la  herida.  Vi  que  era  una 
«horrorosa  llaga,  tan  grave  como  la  que  más.  Afortunadamente, 
,,no  habiendo  tocado  á  la  parte  vital,  quizá  no  le  cause  un  daño  de 
„larga  duración. 

10  Enero.— Este  día,  trajimos  á  Carlos,  que  soportó  mediana- 
emente  el  movimiento  del  carruage,  áeste  sitio  de]Ampthill.  Esto 
„nos  obligará  á  demorar  la  marcha  mucho  más  de  lo  que  pensá- 
„bamos,  permaneciendo  ausentes  de  casa.,, 

517  Refiérese  Jovellanos  en  esta  post-data  al  número  xxvii  de 
The  Edinburgh  Review,  or  Critical  Journal,  correspondiente  á 
Abril  de  1809,  donde,  á  la  página  20,  publica  un  juicio  critico  so- 
bre una  traducción  francesa  del  Informe  de  Ley  Agraria  de  Jo- 
vellanos, impresa  en  San  Petersburgo,  en  1806  (en  8.°,  de  292  pági- 
nas), cuyo  título  es: 

Vid  entilé  de  V  Inter  et  general  avec  V  Inter  et  individuel:  ou 
la  libre  Action  de  V  Inter  et  individuel  est  la  vrai  source  des  Ri- 
chesses  des  Nations. —Principe  exposé  dans  le  Rapport  sur  un 


478 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Projet  de  Loi  Agraire,  adressé  au  Conseil  Supreme  de  Castille, 
au  Nom  de  la  Societé  Economique  de  Madrid,  par  Don  Gas- 
par d  Melchior  Jovellanos,  ci-devant  Ministre  de  Grace  et  Justi- 
ce  etc. 

Como  curiosidad,  anotaremos,  que  los  fundadores  de  la  Edin- 
burgh  Review  (cuyo  primer  número  se  publicó  en  Octubre 
de  1802)  eran  jóvenes  literatos  y  abogados  escoceses,  miembros 
del  partido  zvhig;  Brougham;  F.  Horner;  Jeffrey;  Cockburn;  Mur- 
ray;  y  Sidney  Smith. 

De  este  último,  escribió  una  biografía  Lady  HoUand,  cuyo  tí- 
tulo es:  Life  o f  Sidney  Smith  (2  vols.) 

John  Alien,  colaboró  mucho  en  la  Edinbiirgh  Review^  y  tal 
vez  sea  suyo  el  artículo  de  referencia. 

En  cuanto  á  Laborde  (Alexandre  de  Laborde),  alúdese  á  su 

merítisima  obra,  Itinéraire  descriptif  de  VEspagne  París: 

H.  Nicolle,  et  Le  Normant:  1809;  2.^  edic.  Cuatro  volúms.  en  4.**— 
En  el  último,  págs.  103  á  294,  insértase  íntegramente  una  traduc- 
ción castellana,  distinta  de  la  anterior,  del  propio  Informe  de 
Ley  Agraria^  con  un  breve  análisis  á  su  terminación. 

De  modo,  que  miéntras  la  insolente  chusma  gaditana  y  sus  es- 
pías, apadrinados  por  la  Junta  Superior  de  Gobierno  de  la  Ciu- 
dad^ insultaban  y  vejaban  con  impunidad  odiosa  á  los  ilustres 
miembros  de  la  Central^  Inglaterra,  Rusia,  y  Francia,  traducían 
las  obras  del  insigne  Jovellanos,  presentándolas  á  sus  contempo- 
ráneos como  modelos  de  estudio,  de  saber,  y  de  verdadero  pro- 
greso para  el  engrandecimiento  de  la  pátria. 


[J_XCVIII] 

Muros ^  1  de  Mayo  1910. 

518  Aún  tengo  que  afligir  á  Vm.,  mi  amado  My 
Lord,  porque  en  nadie  como  en  nosotros  se  ha  podido 
aplicar  nuestro  adagio:  Bien  vengas  mal,  si  vinieres 
solo.  Salvándonos  del  naufragio  en  este  puerto,  pasa- 
mos los  primeros  días  en  mucha  tranquilidad,  esperan- 


MAYO  1810 


479 


do  en  él,  ó  mejores  noticias  de  Astúrias,  ó  aviso  de  la 
Regencia  para  volver  á  la  Isla.  Pero  entretanto,  las 
calumnias  inventadas  en  Sevilla  y  en  Cádiz  contra  la 
Junta,  cundiendo  por  todas  partes,  levantaban  contra 
nosotros  la  opinión  pública,  y  nos  exponían  á  la  perse- 
cución y  al  desprecio.  La  Junta  de  la  Coruña,  hizo  de- 
tener en  el  Castillo  de  San  Felipe,  á  Quintanilla,  Cas- 
tañedo, Jocano,  Gimonde,  y  Bonifaz  que  arribaron  á 
Ferrol  en  la  fragata  Cornelia,  y  aunque  los  puso  luego 
en  libertad,  fué  sin  darles  satisfacción  alguna.  Supimos 
este  accidente  con  disgusto,  pero  sin  recelo;  porque 
siendo  más  conocidos  en  Galicia,  creímos  que  nuestro 
buen  nombre  nos  pondría  á  cubierto  de  todo  insulto. 
No  fué  así.  El  25  de  Marzo,  se  presentó  aquí  un  Coro- 
nel comisionado  por  la  misma  Junta,  con  encargo  de 
pedirnos  nuestros  pasaportes,  y  de  reconocer  y  recoger 
nuestros  papeles.  Resistimos  con  la  mayor  firmeza  el 
cumplimiento  de  su  intimación,  protextando  que  solo 
á  la  viva  fuerza  armada,  consentiríamos  tan  escanda- 
losa violación  de  nuestra  libertad,  y  nuestros  derechos. 
El  comisionado  no  se  atrevió  á  insistir,  ni  tampoco  la 
Junta,  que  pretendió  cubrir  su  atentado  con  una  res- 
puesta evasiva,  á  la  qual  replicamos  con  otra  firme  y 
vigorosa  qual  convenía.  Fatigados  de  tantos  insultos, 
hicimos  al  punto  una  vehemente  representación  á  la 
Regencia,  y  por  lo  mismo  que  solo  la  firmamos  mi 
amado  Pachin  y  yo,  pudimos  argüir  en  ella  con  más 
nervio,  porque  ninguno  pudo  estar  más  distante  que 
nosotros,  de  las  injustas  y  ridiculas  imputaciones  que 
se  han  hecho  á  todo  el  cuerpo. 

519  Tal  es  nuestro  estado  con  respecto  á  la  opinión; 
pero  entretanto,  Astúrias  está  bajo  el  yugo.  Un  ataque 
dado  al  enemigo  en  toda  la  línea  del  Nalon  el  8  de  Mar- 
zo, logró  arrojarle  precipitadamente  de  todas  sus  posi- 
ciones, y  fué  perseguido  tan  vivamente  por  los  nues- 
tros hasta  Ribadesella,  que  no  sólo  creímos  á  Astúrias 
libre,  sinó  que  tuvimos  ya  reembarcado  nuestro  equi- 
page  para  navegar  á  nuestras  casas.  Pero  Bonnet  reci- 
bió refuerzos  de  la  parte  de  Santander,  y  haciendo 


480 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAXD 


creer  que  venían  otros  por  Pajares  á  cortar  á  los  nues- 
tros,ílogró  que  se  replegasen  sobre  el  Nora  y  el  Barco 
de  Soto,  y  volvió  á  ocupar  á  Gijón  y  Oviedo.  Continuos 
ataques  le  debilitan  de  día  en  dia,  y  si  no  recibe  mayo- 
res refuerzos,  tendrá  que  abandonar  la  provincia.  Pero 
esta  maldita  boda  de  Bonaparte,  enviará  sobre  nos- 
otros un  enjambre  de  bárbaros,  y  faltos  de  fusiles  y 
dinero  (porque  la  fuente  de  América  mana  muy  poco) 
y  abandonados  del  ministerio  inglés,  que  ni  dá  subsi- 
dios ni  coopera  con  sus  tropas,  nuestra  ruina  será  in- 
falible. 

520  Entretanto,  vivimos  aquí  en  absoluta  ignoran- 
cia de  lo  que  pasa  por  ahí.  He  tenido  muy  ardiente  de> 
seo  de  ver  los  papeles  ingleses,  y  leer  los  debates  del 
Parlamento  y  los  eloquentes  discursos  de  mi  buen  ami- 
go; pero  una  sola  gazeta  no  ha  penetrado  por  aquí. 
Ahora  llevará  ésta  un  vecino,  que  podrá  traer  en  retor- 
no, algunas  de  lasgazetasde  la  oposición,  que  Vm.  crea 
más  interesantes.  Podrá  Vm.  si  no,  enviarlas  al  Señor 
Magniac,  agente  Inglés  en  la  Coruña,  y  si  no  tardan, 
aún  me  encontrarán  en  ésta.  Pero  ruego  á  Vm.  que  no 
me  envíe  papeles  por  el  correo,  porque  cuestan  mucho, 
y  no  estando  aún  corrientes  nuestros  sueldos,  nos  ha- 
llamos muy  pobres. 

521  El  Sr.  Obispo  de  Orense,  debe  estar  navegando. 
Es  un  excelente  vocal  para  la  Regencia:  buen  patriota, 
carácter  firme:  talento  despejado:  facundo  y  instruido; 
pero  es  ya  octogenario,  y  no  sé  si  estas  calidades,  ha- 
brán perdido  con  los  años. 

522  Mi  Pachin,  saluda  muy  cariñosamente  á  Vm.  y 
á  nuestra  amable  My  Lady,  á  quien  yo  renuevo,  con  el 
más  sincero  afecto,  la  constante  expresión  de  mi  incli- 
nación, de  mi  respeto,  y  mi  gratitud.  Saludo  también  á 
nuestro  respetable  Mr.  Alien,  y  deseo  al  gracioso  Gar- 
litos grande  aplicación  en  sus  estudios,  y  gran  juicio  en 
sus  diversiones.  Deseo  á  todos  una  primavera  y  verano 
felicísimos,  y  espero  saber  que  Vm.  ha  dado  punto  á 
sus  ocupaciones  parlamentarias,  para  enviarle  copia  de 
algunos  papeles  relativos  á  nuestros  últimos  sucesos^ 


MAYO  1810 


481 


para  que  nada  ignore  Vm.  de  quanto  puede  interesar  á 
su  affmo  5^  constante  amigo 

/.  Ll. 

523  P.  D. — Papel,  pluma,  estilo,  todo  es  qual  convie- 
ne á  un  vagamundo. 

524  No  me  atrevo  á  señalar  punto  para  nuestra  co- 
rrespondencia, porque  aún  no  sabemos  quándo  saldre- 
mos de  aquí,  ni  si  saliendo,  iremos  á  Astúrias  ó  á  la 
Isla.  Creo  lo  más  seguro  que  Vm.  dirija  su  carta  (que 
muy  vivamente  deseo)  al  Sr.  Magniac,  ó  algún  conoci- 
do de  La  Coruña,  pues  que  allí  no  se  ignorará  nuestro 
paradero. 


518  La  detención  y  arresto  de  los  vocales  de  la  Junta  Central 
en  el  Castillo  de  San  Felipe  de  El  Ferrol,  es  otro  desastre,  otra 
arbitrariedad  y  otro  descrédito,  para  las  absurdas  juntas  provin- 
ciales. Y  la  arbitrariedad  es  tan  notoria  y  manifiesta,  que  entre 
los  cinco  detenidos,  se  contaba  nada  ménos  que  el  legítimo  repre- 
sentante de  Galicia  en  la  Central,  Don  Pedro  María  de  Cisneros, 
Conde  de  Gimonde:  y  con  él,  los  respetables  canónigos  de  Jaén  y 
Zamora,  Sres.  Castañedo  y  Bonifáz:  el  leonés  Vizconde  de  Quin- 
tanilla:  y  el  Contador  mayor,  Jócano. 

lY  todo,  por  la  falsa  delación,  ya  comprobada  antes  de  sa- 
lir de  Cádis,  de  dos  delatores,  miserables  esbirros  de  la  chusma 
gaditana,  desconocido  el  uno  (Noceda),  y  el  otro  ¡vergüenza  da 
decirlo!  contador  de  Marina  de  la  fragata  de  guerra  Cornelia,  la 
misma  que  les  condujo  á  Galicia. 

Los  sucesos  relatados  en  la  segunda  parte  de  este  párrafo,  lo 
están  más  extensamente  en  la  Mentor,  en  def.  de  la  Junta  Cen- 
tral, parte  2  —  art.  3  —  §§  14  y  siguientes.— Y  los  documentos  que 
se  mencionan,  van  copiados  en  el  apéndice  xxin  de  dicha  Memo- 
ria (11  números).  Las  Representaciones  d  la  Regencia,  con  este 
motivo,  fueron  dos;  una,  fecha  en  Muros  27  Marzo  1810  (ap.  xxiii^ 
^j,  y  la  otra,  muy  extensa,  dos  dias  después,  en  29  Marzo  1810,  que 
constituye  el  ap.  xxiv,  con  la  resolución  satisfactoria,  dictada  por 
el  Consejo  de  Regencia. 

31 


482 


CARTAS  DE  JOVELLANQS  Y  HOLLAND 


519*  Aunque  Jovellanos  escribe  ya  más  cerca  de  Astúrias,  los 
informes  que  recibe  del  teatro  de  la  guerra,  soa  siempre  sobre- 
manera alterados.  El  combate  de  Peñaflor,  sostenido  principal- 
mente por  la  división  gallega  (véase  la  nota  al  §  534)  no  fué  el 
dia  8,  sinó  el  18  y  19  de  Marzo.  Bonnet,  retrocedió,  no  perseguido, 
sinó  en'busca  de  refuerzos  que  le  llegaron  á  los  nueve  dias,  y  el  28 
de  Marzo  avanzaba  otra  vez  contra  PeñafLor.  Más  adelante,  se 
verá  el  resultado. 

519^  Sobre  los  sucesos  de  Astúrias,  véase  la  nota  correspon- 
diente al  §  516. 

En  este  párrafo  (como  en  los  señalados  con  los  números  383 
y  454)  se  apunta  la  idea  de  la  vuelta  de  Napoleón  á  España,  sobre 
todo,  después  de  su  boda  con  la  Archiduquesa  María  Luisa  de 
Austria,  hija  del  Emperador  José.  El  principal  motivo  por  el  cual 
no  volviój  nos  lo  va  á  decir,  con  su  habitual  sagacidad,  el  pre- 
claro historiador  alemán  Schépeler: 

"  Todos  creían  que  Napoleón,  una  vez  sometida  el  Austria,  vol- 
„vería  á  España;  pero  con  la  disculpa  de  su  matrimonio,  encubrió 
„la  persuasión  en  que  estaba,  de  que  no  podría  someter  d  Espa- 
„ña,  corno  el  resto  de  Europa,  con  sus  rápidos  y  mágicos  golpes. 
„Apreciaba  con  acierto  aquella  guerra  popular,  en  la  que  ensa- 
„yaba  la  fortuna  de  sus  generales  que  ofrecían  condiciones  para 
„las  luchas  de  larga  duración.  El  Emperador,  no  debía  ejecutar 
„sinó  expediciones  grandes  y  brillantes,  teniendo,  como  tenía,  ha- 
„bituadoal  mundo,  á  no  esperar  de  él  mas  que  conquistas  rápidas. „ 

Este  debe  ser  (agrega  Arteche)  el  secreto  de  la  repugnancia 
de  Napoleón  á  dirigir  personalmente  la  guerra  de  España. 

Napoleón,  se  divorció  de  Josefina  el  16  de  Diciembre  de  1809, 
casándose  con  María  Luisa  en  París,  el  2  de  Abril  de  1810. 

520  La  distancia  de  Muros  de  Noya  á  La  Coruña,  no  excede 
de  dos  dias  de  jornada. 

El  porte  del  correo,  por  aquellos  dias,  era  carísimo,  pues  pa- 
gaba el  receptor,  de  8  V2  á  19  ó  21  cuartos  por  pliego  (0,25 
0'56,  0'60).  En  una  ocasión  (año  1800)  satisfizo  Jovellanos  por  re- 
misión de  un  pliego  grande  certificado,  de  Gijon  á  Valladolid 
(que  debía  pagar  el  receptor),  la  cantidad  de  ochenta  y  cuatro 
reales  plata,  equivalentes  á  42  pesetas  de  nuestra  actual  moneda- 
(Cean:  Vida  de  Jovellanos,  pág.  153.} 


MAYO  1810 


483 


Es  raro  que  en  ninguna  de  estas  cartas  mencione  Jovellanos 
ni  una  sola  vez  á  Cabarrús.  Cuatro  días  ántes  de  la  presente,  el 
"27  de  Abril  de  1810,  fallecía  Cabarrús  en  Sevilla.  Copiemos  las 
expresiones  que  le  dedica  Arteche  (vm,  93): 
-„  Precisamente  en  aquellos  días,  el  27  de  Abril,  fallecía  á  su 
„lado  (de  José  I,  en  Sevilla)  el  ministro  en  que  más  confianza  de- 
„bía  tener  para  aconsejarse  en  el  estudio  y  aplicación  de  las  pri- 
„meras  (medidas  administrativas),  el  Conde  de  Cabarrús.  Aun- 
.,que  francés,  puesto  que  había  nacido  en  Bayona  el  año  1752  (dia 
,,8  de  Octubre),  se  había  hecho  español  desde  muy  joven,  eleván- 
.„dose  rápidamente  á  los  más  altos  cargos  de  nuestra  administra- 
„ción,  por  su  relevante  mérito  y  grandes  servicios.  Los  más 
^recomendables,  los  prestó  en  el  ramo  de  Hacienda  pública,  res- 
,,tableciendo  el  crédito  de  nuestro  país  cuando  la  guerra  de  inde 
,,pendencia  en  la  América  del  Norte:  como  Consejero,  creando  el 
„Banco  de  San  Carlos  y  la  Compañía  de  comercio  en  las  Islas 
«Filipinas:  como  ministro  plenipotenciario,  en  el  Congreso  de 
„Rastadt  en  1797,  y  desempeñando  varias  misiones  importantes 
„en  Francia  y  Holanda:  con  sus  obras,  por  fin,  sobre  intereses 
«materiales,  los  más  importantes  para  la  prosperidad  de  nuestra 
„pátria.„ 

Agregaremos  que  se  casó  en  Valencia  con  una  hija  del  co- 
merciante Don  Antonio  Salavert.  Tuvo  una  hija,  Teresita  Caba- 
rrús (Juana  María  Teresa  Cabarrús),  que  nació  en  Zaragoza 
en  1775,  y  adquirió  gran  celebridad  por  su  belleza  y  por  sus 
aventuras,  figurando  más  tarde,  en  los  fastos  históricos  de  la  Re- 
volución francesa,  con  el  nombre  de  Madame  Tallien.  Casó  tres 
veces:  la  primera,  en  1791,  con  Mr.  de  Fontenay,  consejero  del 
Parlamento  de  Burdeos:  la  segunda,  con  el  convencional  Mr.  Ta- 
llien; y  la  tercera,  en  1805,  con  el  Príncipe  de  Caraman-Chimay» 
de  quien  tuvo  cuatro  hijos. 

Sobre  Cabarrús  (ligado  á  Don  Gaspar  por  una  amistad  de 
treinta  años),  pueden  consultarse  las  siguientes  obras,  además  de 
lo  que  arrojan,  los  diversos  Dicccion.  biográficos; 

Jovellanos:  Diario  de  sti  vida  (inédito).— Empieza  con  las  dili- 
gencias que  practicó  en  Madrid  para  interceder  por  su  amigo 
Cabarrús;  22  á  28  Agosto:  1790.— Juicio  sobre  las  Cartas^  et- 
cétera, etc.) 


484 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Jovellanos:  Memoria  en  def.  de  la  Junta  Central  (Coruña:  181  !)► 
Parte  2-art.  I,  §  18  y  19. 

Cean  Bermúdez;  Memorias  para  la  vida  de  Jovellanos  (Madrid- 
1814)  págs.  26,  44  á  47  (intervención  de  Jovellanos  en  su  favor). 

Somoza:  Catálogo  de  Manuscritos  del  Instituto  de  Gijon  (Ovie- 
do: 1883}  págs.  68,  98,  99,  102-103  (colecc.  de  documentos,  con 
noticias  de  su  vida,  y  del  origen  y  nobleza  del  apellido  Ca- 
barrüs);  105.  (Obras  de  Mirabeau  y  Cabarrús);  153  (papeles- 
relat.  al  Banco  de  S.  Carlos.) 

Somoza:  Jovellanos;  nuevos  datos  para  su  biografía  (Madrid: 
1885),  legado  testamentario  á  Cabarrús,  pág.  72- 

Somoza:  Las  Amarguras  de  Jovellanos  (Gijon:  1889),  págs.  38» 
157  á  159,  261  (nota  99),  369  á  378. 

Somoza:  Escritos  inéditos  de  Jovellanos  (Barcelona:  1891),  pági- 
nas 112,  121  y  122.  (Cabarrús  escondido  en  Zaragoza.) 

Arteche  (General  Gómez  de):  Reinado  de  Cárlos  IV  (Madrid: 
1892),  tom.  II,  págs.  86-92  (nota  autógrafa  de  Jovellanos). 

Alej.  Alvargonzález:  Interesantes  manuscritos  en  su  Archiva 
Jovellanista.  (Gijón.) 

Confrontando  fechas,  podremos  establecer:  primero,  que  Jo- 
vellanos habló  con  Cabarrús,  y  le  vió  por  última  vez,  en  Zara- 
goza, en  casa  de  Hermida,  el  27  de  Mayo  de  1808  á  su  regreso  del 
destierro  de  Mallorca;  segundo,  que  su  ruptura  con  él,  data  de 
la  terrible  carta  que  le  escribió  desde  Jadraque,  en  Agosto  de  1808- 
(inserta  en  Las  Amarguras  de  Jovellanos,  pág.  371);  tercero^  que 
Jovellanos,  saüó  de  Sevilla,  sin  alcanzar  á  verle,  el  23  de  Enero 
de  18?  0;  cuarto,  que  diez  días  después  (2  Febrero  1810;,  entraba 
Cabarrús  en  Sevilla,  con  José  I,  y  de  regreso  del  viage  por  An- 
dalucía, fallecía  en  la  misma  ciudad  el  27  de  Abril  de  aquel  año, 
llorado  por  el  más  benéfico  de  sus  protectores,  y  acaso  también, 
en  la  olvidada  Muros  gallega,  por  quien  le  amó  con  tiernísimo- 
afecto  y  fraternal  cariño. 

[J  — iC] 

Muros,  13  de  Junio  18 10. 

525  Por  fin,  mi  muy  amado  Lord,  por  fin  he  recibi- 
do una  carlita  de  Vm.;  pero  ¡quán  atrasada!  Es  la  es- 


JUNIO  1810 


485 


evita  el  15  de  Febrero  (H  —  69-í?'),  que  fué  á  la  Isla  de 
León,  y  vino  á  buscarme  aquí  por  el  correo  ordinario 
de  anteayer.  ¿Será  la  que  según  Ferrás  traía  el  Secre- 
tario de  Wellesley?  No  lo  sé;  mas  venga  por  dó  vinie- 
re, ella  ha  llenado  mi  alma  de  gratitud  y  consuelo,  no 
por  la  generosa  oferta  que  Vm.  me  hace  de  su  casa  y 
protección,  con  las  quales  habrá  visto  ya,  que  mi  amis- 
tad contaba  de  seguro;  sinó  por  las  tiernas  y  entraña- 
bles y  humanas  expresiones  con  que  la  acompaña.  Ya 
Vm.  en  otra  época  de  mis  infortunios,  había  señalado 
heróicamente  su  bondad  hacia  mí.  ¿Cómo,  pues,  cree- 
ría yó  que  podia  desmentirse  después  que  el  trato  ha- 
bía estrechado  los  vínculos  de  nuestra  amistad,  y  que 
mi  conducta  patriótica  y  desinteresada  me  había  hecho 
(¿por  qué  no  tendré  esta  vanidad?)  á  sus  ojos,  más  dig- 
no de  la  suya?  Escribo,  pues,  para  anticipar  á  Vm.  la 
expresión  de  mi  tierna  gratitud;  pero  escribo  también 
para  aprovechar  la  ocasión  que  se  me  presenta  de  en- 
viarle esos  papeles,  que  aunque  de  corto  valor,  por  su 
estilo,  son  mirados  por  mí  como  la  mejor  hipoteca  de 
mi  reputación.  Verá  Vm.,  por  el  uno,  que  mis  Refle- 
xiones pudieron  fijar  la  opinión  de  la  Comisión  de  Cór- 
tes,  sobre  su  organización  en  dos  cámaras,  y  sobre  la 
reunión  de  los  Prelados  y  Grandes  en  una  de  ellas;  y 
verá  por  el  otro,  el  último  esfuerzo  de  la  espirante  Junta 
para  asegurar  la  grande  obra  de  las  Córtes,  en  el  pri- 
mer instante  en  que  el  estado  de  la  nación  lo  permitie- 
re. Ni  en  éste  fué  olvidado  el  importante  punto  de  la 
sanción  Real,  no  discutido,  ni  acordado  en  Sevilla.  Y 
aunque  en  todos  nos  hayamos  separado  algún  tanto  de 
las  juiciosas  miras  de  nuestro  Mr.  Alien,  deben  Vm.  y 
él,  creer,  que  se  hizo  cuanto  las  circunstancias  permi- 
tieron, y  mucho  más  de  lo  que  en  ello  se  podía  esperar. 
Y  en  ñn,  que  este  triunfo  de  la  razón  y  de  la  libertad, 
se  deba,  en  primer  sentido,  á  los  liberales  consejos 
de  Vm.  y  de  nuestro  digno  amigo;  en  segundo,  á  mi 
constancia  y  mis  esfuerzos;  y  en  tercero,  á  la  pureza 
del  celo,  }'  los  principios  de  la  mayoría  de  la  Junta 
Central;  es  una  gloria  que  nos  pertenece  á  todos,  y  que, 


486  CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


si  nos  la  niega  la  injusticia  de  nuestros  contemporá- 
neos, no  nos  será  negada  por  la  posteridad. 

526  Pero,  ¡oh  mi  buen  amigo!  si  la  esperanza  de 
este  juicio  tardío  consuela  al  hombre  de  bien,  no  puede 
ni  alcanza  á  librarle  del  resentimiento  de  sus  injurias. 
Las  que  se  nos  han  hecho  por  todas  partes,  nos  han 
obligado  á  mi  amado  Pachin  y  á  mí,  á  dirigir  á  la  Re- 
gencia, la  Representación  de  que  también  va  copia,  y 
en  la  qual  nuestra  queja  principal,  va  encaminada  con- 
tra el  Consejo.  Y  ¿lo  creerá  Vm.?  por  más  que  parezca 
muy  amarga,  es  todavía  muy  inferior  á  la  injuria  que 
nos  ha  irrogado.  Yo  la  hice,  quando  no  había  visto  la 
consulta  del  Consejo,  sinó  oído  referir  vagamente  su 
dictamen.  Hemos  al  fin  logrado  una  copia  de  ella,  y 
Vm.  no  puede  figurarse  hasta  qué  punto  estos  ambi- 
ciosos golillas  desahogaron  contra  nosotros  el  resenti- 
miento que  escondían  en  sus  almas,  por  no  habérseles 
dado  parte  activa  en  el  gobierno  anterior,  como  su 
loca  ambición  había  pretendido,  en,  y  después  del  in- 
terregno. Si  visto  la  hubiera  yo,  otro  fuera  mi  estilo; 
pero  dia  vendrá  en  que  la  ambición,  y  la  injusticia  de 
estos  ruines  enemigos,  sea  puesta  más  al  descubierto: 
porque  la  Regencia,  ó  insensible  á  nuestra  queja,  ó 
tímida  para  nuestro  desagravio,  no  sólo  la  retarda ^ 
sinó  que  parece  temporizar  con  estos  nuestros  ofenso- 
res. Con  todo,  no  quisiera  yo  que  esta  Representación 
se  divulgase  por  ahora.  Nuestra  primera  obligación, 
es  respetar,  y  sostener  el  Gobierno  que  hemos  estable- 
cido, y  sólo  quando  abiertamente  nos  niegue  la  justi- 
cia que  nos  debe  y  que  se  debe  á  sí  mismo,  estaremos 
autorizados  para  reclamarla  de  la  opinión  pública. 

527  Pero  entretanto,  mi  respetable  amigo,  ¿no  ha- 
brá en  ese  país,  quien  vuelva  por  el  honor  de  tantos  dis- 
tinguidos patriotas  como  había  en  la  Junta  Central,  y 
que  son  tan  indignamente  infamados^  y  ofendidos?  Sé 
que  las  injurias  difundidas  en  Sevilla  contra  nosotros, 
han  sido  repetidas  y  divulgadas  en  los  papeles  ingleses; 
y  aunque  no  los  he  visto,  no  lo  extraño.  Que  en  aquella 
revolución,  era  Romana  uno  de  los  triunviros  aspiran- 


JUNIO  1810 


487 


tes  al  mando,  no  lo  deja  dudar  su  conducta  anterior  y 
coetánea.  En  el  fervor  del  tumulto,  él,  y  sus  amigotes, 
los  hermanos  Frere,  se  aparecieron  en  la  Junta  Sevilla- 
na. Romana  había  anunciado  antes  su  viage  á  la  Isla, 
todos  sus  compañeros  habian  ya  partido,  y  sólo  él  y 
Contamina  (cuñado  de  Montijo  y  Palafox)  se  hallaron 
allí.  Así  que,  los  que  sembraron  las  calumnias  en  aquel 
teatro,  ¿por  qué  no  cuidarían  de  difundirlas  por  Euro- 
pa? Pero  tantos  ilustrados  ingleses  como  se  hallaron  al 
lado  de  la  Junta,  y  observaron  sus  operaciones,  ¿sufri- 
rán que  se  ofendan  tan  descaradamente  la  verdad  y  la 
justicia?  Que  hubiésemos  cometido  errores,  nosotros  lo 
reconocemos  de  buena  fe;  pero  acusarnos  de  haber  ven- 
dido la  pátria,  y  haber  manchado  nuestras  manos  su 

sustancia   quis  tam  patiens  ut  teneat  se?  He 

aquí,  My  Lord  mió,  lo  que  me  aflige|,  sin  que  por  eso 
crea  Vm.  que  he  caido  en  el  abatimiento  que  nos  han 
preparado.  Victi  siimus  igüiir,  aitt  si  vinci  dignitas 
non  potest,  fracti  certe  et  ahjecti. 

528  Y  ¿qué  diré  á  Vm.  del  estado  de  la  guerra? 
Nada  con  seguridad,  porque  nada  llega  auténtico  á  este 
rincón.  Dícese  que  Massena,  que  entró  con  los  refuer- 
zos, vá  sobre  Ciudad-Rodrigo  á  conquistar  á  Portugal, 
y  que  el  egército  inglés,  se  retira  para  reembarcarse. 
No  lo  creo;  pero  si  es  cierto  lo  primero,  no  dudaré  lo 
segundo.  Desde  los  sucesos  de  Talavera,  he  visto  el  sis- 
tema adoptado  por  nuestros  aliados,  ó  por  decir  mejor, 
por  ese  Ministerio.  Forzar  al  enemigo  á  extraordina- 
rios esfuerzos,  que  acaso  fuesen  superiores  á  su  poder; 
pero  sin  cooperar  con  nosotros,  ni  empeñarse  con  él. 
Los  fines  de  este  systema,  son  bien  conocidos.  ¿Á  qué 
acumular  tantas  fuerzas  en  Cádiz,  para  cuya  defensa 
sobra  el  egército  que  tenemos  encerrado  allí,  y  que  si 
por  algo  es  dudosa,  sin  duda  por  la  acumulación  de 
tanta  tropa  en  un  punto  tan  reducido?  Y  ¿á  qué  la  in- 
acción del  egército  anglo-lusitano  en  las  fronteras  de 
Portugal,  quando  los  franceses  derramados  por  las  An- 
dalucías, con  una  pequeña  fuerza  en  Castilla,  Astúrias 
y  Galicia,  tienen  casi  abandonado  todo  el  interior?  Que 


488 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


la  R(egencia,  ó  La  Romana)  entra  en  este  sistema,  es 
demasiado  conocido. 

De  otro  modo,  la  atención  del  enemigo  sería  lla- 
mada al  centro:  las  tropas  de  Cádiz  podrían  seguirle  y 
unirse  á  las  de  Extremadura  y  Portugal.  Asturias  y  Ga- 
licia, libres  de  temor,  podrían  hacer  una  diversión  po- 
derosa hacia  la  Cantabria;  y  Cataluña,  Valencia,  Mur- 
cia y  Aragón,  llenas  todavía  de  recursos  (salvo  de  ar- 
mas, que  tenazmente  nos  niegan),  podrían  dar  á  la  de- 
íensa  de  España,  un  nuevo  vigor  y  más  ciertas  esperan- 
zas. Que  éste  sea  el  deseo  de  la  nación  inglesa,  lo  creo 
de  su  conocida  generosidad:  que  lo  sea  de  sus  ministros, 
me  lo  hace  dudar  su  conducta  y  temer  ciertos  desig- 
nios ambiciosos,  antes  columbrados,  ya  más  descubier- 
tos, y  que  según  mis  antiguas  predicciones,  tardarán 
muy  poco  en  confirmarse.  Si  tal  es  la  gloria  á  que  as- 
pira la  inicua  política  del  día,  yo  no  se  la  envidio,  ni  la 
envidiará  ningún  hombre  de  bien,  que  crea  que  la  gloria 
no  se  puede  separar  de  la  justicia  y  la  virtud, 

529  Entretanto,  el  pobre  país  de  Astúrias  está  en 
agonía.  Sin  tropas,  porque  envió  con  Ballesteros  12.000 
hombres,  la  flor  de  su  egército:  sin  armas,  porque  ha 
perdido  su  excelente  fábrica  de  fusiles:  sin  dinero  para 
restablecerla  y  proveerse,  porque  no  se  lo  dá  el  Gobier- 
no: y  sin  víveres,  porque  ni  los  tiene  ni  los  puede  reci- 
bir de  otra  parte;  está  dominada  por  un  puñado  de  Ván- 
dalos, que  la  destrozan  y  aniquilan.  Sobre  esta  pena, 
tengo  la  de  haberse  confiado  el  mando  de  la  Provincia 
á  mi  sobrino  Pepe,  de  quien,  si  no  me  engaño,  todo  se 
podría  esperar  si  tuviese  medios;  pues  que  nada  le  falta 
de  talento,  de  valor  y  de  patriotismo.  Y  he  aquí,  mi 
buen  amigo,  lo  que  nos  detiene  en  Muros,  sin  que  yo  me 
resuelva  á  volver  á  La  Isla,  ni  á  tomar  otro  partido. 
Quando  lo  hiciere,  volveré  al  lado  del  Gobierno,  como 
me  está  mandado,  y  veré  si  puedo  asegurar  alguna  sub- 
sistencia distante  de  él.  Tengo  dicho  á  Vm.  que  para 
fijar  mi  suerte,  siempre  contaré  con  su  amistad  y  favor; 
pero  siempre  decidido  á  buscar  tierra  de  mi  pátria,  por- 
que pienso,  con  Cicerón,  que  etiarn  si  oppestenda 


JUNIO  1810 


489 


mors  esset,  in  patria  mallem  quam  in  externis  atque 
alie  ni  s  locis. 

530  Mucho  sentiré  que  no  haya  llegado  á  manos  de 
Vm.  un  pliego  dirigido  por  el  Sr.  Magniac,  agente  in- 
glés en  La  Coruña.  Contenía  varias  cópias,  que  unidas 
á  las  que  ahora  van,  completarán  la  historia  de  nuestra 
persecución.  Como  no  espero  que  haya  concluido,  Vm. 
deberá  esperarlas  de  todo  lo  que  pertenece  á  ella.  Aca- 
so soy  importuno  cansando  á  Vm.  con  tan  largas  car- 
tas y  tan  fastidioso  papelorio;  pero  á  lo  ménos,  verá 
Vm.  en  ello,  una  prueba  de  la  confianza  que  he  deposi- 
tado en  su,  para  mí,  tan  apreciable  amistad.  Y  ahora, 
permítame,  mi  amable  My  Lady,  que  yo  le  rinda  mis 
afectuosos  respetos,  y  para  que  no  se  aflija  su  corazón 
sobre  mi  suerte,  dígole  que  mi  amado  Pachin  y  yó,  es- 
tamos buenos,  tranquilos  y  con  bastante  humor  para 
hacer  una  vida  más  alegre  y  menos  agitada  que  de  án- 
tes.  Extiéndese  mi  memoria  á  nuestro  respetable  Mister 
Alien,  y  á  Carlitos,  y  Vm.  créame  siempre  su  eterno  y 
constante  amigo. 

/.  Ll. 


525    Ya  Vm.  en  otra  época  de  mis  infortunios   Alude 

Jovellanos  en  estas  expresiones,  á  la  intercesión  de  Holland  y 
Nelson  en  favor  suyo,  cuando  en  1805  gemía  en  las  prisiones  de 
Bellvér.  Véanse  sobre  este  episodio,  las  cartas  H  —  1,  N  —  1  y 
J  —  2:  y  asimismo,  nuestra  obra,  Amarguras  de  Jovellanos^  pá- 
gina 121. 

Los  documentos  que  aquí  menciona  Jovellanos,  son  conocidos 
€n  parte  (pues  como  más  adelante  expresa,  se  reducen  á  cópias); 
otros,  deben  conservarse  inéditos  en  el  archivo  de  Holland-House. 
Pero  como  á  tales  papeles,  ni  se  les  asigna  fecha,  ni  se  les  pone 
título,  siendo  varios  los  que  se  registran  sobre  igual  materia  en 
esta  carta  y  en  las  sucesivas  (J  —  100  y  J  —  101,  §§  530,  531,  537);  y 
como  para  mayor  desgracia,  la  lista  de  ellos  que  iba  adjunta  á 
la  última  carta,  no  haya  aparecido,  de  aquí  la  dificultad  de  pre- 
cisarlos. 


490 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Los  dos  principales  mencionados,  son: 

a)  Reflexiones  sobre  la  organización  en  dos  Cámaras. 

(es  el  apéndice  xv  de  la  Memor.  de  la  Junta  Central.) 

b)  Convocatoria  d  Cortes. 

(es  el  apéndice  xviii  de  la  Memor.  de  la  J.  Central  (29 
Enero  1810),  pues  en  él,  se  habla  de  la  sanción  real.) 

c)  (§  526)  Representación  d  la  Regencia. 

(es  el  apéndice  xxiv  de  la  Memor.  de  la  J.  Central  (29^ 
Marzo  1810;  véase  también  nuestra  nota  518). 

527  En  la  obra  de  Santiago  Gadea,  El  Intendente  Calvo  de 
Rosas,  y  en  su  ix  ilustración  (pág.  195),  se  narra  detalladamente 
la  conspiración  de  Sevilla,  su  descubrimiento  por  Calvo  de  Rozas 
la  institución  de  la  Regencia,  y  todos  los  demás  sucesos  deriva- 
dos de  ella. 

En  una  extensa  nota  de  la  pág.  200,  se  estampa  la  consulta 
evacuada  por  el  Consejo  de  Castilla  á  consecuencia  del  registra 
de  equipages  de  los  Centrales  en  la  fragata  Cornelia.  De  ella  re- 
sulta, que  los  delatores  y  calumniadores,  fueron,  Francisco  Per- 
nández  Noceda,  patriota  Francisco  Sierra,  contador  de  Ren- 
tas, y  José  María  Croquér,  contador  de  la  fragata,  apoyados  por 
Pascual  de  las  Veneras,  tercenista;  Manuel  Diosdado,  oficial  ma- 
yor, José  Antonio  Martínez,  y  otros,  que  se  acusaron  mutuamen- 
te, resultando  ser  el  más  culpable,  José  María  Croquér,  de  génio 
díscolo^  y  subversivo  del  órden. 

Por  último,  el  Consejo  de  Castilla  opinaba,  que  se  diese  á  la 
causa,  otro  estado.,  para  iftdemnisar  el  honor  ultrajado  de  los 
interesados^  y  castigar  á  los  delatores,  como  así  lo  reconoció  el 
tribunal  de  policía. 

La  Regencia,  se  conformó  con  la  evacuación  de  la  consulta^ 
acordando  en  14  de  Mayo  de  1810,  que  se  devolviese  la  causa  al 
Tribunal  de  policía  y  seguridad  pública  de  la  Real  Isla  de  León, 
á  los  fines  de  justicia. 

Total:  nada.  Porque  la  Regencia,  descargaba  su  responsabili- 
dad en  el  Consejo  de  Castilla,  y  este  encarnizado  enemigo  de  los 
Centrales,  aprovechaba  todas  las  ocasiones  posibles  para  zaherir- 
les y  denigrarles. 

528  El  Mariscal  Massena,  encargado  de  la  invasión  de  Portu- 


JUNIO  1810 


491 


gal,  llevaba  consigo  66.000  infantes  y  6.000  caballos.  El  10  de  Julio 
de  1810,  hacía  capitular  á  Ciudad  Rodrigo,  tras  porfiado  cerco, 
heróicamente  sostenido  por  su  Gobernador  Pérez  de  Herrasti. 

Wellington,  que  estaba  en  Viseo,  se  adelantó  á  Celórico:  su 
vanguardia  (Crawfurd)  hallábase  en  Barba-de-Puerco,  á  seis  le- 
guas de  Ciudad  Rodrigo,  pero  no  socorrió  á  esta  ciudad,  y  se 
mantuvo  á  la  espectativa.  Dependía  esto,  de  que  Wellington  ha- 
bía elevado  al  Gobierno  inglés  (presidido  por  Lord  Liverpool j  su 
plan  defensivo  de  Portugal.  El  gabinete  inglés,  descorazonado 
con  la  paz  de  Austria,  y  el  desastrado  remate  de  la  expedición  de 
Walcheren,  había  vacilado  en  si  continuaría  ó  nó  protegiendo 
con  esfuerzo,  la  causa  peninsular  {Toreno:  3  —  xii  —  21),  pero 
arrastrado  por  las  razones  de  Wellington  (que  apoyó  su  hermano 
el  Marqués  de  Wellesley,  miembro  ahora  del  Gabinete),  accedió 
al  fin  á  la  propuesta  del  General. 

No  pudiendo  explicarse  Jovellanos  la  inacción  de  los  aliados, 
é  ignorante,  por  otra  parte,  de  los  sucesos  ocurridos,  naturales 
eran  su  pesimismo  y  sus  tristes  augurios. 

Alburquerque,  entró  en  Cádiz  con  11  000  hombres  el  4  de  Fe- 
brero de  1810  (Castro:  ob.  d.,  p.  17);  pero  al  siguiente  día,  5,  ya 
estaba  Víctor  en  el  Puerto  de  Santa  María.— Á  últimos  de  Marzo 
de  1810,  llegó  á  contar  en  su  recinto,  de  14  á  15.000  hombres,  á 
los  cuales  había  que  agregar  5.000  ingleses  al  mando  de  Stewart, 
y  después,  al  del  General  Sir  Thomas  Graham.  Además,  había 
milicia  urbana  y  voluntarios,  cuyo  número  ascendía  á  8.000 
hombres. 

El  General  Blake  (que  sucedió  á  Alburquerque  en  el  mando 
de  la  Isla)  llego  á  Cádiz  el  22  Abril  de  1810,  y  tuvo  á  sus  órdenes 
de  17  á  18.000  hombres  (sin  los  aliados  y  milicia). 

Con  razón  se  preguntaba  Jovellanos,  qué  hacía  esa  masa  enor- 
me de  31.000  hombres,  en  una  ciudad  sitiada. 

529  Astúrias,  perecía  por  plétora  de  gefes  y  generales,  que  ni 
sabían  mandar,  ni  eran  obedecidos:  por  falta  de  tropas  regulares 
y  plaga  de  guerrilleros-salteadores;  porque  en  un  solo  año,  sin 
trabar  combate  ni  batalla,  consumió  sin  gran  provecho,  35  millo- 
nes de  reales  (Toreno:  Histor.,  tom.  2,  apénd.  7  al  lib.  viif ;  por- 
que sus  Juntas,  nunca  valieron  para  nada,  pues  no  eran  mas  que 
semillero  de  intrigas,  y  pugilato  de  caciques,  inutilizando  y  en- 


492 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


torpeciendo  toda  acción  militar:  porque  Oviedo  y  Gijon,  después 
de  tanto  vociferar  y  mentar  á  Zaragoza^  á  Don  Pelayo^  y  al  ti- 
rano  de  Europa^  desampararon  la  población  en  cuanto  oyeron 
las  primeras  pisadas  de  los  caballos  de  Kellérman,  hasta  el  ex- 
tremo de  que  en  Oviedo,  cuna  de  las  fanfarronadas,  5sus  seis 
mil  habitantes,  quedaron  reducidos  á  trescientos  (Alv.  Valdés: 
loe,  cit.^  pág.  158),  y  en  Gijon,  no  permanecieron  más  que  los  in- 
trépidos pescadores  de  Cimadevilla  y  su  escasa  guarnición.  Que- 
rer ser  grandes  y  heroicos,  sin  valor  para  serlo,  y  para  salir  á  la 
postre  con  una  tentativa  de  fusilamiento  en  el  Campo  de  San 
Francisco,  con  atropellos  salvajes  como  los  de  Castiello  de  Lena, 
el  saqueo  de  pueblos  inermes  como  Gijon,  Villaviciosa,  y  Cángas 
por  bandas  de  genízaros  como  Castañón,  Escandón,  y  Cuéllar, 
ántes  provoca  el  ridículo  y  menosprecio,  que  no  la  admiración 
que  se  pretende  por  tan  bajos  medios. 

Cierto  que  Astúrias  envió  12.000  hombres  (la  flor  de  su  egér- 
cito)  con  Ballesteros,  que  en  gran  parte  pereció  en  Espinosa;  mas 
la  otra  mitad,  regresó  á  Asturias,  y  se  reorganizó  bien  ó  mal. 
Pero  como  no  existía  plan  de  campaña,  ni  unidad  de  mando,  y  la 
movilidad  era  incesante,  y  muy  parecida  á  la  de  la  ardilla  del 
cuento,  de  aquí  los  desastres.  '(Toreno:  loco  cit.,  3  — xii  —43).  El 
propio  Jovellanos,  cuando  no  le  enciende  el  fuego  del  patriotis- 
mo, lo  ve  muy  claro,  y  á  entenderlo  dá  clarísimamente  en  la  si- 
guiente carta.  (§  534,  ad  finis).  Suplem.  not.  516. 


[J  —  C] 

Muros,  18  de  Julio  1810» 


531  Mi  dulce  y  respetable  amigo:  un  barco  va  á  sa- 
lir para  el  Támesis,  y  yo  no  puedo  resistir  á  la  tenta- 
ción de  escribir  á  Vm.  Por  más  que  se  prolongue  el  si- 
lencio de  Vm.  y  que  yo  no  reciba  respuesta  alguna  á 
varias  cartas  que  le  escribí  desde  aquí,  esta  tentación 
se  hace  más  fuerte  que  las  circunstancias,  así  como  el 
deseo  de  conversar  con  Vm.  en  ellas.  Otra  vez  se  habla 


JULIO  1810 


493 


de  Córtes,  y  esta  voz  tan  respetable  para  los  amigos  de 
la  libertad,  y  de  la  gloria  de  España:  esta  voz,  que  en 
otro  tiempo  hubiera  producido  tanto  consuelo  para 
ellos,  y  tantos  bienes  para  la  nación,  apenas  les  promete 
hoy  una  débil  y  dudosa  esperanza.  Yo,  cuyos  senti- 
mientos son  á  Vm.  tan  conocidos,  así  en  quanto  á  éste 
como  en  quanto  á  los  demás  objetos  de  deliberación 
propuestos  en  el  tiempo  en  que  fui  parte  en  el  Gobier- 
no, me  consuelo  con  haber  opinado  siempre  según  lo 
que  la  razón,  y  el  verdadero  amor  de  la  patria,  exigían 
de  un  buen  ciudadano;  y  sin  embargo,  tengo  todavía  el 
más  ardiente  deseo  de  fijar  esta  verdad  en  el  corazón 
de  Vm.;  no  sólo  porque  de  ninguno  deseo  esta  opinión 
tanto  . como  del  hombre  á  quien  más  respeto  por  sus  ta- 
lentos, y  más  amo  por  sus  virtudes  y  amables  dotes; 
sino  también  porque  sintiéndome  ya  viejo,  y  previendo 
que  voy  á  entrar  en  una  época  turbulenta  y  peligrosa, 
en  la  qual  para  nadie  tendrá  sosiego  ni  seguridad,  el  te- 
mor de  que  en  ella  acabe  mi  vida,  hace  más  vivo  en  mí 
el  deseo  de  fama  y  buén  nombre;  así  como  la  esperanza 
de  que  Vm.  será  el  defensor  de  ella,  quando  yo  haya 
dejado  de  existir.  Por  esto,  incluyo  á  Vm.  hoy  copia 
del  Dictamen  que  di  en  Mayo  del  año  pasado,  y  que 
produjo  el  decreto  del  22  de  aquel  mes;  y  si  Vm.  no  tu- 
viere el  que  di  en  Aranjuéz  en  7  de  Octubre  1808,  quan- 
do se  trataba  de  instalar  el  gobierno  legítimo,  también 
se  le  enviaré.  Bien  sé,  y  ahora  lo  veo,  y  toco  más  de 
cerca,  que  debí  opinar  por  una  época  más  breve  para 
las  Córtes;  pero  débenme  disculpar  el  temor  de  que  ce- 
lebradas entónces,  hubieran  divertido  los  ánimos  del 
principal  objeto  de  la  guerra,  y  el  deseo  de  que  prepa- 
rados ántes  los  objetos  que  debían  resolverse  en  ellas, 
al  mismo  tiempo  que  asegurasen  los  medios  de  salvar 
la  pátria,  echasen  y  asegurasen  para  siempre  los  ci- 
mientos de  su  libertad.  En  medio  de  esto,  estoy  con  la 
zozobra  de  que  se  hubiesen  perdido  los  diferentes  pa- 
peles que,  con  el  mismo  objeto,  he  enviado  á  Vm.  en 
mis  cartas  escritas  de  aquí;  y  esta  zozobra  se  hace  más 
gravC;  por  la  falta  que  tengo  de  cartas  suyas.  Ruego 


494 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


por  tanto  á  Vm.,  que  me  diga  si  los  ha  recibido:  entón- 
ces  estaré  consolado,  pues  aunque  no  me  dén  opinión 
de  sábio  ni  eloquente,  me  la  darán  de  bueno  y  honrado 
español,  y  esta  me  basta. 

532  La  Regencia,  entró  temiendo  las  Córtes,  y  ahora 
conoce  su  necesidad,  y  las  desea;  pero  me  temo  que  las 
mire  más  bien  que  como  un  remedio  á  nuestros  males, 
como  un  recurso  para  salir  de  las  grandes  dificultades 
en  que  está  envuelta.  Sobre  los  progresos  que  han  he- 
cho y  hacen  las  armas  francesas,  vé  cerca  de  sí,  la  Jun- 
ta de  Cádiz,  que  resiste  ó  embaraza  sus  providencias, 
y  léjos,  el  terror  y  el  desmayo  de  que  se  van  llenando 
las  provincias.  Cayó  Lérida:  fué  evacuado  Hostalrich, 
y  ya  dicen  que  se  ha  entregado  Ciudad-Rodrigo.  Los 
Ingleses  y  Portugueses,  se  colocaron  cerca;  pero  solo 
para  ser  espectadores.  Es  muy  probable  que  hagan  otro 
tanto  en  Badajóz,  donde  el  botarate  de  Romana  en  tor- 
pe inacción,  así  descontenta  á  los  extraños  como  á  los 
propios.  ¿Y  bién?  Los  que  dejan  abrir  las  puertas  de 
Portugal  ¿estarán  dispuestos  á  defender  su  entrada?  No 
lo  creo;  espero  mas  bién,  ó  por  mejor  decir,  temo  que 
el  egército  aliado  se  reembarque.  ¿Y  á  esto  habrá  en- 
viado Wellesley,  un  hermano  por  General,  y  otro  por. 
embajador?  Y  quando  esto  cupiera  en  los  principios  de 
la  alianza,  ¿cabría  en  los  de  la  guerra?  ¿No  está  en  ella 
la  Inglaterra  como  la  España?  Y  si  en  ella  ha  de  lidiar 
la  Inglaterra  con  la  Francia,  ¿dónde  habrá  de  lidiar  sinó 
en  España?  Aunque  léjos,  temo  que  la  Regencia  haya 
penetrado  el  systema  que  yo  previ  desde  la  retirada  de 
Talavera,  que  la  Junta  Central  nunca  quiso  conocer,  y 
que  cada  día  se  desenvuelve  más  y  más.  Podré  enga- 
ñarme, pero  no  será  sin  buenas  cartas. 

533  Habrá  Córtes  para  el  mes  de  Agosto,  y  Vm.  me 
preguntará  porqué  no  voy  á  ellas.  La  respuesta  es  fá- 
cil. No  teniendo  en  ellas  representación  ni  como  hom- 
bre público,  ni  por  elección  particular,  no  puedo  ser 
parte  en  este  Congreso.  Como  Consejero  de  Estado, 
podría  estar  al  lado  del  Gobierno,  pero  pues  no  me 
llama,  claro  es  que  no  me  necesita.  Por  otra  parte,  en- 


JULIO  1810 


495 


vuelto  en  las  calumnias  vomitadas  contra  la  Junta 
Central,  y  en  los  atropellamientos  sufridos  por  sus  in- 
dividuos, y  habiendo  elevado  nuestras  quejas  al  Go- 
bierno, y  no  habiendo  recibido  reparación  alguna  (sal- 
vo la  que  va  en  la  copia  adjunta  que  solo  se  refiere  á 
un  hecho  particular),  lo  único  que  aconsejan  el  honor 
y  la  prudencia,  es  buscar  esta  reparación  en  las  Cor- 
tes. Más  necesaria  para  los  demás  compañeros  que 
para  mí  (pues  que  estoy  seguro  de  que  mi  reputación 
personal  náda  sobre  las  calumnias  generales),  he  escri- 
to á  Garay,  que  está  en  Cádiz,  para  que  reúna  á  los 
que  están  allí,  en  este  empeño.  Si  se  resuelven,  la  re- 
clamación será  de  todos;  sinó,  mi  Pachin  y  yo,  entra- 
remos solos  en  la  lucha. 

534  La  pobre  Astúrias  está  attx  ahois.  Los  france- 
ses después  de  replegados  á  la  derecha  del  Nalon,  vol- 
vieron de  repente  á  pasarle,  arrollando  la  división  de 
Galicia,  pasaron  el  Návia,  aparecieron  en  Castropol,  y 
introdujeron  el  susto  en  este  reino.  Ahora  se  han  situa- 
do en  la  derecha  del  Návia.  Mi  sobrino,  se  sostiene  en 
lo  interior,  y  está  con  la  división  de  Bárcena  en  Sali- 
me.  La  confianza  renace.  Mahy,  envió  1.500  hombres 
por  Leytariegos:  Porlier,  con  su  pequeña  división,  y 
500  ingleses,  embarcados  en  cuatro  fragatas,  va  á  caer 
en  la  Montaña  ó  Vizcaya,  y  los  dispersos,  se  reúnen. 
Pero  esta  confianza  de  otros,  falta  en  mí.  Los  Galle- 
gos, tan  vaHentes  en  su  patria,  en  Astúrias  no  han  he- 
cho mas  que  huir,  y  robar.  El  paí^,  agotado  de  recur- 
sos, no  es  atendido  ni  socorrido  por  el  Gobierno.  La 
flor  de  las  tropas,  12.000  hombres  sacados  por  Balleste- 
ros, le  faltan  para  su  defensa:  5  ó  6.000  que  quedaron, 
hambrientos,  desnudos  y  fatigados  con  continuos  ata- 
ques, son  muy  difíciles  de  gobernar,  y  el  gobierno  mis- 
mo de  su  Junta,  es  poco  á  propósito  para  tal  situación. 
Mi  sobrino,  el  artillero,  que  manda  interinamente  en  la 
provincia,  y  que  es  acaso  la  mejor  cabeza  y  el  mejor 
corazón  que  hay  en  ella,  atadas  las  manos  por  la  Junta, 
y  no  bien  obedecido  por  los  gefes  de  división,  que  aspi- 
ran á  la  independencia,  se  consume  á  fuerza  de  fatigas 


496 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


y  disgustos;  y  sus  planes,  que  hubieran  salvado  el  país 
más  de  una  vez,  quedan  sin  efecto. 

535  Tal  es  ¡oh  mi  buen  amigo!  la  situación  de  mi 
país;  tal  la  de  mi  pátria;  tal,  la  mía.  Tal  qual  yo  la  con- 
cibo, la  comunico  á  Vm.,  en  la  reserva  y  con  la  con^ 
fianza  de  la  amistad,  sin  temor  de  cansarle  con  estos 
cartafolios;  porque  jamás  dudaré  del  interés  que  toma 
en  todo  esto.  Concluyo,  pues,  ofreciendo  mi  memoria 
y  mis  respetos  á  la  buena  y  amable  My  Lady;  y  salu- 
dando á  nuestro  Mr.  Alien,  y  á  Garlitos,  y  á  Lord  Rus- 
sell,  y  repitiéndome  de  Vm.  constante  y  affmo.  amigo^ 

/.  Ll. 

536  P.  D.  Este  pliego  va  por  manos  de  Don  Juan 
Nepomuceno  Ezcurdia,  Alumno  que  fué  de  mi  Instituto» 
Asturiano,  y  hoy  comerciante  en  la  Coruña:  jóven  de 
muchos  conocimientos,  y  de  excelentes  prendas,  que  si 
se  hallase  en  Lóndres,  pondrá  esta  carta  en  manos  de 
Vm.  y  podrá  ser  conducto  para  su  respuesta. 

531  Los  documentos  aquí  citados  por  Jovellanos,  son  los  si- 
guientes: 

a)  Dictamen  de  21  de  Mayo  de  1809,  dado  en  Sevilla. 

(inserto  en  la  Mentor,  en  def.  de  la  J.  Central,  apén- 
dice xii). 

h)  Decreto  de .22  de  Mayo  de  1809,  dado  en  el  Real  Ale  de  Se- 
villa. 

(inserto  en  la  Historia  de  Toreno:  tom.  2  —  ix  —  apéndice 
segundo). 

c)  Dictamen  dado  en  Aranjuéz  el  7  de  Octubre  de  1808. 

(inserto  en  la  Memor.  en  def.  de  la  J.  Central,  apén- 
dice v). 

El  decreto  6,  es,  sin  precisarlo,  el  de  que  habla  el  Lord  en  su 
carta  H-32,  y  que  tanto  elogia. 

Nótense  las  expresiones  del  digno  magistrado  en  la  presente 
carta:  aunque  no  me  dén  (mis  escritos)  opinión  de  sabio  ni  elo- 
cuente, me  la  darán  de  bueno  y  honrado  español,  y  ésta  me 
basta. 


JULIO  1810 


497 


Idéntico  concepto  se  lée  en  otra  confidencial,  de  igual  fecha, 
dirigida  á  un  amigo  mallorquín: 

Jamás  he  aspirado  á  la  opinión  de  hombre  grande^  sinó  d  la 

de  hombre  bueno  (Antillon:  Mentor,  histór.  de  Don  G.  M.  de 

Jovellanos.—P  Silma:  18J2.) 

532  La  Junta  de  Cádiz  pretendía  avasallar  á  la  Regencia,  y 
sinó  llegó  á  tanto,  fué  porque  ésta  contaba  con  el  apoyo  del  Em- 
bajador inglés  (véase  nuestra  nota  515). 

En  lo  tocante  á  la  pérdida  de  las  plazas  fuertes,  la  de  Lérida 
se  rindió  en4  de  Mayo  de  1810,  siendo  su  Gobernador  Don  Jaime 
García  Conde.  Hostalrich^  fué  evacuado  un  mes  ántes,  12  de 
Abril  de  1810,  por  su  Gobernador  Don  Julián  Estrada:  y  Ciudad- 
Rodrigo,  capituló  el  10  de  Julio  de  1810,  habiendo  sido  defendida 
heróicamente  por  su  Gobernador  Don  Andrés  Pérez  de  Herrasti. 

Y  en  lo  relativo  á  nuestros  aliados,  ya  manifestamos  en  la  pre- 
cedente nota  (ord.  528),  el  por  qué  de  su  conducta. 

No  es  todo  lo  imparcial  que  debiera,  ni  justa  tampoco  en  la  oca- 
sión presente,  la  censura  que  fulmina  el  ilustre  desterrado,  con- 
tra La  Romana;  acaso,  porque  en  las  personas  de  grave  carác- 
ter, nunca  se  calma  ni  entibia  el  enojo  que  sienten  contra  las  que 
proceden  de  ligero.  "El  marqués  de  La  Romana  (añade  el  histo- 
„riador  ovetense),  pasó  de  Badajóz  al  cuartel  general  de  Lord 
„Wellington,  y  unió  sus  ruegos  á  los  de  los  moradores  y  autori- 
„dades  de  Ciudad-Rodrigo,  á  los  del  Gobierno  español,  y  aún  á 
„los  de  algunos  ingleses.  Nada  bastó.  Welhngton,  resuelto  á  no 
„moverse,  permaneció  en  la  porfía.,, 

534  Bonnet,  se  enseñoreaba  de  Oviedo  por  tercera  vez  el  29  de 
Marzo  de  1810.  De  aquí  salió  el  27  de  Abril  en  marcha  arrolladora 
después  de  haber  cruzado  el  Nora,  y  el  Nalon,  por  el  puente  de 
Gallegos  y  la  barca  de  Udrión;  atacó  las  fuerzas  asturianas  en  el 
de  Peñañor,  y  rebasando  las  líneas  del  Narcea,  y  del  Navia,  llegó 
(1.°  Mayo)  hasta  Castropol  y  Luarca. 

Abriremos  aquí  un  paréntesis  para  desvanecer  un  calificativo 
sobrado  duro,  que  Jovellanos  aplica  á  los  soldados  de  la  división 
gallega  que  vino  á  Asturias.  Nos  valdremos,  para  ello,  del  testi- 
monio del  General  Arteche  (oh.  d.,  t.  viii,  pág.  136),  cuyo  impar- 
cial relato  excusamos  encarecer. 

32 


498 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


La  división  gallega  en  el  combate  de  Peñaflor  (19  Marzo:  1810) 
„al  mando  del  T.  C.  Don  Luis  Díaz,  se  componía  del 
„l  er  batallón -Provisional  de  Zamora  1 


„La  división  gallega,  izquierda  de  la  línea  (dice  Arteche  al  rela- 
„tar  el  combate)  halló  la  mayor  resistencia  en  las  alturas  inme- 
„diatas,  pues  si  en  un  principio  las  guerrillas  de  Rivero  y  Zamo- 
^,ra^  llevaron  arrolladas  á  las  francesas  hasta  ponerse  á  tiro  de 
„pistola;  reforzadas  éstas  considerablemente,  no  fué  posible  dar- 
„las  una  carga  á  la  bayoneta,  que  Díaz  tenía  ya  dispuesta  con 
„otras  compañías  de  Zamora  que  las  seguían  en  reserva,  y  de  muy 
„cerca.  Por  el  contrario,  los  franceses,  que,  como  hemos  dicho, 
„tenían  muy  reforzada  aquella  ala,  cubrieron  de  fuego  á  los  ga- 
^^llegos,  y  éstos  no  sabiendo  contestarlo  por  su  poca  instrucción 
,,3;  ninguna  práctica,  comenzaron  muy  pronto  á  perder  terreno, 
„dispersándose,  algunos,  hasta  las  inmediaciones  de  Bayo,  y 

„Sama  Este  combate,  no  poco  reñido,  de  la  división  de  Ga- 

„licia,  decidió,  aún  resultando  desgraciado,  la  victoria  de  los  es- 
,,pailoles  en  la  linea  „ 

En  resúmen,  que  la  división  gallega,  fué  la  que  llevó  el  peso 
del  combate,  y  á  ella  se  debió  luego,  el  avance  de  Bárcena,  y  Por- 
lier,  que  llegaron  á  ocupar  las  posiciones  francesas. 

Por  nota,  agrega:  "la  división  gallega  tuvo  12  muertos,  28  he- 
„ridos,  26  prisioneros  (de  los  que  4,  oficiales)  y  73  extraviados  de 
„los  dispersos  en  el  primer  ataque.  Bárcena,  experimentó  pérdi- 
,,das  insignificantes.  Los  franceses  tuvieron  más  de  30  muertos  (de 
„los  que  4,  oficiales),  y  se  llevaron  á  Oviedo,  30  carros  de  he- 
„ridos. 

„  La  misma  división  gallega,  volvió  A  defender  heróicaniente 
„el  6  de  Abril  los  puentes  de  Gallegos,  y  Nora;  aunque  no  con 
„tanta  fortuna  en  el  centro,  donde  salió  quebrantado  el  batallón 
„del  Rivero^  el  más  desdichado  en  las  condiciones  de  su  oficia- 
„lidad.„ 

Las  expediciones  de  Porlier  (Juan  Díaz),  por  mar,  á  la  provin- 
cia de  Santander,  fueron  dos: 

a)  la  primera,  en  Julio  de  1810.  Partió  de  Ribadeo,  llevando  su 
división  á  bordo,  y  yendo  escoltado  por  cinco  fragatas  inglesas  al 
mando  del  Comodoro  Roberto  Mends.  Amagaron  los  aliados  va- 


,2.°  ídem  — Maceda 
,3.°   ídem  —Rivero. 


300  S 


1.700  h.s 


JULIO  1810 


499 


tíos  puntos  de  la  costa,  y  tomaron  tierra  en  Santoña.  Aquí,  y  en 
otros  parages,  cogió  200  prisioneros,  desmanteló  las  baterías  de 
la  costa,  alistó  en  sus  banderas  bastantes  mozos  del  país  ocupado, 
y  felizmente  tornó  á  La  Coruña  con  la  expedición,  el  22  de  Julio. 
(Toreno:  Histor.,  3  —  xii  —  42.) 

h)  la  segunda,  el  3  de  Agosto  de  1810.  Desembarcó  Porlier  en 
la  ensenada  de  Cuevas,  entre  Llánes  y  Ribadesella.  Dirigióse  á 
Pótes,  deshizo  en  las  montañas  de  Santander  algunas  partidas 
enemigas,  y  retrocediendo  á  Asturias,  obró  de  consuno  con  Sal- 
vador Escandon,  yotros  gefes  de  guerrillas  que  lidiaban  al  oriente 
del  Principado.  '.Toreno:  ihidem,  3  —  xii  —43.) 

534  En  la  carta  anterior  (J— 99,  §  529)  ya  mencionó  Jovellanos 
á  su  sobrino  Pepe  (Don  José  María  Ignacio  González  de  Cienfue- 
gos  y  Jovellanos),  Teniente  Coronel  de  Artillería  en  1808.  Este 
benemérito  militar,  contaba  con  honrosísimos  antecedentes  en  su 
hoja  de  servicios,  habiendo  estado  en  el  sitio  de  Mahon,  en  el  de 
Gibraltar,  en  la  guerra  del  Rosellon,  en  el  sitio  de  Bellegarde,  y 
en  !a  defensa  de  la  bahía  de  Cádiz  (1797).  Posteriormente,  figuró 
como  gefe  en  el  Colegio  de  Segovia,  de  1797  á  1805,  trasladando 
su  residencia  á  Oviedo,  en  Noviembre  de  1806,  con  el  cargo  de  Di- 
rector de  las  fábricas  de  Oviedo  y  Trúbia,  en  el  que  le  halló  la  in- 
vasión francesa. 

En  18  de  Agosto  de  1808,  fué  nombrado  por  la  ñamante  Junta 
de  Astúrias,  Teniente  General,  y  á  la  vez,  Comandante  General 
de  Artillería  del  Principado. 

En  1809,  ascendió  al  empleo  de  Coronel  de  Artillería. 

Sus  condiciones,  como  militar,  sus  prendas  y  noble  carácter, 
diseñados  están  por  uno  de  sus  biógrafos  (nuestro  hermano,  Don 
Manuel  Somoza)  con  singular  expresión  y  puntual  frase  (pág.  9, 
§  2);  y  sus  desavenencias  con  La  Romana,  narradas  también  en 
dicho  escrito  (págs.  12  y  siguientes),  á  que  nos  remitimos. 

En  Junio  de  1809,  después  de  la  marcha  de  Kellérman,  reunié 
ronse  en  Oviedo  varios  gefes,  entre  ellos,  Don  Juan  Diaz  Porlier , 
Vóster,  y  Cienfuegos,  con  objeto  de  asumir  el  mando.  Vóster,  se 
lo  ofreció  á  Cienfuegos,  quien  lo  renunció.  En  amargas  frases 
pinta  el  artillero  á  su  ilustre  deudo,  el  estado  anárquico  del  país: 

(Somoza:  /.  c.  pág.  14)  "¿Acaso  puedo  yo  prometerme  sa- 
near á  mi  pátria  de  una  completa  anarquía  militar,  y  otra  quea  io  - 


500 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„ma,  y  remediar  los  escandalosos  absurdos  cometidos  por  el  Ge- 
,,neral  en  Geíe?  ¿Acaso  puedo  remediar  los  de  una  Junta  que  na- 
„me  dió  autoridad  para  adquirir  concepto  en  el  ejército,  decoro  á. 
,,)Tii  persona,  y  oídos  á  mis  insinuaciones?  ¿Acaso  podré  yo  per- 
„suadirme  que,  general  de  comedia,  haya  de  ser  mirado  como  se 
.,necesita  en  las  actuales  circunstancias,  como  General  en  gefe, 
„restablecedor  del  órden  entre  otros  generales  del  mismo  jaez, 
„pero  embriagados  de  orgullo,  llenos  de  ambición,  y  poco  menos 
„ignorantes  que  yó?  ¿Acaso  puedo  figurarme  que  he  de  ser  profeta 
„en  mi  pátria?,,— Y  al  final,  indica  el  único  remedio  posible.  —"¡Por 
„Dios!  ¡al  momento!  un  general  de  tesón  y  prudencia.  Al  Sr.  Cor- 
„nel  digo  lo  mismo,  y  que  no  sea  asturiano.  Venga  Don  Cayetana 
„Valdés,  que  es  excelente:  él  y  yo  podremos  hacer  algo;  yo  sin  él, 
,,nada;  y  otro  que  no  conozca  el  país,  poco  en  algún  tiempo. „ 

Complicadísimos  sucesos,  siguen  perturbando  el  país  asturia^ 
no,  y  órdenes  emanadas  de  diferentes  centros,  acaban  de  trastor^ 
narle  por  completo.  En  Agosto  de  1809,  Romana,  destituye  á  Cien- 
fuegos;  y  al  mes  siguiente,  le  repone  el  Ministro  de  la  Guerra 
(Cornél}.  En  4  de  Marzo  de  1810,  nómbrasele  por  segunda  vez. 
Capitán  general  de  Astúrias,  y  reorganiza  en  la  Vega  de  Riba- 
deo,  la  elaboración  de  fusiles. 

Pero  el  tragin  de  Generales  no  cesa:  viene  Mahy,  y  se  marcha: 
le  reemplaza  Arce,  y  se  marcha:  nadie  se  entiende  y  el  desastre 
continúa.  Oigamos  de  nuevo  la  voz  de  su  biógrafo  en  aquellos  di- 
fíciles momentos: 

(loe.  cit.,  pág.  16.)  "De  los  gefes  principales,  apenas  podía  con- 
„tar  Cienfuegos  más  que  con  el  digno  y  benemérito  Bárcena. 
„Castañoít,  se  proclamaba  casi  independiente  al  extremo  de  la 
,,provincia:  £1  Marquesita,  buen  guerrillero,  fiaba  en  su  iniciati- 
„va,  y  se  resistía  mucho  á  cualquier  otra;  y  en  cuanto  á  Alber- 
„gotti,  por  pertenecer  al  egército  de  Galicia,  alegaba  mil  escrú- 
„pulos  para  ayudar  al  nuestro.  Baste  decir  que,  invitado  á  ella 
„por  Cienfuegos,  contestó,  que  obedecería  las  órdenes  que  le 
,^diera  en  unión  con  las  Juntas  de  Astúrias  y  Galicia.  Tan 
„desatinada  proposición,  hecha  por  un  General,  prueba  hasta  qué 
„punto  eran  ciertas  las  rivalidades  y  desavenencias  puestas  de 
„relieve  por  Cienfuegos  en  las  vehementes  frases  que  ántes  ca- 
rpíamos. 

„     Y  estas  premisas,  no  podían  menos  de  traer  consecuencias 


JULIO  1810 


501 


.  jjdesastrosas:  la  línea  del  Nalón,  fué  rota  y  vencida  el  21  de  Abril 
„de  1810,  y  en  Mayo  fracasaron  dos  ataques  contra  Cángas,  y 
„Luarca.  Convencido  de  la  inutilidad  de  estos  esfuerzos  parcia- 
„les,  trazó  Cienfuegos  las  bases  de  un  ataque  general  que  había 
„de  combinarse  con  un  desembarco  de  Porlier  entre  Gijon  y  Vi- 
„llaviciosa;  pero  la  tardanza  en  su  preparación,  fué  causa  de  que 
„los  franceses  se  apercibiesen  de  él,  y  le  inutilizasen  con  algunos 
„movimientos  extratégicos,  en  que  tan  maestros  eran. 
„  La  llegada  de  otra  división  de  1.800  hombres,  que  Mahy  en- 
„víaba  á  las  órdenes  del  Brigadier  Don  Estéban  Porlier  (no  de- 
.„be  confundírsele  con  El  Marquesito)  animó  á  Cienfuegos  á  in- 
„tentar  un  último  esfuerzo.  Celebró  el  9  de  Julio  de  1810,  unajun- 
„ta  en  Brañas  (concejo  de  Leitariegos),  con  Bárcena  y  el  citado 
„Porlier,  y  se  combinó  el  movimiento  empezándose  su  ejecución 
„en  los  días  siguientes.  Habían  ocupado  ya  los  puntos  de  la  pri- 
„mera  posición;  y  al  marchar  sobre  la  segunda,  abandonaron  su 
„objetivo,  por  llevar  á  cabo  un  ataque  innecesario  é  inconvenien- 
„te,  contra  la  casa  fuerte  de  Bena vides,  en  el  Concejo  de  Lena. 
„Los  franceses  que  la  defendían,  rechazaron  á  ambas  divisiones; 
„y  puestos  nuevamente  sobre  aviso,  concentraron  sus  fuerzas  é 
„hicieron  fracasar,  como  el  primero,  este  segundo  y  bien  calcu- 
„lado  ataque. 

„  Tan  continuados  contratiempos,  desesperanzaron  por  com- 
„pleto  al  Comandante  general,  el  cual,  por  otra  parte,  se  hallaba 
„en  una  situación  violenta.  El  Consejo  de  Regencia,  había  nom- 
.„brado  á  Mahy,  en  Junio  de  1810,  Capitán  General  de  Asturias, 
„dando  á  entender  que  él  era  el  único  que  podía  hacer  tales  nom- 
„bramientos:  y  desautorizando  implícitamente  el  hecho  por  la 
„Junta  asturiana  en  favor  de  Cienfuegos.  Herido  éste  en  su  deli- 
.„cadeza,  insistió  desde  entónces,  y  cada  vez  con  más  empeño, 
„para  que  viniese  otro  General  á  reemplazarle,  lo  que  por  fin  se 
«verificó  en  Septiembre  con  la  llegada  de  Don  Francisco  Xavier 
«Losada,  á  quien  entregó  el  mando  en  Cangas  de  Tineo,  el  8  de 
«aquel  mes.,,  (8  Septiembre  1810.) 

Por  último,  en  1811  (siendo  Coronel  de  Artillería),  desempe- 
ñaba el  cargo  de  Comandante  general  de  Artillería  de  Galicia: 
en  Mayo  y  Junio  de  1811,  el  de  Gobernador  militar  de  la  Coruña; 
y  en  Julio  de  igual  año  (días  17  á  27),  veía  y  abrazaba  allí  por  úl- 
tima vez,  á  su  amado  tío  Don  Gaspar  Melchor  de  Jovellanos. 


502 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


536  Don  Juan  Nepomuceno  Ezcurdia  y  García,  nació  en  Gi}oi> 
en  1780;  tenía  entónces  treinta  años.  Fué  uno  de  los  sesenta  alum- 
nos que  inauguraron  el  Real  Instituto  Asturiano  en  la  memora- 
ble fecha  de  7  de  Enero  de  1794.  Posteriormente,  residió  en  La 
Coruña,  y  vivió  en  Lóndres. 


[J  — 01] 

Muros,  22  de  Agosto  1810. 

537  Mi  muy  amado  Lord;  ¿creerá  Vm.  que  soy  tan 
desgraciado  en  mi  correspondencia  con  Vm.,  que  su 
carta  de  26  de  Enero  (H  —  p),  no  llegó  á  mis  manos 
hasta  anteayer?  Env'iómela,  de  Cádiz  nuestro  Don  Fran- 
cisco Ferrás;  y  esta  carta,  y  otra  de  13  (15)  (H  —  q) 
de  Febrero,  recibida  aquí  en  Jimio,  son  las  únicas  que 
he  visto  de  Vm.  después  de  mi  separación  del  Gobier- 
no. En  los  disgustos  que  la  siguieron,  me  hubiera  sida 
de  grande  alivio  una  sola;  carta  de  Vm.  en  la  qual  ha- 
llase yo  la  seguridad  de  que  tantas  imposturas,  como  se 
han  esparcido  contra  nosotros,  no  habían  podido  alte- 
rar aquella  buena  y  honrada  opinión  que  Vm.  tenía  de 
mi  conducta:  cosa,  que  aunque  yo  creo  firmemente,  y  á 
la  qual  tengo  un  justo  derecho,  todavía  leería  con  gran 
consuelo  confirmada  en  sus  cartas.  Mi  disgusto,  crece 
en  razón  de  la  sospecha  de  que  ahí  ó  acá  haya  alguna 
infidelidad  en  los  correos;  puesto  que  Ferrás  me  ase- 
gura que  Vm.  me  ha  escrito  con  dirección  á  este  des- 
tino. Por  último,  me  aqueja  el  temor  de  que  se  hayan 
perdido  los  papeles  que  incluí  á  V"m.  en  mis  cartas,  y 
que,  por  decirlo  así,  eran  los  documentos  en  que  esta- 
ban consignadas  mis  opiniones,  y  que  puedo  asegurar 
que  influyeron  en  gran  manera  en  aquellos  acuerdos 
de  la  Junta  Central,  que,  á  pesar  de  todos  sus  errores, 
harán  ilustre  y  durable  su  memoria.  Adjunta  va  una 
lista  de  ellos,  y  deseo  que  si  esta  carta  llega  á  manos 


AGOSTO  J810 


503 


de  Vm.  tenga  la  bondad  de  decirme  en  respuesta  si  los 
ha  recibido. 

538  Acaba  de  recibir  nuestro  Pachin,  el  Manifiesto 
que  ha  publicado  el  Duque  del  Infantado;  y  yo  no  sé 
si  habrá  acertado  en  provocar  la  pluma  de  Venégas. 
Si  éste,  nombrado  para  el  Vi-reynato  de  Santa  Fé,  se 
ha  embarcado^  la  opinión  del  Duque  triunfará  por  al- 
gún tiempo;  si  no,  temo  que  se  ha  puesto  en  plaza  una 
discusión  en  que  padecerá  la  de  entrambos  contendien- 
tes. Vm.  quisiera  ver  al  Duque  reintegrado  en  su  ho- 
nor, y  yo  también,  pues  aunque  no  espero  de  él  tanto 
como  Vm.,  ya  sabe,  no  sólo  que  no  fui  parte  en  los 
desaires  que  recibió  de  la  Junta,  sinó  que  hice  quanto 
estuvo  en  mi  mano  por  evitárselos,  y  poner  su  estima- 
ción en  buen  lugar.  Ahora  llega  el  tiempo  de  las  ver- 
dades. Las  Córtes,  están  congregadas,  y  todo  el  mun- 
do implorará  su  justicia.  ¡Feliz  el  que  puede  poner  en 
su  propria  conducta,  la  confianza  de  que  no  puede  fal- 
tarle! 

539  ¡Conque  el  amable  Garlitos,  embarcado  como 
Guardia-marina,  está  en  la  Bahía  de  Gádiz,  y  yo  no 
puedo  verle!  Y  esta  desgracia  me  ha  alcanzado  tam- 
bién, sin  que  pueda  saber  de  su  boca  tantas  cosas  como 
pudiera  preguntarle  de  sus  amables  padres!  Por  fin,  la 
libertad  de  Asturias,  que  aún  espero,  se  alarga  tanto, 
que  es  muy  probable  que  yo  me  restituya  á  Gádiz. 
Quando  lo  resuelva,  avisaré.  Entretanto,  saludando 
con  todo  el  corazón  á  nuestra  amable  My  Lady,  y  á 
nuestro  Mr.  Alien,  queda  de  Vm.  affmo.  amigo 

/.  Ll, 

540  P.  ]).— Si  Vm.  me  escribiere  ó  enviare  algunos 
papeles,  lo  podrá  hacer  pr>r  medio  de  Don  Juan  Kelly, 
que  hace  aquí  el  oficio  deGónsul  Británico,  sin  título  ni 
goce,  y  á  costa  de  no  pequeños  sacrificios.  No  sé  por- 
qué Vms.  no  le  dán  el  título  y  derechos  de  tal,  para 
que  sean  recompensados,  su  celo,  su  trabajo  y  sus  ser- 
vicios. Hágalo  Vm.  si  se  hallare  en  el  caso.  Este  oficio 


504 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  mi  parte,  es  inspirado  por  la  justicia,  pues  que  el 
interesado  nada  me  ha  hablado  en  ello,  ni  sé  si  tiene 
pendiente  alguna  pretensión  sobre  ello. 

537  Las  cartas  de  HoUand  que  aquí  se  citan,  llegadas  á  poder 
de  Don  Gaspar  (aunque  con  retraso),  son  las  siguientes: 

Pall-Mall:  26  Enero,  1810  — H  — 68  (desconocida  para  nos- 
otros). HoUand-House:  13  (ó  15)  Febrero,  1810  —H  -  69^  (id.  id.) 

Sobre  la  infidelidad  de  los  correos,  véase  más  adelante  nues- 
tra nota  561. 

La  lista  de  documentos,  se  extravió,  por  lo  que  conjeturamos 
iría  en  papel  á  parte.  Mas  no  los  documentos  á  que  se  refiere  el 
autor,  mencionados  en  las  cartas  J  —  99,  J  —  100,  pues  de  ellos  da- 
mos noticia  circunstanciada  en  las  notas  525  y  531. 

539  Sobre  la  estancia  del  joven  Cárlos  R.  Fox  en  la  bahía  de 
Cádiz,  en  Agosto  de  1810,  véase  lo  que  dejamos  dicho  en  la  nota 
339  (J- 64). 

540  Don  Juan  Kelh',  agente  británico  en  Muros  de  Noya,  de- 
bía'proceder  de  una  familia  irlandesa  establecida  en  Gijon.  Á  ello 
nos  inclina,  la  antigüedad  del  apellido  en  esta  localidad,  pues  en 
un  Padrón  de  vecinos,  correspondiente  al  año  1776,  encontramos 
avecindado  á  Don  Eduardo  O' Kelly ^  con  cinco  de  familia.  Dicho 
Don  Juan  Kelly,  residía  en  Gijon,  en  Mayo  de  1808  (Alvarez  Val- 
dés;  loe.  cit.^  pág.  44).  Un  mes  después,  27  de  Junio,  llegó  á  este 
puerto,  John  Hunter,  comisionado  por  el  Gobierno  británico  con 
el  cargo  de  Cónsul  general  en  Asturias,  para  todo  lo  concernien- 
te á  los  subsidios  de  guerra:  mas  su  persona,  y  procedimientos, 
no  fueron  del  agrado  de  los  individuos  de  la  Junta  Asturiana,  por 
lo  cual  pidieron  su  inmediata  separación  (Alvarez  Valdés:  ihid., 
pág.  100  y  222).  Aunque  en  1809  desempeñó  provisionalmente  di- 
cho cargo,  Don  José  Jove  Huergo  (vid.^  nota  270),  obtúvole  más 
tarde,  el  mencionado  Kelly,  sucediéndole  en  él,  su  hijo,  de  igual 
nombre.  De  donde  inferimos,  que  la  recomendación  del  Sr,  Jove- 
llanos,  debió  surtir  eficaz  efecto. 


AGOSTO  1810 


505 


I  H_LXXI  J 

Ofertas  de  Inglaterra,  por  medio  de  Lord  Liverpool. 


(l) 


(J.  White  á  Jovellanos.) 
Coruña,  25  de  Agosto  de  1810. 

Muy  Señor  mió: 

Tengo  el  honor  de  parti- 
cipar á  V.  que  me  ha  sido 
ordenado  por  el  muy  Hono- 
rable Lord  Liverpool, 
ofreciera  á  V.  yalSr.  Mar- 
qués de  Campo-Sagrado, 
mis  servicios,  y  les  facili- 
tase, si  tal  fuese  su  deseo 
de  V.ds  el  traslado  de  su 
actual  residencia  á  cual- 
quiera otra  que  desearan; 
así  como  también  si  tuvie- 
ran intención  de  trasladar- 
se á  Inglaterra,  les  propor- 
cione toda  la  ayuda  nece- 
saria para  tal  efecto. 

Tengo  por  consiguiente 
el  honor  de  asegurarle  que 
estoy  pronto  á  hacerles  á 
V.  y  al  Marqués  de  Cam- 
po-Sagrado, cualquier  cla- 
se de  servicio  que  esté  en 
mi  poder  con  objeto  de 
ayudarles  en  sus  deseos;  y 
celebraré  recibir  sus  ins- 
trucciones por  el  porta- 
dor. 


Coruña^  25  th  Angust  1810, 
Sir, 

1  have  the  honor  to  in- 
formyou,  thatihave  be  en 
directed  by  the  Right 
Hon.^^^  Lord  Liverpool ,  to 
offer  my  ser  vice  s  to  yon, 
and  the  Marqins  of  Cam- 
po-Sagrado, and  to  faci- 
lítate if  it  is  yoiir  desirey 
your  removal  from  yoiir 
present  place  of  residen- 
ce,  to  any  other,  where  it 
may  be  your  wish  to  go^ 
and  if  it  isyour  intention 
to  repair  to  England,  to 
give  you  every  necessary 
asistance,  to  this  effect. 

I  have  therefore  the  ho- 
nor to  asure  you ,  of  my 
readiness  to  render  you 
and  the  Marquis  of  Cam- 
po-Sagrado any  kind  of 
ser  vi  ce  in  my  power,  for 
formar  ding  your  intcn- 
tions,  and  shall  be  happy 
to  receive  your  Communi- 
cations fs  Bearer. 


506 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


La  adjunta  carta  me  ha 
sido  remitida  para  que  al 
mismo  tiempo  se  la  envia- 
ra á  V. 

Tengo  el  honor,  Señor, 
de  ser  su  mas  obediente  y 
humilde  servidor 

Jorge  White. 

Al  Sor.  Jovellanos. 

Muros. 


Ihe  indo  sed  lettev  has 
been  sent  me,  at  the  same 
timey  with  a  reqítest  ta 
forward  it  to  you. 

I  have  the  honor  to  be 

Sir, 

yoiir  most  obedient 
Humble  Servant 
Ge  o.  White 

M.r  Jovellanos  & 

Muros. 


(2) 

a  los  ge  fes 


{Salvoconducto  del  Cónsul^  puf 
de  los  buques  británicos) 

Coruña,  24  de  Julio  de  1810. 
Muy  Sr.  mió: 

Habiendo  llamado  la 
atención  del  Gobierno  de 
S.  M.  B.  la  conducta  me- 
ritoria y  patriótica  de 
Su  Excelencia  el  Señor 
Don  Gaspar  de  Jovella- 
nos, Consejero  de  Estado 
de  Su  Majestad  Católica, 
se  me  ha  pasado  con  tal 
motivo  una  comunicación 
á  este  efecto  por  el  Muy 
Honorable  Lord  Liver- 
pool, uno  de  los  principa- 
les Secretarios  de  Estado 
de  S.  M.,  rogándome  ejer- 
za un  activo  interés  en  fa- 
vor del  Sr.  Jovellanos,  el 


Coruña,  24.th  July  ISIO. 

Sir, 

The  meritorions  and 
patriotic  conduct  of  His 
Excellency  D,"  Gaspar  de 
Jovellanos,  Coiinsellor  of 
State  of  His  Catholic  Ma- 
jesty;  having  attracted 
the  attention  of  the  Bri- 
tish  Government  y  a  com- 
mimication  to  this  effect 
has  in  conseqnence  been 
made  to  me  by  the  Right 
Hon^^^'  Lord  Liverpool 
one  ofHis  Majesty's  Prin- 
cipal Secretaras  o f  Sta- 
te, and  requesting  me  to 
exert  an  active  interest  in 
favor  of  Mr.  Jovellanos 


AGOSTO  1810 


507 


que  por  mi  residencia  ofi- 
cial en  el  Norte  de  Espa- 
ña, me  será  fácil  hacer,  y 
si  su  deseo  fuere  cambiar 
de  residencia  por  mar,  le 
facilite  para  tal  objeto 
toda  mi  asistencia. 

El  Sr.  de  Jovellanos  se 
encuentra  ahora  camino 
de  Gijon,  donde  es  su  in- 
tención permanecer,  pero 
como  en  el  incierto  estado 
actual  enque  se  encuentra 
esta  Nación,  no  es  impro- 
bable se  vea  precisado 
dentro  de  algún  tiempo  á 
tener  que  emigrar  á  otra 
parte  del  país,  solicito  de 
V.  sus  buenos  servicios  en 
su  favor,  y  le  ruego  le  con- 
duzca en  el  buque  que  está 
bajo  su  mando,  al  punto  de 
seguridad  que  él  desée  ir 
(siempre  que  lo  permita  el 
servicio  público)  cumplien- 
do así  las  instrucciones  de 
nuestro  Gobierno  hacia  di- 
cho caballero. 

Tengo  el  honor  de  ser. 
Señor,  su  mas  obediente  y 
humilde  servidor 

Jorge  Whiie 

Al  Capitán  ó  Comandan- 
dante  de  cualquiera  de  los 
buques  de  Guerra  de  S.  M. 
en  la  costa  Norte  de  Es- 
paña. 


which  my  oficial  residen- 
ce  in  the  North  of  Spain 
enabled  me  to  do,  and  if 
he  wasdesirous  to  change 
his  residence  by  sea,  to 
give  him  every  assistan- 
cefor  this  parpóse. 

Mr.  Jovellanos  is  nou 
on  his  way  to  Gijon^  whe- 
re  it  is  his  intention  to  ve- 
main,  and  as  in  the  pre- 
sent  nnsettled  State  of  this 
conntry  it  is  not  improba- 
ble but  that  he  may  at 
some  period  be  obliged  to 
emigrate  to  another  part 
of  the  country  in  which 
case  1  am  to  solicit  your 
good  Services  in  his  be- 
half  and  to  conditct  him 
in  the  Ship  nnder  your 
command  to  such  place  of 
safety  as  he  may  desire  to 
go  (the  public  ser  vi  ce  per- 
mitting  et  to  be  done)  in 
fulfiltment  of  the  inten- 
tion of  our  Government 
toward  that  Gentleman. 
1  have  the  honor  to  be 
Sir,  yoitr  most  ob .  hum .  ^ 
servJ' 

Geo.  White 
Afs^  j  Comm.^  GenJ 

To  the  Captain  or  Com- 
mand.'' of  any  army  of 
His  Majesty  Ship,  or  Ves- 
seis  of  ward  on  the  North 
Coasts  of  Spain. 


508 


CARTAS  DE  JüVELLANOS  Y  HOLLAND 


[J— Cll] 

Muros,  30  de  Agosto  1810, 

541  Al  fin  sé  que  alguna  de  mis  cartas  ha  llegado  á 
manos  de  Vm.  porque  ayer  recibí  una  suya  de  4  de 
Julio  (H  —  70  r)  en  que  contesta  á  otra  mía  de  de 
Mayo  (J  —  98).  Pero  ¡oh  mi  dulce  amigo!  ¡cómo  podré 
yó  dar  á  Vm.  gracias  que  puedan  corresponder  al  gra- 
do de  ternura  con  que  Vm.  toma  parte  en  mis  desgra- 
cias, y  no  sólo  me  abre  sus  puertas,  sinó  que  me  llama 
á  su  casa,  y  me  insta,  y  me  espera  en  ella!  He  reci- 
bido además,  con  la  de  Vm.,  una  del  Sr.  White,  de 
la  Coruña  (W  —  71),  en  que  á  nombre  de  My  Lord 
Liverpool,  me  ofrece  y  á  mi  buén  Pachin,  todos  los 
auxilios  que  podamos  necesitar  para  nuestra  trasla- 
ción á  qualquiera  punto  que  nos  convenga;  y  éste  es 
otro  señalado  beneficio  debido  á  la  fiel  y  generosa 
amistad  de  Vm.  No  la  cansaré  yo,  dándole  gracias  por 
él,  pues  debe  suponer  quán  grata  es  á  mi  corazón  esta 
nueva  prueba  de  su  inclinación;  pero  sí  le  aseguraré, 
que  es  muy  conforme  á  la  confianza  que  yo  había  pues- 
to en  ella,  y  que  manifesté  á  Vm.  en  mi  última  carta 
de  la  Isla,  que  no  sé  si  llegó  á  sus  manos,  ni  tampoco 
las  que  dirigí  de  aqui,  ántes  que  la  de  1.°  de  Mayo.  Mi 
Pachin,  animado  del  mismo  sentimiento,  dá  á  Vm.  las 
más  sinceras  gracias,  y  me  pide  que  le  ponga  con  finas 
expresiones,  á  los  piés  de  My  Lady. 

542  Me  ha  parecido,  escribiendo  al  Sr.  White,  diri- 
girle carta  de  gracias  para  My  Lord  Liverpool,  en  la 
qual  le  digo,  que  aunque  la  incertidumbre  de  la  suerte 
de  mi  país  ha  prolongado  mi  residencia  en  ésta,  siendo 
probable  que  deba  dejarla  luego,  me  aprovecharé  de 
los  auxilios  ofrecidos,  siempre  que  no  halle  aquí  los 
necesarios  para  mi  traslación.  Lo  mismo  le  digo  á  nom- 
bre de  mi  Pachin,  aunque  él  está  más  remiso  en  el  par- 


AGOSTO  1810 


509 


tido  de  alejarse  de  Asturias,  donde  quisiera  dejar  á  la 
Marquesa,  y  arreglar  los  intereses  de  su  casa. 

543  Nada  tengo  que  añadir  á  lo  dicho  en  carta  que 
pocos  días  há  dirigí  á  Vm.  por  medio  de  Don  Juan 
Nepomuceno  Ezcurdia,  por  quien  había  dirigido  otra. 
Una  respuesta  que  espero  de  Saavedra,  decidirá  mi 
partido  de  volver  á  Cádiz,  donde,  por  otra  parte,  me 
llama  el  deseo  de  hacer  ver  á  las  Córtes  (que  supongo 
ya  congregadas)  mi  conducta,  y  pedir  la  reparación 
de  tantos  agravios  como  indistintamente  se  han  hecho 
á  los  buenos  servidores  de  la  pátria.  Allí  hallaré  la 
justicia  que  no  he  encontrado  en  otra  parte,  ó  quando 
nó,  habré  hecho  cuanto  debe  hacer  un  hombre  honra- 
do para  conservar  su  reputación  después  de  haberla 
adquirido.  Espero  también,  que  Vm.  no  la  olvidará,  si- 
quiera en  favor  de  la  amistad  con  que  me  ha  honrado. 
Con  este  fin  he  remitido  á  Vm.  los  papeles,  cuya  lista 
remití  el  correo  pasado.  Y  pues  epístola  non  erubes- 
cit,  bién  podré  decir  á  Vm.  que  mi  deseo,  es  conservar 
en  ese  país  de  justicia  y  libertad,  aquel  buen  nombre 
que  creo  no  haber  desmerecido  en  ninguna  época  de 
mi  vida  pública,  y  ménos  en  la  última. 

544  Me  asusta  mucho  la  deserción  de  Caracas,  por 
lo  mismo  que  no  penetro  su  espíritu;  pero  me  asusta 
más  la  protección  que  Vm.  le  ofrece,  porque  no  sé  en 
qué  sentido  se  la  preste.  Tengo,  sin  embargo,  la  con- 
fianza  de  que  no  dañará  á  nuestra  buena  causa;  que 
no  sería  tan  puro  como  es  el  amor  de  Vm.  á  España, 
y  á  los  Españoles,  si  disgustado  de  los  errores  de  su 
Gobierno,  agravase  su  miseria  abandonando  la  causa 
de  su  honor  y  libertad. 

545  Hemos  visto  ya  aquí,  algún  número  del  papel 
que  Blanco  publica  en  esa,  y  temo  mucho  que  censu- 
rando los  errores  de  nuestra  Junta,  se  olvide  de  los 
que,  lejos  de  ser  parte  en  ellos,  los  han  combatido.  En 
quanto  á  mí,  creo  que  me  conozca  bastante  para  que 
no  me  confunda  con  la  muchedumbre.  Con  todo  (qiii 
semel  fines  verecundia  transierit  bené  etnaviter  opor- 
tet  esse  impudentem)  ruego  á  Vm.  que  le  recuerde  mi 


510 


CARTAS  DE  J0VELLAN05  Y  HOLLAND 


nombre,  para  que  le  honre  si  crée  que  lo  merece,  y 
sinó,  que  no  le  ofenda. 

546  Amable  iMy  Lady;  miro  como  una  desgracia 
mía,  que  las  de  mi  patria  no  me  permitan  ver  á  Vm.  al 
lado  de  su  digno  esposo,  y  hallarme  en  el  seno  de  su 
ilustre  familia.  Mas  aún  dura  la  tormenta,  y  aun  los 
Dioses,  que  no  nos  han  robado  la  última  esperanza,  • 
quieren  que  la  corramos  surcando  este  mar  tempes- 
tuoso. En  medio  de  sus  olas  y  peligros,  vive  siempre 
muy  fresca  la  memoria  de  Holland-House,  y  la  ternura 
que  profeso  á  sus  amables  habitadores,  i  Ah!  ¡con  quán- 
to  gusto  la  hubiera  yo  refrescado  abrazando  á  nuestro 
Garlitos  que  sé  que  está  en  la  bahía  de  Cádiz!  Reciba 
Vm,  mi  buen  deseo,  y  reciba  también  mis  recuerdos 
nuestro  Mr.  Alien.  ¿Es  acaso  suyo  un  poema  latino  d 
Zaragoza?  En  esta  obscuridad  apenas  sabemos  sinó 
lo  que  nos  dice  alguna  gazeta,  que  viene  de  quando  en 
quando.  Insta  el  proprio,  y  no  queda  tiempo  sinó  para 
renovar  á  Vm.  la  tierna  y  grata  amistad  con  que  es  su 
más  rendido  servidor  y  amigo, 

Jovellanos. 


541  Robert  Jenkinson  Hawkesbury,  ii  Lord  Liverpool^  desem- 
peñó el  cargo  de  Secretario  del  Interior^  de  1804  á  1806,  y  otra 
vez,  de  1807  á  1809:  la  Secretaría  de  Guerra,  de  1809  á  1812:  y  en 
este  año,  llegó  á  ser  Primer  Lord  del  Tesoro  (Gefe  del  Gobierno) 
cuyo  cargo  desempeñó  hasta  su  muerte,  ocurrida  en  1827. 

543  Vacilaba  el  insigne  asturiano  sobre  el  partido  que  debía 
tomar,  y  labraba  en  su  alma  hondo  surco,  el  terrible  agravio  que 
le  infirieran  los  Consejeros  de  Castilla,  escudados  por  la  Regen- 
cia y  la  Junta  Gaditana,  moviendo  en  contra  suya,  la  delación 
odiosa,  y  la  calumnia.  Así,  por  momentos,  hallárnosle  indeciso, 
imposibilitado  de  asistir  á  las  Córtes,  por  carecer  de  representa- 
ción^ ni  al  lado  del  Gobierno,  porque  no  le  llamaba  (§  533.)  Sus 
cartas  á  Garay,  y  á  Saavedra,  no  obtienen  la  respuesta  debida. 
Entretanto,  la  ocupación  de  Astúrias  por  el  enemigo,  le  con- 


AGOSTO  tSlO 


511 


sume,  y  piensa  regresar  á  Cádiz  de  cualquier  modo  (§  539).  La 
generosa  oferta  de  Lord  Liverpool  (H— 71)  parece  brindarle 
inesperadamente  con  una  oportunidad  providencial:  tal  ves  antes 
de  mucho  tiempo  (escribe  á  Whité,  §  547)  nos  veremos  en  la  ne- 
cesidad de  restituirnos  á  Cádis.  Pero  la  carta  de  Saavedra  no 
llega,  y  amargas  frases  escapan  de  su  boca  (§  557). 

Vuelve  de  nuevo  á  consultar  á  HoUand,  y  torna  á  vacilar 
(§537):  ¡cuan  angustioso  cáliz  tiene  que  llevar  á  sus  labios!  Su 
servidumbre,  anonadada:  Campo-Sagrado,  inerte;  las  autorida- 
des, hostiles;  indiferente  el  Gobierno:  sus  amigos  de  Junta,  sor- 
dos ante  su  clamor,  dominados  por  la  tristeza  ó  el  egoismo.  Sólo 
Inglaterra,  la  generosa  Inglaterra,  bríndale  hospitalidad  explén- 
dida ;  y  con  pródiga  mano,  ofrécele  sus  buques  el  gefe  del  Go- 
bierno, en  respetuoso  homenage. 

En  1.°  de  Mayo  de  1811  (§  567}  comunica  al  Lord,  que  Campo- 
Sagrado  y  él,  estaban  resueltos  á  marchar  á  Cádiz,  pero  que  el 
Capitán  General  Castro,  negándoles  los  pasaportes,  paralizaba 
su  resolución.  Mes  y  medio  ántes  (Marzo  de  1811)  solicitaron  del 
Gobierno  licencia  para  su  regreso,  que  aunque  tardíamente,  de- 
bió llegar.  Sólo  Campo-Sagrado  aprovecha  la  oportunidad,  y  el 
5  de  Julio,  embarca  en  La  Coruña  (§  573)  después  de  abrazar  á 
su  amigo  y  darle  los  últimos  adioses.  Triste  y  solitario  el  infeliz 
gijonés,  torna  á  Asturias,  convencido  de  que  ya  pesaba  sobre  él, 
la  abrumadora  losa  del  olvido.  ¡Y  ántes  de  terminar  el  año,  cu- 
briría para  siempre  sus  mortales  despojos,  la  humilde  losa  del 
sepulcro! 

544  No  sabemos  si  bajo  este  nombre  (Caracas),  más  supuesto 
que  real,  se  querrá  designar  á  Don  Estéban  Fernández  de  León, 
individuo  de  la  Regencia  en  representación  de  las  Américas,  que 
pertenecía  á  una  familia  distinguida  y  arraigada  en  Caracas, 
donde  había  residido  mucha  parte  de  su  vida  (aunque  allí  no  na- 
ció), y  desempeñado  con  buena  reputación  varios  empleos.  Fué 
substituido  en  su  cargo,  casi  inmediatamente,  por  Don  Miguel  de 
Lardizábal  y  Uribe,  natural  de  Tlascala  de  Méjico. 

Pertinente  á  este  asunto,  hallamos  en  la  Historia  de  España, 
redactada  por  una  sociedad  de  Literatos  (Madrid:  1842),  tomo  XX, 
pág.  92,  los  siguientes  pormenores: 

„     El  19  de  Abril  de  1810,  á  consecuencia  de  las  noticias  recibí- 


512 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


,.das  de  la  invasón  de  las  Andalucías  y  retirada  de  la  Junta  Cen- 

„tral,  se  sublevó  el  pueblo  de  Caracas  

„  El  17  de  Mayo  de  1810,  apareció  una  R.  O.  á  nombre  de  la 
„  Regencia  permitiendo  á  todos  los  puertos  de  Indias,  el  comer- 
^^cio  directo  con  las  colonias  extrangerasy  naciones  de  Europa. 
„  Alarmó  semejante  resolución  á  los  comerciantes  de  Cádiz,  que 
„eran  quienes  acaso  reportaban  más  utilidad  de  la  corresponden- 
„cia  con  aquellos  países:  mas  averiguado  el  caso,  se  supo  haberse 
^falsificado  aquel  decreto  en  la  Secretaria  de  Hacienda  de  In- 
Jodias,  escandaloso  atrevimiento  que  prueba  hasta  qué  grado  se 
„abusa  de  la  distracción  ó  debilidad  de  los  Gobiernos.  Mandóse 
„formar  causa  inmediatamente  contra  los  que  apareciesen  cri- 
„minales:  se  arrestó  en  su  casa  al  Marqués  de  las  Hormazas^  Se- 
„cretario  de  Hacienda,  y  prendieron  á  su  oficial  mayor  en  el  ne- 
j,gociado  de  Indias,  Don  Manuel  Albuerne^  con  otros  varios  á 
«quienes  se  creía  cómplices:  y  resultó  de  todo,  que  el  Marqués 
„hab{a  firmado  la  R.  O.  sin  siquiera  leerla^  siendo  autores  de 
„tan  indigno  enredo,  el  Albuerne,  un  agente  de  La  Habana  11a- 
,,mado  Pinillos,  y  Don  Estéban  Fernández  de  León  (Regente 
„interino  por  América).  Quedó  la  causa  en  tal  estado,  lo  cual  in- 
„dujo  á  dar  crédito  á  la  voz  de  que  se  había  hecho  aquello,  con 
,^anuencia  de  uno  de  los  Regentes  (¿Lardizábal?),,  En  10  de  Julio 
de  1810,  llegó  á  oídos  de  la  Regencia,  la  nueva  de  la  insurrección 
de  Carácas. 

Puede  suceder  también,  que  la  voz  deserción  (que  emplea  Jo- 
vellanos)  tomada  en  sentido  ámplio,  no  aluda  á  persona  determi- 
nada, sinó  á  la  misma  ciudad  de  Carácas^  al  desertar  de  la  causa 
española;  pero  entónces,  ¿cómo  explicar  lo  de  la  protección  que 
le  ofrece  Holland?  y,  ¿en  qué  sentido  y  con  qué  carácter?  Porque 
careciendo  Holland  de  representación  oficial,  y  siendo,  por  otra 
parte,  tan  amante  de  nuestra  causa,  no  es  creíble  que  fuera  á  fo- 
mentar la  de  los  rebeldes,  prestándoles  su  ayuda  directa  ó  indi- 
rectamente, pues  tal  propósito  le  pondría  en  pugna  con  sí  mismo. 
La  pérdida  de  las  cartas  de  Holland  (H— Yí—q,  Yí—r)  nos  deja 
á  obscuras  sobre  sus  declaraciones. 

El  Sr.  Becker,  en  su  reciente  y  notable  estudio.  Acción  de  la 
diplomacia  española  durante  la  guerra  de  la  Independencia^ 
pág.  71,  atribuye,  á  la  Junta  Central  y  á  sus  palabras  impruden- 
tes, que  envolvían  la  justificación  por  adelantado  de  la  rebeldía, 


AGOSTO  1810 


513 


la  insurrección  que  estalló  en  Carácas  el  19  de  Abril  de  1810,  y 
que  se  extendió  luego  á  Bogotá  y  á  Quito.  Nada  más  léjos  de  la 
verdad. 

En  primer  lugar;  no  fué  la  Junta  Central  quien  las  dictó,  sinó 
el  Consejo  de  Regencia  (Sres.  Castaños,  Saavedra,  Escaño,  y 
Lardizábal)  en  su  Manifiesto  á  los  Americanos,  publicado  en  la 
Isla  de  León,  el  14  de  Febrero  de  1810.  En  segundo  lugar;  el  au- 
tor de  ese  documento,  es  Don  Manuel  José  Quintana,  pero  así 
éste,  como  todos  los  demás  que  redactó, /^/^  revisado  y  aprobado 
por  el  Gobierno.  En  tercer  lugar ;  el  texto  exacto  de  las  expresio- 
nes vertidas,  no  es  el  que  transcribe  el  Sr.  Becker.  Por  último,  el 
Sr.  Quintana,  en  un  folleto  que  publicó  en  Cádiz,  en  Julio  de  1811, 
titulado,  Contestación  de  Don  Manuel  José  Quintana,  d  los  rumo- 
res y  criticas  que  se  han  esparcido  contra  él  en  estos  dias,  se 
justifica  muy  cumplidamente  de  los  cargos  que  se  le  hicieron  por 
la  redacción  de  dicho  documento. 

En  el  apunte  biográfico  que  precede  á  las  Obras  inéditas  de 
D.  M.  J.  Quintana  (Madrid:  Medina  y  Navarro,  edit.,  1872)  pá- 
ginas XXI  y  siguientes,  pueden  verse  los  razonamientos  que  alega 
el  autor  en  este  particular;  y  en  el  pertinente  á  la  acusación  que 
estampa  el  Sr.  Becker,  léanse  estos: 

"  Acusar,  en  fin,  una  y  otra  proclama,  de  haber  contribuido  á 
,.los  disturbios  de  la  América,  cuando  ántes  de  llegar  allá,  los  más 
,.de  los  países  levantados  estaban  ya  en  combustión,  es  un  des- 
,.propósito  que  manifiesta  en  quien  lo  escribe,  la  ignorancia  más 
„crasa,  ó  la  intención  más  inicua.,, 

Léase,  léase  con  detenimiento  el  duro  reproche  que  estampa 
Jovellanos  en  el  §  578  de  la  carta  J— 109,  y  se  adivinará  sin  es- 
fuerzo de  qué  lado  venía  la  tormenta,  y  quiénes  eran  s^/s  más  ar- 
dientes sopladores. 

En  el  Prólogo,  va  dicho  lo  restante,  y  mucho  de  ello,  apoyada 
en  el  testimonio  y  datos  que  aporta  el  propio  Sr.  Becker. 

545  José  María  Blanco  (White),  era  sevillano,  nacido  en  1775. 
Su  padre,  Don  Guillermo  White,  pertenecía  al  comercio  de  Sevi- 
lla, y  procedía  de  una  familia  irlandesa  y  católica.  Su  madre,  era 
andaluza,  relacionada  con  la  antigua  nobleza  (según  él  mismo 
expresa  en.su  Autobiografía,  editada  en  1815  por  J.  H.  Thorn}^ 
mas  no  declara  su  nombre. 

33 


514 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Sin  embargo,  tenemos  motivos  para  sospechar  que  la  madre  de 
Blanco,  fué  de  oriundéz  asturiana,  pues  que  en  la  primer  carta  de 
Lctters  from  Spain,  refiriéndose  su  autor  á  la  obra  del  asturiano 
Manuel  Álvarez  Espriella  (Lettersfrom  England),  se  expresa 
así:  ^'¡Ciián  afortunado  fué  el  famoso  viagero  español,  mi  pa- 
riente Espriella  (pues  Ud.  sabe  que  existen  lasos  de  parentesco 
entre  nosotros,  por  parte  de  nuestra  madre)  que  encontró  á  uno 
de  los  mejores  escritores  de  Inglaterra  que  quiso  traducir  sus 
Curtas.,, 

La  obra  de  Espriella,  fué  vertida  del  español  al  inglés,  por  Ro- 
bert  Southey;  l.^  edición,  Londres:  1807:  2.*  edic  :  3  vol.  en  12  °, 
otra  en  New- York,  1808. 

Lord  Ilchester,  asevera,  que  Espriella,  y  Roberto  Southey, 
son,  en  realidad,  una  misma  persona:  pero  sobre  que  Blanco,  y 
Alvares  Espriella  son  apellidos  netamente  asturianos,  y  no  fáci- 
les de  saber  su  procedencia  para  un  inglés  y  un  andaluz,  no  iba 
White  á  tomar  de  ligero  el  nombre  de  su  madre,  para  afirmar  una 
falsedad  innecesaria.  Así  que,  mientras  lo  contrario  no  se  prue- 
be, tomaremos  las  expresiones  de  Blanco,  en  su  sentido  recto. 

Sarah  Lennox  (The  Ufe  and  Letters  )  dice  de  él:  "José 

„Blanco  White,  nació  en  Sevilla  en  1775.  Era  un  sacerdote  espa- 
„ñol  renegado,  que  vino  á  Inglaterra  en  1810,  y  escribió  varias 
„obras,  entre  ellas,  las  notabilísimas  Cartas  de  Doblado  (bajo  el 
,,pseudónimo  de  Don  Leucadio  Doblado)  en  1823,  tres  de  las  cua- 
„les,  se  conservan  autógrafas  entre  los  mss.  de  Holland  House. 
„Fué  intimo  amigo  de  Coleridge,  Southey,  Whately,  LordHo- 
„lland,  etc.  Con  el  último,  vivió  desde  1832  á  1835,  habiendo  sido 
„tutor  de  su  hijo  (Henrique).  Murió  en  1841.,, 

Blanco,  compuso  en  Septiembre  de  1808,  su  celebrada  oda  A  la 
instalación  de  la  Junta  Central  de  España. 

Colaboró  en  El  Semanario  Patriótico  de  Quintana. 
Publicó  en  Lóndres  el  periódico-revista.  El  Español,  años 
1810-1814,  ocho  volúmenes  en  4.*^;  después:  Variedades  ó  Mensa- 
gero  de  Lóndres;  Lóndres  1823-1825,  nueve  números  en  4.®  con 
muchos  retratos  y  láminas  en  colores. 

En  1822,  aparecieron  sus  ruidosas  Cartas  Españolas  (Letters 
from  Spain,  by  D.  Leucadio  Doblado:  printed  by  Henry  Colburn 
and  C.°,  London:  1822:  en  4.**  de  xii  +  484  páginas),  nunca  vertidas 
al  castellano. 


AGOSTO  1810 


515 


No  debía  ser  Blanco  persona  simpática  á  Jovellanos,  puesto 
-que  en  la  carta  CIX,  §  578,  fulmina  contra  él  severa  censura;  y 
es  lo  singular  del  caso,  que  el  docto  Menendez  Pelayo  en  el  juicio 
que  emite  sobre  el  escritor  sevillano,  le  fustiga  igualmente  con 
durísimos  apóstrofes,  al  tratar  de  su  campaña  en  El  Español 
referente  á  la  independencia  de  las  colonias  (vid.,  Hist,  de  los 
Heterodoxos,  tom.  iii,  cap.  Tv,  pág.  559;  donde  igualmente  se  leen 
extensas  noticias  sobre  la  vida  y  obras  de  Blanco).  Extractare- 
mos algunas. 

El  29  de  Enero  de  1810,  salía  Blanco  de  Sevilla,  y  á  los  pocos 
meses,  se  embarcaba  en  Cádiz  para  Falmouth.  Iba  á  Lóndres  á 
fundar  el  periódico  El  Español,  y  á  desempeñar  el  cargo  de  Se- 
cretario particular  de  Lord  Holland. 

"Protegido  (dice  Menendez  Pelayo:  loco  cit.,  iii,  559)  y  aún  sub- 
„vencionado  por  Lord  Holland  (sobrino  de  Fox\  por  M.  John 
,Jorge  Children,  y  por  M.  Ricardo  Wellesley,  fundó  un  periódico 
^titulado  El  Español.  Empresa  más  abominable  y  antipatriótica, 

.,no  podía  darse,  en  medio  de  la  guerra  de  la  Independencia  

„etcétera. 

„  La  Regencia,  prohibió,  so  graves  penas,  la  introducción  de 
„los  números  de  El  Español.,  por  decreto  de  15  de  Noviembre 
„de  1810  

„  El  ministro  Canning,  premió  á  Blanco  con  una  pensión  vitali- 
„cia  de  200  libras  esterlinas  anuales  

,,pág.  564)  fué  ayo  del  honorable  Enrique  Eduardo  Fox,  hijo 

„de  Lord  Holland  (Enrique  Ricardo  Fox),  1815-1816. 

„pág  )  Tuvo  con  él  (Holland),  larga  correspondencia  en  1809 

„y  1813  sobre  política  española,  y  asuntos  de  El  Semanario  Pa- 
triótico y  de  El  Español. 

-„pág.  581)  La  muerte  de  Lord  Holland  ^1840),  el  más  antl- 

y^guo  y  el  más  fiel  de  sus  amigos  ingleses  ,  etc.,, 

En  la  carta  de  17  de  Agosto  de  1811  (CIX  de  esta  colección) 
cita  Jovellanos  por  última  vez  á  Blanco.  Cuatro  meses  después 
(30  Diciembre  1811)  estampaba  éste  el  Elogio  de  Jovellanos,  en 
El  Español,  con  encomiásticas  y  sentidas  frases. 

Uno  de  los  impugnadores  de  Blanco,  fué  Arriaza,  á  quien  sos- 
tenía nuestro  representante  en  Lóndres,  el  General  de  la  Arma- 
da, Don  Juan  Ruiz  de  Apodaca.  Así  lo  cuenta  Alcalá  Galiano  en 
sus  Recuerdos  págs.  168,  169,  187:  "Arriaza,  ya  en  Lóndres, 


516 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„ya  en  Cádiz,  escribía  mediana  prosa,  no  manejando  mal  la  pla- 
sma en  reñidas  disputas  con  Blanco- White,  que  desde  Inglaterra, 
«hacía  guerra  cruda  á  todo  cuanto  era  de  España,  en  un  periódi- 
„co  cuyo  título  era  El  Español ^  pero  mostrándose,  por  lo  común, 
^inferior  á  su  diestrísimo  y  más  instruido  adversario;  y  entre 
„tanto  seguía  cultivando  la  poesía,  fecundo  siempre,  y  por  de 
„más  ingenioso,  siendo  esto  último,  la  principal  calidad  de  si», 
«talento.,, 

546  Algo  nos  extraña  que  Jovellanos  atribuya  á  Mister  Alien,, 
un  poema  latino  á  Zaragoza, 

Por  fuerza  debe  referirse  al  poema  ó  canto  épico  dedicado  á 
Zaragoza^  por  Don  Francisco  Martínez  de  la  Rosa,  impreso  en 
Lóndres  en  1810.  En  tales  términos  lo  explica  el  Sr.  Castro,  en  su 
libro  Cádiz  en  la  Guerra  ,  pág.  40: 

"Presencia  todo  (el  funeral  del  Presidente  de  las  Córtes,  Don 
«Vicente  Morales  de  Duárez,  día  7  de  Abril  de  1812)  un  jóven 
granadino,  que  el  año  anterior  había  publicado  en  Lóndres  su 
„poema  Zaragoza:  y  que  acababa  de  ser  aplaudido  en  el  teatro  de 

„Cádiz,  por  su  comedia,  Lo  que  puede  un  empleo...  Es  Don 

«Francisco  Martínez  de  la  Rosa  „ 

Este  canto,  según  Ferrer  del  Río  { Galería  de  la  Literatura 
Española)^  sólo  demuestra  el  escaso  mérito  de  sus  competidores. 
En  opuesto  sentido  se  expresa  el  P.e  Blanco  García  en  La  Lite- 
ratura Española  en  el  siglo  XIX,  tom.  i,  pág.  120: 

"Del  canto  á  Zaragoza,  que  es  en  su  género  lo  más  inspirado 
„de  cuanto  escribió  nunca  el  poeta,  hablan  con  mal  encubierto 
«desdén,  críticos  como  Ferrer  del  Río,  y  Milá  Fontanals,  sin  com- 
..prender  hasta  dónde  debiera  extenderse,  caso  de  ser  fundada,  . 
,su  implacable  censura  


„La  verdad  es,  que  exceptuando  á  Quintana,  y  Gallego,  ninguno 
„quizá  de  nuestros  poetas  de  entónces,  ni  el  Duque  de  Rivas,  ni 
„Hidalgo,  consagraron  á  los  héroes  de  la  Independencia,  acentos  , 
«tan  robustos  como  los  del  modesto  adolescente  granadino^  (con- 
taba entónces  veintitrés  años). 

La  lectura  de  la  obra  Obelisco  histórico^  de  nuestro  estimadí- 
simo paisano,  Don  Mário  de  la  Sala,  recientemente  fallecido,  nos 
aclara  la  precedente  duda,  en  su  página  355. 


AGOSTO  1810 


517 


El  poeta  inglés  Henrich  Alien,  escribió  un  poema  latino,  Za- 
ragoza sitiada  y  rendida,  ó  Zaragoza  opresa,  que  tradujo  en 
pobre  verso  castellano,  Don  Joaquín  Escriche.— Señala  las  fe- 
chas, Utiel:  1811,  y  Madrid:  1813,  ignorando  si  se  trata  de  dos  edi- 
ciones distintas,  ó  si  la  primera  corresponde  al  texto  primitivo,  y 
4a  segunda,  á  la  versión  castellana. 


[J_CIII] 

(Jovellanos  á  White.) 

Muros,  30  de  Agosto  de  1810. 
Sr.  Don  Jorge  White: 

547  La  generosa  oferta  que  el  muy  esclarecido  Lord 
Liverpool  nos  hace  al  Marqués  de  Campo-Sagrado  y  á 
mí,  y  que  V.  S.  me  comunica  en  su  favorecida  del  25 
que  recibí  ayer  tarde,  me  deja  penetrado  del  más  vivo 
reconocimiento,  así  por  la  honra  que  nos  dispensa,  como 
por  los  auxilios  que  nos  proporciona.  Esperando  de  un 
día  á  otro  la  libertad  de  nuestras  casas,  hemos  prolon- 
gado esta  residencia,  pero  siendo  todavía  incierta  la 
suerte  de  nuestro  pobre  pais,  tal  vez,  ántes  de  mucho 
tiempo  nos  veremos  en  la  necesidad  de  restituirnos  á 
Cádiz.  En  este  caso,  si  no  pudiéremos  proporcionar 
nuestra  traslación  desde  aquí,  tendré  yo  el  honor  de 
avisarlo  á  V.  S.  con  indicación  del  auxilio  que  poda- 
mos necesitar,  en  crédito  de  la  confianza  y  gratitud 
con  que  aceptamos  el  distinguido  beneficio  que  S.  E.  nos 
dispensa. 

548  Entretanto  ruego  á  V.  S.  se  sirva  dirigirle  la 
adjunta  carta,  recibiendo  la  expresión  de  mi  sincera 
gratitud,  así  por  la  bondad  con  que  V.  S.  me  hace  esta 
honrosa  comunicación,  como  por  el  envió  de  la  carta 
de  Milord  Holland,  que  he  recibido  con  un  placer 


518 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


igual  al  ansia  con  que  deseaba  noticias  de  este  mi  ilus- 
tre amigo. 

549  Y  no  ocurriendo  otra  cosa,  quedo  de  V.  S.  muy 
atento  y  obligado  servidor  Q.  B.  S.  M. 

Gaspar  de  Jovellanos. 


[J_CIV] 

(Jovellanos  á  Lord  Liverpool.) 

30  Agosto  ISIO. 

Exmo.  Sr.: 

550  Penetrado  del  más  vivo  reconocimiento  por  la 
generosa  oferta  con  que  V.  E.  se  digna  honrarme  por 
medio  del  S.°^  White,  de  los  auxilios  que  pueda  nece- 
sitar para  trasladarme  de  este  puerto  al  lugar  que  pue- 
da convenirme,  creo  de  mi  obligación  dirigirme  á  V.  E. 
y  darle  las  más  expresivas  gracias  por  un  favor  para 
mí  tanto  más  estimable,  quanto  menos  merecido.  Acep- 
tándole para  el  caso  en  que  la  suerte  de  mi  pais,  ó  las 
órdenes  del  Gobierno  me  obliguen  á  volver  á  Cádiz,  ó 
tomar  otra  residencia,  creo  dar  á  V.  E.  la  prueba  más 
segura,  así  de  la  confianza  que  pongo  en  su  noble  ge- 
nerosidad, como  de  la  sincera  gratitud  con  que  queda 
impresa  en  mi  ánimo. 

551  Mi  amigo  y  compañero,  el  Marqués  de  Campo- 
Sagrado,  á  quien  V.  E.  extiende  su  favor,  me  acom- 
paña  en  esta  expresión.  Dígnese  V.  E.  de  admitirla 
benignamente,  miéntras  yó,  gozoso  de  haber  tenido 
tan  oportuna  ocasión  de  dirigirme  á  V.  E.,  la  aprove- 
cho para  ofrecerle  el  más  profundo  sentimiento  de  es- 
timación y  respeto,  con  que  me  profeso  su  más  obliga- 
do y  reconocido  servidor 

Ex."^°  Señor: 
Gaspar  de  Jovellanos, 

Á  S.  E.  el  muy  Ilustre  Lord  Liverpool. 
(MSS,  de  la  Quint,^  leg.  B.  cópias.) 


DICIEMBRE  1810 


519 


[J_CV] 

Muros  de  Noya^  Diciembre  de  ISIO. 

552  La  tortilla  se  ha  vuelto,  mi  muy  amado  Lord. 
Yo  me  quejaba  de  la  falta  de  cartas  de  Vm.,  y  ahora 
podrá  Vm  echar  de  menos  las  mías  En  pocos  días  he 
recibido  dos,  ó  por  mejor  decir ^  cuatro,  si  cuento  las 
dupHcadas,  sin  haber  contestado  una  sola  letra.  ¿Por 
qué?  dirá  Vm.  Porque  deseaba  hablarle  de  Cortes,  y 
esperaba  saber  cómo  se  organizaban.  Ya  lo  están  y 
podré  decir  á  Vm.  algo,  no  de  lo  que  sé,  porque  estan- 
do tan  léjos  llegarán  ántes  las  noticias  de  sus  resolu- 
ciones á  Vm.  que  á  mí,  sinó  de  lo  que  pienso,  ó  más 
bien  de  lo  que  temo  acerca  de  ellas.  Pero  ántes,  y  para 
poner  al  corriente  nuestra  correspondencia,  diré  á  Vm. 
que  desde  mi  arribada  á  este  puerto  he  recibido  aquí 
las  siguientes  cartas  de  Vm.: 

1.*   Pall-Mall,  26  de  Enero  1810.  .  .) 
Holland-House,  15  de  Febrero! 

3.  *   Idem,  4  de  Julio,  enviada  por  el  Sr.  White. 

4.  ^   Idem,  4  de  Julio,  su  duplicado,  por  correo. 

5.  ^  Portsmouth,  25  de  Septiembre,  enviada  por  el 
señor  White,  con  el  decreto  impreso. 

6.  *  Duplicado  de  una  de  31  de  Agosto,  no  recibida, 
con  postdata  de  15  de  Septiembre,  enviada  á  Lisboa 
por  el  Sr.  Stuard. 

553  A  la  tercera  de  estas  cartas,  en  que  el  Sr.  Whi- 
te, de  La  Coruña,  me  ofrecía  los  generosos  auxilios 
proporcionados  por  Vm.  á  nombre  de  Milord  Liverpool, 
respondí  por  el  mismo  conducto  y  añadí  una  cartita  de 
gracias  para  el  Ministro.  Las  cartas  cinco  y  seis  me 
fueron  dirigidas  por  el  señor  brigadier  J.  G.  Walher 
(¿Waltham?),  desde  La  Coruña,  con  la  última  de  Lis- 
boa, remitida  por  el  Sr.  Stuard.  En  fin,  la  de  31  de 
Agosto  no  llegó  á  mis  manos,  sinó  el  duplicado;  siento 
su  pérdida,  por  cuanto  en  el  principal  la  lista  de 


520 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


las  que  Vm.  me  ha  escrito,  y  por  él  sabría  si  alguna 
otra,  como  temo,  se  ha  perdido.  Resulta,  pues,  que  la 
última  carta  que  yo  escribí  fué  de  30  de  Agosto,  y  la 
última  que  recibí  de  Vm.  de  25  de  Septiembre. 

554  Pero  este  día  era  muy  señalado,  como  aniver- 
sario de  la  instalación  de  nuestra  desgraciada  Junta, 
y  como  primero  de  las  deliberaciones  de  nuestras  Cór- 
tes,  ¡iitinam  felices!  Habíanse  abierto  el  día  anterior. 
Nada  diré  de  sus  resoluciones,  que  hasta  ahora  pare- 
cen buenas,  aunque  algo  precipitadas.  Mucho  que  cele- 
brar, porque  al  fin  han  consagrado  la  libertad  de  im- 
prenta, aunque  no  sé  todavía  cómo  está  concebida  la 
ley.  No  por  eso  dejaré  de  decir  que  la  resolución  me 
parece  muy  precipitada,  y  que  temo  que  los  primeros 
que  se  aprovecharán  de  esta  libertad  para  enredar  y 
turbarnos  acá  y  en  América,  serán  los  franceses.  Esta 
libertad  no  puede  ser  buena  sinó  bajo  de  una  buena 
Constitución,  y  para  que  lo  sea  la  nuestra,  no  debe  em- 
pezar por  aquí.  Dirá  Vm.  que  sin  ella  no  se  puede  for- 
mar una  buena  Constitución;  mas  yo  creo  que  sí.  No 
son  luces  adquiridas  de  repente  las  que  deban  sugerir 
su  plan;  luces,  estudios,  observaciones  hechas  muy  de 
antemano  deben  concebirle,  proponerle,  demostrar  su 
bondad,  y  obtener  su  sanción.  Fuera  de  que,  hablando 
en  general,  Vm.  debe  reconocer  que  no  somos  mu}^  sa- 
bios en  política,  que  sin  escritores,  sin  imprentas,  sin 
compradores  de  libros,  la  luz  que  nos  puede  venir  por 
este  medio,  es  escasa  y  tardía.  La  ley,  pues,  será  bue- 
na y  obrará  su  efecto  en  adelante;  pero  en  el  día  puede 
ser  dañosa,  si  nuestro  enemigo  con  los  poderosos  me- 
dios que  tiene  en  la  mano,  compra  escritores  que  per- 
viertan la  opinión  pública  y  perturben  la  paz  interior, 
cosa  no  muy  difícil,  pero  muy  peligrosa  en  medio  de 
la  actual  fermentación  y  exaltación  del  espíritu  pú- 
blico. 

555  Pero  me  da  mucho  que  temer  su  organización. 
Las  Cortes  se  han  constituido  en  una  forma  demasiado 
libre,  y  en  ninguna  manera  arreglada.  Han  puesto  al 
poder  ejecutivo,  ya  antes  mu}^  débil  por  su  naturaleza 


DICIEMBRE  1810 


521 


y  falta  de  apoyo  en  la  opinión,  en  absoluta  dependencia 
del  legislativo;  ni  le  han  dado  ninguna  especie  de  veto, 
ni  derecho  de  revisión,  ni  de  sanción;  se  han  constituí- 
do  en  una  sola  Cámara;  no  han  tomado  ningún  medio 
de  duplicar  la  discusión,  y  lo  que  sobre  todo  puede  ser 
funestísimo,  las  proposiciones,  discusiones  y  delibera- 
ciones se  hacen  al  golpe,  que  es  decir,  sin  la  reflexión 
y  meditación  que  requieren  las  graves  materias  que 
deberán  resolverse. 

556  Vm.  verá  ahora  cuánto  esto  dista  del  plan  con 
tanta  madurez  concebido  y  propuesto  en  nuestro  últi- 
mo decreto;  plan  que  la  Regencia  hubiera  podido  esta- 
blecer sin  pelifi^ro,  por  lo  mismo  que  le  hicieran  otros, 
que  hubiera  servido  de  apoyo  á  su  autoridad,  también 
sin  peligro  de  que  abusase  de  ella,  y  que  al  fin  hubiera 
preparado  el  camino  para  una  excelente  Constitución, 
que  era  su  primer  objeto.  ¿Espera  Vm.  algo  semejante 
de  la  organización  adoptada?  ¿Espera  Vm.  que,  excluí- 
dos  de  las  primeras  Córtes  el  clero  y  alta  nobleza, 
sean  admitidos  á  las  sucesivas?  Hay  seguramente  en 
las  Córtes  hombres  de  instrucción  y  de  juicio,  entre  los 
cuales  descuella,  según  dicen,  nuestro  Agustín  Argue- 
lles, qiiantam  lenta  solent  inter  viburna  citpressi; 
pero  sé  que  hay  otros  cuyos  principios  políticos  son 
bebidos  sin  reflexión  en  J.  J.,  Mably,  Locke,  Milton  y 
otros  teoréticos  que  no  han  hecho  más  que  delirar  en 
política. 

557  Y  en  tal  situación,  ¿crée  Vm.  que  yo  deba  vol- 
ver á  Cádiz?  ¿A  qué?  ¿Quien  oiría  mi  débil  voz?  ¿No 
estoy  mejor  aquí  para  cuidar  de  mi  salud  y  mi  reputa- 
ción y  restablecer  una  y  otra?  Yo,  como  dije  á  Vm.  en 
mi  última,  viendo  tan  dudosa  la  suerte  de  Asturias,  y 
que  algunos  me  deseaban  en  Cádiz,  estuve  muy  incli- 
nado á  volver  ahí;  mas  ya  no  lo  haré,  si  no  me  fuerzan 
las  puntas  de  la  espada,  ó  del  hambre,  porque  hace 
ocho  meses  que  no  se  me  paga  mi  pobre  sueldo,  y  va 
para  dos  que  no  recibo  una  sola  carta  de  Cádiz.  Así 
que,  miéntras  me  olvidan  allá,  cuido  de  mí  en  este  rin- 
cón. Vm.  me  dice  que  es  en  vano  clamar  al  Gobierno 


522 


CARTAS  DE  TOVFXLANOS  Y  HOLLAND 


por  nuestro  desagravio,  y  en  esto  predica  á  un  conver- 
tido; pero  trato  de  reclamarle  de  la  nación.  Tengo  es- 
crito sobre  esto,  no  para  la  Regencia  ni  para  las  Cór- 
tes,  sinó  para  el  público.  Lo  que  pudo  mi  pluma,  lo 
verá  Vm.,  y  si  no  pudiere  imprimirse  aquí  y  lo  mere- 
ciere, se  imprimirá  en  Londres. 

558  Puesto  de  rodillas,  pido  á  Vm.  perdón  de  mis 
sospechas  sobre  la  conducta  de  nuestros  aliados.  ¡Glo- 
ria al  Lord  Wellington  nuevamente  laureado  en  Busa- 
co!  Tenemos  grandes  esperanzas  de  que  fuerce  á  Mas- 
sena  á  abandonar  al  Portugal.  Ha  ya  disminuido  mucho 
su  fuerza,  y  si  este  brazo  derecho  de  Buona parte  no 
recibe  refuerzos,  se  puede  esperar  la  derrota  de  un 
egército  que  es  su  principal  apoyo  en  España.  La  gue- 
rra no  por  eso  se  acabará;  pero  será  muy  prolongada, 
y  esto  es  algo,  porque  la  situación  política  de  Europa 
y  el  odio  contra  el  perturbador,  da  grandes  esperan- 
zas de  que  se  exciten  otras  atenciones  á  su  ambición. 
¿Creyéra  Vm.  que  siguiese  dando  pasos  tan  rápidos? 
¡Pobre  humanidad! 

559  Basta  de  molestia  para  Vm.,  que  irá  á  entrar 
en  sus  ocupaciones  políticas.  Diga  Vm.  á  nuestro  Mis- 
ter  Alien,  porque  no  sé  si  alguna  vez  se  lo  advertí  en 
nuestra  conversación,  que  lo  que  llamamos  acá  Memo- 
rial ajustado,  esto  es,  extracto  del  expediente  de  Ley 
Agraria,  está  impreso  en  Madrid  en  un  volumen  en 
fólio;  que  en  él  se  hallan  todos  los  expedientes  particu- 
lares, documentos,  informes  y  noticias  recogidas  por 
el  Consejo  para  formar  el  expediente  general  que  nun- 
ca se  atrevió  á  resolver;  que  el  informe  de  la  Sociedad 
se  hizo  á  la  vista  de  este  extracto,  y  que  tal  vez,  si  no 
le  tiene,  convendría  buscarle  ántes  de  publicar  su 
traducción;  que  es  difícil  adquirirle  en  el  día,  porque 
presumo  que  no  se  hallará  sino  en  Madrid,  pero  que 
yo  le  doy  esta  noticia  por  si  le  fuere  de  algún  provecho. 

560  Blanco,  no  ignorará  que  no  era  yo  solo  el  que 
tenía  en  la  Central,  principios  liberales  y  justos.  Cam- 
po-Sagrado, Veri,  Ayamans  y  algunos  otros  opinaban  al 
principio  por  la  Regencia,  y  muchos  más,  después,  por 


523 


las  Córtes;  y  que  en  cuanto  á  pureza  y  rectitud  de  in- 
tenciones fué  siempre  grandísima  la  mayoría  de  los 
individuos  del  cuerpo.  Una  censura  que  no  haga  esta 
diferencia,  será  iliberal  é  injusta.  Por  lo  demás,  cada 
uno  es  libre  de  juzgar  las  operaciones  de  cualquier  go- 
bierno. De  su  papel,  no  he  visto  ejemplar  ninguno. 
Basta:  otra  vez,  etc. 

/.  L¡. 

!  J  — CVI] 

Muros,  5  de  Diciembre  1810 
(duplicada,  con  variantes). 

561  Mi  muy  estimado  señor  y  querido  amigo:  en 
pocos  días  he  recibido  dos  favorecidas  de  Vm.  envia- 
das de  la  Coruña  por  el  Brigadier  General  Waltham, 
la  primera,  escrita  en  Portsmouth  en  25  de  Septiem- 
bre, y  en  ella,  venía  un  ejemplar  de  nuestro  desgra- 
ciado decreto  de  Córtes;  y  la  segunda,  era  un  duplica- 
do de  otra  de  31  de  Agosto,  cuyo  original  no  he  reci- 
bido. Éste  había  sido  remitido  á  Waltham  por  el  señor 
Stuart,  de  Lisboa.  Debo,  pues,  dar  á  Vm.  las  más  finas 
gracias  por  el  cuidado  de  comunicarme  noticias  de  su 
salud,  y  la  de  la  amable  My  Lady,  y  familia,  y  es  para 
mí  de  la  más  pura  satisfacción  este  testimonio  de  la 
continuación  de  su  buen  afecto.  Pero  temo  que  mi  si- 
lencio pueda  hacer  en  él  alguna  alteración,  porque 
digo  con  vergüenza  que  desde  el  30  de  Agosto  no  he 
escrito  d  Vm.  carta  alguna.  Es  verdad  que  la  unifor- 
me  é  insulsa  obscuridad  en  que  aquí  vivimos,  y  la  tar- 
danza de  las  noticias  de  Cádiz,  que  no  recibimos  sino 
accidentalmente  y  siempre  con  30  ó  40  días  de  atraso, 
sobre  no  prestar  materia,  quita  de  todo  punto  la  gana 
de  escribir.  Veo  que  Vm.  me  enviaba  en  su  carta  de 
Agosto  (no  recibida)  la  lista  de  las  que  me  había  es- 
crito; y  hubiera  querido  tenerla  para  conocer  las  ex- 
traviadas. Las  que  yo  recibí  aquí,  además  de  las  di- 


CARTAS   DE  JOVELLx\XOS  Y  IIOLLAND 


chas,  fueron  1.^  Pall-Mall,  26  de  Enero;  2da.  Holland- 
House,  15  Febrero;  3ra.  Idem,  4  de  Julio  (por  mano  del 
Sr.  White,  de  la  Coruña);  y  4ta.  el  duplicado  de  la  an- 
terior. Veremos,  pues,  si  en  adelante  logramos  más 
regularidad  en  esta  correspondencia  para  mí  tan  esti- 
mable y  honrosa. 

562  Quisiera  yo  hablar  á  Vm.  de  Córtes,  pero  ¿cómo, 
tan  lejos  de  ellas,  y  con  noticias  tan  retardadas  de  sus 
sesiones?  Desde  luego  me  dá  mucha  pena  su  organiza- 
ción, no  porque  no  haya  adoptado  la  Regencia  la  que 
nosotros  acordamos  (de  que  le  habrá  pesado  mucho), 
sino  por  la  forma  libre  y  confusa  en  que  se  constituye- 
ron. Han  confirmado  interinamente  la  Regencia  (que 
han  renovado  muy  luego),  pero  dejando  un  poder  eje- 
cutivo puramente  nominal,  pues  que  no  le  han  dado 
ninguna  intervención  en  la  confirmación  de  las  leyes, 
ni  veto,  ni  sanción,  ni  revisión,  ni  nada.  Quedó,  pues, 
aquel  poder,  no  sólo  débil,  sinó  refundido  sustancial- 
mente  en  el  legislativo.  Se  han  constituido  en  una  sola 
cámara,  sin  establecer  ninguna  especie  de  doble  deli- 
beración; y  como  las  más  de  sus  resoluciones  se  han 
tomado  al  golpe,  y  á  consequencia  de  una  discusión 
momentánea,  y  no  preparada  ni  meditada  de  antema- 
no, es  de  temer  que  si  siguen  así,  puedan  resultar  al- 
gunas de  grave  inconveniente.  Háile  ya,  en  quanto  al 
juramento  compuesto  de  seis  artículos,  y  sin  embargo, 
acordados  al  golpe.  En  el  primero,  que  declara  la  so- 
beranía de  la  nación,  sin  explicación  alguna,  destruye 
nuestra  antigua  constitución,  y  aunque  envuelve  un 
dogma  generalmente  reconocido  por  los  políticos  en  la 
teórica,  era  cosa  muy  grave  para  presentarle  desde 
luego  á  una  nación  que  no  lo  conocía,  ni  penetraba  su 
extensión  en  la  práctica.  Pedir  de  antemano  el  recono- 
cimiento de  la  Constitución  que  se  hiciere^  de  una 
constitución  no  conocida,  y  que  los  mismos  que  la  han 
de  hacer  no  han  ideado  ni  discutido  todavía,  parece 
cosa  poco  cuerda,  sobre  no  necesaria;  porque  aun  he- 
cha y  presentada  esta  Constitución,  todo  ciudadano 
tendrá  el  derecho  de  jurarla  ó  nó,  y  de  pasar  á  vivir 


DICIEMBRE  1810 


525 


bajo  de  otra,  si  aquella  no  le  conviniere.  Hase,  sin  em- 
bargo, jurado  á  paso  llano,  por  todo  el  mundo,  y  sólo 
el  Marqués  del  Palacio,  propuso  algunas  dudas  mal  di- 
geridas, y  sostenidas  por  él,  y  con  demasiada  severi- 
dad tratadas  por  la  asamblea.  Pero  Vm.  me  dirá:  las 
Córtes  han  declarado  la  libertad  de  la  imprenta  ^  y 
esto  vale  por  todo.  Pero  permítame  que  diga  que  tam- 
poco en  esto  estoy  contento;  no  porque  repruebe  esta 
libertad  (que  teníamos  ya  acordada  en  la  Comisión  de 
Córtes,  como  Vm.  vería  en  la  Memoria  impresa  de 
Morales^  que  le  envié  de  Sevilla)  sinó  porque  la  reso- 
lución me  parece  muy  anticipada.  Esta  libertad  será 
buena,  como  parte  de  una  Constitución  ya  hecha,  y 
que  sea  buena  también;  pero  ántes  temo  que  no  lo  será. 
Me  dirá  Vm.,  que  para  que  lo  sea  la  nuestra,  debe  em- 
pezar por  aquí;  pero,  con  su  licencia,  yo  diré  que  sólo 
debe  acabar.  Vm.  sabe  que  la  política,  no  es  todavía 
una  ciencia,  y  que  sea  lo  que  fuere,  somos  muy  novi- 
cios en  ella,  Vm.  sabe  que  las  teorías  politicas,  que 
solo  conocen  algunos,  no  bastan  para  hacer  una  buena 
Constitución,  obra  de  la  prudencia,  y  la  sabiduría  ilus- 
trada por  la  experiencia.  Las  ideas  de  Juan  Jacobo,  y 
de  Mably,  y  aún  las  de  Locke,  Harrington,  y  Sidney,  &, 
de  que  están  imbuidos  los  pocos  jóvenes  que  leen  entre 
nosotros,  son  poco  á  propósito  para  formar  la  Consti- 
tución que  necesitamos.  No  tenemos,  por  tanto,  que 
esperar  las  luces  que  nos  faltan,  de  la  libertad  de  la 
imprenta,  y  tenemos,  más  bién,  mucho  que  temer  si 
nos  vienen  de  afuera;  que  no  se  descuidarán  nuestros 
enemigos  de  aprovecharse  de  este  medio  para  difundir 
las  que  nos  dañen,  ni  de  comprar  instrumentos  que  las 
apoyen.  Todo  esto  ¡oh  mi  buen  amigo!  me  llena  de 
aflicción  y  me  tiene  en  sobresalto.  Mi  deseo,  era  prepa- 
rar por  medio  de  nuestro  plan,  una  Constitución  mode- 
lada por  la  Inglesa,  y  mejorada  en  quanto  se  pudiese; 
y  á  esto  se  dirigía  la  forma  que  ideábamos  para  la  or- 
ganización de  la  asamblea.  ¿Podrá  Vm.  esperar  ya  este 
bién  para  la  España? 
563   ¿Y  sabe  Vm.  que  nuestro  Agustín  Argüelles  es 


526 


cartas' DE  JOVELLAKOS  Y  HOLLAND 


el  oráculo  de  las  Cortes?  No  conozco  bien  sus  princi- 
pios, aunque  le  tengo  por  muy  instruido,  y  también  por 
hombre  de  juicio;  y  esto  me  consuela  mucho. 

564  Pero  hablando  de  mí,  debo  decir  á  Vm.  que, 
aunque  muy  inclinado  antes  á  volver  á  Cádiz,  y  casi 
forzado  á  ello  por  el  hambre  (porque  ni  me  pagan  mi 
sueldo,  ni  acaban  de  salir  de  Astúrias  los  Franceses), 
estoy  resuelto  á  esperar  aquí  hasta  que  vea  más  claro. 
Desde  aquí,  cuidaré  entretanto  de  mi  salud,  y  de  mi 
reputación;  no  haciendo  reclamaciones  al  Gobierno, 
que  ya  nada  puede,  ni  á  las  Córtes  á  quienes  no  debo 
distraer;  sino  exponiendo  á  la  Nación  quáles  han  sido 
mi  conducta  y  mis  opiniones  en  el  pasado  Gobierno,  y 
confundiendo  al  mismo  tiempo  las  calumnias  de  mis 
enemigos.  En  este  trabajo,  me  he  ocupado  y  entrete- 
nido antes  de  ahora,  y  si  á  pesar  de  la  libertad  de  la 
imprenta  no  pudiera  publicarle  aquí,  veré  si  Vm. 
aprueba  que  se  publique  en  Londres.  Omnis  in  hoc 
sum. 

565  Puesto  de  rodillas,  pido  á  Vm.  perdón  de  mis 
temerarias  sospechas  acerca  de  la  conducta  del  egér- 
cito  aliado.  ¡Gloria  á  Lord  Wellington  que  tan  briosa- 
mente ha  sabido  refrenar  y  escarmentar  al  enemigo! 
Se  cuenta  ya  de  seguro  que  Massena  se  retira  con  su 
egército,  muy  menguado.  Si  es  así,  no  podrá  dejar  de 
tener  mayor  pérdida  y  mengua  en  la  retirada;  y  este 
golpe,  dado  al  brazo  derecho  de  Bonaparte,  puede  ser 
de  mucha  consequencia.  La  guerra,  no  por  eso  se  aca- 
bará; pero  se  hará  más  duradera  y  costosa  al  enemi- 
go, y  esto  es  algo  en  el  cálculo  de  las  contingencias 
políticas. 

566  Acabo  preguntando  á  Mr.  Alien  (pues  que  no 
sé  si  hablamos  de  ello  en  Sevilla):  ¿conoce  Vm.  el  Me- 
morial ajustado  del  Expediente  de  la  ley  Agraria, 
formado  de  órden  del  Consejo?  Es  un  extracto  del  gran 
proceso,  que  contiene  todos  los  expedientes  particula- 
res, informes  de  Intendentes  y  Audiencias,  documen- 
tos y  noticias  recogidas  para  este  grande  objeto.  El 
Consejo,  le  hizo  imprimir,  y  con  su  vista,  escribí  yo  el 


DICIEMBRE  1810 


527 


Informe  de  la  Sociedad.  No  sé  dónde  se  podrá  hallar 
hoy  fuera  de  Madrid;  pero  debo  esta  noticia  á  mi  esti- 
mable favorecedor.  Me  ofrezco  muy  rendidamente  á 
nuestra  amable  My  Lady;  celebro  en  el  alma  las  noti- 
cias de  Garlitos,  y  quisiera  estar  en  el  Castillo  de  Bell- 
ver,  para  tener  esperanza  más  próxima  de  verle.  Si  la 
suerte  le  trajese  á  La  Corufía,  saldré  de  este  mi  rin- 
cón, para  darle  un  abrazo.  Mi  Pachin,  saluda  á  Vms. 
con  igual  cariño,  y  yo  soy  siempre  de  Vm.  tierno  y  re- 
conocido amigo 

/.  Ll. 

561  Desde  el  30  de  Agosto  (J  — 102)  hasta  el  5  de  Diciembre 
de  1810  (J  —  106)  declara  Jovellanos  que  no  escribió  carta  alguna 
á  Lord  Holland:  inferimos  de  aquí,  que  la  carta  precedente 
J  —  105,  cuya  materia  es  la  misma  de  la  presente,  pudo  ser  la  ori- 
ginal, y  la  que  anotamos,  una  glosa  ampliada  de  ella,  por  tratar 
idénticos  puntos,  á  saber:  la  soberanía  de  la  Nación:  reconoci- 
miento de  la  Constitución:  Marqués  de  Palacio:  Batalla  de  Bus- 
saco:  libertad  de  imprenta,  etc.,  etc. 

Del  resúmen  de  cartas,  que  apunta  Jovellanos,  perdidas  unas, 
y  llegadas  otras  á  su  destino,  échase  de  ver  claramente  la  dife- 
rencia entre  los  servicios  postales  español  é  inglés.  Cuanto  éste 
alcanza  de  puntualidad  y  seguridad,  tiénelo  el  otro  de  incierto  y 
demorante.  Y  así  se  advierte,  que  bien  ó  mal,  las  cartas  de  Jove- 
llanos, depositadas  en  manos  de  los  cónsules  ó  agentes  británicos, 
llegan  á  su  destino,  mientras  que  las  de  Holland,  ó  se  evaporan 
en  el  insondable  piélago  del  desórden  administrativo,  ó  las  per- 
sigue la  fatalidad  en  los  desgraciados  vaivenes  de  la  errante  vida 
del  autor,  como  á  verlo  vamos. 

H-68  q    Enero  26  1810:  Pall  Malí         paradero  ignorado  (la 

recibió  en  Muros). 

H-69/)   Febrero  13Ó15  1810:Holland.House  id.  la  recibió  en  Muros 

H-70  r    Julio  4  1810:Holland-House  id.  id. 

n-ims  Julio  4  1810:Holland-House  id.  id. 

W— 71     Agosto  25         1810:  Coruña  en  el  Archivo  de  los 

Jovellanos. 


528 


CARTAS  DE  JOVELX.ANOS  Y  HOLLAND 


H- 72  s    Agosto  31         1810:  Holland-House  no  recibida. 
H— 72¿)¿s  Agosto  31         1810: Holland-House  paradero  ignorado. 
H-73/    Septiembre  25  1810:  Porstmouth     id.  id. 
H-74      Abril  7  1811:  Pall  Malí         en  el  Archivo  de  los 

Jovellanos. 

H— 75w   Julio  12  1811:  Bedford  paradero  ignorado. 

Así,  que  de  nueve  cartas  de  HoUand,  solo  conocemos  una,  la 
H  -74. 

562  En  este  extenso  párrafo,  se  ventilan  muy  diversas  mate- 
rias, y  para  no  alargar  con  exceso  estas  notas,  recomendamos  á 
los  que  quieran  investigar  más  profundamente  el  pensamiento  de 
Jovellanos,  la  lectura  de  los  siguientes  escritos: 

a)  Las  tres  cartas  que  escribió  á  su  sobrino  Don  Alonso  Ca- 
ñedo y  Vigil,  Doctoral  de  Badajóz  y  diputado  en  las  Córtes  de 
1811  (insertas  en  las  Obras  de  Jovellanos,  edic.  Rivad.  t.  2,  p.  376.) 

b)  Las  dos  que  dirigió  á  su  compañero  en  la  Central,  Marqués 
de  Villanueva  del  Prado  (Don  Alonso  Nava  Grimón),  represen- 
tante por  Canarias  (insert.  Obras  de  Jovellanos,  edic.  Rivad.,  t.  2, 
página  375.) 

c)  Las  veinticuatro  (muy  interesantes)  que  escribió  áotro  de 
sus  compañeros  en  la  Central,  Don  José  de  Togóres  y  Zanglada, 
Conde  de  Ayamans,  representante  en  ella  por  Mallorca  (publica- 
das por  Don  Gabriel  Llabrés  en  la  Revista  de  Huesca:  Mayo  á 
Octubre  de  1903.) 

El  extraño  3^  raro  personage  que  en  esta  carta  se  menciona 
con  el  nombre  de.  Marqués  del  Palacio  (otro  General  de  salón), 
da  una  pobre  y  triste  idea  de  nuestra  incultura  en  aquellos  agi- 
tados días,  y  á  la  par,  del  escaso  meollo  de  nuestros  gobernantes, 
que  se  entretenían  en  tomar  en  sério  á  tales  entes. 

El  Marqués  del  Palacio,  era  Capitán  General  de  Cataluña  en 
Septiembre  de  1808;  pero  lo  hacía  tan  mal,  y  era  tan  notoria  su 
incompetencia,  que  la  Junta  Central  se  vió  en  la  precisión  de  lla- 
marle, poniendo  en  su  lugar  al  Capitán  General  de  Mallorca, 
Don  Juan  Miguel  de  Vives,  quien  tomó  el  mando  en  28  de  Octu- 
bre de  1808.  (Toreno:  /.  c.  2  -vii-124). 

El  6  de  Diciembre  de  igual  año,  hallámosleen  Andújar  (Tore- 


DICIEMBRE  181 0 


529 


no:7.  c.,2— VI— 76),  encargado  del  mando  del  egército  que  se  re- 
unía en  Despeñaperros,  pretendiendo,  con  Campo-Sagrado,  po- 
ner en  estado  de  defensa  la  cordillera  de  Sierra  Morena,  empe- 
ño completamente  inútil,  y  en  el  que  fracasaron. 

Un  cuadro  grotesco,  en  que  figura  como  desdichado  Quijote, 
nos  presenta  D.  Adolfo  de  Castro  en  las  páginas  de  su  diserta- 
ción histórica  gaditana; 

(p.  23.)  "El  Marqués  del  Palacio,  había  solicitado  de  la  Regen- 
„cia  permiso  para  trasladarse  de  la  Isla  de  León,  el  dia  30  (Mayo 
„de  1810)  con  cien  hombres  vestidos  y  armados,  como  él  decía  en 
„la  petición,  de  coraceros  á  la  antigua  española,  á  cumplimen- 
„tar  á  la  autoridad  soberana.  Expídese  una  R.  O.  para  que  el  Ge- 
„neral  en  Gefe  Don  Joaquín  Blake,  le  facilite  los  hombres  y  ca- 
„ballos  que  pida,  á  su  elección,  lo  mismo  sargentos  y  cabos,  que 
«soldados,  de  seis  regimientos  que  hay  en  la  Isla.  Seis  oficiales 
«acompañarán  al  Marqués. 

,,  El  día  30,  vienen  á  Cádiz,  vestidos,  no  de  coraceros,  pues  ni 
„una  sola  coraza  se  vé,  sinó  con  jubón,  calzas,  y  capa  corta,  á  la 
„usanza  antigua.  Llega  el  Marqués  con  su  tropa,  que  tiene  todo 
„el  aspecto  de  una  comparsa  de  teatro.  Entra  en  el  salón  de 
„Corte  á  tiempo  que  es  recibida  por  la  Regencia:  síguenle  los  seis 
«oficiales;  él  también  vestido  á  la  española  antigua,  y  con  la  faja 
„de  General,  al  uso  moderno.  Adelántase  al  medio  del  salón, 
,,hace  una  gran  reverencia,  cálase  unos  anteojos,  desnuda  y  em- 
,,puña  la  espada,  y  en  altas  y  destempladas  voces,  lée  unos  desali- 
«ñados  versos,  exhortando  á  todos  con  el  ejemplo  de  su  persona 
,,á  seguir  las  costumbres  antiguas,  á  despreciar  las  modernas,  y 
,,á  continuar  lidiando  por  la  buena  causa.  Acompaña  sus  voces 
«con  esgrimir  la  espada,  y  tirar  golpes  al  aire  á  diestro  y  sinies- 
«tro.  Lo  extrafalario  del  vestido,  lo  alto  y  membrudo  del  perso- 
«nage,  y  malo  de  los  versos,  causan  risa  á  muchos,  si  bien  se  re- 
«prime.  Retírase  el  Marqués,  recorre  con  su  especie  de  cuadrilla 
«de  máscaras,  la  población,  hasta  que  á  la  hora  de  anochecer, 
«toma  con  ella  el  camino  de  la  Isla  de  León,  muy  ufano  de  haber 
«animado  al  pueblo  de  Cádiz  á  abandonar  las  ropas  y  demás 
«costumbres  modernas. 

,,  Y  esta  extravagancia,  unos  meses  después  (Noviembre  de 
«1810)  vale  al  Marqués  del  Palacio  el  título  de  Regente  inte- 
„rino  por  las  Córtes,  cargo  en  que  ejecuta  otras  extravagancias, 

34 


530 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


,.de  ningún  modo  inesperadas,  visto  su  carácter  y  el  estado  de  su 
„inteligencia.„ 

Y  á  semejante  tipo  de  atávico  vulgar,  fracasado  en  Cataluña  y 
Andalucía,  blanco  de  la  irrisión  de  los  gaditanos,  burlesco  com- 
parsa de  zarzuela  bufa,  ¡se  le  elevaba  al  cargo  de  Regente!  ¡Y  se 
permitía  el  lujo  de  poner  reparos  á  la  Constitución  del  Estado, 
cual  si  fuera  un  Jovellanos,  un  Argüelles  ó  un  Muñoz-Torrero!  Y 
en  tanto  que  esto  sucedía,  perdíamos  á  Lérida,  á  Mequinenza,  á 
Morella,  y  á  Ciudad  Rodrigo!  ¡qué  vilipendio! 

Desígnase  comunmente  por  iniciador  del  proyecto  de  libertad 
de  imprenta  en  España,  al  Intendente  vizcaíno  Calvo  de  Rozas 
(vid.  Santiago-Gadea:  /.  c,  págs.  58  y  178),  pero  también  les  cabe 
parte  muy  principal  en  este  progreso,  al  Canónigo  sevillano  José 
Isidoro  Morales,  y  á  su  paladín  en  Córtes,  Don  Agustín  Ar- 
güelles. 

Sus  principales  jalones,  son  los  siguientes: 

En  12  de  Septiembre  de  1809,  presentó  Calvo  de  Rozas  una  pro- 
posición á  la  Junta  Central,  sobre  el  establecimiento  de  la 
libertad  de  imprenta  en  España.  (Hállase  inserta  en  la 
mencionada  obra  de  Santiago-Gadea,  pág.  179.) 

En  29  de  Enero  de  1810,  publícase  un  proyecto  de  Reglamento 
para  la  Regencia,  atribuido  por  'S.  Gadea  á  Calvo  de 
Rozas  (ob.  d.,  pág.  59,  nota),  pero  erróneamente,  pues  sus 
autores  fueron  Don  Martin  de  Garay,  y  Jovellanos,  según 
maniñestamente  declara  este  último  en  su  Memoria  de 
la  Junta  Central  (P.  2  -  A.  2  -  §  127).  (Hállase  inserto 
dicho  Reglamento^  en  la  citada  Memoria,  apéndice  xviií 
y  en  su  artículo  19,  se  dispone,  que  la  Regencia  propusie- 
á  las  Córtes  una  ley  asegurando  la  libertad  de  im- 
prenta.) 

En  10  de  Noviembre  de  1810,  se  publicó  el  Decreto  autorizando 
la  libertad  de  imprenta  en  España;  habiéndose  aprobado 
el  artículo  1.°,  el  19  de  Octubre  (Toreno:  /.  c,  3  — xiii  — 
159).  (Hállase  inserto  en  la  Colección  de  los  Decretos  y 
Ordenes  de  las  Córtes  de  1  SI  O  —  tomo  i,  pág.  14  y  si" 
guientes.) 

Según  Jovellanos  (Memor.  en  def.  de  /a/  C.  —  P.  2  —  a.  2  — 
§  109;  la  proposición  de  Calvo  de  Rozas,  fué  sometida  al  Consejo 
de  Castilla,  que  la  rechazó,  á  excepción  del  Consejero  José  Pablo 


DICIEMBRE  1810 


531 


Valiente,  que  votó  por  la  libertad.  Después,  pasó  á  las  Juntas  de 
Legislación,  é  Instrucción  Pública^  la  última  de  las  cuales  pre- 
sidía el  propio  Jovellanos. 

El  Canónigo  sevillano  José  Isidoro  Morales  (célebre  afrance- 
sado) leyó  en  junta  de  comisión  una  Memoria^  sosteniendo  la  li- 
bertad de  imprenta,  tan  elocuente,  que  impresa  luego,  sirvió  de 
respuesta  d  la  consulta  pedida  por  la  comisión  de  Córtes. 

Las  consideraciones  que  sugiere  á  Jovellanos  el  citado  pro- 
yecto de  libertad  de  imprenta,  magistralmente  expuestas,  tienen 
su  debido  complemento,  en  los  párrafos  110,  111,  112, 113  y  114,  de 
su  citada  Memoria  (P.  2— a.  2). 

563  El  elogio  de  Argüelles,  hecho  por  la  docta  pluma  de  su 
conterráneo  (§§  421,  5561,  es  sincero  y  exacto,  y  debe  tenerse  muy 
en  cuenta  para  juzgarle,  pues  que  nacido  en  1776  en  Ribadesella, 
solo  contaba  entónces  33  años. 

Discrepan,  en  verdad,  las  laudatorias  frases  que  Jovellanos  le 
dedica  en  esta  carta,  de  aquellas  otras  con  que  le  satiriza  Menén- 
dez  Pelayo  en  sus  Heterodoxos  (m,  443):  "Tomaron  parte  en  la 

discusión  (de  las  Córtes),  D   y  el  famoso  asturiano  Don 

„  Agustín  Argüelles,  que  andando  el  tiempo  llegó  á  ser  uno  de 

,,Ios  Santones  del  bando  progresista   pero  que  entónces, 

..era  sólo  un  mozo  de  esperanzas,  de  natural  despejo,  y  fácil  aun- 
„que  insípida  afluencia,  que  sabia  inglés,  y  había  leído  algunos 
„expositores  de  la  Constitución  británica,  sin  corregir  por  eso,  la 
,.confusa  verbosidad  de  su  estilo;  y  á  quien  Godoy  había  emplea- 
„do  en  diversas  comisiones  diplomáticas.,, 

Argüelles,  fué  el  primero  que  provocó  en  las  Córtes  de  1810, 
la  cuestión  de  la  libertad  de  imprenta,  que  sostuvo,  y  fué  apro- 
bada por  ellas  en  5  de  Noviembre  de  1810  (Toreno:  /.  c,  3  —  xiii 
-149.) 

Sobre  los  primeros  años  deArgüelles,  véase:  Quintana:  Obras 
inéditas,  pág.  287,  que  es  un  recuerdo  muy  bien  sentido.  Respecto 
á  Argüelles  en  la  emigración,  consúltese,  Alcalá  Galiano:  Re- 
cuerdos de  un  anciano,  pág.  476.  Y  sobre  su  Vida,  léase  la  escrita 
por  su  paisano  Don  Evaristo  Fernández  San  Miguel  (Madrid: 
1851  52:  impr.  Andrés  y  Díaz:  4  tomos  en  4.°  con  retrato);  con  las 
demás  que  señala  Fuertes  en  su  Bibliograf.  astur.,  pág.  289. 


532 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


564  Refiérese  Jovellanos  en  este  extremo,  á  su  imperecedera^ 
Memoria  en  defensa  de  la  Junta  Central,  cuya  primera  parte  y, 
terminó  en  Muros  de  Noya  á  22  de  Julio  de  1810.  Y  la  segunday. 
en  2  de  Septiembre  de  igual  año. 

Tuvo  sin  duda  su  autor,  el  propósito  de  imprimirla  en  Lóndres, 
pero  lo  llevó  á  efecto  en  La  Coruña,  en  la  imprenta  de  Pérez 
Prieto^  año  1811.  Corrieron  con  las  pruebas  de  impresión,  sus 
sobrinos,  Don  Baltasar,  y  Don  José  María  González  de  Cienfue- 
gos,  que  tenían  allí  su  residencia,  accidental  el  primero  (de  re- 
greso de  Cádiz),  y  fija  el  segundo,  como  Coronel  de  Artillería,  y 
á  la  vez,  Gobernador  militar  de  la  plaza. 

En  cartas  sucesivas,  advierte  á  Holland,  que  su  apología  está 
escrita,  pero  que  se  detenía  la  impresión  por  falta  de  medios;  y 
que  cuando  pensaba  remitirla  á  Lóndres  para  su  impresión,  se 
ofreció  un  amigo  á  hacer  este  gasto  (J.  107,  §  567^.  Quién  fuere 
esta  persona,  no  hemos  podido  acertarlo,  aunque  nuestras  pre- 
sunciones recaen  sobre  los  ilustres  Centrales  maltratados  en  El 
Ferrol . 

Caminaba  la  impresión  con  lentitud,  pues  empezada  en  Abril^ 
de  t811,  á  fines  de  Julio  no  estaba  aún  en  la  mitad.  ''Mi  sobrino, 
,,que  cuida  de  ella,  enviará  á  Vm.  uno  de  sus  primeros  exempla- 
„res  por  medio  del  Sr.  White  (J.  108),  que  se  halla  aquí.., 

Véase  también  la  advertencia  preliminar  de  dicha  Memoria^ 
en  su  segundo  párrafo. 

La  Apología^  consta  de  dos  volúmenes.  El  1.°,  comprende  la 
Memoria  dividida  en  dos  partes.  El  2.°,  los  apéndices  (ó  docu- 
mentos) que  terminó  de  escribir  en  2  de  Mayo  de  1811. 

En  carta  de  2  de  Septiembre  de  181 1  á  su  sobrino  Don  Alonso 
Cañedo  Vigil,  le  avisa  que  ya  está  impreso  el  primer  volumen^ 
pero  no  el  segundo.  "Bien  quisiera  (añade)  que  estuviese  tirado 
„el  Apéndice  (es  decir,  el  segundo  volúmen),  y  sobre  todo,  mi 
„nota  sobre  la  Soberanía:  pero  va  largo.  Días  ha  que  yo  temo  lo 
„que  tú  indicas  sobre  la  detención  de  la  imprenta  gallega.  Bal  ta- 
,.sar,  está  prevenido,  pero  no  tiene  fuerzas  para  vencer  á  aquella 
ygeneratio  prava  et  exasperans.^ 

Inferimos  de  aquí,  que  Jovellanos,  llegó  á  ver  impreso  el  pri- 
4ner  volúmen  de  su  Memoria,  mas  no  el  segundo. 

565  En  la  retirada  de  Wellington  á  Portugal,  perseguido  por- 


DICIEMBRE  1810 


533 


Massena,  hizo  aquél  alto  en  la  Sierra  de  Bussaco,  junto  á  Coim- 
t)ra.  Allí  le  atacó  el  mariscal  francés,  al  amanecer  del  día  27  de 
Septiembre  de  1810,  mas  sin  éxito,  porque  perdió  en  la  contienda 
4.000  hombres.  Situó  después  Wellington,  su  cuartel  general,  en 
Leiría,  el  2  de  Octubre  siguiente;  y  el  11,  ya  estaba  guarecido  en 
las  imponentes  líneas  de  Torres-Vedras  (vid.  Toreno:  Histor. 
3  —  XII  —  32  y  siguientes). 

Lo  singular  del  caso,  es  que  estando  Jovellanos  en  Galicia, 
sobre  la  costa,  no  tuviera  conocimiento  del  hecho,  hasta  después 
de  dos  meses  largos  de  haber  ocurrido. 

566  La  obra  que  se  menciona  en  este  párrafo,  lleva  por  título: 
Memorial  ajustado  en  el  expediente  de  Ley  Agraria.  —  Ma- 
drid: 1784,  1  vol.  in  fol. 

La  alusión  que  hace  Jovellanos  á  Blanco-White  en  el  párra- 
fo 560  de  la  carta  anterior  (J.  105),  prueba,  que  el  preclaro  y  dig- 
no representante  de  Asturias,  no  estimaba  gran  cosa  el  elogio  que 
se  le  tributaba,  cuando  se  excluía  de  él  á  otros  Representantes 
que,  en  conciencia,  lo  merecían  en  igual  grado,  y  por  relevantes 
méritos.  Actitud  tan  noble  y  gallarda,  muestra  á  la  par,  la  gran- 
deza de  su  alma,  y  la  serenidad  con  que  formula  sus  juicios. 


•  [J_CVII] 

En  Santa  Cruz  (de  Rih adulta)  (8  leguas  de  Muros ^ 
á  pasar  unos  días  de  recreo)  en  el  i.°  de  Mayo  de  1811. 

567  Mi  muy  amado  señor:  la  incertidumbre  de  mi 
suerte,  ha  detenido  mucho  tiempo  mi  pluma  esperando 
de  un  día  á  otro  poder  decir  á  Vm.  algo  acerca  de  ella. 
De  día  en  día  ha  crecido  la  angustia  de  mi  corazón,  con 
el  aumento  de  los  peligros  de  mi  pátria.  Los  males  de 
Astúrias,  la  insurrección  de  tantos  puntos  de  América, 
la  falta  absoluta  de  recursos,  el  poco  vigor  del  Gobier- 
no, y  la  mala  organización  de  nuestras  Córtes,  y  poca 
energía  y  poco  sistema,  en  sus  decisiones,  abatiendo  mi 
espíritu,  me  apegaban  al  retiro  y  la  soledad,  y  aumenta- 
ban el  horror  con  que  siempre  miré  la  habitación  de  las 


534 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


grandes  ciudades.  El  honor,  me  obliga  á  renunciar  esta 
idea.  Algunos  de  mis  compañeros,  ansiosos  de  sincerar 
su  conducta,  pidieron  á  las  Córtes  que  se  les  oyese.  Las 
Córtes  accedieron,  y  les  señalaron  su  tiempo,  para  ha- 
cer su  exposición.  El  amable  Pachin  y  yó  nos  resolvi- 
mos á  partir  para  intervenir  en  ella,  y  dimos  cuenta  al 
Congreso;  pero  el  Capitán  General  de  este  reino  nos 
negó  los  pasaportes;  pedimos  licencia  al  Gobierno;  la 
esperamos  hace  mes  y  medio.  Si  viene,  partiremos.  Si 
nó,  nada  me  importa.  Mi  apología,  escrita  tantos  días 
ha,  va  á  imprimirse.  Detúvola  la  falta  de  medios,  por- 
que no  nos  pagan  nuestros  sueldos  desde  Agosto,  y 
quanto  tenia,  se  perdió.  Ya  pensaba  en  remitirla  á  Vm. 
para  que  se  imprimiese  en  Lóndres;  pero  al  fin,  se  ofre- 
ció un  amigo  á  hacer  este  gasto,  y  yo  espero  hacer  ver 
al  mundo  que  hasta  los  últimos  instantes  de  mi  magis- 
tratura, he  procurado  desempeñar  mis  deberes  con 
aplicación,  celo  y  desinterés.  Esto  logrado,  moriré  con- 
tento; que  ni  puede  ya  ser  larga  mi  vida,  ni  ella  es  muy 
apetecible  en  medio  de  la  desolación  de  mi  pátria. 

568  Por  fin.  Lord  WelUngton  logró  echar  á  Massena 
de  Portugal,  con  gran  mengua  de  su  egército  y  de  su 
fama:  se  recobraron  Campomayor,  Olivenza,  y  dicen 
que  está  evacuada  Almeida;  y,  en  fin,  bloqueado  por 
Beresford,  Badajoz,  no  se  duda  que  será  entregado, 
pues  sólo  tiene  1.500  hombres  de  guarnición.  Cuéntase, 
por  consiguiente,  libre  la  Extremadura,  como  Vm.  verá 
por  el  último  Diario  que  vino  aquí  de  La  Coruña,  y  de 
consiguiente,  segura  Galicia  por  ahora. 

569  Verá  Vm.  como  él  mismo,  indica  un  nuevo  plan 
de  guerra  que  nos  abre  un  ancho  campo  de  esperanza, 
si  acaso  en  él  no  amenaza  algún  nuevo  peligro.  Casta- 
ños, mandará  la  Extremadura,  la  Galicia,  Astúrias  y 
tierras  adyacentes:  esto  es,  el  5.^°  6.*°  y  parte  del  7.™° 
egército,  según  nuestra  reciente  forma  político-militar. 
Además,  obrará  en  unión  con  Lord  WelUngton.  Si  no 
mienten  la  cartas  de  Cádiz,  éste  debe  ser  el  resultado 
de  cierta  proposición  hecha  por  ese  Gobierno,  de  que 
este  gran  distrito  fuese  encargado  á  Vms.,  y  defendido 


MAYO  1811 


535 


por  gefes  y  planas  mayores  ingleses.  La  voz  era  públi- 
ca, la  conjetura,  mía.  No  discurro  sobre  una  ni  otra: 
Vm.  sabe  lo  que  pudiera  decir. 

570  Nada  sé  de  Vm.  mil  dias  ha:  supongo  que  Vm. 
habrá  escrito  á  Cádiz,  donde  me  supondrá,  y  que  su 
carta  pudo  extraviarse  ó  perderse;  porque  es  increíble 
el  trastorno  en  que  se  hallan  estos  correos,  ya  sea  por 
falta  de  vigor  allá,  ya  por  precauciones  ó  cosa  peor, 
aquí.  Esta  incertidumbre  me  inquieta,  porque  aunque 
siempre  me  intereso  en  la  buena  salud  de  Vm.,  de  la 
amable  My  Lady  y  su  digna  familia,  ahora  que  un  nue- 
vo órden  de  cosas  se  presenta  ahí,  que  el  Gobierno  está 
confiado  al  Príncipe  de  Gales,  que  Vm.  es  su  amigo, 
que  es  ya  tiempo  de  realizar  tantos  bellos  designios,  mi 
espíritu  se  va  tras  de  una  dulce  esperanza,  que  acaso 
no  es  muy  desinteresada,  porque  tiene  no  ménos  parte 
en  ella  el  amor  de  mi  pátria,  que  el  que  profeso  á  Vm. 
Es,  pues,  disculpable  mi  curiosidad. 

571  Dicen  las  últimas  cartas  de  Cádiz  que  nuestro 
Blake  vuelve  á  mandar  aquel  egército:  cosa  muy  acer- 
tada por  cierto,  si  no  fuese  resultado  de  su  separación 
del  mando  supremo,  y  su  sustitución  por  el  famoso  Vi- 
cario de  Baird:  qué  influjo  lo  haya  producido,  no  lo 
puedo  saber  desde  tan  léjos.  Ello  dirá. 

572  Acabo  recomendando  á  Vm.,  Don  Manuel  Fió- 
rez  Méndez,  que  se  presentará  á  Vm.  con  mi  nombre: 
asturiano  joven,  honrado,  de  talento,  establecido  ahí, 
que  nada  pretende,  pero  que  desea  tener  una  protec- 
ción á  que  acudir,  en  las  ocurrencias  que  pueden  ofre- 
cerse á  un  extrangero  en  el  país  que  vive.  Saludo  con 
todo  el  respeto  y  cordialidad  de  mi  antiguo  afecto  á  la 
amable  My  Lady,  y  á  Mr.  Alien;  á  Garlitos,  si  estuviere 
en  Inglaterra,  y  á  Lord  Russell,  y  soy  siempre  de  Vm. 
el  más  tierno  y  reconocido  amigo, 

Jovellanos. 

Esta  es  la  única  carta  escrita  desde  la  posesión  señorial  de 
Santa  Cruz  de  Rihadulla,  donde  Jovellanos  permaneció  durante 
todo  el  mes  de  Mayo  de  1811. 


536 


CARTAS  DE  JOVELLAXOS  Y  HOLLAND 


Era  dueño  de  aquel  hermoso  y  celebrado  sitio,  Don  Juan  Igna- 
cio de  Armada  Mondragón,  tercer  Marqués  de  Santa  Crus  de 
Rihadulla^  Coronel  Gefe,  por  aclamación,  del  Batallón  Literario 
de  Santiago,  en  23  de  Junio  de  1808.  Con  tan  distinguida  y  entu- 
siasta gente,  hizo  la  campaña  de  Vizcaya,  y  subsiguiente  retira- 
da á  León,  incorporado  á  la  4.*  división  del  Egército  de  Galicia, 
al  mando  del  Marqués  de  Portago. 

A  fines  de  1810,  pasó  con  real  licencia  por  enfermo,  á  su  casa 
de  Galicia:  de  modo  que  habiendo  estado  Jovellanos  en  ella,  en 
la  fecha  señalada,  es  muy  posible  que  también  se  encontrara  allí 
su  poseedor. 

Don  Juan  Ignacio,  nació  en  dicha  posesión  de  Santa  Cruz  de 
Ribadulla  (ay.  Vedra;  pr.  Coruña),  el  29  de  Agosto  de  1757;  falle- 
ciendo en  Santiago  de  Compostela,  el  25  de  Enero  ;de  1824.  Estu- 
vo casado  con  Doña  Petra  Guerra,  vecina  también  de  Ribadulla. 

Un  hijo  de  este  matrimonio,  Don  Juan  Armada  y  Guerra, 
cuarto  Marqués  de  Santa  Cruz  de  Ribadulla,  casó  en  1816  con 
Doña  María  del  Rosario  Valdés  Ramírez  de  Jove,  cuarta  Mar- 
quesa de  San  Estéhan  del  Mar  del  Atahoyo,  enlazándose  así  la 
casa  de  Ribadulla  con  la  de  Gijon. 

¿Habría  Jovellanos  promovido  este  enlace? 

567  Acerca  de  las  causas  que  motivaron  la  insurrección  de  va- 
rios estados  de  América  (Venezuela:  Buenos- Aires:  Nuevo  Reino 
de  Granada),  deben  leerse  las  extensas  consideraciones  que  hace 
Toreno  (3  —  xii  —  130),  y  lo  mucho  que  posteriormente  se  ha  es- 
crito sobre  el  particular. 

Sobre  la  terminación  de  la  Memoria  en  def.  de  la  J.  Central 
(2  Septiembre  1810j  y  su  impresión,  remitimos  al  lector  á  nuestra 
nota  564. 

568  De  los  sucesos  de  la  guerra  en  Portugal,  da  cortas  noticias 
Jovellanos,  y  esas,  muy  concisas,  y  á  largos  intervalos,  como  se 
observa  por  las  fechas  de  sus  cartas: 

J  —  106  5  Diciembre,  1810. 

J-107  1  Mayo,  1811. 

En  la  primera,  sólo  habla  de  la  acción  de  Busaco  (27  Septiem- 
bre, 1810);  y  en  la  segunda,  de  la  recuperación  de  las  plazas  de 


MAYO  1811 


537 


iSampomayor,  Olivensa^  Almeyda,  y  Badajoz,  cu\'as  fechas  fija- 
remos para  mayor  claridad. 

Campomayor  tomada  por  los  franceses,  en  22  Marzo  1811. 

„  recobrada  por  los  ingleses  (Beresford),  en  25  Mar- 

zo 1811. 

Olivensa  tomada  por  los  franceses,  el  21  Enero  1811. 

y.  recuperada  por  los  ingleses  (Colé),  el  15  Abril  1811. 

Fuentes  de  Oñoro  (combate  de),  3  y  5  Mayo  de  1811. 
Almeyda,  evacuada  por  los  franceses,  el  10  Mayo  de  1811. 
,  Albuera  (batalla  de  La),  16  Mayo  1811. 

Badajós  tomado  por  los  franceses,  el  10  Marzo  de  1811. 

„  l.er  asedio  (por  Beresford)  —  del  4  al  15  Mayo  de 

1811  (le  abandonó). 
„  2.^  asedio  (por  Hamilton)  —  de  18  de  Mayo,  el  17 

Junio  de  1811  (le  abandonó). 
„  3.er  asedio  (por  Wellington)  —  de  16  Marzo,  al  7 

Abril  de  1812,  en  que  la  tomó. 
Lord  Wellington,  consiguió  echar  á  los  franceses  de  Portugal, 
pues  Massena,  en  su  admirable  retirada  de  Santarem  á  Sabugal 
del  Coa,  pasó  la  frontera  española  el  5  de  Abril  de  18U. 

569  El  nuevo  plan  de  campaña  que  inserta  el  Diario^  lo  desco- 
nocemos. Pero  en  él,  Castaños,  que  sucedía  á  La  Romana  (muer- 
to el  23  de  Enero  de  1811),  mandaba  la  Extremadura  (5.®  egérci- 
to),  Galicia,  Astúrias  y  tierras  adyacentes  (ó  sea,  el  6.°  y  parte 
del  7.°  egército). 

La  segunda  parte  de  este  párrafo,  refiérese  al  intento  de 
Wellington  (ó  del  gobierno  inglés),  de  reunir  bajo  su  mando,  el 
territorio  de  Portugal  3^  de  las  provincias  limítrofes.  Su  herma- 
no, Henry  de  Wellesley,  fué  el  encargado  de  hacer  esta  proposi- 
ción (Marzo  de  1811)  á  la  Regencia  y  á  las  Córtes,  quienes  recha- 
zaron en  Abril  siguiente,  tan  humillante  pretensión. 

Pero  andando  el  tiempo,  cambiaron  las  cosas  de  aspecto  (¡tan- 
to enseña  la  experiencia,  y  trastorna  el  éxito!),  y  las  Córtes  de 
Cádiz,  por  decreto  de  22  de  Septiembre  de  1812,  confirieron  el 
mando  en  gefe  de  todas  las  fuerzas  aliadas  que  operaban  en  la 

Península,  al  Duque  de  Ciudad-Rodrigo  (Wellington)  quod 

erat  demonstrandum. 


538 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


570  La  dulce  esperanza  que  anima  á  Jovellanos,  claramente 
se  trasluce  del  espíritu  de  sus  cartas:  es  la  de  ver  á  su  preclara 
amigo,  al  frente  de  la  Secretaría  de  Estado. 

571  Como  el  egército  de  Extremadura  mandado  por  Castaños, 
no  fuese  suficiente  para  cooperar  con  el  anglo-portugués,  salió 
otro  expedicionario  de  Cádiz  (el  16  de  Abril)  á  las  órdenes  de 
Blake,  que  se  unió  en  el  Condado  de  Niebla  (Huelva),  con  la  di- 
visión Ballesteros,  formando  un  cuerpo  de  12.000  hombres,  con 
artillería  y  caballería. 

Blake,  no  fué  por  esto  separado  del  mando  supremo  (Presi- 
dente de  la  Regencia),  sinó  que  obtuvo  permiso  especial  de  las 
Córtes  para  mandar  fuerza  armada,  cosa  que  le  estaba  vedada 
por  el  Reglamento. 

Su  substitución  por  el  Vicario  de  Baird  (¿Beresford?)  en  el 
mando  supremo  de  las  fuerzas,  el  día  de  la  batalla  de  Albuera 
(16  Mayo  1811)  tampoco  fué  debida  á  influjo  alguno,  sinó  conse- 
cuencia del  pacto  concertado  anteriormente  entre  Castaños  y 
Wellington  (y  propuesto  por  el  primero),  al  que  asintieron  todos 
los  Generales,  de  que,  llegado  el  momento,  totnaria  el  mando  en 
gefe^  el  General  que  concurriese  con  mayores  fuerzas. 

Y  como  Jovellanos  data  su  carta  del  1.°  de  Mayo,  de  aquí  que 
no  haya  podido  tener  noticia  de  dicho  acuerdo,  aunque  algo  pu- 
diera barruntar  por  su  correspondencia  con  los  de  Cádiz. 


[  J_GVIII] 

Coruña,  23  de  Julio  1811. 

573  Por  fin,  mi  respetable  amigo,  escribo  á  Vm.  des- 
de La  Coruña,  de  camino  para  Gijon.  La  Providencia, 
me  abrió  otra  vez  la  puerta  de  mi  casa,  y  la  proporción 
de  seguir  el  propósito  con  que  salí  de  la  Isla  de  León, 
hace  17  meses.  Con  esto,  me  he  separado  dolorosamen- 
te  de  mi  amado  Pachin,  que  el  5  de  este  mes,  se  em- 
barcó para  Cádiz,  donde  le  suponemos  desde  el  8.  El 
es  moso  y  militar,  y  qualquier  situación  fuera  de  las 


JULIO  1811 


539 


filas,  sobre  desairada,  le  sería  violenta.  Yo,  viejo,  y  es- 
tropeado, sólo  debo  pensar  en  esconderme  de  los  hom- 
bres que  tan  mal  me  han  tratado;  y  pues  que  en  nada 
puedo  servir  á  la  pátria,  menguaré  el  número  de  los  que, 
embarazando  al  Gobierno,  la  dañan.  Tomé  esta  reso- 
lución con  mejores  apariencias  de  seguridad:  hoy  no 
son  ya  tan  ciertas.  La  célebre  batalla  de  Albuera,  no 
ha  tenido  las  ventajosas  consequencias  que  se  espera- 
ban. Asturias,  quedó  evacuada,  pero  sin  defensa.  Los 
enemigos,  la  dejaron,  pero  se  están  á  la  falda  de  sus 
montes.  Tendré,  pues,  que  estar  con  un  pié  en  la  tierra, 
y  otro  en  la  mar;  pero,  al  ñn,  gozaré  un  poco  de  aquel 
reposo  que  sea  posible,  en  estos  dias  de  turbación  y  an- 
gustia, y  de  que  no  he  podido  gozar  de  tanto  tiempo 
acá. 

574  Me  avergüenzo  de  no  poder  enviar  á  Vm  mi 
Memoria  ofrecida  tantas  veces;  y  me  avergüenzo,  no 
por  mí,  sinó  por  mi  nación.  ¿Cómo  creerá  Vm.  que  em- 
pezada á  imprimir  desde  Abril,  no  está  aún  en  la  mitad? 
Tal  es  el  estado  de  nuestra  typografía,  sin  contar  con 
su  carestía  y  con  sus  otras  imperfecciones.  Mi  sobrino, 
que  cuida  de  ella,  enviará  á  Vm.  uno  de  sus  primeros 
ejemplares  por  medio  del  Sr.  White,  que  se  halla  aquí. 

575  Este  mismo  caballero,  me  ha  ofrecido  una  carta 
que  acredita  la  recomendación  de  My  Lord  Liverpool, 
debida  á  la  buena  amistad  de  Vm.,  para  que  los  cruce- 
ros ingleses  me  reciban,  si  alguna  orden  del  gobierno, 
ó  desgraciada  casualidad,  me  forzare  á  dejar  otra  vez  á 
Gijon.  Si  tal  no  sucediere,  mi  propósitode  vivir  y  morir 
allí,  será  tan  inalterable  como  mi  amistad  y  reconoci- 
miento á  Vm.,  mi  respeto  á  la  amable  My  Lady,  y  mi 
consideración  á  nuestro  Mr.  Alien,  á  quienes  saludo 
con  el  más  ñno  afecto,  quedando  de  Vm.  ñel  y  ñno 
amigo 

J avellanos  > 

583  Sobre  la  personalidad  de  Pachin^  véase  la  nota  23. 
A  su  regreso  á  Cádiz,  nada  hizo  ni  nada  tampoco  pudo  hacer. 


540 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


dado  que  ni  SU  influencia,  ni  sus  luces,  ni  sa  palabra,  tuvieron 
eco  en  parte  alguna.  Sólo  la  bondad  de  alma  de  su  ilustre  paisa- 
no, pudieron  ver  en  él  dotes  y  merecimientos  de  que  carecía  en 
absoluto.  No  le  negaremos  sin  embargo,  dos  calificativos  que  la 
posteridad  le  aplicó;  era  benéfico^  y  aparatoso. 

La  batalla  de  la  Albuera  (16  Mayo  1811)  lugar  situado  á  22  ki- 
lómetros de  Badajóz,  en  donde  lidiaron  Soult,  Latour,  y  Godinot, 
contra  Beresford,  Stewart,  Hamilton,  Colé,  Castaños,  Blake  y 
Ballesteros  (con  31.000  hombres),  no  tuvo,  como  indica  el  autor 
de  estas  Cartas^  las  ventajosas  consecuencias  que  se  esperaban. 
Era  una  de  ellas,  la  liberación  de  Badajóz,  y  como  resultado  in- 
mediato, la  de  Extremadura  toda,  cosa  que  no  se  pudo  alcanzar, 
á  pesar  del  gran  derramamiento  de  sangre,  y  de  las  circunstan" 
cias  favorables  del  combate.  Las  pérdidas  de  los  aliados,  se  ele- 
varon á  6.000  hombres:  y  á  8.000  las  del  enemigo. 

574  La  lentitud  y  carestía  de  la  tipografía  española,  no  ha  me- 
jorado gran  cosa  en  el  transcurso  de  un  siglo.  El  falso  concepto 
de  nuestros  tipógrafos,  es  el  mismo  (comercialmente  hablando) 
de  que  adolece  el  comercio  español  en  general:  prefieren  ganar 
pocos  muchos^  á  muchos /)ocos;  de  tal  manera,  que  la  impresión 
de  un  pliego  de  dieciseis  páginas  en  4.°,  con  tres  tipos  de  letra, 
V.  gr.,  oscila  en  el  mercado,  entre  25  y  ICO  pesetas;  disconformi- 
dad enorme,  que  muestra,  no  sólo  la  falta  de  fijeza  en  el  precio 
de  conjunto,  sinó  un  desconocimiento  magno  en  la  evaluación 
precisa  del  detalle;  error  que  se  pone  más  de  relieve  en  ciertos 
manuales  tipográficos^  donde  los  tanteos  se  hacen  bajo  la  falsa 
base  de  un  recargo  enormísimo  en  un  ciento  por  ciento. 

La  unidad  de  tiempo,  tampoco  es  posible  lograrla;  y  sin  negar 
que  algunas  veces  los  escritores  españoles,  ó  por  idiosincracia 
especial,  ó  por  falta  de  pericia,  no  entregan  al  impresor  sus  ma- 
nuscritos, completos,  acabados,  y  claros,  ni  los  corrigen  con  la 
celeridad  debida,  también  es  cierto,  que  con  mucha  frecuencia, 
quedan  aquellos  postergados  á  trabajos  posteriores  adquiridos 
por  la  imprenta. 

Los  contratos,  son  letra  muerta,  á  tal  extremo,  que  siempre  se 
fallan  en  contra  del  autor,  cualesquiera  que  sean  las  salvedades 
estipuladas. 

Don  Baltasar  G.  de  Cienfuegos,  fué  quien  cuidó  en  La  Coru- 


JULIO  1811 


54t 


ña,  de  la  impresión  de  la  Memoria,  hecha  en  los  talleres  de  Don 
Francisco  Cándido  Pérez  Prieto. 

Expresado  va  en  la  nota  564,  que  en  2  de  Septiembre  de  1811 
estaba  concluida  la  impresión  del  primer  volumen  de  dicha  Me- 
moria^ mas  no  la  del  segundo,  que  debió  terminarse  á  fines  de 
1811.  Tal  vez  las  relaciones  que  con  semejante  motivo  se  entabla- 
ron entre  Don  Baltasar,  y  el  impresor  coruñés  Pérez  Prieto,  fue- 
ron causa  de  la  traslaCion  de  sus  talleres,  desde  la  ciudad  hercu- 
lina  á  la  vetusta  Oviedo.  El  hecho  fué,  que  por  la  precedente,  ú 
otras  causas,  dicha  tipografía  vino  á  establecerse  en  la  capital  de 
Astúrias,  turnando,  desde  1812,  con  la  antigua  de  Diaz  Pedregal, 
continuadora  de  la  de  Francisco  de  la  Plaza  (1719),  vallisoletana 
en  sus  orígenes. 

Por  escritura  de  20  de  Agosto  de  1811,  fué  contratado  Pérez 
Prieto  para  impresor  del  Principado,  Real  Audiencia,  y  Regen- 
cia, por  su  vida  y  la  de  su  muger,  y  hermanos,  á  razón  de  diez 
mil  reales  anuales. 

En  los  anales  de  la  tipografía  ovetense,  de  1812  á  1822,  figura 
el  pié  de  imprenta  á  nombre  de  Don  Francisco  Cándido  Peres 
Prieto:  en  1823,  le  sucede  Don  Fermin  Pérez  Prieto;  y  de  1841 
á  1843,  vése  el  de  la  Viuda  de  Peres  Prieto. 

La  primer  obra  del  impresor  coruñés  en  Astúrias,  fué  un  poe- 
ma latino  de  Canel  Acevedo,  dedicado  á  Wellington,  y  Castaños; 
su  pié  de  imprenta  reza  así: 

Oveti:  Excudebat  D.  Franciscus  Candidus  Pérez  Prieto ^ 

Tipographus  Provintialis.  Anno  Dom.  MDCCCXII. 

(En  4.°,  de  20  págs.  y  una  hoja  sin  foliar),  según  registro  de 
Fuertes  Acevedo  en  su  Bibliogr.  astur. 

575  Ya  hemos  transcripto  la  carta  de  George  White  (W  —  71) 
y  el  salvoconducto  consular  que  la  acompaña;  como  también 
las  respuestas  dadas  por  Jovellanos  á  White,  y  á  Lord  Liver- 
pool (J  —  103,  J  ~  104).  Unas  y  otras  corresponden  á  los  meses  de 
Julio  y  Agosto  de  1810.  Por  tanto,  la  carta  que  ahora  ofrece 
George  White  á  Jovellanos,  es,  en  nuestro  sentir,  la  original 
de  Lord  Liverpool  á  dicho  Cónsul. 


542 


CARTAS  DE  JOVELLAÍfOS  Y  HOLLAND 


[H_LXXIV] 

Pall  Malí,  Londres:  7  Abril:  1811. 

Me  aprovecho,  respetado  y  queridísimo  amigo  mío, 
de  una  oportunidad,  para  escribirle  un  renglón,  que  me 
proporciona  la  fineza  del  Sr.  Flórez.  Es  verdad  que 
poco  tengo  que  decirle.  Los  sucesos  militares  y  políti- 
cos van  siguiéndose  con  tanta  rapidez,  y  la  escena  más 
interesante  está  tan  cerca  de  Vm.  que  ánces  que  llega- 
se mi  carta,  habrá  olvidado  Vm  los  acontecimientos  de 
que  trata,  por  la  impresión  de  otros  más  recientes  y  tal 
vez  mayores. 

Aqui  estamos  muy  contentos  de  Lord  Wellington  y 
los  Portugueses,  y  para  hablarle  con  franqueza,  muy 
poco  del  Gobierno,  y  de  la  oficialidad  española.  La  dis- 
posición del  exército  de  Mendizábal,  las  rendiciones  de 
Tortosa  y  Olivenza,  la  inacción  de  La  Peña,  con  el  sa- 
crificio de  los  soldados  de  Graham,  y  la  capitulación  de 
Badajoz,  prueban  bastante  que  con  el  systema  y  orga- 
nización actual  de  los  Exércitos  españoles,  nada  puede 
salir  bien. — ¿Quién  habrá  creído  que  los  Portugueses 
tendrían,  no  solamente  el  mejor,  sinó  el  único  exército 
de  la  Península?  Y  con  el  exemplo  de  las  resultas  de  la 
disciplina  de  Oficiales  Ingleses,  es  increible  que  las  eti- 
quetas, las  preocupaciones  y  aun  las  sospechas  mal 
fundadas  y  poco  políticas  de  la  Regencia,  y  especial- 
mente, de  Blake,  se  opondrían  á  una  providencia  seme- 
jante con  los  Exércitos  españoles;  providencia  que  está 
anhelando  el  pueblo,  el  soldado,  y  todo  lo  que  no  es  Go- 
bierno ú  Oficialidad  en  España.— No  se  puede  ponderar 
la  mala  impresión  que  hacen  en  el  público  inglés  los 
chascos  que  nunca  dexan  de  llevar ,  guando  se  fían  en 
los  Oficiales  españoles,  y  en  verdad,  queridísimo  ami- 
go mío,  por  españolado  que  soy,  no  puedo  sinó  confe- 
sar que,  si  no  quieren  fiar  el  mando  de  Andalucía  y  de 


ABRIL  1811 


543 


•Cádiz  á  Graham,  si  no  quieren  admitir  Oficiales  aus- 
triacos  é  ingleses  en  sus  exércitos,  se  les  daría  dinero, 
fusiles,  vestuario,  sí,  pero  no  dexaría  estar  tropa 
inglesa  en  España,  expuesta  como  siempre  ha  sido  y 
será,  sin  otras  providencias  para  siempre,  á  ser  aban- 
donado en  el  campo,  desde  el  momento  que  parezca  el 
enemigo. 

Hablemos,  pues,  de  asuntos  más  agradables.  Alien, 
ha  acabado  su  traducción  de  la  apreciable  obra  de 
Vm.,  pero  no  la  ha  mandado  á  imprimir  todavía,  con 
motivo  de  no  haberla  limada  y  perfeccionada  como  lo 
exige  su  fastidiosa  desconfianza  en  sí.— No  sé  si  Vm. 
vea  (verá)  algunas  veces  El  Español  de  Blanco;  pa- 
rece que  se  vende  bien,  y  en  Inglaterra,  y  en  las  Amé- 
ricas.— Aquí  se  oponen  á  él  muchísimo  el  Ministro  Apo- 
daca,  y  el  poeta  Arriaza,  pero  á  fe  que  no  tienen  razón, 
y  las  miras  de  Blanco,  son  harto  más  provechosas  á  la 
santa  causa  de  España,  que  las  antiguas  preocupacio- 
nes de  esotros,  las  quales  nunca  fueron  muy  políticas, 
pero  que  se  han  hecho  por  las  circunstancias,  absolu- 
tamente imposibles. 

La  Señora,  que  me  encarga  dé  mil  afectuosas  ex- 
presiones para  Vm.,  y  que  siente  conmigo,  que  Vm.  no 
haya  querido  tomar  su  aposento  en  Holland-House, 
está  buena,  aunque  algo  enrhumée,  como  siempre  su- 
cede en  esta  temporada  de  Lóndres.— Estamos,  gra- 
cias á  Dios,  para  salir  de  aquí  á  Holland-House  en  dos 
dias.  Ahí  espero  tener  noticias  de  mi  respetado  y  ama- 
do Don  Gaspar,  que  nos  faltan  ya  meses  ha.  Perdone 
Vm.  mi  mala  letra  y  peor  castellano,  escribo  con  mu- 
cho miedo:  en  el  cuarto  y  en  las  ocupaciones  del  Par- 
lamento se  va  perdiendo  el  uso  de  escribir  en  este  idio- 
ma. Pero  no  por  eso  ni  en  nada  se  disminuye  la  más 
sincera  afición,  gratitud  y  respeto,  con  que  estoy  (soy) 
querido  amigo  mío,  s.  s. 

Va  salí  Holland. 

La  carta  LXX,  perdida. 


CARTAS  DE  JOVELLAXOS  Y  HOLLAND 


[J  — CíX] 

Gijon,  17  Agosto  1811, 

576  My  Lord  y  mi  muy  amado  y  respetable  amigo: 
después  de  once  años  de  ausencia,  persecuciones  y  tra- 
bajos, estoy  otra  vez  en  mi  escondrijo  de  Gijon,  tan 
ansioso  de  hallar  en  él  el  descanso  que  mis  cansados 
años,  y  mi  degradada  constitución  física,  necesitan, 
como  incierto  de  conseguirle.  Llegué  á  besar  esta  cuna, 
el  7  de  este  mes,  y  no  pasaron  ocho  dias  sin  que  nos 
hiciesen  temer  una  nueva  invasión.  Más  que  el  peligro, 
que,  por  ahora,  no  es  inminente,  son  de  temer  las  falsas 
alarmas,  no  ya  del  pueblo  solo,  mas  aún  del  Gobierno 
que,  por  avisos  poco  seguros,  de  reuniones  y  movi- 
mientos del  enemigo,  toma  precauciones,  que  asustan 
tanto  por  su  aparato  como  por  su  precipitación:  defec- 
to nacido  del  mismo  cuidado  de  evitar  el  descuido  ab- 
soluto, que  es  su  contrario.  In  vitium  ducit  culpce 
fuga.  En  medio  de  esto,  no  envidio  otra  situación,  y 
solo  me  falta,  para  gozarla  de  lleno,  que  ni  los  amigos 
ni  los  enemigos  se  empeñen  en  inquietarla. 

577  Al  llegar  á  ella,  recibí  la  estirnahle  de  Vm.  del 
12  del  pasado,  escrita  en  Bedford  (H.  z/),  y  en  medio 
del  gusto  de  rever  á  mis  antiguos  amigos,  tuve  el  de 
saber  que  mis  amados  Lord  y  Lady,  estaban  buenos  y 
alegres.  Yo  no  tengo  de  qué  quejarme  del  Gobierno  á 
quien  siempre  he  debido  muchas  muestras  de  particu- 
lar aprecio,  aun  quando  me  envolvía  en  la  injusticia 
general  con  que  trató  al  cuerpo  de  que  fui  parte.  ¡Oja- 
lá que  viera  en  él,  y  en  sus  agentes,  todo  el  tino  y  vi- 
gor que  nuestras  estrechas  circunstancias  requieren! 
Temo  que  se  dá  al  deseo  de  hacer  nuevas  reformas  po- 
líticas, mucha  parte  de  la  atención  que  reclaman  pode- 
rosamente otros  objetos.  La  situación,  á  la  verdad,  es 
crítica,  los  medios  pocos,  las  necesidades  inmensas, 

qui  pattpere  censu  stringitur  ^  officio  par  nequit 
esse  suo. 


AGOSTO  1811 


545 


578  Tengo  sobre  mi  corazón  la  insurrección  de  Amé- 
rica de  que  Vm.  me  habla,  y  no  puedo  dejar  de  detes- 
tar y  odiar  con  todo  él,  á  los  que  la  fomentan.  Dícen- 
me  que  Blanco  es  uno  de  sus  más  ardientes  sopladores: 
yo  no  he  visto  siquiera  un  número  de  su  periódico; 
pero  si  es  cierto  lo  que  oigo  contar  de  sus  discursos, 
no  hallo  dictado  bastante  negro  con  que  caracterizar 
su  conducta.  Fomentar  este  fuego  en  un  extraño,  fuera 
imprudencia;  en  un  nacional,  es  una  cruel  indignidad. 
No  basta  para  disculparla,  suponer  una  cabeza  llena 
de  la  manía  y  cavilaciones  democráticas,  porque  de- 
ben callar  los  estímulos  de  la  opinión  donde  hablan  los 
sentimientos  de  la  probidad.  Prescindiendo  de  los  prin- 
cipios de  esta  defección  de  nuestros  hermanos,  basta 
poner  los  ojos  en  sus  autores,  para  calificarla.  No  son 
los  pobres  indios  los  que  la  promueven;  son  los  espa- 
ñoles criollos,  que  no  pelean  por  sacudir  un  yugo  que 
desde  el  principio  se  trató  de  hacer  Hgero,  sinó  por 
arrebatar  un  mando  que  envidian  á  la  metrópoli.  ¿Qué 
pueden  pedir  que  no  les  hayan  dado,  ó  estén  prontas  á 
dar  las  Córtes?  Dice  Vm.  que  los  derechos  que  no  les 
dén,  los  tomarán;  pero  ¿no  los  han  tomado  sin  pedir- 
los? Ni  es  justicia  todo  lo  que  parece:  hay  razones  de 
conveniencia  pública,  que  alteran  sus  reglas.  Los  prin- 
cipios son  siempre  ciertos;  pero  la  política  no  es  una 
ciencia,  ni  por  consiguiente  tiene  principios;  sus  máxi- 
mas pueden  ser  siempre  ciertas  en  la  teórica,  pero  no 
siempre  en  su  aplicación.  ¿Aprobaría  Vm.  que  se  diese 
á  países  tan  distantes  y  poblados,  y  que  cada  dia  lo 
serán  más,  que  se  les  diese  un^  representación  numé- 
ricamente superior  á  la  del  Continente,  con  indistinta 
inclusión  de  todas  las  castas?  ¿La  absoluta  exclusión 
de  los  continentales  para  todos  los  empleos?  ¿No  pedi- 
rían, después,  la  traslación  del  gobierno  á  aquella  parte 
del  mundo?  No,  amigo  mío,  no:  no  son  estas  las  ques- 
tiones  del  día,  por  mas  que  lo  parezcan.  Se  trata  de 
una  escisión,  de  una  absoluta  independencia,  y  sobre 
esto  es  la  lucha.  Yo  no  sé  quién  la  fomenta:  sé,  que  sin 
ageno  auxiho,  no  pueden  vencer  en  ella  los  insurgen- 

35 


546 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


tes.  Estoy  muy  lejos  de  atribuir  este  ruin  designio  al 
gobierno  inglés:  no  solo  le  creo  ageno  de  su  generosi- 
dad, sinó  también  de  su  sabiduría.  Sé  muy  bién  que 
Pitt  fomentó  la  insurrección  de  la  América  Meridional: 
sé  que  hubo,  y  acaso  hay,  miras,  si  no  de  dominio,  de 
preponderancia  comercial  y  exclusiva,  con  ella.  Pero 
qualquiera  que  en  la  actual  situación  del  viejo  mundo, 
piense  en  la  independencia  general  del  nuevo,  será  un 
hombre  vacío  de  todo  principio  de  prudencia,  y  virtud: 
dividiría  en  dos  partes  la  especie  humana,  armaría 
p¿ira  siempre  la  una  contra  la  otra,  y  si  las  guerras  de 
nación  á  nación  son  hoy  tan  horrendas  y  funestas,  ¿qué 
sería  entónces  la  de  media  humanidad  contra  otra  me- 
dia? Tarde  ó  temprano  ^  ésta  fuera  su  suerte.  La  ambi- 
ción, dividiría  allí  el  mando  y  los  imperios;  pero  la  mis- 
ma, levantaría  un  Bonaparte  que  después  de  desvastar 
sus  porciones,  las  reuniese  bajo  un  yugo  de  fierro. 
Tengo  por  tanto  gran  consuelo  en  saber  de  Vm.  las 
miras  benéficas  de  su  gobierno  hacia  la  España;  pero 
quisiera  que  tos  comerciantes  ingleses  no  la  frustra- 
sen por  su  codicia.  En  este  punto,  como  en  el  princi- 
pal de  nuestra  lucha,  la  suerte  de  España  está  en  ma- 
nos de  Vms.;  pero  Vms.  tienen  también  grande  interés 
en  protegerla.  ¿Qué  sería  de  la  Europa, qué  de  la  Ingla- 
terra, si  Bonaparte  uniese  á  su  Imperio  esta  preciosa 
tierra?  ¿Qué  le  resistiría  en  Africa  ni  Asia?  Dueño  de 
Constantino  pía  y  el  Egipto  Deus  avertat. 

579  ¿Conque  el  jóven  Carlitos  ha  visitado  ya  las 
costas  que  ilustraron  á  Gama?  ¡Á  cuan  dura  carrera 
le  ha  destinado  Vm.!  Pero  es  la  de  la  gloria,  y  pues  su 
vocación  le  llevaba  á  ella,  en  ninguna  podrá  esperarla 
mayor. 

580  Yo  he  hallado  mis  pinturas  y  mi  pequeña  libre- 
ría casi  destruidas;  lo  que  se  salvó,  fué  por  una  espe- 
cie de  milagro,  pues  que  estuvo  ya  en  Santoña.  Pero 
estoy  en  Gijon,  vivo  la  casa  en  que  nací,  y  recuerdo 
aquella  

Gloria,  f el icis  olim  viridisque  juventce. 


AGOSTO  1811 


581  Estoy  además,  más  cerca  de  Vm.  Irán  y  ven- 
drán de  aquí,  buques  ingleses,  y  podré  saber  de  Vm. 
con  mas  frecuencia.  Tendré  más  tiempo  para  leer.  Es- 
pero que  Vm.  me  envíe  algunos  papeles  interesantes, 
y  especialmente  los  de  Blanco;  pero  á  la  mano,  porque 
rsuestros  correos  son  insufribles,  y  más  quando  vá  para 
trece  meses  que  no  cobro  sueldo  alguno.  Si  no  me  hu- 
biese vuelto  d  mi  pequeño  y  dilapidado  patrimonio, 
ya  sería  un  mendigo.  Pequeño  mal,  si  mi  patria  fue- 
se libre.  No  me  muera  yó  hasta  verla  tal. 

582  Escribo  hoy  17  de  Agosto:  la  carta  irá  por  bu- 
que que  vá  á  partir  á  esa.  Allá  están  tres  comerciantes 
de  aquí,  Renduéles,  Zuláivar  3^  Plá:  los  conocerá  Mén- 
dez Florez,  y  por  ellos,  podré  saber  de  Vm. 

blb  Don  Gaspar,  llegó  á  Gijon  el  7  de  Agosto  de  1811  Había 
marchado  desterrado  á  Mallorca  el  13  de  Marzo  de  1801:  por  lo 
tanto,  su  ausencia,  fué  de  diez  años  y  cinco  meses.  En  este 
intervalo,  murieron  las  dos  únicas  hermanas  que  le  quedaban. 
Sor  Josefa  (La  Argandona),  en  1807;  Doña  Catalina  (Catuxa)^ 
en  1808. 

f>78  Esta  carta  de  Lord  Holland,  desde  Bedíord,  del  12  de  Julio 
de  1811  (FI  —  75  wj,  no  figura  en  la  colección  por  haberse  extra- 
viado. 

Temo  (dice  el  ilustre  repúblico)  que  se  dd  al  deseo  de  hacer 
nuevas  reformas  polUicas,  mucha  parte  de  la  atención  que  re- 
claman poderosamente  otros  objetos— singular  el  concepto 
que  envuelve  la  anterior  sentencia.  Porque  precisamente,  la  mis- 
ma censura  que  aplica  su  autor  á  las  Córtes  y  á  la  Regencia,  pudo 
aplicarse  anteriormente,  á  los  Centralistas,  á  las  Juntas,  y  á  los 
Generales  que  distrajeron  gran  parte  de  su  atención  hacia  ma- 
terias agenas  á  las  críticas  circunstancias  del  momento.  Las  se- 
veras frases  con  que  el  Brigadier  Moscoso  (vid.  not.  516),  acrimi-  * 
na  y  fustiga  á  la  Junta  asturiana,  repercuten  por  todas  partes  , 
probando  que  en  los  supremos  momentos  de  peligro  para  la  na- 
cionalidad, el  verdadero  patriotismo,  estribaba  en  callar  x  saber 


548 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


ahogar  los  impulsos  pasionales,  en  aras  de  un  sentimiento  más 
grande  y  elevado. 

Rebájese  entónces  de  las  colectividades,  y  de  cada  uno,  lo  que 
no  quisieron  hacer  ni  comprender,  y  se  verá  cuán  distanciado- 
quedaba  el  vocinglero  y  falso  patriotismo,  de  aquel  otro  que  su- 
bordinaba sus  pasiones  á  lo  que  imperiosamente  exigían  la  disci- 
plina y  el  deber. 

578  Sobre  este  soberbio  párrafo,  no  cabe  decir  más  de  lo  que 
va  expresado.  Para  su  complemento,  remitimos  al  lector  á  las 
notas  544,  545  y  567. 

La  censura  contra  Blanco-White,  es  severísima:  la  acusación 
contra  la  sórdida  avaricia  de  los  traficantes  ingleses,  acribillado- 
ra;  el  ditirambo  contra  los  españoles  criollos,  rasga  hasta  desan-^ 
grar:  la  alusión  á  la  política  de  Pitt,  intencionadísima. 

Parece,  al  leerle,  como  si  el  insigne  gijonés  presintiera  con  ex- 
traña clarividencia,  la  novísima  doctrina  de  Monroe,  y  aun  yendo- 
más  allá,  vislumbrara  un  imperialismo  latente.  Pero  la  suerte  de 
la  América  meridional,  aún  está  sin  fijar;  todavía  la  ola  arrolla- 
dora  no  bajó  del  Norte,  y  los  nuevos  Estados,  constituidos  en» 
República,  sufren  el  espejismo  de  los  demócratas  de  aquende  el 
mar,  imaginando  absurdamente,  que  una  nueva  forma  guberna- 
tiva, acarrea  inmediatamente  todos  los  bienes,  ó  sea,  el  progreso,, 
la  cultura,  el  humanitarismo,  y  el  engrandecimiento  intelectual, 
moral  y  material  de  las  Naciones,  obra  sólo  de  siglos.  Por  el  con- 
trario, los  indígenas  y  los  criollos,  plagados  de  nuestro  propio 
virus,  se  deshacen  en  luchas  intestinas,  ó  viven  en  monotonía 
inerte,  alimentados  sus  territorios  por  emigraciones  paupérrimas, 
tristes  despojos  de  la  miseria  continental  europea.  Aún  no  surgió- 
la lucha  de  los  continentes  (porque  ló  de  África,  es  sólo  avasalla- 
miento); pero  en  lontananza,  divísase  otra  lucha  más  sombría:  la 
de  la  hegemonía  de  las  razas;  y  entónces,  llegado  el  plazo,  ya  no- 
será  sumisión,  sinó  absorción  por  un  lado,  y  extinción  por  otro» 
cumpliendo  acaso  leyes  naturales  ó  históricas  mal  definidas  to- 
davía. 

580  De  las  pinturas  y  libros  de  Jovellanos,  ya  hemos  dado  ra- 
zón en  otra  parte  (Amarguras  ,  etc.)  Su  gran  librería,  esta- 
ba en  el  Instituto,  en  parte;  y  otra,  dispersa  en  varios  lugares,. 


AGOSTO  1811 


549 


fué  recogida  después  del  fallecimiento  del  Fundador,  por  su  so- 
brino y  heredero,  Don  Baltasar  González  de  Cieníuegos.  Respec- 
to á  lo  depositado  en  Santoña,  carecemos  de  noticias,  pero  acaso 
quedara  al  cuidado  de  Don  Miguel  Martínez  Marina,  ó  de  sus 
deudos  residentes  en  aquella  localidad. 

582  Los  comerciantes  gijoneses  que  aquí  se  mencionan,  con 
residencia  accidental  en  Lóndres  en  1811,  fueron,  según  nuestras 
íioticias: 

Don  Antonio  García  Renduéles,  que  se  subscribió  para  la  gue- 
rra, con  22.000  reales. 

Don  Diego  Antonio  Plá,  suscriptor  para  la  guerra,  con  2.50O 
reales. 

Don  Pedro  Zuláybar,  suscriptor  para  la  guerra,  con  6.000 
reales. 

Son  sus  actuales  descendientes:  del  primero,  Don  Ángel,  Don 
Rufo,  Don  Casimiro,  y  Don  Mário  García  Renduéles:  del  segun- 
do, las  señoras  Doña  Julia  y  Doña  Rogelia  González  Plá,  y  Don 
Genaro  Junquera  y  Plá:  y  del  tercero,  la  señorita  Doña  Cármen 
Zuláybar  y  Diaz  Cifuentes. 

[J_CX] 

Gijón,  21  de  Agosto  ISII. 

583  Aparece  aquí  el  capitán  Malcome  mandando  la 
fragata  El  Rhin,  que  partirá  al  Támesis  acabado  que 
haya  su  crucero.  Creo  que  ántes  vaya  sobre  Santoña, 
hallándose  ya  Santander  ocupado  por  las  tropas  del 
mando  de  Porlier,  cuya  noticia  acabamos  de  recibir. 
Aprovecharé  pues  la  ocasión,  y  entregaré  esta  carta  al 
Sr.  Malcome  si  antes  no  se  presentase  mejor  coyun- 
tura. 

584  Mi  gozo  en  el  pozo.  Porlier  entró  y  volvió  á  sa- 
lir, ó  fué  arrojado  de  Santander.  Otra  Renovalada.  Me 
parece  que  estos  expedicionarios  se  embarcan  sin  pilo- 
to y  con  poco  vizcocho. 


550 


CARTAS  DE 


J0\ ELLA NOS 


HOLLANO 


583  La  fragata  de  la  marina  real  inglesa,  The  Rhin^  su  capitán 
Malcom  (e),  pudo  ser  una  de  las  que  en  el  año  anterior,  formaron 
parte  de  las  divisiones  expedicionarias  á  Santander. 

Sobre  las  expediciones  de  Porlier  (El  Marquesito)  á  la  provin- 
cia de  Santander,  en  1810,  véase  lo  dicho  en  nuestra  nota  534  ad 
Jinis. 

584  Porlier  (El  Marquesito)  había  organizado  su  fuerza  en  Ju- 
nio de  1811,  elevándola  á  la  cifra  de  4.000  hombres.  Después  de 
varias  correrías,  revolvió  sobre  Santander,  y  el  14  de  Agosto 
de  1811,  atacó  la  ciudad,  que  defendía  el  francés  Rouget  con  qui- 
nientos hombres.  Tras  reñida  contienda,  apoderóse  de  ella  Por- 
lier, y  también  de  los  fuertes  de  Sólia,  Camargo,  y  Puente  de 
Arce.— Sin  embargo  de  esto,  Rouget  esperó  refuerzos,  y  luego 
que  los  tuvo,  volvió  sobre  Santander,  que  evacuaron  los  españo- 
les, sin  detenerse  á  hacer  resistencia,  por  la  inferioridad  de  su  nú- 
mero. (Toreno:  3  •—  xvii  —  435.) 

A  esto  alude  Jovellanos,  con  la  expresión,  otra  Renovalada. 

Digamos  ahora  quién  era  Renováles,  y  cuáles  sus  hechos. 

Don  Mariano  de  Renováles,  coronel,  fué  el  heróico  defensor 
del  fuerte  San  José,  en  el  segundo  sitio  de  Zaragoza.  Entre  sus 
proezas,  se  cuenta  una  salida  que  hizo  el  31  de  Diciembre  de  1808, 
para  destruir  las  obras  de  los  franceses,  por  cuyo  hecho  fué  as- 
cendido á  Brigadier.  Prisionero  al  capitular  la  ciudad,  huyó  y  se 
escondió  en  El  Roncál,  dónde,  allegando  tropas  y  oficiales,  formó 
una  guerrilla  que  molestó  á  los  franceses  largo  tiempo.  Renová- 
les, después  de  muchas  escaramuzas,  se  retiró  á  Cataluña  á  fines 
de  Agosto  de  1809.  (Arteche:  vii,  24,  33.) 

Ahora  detallaremos  lo  que  fué  la  Renovalada. 

Al  andar  del  tiempo,  la  Regencia,  encomendó  una  expedición  á 
Don  Mariano  de  Renováles.  Salió  ésta  de  Cádiz  en  el  otoño  de  1810, 
aportó  á  La  Coruña,  y  hechos  los  preparativos,  dió  de  aquí  la  vela 
el  14  de  Octubre  de  1810,  con  rumbo  á  Santander.  Llevaba  1.200 
españoles  y  800  ingleses,  convoyados  por  cuatro  fragatas  ingle- 
sas, y  otra  de  las  nuestras  (La  Magdalena),  con  varios  buques 
menores  (El  Palomo,  entre  ellos).  Mandaba  las  fuerzas  de  mar,  el 
Comodoro  Mends.  Fondeó  la  expedición  en  Gijón,  el  17  de  Octu- 
bre de  1810,  á  tiempo  que  Porlier  peleaba  en  los  alrededores  de 
esta  villa  con  los  franceses;  mas  no  pudiendo  Renováles  des- 


AGOSTO  1811 


551 


embarcar,  hasta  el  18,  dióse  lugar  á  que  los  franceses  evacuasen 
la  villa,  y  á  que  Porlier,  atacado  por  ellos,  se  alejase.  Renováles, 
se  reembarcó,  y  el  23,  surgió  en  Santoña,  no  tomando  tierra  hasta 
el  28,  á  causa  de  los  vientos,  espacio  de  tiempo  favorable  á  lo 
franceses,  que  acudiendo  con  fuerzas  superiores,  obligaron  á  los 
nuestros  á  desistir  de  su  intento.  Por  varias  causas,  retrocedió  la 
expedición  á  Galicia,  aportando  los  nuestros  á  Vivero  (2  Noviem* 
bre  1810)  donde,  arreciando  los  vientos,  se  perdió  la  fragata  espa- 
ñola Magdalena,  y  el  bergantín  Palomo^  con  la  mayor  parte  de 
sus  tripulaciones.  Entre  ellos  pereció  el  marino  gijonés  Don  Ma- 
nuel Jove  Huergo,  que  mandaba  el  bergantín  Palomo,  el  mismo 
que  facilitó  la  huida  en  1809  al  General  La  Romana. 

Según  esta  reseña,  las  expediciones  marítimas  de  1810,  fueron 
tres,  capitaneadas  las  dos  primeras,  por  El  Marquesito,  y  la  ter- 
cera, por  Renováles.  Pero  se  parece  ésta  tanto  á  la  de  Porlier  en 
Julio  de  1810,  que  bien  pudiera  Toreno  haber  incurrido  en  confu- 
sión. El  que  sí  incurre  en  notable  yerro,  es  el  historiador  gijonés 
Renduéles  (Hist.  de  Gijón,  págs.  526-527)  suponiendo  la  expedi- 
ción de  Renováles  en  Junio  de  1811,  cuando  ocurrió  el  año  ante- 
rior. Y  como  Renduéles  bebe  sus  datos  en  Toreno,  fácilmente 
puede  comprobarse  su  yerro,  confrontándole  en  el  tomo  3.°,  li- 
bro XII,  pág.  82,  donde  dicha  expedición  se  relata. 

Otro  tanto,  copia  Don  Mário  de  la  Sala,  en  su  reciente  obra, 

Obelisco  histórico  ,  pág.  187,  al  trazar  el  bosquejo  biográfico 

del  vizcaíno  Don  Mariano  de  Renovales  y  Rebollar  que  allá  se 
va,  en  lo  extravagante,  con  su  paisano  Calvo  de  Rozas. 


[J_CXI] 

Gijón,  28  de  Agosto  1811. 

585  Vuelve  á  aparecer  el  Capitán  Malcom  y  voy  á 
entregarle  ésta.  Entretanto,  oigo  que  Vm.  es  ya  minis- 
tro. Si  fuese  así,  me  doy  la  enhorabuena,  y  se  la  doy  á 
mi  pátria.  ¡Oh  mi  digno  amigo!  ¡La  suerte  de  España 
quizá  la  de  Europa,  y  la  de  América,  va  á  estar  en  su 
mano!  Si  Vm.  fuese  el  opresor  del  tirano  del  mundo, 


552 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


merecería  el  título  de  su  bienhechor.  ¿Quál  más  glo- 
rioso para  su  buen  corazón?  vSobre  todo,  cuide  Vm.  de 
su  querida  España,  olvide  los  errores  y  descuidos  de 
su  Gobierno,  y  si  ellos  concurren  también  á  sus  desgra- 
cias, sea  éste  un  título  más  para  merecer  la  compasión 
y  el  auxilio  de  Vm.  Salva  nos:  perimus.  Quando  sepa 
de  seguro  que  Vm.  es  ministro,  la  amable  My  Lady 
sufrirá  las  impertinencias  de  mis  cartas  arábicas.  Á 
Dios,  á  Dios,  mi  amado  Lord. 

/.  Ll. 

(Ultima  carta  conocida  de  esta  colección:  tres  meses  después 
fallecía  Jovellanos.) 

585  Holland,  presunto  ministro,  no  llegó  á  serlo. 

Véanse  los  §§  272  y  412  y  nota  412,  que  aluden  á  su  presunta 
embajada  en  Viena,  y  en  España,  lo  que  tampoco  se  realizó. 


ÍNDICE  DE  PERSONAS 
de  vário  carácter,  mencionadas  en  las  cartas  precedentes. 


Abadía  (Francisco  Javier)— (n.  1774.  Valencia).— General  espa- 
ñol. Jefe  de  Estado  Mayor  en  el  egército  de  la  Mancha.  En 
Úbeda.  el  10  Mayo  1809.  (H-3). 

Abella  (Manuel  de)— (n.  1763.  Aragón).— Secretario  del  Ministro 
Ceballos:  empleado  en  la  embajada  extraordinaria  de  Lón- 
dres:  Académico  de  la  Historia:  Secretario  de  la  Comisión  de 
Córtes.  Jovellanos,  escribe  Avella.  (J— 14— 73— 75— 77). 

Álava  (Miguel  Ricardo  de)— (n.  1772.  Vitoria).— General  espa- 
ñol. Perteneció  á  la  Real  Armada,  y  luego  pasó  al  Egército, 
con  el  grado  correspondiente.  Fué  ayudante  del  general 
Wellington,  y  representó  á  España  en  Paris  durante  algunos 
años. 

Álava  y  Navarrete  (Ignacio  María  de)— (n.  1750.  Vitoria).— Ca- 
pitán General  de  la  Real  Armada.  (J— 24— 25). 

Albur querqtte  (Duque  de)  (D.  José  María  Fernández  de  la  Cue- 
va)—Teniente  General.  Gefe  del  Egército  del  Centro  en  1809. 
Gobernador  de  Cádiz  en  1810.  Embajador  extraordinario  en 
Lóndres  por  decreto  de  27  de  Marzo  de  1810.  Murió  jóven. 
( J-8  -  65-68-70  -74  -  80  "  83-84  -  85  -  86-87-89-95-96-  ). 
(H- 18-54-58}. 

Allen  (Doctor  John)— Secretario  de  Lord  Holland.  Afectuoso 
amigo  de  Jovellanos:  tradujo  sus  obras  al  inglés.  (H — 14—22 

31-35  -  63  )  (J— 5— 12  le  menciona  en  casi  todas 

sus  cartas). 

Altamira  (Conde  de),  Marqués  de  Astorga  (Don  Vicente  Osorio 
de  Moscoso]— Presidente  de  la  Junta  Central.  (J~82). 

Ambrosio  (Don)— Es  Don  Ambrosio  Delgado  Ortis,  Canónigo 
Racionero  de  la  Catedral  de  Sevilla;  amigo  singular  de  Jo- 
vellanos, y  contertulio  de  Holland.  (H— 14). 


554 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLANL 


Apodaca  (Juan  Ruiz  de)  primer  Conde  del  Venadtto—{n.  1754. 
Cádiz).— Teniente  General  de  la  Armada  en  1808.  En  este 
año,  estuvo  comisionado  en  Lóndres  por  la  Junta  Central, 
firmando  con  Inglaterra  un  tratado  de  paz  y  alianza  en  1809. 
Falleció  en  1835.  (H-34-54-74).  (J-66-81). 

Araújo  (J-52). 

Archiduque  Cdrlos,  de  ^wsí na— Generalísimo  del  egército  de 
Alemania:  vencedor  de  Napoleón  en  la  batalla  de  Essling. 
(22  Mayo.  1809). 

Archiduque  Fernando,  de  Austria— {]—X\).  Generalísimo  del 

egército  de  Galitzia  (Polonia). 
Archiduque  Juan,  de  ^wsína— Generalísimo  del  egército  de 

Italia.  iH-32— 46).  (J-30-32-34-39-41-44\ 
Aréizaga  y  Alduncín  (Juan  Cárlos  de)— (n.  1756.  Fuenterrabía 

(Guipúzcoa).— General  del  egército  de  Aragón  en  1809.  Fué 

derrotado  en  la  batalla  de  Ocaña.  (H— 64).  (J -84-85-86  -87 

-88-89-96). 

*  ARGtíELLES  Álvarez  ( Agustiu)- (u.  1775.  — Ribadesella  P.do  de 
Asturias). -Orador  en  las  Córtesde  Cádiz.  (1811-1812).  (H- 
63).-(J-77-80-105-106). 

Ariza  (Señor  de)  (J— 17]. 

Arisa  (Marquesa  ¿¿^)— Amiga  de  la  familia  Holland.  (H— 57). 
Piadosa  y  benéfica  dama,  celebrada  por  Moratín  en  una  de 
sus  mejores  odas. 

Arriaza  (Juan  Bautista  de)— (n.  1770.  Madrid)— Poeta,  que  figuró 
mucho  durante  el  asedio  de  Cádiz.  Fué  artillero;  luego,  ma- 
rino, y  por  último,  perteneció  á  la  carrera  diplomática.  (H— 
74).  (J-22). 

Artau  Coronel  del  egército  francés.  (J— 25). 

Arzobispo  de  Laodicea— vid.  Vera  y  Delgado.— Fresiáente  de 
la  Junta  Central.  (J -33-37-43-82-87  -96). 

Ayamans  (Conde  dej—\iá.  Togores  y  Zanglada.— Teniente  Co- 
ronel de  Milicias  de  Palma:  individuo  de  la  Junta  Central: 
amigo  predilecto  de  Jovellanos. 

Baird  (Sir  David)  —General  inglés  aliado  (gravemente  herido  en 
la  batalla  de  Elviña)  que  condujo  á  Galicia  en  1808,  una  divi- 
sión de  10.000  ingleses.  (J-3). 

Ball  (Sir  Alexander)— Gobernador  inglés  en  Malta.  (H— 33). 

Ballesteros  (Francisco)— (n.  1770.  Zaragoza).— Mariscal  de  Cam- 


555 


po:  General  de  la  3.^  división  del  egército  de  la  Izquierda 
(Asturias),  en  1809.  (H-46-52-54}.  (J- 16-23-42-57-72-95 
-%-99-100) 

*  Barcena  Valdivieso  (Pedro  de  la)— (n.  1768.  Cabrales,  P.do  de 

Astúrias\— Jefe  de  las  fuerzas  asturianas  en  1809.  (J— 100). 

Bardaxí  y  Azara  (Eusebio  de)— (n.  1765.  Huete:  pr.  Cuenca).— 
Oficial  del  Ministerio  de  Estado  en  1804.  Jefe  de  sección  en 
1808.  Plenipotenciario  en  Viena  (Buda).  Holland,  escribe  siem- 
pre Bardaqui.  íH-33).  (J-34— 70). 

Bassecoürt  (Luis  Alejandro  de)— Brigadier  de  la  vanguardia  en 
el  egército  del  Centro,  1809.  General  de  división  en  1809  (Ta- 
lavera).  Derrotado  en  el  Puente  del  Arzobispo.  Perdió  la  ba- 
talla de  Ulldecona  contra  Suchet.  Sucesor  de  Caro  en  el 
egército  de  Valencia,  1810.  (J-24— 26-28-36-  65-68). 

Beauharnais  (Eugenio  de)— Hijo  político  de  Napoleón,  y  su  ayu- 
dante. Príncipe  imperial  en  1804.  Virrey  en  1809.  (J-30j. 

Bellune  (Duque  de)— TitvAo  concedido  al  Mariscal  francés  Clau- 
dio Víctor,  vid.  Víctor. 

Bentham  (Jeremías)— Célebre  jurisconsulto  y  economista  inglés. 
— (n.  1748.  ^  1832).  Solicitó  el  auxilio  de  Jovellanos  para  pa- 
sar á  América.  (H-4).  (J-4). 

Bentinck  (Lord)— Hijo  del  Duque  de  Portland;  es  Lord  William 
Charles  Cavendish  Bentinck-(n.  1774.  ^  1839).— Mandaba 
una  brigada  en  la  batalla  de  Elviña.  Comisionado  del  go- 
bierno inglés  junto  á  la  Central.  (H— 55).  General  en  gefe  en 
Sicilia,  en  1811. 

Beresford  (William  Carr,  Vizconde  tí^é-J— General  inglés  que  se 
distinguió  en  la  guerra  de  la  Independencia,  teniendo  á  sus 
órdenes  cuerpos  de  tropas  inglesas  y  portuguesas.  (H— 53— 

54-58  )  (J -23—28-52-60  -61-67-68-69  -70-72-89 

-95-107). 

Bernabé  (Don)— vid.  Bernabé  Cabezas.  (H-26— 27). 

*  Bernaldo  de  Quirós  (Francisco  de  Asís)  (a)  Pachin—{n,  1755. 

Oviedo).— Marqués  de  Campo -Sagrado,  Teniente  General, 
individuo  de  la  Junta  Central,  por  Asturias.  (H— 13— 14— 24 
-31  )  <J-6 -13-14— 18-40-88-90-96  ) 

Bermuy  (Juan)— Jefe  de  división  española  en  1809.  (H— 52). 

Bertheley  (Almirante)— AXmivdinie  inglés  en  1809.  (H— 52). 

Blackstone  (William)— Jurisconsulto  y  escritor  inglés:  profesor 


556 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


de  Oxford:  individuo  del  Parlamento  —  (n.  1723.  ^  1780). 
(H-29). 

Blake  y  Jo  yes  (Joaquín)— (n.  1759.  Málaga).— General  español  de 
origen  irlandés.  Gefe  del  egército  de  Galicia  en  1808;  y  des- 
pués, de  los  de  Cataluña,  Aragón,  y  Valencia.  Presidente  del 

Consejo  de  Regencia  en  1811.  (H-20-27~29~34  )  (J— 29 

-31-36  -46  -  55-59-61-73  -76-77-78-80  -82-  84-85-90— 
91-96-107). 

Blanco-white  (José  María)— (n.  1775.  Sevilla).— Canónigo  sevilla- 
no; después  protestante.  Insigne  escritor,  poeta  y  publicista 
en  los  dos  idiomas,  castellano  é  inglés.  Director  de  El  Sema- 
nario Patriótico  (de  Sevilla);  después  de  El  Español  en  Lón- 
dres.  Intimo  amigo  de  Lord  Holland,  y  preceptor  de  sus  hijos. 

^  1841.  Liverpool.  (H-26  -29-63  )  (J-46-65-77-89- 

102-105  109-110). 

BoNiFÁz  Y  QuiNTANO  (Lorcnzo).- Prior  de  la  Iglesia  de  Zamora: 
individuo  de  la  Central  por  Castilla  la  Vieja.  (J— 93;. 

BoNNET.— General  francés,  en  la  invasión  de  Asturias.  1809.  (J— 22 
-23-42-98). 

BuRKE  (Edmundo).— Publicista,  literato  y  orador  irlandés  (1730- 
1797),  citado  por  Holland.  (H-20). 

Cabezas  (Bernabé).— Contador  de  Egército  que  llevó  fondos  á 
Astúrias.  Holland,  escribe  Cabera.  (H  -26—27-33).  (J-22-29). 

Calvo  DE  Rozas  (Lorenzo)— (n.  1773.  Ranero  (Vizca3^a).— Inten- 
dente de  Egército:  individuo  de  la  Junta  Central,  por  Aragón: 
personage  de  ruidosa  celebridad.  (J— 69-72). 

*  Campo-Sagrado  (Marqués  de).  —  \id.  Bernaldo  de  Quirós. 

(H-14). 

*  Campo-Sagrado  (Marquesa  de).— \\á.  Valdés  Inclán.  (J— 72). 
Canning  (George).— Estadista  inglés:  (tory)  diplomático  (n.  1770— 

e  1827).  Presidente  del  Ministerio  en  1808  1809.  (H -26-43- 
46-59).  (J-14-19-49-76-82-92). 

*  Canónigo  (El).— vid.  Gonsales  de  Cienfuegos  (Francisco  Xa- 

vier). (H-12-14-45).  (J-71 -84-88-9-22). 

Cañas  Trélles  y  Portocarrero  (Vicente  María  áQ).—vid.  Duque 
del  Parque.  Teniente  General. 

Capmany  y  Montpalau  (Antonio)— n.  1742.  Barcelona).— Historia- 
dor, literato,  y  filólogo  español:  informante  en  asuntos  de 
Córtes.  iH-35).  (J -13-37  -  45  -51-62  -63-73  -74  -  89). 


ÍNDICE  DE  PERSONAS 


557 


Caracas?  (J-102  . 

Garlitos.— Es  Cárlos  Ricardo  Fox,  hijo  natural  de  Lord  Holland; 
guardia  marina  en  1809.  En  varias  cartas  de  su  padre,  se  le 
llama  Charles.  (H-14-22-41-54  )  {J-12  ) 

Caro  (Francisco  Xavier).— Catedrático  de  Leyes  de  la  Universi- 
dad de  Salamanca:  miembro  de  la  Central,  de  la  Comisión  de 
Córtes  y  de  la  Ejecutiva.  (J-33-39-80-87-92). 

Caro  y  Sureda  (Pedro),  -  vid.  Marqués  de  La  Romana.  (H— 16). 

Castañedo  (Francisco).— Canónigo  de  Jaén,  individuo  de  la  Jun- 
ta Central.  (J~33-38-98). 

Castaños  Y  Aragorri  (Francisco  Xavier)— (n.  1758.  Madrid).— 
Capitán  general;  vencedor  en  Bailén  en  1808.  Regente,  en 
1810.  (H-U).  (J-96-107).  Murió  en  1852. 

Castlereagh  (Roberto  Stewart,  Marqués  de  Londonderry  y 
Vi  se  onde  de J. —Diplomático  inglés:  ministro  de  Estado  (na- 
ció 1769—  1822).  En  la  revolución  irlandesa  de  1798,  se  le 
llamó  por  su  crueldad,  el  carnicero  de  Manchester.  Primer 
ministro  en  Julio  de  1809.  (H— 59). 

Cavendish  (Mr.)  — Sobrino  del  Duque  de  Devonshire  (William 
Cavendish,  V  Duque  de  Devonshire:  1740-181 1\  que  en  Sep- 
tiembre de  1809,  salió  para  España.  (H— 55). 

Ceballos  (José).— Oficial  de  Secretaría  de  la  Junta  Central. 

Cevallos  (Pedro  de)  — (n.  1764  ).  — Estadista:  ministro  de 

Cárlos  IV;  ministro  de  Estado,  durante  la  Central;  y  después, 
de  Fernando  VIL  (H-34).  (J-14-66). 

*  CiENFUEGOs.— vid.  Gonsalcs  de  Cienfuegos:  viá.  Pachin, 

Cisneros  (Pedro  María).— vid.  Gimonde  (Conde  de). 

Clarke  ó  Clark  (Mistress).— Célebre  amante  del  Duque  de  York. 
(H-25-59).  f  J-26). 

Cochrane.— Tal  vez  Thomas  Cochrane  (Lord  Cochrane:  1775- 
1860)  ó  un  tío  suyo  complicado  en  la  causa  del  Stock-Exchan- 
ge.  (J-8-76-85). 

CoLLiNGwooD  (Lord  Cuthbert)— (n.  1748  —  ^  1810).— Almirante 
inglés:  segundo  de  Nelson  en  Trafalgar.  En  Mayo  de  1809,  es- 
taba en  el  Mediterráneo.  (H— 31).  (J-20). 

Conquista  (Marqués  de  la).  —  Capitán  General  de  Valencia 
(Abril-Mayo  1809}.  Estuvo  en  discrepancia  con  el  Segundo 
Cabo  D.  José  Caro  y  Sureda.  (H-16\ 

cónsul  de  Trieste  {Abril,  1809)  (J— 30j. 


558 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Contamina  (Conde  de).  —  Individuo  de  la  Junta  Central  por 
Valencia.  Cuñado  de  Palafox  (Marqués  de  Lazan)  y  del  Con- 
de del  Montijo,  y  conspirador  con  ellos.  (J— 39— 99). 

CoRNÉL  Y  Ferráz  (Antonio)— (n.  1745.  Benasque  (Huesca)).— Mi- 
nistro de  la  Guerra,  en  la  Junta  Central.  Á  pesar  de  la  im- 
portancia de  su  cargo,  no  se  le  menciona  en  ningún  sentido 
para  nada.  íj— 82). 

CoRTAVARRÍA  ( Antonio  Ignacio  de).  —Secretario  y  Consejero  de 
Castilla.  (J-18). 

Coupigni  (Marqués  de).— Gefe  de  la  segunda  división  española 
en  Bailén.  Teniente  General  de  la  primera  división  del  Egér- 
cito  del  Centro,  en  1809.  (J-49— 95). 

Ckaddock  (Sir  Jhon). —Teniente  General  inglés,  gefe  de  la  divi- 
sión inglesa  en  Leiría  Portugal),  y  de  otra  portuguesa.  (J— 24). 

Creus  ó  Creux  —(No  creemos  sea  Don  Jaime  Creus,  ecle- 
siástico, diputado  en  las  Córtes  de  1810).  (H-52).  (J-60). 

Cuesta  (Gregorio  García  de  la) — (n.  1741  ).- General  del 

Egército  de  Castilla  la  Vieja  en  1809.  Perdió  la  batalla  de 
Rioseco:  asistió  á  la  de  Talavera.  Se  habla  de  sus  opera- 
ciones militares  con  mucha  extensión.  H  — 3  -20— 21— 25— 

28  etcMJ  -3-13-19-21  á  26  -28  á  32-34  -35  -36  -37- 

39-40  ). 

Cueva  (José  María  de  la)— vid.  Duque  de  Albur quer que. 
Dalmacia  (Duque  de)-\\á.  Soult. 

Dantsig  ó  Dantzick  ( Duque  íf¿?;.— Título  del  Mariscal  de  Fran- 
cia, Francisco  José  Lefebvre— n.  1755  —     1820).  (J— 11). 

Díaz  Porlier  (Juan)— (^aj  El  Marqnesito—in.  1775.  Cartagena  de 
Indias).— Guerrillero;  más  tarde  Brigadier;  Comandante  ge- 
neral de  la  vanguardia  del  vii  egército.  (J— 35— 100— 110). 

*  Domingo— vid.  García  de  la  Fuente. 

Duírp  (Diego) —Cónsul  inglés  en  Cádiz.  No  debe  confundírsele 
con  el  Lord  Mac-Duff,  residente  en  la  misma  ciudad,  en  el 
periodo  de  la  guerra.  (H-14-54).  (J -33—65  -78  -97). 

DüPONT  DE  L'etang  (Pedro,  Conde  fi?^)— Mariscal  del  Imperio, 
vencido  en  Bailén  (n.  1765-^  1838).  (J-29). 

Eguía  y  Letona  (Francisco  Ramón  de)— (n.  1750.  Durango  (Viz- 
caya))—General  y  estadista  español.  Reemplazó  á  Cuesta;  y 
á  su  vez,  fué  substituido  por  Aréizaga.  (J— 70— 71— 72— 74— 77 
—78  -96). 


ÍNDICE  DE  PERSONAS 


559 


Elchingen  (Duque  ¿/^j— vid.  Ney. 

Empecinado  (Juan  Martín  Díaz,  llamado  jE'/j-(n.  1775.  Castri- 
Uo  de  Duero:  pr.  Valladolid)— Célebre  guerrillero  y  general 
español.  (J-25). 

E-.CAÑ0  (Antonio)— (n.  1552.  Cartagena:  pr.  Murcia) —Ministro  de 
Marina  en  la  Junta  Central:  individuo  del  Consejo  de  Regen- 
cia. (H-8!.  (J-67-96). 

*  EzcüRDiA  Y  García  (Juan  Nepomuceno)— (n.  Í780.  Gijón— P.do 

Astúrias).  Uno  de  los  LX  primeros  alumnos  que  inauguraron 
el  Real  Instituto  Asturiano,  en  Gijon.  (J— 100— 102). 
Fernández  de  León  (Estéban)— Individuo  del  Consejo  Supremo 
de  Regencia,  en  representación  de  las  Américas.  Fue  substi- 
tuido por  Don  Miguel  de  Lardizábal  y  Uribe.  (J— 96). 
Fernandez  de  Moratín  (Leandro)— (n.  1760.  Madrid)— Insigne  li- 
terato, poeta  y  autor  dramático.  (J— 77). 
Ferráz  y  Cornél  (Francisco  Xavier)— (n.  1776.  Benasque  (Hues- 
ca^).  Este  gefe  militar,  parece  encargado  del  Correo,  ó  de  la 
conducción  de  órdenes  y  despachos  oficiales.  Puede  que  fuera 
pariente  de  Don  José  Ferráz  y  Cornél,  héroe  en  Zaragoza. 
En  1821,  era  Mariscal  de  Campo  é  Inspector  General  de  Ca- 
ballería. (H~27).  (J-10 -16-25-48-61-87-88  -  91—99-101). 
Ferrer  (Vicente)  (H— 1)  (J-2)• 
FíVALLER  (Juan  Antonio)— Marqués  de  Vülel,  Conde  de  Darnius^ 
miembro  de  la  Central  por  Cataluña.  Episodio  de  Cádiz. 
(H-16).  ÍJ-12 -39-80). 

*  Flórez  de  Méndez  (Manuel  María)— Asturiano:  Comisionado 

de  la  Junta  de  Astúrias:  en  Lóndres.  Comisario  de  Guerra 
del  Egército  Asturiano.  En  15  de  Junio  de  1808,  residía  acci- 
dentalmente en  Gijon,  y  luego  fué  á  Lóndres  en  comisión  de 
servicio.-(H-74)  (J-75-81 -107-109). 

Floridahlanca  (Francisco  i\ntonio  Moñino,  Conde  dej-n.  (1728. 
Hellín,  pr.  Albacete).  Célebre  estadista,  ministro  y  diplomá- 
tico español:  primer  presidente  de  la  Junta  Central.  (H— 1) 
(J-2)  ^  30  Diciembre  1808.  Sevilla. 

Fox  (Charles  James)— (n.  1749— í<  1806)— Célebre  estadista  y  eco- 
nomista inglés;  tío  de  Lord  Holland.  Existen  de  él,  una  colec- 
ción de  Discursos,  y  una  Historia  de  los  tdtimos  Estuard^s. 
(H-1-2-20).  (J-80). 

Fox  (C.  R.)— Así  está  firmada  la  carta  H— 9.  que  suponemos  ore- 


560 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


ventivamente,  sea  de  Garlitos  Ricardo  Fox,  hijo  de  Lord 
Holland. 
Fox  (H.  R.)— vid.  Holland. 

Frere  (John  Hookham)— Ministro  plenipotenciario  de  Inglaterra 
en  España  (Octubre  de  1808-á- Agosto  de  1809).  Le  substi- 
tuyó el  Marqués  de  Wellesley.  Háblase  extensamente  de  este 

personage  (H-17  -21 -35-43-46  )  (J -10-1 1-19-22- 

37-38-  39-46-49-54—57-60  ) 

Freyre  (Manuel)— (n.  1765.  Osuna,  pr.  Sevilla)— General  español,, 
sirvió  en  el  arma  de  Caballería,  prestando  grandes  servicios 
en  la  guerra  de  la  Independencia.  (J— 86). 

Gallego  (Juan  Nicasio)— (n.  1777.  Zamora)— Esclarecido  poeta: 
contertulio  de  los  Holland:  diputado  por  Zamora  en  las  Cór- 
tes  de  1812  (H-39)  (J-22-41). 

Garay  (Martin  de)— {n.  1760.  Aragón)— Estadista  español:  Inten- 
dente: Secretario  general  de  la  Junta  Central:  Ministro  de  Ha- 
cienda de  Fernando  VII.  Contertulio  de  Holland  (H— 14— 24— 

34-50  )  (J-37— 39— 45-46-57-71— 73  -77—80  -82-84- 

87-89-96—100). 

García  de  la  Cuesta.— vid.  Cuesta, 

*  García  de  la  Fuente  (Domingo)— (n.  1752.  Coaña.  P.do  de  As- 

túrias)— Mayordomo,  y  servidor  fidelísimo  de  Jovellanos  en 
el  periodo  1797  á  1811.  Primer  portero  de  la  Secretaría  de  la- 
Junta  Central.  (J-28). 

*  García-Renduales  (Antonio)— (n.  17   Gijón.  P.do  Astú- 

rias)— Comerciante  é  industrial  gijonés  en  1808.  (J— 109j. 

*  García-Sala  y  Valdés  Llanos  (Victoriano)— (n.  1776.  Gijón— 

P.do  Asturias)— Sargento  Mayor  de  Granaderos  de  Gijón  (Te- 
niente Coronel  de  Egército).  Casó  con  Doña  Manuela  Blanco 
Inguanzo,  en  Gijon,  1812.  ^  1844.  Véase  la  nota  de  la  carta 
J-16.  (J- 14-16-42). 

García  de  la  Torre  (José)— Abogado;  individuo  de  la  Junta  Cen- 
tral, por  Toledo.  (J.-80). 

García- Velasco  (Juan  José).— Mariscal  de  Campo  del  Egército 
de  la  Izquierda,  acantonado  en  El  Bierzo,  durante  el  sitio  de 
Astorga.  (Oct.  1809).  (J.— 95). 

Gimonde  (Conde  de).—T>on  Pedro  María  de  Cisneros:  Miembro 
de  la  Central  por  Galicia.  (J.— 98\ 

*  González  de  Cienfuegos  y  Jovellanos  (Baltasar  Ramón). — 


ÍNDICE  DE  PERSONAS 


561 


Sobrino  predilecto  de  Jovellanos,  y  su  heredero:  Secretario 
de  la  Junta  General  de  Astúrias.  (H— 2). 

*  González  de  Cienfuegos  y  Jovellanos  (Francisco  Javier)— 

(n.  1776.  Oviedo).  Hermano  del  anterior,  Canónigo  de  Sevilla 
en  1809:  después,  Cardenal-Arzobispo.  Contertulio  de  Ho- 
lland.  vid.  Canónigo  (El). 

*  González  de  Cienfuegos  y  Jovellanos  (José  María  Ignacio) — 

(n.  1763.  Oviedo).  Hermano  de  los  anteriores.  Teniente  Coro- 
nel de  Artillería  en  1808:  después.  Teniente  General;  y  Gene- 
ral en  gefe  de  las  fuerzas  de  Astúrias,  en  Febrero  de  1810. 
(J-99-100). 

*  González  de  Cienfuegos  y  Velarde  (Rodrigo)— F7  Conde  de 

Marcél  de  Peñalba^  hermano  de  los  anteriores  (^  1813);  indi- 
viduo de  la  Junta  general  del  Principado  de  Astúrias  en  1808. 
Gorbery  (John)— Particular,  mencionado  por  Lord  Holland  en  la 
carta  H— 20. 

Gordon— Cónsul  inglés  en  Jerez  de  la  Frontera,  por  cuya  me- 
diación, se  remiten  las  cartas  Don  Gaspar,  y  Lord  Holland. 
(H-18-47-48).  (J-7-10). 

Graham  (Sir  Thomas)— Coronel  inglés,  comisionado  para  seguir 
y  observar  los  movimientos  de  la  guerra.  General,  después, 
que  ganó  la  batalla  de  Cerro-del-Puerco,  en  5  Marzo  de  1811. 
(H-74). 

Grenville  (William  Wyndham,  Z^o/^fi?;— Estadista  inglés  (n.  1759 
—  S  1834).  En  1806,  fué  primer  ministro  en  la  administración 
que  reunió  á  Fox,  lord  Sidmouth,  y  Grey,  y  que  sólo  duró 
trece  meses.  (H— 60— 64)  Ministerio  iMg. 

Grey  (Cárlos,  2.°  Conde  ¿/e-; -  Estadista  inglés  (n.  1764-  1845). 
Formó  parte  del  Ministerio  whig  en  1806:  En  1809,  entró  en  la 
Cámara  de  los  Lores,  y  uno  de  sus  primeros  actos,  fué  com- 
batir el  bombardeo  de  Copenhague.  (H— 60— 64). 

Grimarest  (Pedro)— Mariscal  de  Campo  del  Egército  del  Centro, 
en  1809.  General  de  la  2.^  división,  en  Lodosa.  (J-36). 

GuzMAN  Palafox  Y  Portocarrero  (Eugenio  E.  de)— vid.  Conde 
del  Montijo. 

Henestrosa  (Juan  de).— Mariscal  de  Campo  del  Egército  de  Ex- 
tremadura en  1809.  Batalla  de  Medellín  (28  Marzo  1879).-Va- 
riante  en  algunas  cartas,  Hinestrosa.  (J— 28). 

Hermida  (Benito  Ramón  de).— Ministro  de  Gracia  y  Justicia  en 

36 


562 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAN:, 


la  Junta  Central:  primer  Presidente  de  las  Cortes  en  la  Isla 
de  León,  el  24  de  Septiembre  de  1810.  Contertulio  de  los  Ho- 
lland.  (H-8-14-24-29).  (J-8-9-Í2~13-39 -45 -46-52-64 
-89). 

HsRMiDA  (Madama  ).— Hija  única  del  anterior,  casada  con 

el  Marquésde  Santa  Coloma.  (H— 40).  (J-45).  Insigne  pianista. 

HoLLAND  (Elizabeth  Vassall}.— Esposa  de  Lord  HoUand.  (H— 39). 

HossPER  —  Comisionado  del  Ejército  inglés  en  Lóndres. 

(H-55). 

HuNTER  (John).— Comisionado  inglés  en  Gijón,  para  los  asuntos 
de  la  guerra.  (H— 1).  (J— 2).  Desembarcó  en  Gijón,  el  27  de 
Junio  de  1808. 

Infantado  (Duque  delj.— Don  Pedro  Alcántara  de  Toledo,  Salm- 
Salm  y  Mendoza.  Presidente  de  la  Junta  de  Madrid:  Presi- 
dente del  Consejo  de  Castilla:  General  (fracasado)  en  gefe 
del  Egército  del  Centro.  (H-1-58).  (J-3-89-101). 

IsNARDi  Ó  IzNARDi  — Amigo  del  poeta  Quintana,  designado 

para  traducir  la  Memoria  de  Alien.  (H— 29  — 35).  (J— 37— 46). 

Jackson  —Individuo  de  la  servidumbre  de  Lord  Holland: 

tal  vez  paje,  ó  cochero.  (H-37). 

JócANO  (Sebastian  de).  —  Del  Tribunal  mayor  de  Contaduría: 
miembro  de  la  Central,  y  de  la  Comisión  ejecutiva  en  1808- 
1809.  (J- 80-98). 

*  Juan  (Don)  —  (n.  1749.  Gijón.  P.do  de  Astúrias).— Bajo  este  nom- 
bre, se  alude  á  Don  Juan  Agustín  Ceán  Bermúdez,  fiel  amigo 
de  Jovellanos,  residente  en  Sevilla.  (H-i45)     1819.  Madrid. 

KsLLERMAN  (Francisco  Estéban).— Duque  de  Valmy,  General  de 
caballería  francesa.  Acompañó  áNey  en  Astúrias  (Oviedo  y 
Gijon):  y  á  Junot,  en  la  invasión  de  Portugal.  Entró  con  su 
división  en  Gijon,  en  Mayo  de  1809.  (J-29-31 -40  -42-60). 
(n.  1770— ^  1835). 

Kelly  (John).— Agente  inglés  en  Muros  de  Noya.  (J-101). 

Laborde  (Alejandro  Luis  José,  Conde  de)— (n.  1774—  ^  1842).  Sá- 
bio  literato  francés:  viajó  mucho  por  España:  tradujo  á  Jove- 
llanos. Escribió:  a)  Viage  pintoresco  é  histórico  por  Espa- 
ña.-h)  Itinerario  descriptivo  de  España.  (H— 66). 

La  Búria  (Pedro  Rodríguez  de).  -Teniente  General  del  Egército 
de  Extremadura  en  la  batalla  de  Medellin  (28  Marzo  1809). 
(J~12). 


ÍNDICE  DE  PERSONAS 


563 


Lacy  (Luis)— (n.  1775.  San  Roque:  pr.  Cádiz),— General  español, 
Se  distinguió  siendo  Teniente  Coronel,  en  la  batalla  de  Tala- 
vera;  y  después  en  la  del  Cerro  del  Puerco.  (J— 65). 

Laodicea  (Arzobispo  de).— Don  Juan  Acisclo  de  Vera  y  Delgado, 
Presidente  de  la  Junta  Central. 

La  Peña— vid.  Manuel  de  la  Peña, 

La  Romana  (Marqués  íjf^j.— Don  Pedro  Caro  y  Sureda  (n.  1761. 
Palma  de  Mallorca  — 1811.  Cartaxo  (Portugal)).  Teniente 
General:  General  en  gefe  del  Egército  del  Norte,  á  su  regre- 
so de  Dinamarca  (1808).  En  1810,  fué  á  tomar  el  mando  del 
Egército  de  Extremadura.  Fué  miembro  de  la  Central,  por 
Valencia:  de  la  Comisión  ejecutiva,  etc.,  etc.  (H— 23— 24— 29— 

37  ).  (J-3  -9-13-14 -16-21  -22-23  -24-29 -31-36-38 

_40_41— 42-46-48-49-53-57-60  ). 

Lasalle  (Adriano  Nicolás,  Marqués  de)— [n.  1735.  1818).— Ge- 
neral de  caballería  francesa;  hombre  de  superior  cultura,  al 
igual  de  Kellerman.  (J— 25). 

Lefebvre— vid.  Duque  de  Dantsig, 

Lista  (Alberto)— (n.  1775.  Sevilla). -Insigne  literato,  publicista, 
poeta,  y  preceptor.  Canónigo  sevillano.  (J— 88). 

Liverpool  (Robert  Banks  Jenkinson,  Conde  de)—{n.  1770.  ^  1828; 
(tory).  Estadista  inglés.  Adversario  encarnizado  de  la  revo. 
lucion  francesa.  Formó  parte  de  las  administraciones  de  Pitt, 
Addington,  y  Perceval.  Fué  Secretario  de  Guerra  de  1809 
á  1812,  é  hizo  ofrecimientos  á  Jovellanos  en  su  desgracia. 
(H-  71).  (J-102-103-104-108). 

Lugo  —Misterioso  personage  español  de  quien  habla  exten- 
samente Lord  Holland  en  carta  de  17  de  Julio  de  1809,  desde 
Lisboa.  (H  —  53).  Debe  ser  un  hermano  de  Don  Estanislao 
Lugo,  que  era  Consejero  de  Estado  del  rey  José  I,  ó  de  Se- 
bastian de  Lugo,  afrancesado.  (Papeles  de  la  Junta  Central. 
L.29-G.). 

*  Llano-Ponte  (Juan  de)-(n.  1727.  Avilés.— P.do  de  Astúrias).— 

Obispo  de  Oviedo.  Véase  la  carta  J-1. 
Mackencie  -Mayor  General  inglés  aliado.  Detuvo  á  Soult 

en  su  invasión  de  Portugal.  Estuvo  en  la  batalla  de  Talave 

ra  (27-28  Julio  1809j  donde  murió.  (H-23).  (J-28-29-31). 
Otro  Mackencie,  coronel  inglés,  murió  en  la  batalla  de  Ei- 

viña  (La  Coruña),  Enero  de  1809. 


564 


CARTAS    DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Magniac  —Agente  inglés  en  La  Coruña.  (J— 98— 99). 

Mahy  (Nicolás\— General  en  Gefe  de  las  fuerzas  de  Astúrias  y 
Galicia  en  1809-1811.  (H-46-52).  (J-42-100). 

Malcome  ó  Malcolm.— Comandante  de  la  fragata  de  guerra  in- 
glesa, Rhin,  surta  en  Gijon  en  Agosto  de  1811.  (J— 110— 111)^ 

Marchand  —General  francés  de  división:  de  operaciones 

en  Galicia  (1809)  á  las  órdenes  de  Franceschi,  y  Soult:  batalla 
de  Tamámes  (18:  Octubre;:  1809),  que  perdió,  sitio  de  Ciudad 
Rodrigo  (181.0).  (J -80— 86-83). 

*  Martínez -Marina  (Francisco)— (n.  1754.  Oviedo:  Astúrias). — 

Erudito  y  sábio  escritor  legislativo.  (J— 2). 
Massena  (Andrés)— in.  1758.  Niza,       1817).— Mariscal  de  Fran- 
cia. Enviado  á  Portugal  en  1810,  no  pudo  arrojar  á  Welling- 
ton  de  aquel  país.  Bussaco:  Torres-Vedras.  (J— 99— 105 — 
105-107). 

*  Matavvosa  (Vizconde  de)—\{d..  Queipo  de  Llano^  Conde  de 

Toreno, 

Mendizaval  é  Iraeta  (Gabriel  de)— (n.  1764.  Vergara:  Guipúz- 
coa). -Teniente  General:  General  en  gefe  del  vTi  egército  en 
La  Coruña,  1811.  (H-74).  (J-13-23-72). 

Monasterio  (Ángel  de)— (n.  1777.  Santo  Domingo  de  la  Calzada: 
p.  Logroño).  Escultor  que  modeló  en  1809,  en  Sevilla,  el  bus- 
to de  Jovellanos,  para  Lord  Holland.  Se  publicó  un  grabado 
de  él  en  la  obra:  Some  accoimt  (véase  la  nota  de  la  car- 
ta J-77).  (H-21-62).  (J_19-22-64-67-77). 

Montijo  (Conde  del).— Don  Eugenio  E.  de  Guzman  Palafox  y 
Portocarrero,  hijo  de  la  Condesa  del  Montijo,  fiel  amiga  de 
Jovellanos.  Brigadier  de  la  1.^  división  del  Egército  del  Cen- 
tro en  1809.  Procesado  por  la  Junta  Central,  con  Palafox, 
Tilly  y  otros:  véase  la  nota  de  la  carta  J— 96.  (J— 70— 96— 99) 
^  1834. 

Montijo  (condesa  del)—D.^  Mari  a  Francisca  Portocarrero:  leal 
é  invariable  amiga  de  Jovellanos.  \íi  8  Mayo  1808.  Logroño. 
(H~l)  í  J-96). 

Moore  (John) -General  inglés  (n.  1761—  Enero  1809).  Mandó  el 
primer  egército  enviado  á  España  por  Inglaterra  á  combatir 
á  Napoleón.  Murió  de  resultas  de  una  herida  recibida  en  la 
batalla  de  Elviña  ó  La  Coruña.  CH-18)  (J-3-76-85). 

MooRE  (James)— General  inglés,  hermano  del  anterior.  Publicó 


ÍNDICE  DE  PERSONAS 


565 


una  obra  histórica  sobre  la  campaña  de  España.  (H  -58-59). 

Morales  (José  Isidoro)— Canónigo;  defensor  de  la  libertad  de  im- 
prenta, que  apoyó  en  una  Memoria.  (J— 106^ 

MoRATiN— vid.  Fernández  de  Moratin. 

MoRLA  Y  Pacheco  (Tomás  de)— (n.  1748.  Jeréz  de  la  Frontera: 
p.  Cádiz) -Teniente  General:  Gobernador  de  Cádiz  en  1808. 
Obligó  á  rendirse  la  escuadra  francesa,  que  se  hallaba  de- 
lante de  Cádiz.  Trató  con  Napoleón,  sobre  la  capitulación  de 
Madrid:  afrancesado.  ^  1820.  (J-27). 

MoRTiER  (Eduardo  Adriano  Casimiro  José),  Duque  de  Trevisa, 
Mariscal  y  Par  de  Francia  (n.  1768-  ^  1835).  Hizo  la  guerra 
de  España  desde  1810  á  1811.  (H-25-34-54)  fj -21-29-31- 
34-40  -46). 

Napoleón  Bonaparte-(H-58-59-60  -64  )  (J-3  -12-14— 

55-56  -61  -74  -76  -84  -85  -98-105-106-109). 
Napoleón  (José)-(J-29 -35-38-59 -65). 

Nelson  Bronte  (Horacio) -Célebre  almirante  inglés,  victorioso 
enTrafalgar  (n.  1758).  L.d  Holland  solicitó  de  él  que  libertara 
á  Jovellanos  de  su  prisión  de  Bellver.  (H— 1)  (J— 2). 

Ney  (Miguel),  Duque  de  Elchingen—{n.  1759—  ^  1815)  Mariscal 
de  Francia.  Hizo  la  guerra  de  España,  y  salvó  el  egército 
francés  en  Portugal  por  medio  de  una  retirada  oportuna.  De- 
rrotó á  los  asturianos.  Estuvo  varias  veces  en  Oviedo,  y  en 
Gijon  (con  Kellerman)  en  Mayo  de  1809.  (H-14)  (J— 21— 23— 
29  -31-34  -36-38  -40  -42-46  -  60  ) 

Noblejas  (Conde  de) -Mariscal  de  Castilla,  afrancesado.  (J— 65). 

Noroña  (Conde  de),  Don  Gaspar  María  de  Nava,  Alvarez  de  No- 
roña— (n.  1760.  Castellón  de  la  Plana).  Teniente  General: 
2.°  Gefe  del  Egército  de  Galicia  el  23  Mayo  de  1809.  Sucedió 
interinamente  á  La  Romana  en  la  Capitanía  General  de  Ga- 
licia, en  Agosto  de  1809.  (H— 34-46). 

NoRTH  (Mister  Frederick)— Hijo  del  Ministro  y  Gobernador  que 
fué  de  Córcega  y  Ceylán.  (H— 44). 

Nuncio  (ElJ—Don  Pedro  Gravina,  arzobispo  de  Nicea.  (J— 60). 

Obispo  de  Évora—Mtnciondiáo  en  la  carta  H— 51 . 

Opay  (Lord)— Tío  de  L.d  Holland,  residente  en  Ampthill-Park. 
(H-67). 

Orense  (Obispo  de)—wiá,  Quevedo  y  Quintano. 

OsoRio  DE  Moscoso  (Viccnte)— vid.  Altamira  (Conde  de). 


566 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Osuna  (Duquesa  de)—{J—3S\ 

O  VALLE  (Félix)— Tesorero  é  Intendente  de  Egército:  miembro  de 
la  Junta  Central  por  Extremadura.  (J-39-92-%). 

*  P(flí:/2m -Apelativo  familiar  bable  con  el  que  designan  Jovella- 

nos  y  Holland,  al  Marqués  de  Campo-Sagrado.  (H— 13— 14— 
24— 31)— Se  le  menciona  en  casi  toda  la  correspondencia). 
Palacio  (Marqués  íf^J— General,  individuo  suplente  de  la  segunda 
Regencia  (J  - 105),  hombre  extrafalario  y  ridículo,  que  sólo 
hizo  bufonadas. 

Palafox  y  Melci  (Francisco  Rebolledo  de)— (n.  17  Zara- 
goza): Brigadier  de  Egército:  representante  en  la  Junta  Cen- 
tral por  Aragón.  (J -3-69-70 -96 -99). 

Parque  (Duque  íí^/J— Teniente  General  que  substituyó  á  La  Ro- 
Romana  en  el  mando  de  las  fuerzas  de  Galicia  y  Astúrias  en 
Agosto  de  1809)-  Estuvo  á  las  órdenes  de  Cuesta  en  la  batalla 
de  Medellin  (28:  Marzo:  1809).  (J— 69  -72— 80-82  -83  -84  -  85- 
86-87—88—89-95-96).  Vid.  Cañas  Trelles. 

Peña  (Manuel  de  la)— Teniente  General  de  la  Reserva  del  egér- 
cito del  Centro,  1809.— Motivó  la  batalla  del  Cerro  del  Puerco 
(Cádiz)  en  Marzo  de  1811.  Fué  premiado,  exonerado  después» 
y  substituido  por  el  Marqués  de  Coupigni.  (H-74). 

*  Peñalba  (Conde  de  Marcel  de),  Don  Rodrigo  González  de  Cien- 

fuegos  y  Velarde  (J— 61),  sobrino  de  Jovellanos  por  afinidad- 
Perceval  (Spencer)— (n.  1762.  Lóndres—  1812)— Estadista  in- 
glés: individuo  del  Parlamento;  Canciller  del  Echiquier 
en  1807,  y  primer  lord  de  la  Tesorería,  en  1809.  (H-26). 
PÉREZ  DE  Castro  y  Colomera  (Evaristo)— (n.  1771.  Valladolid). 
Ministro  de  España  en  Lisboa  (Mayo  de  1809):  diplomático  es- 
pañol: l.er  Secretario  de  las  Córtes  en  la  Isla  de  León  el 
24  Septiembre  1810:  diputado  en  1812:  Ministro  de  Estado 
en  1820:  y  Presidente  del  Consejo  en  1838.  ^  1849.  (H— 53) 
(J-72). 

PiTT  (William)-(n.  1759—  ^  1806)— Celebérrimo  orador  y  esta- 
dista inglés  de  quien  se  hace  mención  en  estas  cartas.  (J— 109). 

*  Plá  (Diego  Antonio)— (n.  17   Gijón.  P.do  Astúrias)  Del 

Comercio;  hermano  de  D.  Francisco.  Capitán  de  la  marina 
mercante  (matrícula  de  Gijón),  portador  de  encargos  y  comi- 
siones para  Jovellanos.  (J— 109). 
Playfair  (John)— (n.  1749—  S  1819)— Matemático,  geólogo,  y  eru- 


ÍNDICE  DE  PERSONAS 


567 


dito  escocés.  Escribió  varias  obras  (H— 63).  Redactor  de  la 
Edinburgh  Review,  donde  publicó,  entre  otros  trabajos,  Tra- 
vels  of  Dr.  Holland. 
PoRLiER— vid.  Diaz  Portier. 

Portland  (Duque  de),  William  Henry  Cavendish  Bentinck— 
(n.  1738).  Se  retiró  con  el  Ministerio  Pitt,  en  1806:  volvió  al  po- 
der en  1807  con  el  título  de  primer  lord  de  la  Tesorería,  y  con- 
servó el  puesto  hasta  la  muerte.  (H— 59). 

Principe  Cárlos—viá.  Archiduque  Cárlos  de  Austria.  (J—TO). 

*  QuEiPo  DE  Llano  y  Ruiz  de  Saravia  (José  María),  vii  Conde  de 

Toreno  (n.  1786.  Oviedo.  P.do  de  Astúrias),  Vizconde  de  Ma- 
tarrosa:  historiador  y  estadista:  vocal  de  la  Junta  de  arma- 
mento de  Astúrias:  negociador  de  la  alianza  de  Inglaterra 
con  España  en  1808.  (J- 22- 72-77 -80). 

Que  vedo  y  Quintano  (Pedro  de)— (n.  1736.  Villanueva  del  Fresno: 
p.  Badajóz).  Obispo  de  Orense:  Presidente  del  Consejo  de  Re- 
gencia en  1810.  (J-96  -97-98). 

Quintana  (Manuel  José)— (n.  1772,  Madrid)- Egregio  poeta  y  es- 
critor. Oficial  de  la  Secretaría  de  la  Junta  Central.  Redactó 
las  proclamas  y  documentos  más  notables  de  aquella  época 
azarosa.  Amigo  particular  y  político  de  Holland.  (H— 35— 57). 
(J-2-64 -65-73-76-77-85-87-90-91). 

Quintanilla  (Vizconde  í^é*; —Individuo  de  la  Junta  Central  por 
León.  (J— 98). 

*  Renduéles— vid.  García  Renduéles. 

Renovales  y  Rebollar  (Mariano)— (n.  17   Encartaciones 

de  Vizcaya).  Coronel:  defensor  del  Fuerte  de  San  José  en  Za- 
ragoza. (J— 110). 

Rey  de  Suecia— Es  Gustavo  Adolfo  IV,  que  reinó  de  1792  á  1809, 
bajo  la  Regencia  de  su  tío  el  Duque  de  Sudermania,  quien  le 
reemplazó  en  el  trono  con  el  nombre  de  Cárlos  XIII  en  1809. 
(H.-18).  (J.-12). 

RiQUELME  (Rodrigo)--Regente  de  la  Chancillería  de  Granada,  é 
individuo  de  la  Junta  Central.  (H-35).  (J-33  -37-80-87-88 
90-92). 

Rodríguez  de  la  Búria— vid.  La  Búria. 

RussELL  (Lord  John)— Sobrino  de  Lord  Holland,  que  viaja  en  su 

compañía  por  España.  (H- 14-22-27-54  )  (J— 12-24— 

25  ). 


568 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Saavedra  (Francisco)  (n.  1746.  Sevilla)— Miembro  de  la  Junta  Se- 
villana: Ministro  de  Hacienda  de  Cárlos  IV:  y  de  Estado  y  Ha- 
cienda en  la  Junta  Central.  Más  tarde,  individuo  del  Consejo 
de  Regencia.  Gran  amigo  de  Jovellanos.  (H— 29)  (J— 82  -89— 
96-102). 

Sancho  (Dionisio)— Escultor  de  Cámara   (J— 67). 

Santa  Coloma  {Marquesa  í/é-j— Madama  Hermida,  hija  de  D.  Be- 
nito Ramón  de  Hermida,  y  esposa  de  D  (H— 40). 

Santa  Crus  (Marquesa  de)— Amiga,  de  los  esposos  HoUand. 
(j -.65-89). 

Sebastian  (El  Hermano) —Fersonage  histórico  de  tiempo  de  Cár- 
los III,  que  se  menciona  en  la  nota  de  la  c.  J— 52. 

Sebastiani  (Horacio)— Mariscal  francés  que  brindó  á  Jovellanos 
la  paz  y  reconciliación  con  José  I.  (H— 23  — 58)  (J— 11— 40  — 52— 
54-56-71  ). 

Silveira  (Francisco  da) -General  portugués:  mandaba  una  divi- 
sión en  Traz-os-Montes  en  Febrero  y  Marzo  de  1809:  recuperó 
la  Puebla  de  Sanabria  el  10  Agosto  de  1810.  (H-53)  (J-9-23-28). 

SoTELo  (Joaquin  Maria)— Fiscal  togado  del  Tribunal  Supremo  de 
la  Guerra.  Magistrado  sevillano:  afrancesado,  que  trató  de 
inducir  al  General  Don  Gregorio  de  la  Cuesta,  á  que  apoyara 
la  causa  napoleónica  (12  Abril  1809.  Mérida).  (J— 18). 

SouLT,  Duque  de  Dalmacia,  Mariscal  de  Francia,  designado  por 
Napoleón  para  la  conquista  de  Portugal.  Muy  citado  en  estas 

cartas.  (H -21 -24  -25  -29  )  (J-16-21-23  -24  -26-28- 

29-31-34  ). 

Staddion  (Felipe,  Conde  de)—{n.  1763—  1824).— Diplomático 
austríaco.  Fué  embajador  de  Austria  en  Suecia  y  en  Lón- 
dres:  ministro  de  Negocios  extrangeros  en  1806:  y  renunció 
su  cargo  en  1809,  por  exigencia  de  Napoleón.  Holland,  escri- 
be Stadlion.  (H-59). 

Stuard  ó  Stuart  (Sir  Charles).— Coronel;  ministro  plenipoten- 
ciario inglés  en  Aranjuéz;  luego,  en  Lisboa,  y  en  La  Coruña 
(Junio  á  Noviembre  de  1808).  Le  sucedió  en  el  cargo  Mister 
John  Hookham  Frere.  (J-2  - 105—106). 

Stuard  (Sir  John).— General  de  la  Armada  inglesa  en  1809. 

Sudermánia  (Duque  de) .—K^gente  de  Suecia:  más  tarde,  Rey, 
con  el  nombre  de  Cárlos  xiii  (1809).  Holland,  escribe,  S«fi?e- 
mania.  (H-18).  (J-13). 


ÍNDICE  DE  PERSONAS 


569 


SuMARis  (Miss  Anne).— De  esta  señora  se  trata  en  una  postdata 
recomendatoria.  (H— 20). 

*  TiNEo  Ramírez  de  Jove  (Juan  María  de)— (n.  17   Gijon: 

P.do  de  Asturias).— Gijonés,  sobrino  de  Jovellanos,  literato  y 
erudito,  colegial  en  Bolonia,  gran  amigo  de  Moratin.  (H— 51— 
60-64).  (J-9-22-39-71-73-77-78-79- 80-83-84). 

*  TiNEO  Ramírez  de  Jove  (  )— (n.  17   Gijon.  P.do  de 

Astúrias).— Hermano  del  anterior:  marino  de  la  Real  Arma- 
da: Gobernador  del  Puerto  de  Santa  María  (p.  Cádiz)  en  Ju- 
nio de  1809.  (H-47-48).  (J-52-53). 
Tügóres  Y  Zanglada  (José  de)— (n.  1767.  Palma  de  Mallorca).— 
Conde  de  Ayamans,  mallorquin:  Teniente  Coronel  de  Milicias 
de  Palma;  individuo  de  la  Junta  Central  por  Mallorca.  (J— 87 
-91-105). 

Toledo  Salm-Salm  (Pedro  A.)— vid.  Duque  del  Infantado, 

*  Toreno  (Conde  de) — vid.  Queipo  de  Llano. 
Trevise  (Duque  de)—\{á.  Mortier. 

Urbina  — (n.  Álava)  General.  (H— 3).  (J-8). 

Valdés  y  Fernández  Bazán  (Antonio)— (n.  1744.  Búrgos).— Minis- 
tro de  Marina;  interino  de  Indias;  freyle  de  San  Juan;  Caba- 
llero del  Toisón,  Capitán  general  de  la  Armada;  Consejero 
de  Estado;  representante  en  la  Central  por  León.  (J— 96). 

Valdés  Flórez  (Cayetano)— (n.  1767.  ¿Sevilla?.— Teniente  gene- 
ral de  la  Armada.  Pasó  al  Egército  de  tierra  para  pelear  por 
la  independencia  de  su  pátria,  siendo  herido  en  la  acción 
de  Espinosa  de  los  Monteros.  Gobernador  de  Cádiz  en  1812. 
(J-41). 

*  Valdés  Inclán  (María  Jacoba  de)  -  (n.  17   Astúrias).— 

Marquesa  de  Campo-Sagrado  y  esposa  de  Don  Francisco  de 
A.  Bernaldo  de  Quirós.  (J— 72). 
Vaughan  (Mister).— Mencionado  en  la  carta  J— 2.  (¿Será  Charles 
R.  Vaughan,  el  autor  del  Diario  de  Zaragoza  en  Octubre 
de  1808?) 

*  Vega  Infanzón  (Andrés  Angel  de  la)— (n.  1768  P.do  de  As- 

túrias).—Catedrático  de  la  Universidad  de  Oviedo:  Secretario 
de  la  Junta  de  Armamento  y  Defensa:  Comisionado  á  Lon- 
dres en  unión  de  Toreno  y  el  Dr.  Fernando  Alvarez  Mi- 
randa. (J— 22— 75). 
Venégas  (Francisco  Xavier  de) . —Mariscal  de  Campo  de  la  1.* 


570 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


división  del  Egército  del  Centro,  1809.  Teniente  general:  Go- 
bernador de  Cádiz  en  1809-1810.  (H-53-54--58).  (J-21-23- 
25-29-36-41-43-52-54-56-59-60  ) 

Vera  y  Delgado  (Juan  de)— vid.  Arzobispo  de  Laodicea. 

Veri  (Tomás  de).— Teniente  Coronel  de  voluntarios:  caballero 
sanjuanista:  individuo  de  la  Central  por  Mallorca.  (J— 49— 105). 

Vicario  de  Baird.— Así  lo  redacta  Jovellanos,  y  así  lo  entende- 
mos (como  suplente  del  general  inglés  Baird),  con  preferen- 
cia al  Vicar  of  Bray^  que  emplea  Lord  Holland.  Suponemos 
se  trata  de  Beresford.  (H— 54).  (J-51-107). 

Víctor  (Claudio),  Duque  de  Bellune—{n.  1766—  ^  1841).— Maris- 
cal de  Francia,  á  quien  se  alude  frecuentemente  en  esta  co- 
rrespondencia. (H-21-25-28— 30  )  (J— 18— 20-21 -22- 

24-28-29-30-31-36-40  ) 

*  Victoriano— \iá.  Garda-Sala. 

ViGODET  (Gaspar).— Coronel  de  la  vanguardia  del  Egército  del 
Centro,  1809.  General  en  el  egército  de  Sierra  Morena. 
(J-94). 

Villar  (Marqués  del).— Miembro  de  la  Suprema  Junta  Central 

por  Murcia.  (J— 91). 
Villél  (Marqués  de)-vid.  Fivaller.  (H-16).  (J-12-39— 80). 
ViLLiERs— vid.  Williers. 

Vives  (Juan  Miguel  de).— Teniente  General.  (J— 10— 11).  Capitán 
General  de  Mallorca;  después,  de  Cataluña. 

VósTER  Servert  (José). — Antiguo  oficial  de  artillería:  Coman- 
dante de  la  plaza  de  Gijón  en  1808:  luego  general  y  gefe  de  la 
división  occidental  de  Asturias  en  1809.  Teniente  General  de 
Egército  y  Teniente  Coronel  de  Artillería  (como  Cienfue- 
gos).  Empleado  en  el  Egército  de  la  Izquierda  en  Junio  de 
1809.  (J-60).  . 

Walher  (J.  G.)— Este  apellido,  suponémosle  yerro  de  redacción 
en  la  cópia  de  la  carta  de  Jovellanos  (J— 105)  por  Brigadier 
General  Waltham. 

Waltham  Brigadier  general  inglés,  en  La  Coruña.  CJ--105 

—106). 

Wardle  (Coronel)  Personage  político  en  Londres,  en  1809,  que 
promovió  la  cuestión  de  los  ascensos  irregulares  en  el  egér- 
cito inglés  mediante  la  intervención  de  Miss  Clark,  querida 
del  Duque  de  York.  (H— 59). 


ÍNDICE  DE  PERSONAS 


571 


Wellesley  (Sir  Arthur),  duque  de  Wellington  (n.  1767—  ^  1852); 
Estadista  inglés,  y  generalísimo  de  los  egércitos  británicos. 

(H-20-24-25  )  0-21—22-23-24  -25-26  -  28-29-31 

32-36-40-43  }. 

Wellesley  (Sir  Richard  CoUey,  Wellesley,  Marqués  í/^j— Her- 
mano del  anterior :  embajador  de  Inglaterra  en  España. 
tH-21)  (J-19-66-67— 68  -71-72  -74-80-82-93-96). 

Wellesley  (El  Caballero  Henry)— Hermano  del  Marqués  de  We- 
llesley. (J-71-93). 

WiTHE  (George)— Agente  inglés  en  La  Coruña.  (H— 71)  (J— 102— 
103—104-105-108). 

White  (Josef)— Vicecónsul  inglés  en  Gijón,  año  1809. 

Whitbread  (Samuel)— Político  inglés  del  partido  whig,  á  quien  se 
alude  en  la  carta  de  Lord  HoUand,  H— 43. 

Whittingham  (Santiago)— Brigadier  inglés  al  servicio  de  España, 
herido  en  la  batalla  de  Talavera  (27  Julio  1809)— Mariscal  de 
campo,  gefe  de  la  1.^  división  de  Caballería  del  Egército  del 
Centro  (Septiembre  de  1810)  (J-70). 

WiLsoN  (Sir  Robert)  (1777— 1849)— General  inglés  que  mandaba 
una  división  portuguesa.  (J— 10— 84).  La  Legión  Lusitana 
(que  era  una  banda  de  perdulalrios). 

WiLLiERs  (Sir  John  Charles)— Ministro  plenipotenciario  inglés  en 
Lisboa.  (J— 71— 72),  más  tarde  Conde  de  Cldrendon. 

Wiseman  (Patrick)  -  Comerciante  inglés  residente  en  Sevilla  (tío 
carnal  del  que,  más  adelante,  llegó  á  ser  Cardenal  Wiseman, 
celebérrimo  autor  de  la  obra  Fabiola.  (H— 62)  (J— 67— 77— 
78-83). 

ZÁYAs  (José  de)— Oficial  del  egército  ^de  Extremadura.  Tomó 
parte  en  la  desgraciada  batalla  de  Ocaña.  (J— 24-28— 36-37), 

*  ZuLÁiBAR  (Pedro)— (n.  17   Gijon)  Comerciante  gijonés 

en  1807.  Huyó  con  Jovellanos  á  Vega  de  Návia,  en  1811. 
0-109). 


ÍNDICE  DE  MATERIAS 


La  referencia,  es  á  los  números  de  los  párrafos:  acompañados 
de  una  n,  implican  nota. 


Afrancesados   3  n. 

Aguilar  de  Campóo         171 . 

Alarmas  y  Alardes         326  w. 

Alba  de  Tór mes  (b.^  de) .  474  w . 

Albuera  (batalla  de)  ...  573  n. 

Alburquerque   (  Duque 

de)   379  :  433. 

Alcañiz  (victoria  de) —  148  n. 

Algeciras  (navio)  281 . 

Alien  (Mr.  John),  su  obra 

y  apuntamientos :  160  :  185  : 
188  :  193  :  202  :  218  n  :  226  : 
247:342:423  :  429  :  453  :  472. 

„   su  obra  sobre  Córtes.  218  w. 

„   datos  biográficos ... .   20  w. 

Almonacid  (b.^  de)  363  n  :  383  n. 

América  ( insurrección 

de)   567  w:  578. 

Anécdota  pséudo-jove- 

llanista   16  n. 

Aniversario  de  Bailén. .  336. 

Annual  Register  for 

1806,  1809   142  n. 

Apelación  á  los  publi- 
cistas ingleses  contra 
loscalumniadoresde 
la  J.  Central   527 

Aranjuéz  (acción-de) —  354  n. 

Areizaga  en  la  Mancha.  455. 

„   en  Sierra  Morena   463. 

Argüelles  (Agustín)         563  n. 

„   en  Sevilla....  421. 

Armamento —    407  :  455  :  459. 

ASTÚRIAS : 

„   acuerdo  sobre ...    321  :  323  : 

327. 

„   carencia  de  noticias. .  224. 

„  comisionados  en  Lon- 
dres  403. 

„   Junta  de   102. 

„   (noticias  y  sucesos 

de)  74 : 105  :  110:  114: 174  w: 


189  n  :  207  :  208  :  215  :  217  w  ; 
250  w:  294  :  309  n:  319  w:  323: 
514  n  :  516  :  519  n  :  529  w  : 
534  n. 

„  Ballesteros  y  La  Ro- 
mana  74  w. 

„   comisionados  en  Lón- 

dres   403  w. 

„   división  gallega: 

exped.  Porlier   534  n. 

„   sucesos  de  ;la  guerra 

en   57  n. 

„   sucesos  de  Febrero  á 

Mayo  de  1810  516  n. 

„   su  situac.  en  1810        529  n. 

534  w. 

Astúriasy  Galicia  (suce- 
sos y  situación  anár- 
quica de)   203  :  516. 

Asuntos  políticos  varios  422  w. 

Austria  (negociaciones 
con)   400. 

„   contra  Francia   62  n. 

144  w.  352  w. 

„   (Paz  de  Viena)   454  n. 

Bardaxí  (despach.  de 

Buda-Pesth)   378  n. 

Beresf ord   284  n. 

Beresford  y  La  Romana 

(pasividad)   363. 

Beresford  y  La  Romana 
(en  marcha)   367. 

Bergantín  Palomo  . .  270  n. 

Blake   174  n.  489  n. 

„   carta  á   315  w.  324. 

„   descontento  416. 

,.   pide  el  retiro   460  w. 

„   deja  el  mando   484  n. 

„   vuelto  al  mando  571 . 

„  y  Areizaga  en  Alca- 
ñiz  148. 

Blancas   178  n. 


ÍNDICE  DE  MATERIAS 


Blanco- White  (apuntes 

históricos'   286. 

„   juicio  sobre   578. 

„   y  El  Español  (vida  y 

suces.)   545  n. 

Bussaco  (victoria  de). . . .  565  n. 
Cabarrús  (su  muerte). .    520  n. 

Cabezas  (Bernabé)   103. 

Cádiz  (Junta  de)  515. 

Calvo  de  Rozas   389  w. 

Cámara  (una)   562. 

Cámaras  (dos) ....    248  :  249  w. 
Cambio  de  ministros  . . .  442. 
Campaña  (sucesos  de  la).    110  : 

112:  147  :  255:256  :  293  :  317: 

449  :  528. 

„   encastilla   190. 

„   en  Extremadura   136  : 

142  : 190. 

„   censura á  Wellesley. .  311  n. 
„   de  1S09  (situación  de 
fuerzas  en  el  mes  de 

Junio)   302  n. 

„   „  (  situación  de  fuer- 
zas en  Agosto)   363  n. 

„   „  (situación?  de  fuer- 
zas en  Octubre)   398  n. 

„   „  (situación  de  fuer- 
zas y  Generales)   432  n. 

„   „   (sit.  de  fuerzas  en 
Noviembre) . . .    455  n  :  480  n. 
„   de  18 10  (situación 
en  los  meses  de  Abril, 

Mayo  y  Julio)   532  n. 

„   de  1810-1811  (situa- 
ción en  Portugal  y 
Badajóz).568  n  :  569  n  :  571  w. 
Campo-Sagrado  (familia 

de)   203  n. 

„   separación  de  Jovell..  573. 
Canning —    62  w  :  84  n  :  496  w. 

„   duelo  de   409  w. 

„  y  el  Marqués  de  We- 
llesley  409  w. 

Carácas  (insurrección  de)  544  n. 
Carácter  andaluz   509. 


Carencia  de  noticias.  520  :  570. 

Carlitos  R.  Fox  ( acci- 
dente á)   516?i:539w. 

Carta  á  Blake          3l5^w  :  324. 

Cartas  de  L.d  Liverpool.  575  n. 

Cartas  perdidas.    537  n  :  561  w. 

Castañedo,  centralista..  187. 

Castañedo,  Riquelme,  y 

Caro   161  n. 

Central  (disolución  de  la 
Junta)   513. 

Centrales  arrestados  en 
El  Ferrol   518 

Cienfuegos  (General);  su 

carácter   534  w. 

Ciudades  con  voto  en 
Córtes   257. 

Clarke(Miss)   127  n. 

Cochrane    29  n  :  407  n. 

Comerciantes  gijoneses".  582  n. 

Comisión  ejecutiva  1    . .    396  : 
428  :  431  w  :  443  467. 

Comisión  ejecutiva  2.^. .  493  n  : 

503. 

Comisión  investigadora.    468  : 
474  :  484. 
Comisionados  españoles 

en  Lóndres   403  w. 

Concentración   de  los 
egércitos  293  :  302  :  319  a  :  322. 

Concierto  musical   244. 

Conferencia  de  Cuesta  y 

Wellesley   333. 

Constitución  española  133  :  562. 
Coronel  del  regimiento 

El  Rey   348/1. 

Correos   387  n  :  413  :  570. 

„   porte  de  cartas   520  n. 

„   demora  en  los   464. 

„  mal  estado  de  los...  320:329. 
Cortecillas   257  n. 

CÓRTES: 

„   (decreto  22 Mayo  1809. 

convocatoria. . )          132  n. 

„  (adversarios  encubier- 
tos de  las)   152. 


574 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„   (libro  inglés  sobre).. .  159. 

„   (obras  de  Blancas,  et- 
cétera, sobre) .  178  w  :  278  n. 

„   (indi  viduos  de  la  comi- 
sión de)   178. 

„   (antiguas  en  Espa- 
ña)  186  :  222  w. 

„   (Comisión  de)   157  n  : 

158  n  :  161  :  176  :  227  :  231  : 
444  n  :  467. 

„   (Convocatoria  á) . .  331  :  399  : 
459  :  473  :  479  :  485  :  488  : 


494  :  499  :  504  :  505  :  509  : 
510  :  514  n. 

„   (sobre  el  número  de 

representantes]   247. 

„   (Capmanj^,  colabora- 
dor)  278. 

Córtes  españolas  (repre- 

sent.  en)   188. 

Córtes  de  1810  (juicio  de 
las)   562. 

Craddock  en  Sevilla   117, 

Cuesta  (el  General).    122  :  149. 

„   (en  expectación)   153. 

„   (su  carácter)  316. 

„   (dimisión  de)   366. 

„   (cargos  contra)   407. 

Chile. ..^   258  w. 


Datos  históricos.  286:415:446. 

Desorganización.   v500  n :  505  n. 

Discus.  parlam.  en Ingl.  158. 

Disposiciones  premat.. .  349. 

Divieso   73  n. 

Documentos  históricos..  479  n. 

Documentos  jovellanis- 

tas....    525  :  530  :  531  :  537. 

Dos  Cámaras.. . .    248  n  :  249  n. 

Duff  (James),  cónsul  in- 
glés en  Cádiz   158  w. 

Edinburgh  Review         517  w. 

Egército  inglés  (retirada 

del)   372  :  495. 

„  (  su  aprovisiona- 
miento)   389. 

Egército  de  la  Mancha..  474. 


Egército  de  Venégas,  dis- 
perso   373. 

Egércitos  aliados  (sepa- 
ración)  363. 

Egércitos  después  de  Al- 
monacid   383. 

Eguía  (separación  de).. .  426. 

Embajadores  ingleses. . .  352  n. 

450  n. 

Empecinado  (El)   123  n. 

Essling  (victoria  de)... .  296  n. 

298. 


Europa:  (Sucesos  de).  62  :  81  : 
86  :  155  :  166  :  198  :  214  :  232  : 
296  :  325  :  352  :  378  :  383  ;  448  • 
459. 

Extremadura  (aspecto 
sanitario)   256. 

Extremeño  (representa- 
ción de  un"»   336. 

Ezcurdia,  el  gijonés        536  n. 

Filípica  jovellanista  .  .  407. 

Flórez  de  Méndez.   403  n  :  436  : 


572. 

Florida  Blanca   .  Un. 

F ra.ga.ta.  Astrea   455. 

Frag3Lia.  Lively   339  n. 

Fragata  31  inerva   407- 

Fragata  ^/   583  n. 

Fraile  gaceiei'O  ahorca- 
do    65  n. 

Franceses  en  Sevilla —  508. 

Franceses  en  Sierra-Mo- 
rena  505. 

Franceses  sobre  el  Tajo.  380. 

Franceses  sobre  Toledo.  466. 


Frere  (John  H.)  el  emba- 
jador        . .    307  n  :  495  n 


(cartas  de)   84  n. 

„   (su  separación)   100  n. 

(situación  politica)  268 : 294  n . 

„    (intromisión  de)          307  n. 

„   (asunto  de  Creux —  321. 


„  (quejas  é  intrigas  de).  364  w. 
Frere  (Bartholomew) 

embajador  . .  450  n  :  527  n. 


ÍNDICb:  DE  MATERIAS 


575 


Fuente(DomingoG.  déla)  137  w. 

Fusiles.  407  w  :  455  w  :  459  :  501 . 

Galicia  (ocurrencias  de).  518  n. 

Gallego  (Juan  Nicasio)..  209  n. 

Gallego,  y  Arriaza  (poe- 
tas)  109. 

Gallegos  en  Astúrias.. .  534. 

Garay,  el  Intendente .. .  442  n. 

„   (renuncia  la  Secreta- 
ría) 418. 

García  de  la  Cuesta  (Ge- 
neral), carácter.  15  n :  344  n. 

García  Sala  (Vict.).  66  n  :  74  n. 

Geddes  ó  Geddies  (tra- 
tadista)  189  V  :  1%. 

Generales  de  Cataluña..  460  n, 

Gerona  (tercer  sitio) —  118  n  : 
175  :  319  a  :  396  n:  498:  416: 
432  :  441  :  455  :  460  : 481  :  484. 

Gerona  (rendición)   489  n. 

Gijon  (sucesos  en).  264  n  :  323  n. 

Gobierno  ejecutivo   509. 

Grabados   487. 

Guillen  de  Castro  415. 

Hermida  (B.  R.  de^  mi- 
nistro  .  239  n  :  287  n. 

Hermida  (Madama)   243. 

Héroes  en  Talavera   348. 

HoLLAND  (Lord): 

„    (tentativas  por  Jo  ve- 
llanos)   8  71  :  11  w. 

„   (estancias  y  marcha 

de  Sevilla)....  21  n  :  312  n  : 
314  n  :  319  w  :  383  n. 

„   (lance  ocurrido  á los)..  85  w  : 
99:  107. 

„     (enChiclana)...  209  :  228. 


„   (elogiado  por  Jove- 

llanos)..   267. 

„   (presunto  eraba j.  en 
Viena)   272. 

„   (en  el  P.to  de  Santa 

María)   290. 

íen  Lisboa)   322. 

„   (su  regreso  á  Inglate- 
rra)  339. 


„  (carencia  de  noticias  de)  386. 
„   (llega  á  sus  lares) —  345  n  : 

395  :  405. 
„    (presunto  embaj.  de 

España)   412  n. 

„   (encargos  para)   498. 

„   (ofertas  de)    525. 

„    (generosidad  de'  541. 

.,   (presunto  ministro)..  585  n. 

„    (sus  obras)   415  n. 

Holland  iLady)  21  «  :  210  : 

345  n  :  445  :  456  :  478. 
Holland  (Cárlos),  guar- 

diamarina   539  n. 

Holland-House  (Cartas 

desde)..  345  n  :  537  n  :  561  n. 
Infantado  (Duque  del), 

Manifiesto   538. 

Inglaterra  (refuerzos  de)  255. 
Ing] eses  en  Portugal . .    77  n . 
„    (su  misión  en  España)  379  w. 
„   (conducta  y  quejas  de 

los)   389  :  495. 

,,   (acusaciones  de  los).  407. 
„    (juicios  sobre  los  su- 
cesos de  España). . .  454. 

„   (los)  apáticos   503. 

„    (su  conducta)   532. 

Instrucción  de  elecciones  494. 
Jerez  (representación 

gratulatoria.)   240. 

José  I,  en  Toledo   169. 

JOVELLANOS: 

„   (y  Goya,  juzgados 


por  Holland)   3n. 

„   (profesión  de  fe  polí- 
tica)  69. 

„   (respuesta  á  Sebas 

tiani)   71  w. 


„   (su  busto,  por  Monas- 
terio).. .     89  a:  106  :  343: 
406  n  :  414  :  420  :  425  :  502. 

„   (supuestos  tácticos)  140  :  217. 

„    (filarmónico)   285. 

„   (sus  Representacio- 
nes 32!  :  327  n:  340  n. 


576 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


„   (vaticinios,  y  temo- 
res)... 336  w  :  341  n  :  454  n  : 
495  w. 

„   (su  abnegación)   340  n. 

^   carta  en  la  prensa  in- 
glesa   368  w  :  517  w. 

„   (parientes  emigrados 

en  Se  villa)   388  n. 

„    (marcha  de  Sevilla) . .  506 . 

„    (triste  situación  de). . .  514  n. 

„   (emigración:  naufra- 
gio).  515  n. 

„   (censura  á  los  alia- 
dos)  454  n. 

„   (conducta  de  los  Re- 
gentes con)  514  w. 

„   (su  labor  para  Cór- 

tes)   399  w. 

„   (documentos,  y  encar- 
gos áH.)         525  n  :  531  n. 

„   (ante  las  Córtes  de 

1810)   533. 

„   (su  confianza  en  Ho- 
lland)   537. 

„   (momentos  de  indeci- 
sión)  543  w. 

„   (su  Memoria  de  la 

J.  C.l  )         564  :  567  :  574 

„   (sus  pensamientos) . . .  562  n  : 
577  n  :  578  w. 

„    (tribulaciones  de)   567. 

„   (despedida  de  Campo- 
Sagrado)   573. 

„    (y  la  Regencia)   577  n. 

„   (llega  á  su  casa  de 

Gijón)   567  n. 

„   (pinturas  y  libros)   580/1. 

Junta  de  Cádiz  (conduc- 
ta, etc.)  515  n. 

Junta  Central  (sus  ene- 
migos)  422  w. 

„   (disolución  de  la)   513. 

Juntas  provinciales.  9  n  :  410. 

Juntas  rebeldes   447  n. 

Kelly  (John),  agente  bri- 
tánico  540  w. 


Lance  de  Holland. . .  85  n  :  99  : 

107. 

La  Romana  (Marq.  de): 

„   (su  retrato)   15  w. 

,,   (y  la  Junta  de  Astú- 

rias)   102  w. 

„   fen  Astúrias   105  n  : 

203  n  :  208  w  :  305  n  :  321  n. 
„   (arruina  á  Astúrias).  264. 
„    (juzgado)..  291  :  294  :  305  : 

319  a. 

„   (en  Sevilla)   401. 

„   (su  Manifiesto)   475  n. 

„   (calificado  por  Jove 

llanos)    484  ?i. 

Ley  Agraria  {ir ?iá\ic  ). .  566  n. 

Libertad  de  imprenta. . .  562  n. 

Libros   179. 

Libros  ingleses. . .  12  w  :  142  n  : 
450  n  :  453  n . 

Libros  y  grab.  ingleses 

(obsequio  de).  350  n  :  482  n. 

Lisboa   330  n. 

Lista  (su  Elogio  de  Flo- 
rida Blanca).  280  n  :  477. 

Literatura  inglesa  (obra 

de)   1  w. 

Liverpool  (Lord).  541  n  :  542. 

„   (gratulatoria  á)   550  : 

575. 

Mallorca  (repres.  gratu- 
latoria.)   317. 

Marqués  de  Palacio         562  n. 

Matheu  (Córtes  de  Va- 
lencia)  278. 

Memoria  en  def,  de  la 

J.C   564  n  :  574  ». 

Ministerio  inglés  (nuevo)  429  n. 

Monasterio,  el  escultor.  89  an: 
106  :  406  n  :  414  n  :  420. 

„    (sus  proyectos). . .  343  w  :  360. 

Montijo  (Conde  del). . .  335  a  n 

„   (contra  la  Junta  Cen- 
tral) 512. 

„   (y  Palafox,  arresta- 
dos)  511  n. 


ÍNDICE  DE  MATERIAS 


577 


Monti  jo  (Condesa  del),  su 

muerte   8n. 

Moría,  el  artillero,  jui- 
cios  134  w. 

Murillo  (cuadro  de).  103  n  :  135. 

Muros  de  Noy  a  ( sucesos 
en)  518 

Napoleón  (posibilidad  de 

regreso)  519  n. 

Navio  San  Leandro   455. 

Noticias  falsas  de  la  gue- 
rra   38  :  43  :  165. 

Noticias  históricas   286  w. 

Obispo  de  Orense  521. 

Obispo  de  Oviedo   2  n. 

Obras  inglesas. . .    12  n  :  142  n. 

Ocaña  (desastre  de)         462  w  : 

463  w  :  465  n. 

„   (sumaria  militar  de) . .  468  n. 

Ontígola  (derrota  de). . .  460. 

Osuna  (duquesa  de)   190. 

Ovejas  merinas   83  w. 

Pachin  (quién  era)   23  w  : 

203n  :573  w. 

Parque  (duque  del)  en 

Salamanca   441  :  455. 

Parte  (el)   33/1. 

Parte  reservado  de  Bla- 

ke   141  n:  161. 

Patrones  de  buques         112  w. 

Pavos   89  w. 

Paz  de  España  é  Ingla- 
terra  3w. 

Paz  de  Viena   454  w. 

Perfidia  y  codicia  ingle- 
sas  407. 

Pitt  y  las  Américas   578. 

Plan  de  campaña  (nuevo)  569. 

Política  inglesa..  62  :  84  :  100 
127 :  307 : 364:  389: 407:  424  n 
429 n:  441:  454  w:  480  n:  496 
528  w  :  570  n  :  578. 

„   (Cartas  de  Grenville, 

Grey,  y  Canning).. .  496  n 

Ponferrada,  y  Villafran- 
ca,  tomadas   57. 


Porlier,  el  Marquesito 

(expedición  de).  534  :  584  n. 

Portugal  (sucesos  de). . .  528  w. 

Portugal  Extremadura  568. 

Predicciones  bélicas   284. 

Prisionero  militar  (Mon- 

tijo).   335  a  n, 

Profecías  amargas   495. 

Promesa  de  visita   304. 

Pupila  (la),  Manuela 

Blanco   208  w. 

Quintana  (Manifiesto  á 

la  Nación)   459  n. 

„   (tertulia  de)   343  w. 

Radcliffe  (Ann)  nove- 
lista  142. 

Regencia  (proyecto,  vi- 
cisitudes) .  375  w  :  509  :  513. 

„  (propuesta  por  Pa- 
lafox)   379. 

„   (desecha,  por  3.^  vez)  428. 

„   (Representación  á  la)  526. 

„   (su  crítica  situación).  532. 

Renovalada  (la)   584  n. 

Renovales   584  n. 

Resúmen  epistolar  561 . 

Revistas  y  libros   517. 

Rey  de  Suecia. ...    49  ?i :  67 

Romana —(z;/íí.  La  Ro- 
mana.) 

Rusia  declara  la  guerra 

á  Francia   144  :  166. 

Russell  (Lord  John)          26  w. 

San  Fernando  (festivi- 
dad de)   163. 

Santa  Cruz  de  RibaduUa  567  n. 

Santander  i^toma  de)        144  w. 

Santa  Olaya  y  Tala  vera.  347  n. 

Semanario  Patriótico 

(censura)   392  n. 

Sevilla  (huida  de)   505  w. 

Sevilla  y  Cádiz  (suces.).  527  n 

582  71. 

Situación  de  los  egérci- 
tos  el  dia  12  Sept.  de 
1809   390. 

37 


578 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


Soberanía  (concepto  de 
la)   562. 

Soldados  de  montera. . .  110  w. 

Soult  (retirada  de  Portu- 
gal]  139  w  :  147  w. 

„   (arrojado  de  Oporto).  114. 

„   (hechos  de)   147:284. 

„   (en  Zamora:  Julio 

de  1809}   ....  322  w. 

„   (aparición  de)   363. 

Sucesos  en  Cataluña  ...  274. 

Sucesos  de  Europa.  .  49  n  :  58 
62  n:  67:  81:  86:  144  n  :  155 
166 : 198 :  214 :  232:  296  w:  298 
299  :  300  :  325  :  352  n  :  358 
378  w:  383  n:  400:  448  n:  451 
519  n. 

Sucesos  de  Sevilla  511. 

Suecia  (revolución  de). . .  49  w  : 
58  w  :  67  n. 

Sumaris  (Miss  Ann)          83  w. 

Tala  vera  (preludios  de). . .  302  : 

336. 

.,   (expectación  y  vati- 
cin.)   341. 

„   (situación  de  los  beli- 
gerant.)   344. 

„   (batalla  de)   346. 

„   (indecisión  tras  la 
batalla)   357. 

Tamámes  (batalla  de). . .  432  n  : 

437. 

Tentativas  de  los  afran- 
cesados  71. 

Tineo,  el  bibliófilo  195  n  :  347  n. 

Tineo,  el  marino   288  n, 

Toreno,  enHolland-Hou- 

se   394  :  403  w. 

Traducciones   517. 

Traslación  á  la  Isla  de 
León   503. 

Vaughan(M.)   5  n. 

Venégas  (situación  cri- 
tica)  357  :  361. 

„   (General)  416  :  515. 

Vicar  of  Baird  281  n. 


Vicar  of  Bray   281  n 

Víctor:  sale  de  Mérida..   93  n  : 

149  w. 

„   (retirada  de)  95  :  101 . 

„   (ardid  de)   317. 

„   (retirada  de  Extre- 
madura) 311. 

„   (su  egército)  -356  n. 

Victoriano  García-Sala.  74. 

Villafranca  del  V.zo 

(sorpresa)   35  n. 

Villel  en  peligro  en  Cá- 
diz   51  w. 

Wagram  (batalla  de). . .  358. 

Walcheren  (exped.  in- 
glesa á)   407  n. 

Wellesley  (  Sir  Arthur  de): 

„   (y  su  hermano  en 
Sevilla)   122  :  450. 

„   (en  Oporto)   130. 

„   (en  Abr antes         252  :  311  : 

363. 

„   (y  el  General  Cues- 
ta). 279:  316  w:  333  n  :  344  w. 

„   (su  conducta)   311  w  . 

372  w  :  379  w. 

„   (nos  abandona)   362. 

„   (pretensiones  de)   374. 

„   (retirada  de)   379. 

„   (inacción  de)   454. 

„   (en  Bussaco)   565. 

Wellesley  (Marqués  de), 

en  Cádiz   352. 

„   (en  Sevilla) ....  84  n  :  357  n  : 

359  :  365  :  450. 
Wellesley  (el  Caballero).  383- 

498. 

Wellesley  (los  hermanos)  498  n. 
White  (George\  gratu- 
latoria  547 :  575. 

Wiseman  (Patrick)  359  n  : 

451. 

Zaragoza  (poema  lati- 
no, por  H.  Alien). . .  546  n. 
Znaym  (armisticio  de)..  358 


SENTENCIAS 


579 


SENTENCIAS, 

modismos,  y  locuciones  (en  latín,  francés,  inglés  é  italiano)  empleadas 
en  estas  cartas. -La  referencia  numérica,  es  la  correspondiente 
á  los  párrafos  de  las  Cartas  jovellanistas. 


§  26— A  pianger  qui  rimansi  (ital.): 
he  quedado  aquí  para  llorar. 

Z\—Faire  ses  adieux  (franc):  des- 
pedirse. 

36— Mes  neveux  (fr.):  mis  sobrinos. 
38—  Cest  a  vous  que  je  m'addresse  a 

present  [ir.):  ahora,  me  dirijo  á 

usted. 
40 -Fr.  vid.  36. 

bl— Inter  fratres  (lat.):  entre  her- 
manos, ó  compañeros. 

63— Pian,  piano  (ital.):  poco  á  poco; 
despacito. 

66— ¿Sera- fil  possible  que  nous  nous 
reverrons  encoré  a  Sevilla?  (fr.): 
¿Será  posible  que  volvamos  á  ver- 
nos otra  vez  en  Sevilla? 

8A-¡Dii  faxintf  (lat.):  ¡Permítanlo 
los  Dioses  (Cicerón).  /  ¡Dios  lo 
quieral 

df)  -Enfant  gaté  (fr.):  niño  mimado.' 

90— Vaff aire  est  encoré  sur  le  ta- 
pis  (fr.):  el  asunto,  está  todavía  á 
exámen;  en  tela  de  juicio. 

93— Du  grand  affaire  (fr.):  del  gran 
asunto;  de  la  gran  empresa  (refié- 
rese Jovellanos,  á  la  convocato- 
ria á  Córtes,  en  cuya  materia  tra- 
bajaba). 

97- Fr.  vid.  93. 

9'^— Inter  nos  tantum  (lat.):  en  con- 
fianza /  reservadamente. 

104 -Fr.  vid.  93. 

—Discite  justitiam[\2i\..)-\diiprQYí- 
ded  justicial  (Virgilio:  Eneida,  vi, 
620).  Aviso  que  repite  en  los  in- 
fiernos el  rey  de  Beocia,  Phlegias: 
Discite  justitiam  monite,  et  non 
temnere  divos^  es  la  frase  com- 
pleta. 


\\0—Sur  le  tapis  (fr.)— de  sobreme- 
sa, /puesto  á  discusión. 

\32-Signor,  vinciemo  i  geli  di  trio- 
ni  (ital.):  Señor,  ¡vencimos  á  los 
pueblos  del  Norte! 

132-Fr.  vid.  93. 

\33—Deusnobis  hcec  otia  fecitilsii.]: 
un  dios  nos  ha  hecho  estas  como- 
didades (Virgilio:  Eglogas,  l,  6). 
Son  palabras  que  dice  el  pastor 
Tityro  á  otro  pastor. 

142— Sur  le  grand  affaire,  sous  la 
presse  {tr.)—{el  decreto)  sobre  la 
cuestionmagna,  está  ya  enprensa. 

144—Novus  rerum  nascitur  ordo 
(lat.):  £1  nuevo  orden  (ó  régimen) 
trae  su  origen  de  las  circunstan- 
cias. 

152— Mille  hominum  species,  et  re- 
rum non  color  unus  (lat.):  No 

tienen  el  mismo  color,  las  mil  for- 
mas de  hombres  y  cosas.  /  Existe 
infinita  variedad  de  objetos,  mas 
no  de  igual  color. 

\6\—Sunt  bona,  sunt  mala  qucB- 
dam,sunt  mediocria  mult a  {Ma,r- 
cial).  Algunos,  son  buenos;  otros 
malos;  y  las  medianías,  numero- 
sas. 

m-Féte  Dieu  (fr.):  El  día  del  Cór- 
pus  Christi. 

17 A— ¿Quis  tam  patiens  ut  teneat 
se?  (lat.):  ¿quién  es  tan  sufrido, 
que  no  se  altere?  /  ¿quién  lo  oye 
con  paciencia? 

17S— Rerum  causas  scire  volunt 
omnes,  mercedem  solvere  nemo 
(lat.):  Todos  quieren  conocer  el 
origen  de  los  hechos;  ninguno,  ad- 
judicar las  recompensas. 


580 


CARTAS  DE  JOVRLLANOS  Y  HOLLAND 


\^—Breakfast  (ingl.):  almuerzo. 
185— Bon  jotir  (fr.  >:  felices  días. 
185— i/^s  confréres  (fr.):  mis  compa- 
ñeros. 

187— Castañedo ,  c^est  un  pr¿tre 
nommé par  Jaen\  grand  parleur , 
un  peii  violsnt,  mais  honnéte 
homme  (fr.):  Castañedo,  es  un  sa- 
cerdote elegido  por  Jaén;  gran 
orador,  algo  vehemente,  pero  hon- 
rado sugeto. 

\m-Ditez  (fr.):  decid  á  

193— Inter  nos  (lat.)  vid.  98. 

193— Diffusívum  sui  (lat.):  pródigo: 
expansivo. 

19X—God  save  the  King  (ingl . ) :  ¡  Dios 
guarde  al  Rey) 

195— Nec  annuit  neaenuit  (lat.):  ni 
aprueba,  ni  censura,  /  ni  admite, 
ni  rechaza. 

197-Ingl.  vid.  183. 

2Qi2—Recedant  vetera^ 
Nova  sint  omnia.  (Sagr.  Escrit.) 
Retírese  lo  antiguo,todo  se  renueve 

202-(Va  al  final.) 

2^8— Tanta  ne  animis  (lat.):  no 

insistas  tanto  /  no  te  obstines 

caprichosamente. 

215-\\.2\.vid.  26. 

2\1—La  lingua  batte  dove  il  dente 

duole  (ital.):  la  lengua  hiere 

donde  más  nos  duele  (alusión  á  la 
ofensa). 

2M—Fodere,  non  valeo; 
Mendicare,  erubesco.  (Sagr.  Es- 
critura.) No  sirvo  para  el  trabajo 
(cavar):  me  avergüenzo  de  men- 
digar. /  En  sentido  más  extensivo, 
como  aquí  lo  aplica  Jovellanos, 
pudiéramos  decir: 

Para  alian sas,  yo  no  sirvo; 
y  el  pedirlas,  me  sonroja. 

250  -  Quía  dilexit  multum{\sit.):  que 
mucho  más  deseaba. 

256— Post  coenam  (lat.):  después  de 
la  cena. 

256-5^  soucient  fort  peu  (fr.):  ha- 


cen muy  poco  caso.  /  se  cuidan 
poco  de  ello. 

212— L.  H.  est  dit  on  nommé  

(fr.):  Dícese,  que  Lord  HoUand 
está  designado  para  la  embajada 
de  Viena.  Creemos  que  S  S.  no 
tiene  tiempo  que  perder  para  lle- 
gar oportunamente  á  dicha  capi- 
tal, si  no  quiere  correr  el  riesgo 
de  encontrarse,  al  llegar  allá,  con 
un  Soberano  distinto  de  aquél  ante 
quien  fué  nombrado, 

29\—Expcdit  unum  mori  (lat.): 

forzoso  es  que  alguno  muera. 

305— ¿Quid  ultra  debui  faceré,  et 
non  feci?  (lat):  ¡qué  más  pude  ha- 
cer de  lo  que  hice! 

Sil— Pas  un  fr  anidáis  en  dcfá  du 
Tage,  nion  cher  My  Lord  (fr.):  Mi 
querido  Lord:  ya  no  queda  un 
francés  aquende  el  Tajo. 

311—Timeo  Dañaos  et  dona  fer en- 
tes (lat.):  ¡Cuidado  con  los  grie- 
gos, y  más,  con  sus  regalos!  (Vir- 
gilio: Eneida,  II,  49). —Palabras 
que  pone  en  boca  del  sacerdote 
Laocon,  para  disuadir  á  los  de 
Troya,  de  permitir  la  entrada  del 
caballo  de  madera  de  los  griegos. 
Expresa  la  sentencia,  de  que  siem. 
pre  debe  desconfiarse  de  un  ene- 
migo, por  muy  amable  y  genero- 
so que  parezca. 

326  —Dum  nostra fastidimis  inhia- 
mus  alienis  (lat.):  mientras  mira- 
mos con  aversión  á  los  nuestros, 
nos  llenamos  de  admiración  por 
los  extraños. 

333-Lat.  vid.  241. 

368— Nisi  lacessitus  (lat.):  á  no  ser 
provocado.  /  La  frase  completa, 
es:  Primiim  justitice  munus  est, 
ut  ne  cui  quis  noceat,nisi  lacessi- 
tus injuria  (Cicerón):  la  primer 
regla  de  la  justicia,  es,  que  ningu- 
no haga  daño  á  otro,  á  no  ser  pro- 
vocado con  la  afrenta  


SENTENCIAS 


581 


^9—Reprisses  (fr.):  tentativas;  ve- 
ces; tirones. 
383 -Fr.  vid.  110. 

^^3- Actum  est  (lat.}:  perdido  soy, 
íCicerón.) 

389-  Lat.  vid.  305. 

390—  P«s  bien  nourris  (fr.):  mal  ali- 
mentados. 

410 -Sw¿)  judice  lis  est  (lat.):  el  pun- 
to está  aún  indeciso.  /  La  cuestión 
no  está  aún  resulta. 

La  frase  completa,  es:  Lis  sub 
judice  adhuc  est.  (Horacio,) 

^\\—Incessu  gravi pattiit  dea  (lat.'': 
Parece  una  diosa  en  su  modo  de 
andar. 

Otros  textos,  lo  redactan  así: 
Vera  incessupatuit  íí?^^  (Virgilio: 
Eneida,  I,  405.  Vénus  apareciendo 
á  Enéas.) 

429— Mow  lot  (fr,):  mi  parte. 

431— omnis  in  hoc  sum  (lat.):  y 
todo  pende  de  esto. 

^^X—Dans  la  coulisse  (fr.):  entre 
bastidores. 

A6^—Fervct  opus  (lat,):  Se  trabaja 
con  ardor.  /  Se  adelanta  en  la 
obra.  (Virgilio:  Geórgicas,  IV, 
169.  Habla  de  las  abejas  ) 

475 -Lat.  vid.  368. 

•Villeggiatura  (ital.):  estancia 
veraniega  en  el  campo.  /  veraneo. 

A9S-lVá.\.vid.  497. 

488— pro  famosiori  (lat.):  tradicio- 
nales. 

'b  J—Ex  undique  totis.  Usque  adeo 
turharnur  agris  (lat.):  De  todas 
partes.  Hasta  de  cualquier  sitio 
que  nos  provoquen. 

527—  Victi  sumus  igitur,  aut  si  vin- 
ci  dignitas  non  potest^  fracti 
certe  et  abjecti  (lat.):  Después  de 
todo,  estamos  vencidos;  porque 
aun  suponiendo  que  la  dignidad 
no  pueda  serlo,  quedamos  maltre- 
chos é  irremisiblemente  perdidos. 

527-Lat.  vid.  174. 


b29—Etiam  si  oppestenda  mors 
esset,  in  patria  mallem  quam  in 
exteritis  atque  alienis  locis  (lat.^: 
Aunque  en  todas  partes  deba 
arrostrarse  la  muerte  con  valor, 
más  la  quisiera  en  mi  patria,  que 
no  en  extraños  y  lejanos  países. 
(Cicerón.) 

53i—Aux  abáis  (fr. ):  acorralada  / 
en  último  trance. 

543—Epistola  non  erubescit  (lat.': 
una  carta,  no  avergüenza. 

545-jQwí  semel  fines  verecundia 
transierit  bené  et  naviter  oportet 
esse  impudentem  (lat.):  Con  quien 
una  vez  haya  traspasado  los  lími- 
tes de  la  vergüenza,  conviene 
justa  y  cuidadosamente  ser  des- 
carado. 

bb\—¡Utinam  felices!  (lat.):  ¡Ojalá 
seáis  felices!  /  ¡Ojalá  sean  felices. 

b'ó^—Quantam  lenta  solent  inter 
viburna  cupressi  (Virgilio):  cual 
brotan  los  cipreses  entre  flexibles 
mimbres. 

b6\—(et)  Omnis  in  hoc  sum  (lat.):  y 
todo  pende  de  esto.  Vid.  431. 

bl6—ln  vitium"  ducit  culpce  fuga 
(lat.):  Por  temor  al  defecto,  se  in- 
curre en  el  vicio.  (Horacio:  Arte 
poética,  31.) 

bll—Qui  paupere  censu  stringitur 
officio  par  nequit  esse  suo  (lat.): 
la  ofensa  de  un  pobre,  no  es  como 
la  de  un  igual. 

blS—Deus  avertat  (lat.):  ¡No  lo  per- 
mita Dios! 

581 — Gloria,  felicis  olim  viridisque 
juventce  (lat.):  la  dicha  y  felicidad 
de  otro  tiempo,  fué  la  alegre  ju- 
ventud. 

Salva  nos:  perimus  (lat.):  sál- 
vanos; sinó,  perecemos. 
202^Quia  multa  nos  premuní  [\?it.): 
porque  nos  estrechan  por  muchos 
lados. 


582 


DE  HOLLAND 
Las  referencias,  son  á  los  ordinales  de  sus  Cartas. 


H.  1—Quod  optanti  Divum  promit- 
ere  nemo.l  Ausus  erat,  volvenda 
dies  en  ¡attulit  ultro!  (lat):  Nadie 
se  había  atrevido  á  suplicar  al 
Diosyhacer  pronósticos.  He  aquí 
que  el  tiempo  ha  cambiado.  ¡Tra- 
jo más  de  lo  que  se  esperaba! 

H.  \—Respexit  tamen,  et  longo post 
tempore  venit  Uat.^:  Al  fin,  vol- 
vió á  mirar,  y  vino  mucho  tiem- 
po después.  (Virgilio.) 

H.  1—Ce  qui  est  differe,  n'est  pas 
perdu  (fr.):  lo  que  se  demora,  no 
se  malogra. 

H.  3—Ensemble  (un)  (fr.):  un  con- 
junto armónico. 

H.  3—Sínequá  non  {IsLt.):  sin  lo  cual, 
no,  /  condición  indispensable  ó 
necesaria. 

H.  5— Tout a vous{tr.):  siempre  suyo. 

H.  1—Vappetit  vient  en  mangeant 
(ir.):  comiendo,  se  despierta  el 
apetito,  /  comer  y«rascar,  todo  es 
empezar 

YL.S—Qucenihil  molitur  inepte{\2i\..)\ 
porque  nada  se  mueve  (ó  sucede) 
sin  motivo 

H.  S— Multa  vos  premuní  (lat.):  mu- 
chos os  agobian. 

H.  S-Mullorum  manibus  grande 
levatur  opus  (lat.):  muchas  ma- 
nos, levantan  grandes  monumen- 
tos. /  Las  obras  se  aligeran,  con 
el  esfuerzo  de  muchos. 

H.  W-Dans  le  sens  contraire  (fr.): 
en  sentido  opuesto. 

H.  11— /(^  reviens  toujours  a  mes 
moutons  (fr.):  vuelvo  siempre  á 
mi  tema. 

H.  13— Fr.  vid.  H.  5. 

H.  U-Le  bulletin  (fr.):  parte  oficial 
de  noticias,  /  volante  de  oficio. 


H.  15. -Fr.  vid.  H.  5. 

H.  15 — Ne  quid  nimis  (lat.) :  nada 
con  exceso  (Terencio.) 

H.  16—^  propos  (fr.):  á  propósito. 

H.  18—0/"  every  denomifiation  (in- 
glés): de  varios  nombres. 

H.  \^-Tréve  (fr.):  basta. 

H.  \9—Devouscroiser  en  route[{v.)\ 
de  cruzaros  en  el  camino. 

H.  20—Hobby-horse  (ing.):  caballo 
de  batalla,  /  fig.:  pesadilla;  pre- 
ocupación; manía  predilecta. 

H.  20—hnpyimatur  (lat.):  impríma- 
se. /  El  significado  de  esta  voz  en 
Inglaterra,  es,  la  autorización 
del  censor  ó  fiscal  de  imprenta, 
para  cualquier  escrito  ó  papel 
público. 

H.  20— When  bad  men  conspire^ 
Good  men  must  combifte  (Bur- 
ke):  cuando  los  malos  intrigan, 
los  buenos  se  unen. 

H.  20—Impia  te  rationis  in  iré  ele- 
menta, I  viamque  endogredi  sce- 
leris  (lat.):  Tú  eres  el  motivo  de 
que  los  fieros  elementos  se  mue- 
van contra  ti,  y  hayas  entrado  en 
el  camino  del  infortunio. 

H.  20—Turpiter  atrum  desinat  in 
piscem^  I  mulier  formosa  super- 
né  (lat.':  Y  si  al  fin  terminara  en 
pez  horrendo,  el  mónstruo  que 
empezó  por  muger  bella  (Ho- 
racio, Ep.  ad  Pisones:  3,  4.  j 

H.  2\—Feu-de-joie  (fr.):  fuego  de  ar- 
tificio: simulacro. 

H.  23-Z)a«s  la  grande  affaire 
(fr.):  en  la  gran  empresa. 

H.  23  -Bis  dat  qui  cito  dat  (lat.):  el 
que  da  de  prisa,  da  dos  veces. 
/  El  que  da  primero,  da  dos  veces. 
(Séneca.) 


SENTENCIAS 


583 


H.  (Tantas)  componere  lites  ó 
Non  nostrum  inter  vos,  tantas 
componere  /zY^s(lat.):No  me  toca 
ser  juez  en  tal  contienda.  /  No  me 
concierne  arreglar  vuestras  di- 
ferencias (Virgilio.) 

H.  24,  25,  26,  27-Fr.  vid.  H.  23. 

H.  2S—Redacteur  (fr.):  redactor:  co- 
laborador. 

H.  29-Fr.  vid.  H.  16. 

11.33— Multis  queque  piscibus^  de 
natura  cygni  si  lihcat  sonum- 
Como  también  á  muchos  peces, 
por  naturaleza,  les  agrada  el  can- 
to del  cisne. 

H.  34-Cwm  multis  aliis  (]a,t.):  con 
otros  muchos,  /  en  compañía  de 
otros  muchos. 

H.  3i-Totus  (lat.):  del  todo  impues- 
to: identificado  del  todo.  /  Nescio 
quid  meditans  nugarurn,  totus 
in  illis:  piensan  en  no  sé  qué  ba- 
gatelas, que  absorben  todo  mi 
pensamiento.  (Horacio:  Sáti- 
ras: I,  9-2.) 

H.  35-Lat.  vid.  H.  3. 

H.  3ó^ln  te  spes  omnis  sita  est:  tu 
dux,  tu  patronus,  si  tu  deseris^ 
periimus  (lat.):  Amo!  Señor!  si 
tú  faltas,  perecemos:  en  ti  depo- 
sitamos toda  nuestra  esperanza. 
H.  3b—Nunc  animis  opus  est;  nunc 
pectore  firmo  (lat.):  ahora  se  ne- 
cesita el  valor;  ahora,  el  corazón 
esforzado. 
H.  37— Lat.  vid.  H.  35.  Nunc  ani- 
mis  

H.  "i^—Avec  sine  dictionnaire  {fran- 
cés-latín): con,  ó  sin  diccionario. 

H.  39— En  guise  de  lingua  franca 
(fr.):  en  forma  de  estilo  vulgar. 

H.  39—Dans  le  lointainitv .):  en  lon- 
tananza. 

H-  o9-Seccutura  (ital.):  sequedad; 
aridéz. 

H.  \0—lnfra  dignitatem  (lat.):  de- 
bajo del  decoro. 


H.  \3—For  praise  deserved  no  Ene- 
my  can  grudge  (ingl.):  cuando 
la  alabanza  es  merecida,  no  la 
puede  contrarrestar  la  envidia. 
H.  \^-0n  dit  (fr.):  dícese. 
H.  48-Fr.  vid.  H.  16. 
H.  b2—0f  little  businesses  (  Dry- 
den):  de  pequeños  quehaceres, 
/  de  menudencias. 
H.       Encoré  une  fois  (fr.):  una 
vez  más. 

H.  b'b—Pudet  hcec  opprobria  vobis 
i  et  dici  potuisse  et  non  potuisse 
refelliceret  (lat.):  Avergüénzase 
de  estos  oprobios  vuestros,  y  aún 
pudo  haberlos  publicado;  pues 
desmentirlo,  no  se  puede. 

H.  55—  Verum  labor em   fortu- 

nam   virtutem  (lat.):  cierta- 
mente el  trabajo   la  rique- 
za la  virtud. 

H.  b^— Amateur s  (fr.):  aficionados. 
H.  59 -Fr.  vid.  H.  16. 
H.  b9—Accouchement  (ív.):  parto. 
H.  69  —  Cúrrente  cálamo  (lat.):  á 
vuela  pluma,  /  escritura  sin  mu- 
cha reflexión. 
H.  b9—Menagement{{Y.)\ miramien- 
to: contemplaciones. 
H.  59—Talis  progenies  hominum, 
siprisca fuisset  /  Pirithoum  fu- 
geret  Theseus,  offensus  Or estes 
I  Descreret  Pylades,  odisset  Cas- 
tora Pollux  (lat.):  Si  semejante 
linage  de  hombres  hubiera  sido 
antiguo,  Teseo,  huyera  de  Peri- 
too;  irritado  Orestes,  se  apartara 
de  Pílades;  y  Polux  hubiera  abo- 
rrecido á  Cástor, 
H.  60-Lat.  vid.  H.  23. 
H.  60Srochure  (fr.):  folleto  ó  cua- 
derno en  rústica. 

H.  6\—Actum  est  de  nobis   vos 

non  agites  (lat.):  estamos  perdi- 
dos no  os  inquietéis.  (Cice- 
rón.) 

H.  b2—Rest  is  not  for  the  charriot 


584 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


oftheSun  (ing.)^  la  marcha  del 
Sol  no  se  puede  detener. 
H.  (íd-Secouse  (fr.):  sacudida:  em- 
bestida. 

H.  63—  Warden  of  Dulwich  Colle- 
ge  (ingl.):  Patrono  del  Colegio  de 
Dulwich. 


H.  65—Corcidunt  veníi  simul  h an- 
tis I  Stella  refulgit  (lat.);  Cál- 
manse  los  vientos,  y  al  punto  res- 
plandece la  estrella. 

H.  lA—Enrhttmée  (fr.):  acatarrada. 


ÍNDICE 

de  algunas  obras  consultadas. 


Alcalá  Galiano  (Antonio):  Recuerdos  de  un  anciano. ^M3.áx-\á: 
1879:  Víctor  Sáis,  impr.  1  gros.  vol  8.°  may.  de  545  págs. 

Und.:  Historia  de  la  literatura  española,  francesa,  inglesa  é  ita- 
liana en  el  siglo  xviii,  1  vol.  4.° 

Álvarez  Valdés  (Ramón):  Memoria  del  levantamiento  de  Astu- 
rias en  180S,  por  R.  A.  V.,  testigo  ocular.— Oviedo:  1889:  im- 
prenta del  Hospicio:  1  vol.  fól.  de  xv  +  248  págs. 

Becker  (Jerónimo):  Acción  de  la  diplomacia  española  durante 

la  guerra  de  la  Independencia  (1808-1814)  —Zaragoza:  Ca- 

sañal:  1909,  un  vol.  8.°  de  256  págs. 

(Tomo  I  de  las  publicaciones  del  Congreso  Histórico  Na- 
cional      de  Zaragoza). 

Canel  Acevedo  (Pedro):  Reflexiones  criticas  sobre  la  Constitu- 
ción española,  Córtes  Nacionales,  y  Estado  de  la  presente 

guerra       por  el  Capitán  D.  P.  C.  A.  Comandante  de  las 

Alarmas  del  Principado  de  Asturias.— Oviedo:  por  D.  Fran- 
cisco Cándido  Peres  Prieto:  (4  Noviembre  1812):  199  págs.  4.° 
y  4  de  indic. 

(Bibliot.  Inst .  Jovellanos:  E.  xxx,  t.  1,  N.  1735). 

Canga  Argüelles  (José):  Observaciones  sóbrela  ''^Historia  déla 
guerra  de  España,,  que  escribieron  los  Señores  Clarke,  Sou- 
they,  Londonderry  y  Napier,  publicadas  en  Lóndres  el  año 
de  1829,  y  reimpresas  en  Madrid.  —Madrid:  Impr.  de  Don  Mi- 
guel de  Búrgos:  añ'  s  de  1833-1836:  5  tom.  en  4.°  (3  de  texto  y 
2  de  documentos). 

Castro  (Adolfo  de):  Cádiz  en  la  guerra  de  la  Independencia, 
cuadro  histórico,  por  el  Illmo.  Sr.  D  —Cádiz:  Impr.  y  li- 
tografía de  la  Revista  Médica:  Septiembre  de  1862:  1  vol.  gr. 
fól.  de  73  páginas  y  dos  planos. 

Ceán  Bermúdez  (Juan  Agustín):  Memorias  para  la  Vida  del  Ex- 
celentísimo Señor  Don  Gaspar  Melchor  de  Jovellanos,  y  no- 
ticias analíticas  de  sus  obras  —Madrid:  en  la  impr.  que 

fué  de  Fuent enebro,  1814.  Un  vol.  en  8.°  de  viii  -\~  395  págs. 

DuNHAM  (Dr.)  (trad.  A.  Alcalá  Galiano):  Historia  de  España 


-586 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


desde  los  tiempos  primitivos  hasta  la  mayoría  de  la  reina 
Doña  Isabel  11^  redactada  y  anotada  con  arreglo  á  la  que  es- 
cribió en  inglés  el  Doctor  Dunham.— Madrid:  1845:  Impr.  de 
la  Sociedad  Lito  gráfica  y  Tipográfica:  1  tom.  en  4.° 
(vid.  tom.  VI,  págs.  159  y  siguientes). 

Erskine  May  (Thomas),  trad.  de  J.  de  Izaguirre:  Historia  consti- 
tucional de  Inglaterra^  desde  el  advenimiento  de  Jorge  III 
(1760-1871). -Madrid:  Fortanet:  1883-1884:  5  tom.  8.° 

Gómez  de  Arteche  (José):  Guerra  de  la  Independencia.  Historia 

,     militar  de  España  de  1808  á  1814,  por  el  Brigadier  D  

—Madrid:  1868:  Impr.  del  Crédito  Comercial:  14  volúm.  en  4.*^, 
con  atlas.  (Este  atlas^  no  se  ha  publicado  todavía,  á  pesar  de 
los  42  años  transcurridos). 

Ihid,'.  De  la  cooperación  de  los  ingleses  en  la  guerra  de  la  /«/f^- 
pendencia.—^dirz^\ox^2^\  F.  Giró:  1888  (folleto). 

Ibidr.  Reinado  de  Cárlos  IV  (en  la  obra,  Historia  general  de  Es- 
paña, escrita  por  Académicos  de  la  Historia).— Madrid:  El 
Progreso  Editorial:  1892,  3  tom.  4.° 

HoLLAND  (Henry  Richard  Fox,  Lord):  Foreign  Reminiscences  .. 
London:  Longman,  Brown,  Green  and  Logman:  1850:  1 
vol.  8.°  de  VI  +  362  págs.  (traducida  al  francés  con  el  siguiente 
título:  Souvenirs  diplomatiques  de  Lord  Holland,  publiés 
par  son  fils  Lord  Henri  Edouard  Holland,  traduits  de  l'an- 
glais  par  H.  de  Chouski.—  París:  1851:  1  vol.  8.°  de  viii  -h296 
págs.) 

Ibid.\  Further  Memoirs  of  the  Whig  Party  (1807-1821)  with  some 

miscellaneous  reminiscences,  by  edited  by  Lord  Stavor- 

dale).—l.ondor):  John  Murray:  1905:  1  vol.  gr.  4.°  men.  de 
XIV  +  420  págs.  con  ocho  retratos. 

(Esta  obra,  es  continuación  de  la  del  mismo  autor,  titulada: 
Memoirs  of  the  whig  party  during  my  time^  publicada  por 
su  hijo  Henrique  Eduardo).— Lóndres:  Longman,  Brown, 
Green  and  Longmans,  2  vol.  8.°  1852-1854;  y  comprende  desde 
1807  á 1808. 

Holland  (Elizabeth,  Lady):  The  journal  of  (1791-1811)  (edited 

by  the  earl  of  ílchester;  with  portraits).  2  vol.  4.°  con  seis  re- 
tratos.—London:  Longmans,  Green,  and  co.:  1908. 
l.er  vol.  (1791-1799)-xxii  +  2^9  págs. 
vol.  (1799-1811)-315  págs, 


ÍNDICE  DE  OBRAS  CONSULTADAS 


587 


Ibáñez  Marín  (José):  El  Mariscal  Soult  en  Portugal.  Campaña 
de  1809.— Msiáriá:  Impr.  de  la  Rev.  Técn.  de  Infantería  y 
Caballería:  1909:  4.°  marq.  de  82  págs. 

Jovellanos  (Gaspar  Melchor  de):  Memoria  en  que  se  rebaten  las 
calumnias  divulgadas  contra  los  individuos  de  la  Junta 
Central. -Coruña.:  en  la  oficina  de  Don  Francisco  Cándido 
Peres  Prieto:  1811:  dos  volúmenes  en  4.°,  comprendiendo, 
texto,  documentos  y  apéndices. 

Ibid.  \  Cartas  de  Jovellanos  á  Don  José  de  Togores  y  Zanglada, 
Conde  de  Ayamans. 

Son  16,  con  5  complementarias  y  4  impresos.  Publicólas 
Don  Gabriel  Llalprés  en  la  Revista  de  Huesca^  año  1903,  aun- 
que con  bastantes  yerros  tipográficos. 

Lennox  (Lady  Sarah):  The  Ufe  and  letters  of....  i  1745  á  1826) 
(edited  by  the  Countess  of  Ilchester  and  Lord  Stavordale.— 
London:  John  Murray,  Albemarle  St.  1904.  1  gros.  vol.  4.° 
de  XIX  +  654  págs.,  con  32  grabados. 

Menéndez  Pela  yo  (Marcelino):  Historia  de  los  Heterodoxos  Es- 
pañoles.—Madrid:  Impr.  de  V.  Mar  oto  é  hijos:  1881. 

En  el  tomo  iii  de  dicha  obra,  trata  extensamente  varios  de 
los  asuntos  que  son  tema  de  las  presentes  Cartas. 

MooRE  (James)  Esq.:  A  narrative  of  the  campaign  of  the  british 
army  in  Spain  commanded  by  his  Excell.  Liet.  general  Sir 
John  Moore  

Quintana  (Manuel  José):  Necrología  de  Lord  Holland  (publi- 
cada entre  los  trabajos  sueltos  de  las  Obras  inéditas  del  Ex- 
celentísimo Señor  Don  Manuel  José  Quintana.  -  Madrid:  Me- 
dina y  Navarro^  editores:  1872. 

En  esta  obra,  menciónase  repetidas  veces  á  Jovellanos;  y 
dilucídanse  varios  asuntos  directamente  relacionados  con  es- 
tas Cartas. 

Romana  (Marqués  de  La):  Voto  sobre  la  Regencia.  -  Valencia: 
1809. 

Santiago  Gadea  (Augusto  C.  de):  El  Intendente  del  primer  sitio 
de  Zaragoza,  Calvo  de  Rosas:  otros  soldados  y  patriotas 
(Apuntes  históricos) —M.didviá:  Est.  tip.  Hijos  de  Tello:  1909. 
1  vol.  4.°  de  284  páginas. 

Seymour  (Lady  Elizabeth)  The  '-'•Pope^^  of  Holland  Hoiise:  selec- 
tions  from  the  correspondence  of  John  Whishaw  and  his 


588 


íriends  (1813-1840}.~London:  T.  Fisher  Unwin:  1906.  1  vol.  8.° 
gros.  de  345  págs.  con  9  grabados. 

Sala  Valdés  y  García  Sala  (Mário  de  la):  Obelisco  histórico  en 
honor  de  los  heróicos  defensores  de  Zar ag osa  en  sus  dos  si- 
tios (1808-1809)  por  Don  —Zaragoza:  M.  Salas,  impresor: 

1908.  Un  vol.  4.^  de412págs. 

SoMOZA  y  García  Sala  (Manuel):  El  General  Cienfuegos,  por  el 

Capitán  Don  —Madrid:  impr.  del  Cuerpo  de  Artillería: 

1887:  foUet.  en  4.°  de  26  págs.  (edic.  suelta:  publicado  antes 
en  el  Memorial  de  Artillería). 

SoMOZA  Y  García  Sala  (Julio):  Catálogo  de  manuscritos  é  im- 
presos notables  del  Instituto  de  Jovellanos  en  Gijón  — 

Oviedo:  Brid:  1883.  Un  vol.  8.°  may.  de  xxii  +  257  págs. 

Ibid.:  Las  Amarguras  de  Jovellanos^  bosquejo  biográfico,  con 
notas  y  72  documentos  inéditos.— Gijón:  A.  Blanco:  1889. 1  vol. 
4.°  may.  de  450  págs. 

Taine  (traduce.  Caso):  Historia  de  la  literatura  inglesa,— Ma,- 
drid:  impr.  V.  Sudres:  5  tom.  4.° 

ToRENO  (Conde  de):  Historia  del  levantamiento,  guerra  y  revo- 
lución de  España       adicionada  y  corregida  por  su  autor, 

precedida  de  su  biografía,  y  exornada  con  su  retrato  grabado 
en  acero.— Madrid:  imp.  de  J.  M.  Alegría:  1848: 4  tom.  4.° 
(aunque  se  titula  segunda  edición,  es  la  sexta  en  órden  cro- 
nológico, vid.  Fuertes  Acevedo:  Bibliogr.  Astur.,  pág.  362). 

Venegas  (F.  X.  de}— Vindicación  de  los  agravios  infundados, 
injustos  y  groseros,  con  que,  el  Capitán  General  Don  Grego- 
rio de  la  Cuesta,  ha  intentado  manchar  la  reputación  del 
Teniente  General  y  Vi-Rey  de  Nueva  España  Don  Francisco 
Xaxier  de  Venegas,  en  su  Manifiesto  impreso  en  Palma  de 
Mallorca,  en  1811— foll.  de  94  pags.  en  fól. 

Y  otras  muchas  obras,  cuya  mención,  va  en  su  debido  lugar  de- 
clarada. 


RELACIÓN 


de  algunos  escritos  de  Jovellanos  desde  el  comiendo 
de  esta  correspondencia  en  16  de  Agosto  de  1808, 


1808.  — Sepbre,.   1.— Papeles  de  la  Junta  Central,  leg.  61,  s. 

„  —Octubre.  1  .—Aran fué 3.—Dici3.mQVí  de  Jovellanos  sobre 

la  institución  del  Gobierno  interino.  ( Obras: 

edic.  Rivad.a  i,  584.) 
Com.:  Señor:  Persuadido  á  que  el  asunto.... 
„  — Nov.  26,  27.— J/a¿^n<i.— Acuerdos  de  la  Junta  formada  en 

Madrid  con  Jovellanos  y  el  Consejo  de 

Castilla,  para  la  traslación  del  Gobierno. 

(Obras:  i,  589.) 
Com.:  1.^  Si  conviene  hacer  la  traslación  de 

las  autoridades  

„   -  Dicbre. .   1.-  Aranjués:  Decreto  de  la  Junta  Central  para 

su  traslación. 

„  —Dicbre..  S.  —  Trujillo:  Jovellanos  á  la  Junta  General  de 
Astúrias.  (Obras:  i,  589.) 
Com  :  Excmo.  Señor:  Con  noticia  de  que  los 
enemigos  

„  —Dicbre. .  ^.—Sevilla:  24  cartas  al  Conde  de  Ayamans  (pu- 
blicadas en  la  Revista  de  Huesca,  de  1903. 

1809.  -Enero. . .  22.— Sevilla:  Real  Decreto  sobre  el  número  de  vo- 

cales que  habían  de  concurrir  por  Amé- 
rica. (Toreno:  Histor.-2-Yiii-di^éná.  3  bis. 

„  —Febrero.  9.— Papeles  de  la  Junta  Central;  leg.  38  b. 

„  —Abril.,  s.  á— Sevilla:  Informe  sobre  encabezamientos  de 
rentas  públicas  en  Mallorca.  fO^r^^s;  ii,528.) 
Com.:  Excmo.  Señor:  La  proposición  del  Se- 
ñor Conde  de  Ayamans  

„  —Abril. . . .  ^.—Sevilla:  Exposición  de  Jovellanos  á  la  Junta 
Central  (public.  en  la  revista  Cultura  Es- 
pañola. Mayo  de  1908,  núm.  X.)  (Papeles 
de  la  Junta  Central;  leg.  1,  40.) 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


1809.— Abril. ...  U.^Sevilla:  Contestación  de  Jovellanos  al  Gene- 
ral francés  Horacio  Sebastiani.  (Obras: 
I,  590.) 

Com.:  Señor  General:  Yo  no  sigo  un  par- 
tido  

1809.— Abril....  18.— 5^i:;///a;  Real  Decreto  de  la  Junta  Central 
sobre  la  residencia  del  Gobierno.  (Obras: 
I,  603.) 

Comr.  Las  desgracias  ocurridas  en  nuestros 
egércitos  

„  -Mayo. . .  20 —Sevilla:  Primera  Representación  de  Jovella- 
nos y  Campo  Sagrado,  contra  La  Romana. 
(Obras:  591.) 
Com.:  Señor:  Tenemos  el  honor  de  presentar 
d  vuestra  

„  —Mdiy o. 2\.— Sevilla:  Consulta  por  Jovellanos  sobre  la 
convocación  de  las  Córtes  por  Estamentos. 
(Obras:  i,  597.) 
Com.:  Señor:  Entrelos  grandes  y  continuos 
esfuerzos  

„  —Mayo. . .  22.— Sevilla:  Real  Decreto  sobre  la  participación 

que  debía  tener  América  en  la  Junta. 
„  —Mayo...  22 —Sevilla:  Real  Decreto  convocando  á  Córtes 
para  1810.  (Toreno:  Histor.:  2-ix-2)  (?). 
Com.:  El  pueblo  español  debe  salir  de  esta... 
„  —Junio ...  22.  -  Sevilla:  Dictámen  de  Jovellanos  (en  Comi- 
sión) sobre  el  anuncio  de  convocación  de 
Córtes.  (Obras:  i,  596.) 
Com.:  Señor:  La  Comisión  nombrada  por 

V.  M.  para  preparar  

„  —Julio. ...  6.  —Sevilla:  Segunda  Representación  de  Jovella- 
nos y  Campo  Sagrado  contra  La  Romana. 
(Obras:  i,  591.) 
Com. :  Señor:  El  Marqués  de  Campo  Sagrado 

y  Don  Gaspar  de  Jovellanos,  movidos  

„  —Julio.. . .  10.— Sevilla:  Tercera  Representación  de  Jovella- 
nos y  Campo  Sagrado  contra  la  Romana. 
(Obras:  i,  592.) 
Com.:  Señor:  El  Marques  de  Campo  Sagrado 


ALGUNOS  ESCRITOS  DE  JOVELLANOS 


591 


y  Don  Gaspar  de  Jovellanos,  ratificando 
juntos  

1809.— Agosto  s.  ¿/.^   Carta  de  Jovellanos  en  la  prensa  in- 
glesa, sobre  los  sucesos  de  España. 
„  —Agosto..  8.— S^i'/Z/rt;  Jovellanos  al  General  V^enégas  so- 
bre la  cooperación  de  Martinez-Marina. 
(Obras:  i,  600). 
Com..  Excelentísimo  Señor:  Mi  estimado 
dueño:  en  medio  de  los  grandes  cuida- 
dos  

„  —Agosto. .  26. —Sevilla:  Consulta  del  Consejo  de  Castilla,  so- 
bre los  poderes  de  la  Central  y  organiza- 
ción de  las  Córtes. 

„  —Septiembre.— 5^í;í7/í7;  Dictámen  de  Jovellanos  sobre  amo- 
vilidad ó  renovación  de  los  individuos  de 
la  Junta  Central.  (Obras:  i,  591.) 
Com.:  Don  Gaspar  de  Jovellanos  se  adhiere 
al  dictámen  

„  —Octubre.  14.— Papeles  de  la  Junta  Central:  leg.  83  c. 

„  —Octubre.  22.Sevilla:  Exposición  de  Jovellanos  á  la  Junta 
Central  rogándole  le  exima  del  cargo  de 
vocal  de  la  Comisión  Ejecutiva. 
Com.:  Señor:  Aunque  estoy  tan  distante.., 

„  —  Octubre.  28.— Sevilla:  Decreto  fijando  para  1.°  de  Marzo  de 
1810,  la  época  de  la  reunión  de  Córtes.  (Es 
de  Quintana,) 

„  —^ovi^mbvt .—Sevilla:  Instrucción  que  dió  á  la  Junta  espe- 
cial de  Hacienda  sobre  la  formación  de  un 
plan  general  de  rentas  públicas.  (Obras: 
II,  77.) 

Com.:  Compondrán  esta  Junta,  los  Señores 

Don  Vicente  

» 

„  — Novbre..  16.— Sevilla:  Bases  para  la  formación  de  un  plan 
general  de  Instrucción  pública.  (Obras: 
I,  268.) 

Com.:  El  obgeto  de  la  Junta  de  Instrucción 
pública^  será.  ... 
„  —Novbre..  28.— Papeles  de  la  Junta  Central;  leg.  38  b, 
„  —Novbre..  28.— Correspondencia  con  Don  Tomás  Veri. 


592 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


1809.  — Diciemb.  '29.— Sevilla:  Exposición  de  Don  Gaspar  de  Jove- 

llanos  á  la  Junta  Cental  sobre  arbitrar  re- 
cursos para  la  defensa  ds  Asturias  com.: 
Señor :  La  extrema  necesidad  de  soco- 
rros  

1810.  — Enero. . .  1.— Sevilla:  Proyecto  de  decreto  para  la  elección 

de  diputados  áCórtes  por  América.  (Obras: 
I,  600.) 

Com.:  Cuando  los  vínculos  sociales  seunen... 
„  —Enero. . .   1.— Sevilla:  Exposición  sobre  la  organización  de 
las  Córtes.  (Obras:  i;  601.) 

Com.:  Si  alguna  cosa  puede  frustrar  

„  —Enero.. .  13.— Papeles  de  la  Junta  Central;  leg.  38 &. 
„  —Enero.. .  22.— Papeles  de  la  Junta  Central;  leg.  22  d. 
1810.— Enero.. .  29.— /s/a  de  León:  Proyecto  de  Reglamento  y 
juramento  para  la  Suprema  Regencia. 
(Obras:  i,  p.  604.) 
Com.:  La  Regencia  creada  por  la  Suprema 

Junta  Central  

„  —Enero...  29.— Isla  de  León:  Ultimo  decreto  de  la  Junta 
Central  sobre  la  celebración  de  las  Córtes. 
{Obras:  i,  p.  605.) 

Com.:  El  Rey,  y  d  su  nombre  como  haya 

sido  uno  de  mis  primeros  cuidados  

„  —Enero. . .  29.— Isla  de  León:  Ultimo  edicto  de  la  Junta  Cen- 
tral. (Obras: 
Com. :  La  Junta  Central  Suprema  guberna- 
tiva del  Reino ^  siguiendo  la  voluntad  ex- 
presa  

„  —Enero.. .  31.— /s/íz  de  León:  Despedida  de  la  Suprema 
Junta  Central.  (Obras:  i,  p.  607.) 
Com.:  Señor:  Los  individuos  que  compusie- 
ron   

„  —Febrero.  l.—/s/a  í;?^  JL^ow.*  Representación  de  Jo vellanos 
á  la  Suprema  Regencia.  (Obras:  i,  608.) 
Com. :  Señor:  Después  de  siete  años  de  horri- 
ble persecución  

„  —Febrero.  4.— Isla  de  León:  Documento  de  préstamo  de 
Domingo  García  déla  Fuente  á  Jovellanos. 


ALGUNOS  ESCRITOS  DE  JOVELLANOS 


593 


ISlO.-Febrexo.  20.— Bahía  de  Cádiz:  Oficio  al  Redactor  delZ)/«- 
rio  de  Cádiz.  (Obras:  i,  609.) 
Com.:  Señor  Redactor:  Entre  tanto  que  la 

falta  de  viento  

„  -  Febrero.  20.-  Bahía  de  Cádiz:  Oficio  al  Gobernador  de 
Cádiz.  (Obras:  i,  609.) 
Com.:  Exento.  Señor:  Con  esta  fecha  dirigi- 
mos  

„  —Febrero.  2^,— Bahía  de  Cádiz:  Donación  inter  vivos  de  Jo- 
vellanos  á  Domingo  García  de  la  Fuente. 

,.  —Febrero.  26.— Bahía  de  Cádiz:  Diario  del  viage  de  Cádiz  á 
Muros  dé  Noy  a.  (Obras  de  J.  Ll.,  edic.  1884, 
tomo  IV.) 

„  — Marz.  {?>.á.).— Muros  de  Noya:  Papeles  y  cópias  de  lápidas 
halladas  en  las  cercanías  de  Múros  de 
Noya.  (¿Museo  Romero  Ortiz,  en  la  Co- 
ruña?) 

„  —Marzo...  6.— Muros  de  Noya:  Oficio  de  llegada  á  la  Re- 
gencia. 

„  —  Marzo ...  7.  —Múros  de  Noya:  Oficio  al  Capitán  General  de 

Galicia  dándole  aviso  de  llegada. 
„  —Marzo...   7.— J/w/'os  íí^  iV(9>;a;  Oficio  al  Obispo  de  Orense 

dándole  aviso  de  llegada.  (Obras:  i,  610.) 
Com.:  Exento,  y  limo.  Señor:  Acabando  de 

arribar  á  este  puerto  

„  —Marzo...  2G.— Múros  de  Noya:  Queja  al  Capitán  General. 

(Obras: 

Com.:  Excmo.  Señor:  Tan  llenos  de  sor- 
presa  

y,  —Marzo-. .  26.  -Múros  de  Noya:  Proclama  á  los  paisanos  de 
Múros  de  Noya,  en  Galicia,  animándoles  á 
la  guerra  contra  los  franceses.  (Obras  de 
/.  LL:  edic.  Cañedo:  1830,  tom.  2,  pág.  432, 
y  en  el  Semanario  Patriótico.) 

j,  —Marzo.. .  21, —Múros  de  Noya.  Queja  á  la  Regencia.  (Obras: 
I,  611.) 

Com.:  Señor.:  Llenos  de  aficción  por  el  aten- 
tado  

„  —Marzo...  29.— ilf^íros  de  Noya:  Representación  al  Con^ 

38 


594 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


sejo  Supremo  de  Regencia.  (Obras:  i,  612.) 
Com.:  Señor:  Con  fecha  de  6  del  corriente, 
dimos  

] 810.— Marzo...  30.— Muros  deNoya:  Oficio  al  comisionado,  Coro- 
nel Don  Juan  Felipe  Osorio.  (Obras:  i,  611.) 
Com.:  Señor  Coronel:  Habiendo  pasado  cin- 
co dias  

„  —Abril . . .  2.— Muros  de  Noy  a:  Respuesta  al  Comisionado, 
Don  Juan  Felipe  Osorio.  (Obras:  i.  612.) 
Com.:  Hemos  recibido  ayer  tarde  el  oficio  de 
Usía  

„  — Dicbre . .  2^.— Muros  de  Noy  a:  Cartas  (2)  al  Marqués  de  Vi- 
llanueva  del  Prado. 
1811  —Enero  -Muros  de  Noya\  Lista  de  servicios  y  perse- 
cuciones de  Don  Gaspar  de  Jovellanos. 
(Obras:  i,  616.) 
Com.:  En  29  de  Noviembre  de  1767  

„  —Mayo...  2.— Santa  Cruz  de  Ribadulla:  Memoria  en  de- 
fensa de  la  Junta  Central  (fecha  de  la  Ad- 
vertencia á  los  Apéndices). 

„  —Agosto. .  17.  -  Gijón:  Carta  y  Representación  al  Ministro 
Bardaxi  y  Azara  sobre  restablecimiento  de 
enseñanzas  en  el  Instituto. 

„  — ]\x\\Q-SQp\.,.—( Mür os- Gijón) :  C^.ridiS>  (3)  á  su  sobrino  Don 
Alonso  Cañedo  y  Vigil,  diputado  á  Córtes. 

„  —Octubre.  9.- Gijón:  Contestación  al  Claustro  de  la  Uni- 
versidad de  Oviedo. 

„  — Novbre..  5.  -  Gijón:  Exhortación  al  público  para  restable- 
cer los  estudios  en  el  Real  Instituto  Astu- 
riano y  reparar  los  daños  causados. 


Papeles  de  la  Junta  Central  (Archiv.  Histór.  Nac) 

Leg.  l.—Letra  I.— Exposición  de  Don  Gaspar  de  Jovellanos  á 
la  Junta  Central  sobre  la  conducta  de  los 
Generales  españoles  (,5  Abril  1809). 
Public,  en  la  Rev.  Cultura  española,  de 
Mayo  de  1908,  núm.  x. 


ALGUNOS  ESCRITOS  DE  JOVELLANOS 


595 


Leg.  1. —Letra  Q.— Informe  de  Jovellanos,  respecto  á  un  busto 
de  Fernando  VII,  con  pedestal  alegórico, 
hecho  por  D.  Dionisio  Sancho  y  D.  Angel 
Monasterio  (5  docum.). 

Leg.  2.— LetraD.— Dictámen  de  Jovellanos  sobre  creación  del 
Consejo  de  Regencia. 

Leg.  5.— Letra  C— Informe  de  Jovellanos  (doc.  n.  5}  sobre  la 
traslación  de  la  Junta  Central,  de  Aranjuéz 
á  Sevilla. 

Leg.  10.— Letra  B.— Proyecto  de  decreto  de  declaración  de  trai- 
dores á  la  pdtria^  pasado  á  los  Señores  Jo- 
vellanos y  Riquelme,  para  su  informe. 
Leg.  14.— Letra  A. -Documento  relativo  á  la  comisión  encomen- 
dada al  Señor  Don  Rafael  (?)  de  Jovellanos. 
Leg.  22.— LetraD.— Informe  de  Jovellanos  (22  Enero  1810)  pro- 
poniendo se  recompense  cumplidamente  á 
Don  Alberto  de  Lista  por  el  Elogio  de  Flo- 
rida Blanca,  que,  á  propuesta  del  mismo 
Don  Gaspar,  le  encargó  la  Junta  Central. 
Leg.  38.— Letra  B.  ~  Informe  de  Jovellanos  y  del  Marqués  de 
Campo  Sagrado  á  la  Junta  Central,  acerca 
de  la  Representación  del  General  Don  Ni- 
colás Mahy,  Comandante  interino  de  las 
fuerzas  de  Astúrias  (28  Noviembre  1809). 
Idem         id  —Informe  de  Jovellanos  acerca  de  los  disgus- 
tos entre  el  General  Mahy  y  el  Cabildo  y 
Audiencia  de  Astúrias  (9  Febrero  1809J. 
Idem         id  —Exposición  de  Jovellanos  acerca  de  las  cau- 
sas de  la  extrema  necesidad  en  que  Astúrias 
y  su  egército,  se  hallaban  (13  Enero  1810). 
(Total:  22  docum.  en  esta  sección.) 
Leg.  61.— Letra  S.— Copia  autorizada  del  nombramiento  de  los 
Señores  Jovellanos  y  Campo  Sagrado  como 
comisionados  de  la  Junta  Suprema,  para  la 
formación  de  la  Suprema  de  España  é  In- 
dias, y  amplios  poderes  que  se  les  confirie- 
ron (1.°  de  Septiembre  de  1808). 
Leg.  82. -Letra  A. -Informes  de  los  Señores  Don  Gaspar  de  Jo- 
vellanos, Don  Pedro  de  Ribero  y  Don  Fran- 


596 


CARTAS  DE  JOVELLAÑOS  Y  HOLLAND 


cisco  Castañedo,  acerca  de  si  debería  la 
Junta  Central,  acceder  á  la  pretensión  de 
la  de  Sevilla  de  que  cesara  el  Sr.  Conde 
de  Tüly  en  la  Junta  Central  como  repre- 
sentante de  aquélla,  y  fuera  reemplazado 
por  otro  vocal. 

Leg.  83.— Letra  C— ',14  Octubre  1809).— Informe  de  Don  Gaspar 
de  Jovellanos  dando  la  razón  á  la  Junta  de 
Sigüenza  en  lo  relativo  á  su  independencia 
de  las  de  Aragón  y  Molina;  y  proponiendo 
se  la  autorizara  para  la  creación  de  un  ba- 
tallón de  ocho  compañías  de  Infantería, 
para  la  defensa  de  la  provincia  de  Guada- 
lajara. 


TABLA  EPISTOLAR 


para  la  colocación  de  las  cartas  según  las  recibió  Jovellanos, 
con  expresión  de  las  perdidas. 


AÑO  1808 

J.  1. -Ag.  16.— Jadraque. 

H.  l.-Sept.  12.  H.  House. 

N.  l.-(Sept.  13  de  1805). 
J.  2.— Nov.  2.— Aranjuéz. 

H.  2.-D1C.  4.  Coruña. 


ANO  1809 

J.  3.— Ene.  s.  d.  Sevilla. 

H.  3.-Ene.  s.  d.  Sevilla. 
J.  4. -Ene.  5.  d,  Sevilla. 
J.  5.-Abr.  5.  id. 
J.  6.-Abr.  7  id. 
J.  7.-Abr.  7.  id. 

H.  4.— Ene.  s.  d.  Sevilla. 

H.  S.—Ene.  s.  d.  id. 

H.  6.-Feb.  3.  id. 

H.  7.-Feb.8.  id. 

H.  8.-Feb.  24.  id. 

H.  9. -Mar.  11.  id. 

H.  lO.-Abr.  2.  id. 

H.  ll.-Abr.  s.  d.  id. 

H.  12  — Abr.  s.  d.  id. 

H.  ¿2.— Abr.  8.  Jerez  Front.^ 
perd. 

J.  8. -Abr.  8.  Sevilla. 
J.  9.  -Abr.  9.  id. 
J.  lO.-Abr.  10.  id. 
J.  ll.-Abr.  11.  id. 

H.  13. -Abr.  9.  Jerez  Front.^ 

H.  14.-Abr.  9.  id. 

H.  15.- Abr,  10.  P.°  S.  Maria 

H.  16.-Abr.  11.  Cádiz. 
J.  12.  -Abr.  12.  Sevilla. 
J.  13— Abr.  13.  id. 

H.  17.-Abr.  12.  Cádiz. 
J.  14.— Abr.  15.  Sevilla. 

H.  18. -Abr.  14.  Cádiz. 


J.  15.-Abr.  16.  Sevilla. 
J.  16.-Abr.  17.  id. 

H.  19. -Abr.  17.  Jerez. 

(2.^  estancia  de  Holland 
en  Sevilla). 

J.  17.-Abr.  19.  Sevilla. 

H.  20. -May.  5.  Cádiz. 
J.  18.-May.  12.  Sevilla. 
J.  19. -May.  13.  id. 
J.  20. -May.  15.  id. 

H.  21. -May.  15.  Cádiz. 
J.  21.-Mav.  16.  Sevilla. 
J.  22. -May.  17.  id. 

H.  22. -May.  16.  Cádiz. 
J.  23.-May.  18.  Sevilla. 

H.23.-May.  17.  Cádiz. 
J.  24. -May.  18.  Sevilla. 
J.  25.    May.  20.  id. 

H.  24.-May.  19.  Cádiz. 

H.  25. -May.  20.  id. 
J.  26.-May.  21.  Sevilla. 

H.  26.-May.  21..  Cádiz. 
J.  27.-May.  22.  Sevilla. 

H.  27.-May.  22.  Cádiz. 
J.  28.-May.  23.  Sevilla- 

H.  28. -May.  23.  Cádiz. 
J.  29. -May.  24.  Sevilla. 
J.  30.   May.  26  id. 

H.  29. -May.  25.  Cádiz. 

H.  30.— May.  2o.  id. 
J.  31. -May.  27.  Sevilla. 

H.  31- May.  27.  Cádiz. 
J.  32.-May.  28.  Sevilla. 
J.  33. -May.  29.  id. 

H.  32.-May.  28.  Cádiz. 

H.  33.— May.  29.  id. 
J.  34.— May.  30.  Sevilla. 
J.  35.— May.  31.  id. 

H.  34.-May.  30.  Cádiz. 


598 


CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


J.  36.-Jun.  1.  Sevilla. 

H.  35.-May.31.  Cádiz. 

H.  b.—Jun.  1.  id.  perd. 
J.  37.-Jun.  2.  Sevilla. 
J.  38.~Jun.  3.  id. 
J.  39.-Jun.  4.  id. 

H.  36.--Jun.  4.  Cádiz. 
J.  40.— Jun.  5.  Sevilla. 

H.  37.-Jun.  5.  Cádiz. 

H.  c— Jun.  5.  id  perd. 

J.  41.— Jun.  6.  Sevilla. 

H.  d.  perd. 
J.  42.-Jun.  7.  Sevilla. 

H.  38,-Jun.  6.  Cádiz, 
(ninguna  de  Chiclana;  se  perdieron). 
J.  43.-Jun.  8.  Sevilla. 

H.      Jun.  7.  Cádiz,  perd. 

H.  /.—Jun.  9.  Chiclana.  ^é^ríf. 
J.  44.-Jun.  9.  Sevilla. 

H.  g-.— Jun.  10.  perd. 
J,  45.-Jun.  10.  Sevilla. 

ia.  h  perd, 

J.  46.-Jun.  11.  Sevilla. 

H.  2  

J.  47.-Jun.  12.  Sevilla. 

H.  39.-Jun.  10.  Cádiz. 
J.  48. -Jun.  13.  Sevilla. 

H.  y.— Jun.  12.  Cádiz,  perd. 

H.  40. -Jun.  12.  id. 
J.  49. -Jun.  13.  Sevilla. 

H.  41.-Jun.  13.  Cádiz. 

H.  42.-Jun.  14.  id. 
J.  50.— Jun.  15.  Sevilla. 

H.  43.— Jun.  15.  Cádiz. 
J.  51. -Jun.  16.  Sevilla. 

H.  44. -Jun.  16.  Cádiz. 

H.  45.-Jun.  16.  id. 
J.  52.-Jun.  17.  Sevilla. 
J.  53.— Jun.  18.  id. 

H.  46.-Jun,  17.  Cádiz. 
J.  54. -Jun.  18.  Sevila. 
J.  55. -Jun.  19.  id. 

H.  47.  -Jun.  19.  P.''  S.  María. 
J.  56. -Jun.  20.  Sevilla. 

H.  48  — Jun.  20.  P.«  S.  María, 
J.  57.-Jun.  21.  Sevilla. 

H.  ^. -Jun.  21.  perd. 


J.  58. -Jun  22.  Sevilla. 

(3.^  estancia  de  Holland 
en  Sevilla.) 

J.   a.— Jun.  29. . . 

H.  /.—Fuente  de  Cantos. . . 

perd. 

J.  59.-Jul.  3.  Sevilla. 

H.  49.-Jul.  6Badajóz. 
J.  60.-Jul.  8.  Sevilla. 
J.  61.— Jul  11.  id. 
J.  62.-Jul.  15.  id. 

H.  50.-Jul.  5.  Badajóz. 
J.  63.-Jul.  19.  Sevilla. 

H.  51.— Jul.  9.  Montemor. 

H.  52. -Jul.  15.  Lisboa. 

H.  53. -Jul.  17.  Lisboa. 

H.  m.  s.  d.  Setúval.  perd. 
J.  64. -Jul.  26.  Sevilla. 
J.  65.— Ag.  1.  id. 
J.  66. -Ag.  2.  id. 
J.  h.-Kg.  3.  id  perd 
J.  67.-Ag.  8.  id. 
J.  68.-Ag.  15.  id. 
J.  69. -Ag.  23.  id. 
J.  70.-Ag.  30.  id, 
J.  71.-Sept.  6.  id. 
J.  72.-Sept.  12.  id. 
J.  c— Sept.  13.  id.  perd. 
J.  73.-Sept.  19.  id. 
J.  74.-Sept.  27.  id. 
J.  75.-Oct.  s.  d.  id. 

H.  54.-Ag,  31.  H.  House. 

H.  55.-Sept.  6-  id. 

H.  56.— Sept.  6.  Londres. 

H.  57.  -Sept.  8.  s.  /. 

H.  58.-Sept.  8.  s.  /. 
J.  76.-Oct.  3.  Sevilla. 
J.  77.-Oct.  11.  id. 
J.  78.-Oct.  14.  id. 

H.  59.— Sept.  22.  H.  House. 

H.  w.— Sept.  25.  l'ortsmouth. 

H.  60.— Sept.  56.  H.  House. 
J.  79.— Oct.  21.  Sevilla, 
J.  80.-Oct.  22.  id. 
J.  81.-0ct.  27.  id. 


TABLA  EPISTOLAR 


599 


H.  61.-  0ct.  18.  H.  House. 

H.  o.-Oct.  27.  id.  perd. 

H.  62.— Nov.  1.  Londres. 

H.  63.-NOV.  6.  H.  House. 
J.  82.-NOV.  1.  Sevilla. 
J.  83.-NOV.  8.  id. 
J.  84.-NOV.  14.  id. 
J.  85.-NOV.  22.  id. 
J.  86.-NOV.  25.  id. 
J.  87.-NOV.  29.  id. 
J.  88.-DÍC.  6.  id. 

H.  64.  -Nov.  12-16.  ,^5.  /.;. 
J.  89.-DÍC.  13.  Sevilla. 
J.  90.-DÍC.  20.  id. 
J.  91.-DÍC.  27.  id. 

H.  65.-N0V.  28.  (s.  L). 

H.  66.-DÍC.  13.  H.  House. 


AÑO  1810 

J.  92. -Ene.  3.  Sevilla. 
J.  93.-Ene.  10.  id. 
J.  94.-Ene.  17.  id. 

H.  97.-Dic.26.1809.Ampthill 
Park. 

J.  95.-Ene.  23.  Sevilla  (marchó  de 

noche). 
J.  96.-Feb.  2.  Isla  de  León, 
iel  26  Febrero  se  embarcó  para  As- 
túrias.) 


J.  97.— Marz.  8.  Múros  de  Noya. 
J.  98. -May.  1.  id. 

H.  ^'.-Ene.  26.  Pall-Mall. 

perd. 

J.  99.— Jun.  13.  Múros  de  Noya. 
J.  100. -Jul.  18.  id. 

H.  ^.-Feb.  15.  H.  House. 
J.  lOl.-Ag.  22.  Muros  de  Noya. 

H.  r  — Jul.  4.  H.  House. 

W.  71.— Ag.  25.  Coruña. 
J.  102.— Ag".  30.  Muros  de  Noya. 
J.  103. -Ag  30.  id.  (á  White). 
J.  104.— Ag.  30.  id.  (á  Liverpool). 

H.  s.-Ag.  31.  H.  House. 

perd. 

H.      Sept.  25.  Poctsmouth. 

perd. 

J.  105.— Dic.  s.  d.  Muros  de  Noya. 
J.  106.-DÍC.  5.  id. 


AÑO  1811 

J.  107.-May.  1.  S.  Cruz  Ribadulla. 
J.  108. -jul.  23.  Coruña. 

H.  74.-  Abr.  7.  Pall-Mall. 

H.  w.-Jul.  12.  Bedford. 

perd. 

J.  10^. -Ag.  17.  Gijón. 
J.  110.  -  Ag.  21.  id. 
J.  lll.-Ag.  28.  id. 


RESIDENCIA  DE  JOVELLANOS 


durante  el  periodo  délas  Cartas— (16  Agosto  180S 
d  28  Agosto  1811.) 


AÑO  1808 


Jadraque   Agosto  16  á  Septiembre  17. 

Madrid   Septiembre  17  á  Septiembre  22. 

Aranjués   Septiembre  23  á  Noviembre  25. 

Madrid   Noviembre  25  á  Noviembre  28. 

Aranjués   Noviembre  28  á  Diciembre  2. 

Toledo    Diciembre. 

Talavera     Diciembre. 

Trujillo   Diciembre  7. 

Mérida   Diciembre. 

Sevilla   Diciembre  17  á  Diciembre  31. 


AÑO  1809 

Sevilla   Enero  1  á  Diciembre  31. 

AÑO  1810 

Sevilla   Enero  1  á  Enero  23. 

San  Lúcar   Enero  24. 

Puerto  Sta.  María.  .   Enero  25. 

i?/.  Isla  de  León.  .  .    Enero  27  á  Febrero  20. 

Bahía  de  Cddis          Febrero  ...  20  á  Febrero  26. 

(en  las  fragatas  Cornelia ,  y  bergantín  Co- 
vadonga)  (viage  por  mar). 
Muros  de  Noy  a   Marzo  6  á  Diciemb.  31 . 

(Hizo  una  expedición  á  Santiago  de  Com- 
postela,  en  12  de  Abril.) 

AÑO  1811 

Muros  de  Noy  a   Enero  1  á  Julio  17. 

Su  estancia  qxí  Rivadulla  fué  del  1.°  al  30 
de  Mayo.— Viage  por  tierra  á 

La  Cor  uña   Julio  17  á  Julio  27. 

viaje  por  tierra  á 

Gijón   Agosto  —  7  á  Noviembre  6. 

(huida  por  mar  en  el  bergantin  vizcaíno 
Volante.) 

Vega  de  Navia   Noviembre  14  á  Noviembre  27.  ^ 


ADICIONES 


(á  la  página  532;.  -  La  Memoria  en  defensa  de  la  Junta  Cen- 
tral, fué  impresa  á  medias,  entre  los  señores  Don  Baltasar  G.  de 
Cienfuegos  y  Jovellanos,  sobrino  y  heredero  del  ilustre  Don 
Gaspar,  y  Don  Juan  Nepomuceno  de  Ezcurdia,  antiguo  alumno 
del  Real  Instituto  Asturiano,  y  admirador  entusiasta  de  su  insig- 
ne Promotor.— Tiráronse  de  dicha  obra,  tres  mil  ejemplares, 
que  tuvieron  de  costo,  según  nota  que  encontramos,  la  enorme 
cifra  de  20.248  pesetas,  distribuida  del  siguiente  modo: 

Pesetas. 

Papel  de  hilo  (489  resmas,  á  15  pesetas  una) —  7.380 
Impresión  y  encuademación  (á  3'81  pts.  ejemp).    11 .457 
Forros,  24  cajas,  y  portes  á  Cádiz,  Rivadeo, 
Lóndres,  Gijón,  América,  etc   1 .411 

Total;  Pesetas   20.248 

Saliendo  cada  ejemplar,  á  675  ptas.  Autoriza  y  formaliza  esta 
cuenta  el  Señor  Ezcurdia,  en  La  Coruña,  á  18  de  Diciembre  de 
1813,  habiéndola  pagado  allí,  en  31  de  Diciembre  de  1811.  (Pape- 
les del  Archivo  de  la  Casa  de  Jovellanos,  en  Gijón.) 

(á  la  página  588).— En  el  momento  de  terminar  la  presente 
obra,  llega  á  nuestras  manos,  la  interesantísima,  publicada  en 
Lóndres  á  fines  de  1910,  titulada:  The  Spanish  journal  of  Elisa- 
beth  Lady  Holland,  editada  por  el  ilustre  Conde  de  Ilchester, 
sucesor  de  la  familia  Holland.  (Un  vol.  gros.  4.°  men.  de  XI  +  437 
páginas,  con  bello  y  poético  retrato  de  Lady  Holland,  y  mapa  de 
sus  viages  por  España.) 

Su  segunda  parte,  que  comprende  los  años  1808  y  1809  (pági- 
nas 200  al  final)  es  un  continuado  elogio  de  Jovellanos,  y  el  debi- 
do complemento,  para  el  esclarecimiento  del  Epistolario  que  pu- 


ADICIONES 


603 


blicamos.  Con  tan  interesante  Diario  á  la  vista,  hubiéramos  po- 
dido desvanecer  todas  nuestras  dudas,  aclarar  los  puntos  dificul- 
tosos y  enrevesados,  y  los  pasajes  obscuros,  determinando  con 
mayor  fijeza,  el  carácter,  intervención,  y  alusiones,  á  muchos  de 
los  personajes  que  en  aquellas  Cartas  se  mencionan. 

Si  por  un  lado  los  apremios  del  tiempo,  nos  privan  de  ilustrar 
y  rectificar  debidamente  muchas  de  nuestras  notas,  por  la  impo- 
sibilidad material  de  deshacer  lo  hecho;  por  otro,  sentímonos 
poseidos  de  inmenso  júbilo,  al  ver,  que  desde  la  vecina  nación 
Británica  (por  cuyas  instituciones  y  progreso,  sentimos  admira- 
ción sin  límites)  surge,  al  cabo  de  un  siglo,  con  melodioso  acen- 
to, la  atractiva  palabra  de  la  hermosa  Isabel  Vassale,  tributan- 
do á  Don  Gaspar,  en  su  Centenario,  la  valiosa  ofrenda  de  su  re- 
cuerdo. Por  ello,  creemos  debidamente  compensado  nuestro  hu- 
milde esfuerzo. 

Lean  las  Memorias  de  Lady  Holland,  todos  los  que  amen  las 
glorias  de  la  pátria,  y  de  sus  preclaros  hijos,  en  aquellas  horas 
angustiosas  de  tribulación  y  duelo.  En  sus  atractivas  y  sugesti- 
vas páginas,  verán  reflejados  d  lo  vivo,  nuestro  carácter,  nues- 
tra vida  nacional,  y  las  memorias  y  sucesos  de  aquellos  imborra- 
bles días. 

Reciba  Lord  Ilchester,  por  tan  meritorio  servicio  hecho  á  las 
letras  españolas,  y  á  la  memoria  del  varón  preclaro  que  tanto 
las  honró,  el  más  sincero  y  cumplido  parabién. 


604  CARTAS  DE  JOVELLANOS  Y  HOLLAND 


JULIO  SOMOZA 

(de  Gijón) 

OBRAS  PUBLICADAS  DEL  AUTOR 

Pesetas. 

1.  — Catálogo  de  manuscritos  é  impresos  notables  del 

Instituto  de  Jovellanos  en  Gijón,  seguido  de  un 
índice  de  otros  documentos  inéditos  de  su  ilus 
tre  fundador,  por  Don  Julio  Somoza  de  Mont- 
sor'vci.— Oviedo:  Imp.  y  lit.  de  Vicente  Brid,  1883. 
—Un  vol.  en  8.°  de  xxii  h-  260  páginas,  edic.  de 
.  lujo,  impresa  á  expensas  del  Excmo.  Sr.  Don 
José  de  Posada  Herrera,  por  iniciativa  de  la 
Universidad  de  Oviedo   Agotada. 

2.  —Cosiquines  de  la  mió  Quintana^  por  Julio  Somoza 

y  García  Sala,  natural  y  vecino  de  Gijón.— 
Oviedo:  Imp.  de  Vicente  Brid,  1884— Un  tomo  en 
8.°  de  300  páginas   Agotada. 

3.  — Jovellanos.  Nuevos  datos  para  su  biografía^  re- 

copilados por  Don  Julio  Somoza,  y  adornados 
con  la  genealogía  de  Jovellanos,  su  retrato  he- 
cho por  Goya  (grab.  de  Maura),  el  fac-símil  de 
su  firma,  su  escudo,  escribanía  y  sillón,  y  su  se- 
pulcro.—Rubiños,  impresor,  1885.— Un 
volúmen  en  8.°  mayor  de  xxxii  -h  247  páginas, 
letra  muy  compacta  (impresa  d  expensas  de  la 
Propaganda  Literaria,  de  la  Habana)   7 

A.^Las  Amarguras  de  Jovellanos,  bosquejo  biográ- 
fico, con  notas,  y  setenta  y  dos  documentos  in- 
éditos, por  Julio  Somoza  de  Montsoriú  Primera 
edición  de  500  ejemplares,  costeada  por  el  Ilus- 
trisimo  Ayuntamiento  de  Gijón.— Gijón:  Im- 
prenta de  Anastasio  Blanco,  1889. -Un  volúmen 
en  4.*'  mayor  de  450  páginas;  edic.  de  lujo   Agotada. 

^.  —  Escritos  inéditos  de  Jovellanos,  dispuestos  para 
la  impresión  por  Julio  Somoza  de  Montsoriú,  y 
editados  gratuitamente  por  la  tipografia  Arte 


OBRAS  PUBLICADAS  DEL  AUTOR  605 

Pesetas. 

y  Letras^  de  Barcelona.— Barcelona:  1891,  un 
volumen  en  8.°  de  xvi  -h  230  páginas   3 


6.  — Inventario  de  un  jovellanísta,  con  variada  y  co- 

piosa noticia  de  impresos  y  manuscritos,  publi- 
caciones periódicas,  traducciones,  dedicatorias, 
epigrafía,  grabado,  escultura,  etc.,  etc.,  por  Ju- 
lio Somoza  de  Montsoriú.— Obra  premiada  por 
la  Biblioteca  Nacional  en  concurso  público,  é 
impresa  á  expensas  del  Estado.— Madrid:  Es- 
tablecimiento tipogr.  Sucesores  de  Rivadenei- 
ra,  1901.— Un  vol.  folio  mayor  de  300  páginas 
con  retrato  y  árbol  genealógico   5 

7.  — Gij'ón  en  la  Historia  general  de  Asturias,  por 

Julio  Somoza  García  Sala.— Ot;/eíío;  Talleres  de 
La  Cru2.  Dos  volúm.  en  fólio;  edic.  de  lujo: 
1908  (vol.  I,  época  romana;  vol.  ii,  tiempos  me- 
dioevales) XXV  H-  796  páginas,  numeración  co- 
rrida. ^áiQion  principe  de  200  ejemplares  nu- 
merados y  sellados  , .  20 

^.—Cartas  de  Jovellanos  y  Lord  Vassall  Hollando 
sobre  la  guerra  de  la  Independencia  (1808- 
1811):  con  prólogo,  notas,  é  índices  aclaratorios, 
de  Julio  Somoza  García  Sala,  C.  de  la  Real 
Acad.  de  la  Hist.  (publicaciones  del  Centenario 
de Jovellanos).— Edición  costeadapor  Don  For- 
tunato de  Sel  gas. —Madrid.  Imprenta  de  Gómez 
Fuentenebro,  1911.— Dos  volúm.  en  4.°  may.  de 
608  págs.;  numeración  corrida.   8 


^      EN  fíSíÜDíO 

Documentos  para  escribir  la  Biografía  de  Jovellanos . 

De  la  Numismática  en  Astúrias  (con  las  colecciones  de  mone- 
das y¡gr abados,  del  autor). 

Carácter  asturiano  (bosquejo  de  la  fisiología  y  psicología  de 

un  pueblo). 


LAVS  DEO 


Icabóse  de  imprimir  esta  obra 
el  día  primero  de  Abril 
de  1911, 
en  Madrid 
Imprenta  de  Gómes  Fuent enebro, 
año  ex  VII 
de  su  fundación. 


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