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4
The John Cárter Brown Libran/
Gift of
Míchael Zínman
ISrmmt ^nitif raitu
4
CARTAS A ÜN AMIGO
ACERCA DEL PAPEL
QUE SE DICE ESCRITO EN LIMA,
i IMPRESO EN BUENOS AYRES,
INTILULADO
MANIFESTACIÓN HISTÓRICA, Y PO-
LÍTICA DE LA REVOLUCIÓN DE LA
AMERICA, Y MAS ESPECIALMENTE
DE LA PARTE QUE CORRESPONDE
AL PERÚ Y RIO DE LA PLATA,
ilN LAS QUE SE EXCLARECEN LOS
EQUÍVOCOS QUE HA PADECIDO
EL AUTOR.
POR
EL Dr. D justo FIGUEROLA
del Ilustre Cohgio de Abogados^
Catedrático de Vísperas., de Leyes
de la Real Universidad de Sm
Marcos^ y Notario Mayor del
Arzobispado.
LIMA.
Con licencia del Superior Gobierno.
Imprenta de Niños Expósitos»
AÑO DE li^zQi
Nequ^ sic accipiátis tanquam
exprobattirtis pr^eterita surrexe»
rim. Nam veterem quidem culpam
ijitempestivé objkere , inimici et
ftlienís erroribus petülanter rnsul^
t antis únimi est : prohi víriy et sa*
I litis comnmnis studiosi peccata C/-
vitatis tegere^ aut excusare malunt^
nisi quoties ad calamitatem publi"
eam amoliendamprceteritarum ojfen*
slonum recordatio grande momentum
habet. Nam ab error e quidem omni^
homities quum simus^ immunes haberi
velle^ ^nimitim est superbum: sed
úd eumdeni lapidem crebro impin-
gere ; ñeque saltem eventu teme^
ritatem castigante ad cautionem
erudiri ^ id vero jam vix bene
kumanum est,
Supplem. Lívian. Dec. 2 .lib. la.
cap. n.
No creáis que mi objeto es
reprobar vuestra conducta pasada.
Porque sacar en cara á destiempo
las culpas antiguas es propio de
un carácter enemigo, que insulta
con petulancia los errores ágenos;
pero el hombre . de bien , siempre
ansioso de la salud publica, trata
únicamente de cubrir, ó excusar
las faltas de sus conciudadanos,
recordándolas solo quando las es-*
tima conducentes á evitar las ca-
lamidades publicas. El último gxado
iie sobervia es. juzgarnos esentos
del error, siendo hombres; pero á-
penas puede darse tal título á los
que se estrellan tenazmente contra
los mismos escollos, y no se ins-
truyen y cautelan, quando el re-
sultado de ios sucesos ha castigado
§u temeridad.
Dec. 2, lib. 12. cap. ii. de los
suplementos de Tito Livio,
"9^»^^^^^^^^^^ ^
JVL I amado amigo : me picje Y. le ma-
niíieste francamente mi dictamen ácere
del papel que corre impreso en Baenx)§r
Ayres, y escrito en Lima segan se dice»
con el titulo de Maaifesí ación histórica
y política de la revolución de la Amé-
rica , y mas especialmente de la parte
que corresponde al Perú y Rio de la Pla-
ta j y hablando á V. con la ingenuidad
de mi carácter , se conoce que el autor,
ó no tuvo noticias exactas , ó que e|
calor ccn que escribe le privó de aquella
tranquilidad que demanda la naturaleza
de un asunto de tanta importancia para
juzgarlo sin pasión , y que el dema-
ciado análisis , que quizo hacer de las
cosas , le produjo la confusión lejps ds
la claridad. Asigna veintiocho cau-
cas de la revolución de América ,. q^t
pueden reducirse á una sola , y se lleva
de calle á todos los que encuentra al
paso, despedazándolos con quanta im-
piedad cabe en la pluma sin respetar
autoridad sagrada , ni civil , y faltando
decididamente á la verdad en hechos
constantes á todo el mundo^ y en apoyo
de sus opiniones subversivas viene es-
cdkado dé Voltayre, Rosseaú , Mirabeau ,
Reynal, Mercier, Helvecio, D* Alamber ,
y demás Apóstoles que han tratado de
neJQ:ar la sociedad arrojan4o luces ,
á manera de las que vomitan los vol-
canes que ilustran al tiempo de su ex-
piación, pero que también, destruyen lo
que iluininan, Desengañémosnos : quando
el hombre trata de instruirse en todo,
y de buscar siempre la razón de todas.
las cosas , en lugar de esclarecerse ,s.e
confunde, sucediéndole lo mismo que >l.
t>am9s, 9t dona fercnus. Después de hi
infelicidades en que han hundido al uin-
▼€1*50 los corifeos de la impiedad y sub-
versión , el mayor mal es, el que se.
amen estos males , y el que &e nuira el
alma de este veneno mortal , que corroe
la inteligencia y los sentimientos , con-
Tirtiendo al hombre en una fiera íu-
¿ómita, sacándolo de la esfera de animal
racional, y de consiguiente de civil y
religioso. No se persuada V, , mi amado
amigo, que trato de hacer el panegírico
de la ignorancia : amo las luces y co
nozco sus ventajas , al mismo tiempo
^ue tos funestos males, en que sumerge
i los hombres la falta de ilustración^
pero quisiera se desterrasen del mundo
los nombres ^ y aún la memoria de los
escritores qne se han llevado la admi-
ración de los incautos en estos últimos
tiempos , y que parece han dé<ilarado
guerra al cielo y ía tierra, eómbatieodo
los principios religiosos y sociales. Ar-t
mado de estas balas roxas para cierta
clase de gentes , aunque despreciables
para otras, sale á luz el- papel sobpg •
que tRe pide V. dictamen^ no dando paso'
su autor oin que inincdiatániente acoie^-
con uno de estos padrinos trayéndolcs^
len ocasiones coa la mayor importunidad.''
Las ideas están hacinadas y no distingui,'*
das, poniéndose causas ^ sobre causas.
La proposición en ocasioríes es una, y
la prueba otra , y caldeada fu alma con
el fuego de los autores, y frenéticamente^
agitado, se esfuerza á establecer las doc--
^rinas y asigna h's siguientes causas de
ia revolución,
t Que los intereses de la Pcnín-
^itla están di a met raimen te- opuestos cotí
(os de America , que para i]ue aquella,
prospere 3 es preciso que esta permanez-
ca cíj cadenas.
2 Que- ia Améiica periisaiicce go-^
bernada despóticamente sin observancia
á lev alguna , expuestos sus habitantes
á. los diarios uitrages y vioiencias de los
ministros , vireyes y demás mandarines,
que unos en la distancia -, y otros cer-
canamente no la miran sino como á su
Patrimonio, y á sus moradores como á
rebaños de Quejas.
3 Que el monopolio de la Penín-
sula les impide de todo comercio libre,
y les pone las mayores trabas al ex-
pendio de sus preciosos frutos.
-4 Que ijabiendo llegado al extremo
el aborrecimiento y odio entre españoles
y americanos , refluyen sobre aquellos
solamente las utilidades del comercio ó
Monopolio , y estos tienen que comprar
sus efectos á un precio excesivo y re-
cargado sin alejarles siquiera á algunos
particulares el lucro de comisionistas.
^ Que casi todos los empleos, mi-
litares , poiíiicos , de Hacienda y Ecle-
8
Siasticos están ocupados y servidos por
españoles, excluyendo tácitamente con esto
á ios americanos de exercer los cargos
principales.
6 Qaelos enxambrcS de empleados
que eúvian de España á America par-
ü-ularraenre en estos úiiimos tiempos son
ias geiiies mas idiotas , inmorales , cor-
rompidos , y sobre todo venales, de suerte
< que iio [13 y buena administración oe jus-
. ti- Í3 , iijjparciaíldad en ios juicios , ni
• rectitud en sus dictámenes.
« 7 Que la dilapidación de la Real
. Hacienda y la falta de economía , hace
' que no basten sus ingresos á los gasto»
- de la guerra\, y demás atenciones útiles
como son el gran niímero de empleados,
^ generales y oñciaies agregados, por lo
i que se echan crecidas contribuciones para
^ Süscenerloá bajo el especioso nombre de
c í.'o:.oefvar las autoridades constituidas-.
8 Qüc el üesórdea y U falta dé
método y de ge fes instruidos en k di-
rección y administración d« la R^nta tiene
al Real Erario del Perú descubierto en
mas de doce miUones de pesos, cuya deuda
Ta en aumenio progresivo , lo que irrc-
media blcmen te va á ocasionar una ban-
carrota ea todos los fondos públicos , y
la ruina de los capitalistas acreedores.
p Que el gobierno arbitrariamente
prende á toda ciase de personas sin tna»
causa que su antojo , venganza , ó deseó
de dañar , de lo que resulta que no hay
seguridad personal , ni observancia dé
hy^s divinas ni humanas , sino la¿ ád
despotismo y de la fuerza.
lo Que la nobíeía está igualíDcnte
estropeada por los despotas y sus satélites,
í I Que el mérito, ínsiruccionj buena
conducta y luces son castigados como
delitos ios mas coiurarios á la seguridad
del gobierno liaicado ReáL
1 2 Que toda ilustración pública e^
t ^
lO
prohibida y se castiga á los que han leído
obras fiíc^óficas de ilustración pública
&c. &c. para los que la Inquisición tiene
preparadas sus cárceles y el gobierno sus.
<:aQalzos.
■ 1 3 Que toda opinión en política
aunque sea de poca importancia es gra-
duada de delito de alia traición.
14 Que las mismas cosas que he-
chas en España 6 per españoles se dicen
buenas Y aun santas , hechas 6 dichas
por americanos son unos crímenes que
^os conducen á un severo castigo,
1 5 Que es . prohibido á los ameri-
canos hasta el visitarse parientes con pa-
rientes baxo el pretexto que se juntan part
hacer coü?piraciones, y ai mismo tiempo
los españoles están autorizados para tener
^oda clase de reuniones.
- 16 .Que para amedrentar á los ame-
ricanos se hacen por el gobierno cierta
escenas icagicas de supuesxas re^'ol-ucioiies
II
tn las que envuelven á muchas víctimas^
con el objeto de robar y saciar su encono.
17 Que en España se desaiiendea
las quejas y claaiorcs repelidos de los
americanos , de maniera que ni aún los
leen los ministros , y los pacientes de
América quedan sin recurso alguno de
justicia,
18 Que contra lo establecido han
consevado ios vireyes y gobernadores
milita es diez, ó mas años en sus go-"
biernos no debiendo permanecer sino so**
lamente cinco. Que del mismo modo les
aprueban sus maldades en España, y que
no puede ser sino con el objeto de in-*
comodar , destruir y exterminar á Ío9
Americanos.
19 Que ocultando los sucesos y
fraguando embustes les vireyes y gober-
nadores encienden la guerra entr^ unos
piií"bÍGs con oíroSj para hacerse figurar éri
Españi necesarios en el mando y adcjuírit
'^or éste medio mayores facultades , cen- "^
decoraciones , riquezas , y perpetuación
en los mandos por los ministros y pri-
Irados de la corte á quienes compran.
3o Que es doloroso á ios ameri-
canos ci ser gobernados por unos dés^
potas , insultantes , venales , ignorantes ,
y soeces , y verlos al mismo tiempo car-
gados de honores, coímados de riquezas,
y cercados por hombres corrompidos c
liVmoraies.
2 1 Que en el tiempo que regía la
Constimcioo Española hecha en Cádix, los
gobernadores haciaa lo que querian sin
observarla en lo menor , sino en apariencia
abrogándose facultades é intrigando de
suerte , que no se hacia mas, sino lo que
ellos gustaban, siendo en rigor ellos quie-
nes elegían los Diputados de Cortes , y
la única voi «n las Dipuiaciones de
provincia, sio dejando libertad ál Ciuda-
clan« ni á I« prensa,- siao solamente la
13
áe ineultarse enjtre si con el objeto de
aumentar la desunión y ia discordia.
23 Que abii53ndo de la bcíena f«
de los habitantes los vlreyes ó gober-
nadores , deiienen los Correos , abren
las cartas , substraen las corresponden-
cias hasta el extremo de ocultar las que
vienen de España, Casi siempre en es-
tas se ha llevado el sistema de dar la
penüUimí y guardar la recien recibida,
para ten-T de es:e modo ai público sin
noticias frescas de sus asuntos^ esto es si a
embargo de las muchas cartas que se qui-
tan á las personas que se consideran po-
co afectas . á los opresores.
23 Que la colocación de tal qual
American© á empleos y honores se ve-
rifica en las gentes sin mérito , y dando
estas gracias indebidamente se aumentan
las injusticias y quejas délos beneméritos.
24 Que los generalas , comandantes
y gobernadores se conviertca ea uaos
H
ladrones públicos que saquean lOvía I^r
America, ya con contribuciones >, ó yá
con la célebre purificación. '
25 Que Ja inobservancia del de-'
recho de gentes con ios vencidos, y el
no respetar Jas propiedades, las vidas,
niños , mugeres , y de los vecinos de-
sarmados, como también eí incendio de
Ciudades , Pueblos y cosechas hac-n
tomar á los Americanos medidas de de-
fensa para librarse de tan crueles ene-
migos.
26 Que los vireyes y comandan-
tes echan contribuciones enormes y vio-
lentas á las provincias y ciudades en
que ellos dominan pacíficamente.
27 Que los españoles insultan pú-
blicamente á todo americano , y se re-
pite por todas parte» que la España no
debe dejar ni siquiera un solo ame-
ricano vivo que pase de siete años.
28 Que á la« quejas y asuntos
de !o$ americanos no se les dá subs*
taiicion legal en la corte bajo el bár-
baro pretexto de que tío llevan el in,
forme de los gefes mismos contra quis"
nes se quejan , y á los informes clan-
destinos que los vireyes, gobernadores
y gefes hacen contra americaotjs, inme-
diatamente se procede contra estos, sia
embargo de no oirlos ni juzgarlos con
arreglo á las leyes , lo que manifiesta
la prevención y odio que tienen en la
Corte á todo Americano.
Aqui tiene V. las veintiocho
causas con diferentes nombres y verbps ,
y todas reducidas á esta sola ; dcsds
la conquista hasta el dia la América
lia sido una parte pasiva de la Españfl ,
por cuya razón en el coviercio , en las
letnis , en la agricultura , y en los
empleos de honor no se ha considerada
sino bajo este respectOy siendo el gavinete
español^ y los encarg¿idos de cumplir
I
i6
sus órdenes^ $presoresy y toda la Amé-
rica oprimida : y gn la época de la re-
volucion los gobernadores y generales
soh han tratado de fontentar la guerra
for lucro de honor y dineros.
En esta sola causa se encierran
las veintiocho asignadas, por lo que
en el análisis de ella procuraré sa-
tisñicer 4 V. haciéndole ver los cqui-
▼ocos y falcedades del autor del libro,
hablando con la imparcialidad propia de
quien trata las cosas dé buena fé ^
y vindicaré, á las personas que lo me-
rezcan, y á quienes inhumanamente aco-
mete con una pública injusticia.
Si para solo escribir la historia,
decia el célebre Estrada, que era pre-
ciso no tener Patria, padres , deudos,
relaciones y no pertenecer á corpora-
ción alguna, lo que equivale ano ser
hombrejqué calidades habriá exigido pa-
TA que en Ul actuales circunstancian se
^.^lablas^ $iii prif vención y; 3in .declíní^r^á
<la diesira ó siniestra ? Las cosas ha^a
^^tocado ájps úiiimos extpeqios , y parece
^hi^mps^ llegada á aquella; crjisis funesta
^cn que el cuerpo polídcp ya no puede su*
,|rir ni Jps males , ni los remedios. Di*
^Tididoslps, partidos en realistas y ,é^*
-fidentes , tpdos ven por estos anteojos,
^ npjhay^ vptps imparciales, ni nad^e
puede serlo, porque la misma iadiferen-
^cia.,.«e ..^considera un crimen por uno
¡y otro paj^tido. Publicarme yo neutral,
^,cs pecar doblemente , y hacerme reo de
Jesa Magestad ó libertad. Pero amigo,
j8Í no .me constituyo en la indiferencia
j^de^. la causa, porque por todo principio
, íoyde la del Monarca (que Dios guarde),
.al oienos,, enjugándome las lágrimas que
,.ine han arrancado los males piiblicos,
procurar^ abrir los ojos y y decir áV.
..^ 6Íno la verdad , lo que siento aún con
^ todas las llamadas preocupaciones de ^ue
no quiero despojarme. Por otra parte
el amor que profeso á' S. M. y el que
tengo á la América me dan un derecho
á ser creído. Continuamente suspiro por
€l orden, y deseo la felicidad de mis
'paysanos, cuya sangre venida tengo
siempre á la vista , y quisiera dejase
• de correr , y volviesen aquellos tiempos^
en que disfrutábamos una tranquilidad
práctica en vez de upa teórica , qual
■ €8 la que se nos brinda y se desva-
nece como una sombra , á pesar dú
^ empeño de alcanzarla y abrazarla. No
digo en materias de la clase de la
presente , pero aún en las de la menor
importancia he sugeiado mi voto al de
los que saben mas , y no^ he tenido
aliento para decidir en nada. V. lea
tnis reflexiones , si le acomodan, admí-
talas , no por mías , sino porque van
conformes á raíon , y si las considera
poco exactas, instruyame Y^ y quedare
19
con esta nueva deuda á su amiscad.
Porque amigo mió, ¿hemos de querer
que prevalezcan nuestras razones, y se
han de defender como plazas inexpug-
nables? Esta es una tiranía durísima
y la mas detestable , que no va con-
forme con la libertad que se nos pre-
dica , y cuyas ventajas se ponderan,
Pero ruego á V. que en caso de no
convencerse, no se indi.'ponga contra mí
ni saque á luz mis defectos , porque no
tratamos de eso.
Es regla constante que quando
se hacen primero las cosas , y se busca
después la razón para justificarlas, pop
Jo regular las cosas no andan buena s^
y tal ha sido la conducta de la re^
volucion. Se han conmovido los pueblos
por razones que no son las asignadas
en las veintiocho que se numeran , y
posteriormente se ha entrado en el caí*
2e
peño de fundar su justicia. Pero no pue-
de esclarecerse. Los motivos no eran del
dia : se advertían algunes males de
los exagerados en el Manifiesto; pero
debiendo considerarse como casi inhe-
rentes á la humanidad , ios pueblos to-
lerabail , y las quexas no salían de las
conversaciones privadas. Aun al mismo
Soberano se había expuesto vigorosa-
mente por las plumas de España y de
América la postergación de esta úliimaj
y. puede V. ver las representaciones del
Doctor Pedro Bolívar y de la Redon-
da , Dr. de esta Real Universidad al
Señor Don Carlos II en el año de 17675
la de Ahumada y Macanaz ál Señor
Felipe V j la de Castañeda al Señor
Carlos III , y mil papeles comunes de
nuestros escritores. Habla y hay que-
xas en América como las hay en Es-
paña y en todo Gobierno , «ea aristo-
criticó ,' democrático, ó monárquico; y
sin subir tan arriba , póngalas V. en el
Gobierno de una ciudad , de una aldea*
y de una casa privada : todos censu-
ran Ja conducta del gobernador , del
alcaide , y aun del padre de familias',
porque en realidad , ó hay que refor^
mar en el Gobierno, ó basta que las
cosas no sean del gustó de todos para
que sean tildadas, y á veces despeda-
zadas inhumanamente las providencias
del que marida. Todos están mal con loj?
defectos, y todos teóricamente rigen el
mundo en el papel ó en sus cabezas-,
tan de maravilla , que no se nota una
arruga en el Gobierno j pero llegando
á^la execucion , allí son los trabajosj
y si se encargan por desgracia de re-
gir el carro del Sol , queman el mundo
al primer paso. No se penetran de la
verdad de que en la sociedad civil por
es
Muestra miserable constitución, son casi
necesarios los crímenes , y las desgra-
cias ^ y- que vieaen á ser en cierto mcr?
do las Sáíes que impiden la corrupción ^
y que todo el empeño de un Gobier-
no debe; dirigirse á endulzar las desgra-
cias j; y:, á debilitar el imperio de los
vicios?, considerando que no está en el-
poder humano desteri-ar' del mundo ni'
los unos ni los otrOs^ No es extraño,
pues , que baxo este respecto se hayair
Morado* y sientan en America vicios y
desgracias : pero , amigo mió , repito'
á V» i^ue no han sido la causa de la
revolución , aunque con ella se han
agitado los males que se sufrían, y que
«on casr inevitables per la naturaleza
de "las cosas , y no por culpa del Go-
bierno , al que atribuyen todo los ig- *
norantes por falta de principies , y los
malignos por sobra de. perversidad. Ha*
213
blemos de buena fé.'í olvidémonos por
un insiante de este calor en que esiáa
incendiados los corazones en uno y otra
partido , y convirtamos ia consideracioii
á la época desgraciada y feliz en qtie
cautivo el Soberano y Real FaíKÜia ,, y
apoderado Napoleón de nuestras prin-
eipales pía?^^as y ciudades, quiso impo-t
ner el yugo francés ó mas biea ei suyi)?
sobre la España y las Aniéricas. Re>ft.
cuerde V. el giito general y unisoí^di
de ia' Península y. dei lluevo MundQi
Sí, amigo mioi, la fidelidad Española-
en esos ■ moirieatos pudo ser igual , niaS'
no superior á la nuestra. Todos fuicnos"
faeridbé con un golpe mo.rtal en el agra-
vio hécbo' ai Soberano y la Nación:
iágriáias' ingenuas corrisron por nues-
tras mexiilas, y el leng-uage vivo del
dolor, y nuestras erogaeiones espontá-
neas eoaveiicerán ai mundo en toda'
'I Ü'l
«4
tiempo que lá sangre de América era
la de España , y que se agitaba de
igual modo en ios padres que en los
hijos. He llamado esta época feliz y
desgraciada porque lo es efectivamente,
manifestándose de todos modos la fide-
lidad Americana , aunque por motivos
taií tristes. Mas descontentos ios pue-
blos con sus Gobernadores en la Penín-
sula , sacrificándolos á su estupidez y
falsos recelos : desagradados de las Jun-
tas particulares , de la Central , y del
Consejo de Regencia : luchando tan
desigualmente la Espaiia con una po-^
tencia , que triunfadora de la Europa,
amenazaba dar la ley á todo el globoj
y que mandando cotno siíbdita á la vic-
toria en todas sus campanas , solo vio
marchitarse sus laureles por la primera
vez , quando casi inermes los hijos del
Cid , y revestidos únicamente de su
25
▼alor y constancia antepusieron la muerte
y la gloria á h esclavitud y á la in-
famia : palpándose las derrotas de nues-
tros exércitos , y las pérdidas de nues-
tras provincias por momentos : dividi-
dos en opiniones los hermanos ; insul-
tándose neciamente los padres y los hijos;
soplando el funesto viento de la nove,
dad , el fuego inextinguible del amor
propio resguardado baxo las respetables
egidas del Soberano y de la Patria:
haciendo figura la plebe , ese cuerpo,
ese concepto de Demóstenes , semejante
ai timón de la nave, robusto, pero tor-
cido ; vistiéndose los vicios el ropíige
augusto de la virtud : fomentando la
imprenta libre , la facultad de pensar
y de escribir en todas materias , con-
virtiéndose instantáneamente los aturdi-
dos c ignorantes en legisladores y po-
lítico* ; juigándose la Península incapaz
26
de defensa , y los puntos conmovidoí
en situación de no sufrir la suerte des
graciada de la España : la voz hechi-
cera de la libertad que arrastra á los
incautos , apasionándolos hasta el extre-
mo por ella sin conocerla , ni poderla
conocer : el pésimo exemplo de haberse
en México y Buenos-Ayres separado del
Gobierno á los Vireyes Yturrigaray y
Sobremonte de un modo ilegal y vio«
lento, sin esperar los resultados de la
Corte , abrogándose ios que intervinie-
ron en estas maniobras las facultades
de la Soberanía : las llamas de la filo-
sofía destructora del orden , que desde
la Francia se percibían de todo el glo-
bo : la invasión de Berresford y Wi-
telot que hizo considerar á las provin-
cias del Rio de la Plata por pueblos
bdligerantes , y capaces de valer por
sí mismos :. el comercio. que se bnndr
I
27
ba con ventajas que aumentaban 109
mismos que lo intentaban introducir se-
gún su plan : ios quexosos que nunca
faltan y que no pudiendo figurar en
el sistema antiguo , querían que se ba»
blase de ellos : los que en ei trastor*
no cuentan con mejorar de fortuna á cos-
ía de empeorar la agena ; y sobre todo,
haber quedado vacío el trono por Ja
cautividad del Monarca, dexando lal gol-
pe iíiesperado á todas las provincias
de la Nación aturdidas y desoladas,
fracipitas atra ceu tempestaU columba:
Véanse aqui las circunstancias en
que se alucinaron los incautos , y
los motivos ocasionales del extravio de
nuestros hermanos , y de las acmales
desgracias j de suerte , que en mi con-
cepto , sin el trastorno ocurrido por la,
entrada de los Franceses en la Peníú»
28
sula , y sin el cautiverio del Monar-
ca , que por una consecuencia preci-
sa dexó á la Nación en amargura, ▼
sin poder atinar de pronto con los re-
medios oportunos á un golpe ' tan im-
previsto 5 la AiriCrica no se habría mo-
vido , y todas sus provincias hasta el
dia permanecerían quietas reposando á
la sombra saludable del árbol de la
obediencia. No , amigo mío , no fue-
ron Jos males que se exageran, el ori-
gen de ¡a subversión ; y voy á hacer
i V. ver la íalsedad' de la única causa
en que se pueden refundir, y á que
he reducido las veintiocho dsi Mani-
fiesto.
La España , se dice , ha ejrercido un
dominio despóiico en la América , y esta
ha sido considerada pasivamente en el
comercio, en las ciencias y en los hono-
res : y la revolución ha sido fomenta*
- - - ■ ■"■^9,
taifa por los mismos gefes de las pr¿-
^Viflcias f de los exércitos por lucro dé
■"dlheros y de ascensos.
"'•' guando sé hizo la conquista de!
Nuevo Mundo se halló la Éspaíía dueño
'de él, y coa un tesoro cuyo \raIor
ignoraba. Los conquistadores maé sof-
•^ dados que políticos trataron ^ entoncie^
apenas de ver las cosas que de consi-
derarlas 5 y gravados con el cuidado
de establecer la dominación española, ^
de serenar las quejas civiles en que fue-
ron agentes y víctimas, no tuvieron
ojos , ni espíritu , ni tiempo para exa-
minar las riquezas naturales del Pera,
y las producciones mas nobles , que el
oró y la plata de que abunda. Todo
era nuevo en estas regiones. Sub i tidi-
g^^ená's vivían reconcentrados en si mis-
mos , sin conocer ni ser conocidos? del
resto del globo. Sus costumbres eran
' homogéneas, digámoslo asi, porque-tal e«
30
si resultado moral de los pueblos ala-
lados y que desconocen, ó las ventajas
ó las desventajas de! comercio. Se ha-
llaron los conquistadores , pues, circun-
ilados de millones de hombres físicos ,
pero no morales ni civiles , hablando
de la moralidad y civilidad poliiica de
la Europa, que había de establecerse por
la suerte de la conquista en el pais
conquistado. No habían de dexarlos eo
una religión de errores, ni su civíli-
sacion era de un dia , ni menos fácil
de hacerse por un decreto. Por su es-
tado pues no podia tomarse con ello$
otro temperamento que considerarlos co-
010 pupilos, porque realmente estaban en
la infancia civil. Tuvieron que chocar
coa la religión de Marco-Capac , con
^f U lengua , con su adhesión á las cos-
^J^umbres da sus mayores , pues si el hopí*
l^re es animal de costumbre , puede
^ asegurarla qq¡^ ñi;meza que el indio es
3»
engendrado, nacido, y nutrido en la cos-
tumbre , y por la costumbre. Aun hk
kiras maierialcs les eran desconocidas
y se manejaban por quipos ó nudos, que
servían de guia á su memoria para con-
servar sus hechos. En tales circunstan-
cias y con un pueblo de esta clase,
yo iiamo á ios filantrópicos , á esois
filósofos que se mueren de amores por
el bien de ia humanidad teóricamente,
y en ia práctica solo aman el yo , á
que extiendan planes de buen gobierno,
á que hagan correr rios de leche y de
miel , y nos restituyan la edad de oro
y el reynado de Saturno , poniendo fl
comercio, la agricuuura, las letras y ios
empleos de honor en manos de los indios,
de unos niños que habrían jugado con
las cosas , sin saber el bien ó mal que
resultaba de (^ue se hiciesen pedazos.
Amo á ios indios , pero r.o estaban en
aquella fecha , y aun ios mas de ellos
^
3^
no lo'e^i^n en el dia para encargarse
de otra cofa que de sus atenciones do-
mésticas. No pudieron, pues, ni por po-
liiica ; ni por constiiucion encargarse
^de estos ratnos , que necesitan saberse
manejar para que traigan la felicidad
á-ios pueblos , y si se administran mal
acarrean infaliblemente la desgracia. Los
conquistadores y los que posteriormente
vinieron, no eran bastantes á proveer de
' habiiautes unos pueblos tan dilatados.
Las generaciones no se hacen por ór-
denes del Soberano, ni de un aia para
Olio hablan de coronarse las Américas
de naturales civiÜLados. Esto era obra
' del tiempo. Así , pues , el comercio , la
agricultura , las ciencias y los empleos
de honor no pudieron en esa ocasión
jqucdar en manos de los inaígenas , ni
de los que en los tiempos próximos á
la conquista procrearon en Indias los Eu-
' rodeos, porque eran en muy poco núme-
ro p siendo preciso que por la naturaleza
33
misma de las cosas de allá se diese el
tono , y que fuese necesariamente pasi-
^'a Ja América, porque ni podía hacer
otto papel. Regístrese la historia de priii»
cipio á fin ; véanse las conquistas en
pueblos de otra civilización y cultura
mas análoga entre conquistadores y
conquistados , y dígase si ha sido otro
el proceder de los hombres. De ia coa^
ducta y pues,, de la España coa las Amé^
ricas en los tiempos cercanos á su des-
cubrimiento no hay ni puede haber que-
ja. Lo primero era constituir de la Amé-
rica una segunda España, y estando
en la cuna de la existencia civil , no po-
dian franqueársele los bienes á que era
acreedora en su virilidad. Y á la mane-
ra que á un recien nacido si se dá otra
cosa que leche, es matarlo con alferecía^
así á los pueblos no puede proporcio-
nárseles todos los bienes de golpe y sia
prólogo , sino en su oportunidad y en
m
34
su vez por la constitución humana. Nada
mas podía hacerse que practicar los ofi-
cJGS de un padre con un pupilo , y todas
nuestras leyes respiran humanidad , pro-
íeccion y acogimiento á unos pueblos
tan acreedores á estos oficios. En vano
se clama contra la tiranía de la con-
quista , y con los colores mas vivos se
empeñan los patronos de la humanidad
en hacer ver los excesos y sangre ver-
dda por las armas españolas , y llorar
sobre las desgracias de los indios , car.
gando con anatemas los mas horrendos
á Cortés y Pizarro. Estos hombres que
se encargan de oficio de hacer las ora-
ciones fúnebres de los pueblos difuntos,
igualmente pueden ir á llorar sobre los
Medos , Persas, Egipcios, Judios, Grie-
gos y Romanos , y aun sobre las ruinas
de Troya, j Por qué solo vienen áUo-
,ar en México y en el Perú? ¿ Han
4«,,ubierto acaso alguna conquista sm
sangre y sin lágrimas ? La reciente filo-
sofía ha encontrado un modo de herir
sin dolor y de hacer dulces los horrores
y males de la guerra. ¿Quieren que
esta se haga sin hacerse ? Cúlpese á la
humanidad, y considerándose las cir-
cunstancias , ó no habrá delitos jó se
presentarán menos deformes de lo que
se les figLíra. En la época, pues, in-
mediata á la conquista no pudieron éa
manera alguna entregarse los ramos de
agricultura , comercio , ciencias y em-
pleos de honor á los indígenas, sino á
Jos que venían de la Península. Era pues
necesario que todo se reglase y prove-
yese en España. ¿ Qué tiempo considera
V. bastante para que tanto los natu-
rales del pais , quanto los hijos de los
Europeos y sus generaciones se pusiesen
en aptitudes , para que se les pudiesen
confiar con provecho de ellos, y de loda
Ja monarquía, ciencias, comercio, agrkal-
S6
tura, y empleos de honor? Contrayéh-*
donos ai Perú , desde que tomó el mando
Pizarro en mil quinientos veinticinco,
hasta el Licenciado Pedro de la Gasea,
no hubo tiempo para otra cosa, que para
ir estableciendo el gobierno Español sóbre-
las ruinas del antiguo , y aquietar las
conmociones civiles , de que está V. ins*
truido por la historia del pais : y sin
embargo ya se cuidaba con grande es-
meró de la ilustración , porque el pri-
mer paso es este. Ya se habían estable*
cido las Religiones , y Prelaáos exem-
plares trabajaban en formar hombres para
el Ciclo y la tierra , catequizándolos
acerca desús obligaciones religiosas y
civiles.
Del año de t<;2$ al de 5t van 2<?,
en cuyo tiempo apenas puede numerarse
«na generación , contando con los tra-
bajos del descubrimiento de la América,
de las guerras con ios indios , y con
los mismes conquistadores entre si , y con
los obstáculos que encuentra un nuevo go-
bierno para establecerse., aboliendo el
antiguo. Pues en ese año ya se cuidó
por la Magestad de Carlos V de ios
estudios generales, concediendo á los cur-
santes los mismos privilegios que a ios
de la universidad de Saiatnanca, según
puede verse por la cédula iusena en ei
tomo de las constituciones de esta real
universidad , expedida á consecuencia de
las preces del R. P. Provincial de Santo
Domingo Fr. Tomas de S. Martin, cuya
iremoria debia ser eterna, y conservarse
en el corazón de todo literato.
Las ciencias que en la época de
la conquista florecían en España, fueron
las que vinieron á domiciiiarse en el
Nuevo Mundo , y se vieron brillar á los
Menachos Pinelos , Peraltas , Vegas,
Bravos, Silvas , y otros cuyos nombres
se repiten con gloria de las letras. Se
erigieron universidades en el Cuzco, Qui-
to, Huauíianga, Chile y Córdova en solo
en este Rey no , fuera de las de Méxic©
y Nueva-Granada. Los planes de estu-
dios de unas y otras , de las de la Pe-
níiísuia y de América son los mismos,
según podrá V. hacer el cotejo por Io$
que corren impresos y por el estado de
nuestros estudios. Las Religiones han
franqueado la enseñanza gratuitamente
á todos los que no han podido costear
les gastos de un colegio real, ó de un
seminario. Esiqs están erigidos en todos
ios obispados, fuera de los colegios rea-
les, y de otras casas de enseñanza. Se
han dotado cátedras enlodas las íacul-
tades , y se pagan por el Erario. Este
es el estado de ia ilustración de estos
puntos , el mismo es el de la España,
? Cü.i que cómo esta se ha descuidado
en este pai^iicuiar , y solo ha trabajado
en que se hundan ios putblos en la ig-
39
MOrancía ? | No es esta una queja apo-
yada en nna falsedad pública y mani-
fiesta ? ¿ No es un desconcepto de la
causa de la revolución sostenerla en he-
chos públicamente desmentidos ? Si la
España ha cortado el paso á eSa ilus-
tración funesta y destructora dé todo
principio, ha hecho un servicio positivo á
las letras, á la humanidad y á la religión.
Las luces, pues, funestas á la
Religión y al Estado , no se han permi"
tido en las Américas ni en la España ;
pero todas las que han brillado en la
Península , han brillado igualmente en
las Américas , y si las ciencias exactas
han aparecido de reciente fecha en este
cmisferio , lo mismo ha sucedido en el
oiro. En la primera universidad de E«»
paña, la de Salamanca, dice D. Diego
de Torres y Viiiarroel , catedrático de
prima de matemáticas , que halló á este
desgraciado estudio sin reputación ^ sin
40
áéquito, y en un abandono terrible, na-
tido de la culpable manía en que estaba
el mayor bando de los escolares , pues
unos presumian que eran las gergas de
los gitanos , ó charlaianerías de los li-
teratos, oifos que eran soplos diabólicos,
siendo ios del pariido de esta impiedad
Jos barbones jurisconsultos , apoyándose
en las citas de su título mal entendido
d2 Maihcmatkis et maleficis , y que en la
librería de esa universidad no se veia
la rebanada de un globo , el aro de una
esfera , el fárrago de una carta geográ-
fica , la sanca de un coinpaz , la astilla
de una regia , ni rastro alguno <áe que
liubicEC parado algún tiempo exercicio
dé práctica ó especulativa. No se con-
cluye si entre los libros que ocupan sus
tstanies j habrá alguno de esta profesión:
lo que juro es, que el autor Príncipe'
que tienen escogidos los estatutos de la
otiiversidad para dar puntos para las
lecciones de oposición, que es el Alma-
gesto de Ptoíoméo , no lo tenia , ni lo
liene , y fac preciso que yo se le pres-
tase ai Rector, y al Secretario, para que
me picase el capítulo , sobre cuya doc*
trina habia de leer. En este esiado es-
taba la Universidad de Salamanca, y su
librería, quando yo vine á ser su Maes-
tro, que fué el aao de 1736, y hoy
que estamos úítimo de Junio de 1751
está del mismo modo, huérfana de libros
« instrumentos. Y quando la Universidad
de Salamanca estaba ea ese estado, la
de Lima tenia un Don Pedro Peralta 4
la frente de la Cátedra de Prima de
matemáticas, capaz de competir con los
primeros hombres de esta facultad, ad-
mirando por su profunda ilustración á
los primeros sabios de la Europa , y
ea prueba, lea V. el diario del viags
hecho por orden del Rey Cristianísimo
al Eciuador , que sirvs ds ilustración
■ 42
jjstórica á /¿j medida de los tres priv
meros grados del Meridiano por Mr. de
Ja Condamine. En todos los coJegios de
esta capital se cursan matemáiicas , j
salen todos los días jóvenes aprovecha-
dos, y sugetos capaces de hacer los ma-
yores progresos.
Asi 9 pu^s , con injusticia se atri-
buye á culpa lo que es una desgracia,
y todo el mundo sabe lo que trabajó
el Señor Carlos HI para el restableció
miento de las letras , que si resplande-
cieron mas que en el resto de la Euro-
pa en nuestra España en el siglo XVÍ,
se obscurecieron sobre manera en el XVJI
por las razones que nadie ignora , y
principalmente por las grandes pérdidas
y guerras de nuestra Monarquía en
el infeliz Reynado de Felipe; IV. El
hombre mas obcecado no podrá sostener
jamas la proposición de que España ha
negado á las Américas en úempo alguno
4S
Tas mismas luces que ella ha tenido. Si
estas, pues, han decaído en la misino
Península , y decaen por consecuencia
«1 las Améficas , es por la vicisitud
de las cosas humanas, por una causa
conocida , pero jamas por culpa del Go-
bierno, que siempre ha. franqueado al
Nuevo Mundo ia ilustración que s^e ha
disfrutado en el antiguo.
En el comercio y en la agricultura
la América es pasiva absolutamente. V.
me preguntará qué contesto á esta ver»
dad. Aseguro á V. que me ha metido en
un empeño grave. Pero amigo , yo he
de decir á V. lo que siento. En quanto
á los primeros tiempos después de con-
quistada la América , me remito á lo
que tengo dicho en ia parte anterior,
y sírvale á Y. de regla , que io mismo
se entiende quando hable en ios empleos
de honor , en que según ia queja son
pQSiergados los Americanos. íiablando
44
pues <3e los cincuenta ó sesenta anote
después de Ja conquista ^ por qué á pesar
de la fera-cidad de la América y de sa
riqueza en los tres reynos animal, ve^
getal y mineral, hace un papel tan nulo
en la agricultura y el comercio , que
en la primera no salimos de sembrar
frutas y alfalfa , olvidando tantos ramos
de la primera importancia, que no tiene
Ja Europa . y que ellos solos harían la
felicidad pública bien administrados , y
en el segundo estemos absolutamente pen-
dientes de los que nos quieran traer los
comerciantes de Cádiz, y de lo que se
quieran llevar ? ¿Tiene V. que contestar .
á estos cargos ? Me dirá V. : ¿ hará V.
traición á la verdad y á los intereses
bien eiucndidos de la monarquía , del
mismo comercio y de su patria? La pa-
tria no es otra cosa que la familia del
estado á que pertenecen las particulares
de que te ccnipone , y que icdíis se
unen con este lazo santo, y con esta
amable cadena llamada bien publico, que
nada mas quiere decir que la reunión de
todos los intereses pertenecientes á todos
y cada unoj y á la manera que sería mal
modo de probar el amor de una fami-
lia particular , ver á un individuo de
ella dando de palos y puñaladas á los
demás miembros, asi también es un modo
extraño de amar la patria , dilacerarla,
destrozarla , acabar con el orden , y su-
mergirla en rios de sangre. Este es uii
patriotismo de nueva fábrica , y un amor
de furia por caminos que la constituyan
en la desgracia. Hecha esta salv^ en-
tremos en el examen de la culpa , con
que se quiere cargar á la España por
no haber fomentado el comercio de la
América con toda su extensión»
Descubierta la América , el oro y
plata que encierra en su seno , deslum-
hró á toda la Europa , y no se trató
,$ino muy secundariamente de sus detnaf
producciones, que aunque singulares^
apreciables , y capaces de hacer la ri-
queza de mil pueblos , no tenian el brilla
de estos dos metales, jjue emulando al
Sol y la Luna , lucen en el orbe polí-
tico á semejanza que los astros del dial
y de la noche en el físico. Tácito ha
dicho, que hasta el día era un proble-
ma irresoluto determinar si el oro y la
plata habían sido otorgados á los mor-
tales en la apacibilidad 6 en la ira de
los cielos , pues sumados los bienes y
los males que pueden proporcionarnos,
cada uno afirmará lo que sea mas con-
veniente á sus ideas. Otros aseguran
que no son la misma riqueza tales me-
tales , sino el signo de las riquezas. Den-
se de cabezadas sobre resolver el pro-
blema , y sobre sostener si sean rique-
zas ó signo de ellas el oro y la plata,
lo positivo es que como signo, y como
47
riqueza son los ídolos de la adoracíoa
política , y que todos ansian por estas
posesiones. Quanto mi* veo en Roma,
decia Catón en su céUbrs oración por
la ley ópia , el oro y la plata venidos
de Siracusa , tanto mas temo que nos
hagamos esclavos y no señores de estos
dones funestos. Tal es la alusinacion que
estos planetas de la tierra han produ-
cido en tojdos tiempos ,^jn que de esto
pueda culparse á la España , sino á los
hombres sean griegos , romanos ó lo
que V. quiera. El oro y la plata, pues,
atrajo toda la atención , y en ellos prin«
cipalmente parece Se fixaron los ojos de
la Europa. Los conquistadores no eran
comerciantes , ni tampoco los que vinie-
ron después , y subiendo mas adelante,
ni la misma España lo era , y aua
puede asegurarse que ni la Europa. En-
tregada enteramente á la guerra por las
u,''IE
causas y motivos que V. sabe en lofi
gloriosos reynados de Garios V y Fe-
lipe IÍ,no pudo atender al comercio,
que exige en sí otra tranquilidad en el
Estado. Aunque el reynado ds Felipe III
fué pacífico, no por eso fué la España
mas comerciante : en el tiempo de Fe-
lipe IV volvió la guerra coa .furor y
se desmembraron de la España provin-
cias y rey nos de mucha importancia por
jCl resultado de eliá. Subiendo al trono
Carlos II , ultimo vastago de la Casa
de Austria , apenas pudo resarcirse la
España de sus pérdidas , ó convalecer
de los males que le habia acarreado
la guerra en tiempo de Felipe IV. En-
trando la Casa de Borbon , la guerra
de succesion por los derechos litigados
€ntre Felipe V y el Archiduque , no
prometió á la España ser negociante,
sino estar por necesidad con las armas
:)
49
en la mano. Fernando VI y Carlos lll
hicieron mucho en obsequio de la nación
con relación á su tiempo. Entonces fué
quando la España empezó , digámoslo
asi, á ser comerciante, pero en un co-
mercio no en su última perfección, sino
en los primeros pasos , que siempre de-
ben considerarse primeros por grandes
que sean , y por patrocinados por dos
Reyes que abrigaban grandes ideas en
bien da los pueblos. Al poco tiempo de
hallarse en el trono Carlos IV , vino
la explosión de la Francia , y ei riáido
que hizo al caer el trono de San Lui^
aterrorizó á toda la Europa, y en es«
pecial á la España que por la vecindad y
las relaciones de sangre, le fué necesaria
ocurrir á contener esta cruzada coligada
contra los Reyes. Succediéndole el actual
Soberano (que Dios guarde ) g quién ig-
nora las desgracias de Ja monarquía h^s-
tz el extremo de conducir cautivo ^1
so
Moaárca y su familia el tirano de la
Europa, y los males que han subse-
guido á este trasterno ? Asi , pues , e!
poco comercio de la América , no se
atribuya á tiranía de la España ni á opre-
sión á las Américas , sino al estado y
constitución de las cosas, desde la época
4el descubrimiento de este Nuevo Mundo*
No condenemos sin examen , porque es
mal modo de fallar ; profundemos ios mo-
tivos en las cosas y será otro nuestro
juicio. El corto comercio, pues, de la
España habia de hacerse precisamente
con las Américas j y por una juiciosa
política , y aun por necesidad no habían
de franquearlo activo ni pasivo á h&
potencias extrangeras. iQuáles lo han
franqueado ? ¿ Y de qué modo permi-
ten las otras potencias-, que las em-
barcaciones extrangeras toquen en sus
puertos? V. lo sabe y lo saben todos, y asi
no hay por qué hablar en esta materia.
51
S! Pi'os la Es¡,mi cscasamenie ha
í-'Jo comc,ci,une,no,ouenoha podMo
s.rlo , a, reducido cciercio ,:o podií
';^^«.'o .h,o con las Apencas , y éstas
sm eaw.rgo de sus grandes proporcio-
í'-' y de £i.s princ.M.Ues ramos üe ex-
, P;'''Jío , s;.av!o ¿eos de !,-, Mstrópsii, y
Sia m;.,;:o3 para dedicarss a tanto coa
f-"' P'-"-«-"-'e le bn„da ¡a .a.ura.
Jcz.t, nc Celaba en «ir i3n7V.., j
vu suuacion de ser co-
•"'^'•--"^■. L. .odas ias cosas es nece-
^'anocous«h,,r el origen do donde par^
""' ,''"'■•'''" *'■'■'" P^^^^oiente somos a!u.
ciiiauos. Po'"'i V „ L
t-o.^aV. sobre lo dicho, que
;' ";"- '' ^^--3 - abW6 ayL .' ,
-i-'oa„..e,a,;o.,,,,ean.ese.aba
:: °^.^'^7'^ ' ^ -J- "^ .- en .es
— e.„a. ,,, ,,.,b3,,,,;,„,
- -. P0..e hace, pecado'^ ^
t-^^'hi^d eu las couduccioaes de los efee-
ios nuestros v de C^'^tUi.
52
ha sUo tan reciente , y accsta ! íe .a.
crificios de la España, pues todo el mun-
do sabe los trabajos de la primee armada
que se dirigió por es.e pumo , no l'.a.
biendo llegado si>,o .1 buque de Puarro,
,a Esperanza, el .ño de 744 o 4,
r^^ciru^ no solo »>0l)«
Ponga V. que es ^^^^^^"^ "" ^^
r^ortpae la ivíonarqina, bino
sidecar una paite de
todas ella», pu^=> ^- '^ I' , . , pon-
armonia resulta ei bi.n general . ) pon
JaV quelasveaujasdeuncotnercto
LeJfellcidades.que brillan por ua
dia Y se desvanecen al siguiente, y pro
duc'ea no la robustez, sioo la hinchazón
i mano un Jukio.o pa¿>a
. . M Licenciado D. Basilio de
México por el Uccnc ^
Arnilaga el año pasado de iSiS , 4^.^
""■ ^ .1 rnnsulado di-
Reyno, contestando i una r p.e
de ..9 vecinos de Veracruz, qae p
abriera aquel puerto a»
tendieron se »»"«'* *i
comercio directo con extr-angeros amígof
Q n«utrales contra el dictamen de su
junta de gobierno y de otros muchos
vecinos de la propia ciudad. Dicho p^-
pel es muy raro aquí , y asi me tomaré
el trabajo material de copiar á V. una
ú otra cosa de él para su gobierno, y
por io que pueda importar. El lema que
antecede á la obra dice asi : „E1 hom-
bre de estado ^e lisonjea algunas veces
de que hace servicios esenciales á su
pais concediéndole puertos francos , pero
fis tan al contrario , que casi en todas
^as naciones lús puertos francos perj^-
dican y ponen verdaderos obstáculos al
progreso de la industria nacional." Cita
á Herrenschwand traducido por D. Juan
Smiíh. ■ Se prueba en dicho -manifíesto
^ue el comercio libre es la ruina de los
pueblos que lo consienten , que en lugar
de dar la ley , la reciben de las partes
traficantes las naciones que se abren oon
S4
imprudencia á admitir en su casa á estos
benefactores nocivos. Que la parte del
pueblo nuínei'üsa y considerable que viv«
del trabajo , queda reducida á la ham-
bre y á vivir^ 6 delincuente ó des'espe-
íada. Que las diversas clases y consu-
lados de aquel rey no habían sacado á
Yaz estos males físicamente, y para que
riada falte á la prueba trae autorida-
des de políticos extrangeros, de lasque
copiaré á V. algunas. El citado ingles
Herrenschenvrand en sus principios de
economía política dice : ,,Que quandoel
hombre de estado interrumpe este orden
natural de comercio (habla del exterior)
ó do transportes con el establecimiento
prematuro de puertos francos , su con-
ducta propende directamente á que su
nación decaiga del grado de prosperidad
íüc tiisfiüta. Charrcti en su obra inti-
tulada Intereses ds la inteligencia de la
Inglaterra ¿ice : ^,Una gran parte de ht
riquezas de Inglaterra proviene desús
lanas , mas no tanto de los carnerot
como de los hombres , que fabricadas
las venden á ios extrangeros : nosotros
seremos reducidos en breve á la indi-
gencia si las vendemos crudas. Como
nosotros no tenemos mina de oro ni de
plata en Inglaterra , las especies no se
pueden multiplicar en ella sino de la
plata que trae el comercio de afuera,
que por la mayor parte es de los do-
mimos de España , porque un comercio
que nos sacase la plata del reyno nos
seria desventajoso y reduciría al reyno
á la última pobreza. «< El misino Herrens»
chenwand en la obra citada; las ni-
ciones se lisonjean de la» expoaacioues
de granos qu« hacen al extrangero, gra-
duándolas de pruebas maniíiestas del es-
tado floreciente de su agricultura que
disfrutan. | Pero quién les ha dicho qut
estas exportaciones no 9üí\ mas bien pru«-
■
56
bas manifiestas de la miseria que reina
en ellos ? g Quién les ha dicho que baxa
el títuio de sobrante no es su necesario
el que se exporta ? El nombre de so-
brante de subsistencia supone por pre-
cisión á todos los individuos de la na-
ción coaipietainente aumentados , no se
le puede dar otro sentido/' Encargo á
V, procure hacerse del citado papel para
abrit los ojos y ver con distinción las
cosas como son en sí , y no como nos
las pintan los que tratan de hacernos
felices de pronto sin ver lo« resuhados,
y de que tengamos un gran dia hoy
echando la casa por la ventana para
perecer de hambre mañana.
Hoy rabiando de hambre estoy
Y ayer de boda comí :
Aprended flores de mí
Lo que vá de ayer á hoy.
Copiaré á V. ademas literalmente
5?
tres acápites del citado papel y «na »a#
ta , sin hacerle á V. reflexión alguna,
sino dexándole sacar las consecuencias
quQ le parezcan , que para eso sabe V.
Lógica. Toda ley , ó reglamento nuevo,
dice Cordocet i que se proponga en ne-
gocios de comercio , si dimana de los
que viven de sus ganancias , debe re-
cibirse con suma precaución, y antes de
adoptarle se ha de examinar detenida-
mente con el mayor cuidado y atención,
y con mucha desconfianza, porque estos
proyectos dimanan de una clase de hom-
bres , cuyo iniercs no siempre es confor-
me con el del público.
La China , dice Herrenscheriwand, ¿é
gobierna y se ha gobernado , según pa*
rece en todos tiempos , por ios bené-
ficos principios de est¿ sistema de eco*
iiomía política tan «encillo , disfrutando
Biuc'ho tiempo há , todas las ventajas de
que le he demostrado susceprible. Sia
S8
ftemcrcio exterior , reconcentrada ente-
ramente en sí misma, y no admitiendo
á la |)articipacioa de sus riquezas mas
que sus consumidores nacionales , ha
«levado la China su prosperidad á aquel
Jurado asombroso , que parece no admite
ya aum.ento en su agricultura , manufac-
turas ni población. Considero la China
sin comercio exterior, porque no se pue-
de llamar tal el corto tráfico extrangero,
que tolera en algutios puntos de su in-
ftienso territorio , y que comparado á h
tnorme extensión de su comercio inte-
rior , se debe mirar como una de aque-
llas cantidades infinitamente pequeñas,
que ios geómetras desprecian en sus cálcu- '
los. Es asi que.... Ergo... Saque V.la me-
nor, y la consecuencia qae le pareciere,
que para eso quedan en blanco una y otra.
JLa junta de gobierno del con-
sulado de Guatemala en representa-
ciofí que hizo en II de Diciembre de
59
l8o3 referida por D. Juan Bautista %:■
xaguirre en ia representación de 24 de
Setiembre del año de 17 se expresa ea
ios términos siguientes. „La6 ideas que
•n estés tiempos se han difundido entre
algunos americanos sobre las ventajas
de un cemercio libre en América con
los extra ngeros , son falsas y ruinosas
con extremo á la misma América , y
con especialidad á la provincia de Goa-
témala:;; La Inglaierra no debe su pros-
peridad ni pujanza marítima á uñ CO"
mercio libre en el modo que muchos se
lo figuran y creen á pie juntillas, sino
á las sabias máximas de su política acrí«
soladi en esta materia ;:: Por una dis-
posición de su famosa Acta de navega-
ción , ios barcos ingleses deben salir de
€us puertos á buscar los artículos y ma-
terias extrangeras de Europa , de que
necesita á ios países que los producen.
Estos artículos ptieden á la verdad en-
6o
trar en los de Inglaterra y de Irlanda
en barcos consiruidos en los parages mis-
Hios düude aquellos se dan, pero se k$
carga entonces de tantos y tan excesivo^
derechos , que una prohibición absoluta
no ios excluiría mas realmente. Los
derechos impuestos sobre las mercadería^
«xtrangeras á su introducción , han de-
3íado siempre en Inglaterra él campo
Ubre y despejado á su propia industria
y adelanta miemos fabriles: ;: Basta saber
que son diez y- ocho los distintos de-
rechos que pagan á la introducción ea
Inglaterra los caldos y géneros extran-
geros , que diez recaen sobre los pri-
meros, y ocho sobre los segundos, re-
sultando en suma que los vinos de Fran-
cia conducidos por los ingleáes al puer-
to de Londres satisfacen 55 libras y 16
sueldos y 8 dineros sterlities por tonel,
y los conducidos por exirangeros 61 li-
bras i^> 5j 10 d. Cúíitinuaá los comi-
6i
sionados refiriendo que los vines de Es^
paña conducidos por les ingleses pagan
27 libras, 7 , 5, lo, d. y los extran.
geros 37 libras 7, 5::: Que la extrac-
ción de lana producida en Inglaterra
estaba prohibida, entre otras^ penas coa
la amputación de la mano , ai paso qué
Ja introducción de la española tiene uri
derecho tan leve qué casi no paga nada,
y al fin concluyen sacando esta conse-
cuencia. ,,Hé aquí como la Inglaterra
consiguió el fin que se propuso de ele-
varse al grado dé opulencia que es bq-
torio." Imitemos pues á aquella nación,
petó sea en gravar sus efectos de ma^
nerá que salgan mucho mas agraciados
los nacionales , y en prohibir absolu-
tamente si no todos , algunos , al modo
que ella lo ha hecho , imponiendo los
excesivos derechos referidos , y prohi*
hiendo todas las teká de Francia. Vuel-
▼O á poner á V. I* tacner , y h een-
62
secuencia en bla<nco para que V. las HeHe,
^ueno todo se lo he de dar frito y cocido.
üíiimatnenie copio á V. la no-
ta que en dicho papel se halla á h
fx. 47 n. 20. El palo de Campeche, la
piíaienta , cera , carey y achiote están
libres de derechos por real orden de 23
de Abril de 1774. El algodón, café, azú-
car y añil por real cédula de 22 d«
Abril de 804 y i a de Setiembre de 803.
5, Los cueros de pelo por real orden de
Abril de 792.*' A los habitantes de Cos-
ta-rica se les concedió libertad de de-
rechos de los frutos y producciones que
se exportasen por el puerto de Matint
por real decreto de i. ° de Diciembre
de 811. La misma libertad se concedió
á todas las producciones naturales é in-
dustriales de las, Islas Filipinas en el
giro de su compañía por real cédula
de 10 de Mano de 1785. Asi mismo se
declararon libres.de derechos los aguar-
63
clientes de la Havana por real orden de
23 de Febrero' de 706. El lino y cáña-
mo que se coseche en América goza
libertad de derechos á sü extracción é
introducción en puertos de la Península^
por real orden de 24 de Marzo de 7<>iíJ.
La harina y dinero que se extraiga de
Vera- Cruz para nuestras Islas , estáa
libres de derechos por real' orden de
•10 de Abril de 796 y 2 de Diciembre
de 797. La plata copsUa y el oro no
deben pagar derechos á su extraccipa
para la Península, por real disposición
de 18 de Agosto de 778.
Las producciones naturales é indtis-
Iriales délas Islas Filipinas están libres
de derechos en su extracción para fuera
del reyno. (Almanak mercantil Ó guia
de comerciantes del año de 803 fx. 184.)
' El achiote de América conducido
en buques españoles, no sólo es libre
df d«recho3 á s^ entrada ea Cádia y
64
áemas puertos habilitados , por real or-
den de 23 de Abril de 1774 , sino aun
quando' se traiga de la Península á do*
iDinios extrangeros.
El agengibre también está libre de
toda contribución á la entrada en España.
Para animar la extracción de las
producciones de América en vez de res-
tringuirlas , se mandó por- real órdeti
de 23 de Agosto de 96 y bandeen 3
^e Enero de 97 , que los americanos hi-
ciesen expediciones á los puertos ha-
bilitados de la metrópoli con carga de
frutos y producciones y retorno de efec-
tos, como lo executan los españoles des-
de la Península por .el: reglamento de
comercio libre.
Kn el arancel segundo del año de
76 se*, dispensó que los nuevos efectos
^ue se lleven á España de América , sean
libres: de derechos á su entrada.
I^ añiles de GoatemaU gozan U
6s
misma libertad por real orden novísima
de 30 de Mayo de 817 ; á ios labra-
dores y comerciantes de algodón y azá-
car en estas Américas , se concedieron
semejantes privilegios por reales ordene*
de 17 de Junio de 796 y 12 de Setieiu-
l)re de 803. (Noticioso general de Mé-
xico núm. 448,)
Uitioiamente al núm. 44. de fx. 3§
de este Quaderno se confiesa que Io«
frutos comunes de esta América están
libres de derechos á su exportación para
contribuir á su mayor cultivo.
Aunque posteriormente ha habido
alguna variación en lo general de estas
franquicias , ha sido interinaría y oca-
sionada de las necesidades en que se
ha visto el gobierno por causa de U
presente revolución.
Considerando V. todas estas cosas,
comparando los tiempos, las circunstan»
m
<;ías , las relaciones de la Península coa
las Américas , y los intereses políticos
con respecto á las naciones extrangeras,
decida V. n ha sido tiránica ú opreso-
ra la España en el sistema de comercio
con las Américas ^ y si el plan en que
este se halla no es mas que el resulta-
do que indispensablemente dan las cosas
por su misma naturaleza. La presente
materia pide una pluma desembarazada
y experta, que calculando los prineioa-
les ramos de la España antigua y mo-
derna, y haciendo ver los obstáculos ver-
daderos que se oponen al comercio, des-
cubra las veredas de felicidad con que
brinda el cielo á la Península y á las
Américas.
La España ha venido á abrir los
ojos recientemente acerca de las venta-
jas del comercio , y tstc ha llegado á
ennoblecerse casi en nuestros días, por*
!|uc la alta noblera , la media, y, aiiii
lofi., hidalgos han desechado esta carrera,
qv^ ^ií^ embargQ ;de ;,ser la vena pria-
xip^l ; por donde circula la sangre del
Estado, se migaba conip .inde;C<:)rosa á
4<|, primera gerarq.uía , y se eaíregabia
4.,.ma;oos solo d,esxinadas á esa |);*ofe&ion
^tie 'desdeñaba conociendo, su jutiiidad.
Las armas ,^ las- letras , la agriGukura
despreciaban v.el comercio , y se tentará
menos vaiéreh enlace de estas clases con
ies^.r.üaa potencia beligerante y señorft
d^b.i^ro y la plata no veía las ventajan
¿fl.. comercio , y dexaba á las otras na-
ciones-el cuidado de buscar su subsistCii'
ciar<iíín eí trabajo y la industria, suce-
diéndole lo mismo que á los poseedo-
res* de grandes vínculos que su misma
opulencia los retrae de 'considerar Jos
grandes ramos de' felicidad y abundan-
m que n© cultivin por estimarlos ap
3£i aí>*yi:»rB f*oe.^ jst/iy -. n^p^^-
necesarios á su bien estar , j vJeiíeíi
de consiguiente á ser pobres en medio
de su opulencia. La España no ha sido
potencia comerciáhíé , ni su esplendor
lo -ha debido á está catrera , y desde
^ue las demás naciohes han empezado
á ver él cemercio baxo el verdadero
punto de vista que merece 5 también elía
ha tomado las medidas según sus cir-
cunstancias , aunque no según todo su
poder, ni en el modo que le brinda í%
providencia con el territorio eii el án*
tiguo y Nuevo Mundo. Toda, todo lo
llene, y solo necesita que se pongan eh
movimiento las primeras materias ; que
ei^ las manos laboriosas Tetornarian d
Estado mil por uno, no solo en utilidad
y consuelo , sino en buenas costumbres,
que e^ el mejor caudal de toda sociedad,
porque no puede negarse que quanto
'"^^ 5^^^» ios pueblos pro veidos de I9
necesario para la vida , son a,cnorc« las
desgracias , los delitos y miserias, y bri-
llan Jas virtudes. Esia capital por lo
respectivo á proveer á sus necesidades,
€siá baxo un plan triste. Hágase como
se quiera el cálculo acerca del modo
como subsisten sus habitantes, y se ha-
liará que de las veinte partes , única-
mente la una es la que por su trabajo
carga con las diez y nueve, y que
éstas , no por una culpable inercia, como
injustamente ha querido atribuirse por
los que solo ven las cosas en su primer
superficie, sino por la constitución de
las cosas , tienen que estarse esperando
el. pan de quien se lo traiga , y mo-
lestas por no poder hacer nada, pues
ni hay materia para Ja ocupación , y
aun aquellas que ocurren continuamente
no son para toda clase de gentes de las
heterogéneas que componen la ciudad. Ai
contrario,- franca la agricuhura , erigí,
¿os ¡Qs talleres j y tomando segunda vida
sn manos de ambos sexos las produc-
ciones de la naturaleza \ qué conductos'
de felicidad «e abrirían á estas feraces
regiones , y qué gloria no resultaría ^í
Estado y á las mismas letras! PocpS
silogismos se necesitan para estar pene-
trados de nuestro bien ó malestar. Los
pueblos son mas ó menos felices , á pró-^'
porción que mas ó menos tienen dentro
de sí mismos y en sus manos y trá-"
bajos los recursos de su subsisienda.
Fuera teóricas y cálculos de monopo^'
listas , y de Señores que nos quieren
traer la felicidad dexadonos en cueros
de paso. A la manera que una casa par*
ticular lo pasa mejor quamo menos ne-
cesita de la agena 5 asi una monarquia,
de manera que toda la sabiduría y po-
líiica del gobierno ha de reducirse a que
con ios renglones de los pueblos pani-
cuiares de que se compone la monarquía»
primero se surtan cüos , y después IgS
restantes en la parte que alcarwa¿cc$
porque en cierto modo es ir contra el
plan de' la Providencia , aventurar lo
que se tiene en su propio recinto , y
fio aprovecharse de ios dones del Cria-
dorj que Padre universa:^! y benéfico, ha
dado á cada pueblo en el paso de esta
vida miserable á Ja eterna , que nos es-
pera , y en el desierto de las necesida-
des, el reparo de ellas. No guardemos eí
Maná, pero comamos de él , pues Dios
lo dá para eso. Nadie puede negar i
Tiberio , sin embargo de sus vicios, sus
grandes talentos , y escribiendo al Se-
«ado acerca de la representación de
Cayo Bíbulo, y demás ediles, que recla-
maban sobre ia ley sumpiuaria, para que
se pusiese término á ios gastos ^ entre
©tras cosas , dice lo- siguiente ; „ Poco
importa lo que nos advienen ios^ediiesr
y ninguno de ellos nos dice ; que Ita-
lia necesita de las ayudas externas, y
4gue la vida del pueblo Romano esta
expuesta, y entregada á los peligros de!
mar , y á ias tempestades : y que si los
auxilios de ias prúvincias. no sustentasea
á los Señores , esclavos y campos , n» ■
nos defenderían nuestras caserías, y bos-
ques. Este es , padres coDScriptos , el
cuidado del Principe 5 que si lo oividi;
fracasarla, enteramente la República. '«
Antes ,.pues , necesitamos vivir de npso*
iros mismos, que 4Q,r.^^Mró0.s exi^auosi
porque prescindiendo de otras mil re-
ñexiones, es aumentar considerablemente
-las iÍKomodidades de la vida , nososte-
iierk con nnesiro irabajo en nuestro
territorio, y depender de lo que de fuera
quieran iraeracs. Puede. V. ver quant^
sobre QSic pariicul;ar;,c.on:müiivo de-nues-
ira-dependencia con Chile en punto ,á
irigus , escribió cl Señor D. Pedro Bra-
to de, Casulla en 6u voto consultivo, cs-
tbriaudü ia necesidad, c-n que csiábamo*
73
¿e sembrarlo aquí para no tener una,
dependencia tan absoluta de Chile que
nos dexase sin pan. No solo el alimen*
to entra en la vida del hombre , sino
las demás cosas , sin las que no se puede
vivir en la sociedad : y lo que se dice
del trigo , puede decirse proporcional-
mente del vestido, y de ios recursos
para proporcionarse los renglones de la
vida animal y racional. Oiga V. ademas-
del Señor Bravo de Casiiiía , al Dr. D.
José Antonio de Borda y Orosco, que
«n la carta que dirige á dicho Señor,
y se halla inserta en la colección lega!
de dictámenes y otros papeles en dere-
cho^ dice lo siguiente : ,,Dexando otros
asuntos muy esenciales, no debo omiiir
dos del principal interés de estos Reyrios
y de ia- Corona que son minas y comer-
cio. Estos dos ramos á mi parecer son
los que mas padecen hoy en hs Indias.
La mayor pane de los motivos de su
?4
decadencia todos la conocen , y para ex»
ponerlos con distinción se necesita mu-
cho papel y mucha pluma. No puedo
dexar de hacer una reflexión geteral que
fne parece que todo lo comprende.
Todas las cordilleras de la Amé-
rica son plata ú oro. En qualquiera par-
te que se busque , allí se encuentra, y
solo se trabaja en donde la facilidad de
la extracción , 6 la bondad del metal
dexa algún logro. Este es un trabajo
^ue se hace á fuerza de manos , y las
únicas que sirven son las del pais , in-
dios , mestizos , españoles. España nunca
puede enviarlos. Los negros no sufren
Jos temperamentos fríos de las cordilleras^
de modo que si. la gente del pais se
consume todo se pierde. Esta gente ne-
cesita alimentarse y vestirse, y por con-
siguiente la abundancia de frutos y la
facilidad de un comercio arreglado es
necesaria. Como la plata aunque por
7S
ti no significa nada , no obstante e9
signo de todo ; si ésta no circula tn
«1 Reyno , y se extrae luego que sale>
falta toda el alma que hace mover cl
cuerpo de la s©citídad. Qualquiera de
estos tres ramos , minas, labranza ó co-
mercio , que se destruya ó deteriore, He-
Ya iras su ruina á los demás. Hallar
un medio para que las minas ce tra*
bajen del modo conveniente , que el co-
mercio se arregle siendo útil á todos
los que lo hacen , que la plata salga
del Reyno sin aniquilarlo , que la la-
branza «e promueva , y que en todos
estos ramos se distribuya la gente qué
habita estos dominios con orden y pro-
porción, es el último primor de la po-
liiica diñcii de executar , pero necesario
en los téraiinos en que hoy se halla ia
América.
Todo está üamsndo il goce de los
dones cfreciuog por i a naturaleza; Vis-
tónse pues nuestras inmensos campes del
lino y del algodón , y nuestros carne-
ros , bueyes y vicuñas despierten á Ja
industria dormida y asustada^ con la*
armas , y las avejas y gusanos de se-
da respiren en un. pais en .que. jamas
truena el cielo, y. ks brinda el trabajo
á que les. destinó la Providencia. Vayan
y vuelvan por nuestros rios émulos del
Océano las naves de nuestras Améri-
cas á la Península y de la Península
á las Américas cargadas de mejores prc-
sas que. las conducidas por los Argo-
nautas. Todo americano se acueste y
levante gozoso de su Jecho , sabiendo
que con un honrado trabajo hade con-
ducir á su casa un pan de consuelo^
Si; la época parece llegada en que re.
conciiiados los pueblos disidentes con el'
Soberano , que ansia por el bien generaf
se pondrán en el mas activo movimfca-
7t
to los entorpecidos resortes de la agri*
cultura y del comercio j p¿ro hoy obs-
truidos y enervados por la ominosa guer-
ra civil, solo existiendo los hombre para
afligir y afligirse, j qué orden , armonía,
ñi sistema puede regir en esta imagen
del cahos político, mas triste que aquel
que procedió á la creación? Tiempo
vendrá. Oh 1 corra éste al par del pen-
samiento ! en que haciendo la España
y Américas un solo pueblo , abrigados
feaxo la sombra del trono de San Fer-
nando, obscurezcan las glorias de Isabel,
su Esposo , Carlos V. y Felipe 11. Ami*
go, me he dexado conducir naturalmente
por mi corazón, olvidándome que estaba
escribiendo esta carta. Dispense V. si-
quiera por el noble motivo que ha oca-
sionado esta digresión , y contraigamos
.á la tercera-parte que encierra la propo-
sicioii i que he reducido las yeiniiocho.
78
„La América ha $ido considerada
pasivamente en los empleos de honor,
de modo que todos están en poder de
Europeos , y uno ü otro criollo que se
coloca es inepto ó inmoral , oprimiéndose
<on tai conducta á la América, así por
el Gabinete Español, como por los que so
mandan por él para regirla."
Es una injusiida de hecho noto-
no tal proposición. Jamas han estado
cerrados los caminos del honor á los
Americanos , y tienda V. la tista en todo
Lempo y verá Americanos en toda car-
rera de gloria y de lustre. En la Iglesia
en la Milicia , en la Magistratura , eÚ
Real Hacienda, en los Vireynatos, en las
Embaxadas, en la misma Graudeza, eala
educación de los Príncipes y Soberanos,
«u las grandes cruces , en los títulos &c.
^If ?"a' ''"•' "° ^^y «"« exceptuad»
para Ips Americanos. ^
Qaando se tranquilizaron las con-
mociones que succedieron á ia conquista,
de ningUQa otra cosa cuidaron nuestros
Reyes que de establecer sus dominio*
liel mismo modo que en los Rey nos que
en el mundo antiguo están baxo el pa-
bellón de la Península , y aunque hay
leyes propias de Indias, esto no importa
mas que la necesidad de no poderse re-
gir del mismo modo unos Rey nos que
otros , porque esto exige ia localidad, el
tiempo , las circunstancias , y la misma;
naturaleza.- También hay fueros en Ara*
gon , en Vizcaya , en Valencia y dema^
rey nos , sin que por eso dexen de estar
comprendidos baxo un sistema uni%'ersal
de gobierno , y confesemos que las Amé-
ricas baxo nuestros Reyes, han estada;
siendo unos Rey nos en el mismo plan
que los de ia Península. Colegios y Uni» .
versidades. Catedrales y Coros, Presiden-^,
cias. , Vireynatos , Capitanías generale^l
8o
Audiencias &c. todo está en el mismo
•rden que en España , y ilamados Jos
naturales del país á los empleos segua
«US aptitudes, y esta política ha sido
solo de la España, pues las dema^ Po-
tencias en sus posesiones de Ultramar
con toda su humanidad é ilustración, casi
no han hecho sino Factorías eh vez de Rey-
nos según la norma de los suyos. No
confesar esta- verdad es una publica in-
gratitud y una mala fé. Mas estabieci-
dos los españoles en estos países, tanto
al tiempo como después de la conquista,
viniendo entre ellos sugetos de la primera
y media clase , han dexado á su pos-
teridad sus nombres , sus memorias y el
fruto de sus trabajos (distinguiéndose
aquí por sus hazañas, y dineros, pues se-
gún San Agusiin, al que tiene plata Dios
tropieza á distinguirlo concediéndole esta
prerogativa ) y los mismos derechos que
«üzaban ca España ^ de modo que no
8i
¿an sido ni son ma$ los criollos que
«nos españoles americanos , á la manera
que son españoles andaluces los andalu-
ces , españoles gallegos los gallegos , y
españoles catalanes los catalanes /y asi
los demás. Si hay alguna rivalidad es
la que naturalmente se observa entre los
demás Reynos de la España : cada uno
€e cree mejor que otro , el castellano
se juzga superior al aragonés por exera-
pío , pero éste se desquita, creyendo que
la superioridad está de parte suya. Mas
quando se toca á intereses de la mo-
narquia , todos son unos, y cesan aque«
lias diferencias , que en cierto modo son
ventajosas al Estado. Mas infelizmente
encendida la guerra civil, se han caldeado
las cabezas de europeos y criollos , y se
han dicho denuestos mutuamente,. propios
de hombres apasionados, de palabra y por
escrito : de modo que han agotado el
diccionario de las desvergüenzas , y no
se podrá afirmar quien á quien se h*
-quedado debiendo. Como el número de
los necios por desgracia es mas abun-
dante de lo que aparece , íos hay en
europeos y criollos , sin mas provecho
^ue atizar un fuego, que debían habersfe
'empeñado en apagar^ pero entre la gente
sensata nada ha habido , y por el con.
trario , españoles europeos, y criollo»
mantienen las mas estrechas relacionea
'de amistad, de sangré y de comercio^
franqueándose en el modo mas íntimo
y urbano , y lastimándose de la nece-
dad de los que creen hacer un servicio
señalado al Soberano ,. y á la patria ca-
lentando una desvergüenza. Los intere-
ses , pues , entre criollos y europeos
son unos , como es una la nobleza, el
honor y los einpleos. Se sacará sin duda
mayor número de empleados europeos
que criollos , pero esto no proviene de
la postergación política del criollismo^
^3
sino de la mayor facilidad de ser color-
eados ios unos que los otros , porque
están mas cerca de la fuente de las
gracias , que es el Soberano. Pero ha-
blemos de buena fé ; g qué criollo dé
regular mérito pasando á la Corte no ha
5Ído acomodado , porque de cerca ha he-
cho su diligencia , como lo hace todo
hombre? Aun muchos sin moverse de su,
casa se Man colocado en empleos de en-
tidad , porque han logrado hacer mani-
fiesto su mérito. Tratar de excluir á los
Europeos de los empleos en estos paí-
ses , ademas de ser una injusticia , por-
que no son extrangeros , y suyos sofi
nuestros nombres y apellidos , sería tam-
bién pretender se excluyesen los criollos
de los empleos de la Penínsulaj y pri-
rarnos de la gloria que han obtenido
nuestros mayores en la campaña , en
la magistratura y en el santuario , y
querer que nuestros hijos rto puedan Cñ
^^
84
aigun tiempo succedtr á los Carvajales,
Eslavas, Casares , Vallejos, Pérez de los
Ríos, Mosqueras , ValdeÜrios , Lardiza-
bales &c. No considerar á los criollos en
ésta disiribucion, dándoles la pane que
iu población, aptitudes y circunstancias
exigen, es no acallar la queja que en to-
dos tiempos, y con el lenguage de la jus-
ticia, y de la moderación han hecho pre--
senté á S. M. plumas rccomendabiJísimas
de uno y otro emisíerio. Amigo, como ca-
íí»r los males es no querer su cura, digo
á V. que en mi concepto, uno de los reme,
dios esenciales de las presentes circunstan-
cías, seria esía consideración con ios ame-
ricanos. '^€ro aunen medio del fervor repu-
blicano, Pisisírato tiranizó á los Atenien-
ses, y Apio Claudio á ios Romanes, cnsc»
fioíe¿indose del poder. ¿Y cómo estariaü
las plazas rntermediarias hasia tocar en Pi-
sisírato, y Apio Claudio ? | Qué hicítfrort
MarioySila posteriormente, y despae*
los Triunviros? Pero sin ir tan léjós^
venga un gobierno de hombres , JlámeJo
V. del modo de quiera , ea donde Jo
purgue V. de las enfermedades civiles
inhere.ues á la humanidad; Estas de-
cantadas perfecciones son buenas para
los romances. Pero en la hisioria de Jos
pueblos no verá V. otra cosa que surcar
muy pocas virtudes en un piélago bor-
rascoso de vicios. Mas no nos cansc«
mos. I Quiénes declaman contra ellos?
I Acaso los hombres de probidad? No,
porque estos tratando de su propia re*
forma, los lloran, pero los toleran. Siem»
pre los declamadores son los Absalones
y Catiíinas aspirantes, no á Ja reforma^
sino al Trono, y Consulado. Oiga V.
hablar á uno y otro. „Buenas y justa*
me parecen tus palabras , decia á las
puertas del palacio de su padre, á los
que venian con alguna solicitud j mas
no hay persona puesta por el Rey para
dirtc. Oh ! quién me pusiera juex sobré
la tierra, para que viniesen á mí todos
los que tienen negocios, y ios disidiese
«cgun jusiicia ! Oiga V. ai segundo, que
como adolecía del mismo mal se que-
jaba igualmente. „Los virtuosos, buenos,
íiobies y plebeyos somos contados entre
el vulgo sin favor y sin autoridad, vi-
viendo sugetos á los que si conservase
«u dignidad la república , temblariati
'4e nosotros : y asi todo el poder , go-
bierno , honra y dineros están en sus
manos, ó donde ellos quieren , dexán*
<ionos á nosotros ios peligros y afren-
-tas, y con los tormentos la pobreza.
Todo lo que, ¿hasta quándo sufriréis va«
toncs esforzados ? j No vale mas morir
■con honra, que perder entre mil opro-
bios una vida miserable y abatida, des-
ee que han hecho .escarnio de ella los
Soberbios ?" Pero Amigo, amar ios ho-
po res, y procurarlos, destruyendo la Fa*
tria , no es amar la Patria, sirjo el dulce
de ella. El hoaibre que la ama , aun
quando se vea postergado , ó sufre el
desaire , ó aprueba la elección que se
ha hecho en otros, aun en concurso suyo.
Pretendió Pidareto , ciudadano de Lace-
deinonia, ser admitido en el consejo de los
trescientos, y no habiendo logrado nume^
rarse enire esos ilustres , que aun viven,
y vivirán eternamente , exclamó: gracias
á los Dioses, porque se encuentran en Es-
parta trescientos hombres mejores que yo;
y alcanzó de este modo por su modera-
ción un lugar igual, y aun en cierto modo
superior al de los escogidos para ese
coagreso , cuya memoria será eterna.
Esto es amar la Patria, esto es aii'»
tepon'érla á sí mismo , y lo demás es
quererse á sí tiernamente, y llamar Pa-
tria nuestros propios intereses. Seamos
ingéíiuos , y llamemos las cosas con suÉ
verdederos noiíibres y apellidos. No to-.
88
éps han de ser colocados en los cm*
pieos de la Patria ó de la Monarquía:
esta clase de servicios únicamente pue-
den prestarlos los favorecidos de la Pro-
videncia por sus virtudes ó proporcio-
nes ^ pero todos deben servir al Estado
en la esfera que les ha cabido en suer-
te , y tal vez le hace mas servicio el
hombre de mérito olvidado de ella, to-
lerando como buen hijo sus desaires, que
aquellos que elevados á los primeros em-
pleos llevan la admiración del vulgo, ese
juez necio que ciegamente tributa honores
á los indignos , corre desatinado tras la
fama, y se alucina con nombres y retratos.
No por mandar á Israel , ni á Roma,
ni porque no se alcanza la corona, ni
el consulado , hagamos causa pública la
nuestra, c inundemos de sangre nuestr*
patria. Pero vamos adelante.
Las discnciones de América son
fomentadas , continúa el autor del Ma-
§9
«ifiesto por los generales y gobernadé*
res de las Provincias , quienes por ha*
cerse de dineros y de grados , las en-
cienden lexos de apagarlas. ¿Esperaba
V. esta proposición? Esto sí que es política^
y ver las cosas en su verdadero punto
de vista. Los gobernadores y capitanes
dixeron á los pueblos que se conmo*
viesen , y con asesoría de ellos se hizo
la revolución , y con la misma han sido
eacrificadas ilustres cabezas como las de
Liniers , Paula Sans , Nieto, y Ruis
de Castilla. Conociendo estos Seño*
res las ventajas de la libertad y de
la independencia y y penetrados de la
felicidad, que redundaba á los que abra^
zasen este partido , fueron asesinados
con todo su corazón , y lograron estas
conveniencias , y ascensos llenos de di-
neros. Los gobernadores y capitanes que
Bo han sido víctimas, fomentan la guer-
ra , porque consideradas las cosaé coa
m
9®
jl|!cio, ddjian estarse quietos, rendí^
las '^ armas , y la autoridad mal emplea-
das, y administradas , y entregarlas i
los que declarados caballeros déla liber»
tad , están empeñados en hacernos felices,
para q«e sino queremos ser hiena-?
venturados á la buena, lo seamos á la
inala, y que sino nos aícaqza la fe?
Hcidad por ahora , porque el paso de
un estado apático, y obscuro á otro acti-
vo y brillante es de sangre, y de extep-
miuio , á lo menos dexemos esta dicha
á nuestros bijos , quienes cogerán fru-
tos opimos , y bendecirán la mano que
cortó los cables con que se afirmaba el
despotismo. En suma estos señores fi-
lantrópicos conocen que el cuerpo po«
rlítico está con calentura pegada hasta
Jos huesos , que no quiere tomar lot
^nedicamentos duros, que le darán la sa-
nidad , y como buenos módicos se cx«
/fuerzan ¿ que tome los remedios , pue$
91
¿espues de convalecido, y de pasaif pO|
el tormento de la curación, ha de quedar
con una salud y una robustez , que pue-
da lucirse en qualquiera parte.
Oponerse ios gobernadores y ca«
pitanes á este sistema, es una inhuma*
nidad , es porque no tienen principios
íentimentaks , y porque nuestros mayo*
res trataban de andar por donde cami-
naba el tropel de la gente.
No Señor, nuestros abuelos fueron unos
j)uenos Juanes , que no trataron de otra
cosa que de educar á sus hijos á la
pata la llana , instruyéndsies en el Ca-
tecismo por si mismos, y en que fuesen
unos hombres útiles al Estado , y que
quando no , trabajasen por no merecer
la indignación del resto de los hombres,
? Qué leian ni hacian que leyesen sus
hijos? Un Fray Luis de Granada, que
no se como hay pulmones que lo aguan-
ten con aquel estilóte de esos tiempos
93
|>ropiamente , y con unos clausulones
que falta el resuello, y con las véjese»
de allende , aquende , agora , dulzor y
arreo : leían también la vida devola de
San Francisco de Sales , que aunque es
francés , pero dista mucho del gustó del
dia , y el Santo no supo lo que el autor
del Emilio , y del Diccionario filosófico.
Estos, estos son libros para formar hom-
bres regeneradores de la felicidad pú-
blica , y como ya se ve , los gefes ni
capitanes no entran en esto, porque no
tniienden , ni son capaces de entender
esos altos preceptos de sabiduría, reser-
vados á Juan Santiago y á Francisco
Miria , derraman la sangre sin filantro-
f ismo, quando los patronos de la revolu-
ción llenos de una dulce ira, y sobre
precisados acometen dc^duro, porque asi
Jo exige la humanidad, que clama por
el remedio, y por ende se han declarado
sus protectores. Los gobernadores, y ca-
i
93
pitanes son unos fanáticos serviles, y b».
^os. , que porque se les deu cruces y
empleos, venden su sangre á los Reyes
que son los que ma* t„ „ .
que mas se oponen al pro-
greso de ¡a felicidad.
Pero busque V. amor limpio, !„.
ees , reciitud de DrinrimVc a ■
"t principios, desinterés.
y sohic ludo filantronia v á
P,. "'opia, y a mantas de
'*' encontrará V. todo eso en el'
ParuJo republicano. Si ,oma„ Jos en.!'
pLosessobremuyrogados, y por servir
aja Patria, sin mas que sacrificarse
en su obsequio como buenos hijos. Si
derraman sangre, es como lo hacen lo,
flebotomólas, por aplicar al mal político
-"-edicina. Si se saquean los pueb,r
l7""'-^--«-si-„e:empla
q"e han obscurecido los tiempos de Jas
-"."as repúblicas, y, WlLprov!
*^- -para sí. sino para el Estado:
y SI toman aieo nr. »c •
^i^go , no es sino como miem-
"-del Estado, po, guardar el 6rdel
94
pero no por deseo de "dinero. Afagc.
Si tratan con demasiada urbanidad á la»
niugeres , parte es por marcialidad, y
parte por filantropía , la que se extien-
de al bello sexo con alguna mayor dis-
tinción, que al otro, que no es tan bello.
ía V. vera , mi Amigo , que quando a
¿sos Señores se les oponen los goberna-
dores y generales . fomentan decid.da-
óiente la diseacion, y es una culpa nue-
va nada menos que de lesa filantropía..
1.0S gefes de las provincias , y los capt-
tanesdelosexércitosdebianab.itUsel
paso , y rendirles las armas hincados de
rodillas , como á los libertadores del ge-
nero humano , y sembrar de flores y
de aromas el lugar por donde pasaban,
comoel Sol, ilustrando, y felicitan^, te.
puntos de su curso.
V verá qué orden de cosas y hermo-
,„ra reina «n medio del filantropismo.
95
Verá V. la tolerancia sentada en su tron#
de todos colores, y de todos metales, xibra-
sando filaiurópicaracnte á todos los hom-
bres de lodas castas, y religiones, y aun
sin religión, pues la íliantcopíano tiraniza
las conciencias, porque ese es pecado gra--
vísísimo , Y es demasiado escrupulosa
para cargarse de tamaña maldad, propia
de ios siglos de barbarie. Verá V. que
al hombre que tiene bienes le obligan
á que sea cariíaiivo , porque la íiian-
tropía exige que iodos leiigan , y si
hay alguno tan, poco j^níímenía/ que
guarde sus talegos para sí solo , se
le castigará para que los suelte, y ya
queda con paiente de filantrópico , y
habiíitado para arrcbaiar á quaiquicra
lo que nc ie arrebató, cino le toa, ó filan-
trópicamenie la Patria , para sus ¡úps
famélicos, en virtuú del dominio eminente
(júe en eíía resiue, y üel buen uso que
iiinc quehacer por les principios iiUn-
g6
trópicos Verá V. que sé gasta poco
tiempo en ir á los Tetuplos, ya se vé,
irá el que quiera , porque Dios está en
todas partes , y cada uno cumple con
ei Ser Supremo ( lérmino cuito) á su
modo. Verá V. marciaÜdad , nuevas cos-
Iiimbre5 , nuevos hábitos y vestidos, co-
mutiion de derechos , y de mugeres ^ di-
versidad de lenguas, poea ó ninguna
morai , y sobre todo verá V. la imagen
del Infierno en la üerra , y blasfemar
de esícs resüiiadcs funestos , de esta'
sangre derramada , de éste trastorno del
íordea , y de esta felicidad de quaíro in-
dividuos , que han suniergido el resto dé"
los incautos ó impotentes en este abis-
mo de anarquía, de la que no hay plu-
ma , íii corazón , que calcule los males
que la cscoiían. ; Ay Amigo ! quándo,
qu:uido se desvanecerá este prestigio d«
libertad , que no es otra cosa , que lí
Uiáscara dci bien , que cubre todos k.s
i
males! Oh! quantos se cometen en tu
nombre , decia Madama Roland , una de
las mugares mas célebres , que floreció
en la revolución de la Francia I Estas
fueron las palabras con que cami«aba
al cadalso, y esta lección terrible dada
por el pueblo mas ilustrado del mundo,
aun no hace abrir los ojos á los que,
ó embriagados con el hechizo, ó ya
empeñados en el juego, continúan sacri-
ficando las virtudes , los sentimientos,
la moral , y quanto hay sagrado y res-
petable. ¿ Qué enfermedad es esta que
ha acometido al espíritu , y qué vér-
tigo se ha apoderado de ciertas cabe-
zas tanto mas débiles y flacas , quanto
mas fuertes se creen, y capaces de orde-
nar el sistema de la creación. ¿Quien
que ha leido la historia de la revolu-
ción francesa , prescindiendo de otras,
porque esta és del dia, y lo que mas
cerca teneoios , nos toca mas de iieno,
no temblará de toda revolución, y né
preferirá ios males , por graves que sean»
á ios bienes que provengan por rom-
per con la autoridad ya establecida ?
Con franqueza puede asegurarse , que
los anales del tiempo no presentan sub-
versión, en que sea el pueblo mas po-
deroso , ni mas ilustrados los que es-
taban á su frente , ni con mas recur-
sos, para sostener y llevar adelante esos
principios, que trataron de desenvolver
los filósofos en el exceso del delirio re-
publicano. En el partido de la Gironda
especialmente se hallaron hombres , que
agotaron las materias, y las presentaron
en el lenguage de la mas vigorosa elo-
cuencia , ¿y quál ha sido el resultado?
Ensangrentar el trono, y hacer correr
ríos de sangre , con los que regado el
árbol funesto de la libertad , producía
frutos correspondientes á tal riego. En
todo tiempo las generaciones succe^ivds
99
leerán temblando las página* que ínclu»-
yen estos hechos, y aun dudarán de stí
verdad j porque sin embargo del caudal
de miseria , que encierra el corazón hu-
mano en su seno , creíamos que no podía
dar tanto de sí. i A qué hacer á V. Ja
pintura funesta de estos maltís , quando
es un hecho que ha empezado , y aca-
bado en nuestros dias ? Ya cansados
los pueblos de tanta sangre , y sutíiéf-
gidos en el piélago de horrores, sin rte«
cursos ni arbitrios de salvarse , puet
losrtmcdiüs empeoraban la enfermedad
poiíiica , clamaron por la dinastía con»
tra la que se habían conjurado, y vol-
vieron á ponerse baxo la sombra del
trono , porque sino los males no tenían
guarismo. Mas convirtámosnos á nues-
tro asunto.
Aseguro á V. que no hay cora-
zón que írufra la lectura del p/a«o gwt
íHanijiesta el sistema , y régimen de las
TOO
üpéracionss , que debían regir , y poner m
cubierto la grande obra de la Ubertad-
de las Provincias Unidas del Rio déla
"Plata en la América del Sur , fresen*
fado por comisión á acémila Junta por sa
Secretario D. D. Mariano Moreno , quiea
pasó i Lóüdres en calidad de Embiado,
y en cuyo viage murió , dexando á ua
amigo suyo , que hasta el dia se ignora^
quien fuese , una caxa de papeles pe-
culiares á él : y siendo desierrado el
sugeto en cuyo poder quedaron, del
de este vinieron al de otro , por cuyo
conduelo se tía franqueado tstc aborto
concebido en la iniquidad mas tranquila,
y así se ha descubierto este nuevo modo
de felicitar á ios pueblos , acabando coa
Ja humanidad , y la moral fruto mortal
de la empresa que se habían propuesto
los Wasiniones y Franclines de las Pro-
vincias del Kiode la Plata.
Asombra ver á un hombre át la
i
101
ilustración de Moreno , porque es nece-
sario hacerle justicia , no tropezar en
nada , y jugar con la vida , y con la
muerte, con la mala fé, con el engaño,
con la sangre , con las virtudes y loS
vicios para regenerar á su Patria. ¿Qué
puede salir sino el Erictonio de la fá-
bula? Con menos justicia se habia dicho
non est tanto digna dolore salus. No pre-
gunte V.... qué Evangelio rige, sino qué
humanidad es la que puede caber en
tales almas, delincuentes por principios?
Oiga V. literalmente algunas de las re-
flexiones , que entran en el plan de está
felicidad mas insoportable que la mas
dura desgracia.
„E1 hombre en ciertos casos e$
hijo del rigor , y nada hemos de conse-
guir con la benevolencia y la modera-
ción : estas son buenas , pero no para
cimentar los principios de nuestra obra.
Conozco al hombre, le observo sus pa-
102
alones , y convinando sus circunstancias
sus talentos, sus principios y sus climas,
deduzco por sus antecédeles, que no
conviene sino atemorizarlo, y obscure-
cerle aquellas luces , que en otro tiempo
saría lícito Juminaríe.<« (Vaya esa ración
de humanidad, y de luces con que se obse-
quia al hombre por io pronto.) „La mo.
deracion fuera de tiempo no.es cordura,
ni es una virtud, al contrario c5 una
debilidad qaando se adapta un sistema,
que sus circunstancias no la requieren.
Jamasen ningún tiempo de revolución,
se vio adaptada por los gobernadores la
moderación ni ia tolerancia ; el menor
pensamiento de un hombre que sea con-
trario á un nuevo sistema , es un de-
lito por la influencia , y por el estrago '
que puede causar coa el exemplo, y su
castigo es irremediable. Los cimientos de
una nueva república , nanea se han c?í-
mjntaüo sino con ei rigor, y el castigo,
103
inexclados con k sangre derramada de
todos aquellos miembros, que pudierais
impedir su progreso/* ( ¡Qué tal exordio
para la felicidad ! ¡ Qué verdugos rege-
neradores ! I Qué Arístides I ¡Qué Ca-
oiilüs ! í Qué fieras!....)
5, La filosofía que reyna en este
«iglo demuestra la ridiculez de la gran-
deza , y la contingencia á que está ex-
puesta." (La Religión lo ha demostrado
en el verdadero sentido, y mejor. Pero los
filósofos quieren acabar con la grandeza,
para quedar ellos solos de grandes , y
para que nada se respete. Con menos filo-
sofía y mas religión se ven mejor las
cosas. )
5,No debe escandalizar el sentido de
mis voces de cortar cabezas , verter san-
gre, y sacrificar á toda costa, aun quando
tengan semejanza con las costumbres de
los antropófagos y caribes. (¿Para quando
Huardarémos el escandalizaraos? ) Y «in»
I por qué nos pintan á la libertad ciega>.
y armada de un puñal ? (Según eso mata
sin ver á quien.) Porque ningún Estado
envejecido , ó Provincias pueden regene-
rarse ni cortar sus corrompidos abusos,
sin verter arroyos de sangre. «< (Regene-
ración ! Semejante á la que hizo Meduia
en Pelías.)
„En tiempo de revolución ningún del!-
to debe castigarse sino es el de infidencia^
ó rebelión coí^itra los sagrados derechos
de la causa qi^e se establece, 3; todo h
¡demás debe disimularse.^' (Vé aquí la li-
bertad en su verdadero significado, según
estos señores^ Como se sigan sus ideas, no
hay delitos , que merezcan este nombre.
Todos pueden contribuir á que se regene-
re el Estado, libertad de ley , de concien-
cía y de todo : los crímenes que no sean
contra la libertad, son gracias y niñerías.) •
„ Con Iqs adictos al sistema con*
trario debe observar el, gobierqo,
IOS
•conducta muy distinta, y es la mas cruel
j íanguinaria. La oienor especie debe ser
castigada.,., y la meaor semíprueba de
hechos, palabras &c. contra la causa que
^c defiende , debe castigarse con pena
capital (Dracon mejorado!), prineípalinen-
ic quando concurren las circunstancias
de recaer en sugetos de talentos, riquezas,
carácter y de alguua opinión. *< (Allí e^
el banco. Ya Qstáa señaladas las vícr
*imas.)
„Quantos caigan en poder de la Patria
de estos segundos, exteriores ó interiores,
como gobernadores, capitanes generales,
mariscaies de campo , brigadieres , coro-
neles, ó quaíquiera oíros de los suje-
tos, que obtienen los primeros empleos
de los pueblos , que aun no nos han
cbedecido , y quaíquiera otra clase de
personas de talento, riqueza, opinión , y
concepto , principalmente las que tienen
un conocimiento completo del país , sus
io6
situaciones , carácter de sus habitantes,
noticias exactas de los principios de la
revolución , y demás circunstancias de
esta América , debe decapitárseles: lo
piiaiero, porque son unos antemurales
^ue rompemos de los principales , que
se opondrian a nuestro sistema por todos
caminos. Lo segundo , porque el exem-
pío de esíos castigos es una baya para
nuestra defensa , y ademas nos atraemos
el concepto piáblico 3 y io tercero, por
que la Patria es digna de que se le
sacrifiquen estas víctimas , como triun-
fos de mayor consideración é importan-
cia para su libertad , no solo por io
mucho que pueden influir en alguna parte
de ios pueblos , sino que dexándoios es-
capar , podría la uniformidad de infor-
mes perjudicarnos mucho en la misma
España , según las miras de las rela-
ciones que debemos entablar/^ (¡Ay de los
que valen algo cayendo en tales manov
!Con que filantropía seráa desquaniía-
107
ábs, y qué himnos, y endechas tan tíer»
ñas entonarán en loor de la libertad
q\XQ \qs trae tal pro )
Reflexión V. „En la misma forma
^.omo he referido deben irse haciendo pu-
blicar las demás providencias con algu-
na lemitnd , sin mostrar de golpe el
veneno á unos pueblos envejecidos en
sus costumbres antiguas , y asi luego de-
ben hacerse fixar edictos en todos los
pueblos y su campaña , para que «jual-
quiera delincuente , de qualquiera clase
y condición que haya sido su delito, y
tuvieren causas abiertas en los respec-
tivos tribunales , presentándose y em-
pleándose en servicio del Rey, queda-
rán esenios de pena y nota , entregán-
doseies las mismas causas para que no
quede indicio alguno: baxo del concepto,
que á cada uao se le empleará conforme
a sus talentos y circunstancias , y en este
caso se previene á los alcaides y demás
jueces remitan una información del con
ccpto que entre la gente v^ga, y ociosa
tiene cada individuóde .estos , é iguaU
Hiente de su valor, talento y conocituien-
tos campestres , para distinguirlos en Jos
puestos de oficiales, y otros encargos,
por Ja influencia que tienen. Que á estos
y otros muchos, de quienes en Jos prin-
cipios de la revolución es preciso valerse,
luego que el Estado se consolide, se apar-
tan como miembros corrompidos, que han
merecido aceptación por la necesidad."
(Véanse en este espejo los que por tales
apiiiudes esperan las coronas cívicas de
la amada Patria.)
Reflexión IX. ,, Las cosas en el es-
tado que la antecedente reflexión ins-
truye, presentan ya ocasiones que no de-
ben desperdiciarse , mandando inmedia-
tamente á los pueblos de Urugay, y de-
mas principales de la campaña una fuer-
2.a de quinientos á ochocientos hombres,
con ohciaies, sargentos y cabos, mas de
los correspondientes, para que sirviendo
"•109
de apoyo > se ' vayan organizando en los
mismos pueblos algunos esquadrones de
caballería, y cuerpos de infantería , te-
niéndose presente el haber atraído á nues-
tro partido , y honrádolos con los pri-
meros cargos á un Valdenegro , á un
Baltasar Vargas , á los hermanos, y pri-
mos de Artigas, á un Benavides, aun
'Vázquez de San José , á un Baltasar
de Ojeda &c. &c. , sugetos, que por lo
conocido de sus vicios, y condiciones son
capaces para todo , que es lo que con-
viene en las actuales circunstancias, por
sus conocimientos campestres ^ y opinio-
nes populares, que han adquirido con
sus hechos temerarios j y después de es-
tos, aquellos, de quienes se tenga aviso
por los jueces , y los que estos mismos
propongan , para que yéndose formando
algunos cuerpos de tropas, é instruyén-
dolas en el arte militar, mandándoíes
de aquí lo que ívíqsq menester, se alis-
tQii, y comiencen á hacer algunas corre-
■ lio
rias , tratando de hacerse obedecer, y á
la fuerza , y no á las consideraciones. <«
Asi va todo. Faltan voces para
excecrar dignamente unas máximas pro-
pias , ó por mejor decir impropias de
los mayores tiranos. Ellas solas serán
acompañadas en todos tiempos de los
anatemas de esa razón, cuya sola auto-
ridad conoce la filosofía , y de esa hu-
manidad, que aman vilipendiándola y des-
truyéndola. Abran los pueblos incautos
los ojos, considérenla felicidad que se
les brinda, y á qué precio, y tengan en
Ipdo tiempo los patronos del tras-
. torno este padrón de ignominia , que
al paso que haga detestar su memoria,
instruya á los pueblos del carácter de
sus nuevos benefactores, y convénzanse
de que solo la religión puede hacer hora-
tres de bien , y monstruos la filosofía,
en el sentido que nuevamente se dá á
esta palabra.
Es un delirio pensar que la fe-
m
ücidad pueda venirnos de los que do-
mésticamente nos asesinan, ni de manos
extrañas. La revolución de ias provincias
disidentes no puede existir por si sola,
y quanta mas fuerza tome, se agusará
como el fierro, perdiendo de su substancia
en la sangre de sus íiijos. Podrá muy
bien el Lord Cochrane ponerse á ia fren-
te de su marina , y tras este otros hé-
roes de igual entusiasmo , perdidos de
amores por la libertad de países ex-
traños, encargarse de proteger la dis-,
cordia de los padres con los hijos , y
arrojarnos manzanas de oro, no desti-
nadas á las mas bellas, sino á los mas
mentecatos ; pero después de la protec-
ción, si infelizmente prevaleciese el par-
tido disidente ¿quál sería el resuhadol
No es necesario encumbrarse á los altos
principios de la polídca , ni deducir por
«na larga serie de raciocinios, conse-
cuencias envueltas en misterios, Las ver-
Ilt
dades obvias no necesitan demos trarseí
los protectores de los pueblos son pro-
tectores de sí mismos , y tiranos de los
necios , que ciegamente se ponen baxo
una tutela, que no tiene otro objeto, que
hacerse de los bienes dd pupilo.
Déxeme V. contarle un suceso referido
en la historia Romana , porque hace al
caso , y con diferencia de actores , las
escenas del mundo son las mismas ; lo
niismo dice la historia de ayer , que la de
hoy, y lo que dirá la de mañana. Conmo-
vidos los Tareníinos contra los Romanos,
y tratando de sacudir el yugo , cono-
ciéndose impotentes, imploraron el auxi-
lio de Pirro , Rey de Epiro, cuyo solo
nombre importaba su poder j y habién-
dose divulgado en la ciudad , que se ha-
bía decretado llamarle para esta empresa,
el ciudadano Meton , hombre de bien
y juicioso , se dirigió al teatro piíbli-
co , llevando una tea en la mano.
1X3
en la cabeza una corona quebrada , y
entró á él asociado de una moza flau-
tista y fingiéndose borracho. Ei pueblo,
consiguiente á su inclinación por ios pa-
satieiiipos , ordenó que avanzasen aiubos
al ^medio del Teatro, y que tocando la
moza la fiauta cantase él. fíntóaces apro-
vechándose del silencio dixo ; 5,Tarenti-
nos 5 muy bien hacéis en permitir que
canten y bayien por ahora ios que Qsiin
para el paso, y lo desean, porque en quan-
to Pyrro entre en la ciudad ya nadie po-
drá.hacer lo que guste, ni le acomode. Un
discurso de esia naturaleza obligó al
pueblo á hacer reflexiones que fueron
acompañadas de murmuraciones y los
autores de los ultrages hechos á los
Romanos, recelando que si se resol-
vía la paz se les castigase según sus
crímenes , reprendieron en la multitud
la facilidad con que dexaba burlarse de
un temerario insensato , y acometieron
«4
contra Meton se arrojaron sobre el, y
le echaroa del Teatro , y asi sin opo-
sición alguna se executó el decreto de la
llamada de Pyrro. ( ^ ) ,v
{^) Ferunt vulgato per civitatem rumore^
deecretum de Pyrrho acciendo factum esse,
Metonem qucemdam hominem frugi ,
sumpta corona marcida et fácula , ebrio-
rum more, cum tibicina teatrum in-
travisse ; ^opulum Tarentimm , sólita
lascivia , jussisse , ut progresi in mé-
dium y iík vocs y muliercula tibia cañe-
rent, Tum Metonem , facto sikntio , di-
xisse; Bene facitis Tarentini , quod sal-
tandi canendiquc co^iam fraestatts^ quibus
'iibet : nam Fyrrho in urbem admtsso vix
erit 5 ut liceat ampius nostro nobis ar^
hitratu vivere. Mote ad hoce populo ,
atque orto murmure y veriti qui autores
injuriarum adversus romanos fuerant ,
«e pacificis consiliis vakntibus ad su-
plicium ipsi dedereniur , increpito vuU
go , quod ao homine temerario tam in-
digne derideri paterctur , Ímpetu facto
Metonem teatro exegerunt. Ita nemtne
deinceps adversante, decretum ratum fuit,
SuppietHt. Liviaa Decad. 2. üb. 12.
4:ap. 1 $: >
119
\ imagen é inscripción del Cesar , pues
seguid este misino estado de cosas, sin
alterarlo , porque nada contribuye á la
religión el mezclarse en materias de es-
tado , y esta se acomoda á todas las
formas de gobierno de las diferentes
gentes, que habitan el globo. Pero no
alteréis el orden establecido por ningún
ipotivo, asi como yo no he perturbado
el público , sin embargo de estar en
poder de usurpadores el trono de Da-
vid que me toca, y pertenece de de-
recho por hijo suyo. | Quién mejor que
Jesucristo conocía ios vicios de los sa-
cerdotes, de la ley, y loquecorrom-
pian los Fariseos, y Escribas la moral
de la Sinagoga ? Pero combatiendo sus
errores , porque esta era una parte de
su misión divina , consideraba su digni*
dad,, y acataba la silla de Moyses ,
en que estaban sentados estos ministros
^^miquos^ y ea quantos prodigios obró
120
ch los que debía intervenir la autoridad
sacerdotal , ordenaba á los agraciados,
y limpios, que se mostrasen al sacer-
dote. Esta consideración se tuvo por
nuestro Señor quando ya iba á espirar
la Sinagoga, siendo el Sac-erdote Eterno,
el Deseado de las gentes, el Dios hom-
brcj que iba á ser el lazo y cadena, que
reconciliase el Cielo con la Tierra, y que
derramando su sangre abriese las puertas
de la vida, cerradas por el pecado. Los
Apóstoles á imitación de su divino maes-
tro perecieron viciimas de su amor á
Dios, y á los hombres, derramaron su
sangre enteram^ente , pero ni una gota
agena , y respetaban la autoridad con
su exemplo, y su doctrina. Tertuliano
decia que en las cárceles únicamente
estaban ios crisiianos por ser cristianos,
y que no se les acusaba de otra cosa,
ni de otra faha , y que si tenian ciro
crimen ya no eran cristianos , porque ^^^
113
en la cabeza una corona quebrada , y
entró á él con algazara de flautas, ;y
fingiéndose borracho. El pueblo , consi-
guiente á su inclinación por los pasa-
. tiempos , le obligó á que abanzase hasta
el medio del Teatro , mientras su com«
pañia tocaba los instrumentos , y enton-
ces aprovechándose de la atención, que
• le prestaba el concurso, dixo : ,, Señores,
tarentinos hacéis muy bien de permitir
que hoy canten, y toquen los que están pa-
ra él paso, y lo desean, porque en quanto
Pyrro entre en la ciudad ya nadie podrá
hacer lo que guste, ni le acomode. Üa
discurs© de e^ta naturaleza obligó ai
pueblo á hacer reflexiones que fueron
acompañadas de murmuraciones y llan-
tos, y los autores de los ultrages he*
' chos á los Romanos , recelando que si
se resolvía la pai se les castigase se-
gún sus crímenes , reprendieron en la
multitud la facilidad con que escuchaba.
8
114
laa bufonadas de un temerario insen-
sato , y saliendo de sus asientos se ar-
rojaron sobre él, y le echaron del Tea-
tro , y asi sin oposición alguna se exe-
cuto el decreto de la llamada de Pyrro. (*J,
C^) Ferunt vulgato per civitatem rumore,
deecretum de Pyrrho acciendo factum esse,
Metomm qucemdam homincm frugi
sumpía corona marcida et fácula , ebrio-
rum more, cum uhicina teatrum in^
travisse : fopulum rarci-itinuín , sólita
lascivia , jussisse , ut i^rogresi in mé-
dium , ilie voce , muliercula tibia cañe-
rent. Tum Mstonem , ¡acto silentio , di^
SQisse; Bene facttis Tarentini , quod sal^
tmdt canendique cofiam praestatis, quibus
íwci : num ryrrho in urbem admisso vioc
€nt , ut liceat ampiius nostro nobis ar-
hitratu vivere. Moto ad htec populo ,
trique ^ orto murmure, veriti qui autore]
injiiridrum udversus romanos fuerani ,
n'¿^ pacijicis consiliis vakntibus ad su-
plkium ípsi dederentur , increpito vul-
go , qucá ah homine temerario tam m-
aigne derideri patereiur , ímpetu jacto
Metonem teatro €xcgerunt. Ita nemine
demceps adversante, decretum ratumfui^.
Suppieiüt. Livian. Decad. 2. lib. la.
cap., ij;
/V Mas el éxito acreditó la cuerda locura
de Meten , y el juicio loco de los que
despreciaron su saludable advertencia.
Saque V. las consecuencias que quiera,
y vea lo que es llamar á un poderoso
á socorrernos. La protección se vuelve
mas funesta que el domiaio mas duro,
y al fin el pueblo auxiliado es oprimi-
do por el auxiliante.
■ Si, Amigo mió, no salgamos de nuestra
casa implorando auxilio de la agena, que
ha de salimos á precia muy triste. Los
que entusiasmados con ideas quiméricas
creen mejorar de fortuna con la regenera?
¿ion, vean lo acaecido en sucesos iguales,
y sepan que se cuenta con ellos para des-»
preciarlos , pues los hombres de otra im-
portancia son arrastrados por la revo-
lución , que ademas de parecerse á Sa-
turno , que se comía á sus propios hi-
jos , es un torrente que lleva tras sí
■quanto se le pone delante , si-endo mejor
ii6
contenerse en una suerte mediana, y con-
tar con elJa, que no alusinarse con pala-
cios de ioiaginacion , que no tienen otra
realidad que la que quiere darle cierta cía.
»« de hombres, que sueñan sobre despier-
tos. Desde ahora para siempre renuncie V.
toda felicidad que vengan trayendo de ofi-
ció los procuradores del genero humano ,
pero transtornando el orden público y d
privado, y desvaratando lo bien puesto
Jesu-Cristo vida nuestra fué muy
patriota , pues dio pruebas de su
amor á su pueblo , hasia derramar lá-
grimas sobre Jerusalen. Y de la con-
ducta de este divino y único Maestra
deducirá V. que el verdadero cristiano
prescinde de las quesiiones civiles, y qug
debe dexar las cosas en el mismo es-
tado en que las halla : que su guerra
no debe ser otra qne la que declare
al vicio , y que todo trastorno es con-
tra el espíritu de la religión , que est» ^
1^5
^ gratitud y adhesión á sus Soberanos?
Los pueblos no son de los Reyes, á la
tnJnera que las haciendas ó estancias,
fion de sus dueños , mas lo son al modo
que los hijos de los padres j porque, de-
sengañémonos , y no entremos en los
romances del contrato social: la autori-
dad real no es otra cosa , que la au-
toridad paterna civilmente constituida.
Todo padre antes de que los pueblos hi-
ciesen corporaciones, ó figuras civiles ea
el globo era el Rey y el Sacerdote de
«u familia , y exercia tanto sobre su»
hijos naturales, quanto sobre los do-
mésticos, que se ponian baxo su proiec*
cion los derechos de la soberanía. Vea
V. á Abraham sacrificando á Isaac, como
Sacerdote, y arrojando de su casa á Is-
mael al Desierto, como Soberano , y ven-
ciendo á los reyes con su familia , y
considerado el mismo como Soberano,
^unqueno llevase este título, que es ques*
126
lion de muy poco momento. Vea V. á Jú-^
das, hijo de Jacob, y cabeza de su Tribu,^
condenando á muerte á Tamar su nuerai
sin mas derecho que el de ser gefe dé fa-
milia. Muhipiicadas estas , los derechos
parciales se refundieron en una sola ca»
beza , de manera que solo la autoridad
doméstica quedó á los padres de familia,
y la piibiica á aquel, en quien por el
bien común se trasmiiió este poder. No
hay mas en esto, ni hay que calentarse
la cabeza , ni perder tiempo. Esta es la
soberanía en su naturaleza , y ríase
V. de otras novelas de soberanías, que
son en su esencia delirios de febrici-
tantes, y no traen otra cosa que el Es-
pinosismo civil, porque á la manera que
aquel delirante se le antojó decir, que
todo era Dios , y que de consiguiente
el verdugo , el cuchillo , el cadalso y
el executado eran la divinidad , asi sien-
¿0 el pueblo soberano , todo es sobera-
127
cda , y toda la baraja se vuelve Reyes
sin encontrarse otra figura j por lo que
desde el que tiene el cetro hasta el úl-
timo en ia cadena civil hay soberanía
á que quieres boca , y todos tienen el
título de magestad, librado en el des-
pacho de los señores ministros de gracia
y justicia de la nueva filosofía. Riamos
ó lloremos por tales desatinos , y con-
fesenjos que el derecho de la soberanía
de ios Reyes dé España tiene toda la
legitimidad, que conoce la razón, y el
orden. Las cosas las hemos encontrado
en este estado , y á la manera , que si
un extraño, que viniese á establecerse
en nuestro territorio , quisiese llamar á
juicio nuestras leyes , usos y costumbres,
aventando unas, y conformándose ccq
otras , porque no habia prestado su vo-
to en la forma ó constitución del go-
bierno , se declararía por un fatuo, dig-
no de coxífinárscle en los colegios á
i
12S
Jps Orates, San Andrés, ó Hipólitos, asá
el que naciendo baxo un gobierno conis-
lituido, traía de su reforma por no con-
venirse el actual régiaien con sus prin-
cipios, ó sus pasiones, es acreedor al
desprecio, y á ser expelido de ia socie-
dad, con la que no se acomoda. Mas
fácil es que. yo me arregle al orden
común, que no que el prden cpaiuu se
jarregle á mí ; en la mano tengo^el re-
, medio , que es pasar á otro pais dc.Jq-
igislacion mas análoga átni. cabeza, que
presto me-cansarc de ella. Asi pues Ami-
go mío, repito: sigamos con los Reyes de
España que son los que por todo principio
tienen la autoridad demandarnos, no co-
,mo borregos, sino como á hombres:
y los españoles americanos debemos
sostener los derechos de la corona ea
-«stos dominios , porque lademas de otros
justos motivos , no podemos tender la
vista á .parte alguna , que no demos con
121.
Crt^crdaderainénte no es digno, ni propio
discipulo de Jesucristo el que solo cree,
sino el que cumple sus preceptos, y
cumpliéndolos , ya no hay crimen pú-
blico ni privado. ,
Los defectos pues , y aun los
escándalos son necesarios en el mundo,
y querer quitarlos es tratar de lo impo-
sible. Pero porque haya abusos y faltas,
tratar de perturbar el orden establecido
es irritar los males , y aumentarlos de
diez á ciento ó mil con esa clase de
remedios. Los males son de la consti-
tución humana en qualquiera constitu-
ción. Sigamos por donde han caminado
nuestros padres , sin que este proceder
se llame supcrsiicion, sino el resultado
de la sabiduria. Acójamenos á la som-
bra -del trono , que es un ar bol ma-
gestuoso , y de influencia conocida y
beiiéñca , y no tratemos de cultivar
arbustos que aparecen , y desaparecen
122
maleando la tierra , y destruyendo á sus
cuiíivadores. No nos aterretnus con la
palabra despotismo , ni n^os exáitéaios
contra eiía sin examinarla, é Quái es
-aquel íjue se quiere echar en cara á
nuestros Soberanos ? ¿ Qué han he-
cho los Reyes de España, y quálea
son Jas culpas de que se acusa su go-
bierno, para sacudirlo de nosotros ? £3
una iiijusticia , y una ingratitud atribuir
los defectos del tiempo , de las circuns-
tancias , y de aigunos gobernadores ó
tnagisiradüs al mismo gobierno, y al So-
berano inocente , quando su voluntad y
su mismo interés le obliga á la conser-
vación , y bien estar de esios Reynos,
á que abrieron paso sus capitanes, dando
nueva forma y gloria no solo al nombre
cspai^ol , sino á la religión y ai prbe
conocido.
Seamos justos , y aunque por Ja
peste dtl día solo quiera considerarse
por los sabios caldeados los derechos de!
hombre , examinemos otros de respetable
antigüedad , fundada no en hechos qui-
méricos sino reales , y con tranquilidad
consideremos como españoles americanos,
los derechos de nuestros Reyes , y la
legitimidad , para continuar baxo su
dominación : abramos nuestras historias.
Establecidos los Godos en la Pe-
nínsula , y diiigiéndoia hasta el infe-
liz Don Rodrigo , en cuyo tiempo gra-
vó sobre la España el yugo Sarraceno^
I quién quebró estas cadenas sinO los
Pelayos, Ramiros, y Alfonsos , que con
hazañas las mas heroicas arrojaron los
Moros á la Libia , y palmo á pahuo
fueron purgando á la Iberia de esta pes-
te, hasta que resultó el gran pueblo de
la Europa , por ias continuas reconquis-
tas, y por los diferentes enlace? de los
Reyes entre sí, que se refundieron en
solo uno? Los Ricos-hoiiies de pendón
m
1 '^q.
y caldera ( j qué vejez ! y qué términos
tan baxos ! como se dixcra esto culta-
mente en el dia ? ) acompañaban á Jos
Reyes en sus expediciones á h grande
obra de Ja reconqnista , pero todos con-
ducidos baxo Ja bandera reaJ , que era
Ja que abrigaba á todos Jos particulares
Adalides de esta empresa. ¿ QuáJ fué
aqui ei contrato sociaJ , sino sacudir un
yugo ©minoso é infame , siendo Jos Re-
yes los que sacaron á Ja España del
cautiverio , y deJ estado de sierva aJ de
Señora ? ^ Quá les , pues, son Jos dere-
chos , que corresponden á Jos Jibertado-
res de sus pueblos ? La religión, Ja hu-
manidad , Ja gratitud no dicen que se
pongan los puebles baxo su imperio, para
que Jos conduzca en paz y en guerra,
no como una manada de ovejas sino
en Jey y en amor? ^ Podrán Jos pueblos
sin una injusticia, que riñe la verdadera
nobleza , olvidarse de estos motivos de i
229
k España. Religión , lengua , nombres,
apellidos , usos, costumbres, color, pa-
siones , vicios, virtudes, todo es español.
Y cómo abriendo el paso nuestros ma-
yores 4. este Nuevo Mundo para cons-
tituirnos en él , hemos de cerrarlo no-
sotros á los mismos que lo abrieron ?
¿ Con una ingratitud tan negra se re-
compensará este beneficio ? Podrá la
filosofía absolver esta conducta , pero
la reprobará siempre el corazón , que
es el mejor filósofo. Seamos consiguien-
tes , y sobre enferma nuestra madre no
tengamos la impiedad de negarle los ofi-
cios de hijos , ni despedazemos inhuma-
namente sus entrañas. Basta de tanta
sangre venida por opiniones propias del
aniquilamiento, antes que de la regene-
ración. Mi alma sale de sí misma, y
casi ni percibe su existencia , enervada
por la consideración de las desgracias
públicas. Gózense ios furiosos sin prin-
no
eipios en los males de la irreligioa y
de la anarquía , que los que ainan el
orden 5 soio pueden suspirar por su res-
. tableciíniento. El Soberano ansia, por él,
y disculpando las circunstancias promul-
gará la ley del oividp , que en otra»
parecidas, á las presentes promulgó Tra-
sibulo ea Alhenas. Aunque nos divide
el occeano, á la manera que el Jordán
á los Hebreos de las restantes Tribus de
ia Península, nos unen el mivsmo Templo,
la misma soberanía, y la naturaleza. Jamás
se separará España del Nuevo Mundo;
y la conmoción de algunas provincias no
será una mancha á su antiguo lustre. Las
disenciones han sido de todos los tiem-
pos , y oxalá no presentase la historia
tan tristes y repetidos exemploí. Nada
perdió la España de $u opiü'ion por la
cruenta guerra de los Comuneros en el
glorioso reynado de Carlos V. , ni poi
2a de Succcsiou al ocupar el trono ia
aogusta familia reynante ,- 7- serenando
•el uracan quedaron unidos bs hertnanos,
los hijos y los padres entre sí. jQuándo,
guando se desvanecerá esta nube que
obscurece la atmósfera política ! Ya no
hay corazón para sufrir los males que
cada dia recrecen y extenúan la subs-
tancia de la Patria, Los triunfos y las
derrotas de las armas ád Rey , y de
los disidentes, todas son derrotas , todo
es duelo 5 y las lágrimas y sollozos mas
amargos , son los verdaderos hymnos de
estas victorias. Porque quiénes sino los
mismos Americanos han sostenido los de-
rechos del Monarca, y han derramado
la sangre suya y de sus hermanos por
no romper la unidad civil que los hace
un cuerpo con la España ? ¡Oh, si mis
clamores pudieran penetrar hasta el Tro-
no ! Esforzando mi voz llorosa diría al
succesor de Carlos V. Señor; los mis-
mos que han teñido sus espadas en la
132
sapgro de sus hermanos , y los que harl
descendido al sepulcro defendiendo la
causa de V. M, , son los que in-
terceden por el indulto de los que alu-
cinados por la fatalidad de los tiempos,
y por la fiebre de la libertad se haa
desviado de la senda trazada por sus ma*
yores. Nada tiene vuestra soberanía ma-
yor que el poder, ni vuest á naturaleza me«
jor que el querer conservar pueblos tan
pumerosos que después de sus descarríos
se acogen al abrigo del manto real , ese
palio paterno, que cubrirá plenamente los
defectos de los hijos. Aparezca en esas
regiones desoladas , el Iris de gracia,
y nuestra reconciliación haga mas estrc-,
cha la fraternidad del antiguo y nuevo
helnisferíor Los Cesares todo lo tienea
presente y fijo en la memoria , y sola
ie olvidan de las injurias. Y siendo ea
el poder las mas vivas imágenes de la
Diviaidad deben ^erlo en la clemeacia^
i33
y no escuchar los sombríos y roncos
ecos de la política , sino la dulce y ma-
gestuosa voz de la religión de paz , y
de amor, que ó no conoce enemigos,
ó solamente los distingue para beneíi*
ciarlos, indultando delirios en que ka
tenido mas culpa el tiempo que la de-
liberación , ó acuerdo de los pueblos
infelices envueltos hasta el dia en el
turbillon del transtorno , y sacrifica-
4os á ios que abusan de su inocen-
cia , ó cuentan con sus pasiones encen-
didas por la novedad, ó el ínteres. Ol-
vide el Rey en el trono los agravios
de su cautividad , y la Europa asom-
brada contemple á un Soberano mas gran-
de por su bondad , que por stt potencia:
y convertido cada corazón en un muro
inexpugnable, sean unos los derechos del
Soberano y de sus hijos , y estrechán-
dose los eslabones de esta cadena sa-
grada, suceda á la anarquía^ disensión, y
?34
franstorno, la paz, la armonía, y el
órdeu.
< Amigo confieso á V. que al tra-
*^^,,.e?^s materias siento gravado mi
corazón^ y espíritu ^ .y que necesito sol-
tarla ,pluma, y tomar aliento. No hay
resistencia, ni valor para ser testigo de
antas .desgracias públicas, y no quiero
reniiticiat' - mi sensi-biiidad , ni que la
filo^baa me habilite del opio , qu»
aGa;b.a;eba ios pfiinero& sentimientos, y con
kg,^ívÍFtudes. Desca^ií^e V. de leer y,pert
rííitame dfecansar áe escribir, paraqué
íomantio. resuello pueda dirigir á V. Otra
caria cantrahida á-,cada- ujía de las cau-
sasjiiqu© asigna el; autor- del manifiesto
^obrs "<|ue V., me ha- pedido mi modo
^«■r^iífísar'v Lo dicho era bástanle y aqn
.éo^^aáí)^,- 'aporque ía mejor contestación
-áe^í' ^afjíel •• cf a despreciario. Mas para
G^c'-moy'-^ crea «[uc se han rccapitu-
%id*0' ^^ veintiocli©- causA-s en : k Mfoi
i
135
que llevo á V. asignada , con el objeta
de evadirse de las dificultades, y prue-
bas que presenta en cada una de ellas,
prometo á V. en la carta siguiente,
( Dios mediante ) responderle en el mis-
mo caso , y con la verdad , porque h
mentira es bochornosa aun de palabra,
y mucho mas por escrito , y en asuntof?
de tanta importancia. Oxaiá (|ue al con-
cluirla pudiese yo decir á V, lo misiBO
que el limo. Señor Sandoval , Obispo de
Pamplona , al íinaüxar en &\i. historia
de Carlos V*; la pane respectiva á la
guerra de ias Comunidades. ,, Salgo comp
el que navega mareado , combatido de
•las olas j y tormentas de las disensio-
nes, y mas que civiles guerras, que hubo
entre las gentes de mi Nación , al puerta
felicísimo , y bonan^^a de los sucesos
dichosos. '* No cese V. de clamar al Cielo
por esta gracia, para bien de la religión,
de la ipoíiarquía, y de la humanidad, Ta-
les son los ardientes votos de los hotn*
bres de bien, y las puras inienciones
del Gobernador de esto Reyno , que en
Ja campaña , y en el gabinete ha sus-
pirado por ei res tablee iuiiento del orden,
y no cesa de tomar las medidas opor-
tunas para reconciüar al padre con ios
hijos. Ha triunfado con dolor de los alu-
cinados, y su alma religiosa y española
se lastima de ver envueltos á los pueblos
en este humo denso de la subversión,
y el trastorno, que vá extenuando las
Américas , y disponiéndolas á ser vícti-
mas de los que se venden por sus pro-
tectores, siendo sus verdugos. O! y quiera-
el Cielo favorecer sus iutenciunes^ des-
vaneciendo la tempestad poliiica , que
ijo nos deja tranquilidad, ni aliento! Pero,
rodeados de angustias hagamos quanto
quepa en nuestras fuerzas por la salud-
de la Patria , que es ia suprema ley.
Lima y Octubre 12 de 1 819, de V. S»
S. servidor Q. B. S. M.
^^^^O^^'Í^O^'»^^'^^^^
CARTA SEGUNDA.
J^VA. i amado Amigo : cumpliendo á V.
la palabra de exponerle en cada una
de las proposiciones ó causas asignadas
Jo que hay de cierto , dirijo á V. esta
segunda carta , que será mas breve^ pues
ya en la mayor pane esián los cargos
contestados en la primera. Así en lo que
ya esté respuesto me remiúiéá la ante-
rior , por ahorrar tiempo y papel. Va-
mos, pues . entrando en las veintiocho
causas una por una , en el mismo orden
que las ha numerado el autor de! ma-
nifiesto , y para ceñirnos en lo posible^
reduciremos á cargo y descargo , como
en las cuentas 5 las causas , diciendo lo
que hay de verdad © falsedad en ellas.
138
CARGO.
Que los intereses de la Península
e^tán díánietralmente opuestos con los
de la América.
..Que para que aquella prospere es
preciso que ésta permanezca en cadenas.
;^ : DESCARGO.
Me remito á lo dicho en Ja parte re-
lativa á la ilustración, comercio y agri-
cuíiura, agregando que la compañía que
necesita la América con la Europa, solo
puede serle ventajosa con la España,
CARGO 2./>
Que la América permanece gober-
nada despóticamente sin observancia de
ley alguna, expuestos sus habitantes á
ios diarios Ultrages y violencias de los.
•«inistros ^ vircycs y demás mandarines,
■\i\t unos «fi la distaiicia y otros cer-
139
canamente
no la
miran
sino
como
á su
patrimoniOj
, y á sus moradores
como
re-
baños de ovejas.
DESCARGO.
^ En Ja prueba de esta segunda pro-
posición no hay un heeho , sino auto-
ridades de filósofos, acerca del abuso áe
la'"áíiiorídad. Como las proposiciones de
hecho se prueban con hechos y no con
autoridades , no trayéndose uno que con-
testarj estamos excusados de la respuesta.
Aquí era oportuno el haber traído ios
'hechos- que convenciesen la proposición.
No basta decir que- Fulano es matadof,
es preciso probar á quién há muerto,
paca acusarle de este crimen.
CARGO 3. «
' - Que el monopolio de la Península
les 'impide del todo ci comercio libre,
\y ^5 pbiie rnayores trabas ál expendió
lie sus pretio°sos fruios;
BESCARGO.
í-o ya dicho en la parle rclatím
al comercio.
CARGO 4.0
Que habiendo llegado al extrcmt
el aborrecimiento y odio entre espa-
ñoles y americanos , refluyen sobre
aquellos solamente las utilidades del
comercio monopolio, y estos tienen
que comprar sus efectos á un precie
exccMvo y recargado , sin dexarles si-
guiera á algunos particulares el lucro
de comisionistas,
DESCARGO.
Esrs es el mismo que el anterior,
con diferencia de palabras. Hay ma-
yor número de comerciantes europeos
que criollos, y asi han de ser mayores
las uiilidades de los unos que de ios
o ir 05.
141
CARGO 5.0
Que casi todos los empleos militares,
polhicos 5 de hacienda y eclesiásiiccs es-^
tan ocupados y servidos por españoles,
excluyendo tácitamente con esto á los
americanos de exercer los cargos prin-
cipales.
DESCARGO.
Ya sobre esto hé respuesto á V. y
es por demás mortificarle con nuevas
respuestas,
CARGO 6.9
Que los enjambres de empleados que
embian de España á América , particu-
larmente en estos últimos tiempos , son
las gentes mas idiotas , inmorales, cor-
rompidos , y sobre todo venales , de
suerte que no hay buena administracioii
de justicia , imparcialidad en los juicio?,
qI rectitud en sus dictámenes.
142
•DESCARGO.
Ademas de lo dicho en el lugar opor-
tuno , es una falsedad la proposición,
y uno ú otro empleado de poco' mérito
ó que abuse de su empleo , jamas pro-
bará que estQ es el sistema del gobierno,
sino que abusa de su empleo como hom-
bre, ó que por un favor especial ó sor-
presa , de lo que no puede verse libre
gobierno alguno , consiguió el empleo
que ó no mereció, ó desempeña mal. En
España se notarán los mismos males,
y corra V. todo el globo y hallará estos
lunares en los gobiernos, porque, el favor,
la petulancia, y las pasiones alcanzan á
veces las gracias que solo son debidas al
-verdadero mérito. Y sin otras pruebas pre-
-guniemos á los pueblos disidentes , si
todos , los que están á la frente de sus
exérciios y cqrpofacioiies políticas lieuen
j 143
h
aprobación
del pueblo y
el
voto uni-
versal? A qué
pues cargar
al
gobierno
de España con defectos, que son y serán
siempre de los hombres , sean españoles,
©habitantes de la Luna, si acaso los hay.
CARGO 7.®
Que la dilapidación de la Real Ha-
cienda, y la falta de economía hace que
no . bastea sus ingresos á los gastos de
k guerra y demás atenciones útiles como
son el gran número de empleados ge-
Derales, y oficiales agregados^ por lo qus
se .echan crecidas contribuciones , para
sostenerlos , baxo el especioso nombre de
conservar las autoridades constituidas.
DESCARGO.
Es inútil buscar causas , que esláíi
manifiestas. Los gastos extraordinarios
ocasionados por el triste estado de las
cosas ¿ no pueden hacerse por los in-
144
gresos comunes del erario , siendo pre-
ciso con dolor , ocurrir á arbitrios ex*
traordinarios, porque no bastan las an-
teriores entradas , las que han menguado
por los mismos motivos. Por otra parte
I qué causa puede hacerse al Gobierno
de que á los ministros y oficiales que
vienen á esta capital de Buenos-Áyres,
Chile &c. se ks auxilie según su clase,
quando tal conducta está no solo en el
orden de justicia, sino en el de la hos-
pitalidad ? En una casa particular quan-
do sobreviene muerte o enfermedad, ya
no hay regla eq el gasto, aunque se estu-
die la economía, porque en cada instante
hay nuevas necesidades á que ocurrir,
y es necesario apelar á los recursof
mas apurados para salir de la agonía.
£1 Estado no es mas que una gran
familia, y lo que en pequeño sucede en
una casa, sucede en grande en las cor-
poraciones civiles» Fero no se quiere
ver lo que es tan claro como ia luz
del día , y en prueba de la causa asig-
nada en este número se traen dos he*
chos para manchar el nombre del Excmo.
Señor Abascal, que envuelven la calum-
nia mas negra , y la falsedad mas
pública. Primero: Que declarada la guer-
ra del Perú con Chile , dicho Señor
Virey arbitró un modo de ganar mu-
cho dinero en poco tiempo , y fué es-
tancando todo el trigo del Perú por
medio de algunos dependientes suyes jCjue
remiiió á la5 Provincias, que estos com-
praban la fanega de trigo á tres pesos
y en Lima ia vendian á doce lo me-
nos. Este monopolio ( continúa ) se efec-
tuó á un tiempo en todas partes ^ d@
suerte que nadie pudiese interesarse^ por^
que si se hubiese dexado la libertad de
ccmpradores, estos se habrían eontíentado'
con gáiiar un ciento por ciento^ yesto-
146
220 convenía á las miras de Abasca?^
c]ue apenas se contentaba con ganar en
el plazo de un mes un trescientos por
ciento. Hasta aquí la calumnia : oiga
V. io que hay de verdad. Interrumpido
CÍ comercio con el Reyno de Chile, te-
miendo el Señor Virey llegase á faltar
cl pan en la ciudad , animó á ios ha-
cendados del Reyno á la siembra de tri*
gos , y dio orden á los subdelegados
de Jauja y Angaracz para que hiciesea
I cuenta de la Real Hacienda quanias
compras pudiesen de aquel grano, y lo
yemiiieseñ á esta capital para el abasto
público. Los subdelegados compraron
quatro á cinco mil cargas de trigo, su-
pliendo para esta compra el Estanco de
tabacos cincuenta y ocho mil pesos: y es-
tando en aquella fecha » en el año de
14 de Juez de trigos el Regidor decano
de este Exctuo. Ayuatamientg Conde de
San Isidro , fué nombrado por S. E,
para ir recibiendo estos granos en un
almacén , que para este efecto se deso-
cupó en la Real Aduana, desde donde
se repartiese á las panaderías al precio
que resuhase, según su compra y gastos
de conducción , con el objeto de cubrir
cl capital suplido. Computados unos y
otros, resultó importar el de Jauja seis
pesos real y medio , y el de Angaraez
seis pesos y seis reales, con lo que se
abasteció ia ciudad , y fué necesario ia
intervención y eHcácia del Gobierno pars
prevenir esta necesidad , como para lo-
grar que se cubriese el dinero suplido,
lo que se verificó por el zelo y cons-
tancia de S. E. y del Señor Conde co-
misionado. Aquí tiene V. la verdad sen-
cilla y pública , y aquí tiene V. la ca-
lumnia desnuda, y capaz da avergcn-
zarse, si fuese capaz de vergüenza. ¿T
148
es posible que asi se mienta y y coo
tanto descaro se vulnere la opinión do
un Gobernador ^ sin mas motivo que
tratar de que no falte pan al put^blo?
|Por qué una viriud se le convierte ea
crimen ? Pero oiga V. otra calumnia
igual á la primera. Continúa el mani-
fiesto: Esta nueva é inaudita guerra á
¡05 estómagos Limsños , le dio á Abascal
muchos centenares de miles de p^sof , per0
fio contento con esto solamente , tomó otr9
fnedio mas productivo á su insaciable co-
dicia: dispuso mandar varios cargamen*
tos de a%úcar para Chile , y este con*
trabando se hizo con mucho sigilo , y
también embarcó considerables remesas ha*
ico de pabellón ingles. Los comerciante*
aprovechándose de los buques que se
dirigían á los puntos de Chile, hicieroa
efectivamente varias remesas , pero el
Señor Virey ninguna, ni en buques nues-
tros ^ ni baxo el pabelloa itigk». Como
149
tío se asigna un hecho ^ ni los buquet
nuestros ni ingleses que conduxesen los
' cargamentos, no se puede responder pun-
to por punto á la calumnia. Dígase el
buque en que se conduxo , y entonces
saldrá una prueba igualmente victoriosa
que la de los trigos. Hiere decia un polí-
tico malvado , que aunc^ue ss cure la
herida , queda la cicatriz j pero aqui
esta infernal máxima no tiene lugar^
pues que no alcanzó la espada á dar el
golpe á un gobernador de la bondad
característica del Señor AbascaL
CARGO 8.^
Que el desorden , y la falta de mé*
todo de gefes instruidos en la dirección
y adaiinistracion de las Rentas, tiene al
Real Erario del Perü descubierto en mas
¿Q doce millones de pesos , cuya deuda
Tá ea aumeaio progresivo j lo que ir*
fsm
remedia biemcníe vá á ocasionar una ban-
carota en t<!>dos los fondos públicos, y
h ruina de los capitalistas acreedoras.
DESCARGO.
Casi es este lo mismo que el ante*
rior j y su respuesta en la parte respec-
tiva debe ser una. En la prutba s*
"traen varios hechos de sugetcs que han
enriquecido al lado de los Generales, sin
nombrar quienes sean, pero haya en
esto lo que hubiese , no se imputen á
ios Generales ni Gobernadores los dc->
fectcs de sus dependientesj principalmen-
te en tiempos de turbulencia, quando en
los de la paz mss tranquila, y en el
estado ordenado de las cosas , puedcíi
abusar ios encomendados de asuntos
de segunda , tercera ó última clase, de
la confianza de los Gefcs, sin que para
evitar estos malts haya en las fuerzíís
humana» "poder bastante á prevenirloá*^
hi evitarlos.
CARGO 9. •
Que el Gobierno arbitrariamente pren»
de á toda clase de personas , sin mas
causa que su antojo, venganza ó deseo
de dañar, de lo que resulta que no hay
seguridad personal , ni observancia de
leyes divinas ni humanas , sino la del
despotismo ó de la fuerza.
DESCARGO.
Es verdad que se ha hecho una u
otra prisión , no á toda clase de personas,
sino á muy pocas que posteriormente se
han declarado por libres , por no ha-
ber resultado nada de los procesos^ mas
fio ha provenido esto de despotismo, ni
de odio ó venganxa , sino de una pre-
caución prudente, j Quién sabe los fun^
áamentos secretos que ha íenido el Go-
bierno para este proceder ? En causa*
de ^sta naturaleza nada es despreciable,
y asi el Gobierno por su vigilancia no
ha debido esperar las úhimas pruebas,
bastando qualquiera temor racional para
proceder á tomar providencias. Es una
desgracia vivir en tiempos tan tristes,
en que la calunania y la sospecha pue-
den acomeier á los primeros hombres dé
providad y concepto , pero también ¿qué
podrá hacer el Gobierno sino cautelarse
y librar providencias prontas que no
tomaría en otras circunstancias? No se
culpe , pues , al Gobierno , sino al lietn-
po 5 y véanse las cosas en su verdadera
punto de vista.
CARGO iG.
Que ia nobleza etti igualmente es-
tropeada por ios dcspoias y sus satélites*
153
DESCARGO.
Como no se trae un hecho, no hay
sobre qué contestar. La nobleza Ameri*
cana ha ocupado y sigue ocupando el
lugar que siempre ha tenido en esta ge.
rarquia Ni ¿ cómo políticamente puede
prcpendérse á esta depresión en el Go*
bierno monárquico? Si porque se dice qué
se coloca una ú otra persona poco digna
en empleos elevados , se juzga deprimi-
da la nobleza, esta queja no es del Perú,
ni de España , es de todo el mundo,
por las razones de que me he encarga-
do , y que es ocioso repetir , por ser
sabidas de todos.
CARGO II.
Que el máriío , instrucción , buena
conducta y luces, son castigados coaio
delitos los mas contrarios á ia seguri-
¿ad del Gobierno llamado Real.
154
CARGO 12.
Que es el aiismo que el ame»
>ior: que toda iíustracion pública es
prohibida , y se castiga á los que han
Jeido obras filosóñcas, para ' los que ia
Inquisición tiene preparadas sus .cárceles
y el Gobierno sus cadalsos,
CARGO 13.
Que es consecuencia de los dos:
que toda opinión en política , aunque
sea de poca importancia , es graduada
de delito de alta traición.
DESCARGO.
Me remito en todo á lo que tengo
á V. dicho en la parte relativa á vin-
dicar á la España' de haber negado, las
luces á la Aracrica. Jamas ei Gobierno
M la Inquisición prohibe el curso de
Jas luces , sino el abuso que de cílas pue-
da hscersc. Y 3i se ha prohibido la en-
señanza del derecho natural, es por igual
feíotlvo j porque forjándoselo cada un»
á su antojo , se vuelve un legislador
atraviiiaiio , lexos de un hombre instrui-
do j fuera de que muchas cosas lícitas,
f aun provechosas se prohiben por jus-
tas consideraciones , sin que tal prohi-
bición éea una injusiicia , porque pue-
den ser iicitas , pero no convenientes*
Ahora, hacer en la prueba de estas cau-
sas autor al Señor Abascal de las falsas
noii'-ias favorables á la causa de S. M.
es una arbitrariedad, porque siempre ea
circunstancias iguales á las tristes en que
nos hallamos , las buenas y malas aou-
cías parten de todos puntos , y se aumen-
tan ó disminuyen pasando de boca en boca.
y todo hombre libremente ha opinado en
pro ó en cocira de tales noiicias, sin que
se haya fulminado proceso contra per-
sona alguna, porque, sería hacer lui nue-
vo crimen por el inayor ó menor grado
156
ie probabilidad en que reputaban los
liombres tales noticias.
CARGO 14.
Que las mismas cosas que hechas en
España, ó por Españoles, se dicen buenas
y muy buenas, hechas 6 dichas por
Americanos , son unos crímenes que los
conducen á un severo castigo.
DESCARGO.
En España y América en tiempo de
la liberiad de la prensa, iguaimeníe se
siguieron procesos contra los que abu-
saban de esta libertad , y si algunos
de los diputados de Cortes hablaban un
lenguage que no estábamos acostumbra-
dos á oir , era en la discusión de las
materias , y en un lugar que no tenían
los escritores aventureros , que hablaban
sin respeto y miramiento.
CARGO 15.
Que es prohibido á ios Americanos
hasta el visitarse parientes con pariea-»
tes, baxo cl pretexto que se juntan para
hacer conspiraciones, y al mismo tiempo
los españoles están autorizados para toda
clase de reuniones.
DESCARGO.
No solo los parientes entre sí, si
no todo hombre va á la casa que se le
antoja á toda hora á entretenerse, y di»
vertirse del modo que le acomoda. ¿Có.
mo no tropieza la pluma en una calum-
nía y una falsedad tan notoria ^ ? Por*
^ue se falta á la verdad tan impuden-
tcoaente á la faz del mundo I
CARGO i6.
Que para amedrentar á los Ameri*
canos $e hacen por d Gobierno cíerta$
»58
escenas trágicas de supuestas revolucio-
Des, en Jas que envuelven á muchas
vícumás con el objeto de robar, y de
«aciar su encono.
DESCARGO.
La misma respuesta que se dio al ne*
no , porque es el mismo, puesto en otra
iigura.
CARGO 17.
Que en España se desatienden las
iquejas y clamores repetidos de los Ame-
ricanos , de manera que ni los leen ios
Ministros , y los pacientes de America
puedan sin recurso alguno de justicia.
DESCARGO.
El autor en la prueba á la causa
nona había sentado , que á la represen-
tación hecha en Lima por varios ca-
ballercs y señoras , por el motivo que
'^Ili relaciona , libró S. M. una orden
159
toara que no conociese el Señor Ah'ié*
cal en cierta causa, y que aun produ*
jo su remoción del vireynato. Prescin-
do de la verdad del segundo hecho , el
autor lo asienta como verdadero, pero
el primero lo es j componga V. , pues,
c«^tos dos hechos en que toma resolu-
ción el Gobierno de España contra un
Vircy , que es un vice-regente del Mo-
narca , con ser desatendidos los cla-
mores y quejas de los Americanos ?
y todos los días se repiten hechos de
reforma á revocación de los respeciivos
ministerios acerca de lo actuado aqui.
Recientemente hicieron recursos á S. M,
tres guardas de la Real Aduana, de U
postergación que hablan «ufrido en las
consultas para sus ascensos en sus pía*
las respectivas , y á consecuencia ^e
expidió Real orden para que el Gobierno
informase sobre este pariicuiar. Quando
SO se desatienden en la corte los cla«
t6o
mores de unos guardas, sin prot ce :íoh
m v^ihukmo, que elevan sus represen,
taciones á S. M. , sin mas apoyo <jue su
simpk ruego , ¿ cómo podrán desaten-
derse asuntos de otra importancia? Sería
mortificar á V. puntualizarle Jas repc
jidas Reales órdenes que en todos liein.
pos han venido y vienen de la Corte
de resultas del reclamo de quaiquier
individuo , que se considera agraviado^
mas no puedo menos que poner en no.
lícia de V. , que un portero de una ofi.-
cina elevó queja de su superior, á Ja
Corte , y fue atendida , y recomendada
su representación por Real orden muy
reciente. ¿Cómo, pues, no se escuchan los
clamores , quando hay en Ja Corte oí-
dos para quaiquiera ? Es importunidad
numerar á V. ios , hechos constantes so-
bre este particular , pero aunque se mo-
jeste V, en leer, y yo en escTÍbir en
©bsequio de Ja causa , y para confusión
i6i
ác !a calumnia , haré á V. relación de
varias resoluciones de S. M. acerca de
reformar ó revocar lo hecho aquí , solo
en virtud de simples quejas de ios indi-
viduos que se hao juzgado postergados,
y tales son las siguientes:
En I. de Abril de 1 8i 6, Real orden pa-
ra que se informe sobre la queja de Calvo
uno de los guardas de que he hablado.
En 3. de dicho , otra para que se in-
forme acerca de la del Señor A^merich
contra ei Señor Montes.
Kn 17 de Agosto de 817 otra sobre
las que se interpusieron coritra el Ad-
ministrador de la Real Aduana D. An-
tonio Izquierdo.
En 9 de Diciembre del mismo ano
otra por haberse quejado Querol de ha-
berse dado el archivo de Tabacos á
Següin,
En 1 5 de Juuio de 8i8 otra sóbrfe
l62
h queja de Ruiz Tagle contra él Señet
Zambrano.
Ea 23 de dicho mes y año otra erl
que se aprueba Eguren en la Factoría
de Chachapoyas , y se reprehende á Zú-
íííga y Carriiio por las hijusias quejas,
que dirigieron contra ei Exctno. Señor
Marques de Ja Concordia,
Pero sería moiesíar á V. demasiado
relatar á cientos las ReaJes resoluciones
que revocan Jo actuado aquí, siendo
justos los recursos. Prosigamos,
CARGO 18.
Que contra lo establecido se han con-
servado Jos Vireyes y Gobernadores mi.
litares diez ó mas años en sus gobier-
nos, no debiendo permanecer sino cinco
solamente. Que ád mismo modo Jes aprue^
ban todas sus maJdades en España , y
que no puede ser sino con^el objeto de
i63
Iflcoaiodar, destruir , y exterminar á los
Americanos. . ,
DESCARGO/
Aqiii todo el golpe se dirigQ de
lleno al Excmo. Señor Don Pernanda
Abascal , quien permaneció diez ano^s,
en. el Perú , por las circunsiansias que
nipti varón esta prolonga en ¿u gobier-
no , y se pinta á este caballero Qoa
los borrones mas negros y desmerecidos,
de manera, que aun los mayores enetn i'
gos "del Señor Abascal han de despr«»
ciar el quadro^ que de él se hace : como
de un déspota , que desde la cijnquista
no ha tenido igual en astuciúji en vh"
lenciaí , y en toda clase de crímenes.
¿Habrá quien pueda leer esto sin risa?
De un monstruo que jamas se asociaba con
los hombres de bien: de una fiera indó-^.
mita que hollaba las leyes : de un libertin»
o inmoral , y cuyo gobierno §e contará
164
jpor éi del patrocinio de los vicios. . . . qus
excedió á Calígula , Nerón y JDomicianoi
¿Quica puede con tanto ? y que Lima , ;y
todo el Reyno vio en su tiempo la per-
sicucíún 'á la virtud , y á la justicia.
Ya falta la paciencia- Pues sepa V. que
éste hombre tan crimiaalj no tenia alien»
tó para firmar una sentencia de muerte,
y no firmó una sola , ni como vocal
eñ los consejos dé guerra , ni como
presidente de Guada laxara , y Virey
del Perú : que su corazón sensible, no-
ble y religioso se dolía de los males
d'él úhimo hombre , y que su alma es-
taba penetrada de amor al bien común.
Póngase á los Gaseas y Toiedos, esos
grandes hombres que han dexado me-
moria eterna en el Perú , en las actua-
les circunstancias , y pregiíntese qué ha-
brían hecho ? Este Gobernador tomó el
mando en las circunstancias mas tris-
tés. £t mi;smo dia que se recibió pú*
l)Iicarxiente , st coafirmó la noticia df
la invasión de Beresford en Buenos»
Ayres , y dio las providencias mas ac,*
tivas en todo ramo para la recupera-
ción de ese punto importante. Poste-
riormente vienen las de las desgracias
de España , por la cautividad del Mo-
narca , y al cabo de algún tiempo em-
piezan á conmoverse ios pueblos de Qui-
lo , Buenos- Ayres y Chile. ¿No había
de ocurrir á contener el torrente de la
disensión con quantos arbitrios y recur-
scs dictasen la prudencia , y el consejo
en semejante conflicto ? Pues esto fué
lo que hizo ) y ve aquí toda su culpa,
y toda su iniquidad. Venga un hom-
bre , no adornado de grandes virtudes,
sino de una mediana conducta , y de
un sano juicio , á estarse sosegado en
el gobierno , viendo difundirse el fuego
de la insurrección por varias partes?
Los Gobernadores , es verdad , no de--
^feen mezclarse en el gobierno de Pro-
.'Tincias ó Rey nos distintos de los que
rígcn^ quando las cosas están en su ^r-
'den natural y firme j pero quando se
desconciertan , es de su inspección y
cargo tratar del restablecimiento del or-
den , porque de lo contrario , no sería
cumplir dignamente la obligación sagra-
da , en que se hallan constituidos j asi
roeaianie sus medidas se pacificaron va-
rias Provincias, cuyo hecho es constan-
te. y observándose por el Gobierno de
España en la cautividad del Soberano
la conducta del Señor Abascal , se le
continuó en el Gobierno , y no con el
objeto de exterminar á los Americanos.
La presente materia pedia una larga
disertación , que no sufre lo limitad»
de esta carta. Continuémoí.
CARGO ip.
Qué ocultando ios sucesos y £ca,-
guando embustes , los Vireyes y Gober-
Oftipf^ : enciendea 4^. guerra ^ntf e unos
puebÍ95 1. con otros, >. para hacerse figu^ar^
e^ ^s^na necesarios en el maado» y ad*^
quíf ir- per este medio mayores... f¥:*?H
tades , • condecoracíoaes, riquezas,. y per.
petu ación en los matidos por ios m?ptstr<>$
y privados de la Corte 5 á quienes, corj;*
pran.
DESCARGO.
Me remito á lo que tengo á.V* di-
«ho en la primera carta , en Ja, líkir
tna parte de la linica causa áqu^ i^f;
reducido las veintiocho.
CARGO 20.
Que es doloroso á los Americanas
el ser gobernados por unos déspotas ja-
saltantes, venales, ignorantes y soeces, y
verlos al mismo tiempo cargados do. ka*
ñores , colmados de riquezas, y cercados^
por hombres corrompidos é inmorales»
r68
' DESCARGa h
Igualmente'mé remito á lo ameriof«
¿eme dicho 8Óbi*e éste parrícular , y
solo agrego á W , qóe refiriendo ti
autor en la prueba de esta causa una
conversación del Señor Abascal con el
Marii^cal de Campo' Picoaga ^ en que
se cuenta que este díxo : ^ que quándo
los Españoles habían si.io amigos de la
América ? sin mas auíorlJad que su sola
palabra , se asienta de paso que dicho
Señor Picoága fuá quien ganó !a batalla
de Vilcajíüs^lo , háí laudóle ya de huida
el Señor Pezuela, Tod^ falsedad inco*
cnoda^ pero principalmente quando se apo-
ya en hechos públicamente desmentidos.
No solo no huyó el Sr. Pezuela , pero ni
el úliimo soldado en esa acción. Hubp, sí,
un momento de desorden en la ala izquier-
da del exército del Rey , durante el qual
sé mantuvo firme una parte del regimien^
to 1. ® con su coronel Picoaga que cer-
raba la derecha^ mandada por ci Sr. Ra*
i69
jiiiree : pero el Sr. PezueU> reconducfea*
do personalmefite los desordenados á la U«
tiea > decidió á su favor una batalla ya
casi de! todo perdida, é hizo suya , pot
doble titulo, esta victoria. Mas <:oino ella,
y las subsiguientes d^ Ayouoia y Wilou*
ma, desbarataron las medidas de la insur«r
reccion, no es mucho que los protectores
de ella traten de negar esta gloria á quiea
justamente corresponde. Picoaga fué uti
caballero de mérito,y un militar de valor y
derechura, como lo acreditó en VilcapugiQ
y en todas ocasiones 7 y ha dexado bas-»
tante honor propio para no necesitar de
que se refíera el ageno á su buena me*
moría.
CARGO ai.
,.,;n:;
Que tn el tiempo que regia la Cpnsti*
ücíon española hecha en Cádiz, los Go-
bernadores hacían lo que querían sin ob*
•ervarla en lo menor, sino en apariencia^
abrogándose facultades é intrigando , da
euerte ^ue no se hacia mas ^ue Í9 ^ua
17^
ellos gustaban, siendo en tigór ellos qutc*
Des elegían los diputaxios de Cortes, y i^
única voz en las diputaciones de Provin*»
cia-,,No dexandb fíbemd al ciudadano, ni-
á la prensa , sino soiimente la de insuK
iárse entre sí, coií eí objeto de aatüentar'-
Ja 'desunión y la diJ5cordia. -'-'o^^^
«?i:;- DESCARGa '*^
1.a Cbristitucion sufrió mil détí?ite¿ en Es-
paña y América, y asi no hay'poVque apli-
car á la sola AtDerica este defecto. Habrá'
V. íeido veimé papeles en pro y Contra de'
Ja Constitución, y mientras la opinión na
ié fija ha de sufrir "debates en la' jiráctica
^Válquiera resolución moderna. V. ha leí-
do las cartas de Blanco, y lo que dice so-
bre la Constitución, poniendo en claro loS
oeféctós de que adolecía. Otros la levan-
taban hasta las nubes. í la opinión estaba
en el mayor choqué en la misma Pcnínsu-
jl.'Eri k prueba de esta causa vieíie uii
ciálogo entre Juan y Pedro acerca de ¡6
f^Í& es la Coasiitucion española ea
171
*<iicifindose aílí entre otras cosas ; que lúS
Diputadvos en Cortes eran electos á vir-
tud dd influjo de los Señores Virey y
Arzobispo, y que sería conveniente que
estos solo los nombrase con la ayuda
de su intrigante secretario Arias. Ltís
Electores de los diversos partidos que
venían al acto de la votación á esta
capital, se presentabau politicameiue coti
esa investidura ante ambos Gefes, quie-
nes les decían tratasen de desempeñar
el cargo del mejor modo posible, po-
niéndose en los sugetos mas acreedo-
res para llenar la ccmision , y -todos
rotaban ó según su concepto, ó sus re-
laciones , porque este es el modo de
votar humanamciuc. ¿Pero qué ínteres
podían tener ai esto los Señores Vírey
-y Af zobiipo , sino el del bien común,
siéndoles absoiutauíenie indiferente , que
la elección cayese en éste ó aquel, co-
ao fuese ua íJugoto coaipetetue ? Mi á
rnlllT
^ué tenia que intrigar el Sr. Secretarlo de
S. E. 1. ea una votación de seis ó siete
personas , siéndole igualmente iüdiferen-
ic que el electo fuese alio ó chico de
cuerpo ? Superior por su empleo , ca-
rácter y dignidad á esas baxezas , y
no necesitando de la Diputación , ni
de los Diputados, á que iba á mez-
clarse de oficio en tales intrigas ? Si
acaso el Señor Yirey hizo alguna in-
sinuación , sería en los términos decen-
tes 5 y si uno ú otro Diputado se prestó
á ella , lio fué en virtud de ninguna
violencia , sino por el orden cctiíun de
las cosas. Pero confesemos que estas son
pequeneces que nada conducen á la ma-
teria.
CARGO 22.
Que abusando de la buena - fé de
ios liabiiaiucs , los Vireyes y Goberna-
dores detienen los correes , abren Us
canas , í?ubsir£cn las correspondencias
173
hasta el extremo de ocultar las qu^
vienen de España. Casi siempre con esl-
ías se ha llevado el sistema de dar la
penúltima, y guardar la recién recibida
para tener de este modo al público sia
noticias frescas de sus asuntos > esto es,
sin embargo de las machas canas que
se quitan á las personas qua se consi-
deran poco afectas á los opresores.
DESCAKGO.
La proposición es falsa, pero ditir
dola por cierta de barato, ¿qué se de-
ducirá de ella? Que en ocasiones el
Gobierno considera no conveniente co-
municar una noticia , y no franquea Ja
correspondencia. ¿Halla V. pecado oa
esto ? Ponga V. al autor de Vlrey ,, y
en un apuro igual , á ver si no hace
lo mismo. Que por justos recelos , ó ra*
CJonalmente fundados contra algunas per*
sonas substraiga la. correspondencia ¿qué
"■■■
dice acercía de esta cufpa la mora! y-
Ift política ?
CARGO 23.
Que la colocación de tal qual Ame-
ricano á empleos y honores, se verifica
en ias gentes sin mériio , y dando estas
gracias indebidamente , se aumentan ias
injusticias, y quejas de ios beneméritos.
DESCARGO.
Ademas de lo dicho sobre este par-
ticular , debo agregaar que lo 4uc se
note en esta parte no es imputable en'
manera alguna a! Gobierno Espailol,-
&Ííto á los que no cumplen con las le-
yes en este particular.. Está mandado-
que los GcfeS' y corporaciones informea"
aCerca del mérito y aptitudes de las
perdonas dignas de los empleos de ho-
cor, y franqueándose dichos informeS-
en varias ocasiones mas bien á la pe-
tulancia , al favor , ó al influjo ^ que-
'al verdadero mérito , logra la coloca-
ción en ocasiones el que tal vez es me-
nos acreedor á ella; lo que no suce-
dería haciéndose los informes con cir.
cunspeccion y justicia, como lo ordena la
ley. ¿ Por qué , pues , el abuso de esta
lia de ser imputable ai Gobierno , quan-
do éste es prevenido á otorgar las gra-
cias por informes que cree justos , y
que ha ordenado se hagan en las perso-
nas verdadera mente acreedoras á ellos!
CARGO «4.
Que los Generales , Comandantes,
y Gobernadores se convierten en uno$
ladrones públicos , qué saquean toda la
América , ya con contribuciones , ó y?t
con la Celebre purificación.
DESCARGO
En la última parte de la carta ante-
Tior he dicho á V» bastante sobre este par-
-^?5
Upm% , y que algunos abusos que pue-
dan? haberse notado acerca de esto
no; deben en manera alguna cargarse
4. los Generales y Gobernadores , sino
á la licencia de la tropa , ó de algu-
nos oficiales ,. que . conducidos mas d^
ia codicia , que del honor, han come-
tido excesos , por los que han sido juz-
gados y reprehendidos. Este es un mal
necesario de la guerra, y principalmente
de la civil , y oxalá no presentase tan
tristes y repetidas pruebas toda ia his-
toria del mundo. En esta causa se
ponderan las infelicidades de los pue-
blos conmovidos y tranquilizados por
las armas del Rey. Los males, des-
trozos, y hurtos del Tribunal de Puri-
íicacion desconocido hasta eí dia ; Jos
excesos de algunos oficiales de orden
de sus Generales^ los del Sri General Oso-^
rio y el número de muertes , que de or-
den verbal del Señor FezueU se ha he-
177
cho en esos crueles tribunales de Pu«
rificacion. Pero vamos por partes. Ea*.
traiido las armas del Rey en los pue-.
blos disidentes , los Generales han tra-
tado de cimentar su tranquilidad , de
eensiguiente después de la acción de
hs armas han examinado quienes ha ti;
sido ios que han tenido parte principal
en activar ó fomentar el fuego de la.
discordia , y en un tribunal qual exi-
gen las circunstancias , han juzgad©
del grado de culpa de los individuos
comprendidos en la subversión-, irritan-
do con muerte , destierro , ó pena pe-
cuniaria á ios que resultan reos. Este
tribunal/ aunque se lia llamado de Pu-
rificación en estos tiempos ¡ po tiene
de nuevo sino el nombre, pero es tan
aníiguo como las mismas revoluciones,
pues en todas ellas se ha procedido de
igual, modo , asi en las antiguas como
ea las modernas. Nada hay de Doyedad
178
ni de escándalo en un proceder que íui
«ido de tod®s los tiempos, y consecuen-
cias funestas de la guerra civil. Alma-
gro , Pizarro y Carvajal , sin embargo
de sus grandes servicios perecieron des-
pués de serenadas las disensiones ori-
ginadas poco después de la conquista,
y todo el mundo sabe las proscripcio-
nes de Roma á consecuencia de extin-
guirse sus particulares guerras civiles.
Pero es cosa admirable se asegurase per
el Señor Abascal , según el autor, que
solo el Señor Pezuela llevaba mas de
mil trescientas víctimas inmoladas de esta
clase. En primer lugar , el número prue-
ba en sí solo la falsedad , pues er«
necesario que el Señor Pezuela en sus
expediciones gloriosas no hubiese hecho
mas que dar órdenes para decapitacio-
nes tan francas. En segundo g dónda
cstán^acrificadas estas víctimas, y quále*
$on , pue$to ^u« a^ú «e puotuaUxa «*
179
ttómero? La parte del pueblo que h«
«ido arrastrada por el torrente de la
iiiíurreccioíj ha sido iadultada ; solo las
personas señaladas por su-Jaflaxo moral
y de una representación conocida , haa
aido juzgadas , pocas decapitadas, y las
mas desterradas, ómuludas, fuera de
las absueltas. | Cómo pues ha ascendido
este numero á mas de mil trcscientag
cabezas , de las que no se señala unal
j Por qué se calumnian los procederes
de la justicia confundiéndolos con los
de la arbitrariedad ó tiranía ? | Y cómo
«iendo el carácter dd Señor Virey taa
propenso á la indulgencia , q«e aua
perdona las penas á que se hacen acree^
dores los criminales , habiendo dado
tantas pruebas públicas de esta conducta}
ha tenido la cuchilla levantada para
derribar cabezas sin cuento ? Coüfese^
mos que hay calumnias demasiadamente
necias , y ^ue de esta claíc es Ja pr««
i8o
sentc ¡ sin apoyo , y desmentida por si;
misma. Los excesos que Imaz haya co-
metido , impúteose á él, y el mismo pro,»,
ceso que se le ha seguido convence que
su conducíase examinó, para probar ó re-
probar sus hechos. Su causa misma, qu«
pende ante S. M. será la que lo condent ^
ó absuelva. Pero lo que mas asombra e» ^
el alto que hace el autor^ por el
Crucifixo , que después de la acción do
Eartcagua trato el Señor Osorio de co-
locar en la capilla de nuestra Señora
del iR^osario, como única estimable pre-
sea que le cupo en la rendición de
aquella Villa, Para este acto religioso ..
convidaron los mayordomos de nuestra
Señora al vecindario , y esto escanda-
liza al autor hasta el punto de excla-
par , que no puede darse mayor des-
caro , que. convidar á celebrar los ro-
to i que no se respetan los crucifixos
m imágenes destinadas al culto divino.
y ^ue aada mas puede esperarse de ua»
invasión dé Moros. ^ Pero quál esaq^ui
ci escándalo I ¿ Qué cosa mas ordenada
y piadosa que colocar un Santo Cristo
€0 una capilla? ¿Acaso fué extraída h
imagen del Templo de Rancagua? ¿Sobre
rendida una villa , qué quiere decir que
un General traiga de ella ud Santo
Cristo , y Jo coloque en uno de los
Templos de esta capital? Verdaderamen-
te es un escándalo farisaico , es asotó-
brarse de lo que está en el orden, y
es convencer que no hay crimenes que
echar en cara ^ quando uiia acción taa
religiosa se glosa por delito.
j Mas cómo podrá tolerarse Ja in-
juria mas negra y atroz contra el Ge-
neral Goyeneche , de quien se dice ha-
ber afirmado Imaz, que robaba para di-
cho General , y de orden suya ? ¿Con
que objeto podía robar el General Go-
yeneche, notoriamente acaudalado por
la opulencia de su casa , aacido y cria-
l82
do en el dinero, y nutrido en los prin*
cipios de honor , á qué tenia que inet*
ciarse en talbaxeza, quando por «u cons-
titución efttaba superior á ella ? Hay
defectos que no son imputables á cierta
clase de hombres , y tal es el robo al
Señor Goyeneche , pero la calumnia c«
poco reflexiva, y también acreedora
al desprecio universal en ciertas oca-
siones. En una de las tragedias de Eu-
rípides , uno de los actores acusa de
cobarde á Hercules , sin embargo de
que su solo nombre envuelve la idea
del valor.
^gi'^g^ <]U€ l^s contribuciones
con que se cargan los pueblos baxo el
especioso pretexto de pagar la tropa,
es una mentira atroz , pues los produc-
tos de Us rentas, y gravámenes anti-
guos de que se compone ei Real Erario
bastan para estos pagos. Nada hay qu2
responder á esta calumiJa desmentida por
i8s
>
sí misma. ^ Cómo con un gasto triple,
quadrupie , ü mayor, que tiene Ja Real
Hacienda eii el dia, puede subvenir á
ellos con los mismos ingresos y graváme-
nes antiguos ? A la vista están hs entra-
das antiguas, y sus gastos, dd mismo mo-
do que Jos del dia. Si mágicamente el ín^
greso como diez no es, suficiente al gasto
como cincuenta ó como ciento, lo que
rase de diez es imposible que pued*
*aUr de la Real Hacienda.
Cierra por líltimo su prueba di»
ciendo que está autorizado el exérciio
del Alto Perii para que tome todo quan-
to necesite y quiera para su alimenta^
cion y vestuario , y que con esta licen^
cía desconocida entre Jas naciones cul-
tas, no se respetan las propiedades, y
que se destacan grandes partidas para
robar los ganados , y matar á los due-
ños y pastores. Pero una ú otra licea-
cia de la tropa , ó un apuro en la ne-
tBá
cesidad no puede lianiarse orden de los
Generales, sino abuso de los soldados,
ó imperio de la misma necesidad. Cbm-
párefise los excesos de las tropas disidentes
con los de las realistas , y véase la huma-
nidad tan pregonada que observan las pri-
meras. Estos destrozos no son imputables,
no hay ojos para verlos , pero si se
ven disíintamente las culpas de nuestras
tropas : con mas imparcialidad seremos
mas justos en nuestros juicios.
CARGO 21.
: Que la inobservancia del derecho
de, gentes eon los vencidos , y el no
respetar las propiedades , las vidas de
uinos , mugercs , ancianos , y demás
yecinos, desarmiados , cerno también c,I
incendio de las ciudades , pueblos y co-
sechas , hacen tomar á ios Americanos
medidas de defensa para librarse de tan
crueles enemigos.
DESCARGO.
Me remito á lo dicho en la última
parte de esta carta , y acerca de los
excesos cometidos , viva V. en la ih*
eligericia de que son exagerados en la
mayor parte. La guerra actual no es
de Nación á Nación, sino de los pueblos
disidentes con el Gobierno constituido.
En guerras que tienen entre sí ias mo-
narquias se observa el derecho de igual
á igual , pero en las civiles , y por el
actual motivo, no rige el derecho y
política que en las guerras con las de-
mas Naciones ^ y esto no es del dia,
ni pciíifca nueva , quando toda la bis.
toria de todos los países manifiesta la
diferencia que ha habido estre reducir á
los pueblos á la anidad ád Gobierno,
y combatir entre Us Naciones por de-
rechos litigiosos. Después de la acción
Sen escarmentados los gue' haa tenido
principal parte en Ja subversión, sísnd,
«« ó menos los castigos , sin que este
«a sistema de la España , sino conse-
cuencias de 1« cosas. ; Oxalá que no
se hubiese derramado una go,a de san-
gre ! ¿Pero quién ha puesto á los Go-
b«rnos y Generales en estas circuns-
lancias sino los mismos pueblos disiden-
_ tes ? El hecho del oficial Callejas, exa-
gerado , aun guando fuese positivo, pro-
bará la precipitación de un oficial, per»
jamas el sistema del Gobierno. Las du-
ras órdenes de Don Francisco Marcó del
Pom promulgadas en su bando , conven-
ceráh ttias bien su humor que su pru-
dencia j pero su zelo indiscreto ¿ por qué
ha de atribuirse en manera alguna á
pian de nuestro Gobierno? Los hom-
bres siguen con su carácter en sus vir-
tudes y vicios, en la elevación y el
abatimiento, y ¡as faltas ¿^i ^.^ác.
ter de los individuos nunca son itnpu-
tabies á las Nationcs.
CARGO 26.
^ue los Vireycs y Comandantes
íchan contribuciones enorme» á las Pro-
Tincias y Ciudades cu que ellos domi-
&aa paciücamente.
DESCARGO.
Ta sobre esto he hablado á V. , y
es inútil insistir en lo mismo j pero no
puedo desentenderme de lo que se dicc
«n la prueba acerca de que el Excmo.
Señor Pezuela ha ordenado que todas
las Provincias costeen á proraieo el gatio
de las tropas de su guarnición , y del
cxército , repartiéndose ia quota entre
todos los vecinos. Esta orden solo eS
reservada ai autor de la manifesiatioa
histórica y poliiica. Ni se ha dado tal or-
den ni en amago han sufrido los pueblos
tal gravamen. Se dice que quando se exi-
gen tales contribuciones los Vireyes, Ge-
«erales y empkados no hacen ningún sá--
orificio , ni ceden, las rentas que disfru.
tan Pues el Señor Virey fea contribuida
2oS pesos, y sostiene diez soldados, cuyd
valor asciende á dos mii pesos anua,
íes , y en todo ei tiempo de su Go,
bierr.o fácil es computar á quanto as.
tiende su total contribución , en media
de los gastos indispensables del empleo,
y de los de su numerosa familia.
V. sabe que tengo motivos públicos
que me aproximan ai Palacio Artobis.
pal, y asi no extrañará V. que pueda
puntualizarle la mas exacta noticia no
solo de lo que ha contribuido la Mitra
en obsequio de S. M. y de su causa en
España y América desde la invasión
de los franceses hasta el dia , sino de
todo lo demás en que se han invertido
ias retuas del Arzobispado j de manera
que cotejados los libros de ios ' in-
gresos y gastos , que he exami.
i89
■ado partida por partida , se manifiesta
que* S. ÍE. I. ha gastado mucho mas de
Jo que ha renf^do la Mitra en los catorce
años que rige esta Santa Iglesia ; ha-
biéndose sostenido coo las cantidades que
poitcriormente á su ascenso de la dió-
cesis del Cuzco á esta Silla se le pa-
garon por sus muchos deudores en su
anterior Iglesia. La prueba de esta propo-»
sicion puede V. llamarla demostración,
porque no hay otro nombre que dar al
convencimiento que necesariamente pro-
duce esta verdad. Las rentas del Ar«
achispado en el dia por las públicas baxas
que ha sufrido quando mucho, ascienden
á 48c) pesos, y aun menos, por no pagar-
se los Sínodos en la actualidad, ni en parte
considerable lasQuartas^ pero suponién-
dose el ingreso anual de 48D pesos, sien-
do mucho menos , suma en los catorce
años del gobierno del actual Señor Ar-
agbispQ ójzd pesos. £sie es el u^tal y
único ingreso ; vea V. ahora lai salídaiv
Primeramente en el navio San
Fulgencio remitió S. E. I,
de donativo para la Nación
Española. ............ ^^^^^^
En el mismo para socorro
del batallón de Carmona , y
de las viudas de sus soldados. io,oo#
.Para mantener en el desagua-
dero cien soldados á veinte
pesos en cerca de dos años
y posteriormente quince sol-
dados por tres años 43>700
Para donativo á España en la
Veloz, y en San Pedro AU
cániara. 13,100
Para la maiítencion de Minis-
tros de Indias en España. *,ooo
Para la conducion de Misio-
neros de España á este reyno
delPcriJ I|000
Para el socorro de Monte video
4>ooo
2,000
•en dos ocasione? , cada una
á dos mil pssos. .,..♦....
Para Ja consiruccion de los
baluartes de estas murallas
de Licna.
para socorrer al Empecinado
y á Renovales , de orden
del Sr. Duque del Infantado. 2,000
Para los Vales Reales que se
establecieron ea tiempo del
Señor AbascaJ .
Para pagar el cupo del millón
que se pidió en préstamo
forzoso por el Sr. Pezuela..
Para ía Uniuersidad de Sala-
manca de orden del Rey ,
dos mil pesos cada año, y
en doce años son 24,000
Para la pensión de quatro mil
pesos cada año á favor de
la Orden de Isabel la Cató-
12, §00
10,000
4)000
4,00©
192
lica , en quatro años* . . . 16^00^
Para la construcción del Ar-
chivo eclesiástico que no
había , y se mandó cons-
truir de orden de S. M.
Para las rejas de fierro en el
Coro de la Catedral
Por la pensión de la Cruz de
Carlos III^ en catorce anos,
á mil doscientos ps. cada uno. 16; 8 09
Por otra ai Seminario Con-
ciliar 5 por el mismo tiem-
po de catorce años , á mil
trescientos ps. cada uno. i8}2oe
Para la erección del Colegio de
San Fernando * . . é^ooo
Para pagar el gasto que hizo
el Cabildo Eclesiásiifco en la
entrada ó recibimiento de
S. E. I. 5 pues de orden de
S. M. ya no es" abonable di-
cho gasto por el Erario. . . 5)5oe
45>ooe
Por Ia'>e?accion dd Palacio
Arzobispal que estaba casi
arruinado. .
Por las linibsiías reservadas y
públicas, ascendiendo eñ al- '
guncs meses este gasto á dos
míi pesos , y en otros á mil
y quinientos , computándose
únicamente en esta cantidad. 2 5 3.000"
Pesos. . . 53Ó.70Q
No incluyéndose en estas partidas
los gastos de mantención de S. E. I.
y sti familia , jii bs de I05 negocios de
h Mitra asi en Madrid como en tsti
Keyno, es ei ingreso como sq ha dicho
de672D pesos, y la saiidaJíde 536.700,
siendo el exceso de la entrada á la sa-
lida de 145,300 pesos. Ponga V. po^
la parie^ue menos i2D pesos por año
en Ja mantención decorosa de S. E. L
^3
194
y su casa, lo que en catorce años as-
ciende á i68D pesos , y resulta alcaa-
*ada la entrada por la calida en 22,700
por cuentas tan claras y llanas , que
las percibirá aun el que no tenga vista.
No extrañe V. que las rentas de la Mi-
tra estén reducidas á solos 489. pesos,
porque aunque anteriormente llegaba^
á mas de 54D, era incluyendo el Nove-
no que posteriormente se le ha baxado
^n la maza decimal, que siendo de 6,300
pesos en cada año, sube en los 14 a 88200
cuya suma no debe computarse en la
Renta Arzobispal , porque ya no ingre-
sa en ella. En el estado pues que se
halla la entrada , es positivamente ex-
cedida en mucho por la salida , según
la manifestación de partidas constantes
y públicas. ¿Y á un Prelado de este des-
|>rendimiento tan absoluto , y de las vir-
tudes que "lo caracterizan , se pinta coa
los coloridos de mentecato j adulador y
^9S
tímido? Ya había acaMo eJ Sacerdocio
en la Sinagoga, y San Pablo pidió per^
don públicamefíte de una palabra agria
fliciía contra d Sumo Sacerdote, quien ha-
hh ordenado se k hiriese en ia boca, di.
ciendo que no le habia conocido j porque
«abJa muy bien que estaba escrito : Nq
maldecirás al Vrínci^s de tu pueblo. A ios
Obispos de que habla Saii^Juan en su
Apocalipsi , sobre reprensibles se les da
ia denominación de Ang^ks -, mas ia^
felizmente es llegado el tiempo en que
«e insultan las virtudes, y no se acá-
tan las primeras dignidades de la Igle-
sia. Pero ¿ qué ha de considerar ni res-
petar la locura é insolencia de una filo.
sofia subversiva ? Llorem&s estos maics
esperando de Dios el remedio, y coa*
tinuemos.
Los empleados y miíiistros contri-
buyen á proporción de «us sueldos/ ¿Y
fómo se habla q^ii esta ligereza ? Por
ptra parte las rentas Reales solo bastan
^ sestener á un empleado con la decencia^
^ue demanda el mismo empleo, i Qtié
puede sobrarles para enagenar lo qu«
hace su subsistencia y las de sus fa¿
uiilias j principalmente en el dia , en qüá
todo hombre está alcanzado, porque se
han multiplicado las necesidades, al paso
que se han obstruido los recursos de
proporcionarse algún alivio ? Ahora jpor
qué se escandaliza el autor de que en
tima se pagasen los sueldos á los dos
Señores Vireyes , Abascal y Pezuela?
¿No es sabido que al que acaba le
corre la renta íntegra por seis meses
después de la conclusión de su Gobier-
Bo ? 2 Y qué hay que admirarse de que
á un gefe como el Señor Pezuela se le
abonasen sus sueldos íntegros , sin em-
bargo de la interinidad, que fué de po-
cos meses , viniéndole la propiedad in-
mediatamente , (juaudo aunque oo húbic^
19?
se vüehó con la investidura de Viiñe%
sus grandes servicios á' la Corona ¿y
los gastos hechos en sus víagés , y én'stt
numerosa famiiii le hacían acreedor i uhll
gracia , que locaba en justicia ? SíM^
aprobó esta resolución, y lio hay pór(|ue
escandalizarse de un proceder que nadíi
tiene de irregular , y que parece detnan*
darlo el mismo estado de las cosas. Taniw
poco es extraño que á un Ministro como
«I limo. Sr. D. Manuei íle Arredondo se
le jubile coa renta íntegra despuesdemaí
de quarenia años de servicios probados
en las togas de Goateíiiala "y Lima. , y e»
las Regencias de Buenos Áyre« y el Perú»
Este es un estímulo para los buenos-^ ser*
vidores de S, M. , y ai mismo iiemJ)o una
recompensa justa á los trabajos gloriosos.
Se íigrcgi que el Sr. Abascal ha remi-
tido á Londres y á España mas de un
miiíoii de pesos ; será baxo otro nom-^
líreiy ¿on señas y contraseñas resef*
•lyadas ai autor del manifiesto. | Y de don*
de sacó tanto dinero? El sueldo no po-
día dárselo ; su carácter franco y gene»
JfoSQ. no le permiiía ahorrar con indecen-
cia. Sin una calumnia la mas negra no
puede arguírseie de venal. Gon que no se
da con el secreto de esta piedra filosofal
.que le multiplicó este millón largo de pe-
^os. El Sr. Pezuela ( cominiía el autor )
tiene cerca de otro tamo, es decir , cerca
?de mas de un míiion, que es la quota asig-
nada al Sr. Abascal. Como el cómputo es
á bulto, y estriba en la fé del que cscri-
be , solo puede contestársele, que mnga-
na especie es mas calumniosa notoria-
mente, que la relativa al ingente caudal
acopiado per el Sr. Virey Pezuela, cuyas
virtudes religiosas y poiíticas le ponen
,¿1 abíigo á<¿ injuria tan grosera. Pero ka^
blando genera líuente sobre tales acrimina»
c'ionee (á qüléñ esperaría persuadir d
- 199
lutor la facilidad con que en sa pluma se
emnillonan hoy nuestros Gefes , aun per»
miiiéndole calificarlos de abandonados en
jsupremo grado i Escribiría sin duda para
babitantes iejanos del Peni , y de la vista
de su actual decadente estado. Esta única
reflexión baste para desbaratar la ide'4
de ios mares de riquezas en que el amor ^
figura nadando á ios Sres. Montes , Ra-
mírez , Ossorio y otros , que gozan át
distinto concepto entre los imparciales.
2 Pero de dónde ha ocurrido ai es-
critor que cada Intendencia ha de con-
uibuir mensuaimente con una suttia ma-
yor de los particulares , que la que pro-
ducen las Rentas Reales ? Que á estas
úlumas no se les ha de tocar para nada,
sin duda con el objeto de remitirlas á
ííspaüa, agreijando por una nota que sera
para lograr por este anedioel Sr. PezucU
4a propiedad del Vireyaato. ta se habrá
convencido de que la propiedad le vino
ínuy pronto, y sin necesidad de esta re*
inision. Pero i con qué objeto se asientan
fafeedades públicas, que á nada mas con-
tribuyen que á hacer odiosa la causa
de S. M. ? Es constante que los pue-
blos sufren gravámenes y pero no en
el sistema que expresa el autor del
tnánifiesto, ¿Y cómo podrán no sufrir-
los ton dolor del mismo Gobierno, sino
pueden repararse las públicas necesida-
des con las solas Rentas Reales? ¿ ní
cómo éstas en tal angustia pueden per-
manecer intactas con el objeto de re-
mitirse á España? Quando la calumnia
se urde tan mal , por lo regular se hace
traición á sí misma.
CARGO 27.
Que los Españoles insultan pública*
-iRenic á todo Americano, y se repite por
todas partes j que la España no á^bt
201
dexar ni siquiera ua soío Americano
Vivo, que pase de siete anos.
BESCA RGO.
Me remito á lo que tengo á V. dicho
en la carca anterior. Ha habido , y
hay necedades mutuas de Españuies y
Americanos, pero entre las gentes sin
principios ó frenéticas. Todos ios dias
se estrechan mas y mas las relaciones
entre unos y otros , en amistades , en
matrimonios y en comercio. Se trae para
la prueba de la proposición el haberse
singularizado el finado Don Alexandro de
Este-van Martinez , ofreciéndose á sec
e( primero que degollase á sus propios
hijos , siendo asi que viniendo de Es.
paña de criado del Señor Escalada, In-
tendente de Huamanga, ascendió á M-
oalReal en dicha ciudad , y debió de
consiguiente su suerte á la América. Y^
ha muerto este sugeto, pero en obsequio
202
de la verdad debo decir á V. que fe
traté de cerca , y conocí en él uno de
los mas tiernos padres de familia : y
que tanto por su corazón, como j)or sus
mas que regulares talentos, era inca*^
paz de haberse vertido de ese modo. Es
igualmente falso que viniese de criado
del Señor Escalada j pues quando éste
vino de Director general de Alcabalas
de este Vireynato , pasando por Chile,
en donde de fecha anterior estaba Mar-
linez de Oficial primero de la Aduana,
lo traxo en su compañía, para darle me-
jor colocación, así por sus méritos, como
por recomendaciones particulares, que á
este fin se le hicieron de la Corte. Y
habiendo tenido varios empleos en Real
Hacienda , se jubiló de Oficial Real de
Huamanga por su falta de vista , des-
pués de quareuta años de acreditados bue-
nos servicios. Su hijo Don Manuel , á
quien se sindica de uno de los mas pí-
203
caros entre los Americanos, no tuvo oím
delito, que haber servido con honor al
Excmo. Sr. Abascal , y haber sido adicto
á ia causa de S. M. Con que si tal era d
proceder dd iiijo , ¿ á qué tenia el padre
^ue amcíiaiario con degú'elio ?
Se traen también en la prueba d§
esta proposición 5 las crueldades de los
conquisiadore?, apoyadas ea ei testimonio
del Señor Don Fr. Bartolomé de las Ca-
sas , Obispo de Chiapa, sobre lo que
«e ha escrito tanto, que puede V*
ver en mil partes , y en e! de Mon«
tesciiieu en sus canas persianas, des-
mentido por la Legislación de Indias,,
y por U protección que ha dispensado
y dispensa constantemente el Trono á
ios indios. Pero admírese V. del modo
coa que concluye en esta parte el autor.
I Qjándo se civilizarán los Españoles^
A;i ] jarús. Li Biviaá Providencia pa"
rece haberlos destinada al enibfutccimicfl-
204
té etcrn©. ^ Pues qué , ignora este s^•
.geto el distinguido papel que ha hecho
Ja España en la república de las letras,
j¡. que en el siglo XVÍ era sino la única,
la, primera depositarla de las luces? Por
Jo que toca á las lenguas modernas, dice
.el célebre chanciller Dagueseaú en las
Instrucciones á su hijo : ,, hay dos prin-
cipaiinente que iio debes ignorar ,; tanto
ppr la facilidad que hay de aprenderlas,
como por el gran número de . cbras que
en ellas se encuetitran en todo genero,
y priucipaimente en la Historia. El ge-
nio de ios italianos y Españoles es mas
propio á este género de obras , que el
nuestro j ó porque s on mas capaces que
nosotros de una sólida y continua re-_
flexión sóbrelas cosas humanas, ó por-,
que la consúíucion de lu Gobierno , y
las diferentes revoluciones acaecidas e«
ellos , los han heciiO, principalmente á
ios Italianos, mas profundos en la po-
205
lítica, que ~ es el aima de la Historia,
Así por ignorar dos lenguas , que ape-
nas te costarán uii mes de trabajo, te
privarás del placer y ventaja de leer
historiadores, que igualen á los aniiguos,
ó que á lo menos no le seaa inferio-
res , ó no gustarás sino una parte de
ese placer, y de esa ventaja leyendo solo
las traducciones.** Este testimonio es de
la Francia , y reciente , y de un autor
tan recomendable , que no podrá ser
tachado por el autor. Sobre las cruelda-
des de los Españoles en Indias, me remito
á lo que tengo contestado ea la primera
Carta.
CARGO 28.
Que á las quejas y asuntos de los
Americanos no se les dá sustanciacion
legal en la Corte , baxo el bárbaro pre-
texto de que no llevan el informe de
los Gefes mismos, contra quienes se que-
jan , y á los informes clandestinos , que
los Vircyes , Gobernadores y Gefes ha-
cen contra Americanos , inmediatamente
se procede contra estos, sin cmbarg©
de no oiilos ni juzgarlos con arreglo á
las leyes , lo que manifiesta la preven-
ción 5 y odio ^ue tienen en la Corte á
todo Americano.
DESCARGO.
La respuesta dada ai cargo 17.
Una cosa es que los informes de los
Señores Vircyes y Gobernadores infíu-»
yaíi en la Corte, y otra que sin ellos
nada pueda hacerse allá, ni se resuelva
aun contra sus informes.
Concluidas las veintiocho causas, se
contrae á examinar , primero : la con-
ducta de la España y sus Vireyes , y
demás autoridades, que gobernaban en
America desde la invasión de los Fran-
ceses hasta la total disolusion de la
Junta Central , y aproximación de las
tropas Francesas á las inmediaciones de
Cádiz. Segundo : la que tuvieron las
2C?
Cortes y sus Regencias : y el manejo
y sistema adoptado después por Fernan-
do Vil. No entremos en vindicar Ift
conducta de Jas Cortes, ¿ ni á qué coa-
duce tocar en lo extinguido y acabado?
Después se tiiere" duramente al Señor
Abascal por el rompimiento con Buenos-
Ayres , y se llega al extremo de asen-
tar , que asi él, como el Señor Goyene-
che trataron d? coronarse, el uno en el
Perii, y el otro en Buenos-Ayres , que-
dando ambos dueños de la América me-
ridional , y siendo el uno yerno del otro
(¿se reproduciría la escena acaso de Cesar
y Porapeyo?) y que gracias á Belgrano,
que con sus dos victorias desbarató este
proyecto , que sino ya tal vez estarían
coronados. Spectatum admissi , risum
teneatis amici ? Que la guerra contra
Buenos -Ay res fué sin motivo , y contra
la opiniqn de las personas de juicio-
Que el Señor Arzobispo j hombre co-
?o8
nocido por un insigne menfec^to^, y'por
€l mas adulador de Abascal , á quiea
temía por su audacia y altanería , apo-
yando ciegamente al Virey , habló por
mucho tiempo en favor de la guerra,
y ofreció para ella toda la plaia,.y alha-
jas de los Templos. Que los demás ca-
liaron por temor del Virey , y se de-
cidió la guerra. Que dio el Señor
Goyeneche U batalla por enriquecer-
se, y hacerse el arbitro del Peiü,
y por cumpiir con las iiistrucciones que
traxo de Murat , de quien fué emisa^
rio. Que el Señor Abascal, premiado por
todos los Gobiernos de España, fué el
mayor traidor que tuvo la Nación, no-
tándosele su adhesión á José Bonap.irtej'
f que demoraba Ja jura del Rey , sin'
embargo de las instancias del .Cabildo,
para dar titímpo á tomar otraí medi-
das. Que por fia accedió i ella , y que
en el tabIadiIIo| de la plaza en que se
verificó este acto , se vieron en los qua^
tro extremos quatro banderas , que de-
cían : viva José,
i Que tropel de calumnias envuel-
tas en mil necedades! La mejor con-
testación sería el desprecio ; pero el ca-
rácter de las personas injuriadas obliga
á no callar , y á manifestar la baxeia
y puerilidad con que se les agravia. ^Va-
mos por partes.
Sin entrar al exvimen del procedi-
miento de Buenos-Ayres en erigir su
Gobierno del modo que lodos saben, la
prueba manifiesta de sus intenciones la
dan los mismos hechos, y las instruccio-
nes del Dr. Moreno , de que me he
hecho cargo en esta eontesiacion* Allí
verá V. si por el sistema de |Buenos-
Ayres habia unión con la Península,
y si no se trataba de otra cosa que de
iín desprendimiento de ella esenciahneni*
i4
%I0
te. Abatidas, Tilipendiadas y decapitadas
las Autoridades constituidas , erigido
un Gobierno popularmente , roto el lazo
de la unidad, y diciéndose viva Fernan-
do Vn , era acreditar una fidelidad có-
iTiica , por ia que no podian pasar ios
mas necios espectadores del drama. En
tales circunstarícias , j qué podía ha-
cer ci Virey del Perú , sino tratar de
reducir á los pueblos del Rio de la
Plata á la obediencia , y de emplear
aquellos medios propios á este fin ? No
pudiendo ser en paz y armonía , con
dolor había de valerse de las armas.
Hagamos justicia. En la Junta que tuvo
el Señor Abascal hubo algunos votos
en pro y en contra de la guerra , y
todos de buena ' fé \ porque n© son li-
bres los hombres en sus opiniones , y
precisamente van con aquella mas con-
forme á sus principios , á sus conoci-
ccientos ,y á su carácter^ y querer tern-
sil
piar á todos ■ los hombres por un tono,
es tratar de hacer ío que Dios no ha
hecho. Mas los votos coiurarios á la
guerra no fueron por lá justicia ó injusti-
cia de ella, en lo que no hubo diversidad
de opiniones, sino por las dificultades que
presentaba su continuación en aquelk
época. ¿ Un Pueblo que trata de eman-
ciparse de la dominación jurada, nq
puede ser obligado á permanecer baxo
la potestad que ha reconocido ? Si está
guerra no es justa, quáles soa las ideas
de la justicia? A no ser que por Ja
Soberanía de los Pueblos , cada uno eá
calidad de Soberano pueda hacer io que
guste y quiera, pudieado decirse lo mis-
mo de todo liombre, que tomando su
porción de Soberanía resuelva y decrete
Jo mas conforme á su Soberana volun-
tad.
Que S. E. I. fuese del voto de k
guerra es positivo , y que este dic-
21^
.támen ni es contra su ministerio , ni
contra h lenidad del Sacerdocio , es
«na verdad que no necesita dé prueba.
Bero S. E. I. fué el último que habló
^n la Junta con la dignidad de su per-
^na y carácter. Y ni en esa ocasión, y
(¿a niíiguna otra ha ofrecido la plata de
jas Iglesias, sobre que ni- por inciden-
,pa se ha tocado en las juntas, ó sesiones.
Lo que S. E. I. ha dicho es , que
está pronto á que dexándosele lo ne-
cesario para una frugal subsistencia, se
disponga de los productos de la Mitra,
fi se considera que la indigencia del Es-
tado sea preferible al socorro de los po-
bres. Y siendo de este dictamen , sos.
teniendo como Sacerdote , como Arzo-
bispo, y Español la causa de S. M. ^ en
que ha pecado contra estos caracteres?
Los Teólogos y Juristas de mas nombre
sostienen que la guerra justa puede ser
apoyada y predicada por ios mismos
213'
Sacerdotes. Observe V. en Ta Escritura
la conducta dei Sumo Sacerdote Joyajla
con la impía Atalia , usurpadora del
Trono de Judá. Vea V. á uno de los*
primeros hombres de su siglo en san*
tidad y luces, á un San BernardOj pre-
dicando la Cruzada. Guerra santa, á pe»
sar de lo que contra eila se ha escrito,
tms por su infeliz éxito, que por la jus-
ticia de la causa. Y ¿quién niega ni
puede negar que los Prelados Eciesiás*
ticos , como los mas amantes del orden,
y que por su instituto deben predicarlo,
y contribuir á su custodia , no sean
les primeros también que propendan á
c¡ue se conserven los subditos en la de-
bida obediencia á sus Soberanos ? ¿ Con
que quando se desbordan los pueblos
disidentes sobre los fieles , y quando su
€xemplo omiíioso puede dañar ia parte
sana , permanecerán los Prelados con
hs manos cruzadas , y como perros mu-
Vi
2l6
tf dé Consolidación , como lo^ vsrí*
ffeó á^ consecuencia , debiéndose á s-a
filfmezfa'ola execucion de la resolución de
la- Junta de Sevilla, Quando se impuso
la ^contribución áeuu cinco por ciínto
sebre ios predios rúsütos , resistió coa
vigor que á tai gravamen se le no-
miiiase iiíedio diezmo ^,^. y corriese la hue-
va; .'contribución,, unida cojí ese ramo; ~
sobre io que sostuvo con vehemencia.^
oiü^^íias , y acaloradas dJspuias coa.^^l^«
Smor-Abascai y ia.Juoiai Véase aqtíí' •
sitita-í.t'^roeeder ptíedé iiámarse condes^'
céndencia , y si merece el nombre de*
ad«iacion iina oposición -tan ñrme , y
vigorosa;: ' .
Pe-í o- <|;:é ' -pod-rá - deci rse , é ' qtié -
ficmbre darse- -á ia:^ cMmiila de1a''1ííi"
teifvéncíoh de S. E. í. con 'el Sr. Virév '
par'áf" la denoíTirnacioír 'de Diputados en
kií ^5)ft^•^■És corrstaiít^ --que S."-E.-i;-'
•jfecí'is^ 'ái^z'dó'ái-fóineüOT ea tales asuti-
217
tos , como he expuesto á V. en la ante-
rior , siéndole absolutamente indiferente
que se r:üir.brase á esta ó la otra per^-
sona, y deseando ümcamente que re-'
cayese en el sugeto mas digno. Si estos
deseos son criiuiriales , es necesario que
«t autor del manifiesto nos dé nuevas
ideas de las virtudes, y de bs vicios. Pero
á qué fin cansarnos en contestar frivo-
lidades ? Para genies preocupadas no
hay r'azones , ni silogisnos , y todo lo
que no sea ir coiforme á su's princi-
pios, es una necedad y un delito. S. E. 1.
detesta la subversión , luego ha de ser
cargado por los que la apetecen y fo*'
mentan con todos los dicterics posibles,
sin pararse en las falsedades, en calum-»
nias , ni en insuíios.
La historieta de las banderas en el
tabladrilo de la jura con la inscripción
de ^jíva ]o:z y t« u6a: cosa sabida de
todo el aiúndo , eotiiO taitibien el motivo.
2l8
Sepa V. el suceso , y admírese de la
malignidad. Llegada ia noticia á Lima
de lo acaecido en Aranjuez , y á con-
secuencia de ia cautividad del Soberano
y su Real Familia , se irritó el pueblo,
sin excepción de personas^ y clamó por-
que en el acto se hiciese Ja proclama-
ción del nuevo Rey con aquella pom-
pa, que exigia la brevedad j y encarga-
tío, de esta obra el Dr. D. Madas Maesi-
tro 5 buscó en los Monasterios , y en
donde pudo los paramentos mas deco*,
. rosos á 4a solemnidad, y entre <;ilos sacó
del de las Descalzas , en dóiide se ce-,
jebra á San José , que es uno de
los titulares de dicho Monasterio, anas
banderitas en que estaba puesto ei mote
dq viva José. Ai tiempo de ir recibiear,
do de varias partes ya alfombras , ya
tarimas , ¿¿c. vinieroa dichas banderas
que se recibieron sin verse la inscripción;
y quando Se cobcaron se advirtió et
219
mote > y se quitaron en el teomento,-
instruido, todo el mundo del motivo lue-
go luego. Vea V. la ridiculez de cstC'
cargo , y ci alto que trata de hacerse
por una vagaieU.
No es menos fútil el cuento de qufe
los conquistadores tuvieron hijos nacidos
en España y en América , y que ama-,
ban mas á los primeros que á los se-
gundos, ó que positivamente no aten-
dían á estos úiiimos. ¿ De dónde se hi
sacado esta anedocta centra la natura-
leza? ¿En qüái de los hisiorJadores de
la conquista se halla tal especie? porque
aseguro á V, que en todos ellos no se
ve una palabra sola relativa á esta no-
ücia. El misino Dios consideró el carác-
ter de padre en , Abraham respecto de
Ismaelj y colmó á este de beneficies , aua
siendo hijo de si'erya en consideración
al padre , quiu scmsn tuum est. Pero los
Hijúe de tas eonquiscadotes eh América j
220
sobre libres, se hacían peores que escla-
vos por -él terreno en que eran nacidosj
y los padres ahogaban ios gritos de ia
naturaleza, y se olvidaban de esta re-
lación, que acompaña al hombre hasta
el último instante, acordándose mas de
Sus hijos que de sí mismo. Esto solo
puede contestarse despreciando ia fal-
sedad y ridiculez del cargo.
Mas qué dirá V. déla sander de
que se llam'an criollos á ios hijos de la
Aínérica, para darles un nombre común
con los negros , hijos de los de Guinea,
y nacidos en estos países ? -^ Hay valor
para tal aserción? Criollo es el nacido
en América, sea blanco ó negro, para
distinguirlo del Europeo y Afíicano si-
tuados en ella , que se llair.an chape-
tones los uiios , y bozales los Oíros. Bre-
ve se interpondrá queja de que se lla-
men hombres á los negros , siendo lla-
mados también hombres ios bíancoSj y
22 í
buscaremos nuevas voces , para no cdn-
fuadir las gerarquias. Pero á ia mane-
ra que el Rey es hombre , y el negro
.bozal es hombre , siendo el uno boza!,
y negro , y el Soberano , SobtTano y
blanco , asi el criollo blanco es blanco,
y el criollo negro , negro* San Mi-
guel es Ángel , y Satanás es Ángel, y
no se ha quejado el Arcángel bendito
de que por esto se le confunda con el
Diablo , porque cada uno sobre Ángel
está en el lugar de gloria y de honor,
y de tormento é infamia que le corres-
ponde.
Pero conírayéndonos a! ca/go hecho
al Sr. Goyeneche , ¿ no advierte V. que
el descargo está en el mismo cargo? Se
dice que dio la batalla por enriquecerse^
y por cumplir las órdenes, de Murat , de
quien fué emisario. Según esto sale por
consecuencia que Murat le ordenó Isostu-
viese la causa de Fernando Vil , y que
224
. íe SUS vasallos , y q"' est» se
""",■ Z el amor y el respeto 4
"" a .Werao, aunque conside-
^^'"T^lircas.,.,yesca™ie«o<lc
r " iTy de 10^ i'^^--- ' '""'"'
los malos, y ^^ ,r;,<íaáo de tras-
tornar la coi. ^^^^^^^^ .^
A de establecer :(
,oble.oUu..o,..pean^^ ;^^
.e„ su poder, "'" „„ henlkgad.
aequelosdecnasquc ^^^^^^^
,es..pu.ono e. - ^^^^.,^
unos delincuente., 1 . .,
'-"•-"";:'*-^>^"
,ean echados eu ^^ ^^^^^ ^^^
guido. có..oreos,2n^^^^^^^^.^^
'""""" '^,W . con discursos teu
^ " .!;"-- - ^"^°"" ^'
^" ^"' "es' d..« goxar de la Ub.
"^'"* '' U.d individual enl'^
bcn permanecer í?
' -*-'•<". vL ^"; ^- '^- í- '*
^ justicia, de su r^i ■
"O" sólida, y df \ "" '""''"'■
-^'o'-i./dJ"" *-"/-»,,«.
^^n ad extravio r!^
^" -'.secuencia h. ,,J [. '""^''^•
"-''-atiendo oidó r ,^^""'-
--na,con.a,„L. ;^""'■°'''^^•
í aquel/a, 7 '■ "'"''" " ^"^^'o '
V7 ^"^ "° Pwdan aiier.r I, , n-
^26
casarlas , porque las^ exija la jusiicia,
para contenerlas en su deber. Lo par-
íicipo á V. E. para su inteligencia y
cumplimiento. Dios guarde &c. Madrid
10 de Junio de 1 8 14. = Lar ííiaaí^ai.^^
Sjí0or Virey del Perú.
^ ' Este es lenguagc mas bien de un Pa-»-
dre que de un Rey\ Si los pueblos di-
fidentes hubiesen dexado las armas, ya
todo habria concluido , y ei Soberano
jbabria olvidado los delirios de sus hi*
jos , abrigando á todos paternalmente.
Pero sucede por desgracia, que embria-
gados con el aparente néctar , y real
tósigo de la libertad , no consideran
los males , en que los sumerge esta
embriaguez. Todos los hombres , en ex-
presión del gran D* Aguesseau , jj-
firan á la independencia y fero est$
feliz estado j que es el punto y fin dt
tus deseos , es el que menos gozan^ pues
e^var^s de sus tesoros , sQn prédigos
2«7
de su libertad , y reduciéndose é ún§
esclavitud voluntaria , acusan á la 'Natwr
raleza de haberles inspirado un deseoy quB
jamas llega á contentar : y buscando en
ios objetos que les rodean un bien que
¡no pueden encontrar sino en sí mismos^
fiden á la fortuna un presente , que n«
deben esperar sino de la virtud: y en-
gañados por la falsa luz de una líber-.
tad aparente , prueban todo el rigor de
una verdadera tirania. Asi hablaba este
sabio , conocedor del corazón humano.
¿Pero quál es el lenguage de los ato*
londrados í V. lo oye, y se lastima dt
la necedad , y del prestigio de los pue-
blos. 2 Eí^ donde existe esta libertad^
quando todo nos llama á la dependencia
en lo religioso , en lo civil , y en lo
doméstico ? Esperemos de la Providen-
cia y del tiempo , que los hombres en-
tren en si mismos, y que desengaaado$
los puebios detesten k impostura » f
228
rtraten ác apartar las desgracias, que han
sido el único fruto de la subversión , la
que siempre . viene escoltada de muer-
tes y ruinas. Jamas y jamas, decía un
célebre filosofo , oigao de este nombre,
los ciudadanGs virtuosos han perdido su
Patria. Tero si los malvados pueden im'
^unementc levantar sus cabezas : si agra-^
dan á la Nación : si, ^or asegurar su
fortuna y ^oder, prestan á la injusticia
. ún cul^abís a^oyo , en vano el Estadé
«o . ofrece á la vista sino el feliz ejpce-
táculo del esplendor y de la ^a%..,. bi€»
/presto se verán ciudadanos atroces bus*
car su felicidad en la ruina de sus com-
ciudadanos ; bien presto se manifestará
la rebelión ; por todas partes vá á agu-
ssrse el fierro del aborrecimiento , y á
correr la sangre. Así hablaba Teognit
^hora dos mil quinientos años, y cumo
la verdad es de todo* tiempos , hof
vemos que refiere . io siismo la historia
de nuestros días. Aquellas cabezas que st
calientan con bienes quiraéricos, y con los
tieíopos de Grecia y Roaia , han estu-
diado mas los libros que el corazón hu-
mano. Si hoy se reproduxesen ios Arís*
lides y Caínilos ¡ y apareciesen en las
Provincias coíunovidas , siendo ciuda*
danos de ellas , squái sería su conducía?
Esos hombres que toleraron los desaires
de su5 ingratas Patrias ^ jamas las hundi-
rían en la .sangre de sus hermanos. Otón
-para conservarse en el Imperio podía
haber aventurado una segunda batalla.
Su vida no nos presenta el modelo de lo«
grandes ciudadaHos , y antes fue acu"
sada su primera edad de descarríos y
excesos , que jamas se hermanan con
las virtudes civiles j pero resolvió morir
antes que ver derramada por su causa se-
gunda vez esa sangre preciosa , para el
que no ha perdido en eí todo los sentimien-
VQS de humanidad. No es dudablt , dice
Tácito , que se pudo renovar una guerra
atroz, cruel y dudosa á los vencidos, y á
los vencedores. Pero Otón, distante de loi
pensamientos de la guerra , dixo á lo9
suyos : Seria estimar demasiado mi vida
exponer á nuevos peligros vuestro ánim9
y valor. Hé medido fór bastante tiem-
po mis fuerzas con las de la fortuna.,,,»
Vitelio ha comenzado la guerra civiL
Fué la primera vez que combatimos por
kl Imperio , y también será la última:
dando yú este exemplo , para que por ék
la posteridad me juzgue,.,: Otios Vrín^
cipes habrán reynado mas largo tiempo y
pero ninguno habrá dexado de rcynar
con mas fortaleza, iPodré acaso sufrir qut
un ex'ército escogido , y ia flor de la
juven¡:ud Romana se sacrifique de nuevo,
^'se le arrebate á la República^ Des-
cienda yo' al' sepulcro llevando la satisfac-
ción d^ que ffiS habríais sacrificado vues-
tras %}id'Usi' psrQ sGbvcvivid.f y no nos
231
•pongamos , yo á vuestra conservación , ni
vosotros á mi constancia. Hablar mas de
¡a muerte es una especie de cobardiáy
quando de nadie me quejo , convenceos de
que estoy decidido al partido, que he to-
mado , porque solo el que quiere vivir $e
queja de los Dioses y de los hombres, A
Otón , pues , grande en su muerte, se-
gún las ideas de ia grandeza E.t>t«ana,
faltó el valor para exponer por su causa
las vidas de los que militaban por ella^
y perdiendo la suya, acabó de ese mod«>
ía guerra civil, uno de los mayores
males , con que el Cielo en su cólera
castiga á los pueblos. Con estos sacri-
ficios se acreaita el amor á la Patria, y
no con inundarla de sangrcj y desmc^-
ralizarla con los males necesarios á la
guerra. Pero la infeliz América hasta
el dia se halla en una crisis descono-
cida por los poli lieos, scometida <¿e ma.
ks positivos é iiuagiosnos, nuevos j
232
tfctnendoíS: , y la adversidad púbiica hi
presentado en toda su deformidad su
téLrico seaiblante. Parece que el Cielo
irritado ha áerraoiado sobre ella la copa
de sus iras , esparciendo la guerra, la
desunión , el vértigo, y todos los males,
que según ios poetas , encerraba la fu-
Resta caxa de Pandora, j Que tiempos!
I Qué dias i ¡ Qué instantes tan aciagos!
j Qué Palinuro salvará esta Nave azota*
da por tan contrarios vientos ! Pero
Lima, con todo ci Vireynato en medio
dei fuego permanece sin quemarse, siendo
modelo de íideüdad y de constancia. Feli-
ces los Pueblos de tal carácter y virtude»,
j feliz el Gobernador, que rige tales Pue-
blos. Quando las Provincias conmovidas
vuelvan de su letargo",* y reconciliadas
consigo mismas se restituyan á su antiguo
lustre, contemplarán absortas la con*
ducta áú Perú , y la propondrán
á ia posteridad como cxemplo de los
233
«¿«guiares en la Historia. |0 Liait í
consentirás gustosa no se haga recuerdo
de tus virtudes , y de tu heróyca fi-
delidad , con tal que un olvido eter-
no sepulte la memoria de la disen-
•sion de ios pueblos, hasta el dia envuel-
tos en elJa! ¡ Qnándo acabará ! j Quandp
#1 resultado de las luces será amarse
ios hombres , y propender á la conser-
vación de todos , y no á la destrucción!
! Quándo cesará de herirnos de esta
modo la Espada de los Cielos ! j Quán^
do saludaremos á nuestros padres y
hermanos en sus hogares pacíficos, y
no ios matarcinos , ni nos mataráíi en
los campos de batalla ! ¡ Quándo dexa-
rcmos de ser fieras , y nos restituiremos
a nuestro ser primitivo de hombre,? i
i Quándo , ya que no tenemos imperio
«» ía opinión , alcanzaremos a lo iiienos
^er llegada la época, en que desenga^
ña^os ios pueblos disidentes, se espan-
tasen de los males positivos, que pro-
curan acarrearse por bienes quiméricos!
Dios io baga por quien es , y guarde
á V. muchos anos. Lima y Noviembre
«3 de 1 819.
De V, afectísimo amigo y seguro
íervidor Q. B. S. M.
9o- ^(^