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Full text of "Colección de documentos inéditos papa la historia de España"

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COLECCIÓN 


DE  DOCUMENTOS  INÉDITOS 


PARA  LA  HISTORIA  DE  ESPAÑA. 


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POR 


LOS  SEÑORES  MARQUESES  DE  PIDAL  Y  DE  MIRAFLORES  Y  D.  MIGUEL  SALVA, 
Individuos  de  la  Academia  de  la  Historia. 


TOMO  XLIII 


MADRID. 

IHPRGNT&  DE  Ik  VIUDA  DE  CALERO. 
Calle  de  Santa  Isabel ,  núin.  -26. 


1863. 


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CONTINUACIÓN 
DE  LOS  DOCUMENTOS 


RELATIVOS 


AL  ARCHIDUQUE  ALBERTO  DE  AUSTRIA, 

desde  el  aüo  1598  hasta  su  muerte,  acaecida  ea  1821. 

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Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  25  de  agosto  de  1606. 

El  marqués  de  Spínola.— Necesidad  de  acudir  á  éste  para  conti- 
nuar sus  empresas. 

Bihlioieca  Nacionah — Sala  de  MSS. — /  431,  foL  473. 

Señor  duque :  Estando  hecho  este  despacho ,  se  tuvo  avi- 
so de  que  venia  Baltasar  López,  enviado  del  marqués  Spí- 
nola,  y  así  se  ha  detenido  hasta  ver  lo  que  traía,  que  es 
lo  que  V.  S.  verá  por  lo  que  se  escribe  á  S.  M.  Mucho  hu- 
biera importado  haber  pasado  la  ribera  del  Isel,  pero  no  se 


debe  de  haber  podido  mas;  y  á  la  verdad,  el  tiempo  ha  si- 
do (aun  aquí)  tal  de  aguas,  que  se  puede  creer  todo  ló  que 
dicen  de  las  de  por  allá ,  y  así  no  hay  sino  encomendarlo  á 
Nuestro  Señor.  Y  lo  que  importa  es  que  S.  M.  se  sirva  de 
mandar  dar  orden  en  lo  que  toca  á  las  provisiones;  porque 
sin  eso  ni  el  marqués  podría  acabar  lo  que  emprende,  ni 
dejará  de  perderse  todo:  así  que  importa  esto  sumamente. 
Y  torno  á  pedir  á  V.  S.  con  el  encarescimiento  que  puedo, 
que  procure  que  S.  M.  mande  acudir  á  esto  como  es  nece- 
sario; y  así  no  queda  otra  cosa  que  dicir,  sino  que  Nues- 
tro Señor  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  deseo. — De  Bru- 
selas á  25  de  agosto,  año  1G06. — Alberto. — Con  rúbrica. 

Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  29  de  agosto  de  1606. 

Recomienda  al  marqués  de  la  Laguna. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  if5S.— 7131,  foL  475. 

Señor  duque:  Bien  pudiera  yo  excusar  de  cansar  á  V.  S. 
con  esta  carta,  pues  la  lleva  el  marqués  de  Laguna ;  pero 
por  cumplir  con  él,  no  he  querido  dejar  de  dicir  á  V.  S.  que 
me  deja  tan  obligado  con  la  voluntad  que  me  ha  mostrado 
el  tiempo  que  aquí  ha  estado,  en  todas  las  ocasiones  que 
se  han  ofrescido,  que  quisiera  tener  muchas  para  poderle 
mostrar  la  satisfacción  con  que  quedo  dello.  Sé  que  no  ten- 
go para  que  encomendársele  á  V.  S.;  pero  he  querido  asi- 
gurarle  de  que  holgaré  mucho  de  toda  la  honra  y  merced 
que  S.  M.  le  hiciere,  y  V.  S.  le  procurare.  Dios  guarde  á 
V.S.  con  la  salud  que  deseo. — De  Bruselas  á  29  de  agosto, 
año  1606. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  50  de  agosto  de  1606. 

Funestos  resultados  que  puede  producir  la  falta  de  provisiones.— 
Noticia  de  hallarse  el  ejército  del  marqués  de  Spínola  sobre  Rhin- 
berg.— Recomienda  á  don  Rodrigo  Laso  y  á  don  Gerónimo  Val- 
ter  Zapata. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.— I iZi,  fol.  477. 

Señor  duque:  Por  lo  que  V.  S.  verá  en  la  que  escribo 
á  S.  M.,  y  le  representarla  mas  particularmente  Garlos  Stra- 
la,  entenderá  V.  S.  á  qué  va  este  correo,  y  así  no  me  que- 
da que  dicir  en  esta ,  sino  pedir  á  V.  S.  con  el  encaresci- 
miento  que  puedo,  tome  muy  á  pechos  este  negocio ,  y  par- 
ticularmente ,  el  procurar  que  se  acomode  lo  destas  provi- 
siones, de  manera  que  no  hagan  falta,  pues  seria  de  tan 
grande  inconveniente  como  se  deja  considerar,  y  mayor  de 
lo  que  se  puede  encarescer;  asigurando  á  V.  S.  de  que  de- 
más de  que  hará  en  ello  un  servicio  muy  señalado  á  S.  M. 
me  hará  muchísimo  placer  en  ello. 

De  nuestro  campo  no  se  sabe  sino  por  cartas  de  parti- 
culares, de  los  26  deste,  que  quedaba  sobre  Rhinberg.  Será 
Nuestro  Señor  servido  de  darnos  el  suceso  que  se  desea.  Y  ya 
que  no  se  ofrescen  otras  materias  que  escribir ,  he  querido 
pedir  á  V.  S.  tenga  por  encomendados  los  particulares  de 
don  Rodrigo  Laso,  sobre  que  escribo  agora  á  S.  M.:  que  por 
servir  don  Rodrigo  de  la  manera  que  lo  hace,  puede  S.  M. 
tener  por  muy  bien  empleada  toda  la  merced  que  le  hiciere, 
y  yo  estimaré  en  mucho  todo  el  buen  oficio  que  V.  S.  hi- 
ciere por  él.  También  he  querido  encomendar  á  V.  S.  en  es- 


8 

la  los  negocios  de  don  Gerónimo  Valter  Zapata,  por  quien 
escribí  á  V.  S.  los  días  pasados  en  carta  de  mano  ajena.  El 
haberse  puesto  don  Gerónimo  en  el  estado  en  que  está  por 
ser  hombre  de  bien,  da  lugar  á  que  todos  podamos  hablar 
por  él,  y  así  asiguro  á  V.  S.  de  que  en  ayudarle,  hará  una 
muy  buona  obra,  y  para  mí  grandísimo  placer,  por  la  bue- 
na voluntad  que  le  tengo,  por  su  bondad  y  lo  bien  que  sir- 
ve. Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  deseo. — De  Bru- 
selas á 50 de  agosto,  ano  de  1606. — Alberto. — Conrúbrica, 

Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  á  oi  de  agosto  de  160^.^. i,,  -c  . 

[■■■     líí!'^      ;.' 

Pide  con  encarecimiento  que  se  le  manden  provisiones  para  mejor 
rar  el  estado  de  las  cosas  de  Flándes ,  y  atender  á  lo  de  ade- 
lante. , 

p  lü'ujooiq  u>  , oiíiafíi'üii 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.'-IiZiyfoL4*7^. 

Señor  duque :  Esta  servirá  solo  de  que  este  correo  no 
llegue  ahí  sin  carta  mia  para  V.  S.,  pues  que  por  los  despa- 
chos que  lleva  del  marqués  Spínola  verá  lodo  lo  que  de 
allá  se  ofresce  que  dicir.  Y  yo  he  pedido  á  V.  S.  lodos  es- 
tos dias  lo  que  agora  pudiera ,  y  si  todavía  es  menester  lo 
hago,  que  en  fin  se  encamine  de  parte  de  V.  S.  esto  de 
las  provisiones,  de  manera  que  se  remedie  el  aprieto  en  que 
nos  hallamos,  y  se  asegure  lo  de  adelante,  como  para  todo 
conviene.  Y  porque  quedo  muy  confiado  de  que  lo  hará 
así  V.  S.,  acabo  esta  con  dicir  que  Dios  guarde  á  V.  S.  con 
la  salud  que  deseo. — De  Bruselas  último  de  agosto,  año 
i 606. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  ii  de  setiembre  de  1606. 

Sitio  de  Rhinberg,  cuyo  feliz  éxito  depende  de  que  le  envíen 
pronto  recursos.— Desavenencia  entre  dos  caballeros  españo- 
les.— La  duquesa  de  Juliers. 

Biblioieca  Nacional,^ Sala  de  MSS. — /  151,  foL  481. 

Señor  duque :  Con  unos  despachos  que  han  venido  del 
campo ,  en  que  vienen  otros  para  ahí ,  lia  parescido  despa- 
char este  correo ,  para  que  S.  M.  sepa  mas  presto  el  estado 
de  lo  de  por  allá,  y  el  buen  progreso  que  va  teniendo  el  si- 
tio de  Rhinberg;  y  así  esperamos  que  muy  presto  terna  el 
íin  que  se  desea ,  y  que  será  servido  Nuestro  Señor  de  dar- 
nos otros  mas  sucesos  buenos,  lo  cual  dependerá  infali- 
blemente de  la  resolución  que  S.  M.  mandare  tomar  en  ma- 
teria de  provisiones,  estando  acá  en  los  términos  que  se  ha 
avisado  antes  de  agora ,  y  entiendo  lo  hace  el  marqués  en 
este  despacho  particularmente,  y  así  no  me  queda  que  di- 
cir,  sino  pedir  á  Y.  S.  con  todo  el  encarescimiento  que  pue- 
do, procure  el  remedio  dello  con  las  veras  y  brevedad  po- 
sible, pues  que  si  con  ella  no  viene ,  es  cierto  que  se  han  de 
ver  las  cosas  de  aquí  en  el  mayor  aprieto  que  se  hayan  vis- 
to jamás;  y  crea  V.  S,  que  no  es  encarescimiento  esto,  y 
que  siento  mas  de  lo  que  sabré  encarescerlo,  haber  de  can- 
sar cada  dia  en  esta  materia;  pero  ya  que  Nuestro  Señor  en- 
camina así  las  cosas,  es  fuerza  hacerlo,  y  espero  que  no  me 
lo  lerna  á  mal  V.  S.  Acá  hacemos  lo  posible  entre  tanto  pa- 
ra entretener  las  cosas;  pero  es  tan  flaco  el  crédito,  que  se 
hace  muy  poco  y  caesta  grandísimo  trabajo:  que  se  daria 


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por  muy  bien  empleado  si  luciese,  pero  dudólo  mucho;  si  el 
remedio  de  ahí  no  viene  muy  presto ;  y  así  lorno  á  pedir  á 
V.  S.  con  todo  el  encarescimiento  que  puedo  lo  procure. 
He  sentido  mucho  las  palabras  que  don  Iñigo  ha  tenido 
con  don  Pedro  Sarmiento,  por  el  lugar  en  que  fué ,  que  no 
dudo  lo  escribirán  muchos;  y  como  V.  S.  sabe,  en  ley  de 
milicia  tiene  tan  grave  pena,  y  así  será  fuerza  hacer  al- 
guna demostración  con  él,  aunque  se  procurará  encaminar 
de  manera  que  se  cumpla  con  lo  que  meresce  don  Iñigo  por 
sí,  y  todos  debemos  á  sus  deudos.  La  duquesa  de  Juliers  ha 
vuelto  á  Nuestra  Señora  de  Montagudo  y  traído  consigo  á 
su  hermano  el  cardenal  de  Lorena ;  quieren  vernos ,  y  así 
llegaremos  un  dia  destos  á  Lovaina  á  verlos,  de  donde  se 
volverán  luego,  con  que  se  acaban  todas  las  nuevas  de  acá, 
y  esta  con  que  Dios  guarde  á  V.  S.  como  deseo. — De  Bru- 
selas á  11  de  setiembre,  año  1606. — Alberto.  —  Con  rú- 
brica, )hm(ph  Icnn  oí  ^bí. 
-xaí  U3  •!£' 

Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  12  de  setiembre  de  1606. 

Alumbramiento  de  la  reina.] 
Biblioteca  Nacmial. — Sala  de  MSS. — /  131,  fol>  483. 

Señor  duque :  Ha  sido  tanto  el  contento  que  rescibí  con 
la  carta  dé  V.  S.  de  los  29  del  pasado,  por  las  buenas  nue- 
vas que  en  ella  me  da  del  buen  parto  que  había  tenido  la 
reina  (1),  que  teniendo  ya  despachado  este  correo,  le  he  he- 

(1)  Refiérese  al  nacimiento  de  la  infanta  doña  María,  que  tuvo  lu- 
gar en  San  Lorenzo  del  Escorial  el  viernes  18  de  agosto. 


11 

clio  detener  para  escribir  á  V.  S.  estos  renglones  y  darle  las 
gracias  por  el  cuidado  que  ha  tenido  de  enviarnos  tan  buenas 
nuevas,  bendito  sea  Dios,  que  tanta  merced  hace  á  la  eris- 
tiandad.  El  guarde  a  SS.  MiVL  y  AA.  como  todos  lo  desea- 
mos y  es  necesario. 

Por  no  detener  mas  este  correo ,  no  respondo  á  lo  de- 
más de  la  carta  de  V.  S. ;  pero  espero  hacerlo  muy  presto, 
quedando  tan  agradescido  como  es  razón  de  todo  lo  que 
V.  S.  me  dice  en  ella,  y  muy  contento  con  las  buenas  nue- 
vas que  también  me  da  de  su  salud,  y  Dios  guarde  á  V.  S. 
con  ella  como  lo  deseo. — De  Bruselas  á  12  de  setiembre, 
año  1606. — Alberto. — Can  rúbrica. 


Corta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  Q  de  octubre  de  1606. 

Habla  del  interés  con  que  mira  el  gobierno  de  España  las  cosas 
de  Alemania.— Su  opinión  sobre  este  particular.— Testamento 
de  la  emperatriz.— Alaba  la  determinación  del  rey  de  dar  el  toi- 
són al  príncipe  de  Casería.— Responde  á  ciertas  quejas  de  los 
españoles  que  militan  en  Flándes.— Temor  de  nuevos  motines  si 
no  se  le  envía  prontamente  algún  dinero.— Toma  de  Rhinberg 
por  el  marqués  de  Spínola. 

Biblioteca  Nacional, ^Sala  de  MSS.—1 151,  fol.  487. 

Señor  duque:  por  la  carta  de  V.  S.  de  los  29  de  agos- 
to, y  las  demás  que  vinieron  en  aquel  despacbo,  se  supo 
aquí  el  buen  alumbramiento  de  la  reina ,  que  fué  para  mí 
en  particular  nueva  de  tanto  contento,  como  se  lo  sinifiqué 
á  V.  S.  cuando  rescibí  su  carta,  y  así  no  me  queda  acerca 
desto  mas  que  dicir,  sino  desear  que  Nuestro  Señor  guarde 


42 

á  SS.  MM.  y  á  sus  hijos  como  la  cristiandad  lo  ha  me- 
nester. Y  respondiendo  á  los  demás  puntos  de  la  carta  de 
V.  S.,  á  que  no  pude  responder  entonces,  digo  en  la  ma- 
teria de  las  cosas  de  Alemania,  que  me  ha  consolado  mucho 
entender  que  S.  M.  las  tome  tan  á  pechos  como  V.  S.  me 
dice.  S.  M.  lo  hace  como  quien  es,  Dios  le  guarde,  y  lo  que 
debe  á  su  casa,  y  á  toda  la  cristiandad.  Lo  que  apunté  á 
V.  S.  acerca  desta  materia,  fué  cuando  las  de  Hungría  esta- 
ban tan  apretadas  como  lo  han  estado;  y  aunque  no  se  pue- 
den tener  aun  agora  por  mejoradas,  y  lo  de  las  paces  que  se 
tratan  tienen  de  todo ,  será  ya  fuerza  pasar  este  otoño  como 
se  pudiere;  pero  siempre  será  necesario  que  S.  M.  ampare 
aquello,  y  ayude  al  emperador  con  medios  y  consejo,  que  , 
sospecho  que  ha  de  ser  menester  todo. 

La  resolución  de  enviar  al  duque  de  Feria  seria ,  me  pa-  . 
resce,  muy  acertada ,  particularmente  si  pasa  adelante  la 
dieta ;  y  no  dudo  de  que  el  duque  hará  muy  bien  todo  lo 
que  le  encargaren^  acerca  de  lo  cual  no  me  queda  que  di- 
cir,  pues  el  punto  de  la  sucesión  es  de  tanta  consideración 
para  nuestra  casa,  que  no  se  puede  dudar  de  que  S.  M.  esté 
muy  enterado  de  lo  que  acerca  del  pasa  y  se  puede  espe- 
rar, y  los  remedios  que  se  le  podrían  aplicar,  de  manera 
que  si  el  duque  hubiera  de  tratar  del,  le  habrá  mandado 
S.  M.  dar  para  ello  las  órdenes  que  convinieren  al  buen  en- 
caminamiento del  negocio.  Lo  que  V.  S.  me  dice  de  que  S.  M. 
se  holgaría  y  esforzará  todo  lo  que  se  encaminase  á  mayor 
autoridad  y  grandeza  mia,  lo  estimo  y  tengo  en  muchísimo; 
pero  prometo  á  V.  S.  que  no  pretendo  nada  en  esto,  ade- 
más de  que  seria  estragar  el  negocio  si  se  tratase  dello; 
y  entiendo  que  no  conviene  mirar  sino  solamente  á  lo  que 
importa  para  el  bien  de  nuestra  casa:  con  que  no  me 
queda  otra  cosa  que  dicir  á  V.  S.  acerca  deste  particular. 


13 

A  todos  los  hijos  de  mi  madre  obligará  V.  S.  muchísimo 
en  asistir  y  procurar  la  breve  ejecución  de  su  testamento, 
como  se  ofresce  de  hacerlo,  que  lo  tengo  en  lo  ques  razón, 
pidiendo  á  V.  S.  que  no  deje  de  hacerlo  así. 

Mucho  he  holgado  de  entender  que  se  haya  resuelto 
S.  M.  en  lo  del  tusón  para  el  príncipe  de  Gaserta,  y  á  lo* 
dos  los  casamenteros  nos  ha  hecho  S.  j\L  muy  grande  mer- 
ced en  ello;  y  V.  S.  me  hará  placer  de  besar  á  S.  M.  las 
manos  de  mi  parte  por  ello,  y  de  procurar  que  vengan  lue- 
go los  despachos ,  porque  está  todo  parado  aguardándolos^ 
y  en  estas  materias  es  bien  no  perder  tiempo. 

Cuanto  á  lo  que  V.  S.  dice  que  los  españoles  habían 
sentido  que  no  los  hubiese  habido  en  la  facción  que  habia  de 
tentar  el  conde  Bucoy  y  en  la  de  la  Inclusa  ,  tienen  poca 
razón  de  quejarse ;  porque  se  hallaron  en  la  primera ,  y  en 
la  de  la  Inclusa  no  se  pudieron  hallar,  porque  estaban  alo- 
jados á  la  guardia  del  dique  de  Ambéres,  que  es  de  la  im- 
portancia que  se  sabe,  y  no  pudieran  llegar  á  tiempo  á  lo  de 
la  Inclusa ,  sin  que  el  enemigo  lo  entendiera  y  se  apercibie- 
ra de  lo  que  se  pretendió  hacer;  demás  que  para  dicir  á 
V.  S.  la  verdad ,  los  cabos  y  ministros  que  S.  M.  tiene  aquí 
encarescen  de  manera  á  cada  paso,"  cuanto  conviene  con- 
servar esta  nación,  y  que  no  conviene  ponerla  á  donde  los 
maten. 

Que  por  eso  me  recato  algunas  veces  de  emplearlos 
en  cosas  aventuradas  y  dudosas.  Pues  como  V.  S.  dice  le 
paresce  á  S.  M.  que  no  conviene  que  saquemos  de  Inglater- 
ra el  que  tenemos  allí  para  nuestros  negocios ,  se  hará  así, 
y  V.  S.  me  hará  mucho  placer  en  procurar  que  se  envíe 
orden  á  don  Pedro  de  Zúñiga,  para  que  le  asista  y  ayude 
en  lo  que  fuere  menester  y  se  le  ofresciere ,  y  particular- 
mente en  la. materia  que  se  ha  ofrescido  :  que  aunque  don 


14 

Pedro  lo  hace  de  manera  que  estamos  muy  satisfechos  de- 
11o,  no  dejará  de  importar  que  entienda  la  voluntad  de 
S,  M.  acerca  desto. 

En  materia  de  provisiones,  quiero  no  cansará  V.  S.,  pues 
le  tengo  escrito  ya  diferentes  veces  el  estado  en  que  esta- 
mos, y  estoy  muy  asegurado  de  que  V.  S.  procurará  el  re- 
medio con  todas  las  veras  posibles,  en  que  no  dejo  de  conos- 
cer  la  dificultad  que  debe  de  haber  con  la  dilación  de  la  ve- 
nida de  la  flota  ,  y  la  desorden  de  la  feria  de  Plasencia,  como 
V.  S.  dice;  pero  con  su  diligencia  y  celo  del  servicio  de 
S.  M.,  no  dudo  de  que  vencerá  todas  estas  dificultades,  de 
manera  que  se  atajen  inconvenientes  que  se  dejan  consi- 
derar ,  y  mas  agora  que  llega  el  tiempo  de  alojar  el  campo, 
en  que  suele  haber  cuasi  siempre  alguna  alteración,  y  es 
mucho  de  temer  la  haya,  no  habiendo  medios  con  que  acu- 
dir á  la  genle  de  guerra  con  alguna  manera  de  puntua- 
lidad. ioUi.ihí. 

Hoy  se  han  tenido  cartas  del  marqués  Spínola ,  en  que 
avisa  la  rendición  de  la  villa  de  Rhinberg,  que  fué  á  los  dos 
deste  mes,  y  se  puede  tener  por  buen  suceso,  ya  que  no  se 
han  podido  alcanzar  los  que  se  hablan  procurado,  y  pares- 
cian  los  mas  convenientes;  pero  pienso  que  se  puede  tener 
satisfacción  de  que  los  que  lo  han  tenido  á  su  cargo,  han  hecho 
lo  que  han  podido ;  lo  demás  se  ha  de  dejar  á  Nuestro  Se- 
ñor, que  es  de  esperar  encaminará  en  todo  lo  que  mas  con- 
venga. El  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  deseo. — De 
Bruselas  á  G  de  octubre,  año  1606.  — Alberto.  — Co/2  rú- 
brica. 

8{*j>7n-  ni /viifrTMtíTiT5~ 


^5 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 

fecha  en  Bruselas  á  18  de  octubre  de  1606. 

* 

Necesidad  de  provisiones. — Nuevo  motin,  y  medios  que  se  emplean 
para  evitar  sus  fatales  resultados. 

BiMoieca  Nacional.— Sala  de  MSS. — /lol,  fol.  491. 

Señor  duque:  Yendo  (como  va)  esta  carta  en  compa- 
ñía de  un  despacho  del  marqués  Spínola ,  podré  excusar  de 
cansar  á  V.  S.  con  dicirle  mucho  de  lo  mucho  que  hay 
que  dicir,  particularmente  del  aprieto  y  peligro  en  que  se 
está  en  materia  de  hacienda  y  en  todo  lo  demás,  depen- 
diendo todo  della ;  y  así  no  haré  mas  en  esta  que  pedir  á 
V.  S.  con  todo  el  encarescimiento  que  puedo,  tome  muy  á 
pechos  el  remedio  desto;  y  esto  hago  mas  por  mi  consuelo 
y  descargo  de  haber  hecho  cuanto  he  podido,  que  por  en- 
tender que  sea  necesario  cansar  á  V.  S.  sobre  ello.  Y  así  le 
prometo  que  estoy  con  mucha  esperanza ,  esperando  cada 
dia  correo,  con  que  nos  venga  el  remedio  que  es  menester. 
Entre  tanto  se  hace  y  hará  cuanto  fuere  posible  para  entre- 
tener las  cosas  lo  mejor  que  se  pueda.  Quiera  Dios  que  se 
pueda  hacer  algo. 

A  mal  tiempo  ha  salido  este  motin  que  V.  S.  verá  por 
lo  que  se  escribe  á  S.  M.;  y  lo  que  ofende  mas  es  haberle 
comenzado  gente  de  compañías  que  se  han  levantado  este 
verano ,  y  á  quien  no  se  puede  deber  cosa  de  consideración; 
y  así  confieso  á  V.  S.  que  deseo  sumamente  poderlos  casti- 
gar, y  que  se  hará  para  ello  cuanto  fuere  posible.  Para  ata- 
jar mayores  inconvenientes,  ha  parescido  necesario  comen- 
zar á  alojar  el  ejército,  en  que  hay  también  harta  dificul- 


'    16 

tad,  por  falta  de  medios  para  poderles  dar  allí  lo  necesario, 
y  así  es  bien  menester  que  nos  ayude  Nuestro  Señor  como 
lo  quiero  esperar  lo  hará,  y  mas  ayudándonos  V,  S.  por  su 
parte,  á  quien  guarde  Dios  como  deseo.  —  De  Bruselas  á 
18  de  octubre,  año  1606.  —  Alberto. —  Con  rúbrica» 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma ^ 
fecha  en  Bruselas  á  25  de  octubre  de  1606. 

Recomienda  á  don  Diego  de  Vargas. 
Real  Academin  de  la  Historia, -^Salazar,  A  63,  fol.  29. 

Muy  ilustre  señor :  Don  Diego  de  Vargas  Vivero ,  gentil 
hombre  de  mi  boca ,  sirve  al  rey  mi  señor  y  á  mí  en  estos 
Estados  con  enlera  satisfacción.  Pretende  que  S.  M.  le  haga 
merced  de  un  hábito,  en  consideración  de  sus  servicios  y 
de  los  de  don  Francisco  de  Vargas,  del  hábito  de  Santiago, 
su  padre ,  el  cual  sirvió  en  todas  las  jornadas  que  hizo  don 
Juan  de  Austria,  y  á  mí  de  gentil  hombre  de  mi  boca,  y  en 
Italia  visitó  los  caballeros  de  Santiago,  y  acabada  esta  vi- 
sita murió  en  Ñapóles ;  y  sus  abuelos  fueron  empleados  en 
servicio  de  las  personas  reales  en  oficios  de  paz  y  guerra ,  y 
fueron  alcaides  de  los  alcázares  de  Madrid.  Y  por  ser  estas 
causas  tan  justas,  he  querido  pedir  á  V.  S.  con  mucho  en- 
carecimiento ayude  y  favorezca  esta  pretensión  de  don  Die- 
go, el  cual  espera  alcanzarla  por  medio  de  V.  S.  con  mas 
facilidad  y  brevedad.  Y  por  tenerla  en  él  por  bien  empleada, 
y  que  la  sabrá  servir  y  merecer  otras  mayores,  estimaré  y 
agradeceré  mucho  todo  lo  que  V.  S.  hiciere  por  él ,  cuya 
muy  ilustre  persona  Nuestro  Señor  guarde  y  prospere  como 
desea. — Bruselas  octubre  25,  1606. — A  lo  que  V.  S.  orde- 
nare.— Alberto. — Con  rubrica. 


i7 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  'ode  7ioviembre  de  1606. 

Recomienda  á  Lúeas  de  la  Cruz. 

Jieal  Academia  de  la  Hi8ior\a.'-'Salazar ,  A  63,  fol,  31. 

Muy  ilustre  sefíor:  Por  lo  que  escribo  al  rey  mi  señor 
por  Lúeas  de  la  Cruz,  comisario  ordinario  de  muestras  deste 
ejército,  verá  V.  S.  los  muchos  años  que  há  que  sirve  y  las 
causas  que  hay  para  que  en  premio  de  sus  servicios  S.  M. 
le  haga  merced.  Y  á  V.  S.  pido  le  favorezca  y  tenga  por 
encomendado  para  que  la  pueda  recibir,  que  yo  estimare 
en  lo  que  es  razón  lo  que  V.  S.  hiciere  en  su  beneficio. 
Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  co- 
mo desea.  — De  Bruselas  á  6  de  noviembre,  1606. -^A  lo 
que  V.  S.  ordenare. — Alberto. —  Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  10  de  noviembre  de  1606. 

Le  dice  que  el  portador  de  esta  carta,  don  Pedro  de  Toledo,  entera- 
rá al  rey  del  estado  en  que  se  hallan  las  cosas  de  los  Países  Ba- 
jos.—El  archiduque  Matías.— Muerte  de  don  Rodrigo  del  Águila. 
—  Recomienda  á  un  sobrino  de  Juan  Carrillo  y  á  don  Rodrigo 
de  Laso. 

Bihlioíeca  Nacional.-- Sala  de  MSS.—1 131 ,'  fol.  493. '  ■ 

Señor  duque :  Por  las  cartas  que  lleva  don  Pedro  de  To- 
ledo para  S.  M.  entenderá  V.  S.  la  causa  de  su  ida,  que 
Tomo  XLIII.  2 


i8 

por  ser  tan  justificada,  me  ha  parescido  dafle  licencia  para 
ello,  y  orden  de  que  refiera  el  estado  de  lo  de  acá,  para  que 
S.  M.  lo  tenga  entendido,  y  así  podrá  V.  S.  saber  del  todo 
lo  que  quisiere,  que  sabrá  dar  razón  de  todo. 

Pésame  de  que  las  cosas  estén  en  los  términos  en  que  se 
hallan ,  que  realmente  son  de  los  mas  apretados  en  que  se 
han  visto  muchos  años  há ;  pero  á  lo  que  Dios  quiere ,  no 
hay  sino  bajar  la  cabeza  y  darle  gracias  por  todo. 

A  V.  S.  no  quiero  cansar  con  pedirle  nada,  pues  basta 
que  sepa  el  estado  en  que  nos  hallamos ,  para  procurarnos 
el  remedio  que  humanamente  fuere  posible ;  y  estoy  tan  ase- 
gurado deslo ,  que,  como  digo,  tengo  por  excusado  el  can- 
sar á  V.  S.  con  pedírselo.  Quiera  Nuestro  Señor  abrir  los 
caminos  necesarios  para  que  se  pueda  encaminar  el  reme- 
dio que  para  todo  es  menester. 

Con  esta  envío  á  V.  S.  una  carta  para  S.  M.  en  que  le 
doy  cuenta  de  lo  que  me  ha  enviado  á  pedir  mi  hermano 
el  archiduque  Matías,  que  porque  no  dudo  la  verá  V.  S., 
no  se  lo  refiero  en  esta;  y  me  ha  parescido  enviarle  la  car- 
ta, porque  me  parece  la  materia  delicada,  que  me  pares- 
ce  es  bien  la  sepan  pocos,  y  que  conviene  mucho  mirar  co- 
mo se  encamina  para  salir  con  lo  que  se  pretende ;  porque 
estando  el  emperador  en  esta  materia  de  la  manera  que 
V.  S.  tiene  entendido  por  vía  de  don  Guillen  y  quizá  de 
otros,  me  paresce  que  conviene  mucho  mirar  lo  que  se  hace, 
de  manera  que  no  se  le  dé  ocasión  á  que  dé  en  algún  bar- 
ranco, ó  bien  encaminándolo  de  manera  que  no  pueda  ha- 
cerlo aunque  quiera.  Lo  uno  y  lo  otro  tiene  su  dificultad, 
aunque  no  lo  tengo  por  del  todo  imposible,  encaminándose 
coa  tiento  y  buena  resolución.  Así  se  lo  envío  á  decir  á  mi 
hermano,  de  quien  tengo  par  sin  dudase  gobernará  en  to- 
do como  entendiere  sei'  el  gusto  y  voluntad  de  S.  M. 


19 

Mi  hermana  me  escribe  como  se  ha  muerto  don  Rodri- 
go del  Águila,  que  según  el  cuidado  con  que  le  servia,  no 
dejará  de  hacerle  falta.  V.  S.  me  hará  mucho  placer  en  pro- 
curar se  ponga  allí  persona  de  las  partes  que  pueden  ser 
necesarias  para  acudir  al  regalo  de  mi  hermana,  y  lo  demás 
que  hacia  don  Rodrigo,  como  creo  se  lo  debe  de  haber  apun- 
tado á  V.  S.  mi  hermana,  con  que  pudiera  yo  excusar  de 
hablar  en  ello  á  V.  S. ;  pero  siendo  para  cosa  que  toca  á  mi 
hermana,  no  se  escandalizará  de  que  yo  hable  en  ello,  ni 
se  cansará  V.  S.  dello ;  y  así  le  pido  tenga  este  particular 
por  muy  encomendado ,  y  procure  se  tome  brevemente  re- 
solución en  él,  si  ya  no  estuviere  tomada  cuando  esta  lle- 
gue ,  que  no  sé  cuan  buen  correo  hará  don  Pedro.  Y  así  no 
trataré  en  esta  de  otra  cosa,  sino  de  pedir  á  V.  S.  muy  de 
veras  (como  lo  hago)  procure  que  S.  M.  haga  merced  á  un 
sobrino  de  Juan  Carrillo ,  el  colegial ,  proveyéndole  en  algo 
de  lo  que  pretende:  que  por  la  obligación  que  le  tengo  como 
á  sobrino  de  Juan  Carrillo,  me  hará  V.  S.  grandísimo  pla- 
cer en  ello ,  y  así  se  lo  pido  con  todo  el  encarescimiento 
que  puedo.  Y  porque  en  comenzando  á  pedir  á  V.  S.  no  se 
le  puede  pedir  poco,  lo  hago  también  que  se  acuerde  de  don 
Rodrigo  Laso,  para  procurar  que  S.  M.  le  haga  merced  en 
lo  que  pretende,  como  otras  veces  se  lo  he  pedido  á  V.  S., 
que  me  hará  también  muy  grande  placer  en  ello.  Y  Dios 
guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  deseo. — De  Bruselas  á  10 
de  noviembre,  año  1606. — Alberto. —  Con  rúbrica. 


20 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  ÍO  de  noviembre  de  1606. 

Recomienda  á  don  Pedro  de  Toledo  de  su  Consejo,  y  su  capellán 
y  limosnero  mayor. 

Real  Academia  de  la  Historia, — Salazar,  A  65,  fol.  1 . 

Muy  ilustre  señor:  Don  Pedro  de  Toledo,  de  mi  Consejo 
y  mi  capellán  mayor  y  limosnero  mayor,  me  ha  servido  en 
estos  oficios;  y  por  tener  satisfacción  de  su  persona,  le  enco- 
mendé los  negocios  que  se  me  ofrecían  en  Roma,  á  que 
asistió  mas  de  dos  años,  y  son  los  que  me  ha  servido  on- 
ce, dando  en  todo  lo  que  se  le  ha  encomendado  buena  cuen- 
ta y  satisfaciendo  á  mis  obligaciones  con  mucha  puntuali- 
dad ,  y  últimamente  le  he  proveído  el  oficio  de  administra- 
dor general  del  hospital  real  deste  ejército  de  S.  M.,  y  en  él 
ha  servido  con  mucha  asistencia.  Va  á  España  con  mi  li- 
cencia á  sus  negocios  y  pretensiones ;  y  así  he  querido  pe- 
dir á  V.  S.  con  mucho  encarecimiento  tenga  por  encomen- 
dado á  don  Pedro  y  le  ayude  y  favorezca  en  todo  lo  que 
se  le  ofreciere^  como  él  espera.  Y  yo  estimaré  y  agradeceré 
mucho  lo  que  V.  S.  hiciere  por  él,  cuya  muy  ilustre  per- 
sona Nuestro  Señor  guarde  y  prospere  como  desea. — Bru- 
selas noviembre  10,  1606. — A  lo  que  Y»  S.  ordenare^ 
—Alberto.  —  Con  rúbrica. 


21 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  10  de  noviembre  de  1606. 

Por  el  licenciado  Diego  Ruiz. 

Uial  Academia  de  la  Hisíoria. — Salazar,  A  63,  fol.  3. 

Muy  ilustre  señor :  El  licenciado  Diego  Ruiz  mi  secre- 
tario, capellán  de  oratorio  y  receptor  de  mi  capilla,  me  vi- 
no sirviendo  de  España  y  lo  ha  continuado  once  años  con 
entera  satisfacción.  Pretende  que  S.  M.  le  haga  merced 
de  alguna  pensión  eclesiástica,  para  poder  continuar  aquí  sus 
servicios  con  más  comodidad.  Deseo  su  acrecentamiento  por 
lo  bien  que  sirve  en  todo  lo  que  es  empleado ;  y  por  ser  estas 
causas  tan  justas,  he  querido  pedirá  V.  S.  le  ayude  y  favo- 
rezca en  esta  pretensión ,  por  cuyo  medio  espera  alcanzarla 
con  mas  facilidad  y  brevedad.  Y  porque  será  bien  empleado 
en  su  persona,  estimaré  y  agradeceré  mucho  lo  que  V.  S. 
hiciere  por  él ,  cuya  muy  ilustre  persona  Nuestro  Señor 
guarde  y  prospere  como  desea. — Bruselas  noviembre  10, 
1606.— A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto.  — Cow  rw- 
hrica. 

De  letra  del  archiduque. 

V.  S.  me  hará  mucho  placer  en  tener  por  encomendado 
á  Diego  Ruiz,  procurando  que  S.  M.  le  haga  la  merced 
que  le  suplico. 


22 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  ii  de  noviembre  de  1606. 


i, 


Recomienda  á  don  Iñigo  de  Brizuela. 

Real  Academia  de  la  Historia.— Sala  zar.  A  63,  fol.  37. 

Muy  ilustre  señor:  Por  don  Iñigo  de  Brizuela,  sobrino 
de  mi  confesor,  que  me  está  sirviendo  de  gentil  hombre  de 
la  boca ,  escribo  al  rey  mi  señor ,  como  V.  S.  verá  en  una 
de  las  cartas  deste  despacho,  suplicando  á  S.  M.  le  haga 
merced  de  una  renta.  Y  por  lo  que  merece  su  tio  y  el  mis- 
mo don  Iñigo  por  sus  servicios,  deseo  mucho  ía  buena  re- 
solución; y  así  pido  muy  de  veras  á  V.  S.  tenga  la  ma- 
no en  ello ,  como  lo  confio,  que  para  mí  será  de  particular 
estimación.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona 
de  V.  S.  como  lo  desea. — De  Bruselas  á  11  de  noviembre, 
1606. — A  lo  que  V.  S.  ordenai^e. — Alberto. — Con  rubrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  á  ii  de  noviembre  de  1606. 

Por  don  Gerónimo  Valter  Zapata. 
Real  Academia  de  la  Historia, — Salazar,  A  63,  foLJó9. 

Muy  ilustre  señor:  Vuelvo  á  acordar  al  rey  mi  señor  el 
buen  despacho  de  los  particulares  de  don  Gerónimo  Valter 
Zapata,  sobre  que  últimamente  escribí  á  S.  M.  y  á  V.  S., 
en  que  si  no  se  hubiere  aun  lomado  resolución,  me  obli- 
gaíá  V.  S.  en  favorecerle  y  ampararle,  que  por  lo  que  deseo 


su  bien  y  comodidad ,  pido  de  nuevo  á  V.  S.  lo  procure  de 
todas  veras.  Nuestro  señor  guarde  la  muy  ilustre  persona 
de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  11  de  noviembre, 
1606.^ — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  á  22  de  noviembre  de  1606. 

Socorro  de  Grol  por  el  ejército  católico. — Da  el  parabién  al  de  Ler- 
ma  por  este  suceso,  por  la  llegada  de  la  flota  á  España  y  por  baber 
desbaratado  don  Luis  Fajardo  la  armada  bolandesa. — Falta  de 
provisiones. 

Biblioteca  Nacional^Sala  de  MSS.—IÍZl,  foL  495. 

Señor  duque :  Esta  servirá  solo  de  acompañar  las  que 
Tan  para  S.  M.,  por  las  cuales  verá  V.  S.  como  ha  sido  ser- 
vido Nuestro  Señor  de  que  se  haya  socorrido  á  Grol  (1),  que 
para  el  estado  en  que  están  las  cosas  es  uno  de  los  buenos 
sucesos  que  se  podían  tener,  y  en  que  se  ha  ganado 
muy  grande  reputación.  Bendito  sea  Dios,  que  espero  ha  de 
ser  servido  de  darnos  en  todo  los  sucesos  que  habemos  me- 

{\ )  Esta  ciudad,  que  estaba  en  p  oder  de  los  holandeses,  fué  sitiada 
por  el  marqués  de  Espinóla  á  principios  de  agosto  de  este  año^  ha- 
biendo bastado  solo  nueve  días  para  rendirla,  á  cuya  toma  siguió 
la  de  Rhinberg.  Considerábase  de  tal  importancia  la  plaza  de  Grol, 
que  el  conde  Mauricio  puso  el  mayor  empeño  en  recobrarla;  pero 
formalizado  apenas  el  ataque,  so  presentó  de  nuevo  Spinola  para 
impedir  su  designio,  yendo  á  esta  facción  con  tan  grande  aparato 
militar ,  y  distribuyendo  con  tanto  acierto  sus  fuerzas,  que  obligó 
á  levantar  el  campo  al  ejército  enemigo.  El  socorro  de  Grol  fué  te- 
nido generalmente  por  una  de  las  empresas  militares  mas  famosas 
déla  guerra  de  Flándes. 


24 

nester.  A  V.  S.  doy  la  enhorabuena  dello ,  y  de  mejor  ga- 
na de  la  venida  de  la  flota,  y  de  que  don  Luis  Fajardo  ha- 
ya desbaratado  la  armada  de  los  de  Holanda,  según  nos  lo 
escriben  de  ahí  y  también  de  Holanda:  que  cuando  ellos  no 
lo  pueden  encubrir ,  debe  de  haber  sido  harto  el  daño  que 
deben  de  haber  rescibido.  Dios  los  confunda,  y  traiga  al  co- 
noscimiento  que  deben. 

Quisiera  no  mezclar  con  esto  cosas  de  pesadumbre, 
como  es  representar  necesidades ;  pero  las  de  acá  son  ta- 
les que  no  se  excusa.  V.  S.  considere  cuales  pueden  ser, 
hallándonos  con  un  ejército  que  acaba  de  hacer  un  socorro 
con  tan  buen  ánimo,  y  sin  dársele  un  real.  Por  otro  cabo 
un  motin  forjado,  y  que  los  hombres  de  negocios  no 
cumplen  las  provisiones  ni  se  tiene  crédito  para  suplirlo 
por  otra  via,  que  confieso  á  V.  S.  me  tiene  con  muchí- 
simo cuidado,  y  así  me  es  fuerza  acudir  á  V.  S.  á  pe- 
dirle (como  lo  hago)  que  lo  considere,  y  con  la  voluntad 
con  que  acude  á  todo  lo  que  nos  toca,  procure  se  nos  acu- 
da en  esta  necesidad  lo  mejor  que  sea  posible,  que  bien 
veo  que  no  se  puede  pedir  otra  cosa ;  y  estoy  muy  confiado 
de  que  eso  no  nos  lo  negará  V.  S.,  á  quien  quiero  dar  tam- 
bién las  gracias  por  el  buen  acogimiento  que  ha  hecho  al 
audiencier  que  acaha  de  llegar,  y  me  ha  dicho  muy  par- 
ticularmente la  voluntad  que  ha  hallado  en  V.  S.  para  to- 
do lo  que  nos  toca ,  de  que  quedo  tan  agradescido  como  es 
razón.  Y  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — > 
De  Bruselas  á  22  de  noviembre,  año  i606. — Alberto. — 
Con  rúbrica. 


t5 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecliji  en  Bruselas  á  2ñ  de  noviembre  de  1606. 

Recomienda  á  don  Francisco  de  Padilla. 

Real  Academia  de  la  Historia. — Salamr^  A  63^,  fol.  41. 

Muy  ilustre  señor :  Vuelvo  á  acordar  al  rey  mi  señor 
que  se  sirva  de  hacer  merced  á  don  Francisco  de  Padilla 
del  castillo  de  Barleta  en  premio  de  sus  servicios :  que  de- 
más de  que  serán  parte  para  que  V.  S.  procure  que  S.  M. 
le  haga  la  merced  que  le  tengo  suplicado,  deseo  que  V.  S. 
favorezca  en  todo  á  don  Francisco  por  mi  respeto:  quo  por 
lo  bien  que  ha  servido  y  sirve,  lo  eslimaré  en  particular. 
Nuestro  señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como 
desea. — De  Bruselas  á  23  de  noviembre,  1606. — A  lo  quo 
V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rubrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  á27  de  noviembre  de  1606. 

Pide  con  instancia  que  se  le  manden  socorros  para  apaciguar  un  mo- 
tín y  atender  á  otras  necesidades, — Encárgale  que  haga  presente 
al  rey  su  agradecimiento  y  el  de  su  hermana ,  por  haber  des- 
tinado al  servicio  de  ésta  al  conde  de  Villaflor. 

BiMioteca  Nacional, — Sala  de  MSS.—l  151,  fol.  485. 

Señor  duque  :  Aunque  sea  en  aventura  de  cansar  á 
V.  S.,  le  he  querido  escribir  con  este  correo,  el  cual  lleva 
un  despacho  del  marqués  Spínola,  en  que  no  dudo  debe  dar 


26 

cuenta  á  S.  M.  de  todo  lo  que  ha  hecho,  y  del  estado  en 
que  queda  todo,  y  en  particular  lo  de  la  hacienda,  que  es 
de  manera,  que  requiere  pronto  remedio,  como. no  dudo 
lo  entiende  V.  S.  muy  bien  con  su  mucha  prudencia,  y 
confio  hará  lo  posible  para  procurarlo  como  es  necesario.  Con 
todo  no  he  querido  dejar  de  volvérselo  á  pedir,  como  lo 
hago,  con  toda  la  instancia  que  puedo,  y  acordarle  que  te- 
nemos un  motin  á  cuestas;  y  aunque  espero  que  á  la  hora  de 
agora  estará  de  todo  punto  concertado  lo  mucho  que  es  me- 
nester para  entretenerle,  hasta  que  se  pueda  pagar  cuanto 
conviene  cumplir  con  la  gente  obediente  que  ha  servido  y 
trabajado  tan  bien  este  verano  ,  y  del  inconveniente  que  se- 
ria, que  por  falta  de  medios  para  entretenerla,  viniese  tam- 
bién á  dar  en  algún  desorden,  como  se  puede  temer  si  le 
faltase  su  sustento,  ya  vé  V.  S.  del  inconveniente  que  esto 
seria ;  y  así  espero  que  no  me  terna  á  mal  que  se  lo  repre- 
sente y  le  canse  con  acordarle  y  pedirle  procure  encaminar- 
nos el  remedio  que  tanto  conviene  y  es  necesario;  y  así  se 
lo  pido  con  todo  el  encarescimiento  que  puedo. 

Mi  hermana  me  escribe  la  merced  que  S.  M.  le  ha  he- 
cho en  mandar  que  la  sirva  el  conde  de  Villaflor.  Ella  y  yo 
la  estimamos  como  es  razón,  y  así  he  querido  dar  á  V.  S. 
las  gracias  por  ello,  como  quien  habrá  sido  el  medio  para 
que  S.  M.  tomase  esta  resolución.  V.  S.  se  asegure  de  que 
todo  lo  que  hace  por  nosotros  lo  emplea  en  quien  le  tiene 
muy  entera  y  buena  voluntad,  y  que  holgaré  de  mostrár- 
sela en  todas  las  ocasiones  que  se  ofrescieren ;  y  Dios  guar- 
de á  V.  S.  como  deseo. — De  Bruselas  á  27  de  noviembre, 
ano  1606. — Alberto. — Con  rubrica. 


I 


27 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  21  de  diciembre  de  1606. 

Pídele  que  se  atienda  por  parte  del  gobierno  de  España  al  remedio 
.   de  los  Paises  Bajos.— -Plática  movida  con  los  holandeses  sobre 
un  armisticio.  —  Testamento  de  la  emperatriz. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—1 131 ,  fol.  497. 

Señor  duque:  Ya  que  no  tengo  carta  de  V.  S.  á  que 
baya  de  responder ,  quiero  comenzar  esta  con  darle  las  bue- 
nas Pascuas,  asigurando  á  V.  S.  de  que  si  Nuestro  Señor 
se  las  da  como  yo  se  las  deseo ,  que  puede  quedar  muy  con- 
tento, y  así  espero  será  servido  Nuestro  Señor  de  hacerlo. 
Tras  esto  es  fuerza  venir  á  nuestro  ordinario,  que  es  llorar 
duelos  y  pedir  remedio  para  ellos,  sobré  que  se  escribe 
agora  <á  S.  M.  en  este  despacho,  y  entiendo  lo  hace  el  mar- 
qués Spínola  muy  particularmente,  y  así  me  remito  á  lo 
que  V.  S.  entenderá  por  este  despacho,  pidiendo  solamente  á 
V.  S.  con  el  encarescimiento  que  puedo,  considere  el  aprie- 
to en  que  nos  hallamos ,  y  nos  procure  el  remedio  con  su- 
ma brevedad ,  pues  en  ella  consiste  la  sustancia ;  y  así  im- 
portaría mucho  que  aunque  fuere  á  pedazos,  se  nos  prove- 
yese  luego  alguna  cosa.  Y  torno  á  pedir  á  V.  S.  lo  procure 
cuanto  fuere  posible ,  y  no  se  canse  de  que  le  hable  siem- 
pre en  esto ,  pues  me  fuerza  á  ello  la  necesidad  y  el  aprie- 
to en  que  nos  hallamos. 

También  me  ha  parescido  dar  cuenta  á  V.  S.  de  cierta 
plática  en  que  andamos ,  por  ser  de  la  cualidad  que  es ,  mas 
que  por  tenerla  aun  agora  por  de  mucho  fundamento ,  pa- 
ra que  si  á  V.  S.  le  paresciere,  pueda  dar  cuenta  della  de 


28 

mi  parle  á  S.  M.  Y  es  que  el  principio  del  verano  pasada 
me  dio  cuenta  un  genlil  hombre  del  país  de  Geldres  que  se 
llama  Vitenorst,  y  tiene  deudos  y  amigos  éntrelos  de  los  Es- 
tados de  los  rebeldes ,  de  como  le  avisaban  de  allá  de  que 
si  fuese  allá  y  moviese  alguna  plática  de  paces  ó  treguas, 
que  podria  ser  que  fuese  oido;  y  como  yo  procuro  no  per- 
der ocasión  con  que  poder  encaminar  algo  desto ,  le  orde- 
né luego  que  fuese  y  que  asigurase  á  los  de  allá  de  que 
holgaríamos  mucho  de  oir  la  plática,  y  que  trataríamos  de 
ello,  siempre  que  ellos  quisiesen;  y  se  le  encargó  que  por  sus 
deudos  procurase  persuadir  á  los  de  los  Estados  para  que 
viniesen  en  ello,  aunque  porque  este  hombre  había  movido 
ya  esta  plática  otras  veces,  y  se  había  hallado  poco  funda- 
mento en  ella,  no  esperé  que  tuviese  mas  entonces;  pero 
como  digo  quise  tentarlo,  por  no  dejar  pasar  ninguna  oca- 
sión en  esta  materia.  En  fin  este  hombre  fué  y  hizo  sus  di- 
ligencias, y  fué  oido  de  algunos  de  los  mas  principales,  y 
sobre  que  ie  darían  respuesta,  le  entretuvieron  con  buenas 
palabras,  tanto  que  me  paresció  que  no  era  bien  que  estu- 
viese mas  allá,  y  le  mandé  que  se  volviese,  como  lo  hizo, 
sin  traer  otra  respuesta  ni  luz  cierta  de  su  intención  dellos, 
sino  que  le  oían  bien  ,  pero  que  las  respuestas  todas  eran 
con  generalidades  y  á  lo  acostumbrado ;  y  así  me  confirmé 
mas  en  mi  opinión  de  que  esta  plática  no  tenia  fundamento, 
y  no  traté  mas  della  ni  me  paresció  que  mereciese  el  trabajo 
de  dar  cuenta  della  á  S.  M.  Pero  ahora  pocos  días  há  que 
este  hombre  tuvo  una  carta  de  un  amigo  suyo,  en  que  le 
decía  que  los  Estados  de  los  rebeldes  se  habían  de  juntar 
agora,  y  que  no  seria  fuera  de  propósito  que  él  se  halla- 
se allí  y  volviese  á  mover  la  plática;  que  podría  ser  qne 
se  le  respondería  mejor  que  la  otra  vez;  y  aunque  tampoco 
hacia  mucho  caso  dello,  había  determinado  de  mandarle 


29 

que  volviese  allá ,  pero  cayó  malo  y  lo  ha  estado  hasta  ago- 
ra pocos  días  há.  Y  en  este  tiempo  ha  venido  de  la  Haya 
un  hombre  á  quien  yo  habia  permitido  los  años  pasados 
que  fuese  á  mover  esta  misma  plática  de  parle  de  los  Esta- 
dos generales  obedientes  >  el  cual  es  cuerdo  y  entendido  y 
bien  visto  de  todos,  y  como  vive  en  Turnaut,  que  es  neutral 
agora,  va  y  viene  muchas  veces  á  la  Haya.  En  fin  este  ha 
dicho  que  allá  le  hablan  hablado  llanamente  en  la  materia, 
y  que  en  particular  Bernevell  lé  habia  dicho  que  bien  po- 
día dicir  acá  á  quien  me  lo  dijiese ,  que  ellos  tratarían  de 
una  suspensión  de  armas  por  tres  ó  cuatro  años ,  si  nos- 
otros quisiésemos,  y  esto  con  tales  términos  y  circunstan- 
cias, que  le  paresce  á  este  hombre  que  Bernevell  lo  dicia  de 
veras,  y  sin  haber  otra  cosa  en  ello.  Con  esto  me  he  re- 
suelto de  mandar  volver  allá  al  Vitcrnorst  que  ya  está  para 
elloj  y  á  estotro  hombre  con  él ,  con  orden  de  que  volviese 
á  proponer  la  materia,  y  que  si  los  de  Holanda  le  saliesen 
bien  á  la  plática  y  ofreciesen  querer  tratar  y  particular- 
mente de  la  suspensión  de  armas,  que  la  podia  acetar  en 
nuestro  nombre  y  avisar  luego  dello ;  y  así  há  tres  ó  cua- 
tro dias  que  han  partido.  Veremos  en  lo  que  para  este  nego- 
cio, en  el  cual  hay  además  de  lo  dicho,  que  de  todas  partes 
de  las  de  los  rebeldes  se  entiende  que  ellos  muestran  incli- 
nación á  querer  tratar,  y  esto  se  avisa  de  tantas  partes,  y 
tanta  variedad  de  gente,  y  también  de  Francia,  que  con- 
fieso á  V.  S.  me  hace  el  negocio  sospechoso ,  y  pensar  que 
es  algún  estratagema  ó  engaño ;  porque  por  otro  cabo  pu- 
blican que  envían  deputados  á  Francia  á  pedirle  los  lome 
aquel  rey  debajo  de  su  protección,  y  que  los  ayude  con  mas 
asistencia  que  hasta  aquí,  ofreciéndoles  villas  en  prendas; 
y  así  hasta  ver  lo  que  avisa  el  Vitenorst,  no  me  parece  se 
puede  hacer  ningún  fundamento  de  esta  plática,  de  que 


30 

me  ha  parescido  todavía  dar  cuenta  á  V.  S.  como  queda 
dicho ,  y  V.  S.  la  podrá  dar  á  S.  M.,  si  le  paresciere  que  lo 
meresce  la  materia.  Y  aunque  yo  no  la  tengo  por  de  funda- 
mento, como  nunca  se  pierde  en  prevenciones,  me  ha  pa- 
rescido apuntar  á  V.  S.  que  aunque  yo  tengo  un  poder  de 
S.  M.  para  poder  tratar  y  concluir  treguas  ó  paces,  que  por- 
que há  mucho  que  está  despachado,  no  ternía  por  malo 
que  S.  M.  me  mandase  enviar  otro  despachado  de  nuevo, 
para  que  en  su  nombre  pudiese  concluir  y  prometer  lo  que 
fuese  necesario  ó  paresciese  mas  conveniente.  V.  S.  lo  con- 
sidere y  si  le  paresciere  que  conviene,  procure  se  envíe  con 
toda  brevedad,  porque  estas  materias  es  bien  no  darles  de- 
masiado lugar  á  que  se  atraviesen  cosas  que  las  puedan 
atravesar,  pudiéndose  creer  probablemente  que  habrá  mu- 
chos que  lo  procurarán,  si  ven  que.se  trata  de  veras  dello. 
Entretanto  se  procurará  no  perder  tiempo  ni  ocasión  para 
encaminarlo  lo  mejor  que  sea  posible,  y  se  irá  avisando  de 
mano  en  mano  de  todo  lo  que  se  fuere  ofresciendo.  Y  con- 
vendrá mucho  que  los  enemigos  nos  vean  tan  prevenidos 
y  armados ,  que  eso  les  fuerce  á  venir  en  lo  que  quizá  ago- 
ra piensan  de  burlas;  y  asi  importará  muchísimo  que  lo  de 
las  provisiones  venga  y  cuanto  antes,  porque  si  nuestra  plá- 
tica sale  mal,  es  cierto  que  ternán  de  Francia  y  otras  partes 
mayores  asistencias  que  por  lo  pasado ;  y  así  convendrá  que 
las  tengamos  también ,  ó  á  lo  menos  que  no  nos  falten  las 
pasadas:  que  con  ellas  espero  con  el  favor  de  Nuestro  Señor 
que  los  habernos  de  apretar  de  manera  que  vengan  en  lo 
que  se  pretende.  V.  S.  considere  por  amor  de  Dios  esto  y  la 
importancia  dello,  y  lo  procure  encaminar,  pues  paresce 
que  importa  tanto. 

wi    De  Madrid  me  escriben  que  los  Fúcares  no  acuden  al 
cumplimiento  de  lo  que  dejó  mandado  mi  madre/  que  esté 


51 

en  el  cielo,  por  no  pagárseles  la  renta  de  Ñapóles,  y  que 
porque  S.  M.  no  ha  mandado  pagar  aun  algunas  partidas 
que  se  debían  á  mi  madre,  no  se  puede  cumplir  con  mu- 
chas de  las  cosas  que  ella  dejó  mandado;  y  así  no  puedo 
dejar  de  pedir  á  V.  S.  muy  encarescidamente  procure  que 
se  dé  orden  en  lo  uno  y  lo  otro,  de  manera  que  haya  pun- 
tualidad en  ello  y  la  puedan  guardar  los  testamentarios  en 
la  ejecución  del  testamento  que  está  á  su  cargo ;  y  pues  es 
obra  tan  pía,  y  V.  S.  ha  acudido  siempre  con  tanta  volun- 
tad á  todas  las  cosas  de  mi  madre,  espero  lo  hará  también 
en  esto,  y  así  se  lo  pido  con  todo  el  encarescimiento  que 
puedo.  Y  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  deseo. — ' 
De  Bruselas  á  21  de  diciembre,  año  1606. — Alberto. — 
Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de 
herma  (1). 

Por  el  capitán  don  Alonso  de  Mesa. 

Biblioieca  Nacioml.-Sala  de  MSS.--1 131 ,  fol.  625. 

Duque :  El  capitán  Alonso  de  Mesa  ha  servido  en  estos 
Estados  tantos  años  y  tan  bien,  que  yendo  ahora  ahí  no 
puedo  dejar  de  encomendárosle  para  que  acordéis  á  mi  her- 
mano le  haga  la  merced  que  sus  servicios  merescen;  y  guár- 
deos Dios  como  deseo. — Isabel. 


(1)  No  tiene  data  de  mes  ni  dia ;  solo  se  hace  notar  en  el  respal- 
do de  esta  carta  que  se  escribió  ea  el  año  1606. 


52 


■Curta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  6  de  enero  de  1607. 

Recuérdale  el  envío  de  provisiones.—  Plática  de  paces  con  Holan- 
da.— iS^ecesidad  de  prevenirse  para  la  campana  próxima. 

Biblioteca  NacionaL-^Sala  de  MSS,—!  131,  foL  501. 

Señor  duque :  Con  la  ocasión  de  la  persona  que  despa- 
chan en  diligencia  unos  depulados  de  las  ciudades  ansiáti- 
cas que  han  llegado  aquí  cuatro  ó  cinco  dias  há,  y  pasa- 
rán luego  (á  lo  que  dicen)  á  esa  corte,  he  querido  escribir 
á  V.  S.  estos  renglones,  para  acordarle  lo  que  todos  estos 
dias  le  he  ido  escribiendo  en  materia  de  provisiones,  de  que 
va  siendo  mayor  la  necesidad ,  cuanto  mas  van  tardando; 
y  aunque  no  dudo  de  que  S.  M.  debe  de  haber  mandado 
que  se  hagan,  y  V.  S.  procurará  que  se  envíen,  como  tam- 
bién lo  avisan  particulares  por  cartas  que  llegaron  anoche, 
traídas  por  un  criado  del  príncipe  de  Casería,  en  cuanto 
no  llegan,  no  dejan  de  hacer  falta,  y  como  digo  cada  dia 
^mayor ;  y  así  espero  que  no  me  terna  V.  S.  por  importuno 
de  que  se  lo  acuerde  tantas  veces ;  y  con  la  venida  de  los 
galeones  que  escriben  han  llegado  con  plata,  espero  se  po- 
drán hacer  con  mas  facilidad.  Lo  que  con  esta  ocasión  pue- 
do dicir  á  V.  S.  de  acá  es,  que  todo  está  en  los  términos 
que  últimamente  se  escribió ;  y  aquella  plática  de  Holanda 
de  que  escribí  á  V.  S.  también,  solo  se  ha  sabido  después 
acá  que  los  que  envié  allá  habían  llegado,  y  sido  bien 
.  recibidos,  aunque  por  estar  el  uno  dellos  aun  indispuesto, 
no  habia  salido  de  casa,  y  por  no  estar  juntos  aun  los  Esta- 
dos, no  habían  tratado  aun  de  nada.  Dicen  que  se  junta- 


35 

mn  tal  dia  como  mafiana  7  (leste:  plegué  á  Dios  que 
sea  para  concluir  algo  que  sea  bueno;  pero  por  otro  cabo 
avisan  algunos  confidentes  que  nos  recalemos  desta  plá- 
tica, porque  todo  es  engaño ,  y  tramada  para  hacer  ellos 
mejor  sus  cosas,  con  los  que  los  ayudan  contra  nosotros.  Y 
de  París  he  tenido  el  aviso  que  va  con  esla,  y  le  da  uno  que 
suele  avisar  bien;  y  así  parece  que  es  muy  necesario  mirar 
por  lo  que  nos  conviene,  y  que  nos  prevengamos  con  tiem- 
po de  lo  necesario  para  el  verano  que  viene :  que  cuando 
bien  entonces  no  fuese  menester  nada,  no  por  eso  se  de- 
bería de  dar  por  mal  empleado  lo  que  se  hubiese  hecho, 
á  trueque  de  que  en  ningún  tiempo  nos  puedan  haber  enga- 
ñado. V.  S.  lo  considere  con  su  mucha  prudencia,  y  pro- 
cure que  podamos  acudir  á  eslo  como  conviene:  que  lo  de- 
más se  ha  de  dejar  á  Nuestro  Señor  que  encaminará  lo  que 
fuere  servido;  y  yo  iré  avisando  de  mano  en  mano  de  lo 
que  fuere  sucediendo.  Y  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud 
que  le  deseo. — De  Bruselas  á  6  de  enero,  año  1607. — 
Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  Í9  de  enero  de  1607. 

Por  el  capitán  Melchor  de  Prada. 
Real  Academia  de  la  Historia. — Salazar ,  A  63,  foL  SI. 

Muy  ilustre  señor :  El  capitán  Melchor  de  Prada  ha  ser- 
vido y  sirve  en  estos  Estados  con  una  compañía  de  infan- 
tería española,  con  la  satisfacción  que  V.  S,  entenderá  por  lo 
que  escribo  al  rey  mi  señor.  Y  deseando  yo  que  en  remune- 
ración dello  S.  M,  le  haga  merced,  pidoá  V.  S.  sea  parte 

Tomo  XLllI.  3 


34 

para  que  la  reciba,  y  le  ampare  en  todo  lo  que  se  le  ofrecie- 
re, que  será  para  mí  de  particular  estimación.  Nuestro  Se- 
ñor guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea.— 
De  Bruselas  á  i9  de  enero,  1607. — A  lo  que  V.  S.  or- 
denare.— Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  24  de  enero  de  1607. 

Por  el  capitán  don  Francisco  Yelazquez. 

Real  Academia  de  la  Historia. — Solazar,  A  63,  foh  53. 

Muy  ilustre  señor:  Por  el  capitán  don  Francisco  Velaz- 
quez  escribo  al  rey  mi  señor  lo  que  V.  S.  verá.  Ha  servido 
de  manera  y  tan  á  satisfacción,  que  le  tengo  por  persona 
muy  benemérita  para  que  S.  M.  le  haga  merced  en  lo  de 
la  renta  que  le  suplico,  en  premio  de  sus  servicios  y  de  la 
mucha  sangre  que  ha  derramado;  por  lo  que  le  ha  de 
favorecer  y  amparar  V.  S.:  que  denicís  de  merecerlo  don 
Francisco ,  eslimaré  en  particular  lo  que  V.  S.  hiciere  por 
él  á  intercesión  mia.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilus- 
tre persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  24  de 
enero,  1607.— A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con 
rubrica. 


S5 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  25  de  enero  de  1606. 

Recibo  de  letra  y  desaire  hecho  al  marqués  de  Espínela  en  cuanto 
al  manejo  de  la  hacienda. — Conveniencia  de  que  se  revoque  la 
orden  recien  dada  al  pagador  general. — agradece  las  noticias 
que  se  le  envían  sobre  laFamilia  Real.  —  Prudente  conducta  de 
Felipe  III  en  lo  que  mira  á  los  sucesos  de  Italia. — Don  Luis  Fa- 
jardo.— Los  marqueses  de  Guadalesle  y  de  la  Laguna. — Testa- 
mento de  la  emperatriz. — Desconfía  el  archiduque  de  los  holan- 
deses en  el  asunto  de  las  treguas. 

Biblioteca  NacionaL-Sala  de  MSS.--1 131,  fol.  505. 

Señor  duque :  La  mas  fresca  carta  que  tengo  de  V.  S. 
es  de  los  2  del  pasado,  y  dame  V.  S.  en  ella  tan  particu- 
lar cuenta  de  las  dificultades  que  ha  habido  en  poder  pro- 
veer y  enviar  las  letras  que  agora  últimamente  se  han  en- 
viado, que  quedo  muy  enterado  de  todo,  y  con  el  senti- 
miento que  es  razón  de  que  las  cosas  hubiesen  llegado  á  los 
términos  que  V.  S.  me  dice ,  que  pudieran  causar  muy 
grandes  inconvenientes,  y  es  de  espantar  no  los  hayan  cau- 
sado aquí  mayores,  aunque  el  motin  que  tenemos  en  pié, 
con  los  que  se  temen ,  y  la  dificultad  que  ha  habido  de  po- 
der alojar  y  acomodar  bien  el  ejército  por  la  falla  de  provi- 
siones, nos  ha  tenido  y  tiene  con  mucho  cuidado  y  pena.  Ple- 
gué á  Dios  no  suceda  alguna  otra  cosa:  que  de  nuestra  par- 
te se  hace  y  hará  lo  posible  por  atajarlo,  aunque  confieso 
á  V.  S.  que  temo  no  ha  de  bastar,  pues  que  esta  provisión 
que  ha  venido  agora,  demás  de  ser  pequeña  para  venir 
á  pagar  á  los  plazos  á  que  vienen  las  letras,  viene  á  ser 
cuasi  del  todo  inútil  con  la  notificación  que  S.  M.  ha  man- 


36 

dado  hacer  al  pagador  general,  como  lo  entenderá  V.  S.  mas 
particularmente  por  la  relación  que  entiendo  fmvía  el  mar- 
qués Spínola,  demás  de  ser  un  término,  tan  nuevo  y  tan 
perjudicial  al  servicio  de  S.  M.,  que  no  he  podido  dejar  de 
apuntárselo  á  V.  S.  y  pedirle  considere  qué  ánimo  podrá 
tener  el  marqués  para  servir  como  lo  hace,  y  aventurar  ca- 
da dia  su  vida  y  hacienda  como  la  aventura,  si  fiándole 
por  un  cabo  la  distribución  de  la  hacienda  de  S.  M.,  por 
otro  le  atan  las  manos,  y  por  términos  tan  poco  decentes 
como  es  el  que  agora  se  ha  tenido,  que  cuando  bien  S.  M. 
quisiera  que  esta  provisión  no  se  gastara  sino  en  lo  que 
manda ,  bastara  mandarlo  al  marqués  que  lo  cumpliera  en 
cuanto  fuera  posible,  y  es  de  creer  que  S.  M.  no  querrá  si- 
no lo  que  lo  fuere;  y  el  juzgar  esto  no  se  puede  hacer  de  tan 
lejos,  pues  se  mudan  las  cosas  de  una  hora  para  otra  y  se 
ofrescen  otras  de  nuevo ,  de  manera  que  es  fuerza  fiar  las 
cosas  de  quien  las  tiene  á  cargo,  ó  tener  por  cierto  que 
se  perderá  todo  sin  remedio;  y  si  lo  que  escribe  de  acá 
un  comisario ,  ó  otra  persona  poco  considerada,   ha  de 
bastar  para  que  S.  M.  mande  semejantes  cosas,  ¿qué  se 
puede  esperar,   sino  lo  que  acabo  de  dicir?  pues  cuando 
bien  lo  que  escriben  de  acá  fuese  bien  fundado,  mien- 
tras las  cartas  van  de  acá,  y  S.  M.  se  resuelve  en  lo  que 
ha  de  mandar,  y  ese  despacho  llega  acá,  pasa  tanto  tiem- 
po en  ello,  y  puede  haber  tantas  mudanzas,  que  aun  los 
mismos  que  escriben  echarían  de  ver  que  no  se  puede 
complir  lo  que  ellos  apuntan;  y  en  fin,  por  cumplir  con 
lo  que  debo  al  servicio  de  S.  M.,  y  tengo  ofrescido  á  V.  S. 
de  dicirle  con  llaneza  lo  que  entiendo,  es  fuerza  que  le  diga 
que  en  todo  caso  conviene  que  se  revoque  la  notificación 
que  se  ha  hecho  al  pagador  general ,  y  que  de  aquí  adelan- 
te no  se  use  de  semejantes  términos,  sino  que  S.  M.  vea 


37 

de  quien  fia  las  cosas  de  su  servicio,  y  las  fie  del  que  fue- 
re servido ;  y  si  no  se  salisfaciere  de  que  le  sirven  á  su 
gusto,  mas  vale  quitarle  del  todo,  que  no  desautorizarle  y 
atar  las  manos  por  el  camino  que  se  ha  hecho  agora,  que 
no  sirve  sino  deso,  y  embarazar  que  no  se  pueda  acudir  á 
Jo  mas  forzoso  como  conviene. 

Por  lo  que  se  escribe  á  S.  M.  en  materia  de  provisio- 
nes, y  se  ordena  á  don  Pedro  de  Toledo  que  lo  represente 
mas  particularmente  de  nuestra  parte,  entenderá  V.  S.  lo 
que  se  ofresce  en  esta  materia ,  y  así  no  diré  aquí  mas  que 
pedir  á  V.  S.  lo  encamine  por  su  parte,  de  manera  que  ten- 
gamos las  que  son  necesarias,  y  esas  tan  á  tiempo,  que 
por  falta  deso  no  nos  hallemos  imposibilitados  de  poder 
hacer  los  progresos  que  se  desean.  Y  para  esto  importaría 
mucho  que  viniesen  juntas  las  letras  de  las  provisiones  de 
la  mayor  parte  deste  verano  siquiera.  V.  S.  lo  encamine  en 
lodo  caso,  y  crea  que  conviene  mucho. 

La  pena  que  V.  S.  me  dice  le  da  el  vernos  con  ella,  y 
con  los  cuidados  con  que  acá  se  está ,  le  agradezco  como  es 
razón;  pero  pues  que  la  mayor  parte  del  remedio  deso  está 
en  manos  de  V.  S.,  estoy  muy  con  fia  (fo  de  que  holgará  de 
ayudar  á  sacarnos  della ,  y  así  se  lo  pido  muy  de  veras. 

Con  las  buenas  nuevas  que  V.  S.  me  da  en  dicha  su 
carta  de  la  salud  de  SS.  MM.  y  AA.  he  holgado  como  es  ra- 
zón, aunque  no  ha  dejado  de  darme  alguna  pena  lo  que  me 
dice  V.  S.  de  que  el  príncipe  no  tuviese  bueno  un  pié,  pero 
espero  que  ya  lo  estará.  Dios  los  guarde  á  todos  como  es  ne- 
cesario; y  así  he  holgado  mucho  de  entender  tan  particu- 
larmente lo  que  V.  S.  me  dice,  de  cómo  se  han  entrete- 
nido y  holgado  este  otoño  en  Ventosilla,  y  las  demás  partes 
que  V.  S.  dice,  que  todo  es  bien  necesario  para  poder  me- 
jor con  el  trabajo  de  los  negocios. 


38 

fx  Con  razón  pueden  dar  cuidado  (como  V.  S.  dice)  las 
cosas  de  Italia,  y  S.  M.  hace  como  quien  es  en  asistir  al 
Papa  y  las  cosas  de  la  Sede  Apostólica,  y  en  procurar  que 
se  compongan  las  cosas  de  manera  que  se  excusen  tan  gran- 
des inconvenientes,  como  son  los  que  una  guerra  en  Italia 
podria  traer  consigo;  y  bien  se  puede  creer  que  no  faltarán 
fautores  della  y  de  todo  mal  que  se  pudiere  imaginar;  pe- 
ro espero  que  la  mucha  prudencia  de  S.  M.  lo  atajará,  y 
que  Dios  ha  de  ser  servido  de  volver  por  su  causa  y  enca- 
minar lo  que  mas  canvenga  al  bien  de  la  cristiandad. 

Muy  buenos  son  los  sucesos  que  V.  S.  me  dice  habla 
tenido  don  Luis  Fajardo,  y  ha  sido  gran  cosa,  y  venir  la  flo- 
ta y  los  galeones  de  la  plata  á  salvamento. 

Al  marqués  de  Guadalest.que  V.  S.  me  dice  ha  nom- 
brado S.  M.  para  que  asista  aquí,  aguardo  con  mucho  al- 
borozo, por  las  buenas  partes  que  V.  S.  dice  tiene;  y  todo 
lo  que  V.  S.  me  dice  del  de  la  Laguna  creo  yo  muy  bien 
de  la  voluntad  que  siempre  me  ha  mostrado,  y  á  que  he  pro- 
curado obligarle  siempre  en  lo  que  he  podido,  y  así  me  pesa 
mucho  de  que  esté  cuartanario,  como  V.  S.  me  lo  dice,  y  en 
estremo  de  entender *por  cartas  de  otros  que  V.  S.  no  anda- 
ba bueno,  aunque  quiero  esperar  que  lo  estará  ya,  y  que 
Nuestro  Señor  le  dará  la  salud  que  le  deseo. 

Aunque  en  el  último  despacho  que  fué  de  acá  pidí  á 
V.  S.  procurase  que  se  diese  satisfacción  á  los  Fúcares,  por 
lo  que  se  les  debe  por  cuenta  de  la  renta  que  tenia  en  Ña- 
póles mi  madre  que  esté  en  el  cielo,  y  espero  que  V.  S.  lo 
habrá  encaminado  ya,  he  querido  todavía  volvérselo  acor- 
dar, y  pedirle  lo  encamine  si  no  estuviere  hecho  ya,  y  que 
se  asiente  lo  de  aquella  renta  de  manera  que  no  haya  mas 
estas  dificultades,  y  se  pueda  cumplir  el  testamento  de  mi 
madre  con  la  puntualidad  que  es  razón. 


39 

En  materia  de  treguas  con  los  de  Holanda ,  no  tengo 
que  dicir,  sino  que  pienso  que  saldrá  cierta  mi  sospecha  de 
que  es  engaño  aquello.  Allá  están  todavía  los  hombres  que 
habemos  enviado,  y  me  paresce  los  van  entreteniendo  con 
palabras.  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. 
— De  Bruselas  á  25  de  enero,  año  1607. — Alberto. —  Con 
rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  á  2  de  febrero  de  1607. 

Pide  que  se  le  envíen  provisiones  para  continuar  la  guerra.—Dice 
que  no  tiene  aviso  alguno  de  los  negociadores  que  mandó  á  la 
Haya. — ^Empresa  militar  encomendada  á  don  Luis  de  Velasco. 

Biblioteca  Nacional. -Sala  de  MSS.—Iioiy  fol.  509. 

Señor  duque :  Viendo  lo  que  S.  M.  me  escribe  en  una 
carta,  escrita  en  cifra,  que  recibí  tres  dias  há,  me  ha  pares- 
cido  necesario  volver  á  despachar  este  correo,  para  suplicar- 
le y  representarle  lo  que  V.  S.  verá  por  la  carta  de  mano 
ajena  que  va  en  este  despacho ;  y  así  no  diré  en  esta  sino 
sumariamente  lo  que  se  ofresce,  para  que  V.  S.  lo  tenga  en- 
tendido, y  pedirle  nos  ayude  á  procurar  que  S.  M.  se  re- 
suelva en  mandar  proveer  aquí  lo  necesario,  para  que  este 
verano  que  viene  se  puedan  hacer  con  el  favor  de  Nues- 
tro Señor  los  progresos  que  se  desean  y  se  pueden  esperar 
según  el  estado  de  lasxosas,  que  podrían  ser  grandes,  si  se 
emprenden  como  conviene;  y  seria  grandísima  lástima  per- 
der la  ocasión  dellas,  demás  del  peligro  á  que  se  está  de 
perder  mas  que  eso,  como  no  se  dejaría  de  correrle  muy 
grande,  si  nos  hubiésemos  de  contentar  de  estar  este  año  á 


•  40 

la  defensiva,  sin  poder  emprender  nada,  pues  se  saben  las 
prevenciones  que  hacen  los  enemigos  y  las  asistencias  que 
les  dan  de  Francia.  Y  así  no  puedo  dejar  de  pedir  á  V.  S. 
con  lodo  el  encarescimiento  posible,  procure  que  S.  M. 
mande  considerar  lodo  esto,  y  proveer  lo  necesario  para  lo 
que  apunto,  que  lo  es  mucho  para  el  buen  encaminamiento 
de  las  cosas. 

Y  aunque  se  entiende  bien  lo  mucho  á  que  S.  M.  quie- 
re acudir  este  año,  y  todo  sea  muy  importante,  pienso  cier- 
to que  lo.es  tanto  lo  de  aquí,  según  el  término  y  estado  de 
las  cosas,  que  meresce  que  no  sea  pospuesto  á  las  demás ;  y 
así  no  me  queda  que  pedir  á  V.  S.,  sino  que  lo  considere 
muy  de  propósito,  y  procure  encaminar  lo  que  digo,  como 
cosa  en  que  tanto  va. 

De  los  hombres  que  tenemos  en  la  Haya  no  se  ha  teni- 
do mas  ningún  aviso.  Paréceme  que  están  mas  despacio  de 
lo  que  se  podría  desear.  Plegué  á  Dios  que  al  cabo  traigan 
algo  bueno.  Por  mi  parte  no  se  perderá  ocasión  para  pro- 
curarlo :  quiera  Dios  que  aproveche. 

En  lo  de  la  enlrepresa  que  V.  S.  sabe,  hago  cuanto 
puedo  para  que  se  haga ,  por  lo  mucho  que  importarla  pa» 
ra  todo;  y  como  V.  S.  sabe  que  S.  M.  ha  mandado  que  se 
encargase  á  don  Luis  de  Velasco ,  ha  sido  fuerza  aguardar 
á  que  volviese  de  la  campaña.  Después  acá  s^  ha  ido  tra- 
tando siempre  con  él  y  trazando  la  ejecución  della,  pro- 
curando encaminarla  lo  más  á  su  satisfacción  que  fuese  po- 
sible, y  que  en  todo  caso  se  hiciere  en  esta  luna;  pero  en 
demandas  y  respuestas  se  nos  ha  pasado  el  tiempo,  de  ma- 
nera que  ya  no  será  posible  hacerlo  en  esta ,  y  será  fuerza 
aguardar  á  la  otra:  que  lo  siento  harto  por  el  peligro  que 
hay  de  descubrir  estas  cosas  cuando  se  tarda  mucho  en 
ellas,  y  mas  que  uno  á  quien  paresció  á  don  Luis  que  se  debía 


41 

de  fiar  el  secreto,  porque  fuese  á  reconoscer  cierta  cosa  que 
parescia  necesaria,  no  le  ha  guardado  tan  bien  como  fuera 
razón;  pero  procurase  remediar  que  el  daño  no  pase  adelan- 
te, y  se  procurará  en  fin  hacer  el  negocio  lo  mejor  que  sea 
posible,  aunque  no  deja  de  tener  sus  dificultades,  como  no 
dudo  lo  habrán  escrito  el  marqués  y  el  mismo  don  Luis, 
que  según  las  prevenciones  que  desea  y  procura  se  hagan, 
paresce  las  tiene  bien  entendidas.  Dios  guarde  á  V.  S.  con 
la  salud  que  deseo. — De  Bruselas  á  2  dehebrero,  año  i607. 
— Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  9  de  marzo  de  1607. 

Canje  de  prisioneros. 
Real  Academia  déla  Historia» — Salazar,  A  63,  fol.  61. 

Muy  ilustre  señor:  El  comisario  de  las  islas  de  Holanda 
y  Zelanda  que  dará  esta  á  V.  S.,  lleva  el  despacho  que  verá 
para  la  soltura  de  los  prisioneros  naturales  dellas,  que  se  ha- 
llan en  esos  reinos ,  en  trueque  de  los  vasallos  del  rey  mi 
señor  que  estaban  prisioneros  en  las  dichas  islas,  á.  quienes 
generalmente  se  ha  dado  libertad,  como  lo  escribo  á  S.  M.; 
en  cuya  conformidad  pidoá  V.  S.  tenga  la  mano,  para  que 
por  nuestra  parte  se  cumpla  asimismo  lo  acordado  y  pro- 
metido con  puntualidad  y  satisfacción  del  dicho  comisario; 
pues  demás  de  ser  servicio  de  S.  M. ,  me  obligará  mucho 
V.  S.  en  ello.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  perso- 
na de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  9  de  marzo,  1607. 
— A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


42 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lermaf 
fecha  en  Bruselas  á  i7  de  marzo  de  1607. 

Temor  de  una  sublevación  general  en  el  ejército  si  se  tarda  en 
mandar  socorros. — Prisiones,  hechas  en  Madrid,  del  licenciado 
'  Ramírez  de  Prado  y  del  conde  de  Villalonga. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS,—I  431 ,  foL  M^, 

Señor  duque :  Todo  lo  que  V.  S.  me  dice  en  su  carta 
de  los  16  del  pasado,  que  siente  no  enviar  juntamente  con 
sus  cartas  provisiones  para  aquí,  lo  creo  yo  muy  bien,  pues 
sabiendo  V.  S.  tan  particularmente  el  estado  de  las  cosas 
de  aquí  y  lo  que  interesa  en  ello  el  servicio  de  S.  M.,  es 
fuerza  que  le  dé  mucho  cuidado;  y  así  tengo  por  cierto  que 
debe  V.  S.  poner  el  posible  en  procurar  encaminar  que  se 
envíen  con  la  mayor  brevedad  y  puntualidad  que  sea  posi- 
ble; y  hay  desto  tanta  necesidad,  que  es  fuerza  que  canse- 
mos á  S.  M.  y  á  V.  S.  con  representárselo,  y  así  se  despa- 
cha este  correo  para  este  efeto  y  lo  demás  que  V.  S.  enten- 
derá mas  particularmente  por  lo  que  escribe  el  marqués,  á 
que  me  remito,  afirmando  todavía  á  V.  S.  que  es  imposible 
que  esto  dure  (aunque  sean  pocos  dias)  como  están  las  co- 
sas al  presente,  y  que  es  fuerza  que  rebienle,  si  no  viene  el  re- 
medio muy  presto.  Y  considere  V.  S.  del  sentimiento  que 
seria  para  todos  que,  mientras  esperamos  lo  que  V.  S.  sabe, 
rebentase  alguna  desorden  general  del  ejército,  con  que  sin 
falla  se  descompondría  todo,  y  seria  la  total  perdición  desto; 
y  crea  V.  S.  que  es  de  temer  mucho  algo  desto,  si  no  se  da 
alguna  satisfacción  á  la  gente  de  guerra,  cuando  sepa  lo  de 
que  se  trata ;  porque  lo  sentirá  tanto  que  asirá  de  cualquier 


45 

achaque  para  revolver  algo  con  que  lo  desbarate  todo,  de- 
más de  lo  que  importa  aun  para  hacerse  bien  el  mismo  ne- 
gocio, que  estemos  en  orden  y  bien  apercibidos  para  todo 
lo  que  se  puede  ofrescer.  Y  así  pido  á  V.  S.  lo  considere,  y 
la  grande  coyuntura  en  que  se  eslá;  y  así  procure  que  se 
nos  acuda  con  tanta  brevedad  como  vé  que  es  menester. 
En  el  particular  de  que  trata  V.  S.  en  otra  carta  suya 
de  28  del  pasado,  me  remito  á  lo  que  escribirá  también  el 
marqués.  He  holgado  en  estremo  de  que  S.  M.  se  tenga  por 
servido  de  lo  que  se  hace  en  él  de  nuestra  parte,  de  que  se 
puede  asigurar  V.  S.  tenemos  por  principal  fin  el  servicio 
de  S.  M. ,  y  conforme  á  eso  se  irá  proseguiendo  y  encami- 
nando siempre  de  nuestra  parte  todo  cuanto  se  nos  ofres- 
ciere. 

Aquí  se  han  entendido  las  prisiones  que  S.  M.  ha  man- 
dado hacer  de  Ramírez  y  del  de  Villalonga  (i),  y  no  dudo  de 
que  ellos  hayan  dado  mucha  ocasión  para  ello,  y  V.  S.  en- 
caminádolo  (como  dice)  como  quien  tanto  cela  el  servicio 
de  S.  M.,  que  sabrá  escoger  también  tales  ministros  como  á 
su  servicio  conviene.  De  que  V.  S.  quedase  mejor  de  sus 
achaques,  como  me  lo  dice,  huelgo  mucho.  Y  Nuestro  Se- 
ñor dé  á  V.  S.  la  salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  á  17 
de  marzo,  año  1607. — Alberto. —  Con  rúbrica, 

(d)  El  licenciado  Alonso  Ramírez  de  Prado,  fué  preso  en  Madrid 
el  26  de  diciembre  del  año  anterior,  y  don  Pedro  Franqueza,  conde 
de  Villalonga,  á  19  del  mes  siguiente.  Las  prisiones  de  estos  dos 
consejeros  de  Hacienda  ,  y  de  otros  sugelos  también  notables,  se 
atribuyeron  con  razón  á  falta  de  pureza  en  el  desempeño  de  sus 
elevados  cargos  y  al  deseo  de  acrecentar  su  fortuna  á  costa  del  era- 
rio público. 


44 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  á  20  de  marzo  de  1607. 

Recomienda  á  don  Juan  de  Castilla. 
Meal  Academia  de  la  Historia . — Salazar,  A  63,  foU  57. 

Muy  ilustre  señor:  Don  Juan  de  Castilla  ha  servido  á 
S.  M.  dos  años  en  estos  Estados  con  entera  satisfacción.  Va 
á  España  con  mi  licencia  á  poner  en  cobro  su  hacienda,  por 
haber  muerto  don  Lope  de  Castilla,  su  hermano,  el  cual 
me  sirvió  de  paje  diez  años ,  y  don  Juan  de  Castilla  su  pa- 
dre sirvió  al  emperador  Maximiliano,  mi  señor  y  padre, 
que  haya  gloria,  de  gentil  hombre  de  su  boca;  y  por  estas 
causas  he  querido  pedir  á  V.  S.  ayude  y  favorezca  á  dicho 
don  Juan  en  sus  pretensiones,  para  que  S.  M.  le  haga  mer- 
ced en  ellas.  Y  porque  tendré  por  justa  y  bien  empleada  la 
merced  que  recibiere,  y  que  la  sabrá  servir  y  merecer  otras 
mayores,  estimaré  y  agradeceré  mucho  todo  lo  que  V.  S. 
hiciere  por  él,  cuya  muy  ilustre  persona  Nuestro  Señor  guar- 
de y  prospere  como  (Jesea.  Bruselas  marzo  20,  1607. — A 
lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


45 


Curta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  3  de  abril  de  1607.    , 

Recomienda  á  don  Rodrigo  Girón. 
JReal  Academia  de  la  fílstoria^—Salazar,  A  65,  foL  63. 

Muy  ilustre  señor:  Al  rey  mi  señor  escribo  por  don  Ro- 
drigo Girón  lo  que  V.  S.  verá ;  y  porque  deseo  le  aprove- 
che mi  intercesión,  para  que  S.  M.  le  haga  merced  en  su 
pretensión,  holgaré  que  V.  S.  le  favorezca  con  veras  para 
ello,  y  así  se  lo  pido  encarecidamente  á  V.  S.,  cuya  muy 
ilustre  persona  guarde  Nuestro  Señor  como  deseo. — De  Bru- 
selas á  5  de  abril,  1607.— A  lo  que  V.  S.  ordenare. — 
— Alberto. —  Con  rúbrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  Q  de  abril  de  1607. 

Por  el  capitán  don  Francisco  de  Medina,  que  pretende  una  renta. 

Real  Academia  de  ¡a  Historia,— Salazar,  A  63 ,  fol  65. 

Muy  ilustre  señor:  Por  el  capitán  don  Francisco  de  Me» 
dina  vuelvo  á  escribir  al  rey  mi  señor  lo  que  V.  S.  verá, 
para  que  se  sirva  S.  M.  de  hacerle  la  merced  que  el  año  pa- 
sado le  supliqué  de  una  renta.  Y  por  lo  bien  que  la  tiene 
merecida,  pido  á  V.  S.  le  favorezca  con  las  veras  que  sue- 
le á  las  personas  que  han  servido  como  don  Francisco:  que 
lo  que  V.  S.  procurare  que  reciba  esta  merced  estimaré  yo 


46 

en  lo  que  es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre 
persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  6  de  abril, 
4607. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  i8  de  abril  de  1607. 

Manifiéstale  el  sentimiento  que  le  ha  causado  la  noticia  de  su  in- 
disposición.—  Motivos  que  le  han  determinado  á  concertar  pa- 
ces con  los  holandeses. — Estima  la  merced  que  el  rey  ha  hecho 
á  su  hermana ,  poniendo  á  su  servicio  á  don  Luis  Enriquez. — 
Recomienda  nuevamente  á  don  Rodrigo  Laso  y  á  un  sobrino  de 
Juan  Carrillo.  —  Desea  que  se  favorezca  en  sus  pretensiones  á 
don  Pedro  de  Toledo. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—-/ 131,  foL  518. 

Señor  duque :  La  mas  fresca  carta  que  tengo  de  V.  S. 
es  de  los  9  del  pasado,  y  háme  pesado  mucho  de  ver  por 
ella  que  confiese  V.  S.  ya  que  es  gola  lo  que  tiene,  y  que 
le  dé  tanto  trabajo ;  pero  lo  que  puede  consolar  es  que  no 
es  de  peligro  el  mal ,  y  que  con  los  remedios  que  V.  S. 
debe  de  aplicarle  no  le  apretará  tanto ,  aunque  cualquier 
cosa  que  sea  no  se  puede  dejar  de  sentir. 

Todo  lo  que  V.  S.  me  dice  acerca  de  la  voluntad  con 
que  acude  á  todo  lo  que  nos  toca ,  y  la  merced  que  S.  M. 
nos  hace,  no  es  nuevo  para  mí,  y  lo  estimo  y  tengo  en 
mas  de  lo  que  lo  podria  encarescer ,  entendiendo  muy  bien 
la  dificultad  que  debe  de  haber  en  poder  proveer  para  acá 
lo  que  seria  necesario,  y  así  siento  al  doble  que  el  estado 
de  las  cosas  de  acá  sea  tal,  que  sea  fuerza  que  acudamos 
á  cansar  á  S.  M.;  pero  ni  tenemos  otro  remedio,  ni  seria 


47 

justo  buscarle  en  otra  parle;  y  así,  porque  no  sea  menester 
cansar  á  S.  M.  tantas  veces ,  se  ha  hecho  de  nuestra  parte 
lo  que  V.  S.  sabe,  y  todo  lo  demás  que  nos  ha  sido  posible 
para  traer  el  negocio  de  las  paces  al  estado  que  V.  S.  en- 
tenderá por  los  despachos  que  lleva  este  correo,  á  que  me 
remito,  pues  que  por  ellos  entenderá  todo  bien  particular- 
mente; y  solo  he  querido  representar  aquí  á  V.  S.  y  pedirle 
considere  cuanto  conviene,  que  ya  que  se  ha  llegado  con 
este  negocio  á  los  términos  á  que  se  ha  llegado,  por  pares- 
cer  que  conviene  tanto  para  todo,  que  no  se  deje  de  con- 
cluir por  falta  de  lo  necesario,  para  atajar  y  asigurar  que 
no  se  atraviese  algo  que  lo  embarace  ó  desbarate  de  todo 
punto,  y  pedir  á  V.  S.  lo  procure  con  todas  veras,  y  haga 
cuenta  que  se  compra  muy  barato,  por  mucho  que  costase 
agora  juntar  lo  necesario  para  esto;  pues  con  hacerlo  agora 
á  tiempo ,  se  asegura  no  haberlo  menester  después  en  mu- 
chos años,  como  espero  que  será,  y  que  V.  S.  con  su  mucha 
prudencia  y  el  celo  del  servicio  de  S.  M.  con  que  acude  á 
todo  lo  que  se  ofresce,  lo  hará  y  encaminará  todo  como  se 
puede  desear  y  conviene  al  bien  universal  de  la  cris- 
tiandad. 

La  merced  que  S.  M.  hace  á  mi  hermana  y.  el  haber 
mandado  al  conde  don  Luis  Enriquez  que  la  sirva,  he  es- 
limado cuanto  debo,  y  sé  que  lo  debemos  todo  á  V.  S.  de 
quien  estoy  muy  cierto  procurará  todo  lo  que  puede  locar 
á  mi  hermana,  como  V.  S.  me  lo  ofresce,  de  que  quedo  tan 
agradescido  como  es  razón,  y  sé  que  lo  eslá  mi  hermana; 
y  así  no  me  queda  en  esto  mas  que  dicir,  sino  asigurar  á 
V.  S.  de  que  lodo  lo  que  hace  por  mi  hermana,  lo  emplea 
en  quien  lo  sabe  estimar,  y  hará  en  cuanto  pudiere  la  de- 
mostración dello  que  es  razón. 

El  suceso  de  lo  de  Ternate  que  V.  S.  me  dice  en  su 


48      ^ 

carta ,  ha  sido  cierto  de  mucha  importancia ,  y  así  se  dehen 
á  Nuestro  Señor  muchas  gracias  por  él ;  y  espero  ha  de  ser 
servido  de  dar  á  S.  M.  otros  muchos  y  muy  grandes  contra 
sus  enemigos  y  los  de  la  religión  católica;  y  como  V.  S. 
apunta  muy  bien,  ha  sido  en  muy  grande  coyuntura. 

Lo  que  V.  S.  ofresce  hacer  por  las  personas  por  quien 
le  habia  escrito  los  dias  pasados,  estimo  y  tengo  en  lo  que 
es  razón ;  pero  hasta  que  con  efeto  alcancen  la  merced  que 
pretenden,  no  puedo  dejar  de  importunar  á  V.  S.  por 
ellos;  y  así  lo  hago  pidiéndole  muy  de  veras  procure  que 
S.  M.  se  resuelva  con  don  Rodrigo  Niño  y  Laso,  y  le  haga 
Ja  merced  que  se  le  ha  suplicado ,  que  la  estimaré  por  muy 
particular ,  y  en  don  Rodrigo  se  puede  tener  por  muy  bien 
empleada.  También  me  hará  V.  S.  mucho  placer  en  procu- 
rar se  haga  merced  á  su  sobrino  de  Juan  Carrillo,  que  lo 
deseo  particularmente  por  las  muchas  razones  que  concur- 
ren para  ello. 

Hasta  agora  no  habia  pedido  nada  á  V.  S.  por  don  Pe- 
dro de  Toledo,  aguardando  á  que  él  mismo  comenzase  á  tra- 
tar de  sus  pretensiones.  Pienso  que  lo  habrá  hecho,  y  que 
V.  S.  sabe  muy  bien  las  obligaciones  que  tengo  á  don  Pe- 
dro; y  así  no  diré  aquí  mas,  sino  que  me  hará  V.  S.  muy 
gran  placer  en  tenerle  por  muy  encomendado,  para  procu- 
rar que  le  haga  S.  M.  la  merced  que  puede  pretender.  Lo 
mismo  pido  á  V.  S.  por  las  demás  personas  por  quien  le  he 
escrito  todos  estos  dias  airas,  sin  referirlas  agora  en  parti- 
cular por  no  cansar  á  V.  S.  con  ello.  Y  así  acabo  esta  con 
dicir  que  Dios  guarde  á  V.  S.  y  le  haya  dado  tan  buenas 
Pascuas  como  deseo. — De  Bruselas  á  18  de  abril,  año  1607. 
—Alberto.-— Cow  rúbrica. 


49 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  il  de  mayo  de  1607. 

Por  el  maestre  de  campo  don  Pedro  Sarmiento. 

Real  Academia  de  la  Historia. — Solazar ^  A  63,  fol,  69. 

Muy  ilustre  señor :  Por  el  maestre  de  campo  don  Pedro 
Sarmiento,  que  vuelve  con  licencia  mia  á  España  á  nego- 
cios que  allá  se  le  ofrecen ,  escribo  al  rey  mi  señor  lo  que 
V.  S.  verá,  para  que  S.  M.  le  haga  merced  conforme  á  sus 
servicios.  Y  pues  son  de  calidad  que  merece  muy  bien  re- 
cibir el  premio  dellos,  pido  á  V.  S.  lo  procure  por  su  parte, 
favoreciendo  á  don  Pedro  en  todo  ,  que  yo  lo  estimaré  en 
lo  que  es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  per- 
sona de  V.  S.  como  desea.  —  De  Bruselas  á  17  de  mayo, 
1607. — A  loque  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rubrica. 

Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  Í9  de  mayo  de  1607. 

Negociación  sobre  un  armisticio  con  los  Estados  de  Holanda.    . 

Biblioteca  Nacional. —Sala  de  MSS.^I  131,  fol.  521. 

Señor  duque :  Por  un  despacho,  que  ha  tenido  el  mar- 
qués Spínola  de  Garlos  Strada ,  se  ha  entendido  cuan  mal 
ha  sido  recibida  ahí  la  suspensión  de  armas  que  acá  se  ha 
concluido  con  los  enemigos;  y  para  dicir  á  V.  S.  la  ver- 
dad ,  no  me  ha  espantado,  porque  sé  cuan  pocos  hay  que 

Tomo  XLIII.  4 


50 

deseen  que  se  acabe  esta  guerra ,  y  cuanto  lo  sienten  gene- 
ralmente lodos.  Aquí  es  de  manera  que  se  pueden  esceptar 
muy  pocos,  y  ahí  no  faltan  muchos  de  quien  dependen  los  de 
acá,  y  así  no  es  mucho  que  todos  sientan  una  misma  cosa; 
pero  llegado  al  cabo  el  porqué,  se  viene  á  reducir  lodo  á  inte- 
reses propios,  que  es  en  fin  ya  en  lo  que  estriban  los  más  de 
esta  era  en  el  mundo,  y  así  no  es  tanto  de  espantar.  Y  no 
hubiera  yo  hecho  caso  dello,  si  no  hubiera  visto  por  el  mismo 
despacho  que  se  entendía  que  V.  S.  y  S.  M.  mismo  sentían 
mal  de  esta  suspensión ,  y  que  no  la  quería  aprobar:  que 
si  fuese  así,  confieso  á  V.  S.  lo  sentiría  mucho;  porque  si 
bien  en  la  suspensión  hay  algunas  condiciones  que  se  pu- 
dieran desear  diferentes  de  como  son,  no  hay  ninguna  por 
la  cual  interese  el  servicio  de  S.  M.  en  cosa  que  sea  de 
consideración,  como  se  entenderá  bien  viendo  con  aten- 
ción los  fundamentos  con  que  se  ha  procedido  en  esta  oca- 
sión ó  negociación,  como  los  escribe  agora  particularmente 
el  marqués;  y  cuando  se  considerase  que  S.  M.  ha  venido 
en  lo  mas  dificultoso,  y  en  que  hay  mayor  quiebra  de  re- 
putación ,  y  que  nosotros,  fundados  en  esto  y  en  la  orden 
de  S.  M.  nos  habemos  empeñado  tanto  en  esta  negociación, 
no  sé  en  que  razón  haya  de  caer  que  S.  M,  repare  en  apro- 
bar lo  que  se  ha  hecho ,  y  en  enviar  la  confirmación  y  po- 
deres que  se  le  han  pedido,  ni  qué  paresceria  en  el  mundo 
que  agora  se  deshiciese  lo  hecho.  Y  así  no  puedo  dejar  de 
pedir  á  V.  S.  con  mucho  encarescimiento  considere  mucho 
este  negocio,  y  no  dé  oídos  á  gente  apasionada,  que  no 
quiero  dicir  mal  intencionada,  y  tenga  la  mano  en  que 
S.  M.  no  haga  novedad,  sino  lo  que  se  le  ha  suplicado;  por- 
que de  otra  manera,  esté  V.  S.  cierto  que  lo  de  la  paz  ó  sus- 
pensión larga  quedará  desbaratado  de  todo  punto,  y  no 
creo  que  es  lo  que  conviene  al  servicio  de  S.  M.  Y  nadie 


puede  hablar  en  esto  menos  apasionadamente  que  yo,  que. 
por  muchas  razones  particulares  mias,  me  podria  estar  muy 
bien  hallarme  con  las  armas  en  las  manos,  y  hacer  la  guer- 
ra á  costa  ajena;  pero  no  miro  eso,  sino  solo  el  bien  públi- 
co y  el  servicio  de  S.  M.  Y  de  que  lo  sea  esto  de  la  paz 
no  hay  mayores  pruebas  que  ver  lo  que  lo  han  sentido  los 
enemigos  de  S.  M.  y  de  la  religión  católica ;  y  así  torno  á 
pedir  á  V.  S.  procure  que  S.  M.  se  resuelva  en  enviar  los  re- 
cados que  se  han  pedido,  con  la  mayor  brevedad  que  sea 
posible,  que  cuanto  mayor  fuere,  se  facilitarán  mas  las  co- 
sas. Y  porque  esta  no  es  para  mas,  ni  seria  razón  mezclar 
otras  cosas  con  esta  que  es  de  tanta  importancia ,  acabo 
con  dicir  que  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  de- 
seo.— De  Bruselas  á  19  de  mayo,  año  1607. — Alberto  — 
Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á2i  de  mayo  de  1607. 

Recomienda  al  capitán  don  Juan  de  Quiroga. 
Meal  Academia  de  la  Historia.— Salazar,  A  63,  fol.  71. 

Muy  ilustre  señor :  Vuelvo  á  escribir  al  rey  mi  señor 
sobre  la  pretensión  que  tiene  el  capitán  don  Juan  de  Quiro* 
ga  de  un  hábito;  y  por  lo  que  tengo  representado  á  S.  M. 
de  sus  servicios,  y  de  nuevo  lo  hago,  echará  V.  S.  de  ver 
lo  bien  que  se  empleará  en  su  persona  esta  merced.  Y  para 
que  la  reciba,  pido  á  V.  S.  le  tenga  por  encomendado,  fa- 
voreciéndole para  ello,  y  lo  que  mas  se  ofresciere  de  su 
acrecentamiento,  que  yo  lo  eslimaré  en  lo  que  es  razón. 


52 

Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como 
desea. — De  Bruselas  á  21  de  mayo,  1607. — A  lo  que 
V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  áZi  de  mayo  de  1607. 


Tregua  con  los  Estados  de  Holanda.— Doa  Diego  de  Ibarra. 


Biblioteca  Nacional—  Sala  de  MSS,—1 131 ,  fol  523. 

Señor  duque:  Ayer  rescibí  las  cartas  de  V.  S.  de  los  18 
deste ,  y  he  holgado  mucho  de  entender  por  la  una  de 
ellas,  la  buena  salud  con  que  se  hallaban  SS.  MM.  y  AA. 
Dios  los  guarde  como  la  cristiandad  lo  ha  menester  y  todos  lo 
deseamos.  Por  ambas  he  entendido  lo  que  V.  S.  dice  acer- 
ca del  particular  de  la  tregua  que  aquí  se  ha  tratado,  y  es 
fuerza  que  le  diga  que  he  sentido  mucho  que  V.  S.  la  ten* 
ga  por  perjudicial  para  S.  M.  y  sus  Estados  en  la  forma 
que  se  ha  tratado,  y  espantádome  no  menos  de  ver  los 
fundamentos  que  V.  S.  apunta  para  ello ;  y  así  para  res- 
ponder á  ellos,  digo  que  es  verdad  que  (según  lo  .que  me 
ha  dicho  el  marqués  Spínola  de  parte  de  S.  M.)  aprobaba 
este  concierto ,  con  presupuesto  que  los  de  las  Islas  se  ha- 
bían de  apartar  de  lodo  punto  del  comercio  y  trato  de  am- 
bas Indias;  pero  eso  ya  lo  ofrescen  los  de  las  Islas,  como  se 
avisó  á  S.  M.  por  vía  del  marqués,  en  carta  del  15  de  he- 
brero,  en  la  cual  se  le  da  cuenta  particular  de  como  pre- 
tendiendo los  de  las  Islas  que  se  tratase  con  ellos,  como 
con  provincias  libres ,  habían  acordado  que  en  cambio  de 
eso  desistirían  del  comercio  de  ambas  Indias,  encaresciendo 


53 

lo  mucho  que  hacian  en  ello  por  el  pié  que  ya  lenian  en 
ellas  y  las  esperanzas  de  lomarle  cada  dia  mayor.  Y  á  esto 
respondió  S.  M.  al  marqués  en  carta  de  28  de  hebrero  que 
considerando  el  estado  de  las  cosas  de  acá,  y  la  imposibili- 
dad que  hay  en  continuar  las  ayudas  (digo)  provisiones 
de  dinero,  le  parecia  que  acá  se  habia  considerado  este  ne- 
gocio con  mucha  prudencia,  y  se  habia  acertado  mucho  en 
abrazar  la  proposición  que  de  parte  de  los  rebeldes  se  habia 
hecho,  de  dejar  la  navegación  de  las  Indias ,  y  que  así  apro- 
baba y  tenia  por  bien  que  se  concluyese  y  acabase  este 
concierto ,  y  que  holgaria  que  estuviese  hecho  cuando  lle- 
gase la  dicha  carta,  y  que  S.  M.  alababa  mucho  las  con- 
sideraciones que  yo  habia  tenido  en  el  negocio;  y  S.  M.  y 
V.  S.  me  dieron  por  sus  cartas  muchas  gracias  por  ello,  en- 
cargándome la  buena  conclusión  deste  negocio,  y  pienso 
que  escribieron  lo  mismo  á  la  Infanta.  En  esta  conformi- 
dad se  prosiguió  el  negocio,  y  se  trajo  á  términos  de  que 
los  de  las  Islas  se  contentaron  de  tratar  dello;  y  así  se 
hizo  el  acuerdo  de  que  para  principio  de  setiembre  se  jun- 
tarían deputados  de  ambas  partes  para  concluir  y  asentar 
esto  de  todo  punto,  y  con  las  condiciones  que  entre  las 
partes  se  acordasen ;  y  para  que  esto  se  hiciese  con  mas 
fundamento,  quisieron  los  de  las  Islas  que  ante  todas  co- 
sas yo  me  obligase  á  traer  consentimiento  y  aprobación 
del  rey,  dentro  del  tiempo  que  V.  S.  sabe;  pero  que  sin 
que  les  constase  de  que  S.  M.  consentía  en  esto,  no  trata- 
rían de  nada  ;  y  no  viniendo  la  aprobación  dentro  del  tiem- 
po ,  quedarían  libres  para  acomodar  sus  cosas  como  y  con 
quien  mejor  les  estuviese.  Con  esto  fiado  en  lo  que  V.  S.  y 
S.  M.  nos  habían  escrito  á  todos,  vine  en  ello,  y  nos  obli- 
gamos á  traer  dicha  aprobación;  y  porque  los  de  las  Islas 
propusieron  juntamente  que,  para  que  se  pudiese  atender  a 


54 

lodo  mejor,  seria  bien  que  hubiese  una  suspensión  de  tomar 
tierras  por  sitios  ó  surpresas ,  y  invasión  de  provincias  con 
ejército,  por  no  disgustarlos  ó  darles  que  sospechar,  veni- 
mos en  ello;  pero  les  hicimos  proponer  juntamente  que  se 
hiciese  una  suspensión  de  armas  general  por  mar  y  por 
tierra ,  así  en  España  como  acá ,  y  en  esto  no  quisieron  ve- 
nir nunca ,  diciendo  que  hasta  que  S.  M.  aprobase  lo  tra- 
tado, y  que  les  constase  que  consentía  en  ello,  no  podian  re- 
vocar las  armadas  que  andaban  en  la  costa  de  España ,  y 
que  por  no  hacer  diferencia  de  España  y  lo  de  acá,  era  me- 
jor que  la  suspensión  no  se  entendiese*  por  la  mar.  Pero  da- 
ban á  entender  que  en  viniendo  la  aprobación  de  S.  M.,  re- 
vocarían las  armadas  de  la  costa ,  y  aun  abreviarían  el 
término  de  principio  de  setiembre,  para  la  junta  de  los  de- 
putados  del  tratado  principal.  Viendo  esto  y  que  [como  que- 
da dicho)  S.  M.  tenia  aprobado  ya  (para  con  nosotros)  el 
punto  mas  dificultoso ,  que  era  el  darlos  por  libres ,  y  que 
lo  de  la  suspensión  de  las  armas  por  mar  no  tenia  mas  in- 
conveniente que  el  de  la  dilación  del  tiempo  en  que  podian 
venir  los  poderes  de  S.  M.  (que  pudieran  estar  aquí  ago- 
ra )  no  páreselo  de  tanta  consideración ,  que  por  eso  se 
hubiese  de  romper  la  plática  principal;  porque  si  bien,  como 
V.  S.  dice,  los  rebeldes  se  hallan  apretados  con  las  victo- 
rias que  habemos  tenido  contra  ellos  los  dos  veranos  pasa- 
dos, cuando  se  trató  de  este  negocio,  no  solo  no  pensába- 
mos en  apretarlos  este  año;  pero,  como  queda  dicho,  S.  M. 
mismo  escribió  imposibilitando  la  continuación  de  las  pro- 
visiones; pues  siendo  esto  así  ¿cómo  quiere  V.  S.  que  pa- 
resciese  acá  á  nadie  que  podríamos  apretar  los  rebeldes  este 
año,  ni  hacerles  el  menor  daño  del  mundo,  para  estorbar- 
les que  no  empleasen  sus  fuerzas  en  cuanto  se  les  antojase? 
y  antes  era  fuerza  conteníamos  con  disponer  las  cosas  de 


55 

manera  que  ellos  no  nos  le  hiciesen,  á  lo  menos  que  reci- 
biésemos de  ellos  el  menor  daño  que  se  pudiese ,  como  se 
ha  hecho  en  lo  que  loca  á  la  tierra  con  esta  suspensión ,  que 
aunque  con  ella  no  se  haya  asigurado  también  lo  de  la 
mar,  y  ella  tenga  nombre  de  ocho  meses,  en  fin  no  es  mas 
que  para  mientras  se  juntan  los  deputados  y  se  asienta  de 
propósito  la  paz  ó  la  suspensión  de  armas,  larga.  De  manera 
que  volviendo  á  los  puntos  de  las  cartas  de  V.  S.,  en  que 
paresce  queS.  M.  desea  dos  cosas  principalmente:  la  una, 
que  los  de  las  Islas  se  abstengan  de  la  navegación  de  am- 
bas Indias,  ya  digo  que  lo  ofrescen,  y  que  con  este  presu- 
puesto se  ha  venido  en  admitirles  la  pretensión  de  ser  ha- 
bidos por  libres ;  de  manera  que  si  en  el  tratado  principal 
rehusaren  lo  de  las  Indias,  no  habria  obligación  de  conce- 
derles esotro.  Y  cuanlo  á  la  revocación  de  las  armadas,  que 
es  lo  que  V.  S.  apunta  en  la  segunda  carta,  en  viniendo  los 
poderes  de  S.  M.  en  la  forma  que  se  han  pedido,  se  terna 
también,  según  lo  avisan  de  Holanda  generalmente,  y  en 
particular  el  comisario  general  que  está  allá  á  solo  esto.  To- 
do lo  cual  he  dicho,  para  que  V.  S.  vea  el  fundamento  con 
que  acá  se  ha  procedido  en  esta  materia,  y  el  poco  que  tie- 
nen los  que  quieren  dar  á  entender  que  S.  M.  ha  sido  mal 
servido  en  ella,  presupuesto  que  S.  M.  quiera  que  se  trate 
de  hacer  la  paz  ó  una  suspensión  de  armas,  larga,  como  lo 
debíamos  juzgar  acá  de  lo  que  S.  M.  nos  mandaba  escribir. 
Si  agora  S.  M.  juzga  que  conviene  otra  cosa  á  su  servicio, 
y  que  se  rompa  esta  plática  de  todo  punto,  no  será  menes- 
ter mas  sino  que  vengan  los  poderes  en  la  forma  que  se  han 
pedido,  en  el  término  limitado;  porque  por  cualquier  cosa 
que  falte  en  ellos  ó  que  no  lleguen  á  tiempo ,  no  estarán  los 
de  las  Islas  por  lo  acordado,  ni  se  podrá  entablar  mas  esta 
plática,  pues  es  cierto  que  no  se  fiarán  de  ninguna  que  por 


56 

mi  parte  se  les  ofrezca;  y  en  este  caso  me  queda  sola  una 
cosa  que  pedir  á  V.  S.  que  es,  considere  con  cuanta  quie- 
bra de  mi  reputación  seria  romperse  esta  plática  por  este 
camino,  y  que  paresciese  en  el  mundo  que  yo  me  había  em- 
barcado en  un  negocio  como  este ,  sin  estar  muy  enterado 
de  la  voluntad  de  S.  M.,  ó  que  entre  nosotros  no  hay  la 
conformidad  que  es  razón ;  y  así  lo  que  conviene  y  pido  á 
V.  S.  particularmente,  es  que  entere  á  S.  M.  de  todo  lo 
que  en  esta  digo,  y  encamine  como  S.  M.  envíe  los  pode- 
res y  aprobación  en  la  forma  que  se  han  pedido,  sin  alterar 
nada  en  ellos  ,  y  dentro  del  término  de  la  obligación.  Y  si 
S.M,  gusta  de  que  se  rompa  esta  plática,  yo  la  romperé  de 
muy  buena  gana  y  con  la  reputación  que  conviene,  así  á 
la  de  S.  M.  como  á  la  mia;  y  así  le  pido  á  V.  S.  con  todo 
el  encarescimiento  que  puedo,  que,  si  S.  M.  se  resolviere 
en  esto ,  procure  que  desde  luego  se  trate  de  las  provisio- 
nes, y  que  sean  tan  gruesas  y  puntuales  como  V.  S.  sabe 
que  es  menester ,  para  que  así  podamos  volver  luego  á  las 
armas  y  prevenir  al  enemigo,  y  hacerle  los  daños  que  se 
'  pueden  desear. 

Don  Diego  de  Ibarra  será  muy  bien  venido,  aunque  no 
haya  de  ser  menester  en  este  negocio,  en  que  creo  que  po- 
'  dria  sentir  con  razón  el  marqués  Spínola  que  metiesen  á 
otro,  habiéndoselo  confiado  hasta  agora  S.  M.,  y  él  servido 
como  todo  el  mundo  sabe.  V.  S.  mire  por  su  honra  y  le 
ayude  como  lo  meresce,  y  perdone  carta  tan  larga:  que  así 
como  V.  S.  me  ha  hecho  muy  grande  pía  cer  en  alargarse 
tanto  en  sus  cartas  sobre  esta  materia  y,  como  dice,  abrir 
su  pecho,  así  pienso  que  holgará  V.  S.  de  que  yo  lo  ha- 
ya hecho  en  esta;  y  le  pido  lo  tenga  así  por  cierto,  y  pro- 
^'cure  se  atienda  á  esta  materia  con  mucho  cuidado,  y  sin 
dar  oídos  á  gente  interesable  y  mal  inteacíonada ,  que  crea 


.  57 

V.  S.  que  la  hay,  y  mucha  eu  esta  era;  y  plegué  á  Dios 
que  no  los  haya  en  los  consejos  de  S.  M.  tales,  y  que  solo 
les  parezcan  mal  las  cosas,  porque  las  hago  yo;  pero  yo 
les  perdono,  y  como  se  haga  el  servicio  de  S.  M.  se  me  da 
muy  poco.  Y  perdóneme  V.  S.  que  le  haya  dicho  esto,  que 
de  otra  manera  le  confieso  que  no  le  hubiera  acabado  de 
abrir  mi  pecho.  Dios  guarde  á  V.  S  con  la  salud  que  deseo. 
■ — De  Bruselas  á  último  de  mayo,  año  1607. — Alberto. — 
Con  rúbrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma , 
fecha  en  Bruselas  á  1.°  de  junio  de  1607. 

Por  el  capitán  Luis  Decampo  Fonseca. 

Heal  Academia  de  la  Historia.— Sala  zar,  A  63,  fot.  75. 

Muy  ilustre  señor:  Por  el  capitán  Luis  Docampo  Fonseca 
escribo  al  rey  mi  señor  lo  que  V.  S.  verá,  para  que  S.  M. 
se  sirva  de  hacerle  merced  en  premio  de  sus  servicios  y  los 
del  capitán  Baltasar  Docampo,  su  padre.  V.  S.  por  su  parte 
le  ayude  y  favorezca  para  ello,  que  yo  estimaré  lo  que  le 
valiere  esta  intercesión.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy 
ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  I.*" 
de  junio,  1607.— A  lo  que  V.  S.  ordenare.-— Alberlo.— 
Con  rúbrica. 


58 


i  Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  5  de  junio  de  1607. 

;    Los  holandeses  suspenden  las  hostilidades  por  mar. 
Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—IiZí,  /bZ.  529. 

Señor  duque :  Por  el  despacho  del  marqués  Spínola  que 
lleva  este  correo,  entenderá  V.  S.  como  se  acaba  de  tener 
aviso  de  que  los  de  las  Islas  han  acordado  lo  de  la  suspen- 
sión de  las  armas  por  mar ;  y  porque  el  tiempo  en  que  ha 
de  comenzar  depende  de  la  venida  de  los  recados  que  se 
han  pedido  de  acá,  ha  parescido  despachar  luego  con  este 
aviso,  que  después  que  haya  venido  el  comisario  general 
se  avisará  con  mas  particularidad  de  lo  que  en  todo  hubie- 
re. V.  S.  procure  pues  que  vengan  estos  recados  volando, 
y  crea  que  acá  se  sirve  á  S.  M.  con  el  cuidado  que  se  debe, 
•  y  que  lo  que  no  se  hace,  es  por  no  poderse  mas,  y  que  na- 
^die  lo  hará  mejor  y  con  mas  celo  y  inteligencia  de  las  co- 
sas, de  los  que  acá  estamos;  y  así  no  puedo  dejar  de  poner 
'en  consideración  á  V.  S.  si  se  podría  excusar  la  venida  de 
Vdon  Diego,  que  sospecho  causará  mas  sombras  y  sospechas 
á  los  de  las  Islas,  y  que  imaginar  otros,  de  lo  que  para  el 
bien  de  los  negocios  que  se  tratan  convendría ,  que  por  lo 
demás  yo  soy  amigo  de  don  Diego,  y  holgaré  siempre  con 
él.  V.  S.  lo  considere  y  encamine  lo  que  mas  conviniere 
al  servicio  de  S.  M.;  y  porque  espero  que  podremos  volver  á 
escribir  muy  presto ,  no  digo  en  esta  mas  sino  que  Dios 
guarde  á  V.  S.  y  le  dé  tan  buenas  Pascuas  como  le  deseo. 
— De  Bruselas  á  5  de  junio,  año  1607. — Alberto.  —  Con 
rúbrica. 


59 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
ficha  en  Bruselas  á  14  de  junio  de  1607. 

Por  los  herederos  del  maestre  de  campo  Juan  de  Tejeda. 

Heal  Academia  de  la  Historia,'— Saiazar,  A  63,  foL  75. 

Muy  ilustre  señor:  El  maestre  de  campo  Juan  de  Teje- 
da sirvió  y  mereció  lo  que  se  sabe ;  y  por  ello  y  haberme 
dejado  encomendados  á  su  hermana  y  un  sobrino  suyo,  es- 
cribo al  rey  mi  señor,  suplicando  á  S.  M.  con  encareci- 
miento, se  sirva  de  hacerles  merced  de  una  renta,  y  de  pre- 
miar en  ellos  los  muchos  y  señalados  servicios  del  maestre 
de  campo.  Y  aunque  sé  que  siendo  obra  de  esta  calidad 
y  tan  bien  empleada,  la  ha  do  ayudar  y  favorecer  V.  S., 
con  todo  eso  se  lo  ruega  con  muchas  veras,  y  que  procure 
que  la  merced  que  les  hiciere  S.  M.  sea  á  medida  de  los 
servicios  del  maestre  de  campo  y  del  deseo  que  tengo  de  ver- 
los remunerados  en  su  hermana  y  sobrino,  en  que  me  obli- 
gará V.  S.  en  particular.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy 
ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  14  de 
junio  1607. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rú- 
brica. 


60 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  15  de  junio  de  1607. 

Sobre  la  tregua  con  las  provincias  de  Holanda. 
BilUoteca  Nacional.— Sala  de  MSS. — I  iZi,  fol.  533. 

Señor  duque:  La  carta  de  V.  S.  de  los  tres  deste  reci- 
bí ayer,  y  he  holgado  de  entender  por  ella  todo  lo  que  V.  S. 
me  dice,  con  que  espero  que  con  lo  que  se  ha  representado 
de  acá  áS.M.  y  avisado  del  suceso  que  ha  tenido  la  negocia- 
ción de  la  suspensión  de  armas  por  mar,  quedará  satisfecho 
y  enterado  de  que  acá  se  tratan  y. procuran  las  cosas  de  su 
servicio  con  el  celo  y  cuidado  que  se  debe,  y  que  en  esto 
no  nos  hace  nadie  ventaja;  y  pluguiese  á  Dios  le  tuviesen 
tan  verdadero  los  que  huelgan  de  dar  á  entender  lo  con- 
trario, á  lo  cual  bien  espero  no  dará  lugar  V.  S.  siempre 
que  pudiere ,  y  que  S.  M.  me  hace  y  hará  siempre  la  mer- 
ced que  V.  S.  dice  de  la  confianza  que  hace  de  mí,  porque 
no  le  daré  nunca  ocasión  para  menos  que  eso;  pero  por  tra- 
tar con  V.  S.  con  la  llaneza  que  siempre,  le  confieso  que 
he  sentido  mucho  que  con  tan  poco  fundamento  se  haya  he- 
cho tanto  ruido,  y  querido  publicar  por  todo  el  mundo 
que  S.  M.  estaba  mal  satisfecho  de  lo  que  acá  se  habia  he- 
cho, con  enviar  persona  propia  para  remediarlo  (como  todos 
lo  dicen)  pudiéndose  hacer  (cuanto  fuera  menester)  con 
dos  renglones  que  V.  S.  me  escribiera  de  parte  de  S.  M.; 
pero  en  fin ,  ello  está  hecho,  aunque  no  podré  perder  jamás 
esta  queja;  y  espero  que  V.  S.  no  dará  lugar  á  que  pueda 
tener  otras,  pues  se  lo  meresce  la  voluntad  que  siempre  le 


61 

he  tenido  y  lo  que  he  fiado  siempre  de  la  que  V.  S.  me  ha 
mostrado. 

Por  lo  que  escribe  el  marqués  Spínola  en  este  despacho, 
verá  V.  S.  lo  que  se  ofresce,  y  cuanto  importa  que  ven- 
gan los  recados  que  se  han  pedido  de  acá ,  y  de  la  manera 
que  se  han  pedido.  Y  si  este  negocio  ha  de  pasar  adelan- 
te, y  V.  S.  entiende  que  conviene  al  servicio  de  S.  M., 
crea  que  es  fuerza  que  vengan  estos  recados,  y  cuanto 
mas  presto  mejor,  y  aun  cuando  S.  M.  quisiese  que  se. 
rompiese  esta  plática  por  las  razones  que  apunté  los  otros 
días  á  V.  S.;  y  fíe  de  mí  que  la  romperé,  y  con  la  reputa- 
ción que  conviene;  con  que  no  me  queda  mas  que  dicir  á 
V.  S.,  habiendo  tan  poco  que  le  he  escrito,  y  acabo  con, 
dicir  que  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. 
— De  Bruselas  á  15  de  junio,  año  1607. — Alberto. — 
Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  19  de  junio  de  1607. 

Recomendación  en  favor  de  I  duque  de  Osuna. 

Real  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  63,  fol.  11, 

Muy  ilustre  señor :  Don  Rodrigo  Girón  va  á  represen- 
tar al  rey  mi  señor  de  parte  del  duque  de  Osuna  lo  que 
de  él  entenderá  V.  S.  para  que  S.  M.  tenga  por  bien  que  al 
duque  se  le  provea  por  cuenta  de  su  hacienda,  con  que  po- 
der satisfacer  y  cumplir  las  deudas  que  ha  hecho  por  acá, 
para  entretenerse  en  servicio  de  S.  M- ,  á  quien  suplico  sea 
servido  de  mandarlo  considerar,  y  dar  orden  que  al  duque 


62 

se  le  dé  la  comodidad  que  es  justo  para  desempeñarse. 
V.  S.  me  hará  muy  gran  placer  en  procurarlo  con  tales 
veras,  que  el  duque  sea  asistido  y  socorrido  conforme  á 
quien  es,  y  á  las  muchas  razones  que  hay  para  ello;  y  con 
las  mismas  veras  se  lo  pido  á  V.  S.,  cuya  muy  ¡lustre  per- 
sona Nuestro  Señor  guarde  como  desea. — De  Bruselas  á  19 
de  junio,  1607. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — 
Con  rubrica,   *'  -- 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
>i  íkiiiy  fecha  en  Bruselas  á  id  de  junio  de  1607. 

Por  don  Rodrigo  Giren. 

Meal  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  65,  fól,  79. 

Muy  ilustre  señor:  Demás  de  lo  que  escribo  al  rey  mi 
señor  en  los  particulares  del  duque  de  Osuna,  también 
acuerdo  á  S.  M.  los  servicios  de  don  Rodrigo  Girón,  para  que 
se  sirva  de  hacerle  la  merced  que  antes  de  ahora  le  tengo 
suplicado  en  lo  de  una  encomienda  de  su  orden.  Y  pues  por 
ellos  y  su  calidad  merece  la  merced  que  S.  M.  le  hiciere ,  á 
V.  S.  pido  que  le  favorezca  y  ayude  para  que  la  reciba,  que 
yo  lo  estimaré  en  lo  que  es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la 
muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á 
19  de  junio,  1607.— A  lo  que  V,  S.  ordenare. — Alberto. 
Con  rúbrica. 


63 


Copia  de  carta  del  archiduque  Alberto  para  S.  M.y  fecha  en 
Bruselas  á  11  de  julio  de  1607. 

Envía  á  España  al  comisario  general  de  San  Francisco,  fray  Juan 
Noy  en',  para  que  informe  á  S.  M,  sobre  lo  ocurrido  en_las  ne- 
gociaciones sobre  la  tregua. 

Heal  Academia  de  la  Historia. — Solazar ,  A  63,  fol.  83. 

S.  C.  R.  M. 

Aunque,  por  los  correos  y  personas  que  de  aquí  se  han 
despachado,  se  tiene  dada  cuenta  á  V.  M.  de  lo  locante  á 
las  pláticas  de  pacificación ,  para  mayor  y  mas  entera  in- 
formación de  V.  M.,  de  las  circunstancias  y  dificultades 
que  en  la  negociación  se  han  ofrecido,  me  ha  parescido 
que  vaya  á  España  el  comisario  general  fray  Juan  Noyen, 
por  cuya  mano  se  ha  tratado ,  para  que  como  tan  enterado 
déla  materia,  pueda  informar  á  V.  M.  con  particularidad 
de  todo  lo  que  fuere  servido  saber  della;  y  así  me  remito  á 
su  relación.  Nuestro  Señor,  etc. — De  Bruselas  á  11  de  ju- 
lio, 1607. 


64 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  11  de  julio  de  1607. 

Ruégale  que  dirija  al  comisario  fray  Juan  Noyen ,  para  que  desem- 
peñe con  acierto  la  comisión  que  lleva  á  España. 

Real  Academia  de  la  Historia.— Solazar ,  A  63,  foh  81. 

Muy  ilustre  señor :  Con  el  comisario  general  fray  Juan 
Noyen  escribo  al  rey  mi  señor  lo  que  V.  S.  verá,  y  lleva 
orden  mía  de  que  en  primer  lugar  dé  cuenta  á  V.  S.  de  su 
comisión ,  para  que  habiéndole  oido  con  atención  (como  se 
lo  encargo  muy  de  veras  á  V.  S.)  vea  si  será  necesario  ha- 
cer relación  de  todo  á  S.  M.  el  dicho  comisario  general ,  ó 
si  será  bien  excusarlo  con  haberla  hecho  á  V.  S.  quien  la 
podrá  hacer  á  S.  M.,  en  que  V.  S.  le  ordenará  lo  que  mas 
hallare  convenir :  que  él  va  remitido  en  todo  y  por  todo  á 
seguir  su  orden  como  es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la 
muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á 
41  de  julio,  1607.— A  lo  que  V.  S.  ordenare.— Alberto. 
— Con  rubrica. 


65 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  i2  de  julio  de  1607. 

Razones  que  le  han  movido  á  enviar  á  la  corte  á  fray  Juan  Noyen, 
á  pesar  de  creerlo  innecesario  don  Diego  de  Ibarra. 

BiMoieca  Nacional.— Sala  de  MSS.—  /131,  foL  535. 

Señor  duque :  Don  Diego  de  Ibarra  despacha  este  cor- 
reo (y  á  lo  que  dice)á  dar  cuenta  á  S.  M.  de  que,  habién- 
dole hecho  yo  saber  que  enviaba  al  comisario  general  de  la 
orden  de  San  Francisco ,  de  aquí  á  esa  corte,  me  habia  re- 
presentado las  razones  que  se  le  ofrescian,  por  donde  le 
páresela  que  no  convenia  que  le  enviase;  y  ya  que  don 
Diego  lo  quiere  escribir,  me  ha  parescido  escribir  también 
esta  á  V.  S.  y  dicirle  que  es  verdad  que  don  Diego  me  ha 
apuntado  algunas  razones ,  por  donde  quiere  mostrar  que 
no  conviene  que  vaya  ahí  este  religioso,  pero  que  no  me 
han  convencido ,  ni  parescido  de  mas  eficacia  que  la  que 
me  mueve  á  enviarle,  que  es  solo  de  queS.  M.  (si  gustare 
dello)  pueda  saber  del  todo  lo  que  ha  pasado  en  este  ne- 
gocio, como  de  persona  por  cuyas  manos  ha  pasado  todo, 
y  sabrá  hacer  muy  particular  relación  dello :  que  no  solo 
me  paresce  conveniente  hacerlo ,  pero  que  yo  tenia  obliga- 
ción á  ello,  y  así  lo  hubiera  hecho  dias  há,  si  no  fuera  por 
esperar  á  hacerlo  con  mas  luz  de  lo  que  era  bien  fuese  ente- 
rado después  de  tener  algún  despacho  de  S.  M. ,  como  le 
aguardaba  de  un  dia  para  otro.  Pero  viendo  que  no  viene 
ninguno,  me  he  resuelto  á  no  diferir  mas  la  ida  de  este  re- 
ligioso, la  cual  no  escribí  con  el  correo  que  se  despachó  dos 
dias  há;  porque  la  orden  que  lleva  es  de  que  acuda  derecha- 
ToMO  XLIII.  5 


66 

mente  á  V.  S.  y  le  informe  de  todo.  Y  si  á  V.  S.  le  pares- 
ciese  que  no  convenia  que  hablase  al  rey  ni  á  nadie,  ni  se 
dejase  ver,  lo  haga  así,  por  lo  cual  me  paresció  que  no  con- 
venia que  se  supiese  ahí  su  ida ,  hasta  que  á  V.  S.  le  pa- 
resciere  que  convenia.  El  lleva  carta  mia  para  V.  S.  en 
esta  sustancia,  y  así  no  tengo  mas  que  dicir  en  esta  sino 
pedir  á  V.  S.  lo  mismo,  y  que  le  ordene  lo  que  conviene 
hacer ,  conforme  á  lo  que  V.  S.  entendiere  que  convie- 
ne. Y  Dios  guarde  á  V.  S.  como  deseo. — De  Bruselas  á  12 
de  julio,  año  1607. — Alberto.— Cow  rúbrica. 

La  resolución  de  don  Diego  de  despachar  este  correo, 
ha  obligado  á  escribir  á  S.  M.  de  mano  ajena  en  la  forma 
que  V.  S.  verá ;  pero  con  todo  holgaré  de  que  V.  S.  enca- 
mine lo  que  toca  al  fraile,  como  le  paresciere  que  mas  con- 
viene. 

Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  20  de  julio  de  1607. 

Interés  con  que  procede  en  el  negocio  de  la  paz  con  los  holan- 
deses.—Vuelta  de  don  Diego  de  Ibarra  á  España. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—IÍZiyfol  537. 

Señor  duque:  Mucha  razón  tiene  V.  S.  en  lo  que  dice 
en  su  carta  de  primero  deste ,  acerca  de  la  materia  de  que 
se  trata ,  que  sin  duda  es  grande  y  de  mucha  consideración, 
y  así  sujeta  á  varios  paresceres.  V.  S  sabe  como  me  he 
embarcado  en  ella,  en  que  no  he  tenido  otro  fin  que  enca- 
minar lo  que  entendía  que  era  gusto  y  servicio  de  S.  M.,  y 
así  le  merezco  muy  bien  la  merced  que  me  hace ,  en  lo  que 


67 

me  dice  en  sus  cartas,  así  de  mano  propia  como  de  la  ajena, 
que  ha  traido  Virago.  Y  se  puede  asigurar  S.  M.  de  que  se 
tratará  el  negocio  con  el  cuidado  que  conviene,  y  con  traer 
tan  delante  de  los  ojos  el  servicio  de  Dios  y  de  S.  M.  y  su 
reputación  como  es  razón.  Y  por  lo  que  se  escribe  á  S.  M. 
con  este  correo,  entenderá  V.  S.  el  principio  que  se  ha  da- 
do á  esto,  y  lo  que  mas  se  ofresce  en  materia  de  dinero, 
que  es  lo  que  principalmente  obliga  á  despacharlo.  V.  S. 
procure  se  acuda  con  él  con  brevedad ,  de  manera  que  se 
puedan  encaminar  las  cosas  tanto  mejor,  y  atender  á  atajar 
inconvenientes  como  conviene. 

Con  los  despachos  que  don  Diego  de  Ibarra  debe  de  ha- 
ber tenido  de  S.  M.,  publicó  luego  su  vuelta,  sin  tratar  ni  dar 
lugar  á  que  yo  lo  hiciese,  de  dar  algún  color  particular 
para  ella,  que  no  le  debió  de  parescer  necesario.  No  dudo 
de  que  él  dará  cuenta  de  todo  lo  que  acerca  de  esto  hay. 
V.  S.  se  acordará  de  lo  que  le  he  escrito  siempre  de  don 
Diego,  y  así  no  tengo  agora  que  dicir,  sino  que  le  tengo 
muy  buena  voluntad ,  y  que  holgaré  siempre  mucho  de  to- 
da la  merced  que  se  le  hiciere. 

Con  las  nuevas  que  V.  S.  me  da  de  la  salud  de 
SS.  MM.  y  AA.  he  holgado  como  es  razón,  y  sin  falta  que 
con  el  tiempo  que  Y.  S.  dice  habia  hecho  en  esas  partes, 
se  habrá  holgado  S.  M.  mucho.  Dios  le  guarde,  y  á  V.  S. 
por  lo  que  me  dice  á  propósito  de  mi  gota,  que  todo  lo  de- 
be V.  S.  á  la  voluntad  que  le  tengo.  Dios  guarde  á  V.  S. 
con  la  salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  á  20  de  julio,  año 
1607. — ^Alberto. — Con  rúbrica. 


68 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á2i  de  agosto  de  1607. 

Se  envía  al  rey  una  relación  de  lo  ejecutado  en  las  conferencias  so- 
bre la  paz  ,con  Holanda. — Conducta  que  debe  seguirse  en  este 
particular. — Inconvenientes  de  la  continuación  de  la  guerra. 

Biblioieca  Nacionah — Sala  de  MSS. — /  131,  foL  544. 

Señor  duque :  Hasta  agora  se  ha  ido  dando  cuenta  á 
S.  M.  de  lo  que  el  audiencier  ha  ido  avisando  de  la  Haya, 
como  V.  S.  lo  habrá  visto.  Después  que  el  audiencier  ha 
venido,  aunque  en  sustancia  no  diga  mas  de  lo  que  ha  es- 
crito, ha  parescido  todavía  conveniente  que  hiciese  una  re- 
lación particular  de  lo  que  trae  entendido  de  allá,  y  que 
esa  se  enviase  á  S.  M. ,  para  que  enterado  de  todo  pueda 
tanto  mejor  resolver  y  ordenar  lo  que  hallare  que  conviene 
mas  á  su  servicio,  y  así  la  envía  el  marqués  con  un  criado 
suyo.  Y  cuanto  á  esto  me  remito  á  lo  que  el  marqués  debe 
de  escribir.  Y  por  cumplir  todavía  con  mi  obligación,  así 
en  lo  que  debo  al  servicio  de  S.  M. ,  que  es  la  que  tengo 
por  la  mas  principal ,  como  por  lo  que  debo  procurar  el  bien 
universal,  y  en  particular  los  de  estos  Estados,  me  ha  pa- 
rescido apuntar  á  V.  S.  en  esta ,  que  me  paresce  que  está 
este  negocio  reducido  á  términos  que  es  necesario  que 
S.  M.  se  resuelva  á  una  de  dos;  ó  de  proseguir  esta  pláti- 
ca de  la  paz,  con  la  condición  que  los  de  Holanda  quieren, 
ó  bien  proseguir  la  guerra,  proveyendo  lo  necesario  para 
ella,  en  la  cuantidad  y  con  la  puntualidad  que  siempre  he 
representado  á  S.  M.  que  convenia. 


69 

Lo  de  la  paz,  por  lo  que  dice  el  audiencier,  y  fuera  de 
esto  se  tiene  entendido,  paresce  que  al  presente  se  puede 
desconfiar  de  alcanzarla  sin  la  cláusula  que  piden,  la  cual 
paresce  que  se  podria  honestar  con  otras  condiciones  que 
se  puede  esperar  se  alcanzarian. 

Lo  de  la  guerra,  tengo  por  imposible  que  se  pueda  ha- 
cer con  esperanza,  no  solo  de  buenos  progresos,  pero  de 
no  perder,  si  S.  M.  no  provee  los  treinta  mil  ducados  (por 
lo  menos)  al  mes  y  lo  mas  puntualmente  que  sea  posible. 
Yo  sé  que  habrá  muchos  que  digan  que  se  puede  hacer  con 
menos,  y  que  basta  hacer  la  defensiva,  pero  hablan  sin 
fundamento  y  se  engañan;  y  pienso  que  el  ejemplo  de  lo 
que  ha  pasado  en  41  años  que  ha  que  dura  esta  guerra ,  es 
bastante  prueba,  pues  tantos  millones,  y  tantos  goberna- 
dores y  capitanes  generales  y  soldados  tan  afamados  como 
se  han  gastado  en  ella,  no  han  bastado  para  acabarla  ni 
reducir  los  de  Holanda  á  la  debida  obediencia.  ¿Pues  cómo 
se  debe  esperar  poderlo  hacer  agora  con  menos  provisio- 
nes, teniendo  los  enemigos  muchas  mas  fuerzas  y  asisten- 
cia que  por  lo  pasado?  Pues  asirse  á  hacer  la  guerra  defensi- 
va, como  dicen  algunos,  ríase  V.  S.  de  ello;  porque  si  se  ha 
de  hacer  bien  y  con  seguridad  de  no  perder,  se  gastará 
en  ella  lo  mismo  que  con  la  ofensiva;  porque  es  necesario 
que  todas  las  plazas  principales  estén  proveídas,  así  de  gente 
como  de  municiones,  y  lo  que  se  gasta  en  fortificaciones, 
que  es  inexcusable;  pues  conhortarse  con  lo  que  lo  hacen 
los  que  hablan  en  esto  de  la  guerra  defensiva  ,  que  es 
dicir  que  no  importa  que  se  pierdan  un  par  de  plazas  cada 
año,  en  verdad  que  lo  tengo  por  de  mucha  importancia; 
porque  dejando  aparte  la  reputación ,  tales  podrian  ser  las 
plazas,  que  habría  poco  para  que  conservar  las  demás,  ó 
quizá  seria  imposible  hacerse,  viendo  los  de  las  provincias 


70 

obedientes  que  los  desamparan  y  los  dejan  perder :  que  no 
seria  mucho  diesen  en  alguna  desesperación ,  como  se  pue- 
de temer  también  si  se  hallasen  desahuciados  de  la  paz  que 
agora  tienen  cuasi  por  hecha,  si  juntamente  no  viesen  ta- 
les fuerzas  y  provisiones,  que  por  medio  de  ellas  pudieseQ 
esperar  otra  paz  mucho  mas  aventajada.  V.  S.  lo  conside- 
re por  amor  de  Dios,  y  cuanto  importa  que  esto  se  acierte, 
y  lo  represente  así  á  S.  M.  por  mi  descargo:  que  con  repre- 
sentarle lo  que  entiendo  sinceramente,  pienso  cumplir  con 
lo  que  debo  á  Dios,  á  S.  M.  y  al  mundo.  Y  tras  eso  podrá 
hacer  S.  M.  lo  que  mas  fuere  servido,  que  debemos  espe- 
rar todos  será  lo  mas  acertado.  Y  esperando  que  lo  enca- 
minará así  V.  S.  por  su  parte,  no  le  cansaré  mas  en  esta, 
y  acabo  con  dicir  que  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que 
le  deseo.  De  Bruselas  á  21  de  agosto,  año  1607. — Alberto. 
— Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  i.''  de  setiembre  de  1607. 

Por  don  Agustín  de  Samaniego. 

'^''Meal  Academia  de  la  Historia,. —  Salazar,  A  65,  foL  97. 

Muy  ilustre  señor:  Don  Agustín  de  Samaniego,  mi  ca- 
ballerizo, ha  servido  al  rey  mi  señor,  que  haya  gloria,  y 
á  S.  M.  en  Italia  y  en  estos  Estados,  con  entera  satisfac- 
ción; y  acerca  de  mi  persona  ha  servido  con  la  misma  en 
las  ocasiones  que  se  han  ofrecido.  Va  á  España  con  mi  li- 
cencia á  sus  negocios  y  pretensiones.  Pretende  que  S.  M. 
le  haga  merced  de  un  hábitO:  y  de  alguna  renta,  para  vol- 


71 

ver  á  continuar  aquí  sus  servicios  con  mas  comodidad;  y 
así  he  querido  pedir  á  V.  S.  le  ayude  y  favorezca  en  esta 
pretensión  ,  por  cuyo  medio  espera  alcanzarla  con  mas  bre- 
vedad y  facilidad.  Y  porque  tendré  por  justa  y  bien  emplea- 
da la  merced  que  recibiere,  estimaré  y  agradeceré  mucho 
lodo  lo  que  V.  S.  hiciere  por  él,  cuya  muy  ilustre* persona 
Nuestro  Señor  guarde  y  prospere  como  desea. — Bruselas 
setiembre  I.'',  1607. — A  lo  que  V.  S.  ordenare.— -Alberto. 
— Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  ál  de  setiembre  de  1607. 

Acusa  el  recibo  de  600,000  ducados.— Necesidad  de  que  ratifique 
el  gobierno  el  armisticio  celebrado  con  las  provincias  de  Holan- 
da para  proseguir  la  negociación  d  e  la  paz. — Servicio  hecho  por 
las  Cortes  al  rey. — Armada  que  ha  salido  de  los  puertos  de  Es- 
pana  para  recojer  las  flotas— Imposibilidad  de  apaciguar  el  mo- 
tín de  la  tropa ,  no  enviándose  recursos. — Don  Luis  Villar. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS,—I  431 ,  foL  547. 

Señor  duque :  Há  ya  algunos  dias  que  he  rescibido  la 
carta  de  V.  S.  de  los  14  del  pasado ,  y  por  no  haberse  ofres- 
cido  ocasión  para  despachar  correo ,  no  he  respondido  á  ella 
antes  de  agora,  que  podré  responder  también  á  otra  de  V.  S. 
de  los  23,  que  rescibí  ayer  con  el  comisario  general  de  los 
franciscos.  Con  ambas  cartas  he  holgado  cuanto  V.  S.  pue- 
de considerar,  dándome  en  ellas  tan  buenas  nuevas  como 
me  da  de  la  salud  de  SS.  MM.  y  AA.  Dios  los  guarde  co- 
mo la  cristiandad  lo  ha  menester. 


72 

Las  letras  de  los  600  mil  ducados  han  venido  á  muy 
buen  tiempo;  y  por  entender  el  estado  en  que  están  las  co- 
sas de  la  hacienda  de  S.  M.,  las  he  estimado  en  mucho,  y 
no  menos  el  cuidado  y  trabajo  con  que  V.  S.  las  habrá  pro- 
curado, aunque  esto  sea  tan  conforme  á  la  voluntad  coa 
que  V.  S.  acude  siempre  á  todas  nuestras  cosas,  que  aun- 
que se  puede  tener  por  cosa  ordinaria  en  V.  S.,  no  se  deja 
de  estimar  por  eso  en  mas,  como  se  puede  asigurar  V.  S. 
de  que  lo  hago  cuanto  puede  ser,  habiendo  tenido  también 
en  mucho  que  V.  S.  quisiese  que  hasta  el  comisario  gene- 
ral viniese  tan  persuadido  dello,  que  lo  viene  de  manera,  y 
me  ha  dicho  tanto  dello ,  que  me  paresce  me  hallo  obligado 
á  dar  á  V.  S.  en  particular  las  gracias  por  ello  (como  lo 
hago)  tornando  asigurar  á  Y.  S.  de  nuevo  de  la  mucha 
estimación  que  hago  delío.  Y  he  holgado  mucho  de  enten- 
der, asi  por  lo  que  el  comisario  me  dice,  como  por  lo  que 
V.  S.  me  escribe,  que  así  S.  M.  como  V.  S.  quedan  satis- 
fechos y  enterados  de  que  acá  se  ha  procedido  en  esta  mate- 
ria de  las  paces  ,  de  la  manera  que  convenia,  y  que  se  ha- 
bla hecho  de  nuestra  parte  cuanto  se  había  podido  para  en- 
caminarla bien.  Y  puédese  asigurar  V.  S.  dello,  de  que  en 
esto  y  cuanto  se  ofresce  del  servicio  de  S.  M.,  se  procede 
y  procederá  siempre  con  tanto  cuidado  de  acertar  y  enca- 
minar lo  que  mas  convenga ,  que  nadie  nos  hará  nunca 
ventaja  en  ello. 

Y'o  quedo  advertido  de  lo  que  S.  M.  manda  se  haga  to- 
cante á  esta  materia ;  pero  aunque  entienda  que  por  el  des- 
pacho que  llevó  Virago,  echará  V.  S.  de  ver  que  no  se 
puede  dar  paso  en  este  negocio  mientras  no  viene  la  ra- 
tificación que  piden  los  de  las  Islas,  se  lo  he  querido  dicir 
en  esta,  como  también  lo  escribe  el  marqués  Spínola  par- 
ticularmente á  S.  M.  Y  según  lo  que  se  tiene  entendido  de 


73 

la  obstinación  en  que  están  los  de  las  Islas  en  esta  parte, 
se  puede  tener  por  cierto  que  no  oirán  cosa  que  se  les  quie- 
ra proponer,  no  viendo  primero  la  ratificación;  y  aun  se 
puede  temer  mucho  de  que  se  venga  á  rotura  total  de  la 
plática,  si  la  ratificación  no  viene  dentro  del  tiempo  señala- 
do. V.  S.  lo  considere  por  amor  de  Dios,  y  encamine  lo  que 
viere  que  conviene  mas  al  servicio  de  S.  M.  Y  así  hasta  ver 
lo  que  S.  M.  responde  en  este  particular  de  la  ratificación, 
no  se  tratará  aquí  de  nada,  por  entender  que  no  será  de  nin- 
gún efeto  el  intentarlo. 

Muy  buena  nueva  ha  sido  la  que  V.  S.  me  da  del  ser- 
vicio que  ese  reino  ha  hecho  agora  á  S.  M.,  que  cierto  es 
grande  y  de  estimar  en  rnucho  la  liberalidad  con  que  sir- 
ve siempre,  aunque  V.  S.  debe  de  tener  la  mayor  parte  en 
esto,  pues  como  procurador  de  Cortes  y  ministro  de  S.  M. 
lo  habrá  encaminado  así.  Dios  guarde  á  V.  S.  que  tan  bien 
sabe  cumplir  con  lo  que  debe  al  servicio  de  S.  M. 

Con  la  nueva  que  también  me  da  V.  S.  de  la  armada  que 
habia  salido  ,  he  holgado  también  mucho.  No  dudo  de  que 
haya  de  recoger  muy  bien  todas  las  flotas  de  S.  M.,  y  aun 
castigar  á  los  enemigos  si  los  topare.  También  he  holgado 
de  ver  que  V.  S.  tome  algún  rato  para  entretenerse,  y  haya 
ido  á  las  fiestas  que  me  dice  de  Valdemoro,  que  bien  es 
menester  trabajando  como  trabaja. 

Por  las  cartas  que  van  en  este  despacho  verá  V.  S.  lo 
que  se  ofresce  acerca  de  algunos  particulares;  y  en  esta  he 
querido  pedir  á  V.  S.  que  la  provisión  para  lo  del  motin 
venga  lo  mas  presto  que  sea,  por  lo  que  se  pierde  y  puede 
aventurar  en  no  acabar  ya  presto  con  él.  También  importa 
iTiucho  que  venga  luego  la  resolucionfde  lo  del  castillo  de 
Gante,  y  mire  V.  S,  que  seria  hacer  agravio  á  los  años  y 
servicios  de  Luis  del  Villar,  si  se  le  prefiriese  otro.  Y  Dios 


74 


guarde  á  V.  S.  como  deseo. — De  Bruslas  á  7  de  setiembre, 
año  1607. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  ál  de  setiembre  de  1607. 

Por  don  Gerónimo  Valter  Zapata. 

Real  Academia  de  la  Historia, — Salazar,  A  63.  foL  99. 

Muy  ilustre  señor :  Vuelvo  á  acordar  al  rey  mi  señor 
los  particulares  de  don  Gerónimo  Valter  Zapata,  suplican- 
do á  S.  M.  se  apiade  de  él.  A  mí  me  hace  mucha  lástima 
verle  en  el  aprieto  y  trabajos  en  que  se  halla ,  tras  haber 
servido  con  tanta  rectitud  y  limpieza.  V.  S.  verá  la  oferta 
que  hace  el  presidente  Enrique  Wanessen ,  comisario  ge- 
neral de  los  víveres  de  este  ejército ,  á  don  Gerónimo ,  para 
ayudarle  en  caso  que  S.  M.  no  le  haga  la  merced  que  le 
tengo  antes  de  ahora  suplicado.  Hágame  V.  S.  placer  de 
ser  parte  para  que  se  la  admita  S.  M. ,  pues  gana  en  ello 
su  real  hacienda,  y  sin  interés  de  ella  se  hace  buena  obra 
á  don  Gerónimo,  en  que  también  la  recibiré  por  lo  que  de- 
seo su  descanso ,  y  siento  verle  tan  desasosegado ;  y  en 
procurarlo  me  obligará  en  particular  V.  S.,  cuya  muy  ilus- 
tre persona  Nuestro  Señor  guarde  como  desea.  De  Bruse- 
las á  7  de  setiembre,  1607^ — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — 
Alberto. — Con  rúbrica. 

Be  letra  del  archiduque. 

Por  las  obligaciones  que  V.  S.  sabe  tengo  á  don  Geró- 
nimo, no  puedo  dejar  de  pedir  á  V.  S.  con  todo  el  encares- 


75 


cimiento  que  puedo  (como  lo  hago)  que  le  tenga  por  muy 
encomendado  en  esta  pretensión,  para  procurar  que  S.  M. 
le  haga  la  merced  que  se  le  suplica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  ÍO  de  setiembre  de  1607. 

Por  el  capitán  don  Luis  de  Beaumonte. 

Real  Academia  de  la  Historia, — Salazar,  A  63,  fol.  101. 

Muy  ilustre  señor:  Por  el  capitán  y  sargento  mayor 
don  Luis  de  Beaumonte  y  Navarra  escribo  al  rey  mi  se- 
ñor lo  que  V.  S.  verá,  para  que  se  sirva  de  hacerle  merced 
de  una  renta.  Es  caballero  de  la  calidad  que  se  sabe,  y  tie- 
ne los  servicios  que  represento  á  S.  M. ;  y  aunque  bastan 
para  que  se  pueda  asegurar  del  amparo  de  V.  S.,  he  queri- 
do juntar  á  ellos  esta  intercesión,  y  pedir  á  V.  S.  le  tenga 
por  muy  encomendado.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilus- 
tre persona  de  V.  S.  como  desea.  De  Bruselas  á  10  de  se- 
tiembre, 1607. — A  lo  que  V.  S.  ordenare, — Alberto.— Co» 
rubrica. 


76 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lertna, 
fecha  en  Bruselas  á  iS  de  setiembre  de  1607. 

Por  don  Juan  de  Echeverría,  que  pretende  una  pensión. 

Real  Academia  de  la  Historia, — Salazar,  A  63,  foL  109. 

Muy  ilustre  señor:  Don  Juan  de  Marquelayn  Echever- 
ría, mi  capellán  de  oratorio,  me  vino  sirviendo  desde  Es- 
paña y  lo  ha  continuado  doce  años  con  entera  satisfacción; 
y  por  tenerla  de  su  persona,  le  proveí  el  oficio  de  capellán 
mayor  de  la  caballería  deste  ejército  de  S.  M.,  y  está  con- 
tinuando sus  servicios,  y  hasta  agora,  en  consideración  de- 
llos,  no  se  le  ha  hecho  merced  particular.  Pretende  que 
S.  M.  se  la  haga  de  una  pensión  eclesiástica,  para  poder 
continuarlos  aquí  con  mas  comodidad ;  y  así  he  querido  pe- 
dir á  V.  S.  le  ayude  y  favorezca  en  esta  pretensión,  por  cu- 
yo medio  espera  alcanzarla  con  mas  facilidad  y  brevedad. 
Y  por  que  la  tendré  por  justa  y  bien  empleada  en  su  per- 
sona, estimaré  y  agradeceré  mucho  todo  lo  que  V.  S.  hicie- 
re por  él,  cuya  muy  ilustre  persona  Nuestro  Señor  guarde 
y  prospere  como  desea.  De  Bruselas  setiembre  18,  1607. 
— A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. —  Con  rubrica. 


77 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  20  de  [setiembre  de  1607. 

Recomienda  á  don  Diego  de  Ibarra. 
Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—1 131,  fol.  549. 

Señor  duque :  Siendo  don  Diego  de  Ibarra  el  portador 
desta ,  podré  excusar  de  decir  en  ella  mas  de  que  la  es- 
cribo, porque  no  llegue  ahí  sin  llevar  carta  mia  para  V.  S., 
y  pedir  le  tenga  por  muy  encomendado  á  don  Diego  para 
ayudarle  á  que  S.  M.  le  haga  merced  en  lo  que  se  le  ofres- 
ciere,  que  demás  de  ser  don  Diego  benemérito  de  cualquie- 
ra por  sus  largos  servicios,  me  hará  V.  S.  en  ello  mu- 
cho placer,  por  las  obligaciones  que  V.  S.  sabe  tengo  á  don 
Diego.  Y  porque  esta  no  es  para  mas,  la  acabo  con  di- 
cir  que  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  deseo.— De 
Bruselas  á  20  de  setiembre,  año  1607. — Alberto. —  Con 
rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  22  de  setiembre  de  1607. 

Por  don  Alfonso  Dávalos. 

Real  Academia  de  la  Hisíoria.—Salazar ,  A  63,  fol.  105. 

Muy  ilustre  señor :  A  don  Diego  de  Ibarra  lie  encarga- 
do suplique  al  rey  mi  señor  de  mi  parte  haga  merced  á  don 
Alfonso  de  Avalos  en  sus  pretensiones,  procurando  con 


78 

V.  S.  que  ayude  á  ello ,  como  quien  tanta  parte  ha  de  ser 
para  que  el  dicho  don  Alfonso  sea  remunerado  como  mere- 
ce de  sus  servicios.  Y  por  lo  mucho  que  yo  lo  deseo ,  lo  pi- 
do á  V.  S.  con  todo  el  encarecimiento  posible.  Nuestro  Se- 
ñor guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. 
De  Bruselas  á  22  de  setiembre,  4607. — A  lo  que  V.  S. 
ordenare* — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  26  de  setiembre  de  1607. 

Por  el  capitán  Diego  Marin. 
Real  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  63,  fol.  d09. 

Muy  ilustre  señor:  V.  S.  conoce  al  capitán  Diego  Ma- 
rin, sargento  mayor  de  Ambéres,  y  tiene  noticia  de  lo  mu- 
cho y  bien  que  ha  servido  en  estos  Estados,  por  lo  cual  es 
merecedor  de  que  el  rey,  mi  señor,  le  honre  y  haga  merced 
como  se  lo  suplico  á  S.  M.  en  la  carta  que  presentará.  Y 
he  querido  acompañarle  también  con  esta ,  volviendo  á  Es- 
paña con  don  Diego  de  Ibarra,  para  que  V.  S.  le  ampare 
y  favorezca  en  sus  pretensiones,  como  se  lo^'pido  y  ruego 
muy  de  veras.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  perso- 
na de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  26  de^'setiembre, 
1607. — ^A  lo  que  V.S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


79 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Binche  á  iO  de  octubre  de  1607. 


Manifiesta  su  satisfacción  por  el  feliz  alumbramiento  de  la  reina  y 
por  el  arribo  de  las  flotas  á  las  costas  de  Espaüa. — Motines  próxi- 
mos á  estallar  si  no  se  le  mandan  recursos. 


Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—1 151 ,  fol.  S55. 

Señor  duque:  De  muy  buena  gana  aceto  la  norabuena 
que  V.  S.  me  da  en  su  carta  de  los  18  del  pasado,  del  buen 
alumbramiento  de  la  reina  (1),  de  un  hijo,  y  de  que  que- 
dase mejor,  y  también  el  infante,  con  que  se  puede  tener 
por  cierto  es  de  dias,  de  que  quedo  con  el  contento  que 
V.  S.  puede  considerar.  Dios  guarde  á  SS.  MM.  y  AA.  y  les 
dé  tanta  salud  y  contento  como  la  cristiandad  lo  ha  me- 
nester y  todos  se  lo  deseamos. 

Los  despachos  que  V.  S.  acusa,  se  han  recibido,  y  se 
usará  dellos  en  la  forma  que  S.  M.  manda,  con  la  mayor 
puntualidad  que  fuere  posible,  y  con  el  cuidado  que  V.  S. 
puede  desear;  porque  aquí  no  se  desea  sino  acertar  á  ser- 
vir á  S.  M.  y  darle  gusto  en  cuanto  fuere  posible.  Desde 
luego  se  dará  principio  á  este  negocio,  como  lo  escribirá 
mas  particularmente  el  marqués  Spínola,  á  quien  me  re- 
mito, habiendo  holgado  mucho  de  entender  que  hubiese 
parescido  bien  á  V.  S.  lo  que  sobre  él  le  habia  apuntado: 
quiera  Dios  que  se  encamine  como  mas  convenga  á  su  ser- 


(1 )  Infante  don  Carlos ,  que  nació  en  Madrid  el  día  8  de  setiem- 
bre, á  las  nueve  y  media  de  la  mañana. 


80 

vicio  y  al  bien  universal  de  la  cristiandad,  como  todos  lo, 
deseamos. 

Con  las  demás  nuevas  que  me  da  V.  S.  de  las  flotas  y 
navios  que  se  esperaban,  he  holgado  mucho ,  y  espero  que 
ha  de  ser  servido  Nuestro  Señor  de  traerlo  todo  á  salvamen- 
to, y  debe  de  ser  bien  necesario;  á  lo  menos  para  aquí  lo  es 
que  S.  M.  mande  hacer  alguna  provisión  de  nuevo,  por  el 
apretado  estado  en  que  se  está,  y  haber  parescido  forzoso 
acudir  á  lo  del  motin  que  está  en  pié,  para  atajar  otros  que 
cada  dia  se  andan  forjando,  como  ya  lo  estaba  uno  y  con 
oficiales  hechos,  que  se  descubrió  muy  pocos  dias  há;  y 
así  no  puedo  dejar  de  pedir  á  V.  S.  con  todo  el  encaresci- 
miento  que  puedo,  que  procure  encaminar  esto  de  que  se  nos 
provea  alguna  cosa  con  suma  brevedad,  con  que  se  pue- 
dan atajar  tan  grandes  inconvenientes. 

Aquí  se  ha  entendido  la  muerte  del  correo  mayor  de 
que  me  ha  pesado. 

Ha  algunos  dias  que  habemos  venido  aquí  á  tomar  un 
poco  de  aire.  Hános  hecho  buen  tiempo  hasta  agora,  con 
que  se  ha  podido  gozar  del  campo ,  y  nos  ha  ido  razonable- 
mente en  la  caza,  aunque  mi  gota  ha  querido  tener  tam- 
bién su  lugar,  y  me  ha  tenido  un  dia  en  la  cama,  aun- 
que ando  ya  muy  bien,  y  quedo  bueno  á  Dios  gracias,  que 
guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  deseo. — De  Binch  á  10  de 
octubre,  año  1607. — Alberto. — Con  rúbrica. 


81 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Binche  á  (1)  de  octubre  de  i 607. 

Por  don  Luis  Laso  de  la  Vega. 
Real  Academia  de  la  Historia.-- Salazar ,  A  63,  fol.  114 . 

Muy  ilustre  señor :  Al  rey  mi  señor  escribo,  lo  que  V.  S. 
verá,  por  don  Luis  Lasso  de  la  Vega ,  gentil  hombre  de  mi 
cámara.  Y  por  lo  que  deseo  que  S.  M.  le  haga  merced  de 
la  alcaidía  de  Málaga,  que  por  él  suplico,  atento  las  razones 
que  para  ello  se  representan,  pido  muy  de  veras  á  V.  S.- 
le  favorezca  por  criado  mió,  de  manera  que  consiga  la 
merced  que  pretende,  que  yo  lo  estimaré  en  mucho.  Nues- 
tro Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  de- 
sea. De  Vintz  á  de  octubre,  1607. — A  lo  que  V.  S.  or- 
denare.— Alberto. —  Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Binche  á  8de  noviembre  de  1607. 

Estado  de  las  negociaciones  para  asentar  la  paz. — Dificultad  de 
mantener  la  disciplina  de  las  tropas,  si  no  se  envía  dinero. — 
Pendencia  entre  dos  caballeros  españoles  en  Flándes. 

Biblioteca  Nacional-Sala  de  MSS.—1 131 ,  fol.  551. 

Señor  duque:  Por  lo  que  se  escribe  á  S.  M.  por  este 
despacho  entenderá  V.  S.  lo  que  hay  en  la  negociación  de 

(1)  Esta  carta  tiene  la  fecha  en  blanco. 

Tomo  XLllI.  6 


82 

Holanda.  Con  haber  llegado  allí  el  comisario  general  de 
San  Francisco  y  el  audiencier,  será  Dios  servido  de  que  se 
encamine  todo  cómo  mas  convenga  á  su  servicio. 

También  enlenderá  V.  S.  la  necesidad  en  que  se  eslá 
de  que  S.  M.  mande  hacer  mas  provisiones  para  aquí  y  con 
mucha  brevedad,  porque  con  la  paga  del  motin  se  consume 
lo  que  habia ;  y  para  no  diferirse  este  pagamento,  hay  cau- 
sas tan  urgentes,  que  entiendo  se  hace  á  S.  M.  muy  gran- 
de servicio  en  ello.  La  demás  gente  se  entretiene  con  tan- 
to trabajo  y  dificultad  como  V.  S.  puede  considerar,  que 
me  obliga  á  pedirle  muy  encarescidamente  procure  que 
S.  M.  se  resuelva  en  enviar  alguna  buena  provisión  con  la 
mayor  brevedad  que  sea  posible ;  y  atréveme  mas  á  ello 
por  las  nuevas  que  acá  han  llegado  de  la  venida  de  las  flo- 
tas, de  que  habemos  holgado  acá  tanto  como  es  razón,  y 
así  doy  á  V.  S.  el  parabién  dello.  Y  pésame  mucho  de  ha- 
ber de  dicir  juntamente,  á  V.  S.  que  me  ha  pesado  mucho 
de  la  pendencia  de  don  Iñigo  de  Borja  y  don  Luis  de  Velas- 
00.  Háse  procurado  acomodarla  lo  mejor  que  se  ha  podido; 
pero  el  verdadero  acomodamiento  será  el  que  V.  S.  encami- 
nare, y  así  espero  que  será  muy  á  su  satisfacción,  aunque  lo 
que  ha  pasado  no  puede  ser  de  mucha. 

Por  haber  durado  el  buen  tiempo  hasta  agora  muy  po- 
cos dias  ha ,  nos  detenemos  aun  por  aquí ,  á  donde  se  goza 
razonablemente  del  campo ,  y  con  salud  á  Dios  gracias,  que 
guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo.  De  Binch  á  8  de 
noviembre,  año  1607. — Alberto.— Co/í  rúbrica. 


83 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  áZ  de  diciembre  de  1607. 

Inconvenientes  que  pueden  resultar  de  no  enviarse  prontamente  re* 
cursos. — Negociaciones  de  paz  con  Holanda. — El  conde  de  Tirón. 

Biblioteca  NacionaL — Sala  de  MSS.—1 151,  foL  55o. 

Señor  duque :  Por  las  cartas  de  S.  M.  que  se  han  resci- 
bido  estos  días,  se  ha  entendido  la  resolución  que  habia  si- 
do servido  de  mandar  tomar  con  los  hombres  de  negocios, 
y  la  forma  en  que  mandaba  proveer  lo  de  aquí ,  que  si  fue- 
ra tan  pronta  como  el  estado  de  las  cosas  de  aquí  lo  pide, 
no  hay  duda ,  sino  que  se  pudiera  tener  por  muy  conve- 
niente al  servicio  de  S.  M.  y  acertada;  pero  la  dilación  que 
es  fuerza  que  haya  en  llegar  ella  aquí,  y  la  falta  de  crédito 
con  que  se  está,  nos  ha  puesto  en  el  aprieto  que  V.  S.  enten- 
derá por  lo  que  se  escribe  á  S.  M.  por  este  despacho  á  que 
me  remito ,  y  particularmente  á  lo  que  escribirá  el  mar- 
qués Spínola  sobre  ello;  y  así  servirá  esta  solo  de  pedir  á 
V.  S.  tome  muy  á  pechos  el  procurar  que  se  nos  acuda  con 
algún  remedio  lo  mas  brevemente  que  sea  posible,  pues  el 
estado  de  las  cosas  de  aquí  no  sufre  otra  cosa ,  y  es  tal  que 
con  poca  dilación  que  hubiese,  podría  dar  en  cualquier  in- 
conveniente muy  grande.  V.  S.  no  dé  lugar  á  ello,  con  re- 
mediarlo con  la  mayor  brevedad  que  sea  posible ,  que  así 
se  lo  pido  con  todo  el  encarescimiento  que  puedo. 

Al  comisario  general  y  al  audiencier  aguardamos  de 
Holanda  por  momentos.  En  llegando  se  dará  cuenta  á  S.  M, 
de  lo  que  trujieren ,  que  plega  á  Dios  sea  lo  que  mas  con- 
venga á  su  servicio  y  á  el  de  S.  M. 


84 

El  marqués  de  Guadaleste  creo  que  dará  cuenta  á 
S.  M.  de  lo  que  pasa  en  el  particular  del  conde  de  Tirón; 
y  habiéndome  mostrado  lo  que  S.  M.  le  escribe  acerca  de 
que  no  tiene  por  su  servicio  que  vaya  á  España,  me  ha 
parescido  que  tampoco  lo  será  el  estar  aquí,  pues  hago 
cuenta  que  es  todo  una  misma  cosa,  y  lan  de  S.  M.  lo 
uno  como  lo  otro;  y  así  se  procura  que  vaya  á  otra  par- 
te, de  que  me  ha  parescido  advertir  á  V.  S.  para  que  lo 
tenga  entendido.  Y  Nuestro  Señor  guarde  á  V.  S.  como 
deseo.— De  Bruselas  á  3  de  diciembre,  año  1607. — Alber- 
to.— Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  iO  de  diciembre  de  4607. 


Relación  que  se  envía  á  S.  M.  del  estado  de  las  negociaciones  coa 
*   las  provincias  de  Holanda.— Pide  que  se  le  manden  sin  dilación 
"    algunas  provisiones. — Medidas  que  se  ha  creído  oportuno  tomar 
con  los  sublevados. 


Biblioteca  Nacionah — Sala  de  MSS, — 1 131,  foL  557. 


Señor  duque :  El  comisario  general  de  Sant  Francisco 
y  el  audiencier  han  llegado  cuatro  ó  cinco  dias  há ,  y  de 
lo  que  han  negociado  y  ha  pasado  mientras  han  estado  en 
la  Haya  han  hecho  una  relación  particular  que  el  mar- 
qués Spínola  envía  á  S.  M.  con  este  correo.  V.  S.  la  verá, 
y  con  tanto  quedará  informado  de  lo  que  pasa,  con  que 
podré  excusar  yo  el  dicirle  mucho  sobre  este  particular ,  re- 
mitiéndome á  lo  que  el  marqués  y  todos  escribimos  á  S.  M., 
que  será  servido  de  mandar  tomar  en  todo  la  resolución 


85 

que  mas  conviniere  á  su  servicio.  Y  por  no  dejar  esía  ma- 
teria, me  ha  parescido  dicir  á  V.  S.  que  he  entendido  que  el 
conde  de  Soire  ha  escrito  ahí  que  él  tenia  tratado  con  algu- 
nas de  las  provincias  rebeldes,  que  se  reducirían  á  nuestra 
obediencia,  y  que  yo  no  habia  querido  oirle  ni  darle  li- 
cencia para  que  viniese  á  darme  cuenta  dello ;  y  la  ver- 
dad deste  particular  es,  que  jamás  el  conde  me  habia 
avisado  de  tal  tratado,  sino  por  términos  muy  generales, 
que  procuraba  encaminar  algunas  pláticas  de  mucho  servi- 
cio nuestro,  hasta  que  se  publicó  la  plática  que  acá  traía- 
mos de  lo  de  las  paces.  Entonces  comenzó  á  hacer  mucha 
instancia,  para  que  se  le  diese  licencia  para  venir  acá,  por- 
que tenia  algunas  cosas  que  dicirme,  que  con  venia  le  oyese 
yo  mismo  sobre  ellas;  y  porque  entendí  siempre  que  su  fin 
de  venir  no  era  para  dicirme  cosa  de  fundamento,  sino 
para  otros  particulares  suyos,  le  respondí  que  seria  de  mu- 
cho inconveniente  el  hacer  él  ausencia  entonces  de  adonde 
estaba  (como  también  lo  era  realmente)  por  el  descontento 
con  que  estaba  la  gente  de  guerra,  y  otras  consideraciones; 
pero  que  si  tenia  cosa  de  importancia  que  dicirme,  que  me 
lo  escribiese ,  pues  tenia  cifra ,  y  sino  que  me  la  enviase 
á  dicir  por  persona  propia  y  de  confianza ,  y  que  si  él  no  la 
tenia,  que  avisándome,  yo  le  enviaría  la  que  él  quisiese. 
Nunca  hubo  remedio  con  él  que  lo  hiciese,  insistiendo  siem- 
pre por  la  licencia  para  venir,  hasta  que  á  los  18  de  agosto 
pasado  me  escribió  que  antes  de  la  tregua ,  y  aun  al  prin- 
cipio della,  por  las  diligencias  que  de  su  parte  se  habían 
hecho,  estaban  los  de  Frisa  y  Overissel  muy  puestos  que 
en  caso  de  algún  concierto,  era  muy  justo  reconoscerme  por 
príncipe,  pero  que  después  que  han  visto  que  yo  me  con- 
tentaba de  tenerlos  por  provincias  libres ,  no  habia  podido 
pasar  adelante  con  lo  comenzado,  aunque  ofrescia  hacer 


86 

todo  lo  que  pudiese  para  encaminarlos  á  eso;  pero  que  se- 
ria menester  ganar  alguna  persona,  con  buenos  presentes 
y  dádivas,  y  que  él  no  tenia  medios  para  ello;  y  por  pares- 
cer  el  poco  fundamento  que  se  podia  hacer  desta  negocia- 
ción ,  estando  ya  declarado  lo  del  darlos  por  libres,  paresció 
lo  mas  conveniente  escribir  al  conde  que  no  tratase  mas 
dello ;  y  esto  es  lo  que  pasa ,  que  me  ha  parescido  era  bien 
lo  hubiese  entendido  V.  S.  para  lo  que  se  puede  ofrescer. 

En  materia  de  provisiones  no  puedo  dejar  de  pedir  á 
V.  S.  lo  que  siempre ,  que  es  que  procure  se  nos  acuda  con 
algunas,  con  la  mayor  brevedad  que  sea  posible,  pues  se 
está  aquí  en  el  aprieto  que  V.  S.  puede  considerar,  en  que 
hará  V.  S.  á  S.  M.  un  muy  particular  servicio,  y  á  mí 
grandísimo  placer. 

Hános  parescido  desterrar  á  lodos  los  amotinados  deste 
último  motin,  que  se  ha  pagado  estos  dias,  que  plegué  á 
Dios  sirva  de  terror  para  que  no  haya  otros,  como  lo  quiero 
esperar.  Dios  guarde  á  V.  S.  como  deseo. — De  Bruselas  á 
10  de  diciembre,  año  1607. — Alberto.  — Con  rúbrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma , 
fecha  en  Bruselas  á  10  de  diciembre  de  1607. 

Por  don  Pedro  Poncé  de  Leen. 

Beal  Academia  de  la  Historia, — Solazar  ^  A  65,  fol  113. 

Muy  ilustre  señor:  Don  Pedro  Ponce  de  León,  mi  ma- 
yordomo, ha  servido  al  rey  mi  señor  que  haya  gloria  y  á 
S.  M.  en  estos  Estados.  De  sus  servicios  y  calidad  tiene 
V.  S.  entera  noticia ,  y  yo  la  tengo  de  la  fidelidad  y  puntua- 
lidad con  que  ha  servido  y  cumplido  con  sus  obligaciones 


87 

como  debe  en  cuanto  ha  sido  ocupado.  Fué  á  España  con 
mi  licencia  muchos  dias  há  á  sus  negocios  y  pretensiones , 
y  se  halla  en  la  corte  sin  haberle  despachado  en  todo  este 
tiempo,  y  así  he  querido  pedir  á  V.  S.  con  mucho  encare- 
cimiento le  ayude  y  favorezca,  para  que  sea  bien  y  breve- 
mente despachado,  como  él  espera  alcanzarlo  por  su  medio. 
Y  pues  las  causas  son  tan  justas  y  él  merece  que  S.  M.  le 
haga  merced  en  consideración  de  sus  largos  servicios ,  es- 
timaré y  agradeceré  mucho  todo  lo  que  V.  S.  hiciere  por 
él,  cuya  muy  ilustre  persona  Nuestro  Señor  guarde  y  pros- 
pere como  desea. — Bruselas  diciembre  10,  1607. — A  lo 
que  V.  S.  ordenare. — Alberto. —  Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  28  de  febrero  de  1608. 

Por  el  gobernador  Hernando  Gómez  de  Villanova.         , 
Beal  Academia  de  la  Historia, Salazar,  A  63,  foL  119. 

Muy  ilustre  señor :  Al  rey  mi  señor  escribo  por  el  go- 
bernador Hernando  Gómez  de  Villanova,  que  ha  servido  los 
muchos  años  y  con  la  satisfacción  que  V.  S.  entenderá,  sin 
que  goce  merced  ninguna  de  S.  M.  Y  siendo  tan  merece- 
dor della  por  las  causas  que  reñero,  pido  á  V.  S.  sea  parte 
para  que  la  pueda  recebir ,  conforme  á  sus  méritos  y  largos 
servicios,  en  los  cuales  se  empleará  bien  la  merced  que 
pretende ,  y  yo  estimaré  en  particular  lo  que  V.  S.  le  favo- 
reciere á  intercesión  mia.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy 
ilustre  persona  de  V,  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  28  de 
febrero,  1608. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con 
rúbrica. 


88 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  20  de  marzo  de  1608. 

.07-  Por  Cristóbal  Ramirez. 

Beal  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  Á  63,  foL  121. 

Muy  ilustre  señor:  V.  S.  verá  el  recuerdo  que  hago  al 
rey  mi  señor  para  lo  de  la  renta  que  diversas  veces  he  su- 
plicado á  S.  M.  se  sirva  de  hacer  merced  á  Cristóbal  Rami- 
rez, revisor  de  las  cuentas  deste  ejército.  Y  pues  tiene  mé- 
ritos y  servicios  para  que  se  emplee  bien  en  ellos  la  dicha 
renta,  estimaré  en  particular  lo  que  V.  S.  le  favoreciere 
para  ello;  y  por  esta  vuelvo  á  pedir  á  V.  S.  lo  haga  con  las 
veras  que  suele.— Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre 
persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  20  de  marzo, 
1608. — ^A  lo  que  V.  S.  ordenare. •; — Alberto. — Con  rubrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
^í  olí],   fecha  en  Bruselas  á  20  de  marzo  de  1608. 

-ao<iií)¿ü  im  obíí''    Por  don  Juan  Pantoja. 

HOl  Beáí  Academia  de  la  Historia*— Salazar  y  A  63,  fol.  123. 

OUp    bSOiaOJ  £í   iíOÍd    K'ÍKÜlf|ílíy  t>8  csí)ÍJiÍlií>  iüOi 

May  iliiátre  señor:  Vuelvo  á  escribir  al  rey  mi  señor 
lo  que  V.  S.  verá  por  don  Juan  Pantoja,  teniente  de  maes- 
tro decampo  general  deste  ejército,  suplicando  á  S.  M.  se 
sirva  de  hacerle  la  merced  que  por  él  tengo  suplicado  en 
lo  del  hábito,  y  de  la  renta  que  pretende  en  premio  de  sus 


I 


89 

servicios,  Y  pues  son  tales  que  se  empleará  bien  en  ellos  la 
que  S.  M.  le  mandare  hacer,  pido  á  V.  S.  sea  parte  para 
que  la  reciba,  que  yo  estimaré  lo  que  V.  S.  le  favoreciere. 
Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como 
desea.— De  Bruselas  á  20  de  marzo,  1608.  —  A  lo  que 
V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  ál  de  abril  de  1608. 

Justifícase  de  no  haber  escrito  al  rey  en  el  último  correo. — Da  las 
gracias  por  las  provisiones  que  se  le  han  enviado. — Se  felicita  de 
que  haya  parecido  bien  que  las  negociaciones  de  paz  se  hayan 
encomendado  al  marqués  de  Espinóla  y  al  secretario  Mancicidor. 
— Envía  á  España  al  comisario  de  San  Francisco  para  enterar 
de  ellas  á  S.  M.— El  elector  de  Maguncia  y  el  Palatino.— El  rey 
de  Francia — Se  ha  puesto  en  hbertad  á  don  Iñigo  de  Borja  y 
á  don  Luis  Velasco. 

Bihlioíeca  Nacional,- Sala  de  MSS>—1 151 ,  foh  559. 

Señor  duque :  La  carta  de  V.  S.  de  4  del  pasado  es  la 
mas  fresca  que  tengo  suya,  y  he  holgado  con  ella,  como  lo 
hago  siempre  con  las  de  V.  S. ,  y  estimado  en  lo  que  es  ra- 
zón lo  que  me  dice  que  S.  M.  habia  echado  menos  cartas 
de  mi  mano,  que  no  llevó  un  correo  que  fué  de  acá  i^or  ha- 
ber poco  que  habia  escrito  á  S.  M. ,  y  no  ofrescerse  cosa 
de  importancia  que  obligase  á  cansar  á  S.  M.  con  ellas;  pe- 
ro yo  me  enmendaré  en  otras  ocasiones  que  se  ofrezcan. 

La  provisión  ha  venido  á  muy  buen  tiempo  y  en  muy 
buena  forma,  y  así  beso  á  S.  M.  las  manos  por  ella,  y  á 
V.  S.  doy  las  gracias  por  los  oficios  que  habrá  hecho  para 


90 

ello.  Acá  se  procurará  emplearla  como  S.  M.  lo  manda,  con 
la  mayor  puntualidad  que  sea  posible.  Lo  que  se  desea  es 
que  S.  M.  se  sirva  de  mandar  tratar  de  la  continuación,  de 
manera  que  llegado  agosto,  no  nos  tornemos  á  ver  en  los 
aprietos  pasados,  y  así  se  lo  suplico  á  S.  M.  por  este  des- 
pacho, y  V.  S.  me  hará  muy  grande  placer  en  procurar  en- 
caminarlo ,  y  así  se  lo  pido  con  todo  el  encarescimiento  que 
puedo. 

Mucho  huelgo  de  ver  que  S.  M.  se  tenga  por  servido 
de  que  se  haya  encaminado  que  fuesen  á  lo  de  las  paces 
el  marqués  Spínola  y  Mancicidor;  ellos  tratan  de  esta  ma- 
teria con  el  celo  que  deben  del  servicio  de  S.  M.,  y  así  no 
dudo  sino  que  harán  cuanto  pudieren  por  encaminarla  bien. 
Hales  parescido  que  convenia  que  el  comisario  general  de 
San  Francisco  vuelva  ahí  á  hacer  relación  particular  á  S.  M. 
del  estado  en  que  queda  aquella  negociación ,  y  las  dificul- 
tades que  se  ofrescen  para  que  S.  M.  se  sirva  de  mandar 
en  todo  lo  que  fuere  servido;  y  así  ha  venido  aquí  el  comi- 
sario general,  y  yo  le  hago  pasar  adelante,  y  partirá  maña- 
na. Y  aunque  tengo  por  cierto  que  en  respuesta  del  despa- 
cho que  llevó  Juan  Pérez,  mandará  declarar  S.  M.  su  vo- 
luntad ,  y  lo  que  será  servido  se  haga  en  lodo ,  y  el  comi- 
sario general  no  lleva  cuasi  cosa  de  nuevo  ,  me  hará 
Y.  S.  todavía  mucho  placer  en  procurar  que  S.  M.  se  sirva 
de  mandarme  avisar  su  voluntad,  y  la  resolución  que  fuere 
servido  tomar,  con  la  mayor  claridad  y  puntualidad  que  fue- 
re posible ,  sin  fiarlo  de  la  memoria  del  padre,  para  que 
así  podamos  conformarnos  mejor  con  la  intención  de  S.  M., 
y  cumplir  con  mayor  puntualidad  lo  que  fuere  servido  de 
mandar,  que  es  lo  que  yo  solamente  deseo  y  tengo  de  pro- 
curar siempre. 

Mucho  he  holgado  de  entender  por  la  carta  de  V.  S. 


91 

que  haya  parescido  bien  á  S.  M.  lo  que  yo  habia  respon- 
dido á  la  plática  del  padre  Cotón ,  y  así  me  gobernaré  con- 
forme á  eso  en  las  demás  ocasiones  de  esa  cualidad  que  se 
ofrescieren,  Y  cuanto  al  emplear  al  rey  de  Francia  en  lo  de 
la  paz,  se  ha  hecho  como  V.  S.  lo  tiene  entendido,  y  por 
los  despachos  del  marqués  Spínola,  verá  V.  S.  cuan  hkn 
lo  hace  el  presidente  Janin,  que  es  lo  que  siempre  se^ 
pensó. 

Quedo  advertido  también  de  lo  que  V.  S.  me  escribe  de^ 
parte  de  S.  M.  tocante  la  plática  del  elector  de  Maguncia  y 
el  Palatino,  y  acerca  de  las  pensiones  que  pretenden,  y  me 
conformaré,  digo  gobernaré,  en  conformidad  de  lo  que 
S.  M.  manda.  A  lo  que  hasta  agora  tengo  entendido,  el 
agente  que  el  Palatino  tiene  en  Holanda  hace  poco,  y  se 
hace  también  poco  caso  del;  pero  con  todo  se  terna  esta 
plática  en  pié  para  ayudarnos  de  ella  en  lo  que  nos  estuvie- 
re bien,  y  de  lo  que  se  ofresciere  de  sustancia,  se  irá  dan- 
do siempre  cuenta  á  S.  M.  como  es  justo. 

Don  Iñigo  de  Borja  y  don  Luis  de  Velasco  están  ya  de 
todo  punto  en  su  libertad,  con  que  no  me  queda  otra  cosa 
que  responder  á  la  carta  de  V.  S. ;  y  remitiéndome  en  lo 
demás  que  se  ofresce  á  lo  que  escribo  á  S.  M.  por  el  despa- 
cho que  lleva  este  correo ,  acabaré  esto  deseando  que  Nues- 
tro Señor  haya  dado  á  V.  S.  muy  buenas  Pascuas,  y  le 
guarde  como  deseo.— De  Bruselas  á  7  de  abril,  año  1608. 
—Alberto.  —  Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
■  rjr,  ...  *  .  fecha  en  Bruselas  á  7  de  abril  de  1608. 

Le  ruega  que  despache  á  la  mayor  brevedad  la  comisión  que  Ilévá 
el  comisario  general  de  San  Francisco. 

Heal  Academia  de  la  Historia.— Salazar,  A  65,  fol.  425. 

Y  BíSeñor  duque:  El  comisario  general  de  la  orden  de  Sant 
Francisco  destas  provincias,  va  á  esa  corte  á  lo  que  V.  S. 
entenderá  del  y  de  los  despachos  que  lleva ,  y  así  no  me 
queda  que  dicir,  sino  que  aguardamos  con  deseo  lo  que 
S.  M.  será  servido  de  resolver  sobre  ello  y  mandarnos  que 
hagamos;  lo  cual  me  hará  V.  S.  mucho  placer  de  procurar 
sea  con  la  mayor  brevedad  y  claridad  que  sea  posible,  ago- 
ra sea  volviendo  á  despachar  luego  al  comisario  general,  ó 
por  correo ,  para  que  tanto  mas  presto  se  pueda  poner  en 
ejecución  la  resolución  de  S.  M.  Dios  guarde  á  V.  S.  con 
la  salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  á  7  de  abril,  año 
1608. — Alberto. — Con  rúbrica. 


1^H'HIj5^ 


93 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  29  de  abril  de  1608. 

Se  alegra  de  que  no  le  haya  vuelto  la  gota  y  causas  á  que  lo  atri- 
buye.—Estado  de  las  negociaciones  de  paz  con  los  holandeses. 
' — Co  iveniencia  de  estar  bien  apercibidos  por  si  llega  el  caso  de 
un  rompimiento. — Pide  que  se  favorezca  al  landgrave  de  Lich- 
tenbergy  al  doctor  Pérez. 

Biblioteca  Nacional, — Sala  de  itfSS.-— 7131,  fol.  56i. 

Señor  duque :  Pocos  dias  ha  que  he  rescibido  su  carta 
de  V.  S.  de  los  cinco  deste ,  y  he  holgado  con  ella  como  lo 
hago  siempre  mucho  con  todas  las  que  tengo  de  V.  S.,  y  par^ 
licularmente  por  las  buenas  nuevas  que  en  ella  me  da  de  la 
salud  de  SS.  MiM.  y  AA.:  Dios  los  guarde  como  la  cristian- 
dad lo  ha  menester  y  lo  deseamos  todos.  También  he  hol- 
gado en  estremo  de  entender  que  la  tenga  V.  S.  y  que  no 
le  haya  vuelto  la  gota,  y  sin  falta  que  habrá  ayudado  mu- 
cho para  ello  el  dejar  las  cenas  y  el  vino.  Yo  como  no  soy 
tan  bien  regido,  lo  pago  con  seni" '  cuasi  siempre  algo  y 
apretarme  en  cualquier  ocasión,  aunque  no  de  manera  que 
me  dé  mucho  dolor  y  estorbe  mucho  el  andar;  con  todo 
ando  con  el  cuidado  que  puedo  para  atajar  aun  esto :  no  sé 
si  me  ha  de  valer. 

Quedo  advertido  de  lo  que  V.  S.  me  dice  en  materia  de 
paces;  y  porque  como  V.  S.  verá  por  lo  que  escribo  á 
S.  M.,  no  habemos  podido  descifrar  lo  que  S.  M.  manda  al 
marqués  en  esta  materia,  no  puedo  decir  al  presente  otra 
cosa,  sino  que  se  hará  lo  posible  por  encaminar  todo  con- 
forme á  la  voluntad  y  orden  de  S.  M.;  y  V.  S.  se  asegure 
de  que  por  nuestra  parte  no  se  verná  en  cosa  que  sea  en 


94 

contrario  della;  pero  temo  que  los  de  Holanda  no  darán 
lugar  á  muchas  largas.  Y  pues  con  eso  podria  venir  á  que- 
dar en  su  mano  el  rompimiento,  pongo  á  V.  S.  en  conside- 
ración de  cuanta  seria  que  lo  hiciesen ,  y  que  nos  halla- 
sen desapercibidos,  como  lo  estamos  de  (odo  punto;  y  así 
pido  á  V.  S.  lo  considere  y  represente  á  S.  M.,  para  que 
conforme  á  eso  se  resuelva  y  mande  lo  que  fuere  servido 
hagamos  en  caso  de  más  no  poder,  y  conforme  á  ello  pro- 
veer lo  que  fuere  necesario  para  que  se  pueda  acudir  á  lo 
que  se  pudiere  ofrescer. 

En  materia  de  provisiones,  se  tiene  con  las  que  S.  M.  ha 
mandado  enviar  hasta  agora,  toda  la  buena  cuenta  y  orden 
que  es  posible;  pero  no  podrán  durar  mas  que  tanto,  y  así 
es  fuerza  que  para  acabadas  ellas,  S.  M.  mande  proveer  de 
más,  y  esto  es  lo  que  pido  á  V.  S.  procure  con  S.  M.,  que 
como  no  se  venga  á  rompimiento ,  con  lo  que  S.  M.  ha 
mandado  proveer  agora  á  razón  de  cada  mes,  se  podrá  ir 
entreteniendo  esto  razonablemente. 

Al  particular  del  Lanlzgrave  de  Lichtenber  responderé  á 
V.  S.  con  otro ,  con  fundamento  y  mas  particularidad ;  y 
entretanto  es  bien  que  S.  M.  no  mude  de  la  intención  que 
parece  que  tiene  de  hacerle  merced,  que  entiendo  será  en 
él  bien  empleada ;  y  por  su  cabo  lo  será  también  la  que  se 
hiciere  al  doctor  Pérez  en  las  pretensiones  que  tiene,  y 
V.  S.  me  hará  mucho  placer  en  procurarlo,  como  ofresce  en 
su  carta,  de  que  quedo  tan  agradescido  como  es  razón, 
acabando  esta  con  decir  que  Dios  guarde  á  V.  S,  con  la  sa- 
lud que  le  deseo.— De  Bruselas  á  29  de  abril,  año  1608. 
— Alberto . —  Con  rúbrica .  ,   i  i  n  ;> i 1 1  ... . ^ v 

ij  oí  éicd  Q8  ov¡ 

v/'iuíio^n  í)g  /¿  ,Y  x  \M  .8  al)  íiolnó  v  baíoülov 
j\o  £38  Dup  £r¿iyj  m  ém^Y  aa  oíi  oiieq  mi¿^üü 


95 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  Ler^ 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  29  de  abril  de  1608. 

Dice  que  el  mal  estado  de  su  salud  le  impide  contestar  á  su  carta 
anterior. — Pesar  que  le  ha  causado  la  noticia  de  la  indisposición 
de  su  hermana. — Augura  mal  de  las  cosas  de  Alemania. 

Biblioteca  Nacional'—  Sala  de  MSS.^I  131 ,  foL  627. 

Duque:  Una  enfermedad,  que  escribo  á  mi  hermano  que 
he  tenido  estos  días,  no  me  da  lugar  á  responder  ahora  á 
vuestra  carta  de  6  de  este;  solo  diré  cuanto  holgué  con 
ella,  que  fué  mucho,  aunque  me  tiene  con  cuidado  el  mal 
de  vuestra  hermana,  y  con  deseo  de  saber  ya  que  esté  muy 
buena:  que  no  me  persuado  á  otra  cosa,  por  lo  que  me  pe- 
saría de  que  no  fuese  así  por  mil  razones  que  tengo  para 
ello ,  y  no  fa  menor  saber  la  falta  que  baria  al  servicio  de 
la  reina. 

Lo  que  hay  acá  de  nuevo  veréis  por  las  cartas  de  mi 
primo;  y  como  no  nos  faltaban  cuidados,  se  nos  acrecientan 
ahora  con  esto  de  Alemana,  que  en  verdad,  á  mi  parescer, 
se  va  poniendo  en  muy  mal  estado.  Dios  lo  remedie.  A  to- 
da vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos  Dios 
como  deseo. — De  Bruselas  á  29  de  abril,  1608. — Isabel. 


•^íi 


.     SObídiO'í:. 

f)0üq'.8^  ^'^uii 


96 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  3  de  mayo  de  1608. 

Despacho  del  marqués  de  Espinóla  á  S.  M.  sobre  el  estado  de  las 
negociaciones  de  paz  con  Ilolanda. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS,—Ii^[,  fol.  555. 

Señor  duque :  Después  que  escribí  á  V.  S.  á  los  29  del 
pasado,  se  ha  rescibido  un  despacho  del  marqués  de  Spínola 
en  que  entiendo  responde  á  S.  M.  á  lo  que  le  mandó  escri- 
bir por  el  despacho  que  trujo  Juan  Pérez,  y  porque  lo  verá 
V.  S.  no  me  queda  que  dicir  sino  remitirme  á  la  resolución 
que  S.  M.  fuere  servido  de  tomar,  teniendo  por  muy  cier- 
to que  será  la  mas  acertada,  y  cualquiera  que  fuere  segui- 
remos aquí  de  muy  buena  gana.  Solo  acuerdo  á  V.  S.  que 
si  fuere  encaminada  á  rompimiento,  que  con  tiempo  se 
provea  lo  necesario  para  él  y  para  que  nuestros  enemigos 
no  nos  prevengan  como  lo  harán  sin  falta,  según  las  pre- 
venciones que  van  haciendo ,  y  V.  S.  puede  considerar  me- 
jor que  nadie  del  inconveniente  que  esto  seria ,  y  mas  ago- 
ra que  estamos  tan  desapercibidos  de  todas  maneras,  y 
puédese  temer  que  en  desengañándose  los  enemigos  de 
que  no  han  de  salir  con  lo  que  pretenden  en  este  tratado, 
no  darán  lugar  á  largas,  ni  querrán^perder  la  ocasión  de 
tomarnos  desapercibidos.  V.  S.  lo  considere  por  amor  de 
Dios  y  lo  represente  á  S.  M.  como  vé  que  conviene  á  su 
servicio ,  y  puédese  tener  por  sin  duda  que  si  nuestros  ene- 
migos nos  viesen  diferentemente  apercibidos  de  lo  que  lo 
estamos,  no  estarían  tan  porfiados  en  lo  que  quieren.  Yo 
quedo  con  el  cuidado  desto  que  V.  S.  puede  imaginar,  has- 


97 

ta  ver  que  S.  M.  haya  tomado  resolución ,  que  conviene  su- 
mamente que  sea  con  mucha  brevedad,  y  así  lo  pido  á 
V.  S.  que  lo  procure,  y  que  conforme  á  ella,  se  nos  provea 
luego  de  lo  necesario,  con  que  espero  ha  de  ser  servido 
Nuestro  Señor  de  que  todo  se  encamine  como  mas  conven- 
ga á  su  servicio  y  al  de  S.  M.,  como  lo  deseamos  todos. 
Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo.  — De  Bru- 
selas á  3  de  mayo  de  1608. — Alberto. —  Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de 
Lermaj  fecha  en  Bruselas  á  5  de  mayo  de  1608. 

Se  alegra  del  restablecimiento  de  la  salud  de  su  hermana. 
Biblioteca  Nacional—  Sala  de  MSS.—1 151 ,  foL  633. 

Duque:  Huélgome  mucho  de  la  ocasión  deste  correo,  pa- 
ra poderos  dar  la  norabuena  de  la  salud  de  vuestra  hermana, 
que  no  sabré  deciros  lo  que  holgué  de  saber  con  el  ordina- 
rio que  estaba  ya  buena.  Aquí  lo  estamos,  y  lo  que  hay  que 
dicir  demás  veréis  por  los  despachos  de  mi  primo  y  el  mar- 
qués Spínola. 

Buenos  dias  serán  los  de  Aranjuez  si  hace  el  tiempo  que 
aquí,  de  donde  no  hay  otra  cosa  de  nuevo  que  dicir.  A  to- 
da vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos  Dios 
como  deseo. — De  Bruselas  dia  de  la  +  1608. — Isabel. 


Tono  XLUL 


98 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  á  ií  de  mayo  de  1608. 

Estado  de  las  cosas  de  Alemania.— Necesidad  de  que  el  rey  re- 
suelva pronto  si  acepta  ó  no  la  paz. 


BiUioteca  NacionaL—Sala  de  MSS, — / 131,  foL 


Señor  duque:  Este  correo  se  despacha  con  otro  pliego 
de  don  Guillen  de  San  Clemente,  que  se  recibió  ayer,  en 
que  debe  de  dar  cuenta  á  S.  M.  del  estado  de  las  cosas  de 
Alemania,  que  debe  de  ser  trabajoso.  Y  remitiéndome  á  lo 
que  don  Guillen  debe  de  escribir,  diré  aquí  solamente  que 
por  cumplir  con  lo  que  en  alguna  manera  paresce  que  era 
obligado,  mas  que  por  pensar  que  será  de  efeto,  me  he 
determinado  de  enviar  al  conde  Otavio  Vizconde,  para  que 
trate  con  el  emperador  y  mi  hermano  Matías,  y  vea  si 
puede  por  algún  camino  ayudar  á  componer  este  negocio. 
Lleva  orden  de  entenderse  particularmente,  y  aconsejarse 
con  don  Guillen,  con  que  espero  acertará  á  hacer  cuanto 
se  pudiere. 

■Ár.  De  Ratisbona  tuvimos  también  ayer  nuevas,  de  que  la 
dieta  se  iba  desbaratando,  porque  ya  los  mas  de  los  deputa- 
dos  de  los  protestantes  se  habían  ido  á  sus  casas,  y  los  ca- 
tólicos no  aguardaban  sino  orden  del  emperador  para  hacer 
lo  mismo ;  y  demás  deso  estaba  para  partir  otro  día  el  ar- 
chiduque Ferdinando  para  su  casa,  de  donde  había  tenido 
nuevas  de  ser  muerta  su  madre,  que  lo  he  sentido  cuanto 
V.  S.  lo  puede  considerar ;  y  aunque  me  escriben  esto  los 
deputados  que  tenemos  en  Ratisbona,  y  por  eso  nos  haya 
parescido  ponernos  luto,  no  he  querido  escribir  nada  desto 


99 

á  S,  M.,  por  aguardar  á  que  lo  sepa  primero  por  otra  vía. 
V.  S.  hará  en  esto  lo  que  le  paresciere  que  conviene. 

También  tuvimos  ayer  cartas  de  la  Haya,  de  la  sustan- 
cia que  V.  S.  entenderá  por  lo  que  se  escribe  á  S.  M.,  y 
así  me  resta  solo  pedir  á.  V.  S.  procure  que  S.  M.  se  resuel- 
va en  la  materia  de  la  paz  cuanto  antes;  y  si  la  resolución 
fuere  encaminada  á  rompimiento,  mande  al  mismo  tiempo 
proveer  lo  necesario  para  la  guerra ,  que  de  otra  manera, 
sucederá  indubitablemente  algún  desmán  muy  grande. 

En  lo  de  mandar  pagar  las  deudas  de  que  se  envía  re- 
lación, me  hará  V.  S.  muy  gran  placer  en  procurar  se 
les  dé  la  mayor  satisfacción  que  sea  posible,  ya  que  aquí 
no  se  puede  hacer  por  no  gustar  S.  M.  dello,  y  estar  las  pa- 
labras de  cuantos  aquí  estamos  cuasi  empeñadas  en  ello. 
V.  S.  me  hará  en  ello  mucho  placer,  y  Dios  guarde  á  V.  S. 
como  lo  deseo. — De  Bruselas  á  14  de  mayo,  año  1608. — 
— Alberto. — Con  rúbrica, 

Olvidábaseme  dicir  á  V.  S.  que  siempre  he  tenido  al 
Landgrave  de  Liechtenberg  por  buen  católico;  y  habiéndo- 
me informado  particularmeníe  dello,  hallo  que  es  tenido  ge- 
neralmente en  Alemania  por  tal  y  celoso  católico. 


100 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  2i  de  mayo  de  1608. 

Sucesos  de  Alemania.—Comision   que  se  ha  dado  á  don  Pedro  de 
-  Toledo  parala  corte  de    España.  —  Opiniones  acerca  de  la  paz 
con  los  Estados¡de  Holanda. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—IÍZÍy  fol,  S67. 

Señor  duque :  Con  el  ordinario  que  llegó  aquí  ayer  de 
Alemana,  ha  venido  otro  despacho  de  don  Guillen  para 
S.  M.,  que  por  pedirlo  así  don  Guillen,  se  envía  con  este 
correo  que  se  despacha  á  solo  eso.  Por  el  despacho  enten- 
derá V.  S.  lo  que  pasa  en  Alemana,  y  así  tengo  por  excu- 
sado tratar  aquí  dello,  y  más  habiendo  dado  cuenta  ya  á 
V.  S.  antes  de  agora,  de  como  habia  enviado  allá  al  con- 
de Octavio,  con  que  me  paresce  que  no  podemos  hacer  de 
nuestra  parte  mas  que  encomendarlo  á  Dios  y  esperar  lo 
que  será  servido  de  disponer  en  todo,  que  quiera  sea  lo  que 
convenga  mas  á  su  servicio  y  al  bien  universal  de  la  cris- 
tiandad. 

En  este  despacho  entiendo  que  don  Guillen  debe  de  dar 

•cuenta  á  S.  M.  de  la  muerte  de  la  archiduquesa,  y  así  nos 

ha  parescido  á  la  Infante  y  á  mí  escribir  á  S.  M.  agora 

sobre  ella  como  lo  hacemos;  y  por  no (1)  y  embarazar 

con  enviar  persona  propia  que  lleve cartas,  y  haga  el 

oficio  debido  en  esto,  nos  hemos  resuelto  de  mandar  á  don 

Pedro  de  Toledo V.  S.  nos  hará  placer  en  procurarle 

la  aud narle  lo  que  habrá  de  hacer,  para  cumplir  con 

gacion  sin  cansar,  que  es  lo  que  deseamos;  y 

(1)  Los  puntos  de  esta  carta   indican  las  palabras  que  no  han 
podido  leerse  por  estar  roto  el  papel. 


401 

ordena  á  don  Pedro ,  que  se  gobierne  en  lodo  conforme  á 
lo  que  V.  S.  le  ordenare. 

Fuera  desto  no  tengo  al  presente  otra  cosa  que  dicir  á 
V.  S.  sino  es  que  tornando  á  hablar  á  Robiano,  que  como 
se  ha  avisado  ha  vuelto  de  la  Haya ,  sobre  el  particular  de 
la  condición  de  la  religión ,  movido  de  que  el  agente  que 
tenemos  en  Francia,  nos  avisa  de  que  allí  tienen  por  cosa 
llana  que  los  de  Holanda  concederán  alguna  manera  de 
ejercicio  público  de  la  religión  católica ,  y  que  el  presiden- 
te Juanin  lo  aseguraba,  me  dice  el  Robiano  que  habia  habla- 
do en  particular  sobre  este  punto  á  Bernevell  y  Artsens ,  y 
que  le  habian  asegurado  y  desengañado  de  que  no  harian 
en  este  punto  la  menor  cosa  del  mundo  por  condición  de  la 
paz,  ni  á  instancia  de  S.  M.,  ni  del  rey  de  Francia  ni  de 
nadie;  que  ellos  harian  lo  que  viesen  convenirles,  de  ma- 
nera que  lo  que  hiciesen  se  lo  agradesciesen  los  católicos 
á  ellos  y  á  ninguno  otro;  de  manera  que  á  lo  que  Robiano 
juzga,  piensa  que  ellos  piensan  hacer  algo,  pero  de  la  ma- 
nera que  queda  dicho ,  de  que  me  ha  parescido  era  bien  es- 
tuviese advertido  V.  S.  para  lo  que  se  puede  ofrescer.  Y 
torno  á  acordar  á  V.  S.  lo  que  le  he  escrito  estos  dias,  y 
cuanto  conviene  que  S.  M.  se  resuelva  con  brevedad  en  lo 
que  fuere  servido  que  se  haga,  y  sobre  todo  en  mandar 
proveer  aquí  para  la  guerra,  que  lo  tengo  por  necesario, 
aunque  S.  M.  pensase  no  hacerla;  porque  con  eso  se  ha- 
rán siempre  mejor  las  condiciones ,  que  no  viéndonos  los 
enemigos  desapercebidos.  V.  S.  lo  considere  y  represente 
á  S.  M.  como  viere  que  conviene  mas  á  su  servicio,  que 
es  lo  que  pretendo  solamente  en  lo  que  en  esta  digo,  la  cual 
acabo  con  dicir,  que  Dios  dé  á  V.  S.  muy  buenas  pascuas 
y  la  salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  á  21  de  mayo,  año 
1608. — Alberto.  — Con  rúbrica. 


102 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duqu^e  de  Ler* 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  21  desmayo  de  1608. 

Sobre  el  mismo  asunto. 
Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—IíZíy  fol.  635. 

Duque :  Aunque  hay  tan  poco  que  decir  de  aquí,  y  yo 
puedo  escribir  poco  por  estar  aun  medio  mala  de  un  pana- 
dizo, no  quiero  dejar  que  se  vaya  este  sin  estos  ringlones, 
para  dicir  que  ya  ha  mil  dias  que  estamos  sin  cartas  de  ahí, 
que  no  lo  siento  poco.  Con  las  que  lleva  este  de  don  Gui- 
llen se  sabrá  la  muerte  de  la  archiduquesa.  A  don  Pedro 
de  Toledo  mandamos  que  dé  el  pésame  della,  de  nuestra 
parte,  á  mi  hermano  y  á  la  reina ,  y  no  enviamos  de  acá 
persona  á  ello,  por  parescernos  que  lodos  los  que  van  no  sir- 
ven sino  de  cansar  y  importunar  á  mi  hermano.  Deseo  que 
me  digáis  si  acertamos  ó  erramos  en  esto  con  la  llaneza 
que  yo  fio  de  vos.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad 
mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo. — De  Bruselas  á  21 
de  mayo,  1608. — Isabel. 


103 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  á  28  de  mayo  de  1608. 

Envía  un  despacho  de  don  Guillen  de  San  Clemente,  embajador  de 
España  cerca  de  la  persona  del  emperador  de  Alemania. — Proro- 
gacion  de  las  treguas  con  los  holandeses.— Insiste  en  que  se 
acuerde  la  resolución  de  algunos  puntos  que  tienen  suspensa  la 
negociación  de  las  paces. 

BibHoteca  NacionaL—-Sala  de  USS.—-!  131 ,  fol.  S69. 

Señor  duque:  Creo  que  ya  se  cansará  V.  S.  con  tan- 
tas cartas  como  le  escribo ;  pero  don  Guillen  tiene  la  culpa 
con  enviarnos  con  todos  los  ordinarios  despachos  para 
S.  M.,  pidiendo  que  se  le  envíen  en  diligencia,  y  así  va  el 
que  lleva  este  correo,  por  el  cual  entenderá  V.  S.  sin  falta 
lo  que  allá  pasa,  que  quiero  esperar  todavía  se  acomodará: 
que  aunque  se  pueda  tener  por  bien  el  venirse  á  acomodar 
las  cosas,  no  es  pequeño  trabajo  estar  ellas  de  manera  que 
sea  menester  acomodarlas .  Dios  que  lo  encamina  ó  permi- 
te así,  sabe  lo  que  mas  nos  conviene,  y  así  espero  que  lo 
encaminará  todo  conforme  á  eso,  y  lo  espero  aun  más  inter- 
poniendo S.  IVL  su  autoridad,  que  con  su  mucha  prudencia 
encaminará  lo  que  se  puede  desear,  en  que  sé  no  tengo  que 
suplicar  á  S.  M. ,  ni  pedir  á  V.  S.,  pues  sé  el  amor  con 
que  trata  todas  las  cosas  de  nuestra  casa ,  y  así  que  procu- 
rará siempre  su  conservación  y  acrecentamiento» 

También  se  da  cuenta  á  S.  M.  con  este  correo,  de  la 
prorogacion  de  las  treguas  con  los  de  las  Islas  por  todo  este 
año,  como  lo  entenderá  V.  S,  por  el  despacho  del  marqués 
Spínola  que  se  envía ;  y  por  lo  que  entiendo  escribe  en  él, 
no  puedo  dejar  de  acordar  la  resolución  de  los  puntos,  por 


los  cuales  está  suspensa  toda  esta  negociación.  V.  S.  pro- 
cure se  nos  envíe  con  toda  brevedad,  pues  aun  obliga  de 
nuevo  á  ello  la  secreta  resolución  que  se  entiende  han  to- 
mado los  de  las  Islas.  Y  porque  no  se  ofresce  mas  que  dicir 
en  estas  materias  ,  acabaré  con  dicir  que  Dios  guarde  á 
V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo.  —  De  Bruselas  á  28  de 
mayo,  año  1608. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  Ler^ 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  28  de  mayo  de  1608. 

Envía  despachos  de  Alemania  y  de  Holanda. — ^Muerte  del  duque 
de  Lorena. 

Biblioteca  Nacional.^ Sala  de  MSS.'-1 131,  fol.  637. 

Duque:  A  llevar  los  despachos  de  Alemana  y  Holanda 
va  este  correo ;  y  pues  por  ellos  se  verá  lo  que  hay  de  nue- 
vo después  que  escribimos,  no  habrá  que  dicir  en  esta  ni 
de  aquí  cosa  de  nuevo,  ni  lo  será  desear  mucho  cartas  do 
ahí,  que  tardan  tanto  que  no  se  puede  llevar  en  pacien- 
cia, sino  con  pensar  que  mi  hermano  tiene  la  salud  que  he- 
mos menester,  y  que  se  ha  estado  holgando  en  Aranjuez, 
que  deseo  le  haya  hecho  el  tiempo  que  hace  aquí  ahora 
que  es  muy  lindo. 

Ya  se  sabrá  allá  la  muerte  del  duque  de  Lorena.  Hemos 
perdido  aquí  mucho  en  él,  que  nos  era  muy  buen  vecino  y 
amigo,  y  nos  guardaba  muy  bien  las  espaldas  por  su  estado; 
y  aunque  nos  podemos  prometer  otro  tanto  de  su  hijo,  no 
sé  si  tendrá  el  valor  de  su  padre.  Estas  son  todas  las  nue- 
vas de  acá.  A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho  y 
guárdeos  Dios  como  deseo.— De  Bruselas  á  28  de  mayo, 
1608.— Isabel. 


105 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  21  de  junio  de  1608. 

Del  tratado  de  paz  con  Holanda. — Necesidad  de  provisiones.-— El 
doctor  Paez. 

Biblioteca  Nacional.Sala  de  MSS.—1 151 ,  fol  573. 

Señor  duque :  Mucho  he  holgado  de  entender  por  su 
carta  de  V.  S.  de  los  25  del  pasado  tan  particulares  nue- 
vas de  su  salud  como  V.  S.  me  las  da,  y  de  las  esperanzas 
que  con  ellas  podemos  tener  de  que  ha  de  dar  Nuestro  Se- 
ñor á  V.  S.  muy  larga  y  perfecta  salud  como  lo  espero, 
empleándola  V.  S.  tan  hien  en  su  servicio  y  el  de  S.  M.  Y 
cierto  que  lo  que  V.  S.  llama  gota,  pienso  que  no  lo  debe  de 
ser  sino,  como  dice,  reliquia  de  aquel  corrimiento  que  tuvo, 
y  así  tengo  por  cierto  que  no  la  sentirá  mas,  y  agradezco 
á  V.  S.  el  cuidado  que  le  da  la  mia,  que  bien  pienso  la  pue- 
do tener  por  tal  mas  asiguradamente ;  pero  como  no  car- 
gue mas  que  hasta  agora,  se  podrá  sufrir  y  pasar  con  pa- 
ciencia. 

Todo  lo  que  V,  S.  me  dice  acerca  de  la  llegada  del  co- 
misario general  y  la  materia  de  la  paz  está  muy  bien  apun- 
tado, si  b  ien  es  verdad  que  como  los  holandeses  tienen  tan- 
tos amigos,  y  tantos  que  no  desean  la  paz,  y  ven  tan  po- 
cas prevenciones  de  nuestra  parte  para  la  guerra,  no  es  de 
espantar  que  estén  porfiados  en  lo  que  quieren. 

El  despacho  de  S.  M.  sobre  este  particular,  se  envió 
luego  á  la  Haya,  de  donde  volvió  la  respuesta  ayer,  y  así 
despachamos  luego  con  ella.  Por  ella  verá  V.  S.  lo  que  di- 
cen nuestros  deputados ,  y  yo  pudiera  remitirme  á  lo  que 
dicen  sin  apuntar  otra  cosa ,  pues  está  claro  que  cuando 


106 

S.  M.  estuviese  resuelto  de  querer  que  se  concluya  la  paz, 
por  estar  de  acuerdo  en  los  tres  puntos  principales  como 
son:  el  de  la  religión,  la  navegación  de  las  Indias,  y  sali- 
da de  los  estranjeros ,  que  no  la  dejaría  de  concluir  por  no 
venir  los  de  Holanda  en  lo  que  podemos  desear  acerca  des- 
otros;  pero  por  cumplir  con  lo  que  S.  M.  me  manda  tan 
particularmente,  apunto  lo  que  V.  S.  vé;  y  lo  que  puedo  di- 
cir  á  V.  S.  es  pedirle  mucho  que  se  mire  como  se  anda  en 
este  negocio:  que  si  S.  M.  quiere  y  puede  continuar  la 
guerra,  hay  poco  que  hacer,  sino  apretar  en  que  ellos  ven- 
gan en  lo  que  S.  M.  puede  desear;  pero  si  S.  M.  se  ¡halla 
obligado  (por  lo  que  se  fuere)  á  desear  la  paz,  no  se  deje 
engañar  con  apariencias  y  pláticas  de  franceses ,  y  otros 
que  se  sabe  hacen  cuanto  pueden  por  estorbarla.  V.  S.  lo 
considere  por  amor  de  Dios  y  lo  represente  á  S.  M. ,  y  crea 
que  es  necesario  resolverse  luego  á  lo  uno  ó  á  lo  otro;  por- 
que pensar  mejorar  el  negocio  con  dilaciones  y  nuevas  plá- 
ticas ,  temo  que  nos  hallaremos  engañados  y  perderemos  en 
lo  uno  y  no  ganaremos  en  lo  otro,  como  no  dudo  lo  entien- 
de V.  S.  mejor  de  lo  que  yo  lo  puedo  dicir,  y  así  me  con- 
tentaré con  lo  dicho,  y  desear  que  Nuestro  Señor  lo  enca- 
mine todo  como  haya  de  ser  mayor  servicio  suyo. 

Para  esta  misma  plática ,  importa  tanto  el  continuarse 
estas  provisiones  de  aquí,  como  lo  acabo  de  apuntar,  y  así 
no  puedo  dejar  de  agradescer  á  V.  S.  el  cuidado  que  me 
dice  tiene  de  procurar  que  se  hagan,  y  pedirle  lo  continúe 
hasta  que  se  hagan  con  efecto :  que  cada  dia  se  me  repre- 
sentan mayores  dificultades  para  poder  entretener  esto  un 
dia  si  ellas  faltaren,  y  crea  V.  S.  que  no  es  encarescimien- 
to  esto. 

Lo  que  V.  S.  me  dice  á  propósito  de  los  particulares  del 
doctor  Paez,  he  holgado  mucho  de  entender,  y  me  hará 


107 

V.  S.  mucho  placer  en  continuar  los  oficios  que  ofresce 
hacer  por  él  hasta  que  S.  M.  le  haga  la  merced  que  se  le 
ha  suplicado. 

Estoy  por  dicir  que  de  invidia  de  las  jornadas  que  S.  M. 
hace,  nos  habernos  venido  aquí  la  Infante  y  yo,  á  gozar 
del  buen  tiempo,  aunque  el  que  nos  ha  hecho  hasta  agora 
es  mas  de  invierno  que  de  verano,  pero  á  Dios  gracias  se 
tiene  salud.  El  se  la  dé  á  V.  S.  como  se  la  deseo. ^ — De  Ma- 
rimont  á  21  de  junio,  año  1608.  —  Alberto.  —  Con  rw- 
brica. 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  Ler- 
ma,  fecha  en  Marimorit  á  2i  de  junio  de  1608. 

Pide  que  vuelva  á  Flándes  el  comisario  general  de  San  Francisco. 
— Asuntos  de  Alemania. — ^fla  sabido  la  merced  que  ha  hecho  el 
rey  á  don  Pedro  de  Toledo,  y  se  interesa  por  el  marqués  de 
Velada 

Biblioieca  Nacional. —Sala  de  if55.— 7431,  foL  639. 

Duque :  Muy  bien  rescibidas  fueron  las  cartas  de  25 
del  pasado,  porque  el  mal  del  príncipe  había  llegado  acá  y 
nos  tenia  con  el  cuidado  que  podéis  pensar.  Bendito  sea 
Dios  que  le  dio  salud :  que  cuando  sabemos  que  padres  y  hi- 
jos la  tienen,  no  nos  queda  que  desear.  De  vuestras  calen- 
turas me  pesó  mucho,  y  parésceme  las  debistes  convalecer 
poco,  pues  luego  os  pusistes  en  camino ;  mas  como  sea  para 
dar  gusto  á  mi  hermano,  ya  yo  sé  que  eso  os  da  salud. 

A  buen  siguro  que  lo  habrán  pasado  muy  bueno  en 
Lerma  y  Ventosilla ,  que  lo  uno  y  lo  otro  debe  ser  muy  bue- 
no. Yo  diera  harto  por  vello  y  harto  porque  viérades  esto: 


108 

que  aunque  no  está  acomodado  sino  al  uso  de  la  guerra,  no 
es  malo  y  yo  procuro  ponello  mejor ,  porque  espero  que  mi 
hermano  ha  de  pasar  aquí  alg^in  huen  rato ,  y  que  vos  no 
le  dejareis. 

Este  correo  vuelve  con  la  respuesta  que  de  allá  se  pi- 
dió, en  que  habia  poco  que  dicir  á  mi  parescer,  que  no  hay 
que  poner  en  razón  á  esta  gente,  y  así  no  hay  sino  dejallo 
á  Dios  como  decís;  pero  de  una  manera  ó  de  otra  es  menes- 
ter que  venga  el  comisario  general  con  resolución  para  fin 
del  que  viene,  como  veréis  por  los  despachos  de  mi  primo. 

Lo  de  Alemana  no  acaba  de  acomodarse ,  y  en  verdad 
que  temo  mucho  no  lo  hará  bien  quesera  harto  malo.  Don 
Baltasar  llegará  á  tiempo  aun  de  hallarse  en  lo  que  hobiere 
de  ser. 

Mucho  huelgo  de  saber  que  estén  buenas  vuestras  her- 
manas, aunque  me  pesa  se  haya  hecho  fuente  la  de  Altami- 
ra,  que  no  veo  hacen  tanto  provecho  como  se  prometen. 

De  aquí  no  hay  que  decir,  sino  que  ha  vuelto  el  invier- 
no con  tanta  agua  que  no  nos  deja  salir  de  casa. 

Ha  llegado  acá  la  merced  que  mi  hermano  ha  hecho  á 
don  Pedro  de  Toledo,  con  que  yo  no  puedo  dejar  de  acorda- 
ros la  del  marqués  de  Velada,  y  á  mi  hermano  lo  suplico; 
y  así  espero  yo  se  lo  acordareis  de  manera  que  le  haga  esta 
merced,  pues  ya  no  se  puede  quejar  naide  con  razón  de 
que  sea  consecuencia.  A  toda  vuestra  gente  me  encomen- 
dad mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo. — De  Marimont  á 
21  de  junio,  1608. — Isabel. 


109 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  22  de  junio  de  1608. 

Por  Atanasio  de  Legazpi. 

Eeal  Academia  de  la  Historia.— Salazar,  A  63 ,  foL  157. 

Muy  ilustre  señor:  Al  rey  mi  señor  escribo  lo  que  V.  S. 
verá,  para  que  S.  M.  se  sirva  que  á  Atanasio  de  Legazpi  se 
le  continúe  el  entretenimiento  que  á  mi  instancia  le  man- 
dé señalar  en  el  castillo  de  Lisboa ,  ó  que  se  le  pase  cerca 
la  persona  del  general  del  artillería,  en  que  pido  á  V.  S. 
le  favorezca  como  suele  las  cosas  de  mis  criados ,  que  por 
serlo  él,  estimaré  en  lo  que  es  razón  lo  que  V.  S.  hiciere  en 
su  beneficio.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona 
de  V.  S.  como  desea. — De  Marimont  á  22  de  junio,  1608. 
— A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  27  de  junio  de  1608. 

Necesidad  de  saber  la  resolución  del  rey  para  continuar  las  nego- 
ciaciones de  la  paz  con  Holanda. — Dice  que  el  estado  de  las  co- 
sas no  sufre  dilación  en  el  envío  de  provisiones. 

Biblioteca  Nacional,— Sala  deMSS.—IiZ\,  foh  571. 


Señor  duque :  Esta  servirá  solo  de  acompañar  los  despa- 
chos que  han  venido  para  S.  M.  de  Alemana  y  de  la  Haya, 
pues  por  ellos  entenderá  V.  S.  lo  que  pasa  en  aquellas  par- 
tes, y  con  que  eso  sea,  nos  podemos  asigurar  de  que  con  su 


lio 

prudencia  y  grande  celo,  aconsejará  V.  S.  á  S.  M.  lo  que 
mas  convenga  para  todo. 

En  lo  que  loca  á  las  paces,  no  puedo  dejar  de  pedir  á 
V.  S.  con  el  encarescimiento  que  puedo,  procure  que  S.  M. 
responda  con  brevedad  y  con  resolución  de  lo  que  es  servi- 
do hagan  nuestros  comisarios  en  el  caso  que  se  presupone, 
porque  no  se  haga  sino  lo  que  fuere  mas  gusto  de  S.  M., 
que  es  lo  que  sobre  ^todo  se  pretende ;  y  confieso  á  V.  S. 
que  sentiría  mucho  hallarme  en  el  caso  sin  tener  entendi- 
da la  voluntad  de  S.  M. ,  y  así  me  hará  V.  S.  muy  gran 
placer  en  procurar  que  tengamos  la  respuesta  deste  des- 
pacho lo  mas  presto  que  sea  posible. 

El  estado  en  qu^  se  van  poniendo  las  cosas,  y  el  ver 
que  se  nos  va  llegando  agosto ,  me  obliga  á  pedir  á  V.  S. 
que  por  amor  de  Dios  no  dé  lugar  á  que  nos  veamos  en  fin 
del,  sin  tener  alguna  provisión  siquiera  para  setiembre, 
porque  (sin  manera  de  encarescimiento)  me  hallaria  en  el 
mayor  aprieto  que  jamás  me  hubiera  visto,  para  entretener 
esto  sin  que  suceda  alguna  desorden ;  porque  estamos  sin 
ningún  género  de  crédito  para  hallar  un  solo  real ,  y  todos 
tan  cansados  de  lo  que  dan  para  la  gente  de  guerra,  y  tan 
imposibilitados  de  continuarlo,  que  temo  mucho  que  desma- 
yarían de  todo  punto  si  viesen  que  faltaban  provisiones.  V.  S. 
no  dé  lugar  para  ello  por  amor  de  Dios,  y  como  digo,  aun- 
que no  sea  sino  enviando  con  un  correo  lo  que  es  menester 
para  setiembre,  mientras  se  pueden  hacer  las  demás  provi- 
siones. V.  S.  perdone  la  importunidad,  y  crea  que  la  pura 
necesidad  es  causa  della.  Y  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  sa- 
lud que  le  deseo. — De  Marimont  á  27  de  junio,  año  1608. 
' — Alberto.  — Con  rúbrica. 


111 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  5  de  julio  de  1608. 

Envía  un  despacho  del  marqués  de  Spínola ,  relativo  á  las  confe- 
rencias de  la  Haya.— Noticia  de  haberse  concluido  felizmente  las 
cosas  de  Alemania. 

Biblioieca  Nacional. — Sala  de  MSS. — 7131,  /bZ.  575. 

Señor  duque:  Esta  servirá  solo  de  acompañar  un  des- 
pacho del  marqués  Spínola  para  S.  M.  que  se  rescibió  ayer. 
Por  él  entenderá  V.  S.  lo  que  pasa  por  allá ,  y  así  no  me 
queda  que  dicir,  sino  pedir  á  V.  S.  (como  lo  hice  por  el  des- 
pacho pasado)  que  procure  que  S.  M.  se  resuelva  con 
tiempo  en  lo  que  fuere  servido  se  haga ,  porque  se  pueda 
guiar  lo  de  acá  conforme  á  eso*,  pues  que  acá  no  se  pre- 
tende otra  cosa  sino  acertar  á  hacerlo. 

También  vuelvo  á  acordar  á  V.  S.  lo  que  le  escribí  en 
materia  de  provisiones,  tornando  á  afirmaren  que  nos  ha- 
llaríamos en  el  mayor  aprieto  del  mundo,  si  no  las  tuviése- 
mos, acabadas  que  sean  las  que  hay  al  presente.  V.  S.  lo 
procure  por  amor  de  Dios ,  y  crea  que  no  es  encarescimien- 
to  esto. 

Después  del  último  despacho  de  don  Guillen  de  Sant 
Clemente  para  S.  M.  que  se  le  ha  enviado,  he  tenido  aviso 
de  que  aquello  quedaba  concluido  de  todo  punto  ya,  y  ha- 
ciéndose las  escrituras  y  los  demás  recados,  de  que  no  dudo 
avisará  luego  don  Guillen;  pero  entretanto  me  ha  pares- 
cido  que  era  bien  que  V.  S.  ^supiese  lo  que  aquí  digo.  Y 
Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — De  Mari- 
mont á  5  de  julio,  año  1608. — Alberto. — Con  rúbrica. 


112 


Carta  original  del  duque  de  Lerma  al  archiduque  Alberto, 
fecha  en  Lerma  á  18  de  julio  de  1608. 

En  favor  de  don  Francisco  de  Córdoba. 
Beal  Academia  de  la  Historia»^ Salazar,  A  65,  fol.  153. 

Serenísimo  Señor :  A  don  Francisco  de  Córdoba  deseo 
todo  bien  y  tengo  la  buena  voluntad  que  he  sinificado  á 
V.  A.  otras  ocasiones,  y  así  acudo  á  todo  lo  que  le  toca 
con  mucho  gusto.  Y  suplico  á  V.  A.  con  veras,  se  sirva  de 
mandarle  dar  licencia  para  que  se  venga  á  tratar  de  algu- 
nas cosas  en  ínterin  que  durare  la  última  tregua  que  se  ha 
hecho,  pues  en  este  medio  no  podrá  hacer  falta,  teniendo 
V.  A.  por  bien  de  ordenar  que  se  le  pague  lo  que  se  le  de- 
biere, pues  según  entiendo,  está  con  necesidad,  y  para  pagar 
lo  que  debe  y  jornada  tan  larga,  habrá  bien  menester  este 
socorro :  que  la  merced  que  le  mandare  hacer  V.  A.  la  re- 
cibiré por  propia.  Dios  guarde  á  V.  A.  como  deseo.  De  Ler- 
ma á  18  de  julio,  1608. —  Serenísimo  señor. — Besa  las 
manos  de  V.  A.  su  mayor  servidor. — El  duque  y  marqués 
de  Denia. — Con  rúbrica, — Señor  archiduque  Alberto. 


115 


Curta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  ie  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  ^  de  agosto  de  1608. 

Por  el  veedor  Antonio  de  Jáuregui. 

Real  Academia  de  ¡a  Historia, — Salazar ,  A  65,  foL  159. 

Muy  ilustre  señor:  Por  el  veedor  Antonio  de  Jáuregui,  que 
me  ha  pedido  licencia  para  España ,  escribo  al  rey  mi  se- 
ñor lo  que  V.  S.  verá.  Y  pues  por  sus  largos  servicios  me- 
rece que  S.  M.  le  haga  merced ,  pido  á  V.  S.  que  le  tenga 
por  encomendado  para  favorescerle  en  lo  que  por  allá  se  le 
ofreciere,  que  yo  estimaré  lo  que  V.  S.  hiciere  en  su  bene- 
ficio. Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S. 
como  desea. — De  Bruselas  á  4  de  agosto,  1608.  —A  lo 
que  V.  S,  ordenare. — Alberto. —  Con  rúbrica. 

Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  ^  de  agosto  de  1608. 

Se  alegra  de  haber  acertado  en  enviar  á  don  Pedro  de  Toledo  para 
que  diese  el  pésame  á  la  reina  por  la  muerte  de  su  madre. — De 
las  paces  con  las  provincias  de  Holanda.— -El  marqués  de  Villa- 
franca. — Quejas  del  archiduque. — Dice  que  se  ha  comunicado  al 
landgrave  de  Lichtenberg  la  merced  que  se  le  habia  hecho  del 
toisón. — Recomienda  á  Pedro  de  Castellanos. — El  marqués  de 
Távara. 

Biblioteca  Nacional. ^Sala  de  MSS.—IiZÍ,foL  577. 

Señor  duque:  La  carta  de  V.  S.  de  los  15  del  pasado 
he  recibido  pocos  dias  há,  y  holgado  mucho  de  entender 
por  ella  todo  lo  que  V.  S.  me  dice  de  la  buena  salud  con 
que  se  hallaban  SS.  MM.  y  AA.  Dios  los  guarde  como  la 
cristiandad  lo  ha  menester  y  todos  lo  deseamos. 

Tomo  XLUI.  8 


114 

También  he  holgado  mucho  de  que  me  diga  V,  S.  que 
le  iba  mejor  de  sus  achaques,  que  sin  falta  debe  de  ayudar 
para  ello  el  temple  de  la  tierra,  que  me  dicen  es  muy  bue- 
no. Espero  que  ha  de  ser  servido  Nuestro  Señor  de  dar  á 
V.  S.  muchos  años  de  vida,  pues  la  emplea  en  su  servicio 
como  todo  el  mundo  vé.  Así  he  holgado  mucho  de  enten- 
der todo  lo  que  V.  S.  me  dice  acerca  de  como  se  habia 
dicho  á  la  reina  la  muerte  de  su  madre,  y  de  que  le  pares- 
ciese  á  V.  S.  que  habíamos  acertado  en  mandar  á  don  Pe- 
dro de  Toledo  que  diese  á  SS.  MM.  el  pésame  de  nuestra 
parle ;  y  crea  V.  S.  que  acá  no  deseamos  sino  acertar  á 
dar  gusto  á  SS.  MM.  en  cuanto  podemos,  y  excusar  el 
darles  pesadumbre,  y  así  lo  procuramos  siempre;  y  así  cuan- 
do no  se  acierte  alguna  vez  es  por  no  atinar  en  ello;  que  el 
deseo  de  acertar  es  cierto  todo  lo  que  se  debe. 

Ya  S.  M.  habrá  tenido  cartas  de  como  se  ha  concluido 
lo  de  Alemania,  y  en  esto  no  hay  que  dicir  al  presente  cosa 
de  sustancia  sino  desear  que  todo  pare  en  bien,  y  que  Nues- 
tro Señor  lo  encamine  como  mas  convenga  á  su  servicio. 

Muy  buena  ha  sido  (como  V.  S.  dice)  la  prorogacion  de 
la  tregua  por  todo  este  año ;  y  con  las  buenas  nuevas  que 
V.  S.  me  dice  habian  venido  de  la  India,  del  socorro  de  Ma- 
laca, y  lo  demás  que  allí  habia  pasado,  se  puede  muy  bien 
creer  que  los  de  Holanda  no  estarán  tan  orgullosos.  Y  por 
todo  me  ha  parescido  muy  acertada  la  resolución  que  S.  M. 
ha  sido  servido  de  tomar  en  la  materia  de  las  paces,  y  muy 
conforme  á  su  gran  cristiandad  y  celo  que  tiene  del  servi« 
ció  de  Nuestro  Señor,  el  cual  sin  duda  le  ha  de  asistir;  y 
así  quedamos  todos  con  grande  confianza  de  que  si  los  de 
las  Islas  no  quisieren  venir  á  la  razón,  que  nos  ha  de  dar 
Nuestro  Señor  contra  ellos  muy  grandes  sucesos. 

Luego  se  despachó  al  marqués  Spínola  avisándole  de  la 


H5 

resolución  y  enviándole  las  cartas  para  él,  y  ha  respondido 
lo  que  V.  S.  verá  por  lo  que  se  escribe  á  S.  M.  No  deja  de 
ser  de  inconveniente  no  hallarse  allí  Juanin ,  aunque  se  en- 
tiende que  volverla  presto. 

Por  la  duda  que  ha  movido  el  marqués  de  Guadaleste 
en  lo  de  la  navegación  de  las  Indias  en  caso  de  treguas, 
me  hará  V.  S.  mucho  placer  de  procurar  que  S.  M.  de- 
clare su  voluntad  acerca  dello ,  y  de  lo  demás  que  fuere 
servido  se  procure  en  esta  materia  de  las  Indias ,  y  esto  lo 
mas  presto  que  fuere  posible,  para  que  conforme  á  eso  se 
encamine  todo,  como  se  procurará  con  la  mayor  puntuali- 
dad que  se  pudiere. 

El  marqués  de  Viilafranca  me  ha  avisado  su  llegada  á 
París,  y  lo  que  habia  comenzado  á  tratar  en  esta  materia. 
Creo  que  habrá  de  ayudar  por  su  parte  un  pedazo  á  ella,  y 
así  le  advierto  de  lo  que  se  me  ofresce,  conforme  á  la  reso- 
lución de  S.  M.,  aunque  no  dudo  la  debe  de  saber  también, 
y  así  espero  que  encaminará  muy  bien  la  parte  que  le  lo- 
care. 

Con  lo  que  V.  S.  me  dice  en  materia  de  provisiones,  las 
aguardo  por  momentos;  porque  también  es  mas  que  nece- 
sario que  vengan  antes  que  estotras  se  acaben ,  como  lo  he 
apuntado  á  V.  S.  en  mi  última  carta.  Lo  mismo  torno  á  di- 
cir  agora,  y  á  pedir  á  V.  S.  con  todo  el  encarescimiento 
que  puedo,  lo  procure  y  crea  que  no  es  encarescimiento, 
sinoja  pura  verdad  ,  que  se  estará  en  notable  aprieto  y  pe- 
ligro de  suceder  algún  desmán,  si  no  se  envía  algo  siquiera 
para  que  no  nos  hallemos  sin  provisión,  que  será  imposible 
hallar  aquí  cosa  con  que  se  pueda  remediar.  Y  con  la  oca- 
sión de  hablar  en  materia  de  provisiones,  espero  que  no 
me  terna  á  mal  V.  S.  que  le  dé  unas  pocas  de  quejas  con 
la  llaneza  que  he  profesado  siempre ,  y  V.  S.  ha  mostrado 


H6 

holgar  de  que  la  use ,  y  son:  de  que  no  he  podido  dejar  de 
senür  ver  que  S.  M.  dé  mas  crédito  á  nadie  que  á  mí  en 
las  cosas  de  su  servicio,  y  que  cuando  bien  le  dijieren  cosa 
que  le  obligue  á  darle  algún  crédito,  no  quiera  saber  pri- 
mero de  mí  lo  que  hay  en  ello  antes  de  condenarme  ú  or- 
denar cosa  que  sea  contra  la  satisfacción  que  yo  espero  me- 
rezco que  S.  M.  tenga  de  mí,  y  del  cuidado  con  que  pro- 
curo servirle ;  porque  si  le  diese  bastante  satisfacción,  no 
habia  para  que  hacer  demostración,  y  cuando  no,  bastara 
hacerlo  conmigo  para  que  yo  me  enmendara,  sin  ponerlo  en 
los  ojos  de  lodo  el  mundo.  Digo  esto  por  las  cartas  que  S.  M. 
nos  ha  escrito  á  mí  y  á  otras  personas  con  el  último  correo, 
sobre  el  particular  de  la  distribución  de  las  provisiones:  que 
cuando  fuera  verdad  lo  que  habian  escrito  á  S.  M.  desde 
acá  della  ,  podia  yo  esperar  que  S.  M.  usara  conmigo  del 
término  que  apunto ,  cuando  mas  ,  habiendo  en  ello  lo  que 
V.  S.  verá  por  un  papel  que  será  con  esta ,  que  me  hará 
V.  S.  muchísimo  placer  de  ver  particularmente;  y  los  mis- 
mos que  han  escrito  de  acá  tan  diferentemente  de  la  verdad, 
no  lo  podrán  negar,  y  creo  que  echará  de  ver  que  no  trato 
sino  de  lo  que  conviene  al  servicio  de  S.  M. ,  y  ellos  solo 
de  calumniar  cuanto  hay,  aunque  sea  no  diciendo  verdad. 
Solo  advierto  una  cosa  á  V.  S.:  que  la  partida,  por  la  cual 
está  empeñada  la  ayuda  de  Lila,  la  cobramos  nosotros,  por 
ser  aquella  ayuda  la  de  que  comemos,  y  entender  que  no  se 
desgustará  S.  M.  de  que  ya  que  empeñamos  el  pan  que  co- 
memos por  servirle,  que  comamos  de  lo  que  S.  M.  provee, 
no  haciendo  falta  á  lo  demás,  y  contentándonos  de  cobrar 
50  mil  escudos  en  7  plazos,  lo  cual  excusaremos  también 
;  (no  gustando  S.  M.  dello)  aunque  sepamos  quedar  sin 
comer. 

Lo  otro  es  que  haya  S.  M.  escrito  al  veedor  genera^  que 


il7 

cuando  yo  no  le  mandare  borrar  las  plazas  que  yo  habia 
hecho  aclarar,  que  él  las  borre,  no  habiendo  ninguna  razón 
para  que  S.  M.  piense  que  él  lo  hará  mejor  que  yo,  ni  para 
que  S.  M.  quiera  que  el  veedor  general  ni  nadie  sepa  que 
S.  M.  duda  de  que  yo  haya  de  cumplir  lo  que  me  mandare 
con  resolución ,  pues  yo  no  trato  sino  de  servirle ,  ni  me 
va  nada  en  que  los  criados  del  uno  ó  del  otro  tengan  en- 
tretenimiento ó  le  dejen  de  tener,  y  si  ordeno  algo,  es  por- 
que me  paresce  justo,  si  me  engaño  en  ello.  Y  tras  represen- 
tar á  S.  M.  las  causas  que  me  mueven  á  ello,  si  gustare  mas 
de  otra  cosa  y  me  la  mandare,  no  debe  dudar  de  que  yo  la 
haya  de  cumplir;  á  lo  menos  pienso  que  hasta  agora  no 
tengo  dado  ninguna  ocasión  para  ello ;  y  así  confieso  á  V.  S. 
que  he  sentido  mucho  esto,  y  con  todo  he  mandado  al  vee- 
dor general  que  haga  lo  que  S.  M.  le  manda ,  y  yo  repre- 
sento á  S.  M.  las  causas  que  me  movieron  á  dar  aquella 
orden.  S.  M.  hará  lo  que  mas  fuere  servido;  pero  pues  sé 
que  el  veedor  general  ha  informado  de  lo  de  la  distribución 
de  la  provisión  tan  contra  la  verdad ,  no  puedo  dejar  de  pe- 
dir á  V.  S.  suplique  á  S.  M.  de  mi  parte  le  saque  de  aquí. 
Yo  confieso  á  V.  S.  que  há  dias  que  he  deseado  hacer  esto; 
pero  he  aguardado  ocasión  con  que  poderlo  hacer,  constan- 
do á  la  clara  su  ruin  término,  y  la  poca  verdad  que  trata 
siempre.  Y  si  quiere  informarse  V.  S.  de  su  limpieza,  ha- 
llará lo  que  yo  no  quiero  dicir,  porque  seria  muy  larga  esta. 
Y  si  destas  mis  quejas  le  paresciere  á  V.  S.  dar  cuenta  á 
S.  M.,  hágalo,  que  yo  confío  que  lo  hará  de  manera  que  no 
se  canse  S.  M.,  y  sirva  de  que  se  acuerde  del  respeto  con 
que  siempre  he  cumplido  lo  que  me  ha  mandado,  y  el  celo 
con  que  acudo  á  todo  lo  que  se  ofresce  de  su  servicio. 

Al  Landgrave  he  hecho  saber  la  merced  que  V.  S.  me 
dice  le  hace  S.  M.  en  lo  del  tusón  ;  sé  que  la  estimará 


118 

cuanto  debe.  V.  S.  me  hará  mucho  placer  en  procurar  que 
S.  M.  haga  merced  á  Pedro  de  Castellanos  en  alguna 
de  las  cosas  que  pretende  por  el  memorial  que  será  con  ^es- 
ta, que  por  lo  que  me  ha  servido,  holgaré  mucho  del  bien 
y  merced  que  se  le  hiciere.  Nuestro  Señor  guarde  á  V.  S. 
con  la  salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  á  6  de  agosto, 
año  1608. —  Alberto. — Con  rúbrica. 

Tenemos  aquí  al  marqués  de  lavara  que  nos  hace 
muy  buena  relación  de  todo  lo  de  ahí,  con  que  huelga 
cuanto  debo. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  7  de  agosto  de  1608. 

Recomienda  á  don  Francisco  de  Córdoba. 

Real  Academia  de  la  üüíoria.— Solazar ,  A  63,  foL  141. 

Muy  ilustre  señor:  En  conformidad  de  loque  V.  S.  me 
ha  escrito  por  don  Francisco  de  Córdoba ,  le  he  concedido 
hcencia  y  mandado  pagar  lo  que  se  le  debe  de  su  sueldo  en 
la  forma  que  del  mismo  entenderá  V.  S. ,  quien  por  lo  que 
escribo  á  S.  M.  verá  lo  que  le  suplico  le  haga  merced  co- 
mo la  merece  por  sus  buenas  partes  y  servicios.  Y  pues 
V.  S.  tiene  la  afición  que  muestra  á  don  Francisco,  no  se- 
rá necesario  encargarle  yo  le  favorezca  para  que  la  reciba 
de  S.  M.  muy  cumplida ,  de  que  me  holgaré  lo  que  es  ra- 
zón. Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S. 
como  desea, — De  Bruselas  á  7  de  agosto,  1608.  —  A  lo 
que  V.  S.  ordenare. — Alberto. t-Cow  rúbrica. 


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Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  her- 
ma, fecha  en  Bruselas  ál  de  agosto  de  1608. 

Necesidad  de  tener  hechas  provisiones  si  se  ha  de  volver  á  la  guer- 
ra con  las  provincias  rebeldes.—Juslifica  á  su  esposo  en  lo  que 
mira  al  empleo  del  dinero  que  se  envía  de  España. — Pondera  el 
gusto  con  que  ha  oído  las  últimas  nuevas  de  la  corte.— Recomien- 
da al  doctor  Paez,  á  don  Alonso  de  Luna  y  á  Pedro  Castellanos. 

Bihlioíeca  Nacional. — Sala  de  MSS. — /  451,  fol.  645. 

Duque:  Muy  bien  recibidas  fueron  las  cartas  de  15  de 
julio,  porque  eran  muy  deseadas,  y  nos  parecía  tardaba  ya 
aquel  correo  con  la  resolución  que  se  aguardaba.  La  que 
ha  tomado  mi  hermano  en  aquel  negocio  es  la  que  podía- 
mos desear,  y  tan  acertada  como  todas  las  cosas  que  hace, 
y  así  espero  que  la  ha  de  ayudar  Nuestro  Señor,  por  mas 
que  haya  quien  nos  desayude,  como  se  habrá  visto  por  las 
cartas  de  don  Pedro  de  Toledo. 

Para  todo  lo  que  puede  suceder  importa  mucho  tener 
hechas  las  provisiones,  y  mas  si  se  ha  de  volver  á  la  guer- 
ra, pues  se  irán  tan  presto  los  meses  que  quedan  de  la  tre- 
gua, y  no  es  bien  nos  hallen  desapercibidos.  Lo  que  cues- 
tan las  provisiones  sé  muy  bien,  y  así  me  pesa  cada  vez 
que  es  fuerza  pedillas.  Yo  espero  que  con  lo  que  mi  pri- 
mo os  escribe ,  veréis  como  no  se  ha  salido  de  lo  que  tiene 
mandado  mi  hermano  en  la  distribución  dellas,  y  cuan 
grandes  mentiras  son  las  que  de  acá  se  han  escrito  so- 
bre esto.  Gonfiésoos  que  estamos  muy  sentidos  de  que  ahí 
se  dé  crédito  á  cosas  semejantes  sin  averiguar  la  verdad 
primero,  pues  si  se  viesen  los  tanteos  que  de  acá  se  envían, 
se  habría  visto  por  ellos  la  verdad  de  todo ,  y  ojala  tuviese- 


120 

des  lugar  con  vuestras  ocupaciones  para  vellos,  que  os  los 
enviaríamos  siempre;  pero  ya  yo  sé  que  con  ellos  no  podéis 
acudir  á  todo,  y  no  podemos  dejar  de  quejarnos  del  conse- 
jo, pues  los  tienen  allí  y  harto  lugar  para  vellos.  Pero  lo 
que  mas  hemos  sentido,  es  que  piense  mi  hermano  que 
há  de  haber  naide  que  le  obedezca  mejor  que  mi  primo, 
pues  creo  tiene  hecha  esperiencia  de  lo  que  puede  fiarse, 
y  ojalá  que  los  que  escriben  estas  cosas  mirasen  tanto  por 
el  servicio  de  mi  hermano ,  como  miran  por  su  particular 
interés. 

Con  razón  ha  sentido  la  reina  la  muerte  de  su  madre, 
porque  lo  era  mucho  de  sus  hijos ,  y  cierto  hará  harta  fal- 
ta para  su  tierra,  á  donde  no  sé  que  tanto  se  pueda  esperar 
del  concierto  que  se  ha  hecho  entre  el  emperador  y  su  her- 
mano ,  que  plega  á  Dios  dure  mas  que  algunos  se  pro- 
meten. 

Muy  buena  habrá  sido  la  jornada  de  Lerma,  y  aquello 
me  dicen  es  lindísimo  para  verano,  y  mas  como  vos  lo  ha- 
béis compuesto ,  que  como  ha  sido  con  fin  de  que  sirva 
para  dar  gusto  á  mi  hermano,  ya  yo  sé  cuan  bien  estará; 
y  yo  me  he  entretenido,  ya  que  no  lo  puedo  gozar  de  otra 
manera,  con  oir  contar  al  de  lavara  cosas  de  allá.  Hemos 
holgado  mucho  con  él  y  yo  le  he  hallado  un  gigante;  y 
cuando  veo  estas  criaturas  que  dejé,  tan  hombres  y  llenas 
de  hijos,  me  parezco  vejísima.  He  holgado  mucho  de  saber 
nuevas  de  él,  y  me  las  ha  dado  muy  buenas  de  vos  y  to- 
da vuestra  gente,  que  siempre  lo  son  para  mi.  De  aquí  no 
hay  ningunas  sino  que  ha  hecho  unos  ocho  dias  que  no  han 
sido  ni  de  Lerma  ni  de  Flándes,  porque  hemos  pensado  aho- 
garnos de  calor ,  pero  ya  ha  refrescado  un  poco. 

Gomo  deseamos  que  el  doctor  Paez  acabe  de  traer  á  su 
mujer  para  que  esté  de  asiento,  y  entiendo  aguarda  su  yer- 


121 

no,  que  se  consulte  á  mi  hermano  la  pretensión  de  su  hábi- 
to, os  pido  hagáis  dar  prisa  á  esto  en  el  Consejo  de  Aragón 
y  deis  esa  memoria  á  mi  hermano,  que  es  sobre  lo  que  ve- 
réis del  oficio  que  tiene  en  Valencia.  También  no  puedo 
dejar  de  encomendaros  á  don  Alonso  de  Luna  sobre  la  pre- 
tensión que  tiene  del  castillo  de  Gante,  que  ha  servido  mu- 
cho y  muy  bien ;  y  por  habello  hecho  de  Pedro  Castellanos 
mi  primo,  os  pido  acordéis  á  mi  hermano  le  haga  merced 
en  sus  pretensiones.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo 
mucho.  Háme  pesado  de  la  muerte  del  patriarca  de  las  In- 
dias que  era  bonísimo  hombre.  Y  Dios  os  guarde  como  de- 
seo.—De  Bruselas  á  7  de  agosto,  1608. — Isabel. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lernia, 
fecha  en  Bruselas  á  8  de  agosto  de  1608. 

,  Por  don  Diego  de  Vargas  Vivero. 

Real  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  65,  fol.  143. 

Muy  ilustre  señor:  Don  Diego  de  Vargas  Vivero,  gen- 
til hombre  de  mi  boca,  sirve  á  S.  M.  y  á  mí  en  estos  Es- 
tados con  entera  satisfacción.  Pretende  que  S.  M.  le  haga 
merced  de  un  hábito,  en  consideración  de  sus  servicios  y 
de  estarlos  aquí  continuando,  y  de  los  de  don  Francisco  de 
Vargas,  del  hábito  de  Santiago,  su  padre,  el  cual  sirvió  en 
algunas  jornadas  que  hizo  don  Juan  de  Austria ,  y  á  mí  de 
gentil  hombre  de  mi  boca,  y  en  Italia  visitó  los  caballeros 
de  Santiago,  y  acabada  esta  visita  murió  en  Ñápeles.  Y  sus 
abuelos  fueron  empleados  en  servicio  de  las  personas  reales 
en  oficios  de  paz  y  guerra,  y  fueron  alcaides  de  los  alcáza- 


122 

res  de  Madrid.  Y  por  ser  estas  causas  tan  justas,  he  querido 
pedir  á  V.  S.  como  por  otra  lo  he  hecho,  le  tenga  por  enco- 
mendado, y  ayude  y  ñivorezca  en  esta  pretensión  hasta  que 
la  alcance.  Y  todo  lo  que  V.  S.  hiciere  por  él  lo  eslimaré  y 
agradeceré  como  es  justo,  cuya  muy  ilustre  persona  Nues- 
tro Señor  guarde  y  prospere  como  desea. — Bruselas  agos- 
to 8,  1608. — Alo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto.  — Cow  rU- 
brica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma , 
fecha  en  Bruselas  á  20  de  agosto  de  1608. 

Por  el  marqués  de  Montenegro. 
JReal  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  63,  fol.  445. 

Muy  ilustre  señor :  Escribo  al  rey  mi  señor  lo  que  V.  S. 
verá  por  el  marqués  de  Montenegro  que  va  á  España  con 
licencia  mia  á  procurar  que  S.  M.  le  haga  merced  en  pre-^ 
mió  de  sus  servicios.  Y  mereciendo  recibirla  por  ellos,  y 
teniendo  la  experiencia  y  buenas  partes  necesarias  para 
acertar  á  servir  en  cualquier  puesto  que  S.  M.  le  mandare 
ocupar,  estoy  cierto  que  hallará  en  V.  S.  el  favor  y  ampa- 
ro que  podrá  desear  para  conseguir  la  recompensa  de  sus 
servicios.  Y  por  lo  que  deseo  que  la  tenga,  y  que  S.  M.  le 
honre  conforme  á  sus  méritos,  pido  á  Y.  S.  que  lo  procu- 
re por  su  parte,  obligándome  en  ello  como  lo  hará. — Nues- 
tro Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como 
deseo.  —  De  Bruselas  á  20  de  agosto  de  1608.  — A  lo  que 
V.  S.  ordenare. — Alberto.  —  Con  rúbrica. 


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Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  24  de  agosto  de  1608. 

Insiste  en  la  necesidad  de  que  se  provea  pronto  al  ejército. 

Biblioteca  Nacional,— Sala  de  MSS.—1 151,  foL  S81. 

Señor  duque :  El  ver  que  se  nos  va  pasando  agosto  y 
que  hasta  agora  no  tengamos  aviso  de  haber  tomado  S.  M. 
alguna  resolución  en  materia  de  provisiones ,  me  obliga  á 
volver  á  cansarle,  escribiéndole  sobredio,  y  también  á 
V.  S.  pidiéndole  con  to3o  el  encarescimiento  que  puedo , 
suplique  á  S.  M.  se  sirva  de  mandar  proveer  alguna  cosa 
con  que  se  pueda  ir  entreteniendo  esto  mientras  S.  M.  se 
sirve  de  mandar  proveer  lo  que  es  necesario  para  este  ejér- 
cito ,  como  se  le  ha  representado  muchas  veces;  y  crea 
V.  S.  que  la  pura  necesidad  y  el  ver  que  ya  aquí  no  hay 
remedio  alguno  de  hallar  cosa  de  consideración,  me  obliga 
á  importunar  tantas  veces  sobre  esto,  sin  tener  otra  cosa 
que  dicir  demás  de  lo  dicho  tantas  veces,  sino  que  me  ser- 
virá de  descargo  en  cualquier  desgracia  que  suceda,  si  bien 
no  se  remedia  con  ello  el  daño.  V.  S.  lo  considere  por  amor 
de  Dios  y  no  dé  lugar  á  ello. 

También  me  ha  parescido  enviar  á  S.  M.  una  carta  que 
tuve  anoche  del  marqués  Spínola,  en  que  dice  lo  que  había 
hecho  en  cumplimiento  de  la  orden  de  S.  M.;  y  porque 
V.  S.  lo  verá  todo,  me  remito  á  ello,  y  acabo  esta  con  di- 
cir que  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — 
De  Bruselas  á  24  de  agosto,  año  1608. — Alberto.  —  Con 
rúbrica. 


124 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  Ler* 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  24  de  agosto  de  1608. 

Pide  que  se  mande  la  provisión  ordinaria  del  mes  de  setiembre. 
Biblioieca  NacionaL^Sala  de  3ÍSS.^  1 131,  foL  647. 

Duque  :  Aunque  haya  poco  que  decir  de  acá  después 
que  escribimos,  no  quiero  dejar  de  hacer  esto  con  este  cor- 
reo que  despacha  mi  primo,  á  dar  prisa  á  las  provisiones, 
pues  se  acaban  con  este  mes,  y  de'él  faltan  tan  pocos  dias; 
y  si  no  vienen  á  tiempo  para  el  otro,  temo  mucho  nos  he- 
mos de  ver  en  mucho  aprieto  con  esta  gente,  y  estas  co- 
sas cuestan  después  mucho  mas  á  la  hacienda  de  mi  her- 
mano ;  y  así  os  pido,  si  no  estuviere  dada  orden  en  la  provi- 
sión del  mes  que  viene ,  procuréis  se  dé  luego ,  por  lo  que 
importa,  y  yo  espero  habréis  ya  visto  como  se  distribuye 
diferentemente  de  lo  qne  ahí  habían  informado. 

Con  las  nuevas  que  ha  traído  el  ordinario  que  llegó 
ayer,  de  la  salud  de  mí  hermano,  quedamos  muy  contentos; 
espero  las  tendremos  presto  mas  frescas  y  estas  siempre  se 
desean.  De  aquí  no  hay  ningunas  sino  haber  refescado. 
De  vos  y  vuestra  gente  las  deseo  muy  buenas  y  que  os  guar- 
de Dios  como  deseo.  —  De  Bruselas  dia  de  San  Bartolomé 
1608.— Isabel. 


i25 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  oí  de  agosto  de  1608. 

Le  da  las  gracias  por  la  parte  que  ha  tenido  en  el  envío  de  provi- 
siones.— ^De  la  tregua  con  los  holandeses.  —  El  duque  de 
Mantua. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS, — / 151,  fol.  583. 

Señor  duque:  Estando  boy  para  escribir  á  V.  S.  sobre 
lo  que  después  diré,  rescibí  su  carta  de  los  17  deste,  con  que 
holgué  cuanto  V.  S,  puede  considerar,  así  por  las  buenas 
nuevas  que  me  da  de  la  salud  de  SS.  MM.  y  AA.,  como  por 
la  provisión  que  ha  venido  con  ellas,  que  ha  venido  al  me- 
jor tiempo  del  mundo ,  y  así  quedo  contentísimo  dello ,  dan- 
do á  V.  S.  las  gracias  que  puedo  por  haberlo  encaminado 
así ,  pidiéndole  no  alce  la  mano  de  procurar  se  continúen  las 
provisiones  con  esta  puntualidad ,  que  demás  de  que  con  eso 
se  podrá  sustentar  el  ejército  razonablemente  (mientras  no 
hubiere  de  trabajar)  se  ahorrarán  los  intereses  y  otros  incon- 
venientes que  resultan  de  haber  de  andar  buscando  y  men- 
digando estas  provisiones. 

Lo  que  tenia  que  escribir  á  V.  S.  era  dicirle  como  en- 
viaba á  S.  M.  dos  despachos  que  yo  he  tenido  estos  dias 
del  marqués  Spínola;  por  ellos  verá  V.  S.  como  queda  rota 
ya  la  plática  de  la  paz,  y  la  poca  apariencia  que  hay  de 
cuajar  la  de  la  tregua  ;  y  porque  en  fin  S.  M.  sea  el  que 
diere  el  último  golpe  y  resolución  en  esta  materia ,  escribo 
al  marqués  que  procure  entretener  la  plática  hasta  que  po- 
damos tener  respuesta  de  S.  M.  á  este  despacho ,  sin  pren- 
darse en  nada,  y  así  me  hará  V.  S.  mucho  placer  en  pro- 


126 

curar  que  se  nos  avise  volando  de  la  resolución  de  S.  M., 
que  aun  desa  manera  temo  que  la  tomarán  los  Estados  pri- 
mero. 

De  las  cosas  de  Francia  no  digo  nada  á  V.  S.,  que  no 
dudo  que  don  Pedro  de  Toledo  avisará  de  lo  que  allí  pasa 
con  la  particularidad  que  conviene.  Sírvase  Nuestro  Señor 
de  encaminarlo  todo  como  mas  convenga  á  su  servicio,  y  de 
dar  buen  suceso  al  marqués  de  Santa  Cruz,  que  gran  cosa 
seria  que  saliese  bien  aquella  empresa ,  como  lo  quiero  es- 
.  perar  y  que  vernán  á  salvarnos  las  flotas. 

Aquí  senos  ha  entrado  por  las  puertas  el  duque  de  Man- 
tua sin  dicirnos  nada,  anteayer,  y  se  parle  mañana.  Mués- 
trase (como  debe)  aficionado  al  servicio  de  S.  M.,  y  creo  lo 
hará  con  los  efetos  cuando  sea  menester.  Con  que  se  acaba 
lo  que  tengo  que  dicir  al  presente  á  V.  S.,  y  esta  con  que 
Dios  le  guarde  como  deseo. — De  Bruselas  á  oí  de  agosto, 
ano  1008. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  i9  de  setiembre  de  1608. 

En  recomendación  de  Pedro  Montanana. 

Beal  Academia  de  la  Historia, — Solazar,  A  63,  foL  147. 

Muy  ilustre  señor:  Al  rey  mi  señor  escribo,  lo  que  V.  S. 
verá,  por  Pedro  Montanana,  secretario  que  ha  sido  de  don 
Guillen  de  Sant  Clemente  en  la  embajada  de  Alemania,  y 
servido  en  ella  hasta  ahora,  que,  por  haber  muerto  don 
Guillen,  va  á  España  á  dar  cuenta  de  las  cosas  della  y  su- 
plicar á  S.  M.  le  haga  merced  por  sus  servicios.  Y  mere- 


127 

ciendo  recibirla  por  ellos,  pido  á  V.  S.  que  lo  procure  por 
su  parte ,  favoreciéndole  en  todo  lo  que  se  le  ofreciere ,  que 
yo  lo  estimaré  en  lo  que  es  razón ,  deseando  que  para  ello 
le  aproveche  mi  intercesión.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy 
ilustre  persona  de  V.  S.  como  deseo. — De  Bruselas  á  19  de 
setiembre,  1608. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — 
Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  20  de  setiembre  de  1608. 

Se  inclina  á  la  paz. —  Pide  la  provisión  de  octubre  y  hace  presente 
la  necesidad  de  mayores  recursos  en  caso  de  renovarse  la  guerra. 

mUioíeca  Nacional.— Sala  de  MSS.—I  ÍZÍ,^foL  S85. 

Señor  duque :  Estoy  contando  las  horas  que  me  pares- 
ce  va  tardando  el  correo  que  se  despachó  de  aquí  á  último 
del  pasado,  por  lo  que  van  apretando  los  Estados  á  nues- 
tros deputados  á  que  vengan  en  lo  que  ellos  pretenden,  ó 
se  vengan ,  como  lo  verá  V.  S.  por  los  despachos  que  se 
envían  á  S.  M..  y  el  medio  que  ha  propuesto  Juanin,  que 
me  ha  parescido  no  desechar,  por  entretener  con  eso  la  plá- 
tica, y  que  le  quedo  á  S.  M.  la  puerta  abierta  para  escoger 
y  resolver  lo  que  mas  fuere  servido,  pues  estará  en  su  ma- 
no lo  de  la  ractificacion.  En  esta  materia  no  me  queda  que 
dicir  tras  lo  que  tengo  dicho  en  ella,  sino  pedir  á  V.  S.  que 
por  amor  de  Dios  se  pondere  y  considere  bien ,  sin  dar  lu- 
gar á  apariencias  ó  pasiones  de  los  que  desean  la  guerra, 
considerando  lo  que  es  menester  para  ella,  que  aunque  yo 
sé  que  todo  esto  le  es  muy  presente  á  V.  S.,  lo  torno  apun- 


128 

tar ,  por  cumplir  con  lo  que  entiendo  que  soy  obligado ;  tras 
esto  espero  que  Dios  lerna  á  S.  M.  de  su  mano,  y  le  alum- 
brará para  que  acierte  á  tomar  la  resolución  que  mas  con- 
venga á  su  servicio;  y  así  entenderé  que  lo  será  la  que 
S.  M.  fuere  servido  de  tomar. 

Acuerdo  á  V.  S.  que  estamos  en  fin  de  setiembre  y  que 
no  ha  venido  provisión  para  octubre,  pidiéndole  que  por 
amor  de  Dios  procure  venga  luego ,  si  acaso  no  estuviese 
ya  por  el  camino,  y  que  para  lo  de  adelante  se  trate  luego 
de  provisiones  gallardas ,  particularmente  si  hubiéramos  de 
tener  guerra ,  pues  hay  tanto  que  apercibir  para  ella ,  que 
será  menester  mucho  tiempo  y  dinero  para  ello,  y  para  la 
gente  de  guerra  mas  que  todo :  que  si  se  tratase  de  sacarla 
en  campaña  sin  darle  algunas  pagas ,  se  puede  tener  por 
cierto  que  tomaria  alguna  ruin  resolución.  V.  S.  con  su 
mucha  prudencia  lo  considerará  todo,  y  encaminará  lo  que 
\'iere  que  conviene  mas  al  servicio  de  S.  M.,  que  es  lo  que 
lodos  deseamos,  y  yo  particularmente  que  Nuestro  Señor 
guarde  á  V.  S.  con  mucha  salud  y  contento. — De  Bruselas 
á  20  de  setiembre,  año  1G08. — Alberto. — Con  rúbrica. 


129 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  her- 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  20  de  setiembre  de  1608. 

Se  dan  largas  á  las  conferencias  de  la  paz  á  fin  de  que  pueda  to- 
mar el  rey  la  resolución  que  considere  mas  oportuna. 

Biblioteca  Nacional—Sala  de  MSS,—1 131 ,  fol.  649. 

Duque :  Por  los  despachos  que  lleva  este  correo  enten- 
deréis lo  que  acá  hay  de  nuevo.  Yo  os  confieso  nos  hemos 
visto  muy  perplejos  para  tomar  esta  resolución,  por  no  te- 
ner tiempo  para  consultalla  á  mi  hermano  y  saber  su  volun- 
tad ,  que  es  la  que  deseamos  seguir  en  todo  siempre ,  pero 
habiéndolo  encomendado  mucho  á  Nuestro  Señor  y  hécho- 
selo  pedirá  todos  los  que  tenemos  por  buenos,  para  que 
nos  alumbrase  lo  que  habia  de  ser  mas  para  su  servicio,  se 
ha  tomado  la  resolución  que  entenderéis,  procurando  no 
prendar  en  nada  á  mi  hermano,  sino  tomándolo  sobre  nos- 
otros, de  manera  que  mi  hermano  quede  libre  para  poder 
romper  ó  no  como  viere  le  está  mejor,  y  pareciéndonos  que 
era  mejor  sustentar  esta  plática  como  se  pudiese,  para  que 
mi  hermano  rompa  si  le  parece  que  está  bien ,  y  tiene  su 
hacienda  para  acudir  á  hacer  la  guerra  como  seria  menes- 
ter, que  esto  ahí  se  juzgará  mejor  de  lo  que  lo  haremos  acá, 
que  no  que  sean  ellos  los  que  rompan,  estando  muy  aper- 
cibidos y  con  las  ayudas  que  tienen  de  nuevo  ahora  de 
Francia,  como  habrá  escrito  don  Pedro  de  Toledo,  y  de  to- 
das partes;  y  así  no  puedo  dejar  de  acordaros  que  para 
cualquiera  cosa  es  menester  dar  prisa  á  las  provisiones ,  y 
mas  estando  tan  al  cabo  las  deste  mes,  y  no  habiendo  aun 
avisado  que  estén  hechas  las  del  que  viene,  aunque  yo  es- 
ToMO  XLIII.  9 


i30 

toy  segura  que  no  os  descuidareis  de  hacer  en  esto  lodo  lo 
posible,  y  aun  mas  como  vemos  se  ha  hecho  otras  veces. 

De  aquí  no  hay  que  decir  fuera  desto,  sino  desear  mu- 
cho cartas  de  ahí,  que  ha  muchos  dias  que  tardan,  á  lo 
menos  á  mí  así  me  lo  parece,  y  mas  sabiendo  las  tercia- 
nas que  andan  en  Valladolid,  que  me  tiene  con  cuidado, 
aunque  las  cartas  del  ordinario  me  sacaron  un  poco  del,  y 
digo  un  poco  porque  siempre  son  viejas.  Dios  nos  traiga 
muy  buenas  nuevas.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo 
mucho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo.— De  Bruselas  á  20 
de  setiembre,  1608. — Isabel. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  25  de  setiembre  de  1608. 

Por  don  Rodrigo  Nuno  y  Laso. 
Bihlioieca  Nacional.^ Sala  de  MSS.—IÍZi,  fol,  587. 

Señor  duque :  Don  Rodrigo  Ñuño  y  Laso  me  ha  repre- 
sentado tan  apretadamente  la  necesidad  que  tiene  para  acu- 
dir á  cosas  de  su  casa ,  que  me  he  hallado  obligado  á  dar- 
le licencia  para  ello ,  y  pedir  á  V.  S.  le  tenga  por  encomen- 
dado para  todo  lo  ^ue  por  allá  se  le  ofresciere,  y  particu- 
larmente que  le  ayude  en  la  pretensión  que  tiene  de  que 
S.  M.  se  sirva  de  él  como  V.  S.  lo  tiene  entendido ,  en  que 
tengo  por  cierto  acertaría  á  servir  á  S.  M. ,  y  yo  lo  esl ima- 
ria particularmente  por  las  obligaciones  que  tengo  á  don 
Rodrigo,  y  así  me  hará  V.  S.  muchísimo  placer  en  procu- 
rarlo. 

También  creo  que  tratará  don  Rodrigo  de  que  S.  M. 


i31 

le  mande  desobligar  de  una  obligación  que  tiene  hecha  á 
unos  hombres  de  negocios,  que  á  su  instancia  dieron  dinero 
para  el  servicio  de  S.  M.  en  una  ocasión  bien  apretada  que 
hubo;  y  por  ser  una  cosa  tan  puesla  en  razón  y  aun  de  tan- 
ta obligación,  no  puedo  dejar  de  pedir  á  V,  S.  encamine 
como  don  Rodrigo  sea  sacado  de  esta  obligación,  en  que 
me  hará  V.  S.  también  muy  gran  placer;  y  porque  esta  no 
es  para  mas ,  la  acabo  con  dicir  que  Dios  guarde  á  V.  S. 
con  la  salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  á  25  de  setiem- 
bre, año  1608. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  Ler- 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  25  de  setiembre  de  1608. 

Por  don  Rodrigo  Laso. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS,—1 131 ,  fol  651 . 

Duque:  Yendo  don  Rodrigo  Laso  ahí  á  sus  negocios, 
no  he  querido  se  vaya  sin  esta  para  pediros  acordéis  á  mi 
hermano  haga  merced  en  esta  ocasión  á  don  Rodrigo,  con- 
forme á  lo  que  tiene  servido  como  sabéis,  y  creo  por  la 
amistad  que  siempre  habéis  bccho  á  don  Rodrigo,  que  ha- 
bré menester  pedh'os  poco  que  le  ayudéis;  porque  sé  que  lo 
haréis  de  buena  gana ;  pero  por  lo  que  don  Rodrigo  nos  ha 
servido,  no  puedo  dejar  de  deciros  que  me  haréis  mucho 
placer;  y  pues  él  os  dirá  lo  que  de  aquí  se  ofrece  no  me 
alargaré  mas.  Dios  os  guarde  como  deseo.' — De  Bruselas  á 
25  de  setiembre,  1608. — Isabel. 


132 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  á  S.M.,  fecha  en  Bru» 
selas  áZ  de  octubre  de  1608. 

Por  Pedro  de  Ibarra. 

Real  Academia  de  la  ffistoria.—Salazar ,  A  63,  fol.  151. 

S.  G.  R.  M. 

Pedro  de  Ibarra,  que  esta  dará  á  V.  M. ,  va  á  servir  la 
plaza  de  contador  de  resultas ,  de  que  (según  me  ha  refe- 
rido) le  ha  hecho  V.  M.  merced  en  consideración  de  sus 
largos  servicios .  los  cuales  estoy  informado  que  ha  conti- 
nuado en  estos  Estados  de  veinte  y  ocho  años  á  esta  parte 
sin  hacer  ausencia  dellos ,  ocupándose  de  ordinario  en  di- 
ferentes cosas  y  comisiones  de  su  profesión,  procediendo 
con  rectitud  y  limpieza,  y  dando  buena  cuenta  de  lo  que  se 
le  ha  encomendado;  por  lo  que  se  emplea  bien  en  él  la  mer- 
ced que  V.  M.  le  ha  hecho,  suplicando  á  V.  M.  muy  de 
veras ,  se  sirva  de  mandársela  hacer  en  las  ocasiones  que 
adelante  se  ofrescieren  de  su  acrecentamiento,  conforme  á 
sus  largos  servicios,  que  yo  la  recibiré  en  ello  de  V.  M.,  á 
quien  Nuestro  Señor  guarde  con  la  salud  y  acrecentamien- 
to de  Estados  que  yo  deseo. — De  Bruselas  á  3  de  octubre, 
1608.— S.  G.  R.  M.— Besa  las  manos  de  V.  M.  —Alber- 
to.— Con  rúbrica. 


133 


Carla  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  7  de  octubre  de  1608. 

Estado  de  las  negociaciones  con  Holanda  sobre  el  tratado  de  paz. 

Biblioteca  Nacional.— -Sala  de  MSS.—1 131 ,  fol  591. 

Señor  duque:  Confieso  á  V.  S.  que  me  tiene  con  pena 
ver  pasar  tantos  días  sin  que  venga  respuesta  de  S.  M.  á 
lo  que  todos  estos  dias  se  le  ha  ido  escribiendo  acerca  de  la 
negociación  con  los  de  Holanda,  deseando  yo  sumamente 
acertar  á  encaminarla  lo  mas  conforme  á  la  voluntad  y  gus- 
to de  S.  M.  que  fuese  posible ,  y  así  saber  y  entenderle  por 
horas;  pero  pues  S.  M.  no  es  servido  dello,  debe  de  ser  esto 
lo  que  mas  conviene,  y  con  todo  me  ha  parescido  enviar 
agora  persona  expresa  con  este  despacho ,  para  que  acuer- 
de á  V.  S.  la  resolución,  y  que  procure  que  vuelva  con  ella 
con  la  mayor  brevedad  que  sea  posible ,  y  así  se  lo  pido  á 
V.  S.  con  todo  el  encarescimiento  que  puedo. 

Por  el  despacho  que  se  envía,  entenderá  V.  S.  lo  que 
ha  pasado  en  esta  negociación  después  de  mi  último  despa- 
cho, que  fué  á  los  20  del  pasado,  y  como  ha  venido  el 
marqués  Spínola  y  los  demás  diputados ,  y  en  fin  el  esta- 
do en  que  esto  queda,  acerca  de  lo  cual  me  ha  parescido 
apuntar  á  V.  S.  y  pedirle  por  amor  de  Dios,  que  procure 
se  mire  este  negocio  con  mucha  consideración,  y  sin  dar  lu- 
gar á  apasionados  por  la  guerra,  se  acuerde  V.  S.  cuantas 
veces  me  ha  escrito  la  dificultad  que  habia  de  poder  con- 
tinuar las  provisiones  para  ella  y  el  trabajo  con  que  se  jun- 
taban siempre ,  y  conforme  á  eso,  procure  V.  S.  que  se  to- 
me tal  resolución,  que  se  excuse  cuanto  fuere  posible  el  ve- 


134 

iiir  á  los  aprietos  á  que  será  fuerza  venir  si  la  guerra  conli- 
núa,  sin  haber  los  medios  necesarios  para  ella,  y  mientras 
esto  no  se  concluye,  se  haga  la  provisión  que  se  apunta  á 
S.  M.  por  este  despacho,  asigurando  á  V.  S.  que  es  lo  for- 
zoso, y  que  tratar  de  deíensiva,  seria  la  total  perdición 
desto,  y  que  este  negocio  no  admite  medio,  entre  la  guer- 
ra ofensiva  y  muy  viva,  y  la  cesasion  de  las  armas  por  paz 
ó  tregua.  Y  remitiéndome  en  fin,  á  lo  que  el  marqués  Spi- 
nola  representa  acerca  de  toda  esta  materia  con  particula- 
ridad excusaré  de  usar  en  esta  carta  de  más,  y  volviendo  á 
pedir  á  V.  S.  que  procure  que  S.  M.  se  resuelva  con  la 
mayor  brevedad  que  sea  posible,  y  mande  responder  con 
la  misma,  acabaré  rogando  á  Nuestro  Señor  que  guarde  á 
V.  S,  como  deseo. — De  Bruselas  á  7  de  octubre,  año  1608. 
— Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  ál  de  octubre  de  1608. 

Eü  recomendación  de  Mateo  de  Urquina. 
llml  Academia  de  la  Eísíoria. — Salazar ,  A  63,  fol.  155. 

Muy  ilustre  señor:  V.  S.  sabe  cuan  justo  es  honrar  y 
premiar  á  los  que  sirven  como  deben ,  y  esto  rae  obliga  á 
enviar  con  el  despacho  que  va  agora  á  Mateo  de  Urqui- 
na ,  por  quien  suplico  á  S.  M.  lo  que  V.  S.  verá.  Pido  muy 
de  veras  á  V.  S.  le  favorezca  y  ampare,  teniendo  la  mano 
en  que  sea  honrado  y  acrecentado  de  la  de  S.  M.  conforme 
lo  merecen  sus  fieles  y  buenos  servicios ,  que  yo  lo  estima- 


135 

ré  en  lo  que  es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilus- 
tre persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  7  de  oc- 
tubre, 1608. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. —  Alberto.— -Cow 
rubrica. 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  Ler^ 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  7  de  octubre  de  1608. 

Desea  que  se  haga  la  paz  con  Holanda ;  pero  que  si  se  ha  de  volver 
á  la  guerra,  opina  que  sea  ofensiva  y  no  defensiva  solamente. 

Biblioteca  Nacional—Sala  de  MSS.—  IlZi,  fol.  564. 

Duque:  Por  los  despachos  de  mi  primo  y  el  marqués 
Spínola  entenderéis  lo  que  hay  de  nuevo  después  que  es- 
cribimos y  en  el  estado  que  queda  este  negocio  de  la  tre- 
gua. Yo  no  he  podido  dejar  de  decir  á  mi  hermano  lo  que 
me  paresce  conviene  á  su  servicio  porque  me  paresce  si 
viendo  de  la  manera  que  está  lo  de  aquí ,  y  sabiendo  lo  que 
me  habéis  escrito  del  estado  en  que  está  la  hacienda  de  mi 
hermano,  no  lo  hiciera  ansí,  no  cumpüa  con  lo  que  era 
obligada,  pues  naide  desea  ni  tiene  razón  ni  mayor  obli- 
gación que  yo  para  desear  que  se. acierte  el  servicio  de  mi 
hermano,  y  yo  pienso  cierto  que  el  acetar  la  tregua  consi- 
deradas todas  las  razones  que  hay  para  ello  y  el  estado  en 
que  estamos  allá  y  acá,  y  el  en  que  están  nuestros  enemi- 
gos, que  seria  lo  mas  acertado  para  todos  como  pienso  y 
estoy  cierta  que  lo  considerareis  como  conviene;  pero  por 
cumplir  con  lo  que  os  tengo  prometido  de  escribiros  llana- 
mente, no  puedo  dejar  de  pediros  que  en  este  negocio  no 
os  aconsejéis  con  personas  apasionadas ,  y  que  lo  podrían 


136 

estar  por  la  guerra  por  su  propio  particular  y  interés,  ni  por 
otras  informadas  de  las  de  acá  que  tiran  á  este  raismo  fin, 
porque  con  esto  yo  me  asiguro  que  se  lomará  la  resolución 
que  conviene,  que  aquí  harto  lo  pedimos  á  Nuestro  Señor,  y 
os  puedo  asigurar  con  verdad  que  lo  menos  que  aquí  mira- 
mos es  nuestro  descanso ,  sino  solo  que  se  acierte  el  servi- 
cio de  mi  hermano,  y  si  se  ha  de  volver  á  la  guerra  de 
ninguna  manera  lo  será  que  se  haga  sola  defensiva,  sino 
ofensiva,  porque  con  la  defensiva  se  acabará  de  perder  esto 
llanamente  por  las  causas  que  escribo  á  mi  hermano ,  y 
aunque  aquí  se  platica  entre  los  mas  del  ejército  que  basta 
hacella  defensiva  y  que  no  importa  que  se  pierda  hoy  una 
plaza  y  mañana  otra ,  como  será  sin  duda,  y  que  así  se  ha 
sustentado  esto  cuarenta  años ,  yo  os  digo  que  es  muy  mala 
cuenta  esta;  porque  lo  primero  si  tras  cuarenta  años  de  guer- 
ra se  ha  de  aguardar  que  tendrán  paciencia  estas  provin- 
cias para  llevalla  mas  á  cuestas  ,  yo  pienso  se  engañan 
mucho  y  que  darán  en  una  desesperación  que  no  se  pueda 
remediar,  ni  aunque  ellos  quieran  podrán  con  ella  porque 
están  muy  acabados,  y  todo  tan  caro  que  la  pobre  gente 
no  se  puede  sustentar,  porque  como  les  falta  el  trato,  que 
es  lo  principal  de  que  se  vive  en  estos  Estados,  todos  están 
pobres,  lo  que  no  es  en  Holanda,  que  como  le  tienen  tras  todo 
lo  que  pagan  están  tan  ricos  que  vienen  espantados  los  que 
vienen  de  allá,  pues  lo  que  ha  costado  á  España  esta  guer- 
ra vos  lo  sabéis,  y  pensar  que  ella  se  acabará  con  solo  la 
defensiva  ya  se  tiene  la  experiencia  de  tantos  años  y  no  se- 
rá sino  consumir  mi  hermano  su  hacienda  sin  fruto  ni  pro- 
vecho, lo  que  no  será  haciéndola  ofensiva,  pues  se  va  á  ga- 
nar y  no  á  perder ,  pues  cuando  bien  un  año  no  se  gane 
plaza  con  entrar  en  casa  de  nuestros  enemigos  les  estor- 
bamos que  no  entren  en  la  nuestra  ni  nos  ganen  nada,  y 


Í37 

creer  que  los  que  son  de  otro  parescer ,  que  no  miran  sino 
solo  á  su  provecho  y  á  hacer  la  guerra  estándose  muy  des- 
cansados en  sus  casas,  como  se  vio  bien  cuando  lo  de  Frisa, 
por  lo  que  sintieron  pasar  allá,  y  ahora  dicen  que  no  impor- 
ta que  se  pierda  aquello,  que  es  un  pié  de  los  buenos  que 
se  pueden  tener  por  allá.  Yo  os  he  querido  decir  todo  esto 
porque  sé  que  no  dejarán  de  llegar  destos  pareceres  hartos 
ahí,  y  estéis  informado  de  lo  que  les  mueve  á  dallos,  que  no 
es  cierto  lo  que  desean  el  servicio  de  mi  hermano,  sino  su  in- 
terés y  provecho,  que  es  lo  que  me  duele  á  mí ,  pues  queria 
que  lodos  le  mirasen  como  vos,  que  me  paresce  es  cuanto 
lo  puedo  encarescer. 

Harto  lo  podria  hacer  de  cuan  sin  paciencia  estoy  de 
vernos  tantos  dias  sin  cartas  de  ahí,  que  no  sé  como  se  pue- 
de llevar,  que  me  tiene  con  mucho  cuidado,  y  mas  con  lo 
que  algunos  que  han  venido  de  ahí  encarecen  la  enferme- 
dad de  Valladolid ,  aunque  espero  si  es  verdad  se  habrá  sa- 
lido mi  hermano. 

Dios  nos  traiga  muy  buenas  nuevas.  De  toda  vuestra 
gente  las  deseo  que  no  les  haya  alcanzado  nada.  A  toda 
me  encomiendo  y  guárdeos  Dios  como  deseo. — De  Bruselas 
á  7  de  octubre,  1608. — Isabel. 


138 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  2^  de  octubre  de  1608. 

Del  tratado  de  paz  con  Holanda. 
Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—1 151,  foL  589. 

Señor  duque :  Anoche  rescibí  las  cartas  de  V.  S.  de  los 
2  y  9  desle,  y  por  responder  luego  á  S.  M.  sobre  el  parti- 
cular del  tratado  de  la  paz,  lo  que  V.  S.  verá,  no  respon- 
deré en  esta  mas  que  á  la  de  los  9  remitiéndome  á  lo  que 
se  escribe  á  S.  M.,  y  asigurando  á  V.  S.  de  que  aquí  no  te- 
nemos otro  fin  sino  el  de  procurar  encaminar  todo  como 
mas  convenga  al  servicio  de  S.  M. ,  y  lo  mas  conforme  á 
su  voluntad  que  sea  posible,  para  lo  cual  importará  harto 
que  se  tuviera  con  nosotros  diferente  y  mas  puntual  cor- 
respondencia, pero  débome  de  engañar  en  esto,  ó  no  se 
debe  de  poder  mas,  y  así  no  hay  sino  encomendarlo  todo 
á  Nuestro  Señor  que  lo  quiera  encaminar  como  mas  con- 
venga á  su  servicio. 

A  la  carta  de  los  2  deste  responderé  (siendo  Dios  ser- 
vido) con  otra  ocasión,  por  ser  larga  y  tener  diferentes 
puntos.  — Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. 
— De  Brurelas  á  24  de  octubre,  año  1608.  —  Alberto. — 
Con  rúbrica. 


139 


Carta  original  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  her- 
iría, fecha  en  Bruselas  á  24  de  octubre  de  1608. 


Estado  de  las  negociaciones  con  Holanda. 


Biblioteca  NacionaL —  Sala  de  MSS. — /  451 ,  fol.  657. 

Duque :  Mucho  he  holgado  con  vuestras  cartas  de  2  y 
9  deste,  pues  me  han  sacado  del  mucho  cuidado  con  que 
nos  tenían  las  enfermedades  de  ahí.  Bendito  sea  Dios  que 
ha  guardado  lo  pnnc¡t)aL  Parcceme  os  han  cabido  buena 
parte  dellas,  cierto  me  ba  lastimado  mucho  la  muerte  del 
de  Yelbes  y  pesado  conforme  á  las  obligaciones  que  tengo 
para  ello. 

Este  correo  se  despacha  lan  aprisa  para  sacar  ahí  del 
cuidado  en  que  parece  están  pensando  está  concluido  lo  de 
Holanda,  que  no  me  dejará  responder  ahora  á  vuestras  car- 
tas. Lo  que  hay  en  efeto  entenderéis  por  los  despachos  que 
lleva,  y  como  no  hay  hecho  nada  tendré  yo  poco  que  reme- 
diar. A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mucho  y  guár- 
deos Dios  como  deseo.  —  De  Bruselas  á  2i  de  octubre, 
1608.  ^Isabel. 


140 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  i2  de  noviembre  de  4608. 

Le  envía  unos  despachos  de  don  Pedro  de  Zúniga,  embajador  en  In- 
glaterra. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—1 431 ,  fol.  595. 

Señor  duque :  Habiendo  llegado  este  correo  de  Inglater- 
ra, y  pedido  don  Pedro  de  Zúniga  que  le  hiciésemos  pasar 
luego,  con  los  despachos  que  lleva  para  S.  M.,  se  ha  orde- 
nado así,  y  yo  he  querido  escribir  con  élá  V.  S.  estos  renglo- 
nes solo  porque  no  llegue  ahí  sin  llevar  carta  mia  para 
V.  S. ,  remitiendo  el  dicir  lo  que  al  presente  pudiera  con 
otro  correo  que  se  queda  despachando  y  partirá  muy  pres- 
to, y  así  acabo  con  dicir  que  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la 
salud  que  deseo. — De  Bruselas  á  42  de  noviembre,  año 
4608. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  iñ  de  noviembre  de  4608. 

Distribución  de  provisiones. — Deudas.— Se  inclina  á  la  paz. — Le 
da  las  gracias  por  haberle  regalado  unos  caballos  cordobeses. 

Biblioteca  NacionaL — Sala  de  MSS, — /  151,  foJ,  597. 

Señor  duque:  Con  la  prisa  que  han  partido  algunos 
correos  que  se  han  ido  despachando  estos  dias,  no  he  res- 
pondido hasta  agora  con  particularidad  á  su  carta  de  V.  S. 
de  los  2  del  mes  pasado ,  y  así  lo  haré  en  esta,  aunque  lo 
mas  brevemente  que  pudiere ,  por  no  embarazar  á  V.  S. 
con  lo  que  se  puede  excusar,  y  con  presupuesto  que  conoz- 


141 

co  muy  bien  la  voluntad  que  V.  S.  me  muestra  en  todas 
ocasiones  y  la  estimo  cuanto  debo  ,  y  que  V.  S.  lo  entien- 
de así,  tengo  por  cierto  que  holgará  de  que  con  mucha  llane- 
za le  diga  siempre  lo  que  se  me  ofresciere,  y  así  pues  V.  S. 
que  dice  que  si  hubo  descuido  en  dirigir  las  órdenes  de  la 
distribución  del  dineroso  remediaría  en  lo  de  adelante,  no 
me  queda  que  dicir,  sino  esperar  que  será  así,  y  pedir  á 
V.  S.  tenga  memoria  dello  para  no  dar  lugar  á  otra  cosa. 

Díceme  V.  S.  que ,  aunque  de  lo  que  yo  mandé  librar  al 
presidente  Vaneten  y  á  los  demás  que  se  declaran  en  la  re- 
lación que  envié,  es  S.  M.  servido  que  no  se  hable  mas, 
no  puede  dejar  V.  S.  de  pedirme  que  yo  haga  ejecutarlas 
órdenes  que  tocan  á  la  distribución  de  la  hacienda  muy  pun- 
tualmente, pues  por  la  misma  razón  que  yo  tenia  algún  gran- 
de exceso,  sino  se  da  satisfacción  al  ejército,  conviene  que 
el  dinero  que  se  provee,  se  convierta  en  su  sustento,  y  yo 
digo  que  también  lo  entiendo  así;  pero  que  por  esa  misma 
razón  es  fuerza  acudir  al  Vaneten  para  que  provea  el  pan 
de  la  munición  y  lo  que  es  menester  para  los  forrajes,  pues 
es  sin  duda,  que  faltando  lo  uno  y  lo  otro,  se  cae  en  el  in- 
conveniente del  exceso  que  se  puede  temer  infaliblemente; 
y  así  pienso  que  cuanto  á  estos  puntos  no  se  ha  contrave- 
nido la  orden  de  S.  M.  en  ninguna  manera,  y  antes  que  se 
terna  S.  M.  por  servido  dello. 

Cuanto  á  la  relación  de  las  deudas  que  V.  S.  dice  que 
se  envíe,  ya  se  habia  enviado  el  mismo  despacho  de  que 
es  respuesta  la  carta  de  V.  S.  que  acuso,  y  con  todo  se  en- 
vía agora  otra  como  lo  entenderá  V.  S.  particularmente 
por  los  despachos  del  marqués  Spínola ,  en  que  se  podrá 
dar  la  traza  que  S.  M.  mas  fuere  servido,  y  solo  acuerdo 
que  hay  mucha  obligación  de  procurar  dar  satisfacción  á 
aquellas  partidas ,  pues  las  proveyeron  los  que  lo  han  he- 


142 

cho  en  ocasiones  en  que  hicieron  muy  grande  servicio  á 
S.  M. ,  y  en  fin  hay  obligación  de  conciencia  á  resti- 
tuirlas. 

Cuanto  al  particular  del  veedor  general ,  yo  no  me  pue- 
do dar  por  satisfecho  si  S.  M.  no  se  sirve  de  tomar  la  re- 
solución que  le  tengo  suplicado,  demás  de  ser  muy  nece- 
saria para  el  servicio  de  S.  M. ,  y  así  se  lo  torno  á  pedir  á 
V.  S.  con  todo  el  encarescimiento  que  puedo,  y  que  me 
quite  la  ocasión  de  tomar  yo  mismo  alguna  resolución  con 
este  hombre,  que  sé  que  no  dejará  de  dármelas. 

En  la  materia  de  las  paces  ó  treguas  no  se  me  ofresce 
cosa  que  dicir  á  V.  S.,  pues  no  ha  habido  ninguna  nove- 
dad en  ella  después  de  lo  que  estos  dias  se  ha  ido  escribien- 
do. Solo  acuerdo  á  V.  S.  que  se  considere  esta  maleria  por 
amor  de  Dios  con  mucha  atención,  y  tenga  Y»  S.  por  cier- 
to que  si  de  esta  vez  se  deja  de  concluir  algo,  no  lo  vere- 
mos los  que  vivimos  agora  ,  y  que  si  en  tal  caso  S.  M.  no 
manda  proveer  a-quí  lo  que  se  le  ha  representado  por  Ur- 
quina,  que  se  perderá  esto  infaliblemente  en  muy  breve 
tiempo,  pues  de  nuestra  propia  gente  de  guerra  no  se  po- 
drá tener  seguridad  alguna,  y  de  la  misma  manera  de  la 
del  país  viéndose  desamparada  por  un  cabo,  y  por  otro  des- 
confiada de  verse  libre  de  los  trabajos  y  cargas  de  la  guerra; 
y  crea  V.  S.  que  esto  es  lo" cierto,  por  mas  que  otros  quie- 
ran dar  á  entender  otra  cosa,  y  así  se  lo  digo  á  V.  S.  por  mi 
descargo,  y  por  lo  que  debo  al  servicio  de  S.  M. 

Los  caballos  que  S.  M.  fué  servido  de  mandarnos  dar 
los  dias  pasados  de  su  caballeriza  de  Córdoba ,  han  llegado 
aquí,  y  tan  buenos,  que  me  ha  parescido  volver  á  dar  á 
V.  S.  las  gracias  por  ellos.  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  sa- 
lud que  deseo. — De  Bruselas  á  15  de  noviembre,  año  1608. 
— Alberto. — Con  rúbrica. 


143 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  20  de  noviembre  de  1608. 

Por  el  sargento  mayor  don  Luis  de  Bearaonte. 

Real  Academia  de  ¡a  Hísforia, — Salazar,  A  6o,  fol.  155. 

Muy  ilustre  señor:  Al  rey  mi  señor  hago  recuerdo  para 
que  se  sirva  de  hacer  merced  al  capitaa  y  sargento  mayor 
don  Luis  de  Beamonte  y  Navarra,  de  una  renta  en  recom- 
pensa de  veinticinco  años  de  servicios,  y  de  lo  que  merece 
por  ellos  y  la  calidad  de  su  persona.  Y  á  V.  S.  pido  que  por 
su  parte  procure  que  la  reciba ,  favoreciendo  á  don  Luis  y 
amparándole  como  suele  á  ios  caballeros  de  sus  partes  y 
méritos;  asegurando  á  V.  S.  que  yo  lo  estimaré  en  lo  que 
es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de 
V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  20  de  noviembre,  1608. 
— Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  28  de  noviembre  de  1608. 

Por  don  Alonso  Fajardo. 
Heal  Academia  de  la  Historia.— Salazar ,  A  65,  foL  157. 

Muy  ilustre  señor:  Por  lo  que  escribo' al  rey  mi  señor 
con  don  Alonso  Fajardo,  del  Consejo  de  Guerra  de  S.  M. 
en  estos  Estados,  que  va  con  licencia  mia  á  España ,  enten- 
derá V.  S.  de  la  manera  que  ha  servido  y  la  satisfacción 
que  ha  dado  de  su  persona ,  peleando  con  mucho  valor  en 


144 

diferentes  ocasiones.  Y  pues  merece  por  ello  que  S.  M.  le 
haga  merced ,  á  V.  S.  pido  tenga  la  mano  para  que  la  re- 
ciba en  lo  que  por  él  intercedo  de  una  encomienda  ó  renta, 
que  yo  estimaré  lo  que  V.  S.  en  todo  le  favoreciere.  Nues- 
tro Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  de- 
sea.— De  Bruselas  á  28  de  noviembre,  1608. — A  lo  que 
V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  29  de  noviembre  de  1608. 

Envía  á  fray  Iñigo  Brizuela,  su  confesor,  con  despachos  para  S.  M. 
Biblioteca  Nacional—Sala  de  MSS.—1 131,  fol.  599. 

Señor  duque:  El  marqués  de  Guadaleste  despacha  este 
correo,  con  el  cual  me  ha  parescido  dicir  á  V.  S.  que  que- 
do despachando  á  mi  confesor,  para  por  su  medio  repre- 
sentar á  S.  M.  algunas  cosas  de  su  servicio  como  lo  enten- 
derá V.  S.  del  particularmente,  y  con  él  espero  responder 
á  las  cartas  de  V.  S.  que  he  recibido  estos  dias.  Y  porque 
espero  que  podrá  partir  dentro  de  muy  pocos,  no  trato  en 
esta  de  otra  cosa,  y  la  acabo  con  dicir  que  Dios  guarde  á 
V.  S.  como  deseo. — De  Bruselas  á  29  de  noviembre,  año 
1608. — Alberto. — Con  rúbrica. 


145 


;'  Carta  autógrafa  de  ¡a  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  Ler^ 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  29  de  noviembre  de  1608. 

Se  alegra  de  ía  salud  de  su  hermano  y  de  que  las  viruelas  del  prín- 
cipe sean  benignas. — Sobre  las  negociaciones  con  Holanda  se  re- 
mite á  las  cartas  del  rey. 

Biblioteca  Nücionül—Sala  de  71/55.— /15d,  foh  631. 

Duque:  Con  esle  correo,  que  despacha  el  marqués  de 
Guadaleste,  no  quiero  dejar  de  deciros  lo  mucho  que  he 
holgado  cx>n  vueslras  carias  de  primero  y  16  de  este ,  y  con 
todas  las  nuevas  que  me  dais  en  ellas  de  la  salud  de  mi 
hermano  y  sus  hijos:  gracias  á  Dios  es  la  que  hemos  menes- 
ter, y  las  viruelas  del  príncipe  espero  serán  como  las  de  mi 
hermano  que  con  esas  se  librará  de  tenellas  otra  vez.  Dios 
los  guarde  á  lodos  mil  años. 

Las  gracias  de  mi  nuera  creo  muy  bien  y  no  siento  po- 
co no  podella  gozar. 

Huélgome  que  no  os  haya  tocado  la  gota  con  este  tiem- 
po» que  á  mi  primo  le  ha  obligado  á  estar  seis  dias  en  la 
cama,  que  para  él  son  muchos.  Pésame  de  la  poca  salud  que 
tiene  vuestra  hermana,  lo  uno  por  ella,  y  lo  otro  por  la 
falla  que  hará  al  servicio  de  la  reina. 

De  aquí  no  hay  cosa  que  dicir,  y  lo  que  hay  de  nego- 
cios veréis  por  las  carias  de  mi  hermano,  y  yo  no  os  quie- 
ro ocupar  por  si  escupiere  algún  rato  de  la  palomería  del 
Pardo,  que  bien  habréis  menester  descansar  algunos  para 
poder  trabajar  tantos  como  hacéis.  A  toda  vuestra  gente 
me  encomendad  mucho  y  guárdeos  Dios  como  deseo. — De 
Bruselas  víspera  de  San  Andrés,  1608. — Isabel. 

Tomo  XLIII.  10 


146 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  ct  50  de  noviembre  de  1608. 

Misión  de  fray  Iñigo  Brizuela. 
Biblioteca  Naciomh— Sala  de  MSS.-IiZi,  fol.  601. 

Señor  duque:  La  resolución  que  S.  M.  ha  sido  servido 
de  tomar  en  la  maleria  de  la  tregua,  y  lo  que  fué  servido 
trujiesc  entendido  Urquina  en  materia  de  provisiones,  me 
ha  puesto  en  tanto  cuidado,  que  me  ha  obligado  á  enviar 
á  fray  Iñigo  de  Brizuela,  mi  confesor,  á  representar  á  S.  M. 
lodo  lo  que  acerca  deslo  se  me  ofresce  y  los  inconvenien- 
tes que  seguramente  se  seguirían  si  S.  M.  no  se  sirve  de 
mudar  de  resolución  en  lo  uno  ó  lo  otro,  como  lo  entenderá 
V.  S.  mas  parlicularmente  del  dicho  fray  Iñigo,  que  lleva 
orden  de  acudir  á  enfermar  á  V.  S.  de  todo ,  y  seguir  y 
guardar  en  todo  la  orden  que  V.  S.  le  diere.  Y  así  me  hará 
V.  S.  mucho  placer  en  oirle  con  mucha  particularidad,  y 
conforme  á  la  importancia  de  la  materia,  procure  vea  con 
tanta  consideración,  que  se  venga  á  tomar  la  resolución 
que  mas  convenga  al  servicio  de  S.  M.  y  al  bien  universal 
de  todo;  y  aunque  esto  sea  lo  principal  que  puede  mover 
en  esta  materia,  espero  que  la  voluntad  con  que  V.  S.  ha 
acudido  siempre  á  nuestras  cosas  le  obligará  á  holgar  de 
encaminar  todo  lo  que  fuere  necesario  para  la  conservación 
desto,  pues  que  somos  tan  interesados  en  ello,  y  por  que 
todo  lo  que  mas  pudiera  dicir  acerca  desto,  y  lo  que  mas 
quisiere  saber  V.  S.  de  acá,  lo  podrá  saber  con  mucha  par- 
ticularidad de  fray  Iñigo,  me  remito  á  él,  y  acabo  esta  con 
dicir  que  Dios  guarde  á  V.  S.  como  deseo.  — De  Bruselas 
último  de  noviembre,  año  1608. — Alberto. — Con  rúbrica. 


147 


Curta  autógrafa  de  ¡a  archiáiiquesa  Isabel  al  duque  de  Ler- 
ma,  fecha  en  Bruselas á  i.''  de  diciembre  de  1608. 

í  Sobre  el  mismo  asunto. 

Biblioteca  Nacional.—  Sala  de  MSS»—1 131 ,  foL  653. 

Duque :  Ha  parescido  necesario  enviar  ahí  al  confesor 
de  mi  primo  para  que  informe  á  mi  hermano  muy  particu- 
larmente del  mal  estado  en  que  está  todo  lo  de  aquí  y  cuan- 
to ha  menester  remedio  de  una  manera  ó  de  otra.  Yo  pien- 
so holgareis  de  oille,  y  con  todo  no  puedo  dejar  de  pediros 
sea  con  la  atención  que  piden  estas  cosas,  y  con  la  misma 
se  procure  mirar  mucho  en  lo  que  conviene  hacer  en  este 
negocio  y  la  resolución  que  se  toma,  pues  va  tanto  del  ser- 
vicio de  Nuestro  Señor  y  de  mi  hermano  en  ello  como  sa- 
béis, y  si  esto  se  perdiese  no  ganarla  mi  hermano  nada, 
antes  perderla  mucho  como  sé  tenéis  bien  entendido,  pues 
os  tiene  costado  tanto  trabajo  como  yo  sé ,  y  que  podemos 
decir  que  por  vos  está  ahora  en  pié ,  y  es  conforme  á  la 
mucha  confianza  que  hemos  tenido  de  vos  siempre  y  yo 
quedo  con  la  misma  de  que  habéis  de  ser  parte  para  que  se 
tome  la  resolución  que  conviene.  Y  porque  fray  Iñigo  dirá 
todo  esto  mas  largamente  de  la  nuestra,  me  remito  á  él, 
deseando  que  os  halle  muy  bueno  y  á  toda  vuestra  gente, 
á  quien  me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  de- 
seo.— De  Bruselas  á  primero  de  diciembre  1608. — Isabel. 


148 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  2  de  diciembre  de  1608. 

Por  don  Iñigo  de  Brizuela. 
Beal  Academia  de  ¡a  Historia. — Saladar,  A  65,  foU  159. 

Muy  ilustre  señor:  Don  Iñigo  de  Brizuela,  gentil  hom- 
bre de  mi  boca,  ha  servido  ú  S.  M.  en  estos  Estados  acer- 
ca de  mi  persona  diez  años  con  entera  satisfacción,  ha-* 
liándose  en  todas  las  ocasiones  que  se  han  ofrecido ,  y  de- 
seo dársela  en  sus  pretensiones. 

Va  á  España  con  mi  licencia,  acompañando  al  maestro 
fray  Iñigo  de  Brizuela,  mi  confesor  y  su  tio ,  que  porque  sea 
mejor  asistido  y  le  haga  compañía  me  ha  parescido  vaya 
con  él. 

Pretende  en  consideración  de  sus  servicios  que  S.  M. 
le  haga  merced  de  alguna  renta  donde  fuere  servido  con 
que  poderlos  continuar  con  mas  comodidad.  Y  así  he  que- 
rido pedir  á  V.  S.  como  por  otras  lo  he  hecho,  ayude  y  fa- 
vorezca la  pretensión  de  don  Iñigo,  y  asimismo  que  S.  M. 
haga  merced  á  otros  dos  sobrinos  de  mi  confesor  que  estu- 
dian en  Salamanca,  de  alguna  pensión  para  poder  continuar 
sus  estudios  con  mas  comodidad. 

Y  por  las  obligaciones  que  tengo  á  mi  confesor  ,  como 
V.  S.  sabe,  será  para  mí  de  mucho  gusto  que  tome  á  su 
cargo  estas  pretensiones  de  manera  que  S.  M.  les  haga  la 
merced  que  desean  por  su  medio  y  intercesión.  Y  lo  que 
V.  S.  hiciere  por  ellos  estimaré  y  agradeceré  como  es  justo, 
cuya  muy  ilustre  persona  Nuestro  Señor  guarde  y  prospere 


149 

como  desea.  —  Bruselas,  deciembre  2,  1608. — A  lo  que 
V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 

De  letra  del  archiduque, 

V.  S.  me  hará  mucho  placer  en  tener  por  encomenda- 
dos á  estos  sobrinos  de  mi  confesor,  y  procurar  que  S.  M. 
les  haga  la  merced  que  le  suplico. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  á  i2  de  diciembre  de  1608. 

Relación  del  marqués  de  Spínola  sobre  el  estado  de  las  cosas  de 
Flándes. 

BMioteca  Nacional,— Sala  de  MSS,-^I  131,  fol.  603. 

Señor  duque  :  Al  marqués  de  Guadaleste  ha  parescido 
despachar  este  correo ,  á  lo  que  él  dirá,  y  aunque  yo  quisie- 
ra no  cansar  sino  con  cosas  de  sustancia,  y  avisar  de  lo 
que  con  fundamento  se  puede  esperar  de  las  materias  que 
se  trae  entre  manos,  me  ha  parescido  que  era  bien  que  el 
marqués  Spínola  hiciese  relación  á  S.  M.  de  lo  que  se  ha 
ofrescido  estos  dias ,  ya  que  iba  este  correo ,  y  así  entiendo 
que  lo  hace  el  marqués,  y  rae  remito  á  lo  que  entenderá 
V.  S.  por  lo  que  escribe,  sin  tener  otra  cosa  que  dicir  al  pre- 
sente, sino  que  se  avisará  de  lo  que  mas  se  ofresciere  en 
esta  materia,  y  que  Nuestro  Señor  dé  á  V.  S.  muy  buenas 
pascuas  y  le  guarde  con  la  salud  que  deseo. — De  Bruselas 
á  12  de  diciembre,  año  1608.^ — Alberto.  —  Con  rúbrica. 


150 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  27  de  diciembre  de  1608. 

Avisa  haberse  hecho  la  prisión  que  raandó  S.  M. — Necesidad  de  pro- 
visiones.— Prorogacion  de  la  tregua. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS,—1 131,  fol  603. 

Señor  duque :  El  marqués  de  Guadaleste  me  ha  dado  la 
carta  de  V.  S.  de  los  4  desle ,  y  me  ha  dado  cuenta  de  la 
prisión  me  mandaba  S.  M.  se  hiciese ,  á  que  se  dio  luego 
orden,  y  por  estar  la  persona  fuera  de  aquí,  ha  habido  al- 
guna dilación  en  ello ;  pero  queda  efectuada  la  prisión ,  co- 
mo avisará  el  marqués  mas  particularmente,  y  así  me  re- 
mito á  él  cuanto  á  este  particular,  en  que  bastaba  entender 
yo  que  S.  IVI.  gustaba  dello  para  que  se  procurase  de  mi 
parte  con  el  cuidado  posible.  También  se  han  puesto  á  re- 
cado los  papeles  que  se  le  han  hallado;  pero  no  se  tocará  á 
ellos  hasta  tener  orden  paradlo. 

Con  las  nuevas  que  V.  S.  me  da  en  dicha  su  carta  de 
la  salud  de  SS.  MM.  y  AA.  he  holgado  como  era  justo, 
Dios  los  guarde  y  haya  dado  estas  Pascuas  tan  buenas  como 
se  las  deseamos.  Aquí  se  han  pasado  á  Dios  gracias  con  sa- 
lud pero  con  mucho  cuidado,  por  hallarnos  en  ellas  sin  ua 
real,  ni  memoria  de  la  provisión  de  este  raes,  y  toda  la 
gente  con  tanta  necesidad  que  puede  dar  mucho  cuidado. 
V.  S.  procure  se  remedie  luego,  si  ya  no  viniese  por  el  ca- 
mino, porque  no  se  puede  entretener  esto  asi,  ni  hay  cré- 
dito para  remediarlo  por  acá. 

Ayer  se  tuvo  aviso  de  la  Haya  de  que  los  Estados  no 
habian  querido  prorogar  la  tregua  mas  que  hasta  los  15  de 


451 

hebrero,  y  que  Juanin  y  los  embajadores  de  Inglaterra  no 
se  hablan  atrevido  á  hacer  la  propuesta  de  la  tregua  llana, 
como  se  avisará  mas  parlicularmente  con  otro  correo  que  se 
queda  despachando ,  porque  este  no  lleve  cartas  de  nadie, 
como  se  le  ha  ordenado  al  marqués  de  Guadaleste ,  y  así 
acabaré  también  esla  con  dicir  que  Dios  guarde  á  V.  S. 
con  la  salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  á  27  de  diciembre, 
año  1608. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  29  de  diciembre  de  1608. 

Aprueba  la  prorogacion  de  las  treguas. — Apuro  en  que  está  por 
falta  de  provisiones. 

Bmioieca  Nacional— Sala  de  MSS.— -I  ioi,  foL  607. 

Señor  duque:  Porque  escribí  á  V.  S.  anteayer  (aun- 
que brevemente),  lo  que  al  presente  se  ofresce  que  dicir  de 
acá,  me  paresce  podré  remitirme  en  esta  á  lo  que  V.  S. 
entenderá  con  mas  particularidad  por  los  despachos  que  se 
envían  agora,  y  así  lo  hago  sin  tratar  de  cansarle  con  di- 
cirle  nada  con  particularidad,  pidiéndole  solamente  con  todo 
el  encarescimiento  que  puedo,  que  considere  esta  materia 
de  las  treguas  con  mucha  atención,  sin  dar  lugar  á  pasio- 
nes ó  respetos  particulares,  pues  no  es  juslo  le  tengan  ea 
cosas  de  tanta  importancia,  y  de  tanto  servicio  de  Dios  y 
de  S.  M. ,  procurando  que  se  atienda  á  lo  que  es  sustancia 
y  la  realidad  de  las  cosas,  sin  dar  lugar  á  lo  que  solamente 
puede  ser  apariencia,  y  el  acordarme  de  lo  que  V.  S.  me 
ha  encarescido  siempre  las  imposibilidades  de  la  hacienda 


152  ^ 

de  S.  M.  me  obliga  á  pedirle  esto  con  mayor  encarescimien- 
to,  y  que  considere  cuanto  conviene  al  servicio  de  S.  M. 
que  se  conserve  esto ,  con  que  no  me  queda  mas  que  dicir 
acerca  desto  ,  paresciéndome  haber  cumplido  con  lo  que 
debo  ante  Nuestro  Señor  y  al  servicio  de  S.  M.  Sírvase 
Nuestro  Señor  de  alumbrarnos  á  todos  para  que  se  acierte 
á  tomar  la  resolución  que  para  todos  mas  convenga. 

También  vuelvo  á  acordar  lo  de  la  provisión  de  aquí,  á 
donde  se  está  en  el  aprieto  que  tengo  escrito  á  V.  S.  que 
procure  se  remedie,  como  vé  que  es  necesario. 

Aquella  persona  queda  en  poder  del  teniente  del  castillo 
de  Ambéres ,  con  que  no  me  queda  mas  que  dicir  sino  que 
Nuestro  Señor  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  deseo. — 
De  Bruselas  á  29  de  diciembre,  año  1C08. — Alberto. — Con 
rúbrica. 

£arta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  20  de  enero  de  1609. 

Por  el  capitán  Francisco  de  la  Fuente. 

Üeal  Academia  de  la  Historia,— Solazar ,  A  63,  fol  167. 

Muy  ilustre  señor :  Vuelvo  á  escribir  al  rey  mi  señor  por 
el  capitán  Francisco  de  la  Fuente,  para  que  en  caso  que 
S.  M.  no  se  haya  resuelto  en  proveer  en  él  el  castillo  de 
Trezo,  como  se  lo  tengo  suplicado  en  consideración  de  sus 
largos  y  particulares  servicios,  se  sirva  de  hacerle  en  ello 
la  merced  que  merece  y  espera  de  su  grandeza.  Para  lo 
cual  vuelvo  también  á  interceder  con  V.  S.  para  que  le  am- 
pare y  favorezca  de  manera  que  pueda  recebir  esta  merced; 
que  yo  estimaré  lo  que  V.  S.  por  su  parte  ayudare  á  ello. 


153 

Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como 
(jesea.— De  Bruselas  á  20  de  enero,  1609. — A  lo  que  V.  S. 
ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  Ler» 
ma,  fecha  en   (1)  á  11  de  febrero  de  1609. 

Le  avisa  la  llegada  de  los  embajadores  á  A mbéres. —Provisiones.— 
Desea  la  vuelta  del  yerno  del  doctor  Paez. 

Biblioteca  NaciomL—Sala  de  MSS.--1 151,  fol  675. 

Duque :  Tres  días  há  que  llegó  el  correo  del  confesor  de 
mi  primo,  con  quien  rescibí  vuestra  carta  de  28  del  pasa- 
do, con  que  he  holgado  tanto  como  con  todas  las  vuestras, 
y  mas  trayendo  tan  buenas  nuevas  de  la  salud  de  mi  her- 
mano, y  la  reina  y  sus  hijos  como  me  dais,  de  que  quedo 
contentísima,  y  de  que  mi  nuera  está  mejor  de  las  opilacio- 
nes. Dios  los  guarde  á  todos  como  es  menester. 

Siempre  echo  menos  cuando  no  me  dais  nuevas  de 
vuestra  gente ,  y  así  lo  he  hecho  en  esta  carta. 

Con  alborozo  aguardo  al  confesor  para  saber  nuevas 
particulares  de  todos.  El  despacho  que  envió  vino  á  tan 
buen  tiempo  como  veréis  por  los  de  mi  primo,  y  como  han 
llegado  los  embajadores  á  Ambéres.  Dios  encamine  lo  que 
falta  para  su  servicio  como  se  le  pide  ahí  y  aquí,  y  para 
todo  importará  harto  lo  de  las  provisiones  que  me  decis, 
para  que  de  una  vez  quede  mi  hermano  sin  esta  carga  tan 
pesada. 

(1)  Así. 


i54 

De  aquí  no  hay  otra  cosa  que  decir  sino  que  yo  aguar- 
do purgarme  mañana  por  un  dolor  que  he  tenido  estos  dias 
en  un  lado,  de  que  quedo  buena.  Hace  un  tiempo  tan  hú- 
mido que  no  se  vé  sino  corrimientos;  no  queria  hubiese 
alcanzado  ahí.  A  toda  vuestra  gente  me  encomiendo  mu- 
cho, y  guárdeos  Dios  como  deseo. — De  hebrero  11,  1609. 
— ^Isabel. 

En  víspera  de  purga  no  se  puede  dejar  de  pedir  por  loá 
médicos.  Su  yerno  del  doctor  Paez  no  acaba  de  venir,  y  pa- 
ra facilitar  esto ,  desea  que  mi  hermano  le  haga  merced  de 
una  carta  en  la  sustancia  de  la  que  va  aquí.  Haréisme  mu- 
cho placer  en  encaminar  lo  que  se  pudiere  hacer  en  esto. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma , 
fecha  en  Bruselas  á  24  de  marzo  de  1609. 

Por  don  Pedro  Espínela. 
Real  Academia  de  la  Historia.— Salazar ,  A  65,  fol.  173. 

Muy  ilustre  señor:  Al  rey  mi  señor  escribo  lo  que  V.  S. 
verá  por  don  Pedro  Espinóla,  que  va  conducencia  mia  á 
procurar  que  S.  M.  le  haga  merced  en  las  pretensiones  que 
tiene.  Y  por  lo  que  merece  por  su  calidad,  parles  y  servi- 
cios, holgaré  mucho  que  V.  S.  le  favorezca  para  que  la  re- 
ciba muy  cumplida  como  se  lo  pido  con  muchas  veras  á 
V.  S.,  cuya  muy  ilustre  persona  guarde  Nuestro  Señor  como 
desea, — De  Bruselas  á  24  de  marzo,  1609. —A  lo  que 
V.  S.  ordenare. — Alberto.  —  Con  rúbrica. 


155 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  25  de  marzo  de  1609. 

Por  el  licenciado  don  Martin  Carrillo  de  Alderete. 

Beal  Academia  de  ¡a  Historia. —Salazar,  A  63,  fot.  179. 

Muy  ilustre  señor:  Don  Martin  Carrillo  de  Alderete,  cole- 
gial mayor  del  colegio  del  arzobispo  de  Toledo  en  la  univer- 
sidad de  Salamanca,  y  juez  metropolitano,  de  cuya  virtud  y 
partes  tengo  buena  información,  y  de  sus  letras,  y  de  cuan 
bien  ha  correspondido  y  corresponde  á  sus  obligaciones 
como  parece  por  los  puestos  que  ocupa,  pretende  que  S.  M. 
le  haga  merced  de  emplearle  en  su  servicio  en  una  plaza 
de  oidor  de  las  chancillerías  de  Valladolid  ó  Granada,  como 
S.  M.  lo  acostumbra  á  las  personas  de  su  calidad  y  puesto. 
Y  por  ser  tan  justas  estas  causas  y  ser  sobrino  de  don  Juan 
Carrillo,  á  quien  V.  S.  sabe  las  obligaciones  que  tuve  y  ten- 
go á  sus  cosas ,  he  querido  escribir  esta  en  su  recomenda- 
ción, y  pedir  como  lo  hago  con  mucho  encarecimiento,  le 
ayude  y  favorezca  en  esta  pretensión  por  ser  tan  justa  y 
merecerla  don  Martin  por  su  persona,  y  él  espera  alcanzar- 
la por  medio  de  V.  S.  con  mas  facilidad  y  brevedad.  Y 
porque  se  le  va  acabando  el  colegio,  holgaré  de  que  sea 
proveído,  y  eslimaré  y  agradeceré  como  es  justo  lo  que 
V.  S.  hiciere  por  él,  cuya  muy  ilustre  persona  Nueslro Se- 
ñor guarde  y  prospere  como  deseo. — Bruselas  marzo  25, 
1609. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


i56 


Carla  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de 
herma,  fecha  en  Bruselas  á  28  de  marzo  de  1609. 

Fray  Iñigo  Brizuela. — Diputados  de  Holanda. — Recomienda  á  Va- 
neten.— Diversiones  con  motivo  del  carnaval. 

Biblioteca  Nacional, --Sala  de  ^55.-/131,  fól.  678. 

Duque :  Las  postreras  cartas  que  tenemos  de  alií  son 
las  que  trujo  fray  Iñigo  de  Brizuela,  con  quien  holgamos 
mucho  por  las  buenas  nuevas  que  nos  dio  de  lodo.  Yo  huel- 
go mucho  que  le  hayáis  conocido,  porque  veréis  que  con 
razón  podemos  estimar  que  mi  primo  tenga  cabe  sí  un  hom- 
bre como  él.  Todo  lo  que  me  ha  dicho  de  vuestra  parte  no 
es  nuevo  para  mí ,  y  el  saber  cuanto  tenemos  en  vos  poders- 
os  asegurar  que  lo  conocemos  y  agradecemos  cuanto  so 
puede,  y  que  así  fiamos  de  vos  lo  que  no  haríamos  de  otro, 
con  la  llaneza  que  obliga  lo  que  nos  queréis,  y  que  así  lo  ha- 
remos siempre. 

Los  diputados  de  las  Islas  quedan  ya  en  Ambéres,  con 
que  se  puede  esperar  se  acabará  este  negocio ,  y  yo  tengo 
gran  confianza  en  Nuestro  Señor  que  ha  de  ser  para  mucho 
servicio  suyo  y  bien  de  la  cristiandad,  y  para  mucho  ser- 
vicio de  mi  hermano ,  y  no  es  posible  sino  que  pues  Nues- 
tro Señor  lo  ha  encaminado  ansí  tras  tanta  oración  como 
se  ha  hecho,  suplicándole  encamínaselo  que  mas  se  habia 
de  servir  que  se  sirve  de  ello ,  él  lo  haga  como  puede.  De 
aquí  no  hay  otra  cosa  de  nuevo  que  dicir ,  y  estoy  ya  bue- 
na, aunque  me  trae  muy  mal  una  purga  que  me  dieron. 
Comienza  á  hacer  harta  calor,  que  si  durase  seria  cosa 
nueva  acá. 

El  preso  que  mi  hermano  manda  que  le  lleven ,  huble- 


157 

ra  partido  luego  si  hubiera  bajel  seguro  en  que  pudiera  ir, 
Estáse  fletando  uno  que  con  la  prisa  que  se  le  da ,  espera- 
mos podrá  partir  si  tiene  tiempo  las  primeras  aguas  vivas, 
que  serán  de  aquí  á  quince  dias. 

Mucha  pena  me  dan  las  opilaciones  de  mi  nuera,  y  que 
le  duren  tanto ,  aunque  con  el  buen  tiempo  espero  estará 
mejor. 

De  cuan  lindo  es  el  príncipe,  me  huelgo  mucho,  aun- 
que siendo  hijo  de  su  padre  no  podia  ser  menos.  Dios  los 
guarde  á  lodos  mil  años  y  alumbre  á  la  reina  con  bien. 

Con  las  nuevas  que  me  dais  de  toda  vuestra  gente ,  me 
he  holgado  mucho,  que  cierto  á  todos  les  tengo  perdida  la 
mala  voluntad.  La  de  Cea  deseo  saber  haya  ya  parido  y 
bien.  A  todos  me  encomendad  mucho. 

Vaneten  ha  enviado  ahí  á  solicitar  sus  negocios;  haréis- 
me  mucho  placer  en  tenelios  por  encomendados  para  que 
tenga  buen  despacho,  y  guárdeos  Dios  como  deseo. — De 
Bruselas  á  28  de  marzo,  1609.^ — Isabel. 

Decilde  á  mi  hermano  que  como  estamos  á  media  cua- 
resma, se  me  olvidaba  decille  las  fiestas  del  carnaval,  que 
fueron  una  comedia  de  los  pajes,  en  que  entraron  sus  hi- 
jos del  de  Guadaleste,  que  lo  hicieron  muy  bien,  y  otra 
comedia  acá  adentro  retirada,  que  yo  pagara  algo  porque 
la  pudiera  ver  mi  hermano,  y  un  estrado  y  dosel  que  nos  te- 
nían puesto  de  disparates,  y  el  aparato  era  almofrejes  y  co- 
sas de  esta  manera  como  las  de  (1)  de  Segovia.  Hubo  un 
estafermo  muy  bueno  el  martes  en  la  plaza  de  la  villa,  y  á 
la  noche  sarao,  y  estas  fueron  las  fiestas  que  no  dejará  de 
escribillas  alguien  mas  largamente. 

(1)  Así. 


158 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  5  de  abril  de  1609. 

Muerte  del  duque  de  Juliers. — Tratado  de  tregua  con  Holanda. 

f.  ■ 

Biblioteca  Nacional^ Sala  de  MSS.-  F  119,  foL  535. 

Señor  duque :  Habiéndose  tenido  aviso  estos  dias  de  la 
muerte  del  duque  de  Juliers ,  que  fué  á  los  25  del  pasado, 
ha  parescido  despachar  este  correo  para  dar  cuenta  della  á 
S.  M. ,  y  de  lo  que  por  agora  ha  parescido  necesario  ha- 
cerse de  nuestra  parte,  como  lo  entenderá  V.  S.  particu- 
larmente, por  lo  que  se  escribe  á  S.  M.  á  que  rae  remito, 
sin  tener  mas  que  dicir,  sino  que  en  aquella  conformidad 
procuraremos  proceder  de  manera  que  sin^perder  de  nues- 
tro derecho  se  asiente  aquello  amigablemente  lo  mejor  que 
se  pueda.  Plegué  á  Dios  que  se  acierte  así,  que  mucho  po- 
dría en  ello  el  emperador,  que  como  eslá  tan  ocupado  con 
las  cosas  de  Bohemia  y  Austria,  no  sé  si  se  aplicará  á  esto- 
tro con  la  parlicularidad  que  podria  y  seria  menester.  Enca- 
mínelo Nuestro  Señor  como  puede  y  paresce  que  convendria 
á  su  servicio. 

Nuestro  tratado  de  la  tregua  va  caminando,  aunque 
todavía  se  repara  en  algunos  puntos,  aunque  no  en  los  de 
mayor  sustancia,  si  bien  no  dejan  de  tenerla,  como  son  los 
de  los  límites ,  contribuciones  y  confiscaciones ,  que  aunque 
no  se  haya  de  descomponer  el  negocio  por  ellos,  es  bien 
todavía  procurar  asentarlos  bien,  y  los  de  Holanda  son  los 
porfiados  en  sus  cosas,  que  para  asentar  cualquiera  es  me- 
nester tiempo.  Con  todo,  espero  que  muy  presto  quedará 
esto  concluido  de  todo  punto.  Quiera  Nuestro  Señor  que 


159 

sea  como  mas  convenga  á  su  servicio,  y  él  mismo  guarde 
á,  V.  S.  coa  la  salud  que  le  deseo. — ^De  Bruselas  á  5  de 
abril,  año  1609. —  Alberto.  —  Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  du  Ler- 
ma,  fecha  en  Bruselas  Viernes  Santo,  1609.' 

Conclusión  del  tratado  de  tregua  con  Holanda 
Biblioteca  Nacional. —Sala  de  MSS,—1 151,  fol  681. 

Duque:  Porque  mi  hermano  sepa  luego  como  está  con- 
cluida la  tregua,  se  despacha  este  luego  en  habiendo  trai- 
do  los  papeles  della  de  Ambéres;  espero  ha  de  ser  para 
tanto  servicio  de  Nuestro  Señor  y  de  mi  hermano  como  de- 
seamos. 

Con  las  nuevas  que  ha  traido  el  ordinario,  estamos  muy 
contentos,  si  bien  las  deseo  ya  mas  frescas. 

He  holgado  mucho  del  nieto  que  os  ha  nacido,  y  así  os 
doy  la  enhorabuena.  De  muy  buena  gana  yo  os  pido  la  deis 
á  sus  padres  de  mi  parte,  que  no  quiero  otro  mejor  emba- 
jador. 

Aquí  se  han  pasado  bien  estos  días ,  y  por  ser  el  que  es 
hoy,  no  me  dejará  alargar  mas  de  pediros  procuréis  enca- 
minar una  merced  que  suplico  á  mi  hermano,  de  manera 
que  tenga  efecto,  que  creo  me  ayudareis  de  buena  gana 
para  ello,  y  me  diréis  que  tengo  razón  en  procurar  aquello. 
A  toda  vuestra  gente  me  encomendad  mucho,  y  guárdeos 
Dios  como  deseo.  —  De  Bruselas  Viernes  Santo,  1009. — 
Isabel. 


160 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  Ler-^ 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  24  de  abril  de  1609. 

Sobre  el  mismo  asunto.        ' 
Mea!  Academia  de  la  Historia. ^Salaiar,  A  63,  foL  632. 

Duque:  Por  las  cartas  de  mi  primo  y  del  marqués  Espí* 
ñola  entenderéis  á  lo  que  va  este  correo.  No  puedo  dejar  de 
pediros  mucho  mostréis  en  esta  ocasión  vuestra  buena  di- 
ligencia y  cuidado  por  lo  que  importa  al  servicio  de  mi  her- 
mano como  veréis ,  que  aunque  parezca  que  ahora  no  será 
cosa,  será  mucho  ahorro  y  ganancia  para  la  hacienda  de  mi 
hermano,  y  el  entender  yo  que  cuanto  es  esto,  me  hace  en- 
careceros cuanto  puedo,  lo  que  estimaré  que  procuréis  que 
se  acomode  con  brevedad.  Con  mucho  deseo  aguardamos 
nuevas  de  ahí,  que  en  verdad  que  tardan  ya  mucho.  Dios 
nos  las  traiga  muy  buenas. 

De  aquí  hay  pocas  que  dar,  sino  que  el  tercer  dia  do 
Pascua  se  publicó  la  tregua  con  grandísimo  contento  de  to- 
dos los  que  no  interesan  en  la  guerra.  Así  es  el  mundo,  que 
no  puede  dejar  á  todos  contentos.  Yo  lo  estarla  de  saber 
que  ahí  hiciese  tan  buen  tiempo  como  aquí ,  porque  pienso 
que  mi  hermano  le  debe  de  gozar  en  el  campo.  A  toda  vues- 
tra gente  me  encomiendo  mucho,  y  guárdeos  Dios  como  de- 
seo.— De  Bruselas  á  24  de  abril,  1609. — Isabel. 


161 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  duque  de  Ler-^ 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  S  de  mayo  de  1609. 

Segunda  misión  á  España  de  fray  Iñigo  Brizuela. — Recomienda 
á  Gonzalo  Guerra  de  la  Vega. 

BMioíeca  Nacional,— Sala  de  MSS.—1 151,  foL  686. 

Duque :  Como  las  cosas  que  se  comienzan  á  tratar  y  se 
traen  entre  manos  nunca  se  hacen  ni  se  entienden  tan  bien 
como  por  los  mismos  que  las  han  comenzado,  esta  razón  Je 
ha  movido  á  mi  primo  de  volver  á  enviar  ahí  á  fray  Iñigo 
Brizuela  para  acabar  lo  que  falta  de  componer  en  esta  tre- 
gua, como  entenderéis  del,  y  también  por  parecerle  que 
seria  para  ahí  de  menos  embarazo ,  que  es  lo  que  desea- 
mos siempre.  Yo  me  asiguro  que  os  holgareis  de  que  se 
haya  hecho  esta  elección,  y  que  ayudareis  á  lodo  lo  que  os 
pidiere  fray  Iñigo  de  nuestra  parte,  como  habéis  hecho 
siempre,  y  podéisos  asegurar  que  no  deseamos  sino  el  ser- 
vicio de  mi  hermano,  y  esto  con  las  veras  que  nos  obliga 
la  obligación  que  tenemos  á  él ,  y  lo  que  de  nuevo  nos  obli- 
ga mi  hermano  cada  dia  con  la  merced  que  nos  hace.  Y 
pues  fray  Iñigo  os  dará  cuenta  de  lodo,  y  os  dirá  de  mi 
parle  todo  lo  que  yo  pudiera  decir  aquí,  no  quiero  emba- 
razaros. Con  mucho  cuidado  estamos  aguardando  á  saber 
nuevas  del  parto  de  la  reina.  Plega  á  Dios  nos  las  traiga 
muy  buenas.  De  aquí  hay  pocas  que  decir  sino  de  una  boda 
que  tenemos,  que  escribo  á  mi  hermano. 

A  mi  primo  le  ha  tocado  la  gota  estos  dias  en  el  pié  de- 
recho, que  le  ha  hecho  estar  cinco  en  la  cama.  En  fin  la 
primavera  y  el  otoño  no  se  puede  escapar  della. 

Tomo  XLlil.  11 


162 

Deseo  saber  cómo  os  habrá  ido,  que  deseo  sea  muy 
bien ,  y  á  toda  vuestra  gente,  á  quien  me  encomiendo  mu- 
cho ,  y  guárdeos  Dios  como  deseo. — De  Bruselas  á  8  de 
mayo  1G09.— Isabel. 

Habiendo  entendido  que  el  contador  del  ejército  quiere 
dejar  su  oficio,  os  pido  mucho  que  supliquéis  á  mi  hermano 
haga  merced  del  á  Gonzalo  Guerra  de  la  Vega,  marido  de 
Juanica  de  Vargas,  á  quien  yo  deseo  mucho  ver  acomoda- 
do por  acá,  porque  ella  es  todo  mi  servicio,  y  le  tiene  tan 
bueno  como  sabéis ;  pero  no  bastara  esto  para  que  yo  su- 
plicara esto  á  mi  hermano,  si  viera  que  él  no  tenia  partes 
para  serville,  porque  deseo  mas  su  servicio  que  todo;  pero 
él  las  tiene  muy  buenas  y  todas  las  que  se  pueden  pedir  á 
un  hombre  honrado  y  de  bien ,  y  sobre  todo  que  sirve  muy 
limpiamente  como  lo  ha  mostrado  en  muchos  años  que  ha 
servido  en  el  armada  de  contador,  donde  no  se  ha  enrique- 
cido como  otros ,  y  así  me  haréis  mucho  gusto  en  procurar 
que  mi  hermano  me  haga  esta  merced. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  20  de  junio  de  1609. 

Por  Aseasio  de  Eguigúren. 

Real  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  63,  foL  187. 

Muy  ilustre  señor:  V.  S.  entenderá  por  lo  que  escribo 
al  rey  mi  señor  las  razones  que  hay  para  que  Asensio  de 
Eguigúren ,  contador  deste  ejército,  mande  hacerle  la  mer- 
ced que  suplico  á  S.  M.  en  sus  pretensiones,  que  son  de  una 


k 


165 

l^nla  con  que  pueda  vivir  en  su  casa,  señalándosela  en  par- 
le donde  la  pueda  cobrar  bien.  Es  tan  justo  lo  que  preten- 
de por  lo  bien  que  ha  servido  de  muchos  años  á  esta  parte, 
y  en  particular  desde  que  comenzó  á  ejercer  el  dicho  oficio 
de  contador,  habiéndose  hallado  en  todas  las  campañas  que 
ha  habido,  y  trabajado  con  mucho  cuidado  y  rectitud ,  y 
beneficiado  la  Hacienda  Real  como  lo  continúa ;  que  me  pro- 
meto le  ha  de  ayudar  y  favorecer  V.  S. ,  procurando  que 
S.  M.  le  haga  la  merced  que  pretende  como  se  lo  pido  con 
todas  veras,  asegurando  á  V.  S.  que  lo  estimaré  grande- 
mente por  los  méritos  del  dicho  contador.  Nuestro  Señor 
guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De 
Marimont  á  20  de  junio,  1609.— A  lo  que  V.  S.  ordenare. 
— Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  18  de  julio  de  1609. 

Por  fray  ALütonio  de  Sosa. 

tteal  Academia  de  laHistoria^ — Salazar,  A  63,  foL  189. 

Muy  ilustre  señor:  Fray  Antonio  de  Sosa,  ministro  pro- 
vincial de  la  orden  de  Sant  Francisco  en  el  reino  de  Portu- 
gal, de  cuya  virtud  y  partes  se  me  ha  hecho  buena  rela- 
ción, y  de  los  oficios  que  ha  tenido,  y  en  que  ha  sido  ocu- 
pado por  su  religión ,  en  que  ha  siempre  correspondido  á  sus 
obligaciones  como  buen  religioso,  y  con  su  ejemplo  y  doc- 
trina ha  dado  entera  satisfacción ;  y  siendo  tan  justas  estas 
causas  he  querido  pedir  á  V.  S.  le  tenga  por  encomendado 
en  esta  pretensión  que  tiene  de  que  S.  M.  le  haga  merced 


164 

de 'proveerle  en  dicho  reino  en  las  primeras  vacantes  de  un 
obispado,  pues  por  su  suficiencia  y  letras,  y  por  er puesto 
que  tiene,  merece  recibirla  de  la  grandeza  de  S.  M.  por  me- 
dio de  V.  S. ,  y  por  ser  tio  de  la  condesa  de  Gamalerio,  mu- 
jer del  conde  Octavio  Visconte,  gentil  hombre  de  mi  cáma- 
ra ,  que  me  ha  servido  y  sirve  con  entera  satisfacción ,  y 
deseo  dársela  por  sus  buenos  y  largos  servicios ,  estimaré  y 
agradeceré  lo  que  V.  S.  hiciere  por  fray  Antonio.  Nuestro 
Señor  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  guarde  y  prospere 
como  desea. — Bruselas  julio  18,  1609. — A  lo  que  V.  S.  or- 
denare.— Alberto. — Con  rúbrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  28  de  setiembre  de  1609. 

i.  Por  Hurtuno  de  Uri§ar. 

Jieal  Academia  de  la  Historia*— Salazar,  A  65,  foL  199. 

Muy  ilustre  señor:  El  proveedor  HurtuñodeUrigar,  lle- 
va á  su  cargo  los  bajeles  que  ha  mandado  el  rey  mi  señor 
que  vayan  á  España.  Por  él  escribo  á  S.  M,  lo  que  V.  S. 
verá.  Es  persona  que  ha  servido  mucho  y  bien,  y  á  quien 
es  justo  que  S.  M.  haga  merced ;  y  por  loque  yo  deseo  que 
la  reciba  y  que  sean  premiados  sus  servicios,  pido  á  V.  S. 
le  tenga  por  muy  encomendado  para  favorescerle  y  ampa- 
rarle en  todo  lo  que  se  le  ofreciere,  que  yo  estimaré  en  lo 
que  es  razón  lo  que  V.  S.  le  hiciere  por  mi  respecto.  Nues- 
tro Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  yo 
deseo. — De  Bruselas  á  28  de  septiembre,  1609. — A  servi- 
cio de  V.  S.— Alberto.  —  Cow.  rúbricm  imm- 


165 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Marimont  á  12  de  octubre  de  1609. 

Por  don  Diego  de  x\cuna. 

Real  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  63,  fol.  201. 

Señor  duque :  A  don  Diego  de  Acuña  he  dado  licencia 
para  dar  una  vuelta  á  su  casa ,  por  las  causas  que  me  ha 
representado  le  obligaban  á  ello,  y  porque  demás  deso  tie- 
ne las  pretensiones  sobre  que  he  escrito  otras  veces  á  V.  S. 
He  querido  encomendársele  á  V.  S.  como  lo  hago  muy  de  ve- 
ras, para  que  ayude  á  don  Diego,  y  procure  que  S.  M.  le  ha- 
ga merced,  así  en  su  orden  ó  de  alguna  renta,  como  de  la 
plaza  del  Consejo  que  entiendo  que  pretende.  V.  S.  conosce 
muy  bien  á  don  Diego  y  sabe  lo  bien  que  ha  servido,  y  así 
tengo  por  excusado  el  decirlo  aquí.  Pero,  porque  me  ha  ser- 
vido muy  á  mi  satisfacción  el  tiempo  que  há  que  está  en  mi 
casa,  me  hará  V.  S.  mucho  placer  en  tenerle  por  encomen- 
dado, para  procurar  que  S.  M.le  haga  en  sus  pretensiones 
toda  la  mas  merced  que  hubiere  lugar.  Dios  guarde  á  V.  S. 
con  la  salud  que  deseo. — De  Marimont  á  12  de  octubre,  año 
1609. — Alberto. — Con  rúbrica. 


JC6 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  ib  de  oct  ubre  de  1609. 

Por  el  contador  Asensio  de  Eguigúren. 

Real  Academia  de  ¡a  Historia.—Salazar,  A  63 ,  fol.  203. 

Muy  ilustre  señor:  Por  Asensio  de  Eguigúren,  contador 
deste  ejército,  tengo  escrito  al  rey  mi  señor  lo  que  V.  S. 
habrá  visto;  y  yendo  agora  en  persona  con  licencia  mia  á 
suplicar  á  S.  M.  le  haga  merced  en  tan  justa  pretensión  co- 
mo es  la  que  tiene,  vuelvo  á  escribir  sobre  ello  á  S.  M.,  y 
de  muy  buena  gana  hago  esta  intercesión  con  V.  S. ,  pi- 
diéndole muy  de  veras  le  favorezca  y  ampare  para  que  S.  M. 
le  haga  la  merced  que  merece  en  premio  y  satisfacción  de 
sus  muchos  y  buenos  servicios ;  que  para  raí  será  de  parti- 
cular estimación.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  per- 
jBona  de  V.  S.  como  desea. — ^De  Marimont  á  15  de  octubre, 
de  1609. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Albei-to.— Con  m- 
hrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Marimont  á  27  de  octubre  de  1609. 

En  recomendación  del  capitán  Francisco  de  la  Fuente. 

JReal  Academia  de  la  Historia.— Salazar,  A  63,  fol.  207. 

Muy  ilustre  señor:  V.  S.  habrá  visto  por  las  que  antes 
de  ahora  he  escrito  al  rey  mi  señor,  representando  los  ser- 
vicios del  capitán  Francisco  de  la  Fuente,  para  que  S.  M. 


^    167 

le  hiciera  merced  del  castillo  de  Trezo ,  lo  que  merece  por 
ellos.  Y  pues  no  ha  habido  lugar  de  hacérsela  del  dicho  cas- 
tillo, y  se  entiende  que  ha  vacado  el  de  Tortona  por  muer- 
te del  capitán  Juan  Ruiz  de  Villoslada ,  suplico  á  S.  M.  se 
sirva  hacer  merced  de  él  á  Francisco  de  la  Fuente ,  y  á 
V.  S.  pido  muy  de  veras  ampare  este  negocio  para  que  ten- 
ga el  buen  subceso  que  confío  y  merece  por  sus  buenos  y 
largos  servicios.  Guarde  Nuestro  Señor  la  muy  ilustre  per- 
sona de  V.  S.  como  desea. — De  Marimont  á  27  de  octu- 
bre, 1609. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rú- 
brica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Marimont  á  28  de  octubre  de  1609. 

Por  Atanasio  de  Legazpi. 
JUeal  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  QZ^fol.  209. 

Muy  ilustre  señor:  Atanasio  de  Legazpi ,  ayuda  de  mi 
cámara,  á  quien  S.  M.  hizo  merced  de  25  d.^^  de  entrete- 
nimiento en  Lisboa,  los  cuales  se  le  han  reformado,  porque 
habiendo  S.  M.  mandado  que  los  entretenidos  saliesen  á  ser- 
vir á  la  armada  ó  á  estos  Estados ,  y  no  pudiendo  cumplir 
este  mandato  por  estar  casado  en  Lisboa  y  tener  algunos  ne- 
gocios ,  que  le  ha  sido  forzoso  asistir  á  ellos ,  por  estas  cau- 
sas he  querido  pedir  á  V.  S.  le  tenga  por  encomendado  y 
le  ayude  y  favorezca,  para  que  S.  M.  mande  se  le  declare 
dicho  sueldo  con  algún  acrecentamiento,  para  que  pueda 
continuar  sus  servicios  y  pasar  su  vida  con  mas  comodidad. 
Y  por  ser  mi  criado  y  hijo  del  doctor  Villareal ,  médico  que 
fué  de  mi  cámara,  el  cual  murió  en  mi  servicio  en  estos  Es- 


ÍGS 

tados,  estimaré  y  agradeceré,  como  es  justo,  lo  que  hiciere 
por  él  V.  S. ,  cuya  muy  ilustre  persona  Nuestro  Señor  guar- 
de y  prospere  como  desea. —Marimont  octubre  28,  1609. 
A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 

i,   7    ,  9  ■ 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Vintz  á  8  de  noviembre  de  1609. 

En  recomendación  de  don  Diego  Avila  de  Mendoza. 

Heal  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  65 ,  fol.  211. 

Muy  ilustre  señor:  V.  S.  entenderá  por  lo  que  al  rey 
mi  señor  escribo  los  años  que  ha  que  sirve  á  S.  M.  don  Die- 
go Dávila  y  Mendoza,  y  lo  que  merece  por  eslo,  sus  bue- 
nas partes  y  calidad,  y  habérsele  muerto  en  estos  Estados 
cuatro  hermanos  suyos  en  el  real  servicio  de  S.  M.  Y  así, 
pido  á  V.  S.  le  favorezca^  procurando  que  S.  M.  mande  ha- 
cerle la  merced  que  debe  esperar  por  lo  referido ,  que  yo  la 
estimaré  en  lo  que  es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy 
ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Vintz  á  8  de  no- 
viembre, 1609. — x\  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — 

•Sil  fOiüjgiií  'iíjííaJ  i  .RodaíJ  £13  Obi 


169 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  4.°  de  diciembre  de  1609. 

Por  don  Francisco  de  Brizuela. 

Real  Academia  de  la  Hiiiioria,— Solazar ,  ^á  63 ,  foL  215. 

Muy  ilustre  señor:  Don  Francisco  de  Brizuela,  liijo  de 
Melchior  de  Brizuela ,  caballero  del  hábito  de  Santiago  y  ca- 
ballerizo que  fué  de  S.  M.  y  de  la  infante  en  vida  del  rey 
mi  señor,  que  haya  gloria,  pretende  en  consideración  de  los 
servicios  de  su  padre  y  de  su  calidad  y  partes,  que  S.  M. 
le  haga  merced  de  un  hábito,  y  según  me  han  informado, 
V.  S.  conoce  el  sugeto  de  don  Francisco  y  sus  buenas  par- 
tes, y  tiene  entera  noticia  desta  pretensión  por  ser  primo 
hermano  del  maestro  fray  Iñigo  de  Brizuela,  mi  confesor,  el 
cual  dio  cuenta  della  á  V.  S.  cuando  estuvo  en  esa  corte. 
Y  por  ser  cosa  suya,  y  por  las  obligaciones  que  le  tengo, 
he  querido  pedir  á  V.  S.  con  mucho  encarecimiento  le  ayu- 
de y  favorezca  de  manera  que  consiga  por  su  medio  lo  que 
pretende  como  él  espera,  en  que  me  hará  V.  S.  mucho  pla- 
cer, y  todo  lo  que  por  él  hiciere  lo  estimaré  y  agradeceré 
como  es  justo.  Nuestro  Señor  la  muy  ilustre  persona  de 
V.  S.  guarde  y  prospere  como  desea. — Marimont  diciembre 
primero,  1609. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — 
Con  rúbrica. 


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Í70 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lenna^ 
fecha  en  Bruselas  á  26  de  diciembre  de  1609. 

En  recomendación  de  don  Gerónimo  Corella. 

Real  Academia  de  la  Hisíoria, — Salazar,  A  65,  fol.  2i.&. 

Muy  ilustre  señor :  Don  Hieróniíno  Corella  ,  hermano 
del  conde  Gosenlana  (Gocentaina) »  tiene  la  pretensión  que 
V.  S.  verá  por  lo  que  escribo  al  rey  mi  señor  para  que  S.  M. 
le  haga  merced  de  una  encomienda.  Ha  servido  bien ,  y  lo 
está  continuando  con  una  compañía  de  infantería  españo- 
la; y  esto  obliga  á  que  yo  desee  su  comodidad  y  acrecen- 
tamiento, y  pida  á  V.  S.  como  lo  hago,  le  favorezca  y  ara- 
pare  para  que  consiga  la  merced  que  pretende.  Nuestro  Se- 
ñor guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea.— 
De  Bruselas  á  26  de  diciembre,  1609.— A  loque  V.  S.  or- 
denare.— Alberto. — Con  rúbrica. 

Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  31  de  diciembre  de  1609. 

ii'K-         En  recomendación  del  marqués  de  Guadaleste. 

Beal  Academia  déla  Historia. — Salazar,  A  65,  fol.  221. 

Señor  duque:  Yo  creo  que  pudiera  excusar  el  cansar  á 
V.  S.  con  esta  carta,  pues  no  habrá  menester  el  marqués 
de  Guadaleste  recomendación  de  nadie ,  para  que  V.  S. 
huelgue  de  hacer  por  él  todos  los  buenos  oficios  que  pudie- 


171 

re,  procurando  que  S,  M.  le  haga  merced  en  todo  lo  que 
se  le  ofresciere.  Pero  porque  el  marqués  ha  querido  que  lo 
pida  á  V.  S.  lo  hago  de  muy  huena  gana ,  como  quien  hol- 
gará mucho  de  lodo  su  bien  y  de  cualquier  merced  que 
S.  M.  le  hiciere,  que  será  en  él  muy  bien  empleada.  Dios 
guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  úl- 
timo del  año,  1609. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  i5  de  enero  de  IGIO. 

Le  da  gracias  por  las  provisiones  que  le  ha  enviado. — Expulsión 
de  los  moriscos. 

Biblioteca  Nacional,— Sala  de  MSS.—1 131,  fol,  609. 

Señor  duque:  Aunque  pienso  que  tengo  dadas  ya  á  V.S. 
las  gracias  por  las  provisiones  que  nos  ha  enviado,  lo  vuel- 
vo á  hacer  agora,  y  por  todo  lo  queá  este  proposito  me  di- 
ce en  su  carta  de  los  24  del  pasado ,  de  que  quedo  tan 
agradescido  como  debo,  y  confiadísimo  de  que  V.  S.  no 
nos  ha  de  dejar  nunca ,  sino  acudir  con  el  amor  que  veo  lo 
hace,  y  realmente  lo  merece  la  particular  voluntad  que 
siempre  he  tenido  á  V.  S. ,  quisiera  poderlo  demostrar  en 
muchas  cosas;  pero  en  lo  que  pudiere  espero  no  dejar  de 
hacerlo,  de  manera  que  V.  S.  echa  de  ver  que  no  emplea 
mal  lo  que  hace  por  nosotros,  y  asi  se  puede  asegurar  V.  S. 
de  que  he  holgado  en  extremo  de  entender  el  casamiento 
de  su  nieto,  y  la  merced  que  S.  M.  le  ha  hecho,  que  todo 
se  puede  tener  por  muy  bien  empleado. 

Con  las  buenas  nuevas  que  V.  S.  me  da  de  la  salud  de 
SS.  MM.  y  AA.  he  holgado  cuanto  debo.  Guárdelos  Núes- 


472 

tro  Señor  como  la  cristiandad  lo  lia  menester  y  lo  deseamos 
todos. 

Ha  sido  gran  cosa  cierto  haberse  acabado  tan  bien  lo 
de  la  espulsion  de  los  moriscos,  como  V.  S.  me  dice,  con 
que  se  puede  echar  muy  bien  de  ver  que  ha  sido  cosa  muy 
aceta  á  Nuestro  Señor ,  y  con  cuanta  prudencia  se  ha  en- 
caminado ,  y  así  es  de  esperar  que  resultarán  delía  otros 
tan  buenos  efetos  como  se  pueden  desear. 

Yo  escribo  esta  en  la  cama  por  un  dolor  que  me  ha 
dado  la  noche  pasada  en  un  pié,  no  es  mucho ,  y  así  espero 
que  pasará  presto ;  y  yo  acabo  con  dicir  que  Dios  guarde  á 
V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  á  15  de  ene- 
ro, año  1610. — Alberto. —  Conrúbrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
,vi.  V  *;  ^  fecha  en  Bruselas  á       de  enero  de  1610. 

-íL  Oííi  Por  don  Miguel  de  Idiaquez. 

níiJ  oíjaiii»  9üp  ob   ,ote«í| 

'^fí   Real  Academia  de  la  Historia. — Solazar,  A  63,  fol.  225. 

Muy  ihlS'tré  ééfíor :  Al  rey  mi  señor  escribo  lo  que  V.  S. 
verá  por  don  Miguel  de  Idiaquez  que  va  á  España  con  li- 
cencia mia  por  seis  meses,  para  que  S.  M.  se  sirva  de 
honrarle  y  hacerle  merced  conforme  á  sus  méritos.  Y  por 
lo  que  yo  deseo  que  la  reciba,  á  V.  S.  pido  muy  de  veras 
que  con  las  mismas  favorezca  las  cosas  de  don  Miguel  de 
manera  que  S.  M.  le  haga  merced;  que  demás  de  las  ra- 
zones que  hay  para  ello,  me  obligará  V.  S.  en  procurar- 
lo, y  será  para  mí  de  particular  estimación.  Nuestro  Señor 
guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De 


173 

Bruselas  á      de  enero,  1610. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. 
— Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lcrma, 
fecha  en  Bruselas  á  25  de  enero  de  ÍQ\0. 

En  recomendación  de  don  Juan  de  Qiiiroga. 

Real  Academia  de  la  Historia. ^-Salazar ,  A  65,  fot.  229. 

Muy  ilustre  señor:  Por  don  Juan  de  Quiroga,  sobrino 
del  cardenal  Quiroga,  escribo  al  rey  mi  señor  para  que 
S.  M.  se  sirva  de  hacerle  merced  de  un  hábito,  así  por  ser 
cosa  del  cardenal  como  por  lo  que  ha  servido,  y  la  satisfac- 
ción con  que  lo  está  continuando  ahora  en  estos  Estados 
con  una  compañía  de  infantería  española.  Y  habiendo  de 
ser  V.  S.  tanta  parte  para  que  la  reciba,  pido  á  V.  S.  le 
favorezca  y  ampare  para  ello ,  que  lo  eslimaré  yo  en  lo  que 
es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de 
V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  25  de  enero,  1610. — A 
lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  1 .  V^  febrero  c/e  1610. 

En  recomendación  del  capitán  Andrés  de  Prada. 
Beal  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  Qo  ,  fol.  25o. 

Muy  ilustre  señor:  Por  el  capitán  Andrés  de  Prada,  que 
está  aquí  sirviendo  con  una  compañía  de  infantería  españo- 


ín 

la ,  escribo  al  rey  mi  señor  lo  que  V.  S.  verá  para  que  S.  M, 
se  sirva  de  hacerle  merced  de  un  hábito  de  las  tres  órdenes 
militares ,  en  consideración  de  sus  servicios  y  de  los  del  ca- 
pitán Melchor  de  Prada  su  hermano*  Y  así  pido  le  tenga 
por  muy  encomendado  para  favorecer  y  amparar  esta  pre- 
tensión, asegurando  á  V.  S.  que  será  para  mí  de  particu- 
lar estimación.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  per- 
sona de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  1.''  de  febrero, 
1610.  —  A  lo  que  V.  S»  ordenare. — Alberto*  — Cow  rü^ 
brica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Bruselas  á  9  de  febrero  de  1610. 

En  recomendación  de  don  Luis  de  Córdoba. 

'  ñealAcaiíeMia  de  la  Historia.— Salazar ^  A  63,  fol.  235* 

Muy  ilustre  señor :  AI  rey  mi  señor  escribo  lo  que  V*  S* 
verá  por  don  Luis  de  Córdoba,  para  que  en  consideración 
de  sus  servicios  y  ser  hijo  de  don  Alvaro  de  Córdoba  se  sir- 
va S.  M.  de  hacerle  merced  en  sus  pretensiones.  Y  á  V.  S- 
pido  le  tenga  por  encomendado  para  favorecerle  en  todo  lo 
que  hubiere  lugar.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre 
persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  9  de  febre- 
ro, 1610. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto.— Cow  rú- 
brica. 


175 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
•     fecha  en  Bruselas  á  20  de  febrero  de  1610. 

Espnlsion  de  los  moriscos  de  Valencia.— El  conde  de  Anover. — Or- 
denes del  rey  sobre  las  cosas  de  Alemania. — Recomienda  al  conde 

Octavio  Vizconde Pide  que  se  paguen  129  mil  ducados  que  tomó 

prestados  por  cuenta  del  ejército  á  mercaderes  de  Ambéres. 

Biblioteca  Nacional,^ Sala  de  MSS, — /  131,  fol,  611. 

Señor  duque :  De  lo  que  V.  S.  me  dice  en  su  carta  de 
los  25  del  pasado  de  lo  que  habla  holgado  con  mi  carta  y  de 
saber  de  mi,  quedo  tan  agradescido  como  es  razón,  y  puede 
asigurarse  V.  S.  de  que  lo  emplea  en  quien  le  es  verdadero 
amigo  y  que  le  tiene  muy  gran  voluntad,  y  que  ha  de  hol- 
gar siempre  de  que  V.  S.  tenga  muchas  ocasiones  de  con- 
tento y  todo  lo  que  merece.  Pues  que  la  espulsion  de  los 
moriscos  de  Valencia  ha  tenido  tan  buen  suceso,  me  pare- 
ce muy  bien  que  se  procure  la  de  los  demás  que  V.  S.  apun- 
ta, y  no  tengo  duda  de  que  haya  de  querer  Nuestro  Señor 
tenga  el  mismo  suceso. 

Siempre  he  deseado  cumplir  con  lo  que  entendía  podia 
ser  gusto  de  S.  M. ,  y  así  no  hago  mucho  en  procurarlo 
en  lo  de  la  reformación  que  V.  S.  me  agradesce  tanto  y  en 
que  me  remito  al  conde  de  Añover,  que  avisará  de  todo  mas 
particularmente,  como  también  de  lo  que  se  ha  ofrescido 
estos  dias  en  las  cosas  del  príncipe  de  Conde  y  el  estado  en 
que  quedan,  y  así  no  cansaré  á  V.  S.  con  ello. 

Muchísimo  he  holgado  de  ver  todo  lo  que  V.  S.  me  dice 
tocante  á  las  cosas  de  Alemana ,  y  cuan  á  pechos  las  toma 
S.  M.,  y  las  órdenes  que  V.  S.  me  dice  ha  mandado  dar 


176 

acerca  dellas,  que  todas  me  parecen  muy  acertadas,  y  yo 
temé  con  don  Baltasar  la  correspondencia  que  V.  S.  dice, 
advirtiéndole  de  todo  lo  que  me  paresciere  necesario. 

Habrá  diez  ó  doce  dias  que  he  tenido  una  carta  del  em- 
perador en  que  me  da  cuenta  de  como  quiere  hacer  una 
junta  de  los  de  nuestra  Casa,  y  algunos  electores  y  otros 
príncipes,  y  me  pide  que  me  halle  en  ella,  y  que  cuando 
no  pudiese  por  el  estado  de  las  cosas  de  aquí,  que  envíe 
persona.  Yo  me  excusé  luego  de  ir,  y  ofrecí  de  enviar  per- 
sona, y  agora  huelgo  de  haberlo  hecho,  pues  veo  es  lo 
mismo  que  V.  S.  dice  le  paresce  que  yo  debria  hacer,  y  si 
esta  junta  pasa  adelante ,  podrá  muy  bien  don  Baltasar  ha- 
cer en  ella  los  oficios  necesarios  para  que  se  encamine  lo 
que  mas  convenga  para  todo  como  no  dudo  dello.  Quiera 
Dios  que  se  haga  así  como  la  cristiandad  lo  ha  menester. 

Yo  quedo  despachando  para  allá  al  conde  Octavio  Viz- 
conde, que  creo  será  bien  ^recebido  de  todas  parles,  y  no 
puedo  dejar  de  pedir  á  V.  S.  le  tenga  por  encomendado  pa- 
ra procurar  que  S.  M.  le  haga  la  merced  que  pretende,  que 
parece  seria  también  agora  en  buena  ocasión.  Sus  corres- 
pondientes le  habían  avisado ,  que  habia  salido  mal  su  con- 
sulta :  no  debió  de  ser  cierto,  según  lo  que  V.  S.  me  dice, 
que  me  hará  muy  gran  placer  en  encaminar  bien  este  ne- 
gocio, como  también  el  de  mi  confesor,  para  lo  cual  hay 
tantas  razones  sabidas,  que  excuso  de  tratar  dello  con  mas 
particularidad. 

Con  las  buenas  nuevas  que  V.  S.  me  da  de  la  salud  de 
SS.  MM.  y  AA.  y  cuan  bien  les  irá  en  la  jornada  de  Aran- 
juez  he  holgado  cuanto  debo.  Sírvase  Nuestro  Señor  de 
guardarlos  á  todos  como  la  cristiandad  lo  ha  menester. 

Algunas  veces  se  ha  escrito  á  S.  M.  sobre  unos  129  mil 
escudos  que  se  deben  aquí  por  cuenta  del  ejército,  á  mer- 


i77 

caderes  de  Ambéres,  y  otras  personas  que  los  han  dado  para 
el  servicio  de  S.  M.;  y  porque  mucha  parle  desto  lo  han  da- 
do sobre  mi  palabra,  sin  querer  nuestras  joyas  que  les  ofres- 
cía  para  su  seguridad,  no  puedo  dejar  de  pedirá  V.  S.  me 
haga  placer  (que  lo  será  cierto  muy  grande  para  mí)  de 
procurar  que  se  provea  esta  suma  lo  mas  pronto  que  sea 
posible,  que  confieso  á  V.  S.  me  congoja  cuando  estos 
hombres  me  piden  la  palabra  (como  lo  hacen)  y  yo  no  les 
puedo  dar  satisfacción;  y  así  lo  torno  á  pedir  á  V.  S.  con  to- 
do el  encarescimiento  que  puedo,  y  á  Nuestro  Señor  que 
guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  deseo. — De  Bruselas  á  20 
de  febrero,  de  1610. — Alberto. —  Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  S  de  marzo  de  1610. 

Por  don  Diego  Fernandez  de  Quiñones. 

üeal  Academia  de  ¡a  Historia. — Salazar,  A  63,  fol.  243. 

Muy  ilustre  señor:  Por  don  Diego  Fernandez  de  Quiño- 
nes escribo  al  rey  mi  señor  lo  que  V.  S.  verá,  para  que 
S.  M.  se  sirva  de  hacerle  merced  en  la  pretensión  que  tiene 
de  un  hábito  de  las  tres  órdenes  militares.  Y  mereciendo 
recibirla  por  su  calidad  y  lo  bien  que  ha  servido,  y  ha-' 
hiendo  de  ser  V.  S.  tanta  parte  para  ello,  estimaré  en  mu- 
cho lo  que  le  favoreciere  como  se  lo  pido  á  V.  S.  por  esta. 
Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  co- 
mo desea.— De  Bruselas  á  8  de  marzo,  1610.— A  lo  que 
V.  S.  ordenare. — Alberlo. — Con  rúbrica. 


Tomo  XLIil.  12 


178 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  ti  12  de  marzo  de  IGIO. 

Noticias  de  Francia  y  de  Alemania. — Se  alegra  de  la  ida  de  SS.  MM- 
yAA.  áLerma. — El  príncipe  de^Condé. — Recomienda  al  conde 
de  Solré,  á  don  Diego  de  Acuña,  y     su  confesor. 

Biblioteca  Nacional. — Sala  de  MSS.—1 151,  foL  614. 

Señor  duque :  Tócannos  tantas  armas  de  parte  de  Fran- 
cia, que  nos  han  obligado  á  despachar  este  correo,  á  lo 
que  Y.  S.  entenderá,  por  lo  que  se  escribe  á  S.  M.,  en  que 
me  hará  placer  de  tener  la  mano  para  que  S.  M.  se  resuel- 
va con  brevedad  en  lo  que  se  le  suplica,  pues  que  en  estas 
cosas  vale  mas  ganar  por  la  mano,  que  dar  lugar  á  que 
nos  la  ganen.  Yo  confieso  á  V.  S.  que  no  me  da  cuidado,  si- 
no lo  de  Juliers;  pero  tras  eso  es  bien  no  descuidar  de  lo 
demás.  V.  S.  con  su  mucha  prudencia  lo  considerará  y  en- 
caminará en  todo  lo  que  viere  que  mas  conviene  al  servicio 
de  S.  M.  y  al  bien  universal  de  todo;  y  pues  el  estado  des- 
to  lo  entenderá  V.  S.  por  lo  que  deben  de  avisar  los  mi- 
nistros de  S.  M.  de  todas  partes ,  tengo  por  excusado  de 
tratar  dello ,  particularmente  de  lo  de  Alemana ,  que  con- 
fieso me  tiene  con  cuidado  de  que.no  se  deshaga  la  junta 
que  estaba  bien  encaminada,  aunque  los  mas  dan  esperan- 
zas de  que  no  dejará  de  pasar  adelante,  que  plegué  á  Dios 
sea  así,  y  del  efeto  que  se  desea. 

Acá  se  ha  entendido  la  partida  de  SS.  MM.  y  AA.  para 
Lerma,  que  demás  de  haber  holgado  dello  por  el  indicio 
que  es  de  la  buen^  dispusicion  en  que  se  hallan ,  pienso  que 
se  les  puede  tener  invidia  de  que  vayan  á  tan  buena  tier- 
ra, y  mas  para  en  este  tiempo,  que  á  buen  siguro  se  sen- 


i79 

tira  allí  poco  la  cuaresma.  Dios  los  guarde  y  les  deje  gozar 
eso  con  todo  lo  demás  como  todos  lo  deseamos. 

El  príncipe  de  Conde  se  fuó  en  fin ,  como  lo  avisará  mas 
particularmente  el  conde  de  Año  ver.  Su  mujer  se  está  en  ] 
casa  ya  muy  hallada  y  es  estremada  persona. 

El  conde  de  Soire  desea  ser  despachado  brevemente, 
para  poder  volver  á  su  casa.  V.  S  me  hará  placer  de  pro- 
curarlo ,  y  también  que  se  despache  presto  don  Die^o  de 
Acuña,  haciéndole  merced  como  no  deja  de  merecerlo  por 
sus  servicios. 

También  acuerdo  á  V.  S.  la  pensión  para  mi  confesor, 
en  que  me  hará  V.  S,  muy  gran  placer  de  procurar  que 
S.  M.  se  resuelva  con  brevedad,  y  le  haga  la  merced  que 
le  tengo  suplicado.  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le 
deseo. — De  Bruselas  á  12  de  marzo  ,  año  1610. — Alberto. 
— Con  rúbrica. 


Carta  orígifial  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  il  de  marzo  de  1610. 

Eq  recomendación  del  capitán  Rodrigo  González  de  Mendoza. 

Real  Academia  de  la  Hktoria.—Salazar,  A  63|,  fol.  245. 

Muy  ilustre  señor .  El  capitán  Rodrigo  González  de  Men- 
doza me  ha  pedido  licencia  para  ir  á  proponer  al  rey  mi 
señor  ciertos  arbitrios  que  tiene  para  el  remedio  de  la  mo- 
neda de  vellón  como  se  lo  escribo  á  S.  M.  Y  mereciendo, 
por  el  buen  celo  con  que  se  dispone  á  hacer  este  servicio  y 
los  que  ha  hecho  en  la  guerra  de  muchos  años  á  esta  parte 
en  estos  Estados,  que  S.  M.  le  haga  merced ,  pido  á  V.  S. 


180 

sea  parte  para  que  la  reciba  y  sean  premiados  sus  buenos 
deseos  y  servicios,  teniéndole  V.  S.  por  muy  encomendado 
para  favorecerle  en  todo  lo  que  se  le  ofreciere,  que  lo  esti- 
maré yo  en  lo  que  es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy 
ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  17  de 
marzo,  1610. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con 
rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á^  de  abril  de  1610. 

Estado  de  las  cosas  de  Alemania. — Recomienda  al  landgrave  de 
Lichtenberg  para  el  toisón  de  oro. 

Biblioteca  Nacional— Sala  do  MSS.—1 131 ,  foL  620. 

Señor  duque :  Esta  carta  servirá  solo  de  acompañar  las 
que  se  escriben  á  S.  M.,  que  pues  las  ha  de  ver  V.  S.,  po- 
dré remelirme  á  ellas  con  pedir  á  V.  S.,  como  lo  hago,  pro- 
cure que  S.  M.  se  sirva  de  mandar  considerar  todo  lo  que 
se  le  representa  ,  y  de  tomar  la  resolución  que  se  le  suplica 
con  la  mayor  brevedad  que  sea  posible.  Aquí  se  van  conti- 
nuando las  prevenciones  de  que  antes  de  agora  se  ha  avi- 
sado, y  no  trato  de  las  de  Francia,  pues  las  sabrá  V.  S.  por 
otras  vias  de  mas  cerca  y  quizá  mas  ciertas. 

También  habrá  entendido  V.  S.  el  estado  de  las  cosas 
de  Alemana  por  los  avisos  de  don  Baltasar ,  y  como  espera- 
mos que  pasará  aun  adelante  la  junta  que  se  había  de  ha- 
cer en  Praga,  que  plegué  á  Dios  sea  así,  y  para  tanlo  ser- 
vicio suyo  y  bien  universal  de  todo  como  se  desea ,  y  es  bien 
necesario. 


181 

El  landsgrave  de  Liclitenberg  acuerda  el  cumplimien- 
to de  la  merced  que  S.  M.  le  ha  hecho  del  tusón,  que  como 
se  le  acordará  á  V.  S.  me  escribió  dias  há,  que  se  lo  podía 
escribir,  que  S.  M.  le  hacia  la  merced,  y  que  solo  se  aguar- 
daba cierto  breve  para  ello.  Entiéndese  que  después  acá  se 
ha  dado  el  tusón  á  otras  personas,  que  hace  estará!  lands- 
gi-ave  con  mas  cuidado  de  ver  que  no  se  le  acaba  de  dar  á 
él ,  y  así  rae  hará  V.  S.  mucho  placer  en  procurarlo,  y  sea 
con  la  mayor  brevedad  que  sea  posible.  Dios  guarde  á  V.  S. 
y  le  dé  tantas  y  tan  buenas  Pascuas  como  deseo. — De  Bru- 
selas á  4  de  abril,  año  1610. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  4  de  abril  de  1610. 

Por  don  Alonso  de  Ivalos. 

Duplicada. 

Beal  Academia  de  la  Historia,— Salazar ,  A  63,  fol.  247. 

Muy  ilustre  señor:  El  maestro  de  campo  don  Alfonso 
Dávalos  es  persona  de  la  calidad  y  servicios  que  V.  S.  sa- 
be, y  merece  por  ellos  y  los  de  su  casa  que  el  rey  mi  señor 
le  haga  la  merced  que  suplico  á  S.  M.  en  sus  pretensiones, 
tanto  mas,  que  por  no  hacer  falta  en  esta  coyuntura  á  su 
real  servicio ,  deja  de  acudir  á  la  solicitud  dellos.  Lo  cual 
me  obliga  á  interceder  con  V.  S.  y  pedirle  muy  de  veras  fa- 
vorezca y  ampare  con  las  mismas  las  cosas  de  don  Alfon- 
so, para  que  S.  M.  le  haga  la  merced  que  merece  confor- 
me'á  las  muchas  causas  que  hay  para  ello.  Y  en  procurar- 
lo me  obligará  en  particular  V.  S. ,  cuya  muy  ilustre  perso- 


i82 

na  guarde  Nuestro  Señor  como  desea. — De  Bruselas  á  4  de 
abril,  1610. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con 
rúbrica. 


Carta  autógrafa  de  la  archiduquesa  Isabel  al  rey,  fecha  en 
Bruselas  á  22  de  abril  de  1610. 

Le  avisa  que  la  Francia  junta  un  ejército,  y  con  qué  motivo. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—I  lol,  fol.  700. 

Señor :  Aunque  ha  poco  que  escribí ,  siempre  huelgo 
ñe  tener  ocasión  de  hacerlo,  aunque  haya  poco  que  decir 
de  nuevo  de  acá,  y  no  lo  será  desear  mucho  tener  ya  car- 
tas de  ahí ,  que  ha  mil  dias  que  estamos  sia  ellas,  y  sin  sa- 
ber de  la  salud  de  V.  M.,  que  se  lleva  muy  mal. 

Aquí  lodo  es  tratar  de  guerra  como  escribirá  mi  primo 
mas  particularmente ,  y  como  el  de  Francia  se  da  gran  pri- 
sa á  juntar  la  gente  para  su  ejército,  que  en  fin  quiere  rom- 
per, porque  no  le  dan  esta  mujer,  la  cual  está  bien  ganada 
por  él,  ó  perdida  por  mejor  dicir,  que  me  hace  grandísima 
lástima,  porque  es  la  mas  bonita  del  mundo,  y  mas  apa- 
cible y  de  mejor  condición;  pero  malos  consejos  que  tiene 
y  ha  tenido  la  tienen  tan  ciega,  y  los  presentes  y  cartas 
por  otro  cabo,  que  yo  tengo  por  sin  duda  su  perdición;  y 
así  todo  cuanto  procuramos  regalalla  y  ganalla,  que  es  cuan- 
to se  puede ,  me  parece  es  gastar  el  tiempo  en  balde,  y  no 
se  le  puede  quitar  que  no  hable  con  estos  que  le  traen  los 
mensajes  y  cartas,  que  no  faltan  hartos  alcahuetes,  y  la 
principal  es  la  mujer  del  embajador  de  su  rey,  que  está  aquí, 
aunque  el  marido  no  lo  es,  sino  un  honrado  hombre,  y  una 


f83 

vieja  que  la  ha  criado ,  y  así  la  gobierna ,  que  es  una  que  le 
quitaron ;  pero  está  en  casa  de  la  mujer  del  embajador ,  y 
así  la  escribe  cada  dia  cuanto  ha  de  hacer ,  y  lo  que  ha  de 
escribir  al  rey.  Es  tan  pura  Celestina  que  si  la  quisieran 
retratar  no  la  pudieran  pintar  mas  propia ;  y  cuando  yo  rae 
acuerdo  la  figura  del  galán ,  no  es  posible  dejar  de  reirme 
por  mas  guerra  que  nos  quiera  hacer ;  pero  pues  ól  se  da 
tanta  prisa,  suplico  á  V.  M.  se  la  mande  dar  en  lo  que  se 
le  suplica,  pues  vé  cuanto  importa  para  su  servicio,  y  del 
daño  que  seria  que  pudiese  hacer  lo  que  pretende  en  estos 
Estados ,  en  que  yo  no  me  declaro  mas  por  ir  esta  en  claro. 
Esto  es  cuanto  se  ofrece  por  acá  donde  aun  hace  frió ,  y 
así  va  muy  despacio  el  campo. 

Hemos  ido  dos  dias  á  las  garzas ,  pero  ha  hecho  tanto 
aire  que  no  se  ha  podido  matar  nada.  Mañana  se  comien- 
zan á  tirar  los  papagayos. 

Todas  estas  fiestas  quisiera  que  en  paz  las  gozase  V.  M. 
algún  dia.  Como  se  acerca  el  del  parto  de  la  reina  estamos 
con  cuidado.  Dios  la  alumbre  con  bien.  A  S.  M.  y  al  prín- 
cipe y  mi  nuera  beso  las  manos,  y  guárdenos  Nuestro  Se- 
ñor á  V.  M.  tantos  años  como  hemos  menester  y  yo  deseo. 
— De  Bruselas  á  22  de  abril,  1610. — Besa  las  manos  á 
V.  M.— Isabel. 


i84 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lermaj 
fecha  en  Bruselas  á  Z  de  mayo  de  1610. 

Pide  provisiones. —Concesión  del  toisón  de  oro  en  favor  del  land- 
grave  de  Lichtenberg.— Desea  se  paguen  las  sumas  que  ha  lo- 
mado para  socorrer  al  ejército. 

Real  Academia  de  la  Historia. — Saladar,  A  65,  foL  287. 

Señor  duque:  La  caria   de  V.  S.  de  los  20  del  pasado 
he  recibido  esta  mañana ,  y  por  lo  que  el  marqués  Spínola 
y  el  conde  de  Añover  escriben,  entenderá  V.  S.  lo  que  obli- 
ga á  despachar  este  correo,  con  el  cual  acerca  deso  no  hay 
olra  cosa  que  poder  decir  á  V.  S. ,  sino  que  entiendo  que  el 
marqués  no  puede  más,  y  que  así  es  fuerza  que  de  ahí  se 
provea  con  suma  brevedad  lo  que  se  ha  pedido;   pues  que 
todo  lo  de  aquí  queda  en  los  términos  que  V.  S.  entenderá 
por  lo  que  ellos  escriben ;  y  así  lo  pido  á  V.  S.  con  todo  el 
encarescimiento  que  puedo  lo  procure.  Entretanto  haremos 
lo  que  pudiéremos,  y  espero  que  Dios  nos  ha  de  ayudar  y 
encaminar  todo  como  mas  convenga  á  su  servicio. 

Con  las  buenas  nuevas  que  V.  S.  me  da  de  la  salud  de 
SS.  MM.  y  AA.  he  holgado  cuanto  debo.  Dios  los  guarde 
con  ella,  como  la  cristiandad  lo  ha  menester  y  lodos  lo  de- 
seamos, y  muy  á  propósito  habrá  sido  lo  que  V.  S.  dice  ha- 
bía llovido  para  gozar  mejor  de  lo  de  ahí ,  que  todos  dicen 
cuan  bueno  es. 

El  tusón  que  me  dice  V.  S.  ha  hecho  merced  S,  M.  al 
landsgrave  de  Lechtenberge  he  estimado  cuanto  debo,  y 
luego  se  le  avisará  de  la  merced  que  S.  M.  le  hace,  y  se 
le  enviarán  los  despachos  cuando  S.  M.  fuere  servido  de 


185 

mandarlos  enviar,  quedando  yo  tan  agradescido  como  es  ra- 
zón de  los  buenos  oficios  que  V.  S.  debe  de  haber  hecho  pa- 
ra ello ,  á  quien  no  puedo  dejar  de  pedir  continúe  los  que 
ofresce  hacer  por  las  personas  que  tengo  encomendadas  á 
V.  S.,  y  en  particular  el  pagamento  de  las  partidas,  por 
las  cuales  estoy  obligado  ,  pues  de  otra  manera  no  se  terna 
crédito  jamás  para  ninguna  necesidad  que  se  pueda  oí'res- 
cer.  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — De 
Bruselas  á  3  de  mayo,  año  1610. — Alberto.  —  Con  rú^ 
biica. 


Carla  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  2  de  junio  de  1610. 

El  archiduque  Leopoldo  de  Austria. — Agradece  ios  400  mil  ducados 
que  le  han  enviado. — Recomienda  al  conde  de  Bucquoy. 

Beal  Academia  de  la  Historia. — Sala%ar,  A  65,  fol.  255. 

S(ñor  duque:  Creo  que  me  (einá  V.  S.  por  disculpado 
de  que  sea  breve  en  esta,  habiéndome  levantado  hoy  déla 
cama  en  que  he  estado  dos  dias  por  la  gota ,  y  estando  ocu- 
pado con  la  partida  del  archiduque  Leopoldo  (i),  que  quie- 
re que  sea  esta  noche;  y  así  remitiéndome  en  lo  que  es  negó* 
cios,  á  lo  que  V.  S.  verá  por  las  cartas  de  mano  ajena, 
daré  aquí  solamente  á  V.  S.  las  gracias  por  las  buenas  nue- 
vas que  me  da  de  la  salud  de  SS.  MM.  y  AA.  de  cuan  bien 
se  hallan  ahí,  que  no  podia  ser  menos,  siendo  todo  tan  bue- 
no y  con  tantas  comodidades  como  todos  dicen. 


{\)  Al  margen  dice:  Después  de  escrito  esto,  ha  resuelto  el  ar- 
chiduque no  partirse. 


186 

También  agradezco  á  V.  S.  la  provisión  de  los  400  mil 
ducados  que  nos  ha  enviado,  que  había  venido  á  muy 
buen  tiempo,  y  así  la  habernos  eslimado  como  era  justo,  y 
la  voluntad  con  que  vemos  que  V.  S.  procura  todo  lo  que 
nos  toca,  y  que  S.  M.  nos  haga  la  merced  que  en  todo  nos 
hace,  de  que  estamos  con  el  reconocimiento  que  debemos. 

Y  no  quiero  dejar  de  decir  aquí  á  V.  S.  que  es  bonísi- 
ma persona  el  archiduque  y  que  tiene  mil  cosas  de  la  rei- 
na su  hermana.  Flabemos  procurado  regalarle  lo  mejor  que 
se  ha  podido,  y  él  se  muestra  satisfecho  dello;  con  que  es- 
pero que  S.  M.  terna  por  bien  lo  que  habernos  dado,  y  que 
le  parescerá  á  V.  S.  que  no  se  ha  podido  hacer  menos.  Dios 
guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  á 
2  de  junio,  año  1610. — Alherío,  —Con  rúbrica. 

V.  S.  me  hará  mucho  placer  en  tener  por  encomenda- 
do al  conde  de  Bucoy ,  para  procurar  que  sea  despachada 
con  brevedad. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  herma, 
fecha  en  Marimont  á  19  de  junio  de  1610. 

Envía  el  parabién  por  el  feliz  alumbramiento  de  S.  M. — ^Muerte  del 
rey  de  Francia:  tratos  que  ha  movido  con  España  la  reina. — El 
príncipe  de  Conde. — llecomienda  á.su  confesor  Brizuela  y  al  coQ« 
de  de  Marnay. 

Beal  Academia  de  la  Historia. SaJazar,  A  63,  fol.  289. 

Señor  duque :  Comenzaré  la  respuesta  de  las  cartas  de 
V.  S.  de  los  15  del  pasado  y  primero  deste ,  que  he  rescibi- 
do  pocos  dias  há,  con  dar  á  V.  S.  las  gracias  por  las  bue* 


187 

nas  nuevas  que  nos  ha  querido  enviar  del  buen  alumbra- 
miento de  la  reina  mi  señora,  dando  á  V.  S.  también  el 
parabién,  pues  hay  tanta  razón  para  (|ue  todos  estemos  muy 
contentos  como  acá  lo  estamos,  deseando  que  Nuestro  Se- 
ñor guarde  á  SS.  MM.  muchos  años  y  les  dé  muchas  oca- 
siones de  contento  con  la  salud  y  vida  que  la  cristiandad  ha 
menester. 

También  he  querido  dar  á  V.  S.  las  gracias  por  la 
cuenta  que  me  da  por  su  carta  de  los  15  del  pasado,  de 
las  pláticas  que  se  hablan  movido  por  parte  Je  la  reina  de 
Francia,  que  lo  he  estimado  como  es  razón,  haberme  que- 
rido dar  cuenta  dello  V.  S.  Agora  paresccque  podrá  la  rei- 
na poner  tanto  mejor  en  ejecución  sus  buenos  prop(')sití)S^ 
que  realmente  muestra  tenerlos;  y  así,  es  bien  obligarla  á 
que  pase  con  ellos  adelante,  y  pienso  que  se  haria  con  fa- 
cilidad, y  que  no  le  eslará  mal  á  S.  M. 

Ha  sido  eslraño  el  caso  de  la  muerte  del  rey  de  Fran- 
cia. Dios  le  i)crdone,  y  parésceme  muy  justo  que  S.  M  ha- 
ga las  demostraciones  de  sentimiento  que  V.  S.  apunta. 

Ya  V.  S.  habrá  visto  lo  que  que  de  acá  se  ha  escrito 
acerca  del  estado  de  las  cosas  destas  partes,  después  des- 
te  suceso ,  y  la  relación  de  lo  que  ha  sido  forzoso  gastar 
para  prevenirnos  para  lo  que  se  esperaba,  que  tengo  por 
cierto  lo  terna  por  bien  S.  M. ,  presupuesto  que  á  lo  demás 
de  la  provisión  extraordinaria  que  habia  mandado  enviar, 
no  se  locará  como  lo  manda  S.  M.  sin  su  orden. 

En  las  cosas  de  por  acá  no  se  ofresce  cosa  de  momen- 
to mas  de  lo  que  se  ha  avisado  por  el  último  correo ;  solo 
que  ha  llegado  esta  mañana  á  Bruselas  el  príncipe  de  Con- 
de,  y  á  lo  que  me  dicen  ,  con  intención  de  procurar  recon- 
ciliarse, en  que  me  parcsce  que  no  dejará  de  acertar,  y  que 
á  S.  M.  no  le  estará  mal.  Con  esto  creo  que  nos  acabaremos 


i88 

también  de  desembarazarnos  de  su  mujer,  que  está  aun 
muy  puesta  en  quererse  irá  casa  de  su  padre. 

Lo  de  Juliers  es  lo  que  agora  da  mas  que  pensar  en  es- 
las  partes,  y  el  fin  que  terna.  jQuiera  Dios  que  sea  el  que 
mas  convenga  al  bien  de  la  cristiandad. 

Con  estar  las  cosas  en  el  estado  que  tienen,  nos  habe- 
rnos resuelto  de  venir  aquí  por  unos  pocos  de  dias ;  y  aun- 
que antes  de  salir  de  Bruselas  habia  comenzado  á  hacer  ca- 
lor, ha  refrescado  después  el  tiempo ,  de  manera  que  se  pa- 
sa muy  bien,  y  así  estamos  con  salud,  cá  Dios  gracias. 

El  marqués  de  Marné,  que  en  otro  tiempo  conosceria 
V.  S.  conde  de  Pondevaux,  tiene  algunas  pretensiones  de 
que  creo  fué  encargado  el  conde  de  Bucoy ;  y  por  lo  bien 
que  sirve,  no  puedo  dejar  de  pedir  á  V.  S.  tenga  por  enco- 
mendadas sus  cosas,  para  procurar  que  S.  M.  le  haga  toda 
la  merced  que  hubiere  lugar. 

También  he  querido  volver  á  acordar  á  V.  S.  lo  de  la 
pensión  para  mi  confesor,  que  me  hará  V.  S.  muy  gran 
placer  en  procurar  encaminarla.  Dios  guarde  á  V.  S.  con 
la  salud  que  le  deseo. — De  Marimont  á  19  de  junio,  año 
1610. — Alberto. — Con  rúbrica. 


489 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  26  de  julio  de  1610. 

El  conde  de  Anover. — Acogimiento  y  regalo  que  se  ha  hecho  al  ar- 
chiduque Leopoldo. — Estado  de  las  cosas  de  Alemania  y  Francia. 
— fe^olucion  del  emperador  de  Austria  de  dar  la  investidura  del 
ducado  de  Juliers  al  elector  de  Sajonia.— Piensa  socorrer  á  Co- 
lonia.— Le  recomienda  á  varias  personas. 

Heal  Academia  de  ¡a  Hisíoria.—Salazar,  A  65,  foL  291. 

Señor  duque:  Lo  que  V.  S.  me  dice  en  su  carl<a  de  los 
i 8  del  pasado  acerca  de  la  gota  que  yo  habia  sentido,  es- 
limo en  lo  que  es  razón  ,  pues  echo  de  ver  en  todas  las  oca- 
siones que  se  ofrescen  muestra  V.  S.  la  buena  voluntad  que 
me  tiene,  que  no  deja  de  meresccr  en  parte  la  que  yo  siem- 
pre he  tenido  á  V.  S.,  y  querría  poder  mostrarle  en  muchas 
ocasiojies,  como  lo  procuraré  siempre  en  todas  las  que  se 
me  ofrescieren  con  mucha  voluntad. 

Algún  cuidado  me  ha  dado  no  ver  carta  de  V.  S.  en  este 
último  despacho  que  ha  venido  de  ahí,  y  lo  que  V.  S.  ha  en- 
cargado al  conde  de  Anover  medijiese  sobre  ello  de  supnrte; 
pero  quiero  esperar  que  será  servido  Nuestro  Señor  de  dar 
á  V.  S.  la  salud  y  contento  que  puede  desear. 

Lo  que  aquí  se  ha  procurado  hacer  en  el  acogimiento  y 
regalo  del  archiduque  Leopoldo  era  debido  por  muchas  ra- 
zones, y  con  todo  he  eslimado  muchísimo  lo  que  V.  S.  me 
dice  de  que  SS.  MM.  se  tuviesen  por  servidos  dello,  y  así 
holgara  de  que  se  hubiera  podido  hacer  mas.  Pero  lo  que  se 
ha  hecho  ha  sido  cierto  con  mucha  voluntad  y  deseo  de 
cumplir  con  la  obligación  que  habia  para  ello. 

Con  las  buenas  nuevas  que  V.  S.  me  da  de  la  salud  de 


,      i90 

SS.  MM.  y  AA.  huelgo  cuanto  debo,  y  particularmente  de 
entender  por  las  cartas  que  han  venido  últimamente  la  mu- 
cha mejoría  con  que  se  hallaba  el  príncipe,  que  espero  en 
Nuestro  Señor  será  servido  de  darle  muy  presto  salud  per- 
fecta, y  de  guardarlos  á  todos  como  la  cristiandad  lo  ha 
menester  y  todos  lo  deseamos. 

La  sustancia  de  lo  que  se  ofresce  en  nuestras  cosas  de 
Alemania  y  Francia,  entenderá  V.  S.  por  lo  que  se  escri- 
be á  S.  M.  en  este  despacho  á  que  me  remito,  y  solo  he 
querido  decir  aquí  á  V.  S. ,  que  con  mucho  cuidado  procu- 
ramos encaminar  las  cosas  de  Juliers  á  lo  que  V.  S.  apunta 
en  lo  que  me  escribe  acerca  desto.  Y  es  verdad  que  los  de 
Francia  muestran  desear  lo  mismo ,  si  bien  no  desisten  aun 
de  lo  que  han  comenzado  en  lo  del  enviar  el  socorro ,  que 
en  fin,  va  marchando,  y  aunque  despacio,  sin  haber  he- 
cho alto  hasta  ahora. 

La  resolución  que  el  emperador  ha  tomado  de  dar  la  in- 
vestidura de  aquellos  Estados  al  elector  de  Sajonia,  pudie- 
ra obligar  á  los  franceses  á  mudar  de  resolución.  Es  verdad 
que  hasta  agora  no  habemos  tenido  aviso  de  que  se  haya 
sabido  en  Francia  esta  resolución  del  emperador,  que  pu- 
diera tomar  algunas  otras  para  facilitar  estas  cosas  y  otras 
muchas;  pero  V.  S.  sabe  lo  que  pasa  acerca  desto,  y  así 
podemos  tener  en  algo  cuando  se  determina  á  tomar  algu- 
na resolución. 

Habemos  despachado  de  nuevo  á  don  Baltasar,  para 
que  proponga  al  emperador  los  medios  que  se  han  propuesto 
de  Francia ,  no  desrazonables  y  encaminados  á  componer 
esto  por  bien.  No  sé  lo  que  alcanzaremes. 

Con  el  ejemplo  de  lo  que  pasa  en  Argentina ,  comienza 
á  tener  miedo  Colonia ,  y  nos  ha  enviado  á  pedir  socorro, 
el  cual  se  le  dará  en  la  mejor  forma  que  se  pudiere  sin  em- 


m 

penar  el  cjórcilo,  y  procurando  que  sea  á  la  menor  costa 
que  sea  posible,  como  tengo  por  cierto  lo  terna  por  bien 
S.  M. ,  pues  se  tiene  tanta  obligación  á  aquella  villa ,  y  la 
conservación  della  importa  tanto  para  las  cosas  de  aquí.  Y 
V.  S.  se  asegure  de  que  se  hará  lo  posible  por  encaminar 
generalmente  todas  las  cosas  de  manera  que  cuanto  antes 
podamos  excusar  los  gastos  extraordinarios  con  que  nos  ha- 
llamos al  presente,  y  que  en  nada  se  hará  mas  de  lo  muy 
forzoso. 

Con  las  nuevas  que  V.  S.  me  da  de  la  caza  que  ha 
muerto  S.  M.  en  esos  montes  y  lo  demás  que  ahí  se  ofres- 
ce,  he  holgado  muchísimo.  Espero  que  ha  de  ser  servido 
Nuestro  Señor  de  encaminar  las  cosas  de  manera  que  ten- 
gan lugar  para  holgarse  y  entretenerse  como  es  menester 
para  tener  la  salud  que  todos  les  deseamos. 

El  cuidado  que  V.  S.  ofresce  tener  de  las  personas  que 
le  he  encomendado,  estimo  en  lo  que  es  razón.  Espero  se 
les  lucirá  á  todos ,  y  que  les  ha  de  hacer  S.  M.  la  merced 
que  esperan.  V.  S.  me  hará  muy  gran  placer  en  procurar 
encaminarlo ,  particularmente  lo  de  la  pensión  para  mi  con- 
fesor. 

También  pienso  que  habrán  acudido  á  V.  S.  con  las 
pretensiones  del  marqués  de  Marné,  que  me  está  sirviendo 
aquí,  y  así  obligando  á  que  desee  su  bien.  Y  así  me  hará 
V.  S.  mucho  placer  de  tenerlo  por  encomendado,  y  tam- 
bién en  procurar  que  al  marqués  de  Montenegro  se  le  ha- 
ga alguna  merced  con  que  pueda  quedar  satisfecho  y  aco- 
modado. Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — 
De  Bruselas  á  26  de  julio,  año  i610.  —  Alberto.  —  Con 
rúbrica. 


192 


Carta  nutógrafa  del  archiduqm  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  7  de  agosto  de  1610. 

Sitio  de  Juliers. — Buenas  esperanzas  de  que  se  arreglen  las  dife- 
rencias entre  el  emperador  de  Austria  y  el  rey  de  Hungría. 

Eeal  Academia  de  la  Historia. —Solazar  y  A  65,  fol  295. 

Señor  duque:  Habiendo  llegado  en  fin  el  plazo  de  ha- 
berse sitiado  Juliers,  ha  parescido  que  era  bien  que  lo  su- 
piere S.  M. ;  y  así  se  despacha  para  ello  este  correo ,  como 
lo  entenderá  V.  S.  mas  particularmente  por  los  despachos 
que  lleva ,  á  que  me  remito  sin  tener  otra  Cosa  que  decirle 
sino  que  acá  estaremos  á  la  mira  de  lo  que  fuere  sucedien- 
no  para  gobernarnos  conforme  á  eso  ,  en  conformidad  de  lo 
que  tenemos  entendido  de  la  voluntad  y  intención  de  S.  M. 

No  dudo  sino  que  V,  S.  lerna  también  cartas  de  Praga 
por  donde  sabrá  lo  que  pasa  allí ,  que  en  fin  es  gran  cosa 
que  se  pueda  tener  tan  buenas  esperanzas  de  que  se  hayan 
de  acomodar  las  diferencias  de  entre  el  emperador  y  el  rey 
de  Hungría ;  yero  yo  confieso  á  V.  S.  que  querría  verlo  he- 
cho y  acabado  ya. 

Lo  de  la  liga  de  los  católicos  seria  bien  conveniente  que 
se  asentase  bien,  i  Plegué  á  Dios  que  se  haga  como  con- 
viene! 

De  Francia  ha  dias  que  no  tenemos  cartas.  V.  S.  las 
debe  de  tener  sin  falla,  y  así  no  tengo  que  decir  á  V.  S. 
acerca  de  las  cosas  de  allí ,  ni  en  esta  carta  más ,  sino  que 
Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — De  Bruse- 
las á  7  de  agosto,  año  IfjlO. — Alberto. — Con  rubrica. 


I 


193 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  23  de  setiembre  de  1610. 

Levantamiento  del  campo  junto  áJuliers. — Avisos  del  estado  de  las 
cosas  de  Alemania. 


JReal  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  63,  fol.  297. 

Señor  duque:  Por  poder  avisar  cosa  cierta  del  estado 
de  las  cosas  de  por  acá,  se  ha  diferido  el  dar  cuenta  dellas 
á  S.M.  hasta  ahora,  que  se  ha  tendo  aviso  de  que  el  cam- 
po de  los  Estados  se  ha  levantado  de  junto  á  Juliers,  y  mar- 
chaha  la  vuelta  de  adonde  habia  venido,  con  que  paresce 
nos  podemos  acabar  de  asegurar  de  las  sombras  y  sospe- 
chas que  hasta  agora  nos  habían  tenido  suspensos,  y  así 
se  tratará  aquí,  de  aquí  adelante,  devolver  á  poner  las  co- 
sas de  este  ejército  en  el  mismo  estado  en  que  por  orden  de 
S.  M.  se  habían  puesto  antes  de  estos  movimientos  pasados 
de  Francia  y  Alemania,  como  lo  entenderá  V.  S.  todo  mas 
particularmente  por  lo  que  se  escribe  á  S.  M.  en  este  des- 
pacho, á  que  me  remito,  como  también  lo  hago  á  lo  que  el 
conde  de  Añover  escribirá  á  V.  S.  sobre  cierto  particular 
nuestro,  muy  confiado  de  que  nos  ayudará  en  él  como  hasta 
aquí  en  todo  lo  que  se  nos  ha  ofrescido ;  asegurando  á  V.  S. 
de  que  siento  infinito  cansar  á  S.  M.  con  nada  que  me  to- 
que, y  sin  que  el  estado  de  nuestras  cosas  obligue  á  ello. 

Con  el  castellano  Juan  de  Aranda  he  tenido  nuevas 
particulares  de  V.  S.,  que  me  ha  dicho  cuan  bueno  que- 
daba ,  de  que  he  holgado  en  extremo,  dejado  aparte  lo  que 
he  holgado  con  las  nuevas  que  nos  ha  dado  de  la  buena  sa- 
lud de  SS.  MM.  y  A  A.,  y  en  parlicular  de  la  convalescencia 

Tomo  XLIIÍ.  13 


194 

del  príncipe.  Dios  los  guarde  á  todos  como  la  cristiandad  lo 
ha  menester  y  lo  deseamos. 

No  dudo  de  que  terna  V.  S.  por  via  de  don  Baltasar 
avisos  particulares  de  lo  que  pasa  en  Alemania;  y  así  no 
trato  aquí  dello.  Tiempo  fuera  que  se  acabaran  ya  de  com- 
poner aquellas  cosas.  Quiera  Dios  que  sea,  y  como  convie- 
ne ,  que  mas  vale  tarde  que  nunca. 

Habemos  sido  de  bodas  estos  dias,  que  se  ha  casado 
una  dama  de  casa  con  las  cerimonias  acostumbradas,  con 
que  se  acaba  lo  que  al  presente  se  ofresce  que  decir ,  y  por 
no  cansar  á  V.  S.  ésta  con  decir  que  Dios  le  guarde  con  la 
salud  que  le  deseo. — De  Bruselas  á  23  de  setiembre,  1610. 
— Alberto.  —  Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Ler- 
ma,  fecha  en  Bruselas  á  9  de  octubre  de  1610. 

Retirada  de  la  fuerza  que  sitiaba  á  Juliers.— Agradece  la  merced 
hecha  á  su  confesor. — Pide  que  se  dé  á  Octavio  Vizconde  el  car- 
go que  tenia  en  Italia  don  Blasco  de  Alagon. 

Beal  Academia  de  la  Historia. ^Salazar,  A  63,  foL  299. 

Señor  duque:  Las  cartas  de  V.  S.  de  4  y  17  del  pasa- 
do he  rescibido  juntas,  y  holgado  mucho  de  entender  las 
buenas  nuevas  que  V.  S.  me  da  de  la  salud  de  SS.  MM.,  y 
de  cómo  habían  pasado  este  verano  yendo  de  una  parte  á 
otra,  acudiendo  á  sus  hijos,  cuyas  indisposiciones  me  ha 
pesado  de  entender;  y  sin  falta  que,  para  que  no  durase 
mas  la  del  príncipe,  ayudaría  mucho  el  tener  á  sus  pa- 
dres cabe  sí.  Bendito  sea  Dios  que  está  ya  bueno,  como 
V.  S.  dice.  Dios  le  guarde :  que  grandes  cosas  dicen  todos 


i  95 

de  lo  que  parcsce  que  sabe,  y  el  entendiaiienlo  que  tiene.  Y 
ha  sido  muy  acertada  resolución  la  de  no  moverle  hasta  es- 
tar muy  bien  convalescido,  y  también  á  la  infante  doña  Ma- 
ría, que  aunque  las  tercianas  que  V.  S.  me  dice  tenia  no 
pueden  dejar  de  dar  pena  á  los  que  le  tenemos  tanta  obliga- 
ción, parescequese  puede  esperar  que  estará  muy  presto  bue- 
na, y  de  manera  que  pueda  seguir  ásus  padres  y  hermanos 
que  también  pienso  han  tomado  muy  acertada  resolución 
en  llegarse  á  Sant  Lorenzo,  pues  creo  que  es  aquello  mas  á 
propósito  para  el  otoño  que  va  ya  entrando  aprisa.  Dios  los 
guarde,  como  la  cristiandad  lo  ha  menester ,  y  á  V.  S.  que 
tanto  cuidado  tiene  de  servirles  y  mirar  por  su  salud,  que 
bien  se  echa  de  ver  el  amor  con  que  lo  hace. 

Háme  dado  mucho  cuidado  lo  que  me  dice  V.  S.  de 
sus  achaques ;  pero  espero  que  ha  de  darle  Nuestro  Señor 
muy  entera  salud ,  pues  la  emplea  tan  bien  y  en  santo  ser- 
vicio suyo;  y  puédese  asegurar  V.  S.  de  que  se  la  deseo 
con  muchas  veras. 

Con  las  últimas  cartas  que  de  acá  han  ido  habrá  enten- 
dido V.  S.  cómo  se  acabó  lo  de  Juliers.  Agora  podemos  avi- 
sar de  que  los  que  la  sitiaron  se  han  retirado  ya  de  todo 
punto  á  sus  casas,  y  asi  retiramos  nosotros  también  la  gen- 
te que  teníamos  mejorada  hacia  aquella  parte,  y  despedi- 
mos la  que  se  habia  levantado  de  nuevo;  y  quedo  muy 
contento  de  haber  acertado  á  conformarme  con  la  inten- 
ción de  S.  M.  en  pensar  socorrer  á  Colonia  si  lo  hubiera  ha- 
bido menester,  y  asi  nos  gobernaremos  en  esa  conformi- 
dad en  lo  que  adelante  se  le  pudiese  ofrecer  á  aquel  lugar 
adonde  están  muchos  deputados  de  diferentes  parles,  tra- 
tando de  ver  si  se  puede  acabar  de  acomodar  de  todo  pun- 
to aquello  de  Juliers,  que  plegué  á  Dios  lo  hagan  como 
bien  seria  menester. 


i96 

Entiendo  que  con  este  correo  terna  S.  M.  despacho  de 
don  Baltasar,  por  donde  verá  V.  S.  lo  que  pasa  en  Praga 
y  Bavicra,  y  así  tengo  por  excusado  tratar  aquídello.  Pué- 
dese desear  que  todo  aquello  tenga  el  suceso  que  la  cris- 
tiandad lia  menester,  como  se  ha  de  esperar  de  la  miseri- 
cordia de  Nuestro  Señor. 

La  merced  que  S.  M.  ha  sido  servido  de  hacer  á  mi 
confesor,  como  V.  S.  me  dice,  he  estimado  cuanto  debo, 
teniéndola  por  muy  grande;  y  así  me  hará  V.  S.  mucho 
placer  en  besar  á  S.  M.  las  manos  de  mi  parte  por  ella,  y 
quedo  tan  agradecido  de  que  V.  S.  nos  la  haya  procurado 
con  tanto  cuidado,  que  quisiera  poderlo  significar  con  pa- 
labras. Pero  asegúrese  .V.  S.  de  que  es  cuanto  debo  estarlo, 
y  que  siempre  procuraré  mostrar  la  estimación  que  yo  hago 
de  la  voluntad  con  que  V.  S.  acude  á  todo  lo  que  me  toca. 

Eso  mismo  me  hace  cansar  á  V.  S.  con  cosas  que  me 
piden,  y  que  cuando  son  criados  á  que  tengo  obligación,  se 
pueden  rehusar  con  dificultad.  Y  así  me  atreveré  de  pedir 
á  V.  S.  me  haga  placer  de  procurar  que  S.  M.  haga  mer- 
ced al  conde  Octavio  Visconde  de  lo  que  ha  vacado  ago- 
ra en  el  Estado  de  Milán  por  muerte  de  don  Blasco  de  Ara- 
gón ,  que  me  hará  en  ello  V.  S.  muy  gran  placer,  pues  sa- 
be las  obligaciones  que  tengo  al  conde  Octavio,  y  que  se 
emplea  en  lo  que  se  le  ordena  con  tanta  puntualidad. 

Con  estar  las  cosas  de  esta  nuestra  vecindad  en  el  es- 
tado que  digo  á  V.  S. ,  habernos  determinado  la  infante  y 
yo  de  dar  una  vuelta  á  Marimont,  aunque  ha  comenzado 
á  llover  de  manera  que  no  sé  si  se  podrá  gozar  mucho  de 
aquello.  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — De 
Bruselas  á  9  de  octubre,  año  1610.  —Alberto.— Cow  rú- 
brica. 


197 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma , 
fecha  en  Bruselas  á  ÍO  de  octubre  de  1610. 

Ea  recomendación  de  don  Guillermo  Verdugo. 
Beal  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  65,  fol.  261. 

Muy  ilustre  señor:  Al  rey  mi  señor  escribo  lo  que  V.  S. 
verá  por  don  Guillermo  Verdugo  que  va  con  licencia  mia 
á  representar  sus  servicios  y  los  del  coronel  Francisco  Ver- 
dugo ,  su  padre,  para  que,  en  consideración  dellos,  S.  M. 
se  sirva  de  hacerle  merced  en  sus  pretensiones,  honrándo- 
le conforme  á  sus  muchos  y  particulares  servicios ;  para 
lo  cual,  habiendo  de  ser  V.  S.  tanta  parte,  le  pido  muy  de 
veras  favorezca  y  ampare  las  cosas  de  don  Guillermo,  para 
que  reciba  el  premio  que  tan  merecido  tiene  por  los  servi- 
cios de  su  padre  y  suyos;  y  en  procurarlo  V.  S.  y  su  buen 
despacho  me  obligará  en  particular.  Nuestro  Señor  guar- 
de la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Bru- 
selas, á  X  de  octubre  de  1610. — A  lo  que  V.  S.  ordena- 
re.— Alberto.  — Co?2  rubrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  \^  de  octubre  de  1610. 

Por  don  Alonso  de  Luna. 
Real  Academia  de  la  Historia,— Salazar ,  A  63,  foL  263. 

Muy  ilustre  señor :  Las  razones  que  represento  al  rey 
mi  señor  que  hay  para  hacer  merced  al  maestro  de  campo 


198 

don  Alonso  de  Luna  y  Cárcamo ,  gobernador  de  Liera,  en 
las  pretensiones  tan  justificadas  que  lleva,  espero  que  han 
de  obligar  á  V.  S.  á  procurar  que  S.  M*  se  la  haga  muy 
cumplida  en  recompensa  de  sus  buenos  y  largos  servicios, 
favoreciéndole  para  ello  con  todas  veras,  como  se  lo  pido 
á  V.  S.  con  mucho  encarecimiento,  conmovido  de  los  tra- 
bajos deste  pobre  caballero.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy 
ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Marimont  á  i8 
de  octubre,  1610. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — 
Con  rúbrica. 


Carta  origiiml  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  Z\  de  octubre  de  1610. 

Por  el  capitán  Rodrigo  de  Góngora. 

Real  Acadefuía  de  la  Historia. — Salazar,  A  6o,  foh  267. 

Muy  ilustre  señor:  V.  S.  entenderá  por  lo  que  escribo 
al  rey  mi  señor  los  muchos  años  que  le  ha  servido  el  capi- 
tán Rodrigo  de  Góngora,  así  en  Italia  como  la  mayor  par- 
te de  ellos  en  estos  Estados,  habiendo  cumplido  con  sus 
obligaciones  en  lo  que  le  ha  tocado  y  ha  estado  á  su  cargo. 

Agora  va  á  España  con  licencia  mia  á  pretender  que 
se  le  haga  merced  en  sus  pretensiones;  y  porque  es  bene- 
mérito, pido  á  V.  S.  procure  que  la  reciba  de  S.  M.,  que 
la  eslimaré  yo  en  lo  que  es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la 
muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. — De  Marimont, 
áol  de  octubre,  1610» — A  lo  que  V.  S.  ordenare, — Al- 
berto.—  Con  rubrica. 


199 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  12  de  noviembre  de  1610. 

Pide  que  se  dé  orden  para  que  le  envíen  provisiones  sin  pérdida  de 
tiempo. — Liga  concertada  entre  los  católicos  y  protestantes  de 
Alemania. — Concordia  entre  el  emperador  y  el  rey  de  Un- 
gría.— Recomienda  al  Elector  de  Maguncia  y  al  conde  Octavio 
Vizconde. 

Real  Academia  de  la  Historia, — Salazar,  A  63 ,  foL  303. 

Señor  duque :  Por  el  conde  de  Añover  entenderá  V.  S. 
la  causa  por  que  se  despacha  este  correo;  pero  he  holgado 
con  la  ocasión  para  acordará  V.  S.  lo  de  las  provisiones  de 
aquí,  que  ya  habrá  visto  V.  S.  lo  que  se  ha  escrito  última- 
mente sobre  ello.  Y  aunque  tengo  por  sin  duda  que  habrá 
procurado  que  S.  M.  mande  dar  orden  en  esto,  y  que  quizá 
debe  de  venir  ya  algún  correo  con  ellas ;  mientras  no  llega, 
no  puedo  dejar  de  importunar  á  V.  S.  sobre  ello ;  y  así  le 
pido  con  todo  el  encarescimiento  que  puedo ,  procure  que 
sin  dilación  se  dé  orden  en  esto  de  las  provisiones ,  pues 
están  tan  entendidos  los  inconvenientes  que  sucederían  si 
en  ello  hubiese  la  menor  dilación  del  mundo. 

Por  el  despacho  de  don  Baltasar  que  agora  se  envía, 
entenderá  V.  S.,  á  lo  que  creo,  la  paz  que  se  ha  concluido 
agora  entre  los  de  la  liga  de  los  católicos  y  los  protestantes, 
con  que  paresce  puede  aquello  dar  menos  cuidado. 

También  habrá  sabido  ya  V.  S.  como  se  ha  concluido 
la  concordia  entre  el  emperador  y  el  rey  de  Hungría,  de 
que  estamos  todos  muy  contentos,  esperando  que  ha  de 
ser  servido  Nuestro  Señor  de  que  sea  para  tanto  servicio 
suyo  y  bien  déla  cristiandad  como  se  desea.  En  lo  uno  y 


-  200 

lo  otro  enliendo  que  ha  trabajado  muy  bien  el  elector  de 
Maguncia ,  y  que  es  muy  aficionado  ai  servicio  de  S.  M.  y 
á  toda  nuestra  casa ;  y  entiendo  que  desea  que  S.  M.  le  ha- 
ga merced  de  alguna  pensión,  para  que  se  eche  de  ver  que 
S.  M.  tiene  satisfacción  de  él.  Y  pienso  que  es  cosa  que 
no  solo  no  tiene  inconveniente,  pero  muchas  convenien- 
cias, para  que  S.  M.  haga  merced  á  este  hombre,  y  se  le 
obligue  cuanto  pudiere.  V.  S.  lo  considere  y  represente  á 
S.  M.  como  viere  que  conviene  á  su  servicio. 

El  conde  Octavio  Visconde  ha  trabajado  también  en 
esto  de  la  concordia  de  mis  hermanos,  como  V.  S.  debe  de 
saber.  Pretende  que  S.  M.  le  haga  la  merced  que  contiene 
un  memorial  suyo  que  va  con  esta.  V.  S.  me  hará  mucho 
placer  en  representarlo  á  S.  M.  de  manera  que  le  haga  es- 
ta merced,  que  sin  falta  la  merece  muy  bien  por  sus  bue- 
nas partes  y  servicios;  y  por  las  obligaciones  que  yo  le  ten- 
go, recibiré  yo  también  merced  en  hacérsela  S.  M.  V.  S. 
la  procure  como  cosa  en  que  me  hará  muy  gran  placer. 

Dias  há  que  no  tenemos  nuevas  particulares  desa  corte, 
que  nos  hace  estar  con  doblado  deseo  de  tenerlas  y  muy 
buenas,  como  espero  lo  vernán,  y  que  de  la  salud  de  V.  S. 
las  habemos  de  tener  como  las  deseamos.  Acá  la  tenemos 
á  Dios  gracias,  aunque  se  puede  andar  poco  á  caza  ,  por- 
que no  hay  tanta  como  otros  años,  y  el  tiempo  ha  sido 
cuasi  siempre  desabrido  de  aguas  y  aires.  Y  aunque  hasta 
agora  no  hace  frió  de  consideración,  con  todo,  como  se 
tiene  aquí  el  jardin  y  el  parque  tan  á  la  mano,  hay  donde 
pasear  en  dejando  de  llover,  con  que  se  pasa  el  tiempo  ra- 
zonablemente :  y  es  todo  lo  que  hay  que  decir  de  acá  al 
presente.  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. — 
De  Marimont  á  12  de  noviembre  ,  año  1610. — Alberto. — 
Con  rúbrica. 


201 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Marimont  á^ú  de  noviembre  de  1610. 

Por  don  Ñuño  de  Mendoza ;  y  que  en  el  entretanto  que  se  le  hace 
merced,  se  le  haga  de  la  encomienda  que  ha  vacado  en  Portugal. 

Real  Academia  de  la  Historia, — Salazar,  A  65,  foL  269. 

Muy  ilustre  señor:  Por  la  que  escribo  á  S.  M.  verá  V.  S. 
lo  que  deseo  que  á  Ñuño  de  Mendoza  se  le  haga  merced  ea 
sus  pretensiones ,  y  en  el  inter  de  la  encomienda  que  ha 
vacado  en  Porlugal  por  muerte  de  Lope  de  Sossa.  Y  por- 
que estoy  muy  cierto  que  V.  S.  tendrá  bastante  informa- 
ción de  los  méritos  y  muchos  y  muy  señalados  servicios 
que  Ñuño  de  Mendoza  ha  hecho  al  rey  mi  señor ,  que  está 
en  gloria,  y  á  S.  M.  en  todas  las  ocasiones  que  se  han 
ofrecido  en  el  reino  de  Portugal  y  aquí  en  estos  Estados  de 
Flándes  el  tiempo  que  estuvo  en  mi  servicio,  y  ahora  últi- 
mamente en  el  gobierno  de  Tánger ,  he  querido  por  todas 
estas  causas  pedir  á  V.  S.  con  muchas  veras  quiera  favo- 
rescer  con  las  mismas  á  Ñuño  de  Mendoza,  para  que  S.  M. 
le  haga  la  merced  que  pretende  y  merecen  sus  servicios, 
que  en  ello  me  obligará  mucho  V.  S,,  cuya  muy  ilustre 
persona  Nuestro  Señor  guarde  como  desea. —  Marimont 
noviembre  25  de  IGIO. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Al- 
berto.—  Con  rubrica. 


202 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á       de  diciembre  de  1610. 

Por  don  Juan  de  Aycrbe. 
Heal  Academia  de  la  Historia.— Salazar ,  A  63,  fol.  273. 

Muy  ilustre  señor:  Por  don  Juan  de  Ayerbe  de  Aragón, 
que  va  á  España  con  licencia  mia  por  seis  meses ,  escribo 
al  rey  mi  señor  lo  que  V.  S.  verá,  para  que  S.  M.  se  su*- 
va  de  hacerle  merced  por  su  calidad  y  servicios.  Y  á  V.  S. 
pido  le  favorezca  y  tenga  por  encomendado  en  lo  que  por 
aliase  le  ofreciere  y  hubiere  lugar,  que  lo  estimaré  yo  en 
lo  que  es  razón.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  per- 
sona de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  de  diciem- 
bre, 1610. — A  lo  que  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  ru- 
brica. 

Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  ii  de  diciembre  de  1610. 

Se  alegra  de  la  mejoría  de  su  salad. — Le  da  la  enhorabuena  por  la 
expulsión  de  los  moriscos.— Entrega  de  Alarache  á  los  espaiio- 
les. — Recomienda  al  conde  Octavio  Vizconde  al  landgrave  de 
Lichtenberg,  al  conde  de  Arembergy  al  conde  de  Bucquoy. 


Beal  Academia  de  la  Historia,— Salazar ,  A  63,  foU  305. 

Señor  duque:  La  carta  de  V.  S.  de  los  18  del  pasado 
he  rescibido  dos  dias  há,  y  hé  holgado  con  ella,  como  lo 
hago  siempre  con  las  de  V.  S.,  y  aun  mas  particularmente 
por  las  buenas  nuevas  que  V.  S.  me  da  de  la  salud  de 


203 

SS.  MM.  y  AA. ,  y  de  que  el  príncipe  y  su  hermana  hayan 
podido  ponerse  en  camino,  y  los  esperen  alií  tan  presto  y 
con  tan  buena  disposición  como  V.  S.  dice.  Dios  los  guar- 
de á  todos  como  la  cristiandad  lo  ha  menester  y  lo  desea- 
mos todos. 

Con  haber  tardado  en  llover,  no  habrá  estado  lo  del  Par- 
do tan  bueno  como  suele;  y  eso  y  haber  habido  allí  mas 
gente  de  la  que  suele  haber  con  la  obra,  no  es  de  espan- 
tar que  hubiese  habido  enfermos;  pero  dícennos  por  acá 
tanto  de  cuan  mejorada  queda  la  casa,  que  me  paresce  se 
puede  justamente  pasar  por  todos  esos  inconvenientes  por 
estar  en  ella ,  y  mas  en  la  sazón  de  la  fecha  de  la  carta  de 
V.  S.  que  es  la  mas  propia  de  aquel  sitio;  y  tengo  por 
sin  duda  que  no  dejarian  de  entretenerse  allí  bien  SS.  MM. 
y  AA.,  y  mas  habiendo  podido  acudir  á  Madrid  á  ver  las 
fiestas  que  nos  dicen  ha  habido  allí,  que  aunque  las  damas 
lo  hagan  tan  mal,  como  V.  S.  dice,  que  no  se  quieren  ca- 
sar, veo  que  no  faltan  otras  ocasiones  en  que  regocijarse, 
y  cierto  es  muy  bueno  para  que  la  gente  moza  ande  entre- 
tenida y  ejercitada. 

•  De  que  V.  S.  me  dé  de  su  salud  las  buenas  nuevas  que 
me  da,  quedo  muy  contento.  He  holgado  con  ellas  como 
quien  con  muchas  veras  desea  á  V.  S.  todo  lo  que  puede 
desear,  de  que  puede  estar  V.  S.  muy  cierto;  y  espero  que 
ha  de  guardar  Nuestro  Señor  á  V.  S.  como  sus  amigos  lo  de- 
seamos, y  el  servicio  de  S.  M.  y  bien  público  ha  menester. 
Todo  lo  que  V.  S.  me  apunta  tocante  á  las  cosas  de  Ju- 
liers  y  las  demás  de  Alemania,  me  ha  parecido  muy  con- 
forme á  su  mucha  prudencia. 

Con  d  despacho  de  don  Baltasar  que  agora  se  envía, 
entenderá  V.  S.  lo  que  mas  se  ofresce  en  aquellas  partes, 
en  que  hay  bien  que  pedir  á  Nuestro  Señor  lo  encamine 


204 

lodo  como  mas  convenga  á  su  servicio;  y  no  dudo  de  que 
los  tratados  de  Francia  se  encaminarán  de  manera ,  que 
vendrán  á  ser  de  mucho  efecto  para  ayudar  á  que  todo  se 
encamine  como  se  desea. 

Las  cosas  de  Saboya  he  holgado  mucho  de  entender  se 
hayan  acabado  como  V.  S.  me  dice  y  S.  M.  rae  hace  mer- 
ced de  mandármelo  escribir  lan  particularmente.  En  fin, 
en  todo  muestra  su  grandeza  y  cristiandad ,  con  que  no  de- 
jará Nuestro  Señor  de  darle  en  todo  los  buenos  sucesos  que 
se  pueden  desear.  Halo  sido  cierto,  como  V.  S.  dice,  el  de 
la  espulsion  de  los  moriscos,  y  que  haya  sido  con  tanta  sa- 
tisfacción de  todos;  y  así  pienso  que  con  razón  debemos  dar 
á  V.  S.  la  enhorabuena  dello.  También  se  la  quiero  dar  á 
V.  S.  de  que  nos  dicen  por  acá  que  se  ha  entregado  á  S.  M. 
Alarache,  que  es  una  gran  cosa;  pero  no  me  atrevo  á  dar 
la  enhorabuena  á  S.  M.  hasta  saberlo  por  cartas  desa  cor- 
te. V.  S.  me  hará  mucho  placer  en  cumplir  entretanto  por 
mí,  si  viere  que  es  menester. 

Por  todo  lo  que  V.  S.  me  dice  acerca  del  arbitrio  so- 
bre que  escribió  á  V.  S.  el  conde  de  Añover,  doy  á  V.  S. 
muchas  gracias;  y  tomándolo  V.  S.  tan  á  su  cargo,  y  co- 
nosciendo  yo  la  merced  que  S.  M.  me  hace  siempre,  no 
puedo  dejar  de  quedar  muy  confiado  de  que  la  resolución 
haya  de  ser  muy  conforme  á  lo  que  puedo  desear. 

Como  V.  S.  dice ,  el  conde  Obtavio  Vizconde  meresce, 
cierto ,  que  S.  M.  le  haga  merced  ,  y  así  no  puedo  dejar  de 
pedir  á  V.  S.  con  mucho  encarescimiento  que  lo  procure, 
que  me  hará  en  ello  muy  gran  placer. 

El  lamlsgrave  de  Lechtenberg  acuerda  su  tusón  con  to- 
das ocasiones,  y  paréscele  que  van  tardando  ya  los  despa- 
chos que  V.  S.  me  escribió'  se  enviarian  presto,  y  así  se 
lo  he  hecho  saber.  Y  cierto  que  si  no  hubiese  en  ello  algún 


205 

inconveniente  notable,  seria  bueno  despenar  presto  á  este 

hombre. 

También  no  puedo  dejar  de  acordar  á  V.  S.  los  parti- 
culares del  conde  de  Aramberg,  pues  sabe  V.  S.  Ja  obliga- 
ción que  le  tenemos. 

De  acá  puedo  decir  poco  de  nuevo  á  V.  S. ,  sino  que 
há  ocho  días  que  habemos  vuelto  aquí  de  Marimont,  de 
donde  he  ido  escribiendo  á  V.  S.  lo  que  allí  ha  pasado ;  y 
así  no  me  queda  que  decir  sino  que  habemos  hallado  acá 
harto  fresco;  pero  quedamos  todos  con  salud,  á  Dios  gra- 
cias,  que  guarde  á  V.  S.  como  deseo. — De  Bruselas  á  11 
de  dicicQihre,  año  1610. — Alberto. — Con  rúbrica. 

Las  provisiones  del  año  que  viene  acuerdo  á  V.  S.  que 
por  amor  de  Dios  procure  se  hagan ,  y  de  manera  que  las 
podamos  tener  con  puntualidad ,  pues  importa  tanto  para 
todo.  También  me  hará  placer  V.  S.  en  tener  por  enco- 
mendados los  particulares  del  conde  de  Bucoy ,  que  sirve 
como  V.  S.  sabe. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  i^  de  enero  de  1611. 

Necesidad  de  reparar  los  castillos  de  Gante  y  Ambéres. 

Real  Academia  d^  la  Hii^ioria.-^Salazar,  A  GZ,  fot.  275. 

Muy  ilustre  señor:  Al  rey  mi  señor  represento  la  nece- 
sidad que  tienen  de  reparos  los  castillos  de  Gante  y  Ambé- 
res, suplicando  á  S.  M.  se  sirva  de  mandar  proveer  para 
acudir  á  ellos  la  suma  que  V.  S.  entenderá.  Y  siendo  cosa 


206 

que  tanto  importa  á su  real  servicio,  estoy  cierto  que  como 
tal  la  ha  de  favorecer  V.  S.,  y  ser  parle  para  que  se  provea 
lo  que  para  este  efecto  es  menester,  y  así  se  lo  pido  muy 
de  veras  por  ésta.  Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  per- 
sona de  V.  S.  como  desea. — De  Bruselas  á  15  de  enero, 
i611.— Aloque  V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lernuif 
fecha  en  Bruselas  á  2  de  febrero  de  1611. 

Le  habla  del  mal  estado  de  su  salud.— Avisa  haber  recibido  las  pro- 
visiones.— Estado  de  las  cosas  de  Alemania. — El  elector  de  Ma- 
guncia.— Recomienda  á  varios  sugetos. — Prisión  de  Diego  Ló- 
pez Suero. — Don  Luis  de  Velasco. 

üeal  Acüdemia  de  lu  Historia. — Salazar,  A  63,  foh  527. 

Señor  duque:  la  carta  de  V.  S  de  los  o  del  pasado  he 
rescibido  pocos  dias  hcí,  y  holgado  con  ella  como  lo  hago 
siempre  con  las  de  V.  S.,  quedando  tan  agradescido  como 
es  razón  de  todo  lo  que  en  ella  me  dice  de  lo  que  ha  holga- 
do saber  de  mi  salud,  y  cuanto  me  la  desea.  Pero  parés- 
ceme  que  no  ha  sido  servido  Nuestro  Señor  de  que  se  me 
luciese  esto,  pues  me  dio  la  gota  el  dia  de  santo  Tomás,  y 
me  tuvo  diez  dias  en  la  cama;  y  aunque  después  habia  ido 
mejorando  de  manera  que  andaba  ya  fuera  del  aposento, 
aunque  medio  cojeando,  me  ha  vuelto  á  dar  anoche  en  un 
pié,  de  manera  que  me  ha  hecho  estar  hoy  en  la  cama, 
aunque  espero  que  pasará  presto ,  por  pensar  que  lo  han 
causado  unas  fomentaciones  que  hice  á  los  pies ,  por  sen- 
tirlos tan  debilitados  que  paresció  necesario  hacer  aquel  re- 
medio. Pero  sea  como  fuere,  yo  quedo  con  particular  deseo 


207 

de  que  se  ofrezca  cosa  en  que  poder  mostrar  á  V.  S.  lo  mu- 
cho que  eslimo  la  buena  voluntad  que  me  muestra  en  to- 
das las  ocasiones  que  se  ofrescen. 

Con  las  nuevas  que  V.  S.  me  da  de  la  salud  de  SS.  MM. 
he  holgado  cuanto  debo,  y  rescibido  otra  tanta  pena  de  las 
indisposiciones  que  V.  S.  me  dice  habian  tenido  SS.  AA. 
Espero  que  estarán  ya  buenos  todos,  y  que  ha  de  ser  servido 
Nuestro  Señor  de  guardarlos  con  la  salud  que  todos  les  de- 
seamos. 

La  satisfacción  que  se  habia  dado  á  los  hombres  de  ne- 
gocios llegó  á  tan  buen  tiempo  como  lo  escribí  á  V.  S. ,  y 
así  lo  han  hecho  las  provisiones  deste  año,  que  han  llega- 
do agora,  con  que  quedamos  todos  muy  contentos  y  reco- 
nocidísimos de  la  merced  que  S.  M.  nos  ha  hecho  en  man- 
dar tener  tanto  cuidado  de  ello ,  y  de  que  se  hiciesen  tan 
cumplidamente,  de  que  sé  también  que  debemos  á  V.  S.  las 
gracias  por  haberlo  encaminado ;  y  así  se  las  doy  de  muy 
buena  gana,  quedando  con  el  contento  que  es  razón  de  ver 
concluido  esto,  y  la  voluntad  con  que  V.  S.  acude  á  todo 
lo  que  nos  toca. 

Parésceme  que  V.  S.  discurre  muy  bien  en  su  carta  de 
las  cosas  de  Alemania,  cuyo  estado  entenderá  con  toda 
particularidad  por  los  despachos  de  don  Baltasar  que  se  van 
enviando;  y  cierto  que  van  ellas  encaminándose  de  mane- 
ra que  pueden  dar  mucho  cuidado.  Quiera  Nuestro  Señor 
encaminarlas  mejor  y  como  más  haya  de  convenir  á  su  ser- 
vicio y  al  bien  universal  de  la  cristiandad ;  y  todos  queda- 
mos con  mucha  confianza  de  que  S.  M.  ayudará  por  su  par- 
te á  ello  en  tanto  fuere  menester,  según  su  mucha  cristian- 
dad y  grandeza,  y  que  V.  S.  lo  procurará  por  su  parte  co- 
mo todos  lo  podemos  desear. 

Cuanto  á  lo  que  yo  habia  escrito  á  V.  S.  acerca  de  que 


208 

seria'  bien  prendar  y  obligar  al  elector  de  Maguncia ,  veo  lo 
que  V.  S.  me  responde  sobre  ello,  á  que  se  me  ofresce  de- 
cir que  nadie  informaría  mejor  de  lo  que  paresce  con  ven - 
dria  hacerse ,  y  lo  que  se  puede  esperar  del  elector,  que  don 
Baltasar,  y  así  lo  podrja  hacer  saber  de  él  V.  S. ,  y  gober- 
narse conforme  á  lo  que  don  Baltasar  dijere. 

Lo  que  me  dice  V.  S.  tocante  al  tusón  del  landsgrave, 
he  holgado  mucho  de  ver ;  pero  hasta  agora  no  ha  paresci- 
do  por  acá  ese  despacho. 

También  agradezco  á  V.  S.  lo  que  me  dice  tocante  á 
las  pretensiones  del  conde  Octavio  y  de  algunas  otras  per- 
sonas cuyos  particulares  había  encomendado  á  V.  S.,  que 
me  harta  mucho  placer  en  tenerlos  por  encomendados  para 
procurar  que  S.  M.  les  haga  merced  en  lo  que  pretenden. 
Eso  mismo  pidoá  V.  S.  por  el  conde  de  Bucoy,  por  el  cual 
escribo  á  S.  M.  lo  que  V.  S.  verá. 

También  envío  á  V.  S.  con  esta  un  memorial  del  con- 
de de  Pondevaux,  que  tiene  las  pretensiones  que  V.  S.  verá. 
Lo  que  puedo  decir  de  él  es  que  es  muy  honrado  caballe- 
ro, y  que  me  sirve  muy  bien. 

Mucho  placer  me  ha  hecho  V.  S.  en  dar  á  S.  M.  de  mi 
parte  la  enhorabuena  de  lo  de  Alarache.  Agora  se  la  torno 
á  dar  á  V.  S. ,  y  sin  duda  que  la  grande  cristiandad  con  que 
S,  M.  ha  procedido  en  lo  de  laespulsion  délos  moriscos  y  con 
la  que  procede  en  todas  sus  cosas ,  han  de  ser  parte  para  que 
Nuestro  Señor  le  dé  en  todo  siempre  muy  prósperos  sucesos. 
Este  de  Alarache  se  puede  tener  cierto  por  tal ,  por  todas 
las  razones  que  V.  S.  apunta;  y  ha  sido  muy  bien  proveer 
la  plaza,  como  V.  S.  lo  dice,  y  Valdés  dará  muy  buena 
cuenta  de  ella,  como  de  todo  lo  demás  que  se  le  encargare. 

Por  una  de  las  cartas  de  mano  ajena  que  escribo  á  S.  M. 
en  este  despacho,  entenderá  V.  S.  lo  que  me  ha  movido 


200 

á  hacer  prender  á  Diego  López  Suero ;  y  estoy  por  confe* 
sar  á  V.  S.  que  lo  merecía  él  menos  que  otros;  pero  con  to- 
do, me  ha  parescido  no  tratar  de  hacer  alguna  demostra- 
ción con  don  Luis  de  Velasco  (como  pudiera  muy  justa- 
mente) sino  dejarla  á  S.  M.,  para  que  haga  lo  que  mas  fue- 
re servido ,  como  quien  sabrá  si  ha  mandado  tratar  de  aque- 
lla empresa ,  y  con  cuanta  razón  me  puedo  yo  resentir  de 
que  se  traten  semejantes  cosas  sin  que  yo  las  sepa.  Y.  S. 
con  su  mucha  prudencia  sabrá  lo  que  podrá  representar  á 
S.  M.  acerca  de  esto,  y  yo  quedo  muy  confiado  de  que  ten- 
drá siempre  la  mano  á  que  se  tenga  conmigo  la  cuenta  que 
es  razón.  Dios  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le  deseo. 
— De  Bruselas  á  2  de  febrero,  año  1611. — Alberto.— Con 
rúbrica. 

Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas á  i.''  de  marzo  de  1611. 

Por  el  c:'.pitaii  Pedro  Gerónimo  Caro. 
Real  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  63,  fol.  277. 

Muy  ilustre  señor:  Por  lo  que  escribo  al  rey  mi  señor 
representándole  los  largos  servicios  del  capitán  Pedro  Hie- 
rónimo  Caro ,  entenderá  V.  S.  las  causas  que  hay  para 
que  S.  M.  le  haga  merced  en  sus  pretensiones.  Y  siendo 
justo  que  la  reciba  en  premio  de  sus  servicios,  á  V.  S.  pi- 
do le  favorezca  en  todo  lo  que  se  le  ofreciere,  teniéndole 
por  encomendado:  que  yo  lo  estimaré  en  lo  que  es  razón. 
Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como 
desea. — De  Bruselas  ál.°  de  marzo,  1611. — AloqueV.  S. 
ordenare.— Alberto. — Con  rúbrica. 

Tomo  XLIÍl.  14 


210 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lermat 
fecha  en  Bruselas  ci  3  de  marzo  de  \^\\. 

Dice  que  el  rey  ha  obrado  acertadamente  al  nombrarle  ayo  y  ma- 
yordomo mayor  del  príncipe. — Estado  de  las  cosas  de  Ale- 
mania. 

Rml  Academia  de  la  Historia. — Salazar,  A  6o ,  foL  309. 

Señor  duque:  No  quiero  dejar  de  comenzar  esta  con 
dar  á  V.  S.  las  gracias  por  su  caria  de  los  dos  del  raes  pasa- 
do, con  que  he  holgado  infinito,  así  por  las  buenas  nuevas  que 
en  ella  me  da  de  la  salud  de  SS.  MM.  y  AA.,  y  de  cómo  se 
hablan  holgado  en  el  Pardo,  como  por  la  cuenta  que  me  da 
V.  S.  de  que  S.  M.  le  haya  mandado  que  sirva  al  príncipe 
de  aj^o  y  mayordomo  mayor,  resolución  á  mi  parescer  muy 
conforme  á  la  mucha  prudencia  de  S.  M.  y  muy  acertada, 
así  por  lo  que  conviene  á  su  servicio  y  á  la  buena  crianza 
de  su  hijo,  como  por  lo  que  debe  á  V.  S.  por  el  cuidado  y 
celo  con  que  V.  S.  atiende  á  todas  las  cosas  de  su  servicio, 
que  es  de  manera,  que  con  mucha  razón  echa  S.  M.  mano 
de  V.  S.  para  todo  lo  que  puede  dar  á  S.  M.  mayor  cuida- 
do, y  V.  S.  ha  hecho  muy  bien  en  acetar  este,  así  por 
lo  que  debe  á  S.  M. ,  como  por  hacer  este  servicio  á  Dios 
y  á  toda  la  cristiandad ,  como  espero  le  sacará  V.  S.  de  la 
buena  crianza  que  hará  en  el  príncipe.  Y  así  podemos  con 
mucha  razón  quedar  todos  muy  contentos  desta  resolución 
de  S.  M.,  como  lo  quedo  yo  de  mi  parte. 

Cuando  esla  carta  llegue  á  manos  de  V.  S. ,  espero  ha- 
brán llegado  otras  que  no  ha  mucho  que  han  partido  de  aquí, 
con  que  espero  quedará  V,  S.  satisfecho  de  ver  que  escri- 


2H 

bimos  siempre  que  se  ofrece  ocasión.  Agora  lo  hacemos  con 
las  de  otro  despacho  de  don  Baltasar,  por  el  cual  vercí 
V.  S.  lo  que  pasa  en  Alemania ,  que  es  hien  para  espantar 
y  dar  cuidado.  V.  S.  tenga  la  mano  para  que  se  tome  esto 
tan  á  pechos  como  paresce  que  conviene ,  ayudando  la  par- 
te del  rey  de  Hungría;  pues  demás  de  la  conveniencia,  hay 
tanta  razón  para  ello.  Quiera  Nuestro  Señor  encaminarlo 
todo  como  mas  convenga  á  su  servicio  y  al  bien  de  la  cris- 
tiandad, y  él  mismo  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  que  le 
deseo. — De  Bruselas  á  5  de  marzo,  año  1611. — Alberto. 
— Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  Í5  de  marzo  de  1611. 

Por  don  Diego  de  la  Cueva. 
Real  Academia  de  la  Historia.— Salaz ar ,  A  65,  fol.  279. 

Muy  ilustre  señor:  Escribo  al  rey  mi  señor  lo  que  V.  S. 
vercá,  por  don  Diego  de  la  Cueva,  á  quien  he  concedido  li- 
cencia por  seis  meses,  para  que  vaya  á  procurar  que  S.  M. 
le  haga  merced.  Y  mereciendo  recibirla  por  su  calidad  y  los 
buenos  deseos  que  tiene  de  emplearse  en  servicio  de  S.  M., 
y  de  continuar  los  que  ha  comenzado  h  hacer  por  acá,  es- 
timaré en  mucho  que  V.  S.  le  tenga  por  muy  encomen- 
dado para  ello,  y  favorecerle  en  todo  lo  que  se  le  ofreciere 
de  su  comodidad  y  acrecentamiento;  y  así  se  lo  pido  á 
V.  S.  con  deseo  que  le  aproveche  esta  intercesión.  Nuestro 
Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  desea. 
• — De  Bruselas  á  15  de  marzo,  1611. — A  lo  que  V.  S.  or- 
denare.— Alberto .  —  Con  rúbrica. 


212 


Carta'  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma^ 
fecha  en  Bruselas  á  24  de  marzo  de  \M\, 

Se  remite  en  lo  tocante  á  las  cosas  de  Alemania  al  despacho  que  se 
envía  al  rey. — Traslación  délas  monjas  del  Carmen  de  Bruselas 
á  su  nuevo  monasterio. — Molestias  que  le  causa  la  gota. 


Real  Academia  de  la  Historia,— Solazar ,  A  63",  fol.  315. 

Señor  duque :  Parésceme  que  las  cosas  de  Alemania  son 
ocasión  de  que  escribamos  mas  veces  de  lo  que  lo  hiciéra- 
mos quizá  sin  eso. 

Por  el  despacho  que  se  envía  agora  á  S.  M.  verá  V.  S. 
lo  que  pasa  allá  y  aquí  se  ofresce  que  representar  á  S.  M., 
con  que  podré  excusar  de  cansar  á  V.  S.  con  hacer  larga 
esta ,  sin  ofrescérscme  que  discurrir  en  la  materia,  mas  que 
desear  que  se  pueda  encaminar  lo  que  se  apunta,  aunque 
lo  tenga  por  dificultoso.  Quiera  Nuestrg  Señor  encaminar- 
lo como  mas  convenga  á  su  servicio  y  al  bien  universal  de 
la  cristiandad;  y  para  todo  importará  que  S.  M.  con  su  mu- 
cha prudencia  ayude  á  encaminarlo ,  dando  para  ello  las 
órdenes  que  viere  que  mas  convengan  para  lodo.  V.  S.  lo 
\  procure  así  por  su  parte,  pues  terna  tanta  en  lo  que  se  hi- 
ciere, que  todos  le  habremos  de  dar  las  gracias  por  ello. 

No  se  ofresce  otra  cosa  de  sustancia  al  presente  que  es- 
cribir de  acá.  Deseamos  nuevas  mas  frescas  de  la  salud  de 
SS.  MM.  y  AA.,  esperando  que  serán  tan  buenas  como  las 
deseamos. 

El  dia  de  San  Josef  se  mudaron  aquí  las  monjas  car- 
melitas descalzas  á  su  monasterio  nuevo ,  y  aunque  no  es- 


21o 

tá  acabada  aun  la  iglesia ,  y  les  sirve  agora  de  iglesia  lo 
que  después  ha  de  ser  coro ,  dicen  que  están  contentas  y 
bien  acomodadas. 

La  cuaresma  se  ha  pasado  hasta  agora  muy  bien ,  á 
Dios  gracias ,  aunque  me  ha  retentado  la  gota  un  poco  y 
obligádome  á  no  salir  del  aposento  por  cuatro  ó  cinco  dias, 
con  que  se  acaba  lo  que  hay  que  decir  de  acá,  y  esta  con 
que  Dios  guarde  á  V.  S.  y  le  dé  tan  buenas  Pascuas  como 
se  las  deseo. — De  Bruselas  á  24  de  marzo,  año  16 H. — 
Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Bruselas  á  1  de  abril  de  161 1. 

Nuevo  ataque  de  gota  que  ha  tenido. — Mal  estado  de  las  cosas  de 
Alemania. — Diego  López  Suero. — Conveniencia  de  atender  en  su 
pretensión  á  Octavio  Vizconde. 

Beal  Academia  de  la  Historia. ^Salazar,  ^  63,  fo^  315. 

Señor  duque :  Pocos  dias  ha  que  he  rescibido  su  carta 
de  V.  S.  de  los  9  del  pasado,  y  he  holgado  mucho  de  en- 
tender por  ella  las  buenas  nuevas  que  me  da  de  la  salud  de 
SS.  MM.  y  Ax\.  Dios  los  guarde  y  se  la  continúe ,  como  la 
cristiandad  lo  ha  menester  y  todos  lo  deseamos. 

De  que  V.  S.  me  diga  que  le  va  mal  de  algunos  acha- 
ques me  pesa  mucho,  aunque  quiero  esperar  que  no  pasa- 
rán adelante,  y  que  habemos  de  ver  á  V.  S.  muchos  años 
con  mucha  salud,  pues  la  emplea  tan  bien,  y  el  nuevo  traba- 
jo de  que  ha  querido  encargar  S.  M.  á  V.  S.  ha  de  ser  para 
que  todo  el  mundo  eche  de  ver  la  mucha  razón  que  S.  M. 


214 

tiene  de  hacer  de  V.  S.  la  confianza  que  hace,  saliendo  la 
crianza  del  príncipe  tan  acertada  como  sin  duda  lo  será, 
con  que  puede  V,  S.  dar  por  muy  hien  empleado  el  trahajo 
que  pusiere  en  ello. 

El  cuidado  que  veo  tiene  V.  S.  de  mi  salud  eslimo  en 
lo  que  es  razón,  y  se  lo  meresce  á  V.  S.  la  particular  vo- 
luntad que  le  tengo.  Mala  amiga  es  esta  gota,  que  aunque 
conmigo  se  ha  piadosamente  con  no  darme  grandes  dolo- 
res, es  muy  pesada  cosa  lo  que  embaraza  é  impide  á  una 
persona  para  todo.  Después  que  escribí  últimamente  á  V.  S. 
me  ha  vuelto  á  dar,  de  manera  que  estuve  el  martes  de  la 
semana  Santa  en  la  cama;  pero,  á  Dios  gracias,  he  podido 
asistir  después  á  todos  los  oficios,  aunque  sin  salir  de  estos 
aposentos,  sino  para  el  mandato  y  acompañar  al  Santísi- 
mo Sacramento;  y  así  se  han  pasado  estos  dias  razonable- 
mente, aunque  todavía  ando  cojo,  y  así  rendido  á  purgar- 
me un  dia  de  estos,  con  ser  la  cosa  que  mas  cuesta  arriba 
se  me  hace.  A  los  médicos  les  paresce  que  será  convenien- 
te siquiera  para  que  la  gota  no   menudee  tanto ,  aunque 
yo  me  atengo  al  remedio  del  ejercicio  que  V.  S.-  me  dice, 
que  le  tengo  por  el  mejor  de  todos,  aunque  en  esta  tierra 
no  se  puede  hacer  siempre  que  se  quiere  por  estorbarlo 
muchas  veces  el  tiempo.  Con  todo,  espero  que  si  Dios  qui- 
siese encaminar  las  cosas  de  manera  que  V.   S.   pudiese 
dar  una  vuelta  por  acá,  que  no  le  paresceria  muy  mal  la 
tierra.  A  lo  menos  se  puede  asegurar  á  V.  S.  de  que  serian 
para  mí  los  mejores  dias   que  hubiese  tenido  los  en  que 
pudiese  tener  á  V.  S.  por  huésped:  que  aunque  el  hospe- 
daje no  seria  tan  bueno  como  lo  meresce  V.  S.,  se  haría 
con  la  mayor  voluntad  del  mundo. 

Mucha  razón  tiene  V.  S.  en  todo  lo  que  dice  tocante 
á  las  cosas  de  Alemania,  y  cierto  que  locan  lanto  á  las  de 


la  cristiandad  en  general,  y  en  particular  á  nuestra  casa, 
que  se  puede  con  mucha  razón  procurar  con  grandes  veras 
el  remedio  dellas ,  y  así  es  muy  conforme  á  la  grande  cris- 
tiandad de  S.  M.  el  tomar  estas  cosas  tan  á  pechos  como 
V.  S.  me  dice,  y  no  dudo  sino  que  se  enviarán  á  don  Baltasar 
las  órdenes  necesarias  para  ello:  que  aunque  V.  S.  me  di- 
ce que  se  me  avisará  dello,  hasta  agora  no  he  entendido 
otra  cosa  mas  de  lo  que  don  Baltasar  me  ha  ido  avisando 
de  lo  que  ha  ido  sucediendo,  que  como  V.  S.  dice  muy 
bien  ,  paresce  que  lo  encaminan  los  mayores  enemigos  que 
tiene  nuestra  casa  ,  y  bien  creo  que  hay  algo  dello.  Y 
con  todo,  espero  que  ha  de  ser  servido  Nuestro  Señor  de 
que  sea  todo  para  mejor ,  como  se  puede  esperar,  según  el 
estado  en  que  quedaban  las  cosas,  con  que  paresce  que 
tomarán  algún  pié  firme,  á  lo  menos  por  algún  tiempo, 
particularmente  si  se  pudiese  encaminar  lo  del  rey  de  ro- 
manos, y  S.  M.  asistiese  al  de  Hungría,  de  manera  que  pu- 
diese ser  mas  señor  de  sí  y  menos  sujeto  á  las  leyes  que 
otros  le  quisiesen  poner,  como  no  dudo  lo  entenderá  V.  S. 
así,  cuando  vea  el  despacho  de  don  Baltasar,  que  se  envia 
agora  á  S.  M. ,  que  con  su  mucha  prudencia  y  la  asistencia 
de  V.  S.  encaminará  en  todo  lo  que  más  convenga  y  sea 
mas  acertado. 

Mucho  he  holgado  de  entender  lo  que  V.  S.  me  dice, 
tocante  á  las  pláticas  de  Francia,  que  no  dudo  se  encami- 
narán por  el  camino  que  S.  M.  quisiere,  pues  á  Francia  le 
está  tan  bien  y  no  podrá  hacer  otra  cosa,  ni  estorbarlo  el 
duque  de  Saboya  con  los  motivos  que  ha  hecho,  no  siendo 
asistido  de  S.  M.,  de  que  creo  están  ya  desengañados  en 
Francia. 

Todo  lo  que  V.  S.  me  dice  tocante  al  negocio  de  Diego 
López  Suero,  es  muy  conforme  á  lo  que  yo  podia  esperar 


21G 

de  S.  M.,  y  así  se  apurará  eslo  y  se  dará  cuenta  á  S.  M. 
de  lo  que  se  descubriere. 

Muy  á  propósito  será  que  se  haya  enviado  el  despacho 
del  tusón  del  Lanlzgrave,  como  V.  S.  me  dice  se  haría, 
aunque  hasta  agora  no  he  sabido  que  se  haya  enviado. 

Confieso  á  V.  S.  que  he  sentido  Ío  que  me  dice  locan- 
te á  la  pretensión  del  conde  Octavio ,  siendo  cosa  que  de- 
pende solamente  de  la  voluntad  de  S.  M.;  y  así  no  puedo 
dejar  de  replicar  y  pedir  á  V.  S.  lo  remedie  como  puede, 
pues  el  conde  Octavio  lo  meresce  por  tantos  caminos ,  que 
habrá  pocos  que  puedan  hacer  consecuencia  con  él,  y  V.  S. 
me  hará  en  ello  muy  gran  placer,  como  también  en  tener 
por  encomendadas  las  demás  personas  por  quien  he  escrito 
á  V.  S.,  á  quien  guarde  Nuestro  Señor  con  la  salud  que  le 
deseo. — De  Bruselas  á  7  de  abril,  año  1611. — Alberto. — • 
Con  rúbrica. 


Carta  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  Q  de  mayo  Je  1611. 

Pide  qne  se  procure  el  pronto  regreso  del  marqués  de  Espínela  á 
Flándes,  después  de  haberle  hecho  el  rey  las  mercedes  que  me" 
recepor  sus  grandes  servicios. 

Heal  Academia  de  la  fíistoria,-^  Salazar,  A  65,  fol.  319. 

Señor  duque:  Porque  el  despacho  de  don  Baltasar  para 
S.  M.,  que  agora  se  le  encamina,  ha  acertado  á  llegar  es- 
lando  para  partir  el  ordinario  de  aquí ,  y  parescer  que  en 
él  no  venia  cosa  de  tanta  prisa  que  obligase  á  despachar 
CJrreo  propio  con  él ,  no  se  ha  hecho. 


247 

Por  el  despacho  verá  V.  S.  lo  que  pasa,  que  paresce 
menos  malo  de  lo  que  se  podía  temer,  y  aun  puede  dar  al- 
guna esperanza  de  que  se  haya  de  concluir  todo  bien.  En- 
camínelo Nuestro  Señor  como  puede  y  es  menester  para 
todo,  como  lo  podemos  esperar,  estando  de  por  medio  la 
grandeza  y  autoridad  de  S.  M.,  y  el  cuidado  con  que  V.  S. 
acude  á  procurar  encaminarlo  todo.  Y  pues  V.  S.  conosce 
cuanto  importa  esto,  no  dudo  de  que  haya  de  acudir  á  ello, 
como  don  Baltasar  lo  pide  y  el  estado  de  las  cosas  lo  re- 
quiere. 

Con  la  ocasión  de  escribir  agora  cá  V.  S.,  he  querida 
decirle  que  tengo  por  sin  duda  que  habrá  llegado  ya  ahí  el 
marqués  Spínola;  y  porque  se  ha  gobernado  aquí  déla  ma- 
nera que  con  el  mismo  he  escrito  á  V.  S. ,  no  puedo  dejar 
de  decirle,  por  lo  que  conviene  al  servicio  de  S.  M. ,  que 
en  todo  caso  procure  V.  S.  que  vuelva  aquí  el  marqués 
cuanto  antes;  porque  así  para  las  cosas  de  aquí  como  pa- 
ra las  de  esta  vecindad ,  no  hallará  S.  M.  tan  fácilmente 
ministro  tan  hecho  ni  tan  á  propósito  como  es  el  marqués. 
Y  por  la  pesadumbre  que  es  criar  ministros  nuevos,  con- 
fieso á  V.  S.  que  sentiria  mucho  que  no  volviese  el  mar- 
qués; y  aunque  creo  que  hará  siempre  lo  que  S.  M.  le  man- 
dare, importará  mucho  para  que  lo  haga,  y  con  mayor 
gusto,  que  S.  M.  le  honre  y  haga  la  merced  que  le  habe- 
rnos suplicado  la  Infante  y  yo,  que  es  que  le  mande  cubrir, 
pues  no  deja  de  merecerlo  el  marqués  por  su  cualidad  y 
servicios,  quizá  tan  bien  como  otros,  aunque  quizá  con- 
curran  en  ellos  diferentes  respetos,  y  pocos  pueden  hacer 
consecuencia  con  él.  Y  si  para  eso  es  menester  que  se  en- 
tienda que  S.  M.  nos  hace  esta  merced  á  nosotros,  holga- 
remos mucho  dello,  porque  realmente  la  recibiremos  la  In- 
fante y  yo  por  propia  y  muy  particular.   Y  así  me  hará 


218 

V.  S.  muy  gran  placer  en  suplicarlo  á  S.  M.  de  mi  parte, 
y  procurar  que.se  resuelva  S.  M.  en  ello  con  brevedad, 
mandando  al  marqués  que  con  ella  vuelva  á  servirle  aquí 
en  su  cargo,  pues  no  deja  de  hacer  falta  notable  en  éi, 
siempre  que  estuviere  fuera  de  aquí.  V.  S.  que  conosce  y 
sabe  tan  particularmente  las  partes  que  concurren  en  el 
marqués,  espero  que  holgará  de  encaminar  esto  como  co- 
sa tan  conveniente  al  servicio  de  S.  M.,  y  por  hacerme  á 
raí  placer,  que  cierto  me  le  hará  muy  grande  en  ello.  Y 
así,  confiado  en  esto,  no  lo  pido.á  V.  S.  con  mas  encares- 
cimiento,  y  acabo  esta  con  decir  que  Dios  guarde  á  V.  S. 
con  la  salud  que  le  deseo  - — De  Mariraont  á  6  de  mayo, 
año  1611. — Alberto. — Con  rúbrica. 


Carta  original  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimonl  á  7  de  mayo  de  1611. 

Por  don  Alonso  de  Avales. 

üeal  Academia  déla  Historia. — Salazar,  A  63,  fol.  285. 

Muy  ilustre  señor:  Diversas  veces  he  escrito  al  rey  mi 
señor  y  también  á  V.  S.  por  el  maestro  de  campo  don  Alfon- 
so de  Avalos;  y  si  bien  espero  que  se  ha  de  servir  S.  M. 
de  mandar  tomar  en  sus  particulares  muy  favorable  reso- 
lución, haciéndole  la  merced  que  meresce,  por  lo  que  de- 
seo el  buen  efecto,  he  querido  volvérselo  á  encargar  de 
nuevo  á  V.  S.,  como  lo  hago  por  esta  con  muchas  veras. 
Nuestro  Señor  guarde  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  co- 
mo desea. — De  Marimont  á  7  de  mayo,  1611. — A  lo  que 
V.  S.  ordenare. — Alberto. — Con  rúbrica. 


219 


Carla  autógrafa  del  archiduque  Alberto  al  duque  de  Lerma, 
fecha  en  Marimont  á  \^  de  mayo  de  1611. 

Le  da  el  parabién  por  el  nacimiento  de  un  nieto. — Agradece  el  in- 
terés con  qne  el  rey  interviene  en  las  cosas  de  Alemania. — 
Muéstrase  complacido  por  la  merced  hecha  al  conde  Octavio  Viz- 
conde.— ^Recuerda  las  demás  personas  anteriormente  recomen- 
dadas, y  con  especialidad  al  marqués  de  Espinóla. — Pide  que  se 
ayude  á  fray  Felipe  de  Ayala,  para  que  se  le  nombre  general  de 
la  orden  de  san  Francisco. 

Real  Academia  de  la  Historia, — SaJazar,  A  65,  fol.  321. 

Señor  duque:  Quiero  comenzar  esta  con  dar  á  V.  S.  la 
enhorabuena  del  nieto  que  por  su  carta  de  o  de  este  me 
dice  le  ha  nascido,  como  quien  huelga  tanto  de  todo  lo 
que  puede  ser  gusto  y  de  contento  para  V.  S.,  que  se  pue- 
de asegurar  de  que  no  me  hace  ventaja  en  esto  nadie.  Ló- 
grele V.  S.  muchos  años,  y  espero  que  ha  de  ser  servido 
Nuestro  Señor  de  dar  á  V.  S.  otras  muchas  ocasiones  de 
contento,  que  si  fueren  tantas  como  yo  se  las  deseo,  seque 
estará  V.  S.  muy  satisfecho. 

Con  las  buenas  nuevas  que  V.  S.  me  da  de  la  salud 
de  SS.  MM.  y  AA. ,  y  del  buen  tiempo  que  les  hacia  en 
Aranjuez,  he  holgado  cuanto  debo.  Dios  los  guarde  y  les 
dé  ocasiones  y  lugar  para  holgarse  como  lo  merescen  y  se 
lo  deseamos  todos.  Acá  tomáramos  parte  de  ese  tiempo, 
porque  le  hace  tan  seco,  que  no  se  acuerdan  los  viejos  de 
haber  vislx)  tal,  y  tras  esto  ha  helado  estos  dias,  con  que 
están  así  la  fruta  como  los  demás  frutos  del  campo  cuasi 
del  todo  perdidos.  Dios  lo  remedie  como  puede ,  y  pague  á 
Y.  S.  lo  que  trabaja  por  el  bien  público  y  el  servicio  de 


220 

S.  M.,  pues  le  ha  querido  dejar  en  Aranjuez  y  venirse  á 
Mcidrid  á  lo  que  V.  S.  me  dice,  que  aunque  no  dejará  de 
haber  dificultad  en  salir  con  lo  que  se  pretende,  particu- 
larmente en  materia  de  provisiones,  no  dudo  de  que  con 
su  buena  maña  y  autoridad  saldrá  V.  S.  bien  con  ello;  y 
cierto  que  para  lo  de  Alemania  es  harto  menesler,  como  lo 
verá  V.  S.  por  el  despacho  de  don  Baltasar,  que  se  envía 
agora,  á  que  me  remito.  Y  habiendo  visto  lo  que  S.  M.  ha 
sido  servido  resolver  acerca  de  estas  materias,  no  me  que- 
da que  decir  sino  mucho  reconoscimiento  de  la  merced  que 
S.  M.  nos  hace  á  todos  en  ello,  y  también  de  lo  que  debe- 
mos á  V.  S.  para  verlo  encaminado  así ,  remitiendo  lo  de- 
más á  Nuestro  Señor,  para  que  se  sirva  de  encaminarlo 
todo  como  mas  convenga  á  su  servicio  y  al  bien  universal 
de  todo.  Así  se  sirva  de  encaminar  también  las  cosas  de  Fran- 
cia que  V.  S.  dice,  como  no  lo  dudo,  encaminándose  con 
la  mucha  prudencia  de  S.  M.  y  grande  cuidado  de  V.  S. 

Mucho  importará  que  V.  S.  tenga  la  mano  á  que  se 
envíe  luego  el  tusón  del  Landsgrave,  por  lo  que  ha  que  du- 
ra esto,  y  conviene  tener  aquel  hombre  obligado. 

Muchísimo  placer  me  ha  hecho  V.  S.  con  haber  enca- 
minado la  merced  que  S.  M.  ha  hecho  al  conde  Octavio, 
que  la  he  estimado  como  es  razón  ,  y  así  mcr  hará  V.  S. 
mucho  placer  en  besarle  las  manos  por  mí  por  ella,  y  en 
tener  por  encomendados  á  los  demás  por  quien  tengo  es- 
crito á  V.  S.,  y  particularmente  al  marqués  Spínola ,  pues 
lo  meresce  también,  como  V.  S.  lo  apunta  muy  bien  en 
su  carta;  y  así ,  no  puedo  dejar  de  pedírselo  á  V.  S.  con 
lodo  el  encarecimiento  que  puedo,  y  que  procure  que  S.  M. 
se  resuelva  muy  presto  con  él  y  le  mande  volver  á  servir 
aquí  tan  honrado  y  con  tanta  merced  como  lo  meresce. 

Dícenme  se  trata  de  hacer  general  de  la  orden  de  Sant 


221 

Francisco,  y  que  está  en  buen  predicamento  para  ello  fray 
Phelipe  de  Ayala ,  que  en  su  mocedad  fué  mi  paje.  Si  es 
así  que  lo  merezca,  me  hará  V.  S.  mucho  placer  en  tener- 
le por  encomendado  para  ayudarle,  pues  por  la  obligación 
que  le  tengo ,  no  podré  dejar  de  estimar  todo  lo  que  V.  S. 
hiciere  por  él. 

Aquí  quedamos,  á  Dios  gracias,  con  salud,  y,  aunque 
con  el  tiempo  que  tengo  dicho,  se  pasa  bien,  porque  se 
puede  salir  á  gozar  del  campo,  y  mis  pies  (aunque  blandos) 
dan  hasta  agora  lugar  para  ello.  Dios  guarde  á  V.  S.  con 
la  salud  que  le  deseo ,  y  le  dé  muchas  y  muy  buenas  Pas- 
cuas.— De  Marimont  á  19  de  mayo,  año  1611. — Alberto. 
— Con  rúbrica. 


Relación  breve  del  depósito  del  cuerpo  de  S,  A,  el  señor  ar- 
chiduque Alberto  (que  esté  en  gloria),  en  Bruselas  y  en  la 
capilla  del  Santísimo  Sacramento  del  Milagro, 

Enviada  á  don  Diego  de  Ribadeneira. 

biblioteca  Nacional. Sala  de  MSS,—li^,  fol.  S52. 

Habiéndose  dado  fin  al  sitio  de  Juliers  y  á  las  preven- 
ciones para  el  depósito  del  cuerpo  del  serenísimo  archidu- 
que Alberto,  que  esté  en  gloria,  en  la  iglesia  de  santa  Gú- 
dula  desta  villa  de  Bruselas,  debajo  del  altar  del  Santísimo 
Sacramento  del  Milagro,  como  lo  ordena  en  su  testamen- 
to, se  escribió  á  los  gobernadores  de  provincias,  y  donde 


(i)  Publicamos  esta  relación,  aunque  está  impresa,  por  ser 
muy  rara  y  muy  curiosos  los  pormenores  que  da  de  las  honras  fú- 
nebres hechas  al  archiduque  Alberto. 


222 

no  los  liabia  á  los  presidentes  y  chfancillcres  dolías,  nombra- 
sen caballeros  de  los  mas  calificados  para  adestrar  caballos 
y  llevar  estandartes  en  el  acompañamiento,  así  de  sus  pro- 
vincias como  de  Alemania  y  rebeldes,  advirliéndoles  estu- 
viesen á  los  siete  de  marzo  en  esta  corle,  manifestándose 
todos  en  casa  del  audiencier  á  las  nueve ,  y  asimismo  to- 
dos los  arzobispos,  obispos  y  abades  que  no  tuviesen  ocu- 
pación forzosa. 

Colgóse  la  iglesia  de  santa  Gúdula  al  rededor,  pilares, 
coro,  capilla  del  Santísimo  Sacramento  y  oirás  veinte  y 
siete,  donde  se  dijeron  misas  el  dia  del  depósito  hasta  las 
cinco  de  la  tarde,  de  panos  negros,  de  doce  anas  de  caída, 
con  cenefa  de  terciopelo  por  lo  alio,  coronada  de  seis  mil 
velas  de  cera,  y  sembrados  grandísima  cantidad  de  escu- 
dos de  las  armas  del  difunto,  y  entre  pilares  en  los  ar- 
cos dellos  una  A  sembrada  de  velas.  Armóse  el  altar  para 
decir  la  misa  mayor,  donde  se  dice  en  la  fiesta  del  Santí- 
simo Sacramento  del  Milagro,  levantado  seis  gradas  del 
suelo,  aderezado  de  un  ornamento  de  brocado  riquísimo. 
Fabricóse  en  el  cuerpo  de  la  iglesia  un  túmulo  de  admira- 
ble arquitectura,  que  frisaba  con  la  bóveda,  pintado  de 
blanco  y  oro,  por  lo  bajo  pintadas  con  gran  primor  las  em- 
presas de  Ardres,  Calés,  Hulst,  Oslende,  Linguen,  Grol, 
Aquisgran ;  etc.,  socorro  de  Bolduch,  defensa  de  Lisboa  y 
otras  cosas,  con  sus  letreros  latinos  que  lo  declaraban,  con 
sus  colunas  y  portadas  á  cuatro  partes,  sembradas  entre 
ellas,  y  por  lo  alto  doce  virtudes  que  mas  resplandecieron 
en  él,  entre  las  muchas  que  tuvo;  luego  un  corredor  con  sus 
balaustres,  y  eneima  de  las  portadas  cuatro  escudos  de  las 
armas  con  sus  orlas  y  epitafios  grandiosos ;  en  lo  bajo  á  las 
esquinas  altas  ocho  leones  que  sustentaban  cuatro  pirámi- 
des cuajadas  de  luces,  como  lo  estaba  todo  el  túmulo ,  y  re- 


2iS 

partidas  coa  admirable  agrado.  Seguíanse  sobre  tela  de  oro 
veinte  y  ocho  escudos  en  tres  órdenes,  de  las  provincias 
propietarias  de  S.  A. ;  luego  cuatro  candeleros  de  notable 
grandeza  y  arte,  y  en  medio  un  pirámide  ondeado,  sem- 
brado de  lamparillas,  y  sobre  él  una  corona  archiducal. 
Fué  autor  del  Jaques  Francarl,  que  basta  para  quedar  en- 
carecido por  uno  de  los  mejores ,  mas  desenfadados  y  cu- 
riosos que  se  han  inventado  jamás. 

Atajóse  la  iglesia  con  una  valla  muy  fuerte  con  púas  de 
hierro  en  lo  alto.  Pusiéronse  cantidad  de  bancos  páralos  que 
oficiaban  la  misa,  embajadores,  perlados,  grandes,  tusones, 
capellanes  de  oratorio,  capítulo  de  la  iglesia,  Consejos  de  Es- 
tado, Privado,  Finanzas,  chancillería,  cámara  de  cuentas  y 
magistrado  desta  villa.  Hiciéronse  en  las  naves  colaterales 
seis  tablados  para  damas  y  gente  particular;  y  para  que  no 
subiesen  á  ellos  ni  entrasen  en  la  iglesia  personas  que  no  lo 
fuesen  ,  se  dieron  al  conde  de  Noyelles,  mayordomo  de  S.  A., 
tres  mil  señales  de  cartón,  para  que  las  distribuyese,  y  or- 
den á  las  guardas  para  que  no  entrase  sino  el  que  la  ma- 
nifestase, con  que  quedó  la  iglesia  desembarazada,  y  go- 
zaron todos  en  ella  de  las  ceremonias  deste  día. 

Adornóse  el  frontispicio  por  de  fuera  de  la  iglesia  de  pa- 
ños negros,  en  medio  un  escudo  grandiosísimo  de  las  armas 
de  S.  A.  con  orla  de  terciopelo;  á  los  lados  dos  epitafios  y 
dos  tarjetas  de  la  divisa. 

La  entrada  de  las  puertas  hacían  llana  dos  figuras  del 
Tiempo  y  Muerte ,  levantando  la  bayeta  puesta  sobre  pe- 
destales. 

Mandó  hacer  la  villa  una  puente  grandiosa  por  en- 
cima de  las  gradas  de  la  iglesia,  para  subir  á  ella;  y 
por  las  calles  donde  había  de  pasar  el  cuerpo,  vallas  de 
diez  y  ocho  pies  de  ancho,  guarnecidas  por  de  fuera  de 


224 

cuatro  mil  vecinos,  la  mitad  con  hachas  encendidas,  y 
dos  escudos  de  las  armas  en  ellas,  y  los  otros  con  alabar- 
das entremezclados,  y  las  casas  colgadas  de  bayeta  sem- 
brada de  escudos. 

La  capilla  real  del  palacio  se  colgó  de  paños  negros, 
terciopelo  y  velas  por  lo  alto,  coreada  la  nave  de  enmedio 
de  bancos,  por  los  que  en  ella  tienen  asiento  semejantes 
dias.  Levantaron  enmedio  della  tres  gradas  én  forma  aova- 
da; nacian  della  seis  pedestales  con  trofeos  de  la  muerte, 
y  sobre  ellos  blandones  de  plata  blanca  con  cirios  de  cera 
y  escudos  de  las  armas.  Coronábales  un  dosel  de  brocado, 
y  sobre  él  un  pirámide  grande  de  tela  de  plata,  y  por  en- 
cima una  corona  de  tela  de  oro  bordada.  Sallan  della  cua- 
tro ramos  de  palma  y  laurel,  cercadas  las  gradas  de  ha- 
chas y  de  las  insignias  y  estandartes  que  se  llevaron  en  el 
acompañamiento.  Cubrióse  de  bayeta  todo  el  cuarto  bajo 
de  S.  A. ,  patio,  vallas  y  salón;  de  la  puerta  del  se  hizo 
una  puente  hasta  la  mitad  del  patio  para  bajar  el  cuerpo. 
Sacáronle  de  la  sacristía  baja  donde  estaba  viernes  á  once 
de  marzo  á  las  doce  del  dia ;  pusiéronle  en  la  capilla  real  ea 
su  puesto.  Comenzaron  los  clamores  y  se  continuaron  hasta 
el  siguiente  en  la  noche.  Cerráronse  las  tiendas  en  la  villa: 
dijéronse  aquella  tarde  las  vigilias  del  difunto  con  la  solen- 
nidad  y  grandeza  posible,  y  al  amanecer  el  sábado  las  mi- 
sas del  Espíritu  Sanio  y  Nuestra  Señora,  los  obispos  de 
Ramunda  y  Ambéres.  A  las  seis  de  la  mañana  comenzó  á 
caminar  el  acompañamiento,  después  de  haber  la  compañía 
de  lanzas  españolas  del  marqués  de  Belveder  desembaraza- 
do las  calles,  que  con  esto  y  pena  que  puso  la  villa  á  los 
que  las  ocupasen,  quedaron  despejadas  y  cubiértolas  de  pa- 
ja, como  es  costumbre. 

Venian  delante  dos  oficiales  de  la  caballeriza  de  S.  A., 


225 

por  guiar  y  dar  el  compás  del  paso  á  los  cinco  guldes.de  la 
villa ,  que  les  seguían  arrastrando  las  banderas  y  picas, 
las  armas  de  fuego  al  revés,  las  cajas  destempladas,  cubier- 
tas de  bayeta,  y  todos  ellos  vestidos  delia;  luego  cuatro- 
cientos puí.>res  con  lobas  y  capirotes  de  paño  negro,  y  en 
las  manos  baclias  con  dos  escudos  en  ellas.  Seguíanlos  to- 
d¿is  las  órdenes,  perroquias  y  capítulo  de  Santa  Gúdula, 
acompañadas  las  cruces  con  bacbas,  y  los  guardianes,  prio- 
res y  curas  resvestidos  con  diácono  y  subdiácono;  luego  la 
capilla  real,  capellanes  de  altar  y  de  oratorio,  delante  de 
treinta  y  cuatro  abades ,  ocbo  obispos  y  dos  arzobispos,  to- 
dos vestidos  de  pontifical  con  mitras  blancas  y  capas  riquí- 
simas, fúnebres.  Tras  ellos,  los  criados  de  S.  A.  sin  sombre- 
ros, y  no  se  cubrieron  en  este  acompañamiento  sino  los 
siete  grandes  de  España  que  iban  en  él,  de  dos  en  dos, 
desde  los  oficiales  de  manos  hasta  los  gentiles-hombres  de 
la  boca ,  en  los  puestos  que  les  señalaron ,  según  las  pree- 
minencias de  sus  oficios. 

Seguían  cuatro  atabales  que  llevaban  dos  mozos  sobre 
las  espaldas,  y  dos  atabaleros  detrás  con  sus  palos  en  las 
manos,  y  doce  trompetas  con  las  banderas  al  revés  sobre 
el  hombro  izquierdo;  luegounrey  de  armas  con  cota  de  las  de 
S.  A.,  enteras  deilas,  á  su  lado  derecho  un  preservante  con 
cota,  de  Lila,  y  al  izquierdo  de  Tornay.  Tras  ellos  la  corne- 
.la  de  colores,  encarnada,  blanca  y  azul,  pintada  en  ella  los 
bastones  de  Borgoña  en  cruz,  y  el  pedernal  y  eslabón  de  la 
Orden  del  tusón,  despidiendo  las  llamas ,  y  en  medio  la  di- 
visa del  difunto,  que  es  un  brazo  que  ofrece  una  nube,  y 
en  la  mano  una  espada  cercada  de  laurel  y  un  letrero.  Pul- 
chrum  clarere  utroque.  Llevábale  Antonio  Serelaes,  caba- 
Üerizode  S.  A.,  luego  el  guión  de  colores  como  la  corneta, 
solo  añadido  al  señor  Adalberto  Mártir,  obispo  de  Praga. 
Tomo  XLIIL  15 


226 

Llevábale  monserior  de  Metsenhanten ,  el  yelmo  de  justa 
monseñor  de  Peranoy,  la  tarjeta  de  divisa  monserior  de 
Mastamy.  Seguia  el  caballo  de  fusta,  cubierto  hasta  el  sue- 
lo de  tela  de  plata,  listada  de  terciopelo  carmesí  y  azul,  bor- 
dada de  la  dicha  divisa  é  insignia  del  tusón  ,  con  sillay  ade- 
rezo azul,  bordado  de  cañutillo  de  plata,  sembrado  de  palle- 
tas  de  oro,  y  en  la  cabeza  una  testera  grabada  de  oro  y  un 
penacho  en  ella  grandísimo  de  las  colores.  Adestrábanle 
monseñor  de  Pipenpoy  y  don  Dermiero  Omalhum ,  del  há- 
bito de  Caiatrava,  caballerizos  de  S.  A.;  y  el  estandarte 
grande  de  las  colores,  que  es  como  el  guión,  el  barón  de 
Ajassy. 

Venia  otro  rey  de  armas  con  cota  entera  deltas,  y  dos 
heraultes  á  sus  lados ,  el  del  derecho  con  cota  de  Frisa ,  y 
el  otro  de  Salines.  Seguíanles  siete  caballos  de  los  señoríos 
de  Grocninghen,  Overissel,  Utrecht,  Malinas,  Salines,  Fri- 
sa y  marquesado  del  Sacro  Imperio  en  Ambéres,  adereza- 
dos con  gíreles  de  ormesí ,  pintadas  en  ellos  las  armas  de 
la  provincia,  guarnecidos  de  franjas  y  borlas  de  oro,  con 
sillas  de  armas  y  guarniciones  de  terciopelo,  largueadas  de 
pasamanos  de  oro  y  plata,  frenos  y  estribos  dorados,  tes- 
teras doradas,  niveladas  con  penachos  de  setenta  plumas 
con  sus  codones,  y  en  ellas  treinta.  Venia  con  cota  entera 
otro  rey  de  armas,  á  mano  derecha  un  heraulle  con  cota 
de  Flándes,  y  el  de  la  izquierda,  de  Arloes.  Tras  ellos  on-. 
ce  caballos  aderezados  como  los  de  arriba,  de  los  condados 
de  Charolois,  Zutfen,  Namur,  Zelanda,  Holanda,  Henao, 
Tirol,  Borgoña,  Artoes,  Flándes  y  Absbourg.  Divídian  los 
de  los  ducados  otro  rey  de  armas  y  dos  heraultes,  el  dere- 
cho con  cota  de  Borgoña,  y  el  izquierdo  de  Brabante.  Se- 
guíanlos nueve  caballos  de  otros  tantos  ducados,  Wilem- 
bcrghe,  Gueldres,  Lucemburg,  Limburg,  Carniola ,  Ca- 


I 


227 

rintia,  Stiria,  Brabante  y  Borgoña,  luego  un  rey  de  armas 
con  cota  de  Austria  y  el  caballo  deste  arcbiducado.  Tras  él, 
con  cada  caballo  de  los  referidos,  iban  adestrándole  dos 
caballeros,  y  otro  detróis  con  el  estandarte  de  la  provincia, 
pintados  á  dos  haces,  guarnecidos  de  franjas  de  oro,  y  las 
bastas  doradas:  eran  ochenta  y  cuatro  caballos  nombrados 
para  este  efecto. 

Seguía  el  carro  pintado  de  blanco  y  oro  de  la  mejor 
arquitectura  y  curiosidad  que  se  podia  inventar,  labrado  á 
la  redonda  de  relieve,  el  Serenísimo  archiduque  dando  co- 
ronas de  marqueses  y  condes,  armando  caballeros,  fabri- 
cando iglesias  y  repartiendo  limosnas,  y  fueron  tales  y  tan- 
tas las  que  distribuyó,  que  es  cierto  y  se  sabe  por  los  libros 
de  finanzas,  ser  mas  de  dos  millones  de  oro,  con  haber  des- 
empeñado el  patrimonio  en  doscientos  mil  ducados;  y  asen- 
tada en  lo  alto  del  una  figura  grandísima  de  la  liberalidad, 
vestida  de  blanco,  sobre  la  cabeza  un  águila  al  natural,  la 
mano  izquierda  sobre  una  esfera ,  y  la  derecha  señalando 
veinte  y  siete  estandartes,  que  distribuidos  por  el  carro, 
significaban  los  reinos ,  ducados  y  provincias  que  heredó 
en  Alemania  por  muerte  del  emperador  Matías  su  hermano, 
y  cedió  gratis  al  emperador  Ferdinando  segundo,  que  hoy 
reina  para  mayor  gloria  de  Dios ,  aumento  de  su  iglesia  y 
conservación  de  la  Casa  de  Austria.  Daba  á  entender  lo 
dicho  una  figura  entretallada  en  el  revés  del  carro ,  y  por 
remate  una  urna  con  fuego,  símbolo  de  la  inmortalidad, 
A  los  lados  de  la  liberalidad  habla  dos  cornucopias,  despi- 
diendo la  una  frutos  de  la  tierra,  y  la  otra  coronas,  cade- 
nas, joyas,  etc.;  á  los  pies  cantidad  de  bolsones  derraman- 
do dinero,  y  delante  un  altar,  y  sobre  ella  coronas  é  insig» 
nias  del  imperio,  la  délos  reinos  de  Hungría, Bohemia,  etc. 
Cercaba  el  altar  esta  letra :  Hoec  sprevit  et  obiit:  despre- 


223 

ciando  lodo  murió.  Tirábanle  seis  hermosísimas  jumentas 
castañas,  con  gireles  y  guarniciones  á  la  romana,  de  rasí) 
blanco,  bordado  el  campo  de  lazos  y  florones  détela  de  oro, 
perfilados  y  guarnecidos  encima  de  cada  una  su  figura.  La 
primera  la  Benignidad;  vestida  ló  interior  de  raso  amarillo 
y  el  manto  azul ,  bordado  de  estrellas  de  oro,  despedía  leché 
de  un  pecho,  y  tenia  en  la  mano  derecha  un  sol.  La  segun- 
da la  Nobleza,  con  saya  entera  con  manga  de  punta  de  ra- 
so blanco,  guarnecida  de  pasamanos  de  plata,  en  la  una 
mano  el  escudo  de  Austria,  y  en  la  otra  el  ceptro.  La  ter- 
cera el  Amor  virtuoso,  en  forma  de  Cupido,  con  su  arco  y 
flechas  en  el  aljaba ,  esparciendo  coronas  de  laurel.  La 
cuarta  la  Prudencia ,  lo  interior  raso  verde  y  el  manto  mo- 
rado, con  sus  insignias  de  espejo  y  serpientes.  La  quinta 
la  Providencia,  vestida  á  lo  romano,  de  carmesí,  y  el  man- 
to de  raso  verde  bordado  de  espigas  de  oro  y  hormigas  que 
pretendían  desgranarlas,  en  la  mano  derecha  un  manojo 
de  espigas,  enlazadas  con  pámpanos  y  racimos  de  uvas,  en 
la  izquierda  el  timón  de  nave  y  una  llave.  La  sexta  la  Ra- 
zón ,  vestida  de  blanco  y  manto  azul,  con  un  cinto  bordado 
de  números  aritméticos,  y  en  la  mano  derecha  un  freno 
dorado. 

Seguían  dos  reyes  de  armas  de  S.  A.  ,  con  cotas  ente- 
ras dellas;  tras  ellos  el  pendón  de  las  armas  que  llevaba  el 
conde  de  Beanrepairt ;  luego  el  guión  dellas  á  cargo  del 
conde  de  Crois.  Venia  el  caballo  de  batalla  con  girel  corlo, 
bordado  en  él  de  tela  de  oro  y  plata  las  armas  de  S.  A., 
con  silla  y  guarnición  cuajada  de  canutillo,  testera  graba- 
da de  oro  y  penacho  en  ellas  grandísimo,  de  pluma  de  las 
colores;  adiestrábanle  los  condes  de  Gpininy  y  Bailen!.  El 
conde  de  Falais  llevaba  el  grande  eslanJarte.  Seguíanle 
los  condes  de  Anappe  y  Vellcrnac,  que  guiaban  el  caballo  de 


229 

parada ,  con  cubierta  hasta  el  suelo  de  lela  de  plata  y  oro, 
sembrada  de  las  armas,  y  su  silla  de  armas  y  gnarnicioa 
bordadas.  El  condecito  de  Bronay  llevaba  la  bandera  cua- 
drada ,  el  yelmo  de  guerra  el  de  Busquoy;  el  conde  de 
Harlies  el  escudo  grande;  el  esloque  envainado  el  conde 
de  Hoels,  y  el  conde  de  Hautekerch  la  cota  de  armas  ad- 
mirablemente bordada.  Luego  tres  reyes  de  armas  con  co- 
tas enleras  dellas,  y  les  seguían  los  condes  de  Manders- 
cheit  Kul  y  de  Moya,  adestrando  el  caballo  del  duelo  que  iba 
con  cubierta  basta  el  suelo  de  terciopelo  negro  con  cruz  de 
brocado ,  y  en  los  ángulos  della  y  frente  escudos  de  las  ar- 
mas, bordados.  El  collar  de  la  orden  del  tusón,  en  una  almo- 
hada de  brocado,  llevaba  el  marqués  de  Trasuginis;   el 
príncipe  de  Barbanso  (i)  el  ceptro;  el  de  Simay  la  espada  de 
honor  desnuda;  y  el  conde  Otavio  Vizconde,  caballerizo  ma- 
yor,   en  un  cojin  de  brocado ,  la  corona  arcbiducal,  ador- 
nada con  parte  de  las  joyas  de  la  Serenísima  infanta,  que 
eran  de  inestimable  valor.  Luego  el  conde  abad  de  Gem- 
blours,  con  el  estoque  de  Su  Santidad,  y  en  la  punía  del 
el  capelo  del  Sancti  Spíritus.  Seguíanle  seis  mayordomos 
de  S.  A.  con  lobas  arrastrando  y  sus  bastones.  Eran  los 
condes  de  Ierres,  No3'elles,  Rocux,  Misdeburg ,  monse- 
ñor de  Andelot  y  conde  de  San  Aldegonde.  Tras  ellos  el 
marqués  Espinóla  con  el  collar  y  bastón  levantado ,  como 
mayordomo  mayor;  á  los  lados  doce  pajes  de  S.  A.  con 
hachas  y  escudos  en  ellas  de  las  armas,  y  luego  el  cuerpo 
en  hombros  de  los  gentileshombres  de  su  cámara  ,  que  son: 
el  conde  de  Vertni ,  conde  de  Henin,  don  Francisco  de 
Ibarra,  conde  de  Marles,  conde  de  ísenghien,  barón  de 
Croneiiburg,  coade  de  Senegheme  y  conde  de  Isembourg. 

(1)  Tal  vez  en  lugar  de  Brabanzon. 


230 

Seiialóseles  para  ayudarles  al  conde  de  Roehefort,  conde 
Juan  de  Nassau,  conde  de  i\rguiz,  conde  de  Tirón,  don  Car- 
los Goloina,  marqués  de  Belveder,  don  Baltasar  de  Guzman, 
don  Cristóbal  Colon,  don  Felipe  de  Silva,  vizconde  de  Gan- 
te, Mons  de  Strabrouch,  nions  de  Somlom,  Carlos  Grimaldo 
y  monseñor  de  Nufinlly,  todos  con  lobas.  Llevábanle  diez  cada 
vez,  cubierto  con  un  paño  riquísimo  de  brocado  blanco,  y 
cruz  carmesí.  Llevaban  los  cabos  del  el  duque  de  Umala, 
marqués  de  Bade,  conde  de  Egmont  y  marqués  de  Marnet, 
como  su  sumiller  de  corps.  Iba  debajo  de  un  palio  grandí- 
simo de  brocado  del  paño,  y  los  del  magistrado  desta  vi- 
lla llevaban  las  varas  del.  Iban  detras  el  nuncio  y  emba- 
jador de  España  con  gran  luto,  y  luego  con  lobas  arras- 
trando y  collares  del  orden ,  ocbo  caballeros  del  tusón ,  prín- 
cipe de  Ligue,  conde  de  Soíre,  duque  de  Ariscot,  mar- 
qués de  Havre,  conde  de  Emdem,  conde  de  Hoestrat,  con- 
de de  Salazar  y  príncipe  de  Espinoy.  El  conde  de  Berla- 
mont,  por  estar  con  gota,  esperó  en  la  iglesia.  Seguían  los 
Consejos  de  Estados,  Privado,   Finanzas,   Chancillería  y 
Cámara  de  Cuentas  de  Brabante.  Cerraban  los  archeros  y 
alabarderos,  guiados  por  sus  tenientes.  Tardcjse  en  el  ca- 
mino ocho  horas  y  media.  Llegóse  á  la  iglesia  cerca  de  las 
tres.  Pusieron  el  cuerpo  en  el  túmulo  sobre  las  ocho  gra- 
das levantadas  del  suelo ,  coronadas  de  un  dosel  de  broca- 
do, colgado,  los  lados  de  terciopelo  negro,  y  sobre  ellos  los 
cuatro  cuartos  de  S.  A.  Serenísima ,  el  emperador  Fernan- 
do primero  y  su  mujer  la  emperatriz  doña  Ana  de  Hun- 
gría, sus  abuelos  palernos  y  maternos,  el  emperador  Car- 
los quinto,  y  la  emperatriz  doña  Isabel  de  Portugal  su  mu- 
jer; y  aunque  puestos  allí  para  honra  del  difunto,  en  lo 
inclinado  mostraban  recibirla  de  tan  grandioso  nielo.  Co- 
menzó la  misa  el  arzobispo  de  Malinas  y  dos  abades  por 


2o  i 

diácono  y  subdiácono:  oficióse  coa  excelenlísima  música. 
Predicó  las  honras  el  reverendo  padre  fray  Bernardo  de 
Montgallart,  abad  de  Dcrval,  vestido  de  ponlifical,  hora  y 
media,  tiempo  breve  para  recopilar  las  infinitas  virtudes 
del  difunto.  Hizo  m.emoria  dellas  con  su  ordinaria  elegan- 
cia. Dio  fin  con  asegurarle  (á  lo  que  se  puede  creer  piado- 
samente) en  el  cielo,  acompañado  de  lágrimas;  y  causólas 
en  los  presentes,  considerando  la  falta  de  tan  gran  prínci- 
pe. Prosiguióse  la  misa ,  y  al  ofertorio  salieron  todos  los 
caballeros  que  adestraron  los  caballos  á  la  puerta  de  la 
iglesia,  de  donde  los  lomaron  y  detrás  de  cada  uno  su  es- 
tandarte; abatíanle  al  altar,  después  al  cuerpo,  y  le  ofre- 
cían al  arzobispo.  Recogieron  los  estandartes  al  lado  de  la 
epístola.  Volviéronse  los  caballos  á  la  caballeriza,  acompa- 
ñando los  oficiales  della  al  del  duelo. 

Acabada  la  misa,  dijeron  los  obispos  y  arzobispos  sus 
responsos,  y  luego  llevaron  el  cuerpo  al  lugar  del  depósito, 
acompañándole  el  capítulo  de  Santa  Gúdula,  capilla  Real, 
perlados,  jinsignias  reales,  mayordomos  y  pajes  con  ha- 
chas, y  detrás  los  embajadores,  tusones  y  consejos:  re- 
zaron el  Miserere,  Metiéronle  en  la  bóveda  los  gentiles- 
hombres  de  la  cámara.  El  audiencicr  y  demás  ministros  hi- 
cieron la  entrega  del  cuerpo  al  capítulo.  Selláronlo  con  los 
autos  necesarios  al  depósito.  Llegaron  los  reyes  de  armas, 
heraul tes  y  preservantes;  quitáronse  las  cotas,  echáronlas 
en  la  bóveda,  los  mayordomos  sus  bastones,  y  los  que  lle- 
vaban las  insignias  principales,  las  metieron  dentro.  Sacó- 
lo el  rey  de  armas  todo,  y  dijo  á  la  puerta  de  la  bóveda  por 
tres  veces  en  alta  voz:  '*El  Serenísimo  archiduque,  duque  de 
Borgoña,  Brabante,  etc.,  nuestro  príncipe  soberano,  es 
muerto."  Sintieron  estas  palabras  los  corazones  de  lodos,  co- 
mo era  justo,  dando  los  ojos  testimonio  de  lo  que  padecían. 


232 

De  allí  á  un  rato  alzó  la  espada  de-  honor  el  príncipe  de 
Chimay,  y  el  rey  de  armas  la  voz  diciendo:  **Viva  el  rey 
don  Felipe  de  las  Españas  nuestro  señor."  Aclamaron  cuan- 
tos estaban  en  la  iglesia;  rasgaron  los  atabaleros  la  bayeta 
que  cubría  el  parche  de  ios  atabales ;  tocáronlos,  y  los  doce 
trompetas  con  gran  regocijo.  Acabóse  el  depósito  á  las  ocho 
de  la  noche,  empezándose  á  las  seis  de  la  mañana.  Hizo 
admirable  dia  y  no  sucedió  desgracia  ninguna,  con  haber 
acudido  inünita  gente  de  todas  partes,  y  hubo  en  todo  gran- 
diosa orden. — Con  licencia. — En  Madrid. — Por  la  viuda  de 
Cosme  Delgado. — Año  de  1522. 


DOCIMEXTOS  RELATIVOS 
A  LA 


VENIDA  DE  FRANCESES  A  PERPIÑAN  Y  NAVARRA. 

AÑO  1542  (*)/' 


Despacho  original  del  emperador  Carlos  V  al  condestable 
de  Castilla,  fecho  en  Monzón  á  25  de  julio  de  1542. 

Aviso  de  los  puntos  á  donde  se  dirigen  los  ejércitos  de  Francia. — 
Medidas  de  defensa,  tomadas  por  el  emperador.  —  Encarga  al 
condestable  que  tenga  preparadas  sesenta  lanzas  de  hombres 
de  armas  para  acudir  al  lugar  que  se  le  designe. 

Diblioíeca  Nacional.— Sala    de  MSS,—  G  48,  foL  63.         .  J 
EL  REY. 

Condestable  primo:  Ya  habréis  sabido  las  demostracio- 
nes que  se  han  hecho  de  querer  romper  la  guerra  contra  , 
Nos  y  nuestros  reinos  y  señoríos,  y  lo  que  habernos  pro- 
veido  para  la  observación  dellos  (1).  Y  porque  demás  del 


(*)  Este  es  el  titulo  que  lleva  al  frente  esta  correspondencia. 
(1)  Viendo  Francisco  I  quebrantadas  las  fuerzas  de  Carlos  V, 
después  de  la  desastrosa  expedición  de  Argel,  á  un   tiempo  mismo 


234 

apercibimiento  general  y  expreso  que  han  hecho  en  todas 
maneras  de  subditos,  agora  tenemos  nueva  que  se  hace 
grueso  juntamiento  de  gentes  y  forman  ejércitos  para  nos 
venir  á  ofender,  délo  cual  tenemos  avisos  de  todas  partes, 
y  que  se  acercan  á  las  fronteras  de  Navarra  y  Perpiñan, 
aunque  cargan  mas  á  la  de  Perpiñan,  con  la  esperanza  de 
Jas  fuerzas  del  turco  que  esperan  por  la  mar;  no  embar- 
gante que  por  nuestra  parte  no  solamente  no  se  ha  dado 
ocasión,  mas  habemos  disimulado  lo  que  habernos  podido, 
y  aun  con  demasiados  cumplimientos;  y  como  quiera  que 
yo  he  mandado  proveer  que  las  dichas  fronteras  de  Perpi- 
ñan y  Navarra,  y  también  Fuenterrabía  y  San  Sebastian 
se  fortifiquen  y  pongan  en  orden  para  su  defensa  y  resisten- 
cia de  los  enemigos,  y  están  proveídas  de  artillería,  muni- 
'ciones,  bastimentos  y  otras  cosas;  y  demás  de  la  gente 
que  en  ellas  estaba  he  mandado  que  se  ponga  en  ellas  mas 
gente  de  nuevo,  porque  viniendo  tan  poderosos  adversarios 
conviene  que  así  sea  la  resistencia  y  socorro  que  se  ha  de 
hacer,  á  lo  cual  estoy  determinado  de  poner  mi  persona  y 
todo  lo  demás  para  la  defensión  de  estos  reinos ,  he  querido 
daros  parle  de  todo  ello  como  á  tan  cierto  servidor  nuestro. 
Y  pues  veis  cuanto  esto  toca  á  mi  servicio  y  al  bien, 
honra  y  defensión  de  ellos,  á  que  todos  sois  tan  obligados,  y 
donde  vos  sois  principal  persona  en  ellos,  Yo  vos  ruego  y 
encargo  que  con  gran  diligencia  hagáis  poner  en  orden  y 

le  movió  guerra  en  el  Luxemburgo,  en  el  Brabante,  los  confines  de 
Flándes,  el  Piaraonte  y  las  fronteras  de  España.  Su  pretensión ,  a! 
atacar  este  último  punto,  era  recobrar  á  Perpiñan,  capital  del  con- 
dado de  Rosellon,  desmembrado  poco  antes  de  la  corona  dej  Fran- 
cia. Confió  esta  empresa  al  Delfia  su  hijo,  poniendo  á  su  mando  un 
ejército  compuesto  de  cuarenta  mil  infantes,  dos  mil  lanzas  y  dos 
mil  caballos.  ji;..:  . 


235 

tener  prestas  sesenta  lanzas  de  hombres  darrnas ,  de  la  me- 
jor gente  que  haya  en  vuestra  casa  y  tierra,  y  que  estén 
lo  mejor  encabalgados  y  armados  que  ser  pueda:  que 
aunque  otras  veces  hayáis  servido  y  podáis  servir  con 
mayor  suma,  yo  he  por  bien  de  reducillas  á  este  núme- 
ro ,  porque  las  podáis  enviar  más  en  orden  y  con  mas 
presteza ,  las  cuales  habéis  de  tener  prestas  para  que  pue- 
dan partir  en  viendo  otra  mi  carta ,  que  según  las  nue- 
vas tenemos  que  se  acercan  los  enemigos  se  os  enviará 
brevemente ,  que  yo  os  escrebiré  el  lugar  donde  vernan ,  y 
por  mi  servicio  que  proveáis  que  las  dichas  sesenta  lanzas 
vengan  pagadas  por  cuatro  meses,  que  par^sce  que  se  po- 
dran detener  en  la  jornada;  porque  á  causa  de  los  gran- 
des gastos  y  necesidades  que  se  me  ofrescen,  no  se  podrán 
acá  pagar  por  agora;  pero  pasado  este  tiempo  yo  mandaré 
dar  orden  como  seáis  satisfecho  brevemente  de  lo  que  fuere 
debido  á  la  dicha  gente.  Y  demás  de  lo  susodicho,  vos  rue- 
go y  encargo  que  estéis  apercebido  y  á  punto  de  guerra 
para  os  venir  en  persona  á  do  quiera  que  yo  estuviere 
cuando  os  tornare  á  escribir,  que  demás  de  cumplir  con  lo 
que  debéis  y  sois  obligado  á  la  defensa  del  reino,  en  ello 
me  terne  de  vos  por  muy  servido. — De  Monzón  á  25  de 
julio  1542. — Yo  el  rey. — Con  rúbrica, — Por  mandado  de 
S.  M.— Juan  Vázquez. — Con  rúbrica. 

Sobre, — Por  el  rey. — AI  condestable  de  Castilla  su  primo. 


I 

236 


CartíJ  original  del  emperador  Carlos  V  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  50  de  julio  de  1542. 

Disposiciones  que  se  toman  para  la  defensa  de  las  fronteras  de  Na- 
varra.— Se  manda  al  condestable  que  envíe  la  fuerza  que  tiene 
aprestada,  á  las  órdenes  de  Juan  de  Vega,  virey  y  capitán  ge- 
neral de  aquel  reino. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.'-G  48,  fol.  65. 
EL  REY. 

Condestable  primo:  Por  la  carta  que  os  mandamos  es- 
crebir  á  los  25  del  presente  habréis  particularmente  enten- 
dido el  eslado  en  que  se  hallan  las  cosas ,  y  como  para  re- 
medio de  ello  habernos  proveido  todo  lo  que  ha  sido  posible, 
encargándoos  que  vos  hiciésedes  poner  en  orden  3'  tener  pres- 
tas hasta  sesenta  lanzas  de  hombres  darmas,  de  la  mejor 
gente  que  hubiere  en  vuestra  casa  y  tierra,  y  que  estovie- 
sen  lo  mejor  armados  y  encabalgados  que  ser  pudiere,  pnra 
que  partiesen  á  servirnos,  en  viendo  otro  mandamiento 
nuestro,  como  habréis  visto,  y  por  qué  Nos  habernos  manda- 
do sacar  la  gente  darmas  que  reside  en  el  reino  de  Navar- 
ra, y  que  vaya  á  Perpiñan  donde  al  presente  paresce  ser 
mayor  la  necesidad,  por  las  nuevas  y  avisos  que  se  tienen 
de  cargar  los  enemigos  más  hacia  aquella  parte  que  á  otra 
ninguna. 

Pero  porque  también  amenazan  por  la  parte  de  Navar- 
ra, y  se  sabe  que  hay  movimiento  y  juntamiento  de  gentes 
para  entrar  en  aquel  reino,  y  conviene  que  también  esté 
proveido  como  es  razón  para  lo  que  se  podria  ofrescer,  y 
la  principal  necescidad  que  hay  es  de  gente  de  caballo;  y 


257 

como  quiera  que  habernos  enviado  á  mandar  que  la  que 
vino  de  Argel,  de  cualquier  manera  que  estuviere,  se  vayan 
á  meter  en  Pamplona;  porque  aun  esto  no  basta,  habernos 
acordado  que  por  estar  la  que  vos  habéis  de  enviar  á  pro- 
pósito de  lo  de  Navarra,  acuda  y  vaya  allí,  y  así  os  ruego 
y  encargo  que  la  hagáis  poner  en  orden  y  á  punto ,  como  es- 
tá dicho,  y  escrebiéndoos  Juan  de  Vega,  nuestro  visorey  y 
capitán  general  de  aquel  reino  que  gela  enviéis,  lo  hagáis 
con  la  brevedad  y  presteza  que  de  vos  confiamos ,  y  veis 
que  conviene,  que  en  ello  nos  tememos  de  vos  por  muy  ser- 
vido.— De  Monzón  á  50  de  julio,  1542. — Yo  el  rey. — Con 
rúbrica. — Por  mandado  de  S.  J\I. — Juan  Vázquez. — Conrü- 
brica. 

Sobre, — Porel  rey. — Al  condeslabledeCastillasu  primo. 


Carta  autógrafa  de  don  Antonio  (1)  al  condestable  de  Cas* 
tilla  i  fecha  en  Monzón  á  8  de  agosto  de  1542. 

Buen  estado  de  defensa  de  Perpiñan.— Espera  la  guarnición  de  es» 
ta  plaza  que  no  han  de  lograr  su  intento  los  franceses. — Pre- 
sunción de  que  la  corte  no  saldrá  en  algún  tiempo  para  Za- 
ra^íoza. 


Biblioteca  NacionaLSala  de  MSS.—G  48,  foL  180. 

llustrísimo  señor:  Este  gentil  hombre  dará  á  V^  S.  taa 
buena  relación  de  lo  de  aquí  y  de  lo  de  Perpiñan,  que  mes- 
cusará  de  dar  pesadumbre  con  una  gran  carta.  Y  anoche 
huboS.  M.  una  de  tres  desle  de  don  Juan  de  Acuña,  en  que 

(!)  Firma  so'o  con  el  nombre. 


238 

1e  dice  que  ellos  están  muy  bien  reparados  y  que  rióles  fal- 
ta gente,  y  que  les  sobra  artillería  y  munición,  y  que 
S.  M.  ordene  sus  negocios  y  socorro  á  su  propósito;  por- 
que ellos  piensan  que  los  franceses  no  tendrán  tan  buen 
pleito  como  pensaban ,  y  escribe  verdad ,  porque  son  menos 
de  los  que  se  decían,  y  los  de  dentro  reconocen  en  ellos 
mas  flojedad  de  la  que  se  pensaba.  El  otro  dia  salieron  de 
Perpiñan  dos  compañías ,  á  cuatro  ú  cinco  de  italianos ,  que 
guardaban  cierta  parle  de  su  artillería,  y  mataron  veinte 
dellos,  y  los  otros  huyeron ,  y  enclaváronles  cuatro  ú  cinco 
piezas  de  ellos ;  y  escriben  que  si  osaran  aventurar  tres 
mil  soldados,  que  les  dieran  una  muy  mala  mano,  y  les 
trujeran  al  foso  (1)  una  docena  de  cañones. 

Los  franceses  andan  mudando  lugares  para  asentar  su 
artillería,  y  lodos  los  hallan  tan  bien  reparados  que  hasta 
ahora  no  se  sabe  que  hayan  comenzado  á  batir  por  ninguna 
batería  formada.  Tiénese  mucha  esperanza  que  lo  de  allí  se- 
ria muy  bien.  Plega  Dios  que  así  sea,  y  él  guarde  la  ilustrí- 
sima  persona  de  V.  S.  con  tan  gran  acrecentamiento  de  su 
estado  como  yo  lo  deseo. — De  Monzón  á  ocho  de  agosto. 

No  me  parece  que  hay  ahora  la  priesa  que  hasta  aquí 
de  salir  á  Zaragoza.  Dicen  que  se  espera  la  respuesta  des- 
tas  tres  ciudades  sobre  el  acabar  de  otorgar  el  servicio ,  y 
sobre  el  jurar  aquí  al  príncipe,  que  en  esto  hasta  ahora  han 
estado  recios,  porque  querían  que  se  fuese  á  jurar  á  ellas; 
pero  ahora  ya  lo  tienen  por  bien,  y  entre  hoy  ú  mañana 
esperan  sus  respuestas.  Hecho  esto,  se  verá  luego  si  S.  M. 
quiere  salir  por  ahora  de  aquí  ú  no.  Besa  las  manos  á  V.  S, 
su  mas  cierto  servidor, — Don  Antonio.  (2) 

(\)  Puede  leerse  al  forso. 
(2)  No  tiene  rúbrica. 


239 


Carta  original  del  emperador  Carlos  F.  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  ii  de  agosto  de  1542. 

Agradécele  la  diligencia  que  ha  puesto  en  apercibir  su  gente. 

BiUioieca  Nacionah—Sala  de  MSS.--G  A%,  foL  66. 

EL  REY. 

Condestable  primo:  Vi  vuestra  letra  de  5  del  presente, 
y  lo  que  en  ella  decís  y  diligencia  que  habéis  hecho  en  ha- 
cer apercebir  la  gente  de  vuestra  casa  y  tierra.  Os  agradez- 
co mucho,  que  bien  cierto  soy  que  para  me  servir  habéis  de 
ser  de  los  delanteros,  como  siempre  vos  y  vuestros  pasados 
lo  habéis  hecho,  y  así  hay  en  mí  la  voluntad  que  es  razón 
para  haceros  la  merced  y  favor  que  merecéis. — De  iMonzon 
i  I  de  agosto,  1542. — Yo  el  rey. — Con  rúbrica. — Por  man- 
dado de  S.  M. — Juan  Vázquez. — Con  rúbrica. 

Sobre. — Por  el  rey. — Al  condestable  de  Castilla  su  primo. 


Carta  autógrafa  de  Francisco  de  Eraso  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  Í5  de  agosto  de  1542. 

Noticia  de  que  los  franceses  quieren  acometer  á  Fuenterrabía  y 
San  Sebastian. — Indisposición  del  comendador  mayor. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—  GAS,  fol  177. 

íluslrísimo  señor :  Por  la  carta  que  S.  M.  escribe  á  V.  S. 
entenderá  lo  que  se  ofrece  y  á  lo  que  va  este  correo;  y 
aunque  dello  no  se  puede  dejar  de  seguir  muy  gran  trabajo 


240 

y  gaslo,  las  cosas  eslán  de  manera  que  creo  3'o,  según  el 
afición  que  V.  S.  tiene  á  S.  M.,  que  holgará  mucho  deser- 
virle en  eslo  como  en  todo  lo  ha  hecho  y  hace ;  y  cierto  pa- 
ra proveerlo  y  remediarlo  todo  como  con  venia,  ha  sido  la 
provisión  tan  acertada  cual  [)luguiese  á  Dios  lo  fuesen  todas. 

Las  nuevas  que  tenemos  de  Perpiñan  son  que  el  ejér- 
cito se  da  gran  prisa  á  juntar,  y  que  empiezan  á  deresar 
los  caminos  y  venir  gente  de  pié  y  de  caballo.  Y  en  Bayona 
también  hay  grandes  proveimientos  de  artillería  y  muni- 
ciones, y  se  tiene  aviso  que  han  pasado  alemanes  la  Garo- 
na,  por  donde  se  juzga  que  quieren  intentar  la  de  San  Se- 
baslian  y  Fuenlerrabía.  Para  proveer  bien  todo,  se  hace  lo 
posible:  Dios  lo  tenga  de  su  mano. 

El  comendador  mayor  ha  tenido  dos  tercianas;  esta  pos- 
trera ha  sido  menor  que  la  primera. 

Si  no  escribo  á  V.  S.  yo  le  suplico  me  perdone,  que  en 
verdad  que  no  hay  quien  pueda  valer  con  lo  mucho  que  se 
escribe.  Cuya  iluslrLsima  persona  y  Estado,  Nuestro  Señor 
guarde  y  acrescicnte  como  desea, — De  Monzón  15  de  agos- 
to, 1542. — De  V.  S.  muy  cierto  servidor  que  sus  pies  y 
manos  besa.— Francisco  de  Eraso. 

Sobre. — Al  ilustrísimo  señor  mi  señor  el  condestable  de 
Casulla,  ele. 


241 


Carta  autórjrafa  dirigida  al  condestable  de  Castilla,  desde 
Monzón  á  16  de  agosto  (1). 

El  emperador  ha  resuelto  nombrar  al  condestable  de  Castilla  capi- 
tán general  de  Jas  fronteras  de  Guipúzcoa  y  Navarra. — Amplias 
facultades  que  se  le  conceden. — Falta  de  mantenimientos  en  San 
Sebastian  y  Fuenterrabía. — Aproximación  de  las  tropas  france- 
sas á  Perpinan  y  Navarra. 

Biblioteca  Nacional-- Sala  de  MSS.—G  48,  fol.  202. 

Muy  ilustre  señor:  Ya  dije  al  alcaide  de  Villorado  que 
en  llegando  aquí,  avisase  á  V^  S.  que  creia  que  le  había  de 
caber  el  trabajo  de  capitán  general  de  las  fronteras  de  Gui- 
púzcoa y  Navarra.  Ahora  habrá  sabido  en  el  que  están  ó 
esperan  que  estarán  presto  Fuenterrabía  ó  San  Sebastian  ,  á 
propósito  de  lo  cual  envía  S.  M.  á  V.  S.  muy  largos  pode- 
res, y  parecer  que  luego  parla  para  ponerse  en  Vitoria,  por- 
que allí  parece  que  está  á  propósito  de  todo;  y  si  á  V.  S.  le 
pareciere  que  está  mejor  en  otra  parte,  todo  se  le  remile. 
Ya.se  tiene  expiriencia  de  lo  que  V.  S.  suele  hacer  en  se- 
mejantes negocios,  y  si  tiene  ahora  menos  salud  que  ent()n- 
ees,  así  tiene  mas  autoridad  y  experiencia.  Yo  espero  en 
Dios  que  á  todos  sus  servidores  nos  ha  de  sacar  la  barba 
de  vergüenza.  Bien  sé  que  se  os  entrega  este  dolienle  muy 
al  cabo :  tanto  será  mayor  la  gloria  del  médico.  V.  S.  pida 
á  S.  M.  todo  lo  que  le  pareciere  necesario  para  la  defensa 
desos  reinos,  y  la  artillería  y  munición  que  fuere  menes- 


(1)  No  tiene  firma;  pero  la  letra  parece  ser  del  comendador  ma- 
yor de  Castilla,  don  Juan  de  Zúñiga  y  Avellaneda;  y  aun  cuando 
no  expresa  el  año,  no  puede  dudarse  (¡ue  es  de  1n42. 

Tomo  XLIli.  10 


242 

ter ,  y  gente ,  y  de  lo  que  pudiere  proveer  sin  esperar  lo  de 
aquí  ni  lo  de  Valladolid.  Hágalo :  que  en  semejantes  nego- 
cios no  hay  mañana.  San  Sebastian  dice  que  le  falta  man- 
tenimiento, y  que  no  sobra  á  Fuenterrabía.  En  el  armada 
de  mar  me  parece  que  se  debe  dar  prisa ;  porque  aquel  ha 
de  ser  el  mejor  socorro  y  mas  presto  para  cualquiera  de 
aquellas  dos  plazas  que  fuere  cercada.  Dicen  que  lo  ha  de 
ser  presto  Perpiñan,  aunque  á  13  deste  no  era  llegado  el 
Delfín  á  Narbona;  pero  espéranle  cada  hora,  y  comenzaban 
á  esplanar  los  caminos  para  entrar  en  Ruisellon.  De  arti- 
llería y  munición  está  bien  proveida;  pero  aun  no  está  den- 
tro la  gente  que  deseamos.  S.  M.  está  bueno  y  S.  A.  Yo 
ha  ocho  ú  nueve  dias  que  ando  trabado  de  mi  gota  en  en- 
trambos brazos.  Dios  se  sirva  de  todo  y  guarde  y  acreciente 
la  muy  ilustre  persona  y  estado  de  V.  S.  como  yo  deseo. — 
De  Monzón  á  17  de  agosto. — De  V.  S.  mayor  servidor  que 
sus  muy  ilustres  manos  besa. 

Sobre. '-'M  muy  ilustre  señor  mi  señor  el  condestable 
de  Castilla,  duque  de  Frias. 


mhts*Hj\^ 


Í43 


Carta  original  del  emperador  Carlos  V  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  17  de  agosto  de  1542. 

Dice  que  le  envía  el  título  de  capitán  general  del  reino  de  Navarra 
y  provincia  de  Guipúzcoa. — Prevenciones  para  el  socorro  de  las 
plazas  que  parece  intenta  sitiar  el  enemigo. — Orden  á  los  del 
Consejo  de  Hacienda  y  al  tesorero  Alonso  de  Baeza,  para  que  se 
le  facilite  dinero.— Se  le  autoriza  para  poner  dentro  de  San  Se- 
bastian una  persona  de  calidad  y  experimentada  en  la  guerra. — 
Lo  que  se  ha  mandado  á  Juan  de  Vega,  y  medidas  de  defensa 
que  éste  tiene  tomadas. 

Biblioteca  Nacional. — Sala  de  MSS.  —  G  48,  foL  67. 

EL  RF.Y. 

Condestable  primo:  Porque  según  las  nuevas  leñemos 
de  todas  partes  paresce  que  vienen  dos  ejércitos  contra  es- 
tos reinos,  el  uno  á  la  parte  de  Perpiñan,  y  el  otro  á  la 
de  Navarra  y  provincia  de  Guipúzcoa  ,  y  tenemos  aviso 
que  tenían  ya  tomado  el  paso  de  Beovia,  y  que  hacían 
[)oner  en  orden  muchos  bajeles  y  zabras  para  venir  por 
mar  y  por  tierra  á  cercar  á  San  Sebastian  ó  Fuenterra- 
l)ía.  Y  porque  para  la  resistencia  y  socorro  que  se  ha  de 
hacer  á  la  parle  de  Perpiñan,  tenemos  ya  proveído  de  ca- 
pitán general,  y  para  lo  de  Navarra  y  provincia  de  Gui- 
j)úzcoa  es  necesario  desde  luego  nombrar  persona  de  ca- 
lidad y  estado  y  aceta  á  Nos.  Y  porque  en  vos  concurren 
todas  estas  calidades,  habernos  acordado  de  servirnos  de  vos 
en  el  cargo  de  nuestro  capitán  general ,  para  el  socorro  que 
se  hobiere  de  hacer  al  dicho  reino  de  Na  vana  y  provincia 
de  Guipúzcoa.  Y  así  os  mandamos  enviar  el  título  de  ello 


244 

con  la  presente,  y  os  encargamos  que  luego  como  llegue 
esle  correo,  os  pongáis  en  orden,  apercebiendo  vuestra  casa 
y  deudos,  y  con  la  mayor  diligencia  que  pudiérdes  os  ven- 
gáis á  poner  en  Vitoria,  porque  allí  paresce  que  se  debe 
recoger  el  ejército  que  se  ba  de  juntar,  por  estar  mas  á  pro- 
pósito, así  para  lo  de  Navarra  como  para  la  provincia  de 
Guipú/x'oa ;  y  llegado  allí,  según  las  nuevas  tuviérdes  que 
bacen  los  enemigos,  así  proveeréis,  ordenaréis  y  baréis  lo 
que  os  parescerá  más  convenir  para  su  resistencia  y  ofen- 
sa: que  aquí  van  cartas  para  las  provincias  de  Guipúzcoa 
y  Álava  y  condado  de  Vizcaya,  corregidores  y  cabezas  prin- 
cipales de  ellas,  y  para  los  grandes  y  caballeros  cercanos  á 
la  frontera  de  Navarra,  que  os  acudan  y  bagan  lo  que  vos 
les  ordenáredes. 

Y  porque  si  los  enemigos  viniesen  á  cercar  á  las  di- 
cbas  villas  de  Fuenterrabía  ó  San  Sebastian,  el  principal  y 
mas  presto  socorro  que  se  les  podrá  bacer  ba  de  ser  por  la 
mar,  en  tal  caso  nos  ba  parescido  que,  pues  en  Vizcaya  y 
Guipúzcoa,  según  la  relación  tenemos,  bay  buen  recaudo 
de  navios,  se  tomen  para  el  diebo  socorro  los  que  serán  me- 
nester, y  que  con  gran  diligencia  proveáis  que  aquellos  se 
resten  y  pongan  en  orden  ,  y  que  lo  que  faltare  á  unos  se 
tome  prestado  de  otros,  de  manera  que  los  que  fueren  al 
dicbo  socorro  vayan  bien  artillados  y  proveídos,  en  los  cua- 
les, si  las  dichas  villas  tuvieren  falla  de  bastimentos  y  mu- 
niciones, proveáis  que  se  los  lleven  en  ellos,  por  manera 
que  el  dicbo  socorro  se  baga  como  conviene,  y  con  la  pres- 
teza que  será  menester,  y  que  para  ello  os  ayudéis  de  un 
navio  que  ba  becbo  la  religión ,  que  está  en  el  puerto  de 
San  Sebastian,  que  está  muy  bien  artillado;  y  caso  que  no 
esté  acabado  para  servir,  que  el  artillería  y  municiones 
que  en  él  bobiese,  se  tome  y  meta  en  San  Sebastian,  así 


245 

porque  los  enemigos  no  se  aprovechen  de  ella,  como  por  lo 
que  podrá  allí  servir.  Y  porque  30  envío  á  mandar  ,á  los 
del  Consejo  de  la  hacienda  y  al  tesorero  Alonso  de  Baeza  que 
para  estos  gastos  y  otros  que  se  ofresccrán,  os  envíen  un 
buen  golpe  de  dineros,  entretanto  por  mi  servicio,  po- 
niéndolos vos  de  vuestra  casa,  ó  buscándolos  prestados,  pro- 
veeréis lo  que  para  ello  será  menester,  porque  no  se  pier- 
da tiempo:  que  en  ello  nos  haréis  muy  acepto  placer  y  ser- 
vicio, y  sed  cierto  que  en  la  paga  dellos  no  habrá  talla. 
Aunque  á  Juan  de  Vega  escribimos  que,  sabido  que  los 
enemigos  van  sobre  las  dichas  villas,  envíe  á  meter  en  San 
Sebastian  hasta  trescientos  infantes  de  los  viejos,   y  que  si 
hay  allí  alguna  persona  experimentada  de  guerra  la  envíe 
con  ellos ,  porque  como  está  solo  el  capitán  Villaturiel  en 
aquella  villa,  y  es  enfermo  de  gota,  podría  estar  malo  al 
tiempo  de  la  necesidad ,  y  ya  veis  la  falta  que  baria  no  es- 
tar otra  persona  en  la  dicha  villa  que  entendiese  la  guerra, 
habemos  querido  avisaros  dello  ,  para  que  si  os  parescicre 
que  se  vaya  á  meter  en  la  dicha  villa  alguna  persona   de 
calidad,  así  como  el  conde  de  Ofiate  ó  otra  semejante  ,  lo 
proveáis,  que  yo  os  lo  remito,  porque  estela  dicha  villa  con 
el  buen  proveimiento  que  conviene. 

También  le  escrebimos  que  de  lo  que  tuviere  en  Pam-- 
piona ,  así  de  pólvora  como  de  otras  cosas  ,  socorra  con  lo 
que  pudiere  aquellas  villas,  entretanto  que  vos  llegáis.  Os 
informareis  de  lo  que  hobicse  proveído  el  dicho  Juan  de  Ve- 
ga, y  la  falta  que  las  dichas  villas  ternán,  así  de  gente  co- 
mo de  municiones  y  otras  cosas,  y  proveerioheis  como  os 
paresciere:  que  para  vituallar  las  dichas  villas,  se  han  en- 
viado á  don  Sancho  de  Leiva  cuatro  mili  ducados,  demás 
del  pan  de  respecto  que  en  ellas  teníamos. 

El  dicho  Juan  de  Vega  me  ha  scripto  que  tiene  aperce 


246 

Lido  el  reino  de  Navarra;  y  aunque  se  podría  juntar  mu- 
cha gen  le,  tiene  relación  que  se  podrian  sacar  seis  mil  in- 
fantes útiles  y  bien  armados,  de  los  cuales,  entrando  los 
enemigos  en  aquel  reino,  tiene  ordenado  de  echar  los  cua- 
tro mil  á  las  montañas  con  el  marqués  de  Cortes,  marichal 
de  aquel  reino,  á  quien  habernos  proveído  por  capitán  ge- 
neral deÜos,  y  que  los  otros  dos  mil  sirviesen  para  en  caso 
que  los  franceses  entrasen  por  la  Puente  la  Reina,  con  otro 
capitán  de  los  beamonlesesj  defendiesen  que  no  viniese  vi- 
tualla á  los  enemigos,  y  les  hiciesen  el  daño  que  pudiesen; 
el  cual  capitán  fuese  nombrado  por  el  condestable  de  Na- 
varra; porque  ya  que  el  marqués  marichal  ha  de  tener 
cargo  de  la  montaña,  querría  el  condestable  que  de  su 
parle  hobiese  otra  persona  que  tuviese  los  dichos  dos  mili 
infantes;  y  que  porque  esta  gente  servíese  en  esto  sin  cos- 
ta nuestra,  ha  hablado  con  algunos  caballeros  y  personas 
de  aquel  reino ,  que  tienten  y  procuren  con  los  pueblos  y 
sus  parcialidades,  que  los  que  quedaren  en  sus  casas  man- 
tengan á  los  que  salieren;  y  que  ya  el  señor  Desparza  tenia 
hecho  partido  con  los  de  su  parcialidad ,  que  darán  dos  du- 
cados por  un  mes  los  que  quedaren  á  los  que  fueren  á  ser- 
vir, y  que  así  lo  iria  tratando  con  los  otros;  y  que  pudién- 
dose acabar,  yo  viese  si  era  servido  que  la  gente  se  repar- 
tiese como  está  dicho;  y  que  si  á  otra  parte  fuesen  los  ene- 
migos, que  avisase  de  lo  que  harían  con  la  gente  que  de 
aquel  reino  pudiese  sacar.  Habérnosle  respondido  que  nos 
paresce  bien  la  orden  que' piensa  dar  para  que  esla  gente 
sirva  sin  costa  nuestra,  y  que  asi  lo  debe  procurar;  y  tam- 
bién lo  que  scribe  que  se  repartan  los  cuatro  mil  para  la 
sierra  con  el  marichal,  y  los  otros  dos  mili  con  la  persona 
que  el  condestable  de  Navarra  nombrare,  pues  él  con  sus  deu- 
dos se  ha  de  meter  en  Pamplona,  viniendo  enemigos  á  aquel 


247 

reino;  y  que  en  caso  que  no  vengan  á  él  y  que  vayan  so- 
bre las  dichas  villas  de  Fuenterrabía  ó  San  Sebastian,  que 
comunique  con  vos  lo  que  la  gente  del  dicho  reino  ha  de 
hacer,  que  yo  os  lo  remitía  para  que  según  el  estado  en 
que  se  hallaren  las  cosas ,  así  ordenéis  y  empleéis  la  dicha 
gente  en  lo  que  conviniere,  y  que  él  lo  procure  así,  y  os  avi- 
se siempre  de  lo  que  se  ofresciere. — De  Monzón  á  17  de 
agosto  de  1542. — Yo  el  rey. — Con  rúbrica. — Por  manda- 
do de  S.  M. — Juan  Vázquez. — Con  rúbrica. 

Sobre. — Por  el  rey. — Al  condestable  de  Castilla  su  primo. 


Minuta  de  carta  del  emperador  Carlos  V  al  corregidor  del 
condado  y  señorío  de  Vizcaya ,  fecha  en  Monzón  á  \7  de 
agosto  de  1542. 

Le  dice  que  ha  nombrado  capitán  general  al  condestable  de  Caáti- 
11a ,  encargándole  que  obedezca  en  todo  sus  órdenes. 

Biblioteca  Nacional.-^ Sala  de  MSS.-G  48,  foL  7á. 
EL  REY. 

Nuestro  corregidor  del  condado  y  señorío  de  Vizcaya: 
Por  la  carta  que  escribimos  al  dicho  condado,  entenderéis 
el  ejército  que  entra  por  la  parte  de  Fuenterrabía  y  San  Se- 
bastian, y  como  tenían  ocupado  el  paso  de  Beovia,  y  vie- 
nen con  fin  de  sitiar  aquellas  villas  por  mar  y  por  tierra.  Y 
porque  así  para  el  socorro  que  se  hobiere  de  hacer,  co- 
mo para  resistir  y  ofenderlos  enemigos,  conviene  juntarse 
ejército,  habernos  nombrado  por  nuestro  capitán  general  al 
condestable  de  Castilla,  y  le  mandamos  enviar  nuestro  poder 


248 

para  que  en  lodo  pueda  hacer  y  proveer  lo  que  conviniere, 
como  yo  mismo  lo  haria.  Y  porque  para  el  socorro  que  se 
hobiere  de  hacer  por  mar,  proveerá  que  se  junten  y  pongan 
en  orden  algunos  navios ,  yo  vos  encargo  y  mando,  escre- 
biéndoos  el  dicho  condestable  que  embarguéis  algunos  na- 
vios en  los  puertos  de  ese  condado ,  lo  pongáis  en  obra  con 
la  diligencia  y  cuidado  que  veis  que  conviene  y  de  vos  con- 
fiamos, y  le  deis  aviso  del  recaudo  que  halláredes  dellos; 
y  demcás  desto  hagáis  y  cumpláis  en  todas  las  otras  co- 
sas que  él  os  escrebiere,  así  sobre  la  provisión  de  basti- 
mentos como  sobre  la  gente  con  que  ha  de  acudir  ese  con- 
dado ,  lodo  lo  que  él  de  nuestra  parte  os  mandare  y  orde- 
nare, como  si  Nos  mismo  en  persona  os  lo  mandáremos: 
que  en  ello  seré  muy  servido. — De  Monzón  á  17  de  agosto 
de  1542  añoa.^ — Yo  el  rey. — Por  mandado  de  S.  M. — Juan 
Vázquez. 

Minuta  de  carta  del  emperador  Carlos  V  al  conde  de  Oíia- 
te,  fecha  en  Monzón  á  11  de  agosto  de  1542. 

Le  participa  que  ha  dado  al  condestable  de  Castilla  el  cargo  de 
capitán  general ,  mandándole  que  acuda  con  su  gente  á  donde 
éste  le  designe. 

Biblioteca  Nacional,-- Sala  de  MSS.-^G  48,  fol.  74. 

EL  REY. 

Conde  pariente:  Por  carias  de  don  Sancho  de  Leiva, 
nuestro  capitán  general  de  la  provincia  de  Guipúzcoa ,  soy 
avisado  como  en  breve  entrará  ejército  por  aquella  parte, 
y  armada  de  mar  á  cercará  Fuenterrabía  ó  San  Sebastian, 


249 

y  por  otra  via  lanibicn  se  entiende  que  ya  tenían  ocrirpaíírr 
el  paso  de  Beovia.  Y  porque  para  el  socorro  que  se  liubiese 
de  hacer,  y  ejército  que  se  ha  de  juntar  para  resistir  y 
ofender  los  enemigos ,  habernos  elegido  y  nombrado  por 
nuestro  capitán  general  al  condestable  de  Castilla ,  y  le  in- 
víamos  nuestro  poder  cumplido,  para  que  en  todo  haga  y 
provea  lo  que  convenga,  como  yo  mismo  la  podría  hacer, 
os  encargo  y  mando  que  ct>n  toda  la  diligencia  posible  aper- 
cibáis y  pongáis  en  orden  y  á  punto  de  guerra  los  deudo» 
y  parientes  de  vuestra  casa ,  y  gente  útil  de  vuestra  tierra, 
para  que  puedan  partir,  y  acudáis  con  ellos  cuando  el  di- 
cho condestable  os  lo  escribiere ,  y  á  la  parte  que  él  os  lo 
ordenare,  haciendo  en  todo  lo  que  él  os  dijere  ó  escribiere, 
como  si  yo  mismo  os  lo  mandase,  que  en  ello  seré  servi- 
do.— De  Monzón  á  17  de  agosto  de  1542. — Yo  el  rey. — 
Por  mandado  de  S.  M.— Juan  Vázquez. 

Minuta  de  carta  del  emperador  Carlos  Vá  don  Juan  Alfon- 
so de  Muxica  y  de'Buytron,  fecha  en  Monzón  á  i7  de 
agosto  de  1542, 

Le  avisa  que  ha  nombrado  capitán  general  al  condestable  de  Cas  • 
tilla,  advirtiéndole  que  tenga  apercibidos  sus  deudos  y  parien- 
tes para  ir  á  la  parle  que  éste  le  ordene. 

Bihlioieca  Nacional.— Sala  de  MSS.—G  48,  fot,  78. 
EL  REY. 

Don  Juan  Alfonso  de  Muxica  y  de  Buitrón,  cuyas  son 
las  casas  de  Muxica  y  Builron:  Después  de  haberos  escrito 
avisándoos  de  las  nuevas  que  teníamos  de  Francia,  encar- 
gándoos que  estuvíésedes  apercibidos  y  en  orden  con  los 


2üO 

deudos  y  parientes  de  vuestra  casa,  para  que  escribiéndoos 
don  Sancho  de  Leiva,  nuestro  capitán  general  de  la  provin- 
cia de  Guipúzcoa,  que  entraba  ejército  por  aquella  parte, 
acudiésedes  con  el  mayor  número  de  gente  que  pudiésedes 
á  socorrerle  y  ayudalle,  han  llegado  cartas  del  dicho  don 
Sancho,  por  las  cuales  nos  avisó  que  presto  entrarla  ejército 
por  aquella  parte  y  sitiarían  á  San  Sebastian  y  Fuenterra- 
bía,  por  mar  y  por  tierra;  y  aun  por  otra  via  sentiende  que 
el  paso  de  Beovia  le  hablan  ya  lomado,  y  según  esto  ya  de- 
ben destar  sobre  alguna  de  aquellas  villas.  Y  porque  así 
para  el  socorro  que  se  hubiere  de  hacer  y  ejército  que  se 
ha  de  juntar  para  resistir  y  ofender  los  enemigos,  habernos 
elegido  y  nombrado  por  nuestro  capitán  general  al  condes- 
table de  Castilla,  y  le  inviamos  nuestro  poder  cumplido  pa- 
ra que  en  todo  haga  y  provea  lo  que  convenga,  como  yo 
mismo  lo podria  hacer,  os  encargo  y  mando  que  con  toda 
diligencia  apercibáis  y  pongáis  en  orden  y  apunto  los  deu- 
dos y  parientes  de  vuestra  casa,  y  que  como  escrebimos 
que  acudiésedes  con  ella  al  dicho  don  Sancho ,  pues  cree- 
mos que  él  no  se  podrá  aprovechar  della ,  la  tengáis  puesta 
para  que  puedan  partir  cuando  el  dicho  condestable  os  lo 
escribiere,  y  á  la  parte  que  él  os  ordenare,  haciendo  ea 
todo  lo  que  os  dijere,  como  si  yo  mismo  os  lo  mandare,  que 
en  ello  seré  servido. — De  Monzón  á  17  de  agosto  1542. — 
Yo  el  rey. — Por  mandado  de  S.  M.  Juan  Vázquez  (1). 

(1)  AI  tenor  de  esta  cariarse  escribió  al  conde  de  Nieva,  al  de 
Salinas,  al  duque  de  Medinaceli,  al  marqués  de  Poza,  al  alcaide  or- 
dinario de  la  ciudad  de  Vitoria,  á  la  junta  de  procuradores ,  escu- 
deros, hombres  hijosdal.^o  del  condado  y  señorío  de  Vizcaya,  á  don 
Prudencio  de  Gamboa  y  Avendaño,  á  don  Alvaro  Hurtado  de  Men- 
doza, prestamero  mayor  de  Vizcaya,  á  don  Juan  de  Arteaga  y  al 
corregidor  de  la  provincia  de  Guipúzcoa. 


251 


Carta  autógrafa  de  Juan  Vázquez  de  Molina  al  condestable 
de  Castilla,  fecha  en  Monzón  á  17  de  agosto  de  i54á. 

Lo  que  ha  hecho  Juan  de  Vega  para  la  defensa  de  San  Sebastian. 
— Indisposición  del  comendador  mayor. 

Biblioteca  Nacional. --Sala  de  MSS.—G  48,  foh  212. 

Ilusirísimo  señor:  Lleva  este  correo  tanto  en  que  ocu- 
par á  V.  S.  que  no  es  justo  cansarle  con  larga  carta,  ni 
decir  en  los  negocios  mas  que  de  que  Juan  de  Vega  lo  ha 
fecho  hien,  que  envió  al  capitán  Urdea  con  su  compañía 
á  meterse  en  San  Sehastian,  y  dos  mil  hanegas  de  trigo  y 
alguna  pólvora,  con  que  se  remediara  parte  de  la  falta  que 
de  todas  estas  casas  tenia.  Placerá  á  Dios  que  hahrá  llegado 
á  tiempo.  También  escribió  á  S.  M.  que  el  don  Juan  Bea- 
laontc  se  queria  ir  á  meter  en  aquella  villa  con  algunos  de 
los  suyos.  Dígolo  para  que  V.  S.  sea  avisado  dello,  para 
lo  que  hobiere  de  proveer,  en  lo  que  S.  M.  le  escribe.  Eslá 
con  salud,  á  Dios  gracias,  y  así  el  príncipe. 

Al  comendador  mayor  habemos  tenido  con  tercianas. 
Hale  fallado  ya,  á  Dios  gracias,  y  queda  en  buena  disposi- 
ción, y  por  esta  causa  no  escribe;  besa  las  manos  á  V.  S. 

En  lo  de  la  confirmación  de  aquellas  legitimaciones,  he 
hablado  para  el  efecto  que  V.  S.  escribe;  y  paresce  á  estos 
señores  que  siendo  hijos  de  V.  S.  que  no  lo  han  menester, 
y  (fue  es  desabtoridad  pedirse.  Vea  V.  S.  si  todavía  man- 
da que  se  porfío.  La  otra  de  nuevo  se  despachará.  Guarde 
y  acrescienle  Nuestro  Señor  la  iluslrísima  persona  y  estado 
üe  V.  S.  como  desea. — De  Monzón  i 7  de  agosto  (1). 

(Ij  Eli  el  lespalJü  dice  lo42. 


252 

De  Pamplona  ha  dos  dias  que  no  leñamos  nuevas,  que 
es  señal  que  no  habrán  aun  entrado  los  franceses  por  aque- 
lla parte,  como  quiera  que  por  todas  se  acercan.  A  mi  se- 
ñora la  duquesa  beso  las  manos.  Beso  las  manos  á  V.  S. — 
Juan  Vázquez  de  Molina. — Con  rúbrica. 

Sobre, — Al  üustrísimo  señor  mi  señor  el  condestable  de 
Castilla,  duque  de  Frias,  capitán  general  de  S.  M.,  etc. 


Carta  original  de  Juan  de  Aza  al     ccndestahle  de  Castilla, 
fecha  en  Vitoria  á  21  de  agosto  efe  1542. 


Elogia  el  acierto  del  emperadora!  nombrarle  capitán  general. — Da 
cuenta  de  la  escasez  de  provisionss.— Dice  qiic  la  gente  de  Vito- 
ria y  su  provincia  e&tá  apercibida  para  ir  al  punto-  que  se  le 
mande. — Envía  una  carta  escrita  en  Irua  que  contiene-  avisos  de: 
Francia. 


Biblioteca  Nacional—Sara  de  MSS.—í?  48,  fol  224. 

líustrísimo  señor:  Anoche  domingo  á  la  media  noche 
recibí  la  carta  de  S.  M.  y  la  de  vuestra  señoría  con  Luis 
de  Mendoza,  el  cual  á  la  hora  por  la  posta  pasí3  para  Fonter- 
rabia.  Y  en  lo  de  la  elección  que  S.  M.  ha  hecho  en  vues- 
tra señoría,  ha  seido  santa  y  buena,  y  muy  conveniente 
á  su  servicio  y  al  bien  destos  reinos ,  y  partícula rrrH3nte 
esta  ciudad  está  muy  alegre  dello,  porque  le  somos  todos 
verdaderos  servidores.  Y  en  lo  que  V.  S.  envía  á  man- 
dar acerca  de  los  bastimentos  para  la  gente  que  por  esta 
ciudad  y  comarcas  pasará,  se  hará  lodo  lo  posible.  De 
descosas  hay  grand  falta,  que  son  vino  y  harina,  porque 
no  oslante  que  hay  harto  trigo,  fáltannos  moliendas;  que 


253 

han  (le  ir  á  moler  al  condado  de  Trivino  por  la  grande  seca. 
Procuraré  con  las  fuerzas  posibles  que  los  desla  ciudad  y 
su  juridicion  hagan  moler  todo  el  trigo  que  ser  pueda ;  y 
serii  bien,  si  V.  S.  fuere  servido,  que  escriba  áesla  ciudad 
encargándoselo,  porque  todos  entiendan  en  ello  con  la  vo- 
luntad y  deligencia  que  es  razón,  dirigiendo  la  carta  á  la 
justicia  y  regimiento.  Y  en  lo  del  vino  se  procurará  por 
todas  vias  la  provisión  que  dello  sea  posible  hacerse;  ce- 
bada habrá  provisión,  y  de  carnes  razonable.  En  fin  esté 
V.  S.  muy  cierto  que  en  todo  procuraré  de  hacer  lo  que 
S.  M.  y  V.  S.  me  envían  á  mandar. 

Como  V.  S.  habrá  sabido,  esta  cibdad  y  su  provincia 
está  toda  apercebida,  y  hecho  alarde  y  reseña  de  la  gente 
della;  y  por  de  presente  están  nombrados  cuatrocientos  in- 
fantes, los  cuales  por  toda  esta  semana  oslarán  en  orden  y 
aderezados  á  punto  de  guerra.  S.  M.  por  oira  su  cédula  en- 
vió á  mandar  estuviesen  prestos  para  ir  á  Navarra  en  en- 
viándolos  á  llamar  el  visorey  de  aquel  reino,  é  así  le  te- 
nemos escrito  irán  en  mandándolos  ir,  y  les  está  señalado 
su  alojamiento.  V.  S,  proveerá  y  mandará  en  todo  loque 
más  al  servicio  de  S.  M.  convenga. 

Anoche  domingo  rescibió  un  hermano  mió  una  caria 
de  Irun  escrita  el  sábado,  de  un  Jacobe  de  Asiigar,  perso- 
na que  tiene  mucha  inleligencia  de  las  cosas  de  Francia, 
cuyo  treslado  envío  á  V.  S.  Bien  creo  que  V.  S.  terna  nue- 
vas mas  frescas,  pero  por  hacer  lo  que  soy  obligado,  envío 
esta  carta,  por  ser  el  que  la  escribe  persona  cierta ,  y  que 
tiene,  como  digo,  mucha  noticia  de  las  cosas  de  Francia. 
Y  de  todo  lo  que  mas  se  ofresciere  á  la  contina  avisaré  á 
V.  S.,  cuya  ilustiísima  vida  y  estado  Nuestro  Señor  prospe- 
re y  aumente  C')n  el  acrescentamienlo  que  V.  S.  desea  y 
meresce.  — En  Yi'oria  á  21  do  agosto.— Ilustrísimo  señor. 


254 

—Besa  las  manos  de  V.  S.  I.  su  servidor. — Juan  dé  Aza. 
— Con  rúbrica» 

Sobre. — Al  Ilustrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla, 
duque  de  Frias,  y  capitán  general  de  S.  M.,  etc. 

Carta  antógrafa  do  Juan  de  Álava  al  condestable  de  Cas- 
tilla, escrita  en  Vitoria  (\). 

Dice  que  los  franceses  aun  no  han  pasado  la  frontera. — Gente  que 
hay  en  Irun  y  Fuenterrahía. — Disposiciones  del  virey  de  Na- 
varra.— Número  de  soldados  que  pueden  sacarse  de  la  provin- 
cia de  Vitoria. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS,— GAS,  fol  %L 

Ilustrísimo  señor:  Con  Luis  de  Mendoza  recibí  la  carta 
de  V.  S.  lima,  con  otra  de  S.  M.;  y  los  negocios  de  Fuen- 
lerrabía  y  Sant  Sebastian  no  estnn  en  el  rigor  que  por  la 
carta  S.  M.  sinifica.  Verdad  es  que  don  Felipe  de  Lazca- 
110  ha  escrito  cartas  certificando  lo  que  teme;  pero  fasta  el 
sábado  pasado  no  habían  tentado  de  pasar  franceses,  é  aun 
júzgase  que,  pues  tentaron  cometer,  que  no  ternán  intención 
de  proseguir  aquella  via,  que  fuera  dar  causa,  como  la  han 
dado,  á  repararse. 

Por  la  respuesta  que  Luis  de  Mendoza  traerá,  sabrá  V.  S. 
lo  cierto  dello ,  el  cual  llegó  aquí  á  las  once  de  media  noche 
y  reposó  una  hora;  será  hoy  lunes  en  Sant  Sebastian,  á  do 
está  el  corregidor  encerrado  con  mili  é  quinientos  hombres. 
Don  Felipe  tiene  tres  mili  al  paso  de  Irun.  Don  Sancho  tiene 

(i)  No  tiene  fecha;  pero  si  se  confronta  su  contexto  con  el  de  la 
caria  anterior,  se  verá  claro  que  ambas  se  escribieron  en  un  mismo 
día,  esto  es,  el  lunes  21  de  agosto  de  <542. 


235 

en  Fuenterrabia  bastante  recaudo.  Los  unos  y  los  otros 
padecen  necesidad  de  vinos.  Tienen  pan  y  carne.  Será  de 
vuelta  con  V.  S.  el  miércoles. 

En  lo  demás  S.  M.  nos  mandó  obedeciésemos  al  viso- 
rey  de  Navarra,  el  cual  nos  pidió  gente  para  la  guarda  de 
Pamplona,  y  sobre  altercado  le  ofrecimos  cuatrocientos 
hombres  que  serán  prestos  en  fin  de  este  mes,  como  quiera 
que  pretendamos  y  convenga  mas  al  servicio  de  S.  M.  de- 
fender esta  frontera,  que  los  enemigos  puestos  en  Navar- 
ra no  se  provean  de  bastimentos,  pues  que  no  tienen  otra 
parte  de  donde  se  proveer  sino  de  esta  llana;  pero  al  fin 
concediéronse  los  cuatrocientos  hombres.  El  visorey  me 
mandó  fuese  á  Pamplona,  á  le  ver  y  comunicar  ciertas  co- 
sas, porque  tiene  por  cierto  que  el  acometer  á  Fuenterra- 
bia fué  principalmente  por  desapercebir  á  Pamplona.  E  yo 
estaba  para  me  partir  hoy,  y  con  haber  visto  la  carta  de 
V.  S.  me  detengo. 

Manda  V.  S.  le  haga  saber  qué  gente  podrá  sacarse  de 
esta  provincia :  digo  que  si  estos  cuatrocientos  hombres  sa- 
len, podrá  salir  poca  mas,  porque  todos  arrostrarán  muy 
á  su  desplacer  á  Fuenterrabia ;  que  fueron  la  otra  jornada 
maltratados,  é  hoy  no  se  acaban  de  soldar  los  daños  de  en- 
tonces; y  también  si  los  enemigos  tocasen  en  Navarra,  es- 
ta tierra  es  destruida  si  no  tiene  resistencia,  y  no  será  solo 
este  daño,  mas  aun,  como  he  dicho,  los  enemigos  se  pue- 
den sustentar  de  los  bastimentos  della. 

En  lo  del  bastimento  para  Fuenterrabia,  ogaño  ha  ha- 
bido á  Dios  gracias  buen  agosto  en  esta  llana ,  é  habrán 
pan  y  cebada,  aunque  allá  dicen  no  tienen  falla.  Por  ver  si 
habrá  algo  que  proveer  en  servicio  de  V.  S.,  dejo  la  ida  de 
Pamplona.  Plegué  á  Dios  no  me  lo  noten ,  y  para  mi  des- 
cargo le  echo  un  mensajero  con  la  nueva  y  con  la  causa 


2o6 

de  mi  quedada.  Prospere  Nuestro  Señor  la  iluslrísima  per- 
sona y  estado  de  V.  S.  como  desea. — De  Vitoria,  hoy  lu- 
nes á  las  nueve  horas. — Illmo.  señor. — Besa  las  manos  de 
V.  S. — Juan  de  Álava. — Este  mensajero  envío  para  dar 
cuenta  á  V.  S.  de  lo  que  aquí  pasa. — V.  S.  mande  lo  que 
sea  servido. 

Sobre. — Al  Illmo.  señor  condestable  de  Castilla,  duque 
de  Fiias,  oa{>ilao  general  de  S.  M. 


Carta  autógrafa  de  Juan  de  Álava  al  condestable 
de  Casulla  (i). 

Gente  qiic  hay  dispuesta  para  marchar  de  Vitoria  y  su  provincia  á 
San  Sebastian ,  aun  cuando  irla  con  mas  gusto  á  Pamplona. 

^mioteca  Nacional.-- Sala  de  MSS.—  G  48,  fol.  265. 

Ilustrísimo  señor:  Después  desta  escrita,  me  dijo  Luis 
de  Mendoza  que  creia  que  <?iVlre  hisj  otras  cosas  que  V.  S. 
ha  de  proveer  para  Sanl  Sebastian ,  ha  de  ser  de  Irescien- 
los  soldados  viejos;  é  por  si  el  visoi'ey  se  agraviare  de  los 
ikjar,  Y.  S.  los  puede  mandar  proveer  desta  provincia;  que 
dentro  de  diez  dias  que  V.  S.  lo  mande,  podrán  partir  los 
cuatroeixintos  apercebidos,  y  estos  irán  con  a'gun  mas  sa- 
bor á  Pamplona,  y  muy  por  los  cabellos  á  San  Sebastian. 
Yo  hablé  mas  largo  sobre  esto  con  Ljliís  de  Mendoza,  que 
referirá  á  V.  S.  Mande  lo  que  será  más  su  servicio.  —  Es 
siervo  de  V.  S. — Juan  de  Alaba. 

So6re. —AI  ilustrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla, 
capitán  general  de  S.  M. 

(i)  Parece  que  debió  enviai"se  juiUntnenle  con  b  anterior. 


257 


Cai'ta  original  del  capitán  Francisco  Hurtado  al  condesta- 
ble de  Castilla,  fecha  en  Miranda  (i). 

(Sin  fecha.) 

Diligencias  que  ha  hecho  para  juntar  de  orden  del  emperador  cua- 
trocientos hombres. — Conducta  que  observa  con  los^que  tiene  ya 
reunidos. — Necesidad  de  recursos  para  su  mantenimiento. 

Biblioteca  NacionaL-^Sala  de  MSS.—  GiS,  fol.  236. 

Ilustríslmo  señor:  Gomo  V.  S.  sabe,  S.  M.  me  ha  en- 
viado á  mandar  haga  cuatrocientos  soldados,  y  que  con 
ellos  vaya  á  Navarra  y  haga  lo  que  el  señor  Juan  de  Vega 
visorey  me  ordenare.  Yo  he  puesto  la  diligencia  que  me 
ha  sido  posible  en  estas  partes  por  hacer  la  gente  de  mi 
conduta,  y  con  los  muchos  capitanes  que  primero  aquí  han 
estado  haciéndola,  y  con  que  los  pueblos  están  apercebidos 
con  la  suya,  y  el  sueldo  de  S.  M.  mas  corto  que  los  otros, 
yo  no  hallo  hombres.  En  Burgos  dejé  oficiales  á  procurar- 
los ;  tengo  aviso  dellos  que  hay  scriptos  hasta  ochenta  sol- 
dados, y  porque  no  se  me  desbaraten,  voy  con  diligencia 
á  traerlos  lo  mejor  que  pudiere  sin  dineros;  en  veniendo 
iré  á  besar  las  manos  á  V.  S.  como  con  Diego  Hurtado 
me  le  envía  á  mandar. 

Los  soldados  que  se  han  hecho  tengo  aposentados  en  es- 
tas aldeas  comarcanas,  y  he  tratado  con  los  vecinos  dellas 
que  les  den  de  comer  por  cuenta  y  razón,  para  que  los  pa- 
guen cuando  S.  M.  les  pagare.  Como  yo  rae  voy,  temóme 


{\)  No  tiene  fecha,    y   en  el  respaldo  se  indica  solo  haberse 
escrito  en  1542. 

Tomo  XLÍII.  \1 


258 

que  los  lugares  se  alteren  á  no  querer  hacerlo.  Suplico  á 
V.  S.  me  haga  merced  de  me  enviar  su  provisión  ó  caria 
de  encomienda,  para  que  á  los  que  tengo  y  mas  venieren 
les  den  entretenimientos  diciéndoles  que  serán  pagados:  que 
así  lo  ha  hecho  Burgos  é  su  tierra  con  los  capitanes  que 
allí  se  han  hecho,  y  como  en  esta  tierra  no  están  usados, 
háceseles  de  malo. 

Escríbeme  el  señor  visorey  de  Navarra  que  me  invía 
la  paga  y  munición  de  picas  é  arcabuces ;  creo  llegará  de 
aquí  á  cuatro  dias,  por  esto  me  conviene  ir  á  sacar  los  sol- 
dados que  tengo  en  Burgos;  y  no  será  de  poco  trabajo  el 
traerlos,  porque  ninguno  tiene  un  maravedí  de  que  pagar 
lo  que  comiere  en  el  camino ,  ni  yo  tengo  orden  para  que 
se  les  dé.  V.  S.  mande  proveer  como  yo  pueda  traer  los 
que  tengo  allá,  y  como  estarán  los  que  quedan  acá;  porque 
no  se  me  desbaraten,  como  yo  pueda  juntarlos ,  hasta  que 
sean  pagados ;  y  para  esto  dejo  un  hombre  que  vaya  tras 
raí  con  lo  que  V.  S.  me  ordenare  que  he  de  hacer.  Guarde 
Nuestro  Señor  la  ilustrísima  persona  de  V,  S.  y  su  gran 
estado  acreciente. — En  Miranda  hoy  lunes. — Las  ilustrísi- 
mas  manos  de  V.  S.  besa. — Francisco  Hurtado. 

Sobre. — Al  Illmo.  señor  el  condestable  de  Castilla,  du- 
que de  Frias,  capitán  general  de  la  frontera  de  Navarra  y 
Fuentcrrabía,  mi  señor. 


259 


''La  villa  de  Lequeitio ,  sobro  no  sacar  gente  de 
aquella  tierra  (i)." 

Biblioteca  Nacional, — Sala  de  MSS. — G  48,  foL  \Q^. 

Señor:  Pues  V.  m.  lia  visto  la  disposición  desta  villa  de 
Lequetio,  y  de  como  está  en  la  costa  de  la  mar  y  muy  con- 
junta á  Francia,  no  hay  que  le  encarescer  á  V.  m.  mas  de 
cuanto  le  suplicamos  que  al  señor  corregidor  cuando  se 
viere  con  él,  y  al  señor  condestable  de  Castilla,  comoá  ca- 
pitán general  de  S.  M.  les  mande  hacer  relación  verdade- 
ra de  como  esta  villa  corre  mas  peligro  que  ninguna  de 
las  otras  villas  de  Vizcaya,  por  estar,  como  está,  mas  fron- 
teriza que  ninguna  otra  villa,  y  tener  como  tiene  dos  en- 
tradas hbres  por  mar ,  por  do  los  enemigos  se  pueden  en- 
trar y  salir,  é  hacer  todo  mal  recado  en  la  villa,  por- 
que es  grande  lugar  de  casas  é  arrabales ,  é  en  ella  para 
la  resistencia  no  hay  piezas  de  artillería  nin  munición,  nin 
hay  gente  que  pueda  resistir,  porque  todos  los  vecinos  della 
son  sobre  mar  en  la  pesca  de  Irlanda ,  é  no  podrían  venir 
hasta  todos  Santos,  é  los  navios  que  son  allá  corren  tam- 
bién mucho  riesgo  en  su  venida ,  porque  los  franceses,  co- 
mo tienen  noticia  dellos,  poderla  ser  que  los  coscasen  (sic); 
é  cuatrocientos  hombres  y  mas  que  desta  villa  fueron  á  la 
dicha  pesca,  corren  muy  grande  riesgo  en  su  venida,  y  en 
esla  villa  al  presente  no  se  hallan  cien  hombres. 

De  manera  que  mandar  que  desta  villa  ai  presente  sa- 
liese gente  ninguna  para  fuera  parte,  seria  dar  ocasión  pa- 

(1)  Asi  se  lee  en  el  respaldo,  donde  soIj  se  indica  el  año  1342, 
sin  expresarse  la  persona  á  quien  va  dirigida  esta  carta. 


260 

ra  que  los  enemigos  sin  resistencia  ninguna  la  pudiesen  lo- 
mar ,  ánles  por  el  bien  de  lodo  el  condado,  y  especialmenle 
para  la  guarda  de  la  dicha  villa  y  de  loda  la  costa  de  la 
mar,  seria  necesario  que  á  la  dicha  villa,  hasta  que  vuelvan 
los  que  son  en  Irlanda,  se  le  diese  socorro  ,  á  lo  menos  por 
los  pueblos  comarcanos ;  y  desto  como  de  cosa  que  pasa  en 
realidad  déla  verdad  y  de  lo  demás  que  V.  m.  mandare  á 
Su  Escelentísima  Señoría  é  al  dicho  corregidor,  mandará  ha- 
cer relación ;  y  en  ello  hará  servicio  á  Dios  é  á  S,  M.  é  á 
nosotros,  é  á  toda  esta  villa  nos  echará  en  perpetua  obli- 
gación. 


AVISOS  DE  FRANCIA. 

Copia  de  otro  tanto  que  don  Sandio  envió  con  correo  propio 
áS.  M.,  á  Monzón. 

Nuevas  del  martes  á  la  noche,  22  de  agosto. 

BiMoteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—G  48,  fol.  462. 

Los  italianos  son  cuatro  mili,  según  este  dice,  y  están 
en  Oleren;  llénelos  musiur  Morisan. 

Don  Enrique  de  Labrit  se  espera  en  Oleren,  y  trae 
ocho  mili  alemanes  y  diez  mili  suizos.  Son  llegados  en  Ba- 
yona seiscientos  caballos  de  artillería. 

De  Ingalalerra  ha  llegado  un  navio  á  esta  provincia; 
partió  á  quince  del  presente.  De  allá  dice  que  estaban  en 
un  puerto  apartado ,  donde  no  podían  saber  muchas  nue- 
vas, pero  que  de  un  clérigo  que  de  allí  llegó  supieron  que 
se  hacia  mucha  gente  en  Ingalaterra  y  gruesa  armada ,  y 
que  decían  que  era  para  conlra  franceses,  y  que  por  allá  ha- 


I 


261 

bia  navios  armados  franceses,  y  á  cuantos  tomaban  ingle 
ses  los  echaban  vivos  en  la  mar. 


Testimonio  del  escribano  Diego  de  Olivarri,  en  que  certifica 
haber  entregado  don  Miguel  de  Velasco  un  despacho  del 
emperador  Carlos  V  al  licenciado  Becerra,  juez  de  resi- 
dencia del  señorío  de  Vizcaya. 

(22  de  ugosto  de  1542). 

BiMioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—G  4S,  fot.  19i. 

Yo  Diego  de  Olivarri,  escribano  de  SS.  MM.,  é  de  la 
junta  é  regimiento  deste  muy  noble  señorío  de  Vizcaya, 
bago  fé  é  testimonio  de  verdad  á  los  señores  que  la  presen- 
te verán,  como  en  la  villa  de  Bilbao,  íioy  dia  martes  que  se 
cuentan  veinte  é  dos  de  agosto  de  quinientos  é  cuarenta  é 
dos,  á  las  nueve  horas  poco  mas  ó  menos  antes  de  medio 
dia,  el  señor  don  Miguel  de  Velasco  se  llegó  en  la  posada 
del  señor  licenciado  Becerra,  juez  de  residencia  en  el  dicho 
señorío,  y  dio  y  entregó  al  dicho  señor  juez  un  despacho 
de  cartas  de  S.  M.  y  del  señor  condestable  de  Castilla,  ca- 
pitán general  de  S.  M. ,  é  así  entregado  el  dicho  despacho, 
é  comunicado  con  el  dicho  señor  juez  lo  que  al  servicio  de 
S.  M.  convenia  bacer ,  el  dicho  señor  don  Miguel  se  partió 
á  las  villas  é  lugares  de  la  costa  de  la  mar  del  dicho  seño- 
río, para  lo  que  por  el  dicho  señor  condestable  dijo  que  le 
era  encargado,  é  por  ende  fice  aqueste  mió  signo  (1)  en 
testimonio  de  verdad. — Diego  de  Olivarri. — Con  rúbrica, 

(1)  Hay  un  signo. 


262 


Carta  autógrafa  de  Martin  Ruiz  de  Zuloaga  al  condestable 
de  Castillay  fecha  en  Irun  á  22  de  agosto  de  1542. 

Satisfacción  que  ha  causado  la  noticia  de  la  ida  del  condestable  á 
las  provincias. — Pídele  una  cédula  en  que  se  le  autorice  para 
negociar  con  españoles  y  franceses. — Dificultades  de  reunir  la 
gente  que  se  le  ha  ordenado. — Don  Sancho  de  Leiva. — Noticias 
del  ejército  enemigo. — Próxima  llegada  del  príncipe  de  Labrit  á 
Bayona. — Esperanza  de  sobornar  con  dinero  algunos  franceses. 
— El  arzobispo  de  Burdeos. 

Biblioteca  Nacional,— Sala  de  MSS.--  G  48,  fol.  é74. 

Illmo.  y  muy  escelente  señor:  Las  cartas  de  V.  Illma. 
recibí  por  mano  de  Pedro  de  Igueldo  la  una,  y  las  otras 
con  un  correo  que  Luis  de  Mendoza  me  envió  esta  mañana. 
Yo  quedo  con  la  mayor  gloria  que  en  esle  mundo  pudiera 
haber  en  que  V.  S.  se  nos  venga  á  redemir :  que  á  la  hora 
que  lo  supe  fui  al  señor  de  Lazcano  y  le  dije  lo  que  digo,  y  él 
y  todos  estos  capitanes  desta  provincia  han  holgado  tanto 
que  no  sabria  dicir,  que  de  todo  punto  nos  hemos  puesto  co- 
mo leones.  A  Dios  sean  dadas  muchas  gracias,  porque  veo 
el  dia  que  ha  mucho  que  desee. 

Algunas  cosas  bebiera  escrito  á  V.  S.  mas  de  las  que 
escribí ,  pero  no  he  tenido  libertad  así  para  escribir  lo  que 
sentía,  como  para  entender  con  quien  querría.  Y  ante  todas 
cosas  á  V.  Illma.  S.  humildemente  suplico  me  haga  merced 
de  mandarme  enviar  una  su  cédula,  para  que  nadie  me  im- 
pida entender  con  personas  que  tuviere  necesidad  de  nego- 
ciar mis  negocios  en  servicio  de  V.  S.,  así  con  españoles 
como  franceses  y  navarros,  y  que  por  ello  no  me  desfavo- 
rezcan ,  y  con  esto  trabajaré  de  saber  todo  lo  posible . 


265 

Las  personas  que  V.  S.  manda  se  busquen,  espero  en 
Dios  que  se  hallarán,  aunque  podni  ser  que  tantos  no  se 
hallen,  porque  algunos  hay  que  se  me  han  ofrecido  de  lo 
hacer,  con  que  sean  muy  bien  gratificados,  mediante  su 
riesgo.  E  yo  en  mis  poquedades  en  uno  dellos  me  fiaría, 
aunque  todos  son  tiranos  y  no  ciertos;  y  si  V.  S,  es  servi- 
do que  procure  en  llevarlo  por  obra ,  yo  hablaré  con  los  que 
deseo  y  concertaré  é  igualaré,  y  lo  demás  V.  S.  proveerá. 
Don  Felipe  de  Lazcano  está  aquí  por  nuestro  coronel  de  dos 
mil  hombres  desta  provincia;  él  me  tiene  buena  voluntad  é 
yo  me  he  quejado  á  él,  y  dejo  lo  demás  para  cuando  V.  S. 
viniere  aquí. 

Don  Sancho  salarió  á  dos  personas  de  mi  mano ,  y  no' 
sé  porqué  por  mano  de  otro  los  cumple  y  sabe  lo  que  traen: 
pienso  que  será  porque  yo  no  sirva,  si  á  él  no,  y  lo  demás 
dejo  para  cuando  V.  S.  viniere. 

Estos  dos  ó  tres  dias  no  se  ha  sabido  cosa ,  que  no  se 
dice  nada.  Tenérnoslo  por  muy  cierto  que  camina  el  ejér- 
cito de  Francia  hasta  las  villas  de  Munde-Marsan  y  Perora- 
da, que  son  dos  villas  catorce  ó  quince  leguas  de  Bayona  y 
San  Juan  de  Pié  del  Puerto,  questán  en  triángulo;  y  como 
otras  veces  lo  han  hecho,  formarán  su  ejército  allá.  Y  en 
caminar  la  artillería  á  San  Juan  de  Pié  del  Puerto  ó  á  Ba- 
yona, se  descubrirán  á  donde  van:  si  á  San  Juan,  á  Navar- 
ra, que  es  camino  derecho,  y  si  á  Bayona,  para  aquá;  y  esle 
secreto  no  se  descubrirá  hasta  que  haga  el  campo  movi- 
miento. 

De  la  gente  que  se  junta  ya  á  V.  S.  tengo  enviado. 
Ea  ello  se  afirman  los  que  nos  avisan.  En  Bayona  no  hay 
novedad  mas  de  que  de  dia  en  dia  esperan  al  príncipe  de 
Labritd,  que  las  posadas  ya  están  señaladas  para  él,  y  mu- 
chos gentiles  hombres,  y  para  cíen  lanzas  gruesas.  De  con- 


2G4 

linuo  hacen  arina,  y  traen  vino  y  cecina  á  Bayona,  y  lo 
mesino  hacia  las  dos  villas  que  dicho  tengo. 

El  señor  de  Álzate  está  aquí  en  Urnia.  Ayer  se  junta- 
ron los  mil  hombres  de  Labort  en  Urnia,  una  legua  do 
aquí,  que  el  rey  los  tiene  en  paz  y  guerra  salariados,  y  todos 
los  gentiles  hombres  de  Labort,  y  hoy  están  en  San  Juan  de 
Luz,  juntos.  Yo  procuraré  que  alguno  diga  al  señor  de  Alza- 
te  que  le  querria  hablar  en  secreto,  y  si  acabase,  lo  que  pien- 
so será  diücultoso,  le  representaré  por  mí  sin  que  de  V.  S. 
se  le  hable,  por  la  voluntad  que  el  condestable  mi  señor,  que 
haya  gloria,  y  V.  S.  le  han  tenido  y  el  galardón  que  el  ma- 
richalje  dio,  y]que  mire  lo  que  le  cumple.  He  sentido  que 
tiene  buena  voluntad,  pero  que  no  osará  aun  oirlo.  El  tiene 
hacienda  en  Rentería  y  en  Vera,  que  es  en  Navarra,  de  don- 
de es  natural,  y  haciendo  merced  della  á  alguno,  él  vernía 
á  la  mano  porque  se  la  dejasen  por  algund  servicio.  Dígo- 
lo  á  V.  S.  lo  que  yo  siento  en  mi  pobre  juicio:  que  á  que- 
rerlo él  bien,  ternía  yo  intiligencia  con  él  cada  dia.  Final- 
mente trabajaré  por  todas  las  vias  que  pudiere  por  tener 
hombres  que  sirvan  á  V.  S.,  y  con  interese  no  hay  persona 
en  Francia  que  no  se  emplee.  Y  como  don  Sancho  tiene 
aquí  muchos  dineros  de  S.  M.,  para  estas  cosas  algo  procu- 
ra. Y  si  mejor  se  estendiese  mejor  sabría:  en  fin ,  todo  es- 
tá en  que  sean  contentados. 

Espero  en  Dios  que  V.  S.  terna  quienes  en  Francia  le 
sirvan  deste  cargo.  E  yo  ofresceré  á  los  que  se  encargaren 
que  serán  contentados,  y  para  ayuda  de  costas  se  les  dará 
algo ,  y  lo  demás  se  estará  en  mí.  Y  pues  su  ejército  está  ya 
bien  cerca  y  el  ivierno  viene,  V.  S.  proveerá  en  breve,  pues 
aquí  hay  dineros  del  rey,  para  reparos  y  lo  demás;  y  si 
para  bastimento  V.  S.  proveyere  algo,  humillmente  su- 
plico en  este  lugar  ni  frontera  yo  no  quede  en  olvido.  Tam- 


265 

bien  suplico  á  V.  S.  que  si  algunos  correos  vinieren,  les  man- 
de que  siempre  me  avisen,  porque  de  contino  escribiré  á 
V.  S.  lo  que  sentiere,  y  perdone  V.  S.  porque  soy  tan  lar- 
go. Procuraré  baber  mas  plumas  basta  el  complimienta  de 
las  ciento,  que  bien  bay  aquí  quienes  las  desean.  Muy  ilus- 
trísimo  señor.  Nuestro  Señor  guarde  la  lima,  persona  de 
V.  S.  con  mayores  Estados,  y  le  dé  mucba  salud  y  larga 
vida  y  viloria.  Deírun  á  22  de  agosto. — Illmo.  y  muy  ex- 
celente señor. — Pies  y  manos  de  Y.  S.  Illma.  bumildemen- 
le  beso. —  Martin  Ruiz  de  Zuloaga. 

El  arzobispo  de  Burdeos  dicen  questá  en  Rayana,  coíi 
musiur  de  Bueri  y  otros  capitanes. — Aquí  va  una  copia  del 
pregón  de  la  guerra  que  en  Francia  se  ba  pregonado. 

Sobre. — Al  Illmo.  y  muy  escelenle  señor  el  condestable 
de  Castilla,  duque,  conde  y  capitán  general  de  España,  etc.,. 
mi  señor. 


*  'Memoria  délas  naos  que  embargó  don  Miguel  en  Vizcaya." 

(22  de  agoslade  4542.) 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—  GiS,  foL  196. 

Yo  Martin  de  Aguirre,  escribano  público  de  SS.  MM., 
doy  verdadera  fée  y  testimonio  á  lodos  los  señores  que 
la  presente  vieren,  en  comod  los  veinte  é  dos  dias  del  mes 
de  agosto  de  mili  é  quinientos  é  cuarenta  é  dos  años,  Her- 
nando de  Gasta  (1),  teniente  de  merino,  por  virtud  de  la 

(1)  Gastaca  le  nombra  mas  adelante. 


266 

comisión  que  para  ello  tenia  del  muy  noble  señor  licenciado 
Becerra,  corregidor  é  juez  de  residencia  en  este  muy  noble  é 
muy  leal  condado  y  señorío  de  Vizcaya,  estando  presente 
el  señor  don  Miguel  de  Velasco,  diputado  para  los  embargos 
que  se  declararan,  en  el  canal  de  Bostin  Zaurreta,  que  es 
cerca  la  villa  de  Bilbao ,  embargó  las  naos  siguientes: 

Una  nao  de  quinientos  toneles  de  Juan  de  Zamudio, 
nuQva,  que  agora  se  hacia,  la  cual  dicha  nao  estaba  sin 
mastes  ni  aparejos  (I). 

En  el  mesmo  lugar  de  Bostin  Zaurreta  se  halló  otra  nao 
de  Bastian  deFano,  vecino  de  Bilbao,  sin  artileria,  con  sus 
aparejos  de  ochenta  toneles. 

Lo  mesmo  en  el  mesmo  lugar ,  s()  halló  una  nao  de  San- 
cho de  Isasi,  con  sus  aparejos  é  con  una  lombarda,  de  cien 
toneladas. 

.  :  Otra  de  Pedro  de  Zubileta  en  el  mesmo  lugar,  de  cient 
toneles,  nueva,  sin  mastel  ni  aparejo. 

En  el  mesmo  lugar  bien  asi  se  halló  una  nao  de  San- 
cho de  la  Quoadra,  de  trecientas  toneles,  con  seis  lombar- 
das gruesas,  é  veinte  versos,  muy  bien  adresgado  é  presto. 

En  el  mesmo  lugar,  una  nao  de  Juan  O.""  (2),  de  Ba- 
sabe,  muy  bien  adresgado,  sin  tiros,  de  cient  toneles,  mas 
de  que  confesó  Juan  de  Lecama,  contramaestre  de  la  dicha 
nao,  que  para  la  dicha  nao  se  hacían  seis  lombardas  é  doce 
versos. 

De  Andrés  de  Arbierto,  en  el  mesmo  lugar,  una  nao  de 
cient  é  cuarenta  toneles,  con  cuatro  versos,  bien  adresgado. 

Hoy  dicho  día ,  en  Olabeaga,  que  es  en  la  mesma  canal, 
se  hallaron  las  naos  siguientes: 

(!)  De  otra  mano  hay  añadida  la  palabra  capitana. 
(2)  Acoso  Ochoa. 


267 

Un  galeón  portugués  de  treinta  toneles  con  sus  apa- 
rejos. 

Otra  nao  de  Martin  de  Bertendoña,  de  cient  é  veinte  to- 
neles, muy  bien  adresgado,  sin  ar telena. 

Otra  nao  de  San  Juan  de  Bermeo ,  de  doscientas  é  cin- 
cuenta toneles,  con  cuatro  lombardas  grandes  é  seis  versos. 

Otra  nao  de  Juan  Zuri,  de  Abando,  de  doscientas  é  cin- 
cuenta toneles,  bien  adresgado  sin  armas  y  artilería. 

De  Martin  Jaúregui ,  una  nao  de  dozientas  toneles,  sin 
artilería,  muy  bien  aparejado. 

Otra  nao  de  Juan  de  Loyza,  de  Placencia. 

Otra  mas  nueva ,  de  cient  toneles  bien  aparejado ,  ece- 
to  de  armas  y  artilería. 

ítem  otra  nao  de  Francisco  de  Arriaga,  de  Deuslo,  una 
nao  de  doscientas  toneles  con  cuatro  piezas  de  lombardas 
é  doce  versos,  que  confesó  Martin  de  Ibarra,  maestre  de  la 
dicba  nao,  tenerlos  en  dicha  nao. 

De  Sancho  Ruiz  de  Ugarte,  de  Albia,  una  nao  de  do- 
cientas  toneles,  sin  artilería,  muy  bien  aparejado. 

BERMEO. 

En  la  villa  de  Bermeo  á  los  veinte  y  cuatro  dias  del  di- 
cho mes  é  año  susodicho,  el  dicho  Hernando  deGastaca  por 
virtud  déla  dicha  comisión,  y  presente  el  dicho  señor  don 
Miguel,  diputado  para  los  susodichos  embargos  de  naos, 
embargó  los  siguientes: 

Un  navio  de  cuarenta  toneles,  muy  bien  aparejado,  ecc- 
lo  de  armas. 

Otro  de  sesenta  toneles,  de  portugueses,  bien  adreszado, 
ocelo  de  armas. 

ítem  se  hallaron  tres  azabras  de  a  cada  veinte  toneles. 


268 

Ítem  en  la  villa  de  Bermeo  el  alcalde  della  y  regidores 
dijeron  que  no  habia  mas  de  seis  lombardelas  de  tiros  en  to- 
da la  dicha  villa. 

ítem  en  Mandaca  un  bajel  é  dos  gallones,  de  c¿ida  vein- 
te toneles,  hoy  dicho  dia  se  hallaron. 

Hoy  dicho  dia,  presente  el  dicho  señor  don  Miguel ,  lo 
mesmo  en  Portuondo  é  San  Andrés,  los  seguientes: 

ítem  en  Portuondo  un  bajel  de  veinte  toneles. 

ítem  en  San  Andrés  cuatro  bajeles  de  veinte  toneles. 

En  la  Puebla  de  Hea,  hoy  dicho  dia,  ó  mes  é  año  suso- 
dichos, presente  el  dicho  señor  don  Miguel,  el  dicho  Her- 
nando embargó  dos  azabras,  la  una  de  veinte  é  cinco  to- 
neles é  la  otra  de  veinte. 

LEQUEITIO. 

En  la  villa  de  Lequeitio,  hoy  dicho  dia,  presente  el  dicho 
señor  don  Miguel,  el  dicho  Hernando,  por  virtud  de  la  di- 
cha comisión,  presentes  los  alcaldes  de  la  dicha  villa,  em- 
bargó los  siguientes: 

ítem  una  nao  de  setenta  toneles,  de  Martin  de  Mendibe. 

ítem  dos  azabras  de  cada  veinte  toneles.  Los  alcaldes,  é 
fieles  é  regidores  de  la  dicha  villa  dijeron  que  en  la  dicha 
villa  no  habian  mas  de  veinte  arcabuces. 

ítem  otra  carabela  se  halló  en  la  puente  delQunga,  de 
Martin  de  Gurruchiaga,  de  cincuenta  toneles. 

ONDÁRROA. 

En  la  villa  de  Ondárroa ,  á  veinte  é  cinco  días  del  mes 
do  agosto  de  mili  é  quinientos  é  cuarenta  é  dos  años,  en 
presencia  de  mí  el  dicho  escribano,  presente  el  dicho  señor 


269 

don  Miguel,  el  dicho  Hernando  de  Gastaca,  por  virtud  de 
la  comisión  para  ello  a  el  dirigida  por  el  señor  corregidor, 
presente  el  alcalde  de  la  dicha  villa,  hizo  el  embargo  se- 
guiente: 

Una  nao  de  Juan  de  Amasca,  de  cien  toneles,  bien  adrcs- 
zado,  eceto  de  artilería. 

ítem  dos  azabras  de  cada  treinta  toneles,  bien  adresza- 
dos,  eceto  de  armas. 

Hoy  dicho  dia  en  la  ribera  de  la  villa  de  Gr/  (1),  pre- 
sente el  señor  don  Miguel ,  el  dicho  Hernando  embargó 
dos  zabras  de  Bermeo. 

PLAZENZIA. 

En  la  villa  de  Plazenzia,  á  los  veinte  é  siete  dias  del  di- 
cho mes  é  año  susodichos,  estando  presente  el  dicho  señor 
don  Miguel,  el  dicho  Hernando  de  Gastaca,  teniente  de  me- 
rino, y  en  presencia  de  mí  el  dicho  escribano,  embargó  los 
gallones  y  zabras  siguientes: 

Primeramente  dos  gallones,  de  cada  cincuenta  toneles, 
sin  artilería. 

ítem  nueve  azabras,  de  cada  treinta  toneles,  poco  más  ó 
menos,  sin  artilería. 

PORTUGALETE. 

En  la  villa  de  Portugalete,  hoy  dicho  dia,  é  mes  é  año 
susodichos,  presente  el  dicho  señor  don  Miguel,  y  en  pre- 
sencia de  mí  el  dicho  escribano,  el  dicho  Hernando  de  Gas- 
taca,  teniente  de  merino,  embargó  las  naos  siguientes: 

(1)  Acaso  Guetaria, 


270 

Primeramente  una  nao  de  Juan  de  Herrada,  de  cient  6 
ochenta  toneles  adreszados,  sin  artilería. 

ítem  un  galeón  de  Martin  Saez  de  Larrea,  que  está 
cargado  de  lanas,  de  cient  é  ochenta  toneles,  que  tiene  á  ha- 
cer una  lombarda  é  seis  versos,  según  el  contramaestre  de 
la  nao  dijo. 

ítem  una  nao  de  Sant  Pedro  de  ligarle,  de  docienlos  é 
cincuenta  toneles;  tiene  tres  pasamuros  é  dos  lombardas 
gruesas  é  catorce  versos. 

ítem  otra  nao  del  mesmo  Sant  Pedro,  de  cient  é  setenta 
toneles,  sin  artilería. 

Otro  galeón  del  mesmo  Sant  Pedro,  de  cient  toneles,  sin 
artilería. 

Otra  nao  de  Pedro  de  Santurze,  dedozcienlos  toneles.  Se- 
gún dijeron  los  de  la  nao,  están  á  hacer  doslombardas  gruesas. 

La  nao  Nizarda,  de  trecientos  é  cincuenta  toneles,  con 
cuatro  lombardas  gruesas  é  dos  pasamuros,  é  veinte  é  cua- 
tro versos,  é  doce  arcabuces  é  doce  ballestas.  Está  carga- 
do de  hierro  para  el  Andalucía. 

Una  nao  de  Lope  de  Ugarte,  de  porte  de  docientos  é 
ochenta  toneles,  con  dos  lombardas  gruesas  é  un  pasamu- 
ro,  é  un  falconete  de  hierro,  é  nueve  versos. 

Un  galeón  del  mesmo  Lope  de  Ugarte,  de  docientos  ó 
veinte  toneles,  con  un  pasamuro  é  una  lombarda  gruesa,  é 
seis  versos. 

Una  nao  de  Pedro  de  Rada  de  docientos  é  setenta  tone- 
les con  nueve  versos,  bien  adreszado. 

Una  nao  nueva  de  Antón  Pez  (1),  de  Coscojales,  de  do- 
cientos  é  ochenta  toneles,  bien  adreszado,  con  tres  lombar- 
das pequeñas.  ^ 

(1)  Quizá  sea  abreviatura  de  Pérez. 


271 

Una  nao  de  Juan  de  Montellano,  de  docienlos  é  ochen- 
ta toneles,  con  cuatro  lombardas  gruesas  é  dos  pasamu- 
ros,  é  dizisiete  versos,  é  doce  arcabuces  é  su  munición, 
presto. 

Un  galeón  del  mesmo  Juan  de  Montellano,  de  cient  to- 
neles bien  adreszado,  sin  arlilería. 

Una  nao  de  Pedro  Urliz  de  Achaniega,  de  dozieníos  é 
zinquoenta  toneles,  con  dos  lombardas  gruesas,  é  dos  me- 
dios pasamuros  é  cuatro  versos. 

Dos  galeones  de  Sancho  de  Zuazo,  de  cient  é  veinte  to- 
neles, y  el  otro  de  porte  de  sesenta  toneles. 

Un  galeón  de  Antón  Pez,  de  Coscojales,  de  noventa 
toneles,  sin  artilería. 

Un  galeón  de  los  herederos  del  capitán  Pedraza ,  de 
docientos  é  cuarenta  toneles;  é  otro  galeón  bien  así  de  los 
mesmos  herederos,  de  porte  cient  é  cuarenta  toneles,  é  otro 
galeón  bien  así  de  los  mesmos  herederos,  de  porte  cient  é 
cuarenta  toneles.  Los  de  la  nao  dijeron  que  la  dicha  nao  te- 
nia á  hacer  dos  lombardas,  é  un  pasamuro,  é  dos  versos  é 
un  falconete. 

Un  galeón  de  Diego  Rebonza,  de  docientos  é  cincuenta 
toneles,  con  dos  lombardas  gruesas  é  diziocho  versos  é  me- 
dio pasamuro. 

Un  galeón  de  Martin  Ortiz  de  Martiarto,  de  docientos  é 
cuarenta  toneles  ,  con  dos  lombardas  é  un  pasamuro  é 
ocho  versos. 

Un  galeón  de  Juan  O.  de  Artaza,  de  cuarenta  toneles, 
sin  artilería. 

Dos  galeones  de  mestre  Rodrigo  de  Montano ,  uno  de 
cuarenta  toneles  é  otro  de  sesenta  toneles,  sin  artilería. 

Un  bajel  de  Antón  Pez,  de  Coscojales,  de  sesenta  to- 


272 

neles,  é  una  azabra  del  mesmo,  de  porte  de  cuarenta  to- 
neles. 

Un  galeón  de  Martin  de  Ibarra,  de  porte  de  cient  é  cua- 
renta toneles.  Según  dijieron  los  de  la  nao,  se  liacen  una 
lombarda  é  quoalro  versos. 

Un  galeón  de  Diego  de  Longar,  de  setenta  toneles,  bien 
adreszado,  sin  arlilería. 

Un  galion  de  Pero  Gil  de  Soraorrostro  é  Lope  de  Ugar- 
te,  de  ochenta  toneles,  sin  artilería. 

Un  galeón  de  Martin  Gil  de  Somorrostro,  de  setenta 
toneles,  sin  artilería. 

Incontinente  debajo  de  Portugalete,  en  Zorroza  se  halla- 
ron las  naos  siguientes: 

Una  nao  de  Pedro  Martinez  de  Zubileta,  de  cient  tone- 
les, con  una  lombarda  gruesa  é  otra  menor. 

Una  nao  de  Ortuno  de  Zuazo,  de  nóvenla  toneles,  sin 
artilería. 

Una  nao  de  Domingo  de  Larrauri,  de  docientos  é  sesen- 
ta toneles,  con  quoatro  lombardas,  é  doce  versos,  é  ocho 
ballestas  é  zinco  docenas  de  picas. 

Una  nao  de  Pedro  de  Landaeta,  de  docientos  toneles, 
con  dos  lombardas  gruesas,  é  un  falconele,  é  quoatro  ver- 
sos, é  una  docena  de  picas. 

En  el  puerto  de  San  Julián  de  Muzquis,  hoy  dicho  dia, 
é  mes  é  año  susodichos,  presente  el  dicho  señor  don  Miguel 
y  en  presencia  de  mí  el  dicho  escribano,  el  dicho  Hernando 
de  Gastaca  embargó  los  bajeles  siguientes: 

Vginte  é  nueve  bajeles,  de  cada  qoarenla  toneladas,  po- 
co más  ó  menos,  muy  buenos,  sin  artilería. 

E  yo  el  dicho  Martin  de  Aguirre,  escribano  público  de 
SS.  MM.,  doy  verdadera  fcc  é  testimonio  en  como,  presente 


27o 

el  señor  don  Miguel,  notifiqué  en  las  villas  que  se  hallaron 
naos  é  bajeles  é  otras  cosas  de  zabras  é  galeones,  notifiqué 
á  los  alcaldes  é  fieles  de  las  dichas  villas,  é  á  los  fieles  de 
las  anteiglesias  é  pueblos  de  la  costa  de  mar,  los  susodi- 
chos embargos.  Y  dicho  Hernando  de  Gaslaca,por  virtud  de 
la  comisión  que  para  ello  tenia  (í),  en  mi  presencia  mandó 
en  cada  villa  é  puerto,  é  pueblo,  luego  que  se  embargaban, 
para  que  no  dejasen  salir  á  las  dichas  naos,  bajeles,  é  aza- 
bras  é  gallones  que  estaban  en  los  dichos  puertos,  sopeña  de 
muerte  é  perdimiento  de  bienes,  hasta  que  hubiesen  licen- 
cia de  S.  M.  ó  del  señor  condestable  de  Castilla,  capitán  ge- 
neral. Los  dichos  alcaldes  é  fieles  de  las  dichas  villas  é  pue- 
blas, é  anteiglesias  de  los  dichos  puertos  dijieron  que  obe- 
descian  é  se  daban  por  embargadas  las  dichas  naos  é  baje- 
les ,  é  gallones  é  azabras ,  y  estarían  como  estaban  hasta, 
como  dicho  es,  haber  licencia  de  S.  M.  ó  del  señor  condes- 
table capitán  general.  Testigos  que  fueron  presentes,  Juan 
de  Zornoza  é  Pedro  de  Zornoza,  é  Iñigo  de  Menchaca.  E 
porque  los  que  se  hallaron  en  las  dichas  naos,  é  bajeles,  é 
azabras  é  gallones,  certificadamente  decian  las  dichas  to- 
neladas, por  tanto  digo  que  me  certifico  por  lo  que  decian 
ser  las  dichas  naos,  bajeles  é  gallones  é  las  dichas  toneladas 
que  digo  en  el  dicho  testimonio  y  en  los  capítulos,  según  es- 
tá asentado.  E  yo  el  sobredicho  Martin  de  Aguirre,  escri- 
bano público  en  lodos  los  sus  reinos  é  señoríos,  presente  fui 
á  todo  lo  que  de  mi  se  hace  mención  en  uno  con  el  dicho 
señor  don  Miguel  y  el  dicho  Hernando  de  Gastaca,  teniente 
de  merino;  é  de  pedimiento  del  dicho  señor  don  Miguel  es- 
cribí y  asenté  según  van  á  menudo  las  naos,  é  gallones,  é 
zabras  é  bajeles  que  se  hallaron  en  los  puertos  de  las  villas 

(1)  Hemos  añadido  esta  palabra,  necesaria  para  el  sentido. 
Tomo  XLÍII.  18 


274 

desta  costa  de  mar ,  y  en  las  rias  deste  muy  noble  é  muy 
leal  condado  y  señorío  de  Vizcaya,  en  estas  seis  hojas  con 
esta  en  que  va  mi  signo  (i)  en  testimonio  de  verdad. — 
Martin  de  Aguirre. — Con  rúbrica. 


''Minuta  de  la  carta  que  se  escribió  al  emperador ,  que  llevó 
don  Francisco  de  Guevara ,  en  la  Casa  de  la  Reina  á  23 
de  agosto  1542(2)." 


Dice  que  ha  recibido  la  patente  de  capitán  general ,  cuyo  cargo 
acepta  á  pesar  del  mal  estado  de  su  salud. — Manifiesta  que  por 
efecto  de  los  gastos  de  su  casa,  no  puede  adelantar  dinero 
para  la  guerra. — Disposiciones  que  ha  comenzado  á  adoptar. — 
Cree  que  Vitoria  es  buen  punto  para  su  residencia. — Necesidad 
de  formar  dos  ejércitos:  uno  para  Perpiíían,  y  otro  para  Navarra 
y  las  Provincias.— Pide  que  se  le  envíe  artillería  y  municio- 
nes, y  si  es  posible,  al  comendador  mayor  de  Alcántara. — Apun- 
ta algunas  medidas ,  que  á  su  juicio  debiera  tomar  el  empera- 
dor.— AI  cozíde  de  OSate  ha  ordenado  meterse  ea  Fuenterrabía. 


^  ^     Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS. ,  6^  48 .  fol  98. 
S.  G.  C.  M. 

Lo  primero  será  suplicar  á  V.  M.  mande  leer  toda  esta 
carta ,  por  larga  que  sea ,  pues  es  sobre  cosas  de  su  servicio. 

Viniendo  de  unos  lugares  mios  de  apercebir  mi  gente, 
me  dio  este  domingo  pasado ,  que  fueron  veinte  deste  mes, 


(1)  Hay  un  signo. 

(2)  Gs  del  condestable  de  Cattilia. 


275 

un  correo  una  carta  de  V.  M. ,  de  diez  y  siete  del,  y  una 
provisión  de  capitán  general  destas  fronteras;  y  aunque, 
como  V.  M.  vio  en  Valladolid ,  no  ha  muchos  dias  que  yo 
andaba  harto  malo,  y  la  mejoría  que  después  acá  he  tenido 
ha  sido  por  tener  algún  concierto  de  vida ,  el  cual  no  pue- 
de haber  en  la  guerra,  por  servir  ¿i  V.  M.  mientras  me  du- 
rare esta  poca  salud ,  siempre  la  he  de  emplear  en  su  ser- 
vicio con  toda  voluntad. 

Dice  V.  M.  que  ha  enviado  á  mandar  á  los  del  Consejo 
de  la  Hacienda  y  al  tesorero  Alonso  de  Baeza,  que  envíen  lue- 
go un  buen  golpe  de  dineros ,  y  que  entretanto  que  llegan 
que  los  ponga  5^0.  Yo,  señor,  quisiera  tenellos,  porque  en 
ninguna  cosa  holgara  tanto  de  gastallos  como  en  servir  á 
V.  M.;  mas  mis  gastos  ordinarios  y  extraordinarios  han  sido 
y  son  tan  grandes,  y  tanto  lo  que  en  estas  cosas  se  ha  de 
proveer,  que  no  puedo  yo  cumplillo;  por  esto  suplico  áV.  M. 
que  torne  á  enviar  á  mandar  luego  y  con"  gran  instancia  al 
tesorero  Alonso  de  Baeza  y  á  los  del  Consejo  de  la  Hacienda, 
que  á  la  hora  provean  dicho  buen  golpe  de  dineros  que  V.  M.- 
dice,  pues  no  se  puede  formar  ejército  sin  que  los  haya  y  mu- 
chos. Y  á  V.  M.  suplico  que  mande  que  vengan  oficiales  de 
su  hacienda,  del  sueldo,  para  que  tengan  cuenta  y  razón  de 
los  gastos  que  se  hicieren ,  y  paguen  mis  libranzas. 

Una  de  las  cosas  que  mas  largamente  ha  de  mandar  pro- 
veer V.  M.  ha  de  ser  espías  y  correos,  pues  se  aventaja  en 
lo  que  se  ha  de  hacer  todo  lo  que  se  gasta  en  esto.  Y  á  V.  M. 
suplico  que  envíe  á  mandar  al  correo  mayor,  que  ponga  pos- 
tas donde  yo  le  escribiere. 

Yo  hice  una  posta  á  los  del  Consejo  de  la  Hacienda  y  al 
tesorero  Alonso  de  Baeza,  haciéndoles  saber  lo  que  V.  M. 
me  habia  escrito,  para  que  enviasen  luego  dineros;  mas  con 
toda  esta  diligencia  es  menester  que  V.  M.  torne  á  man- 


276 

dárselo  luego ,  y  muy  de  veras :  que  aunque  con  la  prisa 
con  que  viene  la  carta  de  V.  M.  yo  no  aguarde  á  eslo  pa- 
ra comenzar  á  entender  en  algunas  cosas  que  V.  M.  manda- 
ba, las  que  mas  se  han  de  hacer  no  se  pueden  proveer  sin 
que  venga  muy  buen  recaudo  de  dineros. 

En  dándome  el  despacho  de  V.  M.,  envié  luego  dos  per- 
sonas con  sus  cartas  para  don  Alvaro  de  Mendoza,  y  el  dipu- 
tado de  Álava,  y  el  alcalde  de  Vitoria,  y  el  conde  de  Oñate,  y 
para  don  Prudencio  de  Avendaño,  y  don  Juan  Alonso  deMuxi- 
ca  y  don  Juan  de  Artiaga ,  y  para  las  juntas  y  corregidores 
de  Vizcaya  y  Guipúzcoa,  y  á  todos  les  escrebí  para  saber  qué 
gente  es  con  la  que  podrán  servir  á  V.  M.;  y  á  los  corregido- 
res que  restasen  luego  los  navios  que  hubiese ,  y  que  de  los 
que  estuviesen  bien  proveidos  de  artillería  se  proveyesen  los 
que  no  tuviesen  tanto,  conforme  á  la  carta  de  V.  M.;  y  al  con- 
de de  Oñate  escrebí  que  se  metiese  en  Sant  Sebastian,  y  fué 
muy  bien  proveello  así ,  porque  demás  de  ser  tal  persona, 
tiene  hartos  vasallos  cerca  de  allí ,  y  está  muy  conocida  la 
voluntad  con  que  ha  servido  siempre  á  V.  M. 

Al  capitán  Villaturiel  escrebí  que  si  estaba  acabado  el 
navio  de  la  Religión  que  le  restase,  y  si  no  que  se  metiese 
el  artillería  que  en  él  hubiese  en  Sant  Sebastian,  y  que  me 
escribiese  como  estaba  proveído;  y  á  don  Sancho  de  Leiva 
escrebí  para  lo  mesmo  de  Fuenterrabía,  para  ver  lo  que  les 
faltaba;  al  cual  fué  muy  bien  que  V.  M.  mandase  enviar 
los  cuatro  mili  ducados  que  dice. 

También  envié  las  cartas  de  V.  M.  al  conde  de  Salinas 
y  al  marqués  de  Poza  para  que  enviasen  su  gente,  y  que, 
si  pudiesen ,  se  viniesen  á  los  lugares  que  tienen  por  esta 
tierra;  y  al  conde  de  Nieva  envié  su  carta,  y  como  estaba 
tan  cerca  de  aquí ,  escrebíle  que  se  llegase  acá  para  habla- 
lie  en  estas  cosas  del  servicio  de  V.  M.,  y  así  lo  he  hecho. 


277 

Al  duque  de  Medinaceli  y  al  conde  de  Aguilar  envío  ahora. 
AI  diputado  de  Álava  y  al  alcalde  de  Vitoria  escrebí  que 
proveyesen  muy  de  mantenimientos  á  aquella  ciudad. 

La  orden  que  el  virey  de  Navarra  ha  comenzado  á  dar, 
para  que  los  que  quedan,  paguen  á  los  que  van  á  servir  á 
V.  M.  en  Navarra,  parece  provechoso.  Lo  que  se  ordenó  de 
los  que  han  de  ir  con  el  marqués  de  Cortes  á  la  montaña, 
y  los  que  han  de  quedar  con  el  capitán  biamontes,  es  muy 
bien  ordenado ,  si  la  gente  que  lleva  el  marqués  de  Cortes 
no  es  de  los  biamonteses,  y  la  que  lleva  el  capitán  bia- 
montes no  es  de  los  agramonteses;  porque  como  en  'aquel 
reino  hay  estas  dos  parcialidades,  parece  que  ha  de  ser  el 
capitán  de  la  que  fuere  la  gente,  ó  la  gente  de  la  que  fue- 
re el  capitán. 

Dice  V.  M.  que  le  parece  buen  sitio  Vitoria.  Así  lo  pa- 
rece, porque  está  á  propósito  de  Sanl  Sebastian  y  Fuen- 
terrabía  y  de  Pamplona,  para  dar  y  tomar  con  el  virey  de 
Navarra,  el  cual  no  me  ha  escrito  nada  sobre  esta  ma- 
teria; yo  le  escribiré  luego.  Y  con  esto  se  acaba  de  res- 
ponder á  la  carta  de  V.  M. 

Lo  que  mas  hay  que  decir  es  esto:  lo  primero  que  V.  M. 
mande  ante  todas  cosas  proveer  lo  del  tesorero  Alonso  de 
Baeza,  y  que  el  correo  mayor  ponga  luego  postas. 

V.  M.  me  parece  que  ha  de  mandar  formar  dos  ejérci- 
tos: uno  para  la  parte  de  Perpifian  y  otro  para  acá.  Suplico 
á  V.  M.  que  tenga  igual  cuidado  de  lo  de  acá  que  de  lo  de 
Perpiñan:  que  por  estar  V.  M.  en  ese  reino,  y  haber  visto 
todos  que  ha  mandado  proveer  con  gran  diligencia  lo  de 
Perpiñan ,  ningún  grande ,  ni  señor,  ni  caballero  hay  que 
piense  que  va  á  la  guerra  ni  sirve  á  V.  M.,  sino  donde  es- 
tá. Por  lo  cual  es  necesario  que  sepan  todos  que  sirven 
tanto  á  V.  M.  acá  como  allá :  que  bien  mirado  Pamplona 


278 

y  Fuenterrabía  y  Sant  Sebastian  de  mayor  importancia  son 
que  Perpiñan,  que  solo  Sant  Sebastian  importa  toda  la 
costa  que  hay  desde  ella  hasta  la  Coruña. 

De  artillería  y  munición  es  menester  que  mande  V.  M. 
proveerme  luego  muy  bien,  pues  no  se  ha  de  sacar  nada 
dello  de  ningún  lugar  de  estos.  Y  si  puede  excusarse  allá 
el  comendador  mayor  de  Alcántara,  será  muy  bien  que 
V.  M.  le  mande  venir  acá. 

También  seria  muy  bien  que  V.  M.  mandase  venir  per- 
sonas que  tuviesen  experiencia  de  guerra ,  para  que  estu- 
viesen en  Pamplona,  y  en  Sant  Sebastian  y  en  Fuenterra- 
bía, y  que  algunos  dellos  viniesen  á  darme  noticia  de  có- 
mo están  estos  lugares,  y  lo  que  parece  que  conviene  que 
se  provea;  porque  como  no  me  mandó  V.  M.  antes  esto 
que  ahora  me  manda ,  no  hay  lugar  de  poder  ir  yo  á  estos 
1  ugares ;  y  aunque  he  visto  los  dos  dedos,  habrá  muy  gran 
diferencia  de  cómo  estaban  entonces  á  cómo  estarán  agora, 
y  de  vellos  sin  el  fin  que  ahora  se  ha  de  tener ;  y  aunque 
se  sabrá  mucho  por  cartas,  todavía  aprovechará  mas  oillo 
de  quien  lo  sepa  bien  entender. 

No  sé  como  no  ha  mandado  V.  M.  venir  los  alemanes 
y  españoles,  que  tiene  el  marqués  del  Gasto  en  Italia,  que 
pues  afloja  la  necesidad  de  allá  era  de  socorrer  á  la  de  acá; 
que  cuando  allá  la  hubiese ,  como  Milán  está  tan  cerca  de 
Alemana,  podíase  proveer  presto  de  muy  buena  gente,  y 
valdría  acá  mas  un  español  de  aquellos,  que  tres  de  los 
que  se  hacen  agora.  A  V.  M.  suplico  no  deje  de  mandallo 
proveer ,  por  parecer  que  seria  ya  tarde,  que  ya  podría  ser 
venir  á  buen  tiempo. 

También  sería  bien  que  V.  M.  mandase  proveer  de  pan 
de  Galicia,  y  aun  de  Flándes,  y  que  rogase  al  rey  de  In- 
galaterra  que  mandase  en viallo  de  su  reino;  porque  con  ser 


279 

tan  grande  la  esterilidad  deste  año  en  Castilla,  y  no  sacarse 
pan  de  Francia  y  Bretaña,  es  tanta  la  necesidad  que  hay, 
que  no  sé  cómo  se  pueda  juntar  bastante  ejército  para  so- 
correr estos  lugares:  que  aunque  yo  enviaré  alguaciles  á 
hacer  cala  y  cata  de  todo  el  pan  que  hay  en  estas  comarcas 
para  ver  lo  que  se  potlrá  traer  á  Vitoria ,  todo  ello  es  muy 
poco;  y  como  V.  M.  sabe,  de  todo  se  provee  muy  mas 
abundosamente  por  la  mar  que  por  la  tierra,  y  podría  venir 
á  los  puertos  de  Laredo  y  de  Santander,  y  de  allí  á  Bilbao, 
de  donde  se  proveerán  Vitoria,  y  San  Sebastian  y  Fuenter- 
rabia.  Y  antes  que  se  comience  ájuutar  ejército,  sabré  qué 
pan  puede  haber  en  Vitoria  y  en  Álava  y  en  las  comarcas, 
y  así  lo  entiendo  de  hacer.  El  pan  de  la  cuenca  de  Pam- 
plona fué  muy  bien  que  se  metiese  en  la  ciudad,  y  lo  mesmo 
se  había  de  hacer  en  lo  de  alrededor  de  Estella  y  Qlite  y  Ta- 
falla.  Cerca  destos  lugares  tiene  el  marqués  de  Falces  una 
fortaleza,  y  es  buena  parte  para  quitar  mantenimientos  á 
los  franceses,  si  vienen  á  Pamplona;  y  dicen  que  es  buena. 
V,  M,  veril  si  aprovechará  para  algo  esta  fortaleza  (1). 

V.  M.  habia  mandado  que  yo  enviase  sesenta  hombres 
de  armas  al  virey  de  Navarra ,  y  ahora  paréceme  que  he 
menester  mi  gente  y  toda  la  otra  de  caballo  que  se  pudiere 
juntar,  porque  sin  ella  ya  V.  M.  vé  que  no  se  podría  ha- 
cer socorro  ninguno.  Y  así  pienso  de  hacer  que  la  gente  de 
armas  de  los  Gclbes,  que  estuviere  á  caballo,  que  habia  de 
pasar  a  Pamplona,  que  quede  acá;  y  en  lugar  della,  que  se 
provea  de  toda  la  genle  de  infantería  que  pudiere  ser:  que 
para  estar  cercados,  tanto  aprovechan  soldados  como  gente 
de  caballo ;  y  la  que  hay  en  Pamplona  de  caballo  bastará 
para  lo  que  lian  de  hacer  estando  cercados :  que  si  la  hu- 

(4)  Lo  de  bastardilla  es  de  mano  del  condestable. 


280 

biese,  para  lodo  seria  muy  bien  ponerla  en  Pamplona;  mas 
seria  muy  grande  la  falta  que  acá  baria  la  de  las  guardas 
de  V.  M.;  y  porque  en  tal  caso  es  razón  que  estén  los  ca- 
pitanes principales  con  ella,  suplico  á  V.  M.  se  lo  envíe  á 
mandar ,  y  la  gente  de  Vizcaya  ya  podrá  aprovechar  mucho 
para  la  mar. 

Maravillado  estoy  como  no  se  acordó  V.  M.  de  escribir 
al  conde  de  Salvatierra  que  tiene  un  buen  golpe  de  vasallos 
en  Ayala;  y  también  seria  muy  bien  que  V.  M.  enviase  á 
mandar  al  conde  de  Castro  que  envíe  acá  su  gente;  y  que 
don  Alvaro  de  Mendoza,  que  está  ahí,  viniese  á  estar  con  la 
gente  de  su  padre ,  pues  él  no  tiene  disposición  para  poder 
servir  á  V.  M. 

También  suplico  á  V.  M.  que  mande  al  marqués  mi 
hermano  que  acuda  acá  con  su  gente:  que  harto  en  comarca 
destas  fronteras  eslá;  y  demás  desto  así  habrá  mili  cosas 
de  servicio  de  V.  M.  para  que  terne  yo  necesidad  de  que 
esté  en  mi  compañía. 

Estando  escribiendo  esta  carta,  pasó  don  Iñigo  de  Gue- 
vara por  aquí ,  y  me  dijo  que  el  virey  de  Navarra  habia 
menester  cinco  mil  soldados  demás  de  los  vecinos  de  Pam- 
plona ,  y  que  destos  cinco  mili  tenia  el  virey  mili  y  qui- 
nientos, de  manera  que  le  fallaban  tres  mili  y  quinientos, 
y  que  para  la  fortaleza  de  Estclla  eran  menester  docientos 
hombres ,  y  que  sabia  'el  virey  que,  demás  de  la  gente  de 
Guipúzcoa,  eran  menester  mili  soldados  de  Caslilla  en  Sant 
Sebastian  y  Fuenterrabía;  y  echada  la  cuenta  de  toda  esta 
gente,  parece  que  son  menester  encerrarse  en  estos  lugares, 
sin  la  gente  que  hora  hay  en  Pamplona,  cuatro  mil  y  sete- 
cientos hombres ,  y  la  gente  con  que  dicen  que  sirven  las 
ciudades  á  V^.  M.  de  los  puertos  acá,  creo  que  llegarán  á 
cinco  mili  soldados ,  de  manera  que  quedarán  en  treecien- 


281 

tos  los  que  á  mí  me  quedasen  desta  gente.  De  la  que  V.  M. 
manda  hacer  al  alambor,  dicen  que  se  hace  muy  poca;  la 
de  Vizcaya  me  dijo  don  Iñigo  que  habia  dicho  que  sirvirian 
pagándoles  V,  M.  Y  porque  el  virey  de  Navarra  da  gran 
prisa  por  la  gente,  y  la  mesma  han  de  dar  de  Sant  Sebas- 
tian, y  Fuenlerrabía  y  de  Estella,  suplico  á  V.  M.  me  escri- 
ba qué  es  lo  que  se  ha  de  hacer:  que  ellos  tienen  mucha 
razón  de  querer  ser  muy  bien  proveídos;  porque,  aunque 
sea  buena  gente  la  de  los  lugares,  siempre  es  muy  bien  te- 
ner buen  recaudo  de  la  de  fuera,  porque  defienden  mucho 
mejor  que  los  vecinos  de  cada  lugar.  Yo  señor  también  ten- 
go razón  de  querer  tener  gente  si  los  he  de  socorrer ;  por- 
que como  V.  M.  sabe ,  ha  de  ser  aun  mayor  el  ejército  que 
llevare  el  que  va  á  socorrer  que  el  que  tuviere  el  que  tiene 
puesto  el  sitio.  Y  pues  V.  M.  tiene  noticia  del  número  de 
gente  (jue  dicen  que  hay  en  el  ejército  que  viene  á  entrar 
por  estas,  partes ,  menester  es  que  sea  muy  bueno  el  que  se 
formare  para  resistillos  y  ofendellos  y  socorrer  á  los  cerca- 
dos. Acá  certificádose  ha  que  vienen  mas  de  seis  mil  ale- 
manes, y  de  franceses,  y  vascos,  y  italianos  y  gascones,  á 
cumplimiento  demás  de  diez  y  siete  mil  hombres,  y  mas  de 
mil  cuatrocientos  de  á  caballo. 

Todos  los  grandes,  señores  y  caballeros  que  hay  de  los 
puertos  acá,  tienen  muy  mas  cerca  á  Pamplona,  y  San  Se- 
bastian y  Fuenterrabía  para  enviar  su  gente,  que  no  á  Per- 
piñan.  V.  M.  deberá  escribilles  á  todos  que  la  enviasen 
acá.  El  fin  es  que  V.  M.  ha  de  ver  si  será  mejor  que  se  pro- 
vean muy  bien  todos  estos  lugares  ,  y  que  el  socorro  vaya 
muy  á  la  larga,  ó  que  se  contenten  con  mucho  menos  gen- 
te, y  que  se  procure  que  se  forme  buen  ejército. 

Porque  V.  M.  tiene  grandes  ocupaciones  le  suplico  sea 
servido  que,  demás  de  las  personas  que  entiendan  en  el  pro- 


282 

vcimienlo  de  todas  estas  cosas,  ahí  con  V.  M.  haya  una  ó 
dos  mas  que  entiendan  en  solo  esto  de  acá,  porque  se. pro- 
vea lodo  con  tiempo. 

A  los  comendadores  mayores  de  León  y  de  Castilla ,  y 
á  Juan  Vázquez  escribo  otras  algunas  cosas. 

Desde  agora  suplico  á  V.  M.  que,  cuando  se  formare 
ejército,  no  mande  proveer  de  capitán  general  de  infantería; 
porque  luego  hacen  bando  contra  los  capitanes  generales, 
como  lo  hizo  el  príncipe  de  Orange,  que  Dios  haya,  contra 
mi  padre;  y  aunque  fuese  mi  hermano  ó  mi  hijo ,  habíamos 
de  tener  gran  desconformidad,  la  cual  se  ha  de  excusar  pa- 
ra que  V.  M.  sea  bien  servido,  y  srálo  muy  mejor  con  re- 
partirse la  infantería  en  solos  capitanes  particulares. 

El  conde  de  Oñale  me  respondió  ahora  muy  bien  que 
se  metería  en  Fuenterrabía  con  quinientos  hombres  de  sus 
vasallos,  sin  sus  deudos.  Bien  me  parece  que  acerté  yo  en 
decir  con  cuanta  voluntad  ha  servido  y  sirve  á  V.  M.  Tor- 
nado el  que  envíe,  sabré  en  qué  ha  [)arado  lo  de  allá. 

También  responde  muy  bien  don  Alvaro  de  Mendoza. 
El  diputado  de  Álava  y  el  alcalde  de  Vitoria  dicen  que 
creen  que  habrá  razonable  proveimiento  de  pan.'  De  vino 
hay  gran  falta  y  de  moliendas.  Yo  señor  me  daré  toda  la 
prisa  que  pudiere  en  ir  á  Vitoria.  Guarde  Nuestro  Señor  la 
imperial  y  muy  real  persona  de  V.  M.  con  acrescentamien- 
to  de  muchas  más  tierras  y  señoríos. — De  la  Casa  de  la  Rei- 
na, 23  de  agosto,  1542. 


•üm|  1¿>  «5  aHÍ>H1fíll^  9Vp 


285 


Carta  original  de  Juan  deAza  al  condestable  de  Castilla^  fe- 
cha en  Vitoria  á  2Z  de  agosto  de  1542. 

Indica  los  medios  convenientes  para  tener  provisiones ,  de  que  hay 
gran  necesidad. 

Biblioteca  Nacional.-^  Sala  de  MSS.—  G  48,  fot,  226. 

Ilustrísimo  señor :  Ayer  lunes  escribí  á  V.  S.  respues- 
ta á  las  cartas  que  Luis  de  Mendoza  trujo ,  y  por  mi  carta 
hice  saber  á  V.  S.  que  de  dos  cosas  estaba  faltosa  esta  tier- 
ra ,  que  son  harina  y  vino :  de  harina  por  falta  de  las  mo- 
liendas á  causa  de  la  seca.  Y  para  la  provisión  de  la  hari- 
na, además  de  lo  que  en  esta  ciudad  se  procurará  de  haber, 
si  á  V.  S.  paresciere  y  fuere  servido,  puede  mandar  pro- 
veer una  cosa,  y  es  que  envíe  á  mandar  á  la  villa  de  Sal- 
vatierra, que  tengan  molidas  dos  mili  hanegas  de  harina,  por- 
que tienen  muchas  moliendas  y  muy  buenas  en  el  rio  de 
Araya  que  es  media  legua  de  Salvatierra,  y  esta  provisión 
podrá  servir  para  todos  efectos,  así  para  la  gente  que  por 
esta  ciudad  y  provincia  pasare,  como  para  los  ejércitos  que 
S.  M.  y  V.  S.,  en  su  nombre  tuvieren,  así  en  Navarra  cor 
mo  en  Fonterrabía  y  San  Sebastian;  porque  está  en  cómodo 
camino  para  todas  partes ;  y  digo  que,  según  el  buen  apa- 
rejo tienen  de  moliendas  y  abundancia  de  trigo ,  que  en 
Salvatierra  y  su  jurisdicion  pueden  proveer  siendo  necesario 
de  mucha  más  suma  de  la  que  arriba  digo.  Y  en  lo  del  vi- 
no, los  señores  del  regimiento  desta  ciudad  procurarán  y 
procuren  que  haya  la  mejor  provisión  que  sea  posible;  y  sien- 
do  necesario  del  favor  de  V.  S.  para  ello,  tememos  recur- 
sos, así  para  las  tierras  de  V.  S,  como  para  lo  demás,  cuya 


284 

ilnslrísima  vida  y  estado  Nuestro  Señor  prospere  y  aumen- 
te con  el  acrescentamiento  que  V.  S.  desea  y  meresce.  En 
Vitoria  á  23  de  agosto. 

Esta  carta  tenia  scripta  para  enviar  á  V.  S,  con  persona 
propia,  la  cual  lleva  Luis  de  Mendoza  que  llega  á  la  costa  de 
Fuenterrabía,  que  hará  relación  de  todo  lo  que  allá  pasa.  A 
V.  S.  suplico  sea  servido  de  mandar  responder  á  la  carta 
que  tengo  scripta  y  ínvíe  á  mandar  á  mí  y  á  esta  cibdad 
lo  que  es  servido  que  en  todo  hagamos ,  que  se  cumplirá  co- 
mo es  ríizon.  A  las  once  de  la  noche. — Ilustrísimo  señor. 
Besa  las  manos  de  V.  S.  Ilustrísima. — Su  servidor.— Juan 
de  Aza. — Con  rúbrica. 

Sobre, — Al  Ilustrísimo  señor  condestable  de  Castilla,  du- 
que de  Frias,  capitán  general  de  S.  M.,  etc. 


Carta  autógrafa  del  secretario  Eraso  al  condestable  de  Cas- 
tilla ,  fecha  en  Monzón  á2Z  de  agosto  de  1542. 

Le  encarga  que  se  traslade  cuanto  antes  á  Vitoria. — Estado  en  que 
se  encuentran  Perpinan  y  Pamplona. — La  armada  del  turco. — 
Recomienda  á  Juan  de  Alvear,  quien  se  halla  en  la  corte,  soli- 
citando los  negocios  del  condestable. 

Biblioteca  Nacional—' Sala  de  MSS.—  GA8,  fol.  178. 

Ilustrísimo  señor:  Con  el  correo  que  se  despachó  á  V.  S. 
le  escribí,  como  habrá  visto  después.  Llegó  Juan  de  Alvehar 
con  quien  recibí  la  carta  de  V.  S.  y  con  ella  la  merced 
acostumbrada ;  y  beso  á  V.  S.  muchas  veces  las  manos  por 
la  memoria  que  tiene  de  enviarme  á  mandar  en  que  le  sir- 
"va,  que  es  la  mayor  merced  que  puedo  recibir.  Acá  esta- 
mos esperando  respuesta  de  lo  que  á  V.  S.  se  escribió  cerca 


285 

de  su  ida  á  Viloria  y  lo  demás ,  y  yo  creo  que  aquella  es 
muy  necesaria  con  brevedad,  porque  las  cosas  van  de  ma- 
nera que  ya  no  pueden  dejar  de  dar  señal  dentro  de  pocos 
días. 

En  Perpiñan  se  reparan  y  fortifican  lo  posible.  Lo  de 
Pamplona  está  mejor  aun  que  no  Ijene  tanta  gente.  Ha- 
brá cuatro  días  que  vinieron  hasta  cuatrocientos  caballos 
franceses  á  reconocer  los  pasos  ,  y  á  tercero  dia  torna- 
ron cierta  gente  de  pié  y  de  caballo,  y  quemaron  los  mo- 
linos que  estaban  cerca  de  Salsas,  y  el  alcaide  de  aque- 
lla fortaleza  les  tiró  algunas  piezas  de  artillería,  de  mane- 
ra que  la  guerra  se  tiene  ya  por  rota,  á  lo  menos  en  Fran- 
cia la  han  ya  publicado,  y  hecho  estampar;  acá  se  hará 
luego,  porque  ya  se  quedan  haciendo  los  despachos  para 
ello,  los  cuales  llevará  un  correo  que  partirá  mañana.  Un 
lugar  que  tenian  sitiado  los  franceses  hacia  la  parte  deLu- 
cemburquehan  tomado,  y  quedan  sobre  otro  del  príncipe 
Doren  ge. 

El  armada  del  turco  se  entendía  en  adereszar  á  gran 
prisa;  pero  afirman  que  no  podría  salir  hasta  en  fin  deste 
mes.  Dios  la  confunda  y  no  olvide  á  los  que  la  traen.  El 
ejército  que  iba  á  Buda,  caminaba  :  no  se  sabe  que  hayan 
hecho  nada.  Entiéndese  que  el  turco  hace  grueso  ejército 
por  tierra.  El  rey  de  romanos  había  tornado  á  Nurember- 
ga,  á  tener  una  breve  dieta:  ya  debe  ser  en  el  campo. 

En  lo  de  aquel  negocio  de  Bíllorado,  Alvehar  escribirá 
lo  que  hay.  V.  S.  trabaje  de  dar  algún  medio  con  aquellos: 
que  acá  bueno  anda  el  negocio,  y  se  ha  provedío  lo  que  ha 
convenido. 

Muy  gran  merced  me  hizo  V.  S.  en  mandar  á  Alvehar 
que  solicitase  aquí  algunos  negocios  suyos,  porque  demás 
de  tener  habilidad  para  ello,  y  no  faltarle  favor  y  buenos 


286 

intercesores,  yo  sé  que  desea  servir  á  V.  S. ;  y  pues  agora 
se  ofresce  en  que  lo  pueda  hacer  en  esto  ó  en  otra  cosa,  su- 
plico á  V.  S.  tenga  memoria  del,  y  de  lo  que  en  Burgos  le 
supliqué;  porque  yo  espero  aquel  hará  hien  cualquier  cosa; 
á  lo  menos  puedo  yo  afirmar  que  á  mi  juicio  no  le  falta  di- 
ligencia y  buen  entendimiento.  A  mi  señora  la  duquesa  he- 
so  los  pies,  y  á  S.  S.  muchas  veces.  Guarde  y  acresciente 
Nuestro  Señor  la  Illma.  persona  y  estado  de  V.  S.  como  de- 
sea.— De  Monzón  23  de  agosto  de  1542. — De  V.  S.  muy 
cierto  criado  y  servidor  que  sus  manos  besa. — Eraso. — Con 
rúbrica. 

Sobre, — Al  Illustrísimo  señor  mi  señor  el  condestable  de 
Castilla,  duque  de  Frias,  capitán  general  de  S.  M.,  etc. 


Carta  autógrafa  de  Juan  de  Álava  al  condestable  de  Casti- 
lla, fecha  en  Vitoria  y  á  23  de  agosto  de  1542  (1). 

Acusa  el  recibo  de  su  carta,  en  que  mandaba  que  sus  vasallos  no 
fuesen  á  esta  jornada. — Conducta  que  han  observado  algunos 
señores  en  vista  de  esta  disposición  del  condestable. 

Biblioteca  Nacional.—Sala  de  MSS.—G  iS,  fol.  263. 

Ilustrísimo  señor:  El  lunes  pasado,  después  que  Luis  de 
Mendoza  pasó  el  domingo  á  la  media  noche,  escribí  á  V.  S. 
con  un  mensajero  vasallo  suyo  que  envió,  que  se  llama 
Juan  de  Mardones  de  Portilla,  é  nunca  ha  tornado  con  res- 
puesta ni  sin  ella ,  aunque  es  persona  cierta  y  tengo  por 

(1)  Este  parece  el  año,  aun  cuando  no  se  expresa  en  la  carta ,  ni 
el  respaldo.  I  Li¿i;in 


en  el  respaldo 


287 

cierto  dio  la  carta  á  V.  S.,  y  en  ella  le  hice  saber  todo  lo  que 
agora  puedo  escrebir,  é  á  la  causa  no  digo  ma$. 

Después  recibí  otra  letra  de  V.  S.  en  que  manda  que 
sus  vasallos  no  vayan  en  esta  jornada  de  los  cuatrocientos 
hombres,  y  no  han  estado  tampoco  gloriosos  ,  que  con  ha- 
berlo divulgado,  don  Alvaro  de  Mendoza  é  otros  caballeros 
de  la  provincia  no  han  hecho  otro  tanto  (i),  y  mándanles 
que  no  acudan  á  provincia,  sino  á  sus  señores,  que  ellos  quie- 
ren servir  al  rey  con  ellos,  y  si  V.  S.  Illma.  manda  que  los 
diez  hombres  que  á  sus  tierras  cabe,  cesen,  sin  considera- 
ción de  preminencia,  lodos  los  otros  han  de  querer  otro 
tanto,  y  es  desecha  la  orden  de  provincia,  de  manera  que 
S.  M.  no  tiene  de  que  se  servir  aquí.  El  corregidor  de  Lo- 
groño, don  Fernando  de  Sandoval,  ha  fecho  otro  tanto  en  la 
Guardia,  que  es  la  principal  hermandad  desta  provincia ,  á 
donde  hay  mil  hombres;  la  lenta  de  sacar  y  poner  en  Lo- 
groño. Es  grand  deservicio  de  Su  Majestad.  V.  S.  Illma.  en- 
tenderá en  ello  y  proveerá  lo  que  convenga. 

En  lo  demás ,  las  cosas  de  la  guerra  en  Guipúzcoa  es- 
tán en  el  estado  que  Luis  de  Mendoza  referirá.  V.  S.  mande, 
y  prospere  Nuestro  Señor  su  ilustrisima  persona  y  estado  co^ 
mo  desea. — De  Vitoria  y  miércoles  en  la  noche,  á  23  de  agos- 
to, á  media  noche. — Ilustrísimo  señor. — Besa  las  manos  de 
V.  S.  Ilustrisima. — Juan  de  Álava.— Cow  rúbrica. 

Sobre, — Al  Ilustrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla, 
duque  de  Frias,  capitán  general  de  S.  M, 

(1)  Han  hecho  otro  tanto,  parece  que  debió  escribirse  ,  esto  es; 
que  mandaron  á  sus  vasallos  que  en  aquella  jornada  sirviesen  bajo 
la  dirección  de  sus  respectivos  señores,  y  no  á  las  órdenes  de  la 
provincia. 


288 

AVISOS  DE  FRANCIA. 

Nuevas  del  jueves  á  la  tarde  24  áe  agosto  1542 ,  del  fran- 
cés pequeño. 

Biblioteca  Nacional-Sala  de  MSS.—G  48,  foU  160. 

Que  de  San  Juan  de  Luz  se  han  ido  á  sus  casas  los  mil 
hombres  que  estaban  juntos  de  la  tierra  de  Labort,  en  guar- 
da del  puerto  de  San  Juan. 

Que  lodos  los  papitanes  que  se  juntaron  en  San  Juan  de 
Luz  para  la  entrada  que  pensaron  hacer  á  San  Sebastian  ó 
Fuenterrabía ,  están  en  Bayona. 

Que  han  venido  á  Bayona  dentro  destos  ocho  ó  diez 
dias,  dos  mil  botas  de  vino  desde  Burdeos,  y  están  en  Bur- 
deos muchas  pelotas  y  cosas  de  munición.  En  Bayona  es- 
tán doce  tiros  muy  gruesos  que  ahora  han  fundido ,  y  otra 
buena  artillería  de  batería,  digo  de  cañones  dobles. 

Hay  nueva  que  hacen  en  Bearne  hacia  Navarra,  una 
puente  en  una  ribera  acerca  de  Pao,  con  barcas. 

Lo  mismo  se  ha  dicho  que  quieren  hacer  en  Beovia ;  y 
mosen  de  Luerri  ha  hecho  tomar  secretamente  la  medida 
del  rio. 

Dice  que  hoy  á  mediodía  se  fueron  todos  ¡los  prencipa- 
les  de  la  tierra  de  Labort  á  mosen  de  Luerri,  á  pedirle  licen- 
cia para  que  puedan  entender  con  don  Sancho  de  Leiva  so- 
bre poner  treguas  de  algunos  dias  para  con  esta  frontera  de 
Guipúzcoa ,  y  con  su  respuesta  vernán  mañana. 

A  mí  me  han  rogado  que  mañana  salga  á  Beovia  y  en- 
tienda como  un  vecino,  y  procure  que  haya  efecto  como  en 
la  guerra  pasada,  porque  vivámoslos  fronterizos  en  paz,  y 


289 

siguerra  hobicre  allá  en  Navarra.  Dice  que  hay  fama  que 
hay  muchos  ingleses,  y  que  S.  M.  se  ha  concertado  con  el 
rey  de  Inga  la  Ierra. 

En  Bayona  ha  pregonado  Mus  de  Bueri  (1),  que  so  pe- 
na de  muerte  nadie  saque  cosa  de  bastimento  ni  mercadería 
sin  su  cédula. 


Carta  autógrafa  de  don  Antonio  (2)  al  condestable  de  Cas- 
tilla ,  fecha  en  Monzón  á  24  de  agosto  de  1542, 

Aviso  de  la  situación  apurada  de  Perpinan. — Abaslecimiento  y  gen- 
te que  hay  dentro  de  esta  plaza. — Disposición  a  accederse  á 
cuanto  solicita  el  condestable. — Próxima  traslación  de  la  corte 
á  Zaragoza. 

Biblioteca  Nacional, — Sala  de  MSS, — G  48,  fol.  i8á. 

Ilustrísimo  señor:  El  señor  don  Francisco  ha  hecho 
muy  bien  su  oíicio,  y  V.  S.  puede  fiar  del  cualquiera  em- 
bajada; y  porque  del  se  entenderá  todo  lo  de  Perpinan,  no 
diré  sino  que  cierto  es  trabajo  vello  tan  apretado  y  tan  le- 
jos el  socorro  y  tan  cerca  el  del  rey  de  Francia,  que  queda- 
ba en  Mompeller,  de  camino  para  Narbona.  La  gente  de 
Valencia  y  Zaragoza  no  pudo  entrar  ahí  dentro  seis  mil 
hombres  de  la  tierra,  entre  ellos  mas  de  mil  castellanos. 
Tienen  de  comer  y  buena  y  mucha  artillería  y  munición ,  y 
razonablemente  reparados,  y  mas  de  cien  gentiles  hombres 
conocidos,  catalanes. 

Acá  les  pareció  á  estos  señores  que  todo  lo  que  se  pide 

{\)  Así  dice,  aunque  anteriormente  se  lee  claro  Luerri. 
(2)  Solo  firma  con  el  nombre. 
Tomo  XLIII.  i9 


290 

por  V.  S.  es  jiislo.  Solamente  rebatieron  lo  del  pedir  que  no 
haya  capitán  general  de  la  infantería,  porque  dicen  que 
nunca  tal  les  pasó  ni  pasará  por  el  pensamiento  de  ponelle. 
Y  también  les  ha  parecido  que  por  esta  vez  no  se  hable  en 
lo  del  salario;  pues  ya  aquello  está  sabido;  y  también  que 
se  ha  de  pagar,  y  por  esto  les  pareció  temprano.  En  todo  lo 
demás  dicen  que  se  hará  con  V.  S.  lo  que  por  ahora- con- 
viene; y  cuando  fuere  menester  más,  que  también  se  hará, 
como  lo  verá  V.  S.  por  la  carta  de  S.  M. 

Estas  cortes  andan  al  cabo.  S.  M.  les  da  priesa  con  fin 
de  salirse  á  Zaragoza ,  que  allí  tiene  hecho  el  aposento  y 
inviado  su  recámara.  De  todo  lo  que  hubiere  que  dicir,  siem- 
pre tendré  cuidado  de  avisar  á  V.  S.,  cuya  ilustrísima  per- 
sona guarde  Nuestro  Señor  con  tan  gran  acrescenlamiento 
de  su  estado  como  yo  lo  deseo. — De  Monzón  á  24  de  agos- 
to (1). — Ilustrísimo  señor.- — Besa  las  manos  de  V.  S.  su 
mas  cierto  servidor. — Don  Antonio. 

Sobre, — Al  Ilustrísimo  señor  el  condes-table  de  Castilla, 
duque  de  Frias ,  mí  señor. 

(1)  En  el  respaldo  se  lee:  "Monzón  24  de  agosto,  15ít2/' 


291 


Carta  escrita  al  condestable  de  Castilla;  fecha  en  Monzón 
á  25  de  agosto  de  1542  (1). 

Llamamiento  de  tropas. — Sueldo  de  capitán  general. — Nombra- 
miento de  capitán  general  de  infantería. — Provisión  de  dinero. 
—Convenio  con  los  ingleses. — Movimiento  del  ejército  francés  ha- 
cia Perpiñan. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—G4S,fol.  204. 

Muy  ilustre  señor:  Con  Alvehar  recibí  la  carta  de  vues- 
tra señoría  hecha  en  Frias  á  1 5  deste ,  habrá  dos  ó  tres 
días,  y  sea  Nuestro  Señor  loado  por  tener  V.  S.  salud  en 
tiempo  que  tanto  la  hemos  menester,  y  bien  creo  que  se 
habrcá  holgado  V.  S.  de  la  que  S.  M.  tiene,  y  de  habelle 
errado  su  terciana,  de  la  cual  está  libre  mas  há  de  24  dias, 
gracias  á  Nuestro  Señor. 

V.  S.  ha  hecho  muy  bien  en  darse  priesa  después  del 
apercibimiento,  porque  muy  presto  será  el  llamamiento; 
aunque  la  gente  de  V.  S.  tendrá  ventaja,  que  se  llamará 
cuando  á  V.  S.  le  paresciere.  Enlode  Vilorado  no  hay  que 
hablar,  pues  se  trata  en  Valladolid,  donde  tampoco  harán 
agravio  á  V.  S.  como  acá. 

Cuanto  á  lo  que  V.  S.  escribe  á  S.  M.  todo  me  parece 
bien:  dos  cosas  quisiera  que  no  escribiera  al  señor  comen* 
dador  mayor  de  León,  ni  á  nadie,  que  son  lo  de  vuestro  sa- 
lario, tan  presto,  pues  está  claro  que  se  os  ha  de  dar,  ni 
tampoco  lo  de  capitán  general  de  infantería,  porque  acá  no 

(1)  No  está  firmada,  ni  se  indica  en  el  respaldo  el  nombre  de 
la  persona  que  la  escribió. 


292  ' 

se  ha  pensado  en  ello,  ni  hay  otro  príncipe  de  Orange,  á 
quienes  S.  M.  la  dé;  y  si  en  esto  se  hablare,  lodos  diremos  la 
razón  que  V.  S.  tiene  que  no  haya  dos  tocados  aun  luego. 
Vióse  el  memorial  de  lo  que  daban  á  su  padre,  y  paréceme 
que  ni  está  el  emperador  en  tiempo  de  dar  otro  tanto,  ni  es 
el  caso  igual  de  ir  V.  S.  á  un  socorro  como  de  entrar  su 
padre  á  conquistar  á  Francia;  cualquiera  cosa  que  sobre  su 
partido  hubiere  de  replicar  V.  S.  sea  en  carta  del  señor  co- 
mendador mayor  de  León  y  no  de  S.  M.,  aunque  ni  en  la 
una  ni  en  la  otra  querria  que  hubiese  réplica  en  este  tiem- 
po sobre  esta  materia. 

A  Alonso  de  Baeza  se  escribe  para  que  provea  de  dine- 
ros; pero  para  salir  V.  S.  con  su  casa  y  ponerse  en  Vito- 
ria ,  no  hay  necesidad  de  esperallos ,  y  hará  mucho  al  caso 
que  en  todas  las  fronteras  de  Francia  sepan  que  V.  S.  está 
ya  en  Vitoria.  •  .  . 

Guando  se  hicieren  las  cartas  de  llamamientos  genera- 
les que  será  presto,  entonces  se  señalará  la  gente  de  gran- 
des y  caballeros  y  ciudades  que  ha  de  acudir  á  V.  S.,  y  la 
que  ha  de  venir  acá. 

Vi  lo  que  le  parece  á  V.  S.  de  sacar  la  gente  de  Pam- 
plona cuando  llegare  la  castellana,  y  eso  todo  está  remitido 
al  virey  de  aquel  reino,  el  cual  se  tiene  por  muy  seguro 
de  todos  los  vecinos  que  ahora  están  dentro.  También  ten- 
go por  nuevas  de  camino  haber  dado  el  rey  católico  dineros 
al  capitán  general  francés,  que  estaba  sobre  Pamplona,  por- 
que se  levantase,  porque  era  mus  de  la  Paliza,  que  era  muy 
buen  caballero.  La  entrada  de  los  ingleses  acábela  V.  S.  con 
los  ingleses,  que  yo  la  acabaré  con  S.  M. 

A  22  de  este  mes  entraron  los  franceses  por  Ruisellon 
por  dos  partes  y  tomaron  algunos  lugarejos  de  poca  impor- 
tancia; pero  caminaba  el  ejército  con  el  artillería  gruesa,  y 


293 

por  esto  esperamos  cada  hora  nueva  de  ser  cercada  Perpi- 
fían,  y  si  no  viene  hasta  mañana,  creo  que  la  hallarán  á 
buen  recaudo.  Dios  haga  en  todo  lo  que  más  se  ha  de  ser- 
vir, y  guarde  y  acresciente  la  muy  ilustre  persona  y  esta- 
do de  V.  S.  como  yo  deseo.— De  Monzón  á  25  de  agosto 
1542. — A  V.  S.  muy  servidor  que  sus  muy  ilustres  manos 
besa. — Don  Francisco  de  Guevara  llegó  esta  mañana  con  es- 
tas cartas  de  22,  á  que  se  responde  en  esta. — Hay  ima  rú- 
brica. 

Carta  autógrafa  de  don  Martin  Luis  de  Zuloaga  al  condes- 
table de  Castilla,  fecha  en  Irun  á  25 de  agosto  de  1542. 

Le  indica  varios  medios  con  que  poder  averiguar  lo  que  pasa  en  el 
ejército  francés. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.---G  48,  foL  170. 

Illustre  y  muy  excelente  señor :  Con  Luis  de  Mendoza 
escribí  á  V.  lUustrísima  S.""  largo.  Después  vi  las  que  él 
me  trujo,  y  luego  le  escribí  que  en  ninguna  manera  se 
partiere  de  San  Sebastian  sin  que  carta  mia  hubiese,  ni  hi- 
ciese correo,  porque  esperaba  saber  algo,  y  según  don  Fili- 
pe  de  Lazcano,  nuestro  coronel,  con  quien  yo  le  escribí  lo  di- 
cho, me  ha  dicho  que  le  halló  de  camino.  A  mí  me  pesó  en 
el  alma,  porque  no  llevó  lo  que  aquí  va,  y  con  lo  que  enton- 
ces se  supo  y  lo  que  agora  lo  he  sabido ,  que  en  este  punto 
vengo  del  paso  que  me  llamó  un  hombre  porque  habia  fa- 
cundia de  guardas,  parescióme  que  debia  hacer  un  men- 
sajero á  V.  S.,  y  así  va  el  portador  desta;  y  como  por  otra 
tengo  escrito  á  V.  S. ,  grand  descanso  ternía  yo  en  que 
V.  S.  mandase  á  los  correos  ordinarios  de  aquí  hasta  don- 


294 

de  V.  S.  está,  que  los  despachos  lleven  á  V.  S.  sin  cosías, 
y  que  S.  M.  los  salarie  ó  el  correo  mayor,  de  manera  que 
cuando  cosa  nueva  se  ofreciere  tenga  con  quien  enviar,  por- 
que después  que  recebí  las  cartas  de  V.  S.,  he  trabajado 
saber  lo  posible,  como  aquí  en  estos  memoriales  V.  S.  lo  ve- 
rá ,  y  también  he  buscado  y  hallado  por  diversas  vias  quie- 
nes se  ofrecen  que  vayan  á  Pao  y  á  Munderaarsan,  y  á 
donde  el  golpe  de  Ja  mayor  parte  de  la  gente  del  príncipe 
don  Enrique  está,  en  especial,  un  amigo  mió  se  rae  ha 
ofrecido  que  él  irá  con  una  carga  de  acero  que  le  dé  de  lo 
que  se  hace  en  Mondragon,  que  cuesta  13  ducados,  y  á  true- 
que traerá  de  Bearna  su  valía  en  cueros  cordobanes  de  pe- 
lo, y  so  color  desto  verá  lo  que  pasa  y  me  dirá  lo  que  vie- 
re; pero  que  si  toma  este  principio  que  querrá  llevarlo  el 
cargo  adelante  hasta  que  se  deshaga  el  campo  que,  y  hecho 
este  viaje,  si  me  contentare  de  la  diligencia,  que  le  pagué 
por  cada  viaje  conforme  su  servicio  y  merecimiento,  pues 
el  risgo  lo  requiere. 

Otro  se  me  ha  ofrecido  de  mas  calidad,  que  pide  por  es- 
ta diligencia  mayor  salario,  que  también  es  gran  ami- 
go mió. 

Yo  he  enviado  á  decir  con  un  muy  cercano  pariente  su- 
yo al  señor  de  Álzate,  que  por  lo  que  á  él  conviene,  le  deseo 
hablar  dos  palabras  en  secreto,  y  que  él  holgará  de  haber  ha- 
blado conmigo,  porque  como  se  ha  publicado  que  V.  S.  nos 
viene  con  toda  Castilla,  que  en  mano  de  V.  S.  está  hacer  de 
su  hacienda  loque  fuere  su  voluntad.  Tengo  determinado  de 
decírselo  en  secreto  del  á  mí,  si  me  pudiere  ver  con  él,  que 
mire  las  mercedes  que  el  condestable  mi  señor,  que  haya 
gloria,  le  hizo  en  tiempo  de  las  comunidades,  y  después 
cuanto  le  favoreció  sobre  la  merced  que  S.  M.  hizo  de  sus 
bienes  de  la  Rentería,  y  quedó  con  ellos,  y  lo  que  hizo  para 


295 

con  el  manchar  de  Navarra,  y  que  si  algún  servicio  á 
V.  S.  quisiere  hacer,  que  V.  S.  le  hará  mayores  mercedes 
que  hasta  aquí  le  han  hecho,  y  asegurará  su  hacienda  sin 
que  la  tierra  le  sienta. 

Otro  se  me  ha  venido  esta  mañana ,  diciendo  que  él  tie- 
ne persona  que  me  avisará  mejor  que  cuantos  hay,  mas  que 
le  pague  hien.  De  manera  que  hay  quienes  se  ofrezcan, 
y  en  ninguno  dellos  me  fio  tanto  como  en  este,  que  dice 
que  quiere  llevar  el  acero,  porque  demás  que  él  es  homhre 
que  trata  en  semejantes  cosas,  es  gran  amigo  mió,  y  por 
interés  él  y  todos  cualquier  cosa  harán.  Tengo  concertado 
con  dos  deslos,  que  cuando  yo  les  llamare  se  me  vengan 
el  uno  á  un  cabo  y  el  otro  á  otro.  Si  V.  S.  es  servido  de 
proveer  con  que  sean  pagados,  que  piden  mucho,  pues  hay 
en  Fuenterrabía  seis  mil  ducados  del  rey  y  dos  mil  en  San 
Sebastian ,  espero  saber  lo  que  pasa  en  este  ejército,  y  aun 
pienso  que  no  quedará  persona ,  de  manera  que  no  se  me 
ofrezca  áesto,  por  interese  y  por  hacerle  ver  con  algunos 
destos,  quisiera  que  Luis  de  Mendoza  viniera  hasta  aquí, 
porque  -fuera  testigo  para  con  V.  S.  y  teniendo  con  quien 
escribir  á  V.  S.  y  con  que  contentar  á  estos  hombres,  espero 
en  Dios  que  V.  S.  sabrá  de  alguno  dellos  la  verdad,  aunque 
será  gran  ventura  por  ser  todos  ellos  fingidos  y  tiranos,  y 
para  esto  suplico  á  V.  S.  me  haga  merced  de  enviarme  una 
cédula  para  que  nadie  me  ponga  impedimiento  en  la  plática 
dellos  ni  á  ninguno  que  á  mí  vengan,  ni  le  descubran  ni  le 
maltraten,  así  para  esla  provincia  como  para  Navarra,  por- 
que en  Vera,  dos  leguas  de  aquí,  de  donde  es  natural  el  se- 
ñor Álzate,  en  un  mojón  dentre  Navarra  y  Francia,  rae  ten- 
go de  ver  con  él,  aunque  temo  que  aunque  lo  quiera  no  osa- 
rá de  temor  que  le  sientan;  y  con  este  amparo,  y  teniendo 
postas  pagadas  y  recado  para  los  CvSpías,  V.  S.  sabrá  ca- 


296 

(la  dia  lo  que  ellos  dirán,  y  no  se  perderá  punto  en  poner 
diligencia. 

También  quiero  avisar  á  V.  S.  como  un  vizcaíno  que 
se  llama  Hartuño  de  Aresti,  por  una  muerte  que  hizo  en 
Bilbao,  huyó  á  Bayona,  y  estuvo  ende  dos  años  y  más,  y 
agora  puede  haber  un  mes  que  mosier  de  Bueri  le  mandó 
venir,  y  está  so  amparo  de  don  Sancho  en  Fuenterrabía: 
cosas  dice  de  algunas  flaquezas  de  Bayona ,  que  estoy  sa- 
tisfecho que  V.  S.  con  el  ejército  que  trae  le  podrá  ganar: 
yo  le  he  dicho  que  no  diga  nada ,  que  por  ventura  alguno 
le  hablará  para  ponerlo  por  obra.  El  háse  ido  muy  mal  tra- 
tado de  los  de  Bayona,  y  se  tornará  turco  por  vengarse 
dellos.  V.  S.  proveerá  lo  que  fuere  servido. 

Yo  estoy  con  la  mayor  gloria  del  mundo  en  saber  que 
V.  S.  sea  sobre  todos  como  ha  sido ,  y  en  ver  la  provisión 
real  y  cédula  que  V.  S.  ha  enviado,  y  todos  estos  capita- 
nes y  gente  de  su  provincia  han  holgado  tanto,  que  hasta 
las  mujeres  están  dando  loores  á  Dios  por  la  infinita  merced 
que  Dios  nos  ha  hecho,  é  yo  sobre  todos  que  aun  de  gozo 
no  sé  lo  que  digo. 

Este  correo  es  hombre  cierto  que  V.  S.  podrá  si  es  ser- 
vido enviar  cualquier  cosa  con  él ;  porque  á  Diego  de  Er- 
mu  (1)  y  á  él  suelo  de  enviar  y  á  otros  que  son  de  con- 
fianza y  nunca  hacen  falta. 

Un  obispo  portugués,  mucho  mi  señor ,  ha  estado  en  Ba- 
yona obra  de  cinco,  años  con  unos  dotores  entendiendo  en 
un  pleito  que  trata  el  rey  de  Portugal  con  el  rey  Francia, 
sobre  ciertos  daños  que  los  unos  á  los  ot'-os  han  hecho ,  y 
agora  les  ha  mandado  mosier  de  Bueri  que  salgan  y  han 
venido  aquí.  Dormió  en  mi  casa,  y  holgó  .y  fui  con  él  á 

(1)  Es  dudosa  la  lectura  de  este  apellido. 


297 

Fuentcrrabía,  y  de  allí  se  fué  á  San  Sebastian.  Escribí  con 
él  á  Luis  de  Mendoza  que  le  hablase  y  que  él  le  diria  lo  que 
sentió  en  Bayona,  y  hallóle  partido,  y  así  va  un  memorial 
destos  que  él  me  hizo  hacer  con  lo  que  dijo ,  que  va  seña- 
lado. También  me  ha  dicho  que  la  flaqueza  que  dice  esle 
vizcaíno,  tiene  razón,  porque  lo  mesmo  ha  sentido  él  y 
visto. 

Esta  carta  escribí  ayer  tarde  jueves,  y  estando  escri- 
biendo se  me  vino  un  navarro  y  me  dijo  que  esta  mañana 
se  me  vernía  y  concertaría  conmigo  quien,  y  por  cuanto  se 
irá  á  Bearna,  á  donde  el  golpe  de  la  gente  está,  y  así  le 
estoy  aguardando;  si  tardare,  cerraré  ésta  y  se  irá  el  correo, 
y  cuanto  mas  tardare,  sabré  mas,  porque  he  echado  tantas 
redes  por  todas  partes,  que  espero  me  dirán  lo  que  se  les 
antojare,  y  entre  algunos  habrá  quien  dirá  la  verdad. 

El  que  me  trujo  las  plumas  que  á  V.  S.  envié,  me  avi- 
saba de  todo  lo  que  en  Bayona  y  desta  parte  pasaba ,  y  el 
que  más  puede  con  recelo  que  tenia  que  á  V.  S.  le  avisase, 
ha  tenido  formas  como  le  han  acusado  de  espía  que  entiende 
conmigo,  y  le  han  pensado  maltratar,  aunque  yo  he  dado 
á  entender  á  algunos  amigos  que  no  entendía  en  más  de 
traerme  algunas  plumas  para  algunos  destos  capitanes,  co- 
mo ellos  lo  sabían ,  y  así  están  satisfechos,  y  no  osan  hablar 
conmigo,  y  más  se  teme  él  y  otros  de  los  desta  parte  que 
de  los  suyos;  y  de  que  á  V.  S.  viere,  diré  la  claricia,  que  si 
desta  parte  no  me  descubriesen  algunos  privados  de  nuestro 
mayor,  por  los  de  Francia  yo  lernía  remedios,  y  venido 
alguno  aquí  por  V.  S.,  lo  remediara. 

Después  de  escrito  lo  susodicho  ha  llegado  aquí  el  na- 
varro, que  en  tiempo  del  duque  de  Alburquerque  entendió 
en  compañía  de  un  platero  de  Pamplona,  y  fué  muy  queri- 
do y  se  aprovechó,  que  lo  sé  yo,  porque  como  el  duque  po- 


298 

saba  en  mi  casa ,  á  mí  se  me  encomendaban  estos  oQciales, 
y  después  esle  fué  uno  de  los  que  entendió  entre  el  condes- 
table mi  señor,  que  haya  gloria ,  y  el  manchal  en  todo  lo 
que  se  efectuó:  agora  me  ha  dicho  que  desea  servir  á  V.  S., 
y  que  dejará  de  servir  á  quien  sirve  porque  queda  mal  sa- 
tisfecho, y  dice  que  desea  mudanza  de  bien  á  mejor.  Yo  le 
he  animado  y  dado  mucha  esperanza  de  provecho;  queda 
que  V.  S.  proveerá  de  lo  que  fuere  servido,  y  en  proveyen- 
do, que  le  llame  y  entenderá  ponerlo  por  obra. 

Del  señor  de  Álzate  me  dice,  que  si  bien  le  quiero,  que 
no  cure  de  hacer  caso  del ,  porque  á  sentirle,  seria  á  la  hora 
perdido,  aunque  la  voluntad  no  la  tiene  perdida.  Un  her- 
mano deste  navarro  sirve  al  señor  de  Álzate  por  lacayo,  y 
téngome  por  cierto  que  por  mostrarse  el  dicho  señor  por 
muy  servidor  de  su  rey,  procura  lodo  lo  posible  por  saber 
lo  que  aquí  pasa,  y  queste  hombre  entiende  mas  por  él  que 
por  lo  desta  parte;  pero  por  todo  esto,  V.  S.  dará  remedio 
como  no  pueda  hacer  mucho  daño ,  que  agoardarle  los  via- 
jes y  pláticas ,  y  cebarle  con  lo  que  buenamente  se  pudiere 
cebar ,  y  en  lo  demás  cerrarle  las  puertas 

Yo  soy  muy  largo,  pero  mas  quiero  que  V.  S.  me  tenga 
por  prolijo  que  por  descuidado ,  porque  sé  que  V.  S. ,  como 
por  las  suyas  me  lo  manda,  será  servido  saber  estas  particu- 
laridades ,  y  en  verdad  digo  que  mucho  dejo  de  decir  por  no 
ser  tan  prolijo,  y  deseo  que  persona  V.  S.  enviase  aquí  di- 
simulado á  sentir  estas  cosas,  y  á  que  supliese  mis  faltas^ 
y  á  que  lo  que  yo  supiese  y  avisase  él  proveyese ,  é  si  no, 
como  fronterero,  haré  como  lo  he  comenzado,  que  no  per- 
deré punto. 

Yo  he  asegurado  á  dos  personas  que  les  satisfaré  bien, 
y  que  me  avisen  de  lo  que  sentieren.  Yo  he  seido  encargado 
por  don  Sancho  para  algo  desto,  y  de  que  sentió  que  V.  S. 


^99 

me  escrebia ,  me  cerró  las  puertas  y  echó ;  pero  yo  lie  di- 
cho que  no  ha  tenido  razón ,  y  que  hace  como  general ,  y 
así  lo  he  sufrido ;  pero  á  tener  libertad  y  amparo  de  V.  S. 
sabré  lo  que  pienso,  que  nadie  lo  sabrá,  si  no  me  hacen 
daño  los  desta  parte,  que  sé  quienes  son,  y  sabrá  V.  S.  al- 
gún dia  que  le  fuere  á  besar  las  manos. 

Somos  viernes  á  las  diez  horas  de  la  mañana,  y  esta 
mañana  en  amaneciendo  fui  al  paso  de  Beovia,  y  háme 
dicho  un  amigo  mió  que  las  zabras  de  San  Juan  de  Luz, 
que  son  las  principales,  tres  han  salido  á  la  mar  y  las  han 
visto. 

El  castillo  de  Beovia  trabajan  cmcuenla  ó  sesenta  hom- 
bres en  derrocar  un  lienzo  y  un  cubo  desta  parte  de  Irun, 
de  la  muralla  abajo;  sábenio  todos  los  franceses  y  están 
confusos  por  no  sentir  la  causa. 

Esta  mañana  se  han  ido  deste  pueblo  tres  banderas  que 
vinieron  habrá  cuatro  dias,  de  los  dos  mil  hombres  desta 
provincia  que  vinieron  á  socorrernos  á  esta  frontera.  Que- 
da aquí  el  coronel  solo  con  nosotros.  Díceme  que  se  parte 
mañana  sábado,  y  que  don  Sancho  les  ha  mandado,  por- 
que no  hay  necesidad  que  tanto  gasto  se  haga. 

El  castillo  de  Beovia  desmamparará  el  alcaide,  segund 
se  deshace,  dentro  destos  dos  ó  tres  dias,  y  no  queda  quien 
goarde  el  paso,  ni  en  este  pueblo  hay  quien  cargo  tenga. 
Si  V.  S.  I.  me  hace  merced  que  yo  tenga  cargo ,  y  que 
sin  mí  nadie  hable  con  franceses,  ni  sin  que  yo  sea  pre- 
sente, y  los  que  secretamente  hablaren  y  espiaren,  como 
hay  algunos  de  quienes  hay  sospecha,  que  se  lleven  ante 
el  corregidor  desta  provincia,  porque  pasan  muchas  cab- 
telas,  que  todo  terna  V.  S.  de  su  mano  como  agora  lo  tiene 
nuestro  general  pasado. 

Esto  no  suplico  á  V.  S.  porque  hay  provecho,  más  del 


300 

mandar  y  sentir  las  inteligencias  de  algunos,  que  me  pa- 
resce  que  es  razón  que  todo  lo  sepa  V.  S. ,  y  todo  lo  que  á 
mí  se  me  ha  mandado,  á  todos  mande  V.  S.  En  este  pue- 
blo no  tenemos  ningún  propio,  ni  justicia,  ni  quien  mande 
mas  uno  que  otro,  aunque  algunos  particulares  lo  gobier- 
nan ,  y  cada  noche  hacemos  nuestras  guardias  á  nuestra 
costa,  y  agora  que  se  deshace  este  castillo  conviene  que  de 
dia  también  la  hagamos,  y  como  digo,  sin  que  haya  quien 
lo  mande  ni  tengamos  con  qué.  A  V.  S.  torno  á  suplicar 
provea  de  su  mano,  y  á  mi  no  me  olvide.  Y  si  bastimento 
viniese  á  esta  frontera  y  se  encomendare  á  algún  vecino, 
que  V.  S.  tenga  memoria  de  mí.   ' 

Hánme  dicho  unos  amigos  míos  de  Francia  que  antes 
de  seis  meses  ha  de  pasar  infinita  mercadería  por  esta  fron- 
tera. V.  S.  esté  prevenido  para  que  en  Vitoria  el  aduanero 
no  tome  ninguna  mano  que  á  los  derechos  de  V.  S.  perte- 
nezca, y  á  ser  yo  guarda,  todo  lo  que  al  servicio  de  V.  S. 
cumpliere  será  muy  bien  guardado ,  y  nadie  hará  cabtela 
como  en  la  guerra  pasada ;  esta  goarda  en  tiempo  de  guer- 
ra solia  poner  el  capitán  general ;  y  pues  V.  S.  es ,  como 
ha  seido  sobre  todos ,  el  proveer  es  dado  á  V.  S. 

Y  así  por  agora  no  tengo  otro  que  decir,  ilustrísimo 
señor  ,  Nuestro  Señor  guarde  y  aumente  vida  y  estado 
de  V.  S.  con  mucha  salud  y  muy  larga  vida. — De  Irun 
viernes  á  las  tres  horas  después  de  mediodía ,  25  de  agos- 
to.— Ilustrísimo  y  muy  excelente  señor. — Pies  y  manos  de 
V.  S.  I.  humilmentc  besa. — Martin  Ruiz  de  Zuluaga. 

Sobre, — Al  ilustrísimo  y  muy  excelente  señor  el  con- 
destable de  Castilla,  duque,  conde  y  capitán  general  Des- 
paña, etc. 


I 


301 


Carta  autógrafa  del  licenciado  Becerra  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Garnica  á  26  de  agosto  de  1542. 

Embargo  de  naves. — El  señorío  de  Vizcaya  ofrece  dos  mil  hombres 
para  esta  guerra. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—  C  48,  fol.  184. 

Muy  ilustre  señor:  Una  letra  de  vuestra  señoría  resci- 
bí,  por  la  cual  me  mandaba  biciese  junta  é  restase  las  naos 
que  se  hallasen  en  este  señorío,  é  las  naos  están  restadas 
é  vistas  por  don  Miguel ,  como  él  más  largo  dirá  á  vuestra 
señoría.  Municiones  é  bastimentos  en  esta  tierra  no  los 
hay,  como  por  memoria  lleva  don  Miguel.  La  junta  se  hizo 
luego;  é  este  señorío  ofresce  dos  mili  hombres,  como  va 
por  testimonio  dello ,  y  como  esta  sea  tierra  de  tanta  pasión, 
quasi  no  se  pudieron  concertar.  Lo  que  suplico  á  vuestra 
señoría  es  que  cuando  hayan  de  ir  que  sea  servido  de  man- 
dar que  yo  vaya  con  ellos  hasta  donde  sea  servido,  porque 
así  se  ha  hecho  otras  veces  por  causa  de  los  escándalos  que 
en  ello  suele  suceder ,  que  cada  uno  destos  parientes  ma- 
yores ha  de  pretender  de  ir  por  capitán ;,  ó  á  lo  menos  de 
su  parcialidad,  donde  cada  uno  iria  por  su  parte,  y  S.  M. 
y  vuestra  señoría  no  será  servido  que  haya  diferiencia  en- 
tre ellos ;  é  desto  aviso  á  vuestra  señoría  para  que  provea 
lo  que  sea  su  servicio ,  é  en  todo  lo  demás  me  refiero  á  don 
Miguel,  que  ha  pasado  en  su  presencia  todo.,  é  suplico  á 
vuestra  señoría  me  mande  como  á  su  vasallo.  Nuestro  Se- 
ñor la  muy  ilustre  persona  de  vuestra  señoría  guarde  y  es- 
tado acreciente  como  por  sus  servidores  es  deseado. — A 


502 

25  (le  agosto,  de  Garnica.— Su  servidor  é  vasallo  de  V.S. 
- — El  licenciado  Becerra.— -Con  rúbrica. 

Sobre. — Al  muy  ilustre  señor  condestable  de  Castilla, 
capitán  general  de  S.  M.  mi  señor. 


Carta  del  comendador  mayor  de  León  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  26  de  agosto  de  1542. 

Que  se  le  proveerá  de  todo  lo  necesario ,  y  mas  tarde  se  tendrá 
cuenta  con  sus  intereses  particulares. 

Biblioteca  Nacional. -Sala  de  3iSS.—  G  48 ,  fol.  218. 

Muy  ilustre  señor:  Recibí  la  carta  de  V.  S,  del  22  del 
presente,  y  S.  M.  vio  muy  particularmente  todo  lo  que  V.  S. 
scribe  tocante  á  la  jornada  presente ;  y  porque  también  le 
responde  largo  á  todo  ello,  á  mí  me  queda  poco  que  decir 
remitiéndome  á  su  carta.  Solamente  digo  que  como  por 
ella  verá,  se  provee  agora  lo  que  se  puede,  y  llegado  S.  M. 
á  Zaragoza  se  entenderá,  placiendo  á  Dios,  en  proveer  todo 
lo  que  será  menester.  V.  S.  no  se  congoje  en  tanto  y  haga 
lo  que  pudiere  y  viere  que  conviene,  que  espero  en  Dios, 
que  con  su  prudencia  y  valor  á  todo  dará  buen  recaudo. 
En  lo  demás  tocante  á  los  intereses  particulares  de  V.  S., 
paresce  al  señor  comendador  mayor  de  Castilla  y  á  mí,  que 
aun  es  temprano  para  hablar  en  ello,  y  adelante  habrá  tiem- 
po de  tratar  dello  con  mejor  oportunidad,  que  agora  sola- 
mente nos  parece  que  V.  S.  debe  atender  á  satisfacer  y  pro- 
veer á  lo  que  se  ofresce. 

Yo  he  andado,  y  ando  algo  achacoso  y  cansado,  así  de 
mis  indisposiciones  como  de  negocios;  pero  todavía  me  sien- 


to  agora  mejor,  y  así  espero  en  Dios  que  será  adelante  para 
servir  á  V.  S.  Y  no  quiero  dejar  de  suplicarle  que  mire  tam- 
bién por  su  salud  y  que  estas  ocurrencias  tome  sin  ofender  á 
ella  con  demasiado  cuidado  y  trabajo.  Guarde  Nuestro  Señor 
y  acreciente  la  muy  ilustre  persona  y  estado  de  V.  S.  como 
desea.— De  Monzón  á  26  de  agosto. — Muy  cierto  servidor  de 
V.  S.  que  sus  manos  besa. — Cobos,  comendador  mayor. 
— Con  rúbrica. 

Sobre. — Al  muy  Ilustre  señor  mi  señor  el  condestabI(í 
de  Castilla,  etc. 


Carta  autógrafa  dirigida  al  condestable  de  Castilla ,  desde 
Monzón  á27  de  agosto  (i)  de  1542. 

Avisa  que  las  tropas  españolas  no  habían  podido  entrar  en  Perpi- 
ñan,  y  que  los  franceses  corrían  todo  aquel  condado. 

Biblioieca  Nacional.— Sala  de  MSS.'-G  48,  foL  206.    ' 

Muy  ilustre  señor :  Porque  tengo  escrito  mas  largo  ,  no 
lo  seré  en  esta.  De  F^erpiñan  no  tenemos  mas  nueva  desde 
la  postrera  carta  que  escribió  don  Juan  de  Acuña  á  2o  en 
la  noche ,  que  estaban  ya  allí  los  enemigos,  y  que  no  creía 
que  podrían  ya  entrar  las  cuatro  banderas  de  V.*  y  Zara- 
goza. El  duque  Dalva  escribe  el  26  de  Barcelona  como  los 
franceses  corrían  todo  el  condado,  y  aunque  decian  que 
fortalecían  á  Estagel ,  una  villeta  de  un  caballero,  que  han 
tomado,  que  está  en  la  montaña  de  Salsas  algunas  leguas. 


(1)  No  tiene  firma  esta  carta,  ni  se  indica  en  el  respaldo  quien 
la  escribió.  Tampoco  se  expresa  el  mes;  pero  del  contenido  se  in- 
fiere que  fué  en  agosto,  y  por  esto  lo  hemos  puesto  en  el  epígrafe. 


304 

Si  aquellas  cuatro  banderas  entraran  é  entrasen  en  Perpi- 
ñan,  yo  estuviera  muy  descansado;  y  así  creo  que  harán 
el  deber  los  que  están  dentro  que  son  muchos  gentiles  hom- 
bres, que  son  los  que  defienden  las  plazas,  y  sobre  todo 
Dios,  el  cual  guarde  y  acreciente  la  muy  iluslre  persona  y 
estado  de  V.  S.  como  yo  deseo. — De  Monzón  á  27  en  la  no- 
che bien  tarde. — De  V.  S.  mayor  servidor  que  sus  muy 
ilustres  manos  besa. 

Sobre. — Al  muy  ilustre  señor  mi  señor  el  condestable 
de  Castilla ,  duque  de  Frias,  capitán  general  de  S.  M.  en 
la  frontera  de  Navarra. 

En  el  respaldo  se  lée:  Monzón  27,  1542. 


Minuta  de  cédula  del  emperador  Carlos  V  al  diputado  gene- 
ral, caballeros,  escuderos,  hombres  hijos  dalgo  de  la 
ciudad  de  Vitoria. 

Biblioteca  Nacional. — Sala  de  MSS.-^G  48,  fol.  48. 

EL  REY. 

Diputado  general,  caballeros,  escuderos,  omes  hijos 
dalgos  de  la  cibdad  de  Vitoria,  provincia  de  Álava  y  sus 
hermandades.  Por  otras  nuestras  cartas  habréis  entendido  el 
estado  en  que  están  las  cosas  y  los  ejércitos  que  vienen  á 
ofender  á  estos  reinos ,  así  por  la  parte  de  Perpiñan  como 
de  la  de  Navarra  y  provincia  de  Guipúzcoa ,  y  como  os  en- 
viamos á  mandar  que  estuviésedes  apercebidos  y  á  punto 
de  guerra  para  acudir  á  lo  de  Guipúzcoa  y  Navarra.  Como 
habréis  visto  después  habemos  tenido  cartas  de  don  Sancho 
de  Leiva,  nuestro  capitán  general  de  la  dicha  provincia, 


i 


305 

en  que  nos  avisa  coinO  en  breve  entraría  el  ejército  por 
aquella  parte  y  armada  de  mar  á  cercar  á  Fuenlerrabía  y 
San  Sebastian;  y  por  otra  parte  que  don  Felipe  de  Lazcano 
escribió  á  la  villa  de  San  Sebastian  parece  que  tenia  ya 
ocupado  el  paso  de  Beovia;  y  según  esto  ya  deben  estar 
sobre  alguna  de  aquellas  villas;  y  como  quiera  que  soy 
cierto  que  según  lo  que  os  babemos  escrito  estaréis  todos 
apercebidos  y  á  punto  de  guerra  para  ocurrir  y  emplearos 
en  lo  que  se  ofreciere ,  todavía  porque  para  socorrer  estas 
plazas  ó  cualquier  dellas  que  cercaren  los  enemigos ,  con- 
viene juntarse  grueso  ejército  y  armada  de  mar,  y  para 
ello  habemos  nombrado  y  elegido  por  nuestro  capitán  ge- 
neral al  condestable  de  Castilla,  y  le  habemos  enviado 
nuestro  poder  y  facultad  para  que  en  todo  haga  y  ordene 
lo  que  conviniere,  como  Nos  mismo  lo  podríamos  hacer  ,  y 
provea  que  se  junte  la  armada  de  mar  que  conviniere  para 
ir  á  socorrer  á  San  Sebastian  y  Fuenterrabía ;  por  ende  Yo 
vos  encargo  y  mando  que  usando  de  vuestra  fidelidad  y 
antigua  lealtad,  con  toda  la  diligencia  que  sea  posible  os 
aderecéis  y  pongáis  á  punto  de  guerra,  bien  armados  y  en 
orden  para  ocurrir  donde  el  condestable  os  escribiere  y  or- 
denare ,  cumpliendo  en  esto  y  en  lo  demás  lo  quél  de  nues- 
tra parte  os  mandare,  como  si  Nos  mismo  en  persona  os 
lo  mandásemos,  que  demás  de  cumplir  con  lo  que  debéis 
y  sois  obligados  nos  haréis  en  ello  placer  y  servicio. — De 
Monzón  á  27  de  agosto  de  1542, — Yo  el  rey. — Por  man- 
dado de  S.  M. — Juan  Vázquez. 


Tomo  XLIII.  20 


506 


Carta  original  del  emperador  Carlos  V  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  27  de  agosto  de  1542. 

Le  manifiesta  las  disposiciones  que  ha  tomado  para  la  defensa  y  pro- 
visión de  Navarra  y  Provincias  Vascongadas. 

Biblioieca  Nacional.-^ Sala  de  MSS,-G  48,  fol  dOO. 

EL  REY. 

Condestable  primo:  Vi  vuestra  letra  de  22  del  presente, 
y  yo  creo  bien  que  como  tan  cierto  servidor  nuestro  os  em- 
pleareis siempre  en  servirme  con  la  voluntad  que  decís ,  y 
así  os  lo  agradezco  mucho;  y  por  estar  tan  satisfecho  desto 
os  quisimos  encomendar  ese  cargo  de  nuestro  capitán  ge- 
neral ,  y  espero  en  Nuestro  Señor  os  dará  la  salud  que  de- 
seáis para  que  podáis  servirnos  en  él  como  lo  esperamos. 

Cuanto  á  lo  del  dinero  yo  creo  bien  que  si  vos  tuviéra- 
des  el  que  deseáis  para  servirnos,  que  no  fuera  menester 
hacer  otra  provisión;  pero  lo  que  os  screbimos  no  fué  sino 
que  proveyésedes  lo  que  fuese  menester  entretanto  que  lle- 
gaba el  que  proveíamos  que  se  os  llevase  de  Valladolid, 
porque  no  se  perdiese  tiempo  en  lo  del  armada  que  se  ha- 
bía de  juntar  para  el  socorro  de  San  Sebastian,  pensando 
que  estaba  cercada  aquella  villa,  como  se  nos  scribió,  y 
pues  aquel  arma  que  dieron  los  franceses  no  fué  cierta ,  no 
será  menester  hacer  gasto  en  la  dicha  armada  en  juntarla, 
antes  scribireis  á  los  corregidores  que  desembaracen  los  na- 
vios que  les  habíades  ordenado  que  restasen ,  avisando  á 
lodos  los  que  los  tienen  en  la  costa  de  Vizcaya ,  Guipúzcoa 
y  las  Cuatro  Villas  de  la  costa  de  la  mar,  que  los  armen  y 


507 

pongan  en  orden  para  lo  que  se  ofresciere,  y  para  resistir  y 
ofender  á  los  enemigos,  y  que  no  salgan  de  olra  manera 
porque  no  resciban  daño  dellos ,  ni  tampoco  sera  necesario 
que  se  gasten  dineros  en  avituallar  á  Pamplona ,  San  Se- 
bastian y  Fuenterrabía ,  porque  ya  esto  está  proveído ,  ni 
en  espías  al  presente,  pues  de  Juan  de  Vega  y  don  Sancho 
de  Leiva  habéis  vos  de  ser  avisado  de  todo,  y  ellos  tienen 
recaudo  de  dinero  para  estos  gastos ,  y  para  en  caso  que  se 
ofrescan  otros  que  no  podáis  excusar,  lo  cual  os  encarga- 
mos miréis  mucho  cómo  se  hace,  porque  las  nescesidades 
que  se  nos  ofrescen  son  las  que  sabéis ,  habernos  mandado 
que  se  os  lleve  algún  dinero,  y  proveído  que  vayan  á  re- 
sidir con  vos  los  oficiales  del  sueldo  que  pedís,  y  también 
al  correo  mayor  habemos  mandado  que  ponga  las  postas 
donde  vos  le  ordenárdes. 

La  diligencia  que  hecistes  para  saber  la  gente  con  que 
nos  podrá  servir  Guipúzcoa  y  Vizcaya  y  Álava  está  bien. 

En  lo  del  navio  de  la  Religión,  como  cesó  la  necesidad, 
aunque  la  villa  de  San  Sebastian  le  había  ya  tomado  el  ar- 
tillería y  municiones  para  meterla  en  aquella  villa,  después 
don  Sancho  nos  ha  scripto  que  gelo  habia  mandado  res- 
tituir ;  y  así  proveeréis  vos  que  se  haga ,  porque  antes  es 
razón  de  ayudar  á  aquella  Orden ,  que  no  embarazarle  sus 
navios,  pues  siempre  se  ocupan  contra  infieles. 

Está  bien  haber  enviado  mis  cartas  al  duque  de  Medi- 
naceli,  condes  de  Salinas,  Nieva  yAguilar,  y  al  marqués 
de  Poza  para  que  pongan  en  orden  su  gente  y  la  envíen,  y 
así  haber  scripto  al  diputado  de  Álava  y  alcalde  de  Vito- 
ria para  que  tuviesen  proveída  de  bastimentos  aquella 
ciudad. 

Lo  que  se  proveyó  en  lo  del  cargo  del  marqués  Mari- 
chai,  y  también  en  lo  de  la  persona  que  habia  de  nombrar 


508 

el  condestable  de  Navarra,  fué  conforme  á  lo  que  nos  scvU 
bió  el  visorey ,  al  cual  habentios  mandado  que  allá  lo  orde- 
ne, trate  y  concierte  con  ellos  de  manera  que  nos  puedan 
mejor  servir. 

Lo  que  nos  acordáis  que  tenga  igual  cuidado  de  lo  de 
Pamplona,  San  Sebastian  y  Fuenterrabía  que  de  lo  de  Per- 
piñan ,  y  que  es  necesario  que  sepan  todos  que  nos  sirven 
tanto  en  esa  parte  como  en  esta  otra,  os  agradescemos  mu- 
cho lo  que  decís  muy  bien ,  y  así  teniendo  respecto  á  todo 
ello,  habemos  determinado  nuestra  partida  á  Zaragoza  para 
estar  allí  á  propósito  y  más  cerca  de  lo  de  Navarra  y  Guipúz- 
coa, y  no  lejos  de  Perpiñan;  y  así  en  lo  que  ordenamos  y 
proveyéremos  para  la  resistencia  de  los  enemigos  se  lerna 
igual  cuidado  de  todo,  teniendo  respecto  á  ocurrir  á  la  ma- 
yor necesidad ,  pues  todo  es  de  tan  gran  importancia  como 
sabéis. 

En  lo  del  artillería  y  municiones  que  pedís,  llegado  el 
comendador  mayor  de  Alcántara,  se  platicará  con  él  de  don- 
de se  proveerá,  en  caso  que  sea  menester,  y  os  daremos 
aviso  dello. 

Decís  que  seria  bien  que  yo  mandase  ir  personas  que 
tuviesen  experiencia  de  guerra  para  que  estuviesen  en  Pam- 
plona, San  Sebastian  y  Fuenterrabía,  y  que  algunos  os 
fuesen  á  dar  razón  cómo  están  aquellos  lugares,  y  lo  que 
paresce  que  conviene  que  se  provea  en  ellos.  En  Pamplo- 
na no  hay  que  proveer  sino  lo  de  la  gente  que  ya  tenemos 
nueva  que  camina;  á  los  otros  lugares  vos  podréis  enviar  la 
persona  que  os  pares  cié  re  para  saber  cómo  están,  y  pro- 
veer que  se  pongan  en  la  orden  que  coviene,  así  de  gente 
como  de  bastimentos. 

En  lo  de  los  alemanes  teniendo  el  cuidado  que  es  razón 
de  socorrer  lo  destos  reinos,  ha  muchos  dias  que  proveímos 


309 

que  se  nos  enviasen  los  que  estaban  en  Milán,  que  son  lias- 
la  cuatro  mil ,  los  cuales  nos  scribió  el  príncipe  Doria 
que  estarían  embarcados  en  toda  la  semana  pasada ,  y  se- 
gún esto  ya  no  pueden  tardar  de  llegar  á  Barcelona,  y  por 
parescer  poco  el  número,  según  la  pujanza  de  los  enemigos, 
habemos  proveído  que  bajen  otra  buena  banda  de  ellos,  los 
cuales  serán  brevemente  donde  se  ban  embarcado  estos 
otros,  porque  traer  los  españoles  que  están  en  Milán  no  con- 
viene, porque  si  quedase  aquello  sin  alguna  guardia  ,  esta;- 
ria  á  mucbo  peligro,  en  especial  teniendo  los  enemigos  tan 
gran  guarnición  en  el  Piamonte. 

Cuanto  á  la  provisión  de  pan ,  si  le  bebiese  en  Galicia 
en  abundancia,  bueno  seria  de  traer.  A  Flándes  se  ba  scrip- 
to  y  á  Secilia,  y  brevemente  esperamos  que  verná  una  bue- 
na cantidad  de  todas  partes.  El  traerlo  de  Ingalalerra  debéis 
vos  tratar  con  algunos  mercaderes  que  se  encargasen  de 
ello ,  que  yo  scribiré  al  rey  que  dé  licencia  para  la  saca  ;  y 
no  seria  malo  que  también  tratásedes  con  el  prior  y  cónsu- 
les de  Burgos,  que  á  la  vuelta  desla  flota  que  agora  ha  de 
ir  trujesen  alguna  buena  cantidad  de  pan,  así  de  Flándes 
como  de  Inglaterra,  que  yo  mandaré  dar  los  despachos  que 
para  ello  serán  nescesarios. 

En  lo  de  la  gente  de  caballo,  bien  es  que  la  vuestra 
que  habíades  de  enviar  á  Navarra ,  la  llevéis  con  vos  á  Vilo* 
ría:  la  de  las  guardas  que  vino  de  Argel,  habemos  mandado 
proveer  vaya  á  Navarra,  la  cual  no  debéis  sacar  de  aquel  rei- 
no sino  en  caso  que  el  visorey  os  scribiese  que  no  la  ha  me- 
nester, y  la  que  vos  habéis  de  juntar  en  Vitoria  viniendo 
los  enemigos  á  Navarra  ó  á  Fuenterrabía  y  San  Sebastian, 
será  la  de  los  grandes,  caballeros  y  ciudades  que  habe- 
mos mandado  que  os  acudan  que  se  os  enviarán  sus  cartas, 
y  las  provincias  de  Guipúzcuoa  y  Álava  y  condado  de  Yiz- 


510  , 

caya,  avisándonos  del  número  que  sera,  porque  según  la 
nescesidad  hobiere,  así  mandaremos  proveer  en  lo  demás  lo 
que  convenga. 

A  don  Atanasio  se  scribe  como  os  paresce,  y  también 
mandaremos  que  acuda  á  vos  la  gente  del  conde  de  Castro 
y  del  marqués  vuestro  hermano»  y  que  él  vaya  á  estar  en 
vuestra  compañía  como  lo  pedís. 

En  lo  de  la  gente  porque  esa  fsicj  pasado  don  Iñigo,  se- 
ria bien  que  fuese  llegada,  porque  se  provea  Pamplona 
y  también  esas  otras  plazas  de  la  que  será  necesario  para 
su  defensa,  porque  el  socorro  no  podrá  ser  breve,  y  no  es 
razón  que  estén  desproveídas,  y  así  habéis  de  tener  mas 
respeto  á  su  buen  proveimiento  que  á  otra  cosa. 

Lo  que  nos  acordáis  que  formándose  ejército  no  provea- 
mos de  capitán  general  de  infantería  por  las  causas  que 
screbís,  nos  paresce  bien,  y  así  tememos  memoria  dello.  - 

El  conde  de  Oñate  os  respondió  como  quien  él  es  y 
conforme  á  la  confianza  que  de  su  persona  tenemos ,  y  así 
le  daréis  las  gracias  de  mi  parle.  Don  Sancho  de  Leiva  nos 
ha  scripto  que  don  Juan  su  hermano  y  su  cuñado  se  ha- 
blan ido  á  meter  en  Fuenterrabía ,  y  que  él  se  -iba  á  defen- 
der á  San  Sebastian ;  pero  en  caso  de  nescesidad  será  bien 
que  el  conde  de  Oñate  se  meta  con  su  gente  en  San  Sebas- 
tian ,  y  don  Sancho  se  vuelva  á  Fuenterrabía ,  y  así  lo  pro- 
veeréis. 

Vos  os  iréis  á  Vitoria  lo  mas  presto  que  pudiérdes ,  por- 
que estando  allí  vuestra  persona  daréis  mucha  calor  y  fa- 
vor á  aquellas  fronteras ,  y  lo  principal  que  habéis  de  ha- 
cer, es  informaros  como  están  proveídas  de  gente  y  basti- 
mentos Fuenterrabía  y  San  Sebastian,  y  hacer  que  con  di- 
ligencia se  bastezcan,  pues  á  don  Sancho  se  han  enviado 
dineros  para  ello,  y  que  si  fuere  necesario  que  se  hagan  al« 


511 

gunas  obras  ó  reparos,  se  ponga  mucha  diligencia  en  ello, 
porque  también  se  le  han  enviado  dineros  para  las  obras  de 
aquellas  plazas,  y  pues  yo  estaré  tan  cerca,  avisarme  heis  de 
lo  que  os  parezca  en  lo  demás,  que  yo  lo  mandaré  proveer 
como  convenga. — De  Monzón  27  de  agosto  1542. — Yo  el 
rey. —  Con  rubrica, — Vázquez. — Con  rúbrica. 

Sobre. — Porel  rey. — Al  condestable  de  Castilla,  suprimo 
y  capitán  general. 


Carta  autógrafa  de  Francisco  de  Muñatones  al  condestable 
de  Castilla j  fecha  en  Monzón  á  27  de  agosto  de  1542. 

Fuerza  que  tiene  el  ejército  francés.— Noticias  de  Perpiiíían. — 
Francisco  I  en  Montpellier. — El  duque  de  Alba. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS,~  G  48,  pl.  187. 

llustrísimo  señor:  Por  haber  quedado  malo  en  el  camino 
no  he  escrito  antes  á  vuestra  señoría  de  la  salud  de  S.  A., 
como  ya  bendito  Dios,  está  muy  bueno,  aunque  algo  flaco 
y  descolorido. 

Hoy  han  venido  dos  correos  de  Perpiñan  como  ya  que- 
daba el  Dolfin  una  legua,  y  este  postrero  los  vio  escaramu- 
zar ayer  por  la  mañana  en  la  puente,  y  dice  que  habría 
cuarenta  mili  hombres  y  cincuenta  piezas  de  artillería  grue- 
sas sin  otras  pequeñas.  Perpiñan  tiene  siete  mili  hombres 
y  quinientas  lanzas  y  mucha  vitualla  y  munición.  La  gente 
de  don  Bernaldino  de  Mendoza  y  la  que  venia  de  Valen- 
cia llegaron  tarde ;  estarse  han  por  ahí  cerca  probando  si 
podrán  entrar.  Estos  señores  del  Consejo  de  la  Guerra  los 
ha  pesado  que  esta  gente  no  haya  entrado;  mas  con  todo 
esto  están  muy  alegres  del  buen  recado  que  hallarán. 


312 

E?  rey  de  Francia  está  en  Mompeller. 

S.  M.  dicen  se  partirá  la  semana  que  viene  á  Zaragoza. 

Los  cuatro  mili  alemanes  que  vienen  de  Italia  son  ya 
embarcados. 

El  duque  de  Alba  está  en  Barcelona.  No  sé  otras  nuevas 
que  pueda  escribir  á  vuestra  señoría,  sino  que  á  todos  nos 
Jiizo  vuestra  señoría  muy  gran  merced  en  mandar  á  Ortega 
de  Birviesca  que  no  se  viniese  acá ,  y  lo  que  en  esta  tengo 
que  suplicar  á  vuestra  señoría  es  se  acuerde  de  mi  y  me 
envíe  á  mandar  en  qué  pueda  servir,  pues  de  lo  que  se  me 
mandare  pienso  con  la  ayuda  de  Dios  dar  dello  buena  cuen- 
ta, que  por  agora  hay  poco  en  que  poder  servir  á  S.  A., 
pues  dello  será  servido,  y  ansí  quedo  rogando  á  Dios  guar- 
de la  ilustrísima  persona  de  vuestra  señoría. — De  Monzón 
27  de  agosto. — Besa  las  manos  de  vuestra  señoría  ilustrísi- 
ma.— Francisco  de  Muñatones. — Con  rúbrica. 

Sobre. — Al  ilustrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla, 
mi  señor. 

Carta  autógrafa  de  Juan  Vázquez  de  Molina  al  condestable 
de  Castilla,  fecha  en  Monzón  á  28  de  agosto  de  i  542. 

Sueldo  de  capitán  general. — Estrago  de  los  franceses  en  el  conda- 
do de  Rosellon. 
-  "í 

Biblioteca  Nacional.—Sala  de  MSS.—G  48,  foL  214. 

Ilustrísimo  señor:  S.  M.  escribe  tan  largo  á  V.  S.  que 
temé  yo  poco  que  decir  en  esta ,  mas  de  avisar  á  V.  S.  que 
hasta  ver  que  los  franceses  son  entrados  no  cure  V.  S.  de 
pedir  con  tanta  prisa  las  cosas,  pues  como  escribe  S.  M.  el 
socorro  ha  de  ir  á  la  larga  y  habrá  tiempo  para  proveer  lo 


315 

que  paresciere  según  el  progreso  de  los  enemigos;  y  la  ida 
de  V.  S.  á  Vitoria,  mas  es  para  dar  favor  y  calor  á  aque- 
llas fronteras  y  proveerlas,  que  para  formar  el  ejército;  por- 
que si  se  hubiere  de  hacer,  tiempo  habrá  para  ello,  y  por 
esto  nos  ha  parecido  á  los  comendadores  mayores  y  á  mí 
que  era  temprano  hablar  en  lo  de  salario,  en  especial  que 
aquel  que  se  dio  al  señor  condestable  era  para  salir  fuera 
del  reino  y  á  conquistar,  y  agora  es  otra  manera,  y  al  tiem- 
po yo  terne  cuidado  de  acordarlo  y  de  servir  á  V.  S.  como 
gelo  debo. 

Lo  de  la  legitimación  habia  diferido  hasta  ver  lo  que 
V.  S.  mandaba,  en  lo  demás  yo  la  haré  despachar  y  la  en- 
viaré á  V.  S.,  cuya  ilustrisima  persona  y  estado  guarde  y 
acreciente  Nuestro  Señor  como  desea. — De  Monzón  TI  de 
agosto. — Beso  las  manos  de  V.  S. — Juan  Vázquez  de  Moli- 
na.— Con  rubrica. 

El  martes  empezó  á  entrar  el  ejercitó  en  el  condado  de 
Ruisellon,  y  ha  quemado  y  saqueado  los  lugares  por  donde 
ha  pasado,  y  quedan  ya  sobre  Perpiñan  y  los  de  dentro  bien 
fortificados  y  proveídos  y  con  buen  ánimo.  Nuestro  Señor 
lo  tenga  de  su  mano,  que  el  socorro  llegará  tarde,  aunque 
ya  se  envían  á  llamar  á  los  grandes  y  á  la  gente  de  las  cib- 
dades.  El  señor  don  Francisco  podrá  decir  lo  de  acá  que  ha 
tenido  poca  prisa  en  su  ida. 

Sobre. — Al  Illmo.  señor  mi  señor  el  condestable  de 
Castilla,  duque  de  Frias,  capitán  general  de  S.  M.,  etc. 


S14 


Carta  original  del  emperador  Carlos  V  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  29  de  agosto  de  1542. 

S.  M.  le  ordena  enviar  quinientos  hombres  al  virey  de  Navarra, 

cuando  éste  los  pida.— Necesidad  de  guarnecer  á  Logroño. 

* 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—G  48,  foU  i  06. 

EL  REY. 

V  Condestable  primo,  nuestro  capitán  general:  Juan  de 
Vega  nuestro  visorey  y  capitán  general  del  reino  de  Navar- 
ra, nos  ha  scripto  que  él  ha  hecho  apercibir  quinientos  hom- 
bres, en  la  frontera  de  Logroño,  Calahorra  y  Alfaro,  para 
que  al  tiempo  de  la  nescesidad  se  fuesen  á  meter  en  Pam- 
plona, por  estar  allí  á  propósito,  y  que  habiendo  scripto 
al  corregidor  avisándole  de  ello ,  le  respondió  que  yo  le 
habia  mandado  que  tuviese  ajunto  la  gente  de  aquellas  ciu- 
dades para  la  defensa  de  Logroño ,  y  que  no  se  la  podria  en- 
viar sin  nuevo  mandamiento  nuestro;  y  como  quiera  questo 
es  así,  visto  el  caudal  que  el  dicho  Juan  de  Vega  hace  de 
esta  gente,  tornamos  á  scribir  al  dicho  corregidor  encar- 
gándole que  tenga  apercibidos  los  dichos  quinientos  hom- 
bres, y  en  orden  para  que  escribiéndoles  que  se  los  envíe, 
lo  haga  con  diligencia  para  que  se  puedan  meter  á  tiem- 
po en  Pamplona;  y  porque  aquella  ciudad  de  Logroño  no 
es  razón  que  quede  sin  gente  y  con  algún  proveimiento, 
os  ruego  y  encargo  que  de  la  que  os  acudiese  proveáis  que 
se  meta  en  ella  la  que  os  paresciere  para  su  defensa,  en  ca- 
so que  sea  menester,  que  en  ello  me  serviréis. — De  Monzón 


5i5 

á  29  de  agosto,  1542, — Yo  el  rey. — Cow  rúbrica, — Por 
mandado  de  S.  M. — Juan  Vázquez. — Con  rúbrica. 

Sobre. — Por  el  rey. — Al  condestable  de  Castilla  su  primo 
y  capitán  general. 

Carta  autógrafa  del  licenciado  Becerra  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Bilbao  a  29  de  agosto  de  1542. 

Que  no  conviene  sacar  gente  de  Bermeo. 
Biblioteca  Nacional^  Sala  de  MSS.—G  48,  fol.  486. 

Ilustrísimo  señor:  Vuestra  señoría  sabrá  que  después  de 
haber  hecho  la  junta  porque  se  dio  una  petición  en  ella  que 
fuese  á  visitar  el  puerto  de  Bermeo  y  ver  la  necesidad  que 
tenia  de  reparo ,  fui  á  la  dicha  villa,  como  sea  puerto  abier- 
to franco  con  todas  mares ,  é  á  qualquiera  hora  pueden  des- 
embarcar y  tornarse  á  embarcar ,  y  no  tengan  artillería  nin- 
guna para  defender  la  entrada  della,  tienen  necesidad  de 
que  hubiera  mucha  mas  gente  de  la  que  hay  para  la  poder 
defender,  porque  por  respecto  de  la  pesca  de  Irlanda,  que  es- 
tán todos  en  ella,  no  han  quedado  sino  los  hombres  bajos  que 
no  son  para  tomar  armas.  E  si  alguna  gente  se  sacase  de  la 
dicha  villa ,  no  quedaría  nadie  en  ella ,  porque  la  mas  triste 
azabraque  veniese,  le  daría  fuego  fácilmente,  suplico  áV.  S. 
mande  que  de  la  gente  que  hubiere  de  salir  deste  señorío, 
sea  de  otras  partes,  é  no  de  la  villa  de  Bermeo,  por  la  mucha 
necesidad  de  gente  que  hay  en  ella.  Nuestro  Señor  la  ilus- 
trísima  persona  deV.  S.  y  estado  guarde  y  acresciente.— 
De  Bilbao  á  29  de  agosto.— Servidor  é  vasallo  de  V.  S. — 
El  licenciado  Becerra. — Con  rúbrica. 

Sobre. — Al  ilustrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla, 
capitán  general  de  S.  M. 


316 


Carta  original  del  emperador  Carlos  V  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  29  de  agosto  de  1542. 

Envío  de  tropas  á  Pamplona. 

Biblioteca  NacionaL-^Sala  de  MSS.—  G  AS,  foL  107. 

EL  REY. 

Condestable  primo,  nuestro  capitán  general :  Porque  el 
duque  de  Najara  y  el  conde  de  Nieva  por  nos  servir,  visto 
el  estado  en  que  están  las  cosas,  han  enviado  á  ofrescer  á 
Juan  de  Vega  nuestro  visorey  y  capitán  general  del  reino 
de  Navarra,  cierta  gente  de  sus  tierras  para  que  se  metan 
en  Pamplona,  y  yo  les  he  scripto  dándoles  las  gracias  de  ello 
y  encargándoles  que  así  lo  hagan,  y  demás  de  esto  habernos 
enviado  á  mandar  al  corregidor  de  Logroño,  que  los  qui- 
nientos hombres  que  el  dicho  Juan  de  Vega  tiene  preveni- 
dos en  aquella  ciudad  y  las  otras  de  aquella  frontera ,  y 
también  á  la  provincia  de  Álava,  que  los  cuatrocientos 
hombres  que  se  han  enviado'  á  ofrescer  tengan  á  punto  y 
en  orden  para  que  en  scribiéndoles  que  se  la  envíen  lo  ha- 
gan con  diligencia,  nos  ha  parescido  avisaros  dello  para  que 
sepáis  lo  que  cerca  desto  tenemos  mandado  proveer ,  y  pa- 
ra encargaros  que  luego  que  el  dicho  Juan  de  Vega  la  en- 
viare á  pedir  proveáis  que  se  le  envíe  con  la  presteza  que 
la  nescesidad  lo  requiere ,  que  en  ello  seré  servido. — De 
Monzón  á  29  de  agosto  de  1542. — Yo  el  rey. — Con  rúbrica. 
— Por  mandado  de  S.  M. — Juan  Vázquez. — Con  rúbrica. 
Sobre, — Por  el  rey. —  Al  condestable  de  Castilla  su  pri- 
mo y  capitán  general. 


317 


Carta  original  de  la  provincia  de  Guipúzcoa  al  condestable 
de  Castilla,  fecha  en  Vidania  á  30  de  agosto  de  1542. 

Le  felicita  por  su  nombramiento  de  capitán  general  y  le  envía  un 
comisionado  para  que  se  ponga  de  acuerdo  con  él  sobre  la  defen- 
sa de  aquella  provincia. 

BiWoieca  Nacional.-- Sala  de  MSS.~-  G  48,  fol.  lo6. 

Ilustrísimo  señor:  Los  hijos  dalgo  de  la  muy  noble  é 
muy  leal  provincia  de  Guipúzcoa,  que  estamos  junios  en 
junta  particular  en  el  lugar  de  Vidania,  en  uno  con  el  licen- 
ciado Xuarez  Sedeño,  nuestro  corregidor,  recibimos  la  letra 
de  V.  S. ,  y  grande  es  la  merced  que  recibimos  con  la  bue- 
na provisión  que  S.  M.  ha  hecho  en  señalar  por  capitán  ge- 
neral de  sus  reinos  y  destas  fronteras  á  V.  S.  lilma.,  por 
lo  cual  en  general  y  particular  le  somos  muy  servidores,  y 
para  que  dello  y  de  la  posibilidad  desta  provincia,  y  lo  que 
nos  parece  se  debe  proveer  en  servicio  de  S.  M.  y  defensa 
desta  patria  informe  largo  á  V.  S.,  inviamos  al  licenciado 
Amador,  que  de  todo  hará  larga  relación  conforme  á  la  ins- 
trucción que  para  ello  le  hemos  dado.  Suplicamos  á  V.  I.  S. 
le  oya  é  dé  crédito  en  todo  lo  que  de  nuestra  parte  le  ha- 
blare é  informare.  Nuestro  Señor  vida  y  estado  de  V.  I.  S. 
prospere  é  aumente,  en  cuya  creencia  enviamos  la  presen- 
te sellada  con  nuestro  sello  é  firmada  del  teniente  de  nuestro 
consejo  fiel.  Fecha  en  la  nuestra  junta  de  Vidania  á  30  de 
agosto  de  1542  años. 

Por  mandado  de  la  junta. 

Sobre, — Al  Ilustrísimo  señor  don  Pedro  Fernandez  de 
Velasco ,  condestable  de  Castilla,  duque  de  Frias,  conde  de 
Haro,  capitán  general  del  reino  de  Navarra  y  provincia  de 
Guipúzcoa. 


318 


Carta  autógrafa  de  don  Prudencio  de  Gamboa  al  condesta» 
ble,  fecha  en  Villareal  á  30  de  agosto  de  1542. 

Que  acudirá  con  la  gente  suya  y  algunos   deudos  en  servicio 
deS.M. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—  G  48,  foL  194. 

li  Iluslrísimo  señor:  Don  Miguel,  mi  hermano,  me  dio  la 
cédula  de  S.  M.  y  la  carta  de  V.  S. ,  y  en  todo  lo  ansí  po- 
sible se  hará  lo  que  S.  M.  fuere  mas  servido;  y  V.  S.  man- 
de en  esto  y  en  todo  lo  demás,  que  serán  cumplidos  los  man- 
damientos de  V.  S.  como  de  señor ,  dejado  á  parte  el  po- 
der que  de  S.  M.  V.  S.  tiene,  lo  puede  mandar  todo, 
c  Yo,  señor,  pienso  de  ir  en  servicio  de  S.  M.  con  la 
gente  que  de  Vizcaya  fuese  de  mi  parcialidad,  como  siem- 
pre mi  padre  y  pasados  lo  han  hecho,  y  llevaré  algunos 
deudos  particulares  de  mi  casa  conmigo;  y  porque  don  Mi- 
guel, mi  hermano,  dará  cuenta  de  lo  que  en  Vizcaya  V.  S. 
le  mandó  que  hiciese,  yo  no  temé  que  decir.  Nuestro  Señor 
la  ilustrísima  persona  de  V.  S.  prospere  y  guarde  y  estado 
acreciente. — De  Villa  Real  á  treinta  de  agosto. — Besa  las 
manos  de  V.  S.  su  servidor. — Don  Prudencio  de  Gamboa  y 
Avendaño. 

Sobre. — Al  iluslrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla 
mi  señor. 


319 


La  instrucción  que  da  la  provincia  de  Guipúzcoa  á  su  nun- 
cio el  licenciado  Amador ,  que  le  envía  al  ilustrisimo  con- 
destable de  Castilla ,  capitán  general  de  SS.  MM. 

(30  de  agosto  de  15-42.) 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS. ,  G4S^  fol.  458. 

Besar  las  manos  á  S.  S.*"  y  darle  la  carta  de  creencia 
que  lieva,  y  haga  relación  como  á  la  dicha  provincia  en  su 
Junta  fué  notificado  la  provisión  de  S.  M.  de  su  capitanía 
general,  y  lo  que  en  virtud,  mediante  ella,  su  ilustrísima  se- 
ñoría manda,  y  la  carta  misiva  que  escribe  á  la  provincia, 
de  veinte  y  ocho  de  agosto. 

Y  que  la  provincia  é  hijosdalgo  della  tienen  en  seña- 
lada merced  á  S.  M.  el  proveimiento  de  su  ilustrísima  per- 
sona por  su  capitán  general  y  defensor  destos  sus  reinos  y 
frontera ;  y  así  por  ello  como  por  lo  mucho  que  debemos  y 
deseamos  su  servicio,  y  tenemos  reconocido  el  amor  que 
su  ilustrísima  señoría  y  progenitores  han  tenido  para  con 
esta  provincia  é  hijos  della,  que  les  han  sido  servidores  á 
natura  á  toda  su  posibilidad.  Gomo  hijos  dalgo  han  de 
cumplir  sus  proveimientos  y  mandamientos. 

ítem,  en  cuanto  á  lo  que  por  la  dicha  su  carta  envía 
á  mandar  que  los  dos  mili  infantes  que  acudieron  al  apelli- 
do y  son  vueltos  por  necesidad,  tornen  á  San  Sebastian,  que 
se  tenga  por  cierto  que,  si  necesidad  hubiere,  no  fueran 
vueltos  la  dicha  infantería,  y  juntado  para  lo  que  conver- 
ná  hacer  para  adelante ,  y  no  nos  descuidan  con  esta  vuel- 
ta,  y  se  ha  juntado  la  provincia  á  proveer  para  en  lo  por- 
venir, y  se  ha  lomado  orden  que  todos  los  hijos  dalgo 


520 
de  la  provincia,  útiles  para  la  guerra,  padre 
ch^"corao  buenos'  P^^'^'J^'  csléo  manfcrldos  y  aprcstados  para 
s«M"je'stad!=con  ícvantar  y  acudir  á  necesidad  que  el  ejército 
de  Francia  marchare  para  esta  provincia,  y 
así  salidos  y  ajuntados  entren  lodos  los  mas 
hábiles  para  la  guerra  que  converná  para  la 
defensa  de  las  dos  fuerzas  de  San  Sebastian  y 
Fuenterrabía,  dó  S.  S.""  sus  tenientes  man- 
dare. 
^'®"*  Y  con  esta  orden  la  provincia  é  hijos  dal- 

go della  servirán  mejor  á  SS.  MM.  y  en  su 
servicio,  y  en  defensa  de  la  tierra  se  podrían 
mejor  sostener  en  tiempo  de  necesidad. 
iníy"biln,  y'quS        Y  caso  quc  cl  cjército  fraucés  marchase 
j^esudT^  a"isa?á  para  Navarra,  en  nosotros  no  hay  posibildad 

de  lo  que  conver-  .  nr  i 

ná  que  hagan.=  para  cuviar  gcntc  alia,  y  harto  haremos  si 

ton  rúbrica.  *  ^  "^ 

acudimos  á  las  necesidades  desta  provincia, 
como  arriba  tenemos  dicho ;  é  si  Navarra  es 
frontera  de  Francia,  sierras  tiene  para  pasar 
á  Navarra ,  pero  para  entrar  en  la  provincia 
tierra  llana  es  desde  Francia ,  que  en  doce  ho- 
ras desde  Bayona  pueden  entrar  ejército  con 
artillería  á  esta  provincia ,  y  experiencia  ha 
mostrado  que  cuando  entra  el  francés  en  Na- 
varra, deja  segundo  ejército  en  Ustariz  para 
su  socorro  y  para  entrar  en  esta  provincia 
cuando  echaron  cerco  á  San  Sebastian,  y  so- 
la la  gente  de  la  provincia  se  halló  encerrada 
en  las  dos  fuerzas. 

Que  ya  el  con-  Sc  SUpliqUC  á  S.  IluStrísima  S. ,  pues  ha  en- 

de será  ido,  y  que  *■ 

yTcí*di?^á'*dS'n  ^^^^^  ^^  ^^^^^  ^^'^^^  ^^  Oñate  á  encerrar  en 
who.=con  rú-  |^  ^jji^  ^^  g^j^  Sebastian  en  su  lugar,  y  con 


S21 

sus  veces,  y  en  la  villa  de  Fuenterrabía  está 
don  Sancho  de  Leiva  por  capitán,  mande  á 
cual  dellos,  y  sus  mandamientos  ha  de  acudir 
la  provincia  é  hijos  dalgo  della  y  cualquiera 
dellas  avise  al  corregidor,  porque  él  ha  de  lla- 
mar la  gente ,  y  con  él  han  de  ir  según  tie- 
nen de  costumbre. 

ítem  mande  socorrer  ambas  las  dichas 
Que  ya  en  esto  fucrzas ,  y  SÍ  hay  uccesidad  de  vituallas  ó  otras 

se  ha  proveído  lo  ./  ^ 

que  ha  convenido,  ^osas  para  SU  dcfeusa ,  maudc  que  sean  pro- 
veídas ,  porque  los  dias  pasados  no  ha  sobrado 
nada. 
Que  así  lo  ha        Asimcsmo  mande  rever  las  gentes  de  las 

proveido   Su  Ma- 
jestad, capitanías  que  han  venido  y  vmieren  á  estas 

dos  fuerzas,  así  en  el  número  como  en  ca- 
lidad de  las  personas ,  y  á  los  que  no  se  ha* 
liaren  útiles  manden  despedir. 
Que  ya  se  ha  es-        Rcm  maudc  haber  información  de  lo  mu- 

criplo  al  condes-      ,  .  ,  .  , 

tabie  que  lo  haga  cho  Quc  imoorta  la  conscrvacion  del  puerto  y 

visitar  y  envíe  su  ^  *  i  •/ 

ron7er^nÁ%To~  coucha  dc  Guctaría,  para  socorro  de  la  villa 
veerse.  ^^  g^jj  Sebastian ,  cuando  por  tierra  no  se  pu- 

diese socorrer  y  proveer  en  lo  que  converná 
para  su  defensa  en  la  dicha  villa  para  el  di- 
cho puerto. 
í'«™-  Y  también  que  en  la  villa  de  Métrico  sea 

servido  de  mandarle  proveer  de  pólvora ,  por- 
que tiene  puerto  abierto. 
Que  ellos  pro-        ítem  SO  supliquc  á  S.  S.^  que  la  ícente  de 

curen  de  proveer-  *      *  i  t^ 

f¡«nrsrMajeS  ^^  províucia  sca  proveída  de  la  monición  de 

TsafquI'cJm:  S.  M.  dc  pólvora ,  para  que  ejerciten  y  es- 

Ericar  °"  ^^~  ten  instructos  para  en  tiempo  de  necesidad. 

— El  bachiller  Zavala. — Fecha  en  junio  Vida- 

ToMO  LIXII.  21 


522 

nía  á  Ireinta  de  agosto  de  mili  y  quinientos  y  cuarenta  y 
dos  años. — Por  mandado  de  la  junta,  Martin  de  Oyarzu. 

En  el  respaldo  se  lee:  Treslado  de  la  Instrucion  que  en- 
vió la  villa  de  San  Sebastian  y  provincia  de  Guipúzcoa.  Vi- 
dania  oO  de  agosto  1542. 

Carta  original  del  emperador  Carlos  V  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  i,°  de  setiembre  de  1542. 

Que  ha  acordado  llamar  á  los  grandes  y  caballeros  para  que  acu- 
dan con  sus  gentes  á  su  servicio. 

'Biblioteca  Nacional— Sala  deMSS.—  G  48,  fol  108. 

EL  REY. 

Condestable  primo:  Visto  que  ya  el  ejército  de  Francia 
está  sobre  Perpiñan ,  y  la  nueva  que  se  tiene  que  viene  á 
entrar  otro  por  el  reino  de  Navarra,  habernos  acordado  pa- 
ra el  socorro  que  se  ha  de  hacer,  de  enviar  á  llamar  a  los 
grandes  y  caballeros  de  esos  reinos,  que  vengan  luego  con 
la  gente  que  se  les  ha  repartido,  y  asimismo  que  las  ciu- 
dades envíen  la  gente  con  que  han  ofrescido  de  servirnos, 
y  que  parte  de  toda  ella  acuda  á  Vitoria  donde  vos  estaréis 
.  para  lo  que  toca  á  la  defensa  de  Navarra ,  y  provincia  de 
Guipúzcoa,  como  veréis  por  el  memorial  que  se  os  envía. 
Llegada  á  Vitoria  la  haréis  aposentar  en  las  partes  que  os 
paresciere,  avisándome  del  número  que  será,  y  de  lo  que 
hacen  los  enemigos,  para  que  así  se  ordene  lo  que  vos  con 
la  dicha  gente  habéis  de  hacer ,  que  en  ello  nos  tememos 
de  vos  por  servido.— De  Monzón  á  primero  dia  de  setiem- 


5S3 

bre  1542  años. — Yo  el  rey. — Con  rúbrica. — :Por  manda- 
do de  S.  M. — Juan  Vázquez. — Con  rúbrica. 

Sobre, — Por  el  rey. — Al  condestable  de  Castilla  su  pri- 
mo y  capitán  general. 


Memorial  á  que  se  refiere  la  carta  anterior. 


Biblioteca  Nacional.— -Sala  de  MSS.--G  48,  fol.  104. 


Los  grandes  y  las  ciudades  que  se  manda  que  acudan 
al  señor  condestable  para  lo  de  Navarra  y  Guipúzcoa. 


Hombres 

darmas. 

Duque  de  Medinaceli. 

60 

Conde  de  Salinas. 

20 

Marqués  de  Verlanga. 

20 

Marqués  de  Poza.* 

20 

Conde  de  Nieva. 

w ,                 20 

Conde  de  Castro. 

20 

Conde  de  Aguilar. 

20 

Conde  de  Miranda. 

50 

Mariscal  de  Fromesto. 

20 

El  obispo  de  Calahorra. 

20 

Y  más  las  sesenta  lanzas  del 

señor  condestable     60 

324 

CIUDADES 

VAN  A  NAVARRA. 

Burgos. 

Valladolid. 

Soria. 

Santo  Domingo  de  la  Calzada. 

Segovia. 

Medina  del  Campo. 

Avila. 

Falencia. 

Salamanca. 

Ciudad-Rodrigo. 

Zamora  • 

Toro. 

Arévalo,  Olmedo  y  Madrigal. 

Aranda. 

Sepúlveda. 

León. 

Asturias. 

Guipúzcoa. 

Vizcaya. 

Álava. 


525 


Minuta  de  carta  del  condestable  de  Castilla  al  em- 
perador Carlos  V. 

(Sin  fecha.) 

Le  avisa  de  haber  recibido  las  tres  cartas  que  le  escribió  y  de  haber 
puesto  en  práctica  las  órdenes  que  le  da  sobre  la  gente  de  armas 
que  le  ha  de  acudir. — Necesidad  de  que  haya  en  San  Sebastian 
buena  guarnición  á  la  continua. — Desmanes  que  cometian  algu- 
nos espías  franceses,  que  convendría  castigar. — Que  no  cree 
oportuno  que  se  rompa  la  guerra  por  otras  partes ,  sino  estar  á 
la  defensiva, — Recomienda  los  servicios  del  corregidor  de  la  pro- 
vincia de  Guipúzcoa. — Necesidad  de  que  no  se  carezca  de  dine- 
ros y  víveres,  y  de  que  la  gente  del  conde  de  Oñate  en  San  Se- 
bastian sea  más  disciplinada,  para  evitar  escándalos. 

MMioieca  Nacional.— Sala  de  MSS.—G  AS ,  fol.  110. 
S.  G.  C.  M. 

El  martes  que  fueron  cinco  desle  mes,  recibí  tres  cartas 
juntas  de  V.  M.,  las  dos  de  veintinueve  de  agosto  queme 
envió  el  virey  de  Navarra,  y  otra  de  primero  de  septiem- 
bre, por  la  via  de  Valladolid,  con  un  memorial  de  la  gente  de 
armas  de  señores  que  manda  V.  M.  que  me  acudan,  y  de 
las  ciudades  que  han  de  ir  á  Navarra  y  las  que  han  de  ve- 
nir á  mí. 

En  las  cartas  que  me  envió  el  virey  manda  V.  M.  que 
los  quinientos  hombres  de  Alfaro  y  Calahorra  que  estaban 
para  Logroño,  vayan  á  Pamplona  en  escribiéndolo  el  vi- 
rey, y  que  de  la  gente  de  la  infantería  que  me  acudiere, 
meta  la  que  me  pareciere  en  Logroño. 

En  dándome  las  cartas  de  V.  M.  envié  un  criado  mió  al 


526 

corregidor  de  Logroño  para  que  tuviese  á  punto  los  quinien- 
tos hombres  de  Alfaro  y  Calahorra ,  para  que  en  enviando 
por  ellos  el  virey  de  Navarra,  los  enviase,  y  también  le  es- 
cribo que  me  haga  saber  qué  gente  me  será  menester  para 
aquella  ciudad. 

En  el  memorial  de  la  gente  de  ciudades  que  me  ha  de 
acudir,  pone  V.  M.  á  la  provincia  de  Álava;  y  los  cuatro- 
cientos hombres  que  aquella  provincia  da ,  está  mandado 
que  vayan  á  Pamplona. 

La  gente  de  Vizcaya  que  en  este  memorial  viene ,  ya 
sabe  V.  M.  que  es  para  solo  lo  de  Guipúzcoa,  y  la  de  esta 
provincia  de  Guipúzcoa  está  solamente  para  su  tierra,  y.  á 
la  verdad  harán  harto  en  defenderla,  que  aunque  yo  qui- 
siera que  desde  luego  dieran  alguna  geníe  para  las  villas 
de  San  Sebastian  y  Fuenterrabia,  y  lo  tenté  con  ellos,  pa- 
réceme  que  no  hacen  poco  en  ofrecerse  de  meterse  en  aque- 
llas villas  cuando  hubiere  alguna  necesidad.  Y  para  mí,  yo 
lo  tengo  por  mucho  mejor  que  salir  á  defender  el  paso  de 
Beovia,  porque  es  un  paso  tan  llano  que  no  lo  puedea  defen- 
der los  de  la  tierra  á  ejército  grueso,  y  es  mejor  que  lo  que  ha- 
bían de  gastar  en  esto  lo  gasten  en  meterse  y  estar  en  estas 
dos  villas  cuando  fuere  necesario,  que  en  guarnición  no 
me  parece  que  quieren  estar  como  V.  M.  lo  verá  por  el  tres- 
lado  de  la  instrucción  que  me  enviaron  con  un  letrado  de 
aquella  provincia  que  ha  venido  á  estar  aquí  conmigo.  V.  M. 
les  debe  de  escribir  una  carta  de  gran  agradecimiento,  que 
sin  dubda  sirven  con  gran  voluntad  á  V.  M.,  que  mucho  me 
dicen  que  fué  lo  que  gastaron,  cuando  el  otro  dia  vino 
aquella  gente  á  Beovia. 

Yo  escribí  á  Y.  M.  que  mandase  escrebir  al  virey  de  Na- 
varra que  enviase  los  trescientos  soldados  á  San  Sebastian, 
aunque  yo  también  se  lo  escrebia.  El  general  me  respondió 


5?7 

que  habia  mandado  que  estuviesen  en  Santisteban  de  Le- 
rin  para  que  acudiesen  á  Fuenterrabía  ó  á  San  Sebastian, 
y  que  si  los  franceses  viniesen  á  Pamplona  que  se  tornasen 
á  ella ,  y  este  proveimiento  fué  muy  bueno ,  mas  la  mayor 
necesidad  que  en  San  Sebastian  tiene  es,  que  á  la  continua 
haya  buen  recaudo  de  gente  en  ella.  Y  ya  que  no  sea  toda 
la  que  querrian,  que  sea  harto  mas  de  la  que  hay,  porque 
como  V.  M.  ha  visto,  muy  poco  rato  pueden  venir  por  la 
mar  zabras  y  bajeles  á  San  Sebastian,  y  que  en  el  muelle 
hubiese  de  noche  buen  golpe  de  gente  de  guarda ,  porque 
á  no  habella  podria  acaecer  un  desastre  de  tomalle  una  no- 
che ,  y  en  poniendo  los  pies  en  él  los  delanteros,  desembar- 
caria  toda  la  otra  gente  que  hubiese.  Aquí  en  San  Sebas- 
tian ha  menester  estar  bien  proveída  de  gente  á  lo  contina. 

Pedro  de  la  Borda  me  escribió  sobre  lo  de  los  reparos  y 
sobre  si  lo  que  en  ello  se  gastare  ha  de  ser  con  libr  anza  de 
don  Sancho  de  Leiva,  como  hasta  aquí.  Yo  le  escribo  que 
no  haga  novedad,  sino  que  sea  con  libranza  de  don  Sancho. 

La  gente  que  está  mandado  por  V.  M.  que  vaya  á  Pam- 
plona, es  impagada  toda ,  así  la  de  las  guardas  como  la  de 
infantería,  que  la  de  Patencia  que  es  la  postrera,  me  dicen 
que  está  mas  adelante  de  Burgos,  de  algunos  lugares  de 
Behetrías;  de  Campos  me  dijeron  que  venia  alguna  gente 
desmandada  de  en  diez  en  diez  y  de  quince  en  quince;  y 
porque  cuando  vienen  así  hacen  aun  peores  cosas  por  do 
pasan  que  cuando  van  lodos  juntos  y  con  capitán  ,  di  una 
provisión  á  un  capitán  de  Becerril  para  que  los  rec  ogiese  en 
Cañas,  un  lugar  que  está  junto  de  Santo  Domingo  de  la 
Calzada,  y  que  cuando  estuviesen  juntos  me  lo  hiciese  sa- 
ber para  que  yo  le  escribiese  lo  que  hiciesen  de  locja  ¿sta 
gente  de  infantería.  No  ha  de  hacer  cuenta  V.  M.  sino 
de  las  dos  partes,  y  aun  creo  que  no  de  mas  de  la  mitad, 


328 

porque  del  número  de  los  que  dicen  que  hay  en  cada  capi- 
tanía, faltan  siempre  muchos  ordinariamente.  La  gente  de 
ciudades  que  ha  mandado  V.  M.  que  me  acuda  á  mí,  no 
he  sabido  que  sea  llegada  á  la  comarca  de  Burgos,  la  cual 
creo  que  verná  como  viene  la  mayor  parte  de  toda  la  otra, 
que  es  sin  picas  ni  arcabuces.  Vea  V.  M.  de  donde  se  les 
darán. 

A  los  señores  que  V.  M.  ha  mandado  acudir  acá  ,  será 
bien  que  les  mande  tornar  á  escrebir  para  que  acudan 
luego.  El  duque  de  Medinaceli  y  el  marqués  de  Poza  están 
malos,  como  escrebí  á  V.  M.  Allá  tengo  un  measajero  con 
la  gente  del  duque  de  Medinaceli  para  que  venga  luego. 
También  torné  á  escrebir  al  marqués  de  Poza  para  que  aca- 
base de  enviar  las  diez  lanzas  que  faltaban.  El  marqués  mi 
hermano  creo  que  debe  de. estar  ya  en  camino,  que  me  es- 
cribió que  se  partiría  en  viendo  otra  carta  mia.  También 
me  dieron  una  carta  del  conde  de  Aguilar  en  que  decia  que 
vernia  luego  su  gente,  y  que  él  vernia  también  presto,  que 
las  cartas  que  V.  M.  escribiere  á  todos  será  bien  que  V.  M. 
les  dé. las  gracias  por  la  voluntad  con  que  le  sirven,  que 
todos  la  tienen  cual  conviene  al  servicio  de  V.  M.,  y  hacen 
cuanto  pueden  por  haber  gente  para  serville  como  ofre- 
cen ;  viniendo  lo  iré  haciendo  saber  á  V.  M. 

Yo  me  vine  aquí  con  solos  mis  hombres  de  armas  y 
criados,  por  poder  escrebir,  como  lo  he  escrito,  que  era  ya 
salido  de  mi  casa,  y  no  pasaré  adelante  hasta  que  torn«  un 
criado  mió  que  envié  por  la  posta  á  V.  M.  para  ver  lo  que 
manda. 

Por  toda  Castilla  andan  muchos  clérigos  franceses  y 
otros  oficiales;  V.  M.  vea  qué  manda  que  se  haga:  mu- 
chos dellos  creo  yo  que  serán  espías. 

.  También  ha  de  ver  V.  M.  qué  se  hará  con  otros  tratan- 


529 

les  que  habrá  naturales  de  Francia.  En  Vitoria  me  dicen 
que  han  detenido  dos  que  se  iban  á  Francia ;  y  viene  aquí 
un  vizcaíno  que  dice  que  tomaron  á  un  deudo  suyo  los 
franceses  una  nao.  Creo  que  será  cosa  razonable  que  se  ha- 
ga represa  en  alguna  dallos. 

Don  Sancho  de  Leiva  me  escribió  que  le  habia  escrito 
V.  M.  que  hubiese  armados,  y  por  un  cabo  parece  que  es 
bien,  y  por  otro  no  sé  si  trae  algún  inconveniente  romper 
la  guerra  por  mas  partes  de  por  donde  la  rompe  el  rey  de 
Francia,  pues  ha  de  estar  agora  V.  M.  en  solamente  defender; 
que  en  aquello  de  Guipúzcoa  no  he  sabido  que  la  hayan  rom- 
pido :  antes  me  han  dicho  que  han  tenido  plática  los  de  tier- 
ra de  Laborío,  de  pedir  allá  en  Francia  licencia  para  que 
pudiesen  haber  tregua  entre  ellos  y  los  de  Guipúzcoa  como 
otras  veces  la  han  tenido,  teniendo  guerra  V.  M.  y  el  rey 
de  Francia.  V.  M.  verá  lo  que  mas  converná  á  su  servicio, 
y  si  hubiese  alguna  plática  desto  entre  ellos  ^  si  seria  bien 
salir  á  ello. 

El  corregidor  de  la  provincia  de  Guipúzcoa  sirvió  muy 
bien  á  V.  M.  en  el  rebato  pasado;  razón  es  que  sepa  que 
V.  M.  lo  sabe  y  sea  tenido  por  servido  del,  el  cual  me  es- 
cribió agora  que  para  guardar  á  Guetaria  no  era  menes- 
ter tener  en  el  puerto  navios,  sino  alguna  gente  en  la  tier- 
ra y  alguna  pieza  de  artillería,  y  que  por  esto  habia  solta- 
do todos  los  navios  que  estaban  embargados. 

Yo  le  escrebí  que  me  parecia  muy  bien.  También  decia 
que  estándome  escribiendo,  le  vinieron  á  decir  que  habían 
visto  cerca  del  Deva  cuarenta  naos  francesas.  Yo  le  torné 
á  escrebir  que  se  pusiese  recaudo  en  el  puerto  de  Guetaria 
y  en  el  del  Pasage ,  que  no  viniendo  ejército  grueso  por 
tierra  muy  bien  se  podía  el  Pasage  guardar  del  armada 
de  mar. 


350 

Suplico  á  V.  M.  que  no  se  descuide  de  mandar  siempre 
al  tesorero  Alonso  de  Baeza  que  tenga  cuidado  de  buscar 
dineros,  y  V.  M.  puede  ser  cierto  en  no  gastallos  sino  en 
cosas  que  no  se  puedan  excusar;  que  terne  yo  todo  el  cui- 
dado posible. 

Ya  escrebí  á  V.  M.  que  entendía  de  enviar  algunos  al- 
guaciles para  que  hiciesen  cala  y  cata  del  pan  que  hubie- 
se fuera  de  lo  de  Álava,  porque  por  mucho  que  fuese  lo  de 
aquella  tierra ,  creia  que  seria  poco  para  el  ejército  que  se 
habia  de  juntar.  También  he  encargado  que  haga  cala  y  ca- 
ta del  vino  que  hubiere  en  las  nueve  villas  que  llaman  de 
Campos,  porque  hay  muy  gran  falta  de  vino  en  toda  esta 
tierra  de  Burgos  acá. 

El  corregidor  de  Guipúzcoa  me  escribió  que  algunos  le 
dijeron  que  las  cuarenta  naos  eran  sesenta,  y  que  á  la  hora 
dio  aviso  dello  al  corregidor  de  Vizcaya.  Al  cual  he  yo  es- 
crito también  y  afcorregidor  de  las  Cuatro  Villas,  para  que 
toda  la  costa  esté  avisada ,  y  para  que  ninguna  nao  salga 
sin  llevar  buena  artillería  y  munición  como  V.  M.  lo  man- 
da, que  aunque  JO  lo  habia  escrito  á  los  corregidores  de 
Guipúzcoa  y  Vizcaya,  me  pareció  que  era  de  tornalles  á  es- 
cribir agora. 

Ya  escrebí  á  V.  M.  cuan  necesario  era  que  si  el  conde 
de  Oñate  habia  de  estar  en  San  Sebastian ,  que  el  tiempo 
que  allí  estuviese  hiciesen  la  gente  de  guerra  y  los  del  lu- 
gar lo  que  él  les  dijese  para  que  él  pudiese^servir  á  V.  M., 
y  cada  dia  se  conoce  esto  mas,  y  por  estar  desmandados 
aquellos  soldados  que  allí  hay ,  hubiera  de  haber  el  otro  dia 
un  gran  escándalo  en  el  lugar,  en  el  cual  tienen  siempre 
gran  sentimiento  de  lo  de  las  llaves,  y  dicen  que  mas  razón 
era  que  no  les  hiciese  novedad  V.  M.  allí  que  no  en  Pam- 
plona. 


331 

Eslo  de  San  Sebastian  y  de  Fuenterrabía  me  pone  en 
mucho  cuidado,  porque  me  parece  que  ha  menester  mucha 
mas  gente  de  la  que  hay  en  cada  lugar  dellos,  que  aunque 
la  haya  de  la  provincia,  es  muy  necesario  habella  de  acá 
de  Castilla,  especialmente  que  la  de  la  provincia  no  ha  de 
estar  allí  ala  continua,  y  así  pienso  de  enviar  luego  gente  allá 
de  la  primera  que  me  llegare»  El  número  que  ha  de  haber  en 
cada  parte,  V.  M.  creo  que  me  lo  habrá  escripto  cuando  esta 
carta  llegue,  que  como  el  otro  dia  escrebí  á  V.  M.,  pues  ha 
visto  todos  estos  lugares ,  mejor  sabrá  que  nadie  qué  gente 
es  menester  que  haya  en  cada  lugar. 


Carta  original  del  rey  al  condestable  de  Castilla,  fecha  en 
Monzón  á  S  de  setiembre  de  1542. 

Le  agradece  su  solicitud  y  servicios. — Le  manda  que  retire  el  em- 
bargo de  los  navios  de  Guipúzcoa  y  Vizcaya,  que  habla  hecho 
para  el  socorro  de  San  Sebastian ,  puesto  que  ha  cesado  la  causa 
para  ello.— Que  llame  al  conde  de  Onate  á  su  compañía  por  evi- 
tar disensiones  entre  él  y  don  Sancho  de  Leiva  en  San  Sebastian. 
— Que  será  bien  proveer  de  bastimentos  esta  plaza.— Que  se  es- 
pera la  gente  de  Alemania  y  el  pan  de  Sicilia,  y  que  procure  que 
de  Flándes  y  de  Inglaterra  venga  todo  el  trigo  posible. — Que  se 
proveerá  de  pólvora  para  Fuenterrabía. — Aprueba  las  medidas 
que  ha  tomado  en  general  y  las  disposiciones  que  ha  adoptado. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS,—  G  48,  fol.  415. 

EL  REY. 

Condestable,  primo,  nuestro  capitán  general :  Vi  vues- 
tras letras  de  primero  del  presente,  y  alo  que  en  ella  decís 
se  os  satisfará  en  esta. 


352 

En  lo  de  vuestra  ida  á  Vitoria  he  visto  ¡o  que  decís  y 
las  consideraciones  que  tenéis  para  entreteneros  en  Miran- 
da y  en  la  Puebla  sin  entrar  en  aquella  ciudad  hasta  que 
llegue  parte  de  la  gente  que  os  ha  de  acudir ,  y  el  cuidado 
que  tenéis  de  mirar  por  lo  que  toca  á  nuestra  autoridad  y 
servicio,  os  agradezco  mucho,  que  lo  hacéis  como  de  vos 
lo  esperamos ,  y  pues  tenéis  tan  bien  entendido  lo  que  en 
esto  convenía  hacerse ,  no  tenemos  que  decir  sino  remitír- 
oslo para  que  hagáis  en  ello  lo  que  os  paresciere  mas  con- 
venir. 

En  lo  de  los  navios  que  proveistes  que  se  embargasen 
en  Guipúzcoa  y  Vizcaya  para  el  socorro  de  San  Sebastian, 
pues  la  causa  porque  los  mandasles  detener  ha  cesado ,  ha 
sido  bien  proveer  que  los  desembaracen,  y  lo  mismo  haréis 
en  los  que  estovieren  en  el  puerto  de  Guetaria ,  porque  no 
seria  razón  de  tenerlos  embarazados  sin  haber  mas  causa, 
por  el  daño  que  recibirían  sus  dueños.  Pero  porque  tenemos 
aviso  que  andan  muchos  navios  de  franceses  de  armada, 
será  bien  que  scribais  á  los  corregidores  y  á  las  otras  per- 
sonas que  os  pareciere  que  ayuden  y  favorezcan  en  lo  que 
pudieren  á  los  que  quisieren  armar,  para  que  salgan  en  tan 
buena  orden  que  no  solo  no  resciban  daño  de  los  enemigos 
pero  que  gelo  puedan  hacer. 

En  lo  del  artillería  y  municiones  que  los  de  San  Sebas- 
tian tomaron  á  la  carraca  de  la  religión  de  San  Juan,  aqui 
vino  el  comendador  Francisco  Girón  á  cuyo  cargo  está,  agra- 
viándose de  ello,  y  visto  esto  y  que  la  necesidad  habia  ce- 
sado, y  que  los  navios  de  la  dicha  religión  se  emplean  siem- 
pre en  servicio  de  Dios  Nuestro  Señor  contra  infieles,  les 
enviamos  á  mandar  que  luego  gelo  volviesen  y  restituye- 
sen ,  y  que  entretanto  que  se  acababa  de  adereszar  y  poner 
en  orden  la  dicha  carraca  para  hacer  su  viaje,  la  pasasen 


535 

al  puerto  de  San  Sebastian,  porque  allí  estaría  con  seguri- 
dad que  los  enemigos  no  la  tomasen. 

En  lo  que  toca  á  la  ida  del  conde  de  Oñate  á  San  Se- 
bastian, cuando  os  seribimos  que  cnviásedes  á  él*  ó  á  otra 
persona  de  calidad,  que  residiese  en  aquella  villa,  fué  con 
la  primera  nueva  que  tovimos  de  que  venian  ejército  por 
tierra  y  armada  de  mar  sobre  ella,  paresciéndonos  que 
habiéndose  de  meter  don  Sancho  de  Leiva  en  Fuenterrabía, 
y  estando  como  está  impedido  el  capitán  Villaturiel,  conve- 
nia proveer  aquello ,  de  manera  que  estoviese  á  buen  recau- 
do; y  aunque  después  de  pasada  aquella  necesidad  paresce 
que  se  pudiera  excusar  la  ida  del  dicho  conde,  en  especial 
habiéndoos  yo  scripto  que  don  Sancho  se  iba  á  meter  en 
aquella  villa ,  y  dejaba  en  Fuenterrabía  á  don  Juan  su  her- 
mano y  á  otros  caballeros;  todavía  os  agradecemos  lo  que  en 
esto  decís,  y  el  cuidado  que  tovistes  de  ordenar  al  dicho  con- 
de que  mirase  y  visitase  cómo  estaba  proveída  y  bastecida 
y  reparada  aquella  villa,  y  porque  según  lo  que  se  entien- 
de, se  tiene  por  cierto  que  por  este  año  no  vernán  los 
enemigos  por  aquella  parte ,  ni  por  la  de  Navarra ,  así  por 
estar  el  tiempo  tan  adelante  como  porque  toda  la  gente 
carga  á  Perpiñan,  será  bien  que  pues  con  el  dicho  don  San- 
cho está  el  dicho  don  Juan  su  hermano  y  otros  caballeros 
que  bastan  para  que  veniendo  alguna  necesidad  puedan  es- 
tar en  aquellas  plazas ,  y  por  excusar  las  diferencias  que  ya 
empezaba  haber  entre  el  dicho  conde  y  don  Sancho,  que 
vos  enviéis  á  llamar  al  dicho  conde  para  que  vaya  á  residir 
en  vuestra  compañía ;  y  así  os  rogamos  lo  hagáis  luego  que 
yo  también  gelo  scribo  que  otra  cosa  se  ofrescerá  en  que  po- 
dernos servir ,  y  tememos  memoria  de  su  persona  y  servi- 
cios como  es  razón.  Y  porque  yo  envío  á  mandar  al  dicho 
don  Sancho  que  él  y  los  capitanes  y  gente  que  allí  tiene  ó 


534 

tuviese  os  obedezcan  y  acaten  como  á  nuestra  misma  per- 
sona ;  vos  teméis  especial  cuidado  de  mirar  por  el  honor 
del  dicho  don  Sancho,  remitiéndole  las  cosas  tocantes  á 
aquella  provincia  como  á  quien  está  presente,  para  que  con 
vuestra  orden  las  ejecute,  haga  y  provea  en  todo  lo  que  con- 
viniere. 

En  lo  del  abrir  y  cerrar  las  puertas  de  San  Sebastian  y 
tener  las  llaves  de  ellas;  lo  que  se  ha  hecho  no  ha  sido  por 
desconfianza  que  de  los  vecinos  della  tenemos,  porque  de  su 
fidelidad  estoy  bien  cierto,  sino  porque  en  este  tiempo  y  co- 
yuntura ,  conviene  que  aquella  villa  esté  con  gran  recau- 
do; y  débense  de  contentar,  pues  mi  capitán  general  no 
puede  abrir  puerta  sin  ellos ,  y  pues  el  dicho  conde  no  ha 
de  estar  allí,  no  hay  que  proveer  en  lo  de  la  otra  llave  que 
os  páresela  que  debia  tener. 

He  visto  el  memorial  que  os  envió  Pedro  de  la  Borda  de 
los  bastimentos  que  hay  en  San  Sebastian ,  y  aunque  don 
Sancho  nos  ha  scripto  que  aquella  villa  y  la  de  Fuenterra- 
bía  están  bien  proveídas ,  eceplo  de  algunas  cosas  que  se 
entienden  en  proveer,  todavía  seria  bien  que  los  de  San  Se- 
bastian se  proveyesen  por  algún  tiempo  de  los  bastimentos 
que  hobiesen  menester  demás  de  los  ordinarios ,  y  así  lo  de- 
béis procurar  con  ellos,  que  para  lo  de  la  gente  de  guerra 
yo  scribo  al  dicho  don  Sancho  que  también  provea  de  lo  ne- 
cesario. 

Los  cuatro  mil  alemanes  esperamos  que  vernán  cada 
dia,  y  en  los  otros  que  habemos  enviado  á  mandar  que  se 
levanten  en  Alemania  para  pasar  á  estos  reinos,  se  pone  to- 
da la  diligencia  posible. 

El  pan  de  Sicilia  se  solicita  y  da  gran  priesa  á  que  ven- 
ga, por  ser  la  mas  necesaria  provisión  de  todas  para  el  ejér- 
cito que  se  ha  de  juntar.  Vos  será  bien  que  como  screbís, 


335 

procuréis  con  el  prior  y  cónsules  de  Burgos  y  otras  personas 
particulares,  que  traigan  de  Flándes  ó Ingalaterra  la  mayor 
cantidad  de  trigo  que  pudiesen. 

En  lo  de  la  gente  que  al  presente  hay  en  San  Sebastian 
y  la  que  decís  que  ordinariamente  convernia  que  residiese 
en  aquella  villa ,  yo  he  scripto  al  dicho  don  Sancho  que  ha- 
ga henchir  el  número  de  sus  condutas  á  los  capitanes  Lu- 
xan  y  Diego  Manes,  que  serán  á  cumplimiento  de  seiscien- 
tos soldados,  pues  siendo  nescesarios  más,  se  podrán  meter 
de  los  dos  mil  que  da  la  provincia,  mil  hombres,  que  serán 
suficiente  número  para  su  defensa,  y  en  lo  de  Fuenlerrabía, 
asimismo  proveemos  que  se  crezcan  hasta  quinientos  solda- 
dos, contando  en  ellos  trescientos  que  tiene  el  capitán  Juan 
de  Urbina  ,  y  cuando  hobiese  nescesidad  de'  más  gente  se 
podrán  meter  los  otros  mil  hombres  restantes ,  de  los  que 
da  la  dicha  provincia ,  y  no  pudiendo  haber  los  dichos  ca- 
pitanes el  número  de  gente  que  está  dicho,  vos  lo  provee- 
réis de  la  de  las  ciudades  que  os  han  de  acudir,  que  ya  os 
mandamos  enviar  el  memorial  del  número  de  gente  de  pié 
y  de  caballo  que  ha  de  ser,  para  que  esluviésedes  adverti- 
do de  ello.  Y  porque  no  veniendo  ejército  sobre  las  dichas 
villas ,  paresce  que  les  bastaria  menos  gente ,  todavía  pro- 
curareis de  saber  lo  que  en  Francia  se  hace,  para  que  según 
aquello,  así  se  acreciente  ó  acorte  la  guardia  de  ellas. 

En  lo  de  la  gente  que  decís  que  seria  menester  que  re- 
sidiese en  Pamplona,  pues  con  tener  en  ella  los  mil  quinien- 
tos soldados  que  decís,  y  más  los  que  están  apercebidos  en 
las  fronteras,  que  también  es  buen  número  de  gente  y  útil, 
parece  que  basta ,  especialmente  que  como  está  dicho ,  por 
aquella  parte  se  tiene  aviso  que  no  entrará  ya  ejército  por  es- 
te año ,  y  así  screbimos  á  Juan  de  Vega  que  no  esperándo- 
se el  dicho  ejército,  mire  qué  gente  le  debe  quedar  para 


536 

que  eslé  razonablemente  proveído  lo  de  Pamplona ,  y  que  la 
demás,  así  de  infantería  como  de  gente  darmas  de  nuestras 
guardas  y  de  los  grandes  que  mandamos  acudir  allí,  los  haga 
luego  partir  el  camino  de  Barcelona  de  lo  cual  os  habemos 
querido  avisar,  y  también  para  encargaros  á  vos  lo  mismo,  y 
que  proveído  lo  de  Faenterrabía  y  San  Sebastian ,  y  pares- 
ciendo  que  por  aquella  frontera  ni  por  Navarra  no  habrá  es- 
te año  ejti^rcito,  estéis  en  orden  para  que  vista  otra  nuestra 
carta,  os  podáis  venir  á  Zaragoza  con  vuestra  casa  donde 
yo  voy,  y  la  gente  darmas  podréis  enviar  á  Barcelona  coa 
la  demás  que  tuvierdes  junta. 

En  lo  de  la  pólvora  para  Fuenterrabía  ,  sabido  el  recau- 
do que  hay  de  ella  se  proveerá  de  toda  la  que  se  pudiere. 

En  lo  del  reparo  de  Suriola ,  el  dicho  don  Sancho  nos 
ha  scripto  lo  que  Te  paresce  que  se  debe  hacer ,  y  yo  le  he 
respondido  en  esto  mi  voluntad ,  y  conforme  á  aquello  lo 
porná  en  ejecución  cuando  conviniere.  Vos  hecísteis  bien  en 
proveer  de  los  quinientos  ducados  que  decís  de  los  tres  mil 
ducados  que  envió  con  Corral  Alonso  de  Baeza,  el  cual  es 
bien  que  resida  ahí  para  que  él  tenga  el  dinero  y  lo  gaste 
por  orden  y  mandamientos  vuestros,  y  yo  creo  bien  que 
como  decís  en  cuanto  os  fuere  posible  escusareis  los  gastos 
conosciendo  las  necesidades  que  tenemos  y  lo  mucho  que 
es  menester  para  proveer  á  todas  partes,  y  así  no  hay  ne- 
cesidad de  encomendároslo  más.  En  lo  de  las  espías  proveer- 
lo heis  como  os  paresciere,  procurando  que  sean  cuales  con- 
viene, ordenándoles  que  entren  bien  en  Francia  y  sepan  y 
avisen  lo  cierto  de  lo  que  allá  hobiese. 

Está  bien  Ja  resolución  que  tomástes  con  el  diputado  de 
Álava  sobre  lo  de  la  cala  y  cata ,  y  así  haber  encargado  al 
alcalde  de  Vitoria  lo  de  los  bastimentos,  y  que  tratase  con 
mercaderes  lo  de  la  provisión  de  San  Sebastian ,  lo  cual  de- 


I 


337 

beis  continuar  y  tener  cuidado  de  ello  hasta  ver  lo  que  se 
podrá  hacer. 

En  lo  de  la  gente  de  la  provincia  fué  bien  la  diligencia 
que  con  ellos  hicísles.  Venida  la  respuesta  que  esperáis,  nos 
avisareis  de  lo  que  hobiese. 

En  lo  de  la  gente  del  duque  de  Medinaceli,  pues  os  res- 
pondió que  en  lugar  de  las  GO  lanzas,  hombres  darmas  que 
se  le  repartieron,  enviaría  luego  otros  tantos  ginetes,  porque 
nunca  él  habia  servido  con  otra  gente;  está  bien,  y  así  que  os 
hayan  respondido  el  conde  de  Aguilar  y  de  Salinas  que  lue- 
go enviarían  la  suya,  á  los  cuales  y  á  todos  los  otros  que  han 
de  acudir  á  vos  como  habréis  visto  por  el  dicho  memorial, 
solicitareis  dándoles  prisa  á  que  envíen  su  gente ,  y  tam- 
bién al  marqués  de  Poza  para  que  envíe  los  otros  diez  hom- 
bres darmas  que  le  faltan  por  enviar ,  porque  no  siendo  ne- 
cesaria esta  gente  para  lo  desas  fronteras,  pueda  venir  á 
tiempo  para  lo  de  Perpiñan  como  está  dicho. 

A  don  Alvaro  de  Mendoza  screbimos  teniéndole  en  ser- 
vicio los  doscientos  hombres  que  os  envió  á  ofrescer.  En- 
viarle heis  mi  cuenta.  En  lo  de  don  Atanasio  de  Ayala  no 
hay  que  decir  hasta  ver  lo  que  responde. 

En  lo  de  las  armas  habéis  hecho  bien  en  acordarnos  la 
falta  que  hay  deltas  en  estos  reinos,  y  aunque  en  Málaga  y 
en  otras  partes  tenemos  buena  cantidad  dellas;  mirarse  há 
si  converná  hacerse  mas  provisión,  y  mandarlo  hemos  pro- 
veer. 

En  lo  de  los  mil  hombres  que  ha  ofrescido  Vizcaya , 
aunque  hayan  respondido  que  para  Guipúzcoa  los  darán 
pagados  por  un  mes,  y  para  Navarra  no,  porque  nunca 
lo  han  hecho,  han  de  tener  entendido  que  nos  han  de  ser- 
vir para  esas  fronteras  viniendo  la  necesidad,  como  lo  ha- 
cen los  otros  pueblos  del  reino,  que  es  pagar  la  gente  que 

Tomo  LIXIL  22 


dan  por  cuatro  meses,  y  así  lo  debéis  procurar  con  ellos. 

En  lo  que  decís  que  á  los  lugares  de  la  costa  de  la  mar 
han  repartido  quinientos  hombres ,  y  que  Bermeo  ha  en- 
viado á  vos  diciendo  que  porque  es  puerto  eoawernía  que 
la  gente  que  les  ha  cabido  quedase  allí  en  su  guarda,  de- 
ciendo  que  así  se  hizo  en  vida  de  la  emperatiriz,  que  haya 
gloria ,  yo  he  visto  la  copia  de  la  carta  que  sobre  ello  man- 
do dar  que  nos  envíastes,  y  aunque  aquella  no  fué  sino  re- 
mitirlo al  corregidor  de  Vizcaya  para  que  lo  viese  y  prove- 
yese de  manera  que  aquella  villa  estoviese  con  buen  recau- 
do, vos  hicistes  bien  en  screbirle  que  no  sacase  la  dicha 
gente  della  hasta  avisarnos  delío,  y  pues  paresce  que  no  vi- 
niendo ejército  á  esas  fronteras ,  no  será  nescesario  que  se 
junte  la  gente  de  Vizcaya ;  allí  podrá  estar  mejor  que  en 
otra  parte,  que  para  lo  de  adelante  mirarse  há  lo  que  con- 
verná  proveerse.^ — De  Monzón  á  8  de  septiembre  de  1542. 
— Yo  el  rey. — Con  rúbrica. — Vázquez. — Con  rúbrica. 

Sobre. — Por  el  rey  al  condestable  de  Castilla  su  primo 
y  capitán  general. 
Oír,  ^\í\'t^''iñí^  omnml'krmob  -ofo^o; 


^ii^ffiíítiMíi';^  aioiííí'ro- 


r  )ífííf? 


!iBd:.iíO»':^ur 


o39 


Carta  original  dirigida  al  condestable  de  Castilla ,  fecha  en 
Monzón  á  S  de  setiembre  de  i  542  (1). 

Le  da  noticia  del  estado  de  salud  de  S.  M.,  y  de  la  defensa  de 
Perpinan,  sitiada  por  los  franceses. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—  G  48,  {oh  208. 

Muy  ilustre  señor:  Con  este  caballero  recibí  la  carta  de 
vuestra  señoría  hecha  primero  de  setiembre  acuatro  (sic)^ 
y  creo  bien  que  vuestra  señoría  habría  holgado  de  la  buena 
convalecencia  de  Su  Alteza;  el  lunes  á  cabo  cerca  de  cua- 
tro semanas  que  le  habia  faltado  la  calentura,  le  volvió  otra 
sin  frió;  ya  son  pasados  todos  los  términos  de  terciana  y 
cuartana ,  está  muy  bueno  gracias  á  Nuestro  Señor, 

Las  postreras  nuevas  que  S.  M.  tiene  de  Perpinan,  son 
de  tres  deste ;  están  con  muy  buen  ánimo  los  de  dentro  y 
bien  bastecidos,  y  tienen  razonablemente  de  gente,  aunque 
no  toda  prática,  y  en  una  salida  que  hicieron,  hicieron  daño 
á  los  enemigos  y  á  su  artillería  sin  recibir  ellos  ninguno.  Tam- 
bién dice  don  Luis  loarte,  que  está  en  Elna  sin  tener  ningu- 
na gente  de  caballo  y  poca  de  pié,  que  les  ha  muerto  y  pre- 
so, después  que  está  el  campo  sobre  Perpinan,  mas  de  cien- 
to y  cincuenta  personas  y  tomado  mas  de  cincuenta  bestias. 

El  Dolfin  está  en  persona  sobre  Perpinan ;  el  caudal  de 
su  gente  de  pié  son  hasta  ocho  mil  suizos  y  tres  ó  cuatro 
mil  italianos;  todos  los  otros  son  aventureros  y  gascones  y 
buen  golpe  de  gente  darmas  y  algunos  caballos  ligeros  ila- 


(1)  No  lleva  firma  esta  carta,  ni  en  el  respaldo  se  dice  quien  la 
escribió. 


340 

llanos.  De  creer  es  que  caballeros  habrá  muchos  estando 
allí  su  persona  y  la  de  su  padre  en  Veces ,  trece  leguas  de 
allí.  No  sé  si  se  acercará;  mas  paréceme  que  cuanto  mas 
cargan  sobre  Perpiñan,  tanto  aílojan  de  las  otras  fronteras, 
y  no  le  pese  á  vuestra  señoría  porque  la  gente  de  Castilla 
entre  en  Pamplona ,  porque  el  verdadero  socorro  ha  de  ser 
tener  bien  proveídas  aquellas  plazas  para  que  no  hayan  me- 
nester, y  á  este  propósito  escribe  S.  M.  á  vuestra  señoría 
lo  que  verá ;  y  creo  que  no  entrando  los  franceses  por  Na- 
varra ogaño,  que  querrá  S.  M.  aprovecharse  de  vuestra  se- 
ñoría y  de  su  gente,  y  de  toda  la  demás  que  había  de  ir  al 
socorro  de  Navarra  para  el  de  Perpiñan ,  y  por  esto  no  ha- 
brá necesidad  de  hablar  en  el  partido  de  V.  S.  ni  menos  en 
las  insinias  de  condestable.  A  vuestro  padre  no  le  vi  ningu- 
na dellas,  sino  solo  el  guión,  que  era  de  capitán  general. 

Lo  del  señor  marqués  de  Falces  me  parece  muy  bien,  y 
creo  que  si  hubiere  necesidad  en  aquel  reino ,  que  se  servi- 
virán  del  en  alguna  cosa  como  de  las  otras  cabezas. 

Doña  Estephanía  y  yo  y  nuestros  hijos,  así  los  que  es- 
tán en  Barcelona  como  el  que  está  aquí,  estamos  buenos:  lo- 
dos besan  las  manos  á  vuestra  señoría,  cuya  muy  ilustre  per- 
sona y  Estado  Nuestro  Señor  guarde  y  acreciente  como  yo 
deseo. — De  Monzón  á  8  de  setiembre. — De  V.  S.  mayor 
servidor  que  sus  muy  ilustres  manos  besa. 

Sobre, — Al  muy  ilustre  señor  mi  señor,  el  condestable 
de  Castilla,  duque  de  Frías. 


5ii 


Carta  original  de  don  Juan  de  la  Cueva  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  S  de  setiembre  de  1542. 

Se  congratula  de  queS.  M.  le  haya  nombrado  capitán  general ,  y 
le  elogia  la  brillante  defensa  de  los  sitiados  en  Perpinan. 

Biblioteca  Nacional —Sala  de  MSS.—G  48,  foL  210. 

Ilustrísimo  señor :  Escrito  he  á  V.  S.  por  la  via  de  Na- 
varra, y  en  aquella  carta  }''  no  sé  si  en  otra  alguna,  decia 
á  V.  S.  como  habla  tenido  por  cierto  desde  que  supe  que 
los  franceses  habían  vuelto  la  proa  á  estas  bandas,  que 
S.  M.  baria  la  provisión  que  hizo  de  hacer  á  V.  S.  capitán 
general;  holgué  mucho  de  entender  que  seria  así,  y  de  ver- 
lo hecho  mucho  mas,  y  tras  esto  dícese  luego  con  su  pan 
se  lo  coma,  etc. 

.  Beso  las  manos  á  V.  S.  por  su  carta ,  y  en  verdad  que 
si  antes  que  entrara  en  Monzón  la  recibiera,  que  fuera  muy 
posible  sin  esperar  otro  mandamiento  de  S.  M.,  irme  á  ser- 
vir á  V.  S. ,  que  de  creer  es  que  holgara  más  de  emplear 
mi  trabajo  sirviendo  debajo  de  la  bandera  de  Velasco,  que 
no  de  la  de  Toledo,  y  aunque  soy  llegado,  si  no  se  tuviese 
ccrtenidad  que  los  franceses  no  molestaran  esas  Navarras  y 
Guipúzcoas,  no  sé  lo  que  me  hiciera,  porque  hasta  ahora 
excusado  me  he  de  pasar  adelante :  no  sé  lo  que  haré  con 
salir  ya  el  duque  de  Barcelona  y  volverse  á  Girona. 

Veo  mal  parado  y  con  vacilación  grande  todo  lo  de  acá, 
pero  muy  peor  sepa  V.  S,  que  está  lo  de  Francia,  y  que 
verdaderamente  creo  que  se  defenderá  Perpinan,  y  que  se 
perderán  estos  borrachos,  que  de  su  amo  yo  le  doy  por  des- 
pachado, pues  no  le  pueden  hacer  tanto  mal  sus  enemigos  que 


342 

no  sea  mayor  el  que  de  sí  mesmo  rescibe,  pagando  ciento  y 
veinte  mil  pagas  cada  mes. 

Los  de  Perpinan  se  defienden  gallardamente,  y  ofén- 
denlos  ruinmente  los  enemigos,  y  por  la  orden  que  ahora 
llevan  no  les  tomarán,  antes  por  razón  parece  que  se  levan- 
tarán sus  vasallos,  y  desta  manera  no  se  veria  nuestro  ver- 
gonzoso socorro.  V.  S.  no  pida  dinero,  ni  artillería,  ni  gente 
de  provecho,  y  haga  de  sus  maravillas  acostumbradas,  que 
estas  se  valdrán  y  no  venir  los  franceses. 

El  comendador  mayor  de  León  anda  con  unas  ruines  in- 
dispusiciones ;  todo  lo  demás  de  aquí  está  como  suele. 

Las  cortes  están  al  cabo;  jurarse  há  aquí  el  príncipe;  par- 
tirse há  S.  M.  dentro  de  los  20  deste,  y  con  tanto  guarde 
Nuestro  Señor  la  ilustrísima  persona  de  V.  S.  con  el  acre- 
centamiento de  su  muy  gran  Estado,  que  los  servidores  de 
V-.  S.  deseamos. — De  Monzón  8  de  setiembre. 

Sobre, — AI  ilustrísimo  señor  el  condestable  mi  señor. 


Carta  autógrafa  de  Juan  de  Álava  al  condestable  de  Casti- 
lla, fecha  en  Vitoria  áQ  de  setiembre  c/e  1542. 

Le  participa  haber  dispuesto  la  reunión  de  gentes  y  víveres  en 
cumplimiento  de  las  órdenes  que  de  él  habia  recibido. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—G  AS,  fol.  ^%. 

Ilustrísimo  señor:  Hoy  sábado  á  las  tres  horas  de  la  ma- 
ñana recibí  la  leti*a  de  V.  S.,  y  desde  entonces  entiendo  en 
hacer  los  despachos  para  llamar  la  gente,  que  como  son 
cincuenta  hermandades  é  muy  derramadas,  que  hay  diez  é 
siete  leguas  de  largo ,  y  cada  una  ha  de  haber  despacho 


,T43 

por  sí,  no  se  puede  hacer  con  mas  presteza.  Partirán  hoy 
seis  correos  á  llamar  á  todos,  y  á  esta  causa  no  voy  á  be- 
sar las  manos  de  V.  S.  que  quisiéralo  por  no  decir  por  letra 
lo  que  conviene  en  respuesta  de  su  mandato. 

En  lo  de  los  cuatrocientos  hombres  ya  dije  á  V.  S.  que 
tienen  letra  de  S.  M.  fecha  á  22  del  pasado,  después  de  la 
letra  de  provisión  de  V.  S.  en  que  manda  que  estos  hom- 
bres estén  á  la  ordenación  del  visorey  de  Navarra ;  y  con 
esto  y  con  que  la  paga  está  concertada,  que  la  darán  mer- 
caderes en  Pamplona  y  se  encargan  á  la  cobrar  aquella,  y 
con  que  saben  que  están  aposentados  y  algunos  tienen  su 
mochila  allá;  será  dificultoso  hacerlos  pasar  los  puertos 
aunque  sea  á  lanzadas.  Yo  no  los  he  osado  llamar  para  allá, 
salvo  que  vengan  á  la  raya  de  Navarra  donde  los  espero, 
porque  si  para  pasar  el  puerto  los  llamara,  no  así  vinieran, 
serán  el  miércoles  juntos  é  no  pueden  antes ;  en  este  medio 
V.  S.  verná,  placiendo  á  Dios,  á  esta  ciudad,  y  verá  lo  que 
conviene ,  que  á  mi  ver  mucho  seria  haber  venido,  y  de  la 
gente  que  tiene  proveer  solos  veinte  ó  treinta  de  caballo  con 
doscientos  peones,  que  con  esto  y  estar  V.  S.  en  esta  ciudad 
están  animados  los  que  han  de  esperar ,  y  los  enemigos  te- 
men. V.  S.  proveerá  mejor  lo  que  convenga. 

En  lo  del  pan ,  yo  he  sabido  lo  desta  tierra ,  é  hay  can- 
tidad, y  esto  aquí  se  está  que  no  so  puede  consumir  sino  en 
Guipúzcoa  é  Vizcaya.  También  he  pesquisido  lo  de  Miran- 
da, y  tres  ó  cuatro  leguas  de  aquel  cabo  hay  diez  mili  fa- 
negas de  trigo  en  arcadas  para  revender.  Pero  según  tene- 
mos por  cierto,  San  Sebastian  tiene  cuarenta  mili  fanegas 
de  trigo,  é  habiendo  dinero  abundancia  hay  de  pan.  El  vi- 
no se  encarece  porque  Rioja  después  de  esta  nueva  de  gen- 
te que  pasa  y  se  hace ,  ha  encarecido  casi  un  real  por  cán- 
tara, y  será  mas  necesario  proveer  de  orden  en  ello  que  ea 


344 

lo  del  pan:  V.  S.  lo  proveerá ,  y  abrevie  su  venida ,  porque 
antes  que  vaya  á  recebir  mi  gente ,  le  pueda  besar  las  ma- 
nos, y  esté  advertido  de  lo  que  converná  que  yo  haga. 
Prospere  Nuestro  Señor  la  ilustrísima  persona  y  estado  de 
V.  S.  como  desea. — De  Vitoria  sábado  á  9  de  setiembre. — 
Besa  las  manos  de  V.  S.  ilustrísima  su  siervo. — Juan  de 
Álava. 

Aquí  está  un  capitán  de  S.  M.  que  se  llama  Herrera; 
tiene  trescientos  hombres  que  en  esta  provincia  ha  hecho,  y 
espera  cuando  le  llamarán. 

Sobre, — Al  Illmo.  señor  condestable  de  Castilla,  duque 
de  Frias,  capitán  general  de  S.  M. 


Carta  del  Consejo^  Justicia  y  Regimiento  de  Logroño  al  con- 
destable de  Castilla,  fecha  en  aquella  ciudad  á  ^  de  se- 
tiembre de  1542. 

Le  representan  el  agravio  que  se  hace  á  la  ciudad  con  mandarle 
aperciba  gentes  para  meterse  en  Pamplona. 

miioteca  Nacional— Sala  de  üiS5.— 6^  48,  fol  258. 

Ilustrísimo  señor:  Porque  esta  cibdad  ha  visto  cédulas 
de  S.  M.  por  las  cuales  le  manda  tenga  apercibida  cierta 
gente  para  meterse  en  Pamplona  cuando  el  visorey  lo  en- 
viare á  mandar,  y  demás  deslo  por  otra  carta  de  V.  S.  di- 
rigida á  don  Hernando  de  Sandoval,  corregidor  desta  cib- 
dad, hemos  visto  que  V.  S.  lo  confirma,  inviamossobrello 
á  Francisco  de  Tejada  y  Juan  de  Mendizabal  á  que  den 
cuenta  á  V.  S.  del  agravio  que  en  ello  se  nos  hace.  Supli- 
camos á  V,  S.  les  dé  entero  crédito  á  todo  lo  que  suplicaren 


345 

á  V.  S.  de  nuestra  parte,  cuya  ilustri'síma  persona  y  estado 
Nuestro  Señor  guarde  y  prospere  como  por  V.  S.  ilustrísima 
es  deseado. — De  Logroño  á  9  de  setiembre  de  quinientos  y 
cuarenta  y  dos. — Ilustrísimo  señor,  lasilustrísimas  manos  de 
V.  S.  besa  el  Consejo,  y  Justicia  y  Regimiento  de  la  muy 
noble  é  muy  leal  cibdad  de  Logroño.  Y  por  su  'mandado, 
Francisco  López  de  Salvatierra,  secretario. — Con  rúbrica. 
Sobre. — Al  ilustrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla, 
capitán  general  de  España,  etc. 


Carta  autógrafa  de  Juan  Vázquez  de  Molina  al  condes- 
table de  Castilla,  fecha  en  Monzón  á  9  de  setiembre 
Í/H542. 

Le  da  noticias  del  sitio  de  Perpinan. 
Biblioieca  Nacional— Sala  dé'MSS.—G  48,  fol  216. 

Ilustrísimo  señor:  S.  M:  scribe  tan  largo  en  los  nego- 
cios á  V.  S.  que  me  queda  á  mí  poco  que  decir  en  ellos, 
sino  que  en  lo  del  salario  ha  parescido  á  estos  señores  con- 
tadores mayores  que  no  se  debe  hablar,  en  especial  no 
siendo  ya  necesario  por  la  cabsa  que  S.  M.  escribe.  La  le- 
gitimación va  aquí  despachada;  siempre  que  bebiere  en  que 
servir  á  V.  S.  será  para  m\  mucha  merced  mandármelo.  A 
mi  señora  la  duquesa  beso  las  manos  á  S.  S.*  mili  veces. 

Lo  que  tenemos  de  Perpinan ,  es  que  los  enemigos  la 
baten ,  y  que  los  de  dentro  tienen  buen  ánimo ,  y  que  se 
tiene  buena  esperanza  que  se  defenderán:  plega  á  Dios  que 
así  sea ,  y  que  el  socorro  llegue  á  tiempo. 

La  partida  á  Zaragoza  será  brevemente,  porque  ya  lo 


346 

del  juramento  del  príncipe  va  al  cabo,  y  lo  del  servicio  es 
acabado.  Guarde  y  acreciente  Nuestro  Señor  la  ilustrísima 
persona  y  estado  de  V.  S.  como  desea.— De  Monzón  á  9  de 
setiembre  1542. — Besa  las  manos  á  V.  S, — Juan  Vázquez 
de  Molina.' — Con  rúbrica. 

Sobre. — Al  iluslrísimo  señor  mi  señor  el  condestable  de 
Castilla,  capitán  general  de  S.  M.,  etc. 


Carta  original  del  comendador  mayor  al  condestable  de  Cas- 
tilla, fecha  en  Monwn  á  10  de  setiembre  de  1542. 

Plática  que  ha  tenido  con  el  comendador  mayor  sobre  señalar  suel- 
do al  condestable. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS,-^G  48,  fol.  220. 

Muy  ilustre  señor :  Rescebí  la  carta  de  V.  S.  de  dos  del 
presente ,  y  respondiendo  S.  M.  particularmente  á  todo  lo 
que  V.  S.  ha  scripto  como  lo  hace,  y  diciéndole  lo  que  hay 
de  nuevo ,  no  me  queda  á  mí  que  responder  mas  de  á  lo  de 
su  salario,  en  lo  cual  habemos  platicado  el  señor  comenda- 
dor mayor  de  Castilla  y  yo  toda  una  noche ,  que  aunque 
V.  S.  tiene  mucha  razón,  se  debe  esperar  un  poco  sin  de- 
cirlo á  S.  M.  hasta  ver  en  qué  paran  estas  cosas ,  y  si  ha 
de  pasar  adelante  como  lo  escribirá  mas  largo  el  señor  co- 
mendador mayor,  que  yo  por  mi  flaqueza  y  andar  todavía 
achacoso  y  mal  dispuesto  no  Ío  hago.  Lo  de  la  estada  de 
V.  S.  en  Miranda,  ó  donde  le  pareciere  mejor,  le  remite 
S.  M.  Nuestro  Señor  la  muy  ilustre  persona  y  estado  de 
V.  S.  guarde  y  acreciente  como  lo  desea. — De  Monzón  á 
10  de  setiembre  1542.— Muy  cierto  servidor  de  V.  S.  que 


547 

sus  manos  besa. — Cobos  comendador  mayor. — Con  rúbrica. 
Sobre. — Al  muy  Ilustre  señor  mi  señor  el  condestable 
de  Castilla,  capitán  de  Se  M.,  etc. 


Carta  original  de  Juan  de  Aza  al  condestable  de  Castilla, 
fecha  en  Vitoria  á  iO  de  setiembre  de  1542. 

Le  remite  copia  de  ua  capitulo  de  carta,  eaviado  de  Fláades. 
Biblioteca  NacionaL-^Sala  de  3ISS.-G4S,  foL  228. 

Muy  ilustrísimo  señor:  Recibí  la  carta  de  V.  S.,  y  en 
lo  que  por  ella  envía  á  mandar  procuraré  que  baya  el  me- 
jor recaudo  é  proveimiento  que  sea  posible.  Esta  noche  he 
rescibido  cartas  de  Ambéres  y  Brujas  de  cinco  de  agosto. 
Aquí  envío  á  V.  S.  la  copia  de  un  capítulo  bien  largo  que 
me  escribe  un  mi  primo  y  factor.  Bien  creo  que  V.  S.  las 
lerna  mas  frescas,  pero  estas  son  ciertas.  Y  porque  los  seño- 
res Andrés  Diaz  Desquevel,  Joan  Nuñez  del  Castillo,  regidor 
desta  ciudad  y  mensajeros  della  harán  relación  de  lo  de- 
más, ceso  rogando  á  Nuestro  Señor  prospere  y  aumente  su 
ilustrísima  vida  y  estado. — En  Vitoria  domingo  á  la  noche 
10  de  setiembre. — Ilustrísimo  señor. — Besa  las  manos  de 
V.  S.  ilustrísima  su  muy  humilde  servidor.— -Juan  de  Aza* 

Sobre. — Al  ilustrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla, 
duque  de  Frias,  capitán  general  de  S.  M.,  etc. ,  mi  señor. 


348 


Carta  original  de  la  villa  de  Madrigal  al  condestable  de 
Castilla f  fecha  en  Madrigal  á  ii  de  setiembre  de  1542. 

Le  envía  por  orden  del  emperador  una  escuadra  de  quince  hom- 
bres con  que  sirve  la  villa  á  S.  M. 

BibUoíeca  Nacional—Sala  de  MSS.—G  AS,  foL  240. 

Ilustrísimo  señor:  esta  villa  de  Madrigal  sirve  á  S.  M. 
con  quince  hombres  con  una  escuadra ,  porque  ansí  es  ser- 
vido y  se  lo  manda  S.  M. ,  y  porque  por  sus  reales  letras 
le  ha  sido  mandado  lo  envíe  á  V.  S.  lllma.,  cumpliendo  lo 
que  S.  M.  manda,  le  envía  á  V.  S.  lllma.  y  le  suplica  que 
porque  don  Ñuño  González  del  Águila  va  á  servir  á  S.  M. 
con  la  gente  que  envía  la  cibdad  de  Avila,  y  porque  esta 
villa  está  muy  confiada  que  don  Ñuño  tratará  la  gente  della 
como  persona  que  les  tiene  afición  por  la  vecindad  que  hay, 
suplica  á  V.  S.  lllma.  sea  servido  de  los  meter  debajo  de  su 
bandera.  Cristóbal  del  Barco,  llevador  desta,  va  por  escua- 
dra desta  gente,  al  cual  V.  S.  lllma.  dará  crédito.  Nues- 
tro Señor  la  ilustrísima  persona  de  V.  lllma.  S.*  guarde 
por  muy  largos  tiempos  con  acrecentamiento  de  mayor 
estado. — De  Madrigal,  á  11  de  setiembre. — Ilustrísimo 
señor. — Besa  los  pies  y  manos  de  vuestra  lllma.  señoría  la 
villa  de  Madrigal. — El  licenciado  Lope. — Con  rúbrica,  — 
Juan  López. — Con  rúbrica. — Pedro  de  Gumiel.— Cow  rú- 
brica. 

Sobre. — Al  Ilustrísimo  señor  condestable  de  Castilla,  ca- 
pitán general  de  S.  M. 


i 


349 


Minuta  de  la  carta  que  se  escribió  á  S.  M.  con  Juan 
Ortega  de  Velasco,  en  Miranda  á  i^  de  setiembre 
de  1542  (1). 

En  contestación  á  la  que  le  escribió  S.  M.  el  8  del  mismo  mes,  dán- 
dole instrucciones  sobre  lo  que  se  ha  de  proveer  en  San  Sebastian 
y  Fuenterrabía. 

DibUoieca  Nacional-Sala  de  MSS.—G  48,  fol  42o. 
S.  C.  C.  M. 

Antes  que  responda  á  la  carta  de  V.  M.  de  8  deste  mes, 
me  parece  que  es  de  decir  que  las  naos,  que  pensaban  que 
eran  francesas,  no  lo  fueron,  sino  las  que  venían  de  la  pes- 
quería ,  y  revolviéronse  con  otras  de  Francia,  y  tomáronles 
26  navios;  plega  á  Dios  que  lodo  lo  de  la  tierra  suceda  tan 
bien. 

Dice  V.  M.  que  me  remite  lo  de  mi  ida ;  j^o,  señor,  me 
iré  esperando  alguna  mas  gente ,  que  hasta  agora  ninguna 
ha  venido,  sino  los  diez  hombres  de  armas  del  marqués  de 
Poza.  El  marqués  mi  hermano  está  ya  en  camino,  y  la  gen- 
te del  duque  de  Medinaceli;  el  marqués  de  Aguilar  y  el  de 
Nieva  han  dicho  que  vernán  presto  y  inviarán  su  gente,  á 
los  que  les  he  tornado  á  dar  gran  prisa,  y  envío  correos  á 
los  corregidores  de  las  cibdades  que  me  han  de  acudir,  pa- 
ra que  hagan  venir  la  genle  que  dellas  me  ha  de  acudir. 
El  obispo  de  Calahorra  me  respondió  que  él  no  tiene  posibi- 
lidad para  dar  esta  gente  ni  el  dinero  que  en  ella  se  anota, 

(4)  Aunque  no  se  dice  de  quien  es,  se  infiere  de  su  contesto  ser 
del  condestable  de  Castilla. 


550 

sino  que  si  es  menester  que  tendrá  la  gente  que  pudiere 
para  la  defensa  de  Logroño.  Yo  le  he  respondido  que  yo 
no  tengo  poder  de  iiacer  moderación  ninguna,  que  lo  escri- 
blria  á  V.  M.  Aquí  me  han  dicho  que  tiene  un  buen  golpe 
de  gente;  si  es  verdad,  no  sé  si  le  parecerá  á  V.  M.  que  se- 
ria bien  convertir  lo  que  ha  de  dar  en  esto  para  reproveimien- 
to de  la  gente  de  guerra  de  San  Sebastian,  que  creo  que  de- 
be de  haber  poco  de  ios  tres  mil  ducados  que  V.  M.  envió  á 
don  Sancho. 

Manda  V.  M.  que  se  desembaracen  todos  los  navios. 
Así  se  ha  hecho,  que  ya  lo  he  escrito  á  los  corregidores  de 
Guipúzcoa  y  Vizcaya,  y  también  les  escribí  que  los  manda- 
sen salir  bien  proveídos  de  munición,  y  artillería  y  armas. 
Y  porque  V.  M.  manda  en  este  capítulo  que  favorezcan  y 
ayuden  á  los  que  armaren,  es  menester  saber  si  manda 
V.  M.  que  se  dé  licencia  para  que  armen  todos  los  que  qui- 
sieren hacello ,  que  muchos  hay  en  Vizcaya  y  en  Guipúzcoa 
y  en  la  montaña  que  lo  desean  hacer. 

Lo  que  V.  M.  manda  de  que  se  le  torne  á  la  carraca  de 
la  religión  lo  que  se  le  habia  tomado,  he  escrito. 

Vi  lo  que  V.  M.  manda  sobre  el  conde  de  Oñate,  y  lue- 
go le  escribí  que  viniese ,  y  así  creo  que  lo  habrá  hecho,  y 
porque  él  gastó  mas  de  lo  que  tenia  en  ir  y  estar  como  de- 
bía, V.  M.  le  mande  emplear  en  algo  en  que  sea  aprovecha- 
do, que  no  veo  cosa  en  que  lo  pueda  ser  en  mi  compañía. 
Dice  V.  M.  que  pasada  la  necesidad  se  pudiera  excusar  su 
ida ,  especialmente  habiéndome  escrito  V.  M.  que  don  San- 
cho se  iba  á  meter  en  San  Sebastian  y  que  dejaba  en  Fuen- 
lerrabía  á  su  hermano.  Guando  me  dieron  la  segunda  car- 
ta de  V,  M. ,  ya  era  ido  el  conde,  y  aunque  no  lo  fuera,  no 
dejara  yo  de  envialle ,  porque  lo  que  V.  M.  dice  agora  es 
muy  contrario  de  lo  que  me  escribió  en  esta  segunda  carta, 


551 

y  con  los  grandes  negocios  que  V.  M,  tiene,  no  se  debe 
acordar  de  lo  que  mandaba  que  es  eslo.  *'EI  conde  de  Oñate 
respondió  como  quien  él  es,  y  conforme  á  la  confianza  que 
del  tenemos,  y  así  le  daréis  las  gracias  de  mi  parte.  Don 
Sancho  de  Leiva  nos  ha  escrito  que  don  Juan  su  hermano 
y  su  cuñado  se  hablan  ido  á  meter  en  Fuenterrabía,  y  que 
él  se  iba  á  defender  á  San  Sebastian;  pero  en  caso  de  nece- 
sidad, será  bien  que  el  conde  de  Oñate  con  su  gente  se  me- 
ta en  San  Sebastian,  y  don  Sancho  se  vuelva  á  Fuenterra- 
bía, y  así  lo  proveereis'Vy  por  aquí  verá  V.  M.,  que  manda- 
ba que  don  Sancho  se  volviese  á  Fuenterrabía  y  el  conde 
se  metiese  en  San  San  Sebastian,  habiendo  necesidad,  la 
cual  á  mi  parecer  era  entonces  y  es  agora  muy  grande,  por- 
que cuando  el  conde  fué,  ni  después  acá  no  ha  habido  ni 
hay  de  doscientos  soldados  arriba  en  San  Sebastian,  ni  que- 
dó ni  estará  en  ella  á  la  contina  un  hombre  de  la  provin- 
cia, y  el  conde  trujo  algunos  consigo,  y  dejó  apercebidos 
otros  hartos  en  su  tierra,  y  como  tiene  á  diez  leguas  de  San 
Sebastian  dos  mil  vasallos  y  gran  naturaleza  en  la  provin- 
cia de  Guipúzcoa,  ningún  hombre  hay  en  Castilla  que  im- 
portaba tanto  que  estuviese  en  San  Sebastian  como  él,  y 
pues  iba  de  prestado,  no  era  tan  gran  inconveniente  su  es- 
tada allí  como  á  don  Sancho  le  parecía,  que  como  yo  le  es- 
criebí  el  otro  día,  si  viniese  alguna  necesidad,  él  holgara 
de  tener  al  conde  de  Oñate  en  San  Sebastian ,  y  hasta  que 
fué  saUdo  della  el  conde,  no  quise  escribir  nada  de  esto  á 
V.  M.,  porque  no  pensase  que  lo  decia  por  habelle  yo  in- 
viado  allí.  Lo  que  á  mí,  señor,  me  parece,  es  que  agora  sea 
residiendo  en  San  Sebastian  don  Sancho  ó  don  Juan,  ó 
quien  V.  M.  mandare ,  es  necesario  que  estén  á  la  continua 
en  aquella  villa  dos  personas  principales,  Villa  Turiel  en  la 
fortaleza  y  otro  en  la  villa,  que  no  puede  dormir  uno  en  en- 


352  ^ 

tramas  partes,  y  cada  cosa  dellas  ha  de  tener  grandísimo 
recado  para  que  no  se  hurte  de  noche,  y  demás  desto  con 
estar  Villa  Turiel  tan  impedido,  es  menester  que  haya  una 
persona  principal  en  la  villa ,  para  que  no  se  maten  cada 
hora  los  soldados  y  los  del  lugar,  como  me  dicen  que  lo 
hicieran  el  otro  dia  si  no  se  hallara  presente  el  conde  de  Ofía- 
te,  y  la  gente  de  guerra  ha  de  hacer  lo  que  le  mandare 
el  que  tuviere  cargo  del  lugar ,  y  en  cosa  tan  importante 
no  se  debe  de  mirar  en  un  poco  de  mas  gasto.  Si  á  V.  M. 
le  pareciere  otra  cosa,  eso  será  lo  mejor,  más  á  lo  menos  si 
algún  desastre  acaesciese,  yo  quedo  descargado  de  haber 
dicho  en  esto  lo  que  alcanzo. 

Dice  V.  M.  que  ha  mandado  que  don  Sancho  y  todos 
los  capitanes  que  hubiese  en  Guipúzcoa  hagan  lo  que  yo  les 
dijere.  Esto  aunque  parece  que  me  toca  á  mí,  más  toca  á 
V.  M. ,  pues  no  puede  V.  M.  ser  bien  servido  si  su  capitán 
general  no  es  bien  obedecido.  También  manda  V.  M.  ha- 
blando en  esta  materia  que  yo  tenga  cuidado  de  lo  que  toca 
á  don  Sancho  y  de  escribille  todas  las  cosas  que  hubiere  que 
proveer  para  que  él  lo  ejecute.  Yo,  señor,  lo  he  hecho  y  lo 
haré  siempre,  así  que  demás  de  tener  el  cargo  que  tiene  de 
V.  M.  le  quiero  yo  mucho,  que  si  por  caso  se  agravió  de 
mí  de  lo  de  el  conde  de  Oñate,  lo  que  yo  proveí  V.  M.  fué 
quien  lo  mandó,  y  así  aunque  pudiera  ser  que  otro  capitán 
general  castigara  los  capitanes  que  no  obedecieron  la  pro- 
visión que  yo  invié,  yo  no  curé  de  hacer  nada  en  ello,  sino 
pasé  livianamente  por  esto  remitiéndolo  á  V.  M. ;  mas  no 
pienso  que  será  servicio  suyo  esperar  su  mandamiento  para 
lo  que  se  hubiere  de  hacer  sobre  cualquier  desvergüenza  y 
desobediencia  de  gente  de  aquella  calidad ,  que  acaescerán 
cada  hora  hartas. 

En  lo  de  abrir  y  cerrar  las  puertas  de  San  Sebastian, 


353 

ellos  se  debriaQ  de  contentar  con  lo  que  V.  M.  dice  de  que 
les  queda  su  llave,  mas  cuando  á  esta  gente  de  montarla 
se  les  asienta  una  cosa,  no  hay  quien  los  pueda  sacar  della. 
Allí  tienen  por  muy  determinado  que  V.  M.  mandó  lo  que 
ha  mandado  en  este  caso  por  tener  gran  desconfianza  de- 
llos,  y  tiénense  por  muy  lastimados  y  afrentados  deslo, 
porque  dicen  que  si  hay  alguno  que  sea  nacido  en  Francia, 
que  le  podían  echar  del  lugar,  mas  que  los  naturales  guipuz- 
coanos  siempre  han  servido  con  gran  lealtad  á  la  corona 
de  Castilla ,  y  han  derramado  mucha  sangre  sobre  defen- 
derse de  los  franceses,  y  que  agora  quedan  publicados  por 
desleales  con  esto  desta  llave ,  y  visto  esto  no  sé  si  es  mas 
daño  que  provecho  lo  que  V.  M.  ha  mandado  en  esto;  V.  M. 
lo  verá. 

Dice  V,  M.  que  se  procure  con  los  de  San  Sebastian  que 
se  provean  de  mas  bastimento  del  que  ordinariamente  tie- 
nen, y  que  para  la  gente  de  guerra  V.  M.  escribe  á  don 
Sancho  que  provea  de  lo  necesario ;  yo  procuraré  que  los 
del  lugar  lo  hagan  así.  En  otra  carta  antes  desta  habia  es- 
crito V.  M.  que  de  los  cuatro  mil  ducados  que  invió  á  don 
Sancho  para  lo  de  los  bastimentos  diese  algo  para  lo  de  los 
reparos  de  San  Sebastian;  yo  se  lo  habia  escrito  así,  y  él 
me  respondió  que  daria  algo,  y  que  guardarla  también 
olro  pedazo  para  proveer  de  carne ,  y  yo  le  respondí  que 
hiciese  saber  cuánto  era  lo  que  sobraba  para  ver  para  lo 
que  habia,  mas  agora  que  V.  M.  manda  que  todo  quede 
para  bastimento,  tornaré  á  escribir  á  don  Sancho  que  lo 
guarde  para  aquello. 

De  gran  efecto  será  la  venida  de  los  cuatro  mil  alema- 
nes, que  dice  V.  M.  que  espera  cada  dia. 

Sobre  lo  del  pan  he  tornado  á  escribir  al  prior  y  cónsu- 
les de  Burgos;  en  viniendo  su  respuesta  la  enviaré  á  V.  M. 
Tomo  XLIíI.  2o 


554 

Dice  V.  M.  que  ha  mandado  á  don  Sancho  que  haga 
hinchir  el  número  de  sus  condutas  á  los  capitanes  Luxan 
y  Diego  Manes,  que  serán  á  cumplimiento  de  seiscientos 
soldados ,  y  que  también  manda  que  se  crezcan  otros  qui- 
nientos en  Fuenterrabía ,  contando  en  ellos  trescientos  del 
capitán  Juan  de  Urbina.  Ha  sido  muy  bien  que  V.  M.  man- 
de que  se  entienda  luego  en  esto.  Después  que  me  dieron 
esta  carta  de  V.  M.  escribí  á  don  Sancho  que  me  parecía, 
que  si  se  podían  excusar  las  personas  de  estos  dos  capitanes 
allá,  que  debia  mandallos  salir  á  entramos  á  que  hiciesen 
la  gente  acá  en  Castilla,  porque  todos  los  soldados  que  se 
tomasen  en  Guipúzcoa  era  quitallos  de  los  que  él  se  tenia, 
pues  todos  los  de  aquella  provincia  le  han  de  acudir,  y  que 
ya  que  no  saliesen  entramos  capitanes ,  que  era  bien  que 
saliese  él  uno  á  esto  que  he  dicho ,  todas  las  mas  destas  ca- 
pitanías están  muy  faltosas  de  gente.  Manda  V.  M.  que  si 
no  la  hallaren,  que  la  provea  yo  de  la  que  me  viniere  de  las 
cibdades ;  yo,  señor,  lo  haré  así,  que  en  llegando  la  prime- 
ra gente  que  me  venga  la  enviaré  á  San  Sebastian. 

Lo  dé  la  gente  de  la  provincia  que  ha  de-  entrar  en 
aquellas  dos  villas,  está  bien  repartida,  como  V.  M.  lo 
manda.  ^  i    ;  ' 

La  gente  que  se  tenia  en  Beo  vi  a  ha  de  ver  V.  M.  si  se- 
ria bien  que  se  tuviese  en  Guetaria,  que  los  mas  dicen  que 
es  cosa  muy  importante  para  San  Sebastian,  para  lo  de  lá 
mar ,  guardar  aquel  puerto ,  y  que  con  poca  gente  que  hu- 
biese en  el  lugar  y  alguna  artillería,  se  guardarían  y  bien. 

En  lo  de  la  gente  de  Pamplona  V,  M.  verá  lo  que  con- 
viene que  haya,  y  así  allí  como  en  todos  esotros  lugares, 
parece  que  es  necesario  que  sobre  antes  gente  que  no. que 
falte. 

Lo  que  V.  M.  dice  que  tiene  mandado  al  virey  de  Na- 


355 

vaiTa,  y  me  manda  á  mí  de  que  proveído  lo  de  Pamplona 
y  Fuenterrabía  y  San  Sebastian,  y  pareciendo  que  por  nin- 
guna destas  fronteras  no  vendrá  ejército  de  Francia  este 
año  como  scribe,  y  que  yo  esté  en  orden  para  ir  á  Zarago- 
za, y  que  el  virey  de  Navarra  y  yo  podremos  inviar  á  Bar- 
celona toda  la  gente  que  hubiere;  está  muy  bien  pensado, 
y  es  de  creer  que  serán  las  nuevas  mas  ciertas  de  todas  las 
que  V.  M.  tuviere  de  lo  que  hace  el  rey  de  Francia ,  por- 
que es  razón  que  sepa  V.  M.  lo  que  se  hace  en  su  cámara 
y  en  su  consejo;  si  esto  no  es  así,  no  se  afiuce  V.  M.  en  es- 
tar adelante  el  tiempo  para  mandar  desarmar  tan  presto 
todo  lo  de  acá,  que  mas  de  un  mes  mas  adelante  que  ago- 
ra, era  cuando  cercaron  los  franceses  al  duque  Dalva  en 
Pamplona,  que  no  estuvieron  mucho  sobre  ella,  y  levanta^ 
ronse  el  dia  de  Santa  Catalina,  y  también  sé  que  era  bien 
tarde  cuando  el  almirante  Mos  de  Buisi  ganó  á  Fuenterra* 
bía,  y  mi  padre  estuvo  sobre  ella  por  Navidad,  y  para  esto 
de  Fuenterrabía  aun  les  embaraza  menos  el  tiempo  á  los 
franceses,  que  para  lo  de  Pamplona,  porque  en  dos  tran- 
cos se  tornan  á  Bayona,  donde  estaban  hechas  tan  grandes 
provisiones,  y  en  otros  lugares  de  aquella  comarca  que  cor- 
re gran  sospecha  de  que  vernán  por  aquella  parte. 

Las  nuevas  que  yo  he  sabido  por  acá,  por  ese  memorial 
las  verá  V.  M. ,  y  agora  me  dieron  una  carta  del  virey  de 
Navarra  en  que  dice  que  caminan  el  duque  de  Urliens  y 
el  de  Glevés  hacia  estas  fronteras;  procurarse  há  que  algu- 
nas espías  entren  bien  adentro  en  Francia  como  V.  M.  lo 
manda. 

De  pólvora  se  llevó  lo  que  pudo  llevarse  de  Burgos  á 
San  Sebastian  y  á  Fuenterrabía  que  con  el  que  el 

rey  de  Navarra  me  dio  de  los  alemanes  que  venían  á  Ba- 
yona ,  yo  envié  luego  á  Godoy,  como  lo  escribí  á  V.  M. ,  y 


556 

son  ya  pasados  20  barriles  que  dice  Godoy  que  van  ocLen- 
la  y  siete  arrobas,  y  fué  con  ello  Miguel  Ortiz,  al  cual  dije 
que  dejase  en  San  Sebastian  á  Pedro  de  la  Borda  los  diez 
barriles,  y  llevase  los  otros  diez  á  Fuenterrabía  y  los  diese 
á  quien  mandase  don  Sancho. 

Con  esta  nueva  de  los  alemanes,  he  dado  gran  prisa  á 
que  salgan  los  cuatrocientos  hombres  de  la  provincia  de 
Álava ,  y  otros  trescientos  que  hacia  aquí  Francisco  Hurta- 
do; si  el  vircy  puede  excusar  la  capitanía  que  tiene  don 
Sancho  en  Fuenterrabía ,  y  otra  que  después  envió  el  vi- 
rey  á  Santisteban  de  Lerin  seria  muy  bien  que  fuese  allí  en- 
tretanto que  Diego  Manes  y  Luxan  hinchen  sus  condutas. 

Al  alcalde  de  Vitoria  he  tornado  á  escribir  sobre  lo  de 
los  bastimentos,  y  para  ver  si  habrá  alguno  que  se  encar- 
gue de  proveer  á  San  Sebastian.  El  diputado  no  creo  que 
podrá  entender  en  lo  de  la  cala  y  cata  de  aquella  tierra, 
como  yo  habia  pensado,  porque  va  á  Pamplona  con  los  cua- 
trocientos hombres ;  entenderse  há  por  acá  en  ello;  no  sé  si 
el  virey  escribirá  al  diputado  ó  á  Francisco  Urtado  que  vaya 
el  uno  dellos  con  la  gente  á  San  Sebastian  como  yo  se  lo 
escribí;  que  haciéndose  esto  no  era  menester  que  inviase 
él  la  otra  capitanía  y  que  hinchesen  las  suyas  los  capitanes 
de  San  Sebastian:  si  pudiesen  ir  allí  los  doscientos  hombres 
de  don  Alvaro  de  Mendoza  agora  luego ,  creo  que  seria  muy 
bien. 

En  lo  de  la  gente  que  da  la  provincia  de  Guipúzcoa,  ya 
he  escrito  á  V.  M.  lo  que  responden  y  le  invié  la  instruc- 
ción que  me  inviaron. 

Dice  V.  M.  que  han  de  tener  entendido  los  de  Vizcaya 
que  han  de  pagar  los  dos  mili  hombres  con  que  sirven  á  V.  M. 
por  cuatro  meses  para  estas  fronteras,  como  lo  hacen  los 
otros  lugares  del  reino ,  y  que  lo  procure  yo  así  con  ellos. 


357 

Mucho  dudo  que  lo  hagan,  porque  el  que  fué  á  ellos  me  cer- 
tificó que  había  muchos  de  opinión  que  no  pagasen  ni  por  un 
dia  los  dos  mili  hombres ,  diciendo  que  era  contra  sus  fue- 
ros, que  conforme  á  ellos  los  han  de  pagar  antes  que  los  sa- 
quen de  sus  casas ,  y  que  á  fuerza  de  brazos  se  hizo  que  los 
pagasen  por  un  mes;  mas  yo  trabajaré  cuanto  pudiere  lo 
que  V.  M.  manda,  y  así  escribí  hoy  al  corregidor  de  Vizca- 
ya que  tome  trabajo  de  llegarse  á  verme,  para  dar  y  lomar 
sobre  esto  con  él.  También  le  escribí  lo  que  V.  M.  manda 
sobre  lo  que  piden  los  de  Bermeo. 

Sobre  lo  de  las  armas  han  venido  aquí  algunos  de  Gui- 
púzcoa á  decirme  que  darán  arcabuces  y  picas.  Vea  V.  M. 
si  manda  que  se  tomen ,  y  á  qué  precio ,  y  cuánta  ha  de  ser 
de  cada  cosa,  y  á  donde  se  han  de  poner,  y  quien  lo  ha 
de  pagar,  y  si  mandare  que  se  entiendan  en  ellas,  mande 
V.  M.  que  se  envíe  el  despacho  dello.  A  una  legua  deste 
camino  que  yo  llevo,  están  unas  armerías  de  Peñacerrada 
y  Albania,  pienso  de  ir  por  ellas  para  ver  también  si  po- 
dian  dar  buen  recado  de  coseletes,  si  V.  M.  lo  hobiese  me- 
nester ;  el  reparo  que  llaman  de  Serriola ,  dicen  todos  que  se- 
ria muy  costoso  por  las  casas  que  se  habían  de  pagar,  y  por 
esto  he  escrito  á  don  Sancho  que  se  haga  de  los  otros  repa- 
ros lo  que  fuere  mas  necesario. 

Corral  hace  bien  lo  que  V.  M.  manda,  el  cual  ha  menes- 
ter cédula  particular  de  V.  M.  para  lo  de  las  libranzas,  y  aun 
para  lo  de  su  asiento,  como  lo  escribo  á  Juan  Vázquez. 

Agora  me  dan  unas  cartas  del  capitán  del  duque  de  Me- 
dinacelí  y  del  marqués  mi  hermano,  en  que  dicen  que  ver- 
nán  muy  presto ;  llegada  esta  gente  y  alguna  poca  mas, 
piensa  de  pasar  á  Vitoria ,  que  dirán  en  Francia  que  es 
mucha  mas  gente  de  la  que  es,  y  podría  ser  que  aflojase 
algo  lo  de  Perpiñan.  El  conde  de  Siruela  estaba  para  venir 


358 

acá  si  no  le  llegara  mandamiento  de  V*  M. ,  y  también  como 
escribí  el  otro  dia  venia  el  adelantado  de  Castilla;  yo  creo  que 
seria  bien  que  viniesen,  porque  como  he  dicho,  puede  ser  que 
aprovechase  decir  que  se  juntaban  muchos  señores  en  Vito- 
ria, que  diremos  que  vienen  sus  casas  tras  ellos  y  que  traen 
infinita  gente,  que  todo  esto  me  parece  que  es  menester,  y 
yo  entré  aquí  de  noche  porque  se  digese  que  era  mucha 
más  de  la  que  era  la  gente  que  traia,  como  lo  dijeron. 

Estando  para  firmar  esta  carta ,  me  dieron  unas  cartas 
del  corregidor  de  Guipúzcoa  y  de  los  de  la  provincia ,  en 
que  dicen  lo  que  V.  M.  verá  por  el  traslado  de  la  carta  que 
rae  escriben  los  de  la  provincia,  que  yo  siempre  les  he  escri- 
to cuan  encargado  está  V.  M.  de  la  voluntad  con  que  le 
sirven.  El  corregidor  me  escribe  cuan  necesario  dicen  to- 
dos que  seria  tener  alguna  guarda  en  Guelaria.  También 
rae  envía  una  cédula  de  nuevas  que  se  escribieron  de  Flán- 
des.  Ya  las  sabrá  V.  M. ,  mas  todavía  me  pareció  que  era 
de  escribir  lo  que  yo  sabia,  y  así  lo  envío  al  comendador 
mayor. 

Asimesmo  escribió  el  corregidor  de  Guipúzcoa  una  cé- 
dula al  de  la  provincia  que  está  aquí ,  que  dice  así :  Después 
de  escritas  estas  cartas  pasó  por  aquí  un  inglés ,  y  dice  que 
están  en  Bayona  los  gastadores  y  gente  de  guarnición,  y 
que  habia  nueva  de  venir  allí  trece  banderas  de  alemanes, 
y  que  el  duque  de  Cleves  está  ya  dentro  en  Francia  con  el 
ejército  que  tenia  en  Flándes, — Guarde  Nuestro  Señor  su 
imperial  (1). 


(1)  Asi  concluye  esta  minuta. 


o59 


Carta  original  del  comendador  mayor  de  León  al  condesta- 
ble  de  Castilla ^  fecha  en  Monzón  á  ii  de  setiembre 
de  1542. 

En  contestación  á  lafqtiele  escribió  el  condestable  con  la  instruc- 
ción de  la  provincia  de  Guipúzcoa. 

BiUioieca  Nacional— Sala  deMSS.—G4tS,  fol  222. 

Muy  Uustrísímo  señor:  Recibí  la  caria  de  V.  S.  de  \0 
del  presente,  con  la  copia  de  la  instrucción  que  la  provin- 
cia de  Guipúzcoa  dio  á  la  persona  que  envía  á  V.  S.,  la  cual 
va  respondida  como  V.  S.  verá ,  y  también  se  ha  proveido 
la  cédula  para  lo  que  toca  á  Hernando  Corral ,  que  como 
V.  S.  dice  es  buena  persona  y  de  habilidad;  en  lo  demás 
me  remito  á  lo  que  sescribe  á  V.  S.  en  carta  de  S.  M.  (i). 
Solamente  digo  que  yo  estoy  ya  mucho  mejor ,  á  Dios  gra- 
cias; él  guarde  á  V.  S.  con  la  salud  y  contentamiento  que 
desea. — De  Monzón  á  14  de  septiembre. — ^^Muy  cierto  ser- 
vidor que  sus  manos  besa. — Cobos,  comendador  mayor. — 
Con  rúbrica. 

Sobre,— k\  muy  ilustre  señor  mi  señor  el  condestable 
de  Castilla,  etc. 

(1)  Viene  adelante  en  fecha  45  de  este  mismo  raes. 


360 


Carta  original  de  la  ciudad  de  Toro  al  condestable  de  Cas- 
tilla, fecha  en  aquella  ciudad  á  i^  de  setiembre  de  1542. 

Le  dice  que  le  envíe  doscientos  hombres,  en  cumplimiento  del  man- 
dato de  S.  M.,  y  dineros  para  que  se  provean  de  armas. 

Biblioteca  Nacional,^ Sala  de  MSS.—  G  48,  fol  242. 

Muy  ilustrísimo  señor :  Esta  cibdad  de  Toro ,  en  cum- 
plimiento de  lo  que  S.  M.  le  invía  á  mandar,  hizo  la  gente 
que  presentará  ante  vuestra  señoría  el  señor  Martin  de  Ulloa 
que  va  por  capitán  della ,  que  son  doscientos  hombres,  que 
conforme  á  la  vecindad  y  posibilidad  de  la  cibdad  ha  hecho 
lo  último  que  puede  en  los  hacer,  y  aunque  no  son  muchos, 
acá  tenemos  por  buenos,  porque  es  toda  gente  del  pueblo, 
y  llevan  muy  gran  voluntad  de  hacer  el  deber  en  servicio 
de  S.  M.  Van  sin  armas  porque  en  estas  comarcas  no  se 
han  podido  haber,  y  para  esto  invía  la  cibdad  á  Cristóbal 
de  la  Granja  que  esta  lleva,  á  que  suplique  á  V.  S.  de  nues- 
tra parte  mande  que  le  provean  por  nuestros  dineros  do 
ciento  y  cincuenta  picas  y  algunos  arcabuces,  que  él  lleva 
dineros  con  que  los  pagar,  y  entregarlos  á  la  gente  cuando 
se  presentaren  ante  V.  S.,  á  quien  esta  cibdad  suplica  les 
haga  toda  la  merced  y  favor  que  de  V.  S.  Illma.  espera- 
mos; y  porque  el  portador  va  asimismo  á  cumplir  su  liber- 
tad ,  recibiremos  merced  que  le  favorezca  en  todo  lo  que 
fuere  posible.  Nuestro  Señor  la  muy  ilustre  persona  y  es- 
tado de  V.  S.  Illma.  guarde  y  prospere  con  mayor  acrecen- 
tamiento.— Deste  nuestro  cabildo  14  de  setiembre  de  1542. 
— Por  mandado  de  la  cibdad  de  Toro. — Juan  de  Toro. — 
Con  rúbrica.  , 

Sobre, — Al  muy  ilustre  señor  el  señor  condestable  de 
Castilla,  capitán  general  del  emperador  y  rey  nuestro  señor. 


561 


Copia  de  la  carta  que  el  emperador  escribió  á  las  ciudades 
y  villas  de  las  Merindades. 

Les  participa  el  rompimiento  de  la  guerra  por  parte  del  rey  de 
Francia,  y  les  pide  acudan  con  la  gente  de  pié  que  buenamente 
se  pueda  enviar  pagada  por  cuatro  meses. 

Biblioteca  NacionaU^Sala  de  MSS.—Q  48,  fol.  119. 
EL  REY. 

Concejos,  justicias,  regidores,  escuderos,  hombres  hi- 
jos dalgo  de  las  siete  Merindades  de  Castilla  la  Vieja :  Ya 
habréis  entendido  como  el  rey  de  Francia  con  esperanza  de 
las  fuerzas  del  turco  que  espera  por  la  mar,  ha  rompido  la 
guerra  contra  Nos  y  nuestros  reinos  é  señoríos,  y  como  jun- 
taba ejércitos  para  nos  venir  á  ofender,  así  por  la  parte  de 
Navarra  como  por  la  de  Perpiñan ,  y  continuando  su  daña- 
da intención,  teniendo  nueva  que  la  dicha  armada  turques- 
ca viene ,  ha  inviado  al  Dolfin  su  hijo  con  muy  grueso  ejér- 
cito por  la  parte  de  Perpiñan,  y  ha  entrado  ya  en  aquel 
condado  de  Ruisellon ,  saqueando  y  quemando  los  logares 
que  están  en  el  camino,  y  puéstose  sobre  aquella  villa  de 
Perpiñan ,  y  la  tiene  sitiada  y  procura  tomarla  por  fuerza  de 
armas  si  pudiere,  y  aunque  la  dicha  villa  está  bien  fortale- 
cida-y  bastecida,  y  tiene  la  gente  que  ha  parecido  para  su 
defensa,  y  se  han  metido  en  ella  muchos  caballeros,  y  tene- 
mos esperanza  en  Nuestro  Señor  que  se  defenderá ;  todavía 
hay  necesidad  de  ser  socorrida,  y  así  habemos  determinada 
de  juntar  ejército  para  la  socorrer  y  no  dejarla  perder.  Y 
para  la  recoger  y  estar  á  propósito,  así  para  esto  de  Perpi- 
ñan como  de  lo  de  Navarra,  que  también  tenemos  nuevas 
que  va  otro  ejército  á  entrar  en  aquel  reino ,  habemos  de- 


362 


■^'v? 


terminado  nueslra  partida  de  aquí  y  ponernos  eu  Zaragoza 
para  acudir  á  la  parte  donde  mas  necesidad  hubiere;  lo  cual 
he  querido  haceros  saber,  como  á  tan  fieles  vasallos  nues- 
tros. Y  aunque  para  la  defensión  del  reino  todos  sois  obliga- 
dos á  ir,  y  ninguno  se  puede  ni  debe  excusar,  todavía  vis- 
tas las  necesidades  presentes,  y  por  relevaros  de  costa,  hé 
por  bien  de  contentarme  con  la  gente  de  pié  que  esas  Me- 
rindades  buenamente  puedan  enviar;  y  pues  veis  cuanto 
esto  toca  á  mi  servicio,  y  al  bien,  honra  y  defensión  destos 
reinos,  á  que  tan  obligados  sois,  yo  vos  encargo  é  mando 
que  luego  como  esta  veáis,  proveáis  que  se  ponga  en  orden 
é  nombréis  el  capitán  á  cuyo  cargo  ha  de  venir ,  para  que 
sin  perder  un  solo  dia  de  tiempo  parta  con  ella  camino  de 
Vitoria,  donde  viene  el  condestable  de  Castilla,  á  quien  ha- 
bemos  proveído  del  cargo  de  nuestro  capitán  general  para 
el  socorro  que  se  ha  de  hacer  al  dicho  reino  de  Navarra,  pro- 
vincia de  Guipúzcoa,  que  llegada  la  dicha  gente  él  les  or- 
denará lo  que  han  de  hacer,  y  por  mi  servicio  que  los  enviéis 
pagados  por  cuatro  meses  que  se  podrán  detener  en  la  jorna- 
da, ))uscándolo  por  las  mejoras  formas  y  maneras  que  pu- 
diéredes,  porque  aunque  agora  se  otorgó  el  servicio,  es  tal 
esta  necesidad ,  demás  de  las  otras  por  lo  mucho  que  hay 
que  proveer,  que  no  podría  haber  acá  manera  para  poderse 
complir  de  presente,  y  para  lo  de  adelante  se  mirará  como 
se  hará ,  en  lo  cual  no  dubdo  que  como  tan  leales  vasallos 
porneis  esta  diligencia  y  cuidado  que  el  caso  requiere ,  que 
demás  de  cumplir  con  lo  que  debéis  y  sois  obligados ,  en 
ello  nos  haréis  mucho  placer  y  servicio ,  y  avisarnos  heis 
luego  de  como  lo  proveyéredeis,  y  del  número  de  gente  que 
enviáredeis. — De  Monzón  á  quince  de  setiembre  de  mili  é 
quinientos  é  cuarenta  é  dos. — Yo  el  rey. — Por  mandado 
de  S.  M. — Juan  Vázquez. 


363 


Carta  original  del  emperador  al  condestable  de  Castilla ,  fe- 
cha en  Monzón  á  Í5  de  setiembre  de  1542. 

En  contestación  á'la  del  condestable,  fecha  del  10  del  mismo  mes. 
-^Aprueba  todas  las  medidas  que  le  participaba  haber  tomado, 
relativas  á  los  preparativos  de  guerra. 

Biblioteca  NacmiaL—Salade  MSS,—G  48,  fol.  121. 

EL  REY. 

Condestable  primo,  nuestro  capitán  general:  Vi  vues- 
tras letras  de  10  del  presente,  y  las  que  dentro  de  la  una  de 
ellas  venian  de  vuestra  mano,  y  en  lo  de  los  siete  mil  ale- 
manes que  os  scribió  Juan  de  Vega  que  caminaban  hacia 
Bayona ,  á  mí  niie  dio  aviso  de  lo  mismo ,  y  ya  él  estará  sa- 
tisfecho que  aquello  no  es  cierto,  porque  así  lo  entendemos 
por  otras  partes.  Vos  hicistes  bien  en  dar  prisa  á  la  gente 
de  los  grandes  caballeros  y  ciudades  que  os  han  de  acudir, 
á  que  caminasen  y  en  proveeír  las  otras  cosas  que  decís, 
porque  ya  que  para  lo  de  aquel  reino  ni  para  la  provincia 
sea  menester,  habrá  aprovechado  para  que  la  dicha  gente  sal- 
ga con  mas  brevedad  y  pueda  venir  á  servir  en  lo  de  Per- 
piñan ,  y  así  os  encargamos  que  no  teniendo  nueva  cierta 
que  venga  ejército  á  las  dichas  fronteras,  como  creemos  que 
no  verná ,  así  por  estar  el  tiempo  tan  adelante  como  por 
cargar  como  cargan  los  enemigos  todas  sus  fuerzas  á  la 
parte  de  Perpiñan,  proveáis  que  como  os  scribimos  dejan- 
do las  plazas  de  San  Sebastian  y  Fuenterrabía ,  razonable- 
mente proveídas  para  su  defensa ,  toda  la  otra  parte  así  dé 
caballo  como  de  pié,  que  habemos  enviado  á  mandar  que 


o64 

os  acudan,  caminen  la  vuelta  de  Barcelona,  y  que  vos  es- 
téis en  orden ,  para  que  en  viendo  otra  carta  mia  podáis 
venir  á  Zaragoza,  que  al  dicho  Juan  de  Vega  tornamos  á 
scribir  que  reteniendo  la  gente  que  le  paresciere  para  que 
quede  razonablemente  proveída  Pamplona ,  toda  la  otra,  así 
la  de  nuestras  guardas  como  la  de  los  grandes  y  ciudades 
que  han  venido  ó  vinieren  á  aquel  reino,  la  haga  luego  ca- 
minar la  via  do  Barcelona ,  porque  para  el  socorro  que  ha- 
bemos  de  hacer  á  Perpiñan  todo  será  bien  menester. 

En  lo  de  los  400  hombres  que  da  la  provincia  de  Álava, 
así  es  que  se  han  de  ir  á  meter  en  Pamplona  viniendo  la 
necesidad ,  pero  demás  destos  han  ofrescido  otros  mil  para 
que  entrando  ejército  en  aquel  reino  se  pornan  á  los  pasos, 
de  los  cuales  vos  os  podréis  aprovechar  en  caso  que  fuese 
nescesario. 

En  lo  de  la  gente  de  Vizcaya,  al  corregidor  habemos 
scripto,  que  en  todo  caso  trabaje  que  den  dos  mil  hom- 
bres que  serán  útiles  y  bien  armados ,  y  que  les  dé  á  en- 
tender que  han  de  servirnos  en  esta  presente  necesidad  no 
solamente  en  lo  de  Guipúzcoa,  como  ellos  lo  dicen,  pero  en 
las  otras  partes  lo  que  conviniere,  como  lo  hacen  los  otros 
pueblos  del  reino ,  pues  tienen  tanta  obligación  á  la  defen- 
sa del. 

En  lo  de  la  gente  de  Guipúzcoa  don  Sancho  de  Leiva 
nos  ha  scripto  que  no  se  debe:  hacer  ^fundamento  de  ella 
para  encerrarse ,  y  así  nos  paresce  que  podrían  hacer  mas 
servicio  al  tiempo  de  la  necesidad  ,  andando  eñ  guarda  de 
los  pasos,  como  lo  suelen  hacer,  cuanto  mas  que  los  dos- 
cientos hombres  que  habían  hecho  quedar  en  el  paso  de 
Beovía  y  Irun  se  habían  ya  ido,  porque  los  puebjos  los  lla- 
maron, y  visto  el  poco  caudal  que  de  ellos  se  debe  hacer 
para  meterlos  en  San  Sebastian  ni  Fuenterrabía,  y  tener- 


365 

los  en  guarnición,  si  no  fuese  no  pudiéndose  hacer  otra 
cosa,  tornamos  á  scribir  al  dicho  don  Sancho  que  dé  priesa 
á  que  en  todo  caso  se  hincha  el  número  de  las  dos  compa- 
ñías de  Luxan  y  Diego  Manes ,  y  se  crezca  el  número  de 
la  de  Juan  de  Urbina  á  quinientos  soldados,  y  :no  se  pu- 
diendo  hacer,  vos  lo  proveeréis  délo  de  la  gente  de  las 
ciudades,  como  os  lo  scribimos. 

En  lo  de  la  compañía  de  Pedro  de  Videa  he  visto  lo  que 
scribistes  al  dicho  visorey ,  y  lo  que  cerca  de  ello  os  res- 
pondió, y  paréscenos  que  está  bien  y  á  propósito  en  San- 
tisteban  donde  la  tiene  puesta,  pues  de  allí  podrá  ocurrir  á 
la  parte  que  más  necesidad  hubiese. 

Lo  que  respondistes  á  Pedro  de  La  Borda  sobre  la  ma- 
nera que  habia  de  tener  en  gastar  los  dineros  en  los  repa- 
ros y  otras  cosas ,  nos  ha  parescido  bien ,  porque  nuestra 
voluntad  es  que  se  guarde  en  esto  la  orden  que  tenemos 
dada  en  lo  del  veedor.  Para  las  dichas  obras  no  hay  nece- 
sidad de  hacer  novedad ,  porque  basta  estar  allí  don  San- 
cho y  Villa turiel,  en  cuya  presencia  se  hacen. 

He  holgado  que  la  gente  de  las  guardas  sea  pasada  á 
Pamplona ,  y  así  la  infantería  de  las  ciudades  que  habemos 
mandado  que  se  vayan  á  meter  en  ella ,  y  pues  esta  y  la 
que  á  vos  os  ha  de  acudir  ha  de  venir  acá,  como  está  di- 
cho, no  hay  que  proveer  en  lo  que  pedís,  sino  que  nos  pa- 
resce  bien  hacer  que  se  recogiese  aquella  gente  que  venia 
desmandada  de  las  behetrías;  porque  no  hiciesen  daño  por 
el  camino. 

En  lo  del  adelantado  de  Castilla  y  conde  de  Sirucla,  si 
allá  fuese  menester  que  se  formase  ejército,  yo  les  manda- 
ré screbir  que  acudan  á  vos  como  lo  decís. 

En  lo  que  toca  á  vuestra  estada  ahí  ó  pasar  adelante  á 
Vitoria,  ya  habréis  visto  lo  que  últimamente  os  scribimos 


566 

cerca  desto,  á  aquello  nos  remitimos.  En  lo  de  los  clérigos 
franceses  y  otros  oficiales  que  decís  que  tenéis  aviso  que 
andan  por  el  reino,  screbirlo  Iieis  al  presidente  de  nuestro 
consejo,  para  que  platicado  se  provea  lo  que  se  suele  y  acos- 
tumbra hacer  en  semejantes  casos,  y  lo  mismo  liareis  en  lo 
de  los  mercaderes  tratantes  naturales  de  Francia ,  que  ya 
por  la  publicación  de  la  guerra  está  ordenado  lo  que  en  esto 
se  ha  de  hacer. 

En  lo  del  rompimiento  de  la  guerra  por  la  provincia  de 
Guipúzcoa,  aunque  vos  lo  decís  y  consideráis  bien,  el  rey 
de  Francia  la  ha  rompido  por:tantas  partes,  que  acá  ha  con- 
venido que  se  haga  lo. mismo,  y  así  enviamos  á  mandar  á 
don  Sancho  de  Leiva  los  dias  pasados  que  la  hiciese  publicar 
en  aquella  frontera,  y^en  lo  de  la  tregua  que  los  de  tierra 
de  Labort  querrían  tener  con  los  de  la  provincia  como  otras 
veces  se  ha  hecho ,  adelante  se  mirará  lo  que  en  esto  con- 
verná  proveerse. 

El  corregidor  de  Guipúzcoa  soy  cierto  que  nos  ha  ser- 
vido y  servirá  en  lo  que  se  ofresciere,  como  siempre  lo  ha 
hecho,  y  así  le  habernos  scripto  teniéndogelo  en  servicio; 
lo  que  vos  le  screbistes  que  proveyese,  para  que  el  puerto 
de  Guetaria  y  el  Pasaje  estuviesen  á  buen  recaudo,  nos  ha 
parescido  bien ,  y  así  el  aviso  que  distes  al  corregidor  de 
Vizcaya  de  lo  demás  que  decis. 

Ha  sido  bien  haber  proveído  que  se,  haga  cala  y  cata 
del  pan  y  vino  que  hay  fuera  de  Álava,  porque  de  todo  ten- 
gáis relación  para  en  caso  que  fuese  menester. 

En  lo  del  conde  de  Oñate  y  lo  de  las  llaves  de  San  Se- 
bastian ,  ya  os  scribimos  lo  que  en  lo  uno  y  en  lo  otro  man- 
damos proveer :  á  aquello  nos  remitimos ;  y  no  tienen  por^ 
qué  hacer  tanto  sentimiento  los  de  San  Sebastian  desto, 
pues  no  se  ha  hecho  por  desconfianza  quedellos  tengamos. 


567 

sino  por  el  buen  recaudo  de  aquella  villa ,  y  lo  mismo  ha 
muchos  dias  que  se  proveyó  en  lo  de  Pamplona  y  Perpiñan. 

Está  bien  haber  scripto  al  prior  y  cónsules  de  Burgos  lo 
del  pan  de  Ingalalerra  ó  Flándes,  y  todavía  debéis  procurar 
con  ellos  que  se  encarguen  de  hacer  traer  alguna  buena  can- 
tidad, pues  será  tan  provechoso. 

La  instrucción  que  nos  enviastes,  que  trujo  la  persona 
que  os  envió  la  provincia  de  Guipúzcoa,  habemos  visto  y 
mandado  responder  lo  que  va  decretado  en  la  margen  della, 
que  es  conforme  á  lo  que  de  acá  se  les  ha  respondido  á  otra 
que  nos  enviaron'. 

En  lo  de  la  gente  de  Logroño  ya  la  ciudad  y  corregi- 
dor nos  han  escripto  lo  mismo  que  vos  decís,  y  aunque  qui- 
siéramos darles  en  esto  contentamiento,  visto  que  Juan  de 
Vega  hace  tanto  fundamento  de  ella,  les  escribimos  que  to- 
davía la  tengan  á  punto  y  en  orden  para  que  en  viendo 
carta  suya  que  la  envíen,  como  quiera  que  enviamos  á  en- 
cargarle que  pues  aquella  está  tan  cerca,  que  sea  la  postre- 
ra que  llame,  y  que  esto  sea  teniendo  certinidad  que  en- 
tran los  enemigos  en  aquel  reino,  y  no  de  otra  manera,  y 
bien  creemos  que  por  esté  año  no  será  menester  que  salgan 
de  aquella  ciudad. — De  Monzón  á  15  de  setiembre  de  1542. 
— Yo  el  rey.  — Con  rúbrica. — Vázquez. — Con  rúbrica. 

Sobre. — Por  el  rey. — Al  condestable  de  Castilla,  su  pri- 
mo, y  capitán  general. 


568 


Carta  original  del  comendador  mayor  de  Castilla  al  con- 
destable de  Castilla  y  fecha  en  Monzón  á  i5  de  setiembre 
de  1542. 

Preparativos  de  guerra. —Le  participa  haber  jurado  los  catalanes 
al  príncipe. 

Biblioteca  NaciomL'-Sala  de  MSS.—G  48,  fol.  204. 

Muy  ilustre  señor :  La  carta  de  vuestra  señoría  hecha 
en  Miranda  á  10  deste  recibí  á  17,  y  sea  Nuestro  Señor 
loado  por  tener  salud,  y  todavía  habrá  dado  calor  á  las  fron- 
teras la  salida  de  V.  S.  de  su  casa,  aunque  las  nuevas  de  en- 
trar los  franceses  por  Navarra  me  parece  que  se  van  res- 
friando ,  y  pasado  este  mes  parece  que  por  ogaño  el  tiem- 
po lo  asegura ,  aunque  ellos  siempre  querrán  dar  á  entender 
con  muestras  que  han  de  entrar  por  estorbar  parte  del  so- 
corro que  ha  de  ir  á  Perpiñan;  pero  desta  duda  podría  sa- 
lir vuestra  señoría  con  un  par  de  espías  que  llegasen  hasta 
Burdeos  y  hasta  Tolosa,  y  que  fuesen  tales  que  verdare- 
mente  llegasen  allá,  porque  la  gente  de  guerra  de  pié  y  de 
caballo  que  hubiere  de  entrar  en  Navarra  ó  en  Guipúzcoa 
ha  de  ser  por  uno  destos  dos  caminos  ó  por  entrambos,  y  á 
propósito  de  ir  creyendo  S.  M.  que  no  habrá  necesidad  oga- 
ño por  esas  fronteras  de  ejército,  sino  de  guardar  bien  las 
plazas,  escriba  vuestra  señoría  para  aprovecharse  de  la 
gente  que  á  V.  S.  habia  de  acudir  para  el  socorro  de  Per- 
piñan ,  y  á  mí  me  ha  mandado  que  escriba  al  conde  de  Mi- 
randa que  se  parta  lo  mas  presto  que  pudiere  con  su  per- 
sona y  gente  derecho  el  camino  de  Zaragoza.  Las  postre- 
ras cartas  que  tenemos  de  Perpiñan  son  de  10  deste;  están 


I 


269 

con  muy  buen  ánimo  los  de  dentro,  y  han  hecho  daño  á 
los  de  fuera  aunque  no  han  comenzado  abatir,  por  estar  ya 
con  las  trincheras  muy  cerca  del  foso,  pero  con  todo  esto 
nunca  acercado  le  pese  fsicj  con  socorro.  Ayer  juraron  los 
catalanes  al  príncipe  nuestro  señor. — Guarde  Nuestro  Señor 
y  acreciente  la  muy  ilustre  persona  y  estado  de  V,  S.  como 
yo  deseo. — De  Monzón  á  15  de  setiembre,  4542. — De 
V.  S. — Mayor  servidor  que  sus  ilustrísimas  manos  besa. 

Sobre. — Al  muy  ilustre  señor  mi  señor  el  condestable 
de  Castilla,  duque  de  Frias  y  capitán  general  por  S.  M.  en 
Navarra. 


Carta  original  de  la  ciudad  de  Segovia  al  condestable  de 
Castilla  f  fecha  en  Monzón  á  18  de  setiembre  de  1542. 

Le  avisa  el  envío  de  los  cuatrocientos  hombres  con  que  aquella  ciu- 
dad sirve  á  S.  M. 

Biblioteca  NacionaL — Sala  de  MSS. — G  48,  foh  244. 

Ilustrísimo  señor :  Esta  ciudad  envía  los  cuatrocientos 
hombres  con  que  sirve  á  S.  M.,  y  Alonso  de  Barros  regidor 
della,  que  es  muy  buen  caballero,  va  por  capitán  dellos, 
persona  muy  hábil  y  bastante  para  el  cargo  y  oficio ,  y  no 
va  cumplido  el  número,  porque  al  tiempo  de  la  paga  se  en- 
tresacaron algunos  soldados,  que  pareció  que  no  eran  tan 
bastantes  para  ir  en  esta  jornada;  supUcamos  á  V.  S.  los 
reciba  con  la  voluntad  que  siempre  suele  tener  en  hacer 
merced  á  las  cosas  desta  ciudad ,  y  así  la  rescibimos  muy 
grande  en  ir  á  estar  debajo  de  la  mano  y  gobierno  de  V.  S., 
y  tenemos  por  cierto  que  V.  S.  mandará  tratar  y  favorecer 

Tomo  LIXII.  24 


370    ' 

al  capitán  y  á  esta  gente  como  servidores  suyos.  Y  porque 
el  señor  Alvaro  de  Lugo,  corregidor  desta  ciudad,  escribe  á 
V.  S.  mas  largo,  á  su  carta  nos  remitimos;  y  todo  lo  que 
dice  y  ofrece  por  ella  se  cumplirá  ni  más  ni  menos  sin  fal- 
tar cosa  alguna.  Nuestro  Señor  la  ilustrísima  persona  y  es- 
tado de  V.  S.  guarde  y  acreciente. — De  Mozoncillo  donde 
se  hizo  la  paga  de  la  gente,  18  de  setiembre,  de  1542. — 
Por  mandado  de  la  cibdad  de  Segovia. — Juan  de  Salazar. 
tÁ-^Con  rubrica. 

m    Sobre, — Al  ilustrísimo  señor  el  señor  condestable  de 
Castilla  y  capitán  general  de  ella. 


Minuta  de  la  carta  que  se  escribió  á  S.  il/.,  desde  ¡a  Puebla 
de  Arganzon,  de  19  de  setiembre  de  1542. 

Contesta  á  la  carta  del  emperador,  fecha  de  15  del  mismo  mes, 
sobre  las  medidas  preventivas  que  ha  de  tomar. 

Biblioteca  NacionaL—Sala  de  MSS.y  G  48,  fol.  133. 
6.  C.  C.  M. 

'  lili'-  liiii.iiíii} 

Cuando  me  dieroií  eista  ckrta  de  V.  M.  de  15  de  este 
mes,  estaba  yo  para  despachar  un  correo  para  hacer  saber 
á  V.  M.  que  habia  venido  á  mí  el  corregidor  de  Vizcaya, 
que  como  á  V.  M.  escribí  le  invié  á  llamar,  y  dado  y  loma- 
do en  lo  de  los  dos  mil  hombres,  nos  pareció  que  aunque 
tenemos  por  tan  dificultoso  como  yo  lo  he  escrito  á  V.  M. 
que  los  paguen  por  los  cuatro  meses,  que  para  procurallo 
escriba  V.  M.  una  carta  á  la  Junta  agradeciéndoles  el  ofre- 
cimiento que  le  han  hecho ,  y  encargándoles  que  como  los 
pagaban  por  un  mes  los  paguen  por  cuatro ,  y  otra  carta 


S71 

(le  la  misma  manera  para  todas  las  villas  de  la  tierra  llana 
y  cibdad  de  Orduña,  y  á  decirles  que  lo  sobrescrito  á  las 
Cuatro  Villas  de  la  tierra  llana  y  cibdad  de  Orduña  del  con- 
dado y  señorío  de  Vizcaya ,  y  ha  de  venir  así  á  la  postre  lo 
de  la  cibdad,  porque  la  nombran  ellos,  y  asimismo  ba  de 
escribir  V.  M.  otras  tres  cartas  particulares  á  don  Juan  de 
Muxica  y  á  don  Prudencio  y  á  don  Juan  de  Artiaga,  agra- 
deciéndoles lo  que  trabajaron  en  el  ofrecimiento  pasado,  y 
encargándoles  que  trabajen  para  que  sea  por  los  cuatro  me- 
ses, y  con  estas  cartas  inviaré  yo  á  hablar  particularmen- 
te á  cada  uno  de  estos  tres,  y  escribiré  al  corregidor  para 
que  haga  junta  y  inviaré  las  dos  cartas  de  la  Junta  y  de  las 
villas.  Díjome  el  corregidor  que  habia  mandado  embargar 
muchos  coseletes  que  el  rey  de  Portugal  tenia  en  las  arme- 
rías de  Vizcaya  hasta  ver  si  V.  M.  los  habia  menester.  Vea 
V.  M.  lo  que  en  ello  manda. 

Si  se  despacha  esto  de  los  cuatro  meses,  yo  creo  que 
parte  de  este  tiempo  seria  bien  que  lo  gastasen  en  correr 
la  costa  de  Francia  y  de  Bretaña,  que  andan  muchos  ar- 
mados ,  y  es  muy  mejor  gente  la  vizcaína  para  la  mar  qué 
para  ia  tierra,  y  podían  hacer  tanto  daño;  mande  V.  M. 
que  se  despache  luego  este  correo  con  estas  cartas  que  he 
dicho,  y  escríbame  qué  manda  en  esto  de  la  mar. 

Lo  que  V.  M.  dice  de  no  haber  sido  cierta  la  nueva  de 
la  venida  de  los  alemanes  á  Bayona,  es  así;  mas  dicen  que 
lo  es  que  hay  alemanes  en  Francia  para  estas  fronteras,  y 
que  caminan  á  ellas  el  duque  de  Uriiens  y  el  de  Gleves,  que 
así  me  lo  ha  escrito  el  virey;  lo  que  por  otra  parte  yo  tam- 
bién he  sabido,  va  en  esta  cédula. 

Yo  pensaba  que  las  mejores  y  mas  ciertas  espías  de  to* 
das  eran  las  que  V.  M.  mandaría  tener  con  la  misma  per- 
sona del  rey  de  Francia ,  y  según  lo  que  he  visto  por  esta 


372 

carta  y  por  ía  pasada  parécerae  que  toda  la  fiuza  que  V.  M. 
tiene  de  no  venir  ejército  á  estas  partes,  es  en  el  tiempo,  y 
como  el  otro  dia  escribí,  V.  M.  sepa  que  muy  mas  tarde 
que  agora,  cercaron  los  franceses  al  duque  de  Alva  en 
Pamplona,  y  para  venir  á  Fuenterrabía  no  hay  mal  tiempo 
ninguno  que  se  lo  estorbe,  y  la  gente  de  las  fronteras  de 
acá  que  pueden  ellos  juntar  en  un  punto  es  mucha ,  y  tam- 
bién como  la  Vizcaya  y  Guipúzcoa ,  así  que  por  pocos  ale- 
manes que  inviasen  y  poca  gente  de  caballo,  bastarla  con 
la  gente  de  la  tierra  para  hacer  mucho  daño. 

Pues  no  se  ha  de  encerrar  la  gente  de  Guipúzcoa  en 
Fuenterrabía  y  San  Sebastian,  menester  es  que  mande  V.  M. 
que  en  cada  lugar  destos  haya  mas  gente  de  guarnición  de 
la  que  habia  de  haber,  habiéndose  de  encerrar  gente  de  la 
tierra  que  en  Fuenterrabía  habia  mandado  V.  M.  que  hubie- 
se quinientos  hombres,  contando  en  ellos  los  del  capitán 
Juan  de  Urbina ,  y  en  San  Sebastian  seiscientos,  y  que  para 
esto  hinchesen  sus  condutas  Diego  Manes  y  Luxan ,  para 
lo  cual  saldrán  acá  presto  Luxan  y  el  alférez  de  Diego  Ma- 
nes, que  así  me  lo  escribió  don  Sancho.  A  V.  M.  suplico 
me  escriba  cuánta  gente  mas  se  pondrá  en  cada  villa  de 
estas.  Los  doscientos  hombres  que  agora  hay  en  San  Sebas- 
tian, me  escribe  el  capitán  Villaturiel  que  no  son  cuales  ha- 
bían de  ser,  y  todos  ellos  están  muy  mal  armados.  V.  M. 
vea  también  de  dónde  se  proveerán  de  armas  los  que  no  las 
tuvieren. 

Don  Sancho  me  escribió  que  de  los  cuatro  mil  ducados 
habia  gastado  dos  mil  doscientos  en  los  reparos  y  lo  otro  en 
bastimentos ,  y  que  guardaba  otros  dos  mil  para  mas  ade- 
lante. A  mí  muy  poco  me  parece  para  que  estén  bien  pro- 
veídos entramos  lugares,  porque  en  ninguno  dellos  hay 
mucha  abundancia  de  bastimentos.  A  V.  M.  suplico  man- 


373 

de  proveer  en  esto  al  tesorero  Alonso  de  Baeza,  que  provea 
luego  de  mas  dineros  para  esto.  También  es  menester  que 
V.  M.  envíe  á  mandar  á  Godoy  que  dé  mas  pólvora.  Don 
Sancho  para  sola  Fuenterrabía  ha  pedido  cincuenta  quinta- 
les, y  no  se  llevaron  el  otro  dia  mas  de  veinte  para  Fuen- 
terrabía y  San  Sebastian.  Si  yo  pudiese  verme  con  don  San- 
cho, creo  que  seria  bien  para  todo  el  proveimiento  de  San 
Sebastian  y  Fuenterrabía,  que  mas  se  hace  en  semejantes 
cosas  hablando  una  hora  que  escribiendo  cien  cartas. 

Los  reparos  de  San  Sebastian  dicen  unos  que  están  aca- 
bados ó  casi ,  y  otros  que  no.  Don  Sancho  me  escribe  que 
se  estiende  en  lo  mas  necesario  como  se  lo  tengo  escripto, 
y  que  también  hay  que  reparar  y  que  abrir  cabás  en  Fuen- 
terrabía. 

Dice  V.  M.  que  no  hay  necesidad  de  veedor  para  los  co- 
bros de  San  Sebastian  porque  están  encargados  á  don  San- 
cho y  á  Villaturiel.— Gran  merced  me  hizo  V.  M.  en  avi- 
sarme de  ello,  que  aunque  sabia  que  se  estaba  lo  de  allí  por 
libranzas  de  don  Sancho,  no  sabia  que  Villaturiel  estaba  en- 
cargado demás  de  lo  de  la  fortaleza ,  y  creia  que  solia  haber 
veedor  para  que  diese  fé  particularmente  de  todo  lo  que  el 
pagador  pagaba  á  cada  persona. 

Siempre  he  de  acordar  á  V.  M.  que  mande  que  resida 
á  la  continua  en  San  Sebastian  don  Sancho  ó  don  Juan ,  ó 
quien  V.  M.  fuere  servido,  por  los  inconvenientes  que  le  he 
escrito  que  pueden  suceder  de  no  hacerse  así. 

Dicho  me  han  que  se  pasó  á  Francia  un  alambor  de  la 
capitanía  de  Pedro  de  Bidea,  que  invió  el  virey  de  Navar- 
ra porque  no  les  pagaban.  Mande  V.  M.  que  sea  muy  bien 
pagada  esta  gente  que  está  en  guarniciones. 

Al  diputado  de  Álava  escribiré  sobre  lo  de  los  mil  hom- 
bres que  dice  V.  M.  que  ha  ofrecido  la  provincia  de  Álava, 


374 

demás  de  los  300,  para  que  estén  cierlos  que  va  mucha  di- 
ferencia del  número  de  gente  que  piensan  que  ha  de  salir 
de  una  parte,  al  que  sale  después:  estos  cuatrocientos  hom- 
bres de  Álava,  y  lo  del  corregimiento  de  Logroño,  serla 
bien  que  tuviese  V.  M.  mandado  por  cédulas  suyas  como 
han  de  acudir  al  virey  de  Navarra,  viniendo  necesidad  de 
Pamplona,  que  si  no  la  hay  allí  y  la  hobiese  en  Fuenlcrra- 
bía  ó  en  San  Sebastian,  que  acudan  á  mí.  Lo  que  V.  M. 
mandó  al  virey  de  Navarra  sobre  la  gente  que  ha  de  salir 
del  corregimiento  de  Logroño,  ha  sido  muy  bien. 

Al  presidente  del  Consejo  escribiré  lo  que  V.  M.  manda 
de  los  mercaderes  y  clérigos  franceses.  También  le  daré  ese 
aviso  que  me  han  dado  de  que  en  muchos  lugares  de  este 
reino  deshacen  coseletes  y  arneses  viejos  los  herreros  y  cer- 
rajeros para  cosas  de  su  oficio,  para  que  se  mande  proveer 
en  que  no  se  haga,  que  con  esto  no  se  hallan  agora  armas, 
y  por  viejas  que  fuesen  era  mejor  tenellas  que  estar  sin  nin- 
gunas. Agora  me  ha  tornado  á  responder  el  marqués  de 
Poza  que  con  estar  tan  malo  y  ser  el  año  tan  caro,  no  ha 
hallado  mas  de  los  diez  hombres  de  armas  que  invió.  V.  M. 
no  se  maraville  de  ello,  que  el  año  es  tal  que  por  maravilla 
hay  escudero  que  tenga  caballo. 

Anteayer  llegó  el  marqués  mi  hermano,  y  quisiera  que 
no  lo  fuera  para  alabar  á  V.  M.  la  diligencia  que  ha  hecho 
en  su  venida,  y  en  traer  tan  buenos  hombres  de  armas  co- 
mo trae:  mándele  V.  M.  escribir  dándole  las  gracias  de  ello. 
Al  conde  de  Aguilar  espero  también  un  dia  de  estos, 
que  ya  ha  inviado  á  aposentarse  á  Vitoria,  donde  me  escri- 
bió que  se  iba  derecho.  Yo  le  he  escrito  que  se  venga  por 
aquí  para  que  se  junte  su  gente  con  la  que  hay  acá.  Tara- 
bien  le  escriba  V.  M.  agradeciéndole  lo  que  hace,  y  el  du- 
que de  Medinaceli  asimesmo  haber  inviado  su  gente  que 


375 

ya  es  llegada;  son  56 ,  traen  razonables  caballos,  y  son  los 
más  de  buena  edad;  fállanles  algunas  armas.  El  que  Irae 
cargo  de  ellos,  que  es  el  alcalde  del  puerto,  parece  bonra- 
do  bombre. 

El  virey  de  Navarra  me  escribió  que  es  esta  gente  del 
duque  de  Medinaceli  de  la  que  le  ha  de  acudir.  Yo  creo  que 
debia  de  ser  esto  antes  que  V.  M.  mandase  que  me  acudie- 
sen á  mí,  porque  esta  gente  del  duque  de  Medinaceli  es 
una  de  las  que  están  señaladas  en  el  memorial  para  mí,  y 
si  por  esta  parte  de  tierra  de  Laborte  ha  de  estar  alguna 
gente  á  robar  y  quemar,  podrá  aprovechar  para  ello  esta 
del  duque  de  Medinaceli. 

Ahora  me  acaban  de  dar  una  carta  del  conde  de  Agui- 
lar,  en  que  dice  que  verná  aquí  mañana  miércoles  20  de 
este  mes. 

Ya  vino  la  respuesta  del  prior  y  cónsules  de  Burgos  so- 
bre lo  del  pan.  No  se  quieren  encargar  de  ello ,  general  ni 
particularmente,  mas  dicen  que  porque  podría  ser  que  al- 
gunos de  los  que  están  en  Fiándes  y  en  Inglaterra,  merca- 
deres ó  factores  suyos,  quisieran  inviar  algún  trigo  á  esta 
costa  de  Vizcaya,  que  será  bien  que  V.  M.  mande  escribir 
á  la  reina  mi  señora  de  Hungría  y  al  rey  de  íngalaterra  para 
que  lo  dejen  sacar  libremente;  mande  V.  M.  inviar  las 
cartas  ó  inviallas  por  otra  parte.  Hoy  llegó  aquí  Vergara, 
contador  de  la  cámara  de  contos  de  Navarra ,  con  una  cé- 
dula de  V.  M.  para  que  hiciese  cala  y  cata  del  pan  que  hay 
en  la  ribera  de  Navarra  y  en  Alfaro  y  Calahorra  y  Logroño 
y  Rioja,  y  que  inviase  razón  de  ello.  En  lo  de  Rioja  ya  yo 
he  hecho  que  se  entienda.  Para  lo  de  Alfaro  y  Calahorra  y 
Logroño,  le  di  un  despacho,  inserto  en  el  de  la  cédula  de 
V.  M.,  porque  como  en  ella  no  habla  con  h)s  lugares,  pa- 
rescíole  á  Vergara  que  era  necesario  llevar  dCvSpacho  mió. 


576 

Hacerse  esta  cala  y  cata  no  es  inconveniente,  mas  sello  ya 
después  y  muy  grande  sacarse  el  pan  de  toda  aquella  tierra, 
porque  si  alguna  cosa  suscediese  por  acá  morirían  todos  de 
hambre,  y  para  el  proveimiento  de  Barcelona  hace  mucho 
más  al  caso  lo  que  ha  de  venir  de  allí. 

Don  Alvaro  de  Mendoza  ha  venido  aqui;  á  mí  háme 
dicho  entre  otras  cosas  de  un  pleito  de  unos  vasallos  suyos, 
sobre  el  cual  creo  que  escribe  á  V.  M. ,  y  pues  él  sirve  con 
tan  buena  voluntad,  razón  es  que  se  le  paresca,  y  crea 
V.  M.  que  seria  servicio  suyo  que  se  cerrase  agora  la  puer- 
ta á  los  pleitos  de  todos  los  grandes  y  señores  y  caballeros 
de  estos  reinos,  como  se  hacia  en  vida  de  los  reyes  Católi- 
cos, que  con  muy  menores  causas  se  daban  las  suspensio- 
nes. Más  necesario  es  agora  que  gasten  todos  su  tiempo  y 
haciendas  en  servir  á  V.  M.  que  no  en  pleitos. 

Por  lo  que  V.  M.  dice  sobre  lo  del  conde  de  Ciruela  y 
del  adelantado  de  Castilla,  le  beso  las  manos;  paréceme 
que  se  les  podrá  escribir  que  se  vengan  por  aquí,  y  si  no 
fuere  menester  que  paren,  pasarse  han  adelante. 

Ya  escribí  á  V.  M.  que  vendría  por  estas  armerías;  yo 
lo  hice  así  publicando  que  eran  menester  quince  mil  cose- 
leles  para  V.  M.;  si  por  caso  se  han  de  tomar  algunos,  creo 
que  darán  recado  de  ellos  en  estas^armerías  y  en  las  de  Viz- 
caya. 

a  Agora  me  dan  una  carta  de  Toro  en  que  dicen  que  vie- 
ne ya  su  gente,  que  diz  que  son  doscientos  hombres;  no 
traen  armas,  mas  he  concertado  que  les  den  aquí  ciento 
cincuenta  picas  y  cincuenta  arcabuces.  Estos  ó  los  prime- 
ros que  llegaren  luego ,  irán  á  San  Sebastian  y  á  Fuenter- 
rabía  hasta  cumplir  el  número  que  V.  M.  tiene  mandado, 
[)ero  entretanto  que  hinchen  los^capitanes  sus  condutas  y 
levas,  saldráse  esta  gente* y  entrará  la  de  los  capitanes. 


577 


Carta  original  de  don  Alonso  del  Águila  al  condestable  de 
Castilla  y  fecha  en  Valladolid  á  20  de  setiembre  de  1542. 

Le  recomienda  al  capitán  Juan  Pacheco,  que  conduce  la  gente  de 
Ciudad-Rodrigo,  deudo  suyo. 

Biblioteca  NaciotiaL^Sala  de  MSS.--G  48,  foL  246. 

Iluslrísimo  señor :  Como  yo  me  tengo  por  servidor  de 
V.  S. ,  lo  que  se  ofresciere  en  que  rescibir  merced  siempre 
lo  suplicaré  á  V.  S.  El  capitán  Juan  Pacheco  que  la  presen- 
te dará,  lleva  á  ruego  la  gente  de  Gibdad  Rodrigo.  Es  mi 
deudo ,  he  holgado  que  vaya  donde  pueda  servir  á  V.  S. 
A  V.  S.  suplico  V.  S.  le  tenga  por  servidor  y  por  encomen- 
dado. La  ilustrísima  persona  de  V.  S.  guarde  Nuestro  Señor, 
y  su  estado  acreciente.  De  Valladolid  20  de  setiembre. — 
A  V.  Ilm.''  S.^  besa  las  manos  su  servidor. — Alonso  del  Águi- 
la.— Con  rubrica, 

Sobre,-^A\  iluslrísimo  señor  mi  señor  el  condestable  de 
Castilla. 


378 


Carta  original  de  don  Sancho  Martínez  de  Leiva  al  condes- 
table  de  Castilla,  fecha  á  21  de  setiembre  de  1542  (1). 

Le  participa  el  reparto  que  ha  hecho  de  la  pólvora.— -Prevenciones 
que  es  preciso  lomar. 

Biblioteca  Nacional, — Sala  de  MSS, — G  48,  foL  252. 

Muy  ilustre  señor :  Beso  las  manos  á  V.  S.  por  el  cui- 
dado que  tiene  de  me  hacer  merced  de  mandar  proveer  es- 
tas plazas.  La  pólvora  trajo  Miguel  Orliz,  y  porque  en  esta 
villa  hay  razonable  recado  según  el  artillería  que  tenemos, 
la  mandé  llevar  á  Fuenterrabía,  porque  hay  poca;  en  esta 
villa  hay  trescientos  y  tantos  quintales,  y  en  Fuenterra- 
bía no  hay  sino  ciento  y  sesenta ,  poco  más  ó  menos.  Mi- 
guel Ortiz  lleva  la  razón  de  lo  que  entregó  al  mayordomo 
del  artillería.  ■■?.  nm 

Cosa  nueva  no  hay  que  hacer  saber  á  V.  S. ,  porque 
los  franceses  ahora  están  muy  callados ,  y  ninguna  nueva 
hay  de  gente  extranjera,  que  mientras  esta  no  hubiere, 
pienso  yo  que  no  osarán  ellos  acometer  nada ,  y  ya  el  tiem- 
po está  muy  adelantado.  Don  Enrique  de  la  Brit  aun  no  es 
venido,  é  cada  dia  le  esperan  y  nunca,  llega;  si  cosa  nueva 
se  ofreciere,  V.  S.  esté  descuidado,  que  luego  le  avisaré  de 
lodo  lo  que  hubiere. 

En  las  obras  desta  villa  no  hay  priesa ,  porque  no  hay 
que  hacer  en  ellas ,  y  lo  que  convernia  hacer  seria  aquel 

(1)  No  se  expresa  el  lugar  donde  se  escribió  ni  en  la  carta  mis- 
ma ni  en  el  respaldo. 


579 

muro  de  Suriola,  y  muy  de  veras,  cuanto  há  que  vine  á 
esta  tierra  lo  he  suplicado  á  S.  M. ;  que  á  mi  ver,  hecho 
aquello  se  asegura  esta  villa :  plega  á  Dios  que  S.  M.  lo 
mande  hacer,  y  V.  S.  se  lo  debe  escribir. 

Ayer  vine  aquí  de  Fuenterrabía ,  y  en  el  camino  supe 
de  una  revuelta  que  aquí  hubiera  de  haber ,  y  se  comenzó 
ya  sobre  ciertas  palabras  que  pasaron  el  capitán  Rojas  y 
un  licenciado  Galvan,  castellano  y  casado  aquí.  Echaron 
mano  á  las  espadas ,  y  el  capitán  hirió  al  licenciado  un  poco 
en  un  dedo;  á  esto  se  comenzaron  á  revolver  los  de  la  vi- 
lla y  los  soldados;  plugo  á  Dios  que  se  apaciguó  luego,  y 
porque  aun  no  he  tomado  la  información ,  no  escribo  como 
todo  pasó. 

El  fundamento  sobre  que  riñeron  los  dos  he  comenzado 
á  tomar  la  información,  y  es  sobre  ciertas  palabras  que  el 
licenciado  dijo,  bien  excusadas,  que  á  él  le  habían  dicho 
que  el  capitán  Villaturiel  se  entendía  con  mos  de  Buri ,  y  le 
tenia  vendida  esta  villa ;  y  esto  ha  andado  entre  los  de  la 
villa,  y  ahora  ha  salido  fuera;  yo  ando  sacándolo  todo  de 
raiz.  V.  S.  crea  que  en  esta  villa  se  pasa  el  mayor  trabajo 
del  mundo  con  los  della,  porque  por  ninguna  vía  se  dejan 
entender,  ni  sabe  hombre  en  qué  los  ha  de  contentar. 
Dios  lo  remedie. 

Después  desta  escrita  me  han  venido  estas  nuevas  que 
aquí  invío  á  V.  S.  De  S.  M.  también  he  recibido  hoy  dos 
despachos;  de  las  nuevas  de  Perpiñan,  porque  creo  que  V.  S. 
las  terna  mas  cierlas  que  yo  y  mas  presto ,  no  las  escribo, 
pero  gracias  á  Dios  que  son  buenas.  El  señor  Hernando 
de  Vega,  hermano  del  señor  visorey  de  Navarra,  llegó  ano- 
che aquí,  que  me  hizo  merced  de  me  venir  á  ver.  Guarde 
Nuestro  Señor  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  como  sus 
servidores  deseamos.— De  San  Sebastian  á  21  de  setiem- 


380 

bre  de  1542. — Besa  las  manos  á  V.  S.  Sancho  Martínez  de 
«Leiva. — Corf  rúbrica. 

Sobre, — Al  muy  ilustre  señor  el  señor  condestable  de 
Castilla  capitán  general  de  S.  M. 


AVISOS  DEL  CAMPO  FRANCÉS. 

Biblioteca  NacionaL—Sdla  de  MSS.—  GAS,  fol  233. 
Lo  que  dice  una  persona. 

Dice  que  musiur  de  Budic  tiene  por  nueva  que  el  gene- 
ral don  Sancho  de  Leiva  quiere  pasar  en  Francia ,  y  que 
estando  el  capitán  que  sabe  en  su  casa  de  raos  de  Budic 
despachó  un  correo  á  Carona ,  donde  está  de  aposento  su 
vanda  de  gente  darmas  que  son  cien  lanzas  que  veniesen  á 
Bayona  esta  semana  por  el  tenor  que  tiene,  y  des  que  sean 
venidos,  dará  aviso  de  cuando  son  venidos  y  cuántos. 

Dice  más ,  que  el  barón  de  Aguramot  que  es  muy  pri- 
vado del  rey  de  Francia  es  venido  á  Urdaxun,  y  está  con  él 
musiur  de  Burdeos  su  tio ,  y  que  mos  de  Budic  é  el  señor 
de  Aléate  fueron  allá  en  posta  y  luego  se  volvieron ,  el  ca- 
pitán fué  ayer  martes  tarde  á  Bayona,  despachado  este 
mensagero,  yje  dijo  que  hoy  miércoles  iria  á  Urdaxun  des- 
de  Bayona  al  musiur  de  Burdeos  y  al  barón  de  Agramont, 
y  de  lo  que  allá  supiese  el  viernes  ó  sábado  le  daria  aviso. 

Dice  que  el  príncipe  don  Enrique  no  es  venido,  que  es- 
tá en  la  corte  de  Francia,  y  que  su  casa  en  Pauadrezan  de 
contino  y  le  esperan  cada  dia. 

Dice  que  los  capitanes  no  han  hecho  gente  ni  comen- 
zado. >.vvi~ 


581 

Dice  que  mos  de  Budic,  porque  teme  que^ha  de  pasar 
la  gente ,  ha  mandado  á  todos  los  de  la  Bort  que  sopeña  de 
muerte,  pasen  todo  el  ganado  que  tienen  y  bastimento  á 
Bayona  ó  á  la  otra  parte  del  rio  de  Uztariz,  y  que  no  de- 
jen de  hacer  sopeña  de  ser  traidores ,  y  más ,  que  el  vernia 
en  persona  á  lo  ejecutar  y  perder  todo,  y  que  ha  hecho 
apercibimiento  en  toda  la  tierra,  que  para  la  defender  es- 
tén apercebidos  todos  y  á  punto  padre  por  hijo,  como  el  se- 
ñor general  tiene  mandado  en  toda  esta  provincia. 

Dice  que  de  Bayona  no  han  movido  artillería  ni  muni- 
ciones mas  que  hoy  há  tres  meses. 

De  Perpiñan  dice  que  han  batido  muy  terriblemente,  y 
los  de  dentro  han  reparado  tanto,  que  derribadas  las  casas 
de  cabe  la  muralla,  han  hecho  unos  reparos  y  bestiones  con 
fosos  en  medio ,  que  lo  han  puesto  mas  fuerte  que  estaba 
todo  lo  batido. 

Dice  más,  que  mucha  gente  les  mataban  los  de  dentro 
á  los  de  fuera,  y  que  los  de  fuera  mueren  también  de  mo- 
dorra. 

Dice  más,  que  al  duque  de  Alba  se  le  viene  mucha 
gente,  y  están  los  franceses  con  muy  gran  temor  que  algu- 
na noche  dé  sobre  ellos ,  y  que  tienen  determinado  antes 
que  el  duque  tenga  mas  tiempo,  desta  semana  ó  mediado 
la  semana  que  viene  de  la  combatir  por  todas  partes  y  en- 
trar, y  que  mueran  los  que  murieren ,  porque  se  recelan 
mucho  con  los  reparos  que  tienen  hechos  y  hacen,  y  del 
socorro  que  del  duque  les  viene  cada  dia. 

Dice  más,  que  los  de  dentro  visto  que  les  batian  con 
cinco  ó  seis  piezas,  hicieron  un  ardid,  en  que  pegaron  fue- 
go á  mucha  paja  hacia  el  viento  donde  tenian  el  artillería, 
y  como  elviento  lleva  se  la  paja  hacia  las  piezas,  salió  de  la 
ciudad  gente,  y  mataron  la  guarda  de  la  artillería  y  encía- 


S82 

varón  las  piezas,  y  que  esto  pasó  dos  horas  después  de  me- 
dia noche,  de  lo  cual  tienen  en  mucho. 

Dice  que  de  lo  que  allá  pasare ,  y  si  el  campo  marcha 
ó  se  pone  en  guarnecion  ó  lo  que  determina,  hecho  lo  de 
Perpiñan  dará  aviso  luego. 

-.gí)  lyt     '  Dice  otra  persona. 

Que  á  diz  é  siete  deste  mes,  mandó  el  gobernador  de 
Bayona  á  todos  los  de  la  Bort  que  todos  se  encerrasen  den- 
tro en  Bayona  los  que  pudiesen  hacer  armas,  mugeres  y 
criaturas  también,  ó  que  pasasen  mas  allá  de  Bayona.  Más, 
mandó  que  los  mili  hombres  diputados  de  la  Borl  que  se 
juntasen  en  San  Juan  de  Lux  á  veinte  deste,  porque  tiene 
aviso  muy  cierto  que  la  gente  española  que  carga  para  Fuen- 
terrabía  y  para  Irun  irán  allí  hacer  una  entrada  para  la  La- 
bort  hasta  Bayona.  El  príncipe  aun  no  es  venido  á  Bayona 
ni  se  tiene  por  cierto  que  ha  de  venir;  pero  que  el  sábado 
primero  que  viene  le  esperan  sin  falta  en  Pan. 
■  k  doce  deste  vino  musiur  de  Burdeos  en  posta  á  Sor- 
da y  está  ahora  en  Bayona.  El  gobernador  de  Bayona  ha 
hecho  encerrar  las  cincuenta  lanzas  en  Bayona  que  estaban 
en  guarnecion ,  mas  allá  manda  juntar  á  los  de  la  Brid  has- 
ta la  ciudad  de  Adax. 

íui  Perpiñan  dice  que  no  se  ha  tomado  hasta  ahora,  y  que 
Bayona  está  proveída  bien,  y  que  gente  nueva  no  hay  mas 
de  la  que  antes  habia. 


585 


Carta  original  del  rey  al  condestable  de  Castilla ,   fecha  en 
Monzón  á  25  de  setiembre  de  d542. 

Contesta  á  las  cartas  del  condestable,  de  14  y  19  de  dicho  mes.— 
Le  da  nuevas  instrucciones,  y  aprueba  las  medidas  que  ha  to- 
mado. 

BibUoieca  Faclonal.—Sala  de  il/55.—  G  48,  fol.  159. 

EL  REY. 

Condestable  primo,  nuestro  capitán  general:  Vi  vues- 
tras letras  de  14  y  19  del  presente,  y  los  memoriales  de 
nuevas  que  con  ellas  venían;  y  según  las  que  por  otras  par- 
tes se  entienden,  aquellas  no  parescen  muy  auténticas,  ni 
que  tienen  fundamento  para  tenerse  por  ciertas,  y  así  de- 
béis proveer  que  vayan  buenas  espías  á  Francia,  y  que  en- 
tren bien  dentro  hasta  Burdeos  y  Tolosa,  como  os  lo  habe- 
rnos escripto,  para  que  sepan  la  certinidad  desto  de  los  ale- 
manes ,  y  de  lo  demás  que  Juan  de  Vega  nos  scribió  lo 
mismo  que  vos,  y  le  liabemos  respondido  que  por  su  parte 
procure  de  saberlo,  pues  si  hay  algunos  no  pueden  venir 
por  otra  parle,  sino  por  Burdeos  ó  Tolosa. 

He  holgado  de  que  el  marqués  vuestro  hermano  sea 
llegado  con  su  gente,  y  soy  cierto  que  en  ello  habrá  usa- 
do de  toda  diligencia,  y  que  la  traerá  en  tan  buena  orden 
como  screbis.  A  él  y  al  conde  de  Aguilar,  á  quien  decis  que 
esperábades  otro  día,  y  al  duque  de  Medinaceli  que  ha  ya 
enviado  su  gente,  escríbeos  como  os  paresce,  dándoles  las 
gracias  dello.  Hacerles  héis  dar  y  enviar  mis  cartas  que  van 
con  esta. 


584 

En  lo  de  la  gente  del  marqués  de  Poza ,  todavía  debéis 
procurar  que  envíen  el  cumplimiento  á  las  20  lanzas  que  se 
le  repartieron. 

Ha  sido  bien  haber  scripto  á  los  corregidores  de  las 
ciudades  y  villas  que  den  prisa  á  qite  parta  la  gente  que  os 
ha  de  acudir,  y  en  lo  de  lo  que  ha  llegado  á  Pamplona.  Y 
ha  de  ir  á  meterse  en  aquella  ciudad  como  primero  lo  tenía- 
mos ordenado,  visto  el  estado  en  que  están  las  cosas.  Y 
que  aunque  los  franceses  han  apartado  algo  su  campo  de 
donde  primero  le  tenían  asentado,  están  todavía  sobre Per- 
piñan ,  y  se  cree  que  lo  han  hecho  con  fin  de  tenerla  sitia- 
da por  largo  tiempo,  pues  teniéndole  asentada  la  batería 
no  la  osaron  acometer,  y  siendo  así  ha  de  cargar  todas  sus 
fuerzas  á  aquella  parte.  Habemos  tornado  á  scribir  al  dicho 
Juan  de  Vega  que  vea  la  gente  que  será  menester  para 
que  Pamplona  quede  razonablemente  proveída,  y  que  la 
demás,  así  de  caballo  como  de  pié,  haga  caminar  á  Bar- 
celona, y  nos  ha  scriplo  que  la  gente  darmas  era  ya  parti- 
da, y  que  así  proveerá  que  lo  haga  la  demás,  paresciéndole 
que  por  este  año  no  vernian  á  aquel  reino  ejército  por  estar 
el  tiempo  tan  adelante,  y  por  otras  causas,  y  lo  mismo 
tenemos  por  cierto  será  en  lo  de  San  Sebastian  y  Fuen- 
terrabía,  aunque  ellos  hagan  otras  demostraciones,  porque 
yendo  como  van  bien,  á  Dios  gracias,  las  cosas  de  Perpi- 
ñan ,  no  es  de  creer  que  emprenderán  otra  ninguna  cosa 
hasta  ver  el  subceso  de  aquello,  y  por  esto  os  tornamos  á 
rogar  y  encargar  que  vos  proveáis  lo  mismo  conforme  á  lo 
que  os  habemos  scripto,  ordenando  á  la  gente  que  os  ha  de 
acudir  que  tome  el  camino  derecho  de  Barcelona,  sin  que 
llegue  á  Vitoria ,  ó  donde  vos  estovierdes ,  porque  no  con- 
viene en  ninguna  manera  que  rodeen,  sino  que  se  dé  toda 
la  prisa  posible  en  caminar  como  lo  hace  la  otra  gente ,  por- 


:  o85 

que  habiéndose  de  hacer  el  socorro  de  Perpiñan ,  ya  veis 
lo  que  impoita  la  brevedad  de  su  (i) 

En  lo  de  la  gente  que  ha  de  dar  Vizcaya,  paréscenos 
que  fué  bien  enviar  á  llamar  al  corregidor  y  platicar  con  él 
la  orden  que  se  debe  tener  para  que  den  el  número  de  los 
dos  mil  hombres  pagados  por  cuatro  meses ;  y  para  que 
mejor  se  pueda  acabar  y  concluir  screbimos  las  cartas  que 
os  paresce  para  la  junta  y  los  otros  que  decís.  Enviárge- 
las  heis,  y  vos  les  escribiréis  lo  que  mas  ós  paresciere,  y  avi- 
sar nos  heis  de  la  resolución  que  se  tomare;  y  en  lo  que  decís 
que  os  paresce  que  esta  gente  por  ser  tan  útil  por  la  mar  seria 
bien  que  se  emplease  en  correr  la  costa  de  Francia;  lo  que 
agora  conviene  es  que  se  procure  lo  que  está  dicho,  y  que 
estén  apercebidos,  que  después  se  mirará  en  qué  se  podrán 
emplear,  y  se  os  dará  aviso  de  ello. 

En  lo  de  las  armas  que  se  hacen  en  Vizcaya  para  el 
serenísimo  rey  de  Portugal,  nuestro  hermano,  que  os  dijo 
el  corregidor  que  habia  hecho  embargar,  bien  fué  darnos 
aviso  dello,  y  porque  en  lodo  le  deseamos  complacer,  como 
es  razón,  proveeréis  que  luego  se  alce  el  secresto  que  puso, 
y  que  demás  de  esto  el  dicho  corregidor  favorezca  á  sus 
factores  en  lo  que  se  ofresciere. 

En  lo  de  los  bastimentos  de  San  Sebastian  bien  será 
que  como  decís  procuréis  con  ellos  que  se  provean  de  los 
que  hobieren  menester  para  su  entretenimiento,  demás  de 
los  ordinarios  que  para  la  gente  de  guerra  de  aquella  villa 
y  de  la  de  Fuenterrabía ,  yo  he  scripto  al  dicho  don  San- 
cho que  tenga  especial  cuidado  de  mirar  que  estén  bien 
proveídas,  y  según  lo  que  dice,  ello  está  al  presente  como 
conviene. 

(1)  Está  roto  el  papel  y  no  se  puede  leer  una  palabra,  quesería 
probablemente  llegada  ó  venida. 

Tomo  LXllI.  .  25     , 


386 

En  lo  de  los  cuatro  mil  ducados  he  visto  lo  que  decís, 
que  el  dicho  don  Sancho  os  ha  scripto  que  se  ha  gastado, 
así  en  lo  de  las  obras  confio  en  la  provisión  de  los  dichos 
bastimentos.  Y  acabados  de  gastar  aquellos  mandaremos  que 
se  provea  de  los  dineros  que  mas  fuere  menester.  Y  cuanto 
á  lo  que  toca  á  venir  el  dicho  don  Sancho  donde  vos  estáis, 
aunque  conoscemos  que  seria  provechoso  que  os  comu- 
nicase las  cosas  de  aquella  frontera,  al  presente  paresce 
que  no  conviene  que  haga  ausencia  de  ella,  y  así  le  podréis 
scribir  sobre  todo  lo  que  conviniere,  que  él  os  satisfará,  y 
conforme  á  aquello  podréis  proveer  lo  que  fuese  necesario. 

En  lo  del  conde  de  Oñate  he  visto  lo  que  escribís,  y  en 
aquello  no  hay  mas  que  decir  sino  que  habéis  hecho  bien 
en  enviarle  á  llamar  para  que  esté  ahí  con  vos,  y  que  po- 
déis ser  cierto  que  para  hacerle  merced  y  favor  en  lo  que  se 
ofresciere,  hay  en  mí  la  voluntad  que  es  razón  y  sus  servi- 
cios merecen.  En  lo  de  las  llaves  de  San  Sebastian,  ya  os 
scribimos  como  de  parte  de  la  villa  habían  venido  aquí,  y 
lo  que  les  mandamos  responder,  lo  cual  está  bien  proveído, 
y  así  les  podréis  vos  satisfacer  lo  mejor  que  pudiérdes ,  que 
visto  lo  que  importa  que  esté  con  gran  recaudo  aquella  vi- 
lla, en  todo  tiempo,  y  especialmente  en  este,  escrebimos 
como  os  paresce  al  dicho  don  Sancho  que  dé  orden  como  él 
ó  don  Juan  su  hermano  residan  continuamente  en  ella. 

En  lo  de  la  gente  de  Álava,  el  diputado  general  de  la 
provincia  y  hermandades  della  nos  scribió  que  los  cuatro- 
cientos hombres  estaban  á  punto,  y  que  los  otros  mil  esta- 
rían también  apercibidos  para  lo  que  se  ofresciere  entrando 
ejército  por  Navarra  ó  Guipúzcoa.  Vos  habéis  hecho  bien  en 
scribirle  sobre  ello  para  que  se  tome  resolución  en  lo  que 
han  de  hacer;  y  en  lo  de  los  dichos  cuatrocientos  hombres 
screbimos  al  dicho  Juan  de  Vega  que  no  siendo  menester 


387 

para  Pamplona,  los  enviase  á  San  Sebastian  y  Fuenterrabía 
para  que  residan  allí,  y  los  de  Logroño  y  los  otros  pueblos 
de  su  corregimiento,  quedarán  para  adelante  siendo  me- 
nester. 

En  lo  de  la  paga  de  la  gente  de  San  Sebastian  y  Fuen- 
terrabía, se  provee  todo  lo  que  se  puede  hacer.  Y  don  San- 
cho nos  ha  scripto  que  habia  dado  orden  que  entretanto 
que  aquella  llegaba  se  les  diese  media  paga  con  que  se  pu- 
diesen entretener. 

En  lo  del  pan  que  screbistes  al  prior  y  cónsules  de  Bur- 
gos que  hiciesen  traer  de  Flándes  y  Ingalaterra,  pues  no 
se  han  querido  obligar  ni  encargar  de  ello ;  bien  será  que 
procuréis  que  lo  hagan  por  el  otro  medio  que  han  ofrescido, 
que  con  esta  os  mandamos  enviar  las  cartas  que  pedís  para 
la  serenísima  reina  mi  hermana  y  el  rey  de  Ingalaterra. 

En  lo  del  contador  Vergara  fué  bien  porque  no  se  per- 
diese tiempo  darle  las  provisiones  que  screbis  para  que  pu- 
diese hacer  la  cala  y  cata  del  pan  en  las  parles  que  le  en- 
viamos á  mandar  que  fuese  á  visitar,  aunque  de  acá  se  le 
haya  enviado  espresa  comisión  nuestra  para  ello.  Y  puesto 
que  se  haga  esta  diligencia,  por  agora  no  se  hace  cuenta 
de  los  bastimentos  que  dallí  se  podrán  sacar  adelante  según 
el  subsceso  de  las  cosas ;  así  se  mirará  lo  que  converná  pro- 
veerse ,  y  se  terna  respeto  á  lo  que  en  lo  uno  y  en  lo  otro 
decís. 

En  lo  del  pleito  de  don  Alvaro  de  Mendoza  y  de  los  otros 
grandes  y  caballeros  que  nos  vienen  á  servir  en  esta  pre- 
sente necesidad,  habernos  visto  lo  que  decís  y  vos  lo  con- 
sideráis bien,  y  así  se  mirará  lo  que  en  lodo  converná 
proveerse. 

Fué  bien  venir  por  las  armerías  y  hacer  en  ellas  la  di- 
ligencia que  decís,  porque  todavía  habrá  sido  provechoso 


588 

para  que  estén  mas  á  punto  y  en  orden  para  labrar ;  y  en 
lo  de  las  otras  armas  de  picas  y  arcabuces  que  os  han  ve- 
nido á  ofrescer  que  harán  algunos  en  Vizcaya,  acá  se  pla- 
tica de  hacer  asiento  sobre  esto,  y  se  terna  respeto  á  que 
sea  en  buena  cantidad. 

En  lo  de  la  gente  de  Toro,  pues  vienen  ya  camino,  no 
hay  que  decir,  sino  que  bien  que  por  sus  dineros  les  hagáis» 
proveer  de  las  armas  necesarias  para  que  estén  en  orden; 
y  esta  gente  ó  otra  cualquier  que  llegase  antes ,  proveeréis 
como  os  paresce  que  vayan  á  meterse  en  San  Sebastian  y 
Fuenterrabía  para  que  estén  allí ,  hasta  que  se  hinchan  las 
;  dos  condutas  de  Diego  Manes  y  Luxan ,  y  se  cumpla  el 
número  de  los  500  hombres  que  ha  de  tener  el  capitán 
Juan  de  Urbina,  como  decís  que  lo  haréis.  Que  ya  el  dicho 
don  Sancho  nos  ha  scripto  que  habia  enviado  al  capitán 
Luxan  y  el  alférez  de  Diego  Manes  á  entender  en  ello ,  y 
que  se  baria  todo  lo  posible;  y  para  este  mismo  efecto  será 
bien  que  procuréis  de  concertar  con  el  visorey  de  Navarra 
que  deje  en  Fuenterrabía  la  compañía  del  capitán  Pedro  de 
Videa,  y  envíe  la  otra  que  decís  que  estaba  en  Santisteban 
de  Lerin. 

Las  naos  que  se  tomaron  á  los  franceses  nos  escribió  el 
dicho  don  Sancho  que  solamente  habían  sido  no  más  de 
cinco  y  de  cada  cien  toneles,  y  que  venían  de  los  vaca- 
liaos. 

Está  bien  haber  proveído  que  se  desembarguen  y  den 
libertad  á  todos  los  navios  de  lo  costa  de  Guipúzcoa,  Viz- 
caya y  las  Cuatro  Villas,  y  así  haber  scripto  á  los  corregi- 
dores que  á  los  que  saliesen  fuesen  bien  armados  y  proveí- 
dos, para  que  no  solo  no  pudiesen  rescibir  daño  de  los  enemi- 
gos pero  hacérgele,  que  así  les  he  yo  mandado.  También 
screbir  que  lo  hagan,  y  que  á  los  que  quisieren  armas  les 


589 

den  licencia  para  ello ,  y  lodo  el  favor  y  ayuda  que  pudie- 
ren como  es  razón,  para  que  ofendan  á  los  enemigos. 

Eslá  bien  haberse  tornado  á  la  carraca  de  la  religión 
de  San  Juan,  como  lo  proveímos,  el  artillería,  municiones  y 
otras  cosas  que  les  habian  tomado  los  de  San  Sebastian. 

En  lo  que  á  vos  toca,  nuestra  voluntad  ha  sido  y  es 
que  seáis  obedescido  y  acatado  de  todos  como  nuestro  ca- 
pitán general;  y  así  soy  cierto  que  lo  seréis  de  nuestros 
ministros ,  y  que  terneis  el  respecto  y  miramiento  que  de- 
cís á  sus  personas  y  a  la  autoridad  de  sus  cargos  como  es 
razón. 

En  lo  de  la  gente  que  estciba  en  Beovia,  que  decís  que 
seria  mejor  que  residiese  en  Guelaria,  por  ser  puerto  tan 
importante  para  lo  de  San  Sebastian,  vos  enviareis  á  vi- 
sitar aquella  villa,  como  os  lo  habemos  scripto,  y  avisar- 
nosheis  de  lo  que  os  paresciere  que  aquello  converná 
proveer. 

Fué  bien  proveer  que  de  Burgos  se  llevase  á  San  Se- 
bastian y  Fuenlerrabía  la  pólvora  que  screbis,  porque  aque- 
llas dos  plazas  estén  bien  proveídas  de  todo  lo  nescesario, 
aunque  según  la  relación  del  comendador  mayor  de  Alcán- 
tara tienen  sobrada  pólvora  y  municiones. 

En  lo  del  reparo  de  Suriola  al  dicho  don  Sancho ,  había- 
mos scripto  que  le  hiciese  pegado  al  muro,  si  aquel  le  pudie- 
se sufrir,  aunque  fuese  calzándole  por  el  cimiento,  y  que  si 
no,  se  apartase  del  12  ó  15  pies  hasta  dentro  y  se  empe- 
zase desde  allí  y  que  le  hiciese  con  sus  traveses  y  foso  en- 
tre! dicho  reparo  y  la  muralla,  y  que  sobre  todo  tuviesen  á 
punto  el  recaudo  necesario,  para  que  viniendo  la  necesidad 
se  pudiese  reparar  aquello  con  toda  brevedad.  Hános  res- 
pondido que  después  de  haber  mirado  más  en  ello ,  se  ha- 
llan algunas  dificultades  para  hacerse  desta  manera,  y. que 


590 

nos  enviaría  mas  larga  razón  deslo.  Venida,  se  mirará  lo 
que  más  converná  hacerse. 

Las  cédulas  que  pedís  para  lo  de  Corral  os  mandamos 
enviar  con  esta. 

En  lo  de  la  gente  del  obispo  de  Calahorra,  con  otro  os 
mandaremos  responder  lo  que  sea  nuestra  voluntad  que  ha- 
ga, porque  no  querríamos  dar  enjemplo  á  los  otros  perla- 
dos.— De  Monzón  á  25  de  setiembre  de  1542. 

Después  desta  scripta  habemos  rescibido  cartas  del  du- 
que de  Alba  y  de  don  Juan  de  Acuña,  por  las  cuales  nos 
avisan  de  haber  entrado  en  Perpiñan  seis  banderas  ,  en  que 
habia  dos  mil  infantes  de  los  que  vinieron  de  Castilla,  y 
que  al  mismo  tiempo  se  empezaban  á  retirar  los  franceses 
su  camino  de  Francia ,  sin  haber  hecho  ningún  efecto.  De 
que  he  dado  muchas  gracias  á  Nuestro  Señor,  y  dello  os  ha- 
bemos querido  avisar  como  es  razón. — Yo  el  rey. — Con  rú- 
brica.-— Vázquez. — Con  rúbrica. 

Sobre, — Por  el  rey. — Al  condestable  de  Castilla,  su  pri- 
mo y  capitán  general. 

■ííKnoo 
Carta  original  de  la  villa  de  Olmedo  al  condestable  de  Cas- 
tilla,  fecha  en  aquella  villa  á  25  de  setiembre  de  1542. 

Le  avisa  del  envío  de  los  eien  soldados  que  aquella  villa  ofreció  ea 
servicio  de  S.  M. 

Biblioteca  Nacional— Sala  deMSS.—  G  48,  fol.  248. 

Ilustrísimo  señor:  Andrés  de  Olivera,  regidor  y  capitán 
desta  villa,  va  con  cient  soldados  que  esta  villa  y  su  tierra 
ofresció  para  servir  á  S.  M.  en  esta  jornada ;  y  cumpliendo 


591 

el  mandato  de  S.  M.  se  van  á  presentar  ante  V.  S.  Illma. 
para  que  dellos  se  disponga  como  conviene  al  servicio  de 
S.  M.,  los  cuales  se  hobieran  despachado  con  mayor  bre- 
vedad si  por  algunos  lugares  desta  villa  que  se  han  queri- 
do essentar,  no  se  hobieran  detenido  como  el  capitán  á  V.  S. 
informará.  Suplicamos  á  V.  S.  Illma.  sea  servido  les  hacer 
el  tratamiento  y  merced  como  á  tales  servidores  y  leales 
vasallos  de  la  corona  real.  Nuestro  Señor  la  ilustrísima  per- 
sona y  estado  de  V.  S.  guarde  y  acresciente. — De  Olme- 
do á  25  de  setiembre  1542. — Por  acuerdo  de  la  villa  de 
Olmedo. — Antonio  Rogel. — Con  rúbrica. 

Sobre. — Al  ilustrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla, 
capitán  general  de  S.  M. 


Minuta  de  carta  del  condestable  de  Castilla  al  emperador 
Carlos  V,  fecha  á  30  de  setiembre  de  1542  (1). 

Le  da  cuenta  de  todas  las  prevenciones  que  ha  hecho  y  sigue  ha- 
ciendo.—Llegada  de  la  gente  de  algunas  ciudades. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—  G  48,  foL  143. 

S.  C.  G.  M, 

Una  carta  de  V.  M.  recibí  de  25  deste  mes;  y  lo  pri- 
mero que  tengo  que  decir ,  es  besar  las  manos  á  V.  M.  mili 
veces  por  las  buenas  nuevas  que  me  escribe ,  de  ser  levan- 
tados los  franceses  de  sobre  Perpiñan ,  que  no  podia  haber 
cosa  en  que  V.  M.  me  hiciera  igual  merced  que  la  he  reci- 

(1)  Parece  escrita  en  Vitoria. 


592 

bido  en  saber  esto.  No  debe  haber  desayudado  para  esto  de 
Perpiñan  el  juntamiento  de  gente  que  en  Vitoria  se  iba  ha- 
'Ciendo,  que  dician  que  era  mayor.  Yo  creo  que  los  france- 
ses irán  tales  que  no  se  acordarán  de  otra  cosa  sino  de  des- 
cansar; mas  hasta  que  se  vea  en  lo  que  para  su  ida,  paré- 
cerne  que  es  de  tener  doblado  cuidado  que  hasta  aquí  des- 
tas  fronteras.  Y  por  si  aquel  nublado  viniese  á  descargar 
por  acá ,  suplico  á  V.  M.  que  no  mude  la  determinación 
que  habia  tomado  de  venir  á  Zaragoza. 

La  gente  de  las  ciudades  va  ya  llegando.  La  primera 
fué  la  de  Aranda;  y  ayer  pasó  la  de  Salamanca,  y  mañana 
pasará  la  de  Toro  y  Medina  del  Campo ,  y  todas  las  otras 
sé  que  vienen  detrás  sino  la  de  León  y  Asturias,  que  no  he 
sabido  que  sean  partidos.  Traen  muy  gran  falta  de  armas; 
y  así  porque  se  armen,  como  por  ver  en  qué  parará  lo  de 
acá,  los  tendré  á  todos  quedos:  que  la  prisa  que  V.  M.  da- 
ba, ya  me  parece  que  cesará;  porque  si  acuelgan  á  Gui- 
púzcoa los  franceses,  no  solamente  será  menester  tener  es- 
la  gente  acá ,  mas  aunque  venga  toda  la  de  allá  y  que 
V.  M.  se  acerque;  que  no  parece  que  han  de  ser  en  balde 
las  provisiones  que  se  han  hecho  en  Bayona  y  en  toda  aque- 
lla tierra.  Y  si  no  vinieren  los  franceses,  es  también  de 
creer  que  V.  M.  dejará  por  ogaño  descansar  toda  esta  gen- 
te que  le  habia  de  servir,  y  que  lo  que  en  esto  habia  de 
gastar,  lo  empleará  en  fortiQcar  y  proveer  sus  fronteras, 
que  lo  han  mucho  menester,  especialmente  estas  dos  villas 
de  Guipúzcoa  que  tienen  cien  mili  faltas,  como  V.  M.  lo 
mandará  ver  por  ese  memorial.  Y  por  expiriencia  habrá 
visto  agora  V.  M.  cuánto  menos  cuesta  proveer  los  luga- 
res que  socorrellos:  que  cuando  están  proveídos  y  fortifica- 
dos, pocas  veces  los  emprenden  los  enemigos.  Por  esto  no 
aguarde  V.  M.  á  que  se  acaben  los  dineros  de  don  Sancho, 


que  liay  tan  pocos  que  se  pueden  dar  por  acabados,  y  es 
muy  necesario  que  V.  M.  mande  al  tesorero  Alonso  de  Bae- 
za  que  envíe  luego  recado  de  dineros  para  el  proveimiento 
destos  lugares  y  para  otras  cosas ;  que  casi  no  hay  nada  de 
lo  que  trujo  Corral. 

Para  lo  que  se  hubiere  de  dar  del  castillo  de  Burgos, 
es  necesaria  cédula  particular  de  V.  M.  para  que  el  co- 
mendador mayor  de  Alcántara  mande  á  Godoy  que  lo  dé, 
y  para  que  se  le  reciban  en  cuenta  los  veinte  quintales  de 
pólvora  que  dio  para  Fueníerrabía.  También  seria  menes- 
ter tomar  arcabuces  de  allí,  si  se  han  de  dar  á  esta  gente, 
que  no  creo  que  se  hallará  buen  recado  tan  presto  dellos, 
pues  si  tiene  algunos  en  Vitoria  V.  M.  no  creo  que  están 
aderezados.  Si  fuere  necesario,  no  dejaré  de  escribir  á  Go- 
doy que  dé  las  cosas  que  me  pareciere ,  porque  se  perderla 
mucho  tiempo  en  aguardar  el  despacho  de  V.  M.  para  lo 
de  Burgos. 

Luxan  y  Diego  Manes  son  ya  pasados  á  hinchir  sus 
condutas ;  que  Luxan  ha  de  hacer  la  gente  en  Valladoüd  y 
Falencia  y  Burgos,  y  Diego  Manes  en  Medina  del  Campo, 
y  Avila  y  Segovia  y  Soria.  Pedíanme  que  se  tomasen  los 
cuatrocientos  y  cuarenta  hombres  que  les  faltan  de  las  ban- 
deras de  ciudades  que  vienen  poca  gente;  y  como  traen  to- 
dos sus  capitanes,  y  muchos  dellos  son  personas  principa- 
les y  vienen  pagados  de  las  ciudades,  parecióme  que  no 
era  de  quitar  á  nadie  su  gente.  La  que  falta  en  estas  dos 
villas  se  inviará  luego.  Y  porque  el  virey  de  Navarra  me 
escribió  que  todavía  pensaba  que  enti'arian  en  Guipúzcoa 
los  franceses ,  he  hecho  que  no  derrame  el  diputado  de  Ala- 
va  la  gente  que  habia  juntado  con  la  primera  nueva  de  los 
alemanes,  y  que  pasasen  cien  piqueros  que  vinieron  de  Aran- 
da  á  Fuenterrabía.  Faltan  en  ella  sin  estos  de  Aranda  cien 


594 

hombres  de  los  que  ha  de  haber,  y  cuatrocientos  en  San 
Sebastian,  á  donde  fué  muy  bien  que  V.  M.  mandase  que 
residiesen  don  Juan  de  Leiva  ó  don  Sancho  á  la  contina. 
Los  que  se  dan  á  Villaturiel  para  la  fortaleza ,  son  soldados, 
y  una  vez  unos  y  otra  vez  otros,  gente  muy  conocida  se  le 
habia  de  dar  para  tal  cosa.  Poco  ha  que  una  noche  acuchi- 
llaron una  centinela  en  San  Sebastian.  Cada  dia  se  conoce 
más  cuánta  necesidad  hay  de  tener  gran  recado  allí  para 
que  no  se  maten  los  del  lugar  y  los  soldados.  No  pensaba 
yo  de  hacer  que  viniese  don  Sancho  tan  lejos,  sino  acer- 
carme yo  algún  dia  á  parte  donde  él  pudiese  venir  sin  ha- 
cer falta  á  su  cargo;  y  si  yo  pudiese,  iria  allá  y  aun  tara- 
bien  á  Pamplona ,  porque  me  satisfaría  mucho  mas  de  ver 
estos  lugares,  que  de  la  relación  que  me  pueden  traer  de- 
llos,  aunque  he  enviado  á  que  me  los  traigan  pintados.  Lo 
de  Guetaria  inviaré  luego  á  visitar  como  V.  M.  lo  manda. 
Don  Sancho  dice  que  vaya  allá  gente  de  caballo;  no  la  en- 
vío porque  me  parece  de  mal  efeto,  mientras  se  pudiere  sos- 
tener que  traigan  á  Guipúzcoa  de  tierra  deLaborte,  como 
diz  que  lo  hacen  agora,  que  no  quemallos  y  roballos:  ha- 
ber armados  por  la  mar  me  parece  mejor.  Agora  han  to- 
mado los  franceses  una  zabra  que  venia  de  Deba  á  San  Se- 
bastian una  noche,  y  mataron  una  mujer  de  una  saetada. 

Sobre  lo  del  reparo  de  Suriola  escribiré  luego  á  don  San- 
cho, que  lodos  dicen  que  es  muy  necesario,  y  el  conde  de 
Oñate  que  estuvo  hoy  aquí,  me  dijo  lo  mesmo,  y  lo  que  le 
parecía  de  todos  los  otros  reparos;  yo  le  he  dicho  que  haga 
un  memorial  de  todo  ello  para  V.  M. 

Al  diputado  de  Álava  he  hablado  sobre  lo  de  los  mil 
hombres :  dice  que  los  ofrece  la  provincia  para  defensa  de 
Álava,  porque  cuando  viene  ejército  del  rey  de  Francia 
á  Navarra,  suelen  correr  hasta  Salvatierra,  que  lo  hacían 


595 

así  cuando  cercaron  al  duque  Dalba.  También  me  dijo  que 
los  cuatrocientos  hombres  no  se  pagaban  por  más  de  dos 
meses,  y  en  esta  junta  que  han  hecho  se  ha  pasado  ya  el 
uno.  El  diputado  ha  servido  y  sirve  á  V.  M.  con  gran  vo- 
luntad: suplica  á  V.  M.  que  toda  la  merced  que  á  él  le 
habia  de  hacer,  la  haga  á  su  hermano  el  licenciado  de 
Álava. 

De  Vitoria  me  dicen  que  hay  picas  de  V.  M. 

La  carta  del  duque  de  Medinaceü  se  la  envíe,  y  las  del 
marqués  de  Berlanga  y  conde  de  Aguilar  se  les  dieron 
cuando  vino  la  nueva  de  los  alemanes.  Escribí  al  conde 
que  seria  gran  servicio  de  V.  M.  que  si  pudiese  quel  sir- 
viese con  alguna  gente  de  infantería,  y  hízolo  tan  bien  que 
puso  á  punto  mas  de  trescientos  soldados  pagados  por  dos 
meses,  y  por  esto  le  he  dicho  que  los  traiga  para  que  haya 
mas  cuerpo  de  gente  en  Fuenterrabía  ó  en  San  Sebastian. 
V.  M.  le  torne  á  escribir  las  gracias  desto. 

El  despacho  de  Vizcaya  recibí  luego.  Se  entenderá  en 
aquello,  y  también  escribiré  al  corregidor  que  desembar- 
que los  coseletes  del  rey  de  Portugal ,  y  también  inviaré  al 
prior  y  cónsules  de  Burgos  las  dos  cartas  que  vienen  para 
Flándes  para  lo  del  pan.  La  del  rey  de  Ingalaterra  se  de- 
biera de  olvidar  allá,  que  no  vino  acá  sino  solamente  la  de 
la  señora  reina  de  Hungría,  y  otra  para  el  embajador  que 
V.  M.  tiene  en  Ingalaterra.  Creo  y  ya  puede  ser,  que  pa- 
ra Ingalaterra  que  bastaba  escribir  al  embajador  que  tiene 
allí,  que  vino  carta  para  él. 

Estando  para  acabar  esta,  me  vinieron  grandes  recla- 
maciones sobre  el  embargo  del  pan  de  iglesias  y  monesle- 
rios,  y  de  lugares  donde  se  hacen  mercados,  y  tienen  gran 
razón,  porque  no  se  les  dejaba  pan  sino  para  comer  y  sem- 
brar. Sabido  lo  que  se  halla  en  todas  parles,  pienso  de  ha- 


396 

celles  desembargar  la  mayor  parte,  y  que  el  embargo  sea 
para  lo  menos. 

En  Salvatierra  dicen  que  bay  algún  pan  para  vender. 
Vea  V.  M.  qué  medio  es  el  que  se  dará  para  haber  este  pan 
y  mande  enviar  cédula  para  ello. 

Bien  creo  que  dentro  de  veinte  dias  se  verá  si  se  ha  de 
formar  acá  ejército  ó  no;  y  si  se  ha  de  hacer,  crea  V.  M.  que 
es  necesario  proveello  por  mar,  porque  todo  lo  destas  pro- 
vincias de  Álava  y  Rioja  y  Bureva  es  poco,  y  en  Campos  y 
el  reino  de  Toledo  de  donde  se  solia  traer  á  Vitoria,  no  hay 
ogaño  nada. 


Carta  original  del  marqués  de  Poza  al  condestable  de  Cas- 
tilla, fecha  en  Monzón  á  21  de  setiembre  de  1542. 

Le  da  cuenta  de  sus  diligencias  en  aprestar  la  gente  de  armas. — 
Le  pide  su  favor  con  el  emperador  para  que  le  hagan  justicia  en 
la  chanciilería  en  un  pleito  que  le  ha  puesto  su  hijo. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  iri^'5.—  G  48,  foL  2o0. 

Muy  ilustre  señor:  Ya  creo  que  V.  S.  habrá  visto  una 
carta  mia  en  que  le  digo  la  diligencia  que  yo  he  puesto  en 
buscar  los  hombres  de  armas.  Muy  presto,  si  place  á  Dios, 
los  terne  á  punto  para  inviallos  á  V.  S. ,  que  por  inviar 
hombres  de  bien  me  he  detenido ;  yo  me  daré  priesa  toda 
la  que  sea  posible. 

Quiero  que  sepa  V.  S.  que  allende  de  mis  males  y  de 
mi  necesidad  acuerdan  mis  hijos  de  enojarme  en  lo  que 
pueden,  y  el  que  agora  se  ha  señalado  en  esto,  es  don  Ga- 
briel ,  que  habiéndole  yo  hecho  tan  buen  tratamiento  cuan- 


507 


lo  era  posible,  y  Iiabienilo  yo  hecho  por  él  todo  lo  que  he 
podido,  ha  acordado  agora  de  ponerme  pleiteen  la  chanci- 
llería,  pidiéndome  mili  ducados  de  alimentos  y  otros  mili 
para  seguir  el  pleito  que  trae  con  don  Juan  de  Zúñiga ;  y 
Lien  creo  yo  que  piensa  él  que  no  ha  de  salir  con  su  inten- 
ción, sino  que  ha  gana  de  enojarme,  porque  á  mí  me  ha 
parecido  siempre  que  no  era  buena  negociación  la  suj-a, 
pues  no  se  podia  hacer  sin  enojar  al  emperador  nuestro 
señor,  y  al  cabo  se  casaba  con  una  monja;  y  porque  yo 
he  dicho  esto,  está  mal  conmigo.  Suplico  á  V.  S.  que  su- 
plique V.  S.  al  emperador  me  favorezca,  escribiendo  á  los 
de  la  chancillería  que  me  favorezcan  con  justicia,  que  con  el 
favor  de  S.  M.  y  con  el  de  V.  S.  no  habré  miedo  á  nadie. 
También  persiguen  á  don  Sancho,  mi  hijo,  lodo  lo  que  pue- 
den: él  entiende  en  este  pleito  por  mi  parte,  y  con  intención, 
cuando  se  haya  de  hacer  algo,  de  ir  por  la  posta  á  hallarse 
en  servicio  de  S.  M.  Otra  vez  torno  á  suplicar  á  V.  S.,  aun- 
que tenga  muchos  negocios,  á  vueltas  dellos  se  acuerde  des- 
le.  A  mi  señora  la  duquesa  beso  las  manos.  Guarde  Nues- 
tro Señor  la  muy  ilustre  persona  de  V.  S.  y  su  estado  acre- 
ciente.— De  Monzón  á  27  de  setiembre. — Muy  ilustre  señor: 
las  manos  de  V.  S.  besa. — El  marqués  de  Poza. — Con  rw- 
brica. 

Sobre, — Al  muy  ilustre  señor  el  condestable  de  Casti- 
lla, duque  de  Frias  y  capitán  general  de  las  fronteras  de 
Navarra  y  Guipúzcoa. 


398 


Carta  autógrafa  de  Pedro  Sánchez  de  Venesa  al  condesta- 
ble de  Castilla f  fecha  en  Fuenterrabia  á  28  de  setiembre 
de  1542. 

Le  encarece  la  falta  de  bastimentos  que  padece  la  villa. — Algunas 
noticias  del  estado  de  los  franceses  en  Perpinan. 

Biblioteca  NacionaL— Sala  de  MSS.—G  48, /bí.  252. 

Muy  ilustre  señor :  Anteayer  le  escribí  á  vuestra  seño- 
ría iluslríslma  por  estenso  de  las  cosas  dacá,  en  especial  de 
la  falta  que  tenemos  de  los  bastimentos  de  S.  M.,  que  en  esta 
villa  hablan  de  estar  de  respecto.  Bien  creo  que  V.  S.  en  ello 
proveerá  como  conviene  al  servicio  de  S.  M.  y  de  vuestra 
señoría  ilustrísima,  y  para  el  descanso  de  los  que  estamos 
en  esta  villa,  porque  sin  bastimento  se  hace  muy  mala 
guerra. 

Después  de  haber  escripto  á  V.  S.,  no  se  ofresce  cosa 
ninguna  para  avisarle,  mas  de  cuanto  lo  que  sentimos  des- 
tos  nuestros  vecinos  franceses ,  es  que  en  Perpinan  no  les 
deben  de  andar  las  cosas  á  su  propósito,  y  según  dicen  en- 
tre ellos,  y  han  acabado  lo  de  allá  y  á  su  daño.  Dicen  que 
cierta  gente  de  los  franceses  se  recoge  en  San  Sever,  que 
es  cabeza  de  Gascunia  ,  que  serán  diez  y  seis  ó  diez  y 
siete  leguas  desta  villa,  y  allá  esperan  al  príncipe  de  la 
Brit  para  dar  orden  lo  que  han  de  hacer,  y  porque  sé  que 
V.  S.  de  todo  esto  tendrá  mejor  aviso  que  otro  ninguno  lo 
puede  avisar,  ceso.  El  portador,  que  es  Allid  de  Briones, 
criado  de  V.  S.,  ha  visto  y  mirado  muy  bien  esta  villa  y 
las  cosas  della,  el  cual  como  persona  de  experiencia  en  guer- 
ra, le  dará  á  V.  S.  información  de  lo  que  acá  ha  vislo  y 


599 

pasa,  al  cual  me  remito  en  todo  lo  que  se  ofresciere.  A  V.  S. 
suplico  me  tenga  por  su  servidor  como  los  mios  han  seido 
siempre  de  la  grand  casa  de  V.  S.,  y  me  mande.  Nuestro 
Señor,  su  muy  ilustre  persona  guarde  y  su  estado  acrecien- 
te, como  por  V.  S.  es  deseado. — De  Fuenterrabía  á  28  de 
setiembre, — Muy  ilustre  señor. — Pies  y  manos  de  vuestra 
señoría  ilustrísima  muy  humildemente  beso. — Pedro  Sán- 
chez de  Venosa. — Con  rúbrica. 

Sobre. — Al  muy  ilustre  señor  el  condestable  de  Casti- 
lla, duque  de  Frias,  capitán  general  de  España,  etc.,  mi 
señor. 

Minuta  de  carta  que  se  escribió  al  emperador ,  de  postrero 
de  setiembre  de  1542  (1). 

Le  participa  las  noticias  que  tiene  de  la  venida  de  gente  de  armas. 

Bihlioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—G  iS,  fol.  148. 

Don  Diego  Sarmiento,  hijo  del  conde  de  Salinas,  vino 
á  que  fuese  á  esperar  en  Miranda  á  su  padre,  que  diz  que 
vendrá  presto.  El  marqués  de  Poza  me  ha  escrito  que  in- 
viará  presto  los  hombres  de  armas  que  faltan.  El  mariscal 
de  Fromesta  me  escribió  que  si  no  estuvieran  tan  malos  él  y 
don  Luis  su  hijo,  que  sirviera  á  V.  M.  como  lo  ha  hecho 
cuando  estaba  bueno;  lo  cual  sé  yo  muy  bien.  Don  Alvaro 
de  Mendoza,  hijo  del  conde  de  Castro,  viene  con  la  gente 
de  su  padre  el  conde  de  Miranda;  escribió  que  le  habia  es- 
crito el  comendador  mayor,  su  tio,  que  mandaba  V,  M.  que 
fuese  á  lo  de  Perpiñan,  y  lo  mismo  me  escribió  el  comenda- 
dor mayor  de  Castilla. 

(1)  Es  del  condestable  de  Castilla. 


400 

Algunos  que  se  llaman  caballeros  habrá  que  por  soslc- 
fíer  el  nombre,  podrá  ser  que  sirvan  á  V.  M.  á  su  costa. 
Envíeme  V.  M.  algunas  cartas  sin  los  nombres,  en  que  di- 
ga que  será  muy  servido  que  vayan  á  Fuenlerrabía  ó  San 
Sebastian,  que  yo  les  pondré  el  sobre  escrito  y  el  nombre 
al  principio  de  las  cartas.  Los  caballeros  armados  y  los  hijos 
dalgo  que  particularmente  vinieron  á  servir  á  V.  M.,  ver- 
nán  algunos  mal  armados  y  mal  á  caballo  ;  estos  tales  invia- 
llos  hé  á  estos  lugares,  pues  podrán  servir  mejor  detrás  de 
muros  que  en  el  campo.  Algunos  caballeros  pardos  vienen, 
por  soldados  solamente  de  cibdades.  No  creo  que  es  mucho 
inconveniente  dejallos  pasar  de  esta  manera.  Esta  gente  de 
cibdades  hago  aposentar  apartadamente  de  la  de  caballo  al- 
rededor de  Vitoria ,  donde  iré  un  dia  de  estos,  ya  que  la 
gente  que  yo  esperaba  es  venida. 

Siempre  he  de  acabar  y  comenzar  todas  las  cartas  en 
suplicar  á  V.  M.  que  provea  con  gran  cuidado  los  lugares 
destas  fronteras,  y  que  se  acuerde  cuánto  más  de  lo  que 
se  puede  encarecer  importan. 


Carta  original  de  la  ciudad  de  San  Sebastian  al  condesta' 
ble  de  Castilla j  fecha  en  aquella  ciudad  á  ú^  de  setiem- 
bre de  1542. 

Le  agradece  las  buenas  nuevas  que  ha  escrito  á  la  ciudad  y  le  ofre- 
ce sus  servicios. 

Biblioteca  NacionaLSala  de  MSS.-G4S,  foL  254. 

llustrísímo  señor:  La  carta  de  vuestra  señoría  iluslrísima, 
hecha  en  lá  Puebla  á  veinte  y  ocho  del  presente,  hemos  recibi- 
do, y  con  ella  muy  grandísimo  placer  por  tan  buena  y  glo- 


401 

riosa  nueva  como  es  la  que  vuestra  señoría  iluslrísima  nos  es- 
cribe ,  y  á  vuestra  señoría  le  besamos  los  pies  y  las  manos 
por  la  merced  tan  grandísima  como  nos  ha  hecho  en  haber- 
nos escrito,  é  placerá  á  Dios  que  por  esta  tan  grande  merced 
con  las  otras  que  nos  ha  hecho,  lo  podamos  servir,  que  vo- 
luntad no  nos  faltará  para  ello.  El  señor  don  Sancho  hasta 
agora  no  nos  ha  dicho  lo  que  vuestra  señoría  le  ha  scripto, 
aunque  está  de  presente  en  esta  villa.  S.  M.  hará  lo  que 
fuere  servido.  De  acá  no  hay  ninguna  cosa  que  escrebir  á 
vuestra  señoría,  mas  de  que  los  franceses  de  esta  frontera 
desean  venir  con  esta  provincia  en  los  convenios  que  tenía- 
mos en  las  otras  guerras,  y  han  hablado  con  licencia  del 
señor  don  Sancho  los  de  allá  con  algunas  personas  de  acá, 
y  hasta  agora  no  se  ha  hecho  nada,  ni  creemos  que  se  po- 
drá hacer,  según  lo  que  de  acá  se  pide.  Vuestra  señoría 
ilustrísima  se  informará  de  lodo  para  que  mande  hacer  lo 
que  convenga  al  servicio  de  S.  M.  Nuestro  Señor  la  ilustrí- 
sima persona  de  vuestra  señoría  tenga  en  su  guarda  y  su  vi- 
da y  gran  estado  acresciente  como  desea. — En  San  Sebas- 
tian á  30  de  setiembre.— En  creencia  va  la  presente  firma- 
da de  nuestro  escribano  fiel,  y  sellada  con  nuestro  sello. 

Por  mandado  del  Consejo,  Juslicia,  Regimiento  de  la 
noble  é  leal  villa  de  San  Sebastian. — Muy  cierto  servidor 
de  V.  S.  ilustrísima  que  sus  pies  y  manos  besa. —Juan  Ló- 
pez.— Con  rúbrica. 

Sobre. — Al  ilustrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla, 
duque  de  Frías,  conde  de  Haro,  capitán  general  de  S.  M. 
en  estos  sus  reinos,  etc. 


Tomo  XLIII.  26 


402 


Carta  autógrafa  del  marqués  de  Falces  al  condestahle  de 
Castilla,  fecha  en  Mar  cilla  á  i,""  de  octubre  de  1542. 

Le  da  cuenta  de  lo  que  ha  pasado  en  el  campo  enemigo.— Nueva 
provisión  de  capitanes;  hecha  por  el  virey  de  Navarra,  y  su  resul- 
tado. 

Biblioieca  Nacional— Sala  de  RÍSS.—G.  48,  foJ.  2o6. 

Iluslrísimo  señor:  Esta  carta  de  V.  S.  me  han  dado,  y 
por  lo  que  en  ella  se  contiene  veo  que  no  lo  es:  el  sobre-escri- 
to es  para  mí.  Háme  parecido  lornalla  á  enviar  á  V.  S., 
para  que  mande  al  que  la  escribió  que  no  se  descuide  en 
cosa  de  mas  calidad. 

Las  nuevas  que  acá  hay  de  Perpiñan,  V.  S.  las  sabrá; 
lo  que  el  visorey  me  escribe  es  que  los  franceses  se  han 
retirado  una  legua  hacia  Leocala,  á  los  21  del  presente,  y 
mandaron  quem  ar  todos  los  lugares  y  bastimentos.  Lo  que 
yo  he  sabido  por  otra  parte,  que  muchas  veces  me  ha  di- 
cho verdad,  es  que  el  rey  de  Francia  fué  al  campo  y 
habló  con  lodos  sus  capitanes  ansí  suizos  como  franceses, 
y  que  les  hizo  una  habla  remoslrándoles  las  muchas  oca- 
siones que  el  emperador  le  habia  dado  para  romper  la 
guerra  con  él ,  y  que  lo  habia  dejado  de  hacer,  porque 
siempre  le  habia  dado  á  entender  que  quería  hacer  la  guer- 
ra al  turco,  y  porque  no  se  dijese  que  él  lo  estorbaba,  es- 
pecialmente en  las  jornadas  de  Túnez  y  de  Argel;  y  que 
pues  al  presente  ellos  estaban  sobre  aquella  plaza  de  Perpi- 
ñan, la  cual  no  era  tan  fuerte  que  ellos  no  se  hubiesen  ha- 
llado en  toínar  otras  muy  mejores  sin  artillería,  que  les  en- 
comendaba la  honra  de  Francia  y  la  suya,  y  que  pusiesen 


40o 

sns  fuerzas  en  salir  con  su  empresa ,  y  que  hecho  aquello, 
que  él  los  pondría  en  otras  cosas  donde  cada  uno  ganase 
honra  y  provecho.  Los  capitanes  diz  que  respondieron  que 
si  Perpiñan  no  estaba  ya  por  él,  que  la  causa  era  no  haber 
querido  el  Dalíin  dalles  lugar  para  que  la  combatiesen,  con 
fin  de  lomaila  sin  tanta  pérdida  de  gente;  mas  pues  que 
ellos  veían  su  voluntad,  que  le  ofrecian  de  dalle  la  plaza 
dentro  de  un  cierto  tiempo,  que  no  me  han  sabido  decir  cuan- 
to, ó  que  morirían  todos  en  el  combate.  Y  ansí  el  rey  se 
partió  para  Narbona,  y  á  otro  dia  mudaron  los  franceses 
el  artillería  y  su  campo ,  y  dicen  que  pusieron  ciertos  tiros 
en  un  cerrico,  y  dallí  batían  por  dentro  un  paño,  el  cual 
tenían  minado,  y  que  los  combatieron  de  manara  que  les 
han  entrado  la  ciudad,  y  están  sobre  la  cindadela  y  el  cas- 
tillo. Plegué  á  Dios  que  no  sea  verdad,  porque  el  daño  se- 
ria recio ;  mas  yo  digo  á  V.  S.  que  yo  lo  he  sabido  de  par- 
te donde  hasta  ahora  me  han  dicho  verdad ;  no  lo  he  que- 
rido hacer  saber  á  S.  M.  ni  al  vísorey,  pues  él  me  escribe 
lo  contrario,  aunque  no  me  dice  que  lo  sabe  por  S.  M., 
como  V.  S.  lo  verá  por  su  misma  carta  que  va  con  esta.  Y 
si  ansí  es  que  la  hayan  tomado,  V.  S.  no  dude  de  la  guer- 
ra ogaño  por  este  reino  ó  por  San  Sebastian,  porque  en 
Fuenterrabía  no  tocarán ,  que  ya  que  la  tomen  les  importa 
poco.  Yo  soy  muy  enemigo  describir  nuevas  que  no  sean 
muy  ciertas,  especialmente  á  V.  S. ,  y  por  esto  no  serán 
tan  continas  las  mías  como  de  otros,  mas  las  que  yo  su- 
piere ciertas  y  de  calidad,  V.  S.  las  sabrá  antes  que  nadie. 
La  marquesa  besa  las  manos  de  V.  S.  y  entrambos  besa- 
mos las  de  mi  señora  la  duquesa;  y  agora  digo  que  V.  S.. 
hace  ventaja  á  todos  los  casados  del  mundo,  aunque  no 
'  me  maravillo,  pues  tiene  tan  justa  causa. 

La  nueva  provisión  que  el  vísorey  ha  hecho  de  capila- 


4a4 

nes  en  esle  reino,  ha  sido  de  manera  que  han  encendido 
tanto  las  pasiones  que  V.  S.  se  espantaría,  y  quiero  decir 
esta  necedad,  que  ha  sido  por  no  creerme  á  mí;  y  ansí  si 
hay  guerra  y  nos  juntamos,  será  mayor  la  que  habrá  entre 
ios  navarros  que  la  que  tendremos  con  los  franceses,  y  an- 
sí han  estado  el  marqués  de  Cortes  y  el  condestable  de  Na- 
varra en  Estelia  hurtándose  hombres  y  indignándose  los  unos 
contra  los  otros  por  quien  sacará  mas.  Vale  Dios  que  ansi 
en  aquella  merindad  como  en  estas  otras  hay  pocos  bia- 
monleses,  y  con  esto  no  puede  ser  grande  el  impedimento 
que  harán.  Todo  lo  remedie  Dios,  y  la  ilustrísima  persona  y 
gran  estado  de  V.  S.  por  muchos  años  prospere. — De  Mar- 
cilla,  á  1.°  de  octubre  1542. — De  su  ilustrísima  señoría 
servidor  que  las  manos  de  V.  S.  besa.— El  marqués  de  Fal- 
ces.— Con  rúbrica. 

Sobre. — Al  ilustrísimo  señor  el  condestable  y  duque,  ca- 
pitán general  de  España,  mi  señor. 


Carta  autógrafa  de  Juan  Zapata  al  condestable  de  Casti-- 
lia,  fecha  en  Monzón  á  2  de  octubre  de  1542. 

Le  avisa  de  como  se  han  fortificado  los  franceses  á  legua  y  media 
de  Perpinan. — Dice  que  se  aguardan  por  momentos  las  galeras 
que  traen  los  cuatro  rail  alemanes  y  los  espaSoles  del  tercio  de 
Sicilia. — El  legado  apostólico. 

Biblioieca  Nacional— Sala  de  MSS.-^G  48,  foU  259. 

Ilustrísimo  señor:  Porque  este  correo  no  vaya  sin  carta 
mia,  haré  estos  renglones  por  decir  á  V.  S-  lllma.  que  de 
Perpinan  no  tenemos  mas  nueva  de  que  los  franceses  se 
hacen  fuertes  á  legua  y  media  de  Perpinan  en  unos  lugares 


405 

que  llaman  Clarian  y  Ribas  Altas,  y  que  allí  hacen  casas.  Es- 
pero en  Dios  que  será  para  mas  daño  suyo  haber  dejado  de 
retirarse  del  lodo.  La  artillería  gruesa  dicen  pasaron  la  via 
de  Narbona  en  salvo,  y  con  la  de  campo  quedaron;  dicen 
que  verná  allí  el  rey  con  ocho  mil  esguízaros  á  engrosar 
su  campo. 

Cada  dia  se  esperan  las  galeras  é  naves  que  traen  los 
cuatro  mil  alemanes  y  los  españoles  del  tercio  de  Sicilia. 

A  el  legado  dicen  que  S.  M.  lo  despachó  anoche,  é  que 
se  irá  hoy  á  Balbastro  á  ver  al  duque  de  Gamarino,  é  de 
allí  se  irá  su  camino  sin  tocar  en  esta  villa.  Otra  cosa  por 
agora  no  se  ofrece;  cuando  la  bebiere ,  la  avisaré  á  V.  S., 
cuya  iluslrísima  persona  guarde  é  acresciente  Nuestro  Se- 
ñor con  mayor  estado  como  los  criados  é  servidores  de 
V.  S.  deseamos. — En  Monzón  á  2  de  otubre  de  1542. — 
Iluslrísimo  señor. — De  V.  S.  Illma.  menor  criado  é  servi- 
dor que  las  ilustrísimas  manos  de  V.  S.  besa. — Juan  Zapa- 
la. — Con  rúbrica. 

Sobre.' — Al  iluslrísimo  señor  el  condestable  de  Castilla, 
duque  de  Frias,  capitán  general  de  S.  M.,  etc.,  mi  señor. 


40G 


Carta  autógrafa  de  Juan  de  Álava  al  condestable  de  Casti- 
lla, fecha  en  Vitoria  á  2  de  octubre  de  1542. 

Sobre  la  conducta  que  ha  de  observar  el  corregidor  de  la  Guardia. 
— Fortalezas  de  Salvatierra  y  Ale?:ría.— Le  dice  haberse  disuclto 
la  fuerza  que  tenia  á  su  cargo— Hállase  dispuesto  á  enmendar- 
se, caso  de  que  sean  justas  las  quejas  que  se  han  dado  contra  él. 

Biblioteca  Nacional, Sala  de  MSS,—G  AS,  foL  268. 

Ilustrísimo  señor:  Recibí  su  carta  en  Salvatierra  con 
las  buenas  nuevas  de  que  me  hizo  merced  escribirme,  é  mili 
veces  le  beso  las  manos  por  ello. 

En  lo  de  la  carta  de  S.  M.,  solo  es  para  que  el  corregi- 
dor de  la  Guardia  ni  otros  caballeros  no  alteren  en  el  ser- 
vicio que  la  provincia  ha  de  hacer,  y  se  guarde  lo  que 
siempre  se  ha  usado,  é  comete  á  V.  S.  el  conoscimienlo  de 
la  causa ,  porque  lo  así  envié  suplicar. 

En  lo  de  las  fortalezas  de  Salvatierra  é  Alegría,  mánda- 
me que  las  vea  y  haga  relación  á  V.  S.  para  que  lo 
provea. 

En  lo  del  pan  é  vino,  pues  V.  S.  verná  con  la  ayuda 
de  Dios  brevemente  á  esta  ciudad,  proveerá  lo  que  fuere 
servido. 

Después  he  recibido  carta  del  señor  virey,  é  mándamele 
haga  saber  cómo  me  hallo  después  de  haber  despedido  la 
gente.  Espero  responderle,  cuando  torne  el  mensajero  que 
á  V.  S.  envío.  Lo  qué  por  su  carta  V.  S.  significa  le  es- 
criba. 

Después  he  recibido  carta  de  don  Sancho,  y  parece  no 
quisiera  que  la  gente  fuera  deshecha,  é  la  querría  tener  allá. 
Yo  me  adelanté  un  pié  mas  de  lo  que  pudiera,  y  hánme 


407 

hecho  deshacerla  ayer.  No  sé  como  hoy  la  podría  juntar  tan 
fácilmente,  aunque  hobiese  necesidad:  que  si  la  hobiere, 
gente  tiene  V.  S.  en  esta  llana  para  proveer  de  presente, 
mientras  lo  demás  se  restaura:  que  es  verdad  que  no  puedo 
tanto  padecer  en  servicio  de  S.  M. ,  aunque  confrontase 
con  los  enemigos,  como  he  padecido  en  el  despedir. 

Hánme  dicho  que  se  van  á  quejar  á  V.  S. ;  yo  he  pla- 
cer dcllo,  porque  V.  S.  sepa  de  qué  se  quejan,  y  ellos  se- 
pan que  no  les  he  fecho  agravio.  V.  S.  los  oya,  y  con  toda 
Lenivolencia  los  repare;  y  si  en  sus  quejas  hay  algo  que  yo 
pudiera  mejor  hacer,  se  me  dé  noticia  porque  se  pueda  en- 
mendar en  lo  venidero.  No  se  ofrece  que  mas  escrebir,  salvo 
que  prospere  Nuestro  Señor  la  ilustrísima  persona  y  estado 
de  V.  S.  como  desea. — De  Vitoria  á  2  de  otubre  1542. — 
Besa  las  manos  de  su  ilustrísimaseñoría. — Su  siervo. — Juan 
de  Álava. 


Carta  original  de  Juan  de  Vega  al  condestable  de  Castilla, 
fecha  en  Pamplona  á  ^  de  octubre  de  1542. 

Opina  que  los  franceses  no  volverán  á  inquietar  las  fronteras  de 
Navarra. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—  G  48,  fol.  270. 

Muy  ilustre  señor :  Estos  correos  que  de  V.  S.  van  á 
Monzón,  pasin  sin  orden  ninguna  de  hablarme,  para  si  hu- 
biese algún  despacho  que  enviar  á  S.  M.  con  ellos.  Suplico 
á  V.  S.  de  aquí  adelante  les  mande  lo  hagan,  porque  po- 
dría ofrecerse  coyuntura  de  llevar  algún  despacho  que  ira- 
portase  al  servicio  de  S.  M. ,  alliende  de  que  se  ahorraría 


408 

costa  de  enviar  olro;  y  pues  esle  viene  de  Monzón,  con  quien 
V.  S.  terna  aviso  de  lo  que  por  allá  hay,  en  esta  no  diré 
mas  de  lo  que  V.  S.  debe  saber,  que  es  que  los  ochocien- 
tos paleros  que  estaban  en  Bayona ,  dicen  que  son  idos  ha- 
cia Perpiñan ,  y  parte  de  los  caballos  que  tenían  para  ti- 
rar la  artillería,  y  con  todo  esto  nos  quieren  dar  á  entender 
los  franceses  que  han  de  venir  ogaño  por  acá,  lo  cual  por 
mucho  que  hagan,  no  podrá  torcer  la  razón  que  hay  para 
no  poder  ser  nada  por  estas  fronteras.  Cuya  muy  ilustre 
persona  Nuestro  Señor  guarde  y  prospere. — En  Pamplona, 
3  de  octubre  1542. — Beso  las  manos  de  V.  S. — Juan  de 
Vega. — Con  rúbrica. 

Sobre, — Al  muy  ilustre  señor  el  señor  condestable  de 
Castilla,  duque  de  Frias,  capitán  general  del  socorro  de 
España. 


Carta  original  del  emperador  Carlos  V  al  condestable  de 
Castilla,  fecha  en  Monzón  á  Q  de  octubre  de  1542. 

Retirada  de  los  franceses  á  Narbona. — Fortificacioii  de  las  plazas 
de  la  frontera. — El  conde  de  Aguilar. — Comisión  que  se  ha  dado 
para  que  informe  sobre  la  conducta  del  capitán  Viilaturiel  y  otros 
particulares. — Se  le  manda  cesar  en  el  cargo  de  capitán  general. 
— Háse  resuelto  que  el  príncipe  don  Felipe  vaya  á  Zaragoza  y 
Barcelona,  para  ser  jurado  en  ambas  ciudades. 

Bihlioíeca  Nacional.— Sala  de  MSS.—G  48,  fol.  151. 
EL  REY. 

Condestable  primo:  Vi  vuestra  letra  de  último  del  pasa- 
do, y  la  inclusa  de  vuestra  mano  que  dentro  de  ella  venia, 
y  después  llegó  vuestra  carta  de  2  del  presente;  y  yo  creo 


409 

bien  que  como  lan  cierto  servicio  nuestro,  os  daria  el  con- 
tentamiento que  decís  saber  que  los  franceses  se  hobiesen 
levantado  de  sobre  Perpifian.  Lo  que  después  que  os  scre- 
bimos  con  el  último  correo  que  os  mandamos  despachar  hay 
que  avisaros  es,  que  ayer  llegó  aquí  el  capitán  Aguilera 
por  la  posta,  y  por  lo  que  dice  y  el  duque  Dalba  nos  scri- 
bió  con  él,  los  franceses  se  retiraban  de  Ciarían,  donde  han 
estado  estos  días,  y  habiéndole  derrocado  la  muralla  y  que- 
mádose,  se  vaa  por  el  Grao  la  vuelta  de  Narbona.  Visto 
esto,  habemos  enviado  á  mandar  á  la  gente  que  viene  de 
los  grandes  caballeros  y  ciudades  que  paren  donde  les  to- 
mare mi  carta,  sin  pasar  adelante,  porque  visto  lo  que  los 
franceses  hacen ,  así  se  les  mandará  con  otro  correo  lo  que 
han  de  hacer;  lo  mismo  paresce  que  haga  la  gente  que  ahí 
tenéis  recogida,  aunque  os  habíamos  scripto  que  caminase 
la  vía  de  Barcelona. 

Lo  que  habéis  proveído  en  lo  de  San  Sebastian  y  Fuen- 
terrabía,  os  agradecemos  mucho:  que  todo  ello  nos  ha  pa- 
rescido  bien  y  muy  necesario,  aunque  estar  don  Enrique 
de  Labrit  sin  gente  en  aquella  frontera ,  poco  daño  puede 
hacer  su  persona  sola,  cuanto  mas  que  aquellas  fuerzas,  te- 
niendo gente  dentro  y  estando  bastecidas,  poco  hay  que 
temer  á  los  enemigos  aunque  vengan  muchos. 

En  lo  que  toca  á  acabar  de  fortificar  estas  plazas,  vos 
lo  decís  y  apuntáis  muy  bien,  y  conoscíendo  lo  que  impor- 
ta, habemos  mandado  proveer  que  así  se  haga,  y  del  dine- 
ro necesario  para  ello. 

La  cédula  que  pedís  para  que  Pedro  de  Godoy  dé  las 
municiones  que  le  mandáredes,  pues  San  Sebastian  y  Fuen- 
terrabía  están  bien  proveídas ,  ya  no  es  menester,  sino  que 
para  la  pólvora  que  entregó  por  vuestra  orden,  y  la  mecha, 
plomo  y  zufre  que  agora  le  screbistes  que  enviase  á  aque- 


410 

Has  villas ,  enviamos  á  mandar  que  se  le  resciba  y  pase  en 
cuenta  por  la  carta  que  va  con  esta. 

Eslá  bien  liaber  ido  los  capitanes  Diego  Manesy  Luxan' 
á  henchir  el  número  do  sus  condutas  como  se  lo  enviamos 
á  mandar,  y  así  no  darles  la  gente  que  para  ello  pedian  de 
las  ciudades  por  las  consideraciones  que  decís.  La  de  Ala- 
va  que  escrebís  que  tenéis  entretenida ,  paresce  que  seria 
bien  despedir  para  que  se  fuesen  á  sus  casas,  porque  no 
gocen  del  sueldo  sin  haber  para  qué,  preveniéndolas,  como 
os  screbimos  con  el  dicho  correo,  para  que  acudan  á  Juan 
de  Vega,  cuando  los  enviase  á  llamar.  Y  de  lo  que  nos  ha 
servido  el  diputado  general  y  su  hermano,  tememos  memo- 
ria para  hacerles  merced  en  lo  que  se  ofrcsciere. 

Las  cartas  que  pedís  que  se  os  envien  en  blanco  para 
aquellos  que  se  llaman  caballeros,  no  son  ya  menester,  pues 
los  enemigos  se  van. 

/Al  conde  de  Aguilar  scribimos,  como  os  parece,  dándole 
las  gracias  por  lo  de  la  gente  de  su  tierra,  la  cual  podréis 
hacer  volver,  pues  enviábades  á  Fuenterrabía  y  San  Sebas- 
tian la  que  escrebís  de  las  ciudades,  entretanto  que  los  ca- 
pitanes acaban  de  henchir  sus  condutas. 

El  despacho  para  Vizcaya  sobre  lo  de  la  gente  fué  bien 
enviar,  y  así  screbir  vos  al  corregidor  cerca  de  aquello  lo 
que  convino,  y  que  desembarazase  las  armas  del  serenísi- 
mo rey  de  Portugal,  como  lo  enviamos  á  mandar. 

En  lo  del  pan  de  Flándes  y  Ingalaterra ,  no  hay  que  de- 
cir sino  que  todavía  se  debe  procurar  con  el  prior  y  cónsu- 
les de  Burgos  lo  que  os  habemos  scripto;  y  la  carta  para 
el  rey  no  se  olvidó,  sino  que  no  mandamos  screbir  sino  á 
solo  nuestro  embajador. 

En  lo  que  toca  al  pan  de  las  iglesias,  monesterios  y  lu- 
gares que  está  detenido,  proveeréis  que  luego  se  desemba- 


411 

race  todo  ello,  pues  no  se  lia  de  formar  ejércilo;  y  por  la 
misma  causa  no  es  menester  lo  que  decís  que  se  podria  ha- 
ber de  Salvatierra. 

En  lo  del  capitán  Villaturiel  he  visto  lo  que  screhis  de 
vuestra  mano  ,  y  parésceme  que  lo  decís  y  consideráis  muy 
breve,  y  la  cosa  está  ya  tan  púhlica ,  que  no  es  razón  ni 
conviene  dejallo  así  ni  disimularlo,  y  por  esto  habernos  en- 
viado comisión  á  don  Sancho  de  Leiva  y  al  corregidor  de 
la  provincia,  para  que  ambos  hagan  información  de  lo  que 
cerca  de  esto  pasa ,  y  averigüen  la  verdad  de  ello ,  y  asi- 
mismo de  lo  que  los  de  San  Sebastian  diz  que  hicieron  con 
una  de  las  cintinelas  que  hacían  la  guarda  en  la  muralla, 
y  con  otros  dos  soldados,  y  nos  la  envíen.  Vista  la  dicha  in- 
formación ,  mandaremos  proveer  en  lo  uno  y  en  lo  otro  lo 
que  convenga. 

El  memorial  que  nos  enviastes  del  artillería,  pólvora  y 
municiones  que  hay  en  San  Sebastian  y  Fuenterrabía,  ha- 
bernos visto,  y  ya  teníamos  acá  relación  mas  particular  de 
lo  que  en  aquellas  plazas  hay. 

En  lo  del  convenio  entre  los  de  la  provincia  y  Labort, 
don  Sancho  de  Leiva  nos  ha  scripto  lo  que  en  esto  ha  pa- 
sado ,  y  le  respondemos  que  se  haga,  viniendo  los  franceses 
en  alzar  la  vieda  y  saca  del  pan  por  mar  y  por  tierra,  por- 
que de  otra  manera  no  convernia. 

A  lo  demás  de  vuestras  cartas  no  hay  que  responder, 
sino  que  pues  lo  desas  fronteras  de  Navarra  y  Guipúzcoa  no 
se  debe  temer  por  este  invierno  por  las  causas  que  os  ha- 
bernos scripto,  ni  hay  necesidad  de  formar  ejércilo,  no  será 
menester  que  uséis  mas  del  cargo  de  capitán  general,  pues 
}cndo  como  voy  á  Zaragoza,  si  algo  se  ofresciere,  de  allí 
podré  mandar  proveer  lo  que  conviniere,  y  así  podréis  ha- 
cer volver  luego  al  contador  Ortiz  y  á  Corral,  porque  no 


412 

gocen  mas  del  salario  que  por  razón  de  esto  llevan. — De 
Monzón  á  6  de  octubre  de  1542. 

Después  de  esta  scripta,  visto  que  el  príncipe  Doria  es 
llegado  á  Rosas,  me  he  resuelto  de  ir  á  Barcelona,  para  co- 
municar con  él  las  cosas  que  se  ofrescen;  y  placiendo  á  Dios, 
partiré  de  aquí  el  lunes  ó  el  martes  primero ,  para  ser  en 
aquella  ciudad  el  sábado  ó  domingo  adelante ;  y  así  lo  scri- 
Lo  al  dicho  príncipe  para  que  se  venga  allí,  y  al  iluslrísimo 
príncipe  mi  hijo  mandamos  ir  á  Zaragoza  á  ser  jurado  en 
aquella  ciudad,  y  después  verná  á  Barcelona  á  hacer  lo  mis- 
mo.— Dataut  supra.— Yoelrey. — Con  rúbrica.  —Vázquez. 
— Con  rúbrica. 

Sobre, — ^Por  el  rey. — Al  condestable  de  Castilla,  su  pri- 
mo y  capitán  general. 


Copia  de  lo  que  se  provee  por  la  provincia  en  lo  de  los  cua- 
trocientos hombres. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—  G  48,  fol.  154. 

Yo  Juan  de  Álava,  diputado  general  de  esta  provincia 
de  la  ciudad  de  Vitoria  é  hermandades  de  Álava ,  fago  sa- 
ber á  vos  el  alcalde  de  la  hermandad,  procurador  é  vecinos 
y  moradores  en  la  hermandad  de  (1)  que  por  car- 

las  del  condestable  de  Castilla  é  capitán  general  de  S.  M.  y 
del  visorey  de  Navarra,  y  de  don  Sancho  de  Leiva  capitán 
general  de  Fonterrabía,  he  sabido  que  los  franceses  que  ve- 
nían la  vuelta  de  Bayona  y  Navarra  se  han  retirado  á  la 
villa  de  Narbona,  por  manera  que  los  dichos  señores  man- 

(1)  Hay  un  claro. 


415 

daban  que  la  gente  desla  provincia  no  mueva  fasta  tanto 
que  otra  cosa  se  provea,  lo  cual  visto,  y  el  daño  é  gasto  que 
se  siguiera  en  la  tener  junta ,  se  acordó  que  lodos  los  solda- 
dos que  de  la  dicha  provincia  están  juntos ,  vayan  cada  uno 
á  su  liermandad,  y  estén  prevenidos  y  apercibidos  con  el 
sueldo  y  socorro  de  vestidos  que  tienen  rescibido  é  sus  ar- 
mas, como  hoy  lo  están,  sin  romper  ni  gastar  los  vestidos  ni 
dineros  ni  armas,  y  estén  á  punto  para  que  cuando  quiera 
que  fueren  llamados,  puedan  salir  á  acabar  de  cumplir  el 
servicio  comenzado. 

Otrosí,  por  cuanto  hay  algunos  que  van  en  esta  jornada 
é  van  por  otros,  y  los  tales,  puesto  que  gocen  del  partido  y 
dineros  que  los  que  los  enviaron  les  dieron,  pero  ni  por  eso 
dejan  destar  obligados  á  tener  el  sueldo  principal  y  vestidos 
y  armas  en  pié  y  estar  apercibidos  como  los  otros. 

Otrosí,  por  cuanto  está  repartido  é  mandado  coger  la  se- 
gunda paga  desta  dicha  gente,  y  que  con  ella  se  acudiese  ú 
los  procuradores  de  Vitoria  é  Salvatierra,  se  ha  acordado  que 
no  base  de  se  coger,  y  se  ponga  en  manos  de  una  persona  de 
confianza  de  cada  una  hermandad,  para  que  esté  de  mani- 
fiesto para  el  dia  que  conviniere  hacer  la  paga:  por  ende 
yo  vos  mando  que  veáis  lo  susodicho  y  lo  hagáis  guardar  y 
complir  como  arriba  se  contiene,  so  pena  de  diez  mili  mara- 
vedises á  cada  uno  que  lo  contrario  hiciere  para  las  cosas 
é  gastos  de  la  dicha  guerra,  en  fé  de  lo  cual  va  el  presen- 
te mandamiento  firmado  de  mi  nombre  y  etc.  (1) 

(1)  Asi  acaba  este  documento. 


414 


Ctzrta  origmal  de  Pedro  de  Igiieldo  al  condestable  de  Casti- 
lla, fecha  en  San  Sebastian  á  ií  de  octubre  do  1542. 

Agradécele  la  noticia  que  le  había  dado  sobre  la  retirada  del  ene- 
migo.— Conciertos  que  piden  los  franceses  fronterizos,  y  diíi- 
cultades  que  se  oponen  á  su  celebración. — Carestía  de  manteni- 
mientos. :'■'  -    " 

Biblioteca  Nacio7ial.—Sala  de  MSS.—G  48,  foL  272. 

Ilustrísimo  é  muy  escelente  señor:  La  carta,  que  vues- 
tra señoría  ilustrísima  me  escribió  de  la  Puebla  de  Argan- 
zon  á  nueve  del  presente,  rcscibí ,  y  con  ella  muy  grandísi- 
mo gozo  y  placer,  tanto  que  por  carta  ni  por  letras  no  lo 
, podría  decir,  y  así  lo  ha  habido  todo  este  pueblo  con  la  mer- 
ced que  vuestra  señoría  les  ha  hecho  en  escribirles  tan  bue- 
na nueva.  Los  franceses  han  hecho  una  de  sus  jornadas  y 
esperamos  en  Dios  que  el  emperador  y  rey  nuestro  señor  y 
•vuestra  señoría  y  ilustrísima  como  su  capitán  general,  les 
harán  pagar  y  ejecutarán  en  sus  personas  y  bienes  el  atrevi- 
miento que  han  tenido  de  venir  á  Perpiñan.  Los  franceses 
desta  frontera  están  mansos  y  piden  convenios  con  esta'pro- 
vincia,  como  los  habia  en  las  dos  guerras  pasadas,  y  hasta 
agora  no  se  ha  hecho  nada,  porque  al  señor  don  Sancho  no 
le  ha  parecido  que  se  debían  de  hacer  salvo  con  ciertas  con- 
diciones que  ha  dicho  y  declarado,  á  lo  cual  los  franceses 
no  han  querido  venir  según  se  dice;  é  así  en  estas  fronteras 
hay  ya  gran  falta  de  trigo  y  de  carnes,  y  no  sabemos  de  don-^ 
de  se  pueda  proveer,  de  manera  que  habrá  trabajo  adelante 
si  alguna  providencia  no  se  hace:  plega  á  Nuestro  Señor 
que  lo  remedie  como  él  sea  mas  servido.  E  porque  creo  que 
á  vuestra  señoría  habrán  acudido  algunos  pueblos  desta 


415 

provincia  sobre  este  mismo  caso,  y  Ic  iiabrán  hecho  relación 
de  lo  que  hay,  yo  ceso  de  escribir :  todavía  enviaré  á  vues* 
Ira  señoría  la  copia  de  los  asientos  que  habia  en  las  guer- 
ras pasadas,  entre  esta  provincia  é  Vizcaya  y  Cuatro  Villas 
de  la  costa  de  la  mar  con  Labort,  San  Juan  de  Luz  y  Ba- 
yona, que  por  estar  de  priesa  este  mensajero,  no  los  invío 
con  él. — A  vuestra  señoría  iluslrísima  beso  los  pies  por  la 
memoria  que  ha  tenido  de  escribirme  y  por  todo  lo  que  en 
su  letra  me  ha  escripto ,  que  es  merced  muy  grande  para 
mí,  y  así  suplico  á  vuestra  señoría  se  mande  servir  de  mi 
pobre  persona  como  del  mas  mínimo  criado  de  su  casa. — 
Nuestro  Señor  la  ilustrísima  é  muy  excelente  persona  de 
vuestra  señoría  tenga  en  su  guarda  su  vida  y  gran  estado 
acreciente  gomo  desea. — En  San  Sebastian  á  íl  de  octu- 
bre.— Ilustrísimo  señor. — De  V.  S.  ilustrísima  muy  cierto 
servidor  que  sus  pies  é  manos  besa. — Podro  de  Igueldo.-— 
Con  rúbrica. 

Sobre.-^X\  ilustrísimo  é  muy  excelente  señor  el  señor 
condestalile  de  Castilla,  duque  de  Frias,  conde  de  Haro, 
capitán  general  de  S.  M.  en  eslos  sus  reinos  etc. 


Carta  autógrafa  de  Alonso  Suarez  Sedeño  al  condestable 
de  Castilla,  fecha  en  Azcoitia  á  51  de  octubre  de  1542. 

Noticia  de  las  guarniciones  que  hay  en  Bayona,  y  estado  de  alar- 
ma en  que  se  halla  toda  Ja  frontera. — Conveniencia  de  suspen- 
der todo  concierto  con  franceses. 

Biblioteca  Nacional—Sala  de  MSS.—G  48,  fol  274. 

Ilustrísimo  señor:  Ayer  escribí  á  V.  S.  ilustrísima  lo 
que  habia  que  avisar;  y  de  causa  que  el  licenciado  Ama- 
dor me  habia  scripto  que  V.  S.  ilustrísima  tenia  algunos 


avisos  que  gente  eslrangcra  venia  á  Bayona,  enviamos  un 
hombre  principal  al  paso,  para  que  tuviese  intiligencia  de 
la  gente  que  habia  en  Bayona  y  en  las  fronteras ,  y  ha  ve- 
nido á  esta  hora  y  dice  que  cu  Bayona  hay  las  guarnicio- 
nes ordinarias,  y  en  toda  la  frontera  no  hay  más  de  que 
están  levantados  los  fronterizos  como  nosotros.  De  esto  V.  S. 
iluslrísima  estará  cierto  de  la  verdad.  Bien  tengo  cierto 
que  retirado  el  ejército  de  Perpiñan,  que  se  dividirá  por 
fronteras,  para  repartir  la  fatiga  y  dárnosla  si  pudiere,  cuan- 
do hubiere  tiempo,  si  piensa  hacer  guerra  adelante;  por  tan- 
to si  á  V.  S.  ilustrísima  le  paresciere,  será  bien  que  escriba  á 
don  Sancho  que  traya  suspensos  los  convenios,  porque  por 
los  tratos  dellos  se  descubrirán  sus  pensamientos  y  la  volun- 
tad que  tienen,  y  yo  ansí  se  lo  entiendo  de  escrebir,  man- 
dándolo V.  S.  Nuestro  Señor  la  ilustrísima  persona  de  V.  S. 
guarde  y  dé  acrescentamiento  de  estado. — De  Azcoitia,  pos- 
trero de  octubre. — Ilustrísimo  señor. — Besa  las  manos  de 
V.  S.  iluslrísima. — Alonso  Suarez  Sedeño. — Con  rúbrica. 
Sobre, — Al  ilustrísimo  señor  mi  señor  don  Pedro  Fer- 
nandez de  Velasco,  condestable  de  Castilla,  capitán  gene- 
ral, etc. 


•  rf\/\f\f\M'      ■ 


RELACIÓN 

DEL  VIAGE  QUE  HA  HECHO    DESDE  EL  PUERTO  DE   LA   CORÜÑA  LA 

ARMADA  REAL  DE  S.  M.,  QUE  ES  GENERAL  EL  DUQUE  DE  MEDINA 

SIDONIA  ,  Y  LO  QUE  EN  ÉL  LE  HA  SUCEDIDO. 

En  el  tomo  XÍVde  nuestra  Colección  publicamos  un  Diario  de  la  ar- 
mada Invencible,  que  comienza  en  22  de  julio  de  1588  y  termi- 
na el  7  de  agosto  del  mismo  año ,  cuyo  documento  se  conserva, 
escrito  de  letra  coetánea,  en  el  archivo  del  Excmo.  señor  mar- 
qués de  Villafranca.  La  Relación  que  tenemos  á  la  vista  de  aquel 
mismo  suceso,  y  de  que  existe  copia  en  el  archivo  general  de  Si- 
mancas, apenas  difiere  del  mencionado  Diario,  pues  principian 
por  lo  regular  y  concluyen  todos  los  párrafos  del  mismo  modo, 
consistiendo  solo  en  algunas  palabras  las  variantes  que  resultan 
de  su  confrontación.  Esta  circunstancia  nos  retrae  de  publicar  ín- 
tegra Ja  presente  relación,  haciéndolo  solo  de  la  última  parte,  que 
comprende  desde  el  8  de  agosto  jhasta  el  20  del  mismo,  con  la 
cual  se  completa  el  diario  de  Villafranca. 

Archivo  general  de  Simancas. — Estado. — Legajo  y  núm.  431. 

(Copia.) 

Lunes  8  al  amanecer ,  viendo  el  duque  que  su  arma- 
da iba  muy  delante,  y  que  el  enemigo  venia  á  todas  ve- 
las ,  desancoró  por  recoger  su  armada  y  procurar  tornarla 
al  puesto  que  habia  lenido.  El  viento  vino  refrescando  al 
norueste,  que  es  travesía  desta  costa,  y  el  armada  enemi- 
ga que  tenia  156  bajeles,  cargando  con  tanta  priesa  con 
el  favor  de  la  marea  y  viento,  que  el  duque  que  iba  de  re- 
taguardia, viendo  que  si  arribaba  á  recogerse  con  su  arma- 

TüMO  XLUL  27 


418 

da,  la  perdería  por  ir  ya  muy  cerca  de  los  bancos  de  Dun- 
querque,  según  le  decían  los  pilólos  flantiencos  que  llevaba 
consigo,  determinó,  á  trueque  de  salvarla,  bacer  rostro  á 
toda  el  armada  del  enemigo,  y  así  volvió  dándoles  el  cos- 
tado, liaciendo  espaldas  á  su  armada,  enviando  con  pala- 
cbes  á  avisarles  que  se  tuviesen  á  orza,  porque  iban  ya  so- 
bre los  bancos  de  Dunquerque.  La  capitana  del  enemigo 
con  la  mayor  parte  de  su  armada  empezó  á  dar  carga  á 
nuestra  capitana  desde  que  amaneció  con  gran  furia  de  ar- 
tillería, arrimándosele  á  tiro  de  mosquete,  y  algunas  veces 
de  arcabuz,  y  duró  la  carga  que  le  dieron  hasta  las  tres 
de  la  tarde,  sin  cesar  un  punto  de  batirla,  ni  torcer  la  ca- 
pitana de  la  proa  que  llevaba,  basta  que  sacó  el  armada  de 
los  bancos ;  y  fué  siempre  el  galeón  Sant  Marcos  en  que  iba 
el  marqués  de  Peñafiel  junto  á  la  capitana.  La  galeaza  ca- 
pitana no  pudiendo  seguir'nuestra  armada,  se  fué  la  vuel- 
ta de  Cales,  y  encalló  á  la  entrada  del  puerto,  siguiéndola 
algunos  bajeles  del  enemigo.  Créese  que  la  socorrieron  del 
castillo  de  Cales  con  la  artillería,  y  que  se  salvó  la  gente. 
Don  Alonso  de  Leiva  y  Juan  Martínez  de  Recálele,  y  la  ca- 
pitana de  Oquendo,  y  lodos  los  bajeles  de  los  maestres  de 
Campo,  castellanos  y  portugueses ,  y  la  capitana  de  Diego 
Florez ,  y  la  de  Bretendona ,  y  el  galeón  Sant  Juan  de  Die- 
go Florez,  en  que  iba  don  Diego  Enriquez,  y  Sant  Juan 
de  Sicilia  en  que  liba  don  Diego  Tellez  Enriquez,  sustenta- 
ron la  carga  del  enemigo  todo  lo  posible,  y  dp  manera  que 
quedaron  todos  estos  bajeles  muy  mal  parados,  y  casi  sin 
poder  hacer  mas  resistencia,  y  los  mas  ya  sin  balas  que  ti- 
rar. Don  Francisco  de  Toledo  cerró  por  la  retaguardia  con 
los  enemigos.  Procurando  abordar  ,  volvieron  sobre  él  ca- 
ñoneándolo de  manera  que  le  Irayan  apretado.  Don  Diego 
Pimeutel  le  entró  á  socorrer,  y  á  entra mb  os  los  apretaban 


419 

mucho;  viéndolo  Juan  Martínez  de  Recaído,  los  socorrió  con 
don  Agustin  Mcsía,  y  los  sacaron  desla  apretura.  Con  todo 
esto,  volvieron  otra  vez  estos  dos  bajeles  á  mezclarse  con 
el  enemigo,  y  el  de  don  Alonso  de  Luzon  y  Santa  María 
de  Begoña ,  en  que  iba  Garibay,  y  Sanl  Juan  de  Secilia,  en 
que  iba  don  Diego  Tellez  Enriquez,  cargaron  los  enemigos 
con  muchos  bajeles  de  los  gruesos,  cercándolos  por  todas 
partes.  A  don  Francisco  de  Toledo,  y  á  don  Diego  Pimentel, 
y  á  don  Diego  Tellez  Enriquez ,  llegaron  casi  á  abordarlos 
sin  aferrar,  combatiéndolos  con  artillería,  y  los  nuestros  de- 
fendiéndose con  la  arcabucería  y  mosquetería  por  estar  tan 
cerca.  El  duque,  oyendo  la  arcabucería  y  mosquetería  que 
andaba  en  la  retaguardia,  no  pudiendo  descubrir  desde  la 
gavia  por  el  humo  lo  que  era ,  mas  de  verse  dos  bajeles 
nuestros  entre  los  enemigos,  y  que  después  que  dejaron 
nuestra  capitana  cargaba  allí  toda  la  armada  enemiga, 
mandó  virar  la  capitana  á  socorrerlos,  con  estar  tan  mal 
parada  de  cañonazos  entre  dos  aguas  ,  que  en  ninguna 
manera  podia  estancar  el  agua  ,  y  casi  desaparejada  de 
las  jarcias  que  le  habían  cortado.  Con  todo  esto  viendo  el 
enemigo  que  nuestra  capitana  se  iba  acercando,  dejaron 
los  bajeles  que  combatían,  que  eran  el  de  don  Alonso  de 
Luzon  y  el  de  Garibay,  el  de  don  Francisco  de  Toledo,  el 
de  don  Diego  Pimentel,  y  el  de  don  Diego  Tellez  Enriquez; 
estos  tres  últimos  estaban  mas  adentro ,  y  fueron  mas  com- 
batidos; quedaron  lodos  deshechos  y  sin  poder  ser  de  pro- 
vecho, habiéndoles  muerto  y  herido  casi  toda  la  gente, 
aunque  el  de  don  Diego  Tellez  Enriquez  quedó,  para  poder 
seguirnos,  muy  mal  parado.  El  duque  recogió  su  armada, 
y  el  enemigo  hizo  lo  mismo.  Ordenó  el  duque  que  fuesen 
pataches  á  sacar  la  geníe  de  Sant  Phelipe  y  Sant  Mateo;  sa- 
cóse toda  la  gente  de  Sant  Maleo  en  los  pataches ,  y   den 


420 

Diego  Pímenlcl  do  quiso  desamparar  el  bajel,  y  envió  al 
duque  íi  ñon  Rodrigo  de  Bibero  y  don  Luis  Vanegas,  para 
qwe  mandase  enviar  alguno  que  le  viese  si  estaba  para  po- 
der navegar;  el  duque  envió  «n  piloto  y  «n  buzo  desle  ga- 
león con  quedar  con  mucho  riesgo  sin  él;  y  por  ser  ya 
i«rde  y  haber  mucha  mar,  no  pudieron  llegar  á  Sant 
Uíiíeo,  mas  de  que  le  vieron  de  lejos  aquella  noche  ir 
hacia  Geíanda.  E!  galeón  Sanl  Phelipe  se  arrimó  á  la  urca 
Doncella  en  que  entró  toda  la  gente,  y  estando  don  Fran- 
cisco en  ella,  dieron  voces  que  la  urea  se  iba  á  fondo,  y 
eí  capitán  Juan  Poza  de  Sanliso  saltó  en  San  Filippe,  y  lo 
mismo  hizo  don  Francisco  de  Toledo,  que  fué  gran  desgra- 
cia, porque  no  fué  verdad  irse  la  urca  á  fondo,  y  don  Fran- 
cisíío  se  fué  en  Sant  Filippe  la  vuelta  de  Gelanda,  habien- 
do dicho  ai  duque  que  él  y  toda  su  gente  quedaba  en  salvo 
en  fa  urca  Doncella.  La  mareta  era  tanta  qiie  no  se  pudo  ha- 
cer otra  cosa  ni  daba  lugar  á  remediar  los  cañonazos  que 
tenia  !a  capuana,  con  que  estuvo  á  riesgo  de  perderse.  El 
duque  deseó  este  dia  volver  con  toda  la  armada  sobre  el 
enemigo  por  no  salir  de  la  canal.  Los  pilotos  le  dijeron  que 
era  imposible,  porque  tenian  la  marea  y  viento  contrario  en 
el  norueste,  travesía  en  aquella  costa,  y  que  era  forzoso  sa- 
lir al  mar  del  norte  ó  dar  con  toda  el  armada  en  los  ban- 
cos, y  así  no  se  pudo  excusar  en  ninguna  manera  la  salida 
déla  canal,  quedando  casi  todos  los  bajeles  nuestros  de 
confianza  muy  mal  parados  y  sin  poder  hacer  resistencia, 
así  por  los  cañonazos  que  habian  recibido,  como  por  no 
lener  ya  balas  de  artillería  con  que  tirar. 

Martes  9,  víspera  de  San  Lorenzo,  á  las  dos  horas  de  la 
mañana  reforzó  el  tiempo  de  manera  que  con  ir  á  orza  to- 
do lo  posible  nuestra  capitana,  vino  á  descaecerse  á  la  cos- 
ía de  Gelanda,  habiendo  procurado  entretenerse  para  tor- 


421 

nar  á  entrar  en  la  canaL  Ai  amaiiesecr  fué  calmando  mas  el 
viento  norueste,  y  la  armada  del  enemigo  eon  109  bajeles 
paresció  por  nuestra  popa  poco  mas  de  media  legua.  Hues- 
ti'a  capitana  quedó  de  retaguardia  con  Juan  Maríinex  ds 
llecalde  y  don  Alonso  de  Leiva,  y  las  galeazas  y  el  galeoa 
San  Mareos  y  San  Juan  de  Diego  Florez.  Estando  lo  danés 
de  nuestra  armada  lejos  y  muy  á  solaviento,  los  iiajelesdel 
enemigo  vinieron  la  vuelta  de  nuestra  capitana,  la  eiaal  se 
puso  á  la  trinca,  y  las  galeazas  se  atravesaron,  y  los  demás 
bájele?  que  estaban  de  retaguardia  haeierido  rosti'o,  con  que 
el  enemigo  se  fué  quedando.  El  duque  tiró  dos  piezas  á  re- 
coger su  armada,  y  envió  un  palaelie  con  un  piloto,  avisán- 
doles que  se  hiciesen  á  orza,  porque  estaban  muy  cerca  de 
dar  en  los  bancos  de  Gelanda ,  lo  cual  fué  causa  que  no  se 
arrimasen  mas  los  enemigos,  por  ver  que  nuestra  armiidí 
iba  perdida,  porque  los  pilotos  que  el  duque  llevaba,  |í3áli- 
cos  de  la  costa,  le  dijeron  á  esle  tiempo  que  no  era  posible 
salvarse  bajel  ninguno  de  la  armada,  porque  iba  loda  sia 
remedio  á  dar  en  los  bancos  de  la  costa  de  GelaaJa,  coa  el 
viento  que  corria  que  era  norueste,  y  íjue  solo  Dios  lo  podia 
remediar.  Estando  en  este  peligro  y  tan  sia  géiiam  de, re- 
medio y  á  seis  brazas  y  media  de  agua,  fué  Dios  servid»  de 
mudar  el  viento  al  oes  suduesle,  eco  que  fue  saliendo  el  ar- 
mada al  norte  sin  peligrar  ningún  bajel,  con  el  aviso  que  el 
duque  envió  con  los  pataches  de  que  siguiesen  la  capilíMia, 
porque  de  otra  manera  dieran  en  los  bancos  de  Gelanda. 
Esta  tarde  llamó  el  duque  á  los  generales  y  á  don  AIojíso 
de  Leiva  para  resolver  lo  que  debia  de  hacerse,  y  propo- 
niendo el  duque  el  estado  del  armada  y  la  f¿ilta  que  li.ibia 
de  balas  de  artillería ,  porque  todos  los  bajeles  de  imporlaii- 
cia  se  las  enviaban  á  pedir,  les  dijo  qué  dijesen  si  era  biea 
volver  á  la  canal  de  Inglaterra  ó  volver  por  el  mar  ád  JMor- 


422 

te  á  España,  pues  del  duque  de  Parma  no  habia  aviso  que 
pudiese  salir  tan  presto.  Todos  los  del  consejo  se  resolvieron 
en  que  se  volviese  á  la  canal  si  el  tiempo  diese  lugar 
para  ello,  y  sino  que  obedesciendo  al  tiempo,  se  volvie- 
se por  el  mar  del  Norte  á  España,  atento  que  en  el  ar- 
mada habia  tanta  falla  de  todas  las  cosas  necesarias  ,  y  es- 
tar, desaparejados  los  bajeles  que  hasta  agora  hablan  hecho 
resistencia.  El  viento  fué  siempre  creciendo  en  el  susudoes- 
te,  y  así  el  duque  fué  alargándose  á  la  mar  siguiéndole  to- 
da el  armada  del  enemigo.  El  duque,  en  lo  que  fué  pelear 
con  la  capitana,  volver  á  socorrer  y  sustentar  los  puestos 
que  tenia  ,  se  arrimó  al  parescer  del  maestre  de  campo  don 
Francisco  de  Bobadilla,  que  por  tener  experiencia  de  mu- 
chos años  de  haber  peleado  en  mar  y  tierra,  le  ordenó  en 
la  Coruña  que  se  pasase  del  galeón  San  Marcos  á  la  capi- 
tana que  llevaba  á  su  cargo  el  dicho  galeón,  y  él  dejó  al 
marqués  de  Peñafiel  que  iba  en  él  embarcado ,  que  no  qui- 
so pasar  á  la  capitana  por  los  caballeros  que  iban  en  él.  En 
lo  que  toca  al  gobierno  de  la  armada  y  la  mar,  siguió  el 
duque  el  parescer  del  general  Diego  Florez,  que  asimismo 
le  ordenó  que  pasase  á  la  capitana  por  ser  uno  de  los  mas 
antiguos  y  de  experiencia  en  las  cosas  de  la  mar. 

Miércoles  á  10,  yendo  caminando  nuestra  armada  con 
viento  sudueste  fresco  y  mar  grande,  el  armada  del  ene- 
migo nos  iba  siguiendo,  y  á  la  tarde,  amainando  la  furia  del 
viento ,  se  fué  el  enemigo  acercando  con  todas  velas  la  vuel- 
ta de  nuestra  retaguardia  :  y  viéndolo  el  duque  y  que  en  la 
retaguardia  iban  pocos  bajeles  con  Juan  Martínez  de  Recaí- 
do, amainó  las  velas  de  gavia  y  se  atravesó  aguardando  la 
retaguardia ,  y  tiró  tres  piezas  con  un  intervalo  de  tiempo 
la  una  de  la  otra,  para  que  nuestra  armada  que  iba  á  todas 
velas  amainase  y  se  atravesase,  aguardando  la  retaguardia 


y  su  capitana.  Lo  que  en  esto  hizo  nuestra  armada  dirá  don 
Baltasar  de  Zúñiga.  El  armada  del  enemigo,  viendo  que 
nuestra  capitana  se  habla  atravesado  y  que  las  galeazas  que 
iban  de  retaguardia  hablan  hecho  lo  mismo  y  hasta  doce  ba- 
jeles de  los  mejores  de  los  nuestros,  se  aira  veso  y  amainó 
sin  llegar  á  tirarnos.  Esta  noche  se  volvió  Juan  Acles  (1) 
con  su  escuadra. 

Jueves  á  i  i  se  fué  siguiendo  nuestro  viaje  con  el  mis- 
mo viento  fresco,  y  el  armada  del  enemigo  se  habla  que- 
dado lejos;  á  la  tarde  vino  con  todas  velas  la  vuelta  de  nues- 
tra armada  ,  y  se  contaron  los  bajeles  que  faltaban  de  Juan 
Acles,  y  tornaron  las  galeazas  á  atravesarse ,  y  la  capitana 
nuestra  aguardó ,  y  el  enemigo  hizo  alto  sin  llegar  á  tirar. 

Viernes  á  12  por  la  mañana  amanesció  el  armada  del 
enemigo  pegada  con  la  nuestra,  y  viendo  que  iba  junta,  y 
la  retaguardia  reforzada,  se  fué  quedando  y  caminando  la 
vuelta  de  Inglaterra  hasta  que  la  perdimos  de  vista. 

Todos  los  demás  dias  se  ha  ido  siempre  navegando  con 
el  mismo  viento  hasta  salir  de  la  canal  del  mar  de  Norue- 
ga, sin  ser  posible  volver  á  la  canal  de  Inglaterra,  aunque 
se  quisiera,  hasta  hoy  á  los  20  de  agosto,  que  habiendo  do- 
blado las  islas  últimas  de  Escocia  al  Norte,  se  va  navegan- 
do con  las  Nordeste  la  vuelta  de  España. 

(i)  Ades  dice  el  diario  de  Villafranca.  Véase  el  tomo  XIV  de 
esta  colección ,  pág.  459. 


■♦-««S3:&*-»- 


CARTAS 

de  don  laan  de  Silva,  conde  de  Portalegre,  á  los  reyes  Felipe  11  y  Fe- 
lipe III,  y  á diferentes  ministros,  sobre  materias  diplomá- 
ticas, desde  1SI9  hasta  1601, 


Estas  cartas,  que  se  conservan  entre  los  IVISS,  de  la  Biblioteca  Na- 
cional, copiadas  de  letra  del  siglo  XVII,  pueden  servir  de  conti- 
nuación á  la  correspondencia  del  mismo  conde ,  que  se  publicó  en 
los  tomos  39  y  40  de  esta  Colección. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S.  M.,  fecha  en 
enero  de  1579. 

pa  su  parecer  acerca  de  la  conveniencia  de  concertar  una  tregua 
con  el  turco. 

'     ^iblioieca  Nacional. -^Sala  de  MSS.—E  o4,  pL  41. 

SEÑOR. 

Por  ser  esta  materia  de  la  tregua  coq  el  turco  muy 
ardua  para  principiantes ,  vengo  á  pensar  que  la  mer- 
ced que  V.  M.  me  hace  de  mandarme  hablar  en  ella,  re- 
sulta de  haber  creido  que  puedo  traer  de  Berbería  alguna 
noticia  de  las  cosas  de  Levante,  y  la  verdad  es  que  no 
traigo  ninguna;  porque  las  heridas  me  embarazaron  de 
manera  el  liempo  que  estuve  esclavo,  que  aunque  le  pasa- 


425 

ra  en  Gonstanlinopla,  perdiera  la  curiosidatL  Mucho  alivio 
me  diera  escrebir  esta  en  Madrid,  donde  tuviera  comodi- 
dad de  informarme  de  lo  que  ignoro,  y  de  preguntar  sobre 
la  relación  que  se  me  envió;  lo  que  me  falta  es  bien  es- 
curo. 

Son  tan  grandes  y  tan  naturales  enemigos  el  rey  de 
Espafia  y  el  turco,  que  cualquiera  trato  de  confederación 
entre  ellos  admira  el  mundo;  y  por  otra  parte,  tales  causas 
pueden  concurrir ,  que  no  solo  la  justifiquen  cuanto  á  la  pru- 
dencia, sino  también  cuanto  á  la  religión;  y  como  las  que 
V.  M.  ha  tenido  no  se  me  han  declarado,  no  puedo  hablar 
sino  adivinando  en  toda  la  materia.  Presupuestas  todas  es- 
tas dificultades  (que  atranco),  por  obedecer  á  V.  M.,  diré 
brevemente  lo  que  me  ocurre  con  toda  humildad  y  su- 
misión. 

Imagino  que  no  podiendo  V.  M.  asegurar  las  tierras 
marítimas  de  la  iglesia  y  las  suyas  con  las  armas,  por  te- 
nerlas ocupadas  en  Flándes,  las  quiere  asegurar  con  la 
tregua,  quitando  á  sus  enemigos  la  comodidad  de  traer  al 
turco  á  las  marinas  de  Italia,  para  divertir  las  fuerzas  de 
V.  M.  Gomo  estas  se  emplean  en  servicio  y  aumento  de  la 
religión  católica  y  verdadera,  no  solamente  será  lícita  si- 
no religiosa  y  santa  la  tregua  que  impide  semejante  di- 
versión. 

La  razón  que  hace  lícita  la  tregua,  la  hace  también 
conveniente  y  útil;  porque  con  la  diversión  de  las  fuerzas 
de  Flándes,  se  quitarían  los  medios  de  sujetar  y  reducir  á 
la  obediencia  y  servicio  de  V.  M.  los  vasallos  rebeldes  de 
aquellos  Estados,  que  con  tanta  obstinación  desobedecen  y 
resisten  á  su  príncipe  y  señor  natural. 

El  turco  pienso  que  se  mueve  por  la  misma  causa  de 
asegurarse  también  las  espaldas  para  acudir,  con  la  pujan- 


426 

za  entera  á  las  fronteras  de  Persia  que  le  inquieta  el  Sofí, 
y  á  que  se  puede  ponderar  que  no  se  pudiendo  V.  M.  y  él 
ofender  por  tierra,  respeta  tanto  el  poder  de  V.  M.,  que 
aunque  tiene  mayor  fuerza  de  galeras  en  el  mar  Mediter- 
ráneo, no  se  osa  apartar  de  las  marinas  de  Grecia,  sin  ase- 
gurarse con  la  suspensión  de  armas. 

De  lo  dicho  se  puede  colegir,  que  nos  estará  bien  la 
tregua  por  todo  el  tiempo  que  las  guerras  de  Flándes  nos 
ocuparen,  pues  durando  ellas,  no  será  posible  ofender  al 
turco  en  sus  tierras,  aunque  sea  parle  de  las  marinas,  y 
nosotros  nos  podemos  asegurar  que  no  baje  á  las  de  Ilaüa; 
y  aunque  esté  ocupado  en  Persia,  solo  habrá  que  considerar 
si  podríamos  prometernos  que  observara  la  que  ofreciere. 

Aunque  es  cierto  que  no  suelen  ellos  guardar  la  pala- 
bra ,  parece  cuanto  á  este  punto,  que  pues  no  tenemos  co- 
modidad para  ahora  ofenderle,  no  debemos  dejar  de  hacer 
ahora  la  tregua,  por  sospechas  de  que  la  romperá;  porque 
cuando  peor  lo  haga  quedaremos  como  estamos ,  habiendo 
ganado  todo  el  tiempo  que  tardare  en  romper,  cuanto  mas 
que  no  faltan  indicios  de  que  observará  lo  que  asentare;  'por- 
que há  muchos  dias  que  se  comenzó  la  plática,  y  no  han 
hecho  en  tanto  tiempo  mudanza  ninguna  de  lo  que  al  prin- 
cipio dijeron. 

Otra  buena  señal  es  la  igualdad  que  han  ofrecido,  con 
que  muestran  la  estima  de  la  grandeza  de  V.  M.,  que  no 
es  poco,  según  su  insolencia  y  la  costumbre  que  tienen  de 
capitular  aventajadamente  con  los  otros  príncipes;  y  así  pa- 
rece que  la  negociación  va  bien  guiada,  y  que  terna  buen 
efecto  y  durable. 

Está  bien  advertido  lo  que  se  ordenó  á  don  Juan  de  Ro- 
caful,  sobre  lo  que  Marliano  habia  escrito  por  hcbrero  del 
año  pasado,  y  va  tan  poco  diferente  de  lo  que  ofreció  al 


427 

bajá,  que  es  de  creer  se  compornán  aquellas  dudas  que  ne 
miran  á  la  sustancia,  sino  á  los  accidentes  del  negocio. 

Tuvo  don  Juan  razón  de  querer  saber  si  se  desavernán 
sobre  aquel  punto  de  las  dos  capitulaciones  que  se  han  de 
hacer,  nombrando  en  la  una  primero  á  V.  M.,  y  en  la 
otra  al  turco,  para  saber  la  igualdad.  Punto  es  tan  subs- 
tancial, que  si  por  alguno  de  cerimonia  se  ha  de  descon- 
certar el  negocio,  se  podria  escoger  este  para  ello;  pero  la 
regla  común  de  la  discordia  que  hay  entre  la  honra  y  el 
provecho,  no  alcanza  en  lleno  á  los  principes,  los  cuales 
muchas  veces  de  provecho  sacan  honras;  y  así  soy  de  pa- 
recer que,  si  V.  M.  entiende  que  al  estado  presente  de  sus 
cosas  conviene  mucho  la  tregua,  se  ordeno  á  los  que  la  tra- 
tan ,  que  habiendo  insistido  en  lo  de  las  dos  capitulaciones 
por  los  medios  posibles,  cuando  vean  que  no  lo  es  de  con- 
seguirlo, no  lo  dejen  por  esto  solo,  y  busquen  algún  desvío 
para  dar  á  entender  que  por  la  manera  que  se  asienta ,  se 
guarda  también  la/  igualdad;  porque  mayores  barrancos  se 
atraviesan  en  hacer  treguas  con  el  turco,  que  en  disimular 
una  cosa  destas. 

Es  muy  bien  que  se  haga  fuerza  en  el  punto  de  prohi- 
bir los  cosarios,  y  que  se  declare  que  hayan  de  ser  casti- 
gados con  todo  rigor;  porque  si  durante  la  tregua  no  pode- 
mos emprender  á  Argel,  cuajarse  há  de  ladrones,  y  aflo- 
jando la  costa  del  presidio,  lo  convertirán  en  fomentarlos 
y  fabricar  navios.  Por  el  contrario,  si  el  robo  se  les  prohi- 
be ,  Argel  parece  que  se  les  caerá  de  suyo;  porque  el  turco 
no  acostumbra  á  poner  dinero  de  su  casa  para  sustentar 
estas  plazas  de  Berbería ,  antes  las  arrienda ;  y  aunque  el 
gasto  es  grande,  todo  y  mucho  mas  sale  de  los  robos  de 
la  mar,  que  fallándoles,  no  sé  como  podrán  vivir  allí,  ma- 
yormente si  no  se  les  concede  el  comercio. 


428 

A  lo  que  V.  M.  pregunla  cerca  de  comprender  al  rey 
de  Portugal  en  la  amistad  del  xarifc,  yo  no  veo  inconve- 
niente en  ello,  haciéndose  por  nuestra  mano;  pues  el  xari- 
fe  queda  en  general  atado  para  no  le  ayudar  contra  nos- 
otros, y  no  queremos  nada  del  contra  Portugal;  y  asi  me 
parece  que  se  comprenda,  porque  también  impidirémos  que 
el  reino  se  concierte  con  él  á  solas.  Nuestro  Señor,  etc. 


Copia  de  carta  do  don  Juan  de  Silva  á  S.  M. ,  fecha  en  fe- 
brero de  1579. 


Dice  qué  calidades  ha  de  tener  la  persona  que  vaya  á  tratar  las  pa- 
ces con  el  xarife. 


Biblioteca  Nacional.^Sala de MSS—E 5.4,  fol.  231. 
S.  G.  R.  M. 

He  visto  la  carta  del  xarife  que,  en  su  modo  bárbaro,  os 
cuan  cortés  y  elegante  ellos  pueden  escribirla,  y  así  será 
justo  que  la  respuesta  de  V.  M.  sea  muy  sabrosa  y  agra- 
decida. 

Hablé  á  Luis  de  Marmol ,  y  por  cierto  que  me  parece 
hombre  de  bien  y  de  servicio;  mas  si  á  V.  M.  no  parece 
otra  cosa,  débese  de  inviar  hombre  de  más  suerte,  así  por 
beneficio  del  negocio,  como  porque  entiendo  que  de  Portu- 
gal envían  un  caballero,  y  concurriendo  juntos,  no  será  ra- 
zón que  exceda  en  la  calidad  á  la  persona  que  V.  M.  nom- 
brare; y  así  me  parece  que  vaya  algún  caballero  soldado, 
que  autorice  el  presente  y  trate  los  negocios  con  destreza  y 
fidelidad.  Aquí  los  debe  haber  convenientes.  Uno  solo  me 


4á9 

ücurre  que  no  se  donde  se  halla,  más  pienso  que  seria  muy 
á  propósito,  que  es  Francisco  de  Valencia,  por  ser  hombro 
de  entendimiento  y  platico  de  Berbería.  Déla  calidad  y  ar- 
le deste ,  entiendo  que  debe  ser  la  persona  que  hubiere  de 
ir  á  esta  comisión. 

Pregunté  á  Andrés  Corso  como  no  trae  creencia  para  él 
la  carta  del  xarife.  Responde  que  por  guardar  el  secreto  de 
la  paz,  de  sus  alcaides  y  secretarios,  y  que  él  dio  otra  carta 
del  xarife  á  V.  M.,  que  escribe  aquel  Marin  con  quien  Ma- 
luco habia  tratado  esta  plática,  y  que  en  ella  dice  que  en 
caso  que  V.  M.  quiera  que  se  trate  de  la  concordia,  vuelva 
el  Marin  allá,  y  no  sé  si  también  el  Corso,  y  que  esta  carta 
sirve  de  creencia ;  por  donde  parece  que  si  no  fuere  el  Corso, 
debe  ir  á  lo  menos  el  Marin  con  la  persona  que  V.  M.  invia- 
re,  porque  sirvirá  de  lengua,  y  es  muy  platico  de  la  tierra  y 
del  negocio. 

Los  capítulos  firmados  de  Maluco  que  dio  el  fraile  á 
V.  M.  me  han  espantado,  porque  todos  los  que  trataron 
con  él  destas  materias,  afirman  que  nunca  se  dobló  á  con- 
ceder sus  puertos  en  ningún  caso,  y  que  tampoco  lo  hará  en 
este;  porque  temeria  algún  motin  ó  rebelión  del  pueblo  y 
de  sus  deudos.  Para  penetrar  esto,  es  menester  que  yo  vea 
la  otra  capitulación  antecedente  que  trujo  el  Marin,  y  pien- 
so que  la  tiene  Antonio  Pérez  ,  y  también  hablar  en  esto  con 
el  fraile  si  V.  M.  me  da  licencia,  y  entendido  este  funda- 
mento, y  nombrada  la  persona  que  ha  de  ir  al  xarife,  se  le 
dará  con  facilidad  la  orden  que  convenga.  Nuestro  Sefior, 


430 


"^^ Instrucción  que  dio  S.  M,  á  Pedro  Venegas  de  Córdoba, 
cuando  le  envió  por  su  embajador  al  xarife^  ordenada, 
por  el  conde  de  Portalegre  en  abril  1579." 

Biblioteca  Nácional.—Sala  de  MSS^—E  M,  fol  i  12. 

Que  con  la  brevedad  posible  os  parláis  de  aquí  y  os  pon- 
gáis en  Cádiz,  y  con  la  misma  os  embarquéis  para  Zafi,  que 
es  una  jornada  de  Marruecos,  fletando  alguna  saetía  fran- 
cesa que  os  pasará  breve  y  seguramente. 

En  desembarcando ,  avisareis  al  xarife  de  vuestra  lle- 
gada ,  enviándole  á  pedir  licencia  para  ir  á  su  corte ,  y  en 
la  primera  audiencia  le  daréis  mi  carta,  diciéndole  en  virtud 
della,  que  yo  be  estimado  cuanto  es  razón  la  voluntad  que 
ha  mostrado  de  complacerme,  así  como  lo  be  entendido  por 
su  carta,  y  por  lo  que  Andrea  Corso  me  dijo  de  su  parte, 
y  principalmente  por  la  gran  liberalidad  y  cortesía  que  usó 
conmigo  en  concederme  el  real  cuerpo  del  rey  don  Sebas- 
tian mi  sobrino,  lo  cual  be  reputadp  por  obra  digna  de  un 
tan  gran  príncipe,  y  que  asimismo  recebí  mucbo  conten- 
tamiento de  que  tan  liberalmenle  bubiese  dado  libertad  á 
don  Juan  de  Silva,  y  en  reconocimiento  de  tan  buenas 
obras  y  de  su  buen  ánimo,  envío  á  darle  las  gracias  con 
un  presente  de  las  cosas  que  de  acá  be  entendido  que  le  se- 
rian gratas;  y  daréis  por  excusa  de  la  dilación  la  que  el 
Corso  hizo  en  su  viaje,  y  la  que  vos  hiciereis  en  el  vuestro, 
y  sabréis  del  xarife  cuando  querrá  recebir  el  presente. 

Comenzando  á  negociar,  podréis  decir  al  xarife,  que 
Andrea  Corso  me  propuso  de  su  parte  ,  que  holgara  tener 
amistad  y  buena  vecindad  conmigo,  lo  cual  eslimo  y  agra- 
dezco por  el  amor  que  tuve  á  su  hermano  Muley  Abdel  iMa- 


451 

lique ,  y  por  el  que  á  él  tengo  ;  y  así  no  dejaré  de  abra- 
zar la  dicha  concordia,  cuando  él  de  su  parte  pusiere  los 
medios  que  su  hermano  pedia ,  y  los  que  más  fueren  nece- 
sarios para  que  la  paz  sea  firme  y  úlil  á  ambas  parles ;  y 
que  para  esto  será  justo  que  cada  uno  dé  la  suya  y  el  xa- 
rife  principalmente  meta  las  mas  prendas  que  fuere  posi- 
ble ,  pues  aunque  el  provecho  ha  de  ser  común  y  reciproco, 
se  le  probará  claramente  que  del  beneficio  de  la  paz  le  toca 
mayor  parte  que  á  mí,  porque  no  le  importa  menos  que  la 
seguridad  de  sus  Estados,  pues  con  la  ayuda  mia  los  podrá 
defender  del  turco. 

Que  yo  haré  la  paz  firme  y  llana  con  el  dicho  xarife 
Muley  Ámete  por  el  tiempo  que  pareciere  conviniente,  coa 
que  en  ella  se  comprenda  el  serenísimo  rey  de  Portugal,  te- 
niéndolo S.  M.  por  bien,  y  no  de  otra  manera. 

Que  por  todo  el  tiempo  de  la  paz,  yo  aseguraré  las  ma- 
rinas y  vasallos  del  dicho  xarife,  para  que  ningunos  vasa- 
llos mios  les  hagan  daño,  y  al  que  contraviniere,  mandaré 
castigar  y  restituir  lo  que  les  hubieren  tomado. 

Que  si  viniere  armada  real  del  turco  ó  de  otro  cual- 
quier príncipe  de  su  ley  á  embadille  las  costas,  yo  le  ayu- 
daré con  las  galeras  que  tengo  en  España,  proveídas  de  gen- 
te ,  artillería  y  municiones. 

Que  en  cualquier  tiempo  que  se  ofrezca  de  que  moros  ó 
turcos  vengan  á  hacer  daño  en  sus  reinos,  ó  en  cualquier 
rebelión  de  sus  propios  vasallos,  si  me  pidiere  ayuda ,  se  la 
daré  con  las  dichas  galeras  y  gente,  para  que  en  tierra  pue- 
da ayudalle  contra  sus  enemigos. 

Que  yo  no  daré  ayuda  ninguna  á  ningún  príncipe  cris- 
tiano contra  el  dicho  xarife. 

Que  yo  permitiré  que  uno  ó  dos  puertos  destos  reinos  de 
España ,  que  mas  cómodos  sean  para  la  contratación ,  pue- 


432 

dían  los  vasallos  tlcl  dicho  xarife  ir  y  venir  y  residir  en  ellos, 
pagando  los  derechos  ordinarios. 

Que  en  recompensa  de  tan  grandes  comodidades,  yo  me 
contentaré  con  que  el  dicho  xarife  conceda  y  se  obligue  a 
observar  los  puntos  que  se  siguen. 

Que  ningunos  vasallos  del  xarife^  cosarios,  pasarán  en 
tierra  de  cristianos ,  ni  armada  suya  ha  hacer  daño  en  nin- 
guna de  estas  costas  mias;  y  sucediendo  alguna  desorden, 
será  obligado  á  reparar  los  daños,  restituyendo  los  cautivos 
y  las  haciendas. 

Que  sea  obligado  dicho  xarife  á  asegurar  cualesquiera 
bajeles  mios  y  de  mis  vasallos,  que  navegaren  su  viaje  por 
el  un  mar  y  por  el  otro,  y  que  sus  cosarios  no  les  harán  da- 
ño, y  haciéndole,  los  castigará  y  mandará  restituir  las  ha- 
ciendas y  personas  que  hubieren  tomado;  y  lo  mismo  haré 
con  los  vasallos  del  dicho  xarife. 

Que  no  pueda  el  dicho  rey  de  Fez  tener  guarnición  de 
turcos  en  ninguna  parle  de  sus  reinos,  dentro  en  tierra, 
ni  en  la  costa  de  la  mar. 

Que  no  pueda  el  dicho  rey  recoger  ni  consentir  que  lo- 
men puerto  en  sus  Estados  ningunos  bajeles  de  cosarios, 
tanto  turcos  como  cristianos,  de  cualquier  nación  que  sean, 
y  pudiéndolos  haber,  los  mandará  castigar;  y  á  lo  mismo 
me  obligaré  yo  en  mis  puertos. 

Que  las  galeras  y  bajeles  de  cualquier  suerte,  mios  y  des- 
tos  reinos,  puedan  entrar  en  sus  reinos  y  bahías  sin  que 
les  pueda  dar  impedimento  alguno,  y  les  den  los  bastimen- 
tos y  otras  cosas  necesarias  por  sus  dineros. 

Que  si  algún  navio  de  cosarios  fuere  huyendo  de  las  ga- 
leras de  S.  M.  á  guarecerse  en  alguno  de  los  dichos  puer- 
tos ó  rios,  ó  sabiendo  que  están  en  ellos  ó  en  algunas  ca- 
las, puedan  las  galeras  y  cualquier  otra  suerte  de  bajeles 


453 

mios  entrar  á  combatirlos,  sin  que  los  vasallos  del  dicho 
rey  de  Fez  puedan  dar  ayuda  ni  favor  á  los  dichos  cosarios. 

Atento  á  que  toda  la  seguridad  del  xarife  y  la  conser- 
vación de  lodos  sus  estados  consiste  en  que  los  turcos  no 
le  ocupen  algunos  de  sus  puertos  ó  rios  para  asegurarse  de- 
IIos,  ha  de  permitirme  que  yo  haga  una  fuerza  sobre  el  rio 
de  Alarache,  en  el  puerto  que  quisiere ,  y  que  en  ella  tenga 
la  guarnición  de  soldados  que  pareciere,  de  lo  cual  se  le  se- 
guirán al  dicho  xarife  dos  grandes  beneficios:  el  principal, 
asegurarse  de  los  turcos,  y  el  segundo,  acrecentar  sus  ren- 
tas con  la  entrada  y  salida  de  la  mercaduría  destos  reinos  y 
de  los  suyos:  que  aunque  á  su  hermano  le  pareció  que  si 
concedia  lo  que  pedia  en  este  capítulo,  le  seria  malcontado 
entre  sus  vasallos,  después  mirándolo  bien,  determinó  ha- 
cerlo, como  consta  por  unos  capítulos  firmados  de  su  mano 
á  los  16  de  abril  del  año  pasado  de  78. 

Habiendo  resuelto  que  os  embarquéis  en  Cádiz  y  des- 
embarquéis en  Zafi ,  y  que  en  esto  sigáis  la  orden  del  mar- 
qués de  Santa  Cruz,  lo  demás  de  vuestra  instrucción  con- 
siste en  dos  puntos:  el  primero,  cómo  os  habéis  de  haber 
hasta  dar  el  presente,  y  esto  se  os  dice  en  los  primeros  tres 
capítulos  de  la  instrucción;  lo  segundo  y  mas  principal  es 
ver  como  os  habéis  de  gobernar  en  los  negocios,  que  son  dos 
sustanciales  entrambos  :  el  uno,  sacar  en  presente  para  mí, 
ó  por  rescate  en  secreto,  al  duque  de  Barcelos,  y  el  otro 
platicar  y  aun  efectuar  la  amistad  con  el  xarife. 

En  lo  del  duque,  ya  está  dicho  que  se  mueva  muy  ocul- 
tamente por  medio  de  Diego  Marin,  y  que  sea  lo  primero 
que  se  trate ;  y  los  medios  para  persuadirlos  se  os  dirán  de 
palabra,  remitiendo  lo  demás  á  vuestra  cordura.  Desta  plá- 
tica se  ha  de  entrar  en  la  de  amistad  ,  y  el  fundamento  de- 
11a  ha  de  ser,  que  nos  dé  el  puerto  de  Alarache,  y  en  con- 

ToMO  XLIIÍ.  28 


45i 

cediéntlolo ,  podréis  concluir  la  paz  conforme  á  los  capítulos 
que  se  contienen  en  ía  dicha  instrucción,  limitando  el  que 
trata  ác\  comercio,  como  yo  ío  he  ordenado  y  va  apuntado 
en  el  capítulo  que  habla  desto,  que  es  el  tercero  del  segun- 
do pliego.  Y  negando  el  dicho  puerto  de  Alarache ,  no  por 
eso  romperéis  la  plática,  antes  habiendo  sacado  al  duque  y 
las  demás  conveniencias  que  pudiéredes  en  favor  de  la  paz, 
y  lanío  mayores  como  se  debe  pedir  en  recompensa  de  ne- 
gar el  puerto,  le  daréis  esperanza  de  eíeluar  la  paz,  con- 
sultando conmigo;  y  para  esto  daréis  la  prisa  posible  para 
veniros  trayendo  al  duque  con  vos;  y  si  quisiere  enviar  al- 
gún alcaide  en  vuestra  compañía,  se  le  admitirá;  y  poneros 
heis  en  Castilla  con  la  mayor  brevedad  que  pudiéredes,  no 
tocando  en  plaza  del  rey  de  Portugal,  Y  en  caso  que  la  paz 
quedare  concluida,  vos  os  habéis  de  venir  con  el  duque,  y 
quedarse  allá  Marin ;  y  si  no  se  efectúa ,  veniros  heis  en- 
trambos y  daros  heis  á  todo  mucha  priesa. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  al  secretario  Zarjas, 
fecha  en  febrero  d^  1580. 

Propone  como  había  de  tratar  el  rey  á  los  gobernadores  de  Portu- 
gal.—Discurre  sobre  otros  puntos  relativos  á  aquel  reiao. 

Biblioteca  Nacional, -Sala  de  MSS.-E  54,  foL  95. 

Ilustre  señor:  En  loque  loca  al  título  de  gobernadores, 
Vm.  escriba  á  S.  M.,  que  yo  me  inclino  más  á  que  se  les 
ponga  en  los  sobrescritos ,  atento  á  que  cuando  los  nombró 
su  lio,  S.  M.  los  aprobó,  y  el  duque  les  ha  llamado  seño- 
ría, y  á  todos  se  ha  hablado  de  parte  de  S.  M.  muchas  ve- 


435 

ees  en  figura  de  gobernadores ,  y  ellos  hasta  ahora  tío  han 
hecho  porque  quitársele,  mayormente  que  significando 
S.  M.  en  las  cartas  lo  que  se  aprueba,  pareciéndole  á 
S*  M.  que  en  esto  puede  haber  duda,  se  podrán  enviar  las 
cartas  sin  sobrescritos,  y  remitir  á  los  ministros  de  Portu- 
gal que  platiquen  y  resuelvan  y  ejecuten  como  les  pare- 
ciere. 

Si  el  duque  de  Alba  viniese  á  Vallecas  ó  á  Caraman- 
chel, iremos  Vm.  y  yo  á  comunicarle  lo  que  S.  M.  manda 
del  despacho  de  África ^  y  si  no  toca  tan  cerca,  lo  podrá 
Vm.  hacer  á  solas  cuando  nos  paresciese  que  no  basta  el  es- 
crebírselo. 

Lo  del  fraile  está  bien  que  se  haga  como  S.  M.  lo  man- 
da; pero  es  menester  por  lo  menos  que  Vm.  diga  al  pro- 
vincial ,  que  manda  S.  M.  que  se  halle  Cáscales  en  Guada- 
lupe cuando  S.  M.  llegue,  para  que  allí  se  vean  despacio. 
Es  muy  bien  llevar  algún  leatino,  y  pocos  conozco,  y 
entre  ellos  me  parecia  Deza  muy  á  propósito;  pero  sobre 
este  particular  diré  en  otro  escrito  lo  que  me  parece,  por- 
que ha  de  ir  un  poco  largo,  y  enviaréselo  esta  noche. 

Díjome  el  duque  de  Alba  que  suplicase  á  S.  M.  muy 
de  veras  no  repare  en  conceder  á  los  portugueses  lodo 
cuanto  pidieren  en  su  reino,  como  S.  M.  quede  señor  abso- 
luto del,  por  no  llegar  á  las  armas.  Esto  es  tan  acertado, 
que  no  hay  para  que  dar  razón  dello,  y  así  me  parece  que 
S.  M.  añada  de  su  mano  á  las  cartas  del  duque  de  Osuna 
y  don  Cristóbal  de  Mora ,  que  no  den  muestra  de  dificultar 
las  gracias  generales  que  se  platicaren,  aunque  sean  todas 
las  que  tienen  allá  apuntadas.  Nuestro  Señor  etc. 


456 


Adver leudas  de  don  Juan  de  Silva  al  Consejo  de  Estado  y 
Guerra,  fecha  en  Madrid  y  julio  de  1580. 

Biblioteca  Nacional, — Sala  de  MSS,-^E  54,  foL  H8. 

Ha  parecido  de  grandísima  consideración- el  particular 
queS.  M.  manda  resolver  cerca  del  asiento  que  tomará,  ha- 
biéndose alargado  el  ejército  la  tierra  adentro  en  ForlugaK 

Los  que  son  de  parecer  que  no  podía  quedar  en  El  vas, 
sin  aventurar  la  segundad  y  la  autoridad,  se  fundan  en  decir 
que,  hallándose  los  portugueses  imposibilitados  de  resistir  al 
ejército,  no  pueden  desear  otro  bien  que  acomodarles  y  fa- 
cilitarles de  nuestra  parte  una  diversión  de  tan  gran  sustan- 
cia, con  que  en  pocos  dias  y  horas  pudiesen  revocar  el  ejér- 
cito, haciendo  un  desacato  muy  calificado  á  la  propia  per- 
sona de  S.  M.,  y  que  se  lo  damos  hecho  con  meterle  en 
Portugal;  pues  podrán  juntar  tumultuariamente  ocho  ó  die?: 
mil  hombres,  y  arrimarlos  una  noche  á  las  murallas  de  El- 
vas,  con  que  se  causarla  la  confusión,  y  se  cslaria  en  el  pe- 
ligro que  se  deja  considerar,  pues  por  lo  menos  volvería 
airas  el  ejército  á  remediar  este  desorden,  aunque  se  ha- 
llase sobre  Lisboa  y  á  punto  de  entrar  en  ella,  y  que  este 
inconveniente  cesa  no  entrando  S.  M.  en  Portugal,  mayor- 
mente desviándose  un  poco  desta  frontera ,  pues  entonces 
con  la  diversión  no  podrían  hacer  efeto  de  importancia. 

Advierten  también,  que  no  se  perderla  crédito  ni  auto- 
rulad  en  apartar  á  S.  iM.  de  aquí,  porque  toda  la  opinión 
que  se  funda  en  demostraciones  y  apariencias,  es  como  una 
sombra  que  desaparece  y  se  deshace  con  los  efelos  verda- 
deros y  esenciales,  como  ahora  en  este  caso:  que  si  el  ejér- 
cito de  S.  M.  entra  ganando  cuanto  topa  delante,  enseño- 


437 

reáiidose  de  Portugal  palmo  á  p:iI¡iio,  en  esto  eoiislslc  h 
verdadera  reputación;  y  así  no  hay  que  reparar  en  que 
S,  M,  resida  en  un  lugar  ó  en  otro,  no  habiendo  de  ir  en 
su  ejército,  corno  es  imposible  que  vaya,  por  estar  íiquei  rei- 
no salpicado  de  peste,  y  íX)r  la  indignidad  que  parecería  en- 
trar en  Portugal,  dejando  á  las  espaldas  cerrados  los  cami- 
nos, por  no  haber  caudal  de  gente  para  poner  tales  presidios 
en  lugares  ciertos ,  que  dejasen  abierto  el  paso  de  Castilla 
hasta  Lisboa:  que  si  estos  dos  inconvenientes  no  se  atrave- 
saran, pudiérase  muy  bien  platicar  y  aun  resolver  que  S.  M. 
fuera  en  su  campo. 

No  niegan  los  de  la  opinión  contraria  las  dificultades 
propuestas ;  mas  paréceles  que  se  les  puede  dar  salida  y  re- 
medio, y  que  hallándole  tal  como  conviene,  S.  M.  haría 
buenos  efetos  rosidiendo  en  Portugal;  porque  siendo  así  co- 
mo parece  al  duque  de  Alba ,  que  hay  gran  diferejicia  de 
entrar  reinando  ó  conquistando,  y  que  importa  mucho  co- 
menzar S.  M.  á  ejercitarla  suprema jurisdicion,  advocarse 
Jas  causas,  traer  consejos  cerca  de  su  persona,  y  abrir  ex- 
pediente á  los  negocios  cerca  de  su  persona,  y  que  este  es 
el  camino  derecho  y  breve  de  apoderarse  del  reino,  pare- 
ce claro  no  poderse  efetuar  esto  desde  Castilla,  y  rancho  raé« 
«os  apartándose  de  la  frontera;  y"  asÍ!nismo  ponderan  qne 
entrando  S.  M.  en  Portugal,  se  lo  vendrá  todo  ei  reino,  y 
en  los  que  vinieren  entra  la  parte  mas  grave  y  sustancia!, 
y  mas  escrupulosa  de  la  honra ,  á  los  cuales  parece  que  si 
meten  el  pié  en  Castilla,  serán  juzgados  en  el  reino  y  con- 
denados de  todos  y  de  sus  propias  conciencias  por  transfu- 
gas y  desleales;  y  hallando  á  S.  M.  allá,  no  solo  perderán 
esta  opinión  y  escrúpulo,  pero  aun  les  parecerá  por  el  con- 
trario que  los  que  mas  se  detuvieren  en  venirle  á  servir,  no 
cumplen,  antes  ponen  en  peligro  la  obligación  de  la  ndeli- 


438 

dad;  y  tanto  se  persuaden  desto,  que  se  tiene  por  sin  du- 
da que  si  S.  M.  llamare  á  Cortes  ,  las  convocará  llenas  y  ge- 
nerales, con  intervención  de  las  personas  graves  de  todos 
estados  en  cualquier  lugar  de  Portugal ,  como  si  fuese  ya 
jurado  en  Lisboa,  y  que  tampoco  le  faltarla  la  mayor  parte 
de  los  pueblos. 

Considérase  por  tanto  mas  importante  que  todo  la  segu- 
ridad de  la  persona  de  S.  M.  y  la  autoridad  que  se  vernia  á 
perder,  sufriendo  que  se  pospornian  las  utilidades  dichas  y 
cuantas  mas  pudiesen  concurrir,  si  los  inconvenientes  de  es- 
lar  en  El  vas  se  evitasen  no  se  apartando  de  Badajoz  ó  de  al- 
gún otro  lugar  desta  frontera;  pero  habiendo  el  mismo  peli- 
gro en  ella  que  hay  dentro  en  Portugal,  no  se  pueden  aquie- 
tar á  que  no  se  pierda  gran  reputación ,  retirándose  S.  M. 
sin  embargo  de  lo  que  se  dice  al  principio;  pues  en  efeto  se 
desanimarían  los  amigos  que  se  mueven  mas  por  su  pre- 
sencia que  por  diez  ejércitos;  desabriríanse  los  reducidos, 
y  daríaseles  ocasión  á  rebelarse ;  los  enemigos  cobrarían  áni- 
mo, sembrarían  mentiras  que  son  sus  armas,  sin  que  se  pu- 
diese deshacer  en  muchos  días  con  la  distancia  de  la  corte, 
y  no  hay  que  dudar  sino  que  la  retirada  de  S.  M.  se  juzga- 
ría diversamente  entre  los  propios  amigos;  pues  aun  den- 
tro de  su  Consejo  se  entiende  de  dos  maneras,  de  donde  se 
vé  claro  como  lo  interpretarían  los  enemigos. 

Conforme  á  esta  opinión  viene  á  estar  la  duda  solo  en 
poder  hallar  forma  para  que  S.  M.  esté  con  guardia  sufi- 
ciente en  El  vas  ó  en  otro  lugar  desta  frontera  dentro  en 
Portugal,  y  hallado  expediente  para  ello  sin  notable  perjui» 
cío  del  ejército,  y  que  fupse  bastante  fuerza  para  estar  sin 
cuidado,  parece  que  sin  disputa  seria  esto  lo  mas  conve- 
niente; y  asimismo  se  entiende  que  se  debía  procurar  y  pla- 
ticar la  fornaa  que  podría  haber  para  ello,  porque  conforme 


4o9 

al  parecer,  se  lomase  la  resolución;  y  aunque  la  de  toda  es- 
la  materia  se  puede  poner  al  duque  en  las  manos,  parüeu- 
larmente  parece  que  solo  tocaba  este  punto,  cuando  se  ven- 
ga á  desconfiar  de  que  S.  M.  pueda  estar  en  Portugal  coií  !a 
seguridad  necesaria ,  pues  se  habría  de  mirar  la  que  seria 
menester  para  no  se  retirar  de  la  frontera  dcsta  parle.  Porque 
aunque  se  dice  y  con  razón,  quel  mismo  peligro  se  corre 
aquí  que  en  Elvas,  todavía  parece  que  podría  estar  con  me- 
nos guardas  en  estos  lugares ;  pero  también  es  justo  mirar 
como  se  está. 

Si  se  resuelve  por  imposible  estar  dentro  ni  cerca  de 
Portugal  para  haberse  de  apartar  de  la  frontera ,  parece  que 
con  mejor  color  podría  S.  M.  ir  á  Sevilla  queá  otra  ningu- 
na parte,  por  las  razones  que  se  han  considerado  cuando  se 
La  platicado  esto. 

Asimismo  se  advierte,  que  aunque  importa  mucho  lo- 
mar esta  resolución,  no  corre  necesidad  de  hacer  mudanza 
hasta  que  el  ejército  pase  de  Estreñios ,  y  de  aquí  allá  es 
muy  verisímil  que  sobrevengan  accidentes  que  aclaren  to- 
da la  materia,  y  descubran  la  verdad  desías  dudas  sin  de- 
jar ninguna. 

Últimamente  se  pone  en  consideración,  si  pidiendo  la 
ciudad  de  Elvas  á  S.  M.  la  favorezca  entrando  en  ella,  será 
bien  hacerle  esta  merced  y  estar  allí  dos  ó  tres  dias  con  la 
guarda  necesaria,  antes  que  el  ejército  se  alargue. 

Parece  que  satisfaciendo  estos  cabos  uno  por  uno ,  que- 
daría entendida  esta  materia;  porque  acá  no  se  halla  mas 
que  considerar  en  ella. 


440 


Copia  de  carta  de  don  Juan  do  Silva  á  S.  M.,  fecha  en 
enero  c/e  1582. 

Quejas  de  los  portugueses. — Necesidad  de  enviar  buen  número  de 
soldados  á  la  isla  Tercera.— Se  excusa  de  admitir  una  plaza  en 
el  Consejo  de  Portugal. 

Biblioteca  Nacional.^  Sala  de  MSS.—E  U,  fol.  190. 
SEÑOR: 

Aunque  de  ocuparme  V.  M.  en  Portugal,  parece  mia 
Ja  ganancia,  teniendo  en  él  hacienda  y  otras  comodidades 
del,  y  así  ya  soy  con  razón  sospechoso  por  la  opinión  de 
quedar  aquí  todavía  anteponiendo,  como  se  debe  hacer,  el 
servicio  de  V.  M.  á  todos  los  otros  respetos,  diré  lo  que  me 
ocurre  para  que  se  entienda  lo  poco  que  podrá  importar.  Si 
se  considera  como  cosa  sustancial,  no  puedo  yo  compren- 
der y  juzgar  el  grado  y  quilate  de  conveniencia  ó  de  nece- 
sidad que  V.  M.  imagina  que  puede  haber  de  poner  aquí 
un  ministro  castellano  que  mas  inmediatamente  trate  con 
el  príncipe  cardenal  (1),  que  los  portugueses,  y  con  quien 
S.  A.  pueda  con  mas  libertad  conferir  los  negocios;  porque 
este  juicio  depende  del  que  V.  M.  hiciere  de  la  segundad 
del  reino ,  y  de  la  virtud  y  suficencia  de  los  ministros  por- 
tugueses, y  también  de  los  poderes  que  V.  M.  querrá  dejar 
á  su  sobrino.  Si  Y.  M.  hiciere  la  cuenta  mas  recatada,  por- 
que es  la  mas  segura ,  podrá  considerar  que  no  está  el  rei- 
no firme  en  su  obediencia ;  porque  es  imposible  que  criados 
y  nacidos  con  rey  suyo  particular  y  en  odio  de  nuestra  na- 
ción y  de  la  grandeza  de  V.  M.,  se  consuelen  en  un  punto 

(1)  Era  el  cardenal  archiduque,  Alberto  de  Austria , sobrino  de 
Felipe  H. 


I 


Mi 

(le  verlo  todo  tan  trocado,  que  se  ven  vasallos  del  rey  áa 
Castilla  ausente  de  Portugal,  con  un  gobierno  insólito  y  ar- 
mado, cosas  questa  hora  con  la  presencia  de  V.  M.  las  tra- 
gan enteras;  pero  cuando  con  la  ausencia  las  fueran  digi- 
riendo, sentirlas  hian  de  otra  manera.  Y  así  de  los  que  ago- 
ra viven,  no  se  puede  V.  M.  prometer  la  fidelidad  de  sus 
agüelos,  ni  el  fervor  en  su  servicio  que  deben  los  vasallos 
á  su  rey,  sino  que  en  asomando  la  novedad  por  la  mar, 
ques  puerta  muy  abierta,  y  por  la  tierra  que  seria  peor  si 
los  tiempos  causaren  algún  rumor  en  otra  parte  de  España, 
los  portugueses  se  harian  dos  partes,  que  ninguna  fuese  de 
V.  M.,  porque  los  mejores  se  harian  neutrales. 

Otros  muchos  accidentes  se  han  juntado  para  que 
V.  M.  no  les  haya  podido  ganar  el  ánimo.  El  principal  es 
la  locura  del  vulgo  que  hablando  y  obrando  desatinadamen- 
te, fundado  en  la  esperanza  vana  de  don  Antonio,  han  dado 
ocasión  forzosa  de  multiplicar  los  presidios,  que  son  la  rui- 
na de  todo  el  edificio,  y  ansí  visto  cumplidas  las  profecías 
de  los  enemigos  de  V.  M.,  que  les  predican  la  aspereza  des- 
le  yugo ,  y  tienen  por  falsas  las  de  los  amigos  que  se  le 
representaron  suavísimo. 

No  es  de  maravillar  que  no  hallen  lo  que  pensaron,  por- 
que era  imposible  dejarse  de  prometer  montes  de  oro  de  la 
grandeza  de  V.  M.,  y  estaban  necesitadísimos  todos  gene- 
ralmente por  los  accidentes  pasados;  y  las  promesas  hechas 
á  particulares,  que  al  tiempo  que  se  hicieron  debían  pare- 
cer necesarias ,  acrescentaron  la  esperanza  de  los  que  no 
las  acetaron,  porque  los  que  las  tenían,  no  se  señalaron 
convenientemente  en  el  servicio  de  V.  M.;  y  así  no  fué  po- 
sible igualar  la  distribuicion,  ni  hacerla  de  manera  que 
deje  de  pecar  en  la  cantidad  y  en  la  igualdad,  que  son  los 
pies  sobre  que  camina.  También  esperaban  los  que  sir- 


4i2 

vieron  á  V.  M.  ser  mas  diferenciados  en  las  mercedes  de 
los  que  habian  servido  á  don  Antonio,  cuanto  al  modo  y 
cuanto  al  tiempo,  y  que  esto  no  se  confundiria  como.se  hi- 
zo, por  no  distinguir  los  servicios  hechos  á  V.  M.  de  los 
que  habian  hecho  á  los  otros  re3'es,  que  se  pudieran  remu- 
nerar aparte  para  curar  este  inconveniente. 

Echan  menos  el  cumplimiento  de  las  promesas  de  V.  M. 
en  la  parte  de  servirse  de  ellos  en  su  casa,  y  van  enten- 
diendo su  ignorancia  en  la  separación  de  oficios  que  pro- 
curaron enlre  estos  reinos  y  los  de  Castilla.  Desconfian  de 
la  eonsinacion  de  las  moradías  (I)  y  de  la  buena  orden  de 
pagárselas,  antes  piensan  que  se  va  esto  dejando  caer  pa- 
ra que  venga  á  deshacerse  sin  rumor.  Quedan  desconten- 
tos de  sus  entradas  en  la  Ccámara  de  V.  M.,  pareciéndoles 
que  en  los  que  entran  y  en  los  que  no  entran,  se  ha  roto 
del  todo  la  orden  pasada,  y  que  los  castellanos  no  les  reco- 
gen como  esperaban. 

Los  ministros  que  V.  M.  tiene  en  los  primeros  lugares, 
si  he  de  decir  lo  que  siento,  tenian  suficiencia  para  regir 
las  cosas,  si  no  se  hubieran  mudado;  pero  en  este  mundo 
nuevo  V.  iM.  los  juzgue  como  los  espirementó  dende  que 
el  rey  don  Enrique  entró  a  reinar,  hasta  que  V.  M.  vino  á 
Portugal ,  ques  decir  que  no  se  han  de  considerar  como  si 
navegase  con  la  bonanza  antigua.  Tampoco  puedo  pensar 
que  han  de  servir  con  el  entrañable  amor  de  su  rey  y  de 
su  república  que  deben  tener ,  antes  creo  que  serán  muy 
respetivos  y  muy  atentos  á  su  particular  interés  por  donde 
quiera  que  les  tocare,  y  que  por  los  negocios  que  no  les 

(I)  Pensión  que  tenían  ciarlos  hidalgos,  sentados  en  los  libros 
del  rey.  Llamábase  asi  por  darse  cada  día  á  los  que  residían  y  mo- 
raban en  la  real  casa. 


445 

pueda  tocar  (aunque  los  hariin  bien)  no  se  han  de  desvelar, 
no  teniendo  la  comunicación  inmediata  con  V.  M.,  por  la 
cual  beben  los  vicnlos. 

Con  esta  disposición  de  ánimos  y  calidad  de  ministro?, 
puede  y  debe  V.  M.,  por  mi  opinión,  considerar  que  deja  el 
reino  y  no  un  punto  mejor  dispuesto  ni  compuesto,  y  creer 
que  lo  he  mirado  atentamente;  pues  demás  de  ser  la  barca 
de  V.  M.,  llevo  dentro  cuanto  Dios  me  ha  dado  en  este 
mundo. 

Cuando  vine  aquí  á  Lisboa,  supliqué  luego  á  V.  M. 
instantemente,  como  lo  había  comenzado  en  Badajoz,  fuese 
servido  de  acudir  con  brevedad  á  la  isla  Tercera,  porque  la 
dilación  seria  cierto  ocuparla  franceses,  y  grandísima  difi- 
cultad de  recuperarla,  y  hice  en  esto  tanta  fuerza  y  por  tan- 
las  vias,  que  pude  justamente  parecer  á  V.  M.  impertinen- 
te y  pesado;  pero  no  me  supe  refrenar,  y  paró  mi  diligen- 
cia en  risa  de  los  del  Consejo,  que  digeron  que  aquellos 
mis  encarecimientos  eran  discursos.  Suplico  humildemente 
á  V.  M.  no  le  parezca  lo  mismo,  ni  que  esto  es  discurso, 
sino  verdad  sencilla  salida  de  las  entrañas  de  un  fiel  va- 
sallo. 

Presuponiendo  que  no  tiene  V.  M.  estas  dificultades  por 
vanas  del  todo,  se  verá  muy  claro  cuánto  sobrepujan  más 
fuerzas,  y  que  ningún  servicio  puedo  hacer  á  V.  M.  deján- 
dome aquí,  pues  el  castellano  que  hubiere  de  quedar  con- 
viene que  sea  persona  muy  grave,  á  quien  los  mismos  del 
Consejo  tengan  respeto  por  su  calidad  y  por  no  le  haber  Irai- 
do  entre  las  manos,  y  que  tenga  cuenta  de  recoger  y  rega- 
lar los  fidalgos  portugueses  en  su  casa.  A  esto  se  ha  de 
juntar  entregarle  V.  M.  las  armas  con  título  de  capitán  ge- 
neral, porque  de  aquí. procede  la  autoridad  que  debe  de  te- 
ner con  ellos,  y  el  no  les  causar   escándalo  de  estrangero, 


4U 

por  lo  que  les  conviene  qtie  habiendo  presidios,  eslén  deba- 
jo de  persona  muy  calificada  y  respetada,  y  que  asista  á 
los  Consejos,  porque  las  armas  se  enfrenen  con  el  gobierno, 
y  haga  sombra  en  Portugal  de  que  V.  M.  le  dará  crédito  y 
lio  le  encubrirá  su  voluntad  cerca  de  las  cosas  del  reino ,  ge- 
nerales y  particulares;  y  que  finalmente  vean  que  debajo 
del  cardenal  hay  persona  con  quien  pueda  S.  A.  descuidar  y 
descansar  algún  dia  del  peso  de  los  negocios,  y  que  en  cual- 
quier accidente  está  á  la  mano  quien  pueda  llevar  la  carga 
y  dar  tiempo  á  V.  M.  para  hacer  las  provisiones  necesarias 
sin  precipitarlas  por  falta  que  aquí  podria  haber  de  minis- 
tros; y  no  piense  V.  M.  que  seria  dificultoso  de  hallarle  cual 
conviene,  porque  eon  el  caudal  que  V.  M.  ha  de  poner  de 
su  parte,  bastará  que  tenga  gran  calidad  y  mediano  jui- 
cio, etc. 

Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  al  secretario  Mateo 
Vázquez f  fecha  en  febrero  de  1583. 

Señala  los  motivos  que  mueven  al  xarife  á  diferir  el  tratado  de  paz 
con  el  rey  de  España. — Política  que  conviene  observar  sobrees- 
té punto. 

Bihlioleca  NacionaU—Sala  de  MSS.—  E  54,  foL  174. 

He  revuelto  con  atención  las  minutas  destas  cartas  de 
Berbería,  y  la  sustancia  dellas  me  parece  que  se  encierra 
en  la  de  Diego  Marin ,  de  6  del  pasado,  porque  contiene  la 
novedad  con  que  agora  sale  el  xarife  y  los  puntos  de  lo  que 
escribieron  de  Argel,  los  cuales  toma  por  achaque  para  re- 
vocar de  cainino  á  Cufiani  y  á  Marin.  Lo  que  sobre  esto  yo 
podria  decir  he  repetido  tantas  veces  cuantas  el  xarife  ha 
jugado  este  mismo  lance  de  tres  años  á  esla  parte,  al  cual 
como  á  otros  muchos  príncipes  menos  bárbaros,  ningún 
otro  respeto  le  mueve  en  todas  sus  acciones,  sino  el  de  la 


445 

conservación  de  su  EslaJo,  y  esle  antepone  ála  palabra,  y 
á  la  verdad  y  á  la  ley  de  Mahoma ;  y  como  le  gobierna  el 
temor,  y  no  es  uno  solo  el  que  tiene,  de  aquí  le  nace  la  va- 
riedad y  á  nosotros  las  dudas,  pareciéndonos  un  dia  que 
trata  de  verdad,  y  otro  que  nos  engaña. 

Véese  el  xarife  metido  entre  S.  M.  y  eí  turco.  Lo  que 
él  desea  es  conservarse  entre  ellos  neutral.  Su  deseo  es  muy 
difícil  de  conseguir,  porque  como  son  mas  poderosos  que 
él ,  no  le  quieren  comprar  la  amistad  ,  sino  vendérsela  ;  y  en 
esle  aprieto  el  mejor  medio  que  puede  escoger,  es  entrete- 
ner el  trato  todo  el  tiempo  que  pudiere,  aunque  vea  que 
al  cabo  le  lian  de  bacer  declarar,  porque  entretanto  le  so- 
brellevan ambos  príncipes  cada  uno  porque  no  se  ecbe  en 
bsazos  de  otro,  y  él  va  asentando  sus  cosas  para  asegurar- 
se también  de  sus  vasallos.  Esta  resolución  le  ba  sucedido 
mejor  que  pudiera  esperar;  porque  la  guerra  de  S.  AL  ocu- 
pó las  fuerzas  de  S.  M.  un  verano,  y  la  isla  Tercera  tres; 
y  así  no  ba  bastado  entender  que  nos  engaña  para  no  de- 
j;u-nos  engañar.  Al  turco  también  ba  entretenido  con  pa- 
labras, y  por  ventura  le  acontece  lo  mismo  que  á  S.  M., 
que  por  bailarse  embarazado  disimula  con  él ,  y  no  creyén- 
dole ninguno,  ambos  dicen  que  le  creen. 

Tiene  otro  trabajo  el  xarife  que  le  liará  estar  suspenso, 
y  es  que,  aunque  cualquiera  deslos  príncipes  sea  poderosísi- 
mo para  oprimirle ,  entiende  él  muy  bien  que  ninguno  lo 
está  tanto  para  defenderle ,  porque  el  socorro  de  Gonstanti- 
nopla  no  le  puede  llegar  á  tiempo,  y  el  de  Argel,  demás  de 
ser  flaco,  no  puede  confiar  en  él;  porque  cuando  S.  M.  quie- 
ra invadir  al  xarife,  estarán  en  Argel  con  el  mismo  miedo, 
y  no  saldrán  de  casa,  y  así  ni  más  ni  menos  cuando  el  tur- 
co acometiere  al  xarife,  puédelo  bacer  y  al  seguro  con  poca 
gente,  porque  la  trairá  á  su  devoción  siendo  de  su  ley,  y 


446 

parque  no  Uene  fuerzas  el  xarife  para  resistir  la  arcabiicc- 
ria  de  Argel ,  añadidos  cinco  ó  seis  mili  tiradores  que  le  pue- 
den venir  de  Levante;  y  sabe  muy  cierto  que  S.  M.  no  pue- 
de defenderle  de  la  tempestad,  porque  no  puede  empeñar 
sus  fuerzas  la  tierra  adentro,  ni  apartarse  una  jornada  de 
sus  plazas  para  cortar  el  paso  de  los  turcos;  y  así  como  el 
amistad  del  uno  no  le  puede  quitar  el  temor  del  otro ,  quer- 
ríala  tener  con  ambos,  y  para  esto  les  propone  las  cosas  que 
cada  uno  más  desea ,  y  menos  puede  ejecutar.  Guando  S.  M. 
le  pide  cá  Alarache,  dícele:  "vamos  á  Argel",  y  cuando  el  tur- 
co le  amenaza,  dirále:'  '*  vamos  á  España";  y  para  esto  asegu- 
ra al  rey  con  amistad  fingida:  *'y  mejores  estáá  vos  que  ocu- 
péis vuestras  fuerzas  en  destruirle,  que  en  defenderme  de 
las  suyas,  y  lodos  somos  unos,  y  en  España  hay  moriscos 
y  mudejares  que  nos  ayudan,"  como  apunta  Marin;  y  aun- 
que estas  sean  fábulas  y  sueños,  se  deben  considerar  y  pre- 
venir como  peligros,  no  solo  de  presente,  sino  para  que  en 
ningún  tiempo  podamos  tener  enemigos  domésticos,  pues 
son  los  peores. 

Las  cartas  de  Argel  que  Cufiani  leyó  á  Marin,  yo  no  las 
tengo  por  falsas  como  sospecha  Pedro  Vanegas,  ni  dudo  que 
los  cautivos  de  Ceuta  publicarían  la  nueva  que  acá  dijeron 
de  la  entrega  de  Alarache,  que  entonces  era  muy  viva;  pero 
creo  que  otras  que  él  no  creia,  movieran  más  al  xarife, 
porque  ¿quién  duda  que  le  escribieron  que  la  suspensión  de 
armas  es  acabada,  y  que  no  se  ha  de  prorogar,  y  que  la 
armada  ha  de  venir  este  verano  á  daño  de  S.  M.,  y  que  no 
la  convierta  en  el  suyo  haciendo  amistad  con  él?;  que  ei  tur- 
co no  ha  de  sufrir  que  entregue  sus  puertos  á  cristianos,  que 
si  lo  hace  de  miedo,  ya  no  tiene  de  que  tenerle;  pues  S.  M. 
lerna  bien  que  hacer  en  defender  sus  tierras  sin  envadir  las 
ajenas ;  y  si  quisiésemos  pensar  que  franceses  soplan  esta 


417 

brasa  on  Marruecos,  y  en  Argel  y  enConstanlinopla,  podría 
ser  que  fuese  juicio  temerario. 

Con  estas  ó  con  otras  semejantes  razones,  se  persuadi- 
ría el  xarifc  á  mandar  que  se  volviesen  Marin  y  CuQani,  ora 
sea  falsa  ó  verdadera  la  comisión  que  llevaban  de  entregar 
Alarache;  porque  siendo  falsa,  viniéranle  muy  á  tiempo  las 
Ccirtaspara  excusarse  y  tramar  otra  dilación,  y  siendo  ver- 
dadera (pues  sabemos  que  no  es  voluntaria)  ó  se  arrepenti- 
rá de  veras  creyendo  que  los  turcos  le  escriben,  ó  pensará 
que  ba  de  servir  dexcusa  legítima  para  tornarlo  alargar,  y 
que  S.  M.  se  le  acetará. 

Marin  me  parece  que  acertó  en  volverse  á  Marruecos, 
porque  para  romper  la  plática,  allí  puede  esperar  la  orden, 
y  para  continuarla,  pedia  mucbo  tiempo  en  volverá  Alcá- 
zar, y  estuvíéranos  peor  enviarle  de  nuevo.  Lo  que  be  dicbo 
basta  aquí ,  cualquiera  lo  vé.  Lo  que  resta  me  embaraza 
más,  ques  juzgar  lo  que  parece  que  se  debe  ordenar  á  Ma- 
rin, bailándose  el  negocio  en  los  términos  que  sabéis. 

Y  en  cuanlo  á  lo  primero,  se  puede  dudar  si  será  bien 
aguardar  carta  su}^!  para  ordenarle  con  mas  fundamento 
lo  que  ba  de  bacer,  ó  enviarle  luego  la  orden  para  mostrar 
al  xarife  que  S.  M.  no  aprueba  que  baya  vuelto,  antes  le 
reprende  por  ello;  y  eso  parece  que  se  puede  bacer  segu- 
ramente, porque  se  puede  adivinar  lo  que  ba  de  escribir, 
ques  babcrse  excusado  el  xarife  con  aquellas  cartas  de  Ar- 
gel y  con  lo  quel  dirá  sobre  ellas;  y  asegure  S.  M.  que  no 
ba  de  bacer  mudanza  en  lo  que  está  asentado  de  la  entrega 
de  Alaracbe,  la  cual  liará  en  la  minera  que  agora  propon- 
drá de  nuevo;  pues  S.  M.  ba  visto  las  dificultades  que  se  le 
ban  levantado.  Nuestro  Señor  etc. 


448 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S,  i)/.,  fecha  en  ju- 
nio de  158o. 

Excusas  que  podrían  darse  al  turco,  si  hiciera  alguna  reclamación 
al  ver  ocupado  por  fuerza  espauola  el  puerto  de  Alarache. — Es 
de  opinión  que  conviene  prorogar  la  tregua  con  aquella  potencia 
bajo  algunas  condiciones  que  apunta. 

Bibiioieca  Nacional.— Süla  de  1/55.—  E  54 ,  foL.  94  vto, 
SEÑOR. 

Para  hablar  con  fundamento  en  la  excusa  que  se  habría 
(3e  dar  al  turco  de  ocupar  V.  M.  con  el  armada  el  puerto 
de  Alarache  sin  perjuicio  de  la  tregua,  fuera  menester  sa- 
líer  intrínsicamente  con  qué  fines  se  movieron  V.  M.  y  él 
á  efetuarla ;  porque  entonces  se  podrá  bien  juzgar  si  acep- 
tará la  excusa  ;  y  pareciendo  que  no  la  aceptaría,  si  V.  M. 
por  eso  se  debe  abstener  de  ocupar  el  dicho  puerto.  Mas 
todavía  responderé  á  estos  dos  puntos  lo  mejor  que  pudiere, 
faltando  estos  principios,  y  pluguiere  á  Dios  que  no  hubiese 
más  duda  en  la  promesa  del  xarife,  que  en  dejar  de  acep- 
tar el  turco  la  excusa,  que  importarla  muy  poco,  como 
abajo  se  verá. 

Primeramente  se  debe  advertir  que,  habiéndose  tomado 
por  principal  fundamento  desta  plática  la  igualdad  de  las 
condiciones,  quedó  el  turco  con  mucha  ventaja  en  lo  que 
loca  al  xarife;  porque  no  se  comprende  recíprocamente 
con  los  demás  príncipes,  ora  fuese  por  descuido,  ó  por  no 
se  poder  más;  de  que  resulta  quedarle  al  turco  las  manos 
abiertas  para  invadirle,  y  ocupar  sus  reinos  sin  contrave- 
nir á  la  tregua,  y  á  V.  iM.  atadas  para  no  le  poder  hacer 


449 

guerra  ni  daño  en  sus  Estados ;  y  no  es  menos  la  difercn  - 
cia  sino  que  S.  M.  no  le  puede  atrepellar  ni  defenderle  por 
virtud  de  la  tregua,  y  el  turco  podrá  arruinarle  ó  defender- 
le sin  perjuicio  de  la  misma  tregua. 

Esta  desigualdad  importa  tanto  (á  mi  juicio)  que  por 
ella  sola  se  debia  V.  M.  desavenir;  porque  uno  de  los  mayo- 
res daños  que  de  la  potencia  del  turco  podemos  temer,  es  la 
ocupación  del  reino  de  Fez.  Las  razones  desto  son  tan  cier- 
tas y  notorias  que  no  hay  para  que  las  referir;  y  no  habien- 
do comprendido  nuestros  comisarios  al  xarife  de  parte  de 
V.  M. ,  la  tregua  le  facilita  la  empresa  de  Fez,  y  le  provo- 
ca á  hacerla,  así  porque  no  puede  hacer  otra,  estante  la 
dicha  tregua ,  como  por  ser  esta  la  mas  fácil  y  la  mas  útil. 

El  año  pasado  cuando  Ben-Alí  vino  á  Argel,  si  su  amo 
DO  le  revocara,  se  tocaran  estos  inconvinientes  con  la  mano, 
porque  tuvo  en  la  suya  tomar  á  Fez,  ó  por  lo  menos  ocu- 
par á  Alarache,  que  nos  está  peor;  y  V.  M.  no  solamente 
tuviera  dificultad  de  impedírselo  con  sus  fuerzas,  aunque 
llegara  á  tiempo  (que  no  llegaron) ,  pero  aun  se  puso  en 
gran  duda  y  se  disputó  en  el  Consejo  si  conforme  á  la  tre- 
gua podía  V.  M.  ayudar  al  xarife,  y  si  habíamos  de  con- 
sentir al  turco,  que  no  pusiese  el  pié  en  la  garganta  del 
Estrecho  y  nos  cercase  en  España,  cortándonos  el  comer- 
cio de  todo  el  mundo,  con  la  comodidad  que  allí  tenia  para 
mantener  una  gruesa  partida  de  galeras,  y  un  presidio 
muy  esforzado. 

Verdad  es  que  á  mí  nunca  me  entró  en  la  cabeza  que 
V.  M.  contravenia  á  la  suspensión  de  armas,  por  ayudar 
al  xarife  en  la  defensa  de  sus  reinos ;  porque  la  condición 
que  prohibe  que  V.  M  no  haga  guerra  al  xarife,  no  le  quita 
que  no  haga  paz  y  alianza  defensiva  con  él  durante  la  tre- 
gua, ánles  se  da  indicio  de  observarla  mejor,  cuanto  se 

Tomo  XLííI.  29 


450 

eslrecbare  V.  M.  con  los  amigos  del  turco  y  de  su  propia 
ley;  porque  no  se  puede  presumir  que,  lomándolos  él  tan 
de  veras  debajo  de  su  protección ,  lo  hizo  con  fin  de  tragár- 
selos; y  así  se  resolvió  en  una  junta  prudentemente  el  año 
pasado,  que  requiriendo  V.  M.  á  Ben-Alí  que  se  abstuviese 
de  ofender  al  xa  rife,  y  no  quisiese  hacerlo,  V.  M.  le  po- 
dría ayudar  á  defender  dentro  de  su  casa  sin  romper  Ja 
tregua.  Pero  no  le  podrá  ayudar  á  cobrar  á  Tremecen  ni 
otra  tierra  alguna  de  las  que  antes  de  la  tregua  poseia  el 
turco. 

Deste  fundamento  ha  de  nacer  la  excusa  que  se  le  ha 
de  dar  al  turco  si  ocupamos  á  Alarache;  más  presupongo 
que  poniendo  el  pié  dentro,  ora  sea  por  expugnación  ó  des- 
amparándola los  moros  (que  es  lo  mas  cierto  y  seria  lo  me- 
jor) V.  M.  ha  de  dar  al  xarife  la  satisfacción  que  ha  pe- 
dido, y  le  ha  de  ofrecer  la  paz,  y  entregarle  con  efeto  á 
Mazagan. 

Hecha  esta  diligencia,  entra  la  excusa  á  tiempo  hacien- 
do significar  al  turco  que  Muley  Meluco,  hermano  del  xa- 
rife,  pidió  instantemente  á  V.  M.  hiciese  paz  con  él,  y  no 
lo  pudo  impetrar,  aunque  á  lo  último  ofreció  por  una  carta 
firmada  de  su  mano,  de  dar  á  V.  M. ,  sin  otra  recompensa, 
el  puerto  de  Alarache,  conviniente  al  comercio  deslos  rei- 
nos con  los  de  Berbería;  que  en  sucediendo  Muley  Hamet  al 
Meluco,  continuó  el  mismo  trato  de  la  paz,  y  por  indicio 
de  su  buen  ánimo  hizo  un  presente  muy  agradable  á  V.  M., 
enviando  el  cuerpo  del  rey  don  Sebastian,  su  sobrino,  y 
después  con  mucha  liberalidad  dio  graciosamente  libertad 
al  duque  de  Barcelos,  que  también  V.  M.  estimó  mucho,  y 
se  convenció  totalmente  por  estos  respetos  á  hacer  la  paz 
con  él  con  mucha  ventaja  de  lo  que  su  hermano  le  pedia. 
Por  mucha  ventaja  digo,  porijue  ofreció,  como  se  ha  di- 


451 

cho,  de  dar  libremente  á  V.  M.  el  puerto  de  Alarache,  y 
ahora  por  las  consideraciones  apuntadas ,  y  por  ser  el  xa- 
rife  de  la  casa  del  turco  y  hechura  suya,  V.  M.  holgó  de 
darle  en  trueco  por  Alarache  la  villa  de  Mazagan,  tierra 
muy  fuerte  y  estimada  de  los  reyes  y  reino  de  Portugal, 
que  le  viene  á  propósito  por  caer  tan  cerca  de  la  ciudad  de 
Marruecos;  y  con  esta  condición  y  otras  iguales  se  hizo  la 
capitulación  de  la  concordia;  y  la  firmó  y  juró  el  xarife;  y 
viendo  cuanto  le  convenia,  pidió  que  se  prorogase  por  al- 
gunos años,  y  V.  i\l.  se  lo  concedió. 

Que  el  xarife  envió  un  alcaide  suyo  en  compañía  de  un 
criado  de  V.  M.  á  desemijarazar  la  tierra,  y  llegado  al  efeto 
interpuso  aquel  moro  otras  nuevas  dificultades  que  dijo  se  le 
ofrecia  para  sacar  la  gente;  yasí  acabóS.  M.  deentenderque 
el  xarife  le  engañaba,  ó  no  se  sabia  dar  maña  á  concluir 
lo  que  queria  y  le  estaba  tan  bien;  y  aunque  pudiera  V.  M. 
hacer  justamente  contra  el  xarife  alguna  demostración  por 
aquellas  inconstancias,  no  quiso  pasar  un  punto  de  lo  capí- 
tillado,  por  respeto  del  turco;  y  mandando  que  su  armada 
ocupase  el  rio  y  puerto  de  Alarache,  se  le  ordenó  que  nin- 
gún otro  daño  hiciese  en  la  tierra  y  vasallos  del  xarife,  y 
juntamente  mandó  efetuar  el  trueco  de  Mazagan  y  entrc- 
galle  aquella  villa  entera  y  fortificada,  de  todo  lo  cual  le  ha 
querido  V.  M.  avisar,  como  es  razón,  porque  entienda 
cuan  sencillamente  ha  procedido,  y  con  cuanto  cuidado  y 
miramiento  ha  observado  la  suspensión  de  armas  que  en- 
tre ambos  se  asentó,  y  observará  las  que  en  adelante  se  asen- 
taren. 

Esta  me  parece  que  habrá  de  ser  la  forma  de  la  excusa, 
mudando  ó  añadiendo  lo  que  conviniere ,  conforme  el  tiem- 
po fuese  mostrando;  y  advierta  V*  M.  que  en  cualquier 
manera  que  el  turco  la  tome,  no  perdemos  nada  porque 


452 

liabiénJose  de  hacer  el  efeto  en  setiembre ,  no  le  quedan  á 
la  tregua  sino  tres  meses  de  vida  ,  que  son  menester  para 
que  llegue  la  excusa  á  Gostantinopla ;  y  si  al  turco  le  con- 
viniese prorogarla,  aceptará  la  excusa;  y  si  no  la  quisiese 
prorogar,  impcktanos  poco  que  no  la  acepte,  y  mucho  en 
quedar  con  Alaracheen  las  manos,  y  fortificarle  y  guarne- 
cerle gallardamente. 

Otro  punto  se  me  ofrece  que  proseguir  de  la  materia 
desla  carta.  Aunque  V.  M.  no  manda  hablar  en  él,  no 
dejaré  de  tocarle,  y  es  ver  si  converná  á  los  negocios  de 
V.  M.  que  la  tregua  se  prorogue;  y  veo  muchas  causas  que 
se  pornán  aquí,  de  inclinarme  á  la  prorogacion ,  si  el  turco 
la  quiere. 

Lo  primero :  no  estar  V.  M.  más  desembarazado  que 
cuando  se  hizo  la  suspensión  de  armas.  Tiénese  experiencia 
que  el  turco  no  la  rompe,  cosa  que  al  principio  se  dudaba 
mucho. 

Hánse  excusado  seis  años  enteros  las  molestias  y  gastos 
que  nos  da  su  armada  cuando  baja. 

Tienen  menos  inconvenientes  las  dificultades  de  proro- 
garla que  las  de  hacerla  de  nuevo ,  porque  ya  se  tragó  la 
pildora. 

El  papa  habrá  entendido  que  importará  mas  á  la  iglesia 
el  frulo  de  excusar  los  daños  de  la  armada  que  la  esperanza 
de  los  que  se  pueden  hacer  al  turco  ahora,  y  las  fuerzas 
de  Y.  M.  están  divertidas  y  ocupadas,  y  la  hacienda  fa- 
tigada. 

Soy  pues  de  opinión  que  V.  M.  mande  y  procure  conti- 
nuar la  tregua,  añadiéndole  dos  condiciones,  ambas  fáci- 
les: una  es,  comprender  los  corsarios  que  nosotros  nega- 
mos, pidiéndola  ellos.  Otra,  que  los  confederados  se  com- 
prendan recíprocamente,  que  el  turco  no  podrá  negar;   y 


453 

para  asegurar  mejor  la  entrada  en  Alarache ,  no  enviarla 
armada  fantáslica,  como  el  xarife  dice  que  basta  (porque 
él  consiente  en  el  trato)  sino  ordenaría  al  marqués  de  San- 
ta Cruz  que  á  la  vuelta  de  la  Tercera  se  presentase  en  Ala- 
rache con  la  armada,  para  que  el  xarife  piense  que  no 
puede  burlar  á  V.  M, ;  porque  si  pensaba  mentir,  entrándole 
la  duda  de  poderse  defender  la  fuerza,  escogerá  el  trueco 
que  ha  ofrecido;  y  así  tanto  mejor  hará  la  desecha  que  dice 
con  sus  moros,  cuanto  con  mayor  pujanza  se  presentase 
nuestra  armada.  Nuestro  Señor,  etc. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Cristóbal  de 
Mora,  fecha  en  octubre  de  1584. 

Quéjase  de  que  el  rey  recompensa  mal  sus  servicios. 

Biblioteca  Nacional. —Sala  de  MSS.—EU,foL  286. 

Yo  os  beso  primeramente  las  manos  muy  de  corazón  por 
la  memoria  que  tenéis  de  mis  cosas,  y  por  dispertar  la  mia 
para  que  acuda  á  ellas,  que  no  hay  duda  sino  que  si  S.  M., 
por  tantos  actos  y  tan  continuados  en  espacio  de  treinta 
años,  no  me  tuviese  muy  desengañado  de  las  cosas  del 
mundo  y  de  las  esperanzas  de  la  corte,  mi  negligencia  se- 
ria tan  culpable  como  ahora  lo  seria  mi  voluntad  de  tornar- 
me á  introducir  en  la  manera  de  vivir,  que  me  ha  costado 
tanto  de  la  hacienda  y  de  la  vida  y  de  la  honra  con  muciio 
peligro  del  alma,  por  lo  que  he  llegado  á  deber. 

Decís  que  tenéis  entendido  que  no  huelgo  que  mis 
amigos  traten  mis  cosas  con  S.  M.  Por  cierto  que  así  fuese 
materia  tanto  odiosa;  pero  esa  opinión  podéis  haber  justa- 


454 

mente  concebido  por  dos  cosas:  una,  porque  topándome  una 
noche  en  los  cubiertos,  me  digisleis  que  entendíades  que 
bullía  la  consulta,  y  me  ofreciste  de  hacer  diligencia  por 
mí,  y  yo  lo  eslorbé ;  la  otra  podria  ser  por  haberos  dicho  ó 
mostrado  don  Juan  de  ^úñiga  una  carta  que  le  escribí  el 
año  pasado,  en  la  cual  le  prohibia  estrechamente  que  si 
viniese  á  cuento  buscar  hombres  para  servir,  no  le  pasase 
por  pensamiento  anteponerme,  porque  hasta  que  me  hubie- 
se descargado  de  las  deudas,  seria  degollarme  el  sacarme 
de  aquí.  La  razón  de  no  os  dejar  hablar  en  la  consulta  en- 
tonces os  la  dije,  que  era  porque  ya  se  traslucía  que  me  que- 
ríades  mandar  quedar  en  Lisboa,  y  dígeos  que  yo  camina- 
ba por  la  vía  ordinaria  con  mis  memoriales  y  diligencias 
con  Maleo  Vázquez;  que  no  os  bullésedes,  porque  íemia  que 
hablando  vos  en  ello,  me  sacase  el  rey  por  adahala  de  la 
encomienda  mandándome  quedar  allí.  A  don  Juan  de  Zúñi- 
ga  escrebí  en  aquella  sustancia ,  por  ser  así  que  pagar  es  mi 
j)rimera  y  precisa  obligación ,  y  porque  los  consejeros  nue- 
vos buscan  gente  que  poner  en  plaza ,  cuando  el  rey  le  pro- 
pone esas  formalidades  de  preguntar  quien  es  bueno  para 
cada  cosa,  y  tales  hay  que  creen  que  se  lo  pregunta  de 
veras. 

Poco  antes  ó  después  que  os  hablé  en  los  cubiertos,  di- 
ge  en  la  cámara  del  rey  á  la  chimenea  todo  cuanto  tenia 
en  los  bofes,  es  á  saber:  que  yo  no  pretendía  sino  es  que 
el  rey  me  diese  de  comer,  y  que  no  quería  oficios,  porque 
Jos  mayores  de  la  corte  que  son  las  presidencias,  rehusara 
más  presto,  porque  no  soy  hombre  para  tanto  trabajo,  ni 
viviría  un  año  atado  á  las  obligaciones  ordinarias  de  los 
consejos  con  la  corte  por  cárcel,  á  beneficio  de  los  tabardi- 
llos de  agosto  que  suele  haber  en  Madrid.  Pues  pretender 
lugar  en  casa  de  S.  M.,  no  era  cosa  plalicable,  y  así  lo  que 


455 

me  convenia  era  que  me  diese  de  comer;  porque  siendo  la 
merced  conforme  á  mis  servicios  y  á  los  ejemplos  de  oíros 
que  no  habían  trabajado  mas  ni  tanto,  podria  pagar  mis  deu- 
das y  asentar  en  Toledo  para  criar  mis  hijos  en  la  corte,  y 
que  la  merced  era  medicina  bastante  á  curar  la  hambre,  y 
conservar  la  reputación,  la  cual  no  se  me  daba  un  marave- 
dí que  no  creciese. 

Dígeos  mas,  que  mirando  lodos  los  rincones ,  no  hallaria 
otro  lugar  en  la  corte,  sino  una  plaza  del  Consejo;  porque  se 
puede  disculpar  un  viejo  con  ella  de  residir  allí,  y  aventu- 
rar lo  que  podia  ahorrar  viviendo  no  muy  cerrado,  por  lo 
que  pueda  merecer  por  estar  en  Madrid  haciendo  bullo  como 
el  marqués  de  Aguilar,  sin  tener  obligación  que  le  apriete, 
á  no  buscar  un  lugar  fresco  en  los  caniculares.  Por  señas 
de  haberos  dicho  todo  esto,  me  preguntasteis  aquel  dia  si 
me  parecería  bien  dejar  c\  la  emperatriz  en  Portugal.  Yo 
respondí  que  tenia  eso  hartos  inconvenientes;  pero  que  pen- 
sándolo todo ,  vencian  las  conveniencias ,  y  así  seria  de  pa- 
recer que  la  dejasedes;  y  me  replicasteis  que  adivinábades 
lo  que  había  de  decir,  porque  siempre  votaba  lo  que  me  es- 
taba peor,  y  hasta  ahora  no  sé  por  que  me  estaba  mal  ni 
bien;  pero  no  tengáis  duda  sino  que,  aunque  supiera  que  no 
me  convenia,  digera  lo  mismo  si  entendiera  que  convenia 
á  los  otros. 

Como  entonces  aprobasteis  mi  resolución,  y  no  os  pare- 
ció injusta  ni  aun  viciosa ,  engañóme  el  diablo  y  pedí  al 
rey  la  plaza  del  Consejo.  Esto  no  me  acuerdo  si  os  dige,  y 
creo  que  no;  pero  en  mi  vida  me  arrepentí  de  cosas  más,  y 
vínome  la  flaqueza  por  caerme  á  propósito  en  un  memorial 
que  entonces  se  me  ofreció  darle  de  cosas  suyas,  y  en  él  le 
dige  que  aunque  sabia  que  las  plazas  del  consejo  de  los  prín- 
cipes no  se  les  puede  pedir  á  cuenta  de  servicios  ni  de  coa- 


456 

fianza  de  servirlas  bien,  me  parecía  que  allí  hay  esta  regla, 
que  por  haber  tres  años  que  por  razón  desías  cosas  de  Por- 
tugal S.  M.  me  ocupaba  en  muchas  suertes  de  consejos,  y 
que  no  valiéndome  estos  para  meterme  en  el  suyo,  descu- 
briría S.  M.  al  mundo  mi  insuficiencia  ,  la  cual  me  tenia  yo 
tántes  encerrada  en  el  estómago;  que  le  suplicaba  que  con- 
siderando esto,  hiciese  lo  que  quisiese;  y  aunque  la  petición 
fué  tan  retórica,  ya  os  digo  que  la  vergüenza  y  arrepenti- 
miento que  della  he  tenido  y  tengo  bastaría  á  sanar  otra 
mayor  culpa.  Llegando  pues  á  la  primera  conclusión,  digo 
que  toda  la  merced  que  me  hiciéredes  en  este  sentido ,  es 
á  saber,  que  el  rey  me  dé  de  comer  como  á  don  Juan  de 
Borja,  como  á  don  Fadrique,  como  á  don  Juan  de  Zúñiga, 
como  á  don  Juan  de  Ayala ,  como  á  don  Juan  de  Idiaquez, 
como  al  marqués  de  Santa  Cruz,  que  son  los  caballeros  que 
estriban  en  sus  puros  servicios;  que  yo  no  me  comparo  á 
los  que  el  rey  quiere  apartar  por  su  gusto  para  sí;  y  siempre 
digo  que  esta  merced  será  para  mi  grandísima,  tan  grande 
como  la  misma  cosa  que  pidiéredes  aunque  no  me  la  den. 
Metí  al  marqués  de  Santa  Cruz ,  porque  S.  M.  no  suele  di- 
ferenciar los  servicios  de  la  guerra  de  los  de  la  corte,  sino 
que  remanentes  ad  sarcinas  (1),  tengan  como  en  la  Sagra- 
da Scriptura  igual  porción,  como  los  que  combaten,  aunque 
si  yo  lo  juzgase,  mucho  mayor  se  le  daría. 

A  lo  que  decís  que  me  debe  mover  mi  muger  que  es 
moza  y  mis  hijos,  por  la  condesa  digo,  que  para  después  de 
yo  muerto,  no  hayáis  lástima  ni  á  la  vuestra  tampoco,  por- 
que les  queda  muy  gentilmente  que  comer,  sin  necesidad  de 

(1)  Palabras  del  libro  \ ."  de  les  Reyes, "cap.  30 ,  vers.  24,  que 
dice:  Nec  audiet  ojos  quisquam  super  sermone  hoc:  ccqiia  enim  pars 
erit  descendentis  ad  prcelium ,  et  rcmancntis  ad  sarcinas  ,  et  similiter 
dmdent.   •  í  -ík'.  >iiV'iíiíi  lí^? .  üi  tí  ;^i* J.^ 


457 

pedir  á  Dios  sino  seso.  Cuanto  a  los  liijos,  bien  íia  menester 
que  se  trabaje  por  ellos;  pero  mal  ejemplo  tienen  en  mí  de  lo 
que  eso  les  podrá  aj)rovechar,  porque  mi  padre  trabajó  bas- 
ta la  muerte,  y  ninguna  cosa  me  valió,  si  no  llamáis  paga 
la  de  una  encomienda  que  vale  seiscientos  ducados,  dejan- 
do muclios  de  deuda  y  dándomela  trece  años  después  que 
murió;  y  realmente  S.  M.,  si  no  es  á  los  hijos  de  vosotros 
que  le  andáis  al  rededor,  y  no  á  los  de  todos  (como  se  probó 
en  mí)  no  acostumbra  dar  nada  á  nadie  á  título  de  los  ser- 
vicios de  su  padre;  y  así  cualquiera  hombre  que  le  sobre 
alguna  hacienda,  como  sobra  á  todos  cuantos  no  están  en 
la  corte,  le  aprovechará  más  que  la  esperanza  del  rey  en 
el  usufruto,  á  lo  menos  nadie  tocará  esta  ganancia  cierta 
mediana  por  otra  mayor  que  tiene  más  de  deuda  que  de 
ventaja. 

Mi  consejo  y  mi  ayuda  que  decís  os  servirla  para  guiar 
vuestras  cosas,  tales  como  yo  y  como  ellos  son,  aquí  veréis 
lo  que  os  podrá  aprovechar  para  tratarlas:  pero  cuando  os 
viniere  la  ocasión,  no  fallarán  por  lo  que  desde  aquí  se  pudie- 
re hacer;  que  yo  me  ayudaré  como  el  que  sacan  del  rio. 

Tampoco  os  prohibiré  que  me  procuréis  uno  de  los  go- 
biernos de  Ualia.  Verdad  es  que  el  que  ahora  vaca,  es  muy 
lejos  y  muy  trabajoso  de  servir,  y  esta  palabra  no  he  echa- 
do yo  por  la  boca,  aunque  me  habia  parecido  que  no  tenia 
otro  remedio  para  excusar  y  disimular  el  baque  de  Por- 
tugal, que  antevi  en  Madrid,  y  por  eso  escribí  que  no  pa- 
sarla con  S.  M.  de  la  raya,  ni  entrarla  en  Lisboa;  y  así  lo 
hiciera  si  no  me  llevara  tras  sí  la  consulta  y  la  grita  que 
temí  me  darían  de  retirarme  antes  que  saliese.  Torno  á  de- 
cir que  aunque  de  la  pompa  de  un  cargazo  destos  me  pa- 
reció que  se  podría  hacer  saca  de  lana  para  no  sentir  el  gol- 
pe en  las  costillas,  no  me  resolví  de  hablar  palabra  en  ello. 


458 

Verdad  es  que  yo  no  supe,  y  no  fuera  malo  saber,  que  don 
Juan  dejaba  resolutamente  á  Ñapóles,  basta  que  le  vi  proveí- 
do; y  cuando  el  duque  de  Medina  dejó  el  de  Milán,  ya  ha- 
bía recibido  la  mitad  del  daño  que  quería  encubrir;  y  así 
como  yo  me  movía  por  este  fin  y  no  por  sola  vanidad,  y 
sabia  la  carestía  de  dinero  que  había  en  aquel  Estado,  deter- 
miné de  cerrar  la  boca  y  estarme  indiferente,  aparejado  de 
acetarle  si  me  le  diesen  por  yerro ,  ú  holgarme  sí  le  viese 
proveído,  y  así  fué.  Diréis  vos  ahora:  ¿pues  cómo  concierta 
permJlir  de  nuevo  que  se  bable  en  cosa  semejante,  pasados 
ya  tres  años  mas  de  la  vida,  y  cesando  todas  las  causas  que 
entonces  había  para  desearlo?  Por  cierto  que  no  sepa  respon- 
deros, sino  que  bastan  asacarme  de  lino  los  que  piensan  de.  mí 
que  tomo  lema  de  no  servir,  y  que  el  negocio  seria  imposible 
por  dos  cabos:  uno,  porque  muchos  me  juzgarán  por  indig- 
no del  cargo ,  y  otro  por  el  barranco  de  hacerme  merced 
primero  forzosamente,  pues  yo  no  tengo  otra  forma  de  salir 
de  casa.  Tampoco  prohibiera  que  se  hablara  en  el  oficio  de 
Lisboa,  pareciéndome  de  ahorrar  lo  mismo  que  aquí,  por  lo 
que  crecía  de  sueldo,  y  esta  he  imaginado  que  es  la  diligen- 
cia del  oficio  que  decís  habéis  hecho  sin  mi  orden  en  las  oca- 
siones que  se  han  ofrecido;  pues  no  se  os  ha  ofrecido  otra 
sabiendo  de  mí  lo  que  sentía  los  oficios  de  la  corte,  pues  j)a- 
ra  ninguno  otro  dentro  de  España  saldría  de  casa,  y  no  di- 
go la  razón  que  me  mueve,  porque  tengo  todavía  un  buen 
pedazo  que  servir. 

Yo  os  doy  mi  palabra  y  os  juro  por  el  hábito  que  tengo, 
que  cuando  ayer  leí  lo  que  me  escrebís  sobre  si  me  parecía 
bien  volver  á  encaminar  lo  que  se  trató  en  Lisboa ,  así  me 
ayude  Dios  que  no  lo  entendí ,  y  que  me  determiné  sin  du- 
dar nada,  que  lo  decíades  por  un  negocio  que  tratamos 
después  que  el  rey  me  dejó  en  blanco  en  la  consulta  de  pe- 


I 


559 

dir  acá  en  Portugal  unas  tierras  para  juntar  con  las  mías,  y 
envíelas  á  ver,  y  estaban  arrendadas  en  tres  mil  y  seiscien- 
tas hanegas  de  cebada  y  mil  de  trigo,  que  aunque  esto  se  da 
perpetuo,  no  montaba  tanto  como  una  desas  buenas  enco- 
liiiendas  que  tenían  frutos  caídos  reduciendo  lo  uno  y  lo 
otro  á  dinero.  Dígeos  entonces,  que    para  quitar  la  conse- 
cuencia diría  masque  era  trueco,  porque  yo  daría  al  rey  el 
derecho  que  tengo  á  la  recompensa  de  la  jurisdicción  de  Por- 
talegre.  Dejólo  de  proponer,  porque  había  pensado  que  el  de- 
recho era  vano,  y  averigüé  después  que  le  tenía  muy  gran- 
de, y  no  quise  proponer  el  trueco,  ni  era  justo  resumir  allí 
por  una  parte  mis  servicios ,  y  por  otra  ceder  el  derecho  de 
mis  hijos,  y  así  se  quedó.  Y  porque  se  atravesó  este  derecho, 
aquí  quiero  hablar  en  él:  que  aunque  la  digresión  sea  gran- 
de, yo  volveré  donde  partí.  Lo  que  desto  dicen  los  letrados, 
puesto  que  no  lo  osan  afirmar  muchos  de  miedo,  es,  que 
S.  M.  no  tiene  que  alegar  para  defenderse ,  y  lo  que  se  ha 
reclamado,  siempre  lo  excluye,  y  fuera  dello  han  por  bas- 
tante mí  probanza ,  que  consiste  en  lo  que  por  mis  donacio- 
nes y  algunas  cartas  auténticas  consta.  Esto  quedó  en  no 
querer  S.  M.  que  se  tratase,  con  una  tácita  negación,  man- 
dando consultar  en  algún  punto  á  su  confesor.  Yo  señor  ten- 
go también  confesor  y  hijos,  y  así  lo  menos  que  puedo  ha- 
cer en  esto  sin  pecar,  es  enviarle  mis  papeles,  que  sin  bártu- 
los los  entenderá;  y  sí  todavía  le  parece  que  S.  M.  no  me 
debe  nada ,  salvarle  há  su  teología ,  y  no  la  ignorancia  in- 
vencible que  podrá  alegar  sí  no  los  vé. 

Torno  á  lo  que  dije  de  no  haber  entendido  lo  que  queríais 
decir,  si  me  parecía  bien  que  tornásedes  á  encaminar  lo  que 
se  trataba  en  Lisboa ,  y  así  fué  que  reviéndolo  á  la  noche, 
vi  lo  que  decíades  por  tornarme  al  Consejo  que  allí  reside, 
y  pudiérame  congojar,  porque  ya  visteis  la  aflicción  que  me 


460 

causó  en  Lisboa,  que  fué  grande  cierto;  pero  antes  me  afe- 
gro  pues,  tenia  aquello  por  acabado  para  mí,  que  eso  ya  se 
vé  ello  mismo,  y  que  Miguel  de  Mora  puede  estar  en  Saca- 
ben  toda  la  semana,  y  Pedro  de  Alcazoba  en  su  casa,  por- 
que aquel  negocio  es  sombra  sin  cuerpo.  Será  mentira,  pues 
vos  lo  resucitáis;  pero  cuantos  estudiantes  vuelven  aquí  de 
Lisboa,  afirman  esto  por  cosa  llana  y  descubierta,  y  así  se 
cree  universalmente.  Pues  ¿de  qué  sirve  poner  allí  un  bom- 
bre  mas  de  que  se  burlen?  Vamos  á  las  ventajas  que  decís 
de  honra  y  de  provecho:  de  honra  deseo  saber  qué  se  habia 
de  hacer  conmigo,  porque  yo  pienso  que  nada;  antes  creo 
que  se  aparejó  una  ocasión  de  recibir  allí  una  bofetada  cada 
dia,  que  yo  por  ahora  me  callo,  si  ya  S.  M.  no  quiere  ade- 
lantar por  el  tratamiento  mi  casa,  pues  todas  las  de  casa 
han  recibido  aumento  con  su  felice  sucesión ,  y  ninguna  es 
de  tan  criados  deslos  reyes,  y  ninguna  deja  de  tener  mu- 
cha m'erced  recibida  sino  esta  de  Portalegre,  que  no  tiene 
un  solo  real  de  tenza  (i)  ni  de  encomienda  ni  de  otra  mane- 
ra. Esta  será  grandísima  merced  que  yo  pienso  suplicar  á 
S.  M.,  y  para  ello  os  guardo,  y  si  esto  es  lo  que  significáis, 
daros  hé  albricias.  Decís  también  de  provecho:  eso  entiendo 
menos,  porque  yo  pago  aquí  lo  que  vale  el  campo  que  llaman 
Regücngo,  y  lo  que  valieron  las  islas  de  donde  me  vienen 
los  cueros  y  lo  que^ tengo  en  Castilla.  Preguntad  á  todo  el 
mundo  lo  que  esto  suele  valer,  pues  á  mí  me  basta  aquí  lo 
que  pueda.  Fué  Dios  servido  que  yo  pagase  mucho  menos, 
porque  me  llevó  don  Antonio  dos  años  los  cueros,  y  el  pasa- 
do mató  Dios  con  una  seca  nunca  vista  los  ganados,  y  am- 
bos años  faltó  el  pan ,  y  el  pasado  perdí  mil  cruzados  jus- 
tos, por  no  los  vender  en  las  eras,  por  loque  después  bajó. 

(1)  Renta  señalada  por  el  rey  en  premio  de  aleunos  servicios. 


461 

Mirad  qué  fuera  de  mi  en  Lisboa:  son  trabajos  del  cielo,  y 
mucho  menores  que  los  pecados,  y  del  mismo  cielo  se  pue* 
de  esperar  certísimo  el  remedio ;  pero  señor  que  tiene  que 
hacer  el  servicio  con  la  paga  del  servicio  pasado,    válamc 
Dios  amen.  Yo  solo  en  el  mundo  he  de  ser  remunerado  con 
servicios  futuros,  so  pena  de  perder  los  pasados.  ¿Qué  puede 
el  rey  querer  ya  de  mí?  ¿que  le  sirva  treinta  años  de  valde? 
Ya  lo  he  hecho.  ¿Que  venda  cuanto  tenia  sin  jugar  un  real 
ni  comprar  un  brinco  por  solo  servirle?  Ya  lo  hice.  ¿Que 
me  cargue  de  50,000  ducados  de  deuda?  Tanto  debo.  ¿Que 
venda  mi  cama  y  mis  botones,  y  mis  espadas  en  la  puerta 
de  Guadalíijara?  Ya  las  vendí.  ¿Que  vaya  de  hambre  á 
Oran?  Ya  fui.  ¿Que  digan  que  iba  desterrado  por  traidor? 
\^a  lo  digeron.  ¿Que  me  maltraten  allá  sus  ministros  y  me 
levanten  un  falso  testimonio,  y  me  destierren  sin  culpa? 
Así  se  hizo.  ¿Que  hagan  capitán  general  al  que  lo  causó,  de 
la  misma  plaza,  habiendo  cometido  otro  grave  delito?  Así 
pasó,  y  á  mí  me  pagaron  con  darme  licencia  de  tornar  allá 
á  ser  su  soldado.  ¿Que  sea  su  embajador  de  Portugal,  que 
era  la  mas  ruin  embajada?  Aceptóla.  ¿Qué  dando  á  todos 
ayuda  de  costas,  no  me  la  diese  á  mi?  No  me  la  dieron. 
¿Que  pusiese  catorce  mil  ducados  de  mi  casa?  Tantos  me 
costó  la  embajada,  aunque  entran  en  los  30,000.  ¿Que  fuese 
á  Berbería  y  perdiese  un  brazo  en  la  batalla?  Ya  lo  perdí. 
¿Que  fuese  vil  y  cruelmente  esclavo?  Fuílo.  ¿Que  viniendo 
á  España  le  suplicase  me  dejara  por  amor  de  Dios  venir  á 
mi  casa  á  curarme,  y  no  temiese  que  desacomodaría  sus 
ministros,  porque  serviría  á  su  embajador  y  á  sus  duques  y 
á  sus  dotores,  y  me  metería  en  una  quinta?  No  quiso.  ¿Que 
por  esto  fuese  la  condesa  constrañida  á  no  salir  de  un  lugar 
apestado  y  dentro  de  sus  puertas  se  hiriesen  once  criados? 
Tantos  fueron  y  murieron  los  mas.  ¿Que  no  me  hallase  á  la 


462 

fuerte  del  con  Je,  y  perdiese  por  ello  un  gran  golpe  de  ha- 
cienda? Así  la  perdí.  ¿Que  por  convenir  á  su  servicio  vinie- 
se á  Lisboa  á  refrendar  el  conde  de  Porlalegre  por  provisión 
del  duque  de  Alba?  Vine  y  servíle  en  ello  mucho.  ¿Que 
liecho  esto  se  proveyesen  cuantas  encomiendas  hay  en  Es- 
paña, y  no  me  tocase  ninguna,  habiendo  salido  aquel  año  y 
ti  pasado  ochenta  huesos  por  cuenta  de  una  herida  que  re- 
cibí en  su  servicio?  Todos  lo  saben  que  no  me  vio  nadie  el 
rostro  torcido,  ni  hablé  palabra  de  queja.  Dígalo  toda  la  cor- 
te y  S.  M.  mismo.  Pues  mas  queda  que  hacer:  que  llegado 
á  este  punto  no  me  consienta  el  mundo  tomar  dos  horas  de 
liempo  si  las  tuviere  de  vida,  para  pagar  con  el  mayoraz- 
go de  la  condesa  estas  deudas  ,  poniendo  en  peligro  el  alma 
si  dejo  pasar  el  tiempo  que  tengo  para  pagar  con  el  mayo- 
razgo ageno  las  deudas  coniraidas  en  otro  reino,  ó  por  ser- 
vicio de  otro  príncipe  que  no  tenia  que  ver  con  esta  hacien- 
da. Si  esto  es  malo  y  lo  quiere  ser;  si  se  ofende  Dios  de  lo 
contrario,  no  quiero  ofendelle  mas,  ni  oso,  porque  no  estoy 
en  edad  de  burlas  con  el  alma. 

También  es  tiempo  de  desnudarme  la  persona  de  supli- 
cante, que  es  oficio  indignísimo  para  viejos  cuando  se  hace 
mecánicamente.  Yo  tendré  cuidado  de  hacer  á  S.  M.  algu- 
nos recuerdos  por  vuestro  medio  y  por  vos,  pero  desconfia- 
damente, como  hombre  que  conoce  que  esto  no  viene  por 
voluntad  de  un  tal  príncipe,  sino  por  permisión  del  rey  de 
ios  reyes.  Nuestro  Señor  etc.  De  Gondexa. 


46S 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  al  secretario  Mateo 
Vázquez f  fecha  enjillió  de  1585. 

Le  agradece  el  interés  con  que  trata  sus  cosas. — Expone  los  moti- 
vos que  le  obligan  á  rehusar  la  presidencia  de  las  Ordenes,  ma* 
nifestando  al  mismo  tiempo  que  cargos  le  seria  mas  conveniente 
desempeñar. 

BiUioieca  Nacional— Sala  de  MSS.—E  S4,  foL  111. 

Razón  es  que  de  seis  á  seis  meses  rae  perdone  Vm.  la 
molestia  de  una  carta  escrita  para  solo  besarle  las  manos  por 
las  mercedes  que  se  me  trasluce  que  siempre  me  hace  sin 
podérselo  merecer.  Dios  se  lo  pagará;  y  aunque  este  es  len- 
guaje de  afligidos,  y  yo  no  lo  estoy,  todavía  es  el  más 
cierto. 

En  lo  que  toca  á  la  presidencia  de  las  Ordenes,  si  Vm. 
me  ha  propuesto  para  ella,  ha  sido  grandísima  merced,  poi* 
ser  este  oficio  mas  calificado  que  yo  merezco ,  y  así  lo  con- 
fieso y  lo  conozco  llanamente;  pues  las  presidencias  son  los 
mas  altos  puestos  de  Castilla  al  juicio  de  todos*  Mas  sin  em- 
hargo  desto,  suplico  á  Vm.  que  no  lo  prosiga,  por  las  ra- 
zones que  sencillamente  tengo  dichas  ó  escritas  á  S.  M.  en 
uno  de  aquellos  papeles  que  de  aquí  le  envié  el  año  pasa- 
do, las  cuales  se  reducen  en  suma  á  ser  estos  oficios  tan 
contra  mi  natural  inclinación ,  que  realmente  no  soy  para 
ello,  porque  según  el  orden  perpetuo  y  continuo  destos  Con- 
sejos, cuando  no  son  letrados  los  que  los  sirven,  á  lo  menos 
conviene  que  sean  hombres  muy  ejercitados  y  aplicados  á  ne- 
gocios; y  ya  me  faltan  fuerzas  á  mí  para  seguir  este  curso 
sin  intermisión  ivierno  y  verano.  Demás  desto,  aunque  yo 
rae  arranque  de  Portugal  de  buena  gana  por  residir  en  mi 


464 

patria,  y  mas  cerca  del  servicio  de  S.  M.,  no  podria  ocu- 
parme ea  cosa  que  precisamente  me  embarazase  de  acu- 
dir por  acá  y  cuando  conviniese  alguna  temporada  no  po- 
dria excusarse,  así  por  razón  de  mi  liacienda,  como  de  mi 
oíicio.  Tiene  también  este  de  las  Ordenes  ciertas  dificulta- 
des propias,  que  me  faltan  fuerzas  para  poderlas  superar. 
Una  es  la  conservación  de  la  jurisdicion,  y  la  principal  la 
obligación  de  examinar  linajes ;  y  el  trabajo  de  satisfacer  á 
este  punto  que  cansa  á  los  reyes,  cuanto  mas  cá  los  pobres 
ministros,  no  son  bombros  los  mios  para  esta  carga;  y  for- 
zar una  naturaleza  blanda  á  usar  el  rigor  con  que  esto  se  de- 
be tratar,  es  martirizar  un  hombre.  Una  información  destas, 
que  dejase  lastimado  á  un  caballero ,  me  costaría  á  mí  la 
vida,  ó  me  la  baria  vivir  amarga.  Por  amor  de  Dios  que 
Vm.  me  crea  estas  verdades  para  desviarme  deste  camino, 
por  donde  tantos  mas  beneméritos  querrán  ir. 

Cuando  se  ofreciere  ocuparme  S.  M.  en  el  gobierno  de 
una  de  esas  provincias  de  Italia  por  dos  ó  tres  años,  dis- 
porníame  á  ello  por  ser  cosa  temporal,  y  fácil  de  dejar  y  ca- 
lificada. Cuando  me  quisiese  honrar  con  una  plaza  de  su 
Consejo,  seria  también  muy  gran  merced;  porque  demás 
de  ser  plaza  que  honra  las  canas  de  un  viejo  y  los  huesos 
de  un  muerto ,  no  tiene  obligación  precisa  de  residencia,  ni 
horas  continuas  ni  determinadas,  ni  materias  de  escrúpu- 
los. Y  oso  hablar  libremente  así  en  estos  cargos  (que  no  me- 
rezco) porque  no  lOvS  pido  ni  los  pretendo  ni  otros  ningu- 
no, ni  he  desmenuzado  estas  particularidades  á  otro  fin, 
que  por  hacer  capaz  á  Vm.  de  las  cosas  para  que  tengo  obli- 
gación y  disposición ;  porque  pues  me  desea  hacer  merced 
en  todas,  no  baria  lo  que  debo,  si  no  le  declarase  que  para 
muchas  no  valgo  nada. 

Imagino  que  Vm.  debe  andar  ya  muy  cansado  de  esa 


465 

peregrinación  tan  luenga  y  trabajosa  de  suyo ,  sin  la  aña- 
didura de  tantas  ocupaciones.  Dios  nos  vuelva  al  rey  con 
salud  y  con  brevedad :  que  cierto  revuelve  la  sangre  oir, 
que  tiene  gota  ó  cualquier  indisposición,  que  baga  imagi- 
nar que  no  es  de  acero.  Aquí,  loado  á  Dios,  tenemos  salud 
y  el  deseo  que  siempre,  de  servir  á  Vm.,  cuya  muy  ilus- 
tre persona  Nuestro  Señor  guarde.  De  Gondexa. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Juan  de  Zúñi- 
gay  comendador  mayor  de  Castilla,  fecha  en  agosto 
de  1586. 

Le  agradece  el  interés  que  se  toma  en  sus  cosas,  y  se  queja  de  la 
conducta  del  rey  en  lo  que  mira  á  su  colocación. 

Biblioteca  Nacional,— Sala  de  MSS,~E  54,  foL  284. 

Beso  las  manos  de  V.  E.  mil  veces  por  la  cuenta  que 
me  da  en  su  carta  de  42  del  presente,  de  lo  que  habia  pasa- 
do en  la  plática  que  se  movió  sobre  ocuparme  S.  M.  aquí 
más  de  lo  que  yo  me  estoy,  y  también  por  la  honra  que 
V.  E.  me  hace  en  juzgar,  que  fuera  de  la  corte  no  me  es- 
taba bien  los  segundos  oficios,  que  así  es  ello  por  decir  ver- 
dad, y  todos  nos  acordamos  que,  cuando  el  marqués  de  Mon- 
dejar  fué  á  servir  personalmente  su  oficio  en  Granada ,  no 
quedó  caballero  en  aquella  ciudad,  y  dejaron  sus  casas  y 
sus  jardines ,  siendo  todos  parientes  y  amigos  suyos.  Más 
con  todo,  nunca  hice  esta  consideración  á  fin  de  no  acetar 
lo  que  S.  M.  mandase,  sino  para  congeturar  que  no  lo  man- 
daría. Otras  son  las  que  entonces  se  movieron  y  compelie- 
ron á  no  quedar  aquí:  primeramente,  mi  necesidad  que  yo 

Tomo  XLíIÍ.  30 


466 

no  podia  resistir  ni  disimular  una  hora  más,  porque  ya  te- 
nia el  lazo  al  cuello.  Lo  segundo,  el  baque  de  la  autoridad 
que  habia  dado;  porque  esta  gente,  desde  que  aquí  entré, 
y  especialmente  desde  que  volví  á  África,  se  habían  imagi- 
nado que  era  hombre  de  cuenta,  y  que  el  rey  la  hacia  de 
mí  sin  persuadírselo  yo,  sino  que  se  engañaron  ellos,  pero  no 
lardaron  en  desengañarse  de  lo  que  S.  M.  tardó  en  poner 
aquí  sus  pies,  y  bien  lo  antevi,  y  estuve  resuelto  de  no  lle- 
gar á  Lisboa,  sino  apartarme  desde  Tomar,  que  era  lo 
acertado;  pero  arrastróme  la  consulta,  y  asi  no  pude  excu- 
sar de  venir  aquí.  Juntóse  á  esta  declinación  el  no  hacerme 
S.  M.  merced  por  mis  servicios  ni  por  las  obligaciones  que 
los  reyes  deslos  reinos  tenían  á  mi  casa,  que  eran  muchas, 
y  quedar  excluso  de  un  jubileo  que  alcanzaba  á  los  muertos 
y  a  los  descomulgados.  Entonces  ya  los  que  juzgaban  que 
me  desestimaba,  creyeron  que  me  aborrecía.  Este  trance 
fué  tan  rigoroso  de  pasar  en  Portugal,  que  pudiera  yo  que- 
dar vano  y  aun  soberbio  de  haberme  portado  como  hom- 
bre de  bien  en  él,  y  de  que  los  portugueses  no  llegasen,  que 
no  llegaron  á  tirarme  con  el  lodo  á  los  hocicos  ,  mayor- 
mente caminando  por  la  disimulación  y  por  la  paciencia, 
que  son  caminos  bajos,  seguros  del  precipicio,  pero  muy 
espuestos  al  menosprecio.  En  esta  postura  me  quería  S.  M. 
dejar  en  compañía  de  tres  hombres  levantados  á  lugares  y 
dignidades  que  no  pudieran  soñar  conforme  á  los  estilos 
viejos,  gratificados  larguísimamente  de  servicios  que  no  hi- 
cieron, diestrísimos  de  los  embustes  de  la  corte,  y  de  co- 
nocer y  segundar  los  humores  de  los  príncipes,  unidos  en- 
tre sí  con  una  concordia  indisoluble,  y  que  todavía  el  tiem- 
po atrás  cabe  cualquier  conde  de  Portalegre  (que  no  fuera 
yo)  hubieran  de  estar  con  respeto  (á  lo  menos  fingido).  No 
era  tiempo  este,  ni  era  lugar  este,  ni  son  circunstancias  es- 


467 

las  para  que  yo  entrase  en  este  golfo  por  la  mano  de  un 
rey  á  quien  habla  servido  treinta  años,  que  me  halló  acá 
honrado  y  heredado  por  la  de  otro  rey  que  trató  conmigo 
seis  meses.  Esto  es,  señor,  lo  que  entonces  pasó  puntual- 
mente, y  después  lo  que  V.  E.  sabe;  y  aunque  se  ha  va- 
riado poco  con  el  tiempo,  por  tener  yo  todavía  deudas  grue- 
sas, y  estarse  lo  demás  en  la  misma  forma  con  todas  las  ex- 
cusas que  ahora  representé  á  S.  M.,  fueron  otras  como 
V.  E.  habrá  visto,  y  la  mayor  parte  dellas  que  han  respeto 
á  su  derecho  y  á  su  servicio ,  por  no  ser  conveniente  que 
tan  presto  entre  hombre  castellano  á  juzgar  los  merecimien- 
tos de  los  portugueses,  y  destribuirles  las  mercedes  y  los 
castigos;  y  por  convenir  mucho  que  en  mi  casa  que  es  pú- 
blica por  razón  de  mi  oficio,  hallen  donde  reparar  y  comu- 
nicar sus  cosas  y  esfogar  sus  vanidades ,  porque  de  tener 
ellos  este  refugio,  resulta  poderse  encaminar  lo  que  convie- 
ne al  servicio  de  S.  M.  en  muchos  particulares,  y  no  le  ter- 
nian  si  el  rey  me  tornase  de  abogado  juez.  Nuestro  Se- 
ñor etc. 


468 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S.  M,,  fecha  en  oc* 
tubre  de  1589. 

Se  lamenta  de  la  información  secreta  que  se  ha  mandado  hacer 
contra  él,  alegando  en  su  favor  los  notables  servicios  que  acaba 
de  prestar  en  Portugal. 

Biblioteca  NactoíiaL— Salude  MSS.-—E  54,  fol.  1,** 

SEÑOR. 

^xji  Habiendo  recebldo  una  carta  de  V.  M.  firmada  de  su 
'mano,  escrita  en  Lisboa  á  9  del  pasado,  por  la  cual  me  ha- 
ce V.  M.  merced  de  aprobar  el  cuidado  con  que  le  be  ser- 
vido, tuve  juntamente  aviso  por  un  papel  sin  firma  y  por 
una  persona  religiosa ,  de  la  información  secreta  que  sobre 
el  mismo  caso  V.  M.  mandó  tomar  al  corregidor  desta  ciu- 
dad ,  la  cual  descubrieron  en  esta  forma  algunas  personas 
de  quien  se  informó,  porque  no  les  cupo  en  el  cuerpo  la 
admiración,  y  no  ha  bastado  decir  á  V.  M.  que  se  manda 
informar  para  hacerme  merced ;  porque  en  este  reino  no 
hay  menos  vulgo  que  en  otros,  y  todos  saben  destas  cosas 
aun  mas  de  lo  que  les  toca ;  y  asi  no  han  querido  interpre- 
tar esto  como  suena,  sino  atribuirlo  á  la  benignidad  de 
V.  M.  que  se  estendiese  hasta  los  que  tienen  por  culpados, 
y  discurren  que  por  vía  de  corregidores  no  se  examinasen 
merecimientos  sino  delitos. 

Esto,  señor,  hablando  sencillamente  con  el  acatamien- 
to que  debo  á  V.  M.,  no  pienso  que  ha  convenido  á  su  ser- 
vicio; porque  en  los  casos  semejantes  importan  mas  los  ac- 
cidentes que  la  substancia ,  y  no  es  de  menor  inconvenien- 


469 

te  significar  la  duda,  que  dejarla  de  averiguar,  no  siendo 
yo  acusado  de  haber  agraviado  á  algún  particular,  como 
se  conjetura  de  mandar  V.  M.  al  corregidor  que  proceda 
en  secreto ,  pues  no  lo  pide  la  justicia  entre  parles  ;  y  si  lo 
soy  de  no  haber  procedido  como  debia,  por  muchas  razones 
parece  también  que  podia  V.  M.  tener  por  sospechosa  la  in- 
tención de  quien  le  avisó. 

Primeramente  no  puede  ser  limpio  el  celo  de  escarbar 
con  daño  de  tercero  lo  que  no  ha  menester  remedio,  como 
en  este  caso  que  el  negocio  es  acabado,  y  el  inconveniente 
no  es  venido;  porque  cuando  yo  fuera  un  hombre  muy  pru- 
dente y  ejercitado  en  mayores  cosas,  no  me  pidiera  el  mun- 
do más  de  lo  que  aquí  se  hizo,  ó  faltándome  en  estas 
ambas. 

Dentro  de  ocho  dias  que  llegué ,  tenia  hecho  en  la  ciu- 
dad y  en  la  comarca  todo  lo  que  V.  M.  me  mand();  alistá- 
ronse la  gente  y  las  armas ;  ordenáronse  los  cabos  á  quien 
hablan  de  obedecer;  previniéronse  las  guardias  y  los  avisos 
á  cada  lugar  de  la  parte  á  donde  habia  de  acudir ;  visitá- 
ronse las  personas  que  desto  se  habían  encargado  para  sa- 
ber lo  que  iban  haciendo;  túvose  el  ojo  abierto  con  mucha 
vigilancia  sobre  los  hombres  que  podian  ser  sospechosos; 
comunicóse  al  obispo  por  autorizar  su  persona,  todo  lo  que 
se  le  ordenaba. 

Desembarcados  los  ingleses  en  Peniche,  despaché  por 
tres  partes  á  saber  el  progreso  que  hacia n,  y  reconocerlos 
dentro  en  su  campo,  como  se  hizo  en  Torres  Vedras,  y 
más  particularmente  en  Lores.  Ordenóse  que  en  esta  ciu- 
dad se  guardasen  las  puertas,  y  me  trugcsen  todas  las  car- 
tas y  personas  que  atravesasen  de  arriba  y  de  ahajo.  Man- 
dóse rondar  la  ciudad  todas  las  noches  por  un  vereador  ó 
capitán.  Júntelos  en  la  cámara  y  en  mi  casa  diversas  veces 


470 

para  persuadirles  lo  que  habían  de  hacer  y  desengañarlos 
de  los  temores  vanos,  y  que  no  imaginasen  que  si  entonces 
me  faltaban  fuerzas,  no  me  fallarian  en  la  mayor  adversi- 
dad (que  Dios  no  permitiría).  Díles  á  entender  las  nuevas 
conforme  á  la  ocasión,  sin  mentirles  ni  declararles  lo  que 
convenia  que  no  supiesen.  Tuve  ordinaria  correspondencia 
con  Pedro  Bermudez;  encaminé  los  socorros  que  bajaban 
con  toda  diligencia;  avisé  á  S.  A.  de  cuanto  pasaba,  y 
guardé  puntualmente  sus  órdenes;  advertí  á  los  obispos  de 
Guarda  y  Viseo  de  lo  que  me  pareció  convenir  al  servicio 
de  V.  M.,  y  ambos  tienen  seso  y  confiesan  que  se  hallaron 
bien  dello,  y  se  apercibieron  con  mucha  costa  y  diligencia 
para  acudir  á  esta  ciudad,  si  yo  se  lo  pidiese;  alojáronse 
2,000  soldados  de  don  Juan  del  Águila  sin  rumor,  y  con 
la  menor  opresión  del  pueblo  que  fué  posible. 

Esto  es  bueno  ó  malo  lo  que  se  proveyó ;  lo  que  resultó 
fué  que  en  esta  alteración  de  tiempos  y  de  humores ,  no 
hubo  hombre  que  se  menease,  y  todas  las  personas  públi- 
cas de  mayor  ó  menor  estimación  y  condición,  sirvieron  á 
V.  M.  lo  que  les  ordené,  con  la  prontitud  que  yo  podía  de- 
sear; y  siendo  la  ciudad  compuesta  de  diferentes  jurisdic- 
ciones y  de  gente  privilegiada  por  diferentes  modos ,  todo 
esto  estuvo  conforme  y  unido ;  y  cuando  parecía  que  podía 
declinar  la  autoridad  de  las  justicias  de  V.  M.,  nunca  en 
tiempo  alguno  fueron  mas  obedecidas  y  respetadas.  Y  final- 
mente, siendo  Goimbra  una  de  las  ciudades  de  Portugal  de 
quien  monos  confianza  se  tenia ,  no  hubo  otra  en  el  reino 
que  mas  quietamente  procediese,  y  la  que  se  le  igualare 
habrá  hecho  cuanto  basta. 

Lo  mismo  sucedió  en  la  comarca,  porque  en  cada  pue- 
blo se  encargaron  las  cosas  á  personas  que  dieron  buena 
cuenta  dellas,  y  lo  que  se  podría  eslimar  es,  que  siendo 


471 

Monlemor  una  villa  poblada  de  gente  rica  y  briosa,  y  que 
aplican  sus  pasiones  particulares  á  las  opiniones  que  siguie- 
ron en  las  alteraciones  pasadas,  y  todo  el  año  dan  en  que 
entender  á  las  justicias  eclesiásticas  y  seglares  del  duque  y 
de  V.  M.,  todavía  en  esta  ocasión  estuvieron  tan  concordes 
y  acudieron  á  mí  con  tanta  diligencia  u-nos  y  otros,  como 
si  nunca  hubiera  discordia  ni  parcialidad  en  aquel  lugar, 
lo  cual  me  dio  la  vida  para  no  obligarme  á  volver  las  espal- 
das á  Goimbra ,  que  es  lo  que  mas  importó  para  tenerla  en 
freno;  porque  los  hombres  de  juicio  no  temian  los  ingleses 
que  estaban  lejos  y  embarazados,  sino  algún  desconcierto 
del  pueblo  fácil  de  inducir  á  robar  los  ricos,  de  que  hu!)o 
algunos  indicios,  que  aunque  salieron  inciertos ,  no  lo  fue- 
ran si  yo  me  ausentara. 

Si  este  efeto  se  consiguió  por  los  medios  que  ahora  se 
ven,  no  sé  cómo  se  justificará  el  celo  de  quien  los  habia 
aprobado,  no  habiendo  parte  agraviada  como  yo  imagino, 
porque  no  es  cosa  que  se  encubre. 

Demás  desto,  ha  de  ser  muy  sospechosa  la  mesma  pes- 
quisa secreta  hecha  de  portugueses  contra  castellanos,  en 
materia  del  servicio  de  V.  M.:  que  aunque  no  hay  hombre 
en  Castilla  que  los  tenga  por  tan  seguros  como  yo,  y  me 
aparto  mucho  desto  de  la  opinión  común,  todavía  aunque 
este  reino  esté  trabado  con  lo  demás  de  V.  M.,  no  ha  teni- 
do tiempo  de  estar  unido,  ni  es  de  espantar  que  no  se  sa- 
tisfagan, porque  este  servicio  sea  tan  puro  y  tan  sin  liga  de 
ctros  respetos,  para  el  cual  no  convenia  que  en  Portugal  se 
desengañasen  de  la  confianza  que  V.  M.  podia  tener  á  un 
caballero  que  le  ha  servido  siempre  y  estaba  acá  heredado; 
porque  mientras  creyesen  que  V.  M.  la  tenia,  podría  ser  ins- 
trumento hábil  para  su  servicio,  y  ahora  parecerá  á  los  es- 
cuderos de  Goimbra,  que  tengo  la  cabeza  en  sus  manos,  y 


♦7« 

que  pende  de  lo  que  ellos  testificaren,  la  opinión  que  V.  M. 
ha  de  tener  de  mí.  La  honra,  señor,  no  es  como  la  vida  y 
la  hacienda ,  que  perdiéndolas  quedan  servidos  los  reyes; 
porque  si  se  pierde,  no  queda  el  rey  servido,  sino  el  vasa- 
llo inhabilitado.  Y  así  certifico  á  V.  M.  que  me  duele  mu- 
cho mas  este  golpe,  porque  resulta  en  su  deservicio,  que 
perla  parte  que  me  toca:  que  á  mí  bien  me  estaba  la  noti- 
cia del  mundo,  que  la  edad  mete  en  casa  de  cualquier  ig- 
norante, para  no  espantarme  de  nada  y  atribuir  mis  traba- 
jos á  mis  pecados. 

Suplico  humildemente  á  V.  M.  me  mande  declarar  lo 
que  han  dicho  de  mí,  que  será  el  mejor  medio  para  exami- 
nar mis  faltas,  porque  no  lo  pido  para  encubrirlas,  sino  para 
confesarlas;  y  sea  V.  M.  cierto  que  no  le  dirán  mas  verdad 
los  denunciadores,  ni  el  corregidor  ni  los  testigos.  También 
suplico  á  V.  M.  me  haga  merced  de  mandar  romper  esta 
carta,  porque  no  me  basta  el  ánimo  para  no  correrme  que 
se  vea  en  algún  Consejo. 

Lo  que  V.  M.  manda  (por  lo  que  aviso  al  principio  des- 
ta)  cerca  del  licenciar  las  personas  que  tenia  ocupadas  en 
su  servicio,  y  desistir  de  mi  comisión,  tenia  hecho  desde 
que  los  enemigos  se  alargaron  de  Galicia.  Nuestro  Señor  etc. 


475 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S,  M.y  fecha  en 
marzo  de  1591. 

Representa  los  incoavenienles  que  traería  consigo  la  separación  del 
archiduque  Alberto  del  gobierno  de  Portugal. 

Biblíoieca  Nacional. — Sala  de  MSS. — E  54,  fol.  76  vto, 

SEÑOR. 

Yo  vine  aquí  por  suplicar  á  V.  M.  sea  servido  de¡to- 
mar  resolución  en  los  particulares  que  contiene  el  memo- 
rial que  di  á  V.  M.  por  el  mes  de  enero,  y  he  dejado  correr 
tanto  tiempo  por  no  importunar  á  menudo  á  V.  M. 

En  esta  conformidad  hablé  á  don  Cristóbal  antes  que 
adolesciese,  el  cual  me  apuntó  la  plática  pasada  de  ocu- 
parme V.  M.  en  Lisboa,  que  yo  tenia  por  acabada,  no  tan- 
to por  las  novedades  que  me  han  sucedido  después,  cuanto 
por  haber  creido  que  V.  M.  no  trataba  ya  de  sacar  al  señor 
cardenal  de  aquel  reino,  cosa  en  que  tanto  se  aventura;  y 
que  al  respeto  deslo  importa  poco  mi  despacho.  Suplico  á 
V.  M.  humilmente  sufra  que  yo  le  acuerde  lo  que  acerca 
dello  me  ocurre,  antes  de  entrar  en  mis  particulares. 

Las  consideraciones  que  se  deben  haber  representado  á 
V.  M.  para  sacar  de  allí  á  su  sobrino,  son  dos  ó  tres:  la 
primera,  que  su  gobierno  no  puede  ser  perpetuo,  ni  puede 
ser  que  haya  siempre  oportunidad  de  poner  allí  algún  prín- 
cipe; y  pues  algún  dia  se  ha  de  hacer  esta  prueba,  no  im- 
porta hacerla  luego,  antes  converná  irla  experimentando, 
como  sucede,  para  quitar  ó  añadir  lo  que  convenga. 

La  segunda  consideración  para  confirmar  esta,  es  que 


474 

ya  los  portugueses  han  probado  este  gobierno  de  cualro  ó 
cinco  caballeros,  y  así  no  les  parecerá  novedad  estar  sin 
príncipe,  ni  mudarse  el  gobierno  de  uno  á  muchos. 

Lo  tercero  que  puede  haber  movido  á  V.  M.  es  la  ins- 
tancia de  su  sobrino,  y  el  justo  sentimiento  que  puede  te- 
ner que  se  alargue  tanto  á  su  ausencia ,  por  el  deseo  que 
también  terna  de  hallarse  cerca  de  V.  M.  y  de  su  madre. 

Contra  la  primera  razón  se  ofrecen  tantas  y  tan  urgen- 
tes, que  seria  grande  importunidad  referillas.  Basta  decir 
que  no  solo  no  es  ahora  buena  coyuntura  de  sacarle,  más 
que  es  la  peor  de  cuantas  se  han  podido  ofrecer  después 
que  V.  M.  tiene  la  posesión  de  aquel  reino. 

Lo  tercero  que  es  el  gusto  del  señor  cardenal,  y  la  ra- 
zón que  tiene  de  cansarse  que  aquel  gobierno  le  dure  tanto 
tiempo,  puede  valer  para  todo  lo  que  no  es  aventurar  tanto 
el  bien  público  como  se  arriesga  con  su  salida  en  la  oca- 
sión presente,  y  para  limitarle  ya  el  tiempo  que  allí  ha  de 
estar,  y  para  dalle  todo  el  gusto  que  posible  fuere  en  el 
mismo  gobierno,  alargando  la  mano  en  lo  que  buenamen- 
te se  pudiera. 

Atento  lo  cual  parece  claro  que  convernia  persuadir 
V.  M.  á  su  sobrino  que  se  contente  de  servir  allí  dos  anos, 
por  lo  que  importa  al  servicio  de  Dios  y  de  V.  M.,  al  cabo 
de  los  cuales  podrá  venirse;  porque  las  cosas  de  aquel  rei- 
no con  el  tiempo  estarán  más  asentadas,  y  las  de  V.  ]\1. 
con  ayuda  de  Dios  más  enteras,  y  las  demás  del  mundo  no 
es  posible  no  hayan  tomado  asiento  de  una  ó  de  otra  ma- 
nera, y  de  cualquiera  terna  V.  M.  más  comodidad  de  orde- 
nar las  suyas,  que  en  tiempo  que  están  unas  y  otras  fuera 
de  servicio. 

Acuérdese  V.  M.  que  no  hay  tierra  en  el  mundo  donde 
tanto  efeto  haga  la  presencia  ó  semejanza  de  rey,  y  que 


475 

esta  sola  salvó  el  reino  de  la  invasión  de  los  ingleses,  por- 
que refrenó  las  malas  intenciones,  y  animó  los  hombres  de 
bien ,  y  sin  ser  mas  que  sombra,  hizo  el  efelo  de  un  ejér- 
cito poderosísimo. 

No  se  deje  V.  M.  entrar  en  nuevos  cuidados  mientras 
tiene  tantos,  ni  en  obligación  de  crecer  de  costa  y  de  pre- 
sidios, y  aun  de  tener  de  respeto  socorros  apercibidos,  pues 
por  lodo  esto  suple  la  presencia  y  prudencia  de  tal  sobrino. 
Nuestro  Señor  etc. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S,  M. ,  fecha  en  fe- 
brero de  1593. 


Mal  estado  de  los  presidios  de  Portugal  por  falta  de  recursos. — Pro- 
pone el  medio  de  pagar  los  atrasos  al  ejército. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.-^E  54,  foL  15.  vto. 

Yo  me  parto,  y  no  puedo  excusar  de  acordar  á  V.  M. 
en  cuan  trabajoso  estado  están  aquellos  presidios  de  Portu- 
gal por  falta  de  pagas.  Todos  saben  lo  que  V.  M.  desea,  más 
allí  que  en  otra  parte,  que  los  soldados  vivan  en  buena  dis- 
ciplina y  con  toda  conformidad  con  los  de  la  tierra  ;  y  tam- 
bién se  sabe  la  dificullad  particular  que  esto  tiene  por  el 
humor  de  las  naciones,  y  ser  la  portuguesa  mas  descon- 
versable que  otras,  y  que  este  fin  no  se  puede  conseguir, 
si  las  pagas  no  andan  corrientes;  porque  ahora  se  les  disi- 
mula, casi  por  fuerza,  todo  lo  que  puede  causar  desorden  y 
desobediencia.  Muchos  dellos  piden  limosna  por  la  ciudad  y 
por  las  puertas  de  los  monasterios,  y  muchos  duermen  fue- 
ra del  castillo  y  viven  mal,  y  porque  los  suslenlan  mujer- 


476 

cillas  perdidas,  se  consiente.  Estos  también  han  de  eampiar 
y  trabar  cuestiones  y  revueltas,  con  que  se  disponen  los 
ánimos  de  los  unos  y  de  los  otros  á  que  se  encienda  alguna, 
que  parezca  mas  motín  que  pendencia.  Yo  vi  allí  algún 
tiempo  socorrerlos  cada  diez  dias,  y  rematar  la  cuenta  ca- 
da tres  meses,  que  era  excelente  orden.  También  vi  pa- 
garles cada  mes,  no  quedando  atrás  de  dos  pagas  arriba; 
débenseles  ahora  veinte  ó  veinte  y  uno,  de  manera  que  Jas 
tres  que  se  han  llevado,  no  se  les  puede  dar  en  forma  de 
pagas,  porque  se  las  llevarían  sus  acreedores,  y  las  venta- 
jas se  pagan  en  figura  de  socorro.  Por  una  parte  no  se  pue- 
3e  hacer  de  otra  manera ,  y  por  otra  escandaliza  terrible- 
mente á  los  soldados  pobres,  que  no  les  toca  casi  nada. 
Mucho  desto  van  sufriendo,  esperando  que  yo  les  he  de  lle- 
var dinero;  pero  entralles  en  Lisboa  un  general  nuevo  con 
ánimo  de  ordenarlos  y  disciplinarlos,  y  no  llevarles  un  bo- 
cado do  pan ,  considere  V.  M.  lo  que  esto  les  puede  conso- 
lar y  alentar,  y  cuan  imposible  será  que  yo  cumpla  las  obli- 
gaciones y  el  deseo  que  llevo  que  sea  V.  M.  bien  servido, 
y  de  no  le  causar  molestias  con  las  desórdenes  de  aquella 
gente,  lo  cual  no  tiene  remedio,  sino  haciendo  remate  de 
lo  pasado,  porque  cese  la  voz  de  veinte  pagas  tan  escanda- 
losas de  deuda,  y  se  vea  que  se  les  debe  mucho  menos ;  y 
desto  podria  ser  que  remitiesen  alguna  parte  si  la  concien- 
cia lo  sufre,  con  que  en  lo  de  adelante  se  diese  orden ,  que 
se  cumpliese  puntualmente;  y  se  podia  sobrellevar  lo  pasado, 
con  darles  dello  una  paga  cada  mes ,  hasta  que  se  les  aca- 
base de  pagar  lo  atrasado ;  y  creo  que  con  poco  dinero  se 
cumplirla  esta  paga  atrasada,  descontándoles  lo  que  han  re- 
cibido cada  paga.  Yo  he  hablado  al  licenciado  Laguna  y  á 
los  demás  ministros  de  V.  M.;  todos  aprueban  esto,  y  nin- 
guno da  esperanza  que  me  caliente  de  que  lo  podamos  coa- 


477 

seguir.  Este  recuerdo  es  lo  último  que  me  queda  por  hacer, 
y  quisiera  mucho  excusarlo  por  no  entrar  á  servir  cansan- 
do á  V.  M.,  á  quien  guarde  Dios  etc. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Cristóbal  de 
Mora,  fecha  en  Lisboa  y  abril  de  1593. 

Da  cuenta  de  su  llegada  á  Lisboa. — Dice  que  ha  puesteen  libertad 
á  don  Gabriel  Niño. — Necesidad  de  socorrer  prontamente  al  ejér- 
cito.— Para  que  informe  del  mal  estado  en  que  este  se  encuen- 
tra, envía  á  la  corte  al  sargento  mayor,  Martin  Ribera, 

BihUoteca  Nacional.  —Sala  de  MSS.—E  54,  foL  lo.  vto. 

Soy  llegado  de  tres  dias  y  he  hecho  mil  cosas.  La  pri- 
mera ,  acompañar  al  señor  cardenal  que  fué  á  visitar  los 
navios  de  don  Francisco  Téllez,  y  aprendido  de  S.  A.  el 
nombre  propio  de  cuantos  palos  tiene  una  destas  naos  deba- 
jo de  cubierta,  Acordóseme  el  rey  don  Sebastian,  que  haya 
gloria,  que  no  sabia  la  mitad,  y  creia  que  no  ignoraba  na- 
da. La  segunda  fué,  soltar  á  don  Gabriel  Ñuño  sin  orden, 
porque  la  que  vino  no  era  para  mí ;  más  aunque  no  hubiera 
ninguna  lo  hiciera,  de  miedo  que  se  me  muriese  en  la  jaula 
de  coraje,  como  un  rinoceronte.  Parecióme  muy  bien  lo  que 
allá  se  ordenó  cerca  desto,  con  que  no  me  lome  V.  S.  la  pa- 
labra de  juzgarlo  siempre  así. 

No  pudiera  yo  adivinar  cuan  acertada  habia  sido  la 
elección  de  mi  persona  para  este  cargo,  hasta  que  vi  y  to- 
qué con  la  mano  (y  aun  con  el  corazón)  la  hambre  de  los 
soldados;  y  porque  ahora  entiendo  que  por  necesidad  soy 
k  cabeza  natural  de  este  cuerpo,   mas  porque  los  otros 


478 

miembros  sufren  menos  la  hambre,  suplico  á  V.  S.  por  ser- 
vicio de  Dios  y  del  rey,  la  haga  luego  socorrer,  y  si  no  lo 
hiciere,  crea  que  no  se  ha  confesado  dignamente,  porque 
este  es  el  mismo  caso  sin  duda  del  que  se  escribe :  Si  non 
pavisti,  occidisti. 

También  imagine  V.  S.  que  Dios  los  enfrena,  porque 
cayéndose  de  hambre,  se  pasean  por  las  plazas  llenas  de 
pan  y  de  lenguados  frescos,  sin  hacer  movimiento  alguno, 
y  no  puedo  yo  esperar  ni  otro  alguno  que  esto  dure  y  que 
no  se  desenfrenen,  á  lo  menos  el  dia  que  desconfiasen  del 
socorro  ordinario;  porque  la  misma  razón  que  digo  ar- 
riba, que  quien  se  lo  niega,  peca,  no  pecarán  ellos  si  lo 
toman.  Y  porque  estos  argumentos  de  papel  no  son  muy 
eficaces,  envío  á  Martin  Ribera,  sargento  mayor  de  entre 
Duero  y  Miño,  que  entiende  bien  como  está  lo  de  acá  y  lo 
de  allá,  para  suplicar  á  S.  M.  y  á  V.  S.  provean  aquí  al- 
gún socorro  con  los  correos ,  que  en  letra  no  nos  servi- 
rá si  tiene  dos  dias  de  dilación,  y  terna  quince,  porque 
aquí  he  puesto  suma  diligencia  en  buscar  seis  mil  duca- 
dos para  el  socorro  de  quince  dias,  y  no  ha  sido  posible 
hallarlos  con  cuanto  crédito  hay  en  Lisboa  ;  y  hoy  me 
han  dicho  que  andaban  los  Ximenez  á  buscar  mil ,  sin  po- 
derlos descubrir.  Bien  veo  que  llegará  este  soldado  allá  in- 
tempestivamente miércoles  ó  jueves  santo;  pero  el  mismo 
miércoles  se  acaban  los  quince  dias  para  que  se  les  ha  da- 
do socorro,  y  no  teman  pan  y  agua  para  Pascua.  Debe  ser 
cosa  de  bisoñe  tener  entrañas  de  carne;  mas  quien  esto 
viere ,  no  me  culpará ,  y  venga  dinero  y  vengan  ingleses. 

Estando  escribiendo  esta  ha  llegado  el  correo ,  y  trae 
bonísimas  nuevas  de  la  mejoría  de  S.  M. ,  que  es  gran  co- 
sa. Con  él  he  tenido  una  de  V.  S.  con  que  me  he  alegrado 
mucho.  Buena  memoria  tiene  V.  6.  si  se  le  acuerda  de 


479 

cuando  no  era  necedad  hablar  cortesanamente  con  los  prín- 
cipes: acabóse  aquel  estilo,  y  escureceránse  los  semblantes 
de  los  ministros,  clérigos  y  legos. 

También  espero  yo  que  se  contentarán  los  enemigos 
con  robarnos  el  mar  y  defendernos  la  tierra  sin  apearse  en 
España;  y  si  el  conde  de  Fuentes  ha  de  defender  esta,  yo 
ayudaré  á  defender  otra  fuera  de  Portugal  por  no  estar 
ocioso. 

Las  lanzas  de  Torrova  y  Argamasilla  estarán  al  punto, 
y  don  Alvaro  también. 

Fué  acertado  estrechar  por  ogaño  el  número  del  bata- 
llón de  Portugal,  y  apercibir  solamente  las  marinas,  porque 
el  tiempo  y  la  esterelidad  y  la  falta  de  armas  no  sufren 
otra  cosa. 

La  mar  anda  cuajada  de  ladrones,  y  han  tomado  un 
par  de  navios  de  Vizcaya,  gruesos,  uno  dellos  bien  carga- 
do de  hierro  y  mosquetes ,  de  que  tenían  menos  necesidad 
que  nosotros.  Importa  mucho  que  el  adelantado  desembara- 
ce el  paso  de  aquí  al  Ferrol ,  si  quiere  ser  bien  proveido. 

Torno  á  decir  á  V.  S.,  que  es  muy  espaciosa  manera 
de  enviar  dinero  á  Flándes,  labrando  aquí  la  piala;  porque 
lio  darán  dos  mil  ducados  cada  dia,  y  esos  hemos  gasta- 
do esta  semana  en  templar  los  fuelles  para  comenzar  la  obra 
que  viene;  porque  corre  tan  poco  el  oficio  que  todo  está 
desapercebido.  No  me  quiero  alargar  á  más,  por  no  ser  pro- 
lijo. Nuestro  Señor  etc. 


480 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S.  M,,  fecha  en  abril 

de  1593. 

Trata  del  proceso  formado  contra  el  auditor  general  de  la  gente  de 
guerra. — Escasez  de  recursos  y  mal  estado  del  ejército  de  Por- 
tugal.— Propone  algunos  arbitrios  para  remediarlo. — Ensayo  que 
se  ha  hecho  de  un  invento  militar  de  don  Gerónimo  de  Borja. 

Biblioteca  Nacional. — Sala  de  MSS. — E  5i,  foL  73. 
SEÑOR/ 

¡Después  de  haber  despachado  al  sargento  mayor  de 
Oporto,  y  avisado  de  lodo  lo  que  aquí  corre,  recibí  la  cé- 
dula de  comisión  de  V.  M.  para  averiguar  los  capítulos  que 
allá  dio  el  que  hace  oficio  de  fiscal  contra  el  auditor  gene- 
ral desta  gente  de  guerra.  Ya  tenia  avisado  del  rodeo  que 
hizo  este  despacho,  y  del  que  fué  causa  de  la  tardanza:  no 
la  habrá  en  tratar  el  negocio,  el  cual  he  suspendido  por  es- 
tos dias  santos,  por  enterarme  entretanto  de  la  persona  que 
puedo  tomar  por  asesor,  que  habiendo  de  ser  portugués  for- 
zosamente, por  falta  de  castellanos  que  tengan  las  salidas 
necesarias,  será  menester  escogerle  con  tiento,  tanto  más 
por  haber  tenido  el  auditor  en  estas  audiencias  negocios  pro- 
pios y  pesados  en  nombre  de  su  mujer  y  de  las  hijas  del  pri- 
mer marido.  Gomo  pase  la  Pascua ,  entenderé  luego  en  ello, 
aunque  no  sé  cosa  para  que  yo  sea  mas  impropio  que  para 
juez  de  residencia. 

Llegó  el  dia  del  aprieto  en  que  habían  de  ser  socorridos 
los  soldados  deste  castillo  y  de  su  ribera,  y  fué  para  mí 
grandísimo,  porque  tuve  por  cierto  que  no  hallaría  reme- 
dio, como  lo  avisé  á  V.  M.,  y  hube  de  echar  mano  de  3,910 


48i 

ducados  que  hallé  vivos  de  la  consignación  de  las  islas,  pa- 
ra rehacerlos  del  primer  dinero  que  V.  M.  fuere  servido  de 
mandar  proveer.  Otros  dos  mil*  tomé  á  cambio,  que  no  sé 
cómo  los  hallé.  Con  esto  pasarán  lo  que  resta  deste  mes, 
confiado  que  al  principio  del  que  viene  habrá  ya  V.  M. 
mandado  acudir  á  una  necesidad  tan  urgente,  y  de  calidad 
que  no  la  remediando,  se  aventura  mucho  de  su  servicio. 
Luego  se  acudirá  á  lo  de  entre  Duero  y  Miño,  como  V.  M'. 
lo  manda  con  mucha  razón,  porque  aun  está  peor  que  lo 
de  aquí. 

Pasada  la  Pascua,  daré  una  vuelta  por  estos  castillos, 
como  V.  M.  manda,  publicando  como  es  verdad  que  así  se 
ordena,  á  los  que  vienen  de  nuevo  para  que  no  se  alteren 
los  portugueses,  que  de  cualquier  cosa  que  ven ,  infieren 
muchas  de  lasque  desean  ó  temen,  especialmente  en  esta 
sazón  de  la  primavera,  que  brota  humores  como  yerbas,  y 
no  desayudan  á  ello  las  cartas  de  Madrid ,  que  traen  harto 
desto.  »ín'jbitíOfi  iiu  'juíj  h'h 

Estas  tres  compañías  de  caballos  son  la  sustancia  de 
las  fuerzas  que  aquí  tenemos.  Vánse  agotando  si  no  se  ce- 
ban con  algunos  caballos  y  soldados.  En  las  dos  de  los  gi- 
netes  faltan  treinta  hombres  y  cincuenta  caballos.  La  de  ar- 
cabuceros tiene  también  muchos  á  pié;  los  unos  y  los  otros 
se  debían  encabalgar  en  Castilla  y  con  brevedad,  y  es  lás- 
tima que  por  poca  cantidad  de  dinero  se  consuma  el  caudal 
inútilmente,  y  que  ya  que  es  poca  gente,  no  esté  cabal  y 
á  caballo.  V.  M.  sea  servido  de  mandar  que  esto  se  provea 
con  resolución  y  brevedad. 

El  maese  de  campo  holgaría  que  viniese,  porque  estan- 
do don  Gabriel  de  paso,  y  puesto  el  cuidado  en  otras  cosas, 
no  puedo  atender  á  las  de  aquí,  como  conviene. 

El  hospital  que  aquí  tenemos  está  tan  necesitado,  como 

Tomo  XLIIL  51 


482 

Sfídejavcr,  fallátlolc  el  cabo  que  le  aümcnla,  que  es  la  mis- 
ma paga  de  los  soldados.  GobiérnanJe  unos  buenos  hombres 
de  aquella  hermandad,  que  llaman  de  Juan  de  Dios,  y  quié- 
rcnle  desamparar.  Ks  forzoso  que  se  lome  algún  espedien- 
te, para  que  no  cese  obra  tan  pía  y  necesaria.  El  que  me 
©curre  es,  que  Y.  M.  le  lUcandase  proveer  por  su  cuenta,  y 
los  oíiciales  del  sueldo  apliquen  para  la  hacienda  de  V.  M. 
Jaique  se  descuente  á  ios  soldados  para  este  efeto. 
„  También  , dicen,  que  si  V.  M.  fuese  servido  de  aplicar 
á  esta  obra  los  sueldos  corridos  de  los  que  mueren  abintes- 
mplX^G  los  que  huyen,  se  podria  sustentar  y  seria  medio 
suaye.y  de  gran  servicio  de  Nuestro  Señor.  V.  M.  será  ser- 
vido de  considerar  lo  uno  y  lo  otro;  y  en  caso  que  estos 
medios  no  se  aprueben,  sie  molienda  que  fio  se  puede  excu- 
sar de  buscar  alguno*  .  .n  '  !í  !  i  '^^  '-^'\  JuJíi! 
Don  Gerónimo  de  Borja  hizo  la'prueba  de  la  muralla  en 
upa  pared  de  argvimasa  de  seis  palmos  de  grueso:  no  le 
sucedió  bien  por  un  accidente,  pero  bien  se  deja  entender 
que  la  derribará  aunque  sea  mas  gruesa.  Quiso  hacer  una 
batería  de  doce  pies,  y  para  esto  le  arrimó  una  vara  alia 
dol  suelo  tr^es  iporteretes  (que  llaman  pétales)  de  bronce  y 
bien  .gruesos,  que  ternian  de  boca  como  dos  veces  «na  na- 
ranja ,  y  cabado  en  la  pared  con  un  taladro  »«'Uy  fuerte,  los 
melió  cerca  de  un  palmo  dentro ;  y  aunque  les  dejó  las  cuer- 
das de  un  tamaño,  llegó  el  fuego  mas  presto  al  petal  que 
estaba,  eotned  10,  y  derribó  los  otros  sin  tomar  fuego,  y  líi- 
?o  jgraA,m.ovimiento  en  la  pared  sin  derribarla.  Tornó  á  en- 
trar y  derribó  los  otros  dos,  y  arrimólos  á  la  pared  sin  quQ 
enlrasea  dentro  delta  j  porque  el  primero  habia  deshecho  los 
agujjeros,  y  así  no  pudieron  hacer  tanta  fuerza,  como  hi- 
cieron de  principio,  y  con  Ipdo  abriera  la  pared  y  tembló 
de, manera,  que  con  una  coz  se  derribara.  Estos  tres  instru- 
, .:              •                             ..íu.iA  m^''    ■ 


483 

mentos,  con  los  aparejos  para  aplicarlos  á  la  muralla  y  co- 
menzar á  romperla,  podrán  llevar  tres  hombres.  Tardase 
una  hora  buena  en  disponer  las  prevenciones  para  hacer  el 
efuto,  y  la  pieza  de  acero  con  que  barrena  la  muralla,  ha- 
ce la  obra  con  rumor  que  se  oye  quince  ó  veinte  pasos.  No 
dejará  de  ser  cosa  ingeniosa  y  fácil ,  según  el  cfelo  grande 
que  podrá  hacer ;  mas  no  sé  cuanto  nos  aprovecharía  por^ 
la  tardanza  y  por  el  ruido;  haciéndose  debajo  de  algún  re- 
paro de  manta  ó  cosa  semejante,  hará  gran  eft;to  y  muy 
breve,  mejor  que  hornillos  y  que  otras  máquinas  ordi- 
narias. 

Las  dos  pruebas  que  ofrece  de  desalojar  la  armada  y  de 
tirar  el  canon  con  tres  caballos,  son  las  que  parece  que 
más  podrian  servir.  Vea  V.  M.  si  es  servido  de  que  las  ha- 
ga, y  acabaremos  de  entender  el  fruto  que  desto  se  puede 
sacar.  Nuestro  Señor  etc. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  a  S,  M.,  fecha  en 
abril  de  15"^^. 

Advierte  lo  mal  pagado  que  está  el  ejército  de  Portugal. — Temo- 
res de  que  los  ingleses  hagan  un  desembarco  en  las  costas  de 
aquel  reino. — Necesidad  de  galeras  y  caballos  para  rechazarlos. 
— Falta  de  gente  y  de  pólvora  en  los  castillos. —Propone  varias 
medidas  militares. 

Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS. — E  54,  /bM15.t;ío. 

Señor:  Aunque  tuve  aviso  con  el  extraordinario  que  vi- 
no esta  semana,  que  V.  x\I.  habia  mandado  se  diese  orden 
á  socorrer  esta  gente,  torno  á  significar  á  V.  M.  la  extrema 
necesidad  que  padece,  y  que  habiéndose  h^ürdo  los  seis 


484 

mil  ducados  del  socorro  pasado,  reteniendo  letras  de  las  is* 
Jas  y  tomando  parle  á  cambio,  no  sé  qu^  remedio  puede 
haber,  si  de  allá  no  se  provee  para  hacer  el  segundo  socorro 
de  hoy  en  seis  días,  que  entonces  se  cumplirán  los  quince 
que  corren  desde  el  viernes  santo;  y  pensando  valerme  de 
diez  mil  ducados  que  el  señor  cardenal  tomó  prestados  de 
Bernabé  de  Pedroso,  se  ha  S.  A.  desengañado  de  que  no 
se  los  puede  volver  para  este  efeto,  mas  tampoco  mandarle 
cumplir  la  diclia  cantidad  en  letras  de  aquí  á  dos  meses,  so-, 
bre  las  cuales  se  hallará  el  dinero  con  poco  daño;  y  así  no 
sé  que  expediente  se  tome  para  no  echar  mano  de  lo  que  be 
de  enviar  entre  Duero  y  Miño,  babiendo  allá  mas  necesi- 
dad que  aquí;. y  esto  es  cuanto  al  aprieto  presente. 

Lo  de  adelante,  no  dudo  que  V.  M.  lo  mande  acomo- 
dar, porque  esto  no  se  acabe.  Ya  en  Madrid  apunté  á  V.  M. 
que,  pagando  bien  lo  porvenir,  se  podia  componer  lo  atrasa- 
do haciendo  remate,  para  quitar  la  mnla  voz  de  tan  grue- 
sa deuda,  pues  no  lo  es  tanto  como  suena,  dándoles  algu- 
na cosa  á  cuenta  della  sobre  sus  pagas  ordinarias,  aunque 
no  fuese  paga  entera;  y  para  sentirse  menos,  me  parece 
que  bastarla  si  les  han  de  pagar  cada  mes ,  pagarlos  cada 
25  días,  con  darle§  un  par  de  pagas  de  lo  pasado,  con  las 
cuales  y  con  los  dias  que  fuesen  ganando,  quedarían  breve- 
mente y  con  suavidad  satisfechos.  V.  M.  ordene  lo  que  fue- 
re servido,  acordándose  que  estos  medios  y  cualesquier 
otros  se  dificultan  con  su  dilación  de  manera  que  se  impo- 
sibilitan.tf  .jov  v*^  •^— ^^^^ 

Júntase  á  la  necesidad  de  acomodar  esto,  la  sospecha 

que  se  puede  tener  que  los  mil  infantes  que  V.  M.  manda 

venir  de  Aragón,  no  lleguen  acá  por  la  fama  que  corre  de 

la  hambre  que  aquí  pasamos;  y  aunque  vengan  de  buena 

gana,  llegarán  bien  larde  (si  pudieren  ser  menester) ;  pues 


485 

aquí  iio  se  tiene  aviso  que  sean  partidos,  y  liahiau  de  gas- 
tar cuarenta  dias  en  el  camino. 

Llegando  á  esta  materia,  parece  forzoso  acordar  á  V.  M. 
que  nuestra  misma  flaqueza  nos  podria  echar  ios  enemigos 
á  cuestas,  aunque  tuviesen  otros  fines  cuando  comenzaron 
á  armar,  y  que  nos  hallamos  reducidos  á  su  voluntad,  si 
no  los  detiene  el  respelo  de  no  acabar  de  declararse  contra 
los  portugueses,  el  cual  podrían  perder  desengañándose  da 
no  poder  hacer  pié  en  el  reino,  contentándose  de  quemar  y 
saquear  lo  que  dejaron  en  pié  la  vez  pasada,  y  lo  que  mas 
fácilmente  podrían  hacer  entre  Duero  y  Miño ;  y  que  los  te- 
nemos tan  cerca ,  que  al  aviso  de  su  llegada  á  nuestra  cos- 
ta podrían  traer  ellos  mismos,  y  que  esta  por  ventura  se- 
ria la  mas  breve  y  la  mayor  diversión  que  podrían  hacer 
á  los  intentos  de  V.  M.;  y  que  llegados  en  estos  términos  y 
en  esta  sazón  del  año ,  consiste  la  defensa  en  galeras  y  ca- 
ballos; pues  ningún  otro  socorro  podria  llegar  á  tiempo,  ni 
prometernos  en  el  estado  que  nos  tomarían,  de  hacérsele  gas- 
lar  entreteniéndolos.  Suplico  humildemente  á  V.  M.,  que 
no  se  lie  tanto  de  las  conjeturas  de  que  no  cargarán  á  esta 
parte,  que  por  eso  deje  de  acudir  á  reforzarla  por  estos  me- 
dios, que  son  los  mas  prontos  y  los  mas  seguros. 

Sé  que  están  los  castillos  (aunque  no  ios  he  visto)  sin 
gente  ni  pólvora;  porque  teniendo  poca,  se  les  ha  tomado 
alguna  para  la  armada ,  la  cual  también  vaciará  de  armas 
el  almacén ,  de  suerte  que  no  podemos  tener  recurso  á  le- 
vantar gente  portuguesa,  no  teniendo  con  que  armarla;  y 
así  viene  á  cargar  todo  sobre  los  hombros  de  ochocientos 
soldados,  los  cuales  se  habrían  de  repartir  en  la  guardia  ó 
defensa  del  castillo  desta  ciudad,  encomendándola  libremen- 
te á  los  mesmos  naturales,  y  saliéndome  yo  con  los  caba- 
llos que  tuviese,  y  con  los  infantes  que  pudiese  encabalgar. 


486 

y  con  algunos  caballos  portugueses,  á  dar  dislorlm  á  los  ene- 
migos y  acortar  caminos,  haciendo  oficio  de  foragidos,  por 
no  poderse  hacer  de  soldados. 

Si  las  tierras  y  señores  de  Extremadura  tuvieran  gente 
alistada,  y  modo  de  poderla  armar,  como  algunos  han  di- 
dio  (aunque  no  lo  he  creido),  fuera  muy  bien  mandarla  jun- 
tar, y  venir  y  rehacer  della  las  compañías  que  aquí  tene- 
mos tan  deshechas,  y  hacer  algún  golpe  de  infantería.  En 
esto  también  mandará  mirar  V.  M.,  haciendo  el  fundamen- 
to (como  arriba  digo)  en  mandar  venir  galeras  y  alguna 
caballería  con  toda  brevedad ;  y  por  fin  desla  plática ,  sea 
V.  M.  servido  de  persuadirse,  que  si  no  tuviere  aquí  tres 
mil  soldados  efectivos  y  quinientos  caballos,  y  ocho  ó  diez 
galeras,  y  los  castillos  con  la  gente  que  les  toca,  y  provei- 
dos,  como  conviene,  de  municiones  y  vituallas,  que  está  Lis- 
boa y  su  comarca  aventurada  á  cualquier  invasión  maríti- 
ma ,  como  un  casar  de  Berbería ;  y  cuando  se  defienda  de 
los  muros  adentro,  todo  el  resto  está  en  peligro;  y  la  mis- 
ma fortuna  corre  y  aun  mas  peligrosa ,  la  parte  de  entre 
Duero  y  Miño,  sí  faltan  de  allí  otras  ocho  ó  diez  banderas, 
con  estar  el  castillo  de  Viana  bien  fortificado  y  proveído;  y 
las  dificultades  que  á  esto  impiden,  sean  de  gente  ó  de  di- 
nero, debe  ponderar  la  de  la  defensa  deste  reino,  y  la  re- 
putación de  toda  España,  y  la  consideración  de  los  daños 
que  pueden  seguirse  unos  tras  otros,  que  Dios  no  per- 
mitirá. I  Oii  í^U, 

Sea  V.  M.  servido  de  mandar  al  maestro  de  campo, 
que  se  apresure  á  venir,  y  la  misma  priesa  se  debe  dar  a 
la  genle  de  Aragón,  que  aunque  partiese  hoy,  no  llegará 
aquí  por  lodo  mayo. 

El  veedor  general  también  hace  falta ,  á  lo  menos  á  es- 
tos aprietos  de  dinero,  porque  tiene  crédito  y  buena  maña; 


487 

y  si  para  hacerlo  es  necesario  su  persona,  mis  lo  será  p;\ra 
distribuirlo.  Nuestro  Señor  guarde  etc. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Cristóbal  de 
Mora,  fecha  en  mayo  de  1593. 

Le  da  las  '^fabiás  p6r  la  parte  que  ha  tenido  en  la  provisión  de  las 
pagas  que  se  le  han  enviado.— Intercede  á  favor  de  don  Bernar- 
.  diño  de  Zúuiga,  para  que  se  le  satisfaga  lo  corrido  de  su  entre- 
tenimiento.— Don  Gabriel  Niiíp.;  ,  -^ 

Biblioteca  Nacional-^SaJa  de  MSS.—EM,  foL  46  vio, 

ííi    'lí3[fi<i 

Ninguna  duda  tenga  V.  S.  de  que  me  favorezca  mu- 
cho con  sus  cartas:  de  que  con  el  número  les  iré  perdiendo 
el  miedo,  tengo  yo  alguna. 

Búrlase  V.  S.  de  mis  fieros,  y  dame  la  cuerda 'tóga 
pra  gastar  pólvora  cuando  me  vaya,  porque  la  salida  no- 
está  ya  en  mi  mano.  No  debe  acordarse  V.  S.  que  tiene és^-' 
ta  puerta  dos  postigos:  uno  de  la  muerte  del  que  pide  la 
licencia ,  y  otro  de  los  que  volareo  que  no  se  la  den;  pero 
el  que  yo  espero  hallar  (si  Dios  me  alarga  un  par  de  años 
la  vida)  es  de  vuestro  favor  y  el  de  la  razón  que  debe  mo- 
ver á  S.  M.  á  que  sea  servido  de  aposentar  inútiles. 

Fuera  deslo,  que  nunca  hablo  en  ello  burlando,  beso  á 
V.  S.  ia^  manos  mil  veces  por  la  provisión  déla  paga  des- 
tos  dos  meses,  y  por  la  esperanza  que  otros  me  dan  que 
se  cwitinuará  adelante.  Con  menos  que  esto,  me  obligaré 
á  pagar  las  letras  de  la  Tercera.  Muy  bien  es  que  esto  esté 
arrecaudado  por  este  año  y  por  los  otros,  y  también  lo 
es,  que  de  no  estarlo,  eche  V.  S.  la  culpa  á  los  conse- 


48S 

jeros  (si  eslo  bastase  para  que  se  la  echemos  toda) ;  mas 
no  falta  ya  quien  los  descarga  en  parte. 

Mi  duda  de  la  jurisdicion  de  las  galeras  se  fundaba  en 
parecerme  que  no  la  tiene  el  cardenal ;  porque  hablando  con 
libertad,  S.  A.  es  puro  teniente  de  Gutierre  de  Arguello, 
y  cuando  se  corre  de  hacer  lo  que  le  ordena,  remíteme  los 
memoriales,  y  los  oficiales  del  sueldo  andan  que  no  saben 
en  que  ley  viven.  Las  galeras  son  dos,  y  yo  prometo  á  V.  S. 
que  aunque  sean  treinta ,  las  quiero  más  así  por  tener  me- 
nos cuidado;  y  también  sentiré  mucho  que  se  vaya  el  car- 
denal, como  allá  dije  siempre;  y  así  me  desconformo  en  esto 
del  parecer  delconde  de  Fuentes. 

Voy  habiendo  menester  el  consejo  que  me  dais ,  de  tra- 
bajar menos.  Hé  miedo  que  no  acierte  á  hacerlo,  porque 
tengo  todavía  acero  de  bisoñe  con  sola  queja  de  viejo;  más 
sin  duda  ninguna  yo  no  puedo  acudir  á  todo  con  efeto, 
acudiré  á  la  mitad  en  apariencia. 

Fina  debe  de  ser  la  pólvora  de  quien  ha  descubierto  la 
limpieza  de  las  raposas.  No  estoy  yo  muy  fuera  de  enten- 
derlo así.  ifiLfOjíi  üJ 

Mucho  me  obliga  V.  S.  éon  la  memoria  que  me  hace 
de  mis  hijos.  Ninguno  desea  mas  que  los  suyos  sean  bue- 
nos, y  pocos  se  consolarán  mas  presto  con  que  lleguen  á 
ser  razonables.  El  que  traéis  allá  apartado  de  los  otros,  me 
voy  confirmando  en  la  opinión  de  que  es  el  mejor.  Los  de 
V.  S.  guarde  Dios,  y  le  dé  otro  par  tales  como  el  que  vi 
cuando  vine,  que  me  pareció  muy  lindo  y  muy  robusto.  Acá 
tengo  un  clérigo  merecedor  de  cuanta  pensión  le  negasteis, 
y  otro  que  quiero  acomodar  por  la  Orden  de  San  Juan,  y 
tengo  duda  si  será  por  esta  lengua  ó  por  la  de  Castilla:  V.  S. 
me  aconsejará. 

Iluélgome  que  no  me  jjicabe  ¥.  S.  de  qatcnder  el  precio 


489 

(le  sus  cartas,  pues  piensa  que  pueden  andar  sobre  los  bufe- 
tes aunque  sean  mil ,  porque  todas  las  tengo  en  el  cajón  de 
las  cartas  de  amores. 

No  hablemos  en  dinero  que  es  materia  muy  seca.  Plu- 
guiese á  Dios  que  yo  pudiese  desechar  la  piedad  de  bisoño 
para  las  cosas  que  no  están  en  mi  mano.  »'>^  'mp  ?{\\  h 

El  cuidado  que  V.  S.  terna  de  que  no  se  pierda  esle> 
reino  tenia  el  año  de  89 ,  cuando  me  escribió  que  le  dijese 
de  que  habían  miedo  los  portugueses. 

El  maestre  de  campo  no  es  llegado ;  y  si  él  tiene  las 
partes  que  don  Diego  de  Córdoba  me  ha  escrito,  bien  pue- 
den don  Alonso  de  Sande  y  don  Juan  de  Urbina  echarse  en 
remojo. 

No  me  espanto  que  don  Alonso  de  Vargas  se  defienda 
de  dar  soldados  si  aspira  á  conquistar. 

Yo  visitaré  la  obra  de  V.  S.  por  el  humor  de  arquitecto 
que  tengo,  la  cual  he  visto  de  fuera,  pasando  á  Belén,  y  me 
pareció  cosa  magnifica  y  que  terna  otro  tanto  y  más  de 
útil. 

Estos  Consejos  de  Portugal  me  gastan  el  tiempo  y  me 
gastan  la  salud,  y  sirvo  bien  poco  en  ellos.  S.  JVl. ,  andan^' 
do  el  tiempo,  espero  me  hará  merced  de  que  no  esté  yo 
obligado  á  tomarlos  á  destajo. 

Don  Bernardino  de  Zúñiga  me  pide  que  interceda  coii 
V.  S.  para  que  se  le  pague  lo  corrido  del  entreteniíniento* 
de  que  se  le  hizo  merced  en  la  reformación  pasada.  Alega 
que  ha  servido  mucho,  y  que  no  se  le  ha  hecho  ninguna, 
y  que  esto  se  ha  hecho  con  otros  que  lo  han  pedido;  y  él  se 
halla  aquí  donde  podrá  ser  de  provecho  si  viniese  la  oca- 
sión. V.  S.  me  haga  merced  de  favorecelle:  que  en  ello  la 
recibiré  yo  muy  particular. 
\m^  Prada  escribo  que  me  consienta  hacer  buenos  cua- 


400 

tro  meses  y  medio  de  don  Gabriel  Niño,  que  estuvo  allá  con 
licencia.  Mande  V.  S.  que  se  haga  y  favorezca  á  don  Ga- 
briel, porque  le  han  sucedido  muchos  disgustos  unos  Iras 
otros,  y  es  hombre  muy  honrado,  y  tenia  muy  ganada  la 
voluntad  á  los  portugueses.  No  tengo  envidia,  si  no  llueve, 
álos  que  van  á  Aranjuez,  ni  al  cardenal  que  va  á  Salva- 
tierra. Nuestro  Señor  etc. 

Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Cristóbal  de 
'6»<{  i^0Í(í  ,'  Moray  fecha  en  mayo  de  i 595. 

Da  aviso  de  como  llegaba  á  Lisboa  cie.rta  fuerza  que  esperaba. — 
Muéstrase  sentido  por  no  habérsele  dado  el  dinero  y  la  pólvora 
que  se  le  liabia  ofrecido. — Fallecimiento  de  Pedro  de  Alcazoba. 

ninAinipii?  ftb^Onííííí  íí> 'íoq   ?  .1  ^íb  fiM(lí> 

Biblioteca  NacionaL-^Sala  de  MSS. — E  54,  {ol.  177  vio, 

A  diez  del  presente  no  sabia  V.  S.  que  teníamos  laft-^ 
tos  millones  de  oro  en  salvo,  y  á  12  saldría  deste  cuidado. 
Con  razón  apretaba  á  todos  la  indisj)osicion  de  S.  M. ,  que 
(por  ligera  que  sea)  le  dará,  á  todo  el  mundo;  más  pare- 
ce que  hubiera  de  apretar  como  suele,  si  hubiera  ya  antici- 
pado la  íiebre  y  la  agg,^e;í^^  tl^,¿(?J,Qr^jGw4r.dfi()psIe  Dios  co- 
mo conviene.  A^lrvv)  ní  'íni^fv?  '^^^  tí<rn  r 
.  íiiií^s  mili  infantes  se  acercan),  y  el  adelantado  escribe  de 
Lagos.  Uno  y  otro  es  muy  conveniente,  porque  aunque  yo 
también  sospecho  que  los  enemigos  no  cargarán,  aquí  las 
mas  veces  cargan  dende  no  les  esperan,  porque  es  la  cosa 
en  que  mas  cuidado  ponen.  Estaba  una  señora  en  un  lugar 
de  la  frontera  de  Picardía  (no  sé  si  era  en  Guisa  ó  en  la  Fera) 
cuando  S.  M.  juntaba  el  cjércit-o.  con  que  entró  en  Francia, 


491 

(y  era  paricnta  del  condestable)  y  envióle  a  decir  que  le 
aconsejase  en  cual  de  aquellos  lugares  estaría  mas  segura 
del  ejército  del  rey  de  España.  Respondióle  el  condestable 
que  se  pasase  á  San  Quintin  ,  porque  era  el  que  menos  sos- 
pechaba que  había  de  tener  trabajo.  Fuese  allá  la  pobre  mu- 
jer, y  parió  al  ruido  de  los  cañonazos.  Lo  mismo  puede  acon- 
tecer agora  y  siempre. 

Mandóme  S.  M.  que  inviase  por  quinientos  quintales 
de  pólvora  á  Ayamonte:  invié  á  diez  personas  por  ella,  y 
busqué  600  ducados  que  llevasen.  No  habia  sombra  de  pól- 
vora: burló  de  mi  el  adelantado  con  la  mayor  razón  del 
mundo,  y  no  me  corrí  tanto  desto,  como  de  haber  avisado 
á  los  castellanos  de  la  provisión  que  á  cada  castillo  se  invia- 
ria,  y  escrito  un  gran  capitán  á  S.  M.  sobre  ciertas  basijas 
de  invención  para  tenerla  mejor  guardada.  Y  aunque  ha- 
bia entrado  aquí  otra  partida  de  500  quintales,  que  el  car- 
denal mandó  distribuir  en  servicio  desta  corona,  no  se  po- 
día presumir  que  eran  los  mismos,  porque  S.  A.  los  pidió 
allá  y  avisó  del  recibo  días  antes  que  S.  M.  me  escribiese 
que  inviase  por  ellos.  Verdad  es  que  en  esos  consejos  debe 
hacer  tanta  costura,  que  el  peso  de  500  quintales  no  carga 
á  ninguno. 

Lo  del  dinero  pensé  que  era  mas  cierto,  porque  me  avi- 
só Prada  que  no  tenia  el  comisario  que  hacer  más  que  con- 
tarlo y  traerlo.  Todavía  invié  una  persona  que  se  lo  ayuda- 
se á  contar,  y  este  me  cuenta  que  no  solo  no  está  cobrado, 
pereque  ni  aun  debido,  porque  no  eran  llegados  los  plazos, 
y  así  dará  consigo  en  junio  la  paga  de  abril,  y  la  debere- 
mos toda.  Mire  V.  S.  que  fastidioso  miaislro  escogió,  pues 
no  me  dura  la  satisfacción  que  mostré  tener  en  las  cartas 
pasadas  de  un  correo  para  olro.  Lo  que  hace  al  caso  es  dar- 
nos plata  de  la  Tercera:  que  no  por  eso  faltaria  al  licenciado 


492 

Laguna  materia  en  que  gastar  las  alcabalas  de  Extre- 
madura. 

Creo  muy  bien  que  hace  allá  gran  calor,  porque  no  le 
be  yo  visto  mayor  aquí  del  que  agora  pasamos,  y  tenemos 
los  panes  perdidos  y  la  hacienda  de  mi  hijo  partida  por  me- 
dio este  año,  porque  suele  valer  dos  tantos;  y  así  seria  bue- 
no excusar  la  jornada  de  Toledo,  y  todas  las  que  alargaren 
el  camino  de  San  Lorenzo. 

Al  fin  acabó  Pedro  de  Alcozaba.  Llévelo  Dios  al  cielo. 
Vivió  mucho  y  muchos  años.  Hago  esta  distinción,  porque 
no  perdia  tiempo;  y  murió  de  enfermedad  aguda,  como  mo-' 
zo,  con  sangrías,  y  purgas  y  ventosas.  Conoció  familiarmen- 
te cuatro  reyes,  si  no  alcanzó  á  don  Manuel,  que  debió  al- 
canzar, que  entonces  seria  cinco,  sin  dos  gobernadores 
,  también  príncipes,  y  la  reina  que  se  me  olvidaba;  y  así  no 
debe  haber  ministro  en  el  mundo,  que  mas  tiempo  haya  asis- 
tido á  los  Consejos  y  al  manejo  de  las  cosas  de  Estado;  to- 
das las  cuales  importan  menos  que  la  menor  de  las  que 
habrá  visto  en  tres  dias  que  hasta  agora  ha  hecho  de  au- 
sencia. I^^uestro  Señor  etc. — De  Lisboa. 
í^  §ií*a  mi  «í»ki im p  DOC*  .íifc^.iííÉaq ^  !•> 

Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  al  licenciado  Laguna^ 
fecha  en  junio  de  Í^^Z, '    ''    .  ,   ■  . 

Pide  que  se  le  mande  algún  dinero  con  que  poder  socorrer  el  ejér- 
cito,       ,      . 

^2^//o^^cfl  iV^ado7iúíL~5¿/?a  ífe  Í/S5'.— ^  54, /bZ.  13. 

El  tener  tan  precisamente  necesidad  del  favor  de  V.  S. 
me  ha  hecho  tardar  en  hacer  esto,  porque  no  se  persuadirá 
que  rae  mueve  á  ello  el  deseo  de  entender  si  hay  algo  en 


495 

este  reino  que  yo  le  pueda  servir;  y  mejor  será  la  duda 
cuando  la  hambre  nos  aprieta  tanto,  como  V.  S.  habrá  en* 
tendido  del  sargento  mayor  Martin  de  Ribera.  Todavía 
quiero  tener  ánimo  para  emprender  lo  uno  y  lo  otro,  supli- 
cando por  una  parte  á  V.  S.  se  sirva  de  mí  con  mucha  con- 
fianza de  mi  buen  deseo,  y  por  otra  favorezca  la  causa  desta 
pobre  gente  de  guerra,  para  que  efectivamente  sean  pa- 
gados de  aquí  adelante,  porque  con  esta  dieta  de  los  socor- 
ros no  se  pueden  ya  sustentar.  Bien  veo  que  cuantos  millo- 
nes de  oro  hay  en  la  Tercera,  no  es  bastante  á  henchir  los 
ojos  que  están  abiertos,  y  que  en  cada  parte  se  esfuerza 
quien  pide  el  dinero  á  probar  que  la  necesidad  es  mas  pre- 
cisa; mas  también  sé,  que  si  V.  S.  se  inclinase  á  remediar 
esta,  tiene  ahora  la  ocasión  en  la  mano,  con  hacer  un  poco 
de  esfuerzo  á  librarnos  una  m^ediana  cantidad  en  estas  fra- 
gatas, para  rematar  la  cuenta  con  esta  gente,  presupues- 
to que  para  lo  futuro  se  dé  orden  de  manera  que  no  haya 
falta. 

En  ninguna  parte  hay  tanta  carestía,  y  en  todas  tienen 
los  soldados  mas  ayuda  y  mas  medios  de  entretenerse,  y 
aquí  es  donde  seria  mayor  inconveniente  que  la  necesidad 
les  forzase  á  hacer  desórdenes,  y  donde  S.  M.  terna  mayor 
sentimiento  que  suceda.  Todo  esto  se  persuada  V.  S.  que 
es  verdad  palpable,  dicba  sin  ningún  encarecimiento,  aten- 
to lo  cual  torno  á  suplicar  á  V.  S.  despache  á  Marlin  de  Ri- 
bera, asegurándonos  á  él  y  á  mí  lo  que  aquí  le  suplico. 
Nuestro  Señor  etc. 


49  i 


Copia  ck  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Cristóbal  de  Mo- 
ra,  fecha  en  agosto  de  i  593. 

Anrmcia  1a  próxima  partida  del  archiduque  Alberto,  y  el  descon- 
tento de  los  portugueses  con  este  motivo.— Dice  el  mal  efecto 
que  ha  cansado  en  algunos  su  nombramiento  de  mayordomo  ma- 
yor.— ^Encuentro  de  una  nao  española  y  de  unos  navios  alema- 
nes en  las  aguas  de  Lisboa.— Pide  que  se  le  envíe  alguna  suma 
de  dinero. 

Biblioteca  Nacional.Sala  de  MSS.—EM,foh  59v/o. 

'He  dado  en  seco  este  sábado;  porque  me  hallo  sin  car- 
las  de  V.  S.  TaiTibien  pudiera  excusar  de  escribir  yo  ahora 
por  falla  de  materia.  Después  de  mañana  se  va  el  cardenal, 
y  no  sé  cierto  cómo  se  ha  de  vivir  aquí.  Deseara  yo  mucho 
llegar  tres  meses  después  de  su  partida ,  por  no  ver  el  co- 
mienzo desta  mudanza,  y  que  fuese  ya  pasada  la  ocasión 
de  las  apodaduras  y  buenos  dichos  que  enfadan  ya,  porque 
no  se  oye  otra  cosa ,  ni  se  deja  caer  pelota.  Quisiera  más 
salud  ó  que  esta  poca  no  se  disminuyese  muy  aprisa ,  como 
lo  va  haciendo.  Después  creo  que  me  verné  á  contentar  con 
menos,  de  miedo  que  me  acabe  esta  representación  la  vida. 
Ya  se  suplió  aquella  gran  falta  de  regimiento,  que  no 
se  habia  acordado  de  prohibirnos  que  visit¿ísemos,  no  se 
])rohibiendo  á  ningún  virey.  Espantábame  ya  una  ley  de 
laníos  cabos  que  le  fallasen  menudencias;  yo  á  lo  menos 
dispensado  estoy ,  porque  me  toca  reconocer  la  ciudad  por 
de  dentro  y  por  de  fuera. 

Oran  cantera  se  levanló  con  este  mi  oficio  de  mayordo- 
mo mayor,  y  cada  dia  importa  menos,  y  aun  ya  no  nada; 
porque  para  despreciarme  la  gente,  bastó  comenzarle,  y 


495 

para  dejarlo  de  liaccr  también  bastará  cansarse  de  baberlo 
hecho;  porque  ya  la  semana  pasada  clavaron  papeles  y 
pasquines  á  mi  puerta,  como  si  no  supiera  yo  responder  en 
metro. 

Ayer  lodo  el  dia,  desde  que  amaneció,  tuve  una  ocupa- 
ción sobre  otra.  Las  de  la  tarde  fueron  tres:  una  de  acom- 
pañar á  don  Juan  Pereyra ;  otra  de  ir  á  reconocer  una  pared 
que  habia  de  derribar  con  sus  conjuros  don  Gerónimo  de 
Borja;  otra  de  irá  enterrar  á  doña  Felipa  de  Villena ,  y  la  pos- 
trera de  consultar  al  cardenal  cincuenta  ósesenta  peticiones. 
Cené  á  las  doce,  y  desde  aquella  hora  hasta  las  cuatro  tuve 
tres  cartas  y  cinco  correos  de  los  alcaides  de  Belén  hasta 
Cascaes,  y  otro  de  don  Luis  de  Castro,  que  son  seis.  La 
sustancia  era  que  aquella  nave  de  F'ernan  Téllez  que  llevó 
don  Francisco  Coloma,  tornó  y  dio  fondo  un  poco  fuera. 
Venian  ocho  navios  alemanes,  no  saludaron  ni  respondie- 
ron, contenlcíndose  con  hacer  la  cortesía  de  amainar  un 
poco  las  velas.  La  nao  pensó  que  eran  ingleses,  y  comen- 
zó á  tirarles.  Por  lo  mismo  pensaron  que  ella  lo  era,  y  el 
castillo  entonces,  por  ayudarle,  comenzó  á  cañonearlos,  y 
antojóselcs  que  tiraban  cá  la  nao,  y  entretanto  un  correo  y 
otro  que  me  despertasen  (i).  A  las  cuatro  me  determiné  de 
enviarle  las  galeras  de  soldados;  quiso  Dios  que  amaneció 
y  quedaron  amigos  y  desfondados  los  barriles  de  la  pólvo- 
ra, y  yo  tornando  á  madrugar  para  hacer  mercedes,  porque 
acá  las  luiccmos  el  sábado,  y  hubiéranse  de  hacer  en  dias 
de  ayuno,  porque  no  hay  con  ellas  para  cenar.  Entre  ellas 
se  hizo  una  bien  limitada  al  alférez  Gonzalo  Vázquez  de  Az- 
peitia,  que  fué  cautivo  con  el  rey  don  Sebastian.   Suplico 

(1)  Así  el  MS.,  debieii'lo  decir:/  entretanto  enviaban  un  correo 
y  otro  etc. 


496 

á  V.  S.  se  despache  allá  sí  posible  fuere  eon  brevedad  la  con-: 
sulta.  Dicen  que  fué  de  aquí  á  siele  del  presente;  ya  será 
llegada  si  no  camina  más  despacio  que  el  catarro,  ym^rm^i 
Corróme  y  cansóme  de  escribir  siempre  á  V.  S.  y  á'st» 
consortes  de  una  misma  manera,  pidiendo  dinero  y  más 
dinero.  Hágome  doliente  del  marqués  de  Ma  (1)  á  quien 
atribuyen  los  que  se  quieren  hacer  pláticos ,  que  no  pe» 
día  otras  golosinas  para  la  guerra;  y  cuando  no  venga, 
yo  me  doy  por  obligado  con  solo  el  ofrecimiento  que  V.  S. 
me  hace  de  solicitarlo.  Un  espía  me  ha  dado  aviso  hoy 
de  dos  lelrillas  de  la  Tercera,  que  tiene  Bartolomé  Calde- 
ra, sobre  los  oficiales  del  sueldo,  y  decíame  uno  dellos 
hoy  que  la  una  desias  letras  ninguna  dificultad  tenia  ni 
achaque  para  no  ser  antepuesta  á  las  demás ,  por  las  cir- 
.cunslancias  de  anterioridad  y  oirás  tan  jurídicas,  que  se 
debe  pagar  á  ojos  cerrados,  sin  acordarse  cuya  es,  y  piensa 
el  lx)l)o  que  ha  de  salir  con  pagar  á  V.  S.  muy  á  su  gusto, 
y  con  opinión  de  recio. 

De  ja  privanza  de  don  Manrique  no  haga  V.  S.  mucho 
caso;  y  guardaos  de  don  Diego,  que  me  dijo  un  astrólogo 
que  habia  de  ser  privado  del  rey,  y  alegróme  más  el  pro- 
nóstico, porque  alcanzase  S.  M.  á  hacerle  de  su  Consejo, 
por  lo  que  á  él  le  importaba  la  privanza. 

Ya  me  voy  persuadiendo  que  no  me  buscarán  los  in- 
gleses, no  porque  no  podrán  venir,  sino  porque  me  iba  ale- 
brando que  viniesen,  que  es  afecta  de  muchacho  ó  de  ca- 
duco,     i'^  ^imii9  ^ií;q  8f>lí*)  uoO'TRii  <ift5»pi«M|  ífOmi  -r.  ob 

Hasta  aquí  se  escribió  antes  de  las  díéz,  y  entonces  me 
envió  el  cardenal  á  don  Luis  de  Avalos,  que  me  tocó  una 


(O  Así  en  el  manuscrito,  donde  hay  un  claro  después  ile  la  síla- 
ba Ma. 


407 

el  aviso  que  envió  á  S.  A.  un  juez  de  la  Pedernera,  de  dos 
navios  gruesos  de  enemigos,  que  dieron  fuego  á  otros  pocos 
de  los  nuestros  en  aquella  playa;  y  para  acudir  á  esto,  co- 
mo V.  S.  lo  verá  por  la  carta  del  rey,  he  gastado  la  noche 
hasta  ahora  que  quiere  amanecer,  que  van  dos  enteras  sin 
haber  pegado  el  ojo,  porque  vea  V.  S.  que  no  se  come  el 
sueldo  en  valde.  A  mi  señora  doña  Margarita  beso  las  ma- 
nos. Nuestro  Señor  ele. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  a  don  Cristóbal  de 
Mora,  fecha  en  agosto  de  1595. 

flabla  de  un  empleo  que  se  le  ha  quitado,  para  darle  á  Francisco 
Bárrelo. — Sentimiento  que  ha  causado  la  ausencia  del  cardenal 
archiduque. — Retraimiento  de  los  gobernadores. — El  conde  de 
Fuentes.— Fernán  Téllez.— Reformas  que  convendría  se  hiciesen 
en  la  administración. 

Biblioteca  NaciomL—Sala  de  MSS.—E  M ,  foL  oO  vto. 

Mejor  vengado  estoy  de  V.  S.  con  haber  hecho  escrebir 
carta  tan  larga,  que  con  haber  mostrado  la  mia  al  carde- 
nal, la  cual  no  contenia  cosa  ninguna,  sino  asigurarme  lo 
mismo  que  ahora  V.  S.  me  dice,  que  no  se  me  habia  qui- 
tado el  oficio  por  hacerme  agravio,  sino  por  darme sostiluto 
lionrado ,  que  nos  autorizase  aquí  entretanto  que  yo  tenia 
aquí  este  otro  cargo;  y  de  entenderlo  al  revés  sus  parien- 
tes de  don  Diego  y  la  gente  se  espantaba  V.  S.  Toda  la 
sustancia  es  esta  y  casi  las  palabras.  Habíame  dicho  el  car- 
denal que  esperaría  sin  decirio  á  Francisco  Berreto,  hasta 
que  viniese  el  ordinario;  preguntóme  luego  el  dia  que  vino 
si  tenia  respuesta  ;  respondí  que  tenia  una  carta  de  don 
Tomo  XLíU.  o2 


498 

Marliii  tleldiaquez  que  decia,  que  por  la  via  de  V.  S.  me 
lesponderia  S.  M.,  y  que  V.  S.  no  meescrebia.  Díjomeque 
podría  ser  que  no  me  hubiesen  dado  la  caria,  y  que  no  po- 
dría tardar  de  llegar  el  Barrete.  Diéronmela  el  mismo  día, 
y  por  eso  se  la  envié,  para  que  viese  claro  el  estado  del  ne- 
gocio, y  que  no  le  decia  unas  cosas  por  otras;  y  no  haya 
V.  S.  miedo:  que  si  hubiera  una  palabra  que  pudiera  ser 
equívoca,  cuanto  mas  descompuesta,  no  sola  mostrara. 
Ahora  falla  que  se  queje  de  S.  A.,  de  que  mostré  la  res- 
puesta de  mi  billete,  para  que  yo  que  pierdo  el  oficio,  que- 
de menos  quejoso;  porque  Francisco  Barrete  lo  está  tanto, 
que  por  no  servir  el  suyo,  no  quiere  firmar  las  recetas  de 
azúcar  y  almendras,  que  dan  los  médicos  del  rey  á  los  cria- 
dos pobres  y  enfermos,  y  firmólas  yo  todavía.  Es  cosa  que 
da  risa,  pues  para  adquirir  derecho  á  que  no  sirva  otro  mi 
oficio,  se  vale  de  ser  veedor,  y  después  que  se  le  dan,  no 
quiere  que  le  llamen  veedor;  porque  no  quiere  servir  el  su- 
yo, le  desagravian  con  el  mío,  y  porque  yo  quiero  servir 
el  mió,  tiénenme  por  hombre  destemplado.  No  viera  yo  po- 
ner un  sostituto  á  Miguel  de  Mora,  por  igualar  estos  sujetos, 
ó  al  merino  mayor,  ó  al  conde  de  Villadorla,  y  tapáramos 
la  boca  á  los  escuderos  del  conde  don  Alvaro  (que  haya  glo- 
ria) y  á  sus  sobrinos ,  que  así  Dios  me  dé  el  cielo  ,  que  me 
degüellan. 

Dios  tenga  allá  á  la  condesa ,  que  aunque  no  le  debiese 
otra  cosa  que  no  haber  mostrado  jamás  un  semí)lante  tor- 
cido por  cuanto  daño  hice  en  su  casa ,  y  por  cuan  al  revés 
le  sucedió  su  casamiento,  me  hubiera  de  meter  en  una  cue- 
va el  día  que  Dios  la  llevó. 

Gran  soledad  nos  ha  dejado  el  cardenal ,  y  los  que  más 
deben  sentirla  son  los  que  han  quedado  en  el  gobierno,  por- 
que de  consejeros  los  han  hecho  otra  cosa  que  no  parece  á 


499 

ninguna  del  mundo.  Han  comenzado  á  ejercitar  su  minisle- 
rio  con  mucha  conformidad,  y  mañana  hemos  de  ir  á  misa 
mesurados  y  tosiendo  á  compás;  acompañarnos  han  otros 
muchos  mas  honrados  que  nosotros. 

Al  que  me  desechaba  por  castellano,  debo  mas  que  á 
todo  mi  linaje.  No  haya  V.  S.  miedo  que  me  queje  del,  por- 
que si  Portugal  no  me  acaba  presto ,  toda  mi  astrología  es 
falsa. 

Hablando  ayer  con  el  maese  de  campo,  me  dio  un  va- 
guido de  cabeza,  que  me  hizo  imaginar  que  se  me  levanta- 
ba la  silla  en  que  estaba  sentado,  tan  alta  como  el  bufete. 
Plíseme  las  manos  en  los  ojos  y  recé  un  Pater  noster,  antes 
que  la  cabeza  se  aquietase.  Cosa  es  que  no  habia  tenido  en 
mi  vida,  y  á  la  verdad  no  hay  que  espantar,  sino  de  lo  que 
han  tardado  estos  achaques  y  otros,  que  ahora  cargan  de 
golpe. 

Creo  á  V.  S.  como  si  lo  viese,  que  aquella  cláusula  de 
mantener  vivo  el  número  de  los  cinco  gobernadores ,  agra- 
dó á  quien  la  puso,  de  manera  que  no  se  dejó  persuadir  á 
quitarla;  y  á  creerlo  así  me  mueven  otras  cosas  muy  seme- 
jantes que  yo  he  visto. 

Muy  bien  guardan  los  señores  gobernadores  su  clausu- 
ra. Yo  también  há  cinco  ó  seis  días  que  no  salgo  de  casa; 
pero  si  la  salud  me  lo  permite,  no  puedo  dejar  de  salir  á 
dar  una  vuelta  al  castillo,  y  otra  al  rucio  fsicj  en  un  caballo 
bayo  que  tengo  de  clines  blancas. 

Por  la  nueva  del  dinero  para  los  soldados,  beso  á  V.  S. 
las  manos;  y  aunque  salieren  inciertas,  me  quedo  con  la 
obligación;  mas  no  quiero  dudar  de  que  esto  se  ha  de  me- 
jorar mucho,  por  lo  que  ahora  conviene. 

Avisé  á  V.  S.  con  el  ordinario  pasado,  que  no  me  habia 
escrito  injustamente,  porque  me  envió  Bartolomé  Caldera 


500 

una  caria  de  nueve,  que  se  la  habia  guardado  en  su  casa, 
anlojándosele  que  era  de  favor  no  sé  para  quien ,  y  no  para 
mí.  No  tengo  que  responderá  ella,  porque  es  muy  dulce. 

Hazon  leñéis  todavía  de  pensar,  que  algún  malicioso 
me  díóla  nueva  de  que  el  conde  de  Fuentes  venia.  Si  pien- 
sa V.  S.  que  siento  de  una  misma  manera,  que  me  quiten 
lodos  ios  oücios.  Podría  engañarse,  acertándome  a  quitar  al- 
guno, de  que  me  alegrase  mucho. 

También  es  cierto  que  holgué  que  el  auditor  general 
saliese  en  paz;  porque  sin  duda  hice  la  diligencia  posible  pa- 
ra averiguar  los  cargos  que  se  le  hacían. 

Hállanse  los  gobernadores  congojados  con  el  peso  de  la 
armada  que  está  en  Galicia;  y  avisando  á  S.  M.  particular- 
mente de  su  parecer  con  este  extraordinario,  les  ha  pareci- 
do no  encargarse  de  ordenar  nada  á  Fernán  Téllez,  porque 
S.  M.  le  enviará  de  ahí  la  orden;  y  si  allá  se  apresura,  como 
el  negocio  lo  pide,  se  verná  á  ganar  tiempo,  por  no  haber 
de  aquí  á  Galicia  caballos  de  posta.  V.  S.  haga  esfuerzo  pa- 
ra que  luego  se  le  despache  un  correo  en  diligencia,  y  que 
distintamente  se  le  ordene  lo  que  ha  de  hacer.  Avísenle  si  ha 
de  licenciar  los  navios  de  esa  corona ,  y  acompañar  la  nao 
de  la  India,  como  los  del  consulado.  ¿Qué  hará  si  perseve- 
ran los  tiempos  contrarios,  teniendo  en  su  armada  tres  na- 
vios de  los  cinco  que  han  de  ir  á  la  India?  Porque  si  gastan 
tiempo  en  aquel  puesto ,  no  le  habrá  después  para  poderlos 
adrezar,  si  se  podrían  en  este  caso  adrezar  allí,  lo  cual  aun- 
que sea  posible  para  los  dos  dellos,  será  imposible  para  la 
nao  de  la  India,  porque  se  habría  de  descargar.  Seria  bue- 
no traer  á  adrezar  estos  dos,  por  no  perder  el  servicio  de 
todos  tres,  ya  que  la  nao  haya  de  venir  acá  por  fuerza. 

Como  navegarán  cuando  vengan,  y  lo  que  acá  hemos 
de  hacer  con  ellos,  de  todas  estas  dudas  nos  podrán  sacar 


mejor  dos  dias  de  Norte  que  cuatro  consejos  de  Estado. 
Confieso  que  tengo  el  corazón  angosto,  y  la  consideración 
escarbadora,  y  así  me  congoja  demasiado.  Mas  ¿qué  haré 
si  veo  en  Galicia  tres  naos  de  las  que  han  de  ir  este  año  á 
la  India ,  que  dos  deltas  han  navegado  seis  meses,  y  la  otra 
diez,  y  que  puede  ser  muy  bien  que  tarden  un  mesen  arri- 
bar aquí ,  y  que  no  tengamos  mas  que  dos  de  tiempo  para 
adrezallas  y  cargarlas? 

Las  cosas  deste  reino  tienen  precisa  necesidad  de  nue- 
vas órdenes,  como  son  la  averiguación,  la  cobranza  y  la  dis- 
tribución de  la  hacienda,  conferida  con  las  obligaciones 
de  la  corona,  y  que  el  cargo  y  la  data  corran  de  aquí  ade- 
lante á  las  parejas,  porque  navegamos  ya  en  dos  palmos  de 
agua,  y  daremos  en  seco  sin  duda  brevemente;  y  de  los 
inconvenientes  que  desto  resultarán,  será  el  remedio  mu- 
cho mas  dificultoso ,  ó  por  ventura  mas  imposible ,  lo  que 
ahora  no  seria  quizá,  aunque  las  promesas  del  conde  de  Sa- 
bogal no  sean  tan  colmadas  como  las  propone.  Nuestro  Se- 
ñor, etc. 


502 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  al  cardenal  archidu- 
que, fecha  en  octubre  de  1593. 

Agradece  el  ofrecimiento  que  ha  hecho  de  representar  al  rey  las 
necesidades  del  ejército  de  Portugal.— Conveniencia  de  que  al  al- 
caide se  le  dé  de  San  Juan  de  Fos  trueque  su  plaza  con  doa 
Juan  de  Carvajal.— Ventajas  que  resultarían  deponer  debajo  de 
bandera  trescientos  castellanos. — Fallecimiento  de  don  Diego 
Silvera. 

mUioieca  NacionaL^Sqfa  de  MSS,—E  o4,  fol.  58. 

SEÑOR. 

Mal  se  enmienda  V.  A.  de  escrebir  largo  y  de  su  ma- 
no, pero  satisfágome  con  que  V.  A.  promete  de  aliviarse 
deste  trabajo. 

Santos  Paez  vino  mal  dispuesto;  todavía  visitó  ayer  á 
Lorenzo  Correa ,  y  duró  cuatro  ó  cinco  horas  la  conversa- 
ción; y  cuanto  á  los  cuarteles  niega  tiesamente,  esforzán- 
dose á  probar  que  al  tiempo  que  se  pusieron  ,  estaba  den- 
tro en  Castilla,  y  confiesa  que  un  pasajero  le  dio  las  nuevas 
dellos,  y  aprendiólos  tan  bien,  que  parece  que  los  habia  es- 
tudiado. Desto  entiendo  que  no  hay  que  tratar  de  sacarle 
nada,  si  no  se  apremia  con  mayor  rigor,  como  se  hará  for- 
zosamente. De  cosas  pasadas  dijo  harto  de  lo  que  otros  han 
dicho,  y  de  nuevo  poco,  porque  tiene  buen  cuidado  de  sal- 
var los  vivos  y  presentes;  contra  ausentes  y  muertos  se  de- 
clara mas.  Será  también  necesario  enviar  á  los  lugares  don- 
de dice  que  estuvo,  para  probarle  lo  contrario,  que  es  lo 
que  yo  tengo  por  cierto. 

Rácenos  V.  A.  grandísima  merced  á  los  soldados  en 


503 

quererse  encargar  de  representar  á  S.  M.  nuoslras  neccfíi- 
dades ,  y  ellas  son  tales  y  tan  dignas  de  temerse ,  que  no 
hemos  menester  menor  patrón.  Yo  quedo  acá  afligidísimo 
por  tener  buena  parte  menos  de  lo  necesario  para  esta  paga, 
sin  descubrir  tierra  donde  salvarme  en  babiendo  ladrado;  y 
V.  A.  se  desengañe  de  que  las  consignaciones  menos  pueden 
servir  por  la  dilación  de  la  cobranza,  porque  nunca  acá  lle- 
garan por  este  camino  que  entren  en  provecho. 

El  general  de  San  Benito  me  ba  escrito  y  encargado  la 
conciencia,  sobre  que  no  consienta  residir  el  alcaide  de 
San  Juan  da  Fos  en  aquel  castillo,  diciendo  que  vive  muy 
escandalosamente ,  y  que  es  necesario  quitarle  la  ocasión 
con  apartarle  della;  y  porque  también  es  hombre  que  ha 
servido,  me  parece  mejor  espediente  trocarle  la  plaza  con 
don  Juan  de  Garavajal ,  que  por  ser  aquello  menos  costoso, 
holgaría  de  ir  allá.  Esto  mismo  escribo  á  S.  M.,  y  también 
le  suplico  le  quiera  acrecentar  el  sueldo  cinco  escudos,  para 
consolarle  del  destierro,  porque  Coimbra  era  mas  cara,  y 
venga  á  tener  lo  mismo.  Suplico  á  V.  A.  favorezca  lo  uno 
y  lo  otro  por  ser  obras  de  justicia  y  de  caridad. 

También  escribo  á  S.  M.  permita  que  se  pongan  deb.i- 
jo  de  bandera  oOO  castellanos  de  los  que  aquí  residen  y  sir- 
vieron á  V.  A.  cuando  los  ingleses  se  acercaron  á  Lisboa, 
porque  lo  quieran  hacer  sin  sueldo,  y  que  solo  pague  S.  M. 
tres  oficiales  mayores  y  atambores  y  pífano,  que  todo  im- 
portará 85  tt.^^  (1)  al  mes.  No  veo  en  esto  mucha  dificultad, 
antes  muchas  comodidades;  porque  la  que  se  representa  de 
sus  privilegios,  se  descuenta  con  dárselos  muy  limitados, 
quitándoles  la  exepcion  de  la  justicia  ordinaria  en  las  cau- 
sas civiles  de  tratos  y  contratos  y  toda  materia  de  hacien- 

(1)  Abreviatura,  á  nuestro  juicio,  de  la  palabra  tostones. 


,      504 

(la,  para  lodo  lo  cual  serán  sujetos  á  la  justicia  portuguesa. 
Todo  lo  demás  no  importa,  porque  para  la  seda  y  para  las 
armas  ellos  buscan  su  remedio,  así  como  así,  ahora  con  fa- 
milia turas  del  capitán  general  ó  del  patriarca,  ora  con  asen- 
tarse por  soldados  como  lo  son  muchos;  este  solo  camino 
hay  en  este  tercio  de  poder  pasar  plazas  los  capitanes,  lo 
cual  se  atajará  y  no  fraudarán  la  hacienda  de  S.  M.,  por- 
que todos  se  asentarán  acá ,  y  asimismo  no  se  podrán  es- 
capar de  la  jurisdicción  portuguesa,  como  lo  están.  Asen- 
tándose en-  el  castillo  han  de  servir  como  los  demás,  hacien- 
do las  guardias  ordinarias  en  el  fuerte,  y  estando  sujetos 
al  maestro  de  campo,  y  de  allí  abajo  de  la  manera  que  los 
otros  lo  están;  solamente  serán  exemptos  de  embarcarse  y 
de  las  guardias  del  castillo.  Con  estas  condiciones  me  per- 
suado que  conviene  al  servicio  de  S.  M.  crecer  este  núme- 
ro de  gente,  y  evitar  por  este  camino  los  inconvenientes  de 
pasar  plazas,  y  conocer  los  vagamundos  castellanos,  que 
hay  muchos  que  ahora  se  nos  pasan  por  soldados. 

He  querido  escrebir  esto  á  V.  A.  tan  prolijamente,  por- 
que por  ventura  verá  en  relación  la  carta  que  escribí  á 
S,  M.  sobre  este  particular. 

Hoy  se  nos  ha  muerto  don  Diego  de  Silvera  de  virue- 
las al  veinte  y  uno.  Ha  hecho  grandísima  lástiñía  por  ser 
tan  buen  mozo  y  por  el  dolor  de  su  madre.  V.  A  por  el 
amor  de  Dios  la  consuele  favoreciéndola  en  sus  negocios, 
porque  lo  ha  mucho  menester,  y  será  muy  justo  y  obra  dig- 
na de  V.  A.  á  quien  guarde  Nuestro  Señor,  etc. 


505 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Juan  Idiaquez, 
fecha  en  octubre  í/e  1593. 

Mal  estado  del  ejército. — Necesidad  de  reformar  la  compalíía  de 
Luis  Daza. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  3ISS.—E  54,  fol.  171. 

Razón  tiene  V.  S.  de  comenzar  por  las  buenas  nuevas 
déla  disposición  de  S.  M.,  pues  cuando  no  es  buena,  lodo 
es  malo. 

Si  el  señor  don  Grislobal  es  gran  veedor  de  hacienda  en 
Castilla,  agora  lo  veremos,  que  podrá  librar  su  patria  del 
miedo  de  tener  dentro  de  sí  veinte  banderas  hambrientas. 
Todos  hambreamos,  todos  nos  lamentamos,  y  cada  uno 
piensa  que  su  trabajo  es  el  mayor,  y  engañámosnos  en  esto, 
porque  es  uno  mismo. 

Quiero  resolver  lo  de  la  compañía  de  Luis  Daza ,  pues 
no  hay  en  ello  cosa  de  que  trabar ,  antes  conviene  refor- 
malla. 

No  se  espante  V.  S.  de  que  sea  menester  rehacer  estas 
compañías,  porque  los  soldados  de  Aragón  eran  muy  coleli- 
cios  y  gente  muy  desmandada.  Han  faltado  capitanes;  han 
cesado  licencias  forzosas;  tengo  mucha  cantidad  de  dolien- 
tes; las  compañías  que  embarqué  salieron  flacas  y  hánse 
gastado  mucho,  y  enviólas  don  Francisco  Coloma  via  reta 
y  sin  parar,  y  así  no  se  les  pudo  agregar  gente. 

Sean  allá  las  juntas  cuan  espaciosas  se  pintan,  que  no 
les  cederemos  sino  en  la  sustancia ;  porque  aquí  se  gasta 
todo  el  dia  en  dos  consejos,  y  sobre  esto  tengo  yo  en  parti- 
cular los  soldados  acuestas.  Nuestro  Señor  etc. — De  Lisboa. 


50G 


Copia  de  la  instrucción  que  dio  don  Juan  de  Silva  al  pro- 
veedor Bernabé  de  Pedrosa,  en  noviembre  de  1595. 

Biblioteca  NaciofiaLSala  de  MSS,-^E  54,  fol.  227. 

Representar  la  necesidad  del  dinero  por  la  dificultad  de 
hallarlo  en  la  ocasión  y  por  la  carestía  de  la  tierra,  y  por  lo 
que  más  que  en  otra  parte  doleria  cualquier  esceso  de  des- 
obediencia. 

Que  convendría  rehacer  las  compañías  para  cumplir 
las  á  más  de  á  cien  soldados,  y  para  inviar  un  par  dellas. 
al  puerto  donde  es  necesario,  si  ha  de  haber  gente  que  no 
sea  tan  poca  que  se  menospreciase  y  descaeciese  la  autori- 
dad del  maestro  de  campo;  y  en  caso  que  se  haya  de  quitar 
de  allí  el  presidio,  también  conviene  que  esté  alf^o  reforza- 
do, porque  no  les  parezca  que  se  cae  de  suyo,  ó  porque  se 
acomoden  á  contribuir  para  la  fábrica  del  castillo  de  Viana. 

También  es  forzoso  salir  á  robacer  para  proveer  de  gen- 
te á  los  castillos,  que  todos  tienen  la  tercera  parte  menos 
de  la  que  les  toca'^^de  sus  dotaciones. 

Lo  que  importa  tener  en  este  rio  seis  galeras  por  lo  me- 
nos: que  ocho  fueran  mejor,  porque  enfrenan  mas  la  ciu- 
dad que  el  tercio  de  la  infantería,  y  para  los  efetos  que 
en  el  verano  se  pueden  hacer  en  defensa  de  la  corte  con  la 
sombra  dallas,  si  anduvieran  bien  gobernadas  y  mediana- 
mente proveídas.  /  .m^Mtv 

La  extrema  necesidad  que  tenemos  de  pólvora  en  to- 
dos los  castillos ,  y  que  esto  no  sufre  dilación,  porque  sí  en- 
tramos así  en  el  verano,  seria  mejor  desampararlo  todo. 

La  compañía^de  castellanos  es  muy  buena ,  y  no  habrá 
el  inconveniente  que  allá  apuntan,  de  que  por  ser  negó- 


507 

ciantes  que  van  y  vienen  se  deshará;  porque  sin  duda  ten- 
drá siempre  200  hombres  ó  poco  menos;  ni  tampoco  será 
perjudiciada  la  jurisdicción  portuguesa ,  pues  no  se  han  de 
exemptar  della  en  las  causas  civiles  ni  en  sus  tratos  ni  con- 
tratos, y  S.  M.  no  ha  de  pagar  sino  el  capitán,  y  alambo- 
res y  pífanos. 

Librarme  diestramente  de  la  obligación  que  ponian  de 
firmar  las  libranzas  de  las  galeras,  mientras  no  estuvieran 
á  mi  cargo;  porque  si  les  parece  justo  que  los  oficiales  del 
sueldo  no  acetaron,  por  conservar  su  autoridad,  las  libranzas 
de  Gutierre  de  Arguello,  no  ha  de  ser  á  costa  esto  de  la 
del  capitán  general,  que  pierde  mas  en  firmar  las  dichas 
libranzas,  estando  á  cargo  de  otros  las  dichas  galeras,  que 
los  oficiales  en  cumplir  las  de  Gutierre  de  Arguello;  pero 
querría  que  cayesen  en  ello  suavemente,  sin  que  fuere  me- 
nester que  yo  hablase  en  la  materia. 

Platicar  buenamente  sobre  el  fenecimiento  de  cuentas 
de  lo  atrasado;  pues  por  este  medio  se  quitarla  la  mala  voz 
de  tantas  pagas,  y  descubriría  que  la  deuda  es  mucho  me- 
nos; y  si  los  pagamentos  corriesen  en  lo  porvenir,  se  po- 
drá lomar  medio  en  lo  de  atrás  por  muchos  caminos,  que 
por  ventura  serán  fáciles  en  Lisboa. 


508 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S,  M.,  fecha  en  di- 
ciembre de  1593. 

Se  queja  por  haberle  prohibido  conceder  ciertos  privilegios  á  sus 
familiares. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS.—E  54 ,  fol  8. 

SEÑOR. 

Fué  falso  loque  se  avisó  á  V.  M.  cerca  de  las  familia- 
turas  de  mi  casa  ,  que  yo  daba  á  los  oficiales  que  me  sirven, 
diciendo  que  los  exentaba  de  la  jurisdicción  ordinaria,  y 
que  tenian  previlegio  de  soldados;  porque  no  pasaba  así,  ni 
aquello  les  valia  para  mas  de  traer  alguna  seda  ellos  ó  sus 
mujeres;  y  confieso  que  tuve  culpa  de  no  avisar  deslo  á 
V.  M.  cuando  lo  mandó  escrebir  á  los  gobernadores;  porque 
no  pienso  que,  entendiendo  V.  M.  como  ello  era,  lo  manda- 
ra revocar.  Suplico  á  V.  M.  considere  que  si  pasa  adelan- 
te, se  desacredita  mucho  este  cargo  y  mi  persona  ;'porque 
aunque  estas  parecen  y  son  cosas  menudas,  hacen  gran  ru- 
mor en  el  pueblo  desaficionado,  y  causan  un  menosprecio 
muy  desconvinlente  al  servicio  de  V.  M.;  y  el  señor  carde- 
nal que  vio  pasar  estas  familiaturas  á  los  demás,  pienso  yo 
que  entenderá  muy  claro  que,  revocándolas  ahora  los  gober- 
nadores, cobrará  el  vulgo  brio,  con  que  desestime  la  mili- 
cia y  á  los  que  la  gobernamos;  porque  no  faltando  á  los 
oficiales  á  quien  se  quitan,  pasaba  palabra  á  quien  las  con- 
cedía; y  créame  V.  M.  que  mas  presto  se  puede  permitir 
que  salgan  los  soldados  del  reino,  que  dar  ocasión  (habién- 
dolos), para  que  no  seamos  muy  estimados.  La  fuerza  es 


509 

poca  si  el  respeto  del  pueblo  no  la  hace  parecer  mayor;  y 
así  como  conviene  que  no  hagamos  desórdenes  ni  excesos, 
y  que  sean  castigados  rigurosamente,  así  también  es  nece- 
sario que  no  nos  desestimen,  y  crean  que  el  capitán  gene- 
ral debe  ser  privilegiado  y  respetado.  Y  no  crea  V.  M.  que 
es  gran  privilegio  este ,  porque  las  mismas  leyes  del  reino 
ó  la  costumbre  antigua,  concede  á  las  personas  de  calidad 
y  aun  á  los  fidalgos  ordinarios  para  sus  familiares,  privile- 
gios de  mas  substancia  que  traer  seda,  porque  los  libran 
de  huéspedes  y  de  acompañar  presos,  y  de  los  oficios  que 
no  quieren  servir  en  sus  lugares ,  y  desto  les  pasamos  nues- 
tras patentes.  Así  lo  hallé  en  mi  casa  y  lo  he  usado  siem- 
pre; y  si  los  hijos  y  criados  de  cualquier  capitán  gozan  los 
privilegios  de  soldado,  y  son  exentos  de  la  jurisdicción  or- 
dinaria enteramente,  ¿qué  exceso  será  que  el  capitán  gene- 
ral pueda  alargarse  mas  un  poco,  concediendo  á  treinta  ó 
cuarenta  personas  allegados  suyos ,  que  los  mas  son  oficia- 
les mecánicos,  que  puedan  traer  alguna  seda?  Y  entre  estos 
también  hay  personas  de  fuera  que  me  ayudan  y  me  avisan 
de  lo  que  deseo  saber,  y  no  podrían  hacerlo,  y  correrían  pe- 
ligro si  no  entendiesen  todos  que  eran  allegados  míos,  espe- 
cialmente que  (como  tengo  dicho)  no  gozan  ningún  otro 
privilegio  de  soldado,  ni  dejan  de  ser  en  todo  sujetos  á  la 
justicia  portuguesa.  Nuestro  Señor  etc. 


510 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Cristóbal  de 
Moray  fecha  en  diciembre  de  1595. 

Muéstrase  sumamente  quejoso  por  haberse  dado  orden  de  revocar 
las  faniiüaturas. 

BiiUoieca  Nacional.— Sala  de  MSS.—  E  54  ,  fol.  3  vto. 

En  toda  mi  vida  me  ha  acontecido  traer  con  carias  pa- 
gado y  adelantado  á  nadie  sino  á  V.  S.,  y  si  me  quiero  arre- 
pentir  dello.,  acuerdóme  que  van  tan  cargadas  de  pesadum- 
bres que  yo  quedo  con  ventaja. 

Puede  haber  veinte  dias  que  un  avisador  escribió  al 
rey,  que  yo  hacia  un  gran  exceso  de  tomar  familiares  co- 
mo capitán  general,  y  exemptarlos  de  la  justicia  portugue- 
sa, avocándolos  á  mi  auditor.  Esto  no  es  verdad  ,  porque 
yo  no  los  tomo  con  ese  fin,  ni  tal  me  pasa  por  pensamien- 
to, ni  les  vale  para  otra  cosa  que  traer  unos  calzones  de 
seda;  y  así  fué  falso  el  ejemplo  que  pusieron  de  mi  sastre, 
que  fué  condenado ;  porque  aunque  él  se  quiso  valer  de  mi 
cédula,  no  le  ayudé  para  ello,  ni  consintiera  que  me  le  re- 
mitieran. Enviéle  á  pedir  al  corregidor,  porque  se  la  tomó 
sin  propósito,  y  diósela  y  acábesela  fiesta. 

S.  M.  escribió  sobre  ello  á  los  gobernadores.  Creo  que  se 
respondió  que  no  me  adelantaba  en  esto  de  los  otros  capi- 
tanes generiiles.  Soy  culpado  (yo  lo  confieso)  en  no  escri- 
bir entonces  lo  que  ahora  digo,  de  que  el  aviso  fué  falso. 

Con  este  último  correo  se  manda  que  las  dichas  fami- 
liaturas  se  revoquen  y  todas  las  semejantes ,  porque  no  se 
deben  dar,  y  que  se  reprendan  los  corregidores,  porque  las 
han  guardado,  y  que  los  otros  generales  lo  hicieron  sin  que 


511 

S.  M.  lo  entendiese,  porque  no  ha  de  lener  privilegio  de 
soldado  el  que  no  tiene  sueldo,  como  si  en  alguna  parle 
del  mundo  se  hubiese  visto  ó  fuese  posible,  entender  la  jus- 
ticia de  la  tierra  con  el  criado  del  maestre  de  campo  ó  del 
capitán,  ni  con  sus  hijos,  ni  con  la  basquina  de  su  mujer, 
que  no  tiran  sueldo. 

Viene  también  este  decreto  (que  es  grande  impropie- 
dad) revuelto  con  las  serventías,  que  pretende  proveer  el 
rigor,  y  con  otras  familiaturas  que  deben  ser  cosa  de  las 
ordenaciones ,  porque  todos  tenemos  y  damos  privilegios  de 
fidalgos,  digo  de  criados  y  de  cualquier  fidalgo  de  los  li- 
bros del  rey;  y  aunque  nunca  lo  sean  por  sus  abuelos,  los 
damos  á  sus  hijos  y  á  otras  personas,  que  se  estienden  á  no 
les  alojar  soldados  en  casa,  á  no  les  mandar  acompañar  pre- 
sos, y  á  no  les  encargar  oficios  del  consejo,  onerosos.  Así 
los  he  pasado  desde  que  heredé,  como  los  pasaban  el  conde 
y  su  padre  y  abuelo. 

Ordénase  á  los  desembargadores  de  Pazo,  que  advir- 
tiesen á  los  corregidores  de  lo  que  el  rey  mandaba ,  y  ellos 
á  los  merinos.  Corrió  el  negocio  contra  los  que  hacíamos  es- 
te exceso,  y  enviaron  los  gobernadores  á  avisar  dello  al  pa- 
triarca con  Francisco  Giraldes.  Habíase  adelantado  Jorge 
de  Amaral  á  hacer  con  el  dicho  patriarca  oficio  de  cortesía, 
y  así  cuando  llegó  Giraldes  estaba  tan  indignado,  que  dijo 
que  se  quería  ir  á  Roma,  y  hará  muy  bien  á  mi  parecer, 
porque  sin  duda  es  mejor  tierra  para  clérigos. 

Desto  tengo  también  un  poco  de  culpa,  porque  no  qui- 
se advertir  á  los  gobernadores  que  moderasen  la  orden 
por  lo  que  tocaba  al  patriarca,  y  replicasen  sobre  la  pala- 
bra  que  decía,  que  me  quiten  las  familiaturas  y  las  otras 
semejantes,  en  cuya  virtud  las  quitaron  también  al  dicho 
patriarca.  Confieso  que  lo  dejé  pasar,  porque  alguna  vez 


512 

es  guslo  ver  errar,  y  porque  no  pensasen  que  hablaba  co- 
mo interesado;  mas  yo  lo  pagaré,  porque  me  cuesta  con- 
vidarle á  comer  mañana,  sin  haber  podido  descubrir  en  to- 
da la  ciudad  un  frasco  de  vino,  que  merezca  acompañar 
dos  lenguas  en  cecina,  y  un  salchichón  que  me  dio  el  ca- 
pitán de  la  fragata. 

Por  lo  que  á  mí  loca,  no  puedo  dejar  de  decir  á  V.  S., 
que  no  me  quiero  ir  á  Roma,  mas  que  holgara  .mucho  de 
po  haber  venido  á  Lisboa,  porque  vine  aborrecido  de  mí, 
por  no  acertar  á  tener  razón  en  nada.  Si  pido  algo  de  lo 
que  dan  á  otros,  parece  desatino;  si  el  conde  de  Portalegre 
pretende  que  le  iguale  S.  M.  con  el  de  Sabogal  ó  el  de  Li- 
nares ,  por  las  albricias  de  la  entrada  en  su  reino,  ó  por  la 
calidad  de  su  casta ,  ó  por  las  causas  que  hubo  para  me- 
recerla, diz  que  se  ha  de  perder  todo,  porque  yo  soy  su  pa- 
dre; porque  clara  cosa  es  que  no  tratara  así  S.  M.  al  con- 
de don  Alvaro,  ni  V.  S.  pudiera  dejar  de  advertirle  desta 
desigualdad. 

Si  pido  que  S.  M.  me  haga  algún  favor  en  un  pleito  de 
mi  hijo  con  el  fiscal,  responde  que  no  es  servido  de  hacer- 
le gracia  ninguna ,  y  que  tampoco  trate  de  ponerlo  en  jus- 
ticia. No  haoido  V.  S.  ni  visto  que  S.  M.  haya  hecho  esto 
otra  vez ,  y  el  señor  cardenal  se  me  descarga  de  no  haber 
llegado  este  negocio  á  sus  oidos. 

Si  los  otros  mayordomos  mayores  son  gobernadores,  sir- 
ven su  oficio;  cuando  yo  lo  soy,  no  he  de  servir  el  mió. 
Guando  se  da  substituto  á  un  pupilo  ó  á  quien  quiera  que 
sea,  Fernán  de  Silva  es  para  el  regidor,  Pedro  Guedes  para 
el  gobernador;  y  á  mí  dánme  el  hombre  que  se  atraviesa  á 
contradecirme,  y  me  obliga  á  sacar  de  sus  manos  mis  pro- 
pias preeminencias  por  pleito  y  por  sentencia.  Si  pasan  cua- 
tro capitanes  generales  cédulas  de  familiaturas  á  los  allega- 


513 

dos  á  su  casta,  á  nadie  pareció  pecado;  si  las  paso  yo,  cas- 
ligan  los  corregidores  porque  las  guardan,  y  enlónces  son 
contra  justicia  y  derecho;  y  S.  M.  dicen  que  no  lo  supo, 
haciéndose  aquí  delante  de  su  sohrino  en  haz  y  en  paz  de 
lodo  el  reino. 

Si  manda  el  rey  que  le  aliste  los  villanos  de  Goimhra, 
y  me  dura  este  oficio  tres  semanas,  ordénase  que  el  corre- 
gidor haga  una  devasa  (1)  secreta  para  averiguar  si  soy 
leal  ó  nó;  y  para  dudar  de  mí,  se  dio  crédito  á  quien  quiera 
que  lo  quiso  escrehir,  y  se  entregó  la  devasa  bien  sellada 
al  cardenal,  y  S.  A.  á  Diego  Vellos,  donde  está  bien  guar- 
dada para  su  tiempo  sin  que  yo  sepa  della. 

Tórname  á  mandar  servir  aquí:  y  soy  tan  asno  que  me 
contento  solo  con  representarle  las  dificultades,  y  con  decir 
á  V.  S.  que  las  causas  particulares  que  se  me  significaban 
que  convenia  al  servicio  de  S.  M.  mi  venida  á  este  reino, 
eran  aparentes  (que  se  llaman  en  lalin  especiosas),  pero  no 
ciertas  ni  sólidas ;  porque  ni  el  rey  habia  de  hacer  mas  con- 
fianza de  mí  que  de  los  otros,  ni  darles  á  entender  con  los 
favores  particulares  que  habria  menester  á  los  gobernado- 
res, porque  tenia  autoridad  en  Madrid  para  que  esta  opi- 
nión se  deribase  al  pueblo  de  manera ,  que  ninguna  causa 
ni  razón  del  servicio  de  S.  M.  podía  haber  para  ocuparme 
en  Portugal,  porque  si  no  eran  estas,  por  lo  demás  no  solo 
soy  el  mas  inútil  de  mis  companeros,  mas  aun  de  todos 
los  que  se  pudieran  ocupar  en  estos  cargos. 

Dice  S.  M.  que  no  le  avisaron  deslo  los  gobernadores, 
porque  lo  hubiera  mandado  remediar  por  ser  contra  dere- 
cho. Mil  bártulos  hay  que  muestran  que  es  conforme  á  de- 

(1)  La  voz  portuguesa  devossa  significa  el  acto  judicial  en  que, 
por  medio  de  testigos,  se  hace  información  de  algún  delito. 
Tomo  XLÍil.  oo 


514 


recho,  y  débese  pensar  que  importa  mucho  y  no  pasa  (co- 
mo he  dicho)  de  traer  alguna  seda  aquellos  familiares,  por* 
que  para  espadas  largas  no  valen. 

¿.Qué  quiere  V.  S.  que  juzgue  un  pueblo  rudo  y  mal 
afcto,  de  ver  el  calcetero  y  el  barbero  del  capitán  general, 
castellano ,  que  por  servirle  gozaban  esa  libertad ,  si  los 
ven  mañana  privados  della,  y  que  la  mofa  que  han  de  ha- 
cer dellos  se  extiende  á  mi  persona?  ¿Qué  sentirán  de  mí 
los  gobernadores  del  reino  que  me  recibieron  en  su  compa- 
ñía contra  gusto,  como  la  naturaleza  los  inclina ,  y  como 
V.  S.  lo  debe  saber,  cuando  ven  que'me  pueden  haber  lás- 
tima y  que  he  menester  que  me  consuelen. 

Mucho  desto  yo  lo  vi  antes  que  partiese;  tanto  no  cre- 
yera por  ser  peor  para  el  rey  que  para  mí.  Si  no  quiere 
tener  soldados  en  Portugal,  por  ventura  será  para  ello  mi 
voto  el  primero;  pero  si  los  tiene  y  gasta  su  hacienda,  ¿de 
qué  sirve  desacreditarlos?  No  hemos  de  enfrenar  con  2,000 
hombres  la  furia  de  Lisboa  ni  repremir  la  desobediencia  del 
reino;  mas  con  la  reputación  destas  banderas  rotas,  y  de 
las  personas  que  las  gobiernan  se  ha  de  infundir  en  los  áni- 
mos desaficionados  el  respeto  de  obediencia  y  de  temor,  que 
por  naturaleza  y  por  amor  tenian  á  sus  reyes  que  habla- 
ban su  lengua.  Si  no  servimos  bien,  si  no  consentimos  ó  ha- 
cemos sin  justicia  agravios,  córtenos  mil  cabezas;  pero  si 
vivimos  como  debemos,  muéstrese  en  las  apariencias  que 
el  rey  gusta  (jue  seamos  honrados  y  estimados. 

Bueno  es  perder  yo  tiempo  en  escrebir  á  V,  S.  el  a  b  c 
de  lo  que  llaman  allá  estado ,  como  si  hablase  con  el  conde 
de  Fuensalida;  mas  estas  verdades  son  tan  claras,  que  pa- 
ra hablar  en  ellas ,  no  se  pueden  excusar  vulgaridades.  Su- 
plico á  V.  S.  quiera  ver  lo  que  esto  importa,  y  que  no  paso, 
como  digeron,  porque  el  fundamente  fué  falso  y  que  no  es 


515 

como  suena;  porque  no  se  trata  de  adquirir  jurisdicción  ni 
de  privilegiar  á  nadie  en  cosa  que  importa  un  pliego  de  pa- 
pel, sino  que  para  aquel  efeto  de  la  seda  (que  por  cien  ca- 
minos se  consigue),  tengan  los  oficiales  que  me  sirven  esta 
ventaja  á  sus  vecinos,  que  aun  sin  la  cédula  (que  llaman 
patente)  se  lo  guardaran  las  justicias,  si  no  entendieran  aho- 
ra que  allá  se  manda  revocar;  y  remedie  V.  S.  esto  con  es- 
crebirme  que  S.  M.  no  quiere  que  el  auditor  conozca  de  sus 
causas,  ni  que  traigan  espadas  mas  de  marca,  más  que  pa- 
ra la  seda  lo  consiente,  y  que  el  número  no  sea  excesivo  fue- 
ra de  los  oficiales  de  mi  servicio;  pues  ningún  daño  viene 
que  cuarenta  ó  cincuenta  personas  tengan  esa  libertad,  en- 
tre las  cuales  hay  algunas  que  ayudan  á  las  cosas  secretas 
de  su  servicio,  que  si  están  sin  algún  arrimo,  no  pueden  ayu- 
dar ni  correr  peligro.  Nuestro  Señor  etc. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  al  marqués  de  Vela- 
da, fecha  en  enero  de  1594. 

Le  da  cuenta  del  mal  estado  de  su  salud. — Pragmática  sobre  trajes. 

Bihlioieca  Nacional. — Sala  de  MSS.—E  54,  fol.  7. 

Más  mal  hay  de  lo  que  yo  pensé,  porque  acusándome 
V.  S.  que  no  le  escrebí  con  el  correo  de  hoy  ha  quince  dias, 
y  perdonándome  el  pecado  (que  es  la  acusación  mas  fi- 
na) dice  ahora  mi  secretario  que  tampoco  escrebí  con  el 
de  la  semana  pasada.  Del  uno  bien  me  acuerdo;  de  dos  no 
quiero  creer,  si  bien  después  que  V.  S.  es  del  Consejo  de 
Estado  guardamos  las  minutas. 

Primeramente,  señor,  yo  ando  lleno  de  achaques,  que 


516 

aunque  son  los  mesmos  que  me  acuden  Je  tiempo  á  tiem- 
po de  melancolía  y  ventosidades  del  bazo,  cada  dia  se  sufren 
peor,  y  ahora  me  tienen  flaco  y  descompuesto,  helado  de 
dia  y  con  la  calentura  de  noche :  hoy  mejor  me  siento. 

No  trujo  nuevas  este  correo  sino  de  la  premálica ,  y  ha- 
llándome comprendido  en  un  buen  pedazo  de  las  lechugui- 
llas, según  la  medida  que  de  allá  vino,  prometo  á  V.  S. 
que  me  ha  pesado,  lo  uno  porque  soy  amigo  de  andar  al 
uso,  y  lo  segundo,  porque  las  otras  cosas  que  sentimos  mu- 
cho importan  poco  más  que  esta. 

oíioAquí  hay  un  fraile  avisado  y  mal  contentadizo.  Fué  una 
vez  á  Roma  y  no  quiso  salir  de  casa  de  enfadado,  ni  vio 
nada,  y  volvióse  luego;  y  ahora  dice  que  en  Roma  se  hol- 
gada mucho  si  allá  tornase.  Digéronle  que  se  engañaba, 
mostráronle  que  no  era  aquella  tierra  á  propósito  de  su  con- 
dición ;  no  lo  pudo  él  negar,  y  respondió  al  que  se  lo  de- 
cía: ''tenéis  grandísima  razón,  que  yo  allá  no  me  holgaría; 
pero  si  yo  hallase  una  tierra  que  no  fuese  acá  ni  allá,  allí 
estarla  á  mi  placer."  Con  esta  opinión  me  conformo  entre 
Madrid  y  Lisboa. 

El  cocinero  es  mediocre;  pasaremos  hasta  topar  otro 
sin  buscarle,  hasta  que  yo  tenga  gana  de  comer ,  y  no  haya 
menester  ninguno.  Guarde  Dios  á  V.  S. ,  aunque  dicen  los 
soldados  que  no  se  puede  poner  esto  en  el  sobre  escrito,  y 
que  han  de  escrebir  á  fulano,  que  lleve  el  diablo  en  Ma- 
drid. A  mi  señora  la  marquesa  beso  las  manos  mil  veces. 
De  Lisboa  etc. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  al  marqués  de  Vela- 
da, fecha  en  marzo  de  1594. 

Estado  de  su  salud. — Muéstrase  descontento  por  el  modo  con  que 
se  ha  hecho  la  reformación  del  ejército  en  Portugal. — Dice  que 
el  mar¡de  Lisboa  está  cuajado  de  enemigos. — Diligencias  que 
practica  para  proporcionarse  los  retratos  del  duque  de  Alba  y  de 
otros  capitanes  españoles. 

Biblioteca  Nacional. —  Sala  de  MSS. — E  54,  fol.  57  vto. 

Huelgo  (le  saber  que  V.  S.  se  halla  bien  de  salud  con 
su  casa  toda ;  y  aunque  la  fiebre  de  Antonia  es  mal  emplea- 
da, espero  que  esté  convalecida.  Demos  gracias  á  Dios  de 
que  la  gota  haya  tocado  tan  ligeramente  á  S.  M.,  porque 
habrá  pagado  el  tributo  de  la  primavera,  y  hasta  el  setiem- 
bre tendremos  treguas. 

Yo,  señor,  me  hallo  mejor  después  que  entró  la  cuares- 
ma: puede  ser  que  el  no  cenar  lo  cause;  y  también  he  te- 
nido hoy  nueva  que  mi  suegra  va  mejorando. 

Bien  creo  que  V.  S.  no  lernia  culpa  de  la  reformación, 
porque  cierto  ha  sido  durísima  por  ser  muchos  los  reforma- 
dos, y  algunos  de  los  que  me  dejaron,  de  poco  servicio  por 
edad ,  ó  por  casados  ,  ó  por  dolientes ,  que  de  todo  hay  en- 
tre una  docena  que  dejaron ,  conveniendo  que  fuesen  diez, 
y  seis  por  lo  menos,  porque  las  compañías  de  armas  de  cien- 
to cincuenta  soldados,  no  se  pueden  sustentar  aquí;  y  aun- 
que destos  sobran  veinte  y  ocho,  agora  que  han  de  ser 
doscientos,  será  imposible  que  perseveren  por  causas  que 
sin  duda  se  dejaría  V.  S.  persuadir  dellas,  si  yo  le  cansase 
con  referirlas.! 


518 

Aquí  tenemos  la  mar  cuajada  de  enemigos  que  no  de- 
jan pescar  en  cuaresma,  comiendo  ellos  carne  sin  escrúpu- 
lo. También  hemos  tenido  sospechas  que  nos  podria  venir 
este  verano  algún  trabajo ,  convidados  los  enemigos  de 
nuestro  desapercibimiento.  Verdad  es  que  de  la  mar  pue- 
den esperar  la  ganancia  mas  cierta ,  y  así  es  mas  verisímil 
que  nos  dejen  en  tierra. 

Escribí  al  señor  don  Hernando  suplicándole  que  deje 
copiar  un  retrato  del  duque  de  Alba  don  Fernando,  que  ha- 
ya gloria  ;  mas  hale  de  enviar  á  Toledo,  donde  se  están  ha- 
ciendo otros  de  los  capitanes  que  yo  dige  á  V.  S.  que  an- 
daba procurando.  También  tomarla  para  el  mesmo  efeto  al- 
gunos del  marqués  de  Pescara,  don  Fernando,  y  del  marqués 
del  Gasto  su  sobrino,  y  de  don  Fernando  de  Gonzaga;  por- 
que está  en  Toledo  un  pintor  desocupado,  que  los  trasladará 
bien.  Si  V.  S.  sabe  donde  los  hay ,  avíseme  para  que  yo 
los  procure;  y  el  del  duque  se  ha  de  dar  á  don  Rodrigo  La- 
so, que  tiene  orden  de  su  bermano  para  hacerlos  copiar. 
Nuestro  Señor  etc. 


519 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  al  marqués  de  Vela- 
da, fecha  en  marzo  de  1594. 

El  marqués  de  Poza. — Le  pide  que  le  preste  el  retrato  del  duque 
de  Alba,  para  mandar  copiarlo,  y  que  procure  se  le  faciliten  con 
el  mismo  objeto  los  que  tenia  el  rey,  de  otros  ilustres  capitanes. 
— Dice  que  se  halla  con  pocos  medios  de  defensa,  si  hiciesen  un 
desembarco  los  ingleses. 

Biblioteca  Nacional-Sala  de  MSS.-E  54,  foL  271 . 

A  la  última  de  V.  S.  prometí  responder  en  la  última 
mia  que  fué  muy  breve,  y  después  se  ha  pasado  un  ordina- 
rio con  quien  no  escribí ;  y  si  V.  S.  no  conoce  la  suya  por 
mi  respuesta,  yo  no  la  sabré  acusar,  porque  se  le  olvidó  á 
V.  S.  la  fecha,  lo  cual  se  pudiera  creer  de  mí  mas  presto. 

No  sé  lo  que  responda  á  V.  S.  sobre  la  tentativa  del  mar- 
qués de  Poza,  porque  no  hay  duda  sino  que  en  cosa  desa- 
liuciada  es  corrimiento  comenzar  la  plática  que  se  ha  de  adi- 
vinar de  donde  sale.  Haga  V.  S.  lo  que  quisiere  como  se 
le  antojare,  que  esto  no  se  podía  adivinar,  y  realmente  que 
esta  materia  de  los  matrimonios  admite  tanta  extrañeza, 
que  acontecen  despropósitos  en  ella,  que  disculpan  cualquie- 
ra imaginación  por  desviada  que  parezca. 

El  retrato  del  duque  de  Alba,  que  haya  gloria,  que  tie- 
ne el  señor  don  Fernando ,  ó  V.  S.  le  tenia  en  Velada ,  era 
muy  bueno;  aquel  suplico  á  V.  S.  le  mande  prestar  puesto 
en  una  caja  á  don  Rodrigo  Lasso,  que  le  hará  trasladar  bre- 
vemente, y  lo  restituirá  sano  y  salvo.  Los  otros  de  los  mar- 
queses de  Pescara  y  del  Basto ,  no  los  habrá  buenos  sino 
los  que  tiene  S.  M.,  si  se  pudiesen  descolgar,  ido  á  San  Lo- 
renzo; mas  de  ambas  cosas  dudo.  Verdad  es  que  no  habrá 
otros  mejores. 


520 


Tengo  peor  vida  cada  dia,  y  mil  embarazos  con  los  sol- 
dados, por  las  cuentas  que  resultan  de  la  reformación ,  y 
porque  se  me  han  de  huir  tras  los  capitanes. 

También  estoy  congojado  de  la  flaqueza  con  que  me 
hallarla  en  cualquier  accidente;  y  en  estando  el  hombre  tan , 
desapercibido,  cualquier  desasiré  le  parece  posible,  si  bien 
se  me  hace  muy  dificultoso  de  creer  que  tentarán  esto  los 
ingleses;  pero  como  otras  veces  he  dicho,  no  va  don  Anto- 
nio á  predicar  la  fé  á  Vandoma,  y  sale  muy  errada  la  cuen- 
ta de  los  prudentes  que  miden  las  dificultades  del  enemigo 
por  las  nuestras,  y  parécenles  tanto  mayores,  cuanto  S.  M. 
es  más  poderoso  que  ellos;  porque  para  ciertas  cosas  lo  son 
ellos  más,  es  á  saber,  para  juntar  navios  y  municiones  y 
bastimentos,  y  por  ventura  gente,  porque  anda  movida  to- 
da en  aquellas  provincias  con  la  falta  de  comercio  y  con  las 
guerras  civiles.  Entra  luego  la  consideración  del  dinero,  y 
ha  menester  poco;  porque  siendo  la  jornada  por  mar,  yira- 
yendo  de  comer,  aunque  en  tierra  les  falte  todo,  la  esperan- 
za de  robar  y  de  hallar  amigos,  los  sustenta  y  los  hace  ar- 
rojar á  cualquier  peligro  de  hambre  y  de  pobreza;  y  esta 
fué  siempre  la  condición  de  las  conquistas. 

Desocupado  imagino  que  estará  V.  S.  cuando  me  pon- 
go á  hacer  discursos  impertinentes;  más  estos  cargos  crian 
estos  pensamientos. 

De  salud  puedo  decir  á  V.  S.  que  me  va  mejor  que  sue- 
lo ,  y  creo  que  el  ayuno  es  tan  bueno  para  vencer  la  mali- 
cia del  pescado  como  la  carne.  Guarde  Nuestro  Señor  á 
V.  S.,  etc. — De  Lisboa. 


521 


Copia  de  párrafos  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Juan 
de  Idiaquez,  fecha  en  abril  de  159 i. 

Necesidad  de  asegurar  los  castillos. — Desea  que  se  le  permita  te- 
ner en  pié  una  compañía  de  arcabuceros. 

Biblioteca  Nacional. -Sala  de  MSS,—E  54,  fot.  225  vio. 

M-enores  deben  ser  las  ocupaciones  de  Aranjuez,  aunque 
sean  muy  grandes,  pues  V.  S.  me  favorece  con  sus  cartas 
tan  á  menudo.  Por  la  de  15  le  beso  mili  veces  las  manos, 
y  por  las  buenas  nuevas  de  la  salud  de  S.  M.,  que  son  el 
consuelo  que  pueden  tener  las  adversidades  de  Francia  y  de 
lodo  el  mundo.  Aquel  golpe  ha  sido  grande  y  tócanos  tan- 
la  parte  como  si  nos  diera  en  casa:  mayor  no  le  podrian 
dar  en  Lisboa  los  ingleses,  si  arribasen  aquí  una  mañana. 
Yo  me  torno  ético  con  solo  imaginar  que  es  posible,  sin  lle- 
gar á  sospechar  que  es  verisímil. 

Advierta  V.  S.  por  amor  de  Dios  y  del  rey,  que  aunque 
lenga  en  estado  de  perder  la  ciudad  y  la  barra  ,  á  lo  menos 
asegure  los  castillos,  y  no  se  imposibilite  de  cobrarlos,  por 
no  haber  proveído  mil  quintales  de  pólvora  y  dos  mili  de 
bizcocho:  que  tanto  costaría,  sobre  el  gasto  tan  grande  que 
aquí  se  hace,  tener  proveídos  los  castillos  y  apercebido  el  so- 
corro en  la  mar  v  en  las  fronteras  del  reino,  cuando  las  cosas 
de  Inglaterra  y  de  Francia  están  como  sabemos;  pues  nunca 
dejará  de  ser  posible  cargarnos  aquí  la  reina  con  diez  ó  do- 
ce mili  hombres,  que  los  traerá  el  Norte  en  ocho  días.  No 
fabriquemos  siempre  sobre  conjeturas  de  las  dificultades  de 
los  enemigos;  baste  para  tener  proveída  esta  guardia  la  ra- 
zón de  tenerla  en  pié.  Hablaré  tanto  en  esto  que  mate  á 


522 

V.  S.  Solo  le  suplico  que,  si  no  fuere  dispárale,  advierta 
cuanto  importa  ganar  horas  de  tiempo,  pues  está  tan  ade- 
lante, que  lo  que  menos  tardare ,  llegará  tarde  esta  impor- 
tunidad ;  y  otras  tales  de  cada  parte  confieso  que  podrán 
hacer  que  parezcan  secos  y  desgraciados  los  jardines  de 
Aranjuez,  que  deben  estar  hermosísimos,  aunque  el  abril 
se  ha  pasado  con  poca  agua. 

Estaba  por  pedir  socorro  á  V.  S.  para  que  me  dejasen 
en  pié  una  compañía  que  hice  de  arcabuceros,  dejando  tres 
de  las  cuatro  que  habia  cuando  el  tercio  se  reformó,  por 
causas  muy  convenientes,  y  mándame  el  Consejo  tornarla 
á  hacer  de  picas ,  con  que  se  ha  de  venir  á  perder  y  desha- 
cer, siendo  excelente  compañía.  No  creo  que  me  ha  de  va- 
ler V.  S.,  porque  no  le  parece  bien  nada  de  lo  que  hago,  y 
con  todo  hará  mucho ,  si  llega  á  tenerme  en  tan  mala  cuen- 
ta como  yo  mismo  me  tengo. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  ti  don  Cristóbal  de  il/o- 
.f^tvt^riii,         fa,  fecha  en  50  de  abril  de  1594. 

Dice  que  se  halla  mal  apercibido  para  el  caso  de  una  invasión  ex- 
tranjera.— Salario  de  los  gobernadores. — Representa  lo  desguar- 
necido que  queda  el  puerto  de  Lisboa  con  la  partida  de  ciertas 
carabelas. 

Bihliotecíi  Nacional-rSala  deMSS.—  E  54,  foL  440. 

En  los  ringlones  que  V.  S.  me  escribió  á  25  de  abril, 
me  alegré  de  nuevo  por  saber  que  la  mejoría  se  fortifica- 
ba y  persevera. 

La  carta  que  V.  S.  acusa  que  le  falta  mia,  importa  po- 
co, pero  no  he  fallado  de  escribir  con  lodos  los  correos  or- 


523 

dinarios  y  extraordinarios.  Pregunte  V.  S.  á  su  secretario 
si  tiene  alguna  de  los  diez  y  ocho  de  abril,  porque  esta, 
imagino,  que  acusa  V.  S.,  y  puede  ser  que  se  la  hayan 
detenido,  y  después  la  tenga.  Mas,  como  digo,  en  eso  se 
pierde  poco;  y  ahora  me  ocurren  dos  cosas :  la  una  de  paz, 
la  otra  de  guerra.  Comienzo  por  la  segunda  á  quejarme  de 
la  fortuna,  que  me  ha  metido  en  un  paso  tan  peligroso  á 
perder  honra.  Mañana  entra  el  mes  de  mayo,  y  en  Ingala- 
lerra  hay  navios  armados,  á  lo  menos  no  se  sabe  que  no 
los  hay,  y  el  tiempo  está  tan  al  Norte,  y  en  Lisboa  no  tenemos 
provisión  ninguna  para  poderla  defender  de  quien  quisiere 
ocuparla.  Solo  hay  el  vano  nombre  de  fuerzas  aparentes, 
para  calificar  la  empresa  de  los  que  quisieren  acometernos, 
y  la  deshonra  de  quien  perdiere  lo  que  está  perdido.  El  otro 
punto  de  pulida  es  el  que  toca  al  salario  de  gobernador,  y 
hablaré  primero  de  mi ,  y  después  del  colegio  per  mundiim 
universij  como  dicen  en  Coimbra.  Digo  pues:  cuando  el 
merino  mayor  me  habló  en  pedir  este  salario,  me  pesó  mu- 
cho, porque  á  la  verdad  siendo  cinco,  se  podria  acomodar 
mal,  y  no  era  necesario,  aunque  lo  fuere  hacerles  merced, 
por  sus  buenos  servicios,  que  cierto  son  bonísimos;  más 
no  creí  sino  que  allá  se  dejara  caer  la  plática ;  y  si  otra  cosa 
pensara,  me  hubiera  consolado,  porque  mientras  mayor 
fuera  el  estipendio,  mas  pena  me  diera,  por  la  dificultad 
que  me  hablan  de  representar  mis  criados  y  mis  amigos  pa- 
ra salir  de  aquí,  teniendo  gran  sueldo,  con  decirme  que  no 
debia  perder  el  aprovechamiento  de  diez  ó  doce  mil  duca- 
dos para  ahorrar  trabajo,  y  que  dello  resultaba  perjuicio  á 
mis  hijos.  No  me  habia  esto  de  mover  más  á  enfadarnic: 
que  en  la  disputa  tuvieron  mejores  armas  que  yo ,  lo  que 
no  tienen  agora ;  porque  al  sueldo  que  tengo ,  yo  le  bajaré 
del  gasto  en  Toledo  mili  ducados  más  ó  menos,  y  así  no 


524 

perderé  hacienda  en  hacer  mudanza,  y  deseóla  tanto,  que 
cualquier  paja  que  se  me  ponga  delante,  causará  descon- 
suelo, aunque  estoy  resuelto  de  romper  montanas. 

Hablando  en  común,  digo  á  V.  S.  que  me  parece  cosa 
indecente  vencer  canongía  de  Evora  tantos  gobernadores, 
y  no  hay  duda  sino  que  en  las  conversaciones  de  la  gana 
pierde  discanlarian  sobre  ello  los  cortesanos  largamente,  y 
así  me  pareció  bien  el  medio  que  os  escribe  Miguel  de  Mo- 
ra, de  darles  cera,  ó  azúcar,  ó  cebada,  porque  la  compara- 
ción de  la  carta  común  de  que  tiene  este  salario  naturaleza 
de  moradía,  no  me  parece  mala,  y  que  no  contienden  los 
hombres  por  ella  por  el  interés,  sino  por  la  vanidad.  Solo 
aviso  á  V.  S.  que  el  conecto  no  es  mió,  ni  por  lo  que  me 
loca  tengo  otro  afeto  que  el  que  arriba  digo  tan  eslrava- 
gante. 

4  'Perdimos  á  París,  conservemos  á  Lisboa,  y  á  V.  S.  con- 
serve Dios  la  salud  que  le  ha  dado. 

No  me  hallo  con  facundia  para  referir  las  cosas  que 
han  pasado  en  nuestro  consistorio,  sobre  la  velocidad  del 
adelantado,  el  cual  del  sábado  al  lunes  da  de  término  de 
concluir  lodos  los  embarazos  del  trueco  de  las  galeras,  y 
púdolo  hacer  porque  le  asienten  los  pendolistas  con  la  ma- 
yor prontitud  que  en  mi  vida  vi;  y  no  es  maravilla,  porque 
les  ha  hecho  tan  buenas  obras  por  lo  pasado,  que  los  ha 
puesto  en  grande  obligación. 

Llegó  el  domingo  á  la  tarde  la  segunda  caravela  que 
hablamos  enviado  á  avisarlas  naos  invernadas,  que  no  mu- 
dasen la  derrota  ordinaria,  porque  hallarían  por  ella  nues- 
tra armada  de  alto  bordo,  y  estaba  reguarnecida  también 
con  las  galeras  y  otros  navios ;  y  como  este  aviso  no  se  les 
ha  dado,  se  tiene  por  cierto  que  no  vendrán  por  donde  en- 
cuentren á  don  Juan  Pcrcira ,  y  que  yendo  de  aquí  el  adc- 


525 

lanlado  sin  quedar  galera  en  este  puerto  suya ,  ni  las  dos 
nuestras,  ni  navio  ninguno  armado,  hallará  la  costa  po- 
blada de  corsarios,  y  que  con  dos  pataches  nos  cerrará  la 
puerta. 

Esto  movió  á  los  más  de  los  gobernadores  á  enviar  una 
solene  embajada  con  un  desembargador  de  palacio  y  un  es- 
cribano de  cámara  á  las  ancas,  que  pidiese  al  adelantado 
quisiese  esperar  cinco  ó  seis  dias  dentro  de  los  cuales  pudiese 
ir  y  venir  un  correo  á  traer  la  orden  de  S.  M.,  que  verisímil- 
mente la  daria  para  no  desabrigar  de  algunas  galeras  esle 
puerto,  y  hasta  esto  les  parece  que  estaban  obligados  pa- 
ra salvar  la  obligación  de  su  cargo.  Excusóse  con  las  ór- 
denes precisas  de  S.  M. ,  y  alargóse  esta  tarde  hasta  el  ca- 
bo de  Pichel.  Nosotros  quedamos  braveando,  y  también  él 
se  fué  sin  saludarnos,  porque  se  invió  á  despedir  con  un 
capitán  de  galera,  y  vino  luego  en  plática  una  historia  del 
rey  don  Juan  el  segundo,  que  hizo  tornar  un  caballero  á 
Arcila,  porque  no  se  habia  despedido  á  la  partida  de  la  con- 
desa de  Redondo. 

Es  gran  inconveniente  la  falta  de  galeras  por  razón  de 
los  forzados  y  de  las  condenaciones,  como  escribí  á  V.  S. 
remediase  esto  en  alguna  manera,  que  no  fallarán  medios. 

Pues  V.  S.  no  me  agradece  haberme  abstenido  de  ha- 
blar en  cosas  de  hacienda,  desde  que  me  dijo  burlando  que 
entraba  mucho  en  ellas  cuando  hablábamos  del  contrato  de 
la  pimienta,  determino  de  tornar  á  ello  por  solo  la  materia 
de  los  puertos  secos,  que  sospecho  será  de  grande  pérdida 
de  la  real  hacienda  (que  es  la  principal  del  reino)  y  hará 
en  la  casa  de  la  India  otra  gran  herida,  y  causará  gran 
disgusto  en  la  tierra  y  muy  general;  y  no  dudo  que  es  ar- 
bitrio para  perder  mucho  más  de  lo  que  importan  los  tribu- 
tos de  ambas  partes;  y  también  ere)  que  en  la  alcabala  do 


526    . 

los  reinos  de  Castilla  descrece  un  buen  pedazo.  Solo  se  po- 
drá decir  que  lo  que  deja  de  entrar  aquí  por  este  respeto, 
podrá  ir  allá;  mas  esto  tampoco  es  cierto  como  son  los  da- 
ños, ni  es  justo  por  esta  consideración  hacerlos  á  esta  coro- 
na. Mande  Y.  S.  hacer  esto,  aunque  no  se  lo  escriba  el  me- 
rino mayor,  porque  cierto  el  tributo  es  odioso  y  dañoso. 
Nuestro  Señor  etc.  De  Lisboa. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S.  M. ,   fecha  en 
^iui  '?.c\  junio  de  1594. 

Competencia  de  jurisdicción  entre  los  tribunales  de  Lisboa  y  el  ca- 
,  ,piíafi,gwrjal., ...,,, ,,.,,. 

BMioieca  Nacional. — Sala  de  MSS. — E  54 ,  fol.  7  vto. 

Aunque  soy  tan  inclinado,  como  saben  todos  y  como 
tengo  obligación,  á  no  atravesarme  con  los  portugueses,  y 
á  disimular  todo  lo  que  se  suñiere,  tanto  en  materia  de  ju- 
risdicion  con  las  justicias,  como  en  otros  cualesquier  agra- 
vios hechos  de  particulares  á  soldados,  enfrenándolos  y  cas- 
tigándolos con  rigor  si  se  desmandan  ;  más  todavía  es  bien 
que  esto  tenga  límite,  porque  de  mi  blandura  ó  íbjedad  han 
lomado  atrevimiento  los  desembargadores  y  corregidores 
para  confundir  las  jurisdiciones,  y  defraudar  la  mia  con 
achaques  y  colores  frivolos  y  ridículos,  rehusando  de  remi- 
tir los  soldados  que  prenden  por  muchos  días,  debiéndolo 
hacer  luego,  sin  que  baste  para  estorbarlo  los  medios  ordi- 
narios de  requisitorias  del  auditor  general,  y  mucho  menos 
las  del  otro  del  tercio,  con  fées  de  los  libros  del  sueldo;  y 
esto  verá  V.  M.  sin  otra  prueba  que  la  del  p-ipel  incluso, 


527 

donde  ciialro  desemLargadores  del  agravio,  que  son  los 
jueces  de  más  letras,  ó  lo  deben  ser,  juzgaron  que  no  debia 
ser  remitido  un  soldado,  por  tener  mujer  portuguesa,  como 
si  hubiera  de  seguir  el  marido  el  fuero  de  la  mujer;  y 
acumularon  otra  impertinencia,  diciendo  que  la  demanda 
era  de  una  viuda  que  podia  elegir  el  tribunal  que  quisiese, 
como  si  este  privilegio  revocase  el  del  soldado. 

Otro  caso  está  también  pendiente,  de  más  momento 
que  este :  que  pidiéndoles  un  soldado  que  tienen  preso  mu- 
chos días  ha,  asentado  en  los  libros  por  gallego,  y  man- 
dándole remitir  el  corregidor,  le  respondieron  en  la  rela- 
ción, diciendo  que  era  portugués;  y  pasaron  requisitorias 
al  contador,  para  que  exhibiese  la  provisión  ó  capítulo  de 
instrucción,  por  donde  V.  M.  prohibe  que  no  asienten  por 
castellanos  á  portugueses,  aunque  se  les  dijo  privadamen- 
te que  eso  no  les  loca  á  ellos ,  porque  el  soldado  bien  ó  mal 
asentado  en  aquellos  libros,  es  de  mi  fuero,  aunque acierle 
á  ser  portugués  asentado  por  negligencia  de  los  oficiales,  ó 
por  engaño,  ó  por  dispensación  de  V.  M. ,  y  que  destos  tam- 
bién soy  yo  juez,  y  ellos  no,  ni  de  los  libros  del  sueldo  ni 
de  nuestras  instruciones;  ni  el  hombre  trueca  el  fuero  por 
la  nación  sino  por  la  milicia,  porque  yo  no  soy  juez  de 
castellanos  sino  de  soldados  de  mis  banderas,  de  cualquier 
nación,  y  que  si  fuere  necesario  echarles  dellas,  no  ha  de 
ser  por  su  orden,  ni  serán  sus  jueces,  mientras  no  le  bajá- 
remos del  sueldo.  Estas  cosas  son  clarísimas,  y  ninguna 
duda  ni  respuesta  tienen;  más  tragáronlas  con  disimula- 
ción por  algunos  pocos  dias,  y  resolvieron  con  pasarme  á 
mí  el  mismo  corregidor  una  requisitoria,  inserta  la  respues- 
ta del  contador,  para  que  le  mandase  exhibir  las  mismas 
provisiones  ó  capítulo  de  insírucion.  También  lo  he  disimu- 
lado, porque  siendo  gobernador  en  el  reino,  desautoriza- 


528 

ríame  sí  anduviese  en  competencia  con  mis  inferiores;  y 
dar  cuenta  dello  á  los  gobernadores  no  conviene  en  ningu- 
na manera,  por  no  enflaquecer  la  autoridad  de  mi  cargo 
pidiéndoles  auxilio ,  porque  veníamos  á  ser  subditos  suyos, 
y  á  depender  dellos. 

Buscando  el  medio  mas  suave  que  estas  cosas  pueden 
tener,  no  hay  ninguno  mas  acomodado  que  mandarme 
V.  M.  escrebir  por  el  consejo  de  Estado  ó  de  Guerra  lo  si- 
guiente: 

Que  aunque  V.  M.  confía  de  mí  que  conservaré  la  bue- 
na^ correspondencia  que  debe  haber  entre  los  naturales  de 
Portugal  y  la  gente  de  guerra,  y  que  para  ello  porné  mu- 
cho estudio  y  cuidado  en  traer  los  soldados  bien  disciplina- 
dos, todavía,  porque  uno  de  los  medios  de  conseguir  este 
intento  es  no  confundir  las  jurisdiciones  entre  los  corregido- 
res y  tribunales  y  el  auditor  general,  me  manda  V.  M.  que 
si  aconteciese  que  los  oficiales  de  las  banderas  prendan 
de  dia  en  fragante  delito,  6  de  noche  la  ronda  á  algún  ve- 
cino déla  ciudad,  no  le  detengan  en  prisión,  sino  que  le 
manden  remitir  luego  á  sus  jueces,  sin  esperar  que  me  lo 
remitan;  y  que  lo  mismo  deben  hacer  ellos,  sin  detener  por 
ningún  respeto  mas  tiempo  los  soldados  en  sus  cárceles  que 
hasta  que  les  conste  que  lo  son ;  porque  de  cualquier  de 
las  dos  partes  que  en  esto  exceda,  se  tiene  V.  M.  por  de- 
servido, y  que  yo  declare  á  los  demás  gobernadores,  pare- 
ciéndome  necesario,  que  esta  es  la  voluntad  de  V.  M. 

Con  esto  se  remediarán  suavemente  los  dos  casos,  y  se 
asentará  la  concordia  sin  rumor  para  adelante  (que  es  lo 
que  deseo),  porque  conviene  más  ai  servicio  de  V.  M.  aun- 
que padezca  la  autoridad  un  poco;  pero  debe  ser  poco ,  por- 
que si  la  van  aportillando,  sucederán  mil  inconvenientes,  y 
no  podrá  V.  M.  ser  bien  servido.  Nuestro  Señor  etc. 


529 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S.  M. ,  fecha  en 
junio  de  1504. 

Satisface  á  las  quejas  dadas  por  los  portugueses  contra  unos  capi- 
tanes y  soldados  castellanos. 

BiMoteca  Nacional.— Sala  de  MSS,—E^\,  fol.  25. 

Por  la  carta  que  V.  M.  escribió  á  los  gobernadores  con 
el  aviso  que  de  acá  se  envió  de  los  excesos  de  algunos  sol- 
dados, especiíicando  tres  casos  sucedidos  estos  dias,  he  he- 
cho las  diligencias  convinientes  á  la  averiguación  dellos, 
no  porque  ignorase  la  verdad ,  sino  por  poder  satisfacer  al 
escrúpulo  que  el  dicho  aviso  pudo  causar  á  V.  M ,  apuran- 
do las  cosas  judicialmente.  Ya  se  envió  al  conde  de  Gastel 
Rodrigo  el  traslado  auténtico  de  la  información  que  se  ha 
hecho  con  lo  que  pasó  con  don  Blas  Enriquez,  que  es  lo 
más  raro  que  allá  se  escribió,  por  la  cual  constará  ser  fal- 
so cuanto  se  dijo  de  la  violencia  que  se  habia  hecho  á  don 
Blas,  y  de  toíías  las  circunstancias  que  acomularon  los  que 
pretendían  hacer  odioso  el  oficio,  que  yo  mandé  hacer  jus- 
to y  moderado  cristiano. 

El  caso  de  don  Diego  de  Alfonseca  tan  acreminado ,  y 
del  capitán  Luis  Daza,  no  van  auténticos,  porque  el  pri- 
mero, como  pasó  en  la  plaza,  es  muy  notorio,  y  todavía  le 
haré  judicial  si  V.  M.  manda.  En  el  segundo  se  va  proce- 
diendo, y  queda  preso  el  capitán,  y  así  no  está  en  térmi- 
nos de  poderse  enviar  con  este  correo;  irá  con  otro  y  en^la 
relación  declaro  la  causa  de  haber  tardado  de  comenzar  á 
proceder  contra  Luis  Daza,  á  la  cual  me  remito. 

Puedo  certificar  á  V.  M.  tuvo  dicha  Diego  de  Alfonse- 
ca en  topar  soldados  tan  corregidos  ó  tan  ruines,  que  der- 

ToMO  XLIIl.  54 


530 

ribándoles  uno  de  sus  camaradas,  y  siguiendo  al  que  herido 
gritaba  que  le  habia  muerto,  hasta  su  casa  donde  había  sa- 
lido, parasen  á  raya  en  la  puerta;  porque  en  la  corte  de 
V.  M.  donde  no  hay  gente  de  guerra,  y  la  justicia  tiene 
tan  gran  autoridad  ,  suele  acontecer  de  otra  manera. 

El  papel  portugués  muestra  claro  que  no  procedió  de 
persona  pacífica  ni  bien  intencionada;  porque  dejando  apar- 
te ser  casi  todo  contrario  á  la  verdad,  y  omitiendo  también 
el  no  acudir  á  mí  á  quien  tocaba  castigar  aquellos  excesos, 
digo  que  descubren  el  ánimo  perverso  del  autor,  tanto  si  lo 
escribió  pretendiendo  que  llegase,  ó  creyendo  que  llegaria 
á  las  manos  de  V.  M. ;  y  aquellas  metáforas  de  que  estiran- 
do las  cuerdas  por  las  puntas,  romperá  por  medio,  son 
muy  exhorbitanics  y  desconcertadas.  Confieso  á  V.  M.  que 
ando  descontento  de  pocos  dias  acá  de  los  humores  del  pue- 
blo y  de  los  soldados,  porque  los  maltratan  y  desprecian,  y 
en  este  año  han  muerto  un  golpe  dellos,  donde  los  cogen  á 
solas,  sin  haber  castigado  delincuente  ninguno,  ni  hecho  di- 
ligencias; son  gentes  de  su  parle;  los  jueces  no  son  propi- 
cios; los  testigos  mucho  menos,  y  así  todo  se  hace  noche. 
Llegando  aquí  me  avisan  que  han  muerto  dos  que  hallaron 
en  el  barrio  de  San  Roque,  porque  quisieron  valer  á  uno 
que  se  venia  retirando  de  un  golpe  de  gente  que  le  seguía, 
y  ayer  mataron  á  otro. 

Traigo  estos  dias  oficiales  de  ronda  repartidos  por  la 
ciudad  con  ocho  ó  diez  soldados  cada  uno,  y  con  sus  insig- 
nias en  las  manos.  No  llevan  arcabuces  sino  pelos  y  espal- 
dares, con  orden  que  retiren  los  que  toparen  desmandados  y 
atajen  ruidos,  porque  está  la  ciudad  llena  de  soldados  de  la 
armada  portuguesa  y  de  las  galeras;  y  si  no  se  hiciese  esta 
diligencia,  sucederían  desastres;  y  aunque  han  atajado  al- 
gunos, todavía  donde  el  pueblo  les  puede  perder  el  respeto. 


551 

no  se  la  perdona,  por  moderados  que  entren  ásoIo  poner  paz, 
y  va  tomando  opinión  la  gente  de  guerra,  que  yo  soy  pareial 
á  los  portugueses,  y  que  de  aquí  procede  no  hacérseles  jus- 
ticia. Esto  causa  cobardía  ó  despecho,  que  no  se  cual  es 
peor;  porque  enfrenándolos  como  yo  lo  hago,  y  maltratán- 
dolos tan  descubiertamente  la  gente  de  la  tierra,  los  que 
tienen  honra  y  brio,  lo  mtmos  malo  que  harán  es  huirse,  y 
lo  mas  cierto  vengarse,  y  los  soldados  comunes  se  hacen 
gallinas.  El  remedio  es  que  V.  M.  no  nos  desfavorezca,  y 
que  así  como  es  muy  justo  cargarlos  con  rigor  si  se  desman- 
daren ,  también  lo  es  que  si  haceii  lo  que  deben ,  sean  esti- 
mados y  bien  tratados;  y  entiendan  los  gobernadores  que 
la  voluntad  de  V.  M.  es,  que  se  les  haga  enteramente  jus- 
ticia, y  que  no  es  pecado  venial  matar  castellanos. 

El  asiento  que  tenia  hecho  de  la  p()!vora  se  va  imposi- 
bilitando, y  eslán  todos  estos  castillos  atenidos  á  los  200 
quintales  que  me  dio  el  adelantado  y  sin  bocado  de  pan. 
Veo  yo  que  son  urgentes  las  causas  de  haberse,  suspendido 
los  cincuenta  mil  ducados  que  V.  M.  mandó  proveer  para 
ello;  pero  suplico  á  V.  M.  que  no  se  dejen  de  enviar,  por- 
que si  descrece  la  reputación  de  los  soldados,  siquiera  se 
conserve  la  de  los  castillos. 

Ni  todos  los  trabajos  son  miedo  de  ingleses,  mas  algu- 
nos son  de  justo  recelo  de  los  soldados  castellanos,  porque 
pasado  aquel  suceso  que  sin  causa  alguna  tuvieron  con  el 
corregidor  Diego  de  Fonseca,  cercáronle  la  casa,  diciéndo- 
le  todas  las  deshonras  que  se  podian  decir  á  un  traidor.  La 
mujer  de  don  Blas  Enriquez  se  acostumbraba  á  asentar  en 
cierto  puesto  dentro  en  la  iglesia  de  Nuestra  Señora  de  la 
Luz;  vino  á  aquel  acaso  la  mujer  de  Lope  García  de  la 
Torre,  y  con  una  alcatifa  en  que  se  sentó,  ocupó  el  dicho 
pucsío.  Después  vino  á  la  ig!esi¿i  la  mujer  de  don  Blas,  y 


532 

como  sus  criados  viesen  que  estaba  lomado  el  puesto ,  con 
descomedimiento  y  mal  modo  arremetieron  á  la  alcatifa  y 
á  la  mujer  de  Lope  García,  y  la  tiraron  de  allí.  Ella  resen- 
tida y  afrentada  desto ,  se  quejó  al  marido,  y  él  hizo  venir 
luego  allí  á  la  iglesia  diez  y  seis  arcabuceros  con  el  sar- 
gento mayor  y  el  capitán  Villaroel,  y  hallando  ya  á  don 
Blas  asentado  en  el  arca  de  la  cofradía  ,  se  fueron  á  él  y  con 
muy  ruin  modo  y  afrenta  le  obligaron  á  pedir  perdón  de  lo 
pasado  cá  Lope  García;  y  lo  mismo  hizo  que  hiciese  su  mu- 
jer á  la  de  Lope  García,  y  no  se  cuentan  las  solturas  de  los 
soldados  y  soberbia,  porque  es  muy  usado  entre  ellos,  y  no 
hay  ninguno  que  lo  ignore;  y  para  componer  el  caso  se  de- 
be mucho  loar  la  paciencia  de  don  Blas. 

Otro  semejante  sucedió  luego,  porque  prendiendo  el  al- 
caide Antonio  Bárrelo  á  un  fulano  Mousinho,  por  deudas 
que  debia  á  la  hacienda  de  V.  M.,  el  capitán  Luis  Daza  en- 
tretenido y  casado  con  una  hija  del  presa,  fué  con  soldados  ;\ 
matar  al  dicho  Bárrelo,  y  entró  en  la  cárcel  de  la  ciudad 
preguntando  por  él  muy  ruinmcnte  y  con  palabras  muy 
desconcertadas,  y  fuéle  necesario  valerse  de  cerrar  las 
puertas  y  de  la  gente  qué  recrecía  ,  y  Luis  Daza  tornó  al 
mesmo  con  muchos  soldados,  con  demostración  de  quererlo 
llevar  preso,  según  lo  que  hizo  y  palabras  insolentísimas 
que  dello  mostró,  y  por  concurrir  mucha  gente  no  tocaron 
en  el  alcaide.  La  tierra  sintió  estas  desórdenes,  y  el  coire- 
gidor  se  fué  á  quejar  dellas  al  Consejo;  mas  los  dcjlincuenles 
son  soldados  y  son  malos,  y  nosotros  las  vigornias;  y  pué- 
dese temer  que  puje  esto  tanto  por  la  cuerda,  que  venga  á 
reventar  por  el  medio.  Y  este  mismo  Luis  Daza,  siendo  ca- 
pitán en  la  jornada  del  Ferrol,  mató  un  hombre  en  Cabeza 
de  Vide,  (Je  que  fué  remitido  sin  castigo  al  auditor  caste- 
llano, que  luego  se  puso  en  la  rúa  sin  castigo  alguno. 


533 


Copia  de  párrafos  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Cris- 
tóbal de  Mora^  fecha  en  junio  do  1594. 

Poca  razón  con  que  los  portugueses  se  quejan  de  la  conducta  de 
los  soldados  castellanos. — -Llegada  de  un  adelantado  á  Lisboa  y 
lo  que  ha  ocurrido  en  materia  de  cortesías. — Cuestión  que  aca- 
ba de  tener  con  los  gobernadores. 

Biblioteca  Nacional,— Sala  de  MSS.—  E  S4,  fol.  79. 

Con  el  primer  correo  enviaré  actuado  lo  que  se  acusa 
de  las  insolencias  de  los  soldados,  y  con  este  quiero  adver- 
lir  á  V.  S.  de  una  regla  (jue  puede  tener  por  máxima  para 
conocer  malsines,  y  es  averiguar  si  han  avisado  priitiero 
á  los  que  loca  remediar  las  cosas  de  que  se  quejan ;  porque 
lodos  los  que  atraviesan  la  primera  instancia,  quieren  po- 
der mentir,  y  así  es  cierto  que  de  esas  cosas  no  ha  hal)ido 
hombre  que  venga  á  decirme  palabra  contra  los  soldados, 
tanto  que  lo  postrero  que  dicen  de  Luis  Daza,  dijo  el  regi- 
dor con  mucha  exageración  á  los  gobernadores,  sin  avisar- 
me primero,  habiendo  estado  con  él  en  el  antecámara  el 
mismo  dia  antes  de  entrar  en  el  gobierno,  y  también  dijo 
que  hacia  información  dello,  y  después  acá  tampoco  me  la 
ha  dado ,  y  así  lo  he  dejado  estar  de  rabia  desto;  y  si  el  rey 
no  lo  mandara,  yo  nunca  lo  moviera,  porque  acudaná  quien 
ha  de  remediar  los  escesos,  y  á  quien  saben  mejor  que  con 
la  mayor  vigilancia  del  mundo  los  procura  impedir,  casti- 
gar y  acomodar.  También  quiero  que  sepa  V.  S.  que  los 
capitanes  que  fueron  á  la  quinta  de  don  Blas  Enriquez,  los 
envié  yo,  y  que  estando  con  la  calentura,  no  dormí  toda  la 
noche  por  pacificar  y  remediar  ese  inconveniente;  y  sabido 
que  ellos  fueron  con  orden  mia,  de  creer  es  que  no  se  la  da- 


53  i 

ría  de  hacer  dcsorílencs.  Resta  saber  si  la  observaron  ó  la 
rompieron,  y  en  que  forma;  esto  llevará  el  primer  correo, 
y  si  pecaron  lo  pagarán. 

Vivo  mejorado  de  mis  achaques,  y  en  parlicular  del 
que  mas  tenia  de  seis  ó  siete  dias  á  esta  parte.  Los  de  V.  S. 
imagino  que  han  parado  ó  descrecido  notablemente:  déle 
Dios  la  salud  que  ha  menester  su  casa. 

Subió  el  adelantado  arriba  el  miércoles,  y  en  frente  de 
palacio  hizo  una  brava  salva  con  todas  las  galeras,  respon- 
diéndole en  el  castillo  con  seis  cañones,  cosa  demasiada  por- 
que bastaba  uno;  y  en  dando  fondo  la  capitana  junto  á  San 
Pablo,  le  fui  á  visitar.  Aquí  también  rompí  la  orden  de 
S.  M.,  que  lo  mandó  hacer  después  que  él  hubiese  visitado 
á  los  gobernadores.  A  la  tarde  nos  vinoá  ver  pomposamen- 
te con  cincuenta  arcabuceros  de  guardia.  También  esto  es 
demasiado ,  porque  le  bastaba  la  mia  que  estaba  en  orden 
en  la  puente  para  recebille,  y  ordené  al  alférez  que  le  aba- 
tiese la  bandera  (que  fué  otra  demasía).  Subió  á  los  gober- 
nadores; dejamos  entrar  con  él  los  que  le  acompañaban;  sa« 
limos  á  la  mitad  de  la  pieza,  y  después  hasta  la  puerta,  que 
también  los  arrastré  á  ello.  A  la  noche  le  envié  á  ofrecer 
las  ventanas  de  la  rúa  nova,  que  caen  en  mi  aposento,  para 
ver  la  procesión,  donde  podia  estar  secreto  ó  público,  y  que* 
darse  á  comer  conmigo;  no  quiso  hacerlo,  ni  supo  respon- 
der cosa  que  tuviese  propósito  para  negarlo,  y  el  mismo  dia 
á  la  noche  echó  al  padre  Sicilia  para  que  persuadiese  al 
veedor  general  que  por  rodeos  supiese  de  mí  si  le  hablan  de 
visitar  los  gobernadores,  porque  si  no  lo  hubiesen  de  hacer, 
se  bajarla  á  Belén  luego;  respondí  que  si  los  gobernadores 
lo  hubiesen  de  visitar  acá,  no  lo  dejarían  de  hacer  en  Be- 
lén, que  se  podia  ir  en  buen  hora.  Tornó  el  teátino  rabian- 
do y  quejándose  de  los  que  le  habían  aconsejado  que  subie- 


535 

se  arriba,  y  que  la  visita  en  Belcn  no  era  visita.  Torná- 
ronme á  pedir  socorro,  y  ayer  hice  ir  allá  al  conde  de  San- 
ta Cruz,  y  hoy  al  de  Sabogal  y  á  Miguel  de  Mora.  Guando 
el  de  Santa  Cruz  tornaba,  no  hallaron  pólvora  para  dispa- 
rar una  pieza  por  cortesía;  hízose  cuando  ya  venia  á  medio 
camino,  que  pudo  pensar  que  le  tiraban;  mas  dicenme  que 
mandó  dar  tres  tratos  de  cuerda  al  artillero. 

Quedo  satisfecho  de  mi  solicitud,  por  desearme  V.  S.  por 
su  criado ,  y  no  me  espanto,  porque  soy  barato  que  es  me- 
jor que  solícito. 

Di  cuenta  á  los  gobernadores  de  la  confianza  con  que 
se  me  desarmaba  sin  dejar  castellano  en  Lisboa.  Respon- 
dióme alguno  que  en  la  ciudad  todavía  no  faltarían  ruines 
intenciones,  que  viese  yo  si  será  bueno  meter  portugueses 
en  San  Gian  y  en  los  otros  castillos,  y  servirme  aquí  de  los 
soldados;  díjolo  con  bonísima  intención.  Otro  mas  especu- 
lativo dijo,  que  se  levanten  portugueses.  Vínoseme  al  pen- 
samiento responderle,  que  no  era  menester  levantarlos, 
que  ellos  se  levantarían ;  mas  modéreme  con  decir  que  los 
cabos  han  de  ser  castellanos,  y  respondíle  que  no  conviene, 
porque  perderán  los  portugueses  el  brio  si  no  piensan  ser 
capitanes;  y  si  así  discurren  en  Francia,  trabajo  tenemos. 

El  auditor  general  es  hombre  muy  de  bien,  como  tengo 
escrito  á  V.  S.  otras  veces.  Pretende  ser  fiscal  de  la  cárcel, 
ó  cualquier  oficio  de  su  profesión.  Creo  que  ejercitará  lim- 
piamente, y  hará  lo  que  debe.  Suplico  á  V.  S.  lo  favorezca 
por  hacerme  merced.  Nuestro  Señor  etc. 


^•^>6 


üo( 


Copia  de  párrafos  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don 
Cristóbal  de  Mora,  fecha  en  julio  de  4594. 

Da  cuenta  de  varias  pendencias  ocurridas  entre  castellanos  y  por- 


Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS.—E  54,  fol,  62.  vto. 

Dios  dé  á  V.  S.  mucha  salud  del  nuevo  corrimiento  que 
cargó  á  los  ojos,  como  me  escribieron  que  le  va  teniendo, 
y  crea  V.  S.  que  me  dan  mucha  pena  sus  achaques. 

Reconocí  la  minuta  de  lo  que  escrebí  á  V.  S.  sobre  el 
adelantado,  y  soy  tan  bobo  que  yo  mesmo  me  hice  la  co- 
pla ,  no  queriendo  decir  que  sospechaba  ó  creia  que  venia 
¿sindicar,  sino  que  me  debía  mucho,  porque  sabiendo 
que  no  venia  á  eso ,  le  hice  aquellas  cortesías  que  V.  S. 
lo  sabrá  mejor,  porque  está  el  sentido  trocado,  y  no  es  mi- 
lagro, pues  ordinariamente  escribo  á  las  dos  de  la  noche, 
y  después  se  minutan  las  cartas;  y  aunque  es  verdad  que 
el  vulgo  dijo  esto,  luego  que  llegó,  no  fué  el  rumor  de  ma- 
nera que  se  extendiese  mucho,  ni  hiciese  impresión  en 
hombre  de  juicio,  mayormente  que  somos  muy  amigos. 

Mucha  merced  me  ha  hecho  V.  S.  en  advertirme  de 
las  cosas  que  allá  escriben  de  las  pendencias  de  los  de  la 
tierra  con  los  soldados,  y  de  las  culpas  que  me  ponen  to- 
dos; por  cierto,  señor,  que  no  tengo  ninguna  negligencia 
ni  remisión  en  la  justicia,   aunque  no  sea  yo  sanguinario. 

Lo  que  pasa  es,  que  no  hay  pendencias  de  que  se  pue- 
da hacer  caso,  porque  ninguna  hubo  cuando  se  escribieron 
esas  cosas,  hecha  de  pensado,  que  es  lo  que  se  debe  prohi- 
bir y  atajar  con  todo  rigor. 


557 

De  las  que  son  de  pensado,  tampoco  sé  que  haya  ha- 
bido sino  lo  que  escrebí  á  V.  S.  cerca  del  castillo,  donde 
liubo  tres  ú  cuatro  heridos  de  toda  [)arte,  que  ninguno  mu- 
rió, y  esta  fué  accidental,  sin  ningún  fundamento.     ' 

La  causa  de  ser  esta  mas  odiosa  que  otras,  sucedió  por 
ser  á  ponerse  el  sol  y  cerca  del  castillo,  estando  juntos  lo- 
dos los  soldados  que  venían  á  recogerse,  y  así  se  derrama- 
ron hasta  que  los  retiraron  los  oficiales;-  y  para  satisfacer 
los  de  la  tierra,  ordinariamente  cometo  á  los  jueces  portu- 
gueses las  informaciones  acompañados  de  mi  auditor.  Dirá 
V.  S. :  "dadme  cuenta  si  eso  es  así :  que  flojedades  os  acu- 
san, é  de  dónde  procede  eso";  y  estos  son  dos  miembros. 

El  primero  de  la  flojedad  resulta  de  la  que  uso  con  ellos, 
porque  de  no  apretara  los  que  hieren  y  matan  soldados, 
ni  seguir  aquellas  causas  con  brío,  juzgan  que  soy  muy 
blando;  y  después  conforme  á  la  condición  que  han  expe- 
rimentado en  su  favor,  no  acusan  si  los  descalabran,  y  se 
huye  el  delincuente,  lo  cual  tampoco  sé  que  haya  aconte- 
cido, y  es  milagro,  porque  habiendo  aquí  dos  mil  soldados 
portugueses,  y  los  de  las  galeras  y  los  mios,  sucedió  que 
yo  supiese  tres  ó  cuatro  pendencias  con  los  de  las  galeras 
y  los  portugueses ,  y  con  italianos  de  la  naves.  No  entraron 
soldados  de  este  tercio  en  estas  ni  fueron  peligrosas,  aunque 
mataron  un  soldado  de  galera  en  una ;  después  estos  en  otra 
pendencia  mataron  un  portugués.  Estas  son  las  pendencias 
de  aquel  tiempo  sin  haber  habido  otra. 

No  cuento  que  andando  un  sargento  óe  guardia  con 
ocho  ó  diez  soldados  con  sus  espadas  y  petos  y  espaldares,, 
y  él  con  su  alabarda,  (porque  así  ordené  aquellos  dias  que 
anduviesen  algunos  para  atajar  pendencias) ,  entraron  á 
despartir  una  de  soldados  portugueses,  y  juntóse  toda  la 
calle  contra  ellos ,  y  maltrataron  al  sargento  sin  que  bastase 


558 

decir  que  ponía  paz.  Gamo  vi  esto,  orJené  que  de  allí  ade- 
lante cesasen  estas  guardias. 

Dígame  ahora  V.  S.  siestas  son  las  pendencias,  que  le 
parece  que  son  de  admiración  ni  de  acusación,  pues  crea 
cierto  que  ninguna  otra  cosa  hulw)  entonces,  ni  hay  solda- 
do que  haya  herido  portugués  en  todo  el  tiempo  atrás ,  ni 
de  tal  ha  habido  queja  ante  mí,  ni  ante  la  justicia.  Al  prin- 
cipio deste  gobierno  robaron  en  una  quinta  valor  de  veinte 
ducados  una  cuadrilla  de  seis  ó  siete,  que  iban  á  vengar- 
se de  unos  hombres  que  los  hablan  maltratado.  Hice  mu- 
cha diligencia  por  saber  quien  eran,  tanta  que  saliendo  los 
gobernadores  de  misa  y  subiendo  por  la  escalera,  se  rae 
quejó  una  vieja  deste  caso,  diciendo  que  un  alférez  que  es- 
taba en  el  patio  habia  ido  con  ellos ,  y  por  solo  su  dicho  así 
del  maese  de  campo  Barachel ,  porque  me  le  hallé  en  el 
acompañamiento,  y  inviéle  á  prender  por  ladrón  al  alférez, 
vestido  de  terciopelo,  que  no  tenia  mas  culpa  que  un  santo. 
Dos  dias  después  pareció  una  ropilla  de  un  soldado  de  los 
que  allí  se  hallaron,  y  habia  mudado  el  traje,  y  por  el  ras- 
tro della  pesqué  dos,  y  otro  dia  los  hice  ahorcar,  y  no  les 
habían  tocado  cuatro  reales  de  parte.  Ninguna  otra  cosa  al- 
ta ni  baja  ha  sucedido  contra  portugueses. 

Dejo  de  referir  lo  que  ellos  han  hecho  contra  los  solda- 
dos, matándolos  cruelmente  donde  quiera  que  los  topan  so- 
los; porque  después  que  yo  vine,  son  10  ó  17  los  que  han 
muerto  sin  entrar  en  el  hospital;  serán  muchos  más,  y  de 
heridos  un  gran  número,  y  estos  mismos  dias  de  que  aho- 
ra se  quejan ,  sucedieron  otras  muchas  cosas  terribles  que 
no  cuento  por  pendencias,  porque  son  los  soldados  los  muer- 
tos. Dos  mataron  junto  á  San  Roque  de  día,  sin  causa  nin- 
guna, porque  acompañaban  á  otro  que  les  pidió  que  lo  pu- 
siesen en  salvo,  porque  le  querían  matar ,  y  él  se  puso  en 


Oó\ 


cobro  (1)    huyendo ,    y   los   amigos   quedaron    tendidos. 

En  casa  de  una  bellaca  castellana  mataron  un  muclia- 
cliode  diez  y  seis  años,  sin  armas,  criado  del  auditor  ge- 
neral ,  y  encerraron  el  cuerpo  que  sacaron  á  la  noche  hom- 
bres armados  y  conocidos ,  y  le  llevaron  á  enterrar  al 
campo. 

De  todo  esto  no  se  hace  caso  ninguno,  porque  los  sol- 
dados son  gente  desamparada,  y  no  hay  quien  les  acuda, 
y  la  justicia  de  Portugal  siempre  procede  lentamente;  y  es- 
to mismo  es  lo  que  yo  digo  á  los  mismos  soldados  cuando 
se  me  quejan  de  que  no  les  hacen  justicia,  que  entiendan 
que  no  es  odio  de  castellanos  ni  de  soldados  sino  usanza 
propia  suya  y  estilo  que  guardan  entre  sí. 

Todas  estas  pendencias  acomuladas,  muertes  y  heridas 
son  pocas  en  Lisboa  con  soldados,  porque  muchas  más  ha- 
bla antes  que  los  hubiese,  y  después  que  los  hay,  nunca 
menos  hubo  que  agora;  porque  ningún  género  de  insolen- 
cia se  consiente,  y  vi  muchas  sucedidas  en  tiempo  de  mis 
antecesores  (sin  quitar  ninguno) ,  y  estando  S.  M.  de  pre- 
sente, algunas  de  que  podria  traer  ejemplos.  Bien  confieso 
que  es  desdicha  caer  muchos  soldados,  sin  que  se  prenda  nin- 
guno de  la  tierra ,  porque  se  podria  engendrar  odio  que  cau- 
sase inconveniente;  mas  esto  no  ha  llegado  á  este  término, 
ni  sé  cosa  más  quieta  que  están  los  soldados. 

Mas  historias  he  de  contar,  porque  faltando  muy  so- 
lemnes, díjome  el  regidor  anoche,  que  se  habia  hecho  aquí 
justicia  de  unos  italianos  que  saliendo  de  galera  el  uno  ó 
ambos,  porque  el  uno  creo  que  era  marinero  de  una  na- 
ve, y  que  se  me  quejaba  de  que,  no  teniendo  sueldo,  me  en- 
tré en  su  jurisdicion;  respondíle  que  aquí  habia  costumbre  de 

(1)  liemos  añadido  cslas  palabras  que  faltan  en  el  manuscrito. 


5Í0 

conocer  esla  gente  marinesca ,  tanto  más  el  uno  que  salió  tle 
forzado  dos  ó  tres  meses  há,  y  que  si  me  los  hubieran  pe- 
dido, también  se  los  diera,  pero  que  nunca  me  los  pidieron, 
y  así  es  la  verdad;  más  que  de  aquí  adelante  baria  en  esto 
lo  que  él  quisiere,  porque  no  quería  eslender  jurisdicion,  si 
bien  como  digo,  este  fué  siempre  el  estilo,  y  nunca  se  ha- 
bían quejado  dello. 

Ahora  contaré  el  caso,  y  empiezo  por  el  menos  grave,  y 
fué,  que  un  marino  dio  de  puñaladas  j)or  las  espaldas  á  un 
pobre  portugués,  y  se  metió  en  San  Pablo.  Púsosele  guardia, 
y  juntóse  el  vicario  con  el  auditor  general,  y  remitiósele. 
Mándele  ahorcar  estando  en  prisión  más  de  ocho  dias,  sin 
que  la  justicia  portuguesa  lo  pidiese. 

El  segundo  es,  un  veneciano  forzado  en  estas  galeras, 
que  há  poco  que  salió  dellas,  habiendo  sido  después  que 
cumplióla  penitencia  algunos  meses  artillero,  aunque  enton- 
ces no  tenia  sueldo.  A  este  se  encomendó  una  pobre  mujer 
portuguesa,  casada  con  otro  italiano^  para  que  la  llevase  en 
seguimiento  de  su  marido ,  que  iba  huyendo  de  la  justicia, 
y  cargóse  de  sus  joyuelas  y  dinero,  y  en  sacándola  al  cam- 
po, le  dio  cien  puñaladas  y  la  robó  una  legua  de  aquí. 
Ti'ujéronla  y  enterráronla,  sin  que  la  justicia  portuguesa 
hiciera  dilijencia  de  provecho.  Desenterróse  y  reconocióse 
como  convenia,  y  tomando  el  rastro  del  delicuente,  le  hice 
seguir  hasta  Goimbra,  y  el  que  fué  tras  él  se  dio  tan  bue- 
na maña,  que  levantó  cien  conejos,  y  prometió  mas  de  vein- 
te hábitos  de  Cristo,  y  siguiéndole  por  aquellos  montes  le 
halló  embreñado.  Venido  aquí  confesó  y  restituyó  lo  que  le 
quedaba  del  hurto.  En  todo  este  tiempo  no  habló  palabra  la 
justicia  portuguesa;  y  por  no  perdonarle  siendo  el  caso  tan 
atroz,  le  mandé  hacer  cuartos.  Aprobólo  mucho  el  pueblo, 
de  lo  cual  nació  la  envidia  á  losdescmbargadores,  que  me- 


Sil 

lieron  al  regidor  en  la  cabeza  que  tenia  razón ,  y  fué  muy 
satisfeclio  al  decirle  yo  que  no  lo  haría  otra  vez. 

El  mismo  dia  que  se  quejó  deslo  vino  á  mí  un  corregi- 
dor y  me  dijo,  que  estos  soldados  de  mi  guardia  liabian 
])reso  un  ladrón,  y  le  tenian  acá  bajo  en  el  fuerte,  y  porque 
nndan  otros  en  la  compañía  y  tienen  trato  con  los  de  aquí> 
convenia  saberse  deste  si  trataba  con  ellos  antes  que  pudie- 
sen entender  que  estaba  preso;  y  porque  ellos  no  podían  ha- 
cer esta  diligencia  apresurada,  la  encargase  al  auditor  y  no 
se  la  remitiese  antes  de  hacerla.  Respondíle  que  no  me  lo 
sufrían  en  la  relación  y  se  quejaban.  Replicóme  que  por 
amor  de  Dios  no  impidiese  la  justicia,  y  que  la  hiciese 
quien  quisiese:  con  todo,  no  me  atreví  á  detenérsele.  Res- 
la  por  decir  las  causas  destas  quejas  que  no  son  las  penden- 
cias, sino  otros  humores  más  universales. 

Diego  de  Fonseca  es  hombre  entendido  y  mal  con- 
tento. Tiene  mucha  gente  aficionada.  Sucedió  aquella  pen- 
dencia en  que  los  portugueses  derribaron  el  soldado,  junto 
á  su  casa,  y  corrieron  tras  aquel  que  entendieron  lo  había 
muerto;  dejóle  salir  gritando  los  soldados  que  le  prendie- 
ron, y  prendió  un  inocente  para  cumplir  con  ellos.  Acabóse 
luego  aquello,  Gomo  ya  tengo  escrito  á  V.  S  acudió  toda  la 
gente  portuguesa  de  humor  atravesado  á  ofrecérsele,  para 
hacer  muy  odioso  el  negocio,  y  esforzar  el  tjando  portugués, 
y  quiso  hacer  acción  y  derecho  do  la  templanza  con  que  pro- 
cedió, no  se  aprovechando  destos  ofrecimientos,  y  sacar  con 
este  acha([ue  carta  nuestra  en  su  loor,  y  no  faltará  quien 
la  mandará  escribir;  y  hubiéramosle  alabado  de  dos  cul- 
pas:  una  de  soltar  el  preso,  y  otra  de  admitir  aquellos  ofre- 
cimientos populares. 

De  aquí  nace  escarbar  todos  sus  cómjdices  estas  menu- 
dencias, negociar  los  unos  que  escriban  los  otros  y  escon- 


5Í2 

der  ellos  la  mano.  De  aquí  también  resulló  la  relación  del 
portugués,  que  se  nos  invió;  y  después  que  se  escribió  de 
allá  que  es  de  ministro,  me  parece  á  mí  de  nuestro  amigo 
Pedro  de  Acosta,  becha  en  estilo  de  Lucano,  como  el  suyo. 

Si  V.  S.  quisiere  creer  esta  relación ,  quedará  bien  in- 
formado, y  sin  duda  cierto  que  lo  que  afirmo  es  así,  y  lo  que 
congeturo  vcrisimil ;  y  si  no  lo  creyere,  no  se  entenderá  nun- 
ca la  verdad. 

De  lo  que  á  mí  toca  ,  no  se  me  da  nada;  bago  lo  que 
debo ;  veo  lo  que  adeviné.;  liaré  justicia  siempre;  no  me  des- 
cuidaré ;  si  no  lo  persuadiere  al  rey  ni  á  la  gente ,  seré  mo- 
llino, no  culpado. 

He  contado  los  casos  sucedidos,  y  mostrado  el  origen 
dellos;  mejor  se  pudiera  decir  el  remedio;  más  no  gastaré 
tiempo  en  ello,  porque  no  se  ba  de  aplicar.  Nuestro  Se- 
ñor etc.  .    'r^yiíí; 


Copia  de  la  instrucción  que  don  Juan  de  Siloa  dio  al  capi- 
tán Rodrigo  de  Orozco,  en  agosto  de  1594. 

Biblioteca  Nacional. — Sala  de  MSS.—-E  M,  fol.  142  vio. 

Iréis  á  Madrid  por  la  posta  á  toda  diligencia  que  pudié- 
redes,  y  daréis  luego  en  apeándoos  los  despacbos  (jue  lle- 
váis, á  los  señores  licenciado  Laguna  y  Andrés  de  Prada, 
y  le  representareis  las  grandes  necesidades  que  aquí  bay, 
por  lo  que  se  debe  generalmente  á  toda  la  gente  de  guerra 
que  está  á  mi  cargo,  basta  fin  del  año  92. 

Que  dejado  esto  aparte,  se  comenzarán  á  proveer  las 
pagas  del  año  93,  y  que  para  estas  faltan  127,645  escu- 
dos, por  baberse  dejado  de  proveer  17,506  para  las  pagas 


543 

de  enero,  hebrero  y  marzo,  y  no  haberse  cumplido  entera- 
mente las  de  abril,  mayo,  junio  y  julio,  ni  hecho  provisión 
alguna  para  las  de  noviembre  y  diciembre ,  como  más  par- 
ticularmente se  vercí  por  las  relacionas  que  se  han  inviado, 
de  las  cuales,  para  que  estéis  bien  informado,  se  os  dará 
traslado  juntamente  con  esta. 

Que  por  esta  falta  fué  forzoso,  que  á  instancia  mía  y 
por  servicio  de  S  .  M. ,  tomasen  á  cambio  por  su  crédito  y 
fatoría  Pedro  de  Meluenda  y  Carlos  Veluto  68,000  escudos, 
con  los  cuales,  y  con  otros  que  anticii)aron  á  cuenta  de  las 
diez  pagas  que  se  proveyeron  por  esle  año ,  se  dieron  las 
de  noviembre  y  diciembre  de  93  á  la  gente  deste  partido, 
y  se  socorrió  también  con  algunas  sumas  á  las  islas  Terce- 
ras, y  entre  Duero  y  Miño  y  Galicia,  y  se  fueron  pagando 
aquí  los  meses  de  enero,  febrero  y  marzo  deste  año,  por- 
que las  letras  y  órdenes  de  S.  M.  que  se  dieron  sobre  la 
dislribucion  de  los  40,000  ducados  para  la  paga  de  los  di- 
chos diez  meses,  no  vinieron  hasta  principio  de  abril. 

Que  conviniendo  al  beneficio  de  la  real  hacienda  exten- 
guir  los  cambios  de  los  dichos  68,000  escudos,  se  pagaron 
los  60,000  con  otros  tantos,  que  montarán  las  pagas  de  los 
dichos  tres  meses  primeros  deste  año,  para  acabar  de  pa- 
gar la  dicha  partida  de  68,000  escudos;  y  para  pagar  los 
capitanes  y  oficiales  de  las  diez  compañías  que  S.  M.  man- 
dó reformar,  se  pidió  al  dicho  Pedro  de  Meluenda  en  25  de 
abril,  tomase  á  cambio  por  cuenta  del  rey  13,000  escudos 
como  lo  dijo,  y  los  entregó  al  pagador  Gerónimo  de  Andra- 
da ,  con  recaudo  que  se  le  dio  de  que  para  dos  deste  mes 
de  agosto,  se  le  pagarían  con  el  daño  que  hubiese  montado 
el  tomarlos  á  cambio,  y  hoy  dia  se  le  debe  el  uno  y  lo  otro. 

Que  por  esto  se  ha  ¡do  atrasando  el  sueldo  un  mes,  pro- 
curando con  los  dichos  Pedro  de  Meluenda  v  Garlos  Velu- 


544 

ti,  (1)  que  anticipasen  á  los  primeros  dias  de  cada  mes  y 
á  los  20,  lo  que  estaban  obligados  á  pagar  a  postrero ,  con 
lo  cual  se  ha  entretenido  hasta  ahora,  ayudándose  de  al- 
gún dinero  que  habia  por  cuenta  de  galeras,  y  deteniendo 
algunos  dias  á  las  Islas,  y  entre  Duero  y  Miño  y  Galicia, 
compensando  el  aprovechamiento  que  en  ellos  podian  tener, 
con  el  daño  que  se  les  seguia  de  anticiparlo  deste  partido 
de  Lisboa  ,  y  7,500  escudos  que  dio  Garlos  Veluti,  también 
adelantados,  para  la  paga  de  la  gente,  y  provisión  y  bas- 
timentos de  las  galeras  deste  rio,  que  llevó  á  don  Diego 
Brochero  á  Bretaña,  habiendo  mandado  S.  M.  que  se  des- 
pachasen con  mucha  brevedad  de  todo  el  dinero  que  esta- 
ba proveído  por  cuenta  deltas. 

Que  la  causa  que  me  lia  obligado  á  inviaros,  es  haber 
cesado  la  comodidad  de  prevalerme  del  dinero  que  habia  de 
las  galeras,  que  se  consumió  en  despachar  al  dicho  don 
Diego  Brochero,  y  decir  Pedro  de  Meluenda,  que  tiene  á  su 
cargo  la  provisión  de  entre  Duero  y  Miño  y  Galicia,  que 
no  puede  anticipar  nada,  porque  lo  ha  de  pagar  en  aque- 
llos partido,  y  lo  tiene  allí  de  contado,  y  que  tampoco  ha  de 
pagar  los  12,000  escudos  á  que  está  obligado  en  fin  deste 
mes  de  agosto,  si  no  le  pagan  los  dichos  13,000  escudos 
que  tomó  á  cambio  con  sus  intereses,  por  ser  pasado  el  pla- 
zo, como  está  dicho,  y  también  porque,  habiéndosele  dicho 
questos  se  le  pagarían  del  primer  dinero  que  S.  M.  manda- 
se proveer  por  cuenta  del  año  93,  ha  visto  que  están  pro- 
veidos  30,000  escudos,  con  orden  que  se  destribuyan  en 
pagar  las  Islas,  y  entre  Duero  y  Miño  y  Galicia,  sin  que  to- 
que parte  alguna  al  partido  de  Lisboa,  ni  pueda  ser  él  pa- 
gado ,  con  lo  cual  hace  como  se  ha  dicho,  prenda  de  lo  que 

(4)  Feluto  le  llama  en  uno  de  los  párrafos  anteriores.  . 


545 

está  obligado  á  pagar,  con  que  quedarla  lo  de  aquí  de  ma- 
nera, que  no  solo  no  se  podrán  continuar  las  dichas  diez  pa- 
gas, pero  no  habrá  ni  aun  para  el  socorro  de  un  real  ca- 
da dia. 

Y  como  quiera  que  en  las  relaciones  que  se  inviaron 
á  30  de  julio  á  los  señores  licenciado  Laguna  y  Andrés  de 
Prada,  se  particulariza  esto  mas  menudamente,  habéis  de 
pedirlo  primero  con  gran  instancia,  que  délos  dichos  80,000 
ducados,  se  dé  á  cada  partido  lo  que  le  tocare  por  rala; 
porque  con  esto  se  podrá  pagar  el  dicho  Pedro  de  Meluenda, 
y  entretenerse  en  alguna  manera  este  partido,  hasta  que 
S  M.  mande  acabar  de  proveer  los  dichos  127,645  escu- 
dos, que,  como  está  dicho,  faltan  para  sobre  el  año  93,  y 
entonces  se  podrá  dar  á  cada  partido  todo  lo  que  hgora  se 
les  libra  á  los  de  afuera  de  aquí,  con  los  dichos  80,000  du- 
cados, que  es  lo  que  se  les  debe  de  todo  el  año  de  93. 

Que  aunque  S.  M.  mande  proveer  enteramente  los  di- 
chos 127,645  escudos  que  faltan  para  la  paga  de  todo  el 
dicho  año  de  93,  y  se  cumpla  dellos  con  las  Islas,  y  entre 
Duero  y  Miño  y  Galicia,  queda  muy  agraviado  el  partido 
de  Lisboa,  porque  se  han  ofrecido  en  él  todos  los  gastos 
extraordinarios  que  veréis  apuntados  en  la  dicha  relación, 
los  cuales  no  se  han  podido  excusar,  ni  ha  habido  de  que  ha- 
cerlos, sino  de  la  paga  de  la  gente  de  guerra,  y  de  14,000 
escudos  que  se  tomaron  primero  del  dinero  que  está  consi- 
nado  para  lo  tocante  á  la  fábrica  del  fuerte  del  Brasil,  que 
se  hace  en  la  Tercera ,  y  no  se  puede  acudir  á  esto  en  ma- 
nera alguna  ,  si  no  se  provee  con  que  poderlo  restetuir. 

Que  si  bien  con  la  provisión  que  está  hecha  para  los 
diez  primeros  meses  deste  año,  se  pagará  enteramente  en 
las  Islas,  y  entre  Duero  y  Miño  y  Galicia,  no  se  podrá  ha- 
cer esto  en  Lisboa  por  el  mes  que  se  trae  atrasado,  como  es- 
ToMoXLIlI.  35 


546 

tá  dicho,  y  se  refiere  mas  particularmente  en  la  dicha  re- 
lación de  50  de  julio.  Y  conviene  que  hagáis  mucha  fuer- 
za, que  desde  luego  se  provean  los  meses  de  noviembre  y 
diciembre  deste  año  para  todos  los  partidos,  y  también  d 
de  octubre  dé!  para  este  de  Lisboa,  en  caso  que  no  se  pro- 
veyese todo  lo  que  se  debe  del  resto  de  las  pagas  del  afio 
de  9o;  que  la  mayor  falta  que  en  esto  hay,  es  no  poder 
conservar  el  crédito  que  es  tan  necesario  con  los  hombres 
de  negocios;  y  que  esto  está  aquí  de  manera,  que  así  por 
no  haberles  pagado  lo  que  se  les  debe,  como  por  haberse 
suspendido  las  letras  de  las  Islas,  y  enviádose  de  allá  las 
órdenes  tan  precisas,  y  crecido  aquí  los  trabajos  y  necesi- 
dades con  las  desgracias  que  cada  dia  suceden,  conviene 
mucho  dar  orden  que  se  asiente  de  veras  la  siluacion  de 
las  pagas  de  adelante,  y  que  haya  crédito  enlero  para  lo 
que  pueda  ocurrir. 

Diréis  en  particular  al  señor  licenciado  Laguna  que  en 
las  Islas,  y  entre  Duero  y  Miño  y  Galicia,  se  puede  hacer 
tanteo  ordinario  de  los  gastos  de  cada  mes,  y  que  en  el  par- 
tido de  Lisboa  no  se  puede  arbitrar  por  los  muchos  acciden- 
tes que  se  ofrecen;  y  que  habiéndose  hecho  las  provisioneá 
de  aquellos  partidos  complidamente,  conforme  á  las  relacio- 
nes que  los  oficiales  del  sueldo  dieron  de  lo  que  cada  mes 
mostraron,  y  enviádose  también  la  de  este  partido  dicien- 
do que  montaba  ¿íá,Io8  escudos  y  5  reales,  con  lodo  eso 
no  se  acrecenió  la  provisión  que  estaba  hecha  de  solo  los 
dichos  20,000  escudos,  los  cuales  no  han  bjslado  para  el 
cumplimiento  de  las  pagas,  y  mucho  menos  se  podrán  cum- 
plir las  de  los  meses  que  vienen ,  llegando,  como  cada  dia  se 
esperan,  más  de  400  soldados  que  se  han  levantado  de 
nuevo  en  Castilla  ,  para  rehacer  estas  compañías,  cuyo  suel- 
do motilará  casi  2,000  escudos  cada  mes. 


o 


47 


Habiendo  hecho  esía  relación  en  Madrid  (como  está 
dicho) ,  pasaréis  sin  deteneros  á  San  Lorenzo ,  y  daréis  las 
cartas  que  lleváis  al  señor  cardenal  y  á  los  señores  doa 
Ciislóbal  y  don  Juan,  y  á  cada  uno  daréis  cuenta  de  todo 
lo  dicho  lo  más  hrevemenle  que  pudiéredes,  representándo- 
les la  necesidad  en  que  quedo,  y  la  que  hay  del  hreve  re- 
medio ,  y  suplicaréis  á  S.  A.  y  á  esos  señores  lo  procuren, 
y  que  se  dé  orden  siquiera  que  de  presente  los  dichos 
80,000  ducados  se  destrebuyan  en  este  y  los  demás  parti- 
dos por  rata  ,  y  esto  ha  de  ser  lo  primero  que  habéis  de  ne- 
gociar j  y  en  lo  que  habéis  de  hacer  mayor  esfuerzo  por 
ser  tan  necesario  y  preciso,  para  que  no  cese  la  paga  y  so- 
corro destá  gente  este  mes  de  agosto  y  los  dos  que  siguen. 

Para  persuadirles  esto,  les  diréis  lo  que  liaheis  visto,  y 
lo  que  sabéis  del  estado  de  aquí,  y  á  lo  que  ha  llegado,  y  la 
diligencia  que  yo  he  hecho  con  los  hombres  de  negocios 
para  que  se  pudiese  excusar  vuestra  ida,  y  lo  poco  que  ha 
servido,  por  las  dificultades  que  se  han  atravesado,  como 
arriba  está  apuntado. 

Procuraréis  que  no  se  defiera  la  resolución,  porque  no 
lo  súfrela  necesidad  presente,  y  por  ser  tan  fácil  el  reme- 
dio della  con  la  dicha  destribucion  prorata ,  de  los  dichos 
80,000  ducados  que  han  comenzado  á  llegar  á  Lisboa. 

Y  negociado  esto,  inviándome  los  despachos  dello,  trai- 
réis  las  demás  provisiones  que  arriba  están  dichas. 

Diréis  á  esos  señores  que  lleváis  carta  mia  para  S.  M.; 
y  si  os  dieren  licencia,  se  la  daréis  en  su  mano,  refirién- 
dole la  suma  de  vuestra  comisión,  y  la  necesidad  que  me 
obligó  á  enviaros  á  suplicarle  que  la  mande  remediar;  y  si 
por  sus  indisposiciones  ó  por  otro  respeto  no  le  habláredes, 
daréis  su  carta  á  Juan  Iluiz  de  Velasco,  pidiendo  de  mi 
parte  la  ponga  en  sus  reales  manos,  para  que  tenga  enten- 


548 

dido  este  negocio,  y  acudiréis  ala  persona  que  se  remilie- 
re,  y  parlicularmenle  al  señor  licenciado  Laguna  y  al  con- 
tador Pedro  Orliz  del  Rio,  con  quien  habréis  de  correr  el 
progreso  de  vuestra  comisión. 

Todo  lo  cual  haréis  y  cumpliréis  con  el  cuidado  y  deii- 
gencia  que  soléis  emplearos  en  el  servicio  de  S.  M. ,  y  con  la 
prudencia  y  destreza  que  el  negocio  pide ,  y  lo  habéis  he- 
cho en  otros  semejantes,  y  se  confia  de  vuestra  persona  etc. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Juan  Maque z, 
fecha  en  agosto  de  1595. 

Dice  que  se  ignora  el  rumbo  que  tomará  la  escuadra  inglesa. — 
Quéjase  de  los  gobernadores,  por  quererle  quitar  la  compañía 
de  guardia. 


Biblioieca  Nacmial.—Sakt  deMSS.—  EM,  fol.  197  ito. 

Antes  que  pensar  que  V.  S.  se  ha  de  emendar  dema- 
siado ,  creo  que  dejaré  algunas  veces  de  escribirle,  si  no  hu- 
biere otro  remedio  de  aliviarle  esa  molestia.  Lindamente  en- 
tretienen los  ingleses  la  suspensión  en  que  nos  han  puesto 
este  verano;  pues  á  medio  agosto  no  acabamos  de  asegu- 
rarnos do  su  armada ,  la  cual  me  han  dicho  unos  pescado- 
res que  se  tomaron  el  dia  de  Santo  Domingo,  junto  á  un 
portezuelo  cuatro  leguas  de  Plemua,  que  no  saldría  por  to- 
do el  mes;  más  no  dicen  otra  cosa ,  ni  la  saben,  ni  tampo- 
co se  oye  para  donde  se  navega  en  setiembre;  debe  ser  co- 
sa de  las  Indias.  De  la  de  Portugal  han  llegado  naos  sin  to- 
par á  don  Juan  Pereira,  y  por  lo  que  se  ha  ordenado  á 
unos  y  á  otros,  se  puede  presumir  que  tampoco  le  encon- 


549 

Irarán  las  que  faltan:  si  lodo  ha  de  ser  milagro,  pronto  las 
tendremos. 

Como  los  gobernadores  me  tienen  tan  á  mano  para  ser- 
virlos, en  lugar  de  agradecimiento,  van  ganando  el  ánimo 
para  deshacer  y  aniquilar  esta  milicia,  y  fundan  su  inten- 
ción en  los  acaecimientos  particulares,  como  los  hereges  en 
los  abusos  de  los  católicos,  para  deshacer  el  papado.  Los  re- 
galos que  S.  M.'  ha  de  hacer  á  este  reino,  de  otro  género 
han  de  ser,  porque  con  los  desta  calidad  no  se  pierde  el 
odio  sino  el  respeto ,  y  particularmente  porfían  á  quitar  la 
compañía  de  guardia ,  que  baja  á  hacerla  cá  este  palacio,  de 
que  se  siguirán  mil  inconvenientes.  Suplico  á  V.  S.  que  es- 
fuerce al  señor  don  Cristóbal,  para  que  juntos  rechacen  es- 
ta pretensión  tan  impropia. 

Diversos  negocios  son  los  despachos  para  la  partida  del 
señor  cardenal  archiduque  y  la  consagración  del  templo; 
más  juntarse  han  por  las  puntas,  agradándose  dello  Nuestro 
Señor,  para  pagar  á  S.  A.  el  tomarle  por  instrumento  de 
consagrar  otros  muchos  de  los  que  han  profanado  los  here- 
ges en  Flándes.  Entretanto  libre  Dios  á  S.  M.  destos  acha- 
ques, y  guarde  á  V.  S.  etc.  De  Lisboa. 


550 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S,  M.,  fecha  en  se- 
tiembre de  1598. 

Representa  la  necesidad  en  que  estaba  la  infantería  de  la  isla  Terce- 
ra,— Envía  la  instrucción  de  la  fortaleza  de  la  misma. — Reco- 
mienda al  capitán  Francisco  Sánchez.— Sobre  el  cambio  que  han 
hecho  de  sus  respectivos  cargos  los  capitanes  Francisco  de  Mo-^ 
lina  y  Luis  Daza. 

Biblioteca  Nacional, — Sala  de  MSS, — E  54 ,  fol,  158  vto, 

SEÑOR, 

A  esta  última  de  V.  M.  de  12  del  presente  no  hay  que 
responder,  porque  tengo  hecho  lo  que  V.  M.  manda  por 
ella..  Creí  de  inviar  la  relación  del  dinero  que  este  año  se  ha 
proveído  para  toda  la  gente  de  mi  cargo,  y  de  la  forma 
en  que  se  ha  deslribuido,  aunque  no  me  toca  la  distribuí- 
cion  de  los  tres  meses  primeros. 

Acuerdo  á  V.  M.  sea  servido  de  tornar  á  ver  la  relación 
de  la  pólvora  que  hay  en  estos  castillos ,  que  es  tan  poca  y 
tan  mal  acondicionada ,  que  si  bien  V.  M.  me  hace  merced 
de  avisar  que  se  proveerá  una  buena  cantidad  brevemente, 
1)0  puedo  sosegar  con  respuesta  suspensa ,  sin  entender  á 
qué  tiempo  ha  de  venir. 

Llegó  de  la  isla  Tercera  el  capitán  Diego  de  Obregon, 
que  partió  á  los  10,  inviado  del  maestro  de  campo  á  repre- 
sentar el  aprieto  y  necesidad  de  aquella  gente,  como  V.  M. 
lo  podrá  ver  por  las  cartas;  y  la  misma  adivinaba  yo  que 
tenian,  pues  el  dinero  con  que  han  de  comer,  se  deslribuye 
en  pagar  las  letras  de  lo  que  han  comido.  Si  el  crédito  no 
ge  hubiera  ¡acabado  por  no  se  haber  pagado  estas  letras, 


551 

siempre  tuvieran  remedio,  sin  llegar  á  lomar  un  expediente 
tan  riguroso,  como  ha  sido  hacer  contrehuir  por  fuerza  á  los 
de  la  tierra,  y  llegar  á  prendellos,  porque  no  pagan  lo  que 
se  les  reparte.  Asimismo  se  les  juntó  á  este  desengaño  de 
mal  pagamento  de  las  letras ,  otro  de  haber  salido  de  aque- 
lla isla  tan  gran  tesoro,  sin  darles  nada,  estando  tan  pobres, 
con  lo  cual  no  se  pueden  persuadir  que  desde  acá  serán  pro- 
veidos.  liáme  fatigado  mucho  el  aviso  deste  trabajo  que  allí 
se  pasa,  y  así  quedo  resuelto  de  buscar  mañana  letras  de 
diez  mil  ducados  con  que  se  alienten,  y  enviárselas  (si  los 
hallo)  con  una  caravela  el  lunes  ó  martes.  Y  sea  V.  M.  ser- 
vido de  conferir  lo  que  Antonio  de  la  Puebla  escribe ,  ron 
la  relación  que  tengo  inviado,  y  visto  lo  uno  con  lo  otro, 
proveer  cerca  dello  lo  que  convenga  á  su  servicio,  sin  que 
se  dejen  de  cumplir  las  letras  por  el  camino  que  lo  voy  ha- 
ciendo. 

Al  secretario  Lope  Suarez  envío  la  relación  particular  de 
lo  que  este  capitán  dice  de  la  armada  de  Fernán  Téllez,  que 
en  suma  es  haber  vuelto  á  la  isla  de  San  Miguel,  á  tomar 
allí  la  nao  de  la  India  llamada  San  Pantaleon,  y  venir  con 
ella  la  vuelta  de  la  Tercera  donde  llegarla  á  los  doce,  por* 
que  el  capitán  le  topó  allí  cerca.  Allí  habla  Fernán  Téllez 
de  hacer  agua,  que  venia  falto,  y  recoger  otros  dos  navios 
que  le  aguardaban,  de  las  suyas.  Hecho  esto  y  tomada  al- 
guna artillería  que  estaba  allí,  de  la  nao  que  se  quemó  el 
año  pasado,  se  pensaba  venir,  sin  haber  tenido  aviso  de  las 
naos  que  faltaban,  las  cuales  entendian  que  habían  loma- 
do á  Angola,  y  que  esta  es  la  causa  de  su  tardanza. 

Envío  á  V.  M.  la  instrucción  que  ha  dado  Antón  Gol 
para  la  fábrica  de  la  fortaleza  que  se  ha  de  hacer  en  la  isla 
Tercera.  Invío  juntamente  el  perfil  de  la  dicha  fuerza,  que 
Tiburcio  Espanoqui  invió  á  la  postre,  y  otro  perfd  que  ha 


'552 

hecho  acá  fray  Juan  Vicencio,  desviándose  un  poco  del  Ti- 
burcio,  por  las  causas  que  en  la  instrucción  se  apuntan, 
las  cuales  me  parecerán  bastantes  para  dársela  conforme  al 
dicho  perlll  segundo.  V.  M.  será  servido  de  mandar  que  se 
vea  con  atención  sobre  la  planta  que  allá  estará ,  y  los  dos 
perfiles  que  agora  van,  que  yo  pijsnso  que  va  la  instrucción 
declarada,  para  que  se  entienda  fácilmente  donde  me  apar- 
to de  dicho  perfil,  y  la  razón  que  me  ha  movido,  y  pueda 
V.  M.  con  tiempo  mandarme,  cerca  desto,  lo  que  allá  se  juz- 
gare por  mejor. 

No  se  ha  podido  excusar  de  dar  las  más  de  las  órdenes 
condicionales  hechas  á  dos  fines,  por  no  poderse  desde  acá 
juzgar  perfectamente  la  postura  del  sitio,  ni  la  calidad  del 
terreno;  mas  aunque  esto  cause  prolijidad,  no  causará  con- 
fusión. Partirá  Antón  Col  dentro  de  dos  ó  tres  dias  con  tres 
filipotes,  cargados  de  petrechos  para  la  fábrica;  y  paréceme 
hombre  cuidadoso  y  delijente  que  dará  buena  cuenta  della. 

Al  capitán  Francisco  Sánchez  he  dicho  la  merced  que 
V.  M.  le  hace  de  la  tenencia  de  Castellón ,  que  por  ser  en 
su  tierra  le  estará  bien  la  mudanza,  y  la  estima  como  es  ra- 
zón; y  según  la  relación  que  tengo  de  sus  servicios,  y  la 
experiencia  destos  pocos  dias  que  le  conozco,  holgáraMiarto 
de  tenerle  en  mi  compañía.  Suplico  á  V.  M.  sea  servido, 
en  lo  que  cabe  en  soldado  tan  benemérito,  de  hacerle  mer- 
ced; partirá  de  aquí  á  principio  del  mes  que  viene. 

He  recibido  el  despacho  del  trueco  que  han  de  hacer  los 
capitanes  Francisco  de  Molina  y  Luis  Daza,  con  la  compa- 
ñía y  con  el  entretenimiento.  Ambos  son  beneméritos  y  les 
viene  muy  á  cuento  el  dicho  trueco.  Verdad  es  que,  habien- 
do de  proveer  aquí  agora  un  par  de  compañías,  yo  holga- 
ra de  dar  una  á  Molina,  siendo  V.  M.  servido  de  que  la  de 
Luis  Daza  que  se  da  á  Molina,  se  diese  al  capitán  Palacios 


555 

c¡iie  tiene  el  mismo  entretenimiento,  y  se  podria  !)acer  en 
otra  forma  que  yo  escribo  al  secretario  Prada,  que  viene  á 
ser  lo  mismo.  Nuestro  Señor  etc.  De  Lisboa. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  al  secretario  Esteban 
de  Ibarra,  fecha  en  octubre  de  1598. 

Habla  del  marqués  de  Denla,  y  de  varios  ministros  que  sirvieron 
á  Felipe  II. — Condición  política  de  Felipe  111. — El  archiduque 
Alberto. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  ñlSS.—E  54,  foL  ZQ  vto. 

Vm.  me  obliga  siempre  con  sus  cartas,  y  tanto  más 
ahora  que  todo  lo  que  escribe  son  milagros  del  mundo. 
Acertó  el  marqués  de  Denia,  por  ser  hombre  de  tanta  cali- 
dad, á  tener  muchos  dependientes.  Üiéronle  Dios  y  el  rey 
el  sumo  poder  temporal;  resuélvese  en  acomodarlos  todos 
sin  distinción  ni  respeto  de  inconveniente  ninguno;  tiene 
grande  ánimo;  mayores  esperanzas  y  algún  pacto  muy  fir- 
me con  la  fortuna.  Dios  le  encamine  para  que  en  las  cosas 
mas  públicas  use  de  virtud  y  bondad,  como  creo  que  lo 
hará  por  inclinación ,  si  por  malos  consejos  no  declina  á  la 
siniestra. 

Los  ministros  viejos  vienen  retratados  al  vivo.  Algún 
aliento  tiene  don  Cristóbal  con  el  pulso  en  las  narices,  y  pa- 
ciencia que  Vm.  llama  prudencia,  para  esperar  que  le  per- 
derán el  odio  si  le  pierden  el  miedo,  más  no  le  perdiera  él, 
si  le  pasaran  al  puesto  del  marqués.  Don  Juan  de  Idiaquez 
en  el  Consejo  podrá  tanto  menos  cuánto  el  número  de  los 
consejeros  ha  crecido,  y  es  de  creer  que  no  le  darán  mas 


55i 

penitencia  ,  y  negocia lá  con  el  marqués  como  ánles  con  don 
Cristóbal.  A  Chinchón  no  veo  remedio,  sino  contentarse 
de  haber  sabido  enriquecerse  y  honrar  su  linaje  ,  que  es  \o 
sumo  de  la  ambición.  Velada  será  siempre  hombre  de  bien 
y  fácil  de  acomodar  á  una  honrada  retirada.  Dias  ha  que 
yo  le  aprieto  que  se  sirva  del  lugar  que  tiene  para  el  casa- 
miento de  sus  hijos,  á  lo  menos  para  el  de  su  hija,  y  en 
esto  me  parece  que  ha  tardado,  y  que  no  debe  de  tardar 
más  para  ponerlo  en  plática  y  en  efelo. 

No  es  posible  sino  que  el  rey  tiene  ingenio  como  Vm. 
dice,  por  engañar  callando.  Es  mayor  indicio  dello  que  res- 
ponder y  pF-eguntar  bien.  Puédese  esperar  en  Dios,  que  en 
cosa  que  va  tan  lo  nos  ayude. 

No  me  espanto  que  no  halle  el  archiduque  muchos  vo- 
tos para  venir  á  Madrid;  y  á  él  y  á  su  mujer  les  podria 
estar  mejor  quedarse  en  Barcelona;  porque  entre  los  reyes 
y  los  herederos  que  no  son  sus  hijos ,  mejor  se  conserva  la 
concordia  en  su  ausencia. 

No  hará  poco  el  de  Medina  Sidonia  si  gana  la  palmato- 
ria al  otro  consuegro  del  marqués,  que  tiene  terrible  y  fu- 
rioso humor;  pero  mayor  es  el  derecho  del  que  compra 
nueras,  que  del  que  compra  yernos. 

El  mismo  propósito  que  Vm.  dice  que  tiene,  ese  mismo 
deseo  tengo  yo  de  esconderme  hasta  la  muerte,  y  helo  de 
procurar,  echando  á  las  espaldas  las  esperanzas  de  acomo- 
dar los  hijos  y  todos  los  respetos  del  mundo,  negociando 
solamente  algún  arbitrio  para  componer  mis  deudas.  Núes.- 
tro  Señor  etc. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  al  secretario  Esteban 
de  Ibarra^  fecha  en  diciembre  de  151)8. 

Discurre  sobre  la  mudanza  habida  en  la  corte  ,  después  de  la 
muerte  de  Felipe  II. — Recomienda  al  capitán  Obregon. 

Biblioteca  Nacional.-^ Sala  de  MSS.—E  54,  fol.  273  vto. 

No  me  parece  tiempo  de  caminar  despacio;  y  hacien- 
do desta  consideración  regla  general ,  despacho  este  correo 
con  poco  más  de  lo  que  llevó  el  de  26,  con  quien  escrebí 
á  Vm.  que  la  flota  era  partida.  Por  mí  no  quedará  de  cum- 
plir con  diligencia  y  ejecución  lo  que  se  me  manda,  advir- 
liendo  á  Vm.  en  lo  de  la  gente,  aunque  es  lo  que  cumpli- 
rá primero ,  que  se  acuerden  de  la  que  tornará  á  Sevilla 
en  los  galeones  de  Villaviciosa  (que  Dios  perdone),  que  son 
800  hombres;  si  se  pudiesen  salvar  estos  500  por  ahora, 
importaba  mucho  en  estos  principios,  y  trátelo  Vm.  con  el 
señor  conde  de  Fuentes,  que  sabe  lo  uno  y  lo  otro. 

Grandes  son  los  prodigios  deste  año,  y  mayores  de  lo  que 
parecen,  por  no  haber  alcanzado  los  que  viven  semejantes 
ocasiones.  La  declinación  de  don  Cristóbal  no  me  causa  ad- 
miración ninguna,  porque  el  conservarse  entero  me  la  cau- 
sara mayor.  El  me  la  confiesa  por  metáfora,  porque  ha- 
biéndole yo  contado  de  un  caballero  acepto  al  rey  don 
Fernando,  que  le  preguntó  tornando  á  la  corte,  de  donde 
se  habia  ausentado  en  su  desgracia,  y  cómo  repartía  el  tiem- 
po, le  respondió  que  luego  por  la  mañana  se  iba  á  misa;  y 
tornóle  el  rey  á  preguntar  si  oia  vísperas,  y  replicóle:  *'no 
cuerpo  de  Dios  Señor,  que  no  está  tan  perdido".  Sirviéndose 
desta  historia  don  Cristóbal,  me  escribe  que  no  oye  víspe- 
ras, y  que  realmente  no  podia,  siendo  de  sesenta  años,  dar 


55G 

cobro  á  los  negocios  quo  traía  á  cuestas  ,  y  que  cualquier 
alivio  dellos  le  estará  bien.  Recogiendo  la  materia  se  coli- 
ge, que  el  rey  nuestro  señor  tiene  mas  brio  que  se  pensa- 
ba; que  la  duda  que  se  tenia  de  si  era  paciencia  ó  disi- 
mulación aquella  sumisión  suya,  se  muestra  que  era  disi- 
mulación; que  quiere  (como  sobre  apuesta)  echar  por  otro 
camino;  y  por  esto  se  tornará  á  disputar  cual  es  el  más 
derecho ,  hallándose  por  ventura  alguno  entre  los  dos  que 
lo  fuesen. 

Holgado  he  de  entender  lo  que  Vm.  dice  del  estado  en 
que  el  marqués  de  Velada  se  halla ,  que  siendo  cierto  y  du- 
rable es  el  mejor,  porque  la  plaza  es  muy  grande  y  la  en- 
comienda también,  y  mejor  que  todo  no  tener  á  cuestas  el 
peso  de  los  negocios. 

Creo  que  crecerá  el  número  de  consejeros;  porque  en 
pasando  del  ordinario,  no  puede  parar  sino  en  grande  exce- 
so, hallándose  de  cada  provisión  tres  ó  cuatro  consecuen- 
cias que  no  se  pueden  desigualar;  y  así  será  menester  for- 
mar un  nuevo  estilo  para  el  curso  ordinario  de  los  negocios, 
que  también  se  formará  para  la  espada,  si  fuere  suave,  y  el 
paradero  descansado  y  abundante.  Siempre  yo  lo  loaré,  por- 
que ha  mas  de  30  años  que  no  deseo  otra  cosa. 

Va  con  esta  la  relación  del  bizcocho  que  está  en  los  cas- 
tillos, y  los  bizcocheros  no  tienen  cosa  de  que  echar  mano. 
Mucho  harán  los  alcaides  si  quedan  dentro  con  el  ejemplo 
de  Mosquera ;  por  todo  será  razón  que  con  la  brevedad  que 
yo  despacho  este  correo ,  parla  de  allá  otro  con  su  respuesta 
destas  cartas. 

No  ha  venido  despacho  ninguno  del  consejo  de  Indias, 
que  hable  desta  materia  ni  de  la  gente.  Al  capitán  Obregon 
que  Vm.  conoce  muy  bien,  me  la  hará  muy  grande  de  fa- 
vorecerle en  sus  pretensiones.  Nuestro  Señor  etc. 


557 


Copia  de  párrafos  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don  Cris- 
tóbal de  Mora,  fecha  en  enero  de  i 599. 

Discurre  sobre  las  vicisitudes  de  varios  personajes  que  gozaron  del 
favor  y  confianza  de  l'elipe  II. — Deplorable  estado  del  ejército 
de  Portugal. 

Biblioteca  Nacional—Sala  de  3ISS.—E  ^A ,  foL  51. 

Hallóme  con  la  carta  de  V.  S.  de  18  deste,  á  que  quie- 
ro responder  primero  que  le  dé  cuenta  de  mis  trabajos;  por- 
que si  le  dijere  algo  que  le  escueza ,  me  perdonará  de  lásti- 
ma cuando  los  lea. 

No  sabia  que  V.  S.  quedaba  en  Madrid,  y  confiésole 
que  por  los  negocios  me  pesa,  pareciéndome  que  á  V.  S. 
le  está  bien  no  mostrarse  á  toda  Italia  en  lugar  mas  desvia- 
do que  le  ban  visto. 

En  el  trueco  de  las  lantejas  me  habia  parecido  que 
V.  S.  quedaba  de  ganancia  ;  porque  pasar  encomienda  ma- 
yor á  niño,  tiene  la  dificultad  de  lo  regresco  ^^íc^que  suele 
allá  ser  grande,  y  otra  de  la  dignidad  ,  lo  que  no  tiene  una 
encomienda  sencilla,  aunque  sea  de  mas  valor;  y  cuando  la 
encomienda  mayor  de  Galatrava  se  dio  al  duque  de  Alba 
don  Fadrique,  antes  de  ceñir  la  espada ,  se  mormuró  como 
cosa  insólita. 

Los  cuatro  mil  ducados  perpetuos  (que  tanto  monta) 
son  cosa  buena ,  y  no  se  consideran  como  arroyo  que  entra 
en  Tajo:  no  bicieran  poca  reputación  adjuntos  los  dos  mil 
ducados,  que  cultivándolos  bien  valdrán  otros  dos. 

Las  demás  circuntancias  también  son  buenas  para  acó- 
muladas.  No  las  estimo  yo  tanto,  porque  me  parecía  que 
el  rey  (que  haya  gloria)  las  debia  haber  concedido.  Esto  me 


Kr^ 


558 

hizo  alegrar  del  despac^io  verdadera  y  sencülamcnle,  no  sa- 
biendo lo  que  pasa  el  oficio  de  camarero  mayor,  porque 
nunca  lo  vi;  pero  no  sé  cosa  de  por  vida  que  valga  más 
que  seis  ó  siete  cuentos  de  renta  para  un  hijo,  pasando  par- 
le della  á  los  sucesores. 

Demás  desto  ,  nunca  le  tuve  por  firme ,  porque  hahia  de 
ser  odiado  vulgarmente  de  los  inferiores  en  la  cámara  de 
los  graneles;  en  el  reino  de  los  otros  oficiales  mayores  á 
quien  habíades  de  preceder,  y  del  privado  que  se  anlevía 
sujeto  á  la  calumnia  del  tiempo,  que  se  le  hizo  merced  de  la 
de  V.  S.  que  no  es  á  propósito  para  echar  los  fundamentos 
de  las  fábricas  que  han  de  levantar  los  sucesores.  No  hará 
poco  el  príncipe  cuando  apoyare  (después  de  sus  dias)  las 
que  ya  tiene  fundadas;  y  así  este  oficio  para  solo  venderlo 
era  bueno  y  fuélo. 

El  primer  lugar  en  los  negocios  y  en  la  gracia  de  los 
reyes,  es  tan  gran  cosa  que  no  tiene  nombre.  Llámanlo 
privado,  pero  no  se  pone  á  nadie  en  el  sobre  escrito,  ni  se 
pide  dello  recompensa.  Guando  se  quita  es  justo  á  muchas 
variedades;  la  menor  es  acabarse  con  el  príncipe;  porque 
pensar  continuarlo  con  su  muerte,  no  caerá  sobre  la  cabe- 
za de  ningún  hombre  muy  sesudo.  La  feficidad  del  privado 
consiste  en  la  vida  del  rey  y  en  la  constancia  de  su  amo,  y 
en  ambas  cosas  le  dijo  muy  bien  á  V.  S.,  porque  con  él  rei- 
nasteis veinte  años  cabales,  y  nunca  el  rey  os  torció  el  ros- 
ko,  lo  que  no  hizo  con  otros  desde  que  nació,  porque  sa- 
lieron todos  por  la  puerta  del  disfavor  ó  de  la  muerte.  Es- 
tando Rui  Gómez  en  la  cumbre,  le  derribó  el  duque  de  Fe- 
ria, y  no  duró  el  duque  dos  horas,  y  Luis  Lorenzo  menos, 
que  fué  la  causa  de  levantarle  y  de  trompicar  á  Rui  Gómez, 
porque  le  venció  don  Luis  de  Haro.  Murióse  don  Luis,  y  no 
resucitó  Rui  Gómez,  aunque  le  aduló  siempre  sin  ganar  dos 


KK 


559 

dedos  de  tierra,  antes  por  no  hacerle  bien,  le  echó  el  rey 
un  licenciado  encima  que  pesaba  cien  quintales,  y  le  hacia 
ir  de  su  casa  al  Consejo.  Murió  Rui  Gómez,  y  no  dieron  la 
encomienda  á  su  hijo  sino  a!  del  pnpa  (I).  Acabó  Espino- 
sa, comenzando á  declinar  (por  ventura  de  sentimiento).  En- 
tró el  marqués  do  los  Velez,  cargado  de  melancolía  á  hacer- 
se dueño  de  los  negocios,  y  muérese.  Sncede  el  conde  de 
Barajas,  y  pónese  en  gran  puesto.  Llega  de  fuera  don  Ju-an 
de  Zúñiga,  y  alropéllale  dejándole  en  Madrid  en  la  ocasión 
de  otra  boda.  Entrega  don  Juan  á  V.  S.  los  oídos  y  los  con- 
ceptos, y  acábase.  Entra  V.  S.  del  todo,  toma  al  rey  sabio, 
viejo,  recatado,  desconfiado;  véncele  estas  dificultades;  brí- 
cesele arbitro  de  los  negocios  de  todos  sus  reinos,  de  sus 
consejos,  de  sus  ejércitos,  de  sus  armadas,  de  sus  minis- 
tros, de  su  hacienda.  Llega  al  rey  la  hora  de  la  muerte, 
tan  madura,  tan  santa,  tan  considerada,  tan  entera,  y  en 
ella  subió  á  V.  S.  dos  picas  en  alto,  con  un  oficio  que  él  ni 
su  padre  osaron  proveer  desde  la  muerte  del  conde  de  Nasao, 
y  con  el  primer  lugar  de  un  consejo  que  pensó  dejar  estable- 
cido, á  quien  todos  j)agasen  parias.  Cosas  son  estas  que  no 
hizo  con  nadie,  y  perseverancia  de  fortuna  que  ninguno  la 
alcanzó.  Por  esto  no  hallo  yo  lamateriade  entristecerme  coa 
V.  S.,  si  no  fuese  por  el  bien  público.  Dos  suertes  de  per- 
sonas lo  harán:  unos  (¡ue  dependiendo  de  V.  S.  sus  inteic- 
ses,  cayeron  del  mismo  golpe,  y  querrán  aplicaros  la  inten- 
ción de  las  lágrimas  que  lloran  por  sí;  otros  que  desconfian- 
do alcanzar  la  gracia  de  los  nuevos,  han  de  querer  ganar 
fama  de  libres,  y  decir  que  como  amadores  de  la  verdad,  * 
no  se  mueven  por  interese ,  sino  por  la  ventaja  del  gobierno 

(1 )   Al  margen  se  lee  Gregorio  XIII. — El  autor  llama  hijo  del  pa- 
pa á  don  Diego  de  Espinosa,  por  su  dignidad  cardenalicia. 


560 

pasado.  A  V.  S.  Ic  loca  mas  que á  todos,  porque  aunque  pier- 
da su  parte  (si  el  bien  común  declinare)  de  eso  mesmo  sa- 
cará consuelo  y  autoridad,  si  se  duele  de  alguna  negligen- 
cia que  hubiese  cometido  en  el  arte  de  conservarse  o  acre- 
centarse. Cosa  es  que  fatiga  la  memoria,  mas  yo  no  me 
maravillaria  mucho,  porque  me  acuerdo  que,  congojándo- 
me cuando  Dios  llevó  á  la  princesa,  que  haya  gloria,  de  no 
hallarme  presente,  para  advertiros  que  la  fuerza  del  dolor 
no  os  hiciese  olvidar  vuestros  particulares,  os  lo  escribí 
apretadamente,  porque  lo  temía,  y  V.  S.  tenia  ya  dos  mil 
ducados  de  juro  en  el  cuerpo. 

Muy  bien  dice  V.  S.  que  la  carne  es  la  que  siente,  por- 
que la  razón  no  tiene  de  que  afligirse;  y  aunque  es  cierto 
que  el  uso  de  mandar  se  incorpora  tanto,  que  se  arranca 
con  gran  dolor,  trocándole  por  muclios  dineros,  con  dos  on- 
zas de  prudencia  se  quitará  como  con  la  mano. 

Si  por  ventura  le  queda  á  V.  S.  alguna  llaga  que  un- 
tar, yo  basto  á  sanárselas  todas  con  cualquier  ligera  con- 
sideración de  las  que  ahora  tengo  abiertas.  Ando  por  esta 
campana  de  Belén  á  Gascaes,  solo  sobre  mi  caballo,  con  dos 
arcabuceros  que  voy  tomando  y  dejando  en  cada  castillo, 
porque  no  entre  en  ellos  hombre  impedido  sino  yo.  Así  he 
socorrido  los  hijos  y  la  suegra  que  estaban  en  Cascaos,  po- 
niéndolos en  Degredo  donde  están  á  un  tiro  de  mosquete  de 
la  villa,  encerrados  en  una  quinta  y  cortada  la  comunica- 
ción. Osé  traer  á  don  Felipe  á  San  Gian,  que  es  hombre  de 
ocho  años:  vino  solo  con  un  soldado  del  castillo  de  San  An- 
tonio y  sin  cama.  Dejóle  un  paje  que  tenia  sin  sospecha, 
porque  há  cerca  de  cuarenta  dias  que  salió  de  Lisboa.  Pen- 
saba desde  San  Gian  dar  recado  á  mis  obligaciones  del  cas- 
tillo de  Lisboa  y  de  mi  casa,  y  los  de  Lisboa  me  hicieron 
dejar  las  propias,  y  venir  anoche  aquí  volando,  porque  tu- 


561 

ve  aviso  que  se  habían  herido  anteayer  doce  sohlados  jun- 
ios, y  no  sirven  sino  de  leña  para  aumentar  el  fuego  que 
lardará  poco  en  consumirlos,  y  estar  yo  á  verlos  acabar,  co- 
mo si  los  metiera  en  una  batalla;  me  aflige  de  manera,  que 
no  será  encarecimiento  decir  que  me  vienen  tentaciones  de 
meterme  donde  acabe  con  ellos.  Toda  esta  miseria  tuviera 
consuelo  (cuando  no  remedio),  si  no  tuvieran  tanta  necesi- 
dad, tanta  hambre  y  desnudez;  que  los  mantenimientos  y 
la  falta  dellos  igualmente  les  podría  engendrar  la  peste;  y  el 
cuidado  de  que  el  verse  encerrados  á  morir  con  tan  mal  tra- 
tamiento, los  meta  en  una  desesperación  de  salirse  por  las 
puertas  del  castillo  con  las  armas  en  la  mano ,  mire  V.  S. 
si  me  dejará  roncar. 

Aquí  verná  el  veedor  general  de  la -otra  banda ;  y  á  los 
capitanes  he  enviado  á  pedir  su  parecer  por  escrito,  por- 
que devaneo  ya  tanto  con  la  cabeza,  que  me  sirve  poco;  y 
no  habiendo  debajo  de  Dios  forma  de  sacar  un  real ,  no  repa- 
ro ya  en  esto,  y  figuro  que  mañana  juntaré  mucho  dinero,  y 
disporné  lodo  lo  que  con  ello  se  puede  hacer  para  preservar 
loque  no  ha  caido  y  curar  los  enfermos;  pero  no  pudiendo 
sacar  la  gente  de  aquel  puesto,  de  ninguna  cosa  destas  ha- 
go caso  para  sacarlos,  si  hubiera  de  despoblar  uri  barrio  ú 
otro  de  fuera  de  la  ciudad;  porque  no  pueden  ser  huéspedes 
de  nadie.  Esto  no  es  posible  alcanzarlo,  ni  concedido  de- 
jará de  tener  tantas  dificultades  y  dilaciones ,  que  se  acabe 
lodo  primero.  V.  6.  por  amor  de  Dios  nos  ayude  en  la  ma- 
nera que  pudiere,  que  esto  basta  para  que  se  ordene.  Nues- 
tro Señor  que  puede  mucho  en  todo ,  os  libre  de  semejan- 
tes trabajos.  Nuestro  Señor  etc. 


Tomo  XLIII.  oG 


562 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S,  M, ,  fecha  en 
abril  de  i  599. 

Avisos  que  se  han  tenido  de  los  aprestos  militares  que  se  hacen 
en  Inglaterra.— Peligro  que  corre  Lisboa  de  ser  ocupada  por  los 


Biblioteca  Nacional.— Sala  de  MSS,-^E  54,  foL  i  25. 

SEÑOR. 

Tengo  avisado  á  V.  M.  por  el  consejo  de  Guerra,  larga 
y  particularmente,  de  todo  loque  yo  he  podido  investigar  del 
intento  de  los  enemigos,  desde  el  mes  de  noviembre  hasta 
los  últimos  de  marzo  y  prencipio  desle,  si  bien  lo  principal 
que  se  puede  colegir  de  Londres  es  de  20  de  enero;  y  con 
haber  hecho  esta  diligencia  con  tanta  especialidad,  me 
escarba  el  escrúpulo  de  dejar  de  hacer  la  misma  con  V.  M. 
en  su  real  mano,  inviando  la  carta  original  que  me  escribe 
Bartolomé  de  x^z.peita,  mi  entretenido,  el  cual  puedo  asegu- 
rar á  V.  M.  que  es  hombre  considerado  y  prudente,  como 
se  echa  de  ver,  si  pudiera  escribir  con  libertad,  dando  ra- 
zón de  lo  que  avisa;  mas  la  cifra  que  yo  le  di  no  puede  al- 
canzar más  que  á  declarar  los  cabos  principales  de  lo  que 
se  desea  saber,  como  se  verá  por  la  contracifra  que  va  con 
esta ,  para  que  se  entienda  lo  que  viene  encubierto  en  su 
carta,  lo  cual  es  en  suma,  que  se  hace  armada  real  para 
venir  á  Lisboa  ó  las  Islas;  que  se  levantan  treinta  mil  hom- 
bres de  guerra  y  diez  mil  marineros,  y  por  hablar  mas  cier- 
to, la  tercera  parte  de  los  marineros  de  la  que  se  embar- 
care de  soldados,  que  juntarán  250  navios,  embarcarán 


563 

de  500  el  600  caballos  y  artillería  de  respeto  para  sacar  ea 
tierra;  que  saldrían  por  el  mes  de  mayo;  que  además  desta 
armada  vendrá  una  escuadra  reforzada  á  esla  costa  y  á 
las  Indias.  Más  lo  principal  que  me  ha  movido  á  hacer  este 
último  oficio  con  mayor  secreto  es  por  atreverme  á  decir  hu- 
milmente  á  V.  M.  que  está  vecino  de  un  peligro  de  tanta 
importancia  y  consecuencia,  que  si  Dios  le  permitiese,  no 
convalecei'á  V.  M.  de  tan  duro  golpe,  aunque  conquistase 
á  Inglaterra  y  se  apoderase  della ;  porque  la  reputación  de 
un  rey  de  España  se  puede  mantener  sin  ganar  á  Londres, 
y  no  se  puede  conservar  ni  recuperar  perdiendo  á  Lisboa, 
en  la  forma  que  se  perdió  Cádiz,  lo  cual  está  más  fácil  y  más 
dispuesto  á  suceder  que  estaba  lo  de  Cádiz  quince  días  an- 
tes que  sucediese.  V.  M.  perdone  mi  atrevimiento  y  el  es- 
tar tan  lejos  de  arrepentirme  de  haber  dicho  esto  tan  claro, 
que  con  una  letra  menos  juzgara  á  lo  menos  que  faltaba 
en  la  lealtad  que  debe  un  vasallo  á  su  señor  etc. 


Copia  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  S.  M, ,  fecha  en 
diciembre  de  1599. 

Pide  licencia  para  ir  á  la  corte,  á  exponer  á  S.  M.  sus  servicios, 
y  pedir  la  justa  recompensa. 

Biblioteca  Nacional—Sala  de  MSS.—E  54,  foL  176. 

SEÑOR. 

Por  el  Consejo  de  Guerra  respondí  á  la  carta  de  V.  M. 
de  20  del  presente,  que  trujo  el  extraordinario  con  orden 
para  que  se  esperase  otra  seguridad  antes  de  parlir,  la  cual 


564 

quedo  esperando  sin  dudar  de  que  V.  M,  revoque  ni  dilate 
sino  por  días,  la  licencia  que  fué  servido  concederme  para 
irle  á  besar  la  mano  y  á  proponer  mis  negocios;  porque  la 
necesidad  de  no  lo  diferir  no  puede  ser  mas  precisa ,  ni  el 
tiempo  mas  oportuno.  Yo,  señor,  tengo  ya  tanta  edad  que 
no  puedo  dilatar  un  punto  con  segura  conciencia  la  dispo- 
sición de  las  cosas  de  mi  alma,  y  no  puedo  entrar  en  esta 
cuenta  ni  en  la  de  mi  testamento,  sin  darla  al  mismo  tiem- 
po á  V.  M.  de  lo  que  tengo  y  de  lo  que  debo,  y  de  lo  que 
lie  servido,  y  de  las  mercedes  que  tengo   recebidas  en 
cincuenta  años;    porque  de  la  grandeza  y  liberalidad   de 
V.  M. ,  y  de  su  compasión  y  piedad,  ha  de  resultar  la  se- 
guridad y  satisfacion  de  mi  conciencia,   y  el  entender  lo 
que  me  queda  y  lo  que  me  falta,  para  pedir  por  ello  perdón 
á  Dios.  Tengo  juntamente  obligación  de  representar  á  V.  M. 
los  servicios  que  hubieren  hecho  y  mercedes  que  hubieren 
recebido  mis  antecesores  en  la  casa  de  Portalegre,  por  cuen- 
ta de  los  reyes  deste  reino,  y  asimismo  las  cosas  que  pre- 
tenden por  justicia  con  los  ejemplos  de  lo  que  los  mismos 
reyes  y  el  rey,  que  haya  gloria,   han  hecho  con  las  otras 
casas  y  dejado  de  hacer  con  esta,  en  la  una  y  en  la  otra 
materia.  También  habré  de  apuntar  que  crié  mis  hijos  en 
servicio  de  V.  M. ,  y  que  en  él  han  gastado  doce  años,  con- 
sumiendo cuanta  hacienda  heredó  el  mayor  de  su  madre, 
y  la  vida  del  mejor  dellos,  quedando  solo  entre  sus  compa- 
ñeros, sin  haber  recebido  honra  ni  merced  alguna  de  V.  M. 
hasta  agora ;  y  como  estas  cosas  son  varias  y  varios  los  res- 
petos dellas,  y  no  se  pueden  tratar  ni  resolver  por  memoria- 
les de  hombre  ausente,  ni  satisfacer  por  escrito  á  las  dudas 
que  destos  particulares  resultaren,  ni  yo  puedo  (como  arri- 
ba digo)  morir  con  quietud,  dilatando  de  representarlas  á 
V.  M.,  estas  son  las  causas  que  me  llevan  y  me  obligan  á 


565 

declarar  sin  dilación  íxY.  M.  el  estado  de  mis  cosas.  Yo, 
señor,  no  voy  á  pretender  ocupación  ni  cargo  alguno  fuera 
ni  dentro  de  la  corle,  porque  mis  años  desobligan  á  V.  M. 
de  honrarme  por  esta  \¡a,  aunque  yo  tuviera  mucha  sufi- 
ciencia como  servicios.  Tampoco  voy  á  continuar  el  que 
tengo,  ni  á  dejarle  por  ahora,  siendo  V.  M.  servido  de  lo 
uno  ó  de  lo  otro;  y  lo  que  al  cabo  desta  confesión  general 
me  queda  que  advertir  á  V.  M.  es,  que  en  caso  que  me  hu- 
biese V.  M.  suspendido  la  licencia  por  haberse  resuelto  de 
hacer  merced  á  este  reino,  visitándole  brevemente,  entonces 
crece  la  recompensa  con  que  V.  M.  me  permita  y  aun  me 
mande  ir  á  su  presencia;  porque  mis  negocios  no  los  podria 
yo  tratar  aquí  sin  peligro  de  importunar  m¿ís  á  V.  M., 
y  de  no  poderle  servir  libremente  con  figura  de  negociante, 
como  con  opinión  de  hombre  despachado  mal  ó  bien.  Al 
duque  de  Lorma  he  pedido  que  dé  esta  carta  á  V.  M.,  cuya 
católica  persona  Nuestro  Señor  guarde.  De  Lisboa,  etc. 


Copia  de  caria  de  dan  Juan  de  Silva  al  marques  de  Denia, 
fecha  en  enero  de  1600. 

Hace  presente  que ,  si  se  le  releva  del  cargo  de  capitán  general, 
no  admitirá  ningún  otro  gobierno. 

Biblioteca  Nacional.— Salude  MSS.—E  54,  foL  188. 

Por  lo  que  V.  S.  me  significa  en  su  carta  de  15  del 
pasado,  y  por  lo  que  otros  escriben  mas  claro,  se  puede 
congeturar  que  tiene  S.  M.  proveídos  mis  cargos,  y  no 
quiero  lardar  (si  así  fuere)  de  suplicar  á  V.  S,  me  haga 
merced  de  besarle  por  mí  la  mano,  y  de  leer  lo  que  falta 
dcsla  carta,  con  atención,  porque  me  importa  mucho. 


564 

quedo  esperando  sin  dudar  de  que  V.  M,  revoque  ni  dilale 
sino  por  dias,  la  licencia  que  fué  servido  concederme  para 
irle  á  besar  la  mano  y  á  proponer  mis  negocios;  porque  la 
necesidad  de  no  lo  diferir  no  puede  ser  mas  precisa ,  ni  el 
tiempo  mas  oportuno.  Yo,  señor,  tengo  ya  tanta  edad  que 
no  puedo  dilatar  un  punto  con  segura  conciencia  la  dispo- 
sición de  las  cosas  de  mi  alma,  y  no  puedo  entrar  en  esta 
cuenta  ni  en  la  de  mi  testamento,  sin  darla  al  mismo  tiem- 
po á  V.  M.  de  lo  que  tengo  y  de  lo  que  debo,  y  de  lo  que 
he  servido,  y  de  las  mercedes  que  tengo   recebidas  en 
cincuenta  años ;   porque  de  la  grandeza  y  liberalidad   de 
V.  M. ,  y  de  su  compasión  y  piedad,  ha  de  resultar  la  se- 
guridad y  satisfaeion  de  mi  conciencia,   y  el  entender  lo 
que  me  queda  y  lo  que  me  falla,  para  pedir  por  ello  perdón 
á  Dios.  Tengo  juntamente  obligación  de  representar  á  V.  M. 
Jos  servicios  que  hubieren  hecho  y  mercedes  que  hubieren 
recebido  mis  antecesores  en  la  casa  de  Portalegre,  por  cuen- 
ta de  los  reyes  deste  reino,  y  asimismo  las  cosas  que  pre- 
tenden por  justicia  con  los  ejemplos  de  Jo  que  los  mismos 
reyes  y  el  rey,  que  haya  gloria,   han  hecho  con  las  otras 
casas  y  dejado  de  hacer  con  esta,  en  Ja  una  y  en  la  otra 
materia.  También  habré  de  apuntar  que  crié  mis  hijos  en 
servicio  de  V.  M. ,  y  que  en  él  han  gastado  doce  años,  con- 
sumiendo cuanta  hacienda  heredó  el  mayor  de  su  madre, 
y  la  vida  del  mejor  dellos,  quedando  solo  entre  sus  compa- 
ñeros, sin  haber  recebido  honra  ni  merced  alguna  de  V.  M. 
hasta  agora ;  y  como  estas  cosas  son  varias  y  varios  los  res- 
petos dellas,  y  no  se  pueden  tratar  ni  resolver  por  memoria- 
les de  hombre  ausente,  ni  satisfacer  por  escrito  á  las  dudas 
que  destos  particulares  resultaren,  ni  yo  puedo  (como  arri- 
ba digo)  morir  con  quietud,  dilatando  de  representarlas  á 
V.  M.,  estas  son  las  causas  que  me  llevan  y  me  obligan  á 


565 

declarar  sin  dilación  á  V.  M.  el  estado  de  mis  cosas.  Yo, 
señor,  no  voy  á  pretender  ocupación  ni  cargo  alguno  fuera 
ni  dentro  de  la  corle,  porque  mis  años  desobligan  á  V.  M. 
de  honrarme  por  esta  via,  aunque  yo  tuviera  mucha  sufi- 
ciencia como  servicios.  Tampoco  voy  á  continuar  el  que 
tengo,  ni  á  dejarle  por  ahora  ,  siendo  V.  M.  servido  de  lo 
uno  ó  de  lo  otro ;  y  lo  que  al  cabo  desta  confesión  general 
me  queda  que  advertir  á  V.  M.  es,  que  en  caso  que  me  hu- 
biese V.  M.  suspendido  la  licencia  por  haberse  resuelto  de 
hacer  merced  á  este  reino,  visitándole  brevemente,  entonces 
crece  la  recompensa  con  que  V.  M.  me  permita  y  aun  me 
mande  ir  á  su  presencia;  porque  mis  negocios  no  los  podria 
yo  tratar  aquí  sin  peligro  de  importunar  m;\s  á  V,  M., 
y  de  no  poderle  servir  libremente  con  figura  de  negociante, 
como  con  opinión  de  hombre  despachado  mal  ó  bien.  Al 
duque  de  Lerma  he  pedido  que  dé  esta  carta  á  V.  M.,  cuya 
católica  persona  Nuestro  Señor  guarde.  De  Lisboa,  etc. 


Copia  de  carta  de  dan  Juan  de  Silva  al  marqués  de  Denia, 
fecha  en  enero  de  1600. 

Hace  presente  que,  si  se  le  releva  del  cargo  de  capitán  general, 
no  admitirá  ningún  otro  gobierno. 

Biblioteca  Nacional— Saía  de  MSS.—E  U,  fol.  188. 

Por  lo  que  V.  S.  me  significa  en  su  carta  de  15  del 
pasado,  y  por  lo  que  otros  escriben  mas  claro,  se  puede 
congeturar  que  tiene  S.  M.  proveídos  mis  cargos,  y  no 
quiero  lardar  (si  así  fuere)  de  suplicar  á  V.  S.  me  haga 
merced  de  besarle  por  mí  la  mano,  y  de  leer  lo  que  falta 
desta  carta,  con  atención,  porque  me  importa  mucho. 


566 

Aconteciendo,  como  lo  espero  en  Dios,  que  S.  M.  nó 
se  dé  por  mal  servido  de  mí,  podría  ser,  porque  no  se  ima- 
gine lo  contrario,  parecerle  justo  hacerme  merced  de  po- 
nerme en  otro  puesto,  sin  advertir  á  la  calidad  del  que  de- 
jo, el  cual  sin  duda  es  el  mejor  de  los  que  hay  dentro  en 
España.  Porque  el  cargo  de  la  guerra  solo  no  vino  angos- 
to al  duque  de  Alba  todo  el  tiempo  que  aquí  le  duró  la  vi- 
da, ni  después  al  scñdr  duque  de  Gandía,  y  así  se  conti- 
nuó en  personas  tan  calificadas,  hasta  que  yo  vine  y  hallé 
tres  /naesíres  de  campo  con  sus  tercios  enteros,  tres  compa- 
ñías de  caballos  y  algunas  galeras,"  tantos  castillos  y  tanta 
jurisdicion,  como  V.  S.  sa:be ,  entre  Duero  y  Miño  y  las 
islas  de  los  Azores  y  de  la  Madera;  y  aunque  mucha  parte 
desto  se  ha  reformado,  no  se  quita  nada  de  la  autoridad 
del  oficio,  pues  en  cualquiera  ocasión  que  lo  pido,  torna  á 
entrar  la  caballería  en  mayor  número,  y  cuanta  infantería 
hay  en  los  confines  del  reino,  y  juntamente  está  entonces 
á  mi  orden  toda  la  gente  y  nobleza  de  Portugal  hasta  el  du- 
que de  Berganza. 

El  cargo  de  gobernador  bien  se  vé  lo  que  monta ,  y  no 
se  ha  de  juzgar  por  el  de  mis  compañeros,  porque  junto 
con  las  armas  es  de  tanto  mayor  calidad  ,  que  no  me  im- 
porta estar  más  solo  que  acompañado.  Del  sueldo  no  hago 
tanto  caso,  porque  no  pasa  de  ocho  mil  fsicj.  Menos  que  es- 
to basta  para  mostrar,  que  saliendo  de  aquí,  se  va  cuesta 
abajo  á  los  gobiernos  de  la  corona  de  Aragón  y  de  Navarra; 
^más  porque  teniéndolos  tan  grandes  señores  como  se  acos- 
tumbra, podría  S.  M.  imaginar  que  son  de  mayor  calidad 
que  este,  prevengo  á  V.  S.  con  esta  carta,  para  que  lo  pue- 
da advertir  á  tiempo,  de  lo  que  yo  perdería  con  el  trueco, 
por  lo  cual  se  hace  este  tránsito  imposible. 

Estar  allí  siempre  personas  de  gran  estado,  es  muy 


567 

convenienlc,  no  solo  para  hacer  el  noviciado  de  Italia,  po- 
niéndose desde  mozos  en  los  caminos,  sino  también  porque 
siendo  vecinos  que  no  entran  en  la  corte  y  no  conversan, 
conviene  inviarles  personas  de  gran  respeto  por  sus  mismas 
casas  y  estados,  y  no  puedo  meter  en  esta  cuenta  á  V.  S., 
sino  suplicarle  me  consienta  una  malicia  de  imaginar  que 
escogió  quedarse  cerca ,  y  que  si  quisiera  ir  más  lejos  á  ma- 
yor cargo,  se  le  dieran.  Los  gobiernos  de  Italia  están  ocu- 
pados, y  así  estoy  seguro  dellos;  más  también  destos  diré 
dos  palabras. 

El  año  de  80  tuvo  el  rey,  que  haya  gloria,  pensamien- 
to de  inviarme  á  Milán,  al  tiempo  que  el  señor  duque  de 
Medina  Sidonia  se  excusó  de  ir  allá;  y  estándome  tan  bien 
que  ninguna  cosa  pudiera  yo  desear  entonces  por  muchos 
respectos,  que  así  me  conviniese,  doy  la  palabra  á  V.  S,  co- 
rno caballero,  que  no  hablé  una  sola  al  rey  ni  á  ministro 
suyo ,  que  lo  pudiese  encaminar  y  asegurar,  por  no  salir  de 
la  regla  que  he  guardado  desde  que  nací,  de  no  pretender 
ocupación  ninguna,  sino  dejarme  estar  pendiente  de  la  li- 
bre voluntad  de  mis  amos,  pareciéndome  que  aquella  en- 
derezarla Dios,  y  que  si  no  sucediese  bien,  la  culpa  no  se- 
ria de  mi  ambición,  y  que  si  me  ocupasen  mal,  acetarían 
mi  excusa.  Desloe  particular  podría  ser  testigo  Juan  Andrea 
de  Oria ,  á  quien,  hablándome  aquí  en  ello,  dije  esto  mismo, 
y  que  estando  las  cosas  de  aquel  Estado  mal  compuestas,  y 
lan  necesitadas  de  dinero,  no  me  atreví  á  meter  mi  honra 
en  compromiso  por  negociación  mia ;  y  así  estaba  determi- 
nado dejarlo  á  Dios  y  al  rey.  Alentóme  con  decirme,  que 
la  necesidad  no  era  tan  grande,  y  que  si  me  proveyesen 
400,000  ducados,  los  podría  acomodar,  y  tampoco  esto  bas- 
tó á  sacarme  de  mi  paso. 

Por  aquí  verá  Y.  S.  si  veinte  años  después  sabré  mu- 


568 

dar  la  costumbre,  ni  importunar  á  S.  M.  por  oficios,  pues 
habiendo  procedido  del  que  me  quitó  su  padre  en  aquel 
tiempo,  todo  el  aumento  del  marqués  de  Caslel  Rodrigo,  y 
la  vergüenza  de  mi  ejecución,  que  se  curaba  con  el  cargo 
de  Milán,  no  me  pude  acomodar  á  solicitarles,  y  así  me 
quedé  sin  él. 

Júntase  más,  que  todos  mis  camaradas  vivos  y  muer- 
tos ,  y  después  los  muchachos  de  aquella  edad  que  nos  lle^ 
vahan  recados  á  las  damas,  y  los  erraban  á  veces ,  fueron 
empleados  en  lodos  los  oficios  grandes,  y  han  vuelto  jubi- 
lados de  Italia,  habiéndolos  manejado  desde  Roma  hasta 
Ñapóles,  y  ansí  son  remunerados  como  merecen,  ó  lo  esperan 
ser  con  mucha  razón.  Yo  tengo  la  misma,  y  estoy  tanto  más 
atrás,  que  habia  mas  de  15  años  cuando  el  rey,  que  haya 
gloria ,  quiso  que  le  viniese  á  servir  aquí  contra  toda  mi 
voluntad  por  respetos  particulares  ajenos ,  dependiendo 
aquello  de  la  muerte  del  marqués  de  Cerralbo,  que  tam- 
bién me  iba  delante,  con  que  no  puedo  hacer  lugar  al  con- 
de de  Fuentes;  y  esto  fué  un  caso  que  á  solo  servir  de  go- 
bernador en  compañía  de  Miguel  de  Mora,  me  querían 
inviar. 

He  descubierto  á  V.  S.  cuanto  tengo  en  el  corazón,  con- 
tra el  estilo  del  mundo  y  de  la  corte.  Tanto  puede  conmigo 
la  confianza  de  su  bondad,  de  la  cual  espero  el  remedio  de 
mis  hijos  y  de  mis  necesidades.  Nuestro  Señor,  etc. — De 
Lisboa. 


5G9 


Copia  de  párrafos  de  carta  de  don  Juan  de  Silva  á  don 
Cristóbal  de  Mora,  fecha  en  marzo  de  160 i. 

Le  escribe  dcándole  nuevas  de  la  corte,  \  de  la  política  de  diferen- 
tes soberanos. 

Biblioteca  Nacional— Sala  de  MSS,—E  54,  fol.  262.  vto. 

Háme  venido  á  la  fantasía  escrebir  á  V.  S.  nuevas  del 
mundo,  y  sobre  esto  me  ocurren  dos  puntos:  el  uno  pre- 
guntarle por  cucánto  biciera  lo  mismo  desde  aquí ,  estando 
yo  fuera;  el  segundo  desobligarle  de  agradecérmelo;  por- 
que la  verdad  es  que  bay  pocos  á  quien  se  pueda  escrebii ; 
mas  no  infiera  V.  S.  dcsto  que  pienso  que  sabe  mucho, 
sino  que  ignora  menos. 

El  rey  nuestro  señor  es  un  ángel ,  sin  lisonja ,  y  ángeles 
son  las  mejores  criaturas,  las  que  mas  saben  y  las  mas  no- 
bles; más  todavía  se  nos  ba  hecho  el  rey  de  Francia  maes- 
tro de  escuela,  y  no  tengo  por  posible  quitarle  la  pluma, 
digo  palmatoria,  basta  que  una  vez  le  mostremos  los  dien- 
tes, ni  tampoco  lo  es,  á  cuanto  yo  puedo  alcanzar,  mostrár- 
selos agora  por  falla  de  lo  necesario,  que  resulta  de  solo 
falla  de  hacienda;  y  así  será  fuerza  tolerar  lo  tolerable  y 
algo  más.  Avisos  han  venido  de  haberse  concertado  con  el 
duque  de  Saboya;  si  las  condiciones  son  ciertas,  peores 
las  esperaba.  Verdad  es  que  hay  quien  diga  que  el  camino 
de  Borgoña  que  nos  han  señalado,  no  deja  de  tener  es- 
Iropiezos.  Casóse,  y  la  novia  dicen  que  es  hermosa,  y  que 
él  se  vistió  el  dia  de  la  boda  de  paño  morado,  sin  guarni- 
ción, y  dijo:  ''pobremente  nos  hemos  vestido,  más  no  se 
nos  amotinen  los  soldados."  Parece  remoquete,  y  nunca  los 
da  el  superior,  sino  quien  se  le  desea  igualar. 


o 


70 


El  turco  parece  príncipe  desvalido,  y  cuando  lan  gran 
potencia  no  hace  más  estruendo,  débelo  ser  mucho.  ¿Quién 
sabe  si  ha  llegado  la  hora  de  la  declinación  de  su  casa? 
Porque  aunque  no  es  lan  antigua,  si  se  hace  la  cuenta 
sobre  el  progreso  que  ha  hecho  en  el  mundo,  parece  que 
está  en  la  cumbre,  y  que  no  tiene  á  donde  caminar,  sino 
cuesta  abajo. 

Los  22  años  que  la  reina  de  Ingala térra  ha  gastado 
en  servicio  del  mundo,  serán  en  género  la  cosa  mas 
notable  que  se  halla  escrita ;  porque  no  teniendo  más 
ayuda  que  la  de  nuestros  pecados  y  la  de  su  Consejo,  ha 
salido  con  hacerse  amar  y  temer  en  su  reino  más  que  to- 
dos sus  predecesores,  ayudado  como  le  ha  placido  y  conve- 
nido, á  los  enemigos  de  Francia  y  España,  reinado  en  la 
mar  como  en  la  isla,  corlando  cuantas  cabezas  le  podian 
estorbar,  y  la  de  otra  reina  entre  ellas;  paseado  con  sus 
navios  el  mundo  á  la  redonda,  y  bailado  y  danzado  como 
si  no  hubiera  tenido  que  hacer. 

El  xarife  es  otra  figura  de  las  que  mejor  han  represen- 
tado en  la  farsa  de  su  tiempo,  porque  pasa  ya  de  22  años 
que  á  fuerza  de  prudencia  mantiene  sus  reinos  obedientes 
y  quietos,  quitándose  todos  los  impedimentos  que  la  sospe- 
cha ó  la  razón  le  han  puesto  delante. 

Del  señor  archiduque  dicen  lodos  que  está  con  trabajo, 
y  bueno  es  adivinar  cotno  también  lo  es,  que  su  mujer  y  él 
no  lo  merecen.  Gana  fama  de  valiente  caballero,  perdien- 
do, que  es  la  conjetura  mas  sin  sospecha,  porque  osar  mo- 
rir entre  los  que  huyen,  es  el  loque  del  esfuerzo. 

Aunque  está  el  tiempo  en  opinión  de  estéril  de  sujetos, 
nunca  el  consejo  del  rey,  que  haya  gloria,  ni  del  empera- 
dor, se  vio  tan  poblado  como  el  de  S.  M.;  porque  estándolo 
de  vireycs  y  embajadores,  y  cardenales  doctos  y  experi- 


571 

inenlados,  sobran,  para  inviar  fuera,  V.  S.,  el  príncipe  de 
Oria,  el  conde  de  Fuenles  y  el  adelantado;  y  lo  que  más 
es,  no  ha  entrado  en  el  Consejo  el  conde  de  Olivares,  que 
sin  duda  es  hombre  hecho  y  derecho,  nacido  para  negocios,  y 
ejercitado  desde  muy  mozo  hasta  viejo  en  los  mayores  del 
mundo,  sin  intermisión  de  tiempo.  Lo  que  yo  enmendara 
fuera  el  número,  porque  las  cosas  del  Estado  se  tratan  me- 
jor entre  cuatro  ó  cinco  que  entre  muchos;  á  lo  menos  en 
Gonstantinopla  así  lo  hacen,  y  aquel  es  el  que  más  ha  cre- 
cido. 

Acabóse  de  resolver  y  comenzóse  á  ejecutar  la  mudanza 
de  la  corte,  no  sin  gran  rumor  de  inconvinientes;  y  tam- 
bién son  tan  fuertes  las  razones  que  favorecen  la  salida, 
que  ponen  el  negocio  en  balanza,  sino  que  los  inconvinien- 
tes se  hallan  y  las  razones  se  buscan. 

Suspensa  estií  la  grita  que  hubo  estos  dias  de  mudnr 
ministros,  aunque  siempre  se  entiende  que  el  cardenal  de 
Guevara  pasará  á  Sevilla  contento  y  satisfecho,  y  ganando 
fama  de  moderado  con  una  dignidad  tan  grande,  que  á 
otro  la  diera  de  ambicioso,  al  verse  juntas  allí  la  fortuna 
y  la  prudencia;  porque  á  solas  cada  una,  no  acomodaran  es- 
ta repugnacion. 

Soltó  el  conde  de  Miranda  la  presidencia  de  Italia;  si 
fueran  mias  ambas,  antes  dejaría  la  de  Castilla.  Están 
honrado  caballero  como  V.  S.  conoce,  y  trata  con  grande 
autoridad  su  oficio  y  persona.  El  primero  de  los  presiden- 
tes que  ha  seguido  á  S.  M.  fué  don  Juan  Idiaquez.  Yo  ima- 
gino que  mudando  puestos,  conforme  á  los  tiempos,  á  lo  úl- 
timo su  buena  inclinación,  su  gran  virtud  y  su  Üema  le 
harán  recuperar  la  plaza  de  ayudante  que  solía  tener. 

De  mí  no  doy  nuevas  á  V.  S.  por  no  enírar  en  coróni- 
ca,  como  dicen  que  respondió  Luis  de  Sil veira,  siendo  em- 


572 

bajador  en  Casulla,  excusándose  de  cnlervcnir  en  un  aclo 
público ,  para  donde  le  llamaban  con  los  de  oíros  príncipes. 
Nuestro  Señor  guarde  á  V.  S.  De  Madrid. 


Copia  de  carta  de  don  Cristóbal  de  Mura  á  don  Juan  de 
Silva,  fecha  en  Lisboa  á  ii  de  marzo  de  1601. 

Contesta  á  la  anterior. 
Biblioteca  Nacional,— Sala  de  MSS^—E  54,  fol.  171. 

No  se  le  negamos  á  V.  S.  que  es  un  ángel  cuando  eslá 
ocioso,  y  ángeles  son  las"  más  nobles  criaturas  y  las  que 
más  saben;  más  todavía  me  atengo  á  la  casa  de  Covos  y  á 
la  capilla  mayor  de  San  Pablo,  habiendo  derrocado  el  apa- 
rato que  quila  la  vista  de  la  iglesia,  poniendo  allí  cadenas 
para  que  se  arrimen  los  que  quisieren  estar  en  las  ventanas 
viendo  la  conedera;  más  por  arrimados  que  estén,  si  se 
les  acordase  que  tiene  el  rey  de  Francia  la  palmatoria, 
como  V.  S.  dice,  no  dcjaria  de  enderezarse  en  la  silla. 

Afirmo  á  V.  S.  que  ninguna  cosa  me  pudiera  consolar 
y  alentar  en  medio  de  los  trabajos  en  que  me  hallo,  sino 
las  dos  cartas  vuestras  de  27  del  pasado  y  del  presente,  y 
por  ellas  os  beso  mil  veces  ks  manos.  El  retrato  de  la  rei- 
na de  Ingalaterra  es  lo  más  natural  que  tengo  visto,  y  á 
quien  con  mas  razón  se  puede  tener  envidia  salvantis  el 
papa  {sic),  como  dijo  el  otro. 

En  el  consejo  de  Estado  hay  sujetos  capacísimos,  y  lan- 
íos que  pudieran  muy  bien  escoger  los  más  capaces  para 
hacer  dellos  un  apartadijo,  como  solia  hacer  el  patrón  vie- 
jo; y  no  hay  duda  que  es  conciencia  estar  ocioso  Olivares, 
por  lo  mal  que  se  conformara  con  este  modo  de  vivir. 


573 

Quisiera  pagar  á  V.  S.  todas  estas  nuevas  con  darle  de 
acá  otras  tantas,  que  pudieran  ser  nuevas  para  vos;  más 
ludo  lo  tenéis  visto  y  andado ,  y  así  no  hay  que  venir  á  los 
particulares.  En  general  padecemos  grandes  trabajos,  y 
bien  se  podian  estos  tolerar,  si  no  se  pudiese  con  razón  te- 
mer que  han  de  pararen  deshonra,  porque  los  soldados 
mueren  de  hambre;  lo  mismo  hacen  los  fidalgos,  á  quien 
no  se  les  pagan  sus  lenzas;  y  por  poco  que  esto  se  entre- 
tenga, con  que  de  allá  se  disculpen,  bien  sabe  V.  S.  la  ba- 
lería que  hará,  pues  acá  nos  mantenemos  con  cobrar  anti- 
cipadamente. Júntase  á  esto  la  fábrica  de  las  naos,  que  es 
grande,  y  poco  dinero  para  acudir  á  ella;  y  con  este  em- 
barazo y  ruido  de  los  galafates,  es  tan  grande  el  que  ha 
hecho  la  mudanza  de  la  corte,  que  nos  hace  estar  atentos 
á  ver  en  que  para  el  negocio.  Desde  allá  me  ha  escrito  un 
ministro,  que  brevemente  se  verán  los  provechos  que  re- 
sultaban al  reino  desla  mudanza,  con  que  se  aquietarían 
todos.  Yo  le  respondí  que,  para  aquictallos,  seria  bien  que  se 
viesen  presto  los  provechos. 

La  salud  deste  lugar  ha  mejorado  mucho,  más  no  aca- 
ba de  ser  firme.  Dios  lo  hará,  y  él  dé  á  V.  S.  lo  que  de- 
seamos. En  esta  casa  de  Lisboa  á  14  de  marzo  de  1601. 


FIN  DEL  TOMO  CUARENTA  Y  TRES. 


^'3  Qíí^ 


Índice 

DE  LO  CONTENIDO  EN  ESTE  TOMO. 


Páginas. 


Carlas  de  don  Juan  de  Silva,  conde  de  Porlalegre,  á  Jos 
.     reyes  Felipe  II  y  Felipe  III,  y  á  diferentes  ministros, 

sobre  materias  diplomáticas,  desde  1579  hasta  1601. .  .        424 

'  Conliniiacion  de  las  cartas  del  archiduque  Alberto  á  don 
Francisco  Gómez  de  Sandoval  y  Rojas,  marqués  deDe- 
nia  y  duque  de  Lerma',  desde  1598  hasta  1611 5 

Documentos  relativos  á  la  venida  de  franceses  á  Perpinan 
y  Navarra.  Ano  1542 , 253 

Relación  del  viaje  que  ha  hecho  desde  el  puerto  de  la  Co- 
runa  la  armada  real  de  S.  M. ,  que  es  general  el  duque 
de  Medina  Sidonia,  y  lo  que  en  él  le  ha  sucedido. ...        417 


— ocxrxs/^'^KoO'.»— — 


DP  Colacelán  de  documentos 

3  inéditos  para  la  historia 

C65  de  España 

t.43 


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