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Full text of "Colección de documentos literarios del Perú"

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8UCH8INDEREI      ^ 

ITIi.HAGER  I 

LEIPZIG  I 


DEL  PERÚ 


COLECTADOS  Y  AEREGLADOS 


EL  CORONEL  DE  CABALLERÍA  DE  EJERCITO  FUNDADOR  DE  LA  INDEPENDENCIA  i' 
DIRECTOR  DE  LA  BIBLIOTECA  NACIONAL, 


MANIJEL  DE  ODniOSOLA. 


TOMO   SÉPTIMO. 


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IMPRENTA  DEL  ESTADO,  CALLE  DE  LA  KIFA  NUM.  68. 


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GUATEO  PALABRAS. 


El  señor  D.  José  María  Oórdova  y  Urnitia  empleado  que 
fué  en  el  Tribunal  Mayor  de  Cuentas,  publicó  en  1839  dos  vo- 
lúmenes con  el  título  de  estadística  de  Lima;  y  en  1844  dio  á 
luz  otro  interesantísimo  libro  titulado  i«s  tres  épocas  del  Perú. 
Agotada  la  edición  de  este,  y  siendo  generalmente  buscado 
por  la  juventud  estudiosa,  me  he  decidido  á  reimprimirlo  re- 
servando para  después  hacer  otro  tanto  con  la  Estadística  del 
mismo  autor. 

Las  tres  épocas  del  Ferú  es  un  libro  curiosísimo  y  de  gran 
utilidad  para  consultar  datos  y  fechas.  El  autor  no  ha  escrito 
una  historia  propiamente  hablando,  sino  preparado  apuntes 
de  positivo  interés  y  que  hacen  de  su  libro  un  indispensable 
ornato  de  toda  biblioteca. 

Oreo,  por  lo  tanto,  que  será  bien  acogida  del  público  la  reim- 
presión de  la  obra  del  modesto  escritor  limeño  D.  José  Maria 
de  Oórdova  y  Urrutia. 

Lima,  1875. 

Manuel  de  Odeiozolá. 


LAS 


TRES  ÉPOCAS 


DEL  I^ERU 


COMPENDIO  DE  SU   HISTORIA 
POR 

José  María  Círlo?a  y  ümitia. 

Contador  de  segunda  clase  del  Tribunal  Mayor  de  Cuentas  del  Perú, 


ÉPOCA  PRIMERA. 


FUNDACIÓN  DEL  IMPERIO  DE  LOS  INCAS, 


La  historia  de  la  primara  gente  que  pobló  este  país  extraor- 
dinario está  envuelta  en  la  densidad  de  los  tiempos.  Empero, 
es  innegable  que  cuando  la  redención  del  género  humano,  ó  lo 
que  es  lo  mismo,  en  el  primer  siglo  de  la  era  Cristiana,  existía 
habitado  por  descendientes  do  Noé.  [1] 

Una  constante  y  confirmada  tradición  comprueba  que  los 
Apóstoles  Tomás  y  Bartolomé  anunciaron  el  Evangelio  en  es- 
tas regiones.  Sin  estar  á  lo  que  dice  Teodoreto  y  otros  de  los 
treinta  pueblos  que  se  extienden  sobie  los  dos  famosos  rios  de 
Parama  y  Uruguay,  que  ocupa  casi  el  espacio  de  cuatrocien- 
tas leguas  se  conserva  una  radicada  noticia  trasmitida  de  pa- 
dres á  hijos  que  Santo  Tomas,  ó  como  ellos  acostumbran  limar- 
lo Santo  Tomé,  pronunció  en  estas  tierras  el  Evangelio  y  el 
Dr.  Xarque  Dean  de  Albarracin  en  España  que  anduvo  mu- 
chos años  por  estos  lugares,  dá  por  segura  y  bien  fundada  es- 
ta tradición.  En  el  Paraguay  y  el  Brasil  existen  como  testimo- 
nio de  verdad,  varias  noticias  ó  instrumentos  que  comprueban 
la  venida  de  este  Apóstol. 


(1]  Según  el  Dr.  Rocha  los  indios  tienen  sn  origen  de  Jafet  hijo  de  Noé, 
por  su  nieto  Tn  bal  que  pobló  á  España,  y  sus  descendiente^  pasaron  á  Amé- 
rica, para  lo  cual  hace  una  comparación  de  la  igualdad  de  nombres  de  pue- 
blos, rios,  etc,  de  España  con  los  del  Perú. 


— 8— 

Del  mismo  modo  es  irrefragable  el  descubrimiento  que  se 
hizo  al  principio,  de  iiua  gran  Cruz  que  conservaban  los  In- 
cas en  el  Cuzco.  Entre  el  pueblo  de  Huaico  j  el  de  Carabuco 
en  la  Provincia  de  Omasuyos  se  halla  una  capilla  arruinada 
dedicada  á  San  Bartolomé,  donde  según  tradición  se  apareció 
el  Santo  a  predicará  los  gentiles  y  en  el  altar  mayor  del  tem- 
plo del  último  pueblo  hay  una  Cruz  grande  de  madera  muy 
fuerte,  cuyas  astillas  solicitan  los  Heles  por  decir  que  la  dejó 
allí  el  Santo  Apóstol.  También  en  el  pueblo  de  Ayaviri,  pro- 
vincia de  Yauyos  en  el  Departamento  de  Lima,  permanece 
una  piedra  como  una  mesa  en  que  han  creido  constantemente 
los  naturales  que  se  recostaba  en  ella  San  Bartolomé  para 
descausar  de  las  fatigas  de  la  predicación:  tenia  esculpidos 
ciertos  caracteres  que  mandó  borrar  un  visitador  eclesiástico, 
l)rivando  á  los  curiosos  el  escudriñar  é  investigar  su  contenido. 

Empero,  como  el  grano  que  cae  eu  un  terreno  por  feraz  que 
sea,  si  no  encuentra  quien  lo  culCive,  necesariamente  sucum- 
be; así  sucedió  en  nuestro  Perú  y  solo  permaneció  hasta  el  fin 
la  creencia  de  un  solo  Dios,  que  adoraban  interiormente  con 
el  nombre  de,  Pacliacamac  [1]. 

ISTo  entraremos  eu  demostrar  la  vida  errante  de  estos  primi- 
tivos moradores,  pues  baste  decir  vivían  como  los  salvajes  de 
la  Europa:  sin  religión  y  sin  comunicación  entre  sí:  los  frutos 
que  uno  cogía  podía  apoderarse  otro  de  ellos  sin  contradicción, 
lo  mismo  sucedia  con  la  caza,  con  la  cueva  que  servia  de  asi- 
lo, y  en  una  palabra,  con  los  demás  goces  de  la  vida. 

Es  verdad  que  la  existencia  de  una  nación  es  siempre  oscu- 
ra, y  esta  suerte  común  de  todos  los  pueblos,  es  la  del  Impe- 
rio de  los  Incas,    [2]   no   obstante,  en  toda  la   tierra  se   en- 


(1)  Los  indios  seguu  Garcilazo  conocían  según  la  existencia  de  nn  Su- 
preuo  Dios  invisible,  cnyo  nombre  reverenciaban  sobre  manera;  se  abste- 
nian  de  pronnnciarlo,  y  cuando  lo  verificaban  era  después  de  infinitud  de 
acatamientos  que  hi^ician.  Hé  aquí  la  prueba  de  nu  pueblo  verdaderamente 
devoto;  pues  no  era  como  el  Judaico,  al  cual  no  se  le  permitía  saber  ni  oir 
pronunciar  Jebová,  y  cuando  el  Gran  Sacerdote  lo  hacía  una  vez  al  año,  era 
deletreando,  V  mientras  tanto  se  feímaba  mucbo  ruido,  á  fin  de  que  la  pa- 
labra no  fuese  oída. 

(2;  La  grau  curiosidad  de  encontrar  el  origen  de  los  Americanos,  ñan 
lieelio  emitir  opiniones  extravagantes  á  Isac  Peyrere,  Tomas  Burnet  y 
otros,  pretendiendo  que  toda  la  raza  liumana  no  desciende  de  Adán  y  Eva 
y  que  la  América  fué  poblada  antes  del  descubrimiento  de  la  Brújula.  De 
Iguales  desproporciones  abundan  las  historias,  pues  dice ''Bodino"  en  su 
Teatro  Filosófico,  que  los  Egipcios  se  jactaban  de  haber  hallado  la  serie  de 
mas  de  18,000  anos.  Los  Caldeos  según  ^'Cicerón"  decían  que  la  encontra- 
ban de  40  000,  y  los  Chmos  en  íé  de  otros  autores,  afirman  en  el  libro  que 
tienen  de  la  creación  del  mando,  que  el  liunge  de  los  ''Tonhomme8,"que  se- 
gún ellos  fueron  los  pnuieros  hombres,  sul)sistió  mas  de  90,000  añ¿s.  Tam- 
bién los  indios  contaban  sus  fábulas  como  que  del  sitio  dé  Paurcartampu 


— 9— 

cuentran  vestigios  de  ideas  originales  que  perfeccionaban  el 
género  humano,  que  apesar  del  tiempo,  incuria  y  revoluciones 
de  la  conquista,  contrastan  las  que  admira  el  antiguo  mundo. 
¡Y  cuántas  mas  nos  asombraran  si  permanecieran  sus  Qui- 
puanas!  Una  paleografía  y  logística  no  imaginada  por  nación 
alguna  liarían  mas  plausible  el  principio  de  su  imperio,  los 
sucesos  de  su  establecimiento,  las  empresas  y  sagacidad  de 
sus  Incas  para  congregar  la  barbarie  dispersa,  civilizarla  y 
hacerla  florecer  en  lo  mas  fino  de  varias  artes  y  en  lo  mas  re- 
cóndito de  algunas  ciencias. 

Se  varían  las  reglas  que  tuvieron  para  el  cultivo  de  la  tier- 
ra, los  fundamentes  de  una  agricultura  que  preparando  las 
faldas  pendientes  y  cimas  de  los  cerros  áridos  ofrecía  á  la  na- 
turaleza llanuras  artiñcíales  y  la  obligaban  á  fertilizar  con 
ventaja:  formados  de  terraplenes,  murados  con  pircas  ó  pare- 
des de  piedras  ó  gradas  succesivamente  según  su  elevación, 
multiplicaban  las  superficies  del  mismo  recinto  y  hacían  que 
la  eflorecencia  y  fructificación  de  las  plantas  apareciesen  pri- 
mero en  las  partes  bajas  y  después  en  las  altas  [1].  Para  el  fo- 
mento de  esta  admirable  economía  se  ven  empleados  con  pe- 
ricia oportuua  los  principios  de  la  agricultura,  hidráulica  y 
las  condiciones  de  la  nivelación  observada  coa  toda  exactitud. 
Sacaban  sus  aguas  de  tomas  [2]  muy  distantes,  las  conducían 
por  llanuras  y  eminencias  de  muchos  niveles  en  acequias  que 
ganaban  las  laderas  y  cimas  de  los  cerros.  A  mas  de  la  fideli- 
dad del  nivel,  se  notan  en  ellas  su  cause  dirijido  á  trechos  por 
escarpes  casi  á  plomo  de  peña  viva  excavada  sin  el  auxilio  de 
la  pólvora  ni  el  hierro,  y  varias  especies  de  (ataguías)  coloca- 
das aun  en  los  mayores  precipicios. 

Serian  también  manifiestos  los  secretos  de  varias  artes  en 
cuyos  movimientos  no  se  penetra  el  artificio:  las  tablas  de 
granito  y  otras  piedras  grabadas  de  suerte  que  las  figuras  del 
buril  no  engañan  la  tersura:  los  utensilios  de  varios  metales 
fundidos  ó  tirados  de  modo  que  siendo  de  oro  la  parte  superior 
de  un  vaso  y  la  inferior  de  plata  no  se  encuentra  su  íntima 


salieron  al  principio  del  mundo,  de  unas  ventanas  que  habiaen  unas  peñas, 
cuatro  hombres  é  igual  número  de  mugeres,  de  los  cuales  el  primero  solla- 
ma Manco-Capac,  y  la  primera  liembra  Mama-OcUo, 

(1)  Los  vestigios  de  está  misma  industria,  dice  el  sabio  D.  Gabriel  Mo- 
reno, se  notan  en  casi  todas  las  montañas  áridas  y  escarpadas  de  la  Judea 
y  sirven  para  explicar  la  fertilidad  de  la  tierra  de  Promisión  que  no  tenien- 
do mas  de  70  leguas  de  largo  y  30  de  ancho,  suMa  tantos  millones  de  habi- 
tantes. 

(2)  Véanse  los  fragmentos  de  las  grandes  acequias  de  Lucanas  y  Conde- 
suyos  y  las  corrientes  de  otras  muchas  que  subsisten  como  los  grandes 
acueductos  de  Nasca. 

TOM.  vil.  LlTEEATURA — 2 


_10_  ^-'^v-  ^-^■m^ 

incorporación,  pues  primero  se  rompe  el  todo  que  manifestar- 
se soldadura  [1].  Son  estos  unos  misterios  para  los  intelijen- 
tes  del  arte.  Como  lo  son  en  la  arquitectura  los  ajustes  de  las 
piedras  maestras  de  varias  fortalezas,  el  camino  subterráneo 
que  conduce  á  la  del  Cuzco  y  el  gran  retrato  del  Cacique 
OUantay  en  la  de  Tambo,  liecho  sobre  un  lienzo  perpendicu- 
lar de  peña  dura  en  altura  inaccesible  por  todas  partes.  Admi- 
ra mas  esto,  cuanto  que  ellos  no  conocieron  mas  instrumentos 
para  labrar  piedra  que  unos  guijarros  negros  que  llamaban 
liilmana,  ni  otra  maquinaria  para  levantar  y  conducir  los  pe- 
ñascos que  sus  robustos  brazos,  ni  mas  arte  para  unirlas  con 
tan  admirable  trabasen  que  el  discurso  natural  [2]. 

Nos  seria  también  de  grande  utilidad,  conocer  las  virtudes 
de  las  yerbas,  por  lo  que  eran  mirados  con  respeto  los  dedica- 
dos á  la  hervorizacion,  poseyendo  el  arte  de  administrar  re- 
medios para  el  alivio  de  las  dolencias.  Sus  medicamentos  per- 
tenecían en  su  mayor  parte  al  reino  vegetal  y  las  virtudes  de 
muchas  plantas  eran  trasmitidas  de  padres  á  hijos.  Aun  hoy 
se  encuentran  con  frecuencia  indios  que  viajan  por  toda  la 
América  conduciendo  especies  medicinales  que  suelen  admi- 
nistrar con  gran  éxito. 

En  medio  de  la  pérdida  de  sus  memorias  se  ha  podido  ras- 
trear la  exactitud  que  tuvieron  en  medir  el  tiempo,  las  precau- 
ciones que  tomaron  para  obtener  el  día  de  los  equinoccios  y 
solticlos  y  averiguar  la  cantidad  ael  año,  que  siendo  lunar 
compuesto  de  doce  meses  sabían  añadir  como  los  Egipcios  los 
dias  pagómenos  y  no  se  empezaban  á  contar  hasta  la  venida 
del  solsticio.  Así  es  que,  supieron  como  casi  todas  las  nacio- 
nes del  universo  dividir  el  año  en  doce  meses  que  llamaban 
"Huata"  y  comenzaban  á  contarlo  desde  Junio;  [3]  en  el  or- 
den siguiente. 

(1)  Estas  especies  se  hsn  encontrado  particularmente  en  la  misión  de 
Cocabambilla.  En  el  Museo  de  Lima  se  hallan  varias  figuras  de  hombres 
de  oro  y  plata  j  un  vaso  del  primer  metal  labrado  sin  soldadura  alguna. 

(2)  Por  esto  se  idearon  las  grandes  fábulas  de  los  jigantes,  de  que  se  han 
publicado  muchas  y  variadas  disertaciones.  Garcilaso  refiriéndose  á  Pedro 
Ciesa  de  León,  dice,  que  los  jigantes  desembarcaban  en  la  punta  de  Santa 
Elena,  cerca  de  Puerto-viejo,  y  que  por  tradición  se  sabia  que  venían  por 
mar  en  botes  de  juncos  hechos  como  unas  barcas.  Empero,  D.  Juan  Kan - 
king  en  sus  investigaciones  históricas,  refiriendo  la  venida  de  los  Mongo- 
les á  América,  dice,  que  estos  uinieron  con  elefantes  de  cuj'^os  animales  son 
los  huesos  que  se  hallan  en  varias  partes, 

(S)  Según  el  señor  D.  Mariano  Eduardo  de  Rivero,  el  señor  Dr.  D,  Ga- 
briel Moreno  dice,  que  en  los  tiempos  antiguos  se  empezaba  la  cuenta  por 
el  equinoccio  de  Marzo;  pero  el  Inca  Pachacutec  la  pasó  en  el  Solsticio  de 
Diciembre  desde  cuyo  mes  comienza  su  cuenta,  dando  á  los  meses  diver- 
sos nombres  de  los  que  se  copian. 


—11— 

Nombres  que  tenían  Al  que  corresponde 

los  meses.  del  nuestro. 


Aiicay-Oaxqiii.  .corresijonde   á  Junio. 

Oharguar-Vaiques Julio. 

Oitua-quiz Agosto. 

Puzcuay-quiz Setiembre. 

Oautai^ay-quiz Octubre. 

Layme-quiz Noviembre. 

Oamay-quiz Diciembre. 

Pura-Opiay-quiz Euero. 

Oac-May-quiz Febrero. 

Pauca-Éuaray-quiz Marzo. 

Ariguar-quiz Abril. 

Aymuray-quiz Mayo 


Los  astrónomos  ó  amantas  que  acompañaron  al  Inca  Tupac 
Yupanqui  en  su  expedición  hacia  Quitu,  fueron  midiendo  los 
grados  de  latitud,  plantando  columnas:  llegadas  al  Ecuador, 
desde  un  punto  de  este,  las  dirigieron  al  mar  para  que  su  serie 
demostrase  la  línea  que  en  la  tierra  correspondía  á  la  equino- 
cial:  [1]  sabian  por  las  ocho  torres  que  construyeron  al  Orien- 
te y  Poniente  de  la  ciudad  del  Cuzco,  los  solsticios  de  verano 
é  invierno  y  contaban  sus  meses  por  lunas,  x)ero  se  regian  pa- 
ra sus  sembríos  por  el  año  solar.  Estos  monumentos  científi- 
cos hubieran  servido  de  mucha  utilidad,  á  los  sabios  Parisien- 
ses que  en  1736  estuvieron  en  el  país  practicando  sus  opera- 
ciones astronómicas.  Empero,  aquellos  fueron  destruidos  por 
el  Gobernador  Belalcázar  y  por  la  negligencia  de  los  demás 
conquistadores,  abolida  la  memoria  de  sus  constelaciones  que 
influían  designadas  con  nombres  de  animales  en  diferentes 
partes  de  la  tierra. 

¿Mas  para  qué  apurar  el  discurso  en  demostrar  el  grado  de 
cultura  á  que  llegaron  los  peruanos,  sin  los  auxilios  que  tienen 
otras  naciones  civilizadas,  solo  apoyados  en  sus  propios  ta- 
lentos, cuando  la  falta  de  su  quipografía  nos  privan  de  tan 
bellas  tareas?  [2].  Por  mas  que  se  diga  sobre  este  gran  impe- 


[1]  El  indicado  Doctor  Moreno  en  su  Almanaque  de  1800. 

[2]  En  1827  se  anunció  en  Londres  la  impresión  de  la  descifracion  de 
unos  quipos  que  fueron  descubiertos  por  Eosemberg  Ventus  en  la  familia 
de  un  cacique  de  Chile,  de  la  tribu  de  los  Guanacus,  que  se  asegui'aba  ser 
descendiente  de  los  Incas  que  huyeron  del  Perú  cuyos  "quipus"  se  los  com- 
pró en  Buenos  Ayres  Eoberto  Baker  que  los  llevó  á  Inglaterra,  en  donde  se 
tradujeron.  La  duda  que  nos  ocurre,  dando  por  cierto  el  caso  dicho,  si  ha- 
brá quien  al  cabo  de  300  años  sepa  descifrar? 


^0'>'>M\>  —12— 

rio,  no  se  avftnzái'á  mas  de  lo  dicho  por  el  inca  Garcilaso  y  sus 
contemporáneos,  pues  según  el  Padre  Segura — "Las  relacio- 
"nes  hechas  por  escritores  coetáneos  constituidos  en  lugar  dis- 
"tante,  no  es  tanta  la  fé  como  la  de  otro  coetáneo  mas  próxi- 
"mo  al  suceso:  que  así  en  los  coetáneos  como  en  los  distantes 
"deben  también  preferirse  los  patricios  ó  nacionales  á  los  ex- 
"tranjeros  porque  aquellos  pueden,  con  mayor  facilidad  estar 
"mas  instruidos  de  los  cosas  de  su  patria  y  país." 

Sin  embargo  de  lo  dicho,  permítasenos  una  pequeña  digre- 
sión en  admirar  el  orden  que  tenían  para  conservar  los  acon- 
tecimientos de  su  historia,  ideando  la  formación  de  los  Qui- 
pos [l]que  eran  manojos  de  hilos  ya  de  un  color  ó  manchado  de 
diversos:  para  contar  anudaban  los  hilos,  á  semejanza  del  cor- 
don  Franciscano,  los  que  tenían  cuentas  de  ellos,  se  llamaban 
"Quipucamayu"y  había  en  cada  pueblo  á  proporción  de  los  ve- 
cinos que  tenían  unos  mismos  registros  en  donde  se  apuntaba 
el  tributo  de  cada  año,  los  que  nacían  y  moiian  por  meses, 
expresando  las  familias,  la  gente  que  iba  á  la  guerra  y  la  que 
moría  en  las  batallas,  embajadas,  leyes,  ritos  y  ceremonias.  Los 
Aumautas  y  Arálicas  lo  trasladaban  en  prosa  ó  en  verso  y  lo 
recitaban  continuamente  á  los  niños  para  que  lo  conservasen 
en  la  memoria. 


MANOO-OAPÁO, 

En  el  siglo  XI  cuando  legiones  de  bárbaros  talaban  todo  el 
Orbe,  cuando  ya  no  existían  los  grandes  imperios  de  Persas, 
Griegos,  Egipcios  y  ni  la  orguUosa  Eoma,  fué  destinado  por 
el  Hacedor  del  Universo  para  crear  un  genio  extraordinario 
que  sacase  á  estos  vivientes  de  la  incivilidad  é  ignorancia  ej¿. 
que  yacían  y  les  diese  alguna  noticia  de  la  ley  natural,  de  la 
urbanidad  y  respeto  que  deben  tenerse  entre  sí  para  hacerlos 
capaces  de  razón. 


fl]  Esta  cieucia  desconocida  en  todo  el  orbe,  es  fuerte  atgnmento  para 
los  que  opinan  que  el  Perú  fué  poblado  por  los  Mongoles,  pues  usándose 
caracteres  en  el  Asia,era  razonable  se  hubiesen  establecido  en  él,  tanto  mas 
sienda  Príncipe  el  que  introdujo  los  ritos  y  ceremonias,  el  cual  necesaria- 
mente sabria  escribir  y  hubiera  enseñado  á  los  demás. — No  obstante  "Court 
de  Gebelin,,  dándole  etimología  á  la  palabra  Quipos,  dice,  que  se  compo- 
ne de  Qui  y  de  Pos;  y  que  es  muy  notable  que  una  escritura  igual  se  llame 
en  la  China,  Cove,  que  significa  en  Oriental  "Elemento,"  Po,  en  el  mismo 
idioma  se  dice,  "la  boca  ó  la  palabra"  y  que  por  coasigniente  Quipos 
querrá  decir  "elementos  del  discurso," 

El  Príncipe  de  Sant  Severus  en  su  obra,  que  publicó  en  Ñapóles,  mani- 
fiesta que  los  Quipos  servían  de  alfabeto,  lo  que  impuguó  el  Abate  Pandu- 
ro  refiriéndose  á  Garcilaso. 


—13— 
Esta  parte  del  globo  sin  contacto  con  el  antiguo  [1]  no  me- 
recióle ninguna  clase  de  ilustración,  ni  su  legislador  tuvo  que 
ir  á  aprenderla  á  las  escuelas  de  aquellos  Estados  como  Li- 
curgo y  Solón.  Con  justicia  el  publicista  Francés,  el  Abate 
Mabley  coloca  á  Manco-Oapac  en  el  primer  rango  de  los  le- 
gisladores del  mundo  [2]. 


[1 J  Algunos  historiadores  (Ulloa  tomo  IIT)  por  la  estructura  del  suelo  de 
nuestras  costas,  liau  querido  ¡isegurar  que  los  valles  estuvieron  ocu^jados 
por  los  mares  y  que  entonces  formaría  la  Polinesia  ó  Archipiélago  austral 
un  Continente  con  el  Asia:  que  seria  este  sumergido  al  retirarse  las  aguas 
de  los  llanos  del  Peni:  que  sus  moradores  ganarían  las  partes  mas  altas  de 
la  tierra  y  que  estas  quizá  forman  las  islas  que  se  vea  sembradas  en  este 
vasto  Océano;  opinando  Quiroz  en  sus  viajes  que  toda  isla  habitada  se  es- 
labona al  Continente  ó  poruña  serie  de  islaáó  por  una  cordillera  bajo  del 
agua.  Este  pensamiento  lo  apoyan  mas  con  el  idioma  general  que  conser- 
van aquellos  isleños  [Cooks:  voyage  towards  the  south  Pole  A^olúmen  2.°] 
sin  embargo  de  las  grandes  distancias  á  donde  no  podia  conducirlo  su  na- 
vegación, ceñida  solo  alo  que  alcanzaba  la  vista  [viaje  de  Quiroz  y  Men- 
daña]  aunque  Bongain-ville  juzga  que  la  navegación  de  los  isleños  se  ex- 
tendía á  gran  distancia. 

No  obstante  aquellos,  autores  pasan  por  alto  el  tiempo  en  que  sucedió 
esta  inundación  y  nosotros  registrando  la  historia  de  las  naciones  venimos 
en  conocimiento  de  que  por  el  año  de  1150  antes  la  venida  de  Cristo  y  co- 
mo 34  déla  guerra  Troyana,  Hércules  emprendió  el  trabajo  de  la  apertura 
del  Estrecho  de  Gibralfcar  que  hacia  á  el  Asia  Contingente  con  la  España, 
poruña  lengua  de  tierra  que  separaba  al  Océano  del  Mediterráneo,  doman- 
do al  Jigante  Ateo.  En  la  Grecia  también  habia  escabado  un  canal  para  di- 
secar el  famoso  Valle  de  Tompe,  que  era  inundado  por  el  Peneo  y  por  el 
contrario  habia  semergido  la  Beocia  conteniendo  las  aguas  de  un  rio.  No 
es  pues  estraño,  hubiese  emprendido  el  trabajo  de  separar  nuestro  Conti- 
nente, dando  igualmente  muerte  á  los  jigantes  que  ocupaban  estos  paise^ 

(2)^  Mucho  han  trabajado  los  sabios  sobre  escudriñar  el  origen  de  los  In- 
cas; ó  mejor  diremos,  en  revestir  sus  obras  con  ficciones  para  hacerlas  apre- 
ciables:  esto  ha  llegado  al  extremo  de  pi-ivarnos  de  la  gloria  de  que  Man- 
co-Capac  hubiese  nacido  cu  el  país, .persuadieudo  vinieron  de  afuera:  que 
eran  hombres  semejantes  á  los  europeos,  ó  á  los  descendientes  de  los  Es- 
candinabos  que  en  el  siglo  onceno  visitaron  las  costas  de  Groenlandia  y 
Terranova.  El  '^Baron  de  HumbokU"  infiere  que  no  fué  del  Norte  de  la 
Europa  de  donde  sacó  el  Inca  el  código  de  sus  leyes  sino  mas  bien  del 
Asía.  "Ranking"  en  sus  investigaciones  históricas  conjetura  á  Manco-Capac 
hijo  del  Gran  Khan-Kublay  jefedeuna  tribu  délos  Mongoles  residentes  á 
las  orillas  del  lago  Baikal  en  la  Siberia;  y  que  cuando  fué  subyugado  .  el 
Continente  de  Asia,  puéstose  la  España  en  consternación,  el  Japón  haber 
sido  invadido,  por  los  efectos  de  un  fuerte  temporal,  fueron  arrojados  á  las 
playas  de  América  los  jenerales  y  tropas  que  escaparon  de  esa  poderosa 
expedición  y  hallándola  en  una  "completa  ignorancia  fundaron  los  dos 
grandes  imperios  del  Perú  y  Mélico. 

Cuantas  contradicciones  envuelven  en  sí  estos  dichos;  lo  primero  qu«  se 
nos  viene  á  la  vista  es  la  época  de  la  fundación  del  imperio  de  los  Incas  que 
según  los  mas  autores  fué  el  siglo  undécimo,  mas  según  Ranking  y  los  cál- 
culos de  Isac  Newton  que  toman  por  norte  la  historia  de  la  China  datada 
desde  la  invasión  del  Japón  en  1283  hasta  la  muerte  de  Atahualpa  en  1533 
corrieron  tínicamente  240  años;  dos  siglos  menos:  identificando  asi  á  los 
Mongoles  con  los  Incas  que  es  la  principal  idea  de  ellos.  Mas,  ¿qué  si  hi  - 
citrón  estos  Mongoles? — ^fue  por  cierto  gran  prodigio  que  solo  escapas  ^¡^ 


—14— 

La  fundación  del  imperio  de  los  Incas,  toda  en  sí  es  mará 
\^illoso.  Es  verdad  que  su  caudillo  no  fué  sustentado  por  una 
Loba  como  el  de  los  Eomanos,  ni  escogido  por  Jehova  como 
él  de  los  judíos,  pero  quien  puede  dudar  de  que  ese  Omni- 
potente Dios  le  infundió  luz  sobre  natural  para  que  pudiese 
educar  á  tanta  diversidad  de  naciones  como  poblaban  la  tierra 
á  fin  de  que  preparados  en  amor  y  caridad  pudiesen  algún  dia 
recibir  su  santa  gracia. 

Manco-Oapac  [1]  cual  otro  Abraham  salió  con  su  hermana  y 
mujer  Mama  Ocllo-Huaco  [2]  de  una  isleta  de  la  laguna  de 
Titicaca  [3]  llevando  el  primero  una  varilla  de  oro,  pues  se  le 
comunicó  que  por  dó  quiera  que  fuese,  al  comer  y  al  dormir 
procurase  hincar  en  el  suelo  la  varilla  y  donde  se  hundiese  de 
un  solo  golpe  dicha  barrilla  allí  fundase  la  capital  de  su  Cor- 
te. En  efecto  dirigiéndose  al  septentrión  y  caminando  como 
ochenta  leguas  llegó  con  su  mujer  á  un  cerro  que  llaman 
"Huanacanti"  en  cuyo  paraje  se  hundió  al  primer  golpe  la 
varilla  sin  haberla  visto  mas.  Conociendo  Manco-Oapac  ser 

del  naufragio  dos  personas  y  que  luego  estas  fuesen  principes.  Por  otra 
parte,  como  pudieron  estos  desgraciados  náufragos  acompañarse  de  enor- 
mes Elefantes,  pues  según  el  indicado  Ranking  condujeron  esos  animales. 
No  hay  duda  pues,  que  todas  estas  obras  son  ideales. 

[1]  ülloa,  Acosta  y  Sir  W.  Temple  ponen  Mango:  de  aqui  sale  otra  con- 
jetura por  que  se  dice  que  Mango  es  nombre  Mongol,  el  cual  fué  nieto  de 
Genghis  Khan  y  hermano  de  Kublai;  este  fué  proclamado  Gran  Khau  en 
1205  y  murió  en  la  China  en  el  sitio  de  Ho-Chen  por  el  año  de  1257. 

[2]  Exponen  algunos  autores  que  era  madre  de  Manco-Capac  y  que  este 
cometió  incesto  casándose  con  ella. 

[3]  Este  misterioso  lago,  cuna  del  lináge  peruano,  se  halla  en  la  latitud 
de  J2,725  pies  sobre  el  nivel  del  mar  (su  altura  excede  al  Pico  de  Tenerife 
y  álpico  mas  elevado  de  los  Pirineos,  según  observaciones  hechas  por  M. 
Penlandt)  tiene  de  largo  cincuenta  y  una  legua  noroeste  sudeste  y  veinte 
y  seis  de  ancho  por  donde  mas,  haciendo  una  figura  irregular  de  1326  le- 
guas cuadradas.  En  sus  riberas  hay  pueblos  de  las  provincias  de  Chucuito, 
Pacages,  Omasuyos,  Paucarcolla,  Lampa  y  Asángaro.  Su  fondo  es  bastan- 
te para  cualquier  género  de  embarcación,  pues  no  muy  lijos  de  la  orilla 
hay  cuatro  y  seis  brazas  de  agua,  y  adentro  hasta  cincuenta,  sin  observár- 
sele bajos;  el  desembarcadero,  se  halla  eu  la  parte  que  divide  el  territorio 
del  de  Bolivi a,  que  se  llama  el  rio  del  Desaguadero,  el  cual  corre  acia  N. 
SE.  y  atravesando  la  provincia  de  Pacages,  al  S.  Ó.  de  üruro  se  pierde  y 
sumerje  en  Popó,  formando  allí  un  nuevo  lago  que  es  de  tres  á  cuatro  le- 
guas de  largo  y  flós  de  ancho  en  que  se  crian  unos  peces  llamados  "Suches," 
á  sus  orillas  está  el  pueblo  de  Ullages:  por  ser  el  rio  caudaloso  y  mante- 
nerse siempre  la  laguna  en  el  mismo  ser  hizo  sospechar  que  sus  aguas  te- 
nian  salida  subterránea,  y  en  efecto  se  ha  observado  que  tiene  un  remolino, 
pues  arrojando  algunas  balsas  viejas  han  desaparecido  después  de  dar  mu- 
chas vueltas:  se  cree  que  el  agua  va  á  salir  al  mar  por  debajo  de  la  Cordi- 
llera hasta  las  i  u  mediación  es  del  puerto  de  Iquique.  El  año  de  1748  cre- 
cieron mueho  sus  aguas,  que  aun  se  temió  una  gran  inundación  y  volvien- 
do después  de  algún  tiempo  á  su  altura  ordinaria,  se  conjeturó  que  alguna 
balsa  grande  habria  impedido  en  parte  su  salida  por  haberse  atravesado 
en  el  sumidero  hasta  que  el  peso  de  la  agua  abrió  el  paso. 


—15— 
este  el  lugar  donde  debían  parar,  se  manifestó  á  los  habitan- 
tes de  los  contornos  y  comenzó  su  misión.  Enseñábales  todo 
lo  que  era  conveniente  y  justo,  y  como  verdadero  apóstol,  no 
procuraba  sino  el  bi;3n  del  x)ueblo:  no  buscaba  oro,  ni  plata, 
joyas  ni  vestidos,  haciendas  ni  esclavos:  al  contrario  despre- 
ciaba estos  géneros  de  riquezas,  trabajaba  en  cultivar  la  tierra 
para  darles  alimento.  Mama  Ocllo  se  afanaba  en  enseñar  á 
las  mujeres  á  hilar  y  tejer  para  cubrir  la  desnudez  de  sus  fa- 
milias. El  honor  de  las  casadas  y  doncellas  era  respetado  y 
enseñado  el  deber  de  las  esposas  a  sus  maridos,  y  de  los  hijos 
á  los  padres.  Un  magnánimo  corazón,  un  carácter  bondadoso, 
reconocidos  á  la  práctica  de  estos  ejercicios,  hacia  creyesen 
hombres  y  mujeres  la  que  se  les  decía,  y  obedecían  lo  que  se 
les  mandaba. 

Sirvióse  del  respeto  del  cielo,  para  el  suyo,  divulgando  ser 
hijo  del  Sol  y  la  barrera  que  la  pretendida  descendencia  po- 
nía entre  él  y  el  pueblo  era  impenetrable  logrando  así,  man- 
tener ilesos  la  prerrogativa  de  los  que  mandaban  y  los  dere- 
chos de  los  que  obedecían.  Hizo  reconocer  por  Dios  á  aquel 
planeta,  no  siendo  mucho  que  el  deseo  de  reducir  bárbaros  lo 
indujese  á  publicar  ser  hijo  del  Sol,  cuando  el  anhelo  de  en- 
gañar políticos  hizo  á  Alejandro  exaltarse  hijo  de  Júpiter. 

Los  primeros  instruidos  en  las  máximas  indicadas,  se  inter- 
naron por  las  sierras,  montes  y  breñas,  participando  la  nueva 
de  los  beneficios  recibidos:  llamáronse  unos  á  otros  y  logró 
Manco-Oapac  en  poco  tiempo  ver  una  floreciente  familia,  es- 
tableciendo mas  de  cien  pueblos  y  denominando  á  su  Capital, 
Cozco  que  significa  ombligo  ó  centro  de  los  demás. 

Con  tan  favorables  disposiciones  asumió  Manco-Capac  el 
cognomento  de  Inca,  que  equivale  á  soberano  y  estableció  un 
gobierno  monárquico  hereditario.  Señaló  por  insignias  el 
"Llautu',  que  era  una  cinta  ó  trensa  del  grueso  del  dedo  auri- 
cular que  daba  cuatro  ó  cinco  vueltas  en  la  cabeza  y  nn  pur- 
pureo fleco  ó  borla  pendiente  de  la  frente  que  llamaban  "Mas- 
capaycha"  (los  de  la  sangre  real  la  tomaban  amarilla)  unas 
planchas  elípticas  de  oro  que  servían  de  orejeras,  por  manto, 
una  manta  cuadrada  de  dos  piernas  finisímamente  tejida  que 
llamaban  "Yucolla,"  una  bolsa  conocida  con  el  nombre  de 
"Chuspa',  terciada  sobre  el  hombro  izquierdo  pendiente  de 
una  trensa  muy  larga  de  dos  dedos  de  ancho  en  la  que  lleva- 
ba la  "Coca"  destinada  solo  para  los  Incas  y  por  cetro  una  se- 
gur de  oro  ó  de  piedra. 

La  religión  que  enseñó  á  su  pueblo  era  muy  sencilla:  un 
Dios  Supremo  invisible,  como  Creador  del  Universo,  el  Sol 
como  su  primer  criatura  y  de  naturaleza  influirá  ocupado  en 
fomentar  el  mundo  en  beneficio  de  los  hombres,  y  el  Inca  co- 


—16— 
mo  hijo  de  este  planeta,  pero  mortal,  enviado  para  instruirles 
y  hacerlos  felices.  Mandó  fabricar  en  el  Cuzco  un  templo  con- 
sagrado al  Sol  que  llamaban  "Coricancha,"  Instituyó  Sumo 
Sacerdote  de  la  sangre  real,  se  denominaba  "Villacumu"  y 
siendo  la  imagen  una  naturaleza  tan  pura,  solo  vírgenes  de- 
bían de  cuidar  del  templo  y  estas  igualmente  de  pertenecer  á 
la  sangre  real,  como  emparentadas  con  el  gran  luminar.  Co- 
mo la  generación  en  su  mujer  Mama-OcUo,  no  podia  produ- 
cir suficiente  número  de  vestales,  tomó  otras  mujeres  de  ran- 
go inferior  á  la  legítima,  que  llamaban  ^'Mama-Cunas"  dando 
entender  que  eran  mujeres  solo  para  ser  madres:  asi  logró  es- 
tablecer sus  instituciones. 

Para  el  gobierno  civil  nombró  Curacas,  elegidos  no  por  in- 
trigas ni  capricho  sino  buscando  la  mayor  honradez  y  aptitud 
para  el  mando,  y  para  que  fuesen  mas  respetados  les  señaló  el 
señorío  de  los  pueblos  que  gobernaban. 

Todas  líis  leyes  eran  conformes  á  la  natural,  fundadas  en 
adorar  al  Sol,  amándole  como  imagen  de  Dios  y  á  sus  próji- 
mos como  así  mismo;  imponiendo  penas  corporales  proporcio- 
nadas á  los  delitos,  y  capitales  contra  el  adulterio,  homicidio 
y  hurto. 

Con  leyes  tan  justas,  ejemplo  tan  puro,  gobierno  tan  pa- 
triarcal y  clima  favorable^  en  el  corto  reinado  de  medio  siglo, 
dejó  Manco-Capac  fundada  una  Capital,  provincias  bien  ad- 
ministradas, pueblos  bien  gobernados,  y  templos  aunque  idó- 
latras, libres  de  barbarie,  de  sangrientas  inmolaciones  y  de 
groseras  ceremonias.  Cargado  de  años  y  próximo  á  morir,  co- 
noció estaba  concluida  su  misión:  hizo  reunir  á  sus  hijos  y  pa- 
rientes y  comunicándoles  que  su  padre  el  Sol  le  llamaba  á 
descansar,  encargóles  que  con  todo  celo  y  puntualidad  guar- 
dasen las  leyes  que  les  habia  dado  y  obedeciesen  á  su  primo- 
génito Sinchi-Eoca  que  instituyó  por  heredero. 

Tal  fué  la  vida  y  fln  de  este  extraordinario  personaje  que 
merece  con  justicia  un  lugar  muy  distinguido  entre  los  bien 
hechores  del  genero  humano.  Murió  en  el  año  de  1107  llorado 
de  todos  sus  pueblos  y  embalsamado  su  cuerpo  le  honraron 
con  muchos  sacrificios,  venerándole  como  descendido  del  Cielo. 


—17— 

SmCHI-EOOA 

11    EMPEEADOE. 

Habiendo  subido  al  trono  este  Príncipe,  heredero  de  la  sa- 
í^acidad  de  su  padre,  deseó  sustentarse  en  ijaz  valiéndose  del 
Sol'  [como  Numa  Pompilio  de  Egeria  y  como  Settorio  de 
Diana]  dedicándose  en  extender  su  adoración,  estableciendo 
fiestas  cada  luna,  ó  mes  y  ademas  otras  principales  como  la  de 
"Eaymi"  en  el  cuarto  mes,  en  reconocimiento  de  ser  la  Supre- 
ma Deidad:  la  de  "Ouzquey-rami"  que  se  hacia  cuando  elmaiz 
empezaba  á  brotar  para  precaverlo  del  yelo;  y  la  titulada  "Oi- 
tua"  que  era  como  especie  de  expiación  para  desterrar  las  en- 
fermedades, con  muchos  ritos.  Por  lo  que  respecta  á  lo  políti- 
co convocó  á  los  i>rinci  pales  Curacas  y  después  de  exhortar- 
los á  observar  y  hacer  observar  las  leyes  que  el  Sol  les  había 
comunicado  por  boca  de  su  padre,  les  pidió  que  por  medio  de 
promesas  y  buen  trato,  extendiesen  su  imperio,  granjeándose 
la  voluntad  de  muchas  tribus:  extendió  su  dominación  al  Me- 
dio-dia  hasta  Chucara,  y  por  Levante  hasta  la  orilla  deV rio 
CuUa-hualla:  conociéndose  por  mas  floreciente  la  nación  de 
los  Canchis. 

Gobernó  este  Inca  solo  30  años,  pero  en  la  mayor  tranqui- 
lidad: tuvo  en  su  muger  Mama-Cora  muchos  hijos,  murió  el 
año  de  1136  dejando  la  dignidad  regia  á  su  primogénito. 


LLOQUE-TUPANQUL 

III  EMPEEADOE. 

La  fortuna  de  este  Inca,  correspondió  á  su  nombre,  porque 
Yupanqui  significa  "darás  que  contar''  y  el  sobre-nombre  Llo- 
que,  dice  "izquierdo"  porque  tenia  esta  íltaa. 

Después  de  tomar  el  Inca  posesión  de  sus  dominios  hizo 
3:»ersonalmente  una  visita  y  se  in-opuso  extender  sus  límites. 
Conoció  que  para  esta  empresa  era  necesario  ir  con  mas  poder 

TOM.  vil.  LlTEEATUEA— 3 


y  autoridad  qite  sus  antepasados,  por  lo  cual  mandó  reunir  de 
seis  á  siete  mil  hombres  y  comenzó  á  formalizar  ejército,  ense- 
ñándoles el  manejo  de  las  armas,  que  se  componían  de  hachas, 
picas  y  flechas,  instituyendo  capitanes  y  demás  necesario  al 
buen  orden;  y  así  que  estuvo  todo  dispuesto,  salió  á  buscar 
con  quien  medir  sus  fuerzas.  IS'o  se  engañó,  pues  tuvo  que 
valerse  de  ellas  para  sujetai'  á  los  Canas,  luego  á  los  Ayavires 
que  le  hicieron  alguna  resistencia.  En  seguida  continuó  con 
la  conquista  de  los  Pauca-Oolla,  Atun-Oolla  y  demás  pueblos 
que  se  hallan  hasta  el  Canal  ó  Desaguadero  de  la  Laguna  Ti- 
ticaca. Para  conservar  la  memoria  de  las  victorias  obtenidas 
en  esta  expedición  mandó  construir  una  fortaleza  llamada 
Pucará  y  despidió  su  ejército. 

Dedicóse  á  la  enseñanza  de  los  indios,  asistiendo  personal- 
mente á  todos  los  actos  de  ilustración:  mas  no  pudiendo  re- 
primir su  genio  emprendedor,  mandó  nuevamente  apercibir 
diez  mil  hombres  de  guerra  y  distribuyéndolos  en  cuatro  di- 
visiones al  mando  de  un  hermano  suyo,  los  despachó  al  Po- 
niente para  que  redujesen  á  los  naturales  que  hallasen  hasta 
la  falda  de  la  Cordillera,  lo  que  consiguieron  sin  diñcultad. 
Visitó  varias  veces  el  reino  para  enterarse  de  las  necesidades 
de  sus  subditos,  lo  que  le  hizo  ser  amado  y  querido  de  todos; 
y  después  de  haber  gobernado  cerca  de  35  años,  murió  en  el  de 
1171  dejando  de  su  esposa  Mama-Cava  un  solo  hijo  que  fué  el 
sucesor. 


MAYTÁ-OAPAC 

lY    EMPERADOE. 

Subió  este  príncipe  al  trono,  á  la  edad  de  51  años,  de  un 
ánimo  valeroso  como  el  de  su  i^adre;  llamábanle  "melancóli- 
co" por  cierto  genio  que  snele  ocultar  en  la  profundidad  del 
pensamiento  la  alegría,  no  porque  le  abatiese  la  tristeza,  pues 
antes  le  sirvió  de  estímulo  al  valor  con  que  triunfó  en  la  guer- 
ra. Visitó  todo  su  reino  para  enterarse  de  las  necesidades  de 
sus  subditos  y  disponer  lo  necesario  á  su  remedio.  Después 
mandó  reunir  doce  mil  hombres  y  sugetó  la  provincia  dé  Tia- 
huanaco,  donde  hizo  construir  grandes  edificios:  fobligó  su  fa- 
ma á  que  los  pueblos  Ooc-yáviriltí  obedeciesen,, y  con  el^üj- 
plo  de  estos,  se  sometieron  los  dé  Casiquicúía,  iraÚáhiáí,  Huá- 


—19— 
ritííí,   Cncliiiía,   Lárícájá,  Saucávaro  y   los   Collas,   después 
de  Mbér  derrotado  á  sus  naturales  en  uña  saní^'rientá  batalla 
en  el  paraje  líáiWado  "Huáscuchu":  de  este  modo  dilató  el  im- 
perio al  Medío-dia  basta  la  laguna  de  Paíria. 

Eli  sú  segunda  expedición,  dirigió  su  ejército  á  ía  costa  y 
después  de  alguna  resistencia,  ganó  todos  esos  valles  y  esta- 
blecieron los  pueblos  de  Arequipay,  Cuchaca  y  Mocpieliuay: 
ios  de  íá  segutida  nación  téilíán  la  perversa  costumbre  de  en- 
vert'enar  por  venganza  á  los  que  sospéclíaban  enemigos^  y  esta 
iñaldiid  fué  castigada  con  mandar  quemar  vivos  a  todos  los 
qtie  sé  bailaban  reos.  ,, 

En  la  cáñipáñá  sigiiienteinteütó' extender  sus  domintiós  p6r 
el  Occidente  y  mandó  ñibricái^  un  famoso  puente  coígar»  te  coüs- 
triíidó  de  mimbres,  eñ  el  rio  dé  Apu'rimac  para  qtie  pasase  su 
ejército;'  invención  qué  admiró'  tanto  á  las  naciones  vecinas 
que  se  rindieron  gustosamente  los  de  Obuiiipi-buillca,  Ailca,Táu- 
risma,  Cota-huabu,  Puma-tampuyí*arinácocbas.  Luego  tran- 
sitó por  el  despoblado  de  Oáutisugu,  basta  bailar  su  marcba 
interrumpida  i!)br  una  formidable  ciénaga^  y  no  bábiendo  difi- 
cultad qué  le  detuviese,  empleó  todo  su  ejército  en  traer  iJie- 
dras  y  bacer  una  calzada  de  tres  leguas  de  largo,  seis  varas  de 
aiicbó  y  dos  de  alto,  siendo  esta  obra  lá  admiración  de  la  pos- 
teridad: volvióse  ái  Cuzco  lleno  de  triunfos,  sobre  los  que  com- 
pusieron los  *'Harábec"  ó  poetas  mucbos  versos. 

Causado  de  la  guerra  sé  dedicó  á  dictar  leyes  en  beneficio 
de  los  pobres,  y  murió  él  año  de  1211  de  92  de  edad:  tuvo  en 
varias  mugerés  mas  de  ciücúentá  íiijos,  beredando  el  reino  el 
primogénito  tenido  en  Mama-Cuca.  De  niodo  qué  puede  de- 
cir fué  el  Hércules  Inca,  no  solo  por  sus  gloriosos  triimfos  y 
badianas,  sino  i^or  la  fecunda  j>role  que  dejó. 


eAf  ÁC-YIJPAÑQIFI 

V  EMPEEADOE. 

Luego  que  tomó  la  borla  colorada,  emprendió  la  visita  de 
todo  el  reino,  en  lo  que  empleó  dos  afioa.  Formó  un  ejército 
de  20,000  bombres  y  i)asó  el  Apurimac  por  otro  puente  que 
mandó  formar  de  bejucos:  le  dieron  la  obediencia  los  Yana- 
buaros:  y  de  allí  pasó  á  los  Aaymaraes  y  se  rindieron  ofre- 
ciendo oro  y  plata;  á  ios  de  Umasuyu  que  quisieron  hacer  re- 


—20— 
sisteiicia  los  tomaron  por  soipresa,  marchando  toda  una  no 
che  con  8,000  hombres.  Estas  dos  naciones  tenían  continuas 
guerras  sobre  dehesas  y  pastos:  el  Inca  arregló  sus  límites 
con  mojones,  que  fueron  los  primeros  que  se  pusieron  en  el 
reino.  Volvióse  al  Cuzco  é  hizo  su  entrada  en  triunfo,  siendo 
el  primero  que  usó  esta  ceremonia. 

En  la  segunda  expedición  avasalló  á  los  Quechuas,  Cota- 
pampa,  Catanera,  Chanca,  Huanco-huallu,  Huamampalpa, 
Araquinca  y  todas  las  provincias  que  hay  de  un  lado  á  otro 
del  rio  Abancay.  De  este  último  punto,  se  dirigió  á  la  costa  y 
redujo  á  Ubiña,  Camaná,  Carabillí,  Picta  y  Quelca.  Eegresó 
al  Cuzco  y  dirijióse  hacia  el  Sur,  continuó  la  conquista  que 
habia  dejado  pendiente  su  padre  en  la  laguna  de  Paria:  redu- 
jo muchos  x)ueblos,  entre  ellos  los  Pocoata,  Murumuru,  Cara- 
cura  y  todos  los  que  hay  al  Levante  hasta  la  cordillera:  ade- 
mas todo  el  despoblado  que  llega  á  la  provincia  de  Tapacarí 
y  Cochapampa,  Chayanta,  Charca,,  Tutiora,  Sipisipi,  Chauqui 
y  Chamuru.  De  esta  espedicion  se  volvió  el  Inca  á  su  corte, 
habiendo  extendido  su  dominio  hacia  el  Sur  180  leguas,  al 
Levante  hasta  el  rio  Paucartambo,  13  leguas  S.  E.  40  leguas 
hasta  Oochavalla.  Mandó  sacar  muchas  acequias,  formar  puen- 
tes á  los  rios  para  hacer  fácil  la  comunicación.  Fué  Eey  muy 
avaro  y  ostentoso,  dispuso  se  trabajasen  minas  y  que  se  for- 
masen ídolos  y  estatuas  de  oro:  impuso  por  ley  que  todos  se 
enterrasen  con  sus  adornos  y  grandezas,  haciendo  los  sepul- 
cros unas  segundas  minas  de  la  muerte,  é  imponiendo  penas 
al  que  los  tomase.  Instituyó  ud a  fiesta  para  armar  caballeros 
á  los  de  la  sangre  real  y  á  los  nobles,  con  largas  ceremonias. 
Se  ijreparaban  con  un  riguroso  ayuno  y  pasaban  por  exáme- 
nes muy  estrictos  hasta  conseguir  la  borla  amarilla,  insignia 
de  príncipe. 

Siete  años  tuvo  á  sus  vasallos  disfrutando  de  los  goces  de 
la  paz;  empero  no  pudiendo  sugetar  su  genio  emprendedor, 
mandó  aprestar  un  ejército  de  20  mil  hombres  y  remitió  á  su 
hijo  Inca-Éoca  á  su  cabeza,  el  cual,  pasado  el  Apurimac  con- 
quistó algunos  pueblos  que  hablan  por  allí  dispersos  y  toman- 
do después  á  la  izquierda  de  Abancay  pasó  el  despoblado  de 
Cochacara  y  entró  en  la  provincia  de  Surá,  Apucará,  Marca- 
villa,  Sansa  y  Llacsapallanca:  de  esta  á  la  costa  del  mar  pací- 
fico, las  de  ÍÑTanasca,  Acarí,  Camaná,  Ático,  Ocáña,  Atiquilpa. 
Eegresándose  al  Cuzco,  se  halló  en  la  muerte  de  su  padre  que 
fué  el  año  de  1252  después  de  haber  reinado  41  años. 


IKCA-EOCA 

VI  EMPEEADOE. 

Este  príncipe  después  de  haber  cumplido  con  honrar  á  su 
padre,  salió  á  la  visita  del  reino,  en  cuyo  viaje  empleó  tres 
años.  Ko  fué  menos  valiente,  ni  menos  Inclinado  á  mugeres 
que  su  abuelo:  excediéndole  tanto  en  lo  último  que  aseguran 
autores,  haber  tenido  seiscientos  hijos  que  vivos  todos  le  ser- 
vían en  el  palacio  y  le  acompañaban  en  la  campaña.  Fué  su 
primera  empresa  sujetar  las  naciones  Tacmaras,  Huiñualla  y 
Ourampa,  con  el  país  de  Oochacasay  Antahuayla,  Urumarca, 
Hancohuallo  y  Villca;  de  este  último  pueblo  torció  á  la  izquier- 
da y  conquistó  dos  grandes  provincias  de  mas  de  40,000  habi- 
tantes nombradas  Sulla  y  Otumsulla.  En  la  segunda  espedi- 
cion  bajo  la  conducta  de  su  hijo  Yahuar-huaca,  se  rindieron 
los  pueblos  de  Ohallampa,  Pilleupata,  Havisca  y  Tunú.  La 
tercera  con  un  ejército  de  30,000  hombres  lo  hizo  dueño  de 
las  provincias  de  Ohumcurí,  Pucuna,  Muyumuyu,  Misque,  Sa- 
caca,  Machacay  Oaracara  hasta  Ghunquisaca,  y  dejando  en  ellos 
[según  lo  hacían  en  todas]  los  ministros  necesarios,  regTesó 
al  Cuzco.  Fué  sabio  hasta  fundar  escuelas  públicas,  en  que 
sus  Amantas  ó  Filósofos  enseñaban  las  ciencias,  la  inteligen- 
cia de  los  Quipus  que  el  Analista  del  imperio  ó  Quipucana 
custodiaba  en  el  templo  del  Sol,  y  la  lengua  general  que  se 
había  adoptado,  que  era  la  Quechua  [pues  los  incas  tenían 
una  particular  que  hablaban  solamente  los  de  la  sangre  real] 
que  todas  las  naciones  conquistadas  aprendían  indispensable- 
mente sin  duda  para  que  indentificados  por  el  idioma  se  con- 
siderasen miembros  de  una  sola  familia  y  se  amasen  recípro- 
camente; perdiendo  aquel  odio  que  podían  tenerse  no  enten- 
diéndose y  al  mismo  tiempo  para  que  sus  vasallos  le  hablasen 
personalmiente  y  oyesen  de  boca  del  mismo  rey  las  sentencias 
y  desiciones  de  sus  causas,  lío  por  esto  permitían  abandona- 
sen su  idioma  particular,  así  es  que,  un  sabio  de  nuestros 
días  (1)  que  teniendo  una  semejanza  la  tenga  Malaya  y  de  la 
Aymará  dice:  "Acaso  por  aquel  puerto  [Arica]  vendría  la  na- 
ción de  los  Aymaraes,  que  supo  situarse  en  medio  de  los  Que- 
chuas, y  conservar  iDor  tantos  siglos  su  lenguaje  y  costumbres 
como  si  fuera  uqa  ní^cion  aislada,  y  no  estuviera^  rodeada  por 


«gntgSjgjCB 


(1  j  M  P?i  Unpttst  m  ú  clima  4a  Um\ 


—22— 

todas  partes  de  pueblos  que  hablan  el  idioma  general  del  Pe- 
ni.'' Tuvo  reinado  feliz  de  mas  de  ciucaenta  años,  falleciendo 
en  el  de  1303.  Dejó  el  imperio  á  su  primojenito  en  Mama-Mi- 
cav. 


Yll     EMPEÍJAI)PP^. 

jEste  nombrp  gue  quiere  dpcir  'fel  que  ] Jora  sangre",  se  |e  dio 
á  éste  príncipe,  ppr  haber  nacido  con  ^na  mancjia  q  goterón 
jen  los  ojpsi  Subió  al  trono  de  sus  niayqros  y  d^sep  su§te»t3.r- 
^e  en  la  prosperidad  de  sus  autepasaidQs  sin  pretepder  jiiieyas 
c'onqpisfas.  Einj^ezó  á  Jps  9  ó  10  añps,  por  jnostrarse  pijsijáiii- 
me  y  como  fuese  notado  4e  cqbarde,  aunque  suíi(3Íente  priiejba 
de  Ip  contrarip  habia  ¡dado  en  el  reinado  (\.e  su  padre,  mandó 
fprinar  un  ejército  cÍe2p,PQ0  hombres:  él  quisiera  ir  njahdáp- 
dplo,  pei^o  los  fatales  prpnpsticps  qiie  babia»  íiecljp  ]ps  agore- 
ros por  la  circunstancia  de  la  sangre  le  Jiizp  elegir  capjtap  ge- 
neral a  su  hermano  ;á|aytfi,  e}  cua}  conquisto  toclp  Ip  q]ie  hay 
desde  Áréf|uipáy  jj^3|;a  Atacoma/y  ep  ptra  segppda  esperJJ- 
eipn  empleó  sus  arínas  a}  Sur  ep  dpnde  redujo  Jag  prQyincias 
c|p  Carafiga,  Üjlaca,  |^Upi,  Chinchas  y  Áipbara. 
"  yáliuár-Huací|,  sé  contrajo  ep  la  e4^í5acÍQP  eje  su  Jiijo  Ihca- 
Eipac,  el  cuál  aunucíalja  desdp  su  infaupia,  1q  que  seria  en 
adelante.  £u  entendimíeptp  apuque  duro,*  para  comprender  Ip 
que  se  ]e  enseñaba  perp  de  paracter  afaWf^  y  cppjplaciente; 
anpque  era  ferpz,  cpando  |iallaba  ipcppstapcia;  esto  bacía  que 
juzgasen  qpe  no  sería  jaulas  sipo  pp  tprpe  y  UP  npcip,  sip  em- 
bargó otros  percif)|an  en  sp  natpraleza  una  magnammidad 
incomparable  y  pp  valpv  extraprcjiparip-  Sii  padre  de  un  genJP 
adusto  por  su  ipisípá  jijea,  usalia  ^^  a^P^feza,  pprqiie  era  de 
Ips  de  la  prir|iera  opipipu,  y  np  pu^ippdo  cpngeniarlo  lo  apar- 
to dé  sil  conipapía,  renptiéndplo'á  una  íieppiosa  deliesa  a  cui- 
dar el  ganado  del  §oL  É|  príncipe  obediente,  estaba  dedicadp 
a  este  ejércicíp,  donfle  tuvo  la  fapiosa  yiqion  que  ba  dado  tan- 
to que  hablar  á  los  escritores  [1]  le  anunció  la  retíelipp  que 

[IJ  Este  caso,  el  mas  raro  en  la  época  de  los  Incas  ha  siclo  ol7Ít]ado  pol- 
los grondes  historiadores  del  Peni.  Los  qué  liacéii  á  Manco-Cnpac  descen- 
diente dé  los  Mongoles  no  liaú  puesto  la  consideración  en  que  fa  tiintasma 
eixpuso  ser  su  herniano  Viracocjia:  pudieran  decirnos  la  analogía  corrési)on 
diente.  Los  primeros  historiadores  dicen  fué  fantasma  diabólica,  como  si 
a  este  espíritu  le  estuhiese  conceílido  anunciar  lo,  p,C|:^'veniv..  ' 


tenia»  dispuesta  ]as  proyÍDcias  de  Chiuciía-suyii,  avisóie  quo 
no  tetuiese,  pues  él  le  asistiría,  que  era  Viracocha-Inca  her- 
mano de  Manco-Oapac.  Participóle  inmediatamente  á  su  pa- 
dre lo  que  acaecia,  pero  no  fué  creido,  antes  despedido  como 
vicionario.  Como  á  los  cuatro  meses  se  realizó  la  noticia,  pero 
fué  cuando  las  naciones  reveladas,  ya  venian  con  30,000  hom- 
bres sobre  la  ciudad.  El  Inca  se  hallxS  confuso  con  la  venida 
de  los  enemigaos,  pues  no  lo  habia  creido,  porque  desde  la  fun- 
dación del  imperio  nunca  aconteció  ningún  levantamiento: 
hallándose  sin  gente  reunida  no  tuvo  mas  partido  que  tomar 
que  desamparar  la  capital  y  retirarse  hacia  el  Sur  donde  se 
prometia  estar  mas  seguro. 

El  Príncipe  que  en  esta  época  solo  contaba  25  años^ 
luego  que  supo  que  su  padre  había  desamparado  el  Cuzco, 
i  a  sintió  sobremanera,  pero  tomando  ima  decisión  atrevida 
cial  otro  Judas  Macabeo,  salió  inmediatamente  del  destierro 
y  liQgando  á  la  capital,  reunió  algunas  tropas  y  tomó  el  cami- 
no que  traían  los  rebeldes,  recibiendo  en  la  marcha  un  socor- 
ro numeroso  de  Aymaraes  y  Quechus  con  lo  que  atacó  al  ene- 
migo, después  d^  haber  despreciado  el  perdón  que  les  propu- 
so. Trabóse  el  combate  y  después  de  ocho  horas,  quedo  por  el 
príncipe  la  victoria:  fué  tan  ruda  la  pelea  que  la  sangre  verti- 
da corrió  arroyos,  de  que  es  padrón  el  nombre  del  lugar,  "Sa- 
hur-Pampa" — Campo  de  sangre,  con  la  cual  pacificó  el  país. 
ISTo  abusó  de  la  victoria,  pues  al  momento  pasó  á  donde  su  pa- 
dre á  darle  cuenta  de  ella,  el  cual  abdicó  la  Mascapaycha  ó 
Borla,  después  de  haber  gobernado  el  imperio  20  años,  retiró- 
se á  hacer  una  vida  privada  en  Muyna  donde  vivió  siete  aiáos 
con  su  muger  Mama-Chic-ya  y  murió  á  los  85  de  edad. 


VIEAOOOHA 

YIII   EMPEÉADOR. 

Este  Príncipe  á  su  exaltación  al  trono  permutó  el  nombre 
de  Inca-Eipac  con  el  de  Viracocha,  por  la  visión  que  tuvo,  á 
la  cual  le  hizo  fabricar  un  templo  en  Oaccha  distante  16  le- 
guas del  Cuzco  al  Sur.  Conquistó  con  un  ejército  de  30,000 
hombres  las  provincias  de  Huaytará,  Pocorá,  Arancaru,  Par- 
cu,  Picuy  y  Acos.  Dilató  su  imperio  mas  con  la  gran  reputa- 
ción que  habia  adquirido,  que  con  las  armas,  siendo  esta  tal, 


—24— 
que  recibía  por  ofrenda  las  provincias,  como  la  del  Tucuman 
cuyos  mensageros  vinieron  al  Cuzco  á  darle  la  obediencia.  'No 
despreciaba  á  los  que  se  le  rendían  voluntarios,  como  Sesos- 
tris  en  Egipto:  ni  menos  se  burlaba  de  los  que  le  pedían  cle- 
mencia, como  el  Cónsul  Paulo  Emilio  con  Perseo  rey  de  Ma- 
cedonia,  si  no  poseía  un  corazón  magnánimo  con  todos,  de- 
mostrándolo así  con  los  rebeldes  Chancas  á  quienes  perdonó 
y  dejó  con  el  gobierno  de  sus  pueblos.  Visitó  diferentes  veces 
sus  estados  para  remediar  las  necesidades  de  sus  súbditosi  en 
todas  partes  se  emprendieron  obras  magníficas  que  perpetua- 
sen su  memoria:  Mzo  abrir  ima  acequia  en  lo  mas  alto  de  las 
sierras  de  10  á  12  píes  de  hueco  y  de  150  leguas  de  íí.  á  S. 
que  ser\ia  solamente  para  regar  los  pastos  en  Otoño,  que  es- 
caseaba la  agua.  Dictó  muchas  leyes  sobre  agricultura  y  en 
beneficio  de  sus  vasallos.  Predijo  la  entrada  de  los  españoles 
y  destrucción  de  su  imperio:  murió  cargado  de  laureles  el  año 
de  1373.  Hubiera  sido  su  reinado  mas  glorioso,  si  como  dicen,  co- 
noció que  el  Dios  verdadero  era  solo  uno  y  quizo  destruir  la 
idolatría;  mas  no  lo  ejecutó,  por  tener  la  razón  embarazada  de 
las  mugeres  y  las  concubinas;  dominio  de  la  pasión  que  pose- 
yó el  corazón  del  mayor  sabio.  Dejó  el  trono  á  su  hijo  Inca- 
Urco  [1]. 


PACHAOUTEC 

IX   EMPERADOR. 

Cuando  nació  este  príncipe,  se  le  puso  por  nombre  Titu- 
Manco-Capac,  mas  su  padre  en  memoria  de  haber  restableci- 
do el  imperio  el  año  primero  de  su  gobierno,  á  la  usansa  de 
los  antigaos  patriarcas  quiso  que  se  llamase  Pachacutéc,  que 
significa  el  que  de  nuevo  dá  ser  al  mundo,  como  quien  dice 
"éste  será  testigo;  ó  un  testimonio  de  que  yo  he  sido  el  rege- 
nerador de  este  imperio  que  casi  ya  no  existía."  Dilató  sus  es- 
tados con  las  conquistas  de  las  provincias  de  Sansa,  Tarma, 
Pumpu,  Aneará,  y  Ohucurpuyhuailas;  de  aquí  se  volvió  con  el 

[1]  Este  i)rmcipe  fué  el  primogéiiito  de  Viracocha  tenido  en  su  inu.í?ei' 
Mama  Runtu,  y  por  lo  tanto  ocupó  el  trono  de  su  padre;  eia])e'  o,  no  ]ni- 
diendolos  grandesy  príncipes  de  la  sangre  real  tolei-ar  su  e  tolidoy;,  lo  tl«- 

Í)usieroa  i^  los  once  dias  de  haberse  puesto  la  Mascapayclu^  y  lAiii}U\  cuyas 
ftsigttiaa  müiú  á  su  hermano  Padiacuteo,  y  se  retiró  á|a  vida  privada.  De 
este  ÍB0i5ii  no  haag'A  nieuüioii  nvichos  Wst>v!ria4oros  poji  '^\  panagara  tiontjjo 


—25— 
ejército  al  Oiizco  donde  fué  recibido  con  grandes  fiestas,  y 
concluidas,  emprendió  el  Inca  la  visita  del  reino,  en  la  que 
empleo  seis  años,  mandando  edificar  ricos  templos  para  el  Sol, 
casas  de  Vírgenes  y  otras  obras  públicas.  La  segunda  expe- 
dición fué  encomendada  á  su  hermano  Oapac-Ynpanqui  quien 
en  consorcio  del  príncipe  heredero,  continuó  la  comenzada 
expedición,  y  sojuzgó  á  Piuca,  Huaráz,  Pisco-pampa,  Chun- 
chucu,  Huamucliucu,  Gajamarca  y  al  regreso  el  territorio  de 
Yauyu  que  habia  quedado  acia  un  lado:  fueron  solemnizados 
estos  triunfos  con  las  mas  grandes  demostraciones  de  júbilo: 
danzas,  comedias  y  ofrendas  hechas  al  Sol. 

Después  de  cuatro  años  de  descanso,  no  contentos  con  la 
copia  de  tantas  palmas,  proyectó  la  conquista  de  los  Valles, 
pues  solo  tenia  ganado  hasta  Nanasca;  mas  conio  este  territo- 
rio tenia  otra  construcción  política,  pues  se  hallaba  dividido 
en  grandes  estados  y  ser  el  temperamento  dañoso  á  los  de  la 
sierra,  se  mandaron  apercibir  60  mil  hombres  para  poder  re- 
mudar el  ejército  cada  dos  meses.  Provista  la  mitad,  salió  del 
Cuzco,  tio  y  sobrino  y  redujeron  á  lea  y  Pisco;  mas  no  pudie- 
ron pasar  adelante  pues  hallaron  en  el  Eey  de  Chincha,  nom- 
brado CHTJQUIMAÍíClJ  resistencia  capaz  de  marchitar  las 
pasadas  glorias:  si  como  era  valiente  hubiese  sido  este  prínci- 
pe sagaz.  Se  estuvieron  algún  tiempo  en  la  empresa,  hacien- 
do remudas  en  el  ejército;  empero,  abandonado,  el  pasó  del  rio, 
penetraron  hasta  la  población  del  Huarcu,  rindiéndose  el  prin- 
cipe que  gobernaba  los  partidos  de  Chincha,   Runahuanac, 
Huarcu  Malla  y  Ohillca.  El  Gran  CUISMAKCU  que  ya  tenia 
previsto  un  ejército  de  30  mil  hombres  para  defender  el  trono 
de  «US  mayores,  fué  respetado  pues,  antes  de  venir  á  las  ma- 
nos, el  general  Capac-Yupanqui  le  mandó  un  mensagero  que 
le  dijese,  "tuviese  á  bien  no  pelear  hasta  que  hubiesen  habla- 
"  do  acerca  de  sus  Dioses;  y  que  pues  los  unos  y  los  otros  ado- 
"  raban  un  mismo  Di(»s  no  era  razón  tuviesen  guerra  sino  que 
"  fuesen  amigos  y  hermanos.  Y  que  los  reyes  Incas  á  mas  de 
"  adorar  al  Pachacamac  como  Hacedor  y  sustentador  del  Uni- 
"  verso,  tendrían  en  adelante  como  oráculo  y  cosa  sagrada  al 
"  Rimac  que  adoraba;  con  tal,  que  tuviesen  por  Dios  al  Sol." 
Hecha  pues  con  CUYSMANCTJ  los  respectivos  tratados  sobre 
estas  bases,  se  marcharon  al  Cuzco  y  se  incorporó  en  la  familia 
real:  regresó  á  gobernar  sus  estados  que  se  componían  de  Pa- 
chacamac, Rimac,   Chancay,  Huamau  y  Barranca.  Pasados 
seis  años,  mandó  el  Inca  solo  á  su  hijo  Inca-Yupanqui  con  un 
ejército  de  oO  mil  hombres,  el  cual  remitió  mensagero  al  Gran 
CHIMU  que  dominaba  los  valles  restantes  hasta  Trujillo,  con 
el  cnal  tuvo  encuentros  muy  sangdeutos,  al  extremo  de  tener 

Í'OJT,    Vlíj  LíTEaATtJBA««4 


—26— 
el  príncipe  que  pedir  20  mil  hombres  mas  de  auxilio;  llegado 
éste,  tuvo  á  bien  el  OHIMXJ  rendirse,  por  la  murmuración  de 
sus  vasallos  y  fué  admitido  con  el  mayor  agrado.  A  los  dos 
aííQS  de  estas  conquistas  mnrió  el  príncipe  Pachacutec  en  1423 
de  edad  de  103  años,  díÚ^i^^^^P  ^^^  ^^^  mujer  Mama-Huaras  á 
Ínca-Yupanqui  y  mas  de  300  hijos  en  sus  concubinas.  Este 
Inca  merece  el  uombre  de  Máximo  entre  los  descendientes  de 
Manco-Oapac:  el  extendió  el  imperio  mas  que  todos  y  adqui- 
rió no  provincias  incultas  sino  naciones  bien  regladas  con  Mo- 
narcas velicosos,  como  Chimu,  Oiiysmancu  y  Chuquimancu. 
Gobernó  su  pueblo  con  la  mayor  economía,  hizo  nuevas  le- 
yes, estableció  escuelas,  fabricó  grandes  palacios,  templos,  ba- 
ños acueductos  etc.  Ko  obstante  afirman  algunos  (Oialancha) 
haber  sido  tan  vicioso  que  pasó  hasta  el  horrible  exceso  de 
sodomista  y  otros  f  Garcilaso  de  la  Vega)  que  no  solo  fué  dig- 
]io  de  fama  por  sus  hazañas  y  sus  prendas,  sino  por  el  castigo 
4e  aquel  feo  delito  icoutradiccion  notable]  acusar  del  delito 
al  mismo  que  Ip  castigó. 


INOA-YUPAÍTQUI 

X  EMPEEADOE. 

Este  Inca  siguió  el  ejemplo  de  sus  mayores:  y  después  de 
haber  visitado  todos  sus  dominios,  marchó  con  un  ejército  de 
10  mil  hombres  á  la  conquista  de  los  Moxos,  sin  embargo  de 
ser  muy  arriesgada  por  la  aspereza  de  sus  montañas  y  por  los 
distintos  y  caudalosos  rios  que  los  cruzan.  Hallándose  emba- 
razado por  una  gran  cordillera,  ideó  el  bajar  con  su  ejército 
por  el  caudaloso  rio  Amarumayu  en  balzas,  que  mandó  for- 
mar para  él  y  después  de  algunos' encuentros  ganaron  todo 
aquel  territorio.  Sin  perjuicio  de  esta  expedición  remitió  otra 
á  la  Provincia  de  Ohirigana  al  Levante  de  los  Charcas,  la  que 
no  tuvo  efecto,  por  la  esterilidad  de  la  tierra. 

Después  de  estas  mandó  á  su  general  Sinchiruca  á  la  con- 
quista del  reino  de  Chile,  el  que  atravesando  el  desierto  de 
Atacama  redujo  á  Oopayapo,  Coquimbo  y  todos  los  pueblos 
hasta  el  rio  Maule:  aquí  encontró  una  vigorosa  resistencia  en 
los  Perumaucas  y  Araucanos;  dieróuse  repetidas  sangrientas 
batallas,  hasta  por  fin,  fijar  sus  trincheras  en  la  orilla  izquier- 
da regresó  al  Cuzco. 

Este  Inca  gobernó  con  mucha  prudencia:  visitó  repetidas 


—27— 
y^pj?s  su  rein.0,  e.dífiAÓ  y  adoríió  templos,  formó  fortalezas  y 
íír¡§iní¡le§  jacjiccUlC.tjQs,  adquiriendo  jel  rjeuombre  de  "Piadoso." 
Entre  sus  obras,  se  adyierte  la  maravillosa  íbrtale/a  4el  Cuz- 
co, la  jciial  demuestra  el  p.oder  y  majestad  de  los  Incas.  (1). 
Jj^^  piramite  de  lígipto  no  se  Je  sobrepondrán  si  sp  atieníle 
^  los  ele^nentos  con  que  ambas  naciones  contaban.  Los  indi- 
gienas  j)o  txivieron  lijerro,  ni  acero  para  cortar  las  piedras,  ma- 
r.oiníis  para  elevarlas  á  la  gran  altura  en  que  se  hallan  coío- 
cíjL,(Í^^;  carros  ni  bueyes  p^jra  conducirlas  y  ni  ios  caniinos  que 
SjB)^|pij.enái^.quella  ííapital  jeran  llanos:  así  es  que,  no  siendo 
CQrt^dí),s  por  regla  y  muy  desiguales  en  el  t/imaño,  teniendo 
]gip  enl.^ce  ^e>  jncreible  juntura  y  sin  mezcla,  es  maravillosa  la 
¡ojírft.  Murió  el  Inca  el  año  de  1453  de  70  años  t}.e  edad,  dejan- 
(íp  íle  m  juwj.er  Mawja-iOhumpu  Orno  al  siguiente: 


TUPA-TUPANQUI 

El  nombre  de  este  Jnp^,  signi^ca  resplandeciente,  hizose 
digno  de  él,  pues  su  reinado  fué  el  mas  brillante  de  todos  sus 
predecesores.  Después  fje  visitar  el  imperio  cqmo  era  ya  cos- 
tumbre, dio  principio  a  su  cau)paña  dirijiéndose  al  ÍTórte  con 
un  ejército  de  43  mil  hombres,  subyugó  después  de  algunos 
encuentros  la  nación  Jluacrachucu :  pasado  el  verano,  conti- 
nuó con  la  4©  Ohacíjapuya,  donde  encontraron  mas  resisten- 
cia; pero  el  ejército  imperial  no  desmayaba  aunque  sufria  sus 
pérdidas ;  en  uno  de  los  abances,  se  le  helaron  trescientos  hora- 
bres  que  componían  la  vanguardia,  en  un  sitio  llamado  Puer- 
to DañosOjin^ósiguiendo  con  dificultades  por  desfiladeros  y  paij- 
tanos  ganando  palmo  á  palmo  á  Oassamarquijla,  Papainarpa 
Eayum pampa,  Süta  y  Llevantu  quedando  al  fin  Señor  de  aque- 
lla provincia:  también  se  entregaron  las  de  Oascayuncaj  Huan- 
cápampa,  Oassa,  Áyahu^ca  y  Oallua,  casi  con  iguales  trabajos 
por  lo  fragoso  de  sus  caminos. 

En  la  segunda  campaña  se  dirijiq  acia  á  Huánuco  cuyos  |ia- 

(Ij  De  la  construcción  de  esta  obra  lian  q\ierido  alganoB  formar  iiii  pro- 
blema de  no  difícil  solución;  porque  siendo  algunas  de  sus  piedrfis  dé  un 
B^oj:^§tn|pso  tamañp  qu^  no  bastaban  mil  hombres  para  moyerlas  dicen, 
que  ó  les  ayudó  el  dpmpniO;,  ó  gue  otr^  n^^ciqu  jigantézca  ariteripr,  <^e  qu^ 
se'íiallíin  yestigios  de  buesds  eü  Yarias  partes  fué  sú  constructora  ó  que  íoS 
iüdips  sabían  el  arte  de  liac§r  ó  de  fundir  las  piedras. 


—28— 
bitantes  aunque  numerosos,  estaban  desunidos,  lo  que  coadyu- 
vó á  su  pronta  conquista,  como  con  la  de  Oanaris  y  los  de  Hu- 
mipampa.  Como  la  ambición  délos  príncipes  no  reconoce  lími- 
tes cuando  sus  armas  son  victoriosas,  á  la  manera  de  Alejan- 
dro ó  Napoleón,  aspiraba  á  mayores  triunfos  pareciéndole  poco 
cuanto  j)oseia,  á  si  es  que,  acometió  al  floreciente  reino  de 
Quitu,  cuyo  Señor  se  defendió  valerosamente  por  cinco  años. 
Empero,  el  complemento  de  tan  penosa  campaña  donó  á  su 
bijo  Huayna-Capac,  por  no  dejar  de  instruir  á  sus  pueblos 
en  los  últimos  dias  de  su  vida,  ya  que  todos  los  babia  emplea- 
do en  la  guerra;  encargóle  pues,  del  mando  del  ejército  y  so- 
metió á  Quitu,  llevando  sus  armas  victoriosas  basta  Pastu. 
Habiendo  llegado  á  este  punto,  suspendió  la  empresa,  por  ba- 
ber  recibido  noticia  de  estar  su  padre  cercano  á  la  muerte: 
partió  á  la  capital  y  bailóse  en  ella  el  año  de  1483,  recibiendo 
el  imperio  como  primogénito  tenido  en  Mama-Ocllo. 


HUÁYNA-OAPAO 

XII  EMPERADOR. 

Dieron  á  este  Inca  el  nombre  de  Huayna-Oapac  que  signi- 
fica Mozo-Rico,  no  con  respecto  á  hacienda,  sino  rico  en  proe- 
sas  y  virtudes.  En  el  primer  año  de  su  reinado  se  bizo  memo- 
rable por  la  cadena  de  oro  mandada  fabricar  para  solemnizar 
la  fiesta  de  poner  nombre  á  su  primogénito  tenido  en  Mama 
Rava-Ocllo  su  esposa,  cuya  cadena  tenia  350  pasos  de  largo 
y  del  grueso  de  una  muñeca.  Unió  al  imperio  todos  los  valles 
é  islas  que  intermedian  entre  Cbimu  y  Quitu,  incluso  la  Puna. 
En  otra  espedicion  redujo  á  su  obediendia  las  provincias  de 
Mauta,  Apicbiqui,  Pichunsi,  Saba;  Pecllansimiqui,Pompa-bua- 
cbi,  Saramissu,  Passao  y  en  los  rebeldes  Caranges  bizo  un 
ejemplar  castigó  mandando  degollar  muchos  miles  en  la  lagu- 
na que  por  esto  se  llamó  Yaguar-cocha,  que  dice  lago  de  san- 
gre, 

Tuvo  que  apaciguar  algunas  sublevaciones;  como  la  que 
efectuó  Tumpallá,  Curaca  de  la  Puna  que  castigó  con  el  ma- 
yor rigor,  sucedió  lo  misino  con  los  de  Ohacbapuya. 

Estando  Huayna-capac  en  su  palacio  de  Tumipampa  por  el 
año  de  15X5 1©  llegó  noticia  d©  la  aparición  en  la  costa  de  gen- 
fe  ©stpaím  \q  (im  1§  pugp  m  mUhúQ^  movílmúQm  cl@  la  pre^ 


--29— 
dicción  del  Inca  Viracocha,  creyendo  tan  firmemente  que  se 
aproximaba  el  fin  de  su  dinastía,  que  dejó  mandado  en  su  tes- 
tamento que  obedeciesen  en  todo  á  los  enunciados  estranje- 
ros.  Murió  Huayna-Capac  el  año  de  1523  en  Quitu  que  habia 
elejido  para  su  residencia,  pues  estaba  sumamente  apasiona- 
do de  Scisi-bacha  hija  del  rey  de  este  lugar  á  la  cual  tomó  por 
concubina  y  tuvo  en  ella  á  Atahualpa.  Fué  casado  legitima- 
mente  tres  veces  y  solo  tuvo  por  hijos  en  la  segunda  á  Huás- 
car que  le  sucedió  en  el  trono  y  en  la  tercera  á  Manco-capac 
que  también  gobernó:  mandó  depositaren  dicha  ciudad  su 
corazón  y  su  cuerpo  fué  llevado  al  Cuzco. 


HUÁSCAR 

XIII  EMPERADOE. 

El  propio  nombre  de  este  Inca  era  Inti-cusi-huallpa  que  sig- 
nifica Sol  de  alegría,  porque  realmente  su  padre  la  tuvo  en  su 
nacimiento,  pero  siempre  le  llamaron  Huáscar  en  memoria  de 
la  célebre  cadena  antes  mencionada.  Entró  á  la  posecion  del 
imperio  en  los  tiempos  mas  funestos  porque  Atahualpa  aspiró 
á  la  corona  y  cuasi  proditoriamente  invadió  el  imperio.  Arre- 
pentido Huáscar  de  haber  consentido  en  enagenar  la  corona 
de  Quitu,  para  recobrar  el  señorío  envió  embajada  á  Atahual- 
pa exijiendo  su  obediencia  y  el  astuto  rey,  respondió  que  es- 
taba pronto  á  hacerlo,  tan  luego  como  pasase  al  Cuzco  á  ha- 
cer las  exequias  de  su  padre.  Con  este  motivo  juntó  un  pode- 
roso ejército  bajo  el  mando  de  Challcuchina  y  Quizquiz  dos 
generales  de  su  mayor  confianza  y  marcharon  acia  el  Cuzco 
con  apariencia  de  acompañamiento.  Cuando  Huáscar  advir- 
tió la  malicia  de  su  hermano,  no  tiivo  tiempo  de  juntar  otro 
ejército  para  contrarestar,  sin  embargo,  no  desmintiendo  el 
valor  de  sus  predecesores  partió  con  cuantos  hombres  pudo 
reunir  en  la  capital  y  á  tres  leguas  de  ella:  en  sitio  llamado 
Quipay-pan  presentó  una  sangrienta  batalla  en  que  quedó  des- 
baratado su  ejército  y  él  prisionero.  El  sangriento  vencedor 
no  mandó  quitarle  la  vida  por  atorméntalo  mas,  haciéndolo 
ver  perecer  á  todos  los  de  su  familia  y  lo  mantuvo  preso  mien- 
tras que  arreglaba  su  usurpación  en  Cajamarca.  Eecelando 
que  los  españoles  que  habían  llegado  al  país  volviesen  á  colo- 
car en  el  trono,  lo  mandó  degollar  en  el  pueblo  de  Sausa  en 
1532  cuando  habia  llegado  á  los  31  año  de  edad. 


—30— 

ATAHtTALPA 

XIV    EMÍ^ÉRADOB. 

Solo  por  liaber  tomado  la  borla  colorada  después  de  téíier 
prisionero  á  Huáscar  Inca,  |)uede  ser  considerado  corno  Em- 
perador, pues  no  tuvo  tiempo  para  gozar  de  una  dignidad  ob- 
tenida i^or  traición,  ni  de  una  usurpación  consumada  por  Un 
atroz  rejicidio.  En  su  tiempo  desembarcó  en  la  costa  de  Tum- 
bes Francisco  Pizarro  el  año  de  1580.  El  cual  habla  estado 
en  este  puerto  en  152G  á  reconocer  el  lugar,  en  virtud  de  com- 
pañía heclia  i)ara  el  descubrimiento  con  D.  í)iego  Almagro  y 
el  D.  D.  Fernando  Luque  cura  vicario  de  Panamá.  En  su  cou- 
secueucia  pasó  Pizarro  á  España  y  celebró  con  el  Emperador 
Calos  Y.  inuí  capitulación ;  al  mismo  tiempo  presentaron  al 
Dr.  Luque  para  Obispo  de  Tumbes.  Pizarro  volvió  á  Panamá 
con  todos  los  despachos  necesarios,  cuando  el  Dr.  Luque  ha- 
bla muerto;  pero  siguió  la  compañía  con  Almagro;  sin  embar- 
go de  varios  disgustos  que  tUvo  por  no  considerársele  en  las 
provisiones:  habilitó  la  espedicion  y  marchó  Pizarro.  La  buena 
acogida  qire  les  dieron  los  naguales  (pues  tenían  ese  precep- 
to de  Huayna-capac)  le  animó  para  ponerse  en  marcha  á  Oaja- 
marca  donde  habia  hecho  residencia  Atáhualpa,  el  éuaí  reci- 
bió á  los  españoles  con  toda  benignidad :  la  áimbicion  de  oro 
deslumhró  la  conducta  que  debian  observar  en  corresponden- 
cia, así  es  que,  comenzaron  á  trasar  el  plan  dé  desacerse  de 
él.  Sabiendo  que  éste  habia  dado  muerte  á  Hnascar  se  cons- 
tituyeron jueces  y  lo  pusieron  en  j)rision,  á  lo  que  se  agregó, 
la  suposición  de  que  quería  matarlos,  mandando  secretamente 
traer  gente  que  lo  defendiese,  se  le  procesó  y  sentenció  á  muer- 
te: injusto  proceso,  pero  justa  la  sentencia  si  sé  considera  á 
los  españoles  llegados  al  Perú  como  instrumentos  del  Altísimo 
I)ara  castigarlo  por  el  crimen  que  acababa  de  cometer.  Infor- 
mado Atáhualpa  de  la  fatal  sentencia,  llamó  á  Pizarro  y  le 
ofreció  cuanto  oro  pudiera  por  su  rescate,  sabiendo  él  astuto 
prisionero  que  ese  metal  era  el  ídolo  de  aquellos  aventureros; 
es  verdad  que  solo  bnscaban  oro  pero  todo  el  del  Perú  ño  ijo- 
dia  saciar  su  ambición.  Consumaron  pues  su  temeraria  dispo- 
sición dando  garrote  á  Atáhualpa  secretamente  en  la  cárcel, 
en  Biciembre  de  1532  habiéndose  ant«s  convertido  á  la  fé  y 
recibido  el  l)autismo  de  mano  de  Fr,  Vicente  Valverde  ponién- 
dosele el  nombre  de  Juan.  El  vaticinio  de  Viracocha,  los  nían- 
datos  de  los  posteriores  Incas,  el  Cometa  que  precedió  a  la 
muerte  de  Atáhualpa  y  el  horrible  estrago  que  hizo  el  volcan 
de  Cotogasi,  todo  desarmó  el  valor  de  los  naturales  del  Perú 
y  quedó  enteramente  sugeto  á  la  dominación  Española. 


-SI- 


ÉPOCA  SEGUNDA. 


DINASTÍA     ULTRAMARINA. 

El  descubrimiento  de  esta  parte  del  globo  que  habitamos, 
ha  sido  considerado  como  el  acontecimiento  mas  importante 
en' la  historia  del  género  humano;  j  mucho  mas  grandioso  ha- 
briai  sido,  si  su  conquistador  hubiese  adoptado  una  i)Olítica 
capaz  de  llevar  al  cabo  el  alto  grado  de  civilización  de  que 
eran  suceptibles  sus  moradores.  Empero,  atropellada  la  bue- 
na fé  y  la  confianza  pública  por  medio  de  escenas  sangrientas 
cayó  este  dilatado  imperio  bajo  la  dominación  de  los  reyes  de 
España,  cuyo  trono  ociq^aba  en  aquella  época  D.  Carlos  V 
Emperador  de  Alemania. 

Mientra  insaciable  avaricia  destruía  la  obra  de  muchos  si- 
glos, unos  cuantos  ministros  del  Crucificado,  aprovechándola 
docilidad  de  los  peruanos  establecieron  su  religión  Santa,  re- 
cuperando de  esta  manera,  la  pérdida  que  sufria  Europa  con 
los  sectarios  de  Lutero  y  Calbino,  que  ocasionaron  la  separa- 
ción de  la  Inglaterra,  por  la  apostada  de  Enrique  VIII. 


GARLOS  I. 

EMPEEADOR  XY  DEL  PEEü. 


B.  Fkanoisco  Pizareo  marques  de  los  atavillos,  pimer 

GOBEENADOR  T  CAPITÁN  GENBRAIi  DEL  PERÚ. 

Destruido  el  imperio  de  los  Incas  con  la  muerte  de  sus 
Soberanos,  los  jenerales  y  demás  principales  que  hablan 
quedado,  despavoridos,  huyeron  por  no  ser  envueltos  en 
igual  estrago:  la  imaginación  se  ofusca  al  contemplarla 
suerte  deparada  á  estos  seres  racionales  ¿qué  daño  pues, 
I>odiaii  esperar  de  ellos,  los  españoles'?  por  esto  sin  rece- 
ló cada  día  se  fttultiplieábaQ:  él  único  que  pereció,  fué  el 


—32— 
cartulario  Francisco  Cuellar  que  en  toda  forma  le  die- 
ron garrote,  por  habérsele  visto  presenciar  la  ejecución 
de  Atahualpa.  Asi  es  que  se  apoderaron  posecion  de  to- 
do el  país,  dirigiéndose  por  la  Sierra  á  lo  interior  de  él. 
1534  En  Marzo  del  año  inmediato  de  534  llegó  Pizarro  y  sus 
compañeros  al  Cuzco  y  tomando  posecion  de  ella:  pres- 
tó su  consentimiento  para  que  Manco-Oapac  29  de  este 
nombre,  hermano  del  líltimo  Emperador,  ó  hijo  de  la  ter- 
cera mujer  de  Huayna-Capac  se  coronase;  medida  que 
juzgaron  necesaria  para  atraerse  á  los  indios,  los  que  se 
ofrecieron  voluntariamente  para  las  demás  espediciones. 
En  efecto,  Diego  de  Almagro  salió  á  la  conquista  del  ter- 
ritorio de  Chile:  Juan  Porcel  niarchó  al  de  Bracamuru: 
Garcilazo  de  la  Vega  á  la  denominada  Buenaventura  y 
Baltazar  Yelalcazar  á  Quito.  El  P.  Yalverde  emprendió 
.  viage  para  España  con  cartas   suplicatorias  para  que  el 
Emperador  lo  presentase  Obispo,  al   Sumo  Pontífice 
Paulo  III  qué  en  este  año  habia  sido  electo.  Los  demás 
españoles  que  quedaron  recibieron  grandes  repartimien- 
tos de  indios,  á  la  manera  de  lo  establecido  en  la  isla  de 
Santo  Domingo  el  año  de  1496. 
1525  A  principios  de  este  año  ya  estaba  todo  arreglado,  el 
Marqués  trató  de  fundar  una  ciudad,  que  fuese  cabeza 
de  este  vasto  imperio,  pues  la  establecida  en  el  valle  de 
Jauja  no  prestaba  las  comodidades  necesarias:  al  efecto, 
nombráronse  comisionados  para  reconocer  la  costa;  y  no 
se  encontró  otro  lugar  mas  aparente  que  el  valle  del  Ei- 
mac.  Pizarro  con  estos  informes  se  dirigió  á  dicho  Valle 
y  en  18  de  Enero  expidió  el  auto  de  fundación  denomi- 
nándola Ciudad  de  los  Eeyes,  sin  duda  porque  el  6,  dia 
de  la  Epifanía,  se  habia  reconocido  y  echo  el  gran  ha- 
llazgo de  encontrar  un  punto  tan  céntrico  para  todos  los 
negocios  públicos.  El  Eey  de  España  le  dio  por  armas 
tres  coronas  y  una  estrella.  Esto  hizo  que  Garcilazo  en 
sus  comentarios  cometiese  la  equivocación  de  poner  la 
fundación  el  6  de  Enero.  También  se  fundó  por  Pizarro 
en  el  valle  del  Chimu  la  ciudad  de  Trujillo  en  memoria 
de  su  patria  en  Estremadura. 
1536  Por  el  año  de  36  se  recibió  la  noticia  de  haber  destrui- 
do los  indios  la  pequeña  población  de  Guayaquil,  y  para 
restablecerla  se  mandó  al  capitán  Francisco  Orellaua: 
también  se  fundó  por  el  Mariscal  Alonso  Alvarado  la 
ciudad  de  San  Juan  de  la  Frontera  Capital  de  la  Pro- 
vincia de  Chachapoyas.  El  Inca  Manco-Capac,  molesto 
de  esperar  la  devolución  de  su  imperio;  viendo  á  los  es- 
pañoles dispersos,  juntó  un  ejército  de  3,000  hombres  y 


—33— 
atacó  á  los  hermanos  de  Pizarro  que  ocupaban  la  ciu- 
dad del  Cuzco:  mandó  otro  ejército  sobre  Lima  á  cargo 
de  Titu-Yupanqui  y  Cama-Oachi  que  pusieron  en  gran 
cuidado  al  marqués,  pues  cortada  enteramente  la  co- 
municación con  los  suyos  no  sabia  el  estado  de  ellos. 
Los  indios  se  situaron  al  otro  hido  del  rio  liimac  desde 
donde  tuvieron  varios  encuentros  con  los  de  la  capital, 
siéndoles  todo  adverso:  y  no  pudiendo  conseguir  venta- 
ja, sino  antes  por  el  contrario,  el  rio  se  hacia  invadiable 
para  ellos  ahogándose  muchos  en  los  ataques  que  hacian 
tomaron  el  partido  de  abandonar  el  sitio. 

1537  Los  españoles  tuvieron  este  suceso  por  milagroso  y  co- 
mo los  encuentros  y  victorias  conseguidas  fueron  en  la 
ribera  de  una  y  otra  parte  del  rio,  cobraron  particular 
devoción  á  San  Cristóbal  cuyo  nombre  dieron  al  cerro 
que  está  inmediato  á  la  ciudad  y  labráronle  capilla  (i). 
Pizarro  mandó  expreso  á  todas  partes  para  que  viniesen 
en  su  ayuda;  mas  antes  que  esto  sucediese,  la  tenaz  re- 
sistencia'de  los  que  ocupaban  la  ciudad  del  Cuzco  le 
hizo  al  Inca  desistir  del  intento,  y  retirarse  con  los  su- 
yos a  las  montañas  de  Villcapampa.  Como  700  españo- 
les de  los  que  hablan  venido  al  Perú  murieron  en  esta 
primera  sublevación,  librando  la  divina,  providencia  á 
las  dos  ciudades  dichas  de  ser  envueltas  en  ruina. 

1538  Habia  comenzado  el  año  de  38  cuando  empezaron  á  lle- 
gar los  auxilios  pedidos,  que  ocasionaron  graves  males, 
como  mas  adelante  se  verá.  D.  Diego  Almagro  que  ha- 
bia regresado  de  Chile  reclamó  la  ciudad  del  Cuzco,  di- 
ciendo pertenecer  á  su  jurisdicción  en  la  división  man- 
dada por  el  rey  á  lo  cual  se  opuso  Hernando  Pizarro  que 
la  ocupaba;  de  lo  que  resultó  la  prisión  del  último  y  la 
sorpresa  de  Al  varado  que  marchaba  á  Lima  con  600  es- 
pañoles. Orgulloso  Almagro  puso  en  marcha  su  ejército 
con  el  objeto  de  venir  á  Lima  y  llegó  hasta  Chincha  don- 
de fundó  con  su  nombre  una  ciudad,  tuvo  en  dicho  pun- 
to su  entrevista  con  Pizarro,  empero  nada  se  abanzó, 
para  contener  la  rivalidad  de  ambos,  sirviendo  de  juezr 
mediador  el  P.  F.  Francisco  Bobadilla  religioso  de  la 
Merced.  Hernando  Pizarro  que  habia  sido  puesto  en  li- 
bertad, tomó  el  mando  del  ejército  de  su  hermano  y 
marchó  acia  el  Cuzco,  tras  de  Almagro  con  el  objeto  de 
vengar  sus  injurias,  en  efecto  cerca  de  dicha  ciudad  en 


{i)  Esta  capilla  mandó  demoler  en  1784  el  lUmo.  Señor  Arzobispo  La- 
Reguera  por  los  desórdenes  que  se  cometían  en  ella,  existe  aun  el  arco. 

TOM.  Vil.  LlTEilATÜKA — 5 


—34— 
el  campo  de  las  Salinas  se  encontraron  ambos  ejércitos, 
©I  sábado  6  de  Abril  que  cayó  en  vísperas  de  Domingo 
de  Lázaro,  donde  fué  tomado  prisionero  AlmagTO  y  de- 
gollado en  la  plaza  de  aquella  ciudad  á  los  sesenta  años 
de  edad,  sin  admitírsele  apelación  alguna;  por  cuyo  ex- 
ceso luego  que  pasó  Hernando  á  España  sufrió  la  dila- 
tada Irrisión  de  26  años  en  el  Castillo  de  Medina  del 
Campó.  A  esta  sazón  Labia  regresado  ya  de  España, 
consagrado,  el  P.  Val  verde  y  efectuó  la  erección  de  su 
Iglesia  Catedral  en  4  de  Setiembre.  Después  de  la  es- 
candalosa batalla  de  las  Salinas  trataron  de  hacerse 
nuevas  conquistas  para  emplear  la  gente  que  habia  ve- 
nido al  Perú. 

1539  Comenzaron  á  salir  á  sus  respectivos  destinos:  se  fundó 
por  Pedro  Anzures  del  Campo-Redondo  la  ciudad  de 
Huamanga  al  pié  de  la  cordillera,  fundó  también  la  ciu- 
dad de  Arequipa  y  últimamente  la  de  la  Plata  ó  Chu- 
quisaca.  En  este  año  los  indios  infieles  Invadieron  la 
ciudad  de  Buenos- Ayres  dando  muerte  al  gobernador 
Juan  de  Ayolas.  Se  emprendió  la  expedición  de  la  pro- 
vincia de  la  Canela  por  Gonzalo  Pizarro  la  cual  aban- 
donó, después  de  infinidad  de  trabajos  y  del  deserto  de 
Pedro  Orel  lana  que  atravezando  el  gran  rioMarañon  al 
mar  del  Norte,  pasó  á  España. 

1540  En  este  año  de  40  recibió  el  Cabildo  de  Lima  el  Linum 
Oruci  remitido  por  el  Papa  Paulo  III  y  fundaron  una 
hermandad  de  solo  Caballeros.  En  este  año  Hernán  Pé- 
rez de  Quezada  descubrió  la  provincia  de  Macao  en  el 
reino  de  Quito:  en  sus  montes  se  cria  un  animalito  en 
figura  de  escarabajo  que  se  convierte  en  planta.  Pedro 
Valdivia  que  prosiguió  en  el  descubrimiento  del  reino 
de  Chile  fundó  este  año  la  ciudad  de  Santiago.  Como  en 
esta  expedición  no  fueron  atendidos  los  partidarios  de 
Almagro  que  tanto  trabajaron  en  la  anterior,  se  queja- 
ban amargamente   del   proceder  de  Pizarro,  mas  él  se 

1541  desentendía  del  estado  miserable  en  que  se  hallaban,  asi 
es  como  cerca  de  200  se  reunieron  en  Lima  atenidos  á 
la  bolsa  de  Juan  de  Herrada  los  cuales  ya  desesperados 
convinieron  en  el  plan  que  les  propuso  este,  de  dar 
muerte  al  marqués,  como  se  efectuó  el  Domingo  26  de 
Junio. 


—35— 


II 

L.  OETSTOVAL  BACA  DE  CASTRO  del  consejo  real 
DE  CASTILLA,  fué  noiübrado  por  el  Emperador  en  1540  asesor 
de  Pizarro. 

Habiendo  conseguido  los  partidarios  del  viejo  Almagro 
dar  muerte  á  D.  Francisco  Pizarro,  proclamaron  al  dia 
siguiente  27  de  Junio  por  Gobernador  del  Perú  á  su  hijo 
D.  Diego  de  Almagro  joven  americano  de  un  carácter 
valeroso,  el  cual  fué  reconocido  por  el  Cabildo  y  en  su 
virtud  comenzó  á  i)roveer  todos  los  destinos  de  guerra  y 
hacienda  nombrando  capitán  general  á  Juan  de  Herrada 
principal  autor  y  director  de  la  empresa:  en  poco  tiempo 
reunió  un  ejército  de  mas  de  ochocientos  españoles. 

Estos  pormenores  llegaron  á  noticia  de  Baca  de  Castro 
que  á  la  sazón  se  hallaba  en  Panamá  y  como  traia  cédu- 
la para  suceder  á  Pizarro  en  caso  de  fallecimiento,  acele- 
ró su  viaje:  empero,  no  fué  tan  próspero;  los  recios  tem- 
porales que  sufrió  la  embarcación  le  hicieron  arribar  á 
la  bahia  de  S.  Buenaventura  ( está  en  la  costa  del  Sur  á 
los  49  15  latit.  austral )  y  de  allí  se  condujo  por  tierra, 
sufriendo  grandes  trabajos  hasta  llegar  á  Quito,  de  don- 
de escribió  al  Cabildo  de  Lima  avisando  su  comisión. 

La  fogosidad  del  joven  Almagro  no  le  permitían  estar- 
se estacionario  en  Lima;  de  modo  que  no  llegándole  con 
la  brevedad  que  deseaba  el  reconocimiento  del  Cuzco,  y 
sabiendo  por  el  contrario,  se  hacian  preparativos  contra 
él,  abandonó  la  capital  por  dirijise  á  dicha  Ciudad  del 
Cuzco.  Tuvo  i)or  primer  desgracia  la  muerte  de  su  gene- 
ral Juan  de  Herrada:  nombró  por  consejeros  y  ministros 
de  mas  autoridad  en  el  ejército  á  Cristoval  de  Sotelo  y  á 
García  de  Alvaraao,  los  cuales  entraron  en  el  Cu'/.co  sin 
oposición  alguna.  El  Obispo  Valverde,  que  había  aban- 
donado la  ciudad  fué  muerto  á  flechazos  á  pasar  el  rio 
de  Guayaquil. 

En  Lima,  los  capitulares  se  reunieron  secretamente  en 
el  convento  de  Santo  Domingo  y  reconocieron  por  Gober- 
nador del  Perú  al  Licenciado  Cristoval  Baca  de  Castro 
y  por  su  teniente  a  Gerónimo  de  Aliaga  hasta  que  llegó 
á  Lima  el  19  en  7  de  Agosto  de  este  año. 
1542!  Oon  esta  noticia  trató  AlmagTo  de  reforsarse  y  en  poco 
tiempo,  consiguió  tener  un  lucido  y  brillante  ejército  (es- 
ponieudo  Zarate  y  Garcilazo  de  la  Vega  que  no  le  tuvo 


—36— 

Pizarro,  ni  su  Padre )  mandó  fundir  cañones  y  los  demás 
armamentos  del  caso,  verificándose  todo  mejor  de  lo  que 
podia  él  desear.  Empero,  sucedióle  un  caso  de  los  que  la 
discordia  en  todas  partes  procura  sembrar,  y  esta  fué  la 
emulación  de  los  indicados  jefes,  que  se  desavenian  en 
toda  cosa  por  pequeña  que  fuese,  al  estremo  de  haber 
reñido  en  jmblico  y  dado  muerte  Alvarado  á  Sotelo  de 
lo  que  provino  otras  muchas  desgracias  en  los  amigos 
de  ambos,  que  solo  la  presencia  de  D.  Diego  pudo  con- 
tener. De  resulta  de  esto,  Alvarado  quecíó  receloso  de 
recibir  algún  castigo  y  para  precaverse  trató  de  matar  al 
Gobernador  D.  Diego,  al  cual  no  habiendo  faltado  quien 
se  lo  comunicase,  lo  hizo  llamar  y  en  su  casa  mandólo 
asesinar  antes  que  consumiese  su  crimen. 

Baca  de  Castro  habia  salido  de  Lima  con  su  ejército  y 
situándose  en  Huamanga  requirió  hizo  declarar  jurídi- 
camente á  Almagro  por  traidor,  condenándolo  á  muerte 
y  confiscación  de  los  bienes  de  él  y  de  los  que  le  seguían. 
Hizo  publicar  esta  determinación  en  el  ejército,  mas  el 
joven  Almagro  no  se  intimidó,  antes  por  el  contrario 
vino  en  su  busca  hasta  un  campo  inmediato  á  Huaman- 
ga nombrado  "Chupa"  donde  el  16  de  Setiembre  se  dio 
la  sangrienta  batalla,  que  perdió  por  la  traición  cometida 
por  sus  mismos  partidarios.  Pedro  Candia  primer  espa- 
ñol que  pisó  el  Perú,  que  comandaba  la  artillería,  hacia 
todos  sus  fuegos  á  lo  alto :  notándolo  Almagro  arreme- 
tió de  él  y  á  lanzasos  le  hizo  pagar  tal  felonía:  saltó  del 
caballo:  subió  de  pió  sobre  una  de  las  piezas,  acia  la  boca 
y  con  el  peso  del  cuerpo,  bajó  el  punto  y  mandó  dar 
fuego,  estando  encima.  Sus  principales  jefes  lo  abando- 
naron por  gozar  de  los  buenos  repartimientos  ofrecidos 
y  comunicaron  sus  planes :  por  último,  él  solo  acudía  á 
todas  partes  y  cansado  de  buscar  la  muerte  pues  la  vic- 
toria lo  habia  desamparado  desde  las  nueve  de  la  noche 
de  dicho  dia;  retirándose  al  Cuzco  fué  preso  por  el  mis- 
mo que  habia  dejado  en  su  lugar. 

Baca  de  Castro,  pasó  inmediatamente  al  Cuzco  y  sin 
mas  dilación  que  la  necesaria  para  los  actos  religiosos, 
hizo  ejecutar  la  sentencia  que  habia  dado;  Almagro  fué 
degollado  á  los  20  años  de  edad,  en  público  cadalzo,  i^or 
el  mismo  verdugo  que  habia  actuado  la  de  su  Padre,  en 
la  misma  plaza  y  aun  en  la  misma  sepultm-a  fué  en- 
terrado. 

Para  perpetuar  esta  victoria  se  trasladó  la  ciudad  de 
Huamanga  al  lugar  donde  hoy  se  halla,  dándole  el  nom- 
bre de  S.  Juan  de  la  Victoria;  se  hicieron  nuevos  repar- 


—37— 
timieutos  para  agraciar  á  los  l)uenos  servidores  é  inten- 
tároüse  nuevas  conquistas.  Pedro  Fuelles  fundó  la  ciu- 
dad de  León  de  Huánuco  con  la  ^ente  principal  que  en 
la  guerra  dicha  siguió  el  partido  del  rey(para  recordar  la 
patria  del  Gobernador  que  era ,  de  León  en  España)  en 
un  lugar  que  llaman  Huáiuico-viejo. 

1543  Se  fundó  tan  bien  por  Juan  de  Salinas  la  cuidad  de  Loyola 
ó  Oumbinas  en  Jaén.  La  falta  de  oficina  de  amoneda- 
ción, habia  introducido  en  el  país  tanto  cobre  sellado, 
que  se  x)royectó  su  circulación;  empero,  la  resistencia  de 
los  naturales  que  en  menos  de  un  año  sepultaron  en  los 
rios  mas  de  un  millón  les  hizo  abandonar  el  pensamien- 
to. En  fines  de  Julio  de  este  año,  entró  en  Lima  el  Señor 
Obispo  D.  F.  Gerónimo  Loayza  que  servia  el  de  Carta- 
gena y  en  17  de  Setiembre  promulgó  la  forma  auténtica 
de  su  erección  en  virtud  de  letras  Apostólicas  de  Paulo 
III  datadas  en  Eoma  á  14  de  Mayo  de  1541.  Salió  á  la 
conquesta  del  territorio  del  Tucuman  Diego  de  Eojas;  en 
cuya  empresa  fué  muerto  por  los  indios  de  los  valles  de 
de  Salta  y  Cal  chaqui:  también  logró  recuperarse  la 
ciudad  de  Buenos- Aires. 

1544  En  principios  del  año  44  se  tuvo  la  noticia  en  el  Cuzco 
de  el  relevo  del  Gobernador  Baca  de  Castro  lo  que  fué 
sentido  sobremanera,  tanto  mas  por  saberse  las  estor- 
ciones  que  venia  haciendo  el  virey  con  el  fin  de  estable- 
cer las  ordenanzas  "acordadas  en  la  corte  para  el  buen 
trato  de  los  indios,  así  es,  que -intentaron  oponerse  á  su 
recibimiento  sino  les  hubiera  ido  á  la  mano  el  indicado 
Gobernador  Baca  de  Castro,  el  cual  se  dirijió  á  Lima  y 
entregó  el  mando  en  15  de  Mayo.  Mas  al  otro  dia  fué 
preso,  por  creérsele  complicado  con  los  discontentos  del 
Cuzco.  Después  fué  mandado  á  bordo  de  un  buque  de 
guerra,  donde  estuvo  hasta  que  en  Noviembre  dio  la  vela 
para  Panamá  y  de  allí  á  España:  luego  que  llegó  a  la 
Corte,  también  fué  puesto  en  arresto  i)ermaueciendo 
como  4  años  hasta  que  vindicado  de  las  calumnias  ful- 
minadas fué  restituido  a  sus  honores  y  plaza. 

III. 

BLASCO  NUÑEZ  VELA,  del  orden  de  santiago  capitán 
DE  LAS  GUARDIAS  DEL  EMPERADOR,  fué  uombrado  pri- 
mer Yi  rey  dt^l  Peni  y  Presidente  de  la  Eeal  Audiencia 
que  iba  á  establecerse. 

La  venida  de  este  virey  al  Peni  fué  de  disgusto  gene- 
ral á  sus  habitantes,  tanto  por  ser  su  objeto  plantificar 


—38— 
las  ordenanzas  qne  se  habían  formado  en  la  Corte  para 
el  buen  trato  de  los  indios,íqne  resultaban  en  pejuicio  de 
los  encomenderos),  cuanto  por  ser  de  genio  áspero  y  duro, 
que  sin  dar  oido  á  reflecciones  comenzó  desde  que  pisó 
el  país  á  ordenar  la  ejecución  de  lo  que  mandaba.  Entró 
en  Lima  en  15  de  Mayo  de  1544  y  á  los  pocos  di  as  lo 
Vitrificaron  los  Oidores  Licenciados  Cepeda,  Lison  de 
Tejada,  Zarate  y  Alvarez  con  el  sello  real;  este  se  con- 
ducía en  una  caja  sobre  un  caballo,  muy  bien  aderezado 
cubierto  con  un  paiío  de  tela  de  oro,  debajo  de  un  palio 
de  brocado  llevando  las  varas  los  regidores  de  la  ciudad 
y  conduciendo  otro  al  caballo  de  diestro. 

Asentada  la  Eeal  Audiencia,  comenzaron  las  desave- 
nencias entre  ella  y  el  Yirey:  éste  porque  se  llevasen  á 
debido  efecto  las  ordenanzas  y  aquella  porque  se  hicie- 
se presente  al  rey  las  dificultades  que  habían  para  plan- 
tificarlas. 

Con  el  terrorismo  quería  el  Virey  llevar  adelante  su 
sistema,  valiéndose  de  estorciones  y  arbitrariedades:  ta- 
les fueron,  traer  del  pueblo  de  la  Barranca  á  D.  Antonio 
Solar  encomendero  de  ese  lugar,  por  un  mote  que  había 
leído  cuando  pasó  por  allí  (1)  quiso  ahorcarlo  en  su  pro- 
pia casa,  y  lo  hubiera  verificado,  sino  median  súplicas 
del  Arzobispo  y  otras  personas  de  respetabilidad:  asesi- 
nó con  sus  propias  manos  al  Fator  Illen  Suarez  de  Cara- 
bajal:  mandó  conducir  preso  á  un  buque  á  su  antecesor 
Baca  de  Castro,  por  creerlo  complicado  con  los  discon- 
tentos del  Cuzco  y  en  una  palabra,  no  podía  sobrellevar- 
se el  rigor  de  sus  providencias. 

En  estas  circunstancias,  Gonzalo  Pizarro  hermano  del 
Conquistador  c}ue  gozaba  en  los  Charcas  un  cuantioso 
repartimiento,  que  le  prodticia  mil  pesos  semanales,  co- 
mo las  ordenanzas  que  trataba  plantificar  el  Virey  per- 
judicaban sus  intereses  y  la  de  los  demás  españoles,  á 
nombre  del  Procurador  formó  ejército,  hizo  capitanes  y 
púsowse  en  marcha  para  la  capital  de  Lima,  exponiendo 
que  para  reclamar  de  las  ordenanzas  á  una  persona  de 
carácter  tan  duro  como  el  del  Virey,  era  necesario  tal 
apresto.  La  audiencia  en  estos  conflictos,  no  tuvo  mas 
medio  que  deponer  al  Virey;  para  lo  cual,  en  la  mañana 
del  23  de  Setiembre  formó  tribunal  en  el  Oementarío  de 
la  Catedral  y  mandó  prenderlo  y  entregarlo  al  oidor 
Alvarez  para  que  lo  condujese  á  España.  Dado  este  pri- 


(1)  El  pasquín  decía: — Al  que  me  echare  de  mi  casa  y  hacienda  quitarle  hé 
la  vida  echándolo  del  mundo. 


—39— 
mer  paso,  remitió  provisión  á  Pizarro  para  deshacer  el 
ejército,  pues  ya  no  existia  el  Virey  y  las  ordenanzas 
quedaban  suspensas.  Empero,  Pizarro  no  convino  en 
ello,  antes  por  el  contrario,  aumentó  considerablemente 
su  fuerza  y  nombró  Maese  de  Campo  á  Francisco  Cara- 
ba/jal, hombre  de  un  genio  sanguinario  y  cruel:  este  se 
dirigió  á  la  capital,  cometió  mil  atrocidades,  mandando 
ahorcar  y  asesinar  á  los  que  juzgaba  conveniente,  para 
conseguir  atemorizar  á  los  oidores,  quienes  debian  ele- 
gir de  Gobernador  á  Pizarro,  como  lo  consiguió.  En  su 
censecuencia  entró  Gonzalo  en  Lima  el  30  de  Octubre: 
prestó  juramento  ante  la  audiencia,  y  esta  lo  man  rió  re- 
conocer por  tal  Gobernador  del  Perú,  hasta  que  el  Em- 
perador otra  cosa  determinase.  Se  acordó  remitir  á  Es- 
paña dos  procuradores,  y  aunque  Oarabajal  era  de  dic- 
tamen se  coronase  Gonzalo,  y  que  los  arcabuces  fuesen 
los  mejores  procuradores,  siempre  salieron  los  comisio- 
nados. 

En  este  año  de  revueltas,  datan  los  historiadores  la  lle- 
gada de  los  pericotes,  en  el  navio  que  mandó  el  obispo 
de  Placen cia,  pues  según  dice  Gareálazo  solo  hablan  ra- 
tas pequeñas. 
1545  En  principio  de  45  se  tuvo  en  Lima  noticia  del  desem- 
barco del  Virey  en  Tumbes,  pues  el  oidor  á  quien  se  en- 
comendó su  custodia,  habia  puesto  el  buque  á  su  dispo- 
sición: hizo  llamamiento  de  gente  y  volvió  el  país  á  po- 
nerse en  guerra.  Pizarro  después  de  arreglar  todo  lo  con- 
cerniente á  la  gobernación  se  embarcó  en  el  Callao,  lie-' 
vando  consigo  el  sello  real  y  al  oidor  Cepeda,  y  desem- 
barcó en  el  puerto  de  Santa:  pasó  revista  á  su  ejército  y 
comenzó  á  perseguir  al  Virey  dia  y  noche  hasta  Quito; 
por  haberse  acogido  parando  allí,  en  la  ciudad  de  Po- 
payan. 

Pizarro  recibió  noticia  de  haberse  sublevado  en  los  Char- 
cas Diego  Centeno,  á  donde  pasó  su  Maese  de  Campo: 
por  dó  quiera  que  iba,  no  dejaba  sino  lamentos  y  aflixio- 
nes  á  su  costumbre,  hasta  lograr  destruir  á  aquel.  Detú- 
vose algún  tiempo  en  los  Charcas  por  recoger  dinero  de 
sus  vecinos  y  del  rico  mineral  de  Potosí  que  en  este  año 
descubrió  el  indio  Huallpa,  que  perseguía  á  una  vicu- 
ña, con  la  rara  casualidad  de  que  al  montar  el  salto  de 
una  áspera  subida,  agarróse  de  una  rama,  que  al  peso 
del  cuerpo  se  le  quedó  en  la  mano  y  manifestóle  la  veta 
que  se  ha  estado  beneficiando  por  tres  siglos:  el  enco- 
mendero Villarroel  supo  el  secreto  y  se  la  apropió. 

En  este  año  llegó  á  Lima  la  noticia  de  haberse  reunido 


—40— 
en  Eoma  el  gran  Concilio  Tridentino.  Lleg-aron  también: 
el  nuevo  Obispo  del  Cuzco  D.  F,  Juan  Solano  y  á  con- 
sagrarse el  de  Quito  D.  Garcia  Diaz  de  Arias  y  el  de  San- 
ta Fé  de  Bogotá  D.  F.  Martin  de  Calatayud. 
1546  El  Yirey  no  esperando  la  reunión  délos  auxilios  pedidos 
á  Popayan  y  demás  lugares  comarcanos,  salió  con  cua- 
trocientos hombres,  creyendo  se  habia  retirado  el  ene- 
migo y  cuando  menos  pensó,  se  halló  obligado  á  dar  ba- 
talla en  el  valle  de  Aña-quito  situado  al  IÑT.  de  la  ciudad, 
donde  fué  deshecho  completamente  el  lo  de  Enero  de 
este  año  de  46;  pues  como  tenia  Pizarro,  doble  fuerza  y 
aventajado  de  armas,  rodeándolo  por  todas  partes,  ma- 
taron sus  capitanes  y  aun  á  él  mismo  lo  derribaron  en 
tierra,  contribuyendo  á  su  muerte  el  trage  de  indio  que 
llevaba  en  difraz,  para  escapar  de  ser  perseguido:  esto 
hizo  lo  buscasen  con  empeño  Pedro  Puelles  y  el  Licen- 
ciado Oarbajal  y  al  fin  lo  encontraron  espirando;  el  últir 
mo  mandó  á  un  negro  criado  le  cortase  la  cabeza  y  la 
pusiese  en  la  picota  de  la  plaza  de  Quito.  Pizarro  eno- 
jado de  este  procedimiento  mandó  quitarla  y  unida  con 
el  cuerpo  se  enterró  en   la  parroquia  de  Santa  Pisca. 

Incontinenti  comenzó  Pizarro  á  distribuir  premios  y 
recompensas:  al  capitán  Alonso  Mercadillo  le  encargó 
el  Gobierno  de  San  Miguel  de  Piura,  el  cual  fundó  la 
ciudad  de  Loja  y  á  Pedro  Puelles  le  dejó  por  su  teniente 
y  capitán  general  de  toda  la  costa. 

ISTo  habíase  visto  la  ostentosa  entrada  que  quiso  hacer 
Pizarro  en  Lima:  además  de  colgaduras  y  áreos  triunfa- 
les que  adornaban  las  calles,  todo  el  ejército  caminaba 
pié  á  tierra,  y  demás  corporaciones:  solo  él  y  los  cuatro 
Obispos  ya  referidos,  venian  cabalgados.  A  los  pocos 
días  entró  el  Maesede  Campo  Carabajal  y  se  duplica- 
ron las  fiestas.  Mas,  cuando  se  consideraba  tranquilo, 
llegaron  los  mensageros  del  Presidente  Gasea  que  habia 
arribado  á  Panamá:  supo  la. sublevación  de  su  escuadra: 
el  abandono  que  hicieron  de  él,  todos  los  capitanes  que 
tenia  en  el  Norte  y  por  último  la  reacción  y  toma  del 
Cuzco  por  Diego  Centeno.  No  tuvo  otro  arbitrio  que 
pregonar  guerra;  alistar  gente  y  darles  paga  y  socorro. 
Puso  sobre  las  armas,  largo  de  mil  hombres,  pero  no  le 
quedaron  ni  trescientos,  pues  sus  mas  amigos  le  abando- 
naron. 

Salió  pues  de  Lima  con  tan  poca  gente,  dirigiéndose  á 
la  sierra,  tanto  para  rehacerse  de  ella,  cuanto  para  aco- 
meter á  Centeno  que  le  impidia  el  paso:  tuvo  el  único 
consuelo  de  derrotarlo. 


AX— 


IV. 

LICBTÍOIADO  PEDRO  DE  LA  GASOA,  del  supremo 
CONSEJO  DE  LA  INQUISICIÓN,  gozaba  de  gran  crédito  por 
su  literatura  juicio  é  inteligencia  mauitestada  en  la  pa- 
cificación de  los  alborotos  de  los  moriscos  en  el  reino  de 
Valencia,  por  lo  que,  no  se  tuvo  que  dudar  que  su  elec- 
ción causarla  los  mismos  efectos  en  el  Perú,  para  el  cual 
se  le  nombró  Gobernador. 

Llegó  por  Setiembre  á  Panamá,  de  allí  mandó  sus  po- 
deres al  Prior  de  vSanto  Domingo  F.  Martin  de  Santo 
Tomás,  y  en  su  consecuencia  se  reunió  el  Cabildo  secre- 
tamente y  reconoció  por  teniente  al  caballero  Barrionue- 
vo.  Solo  la  noticia  de  su  arribo  fué  suficiente  para  que 
los  partidarios  de  Pizarro  cambiasen  de  sistema;  tal  es 
la  inconstancia  de  los  hombres.  De  modo  que  se  hizo  de 
la  escuadra  y  del  ejército  que  estaba  en  el  ííorte. 

1547  íío  quiso  hacer  su  entrada  en ,  la  capital,  sino  tomando 
la  Sierra  pasó  á  situarse  en  el  valle  de  Jauja,  donde  su- 
po la  destrucción  del  ejército  de  Centeno,  en  el  x>unto  de 
Huarina  lo  que  sintió  sobremanera.  (1)  ISo  obstante  ofre- 
ció á  Pizarro  y  á  sus  partidarios  perdón  general  de  todo 
lo  pasado:  y  desengañado,  que  no  eran  bastante  estas 
promesas  para  reducirlo,  levantó  el  ejército  á  un  pié  su- 
perior y  buscó  á  su  enemigo  en  el  campo  de  Sacsahuana 
(2)  donde  habla  acampado  Pizarro  contra  el  dictamen  de 
Caraba] al  dando  el  plan  de  batalla  el  Licenciado  Oepe- 
da  cuyos  pormenores  particioó  á  Gasea,  pasándose. 
Poco  fué  lo  que  se  peleó,  pues  todos  los  capitanes  y  sol- 
dados lo  abandonaron  y  viéndose  Pizarro  solo,  se  dio 
por  vencido:  Carabajal  que  observó  esto  se  puso  en  fu- 
ga, su  suerte  le  hizo  caer  de  la  bestia  y  fué  preso  por  sus 
mismos  soldados;  x^resentado  al  Gobernador  dispuso  se 
ahorcasen  los  dos  caudillos  en  10  de  Abril. 

1548  Pacificado  el  Perú,  se  contrajo  el  Virey  á  arreglar  los  re- 


(1)  Aquí  fué  la  batalla  del  Inca- Viracocha  y  también  fueron  degollados 
los  Curacas,  jenerales  y  parientes  de  Huáscar. 

(2)  Citareíaos  aquí  uucaso  ocurrido  en  esta  batalla  para  que  se  vea  que 
eH  todo  tiempo  han  habido  hombres  falsos  é  inconstantes.  Hei'uando  Ba- 
chicao  pertenecía  al  partido  del  Rey  cuando*  la  guerra  con  Almagro,  des- 
pués se  alistó  con  Gronzalo,  hallándose  en  este  encuentro  se  pasó  al  parti- 
do de  Centano  y  viéndolo  perdido  se  volvió  á  Gronzalo:  mas  Carabajal  que 
había  observado  esto,  mandó  ajusiiciarlo. 

ToM.  vil.  Literatura — 6 


—42— 
partimientos,  principal  móvil  de  las  desavenencias  de 
los  españoles,  para  lo  cual  llamó  á  su  lado  al  Illmo.  Sr. 
Loayza:  detúvose  en  el  asiento  de  Huainarimac,  donde 
recibió  los  despachos  de  Arzobispo,  y  pasó  al  Guzco,  en 
cuya  Catedral  fué  investido  de  la  dignidad  el  9  de  Se- 
tiembre. El  Gobernador  en  memoria  de  haber  tranquili- 
zado el  país,  comisionó  al  capitán  Alonso  de  Mendoza 
para  que  en  la  llanura  de  Ohuquiabo  fundase  una  ciu- 
dad con  la  advocación  de  Nuestra  Señora  de  la  Paz  y  se 

1549  dirigió  á  Lima,  donde  restauró  en  549  la  Seal  Audien- 
cia compuesta  de  los  oidores  Dr.  Saravia,  Licenciado  Al- 
tamirano;  Licenciado,  Santillana;  y  Licenciado,  Merca- 
do. (1)  Los  españoles  fugitivos  de  las  resultas  de  las 
guerras  civiles,  fundaron  en  el  territorio  de  Oarabaya 
en  este  año,  la  villa  de  San  Juan  del  Oro:  el  capitán  Die- 
go Palomino  fundó  la  capital  de  la  provincia  de  Jaén  á 
orillas  del  rio  Ohinchipe:  Juan  Salinas,  el  pueblo  de  Ya- 
lladolid  en  la  misma  i)rovincia:  y  Alonso  Mercadillo  las 
ciudades  de  Samora  y  Saraura  en  el  reino  de  Quito. 

En  este  mismo  año  abrió  los  cimientos  del  hospital  de 
Santa  Ana  el  Arzobispo  Loayza  para  la  curación  de  los 
miserables  indios  que  morian  como  bestias  en  los  cam- 
pos y  en  las  calles.  Cuando  este  ilustre  prelado  fabrica- 
ba el  lugar  que  habia  de  servirle  de  tumba,  llegó  la  no- 
ticia haber  muerto  en  Eoma  el  Pontífice  Paulo  III  fati- 
gado de  las  desavenencias  de  Carlos  Y.  y  Francisco  I,  y 
del  gran  cisma  de  Enrique  YIII  que  acababa  de  morir 
en  su  depravado]!. 

1550  El  Yirey  recibió   orden   para  establecer  el  juzgado  de 
.    Bienes  de  Difuntos,  dando  principio  á  su  fundación  en 

550:  en  este  año  fundó  Pedro  Yaldivia  la  ciudad  de  Con- 
cepción de  Chile,  y  en  el  mismo  J.  ]l!íuñez  del  Prado  sa- 
lió á  continuar  la  conquista  del  Tucuman,  y  fundó  varios 
pueblos  (2).  Julio  III  conocido  por  el  Cardenal  de  el 

(1)  Cuando  en  Lima  se  hacia  la  restauración,  se  fundaba  en  Santa  Fé, 
la  Real  Audiencia  y  Cancillería  del  auevo  reino  de  Granada,  no  fué  esta 
mas  afortunada  que  la  primera  del  Perú.  El  Licenciado  Miguel  Diaz  de  Ar- 
mendaris  su  fundador  tiavo  la  desgracia  de  ser  separado  y  remitido  preso 
á  España,  por  el  Licenciado  Montano  comisionado  para  residenciarlo  é 
igualmente  á  los  oidores.  Empero  ejecutó  tales  atrocidadades  que  tam- 
bién fué   remitido  á  España  y  degollado  en  la  plaza  de  Valladolid. 

(2)  En  esta  expedición  marchaba  un  español  apellidado  Aguirre,  al  que 
mandó  prender  el  Licenciado  Esquibel  alcalde  y  justicia  mayor  de  Po- 
tosí, porqiie  llevaba  indios  de  servidumbre  y  lo  sentenció  á  doscientos  azo- 
tes; por  que  no  tenia  oro,  ni  plata  para  pagar  la  pena.  Aguirre  habiéndose- 
le notificado  la  sentencia,  buscó  padrinos,  los  que  no  aprovecharon  nada; 
entóneos  mandó  suplicarle  que  en  lugar  de  los  azotes,  lo  ahorcasen.  El  Li- 
cpjaciado  dispuso  <jue  luego  fuese  el  verdugo  y  se  ejecutase  lo  mandado. 


—43— 
Monte  eu  este,  que  fué  el  primer  año  de  su  pontificado 
dispuso  la  continuacioa  del  Ooncilio  Tridentieo.  En  cu- 
yo año  el  Señor  Solano  Obispo  del  Cuzco  se  marchó  á 
España  á  solicitar  la  división  de  sus  Diócesis  que  tenia 
mas  di^  300  leguas  de  extensión,  dejando  erigidas  cinco 
parroquias  en  la  ciudad.  Se  elevó  en  Lima  á  parroquia 
la  iglesia  del  hospital  de  Santa  Ana.  El  Gobernador 
viéndose  atosigado  de  las  quejas  y  pretensiones  de  los 
repartimientos  de  indios  tomó  el  arbitrio  de  marcharse 
á  España,  embarcándose  en  el  puerto  del  Callao  el  25 
de  Junio  del  presente  año  de  50  dejando  el  gobierno  á 
la  Eeal  Audiencia. 

Nohabia  el  Gobernador  salido  del  puerto  cuando  sesu- 
pa  el  gran  tesoro  que  conducía  para  el  Emperador  así 
es,  que,  unos  discontentos  de  Nicaragua  nombrados  Con- 
treras,  que  se  habían  alzado  con  aquel  país,  en  compañía 
de  Juan  Bermejo,  después  de  asesinar  al  Obispo  D.  F. 
Antonio  Valdivieso  por  que  les  manifestó  el  crimen  que 
cometían;  armaron  una  espedícion  y  pasaron  a  Panamá 
en  busca  del  Lie.  Gasea.  Empero,  este  había  tomado  el 
camino  por  tierra  para  Cartagena.  Los  sublevados  asal- 
taron por  la  noche  la  ciudad  y  en  el  saco  tomaron  dos 
millones  de  pesos  en  oro  y  plata,  fuera  de  perlerías  y  jo- 
yas: toda  esta  suma  de  riqueza  y  prosperidad  que  la  fortu- 
na les  dio  con  tanta  abundancia  y  en  tan  breve  tiemjio, 
perdieron  por  locura.  Depositaron  el  caudal  y  salieron 
en  persecución  del  Licenciado  por  vengar  ágenos  agra- 
vios; é  inmediatamente  reunida  la  gente  del  campo,  for- 
maron reacción  en  la  ciudad,  recuperaron  el  dinero  y 
persiguiéndolos  fueron  víctimas  de  su  ambición  y  teme- 
rario proceder.  El  Lie.  Gasea,  siguió  su  viage  y  llegó  á 
España  con  prosperidad,  donde  fué  recibido  con  alegría, 
destinándosele  al  Obispado  de  Falencia  y  después  al  de 
Sigüenza. 


Los  hombres  principales  de  la  Villa  viendo  la  sin  razón  y  capricho,  acu- 
dieron al  juez  y  le  suplicaron  suspendiese  Ja  sentencia:  accedió  á  la  sus- 
pensión pero  por  solo  ocho  dias,  cuando  llegaron  con  este  recaudo  á  la  cár- 
cel,, hallaron  á  Aguirre  desnudo  y  puesto  en  la  cabalgaduraj  el  cual  oido 
que  no  se  le  hacia  mas  merced  que  detener  la  ejecución,  dijo:  ''ya  que  esta- 
mos en  el  burro  ejecútese  la  sentencia  que  yo  lo  consiento  y  ahorraremos 
la  pesadumbre  y  el  cuidado  que  estos  ocho  di  as  habia  de  tener."  Sufrió  su 
pena,  pero  juró  dar  mxierte  al  Licenciado;  persiguiólo  á  cuantas  partes  fué 
hasta  que  á  los  tres  años  efectuó  su  intento.  Tal  vez  sea  este  el  origen  del 
refran-^pitesío  en  el  burro  aguantar  los  azotes,  como  lo  dice  D.  Ricardo  Pal- 
ma en  una  de  sus  Tradiciones  M.  O. 


-44- 


V.-  . 

D.  ANTOlSriO  DE  MENDOZA,  hijo  segundo  ebl  mar- 
ques DE  MONDEJAR  Y  CONDE  DE  tendilIíA:  baron  Verda- 
deramente religioso  habia  sido  muchos  años  Virey  de 
Méjico:  tuvo  orden  de  pasar  al  Perú  con  el  propio  carác- 
ter: entró  en  Lima  el  23  de  setiembre  de  1551  que  fué  el 
mismo  en  que  se  estableció  la  religión  de  S.  A^ustin,  á 
lo  que  cooperó  eficazmente.  En  este  año  se  erijió  el  Obis- 
pado de  la  Plata  ó  Ohuquisaca  que  se  le  confirió  al  P.  F. 
Tomas  de  San  Martin  religioso  Dominico  que  babia  re- 
gresado de  España  trayendo  licencia  para  fundar  la  Uni- 
versidad de  Lima  que  efectuó  en  su  convento.  La  cons- 
titución enfermisa  de  este  Virey  limitó  el  tiempo  de  su 
gobierno  á  menos  de  un  año,  habiendo  acaecido  su  muer- 
te en  21  de  Julio  de  552:  ocho  dias  antes,  á  las  dos  horas 
de  la  noche  se  oyó  un  trueno  muy  espantoso  con  dos 
relámpagos,  cosa  que  en  Lima  no  se  habia  observado 
desde  su  fundación. 

Sin  embargo  de  tan  limitado  tiempo  mandó  á  su  hijo 
D.  Francisco,  hacer  la  visita  y  descripción  de  estas  pro- 
vincias que  fueron  las  primeras  que  tuvo  el  Consejo.  Es- 
tableció la  guardia  de  Alavarderos:  se  fundaron  por  Pe- 
dro Valdivia  la  ciudad  de  su  nombre  y  la  del  Imperial. 

1552  En  52  se  reunió  en  Lima  el  primer  Concilio  provincial: 
se  establecieron  hermandades  para  la  curación  de  hom- 
bres españoles  y  mugeres  de  la  misma  clase.  Se  erigió 
la  provincia  de  los  Padres  Franciscos.  Se  fundó  colegio 
para  Mestizas  hijas  de  conquistadores  y  se  comenzó  á 
establecer  los  bienes  de  comunidad  para  el  socorro  de 
los  indios. 
La  Audiencia  que  aun  antes  de  morir  el  Virey  se  ha- 
bia hecho  cargo  del  gobierno,  siendo  Decano  el  Dr.  Sa- 
ravia,  ordenó  se  (piitase  el  servicio  personal  de  los  indios, 
lo  que  quiso  llevarse  con  tanto  rigor,  que  ocasionó  varias 
tropelías  y  un  motin  capitaneado  por  Luis  de  Vargas 
que  fué  degollado,  resultando  también  comprendido  el 
general  Pedro  de  Hinojosa;  mas  la  audiencia  disimuló  y 
nombrándolo  Corregjílor  y  jusHcia  mayor  de  los  Char- 
cas logró  se  contuviese  á  la  dosenfienada  solo'adez(5a. 

1553  El  cielo  parece  presagiaba  los  grandes  atentados  y  cri- 
mines que  habia  de  cometerse  en  el  Perú  en  este  año  de 
553.  El  13  de  Enero  á  las  siete  de  la  mañana  apareció 
en  el  cielo  ua  cometa  espantoso  sobre  el  asiento  mineral 


de  Porco,  un  círculo  grande  á  la  vista  del  grosor  de  un 
palmo  y  como  de  media  legua  de  diámetro,  color  blanco, 
su  circunferencia  por  un  costado  pasaba  por  el  lado  del 
Sol,  tenia  este  á  sus  colaterales  otros  dos  soles;  mas  aba- 
jo del  mismo  círculo  a})arecian  dos  lunas,  una  frente  de 
la  otra  y  en  medio  de  ellos  dos  arcos  iris  en  las  extremi- 
dades, uno  terminaba  junto  á  los  soles  y  el  otro  frente  á 
las  lunas,  estos  eran  de  dos  listas  azul  y  colorada  y  fue- 
ra del  círculo  al  poniente  estaba  una  estrella  grande  con 
una  cola  á  manera  de  espada  ancha  que  salia  del  centro 
de  la  estrella.  El  sol  natural  era  bermejo,  tiraba  á  san- 
gre y  los  colaterales  totalmente  sanguíneos  y  lanzaban 
de  sí  tanto  fuego  que  quitaba  la  vista  al  que  los  miraba: 
las  lunas  fronteras  eran  blancas,  pero  tiraban  algo  á  san- 
guineas  y  la  estrella  toda  una  ascua  resplandeciente. 
Todo  lo  cual  duró  el  espacio  de  tiempo  en  que  pudo  ser 
visto  de  los  del  asiento  y  estancias  inmediatas  basta  que 
fué  desapareciendo  quedando  solo  el  Sol  natural. 

El  19  de  Junio  de  una  a  dos  de  la  mañana  se  dejó  ver 
un  gran  metéoro  luminoso  que  alumbró  mas  que  la  Lu- 
na: cayó  al  oriente  de  la  ciudad  del  Cuzco,  y  al  aproxi- 
marse atierra,  como  al  alto  de  dos  torres  se  desmenuzó 
en  centellas  y  cliispas  de  fuego,  sin  que  se  observase  al 
otro  dia  especie  alguna  de  las  arrojadas;  sino  cenizas  de 
1554  los  pequeños  pastoso  especies  incendiadas. 

Parece  que  las  electricidades  atmosféricas  habian  con- 
taminado á  los  habitantes  de  esos  lugares,  de  cuya  ve- 
leidad resultaban  continuas  pendencias,  puñadas,  cuchi- 
lladas y  desafios  entre  jefes  y  soldados,  artesanos  y  mer- 
caderes, tomando  parte  aun  las  mujeres.  En  tal  eíerves- 
cencia  los  tenia  la  providencia  dada  por  los  oidores  con 
el  objeto  de  quitar  el  servicio  personal;  hasta  que  reuni- 
dos los  mas  atrevidos  en  el  convento  de  Santo  Domin- 
g:o  del  Cuzco  p)oyectaron  sublevarse  poniendo  á  la  ca- 
beza á  D.  Sebastian  del  Castillo  hijo  del  conde  de  Go- 
mara: descubrióse  el  plan,  fugaron  a  los  Charcas  donde 
contaban  con  la  amistad  del  jeneral  Hin ojosa;  el  cual, 
aunque  tuvo  noticia  de  la  conjuración,  nunca  creyó  que 
Castillo  tnera  capaz  de  tal  infidencia,  se  confió  en  él  y 
la  noche  del  Domingo  5  de  Marzo,  estalló  el  motin  con 
murte  de  ílinojosa  y  otras  justicias.  D.  Sebastiran  eligió 
Maese  de  ca  mpo  á  Baltazar  Godines  y  teniente  general 
al  Licenciado  Hernández;  mas  viendo  estos  que  nadase 
abanzaba,  á  los  pocos  dias  lo  asesinaron,  como  igual - 
mente  á  todos  aquellos  que  podrían  descubrirlos.  El  ob- 
jeto pues,  de  estos  alborotos  no  era  otro,  que  conseguir 


_4G— 
repartimientos;  la  intriga  y  inalediscencia  el  único  ser- 
vicio que  podian  prestar.  La  Eeal  Audiencia  recibió  la 
noticia  en  12  de  Abril  que  se  celebró  con  grandes  fiestas 
y  comisionó  para  descubrir  el  origen  de  estos  males  al 
Mariscal  Alvarado:  fueron  tantos  los  cómplices,  que 
desde  Junio  hasta  postrero  de  ííoviembre  que  llegó  la 
nueva  del  levantamiento  del  Cuzco,  no  cesó  la  peste  y 
la  mortandad  de  aquellos  soldados,que  fué  menester  que 
otra  rebelión  contuviese  el  castigo  de  la  primera. 

Francisco  Hernández  Girón  que  residía  en  el  Cuzco,  te- 
meroso de  ser  comprendido  en  los  castigos  que  se  ha- 
cían, no  halló  otro  arbitrio  que  alzar  el  estanda-rte  de  la 
sedición  la  noche  del  13  de  Noviembre,  titulándose  ca- 
pitán general  y  justicia  mayor  del  Eeino.  Esta  nueva 
que  llegó  á  Lima  el  21  hizo  desplegar  al  oidor  Br.  Bravo 
de  Saravia,  ese  genio  suspicaz  con  el  cual  habia  hasta 
entonces  podido  sostener  la  autoridad  de  la  audiencia. 
Empero,  todos  los  oidores  y  jefes  aspiraron  al  mando  del 
ejército,  y  aun  el  Arzobispo  quiso  se.  le  nombrase  jefe  de 
él.  Mientras  tanto  Girón  formó  un  ejército  numeroso  de 
todos  los  descontentos  y  no  encontrando  resistencia 
abanzó  hasta  Pachacamac.  No  entró  á  Lima  porque 
quiso  la  casualidad,  que  el  Mariscal  Alvarado  viniese  á 
su  retaguardia  y  tuvo  que  retroceder,  y  reforzando  sus 
filas  con  los  negros  de  Nasca  batió  en  el  punto  de  Ohu- 
quinga  cuasi  á  orilla  del  rio  Amancay  al  Mariscal  que 
completamente  lo  derrotó  y  siguió  su  camino  á  las  pro- 
vincias altas.  La  audiencia  acordó  salir  personalmente, 
nombrando  sin  embargo  por  jefe  del  ejército  al  jeneral 
Pablo  de  Meueses:  avanzaron  hasta  Pucará  en  cuyo  lla- 
no se  situaron  por  haber  tomado  Girón  por  atrinchera- 
miento una  inespugnable  altura.  Allí  se  estuvieron,  has- 
ta que  por  Diciembre,  después  de  haberle  salido  á  Girón 
infructuosas  varias  escaram usas  que  tuvo  con  el  esjórcito 
real,  una  noche,  sin  que  nadie  lo  supiese,  abandonó  su 
ejército:  al  otro  dia,  no  encontrándole  los  suyos  en  su 
tienda,  hicieron  infinitas  diligencias  por  saber  su  para- 
dero, mas  fué  infructuoso:  todos  abandonaron  las  armas 
y  se  pusieron  en  dispersión.  Asi  concluyó  esta  revolu- 
ción, y  quedaron  sosegadas  las  provincias  altas:  al  cabo 
d3  muchos  dias  y  cuando  ya  se  habia  perdido  la  esperan- 
za de  encontrar  á  Girón,  se  supo  andaba  por  la  costa, 
cotí  dirección  á  Lima  sin  ninguna  gente  de  arma,  logró- 
se aprehenderlo  y  conducido  á  la  indicada  ciudad,  íué 
sentenciado  y  decapitado  en  la  plaza  mayor  el  9  de  Di- 
ciembre. 


—47— 
1555  La  audiencia  regresó  á  Lima  después  de  haber  perdo- 
nado á  algunos  (le  los  culpados  y  volvieron  á  seguir  los 
asuntos  su  órdea  natural. 

VI. 

DON  ANDEES  HUETADO  DE  MENDOZA,  marques  de 

CAÑETE    GUARDA   MAYOR  DE    LA    CIUDAD  DK    CUEXCA  Y 

MONTERO  MAYOR.  DEL  REY:  despues  de  haber  servido  al 
Emperador  en  las  jornadas  de  Alemania  y  Flandes  ha- 
llándose en  la  Oórte  fué  nombrado  Virey  del  Perú  por 
escusa  ((ue  hicieron  los  condes  de  Palma  y  de  OlivaL'es, 
y  con  las  provisiones  necesarias  se  |)uso  en  marcha*  y 
desembarcó  en  Tierra  Firme  el  año  de  1555,  hizo  perse- 
guir al  negro  Bailado  que  con  un  ejército  de  los  de  su 
casta  tenian  atemorizado  ese  territorio  titulándose  Eey; 
consignió  batirlo  y  aprehenderlo:  dirigióse  al  Perú,  y 
llegó  á  Lima  en  6  de  Julio  de  dicho  año,  Inmediata- 
mente mandó  ajusticiar  á  Juan  Piedra  Ira  y  Alonso 
Diaz,  con  cuya  medida  se  acabaron  de  sosegar  los  albo- 
rotos que  habia  causado  la  reveliou  de  Girou.  En  este 
tiempo,  por  Octubre,  hizo  la  renuncia  Carlos  V,  y  se  re- 
tiró al  Monasterio  de  San  Justo.  En  este  año  murió  en 
Eoma  el  Pontífice  Julio  III,  reemplazólo  Marcelo  11;  y 
y  habiendo  fallecido  á  los  22  dias  de  su  elevación  fué 
electo  Paulo  IV. 


FELIPE  ÍL 

EMPEEADOE  XVI  DEL  PEEÜJ. 

1556  Después  de  hecha  la  proclamación  de  Felij)e  en  este  año 
556  se  dedicó  el  Vlrey  en  el  arreglo  de  la  agricultura, 
pues  se  experimentaba  en  el  Perú  gran  carestía  princi- 
palmente de  vino,  teniendo  la  arroba  el  valor  de  500 
pesos  fuertes.  Con  este  motivo  Francisco  Carabantes 
mandó  traer  Vid,  y  el  comisionado  por  venir  pronto  la 
tomó  de  las  islas  Canarias  de  uva  prieta. 

Se  Dombró  por  juez,  de  aguas  al  regidor  D.  Martin  Ya- 
ñez  de  Estrada  para  que  cuidase  de  repartir  las  aguas 
entre  los  españoles  y  naturales.  En  seguida -dispuso  la 
fundación  de  la  villa  de  Cañete  eu  memoria  de  si^  ca^- 


—48— 
sa,  dando  á  D.  Gerónimo  de  Znrbano  las  instrucciones 
necesarias  para  la  población  y  reparto  de  terreno.  Ha- 
biéndose traído  del  Cuzco  los  cadáveres  de  varios  In- 
cas, se  mandaron  enterrar  en  el  hospital  de  San  Andrés 
que  para  la  curación  de  hombres  españoles  estableció  el 
Virey.  , 

1557  En  el  siguiente  de  557  ordenó  la  fun"dacion  de  la  ciudad 
de  Cuenca.  Estableció  para  la  custodia  y  séquito  de  los 
virreyes  una  compañía  de  alabarderos  de  á  caballo.  Se 
comenzó  en  este  año  el  proyecto  de  desaguar  la  la- 
guna de  Orcos  distante  del  Cuzco  6  leguas  donde  se  dice 
hecharon  los  indios  la  cadena  de  oío  que  Huayna-Capac 

,  mandó  hacer  para  solemnizar  el  nacimiento  de  su  pri- 
mogénito, y  habiendo  comenzado  el  socahou,  por  la  úni- 
ca parte  que  permitió  su  locación,  á  los  50  pasos  tocaron 
con  una  peñapedernal,  la  que  hechaba  mas  fuego  que 
piedra  por  lo  que  tuvieron  que  dejar  la  empresa.  En  Li- 
ma formaron  por  este  año  los  religiosos  Agustinos  un 
Beaterío  de  Nuestra  Señora  de  los  Eemedios. 

1558  En  este  año  de'  558  se  solemnizó  con  toda  grandeza  la 
muerte  del  Emperador  Carlos  V,  acaecida  en  21  de  Se- 
tiembre. 

Comenzaron  ánsar  de  jurisdicción  los  Caciques,  com- 
probando, ante  la  audiencia  ser  descendientes  de  los  que 
obtenían  estos  cargos  en  la  antigüedad. 

1559  Se  fundó  en  559  la  real  audiencia  de  la  Plata,  siendo  su 
primer  presidente  el  Licenciado  Pedro  Eaniirez  de  Qui- 
ñones. 

El  hijo  del  virey  qne  gobernaba  en  Chile  fundó  en  este 
año  la  ciudad  de  Mendoza  y  la  de  Osorno. 
Erigióse  en  este  propio  año  el  hospital  de  la  Caridad. 
Murió  en  Eoma  el  Pontífice  Paulo  IV,  y  fué  electo  Pió  TV. 

1560  En  5  de  Enere  de  560  entró  en  la  ciudad  el  Inca  Sayre- 
Tupac  que  salió  de  la  montaña  de  Villca-pampa  y   re- 

.  nuncio  todos  sus  derechos  al  imperio  por  lo  que  hubo 
grandes  regocijos  y  el  7  se  le  convidó  á  comer  en  casa 
del  Arzobispo  donde  se  dio  la  gracia  que  se  le  hacia,  em- 
pero, tomando  él  \ma  hebra  del  fleco  de  la  sobremesa, 
dijo:  todo  este  paño  y  guarnición  era  mia,  y  ahora  me 
dan  este  petito,  calló,  y  haciendo  su  cortesía  se  levantó, 
dejando  admirados  á  todos;  regresó  al  Cuzo  donde  fué 
bautizado  señalándole  para  su  mantenimiento  el  territo- 
rio que  hoy  compone  la  í)rovincia  de  Urnbamba. 
Salió  en  este  año  Pedro  de  Ursua  en  busca  de  la  célebre 
laguna  dé  oro  de  Parrima  y  la  villa  de  Manao  del  Í)ora- 


—49— 
do,  el  cual  bajó  el  rio  Huallaga  donde  fué  muerto  por 
la  traición  de  un  soldado. 

En  este  año,  trajo  y  plantó  en  Lima  el  primer  Olivo.  (1) 
También  se  esquilmo  en  Cañete  el  primer  trigo  que  intro- 
dujo Doña  María  Escobar. 
1561  En  el  de  561  recibió  el  virey  la  noticia  de  haber  desem- 
barcado en  Payta  el  sucesor  de  quien  esperiinentó  algu- 
nos desaires,  siendo  uno  de  ellos  la  falta  de  correspon- 
dencia en  el  tratamiento  de  que  se  melancolizó  tanto  que 
terminó  sus  dias,  aun  antes  que  el  gobierno,  y  fué  en- 
terrado en  la  Iglesia  de  San  Francisco.  (2) 


Vil 

DON  DIEGO  LÓPEZ  DE  ZÜÑIGA  Y  VELASOO,  conde 
DE  NIEVA:  entró  en  Lima  en  13  de  Abril  de  561  fué  el 
primero  que  in+^rodujo  la  etiqueta  de  los  asientos  y  trata- 
mientos según  la  disposición  de  la  pragmática. 

En  este  año  el  Señor  Arzobispo  Loaiza,  elevó  el  Bea- 
terío Agustino,  á  Monasterio,  titulándolo  de  la  Encar- 
nación también  fundó  la  parroquia  de  San  Sebastian. 
El  P.  P.  Manuel  Esquibel  fundó  en  lluamanga  el  con- 
vento de  Santo  Dimingo  é  igualmente  los  curatos  de  San- 
ta Ana  y  la  Magdalena. 

Se  desmenbró  del  obispado  del  Cuzco,  el  territorio  de 
Chile:  se  erijieron  de  él,  los  obispados  de  Santiago,  que 
ocupó  D.  Rodrigo  González  Marmoleto  y  el  del  Imperial 
que  se  dio  á  D.  F.  Antonio  de  S.  Miguel. 

1562  En  este  año  de  562  fundó  Francisco  de  Aguirre  la  ciudad 
del  Estero:  él  obispo  del  Cuzco  Solano,  renunció  su  Dióse- 
sis  y  se  embarcó  para  Boma,  donde  fundó  el  célebre  cole- 
gio de  la  Minerva. 

En  Lima  estableció  T>^  Ana  Solorzano  un  colegio  para 
niñas  pobres  titulado  de  Nuestra  Señora  del  Socorro. 

1563  En  el  de  563  se  estableció  en  Quito  la  real  audiencia  sien- 
do su  primer  presidente  el  Licenciado  Cañaveral. 

En  Lima  fundó  Antón  Sánchez  el  hospital  de  S.  Lázaro 
para  leprosos,  en  desagravio  de  la  conducta  que  había 
observado  con  su  padre  en  España. 


(1)  Este  virey  se  titulaba  segundo  Marqués  de  Cañete;  algunos  autores  lo 
llaman  primero  porque  creen  que  el  dictado  corresponde  á  la  Villa  que 
fundó 

(2^  Este  olivo  dio  lugar  á  una  excomunión  famosa.  Véase  la  historia  eu 
las  Tradiciones  de  Palma.  M.  O. 

TOM.  vil.  TvITERATÜEA — 7 


^  —50— 
Ed  este  año  ordenó  el  Yirey  la  ínndacion  de  la  ciudad 
de  lea  Dombrando  por  poblador  á  D,  Cristo  val  Valverde; 
también  fundó  á  Síiña  con  el  título  de  Villa,  y  la  de  Ar- 
nedo,  con  el  objeto  de  situar  en  ella  la  Universidad,  para 
que  lajuventud  lejos  del  bullicio  de  la  ciudad  se  contra- 
jese á  sus  tareas  literarias. 
1564  A  mediado  de  Febrero  de  564  fué  muerto  el  virey.  So- 
bre la  fecha,  tiempo  de   su  gobierno,  clase   do  muerte 
que  tuvo,  están  discordes  los  autores:  empero,  todos  con- 
vienen en  baber  sido  violenta.  (1)  Por  lo  que  hace  á  la 
primera  se  ha  visto  qne  el  último  acuerdo  que  hay  firma- 
do del  Coi.de,  es,  en  17  de  Febrero  en  unión  délos  oido- 
res Licenciado  Saavedra,  Ponce  de  León,  Salazar  de  Villa- 
sante,  y  Matienzo.  La  audiencia  tomó  el  mando  é  inme- 
diatamente intentó  hacer  las  averiguaciones  convenien- 
tes; mas  tuvo  que  suspenderlas,  para  evitar  con  el  disi- 
mulo los  escándalos  y  alvorotos  que  se  hubieran  seguido. 
En  este  año  llegó  la  noticia  haber  aprobado  Pió  ÍV.  las 
actas  de  las  sesiones  del  Concilio  Tridentino  el  cual  cerró 
sus  conferencias  en  4  de  Diciembre  del  año  anterior. 


YIIL 

LICENCIADO  LÓPEZ  GAECIA  DE  CASTRO,  del  conse- 
jo BEAL  DE  INDIAS,  ELEGIDO  POK  PEESIDENTR  DE  LA 
AUDIEI^CIA,    GOBEIlNADOli    Y     CAPITÁN    GENERAL     DEL 

PEKÚ,  para  que  hiciese  la  averiguación  de  la  muerte 
del  anterior  virey  y  castigase  á  los  delincuentes:  entró 
en  Lima  el  22  de  Setiembre  de  564  y  aunque  quiso  inme- 
diatamente poner  en  práctica  su  pezquisa  informado  del 
hecho  sigilosamente  tuvo  por  preciso  sobreseer  en  la  in- 
vestigación jurídica  y   dejar  sepultado  en  el  silencio,  lo 


(I)  No  conveüia  en  aquella  época  referir  su  trágiea  muerte,  por  la  alta 
dignidad  que  ocupaba;  las  investigaciones  que  hemos  hecho,  manifiestan 
haber  sido  en  el  orden  siguiente. 

El  virey  adquirió  relaciones  cmx  una  de  las  casas  principales  de  Lima, 
cual  era  la  de  los  Stí.*  la  que  frecueutaba  uocturuamente  y  en  disfraz:  esto 
causó  sospechas  y  como  el  asunto  según  dice  Alcedo,  lastimaba  el  honor 
de  muchos;  en  una  noche  se  reunieron  los  parientes  del  agraviado  y  toma- 
ron la  resolución  de  darle  muerte.  En  efecto,  habiendo  salido  en  alta  no- 
che de  la  casa,  le  fueron  asechando  y  así  que  estuvo  cerca  de  la  plazuela  de 
la  Inquisición,  en  una  calle  sola,  que  actualmente  se  denomina  de  los  Trapi- 
tos, le  descargaron  fuertes  costalasos  de  arena,  que  lo  dejaron  muerto.  A  la 
bulla  salieron  de  una  casa,  que  se  cree  ser  la  de  los  SS.  Zarates,  donde  reco- 
gieron el  cadáver  y  reconociendo  ser  el  virey  lo  condujeron  á  palacio  y  se 
divulgó  habérsele  encontrado  muertQ  en  su  cama:  diósele  sepultara  en  la 
nadsoia  iglesia  que  á  su  antecesor. 


—51— 
que  en  piíblico  lastimaba  el  honor  de  muchos  principales 
de  la  ciudad:  gobernó  el  reyno  con  la  prudencia  y  acier- 
to que  se  esperaban  de  su  talento.  En  este  año  se  estü- 
bleció  el  Arzobispado  de  Santa  Fé,  á  solicitud  de  su 
Obispo  D.  F.  Juan  de  Barrios,  Beligioso  Franciscano, 
pero  murió  sin  recibir  las  bulas.  En  este  mismo  año  íun- 
1565  dó  Diego  de  Villaroel  la  ciudad  del  Tucuman. 

Eu  565  el  capitán  Pérez  Lescano,  colocó  y  dotó  con  gran- 
des rentas  á  una  imagen  deNtra.  Señora  de  Guadalupe, 
en  un  pueblo  cerca  de  Lamhayeque,  cediendo  para  la 
fábrica  de  la  iglesia  y  convento  todo  su  candal.  Tam- 
bién invirtió  su  caudal  el  minero  Don  Antonio  Oré  en 
el  Monasterio  de  Santa  Clara  de  Huamanga.  En  este 
año  se  fundó  en  esta  capital  por  primera  vez  la  casa  de 
moneda. 

Murió  en  Eoma  Pió  IV  apesadumbrado  de  los  grandes 
estragos  que  hacian  los  hereciarcas,  pnes  nada  se  avan- 
zó con  el  famoso  coloquio  de  Poissy,  qie  reprobó  el  mis- 
mo Oalvino  que  entonces  vivia;  tomando  raices  entre 
los  flamencos  y  todos  los  países  bajos,  donde  se  amoti- 
naron contra  sus  príncipes,  de  modo  que  esta  confusión 
dio  lugar  al  sitio  de  Malta.  Fué  electo  Pió  V.  religioso 

1566  de  la  orden  de  Santo  Domingo. 

Fn  566  se  descubrió  lamina  de  azogue  de  Huancavelica 
por  un  indio  llamado  Na vicopa  dependiente  del  enco- 
mendero Amador  Cabrera,  á  quien  el  rey  se  la  compró 
en  250  mil  ducados.  En  este  año  entraron  á  la  montaña 
de  Villcapampa  á  predicar  el  evangelio  el  P.  Fray  Mar- 
cos Garcia,  de  la  orden  de  San  Agustín  y  después  Fray 
Diego  Ortiz,  los  cuales  fueron  acariciados  por  el  Inca 
Cusititu-Yupanqui,  mas  de  resulta  de  la  muerte  de  este 
¡príncipe  eu  el  gobierno  de  su  hermano  Tupac-Amaru  fué 
martirizado  el  P.  Ortiz.  Reventó  furiosamente  el  vol- 
can de  Pichincha  en  17  de  Octubre. 

1567  En  567  se  realizó  la  reunión  del  segundo  Concilio  Pro- 
vincial que  se  celebró  con  toda  magnificencia,  con  asis- 
tencia personal  de  los  Obispos  de  la  Plata,  Qaito  y  la 
Imperial  y  los  demás  sufragáneos  por  procuradores. 

1568  Se  estableció  en  el  Perú  el  derecho  de  Almosarifazgó  de 
los  efectos  que  se  introdujesen  en  sus  [)uertos.  En  568 
entraron  en  esta  capital  los  religiosos  de  la  compañía  de 
Jesús  los  que  in mediatamente  fundaron  su  convento 
Máximo  de  San  Pablo.  Se  erigió  la  sala  del  crimen  y  en 
el  mismo  año  huho  un  gran  temblor. 

1569  En  principio  de  este  año  de  569  se  dividió  el  Perú  por 
provincias  y  para  que   sus  habitantes  encontrasen  un 


asilo  inmediato  se  estableció  en  cada  una  de  ellas  corre- 
gidores y  terminó  el  gobierno  de  este  presidente  con  la 
llegada  del  virey  en  26  de  Koviembre  del  Indicado  año, 
y  regresó  á  España. 

IX. 

D.  FRANCISCO  DE  TOLEDO, hijo  del  conde  de  oeopbsa, 

rUÉ  BOMBEADO  VIEEY    DEL  PEEÚ,  Y  ENTEÓ  EÍT    LIMA  EL 

26  DE  NOVIEMBEB.  Se  empleó  dos  años  en  recorrer  per- 
sonalmente los  pueblos,  arreglando  y  estableciendo  el 
buen  orden  en  los  repartimientos  y  en  especial,  en  la 
Minería  hizo  ordenanzas  tan  exactas  que  no  se  ha  ofreci- 
do después  duda  que  no  esté  prevenida  en  ellas  por  lo 
cual  lo  llamaron  el  "Solón  Peruano." 

1570  En  9  de  Enero  de  este,  de  570  entraron  en  la  capital  los 
individuos  que  debian  componer  el  Tribunal  de  la  In- 
quisición presididos  por  el  Licenciado  Servan  de  Cere- 
zuela;  siendo  notable  este  año  por  el  gran  terremoto  que 
hubo  en  Chile,  que  trastornó  algunos  cerros  y  asoló  lu- 
gares enteros.  Én  18  de  Febrero  el  señor  Arzobispo  ele- 
vó la  Iglesia  de  Santa  Ana  á  Parroquia.  Se  erigió  el 
Obispado  del  Tucuman  por  su  primer  prelado  D.  F.  Ge- 
rónimo de  Albornoz,  é  igualmente  fué  nombrado  para 
el  Cuzco  D.  Sebastian  Lartaun.  Se  estableció  en  Lima 
el  Tribunal  del  Protomedicato.  La  casa  de  Moneda  que 
existia  en  esta,  se  trasladó  por  disposición  del  virey  á 
la  villa  de  Potosí. 

1571  Este  año  de  71  dio  fin  la  guerra  de  los  Moros  en  Grana- 
da con  muerte  de  su  rey  Aben  Aboo  lo  que  se  celebró 
con  grandes  fiestas.  Se  expidió  por  el  Sumo  Pontífice 
Pío  V,  la  bula  confirmatoria  de  la  Universidad  de  San 
Marcos.  Pedro  Fernandez  deVelasco  descubrió  el  secreto 
de  beneficiar  la  plata  con  azogue,  lo  que  dio  mucho  real- 
ce al  mineral  de   Huancavelica  al  extremo  de  haberse 

1572  mandado  por  el  virey  en  5  de  Agosto  de  572  que  D.  Fran- 
cisco Ángulo  tirase  las  medidas  para  la  fundación  de  la 
población  titulándola  "Villa  rica  de  Oropesa"  en  memo- 
ria de  su  casa.  En  Limase  erigió  la  Doctrina  del  Cerca- 
do al  cargo  de  los  Jesuítas  donde  fuudarou  un  Colegio 
para  la  enseñanza  de  los  in<lios. 

Murió  este  año  en  Eoraa  el  Papa  Pió  Y,  habiendo  ins- 
tituido la  fiesta  del  Rosario  y  añadiendo  en  la  letanía, 
estas  palabras  "Auxilium  christianorum"  por  la  protec- 
ción que  habían  recibido  en  la  batalla  contra  los  moros 


♦  —53— 

el  primer  Domingo  de  Octubre  del  año  anterior  de  71. 
Expidió  breve  para  que  en  los  conventos  Dominicos  se 
bendijesen  las  velas  de  Candelaria  para  la  hora  de  la 
muerte. 

1673  Se  fundó  en  Lima  en  este  año  de  73  el  monasterio  de  la 
Concepción  y  en  el  mismo  los  religiosos  Agustinos  to- 
maron posesión  del  sitio  que  actualmente  ocupan.  Se 
mandó  poblar  en  este  año,  en  la  provincia  de  Cocha- 
bamba  la  ciudad  de  Oropesa,  sobre  las  ruinas  de  otra 
que  en  565  se  habia  establecido.  También  se  fundó  por 
Gerónimo  Cabrera  la  ciudad  de  Córdova  y  la  Santa  Fé 
de  Buenos  Ayres  por  Juan  de  Garay.  Se  trasladó  la 
Audiencia  de  Chile  á  la  ciudad  de  Santiago.  El  Domin- 
go 15  de  Noviembre  de  este  año,  celebró  el  tribunal 
de  la  Inquisición  el  primer  auto  de  fé  en  la  plaza  mayor, 
en  el  que  comparecieron  seis  reos  y  Mateo  Salado  de 
nación  francés  que  como  hereje  contumaz  fué  quemado. 

1574  En  574  se  erijió  el  tribunal  de  la  Cruzada:  mandó  fun- 
dar el  virey,  la  villa  de  Tarija  en  el  valle  que  tiempo  há 
habia  descubierto  Eran  cisco  Tarija  en  cuya  memoria  con- 
servad nombre.  También  se  estableció  en  este  año  laFe- 
ria  de  Portobelo  y  la  expedición  de  Galeones  que  hablan 
de  conducir  de  España  los  efectos  de  comercio  y  su  re- 
torno. Se  verificó  la  apertura  del  Hospital  de  Naturales 
ó  del  Espíritu  Santo  en  el  Cuzco,  que  se  tenia  proyecta- 
do de  556. 

1575  En  el  de  575  estableció  el  Yirey  el  trabajo  de  Mitas  de 
acuerdo  con  los  caciques  de  los  pueblos,  tanto  para  el 
laboreo  de  minas,  cuanto  para  el  de  labranza  de  los 
campos  y  crias  de  ganado;  por  Ja  repugnancia  que  mos- 
traban los  indios  á  trabajar  las  tierras  que  se  les  señala- 
ba: mas  este  repartimiento  solo  era  obligatorio  á  la  sép- 
tima parte  de  los  vecinos  que  hubiesen  en  cada  pueblo. 
En  5  de  Octubre  de  este  año  murió  el  señor  Arzobispo 
Loayza,  en  una  cobacha  del  hospital  de  Santa  Ana,  ha- 
biendo gobernado  32  años.  En  7  de  Noviembre  se  le  dio 
por  el  Virey  á  la  ciudad  de  Arequipa  el  título  de  Muy 
Noble  y  Muy  Leal. 

1576  En  virtud  de  Ijiaber  determinado  el  rey  por  cédula  del 
anterior,  que  la  Universidad  de  San  Marcos  quedase  en 
la  ciudad  de  Lima,  los  doctores  compraron  la  casa  que 
hoy  ocupa  donde  se  trasladaron  en  este  año  de  76. 

1577  En  el  entrante  de  577  fué  electo  Arzobispo  de  Lima  Don 
Diego  Gómez  de  la  Madrid,  mas  se  detuvo  en  la  Corte 
por  haberle  llegado  las  bulas  muy  maltratadas.  También 
fué  señalado  para  Obispo  de  Arequipa  D.  F.  Antonio 


—54— 
Ervias,  mas  no  llegó  á  efectuarse  la  dlvisioü,  por  la  opo- 
sición que  hizo  el   del  Cuzco.   En   este  año  entró  en  el 
mar  del  Sur  por  el  estrecho  de  Magallanes  el  primer  pi- 
rata inglés  Francisco  Dracke.  (1) 

Fué  notable  este  año  por  las  ruidosas  competencias 
que  ocurrieron  enPopayan  entre  el  Gobernador  D.  San- 
cho Garciade  Espinal,  con  el  Obispo  U.  F.  Agustín  de 
la  Ooruña,  excomulgándooste  á  aquel.  La  Audiencia  to- 
njó  parte  en  el  asuntó  mandó  llevar  preso  al  Obispo  á 
Quito,  y  fué  detenido  allí  dos  años,  hasta  que  el  Rey, 
X>or  este  proceder,  reprendió  á  los  ministros  ásperamen- 
te y  seles  penó  en  costear  una  fiesta  de  iglesia  en  desa- 
gravio del  Obispo. 

1578  En  este  año  hubo  un  fuerte  tcTremoto  en  Lima  el  17  de 
Junio.  El  señor  La-Madritl  fué  nombrado  Obispo  de  Ba-, 
dajos  y  reemplazado  con  D.  Toribio  Alfonso  Mogrovejo 
á  cuyo  título  se  ordenó  en  Granada.  Se  tomaron  en  es- 
te año  informaciones  á  los  mas  antiguos  conquistadores 
de  la  entrada  de  Pedro  Oandia  á  Tu  nbes  con  una  cruz 
de  madera,  con  la  cual  humilló  al  Tigre  y  á  el  León  que 
le  echaron  los  indios  según  refiere  Oieza,  Garcilázo  de 
la  Vega  y  otros,  lo  que  resultó  ser  falso.  Domingo  13  de 
Abril,  en  la  plaza  mayor  se  celebró  el  segundo  auto  de 
fé,  en  el  que  fueron  sentenciados  16  personas  y  relajados 
el  P.  Lector  en  teología  F.  Francisco  de  la  Cruz,  el  P. 
F.  Alonso  Gaseo  de  igual  categoría,  F.  Pedro  de  Toro 
[por  haber  muerto]  salió  en  estatua  como  reconciliado 
y  el  Dr.  T>.  Agustín  Valenciano:  á  éste  mandó  el  Conce- 
jo después,  se  le  restituyese  su  honor  y  hacienda.  En  9 
de  Diciembre  nació  el  B.  Martin  de  Forres. 

1579  En  este  año  se  fundó  el  Monasterio  de  la  Trinidad,  en  el 
local  que  hablan  desocupado  los  PP.  Agustinos,  cuya 
iglesia  se  había  erigido  en  parroquia  con  el  título  de  San 
Marcelo,  aunque  no  se  puso  en  ejercicio  hasta  585. 

El  Virey  determinó  sacar  de  las  montañas  de  Villca- 
pampa  al  Inca  Tupac-Amaru  que  gobernaba  en  ella;  al 
efecto  mandó  al  Licenciado  Garci  Rodríguez  y  á  F. 
Gabriel  de  Oviedo,  mas  habión<lose  retirado  al  interior 
y  viendo  que  los  halagos  y  oíertas  no  bastaban — dispu- 
so que  Martin  García  de  Loyola  entrase  con  tropas,  á 
quien  se  entregó  voluntariamente  y    se  condujo  al  Ouz- 


(1)  Por  esta  expedición  se  le  conredió  al  na^no  dejarlo  envejecer  cerca 
del  puerto  de  Detford,  con  una  inscripción  honovific;i  en  el  árbol  mayor, 
otro  tanto  habían  hectio  los  españoles  con  el  navio  "Victoria"  en  que  des- 
cubrió en  1519  diclio  estrecho  Hernando  Magallanes,  colocándolo  en  Sevi- 
lla fuera  de  mar  por  expedición  tan  atrevida. 


—55— 
co  en  donde  estaba  el  Vi  rey.  Imnediatainente  lo  pnso 
preso,  le  hizo  foi'iuar  causa  y  lo  nuujdó  degollar:  reeibió 
la  muerte  con  (  )n.stanc¡a,  y  antes,  el  bautismo  llamán- 
dose Felipe  y  terminó  en  él,  la  línea  legítima  de  los 
Incas. 

1580  Los  Jesuítas  que  se  habían  internado  en  lo  interior,  fun- 
daron en  este  año  de  SO  la  ciudad  de  Jnjuí.  Se  fundó  en 
la  ciudad  de  Arequipa  el  monasterio  de  Santa  Catalina, 
y  en  lea  el  convento  de  San  Francisco. 

1581  En  24  de  Mayo  de  581  entró  en  Lima  el  Ilustrísímo  Ar- 
zobispo D.  Toribio  Alfonso  Mogrovejo.  El  gremio  de 
navieros  estableció  para  la  curación  de  marineros  el 
hospital  del  Espíritu  Santo.  El  23  de  Setiembre  entregó 
el  Virey  el  mando,  embarcándose  para  España,  donde 
del  áspero  recibimiento  que  tuvo  de  la  rectitud  de  Feli- 
pe II,  por  la  muerte  que  dio  á  Tupac-Amaru,  le  quitó  la 
vida  en  pocos  días. 

X, 

DON  MAETIK  HENEIQUEZ,  hijo  del  makquéh  de  alca- 
lices, estaba  sirviendo  el  vireynato  de  Méjico  cuando 
recibió  orden  de  pasar  con  el  mismo  destino  al  Perú,  á 
donde  llegó  en  23  de  Setiembre.  Al  mes  siguiente  quiso 
la  Inquisición  obsequiarlo  con  un  auto  de  íé,  que  se  cele- 
bró el  Domingo  29  de  Octubre  en  la  plaza  mayor,  en  el 
que  fueron  sentenciados  20  personas  y  relajado  Juan 
Bernal,  natural  de  Flandes  por  hereje  luterano. 

1582  El  siguiente  de  582  se  fundó  el  C(degio  de  San  Martin 
bajo  la  dirección  de  los  Jesuítas.  Habiendo  regresado 
á  Lima  á  principio  de  este,  el  lUmo.  Santo  Toribio  y  es- 
tando reunidos  los  convocados  para  el  Concilio,  congre- 
gó su  primer  sínodo  diocesano  el  10  de  Marzo,  y  el  15 
de  Agosto  comenzaron  las  secciones  del  Concilio  que  fué 
el  39  límense.  Se  experimentaron  fuertes  terremotos  en 
Arequipa  y  Chile. 

Se  iVmdó  por  Pedro  Sarmieuto  dos  poblaciones  en  el 
estrecho  de  Magallanes,  nombradas  Filipópolis,  y  nom- 
bre de  Dios,  pero  los  colonos  y  fundadores  perecieron  de 
necesi'dad  y  le  que<ló  por  apodo  "Puerto  del  Hambre." 

1583  En  15  de  Marzo  de  583  murió  el  Virey,  y  fué  enterrado 
en  San  Francisco  haciéndose  cargo  del  gobierno  la  Real 
Audiencia,  siendo  Decano  el  Licenciado  Antonio  de 
Cartagena.  También  murieron  en  ñnes  de  este  año  el 
Obispo  de  Quito  D.  F.  Pedro  de  la  Peña  y  el  del  Cuzco 
D.  Sebastian  Lartauu  que  se  hallaban  en  Lima  en  ei 


—56— 
Concilio  Proviueial,  cuyas  sesiones  concluyeron  el  15 
de  Octubre;  ó  el  5,  pues  debe  tenerse  presente  que  este 
mes,  se  compuso  de  solo  21  dias,  dando  al  cinco  la  de- 
nominación de  quince  para  el  arreglo  del. Calendario  que 
ruj.iin5,  el  irapa  remauue  ri  anu  anterior.  ' 

1584  Desembarazado  Santo  Toribio  de  las  funciones  del  Con- 
cilio dicho,  comenzó  en  este  año  de  84  la  segunda  visita 
del  Arzobispado.  Se  estableció  en  Lima  la  Caja  de  Cen- 
sos de  Indios,  siendo  su  administrador  D.  Diego  Gil  de 
A  vis,  pues  desde  552  se  babia  mandado  que  en  todos 
los  pueblos  de  indios  se  formase  un  fondo  para  ocurrir 
á  las  necesidades  de  ellos. 

1585  Se  tuvo  noticia  babor  en  este  año  saqueado  el  pirata  in- 
glés Dracke  á  Portobelo  y  Cartagena.  También  se  re- 
cibió noticia  haber  muerto  en  Roma  el  Pontífice  Grego- 
rio XIII,  después  de  aprobar  las  determinaciones  del 
Concilio  Límense:  fué  electo  Sixto  V. 

1586  En  20  de  Abril  de  586  nació  en  Lima  Santa  Eosa,  en  cu- 
yo año  el  dia  de  la  octava  de  la  Visitación  de  ISTuestra 
Señora,  sufrió  la  ciudad  el  mas  fuerte  terremoto,  por  lo 
cual,  se  juró  Patrona  de  los  temblores  y  se  estableció 
una  fiesta  anual.  En  este  año,  se  hizo  capital  de  provin- 
cia á  Lambayeque. 

XI. 
DOÍÍ  FERNANDO  DE  TORRES  Y  PORTUGAL,  conde  db 

VIILLAR  DON  PARDO,    FUÉ    ELECTO  VIREY    DEL    PERtJ  EN 

1584,  pero  no  llegó  á  Lima  hasta  el  30  de  Noviembre  de 
86  recibiéndose  en  público  en  el  inmediato  mes. 

1587  En  el  siguiente  año  de  587  descubrió  el  territorio  del 
Chocó,  Juan  Baños  y  entró  á  predicar  el  Evangelio  á  la 
nación  Matarene  San  Francisco  Solano.  En  12  de  Agos- 
to se  verificó  en  Trujillo  la  fundación  del  monasterio  de 
Santa  Clara,  para  lo  cual  habia  salido  del  de  Huaman- 
ga  la  fundadora  de  él  Sor  Isabel  Arias  de  Bobadilla,  na- 
tural del  Cuzco.  Dejóse  ver  en  el  Estrecho  de  Magállíl- 
nes  el  corsario  ingles  Tomas  Candisek,  el  cual  habiendo 
llegado  á  la  isla  de  San  Felipe  la  halló  despoblada,  en- 
terrados los  cañones  y  solo  á  un  hombre  nombrado  Fer- 
nando Gómez  que  pudo  sobrevivir  á  cuatrocientos  que 
dejó  de  guarnición  Pedro  Sarmiento,  que  habían  muer- 
to de  hambre.  (1)   El  Virey  armó  toda  la  nobleza  y  de- 


(1)  Desde  el  ano  de  519  que  fué  descubierto  el   Estrecho  no   se   intentó 
poblar,  basta  582— es  decir  63  años  de&pues.  En  el  dia  (1848)  álos  261  año 


—Si- 
mas gentfí  de  la  capital,  iiia«  fué  i,uoü(;io«(),  jmí  i  el  cor- 
>sark),  costeainlo  ios  inares  de  Chile  y  e\  Poní,  n¡\\   hacer 
el  menor  dafn»,  se  retiró;  apresaüdo    solo  una  Nao  de   la 
Chiua  von  un  carííainento  inr-erosante. 

1588  ISIotándose  la  erecida  mortandad  (jue  sufriau  los  indios, 
se  ordenó  en  este  año  de  588  que  no  se  repai-tieseu  á 
provincias  distantes  de  su  domicilio,  ni  á  temples  nota- 
blemente contrarios:  que  se  les  formase  h<>spitalesy  <pie 
las  justicias  cuidasen  la  buena  paga  <le  sus  jornales.  Por 
Setien)bre  se  mandó  reedilicar  la  ciinlad  de  Piura  en  el 
sifio  que  hoy  ocui)a  nombi'ado  "Chircal." 

1589  En  el  siguiente  de  589  se  reclinó  real  orden  para  que  los 
negros  y  mulatos  no  habitasen  en  pueblos  de  indios,  ni 
qne  se  sirviesen  de  ellos  que  la  clase  de  Yanacorui.  Con- 
cluyó el  gobierno  de  este  vi  rey  y  legresó  á  Esi>aña. 


Xíl. 

1590  DÜÍÍ^GA^ROIA  HURTADO  DE  MEííDOZA,  marques 

DE  CAÑETE,  SEÑOR  DE  LAS  VILLAS  DE  ARGETE  YSU  PAR- 
TIDO, Gobernador  qne  habia  sido  de  Chile  en  el  Virey- 
nato  de  su  padre,  entró  en  Lima  el  8  de  Enero  de  90,  é 
inmediatameijte  dispuso  qne  saliese  Alvaro  de  Mendaño 
con  tres  buques  á  reconocer  las  islas  de  Salomón  con 
ánimo  de  doblar  y  se  demarcaron  seis,  desde  6  g.  hasta 
14  de  latit.  al  Sur,  mas  no  surtió  efecto;  perdiéronse  dos 
buques,  quedando  solóla  Oapitania  a  cuyo  bordo  murió 
poco  después  el  Adelantado  Mendaño.  Su  esposa  Doña 
Isabel  Barreto  se  hizo  cargo  de  la  dirección  del  l)uque  y 
tomó  la  ruta  á  las  islas  Filipinas,  haciéndose  célebre  por 
su  varonil  esjnritu.  Hubo  un  gran  terremoto  en  el  Cuz-. 
co  y  otro  en  la  costa,  dejándose  sentir  con  fuerza  en  Ca- 
maná  donde  salió  el  mar  dos  leguas  fuera  de  sus  límites, 
represando  igualmente  el  rio  y  ambas  causaron  la  ruina 
de  la  población. 

En  la  ciudad  del  Cuzco  se  recibió  de  Obispo  D.  Fr.  Gre- 
gorio Montalvo,  celebró  las  primeras  sinodales  y  formó 
el  arancel  de  los  curas. 

A  principio  de  este  año  murió  en  Eoma  el  Pontífice 
Sixto  V.  del  gran  pesar  que  le  causó  el  decaemieuto  qiui 

la  Fú^pública  de  Chile  el2l  de  Setiembre  de  1843  ha  tomado   posesión  del 

tíivvitorio  por  medio  del  comandante  de  la  goleta  de  guerra  Ancud.  D.  J, 
V^'ilku. 

TOM.    VII.  LlTERATUBA— 8. 


—58  — 
snfria  el  catolicismo:  fué   reemplazado  con  Urbano  Vil, 
el  cual  solo  ^oberuó  doce  dias:  seeliojóá  Gregorio  XIV. 

1591  Kii  e.ste  año  de  591  el  pirata  Caiidisck  cou  el  feliz  pro- 
greso que  tuvo  eii  el  anterior  viage,  volvió  á  armar  en 
Inglaterra  cinco  boques,  con  el  designio  de  entrar  por 
el  Estrecho  de  Magalíanjes,  mas  en  esta  segunda  nave- 
gación una  desecha  tormenta  le  arrojó  é  hizo  naufragar. 
En  ec^te  año  Juan  Ramírez  de  Velazco  fundó  la  ciudad 
de  la  Riqja,  en  la  provincia  del  Tucuman.  Se  reunió  en 
Lima  el  4?  Concilio  provincial  y  se  fundó  el  colegio  Se- 
minario de  Santo  Tori'oio.  Se  realizó  en  este  año  la  fun- 
dación del  hospital  de  San  Diego  de  Alcalá  [1]  para  con- 
valecientes de  San  Andrés, 

Murió  en  Roma  en  fines  de  este   año  Gregorio,  que  go- 
bernó once  meses  y  fué  Hclamado  Inocencio  IX. 

1592  En  principio  de  592  murió  el  Papa  Inocencio,  pues  go- 
bernó solo  dos  meses,  y  le  sucedió  Clemente  VIH.  Se 
consagró  en  LiiM a  de  Arzobispo  de  Méjico  D.  Alonso 
Fernandez  Bonilla  que  se  hallal)a  de  Visitador  general 
del  Perú,  y  murió  estando  para  marcharse  á  Quito  á  pa- 
citícar  el  alboroto  que  se  habia  movido  por  el  estableci- 
miento del  ramo  de  alcabala.  En  5  de  Abril  Domingo  de 
Cuasimodo  se  celebró  en  la  plaza  mayor  el  59  auto  de  fé, 
en  el  que  comparecieron  40  personas  y  de  ellos  fueron 
relajados  Enrique  Axli,  Dnarte,  y  Guater  Tillet,  herma- 
nos. En  este  año  dejóse  ver  en  el  mar  del  sur  el  pirata 

1593  inglés  "Ricardo  Achines"  contra  el  que  salió  en  593  un 
armamento  á  cargo  de  D.  Beltran  de  la  Cueva  y  Castro 
y  en  reñido  combate  naval,  lo  bizo  prisionero  que   con- 

1594  dujo  al  Callao:  puesto  a  disposición  de  la  Real  Audiencia, 
filé  condenado  á  la  pena  capital,  de  la  que  se  libró  por 
haberse  rendido  bajo  de  palabra  de  honor  de  conservar- 
le la  vida,  lo  que  aprobó  el  Rey.  Fué  nombrado  en  este 
año  Obispo  del  Cuzco  D.  Antonio  de  la  Raya. 

1595  En  el  de  595  fundó  Lorenzo  Suarez  de  Figueroa  la  ciu- 
dad de  San  Lorenzo  de  la  Frontera  que  se  hizo  capital 
de  la  provincia  de  Santa  Cruz  de  la  Sierra.  En  17  de  Di- 


[]]  Da.  Maria  Esquive!,  inujer  rica  y  virtuosa,  habiendo  enviudado  en 
586  de  D.  Cristóbal  Sánchez  de  Bilbao,  empleó  todo  su  caudal  en  esta  fun- 
dación. íSig'uieudo  al  señor  Dr.  Uuanue  eu  sus  guias'  pusimos  á  fojas  67 
déla  E-itadística  la  entraila  de  los  religiosos  de  San  Juan  de  Dios  en  este 
año,  no  habiendo  realizado  sino  quince  ai3os  después,  como  se  verá.  Esta 
misma  equivocación  han  seguido  otros  y  en  especial  las  últimas  guias  de 
forasteros.  La  relación  pasada  al  111  rao.  señor  Arzobispo  tJarrueta  ha  lle- 
gado á  mi  poder  donde  constan  todos  los  pormenores  acaecidos  con  dicha 
señora  que  se  irán  puntualizando. 


— 5y— 

ciembre,  Domingo,  se  celebró  en  la  plaza  itiayor  el  69 
auto  de  fe  en  el  que  comparecieron  reos  de  los  que  fue- 
ron relujados  Juan  Fernandez  de  las  lleras,  Jorje  Nu- 
ñez,  Francisco  Rodri^^uez  y  Pedi'o  de  Oontreras. 
1596  Se  estableció  en  el  Perú  en  596  el  dereclio  de  Alcabala. 
Se  mandó  que  las  encomiendas  se  fueran  re<hiciendo  á 
poblaciones,  y  que  hubiese  para  el  sustento  de  las  Doc- 
trinas. En  24  de  Julio  co.ncluyó  el  gobierno  de  este  vi- 
'     rey  y  se  restituyó  á  España. 


XIII. 


DON  LUIS  DE  VELAZi'O,  makqubz  de  salinas,  caballb- 
EO  DE  LA  ORDEN  DE  SANTIAGO,  hallándose  sirviendo  el 
vireiuato  de  Méjico  tuvo  orden  de  pasar  al  del  Perú,  co- 
mo lo  efectuó  llegando  á  Lima  en  24  de  Julio  <le  5J6:  en 
su  tiempo  sucedió  el  j)rodigio  desudar  copiosamente  una 
imagen  de  Nuestra  Señora  de  Gopacabana,  que  se  ve- 
neraba en  una  hermita  en  el  pueblo  del  Cercado,  la  qvu^ 
se  trasladó  á  la  iglesia  Catedral  y  posteriormente  abajo 
del  puente. 

1597  En  el  de  597  llegó  la  noticia  de  haber  muerto  en  Por- 
tobelo  el  pirata  Drak,  en  cuya  ensenada  lo  arrojaron  sus 
compañeros,  dándole  en  su  muerte  la  ndsma  tunjba  que 
fué  cuna  en  su  nacimiento.  Tuvo  principio  en  este  año 

"  el  establecimiento  de  la  casa  de  huérfanos  por  LuisOje- 
da. ó  Pecador:  también  establecieron  los  Jesuítas  novi- 
ciado cori  título  de  San  Antonie  Abad,  para  perpe- 
tuar la  memoria  de  su  patrón  D.  Antonio  Correa.  En  el 

1598  año  de  598  el  señor  Obisi)o  D.  Antonio  de  la  Eaya  fun- 
dó en  el  Cuzco  el  Seminario  Conciliar  de  San  Antonio 
Abad,  rentando  las  Cátedras  de  Cánones  y  Leyes:  cele- 
bró las  segundas  sinodales  y  fundó  en  la  ciudad  deHna-- 
manga  un  colegio  que  corrió  á  cargo  de  la  Compañía 
de  J -'SUS.  La  señora  Esquí vel  estableció  unas  casas  pa- 
ra recojimiento  de  mugeres  jmblicas,  con  el  título  de 
Santa  Maria  Magdalena,  mas  habiendo  sido  gran  el  nú- 
mero de  las  que  se  retiraron,  consumieríni  la.  renta  y  se 
desistió  el  proyecto,  formóse  en  el  lugar  iglesia,  de  lo. 
que  provino  reñido  pleito  con  el  Monasterio  de  li  Ba- 
carnacion,  pues  alegaban  molestarles  el  sonido  de  las 
campanas,  al  estremo  de  mandarse  demoler  la  torre.  Por 
este  año  los  PP.  Benedictinos  que  llegaron  á  Lima,  qui- 
sieron  establecer  la  capilla  de  Ntra.  Sra.  d-^  Mouserraf ^  lo 


—60— 
que  contradijo  el  Arzobispo,  y  tuvieron  que  ocurrir  á  Es- 
})aña.  Kn  la  capital  de  Lima  el  Lego  F.Diego  Corro, 
fundí)  la  recolección  de  San  Francisco.  La  clerecía  fun- 
dó el  hospital  de  San  Pedro.  Bu  24  de  Setiembre  murió 
Felipe  II,  de  una  penosa  disentería. 


FELIPE  III. 

EMPERADOE  XVII  DEL  PEEU. 


1599  Fué  celebrada  en  Lima  con  la  maj^or  ostentación  la  co- 
ronación de  este  rey,  é  igualmente  su  matrimonio  con 
Margarita  de  Austria.  Se  consagró  Obispo  de  Popayan 
el  D.  D.  Juan  de  la  Eoca  en  la  Catedral  de  su  patria 
Lima,  en  donde  era  Canónigo  Doctoral.  Se  permitió  al 
P.  Sancbo  la  fábrica  de  la  iglesia  de  Monserrat.  En  24 
de  Noviembre  se  sublevaron  los  indios  Araucanos  des- 
truyendo las  ciudades  de  Valdivia,  Imperial,  Angol, 
Santa  Cruz,  Osorno,  Chillan  y  la  Concepción,  llevándose 
cautivos  á  sus  moradores,  con  muerte  del  Gobernador 

„  D.  García  Oñes  de  Loyola  que  socorría  el  fuerte  de  Pu- 
ren  que  tenían  sitiado.  En  este  año  se  hizo  merced  al 
Cabildo  del  producto  de  los  arcos  de  los  portales. 

1600  En  18  de  Febrero  de  1600  reventó  con  gran  estrago  el 
volcan  de  Ubina,  que  cubrió  de  cenizas  á  todos  esos  lu- 
gares y  causó  una  lamentable  ruina  á  Arequipa.  Tam- 
bién fueron  infestados  estos  mares  por  los  corsarios  Oli- 
vier  de  Nort,  Simón  de  Cordes  y  el  Almirante  Veraxer; 
émulos  y  secuases  de  Drak;  con  este  motivo,  se  alarmó 
el  reino  y  para  saber  la  gente  disponible  que  había,  se 
numeraron  los  habitantes  de  Lima  por  la  primera  vez,  y 
se  hallaron  14,262  personas  de  todas  edades  y  sexos.  Ño 
por  esto  la  justicia  paralizaba  sus  labores,  asi  es  que  la 
inquisición  celebró  su  79  auto  de  fé  la  segunda  Domini- 
ca de  Adviento,  10  (Ut  Diciembre,  en  e1  cual  aparecieron 
35  sentenciados:  por  blasfemos  4,  por  hechiceros  2,  por 
doble  matrimonio  12,  por  voraz  1,  ])or  haber  dicho  misa 
no  siendo  sacerdote  1,  por  sospecha  de  hereje  luterano  1, 
ídem  de  judío  2,  reconciliados  por  herejes  10,  y  relaja- 


—OÍ--- 
dos  2,  Bíiltazíir  Ro<lri<>n(íz  de  Lucona  y  Duavto  IÑTiincz 
Decea  Portujariit-í^t^s  [1]. 

1601  En  el  año  siguiente  de  60 í  se  celebró  por  Santo  Tovil)io 
el  5?  Concilio  provincial.  En  este  año  se  trajeron  de  Ceu- 
ta los  linioneitos  "Gentiles"  ó  vulü:arinente  llamados  /n- 
tiles.  Mediante  los  esfuerzos  heeíios  por  los  principales 
de  la  ciudad,  se  armó  y  salió  una  e.  cuadra  en  bus(ía  de 

1602  los  corsarios.  Enix)ero,  en  el  entrante  de  602  llci^ó  al 
Callao  la  noticia  de  haberse  perdido  la  capitana  y  su  ge- 
neral D.  Juan  Velazco  en  los  bajos  de  California.  kSe 
creó  en  este  año  la  plaza  de  fiscal  protector  de  indios. 
En  este  hubieron  reñidas  controversias  en  el  Convento 
de  San  Agustín,  pues  habiendo  sido  nombrado  F.  Eoque 
de  S.  Vicente  Visitador  del  Convento,  suspendió  del  ofi- 
cio de  Prior  á  F.  Alonzo  Pacheco,  que  tenia  gran  influen- 
cia con  los  principales  de  la  ciudad,  por  lo  tanto,  consi- 
guió se  remitiese  al  Convento,  un  Alcalde  de  Corte,  el 
cual  fué  insultado  y  estropeado;  semejante  proceder  pu- 
so su  causa  en  peor  estado;  pues  tomando  parte  el  Vi- 
rey  y  real  Audiencia,  en  desagravio  del  Alcalde,  dester- 

1603  rose  á  F.  Eoque  á  EspaJáa.  Que  tuvo  el  desconsuelo  de 
no  ver  la  erección  del  Monasterio  de  las  Descalzas  que 
se  efectuó  en  19  de  Marzo  de  603  por  el  que  habia  tra- 
bajado tanto.  Se  fandó  el  tribunal  de  Cruzada.  El  mis- 
mo Ojeda  fundador  de  los  huérfanos,  formó  un  departa- 
mento para  hospital  de  lactantes.  A  fines  del  año  le  lle- 
gó orden  al  Vi  rey  para  que  se  restituyese  al  de  Méjico, 
y  lo  efectuó  á  principio  del  entrante. 


XIV. 


1604  DOíí  GAZPAR  DE  ZÜNIGA,  AOEVEDO  Y  FOISTSE- 
OA,  CONDE  DE  MONTERREY,  ccsó  en  Méjícoy  pasó  al  del 
Pera,  entrando  en  la  capital  de  Lima  el  18  de  Enero  de 
1604.  Se  fabricó  la  iglesia  de  la  Soledad  por  una  her- 
mandad del  mismo  título.  En  este  año  se  fundó  la  ciu- 
dad de  Oruro  por  Diego  de  Padilla,  quien  la  denominó 
S.  Felipe  de  Austria,  por  el  que  reinaba  en  aquella  épo- 
ca. Se  le  agració  á  la  Municipalidad  con  el  ramo  de  fie- 
latura de  pesos  y  medidas.  En  Arequipa  hubo  un  fuerte 

1605  teiüblor  el  25  de  Noviembre  y  en  el   entrante  de  605  un 


Jf: 


fl]  Véanselos  Anales  de  la  Inquisición  de  Lima,  por  Ricardo  Palma- 


—62— 
terremoto  arruinó  Arica.  En  este  mismo  año,  se  erijie- 
ron  los  Obispados  de  Santa  Oruz  de  la  Sierra,  siendo  su 
primer  Prelado  D.  Antonio  Calderón,  y  el  de  la  Paz  por 
3).  F.  Doniing-o  de  Valderrama.  El  Illrao.  Santo  Toribio 
fnndó  el  Monasterio  de  Santa  Clara  de  Lima.  Pedro 
Fernandez  de  Quiróz  descubrió  las  tierras  australes.  En 
lo  de  Marzo  tercera  Dominica  de  Cuaresma  se  celel>ró 
en  la  plaza  mayor  el  89  auto  de  fé  en  el  que  fueron  sen- 
tenciados 40  personas:  2  por  blasfemos,  8  í>or  doble  rqa- 
trimonio,  1  por  haber  celebrado  funciones  de  sacerdote, 
18  portugueses  reconciliados,  [1]  8  relajados  en  estatua, 
y  3  en  persona  nombrados  Duarte  Anrique,  Diego  López 
de  Vargas,  Gregorio  Diaz,  portugueses.  Murió  este  año 
en  Eoma  eT  Papa  Clemente  VIH,  al  mes  León  XI  que 

1606  le  habia  sucedido,  por  cuya  causa  fué  electo  Paulo  V. 
Murió  en  Lima  el  16  de  Marzo  de  606  el  Yirey,  cuyo  ca- 
dáver fué  sepultado  en  el  Colegio  Máximo  de  S.  Pedro 
y  S.  Pablo  y  se  hizo  cargo  del  Gobierno  la  Eeal  Audien- 
cia, siendo  su  presidente  ti  D.  D.  Miguel  Nuñez  de  Sa- 
nabria.  A  los  siete  dias,  es  decir,  el  23  falleció  en  la  Vi- 
lla de  Saña  el  Señor  Arzobispo  Santo  Toribio  y  en  el 
Cuzco  el  Obispo  Eaya.  En  este  año  y  con  permiso  de  la 
Audiencia  se  fundaron  los  conventos  recoletos  de  Belén, 
de  la  Bendita  Magdalena  y  el  Colegio  de  San  Ildefonso. 

1607  En  14  de  Febrero  de  607  se  veriíicó  la  erección  del  Tri- 
bunal Mayor  y  Audiencia  de  Cuentas,  siendo  el  Decano 
el  Licenciado  Alonzo  Martínez  Pastrana. 


XV. 

BON  JUAN  DE  MENDOZA  Y  LUNA,  Márquez  de  mon- 
tes CLAROS,  SIENDO  VTKEY  DE  MÉJICO,  se  le  mandó  pa- 
sar á  este,  y  entró  en  Lima  el  21  de  Diciembre. 

1608  En  el  siguiente  de  608  seelevó  á Metropolitana  el  Obis- 
pado de  la  Plata  ó  Chuquisaca,  ejerciendo  esta  primera 
investidura  el  D.  D.  Alonzo  de  Peralta,  natural  de  Are- 
quipa, pues  los  anteriores  electos  no  tomaron  posesión. 


[1]  En  estos  está  consideiado  Antonio  Rodríguez,  natural  de  Varvona, 
que  con  motivo  de  su  reclusión  en  la  Merced,  tonjó  el  hábito  en  dicha  órdeu 
donde  hizo  una  vidu  austerH,  y  se  reconoce  su  arrepentimiento.  Murió  eu 
olor  de  santidad,  y  en  3692  con  el  título  Dios  procUfjioso  en  el  judío  mas  obs- 
tinado, se  publicó  un  libro  abultado  de  mas  de  700  pajinas,  en  el  que  se  re- 
lata, su  vida  y  se  consignan  los  milagros  que  hizo.  Se  inició  eii  Koma  el  ex- 
pediente para  su  beatiñcacion  y  canonización. — M.  O: 


—63— 
En  Abril  de  este  año  se  ordenó,  que  los  beneficios  cura- 
dos se  confiriesen  á  sugetos  opuestos  en  concurso,  y  pro- 
puestos por  los  Prelados.  En  10  de  Julio  Domingo  de  la 
Santísima  Triuici.id  se  celebró  en  el  cementtírio  de  la  Ca- 
tedral el  9?  auto  de  fe,  de  18  personas,  en  el  que  relaja- 
ron al  Bachiller  Juan  del  Castillo  natural  de  Lima,  por 
haber  querido  sostener  con  grandes  argumentos,  ser  ver- 
dadera la  ley  de  Moisés.  Los  hermanos  Juandedianos 
Francisco  López,  Juan  Anco  y  Gazpar  Montero,  que  ha- 
blan llegado  á  esta  capital,  tomaron  posesión  del  hospi- 
tal de  San  Diego,  dándosela  el  Provisor  Dr.  Muniz,  en 
virtud  de  la  formal  renuncia  que  hizo  del  patronato,  la 
señora  Esquivel. 

1609  Se  restauró  en  este  año  la  Eeal  Audiencia  de  Chile  por 
D.  Alonzo  Garcia  Itoman.  En  4  de  Octubre  entró  en 
Lima  su  Arzobispo  D.  Bartolomé  Lobo  Guerrero,  que 
wservia  el  del  JSTuevo  Reino  de  Granada;  recibió  en  Quito 
el  palio  de  mano  del  Obispo  D.  F.  Salvador  Eívera,  na- 
tural de  Lima,  hijo  del  conquistador  D.  ISTicolas.  Se  con- 
cluido el  gran  puente  de  Lima  y  el  de  Huaura  dándole  á 
este  pueblo  título  de  Villa.  Mandáronse  erijir  los  Obis- 
pados de  Arequipa,  Guamauga  y  Trujillo. 

1610  Por  rf^al  cédula  21  de  Mayo  de  610  se  aprobó  el  acuerdo 
del  Virey  y  Arzobispo,  asignando  la  Episcopal  de  Hua- 
manga  para  las  apelaciones  en  2?  instancia  de  las  sen- 
tencias del  Arzobispo  y  la  de  Trujillo  en  tercera. 

El  14  de  Julio  murió  en  Lima  el  Bienaventurado  San 
Francisco  Solano.  En  7  de  Diciembre  del  mismo  deter- 
minó la  cabeza  de  la  iglesia  que  los  prelados  presenta- 
dos y  confirmados  para  indias  no  sé  consagrasen  en  Es- 
paña sino  en  América  y  que  el  acto  de  su  consagración 
se  pudiese  hacer  con  un   Obispo  y  dos  prevendados  [1] 

1611  Posesionóse  en  este  año  de  611  del  Obispado  del  Cuzco 
Don  Fernando  Mendoza,  religioso  de  la  Compañía  de 
Jesús:  é  igualmente  los  religiosos  Franciscos,  de  la  her- 
mita  de  Guadalupe  que  trasformaron  en  colegio,  titulán- 
dolo (le  San  Buenaventura.  Se  concluyó  el  arco  alto  del 
X)uente  y  la  alameda  de  los  Descalzos,  para  cuya  conser- 
vación se  estancó  la  Nieve,  y  Aloja. 

1612  En  este  año  murió  .en  Camaná  pueblo  de  la  Diosesis  de 
Arequipa,  el  Obispo  electo  D.  Fr.  Cristóbal  Rodríguez, 


¡1]  El  primero  con  quien  se  usó  de  es^la  ceremonia  fué  con  el  Tilmo,  se- 
ñor D.  Fernando  Arias  de  ligarte,  á  quien  coneagró  Obispo  de  Quito  de 
613,  el  señor  Lobo  Guerrero,  asistiendo  con  Mitras  el  Arcediano  D.  Juan 
de  Velasquez  y  D.  Feliciano  de  la  Vega. 


—64— 
Arzobispo  de  la  isla  de  Saiito  Domingo,  antes  de  tomar 
posesión;  y  antes  de  llegar  al  puerto  «le  Payta,  murió 
también  D.  G(>róninio  de  Cárcamo,  Obispo  pa,rsi  Truji- 
11o.  En  17  de  Junio  Domingo  de  Trinidad,  se  celebró  el 
109  auto  de  fé,  en  la  capilla  de  la  Inquisición  de  nueve 
indios,  entre  ellos  el  escribano  real  Hernando  de  jSTajera 
Araus.  Se  celebró  en  24  de  Noviembre  con  magnífica 
pompa  las  exequias  de  la  Eeyna  T>^  jMargarita  de  Aus- 
tria, íjue  habia  muerto  el  3  de  Octubre  del  año  antece- 
dente. Debe  señalarse  este,  por  primer  año  en  que  hízose 
grabado  en  Lima,  y  fué  la  lámina  del  túmulo,  por  F. 
Francisco  de  Bejarano.  iín  14  de  Diciembre  sufrieron 
martirio  en  Chile  en  el  Valle  de  Blicura,  ordenado  por 
el  casique  Anganamon,  los  PP.  Jesuítas  Martin  de  Aran- 
dn,  Oracio  Vecbi  y  Diego  Montalvo.  8e  sofocó  en  la  vi- 
lla de  Potosí  un  alzamiento  fraguado  por  un  Alonzo  Ya- 
ñez  y  se  castigaron  los  culpados. 

1613  Celebróse  este  año  en  Lima,  en  los  dias  27  y  28  de  Oc- 
tubre un  Sínodo  diosesauo;  habiendo  tenido  lugar  el 
pleito  del  Arcediano  D,  Juan  de  Velasquez  por  haber 
querido  el  Arzobispo  tomase  asiento  en  las  secciones  el 
Provisor,  antes  que  él.  Se  estableció  en  la  caiútai  el  Tri- 
bunal del  Consulado.  Se  hicieron  cargo  los  padres  de 
San  Juan  de  Dios  del  hospital  de  Huancavelica. 

1614  En  este  año  se  tuvo  noticia  haber  en  el  otro  mar  pira- 
tas; con  este  motivo  se  mandaron  empadronar  los  habi- 
tantes de  Lima,  y  resultaron  25,454  personas  y  efectiva- 
mente entró  en  el  mar  del  Sur  con  5  buques  el  pirata 
ingles  Jorje  Spilberg. 

1615  Este  corsario  ó  pnata  tuvo  en  este  año  su  encuentro  en 
el  puerto  de  Cañete  con  la  escuadra  real,  la  que  perdió 
dos  buoues,  y  el  cousario  orgulloso  entró  al  puerro  del 
Callao  el  21  de  Julio  y  siguió  su  derrota  para  la  Nueva 
España,  saqueando  y  quemando  á  Hua,rmey;  emi)ero, 
cerca  de  las  islas  Filipinas  se  encontró  con  la  escuadra 
real  que  mandaba  D.  Juan  Antonio  Konquillo,  (pie  lo 
puso  en  una  vergozosa  fuga.  En  9  de  Febrero  de  este 
año  nació  en  Lima  el  V.  P.Francisco  del  Castillo.  En  2 
de  Enero  verificó  la  erección  del  0})isi)ado  de  Huaman- 
ga  D.  F.  Agustín  Carbajal,  religioso  Agustino  que  ser- 
via la  iglesia  de  Panamá.  Se  nombró  para  el  de  Arequi- 
pa al  Obispo  de  Guatemala  D.  F.  Juan  Caveros  Altami- 
rano,  religioso  Dominico,  que  murió  sin  pasar  á  su  nue- 
va Diócesis.  En  18  de  Diciembre  cesó  el  Virey  y  se  res- 
tituyó á  España. 


—65— 


XVI. 


DON  FEAISTOISCO  DE  BOEJA  Y  xlEAGON,  principe  de 

ESQUILACHE,  CONDE  DE  MAYALDE  Y  GENTIL  HOMBRE  DE 

CÁMARA  DE  s.  M.,  tomó  el  baston   el  18  de  Diciembre. 

1616  En  el  inmediato  de  616  se  verificó  la  erección  del  Obis- 
pado de  Trojillo  x)or  D.  Fr.  Francisco  Cabrera,  Obispo 
de  Pnerto-Eico,  Dominico  é  igualmente  el  de  Arequipa 
por  D.  F.  Pedro  Perea,  Agustino.  Unos  soldados  de  la 
ciudad  de  Santiago,  de  las  montañas  situadas  en  la  parte 
superior  del  célebre  Pongo  de  Manseriche,  arrebatados 
casualmente  de  las  corrientes,  descubrieron  la  Ilación  de 
los  Maynas.  En  este  año  se  descubrió  el  estrecho  de  S. 
Vicente  y  la  isla  de  San  Mauricio,  por  Jacobo  Le-May- 
re,  Guillermo  Schonten  y  otros  interesados  en  el  arma- 
mento del  navio  la  "Concordia'';  jíor  lo  cual  se  le  puso 
al  estrecho  "Lemayre'',  y  la  isla  el  nombre  del  Príncipe 
de  Orauge:  registró  las  diferentes  islas  que  están  á  la  en- 
trada y  salida,  y  gobernando  la  derrota  al  rumbo  de  las 
islas  Malucas  y  Filipinas,  volviéronse  á  Olanda. 

1617  Con  noticia  que  se  tuvo  de  esta  operación,  pasó  en  617 
á  reconocer  el  estrecho  el  náutico  D.  Juan  Morel,  y  de- 
sembarcó en  una  de  las  tierras  que  median  entre  los  dos 
estrechos.  Murió  en  este  año  el  Obispo  del  Cuzco  Men- 
doza, después  de  haber  donado  al  Colegio  de  la  Compa- 
ñía mas  de  300  mil  pesos  y  al  Monasterio  de  Santa  Ca- 
talina siete  mil.  En  24  de  Agosto  sufrió  la  ciudad  de  Li- 
ma el  gran  dolor  de  perder  á  la  Virgen  Santa  Eosa. 

1618  En  principio  de  este  año  de  18,  pasaron  á  reconocer  el 
ya  indicado  estrecho,  los  hermanos  Nodales:  empero,  por 
el  de  Magallanes  se  introdujo  en  el  mar  del  Sur,  el  pira- 
ta inglés  Guillermo  Fzren,  é  igualmente  Gualteii  Eoga- 
li,  iiaciendo  indecibles  hostilidades  en  los  países  de  la 
Guayana.  Se  solicitó  en  este  año  la  conquista  del  terri- 
torio de  Maynas  por  el  general  Diego  Baca  de  Vega.. 
Fué  trasladado  á  Panamá  el  Obispo  de  Huamanga,  Ca^^ 
rabajal. 

1619  En  este  año  de  619  se  fundó  el  asiento  mineral  de  San 
Antonio  Esquilache,  en  la  Provincia  de  Chucuito,  que 
ha  dado  inmensa  riqueza,  pues  de  solo  la  gente  de  él,  to- 
caba al  Obispo  de  cuarta  funeral  14  mil  pesos:  hubo  un 
minero  que  queriendo  retirarse  lleno  de  caudal,  arrendq 

ToM.  vi  Literatura — 9 


—66— 
la  mina  de  la  Fragua  en  1,400  pesos  diarios.  Sucedió  en 
este  año  el  terremoto  que  asoló  las  ciudades  de  Trujillo 
y  Piura  en  14  de  Febrero,  por  cuyo  motivo  el  Obispo  Ca- 
brera quizo  trasladar  la  silla  Episcopal  á  Lambayeque; 
donde  murió  en  este  mismo  año.  En  20  de  Agosto  entró 
en  el  Cuzco  su  Obispo  el  D.D.  Lorenzo  Pérez  del  Grado. 

1620  Erigióse  en  este  año  el  Obispado  de  Buenos- Ayres  sien- 
do su  primer  Prelado  D.  F.Pedro  Carranza,  religioso  Car- 
melita. El  Obispado  del  Imperial  de  Chile,  se  trasladó  á 
la  ciudad  de  la  Concepción.  Se  mandó  fundar  en  esta 
capital  un  colegio  para  los  hijos  de  indios  nobles:  en  la 
ciudad  del  Cuzco  otro  titulado  de  S.  Francisco  de  Borjas; 
y  el  Convictorio  de  San  Bernardo  para  los  hijos  de  con- 
quistadores. Murió  el  Dr.  Carabajal  Obispo  de  Huaraan- 
ga.  Se  consagró  en  la  Catedral  de  Lima  el  Obispo  de  Car- 
tagena D.  F.  Pedro  Torres  Altamirano,  religioso  Fran- 
cisco. En  este  año  se  llevó  el  rio  Apurimac  el  puente  de 
cal  y  canto  que  este  mismo  Virey  habia  mandado  fa- 
bricar al  ingeniero  arquitecto  mayor  D.  Bernabé  Flori- 
nes. Sufrió  gran  inundación  el  pueblo  de  Camaná.  Se 
confinó  para  Chile  al  Provincial  de  la  religión  de  Santo 
Domingo  F.  Salvador  Eamirez,  por  asuntos  de  compe- 
tencia entre  religiosos. 

1621  En  13  de  Enero  de  621  llegaron  las  bulas  elevando  á  re- 
ligión á  la  hermandad  de  San  Juan  de  Dios,  en  su  virtud 
en  Febrero  hizo  profesión  áolemne  Fr.  Francisco  López, 
Prelado  y  otros:  aunque  hubo  contradicción  por  algunos  de 
que  se  formaron  grandesautos;  concluyeron  con  la  muerte 
del  principal  opositor.  [1]  Se  erigió  el  gobierno  de 
Buenos-Ayres,  separándolo  del  de  Paraguay,  siendo 
su  primer  gobernador  D.  Diego  de  Góngora.  Tomó  po- 
sesión del  Obispado  de  Trujillo  D.  Carlos  Marcelo  Corni, 
natural  de  esa  ciudad,  hijo  de  un  fundidor,  así  es  que, 
oyendo  tocar  las  campanas  cuando  entraba,  esclaraó: 
"aquellas  campanas  que  suenan,  mas  alegre  Jas  fundió 
mi  padre";  fué  educado  en  el  Colegio  de  San  Martin  de 
Lima,  Canónigo  Magistral  de  su  Catedral,  donde  se  con- 
sagró. Inmediatamente  fundó  un  Seminario  con  el  títu- 
lo de  sus  Santos.  También  tomó  posesión  en  este  año 
del    Obispado  de   Huamanga    D.   Francisco  Berdugo. 

Murió  en  Eoma  el  Pontífice  Paulo  V,  después  de  haber 

(1).  En  1633  se  Mzo  la  separación  de  las  provincias:  erigiendo  la  del  Perú 
y  Chile,  con  la  advocación  del  Arcángel  San  Rafael,  por  el  General  F.  Fer- 
nando de  Montaos,  quedando  esclarecido  que  en  esta  parte,  las  guías  del 
Sr.  Dr.  Unamie  han  sufrido  equivocación,  pues  se  pone  la  erección  de  la 
Provincia  en  1591— cuarenta  y  dos  años  antes. 


—67— 
caiiOD izado  á  San  Carlos  Borromeo:  fué  electo  el  Carde- 
nal Alejandro  Ludovico  qne  tomó  el  nombre  de  Grego- 
rio XV.  A  fines  del  año  llegó  la  noticia  de  haber  falleci- 
do en  España  Felipe  III,  á  la  edad  de  43  años  el  31  de- 
Marzo,  cuyo  aviso  le  fué  al  Virey  muy  sensible,  de  rao- 
do  que  el  31  de  Diciembre  sin  esperar  sucesor  entregó  el 
mando  á  la  Eeal  Audiencia  y  se  embarcó  para  la  Penín- 
sula. 
1622  En  8  de  Enero  de  622  falleció  en  Lima  el  Arzobispo  Lo- 
bo-Guerrero. El  Cabildo  en  el  tiempo  de  la  vacante  se 
esmeró  en  la  pronta  conclusión  de  la  fábrica  de  la  igle- 
sia Catedral.  Fué  proclamado  por*Rey  su  hijo  Felipe  IV 
cuando  solo  contaba  la  edad  de  16  años,  y  lo  primero 
que  hizo  proceder  á  proveer  el  Vireinato  del  Perú,  que 
•  según  se  ha  dicho  quedó  vacante  y  en  gobierno  de  la 
Eeal  Audiencia  hasta  Julio. 


FELIPE  IV. 

EMPERADOE  XVIII  DEL  PERÚ. 
XYII. 


DOíí  DIEGO  FEEÍí^ANDEZ  DE  COEDOVA,  caballeeo 

ILUSTRE  DE  CÓRDOVA  T  PRIMER  MÁRQUEZ  DE  GUADAL- 
CAZAR,  servia  el  Vireinato  de  Méjico,  cuando  se  le  man- 
dó pasar  al  del  Perú,  y  entró  en  su  capital  el  25  de  Julio 
de  622:  fué  el  primer  Virey  que  gozó  de  la  dispensa  de 
pagar  derechos  de  Alraozarifasgo  y  á  quien  se  le  señaló 
12  mil  pesos  para  recibimiento.  Desde  luego  se  aplicó  á 
la  defensa  del  Eeyno  amenazado  por  un  armamento  Ho- 
landez  que  comandaba  el  pirata  Jacobo  Heremeti  (ó  el 
hermitaño  como  dicen  otros,  por  haber  sido  religioso) 
que  se  tenia  noticia  haber  pasado  el  estrecho  de  Le-May- 
re.  En  este  año  entró  en  el  Convento  de  la  Eecoleta  Do- 
minica Fr.  Juan  Masias. 
1623  En  este  año  de  623  se  descubrió  el  cerro  mineral  de 
Huancapeti,  el  que  fundó  y  pobló  D.  Francisco  Fernandez 
de  Córdova,  con  el  carácter  de  Gobernador  y  Adminis- 
trador general.  En  el  mismo  año  8  de  Julio,  murió  en 
Eoma  el  Pontífice  Gregorio  XV,  habiendo  el  año  antes 
promulgado  la  canonización  de  San  Isidro,  San  Ignacio 


—68— 
de  Loyola,  San  Francisco  Javier,  San  Felipe  IS'eri  y  San- 
ta Teresa  de  Jesús,  que  celebraron  los  Jesuítas  con  grap. 
pompa  y  magnificencia:  también  beatificó  á  San  Pedro 
Alcántara  y  San  Luis  Gonzaga.  Este  papa  ordenó  que 
la  elección  de  sus  sucesores  se  hicieran  en  votos  secre- 
tos: fué  electo  el  Cardenal  Barberiño  que  tomó  el  nom- 
bre de  Urbano  VIII. 

1624  En  este  año  de  624  murió  en  Lima  el  Obispo  de  Are- 
quipa Perea,  donde  se  hallaba  con  todo  su  cabildo  en  un 
ruidoso  pleito  que  sostenían  ambos  ante  el  Metropoli- 
tano; reputando  el,.  Obispo  á  los  canónigos  intrusos  y  co- 
mo á  tales  quería  que  devolviesen  40  mil  pesos  que  ha- 
bían percibido  de  renta,  fundándose  en  que  no  hubo 
Obispo  que  les  diese  institución  canónica:  el  pleito  duró 
el  tiempo  de  su  gobierno  y  se  concluyó  con  su  muerte. 
En  10  de  Febrero  se  verificó  la  fundación  del  Monaste- 
rio de  Santa  Catalina.  Mandó  fabricar  el  Yirey  en  el  ar- 
rabal de  abajo  del  puente  cuatro  casas  para  alojamiento 
de  negros.  En  este  mes  llegó  al  cabezo  de  la  isla  del  Ca- 
llao la  escuadra  de  Heremeti  compuesta  de  once  bajeles 
y  mas  de  mil  hombres  de  desembarco,  la  cual  no  se  atre- 
vió echar  en  tierra  por  el  valor  con  que  se  defendió  el  puer- 
to, en  los  cinco  meses  que  duró  el  sitio:  en  dos  de  Junio 
hecho  un  brulot  de  fuego  que  la  corriente  arrojó  á  playa 
de  Bocanegra,  donde  reventó  sin  daño  alguno,  de  cuyo 
pesar  murió:  su  cadáver  se  enterró  en  la  isla  y  su  segun- 
dó abandonó  el  sitio  y  dejó  estos  mares  volviéndose  á 
Amsterdan. 

1625  La  silla  Metropolitana  que  se  hallaba  vacante  fué  ocu- 
pada por  el  señor  D.  Gonzalo  Ocampo,  que  consagrado 
en  la  Capilla  Real  de  Madrid,  por  D.  Luis  F.  de  Córdo- 
va.  Arzobispo  dé  Sevilla,  á  título  de  Obispo  de  Guadix, 
fué  electo  Arzobispo  de  los  Eeyes  en  623  y  se  trasladó 
al  Perú  y  entró  en  Lima  el  20  de  Abril  de  este  año  de 
625  cuando  se  hallaba  concluida  la  fábrica  de  la  iglesia 
Catedral,  la  que  consagró  el  19  de  Octubre  con  una  so- 
lemne función,  que  se  cuenta  comenzaron  las  ceremonias 
á  las  seis  de  la  mañana  y  acabó  la  misa  cerca  de  la  no- 
che. En  21  de  Diciembre  se  celebró  en  la  plaza  mayor 
el  11?  auto  de  fé,  de  24  personas  de  ambos  sexos  por  di- 
ferentes delitos,  en  la  que  compareció  la  célebre  Inés  de 
Castro  [a]  Voladora,  y  fneron  relajados  en  persona  los 
portugueses  Diego  de  Aranda  y  Juan  de  Acuña  y  lloro- 
na: en  estatua  y  huesos,  Garci  Méndez  de  Dueñas  que 
se  habia  ahorcado  el  anterior,  y  el  Presbítero  Manuel 
JSTuñez  A-lmeida  que  murió  de  hambre,  pues  con  la  ma- 


—69-- 
yor  intrepidez  no  quizo  comer  desde  que  se  le  puso  pre- 
so: después  de  quemados  los  dichos,  lo  ejecutaron  con 
los  i)apeles   y  cuadernos  de  la  indicada  D^  Inés,  que  al 
ver  volar  las  cenizas  izque  decia,  "echa  flores"  [1]. 

1626  Se  fundó  en  el  presente  año  de  26  el  colegio  de  San  Pe- 
dro Nolasco,  y  reediticóse  la  Villa  de  Moquegua,  deno- 
minándola Santa  Catalina  de  Guadalcázary  de  allí  pasó 
en  clase  de  Gobernador  y  Capitán  General  de  Chile  D. 
Luis  Fernandez  de  Córdova.  El  Arzobispo  Ocampo  que 
habla  salido  á  la  visita,  murió  en  el  pueblo  de  líecuay 
el  19  de  Diciembre  con  sospechas  de  veneno  que  se  cree 
le  dio  un  indio  por(]ue  trató  de  desapartarlo  de  la  vida 
escandalosa  que  tenia,  habiendo  gobernado  solo  un  año 
ocho  meses. 

1627  Tuvo  lugar  en  este  año  de  27  la  fundación  de  la  ciudad 
de  Santiago  de  Guadalcázar  que  realizó  el  capitán  Mar- 
tin Ledesma.  En  Setiembre  murió  el  Obispo  del  Cuzco 
Pérez.  La  religión  de  San  Agustin  recibió  en  este  año 
patentes  para  establecer  la  alternativa,  nombrado  de  juez 
ejecutor  al  M.  E.ua;  quizo  oponerse  el  Vicario  Provincial 
F.  Lucas  de  Mendoza,  por  lo  que  fué  declarado  por  ex- 
comulgado, de  lo  que  provinieron  algunas  disenciones 
llegando  al  extremo  de  que  el  Virey  reuniese  un  congre- 
so de  teólogos  para  consultar  la  absolución,  pues  se  ne- 
gaba el  Padre  ejecutor,  hasta  que  se  le  previno  lo  verifi- 
case en  Noviembre.  El  Licenciado  Francisco  de  Palma 
Fajar  lo  fundó  en  la  feligresía  de  San  Marcelo  hacia  el 
camino  del  Callao,  la  capilla  deííuestra  Señora  del  Buen 

4  Viage.  Se  prohibió  en  este  año  el  establecer  obrages  sin 
licencia  previa  de  la  misma  Corte. 

1628  El  Sumo  Pontífice  Urbano  VIII  concedió  al  Eey  de  Es- 
paña la  mesada  de  los  beneficios  eclesiásticos  al  tiempo 
de  su  presentación.  También  tuvieron  lugar  la  publica- 
ción de  las  leyes  de  Indias  recopiladas  por  el  Licenciado 
D.  Eodrigo  de  Aguilar  y  del  Licenciado  Antonio  León 
Pinelo,  y  satisfecho  el  Perú  de  la  justificación  del  go- 
bierno del  Virey  entregó  el  mando  y  se  restituyó  á  Es- 
paña. 


[IJ  Véanse  los  Anales  de  la  Inquisición  por  Eicardo  Palma.— Jf.  O. 


70 


XIII. 

DON  GEEONIMO  FERNANDEZ  DE  OABREEA  BOSA- 
DILLA Y  MENDOZA,  conde  del  chinchón  de  los 
CONSEJOS  de  estado  Y  GUERRA.  Entró  en  Lima  y  tomó 

1629  posecion  del  vireiüato  en  14  de  Enero  de  1629  cuando 
todo  él,  se  señoreaba  de  haberse  sobrepuesto  á  las  ma- 
quinaciones de  los  piratas;  empero,  la  complacencia  no 
fué  duradera  como  se  verá:  Trujillo  tuvo  que  lamentar 
en  la  muerte  del  Obispo  Oorni  la  pérdida  de  su  bien- 
hechor que  habia  despojádose  de  las  casas  en  que  nació, 
para  íormar  colegio  y  establecido  renta  para  dotar  á  don- 
cellas que  quisiesen  tomar  estado. 

1630  Lima  regocijándose  por  su  nuevo  Pastor  el  señor  Don 
Fernando  Arias  de  ligarte,  natural  de  Bogotá,  oidor  que 
habia  sido  de  Lima,  Corregidor  de  Potosí  y  auditor  de 
guerra,  que  entró  en  ella  el  14  de  Febrero,  concluyólos 
con  llanto,  pues  en  la  tarde  del  27  de  Noviembre  estan- 
do en  encierro  de  toros,  (1)  sobrevino  un  terremoto  que 
habría  asolado  la  capital,  si  la  Virgen  «Santísima  no  hu- 
biera clamado  por  ella,  á  su  Hijo  Jesús,  manifestándose 
una  imagen,  colocada  sobre  el  pórtico  de  la  antigua  por- 
tería del  convento  de  San  Francisco,  con  afecto  de  mi- 
rar al  Sagrario,  desde  cuyo  dia,  tituláronla  Nuestra  Se- 
ñora del  Milagro.  No  esperimentaron  las  demás  ciuda- 
des del  reino  lesión  alguna,  asi  es,  que  el  Cuzco  celebró 
la  recepción  de  su  Obispo  D.  Fr.  Fernando  de  Yera,  pro- 
movido del  primado  de  las  Indias  á  ella,  donde  continuó 
el  palio.  Los  PP.  Agustinos  realizaron  la  fundación  del 
convento  de  Guia.  Se  descubrió  el  mineral  de  Yaurico- 
cocha  por  un  indio  pastor  de  ovejas  llamado  Huari- 
Capcha,  el  cual  habiendo  formado  una  hoguera  para  ca- 
lentarse, observó  que  las  piedras  del  fogón  y  del  fondo 
se  fundieron  cuyo  secreto  participó  á  D.  José  ligarte  ad- 
ministrador de  la  estancia  de  Paria,  que  se  la  apropió. 

1631  La  Diócesis  de  Trujillo  fué  ocupada  por  D.  F.  Antonio 
Vallejo  que  servia  la  de  Popayan:  mientras  esto,  las  mi- 
siones franciscanas,  progresaban  considerablemente  lo- 
grando este  año  la  conversión  á  la  íé  de  la  nación  de  los 
indios  Panataguas  que  habitan  un  país  confinante  por  el 
N.  y  E.  con  Huánuco.  Los  Jesuítas  al  paso  que   sufrían 


Cl)  Encierro  «e  entiende  en  Lima,  por  una  tarde  de  lidia,  en  que  todos 
los  gastos  y  entradas  se  hace  por  la  mitad  del  precio  prefijado  y  con  la  cual 
concluye  la  temporada. 


—71— 
iguales  fatigas,  también  se  esmeraban  en  descubrimien- 
tos cientiíicos,  alcanzando  buen  efecto,  en  unas  tercianas 
perniciosas  que  padecía  la  condesa  del  Chinchón  la  rece- 
ta de  la  cascarilla  que  le  suministraron,  cuya  virtud  fé- 
bribuga  la  descubrió  el  año  precedente  un  indio,  al  corre- 
jidor  de  la  ciudad  de  Loja  D.  Pedro  Ley  va,  de  cuyo  títu- 
•  lo  coD  alguna  alteración  la  denominaron  los  botáuicos, 
admirando  como  prodigiosa  la  cura:  se  empezó  el  uso  de 
la  Quina  en  polvos  llamados  de  la  Condesa,  y  en  Europa, 
de  los  Jesuítas.  (1)  En  fines  de  este  año,  es  decir,  el  3  de 
Diciembre  por  real  cédula,  se  ordenó  la  deducción  de  las 
tercias  decimales  de  las  rentas  vacantes  de  los  Obispos, 
para  aplicarlas  en  beneficio  de  las  obras  pías  de  España. 
En  27  de  Febrero  se  celebró  en  la  capilla  de  la  Inquisi- 
ción auto  de  fé,  en  que  aparecieron  3  hombres  y  4  muje- 
res castigados  por  hechiceros  y  blasfemos. 

1632  En  2  de  Enero  de  este  año,  se  erigió  la  Congregación  ae 
Nuestra  Señora  de  la  O.  El  obispado  de  Arequipa  va- 
cante y  que  según  se  ha  manifestado,  no  habia  disfruta- 
do el  rebaño  que  lo  compone,  de  un  Pastor  que  mirase 
por  él,  fué  conferido  al  Dr.  D.  Pedro  Villagomez  que  te- 
nia en  Lima  comisión  de  visitar  la  Audiencia  y  Tribuna- 
les, y  estando  en  esta  operación  le  llegaron  las  bulas  y 
se  consagró.  Se  comenzaron  hacer  fábricas  abajo  del 
Puente. 

1633  El  20  de  Abril  del  año  siguiente  de  633  pasó  el  señor 
Villagomez  á  tomar  posecion  y  arreglar  todos  los  asun- 
tos concernientes  á  su  grey.  En  este  año  sucedió  el  es- 
candaloso suceso  del  monasterio  ele  la  Encarnacicn,  de 
haber  una  monja  muerto  á  otra  á  puñaladas;  se  consul- 
tó á  Roma  el  castigo  que  debia  dársele,  y  se  mandó  fue- 
se emparedada.  (2) 

1634  Observándose  el  gran  consumó  que  en  esta  capital  ha- 
bia de  nieve,  trató  de  estancarse  este  artículo,  como  se 
efectuó  en  el  presente  año  de  634  que  continúa  hasta  el 
dia.  Tuvo  lugar  en  este  año,  una  inundación  de  casi  to- 
do el  arrabal  de  San  Lázaro  por  haber  salido  el  rio  Ei- 
mac  de  madre. 

1635  En  Enero  de  este  año  de  635  se  celebró  en  Lima  un  sí- 
nodo diocesano  que  fué  aprobado. 

El  Obispado  de  Trujillo  perdió  al  señor  Vallejos,  des- 
pués de  un  corto  gobierno  y  se  trasladó  el  cuerpo  á  su 


(1)  Véase  sobre  el  descubrimiento  de  la  Quina  las  Tradiciones  de  Pal- 
ma--Jí.  O. 

(2)  Según  la  Bula  debia  ser  la  ejecución  en  una  celda  de  cuatro  paredes, 
pues  se  le  privaba  de  toda  comunicación  y  de  voz  activa  y  pasiva. 


—72— 
patria  Madrid,  á  cuyo  convento   había  remitido  50  mil 
pesos.  La  provincia  de  Maynas  esperimenté  en  este  año 
una  sublevación  de  sus  naturales  que  arruinaron  la  ciu- 
dad de  San  Fraucisco  de   Borjas,  pero  volvieron  á  paci- 
ficarse á  esfuerzos  de  los  Jesuítas.  En  la  noche  del  11  de 
Agosto  se  puso  en  gran  alarma  la  ciudad  con  la  prisión 
de  cerca  de  cien  personas,  acusadas  ante  la  inquisición 
como  judíos,  siendo  los  mas  comerciantes:  para  desocu- 
par los  calabozos,  se  celebró  el  17  de  dicho  mes  auto  de 
fé  en  la  capilla  en  que  se  sentenciaron  12  personas. 
1636  Murió  en  Huamanga  en  este  año,  el  Obispo  D.  Francis- 
co Berdugo  promovido  al  Arzobispado  de  Méjico,  prela- 
do limosnero  y  justo,  después  de  haber  visitado   cinco 
veces  su  diócesis:  no  fué  menos  D.  F.  Gabriel  de  Zarate 
.  que  le  sucedió,  religioso  dominico,  natural  de  Lima,  pero 
su  gobierno  fué  tan  corto  que  murió  el  siguiente  de    37 
con  gran  sentimiento  de  los  que  le  trataron,  sin   haber 
llegado  á  estendérsele  bulas.  En  este  año  se  gastaron 
de  Oajas  reales  12,500  pesos  en  la  conducción  á  España 
de  cuarenta  Aleones  para  la  real  Caza  I  olateria  de  S.M. 
Se  ordenó  que  el  dinero  de  los  Monasterios  se  llevase  á 
la  Caja  real.  Se  prohibió  que  los   indios   usasen  armas 
ofensivas. 
1638  El  comienzo  del  inmediato    de  38  también  fué  bien   ca- 
lamitoso; en  27  de  Enero  sufrió  Lima  la  pérdida  de  su 
prelado  D.  Fernando  Arias  de  ligarte  varón   austero  y 
penitente  que  gastó  todo  el  tiempo  de  su  gobierno  en  vi- 
sitar su  diócesis  cuidando  de   celebrar  misa   todos  los 
dias.  Fué  señalado  para  remplazarlo  el  Obispo  del  Cuz- 
co, Vera;  pero  el  Todopoderoso  determinó  tuviesen  igual 
tiempo  de  gobierno  ambos,  recogiéndoselo  para  sí  en  ISTo- 
viembre.  La  mitra  de  Trnjillo  fué  ocupada  en  el  año  de 
que  se  habla,  por  D.  Diego  de  Montoya  Obispo  de  Po- 
payan,  insigne  predicador  que  había  conseguido  la  re- 
ducción de  los   indios  Ohocoes  y  I^oanamas:  no  fué  me- 
nos elocuente  el  Jesuíta  Lucas  de  la  Cueva,  que  logró 
fundar  el  pueblo  de  Jeveros   en  Maynas.  El  comercio 
que  hasta  aquí  había  caminado  pacificamente,  sufrió  sus 
molestias  en  este  año,  pues  le  acometió  á  la  armada  de 
los  galeones   del   general  D.  Carlos   ]  barra,  el   corsario 
Holandés  conocido  por  "Pie  de  Palo,"  mas  tuvo  la  for- 
tuna que  después  de  un  reñido  combate  de  cinco  horas 
fué  muerto  el  corsario  y   echados  á  pique  siete  de   sus 
buques. 
1639  Domingo  23  ,de  Enero  de  este  año,  se  celebró  en  la  Pla- 
za mayor  un  auto  de  fé,  de  gran  aparato  y  fué  el  149j  en 


—73— 
él  aparecieron  80  reos:  siete  salieron  con  palmas  y  en  ca- 
ballos blancos,  por  habérseles  declarado  inocentes:  6  mu- 
jeres por  hechiceras:  50  reconciliados  con  San  Benito  y 
doce  relajados,  que  fueron  quemados  vivos  en  el  Pedre- 
gal por  judíos:  nombrados  Manuel  Bautista  Pérez,  co- 
luercirnte  de  mucho  crédito,  estimado  de  eclesiásticos  y 
seglares,  mayordomo  del  Santísimo  de  la  Iglesia  Cate- 
dral, á  quienes  se  le  de<licaban  en  las  Universidades  ac- 
tos literarios;  teníanlo  los  de  su  nación  por  el  oráculo  de 
la  religión  hebrea,  llamándolo  "Oapitan  grande"— -Los 
comerciantes  Antonio  Vega,  Antonio  Espinoza,  Diego 
López  de  Fonseca,  Jnan  Rodríguez  Silva,  el  bachiller 
Francisco  Maldonado  de  Silva,  cirujano  natural  delTu- 
cuman  é  hijo  de  portugués,  Juan  Acevedo,  Luis  de  Li- 
nia  [sus  hermanos  Juan  y  Tomas,  fueron  reconciliados] 
*  Eodrigo  Vaez  Pereira,  Sebastian  Duarte,  Tomas  Cua- 
resma, cirujano:  también  fueron  quemados  los  huesos 
de  Manuel  Paz  Estra  vagan  te  por  haberse  ahorcado  en 
la  cárcel. 

Notóse  como  á  las  tres  de  la  tarde,  acabadas  de  leer 
las  sentencias,  levantarse  un  fuerte  huracán  fenómeno 
observado  en  Lima  por  la  primera  vez,  rompió  con  toda 
violencia  la  vela  que  hacia  sombra  al  tablado,  y  miran- 
do al  cielo  Maldonado,  dijo:  "esto  lo  ha  dispuesto  asi  el 
Dios  de  Israel  para  verme  cara  á  cara  desde  el  cielo."  Al 
otro  dia  salieron  por  las  calles  los  condenados  á  la  pena 
de  azotes.  (1) 

En  3  de  ííoviembre  perdió  Lima  al  Beato  Martin  de 
Porres,  donado  de  la  orden  de  predicadores  y  el  18  de 
Diciembre  entregó  este  virey  el  mando  y  se  restituyó  á 
España. 

XiX. 

DOls^  PEDEO  DE  TOLEDO  Y  LEYV A,  marques  de  man- 
ceba, SEÑOR  DE  LAS  CINCO  VILLAS  Y  SU  JURISDICCIÓN, 
COMENDADOR  DE  ESPARRAGAL  EN  EL  ORDEN  DE  ALCÁN- 
TARA, GENTIL  HOMBRE    DE  CÁMARA    DE   S.    M.  T    DE    SU 

CONSEJO  DE  GUERRA.  Fué  uombrado  Vircy  del  Perú  y 
entró  en  Lima  el  18  de  Diciembre  de  639. 
1640  Se  empleó  en  guarnecer  y  amurallar  la  plaza  del  Callao 
con  copiosa  artillería  de  bronce  fundida  en  esta  ciudad, 
la  que  para  igual  efecto  se   condujo  para  el  fuerte  de 


(1)  Véase  Anales  déla  Inquisición  por  Palma — M.  O. 

ToM.  VII.  Literatura — 10 


—74— 
Valparaíso  y  presidio  de  Valdivia,  dando  orden  al  maes- 
tre de  campo  D.  Martin  de  Valenseguy,  corregidor  de 
Gnayaquil,  fabricase  para  la  defensa  del  mar  bajeles  de 
importancia.  En  este  año  fué  ascendido  al  obispado  del 
Cuzco,  el  de  Trujillo  Dr.  Montoya,  mas  no  tomó  pose- 
cion  por  haber  muerto  en  el  mismo  año:  también  salió  á 
servir  el  obispado  de  la  Paz  el  chantre  D:  Feliciano  de 
la  Vega. 

1641  En  este  año  se  introdujo  el  papel  sellado.  En  22  de  Ma- 
yo entró  en  Lima  el  Arzobispo  Dr.  D.  Pedro  de  Villa- 
gomez,  dejando  el  obispado  de  Arequipa  á  D.  Agustín 
de  ligarte  y  Sarabia,  que  obtenía  el  de  Guatemala.  En 
este,  ante  el  notario  apostólico  Fr.  Diego  de  Oórdova  se 
recibió  información  jurídica  del  suceso  de  nuestra  Seño- 
ra del  Milagro,  acaecido  en  el  terremoto  de  630  que  se 
ha  referido.  Domingo  17  de  l^ovíembre  se  celebró  auto 
de  fé  en  la  capilla  de  la  Inquisición,  en  él  comparecie- 
ron 16  penitenciados — uno  por  matrimonio  doble,  cator- 
ce portugueses  por  judaisantes  y  por  hechicera  Da.  Ma- 
ría de  la  Cerda  y  Badillo  [a]  la  Tucumanesa;  y  el  dia 
siguiente  fué  el  designado  para  los  azotes  de  esta  y  de 
tres  judaisantes. 

1642  Sucedieron  en  este  año  de  642  en  el  Paraguay  las  ruido- 
sas competencias  y  disenciones  entre  el  Obispo  Cárde- 
nas y  los  regulares  de  la  Compañía,  al  extremo  de  echar 
al  Obispo  de  su  Iglesia  el  gobernador  D.  Gregorio  de 
Hinestrosa.  Salió  á  servir  el  Obispado  de  Hu^jaca,  el  Ar- 
cediano de  Lima  D;  Bartolomé  Benavides.  Se  reforma- 
ron las  tasas  de  los  tributos  de  indios  que  en  algunos 
pueblos  se  hallaban  recargados. 

1643  Se  recibió  noticia  de  haber  ocupado  los  holandeses  á 
Valdivia  mandados  por  Enrique  Brant,  lo  cual  puso  en 
gran  confusión  el  reyno:  el  virey  mandó  se  hiciesen  no- 
venarios en  todas  las  iglesias,  mientras  tanto,  meditaba 
la  advocación  que  había  de  tomar  para  protectora  de  las 
armas.  A  esta  sazón  el  P.  M.  Fr.  Gaspar  de  Saldaña  re- 
ligioso dominico,  ofreció  el  patronato  del  Dulcísimo  nom- 
bre de  María:  en  tan  bella  oportunidad  que  cabalmente 
llegó  cédula  real  para  que  el  virey  designase  la  advoca- 
ción y  con  tan  prósperos  principios  se  procedió  á  fijar  el 
18  de  Octubre  para  el  juramento,  que  se  verificó  con  la 
mas  solemne  función,  saliendo  cargando  las  andas  de 
los  cinco  ángeles,  individuos  que  obtenían  en  el  ejérci- 
to el  grado  de  capitán  y  la  de  Nuestra  Señora  del  Eosa- 
rio  cuatro  caballeros  cruzados. — Con  estos  preparativos 
salió  para  el  punto  ocupado  por  los  holandeses  una  ar- 


—75— 
niada  compuesta  de  12  bajeles  al  mando  de  D.  Antonio 
de  Toledo,  hijo  del  virey,  dando  á  la  vela  el  Sábado  31 
de  Diciembre.  En  este  mes  llegaron  de  Tierra  Firme  las 
monjas  que  fundaron  el  monasterio  del  Oarmen-Alto. 
En  el  presente  año  de  644  tomó  posesión  del  Obispado 
del  Cuzco  el  Dr.  D.  Juan  Alonso  Oeon,  que  servia  el  de 
Yucatán.  En  este  mismo  año  murió  en  Roma  el  Pontí- 
fice Urbano  VIII  el  29  de  Julio,  después  de  haber  caño- 
niñeado  á  Santa  Isabel  Reyna  de  Portugal  y  á  San  An- 
drés (Jorsino:  beatificó  á  San  Cayetano  y  á  San  Félix  de 
Cantalicio:  también  dio  á  los  cardenales  el  dictado  de 
Eminencia.  Los  religiosos  dominicos  erigieron  en  este 
año  el  colegio  de  Santo  Tomas  con  los  cuantiosos  bie- 
nes que  dejó  D.  Andrés  Cinteros. 

En  los  meses  de  Febrero  y  Marzo  de  645  hubieron  en 
Quito  repetidos  temblores  y  por  Abril  se  asoló  Eio-bam- 
ba  con  uno  formidable.  Se  reedificó  y  fortificó  á  Valdi- 
via por  el  Maestre  de  Campo  D.  Alonso  de  Villanueva. 
En  este  año  se  hizo  cargo  del  Obispado  de  Huamanga 
D.  Fr.  Antonio  Conderino  religioso  agustino,  mas  ha- 
biéndose puesto  amenté  al  poco  tiempo  se  nombró  de 
Coadjutor  á  D.  Antonio  de  Castro  que  renunció.  Entró 
en  el  puerto  del  Callao  de  regreso  la  armada,Sábado  6  de 
Mayo,  no  habiendo  encontrado  á  los  enemigos,  que  de- 
socuparon de  antemano  á  Valdivia:  observóse  en  esta 
expedición  que  dirijió  el  P.  Francisco  del  Castillo  como 
confesor  del  General,  que  salió  en  Sábado  del  Callao, 
llegó  á  Valdivia  Sábado  4  de  Febrero,  arribó  á  Arica  á 
tomar  el  caudal  de  la  real  hacienda  Sábado  Santo  15, de 
Abril,  y  últimamente  ancló  en  Sábado.  «f 

En  este  año  se  publicó  bando  para  que  se  presentasen 
todos  los  portugueses  residentes  en  la  capital  con  las  ar- 
mas que  tuviesen,  y  se  reunieron  seis  mil,  aunque  se  les 
mandó  salir,  sin  embargo  de  haber  ofrecido  2000  duca- 
dos, se  quedaron,  lo  que  se  atribuyó  á  coecho  y  fué  uno 
de  los  puntos  que  se  tuvo  presente  en  la  causa  de  resi- 
dencia. Se  fundó  en  el  Cuzco  el  hospital  de  San  Andrés 
para  la  curación  de  mujeres,  al  que  es  anexo  el  colegio 
del  mismo  nombre  para  educación  de  niñas  españolas  y 
pobres.  En  este  año  íuó  nombrado  el  Dean  D.  Andrés 
Garcia  Zurita,  coadjutor  del  Obispo  de  Huamanga.  Se 
fundó  en  Lima  por  el  Licenciado  Francisco  Gamarra, 
Cura  de  San  Sebastian,  la  hermandad  de  la  '"Concordia 
Clerical,"  la  que  confirmó  Alejandro  VIL  Los  Padres 
Fr.  Martin  Valles  y  Fr.  Francisco  de  Gamboa,  religio- 
sos de  San  Francisco  de  Paula,  llegaron  á  Lima  este  año 


—76— 
y  establecieron  su  hospicio  en  la  hermita  de  Nuestra  Se- 
ñora del  Buen-viaje  que  se  había  construido  en  627  se- 
gún se  ha  dicho.  A  la  misma  sazón  Alón zo  Eodrigüe/, 
Juan  Ocampo  y  el  hermano  Diego  de  las  Casas,  fabrica- 
ron la  iglesia  á*^  l^uestra  Señora  del  Socorro  en  la  calle 
de  Malambo,  con  el  ñn  de  establecer  convento  de  reli- 
giosos Capuchinos,  mas  habiendo  solicitado  licencia  de 
la  Corte,  se  negó.  Fué  trasladado  el  Obispo  de  Arequipa 
Dr.  ligarte  al  de  Quito. 

1647  Hubo  en  este  año  de  47  un  terremoto  casi  universal  en 
el  Perú,  el  que  arasó  á  Santiago  de  Chile  en  13  de  Mayo, 
sepultando  sus  edificios  mas  de  dos  mil  personas.  Fué 
nombrado  en  este  año  Obispo  de  Trujillo  D.  Fr.  Luis  de 
Córdova  y  Eonquillo,  que  servia  el  de  Cartagena,  el  que 
habiendo  muerto  le  reemplazó  D.  Pedro  Oortega  y  So- 
tomayor,  natural  de  Lima,  el  cual  luego  que  lo  supo 
abandonando  el  Arcedianato,  se  retiró  al  noviciado  de 
la  Compañía,  donde  tomó  la  sotana;  mas  se  le  obligó  á 
dejarla,  y  consagrado  pasó  á  su  Diócesis.  En  este  año 
hubieron  reñidas  competencias  en  el  convento  de  San 
Francisco,  por  la  elección  de  Vicario  Provincial,  pues  el 
P.  Fr.  Pedro  Iramain  que  fué  electo  en  el  convento  de 
Pisco,  murió  á  los  siete  meses  en  la  visita. 

1648  El  Dr.  Sotomayor  fué  ascendido  al  Obispado  de  Are- 
quipa, y  reemplazado  con  D.  F.  Marcos  Salmerón  que 
murió  antes  de  tomar  posesión.  Aconsecuencia  del  fo- 
mento que  se  daba  en  una  casita  del  Cercado  á  Nuestra 
Señora  del  Carmen,  donó  en  este  año  el  capitán  Juan 
Becerra  el  sitio,  donde  con  este  título  se  formó  un  pe- 
queño hospital  para  indios  convalecientes.  En  20  de  Se- 
tiembre concluyó  el  gobierno  del  Virey. 


XX. 


DON  GABCIA  SAEMIENTO  DE  SOTOMAYOR,  conde  de 

SALVATIERRA,  MARQUES  DE  SABROSO,   CAUDILLO  MAYOR 

DEL  REYííO  Y  OBISPADO  DE  JAÉN,  hallábase  sirvíeudo  el 
Vireinato  de  Méjico  cuando  fué  trasladado  al  del  Perú, 
entrando  en  su  capital  el  20  de  Setiembre  de  1648. 
1649  En  el  entrante  de  649  se  facilitó  el  establecimiento  y 
conversión  de  la  Provincia  de  May  ñas  por  los  regulares 
de  la  Oomi)añía,  cuyos  naturales  se  habían  sublevado 
anteriormente  destruyendo  todas  las  jjoblacíones. 
Fué  nombrado  en  este  año  Obispo  de  Trujillo  D.  Juan 


—77— 
de  Zapata  y  Figueroa,  que  miirií)  en  el  de  Santa-Oruz 
de  la  Sierra  antes  de  recibir  las  bulas.  En  el  pueblo  de 
Éten,  correspondiente  entonces  á  este  Arzobispado,  se 
vio  el  repetido  prodigio  de  un  niño  aparecido  en  la  hos- 
tia existente  en  la  custodia  de  la  iglesia  en  los  dias  20  y 
21  de  Julio. 

En  25  de  Marzo  se  hicieron  grandes  rogativas  por  el 
hurto  de  formas  que  se  perpetró  en  la  iglesia  de  monjas 
de  Santa  Clara  de  la  ciudad  de  Quito.  En  8  de  Diciem- 
bre de  este  año  recibió  el  señor  Villagomez  el  Palio. 

1650  Se  fundió  en  este  año  de  50  la  célebre  fuente  de  bronce 
que  en  la  plaza  mayor  de  Lima  perpetúa  la  memoria  de 
este  Virey.  En  31  de  Marzo  experimentó  la  ciudad  del 
Cuzco  un  formidable  terremoto  que  destruyó  muchos  de 
sns  edificios.  El  Obispo  de  Huamanga  D.  Andrés  Gar- 
cía de  Zurita,  fué  traslado  al  de  Trujillo  y  nombrado  pa- 
ra aquel  D.  Francisco  Grodoy,T)ean  de  Lima  y  el  tesore- 
ro de  dicha  iglesia  D.Juan  Machado,  salió  Obispo  de  Po- 
payan. 

1651  En  el  año  de  51  se  facilitó  la  conversión  de  los  indios 
Mataguayos  de  la  Provincia  del  Chocó,  haciendo  su  en- 
trada los  Jesuítas  Ignacio  Medina  y  Andrés  Luxan,  guia- 
dos por  el  casique  líao;  mas  al  poco  tiempo  se  subleva- 
ron. 

1652  En  este  año  de  652  fué  ascendido  el  señor  Ocon  Obispo 
del  Cuzco  al  Arzobispado  de  Charcas,  después  de  haber 
dado  á  todas  las  iglesias  de  sus  diócesis,  cálices,  lámpa- 
ras de  plata  y  demás  ornamentos:  aplicó  parte  de  su  ren- 
ta para  la  reedificación  de  la  iglesia  Catedral,  con  la  cual 
se  concluyó,  como  igualmente  para  la  de  Santa  Catalina. 
Murió  el  de  Trujillo  Dr.  Garcia  de  Zurita. 

1653  En  653  se  nombró  para  el  Obispado  de  Trujillo  á  D. 
Diego  del  Castillo,  mas  antes  de  pasar  á  él,  se  le  promo- 
vió al  Arzobispado  de  Santa  Fé.  En  Julio  de  este  año 
se  tumultuaron  algunos  religiosos  de  Santo  Domingo, 
negando  la  obediencia  al  Provincial  Fr.  Francisco  de  la 
Cruz,  con  motivo  de  habérsele  presentado  para  el  Obis- 
pado de  Santa  Marta,  y  aclamaron  al  Prior  Vicario  Ge- 
neral. Fué  er^  este  año  electo  Obispo  de  Arequipa,  D. 
Fr.  Gazpar  de  Yillaroel,  religioso  Agustino  natural  de 
Lima  que  servia  el  de  Santiago  de  Chile.  Se  perdió  en 
lof^  bajos  de  Chanduy,  el  navio  la  "Capitana"  de  la  arma- 
da del  Comercio,  lo/  rándose  por  las  activas  providencias 
del  Presidente  de  Quito  sacar  todo  el  tesoro  que  se  re- 
mitía á  España. 

1654  En  este  año  se  estableció  la  práctica  de   apartar  de  la 


—78— 
í?raesa  de  cada  fundicioD,  monedas  para  ensayar  y  cali- 
ficar el  peso,  pues  en  este  año  se  reconoció  la  moneda 
doble  de  cobre  con  solo  el  peso  de  cuatro  reales  y  descu- 
l)ierto  el  fabricante  D.  Pedro  Rocha,  pagó  su  delito  con 
la  pena  ordinaria.  Se  mandó  construir  un  puente  en  el 
rio  Pachacliaoa.  En  este  año  se  hizo  cargo  del  Obispado 
de  Arequipa  D.  Pedro  Ortega  de  Sotomayor,  En  8  de 
Diciembre  asistió  el  Virey  y  demás  tribunales  ala  igle- 
sia Catedral  y  en  manos  del  111  mo.  señor  Arzobispo  ju- 
raron defender  la  Concepción  Santísima  de  Maria,  con- 
cebida sin  pecado. 
1655  En  7  de  Enero  de  655  fué  acometido  su  Santidad  el 
Pontífice  Inocencio  X,  de  una  furiosa  disentería  que  mu- 
rió Jueves.  En  24  de  Febrero  entregó  el  mando  el  Virey 
y  se  quedó  en  Lima. 


XXI. 


DON  LUIS  EXEIQÜE  DE   GUZMAN,  conde  de  alva  de 

LISTE    Y    VILLAELOU,    VIREY    DE    MÉJICO    Y  EL    PRIMER 
GRANDE    DE  ESRAÑA  QUE    PASÓ  AL  PERÚ;    SC  hÍZO    CargO 

del  Vireinato  en  24  de  Febrero  de  1655.  Se  formó  en 
Arequipa  un  Beaterío  de  terceras  de  San  Francisco.  En 
este  mismo  año  hubo  un  espantoso  terremoto  el  13  de 
Noviembre,  que  al  parecer  tuvo  oríjen  del  presidio  del 
Callao  por  la  parte  que  mira  al  poniente,  porque  de  su 
espaciosa  isla  fué  mayor  el  combate,  arruinando  la  po- 
blación. En  este  año,  la  armada  de  Galeones  que  mar- 
chó á  Tierra  firme  al  cargo  del  Márquez  de  Villa-Rubia, 
después  de  recios  temporales  perdió  la  almiranta  en  los 
bajos  de  los  Mimbres,  con  cinco  millones  y  medio  en  oro  y 
plata,  un  registro  muy  considerable  de  frutos  y  seiscien- 
tas personas,de  las  que  solo  escaparon  cuarenta  y  cinco. 
1656  En  el  siguiente  de  656,  otra  armada  de  tres  galeones 
cargada  de  caudales,  y  en  laque  se  conducía  el  Márquez 
de  Baydes,  que  concluyó  su  gobierno  de  Chile,  se  en- 
contró con  una  escuadra  inglesa  de  siete  naves  y  atacán- 
dose mutuamente  después  de  un  recio  combate,  acorda- 
ron los  primeros,  morir  antes  que  enriquecer  con  el  te- 
soro al  inglés,  y  pegando  fuego  al  i)eñol  fuéronse  á  pi- 
que sin  salvar  cosa  alguna.  También  en  este  año,  una 
escuadra  inglesa  se  apoderó  de  Jamaica,  y  nombraron 
por  su  gobernador  al  coronel  Doyley.  Llegó  á  Lima  el 
breve  de  la  Purísima  Concepción,  que  celebró  con  toda 


—79— 
pompa  la  IJüiversidad  de  San  Marcos,  siendo  su  Rector 
el  D.  D.  Dieg;o  de  León  Pinelo.  En  este  año  fué  promo- 
vido el  Obispo  de  Huamanga  D.  Francisco  Godoy  á  la 
silla  de  Triijillo,  mas  murió  antes  de  tomar  posesión. 

1657  En  15  de  Marzo  de  57  hubo  un  fuerte  temblor  en  Chile 
que  causó  muchos  estragos.  En  este  año  se  sublevaron 
los  indios  del  valle  de  Calchaqui  en  Tucuman,  fomenta- 
da por  Pedro  Bohorques,  que  se  decia  descender  de  los 
incas.  El  Maese  de  campo  José  Salcedo  que  andaba  en 
estas  expediciones,  logró  ir  al  lugar  de  Laycacocha  (que 
signiñca  laguna  encantada,  ó  como  dicen  otros  laguna 
infernal)  y  habiendo  un  indio  descubiértole  el  secreto  de 
la  mina  que  después  se  conoció  con  su  nombre,  comenzó 
á  trabajarla,  de  la  cual  se  cuenta,  haber  sacado  en  una 
noche,  93  bolas  avaluadas  en  1,000  pesos:  también  es 
constante  sacó  de  ella,  una  piedra  de  plata  maciza  que 
después  de  desbastada  mucho,  por  no  caver  por  el  cami- 
no, pesó  7  arrobas,  tan  limpia  y  sin  mezcla  que  se  le  pu- 
so el  cuño  como  á  barra.  En  la  Pascua  de  Espíritu  San- 
to de  este  año,  estando  el  Yirey  y  Audiencia  en  Cate- 
dral, promulgaron  los  inquisidores  tres  edictos,  refirién- 
dose uno  de  ellos  á  un  papel  publicado  en  Méjico  por  el 
Holandez  Guillermo  Lombardo,  que  conservaba  el  Virey 
y  que  en  secreto  lo  manifestó  á  un  inquisidor:  de  esto 
resultaron  grandes  competencias,  hasta  que  el  Rey,  re- 
solvió se  abstuviesen  los  inquisidores  de  semejante  pro- 
ceder; pero  que  el  Virey  entregase  el  papel. 

1658  En  658  también  se  suscitaron  ruidosas  competencias 
entre  el  Provisor  del  Arzobispado  y  la  Real  Audiencia, 
por  haber  aquel  excomulgado  á  los  Alcaldes  de  Corte 
que  hablan  puesto  presos  á  dos  notarios:  fué  necesario 
reunir  un  congreso  de  Teólogos  y  se  discutiese  la  mate- 
ria, procediéndose  después  á  absolver  á  dichos  alcaldes. 
En  este  año  falleció  en  el  Cuzco  el  Obispo  Sotomayor, 
después  de  haber  adornado  la  Capilla  de  la  Antigua, 
gastando  de  su  renta  mas  de  18  mil  pesos. 

1659  En  26  de  Junio  de  659  murió  en  Lima  el  Conde  de  Sava tier- 
ra que  se  habia  detenido  por  la  guerra,  cuyas  exequias 
se  celebrarcm  en  el  convento  de  San  Francisco  con  toda 
magnificencia.  En  Noviembre  de  este  año  salieron  de 
Cádiz  los  galeones  del  General  D.  Pablo  Contreras,  el 
cual  conduela  al  Yirey  entrante:  mas  habiendo  sufrido 
un  recio  temporal  la  escuadra,  naufragaron  siete  buques 
sobre  el  bajo  de  las  puercas,  teniéndolos  demás  que  vol- 
ver á  dar  fondo  en  la  bahia  bien  maltratados.  Fué  sus- 
penso por  real  cédula  el  Obispo   Cárdenas.  En  este  año 


—80— 
D.  Mateo  Pastor  y  su  esposa  D?  Francisca  Velez  Michel 
cedieron  todos  sus  bienes  para  la  fundación  del  colegio 
de  Huérfanas. 

1660  Reventó  el  volcan  de  Pichincha  con  espantosos  terre- 
motos y  ruinas  considerables  en  12  de  Octubre,  llovien- 
do piedras  y  ceniza  que  oscureció  el  dia.  Pasó  en  esto 
año  el  Obispo  de  Arequipa  Villarroel  a  la  Metropolita- 
na de  Chuquisaca,  después  de  haber  fabricado  la  iglesia 
Catedral  de  aquel.  En  este  año  se  introdujo  un  cisma  en 
la  religión  de  Santo  Domingo,  porque  habiendo  muerto 
el  Provincial  y  el  Prior  del  Convento  grande  con  interva- 
lo de  30  horas,  ae  levantaron  dos  Vicarios  generales,  el 
P.  Hyporri,  Prior  del  Cuzco  y  el  P.  Torres  de  la  Eecole- 
ta,  tales  fueron  los  desórdenes,  que  vióse  el  Virey  en  la 
precisión  de  mandar  bajar  al  primero  y  ponerlo  en  un 
buque:  empero,  no  cesóla  disputa  hasta  que  vinieron  pa- 
tentes del  Reverendísimo  en  que  instituía  por  Vicario  ge- 
neral y  visitador  al  P.  Barbarán. 

1661  En  principio  de  661  se  recibió  el  breve  de  Alejandro  VII, 
sobre  la  Purísima  Concepción  de  Maria,  (pie  faó  celebra- 
do con  lucimiento.  En  26  de  Abril  murió  en  Panamá  el 
Obispo  del  Cuzco  D.  Agustín  Muñoz  de  Saiidoval  que 
habia  remitido  desde  Portobelo  sus  bulas,  y  gobernó  por 
él  su  Provisor  cinco  meses.  En  31  de  Julio  entregó  el 
Virey  el  mando  y  se  embarcó  para  españa. 


XXIL 


DON  DIEGO  BENAVIDES  Y  DE  LA  CUEVA,   conde  de 

SANTTSTEVAÍT    DEL    CONCEJO    DE  LA  GUERRA,  VIREY    DE 

NAVARRA,  de  donde  fué  trasladado  al  Perú  y  entró  en 
Lima  el  31  de  Julio  de  1661,  á  cuya  sazón  hubo  una  su- 
blevación en  la  provincia  de  Chuquiavo,  siendo  udos 
mestizos  los  principales  motores:  con  el  castigo  de  ellos 
logró  cortarla  el  corregidor  D.  Francisco  Herquiñigo. 
En  este  mismo  año,  se  hizo  cargo  del  Obispado  de  Tru- 
jilloD.  Fr.  Juan  de  Calle,  religioso  Mercedario,  el  cual 
consagró  su  iglesia  Catedral.  También  entró  en  Hua- 
manga  su  Obispo  D.  Fr.  Cipriano  Medina,  religioso  Do- 
minico natural  de  Lima,  murió  al  poco  tiempo,  saliendo 
á  la  visita. 
1662  En  este  año  fué  acaecida  la  muerte  del  B,  P.  Fr.  Bartolo- 
mé Badillo,  religioso  Agustino,  natural  de  Salta,  princi- 
pal promovedor  de  la  fundación  del  hospital  de  morenos. 


—81— 
que  como  á  tal,  lo  distinguieron  con  su  nombre,  sus  so- 
cios el  Dean  Cabrera  y  el  P.  Castillo.    Se  trasladó  al  lu- 
gar donde  se  halla,  el  Teatro  Cómico.  Se  exijió  un    do- 
nativo para  sosten  de  la  guerra  con  la  Francia. 

1663  En  663  se  erijió  la  real  Audiencia  de  Buenos  Ayres, 
siendo  Presidente  de  ella  D.  José  Marañon  de  vSalazar 
(jue  no  tuvo  segundo  por  haberse  conocido  infructuosa 
su  fundación.  Se  trasladó  la  ciudad  de  Zamora  al  lugar 
donde  se  halla.  Entró  en  la  ciudad  del  Cuzco  de  Obis- 
po D.  Bernardo  Izaguirre,  que  servia  el  de  Panamá:  ha- 
bía sid()  antes  Corregidor  de  Quispicanchi.  Habiendo  en- 
contrado concluida  la  fábrica  de  la  iglesia  Catedral, 
la  consagró. 

1664  Se  celebró  en  23  de  Enero  de  este  año  de  664  en  la  Pla- 
za mayor  un  auto  de  fé,  entre  los  castigados  fueron  re- 
lajados Manuel  Henrique  en  persona,  y  Mencia  de  Luna 
en  estatua.  Bu  12  de  Mayo  hubo  un  tuerte  temblor  en 
lea,  que  asoló  la  ciudad,  quedando  sepultadas  entre  sus 
ruinas  mas  de  cuatrocientas  personas:  este  incidente  se 
atribuyó  á  castigo  del  cielo,  porque  la  tarde  antece- 
dente un  hombre  atrevido  infirió  á  un  sacerdote  17  pu- 
ñaladas dejándolo  muerto:  también  participó  de  sus  es- 
tragos Pisco  y  Lima.  Fué  nombrado  Obispo  de  Hua- 
mauga  el  Dr.  D.  Vasco  de  Contreras,  Maestre-escuela  de 
su  patria  Lima,  pero  no  llegó  á  tomar  posesión  de  él. 
La  tomó  del  de  Arequipa  D.  Fr.  Juan  de  Almoguera, 
religioso  Trinitario. 

1665  Unos  españoles   nombrados  Salcedos  que  como  se  ha 
.  dicho  descubrieron  el  rico  mineral  de  Laycacota  ó  Lay- 

cacocha,  manejábanse  con  gran  obstentacion,  socorrien- 
do y  habilitando  á  cuantos  se  llegaban  á  sus  puertas: 
de  este  modo  habían  adquirido  innumerables  amigos,  al 
extremo  de  disponer  á  su  arbitrio  de  los  funcionarios 
públicos  de  las  poblaciones  circunvecinas.  El  día  24  de 
Junio  se  suscitó  una  pendencia  entre  los  indios  y  la  gen- 
te de  sus  minas,  con  los  de  las  otras,  tomando  tal  incre- 
mento que  pusieron  fuego  á  la  Cancha  de  los  contrarios 
donde  se  habían  encerrado  algunos  vascongados,  de  que 
resultó  haber  muerto  á  balazos  el  P.  Fr.  Simón  de  Mi- 
randa, comisario  de  Jerusalen  y  D.  Juan  Campos:  el  Go- 
bernanor  D.  Andrés  Flores  de  la  Parra,  hizo  prender  á 
algunos  y  dio  garrote  al  Alférez  D.  Francisco  de  Zara- 
te, con  lo  que  se  sosegó.  Al  poco  tiempo  ocupó  el  Go- 
.  bierno  D.  Angelo  de  Peredo,  que  no  era  de  la  parciali- 
dad de  los  Salcedos;  se  opusieron,  haciendo  un   tu  imito 

TOM.   Vn.  LlTEKATÜKA— 11. 


—82— 
el  18  de  Octubre,  de  que  resultaron  varias  muertes,  dan- 
do voces  de  "Muera  el  mal  gobierno,  el  Eey  y  el  Papa" 
continuando  el  desorden  hasta  que  el  Gobernador  aban- 
donó el  pueblo  y  se  retiró  al  de  Tiquillaca  donde  hizo 
publicar  bando,  para  que  se  le  incorporasen  los  vasallos 
leales,  para  entrar  en  el  asiento.  Gaspar  Salcedo  como 
era  señalado  se  marchó  al  Cuzco,  dejando  á  sus  partida- 
rios en  el  pueblo  de  Juliana  de  la  provincia  de  Lampa 
donde  los  sostenía  de  un  todo,  por  mano  del  Corregidor 
D.  Juan  Salazar,  engrosaron  hasta  la  fuerza  de  800  hom- 
bres. En  Setiembre  murió  Felipe  IV. 


CARLOS  11. 

EMPEEADOE  XIX  DEL  PEEU. 

1666  Fué  proclamado  Carlos  II  de  edad  de  4  años,  bajo  la  tu- 
tela de  la  Eeyna  Madre  Da.,  María  Ana  de  Austria,  que 
fué  gobernadora.  En  16  de  Febrero  de  este  año  se  celcr 
bró  auto  de  fé  en  la  Iglesia  del  hospital  de  la  Caridad, 
en  él  que  comparecieron  7  reos  por  diversas  causas.  Con- 
tinuaron los  alborotos  de  Puno,  pues  en  Marzo  fué  asal- 
tado el  indicado  asiento  de  Laj^cacota,  de  que  provinie- 
ron muchas  muertes  y  robos:  dividiéronse  en  dos  ban- 
dos, y  saliendo  á  campo,  tuvieron  sangrienta  batalla,  los 
naturales  de  Burgos  y  Vizcaya,  contra  los  andaluces  y 
y  criollos,  quedando  vencidos  los  últimos,  dejando  por 
muerto  al  Gobernador  Peredo.  Estos  pesares  ocasiona- 
ron la  muerte  del  Virey  el  16  de  Mayo:  depositaron  su 
cadáver  en  el  templo  de  Santo  Domingo.  La  real 
Audiencia  se  hizo  cargo  del  gobierno,  siendo  su  presi- 
dente el  Licenciado  D.  Bernardo  de  Iturricerra.  En  es- 
te año  también  murió  el  Pontífice  Alejandro  VII  que  ca- 
nonizó á  Santo  Tomás  de  Villanueva  y  á  San  Francisco 
de  Sales. 
La  real  Audiepcia  poniendo  su  primer  cuidado  en  so- 
segar los  alborotos  de  Laycacota,  expidió  inmediatamen- 
te un  indulto,  cuya  ejecución  se  cometió  al  Obispo  de 
Arequipa  Almoguera,  mas  no  tuvo  efecto,  porque  ba- 
jando del  Cuzco  Gaspar  Salcedo,  continuaron   los  dis- 


—83— 
turbios  y  para  conservación  de  los  fcnmnltuantes  perfec- 
cionó un  fuerte  que  estaba  en  obra:  nombró  ofíciales  y 
soldados  de  guarnición  y  también  fundió  dos   piezas  de 
artillería. 

Mientras  esto  sucedía  en  aquella  parte  del  reino,  en  Li- 
ma se  reunió  el  Capítulo  in'ovincial  de  San  Francisco  en 
30  de  Setiembre,  en  el  cual,  i)resentose  el  decreto  y  Bre- 
ve de  su  Santidad,  mandando  introducir  la  Alternativa, 
entre  los  religiosos  europeos  y  criollos,  de  que  se  origi- 
naron reñidas  controversias;  mas,  el  R.  P.  Fr.  Miguel  de 
Molina  comisario  general  con  gran  prudencia  y  sagaci- 
dad cortó  las  disenciones  admitiendo  suplicación  del 
Difinitorio. 
1667  No  habiendo  tenido  efecto  el  indulto  expedido  á  los  dis- 
contentos de  Laycacota,  marchó  de  Gobernador  D.José 
de  Avellaneda,  que  trató  de  mediar  y  contener  el  desor- 
den, mas  no  pudo  verificarlo,  porque  llegó  el  caso  de 
ponerle  guardias,  por  lo  que  tuvo  que  ausentarse  dejan- 
do nombrado  por  su  teniente  á  José  Salcedo.  Parece 
que  la  chispa  de  la  licenciosidad  prendía  aun  en  el  reti-1 
ro  religioso,  pues,  los  de  la  orden  de  San  Agustín  de 
convento  del  Cuzco,  no  contentos  con  la  conducta  que 
quería  observasen,  su  prelado  Fr.  Bartolomé  de  Ulloa,  le 
fulminaron  escandalosa  comunicación  y  le  alzaron  la 
obediencia,  dándosela  al  Suprior.  Empero,  habiendo 
ocurrido  al  Obispo  y  Corregidor,  se  trató  de  sostenerlo, 
mandando  fuerza  armada;  los  religiosos  entonces,  en- 
cerrándose en  sus  claustros,  hicieron  desde  la  torre  fuer- 
te resistencia,  saliendo  en  la  refriega  contusos  algunos 
militares:  á  estos  no  les  era  honorífico  levantar  el  sitio  y 
asaltando  el  convento  por  diversos  puntos,  entraron  á 
los  claustros  donde  tuvo  lugar  una  reñida  pelea.  Túvo- 
se pues  por  conveniente  hacer  una  suspensión,  hasta  que 
el  séquito  de  la  causa  formada  al  Prelado  vista  en  Difi- 
nitorio el  mes  de  Abril,  declaró  lil)re  de  todo  cargo  des- 
terrando á  los  acusadores.  En  este  fué  sentenciado  á 
muerte  D.  Pedro  Bohorques  y  ocho  indios  principales  en 
la  conjuración  indicada  el  año  de  657  dándoles  garrote 
y  sus  cabezas  se  colocaron  en  el  arco  de  la  Puente  de  Li- 
ma. En  8  de  Octubre  fué  penitenciado  D.  César  Nicolás 
Wandier  de  nación  francés  que  en  clase  de  médico  de 
un  virey,  vino  al  Peni:  por  haberse  descubierto  ser  he- 
rege  ateísta:  entre  sus  crímenes  se  señala  el  de  diaria- 
mente blasfemar  á  dos  imágenes  de  Cristo  Crucificado 
y  de  su  Santísima  Madre  que  tenía,  con  apariencia  de 
religión;  las  cuales  en  desagravio  se  condujeron  á  la  Ca- 


—84— 
tedral  y  se  les  consagró  tres  clias  de  rogativa,  con  misas 
solemnes  y  sermón,  y  designes  se  depositaron  en  el  Pra- 
do. Por  Noviembre  concluyó   su  gobierno   la  real  Au- 
diencia. 

XXIII. 

D.  PEDEO  FEENANBEZ,  CASTEO  Y  AXDEADE,  con- 
de DE  LEMOS,  MARQUES  DE  SARRIA  Y  DE  GATIRA,  DUQUE 
DE  TAÜRIFAXCO  Y    GRANDE  DE    ESPAÑA:    fué   UOmbrado 

virey  del  Perú  y  se  hizo  cargo  de  él  en  21  de  ííoviém- 
bre  de  667  estando  en  sumayor  fuerza  los  alborotos.de 
Laycacota,  que  no  habiendo  j)odido  sosegar  con  sus  pro- 
videncias, trató  pasar  en  persona  á  dicho  asiento. 
1668  Infatigable  el  P.  Castillo  en  la  predicación  y  fundaciones 
piadosas,  conociendo  la  gran  devoción  del  virey  á  la  Pu- 
rísima Concepción  de  ííuestra  Señora,  trató  que  bajo  su 
patrocinio  se  pusiese  en  plántala  formación  de  un  reco- 
gimiento de  mujeres  que  quisiesen  apartarse  del  mundo, 
lo  que  consiguió;  al  efecto  dispuso  se  comprase  á  Don 
Fernando  de  Córdova  unas  posesiones  y  se  comenzó  la 
fábrica.  Se  exijió  un  donativo  para  la  guerra  de  Fran- 
cia á  que  concurrió  toda  la  ciudad:  esto  dispuesto  se  em- 
barcó el  virey  en  el  Callao  por  Junio,  desembarcó  en 
Arica,  se  dirigió  al  mineral  y  su  presencia  contuvo  la 
continuación  de  los  alborotos:  dispuso  la  prisión  de  mu- 
chos, mandó  ajusticiar  á  los  mas  culpables  en  la  muer- 
te del  Corregidor,  incluso  José  Salcedo,  y  envió  preso  á 
Lima  á  Gaspar:  mandó  asolar  la  población  de  dicho 
asiento  que  ss  compon  i  a  de  mas  de  tres  mil  casas,  y  se- 
ñaló por  capital  con  título  de  villa  al  pueblo  de  Puno, 
denominándola  San  Carlos  de  Austria,  en  memoria  del 
Eey  gobernante.  (1)  La  rica  mina  de  los  Salcedos,  no  la 
disfrutó  nadie  aguándose  de  tal  modo  que  no  se  pudo 
volver  á  trabajar.  Por  Setiembre  también  s*e  comenzó 
la  obra  de  la  capilla  del  hospital  del  Carmen,  la  que  cre- 
ció con  el  fervor  del  presbítero  D.  Antonio  Dávila  que 
empleó  todo  su  caudal  en  ella. 


(1)  En  la  Guia  de  forasteros  de  841  se  dice  que  el  asiento  fué  demolido 
en  686  por  el  duque  de  la  Palata,  seguD  razón  remitida  del  departamento 
de  Puno:  sin  entrar  en  comentarios,  diremos  que  aquellos  papeles  deben 
haber  sufrido  algún  trastorno:  comprueban  nuestro  aserto  la  relación  del 
Dr.  D.  Cosme  Bueno:  ademas  el  panegirico  del  ür.  D.  Alonso  Bravo  de  Pa- 
redes pronunciado  eala  Catedral  del  Cuzco  el  14  de  Diciembre  de  ese  año, 
en  celebridad  de  la  Concepción  de  María,  impresa  en  Lima  el  inmediato 
de  669. 


--85— 
1669  Habiendo  el  Virey  hecho  todos  los  arre^^los  necesarios, 
regresó  á  Lima  á  agitar  sus  obras  religiosas:  reunió  el 
el  foudo  de  68  mil  pesos  y  procedió  á  edificar  el  templo 
de  Nuestra  Señora  de  los  l3esami)arados  por  ser  el  anti- 
guo muy  reducido,  y  él  mismo  tomo  la  barreta  i>ara  ca- 
bar  los  cimientos,  cuya  ceremouia  se  verificó  en  Junio 
con  asistencia  del  Señor  Arzobispo  y  demás  corporacio- 
ues.  No  faltando  nunca  espíritus  inquietos  llamó  la  aten- 
ción de  las  autoridades  la  elección  de  Provincial  en  el 
convento  de  San  Agustín  que  se  verificaba  en  Julio.  No 
habia  poder  suficiente  que  pudiese  destruir  el  valimento 
de  los  PP.  ürrutlas:  el  pequeño  número  de  contrarios  se 
valió  del  influjo  del  Virey;  y  éste  halló  cavimeuto  para 
colocar  al  P.  Lagunilla  su  j^aisano.  Llegó  el  dia  20  y  se 
le  mandó  un  recado  al  Prelado  para  que  tocando  á  Di- 
finitorio  examinasen  los  que  dsbian  sufragar;  á  lo  que  se 
negó  por  primera,  segunda  y  tercera  vez.  No  aguardó 
mas  el  virey  para  llevar  al  cabo  su  jílan,  pues  mandan- 
do como  embajador  de  su  persona  un  mandato  firmado 
del  Real  Acuerdo  en  que  estrañaba  de  los  rey  nos  al  Pro- 
vincial y  con  él  un  coche  para  (pie  al  punto  saliese  con 
guardias  para  el  puerto  del  Callao;  llegó  él  al  Convento 
llenándolo  de  asombro  y  de  soldados:  lo  primero  que  se 
hizo  fué  ir  desde  la  portería  llamando  por  sus  nombres 
á  todos  los  religiosos  amigos  de  los  Uricutias,  y  después 
de  haberlos  hecho  salir  del  convt?nto,  cerradas  todas  las 
puertas,  se  entró  con  la  comitiva  de  oidores  y  religiosos 
á  la  sala  capitular  ó  hizo  que  el  Diflnidor  mas  antiguo 
Fr.  Martin  Belaustegui  convocase  á  Difinitorio,  el  cual 
habiendo  reclamado  de  la  violencia,  íué  mandado  salir 
del  convento,  ocupando  su  lugar  el  segundo  que  obede- 
ció el  mandato.  Se  excluyeron  á  los  pocos  contrarios 
que  quedaban,  y  síu  embargo  el  virey  no  desamparó  el 
puesto,  anocheciendo  en  el  capítulo  hasta  haber  sacado 
al  mencionado  P.  Lagunilla.  En  este  año  se  hizo  cargo 
del  Obispado  de  Huamanga  D.  Cristóbal  de  Castilla  y 
Zamora. 

Habiendo  llegado  las  bulas  de  la  Beatificación  de  San- 
Rosa,  se  designó  el  Miércoles  30  de  Abril  de  este  año, 
para  celebrarlas,  que  fueron  con  la  mayor  ostentación, 
concurriendo  las  i  .irroquias  con  sus  cruces,  las  comuni- 
dades con  sus  Santos  Patriarcas  y  las  cofradías  con  sus 
insignias:  la  Santa  iba  en  hombros  de  los  alcaldes  y  los 
demás  Santos  en  la  de  cuatro  religiosos,  el  Virey  llevó 
el  guión  sin  soltarlo,  y  fué  la  divisa  general  de  la  noble- 
za, costosas  cadenas  de  oro  y  rosas  de  brillantes.  En  este 


—86— 
año  el  P.  Fr.  José  Figueroa  religioso  agustino  natural  de 
Huánuco  fundó  el  Hospital  de   Incurables  á  que  coope- 
ró el  capitán  D.  Domingo  Cueto. 

Murió  en  este  año  en  Eoma  el  Pontífice  Clemente  IX, 
en  9  de  Diciembre,  se  infiere  haber  tenido  mucha  parte 
la  pesadumbre  que  tomó  por  la  pérdida  de  Candía.  Em- 
pero, en  cerca  de  dos  años  que  gobernó,  expidió  á  favor 
de  nuestra  paisana  Santa  Rosa  siete  breves^  en  8  de  Fe- 
brero de  668  para  que  en  todos  los  conventos  de  la  orden 
se  célebre  el  primer  añt>  la  octava  solemne:  en  12  del 
mismo  su  Beatificación:  en  16  de  Abril  jubileo  plenísimo 
para  el  dia  de  su  general  celebración:  en  10  de  Setiem- 
bre otro  de  15  dias:  en  26  de  Agosto  asignó  su  fiesta  en 
Lima  y  conventos  de  Indias:  en  14  de  Noviembre  se  es- 
tendió el  oficio  doble  compuesto  por  el  Cardenal  Bou  a  y 
la  misa  a  todo  el  clero  secular  y  regular  de  Indias:  en  2 
de  Enero  de  669  hizo  de  precepto  la  fiesta  y  la  nombró 
patrona  principal  de  Lima  y  del  Perú,  dispensando  la 
Constitución  de  Urbano  VIII  que  requería  la  calidad  de 
,.  canonizada  últimamente  en  12  del  mismo,  mandó  poner- 
la en  el  martirologio  romano.  A  su  muerte  no  olvidó  á 
Nuestra  Santa,  pues  le  dejó  un  legado  de  cinco  mil  du- 
cados para  que  en  la  ciudad  de  Pistoya  su  patria  le  fa- 
bricasen una  suntuosa  capilla. 
1670  En  este  año  de  670  tomó  y  quemó  el  pirata  Juan  Mor- 
gan á  Panamá  para  donde  salió  del  Callao  una  armada 
de  18  bajeles  con  3000  hombres  de  desembarcó.  Entre 
tanto  el  virey  imploraba  el  auxilio  divino,  haciéndose 
rogativas  en  todos  los  templos  y  una  devota  procesión 
que  salió  de  la  capilla  Real  á  la  Catedral  con  la  Vírgejí 
de  los  Desamparados  y  el  Señor  del  Auxilio  que  se  ha- 
llaban depositados  en  aquella.  La  expedición  llegó  sin 
novedad  y  fué  depuesto  el  Presidente  D.  Juan  Pérez  y 
conducido  preso  á  Lima,  reemplazándolo  Don  Antonio 
Fernandez  de  Córdova,  con  orden  de  trasladar  la  ciudad 
á  mejor  paraje.  También  había  entrado  al  mar  del  Sur 
el  corsario  inglés  Carlos  Enrique  Clerk,  el  cual  hallán- 
dose falto  de  bastimentos  como  de  gente,  consumidos 
y  derrotado  fué  apresado  en  las  costas  de  Valdivia  don- 
de tocó,  y  remitido  preso  á  Lima  se  le  formó  la  respecti- 
va causa. 
En  19  de  Marzo  se  estrenó  con  una  magnífica  y  lujosa 
prosecion  el  Beaterío  de  Amparadas  saliendo  la  Mages- 
tad  y  lo«  Santos  de  la  capilla  Real:  había  mas  de  un  mes, 
que  dedicado  el  sitio  no  le  habitaba  persona:  las  voces 
de  la  ciudad  corrían  muy  vivas  condenando  la  obra   por 


—87— 
inútil,  burlando  el  zelo  del  virey  y  del  Padre  Oastillo,  y 
quiso  la  providencia  se  i)resentasen  nueve  arrepenti- 
das, cuya  recepción  se  hizo  con  gran  solemnidad  el  3  de 
Mayo.  Se  siouió  á  esta,  el  estreno  «de  la  capilla  de  la 
Convalecencia  del  Carmen  de  que  se  ha  hablado,  colo- 
cándose la  Ma.gestad  en  25  de  Julio,  que  condujo  el  K. 
Provincial  déla  Comprñía,  C(m  asistencia  de  las  corpo- 
raciones. Por  Marzo  murió  en  el  Cuzco  el  Obispo  Iza- 
guirre,  disponiendo  su  viage  para  el  Arzobispado  de  la 
Plata  al  que  habia  ascendido.  También  llegó  en  este 
año  la  nueva  de  haberse  fundado  por  el  P.  Jesuíta  Lu- 
cero el  pueblo  de  Ji tipos  en  Maynas. 

1671  No  cesando  el  espíritu  religioso  de  este  Virey  en  derra- 
mar bondades  en  esta  ciudad  y  en  todo  el  reyno,  expi- 
dió en  este  año  muchas  providencias  para  el  buen  trato 
que  debia  tenerse  con  los  indios.  Eepartió  limosnas  á  los 
Jesuítas  para  ttl  fomento  de  las  misiones,  solicitó  la  per- 
manencia de  los  hermanos  Bel etmos  que  habia  insti- 
tuido en  Guatemala  en  655.  Pedro  de  Betancurt  y  que 
hablan  venido  á  recojer  limosnas.  También  con  acuerdo 
del  Arzobispo,  dispuso  que  todos  los  días  del  año  estu- 
viese el  Santísimo  descubierto  por  turno  en  todas  las 
Iglesias.  Fué  electo  Obispo  del  Paraguay  el  Tesorero 
Capitular  de  Lima  D.  Fernando  Valcazar  y  el  canónigo 
D.  Cristóbal  Bernardo  de  Quirós  para  Chapa.  En  12  de 
Mayo  falleció  el  Illmo.  Arzobispo  Villagomez  después 
de  haber  promovido  la  fábrica  de  la  parroquia  del  Sa- 
grario y  fomentado  el  Monas^^erio  del  Prado  al  que  dejó 
su  corazón.  (1) 

1672  En  30  de  Enero  de  72  se  bendijo  por  el  Obispo  Quirós, 
el  templo  de  los  Desamparados  con  asistencia  de  todos 
los  Tribunales  y  Corporaciones  y  estando  en  la  misa, 
dioseal  Virey  la  noticia  de  la  canonización  de  su  abue- 


(1)  Su  largo  gobierno  y  su  abanzada  edad  le  hizo  solicitar  varias  veces 
auxiliares  y  aun  renunciar  por  último  la  mitra,  lo  que  no  consiguió,  por 
determinación  de  la  providencia  según  se  pasa  á  demostrar . 

D.  Blas  de  Agniinaga  Fernandez  de  Córdova  Maestre-escuela  de  Lima 
fué  el  primer  propuesto,  se  accedió  denominándolo  Obispo  de  Santa  Pra- 
jedis:  señalado  el  dia  de  su  congregación,  murió  repentiuamente. 

D.  Fr.  Nicolás  de  Ulloa  religioso  Agustino  se  le  despacharon  bulas,  pero 
se  consagró  Obispo  del  Tucuman. 

D.  Fr.  Antonio  de  Vigo,  religioso  de  la  Merced,  pasó  á  Lima  con  bulas, 
pe  ro  murió  el  mismo  dia  asignado  para  consagrarse. 

D .  Antonio  Ascoua  Imberto,  cura  de  Potosí,  pasó  á  Obispo  de  Buenos 
Ayres,  por  haberle  llegado  primero  las  bulas  de  esta  Diócesis. 

Hizo  su  renuncia  en  669  para  lo  cual  remitió  á  Madrid  al  Dr.  NegTon  (^ue 
espaes  fué  Dean  de  esta  Catedral  á  la  que  no  se  dio  providencia. 


10  San  Francisco  de  Borjas,  Santa  Eosa  Patrón  a  del 
Perú,  San  Gaetano,  San  Pelipe  Benicio.  San  Luis  Bel- 
tran  y  Santa  María  MajS^dalena  de  Paxis.  Preparáronse 
grandes  y  costosas  fiestas  que  comenzaron  el  2  de  Fe- 
brero y  én  las  que  únicamente  ha  visto  Lima  su  pavi- 
mento formado  de  barras  de  plata,  que  con  las  demás 
balajas  que  se  hallaron  colgadas  en  los  altares,  arcos  y 
paredes,  se  graduó  su  valor  en  ocho  millones  de  pesos. 
En  19  de  Marzo,  el  Obispo  Zamora  consagró  su  iglesia 
Catedral  de  Huamanga.  Llegaron  á  Lima  los  Beletmi- 
tas,  hermano  mayor  Eodrigo  de  la  Oritz,  que  fué  primer 
general,  Andrés  de  San  José,  Alonso  de  la  Encarnación 
y  José  de  Villela;  y  en  24  de  Mayo  se  hicieron  cargo  del 
hospital  de  convalecencia  que  les  cedió  el  Presbítero 
Antonio  Dávila.  Consiguió  el  Virrey  del  cabildo  en  sede 
vacante,  que  en  distribución  perpetua  á  las  nueve  de  la 
noche,  se  hiciesen  rogativas  por  lo^  que  estaban  en  pe- 
cado mortal.  Murió  la  sierva  de  Uios  Lsabel  de  Jesús, 
Tercera  de  San  Agustín,  á  cuyas  e?;cequias  concurrió  el 
Virey,  y  los  oidores  cargaron  el  ataúd.  Preparábase  S.  E. 
para  solemnizar  las  fiestas  de  su  abuelo,  cuando  se  dig- 
nó Dios  llamarlo  jjara  sí,*muriendo  el  7  de  Diciembre,  de 
38  años  de  edad  y  como  tan  devoto  de  la  Purísima  Con- 
cepción, dispuso  que  no  dejasen  de  hacerse  las  fiestas  de 
Purísima  con  las  solemnidades  que  había  entablado,  asi 
es  que,  estaba  tendido  en  el  salón  de  recibimiento  y  to- 
do el  palacio  iluminado^y  repicándose  en  las  iglesias:  su 
corazón  se  colocó  en  una  caja  al  pié  de  ISTuestra  Señora 
de  los  Desamparados  según  había  ordenado  y  sus  exe- 
quias que  debían  haberse  celebrado  en  esta  iglesia  tu- 
vieron que  verificarse  en  el  colegio  Máximo  por  ser  cor- 
ta para  la  concurrencia  de  la  gente  que  asistió  en  el  no- 
venario de  misas  que  se  le  hizo.  La  Real  Audiencia  se 

.  encargó  del  gobierno  por  la  muerte  del  conde,  siendo  su 
presidente  el  Dr.  D.  Tomas  Berson  de  Cauredes.  Se  dis- 
puso en  este  año  que  délas  cajas  de  Lima  se  remitie- 
sen situados  para  los  presidios  de  Panamá,  Portobelo, 
Chagre,  y  Chepo,  que  no  bajaban  de  8  millones  de  pe- 
sos. 
1673  En  este  año  de  673  entró  en  la  ciudad  del  Cuzco  su  Obis- 
po Dr.  D.  Manuel  de  Mollinedo  y  Ángulo,  habiendo  an- 
tes renunciado  las  mitras  de  Puerto-Rico  y  déla  Haba- 
na. Se  fundó  en  él,  el  monasterio  de  Santa  Teresa.   El 

11  de  Abril  de  este  año  fué  el  mas  desgraciado  para  Li- 
ma pues  falleció  su  bienhechor  el  V.  Siervo  de  Dios 
Francisco  áú  Castillo,  conocido  por  el  Apóstol  de  Lima 


—so- 
atacado  de  nna  peste  que  en  este  mismo  año  apareció, 
llamada  cordellate  por  la  aspereza  y  quebranto  que  cau- 
saba en  los  cuerpos.  El  16  de  este  mismo  mes  acaecieron 
las  tropelías  de  la  Audiencia  con  el  Vicario  General  de 
Santo  Domingo  Fr.  Martin  Melendez,  y  es  el  caso  que 
no  pudiendo  los  religiosos  contenerse  sabiendo  que  la 
Audiencia  retenia  las  x)atentes  originales  del  Vicario  Ge- 
neral, lo  que  le  impedia  ejercer  el  cargo;  sacaron  trasla- 
do y  las  liiciemn  saber  á  todos  los  conventos  de  la  Orden: 
El  P.  Er.  Bernardo  Carrasco  i)roviucial  se  opuso,  y  fué 
absuelto  del  cargo;  ocurrió  á  la  Audiencia,  y  esta  remi- 
tió á  la  celda  del  P.  Melendez  un  alcalde  de  corte  que  lo 
sacó  de  ella  y  llevólo  en  carroza  á  depositar  al  convento 
de  San  Francisco  donde  se  le  tuvo  ocho  dias;  vencidos 
estos  se  le  condujo  á  palacio,  obligósele  á  reponer  al  pro- 
vincial, sin  embargo  de  haber  expuesto  no  tenia  facul- 
'  tad  para  ello,  se  consiguió  lo  hiciese:  lo  devolvieron  á  su 
depósito  y  de  allí  lo  mandaron  á  la  ciudad  de  Huánuco, 
donde  murió.  Una  señora  nombrada  Da.  Ana  Eobles 
viu.da  del  capitán  Diego  Bedia  renunciando  al  mundo  y 
siguiendo  el  espíritu  de  su  director  el  P.  Ayllon  fundó 
en  este  año  el  Beaterío  de  íí^eyras. 
1674  En  12  de  Mayo  de  este  año  de  674  entró  en  Lima  nom- 
brado de  Arzobispo  D.  E.  Juan  Almoguera  religioso 
Trinitario  que  servia  el  Obispado  de  Arequipa:  recibió 
las  bulas  y  palio  en  Octubre  del  inmediato:  esta  mitra 
se  confirió  al  de  Trujillo  D.  Fr.  Juan  de  la  Calle,  pero 
murió  en  Lima  de  tránsito  en  su  colegio  de  San  Pedro 
Kolasco.  Dio  licencia  para  que  se  formase  una  Congre- 
gación de  clérigos  bajo  la  regla  de  San  Felipe  Neri,  á 
consecuencia  de  una  Hermandad  de  la  escuela  de  Cristo 
que  de  antemano  tenia  sus  ejercicios  en  la  iglesia  del 
hospital  de  San  Pedro;  marchando  á  Eoma  por  la  con- 
firmación del  instituto,  su  fundador  y  primer  Prepósito 
Licendiado  Alonso  Riero.  El  señor  Castilla  y  Zamora 
en  este  año,  reuniendo  á  los  curas  de  su  Obispado  de 
Huamanga  trató  de  formar  un  Seminario  para  la  edu- 
cación de  la  juventud  que  se  quisiese  dedicar  á  la  carre- 
ra del  Sacerdocio  por  ser  inmensos  los  gastos  que  se  oca- 
siona á  los  habitantes,  el  trasladarse  á  otros  lugares. 
En  Agosto  concluyó  su  gobierno  la  Eeal  Audiencia. 


TOM.  vil.  XilTEKATUBA — 12 


—90— 


XXIV. 
D.  BALTAZAE  DE  LA  CUEVA  ENEIQUE  DE  SAAVE- 

DEA,  CONDE   DE    CASTELLAE,    MAEQUÉS    DE    MA]gAGOIf 

DEL  CONSEJO  Y  CAMAEA  DE  INDIAS:  (lespues  de  haber  re- 
conocido y  dispuesto  la  traslación  de  la  ciudad  de  Pa- 
namá, se  dirijió  á  Lima  y  se  liizo  cargo  del  vireynato  el 

15  de  Agosto. 

1675  En  este  año  se  proyectó  estancar  el  tabaco  por  empresa, 
dándose  al  rey  por  el  privilegio  10  mil  pesos.  Se  manda- 
ron fortificar  los  puertos  de  Valdivia,  la  Concepción  y 
Valparaíso,  por  la  noticia  qne  participó. el  presidente  de 
Chile  de  haber  entrado  por  el  Estrecho  de  Magallanes, 
una  escuadra  inglesa  que  quedaban  formando  j)oblaciou 
á  la  banda  del  sur.  En  8  de  Julio  acaecieron  en  esta 
ciudad  tres  temblores  de  alguna  consideración  y  en  el 
puerto  del  Callao  se  observó  en  este  mismo  dia  llanto 
y  sudor  en  la  imagen  de  Kuestra  Señora  de  Loreto,  que 
duró  hasta  el  6  de  Agosto;  de  que  se  siguió  iuformacion 
jurídica  en  la  que  depusieran  215  testigos.  En  Lima  se 
mandó  hacer  un  enrolamiento  general  presentándose  el 

16  de  Diciembre  en  la  pami^a  frontera  á  la  Calera  Agus- 
tina mas  de  seis  mil  hombres  con  armas. 

1676  La  noticia  de  los  piratas  se  falsificó  y  fueron  condena- 
dos á  la  peua  de  azotes,  cuatro  indios  que  aseguraron 
haber  tratado  con  ellos,  lo  que  se  comunicó  inmediata- 
mente á  Panamá,  para  desvanecer  los  recelos  del  co- 
mercio que  se  hallaba  en  Tierra  Firme  al  despacho  de 
los  galeones  del  General  D.  IsTicolás  de  Córdova.  En  2 
de  Marzo  de  este  año  murió  el  Illmo.  Señor  Arzobispo 
Almoguera.  La  casa  en  que  nació  y  vivió  nuestra  pai- 
sana Santa  Eosa  que  se  habia  formado  santuario  se  ele- 
vó á  convento  de  religiosos.  Por  cédula  de  20  de  Mayo 
se  estableció  fiesta  de  guarda  el  dia  de  San  Fernando. 
Se  ordenó  por  real  cédula  de  12  de  Agosto,  que  los  pro- 
visores fueran  juristas.  En  22  de  Julio  falleció  el  Ponti- 

'  fice  Clemente  X,  ademas  de  la  canonización  de  los  san- 
tos especificados,  beatificó  á  Pió  V  Alberto  Magno,  Juan 
de  la  Cruz  y  Estanislao  de  Koska. 

1677  En  este  año  murió  el  Dr,  D.  Alvaro  de  Ibarra,  catedrá- 
tico de  prima  de  leyes,  en  la  real  Universidad  de  Lima 
su  patria,  inquisidor  Apostólico,  Presidente  de  Quito  y 
Oidor  de  esta  Audiencia;  por  su  gran  saber  y  juicio  sien- 


—oí- 
do seglar,  so  le  hizo  merced  del  Obispado  de  Trujillo  y 
dado  el  fíat  su  Santidad:  fué  electo  en  su  reemplazo  D. 
Antonio  de  León  Obispo  de  Panamá  que  estaba  desem- 
peñando el  puesto  de  Presidente  y  capitán  general  de 
Tierra  Firme,  mas  inmediatamente  fué  trasladado  á  la 
de  Arequipa  y  ocupó  su  lugar  el  del  Tucuman  D.  Fran- 
cisco de  Borja.  Se  fundó  por  el  Obispo  Castilla  la  Uni- 
versidad de  Huamanga  dándole  su  nombre  de  San  Cris- 
tóbal. El  comercio  del  Peni  experimentó  en  este  año 
considerables  quiebras  en  la  feria  de  los  galeones,  ijor- 
que  con  la  ocasión  de  haberse  concedido  permiso  á  dos 
buques  para  hacer  vi  age  á  ISTueva  España,  abusaron  de 
él  é  inundaron  de  rojia  el  país,  de  que  dio  el  Consulado 
quejas  al  Consejo,  culpando  alVirey.  En  ISToviembre 
murió  el  hermano  Nicolás  de  Dios  fundador  del  beate- 
río de  Jesús  María.  En  este  año  llegó  D.  Elias  de  San 
Juan,  canónigo  de  Babilonia  con  el  objeto  de  recojer  li- 
mosnas. 
1678  En  14  de  Febrero  de  este  año  entró  el  Arzobispo  Don 
Melchor  de  Liñan  y  Cisneros  que  servia  el  de  las  Char- 
cas. En  17  de  Junio  experimentó  esta  ciudad  un  largo 
temblor  á  las  7  f  de  la  noche.  En  este  mes  se  formó  un 
Beateriobajo  el  título  de  Santa  Eosa.  En  7  de  Julio, 
llegó  la  armada  de  galeones,  trayendo  pliegos  alYirey 
para  que  entregase  el  mando  al  Arzobispo,  de  resulta  de 
la  qaeja  dicha,  ordenándosele  salir  para  Payta,  mas  se 
le  permitió  por  sus  enfermedades  estarse  en  el  pueblo 
de  Surco,  mientras  se  concluyó  la  causa  de  residencia  y 
absuelto  de  los  cargos  se  restituyó  á  España. 


XXV. 

DON  MELCHOR  DE  LIÑAN  Y  CISNEROS,  obispo  que 
había  sido  de  santa  maeta  t  popayan,  capitax  ge- 

ÍÍEKAL  del  KEYjSTO  DE  SANTA  FE,  Y  ARZOBISPO  DE  CHAR- 
CAS, SIRVIENDO  EL  DE  LIMA:  se  hizo  cargo  del  vireyna- 
to  del  Perú  el  7  de  Julio  de  678:  habiendo  hallado  ex- 
hausto el  tesoro  público  se  dedicó  en  proveerlo  de  dine- 
ro y  encontró  pronta  la  voluntad  de  los  habitantes  de  la 
capital  pues  ofreció  el  comercio  de  donativo  voluntario 
150  mil  pesos,  y  los  eclesiásticos  116  mil  pesos. 
1679  En  el  año  siguiente  de  79  tuvo  noticia  haberse  introdu- 
cido en  el  mar  del  Sur  los  piratas  Juan  Guarin,  Bartolo- 
mé Charpe  y  Eduardo  Voolmen,  auxiliados  de  los  indios 


—92  - 

del  Darien  que  les  franquearon  paso  por  aquel  golfo  ha- 
cia la  parte  de  Chepo:  invadieron  los  puertos  de  Guaya- 
quil, Chile  y  Arica.  Empero,  el  virey  envió  contra  ellos 
dos  bajeles  artillados  que  los  persiguió,  hasta  destruir- 
los; muriendo  los  dos  primeros  en  diversos  encuentros, 
y  el  último  en  Tumaco:  los  prisioneros  se  remitieron  al 
Callao. 

En  este  año  acontecieron  en  Quito  los  escandalosos  al- 
borotos de  las  monjas  de  Santa  Catalina  de  Sena,  suge- 
tas  á  la  religión  de  Santo  Domingo,  con  ocasión  de  no 
dejarlas  el  Provincial  obrar  con  libertad  en  la  elección 
de  Priora,  por  lo  cual  le  alzaron  la  obediencia  y  sugeta- 
rónse  á  la  eclesiástica:  de  aqui  provinieron  reclamos  á 
la  Audiencia,  que  amparó  á  los  religiosos  en  la  posesión, 
contradíjola  el  Obispo;  introdujeron  se  en  los  claustros 
eclesiásticos  armados  y  últimamente  saliéronse  las  mon- 
jas, refugiándose  en  casa  de  dicho  Obispo.  Cada  dia  to- 
maba mas  incremento  el  negocio,  intentando  las  fami- 
lias llevarse  las  religiosas  á  sus  casas.  La  Divina  Pro- 
videncia puso  de  manifiesto  que  el  fomentador  era  Don 
Domingo  Alonso  de  Laze  á  quien  el  Obispo  habia  nom- 
brado por  su  Provisor,  siendo  seglar,  mandado  compa- 
recer ante  el  real  Acuerdo  y  temeroso  de  algún  castigo 
fugó  para  Méjico.  En  este  año  cesó  en  su  gobierno  el 
Obispo  de  Huamanga  Castilla  y  Zamora. 
1680  En  este  año  se  dio  á  luz,  el  primer  cuaderno  de  Efemé- 
rides ó  Calendario,  por  el  presbítero  Don  Juan  Eamon 
Eocnig  capellán  de  la  real  capilla,  catedrática  de  mate- 
máticas y  segundo  cosmógrafo,  pues  en  657  la  fundó  D. 
Francisco  Luis  Lozano.  Se  publicó  con  gran  solemnidad 
el  Código  denominado  "Leyes  de  Indias."  La  Colonia 
del  Sacramento  que  habia  sido  ocupada  clandestinamen- 
te por  los  portugueses,  fué  recuperada  por  medio  de  una 
constante  resistencia  de  la  guarnición,  unida  con  los  in- 
dios guaraníes,  obteniéndose  una  completa  victoria  el  7 
de  Agosto  de  este  año.  Se  levantó  un  donativo  para  so- 
lemnizar el  casamiento  del  Rey  con  su  prima  María  Lui- 
sa. Se  fundó  por  los  Padres  Franciscos  el  Beaterío  de 
Santa  Eosa  de  Viterbo.  Llegó  en  este  año,  real  cédula 
multando  y  suspendiendo  á  los  regidores  de  esta  ciu- 
dad, por  haber  salido  á  la  defensa  de  la  residencia  del 
anterior  Virey.  Se  prohibió  la  fal)ricacion  de  aguardien- 
te de  caña,y  que  no  pudieran  venderse  ni  embarcarse  con 
pena  de  4  mil  pesos.  Designada  la  ciudad  del  Cuzco  para 
la  celebración  del  capítulo  provincial  de  la  religión  de 
San  Francisco  se  promovieron  algunas  disenciones  so- 


—93— 
bre  establecer  la  alternativa,  prevenida  por  real  cédula, 
es  decir;  nombrar  un  cuatrieuo  prelado  criollo  y  en  otro 
natural  de  España;  por  lo  que  fueron  mandados  bajar  á 
Lima  loíí  que  se  consideraban  culpados:  á  la  sazón  ha- 
bla llegado  á  la  capital  de  comisario  general  el  E.  P.  M. 
Fr.  Marcos  Terán  á  quien  se  le  encargó  el  negocio  y  anu- 
ló los  capítulos  que  se  habían  celebrado.  Este  hecho  mo- 
lestó algo  á  los  religiosos  y  en  la  noche  del  10  de  Julio 
entráronse  en  su  celda  tumultuoriamente  y  pidiéronle 
con  violencia  nombrase  por  Comisario  de  Provincia  al 
P.  Fr.  Antonio  de  Oscrin,  el  Prelado  los  entretuvo  para 
lograr  escapar  refugiándose  en  el  palacio  del  Virey.  Al 
dia  siguiente,  mandaron  á  los  alcaldes  del  crimen:  se 
prendieron  y  desterraron  á  Chile  al  religioso  Oscrin  y  á 
otros  que  se  creían  ser  los  resortes  de  estas  maquinacio- 
nes, con  lo  cual  pareció  concluido  el  asunto:  los  religio- 
sos pasaron  á  palacio  y  suplicaron  al  Comisorio  se  res- 
tituyese al  convento  qué  todos  le  obedecerían:  el  Prela- 
do así  lo  verificó.  Empero,  en  la  noche  del  23  de  Di- 
ciembre pegáronle  fuego  á  la  celda  y  las  puertas  y  pa- 
tíos resguardaban  los  religiosos  mozos  prevenidos  de 
piedras  y  otras  armas,  para  lograr  deshacerse  de  él. 
Afortunadamente  no  estaba  el  Comisario  en  ella  pero 
un  religioso  que  salió  huyendo  de  las  llamas,  cayó  en  el 
fuego  de  los  contrarios:  el  indicado  Comisario  pasó  á 
palacio  é  informó  al  Virey,  y  remitió  fuerza  armada:  in- 
numerable gente  ocupaba  la  plazuela  que  no  la  desalo- 
jaron desde  las  11  y  media  que  sucedió  el  caso,  hasta  el 
otro  dia,  haciendo  gravísimo  escándalo  pov  sus  hijos  y 
deudos.  Al  dia  inmediato  pasaron  al  convento  los  Al- 
caldes del  crimen  con  fuerza  armada  á  prender  quince 
religiosos:  registráronse  las  celdas,  los  que  viéndose  ul- 
trajados rompieron  en  el  último  desahogo  maltratando 
y  estropeando  á  los  soldados  con  notable  arrojo,  de  cu- 
yas resultas  murió  un  fraile,  y  atropellando  los  demás 
por  medio  de  la  justicia  y  guardias  salieron  á  la  calle, 
•  sacando  á  la  plaza  mayor  el  cadáver  del  difunto,  y  la 
Magestad,  clamando  por  el  atropellamiento  que  se  ha- 
cia á  su  religión:  el  tumulto  pasaba  ya  á  la  plebe,  pues 
estaban  las  calles  llenas  censurando  al  gobierno;  hasta 
que  el  Virey  temeroso  de  que  tomase  otro  incremento, 
publicó  bando  para  que  todos  se  recogiesen  á  sus  casas, 
mandando  que  no  anduviesen  juntos  de  dos  personas 
para  arriba,  bajo  pena  de  arresto.  Ko  habiendo  ya  me- 
dio que  tomar  para  corregir  la  desobediencia  de  estos 
padres  se  acordó  pasase  el  Comisario  general  á  la  Míe 


—94— 
va  Granada  donde  estaba  próximo  el  capítulo  provin- 
cial, como  lo  verificó  embarcándose  en  los  galeones  que 
iban  para  Panamá.  Por  ISTqviembre  se  hicieron  las  so- 
lemnes fiestas  de  la  Beatificación  de  Santo  Toribio,  á 
cuya  comisión  habia  ido  á  Eoma  el  Maestre-escuela  Dr. 
D.  Juan  Francisco  Valladolid. 
1681  En  una  Junta  de  guerra  que  se  tuvo  á  principio  de  este 
año  de  681  sobre  tomar  medidas  para  la  seguridad  del 
reyno,  se  presentó  por  D.  Luis  Venegas  Osorio,  Sargen- 
to general  de  batalla,  el  plan  de  amurallar  la  ciudad  de 
Lima,  cuyo  proyecto  pareciendo  inverificable  se  dese- 
chó. Por  Octubre  se  dispuso  que  en  los  Monasterios  de 
Lima  no  pudiesen  haber  mas  que  80  á  100  monjas  de 
velo  negro  y  50  del  blanco.  Se  hizo  cargo  del  Obispado 
de  Huamanga  D.  Sancho  Pardo  de  Andrade,  natural 
de  Lima  que  se  hallaba  sirviendo  el  de  Panamá.  En  es- 
te año  un  rayo  derritió  un  peñazco  de  la  cumbre  del 
cerro  Illimani,  que  descubrió  la  gran  riqueza,  que  con- 
tenia pues,  se  sacó  tanto  oro,  que  la  onza  se  vendió  á  8 
pesos.  Se  concedió  licencia  al  indígena  Sebastian  Alon- 
so,  para  fabricar  templo  á  ííuestra  Señora  de  Oocharcas, 
que  con  el  objeto  de  recojer  limosnas,  se  traia  á  Lima, 
estableciendo  igualmente  colegio  para  educar  á  desva- 
lidas hijas  de  caciques.  En  20  de  ISÍoviembre  concluyó 
el  mando  político  y  militar  del  señor  Liñan  y  continuó 
en  su  dignidad,  concediéndole  el  Eey  por  el  buen  desem- 
peño el  título  de  Castilla,  de  conde  de  la  Puebla  de  los 
Valles,  que  se  verificó  en  su  hermano:  también  presentó 
á  su  sobrino  Don  Francisco  Cisneros  y  Mendoza  para 
Auxiliar  señalándole  parte  de  su  renta. 


XXVI. 

DON  MELCHOR  DE  ÍÍAVARRA  Y  EOCAFULL,  duque 
DE  LA  PALATA  (lugar  en  el   reyno  de  Ñapóles)  príncipe 

DE  MASA,  MARQUÉS  DE  TOLA,  DE  LOS  CONSEJOS  DE  ESTA- 
DO Y  GUERRA,  entró  nombrado  de  Virey,  en  Lima  el  20 
de  Noviembre. 
1682  Se  dedicó  con  todo  empeño  en  plantificar  la  casa  de 
Moneda  de  esta  capital  que  por  real  cédula  se  mandaba 
erijir,  como  se  verificó  en  682  no  obstante  la  oposición 
que  ponia  la  de  Potosí:  no  tuvo  igual  resultado  la  casa 
de  Moneda  de  oro  que  en  dicha  cédula  se  disponía  formar 
en  el  Cuzco  en  virtud  de  25  mil   pesos  que  ofrecía  Don 


—95— 
Diego  de  N'avia,  por  haberse  manifestado  ser  en  aquel 
punto  innecesaria. 
En  22  de  Abril  se  puso  en  capilla  al  pirata  Carlos 
Clerque  aprendido  en  670  y  con  ocasión  de  habérsele 
encontrado  unos  papeles  en  cifras,  se  suspendió  la  eje- 
cución y  se  le  puso  á  tormento  para  que  dijese  su  con- 
tenido; entonces  expuso  bajo  juramento  que  era  sacer- 
dote profeso  de  S.  Francisco,  que  habia  tomado  el  hábi- 
to en  el  convento  del  Cuzco  con  el  nombre  de  Fr.  José 
Lizaraza.  Esto  paralizó  la  orden,  mas  después  de  algu- 
nos trámites  resolvió  la  Audiencia  en  5  de  Mayo  se  le 
diese  tormento;  se  ejecutó  este  y  declaró  ser  todas  astu- 
cias para  salvar  la  vida,  pues  como  estaba  preso  largo 
de  dos  años,  le  habia  un  religioso  dado  esa  idea,  por 
otro  de  aquel  nombre  que  no  se  sabia  de  su  existencia. 
Últimamente  por  Diciembre  sufrió  la  pena  capital  de 
garrote.  Por  este  año  llegó  el  permiso  para  que  se  ele- 
vase á  Monasterio  de  Trinitarias  el  Beaterío  de  lí^eyras 
y  se  verificó  la  clausura  en  11  de  Mayo.  Se  fundaron  en 
Oajamarca  el  convento  de  San  Francisco  y  el  hospital 
de  Beletmitas. 

1683  En  este  año  de  683  se  revio  el  plan  de  amurallar  la  ciu- 
dad de  Lima  y  después  de  allanar  el  Virey,  los  grandes 
obstáculos  que  se  oponían,  mandó  bajar  de  Saña  á  Don 
Luis  Yenegas  que  se  hallaba  sirviendo  el  destino  de 
Corregidor  para  la  delincación,  encargóse  de  dirígir  la 
fábrica  y  disposición  de  partes  D.  Juan  Eamon  Eoenig 
y  edificó  tres  mil  varas  el  alarife  Manuel  Escobar  que 
sirvieron  de  norma  para  continuar  el  resto,  que  se  con- 
cluyó mendiante  el  gasto  de  680  mil  pesos:  después  con- 
tinuaron con  amurallar  la  ciudad  de  Trujillo  la  que  im- 
portó 84  mil  Ilesos.  Salieron  para  Huamanga  tres  mon- 
jas Carmelitas.  En  este  año  fué  aflijido  el  reino,  con  los 
indesibles  daños  que  hizo  en  la  costa  el  pirata  Eduardo 
David,  el  que  unido  con  los  Filibusterres  componían  ima 
flota  de  10  embarcaciones  para  cuyo  remedio  dispuso  el 
Virey  un  armamento  de  siete  bajeles  en  los  queibati  los 
generales  D.  Tomas  Palavisino,  D.  Pedro  Pontejo  y  D. 
Antonio  Beas.  Salió  del  Callao  la  expedición  en  684.  Se 
proyectó  estancar  el  papel  blanco,  con  el  objeto  que  hu- 
biese un  fondo  seguro  para  la  composición  que  necesita- 
sen las  murallas;  mas  fué  desechado  en  la  Corte.  En  es- 
te murió  en  el  convento  de  San  Agustín  el  señor  Conde- 
rino,  Obispo  que  habia  sido  de  Huamanga,  dond  se  ha- 
llaba retirado. 

1685  La  escuadra  dicha  encontró  con  la  de  los  corsarios  y  no 


—Ge- 
obstante  la  superioridad  de  estos,  el  gran  entusiasmo 
los  obligó  á  combatir  en  8  de  Julio,  que  por  uno  de  los 
accidentes  que  regularmente  sucede  donde  mandan  mu- 
chos, divergentes  en  opiniones,  retiráronse  al  puerto  de 
Payta,  donde  se  incendió  la  Capitana,  que  tenia  la  fuer- 
za de  400  iiombres,  sin  que  escapase,  mas  que  el  hijo  del 
general  Pontejo,  que  despedido  de  el  repentino  incendio, 
cayó  en  el  mar  y  cogiendo  una  tabla  salvó  la  vida.  Los 
piratas  se  dispersaron,  pero  volvieron  á  cometer  infini- 
tas, atrocidades  en  los  puertos,  los  saqueaban  y  pasaban 
á  cuchillo  á  cuantos  encontraban,  tal  sucedió  en  Santa, 
Huaura  etc. 

1686  El  comercio  con  licencia  del  Virey  se  vio  en  la  presi- 
cion  de  armar  dos  navios  en  guerra  los  que  salieron  á 
perseguir  los  corsarios  y  consiguieron  dejasen  libre  el 
mar.  Se  fundó  el  Monasterio  de  Santa  Teresa,  saliendo 
el  21  de  Diciembre  del  Carmen- Alto  las  monjas. 

1687  En  Enero  28,  Marzo  31,  y  19  cíe  Abril  se  sintieron  recios 
temblores:  el  2  de  Julio  dia  de  la  Visitación  de  ííuestra 
Señora  en  la  casa  del  Dr.  Calvo  de  la  Banda,  se  recono- 
ció en  una  imagen  pequeña  de  bulto  de  la  Candelaria  to- 
do el  rostro  bañado  en  sudor  y  lágrimas  á  las  6  de  la  ma- 
ñana, que  asombró  á  toda  la  casa,  concurrió  áver  el  pro- 
digio todo  el  pueblo,  pues  asi  estuvo  la  Virgen  por  algu- 
nos dias;  preludio  fueron  estos  del  espantoso  terremoto 
del  20  de  Octubre  el  que,  trayendo  sacudimientos  á  las 4  y 
6  de  la  mañana  no  dejó  edificio  en  i^ié,  sintiéndose  igua- 
les estragos  en  Chancay,  Cañete,  Callao  y  Pisco,  salién- 
dose el  mar  en  estos  dos  últimos  puertos  é  inundando 
sus  poblaciones  y  destruyendo  la  última.  En  Lima  ca- 
yeron por  tierra  los  mas  templos  y  el  palacio  del  Virey 
que  entonces  tenia  balconería  á  la  plaza.  Los  temblores 
se  repitieron  desde  dicho  dia,  hasta  el  2  de  Diciembre, 
que  un  fuerte  aguacero  acabó  de  derrumbar  los  que  ha- 
blan quedado  maltratados  y  en  ese  intervalo,  ademas  de 
habitar  la  gente  en  despoblados  sufrían  mil  sustos,  pues 
se  levantó  una  voz  de  que  el  mar  venia  sobre  Lima.  To- 
dos los  dias  se  desenterraban  personas  que  hablan  sido 
oprimidas  j)or  las  paredes  y  entre  ellas  sucedió  el  raro 
caso  de  haber  sacado  á  una  señora  a  los  dos  dias  del  ter- 
remoto con  su  hijo  en  los  brazos  apegada  al  pecho,  ella 
muerta  y  la  criatura  viva.  En  este  año  el  Obispo  de 
Huamanga  D.  Sancho  fué  trasladado  á  Quito  en  clase 
de  auxiliar  y  reemplazado  con  D.  Francisco  Luis  de  Bru- 
na, lo  que  ocasionó  algunas  competencias  alegando  el 
primero  no  poder  perder  los  derechos  á  su  primera  igle- 


—97— 
sia,  empero  se  concluyó  la  disencion  con  la  propiedad 
que  se  dio  al  primero  y  muerte  del  segundo. 

1688  En  20  de  Febrero  de  688  se  despachó  por  el  Virey,  pro- 
visión de  24  capítulos  con  el  objeto  de  arreglar  la  con- 
ducta de  los  curas,  por  las  repetidas  quejas  que  daban 
los  indios,  y  expresándose  en  uno  de  ellos  que  loa  corre- 
gidores tomasen  informaciones  de  cualquiera  infracción; 
fué  esta  la  piedra  del  escándalo  y  sobre  ella  se  fabrica- 
ron competencias  con  el  Arzobispo,  escribiéndose  de  am- 
bas partes  doctos  papeles;  no  habiendo  cesado  esta  desa- 
venencia, ni  con  el  fuerte  temblor  que  en  10  de  Octubre 
de  este  año  recordó  al  del  anterior:  por  él  muchas  seño- 
ras se  recogieron  á  hacer  una  vida  arreglada  en  clausu- 
ra, estableciendo  el  Presbítero  Yillagomez  de  su  peculio 
el  Beaterío  de  ífuestra  Señora  del  Patrocinio,  al  pié  de 
los  cerros  que  se  dirijen  para  los  Descalzos. 

1689  En  este  año  á  10  de  Agosto  murió  en  Boma  el  Pontífi- 
ce Inocencio  XI,  después  de  haber  erigido  la  Congrega- 
ción regular  de  Beletmitas,  creando  por  primer  general 
á  D.  Eodrigo  de  la  Cruz,  el  que  pasó  al  Perú.  También 
falleció  el  Obispo  D.  Francisco  de  Borja.  El  Yirey  en- 
tregó el  mando  el  15  del  mismo  y  se  quedó  en  Lima  á 
sufrir  el  juicio  de  residencia. 

XXVII. 

DOK  MELCHOR  DE  POETOOAERERO  LAZO  DE  LA 

YEGA,  COÍTDEDBL  AMONÓLO  VA,  COMENDADOR  DE  ZARZA 

EN  LA  ORDEN  DE  ALCÁNTARA,  (llamado  brazo  de  plata 
I)or  tener  de  este  metal  el  derecho  que  habia  i)erdido  en 
una  batalla).  Estaba  sirviendo  el  Yireinato  de  Méjico, 
cuando  fué  ascendido  al  del  Perú  y  entró  en  Lima  el  15 
de  Agosto.  Dedicóse  con  todo  esmero  en  reedificar  el 
palacio,  oficinas  públicas  y  demás  edificios  de  la  ciudad 
que  se  hallaban  inhabitables  á  causa  del  terremoto  últi- 
mamente acaecido. 

1690  En  este  año  de  690  se  fundó  en  Huamanga  por  el  P. 
Francisco  Maza,  el  Monasterio  de  Carmelitas  Descalzas, 
con  un  legado  que  para  el  efecto  dejó  su  hermano  Don 
Juan   [1].  Fué  electo  para  el  Obispado  de  Trujillo  D. 


[1]  En  las  guías  del  Dr.  Unanue  y  en  las  actuales  del  Pi\  Carrasco  se 
pone  la  fundación  en  1703.  Empero  según  he  visto  en  documentos  origina- 
les, las  monjas  salieron  de  Lima  en  683  y  en  90  entraron  en  clausura.  El 
Obispo  Guevara  les  fabricó  iglesia  y  convento,  pero  esto  no  supone  funda- 
ción. 

TOM.  VII  Literatura — 13 


.  —98— 
Fr.  Pedro  de  la  Serna,  pero  murió  en  Cádiz  al  embarcar- 
se. También  se  trasladó  en  este  año,  la  silla  episcopal 
del  Tucuman,  de  la  ciudad  de  Santiago  del  Estero,  á  la 
Oórdova.  Se  concedió  para  la  fábrica  de  esta  iglesia  Ca- 
tedral la  cuarta  parte  de  las  vacantes  liasta  100  pesos. 

1691  En  19  de  Febrero  de  91  murió  en  Eoma  el  Pontífice  Ale- 
jandro YIII,  en  su  gobierno  de  trece  meses  puso  en  el 
Catálogo  de  los  Bienaventurados  á  San  Juan  de  Dios, 
San  Juan  de  Sahagun,  San  Pascual  Bailón,  San  Juan 
Capistrano  y  San  Lorenzo  Justiniano.  Concluida  su  re- 
sidencia el  Duque  de  la  Plata,  se  embarcó  con  dirección 
á  España,  á  ejercer  la  Presidencia  del  Concejo  de  Ara- 
gón á  que  habia  sido  ascendido,  y  en  el  arribo  á  Porto- 
belo  murió,,  13  de  Abril.  Fué  electo  Obispo  de  Huaman- 
ga  el  D.  D.  Mateo  Delgado. 

1692  Mandóse  á  principio  de  92  dos  bajeles  de  guerra  al  car- 
go del  General  D.  Antonio  Veas  á  reconocer  las  islas  de 
Juan  Fernandez,  distantes  al  O.  E.  de  la  costa  de  Chile; 
la  que  se  demarcaron  con  puntual  observación.  Llega- 
ron en  este  real  cédula  y  bula,  elevando  á  Universidad 
el  colegio  de  San  Antonio  del  Cuzco.  Se  efectuó  en  el 
indicado  año  la  erección  del  Beaterío  de  Copacabana  á 
exfuerzos  del  capitán  D.  Francisco  Escobar  [1]. 

1693  En  el  inmediato  año  de  93  se  mandaron  reedificar  los 
portales  de  la  plaza  mayor,  y  casas  de  cabildo.  Lunes  San- 
to 16  de  Marzo  se  celebró  en  el  templo  de  Santo  Domin- 
go un  auto  de  fé  en  el  que  fueron  sentenciados  catorce 
personas  por  ilusas  á  varias  penas. 

1694  En  94  se  fabricó  un  hermoso  y  costoso  muelle  en  el  puer- 
to del  Callao.  En  21  de  ISToviembre  hubo  un  recio  tem- 
blor en  Lima  que  atemorizó  grandemente  á  sus  habitan- 
tes. En  20  de  Diciembre  se  celebró  en  la  misma  iglesia 
de  Santo  Domingo  el  auto  de  fé  de  Anjela  Carranza, 
beata  agustina,  por  ilusa,  en  el  que  comparecieron  á 
mas  seis  reos  por  igual  acusación. 

1695  Cesó  en  este  año  en  el  Obispado  de  Huamanga  el  Dr. 
Delgado.  En  este  mismo  año,  tomó  á  Cartagena  Mr.  Du- 
casses.  Gobernador  de  Pítit-Huanco  con  crecido  número 
de  embarcaciones  francesas,  y  las  saqueó  sacando  consi- 
derable tesoro  ele  la  ciudad  y  del  comercio,  regulándose 
en  10  millones  de  pesos:  mandóse  pronto  socorro,  pero 


fl  j  Con  la  muerte  de  Nicolás  (Ayllon)  de  Dios,  entraron  las  competen- 
cias en  el  Beaterío  que  formó,  entre  blancas  é  indias,  de  modo  que  las  últi- 
mas salieron  á  la  calle  á  mendigar  el  favor  de  la  providencia  hasta  que  con- 
siguieron en  este  año  la  erección  del  Beaterio  para  las  de  su  casta. 


—99— 
llegaron  cuando  los  franceses  habían  evacuado  la  plaza. 

1696  Para  evitar  las  indicadas  sorpresas  y  estar  en  estado 
de  defensa,  mandó  el  Virey  en  este  año  de  606  fabricar 
en  Guayaquil  tres  navios,  Se  hicieron  representaciones 
de  "títeres"  ó  muñecas  grandes  bajo  la  dirección  de  D* 
Leonor  de  Goromar,  española. 

1697  En  este  año  tomó  posesión  del  Obispado  de  Trujillo  el 
Dr.  D.  Pedro  Díaz  de  Oienfuegos,  que  servia  el  de  Po- 
payan.  En  29  de  Setiembre  se  experimentó  en  Lima  un 
fuerte  temblor. 

1698  A  mediados  del  de  698  se  arruinaron  los  pueblos  de 
Tacunga  y  Ambato  de  resultas  de  un  fuerte  terremoto, 
pereciendo  las  dos  tercias  partes  de  sus  vecinos,  salien- 
do un  rio  de  lodo  de  los  volcanes  de  Ootapacsi  y  Oarguai- 
raco,  que  anegó  toda  la  provincia  siendo  tal  el  destro- 
so,  que  viendo  los  Jesuítas  misioneros  de  Maynas  bajar 
por  el  Marañon  tanto  cadáver  y  ruina  de  edificios,  se 
presumieron  era  concluido  el  mundo,  y  comenzaron  á  pre- 
pararse, eíicribiendo  relaciones  de  lo  que  acaecía.  En  es- 
te año  murió  en  Lima,  el  siervo  de  Dios  Fr.  Francisco 
Oamacho,  religioso  hospitalario  de  San  Juan  de  Dios. 

1699  En  este  año  de  99  fué  nombrado  Virey  del  Perú  D.  Pe- 
dro Luis  Enriquez,  Conde  de  Camillas,  pero  murió  antes 
de  recibir  los  pliegos  [1].  En  14  de  Julio  dejóse  sentir 
en  Lima  un  fuerte  temblor.  Murió  en  el  Cuzco  el  26  de 
Setiembre  el  Obispo  MoUínedo,  después  de  haber  for- 
mado las  Constituciones  del  Beaterío  de  IsTazarenas  [2], 
Llegó  en  este  año  el  breve  de  Inocencio  XII,  concedien- 
do al  Cabildo  eclesiástico  de  Lima  la  gracia  de  ser  in- 
corporado con  el  de  la  iglesia  de  San  Juan  de  Letran. 

1700  Este  primer  año  del  siglo  XYIII,  fué  el  último  de  exis- 
tencia de  los  principales  príncipes  de  la  iglesia  y  del  im- 
perio: !el  Papa  Inocencio  falleció  el  27  de  Setiembre,  y  el 
19  de  noviembre  murió  Carlos  II,  última  rama  de  la  ca- 


[IJ  Este  personage  servia  en  1625  el  corregimiento  de  Potosí  cuando  fué 
nombrado  Presidente  de  Panamá,  empero,  cometió  tales  violencias  con  el 
Marques  de  Mina,  que  aquella  Audiencia  lo  habia  depuesto  y  se  hallaba  pre- 
so en  el  Castillo  de  Chagre:  se  le  mandó  de  sucesor  al  Marques  de  Vi- 
lla Rocha,  pero  supo  congratularse  tanto  con  la  Corte  que  á  los  seis  meses 
le  llegó  la  reposición  con  la  orden  de  que  pasase  á  desalojar  á  los  Escose- 
ses  del  Darien;  él  se  desentendió  y  el  Gobernador  de  Cartajena  desempeñó 
la  comisión.  No  bien  supo  el  feliz  resultado  del  Grobernador,  cuando  inme- 
diatamente hizo  propio  &  la  Corte  avisando  el  suceso,  sin  decir  quién  lo 
habia  hecho,  y  le  premió  el  Eey  con  el  Vireinato,  que  no  logró. 

[2]  En  la  Guía  de  este  año,  se  pone  la  fundación  en  746,  pero  en  la  me- 
moria del  Obispo,  impresa  en  797,  se  demuestra  existía,  pues  dio  constitu- 
ciones 


—100— 
sá  de  Austria.  Se  hizo  cargo  del  Obispado  de  Huaman- 
ga.  D.  Diego  Ladrón  de  Guevara  que  servia  el  de  Pana- 
má. 


FELIPE  V. 

EMPERADOE  XX  DEL  PERTJ. 


1701  En  principio  de  Febrero  del  año  701  fué  jurado  en  Ma- 
drid por  Eey  D.  Felipe,  Duque  de  Aujon,  hijo  segundo  del 
Delfín  de  Francia  y  nieto  de  su  hermana  la  infanta  de 
España,  Maria  Teresa,  lo  que  ocasionó  grandes  guerras, 
pues  solicitaba  el  trono  el  Archiduque  Carlos  de  Austria. 
En  este  año  sufrió  gran  inundación  Trujillo. 

1702  Murió  en  el  pueblo  de  Oatacaos  el  Obispo  de  Trujillo 
Oienfuegos,  haciendo  la  visita.  Volvieron  en  este  año  los 
portugueses  á  reedificar  y  poblar  la  colonia  del  Sacramen- 
to. Comenzaron  á  entrar  en  el  mar  Sur  navios  franceses 
de  comercio. 

1703  Hallándose  en  gran  efervescencia  la  guerra  de  sucesión, 
se  numeraron  los  habitantes  de  Lima  y  se  encontraron 
37,234  personas.  Por  ííoviembre  se  consagró  de  Obispo 
auxiliar  de  Lima  D.  Francisco  Cisneros  con  título  de 
la  Margarita. 

1704  El  P.  D.  Gregorio  Ca vanas  formó  el  proyecto  de  un  Mo- 
nasterio de  San  Cayetano,  para  lo  cual  compró  todo  el 
sitio  inmediato  á  la  iglesia  de  N^uestra  Señora  del  Socorro, 
y  mientras  se  conseguían  las  licencias  de  la  Corte,  re- 
dujo el  local  á  Beaterío  en  el  que  se  congregaron  16  se- 
ñoras, que  vistieron  sotana  con  cadena  al  cuello  y  un 
corazón. 

1705  Fué  recuperada  en  este  año  la  colonia  del  Sacramento 
por  los  esfuerzos  del  sarjento  mayor  D.  Baltazar  García 
Ross.  En  22  de  Setiembre  de  este  año  murió  el  Virey,  y 
después  de  sepultado  en  la  Catedral,  se  encargó  del  go- 
bierno la  Eeal  Audiencia,  siendo  su  Presidente  el  Licen- 
ciado D.  Juan  Peñaloza.  También  murió  el  siervo  de 
Dios  Fr.  José  de  Figueroa,  religioso  Agustino.  Se  tras- 
ladó en  este  año  á  Quito  al  Obispo  de  Huamanga  y  ele- 


—101— 
gido  para  su  reemplazo  D.  Francisco  de  la  Puebla  Gon- 
zález que  servia  el  de  Santiago  de  Chile,  donde  murió. 
1706    Tomó  posesión  en  este  año  de  706  del   Obisi>ado  de 
Trujillo  I).  Fr.  Juan  de  Víctores  de  Velasco. 
Concluyó  el  gobierno  de  la  real  Audiencia. 


XXVIIL 

BOÍT  MAIsTUEL  OMMS  DE  SANTA  PAU  OLIM  DE  SENT- 
MANAT  Y  DE  LA  NUZA,  marques  de  castel  dos 

RIUS,  GRANDE  DE  ESPAÑA  Y  EMBAJADOR  QUE  HABÍA  SI- 
DO DE  LISBOA  Y  DE  PARÍS,  fué  uoiiibrado  Yirey  antes 
que  se  supiese  la  muerte  de  su  antecesor,  detúvose  hasta 
la  salida  de  los  galeones  del  año  de  706  y  entró  en  Li- 
ma el  27  de  Julio  del  inmediato. 

1707  En  este  año  el  7  de  Setiembre  experimentó  la  Provin- 
cia de  Paruro  un  terremoto  que  asoló  muchos  pueblos  y 
sucedió  el  prodigio  de  haber  pasado  de  una  á  otra  parte 
del  rio  Belille  una  hacienda  pequeña  del  pueblo  de  Co- 
yabamba  con  su  casa,  huerta  y  gente  que  la  habitaba, 
sin  que  estos  advirtiesen  nada  por  hallarse  durmiendo 
cuando  sucedió  la  trasplantación.  Se  hicieron  rogativas 
por  el  feliz  i)reñado  de  la  reina.  Entró  en  el  Cuzco  el  7 
de  ÍToviembre  su  Obispo  D.  Juan  González  de  Santia- 
go, Oidor  que  habia  sido  de  la  Audiencia  de  Lima;  falle- 
ció al  mes. 

1708  En  2  de  Febrero  de  708  se  elevó  á  Monasterio  el  Bea- 
terío de  Santa  Eosa,  mediante  los  esfuerzos  de  D^  Elena 
de  Corte  real,  D^  Josefa  Portocarrero  y  el  P.  Alonzo 
Masia.  El  28  de  Junio  murió  en  Lima  el  Arzobispo  Li- 
ñan  y  Cisneros,  y  en  Arequipa  el  Obispo  León,  nombra- 
dose  en  lugar  de  este  á  D.  Fr.  Juan  de  Arguelles,  natu- 
ral de  Lima,  pero  habia  muerto  en  su  Obispado  de  Pa- 
namá. En  8  de  Junio  la  escuadra  inglesa  del  Yice- Al- 
mirante Wager,  atacó  á  la  armada  de  galeones  que  man- 
daba el  Conde  de  Casa  Alegre,  á  la  vista  del  puerto  de 
Cartagena  á  las  3  de  la  tarde,  y  después  de  una  batalla 
nocturna,  naufragaron  la  capitana  y  dos  buques  mas, 
logrando  solo  los  ingleses  la  prisión  de  otro,  donde  en- 
contraron cinco  millones  de  pesos;  habiéndose  perdido  la 
gente  y  la  cuantiosa  copia  de  caudales  que  conducían 
del  Perú  aquellos  buques. 

1709  En  709  entraron  al  mar  del  Sur  los  piratas  ingleses 
Dámpierre  y  Eoggers  que  saquearon  á  Guayaquil.  Por 


—102— 
lo  cual  se  hicieron  grandes  aprestos  y  empeños,  toman- 
do los  fondos  de  Jerusalen  y  Cautivos,  y  alistándose  has- 
ta los  estudiantes  de  los  colegios:  salió  la  armada  á  car- 
go del  General  D.  Pablo  de  Alzamora,  el  16  de  Julio.  El 
23  del  mismo  se  trasladaron  las  monjas  de  Santa  Rosa  al 
actual  Monasterio.  Enesteaiáo  fué  remitido  á  Panamá  el 
Alcalde  del  crimen  D.  Juan  Bautista  de  Orueta  é  Irusta, 
comisionado  para  procesar  al  Presidente  de  Tierrr-Fir- 
me  y  Decano  de  la  Audiencia,  por  los  excesos  que  ha- 
bia  cometido,  de  donde  resultó  la  extinción  de  dicho  Tri- 
bunal al  poco  tiempo.  Fué  electo  Arzobispo  de  LimaD. 
Pedro  Francisco  Le\'^to,  quien  por  haberlo  aprisionado 
los  ingleses  al  salir  de  España  renunció  y  fué  promovido 
al  Obispado  de  Badajos.  En  este  año  se  verificaba  el  ca- 
pítulo provincial  de  San  Agustín  en  sugeto  europeo: 
empezaron  á  formarse  diferentes  artículos  con  el  obieto 
de  disminuir  el  partido  mayor,  que  era  el  del  P.  Fr.  Pe- 
dro Zavala,  Yiscaino;  por  el  contrario  del  P.  Fr.  Alejan- 
dro de  Paz,  Sevillano:  temiéndose  pudieran  haber  dis- 
turbios en  la  función  capitular,  estando  los  ánimos  tan 
disconformes,  asistió  la  tarde  del  20  de  Julio  toda  laEeal 
Audiencia:  fueron  tantos  los  memoriales  y  alegatos  que 
se  presentaron,  que  no  fué  posible  á  los  oidores  desem- 
barazarse de  ellos  en  la  mayor  parte  de  la  noche,  y  sien- 
do ya  las  dos  de  la  mañana,  se  acordó  celebrar  en  la  mis- 
ma sala  del  Capítulo  la  misa  de  Espíritu  Santo,  con  la 
celeridad  que  requería  el  caso,  y  al  rayar  el  alba  se  pu- 
blicó por  electo  al  P.  Zavala.  Poco  fué  el  tiempo  para 
atraerse  á  los  contrarios,  pues  habiendo  salido  á  visítale 
acometió  la  muerte  subiendo  los  altos  de  Córdova  cerca 
de  lea,  donde  fué  enterrado  sin  haber  gobernado  un  año. 
Se  fundó  en  Arequipa  eí  Monasterio  de  Carmelitas  Des- 
calzas [1]. 
1710  En  22  de  Abril  de  710  murió  el  Virey  y  después  de  he- 
chas sus  exequias  se  i)rocedió  á  abrir  el  pliego  de  pro- 
vicion  que  se  hallaba  cerrado  en  el  Acuerdo,  y  resulta- 
ron muertos  los  dos  j)rimeros  que  eran  los  Obispos  del 
Cuzco  y  Arequipa,  llamándose  al  de  Quito  que  ocupaba 
el  tercer  lugar  y  entre  tanto  se  encargó  del  gobierno  la 
Eeal  Audiencia,  siendo  su  Presidente  el  D.  D.  Miguel 
ISTuñez  Sanabria. 


[1]  En  las  presentes  guías  se  pone  la  erección  en  1580,  fecha  en  que  no 
existían  en  el  Perú;  pues  el  Obispo  de  esa  Diócesis  Dr,  Úgarte  para  el  de 
Lima,  hizo  traer  á  las  fundadoras  de  Cartagena  en  643,  de  este  salieron  á 
Huanianga. 


-103— 


XXIX. 
DON  DIEGO  LADEON  DE  GUEVAEA,  obispo  de  quito 

Y  PRESIDENTE    GOBERNADOR  Y  CAPITÁN    GENERAL  QUE 

había  SIDO  DE  TIERRA  FIRME,  entró  CU  Lima  en  30  de 
Agosto  de  1710.  Se  recibieron  despachos  de  la  forma 
que  deben  observar  los  Obispos  auxiliares  en  la  consa- 
gración de  óleos. 

1711  En  el  siguiente  de  711  se  observó  en  aquel  gobierno  la 
reunión  en  un  dia  de  dos  Presidentes:  el  Marques  de  Vi- 
lla-Eocha  que  de  orden  de  esa  Audiencia  estaba  preso 
en  el  fuerte  de  Chepo,  como  cuatro  años,  fué  restituido 
y  tomó  posesión  á  las  doce  del  dia  y  á  las  cinco  de  la  tar- 
de entró  D.  José  Hurtado  de  Amézaga  [1].  El  P.  Jesui- 
ta  Lucas  Caballero  que  habia  entrado  á  las  montañas  á 
predicar  el  evangelio  fué  muerto  por  los  indios  Puyzo- 
cas  que  confinan  conlosdeChiquitos,é  igualmente  veinte 
y  seis  indios  convertidos  que  le  acompañaban.  En  este 
año  sucedió  en  Lima  el  hurto  del  copón  con  formas  del 
Sagrario  de  la  Catedral,  que  habidas,  mandó  el  Yirey  fa- 
bricar á  su  costa  un  templo  dedicado  á  Santa  Liberata 
Mártir.  El  21  de  Octubre  se  trasladaron  en  procesión, 
los  religiosos  Mínimos,  al  convento  del  Socorro,  por  ce- 
sión que  hicieron  las  beatas  que  lo  ocupaban  [2]  y  dio  la 
sede  vacante  por  fundada  la  religión.  Entró  en  Huaman- 
ga  de  Obispo  D.  Francisco  Deza  y  Ulloa  de  Méjico,  y  en 
el  Cuzco  el  24  de  Noviembre  D.  Melchor  de  Nava,  Dean 
de  su  patria  Lima. 

1712  En  712  se  formó  la  primera  iglesia  de  la  Buenamuerte, 
por  el  P.  Golvadeo  Carani  que  habia  venido  á  solicitar 
limosnas  para  la  canonización  de  su  S.  Patriarca.  El  P. 
Jesuita  Juan  Bautista  Zea  redujo  al  cristianismo  á  la 
nación  de  Morotocos  del  Paraguay. 


(1)  El  Marques  de  Villa  Rocha  octuvo  la  Presidencia  de  Tierra  Firme  en 
1699,  á  los  seis  meses  se  le  mandó  dejarla.  En  .1708  obtnvo  real  despacho 
para  verificar  la  provisión  de  su  empleo,  y  solo  estuvo  dias,  pues  fué  sepa- 
rado y  preso  por  disposición  de  la  Real  Audiencia.  Logró  vindicarse  en  711  y 
solo  tuvo  el  gobierno  seis  horas  á  título  de  honor.  En  720  se  puso  en  mar- 
cha para  el  Perú,  mas  su  mala  estrella  hizo  lo  aprisionasen  unos  piratas,  y 
lo  echasen  en  las  Islas  Marianas  donde  al  tiempo  escapó,  sin  haber  tenido 
noticia  de  su  existencia. 

(2)  Esta  iglesia  según  se  ha  expuesto  se  erigió  en  646  para  religiosos  Ca- 
puchinos, no  habiendo  lugar,  se  quizo  hacer  Monasterio  de  Cayetanas  tam- 
poco se  efectuó  y  sirvió  para  esta  fundación^  destruyendo  la  de  Buen  Via- 
ge  después  de  11  años  de  existencia. 


—104— 

1713  En  713  se  erigió  el  Monasterio  de  Capuchinas  de  Jesns 
Maria,  cuyas  fundadoras  vinieron  de  Madrid.  Se  sufrie- 
ron algunas  inquietudes  causadas  por  los  negros  suble- 
vados en  los  montes  de  Huachipa.  Se  descubrió  el  mi- 
neral de  Veuntaya  cerca  del  pueblo  de  Oarabaya,  cuya 
riqueza  causó  muchos  alborotos,  enemistades  y  muertes 
que  cesaron  con  haberse  arruinado  una  noche  el  monte, 
sin  vastar  caudal  para  volver  á  poner  corriente  la  mina, 
que  daba  4,700  marcos  por  cajón:  se  sacó  de  ella  un  pe- 
dazo macizo  de  plata,  que  produjo  muchos  miles.  En  10 
de  Diciembre  de  este  año  murió  en  Trujillo  su  Obispo 
Velasco. 

1714  En  21  de  Mayo  de  714  entró  en  Lima  el  Arzobispo  D. 
D.  Antonio  Soluaga:  en  Arequipa  de  Obispo  D.  Juan 
Otarola:  en  Trujillo  D.  Diego  Montero  de  Águila,  y  en 
el  Cuzco  murió  aun  sin  consagrarse  el  Obispo  ÍTava.  Se 
formó  en  Arequipa  casa  de  Eecogidas.  Se  prohibió  por 
real  cédala  la  fabricación  de  aguardiente  de  caña. 

1715  En  el  año  de  715  entraron  dos  piratas  ingleses  á  infes- 
tar estos  mares,  por  lo  cual  hubieron  grandes  aprestos  y 
armamentos  de  los  fuertes  del  Pacífico,  en  los  que  se  dis- 
tribuyeron 348613  quintales  de  pólvora:  de  dichos  se  apresó 
uno  en  las  costas  del  Perú  y  otro  en  la  de  IsTueva  Espa- 
ña. Hubo  el  22  de  Agosto  de  este  año  un  formidable 
terremoto  en  Moquegua  y  Arequipa. 

1716  En  6  de  Febrero  de  716  hubo  en  Lima  un  fuerte  temblor. 
El  2  de  Marzo  entregó  el  Virey  el  mando  á  la  Eeal  Au- 
diencia, siendo  su  Presidente  el  Licenciado  D.  Mateo  de 
Mata  Ponce  de  León,  por  habérsele  mandado  cesase  en 
el  empleo,  al  cual  debia  suceder  interinamente  el  Arzo- 
bispo de  Charcas;  y  dándosele  permiso  para  que  pasase 
á  España.  Empero  el  Virey  no  usó  de  él  hasta  haber  da- 
do residencia. 


XXX. 

DOX  EE.  DIEGO  MOECILLO  EUBIO  DE  AUÑOF,  arzo- 
bispo DE  LA  IGLESIA  METROPOLITANA  DE  LA  PLATA  EN 
VIRTUD  DE  LA  PROVIDENCIA  QUE  LE  COMUNICÓ  LA  AU- 
DIENCIA, se  puso  en  camino  y  llegó  á  Lima  el  15  de  Agos- 
to de  1716,  y  su  gobierno  no  duró  sino  solo  cincuenta 
dias  por  haber  llegado  el  propietario. 


—105— 


XXXI. 


DON  CARMINE  NICOLÁS  CARACOIOLO,  principe  de 

SANTO  BUONO,  DUQUE  DE  OASTELL  DE  SANGRO,  MARQUES 
DE  BUQUIANICO,  CONDE  DE  ESQUIABI  DE  SANTOBIDO  Y 
DE  CAPRAOOTA,  SEÑOR  DE  LA  CIUDAD  DE  AUÑON,  BARÓN 
DE  MONTE  FEllRATE,  CASTFLLON,  BELMONTE,  ROCA  ESPI- 
NALBETI,  FRAINENEFRICA  GRANDINARCA  Y  CASTELNO- 
BO,  GRANDE  DE  ESPAÑA  Y    EMBAJADOR  QUE  HABÍA  SIDO 

1  LA  REPÚBLICA  DE  VENBCIA,  entró  de  Virey  en  Lima 
el  5  de  Octubre  de  1716. 

En  este  mismo  año  vino  de  España  una  escuadra  á  de- 
salojar del  mar  del  Sur,  á  los  franceses  comerciantes,  en 
ocasión  de  que  en  las  costas  de  lio  se  hablan  confiscado 
seis  bajeles  cargados  de  efectos. 
1717  En  787  se  procedió  á  la  erección  del  Yireiuato  de  San- 
ta Fé,  para  lo  cual  se  remitió  al  Licenciado  D.  Antonio 
de  la  Pedresa  Guerrero,  Ministro  del  Concejo  de  Indias, 
poniendo  en  posecion  por  primer  Yirey  al  Teniente  Ge- 
neral D.  Jorge  de  Yillalonga,  Conde  de  la  Cueva,  que  se 
hallaba  sirviendo  el  destino  de  general  de  armas  del  Ca- 
llao. En  este  año  el  pueblo  de  Quiquijana  Provincia  de 
Quispicanchi,  experimentó  un  gran  terremoto,  que  si- 
guieron repitiéndose  por  tres  años  consecutivos. 
En  la  noche  del  16  de  Junio  habiendo  sido  asesinado 
en  la  cuadra  del  Milagro  D.  Alonzo  de  Esquivel  mayor- 
domo del  Arzobispo  Yirey,  según  las  diligencias  toma- 
das resultó  ser  el  hechor  I).  Juan  Manuel  Ballesteros, 
que  se  refugió  en  los  Descalzos.  Los  alcaldes  ordinarios 
procedieron  á  extraerlo  con  fuerza  armada,  no  obstante 
haberse  asilado  en  la  iglesia,  y  agarrándose  de  un  Santo 
Cristo.  En  el  mismo  dia  21,  noticioso  el  Provisor  de  este 
atentado,  mandó  notificar  á  los  alcaldes  que  dentro  de 
una  hora  restituyesen  al  reo  á  la  iglesia  referida,  mas 
como  los  alcaldes  se  hallaban  en  lo  interior  de  la  cárcel 
administrando  justicia,  mandó  ponerse  entre  dicho  ecle- 
siástico el  que  se  tocó  en  la  forma  ordinaria  en  todas  las 
iglesias:  en  la  tarde  se  hizo  presente  que  trataba  de  dar- 
le tortura  al  reo,  que  pidió  se  hiciese  la  ceremonia  de 
anatema,  la  que  se  ejecutó  en  la  noche  procesionalmen- 
te  con  cruz  alta  y  acompañados  de  sobrepelliz,  con  hor- 
ToM.  VII.  Literatura — 14 


— 106-: 
ror  y  estrépito  nunca  visto.  Mientras  esto,  Ballesteros 
sufrió  su  castigo,  del  cual  murió  esa  misma  tarde.  El  22 
se  presentaron  los  alcaldes  pidiendo  se  les  alzase  el  en- 
tredicho pues  ellos  no  liabian  sido  notificados,  resultaron 
varias  desavenencias,  hasta  que  en  la  tarde  del  23  se 
reunió  en  el  salón  del  palacio  arzobispal  un  congreso 
compuesto  de  los  prelados  y  otros  eclesiásticos  que  re- 
solvió se  absolviesen  los  alcaldes  por  el  cura  de  la  Cate- 
dral D.  D.  Fernando  de  Beingolea.  En  16  de  Agosto  se 
encontró  en  la  esquina  de  Ventosilla  á  espalda  de  San- 
ta Catalina  ahorcado  á  un  balaustre  de  la  ventana  de  sú 
tienda,  al  chileno  Juan  Portales,y  su  testamento  encima 
de  la  mesa,  en  que  hacia  donación  absoluta  de  su  alma 
al  demonio  como  le  concediese  matará  su  mugeryama- 
sio.  A  los  cinco  dias  hallaron  en  un  cuarto  de  un  calle- 
jón de  la  calle  de  San  Bartolomé  dos,  cadáveres  corrom- 
pidos de  una  rauger  y  un  religioso  que  habiaii  sido  muer- 
tos á  puñaladas. 

1718  En  18  .de  Marzo  de  718  emprendió  su  vi  age.  para  Espa- 
ña el  Obispo  Virey  Ladrón  de  Guevara,  satisfecho  en 
extraordinario  juicio  de  las  acusaciones  que  se  le  hicie- 
ron, mas  habiendo  llegado  á  Méjico  murió  en  esa  capi- 
tal el  9  de  ííoviembre.  Tratóse  en  este  año  en  la  Corte 
de  Madrid,  el  que  se  cegase  la  mina  de  azogue  de  Huan- 
cavelica,  lo  que  no  tuvo  efecto  ])ov  las  observaciones  que 
se  hicieron  de  los  males  que  podian  sobrevenir  á  la  tran- 
quilidad pública.  Murió  en  Saña  el  Obispo  de  Trujillo 
Montero. 

1719  Comenzó  una  peste  en  las  provincias  interiores  del  Pe- 
rú en  719  que  duró  tres  años,  en  que  murieron  innume- 
rables indios,  y  al  mismo  tiempo  se  esterilizó  tanto  la 
tierra  en  la  costa  que  una  anega  de  trigo  ilegó  á  valer 
en  Lima  50  pesos;  con  este  motivo  se  comenzó  á  traer 
este  grano  de  Chile.  Hubo  el  17  de  Junio  un  fuerte  tem- 
l)lor  en  Huamanga.  Se  recibió  en  el  Cuzco  su  Obispo  D. 
Fr.  Gabriel  Arregui,  religioso  Francisco  natural  deBue- 
nos-Ayres:  mandó  fabricar  á  sus  espensas  el  ISToviciado 
de  la  Kecoleccion.  Entró  también  en  Trujillo  D.  Fr.  Jai- 
me de  Mimbela,  Dominico,  que  servia  el  Obispado  de 
Santa  Cruz  de  la  Sierra.  En  12  de  ííoviembre  se  bendijo 
la  actual  iglesia  de  Beletmitas  por  D.  Pedro  de  la  Serna, 
Cura  de  Santa  Ana,  y  por  la  tarde  interpolados  los  po- 
bres con  los  religiosos  pasaron  á  i^osesionarse  de  dicha 
casa. 

Concluyó  el  mando  de  este  Virey  y  regresó  á  España. 


-=Tm- 


XXXII . 


DON  FRAY  DIEGO  MORCILLO  RUBIO  DE  AUÑON, 

volvió  á  hacerse  cargo  del  Vireiiiatójy  entró  en  Lima  el 
1720  él  26  de  Enero  de  720,  en  cuyo  año  murió  en  Arequipa 
el  Obispo  Otárola.  Infestó  estos  mares  el  pirata  inglés 
Juan  Oliiperton  que  apresó  al  Marques  de  Villaroclia 
cj^ue  con  su  familia  pasaba  de  Panamá  al  Perú;  y  se  apli- 
có el  Virey  con  el  mayor  esmero  en  cuidar  y  defender 
las  costas  de  los  estragos  que  liacia,  logrando  auyentar- 
lo  con  un  armamento  que  mandó  formar  y  salió  en  su 
persecución.  En  este  mismo  año  sucedió  una  copiosa  llu- 
via en  Saña  que  haciendo  crecer  extraordinariamente  el 
íio  lo  inundó  y  maltrató  sus  edificios. 
172Í  En  el  inmediato  de  21  comenzaron  los  alborotos  del  Pa- 
raguay contra  él  Gobernador  D.  Diego  de  los  Reyes  Bal- 
maseda,  acusándolo  de  parcialidad  con  los  regulares  de 
la  Compañía:  la  Audiencia  de  los  Charcas  para  conte- 
nerlas nombró  ])or  Gobernadora  D.José  Antequera  y  Cas- 
tro, Caballero  del  orden  de  Alcántara,  Fiscal  Protector 
de  Indios  de  aquel  distrito,  que  fué  desaprobado  y  man- 
dado restituir  aqnel.  Se  estableció  en  Portobelo  el  pri- 
mer navio  inglés  de  permiso,  nombrado  el  "Real  Joije'' 
de  650  toneladas.  El  17  de  Marzo  de  este  año,  enfermó 
gravemente  el  Pontífice  Clemente  XI,  y  murió  el  29,  dia 
del  Señor  San  José,cuyo  oficio  habia,  compuesto,  y  á  quien 
tenia  particular  devoción,  promoviendo  su  culto:  propa- 
gó la  devoción  del  Rosario,  ordenó  se  celebrase  por  dia 
íéstivo  y  de  precepto  la  Concepción  Purísima  de  Maria, 
canonizó  á  San  Pió  Y,  San  Andrés  Avelino,  San  Félix 
de  Cantalicio  y  Santa  Catalina  de  Bolonia,  elevando  á 
religión  la  so'ciedad  Beletmita.  Fué  electo  el  8  de  Mayo 
Inocencio  XIII.  También  murió  en  este  año  en  Huaman- 
ga  el  Obispo  Deza. 
1722  En  22  de  Enero  de  este  año,  murió  en  Lima  el  Arzo- 
bispo Zuloaga.  Hubo  en  Chile  un  fuerte  temblor  por 
Mayo.  En  Agosto  del  mismo,  se  presentó  el  perniiso  pa- 
ra elevar  á  Monasterio  el  Beaterío  de  Mercedarias.  Tam- 
bién se  extinguió  en  este  año  elVireinato  dé  Santa  Fé, 
I)or  las  repetidas  competencias  sucitadas  con  el  del  Perú, 
haciendo  pasar  á  España  al  que   obtenía  el  puesto  y  en- 


—108— 
cargóse  de  la  Presidencia  D.  de  Diego  Córdova  Lazo  de 
la  Vega. 

1723  En  este  año  le  vino  al  Virey  la  promoción  al  Arzobis- 
pado de  Lima,  y  por  Obispo  auxiliar  su  sobrino  D.  Pe- 
dro Morcillo.  En  9  de  Marzo  declararon  la  guerra  los 
Araucanos,  masía  vigilancia  de  D.  Gabriel  Cano  de  Apon- 
te Gobernador  de  Chile,  los  obligó  á  pedir  la  paz  y  de- 
volver los  terrenos  que  habían  tomado. 

1724  En  15  de  Enero  de  este  año  hizo  la  renuncia  Felipe  V. 
También  fué  electo  para  el  Obispado  de  Huamanga  D. 
Er.  Alonzo  López  Roldan,  y  para  Arequipa  D.  Juan  Ca- 
vero  de  Toledo,  natural  de  Trujillo.  En  el  mismo  se  es- 
tablecieron las  misiones  de  Ocopa,  y  fundó  el  Colegio 
Er.  Francisco  de  San  José.  En  7  de  Marzo  murió  Ino- 
cencio XIII,  habiendo  mandado  se  celebrase  en  la  se- 
gunda Dominica  después  de  la  Epifanía,  el  Santo  íí^om- 
bre  de  Jesús.  Fué  electo  Benedicto  XIII,  el  29  de  Ma- 
yo. Se  fundó  en  Trujillo  el  Monasterio  del  Carmen. 

En  este  mismo  mes  el  14  entregó  su  ilustrísima  el  man- 
do político,  continuando  en  su  dignidad. 


LUIS  I 

EMPERADOR  XXI  DEL  PERÚ. 
XXXIII. 


DON  JOSÉ  ARMENDARIS,  marques  de  castbl  fuerte, 

COMENDADOR  DE  MONTINZON  Y  CHIITCLAÍíA  EN  LA  ORDEN 
DE  SANTIAGO,  CAPITÁN  GENERAL  DE  EJÉRCITO,  SO  halla- 
ba ejerciendo  la  Comandancia  General  de  la  Provincia 
de  Quipuscoa  cuando  se  le  nombró  Virey  del  Perú. 
Entró  en  Lima  el  14  de  Mayo  de  1724,  ¿inmediatamen- 
te se  preparó  á  hacer  la  proclamación  de  Luis  I,  como  se 
efectuó  el  3  de  Setiembre.  Se  observó  que  el  dia  5  que 
se  hizo  la  primera  corrida  de  toros,  estando  el  Virey  en 
el  balcón  que  mira  al  puente,  pasó  una  muger  y  en  voz 
gruesa  que  todos  la  oyeron,  dijo:  "muy  bien  vá  la  cosa, 
aquí  están  festejando  á  Luis,  porque  se  hizo  Rey  estan- 
do su  padre  vivo,  y  hoy  lo  están  á  él  enterrando",  mandó 


—109— 
el  Virey  le  llevaran  á  la  muger,  mas  no  fué  posible  en- 
contrarla, y  á  los  seis  meses  se  recibió  la  noticia  de  ha- 
ber muerto  de  viruelas  el  31  de  Agosto;  seis  dias  antes 
del  dicho  de  la  muger,  reasumió  el  gobierno  Felipe  V. 
Murió  en  Roma  Inocencio  XIII. 


FELIPE  V. 

EMPEBADOE  XXII  DEL  PERÚ. 

1725    En  6  de  Enero  de  25  hubo  en  Lima  un  fuerte  terremo- 
to cuya  conmoción  se  dejó  sentir  en  otros  lugares:  en  la 
Provincia  de  Huaylas  se  desplomó  en  dicho  dia  un  cerro 
de  nieve  que  inundó  y  arruinó  el  pueblo  de  Ancachs, 
pereciendo  mas  de  1,500  personas;  iguales  acaecieron  en 
Trujillo,  en  Arequipa,  y  en  Chile  otro  el  27  de  Marzo.  En 
este  año  se  estableció  la  armada  de  guarda  costas  á  car- 
go del  Conde  Clavijo,  para  contener  el  abuso  del  navio 
inglés  de  permiso,   por  cuyas  diferencias   remitieron  los 
ingleses  á  Portobelo  en  el  año  siguiente  de  26  una  es- 
cuadra de  10  buques  al  cargo  del  almirante  Hosier. 
1726  Continuando  los  alborotos  del  Paraguay  [de  que  hemos 
hablado  en  el  anterior  gobierno]  suscitados  por  el  Obis- 
po D.  Fr.  José  de  Palos  y  los  regulares  de  la  compañía, 
á  los  que  el  Gobernador  Antequera  habia  echado  del  co- 
legio de  la  Asencion  y  opuéstose  con  fuerza  armada  á  la 
reposición  del  gobernador  Reyes,   al  estremo  de  formar 
tropas  y  derrotar  á  D.  Baltazar  García  Ross  en  el  paso 
de  Tivicuarí,  con  pérdida  de  mas  de  600  individuos;  mas 
habiéndosele  manifestado  real  desj^acho   se  retiró,  í.fué 
preso  y  remitido  á  Lima,  donde  llegó  por  Abril  con  D. 
Juan  de  Mena.  Se  fundó  en  la  Provincia  de  Quillota  la 
Villa  de  Concha,  por  su  Gobernador  Licenciado  Marques 
de  Casa  Concha.  Se  hizo  un  subsidio  eclesiástico  de  dos 
millones  de  pesos  para  la  guerra  contra  los  moros. 
1727  Entraron  en  el  mar  del  Sur  tres  navios  Olandeses,  contra 
los  que  despachó  el  Virey  en  este  año  de  727  un  arma- 
mento, el  cual  destruyó   aquella  espedicion,  importando 
la  presa  600  mil  pesos,  fuera  de  400  mil  encontrados  en 
dos  buques  apresados  en  el  puerto  de  ISTasca.  Con  moti- 


—no- 
vo de  la  gran  carestía  de  granos  que  sufría  el  Perú,  se 
hicieron  rogativas  públicas  poniendo  por  intercesor  á 
San  Marcelo,  y  el  23  de  Mayo  último  de  la  ceremonia, 
puesto  el  Arzobispo  en  el  Cementerio  de  la  Oaitedral  de 
Pontifical  bendijo  los  campos.  Las  continuáis  quejas  que 
daban  los  naturales  sobre  los  excesos  que  cometían  los 
curas,  ocasionó  en  el  partido  de  Andaliuaylas  un  tumul- 
to qiiC  contuvo  el  Corregidor,  empero  se  suscitaron  rui- 
dosas competencias,  al  estremo  de  haber  excomulgado 
el  Obispo  de  Huamanga  López  Roldan  á  dicho  Corregi- 
dor, de  que  se  expidió  despacho  por  el  Real  Acuerdo  pa- 
ra que  el  Obispo  se  abstuviese  de  semejantes  procedi- 
mientos, haciendo  bajar  á  la  capital  de  Lima  á  los  dos 
curas  que  fomentaban  las  disputas.  El  Obispo  por  pro- 
tejerlos,  inmediatamente  se  puso  en  marcha  con  los  man- 
'  dados  comparecer:  luego  que  se  supo  su  expedición,  se 
le  mandó  volver  haciéudole  cargos  por  el  abandono  en 
que  dejaba  su  Diócesis  y  sin  haber  impetrado  para  ello 
la  respectiva  licencia;  mas  el  Obispo  atropel  lando  porto- 
do,  continuó  su  marcha  y  estando  cerca, de  la  ciudad, 
solicitó  la  licencia,  la  cual  no  pudo  negársele:  entró  en 
Lima,  se  presentó,  habló  y  emprendió  su  regreso,  sin 
mas  fruto  que  el  viaje. 

1728  En  este  año  de  728  fueron  reñidísimos  los  capítulos  de 
los  religiosos,  causando  mas  alboroto  el  de  la  Merced, di- 
vididos los  vocales  en  distintas  opiniones,  no  había  mo- 
dos de  hacerlos  ceder,  tanto  mas  cuanto  que  eran, fomen- 
tados por  los  dos  prelados,  Vicario  general  M,Fr.  Anto- 
nio Rodríguez  y  Provincial  Fr.  Gregorio  Clavo,,  hasta 
que  el  Yirey  se  víó  en  la  necesidad  de  mandar  dos  minis- 
tros de  la  Real  Audiencia  para  reducirlos  al.  orden,  y  se 
consíouíó  una  elección  tranquila.  Se  detalló  el  p,eso  de 
la  moneda  circulante. 

1729  Llegó  al  Vírey  en  este  año  de  729  en  la  fragata  "Geno- 
veva'' el  último  grado  militar  de  Capitán  General,  en  pre- 
mio de  sus  servicios.  También  se  hizo  gracia  al  Colegio 
de  Santo  Toríbio  para  que  sus  colegiales  pudiesen  usar 
corona  en  las  vecas.  Sucedieron  las  grandes  competen- 
cias entre  los  Tribunales  de  la  Inquisición  y  de  Cruzada 
provenientes  de  que  el  cura  de  Quiquijaua  decía  misa 
en  una  capilla  que  no  tenia  licencia.  Én  Julio  de  729  se 
experimentaron  en  la  religión  de  San  Agustín  sus  albo- 
rotos; el  Provincial  Fr.Gazpar  de  Quiroz,  que  debía  cesar, 
formaba  controversias  sobre  el  modo  de  calificar  á  los 
Priores,  oponiéndose  abrir  el  defluitorío,  y  aunque  el 
Virey  había  tenido  sus  conferencias  y  remitióle  provisión 


—ni- 
cle mego  y  encaí^gó,  el  Provincial  se  desentendía  de  su 
cumplimiento  hasta  que  se  tuvo  que  mandar  al  Alcalde 
del  crínien  D.  D.  Francisco  Javier  Salazar.  No  fueron 
menos  ruidosos  los  alborotos  del  Monasterio  de  la  En- 
carnación, el  mayor  número  de  votantes  reeligieren  á  la 
prelada  madre  D?  Maria  de  las  Niev€is,  y  la  otra  parte 
habia  elegido  á  la  madre  D^  Eosa  de  la  Cueva,  ambas 
dignas  del  puesto  por  sus  virtudes  y  prendas.  El  Arzo- 
bispo invalidó  la  reelección  como  repugnante  al  derecho 
particular  del  convento  y  mandó  que  se  diese  la  obedien- 
cia á  la  elegida:  reclamó  la  contraria  y  la  negación  formó 
un  cisma  no  solo  con  la  separación  formal  de  los  ánimos, 
sino  en  lo  material  de  los  lugares,  manteniendo  cada 
partido  la  misma  efervescencia:  cerraron  las  puertas  del 
convento  por  muchos  dias,  aun  para  los  alimentos  nece- 
sarios, volando  por  las  cercas  las  viandas,  ropas  &.  El 
Arzobispo  se  vio  en  la  necesidad  de  pedir  auxilio  de  sol- 
dados, de  alabarderos,  de  caballería  é  infantería,  para  que 
custodiase  todo  el  recinto  áfin  de  contener  cualquier  mo- 
vimiento interior  ó  exterior  que  pudiera  producir  tiu*ba- 
cion  de  parte  de  las  sirvientas  qué  también  hablan  to- 
mado parte.  Al  cabo  resolvió  el  Arzobispo  extraer  del 
Monasterio  á  la  Madre  Meves,  juzgando  que  quitando 
el  objetó  que  parecía  ser  el  resorte  de  la  máquina,  cesarla 
sU  ímpetu;  en  efecto,  pasóla  alas  Descalzas  del  señor 
San  José  en  un  coche  encortinado  y  con  dos  prevenda- 
dos  y  á  otras  se  trasladaron  á  diferentes  conventos.  Se 
creyó  que  con  esta  medida  se  aplacaría  el  alboroto;  em- 
pero, tomaron  mas  efervescencia,  decididas  por  seguir 
la  suerte  de  sus  hermanas:  mas  de  tres  años  duraron  las 
rivalidades.  En  el  reino  de  Chile  tuvo  igual  éxito  el  ca- 
pítulo proviucial  de  San  Agustín,  pues  habiendo  sido 
electo  Er.  Francisco  Aranivar,  los  religiosos  que  forma- 
ron la  oposición  desertaron  de  su  claustro,  habiendo  te- 
nido el  Presidente  de  aquel  estado  que  pedir  auxilio  de 
tropa  armada  para  reducirlos  al  orden.  Se  i)idió  por  el 
Eey  un  donativo  por  haberse  incendiado  su  palacio  de 
Madrid  y  se  dio  un  diez  por  ciento  de  las  rentas.  En  es- 
te se  notó  en  el  distrito  de  Payta  un  gran  aguacero  que 
arruinó  la  mayor  parte  de  la  población. 
1730  En  21  de  Febrero  murió  eu  Roma  Benedicto  XHI,  fué 
el  primer  Pontífice  por  quien  se  hicieron  honras  por  man- 
dato real  y  se  verificaron  el  5  de  Diciembre  en  la  iglesia 
de  Santo  Domingo,  á  cuya  religión  pertenecía;  agregó  al 
catálogo  de  los  Santos  á  Santo  Toribio,  Arzobispo  de  Li- 
ma, San  Francisco  Solano,  San  Jacobo  Pinceno,  Santa 


—112— 
Inés  de  Monte  Policiano,  Peregrino  Lacioso,  Juan  de  la 
Cruz,  Luis  Gonza^a,  Estanislao  de  Koska,  Margarita  de 
Corteña  y  Juan  Ñepomuceno:  lo  primero  que  hizo  este 
Pontífice  cuando  tomó  el  mando  fué  intimar  al  clero  que 
no  usase  cabellera  postiza,  pelo  ageno  ó  peluca.  Se  efec- 
tuó en  este  aí^  la  clausura  del  Monasterio  de  íí^azarenas 
de  Lima.  En  29  de  ííoviembre  tuvo  lugar  en  Cochabam- 
ba  un  tumulto  de  indios,  capitaneados  por  un  mestizo 
platero  Alejo  de  Calatayud,  se  sosegó  con  la  decapita- 
ción de  él,  y  de  veinte  y  ocho  mas.  Empezó  á  conocerse 
en  la  costaría  enfermedad  del  vómito  negro,  la  que  se 
experimentó  en  los  navios  guarda  costas,  al  mando  del 
general  D.   Domingo  Justiniani.  En  este  mismo  año  el 
11  de  Marzo  murió  el  Arzobispo  Moncillo,  apesarado  de 
los  alborotos  religiosos  que   se  tienen  referidos.  En  8  de 
Julio  se  experimentó  en  Chile  un  espantoso  terremoto, 
padeciendo  mas  la  ciudad  de  Concepción,  pues  en  dos 
salidas  que  hizo  el  mar,  la  inundó  de  tal  manera  que  no 
dejó  edificio  en  pié,  ni  personas,  sino  las  que  pudieron 
tomar  los  cerros,  entre  ellos  se  contó  el  Obispo  Escanden, 
que  sin  ropa  alguna  y  haciendo  pié  sobre  las  mismas  on- 
das lo  libró  la  Providencia  para  Arzobispo  de  Lima.  Fa- 
bricóse en  el  Astillero  de  Guayaquil  la  fragata  de  guerra 
"San  Fermin"  en  la  que  se  gastaron  81,150  pesos  6  rea- 
les ijuesta  en  el  puerto  del  Callao. 
1731  De  resultado  un  imforme  escrito  por  el  Gobernador  del 
Paraguay  D.  Martin  de  Barua  concerniente  á  los  exesos 
y  usurpaciones  atribuidos  á  los  Jesuítas,  se  comenzaron 
á  alterar  mas  sus  moradores,  al  extremo  de  haber  reusado 
admitir  á  D.  Ignacio  de  Soroeta  corregidor  del  Cuzco, 
nombrado  para  reemplazarlo,  resistiendo  con  las  armas 
y  obligándolo  á  buscar  en  la  fuga  su  seguridad.  Todo 
"esto  se  atribuyó  coligación  con  Antequera,  que  perma- 
necía en  la  cárcel  de  Lima,  por  fomentarla  Don  Bernar- 
do Mompo,  que  estando  preso  en  dicha  cárcel,  fugó  para 
ese  punto:  elVirey  acordó  llevar  á  efecto  una  real  cédula 
que  le  |)revenia  se  impusiese  la  iiltima  pena  á  Anteque- 
ra, aun  cuando  no  estubiese  concluida  la  causa:  dispú- 
sose para  la  ejecución  el  5  de  Julio,  sin  embargo  del  gran 
interés  que  habia  en  todas  las  clases  del  estado,  por  sal- 
varlo. En  su  consecuencia  sacaron  al  cadalso  á  Ante- 
quera y  estando  ya  la  comitiva  en  la  plaza,  subió  hasta 
la  mitad  de  la  escalera,  un  religioso  francisco  y  en  alta 
voz  repitió  tres  vecss  "Perdón"  lo  que  resonó  por  los  por- 
tales y  demás  ángulos  de  la  plaza:  á  esto  la  tropa  disparó 
varios  tiros  sobre  el  reo  para  matarlo,  de  cuyas  resultas 


—lis- 
fueron  muertos  dos  religiosos,  dos  soldados,  y  heridas  va- 
rias personas  en  las  barandas;  un  lego  enfurecido  descar- 
gaba garrotazos  á  los  oficiales  y  tropa.  A  tanto  alboroto 
salió  el  Virey  á  caballo  y  otros  oficiales:  encontráronse 
"  con  la  comunidad  de  dicha  religión  que  con  su  guardián 
y  toda  la  pleve,  venian  á  la  plaza,  por  la  cuadra  del  Arzo- 
bispo, donde  se  formó  un  horrible  choque  de  pedradas, 
que  muchas  alcanzaron  á  la  comitiva  del  Virey,  sacando 
un  golpe  el  general  Llanos,  y  de  la  parte  de  los  religiosos; 
murió  un  moreno  que  defendió  la  vida  del  Guardian,  el 
cual  fué  conducido  y  enterrado  en  S.  Francisco  con  gran 
pompa.  Se  apasiguó  el  tumulto,  y  fué  sacado  al  patíbulo 
D.  Juan  de  Mena,  compañero  de  Anlequera.  Al  dia  si- 
guiente se  ordenó  al  Guardian  imformase  sobre  el  re- 
ligioso cuasaute  del  desorden  lo  que  reusó,  y  pasando  á 
presentarse  al  Venerable  Cabildo  pidió  se  declarase  al  Vi- 
rey incurso  en  el  canon  y  censuras  prevenidas  por  dere- 
cho contra  los  agresores  á  personas  eclesiásticas,  deque 
se  siguió  un  abultado  proceso  que  finalizó  con  una  cé- 
dula real  que  desaprobó  su  formación. 

1732  En  5  de  Enero  de  732  murió  el  Venerable  P.  Alonzo 
Mesias  de  la  Compañía  de  Jesús,  dejando  instituida  la 
devoción  de  las  tres  horas,  que  se  ha  estendido  por  todo 
el  orbe  y  elevada  á  casa  profesa  el  convento  de  Desam- 
parados. En  23  de  Febrero  entró  en  Lima  nombrado  Ar- 
zobispo D.  Francisco  Antonio  Escanden,  cuya  gran  pru- 
dencia puso  término  á  las  ya  referidas  rivalidades  del 
Monasterio  de  la  Encarnación. 

1733  Se  tuvo  noticia  haber  subido  por  el  Marañen  un  arma- 
mento de  Portugueses  con  el  designio  de  establecerse 
en  estos  dominios,  por  lo  cual  se  ofició  á  su  gober- 
nador D.  Alonzo  de  Sonsa  Fraire  y  se  contuvo  tal  proce- 
dimiento. Se  puso  al  Sr.  Arzobispo  el  palio  por  el  Sr. 
Armendaris  Obispo  de  Quito.  En  2  de  Diciembre  se  ex- 
perimentó en  Lima  un  fuerte  temblor  que  maltrató  algu- 
nos edificios.  En  este  año  murió  en  el  Cuzco  su  Obispo 
p.  Fr.  Bernardo  Serrada  que  habia  entrado  á  servirlo  en 
727:  edificó  la  iglesia  del  Triunfo  y  rentó  los  demás. 

1734  Semejante  al  anterior  acaeció  otro  el  28  de  Mayo  de  734. 
En  este  año  se  efectuó  la  clausura  del  Beaterío  de  Merce- 
darias  saliendo  del  Carmen  las  monjas  fundadoras.  Llegó 
en  Diciembre  la  armada  del  comercio  á  Lima,  y  con- 
menzaron  las  competencias  de  los  Diputados  de  Cádiz, 
con  el  Consulado,  pues  querían  formar  otro  tribunal. 

1735  En  el  siguiente  de  735  entró  en  el  mar  del  Sur  un  navio 

TOM.  VII.  LlTERATUEA — 15 


holandés  mercante,  que  no  piidiendo  vender  la  carga  en 
sus  costas  pasó  á  las  Molucas.  En  21  de  Julio  convocó 
el  P.  Fr.  Felipe  Macbin  un  capítulo  intermedio  en  su 
convento  de  San  Agustín  con  el  objeto  de  proveer  los 
prioratos  vacos;  mas  el  Difinitorio,  bajo  el  pretesto  de 
sostener  con  hábito,  á  un  religioso  expulso  de  la  compa- 
ñía, lo  depusieron  del  puesto;  de  lo  que  se  siguieron  fuer- 
tes disenciones,  excomuniones  &,  que  tubieron  fin  en 
Setiembre.  Llegaron  á  Lima  en  este  año  los  primeros  Dic- 
cionarios, formados  por  la  Academia  Española  que  se 
instaló  en  713  por  D.  Juan  Manuel  Fernandez  de  Pare- 
des, marqués  de  Villena, 
Concluyó  su  mando  el  Yirey  y  se  embarcó  en  el  Callao 
en  el  buque  San  Fermin  que  habia  mandado  construir 
restituyéndose  á  España,  donde  en  recompensa  de  sus 
servicios  se  le  condecoró  con  el  Toisón  de  Oro. 


XXXIY. 
DOÍT  AlsíTOXIO  MENDOZA  CAS^AMO  Y  SOTOMAYOE, 

MAEQUES  DE  VILLAGAECIA,  CONDE  DE  BABEANTES,  SEÑOE 
DE  VISTA  ALEGEE,  EUVIANES,  LAMAS  Y  VILLANASUE, 
MAYOEDOMO  DE  SEMANA  Y  GENTIL  HOMBEE  DE  OAMAEA 

DE  s.  M.  fué  nombrado  Yirey  del  Perú  y  entró  en  Lima 
el  4  de  Enero  de  1736. 

1736  Por  Abril  llegaron  los  célebres  viageros  Mr.  Bonguer, 
Mr.  de  la  Condamine,  Mr.  Jússieu  y  Mr.  Ceñergui  Pro- 
fesores de  la  Academia  de  Paris,  con  el  objeto  de  prac- 
ticar algunas  observaciones  astronómicas,  uniéronse  á 
ellos  D.  Jorje  Juan,  D.  Antonio  Ulloa,  y  el  Dr.  Godin. 
Se  estableció  en  este  año  el  derecho  de  Diezmos  sobre 
la  plata,  en  lugar  del  quinto.  En  fines  del  año  se  hizo 
cargo  del  Obispado  del  Cuzco  el  Dr.  D.  Juan  de  Zarri- 
colea  Canónigo  Penitenciario  de  Lima,  natural  de  la  Ciu- 
dad de  Huánuco,  que  servia  el  Obispado  de  Tucuman. 
Se  elevó  á  curato  la  Yice-parroquia  de  San  Lázaro.  Se 
celebró  el  23  de  Diciembre  en  la  plaza  mayor  el  auto  de 
fé  de  Madama  Castro,  que  fué  quemada  por  judaisante, 
juntamente  con  las  estatuas  del  P.  Jesuíta  ülloa,  y  del 
discípulo  Yelasco  que  habían  muerto.  (1) 

1737  En  2  de  Febrero  de  este  año  de  37  sucedió  la  primera 
quema  de  la  Cuidad  de  Panamá,  y  en  Yaldivia  el  24  de 


(1)  Para  pormenores  sobre  los  autos  de  fé  véanse  los  Anales  de  la  Inqui- 
sición por  Bicardo  Palma — M.  O. 


—lis- 
Diciembre  hubo  un  gríiu  terremoto,  que  en  la  duración 
de  un  cuarto  de  hora,  asoló  los  templos  y  los  edificios  inte- 
riores del  presidio.  Se  efectuó  la  fundación  de  la  religión 
de  la  Buenamuerte,  con  licencia  del  aúo  anterior. 

1738  En  el  siguiente  de  38  se  despobló  el  mineral  de  Potosí 
por  haberse  obstruido  sus  ricas  minas.  Se  colocó  en  la 
cumbre  del  arco  alto  del  puente  de  Lima  la  estatua  ecues- 
tre de  Felipe  V,obra  del  célebre  artífice  Baltasar  Gavilán. 

1739  En  24  de  Marzo  de  este  año  de  39  se  arruinó  y  desoló  el 
pueblo  de  Toro  en  la  Provincia  de  Ohumbivilcas  (ahora 
de  la  Union),  donde  solo  escapó  el  cura  y  un  indio:  bus- 
cando al  otro  dia  en  el  sitió  del  altar  mayor  el  depósito 

"del  Santísimo,  se  hallaron  debajo  do  la  ara  cuatro  ídolos 
de  cobre  de  figura  humana  á  lo  cual  se  atribuyó  la  ruina. 
Por  Abril  salió  del  Callao  la  última  armada  de  Galeones 
á  Panamá,empero,  por  haber  una  Escuadra  Inglesa  en  el 
otro  mar  se  hicieron  las  negociaciones  y  se  llevó  el  tesoro 
para  Guayaquil.  En  28  de  mismo  murió  el  Sr.  Escandon, 
dejando  de  Obispo  auxiliar  al  D.  D.  Er.  Francisco  Gutiér- 
rez Galiano,  natural  de  Lima.  En  4  de  Julio  murió  tam- 
bién en  Trnjillo  el  Obispo  Mimbela. 

1740  Volvió  en  este  aiío  de  740  á  erijirse  el  vireynato  de  Santa 
Fé  siendo  su  restaurador  D.  Sebastian  de  Eslaba;  el  cual 
defendió  la  plaza  de  Cartagena  con  tanto  valor  cuanto 
el  terrible  sitió  que  le  pusieron  en  este  año  los  Ingleses 
con  una  escuadra  y  1300  hombres  de  desembarco;  y  el 
Eey  por  este  servicio,  lo  condecoró  con  el  último  grado 
militar  de  Capitán  General  y  elYireynato  del  Perú,  donde 
no  llegó  á  pasar.  Fué  arruinado  Portovelo  y  el  Castillo 
de  Chagres  por  una  escuadra  Inglesa  comandada  por  el 
Almirante  Wernon,  pasando  su  compañero  el  Vice- Al- 
mirante Auson  al  mar  del  Sur  para  ayudarse  mutua- 
mente, mas  elVirey  dispuso  una  escuadra  comandada  por 
D,  José  Pizarro,  los  cuales  fueron  los  primeros  que  faci- 
litaron el  paso  del  Cabo  de  Hornos;  padeciendo  en  él 
terribles  ^tempestades:  el  primero  hostilizando  las  costas 
del  Perú  y  el  2°  impidiéndolo;  perecieron  la  mayor  parte 
de  los  buques  de  uno  y  otro.  Llegó  la  noticia  haber  muer- 
te en  5  de  Febrero  de  este  año  en  Roma  el  Pontífice  Ole- 
mente  XII.  habiendo  canonizado  á  S.  Vicente  de  Paulo. 
S.  Juan  Francisco  Regís,  Santa  Juliana  deFalconeri  y 
Santa  Catalina  Elísea.  Vacaron  los  Obispados  del  Cuzco 
y  Huamanga  por  muerte  del  Sr.  Zarricolea  y  del  señor 
López  Roldan. 

1741  En  este  año  de  41  con  motivo  de  la  guerra  se  estableció 
en  Lima  un  nuevo  impuesto  que  ascendió  á  2.157,221 


—lie- 
pesos:  se  hicieron  enrolamientos,  se  mandaron  formar 
en  Trujillo,  Arequipa  y  Cuzco  escuadrones  de  milicias  y 
por  último  se  armaron  los  castillos  y  escuadra,  lís^oobs- 
t-ante  de  estos  aprestos,  se  encomendó  al  Dr.  D.  Cosme 
Bueno  la  formación  de  las  descripciones  de  las  provin- 
cias del  Perú,  disponiéndose  en  real  cédula  de  este  año, 
abonarse  500  i)esos  para  el  trabajo  de  escritura.  Murió 
en  este  año  en  Arequipa  su  Obispo  D.  Juan  Cavero  y 
Toledo,  y  se  nombró  para  reemplazarlo  á  D.  Fr.  Igna- 
cio Garrote  que  no  tomó  posesión.  Se  hi/o  cargo  del 
Obispado  de  Trujillo  D.  Gregorio  Molleda  y  Clerque, 
natural  de  Lima.  Se  fundó  por  el  presidente  de  Chile, 
conde  de  Superunda  la  villa  de  San  Fernando  en  la  pro- 
vincia de  Colchagua  y  la  villa  de  Santa  Cruz  de  Triana 
en  la  de  Eancagua. 

1742  En  23  de  Junio  y  9  de  Diciembre  de  742  reventó  el  vol- 
can de  Cotopacsi.  En  este  año  el  Dr.  D.  Pedro  Pardo  de 
Eigueroa  de  la  orden  de  Mínimos,  natural  de  Lima,  tu- 
vo el  honor  de  elevar  el  Obispado  de  Guatemala  á  Metro- 
politana; que  no  iludieron  conseguir  sus  antepasados  en 
dos  siglos  de  solicitud.  En  10  de  Setiembre  entró  en 
Lima  de  Arzobispo  D.  José  Antonio  Zeballos  el  Caba- 
llero, que  servia  el  Obispado  del  Tucuman.  Fué  nombra- 
do para  el  de  Arequipa  D.  Juan  Gonzales  Melgarejo, 
natural  del  Paraguay,  Obispo  de  Santiago  de  Chile  don- 
de murió  y  fué  electo  D.  Juan  Bravo  de  Eivero,  natural 
de  Lima,  que  habia  entrado  á  servir  el  de  Santiago  de 
Chile.  Del  mismo  modo  habia  sido  el<^cto  para  el  de 
Huamanga  D.  Miguel  Bernardino  de  la  Fuente,  natural 
de  Lima,  Obispo  de  Santa  Cruz  de  la  Sierra  donde  mu- 
rió. Se  fundó  en  Chile  por  el  conde  de  Superunda  la  vi- 
lla de  Talca.  A  mediados  de  este  año  en  Junio  hubo  una 
sublevación  de  los  indios  chunchos,  cuyos  pueblos  era 
de  moderna  conversión  en  la  provincia  de  Tarma  acau- 
dillados por  Juan  Santos  Atahuallpa,  destruyendo  28 
pueblos,  que  eran  los  que  componían  las  florecientes  mi- 
siones del  Cerro  de  la  Sal  y  Pajonal,  haciendo  destrozos, 
pues  llegó  á  tener  un  ejército  de  mas  de  tres  mil  hom- 
bres, con  el  cual  hacian  varias  salidas  de  la  montaña, 
llegando  en  sus  correrías  hasta  la  provincia  de  Canta. 

1743  En  el  siguiente  de  43  se  apoderaron  del  fuerte  de  Quiri- 
mi;  que  defendió  hasta  morir  D.  Fabricio  de  Bartholi, 
retirándose  después  al  interior  de  la  montaña  huyendo 
de  las  fuerzas  que  conducía  el  General  del  Callao  Don 
José  de  Lamas  marqués  de  Mena-hermosa,  quien  formó 
otro  fuerte  y  el  pueblo  de   su  título,  consiguiendo  la  pa- 


—117— 
cificacion  de  la  provincia.  En  este  año  fué  el  robo  de  la 
rica  custodia  de  la  iglesia  de  San  Agiistin  por  un  sacri- 
lego que  expió  su  delito  en  la  horca.  Entró  en  el  Cuzco 
de  Obispo  D.  Pedro  Morcillo  que  servia  el  de  .►Panamá. 
Dejóse  ver  en  dicha  ciudad  una  Aurea-boreí¿í  [ó  Aus- 
tral] en  forma  de  un  azote  de  cinco  ramales^  de  fuego, 
que  asustó  los  ánimos  de  esos  habitantes  creyendo  que 
llovia  fuego,  por  lo  cual  se  hicieron  rogativas  y  i^rose- 
ciones  de  penitencia. 

1744  En  este  de  44  se  vio  en  la  indicada  ciudad  otro  cometa 
que  daba  mas  luz  que  el  anterior;  sin  duda  fueron  estos 
presagios,  del  alzamiento  de  los  indios  Chunches  del  va- 
de Anaybamba  y  Quillobamba  de  la  Provincia  de  Calca 
y  Lares,  con  muerte  de  varios  religiosos  y  muchos  neo- 
fitas.  Eeventó  con  horrible  estrago  el  volcan  de  Coto- 
pacsi  en  Quito,  y  otro  en  el  medio  de  una  laguna  nom- 
brada Quirotoá,  cuyas  aguas  son  sulfúreas  y  betumino- 
zas.  Comenzóse  este  año  á  titular  pueblo,  la  pesquería 
de  Huacho. 

1745  En  16  de  Enero  de  45  murió  el  ArzobivSpo  Zevallos.  El 
Beaterío  de  IsTazarenas  del  Cuzco  se  trasladó  al  lugar 
donde  al  presente  se  halla.  Se  hizo  el  reconocimiento  de 
las  costas  Patagónicas  por  el  capitán  de  navio  D.  Joa- 
quín de  Olivares.  En  12  de  Julio,  entregó  este  Vir9.y  el 
mando  embarcándose  para  España:  después  se  tuvo  no- 
ticia de  haber  muerto  el  15  de  Diciembre  del  entrante 
año  de  46  en  la  altura  de  339  habiendo  pasado  el  Cabo. 


XXXY. 
DON  JOSÉ  MANSO  DE  VELAZOO,  coítde  de  superunda 

SIENDO  PRESIDENTE  DE   CHILE,    FüÉ    ASCENDIDO  AL  VI- 

EEYNATO  DELPEETT,  y  entró  CU  Lima  en  12  de  Julio:  en 
fines  de  este  año  se  presentó  ])ara  el  Arzobispado  de 
los  Eeyes  al  de  Charcas  Dr.  D.  Agustín  Eodriguez  Del- 
gado, que  no  llegó  á  hacerse  cargo  por  haber  muerto. 
1746  En  este  año  de  746  fué  ascendido  al  Obispado  de  Hua- 
mangaD.  Fr.  Francisco  Galeano  auxiliar  de  la  Metró- 
poli de  su  patria  Lima.  Sucedió  en  28  de  Octubre  el 
terremoto  que  inundó  y  asoló  la  ciudad  del  Callao  y  des- 
truyó todos  los  edificios  de  la  capital,  habiéndose  nota- 
do que  al  caer  el  arco  aUo  de  piedra  que  hace  entrada  al 
puente,  vino  por  tierra  la  estatua  ecuestre  de  Felipe  V, 
el  mismo  que  según  se  supo  después,  había,  muerto  en 
el  palacio  de  Belsainel  9  de  Julio  de  aplopegia.  El  ter- 


—lis- 
remoto  dicho  en  su  dirección  O.  á  E.  hizo  grandes  estra- 
gos: en  la  quebrada  mineral  del  Rio-biseca  de  la  provin- 
cia de  Lucanas  rompiéndose  la  tierra,  abortó  monstruo- 
sa^ sabandijas  que  en  su  seno  ocultaba:  en  la  quebrada 
de*jíotopo  once  leguas  de  Pativilca  se  partieron  dos  cer- 
ros ([UG  llaman  Julcan  y  lo  mismo  sucedió  en  Huaylas: 
en  Ayapata  (provincia  de  Oaraba^^a)  se  abrió  la  tierra  y 
saliendo  agua  cenegosa  inficionó  la  de  los  rios  é  hizo  pe- 
recer mucha  gente. 


FEENANDO  VI 

EMPERADOE  XXIII  DEL  PEEU. 

1747  En  19  de  Febrero  de  este  año,  á  la  una  de  la  noche  se 
abrasó  en  casa  del  marqués  de  Salinas,  la  oficina  donde 
se  guardaban  los  papeles,  cédulas  y  demás  útiles  del  ar- 
chivo de  gobierno.  En  3  de   Marzo,  en  Moquegua  á  la 
una  y  media  del  dia,  oscureció  con  gruesas  nubes  la  cla- 
ridad del  cielo,  y  desfigurado  el  albor  de   la  luz,  á  caer 
■  *  tanta  agua  qu-e  inundaron  sus  campos.  El  17  la  provin- 
cia de  Abancay  sufrió  tan  fuertes  nracanes  que  se  arran- 
caron los  arboles  de  raiz,  destrozáronse  las   sementeras 
y  techados  de  las  casas.  También  fueron   amagados  de 
temblores,  muchas  pautes  del  Perú  donde  no  se   padece 
esa  plaga,  como   en  la  Paz,  Mojos  y  Montaña  de  Acon^ 
por  lo  que  se  cree  que  los  indios  infieles  Simirinches   y 
Conibos  dieron  muerte  el  29  de  dicho  mes  al  P.  Comisa- 
rio Fr.  Manuel  Alvarez.  En    IV  de  Mayo  con  la  plata 
que  se  habla  recogido  en  el  Callao,  se  hicieron  en  la  ra- 
mada que  en  la  plaza  mayor   servia  de  catedral,  solem- 
nes exequias  por  los  que  hablan  muerto  en  la  ruina,  y  el 
dinero  sobrante  se  repartió  en  limosnas.  Se  mandó  fundar 
á  un  cLiarto  de  legua  del   puerto  distribuido,  un  pueblo 
denominado  Bellavista,  pues   la  tiene  muy  hermosa  de 
toda  la  costa,  según  el  ]3lan  formado  i3or  Mr.  Godin:  en 
en  el  indicado  puerto,  una  real  fortaleza,  cuya  primera 
I)ied['a  puso  el  Virey  el  19   de   Agosto,  depositando   en 
una  caja  mouedas  de  importancia  y  una  lápida  de  plata, 
con  la  inscripción  corres})ondiente  á  perpetuar  la  cere- 
monia que  se  hacia.  En  8  de  este  mes  salieron  de   esta 
ciudad  para  la  villa  de  Oajamarca  á  fundar  el  convento 


—lio- 
de  Concebidas  cuatro  religiosas  capucliinas,  haciendo 
cabeza  Sor  María  Juana,  ó  Doña  Josefa  de  Hazaiia  y 
Llano,  apreciada  en  Lima  i^or  su  talento  extraordinario 
y  poseedora  de  algunas  ciencias.  El  de  Setiembre  fué 
designado  para  la  proclamación  y  jura  de  Fernando.  En 
28  de  Octubre  como  cumple  año  de  la  desolación  de  es- 
ta capital,  la  noche  fué  empleada  por  el  pueblo  en  pro- 
seciones  de  sangre  que  andaban  á  coros:  no  obstante  es- 
tos ejercicios  devotos,  sucedió  el  caso  que  un  asesino 
quitó  la  vida  á  un  anciano  oficial  del  tercio  de  granade- 
ros del  batallón  de  la  ciudad.  A  fines  murió  en  Trujillo 
el  Obispo  MoUeda  y  Clerque.  Se  concedió  á  los  virej-es, 
por  real  cédula  de  este  año,  conocer  en  todos  los  ramos 
de  hacienda  por  i)rivilcgiados  que  fuesen. 

1748  En  el  año  inmediato  de  748  falleció  en  el  Cuzco  el  Obis- 
po Morcillo  y  en  Huamanga  Gutiérrez  Gaicano,  ambos 
hablan  sido  auxiliares  del  arzobispado  de  Lima.  Tam- 
bién se  comenzó  en  este  año  á  reedificar  el  palacio,  la 
iglesia  Catedral  y  demás  establecimientos. 

1749  Se  celebró  el  19  de  Octubre  de  749  un  auto  de  fé,  en  el 
cual*  salió  vindicado  D.Juan  de  Loyola,  natural  de  lea 
acusado  de  hereje;  mas  como  habla  muerto  preso  en  la 
cárcel,  tuvieron  que  hacerse  las  ceremonias  en  estatua. 
En  21  de  Mayo  de  este  año  se  consagró  la  iglesia  de  los 
Descalzos  i)or  el  Obispo  D.  Fr.  José  Cayetano  Palavisi- 
no,  el  cual  se  marchó  en  el  mismo  á  su  Diócesis  de  Tru- 
jillo. Hubo  un  levantamiento  en  la  Provincia  de  Hua- 
rochirí  junto  con  una  conspiración  de  muchos  indios  de 
Lima,  que  descubierta  en  tiemx)o,  se  disipó  castigando  á 
los  principales  motores;  para  la  dicha  provincia  salieron 
tropas  regladas  y  dos  compañías  de  mulatos  granaderos 
á  las  órdenes  del  Brigadier  Márquez  de  Monterrico  que 
con  oportuna  serenidad  de  ánimo  lograron  dividir  á  los 
naturales,  j)erseguirlos  hasta  lo  mas  áspero  de  esas  sier- 
ras, donde  se  retiraron  los  rebeldes,  resultando  la  entre- 
ga de  unos  y  la  aprensión  de  otros,  quedando  los  mas 
obstinados  castigados  en  el  campo  de  batalla  y  condu- 
oidos  á  Lima  los  otros. 

1750  En  este  año  se  hizo  cargo  del  Obispado  del  Cuzco  Don 
Juan  de  Castañeda,  natural  de  Huaura  que  servia  el  de 
Panamá:  del  de  Huamanga  el  Dr.  D.  Felipe  Manrique 
de  Lara,  Dean  de  Lima  su  patria,  y  en  Trujillo  murió  el 
Obispo  Palavisino.  Fueron  ahorcados  el  6  de  Julio,  dos 
de  los  principales  autores  de  la  rebelión  de  Huarochirí. 
Hubo  una  gran  epidemia  en  la  sierra  que  hizo  terribles 


—120— 
íistragos  y  habiéudose  conocido  ser  el  aguardiente   que 
la  hacia  mortal  se  prohibió  introducirlo  en  ella. 

1751  En  25  de  Mayo  de  751  experimentó  la  ciudad  de  la  Con- 
cepción terremoto  é  inundación  que  la  arruinó.  El  26  de 
Junio  entró  el  Arzobispo  D.  Pedro  Antonio  Barrueta. 
Cesó  el  privilegió  de  ser  presentados  los  regulares  á  be- 
neficios curados.  En  este  mismo  se  extinguió  la  Audien- 
cia de  Panamá  como  único  medio  de  establecer  'la  paz 
turbada  j)or  continuas  competencias.  D.  Manuel  Mavi- 
la,  médico  de  esta  ciudad  y  boticario  de  la  calle  de  Pala- 
cio, fué  preso  y  conducido  á  la  Inquisición  por  haberse 
burlado  de  los  que  se  arrodillaban  al  toque  de  oración. 

1752  Se  reedificó  el  arco  alto  del  Puente  principal  de  Lima. 
Dióse  nueva  forma  al  Tribunal  de  la  Cruzada.  Estable- 
cióse también  el  estanco  de  tabacos.  Mandóse  construir 
en  Guayaquil  un  navio  de  guerra  de  60  cañones.  Se  hi- 
zo cargo  del  Obispado  de  Trujillo  D.  Bernardo  de  Arbi- 
za  y  ligarte,  natural  del  Cuzco  que  servia  el  de  Cartage- 
na; y  murió  el  de  Arequipa  Bravo  de  Eivero.  Se  trató  de 
la  nueva  línea  divisoria  de  las  tierras  de  Portugal  y  Es- 
paña en  la  América  por  comisionados  énviadoj  á  este 
fin.  Se  estableció  en  Lima  por  D^  María  Fernandez  de 
Córdova  una  casa  espiritual  de  mujeres. 

1753  Se  permitió  en  este  año  de  753  el  que  los  corregidores 
hiciesen  repartimiento  de  géneros  y  otras  especies,  para 
lo  cual  se  formó  el  respectivo  arancel  y  tarifa  á  cada 
provincia  y  una  junta  de  corregidores  que  conociese  de 
estos  asuntos.  Se  mandó  establecer  en  el  hospital  de  San 
Andrés  el  Anfiteatro  anatómico.  En  este  año  se  celebró 
con  el  Papa,  el  gran  concordato  sobre  patronato,  que 
dio  término  á  las  antiguas  alteraciones  entre  ambas  cor- 
tes, dejando  peri)etuamente  ascenso  á  la  corona.  Se  in- 
corporó también  la  casa  de  Moneda  y  se  fabricó. 

1754  Se  realizó  en  este  de  54  la  fundación  de  la  ciudad  de  San 
Felipe  el  Eeal  de  Aconcagua  hecha  por  el  Gobernador 
conde  de  Poblaciones.  Salieron  del  monasterio  de  San- 
ta Eosa  de  Lima,  tres  religiosas  á  fundar  él  de  Santiago 
de  Chile.  Fueron  á  la  Audiencia  las  competencias  del 
Arzobispo  con  su  cabildo,  sobre  uso  de  palmatoria  y 
otras  ceremonias  eclesiásticas  que  quiso  prohibir. 

1755  Entró  en  este  año  en  Arequipa  el  Obispo  Don  Jacinto 
Aguado  y  Chacón,  que  servia  el  de  Cartagena.  El  30  de 
Mayo  se  estrenó  la  mitad  de  la  iglesia  Catedral  de  Lima 
con  una  solemne  prosecion  en  la  cual  salieron  en  ricas 
andas  todos  los  Patriarcas.  Se  formó  un  censo  general 
de  los  habitantes  de  esta  ciudad  y  resultaron  haber  54 


—121— 
mil.  Hubo  en  Quito  el  21  de  Abril  un  fuerte  temblor  y 
otro  formidable  el  3  de  Mayo. 

1756  Sucedió  el  año  de  756  la  segunda  quema  de  Panamá  y 
se  mandaron  redificar  las  fortalezas  de  Portobelo,  para 
lo  cual  se  remitieron  25  mil  pesos.  Murió  el  Obispo  de 
Trujillo  Arbiza.  Tubieron  en  este  año  mas  efervescen- 
cia las  competencias  entre  el  Arzobispo  y  el  Virey  dis- 
poniendo aquel  se  le  tocase  el  órgano  cuando  entrase  y 
no  al  Virey  y  levantando  quitasol  en  las  procesiones  cu- 
yas quejas  fueron  á  la  Corte  y  se  dispuso  en  contra  de 
lo  dispuesto  por  el  Arzobispo. 

1757  En  22  de  Febrero  de  757  hubo  un  formidable  temblor  en 
la  Tacunga  que  la  arruine.  En  9  de  Enero  acaecieron  en 

,  Tarma  las  escandalosas  tropelías  hechas  al  Gobernador 
D.  Pablo  Sánz  de  Bustamante,  por  los  curas  D.  Manuel 
Artiga  y  D.  José  Gallardo,  al  extremo  de  estropearlo, 
por  haberles  prohibido  introdujesen  en  la  cárcel  á  indios 
por  deudas,  se  les  mandó  bajar  á  la  capital. 

1758  En  el  siguiente  año  de  758  fué  promovido  el  Arzobispo 
Barrueta  al  de  Granada,  cesando  la  competencia  que  ha- 
bía x3romovido.  Entró  en  Trujillo  de  Obispo  D.  Francis- 
co Javier  de  Luna- Victoria,  natrral  de  Panamá.  Murió 
en  1?  de  Mayo  el  Pontífice  Renedicto  XIV.  En  este  año 
que  fué  el  primero  del  Pontificado  de  Clemente  XIII 
elevó  el  convento  de  Ocopa  á  colegio  de  propaganda 
fide.    - 

1759  En  19  de  Abril  de  759  se  observó  á  las  12  del  dia  una 
cruz  junto  al  Sol.  En  10  de  Agosto  murió  Fernando  VI. 
Se  mandó  erigir  la  provincia  de  Huamachuco.  En  este 
hemisferio  se  observó  el  famoso  cometa  de  ííewton.  Pa- 
deció la  ciudad  de  Trujillo  un  horrible  temblor  el  2  de 
Setiembre  de  este  año.  Entró  en  Lima  el  Arzobispo  D. 
Diego  del  Corro  que  servia  el  Obispado  de  Popayan  el 
27  de  noviembre.  Don  Manuel  Pérez  Bustamante  des- 
cubrió en  el  cerro  de  Chonta  provincia  de  Huamalies  un 
mineral  de  azogue. 


CÁELOS  III. 

EMPEEADOE  XXVI  DEL  PEEU. 

1760  En  21  de  Agosto  de  763  fué  proclamado  Carlos  III  por 
Eey  de  España  que  reinaba  en  ííápoles,  como  hermano 
del  difunto:  empero,  cesaron  las  funciones  por  haber 

TOM.  vn.  LlTERATüEA — 16 


—122— 
muerto  en  5  de  Octubre  su  esposa  D^  María  Amalia  de 
Sajonia.  En  este  año  se  descubrió  por  D.  Domingo  Mon- 
je, una  mina  de  brea  en  el  cerro  de  Condorcenca,  juris- 
dicción de  Angaraes,  y  otra  por  D.  Julián  de  la  Eoca  en 
Ohupi,  perteneciente  á  Parinacocha.  En  Febrero  ha- 
llándose el  presbítero  I)r.  D.  Antonio  del  Pozo,  hijo  del 
marqués  de  Mozobamba  confesando  la  gente  de  Puma- 
chuco,  fué  provocado  por  el  P.  D.  Diego  del  Pozo  su 
hermano  natural,  por  sustraerle  ganado  de  su  hacienda 
de  que  provino  el  asesinará  aquel. 
1761  En  21  de  Enero  de  761  murió  en  Jauja  el  Arzobispo 
Corro,  y  el  22  falleció  en  el  Cuzco  el  Obispo  Castañeda. 
En  Marzo  se  apoderaron  los  portugueses  del  territorio 
de  Matagroso.  En  7  de  Abril  se  celebró  un  auto  de  fé 
en  el  que  fueron  afrentados  cinco  individuos.  La  nueva 
población  de  Santa  sufrió  gran  inundación. 
En  21  de  Octubre  entregó  el  Yirey  el  mando  y  se  em- 
barcó para  España  el  27  del  mismo  mes  y  año.  (1) 


XXXVI. 
DON  MAííüEL  DE  AMAT  Y  JUNIEííT,  caballero  de 

LA  ÓEDEÍT  DE  SAN    JüAIí  T  DE   SAÍT  GENAEO,    TENIENTE 
GENERAL  DE  LOS  REALES  EJÉRCITOS:  CStaudo    sirVÍCndo 

la  Presidencia  de  Chile  fué  nonibrado  Yirey  del  Perú, 
entró  en  Lima  el  día  indicado  y  recibióse  en  público  el 
21  de  Diciembre  del  mismo. 
1762  Con  motivo  do  haberse  declarado  la  guerra  á  la  Ingla- 
terra se  dedicó  en  este  año,  en  el  arreglo  y  disciplina  de 
las  milicias,  creándose  en  todas  las  provincias  cuerpos: 
continuó  con  solidez  la  fábrica  del  Castillo  del  Callao  y 
estableció  una  real  sala  de  armas,  que  fué  plaza  de  gran 
importancia  pues  D.  Juan  Manuel  Mendiburo,  dio  en 
en  796  por  la  capitanía  10  mil  pesos.  Se  mandó  á  los  al- 


(1)  Habiendo  tocado  en  la  Habana  el  buque  que  lo  conducía  para  tras- 
portarse á  otro,  se  detuvo  algún  tiempo  en  la  isla,  mas  quiso  su  desgracia, 
fue'se  sorprendida  el  6  de  Junio  de  1762  por  una  armada  inglesa  mandada 
por  el  Almirante  Pocock,  compuesta  de  treinta  bajeles  de  guerra  y  mas  de 
doscientas  embarcaciones  que  conduelan  diez  y  oclio  mil  liombres  á  la  or- 
den del  duque  de  Albemartey  después  de  65  dias  de  sitio,  capituló  el  go- 
bernador brigadier  D.  Juan  de  Prado.  Restituidos  á  España  el  conde  y  de- 
mas  jefes,  fueron  causados  en  consejo  de  guerra,  disculpándose  todos  con 
el  conde  de  Superunda,  por  lo  cual  sufrió  una  larga  prisión  y  confiscación 
de  todos  sus  bienes;  habiendo  tenido  de  necesidad  de  poner  escuela  de  pri- 
meras letras  psra  mantenerse.  Sobre  este  Virey  lia  escrito  el  señor  Palma 
una  notable  tradición.  M.  O. 


—123— 
caldes  de  Corte  rondar  de  noche  la  ciudad,  con  la  cali- 
dad de  que  alas  diez  ocurriesen  á  ijalacio  á  dar  cuenta; 
mas  los  Alcaldes  se  resistieron  y  habiéndoseles  impues- 
to la  multa  de  500  pesos  apelaron  á  España  y  se  les  alzó 
la  pena.  En  este  año  tuvo  lu^ar  la  erección  del  circo  de 
gallos.  Entró  en  Lima  el  23  de  ISToviembre  el  Arzobispo 
D.  Diego  Antonio  Parada  y  murió  en  xlrequipa  el  Obis- 
po Aguado  y  Chacón  habiendo  formado  una  casa  de 
Ejercicios  para  mujeres,  reemplazándolo  D.  Diego  Sal- 
guero de  Cabrera  quien  mandó  sus  poderes  y  gobernó 
por  él,  el  Chantre  D.  Francisco  Matienzo. 

1763  Én  este  de  763  fueron  desalojados  los  portugueses  de  la 
Colonia  del  Sacramento  por  el  Teniente  General  Gober- 
nador de  Buenos- Ayres  D.  Pedro  Ceballos.  En  15  de 
Marzo  se  verificó  la  traslación  de  las  reliquias  del  V.  P. 
Castillo  de  la  Compañía  de  Jesús  por  haberse  declarado 
sus  virtudes  en  grado  heroico. 

1764  Entró  en  el  Cuzco  el  01)ispo  Dr.  D.  Manuel  Gerónimo 
de  Eomani  natural  de  Huamanga  que  servia  el  de  Po- 
payan.  Tuvo  lugar  en  Chucuito  un  alboroto  popular  que 
fué  sosegado  por  el  corregidor  D.  Antonio  Polier.  Se 
dispuso  por  real  orden  nombrasen  sacerdotes  ínteres  en 
Jos  curatos,  que  tuviesen  pueblos  distante  4  legus.  Se  re- 
formó el  derecho  de  media  anata. 

1765  Murió  en  este  año  de  765  el  Obispo  de  Huanjanga  Dr. 
Manrique  de  Lara.  En  este  fué  atacada  la  provincia  de 
Matagroso  por  el  presidente  de  Charcas  D.  José  Pesta- 
ña, pero  la  fuerte  resistencia  de  los  contrarios  le  obligó 
á  desistir  de  la  empresa. 

1766  También  sucedió  en  Quito  un  tumulto:  para  tranquili 
zarlo  marcharon  de  Lima  en  Mayo  dos  compañías  del 
príncipe  de  Asturias  é  igual  número  de  pardos  libres,  y 
de  Presidente  el  teniente  general  D.  José  Antonio  Ze- 
laya  que  se  hallaba  sirviendo  el  gobierno  de  Guayaquil, 
con  cuyo  auxilio  logró  extinguirse.  Entró  en  Huaman- 
ga de  Obispo  D.  Fr.  José  Luis  de  Lila  natural  de  Pa- 
namá. 

1767  En  este  año  á  principio  del  mes  de  Marzo  se  celebraron 
exequias  del  siervo  de  Dios  Er.  Francisco  Verastegui  (a) 
P.  Pachi,  y  desde  20  de  dicho  mes,  hasta  el  11  de  Julio 
duraron  los  funerales  de  la  Eeyna  Madre  Doña  Isabel 
Farnecio.  En  9  de  Setiembre  se  verificó  en  todo  el  rei- 
no la  prisión  y  expatriación  de  los  padres  Jesuítas  á  pe- 
dimento real  se  añadió  en  la  letanía  de  la  Virgen  el  Yev- 
sÍGÚlo  ^^Muter  InmaculataJ"  Psiva  el  mejor  servicio  pú- 


—124— 
blico  se  distribuyó  la  ciudad  por  barrios  y  se  nombraron 
Alcaldes  para  ellos. 

1768  En  Marzo  de  768  se  mandó  erijir  la  provincia  de  Tara- 
pacá,  separándola  de  la  de  Arica.  En  el  Cuzco  falleció 
el  Obispo  Eomani  después  de  haber  establecido  muchas 
obras  pías.  Se  erigió  en  Lima  el  oficio  ó  registro  de  hi- 
potecas. Se  estrenó  la  Plaza  firme  de  toros  que  fabricó 
con  su  dinero  D.  Hipólito  Landáburu. 

1769  En  Febrero  del  siguiente  año  de  69  murió  en  Eoma  el 
Pontifice  Clemente  XIII,  y  en  19  de  Marzo  fué  electo 
Clemente  XIV.  En  Hüamanga  también  falleció  el  Obis- 
po Lila  y  el  de  Arequipa  Salguero  y  Cabrera,  servia  á  es- 
te último  de  auxiliar  D.  Juan  Manuel  de  Moscoso.  En  1? 
de  Julio  se  incorporó  á  la  corona  la  renta  de  correos. 

1770  En  este  año  de  70  se  erigió  el  convictorio  de  San  Carlos, 
en  el  local  que  servia  de  Xo viciado  á  los  jesuítas,  reu- 
niéndose en  él,  el  colegio  de  San  Martin,  y  el  Mayor  de 
San  Felipe.  En  Agosto  se  verificó  la  traslación  del  ca- 
dáver del  Señor  Arzobispo  Corro  que  se  hallaba  en  Jau- 
ja. Fué  electo  Obispo  de  Hüamanga  el  Dr.  D.  Miguel 
Moreno  de  Oyos  que  servia  el  de  su  patria  Panamá,  y 
para  el  Cuzco  D.  Agustín  Gorrichátegui,  natural  del 
mismo  lugar  que  aquel,  tesorero  que  era  de  esta  Metro- 
politana. 

1771  Fué  electo  en  este  año  de  771  Obispo  de  Arequipa  Don 
Manuel  Abad  y  Llama.  Formóse  el  primer  café  en  la 
calle  de  Santo  Domingo.  Tomaron  posesión  de  la  Igle- 
sia de  San  Pablo  y  su  Colegio  Máximo,  los  Padres  de  la 
Congregación  del  Oratorio.  En  Lima  el  28  de  Octubre 
se  consagró  el  señor  Gorrichátegui  con  gran  solemnidad, 
con  asistencia  de  cuatro  Obispos  que  se  hallaban  reuni- 
dos para  el  Concilio.  En  30  de  Julio  se  hizo  la  revista  del 
regimiento  "Xobleza  de  Lima"  siendo  su  coronel  el  Vi- 
rey,  que  vino  marchando  á  caballo  desde  la  portada  de 
Barbones  á  la  plaza.  Se  fundó  la  población  de  Pasco,  en 
tierras  de  la  estancia  de  Llajáhuanca. 

1772  En  12  de  Enero  se  reunió  en  Lima  el  Concilio  Provin- 
cial con  asistencia  personal  del  Virey,  Arzobispo  y  de 
los  Obispos  de  Santiago,  déla  Concepción,  de  Hüaman- 
ga y  Cuzco.  Se  descubrió  el  mineral  de  Hualgayoc  por 
Rodrigo  de  Ocaña.  Se  reconoció  por  el  piloto  Don  José 
Amich  la  isla  de  Otahiti.  En  7  de  Marzo  se  ajusticiaron 
á  bordo  de  los  navios  de  guerra  existentes  en  el  Callao, 
á  varios  marinos  x)or  amotinamiento.  En  dicho  año  se 
concluyeron  las  dos  columnas  principales  del  paseo  de 
aguas. 


—125-^ 

1773  En  este  año  de  73  como  el  i)asa(lo,  estuvo  amagada  la 
capital  de  grandes  robos,  y  aprendidos  los  hechores,  de 
ellos,  fueron  ahorcados  el  13  de  Agosto  en  la  Plaza  ma- 

(  yor,  once;  habiendo  antes  sido  degradados  los  oficiales 

Euda  y  Pulido  deudos  delVirey:  afrentados  dos  mujeres, 
y  cinco  hombres,  y  desterrados  diez  y  seis:  fueron  los 
primeros  ajusticiados  que  no  se  velaron.  (1)  Se  allanó  la 
Piedra  Liza,  para  que  pudieran  pasar  coches  á  Lurígau- 
cho  y  se  formó  su  alameda.  Se  estableció  en  Lima  la  real 
Aduana,  bajo  el  sistema  de  aforo.  Llególe  al  Yirey  la 
banda  de  San  Genaro  lo  que  se  celebró  con  magnificas 
fiestas  en  la  Plaza  mayor;  se  formó  de  simulacro  un 
fuerte  que  fué  atacado  por  las  tropas  regladas. 

1774  Se  concluyeron  en  este  año  de  74  las  fábricas  de  los  tor 
reones,  Gasas-matas  y  cuarteles  para  la  tropa  que  asiste 
al  presidio.  Salieron  del  Callao  Fr.  Gerónimo  Olot  y  Fr. 
ííarciso  Gonzales,  religiosos  franciscos  á  predicar  el 
evangelio  en  la  isla  Otahiti  en  el  mar  del  Sur,  reco- 
nocida el  año  pasado.  Estrechado  el  Pontífice  Clemente 
XIV  á  determinar  sobre  la  suerte  de  los  Jesuítas,  des- 
pués de  algunos  años,  dio  en  21  de  Julio  de  73  el  breve 
de  extinción  de  dicha  religión;  desde  ella,  agobiado  de 
trabajos,  cuidados  y  temores,  no  hizo  mas  que  debilitar- 
se y  murió  el  22  de  Setiembre. 

1775  Concluyóse  el  año  de  775  la  fábrica  del  templo  de  las 
íí^azarenas  costeada  del  peculio  del  Yirey  y  de  Doña 
María  Fernandez  de  Córdova.  Héchose  por  tierra  la 
torre  principal  del  convento  de  Santo  Domingo  que  ha- 
bla quedado  maltratada  en  el  terremoto  de  46  á  cuj^o 
proyecto  se  oponían  los  alarifes  manifertando  no  corria 
peligro,  y  los  religiosos  que  no  tenían  dinero,  pues  pe- 
dían 4  mil  pesos:  el  Yirey  allanó  la  dificultad,  haciendo 
venir  á  los  calafates  y  gente  de  mar  y  por  500  pesos  vi- 
no la  torre  á  tierra  y  díó  el  diseño  para  la  que  había  de 
reemplazarla,  en  la  que  se  gastaron  96  mil  pesos  sin  in- 
cluir el  material  de  calería. 

1776  En  principio  de  776  se  ordenó  poner  en  todas  las  calles 
de  la  ciudad  iluminación,  la  cual  se  comenzó  en  2  de  no- 
viembre. Estando  en  estas  obras  vino  su  reemplazo,  y 
entregó  el  mando  en  17  de  Julio  embarcándose  para 
España. 


(1^  En  las  Tradiciones  át-.  Palma  se  hallan  consignados  curiosos  porme- 
noi'es  sobre  esta  cansa — M.  O. 


—126— 


XXXVII. 
DON  MANUEL  DE  GUIRIOR,  caballero  de  la  orden  de 

SAN  JUAN,  GENTIL  HOMBRE  DE  CÁMARA  Y  TENIENTE  GE- 
NERAL DE  LA  REAL  cámara;  estaiido  sirviendo  el  virey- 
nato  de  Santa  Fe,  fué  ascendido  á  este,  entrando  en  Li- 
ma en  17  de  Julio,  y  se  recibió  en  público  el  3  de  Di- 
ciembre del  mismo.  En  este  intervalo  tuvo  lugar  el  auto 
del  Arzobispo  Parada,  asignando  las  iglesias  que  babian 
de  servir  de  asilo,  para  ambos  sexos,  lo  que  fué  aproba- 
do por  el  rey.  Murió  el  Obispo  del  Cuzco  Gorricliátagui 
en  el  pueblo  de  Urubamba  el  28  de  Octubre  á  donde  ha- 
bla pasado  á  apasiguar  un  tumulto  contra  el  corregidor. 

1777  En  26  de  Enero  á  las  3  de  la  mañana  se  sintió  eü  Lima 
un  terremoto  tan  repentino  que  atemorizó  á  sus  morado- 
res y  después  se  continuaron  repitiendo  otros  de  ruido 
subt/crráneo  hasta  el  diez  ó  doce  de  Febrero:  el  primero 
se  sintió  de  40  á  50  leguas  á  lo  largo  de  la  costa  y  de  la 
cordillera.  En  12  de  Junio  se  recibió  en  el  real  Acuerdo 
D.  Melchor  Jacot  de  primer  regente  de  la  Audiencia  y 
en  14  D.  José  Antonio  de  Areche  de  Visitador  general 
de  real  hacienda  y  tribunales  del  Rej'-no.  Se  mandó  eri- 
gir el  vireynato  de  Buenos- Ayres,  siendo  el  primero  que 
tuvo  este  carácter  el  Mariscal  de  Campo  D.  Juan  José 
de  Vértis. 

1778  En  este  año  de  778  llegó  la  espedicion  destinada  á  in- 
quirir las  producciones  vegetales  del  Perú,  compuesta 
(ie  los  botánicos  M.  Dombey,  D.  Hipólito  Ruiz  y  D.  José 
Pavón;  por  dibujantes  vinieron  D.  José  Brunett  y  D.  Isi- 
dro Galvez.  Tuvieron  lugar  las  acaloradas  eontrovercias 
del  P.M.Fr.  Juan  de  la  Raya,  reformador  de  la  orden  de 
San  x^gustin  con  el  P.  provincial  Fr.  Francisco  Ruiz  de 
la  Plata,  sobre  la  facultad  de  leer  la  convocatoria  para 
el  próximo  capítulo.  Se  prohibió  hablar,  escribir  ó  dis- 
putar sobre  la  extinción  de  los  jesuítas.  Murió  en  Trü- 

jillo  el  Obispo  Luna- Victoria  y  le  reemplazó  D.  Baltazar 
Jayme  Martínez  Compañón,  chantre  de  Lima,  habiendo 
salido  para  Misque  con  igual  dignidad,  el  racionero  D. 
Domingo  González  de  la  Reguera. 

1779  En  el  siguiente  de  70  en  23  de  Abril  murió  en  Lima  el 
Arzobispo  Parada.  Entró  en  el  Cuzco  D.  Juan  Manuel 
de  Moscoso  y  Peralta,  natural  de  Arequipa,  que  servia 
el  de  Tucuman.  Fué  preso  y  remitido  al  Callao  el  Pa- 
dre provincial  de  la  Buenamuerte  José  Miguel  Duran, 


—127— 
por  haber  extraído  del  palacio  del  Virey  á  el  P.  Manuel 
Castellanos  su  capellán,  sin  su  conocimiento.  En  25  de 
Setiembre  se  publicó  en  Lima  la  guerra  contra  la  Ingla- 
terra. 
1780  En  1780  se  bizo  cargo  del  Obispado  de  Arequipa  D.  Ma- 
nuel Abad  y  Llama  y  murió  el  de  Huamanga,  Moreno. 
Se  erigió  la  Contaduría  de  tributos  y  so  estancó  el  ramo 
de  naipes.  Sucedió  la  sublevación  de  la  provincia  de 
Chayanta  en  los  Charcas  capitaneada  por  el  casique  Ju- 
lián Apasa-Tupac  Catari,  siendo  corregidor  D.  Joaquín 
Alós.  También  se  sofocó  otra  en  el  Cuzco,  que  aprendi- 
dos los  cómplices,  fueron  ejecutados  siete,  jjor  el  mes 
de  Abril  y  estando  con  estos  cuidados  llegó  el  sucesor 
en  Julio  de  dicho  año  y  se  embarcó  para  España  en  7 
de  Octubre  donde  se  vio  rodeado  de  injustas  calumnias 
en  las  que  [como  dice  Ulloa  en  sus  viages]  no  tuvieron 
parte  los  americanos,  sino  los  europeos  enemigos  de  la 
razón  y  de  lá  justicia  de  cuyos  pesares  murió,  mas  su  es- 
posa Da.  María  Ventura  Guirior  continuó  la  causa  has- 
ta lograr  su  vindicación. 

XXXVIII. 

DOÍT  AGUSTÍN  DE  JAUEEGÜI,  oaballeeo  de  la  obden 

DE  SANTIAGO,  TENIENTE  GENERAL  DE  LOS  REALES  EJÉR- 
CITOS, DE  PRESIDENTE  DE  CHILE,  pasó  á  servir  el  virey 
nato  del  Perú,  entrando  en  la  capital  dé  Lima  en  21  de 
Julio,  dia  en  que  se  habia  recibido  en  el  real  Acuerdo 
D.  José  Antonio  de  Areche  de  Superintendente  de  real 
Hacienda.  En  20  de  Agosto  murió  el  Y.  Fr.  Eamon  Ta- 
gle  de  la  orden  de  San  Francisco.  Eecibiose  en  público 
el  Yirey  el  5  de  Noviembre  de  este  año,  estallando  en  10 
del  mismo  mes,  la  sublevación  de  D.  José  Gabriel  Con- 
dorcanqui-Tupac-Amaru,  casique  del  pueblo  de  Tunga- 
zucca  de  la  provincia  de  Tinta,  eíectuada  por  las  atroci- 
dades que  cometía  el  corregidor  D.  Antonio  Arriaga,  al 
cual  aprendió  é  hizo  ahorcaren  toda  forma:  inmediata- 
mente el  corregidor  de  la  inmediata  provincia  de  Quis- 
picanchi  D.  Fernando  Cabrera,  el  absuelto  de  Paucar- 
tambo  D.  Tiburcío  Lauda  y  el  comandante  de  las  parro- 
quias del  Cuzco  D.  José  Sahuaraura  Tito  Atauchi,  hi- 
cieron gente  en  la  ciudad  para  contener  la  revolución: 
empero,  habiéndose  alojado  en  la  iglesia  del  pueblo  de 
Sangarará,  la  noche  del  18  fueron  secretamente  los  re- 
beldes coü  muchos  indios  é  incendiaron  la  iglesia  y  ro- 


—128— 
deándola  al  salir  mataron  á  todos,  librándose  muy  po- 
cos de  tan  atroz  proyecto.  Con  la  noticia  de  todo  esto, 
salió  de  Lima  el  27  iin  cuerpo  de  ejército  al  mando  del 
coronel  D.  José  Aviles.  En  16  de  Diciembre  publicó  el 
Virey,  bando  quitando  los  repartimientos  que  hacian  los 
corregidores,  los  cuales  babian  dado  lugar  á  la  indica- 
da sublevación..  El  20  salió  para  el  Cuzco  el  inspector 
D.  José  Antonio  del  Valle  y  Torres  con  tropas,  y  el  23 
marchó  el  Visitador  Areche  con  el  Oidor  D.  Benito  de 
Mata-Linares  en  calidad  de  auditor  de  guerra,  quedan- 
do en  Lima  de  subdelegado  del  primero  D.  José  Eamos 
de  Eigueroa. 

1781  En  6  de  Enero  del  año  inmediato,  llegó  Tupac-Aniaru 
con  su  ejército  á  un  cuarto  de  legua  del  Cuzco:  envió  á 
requerir  al  señor  Obispo  y  á  los  cabildos  para  que  se 
rindiesen,  mas  fué  repelido,  y  se  dirigió  al  Collao,  don- 
de cometió  mil  atrocidades,  pues  no  solo  los  españoles 
sino  aun  los  mestizos  eran  víctima  de  su  zana.  Por  este 
tiempo,  es  decir  en  13  de  Marzo  de  este  presente  año, 
Tupac-Catari  puso  sitio  á  la  ciudad  de  la  Paz,  que  sos- 
tuvo basta  Octubre,  defendiéndola  el  coronel  D.  Sebas- 
tian de  Seguróla;  murieron  de  sus  moradores  gran  parte, 
sufriendo  por  falta  de  víveres  mucha  hambre:  comieron 
gatos  y  perros,  los  cuales  se  sustentaban  con  carnes  de 
los  muertos  y  algunos  pobres  con  carne  humana,  como 
también  de  muías,  y  cueros  de  petacas:  escasearon  tanto 
los  víveres,  que  cuando  se  levantó  el  sitio  no  quedaba 
otra  cosa  que  quinua  á  cuatro  onzas  por  ración.  De  el 
mal  régimen  que  usó  Tupac-Amaru,  provino  su  prisión 
por  los  mismos  suyos,  la  cual  se  efectuó  el  6  de  Abril 
en  el  pueblo  de  Lanqui,  y  el  14  entraron  en  el  Cuzco  42 
prisioneros  entre  ellos  Tupac-Amaru,  su  mujer  Micaela 
Bastidas  y  dos  hijos  Hipólito  y  Fernando.  Hizo  ajusti- 
ciar el  visitador  en  el  pueblo  de  Tinta,  á  sesenta  y  siete 
indígenas,  y  el  15  de  Mayo  dio  sentencia  contra  Tupac- 
Amaru,  su  mujer,  hijos,  y  la  Casica  de  Acos  de  la  Pro- 
vincia de  Quispicanchi,  que  mandó  su  gente  para  incen- 
diar la  iglesia  de  Sangarará;  lo  que  se  efectuó  en  el  Cuz- 
co el  16,  descuartizóse  á  Tupac-Amaru,  llevóse  su  cuer- 
po á  la  Colina  de  Piccho  por  donde  entró  á  sitiar  la  ca- 
pital, quemóse,  y  sus  cenizas  esparciéronse  al  aire.  (1). 

1782  En  virtud  del  bando  de  perdón  promulgado  por  el  Vi- 


(1)  Puesta  en  conocimiento  del  Eey,  en  real  cédula  de  788  fue  desapro- 
bada esta  8entencia:su  hijo  Fernando  que  habia  ido  á  España  fué  puesto 
en  el  colegio  de  Gretafe  abonándose  cada  tercio  1973  reales  17  maravedises 


—129— 
rey,  se  entregó  en  27  de  Enero  de  este  año  Diego  Cristó- 
bal Tupac-Amaru  en  el  pueblo  de  Sicuani  ante  el  inspec- 
tor general  y  el  Obispo  del  Cuzco,  quien  le  absolvió  á 
él  y  á  los  que  le  seguían,  de  la  excomunión  que  habiaiju- 
blicado  contra  su  liermano.  En  15  de  Febrero  de  este 
año  entró  en  Lima  de  Arzobispo  el  D.  D.  José  Domingo, 
González  de  Larreguera.  Fué  nombrado  Obispo  de  Hua- 
manga  D.  Francisco  López  Sánchez,  y  para  Arequipa 
D.  Fr.  Miguel  de  González  Pamplona,  cai)ucliino.  En 
Lambayeque  se  fundó  un  hospital  con  el  fondo  de 
diez  mil  pesos  que  para  ello  dio  D.  Carlos  Vigil.  En 
Mayo  de  este  mismo  año  acaeció  en  el  asiento  mineral 
de  Huallanca  un  tumulto,  contra  los  mineros  de  la  Pro- 
vincia de  Huam alies,  que  fué  sosegada  con  la  deposi- 
ción del  Corregidor  D.  Ignacio  de  Santiago  y  TJlloa,  que 
como  x)erteneciente  al  gremio  la  babia  fomentado.  Se 
estancó  el  papel  sellado  y  breas  de  Santa  Elena  y  Amo- 
tape. 

1783  En  19  de  Julio  de  este  año  de  783  fué  ajusticiado  en  la 
plaza  del  Cuzco  Diego   Cristóbal  Tupac-Amaru,  su  mu- 

.  ger  y  otros,  por  suponerse  que  meditaban  otro  levanta- 
miento; ordenándose  que  los  que  perteneciesen  á  la  fa- 
milia fuesen  remitidos  á  España:  al  pueblo  de  Paucar- 
tambo  se  le  dieron  los  dictados  de  Fiel  y  valeroso  por 
sus  servicios.  Por  esta  misma  época  se  intentó  en  la 
Provincia  de  Haarocbirí  una  sublevación  de  indios  que 
iba  á  efectuarse  por  Felipe  Velasco  Tupac-Inca,  la  cual 
fué  sofocada  por  el  Corregidor  D.  Felipe  Carrera,  y  ahor- 
cados en  Lima  el  6  de  Julio  dos  de  los  principales,  pasan- 
do por  debajo  de  la  horca  á  sus  mugeres.  Por  este  motivo 
se  mandó  erigir  este  territorio  en  gobierno  militar,  obte- 
niendo dicho  empleo  el  indicado  teniente  coronel  Carre- 
ra. Se  estancó  la  pólvora. 

1784  En  6  de  Abril  de  784  entregó  este  virey  el  mando,  y  el 
27  del  mismo  mes  murió,  en  tanta  miseria  que  no  tuvo 
su  familia  ni  para  costear  el  entierro  que  se  efectuó  en 
la  iglesia  grande  de  Santo  Domingo. 

XXXIX. 

DOK  TEODORO  DE  CEOIX,  cabalfero  de  ceoix  del  or- 
den TEUTONICOjTEXIEÍTTB  GENERAL  DE  LOS  REALES  EJÉR- 
CITOS, habiendo  sido  nombrado  Yirey  del  Perú  llegó  al 
puerto  del  Callao,Domingo  de  Eamos  4  de  Abril  de  1784, 
se  alojó  en  Bellavista,  entrando  en  Lima  el  6  y  no  se 
ToM.  VIL  Literatura — 17. 


recibió  en  público  basta  el  25  de  Agosto.  En  Jueves  13 
de  Mayo  sufrió  la  ciudad  [de  Arequipa  un  formidable 
terremoto.  D.  Jorje  Escovedo  que  se  hallaba  de  gober- 
nador en  la  villa  de  Potosí,  y  visitador  de  sus  minas, 
sostituyó  al  visitador  Areche  en  todas  sus  comisiones,  (1) 
nombrando  por  su  teniente  á  D.  Manuel  del  Valle.  En 
13  de  Julio  se  erijió  la  Junta  superior  de  real  hacienda. 
Se  establecieron  las  intendencias,  las  que  componian 
cierto  número  de  provincias,  y  en  cada  una  de  ellas  un 
sub-delegadOj  que  sustituyeron  á  los '  corregidores,  y  co- 
menzó á  regir  las  nuevas  ordenanzas.  El  5  de  Setiem- 
bre se  celebró  con  gran  solemnidad  la  beatificación  de 
la  beata  Maria  Ana  de  Jesús  de  la  orden  de  la  Merced. 
Se  descubrió  en  el  cerro  de  Paria  y  Guariguapo  veta  de 
azogue  por  D.  Pedro  Veles  y  D.  Domingo  Miyan  de 
Acha. 

1785  En  785  se  estableció  la  compañía  denominada  de  Fili- 
pinas, y  de  cuenta  de  ella  llegó  el  primer  navio  al  Ca- 
llao, á  consignación  del  Conde  de  San  Isidro.  En  este 
año  se  cerró  la  visita  del  Vireinato.  Se  mandó  bajo  par- 
tida de  registro  al  P.  Lector  jubilado  Fr.  Juan  Alcedo, 
religioso  Agustino,  por  haber  personalmente  entregado 
y  encomendado  al  Virey  la  lectura  de  un  poema  que  hi- 
zo, satirizando  la  conducta  de  los  españoles  en  América. 

1786  En  786  se  crearon  40  vecas  en  el  real  Seniinario  de  líí'o- 
bles  de  Madrid,  para  la  educación  de  los  caballeros  ame- 
ricanos. Se  embarcaron  para  España  el  Obispo  del  Cuz- 
co Moscoso,  y  el  de  Arequij)a  González  Pamplona,  que 
renunció.  So  estableció  en  esta  ciudad  el  Juzgado  de 
Policía  y  la  Contaduría  de  propios  y  arbitrios;.  Se  descu- 
brió en  el  mineral  de  Santa  Eosa  una  rica  veta  de  plata 
por  D.  Agustin  Solís  y  sus  hermanos,  á  la  que  pusieron 
Nuestra  Señora  de  Tarapacá.  En  31  de  Diciembre  se 
erigió  el  Tribunal  de  Minería  para  cuyo  fomento  se  se- 
ñaló un  real  en  marco  de  plata.  Se  erigió  el  Obispado 
de  Cuenca,  siendo  su  primer  Prelado  el  D.  D.  Andrés 
Quintian  de  Aponte.  En  19  de  Junio  celebró  la  religión 
Agustina  exequias  por  el  alma  del  E.  P:  M.  Vicario  Ge- 
neral de  su  orden,  (creado  porel  Pontífice  Benedicto  XIV, 
y  confirmado  por  el  capítulo  general  celebrado  en  Bolo- 
nia en  9  de  Junio  de  753)  Fr.  Francisco  X.  Vásquez,  na- 


(1)  Fué  llíimado  Areclie  á  la  Corte,  donde  sufrió  largo  juicio  con  confis- 
cación de  bienes  j  destierro  perpetuo. 

Véase  el  Diccionario  Biográfico  del  General  Mendiburu,  para  formar 
completa  idea  de  lo  aciaga  que  fué  para  el  Perú  el  visitador  AreQlie.T-ilf.  O. 


—131— 
tiirál  de  Cajamarca:  en  esta  villa  se  hicieron  también  lu- 
cidas, siendo  cura  el  D.  D.  Pedro  José  Conde  y  Marin. 

178T  En  este  año  de  787  se  erigió  la  Sub-délegacion  de  Cho- 
ta ó  Guambos,  desmembrando  su  territorio  del  de  Caja- 
marca,  siendo  su  primer  jefe  el  teniente  de  ejército  D. 
Domingo  Noculle.  El  naturalista  D.  José  Pavón  descu- 
brió la  yerva  del  Paraguay  en  el  pueblo  de  Santa  Cruz 
de  Muña.  Se  erigió  en  esta  ciudad  el  Monte  de  piedad  á 
favor  de  las  ánimas,  siendo  su  fundador  el  D.  D.  Fran- 
cisco Javier  de  VilJalta,  natural  de  Lima  cura  del  i)ue" 
blo  de  Bellavista. 

1788  En  6  de  Setiembre  tomó  posesión  del  Obispado  de  Are- 
quipa D.  Pedro  José  Chavez  de  la  Rosa  consagrado  en 
Lima  en  la  iglesia  de  San  Pedro,  el  23  de  Febrero.  El 
Obispo  Compañón  fué  ascendido  al  Arzobispado  de  San- 
ta Fé,  reemplazándolo  D.  José  Andrés  de  Anchurra.  En 
4  de  Noviembre  se  abrió  la  Real  Audiencia  del  Cuzco, 
habiéndose  hecho  la  solemne  entrada  de  los  sellos  el  dia 
antes,  por  su  primer  regente  y  fundador  D.José  dé  la  Por- 
tilla. Se  eoncedió  a  D.  Lucas  Rodríguez  de  Molina  un 
escudo  de  armas  en  premio  de  la  máquina  que  inventó 
para  labrar  pólvora.  En  14  de  Diciembre  murió  D.  Car- 
los IIL 


CARLOS  IV. 

EMPERADOR  XXV  DEL  PERÚ. 


1789  En  17  de  Enero  de  este  año  de  789,  se  hizo  la  jura  en 
Madrid  de  la  exaltación  al  trono  de  Carlos  IV  de  este 
nombre,  y  el  10  de  Octubre  en  Lima,  con  costosas  fun- 
ciones, repetidas  las  del  nacimiento  de  su  hija  la  infanta 
María  Isabel.  El  Obispo  del  Cuzco  D.  Juan  Manuel  de 
Moscoso  que  se  hallaba  en  la  Corte,  fué  ascendido  al 
Arzobispado  de  Granada  en  España,  y  electo  para  reem- 
plazarlo D.  Bartolomé  María  de  las  Heras,  que  también 
se  hallaba  en  ella  refugiado,  por  competencias  que  tuvo 
siendo  Dean  de  Huamanga,  con  el  Prelado  Dr.  López 
Sánchez,  el  cual  murió  en  fines  de  este  año. 


—132— 
1790    En  790  se  fabricó  la  casa  para  el  estanco  de  tabaco  y 
se  construyó  un  almacén  de  pólvora  al  oriente  de  la  ciu- 
dad. En  22  de  Marzo  se  quemó  la  iglesia  parroquial  de 
Santa  Ana. 

En  25  del  mismo  mes  entregó  el  Yirey  el  m^ndo  y  se  re- 
tiró al  convento  de  San  Pedro  hasta  el  17  de  Abril  que  se 
embarcó  para  España,  muriendo  en  Madrid  el  8  de  Abril 
del  año  inmediato. 


XL. 


BATLIO  E.  D.  EEAKOISOO  GIL  TABOADA  LEMUS  Y 
VILLAMAEIJS",  caballero  profeso  de  la  sagrada 

RBLIGIOlSrDE  SAÍT  JUAN,  COMEIíDADOR  DE  PUERTO  MARIlí, 
DEL  CONSEJO  SUPREMO  DE  GUERRA,  Y  TENIENTE  GENE- 
RAL DE  LA  REAL  ARMADA,  SO  hallaba  sirvicudo  el  Yirey- 
nato  de  Santa  Fé,  cuando  fué  maridado  pasar  al  del  Perú; 
entró  en  Lima  el  25  de  Marzo  de  790  y  recibióse  en  públi- 
co en  27  de  Mayo. 

En  el  mismo  año  llegaron  al  puerto  del  Callao,  las  cor- 
betas Descubridora  y  Atrevida  al  mando  de  D.  Alejandro 
Malaspina,  destinadas  á  dar  vuelta  al  mundo  y  ratificar 
la  posición  geográfica  de  las  posesiones  españolas  en  las 
dos  indias.  Se  promovieron  los  descubrimientos  al  E,  de 
la  Cordillera  general  internando  el  P.  Er.  JSTarciso  Girbal 
misionero  de  la  orden  Seráfica,  en  la  Pampa  del  Sacra- 
mento 70  leguas  E.  O.  y  400  ísT.  S.  con  un  circuito  de  se- 
tecientas leguas. 

1791  Se  experimentó  en  la  jurisdicción  de  Lambayeque  en  los 
tres  primeros  dias  del  mes  de  Marzo  de  791  un  copioso 
aguacero,  que  saliendo  los  ríos  de  madre  destruyeron 
todos  los  edificios  rústicos  y  urbanos.  Extendiéndose  el 
gusto  hacia  las  producciones  literarias  se  vieron  en  este 
año  en  Lima,  cuatro  periódicos:  el  Diario  erudito  y  econó- 
mico, el  célebre  Murcuri o  Peruano,  la  Gaceta  y  las  guías 
del  reino.  Se  mandó  hacer  un  censo  general  de  la  Ciudad, 
que  dio  el  número  de  52,666  habitantes  sin  incluir  los 
del  servicio  militar:  y  el  de  las  siete  intendencias  subió 
á  1.076,122  sin  incluir  la  de  Puno  que  se  habi a  segregado, 
el  cual  se  creyó  diminuto.  Plantificóse  el  laboratorio 
Químico  por  el  Barón  de  Nordenflic  natural  de  Miltan  en 
la  Curlandia  para  la  enseñanza  de  la  juventud  que  se  dedi- 
case á  la  mineralogía. 

1792  En  Enero  de  792  se  incendiaron  los  molinos  de  la  fábrica 


—133— 
de  pólvora,  cuya  violenta  explosión  conmovió  fuerte- 
mente los  ánimos  y  causó  diferentes  daños;  empero,  mu- 
cho mas  la  conmovió  la  inmoderada  conducta  de  los  pa- 
dres de  la  Buenamuerte  contra  se  Prelado,  al  estromo 
de  atumultuarse  el  16  de  Mayo,  saliendo  por  las  calles  10 
sacerdotes  y  14  legos,  en  unión  de  otros  seglares  se  diri- 
jieron  al  Palacio  del  Virey,  con  el  objeto  de  que  se  qui- 
tase al  Prelado  y  Procurador;  se  trató  de  apasiguarlos, 
mas  ellos  se  dispersaron  se  refugiaron  en  otros  conven- 
tos, siendo  necesario  que  el  regente  de  la  real  Audiencia 
en  persona  les  impuciese  el  recogimiento  á  sus  claustros. 
Se  dejó  ver  un  jigantesco  indio  nombrado  Basilio  Guay- 
las  de  mas  de  7  pies  y  2  pulgadas  de  alto.  En  este  mis- 
mo año  se  abrió  en  el  hospital  de  S.  Andrés  el  anfiteatro 
anatómico.  Se  recibió  en  su  Iglesia  el  Obispo  de  Huaman- 
ga  D.  Bartolomé  Bernardo  Fabro  Palacios.  Se  fundó  en 
Arequipa  por  el  Obispo  Chaves  de  la  Eosa,  una  casa  de 
Expósitos,  para  lo  cual  se  le  entregó  el  Colegio  de  los 
Jesuítas.  Se  estableció  también  la  Sociedad  Mineraló- 
gica. Se  fabricarou  por  el  maestro  mayor  de  obras  públi- 
cas Gómez,  los  cajones  de  Palacio. 

1793  En  12  de  Agosto  de  93  se  publicó  la  guerra  á  la  IsTacion 
Francesa.  Se  procedió  por  el  Alferes  de  Fragata  Don 
José  Moraleda  al  reconocimiento  del  archipiélago  de  los 
Huaytecas  ó  de  los  Chonnos  al  S.  del  de  Ohiloe  y  la  Tier- 
ra Firnae  adyacente, que  se  hallaron  incapaces  de  admitir 
establecimientos.  Se  comenzaron  á  cercar  de  altas  baluas- 
tradas  los  cementerios  de  las  Iglesias,  en  que  se  cometían 
todo  género  de  exesos. 

1794  En  este  año  de  794  se  procedió  á  la  apertura  de  la  escuela 
náutica,  mandada  establecer  en  esta  Capital,  siendo  Di- 
rector el  Capitán  de  Fragata  D.  Agustín  Mendoza  y  Ar- 
guedas.  Llegaron  D.  Cristóbal  y  D.  Conrrado  Heulande 
encargados  de  reconocer  las  producciones  del  Perú  en  la 
clasede  animales,y  demás  concerniente  á  la  historiaííatu- 
ral,  asociados  á  D.  Javier  de  Molina.  Hubo  un  notable 
temblor  el  26  de  Marzo,  y  el  29  se  observaron  relámpa- 
gos muy  frecuentes  desde  las  7  á  las  8  de  la  noche:  en  7 
de  Setiembre  se  notó  otro  recio  temblor,  lo  cual  preci- 
saron al  gobierno  á  la  reedificación  de  la  caja  real,  reparo 
de  la  Secretaría  y  demás  del  Palacio.  Empezaron  á  fa- 
bricar las  torrres  de  la  Catedral,  y  se  concluyó  el  tercer 
almacén  de  pólvora  en  una  quebrada  al  N.  de  la  de  Aman- 
caes. 

1795  Murió  en  este  mismo  año  el  Obispo  de  Huamanga  Fa- 
bro Palacio.  Se  mandó   en  este  año  construir  un  puente 


—134— 
en  el  rio  de  Santa,  dirigido  por  el  ingeniero  D.  Francis- 
co Garcia  Miralles,  el  cual  tíivo  de  costo  13  mil  pesos. 
Pasó  el  Presidente  de  Chile  O'Higgins  á  tornar  posesión 
y  poblar  la  ciudad  de  Osorno,  y  demás  terrenos  que  le 
cedieron  los  casiques  Yñil  y  Taquiguala,  por  cuyo  moti- 
vo se  le  condecoró  con  el  título  de  Marqués:  mandó  tam- 
bién trabajar  un  camino  carretero  de  Santiago  a  Valpa- 
raíso, espacio  de  30  leguas,  en  que  median  tres  grandes 
cuestas,  y  también  se  fabricaron  las  casillas  de  bóveda 
en  el  tránsito  de  la  cordillera  de  Santiago  á  Mendoza. 
1796  Por  cédula  de  19  de  Febrero  de  796,  se  reincorporó  al 
Yireinato  del  Perú  las  provincias  de  Puno.  Se  bizo  car- 
go del  Obispado  de  Huamanga  el  D.  D.  Francisco  Ma- 
tienzo,  y  en  Trujillo  murió  el  Obispo  Minayo.  Se  permi- 
tió por  real  cédula,  que  en  toda  la  América  donde  se  ela- 
borase azúcar,  se  establecieran  refinerías  y  que  se  extra- 
gera  libre  de  derechos,  devolviéndose  el  diiiero  que  se 
hubiese  cobrado.  También  se  ordenó  en  este  aíio,  el  que 
cualquiera  que  cultivase  Lino  ó  Cáñamo,  se  le  proporcio- 
nase terrenos  realengos  y  libre  de  todo  derecho  de  ex- 
tracción las  primeras  materias  que  se  recogiesen.  Se 
crearon  varios  ramos  para  la  amortización  de  vales  reales. 
Concluyó  el  gobierno  de  este  Virey  en  6  de  Junio,  el 
cual  se  pudo  tener  como  el  mas  dichoso  del  Perú,  pues 
se  i)rotegieron  todas  las  ciencias  y  se  hicieron  grandes 
descubrimientos  en  favor  del  género  humano.  Restitu- 
yóse pues  á  España,  donde  murió  el  año  de  810  después 
de  haber  hecho  dimisión  de  todos  sus  empleos  y  honores. 


XLI. 


DOK  AMBROSIO  O'HIGGIÍÍS  Y  BALLEÍTAR,  masques 

DB  OSORNO,  BAKOX  DE  BALLENARI,  TENIENTE  GENERAL 
DE   EJÉRCITO,    PRESIDENTE    DE  CHILE,    pasÓ  de  YirCV  al 

Perú  en  la  fraga  de  guerra  "Pilar":  entró  en  Lima  el  6 
Junio  de  796,  y  recibióse  en  público  el  24  del  inmediato 
Julio.  Puso  su  conato  en  arreglar  la  policía,  siendo  una 
de  sus  medidas  el  que  no  andasen  personas  por  las  ca- 
lles desde  las  diez  de  la  noche,  penando  álos  infractores 
en  barrer  las  calles:  en  una  de  las  noches  que  salia  dis- 
frazado á  vijilar  el  cumplimiento  de  lo  mandado,  habién- 
dose desviado  el  alabardero  que  lo  acompañaba,  la  cor 
misión  de  cai)a  mandada  por  el  capitán  D.  Juan  Pedro 
Lostaunau  lo  cercó  y  condujo  á  la  cárcel. 


—135— 

En  4  de  Febrero  de  797  sucedió  el  horrible  terremoto 
que  trastornó  los  partidos  territoriales  del  reino  de  Qui- 
to; inflamóse  é  hirvió  i)or  largo  tiempo  la  laguna  Quiro- 
toa,  vomitó  torrentes  de  lodo  el  sitio  de  Moya,y  el  monte 
Igualata,  que  corrió  por  el  esijacio  de  5  leguas  y  se  pe- 
trificó: derrumbáronse  los  cerros  de  Ohumaqui  y  el  Ga- 
lán, cubriendo' cuanto  se  hallaba  á  sus  pies:  los  muertos 
numerados  en  esta  ruina  fueron  32,563.  En  30  de  Junio 
de  este  año,  íüó  el  incendio  en  Lima  de  la  casa  panade- 
ría de  Bravo,  en  que  perecieron  miserablemente  19  hom- 
bres. Se  separó  la  Presidencia  de  Chile  de  la  jurisdicción 
de  este  Vireynato.  Se  publicó  la  paz  con  la  Francia  y  la 
guerra  con  la  Inglaterra.  Entró  en  Trujillo  de  Obispo  el 
señor  D.  José  Oarrion  Marfil." 

En  este  año  de  98  se  procedió  á  la  formación  de  una 
acequia  éh  Hüancavelica,  en  el  cerro  que  mira  al  N.  y 
circuncla  la  Villa,  tuvo  el  costo  de  22,115  pesos,  dirijida 
por  el  maestro  de  minas  D.  Federico  Montes.  Murió  la 
Venerable  Tercera  de  San  Francisco,  Feliciana  de  San 
Ignacio.  Publicóse  en  6  de  Marzo  en  la  Catedral  la  bula 
declarando  religión  la  de  los  Beletmitas.  Fundóse  en  Pu- 
no un  hospital  de  indígenas  por  Fr.  Ambrosio  Carassa, 
religioso  de  San  Juan  de  Dios. 

Sé  estableció  en  este  año  de  799  el  apostadero  del  Ca- 
llao, siendo  su  lírimer  Comandante  el  Brigadier  de  la 
Eeal  Armada  p.  Tomas  de  ligarte  y  Liaño.  En  28  de 
Octubre  hubo  un  eclipse  solar  de  II  dígitos,  y  comenzó 
á  las  11  horas  20  minutos,  y  acabó  á  las  2  horas  2  minu- 
tos: no  es  fácil  descubrir  la  debilidad  y  palidez  de  la  luz 
en  niedio  de  él,  se  veia  claramente  el  planeta  Venus,  y 
una  que  otra  estrella  de  magnitud;  la  atmósfera  enfrió 
notablemente  y  las  aves  entonaron  el  canto  vespertino. 
Se  extinguieron  los  depositarios  generales,y  se  mandó  se 
verificasen  en  la  caja  real.  Se  concluyó  el  camino  y  por- 
tada del  Oallao.  El  29  de  Agosto  murió  en  Eoma  el  Pon- 
tífice Pío  VI. 

En  18  de  Febrero  de  800  se  sacaron  á  la  afrenta  dos  hom- 
bres, por  celebrar  misa  sin  ser  sacerdotes.  Se  concluye- 
ron las  torres  de  la  Catedral,  el  empedrado  de  los  por- 
tales y  el  enlozado  de  las  calles.  En  este  año  se  dispuso 
que  los  oficiales  de  ejército  montasen  guardia  con  espada, 
pues  lo  hacían  con  un  pequeño  fusil.  Se  aprendieron  va- 
rios malhechores,  mas  sacado  á  la  afrenta  uno  de  ellos, 
viendo  que  quedaba  sin  castigo,  el  de  la  casa  del  Sr.  Man- 
cilla Presidente  de  la  Audiencia  (a)  aguacero,  al  flagelarlo 
el  verdugo,,  pon  Jas  espreciones  de  "quien  tal  hace  que 


—136— 
tal  pague"  dijo:  sí,  de  ü.  porque  no  tengo  espalda,  que  si 
tuviese  me  hubiera  quedado  adentro. 
1801  Falleció  el  Yirey  en  18  de  Marzo  y  fué  enterrado  en  la 
bóveda  de  S.  Pedro;  haciéndose  cargo  del  gobierno  la  real 
Audiencia,  siendo  regente  D.  Manuel  Arredondo.  Se 
comenzó  la  obra  del  Tajamar  y  se  plantío  la  alameda 
de  Acho  hasta  su  conclusión. 


XLII. 


DON  GABRIEL  DE  AVILES  Y  DEL  FIEEEO,  maeques 

DE  AVILES,    PRESIDENTE  DE  CHILE,    TENIENTE  GENERAI.-  . 

Y  viRBT  DE  BUENOS-AIRES,  de  doude  pasó  al  Perú,  por  la  ' 
carrera  de  Potosí,  entrando  en  Lima  el  6  de  ÍToviembre 
y  se  recibió  en  público  el  5  del  inmediato  Diciembre. 

1802  En  este  año  se  ijublicó  la  i)az  con  la  Inglaterra.  En  el 
mismo  año  llegó  á  esta  Ciudad  el  célebre  viagero  prusia- 
no Barón  de  Humboldt,  físico,  naturalista  y  botánico, 
acompañado  de  Mr.  Bompland,  después  de  haber  recorri- 
do la  Nueva  España  y  reino  de  Granada,  de  las  que  escri- 
bió una  completa  estadística.  Por  real  cédula  de  15  de 
Julio  se  reincorporó  al  Perú  la  comandancia  general  de 
May  ñas  con  los  pueblos  del  gobierno  de  Quijos,  Lamas 
y  Moyobamba.  En  Diciembre  se  erijió  el  Curato  de  Ce- 
lendin,  elevando  la  población  al  rango  de  Yilla  y  á  Caja- 
marca  se  le  tituló  Ciudad. 

1803  En  este  año  de  803  entró  el  ayuntamiento  de  la  Capital 
de  Lima  en  el  goce  del  tratamiento  de  Excelencia,  que 
se  le  concedió  en  remuneración  de  sus  servicios.  En  la 
noche  del  19  de  Abril  se  experimentó  una  tempestad  con 
ocho  ó  nueve  truenos  de  los  cuales  el  mas  fuerte  dejó 
sentirse  á  las  11  ¿:  lo  insólito  de  semejante  metéoro  en 
esta  costa  asustó  mucho  á  sus  habitantes,y  en  Noviembre 
se  repitieron,  como  igualmente  algunos  temblores.  Estos 
fueron  precursores  de  un  estío  rígido,  dednciéndose  de 
esto,  que  el  calor,  la  electricidad  y  los  vientos  pueden 
hacer  una  tempestad  en  parages  donde  nunca  se  han  vis- 
to. Se  estableció  la  intendencia  de  Lima,  siendo  su  presi- 
dente D.  Juan  María  Gal  ves.  En  27  de  Agosto  fueron 
castigadas  por  hechiceras  la  Eivero  y  la  S.  Diego:  en  la 
plaza  de  Huarás  ahorcaron  á  Pedro  Aldana,  Martin  Du- 
ran y  María  Colonia  por  haber  muerto  al  marido  de  la 
última. 

1804  Bajo  este  supuesto  el  año  de  804  continuó  con  los  mis- 


—137— 
mos  fenómenos,  habiéndose  observado  que  á  la  entrada 
del  Otoño  subió  el  termómetro  á  los  27  grados  y  se  sin- 
tieron cinco  temblores,  siendo  el  mas  fuerte  el  de  22  de 
Abril.  Las  avenidas  fueron  copiosas,  una  abundante 
lluvia  hizo  rebozar  un  brazo  del  rio  Jequetepeque  é  inun- 
dar las  tierras  vecinas.  En  la  quebrada  de  Matucana  re- 
ventaron tres  volcanes  de  agua,  que  su  ímpetu  destruyó 
los  puentes  de  dicha  quebrada  y  deshizo  parte  del  paseo 
militar  de  Lima.  Llegó  nuevamente  la  declaratoria  de 
guerra  contra  la  Inglaterra  y  el  Yirey  se  dedicó  á  este 
ramo  con  todo  empeño:  se  erigió  el  real  cuerpo  de  arti- 
llería, siendo  su  primer  Sub-inspector  el  coronel  D.  Joa- 
quín de  la  Pezuela.  Con  este  motivo  se  reincorporó  á  es- 
te vireinato  el  Gobierno  de  Guayaquil.  Se  erigió  el  Obis- 
pado de  Maynas,  siendo  su  primer  pastor  D.  Fr.  Hipóli- 
to Sánchez  Eengel.  En  Lima  se  comenzaron  á  poner  se- 
renos en  algunos  barrios.  Costeó  el  Yirey  de  su  peculio 
una  casa  hospicio  para  mugeres  incurables.  En  este  año 
fueron  sentenciadas  á  horca  cuatro  mugeres  por  diver- 
sas muertes  alevosas:  se  ejecutaron  á  Manuela  Raymun- 
do  y  Maria  Eamos,  á  las  otras  dos  se  les  conmutó  la  pe- 
na por  preñes. 

En  8  de  Marzo  del  año  de  805  murió  en  esta  capital  el  Ar- 
zobispo D.Juan  Domingo  González  de  la Eeguera.En  Are- 
quipa Ohavez  de  la  Eosa,  y  lo  reemplazó  el  D.  D.  Luis  de 
laEnsina.  Contribuyó  el  Yirey  al  reparo  en  It)  material  y 
formal  de  los  Beateríos  de  Amparadas  y  del  Patrocinio. 
D.  José  Gabriel  Aguilar  natural  de  Huánuco,  después 
de  recorrer  la  Europa,  inflamado  de  amor  patrio  pasó  al 
Cuzco,  y  i)oni endose  de  acuerdo  con  D.  Manuel  Ugalde 
natural  de  Lima,  asesor  interino  de  ese  gobierno,  toma- 
ron la  arriesgada  empresa  de  sacudir  el  yugo  español, 
mas  estando  todo  preparado,  fueron  vendidos  y  decapi- 
tados en  la  plaza  de  esa  ciudad  el  5  de  Diciembre.  En 
Setiembre  10,  auto  de  fé  por  blasfemo.  En  18  de  Octu- 
bre fué  ahorcado  Agustín  Guerrero  ladrón  afamado.  En 
23  del  mismo,  llegó  á  Lima  el  fluido  vacuno,  que  en  vi- 
drios se  remitió  desde  Buenos- Ayres  á  D.  Pedro  Belomo, 
cirujano  mayor  del  Apostadero,  el  que  injerido  á  36  ni- 
ños prendió  en  uno,  y  de  él  cundió  á  toda  la  población, 
lo  que  se  celebró  con  solemne  misa  de  gracias  ilumina- 
ción y  repique  general;  asignando  una  pensión  al  prime- 
ro que  le  pegó. 
A  principio  del  año  de  1806  llegó  al  Callao  D.  José  Sal- 
vani,  uno  de  los  encargados  de  la  comisión  filantrópica 
ToM.  vil.  Literatura — 18 


—138— 
para  la  propagación  de  dicho  fluido.  En  la  noche  del  30 
de  Abril  de  este  año  habiendo  sido  acometido  el  puerto 
de  Arica  por  la  fragata  de  guerra  inglesa  "Luisa",  en  el 
choque  que  tuvo,  vino  á  barar  en  esa  playa,  donde  fué 
aprisionada  la  tripulación.  En  17  de  Julio  castigó  la  In- 
quisición un  individuo  por  sortilegio.  En  26  concluyó  el 
Yirey  y  al  restituirse  á  España  murió  en  Yalparaiso. 


XLUI. 


DOK  JOSÉ  FEENANDO  DE  ABASCAL  Y  SOUSA,  mar- 
ques DE  LA  COKCOllDIA  ESPAÑOLA  DEL  PERÚ,  CABA- 
LLERO GRAN  CRUZ  DE  CARLOS  IIT,  GRAN  CRUZ  AMERICA- 
NA DE  ISABEL  LA  CATÓLICA  Y  DE  LA  MILITAR  DE  SAN- 
TIAGO,  TENIENTE  GENERAL   DE  LOS  REALES   EJÉRCITOS, 

nombrado  Yirey  del  Perú. 
Entró  en  Lima  el  26  de  Julio  de  1806  y  se  recibió  en 
público  en  20  del  inmediato  Agosto.  Dio  principio  á  sus 
tareas  creando  la  junta  de  conservación  y  propogacion 
del  benéfico  fluido  vacuno,  reuniéndose  los  socios  el  15 
de  Octubre:  dia  memorable  por  haberse  recibido  la  noti- 
cia de  la  reconquista  de  Buenos- Ayres  por  D.  Santiago 
Liniers  el  12  de  Agosto  referido,  quedando  prisionero  el 
general  inglés  Guillermo  Oarr  Berresford  que  la  habia 
tomado  de  sorpresa.  También  entró  en  Lima  su  Arzo- 
bispo D.  Bartolomé  Maria  de  las  Heras  el  18  de  ISToTiem- 
bre,  dejando  la  silla  del  Guzco  al  electo  D.  José  Pérez  y 
Armendaris,  Arcediano  de  ella.  Empero,  i)rincipio  tan 
feliz  que  presagiaron  un  gobierno  igualmente  dichoso 
quizo  la  Providencia  manifestar  habia  de  ser  asivarado; 
sufriéndose  el  19  de  Diciembre  á  las  6  de  la  tarde  un  fuer- 
te terremoto  que  duró  cerca  de  dos  minutos,  cuyo  movi- 
miento ondulatorio  hizo  oscilar  las  torres  de  la  ciudad 
por  mucho  tiempo,  y  estropeó  algunos  edificios:  á  las  8 
de  la  noche  salió  el  mar  de  límites,  desamarró  los  buques 
y  arrastró  cuanto  habia  en  playa,  levantando  una  ancla 
de  30  quintales  por  encima  de  la  casa  del  capitán  del 
,  puerto  para  echarla  á  una  laguna.  En  el  mismo  mes  se 
generalizó  y  sugetó,  á  reglamento  el  establecimiento  de 
serenos  y  se  empezó  á  cubrir  con  puentes  las  acequias 
en  las  bocas  calles. 
1807  La  actividad  y  la  vigilancia  del  gobierno  se  extendían 
á  todas  partes,  así  es  que,  viendo  la  imperfección  que 
contenían  las  murallas  de  la  capital,  en  las  que  los  tem- 


—139— 
blores  y  el  tiempo  habiau  hecho  algunas  ruinas,  se  pro- 
puso en  este  año  de  807  no  descansar  hasta  ponerla  en 
estado  de  defensa:  al  efecto  se  invitaron  á  las  corpora- 
ciones de  todos  fueros,  y  reuniendo  un  fondo  150  mil  pe- 
sos, se  procedió  á  reedificarla;  se  hizo  nueva  la  portada 
de  Maravillas  que  tuvo  de  costo  8,500  pesos,  siendo  di- 
rector de  la  obra  el  ingeniero  D.  Pedro  Antonio  de  Mo- 
lina. Se  acresentó  también  el  local  de  la  escuela  náuti- 
ca. Estando  en  estas  obras,  llegó  la  noticia  de  haber  si- 
do vencido  en  Buenos- Ayres  el  6  de  Julio,  el  ejército  in- 
gles mandado  por  Withelock.  En  el  mes  de  Octubre  des- 
pejando algoelcielosevióun  cometa  caudado  que  según 
observaciones  del  Dr.  Paredes,  el  6  se  hallaba  en  la  Ser- 
piente de  Oflnco.  En  este  año  se  experimentó  por  la  pri- 
mera vez  en  el  Perú  el  mal  de  rabia:  comenzó  por  el  Es- 
tío en  los  perros,  y  después  se  propagó  á  otros  cuadrúpe- 
dos, de  la  mordedura  de  aquellos  se  asistieron  dos  hom- 
bres en  el  hospital  de  San  Andrés,  presentaban  los  sín- 
tomas de  la  hidrofobia  y  no  pudo  salvarlos  la  prolija  cu- 
ración que  se  hizo  en  ellos. 


FEMAÍTDO  VIL 

EMPERADOR  XXVI  DEL  PERÚ. 

1808  Pju  este  año  de  808  tuvieron  lugar  las  convulsiones  de  la 
Península  y  en  su  consecuencia  Carlos  I Y  abdicó  la 
corona  en  19  de  Marzo,  en  su  hijo  Fernando  que  empezó 
á  reinar:  fué  proclamado  en  Lima  el  13  de  Octubre,  cuan- 
do habia  sido  conducido  preso  á  Bayona  de  Francia. 
Mientras  esto  pasaba  allá,  en  Lima  el  8  de  Abril  se  ins- 
talaba solemnemente  el  ilustre  Colegio  de  Abogados 
según  lo  dispuesto  en  real  cédula  anterior,  y  el  genio  bené- 
volo del  Virey  con  los  vivos  é  gualmente  con  los  muer- 
tos, aceleraba  las  obras  en  su  beneficio:  así  es  que,  me- 
diante el  gasto  de  106,908  pesos  se  extrenó  en  19  de  Junio 
el  Cementerio  general  á  estramuro  de  la  Ciudad,  habién- 
dose manifestado  antes  en  él,  la  misma  muerte  en  la 
persona  del  carpintero  Francisco  Acosta  que  cayó  y  se 
desnucó  del  techo  de  la  Capilla,  y  aunque  la  muerte  igua- 


—140— 
la  á  los  vivientes,  tuvo  que  extraerse  el  cadáver  y  enter- 
rarse en  la  Parroquia  de  Santa  Ana  para  que  entrase 
preferente  el  del  Illmo.  Sr.  Arzobispo  La-Eeguera.  Lle- 
gáronle al  Virey  despachos  para  que  tuviese  á  la  mira 
que  no  desembarcasen  en  ningún  puerto,  los  Eeyes  Pa- 
dres, cuidando  en  caso  de  que  se  verificase,  el  remitirlos 
con  seguridad  á  la  Corte. 

1809  íí"uevos  cuidados  llamaron  la  atención  del  Yirey  cuales 
fueron  las  alteraciones  populares  en  diferentes  puntos  de 
América,  á  consecuencia  del  cautiverio  de  Fernando.  En 
Mayo  25  los  Señores  Monteagudo,  Alvarez  y  Eodriguez 
proclamáronla  independencia  en  Charcas,  y  el  15  de  Ju- 
lio se  erigió  una  Junta  Gubernativa  en  la  Paz:  para  con- 
tener sus  progresos  salieron  tropas  al  mando  del  Brigadier 
Don  José  Manuel  de  Goyeneche  con  los  jefes  Tristan, 
Llano,  Huizi,  Pumacahua.  En  10  de  Agosto  estalló  el 
movimiento  de  Quito  para  cuyo  punto  marcharon  tam- 
bién tropas  y  se  consiguió  en  25  de  Octubre  la  reposición 
del  Presidente  Conde  Euiz  de  Castilla. 

1810  En  este  año  continuaron  las  demás  secciones  de  América 
pronunciándose:  en  Mayo  se  formó  Junta  Gubernativa 
en  Buenos- Ayres,  en  Julio  en  Bogotá,  en  Setiembre  en 
Méjico  y  en  22  del  mismo  se  erigió  nuevamente  en  Quito 
la  Junta  Directiva.  íTo  obstante  estos  cuidados,  en  Lima 
se  estrenó  el  Colegio  de  Medicina  y  Cirujia  con  título  de 
San  Fernando,  mediante  la  cooperación  del  protomédico 
Dr.  D.  Hipólito  Unanue.  Se  tuvo  le  pérdida  del  Sabio 
Don  Gabriel  Moreno  que  falleció,  é  igualmente  en  Hua- 
manga  su  Obispo  Dr.  Aldunate.  Por  cédula  de  21  de 
Marzo  se  nombró  para  Virey  del  Pera  al  Jefe  de  Escua- 
dra Don  José  Bustamante  y  Guerra  que  no  llegó  á  pasar 
á  América.  En  este  año  se  mató  Mauro  Cordato  de  resul- 
tas de  haber  gravemente  herido  á  una  Señora,  de  la  q4.ie 
se  hallaba  prendado,  que  por  su  hermosura  la  distinguían 
con  el  sobre  nombre  de  la  "Perla  sin  compañera." 

1811  En  28  de  Febrero  de  811  se  celebraron  con  toda  pompa 
la  instalación  de  las  Cortes  en  laisla  de  León,  y  en  Marzo 
se  verificó  la  jura.  En  30  de  Mayo  se  instaló  con  gran 
aparato  el  regimiento  de  infantería  voluntarios  distin- 
guidos de  la  Concordia,  refundiéndose  en  él  los  cuerpos 
de  ííobleza  y  Comercio,  siendo  Coronel  el  Virey.  Este 
mismo  mes,  salió  el  navio  "San  Pedro  Alcántara"  condu- 
ciendo cerca  de  dos  millones  de  pesos  del  Cabildo  y  Con- 
sulado. Se  dio  la  batalla  en  los  campos  de  Huaqui  y  de 
Machaca  el  20  de  Junio  al  mando  del  general  Goyene- 
che, cuya  victoria  se  celebró  en  Julio,  colocándose  las 


—141— 
banderas  el  16  en  el  Santuario  de  la  Virgen  Santa  Rosa. 
Eenovó  el  Arzobispo  el  Jubileo  diario  circular  en  las 
Iglesias  de  esta  Capital,  que  después  aprobó  el  Papa  Pió 
Vil.  Se  reparó  el  Colegio  de  Casiques.  En  6  de  Noviem- 
bre se  dejó  ver  un  cometa  notable  por  su  extraordinaria 
duración  de  seis  meses  que  asustó  demasiado,  lo  mismo 
que  el  temblor  del  dia  11  del  mismo. 
1812  En  13  de  Febrero  de  812  padeció  la  ciudad  de  Guaya- 
quil un  incendio  cuya  pérdida  se  reguló  en  mas  de  me- 
dio millón  de  pesos.  En  este  año  resonó  el  grito  de  inde- 
pendencia en  la  ciudad  de  Huánuco  que  contuvo  inme- 
diatamente el  intendente  de  Tarma  González  Prada, 
fusilando  á  los  autores  Eodriguez,  Aros  y  Castilla,  y  pa- 
sando á  degüello  en  Hyancocba,  imeblo  de  Ambo  á  mas 
de  cien  personas,  de  ambos  sexos  y  edades.  Desde  el  1? 
de  Marzo  se  observaron  muchos  reírlos,  tercianas  con 
grande  aparato,  y  disenterías;  el  15  liabia  en  el  hospital 
120  de  esta  última:  el  23  al  salir  la  luna  viento  fuerte  que 
pasó  á  ser  Uracan  arrancó  3  sauces  de  raiz  de  la.  alameda. 
Fué  electo  Obispo  de  Huamanga  el  Dr.  D.  José  Silva  y 
Olave.  En  14  de  Abril  á  las  3  hubo  un  temblor  con  dos 
remezones  bien  fuertes,  que  repitió  á  las  4|.  Se  celebra- 
ron con  grandes  demostraciones  de  alegría  en  los  días  4, 
5  y  6  de  Julio  la  elección  hecha  de  Consejero  en  la  per- 
sona del  Sr.  Baquíjano.  En  Julio  fueron  presos  en  esta 
Capital  varios  individuos  acusados  de  conspiración  por 
un  Sub-brigada  de  Concordia  nombrado  Planas.   En  30 
del  mismo  se  armó  el  Virey  Caballero  Gran  Cruz  de  Car- 
'  los  39  vistiéndolo  en  la  real  Capilla,  el  Conde  de  Lurigau- 
cho,  con  asistencia  de  los  demás  caballeros  de  otras  órde- 
nes, lo  que  se  celebró  con  misa  de  gracia  é  igualmente  el 
título  de  Márquez  de  la  Concordia.  En  19  de  Octubre  se 
juró  en  esta  Capital  con  gran  solemnidad  la  Constitución 
Española  por  la  que  se  hicieron  seis  dias  de  funciones 
cívicas.  En  8  de  l^oviembre  entró  en  Quito  el  General 
Don  Toribio  Montes  que  habia  salido  de  Lima,  con  5  mil 
hombres  de  Pardos  y  Morenos  libres.  El  ejército  real  que 
había  abanzado  hasta  Jujuí  y  tomado  prisionero  á  Don 
Mariano  Zamudio,  se  batió  el  24  de  Setiembre  en  Tucu- 
man  donde  fueron  vencidos  por  las  tropas  de  Buenos- 
Ayres  al  mando  del  General  Belgrano.  En  9  de  Diciem- 
bre se  verificó  la  elección  de  regidores  constitucionales 
habiendo  salido  nombrado  el  presbítero  Buendia  lo  que 
ocacionó  grandes  disputas.  En  este  murió  en  Madrid  de 
Presidente  del  Congreso  General  el  Dr.  D.  Vicente  Mo- 
rales y  D nares. 


—142— 

1813  En  30  de  Mayo  de  813  acaeció  en  lea  un  fuerte  temblor 
que  causó  en  sus  edificios  una  ruina  lamentable.  Se  con- 
cluyó la  reedificación  y  acresentamiento  del  Seminario  de 
Santo  Toribio.  En  23  de  Setiembre  se  publicó  la  extinción 
del  tribunal  de  la  Inquisición,  en  cuyo  local  se  cometie- 
ron por  la  plebe  alg-uuos  desórdenes  y  el  24  murió  el  P. 
Marimon.  En  19  de  Octubre  se  ganó  por  las  tropas  rea- 
listas la  batalla  de  Vilcapuquio  y  el  14  de  JSToviembre  la 
de  Aylloma,  lo  que  se  celebró  con  grandes  iluminaciones. 
En  31  de  Diciembre  zarpó  del  puerto  del  Callao  para  el 
de  Chile  la  expedición  comandada  por  el  G-eneral  Gainza. 
En  24  de  Julio  murió  en  Lima,  el  Dr.  Qaintian  Obispo 
de  Cuenca. 

1814  En  Febrero  deesteañode  814  sintióse  un  recio  temblor  en 
Piura  que  estropeó  los  edificios.  Se  tuvo  noticia  haber 
entrado  en  Gerona  el  24  de  Marzo  de  este  año  el  Rey 
Fernando.  En  24  de  Abril  llegaron  al  Callao  700  hom- 
bres del  regimiento  de  Talavera  en  el  navio  Asia-Casti- 
lla y  Yigarrera.  Salieron  diputados  á  Cortes.  En  3  de 
Agosto  se  verificó  el  pronunciamiento  del  Cuzco  coman- 
dada por  el  Brigadier  Pamacahua:  instalóse  una  Junta 
de  Gobierno,  y  tomó  tal  incremento  la  revolución,  que 
en  pocos  meses  fueron  ocupadas  por  ellos  las  intenden- 
cias de  Puno,  Cuzco,  Arequipa  y  Huamanga,  Fué  paci- 
ficado Chile  de  resulta  de  la  batalla  de  Eancagua  gana- 
da en  2  de  Octubre  por  el  Brigadier  Don  Mariano  Osorio. 
En  10  de  ISToviembre  fué  batido  en  las  inmediaciones  de 
Arequipa  el  Mariscal  de  Campo  Picoaga,  y  tomado  pri- 
sionero por  las  tropas  independientes  del  Cuzco.  En  30 
de  Diciembre  se  extinguió  la  cc)nstitucion  y  se  repusieron 
las  cosas  al  estado  que  tenian  en  808. 

1815  En  Sábado  28  de  Enero  de  815  fué  guillotinado  en  Li- 
ma el  cómico  Sebada  por  haber  asesinado  en  Agosto  del 
año  anterior  á  la  actriz  Moreno.  En  este  mes  recupe- 
ró á  Arequipa  el  general  Ramirez,y  salió  en  persecución 
de  Pumacahua  en  Febrero,  logrando  el  11  de  Marzo  ba- 
tirlo y  derrotarlo  en  los  márgenes  del  rio  Cupi,  á  las  in- 
mediaciones del  de  TJmachiri:  preso  Pumacahua  fué  de- 
capitado el  17  en  el  pueblo  de  Sicuani,  y  el  25  del  pro- 
pio mes  entró  Eamirez  al  Cuzco,  fusilando  al  siguiente 
dia  á  los  tres  hermanos  Ángulos  y  otros.  En  28  de  Abril 
para  subvenir  á  las  urgencias  del  erario,  se  impuso  en 
Lima  una  contribución  que  se  estimó  en  1.003,497  pesos 
anuales.  En  28  de  ISToviembre  fué  atacado  en  las  llanu- 
ras de  Wiluma  el  ejercito  porteño  mandado  por  Eon- 
deau,  y  derrotado  completamente  por  el  general  Pezue- 


—143— 
la.  En  21  de  Junio  fué  expuesta  en  la  Parroquia  de  San 
Sebastian  ima  criatura  de  5  años,  muerta  á  látigos  por 
su  madre.  En  Julio  fueron  sentenciados  á  destierro  va- 
rios por  amotinamiento.  En  3  de  Agosto  llegaron  los  de 
Estremadura.  En  Setiembre  2  fué  preso  el  Eey  del  Mon- 
te, negro  cuatrero,  y  ahorcado  en  el  entrante.  El  25  del 
mismo  temblor  fuerte  á  las  10  ^  de  la  noche  y  el  23  de 
Octubre  á  las  6  de  la  tarde. 
1816  A  principios  de  este  año  se  aparecieron  frente  á  la  isla 
de  San  Lorenzo  del  puerto  del  Callao,  una  fragata  corsa- 
ria nombrada  "Hércules",  que  habia  salido  de  Montevi- 
deo y  después  dejaron  verse  los  demás  buques  que  por 
varios  dias  estuvieron  entrando  á  la  rada  y  tiroteándose 
con  los  castillos.  Para  alistar  un  armamento  que  saliese 
en  persecución  de  dichos  buques,  se  reunió  en  20  de  Ene- 
ro una  junta  de  comercio  y  acordaron  armar  seis  buques 
exhibiendo  el  consulado  300  mil  pesos  i^ara  el  efecto,  y 
el  13  de  Febrero  dio  á  la  vela,  al  mando  del  capitán  D. 
Isidro  Oanseyro.  En  20  de  Febrero  llegó  expreso  del 
Gobernador  de  Guayaquil  comunicando  de  que  Brown 
comandante  en  jefe  de  los  buques  porteños,  habiendo 
forzado  el  rio  y  estando  á  tiro  de  cañón  de  la  ciudad  en 
disposición  de  batirse,  varó  su  bergantín  y  lo  tomaron 
pjisionero  [1]. 
En  Domingo  7  de  Julio  entregó  el  Virey  el  mando  y 
partió  para  España  el  13  cuya  ausencia  fué  universal- 
mente  sentida,  por  la  afabilidad  de  su  carácter  y  lo  be- 
néfico que  fué  al  país:  desplegó  en  todo  el  tiempo  de  su 
mando  los  multiplicados  y  fecundos  recursos  que  le  su- 
ministraban sus  talentos  políticos  y  militares,  y  unos  des- 
velos superiores  á  todo  encarecimiento. 

[11  Brown  fué  sentenciado  á  muerte,  pero  no  se  efectuó  y  estuvo  preso 
como  un  año,  hasta  que  un  cabo  nombrado  Alomi  que  habia  sido  hecho 
prisionero  en  Colombia  que  lo  escoltaba,  le  facilitó  modo  de  fugar  y  asilar- 
se ambos  en  un  buque  inglés  que  se  hallaba  en  la  rada  del  Callao  nombra- 
do la  "Tine"  al  mando  del  capitán  Falcon:  empero,  Alomi  tuvo  la  desgra- 
cia de  que  dicho  capitán  no  quisiese  darle  hospitalidad  haciéndolo  volver  á 
tierra,  donde  fué  tomado  y  sentenciado  á  ser  pasado  por  las  armas,  mas  se 
le  perdonó.  Este  hecho  manifiesta  un  carácter  humano  en  el  Virey,  y  en  el 
capitán  del  buque  lo  contrario,  pues  además  del  asilo  que  prestó  á  Brown, 
siguió  una  larga  correspondencia  apoyada  su  conducta  en  las  leyes  de  la 
hospitalidad. 


—144— 


XLIV. 


BOIsT  JOAQUÍN  DÉLA  PEZUELA  Y  SÁNCHEZ,  caba- 
llero GRAN  CRUZ  DE  LA  ORDEN  AMELICAN A  DE  ISABEL 
LA  CATÓLICA,  TEÍÍIENTE  GENERAL  DE  LOS  REALES  EJÉR- 
CITOS, se  hallaba  de  general  en  jefe  del  ejército  del  Alto 
Perú,  cuando  se  le  nombró  Virey  interino,  é  hizo  su  en- 
trada en  Lima  el  7  de  Julio  de  816  y  se  recibió  en  pú- 
blico el  17  de  Agosto.  El  25  de  este  empezó  á  operar  una 
de  las  cuatro  bombas  de  vapor,  traídas  de  Inglaterra  con 
el  objeto  del  desagüe  de  las  minas  del  Cerro  de  Pasco, 
donde  se  conduieron  con  ingente  gasto.  En  Setiembre 
se  estableció  un  Consejo  de   Guerra  permanente  para 
juzgar  á  los  salteadores  que  infestaban  los  caminos.  Por 
este  mismo,  llegó  la  noticia  de  haberse  perdido  todo  el  ter- 
ritorio de  Chile  por  la  subdivisión  que  hizo  de  sus  tropas 
el  Presidente  Marcó  del  Pont.  En  26  de  Octubre  murió 
el  Obispo  de  Huamanga  Olave.  A  fines  del  año  llegó  al 
Perú  el  Mariscal  de  campo  D.  José  de  la  Serna,  destina- 
do á  mandar  en  jefe  el  ejército  que  ocupaba  entonces  las 
posiciones  de  Tupiza  y  Mojos,  comenzando  favorablemen- 
te pues  batiendo  en  Yavi  la  división  que  mandaba  el  Mar- 
ques de  Tojo,  quedó  este  prisionero  con  la  mayor  parte 
de  la  tropa  de  su  mando. 

1817  En  este  año  de  817  habiendo  arribado  á  Lima  el  primer 
batallón  Burgos,  escuadrón  lanceros  del  Eey,  y  una  com- 
pañía montada  de  artillería,  se  proyectó  la  formación  de 
una  expedición  destinada  a  la  reconquista  de  Chile,  en 
efecto  zarpó  del  Callao  á  fines  del  año,  compuesta  de 
tres  batallones,  dos  escuadrones  y  doce  piezas  de  campa- 
ña, al  mando  del  Brigadier  Osorio.  Habiéndose  notado 
escasez  de  trigo  por  las  circunstancias,  se  dispuso  por 
real  acuerdo  de  25  de  Abril  se  repartiese  el  trigo  exis- 
tente. En  Octubre  se  comenzó  á  labrar  el  hospicio  de 
pobres  de  la  portada  del  Callao.  En  este  año  se  erigie- 
ron en  el  Obispado  de  Huamanga  los  curatos  de  Vinchos 
y  de  Surcubamba. 

1818  En  principió  de  este  año  de  818  apareció  en  Lima  una 
epidemia  que  unos  caracterizaban  por  vómito  prieto, 
otros  de  fiebre  amarilla,  pero  en  la  realidad  era  un  "ca- 
tarral vi  lioso"  que  no  hubo  persona  se  viese  libre  de  él. 
Desembarcó  en  Talcahuano,  que  conservaba  el  Briga- 
dier Ordoñez  la  expedición,  y  reunidas  ambas  fuerzas  se 


—las- 
internaron  en  el  país,  mandando  al  mismo  tiempo  blo- 
quear el  puerto  de  Valparaíso.  Estas  noticias  se  recibie- 
ron con  gran  aplauso.  Lo  mismo  sucedió  con  la  ganada 
del  ejército  en  Oancbarrayada  el  19  de  Marzo;  que  fué 
acivarada  por  la  noticia  de  la  derrota  de  Osorio  el  5  de 
Abril,  en  Maypú,  pues  llegaron  á  Lima  con  intervalos 
de  minutos.  En  2  de  Agosto  se  consagró  en  Lima,  Obis- 
po de  Arequipa  el  Dr.  I).  José  Sebastian  de  Goyeneche. 
En  Octubre  arribó  el  brigadier  Osorio  al  Callao;  en  cu- 
yo mes  tambieu  salió  de  Chile  la  escuadra  de  Lord  Co- 
chrane,  avistándose  en  el  puerto  del  Callao  el  30  del  in- 
dicado y  dado  un  reconocimiento  en  la  costa  y  recibi- 
dos auxilios  pecunarios  de  los  patriotas  regresó  á  Chile. 

1819  En  2  de  Enero  fueron  aborcados  en  la  plaza  mayor,  Gó- 
mez, Alcázar  y  Espejo  por  haber  proyectado  tomarse  los 
castillos  del  Callao  y  entregarlos  á  San  Martin;  la  que 
fué  denunciada  por  Escobar.  En  28  de  Febrero  apareció 
la  escuadra,  lo  que  puso  en  algún  cuidado  á  los  españo- 
les y  después  dealgunos  dias  de  continuas  molestias  á  las 
diez  de  la  noche  del  22  de  Marzo,  echaron  un  brulot  de 
fuego  con  el  designio  de  incendiar  los  buques  de  guerra, 
mas  el  brulot  encalló  y  se  fué  á  pique,  pegando  algunos 
barriles  de  pólvora  que  no  Mzo  mas  daño  que  atemori- 
zar á  los  habitantes  de  Lima  con  el  estruendo.  En  Mar- 
zo murió  en  el  Cuzco  el   señor  Armendaris.  Fué  electo 

.  para  Huamanga  el  chantre  Dr.  D.  Pedro  Gutiérrez  Coz. 
La  escuadra  se  dirijió  al  ISTorte  y  recorriendo  todos  sus 
puertos  logró  hacerse  de  mas  de  150  mil  pesos,  mucha 
azúcar  y  demás  víveres  para  el  mantenimiento  de  su 
gente:  asi  estuvo  la  mayor  parte  de  este  año  teniendo  al 
país  en  una  continua  alarma.  A  ñnes  de  este  año  llegó 
á  Lima  el  general  La-Serna  que  habia  obtenido  la  dimi- 
sión del  mando  del  ejército  del  Alto-Perú,  por  haber  re- 
cibido la  corte  de  España  noticia  ser  del  sistema  Masó- 
nico; empero,  el  Yirey  trató  de  detenerlo  por  las  cir- 
cunstancias en  que  se  hallaba  el  país  tomando  por  su 
cuenta  embonarlo  con  la  Corte. 

1820  Llegó  en  estas  agitaciones  el  año  de  820  sin  que  se  pen- 
sase en  formar  una  expedición,  sino  únicamente  en  de- 
fender el  país,  mandando  colocarse  en  escalones  toda  la 
fuerza  para  acudir  al  punto  mas  necesario.  Se  extin- 
guieron las  mitas  por  real  cédula  de  27  de  Abril  de  este 
año.  En  8  de  Setiembre  desembarcó  el  ejército  de  San 
Martin  en  el  puerto  de  Pisco:  con  este  motivo,  mandó 
el  Yirey  un  emisario  invitándolo   á  tratados.  El  19  de 

ToM.  vil.  Literatura — 19 


—146-. 
este  mes  se  juró  la  Constitución  española  con  solemne 
aparato,  aunque  no  con  el  entusiasmo  anterior.  El  24 
llegaron  al  pueblo  de  Miraflores  los  diputados  del  gene- 
ral San  Martin,  coronel  D.  Tomás  Guido  y  D.  Juan  Gar- 
cía del  Rio,  y  reunidos  con  los  del  Virey  el  conde  de  Vi- 
llar de  Fuente,  teniente  de  navio  D.  Dionisio  Capaz  y 
de  secretario  el  Dr.  D.  Hipólito  Unanue  comenzaron  al 
dia  inmediato  sus  sesiones,  habiendo  firmado  un  armis- 
ticio y  mas  transaciones,  en  lo  que  se  consumió  todo  el 
mes,  sin  haberse  abanzado  sino  dar  tiempo  al  general 
San  Martin  x>ara  extender  su  plan  de  campaña.  En  Oc- 
tubre se  reembarcó  el  ejército  de  San  Martin,  habiéndo- 
se internado  por  lea  una  división  de  1084  hombres  al 
mando  del  mayor  general  Arenales  que  cruzó  las  pro- 
vincias de  la  sierra,  y  el  paso  al  norte  donde  supo  el  pro- 
nunciamiento de  Guayaquil  el  9  de  este  mes.  En  la  no- 
che del  5  de  Noviembre  se  sacaron  en  la  bahia  del  Ca- 
llao la  fragata  "Esmeralda"  cargada  para  salir  para  Es- 
paña con  mas  de  dos  millones  de  pesos.  En  9  del  mismo 
verificó  el  general  San  Martin  un  formal  desembarco  en 
Huacho  y  se  situó  en  la  banda  contraria  del  rio  de 
Huaura.  íJsta  situacinn  dio  lugar  á  la  pasada  de  muchos 
oficiales  realistas  y  paisanos  sin  que  se  contuviese,  sin 
embargo  de  haberse  situado  en  Asnapuquio  el  campa- 
mento real.  El  3  de  Diciembre  se  pasó  al  servicio  de  la 
patria  el  batallón  ISTumancia.  El  6  de  dicho  mes  fué  ba- 
tido en  Pasco  la  división  del  general  español  0-Relli 
sin  que  escapase  un  hombre,  en  cuya  expediciim  habia 
el  coronel  D.  Andrés  Santa-Cruz.  El  29  el  marqués  de 
Torre-Tagle  pronunció  la  provincia  de  Trujillo.  Fué 
nombrado  Obispo  del  Cuzco  D.  Fr.  José  Calixto  de  Ori- 
buela. 
1821  Estas  repetidas  convulsiones  tenia  en  alarma  el  ejército, 
cuando  principió  el  año  de  821:  los  gefes  de  él  se  deci- 
dieron á  deponer  al  Virey.  Al  efecto  en  la  madrugada  del 
28  de  Enero  se  reunieron  en  el  campamento  los  princi- 
pales gefes  presididos  por  Canterac,  y  poniendo  el  ejér- 
cito sobre  las  armas  firmaron  una  representación  á  la 
junta  general  de  guerra, manifestando  de  necesidad  que 
el  Virey  en  el  término  de  4  horas  entregase  el  mando  al 
general  La-Serna,  cuyo  pliego  condujo  á  Lima  el  capi- 
tán Placencia.  Reunióse  inmediatamente  la  Junta  de 
Guerra  para  tratar  el  asunto,  en  el  cual  manifestó  el  Vi- 
rey que  respecto  á  él,  ninguna  consideración  tuviesen, 
mediante  á  estar  llano  á  conformarse  con  la  resolución. 
Entonces  la  junta  acordó  se  contestase  al  ejército,  que 


—147  - 
el  Virey  estaba  pronto  á  entregar  el  todo  de  su  mando. 
Los  jefes  del  ejército  á  pesar  dé  este  oficio  tan  terminan- 
te, estaban  llenos  de  agitación  y  acordaron  que  se  man- 
dase cerca  de  la  persona  del  Virey,  y  á  nombre  del  ejér- 
cito al  coronel  marqués  deValle-Umbroso,  y  al  Teniente 
coronel  Seoane  con  orden  de  no  separarse  de  su  lado, 
hasta  tanto  verificase  la  entrega  del  mando:  mas  cuan- 
do llegaron  ya  se  habia  verificado,  y  después  de  satisfe- 
chos se  marcharon  al  ejército  á  las  dos  y  mas  de  la  tar- 
de, y  se  dio  á  reconocer  por  Virey  y  capitán  general,  al 
General  La-Serna.  A  la  seis  de  la  tarde  salió  para  el 
pueblo  de  la  Magdalena  D.  Joaquín  de  la  Pezuela. 


XLV. 


DON  JOSÉ  LA-SERNA  É  HmOJOS A,  tejiente  general, 

CABALLERO  DE  LA  MILITAR  ORDEN  DE  SAN  HERMENE- 
GILDO, fué  proclamado  Virey  por  el  ejército  que  se  ha- 
llaba en  Asnapuquio  y  se  recibió  el  30  de  Enero  de  821. 
En  3  de  Febrero  dispuso  marchase  sobre  el  valle  de 
Jauja  el  General  Valdez  con  un  batallón  y  un  escuadrón, 
reunióse  con  el  Brigadier  Ricafort  en  la  banda  oriental 
del  valle,  consiguiendo  algunas  ventajas  sobre  los  indios 
como  en  Ataura  que  fueron  derrotados;  mas  regresando 
del  Cerro  de  Pasco  para  Lima  fué  herido  Eicafort  por 
las  partidas  de  montoneras  de  Cauta  el  2  de  Mayo. ' 

En  31  de  Marzo  llegó  á  esta  capital  el  capitán  de  fra- 
gata D.  Manuel  Abren  comisionado  por  elEey  de  Espa- 
ña para  promover  la  transacion  de  las  diferencias  que 
existían  en  América,  al  efecto  se  invitó  á  San  Martin  á 
una  negociación  por  la  Junta  Pacificadora  que  se  habia 
establecido  en  Lima.  En  Abril  y  Mayo  se  tuvieron  las 
respectivas  conferencias  y  el  2  de  Junio  tuvo  el  Virey 
en  el  mismo  Punchauca  una  entrevista  con  San  Martin 
y  demás  gefes  principales  de  uno  y  otro  ejército,  presi- 
diéndola la  mas  amigable  franqueza. 

Los  diputados  de  ambos  generales  por  la  insalubridad 
del  clima  de  Punchauca  se  trasladaron  al  pueblo  de  Mi- 
raflores  y  de  esta  ala  fragata  Cleopatra  [a]  Wellington 
surta  en  el  puerto  del  Callao.  En  toda  esta  negociación, 
se  acordó  un  armisticio  ó  suspensión  de  armas  por  20  dias 
que  luego  se  prorrogó  por  12  mas. 

La  carestía  que  sufría  la  ciudad  de  toda  clase  de  basti- 
mentos, y  la  deserción  del  ejército,  obligaron  al  Virey  á 


—148— 
evacuarla  él  6  de  Julio,  dejando  de  Gobernador  político 
y  militar  de  ella,  al  marqués  de  Montemira. 

El  Yirey  La-Serna  se  retiró  por  la  ruta  de  Jauja  para 
el  Cuzco  donde  situó  la  capital  de  su  vireynato  (los  su- 
cesos ocurridos  liasta  824  se  trataran  en  la  época  de  la 
independencia^  estableció  una  imprenta  y  en  principio 
de  824  se  erigió  la  casa  de  Moneda. 

Concluyó  el  gobierno  absoluto  de  este  Virey,  en  la  ba- 
talla de  Ayacucho  el  9  de  Diciembre  de  824  donde  fué 
tomado  prisionero,  y  por  medio  de  la  capitulación  que  se 
se  celebró,  marchóse  á  España  iiabiendo  anotes  obtenido 
el  título  de  conde  de  los  Andes. 


EPOGA  TERCERA. 


PERÚ  IlíDEPElíDIElíTE- 

La  Independencia  del  Perú,  biene  de  época  muy  anterior 
á  la  prefijada  por  la  común  opinión  de  las  gentes.  Desde  el 
momento  que  la  Corte  de  Madrid  se  adhirió  al  gabinete  de 
Versalles  y  reconoció  en  1778  la  emanciiíacion  de  las  colonias 
inglesas,  adquirió  el  resentimiento  de  esta  nación  poderosa, 
que  no  ha  desperdiciado  medio  alguno  para  satisfacer  su  justa 
venganza  y  resarcir  sus  quebrantos.  De  este  modo  cumplióse 
por  lo  que  respecta  al  Perú  el  ijronóstico  que  indica  Garcilaso 
de  la  Vega  en  sus  comentarios,  haberse  encontrado  en  el  tem- 
plo del  Sol,  imes  ala  verdad  la  Gran  Bretaña  ha  cooperado 
eficazmente  á  la  independencia. 

Destruido  el  ejército  español  en  los  cami)os  de  Maypú,  se 
proyectó  espedicionar  sobre  el  Perú:  sus  habitantes  clamaban 
incesante  este  socorro,  para  poner  en  planta  la  emancipación 
del  país;  ya  que  por  sí,  eran  infructuosos  sus  esf aer>!;os:  asi  se 
manifiesta  en  eLconvenio  celebrado  en  1819,  por  los  gobier- 
nos independientes  de  Buenos-Ayres  y  Chile.  En  su  conse- 
cuencia, el  Senado  del  último,  en  23 ^de  Junio  de  820,  dio  al 
general  San  Martin  las  instrucciones  de  la  conducta  que  de- 
berla observar  en  la  indicada  espedicion.  Comenzóse  á  disci- 
plinar la  gente  que  habia  de  venir,  y  embarcóse  inmediata- 
mente que  llegó  la  Escuadra  mandada  i)or  el  Vice-Almirante 
Lord-Cochran,  que  regresó  del  Perú  con  grandes  auxilios,  dan- 
do á  la  vela  por  Agosto  del  mismo  año. 


—149— 

La  costa  de  Pisco  fué  destinada  para  el  arribó  de  la  Escua- 
dra, y  desembarco  del  ejército  ya  enunciado,  el  8  de  Setiem- 
bre: ocupó  en  seguida  á  Pisco,  Chincha,  lea  y  sus  valles,  sin 
la  menor  resistencia;  provéese  de  cuanto  el  x)aís  producía: 
monta  la  caballería:  aumenta  considerablemente  sus  filas  con 
los  esclavos  de  las  haciendas:  invádese  á  ISTasca,  y  derrota  al 
coronel  Quimper:  é  igual  suerte  se  hace  sufrir  á  Loriga  en 
Cbincha.  Entre  tanto  se  abren  negociaciones  con  el  Virey 
que  tuvieron  lugar  el  24  del  mismo  en  el  pueblo  de  Miraflres. 
En  principio  de  Octubre,  remitió  San  Martin  al  interior  una 
división  con  poco  mas  de  mil  hombres  al  mando  del  Mayor 
general  Arenales.  Detalló  en  21  de  Octubre  el  color  de  la  ban- 
dera, que  habia  de  distinguir  á  los  habitantes  del  Perú  y  se 
reembarcó  viniéndose  al  ÍJ'orte  de  la  capital.  Cuando  Arena- 
les se  internó  para  Huamanga,  el  Yirey  fué  instruido  de  su 
marcha  por  el  brigadier  O'Eelly,  que  se  hallaba  en  Cañete, 
empero,  Pezuela  ocupándose  de  la  nueva  posición  que  al  mis- 
mo tiempo  tomó  el  ejército  Libertador  en  Ancón,  no  dio  ente- 
ro crédito  á  tan  temeraria  empresa,  máxime,  hallándose  en 
movimiento  con  dirección  á  esa  provincia  el  brigadier  Eica- 
fort,  con  los  batallones.  Castro  y  19  del  Imperial  Alejandro, 
con  los  escuadrones  granaderos  de  la  guardia  y  dragones  do 
Arequipa,  con  el  objeto  de  situarse  en  Jzcuchaca;  marchando 
O'-Eelly  con  un  batallón  y  un  escuadrón  al  Cerro  de  Pasco. 
El  resultado  fué,  que  Arenales  se  dirijió  por  el  j)uente  de  Ma- 
yoc  sobre  la  provincia  de  Tarma,  mandando  parte  de  sus  fuer- 
zas por  Huancavelica:  el  Intendente  de  esta  provincia,  que 
esperaba  en  su  socorro  la  división  enunciada,  fué  batido  en 
Jauja- y  prisionero:  O'-Eelly  derrotado  en  Pasco  y  la  división 
Arenales  bajó  triunfante  á  la  costa,  dejando  en  movimiento 
el  interior  del  país. 

En  la  noche  del  5  de  Noviembre  se  sacaron  de  la  bahiadel 
Callao  la  fragata  Esmeralda  próxima  á  salir  pava  España  de 
que  provino  mortandad  de  ingleses  atribuyéndoles  tal  hecho 
Eecibió  San,  Martin  al  brigadier  Vivero  que  en  clase  de  pri- 
sionero fué  remitido  de  Guayaquil  cuyo  territorio  se  declaró 
independiente:  el  9  se  hizo  un  formal  desembarco  en  Huacho: 
comenzó  á  ordenar  su  ejército  con  los  pasados  y  esclavos  del 
país.  En  3  de  Diciembre  se  puso  al  servicio  de  la  patria  el  ba- 
tallón líumancia.  El  6  fué  la  victoria  de  Pasco  y  el  29  procla- 
mó la  independencia  Torre-Tagle  en  Trujillo. 

1821. — La  causa  del  Eey  habia  perdido  la  opinión,  el  cré- 
dito y  la  confianza  pública  y  aunque  el  ejército  fué  reforzado 
con  tropas  del  Alto-Perú,  el  desaliento  era  general:  comenzóse 
á  atribuir  todos  los  trastornos  á  impericia  delYirey  Pezuela  y 
se  trató  de  deponerlo  del  mando;  como  se  A^erificó  el  29  de 


—150— 
Enero.  Reemplazándolo  el  Teniente  General  D.  José  de  La- 
Serna.  Esta  transformación  fué  triunfo  para  el  general  S.  Mar- 
tin y  comenzó  á  dar  forma  al  gobierno  que  hal)ia  de  erigir, 
nombrando  Secretarios  para  el  despacho:  demarcó  el  territorio 
y  estableció  otras  autoridades.  Comenzaron  á  arreglarse  cuer- 
l)os  con  los  jefes  pasados  y  venidos  de  Casas-matas,  de  donde 
lograron  fugar  por  Mayo.  En  este  intervalo  llegó  á  Lima,  el 
comisionado  regio  Don  Manuel  Abreu  y  se  estableció  una  jun- 
ta con  el  título  de  pacificadora:  se  propuso  á  S.  Martin  una 
negociación  que  tuvo  lugar  en  Punchauca  5  leguas  de  la  Ca- 
pital, donde  se  tuvieron  las  conferencias  y  una  entrevista  el 
Vi  rey  con  S.  Martin:  este  último  propuso,  que  se  declarase  la 
independencia  del  Perú:  que  se  formase  una  Regencia  presi- 
dida por  el  Virey,  y  que  gobernase  hasta  la  venida  de  un  Prín- 
cipe de  la  familia  real  de  España,  con  cuya  j)eticiou  él  mismo 
se  embarcaría  para  la  península,  dejando  las  tropas  de  su  man- 
do á  las  órdenes  de  la  indicada  Regencia.  Esta  proposición  fué 
aprobada:  pero  el  Yirey  contestó,  era  asunto  grave  que  nece- 
sitaba examen:  regresó  á  Lima,  y  fué  desechada  como  otras 
que  se  subrogaron  sin  abanzarse  mas  que  20  días  de  armisticio, 
prolongáronse  á  doce. 

Los  patriotas  en  Lima,  hacían  crear  cada  diamas  opinión 
al  general  S.  Martin;  la  cual  pudo  considerarse  como  la  van- 
guardia de  su  ejército:  debilitaba  diariamente  con  maniobras 
secretas  las  fuerzar  de  La-Serna,  le  hacían  mas  escasos  los  re- 
cursos, y  mas  deficil  los  medios  de  subsistencia,  viéndose  obli- 
gados á  abandonar  la  Capital  temerosos  de  perder  el  interior 
del  país;  pues  una  división  al  mando  del  general  Arenales  de 
2,300  hombres  de  todas  armas,  se  habían  dirijido  sobre  Jauja 
é  ibánse  estemlíendo  hasta  las  inmediaciones  de  la  de  Huacá- 
velica:  el  25  de  Julio  salió  de  Lima,  la  división  del  General 
Canterác  por  Lunahuana,  sobre  aquel  punto,  y  el  6  de  Julio  el 
Virey,  después  de  guarnecer  la  plaza  del  Callao  y  proveerla  de 
víveres,  dejando  en  hospitales  cerca  de  mil  enfermos,  y  el  cui- 
dado de  la  Ciudad  al  cargo  del  Marqués  de  Montemira. 

San  Martin  se  puso  en  comunicación  franca  con  el  Illustrí- 
simo  Arzobispo  y  demás  autoridades  de  la  capital  para  que  se 
procurase  conservar  el  orden.  El  8  se  vinieron  del  Callao  el 
capitán  de  Burgos  D.  Juan  Seguin  con  los  soldados  que  guar- 
necía el  Castillo  de  San  Rafael,  por  no  haber  tenido  éxito  el 
plan  trazado  con  los  de  su  clase  Anaya  y  Benavides  de  sor- 
prender las  fortalezas.  El  ejército  Libertador  entró  en  Lima, 
la  noche  del  9  en  medio  del  júbilo  mas  puro  y  de  la  aclama- 
ción del  pueblo  que  cubría  las  calles,  y  los  aires  de  "viva  la 
Patria"  "viva  S.  Martín."  La  división  de  Caballería  que  man- 
daba el  Coronel  IS'ecochea,  con  las  montoneras,  de  Vidal,  Qui- 


—151— 
ros,  Niiiavilca,  Vivas,  Cordero,  Villar  y  Een teros,  se  dirijiron 
tras  de  las  tropas  realistas  y  el  resto  del  ejército  con  S.  Martin 
pasaron  á  sitiar  los  Castillos.  El  pueblo  sin  embargo  del  enco- 
no que  tenia  á  los  Españoles,  no  mostró  un  desenírenamiento 
liácia  sus  intereses,  de  modo  que  una  ó  dos  tiendas  liuicamante 
fueron  saqueadas  en  aquella  noche. 

En  esto  quedó  el  deseo  de  los  primeros  libertadores,  se 
expidieron  varios  decretos  denominados  de  buen  gobierno:  se 
repartió  al  coruercio  nn  empréstito  de  150  mil  pesos,  otro  de 
30  mil  al  Cabildo,  sin  incluir  las  generosidades  de  los  patricios 
de  la  Ciudad,  entre  ellos  aparece  D.  Francisco  González  cigar- 
rero de  la  calle  de  la  Merced  que  ofreció  todo  su  capital  de  25 
mil  pesos,  50  marcos  de  plata  labrada  de  su  uso,  y  cien  pesos 
mensuales:  solo  fueron  aceptados  estos  últimos  que  después 
aumentó  á  500  pesos.  Mandáronse  retirar  las  divisiones  del 
Coronel  Miller  que  se  hallaba  en  Moquegua  con  la  fuerza  de 
962  hombres  ó  hizose  replegar  á  esta  parte  de  la  cordillera  la 
del  general  Arenales  que  habia  subido  á  4,384  hombres,  y  el 
batallón  ííumancia  entró  en  la  ciudad  con  la  mayor  alegría  y 
ostentación. 

Tratóse  de  hacer  la  Jura  solemne  de  la  Independencia 
para  lo  cual  se  hizo  formar  iiréviamente  una  acta  del  Cabildo 
y  padres  de  familia,  reunido  el  15  del  mismo,  con  cuyo  paso 
se  prefijó  el  Sábado  28  de  Julio.  En  la  mañana  de  este  dia, 
salió  de  Palacio  el  Exmo.  General  en  Jefe  D.  José  de  San  Mar- 
tin en  unión  del  teniente  general  Marques  de  Montemira  go- 
bernador político  y  mítitar,  acompañado  del  Estado  mayor  y 
demás  generales  del  ejército:  presidia  una  lucida  y  numerosa 
comitiva,  comiiuesta  de  la  Universidad  de  S.  Marcos,  con  sus 
cuatro  colegios:  los  prelados  religiosos:  los  oidores  y  el  Excmo. 
Ayuntamiento,  todos  en  briosos  caballos  ricamente  enjaeza- 
dos: marchaba  por  detras  la  guardia  de  Caballería  y  á  los  cola- 
terales la  de  Alabarderos  al  mando  de  su  capitán  D.  Ignacio 
Córdova(l)  los  buzares,  el  batallón  número  8  con  las  banderas 
de  Buenos- Ayres  y  Chile.  En  un  espacioso  tablado  aseadamente 
prevenido  en  medio  de  la  plaza  mayor  y  en  otras  plazuelas  S.  E. 
enarbólaba  el  pendón  Peruano  recibiéndolo  de  mano  del  gober- 
nador que  lo  llevaba  desde  palacio,  pronunciando: 

JEl ,  Ferú  es  desde  este  momento  libre  é  independiente  por  la 
voluntad  general  de  los  pueblos  y  por  la  justicia  de  su  causa  que 
Dios  defiende.  Batiéndolo  después,  repetía  "viva  la  Patria"  viva 
la  Libertad^'  "viva  la  Independencia"  expresiones  que  como 
eco  resonavan,  entre  el  estrépito  del  cañón,  el  repique  de  to- 
das las   campanas  de  la  ciudad  y  las  efusiones  de  alborozo 


(1)  Concluyó  esta  guardia  de  los  Vireycs  á  los  270  años  de  su  erecciou. 


—152— 
universal  que  se  maniíestaba  de  diversas  maneras  y  especial- 
mente con  arrojar  desde  los  tablados  y  los  balcones  no  solo 
medallas  de  plata  con  inscripciones  que  perpetuasen  la  memo- 
ria de  este  dia,  sino  de  otras  clases.  Concluida  esta  ceremonia 
se  sirvió  en  las  salas  capitulares  un  magnífico  y  exquisito  de- 
sert  en  donde  se  demostró  el  mayor  entuciasmo.  En  el  dia  si- 
guiente reunida  en  la  Iglesia  Catedral  todas  las  corporaciones 
y  con  asistencia  del  Excmo.  é  Ilustrísimo  Sr.  Arzobispo;  ento- 
nó la  música  él  Te  JDeiim  y  celebróse  una  misa  solemne  en 
acción  de  gracias,  y  en  ella  pronunció  la  correspondiente  ora- 
ción el  P.  L.  Fr.  Jorje  Bastante:  prosiguió  el  juramento,  fina- 
lizando en  la  nocbe  un  magnífico  baile  en  palacio.  En  este 
mismo  dia  una  partida  de  buzares  del  capitán  Eoulet  abanzó 
basta  cerca  de  los  Castillos,  donde  se  batieron  y  triunfaron, 
tomándose  algunos  pasados,  y  al  general  Eicafor  gravemente 
berido. 


DON  JOSÉ  DE  SAN  MARTIN 

PEOTBOTOE  DEL  PEEÜ. 


En  3  de  Agosto  de  este  año,  reasumió  San  Martin  el  man- 
do Supremo  bajo  el  título  de  Pretector,  y  erigió  los  tres  mi- 
nistros del  despacbOy  por  donde  debia  comunicar  sus  deter- 
minaciones, la  presidencia  del  Departamento  encargó  al  coro- 
nel D.  José  Eiva- Agüero,  y  otras  autoridades:  señalóse  por 
distintivo  del  Jefe  Supremo  la  banda  bicolor,  y  la  faja  para  los 
segundos.  En  12  del  mismo  se  dio  la  \ej^  sobre  la  libertad  de 
los  vientres  de  los  esclavos  que  naciesen  en  lo  venidero. 

En  este  mes  se  mandó  erijir  un  cuerpo  denominado  "Le- 
gión Peruana"  y  por  Jefe  el  Coronel  Don  Guillermo  Miller,  en 
él  se  alistó  toda  la  juventud  del  país,  que  ba  lucido  en  la  revo- 
lución en  los  primeros  puestos.  También  sé  dispuso  la  forma- 
ción de  una  "Biblioteca  Pública"  donde  debían  reunirse  los  li- 
bros de  las  librerías  de  los  conventos  y  de  otros  estableci- 
mientos literarios.  Por  Setiembre  se  anuncia  la  aproximación 
del  ejército  español  con  los  generales  Canterac,  Valdez  y  Car- 
ratalá  al  mando  del  primero  con  la  fuerza  de  2,000  infantes  y 
800  caballos  que  salió  de  Jauja  el  24  de  Agosto,  tomando  por 
Sisicaya  á  la  rinconada. 


vi'i.ii.  —153—. 

En  Lima  sé  expidieron  varios  decretos  y  como  medida  pre- 
cautoria, se  ordenó  qne  los  españoles  residentes  en  la  capital, 
se  presentasen  en  el  convento  de  la  Merced,  dentro  de  seis 
horas,   bajo  el  supuesto  de  ser  pasado  por   las  armas  el  que 
no  lo  verificase:  se  notó  que  el  Arzobispo    obedeciendo  el 
mandato  se  presentó  en  dicho   punto,  hasta  que  se  le  hizo  sa- 
ber, no  comprenderle  lo  ordenado;  entonces   se  dirigió  á  An- 
cón y  abandonó  el  país;  dando  fin  á  algunas  disputas  que  se 
habían  sucitado  con  Monteagudo  sobre  insignias  españolas: 
otros  marcharon  al  puerto  de  Ancón  á  los  buques  de  guerraj 
donde  al  igual  se  depositaron  los  caudales  del  Estado  y  parti- 
culares. El  4  salió  el  general  San  Martin  al   campo,  dejando 
el  Gobierno  á  los  Ministros  y  situó  su  ejército  en  la  chacra  de 
Mendoza  donde  habia  formado  un  pequeño  parapeto.  Oante- 
rac  pasó  por  San  Borja  el  7,  eludiendo  toda  clase  de  encuen- 
tro, pues  su  objeto  era  ponerse  en  contacto  con  la  plaza  del 
Callao.  Mientras  el  entusiasmo  del  pueblo   subió   á  la  suma 
del  desenfreno:  los  hombres   corrían  armados  á  las  murallas: 
las  mujeres  las  unas  preparaban  piedras  y  agua  caliente   so- 
bre los  techos,  para  arrojarla  en  caso  necesario  y  las  de  me- 
nor clase  se  armaban:  las  comunidades  religiosas  con  sus  guio- 
nes andaban  exhortando  al  pueblo  al  combate;  en  fin  no  que- 
dó viviente  que  no  tomase  parte  en  la  resistencia.  íí^o  hay  co- 
loridos con  que  presentarla  unión  que  reinaba  entre  todos,  no 
lo  hay,  para  describir  los  trasportes,  al  bacerse  mutuamente 
recuerdos  de  la  conducta  del  gobierno  español.  Los  ejércitos 
á  la  vista  maniobraron  de  un  modo  capaz  de  no  empeñar  un 
combate;  acampando  el  realista  el  10  bajo  los  fuegos  del  real 
Felipe  y  el  patriota  estableció  su  línea  desde  el  pueblo  de 
Magdalena  por  Tambo  de  Mirones  acia  el  rio  Eimac.  l^o  ha- 
biéndose conducido  víveres  suficientes  para  la  plaza,  se  trató 
en  el  Callao  de  auxiliar  los  castillos  por  mar,  al  efecto  se  jun- 
taron 80  mil  pesos.  El  ejército  salió  el  16,  y  para  poderse  man- 
tener á  la  ligera  inmediato  á  Lima  dejaron  los  equipajes  y 
aparejos  de  las  muías;  mas  habiendo  amanecido  en  Oquendo, 
los  continuos  fuegos  que  recibían  del  bergantin  Araucano,  los 
obligó  á  levantar  el  campo  y  emprender  su  regreso  á  la  sierra, 
con  cuyo  movimiento  dio  principio  la  deserción  mas  escanda- 
losa en  oficiales  y  tropa,  de  modo  que  á  los  tres  dias  de  jorna- 
da quedaron  en  cuadro  los  cuerpos;  persiguióseles  por  la  que- 
brada, de  Puruchuco,  molestados  de  las  partidas  de  guerrilla. 
El  18  se  pusieron  en  libertad  á  los  españoles  de»la  Merced  y 
regresaron  los  de  Ancón;  excepto  la  plata  de  200  mil  pecios  y 
mucha  pasta  de  oro  y  plata  que  se  habia  depositado:  comen- 
záronse las  conferencias  para  la. capitulación  de  los  castillos, 
TOM.  vil  Literatura — 20 


—154— 
que  se  ratificó  el  19,  flameando  en  ellos  el  estandarte  perua- 
no el  21:  el  general  La-Mar  quedó  en  el  país,  mediante  la  re- 
nuncia que  hizo  de  todos  sus  empleos  anteriores.  Los  españo- 
fes  fijaron  sus  acantonamientos  de  Tarma  á  Huancayo  por  la 
abundancia  de  esos  lugares  para  toda  clase  de  elementos  y  co- 
menzaron la  reorganización  del  ejército  de  un  modo  prodigio- 
so: mandaron  dos  expediciones  al  Cerro  para  el  recojo  de  fier- 
ro y  otros  artículos  necesarios  al  ejército:  en  él  tuvieron  lugar 
pequeños  encuentros  y  resistencia  del  pueblo;  emx^ero,  toman- 
do el  general  Loriga  sus  precauciones  consiguió  deshacer  la 
alarma  y  tomar  en  retirada  el  8  de  Diciembre.  En  este  mes  se 
marchó  el  Virey  al  Cuzco  y  estableció  su  residencia  en  dicha 
ciudad. 

El  Gobierno  de  San  Martin  dedicábase  exclusivamente  en 
instituciones  políticas  olvidándose  de  que  tenia  enemigos  que 
combatir,á  lo  que  di  sgiistó  á  algunos  jefes  tal  como  D.J.Gregorio 
Herasque  se  marchó  para  Chile:  tubieron  principió  las  desave- 
nencias de  los  jefes  chilenos  y  porteños.  Como  las  circunstan- 
cias del  país  no  dieron  lugar  á  la  fiesta  de  costumbre  de  Ktra. 
Sra.  de  las  Mercedes  se  dispuso  hacer  una  rogativa,  y  el  3  de  Oc- 
tubre tuvo  lugar  nna  prosecion  en  que  salió  la  virgen  del  altar 
mayor  con  todos  los  Santos  Patriarcas,  en  magnificas  andas 
de  plata.  El  7  se  instaló  la  alta  Cámara  de  justicia  y  el  8  fué 
destinado  ¡jara  la  publicación  y  juramento  del  "Estatulo"  A  las 
nueve  de  la  mañanad  Protector  acompañado  de  todas  lascor- 
I)oraciones  civiles  y  militares  de  la  capital,  se  dirijió  á  la  plaza 
mayor  donde  se  situó  un  magnífico  tablado  de  110  varas  de 
latitud. y  35  de  longitud,  leido  en  alta  voz  el  mencionado  códi- 
go, y  concluida  esta,  el  General  San  Martin,  puesta  la  mano 
sobre  los  santos  evangelios  pronunció  el  juramento  de  guar- 
darlo y  sostenerlo,  cuya  ceremonia  continuaron  verificándo- 
lo los  Ministros  de  Estado  y  demás  funcionarios  públicos  has- 
ta que  las  descargas  de  artillería  anunciaron  haberse  conclui- 
do la  gran  ceremonia.  Pasó  luego  toda  la  comitiva  á  la  igle- 
sia Catedral  y  se  celebró  con  la  misma  solemnidad  la  misa  de 
gracias,  pronunciando  la  oración  el  Dr.  D.  Mariano  Arce.  El 
16  se  abolió  la  pena  aflictiva  denominada  azotes.  D.  José  Ber- 
nardo Tagle  fué  mandado  bajar  á  la  cai)ital  considerándole  el 
dictado  de  "Marqués  de  Trujillo"  por  su  buen  comportamien- 
to en  esa  intendencia  y  la  extirx)aciou  de  los  sublevados  de 
Ofusco. 

En  ISToviembre  declaróse  á  la  capital  de  Lima  los  dictados 
de  "Heroica *y  esforzada  ciudad  de  los  libres."  La  Municipali- 
dad en  agradecimiento,  propuso  la  construcción  de  nn  navio: 
la  aceleración  de  la  obra  del  óbalo  de  la  alameda  del  Callao, 
y  que  se  distribuyese  en  el  ejército  15  mil  pesos.  En  este  mes 


—155— 
también  tuvo  lugar  declarar  la  libertad  de  los  esclavos  cuyoíS 
amos  se  marchasen  á  la  península:  y  el  premiar  á  los  habitan- 
tes de  los  pueblos  del  interior  que  sostenían  partidas  do  guer- 
rilla para  distraer  á  los  españoles. 

En  2  de  Diciembre  tuvo  lugar  la  instalación  del  Consejo 
de  Estado  que  prevenía  el  "Estatuto  Provisorio"  y  el  Domin- 
go 16  se  hizo  la  gran  función  de  la  erección  de  la  orden-  del 
Sol:  el  escuadrón  de  la  Legión  peruana  y  todas  las  compañías, 
de  preferencia  del  ejército,  entraron  á  formar  en  la  Plaza  ma- 
yor y  callo  de  Santo  Domiugo:  seis  piezas  de  campaña  se  pre- 
pararon para  hacer  las  salvas  y  las  músicas  se  situaron  en  lo 
interior  de  Palacio:  á  las  diez  de  la  mañana  se  reunieron  en  el 
gran  salón;  elJProtector  con  todos  los  fundadores  beneméritos 
y  asociados  de  la  orden.  El  secretario  del  gran  Consejo  hizo 
la  alocución  respectiva  al  caso  y  acto  continuó,  el  Presidente 
de  la  alta  Cámara  invistió  con  las  decoraciones  á  los  miem- 
bros de  él  con  estas  palabras  "Como  primer  Ministro  de  justi- 
"  cia  y  á  nombre  del  pueblo  peruano,  yo  os  invisto  con  esta 
"  decoración, cuantas  veces  la  llevéis,  acordaos  de  los  deberes 
"  que  habéis  jurado  cumplir,'?  finalizada  la  ceremonia  y  firma- 
da la  acta  de  juramento,  se  hizo,  una  gran  salva  de  artilleria  y 
salió  de  Palacio  la  numerosa  comitiva  dirijiéndose  al  templo 
de  Santo  Domingo,  donde  se  colocó  como  á  Patrona  la  Vir- 
gen Santa  Rosa,  cantóse  la  misa  por  el  señor  Dean  y  se  dijo 
una  oración  análoga  al  caso:  á  las  dos  de  la  tarde  volvió  la 
comitiva  á  Palacio.  En  el  inmediato  17  fué  pasado  por  las  ar- 
mas en  la  plaza  del  Callao  el  español  Zenoglio;  cabalmente 
en  este  dia,  llegando  Carratalá  hasta  Putica,  mandó  quemar 
el  pueblo  de  Cangallo,  y  después  ordenó  el  Virey  que  nadie 
pudiese  redificarlo:  que  en  lo  sucesivo  el  partido  que  llevaba 
ese  nombre  se  titulase  de  Vilcashuaman,  siendo  la  capital  el 
pueblo  de  Pomabamba.  (1)  En  este  mes  salió  para  Pisco  una 
división,' que  se  confió  el  mando  de  ella  al  general  D.  Domin- 
go Tristan  [persuadido  el  Protector  cooperase  mucho  sus  re- 
laciones y  el  tener  un  hermano  en  el  ejército  realista)  y  de  Je- 
fe de  E.  M.  al  coronel  D.  Agustín  Gamarra.  Se  creó  el  desti- 
no de  Gran  Mariscal,  condecoróse  con  él  á  D.  Juan  Gregorio 
de  las  Heras,  D.  Juan  Antonio  Alvarez  de  Arenales,  D.  To- 
ribio  Luzuriaga,  al  marqués  de  Torre-Tagle  y  al  de  Montemi- 
ra.  En  27  se  hizo  la  convocatoria  á  Congreso  constituyente, 
en  el  mismo  dia  se  mandaron  refrendar  los  títulos  de  Casti- 
lla, y  que  se  quitasen  los  escudos  de  armas  reales  de  los  fron- 
tis de  los  edificios.  El  29  se  celebró  el  primer  aniversario  de 


(1)  El  General  San  Martin  lo  mandó  redificar  con  el  dictano  de  Ciudad. 


—156— 
la  independencia  de  Trujillo  é  igualmente  se  bendijeron  las 
banderas  de  los  cuerpos  civicos  en  la  función  de  iglesia. 

1822. — El  principio  de  este  año  le  llamó  la  atención  á  los 
españoles  la  sublevación  de  Potosí  verificada  el  2  de  Enero: 
empero,  se  sofocó  inmediatamente  por  el  general  Moroto,  que 
se  hallaba  en  Ohuquisaca,  ocupando  la  villa  el  12,  con  3Q0  in- 
fantes y  100  caballos  y  el  13  las  tropas  de  Tupiza  y  Oruro.  En 
Lima  se  propuso  el  plan  del  "papel  moneda"  bajo  el  pretesto 
de  estar  ocupado  los  minerales  por  los  españoles.  El  10  se  pre- 
vino la  erección  de  una  reunión  de  literatos  bajo  el  nombre  de 
•'Sociedad  Patriótica"  con  el  objeto  de  discutir  toda  cuestión 
que  tuviese  inñuencia  en  materias  políticas,  económicas  ó  cien- 
tificas  siendo  libre  en  sus  opiniones  los   proponentes.  Quedó 
abolida  la  pena  de  horca,  siendo  los  traidores  puestos  en  ella 
después  de  fusilados.  (1)  En  18  se  permitió  establecer  a  Don 
Juan  Thuaites  casa  denominada  de  "Martillo"  para  subastar 
en  ella  efectos  por  lotes.  Salió  el  señor   García  del  Eio  para 
Chile  en  clase  de  enviado  y  lo  reemplazó  en  el  Ministerio  D. 
Tomas  G-uido.  La  situación  azarosa  en  que  se  habia  puesto  el 
Protector  con  sus  tropas,  le  hizo  proyectar  el  verse  con  Bolí- 
var para  hacer  juntos  la  campaña  contra  los .  españoles.  Al 
efecto  delegó  el  mando  supremo  en  el  marqués  de  Torre-tagle 
que  fué  reconocido  el  20  por  todas  las  autoridades  y  corpora- 
ciones de  la  capital;  y  verificó  su  marcha  para  Guayaquil.  En 
la  tarde  reunióse  la  "Sociedad  Patriótica"  para  la  elección  de 
oficios.  En  25  se  mandó  salir  del  país  á  los  españoles  solteros, 
dejando  á  beneficio  de  él  la  mitad  de  todos  sus  bienes;  perdien- 
do el  todo  en  caso  de  ocultación:  negábase  á  los  casados  que 
quedasen,  tener  casa  de  abasto,  pulperías  ni  fondas,  al  menos 
que  obtuviesen  carta  de  ciudadanía;  para  llevar  al  cabo  esta 
medida,  y  evitar  influjo,  se  ofreció  que  sin  excepción  de  per- 
sona se  publicarla  en  la  Gaceta  el  nombre  de  los  que  se  empe- 
ñasen por  ellos.  El  26  fué  ejecutado  el  español  Francisco  Gon- 
zález por  habérsele  sorprendido  pasándose  á  los  suyos  des- 
pués de  jurar  el  "Estatuto."  Se  recibió  parte  deque  el  capitán 
D.  Felipe  Bosell  se  dirigió  desde  Huancasancos  acia  el  punto 
de  Ohuschi  con  una  partida  de  doce  hombres  con  los  intrépi- 
dos Morochucos  que  se  le  reunieron  y  atacó  el  18  á  una  parti- 
da de  150  hombres  del  imperial  y  caballería  de   San  Carlos 
que  habia  quedado  de  reserva;  mientras  que  la  división  mar- 
chaba sobre  Sancos,  logró  apoderarse  de  la  caballada  y   equi- 
pajes. La  resistencia  de  estos  inieblos  y  los  demás  que  ocupa- 
ban las  partidas  de  guerrillas,  hacían  tomar  á  los  españoles  el 


(])  Esta  solo  lia  tenido  lugar  en  Berinfloaga  y  Terou  en 
dose  que  el  primero,  fué  su  autor,  estando  de  oficial  mayor  < 


826,  exponiéu- 
del  Ministerio, 


—167— 
partido  de  quemarlos  y  saquearlos,  como  lo  ejecutaron  en 
Huanhuay,  Chacapalpa,  Yullapampa,  Pachamayo  y  otros;  no 
avanzando  con  esto,  sino  enardecer  á  sus  habitantes.  El  30 
íuó  fusilado  un  Mayor  porteño  nombrado  Mendizabal  qne  ha- 
bla sido  traído  de  Chile,  como  autor  de  la  insurrección  del  ba- 
tallón 19  de  los  Andes,  en  la  provincia  de  Cuyo,  mostrandoen 
su  porte  gran  serenidad,  pues  no  permitió  se  le  vendase  los 
ojos.  No  habiéndose  hecho  cargo  el  general  Arenales  de  la  di- 
visión auxiliar  del  Perú  que  debia  marchar  á  Colombia,  por 
estar  sirviendo  la  intendencia  de  Trujillo,  lo  verificó  el  coro- 
nel D.  Andrés  Santa  Cruz  que  se  hallaba  de  gobernador  y  co- 
mandante militar  de  Piura,  cayos  vecinos  contribuyeron  con 
mas  de  cien  mil  pesos  y  marchó  á  fines  de  este  mes. 

En  19  de  Febrero  comenzó  á  circular  el  papel  moneda,  se- 
.  ñalándose  penas  al  que  lo  rechazase.  Al  principio  de  este,  un 
sargento  nombrado  Cárdenas  con  algunos  otros  españoles,  se 
sublevaron  en  el  pueblo  de  Putumayo,  asesinando  á  vanos 
oficiales  que  se  hallaban  de  guarnición,  y  continuando  a  Mo- 
yobamba,  sorprendieron  al  Gobernador  D.  Domingo  Alvari- 
ño,  que  fué  víctima  de  su  zana;  de  este  modo  se  hicieron  due- 
ños de  toda  la  provincia  donde  se  atrincheraron.  Empero,  sa- 
lieron de  Trujillo  con  sus  diversas  partidas  los  Tenientes  co- 
roneles D.  José  Maria  Egusquiza  y  D.  ííicolás  Arrióla,  que 
persiguiéndolos  por  todas  direcciones,  lograran  tomarlos  en  el 
pueblo  de  la  Rioja,  donde  fueron  decapitados  por  Setiembre. 
Cuasi  otro  tanto  sucedió  en  el  pueblo  de  Corongos  de  la  pro- 
vincia de  Huaráz,  pues  nombrado  Gobernador  un  tal  Lostau- 
nau  que  los  hostigaba  sobremanera,  se  sublevaron  contra  el, 
teniendo  el  presidente  general  Rivadeneyra,  que  pasar  a  di- 
cho pueblo,  para  reducirlos  á  la  orden.  En  12  del  indicado 
Febrero,  asistieron  el  gobierno  y  corporaciones  al  local  de  la 
Universidad  de  San  Marcos,  á  1  a  instalación  de  la  "Sociedad 
Patriótica."  El  16  se  ordenó  que  los  curas,  no  pudiesen  salir  de 
la  capital,  sin  llevar  á  sus  doctrinas  el  ñuido  vacuno.  El  18  se 
mandó  amonedar  cuartillos  de  cobre.  Se  depositaron  en  la 
Merced  algunos  españoles  de  los  mandados  salir  del  país,  quelf^ 
se  condujeron  al  Callao  en  la  mañana  del  23.  Una  mujer  que 
se  éscusó  á  recibir  el  papel  moneda,  y  produjo  varias  obceni- 
dadesen  contra  del  sistema  de  independencia,  fué  expuesta 
en  un  tablado  en  la  Plaza  mayor  con  una  mordaza  en  la  boca. 
El  24  fué  atacado  en  el  lugar  de  Cangallo  la  división  del  gene- 
ral Carratalá,  por  la  del  coronel  Eosell  unido  con  los  indios 
morochucos;  empero,  siendo  doble  las  fuerzas  de  aquel,  tuvo 
Rosell  que  retirarse  con  alguna  pérdida  y  los  indios  entregar- 
se á  los  españoles.  El  Protector  regresó  desde  el  puerto  de 
Huanchaco,  por  haber  recibido  comunicaciones  de  Guayaquil 


—158— 
de  que  el  Libertador  de  Colombia  marcbaba  sobre  Juanambú. 
El  27  se  pasaron  los  presos  de  la  cárcel  de  corte,  á  la  de  la 
ciudad,  para  proceder  á  labrar  en   aquel  local  oficinas  nacio- 
nales. 

El  Domingo  10  de  Marzo  se  reunieron  en  la  alameda  de 
los  Descalzos  todos  los  negros  esclavos  residentes  en  la  capi- 
tal para  ser  alistados  en  la  milicia  de  artillería.  El  12  y  13  se 
hicieron  iluminaciones  generales  por  la  entrega  en  Guayaquil 
de  los  buques  españoles  "Prueba"  "Venganza"  y  "Alejandro." 
El  16  se  proyectó  establecer  un  Museo  nacional  con  el  fin  de 
reunir  los  restos  de  las  artes  que  poseían  los  subditos  de  los 
incas.  La  división  del  general  Tristan  que  ocupaba  la  provin- 
cia de  lea,  iba  cada  dia  aumentando  sus  fuerzas:  temerosos  los 
españoles  que  invadiese  la  provincia  de  Huamanga  y  que  se 
cortase  la  comunicación  con  el  ejército,  meditaron  operar  de- 
cididamente sobre  ella:  al  efecto,  desde  Arequipa  marchó  el 
general  Valdéz  sobre  el  territorio,  para  obrar  de  concierto  con 
la  división  que  habia  de  salir  de  Huancayo.  El  general  en  jefe 
se  puso  en  marcha  él  26  con  1,200  infantes,  600  caballos  y  tres 
piezas  de  artillería.  Mientras  esto  sucedía  en  el  Sur,  en  la  ca- 
pital se  celebraba  la  llegada  de  los  indicados  buques  al  puer- 
to del  Callao  el  31  que,  como  tenemos  dicho,  capitularon  en 
Guayaquil,  mediante  los  esfuerzos  del  general  La-Mar  y  de  la 
junta  de  ese  gobierno  que  los  remitió,  abonándoseles  á  los  ofi- 
ciales el  adeudo  que  se  les  tenia. 

En  1?  de  Abril  se  procedió  á  la  nacionalización  de  los  bu- 
ques dichos:  el  supremo  delegado  y  crecido  número  de  jefes  y 
personas,  pasaron  al  Callao  á  la  ceremonia,  verificándola  el 
comandante  general  de  marina,  que  enarboló  la  bandera  pe- 
ruana en  ellos,  dándoles  los  nombres  respectivos.  Desde  prin- 
cipio de  este,  se  establt3ció  que  todos  los  Domingos  concurrie- 
sen los  niños  de  las  escuelas  ala  plaza  mayor á  cantar  cancio- 
nes patrióticas.  El  6  ocupó  el  general  Canterac  con  su  división 
el  pueblo  del  Carmen-alto,  distante  de  lea  tres  leguas.  [El  ge- 
neral Tristan  se  atrincheró  en  la  ciudad  en  cuyas  bocas-calles 
habían  construido  parapetos]  y  en  esa  misma  noehe  movió  su 
campo  para  situarse  en  el  camino  real  que  conduce  de  lea  á 
Pisco;  al  llegar  á  la  Macacona  fué  tomando  algún  ganado  de 
toda  especie  y  por  los  conductores  aprehendidos,  supo  Cante- 
rac que  la  división  de  Tristan  estaba  en  marcha  en  aquella  di- 
rección; en  efecto  á  launa  y  cuarto  de  la  noche  chocaron  las 
tropas,  pues  las  compañías  "de  cazadores  que  marcharon  á  van- 
guardia con  el  coronel  Gamarra  apenas  se  acercó,  rompió  el 
fuego,  el  contrario  en  toda  dirección,  y  puso  en  confusión  á 
aquella  tropa  que  replegándose  sobre  el  resto,  hizo  común  á 
todos  el  desorden  á  pesar  de  la  firmeza  de  algunos  oficiales; 


—159— 
cosa  que  á  las  tres,  el  campo  estaba  lleno  de  cadáveres  y  he- 
ridos, mil  prisioneros  y  cuatro  piezas  de  artillería  con  todo  su 
tren;  Incontinenti  Oanterac  remitió  hasta  Yillacuri  al  escua- 
drón Dragones  del  Perú  que  retrocedió  sobre  lea  y  al  amane- 
cer el  8  se  encontró  casualmente  con  el  escuadrón  Lanceros 
del  Perú  que  iba  det]hincha  á  reforzar  á  Tristan,  el  cual  su- 
frió igual  contraste.  El  7  entró  Oanterac  en  la  ciudad  de  lea  y 
el  general  Loriga  en  Pisco,  donde  recojieron  porción  de  arma- 
mentos, municiones,  y  otros  efectos  que  abandonaron  los  dis- 
persos. La  división  de  Yaldéz  llegó  á  Huaytará  al  tiempo  que 
.  la  Vencedora  regresaba:  ambas  se  dirigieron  al  interior  que- 
dando Carratalá  destinado  á  consolidar  el  orden  y  poner  ex- 
pedita la  comunicación.  Esta  noticia  se  comunicó  á  Lima  por 
el  mismo  general  Jjristan  que  el  10  se  hallaba  en  Cañete,  y  se 
procedió  á  tomar  Mevos  preparativos:  el  13  proclamó  el  gene- 
ral San  Martin  y  el  Delegado  al  pueblo  y  al  ejército,  manifes- 
tando lo  ocurrido.  Se  decretó  que  los  españoles  existentes  en 
la  capital  exhibiesen  en  clase  de  donativo  forzoso  ciento  diez 
mil  pesos,  que  ingresaron  en  tesorería  en  menos  de  tres  días, 
y  se  mandó  para  Chile  en  clase  de  Ministro  extrordinario  al 
Dr.  D.  José  Cavero  y  Salazar  por  haber  marchado  á  Londres 
el  señor  García  del  Eio  y  el  señor  Parrosin.  El  20  se  prescri- 
bió que  ningún  español  pudiese  salir  á  la  calle  de  día,  con  ca- 
pa ó  capote;  y  después  de  las  oraciones  de  ningua  manera  ba- 
jo la  pena  de  muerte,  para  lo  cual  se  exigid  una  comisión  de 
vigilancia  cuyo  presidente  era  el  Dr.D.  Francisco  Mariategui. 
El  26  se  sancionó  en  el  Concejo  de  Estado  el  reglamento  de 
elecciones  y  en  el  inmediato  se  procedió  á  hacer  la  convocato- 
ria á  Congreso  para  el  28  de  Julio.  Se  recibió  el  parte  de  la 
victoria  de  Pichincha,  efectuada  el  24  del  pasado,  que  se  cele- 
bró con  entusiasmo. 

El  Domingo  5  de  Mayo  fué  presentado  al  Gobierno,  el  Mi- 
nistro extraordinario  de  Colombia  D.  Joaquín  Mosquera  cuyo 
acto  solemne  entre  naciones  independientes  se  manifestaba 
por  primera  vez  en  el  Perú.  El  16  el  gobierno,  el  pueblo  y  el 
ejército  concurrieron  al  camino  del  Callao  á  solemnizar  la  ce- 
remonia de  poner  la  primera  piedra  del  monumento  que  se 
mandó  erigir  en  el  segundo  óvalo:  las  calles  del  tránsito  fue- 
ron colgadas;  llegando  al  sitio  el  Supremo  Delegado,  arengó 
al  puelo  y  depositó  en  una  caja  la  medalla  de  oro  de  la  inde- 
pendencia cuyo  ejemplo  siguieron  los  ministros  y  autoridades: 
se  coloraron  muchos  documentos  interesantes  que  formaba  un 
paquete  con  esta  inscripción:  "La  primera  generación  inde- 
pendiente del  Perú  á  los  siglos  futuros."  (1)  El  25  el  coronel 


(1)  Este  depósito  fué  sacado  por  los  españoles. 


—160— 
Baulet  ocupó  la  ciudad  de  lea  con  200  hombres  de  caballería; 
mas  Carratalá  cargándolo  en  la  misma  plaza  por  diversas  di- 
reccciones,  lo  hubiera  desecho,  si  su  intrepidez,  no  le  hace 
abrirse  paso  por  entre  los  fuegos  dejando  mas  de  ochenta  hom- 
bres en  el  campo. 

San  Martin  antes  de  emprender  nuevamente  su  viaje  para 
Guayaquil:  quiso  revisar  el  ejército  y  lo  ejecutó  el  4  de  Junio; 
desde  la  diez  del  dia  marcharon  todos  los  cuerpos  al  campo  de 
San  Borjas,  después  de  haber  refrescado,  á  las  tres  de  la  tar- 
de en  medio  de  un  gran  concurso  y  con  indecible  aplauso  de  su 
pericia  afectuó  varias  evoluciones.  El  10  se  revistó  en  el  cami- 
no del  Callao  los  cuerpos  cívicos  de  las  tres  armas.  El  16  zar- 
pó del  Callao  la  fragata  de  guerra  "Protector"  y  otros  bu- 
ques para  el  Sur.  El  17  se  autorizó  á  los  m|Jtiistros  para  el  des- 
pacho por  pequeña  indisposición  del  Delegado,  y  el  29  se  pu- 
so en  circulación  los  billetes  del  Banco  de  moneda  del  valor 
de  dos  y  cuatro  reales. 

Comenzó  el  mes  de  Julio  con  la  reunión  de  los  habitanles 
de  otros  departamentos,  parala  elección  de  diputados:  el  5  lo 
verificaron  en  el  local  de  la  Universidad  los  de  Arequipa,  y  el 
8  los, del  Cuzco,  Huamanga  y  Huancavelica:  en  las  parroquias 
lo  realizaron  los  naturales  de  Lima.  Concluyéronse  los  trata- 
dos con  Colombia.  En  la  noche  del  13  se  incendió  en  el  pala- 
cio el  local  donde  estaban  situados  los  ministerios  del  despa- 
cho [cabalmente  este  dia  concluyó  el  gobierno  provisorio  de 
Guayaquil,  con  la  entrada  de  Bolívar  en  la  ciudad  consuijiien 
do  las  llamas,  todos  los  documentos  antiguos  del  vireynato,  ó 
innumerables  otras  piezas  de  valor;  muchos  han  atribuido  es- 
te accidente  á  obra  meditada,  para  hacer  desaparecer  los  do- 
cumentos presentados  por  los  primeros  personajes  del  país. 
Comenzó  á  circular  la  moneda  de  plata,  con  las  armas  provi- 
sionales llevando  en  el  reverso  los  bustos  de  la  Justicia  y  de 
la  Paz,  con  una  columna  en  el  centro.  El  14  embarcóse  el  ge- 
neral San  Martin  para  Guayaquil,  remitiendo  antes  á  La- 
Serna  proposiciones  para  terminar  la  guerra;  manifestando  la 
capitulación  del  ejército  español  en  Quito;  fueron  contestados 
no  depender  de  él  sino  de  órdenes  de  la  Corte.  La  ingeren- 
cia que  el  ministro  Monteagudo  se  propuso  tener  en  las  elec- 
ciones populares,  valiéndose  de  amenazas,  persecuciones  y 
horribles  medidas,  dio  lugar  á  que  se  meditase  su  expulsión, 
asi  es  que  comenzó  á  recogerse  firmas  en  una  representación 
hech  contra  él,  que  se  vio  en  cabildo  la  noche  del  25,  manifes- 
tando sus  medidas  opresivas  y  la  deliberación  que  quitaba  al 
pueblo:  discutido  el  asunto  con  la  atención  que  requería,  se 
acordó  apoyar  la  solicitud  y  dirigirla  al  supremo  Delegado, 
para  lo  cual  se  nombró  una  comisión  que  recayó  en  los  seño- 


—161— 
res  alcaldes  D.  Francisco  Carrillo  y  Mudarra,  D.  Felipe  An- 
tonio Alvarado  y  del  Síndico  D.  Manuel  Antonio  Baldizan: 
con  todo,  el  pueblo  no  se  retiró  á  sus  casas,  y  pedia  á  voces  la 
deposición  del  Ministro.  El  Concejo  de  Estado  se  reunió  con 
igual  objeto  á  esa  misma  hora,  y  admitió  la  renuncia  que  hi- 
zo Monteagudo  del  ministerio  que  despachaba,  lo  que  se  con- 
testó á  la  Municipalidad,  por  medio  del  Mayor  de  Plaza  No- 
voa:  esto  no  llenólas  ideas  de  los  concurrentes  y  exijieron  su 
seguridad  personal  para  las  resultas  del  juicio  de  residencia, 
mas  habiéndose  ofrecido  por  varios  concejeros  que  se  reti- 
rasen, que  á  todo  se  proveería,  asi  se  verificó  á  las  diez  y  me- 
dia de  la  noche.  Al  amanecer  el  dia  siguiente,  las  calles  se  ha- 
llaban llenas,  pidiendo  contra  Monteagudo,  y  no  hubo  mas  re- 
medio que  trasladarlo  oculto  al  Callao,  donde  se  embarcó  para 
el  extranjero.  Cabalmente  el  2f)  que  sucedía  en  Lima  lo  que 
dejamos  copiado,  en  Guayaquil  fué  la  entrevista  de  los  gene- 
rales San  Martin  y  Bolívar.  El  29  fué  rechazada  una  partida 
de  españoles  en  el  puente  de  Comas. 

En  la  tarde  del  2  de  Agosto  se  reunió  en  palacio  una  jun- 
ta de  los  principales  funcionarios,  é  individuos  del  comercio, 
para  tratar  el  modo  de  extinguir  el  papel  moneda,  y  el  1 3  se 
dio  decreto  para  que  se  admitiesen  en  la  renta  de  tabaco  y 
Aduana.  El  16  se  reunieron  en  la  sala  de  cabildo  todos  los 
presidentes  de  elecciones,  para  nombrar  los  individuos  que  de- 
bían componer  la  mesa  de  regulación.  El  19  llegó  al  Callao 
de  regreso  el  Protector,  ó  ingresó  en  la  capital  en  medio  de  un 
graii  concurso.  Molesto  del  ningún  efecto  que  habia  causado 
su  plan  propuesto  á  Bolívar,  y  disgustado  del  destierro  de 
Monteagudo  que  lo  tuvo  por  debilidad  de  Torre-tagle,  reasu- 
mió el  mando  inmediatamente  y  se  dedicó  á  expedir  órdenes 
para  que  el  20  del  entrante  se  verificase  la  reunión  del  Con- 
greso sin  admitirlas  observaciones  que  se  le  hacían.  El  28  se 
señaló  alas  personas  que  debían  calificar  las  actas  de  los  demás 
diputados  electos,  que  fueron  D.  Felipe  Antonio  Alvarado,  D. 
Tomas  Porcada,  I).  Bafael  Eamirez  de  Arellano,  D.  Nicolás 
de  Aranivar,  y  I).  Francisco  Herrera  y  Óricain.  El  Virey  La- 
Serna  levantó  en  todo  el  territorio  que  ocupaba  un  empréstito 
forzoso  bajo  la  denominación  de  "Préstamo  Patriótico"  man- 
dando reunir  en  todas  las  capitales  una  junta  general  de  cor- 
poraciones para  que  hiciese  la  acotación  de  212,300  pesos  con 
la  calidad,  de  que  solo  debía  exijírse  á  personas  y  cuerpos  pu- 
dientes, cuyo  capital  excediese  de  dos  mil  pesos,  y  de  ninguna 
manera  á  pueblos  y  personas  miserables;  se  comenzó  á  recau- 
dar por  este  mes. 

El  3  de  Setiembre  se  ordenó  se  verificase  la  elección  de  los 
ToM.  Yu.  Literatura — 21 


—162— 
representantes  del  departamento  de  Puno.  El  8  se  celebró  en 
la  iglesia  de  Santo  Domingo  el  aniversario  del  desembarco 
del  Ejército  Libertador  en  Pisco  y  la  instalación  de  la  orden 
del  Sol.  El  17  se  hizo  la  apertura  de  la  Biblioteca  IsTaiCional: 
el  Protector  fué  recibido,  por  los  tribunales  y  corporaciones  y 
tomando  asiento  toda  la  comitiva,  rodeado  de  crecido  número 
de  literatos  y  otras  personas  de  distinción,  el  Ministro  de  Es- 
tado Dr.  D.  Francisco  Valdivieso  pronunció  el  discurso  aper- 
torio,  que  continuó  con  otro  el  bibliotecario  Dr.  D.  Mariano 
Arce  y  siguieron  los  encargados  por  los  colegios:  retirándose 
después.  El  18  se  público  con  toda  j)ompa  el  bando  señalando 
el  dia  de  la  instalación  del  Congreso,  iluminaciones  y  demás 
muestras  de  regocijo  que  debían  haber.  El  19  en  su  mañana 
hubo  visita  general  de  cárcel  en  esta  capital,  y  en  la  tarde  se 
estrenó  en  el  local  del  convento  supreso  de  Santo  Tomás,  la 
escuela  de  enseñanza  mutua  con  asistencia  del  Protector:  el 
catedrático  de  retórica  pronunció  el  discurso  apertorio  y  los 
niños  délas  escuelas  que  habian  asistido,  al  toque  de  la  músi- 
ca entonaron  marcha  i>atriótica.  Al  rayar  el  alba  del  20  fué 
anunciada  por  el  estruendo  del  cañón  y  comenzaron  los  ha- 
bitantes de  la  ciudad  á  prepararse  por  la  celebración  de  tan 
augusta  ceremonia:  á  las  diez  del  dia  ya  se  hallaba  el  palacio 
cubierto  de  los  diputados  y  corporaciones  residentes  en  la  ciu- 
dad. En  seguida  se  dirigieron  á  la  Santa  Iglesia  Catedral  y 
después  de  la  misa  solemne  de  Espíritu  Santo,  y  jurameín,to 
que  prestaron  los  diputados,  pasaron  al  solón  de  la  Universi- 
dad destinado  para  la  reunión  del  Congreso;  allí  el  General 
San  Martin  quitándose  la  banda  que  llevaba  puesta  y  colocán- 
dola en  la  mesa  dijo:  "Señores:  Al  deponer  la  insignia  que  ca- 
"  racteriza  al  Jefe  Supremo  del  Perú,  no  hago  sino  cumplir 
"  con  mis  deberes,  y  con  los  votos  de  mi  corazón.  Si  algo  tie- 
"  nen  que  agradecérmelos  peruanos,  es  el  ejercicio  del  Supre- 
"  mo  Poder  que  el  imperio  de  las  circunstancias  me  hizo  ob- 
"  tener,  hoy  que  felizmente  lo  dimito,  yo  pido  al  Ser  Supremo 
"  que  conceda  á  este  Congreso,  el  acierto,  luces  y  tino  que  ne- 
"  cesita  para  hacer  la  felicidad  de  sus  rejirésentantes.  ¡¡]Perua- 
"  nos:  desdé  este  momento  queda  instalado  el  Congreso  So- 
".berano,  y  el  pueblo  reasume  el  Poder  Supremo  en  todas  sus 
"  partes." 

Eetirose  de  la  Sala,  al  pueblo  de  la  Magdalena,  un  cuarto 
de  legua  de  la  ciudad. 


.   —163— 
CONGEESO  CONSTITUYENTE. 

SEÑORES   DIPUTADOS. 


Vor  Arequipa 


Don  Nicolás  Aranivar. 
„  Mariano  Arce. 
„  Pedro  Antonio  Arguedas. 
„  Bartolomé  Bedoya 
„  Javier  Luna  Pizarro. 


Don  Gregorio  Luna  Villanue 
va.      , 
„  Santiago  Ofelan. 
„  Francisco  Pastor. 
„  Manuel  Pérez  Tudela. 


Por  el  de  la  Costa. 
Don  Toribio  Dávalos.  )Don  Cayetano  Eequena. 

Por  el  del  Cuzco. 


Don  Juan  Ceballos. 
„  Felipe  Cuellar. 
„  Manuel  Ferreyros. 
„  Juan  José  Muñoz. 
„  Tíburcio  Arce. 


Don  Tiburcio  de  la  Hermosa. 
„  José  María  Piélago. 
„  José  Larrea  y  Loredo. 
„  Manuel  Salazar  y  Vicuña. 
„  Manuel  Sal.  y  Baquijano. 


Por  el  de  Lima. 


Don  Felipe  Antonio  Alvarado. 
„  Manuel  Arias. 


Tomas  Forcada. 


„  Francisco  J.  Mariategni. 

Por  el  de  Puiio. 


Don  Julián  Morales. 
„  Ignacio  Ortiz  Ceballos. 
„  José  Gregorio  Paredes. 
„  Toribio  Rodríguez. 


Don  Ignacio  Antonio  Alcázar. 
„  Mañano  Navia  Bolaños. 
„  Estevan  Navia  Moscoso. 
„  Joaquín  Paredes. 
„  Pedro  Pedemonte. 


Don  José  Pezet. 

„  Rafael  Ramírez  de  Arellano 
„  Francisco  Rodríguez. 
„  Miguel  Tafur. 
„  Miguel  Tenorio. 


Por  el  de  Iluemanga. 

í)on  Fran cisco  Agustín  Argote.lDon  Tomas  Méndez  Lachica. 
„  Alonso  Cárdenas.  „  José  Mendoza. 

„  Francisco  Herrera  Oricainl    „  José  Rafael  Miranda. 
D.  José  Bartolomé  Zarate. 


—164— 

Por  él  de  Huancavelica. 

Don  Toribio  Alarco.  IDon  Eduardo  Carrasco 

D.  Manuel  Antonio  Colmenares. 

For  el  de  Huaylas. 

Don  Manuel  Echegoyen.  IDon  José  Joaquín  Olmedo. 


José  de  Lámar. 


Francisco  Salazar. 


D.  Hipólito  Unánue. 
Por  el  de  Tarma. 


Don  José  Marte. 
„  José  Lago  y  Lemus 


Don  Mariano  Carranza. 
„  Eafael  Garcia  Mancebo 

D.  Miguel  Otero. 

Por  el  de  TrujiUo. 

Don  Juan  Antonio  Andueza.  Don  Justo  Figuerola 
•  „  Manuel  J.  Arrunategui. 
„  José  Correa  Alcántara. 
„  Alejandro  Crespo. 
„  Tomás  Dieguez. 
„  Francisco  F.  de  Paredes 


Martin  Ostolaza. 
Mariano  Quezada. 
Antonio  Eodriguez. 
José  Sánchez  Carrion. 
Pedro  José  Soto.  (1) 


Eeunidos  procedieron  á  la  elección  de  presidente  y  secre- 
tarios, siendo  electo  para  el  primer  cargo  el  señor  Dr.  D.  Fran- 
cisco Javier  de  Luna  Pizarro  y  para  los  segundos  los  Docto- 
res Don  José  Sánchez  Carrion,  y  Don  Francisco  Javier  Ma- 
riategui.  Este  Cuerpo  soberano,  después  de  declararse  instala- 
do, y  admitir  la  dimisión  que  hizo  el  General  San  Martin  del 
mando  Supremo,  lo  nombró  Generalísimo  de  las  armas  del  Perú 
decretando  una  acción  de  gracias  que  condujo  una  comisión 
de  su  seno,  empero,  ya  se  había  embarcado  en  el  bergantín 
Belgrano  llevándose  como  trofeo  de  sus  glorías  el  estandarte 
traído  por  Pizarro  á  la  conquista,  que  conservaba  el  Cabildo. 
El  día  siguiente  reunido  el  Congreso  reservó  en  sí  provisional- 
mente, el  Poder  Ejecutivo,nombrando  para  su  ejercicio  una  Jun- 
ta de  tres  individuos,  Don  José  de  La-Mar,  Don  Felipe  Anto- 
nio Alvarado,  y  el  Conde  de  Vista  Florida  que  se  reconoció 
por  todas  las  autoridades  el  24;  determinación  que  manifestaba 
el  fuego  de  libertad  que  animaba  á  los  representantes:  mas  en 
las  circunstancias  que  los  rodeaba  las  facultades  delegadas 
debieron  ser  amplías,  pues  á  cada  pasó  habían  dificultades  que 
allanar.  El  27  se  autorizó  á  la  Junta,  para  exijir  del  cormer- 


(1)  En  1872  vivían  aun  los  señores  Ferreyros,  Colmenares  y  Mariategui. 
Hoy  (1875)  solo  existe  el  ixltimo.  — M.  O, 


—165— 
cío  de  la  ciudad  la  contribución  forzosa  de  400  mil  pesos,  de  la 
que  liabiendo  reclamado,  excitóse  de  tal  modo  el  espíritu  pa- 
triótico de  cada  uno  de  los  representantes,  que  inmediatamente 
pidieron  al  Presidente,  suscribirse  al  alcance  de  sus  facultades: 
exhibiendo  dinero  y  alhajas,  quitándose  algunos  aun  las  evi- 
llas  délos  pies,  cuyo  ejemplo  siguieron  los  encargados  del  Po- 
der Ejecutivo,  los  ministros  del  despacho,  gremios  y  demás 
clases  de  la  sociedad,  que  excedió  la  cantidad  pedida:  llegó  esto 
al  extremo,  que  en  la  noche  del  23  de  Octubre  se  presentó  en 
la  casa  del  Presidente  de  la  junta,  un  indivduo  disfrazado  que 
entregándole  114  onzas  de  oro,  le  espresó  haber  reunido  esos 
restos  de  su  fortuna  con  el  indicado  fin.  El  Congreso  á  quien 
se  dio  cuenta  dispúsose  investigase  su  nombre, y  que  se  escul- 
piese con  letras  de  oro  en  la  sala  ele  sesiones  (1) 

En  este  medio,  llegó  el  auxilio  de  Colombia  de  mas  de  dos 
mil  hombres,  al  mando  del  General  Paz  del  Castillo.  Entonces 
se  puso  en  planta  la  expedición  para  intermedios  bajo  la  direc- 
ción del  General  Don  Eudecindo  Alvarado,  y  de  segundo  Don 
E.  A.  Pinto  quedando  en  Lima,  organizándose  otra,  para  ope- 
rar simultáneamente  por  Jauja,  llevando  á  su  frente  al  Gene- 
ral Arenales.  Comenzó  á  embarcarse  el  19  de  Octubre,  compor 
niéndose  de  los  regimientos  Legión  Peruana,y  Eio  de  la  Plata: 
de  los  batallones  números  4,  5,  11,  y  2;  y  cuatro  escuadrones 
de  granaderos  montados  de  los  Andes,  con  diez  piezas  de  arti- 
llería:,,  se  hizo  á  la  vela  en  3  divisiones  los  dias  10  15  y  17 
del  mismo. 

En  medio  de  un  aparente  avenimiento,  se  habia  formado 
una  especie  de  estímulo,  entre  argentinos,  chilenos,  colombia- 
nos y  varios  peruanos  exsaltados  que  se  presuadian,  que  siendo 
casi  todo  el  ejército  del  país,  podían  i)or  sí  hacer  la  guerra  á  los 
españoles,  máxime  cuando  los  colombianos  exijian  la  venida 
del  Libertador  para  que  se  pusiese  á  su  frente:  de  cuya  opinión 
no  siendo  la  del  Congreso;  se  les  hizo  regresar  á  su  país. 

En  29  se  estableció  el  Tribunal  de  seguridad  pública,  siendo 
su  presidente  Don  Mariano  Pérez  de  8arabia. 

En  19  de  IsTovíembre  el  Sargento  Mayor  Don  Luís  Sou- 
langes  de  la  división  del  Coronel  Eaulet,  tuvo  su  encuentro 
en  Caucato  con  la  del  General  Rodil  en  el  punto  de  la  Yesera: 
después  de  mucha  mortandad,  tomaron  prisioneros  á  mas  de 
36  individuos  que  el  precitado  Soulange  puso  en  libertad  con- 
duciendo únicamente  á  los  oficiales.  Parte  de  la  tropo  de  Eo- 
dil  al  mando  del  Comandante  Barandalla  se  dirijíó  al  Cerro, 
cometiendo  grandes  daños  á  los  habitantes  del  tránsito;  que- 
mando varias  Casas  en  ISTínacaca,  Carguamayo  y  Eeyes.  Los 


(1)  En  1825  se  descabríó  haber  sido  el  Doctor  Armas. 


—166— 
eiapañoles  qué  supieron  los  movimientos  de  Lima,  de  7  á  9  éñ 
virtud  de  órdenes  del  Virey,  salió  de  Huaúcayo  con  destinó 
al  Cuzco  el  General  Oanterác,  con  dos  batallones  y  cuatro  es- 
cuadrones dejando  el  resto  de  las  tropas  en  el  valle  de  Jauja, 
al  mando  del  General  Loriga.  El  11  anclaron  en  Iquique  las 
primeras  embarcaciones  de  la  expedición  dicha,  habiendo  des- 
tacado algunas  pequeñas  fuerzas.  Empero,  el  General  Valdés 
que  se  hallaba  de  antemano  en  la  Provincia  de  Arequipa  cOn 
los  batallones  de  Jerona  y  Castro  y  los  escuadrones  39  de  Dra- 
gones y  granaderos  montados,  dragones  de  Arequipa,  y  una 
compañía  de  Zapadores,  distribuyó  su  fuerza  estén diéndolá 
hasta  el  puerto  de  Arica.  Al  General  Cantérác  se  le  mandó  mar- 
char con  su  fuerza  á  situarse  en  Puno,  y  á  Carratalá  que  bajase 
sobre  Arequipa  con  un  escuadrón  y  un  batallón  á  fin  de  poner 
á  cubierto  esta  ciudad  de  la  fuerza  que  desembarcase  en  Quilca. 
Estos  movimientos,  hizo  lograr  ventajas  á  las  partidas  de  guer- 
rilla situadas  en  Tarma  y  Castro- Vireyna. 

En  virtud  de  la  multitud  de  malechores  que  infestaban 
los  caminos  de  la  ciudad  de  Lima,  por  haber  quedado  como 
era  consiguiente  falta  de  fuerza  armada,  se  autorizó  á  los  Co- 
mandantes de  las  partidas  denominadas  de  Preboste,  para  que 
pasase  por  las  armas  donde  sorprehen diese  á  aquellos,  paralo 
cual  llevaban  sacerdote.  Se  estableció  también  una  Comisión 
de  Acordada  compuesta  del  Teniente  Coronel  Don  Miguel  Var- 
gas, Don  José  María  Galdeano  y  Don  Francisco  Colmenares. 
Él  6  de  Diciembre  declaró  el  Congreso  estrañado  perpétua- 
mante  del  país  á  Don  Bernardo  Monteagudo;  quedando  fuera 
de  la  protección  de  las  Leyes  en  el  momento  de  tocarlo,  y  res- 
ponsable la  autoridad  ó  persona  que  lo  consintiese.  Cabalmen- 
te en  este  dia,  se  trasladó  el  General  Alvarado  al  puerto  dé 
Arica  y  el  15  hallándose  reunidos  los  buques,  verificaron  sil 
desembarcó,  que  fué  recibido  con  entusiasmo  facilitándosele 
recursos  de  toda  especie  sin  ser  necesario  emplear  medidas  de 
coacción  para  movilidad  y  subsistencia:  se  destacó  a  Tarapaca 
al  número  2  para  que  se  completara:  salió  del  puerto  dicho,  el 
general  Miller,  que  deseml>arcó  en  Quilca  el  25  y  ocupó  el  Va- 
lle dé  Siguas.  El  Jueves  19  pasó  la  junta  de  gobierno  con  to- 
das las  corporaciones  al  salón  del  Congreso  á  jurar  las  bases 
de  la  Constitución  Política  de  la  República,  que  se  había  san- 
cionado, lo  que  se  celebró  con  entusiasmo  de  iluminaciones  y 
otros  regocijos  que  continuaron  por  algunos  dias.  El  29  la  van- 
guardia del  ejército  de  Alvarado  ocupó  á  Tacna. 

1823, —En  19  de  Enero  el  geueral  Valdéz.  dirigiéndose  á 
Calaña,  reconoció  las  fuerzas  de  que  se  componía  el  ejército 
de  Alvarado,  el  que  en  virtud  de  su  superioridad  emprendió 
su  marcha  con  algunas  ventajas  hasta  Moquegua  qué  la  OCu- 


—1G7— 
pó  el  IS,  y  al  dia  siguiente  buscó  á  Valdéz  en  Torata.  No  ha- 
biendo salido  de  Linja  la  División  del  centro  que  habia  de 
operar  de  consuno,  los  espaiáoles  se  replegaron  con  todas  sus 
fuerzas  Jiácia  el  Sur,  de  modo  que  Yaldéz,  seguro  de  la  apro- 
ximación de  ellas,  se  propuso  disputar  el  terreno  con  obstina- 
ci9n:  ál^s  nueve  y  media  de  la  mañana  del  indicado  19  se  co- 
menzaron á  batir  las  tropas:  cuando  la  acción  estaba  mas  em- 
peñada y  ventajosa  el  de  la  Patria,  es  decir,  á  las  cuatro  de  la 
tarde,  lle^ó  Oanterác  al  campo,  que  á  marehas  redobladas  ha- 
bla sialido  de  Puno:  dirijió  su  fuerza,  y  á  las  seis  y  mas  de  la 
tarde  cesó  el  fuego,  habiendo  sido  rechazado  el  ejército  de  la 
Patria  con  pérdida  de  mas  de  700  muertos,  inclusos  27  oficia- 
les y  400  heridos.  El  20  se  incorporaron  los  cuerpos  que  con- 
ducía dicho  General  en  Jefe  con  los  del  General  Monet  y  tra- 
taron de  perseguir  al  dia  siguiente  á  Alvarado,  cuyo  ejército 
desmoralizado  y  en  divergencia  de  opiniones  sus  jefes,  se  ha- 
llaban en  los  altos  de  Moquegua,  donde  en  menos  de  una  ho- 
ra de  combate  fué  desecho  enteramente;  dirigiéronse  los  dis- 
persos unos  á  lio,  otros  á  Iquique  en  busca  de  los  trasportes: 
los  que  ocurrieron  á  este  último  punto,  fueron  perseguidos  por 
Olañeta  que  tomó  mas  de  100  prisioneros,  haciendo  una  bor- 
rosa mortandad.  Los  que  pudieron  reunirse,  condujo  el  Gene- 
ral Martínez,  y  en  la  costa  de  Pisco  so  perdieron  los  traspor- 
tes "Trujillana"  y  "Dardo."  En  fines  del  iries,  es  decir  el  26,  se 
recibió  en  el  Cuzco  la  noticia  de  la  Victoria,  que  se  celebró 
con  iluminaciones  y  premios  á  los  que  se  hubieron  portado 
con  valor:  no  obstante  esto,  se  pidió  un  préstamo  á  los  pudien- 
tes de  40  mil  pesos  y  otro  en  Hjuamanga  á  los  propietarios  de 
predios. 

El  Martes  4  de  Febrero  llegó  á  Lima  la  noticia  de  la  pér- 
dida de  la  división  referida:  entonces  el  Congreso,  amplió  las 
facultades  de  la  Junta,  por  medio  de  lo  cual,  aumentó  prodi- 
giosamente el  ejército,  haciéndose  reclutamientos,  y  tal  era 
el  pelo  de  los  encargados  de  la  ejecución,  que  esta  medida  to- 
mó el  aspecto  de  desorden,  pues  las  partidas  mayores  apresa- 
ban las  menores,  llenando  los  cuarteles  de  todas  clases  de 
gentes.  Se  acantonaron  mas  de  300  cívicos  en  Bellavista:  se 
decretó  se  sacase  la  plata  de  las  andas  de  algunos  santos,  y 
buscáronse  recursos  de  armas  y  útiles  de  guerra  para  volver  á 
expe^iticionar.  Nada  de  esto  satisfizo  ni  pudo  contener  el  vol- 
can preparado,  se  i)retestó  que  la  Juntado  Gobierno  como  to- 
do cuerpo  colegiado,  deliberaba  con  lentitud,  y  que  se  necesi- 
taba que  el  Poder  Ejecutivo  se  enconmendase  á  una  sola  per- 
sona: asi  es,  que^  en  la  noche  del  Jueves  27  puesto  el  general 
D.  Andrés  Santa-Cruz  [2°  del  general  Arenales]  á  la  cabeza 
del  pj^rcitp)  bajó  con  él  á  Lima  de^de  sus  cantones  y  repre- 


—168— 
sentaron  al  Congreso,  lo  expuesto:  se  decretó  que  se  retirara  el 
Ejército;  que  volviera  la  junta  al  seno  de  donde  pertenecía,  y 
que  se  encargase  del  Poder  Ejecutivo  el  Jefe  de  mayor  gradua- 
ción [resultó  ser  Torre-tagle.]  Esta  determinación  fué  dese- 
chada, y  protestó  el  Ejército  no  retirarse  hasta  que  fuese  elec- 
to D.  José  de  la  Eiva-Agüero,  como  se  realizó  el  28  bajo  el  tí- 
tulo de  Presidente. 

El  Domingo  2  de  Marzo  Eiva-güero  se  dio  á  reconocer  ál 
ejército  reunido  en  el  Pino:  el  4  se  le  nombró  Gran  Mariscal, 
y  el  5  salió  el  Vice- Almirante  Guissecon  la  escuadra  á  blo- 
quear los  puertos  de  intermedios:  este  mismo  dia  se  decretó  la 
residencia  de  la  Junta  Gubernativa.  Se  estableció  una  sus- 
cripción voluntaria:  se  concedió  facultades  al  Ejecutivo  para 
que  amonedase  500  mil  pesos  de  cobre  con  que  amortizar  el 
papel  moneda,  y  se  gravaron  los  predios  rústicos  y  urbanos:  el 
11  se  remitió  al  Virey  Laserna  proposiciones  para  un  armisti- 
cio por  dos  meses,  y  un  tratado  de  regularizacion  de  guerra. 
Habiendo  llegado  noticia  de  la  realización  del  empréstito  de 
Londres  levantado  por  los  SS.  García  y  Parossien  se  aprobó 
por  el  Congreso  en  2.  Todo  esto  levantó  el  crédito  Peruano  y 
se  solicitaron  de  Chile  y  Colombia  su  cooperación.  El  15  fué 
eiecutado  el  español  Don  Andrés  Pineda,  pues  aunque  habia 
sido  sentenciado  á  la  pena  capital,  con  Don  Eamon  Boceta  por 
haberlos  sorprendido  pasándose,  este  obtuvo  perdón  al  llegar 
á  la  portada  del  Callao.  El  general  Portocarrero  pasó  á  Gua- 
yaquil con  el  objeto  indicado,  de  obtener  auxilio  de  tropas.  En 
todo  el  resto  del  mes,  se  contrajo  el  Gobierno  en  la  requiza  de 
hombres  y  caballos,  lo  mismo  que  en  la  elavoracion  de  útiles 
de  guerra. 

En  principio  de  Abril  comenzó  á  circular  la  moneda  de 
cobre,  con  supresión  del  papel  moneda,  haciéndose  el  cambio 
en  el  Banco,  El  2  se  mandó  hacer  un  enrolamiento  generad, 
parala  guardia  nacional,  que  hasta  los  esclavos  se  alistaron. 
El  Domingo  6  llegó  una  compañía  del  Batallón  de  Colombia 
Yóltijeros  que  fué  recibida  por  todo  el  ejército,  formado  en  la 
alameda  y  camino  del  Callao;  colocándola  en  cabeza  se  dirijió 
á  la  ciudad.  El  7  se  recibió  en  Palacio  el  Enviado  Extraordi- 
nario de  Chile  Don  Joaquín  Campino. 

En  Mayo  hallábase  el  Ejército  peruano  listo  para  salir  á 
campaña,  por  cuyo  motivo,  pasóse  revista  de  todo  él.  Llegó 
la  fuerza  auxiliar  de  Colombia  al  mando  del  general  Don  An- 
tonio Sucre,  el  que  también  investía  el  carácter  de  enviado 
diplomático  con  el  que  fué  recibido  el  11.  La  expedición  zarpó 
del  puerto  del  Callao  el  23  á  la  orden  del  general  Santa  Cruz 
compuesta  de  mas  de  5000  hombres.  El  ejército  realista  reci- 
bió orden  de  ocupar  á  Lima,  y  al  efecto  el  12  se  hablan  reu- 


—169— 
nido  en  el  Cuzco  en  casa  del  Jefe  Político,  los  comerciantes 
para  la  exhibición  de  un  empréstito  voluntario  de  20  mil  pesos, 
con  empeño  del  derecho  de  Alcabala. 

En  2  de  Junio  se  movió  el  ejército  real  de  sus  cantones;  lue- 
go que  se  supo  en  Lima,  se  nombró  por  jefe  del  ejército  unido 
al  general  Sucre.  El  14  se  reunió  consejo  de  guerra  y  acorda- 
ron que  las  tropas  salieran  al  campo  de  San  Borjas,  para  ba- 
tir al  contrario  en  caso  de  iguales  fuerzas:  esto  hizo  que  el  Do- 
mingo 15  se  fijasen  carteles  para  que  nadie  emigrara  y  que  se 
tendría  por  cobarde  al  que  solicitase  pasaporte.  El  16  habién- 
dose hecho  reconocimiento  de  la  fuerza  española  que  era  do- 
ble, se  reunieron  en  el  inmediato  en  consejo  los  jefes  del  ejér- 
cito unido,  y  opinaron  como  necesario,  retirarse  á  la  plaza  del 
Callao,  y  la  caballería  hacia  Ohancay:  lo  mismo  efectuó  el  co- 
ronel Dupuy  que  habia  quedado  de  Gobernador  en  Lima  acae- 
ciendo una  dispersión  general,  de  todas  las  autoridades  y  aun 
de  los  diputados  del  Congreso,  quedándose  algunos  en  la  ciu- 
dad á  discreción  de  sí  misma,  tuvo  su  Municipalidad  que  man- 
dar parlamentario  al  ejército  español.  El  18  al  anochecer  en- 
tró en  Lima  la  división  de  caballería  de  Loriga,  amenazando  á 
la  población  de  quemarla,  si  no  le  entregaban  300  mil  pesos, 
paño,  brin,  &.  El  19  hubo  un  temblor  de  tierra,  anuncio  de  la 
entrada  de  Canterac,  situóse  el  ejercito  en  chácara  de  Concha. 
Eü  el  Callao  treinta  y  ocho  diputados  reunidos  en  el  Arcenal 
eligieron  Presidente;  en  virtud  de  las  circunstancias  que 
lo  rodeaban,  establecieron  un  alto  poder  militar  en  la  per- 
sona del  general  Sucre;  y  que  cesase  el  mando  del  Presidente 
en  los  puntos  que  sirviesen  de  teatro  á  la  guerra.  El  20  se  pu- 
sieron en  marcha  hacia  el  interior  tres  batallones  y  dos  escua- 
drones con  el  general  Valdez,  respecto  á  haber  sabido  el  arri- 
bo de  la  expedición  peruana  á  intermedios,  donde  logró  sor- 
prender al  escuadrón  Dragones  de  Arequipa  y  tomar  toda  su 
caballería.  El  21  se  encargó  del  mando  supremo  Sucre.  El  23 
fué  exonerado  del  Gobierno  El  va- Agüero,  ordenando  se  le 
expidiese  pasaporte  para  que  pudiese  retirarse  del  territorio 
de  la  Eepública,  de  lo  cual  protestó,  y  se  embarcó  para  Truji- 
llo  con  todas  las  autoridades,  en  la  fragata  "Peruviana"  y  los 
diputados  en  la  "Vigía."  Los  diputados  Carrion  y  Olmedo 
marcharon  para  Guayaquil  á  solicitar  la  venida  de  Bolívar  al 
Perú.  El  29  desembarcó  en  Huanchaco  Eiva- Agüero  y  algu- 
nos diputados. 

En  principio  de  Julio  se  mandó  sacar  de  los  templos  la  poca 
plata  que  aun  se  conservaba  en  ellos:  se  extrageron  de  la  casa 
de  Moneda  las  máquinas  y  se  quemó  lo  que  no  podia  condu- 
cirse. Desde  el  12  se  comenzaron  en  el  Callao  á  preparar  los 
TOM.  Vn.  LlTEEATUBA — ^22 


~-170— 
buques  en  que  debía  de  marchar  la  expediciou  de  Sucre.  Los 
españoles  que  babian  penetrado  estos  movimientos,  al  rayar 
la  aurora  del  16,  dejando  rancho  y  demás  pertrechos,  abando- 
naron el  sitio,  dirijiéndose  al  pueblo  de  Lurin;  de  allí  se  sub- 
dividieron  en  tres  partes:  Oanterac  tomó  por  la  cordillera  de 
Turpo  para  Huancavelica,  Monet  por  los  altos  de  Oórdova,  y 
Loriga  para  Jauja.  En  el  mismo  di  a  entró  en' Lima  D.  Tomas 
Guido  en  clase  de  Gobernador.  El  17  encargó  el  general  Su- 
cre el  mando  militar  al  general  Torre-Tagle,  y  el  18  declaran- 
do en  estado  de  asamblea  los  departamentos  del  íí'orte,  se  em- 
barcó para  Quilca  con  tres  batallones  y  otros  tantos  escuadro- 
nes. En  este  mismo  dia,  en  Trujillo  se  reunieron  los  diputa- 
dos que  allí  existían,  en  casa  de  D.  Pedro  Urquiaga,  y  trata- 
ron se  llevase  4  efecto  el  nombramiento  hecho  en  el  Callao  en 
favor  de  Sucre,  lo  que  sabido  por  el  general  Eiva-Aguero, 
mandó  el  19  suspendiesen  las  sesiones;  que  se  prendiesen  siete 
de  los  indicados,  y  puestos  en  custodia  del  capitán  Echaris,  se 
embarcaron  en  la  goleta  "Veloz  Trnjillana''  con  dirección  á 
intermedios.  Eligió  en  seguida  dentro  de  los  mismos  diputa- 
dos, un  senador  conservador,  y  se  expidieron  órdenes  para  la 
reunión  de  un  nuevo  congreso.  El  ejército  que  se  hallaba  hacia 
esa  banda,  reconoció  la  autoridad  de  Eiva-Aguero,  quien 
nombró  de  general  en  jefe  al  general  D.  Eamon  Herrera;  los 
diputados  y  demás  emigrados  se  restituyeron  á  la  ciudad  de 
Lima,  y  por  ellos  se  supo  lo  que  en  aquella  sucedía.  El  Yirey 
La-Serna  habia  dejado  la  capital  del  Cuzco  desde  el  17  para 
mandar  personalmente  las  tropas  que  tenia  á  sus  inmediacio- 
nes, y  situó  su  cuartel  general  en  el  pueblo  de  Sicuani.  El  ge- 
neral Santa  Cruz  que  no  habia  encontrado  tropiezo  alguno  en 
su  desembarco,  comenzó  á  verificar  su  marcha  desde  el  23  so- 
bre el  Alto-Perú,  y  el  general  Gamarra  de  Tacna  á  la  Paz.  A 
fin  de  este  mes  el  general  Sucre  ocupó  el  punto  de  Chala. 

El  2  de  Agosto  se  reunieron  en  consejo  de  guerra  los  gene- 
rales y  jefes  que  se  hallaban  en  la  ciudad  de  Trujillo,  presidi- 
dos por  Eiva-Aguero:  para  su  sostenimiento  formaron  una 
acta  que  en  copia  dirijieron  al  general  en  jefe  del  ejército  del 
Sur  D.  Andrés  Santa  Cruz,  previniéndole  embarcase  el  ejérci- 
to sean  cual  fuesen  las  ventajas  que  hubiese  conseguido  de  los 
españoles  y  recogiendo  cuanto  buque  de  trasporte  hubiese 
desde  Arica  á  Pisco  se  dirijiese  al  ííorte:  protestando  retirarse 
en  caso  necesario  á  la  montaña  hasta  su  llegada.  El  4  se  hizo 
en  Lima  una  representación  á  Torre-Tagle  para  que  se  reu- 
niesen en  Congreso  los  diputados  que  habían  llegado  á  Lima, 
y  en  su  consecuencia  el  6  se  reinstaló.  El  7  fué  nombrado  Ta- 
gle  Jefe  Supremo,  exonerándose  nuevamente  á  Eiva-Aguero. 
En  este  dia  número,  comenzó  á  entrar  en  la  Paz  la  división 


—171— 
de  Sant.1  Ornz,  donde  se  juró  la  independencia  el  10.  El  11 
sufrió  una  sorpresa  en  Pisco  el  escuadrón  español  Dragones 
de  Lima,  fueron  dispersos.  El  12  se  recibieron  en  la  capital 
los  siete  diputados  que  marcharon  desterrados,  con  el  motivo 
de  haber  tocado  el  buque  en  Huacho.  El  20  entró  en  Oruro  la 
división  de  Gamarra  ó  inmediatamente  juraron  la  indepen- 
dencia en  esa  ciudad  y  en  la  de  Oochabamí)a:  unióse  con  el  co- 
ronel Lanza  y  se  propuso  seguir  al  general  01  añéta,  cuy  a  comu- 
nicación con  el  Virey  se  hallaba  cortada.  Empero,  habiéndose 
sabido  que  el  general  Yaldez  abanzaba  con  fuerzas  dobles, 
por  haber  salido  desde  Sicuani  á  tomar  el  mando  de  la  van- 
guardia, compuesta  de  dos  batallones  y  tres  escuadrones;  el 
ejército  de  la  patria  retrocedió,  y  el  23  tuvieron  su  tiroteo  en 
el  puente  del  Desaguadero  que  no  pasó  de  un  cambio  de  ba- 
las, hasta  dirijirse  al  campo  de  Zepita.  Valdéz  entonces  ocu- 
pó los  altos  de  Ohuachuani,  de  donde  se  le  obligó  á  bajar  al 
llano,  y  el  25  con  una  columna  de  mil  trescientos  hombres  fué 
batido  y  dispersado  por  la  caballería  de  Branzen  y  Soulange: 
[muerto  el  capitán  Morante  y  heridos  el  coronel  Oerdeña  y  el 
capitán  Balerino]  obligado  el  indicado  Valdéz  á  replegarse  en 
la  noche  pop  el  camino  de  Puno,  ruta  que  llevaba  el  Virey^  al 
que  logró  reunirse  en  Pomata:  este  suceso  comunicó  el  Virey 
á  (Janterac  quien  ya  reunido  en  Puquio  con  Monet,  se  dirijie- 
ron  con  toda  rapidez  al  Cuzco  y  de  allí  á  Puno.  Él  general 
Santa  Cruz,  lejos  de  i)erseguir  á  su  adversario,  continuó  su 
marcha  al  Desaguadero  por  la  parte  del  Sur,  ordenando  á  Ga- 
marra se  le  replegase  en  Pan  duro  y  entraron  juntos  en  Oru- 
ro. En  Lima  se  celebraron  en  los  dias  25  á  27  con  salvas  é 
iluminaciones  la  entrada  de  Santa  Cruz  en  la  Paz,  y  el  en- 
cuentro de  Pardo-Zela  en  Qilca.  En  este  último  dia,  Eiva- 
Aguero  abrió  las  negociaciones  con  el  Virey  Laserna,  para  lo 
cual  comisionó  al  coronel  D.  Eemigio  Silva  que  pasó  á  Huá- 
nuco,  á  fin  de  que  tuviese  efecto  en  el  Perú  los  trados  hechos 
en  Buenos  Ayres  con  los  comisionados  de  S.  M.  C,  de  este 
modo  pensó  en  hacer  alianza  ofensiva  y  defensiva  contra  Tor- 
re-Tagle,  y  contener  al  ejército  realista. 

En  1?  de  Setiembre  entró  en  Lima  el  Libertador  Simón  Bo- 
lívar, y  lo  autorizó  el  Congreso  para  terminar  lasi  ocurrencias 
de  Riva- Agüero,  al  efecto  se  mandó  de  comisionados  al  gene- 
ral TJrdaneta  y  á  D.  José  María  Galdeano.  El  mismo  dia  tam- 
bién ocupó  Sucre  la  ciudad  de  Arequipa,  habiendo  el  anterior 
desalojádola  el  intendente  D.  Juan  BaustistaLavalle  y  demás 
funcionarios  públicos,  y  con  la  división  pasaron  á  situarse  en 
Ocoruro.  El  8  salió  para  Lampa  el  coronel  Eaulet,  por  cuya 
causa  Canterac  se  dirijió  á  Puno  para  ponerse  á  cubierto  del 
riesgo  que  le  amenazaba.  El  Virey  había  ocupado  desde  el  6 


—172— 
los  altos  de  la  Paz,  donde  permaneció  á  vista  de  Santa  Cruz, 
y  de  allí  pasó  á  Viacha,  con  intento  de  abrir  la  comunicación 
con  el  general  Olañeta,  obstruida  por  las  fuerzas  de  Santa 
Cruz;  mas  la  reunión  que  liizo  este  general  con  Gamarra,  Lan- 
za y  Blanco,  [que  hablan  traido  desde  Oochabamba  y  Arqué 
excelente  caballada]  dieron  lugar  para  que  el  14  lograse  su 
intento  y  el  15  estuvieron  en  Sorasora.  En  Lima  el  10  se  dio 
á  reconocer  al  Libertador,  con  las  facultades  que  se  le  babian 
conferido.  El  día  antes  habíase  declarado  á  los  individuos  de 
la  junta  gubernativa,  libres  de  residencia.  Se  estableció  en  Li- 
ma una  contribución  forzosa  de  40  mil  pesos.  El  general  San- 
ta Cruz  tuvo  consejo  de  guerra  en  el  16,  y  al  rayar  el  dia  in- 
mediato comenzó  su  retirada,  abandonando  su  tropa,  el  arma- 
mento y  los  útiles  de  guerra:  salváronse  algunos  soldados  que 
llegaron  á  Colamarca  conducidos  por  Lanza,  pues  del  resto 
del  ejército  no  alcanzaron  á  Moquegua  800  hombres  juntos: 
entre  los  buques  que  recibieron  á  los  jefes  y  oficiales  que  se 
embarcaren  perdióse  la  "Maquena".  Santa  Oraz  se  embarcó 
en  el  buque  del  vice-al  miran  te,  después  de  haber  mandado 
degollar  los  500  caballos  que  en  tres  partidas  hablan  llegado 
de  Chile.  En  30  se  dispuso  la  amortización  de  la  moneda  de 
cobre. 

Puesto  el  Virey  en  Lampa  el  19  de  Octubre,  marchó  sobre 
Arequipa,  llegando  á  Apo  el  7,  desde  donde  hizo  marchar  una 
división  con  el  brigadier  Ferráz.  El  general  Sucre,  que  tenia 
internado  su  ejército  como  50  leguas,  tuvo  presicion  de  reti- 
rarlo tiroteándose  en  las  goteras  de  ki  misma  ciudad,  logran- 
do embarcarse  en  Quilca  con  dirección  al  Callao.  El  general 
Canterac  unido  con  el  Virey  en  Cangallo  entraron  en  Arequi- 
pa el  10,  y  Valdez  al  puerto  indicado.  Después  de  esto  llegó  á 
las  costas  de  Arica  la  expedición  chilena  de  2,500  hombres  que 
debían  operar  con  el  ejército  de  Santa  Cruz,  á  ella  se  reunie- 
ron algunos  dispersos  y  lograron  salvar.  El  16  el  general  Ola- 
ñeta batió  á  Lanza,  y  tomóle  500  prisioneros,  inclusos  31  ofi- 
ciales de  los  que  se  habían  puesto  á  sus  órdenes.  El  28  hallán- 
dose en  Arica  el  general  Santa  Cruz  supo  la  elección  de  Pre- 
sidente en  la  persona  de  Tagle  al  cual  reconoció. 

En  principio  de  JSToviembre  se  puso  en  marcha  el  Liberta- 
dor para  la  costa  del  ííorte:  el  Virey  volvió  á  situarse  en  el 
Cuzco.  El  11  arribó  al  Callao  el  general  Sucre,  cuando  en  la 
capital  se  estaba  solemnizando  el  bando  que  señalaba  el  dia  en 
que  debía  promulgarse  la  constitución.  En  dicho  dia  se  sus- 
pendieron algunos  artículos  incompatibles  con  las  facultades 
concedidas  al  Libertador.  El  11  se  reunieron  en  Pativilca  los 
comisionados  de  Eiva- Agüero  con  los  del  Libertador  para  que 
aquel  depusiese  el  mando;  se  decidía  á  hacerlo,  siempre  que 


—173— 
fuese  disuelto  el  congreso  y  convocado  otro  por  los  pueblos. 
El  12  suscribieron  los  diputados  la  constitución  que  Labia  de 
regir  en  la  República,  en  su  consecuencia  el  Jueves  13  i^asó 
el  gobierno  al  salón  de  sesiones  acompañado  de  todas  las  cor- 
poraciones á  prestar  el  juramento  respectivo,  que  verificó  en 
mano  del  Presidente  del  Congreso  que  Jo  era  1).  Manuel  Sala- 
xar  y  Baqníjano.  El  18  se  nombró  Presidente  de  la  Eex)iiblica 
á  D.  José  Bernardo  Tagle  y  de  Vice-Presi dente  á  D.  Diego 
Aliaga,  que  pasaron  á  jurar  el  cargo  la  noche  del  indicado  dia. 
El  20  se  verificó  la  jura  de  la  constitncion.  El  24  salió  Cante- 
rae  del  Cuzco  para  el  Valle.  El  25  fueron  presos  en  Trujillo 
Eiva- Agüero,  sus  generales  y  ministros,  que  se  hablan  reuni- 
do con  el  objeto  dé  celebrar  un  consejo  de  guerra  para  acor- 
dar el  último  partido  que  debia  tomarse. 

El  19  de  Diciembre  se  publicó  en  Lima  la  prisión  de  Riva- 
Aguero,  cuyo  embarque  se  habla  contratado  para  Chile  en  el 
bergantín  Norte  Americano  "Ch.atarwork",  mas  el  congreso 
desaprobó  esta  medida,  y  mandó  que  el  Libertador  y  el  Go- 
bierno en  sus  respectivos  casos  procediesen  contra  ellos.  Tor- 
re-Tágue  mandó  incontinentemente  que  á  las  seis  horas  de 
notificada  esta  determinación,  fuesen  fusilados  en  lugar  secre- 
to D.  José  de  la  Elva-Aguero,  D.  D.  Manuel  Pérez  Tudela,  D. 
José  María  Novoa,  D.  Eamon  Herrera,  D.  Manuel  Anaya,  D. 
Toriblo  Davales,  D.  José  de  la  Torre  Ugarte  y  D.  Eamon  íío- 
voa.  El  Libertador  determinó  el  destierro  á  Guayaquil  que 
fué  lo  que  se  etectuó.  El  general  Canterac  que  como  se  ha  di- 
cho, habla  regresado  á  su  cuartel  general,  dispuso  una  expedi- 
ción al  Cerro  Pasco,  al  mando  de  Loriga,  que  salló  el  7  y  lle- 
gó al  Cerro  el  10,  y  otra  sobre  la  costa,  ocupando  N^arvaez  á 
lea  el  16,y  Eodll  á  Pisco  y  Chincha  el  18.  Todo  esto  atemorizó 
de  tal  manera  á  los  habitantes  de  Lima,  que  hubo  necesidad 
de  publicar  por  bando  que  hablan  dádose  exactas  disposicio- 
nes para  instruirse  del  mas  pequeño  paso  de  los  españoles,  lo 
cual  se  comunicaría;  que  entre  tanto  serla  considerado  como 
enemigo  de  la  tranquilidad  pública  y  perturbador  del  orden, 
todo  el  que  manifestase  estarla  patria  en  peligro.  Llegó  el 
Yi  ce- Al  mirante  Guisse  al  puerto  de  Santa  conduciendo  á  bor- 
do de  sus  buques  al  general  Santa  Cruz  y  los  restos  de  su  ejér-  . 
cito,  que  comenzó  á  incorporarse  en  los  demás  que  se  estaban 
levantando.  Volvió  á  salir  la  indicada  escuadra  para  puertos 
intermedios,  por  disposición  del  Libertador  que  habla  marcha- 
do hasta  Huanchaco, para  disponer  acelerasen  la  venida  délas 
tropas  de  Colombia,  mandando  un  jefe  comisionado  para  Gua- 
yaquil. 

Así  es  que,  á  fines  de  este  año,  la  mayor  parte  del  Perú  se 
hallaba  por  el  ejército  español,  y  el  de  la  patria  ocupaba  la 


—174— 
provincia  de  Lima,  hasta  Yauyos  y  Cañete,  de  la  de  Tarma 
hasta  Eeyes,  y  todo  el  Departamento  de  Trujillo.  Después  de 
la  victoria,  dicha  que  obtuvieron  los  españoles,  volvieron  á  si- 
tuar su  cuartel  general  en  Huancayo,  y  los  cuerpos  de  que  se 
componía  la  división  del  íí^orte,  se  acantonaron  de  Tarma  á 
Huancavelica  con  una  parte  en  lea:  la  división  de  reserva  en 
Huamanga.  El  ejército  del  Sur  jniso  su  cuartel  general  en 
Arequipa,  y  los  cuerpos  de  que  se  componía  guarnecian  la 
costa  hasta  Arica,  y  las  provincias  hasta  Tupiza  y  Tarija:  la  di- 
visión de  reserva  en  Oruro.  El  ejército  central  residía  con  el 
Virey  en  el  Cuzco. 

1824. — ^En  2  de  Enero  se  celebró  en  Lima  el  regreso  del  Li- 
bertador, pasando  á  felicitarlo  una  comisión  del  seno  del  Con- 
greso. Se  promulgó  bando  de  indulto  á  desertores.  Ko  pudien- 
do  el  General  Bolívar  abrir  la  campaña  por  falta  de  tropas, 
indicó  á  Torre-Tagle  propusiese  negociaciones  á  los  españo- 
les para  entretenerlos;  al  efecto,  se  remitió  al  Ministro  de  Guer- 
ra gejieral  D.  Juan  Berindoaga,  el  cual  tomó  de  un  modo  se- 
rio el  asunto,  haciendo  efectiva  instrucciones  secretas  que  se  le 
confiaron:  con  las  mismas  marchó  a  lea  D.  José  Teron,  y  por 
conducto  del  general  Eodil  presentó  las  suyas,  reducidas  á 
formar  un  gobierno,  compuesto  de  Tagle,  Aliaga  y  Laserna. 
Esta  idea  nc»  fué  tan  estéril,  pues  hizo  concebir  al  Virey  el  X)lan 
de  separarse  déla  Península,  y  con  instrucciones  marchó  á 
España  el  coronel  D.  Manuel  Bayona.  Sustrajese  por  esta  cau- 
sa de  su  obediencia,  el  Alto-Perú.  En  fines  de  este  mes,  se 
encargó  el  cuidado  de  la  plaza  del  Callao  á  tropas  arj entinas, 
nombrándose  de  gobernador  al  general  D.Eudecin  do  Al  varado. 

En  3  de  Febrero  regresó  Berindoaga  de  Jauja,  al  momento 
comenzó  á  tratarse  del  objeto  de  su  misión.  El  5  se  subleva- 
ron las  tropas  del  Callao,  capitaneadas  por  un  sárjente  mula- 
to, Moyano:  prendieron  al  gobernador  y  á  los  oficiales  de  la 
guarnición,  exponiendo  ser  esaresolucioo,  consecuencia  de  no 
I)agárseles  sus  haberes,  ninguna  medida  se  tomó  á  este  res- 
pecto; y  viéndose  los  amotinados  aislados,  el  10  sacaron  de 
casasmatas  á  los  realistas  prisioneros,  é  hicieron  tomar  el  man- 
do al  coronel  Casariego,  que  enarboló  el  pabellón  español.  En 
Lima  este  día  el  Congreso  en  la  crítica  circunstancia  en  que 
se  hallaba,  erigió  la  dictadura,  que  confirió  al  general  Bolí- 
var: cesaron  todas  las  autoridades  y  se  puso  el  C/ongreso  en  re- 
ceso. 


—175— 

SIMÓN  bolívar 

DICTADOR  DEL  PERÚ, 


Kombró  Gobernador  de  Lima  al  general  Don  Mariano 
Necochea:  dióse  á  reconocer  el  19,  pocos  dias  antes  los  Grana- 
deros montados  se  pasaron  á  los  Castillos,  talando  y  robando 
en  los  pueblos  de  Magdalena  y  Miraflores.  Como  el  ejército 
realista  habia  recibido  orden  de  ocupar  dicha  Capital,  en  el 
Cuzco  se  comisionó  el  20  á  Don  Juan  Ángel  Bujanda  para  el 
recojo  del  empréstito  de  20  mil  pesos  que  se  asignó  al  comer- 
cio. El  22  se  acuartelaron  en  Lima  los  cuerpos  cívicos,  y  en 
la  madrugada  del  27  cuando  menos  se  creia,  retiráronse  las 
pocas  fuer^'.as  veteranas  que  babian;  de  modo  qué,  á  las  cinco 
de  la  tarde,  entraron  en  ella  tropas  del  Callao:  esta  precipi- 
tación y  la  quedada  de  Torre-Tagle,  su  Ministro,y  otros  íuncio- 
narios,  dio  lugar  á  la  sorpresa  sufrida  por  gran  número  de  com- 
prometidos. El  29  Domingo  de  Carnabal  llegó  el  ejército  rea- 
lista con  los  generales  Bonet,  Rodil  y  Garcia  Camba,  dirijié- 
ronse  á  los  Castillos. 

En  19  de  Marzo  bajó  á  Lima  Bonet,  dejando  posesionado 
de  las  fortalezas  á  Rodil.  El  2  declaró  el  general  Bol  i  vara  Tru- 
jillo.  Capital  provicional  de  la  República.  El  3  hicieron  los 
españoles  en  la  ciudad  de  Lima,  su  público  recibimiento  y 
mandaron  tropas  hasta  Chancay.  El  Domingo  7  se  celebró  en 
la  Iglesia  Catedral  la  misa  de  gracia,  que  predicó  en  ella  Fray 
José  Salazar.  Regresó  el  9  la  tropa.  El  10  fueron  puestos  en 
prisión  los  Regidores,  para  que  entregasen  el  estandarte  Pe- 
ruano, lo  que  se  verificó  al  siguiente  por  mano  de  uíia  muger. 
El  12  se  nombró  gobernador  déla  capital  al  Marques  de  Fuen- 
te González.  El  15  marchó  para  el  interior  el  general  Bonet 
con  las  tropas,  conduciendo  á  los  Jefes  y  oficiales  que  tenian 
presos  en  Casa-matas;  y  habiendo  fugado  por  la  quebrada  de 
San  Mateo  el  Coronel  Estomba,  y  Luna,  para  contener  álos  de- 
más mandaron  fusilar  á  los  capitanes  Millen  y  Prudan.  En  el 
Norte  se  habia  nombrado  comandante  general  de  la  costa  al 
coronel  Don  José  Caparroz,  que  se  hallaba  en  Chancay;  y 
uniéndose  con  Navajas  Jefe  del  Escuadorn  Lanceros,  pasá- 
ronse á  los  españoles  trayéndose  presos  á  cuantos  emigrados 
encontraban,  entraron  en  Lima,  el  Viernes  19  de  este  mes.  En 


24  reunió  él  Libertador  en  uno,  los  Ministerios  del  despacho, 


—176— 
que  encomendó  al  Dr.  Sanches  Carrion:  estableció  Corte  Su- 
perior de  Justicia,  y  una  Contaduría  mayor  de  Cuentas. 

En  19  de  Abril  se  reunió  en  Trujillo  una  Junta  de  arbitrio 
para  proponer  algunas  entradas,  y  se  estableció  un  impuesto 
nombrado  "Única  Contribución"  además  de  las  que  existían, 
con  el  de  Empréstito  y  Cupo  forzoso  se  sacaron  las  alhajas  y 
plata  labrada  de  todos  los  templos  del  Departamento,  y  mon- 
taron en  este  año  las  rentas  del  tesoro  de  Trujillo  mas  de  3 
millones  de  pesos.  Mediante  esto,  comenzó  á  disciplinarse  el 
ejército,  y  el  pequeño  territorio  que  ocupaba  era  un  taller  ge- 
neral. 

En  principio  de  Mayo  el  Libertador  salió  de  Trujillo,  y  en 
Huamachuco  el  10  mandó  erijir  Universidad  en  aquella  capi- 
tal: i^asó  á  Caráz,  donde  se  mandaron  extinguir  los  fiscales 
departamentales,  y  se  dictó  la  ley  de  responsabilidad.  En  el 
Cuzco  se  estableció  la  Casa  de  Moneda. 

Junio  fué  empleado  en  aprestos  militares:  Huaráz  sirvió 
de  concentración  al  ejército  Libertador;  y  como  9  mil  del  rea- 
lista á  la  orden  de  Canterác  se  bailaba  en  Huancayo,  pues 
Yaldéz  como  se  tiene  dicho,  internado  en  el  Alto-Perú  contra 
Olañeta,  cabalmente  en  este  mes,  fué  derrotado  en  Cotagaita 
y  Tarabuquillo. 

En  Julio  determinó  Bolivar  que  su  ejército  atravesara  los 
Andes:  componíase  de  3  divisiones  de  infantería,  dos  de  tropas 
Colombianas  que  mandaban  los  generales  Lara  y  Córdova,  y  la 
otra  de  tropas  Peruanas  ala  orden  del  general  La-Mar:  la  fuerza 
de  caballería  dirijía  el  general  ísTecochea.  El  9  estuvo  en  Huá- 
nuco  y  expidió  el  decreto  borrando  de  la  lista  militará  los  gene- 
rales jefes  y  oficiales  que  no  emigraron  de  Lima.  Canterác 
determinó  atacar  al  ejército  i3atriota;  operación  que  creyó  eje- 
cutar en  detalle,  cayendo  sobre  las  diferentes  divisiones  á  pro- 
porción que  fuesen  saliendo  de  los  desfiladeros;  al  efecto  re- 
unió sus  fuerzas  y  se  puso  en  marcha  el  31  de  este. 

En  2  de  Agosto  revistó  el  General  Bolivar  su  ejército  en  el 
llano  de  Eancas  y  le  proclamó  en  estos  términos: — ¡soldados! 
Vais  á  completar  la  obra  mas  grande  que  el  cielo  ha  encarga- 
do á  los  hombres,  la  de  salvar  un  mundo  entero  de  la  esclavi- 
tud, ¡soldados!  Los  enemigos  que  debéis  destruir  se  jactan 
de  catorce  años  de  triunfos:  ellos,  pues,  serán  dignos  de  me- 
dir sus  armas  con  las  vuestras,  que  han  brillado  en  mil  com- 
bates, ¡soldados!  El  Perú  y  la  América  toda,  aguarda  de  vo- 
sotros la  paz  hija  de  la  victoria;  y  aun  la  Europa  liberal  os 
contempla  con  encanto  porque  la  Libertad  del  ííuevo  Mundo 
es  la  esperanza  del  Universo.  ¿La  burlareis?  no!  no!  no!  Vo- 
sotros sois  invencibles. 
El  ejército  real  que  como  tenemos  dicho  movióse  de  sus 


—177— 
cantones,  llegó  á  Reyes  la  noche  del  4.  Noticioso  de  ello  el  Li- 
bertador, aceleró  su  movimiento  y  el  5  que  se  dirigía  i)or  la 
orilla  oriental  del  gran  lago,   íi  Conacaucha,  por  el  oi)uesto 
abanzó  Oanterac  á  Oarliuamayo  y  su  caballería  á  Pasco,  em- 
pero, sabiendo  que  aquel  reunido  abanzaba,  temeroso  de  ser 
cortado  emprendió  su  retirada.  Alas  4  ele  la  tarde  del  6,  no- 
vecientos liombres  montados  tomaron  la  vanguardia,y  conside- 
rando Ganterác  peligroso  el  proseguir  retirándose,  aprovechó 
la  situación  del  terreno,  y  colocándose  á  la  cabeza  de  su  caba- 
llería, hizo  desplegase  en  batalla  y  mandó  cargar,  mientras  la 
infantería  seguía  su  marcha.  El  Ejército  Libertador  por  un  des- 
filadero formado  de  terrenos  pantanosos  por  un  lado  y  una  ñla 
de  montañas  escarpadas  del  otro,  le  impedía  desplegar  con  ra- 
pidez y  solo  lo  verificó  el  escuadrón  que  marchaba  á  la  cabe- 
za: asi  es  que,  la  parte  que  obedecía  al  general  Miller,  junto 
con  el  ala  derecha  que  mandaba  ISTecochea,  fueron  acometidas; 
el  choque  fué  tremendo,  en  él,  le  infirieron  7  heridas  á  este  úl- 
timo general,  que  se  llevaron  prisionero;  mas  divididos  los  rea- 
listas para  perseguir  á  sus  contrarios;   el   escuadrón  peruano 
que  mandaba  el  Teniente  coronel  D.  Isidoro   Suarez,  que  no 
había  sido  batido,  marchando  sin  oposición  ocupó  el  interva- 
lo que  dejaron,  y  hallándose  á  retaguardia  comenzó  á  cargar- 
los. Este  oportuno  socorro,  facilitó  á  los  escuadrones  patrio- 
tas dispersos  ya,  la  posibilidad  de  reunirse  y  apoyando  á  Sua- 
rez, lograron  poner  á  los  españoles  en  una  total  y  vergonzosa 
fuga,  recuperándose  al  g-eneral  ISTecochea  que  lo  llevaba  á  an- 
cas de  su  caballo  un  soldado  realista.  La  acción  duró  tres 
cuartos  de  hora.  Fué  tan  intenso  el  frió  de  esa  noche,  que  mu- 
ñeron casi  todos  los  heridos  de  uno  y  otro  ejército.  El  gene- 
ral Miller  que  reemplazó  en  el   mando  á  JSTecochea,  continuó 
persiguiendo  el  grueso  del  ejército:  el  Libertador  retiró  el  su- 
yo á  Beyes  donde  vivacó  el  7.  Después  del  descanso  necesario 
se  dispuso  la  marcha,  y  ocupó  á  Tarma  el  9,  á  Jauja  el  11,  á 
Huancayo  el  14,  á  Huantá  el  22,  y  á  Huamanga  el  24.  Aun- 
que los  realistas  no  iban  estrechamente  perseguidos  en  su  re- 
tirada, perdieron  mucha  gente;  pues  de  nueve  mil  hombres, 
llegaron  con  Oanterac  á  las  inmediaciones  del   Cuzco  menos 
de  cinco  mil  combatientes. 

Mientras  tenian  lugar  estas  maniobras  en  el  grueso  de  los 
ejércitos,  los  habitantes  de  Lima,  sufrían  gran  estorcion  por 
el  Jefe  español  Eamirez,  al  estremo  de  establecer  castigos,  sin 
distinguir  sexos  ni  personas:  también  hizo  fusilar  algunos  por 
considerárseles  insurgentes;  entre  ellos  se  numeró  el  comer- 
ciante Gamboa.  Uniase  á  esto,  las  alarmas  que  las  montone- 
ras patriotas  daban  diariamente  en  la  ciudad;  de  su  resulta  fue- 

TOM.  Vn.  LlTEEATUEA— 23 


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ron  sorprendidos  en  el  sitio  de  "Piedras  Gordas"  donde  murie- 
ron algunos  de  ellos. 

En  principio  de  Setiembre  situó  el  Virey  su  cuartel  gene- 
ral en  Limatambo  é  hizo  reunión  de  toda  su  fuerza:  mandó 
igualmente  se  le  replegase  el  general  Valdez,  que  como  se  ha 
dicho  se  hallaba  en  el  Alto-Perú  y  habia  tenido  una  cruel  ac- 
ción el  17  del  pasado  en  Lava,  diez  leguas  al  Sur  de  Potosí. 
Ko  moviendo  su  ejército  de  dicho  punto  el  Libertador  hizo  lo 
verificase  el  suyo,  y  el  12  de  este  marchó  la  iiltima  división  de 
Huamanga,  donde  quedó  encargado  de  la  Preíectuí a  el  gene- 
ral Santa-Oruz,  é  hizo  alto  en  Ohallancua,  con  cuyo  motivo 
reconoció  la  orilla  izquierda  del  Apurimac.  El  24  entraron  en 
el  puerto  del  Callao  el  navio  Asia  y  el  bergantín  Aquiles,  de 
la  Escuadra  española,  habiéndose  retirado  la  de  la  Patria. 

El  3  de  Octubre  se  separó  el  Libertador  del  ejército  j)ara 
atender  al  de  la  costa,  que  ocupaba  hasta  Cbancay  al  mando 
del  general  Urdaneta.  El  7  ancló  el  almirante  Guisse  al  frente 
de  la  isla  de  San  Lorenzo,  el  8  salió  la  Española  y  tuvieron 
combate  de  seis  ó  siete  horas  sin  ningún  resultado,  y  el  20 
marchó  la  última  al  Sur.  El  16  estuvo  Bolívar  en  Huamanga, 
el  22  en  Huancavelica,  el  28  en  Jauja  y  el  30  en  Tarma  don- 
de declaró  al  pueblo  de  Eeyes  el  dictado  de  "Heroica  Villa 
deJunin." 

La  División  del  general  Urdaneta  luego  que  tuvo  noticia 
hallarse  el  grueso  del  ejército  real  al  otro  lado  del  Apurimac, 
abanzó  á  Lima  y  entró  en  ella  el  3  de  ISToviembre:  mientras  la 
fuerza  armada  marcha  al  camino  del  Callao,  el  general  en  jefe 
entró  al  cabildo  á  recibir  Iiodicd ajes,  j^clescuidando  de  la  fuer- 
za, u^iií^  partida  de  caballería  realista  al  mando  de  D.  Pedro 
Zavala,  emboscada  en  la  huerta  de  laYireyna  le  acometió  por 
retaguardia  y  por  vanguardia  Eamires  y  la  puso  en  total  dis- 
persión, lanceando  á  cuanto  i)aisano  y  militar  encontraban. 
Al  otro  dia,  bajó  á  la  dudadla  tropa  del  Callao  y  se  cometie- 
ron con  los  cadáveres,  indesibles  obcenidades  por  unas  muje- 
res que  seguían  á  aquel  partido. 

Habiendo  tomado  el  Ejército  realista  la  iniciativa,  comen- 
zó á  operar  ofensivamente  desde  Aecha  el  5  donde  habia  con- 
centrado sus  fuerzas:  con  este  motivo  el  Ejército  Libertador 
que  se  hallaba  en  Lanibrama  comenzó  el  7  su  retirada  y  con- 
tinuaron ambos  do  posición  en  posición,  en  tal  extremo  que  el 
20  las  partidas  descubiertas  se  encontraron  en  las  alturas  de 
Bombón  cerca  de  Chincheros;  batiéronse  en  el  Pampas  donde 
fueron  cortados  por  el  ejército  real  que  quedó  en  Concepción 
y  aquel  en  Uripa.  El  25  los  realistas  hicieron  un  movimiento 
lateral  sobre  su  izquierda  en  dirección  de  Vilcashuaman.  El 
general  Sucre  deseoso  de  restablecer  su  comunicación  con  Li- 


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maj-atravezó  el  vallodo  Poiiuicocha  sin  ser  molestado  en   los 
desfiladeros  hasta  entrar  en  Ocros. 

El  19  de  Diciembre  campó  el  Ejército  en  Matará:  los  espa- 
ñoles al  sentir  este  movimiento,  repasaron  rápidamente  á  la 
izqnierda  del  Pampas  y  se  situaron  en  el  borde  de  la  meseta, 
por  donde  los  patriotas  habían  bajado  el  dia  anterior.  En  la 
tarde  del  3  habiéndose  retirado  los  realistas  sobre  su  izquierda;, 
como  para  tomar  el  camino  real  de  retaguardia,  continuó  el 
general  Sucre  su  retirada;  empero;  mientras  desfilaba  por  el 
valle  de  Oorpaguaico,  fué  atacada  su  retaguardia  por  una  di- 
visión de  Valdéz  que  sin  ser  vista  se  habia  adelantado  aquella 
mañana;  dispersó  al  batallón  Rifles  y  parte  de  Vargas,  é  hizo 
una  mortandad  de  mas  de  300  hombres:  perdióse  todo  el  par- 
que, una  j)ieza  de  artillería,  todas  las  muías  y  caballos  de  re- 
puesto. El  4  los  españoles  engreidos,  destacaron  cinco  batallo- 
nes y  seis  escuadrones  por  las  alturas  de  la  izquierda  á  desca- 
bezar la  quebrada,  y  el  Ejército  unido  que  deseaba  á  cualquier 
riezgo  aventurar,  la  batalla,  se  situó  en  medio  de  la  gran  lla- 
nura de  Tambo  Cangallo,  la  que  no  aceptada,  en  la  noche  se- 
parándose del  camino  real  que  conduce  á  Huamanga,  oblicua- 
ron á  la  derecha,  y  atravezaron  la  profunda  y  escabrosa  que- 
brada de  Acroco,  y  ala  mañana  del  5  estuvieron  en  el  pue- 
blo de  Guanchao,  continuando  á  Acos-Vinchos,  los  españoles 
á  Tambillo  hallándose  siempre  á  la  vista.  El  6  llegaron  aque- 
llos al  pueblo  de  Quinua  y  los  realistas  se  colocaron  á  la  es- 
palda en  las  alturas  de  Pacaycasa  y  siguieron  el  7  por  la  im- 
penetrable quebrada  de  Huamanguilla.  El  general  Suere  que 
hasta  la  fecha  habia  dirigido  la  retirada  con  tino,  conocía  que 
su  ejército  reducido  en  fuerzas  por  la  deserción,  no  podía  sal- 
varlo de  una  completa  derrota,  sin  un  esfuerzo  desesperado; 
tanto  mas  cuanto  que  los  españoles  habían  mandado  inutili- 
zar los  desfiladeros  y  cortar  los  puentes:  por  lo  que,  el  indica- 
do general,  con  el  general  La-Mar  se  adelantaron  á  reconocer 
el  terreno,  porque  no  quedaba  otro  medio  que  batirse.  IsTo  se 
encontró  otro  mas  aparente  que  el  campo  de  xlyacucho  situa- 
do al  occidente  del  pueblo  de  Quinua,  es  de  forma  casi  madra- 
da,  de  cerca  de  una  legua  de  circunferencia,  y  flanqueado  á 
derecha  é  izquierda  |)or  barrancos  profundos  y  escabrosos;  á 
retaguardia  del  llano  ó  parte  occidental  hay  una  bajada  gra- 
dual de  dos  leguas  n\  camino  j)ríncípal  de  Huamanga  á  Huan- 
ta,  la  cual  corre  al  pié  de  una  montaña  que  se  eleva  perpendi- 
cularmente,  y  sin  salida  conocida,  el  lado  oriental  del  llano  lo 
forma,  la  inmensa  y  escabrosa  montaña  de  Oondorcanqui  que 
corriendo  K.  á  S.  domina  el  campo  referido.  En  la  tarde  del  8 
la  ocupó  elYírey  con  todas  sus  fuerzas.  El  frescor  de  la  aurora 
del  dia  9  parecía  influir  en  el  ánimo  de  las  tropas,  y  el  Sol  vi- 


—180— 
vificante  tendió  sus  rayos  para  fortificar  á  los  que  peleaban 
por  la  libertad.  La  línea  de  la  patria  formaba  en  este  orden:  á 
la  derecha,  la  división  del  general  Oórdova,  á  la  izquierda  la 
del  general  La-Mar:  al  centro  la  caballería  al  mando  del  ge- 
neral Miller,  y  en  reserva  la  división  del  general  Lara. 

A  las  nueve  de  la  mañana  principió  á  descender  de  la  mon- 
taña la  división  de  Villalobos,  con  el  Yirey  pié  á  tierra:  la  de 
Monet  comenzó  igualmente  á  desfilar   directamente   al  llano; 
la  caballería  llevando  de  destro  sus  bestias  hizo  igual  movi- 
miento, y  á  proporción  que  llegaban  formaban  en  columna. 
Durante  esta  operación  el  general  Sucre  recorrió  la  línea  y 
animó  la  tropa  con  las  lacónias  -palabras  "De  los  esfuerzos  de 
hoy,  pende  la  suerte  de  la  América  del  Sur"  y  mandó  atacar 
á  Oórdova  y  dos  regimientos  de  caballería:  este  bizarro  gene- 
ral se  desmontó  de  su  caballo,  se  colocó  á  unas  quince  varas 
al  frente  de  su  división  formada  en  dos  columnas  paralelas, 
con  la  caballería  en  el  claro;  y  levantando  su  sombrero  dijo: 
"Adelante  paso  de  vencedores"  y  atacando  todo  fué  uno.  Los 
españoles  esperaron  firmes  y  llenos  de  una  visible  confianza: 
al  Virey,  Monet  y  Yillalobos  se  veian  á  la  cabeza  de  las  divi- 
siones, presenciando  y  dirijiendo  la  formación  de  sus   colum- 
nas. Al  fin  pelearon  por  algún  tiempo  á  la  arma  blanca,  hasta 
que  cargando  los  escuadrones  españoles,  rompieron  el  fuego: 
rechazados  y  desesperados  por  la  caballería  que  mandaba  el 
coronel  Silva,  fué  obra  del  momento,  al  extremo  de  caer  este 
jefe  cubierto  de  heridas:  los  realistas  perdieron  terreno  y  fue- 
ron arrojados  á  las  alturas,  por  donde  no  mucho  habían  baja- 
do intrépidos.  Entre  tanto,  la  división  de  vanguardia  de  Val- 
déz  que  mandaba  la  derecha  con  cuatro  piezas,  cuatro  bata- 
llones y  dos  escuadrones  bajando  por  las  laderas  del  norte  de 
la  montaña,  i^enetró  por  la  izquierda  á  tiro  de  fusil,  en  el  mo- 
mento importante  del  choque  que  acaba  de  describirse,  rom- 
pió un  fuego  vivísimo  con  sus  piezas  de  artillería  y  un  bata- 
llón desplegado  en  guerrilla;  pero  llegando  en  oportunidad  el 
batallón  Vargas  al  frente  y  ejecutando  los  Huzáres  de  Junin 
la  orden  de  cargar  por  los  flancos,  lo  obligaron  á  replegarse  al 
otro  lado  de  un  barranco  donde  presentaban  nueva  resistencia; 
pero  reunidas  las  fuerzas,  el  coronel  Plaza  con  su  batallón  fue 
el  primero  que  atravesó  el  barranco  para  apoyar  á  la  caballe- 
ría: el  colnandante  Moran  con  Vargas  ejecutó  igual  movi- 
miento por  la  derecha  y  los  demás  cuerpos  atacaron   con  tal 
resolución  que  arrollaron  á  los  españoles:  se  apoderaron  de  su 
artillería  y  fué  completa  la  derrota.  Esta  acción  memorable 
no  duró  mas  de  una  hora. 

Desalojado  el  campo  de  la  fuerza  activa,  el  general  Oór- 
dova, trepando  con  un  cuerpo  las  formidables  alturas  de  Gun- 


—181— 
durcanqui,  tomó  prisionero  al  Virey  ya  herido,  y  el  general 
La-Mar,  salvando  en  la  persecución  las  difíciles  quebradas  de 
su  flanco,  no  dio  lugar  á  los  españoles  para  que  reuniesen  los 
dispersos,  pues  se  apoderó  de  la  cumbre  y  antes  de  ponerse  el 
Sol,  pidió  Oanterác  suspensión  de  armas,  para  entrar  en  ca- 
pitulación. En  efecto,  bajó  con  Lámar  á  la  tienda  del  general 
Sucre,  donde  la  acordaron  quedando  prisioneros  de  guerra  los 
generales  Laserna,  Oanterác,  Yaldéz,  OarrataJá,  Monet,  Villa- 
lobos, Ferras,  Bedoya,  Somocurcio,  Oaciio,  Atero,  Landazuri, 
Garcia-Oamba,  Pardo,  Vi  gil,  y  Tur,  16  coroneles,  68  tenientes 
coroneles,  484  oficiales  y  3,200  soldados,  cabos  y  sargentos  [el 
resto  se  babia  dispersado]  inmensa  cantidad  de  fusiles  y  cuun- 
to  elemento  militar  poseían.  El  campo  quedó  lleno  de  cadáve- 
res y  heridos,  de  los  primeros  se  encontraron:  de  los  españoles 
1800  y  de  la  patria  370:  de  los  segundos  700:  y  609. 


ESTADO  EN  QUE  SE  DI VIDIAíí  AMBOS  EJÉECITOS 

EX  EL   CAMPO  DE  BATALLA. 

Ejército  Beál. 

General  en  Jefe,  el  Virey  D.  José  La- Serna. 
Jefe  de  E.  M.  G.  Don  José  Oanterác. 
1er.  Ayudante  General  D.  José  Oarratalá. 

DIVISIÓN  MONET. 


19  de  Burgos 
Batallón  Guias. 


19  y  29  Gerona 
29  del  Imperial. 


19  del  Imperial 
Batallón  del  Oentro 


29  del  Eegimiento 
Batallón  Victoria. 


DIVISIÓN  VILLALOBOS. 


19  del  1er.  Eegimiento. 
Batallón  Fernandinos. 


DIVISIÓN  DE  VALDEZ. 

Batallón  Oantabria. 
Batallón  de  Oastro. 


DIVISIÓN  DE   OABALLEEIA,  FEKRAZ. 


Granaderos  de  la  Guardia. 
Dragones  de  la  Union. 


Huzáres  de  Fernando  VIL 
Escuadra  de  San  Oárlos. 

Eecuadra  de  Alabarderos. 
Tenia  de  fuerza  disponible  9810  hombres. 


-182- 


EjérGÍto  Unido. 


General  en  Jefe,  Antonio  José  de  Sucre. 
Jefe  de  Estado  M.  G.  Agustín  Gamarra. 
1er.  Ayudante  G.  Coronel  O'  Connor. 


DIVISIOÍÍ  DE   OORDOVA. 


Batallón  Bogotá. 
Voltijeros. 


Bargas 
Eifles. 


Caracas. 
Pichincha. 

DIVISIOX  DE  LAEA. 

Vencedores. 


Legión  Peruana. 
Batallón  Kámero  1? 


DISISION   DE  LA -MAE. 

Ídem  20. 
ídem  39 

DIYISION  DE   caballería,  MILLER. 


Húzares  de  Junin. 
Granaderos  de  ídem. 


Húzares  de  Colombia, 
ídem  de  Buenos  Ayres. 
Tenia  de  fuerza  disponible  5^780  hombres. 

El  Libertador  habia  ocuj3ado  la  capital  de  Lima  desde  el  6, 
trayendo  en  su  compañía  á  D.  Bernardo  Monteagudo:  mandó 
poner  sitio  á  las  fortalezas  del  Callao,  donde  se  encerró  Rodil: 
habilitó  por  mayor  el  puerto  de  Chorrillos:  restableció  los  mi- 
nisterios del  despacho,  erigió  la  Corte  Suprema  y  Superior,  y 
mandó  convocar  al  Congreso  para  el  10  de  Febrero  próximo. 
En  la  noche  del  21  se  recibió  la  confirmación  de  la  batalla  de 
Ayacucho,  que  se  celebró  con  el  entusiasnao  propio  de  un  pue- 
blo que  habia  estado  largo  tiempo  oprimido,  y  en  la  noche  del 
25  se  exhibió  un  magnífico  baile  en  el  local  de  la  Universi- 
dad, en  el  cual  la  Municipalidad  gastó  largo  de  ocho  mil  pe- 
sos. El  Teniente  coronel  D.  Ramón  Gascón  encargado  de  pre- 
sentar al  Gobernador  del  Callao  la  capitulación,  llegó  á  Lima 
y  se  trató  de  que  pasase  al  Callao:  empero.  Rodil  negóse  en- 
teramente á  tratar  con  persona  alguna,  al  extremo  de  desco- 
nocer al  general  Monet  que  también  habia  venido.  El  Ejérci- 
to Unido  continuó  su  marcha  y  en  fin  de  este,  ocupó  hasta  el 
Desaguadero,  pues  las  fuerzas  que  se  hallaban  distribuidas,  se 
sugetaron  á  la  capitulación,  verificándolo  el  31  el  generíil  Don 
Pío  Tristan,  que  después  de  la  indicada  batalla,  habia  sido 
nombrado  por  las  autoridades  del  Cuzco  Yirey  interino. 

En  principio  de  825,  mientras  el  general  Sucre  continuaba 


—183— 
en  el  Alto-Perú,  destruyendo  las  fuerzas  de  Olañeta  que  resis- 
tía tenazmente:  Bolívar  en  Lima  llevaba  al  cabo  los  arreglos 
del  país,  y  el  asedio  puesto  á  los  asilados  en  los  castillos:  el  7 
de  Enero  se  pasaron  al  servicio  del  Perú  las  lanchas  que  man- 
daba el  alférez  de  fragata  San  Julián,  y^el  10  fondeó  en  el 
puerto  la  Escuadra  chilena,  con  lo  que  quedó  cortada  toda  co- 
municación. En  la  noche  del  27  falleció  en  Lima  el  coronel 
Soler,  al  cual  estuvo  auxiliando  como  paisano  y  compañero 
Monteíigudo,  y  en  la  noohe  inmediata  28  fué  él  asesinado  por 
unos  morenos  comisionados  al  efecto,  al  lado  de  la  pileta  de  la 
iglesia  de  San  Juan  de  Dios,  donde  se  depositó  el  cadáver,  y  á 
donde  pasó  Bolívar  inmediatamente  que  lo  supo:  ha  sido  un  ar- 
cano este  suceso,  lo  cierto  es  que,  el  hechor  principal  puesto 
preso  mediante  las  medidas  tomadas  y  sentenciado  á  muerte, 
fué  mandado  poner  en  libertad  por  el  Dictador  y  remitido  á 
Colombia. 

El  primero  de  Febrero  se  declararon  establecidas  las  Cor- 
tes Superiores  del  Cuzco  y  de  Arequipa,  y  el  8  se  hizo  la  aper- 
tura del  Tribunal  Supremo  de  Justicia.  El  10  se  reunió  el  Con- 
greso ante  el  cual  depuso  Bolívar  el  poder  de  que  se  hallaba 
investido,  y  este  Cuerpo  soberano  se  lo  devolvió,  bajo  el  título 
de  "Libertador  del  Perú"  con  la  calidad  de  que  en  el  año  inme- 
diato se  reuniese  el  que  ordenaba  la  Constitución:  también  fijó 
escudo  de  armas  y  bandera  nacional,por  ley  de  24  de  Febrero. 
,E1,  general  Bolívar  trató  de  emprender  su  viaje  al  Alto-Perú, 
y  delegó  el  poder  en  un  consejo  de  Ministros  que  se  instaló  el 
Domingo  3  de  Abril;  cabalmente  en  este  dia  fué  muerto  el 
general  Olañeta,  con  lo  que  terminó  el  dominio  Español  en 
América.  Rodil  era  el  único  que  se  sostenía  en  los  fuertes  del 
Callao,  sacrificando  á  los  que,  por  capricho  seguían  su  partido: 
muriendo  en  este  miserable  recinto  la  nobleza  aristocrática 
del  Perú,  que  representaba  en  el  sistema  republicano.  El  mar- 
qués de  Torre-Tagle,  el  Conde  de  Lurigancho,  el  Conde  de 
Fuente  González,  el  de  Castellón,  Don  Diego  Aliaga,  y  otros 
muchos.  El  Conde  de  San  Donas  que  había  querido  asilarse 
en  la  Escuadra  chilena,  fué  tomado  y  fusilado  en  Lima,  el  15 
de  Abril  de  1826.  En  Enero  de  este  año  capituló  Rodil. 


El  Dr.  Don  Hipólito  ünánue  estuvo  presidiendo  el  Con- 
sejo de  Gobierno,  por  ausencia  del  general  La-mar,  y  por  la 
muerte  del  Dr.  Sánchez  Carrion  acaecida  en  Julio  de  182^. 

El  general  Don  Andrés  Santa-Cruz  se  liizo  cargo  de  la 
Presidencia  el  3  de  Julio  de  1826. 

Don  Andrés  Santa-Cruz  continuó  con  el  mando  desde  28 


—184— 
de  Enero  al  10  de  Julio  de  827  que  lo  entregó  á  Don  Manuel 
Salazar  y  Baquijano  como  Vice-Presidente. 

Don  José  La-Mar  nombrado  por  el  Congreso  Presidente 
de  la  Eepública,  gobernó  desde  el  23  de  Agosto  dia  en  que 
llegó  de  Guayaquil,  al  11  de  Julio  de  828  que  salió  á  la  cam- 
paría del  Pórtete. 

Don  Manuel  Salazar  y  Baquijano  .como  Vice-Presidente 
de  la  Eepública  por  ausencia  del  general  La-Mar. 

Don  Antonio  Gutiérrez  de  la  Fuente  General  de  División, 
tomó  el  mando  con  el  título  de  "Jefe  Supremo"  el  6  de  Junio 
de  1829.      , 

Don  Agustín  Gamarra  Gran  Mariscal,  fué  nombrado  Pre- 
sidente provisorio  de  la  Eepública  en  19  Setiembre  y  en  19  de 
Diciembre  proclamado  por  el  Congreso. 

Don  Antonio  Gutiérrez  de  la  Fuente  como  Yice-Presidente 
de  la  Eepública  el  16  de  Setiembre  de  830  por  ausencia  del 
General  Gamarra  á  sosegar  la  revolución  del  Cuzco. 

Don  Andrés  Eeyes  como  Presidente  del  Senado  por  ausen- 
cia del  Presidente  y  Yice-Presidente  el  18  de  Abril  de  1831. 
Dr.  Don  Manuel  Telleria  como  Presidente  del  Senado  por 
enfermedad  del  general  Gamarra  desde  el  28  de  Setiembre  al 
31  de  Octubre  de  1832. 

Don  José  Braulio  de  Campo-Eedondo  desde  el  25  de  Julio 
al  23Yle  ííoviembre  de  1833. 

Don  Agustin  Gamarra  volvió  á  tomar  el  mando  en  dicho 
ííoviembre,  y  gobernó  hasta  el  19  de  Diciembre  que  se  cum- 
plió el  período  Constitucional. 

Don  Luis  José  Orbegoso  general  de  Brigada,  fué  nombra- 
do por  la  Convención  ííacional  Presidente  i)rovisorio:  gobernó 
desde  el  20  de  Diciembre  hasta  el  5  de  Enero  de  834  que  se 
retiró  al  Callao. 

Don  Pedro  Bermudes  tomó  el  mando  con  el  título  de  Jefe 
Supremo  hasta  el  28  de  dicho  Enero. 

Don  Luis  José  Orbegoso  volvió  á  tomar  el  mando  el  5  de 
Febrero  hasta  el  28  de  Marzo  que  salió  para  el  interior. 

Don  Manuel  Salazar  y  Baquijano  quedó  en  el  Gobierno 
como  Presidente  del  Senado  hasta  el  6  de  Marzo  que  regresó 
Orbegoso.  Volvió  12  de  I^Toviembre  á  tomarlo  hasta  el  24  de 
Febrero  de  835. 

Don  Felipe  Santiago  Salavery  General  de  Brigada,  que 
servia  el  Gobierno  del  Callao  tomó  el  mando  Supremo  el  24 
de  Febrero,  hizo  su  salida  al  Korte  dejando  al  Coronel  Espi- 
nar y  al  Coronel  Bujanda. 

D.  Juan  Salas  General  de  Brigada,  como  Vice-Presidente 
del  Consejo  de  Estado  formado  por  el  General  Salavery  que- 


—185— 
dó  con  el  Gobierno  el  27  de  Setiembre  que  salió  estp ,  ,qou,  el» 
ejército  para  el  Sur.  í  .,'>  '.xtnU  f.r» 

D.  Juan  Bautista  Lavalle  se  hizo  cargo  del  gobierno  el  14 
de  Octubre,  por  liaberlo  así  dispuesto  el  general  Salaverry 
desde  Pisco. 

D.  Luis  José  Orbegoso  entró  en  Lima  y  se  hizo  cargo  del 
mando  supremo,  el  8  de  Enero  de  1836,  habiendo  salido  para 
Trujillo,  quedó  encargado  del  gobierno  el  Prefecto  Dr.  D. 
Francisco  Eodriguez  Piedra. 

D.  Andrés  Santa  Cruz  tomó  el  mando  supremo  en  17  de 
Agosto,  bajo  el  título  de  Protector  de  la  Coníederacion,  que- 
dando dividido  el  país  en  dos  Estados.  D.  Pío  Tristan  como 
Presidente  de  Ministros  se  encargó  del  mando  en  Febrero  de 
837  hasta  Mayo  que  volvió  el  general  Santa  Cruz. 

D.  Luis  José  Orbegoso  quedó  gobernando  con  el  título  de 
Presidente  del  Korte,  desde  Agosto  de  837  á  28  de  Julio  de 
838.  Eeasumió  el  de  toda  laEepáblica. 

El  General  D.  Agustín  Gamarra  fué  electo  Presidente  en 
22  de  Agosto,  hasta  que  marchó  al  Norte  en  ííoviembre. 

D.  José  de  la  Eiva-Aguero  nombrado  Presidente  del  Estado 
Ííor-Peruano,  entró  en  Lima  con  Santa  Cruz  en  JSToviembre 
14  de  838,  y  gobernó  hasta  fin  de  Enero  de  1839  que  se  emr 
barco  en  el  Callao. 

D.  Antonio  Yigil,  como  Jete  Superior  quedó  en  la  capital 
hasta  el  15  de  Febrero  de  1839. 

D.  Antonio  Gutiérrez  de  La-Fuente  ocupó  la  capital  el  16 
de  Febrero,  y  habilitó  para  el  comercio  el  puerto  de  Chorri- 
llos. 

D.  Agustín  Gamarra  hizo  su  entrada  el  24. 

El  general  La-Fuente  quedó  encargado  idel  mando,  por  ha- 
ber salido  el  anterior  el  23  de  Marzo. 

En  5  de  Diciembre  entró  en  Lima  el  general  Gamarra. 

El  Gran  Mariscal  D.  Agustín  Gamarra  fué  proclamado  Pre- 
sidente de  la  Eepública  por  el  Congreso,  el  7  de  Julio  de  1840. 

D.  Manuel  Menendez  como  Presidente  del  Consejo,  se  hizo 
cargo  del  gobierno  el  16  de  Marzo  de  841  en  que  marchó  el 
general  Gamarra  al  Sur  á  sosegar  el  movimiento  de  Yivanco, 
hasta  el  28  de  Junio.  El  13  de  Julio  volvió  á  encargarse  del 
mando,  por  la  salida  del  indicado  Presidente  Gamarra  al  Sur, 
y  murió  en  Inga  vi  el  . .  de  ISToviembre. 

El  general  í).  Juan  Crisóstomo  Torrico  se  proclamó  Jefe 
de  la  ísTacion  en  16  de  Agosto  de  1842. 

El  general  D.  Francisco  Vidal  29  Vice-Presidente  del  Con- 
sejo de  Estado,  se  hallaba  en  el  Cuzco  donde  tomó  el  mando 
supremo  el  28  de  Julio;  entró  en  Lima  el  18  de  Octubre.  Aun- 

TOM.  VII.  LlTEBATÜEA — ^24 


—186— 
que  entregó  el  mando  al  Vice-Presi dente  Dr.  Figuerola  el  15 
de  Marzo  de  1843,  solo  duró  este  cinco  dias,  pues  el  ejército 
no  se  convino. 

El  general  D.  Manuel  Ignacio  Vivanco  proclamado  Supre- 
mo Director  desde  principio  de  este  año  de  1843,  entró  én  Li- 
ma  el  8  de  Abril.  Salió  el  30  delÑToviembre. 

D.  Domingo  Elias  Prefecto  del  Departamento,  lo  encargó 
el  Director  de  la  Administración  desde  el  7  de  Noviembre,,  y 
gobernó  bajo  su  sistema,  hasta  el  17  de  Junio  de  1844  que 
proclamó  la  conciliación. 

Junta  Suprema  de  Gobierno:  se  erigió  en  líoviembre  des- 
pués del  triunfo  de  San  Antonio;  gobernó  todo  el  Sur  hasta 
el  10  de  Diciembre  de .1844. 

D.  Manuel  Menendez  se  hizo  cargo  del  gobierno  el  10  de 
Agosto,  el  cual  lo  pasó  al  Yi  ce-Presiden  te  D.  D.  Justo  Fi- 
güerolapor  hallarse  enfermo:  lo  reasumió  el  5  de  Octubre. 

D.  Ramón  Castilla  general  de  división,  fué  proclamado  por 
el  Congreso  Presidente  de  la  Eepública  en  19  de  Abril  de  1845. 


DOCUMENTOS  IIÍTERESANTES. 


TKATÁDO  E^iPECIÁL   ENTRE   LOS   ESTADOS    DE    BUEIfOS-AYKES 

T    CHILE. 

El  Excmo.  Director  Supremo  de  las  Provincias  Unidas  del 
Eio  de  la  Plata,  y  eíExcmo.  Director  Süpreino  del  Estado  de 
Chile,  en  uso  de  los  poderes  quei  les  están  conferidos  por  la 
Constitución  provisional  de  los  Estados  respectivos;  deseando 
poner  fin  á  la  dominación  tiránica  del  gobierno  español  en  el 
Perú,  y  procurar  á  sus  habitantes  la  libertad  é  independencia 
de  que  se  hallan  tan  injustamente  privados,  ya  efecto  de  dis- 
pensar el  auxilio,  que  los  liabitantes  de  Lima  lían  solicitado 
de  ambos  Estados  contratantes,  han  resuelto  concluir  el  pí^é- 
sente  tratado. 

A  este  efecto,  las  partes  contratantes  han  nonlbrado  por 
sus  Plenipotenciarios,  á  saber:  de  parte  del  Excmo,  Director 
Supremo  de  las  Provincias  Unidas  del  Eió  de  la  Plata,  á  D. 
Gregorio  Tagle,  Ministro  de  Estado  para  los  Departálnentos 
de  Gobierno  y  de  líegocios  Extrangeros,  y  de  parte  del  Di- 
rector Supremo  del  Estado  de  Chile,  al  coronel  D.  Antonio 
José  de  Irrizarri,  Oficial  de  la  legión  de  mérito  y  Ministro  de 
Estado.  Los  cuales  después  de  haber  canjeado  sui^  {)lenós  po- 
deres, y  Hallándolos  en  buena  y  debida  forma,  se  han  conve- 
nido en  los  artículos  siguientes: 

Artículo  19  Las  dos  partes  contratantes  condescendiendo 
al  deseo  manifestado  por  los  babitantes  del  Perú,  y  mayor- 
mente por  los  de  su  capital  de  Lima,  de  que  ellas  les  procuren 
una  fuerza  armada  para  expeler  al  gobierno  español,  y  esta- 
blecer otro,  que  sea  análogo  á  su  constitución  física  y  moral, 
las  dos  dichas  partes  se  comprometen  á  emprender  una  expe- 
dición que  á  este  efecto  se  baila  pronta  ya  en  Chile. 


—188— 
Art.  29  El  ejército  combinado  de  las  Provincias  Unidas  y 
de  Chile  dirigido  contra  las  autoridades  actuales  de  Lima,  y 
á  la  ayuda  de  aquellos  habitantes,  cesará  de  permanecer  en 
aquel  país,  desde  el  momento  en  que  baya  establecido  un  go- 
bierno conforme  á  la  libre  voluntad  de  los  habitantes,  á  no 
ser  que  pida  este  gobierno,  y  convenga  á  las  circunstancias, 
así  de  las  dos  partes  contratantes,  como  á  los  tres  Estados  de 
Chile,  Provincias  Unidas  y  Lima,  que  este  ejército  subsista 
sobre  aquel  territorio  por  cierto  tiempo.  En  este  caso  los  ge- 
nerales revestidos  de  poderes  ú  los  otros  Ministros  de  Chile, 
Provincias  Unidas  y  Lima,  deberán  tratar  sobre  este  punto 
con  el  gobierno  que  quede  establecido'  en  Lima,  mediante  á 
que  la  ejecución  de  dichos  tratados,  estará  siempre  sujeta  á  la 
ratificación  respectiva  de  las  autoridades  supremas  de  Chile  y 
de  las  Provincias  Unidas. 

Art.  39  A  fin  de  evitar  toda  causado  discordia  éntrelos 
dos  estados  contratantes,  y  el  nuevo  gobierno  que  se  forme  en 
el  Perú,  respecto  al  pago  de  los  gastos  de  la  expedición  libe- 
ratriz,  y  deseando  remover  para  lo  futuro  todo  protesto  que 
pudieran  alegar  todos  los  enemigos  de  la  América,  para  atri- 
buir á  esta  expedición  algunos  motivos  interesados,  que  se  ha- 
yan muy  ajenos  de  ella,  las  dos  partes  contratantes  se  convie- 
nen, en  no  tratar  del  reintegro  de  sus  expensas  hasta  que  pue- 
dan arreglarse  con  el  gobierno  independiente  de  Lima.  El 
ejército  combinado  observará  hasta  entonces  y  después,  una 
conducta  conforme  á  su  objeto  que  es  de  protejer,  y  no  de  obrar 
hostilmente  contra  los  habitantes,  y  respecto  á  todos  estos 
puntos,  los  gobiernos  darán  órdenes  expresas  á  sus  generales 
respectivos. 

Art.  49  El  estado  de  los  gastos  causados  por  la  expedición 
liberatriz,y  de  la  escuadra  de  Chile  que  la  conduce,  luego  que 
pase  al  mar  Pacífico,  á  este  objeto,  será  presentado  por  los  mi- 
nistros ó  agentes  de  los  gobiernos  de  Chile  y  Provincias  Uni- 
das, al  gobierno  independiente  de  Lima,  arreglando  amigable- 
mente con  él  todas  las  medidas  en  cuanto  al  importe,  época  y 
modo  de  los  pagamentos. 

Art.  59  Las  dos  partes  contratantes  garantizan  mutuamen- 
te la  independencia  del  Estado  que  se  forme  en  el  Perú,  cuan- 
do la  capital  estuviese  libre. 

Art.  69  El  presente  tratado  será  ratificado  por  el  Excmo. 
Director  Supremo  de  las  Provincias  Unidas  del  Eió  de  la  Pla- 
ta, y  por  el  Excmo.  Director  Supremo  del  Estado  de  Chile  en 
el,  término  de  sesenta  dias. 

Dado  y  firmado  en  la  ciudad  de  Buenos- Ayres,  el  5  de  Fe- 
brero de  1819. —  Antoííto  José  de  Ireizakri. —  Gregorio 
Taglb. 


—189- 


INSTKUCCION  QUIi  DEBE  OBSERVAR    EL  EJERCITO  LIBERTADOR 

DEL  PERÚ. 

En  la  ciudad  de  Santiago  de  Chile  á  23  días  del  mes  de  Ju" 
nio  de  182Q,  estando  el  Exorno.  Senado  en  su  sala  de  acuerdo 
y  en  sesiones  ordinarias,  resolvió  S.  E.  que  siendo  el  objeto 
del  Estado  de  Chile,  y  el  espíritu  que  anima  al  ejército  desti- 
nado á  la  expedición  del  Perú,  sacar  de  la  esclavitud  y  domi- 
nación del  Eey  de  España,  á  los  habitantes  de  aquellas  vastas 
provincias;  uniformar  el  sistema  de  la  libertad  civil  y  nacio- 
nal en  toda  la  América  meridional,  acabar  con  los  serviles 
partidarios  de  Fernando  VII,  que  acantonados  en  aquellos 
puntos  sostienen  con  su  acostumbrada  obstinación  una  guerra 
destructora,  y  constituir  unos  nuevos  estados  independientes, 
que  unidos  para  la  defensa  de  la  causa  común,  con  los  demás 
que  ya  han  conseguido  su  libertad,  nos  hagan  impenetrables 
á  los  ulteriores  ambiciosos  proyectos  de  los  españoles,  debia 
aun  fijarse  las  reglas  que  debe  observar  el  Excmo.  General  en 
Jefe  de  la  expedición,  y  acordadas  por  S.  E.  quedcS  decidido, 
que  estas  debian  limitarse  á  las  instrucciones  que  deben  cum- 
plirse inviolablemente  y  han  de  correr  bajo  los  siguientes: 

Artículo  19  En  los  pueblos  á  que  arribe  no  usará  de  la  fuer- 
za, sino  cuando  después  de  haber  convidado  á  sus  habitantes 
con  la  paz,  encuentre  una  obstinada  resistencia. 

Art.  29  Los  pueblos  y  provincias  que  voluntariamente  se 
entregaren,  serán  tratados  como  hermanos  en  común,  y  en 
particular  no  se  insultarán  ni  ofenderán  las  personas,  ni  los 
intereses,  y  aun  aquellos  que  no  sean  adictos  á  nuestra  causa, 
se  procurará  ganarles  con  el  bien  y  buen  trato,  haciéndoles 
entender  que  el  sistema  de  nuestra  libertad  civil  tiene  por  ob- 
jeto inseparable,  el  espíritu  de  beneficencia  y  amor  á  la  hu- 
manidad. 

Art.  o9  Cuidará  que  todos  los  individuos  del  ejército,  obser- 
ven escrupulosamente  lo  prevenido  en  el  artículo  anterior, 
castigando  con  severidad  á  los  transgresores,  y  haciéndoles 
conocer  que  mayores  y  mas  estables  conquistas  y  victorias,  se 
consiguen  con  la  buena  opinión  y  fuerza  moral,  que  con  el  ca- 
ñón y  bayonetas. 

Art.  4^  Luego  que  haga  su  entrada  en  algún  pueblo,  hará 
que  juntándose  las  corporaciones  y  principales  vecinos,  hagan 
elección  de  teniente  gobernador  ó  de  gobernador,  si  fuere  ca- 
becera de  provincia;  de  cabildo  y  demás  funcionarios  públicos 
en  el  caso  que  los  antedichos  sean  contrarios  á  la  causa  de  lá 
América,  consultando  en  estas  elecciones  el  orden  y  tranqui- 
lidad pública,  y  la  seguridad  de  lo  que  se  fuere  conquistando. 


—190— 
Art.  59  Que  á  los  gobernadores  ó  tenientes,  y  cabildos  ele- 
gidos en  la  forma  dicha,  pedirá  comedidamente  cuarteles  para 
el  ejército,  para  oficiales,  víveres  y  demás  auxilios  que  se  ne- 
cesitasen, de  modo  que  sin  ofender  en  lo  menor  el  justo  dere- 
cho de  sus  propiedades,  conozcan  todos  que  son  sus  lejítimos 
dueños  de  aquellos  territorios,  y  nuestro  ejército  no  exije  de 
ellos,  sino  los  derechos  de  la  hospitalidad,  y  las  justas  atencio- 
nes y  remuneraciones  de  unos  hermanos  que  á  costa  de  gran- 
des sacrificios  aspiran  á  sacarles  de  la  esclavitud,  y  ponerles 
en  el  goce  del  precioso  don  de  la  libertad  civil. 

Art.  6?  Hará  que  todos  los  pueblos  y  provincias  que  volun- 
tariamente se  ofrezcan  á  nuestra  amistad,  se  arreglen  los  go- 
biernos en  la  forma  que  se  ha  dicho  en  el  artículo  49,  y  que  se 
jure  y  publique  solemnemente  la  independencia  delanacioui 
española,  para  cuyo  efecto,  mandará  comisionados  de  repre- 
sentación y  probidad  que  observen  una  conducta  irreprensible, 
y  conforme  á  lo  que  se  previene  en  los  artículos  anteriores. 

Art.  79  Que  si  la  capital  del  Perú  y  algunos  otros  pueblos 
se  negasen  á  nueszras  reconvenciones  de  j)az,  y  fuese  preciso 
■  usar  ele  la  fuerza  para  tomarlos,  se  eviten  en  cuanto  sea  posi- 
ble los  saqueos,  violencias  y  demás  excesos  que  ofenden  á  la 
religión  y  humanidad. 

Art.  89  Cuidará  que  en  los  pueblos  tomados  por  las  armas, 
sareunan  los  patriotas  que  en  ellos  hubiesen,  para  que  hagan  la 
elección  de  seis  mandatarios  como  se  previene  en  el  artículo 
49  Pero  de  ningún  modo  admitirá  algún  empleo  político  para 
sí  ni  para  los  oficiales. 

Art.  99  En  la  ciudad  de  Lima,  capital  del  Perú,  se  elegirá 
conforme  á  lo  prevenido  en  dicho  artículo  49  un  director  ó  jun- 
ta suprema  como  agradase  á  los  vocales,  que  con  pleno  poder, 
gobierne  todas  aquellas  provincias,  separando  de  los  empleos 
políticos  y  militares  á  todos  los  que  sean  notoriamente  contra- 
rios á  nuestra  causa,  subrogando  líatriotas  de  probidad  é  idó- 
neos para  el  buen  servicio  del  estado. 

Art.  109  Que  solicite  de  la  suprema  autoridad  constituida 
en  la  capital,  se  forme  un  proyecto  de  constitución  provisoria, 
que  siendo  voluntariamente  suscrita  ijor  las  corporaciones  y 
vecinos  de  todo  el  estado,  se  jure  solemnemente  su  observan- 
cia en  la  metrópoli  y  en  todos  los  pueblos. 

Art.  119  Para  la  formación  de  la  constitución  se  tendrá 
mucha  consideración  en  cuanto  lo  jjermita  el  sistema  de  nues- 
tra libertad,  á  las  antiguas  costumbres  de  aquel  Estado,  qu« 
no  podrán  ser  alteradas  sin  pesadumbres  y  notables  senti- 
mientos de  sus  habitantes,  y  cuya  extirpación  debe  ser  obra 
de  la  prudencia  y  del  tiempo. 
Art.  129  Por  este  mismo  i^rincij^io  en  los  pueblos  que  se  fue- 


—191— 
ren  uniendo  á  nuestra  amistad,no  hará  la  menor  novedad  en  el 
orden  gérárquico  de  los  nobles,  caballeros,  cruzados,  títulos  &. 
Se.  y  á  cada  uno  tratará  y  liará  tratar  con  aquellas  distinciones 
que  su  actual  rango  exije. 

Art.  139  Cuidará  que  en  ninguna  parte  de  aquel  Estado  se 
hagan  secuestraciones  de  bienes,  sino  de  aquellos  que  han  fu- 
gado para  reunirse  con  los  enemigos  do  nuestra  causa,  y  de 
las  propiedades  de  los  habitantes  en  la  península;  pero  todo 
estose  practicará  por  las  comisiones  que  para  el  efecto  se  nom- 
brarán, por  las  justicias  territoriales  á  quienes  corresponde  su 
ejecución  y  aplicación,  de  los  caudales  que  de  ellos  resultasen, 
para  el  pago  del  eiército  expedicionario  y  de  la  escuadra. 

Art.  14®  A  todos  los  naturales  de  aquellas  provincias  que 
hayan  sido  contrarios  á  nuestra  libertad,  y  quieran  quedarse 
con  nosotros,  conformándose  con  el  actual  sistema,  se  les  reci- 
birá benignamente,  y  se  les  distinguirá  á  proporción  de  los 
compromisos  que  hicieren  por  nuestra  causa. 

Art.  15?  Lo  mismo  se  practicará  con  los  habitantes  españo- 
les en  aquel  Estado,  bien  que  en  lo  interior  con  aquella  caute- 
la que  exije  la  prudencia;  pues  nunca  conviene  ceder  al  ene- 
migo, á  no  ser  que  baya  dado  prácticamente  incontestables 
pruebas  de  su  compromiso  y  conversión, y  solo  en  este  caso,  se 

•  podrá  echar  mano  de  los  criollos  y  peninsulares  para  los  em- 
pleos del  Estado. 

Art.  169  En  las  contribuciones  mensuales  que  aquellos  go- 
biernos impongan  á  sus  vecinos  para  los  gastos  del  ejercito, 
escuadra,  &.  &.,  encargará  á  las  autoridades  para  el  efecto 
constituidas,  alivie  á  los  patriotas  en  cuanto  sea  posible,  y  se 
cargará  la  mano  en  primer  lugar  á  los  españoles  criollos,  ter- 

*  eos  y  obstinados,  y  en  segundo  á  los  indiferentes. 

Art.  179  Si  considerase  ser  necesario  á  la  seguridad  pública 
desterrar  á  algunos  individuos,  oficiará  sobre  ellos  á  las  auto- 
ridades constituidas,  ó  tratará  verbalmente  con  ellas,  á  fin  de 
que  lo  hagan  con  la  cordura  y  moderacion,?que  las  circunstan- 
cias ocurrentes  exigieren. 

Art.  189  Si  algunos  eclesiásticos  constituidos  empleos  pú- 
blicos, por  ser  muy  Qontrarios  al  sistema  de  nuestra  libertad, 
fuese  preciso  removerlos;  se  hará  por  las  autoridades  consti- 
tuidas, y  con  aquella  consideración  que  pide  su  carácter  y  dig- 
nidad. 

Art.  199  Las  iglesias  y  sus  bienes  serán  en  todas  sus  cir- 
cunstancias inviolables;  de  modo  que,  aun  tomando  algunos 
pueblos  por  la  fuerza,  nunca  permitirá  que  se  ponga  la  mano 
en  el  santuario  ni  en  sus  ministros;  ordenándolo  así  al  ejército, 
castigando  ejemplarmente  á  los  transgresores. 

Art.  209  Cuidará  con  el  mayor  celo  que  la  Eeligion  Santa 


—192— 
de  Jesucristo  sea  respetada  del  ejército,  y  castigará  con  se- 
veridad á  los  iDsolentes  que  hablaren  contra  las  verdades  de 
la  fé,  y  stis  adorables  misterios,  escarmentando  á  los  que  con 
una  conducta  inmoral,  escandalicen  aquellos  pueblos. 

Art.  21?  Solicitará  que  los  indios  sean  tratados  con  lenidad, 
y  aliviados  en  cuanto  sea  posible,  de  las  graves  pensiones  con 
que  los  oj)rimia  el  pesado  yugo  español,  y  que  entren  al  goce 
de  la  libertad  civil,  en  los  mismos  términos  que  los  demás  in- 
dividuos de  aquellas  pro  7incias. 

Art.  22?  Si  fuese  preciso  levantar  algunos  cuerpos  milita- 
res de  los  naturales  de  aquellas  i)rovincias  cuidará  que  en 
ellos  no  se  confundan  las  castas  entre  quienes  siempre  se  ob- 
servan ciertos  principios  de  rivalidades  ofensivas  á  la  naciOD  y 
disciplina  militar;  h^á  que  de  Jos  individuos  de  cada  especie 
se  formen  los  cuerpos  ó  compañías  auxiliares. 

Art.  23"  ISTo  hará  novedad  alguna  sobre  la  libertad  de  es- 
clavos, pues  esto  debe  ser  privativo  de  las  autoridades  que  se 
constituyeren,  y  cuya  resolución  se  debe  tratar  con  mucha  cir- 
cunspección; poro  sí  recibirá  en  su  ejército  á  todos  los  negros 
y  mulatos  esclavos,  que  voluntariamente  se  le  presentaren  sin 
darse  por  entendido  de  su  libertad,  á  no  ser  que  concurran 
gravísimas  circunstancias  que  lo  exijan. 

Art.  24?  En  el  caso  que  los  esclavos  que  se  le  presenten 
sean  tantos  que  su  ejército  no  necesite  de  todos,  y  antes  bien 
puedan  serles  perjudiciales,  deberá  remitir  á  este  Estado  el 
número  que  compongan  dos  ó  mas  batallones,  salvo  en  el  caso 
de  este  y  el  anterior  artículo,  el  derecho  de  propiedad  de  los 
amos  deberá  respetarse  para  el  cubierto  proporcional  que  se 
acuerde  por  los  estados  á  quienes  sean  aplicados. 

Art.  25?  Cuidará  de  comunicar  cualesquiera  resultados  ó, 
providencias  que  tomare  el  Supremo  Gobierno  y  Senado  de 
este  Estado,  Ínterin  se  acuerda  la  remisión  de  un  diputado  que 
deberá  elejirse  con  la  autoridad  é  instrucciones  necesarias,  y 
con  quien  solo  podrán  acordarse  los  asuntos  y  negociaciones 
diplomáticas  y  comerciales  de  ambos  Estados;  y  mandando 
comunicar  esta  resolución  al  Excmo.  señor  Supremo  Director, 
ordenó  S.  E,  se  le  manifestase   que  si  en  el  cumplimiento  de 
los  artículos  citados  se  interesa  el  honor  del  gobierno,  el  ma- 
yor aprecio  del  sistema,  y  el  crédito  de  laííacion,  sería  útil  que 
SI  fuera  posible,  marchara  con  la  expedición  el  diputado  de 
que  habla  el  presente  artículo,  y  ejecutado  firmaron  los  seño- 
res con  el  infrascrito  secvetíxvio  José Ignaeio  Cienfuegos. — Fran- 
cisco B.  Fontecüla.—Francisco  Antonio  Ferez.—Juan  A.  Alcal- 
de.—José  Maria  déla  Bosa.— José  María  Villarreal,  Secretario. 


—193— 


DESTIEERO  DE  MONTE  AGUDO.' 

En  la  heroica  y  esforzada  ciudad  de  los  Libres  del  Perú  en 
25  de  Julio  de  1822,  reunidos  en  esta  Sala  Municipal  á  las  siete 
de  la  npclie  los  señores  capitulares  que  abajo  suscriben,  con 
objeto  de  deliberar  sobre  el  contenido  de  una  representación 
suscrita  por  un  número  crecido  de  ciudadanos,  la  que  sebabia 
puesto  en  manos  del  señor  alcalde  Don  Erancisco  Carrillo  y 
Madurra,para  que  se  elevase  por  conducto  de  esta  corporación 
ál  Excmo.  Señor  Supremo  Delegado,  cuyo  tenor  era  contraído 
á  la  remoción  del  H.  Señor  Ministro  de  gobierno  Don  Bernar- 
do Monteagudo  por  haberse  hecho  el  objeto  del  disgusto  gene- 
ral del  pueblo,  con  sus  tiránicas,  opresivas  y  arbitrarias  pro- 
videncias, quitando  de  consiguiente  á  este  benemérito  vecin- 
dario la  libertad  que  con  la  mayor  decisión  habia  jurado.  Dis- 
cutida la  materia  con  la  atención  que  requería  la  gravedad 
del  asunto,  se  acordó  apoyarla  solicitud  y  dirigirla  con  la  nota 
respectiva,  por  medio  de  una  comisión  que  recayó  en  los  seño- 
res alcaldes  Don  Francisco  Carrillo  y  Mudarra,  y  Don  Eelipe 
Antonio  Alvarado,  y  el  señor  síndico  interino  Don  Manuel 
Antonio  Baldizan,  los  que  aseguraron  á  la  Municipalidad  y 
demás  ciudadanos,  hallarse  reunido  el  Excmo.  Consejo  de  Es- 
tado con  el  mismo  objeto  de  esta  Municipalidad;  y  que  estando 
concluida  la  comisión  que  les  fué  conferida,  podían  retirarse 
los  ciudadanos  que  esperaban  ansiosos  el  resultado;  los  que 
no  satisfechos  con  esta  contestación  protestaron  no  meverse 
de  la  Sala  Capitular  mientras  no  supiesen  la  decisión  última, 
lo  que  habiéndose  hecho  presente  al  Excmo.  Señor  Supremo 
Delegado  por  medio  de  los  señores  vocales  Don  Manuel  An- 
tonio Baldizan,  y  Don  Juan  Mancebo  contestaron  con  la  reso- 
lución de  dicho  Excmo.  Consejo  reducida  á  que  continuase  el 
cabildo  Ínterin  se  respondía  á  su  nota:  con  igual  contestación 
se  presenció  en  esta  sesión  el  señor  Presidente  del  Departa- 
mento y  de  esta  Municipalidad  Don  José  de  la  Eiva- Agüero. 
Y  habiéndose  acto  continuó  recibido  del  Excmo.  Señor  Supre- 
mo Delegado  por  conducto  del  Señor  Coronel  mayor  de  plaza 
Don  José  María  Kovoa,  la  nota  en  que  se  expresaba  haberse 
admitido  la  renuncia,  enterado  el  concurso  de  ciudadanos  de 
ella,  y  no  llenando  sus  ideas  exigió  ala  corporación  enérgica- 
mente oficíase  á  S.  E.  pidiendo  la  seguridad  personal  del  expre- 
sado señor  Ministro,  por  las  resultas  del  juicio  de  residencia 
que  debe  formársele  con  arreglo  al  Estatuto  provisorio,  y  ai 

TOM.  Vn.  LlTERATUBA -25. 


-194— 
mismo  tiempo  la  seguridad  individual  de  los  que  habian  suscri- 
to. El  cabildo  conforme  siempre  con  los  sentimientos  del  vecin- 
dario que  representa,  pasó  á  S.  E.  una  nota  en  esos  términos. 
En  este  acto  se  presentaron  los  limos.  SS.  Consejeros  de  Esta- 
do Don  Antonio  Alvarez  de  Arenales,y  Conde  de  Torre-Velar- 
de,  ofreciendo  á  nombre  del  Supremo  Gobierno  y  del  Excmo. 
Consejo,  que  aldia  siguiente  se  proveerla  sobre  todos  los  pun- 
tos á  que  se  contrae  la  representación  del  pueblo:  este  no  obstan- 
te el  acaloramiento  y  eficacia  que  manifestaba  por  recobrar  la 
libertad  que  conceptuaba  perdida,  bajo  la  administración  del 
señor  Monteagudo,  se  retiró  sereno,  concluyéndose  así  el  Con- 
greso á  las  diez  y  media  de  la  noche,  manifestándose  los  no- 
bles y  uniformes  sentimientos  que  animan  á  los  heroicos  habi- 
tantes de  esta  Capital,  que  efectúan  con  la  mayor  tranquilidad 
y  sosiego  transformaciones  que  en  otros  países  menos,  virtuo- 
sos, serian  causa  de  torrentes  de  sangre. — José  de  la  Eiva — 
Agüero,  Presidente — Felipe  Antonio  Alvarado. — Francisco 
Carrillo  y  Mudarra. — Mariano  Tramarria. — Pablo  Bocanegra. 
— Agustín  Vivanco. — Toribio  Alarco. — José  Luiz  Menacho. — 
Anacleto  Limo. — José  Freiré. — Juan  José  García  Mancebo. 
. — Pedro  Manuel  Escobar. — Mariana  Carranza. — Tomás  For- 
cada.  Síndico  procurador  general. — Manuel  Antonio  Baldizan, 
Síndico  procurador  general  interino. — ^Manuel  Muelle,  secre- 
tario. 


SEPARACIOíir  DEL  ARZOBISPO  LAS  HERAS. 

He  visto  con  detenida  atención  el  oficio  de  US.  de  27  de 
Agosto  en  el  me  participa  de  orden  del  Excmo.  señor  Protec- 
tor del  Perú,  que  S.  E.  ha  advertido  con  dolor,  que  se  resiste 
á  dar  cumplimiento  á  su  orden,  de  qu^  se  cierren  las  casas  de 
ejercicios.  (1)  Ko  es  lo  mismo  resistir,  que  representar  sumi- 
samente: lo  19  se  ejecuta  de  mano  armada  y  con  violencia;  y 
lo  29  con  veneración  y  respeto  se  exponen  los  inconvenientes 
que  se  encuentran;  y  en  este  modo  está  concebido  mi  oficio. 
Aun  me  asistía  otra  razón  para  manejarme  así:  y  es  que  la  bon- 
dad y  religiosidad  de  S.  E.  había  convenido  conmigo,  que  en 
asuntos  eclesiásticos  y  puntos  de  religión,  acordaría  con  mi 
dictamen,  á  fin  de  no  disponer  alguna  cosa,  que  violase  las 
reglas  de  la  Iglesia.  Creo  que  las  indicadas  reflexiones  me  sal- 


(1)  Este  motivó,  el  que  se  suspendiese  de  las  licencias  de  confesar  y  pre- 
dicar á  varios  sacerdotes,  y  otras  causales  se  promovieron  al  Ilustrísimo 
Pastorj  á  lo  que  se  opuso  vigorosamente;  por  lo  que,  se  le  ordenó  salir  del 
país  en  término  de  24  horas. 


—ios- 
varán  de  la  fea  nota  de  resistir  á  las  órdenes  del  Gobierno,  y 
por  consiguiente  que  ya  np  se  mire  con  dolor  lo  contenido  en 
mi  oficio. 

Mas  no  puedo  omitir  en  significar  que  me  deja  en  suma 
angustia,  y  nadando  en  amargura  mi  corazón,  la  prevención 
que  US.  me  hace  deque  ese  Gobierno  tiene  muchas  órdenes 
que  dar,  y  si  yo  he  de  oponer  á  ellas  escrúpulos  de  concien- 
cia, me  decida  por  el  partido  que  debo  tomar:  en  la  inteligencia 
de  que  los  decretos  que  se  den,  son  irrevocables.  Esta  preven- 
ción tiene  un  espíritu  y  sentido  mui  elevado.  Supongamos  que 
las  órdenes  que  se  han  de  comunicar,  versaran  sobre  materias 
religiosas  ó  eclesiásticas,  pues  en  las  civ.iles  y  gubernativas  no 
me  he  significado,  sino  con  mi  pronta  obediencia- 

?Y  cuáles  serán  estos  mandatos?  ¿Violarán  en  algún  modo 
á  la  Iglesia,  ó  su  vijente  disciplina?  ¿Perjudicarán  alguna  cosa 
la  moral?  ¿O  tendrán  oposición  á  las  máximas  del  evangelio 
de  Jesucristo?  pues  entonces  Dios  ha  constituido  á  los  Obis- 
pos para  que  como  Pastores  y  Guardas  del  rebaño,  que  él  mis 
mo  ha  adquirido  con  su  sangre,  levanten  la  voz,  silven  y  repre- 
senten el  extravío.  Les  amonesta  que  no  se  acobarden  á  Vista 
de  las  mayores  potestades  de  la  tierra,  y  que  si  es  preciso 
pierdan  la  vida  y  derramen  su  sangre  por  un^,  causa  justa. 
Amenazándolos  por  el  contrario  de  ser  tenidos  por  perros  mu- 
dos, que  no  ladraron,  ni  representaron,  cuando  se  perjudicaba 
la  salud  espiritual  de  las  ovejas. 

Hó  aquí  que  una  de  las  principales  obligaciones  de  los 
Obispos,  es  defender  con  vigor  el  depósito  de  la  fó  y  de  la 
doctrina,  que  se  les  ha  confiado:  y  si  el  perjuicio  viene  de  algu- 
na de  las  grandes  potestades,  representarle  con  respeto  y  su- 
misión para  no  hacerse  cómplice  y  participante  en  él  por  una 
cobarde  condescendencia:  de  este  modo  lo  practicó  con  los  Em- 
peradores del  Oriente  San  Juan  Orisóstomo,  y  con  los  del  Occi- 
dente San  Ambrosio,  y  con  los  Pro-cónsules  del  África  San 
Agustín.  Eran  aquellos  los  grandes  Señores  de  la  Tierra,  y 
sin  embargo  los  representaban  los  Obispos,  cuando  manda- 
ban alguna  cosa,  que  podia  dañar  á  las  máximas  de  la  reli- 
gión ó  de  su  iglesia. 

¿Y  será  posible,  que  el  Supremo  Gobierno  de  esta  ciudad 
prevenga  al  Arzobispo,  que  obedezca  ciegamente,  y  aun  se 
haga  el  ejecutor  de  los  decretos  que  salgan  en  asuntos  religio- 
sos y  eclesiásticos,  por  mas  que  turben  su  conciencia,  y  le  pa- 
rezcan opuestos  á  la  doctrina  sana  y  ortodoxa,  porque  sus  de- 
cretos han  de  ser  irrevocables? 

¡Ah!  ¡decretos  irrevocables!  espresion  que  me  parece  muy 
fuerte,  y  poco  adoptada  de  los  Juristas  y  Teólogos,  cierto 
estoy  que  toda  autoridad ,  humana,  por  grande  que  sea,  y  por 


—196— 
bastos  y  profundos  conocimientos  que  haya  adquirido;  jama» 
^  liega  al  grado  de  infalible  en  sus  decisiones.  Siempre  es  ca- 
paz de  ser  engañada  ó  engañarse:  por  consiguiente  nunca  sus 
resoluciones  deberán  ser  irrevocables:  este  privilegio  solo  tiene 
el  Ser  Supremo:  por  eso  el   señor  Fenelon   y  otros  políticos, 
aseguran  que  es  mas  glorioso,  y  acredita  tener  una  alma  mas 
elevada  aquel  Monarca  ó  Gobierno,  que  convencido  de  haber 
algún  error  contra  la  religión,  la  razón  ó  la  justicia,  en  sus  de- 
cretos, los  revoca;  que  aquel  que  jamás  ha  errado.  En  efecto 
querer  llevar  adelante  una  orden,  porque  solo  se  mandó  á  pe- 
sar de  que  se  representan  inconvenientes,  y  obstáculos  en  su 
cumplimiento,  opuestos  á  la  moral,  á  la  doctrina  evangélica  ó 
á  las  disposiciones  de  la  Iglesia,  es  nn  yugo  bien  pesado.  Pbr 
lo  que  á  mí  toca,  puedo  asegurar  que  he  representado  muchas 
veces,  y  aun  he  reclamado  de  las  providencias  dadas  por  las 
superiores  potestades,  las  que  persuadidas  de  mis  justos  fun- 
damentos, las  han  revocado  ó  variado.  Cuando  un  Prelado  de 
la  Iglesia  habla  en  puntos  espirituales  ó  eclesiásticos,  es  acre- 
edor á  que  se  le  oiga,  y  se  atiendan  sus  razones;  pues  el  mi»- ' 
mo  Dios  nos  amonesta  por  el  Evangelista  San  Mateo,  que 
quien  los  oye  á  la  misma  divininad  oye;  y  quien  los  despre- 
cia, desprecia  al  mismo  Ser  Supremo.    ^ 

Ka  obstante  la  referida  doctrina,  TJS.  me  dice  en  su  oficio, 
que  sino  he  de  obedecer  sin  réplica,  ni  representar  contra  los 
decretos  de  Gobierno  que  son  invariables,  elija  el  partido  que 
me  convenga  tomar.  Ya  tengo  deliberado  este  partido,  desde 
el  24  de  Julio  último,  desde  esta  fecha  puse  mi  escrito  de  re- 
nuncia de  esta  dignidad  Arzobispal  en  manos  de  S.  E.  pidién- 
dole la.  admitiese  por  los  justos  motivos   que  le  expongo, 
y  me  diese  pasaporte  para  Panamá;  pues  mi  edad  de  80  años 
y  mi  debilidad,  no  me  permitía  tolerar  la  dureza  de  los  mares 
del  Cabo:  S.  E.  condescendió  con  mi  solicitud,  y  aun  me  ofre- 
ció me  proporcionaría  barco  para  el  citado  paraje.  Si  enton- 
ces formalicé  mi  renuncia  por  los  motivos  que  expuse,  ahora 
la  repito  de  nuevo,  agregando  á  aquellas  causas,  la  de  no  aco- 
modarme existir  en  país  donde  se  fuerza  al  Prelado  á  que  cierre 
su  boca,  y  que  ahogue  los  mas  fuertes  sentimientos  de  su  con- 
ciencia: sin  que  le  sea  permitido  dejar  de  obrar  contra  ellos. 
ISTací  para  ciudadano  de  la  patria  celestial:  este  es  mi  único  fin, 
y  todo  lo  que  se  le  oponga  me  disgusta.  Espero,  que  á  la  ma- 
yor brevedad  se  me  admita  la  renuncia,  para  que   quede  ali- 
viado de  una  carga,  que  ya  se  me  hace  insoportable. 

Nuestro  Señor  guarde  la  vida  de  US.  muchos  años.  Lima 
Setiembre  19  de  IS21- Bartolomé,  Arzobispo  de  Lima -Al  H. 
Señor  Ministro  de  Estado. 


—197— 

SOBEEAKO  PAEA  EL  PERÜ. 
EXCMO.  Señoe: 

No  obstante  de  lo  insinuado  á  V.  E.  en  mi  anterior  nota 
sobre  los  puntos  que  debe  comprender  las  instrucciones  que 
lleven  los  señores  Garcia  y  Parrosien  encargados  de  levantar 
el  empréstito  en  Londres.  S.  E.  el  Protector  me  ba  prevenido 
diga  á  V.  E.,  que  el  Excmo.  Concejo  no  hecbe  en  olvido  co- 
mo punto  esencial,  el  autorizarlos  para  que  soliciten  de  una 
de  las  casas  reinantes,  un  príncipe  de  aptitud  y  prepotencia 
que  rija  los  destinos  del  Perúj  pues  está  altamente  penetrado 
que  el  gobierno  mas  conducente  á  su  felicidad  es  el  monárqui- 
co constitucional,  sistema  que  S.  E.  sostendrá  en  caso  necesa- 
rio con  toda  su  fuerza  física  y  moral. 

Dios  guarde  á  V.  E.  mucbos  años.-^Lima  Abril  2  de  1822. 
— B.  Monteagtído  (i). 
Al  Excmo.  Señor  Presidente  del  Consejo  de  Estado. 


AGREGACIÓN  DE  GUAYAQUIL. 

JUNTA  DE   GOBIERNO. 

Guayaquil,  Junio  24:  de  1822. — Reservado. 
Excmo.  Señor: 

La  victoria  de  Picbincba  debida  á  las  tropas  del  Perú  apre- 
suró la  entrada  en  Quito  del  Libertador  de  Colombia.  El  Go- 
bierno fió  al  señor  Mariscal  Lámar  la  honrosa  comisión  de  pa- 
sar á  felicitarle  á  su  nombre.  La  felicitación,  los  varios  obje- 
tos que  comprendía,  y  el  personage  á  quien  era  dirigida,  exi- 
gieron la  elección  de  un  sugeto  del  mérito  y  reputación  del  se- 
ñor Mariscal. 

En  el  momento  mismo  de  su  partida  hemos  recibido  comu- 
nicación de  ese  Supremo  Gobierno  fecha  7  del  presente  por  la 
cual  nos  participa  el  nombramiento  que' ha  hecho  en  el  mis- 
mo de  Jefe  del  E.  M.  G.  del  Perú,  y  la  orden  que  se  le  habia 


(1)  No  se  ha  podido  encontrar  los  demás  antecedentes   concernientes  á 
este  asunto,  pero  es  constante  llevaron  los  agentes  dichos,  el   encargo,  por 
cuyo  motivo  el  primer  CongresOj  declaró  insubsistentes  los  poderes  conferí 
dos  por  resolución  de  22  de  Noviembre  de  822. 


—198— 
dirigido  para  que  saliese  inmediatamente  á  servir  su  destino. 
Esta  ocurrencia  inesperada,  nos  hizo  entrar  en  un  serio  acuer- 
do; y  pesando  por  una  y  otra  parte  los  inconvenientes,  las 
ventajas,  y  las  críticas  circunstancias  de  esta  provincia,  no  he- 
mos podido  menos  que  exigir  del  señor  Mariscal  su  partida  á 
Quito.  Esperamos  que  V.  E.  no  desaprobará  esta  necesaria 
resolución  teniendo  presentes  los  poderosos  motivos  que  nos 
han  impulsado.  * 

V.  E.  debe  recordar  las  intimaciones  del  Libertador  á  este 
gobierno,  sobre  la  agregación  de  esta  Provincia  á  la  Eepúbli- 
ca:  y  su  derecho  parecerá  mas  fuerte,  sostenido  hoy  por  tres 
mil  bayonetas.  Los  jefes,  oficiales  y  parciales  que  se  han  reu- 
nido en  Quito  y  sitian  á  S.  E.  le  han  dado  los  informes  mas  si- 
niestros de  este  gobierno,  y  las  noticias  mas  equivocadas  de  la 
situación,  espíritu  y  opinión  de  este  pueblo.  Se  le  ha  hecho 
creer  (y  S.  E.  no  se  ha  desdeñado  de  descender  á  dar  crédito 
á  pueriles  imposturas),  que  toda  la  Provincia  está  decidida 
por  la  Eepública,  y  que  solo  el  gobierno  se  opone,  oprimiendo 
y  violentando  la  \7oluntad  general.  Era  pues  forzoso  que  se  re- 
mitiese á  S.  E.  un  sugeto  de  respeto,  de  crédito  y  con  toda  pre- 
sunción de  imparcialidad,  que  después  de  cumplimentarle, 
aprovechase  la  mejor  oportunidad  de  informarle  de  la  verda- 
dera situación  de  esta  provincia,  de  la  libertad  sin  límite  que 
sin  degenerar  en  licencia,  le  permite  el  gobierno  en  materia 
de  opinión;  que  le  impusiese  de  la  honradez  y  liberalidad  de 
nuestros  principios,  y  de  las  artes  que  han  puesto  en  obra  los 
enemigos  del  orden.  Todo  con  el  fin  de  descubrir  los  i)lanes 
que  se  hubiese  propuesto  el  Libertador  sobre  este  pueblo,  y 
de  suspenderlos  ó  neutralizarlos  si  fuese  posible. 

Tenemos  sospechas,  y  no  leves,  de  que  los  jefes  de  la  Eepú- 
blica persuadidos  de  que  el  gobierno  del  Perú,  ha  puesto  to- 
dos los  medios  de  disolver  el  batallón  de  ííumancia,  proyec- 
tan hacer  lo  mismo  con  la  división  de  Santa-Oruz,  y  que  ya 
han  empezado  á  pretestar  demoras  para  su  regreso.  El  señor 
Lámar  hará  desvanecer  los. inconvenientes,  apresurará  su  sa- 
lida, y  aun  esperamos  que  á  mas  de  la  fuerza  propia  de  la  di- 
visión peruana,  traiga  mil  hombres  mas  de  la  Eepública  para 
que  todos  se  embarquen  en  este  puerto,  y  vayan  con  su  coope- 
ración á  apresurar  el  dia  de  gloria  que  nos  prepara  V.  E.  Para 
este  efecto  es  indispensable  que  V.  E.  remita  transportes;  si  la 
escuadra  no  estuviese  ocupada  en  algún  otro  objeto  podría  ve- 
nir; y  entonces  la  conducion  de  las  tropas  al  Callao  seria  mas 
fácil,  mas  cómoda  y  menos  costosa.  Pero  si  la  división  baja 
de  la  Sierra  á  ese  punto,  y  no  llegan  los  transportes,  entonces 
echaremos  mano  de  los  buques  de  esta  bahía,  y  haremos  los 
mayores  esfuerzos  para  aprestar  su  marcha.  V.  E.  conocerá 


—199— 
fácilmente  que  ningún  otro  que  el  señor  Lámar  podia  prepa- 
rar, facilitar  y  ejecutar  estas  operaciones  complicadas  y  sobre 
manera  importante  al  Estado  del  Perú. 

Desde  que  recibimos  la  mencionada  intimación  del  Liber- 
tador el  gobierno  ha  creido  iniciada  la  agresión  de  esta  Pro- 
vincia, y  que  era  inevitable  un  compromiso  entre  el  Perú  y 
Colombia;  pues  ni  esta  podría  desistir  de  su  intento,  en  que  ha 
cifrado  la  parte  principal  de  su  prosperidad;  ni  aquel  podría 
ver  pasivamente  el  ultraje  de  un  pueblo  puesto  bajo  su  pro- 
tección. 

En  conclusión,  salvar  la  división  del  Perú;  aumentar  su 
fuerza,  hacerla  útil  en  la  próxima  campaña;  precaver  diferen- 
cias desagradables  entre  los  dos  Estados,  (cuyor  resultados 
podrían  ser  una  guerra  civil  que  aumentando  la  desolación  de 
América,  nos  desconceptuase  y  envileciese  á  los^  ojos  de  la 
Europa);  desimpresionar  al  Libertador  de  las  absurdas  y  de- 
testables ideas  que  se  le  han  sugerido  contra  este  gobierno; 
y  en  fin  evitar  que  los  horrores  de  la  discordia  sean  el  fruto 
de  los  sacrificios  de  este  pueblo  por  su  libertad,  por  la  de  las 
provincias  comarcanas,  y  por  lia  causa  americana;  tales  han 
sido  los  motivos  poderosos  que  nos  han  obligado  á  creer  que 
el  señor  Mariscal  Lámar  haría  un  servicio  mas  importante  á 
la  Patria,  y  al  Perú  particularmente,  partiendo  á  Quito  antes 
de  ir  á  servir  el  destino  con  que  acaba  de  honrarle  su  gobierno. 

Dios  guarde  á  Y.  E.  muchos  años. — José  de  Olmedo, — Exce- 
lentísimo señor,  Supremo  Delegado  del  Perú. 


MINISTERIO  DE  ESTADO. 

Todos  los  gobiernos  conocen  la  necesidad  de  emplear  el 
premio  y  el  castigo  para  dirigir  á  los  pueblos  según  el  plan 
que  cada  uno  se  propone:  la  gran  diferencia  consiste  en  los 
medios  que  adoptan,  y  en  los  objetos  sobre  que  se  versa  el 
ejercicio  del  poder  distributivo.  Alguna  vez  la  virtud  sufre,  y  se 
remunera  el  crimen,  y  estos  ejemplos  se  repiten  cuando  se  vé 
con  indolencia  la  suerte  pública,  ó  se  desea  con  Ínteres  su  em- 
peoramiento y  ruina.  lííada  tenia  antes  que  esperar  el  hom- 
bre de  mérito,  el  genio  emprendedor,  el  artesano  industrioso, 
en  fin  ningún  individuo  llamado  á  gozar  entre  sus  semejantes, 
un  grado  de  prosperidad  igual  á  sus  ventajas  y  aptitudes.  El 
talento  era  un  don  funesto  de  la  naturaleza,  porque  á  mas  de 
excitar  aversión  hacia  convencer  mejor  la  gravedad  del  ultra- 
je que  infería  la  fuerza  á  la  razón.  Pero  ya  está  resuelto  el 


-^200— 
problema:  existe  hoy  en  el  mundo  un  poder  más  fuerte  que  el 
de  los  tiranos:  la  filosofía  habla  en  todas  partes,  y  no  son  me- 
nos rápidos  sus  progresos  donde  encuentra  resistencia,  que 
donde  su  voz  es  oida  con  admiración.  Para  remover  entre  no- 
sotros los  obstáculos  que  oponia  la  política  del  gobierno  anti- 
guo al  fomento  de  las  lucesj  se  ha  calculado  entre  otros  medios 
en  el  decreto  siguiente: 

EL  SUPEEMO  DELEGADO 

JSe  acordado  y  decreto: 

19  En  la  semana  en  que  se  celebre  el  Aniversario  de  la  In- 
dependencia del  Perú,  se  distribuirán  en  las  capitales  de  to- 
dos los  departamentos  libres  20  lotes  de  remuneración  y  3  me- 
dallas cívicas  (1)  á  los  que  las  hayan  merecido,  según  el  tenor 
de  este  decreto: 

29  El  valor  de  los  lotes  de  remuneración,  será  el  que  sigue 
en  esta  capital:  dos  de  á  500  pesos,  dos  de  á  400:  dos  de  á  300: 
tres  de  á  200:  ocho  de  á  100  y  tres  de  á  65:  en  las  capitales  de 
los  demás  departamentos,  el  valor  de  los  lotes  será  la  mitad 
de  estos,  siendo  el  mas  alto  dé  250  pesos,  y  el  último  de  32  y  ¿. 

39  Las  medallas  serán  de  oro,  conforme  al  modelo  que  se 
dará  por  el  ministerio  de  Estado. 

49  Los  lotes  de  remuneración  y  las  medallas,  las  dará  el 
Supremo  Gobierno  en  esta  capital,  y  fuera  de  ella  los  presi- 
dentes de  los  departamentos: 

59  Se  prohibe  toda  solicitud  que  tenga  por  objeto  estos 
premios,  pues  ellos  deben  darse,  sin  previa  demanda,  en  rigo- 
roso ejercicio  de  lajusticia  distributiva: 

69  Los  lotes  de  remuneración  se  distribuirán  indistinta- 
mente á  todo  profesor  que  haya  desplegado  mas  talento  y 
aplicación,  cualquiera  que  sea  la  ciencia  ó  arte  en  que  se  ejer- 
cite, recomendándose  especialmente  á  aquellos  que  tienen 
mas  influencia  en  el  bien  común,  en  el  decoro  público,  y  en  la 
forma  de  las  costumbres:  los  comerciantes,  hacendados,  y  has- 
ta los  menestrales  que  tuviesen  la  opinión  pública  en  favor  de 
su  mayor  dedicación,  método  y  buena  fó  en  todos  sus  empe- 
ños: los  que  hubiesen  mostrado  mas  interés  por  el  fomento  de 
algún  ramo  industrial  propio  del  país  ó  introducido  en  él  otros 
que  no  eran  conocidos:  en  ñn,  todos  los  que  en  cada  año  ha- 
yan contribuido  notablemente  á  aumentar  la  prosperidad  del 
Perú,  en  cualquier  ramo  de  los  de  que  ella  depende; 

7?  Las  medallas  cívicas  se  distribuirán  á.  los  funcionarios 


(l^  Estas  se  repartieron  por  el  Congreso  á  los  generales  Tagle,  Santa- 
Cruz  y  Eiva-Aguero. 


—201— 
públicos,  que  aunque  iguales  á  los  demás  en  sus  intenciones, 
hayan  tenido  la  oportunidad  de  acreditar  mejor  la  eficacia  de 
su  celo  y  su  carácter  incorruptible:  los  ciudadanos  que  por  ac- 
tos eminentes  de  virtud,  generosidad  y  patriotismo,  hayan  me- 
recido el  aplauso  y  reconocimiento  público: 

89  Las  calificaciones  para  ambos  premios  se  harán  en  las 
municipalidades  de  las  capitales,  con  intervención  del  Fiscal 
departamental,  y  á  ellas  remitirán  las  subalternas  una  «lista 
de  las  personas  mas  dignas: 

99  El  gobierno  expedirá  á  favor  de  los  que  considere  mas 
dignos  los  títulos  de  remuneración,  y  los  remitirá  á  la  misma 
Municipalidad,  para  que  en  un  acto  público  y  solemne,  los  dis- 
tribuya á  los  interesados,  y  en  su  virtud  reciban  el  lote  ó  me- 
dalla que  les  corresponda. 

El  Ministro  de  Estado  queda  especialmente  encargado  de  la 
ejecución  de  este  decreto,  y  de  presentarlo  al  Congreso  gene- 
ral constituyente,  para  que  en  memoria  del  gran  dia  del  Perú, 
y  á  beneficio  de  su  prosperidad,  se  sancione  para  siempre. 

Dado  en  Lima  á  29  de  Abril  de  lS22.—Torre-Tagle—P.  O. 
de  S.  JE. — B.  Monteagudo. 


SOSTENIMIENTO  DE  EIVA-AGÜEEO. 

"Beunidos  en  el  gabinete  de  S.  E.  el  Presidente  de  la  Eepú- 
blica,  los  señores:  General  de  Brigada  D.  Antonio  Pedro  Bor- 
goño.  Jefe  del  Estado  Mayor;  coroneles  D.  Antonio  Gutiérrez 
de  la  Fuente  del  regimiento  de  Húsares  de  laUnion:  D.  Eamon 
Yasquez  de  Novoa,  del  batallón  de  infantería  Trujillo;  Don 
José  Luis  de  Orbegoso,  comandante  de  los  Cazadores  de  la 
Escolta,  teniendo  á  la  vista  las  comunicaciones  oficiales  diri- 
gida^ por  el  Gran  Mariscal  D.  José  Bernardo  Tagle,  y  los  de- 
cretos impresos  del  General  de  División  de  Colombia  Anto- 
nio José  de  Sucre;  y  deseando  cumplir  con  los  juramentos  sa- 
grados y  su  honor  militar,  uniformemente  resolvieron:  soste- 
ner á  costa  de  su  propia  vida,  la  independencia  del  Perú  de 
toda  nación  extranjera,  y  hacer  respetar  los  derechos  de  la 
Eepública  peruana,  atrozmente  ultrajados:  del  mismo  modo 
que  evitar  oportunamente  la  anarquía  que  asoma  al  Perú,  sos- 
tenida por  personas  extrañas  del  territorio  de  la  Eepública. 
En  su  consecuencia  unánimemente  se  decidieron  á  no  recono- 
cer otra  autoridad  civil  ni  militar,  que  la  del  Presidente  de  la 
Eepública  Gran  Mariscal  D.  José  de  la  Eiva-Agüero,  como 
ToM*  vu.  Literatura — ^26 


—202— 
única  legítima,  emanada  por  la  voluntad  general  de  los  pue- 
blos libres,  y  proclamada  por  los  ejércitos  del  Perú:  que  para 
llevar  adelante  el  plan  de  operaciones  militares,  que  ponga 
término  á  la  guerra  civil,  y  asegure  la  independencia  del  Esta- 
do, se  dirija  un  tanto  de  esta  acta  al  General  en  Jefe  del  Ejér- 
cito del  Sar  el  de  División  D.  Andrés  de  Santa-Cruz,  para  que 
en  el  mismo  momento  que  llegue  á  sus  manos,  reembarque  to- 
do su  ejército,  y  recojiendo  cuanto  buque  de  transporte  hubie- 
se desde  Arica  á  Pisco,  se  dirija  á  los  puertos  del  ]!^orte  de 
Lima  el  referido  General  Santa-Cruz,  escoltando  con  todos 
los  buques  de  guerra  que  componen  la  Escuadra  que  manda 
el  Vice- Almirante  D.  Jorge  Guisse,  en  donde  pueda  entablar 
comunicaciones  con  el  legítimo  Gobierno  del  Perú  y  el  Ejérci- 
to que  se  halla  bajo  sus  órdenes.  Que,  si  poruña  medida  mili- 
tar se  viese  éste  obligado  á  retirarse  á  la  Sierra  ó  montaña, 
para  conservarse  hasta  la  llegada  del  General  Santa-Cruz  con 
su  Ejército,  cuide  este  de  ponerse  en  comunicación  en  cual- 
quiera punto  que  se  halle  situado  el  Pi'esidente  de  la  Eepúbli- 
ca  y  Ejército  peruano,  i)ara  de  ese  modo  combinar  las  opera- 
ciones que  deben  salvar  el  Perú,  y  poner  término  a  los  furo- 
res de  la  anarquía,  que  de  otro  modo  haria  precisamente  su- 
cumbir al  Perú.  Esta  medida  se  espera  del  acendrado  patrio- 
tismo del  General  Santa-Cruz,  que  será  exacta  y  puntualmen- 
te cumplida  por  parte  del  referido  Genera],  sean  cual  fueren 
las  ventajas  que  hubiesen  conseguido  en  las  provincias  del  Sur, 
como  que  todas  ellas  serian  efímeras  ó  insubsistentes,  hallán- 
dose como  se  halla  el  Perú,  en  la  mas  completa  anarquía,  y 
no  pudiendo  x^or  consiguiente  contarse  con  los  auxilios  de  los 
aliados  para  sostener  j)or  mas  tiempo  la  lucha  contra  los  espa- 
ñoles. Por  esta  razón,  se  repite,  espera  la  Junta  de  jefes  que  el 
General  Santa-Cruz  bajo  la  mayor  reserva  se  embarque  sin 
pérdida  de  instante,  sin  que  nadie  del  ejercito  ni  de  aquellos 
pueblos  sea  sabedor  de  su  resolución;  y  si,  lo  que  no  se  presu- 
me la  junta,  omitiese  este  x^íiso  el  referido  General  Santa- 
Cruz,  desde  ahora  se  le  hace  responsable  á  la  pérdida  del  Perú, 
como  que  se  vuelve  á  decir,  sin  la  conservación  del  orden  in- 
terior, y  obediencia  á  la  suprema  autoridad  del  Estado,  no  es 
absolutamente  i)osible  el  que  el  ejército  del  Perú  -pueda  con- 
servar las  ventajas  que  haya  adquirido,  ni  aun  existir  p(¿r  mu- 
cho tiempo;  y  por  el  contrario,  reuniéndose  por  la  parte  del 
norte  de  Lima  con  el  ejército  de  reserva,  podrán  ambos  ejér- 
citos peruanos  unidos,  conseguir  afirmativamente  ventajas  so- 
bre la  división  española  situada  en  Jauja,  al  tiempo  mismo 
que  la  mayoi?  parte  de  fuerzas  españolas  se  hallan  sobre  Are- 
quipa y  Cuzco;  mayormente  cuando  la  división  auxiliar  que 
manda  en  el  Sur  el  general  Alvarado,  en  vista  de  la  conducta 


—203— 
que  se  ha  observado  en  las  tropas  auxiliares,  debe  cooperar,  al 
mismo  tiempo  que  el  ejército  español,  á  la  destrucción  de  nues- 
tro ejército  del  Sur.  Por  consecuencia  de  todo,  es  de  parecer  la 
junta,  que  S.  E.  el  Presidente  de  la  República  oficie  con  testi- 
mouio  de  la  acta  al  mencionado  señor  General  D.  Andrés  de 
Santa-Cruz,  para  que  luego,  se  embarque  con  todo  su  ejér- 
cito, y  venga  con  la  Escuadra  en  los  términos  que  van  expre- 
sados, procurando  venir  en  convoy  riguroso  con  la  escolta  de 
todos  los  buques  de  guerra,  á  fin  de  que  no  sufra  algún  desvio 
ó  estorcion  por  hostilidad.  Igualmente  se  le  previene,  que  si 
hubiese  llegado  allí  la  División  de  Ohile,  le  deje  las  instruc- 
ciones competentes  al  tiempo  de  darse  á  vela,  i)ara  que  no  su- 
fra algún  descalabro  por  la  separación  del  ejército  del  Perú;  y 
á  los  pueblos  y  gobernadores  las  que  corresponden,  haciéndo- 
les entender  que  se  vé  en  la  presicion  de  dar  un  golpe  á  los 
enemigos,  separándose  ]3or  algún  tiempo  de  eseterritorio,  que 
jamás  abandonará;  pero  de  ninguna  manera  les  diga  el  objeto 
ni  el  punto  á  donde  se  dirige  con  sus  tropas,  pues  de  ello  re- 
sultarían graves  y  funestas  consecuencias,  como  que  en  el  se- 
creto consiste  el  éxito  de  la  empresa.  Finalmente,  si  como 
cree  la  junta,  el  general  Santa-Oruz  parte  con  la  celeridad  del 
rayo  á  dar  la  libertad  al  Perú,  este  ejército  titulado  de  reser- 
va, se  sostendrá  á  todo  trance;  pero  si  faltase  el  apoyo  del  que 
manda  el  general  Santa-Oruz,  desde  ahora  se  protesta,  de  que 
su  pérdida,  que  dentro  de  dos  meses  es  infalible  si  permanece 
aislado,  será  debida,  no  á  la  falta  de  esfuerzo  de  sus  jefes  y 
tropa,  sino  al  abandono  en  que  los  deje  el  General  que  manda 
el  del  Sur.  Del  mismo  modo  ha  dispuesto  la  junta  que  se  pre- 
venga al  general  Santa-Oruz,  tenga  la  mayor  vigilancia  en 
sus  tropas,  respecto  de  que  hay  indicios  seguros  de  que  por 
los  disidentes  hay  tramados  planes  contra  su  vida  y  disolución 
délas  tropas.  Sobre  todo,  no  duda  la  junta  de  que  en  un  to- 
do cumpla  el  general  Santa-Oruz  con  las  prevenciones  que  se 
le  hacen  para  su  pronto  reembarque;  y  así,  solamente  calcula 
la  junta  sobre  el  tiempo  en  que  debe  llegar  esa  división  á  es- 
tas costas,  á  donde  dirigirá  sus  comunicaciones,  bajo  las  pre- 
cauciones mas  oportunas,  á  fin  de  que  no  sean  interceptadas, 
tanto  en  la  mar  como  en  tierra,  valiéndose  de  personas  de  to- 
da su  confianza.  Todo  lo  que  firmaron  en  la  ciudad  de  Truji- 
11o  á  2  de  Agosto  de  1823.— José  de  la  Riva-Agüero  — Pedro 
Antonio  Borgoño. — Antonio  Gutiérrez  de  la  Fuente. — Hamon 
Novoa. — Luis  José  Orhegoso. 


-204— 


PEOCLAMA. 

Pernanos:  El  Congreso  constituyente  del  Perú  me  acaba  de 
honrar  con  su  ilimitada  confianza.  Al  terminar  sus  sesiones 
me  ha  conferido  su  poder  supremo  dictatorial. 

Peruanos:  Las  circunstancias  son  horribles  para  nuestra 
.  Patria:  vosotros  lo  sabéis;  pero  no  desesperéis  de  la  Eepública. 
Ella  está  espirando  pero  no  ha  muerto  aún.  El  ejército  de  Co- 
lombia está  todavía  intacto,  y  es  invencible,  Esperamos  ade- 
más diez  mil  bravos  que  vienen  de  la  Patria  de  los  Héroes  de 
Colombia.  |,Quereis  mas  esperanza? 

Peruanos:  En  cinco  meses  hemos  esperimentado  cinco  trai- 
ciones ó  defecciones;  pero  os  quedan  contra  millón  y  medio  de 
enemigos  catorce  millones  de  americanos  que  nos  cubrirán  con 
el  escudo  de  sus  armas.  La  Plata,  Chile,  Méjico,  y  Colombia 
están  por  vosotros.  La  justicia  también  os  favorece,  y  cuando 
se  combate  por  ella,  el  cielo  no  deja  de  conceder  la  victoria. 

Peruanos:  Sed  pacientes,  y  esperadlo  todo  de  vuestros  in- 
victos hermanos  de  armas,  porque  ellos  no  cuentan  con  una 
ciega  fortuna  como  los  españoles,  sino  con  sus  pechos  genero- 
sos. El  campo  de  batalla  dirá'  á  quien  pertenece  el  Perú  si  á 
los  hijos  del  acaso  ó  á  los  hijos  de  la  gloria. 
Cuartel  General  en  Pativilca  á  13  de  Febrero  de  1824. 

Bolívar, 


PEOCLAMA  A  LOS  SOLDADOS  DEL  EJEECITO 

VENCEDOR  EN  AYA  CUCHO. 

Soldados:  habéis  dado  la  libertad  á  la  América  Meridional 
y  una  cuarta  parte  del  mundo  es  el  monumento  de  vuestra 
gloria.  ¿Donde  no  habéis  vencido? 

La  América  del  Sur  está  cubierta  de  trofeos  de  vuestro  va- 
lor; pero  Ayacucho,  semejante  al  Chimborazo,  levanta  su  ca- 
beza erguida  sobre  todos. 

Soldados:  Colombia  os  debe  la  gloria  que   nuevamente  le . 
dais:  el  Perú  vida,  libertad,  y  paz.  La  Plata  y  Chile  tambieu 
os  son  deudores  de  inmensas  ventajas.  La  buena  causa:  la 
causa  de  los  derechos  del  hombre,  ha  ganado  con  vuestras  ar- 
mas su  terrible  contienda  contra  los  opresores.  Oomtemplad 


—205— 
pues,  el  bien  que  habéis  hecho  á  la  humanidad,  con  vuestros 
heroicos  sacrificios; 

Soldados:  recibid  la  ilimitada  gratitud  que  os  tributó  á 
nombre  del  Perú.  Yo  os  oíVesco  igualmente,  que  seréis  recom- 
pensados, como  merecéis,  antes  de  volveros  á  vuestra  hermo- 
sa patria.  Mas  no,jamas  seréis  recompensados  dignamente: 
vuestros  servicios  no  tienen  precio. 

Soldados  peruanos:  vuestra  patria  os  contará  siempre  en- 
tre los  primeros  salvadores  del  Perú. 

Soldados  Colombianos:  centenares  de  victorias  alargan 
vuestra  vida  hasta  el  término  del  mundo— Cuartel  general  en 
Lima,  á  25  de  Diciembre  de  1824. — boltvak. 


HISTORIA. 

BE 


LA  ION  JA- ALFÉREZ 


ESCRITA  POR  ELLA  MISMA. 


G^s^^^?r^ 


ADVERTENCIA. 


Libro  escasísimo  es  la  Historia  de  la  Monja-Alferez  Da-  Ga 
talina  de  Arauso,  escrita  por  ella  misma,  y  cediendo  á  las  jns 
tancias  de  muclias  personas,  Le  creído  conveniente  reimpri 
mirlo.  Las  aventuras  de  esta  mujer-hombre  ofrece  gran  inte- 
rés histórico,  y  acaso  darán  luz  sobre  algunos  sucesos  que  se 
relacionan  con  el  Perú. 

"Quisiera  yo,  en  verdad,  dice  el  prologuista  de  este  curioso 
''libro,  que  mi  heroína  hubiese  merecido  este  nombre  por  sus 
"virtudes;  que  hubiera  utilizado  las  grandes  calidades  de  que 
"la  dotó  la  naturaleza;  que  de  su  claro  entendimiento,  de  aque- 
"llas  disposiciones  felices  con  que  en  las  variadas  situaciones 
"de  su  vida  mostró  toda  la  extencion  de  su  capacidad,  hubiese 
"hecho  un  uso  acertado  y  noble,  ilustrando  su  sexo  por  la  su- 
"perioridad  de  su  razón;  que  su  ánimo  exforzado  y  varonil 
'^exenta  de  las  manchas  de  los  delitos,  renunciando  á  la  triste 
"celebridad  de  jaques,  espadachines  y  perdonavidas,  se  hubie- 
"ra  exclusivamente  empleado  sobre  el  campo  del  honor  en 
"añadir  nuevos  timbres  á  las  glorias  de  su  patria.  Mas  por  des- 
"gracia  la  D^  Catalina  de  Erauso  está  muy  distante  de  ser  un 
"modelo  de  imitación.  Mezcla  extraña  de  grandeza  y  de  fu- 
"nestas  inclinaciones,  su  valor  es  las  mas  veces  irrascibilidad 
"ciega  y  feroz  su  ingenio  travesura,  y  sin  merecer  el  nombre 
"de  grande  tiene  que  contentarse  con  el  de  muger  extraordi- 
"naria  y  peregrina,  y  no  puede  reclamar  aquella  admiración, 
"aquella  especie  de  culto  que  las  generaciones  reconocidas 
ToM.  VII  Literatura — 27 


—210— 
"tributan  solo  al  empleo  útil  de  los  talentos,  al  uso  justo  y  be- 
"neficio  de  la  fuerza,  al  heroísmo  de  la  virtud. 

"Sin  embargo,  yo  be  creido  que  su  historia  debe  ser  publi- 
"cada;  su  memoria  trasmitida  á  la  posteridad,  como  un  nuevo 
"ejemplar  que  aumenta  la  colección  de  estos  fenómenos  raros, 
"que  así  merecen  exitar  la  curiosidad  del  fisiólogo  y  del  filóso- 
"fo,  como  la  del  hombre  público.  Al  notar  por  ejemplo  que  en 
"esta  muger  asambrosa  la  fuerza  de  sus  músculos,  la  rigidez  y 
"dureza  de  su  organización,  sus  calidades  varoniles  llevan 
"consigo  la  extinción  absoluta  de  las  pasiones  y  deseos  pro- 
"pios  de  su  sexo  [1]  el  primero  podrá  examinar,  si  estos  en  la 
"economía  animal  están  vinculados  á  la  conformación  exter- 
"na  ó  interna  de  ciertos  órganos;  si  en  ellos  debe  localizarse 
"su  acción,  ó  si  teniendo  en  otro  su  residencia  x)rimitiva,  los 
"estímulos  que  por  lo  común  en  aquellos  aparecen  y  sentimos, 
"son  puramente  simpáticos,  en  términos  que,  por  decirlo  así, 
"un  individuo  de  la  especie  humana,  con  todas  las  apariencias 
"  esteriores  de  su  sexo,  pueda  real  y  verdaderamente  ijertene- 
"cer  á  otro;  mientras  que  el  filósofo  observando  que  esta  mu- 
"ger  extraordinaria  no  solo  se  olvida  del  suyo  en  las  acciones 
"comunes  á  los  dos,  sino  en  aquellas  en  qne  esencialmente 
"consiste  la  diferencia  de  entrambos,  y  que  llega  hasta  adqui- 
"rir,  y  sentir  las  inclinaciones  y  deseos  del  sexo  opuesto,  [2] 
"deducirá  de  este  fenómeno  ideológico  y  moral,  hasta  qué 
"punto  la  influencia  de  nuestros  juicios  habituales,  y  por  con- 
"secuencía  la  acción  de  la  educación,  es  decir,  la  de  los  ejem- 
"plos  y  hechos  repetidos  son  capaces  de  modificarnos,  de  alte- 
"rar  y  trastornar  los  movimientos  menos  dependientes  al  pa- 
"recer  de  nuestra  voluntad,  las  leyes  mas  mecánicas  de  nues- 
"tra  organización:  deponiendo  entrambos  en  el  santuario  del 
"legislador  el  fruto  de  tales  y  tan  interesantes  observaciones, 
"que  de  justicia  reclaman  su  primera  atención.  ¡Qué  de  virtu- 
"des  malogradas  en  la  sociedad,  qué  de  crímenes  no  deshon- 
"ran  la  historia  de  lii  humanidad  por  los  viciosos  sistemas,  ó 
"el  abandono  de  la  educación!  El  heroísmo  y  la  atrocidad  no 
"son  acaso  en  su  origen  sino  una  disposición  á  todo  lo  que  es 
"grande  y  desmesurado;  un  problema  que  la  educación  resuel- 
"ve  en  un  sentido  ó  en  otro.  ¡Cuántos  de  aquellos  que  ejerci- 


[IJ  Su  castidad  es  eu  mi  dictamen  el  punto  mas  incontestable  de  su  his- 
toria, y  sin  embargo,  no  es  creiblc  que  la  que  tan  constantemente  observó, 
fué  por  respeto  á  los  preceptos  del  Decálogo.  ¿Cómo  por  principios  de  mo- 
ralidad podia  respetar  el  que  la  i)roscribe,  quien  con  tan  poco  escrúpulo  in- 
fringía los  que  le  siguen  y  preceden?  No  liabia  nacido  Catalina  de  Erauso 
para  refi'euar  sus  pasiones.  La  que  no  pareció  fué  porque  no  la  tuvo. 

[2]  Eesulta  de  la  vida  que  le  gustaba  no  los  hombres  sino  las  mugeres, 
y  entre  estas  las  boaitas  y  no  las  feas. 


—211— 
"taron  á  su  funesta  sagacidad  ea  corromper  la  moral  pública, 
"en  violar  las  leyes  á  fuerza  de  dolosa  disimulación,  de  rate- 
aras trampas  y  ardides,  y  que  hubo  de  estigmatizar  al  fin  el 
"hierro  de  la  infamia,  dirigido  su  ingenio  por  una  buena  edu- 
"cacion  habrían  servido  con  sus  talentos  al  triunfo  de  la  jus- 
"ticia  y  del  orden,  al  bien  de  la  humanidad!'' 

Espero  que  esta  reimpresión  sea  bien  acojida  por  los  lecto- 
res americanos  á  quienes  he  consagrado  mis  tareas  de  compi- 
lador. 

Lima,  Setiembre  de  1875. 

Manuel  de  Odriozola. 


HISTORIA 


DE 


LA  MONJA  ALFÉREZ. 


Nací  yo  D?  Catalina  de  Eraiiso  en  la  villa  de  San  Sebastian 
de  Guipuscoa,  en  el  año  de  1585  [1]  hija  del  capitán  D.  Mi- 
guel de  Erauso  y  de  D^  María  Pérez  de  Galagarraga  y  Arce, 
naturales  y  vecinos  de  dicha  villa  [2].  Criáronme  mis  padres 


[1]  Consta  por  su  partida  bautismal  que  uació  en  el  de  l.')92.  Después  de 
recibido  este  docmuento,  uotando  una  diferencia  de  siete  años,  que  el  ma- 
nuscrito se  lleva  adelante  en  todas  las  citaciones  hasta  el  año  de  1603,  tia- 
té  de  salir  de  la  sospecha  que  llegó  á  causarme,  si  estíiria  dicha  partida 
equivocada,  haciéndola  reconocer  de  nuevo  en  el  libro  primero  de  bautiza- 
dos de  la  Parroquia  de  San  Vicente  Mártir  de  la  ciudad  do  San  Sebastian, 
que  se  halla  al  folio  21;  y  habitíndose  encontrado  que  es  en  efecto  la  trigé- 
sima séptima  de  dicho  año  de  1592,  es  visto  que  no  hay  cojiformidad  entre 
la  relación  de  la  Monja  Alférez  y  este  documento  auténtico;  que  aparece 
sin  enmienda  ni  testadura  alguna  que  autorice  la  duda.  Por  el  reconoci- 
miento escrupuloso  que  se  hizo  esta  segunda  vez  del  referido  lilu'o,  que  sien- 
do el  primero  de  bantizados,desdequese  erigió  dicha  Parroquia,  dio  princi- 
pio en  el  año  de  1588;  resulta  que  fueron  bautizados  en  ello,  en  1590,  Jua- 
"nes  de  Erauso,  en  1591,  Isabel  de  Kraiiso,  y  en  1502,  Catalina  de  Erauso: 
todos  hijos  de  Miguel  de  Erauso  y  do  Maria  Pérez  de  Galarraga,  su  muger, 
y  de  consiguiente  hermanos  carnales.  No  aparecen  en  él  las  partidas  de 
otros  hermanos  que  tuvo  Da.  Catalina,  y  señaladamente  Maria  Juana  y  Ja- 
cinta de  Eraxiso;  de  cuya  existencia  no  se  puede  dudar,  sin  embargo,  por 
constar  en  el  libro  de  profesiones  y  asientos  del  Convento  del  Antiguo;  sin 
duda  porque  fueron  bautizados  en  otra  pila,  como  sucedió  con  su  hermano 
Miguel. 

[2]  La  ciudad  actual  de  San  Sebastian  se  tituló  villa  desde  tiempo  inme- 
morial, hasta  que  el  año  de  1660  pasó  á  ella  el  señor  D.  Felipe  IV  con  su 


—214— 
en  su  casa  con  otros  mis  hermanos  hasta  tener  cuatro  años. 
En  1589  me  entraron  en  el  Convento  de  San  Sebastian  el  An- 
tiguo de  dicha  villa;  [1]  que  es  de  monjas  dominicas,  con  mi 
tia  T>^  Úrsula  de  Unza  y  Sarasti,  prima  hermana  de  mi  madre, 
Priora  de  aquel  convento,  [2]  donde  me  crié  hasta  tener  quin- 
ce años,  y  entonces  se  trató  de  mi  profesión.  Estando  en  el 
año  de  noviciado  ya  cerca  del  fin  se  me  ofreció  una  reyerta 
con  unamonjaprofesallamadaD^OatalinadeAliri,  [3]  que  viu- 
da entró  y  profesó,  la  cual  era  robusta,  y  yo  muchacha,  me 
maltrató  de  manos,  y  yo  lo  sentí.  A  la  noche  del  18  de  Marzo 
de  1600,  [4]  víspera  de  San  José,  levantándose  la  comunidad 
á  media  noche  á  maitines,  entre  en  el  coro,  y  halló  allí  arrodi- 
llada á  mi  tia,  la  cual  me  llamó,  y  dándome  la  llave  de  su 
celda,  me  mandó  traerle  el  Breviario.  Yo  fui  por  él,  abrí  y  to- 
mólo, vi  allí  en  un  clavo  colgadas  las  llaves  del  convento:  de- 
jeme  la  celda  abierta,  y  volvíle  á  mi  tia  la  llave  y  el  Breviario. 
Estando  las  monjas  en  el  coro  y  comenzados  ya  los  maitines 
con  solemnidad,  á  la  primera  lección  llegué  á  mi  tia  y  le  pedí 
licencia  porque  estaba  mala.  Mi  tia,  tocándome  con  la  mano 


hija  Da.  María  Teresa  de  Austria,  con  motivo  de  los  desposorios  que  se 
iban  á  celebrar  entre  ella  j  D.  Liüs  XIV  de  Francia,  después  de  la  paz  del 
Pirineo,  y  agradecido  el  monarca  á  los  mnclios  obsequios  que  recibió  del 
vecindario,  de  motn  propio  la  honró  con  el  título  de  ciudafl.  Sin  embargo, 
no  fué  hasta  7  de  Marzo  de  1662  que  expidió  el  diploma  correspondiente. 

[1]  Este  convento,  que  se  halla  unido  á  la  Parroquia  de  San  Sebastian 
el  Antiguo,  como  se  dirá  mas  adelante,  se  llama  así  por  ser  tradición  en 
aquel  país,  que  allí  fué  el  sitio  donde  estuvo  la  primera  población  de  este 
nombre. 

[2]  En  el  manuscrito  se  llama  esta  monja  Da.  Ui'sula  de  Sarauste,  en  cu- 
yo apellido,  así  como  en  haber  sido  Priora,  hay  precisamente  equivocación. 
La  única  monja  de  este  nombre  que  se  encuentra  en  los  libros  y  asientos 
de  este  convento,  es  Da.  Úrsula  de  Unza  y  Sarasti,  que  profesó  en  el  año  de 
1581:  pero  no  consta  quejamás  hubiese  sido  Priora.  Lo  que  pudo  suceder 
es,  que  en  el  tiempo  que  la  cita  Da.  Cataliua,  estuviese  tal  vez  siendo  pre- 
sidenta, por  ausencia  ó  enfermedad  de  la  Priora  y  Supriora,  á  causa  de  al- 
guna enfermedad  que  reinase,  como  sucedió  en  el  año  de  1603,  en  que  por 
esta  causa  salieron  fuera  del  convento  muchas  religiosas. 

[3]  En  el  manuscrito  se  llama  esta  monja  Da.  Cataliua  Alizi:  pero  esto 
es  un  error  conocido  del  copista,  no  habiendo  duda  de  que  su  apellido  era 
Aliri,  según  resulta  del  libro  de  profesiones  del  convento.  Profesó  esta  mon- 
ja en  el  año  de  1605  y  falleció  en  1657,  habiendo  sido  Priora  quince  años, 
como  se  puede  ver  en  el  documento  número  2  del  Apéndice. 

(4]  Una  vez  establecido  el  año  del  nacimiento  de  la  Monja- Alférez  en 
1585,  era  preciso  que  toda  la  relación  se  llevase  adelante  este  "error,  como 
sucede  en  el  caso  presente:  pero  habiendo  nacido  indudablemente  nuestra 
lieroina  en  1592,  no  tenia  en  la  fecha  á  que  se  refiere  este  suceso  mas  que 
ocho  años,  cuando  por  otra  parte  nos  asegura  la  misma  Da.  Catalina  que 
tenia  quince,  y  que  estaba  cercana  á  profesar.  Ademas  de  esto,  tenemoa  un 
documento  incontestable  en  el  libro  de  caja  del  convento,  en  el  que  consta 
su  existencia  en  él  hasta  Marzo  de  1607,  según  puede  verse  en  el  número 
2  del  Apéndice. 


—215— 
en  la  cabeza,  me  dijo:  anda  acuéstate.  Salí  del  coro,  tomó  una 
luz,  fuíme  á  la  celda  de  mi  tia,  y  allí  cojí  unas  tijeras,  hilo  y 
una  aguja:  tomó  unos  reales  de  á  ocho  que  allí  estaban,  las  lla- 
ves del  convento  y  salí,  faí  abriendo  puertas  y  emparejándo- 
las, y  en  la  última  que  fué  la  de  la  calle,  dejé  mi  escapulario 
y  me  salí  á  la  calle  sin  haberla  visto  ni  saber  por  donde  echar, 
ni  á  donde  irme:  tiró  no  sé  por  donde,  y  luí  á  dar  en  un  casta- 
ñar que  está  fuera,  y  cerca  á  las  espaldas  del  convento,  y  aco- 
jíme  allí,  estuve  tres  dias  trazando,  acomodándome  y  cortan- 
do de  vestir.  Cortó  ó  hice  de  una  basquina  de  paño  azul  con 
que  me  hallaba,  ,uuos  calzones  de  ini  fandallin  verde  de  per- 
petúan que  traia  debajo,  una  ropilla  y  polainas:  el  hábito  me 
lo  dejé  por  allí,  por  no  ver  que  hacer  de  él.  Cortóme  el  cabe- 
llo y  lo  tiré  por  allí,  par^í  la  tercera  noche  y  eché  no  sé  por 
donde,  y  fui  calando  caminos  y  pasando  lugares  por  alejarme 
y  vine  á  dar  a  Victoria,  que  dista  de  San  Sebastian  cerca  de 
veinte  leguas,  á  pié  y  cansada,  sin  haber  comido  mas  que  yer- 
bas que  toijaba  por  el  camino. 

Entró  en  Victoria  sin  saber  á  donde  acogerme:  á  pocos  dias 
me  halló  con  el  doctor  Don  Francisco  de  Corral tacatredático 
de  allí,  el  cual  me  recibió  íácilmente  sin  conocerme  y  me  vis- 
tió: era  casado  con  una  prima  hermana  de  mi  madre,  según 
luego  entendí,  pero  no  me  di  á  conocer.  Estuve  con  él  cosa  de 
tres  meses,  en  los  cuales  él  vióndome  leer  bien  el  ]atin,se  me 
inclinó  mas,  y  me  quiso  dar  estudio;  viéndome  reusarlo  me  por- 
fió, y  me  instaba  hasta  ponerme  las  manos.  Yo  con  esto  deter- 
minó dejarle,  y  lo  hice  así:  cogí  le  algunos  cuartos,  y  concer- 
tándome con  un  arriero  que  partía  i)aia  Valladolid  en  doce 
reales,  partí  cou  él,  que  dista  cuarenta  y  cinco  leguas. 

Entrando  en  Valladolid,  donde  estaba  entonces  la  corte,  me 
acomodé  en  breve  porx)age  de  Don  Juan  de  Idiaquez,  Secre- 
tario del  Eey  el  cual,  rae  vistió  luego  bien,  y  llamóme  allí  Eran- 
cisco  Loyola,  estuve  allí  bien  hallado  siete  meses.  Al  cabo  de 
ellos  estando  una  noche  á  la  puerta  con  otro  page  compañero, 
llegó  mi  padre  y  nos  preguntó  si  estaba  en  casa  el  señor  Don 
Juan;  respondió  mi  compañero  que  sí:  dijo  mi  padre  que  le 
avisase  que  estaba  allí:  subió  el  page,  quedándome  yo  con  mi 
padre  sin  hablarnos  palabra,  ni  el  conocerme.  Volvió  el  page 
diciendo  que  subiese,  y  subió  yendo  yo  detras  de  él:  salió  Don 
Juan  á  la  escalera,  y  abrazándolo  dijo:  señor  capitán  ¡que  bue- 
na venida  es  esta!  Mi  padre  habló  de  modo  que  él  le  conoció 
que  traia  disgusto,  entró  y  despidió  una  visita  con  que  estaba, 
y  volvió  y  sentáronse,  le  preguntó  qué  había  de  nuevo,  y  mi 
padre  dijo,  como  se  le  habia  ido  del  convento  aquella  mucha- 
cha, y  eso  lo  traia  ijor  los  contornos  en  su  busca.  Don  Juan 
mostró  sentirlo  mucho  por  el  disgusto  de  mi  padre,  y  porque  á 


—216— 
mí  me  quería  mnclio,  y  por  la  parte  de  aquel  convento,  de  don- 
de era  él  patrono  por  fundación  de  sus  pasados  (1),  y  por  parte 
de  aquel  lugar  de  donde  era  él  natural.  Yo  qne  oí  la  conver- 
sación y  sentimientos  de  mi  padre,  salime  atrás  y  faíme  á  mi 
aposento,  cogí  mi  ropa  y  me  salí,  llevándome  cosa  de  ocho  do- 
blones con  que  me  hallaba,  y  fuíme  á  un  mesón  donde  dormí 
aquella  noche,  y  donde  entendí  de  un  arriero,  que  partía  por 
la  mañana  para  Bilbao;  y  aj listándome  con  él  partimos  á  la 
mañana,  sin  saberme  yo  que  hacer  ni  adond^ir,  sino  dejarme 
llevar  del  viento  como  una  pluma. 

Pasado  un  largo  camino,  me  parece  como  de  cuarenta  le 
guas,  entré  en  Bilbao  donde  no  hallé  albergue  ni  comodidad, 
ni  sabia  que  hacerme.  Diéuonme  allí  entre  tanto  unos  mucha- 
chos en  reparar  y  cercarme  hasta  verme  fastidiado,  hube  de 
hallar  unas  piedras  y  tirarlas,  y  hubo  á  uno  do  lastimar,  no  sé 
donde  por  que  no  lo  vi,  prendiérome  y  me  tuvieron  en  la  cár- 
cel un  largo  mes  hasta  que  él  hubo  de  sanar  y  me  soltaron, 
quedándoseme  por  allá  unos  cuartos,  sin  mi  gasto  preciso.  De 
allí  luego  salí,  y  níe  pasé  á  Estella  de  íí'avarra,  que  distará 
unas  veinte  leguas  á  lo  que  me  parece.  Entró  en  Estella  don- 
de me  acomodé  por  page  de  Don  Carlos  de  Arellano,  del  há- 
bito de  Santiago,  en  cuya  casa  y  servicio  estuve  dos  años  bien 
tratado  y  vestido.  Pasado  este  tiempo,  sin  mas  causa  que  mi 
^'usto,  dejé  aquella  comodidad  y  me  pasé  á  San  Sebastian  mi 
I>atria,  diez  leguas  distante  de  allí,  y  me  estuve  sin  ser  de  nadie 
conocido,  bien  vestido  y  galán;  un  (lia  oí  misa  en  mi  convento, 
la  cual  oyó  también  mi  madre,  y  vi  que  me  miraba  y  no  me 
conoció,  acabada  la  misa  unas  monjas  me  llamaron  al  coro,  y 
yo  no  dándotiie  x)or  entendido,  les  hice  muchas  cortesías  y  lue- 
go me  fui.  Era  esto  entrado  ya  el  año  de  1603  (2).  Pasóme  de 
allí  en  el  jíuerto  del  Pasaje  que  dista  una  legua:  me  alié  allí 
el  capitán  Miguel  de  Borroiz,  de  partida  con  un  navio  suyo 
IJara  Sevilla:  le  pedí  que  ine  llevase  y  ajustóme  con  él  por  cua- 
renta reales,  me  embarqué  y  partimos,  bien  en  breve  llegamos 
á  San  Lucar:  desembarcado  en  San  Lucar  partí  á  ver  á  Sevi- 
lla, y  aunque  me  convidaba  á  detenerme,  estuve  allí  solo  dos 
dias,  y  luego  rae  volví  á  San  Lucar.  Hallé  allí  al  capitán  Mi- 
guel de  Bchazarreta,  naturalde  mi  tierra,  que  lo  era  de  un  pa- 


(1)  Este  convento  de  monjas  Domíuicíis  que  está  miido  á  la  Parroquia 
de  Sau  Sebastian  el  Antiguo,  le  fimdaron  en  el  año  de  ]546  D.  Alonso  de 
Idiaquez  del  Consejo  d(!  Estado  y  Secretario  del  Emi)erador  Carlos  V,  Co- 
mendador do  Estremadura  del  óvdeu  de  Santiago,  y  su  muger  Da.  Engra- 
cia de  Olazábal.  Ambos  yacen  sepultados  en  un  lado  del  altar  mayor. 

(2)  El  manuscrito  dice  1602,  pero  debe  ser  T603,  puesto  que  según  la  re- 
lación de  la  Monja- Alférez,  van  corridos  tres  años  desde  que  salió  del  con- 
vento, según  se  ijuede  ver  en  el  cómputo  del  Apéndice. 


—217— 
tache  de  galeones  de  que  era  general  D.  Luis  Fernandez  de 
Oórdova,  y  de  la  armada  D.  Luis  Fajardo,  año  de  1603,  (1)  que 
partia  para  la  punta  de  Araya.  Sentó  plaza  de  grumete  en  un 
galeón  del  capitán  Estevan  Eguiño,  tío  mió,  primo  hermano 
de  mi  madre,  que  vive  hoy  en  San  Sebastian,  me  embarqué  y 
partimos  de  San  Lucar,  Lunes  Santo,  año  de  1603. 


11. 


Pasó  algunos  trabajos  en  el  camino  por^er  nuevo  en  el  ofi- 
cio. Inclinóse  mi  tio  sin  conocerme  y  hacíame  agasajos,  oído 
de  donde  era  y  los  nombres  supuestos  de  mis  padres  que  yo 
di,  no  me  conoció  y  tuve  en  ól  algún  arrimo.  Llegamos  á  la 
Punta  Araya,  hallamos  una  armadilla  enemiga  íbrtiñcada  en 
tierra,  y  nuestra  armada  la  echó  de  allí  (2).  Llegamos  final- 
mente en  Cartagena  de  las  Indias,  y  estuvimos  allí  ocho  días. 
Híceme  allí  borrar  la  plaza  de  grumete  y  pasé  á  servir  al  di- 
cho capitán  Eguiño  mi  tio;  pasamos  á  líombre  de  Dios  y  estu- 
vimos allí  nueve  dias,  muñéndosenos  en  ellos  mucha  gente: 
10  cual  hizo  dar  mucha  prisa  á  partir. 

Estando  ya  embarcada  la  plata  y  aprestado  todo  para  par- 
tir la  vuelta  de  España,  yo  le  hice  un  tiro  cuantioso  á  mi  tio 
cogiéndole  quinientos  peses,  á  las  diez  de  la  noche  cuando  él  es- 
taba durmiendo,  salí  y  dije  a  los  guardas  que  me  enviaba  el  ca- 
pitana un  negocio  á  tierra:  dejáronme  llanamente  pasar  como 
me  conocían;  salté  en  tierra  y  nunca  me  vieron  mas.  De  allí  á 
una  hora  dispararon  pieza  de  leva  y  zarparon  echos  á  la  vela. 

Allí,  levada  ya  la  armada,  me  acomodé  con  el  capitán  Juan 
Ibarra,  factor  délas  cajas  reales  de  Panamá,  que  hoy  vive.  De 
allíá  cuatro  ó  seis  dias  nos  partimos  para  Panamá  donde  él 
vivia.  Estuve  con  él  cosa  de  tres  meses:  hacíame  poca  como- 
didad que  era  escaso,  y  hube  allí  de  gastar  cuanto  de  mi  tio 
habia  traído,  hasta  no  quedarme  un  cuarto,  con  lo  cual  rae  hu- 
be de  despedir  para  buscar  por  otra  parte  mi  remedio.  Hacien- 
do mi  diligencia  descubrí  á  Juan  de  Urquiza  mercader  de  Tru- 


(1)  Don  Luis  Fajardo,  uno  de  los  mas  célebres  capitanes  de  su  tiempo, 
hizo  en  el  año  de  1605  una  expedición  á  las  Salinas  de  Araya,  y  quemó  diez 
y  nueve  navios  holandeses  que  robaban  la  sal,y  tenian  en  consternación  to- 
do aquel  país,  y  pasó  á  cuchillo  toda  su  guarnición. 

Sabau  y  Blanco,  Tab.  cron.  de  la  Hist.  de  España. 

(2)  Araya.  Punta  de  tierra  en  la  costa  de  la  Nueva  Andalucía  gobierno 
de  Cumaná.  En  el  tiempo  que  se  hizo  esta  expedición  existían  allí  unas  fa- 
mosas salinas,  para  cuyo  resg-uardo  y  defensa  se  construyó  un  castillo  que 
desjjues  se  mandó  destruir  por  haberse  cubierto  de  agua  las  referidas  sali- 
nas. 

TOM.  VII.  .  LlTEKATUEA — ^28 


—218— 
jillo  y  acomódeme  con  él,  y  me  fué  muy  bien,   estuvimos  allí 
en  Panamá  tres  meses. 

III. 

De  Panamá  partí  con  mi  amo  Juan  deUrquiza  en  una  fra- 
gata para  el  puerto  de  Payta,  donde  él  tenia  una  gran  car- 
gazón. (1)  Llegando  al  puerto  de  Manta  nos  cargó  un  tiempo 
tan  fuerte  que  dimos  al  través,  y  los  que  supimos  nadar  como 
yo,  mi  amo  y  otros  salimos  atierra,  y  los  demás  perecieron.  (2) 
En  el  dicho  puerto  de  Manta  nos  volvimos  á  embarcar  en  un 
galeón  del  Eey  que  allí  hallamos,  y  nos  costó  dinero,  en  él 
partimos  de  allí,  y  llegamos  al  dicho  puerto  de  Payta.  Allí 
iialló  mi  amo  toda  su  hacienda  como  esperaba,  cargada  en  una 
nao  del  capitán  Alonso  Gerrato:  y  dándome  á  mi  orden  de  que 
toda  por  sus  números  la  fuese  descargando,  y  toda  por  sus  nú- 
meros se  le  fuese  aUá  remitido,  partió.  Yo  puse  luego  por 
obra  lo  que  me  mandó;  fui  descargando  la  hacienda  por  sus 
números:  fuíla  por  ellas  remitiendo:  mi  amo  en  Saña  por  ellos 
íué  recibiendo,  la  cual  villa  de  Saña  dista  de  Payta  unas  se- 
senta leguas,  y  á  lo  último  con  las  últimas  cargas,  yo  parti  de 
Payta  y  llegué  á  Saña.  (3)  Llegado,  me  recibió  mi  amo  con 
gran  cariño,  mostrándome  contento  de  lo  bien  que  lo  había 
hecho:  hízome  luego  al  punto  dos  vestidos  muy  buenos,  uno 
negro  y  otro  de  color,  con  todo  buen  trato.  Púsome  en  una 
tienda  suya  entregándome  por  géneros  y  por  cuenta  mucha 
hacienda,  que  importó  mas  de  ciento  treinta  mil  pesos,  i)onién- 
dome  por  escrito  en  un  libro  los  precios  á  como  habia  de  ven- 
der cada  cosa:  dejóme  dos  esclavos  que  me  sirviesen,  y  una  ne- 


(1)  La  pequeña  ciudad  y  puerto  de  Paita  situado  liácia  los  ciuco  grados 
sur  en  la  costa  del  Perú,  es  el  mas  frecuentado  i)or  los  buques  costeros  del 
tráfico.  Dista  de  Lima  por  tierra  como  unas  doscientas  leguas.  Es  país  en 
que  nunca  llueve,  lo  propio  qne  en  Lima  y  sus  costas  inmediatas:  pero  ha- 
biendo sucedido  el  fenómeno  raro  de  faltar  á  esta  regla  el  año  de  1728,  no 
estando  sus  edificios  preparados  para  defenderse  de  las  aguas  del  cielo  se 
arruinó  la  mayor  parte  de  la  ciudad. 

(2)  Este  es  un  puerto  del  mar  del  sur  situado  liácia  un  grado  latitud,  que 
toma  este  nombre  por  la  abundancia  que  hay  de  mantas.  Pez  fiero  que  tie- 
ne la  figura  de  una  manta  redonda  de  tres  ó  cuatro  varas  de  largo,  dos  de 
auclio  y  una  cuarta  de  alto,  tan  enemigo  del  hombre,  que  al  instante 
que  este  cae  al  agua  le  cubre  y  ciñe  de  tal  manera  que  le  mata,  sin  dejarle 
valer  de  sus  pies  ni  de  sus  manos  para  salvarse. 

(3)  Saña,  villa  del  Perú  situada  á  la  orilla  de  la  costa  hacia  los  7  grados 
de  latitud  sur,  en  un  territorio  fértil  y  ameno.  El  i)irata  Eduardo  David  la 
saqueó  en  el  año  do  1685,  y  desde  entonces  pasó  á  establecerse  la  mayor 
parte  del  vecindario  al  pueblo  de  Lambayeque.  La  provincia  de  Saña  es 
abundante  de  ganado,  granos,  fruta?;  y  tabaco,  del  cual  se  surten  el  Perú 
y  Chile. 


—219— 
gra  que  guisase;  y  tres  pesos   señalados  para  el  gasto  de  cada 
dia:  hecho  esto,  cargó  él  con  la  demás  hacienda,  y  se  fué  con 
ella  de  allí  á  la  ciudad  de  Trujillo,  distanto  unas  treinta  y  dos 
leguas. 

^  Dejóme  también  escrito  en  el  dicho  libro,  y  advertido  de 
las  personas  a  quienes  podía  fiar  la  hacienda  que  pudiesen  y 
quisiesen  llevar,  por  ser  de  su  satisfacción  y  seguras,  pero  con 
cuenta  y  razoo,  y  asentado  cada  partida  en  el  libro.  Y  espe- 
cialmente me  advirtió  esto  para  en  cuanto  á  mi  señora  Doña 
Beatriz  de  Cárdenas,  persona  de  toda  su  satisfacción  y  obliga- 
ción, y  se  fué  á  Trujillo.  Yo  me  quedé  en  Saña  con  mi  tien- 
da: fui  vendiendo  conforme  á  la  pauta  qué  me  quedó:  fui  co- 
brando y  asentando  en  mi  libro,  con  dia,  mes  y  año,  género, 
varas,  nombre  de  compradores  y  precios;  y  de  la  misma  suer- 
te lo  fiado.  Comenzó  mi  señora  Da.  Beatriz  de  Cárdenas  asa- 
car ropa:  prosiguió  y  fué  sacando  tan  largamente,  que  yo  lle- 
gué á  dudar:  y  sin  dárselo  á  ella  á  entender,  se  lo  escribí  todo 
por  extenso  á  mi  amo  en  Trujillo.  Respondióme:  que  estaba 
muy  bien  todo,  y  que  en  este  particular  de  esta  señora,  si  to- 
da la  tienda  entera  me  la  pidiese,  se  la  podia  entregar:  con  lo 
cual,  y  guardando  yo  esta  carta  proseguí. 

¡Quien  me  dijera  quc  esta  serenidad  me  durasen  tan  poco, 
y  que  i)resto  de  ella  habia  de  pasar  á  grandes  trabajos!  Está- 
bame un  dia  de  fiesta  en  la  comedia  en  mi  asiento  que  habia 
tomado,  y  sin  mas  atención,  un  fulano  llamado  Reyes,  vino  y 
me  puso  otro  tan  delante  y  tan  arrimado  que  me  impedia  la 
vista.  Pedíle  que  lo  apartase  un  poco,  respondió  desabrida- 
mente, y  yo  á  él:  y  díjome  que  me  fuese  de  allí,  que  me  corta- 
ría la  cara.  Yo  me  hallé  sin  armas  mas  que  una  daga,  salíme 
de  allá  con  sentimiento:  entendido  por  unos  amigos  me  siguie- 
ron y  sosegaron.  El  Lunes  por  la  mañana  siguiente,  estando 
yo  en  mi  tienda  vendiendo,  pasó  por  la  puerta  el  Reyes  y  vol- 
vió á  pasar.  Yo  reparé  en  ello,  cerré  mi  tienda,  tomé  un  cu- 
chillo, fuíme  á  un  barbero  é  hícele  amolar  y  picar  el  filo  como 
una  sierra:  púseme  una  espada,  que  fué  la  primera  que  ceñí; 
vide  á  Reyes  delante  de  la  Iglesia  paseándose  con  otro,  fuíme 
á  él  por  detras,  y  le  dije  ¡ah  señor  Reyes!  Volvió  él  y  dijo: 
¿Qué  quiere?  Dije  yo:  esta  es  la  cara  que  se  corta,  y  díle  con 
el  cuchillo  un  refilón  de  que  le  dieron  diez  puntos  (1)  él  acudió 
con  las  manos  á  su  herida:  su  amigo  sacó  la  espada  y  vínose 
á  mí,  yo  á  él  con  la  mia:  tiramos  los  dos,  y  yo  le  entré  una 


[IJ  Esta  clase  de  heridas  que  los  jaques  y  rufianes  llaman  cortar  ó  rayar 
la  cara,  y  los  marineros  pintar  un  javeque,  se  tiene  entre  ellos  por  afrento- 
sas. Lo  propio  sucede  en  algunas  otras  naciones  de  Europa,  donde  en  vez 
de  cncMllo  de  sierra  como  el  que  usó  en  este  caso  la  Monja- Alférez,  se  sir- 
ve la  gente  baja  de  una  moneda  de  cobre  afilada. 


—220— 
punta  por  el  lado  izquierdo,  que  lo  pasó  y  cayó.  Yo  al  punto 
me  entré  en  la  Iglesia  que  estaba  allí.  Luego  entró  el  Corre- 
gidor Don  Mendo  de  Quiñones,  del  hábito  de  Alcántara,  y  me 
sacó  arrastrando,  me  llevó  á  la  cárcel,  la  primera  que  tuve, 
(1)  me  echó  grillos,  y  me  metió  en  nn  cepo. 

Yo  avisé  á  mi  amo  Juan  de  Urqniza  que. estaba  en  Trujillo, 
treinta  y  dos  leguas  de  Saña.  Vino  al  punto,  habló  al  corregi- 
dor, hizo  otras  buenas  diligencias,  con  que  alca*nzó  el  alivio  de 
las  prisiones.  Fué  siguiendo  la  causa:  fui  restituido  á  la  igle- 
sia de  donde  ful  sacado  después  de  tres  meses  de  pleito  y  pro- 
cedimiento del  señor  Obispo  (2).  Estando  esto  en  este  estado 
dijo  mi  amo,  que   discurría  para  salir  de  este  conflicto  y   no 
perder  la  tierra  y  salir  del  sobresalto  de  que  me  matasen,  ha- 
bla pensado  una  cosa  conveniente,  que  era  que  me  casase  yo 
con  D^  Beatriz  de  Cárdenas,  con  cuya  sobrina  era  casado  aquel 
fulano  Eeyes  á  quien  corté  la  cara,  y  que  con  eso  se  sosegaría 
todo.  Es  de  saber  que  esta  D^  Beatriz  de  Cárdenas,  era  dama 
de  mi  amo,  y  él  miraba  á  tenernos  seguros,  á  mí  para  servicio 
y  á  ella  para  gusto,  parece  que  este  tratado  entre  los  dos  lo 
acordaron,  porque  después   que  fui  á  la  iglesia  restituido,  sa- 
lla de  noche,  iba  á  casa  de  dicha  señora,  y  ella  me  acariciaba 
mucho,  y  con  son  de  temor  de  la  justicia  me  pedia  que  no  vol- 
viese á  la  iglesia  de  noche  y  me  quedase  allá;  una  noche  me 
encerró  y  se  declaró  en  que  á  pesar  del  diancho  habia  de  dor- 
mir con  ella,  y  me  apretó  á  esto  tanto  que  hube  de  alargar  la 
mano  y  salirme:   dije  luego  á  mi  amo,  que  de  tal  casaniiento 
no  habia  de  tratar,  porque  por  todo  el  mundo  yo  no  lo  haria, 
á  lo  cual  él  porñó,  y  me  prometió  montes  de  oro,  representán- 
dome la  bermosura  y  prendas  de  la  dama,  y  la  salida  de  aqnel 
negocio  pesado  y  otras  conveniencias:  sin  embargo  do  lo  cual 
persistí  en  lo  dicho.  Visto  esto  trató  mi  amo  de  pasarme  á 
Trujillo  con  la  misma  tienda  y  comodidad,  y  convine  en  ello. 

IV. 

Pasé  á  la  cindad  de  Trujillo,  obispado  suñ'agáneo  de  Li- 
ma á  donde  me  tenia  tienda  mi  amo:  entré  en  ella,  fui  despa- 
chando en  la  misma  conformidad  que  en    Sañ^,  y  con  otro  li- 


li] En  este  país:  porque  en  Bilbao  liabia  estado  antes  presa  xm  largo 
mes,  según  refiere  en  el  capítulo  primero. 

[2]  Sin  duda  reclamaría  inmunidad  eclesiástica  por  medio  del  Obispo. 
Mas  adelante  la  vei-emos  valerse  de  ella  en  otros  lances  apretados.  Esta 
inmunidad  que  en  aquellos  tiempos  era  ilimitada  en  España  y  América,  ha 
sido  reducida  á  mas  justos  límites  desde  el  memorable  reinado  de  nuestro 
buen  monarca  Carlos  III,  de  este  verdadero  padve  de  la  patria  que  tantos 
bienes  hizo  á  la  nación  española. 


—221— 
bro  como  el  pasado,  con  razón  del  modo  de  precios,  y  fiados. 
Serian  pasados  dos  meses,  cuando  una  mañana,  como  á  las 
ocho,  pagando  yo  en  mi  tienda  una  libranza  de  mi  amo  de 
unos  veinticuatro  mil  pesos,  entró  un  negro  y  me  dijo:  que  es- 
taban en  la  puerta  unos  hombres  que  parecian  traer  broque- 
les: dióme  cuidado;  despaché  al  cobrador  tomada  carta  de  pa- 
go: envié  á  llamar  á  Francisco  Zeraln  que  vino  luego,  y  reco- 
noció al  entrar  á  tres  hombres  que  allí  estaban,  que  eran  Se- 
yes  y  aquel  su  amigo,  á  quien  en  Saña  derribé  de  una  estoca- 
da, y  otro.  Salimos  á  la  calle,  encargado  el  negro  en  cerrar  la 
puerta,  y  luego  al  punto  se  nos  arrojaron:  recibímoslo  y  fui- 
mos bregando,  á  poco  rato  quiso  mi  mala  suerte  que  al  amigo 
de  Reyes  le  entré  una  punta,  no  sé  por  donde  y  cayó:  fuimos 
batallando  dos  á  dos  con  sangre  de  ambas  partes. 

A  este  tiempo  llegó  el  corregidor  D.  Ordeño  de  Aguirre  con 
dos  ministroí^  y  echóme  mano:  Francisco  Zerain  se  valió  de 
los  pies  y  entró  en  sagrado.  Llevándome  él  propio  á  la  cárcel, 
que  los  ministros  se  ocuparon  de  los  otros,  íbame  preguntando 
quién  era  y  de  dónde;  y  oído  que  era  Vizcaíno  (1)  me  dijo  en 
vascuence:  que  al  pasar  por  la  iglesia  mayor  le  soltase  la  pre- 
tina por  do  me  llevaba  asido  y  me  cogiese:  yo  tuve  buen  cui- 
dado é  hícelo  así:  entróme  en  la  iglesia  mayor  y  él  quedó  bra- 
beando.  Acogido  allí  avisó  á  mi  amo  que  estaba  en  Saña:  él 
vino  en  breve,  fué  tratando  de  mi  despacho  y  no  se  halló  ca- 
mino, porque  al  homicidio  agregaron  no  sé  qué  cosa,  con  que 
hubo  de  resolverse  en  que  pasase  en  Lima.  Di  mis  cuentas: 
hízome  dos  vestidos,  diórae  dos  mil  seiscientos  pesos,  carta  de 
recomendación  y  partí. 

y. 


Partido  de  Trujillo  y  andadas  mas  de  ochenta  leguas,  entró 
en  la  ciudad  de  Lima,  cabeza  del  opulento  reyno  del  Perú, 
que  comprende  ciento  y  dos  ciudades  de  Españoles  sin  muchas 
villas,  veinte  y  ocho  obispados  y  arzobispados,  ciento  treinta 
y  seis  corregidores,  las  audiencias  reales  de  Valladolid,  Gra- 
nada, Charcas,  Quito,  Chile  y  la  Paz:  tiene  obiso,  iglesia  cate- 
dral, parecida  á  la  de  Sevilla,  aunque  no  tan  grande,  con  cinco 
dignidades,  diez  canónigos,  seis  raciones  enteras,  y  seis  medias 
medias;  cuatro  curas,  siete  parroquias,  doce  conventos  de  frai- 


[J  ]  En  América  llaman  generalmente  Vizcaínos,  así  como  en  algunas 
provincias  de  España,  á  todos  los  naturales  de  las  tres  provincias  exentas 
y  Navarra,  en  razón  de  que  todos  ellos  hablan  en  vascuence,  idioma  que 
les  es  comitD,  asi  como  á  los  Labortanos  y  Navarros  franceses,  y  por  esta 
razón  suelen  pasar  por  nacionales,  cuando  les  acomoda  en  España  é  Indias, 


les,  y  de  monjas  ocho  hospitales,  una  hermita  [inquisición  y  otra 
en  Cartagena]  y  universidad:  tiene  virrey  y  audiencia  real  que 
gobierna  el  resto  del  Perú,  y  otras  grandiosidades  (1).  Di  mi 
carta  á  Diego  Solarte  mercader  muy  rico,  que  es  ahora  cónsul 
mayor  de  Lima,  a  quien  me  remitió  mi  amo  Juan  de  Urquiza: 
el  cual  luego  me  recibió  en  su  casa  con  mucho  agrado  y  afabi- 
lidad, y  á  pocos  dias  me  entregó  su  tienda,  y  me  señaló  seis- 
cientos pesos  al  año:  y  allí  lo  f ai  haciendo  muy  á  su  agrado  y 
contento. 

Al  cabo  de  nueve  meses  me  dijo  que  buscase  mi  vida  en  otra 
parte,  y  fué  la  causa  que  tenia  en  casa  dos  doncellas  herma- 
nas de  su  muger,  con  las  cuales  y  sobre  todo  con  una  que  mas 
se  me  inclinó,  solia  yo  mas  jugar  y  triscar:  un  dia  estando  en 
el  estrado  peinándome  acostado  en  sus  faldas,  y  andándole  en 
las  piernas,  (2)  llegó  acaso  á  una  reja  por  donde  nos  vio  y  oyó 
á  ellfk  que  me  decia  que  fuese  al  Potosí  y  bascase  dinero  y  nos 
castaríamos.  Eetiróse,  de  allí  á  poco  me  llamó,  me  pidió  cuen- 
tas, despidióme  y  me  ñií. 

Hallábame  desacomodado  y  muy  remoto  de  favor.  Estában- 
se allí  entonces  levantando  seis  compañías  para  Chile;  yo  me 
llegué  á  una,  senté  plaza  de  soldado  y  recibí  luego  doscientos 
ochenta  pesos  que  me  dieron  de  sueldo.  Mi  ano  Diego  de  So- 
larte que  lo  supo  lo  sintió  mucho,  que  parece  no  lo  decia  por 
tanto.  Ofrecióme  hacer  diligencias  con  los  oficiales  para  que 
me  borrasen  la  plaza  y  volver  el  dinero  que  recibí,  y  no  vine 
en  ello,  diciendo  era  mi  inclinación  á  andar  y  ver  mundo.  En 
fin,  asentada  la  plaza  en  la  compañía  del  capitán  Gonzalo  Eo- 
driguez,  partí  de  Lima  en  tropa  de  mil  seiscientos  hombres, 
de  que  iba  por  maestre  de  campo  Diego  Bravo  de  Sarabia,  pa- 
ra la  ciudad  de  la  Concepción,  que  dista  de  Lima  unas  qui- 
nientas cuarenta  leguas. 

VI. 

Llegamos  al  puerto  de  la  Concepción  en  veinte  dias  que  se 
tardó  en  el  camino:  es  ciudad  razonable,  con  título  de  nohle  y 
leal,  tiene  obispo.  Fuimos  bien  recibidos  por  la  falta  de  gente 


(1)  Este  gran  vireinato,  que  en  aquel  tiemi>o  era  tal  cual  le  describe  aquí, 
la  Monja- Alférez,  se  dhádió  después  en  tres  vireinatos  y  una  presidencia 
indeiJendientc.  Los  vireiuatos  son  el  del  Perú,  Santa  Fé,  y  Buenos  Ayres, 
y  la  presidencia  la  del  reyuo  de  Cbile,  que  tarabie»  seMzo  mas  tarde  inde- 
peudiente  del  gobierno  de  Lima,  á  excepción  de  la  plaza  de  Valdivia  é  Is- 
las de  Cliiloó  y  Joan  Feruaudez  que  recibían  en  la  última  época  de  la  de- 
nominación espaiiola  socorros  y  situados  de  Lima. 

(2)  No  es  como  se  verá  mas  adelante,  la  líltima  vez  en  (pie  esta  muger 
tan  singular  tiene  el  capriclio  de  enamorar  doncellas,  soaso  porque  llegó 
hacerse  ilusión  que  era  hombre,  ó  ya  sea  que  se  valía  de  este  ardid  para 
recatar  mas  á  las  gentes  su  verdadero  sexo. 


—223— 
que  habia  en  Chile.  Llegó  luego  orden  del  gobernador  Alonso 
de  Rivera  (1)  para  desembarcarnos,  trájola  su  secretario  el  ca- 
pitán Miguel  de  Erauso.  Luego  que  oí  su  nombre  me  alegré, 
y  YÍ  que  era  mi  hermano:  porque  aun  no  lo  conocía  ni  habia 
visto,  porque  partió  de  San  k^ebastian  para  estas  i)artes  siendo 
yo  de  dos  años,  tenia  noticia  de  él  y  no  de  su  residencia.  To- 
mó la  lista  de  la  gente,  fué  pasando  y  preguntando  á  cada  uno 
su  nombre  y  patria;  llegando  á  mí  y  oyendo  mi  nombre  y  pa- 
tria, soltó  la  pluma  y  me  abrazó,  me  fué  haciendo  preguntas 
por  su  padre,  madre,  hermanas  y  por  su  hermanita  Catalina 
la  monja:  fui  á  todo  respondiendo  como  i)odia  sin  descubrirme 
ni  caer  él  en  ello.  Fué  prosiguiendo  la  lista,  y  acabando  me 
llevó  íi  comer  á  su  casa  y  me  senté  á  comer.  Díjome  que  aquel 
presidio  que  yo  llevaba  de  Paicabí,  era  de  mala  pasadla  de 
soldados:  (2)  que  él  hablaría  al  gobernador  para  que  me  liuu- 
dase  la  plaza.  Subió  al  gobernador  en  comiendo  llevándome 
consigo:  le  dio  cuenta  de  la  gente  que  venia,  y  pidióle  por  mer- 
ced que  mudase  á  su  compañía  á  un  maucebito  que  venia  allí 
de  su  tierra,  que  no  habia  visto  otro  de  allá  desde  que  salió. 
Mandóme  entrar  el  gobernador,  y  viéndome,  no  sé  por  qué, 
dijo  que  no  me  podia  mudar.  Mi  hermano  lo  sintió  y  salióse. 
De  allí  á  un  rato  llamó  á  mi  hermano  el  gobernador  y  le  dijo 
que  fuese  como  i)edia. 

Así  yéndose  las  compañías,  quedé  yo  con  mi  hermano  por 
su  soldado,  comiendo  á  su  mesa  casi  tres  años  sin  haber  dado 
en  ello.  Fui  con  él  algunas  veces  á  casa  de  una  dama  que  allí 


fl]  Este  célebre  gobernador  era,  como  aseguran,  Ovallc,  Funes  j  oti'os 
historiadores  de  América,  un  soldado  valiente,  aguerrido  y  experimentado 
en  las  guerras  de  Flaudes  y  de  Italia,  por  cuyas  relevantes  prendas  fué 
mandado  desde  España  á  gobernar  el  reino  de  Cliile,en  las  apuradas  circuns- 
tancias en  que  se  hallaba,  hacia  el  año  de  1605  en  que  llegó,  mas  habiéndo- 
se casado  sin  real  licencia  en  aquel  país  con  una  señora  Aguilern.,fué  desti- 
tuido de  su  empleo  y  mandado  á  gobernar  lainovincia  de  Tucuman,  suce 
diéndole  en  el  g(íbierno  de  Chile  su  antecesor  D.  Alonso  Garcia  Remon. 

Mantúvose  Rivera  en  el  Tucuman  hasta  1611.  Dejó  fundada  la  ciudad 
de  San  Juan  de  la  Rivera  en  el  valle  de  Londres,  é  incorporada  la  de  Ma- 
drid de  las  Juntas  á  la  de  Estcco,  que  tt-asladó  á  mas  ventajoso  sitio.  Este 
grande  hombre  fué  también  el  que  abolió  en  el  Tucuman  el  servicio  perso- 
nal de  los  indios,  y  el  que  fundó  el  colegio  conciliar  de  Loreto,  primer  esta- 
blecimiento literario  que  tuvo  aquel  país,  cuyo  mando  dejó  con  general  sen- 
timiento de  sus  naturales,  i)or  el  tino,  acierto  y  justificación  con  que  los  go- 
bernó. No  fué  hasta  el  año  de  1612 /jue  tomó  por  segunda  vez  las  riendas, 
del  gobierno  de  Chile,  que  mantuvo  hasta  su  muerte.  íso  se  sabe  á  cual  de 
estas  dos  épocas  de  Rivera  se  refiere  aquí  la  Monja  Alférez,  pero  es  de  creer 
que  sea  á  la  de  1605,  por  ciianto  veremos  mas  adelanto  citar  al  gobernador 
Grarcia  Remon,  el  cual,  como  se  ha  diclio,  gobernó  también  dos  veces  en 
Chile:  una  antes  que  Rivera  y  otra  después  del  primer  gobierno  de  este. 

[2]  Pueblo  de  indios  situado  en  la  costa  de  la  boca  del  rio  Tucapel,  cerca 
de  donde  dieron  muerte  los  Araucanos  á  Pedro  de  Valdivia  conquistador 
del  r^ino  de  Chile, 


—224— 

tenia,  y  de  ahí  algunas  otras  veces  me  faí  sin  él:  él  alcanzó  á 
saberlo  y  concebió  mal,  díjome  que  allí  no  entrase:  asechóm  e 
y  me  cogió  otra  vez:  esperóme,  al  salir  me  embistió  á  cintara^ 
zos  y  me  hirió  en  una  mano:  íuéme  forzoso  defenderme,  y  al 
ruido  acudió  el  capitán  D.  Francisco  Ayllon  y  metió  paz;  pero 
yo  me  hube  de  entrar  en  San  Francisco  por  temor  del  gober- 
nador que  era  fuerte,  y  lo  estuvo  en  esto,  aunque  mas  mi  her- 
mano intercedió,  hasta  que  vino  á  desterrarme  en  Paicabí  y 
estuve  allí  tres  años. 

Hube  de  salir  á  Paicabí,  y  pasar  allí  algunos  trabajos,  por 
tres  años,  habiendo  antes  vivido  alegremente:  estábamos  siem- 
pre con  las  armas  en  la  mano,  por  la  gran  invacion  de  los  In- 
dios que  allí  hay,  vino  finalmente  el  gobernador  Alonso  de 
Sarabia  (1)  con  todas  las  compañías  de  Chile:  juntamos  otros 
cuantos  con  él  y  alojamonos  en  los  llanos  de  Valdivia,  en  cam- 
paña rasa,  cinco  mil  hombres,  con  harta  incomodidad.  Toma- 
ron y  asolaron  los  Indios  la  dicha  Valdivia:  salimos  a  ellos,  y 
batallamos  tres  ó  cuatro  veces  maltratándolos  siempre  y  des- 
trozando: pero  llegadoles  la  vez  última  socorro,  nos  fué,  mal, 
nos  mataron  mucíia  gente,  capitanes,  y  á  mi  alférez,  y  se  lle- 
varon la  bandera.  Viéndola  llevar  partimos  tras  ella  yo  y  dos 
soldados  de  á  caballo  i)or  medio  de  la  gran  multitud,  atrope- 
llando,  matando,  y  recibiendo  daño:  en  breve  cayó  muerto  uno 
de  los  tres:  i)roseguimos  los  dos:  llegamos  á  la  bandera,  cayo 
de  un  bote  de  lanza  mi  compañero:  yo  recibí  un  mal  golpe  en 
una  pierna,  maté  al  cacique  que  la  llevaba  y  quítesela,  apre- 
tando con  mi  caballo,  atrepellando,  matando,  é  hiriendo  á  una 
infinidad,  pero  mal  herido,  pasado  de  tres  flechas  y  de  una  lan- 
za al  hombro  izquierdo,  que  sentía  mucho.  En  fin  llegué  á  mu-  • 
cha  gente,  y  caí  luego  del  caballo:  acudieron  algunos  y  entre 
ellos  mi  hermano  á  quien  no  había  visto,  y  me  fué  de  consuelo. 
Curáronme,  y  quedamos  allí  alojados  nueve  meses.  Al  cabo " 
de  ellos  mi  hermano  me  sacó  del  gobernador  la  bandera  que 
yo  gané,  y  quedé  Alférez  de  la  compañia  de  Don  Alonso  Mo- 
reno, la  cual  poco  tiempo  después  se  dio  al  capitán  Gonzalo 
Eodriguez,  primero  capitán  que  yo  conocí  y  holgué  mucho. 

Fui  alférez  cinco  años  (2)  hálleme  en  la  batalla  de  Puren, 

(1 )  No  consta  este  gobernador  en  ia  lista  que  pone  Alcedo  en  su  Diccio- 
nario Geográflco  de  América,  ni  sueri a, iDor  este  tiempo  en  la  historia  de 
Chile  de  O  valle.  Es  pues  de  suponer  que  esté  equivocado  el  nombre,  y  sea 
Alonso  García  Remon,  á  quien  hallaremos  nombrado  mas  adelante  en  esta 
historia. 

(2)  Don  José  de  Sabau  y  Blanco,  en  la  continuación  de  las  tablas  crono- 
lógicas de  la  historia  de  Esj)aña,  llegando  al  año  de  1608,  dice  lo  siguiente: 
"Los  Araircanos  se  revelaron  de  nuevo  en  el  reyno  de  Chile,  y  después  de 
muchas  batallas,  al  fin  fueron  reducidos;  la  principal  de  ellas  se  dio  en  el 
valle  de  Puren,  en  la  cual  los  indios  mandados  por  Caupolican  [el  Segundo] 


—225— 
donde  murió  el  dicho  mi  capitán,  y  quedé  yo  con  la  compañía 
cosa  de  seis  meses,  teniendo  en  ellos  varios  encuentros  con  los 
enemigos,  con  varias  heridas  de  flechas;  en  uno  de  los  cuales 
me  topé  con  un  capitán  de  Indios,  ya  cristiano,  llamado  Don 
Francisco  Quispiguancha,  hombre  rico  que  nos  traia  bien  in- 
quietos con  varias  alarmas  que  nos  tocó,  y  batallando  con  él 
lo  derribé  del  caballo,  y  se  me  rindió,  lo  hice  al  punto  colgar 
de  un  árbol,  cosa  que  después  sintió  mucho  el  gobernador  que 
deseaba  haberlo  visto  vivo,  y  dijo  que  por  esto  no  me  dio  la 
compañia,  y  la  dejó  al  capitán  Casadevante,  reformándome, 
y  prometiéndomela  para  la  ]3rimera  ocasión.  De  allí  se  retiró 
la  gente,  cada  compañia  á  su  presidio  y  yo  pasé  al  IS:  acimiento, 
bueno  solo  en  el  nombre,  y  en  lo  demás  una  muerte,  con  las 
armas  á  toda  hora  en  la  mano  (1). 

Allí  estuve  pocos  dias,  ijorque  vino  luego  el  maestre  de 
campo  Don  Alvaro  Nuñez  de  Pineda,  con  orden  del  goberna- 
dor, y  sacó  de  allí  y  de  otros  i)residios  hasta  ochocientos  hom- 
bres de  á  caballo  para  el  valle  de  Puren,  entre  los  cuales  fui 
yo,  con  otros  oficiales  y  capitanes;  á  donde  fuimos  é  hicimos 
muchos  daños,  talas  y  quemas  en  sembrados,  en  seis  meses. 
Después  el  gobernador  Don  Alonso  de  Rivera  me  dio  licencia 
para  volver  á  la  Concepción,  y  volví  con  mi  plaza  en  la  com- 
pañia de  Don  Francisco  Í^Tavarrete,  y  allí  estuve. 

Jugaba  conmigo  la  fortima  las  dichas  en  azares.  Estábame 
quieto  en  la  Concepción  y  hallándome  un  dia  en  el  cuerpo  de 
guardia,  entróme  con  otro  amigo  alférez  en  una  casa  de  juego 
allí  junto:  pusímonos  á  jugar,  fué  corriendo  el  juego,  y  en  una 


"  acometieron  con  tanto  brio  á  los  españoles  que  los  hicieron  retroceder  y 
*'  mataron  muchos  de  ellos,  hasta  que  animados  por  Francisco  Pérez  Na- 
"  varrete,  capitán  de  mucho  valor,  quitó  la  vida  de  una  lanzada  al  general 
"  de  los  enemigos,  y  les  arancó  la  victoria  de  entro  las  manos  poniéndolos 
'*  en  huida,  y  dejando  el  campo  sembrado  de  muertos.  Eu  todas  estas  ba- 
"  tallas  se  íialló  Catalina  de  Erauso  natural  de  San  Sebastian  en  la  provin- 
"  cia  de  Guipúzcoa,  la  cual  militaba  vestida  de  soldado,  y  llegó  al  grado  de 
"  Alférez,  y  después  volvió  á  Madrid  á  pedir  el  grado  de  Capitán.  Por  tes- 
"  timonio  desús  jefes  justificó  haberse  hallado  siempre  en  los  primeros 
"  encuentros,  y  haber  acometido  al  enemigo  con  la  mayor  intrepidez  y  va- 
"  lor.  Las  heridas  que  tenia  en  todo  su  cuerpo  justificaban  plenamente  es- 
"  relaciones-"  Resulta  de  aqui  que  esta  batalla  fué,  á  lo  que  se  cree,  en  el 
año  de  1608,  lo  cual  está  de  acuerdo  con  el  orden  cíonológico  que  se  sigue 
desde  el  principio  en  el  manuscrito  de  esta  historia,  si  bien  no  lo  está  con 
la  fé  del  bautismo  y  documentos  del  convento  de  monjas  del  Antiguo  de  la 
ciudad  de  San  Sebastian,  donde,  como  se  ha  dicho  ya,  entró  á  la  edad  de 
cuatro  años,  y  no  salió  de  él  hasta  los  quince. 

(1)  El  1311  eblo  y  fortaleza  del  Nacimiento,  situado  ala  otra  parte  del  rio 
Biobio,  fué  quemado  y  destruido  por  los  indios  Araucanos  en  el  año  de 
1601.  Solo  existían  en  el  tiempo  que  habla  la  Monja  Alférez  algunas  barra- 
cas para  la  tropa  defendidas  de  un  foso  con  una  estacada. 

ToM.  VII.  Literatura — 29 


—226— 
diferencia  que  se  ofreció,  x)resentes  muchos  alrededor,  me  dijo 
que  mentía  como  un  cornudo:  yo  saque  la  espada  y  éntresela 
por  el  pecho:  cargaron  tantos  sobre  mi,  y  tantos  que  entraron 
al  ruido,  que  no  pude  moverme:  teníame  en  particular  asido 
un  ayudante:  entró  el  auditor  general  Don  Francisco  de  Per- 
raga  y  asióme  también  fuertemente,  y  zamarreábame  hacién- 
dome no  sé  qué  preguntas;  y  yo  decia  que  delante  del  gober- 
nador declararía:  entró  en  esto  mi  hermano,  y  dijome  en  vas- 
cuence, que  procurase  salvar  la  vida:  el  auditor  me  cogió  ^ov 
el  cuello  de  la  ropilla,  yo  cou  la  daga  en  la  mano  le  dije  que 
me  soltase:  zamarreóme:  tiróle  un  goliie,  y  le  atravesé  los  car- 
rillos: témame  aun:  tiróle  otro,  y  me  soltó;  saqué  la  espada, 
cargaron  muchos  sobre  mi,  me  retiré  acia  la  puerta,  habia  al- 
gún embarazo,  y  salí,  entróme  en  San  Francisco  que  es  allí, 
cerca,  y  supe  que  quedaron  muertos  el  alférez  y  el  auditor. 
Acudió  luego  el  gobernador  Don  Alonso  Garcia  Eemon  (i): 
cercó  la  Iglesia  con  soldados,  y  así  la  tuvo  seis  meses.  Echó 
bando  prometiendo  premio  a  quien  me  diese  preso,  y  que  en 
ningún  puerto  se  me  diese  embarcación,  y  avisó  á  los  presidios 
y  x>lazas,  é  hizo  otras  diligencias:  hasta  que  con  el  tiempo  que 
lo  cara  todo,  fué  templándose  este  rigor,  fueron  arrimándose 
intercesiones,  y  se  quitáronlas  guardias,  fué  cesando  el  sobre- 
salto, y  fué  quedándome  mas  que  desahogado,  me  fui  hallan- 
do amigos  que  me  visitaron,  se  fué  cayendo  en  la  urgente  pro- 
vocación desde  el  princii3Ío,  y  el  aprieto  encadenado  del  lance. 

A  este  tiempo,  y  entre  otros,  vino  un  dia  Don  Juan  de  Sil- 
va mi  amigo,  alférez  vivo,  y  me  dijo  que  habia  tenido  unas 
palabras  con  Don  Francisco  de  Eojas,  del  hábito  de  Santiago, 
y  lo  habia  desafiado  para  aquella  noche  á  las  once,  llevando 
cada  uno  á  un  amigo,  y  que  él  no  tenia  otro  para  eso  sino  á 
mí:  yo  quedé  un  poco  suspenso,  recelando  si  habría  allí  forja- 
do alguna  treta  para  prenderme.  El  que  lo  advirtió,  me  dijo: 
si  no  os  parece,  no  sea:  yo  me  iré  solo,  que  á  otro  yo  no  he  de 
fiar  mi  lado:  yo  dije  ¿que  en  qué  reparaba?  y  acepté. 

En  dando  la  oración,  salí  del  convento  y  me  fui  á  su  casa: 
cenamos  y  hablamos  hasta  las  diez,  y  en  oyéndolas  tomamos 
las  espadas  y  capas,  salimos  luego  al  puesto  señalado.  Era  la 
oscuridad  tan  suma,  que  no  nos  veíamos  las  manos:  y  advir- 
tiéndolo yo  hice  con  mi  amigo,  que  para  no  desconocernos  en 
lo  que  se  pudiese  ofrecer,  nos  pusiésemos  cada  uno  en  el  bra- 
zo atado  su  lenzuelo. 

Llegaron  los  dos,  y  dijo  el  uno,  conocido  en  la  voz  por  D. 


{])  Esta  segunda  cita  del  gobernador  D.  Alonso  Garcia  Remon,  que  co- 
mo se  ha  expresado  ya  succedió  á  Ribera,  prueba  que  la  primera  vez  que 
nombró  á  este,  la  Monja  Alférez,  se  referia  á  la  época  de  su  primer  go- 
bierno. 


—227— 
Francisco  de  Eojas,  ¡Don  Juan  de  Silva!  D.  Juan  Eespondió: 
aquí  estoy.  Metieron  ambos  mano  á  las  espadas,  y  se  embis- 
tieron, mientras  estábamos  parados  el  otro  y  yo:  fueron  bre- 
bando,  y  á  poco  rato  sentí  que  se  sintió  mi  amigo  de  punta 
que  le  había  entrado:  puseme  luego  á  su  lado,  y  al  punto  el 
otro  al  lado  de  D.  Francisco:  tiramos  dos  á  dos,  y  á  breve  ra- 
to cayeron  D.  Francisco  y  D.  Juan.  Proseguimos  yo  y  mi  con- 
trario batallando;  éntrele  yo  una  punta  por  abajo,  según  pare- 
ció de  la  tetilla  izquierda,  pasándole  según  sentí  coleto  de  dos 
antes,  y  cayó.  ¡Ab  traidor,  dijo,  que  me  has  muerto!  Yo  qui- 
se reconocer  el  habla  de  quien  yo  no  conocía;  le  pregunté  quien 
era;  dijo:  el  capitán  Miguel  de  Arauso:  yo  me  quedó  atónito. 
Pedia  á  voces  confesión,  y  pedíanla  los  otros,  fui  corriendo  á 
San  Francisco,  y  envié  dos  religiosos:  los  confesaron  á  todos: 
los  dos  espiraron  luego.  A  mi  hermano  lo  llevaron  á  casa  del 
gobernador,  de  quien  era  secretario  de  guerra:  acudieron  un 
médico  y  cirujano  á  la  curación,  hicieron  cuanto  alcanzaron: 
en  breve  hízose  la  judicial  ijreguntándole  el  homicida:  él  cla- 
maba por  un  poco  de  vino,  el  Dr.  Eobledo  se  k»  negaba,  di- 
ciendo que  no  con  venia,  él  porfió:  el  Dr.  negó:  dijo  él:  mas 
cruel  anda  usted  conmigo  que  el  alférez  Días,  y  de  ahí  un  ra- 
to espiró. 

Acudió  en  esto  el  gobernador  á  cercar  el  convento,  y  arro- 
jóse adentro  con  su  guardia:  resistierojí  los  frailes  con  su  Pro- 
vincial Fray  Francisco  de  Otárola,,  que  hoy  vive  en  Lima:  al- 
tercóse mucho  sobre  esto,  hasta  decirles  resueltos  unos  frailes, 
que  mirase  bien,  que  si  entraba,  no  habia  de  volver  á  salir, 
con  lo  cual  se  reportó  y  retiró,  dejando  las  guardias.  Muerto 
el  dicho  capitán  Miguel  de  Erauso,  lo  enterraron  en  el  dicho 
convento  de  San  Francisco,  viéndolo  yo  desde  el  coro  ¡sabe 
Dios  con  que  dolor!  Estúbeme  allí  ocho  meses,  siguiéndose 
entre  tanto  la  causa  en  yebeldia,  no  dándome  lugar  el  nogo- 
cio  para  presentarme.  Hallóme  ocasión  con  el  amparo  de  Don 
Juan  Ponce  de  León,  que  me  dio  caballo  y  armas,  y  avió  para 
salir  de  la  Concepción,  partí  á  Valdivia  y  á  Tucuman. 


VII. 

Comencé  á  caminar  i^or  toda  la  costa  del  mar,  pasando 
grandes  trabajos  y  falta  de  agua,  que  no  halló  en  todo  aque- 
llo por  allí,  topóme  en  el  camino  con  otros  dos  soldados  de  mal 
.«^dar  (1),  y  seguimos  los  tres  el  camino,  determinados  á  mo- 
rir antes  que  dejarnos  prender.  Llevábamos  nuestros  caballos, 


(1)  Esto  es,  fugitivos  como  ella  por  alguna  fechoría  de  mano  pesada. 


—228— 
armas  blancas,  y  de  fuego,  y  la  alta  Providencia  de  Dios.  Se- 
guimos la  cordillera  arriba  por  subida  mas  de  treinta  leguas, 
sin  topar  en  ellas  ni  en  otras  trescientas  que  anduvimos,  un 
bocado  de  pan,  y  rara  vez  agua,  algunas  yerbezuelas  y  ani- 
malejos,  alguna  raizuela  de  que  nos  mantener,  y  tal  ó  cual  in- 
dio que  huia  (1).  Hubimos  de  matar  uno  de  nuestros  caballos 
y  hacerlo  tasajos,  pero  hallémosle  solo  huesos  y  pellejo:  de  la 
misma  suerte  poco  á  poco  caminando,  fuimos  haciendo  lo 
mismo  de  los  otros,  quedándonos  á  pié  y  sin  podernos  tener. 
Entramos  en  una  tierra  fria,  tanto  que  nos  helábamos:  topa- 
mos dos  hombres  arrimados  en  una  peña,  y  nos  alegramos: 
fuimos  á  ellos  saludándolos  antes  de  llegar,  y  preguntándoles 
qué  hacian  allí,  no  respondieron:  llegamos  allá;  y  estaban 
muertos,  helados,  las  bocas  abiertas  como  riendo,  y  nos  causó 
eso  pavor  (2). 

Pasamos  adelante,  y  la  noche  tercera  arrimándonos  á  una 
peña,  el  uno  de  nosotros  no  pudo  mas,  y  espiró.  Seguimos  los 
dos,  y  el  dia  siguiente,  como  á  las  cuatro  de  la  tarde,  mi  com- 
pañero llorando  se  dejó  caer  sin  poder  mas  andar,  y  espiró. 
Le  hallé  en  la  faltriquera  ocho  pesos,  y  proseguí  mi  camino 
sin  ver  á  donde,  cargado  del  arcabuz  y  del  pedazo  del  tasajo 
que  me  quedaba,  esperando  lo  mismo  que  vi  en  mis  compañe- 
ros: ya  se  vé  mi  aflicción,  cansada,  descalzada,  y  lastimada  de 
los  pies.  Arrimóme  á  un  árbol,  lloré  pienso  fué  la  primera  vez: 
rezé  el  rosario,  encomendándome  á  la  Santísima  Virgen,  y  al 
glorioso  San  José  su  esposo:  descansé  un  i)oco:  volvime  á  le- 
vantar y  á  caminar,  parece  salí  del  reino  de  Chile,  y  entré  en 
el  de  Tucuman,  según  el  temple  reconocí.  (3). 

Fui  caminando,  y  la  mañana  siguiente  rendida  en  aquel 
suelo  del  cansancio  y  hambre,  vi  venir  dos  hombres  á  caballo: 
ni  supe  si  afligirme,  ó  si  alegrarme,  no  sabiendo  si  eran  cari- 


(1)  Ea  la  cordillera  de  los  Audes,  una  délas  mas  altas  y  ásperas  de  la 
tierra,  y  de  consiguiente  cubierta  en  su  mayor  parte  de  tíieve  eterna,  no  so- 
lamente no  se  halla  señal  de  vejetacion,  pero  ni  animales,  excepto  algunos 
guanacos  y  zorros. 

(2)  Cuando  se  hacia  el  tráfico  de  negros  en  esta  parte  de  América,  era 
Buenos-Aires  quien  surtía  de  ellos  á  Chile  del  Perú,  haciéndolos  pasar  por 
la  cordillera  de  los  Andes.  Algunos  de  los  que  morían  en  esta  penosa  jorna- 
da, quedaban  de  un  año  para  otro  en  la  posición  que  describe  á  estos  dos 
muertos  Doña  Catalina,  como  yo  mismo  he  TÍsto  algunos,  eu  el  año  de  1809, 
en  que  hice  por  tierra  el  viage  de  Bueaos-Aires  á  Chile  para  pasar  á  Lima. 

(3;  Tan  luego  como  llegó  al  paraje  donde  habia  árboles,  debió  sentir 
una  diferencia  notable  en  el  temple,  puesto  que  liabia  ya  atravesado  la 
cordillera:  pero  andando  algo  mas  desde  este  paraje  h  acia  el  llano,  notaría 
no  solamente  buen  temple,  sino  también  calor,  que  e,s  lo  que  aquí  quiere 
dar  á  entender.  En  las  faldas  de  las  cordilleras  de  A  mérica,  se  encuentran 
en  muy  corta  distancia  tres  ó  cuatro  temperamentos,,  distintos,  conio  suce- 
de en  las  inmediaciones  del  célebre  cerro  de  Potosí. 


—229— 
bes,  6  si  (le  paz:  prevení  mi  arcabuz  sin  poder  con  él.  Licita- 
ron, y  me  preguntaron  á  donde  iba  por  allí  tan  apartado.  Co- 
nocíles  cristianos,  y  vi  el  cielo  abierto.  Díjeles  que  iba  perdi- 
do, y  lio  sabia  donde  estaba,  y  que  me  hallaba  rendido  y  muer- 
to de  hambre,  y  sin  fuerzas  para  levantarme.  Doliéronse  de 
verme,  y  apeáronse,  dieronme  de  comer  lo  que  llevaban:  me 
subieron  en  un  caballo,  y  me  llevaron  á  una  heredad  tres  le- 
guas de  allí,  donde  dijeron  estaba  su  señora,  y  llegamos  como 
á  las  cinco  de  la  tarde. 

Era  la  señora  una  mestiza,  hija  de  español  y  de  india,  viu- 
da, buena  mujer,  que  viéndome  y  oyendo  mi  derrota  y  desam- 
paro, se  condolió  y  me  recibió  bien,  compadecida  me  hizo  lue- 
go acostar  en  razonable  cama,  me  dio  bien  de  cenar,  me  dejó 
reposar  y  dormir,  con  loque  me  restauré.  La  mañana  siguien- 
te me  dio  bien  de  almozar,  y  me  dio  un  vestido  razonable  de 
l)año  viéndome  totalmente  ifalto,  fué  asi  tratándome  muy  bien 
y  regalándome  mucho.  Era  bien  acomodada,  y  tenia  muchas 
bestias  y  ganados;  y  como  parece  que  aportan  por  allí  pocos 
españoles,  parece  que  me  apeteció  para  una  hija. 

Al  cabo  de  ocho  dias  que  allí  estuve,  me  dijo  la  buena  mu- 
jer, que  me  quedase  allí  para  gobernar  su  casa.  Yo  mostré 
grande  estimación  déla  merced  que  me  hacia  en  mi  descarrío, 
y  ofrecime  á  servirla  cuanto  bien  yo  alcanzase.  A  pocos  mas 
dias,  me  dio  á  entonder  que  tendría  á  bien  que  rae  casase  con 
su  hija,  que  allí  consigo  tenia,  la  cual  era  muy  negra  y  fea  co- 
mo un  diablo,  muy  contraria  de  mi  gusto,  que  fue  siempre  de 
buenas  caras  (1).  Mostróle  grande  alegría  de  tanto  bien  sin 
merecerlo  yo,  ofreciéndome  á  sus  pies  para  que  dispusiese  de 
mí;  como  de  cosa  suya  adquirida  en  derrota.  Fui  sirviéndola 
lo  mejor  que  supe:  vistióme  muy  galán,  y  entregóme  franca- 
mente su  casa  y  hacienda.  Pasados  dos  meses,  nos  fuimos  al 
Tucuman,  para  efectuar  el  casamiento:  y  allí  estuve  otros  dos 
meses,  dilatando  el  efecto  con  varios  pretestos,  hasta  que  no 
pude  mas,  y  tomando  una  muía  me  partí,  y  no  me  han  visto 
mas. 

Sucedióme  en  este  tiempo  en  Tucuman  otro  caso  á  esta 
manera:  y  fué,  que  en  aquellos  dos  meses  que  allí  estuve  en- 
treteniendo á  mi  india,  me  amisté  casualmente  con  el  secreta- 
rio del  Obispo,  el  cual  me  festejó  y  llevó  á  su  casa  varias  ve- 
ces, y  allí  jugamos,  y  vine  á  introducirme  allí  también  con  D. 
Antonio  de  Cervantes,  canónigo  de  aquella  iglesia,  y  provi- 
sor del  Obispo,  el  cual  también  se  me  incliné,  me  convidó  va- 

(1)  Ya  en  etra  nota  se  ha  manifestado  esta  inclinación  singular  de  esta 
rara  mujer,  que  aun  hablando  de  buena  fé  con  sus  lectores,  parece  quiere 
llevar  adelante  su  manía  de  pasar  por  hombre,  afectaado  una  pasión  deci- 
dida por  el  bello  seso. 


—230— 
rias  veces  á  comer,  y  vino  finalmente  á  declararse,  diciéndo- 
me,  que  tenia  nna  sobrina  en  casa,  mocita  de  mi  edad,  de  muy 
relevantes  prendas,  y  con  buen  dote,  y  que  le  habia  parecido 
bien  desposarla  conmigo,  que  también  le  habia  agradado.  Yo 
me  mostré  muy  rendido  al  favor  y  á  su  voluntad:  vi  á  la  mo- 
za, y  parecióme  bien,  me  envió  un  vestido  de  terciopelo  bue- 
no, doce  camisas,  seis  pares  de  calzones  de  rúan,  unos  cuellos 
de  holanda,  una  docena  de  lenzuelos,  y  doscientos  pesos  en 
una  fuente,  esto  de  regalo  y  galantería,  no  entendiéndose  na- 
da de  dote.  Yo  lo  recibí  con  muclio  agrado  y  estimación,  com- 
puse la  respuesta  lo  mejor  que  supe,  remitiéndome  á  la  ida  á 
besarle  la  mano,  y  ¡ponerme  á  sus  pies.  Oculté  lo  que  pude  á 
la  india,  y  en  lo  demasíe  di  á  entender  que  era  para  solemni- 
zar el  casamiento  con  su  hija,  de  que  aquel  caballero  habia 
sabido,  y  estimaba  mucho  habiéndoseme  inclinado.  Y  hasta 
aqui  llegaba  esto,  cuando  monté  el  cabo,  y  me  desaparecí:  no 
he  sabido  como  se  hubieron  después  la  negra,  y  la  provisora. 


VIII. 

Partido  de  Tucaman,  como  dije,  enderesé  acia  el  Potosí 
qne  dista  de  allí  como  unas  quinientas  cincuenta  leguas,  en 
que  tardé  mas  de  tres  meses,  caminando  por  tierra  íiia,  despo- 
blada por  lo  mas.  Topé,  á  poco  andado,  im  soldado  que  tiraba 
acia  allá,  y  me  alegré,  y  nos  fuimos  juntos.  De  allí  á  poco,  de 
unos  baños  que  estaban  en  el  camino,  nos  salieron  tres  hom- 
bres con  monteras  y  escopetas,  pidiendo  lo  que  llevábamos; 
no  hubo  modo  de  detenerlos;  ni  de  hacerles  creer  que  no  llevá- 
bamos nada  que  dar:  hubimos  de  apear  y  hacerles  cara,  tirá- 
monos  unos  á  otros:  ellos  erraron,  y  cayeron  los  dos,  y  el  otro 
partió  huyendo:  volvimos  á  montar  á  caballo  y  proseguimos 
nuestro  camino. 

Finalmente  andando  mucho,  y  pasados  varios  afanes,  lle- 
gamos pasados  mas  de  tres  meses  al  Potosí,  entramos  sin  cono- 
cer á  nadie,  y  cada  uno  echó  por  su  lado  haciendo  su  diligen- 
cia. Yo  me  topé  con  Don  Juan  López  de  Arquijo,  natural  de 
la  ciudad  de  la  Plata,  provincia  de  los  Charcas,  acomódeme 
con  él  por  camarero,  que  es  como  mayordomo,  con  salario  que 
él  me  señaló  de  novecientos  pesos-al  año,  y  entregóme  doce 
mil  carneros  de  carga  de  la  tierra,  y  ochenta  indios,  con  ellos 
partí  para  las  Charcas,  y  fuese  allí  también  mi  amo.  A  poco 
de  llegados,  se,  le  ofreció  á  mi  amo  disgusto  y  ciertas  contien- 
das con  unos  hombres,  en  que  hubo  reyertas,  prisiones  y  em- 
bargos, con  que  yo  hube  de  despedirme,  y  volverme. 

Vuelto  al  Potosí,  aconteció  allí  poco  después  el  alzamiento 


—231— 
de  Don  Alonso  Ibañez,  siendo  corregidor  Don  Rafael  Ortiz, 
del  hábito  de  San  Juan,  el  cual  juntó  gente  para  contra  los 
alzados  (que  eran  mas  de  ciento)  entre  la  cual  fui  yo,  y  salien- 
do á  ellos  los  encontramos  en  la  calle  de  Santo  Domingo  una 
noche:  x>i'eguntándoles  el  corregidor  en  voz  alta  ¡qiiién  vivel 
no  respondieron,  y  se  retiraban:  volvió  á  preguntar  lo  mismo: 
y  respondieron  algunos:  La  Libertad:  dijo  el  corregidor,  y 
muchos  otros  con  él,  Viva  el  Bey,  y  avanzó  á  ellos,  siguién- 
dole nosotros  á  cuchilladas  y  balazos,  defendiéndose  ellos,  al 
mismo  tiemj)o:  fuímoslos  apretando  en  una  calle,  cogidas  las 
espaldas  por  la  otra  boca,  y  cargárnoslos  de  manera,  que  se 
rindieron:  y  escapados  algunos  prendimos  treinta  y  seis  y  en- 
tre ellos  el  Iliañez:  hallamos  muertos  de  ellos  siete,  y  de  los 
nuestros  dos:  heridos  muchos  de  ambas  partes.  Dióse  tormen- 
to á  algunos  de  los  aprehendidos,  y  confesaron  pretender  al- 
zarse con  la  ciudad  aquella  noche.  Levantáronse  luego  tres 
comi)añias  de  gente  vizcaína,  y  de  las  montañas,  para  guarda 
de  la  ciudad:  pasados  unos  quince  dias  se  dio  horca  á  todos 
ellos,  y  quedó  quieta  la  ciudad. 

De  aquí  por  algo  que  acaso  hube  de  hacer,  ó  acaso  j)or  al- 
go antes  hecho,  se  me  dio  el  oficio  de  ayudante  de  sargento 
mayor,  que  estuve  sirviendo  por  dos  años.  Allí  en  el  Potosí 
estando  sirviendo,  dio  orden  el  gobernador  Don  Pedro  de  Le- 
gui,  del  hábito  de  Santiago,  para  levantar  gente  para  los 
Chuncos  y  el  Dorado,  población  de  Ilidios  de  guerra,  quinien- 
tas leguas  del  Potosí,  tierra  rica  de  oro  y  de  pedrería.  (1)  Era 


(1)  No  es  fácil  atinar  cual  sea  la  tierra  ni  el  rio  Dorado  de  qiae  aqiü  ha- 
bla. De  contado  no  parece  tratar  del  país  de  Manna  ó  Compa  de  la  Nueva 
Estremadura,  á  cuyas  riquezas  imaginarias  dieron  nombre  entro  nacionales 
y  extranjeros,  las  fábulas  sacadas  do  las  relaciones  imaginarias  de  Don 
Juan  Martínez  y  las  imposturas  del  supuesto  inca  Boorgucs.  Los  Chuncos 
deben  ser  los  Cliuuchos,  nación  bárbara  de  la  provincia  de  Tarma  en  el 
Perú,  situada  en  el  seno  que  forman  los  lios  Apurimac  y  Paucartambo;  y 
el  Dorado,  el  rio  de  San  Juan  del  Oro,  en  la  provincia  de  Carabaya  en  el 
Perú.  En  estas  inmediaciones  fundaron  los  españoles  fugitivos  de  los  parti- 
dos de  Pizarro  y  de  Almagro,  una  villa  de  este  nombre,  donde  habiendo 
hallado  abundantes  lavaderos  de  oro,  se  hicieron  ricos,  y  después  de  con- 
seguir un  indulto  de  virey  D.  Antonio  de  Meu'loza,  en  1553,  pasaron  algu- 
nos á  España,  donde  obtuvieron  honores  y  mercedes  del  Emperador  Car- 
los V:  pero  abusando  de  ellos,  volvieron  á  formar  bandos  y  partidos  con 
que  se  destruyeron;  y  la  floreciente  Adlla  que  contaba  mas  de  tres  mil  ha- 
bitantes, quedó  reducida  á  la  nada.  Su  posición  geográñca  debe  ser  hacia 
los  14  grados  latitud  sur,  y  63  grados  longitud  occidental  de  Cádiz.  Las  in- 
mediaciones de  este  rio  han  producido  mucho  oro  en  todos  tiempos,  y  ea 
uno  de  sus  lavaderos  se  halló  la  famosa  y  mayor  pepita  de  oro  que  tal  vez 
ha  producido  !?«  naturaleza;  la  cual  se  envió  á  España  en  el  reinado  de 
Callos  V,  y  pesó  cuatro  arrobas  y  libras.  Todo  parece  que  inclina  á  ereer, 
que  esta  sea  la  tierra  á  que  se  dirigió  la  expedición  que  refiere  Da.  Catali- 
na. Solo  en  la  distancia  hay  alguna  equivocación,  la  cual  podrá  pertenecer 
al  copista,  poco  escrupuloso  en  eso  de  cantidades  y  nombres  propios. 


—232— 
maestro  de  campo  Don  Bartolomé  de  Alba,  puso  en  ejecución 
el  apresto  y  la  partida,  y  aviado  todo  nos  partimos  del  Potosí 
á  los  veinte  dias. 

IX. 

Partidos  del  Potosí  á  los  Chuncos,  llegamos  á  un  pueblo 
llamado  Arzaga,  que  era  de  indios  de  paz,  donde  estuvimos 
Qcbo  dias;  tomamos  guias  para  el  camino,  y  nos  perdimos  sin 
embargo,  y  nos  vimos  en  harta  confusión  sobre  unas  lajas,  de 
donde  se  despeñaron  cincuenta  muías  cargadas  de  bastimen- 
tos y  municiones,  con  doce  hombres. 

Pasando  ala  tierra  adentro  descubrimos  unos  llanos,  lle- 
nos de  una  infinidad  de  almendros  como  los  de  España,  de  oli- 
vares y  frutas.  Queria  el  gobernador  sembrar  allí  para  suplir 
la  falta  que  llevábamos  de  bastimentos,  y  no  vino  la  infante- 
ría en  ello,  diciendo  que  allí  no  íbamos  á  sembrar;  sino  á  con- 
quistar y  cojer  oro,  y  que  el  sustento  lo  buscaríamos.  Pasa- 
mos adelante,  y  al  tercer  dia  descubrimos  un  j)ueblo  de  in- 
dios, los  cuales  luego  se  pusieron  en  arma:  llegamos,  y  sin- 
tiendo ellos  el  arcabuz  huyeron  desatinados,  quedando  muer- 
tos algunos.  Entramos  en  el  lugar  sin  haber  podido  cojer  un 
indio  de  quien  saber  el  camino. 

Al  salir,  el  maestre  de  campo  D.  Bartolomé  de  Alba,  fati- 
gado de  la  celada,  se  la  quitó  para  limpiarse  el  sudor,  y  un 
demonio  de  muchacho,  como  de  doce  años,  que  estaba  en  fren- 
te á  la  salida  encaramado  en  un  árbol,  le  disparó  una  flecha, 
y  se  la  eurró  por  un  ojo,  y  lo  derribó,  lastimado  del  tal  suer- 
te, que  espiró  al  tercer  dia.  Hicimos  al  muchacho  diez  mil 
añicos. 

Habíanse  eatre  tanto  los  i  adiós  vuelto  al  lugar  en  número  de 
mas  de  diez  mil:  volvimos  á  ellos  con  tal  coraje,  é  hicimos  tal 
extrago,  que  corría  por  la  plaza  abajo  un  arroyo  de  sangre 
como  un  rio,  fuímoslo  siguiendo  y  matando  hasta  pasar  el  rio 
Dorado.  Aquí  nos  mandó  el  gobernador  retirar,  é  hicímoslo 
de  mala  gana,  jíorque  en  las  casas  del  lugar  se  hablan  halla- 
do unos,  mas  de  sesenta  mil  pesos  en  polvo  de  oro;  y  en  la 
orilla  del  rio  hallaron  otros  infinito,  llenaron  los  sombreros,  y 
supimos  después  que  la  menguante  suele  dejarlo  allí  en  mas 
de  tres  dedos  (1):  por  lo  cual,  después  muchos  pedimos  licen- 
cia al  gobernador  para  conquistar   aquella  tierra,  y  como  él. 


1)  Hay  alguna  exageración  eu  esto  de  que  dejaba  la  menguante  tres 
dedos  de  alto  de  oro  en  polvo  i)or  aquel  suelo;  pero  todo  conspira  á  hacer 
creer  que  se  cogía  en  gran  cantidad  por  aquellos  tiempos,  según  las  rela- 
ciones fidedignas  que  se  conservan  en  los  archivos  del  Perú. 


—233— 
por  razones  que  tendría,  no  la  diese,  muchos,  y  'yo  con  ellos, 
nos  salimos  de  noche  y  nos  fuimos,  llegados  á  poblado  de  cris- 
tianos, fuimos  tirando  cada  uno  por  su  cabo.  Yo  me  fui  á 
Oenhiago,  [1]  y  de  allí  á  la  provincia  de  las  Charcas  con  al- 
gunos realejos,  que  poco  á  poco  y  en  breve  vine  á  perder  [2], 


X. 

Pasé  á  la  ciudad  de  la  Plata  y  acomódeme  con  el  capitán 
Don  Francisco  de  Aganumen,  vizcaíno  minero  muy  rico,  con 
quien  estuve  algunos  días,  y  desacomódeme  i)or  cierto  disgusto 
que  con  otro  vizcaino  amigo  del  amo  se  me  ofreció;  acogime, 
entre  tanto  que  me  aviaba  á  casa  de  una  señora  viuda,  llama- 
da Doña  Catalina  de  Chavez,  la  mas  principal  y  calificada, 
según  decian,  que  habia  por  allí,  la  cual,  por  medio  de  un  su 
criado  con  quien  acaso  me  amisté,  me  prometió  acogerme  en- 
tre tanto  allí.  Sucedió  pues  que  el  Jueves  Santo  yendo  á  las 
estaciones  esta  señora,  se  topó  en  San  Francisco  con  Doña 
Francisca  Marmolejo,  mujer  de  Don  Pedro  de  Andrade,  so- 
brino del  Conde  de  Lemos,  y  sobre  lugares,  [3]  se  trabaron  de 
palabras,  y  pasó  Doña  Francisca  á  darle  á  Doña  Catalina  con 
un  chapín,  levantándose  de  aquí  un  raido  y  agolpamiento  de 
gente.  Fuese  Doña  Catalina  á  su  casa,  y  allí  acudieron  pa- 
rientes y  conocidos,  y  se  trató  ferozmente  del  caso.  La  otra 
señora  se  quedó  en  la  Iglesia  con  el  mismo  concurso  de  los  su- 
yos sin  atreverse  á  salir,  hasta  que  vino  Don  Pedro  su  marido 
ya  entrada  la  noche,  acompañado  de  Don  Eafael  Ortiz  do  So- 
tomayor,  corregidor  [que  hoy  está  en  Madrid],  caballero  de 
Malta,  y  de  los  alcaldes  ordinarios,  ministros  con  hachas  en- 
cendidas, y  la  sacaron  para  su  casa. 

Al  ir  por  la  calle  que  va  de  San  Francisco  á  la  plaza,  sonó 
un  ruido  de  cuchilladas,  al  cual  el  corregidor  partió,  los  al- 
caldes y  ministros,  quedando  sola  la  señora  con  su  marido.  A 
este  tiempo  pasó  corriendo  un  indio  hacia  el  ruido  de  cuchi- 
lladas, y  al  pasar  por  junto  á  la  señora  Da.  Francisca  Marmo- 
lejo le  tiró  un  golpe  á  la  cara  con  cuchillo  ó  navaja,  se  le  cor- 
tó de  parte  á  parte,  y  prosiguió  corriendo:  lo  cual  fué  tan  re- 
pentino, que  el  marido  D.  Pedro  por  luego  que  no  lo  entendió. 


[l]  Puede  ser  Santiago,  pueblo  de  la  provincia  de  Cliucuitos,  por  donde 
viniendo  del  rio  de  Oro,  tenia  que  pasar  caminando  liácia  la  Plata. 

[2J  Sin  duda  que  perdió  estos  realejos  que  dice  al  juego,  á  que  Da.  Ca- 
talina fué  siempre  apasionada,  como  lo  manifiesta  ella  misma  en  el  curso 
de  esta  relación  histórica  de  su  vida. 

[3]  Quiere  decir,  sobro  lugares  de  preferencia  en  la  Iglesia. 

ToM.  VII.  Literatura — 30 


—234— 
Enteudido,  fué  grande  el  alboroto,  el  ruido,  la  confusión,  el  con- 
curso, las  cuchilladas  de  nuevo,  las  prisiones,  y  todo  sin  en- 
tenderse. 

Entre  tanto  fué  el  indio  á  la  casa  de  la  señora  Da.  Catali- 
na, y  dijo  á  su  merced  al  entrar:  ya .  está  hecho.  Fué  prosi- 
guiendo la  inquietud,  y  los  temores  de  grandes  daños:  hubo  de 
las  diligencias  de  resultar  algo,  y  al  tercer  dia  el  corregidor 
se  entró  en  casa  de  Da.  Catalina,  la  halló  sentada  en  su  estra- 
do: recibióle  juramento,  y  le  preguntó  si  sabia  quien  era  el  que 
habia  cortado  la  cara  a  Da.  Francisca  Marmolejo,  y  respondió 
que  sí.  Preguntóle  quien  fué:  respondió,  una  navaja  y  una 
mano:  y  con  esto  se  salió  dejándola  guardias. 

Fué  examinando  á  la  gente  de  la  casa:  llegó  á  un  indio, 
atemorizóle  con  el  potro,  y  el  menguado  declaró  que  me  vio 
salir  de  casa  con  aquel  vestido  y  caballera  de  indio  que  me 
dio  su  señora,  y  que  la  navaja  la  trajo  Francisco  Ciguren,  bar- 
bero vizcaíno,  y  que  me  vio  volver,  y  oyó  decir,  ya  está  he- 
cho. Pasó,  me  prendió  á  mí,  y  al  barbero,  nos  cargó  de  prisio- 
nes, bien  separados  y  retirados.  Asi  pasaron  algunos  di  as, 
cuando  una  noche  un  alcalde  de  la  real  audiencia,  que  habia 
recogido  la  causa,  y  preso  á  ministros,  no  sé  por  qué,  entró  en 
la  cárcel  y  dio  tormento  al  barbero,  en  el  cual  él  luego  decla- 
ró lo  suyo  y  lo  ageno,  con  esto  el  alcalde  pasó  á  mí,  y  me  re- 
cibió confesión:  yo  negué  totalmente  saber  del  caso:  luego  pa- 
só á  mandarme  desnudar  y  poner  en  el  potro,  entró  un  procu- 
rador alegando  ser  yo  vizcaíno,  y  no  haber  lugar  por  tanto  á 
darme  tormento,  por  razón  de  privilegio.  El  alcalde  no  hizo 
caso,  y  prosiguió.  [1]  Empezaron  las  vueltas:  yo  estuve  firme 
como  un  roble:  iban  prosiguiendo  las  preguntas  y  vueltas, 
cuando  le  entran  un  paijel,  según  entendí  después,  de  Da.  Ca- 
talina de  Chavez,  que  se  le  dio  en  su  mano,  le  abrió  y  leyó,  es- 
tuvo después  mirándome  parado  un  rato,  y  dijo:  quítese  ese 
mozo  de  ahí.  Quitáronme:  y  me  volvieron  á  mi  prisión,  y  él 
se  volvió  á  su  casa. 

El  pleito  se  fué  siguiendo,  no  sabré  decir  cómo,  hasta  que 
salí  sentenciado  en  diez  años  de  Chile  sin  sueldo,  y  el  barbero 
en  doscientos  azotes  y  seis  años  á  las  galeras.  De  eso  apela- 


[1]  Que  un  alcalde  ordinario  lego,  de  malas  entrañas,  y  sin  asesorarse, 
cometiera  un  atentado  semejante,  pase:  pero  que  nn  juez  togado  atrepella- 
se de  nn  modo  tan  violento,  condenando  á  la  bárbara  prueba  de  la  tortura 
:i  dos  personas  exceptuadas  por  la  ley,  i)or  razón  de  privilegio  de  nobleza, 
no  ee  comprende  fácilruonte,  sin  suponer  un  interés  poco  digno  de  un  ma- 
gistrado recto.  Que  esto  no  le  era,  lo  prueba  ciertamente  la  relación  de  la 
Monja  Alférez:  pues  pudo  mas  con  él  uua  esquela  de  Da,  Catalina  de  Cha- 
vez  que  iría  acompañada  de  alguna  fuerte  dádiva,  que  la  ley  faA^orecia  en 
esta  j)arte  á  los  reos. 


..^235— 
mos  agenciando  paisanos,  y  se  fué  siguiendo,  no  sabré  decir 
como,  hasta  que  salió  un  dia  sentencia  en  la  real  audiencia, 
en  que  me  dieron  por  libre,  y  á  la  señora  Da.  Francisca  con- 
denaron en  costas,  y  salió  también  el  barbero:  que  estos  mi- 
lagros sueíen  acontecer  en  estos  conflictos,  y  mas  en  indias, 
gracias  á  la  helld  industria. 

XI. 

Salido  de  este  aprieto  no  pude  menos  que  ausentarme  de 
a  Plata:  pasóme  á  las  Charcas  [1]  distante  diez  y  seis  leguas 
de  allí.  Volvime  á  hallar  allí  al  ya  dicho  D.  Juan  López  de 
Arquijo,  entregóme  diez  mil  cabezas  de  carneros  de  la  tierra 
[2J  para  con  ellos,  trajinar  con  ciento  y  tantos  indios.  Entre- 
góme una  gran  partida  de  dinero  para  que  fuese  á  los  llanos 
de  Oochabamba  y  comprase  trigo,  y  moliéndolo  lo  llevase  al 
Potosí  á  vender,  donde  habia  falta.  Fui  y  compré  ocho  mil 
fanegas  á  cuatro  pesos:  cargúelas  en  los  carneros:  víneme  á 
los  molinos  de  Guilcomayo:  moli  tres  mil  quinientas,  y  parti 
con  ellas  al  Potosí,  vendilas  luego  allí  á  panaderos  á  quince 
pesos  y  medio:  volvime  álos  molinos:  halló  allí  molido  parte 
del  resto,  y  compradores  i)ara  todo:  ven  di  lo  todo  á  diez  pesos, 
y  volvime  con  el  dinero  en  contado  á  las  Charcas  á  mi  amo: 
el  cual,  vista  la  buena  ganancia,  me  volvió  á  mandar  á  lo  mis- 
mo á  Cochabamba. 

Entretanto  á  las  Charcas  un  dia  domingo  no  teniendo  que 
hacer,  me  entregué  á  jugar  eu  una  casa  de  D.  Antonio  Cal- 
derón, sobrino  del  Obispo.  Estaban  allí  el  provisor,  el  arce- 
diano y  un  mercader  de  Sevilla  alli  casado;  sentóme  á  jugar 
con  el  mercader,  fue  corriendo  el  juego,  y  á  una  mano  dijo  el 
mercader  que  estaba  ya  picado — envido:  dije  yo — ¿qué  envida? 
— volvió  á  decir — envido:  volvile  á  decir — ¿qué  envida!  Dio 
un  golpe  con  un  doblón  diciendo — envido  un  cuerno:  digo 
yo — quiero  y  reviro   el   otro   que   le  queda — arrojó  los  nai- 


[]  J  La  ptovincia  de  Chayauta  que  se  llama  también  de  Charcas,  es  uu 
conegimiento  del  Alto  Perú  que  confina  por  el  norte  con  la  provincia  de 
Cochabamba,  por  el  noroeste  con  el  corregimiento  de  Oruro,  por  el  este 
con  la  provincia  de  Yamparaez,  por  el  sueste  y  sur  con  la  de  Porco,  y  por 
el  oeste  con  la  de  Paria.  Su  capital,  que  también  se  llama  Chayauta,  dista 
unas  diez  y  seis  leguas  de  la  ciudad  de  la  Plata. 
_  [2]  El  carnero  de  la  tierra  es  la  llatnd,  cuadrúpedo  indígeno  de  la  Amé- 
rica meridional,  muy  parecido  al  camello,  aunque  mucho  menor,  cubierto 
el  cuerpo  con  una  especie  de  lana  muy  larga.  Es  auimal  de  carga  miiy  man- 
so, y  el  linico  que  los  naturales  del  Perú  hablan  domesticado  antes  de  la 
conquista.  La  aspereza  de  las  sierras  del  Perú  y  la  falta  de  pastos,  hacen  á 
este  animal  sufrido  y  frugal,  necesario  para  los  trasportes,  á  pesar  de  que 
apenas  carga  mas  que  tres  arrobas  de  peso,  y  de  que  hace  jornadas  muy 
cortas  é  irregulares. 


—236— 
jpes  y  sacó  la  daga,  yo  la  mia:  asiéronnos  los  presentes  y 
nos  apartaron.  Fué  mudando  de  conversación  hasta  bien 
entrada  la  noche,  sali  para  irme  á  casa,  j  4  poco  andado,  al 
volver  una  esquina,  doy  con  él,  que  saca  la  espada,  y  se  vie- 
ne á  mí:  yo  saqué  la  mia,  y  nos  embestimos:  tiramonos  un 
poco,  y  á  poco  rato  le  entré  una  punta,  y  cayó.  Acudió  gente 
al  ruido,  acudió  justicia  que  me  quiso  prender,  yo  resistime, 
recibí  dos  heridas,  y  retirándome  vine  á  coger  iglesia,  la  ma- 
yor. Alli  me  estuve  unos  dias,  advertido  de  mi  amo  que  me 
guardase,  hasta  que  una  noche,  bien  reconocida  la  razón  y  el 
camino,  me  parti  para  Piscobamba. 

XIL 

Llegado  á  Piscobamba  (1)  me  acogí  en  casa  de  un  amigo, 
Juan  Torrizo  de  Zaragoza,  donde  estuve  unos  pocos  dias;  una 
noche  en  cenando,  se  armó  juego  con  unos  amigos  que  entra- 
ron: sentóme  con  un  protugués,  Fernando  de  Acosta,  que  para- 
ba largo:  paró  una  mano  á  catorce  pasos  cada  pinta:  eché  diez 
y  seis  pintas  contra  él:  y  viéndolas,  se  dio  una  bofetada  en  la 
cara;  diciendo— -¡válgame  la  encarnación  del  diablo!  Yo  dije:— 
¿hasta  ahora  qué  ha  perdido  usted  para  desatinarse? — Alargó 
las  manos  hasta  cerca  de  mis  barbas,y  dijo:— he  perdido  los  cuer- 
nos de  mi  padre,~Tirélela  baraja  á  las  suyas,y  saqué  la  espada: 
él  la  suya:  acudieron  los  presentes  y  nos  detuvieron,  se  com- 
puso todo,  celebrando  y  riendo  los  piques  del  juego:  él  pagó, 
y  fuese  al  parecer  bien  tranquilo.  De  allí  á  tres  noches  vinién- 
dome para  casa,  como  á  las  once,  en  una  esquina  divisé  un 
hombre  parado:  tercié  la  capa,  saqué  la  espada,  y  proseguí  mi 
camino  acia  él:  llegando  cerca  se  me  arrojó  tirándome,  y  di- 
ciendo ¡picaro  cornudo!  conocido  en  la  voz,  fuimos  tirando,  á 
poco  rato  le  entré  una  punta  y  cayó  muerto. 

Quedóme  un  poco  pensando  qué  baria:  miré  jjor  allí  y  no 
senti  quien  nos  hubiese  visto:  fuime  á  casa  de  mi  amigo  Zara- 
goza callando  mi  boca,  y  acostóme.  A  la  mañana  vino  el  corre- 
gidor Don  Pedro  de  Meneses  bien  temprano,  me  hizo  levan- 


f  l]  Hay  dos  pueblos  de  este  mismo  nombre  en  el  Perú.  El  primero  está 
en  el  corregimiento  de  Andahuaylas,  y  el  segundo  en  el  de  Conchucos.  No 
parece  probable  que  sea  ninguno  de  estos  dos  que  se  trata  aquí,  mediante 
á  que  la  distancia  que  marca  de  la  ciudad  de  la  Plata  es  de  doce  leguas, 
cuando  el  primero  de  aquellos  bay  mas  de  doscientas.  Lo  natural  es  que 
el  pueblo  que  nombraba  la  Monja  Alférez  sea  Pomabamba,  capital  de  la 
provincia  y  corregimiento  de  este  nombre,  que  linda  con  los  indios  chiri- 
euanos,  y  que  dista  unas  veinte  leguas  de  la  Plata,  debiendo  creerse  que  el 
copista  ha  equivocado  su  nombre  que  parece  compuesto  áepuma  y  pampa f 
que  en  lengua  quichua,  cuyo  alfabeto  carece  de  la  letra  &,  quiere  decir  cam- 
po del  león. 


—237— 
tar  y  se  me  llevó.  Entré  en  la  cárcel  y  me  echaron  prisiones. 
A  cosa  de  una  hora,  volvió  con  nn  escribano  y  me  recibió  de- 
claración: yo  negué  saber  tal  cosa:  después  me  recibieron  con- 
fesión, y  negué.  Púsose  acusación,  recibióse  á  prueba,  hice  mi 
probanza:  hecha  publicación,  vi  testigos  que  no  conocí.  Salió 
sentencia  de  muerte:  apelé  y  mandóse  ejecutar  sin  embargo. 
Hálleme  afligida,  entró  un  fraile  á  confesarme:  yo  me  resistí: 
él  porfió:  yo  fuerte:  fueron  lloviendo  frailes  que  me  hundían: 
yo  hecho  un  Lutero:  vistiéronme  con  un  hábito  de  tafetán,  y 
me  subieron  en  un  caballo,  porque  el  corregidor  se  resolvió, 
respondiendo  á  los  frailes  que  le  instaban,  que  si  yo  quería 
irme  al  infierno,  eso  á  él  no  le  tocaba.  Sacáronme  de  la  cár- 
cel, llev.^ndome  por  calles  no  conocidas  ni  acostumbradas  por 
recelo  de  los  frailes:  llegué  á  la  horca:  quitáronme  los  frailes 
el  juicio  á  gritos  y  á  rempujones:  hicíéronme  subir  cuatro  es- 
calones, y  el  que  mas  me  afligía  era  un  dominico,  Fr.  Andrés 
de  San  Pablo,  á  quien  habrá  un  año  vi,  y  hablé  en  Madrid  en 
el  colegio  de  Atocha.  Hube  de  subir  mas  arriba:  echáronme 
el  boletín,  que  es  el  cordel  delgado  con  que  ahorcan,  el  cual 
el  verdugo  no  me  ponía  bien,  y  le  dije — borracho  pónmelo 
bien,  ó  quítamelo  que  estos  padres  bastan. 

Estando  en  este  caso  entra  corriendo  un  posta  de  la  ciu- 
dad de  la  Plata  despachado  por  el  secretario,  por  mandato  del 
presidente  D.  Diego  de  Portugal,  [1]  á  instancia  de  Martin 
de  Mendíola,  vizcaíno,  que  supo  el  pleito  en  que  yo  estaba,  y 
entregó  en  su  mano  al  corregidor  un  pliego  ante  un  escriba- 
no, en  que  le  mandaba  la  audiencia  suspender  la  ejecución  de 
la  justicia,  y  remitir  al  preso  y  los  autos  á  la  real  audiencia, 
que  dista  doce  leguas  de  allí.  La  causa  de  esto  fué  rara,  y  ma- 
nifiesta misericordia  de  Dios.  Parece  que  aquellos  testigos 
que  depusieron  de  vista  contra  mí  en  el  homicidio  del  portu- 
gués, cayeron  en  manos  déla  justicia  de  la  Plata  por  no  sé 
qué  delitos,  y  fueron  condenados  á  horca:  y  estando  en  ella  al 
pié,'  declararon,  sin  saber  el  estado  mío,  que  inducidos  y  pa 
gados  sin  conocerme,  que  habían  jurado  falso  contra  mí  en 
aquel  homicidio:  y  por  esto  la  audiencia  instando  Martin  de 
Mendíola,  se  conmovió  y  remitió.  Llegado  este  despacho  á  tal 
punto,  fué  grande  la  alegría  del  pueblo  compasivo.  Mandóme 
el  corregidor  quitar  de  la  horca  y  llevar  á  la  cárcel,  y  remitió- 
me con  guardias  á  la  Plata.  Llegado  allí  y  visto  el  proceso, 
ñiiulado  por  aquellos  hombres  al  pié  de  la  horca,  y  no  resul 
taudo  por  tanto  otra  coía  Cí)ntra  mí,  fui  mandado  soltar  á  los 
veinte  y  cuatro  días,  y  estúveme  allí  otro  poco. 

[IJ  Este  es  el  sexto  presidente  que  tiivo  la  real  audiencia  de  Charcas,  y 
por  lo  tanto  parece  probable  que  este  suceso  hubiese  tenido  lugar  hacia  el 
año  de  1613  ó  1614. 


—238— 

XIII. 

De  la  Platíi  me  pasé  á  la  ciudad  de  Oocliabamba,  á  fene- 
cer allí  unas  cuentas  del  dicho  D.  Jnan  López  de  Arqnijo,  con 
D.  Pedro  de  Chavarria,  natural  de  Navarra,  alli  residente, 
casado  con  Doña  María  Dávalos,  hija  del  Capitán  Don  Juan 
Dávaloá  ya  difunto,  y  de  Doña  Maria  de  Ulloa,  monja  de  la 
Plata,  en  convento  que  ella  allí  fundó.  Ajustámoslas  y  resultó 
alcance  de  mil  pesos  contra  el  dicho  Oha-s^arria,  á  favor  del  di- 
cho Arquijo  mi  amo,  los  cnales  Inego  me  entregó  con  mucha 
bondad  y  agrado,  rae  convidó  á  comer  y  me  hospedó  dos  dias; 
luego  me  despedí  y  partí,  yendo  encargado  de  su  mujer  de  visi- 
tar de  su  i>arte  á  su  madre  monja  en  la  Plata,  y  darles  muchos 
recaudos  (1). 

Partido  de  allí,  hiibeme  de  detener  en  cosillas  que  se  me 
ofrecieron,  hasta  ya  el  cabo  de  la  tarde,  con  amigos:  en  fin 
partí,  y  hube  de  volver  á  pasar  para  mi  camino  jjor  la  puerta 
del  dicho  Chavarria:  al  pasar,  vi  gente  en  el  zaguán,  y  sona- 
ba ruido  dentro:  paróme  entender  que  fuese,  y  en  esto  rae  di- 
ce Da.  María  Dávalos  desde  la  ventana:  señor  capitán  lléve- 
me usted  consigo,  que  quiere  matarme  mi  marido:  y  diciendo 
esto,  se  arroja  abajo:  á  esto  llegaron  dos  frailes,  y  me  dijeron: 
llévela  usted,  que  la  halló  su  marido  cou  Don  Antonio  Calde- 
rón, sobrino  del  obispo;  y  lo  ha  muerto,  áella  la  quiere  matar 
y  la  tiene  encerrada;  diciendo  esto  me  la  pusieron  á  las  ancas, 
y  yo  partí  en  mi  muía  que  llevaba. 

No  paré  hasta  que  á  las  doce  de  la  noche  llegué  al  rio  de 
la  Plata.  Habia  topado  en  el  camino  á  un  criado  del  dicho 
Chavarria  qu  venia  de  la  Plata,  y  nos  hubo  de  conocer  por 
mas  que  yo  rae  procuré  retirar  y  encubrir,  que  avisó  á  su 
amo  según  la  cuenta.  Llegado  al  rio  me  afligí,  porque  iba 
grande,  y  me  pareció  imposible  de  vadear;  dijo  ella:  adelante, 
pasar,  que  no  hay  otro  remedio,  y  ayude  Dios:  apeóme,  pro- 
curé descubrir  vado,  y  resol  vi  me  al  que  me  pareció:  voí  vi  á 
montar  con  mi  affigida  á  las  ancas,  y  entró:  fuimos  entrando: 
ayudó  Dios,  y  pasamos.  Llegué  á  una  venta  que  topé  allí  cer- 
ca: desperté  al  ventero,  que  se  espautó  de  vernos  á  tal  hora, 
y  pasado  el  río:  cuidé  de  mi  muía  que  descansase;  dióuos  unos 
huevos,  pan  y  frutas:  procuramos  torcer  y  esprimír  la  ropa, 
volvimos  á  partir  y  andar,  y  al  romper  el  alba,  á  cosa  de  cin- 
co legus  descubrimos  la  ciudad  de  la  Plata. 

íbamos  de  ello  algo  consolados,  cuando  derrepente  Doña 
María  se  hace  mas  fuerte  de  mí  diciendo:  ¡ay  señor!  mi  mari- 
do: volví  y  lo  vi  que  venía  en  un  caballo,  al  parecer  cansado. 


(1)  Voz  anticuada  que  equivale  á  mensaje  ó  recado. 


—239— 
No  sé,  y  me  admira,  como  pudo  ser  esto:  porque  yo  parti  de 
Oochabamba  primero,  quedando  él  dentro  de  su  casa,  y  sin 
detenerme  un  punto,  anduve  hasta  el  rio:  lo  pasé  y  llegué  á  la 
venta,  me  <letuve  allí  conjo  una  hora,  y  volví  á  partir.  Fuera 
de  eso,  aquel  criado  que  topé  en  el  camino  se  lo  hubo  de  de- 
cir, algo  tardó  eu  llegar,  y  algo  tardó  él  en  montar  á  caballo 
y  partir.  ¿Pues  cómo  él  en  el  camino  me  salió  al  encuentro? 
No  sé  cómo:  si  no  sea  que  traje  yo  mas  rodeos  no  sabiendo  el 
camino,  y  él  menos.  En  fin,  desde  como  treinta  pasos  nos  dis- 
paró una  escopeta,  y  nos  erró,  pasando  las  balas  tan  cerca, 
que  las  oimos  silvar.  Yo  apreté  á  mi  muía,  y  bajé  un  cerro 
embreñado  sin  verlo  mas:  que  á  la  cuenta  su  caballo  se  le  hu- 
bo de  rendir.  Corridas  como  cuatro  leguas  largas  desde  aqui, 
llegué  ala  Plata  bien  fatigado  y  cansado:  fuime  al  convento 
de  San  Agustín  á  la  porteria  y  entregué  alli  á  Da.  Maria  Dá- 
valos  á  su  madre. 

Volvime  á  tomar  mi  mnla,  cuando  topé  con  Pedro  Oha- 
varria,  que  con  la  espada  en  la  mano  se  arrojó  á  mí,  sin  dar 
lugar  á  razones:  dióme  gran  cuidado  verle,  por  el  repente,  y  el 
cansancio  con  que  me  cogió,  y  la  compasión  al  engaño  con 
que  me  tenia  por  ofensor:  saqué  mi  espada,  y  hube  de  procu- 
rar la  defensa:  entramónos  en  la  iglesia  con  la  brega:  allí  me 
entró  dos  puntas  en  los  pechos  sin  haberlo  yo  herido,  que  ha- 
bía de  ser  mas  diestro:  sentirae,  apreté,  y  fuílo  retirando  has- 
ta el  altar:  tiróme  allí  un  gran  golpe  á  la  cabeza,  lo  reparé  con 
la  daga,  y  éntrele  un  palmo  de  espada  por  las  costillas.  Acu 
dio  ya  tanta  gente,  que  no  pudo  mas:  acudió  la  justicia,  y  que- 
ríanos sacar  de  la  iglesia:  en  esto  dos.  fiailes  de  San  Francis- 
co, que  es  allí  en  frente,  me  pasaron  y  entraron  allá  ayudado 
á  ello  disimuladamente  D.  Pedro  Beltran,  alguacil  mayor,  cu- 
ñado de  mi  amo  Juan  López  de  Arquíjo.  En  San  Francisco 
recogido  con  caridad,  y  asistido  en  la  curación  por  aquellos 
santos  padres,  estuve  retraído  cinco  meses. 

Ohavarria  se  estuvo  también  curando  de  su  herida  muchos 
dias:  clamando  siempre  sobre  que  le  entregasen  su  mujer,  so- 
bre lo  cual  se  hicieron  autos  y  diligencias,  resistiéndose  ella 
con  el  manifiesto  riesgo  de  la  vida.  Aquí  acudieron  el  Arzo- 
bispo y  el  presidente  con  otros  señores,  y  ajustaron  que  am- 
bos entrasen  en  religión  y  profesasen:  ella  donde  estaba  y  él 
donde  quisiese. 

Quedaba  mi  particular,  y  querella  dada:  vino  mi  amo  Juan 
López  de  Arquíjo,  é  informó  al  Arzobispo  D.  Alonso  de  Pe- 
ralta, (1)  al  presidente  y   señores,  en  la  verdad  y  casualidad 

(1)  Don  Alonso  de  Peralta  fué  el  duodécimo  arzobispo  de  Charcas,  natu- 
ral de  Arequipa,  arcediano  é  inquisidor  de  Méjico.  Murió  en  aquella  ciu- 
dad, no  se  sabe  á  punto  fljo  en  que  año,  pero  se  presume  que  era  el  de  1616. 


—240— 
sana  sin  malicia  con  que  obré  en  el  caso,  tan  diferente  de  lo 
entendido  por  aquel  hombre,  y  que  no  habla  mas  que  habeí 
socorrido  repentinamente  á  aquella  mujer  que  se  me  arrojó 
huyendo  de  la  muerte,  pasándola  al  convento  de  su  madre, 
como  ella  lo  pidió.  Lo  cual  verificado  y  reconocido  se  satisfi- 
zo y  cesó  la  querella,  prosiguió  la  entrada  en  religión  de  los 
dos.  Salí  de  la  reclusión,  ajusté  mis  cuentas,  visité  muchas  ve- 
ces á  mi  monja,  á  su  madre,  y  á  otras  señoras  de  allí,  las  cua- 
les agradecidas  me  regalaron  mucho. 


XIV. 

Trató  de  buscar  alguna  ocupación  en  que  entender.  Mi  se-i 
ñora  Da.  María  de  Ulloa  afecta  por  lo  que  la  serví,  me  alcan- 
zó del  presidente  y  audiencia  una  comisión  jjara  Piscobamba 
(1),  y  los  llanos  de  Mizque  para  la  averiguación  y  castigo  de 
ciertos  delitos  de  allí  denunciados:  i)ara  lo  cual  me  señalaron 
escribano,  alguacil,  y,  salimos.  Fui  á  Piscobamba,  escribí  y 
prendí  al  alférez  Francisco  de  Escobar,  residente  allí  y  casa- 
do, contra  quien  resultó  haber  muerto  á  dos  indios  alevosa- 
mente por  robarlos,  y  enterrarlos  dentro  de  su  casa  en  una 
cantera,  donde  hice  cavar  y  los  hallé.  Fui  sustanciando  la  cau- 
sa por  todos  sus  términos  hasta  teuer  estado;  conclusa  y  cita- 
das las  partes,  di  sentencia  condenando  al  reo  á  muerte:  él 
apeló:  otorgúele  la  apelación,  fué  el  proceso  á  la  audiencia  de 
la  Plata,  con  el  reo:  allí  se  confirmó,  y  lo  ahorcaron  (2).  Pasó 
á  los  llanos  de  Mizque,  ajusté  á  lo  que  iba  (3)  volví  á  la  Pla- 
ta, di  razón  de  lo  obrado  entregando  los  autos  de  Mizque,  y 
me  estuve  después  allí  algunos  dias. 


(I],  Nos  hallamos  aqui  otra  vez  con  Piscobamba,  provincia  y  pueblo  que 
dista  mucho  de  los  llauos  de  Mizque,  que  están  cerca  de  la  ciudad  de  la 
Plata.  Esto  nos  hace  sospechar  de  que  está  equivado  en  uno  y  otro  caso  el 
nombre  de  este  pueblo  en  el  manuscrito,  confundiéndole  tal  vez  con  el  de 
Pomabamba  lí  otros  pueblos  de  los  varios  que  terminan  en  hambay  pueden 
hallarse  en  un  radio  de  diez  y  seis  á  veinte  leguas  de  la  Plata,  y  mas  cerca 
de  Mizque,  el  cual  se  halla  á  igual  distancia  de  su  capital. 

(2)  No  debe  estrañarse  esta  delegación,  si  se  tiene  presente  que  de  aqire- 
llos  paises  son  indispensables  en  ciertos  casos,  particularmente  teniéndose 
que  formar  una  causa  criminal  de  esta  naturaleza  á  uii  Español  en  un  pue- 
blo de  Indios,  como  seria  este,  cuyo  alcalde  ordinario  se  consideraría  inca- 
I)az  de  llevarla  á  cabo.  Lo  único  que  admira  es  la  disposición  é  inteligencia 
de  esta  muger  estraordiuaria,  para  representar  con  tanta  propiedad,  tantos 
y  tan  diferentes  papeles  en  el  mundo. 

[3)  Es  de  presumir  que  la  comisión  de  los  llanos  de  Mizque  seria  alguna 
risita  de  recuento  de  Indios,  lí  otra  relativa  á  la  real  hacienda,  las  cuales 
.solian  ser  muy  lucrativas  para  los  comisionados,  y  por  lo  tanto  se  daban  á 
personas  á  quienes  los  magistrados  deseaban  favorecer. 


241— 


XV. 

Páseme  á  la  Paz,  donde  me  estuve  quieto  algunos  dias:  bien 
ageno  de  disgusto  me  paré  un  dia  á  la  puerta  de  D.  Antonio 
Barraza,  corregidor  para  hablar  con  un  criado  suyo,  y  aven- 
tando la  bra?;a  el  diablo,  vino  á  ello  á  parar  en  desmentirme 
y  darme  con  el  sombrero  en  la  cara:  yo  saqué  la  daga  y  allí 
cayó  muerto.  Cargaron  sobre  mí  tantos,  que  herido  me  pren- 
dieron y  entraron  en  la  cárcel.  Fuéronme  curando  y  siguien- 
do la  causa  al  mismo  paso,  la  cual  sustanciada  y  en  estado, 
acumuladas  otrns,  me  condenó  el  corregidor  á  muerte.  Apelé 
y  mandóse  sin  embargo  ejecutar. 

Estuve  dos  dias  confesando:  el  siguiente  se  dijo  misa  en  la 
cárcel,  y  el  santo  clérigo,  habiendo  consumido,  volvió,  me  co- 
mulgó y  volvióse  á  su  altar:  yo  al  punto  volví  la  forma  que 
tenia  en  la  boca,  y  recibíla  en  la  palma  de  la  mano  derecha, 
dando  voces:  iglesia  me  llamo ^  iglesia  me  llamo.  Alborotóse  to- 
do, diciéndome  todos  hereje.  Volvió  el  sacerdote  al  ruido,  y 
mandó  que  nadie  llegase  á  mí.  Acabó  su  misa,  y  á  esto  entró 
el  señor  Obispo  D.  Fray  Domingo  de  Valderrama,  dominico, 
con  el  gobernador:  (1)  juntáronse  clérigos  y  mucha  gente,  en- 
cendiéronse luces,  trajeron  palio  y  me  llevaron  en  i)rocesiorí: 
lleg'ados  al  sagrario,  todos  arrodillados,  me  cogió  un  clérigo 
revestido  la  forma  de  la  mano  y  la  entró  en  el  Sagrario:  no  re- 
paró en  qué  la  puso,  después  me  rayaron  la  mano,  rae  la  lava- 
ron diferentes  veces,  y  me  la  enjugaron,  <lespejando  luego  la 
iglesia  y  los  señores  principales,  me  quedé  allí;  esta  adverten- 
cia me  la  dio  un  santo  religioso  francisco,  que  en  la  cárcel  ha- 
bla, dándome  consejos,  y  últimamente  me  confesó.  Oerca  de 
un  mes  tuvo  el  gobernador  cercada  aquella  iglesia,  y  yo  allí 
guarecido:  al  cabo  del  cual  quitó  las  guardas,  un  santo  clérigo 
de  allí  según  yo  presumí,  por  orden  del  señor  obispo,  recono- 
cido el  alr»^dedor  j  el  camino,  me  dio  una  muía  y  dineros,  y 
partí  al  Cuzco. 

XVI. 

Llegué  al   Cuzco,  ciudad  que  no   reconoce  ventaja  á  Lima 


fl]  Don  Fray  Domingo  de  Valderrama,  del  órdeu  de  Santo  Domingo, 
natural  de  Quito,  fué  célebre  predicador  y  catedrático  de  la  Universidad  de 
Lima,  Obispo  de  la  Paz  eu  el  año  de  1606,  y  i)romovido  al  Arzobispado  de 
Santo  Domingo  en  1620. 

TOM.  VII.  LlTEKATÜRA-31 


—242— 
en  vecinos  ni  riquezas,  cabeza  de  obispado,  dedicada  su  cate- 
dral á  la  Asunción  de  íí'uestra  Señora,  servida  por  cinco  dig- 
nidades, ocho  canónigos,  ocho  parroquias,  cuatro  conventos 
de  religiosos:  franciscos,  dominicos,  mercenarios,  agustinos; 
cuatro  colegios,  dos  conventos  de  monjas  y  tres  hospitales. 

Allí  estando,  me  sucedió  á  pocos  días  otro  fracaso  bien  pe- 
sado, en  realidad  y  verdad  no  merecido,  porque  me  halló  age- 
no  totalmente  de  culpa,  si  bien  mal  opinado,  y  sucedió  allí 
una  noche  imj)ensadaniente  la  muerte  de  D.  Luis  de  Godoy, 
corregidor  del  Cuzco,  caballero  de  grandes  prendas,  y  de  lo 
mas  calificado  de  por  allí.  Lo  mató  según  se  descubrió  des- 
pués, un  fulano  Carranza,  por  ciertos  piques  largos  de  contai"; 
y  como  por  luego  no  se  descubriese,  me  lo  echaron  á  mí,  y  me 
prendió  el  corregidor  D.  Fernando  deGuzraan,  y  me  tuvo  pre- 
so cinco  meses,  bien  afligido  hasta  que  quiso  Dios,  pasado  ese 
tiempo,  que  se  descubriese  la  verdad  y  mi  total  inocencia  en 
ello,  con  que  salí  libre  y  partí  de  allí. 


XVII. 

Páseme  á  Lima  en  el  tiempo  en  que  era  virrey  del  Perú  D. 
Juan  de  Mendoza  y  Luna,  Marqués  de  Montes-Claros.  (1)  Es- 
taba entonces  el  Holandés  batiendo  á  Lima  con  ocho  baje- 
les de  guerra  que  allí  tenia,  y  la  ciudad  estaba  en  arma  (2). 


[1|  Don  Juan  de  Mendoza,  y  Luna,  tercer  marqués  de  Montes  Claros, 
décimo  quinto  virrey  del  Peni,  pasó  del  virreinato  de  Nueva  Españ.-i  al 
del  Perú  el  año  de  1607.  Fué  el  que  estableció  el  Tribnnal  del  Consulado 
del  comercio  de  Lima,  libertó  á  los  indios  del  servicio  personal  y  mandó 
constniiv  sobre  el  Rimac  el  gi'an  jíuente  de  piedra  que  comunica  la  ciudad 
con  el  arrabal  de  San  Lázaro.  Duró  su  acertado  gobierno  hasta  el  año  de 
1615,  en  que  le  entregó  á  su  sucesor  el  príncipe  de  Esquiladle. 

[2]  Así  dice  el  manuscrito:  pero  estando  la  ciudad  de  Lima  dos  leguas 
distante  del  x>uerto,  mal  pudo  decir  Da.  Catalina  que  la.  escuadra  holande- 
sa batia  aquella  capital.  Lo  mas  cierto  será  que  el  original  diría  batiendo 
el  Callao  de  Lima,  i^iierto  de  mar  principal,  y  ciudad  fuerte  rica  y  poblada 
de  treinta  mil  habitantes  que  estaba  situada  á  la  orilla  del  mar,  el  cual  ha- 
biéndose retirado  mucho,  horas  antes  del  terremoto  del  año  de  1746,  vol- 
viendo repentinamente,  se  lo  tragó  con  todos  sus  habitantes,  sin  que  esca- 
pase casi  ninguno.  La  ola  que  hizo  este  horrible  estrago  era  tan  grande  y 
A'^enia  con  tanta  fuerza,  que  antes  de  llegar  á  la  ciudad  chocó  con  la  isla  de 
San  Lorenzo,  que  es  bastante  alta  y  de  una  extensión  de  dos  leguas,  y  la 
dividió  en  dos  partes  hacia  el  tercio  de  un  lado  de  tierra,  en  donde  quedó  y 
se  conserva  desde  entonces,  un  canalizo,  por  el  cual  pueden  pasar  hoy  bu- 
(lues  muy  grandes. 

A  una  legua  de  Lima,  eu  el  camino  del  Callao,  se  halla  frente  una  capi- 
lla una  cruz,  qne  se  llama  de  la  legua,  en  conmemoración  de  haber  arrojado 
el  golpe  de  mar  hasta  allí,  navios  de  ochocientas  toneladas,  que  se  hallaban 
fondeados  eu  el  puerto  del  Callao.  Sobre  parte  de  las  ruinas  de  la  antigua 


—2^3— 
Salimos  contra  61  del  puerto  del  Callao  con  cinco  bajeles,  y 
embestírnosle,  por  nn  ií>Tan  rato  nos  iba  bien,  pero  cargó  sobre 
nuestra  Almiranta  de  forma,  que  la  echó  á  pique,  sin  que  pu- 
diesen escapar  mas  que  tres  hombres,  que  nadando  nos  aco- 
¡njimOs  á  un  navio  enemigo  que  nos  recogió:  éramos  yó,  un 
fraile  francisco  descalzo  y  un  soldado,  á  los  cuales  ellos  nos 
hicieron  mal  tratamiento  con  burlas  y  desprecios:  toda  la  de- 
más gente  de  la  Almiranta  pereció  (1). 

A  la  mañana,  vueltas  al  puerto  del  Callao  nuestras  cuatro 
Tuives,  de  que  era  general  D.  Rodrigo  de  Mendoza,  se  hallaron 
menos  novecientos  hombres,  entre  los  cuales  me  contaron  á 
mí  que  iba  en   la  Almiranta.  Estuve  en  poder  de  los  enemi- 


ciudad  de  este  nombre  que  se  conocen  todavía  perfectamente,  está  lioy  si- 
tuada la  fortaleza  del  Callao,  que  es  un  pentágono  irregular  que  defiende 
aquel  magnífico  puerto. 

[IJ  Habiéndose  dado  este  combate  naval  en  tiempo  que  gobernaba  el 
Marques  de  Montes  Claros,  por  el  orden  que  van  narrados  hasta  aquí  dife- 
rentes sucesos,  era  preciso  que  hubiera  tenido  lugar  hacia  el  fin  de  su  go- 
bierno, esto  es  en  1615.  Y  con  efecto,  en  la  Historia  general  de  viages  del 
abate  Prevost,  nueva  edición  de  la  Haya,  del  año  de  1757,  bajo  la  dirección 
de  J.  Vander  Scheley,  discípulo  distinguido  del  célebre  Picart  el  Romano, 
tomo  15,  se  halla  un  extracto  del  viage  de  Jorje  Spilberg,  en  1614,  á  las 
Molucas,  por  el  estrecho  de  Magallanes,  que  dice  así:  "Después  de  haber 
"  entrado  dichosamente  en  el  mar  del  Sur,  Spilberg  se  hizo  en  él  terrible 
^\  por  mucho  tiempo  á  los  Españoles.  Allí  batió  una  flota  real  comandada 
'.'  por  D.  Rodrigo  de  Mendoza^  y  no  habiendo  cesado  de  esparcir  el  espanto 
'*  por  todas  las  costas  de  Chile  y  del  Perii^  no  se  apartó  de  ellas  hasta  el  26 
"  de  Diciembre,  pai-a  trasladarse  á  las  Mohicas  por  las  islas  Marianas  y  Fi- 
'*  lipinas.  De  allí  se  hizo  á  la  vela  para  la  isla  de  Java,  de  donde  habiendo 
"  partido  el  14  de  Diciembre  de  1616,  entró  en  el  Tejel  el  1.°  de  Julio  de 
''  1617."  El  redactor  añade  una  nota  sobre  el  referido  combate  cuyo  tenor 
es  el  siguiente:  ''Este  combate  que  se  dio  en  18  de  Julio  de  161 5,  fué  muy 
"  vivo.  La  flota  real  comjjuesta  de  ocho  bajeles  y  montada  por  tres  ó  cua- 
'•  tro  mil  hombres,  de  equipaje,  fué  muy  mal  tratada,  y  perdió  tres  navios 
''  y  mas  de  la  mitad  de  la  tropa."  Nuestros  navios,  según  la  Monja  Alférez, 
eran  cinco,  de  los  que  habiendo  ido  á  pique  la  Almiranta,  volvieron  cuatro 
al  puerto  del  Callao,  y  por  consiguiente  el  autor  de  esta  nota  exageró  nues- 
tra pérdida  con  el  oíijeto  de  ensalzar  mas  la  gloria  del  almirante  holandés 
Spilberg. 

En  comprobación  de  este  suceso  hallamos  que  el  historiador  de  las  islas 
Filipinas,  Fray  Joaquín  Martínez  de  Zúñiga,  un  tomo  en  4°.  impreso  en 
Sampaoc  en  el  año  de  1803,  por  Fray  Pedro  Arguelles,  de  la  Concepción, 
religioso  francisco,  capítulo  14,  fol.  221,  hace  mención  de  una  flota  holan- 
desa recien  venida  de  Europa  por  el  estrecho  de  Magallanes,  compuesta  de 
cuatro  navios  y  dos  pataches,  que  en  1616  se  presentó  á  la  boca  de  Marive- 
les.  No  se  puede  dudar  por  la  coincidencia  del  tiempo  que  esta  escuadra 
fuese  la  misma  de  Spilberg  que  se  batió  frente  el  Callao  de  Lima  con  la  de 
D.  Rodiigo  de  Mendoza;  y  también  nua  de  las  varias  de  aquella  nación  de 
que  habla  el  padr .'.  Mariana  en  su  sumario  de  la  Historia  de  España  en  el 
añr)  de  1617,  cuan  lo  asegura  que  años  atrás  fueron  varios  los  bajeles  holan- 
deses á  la  India  p  )r  el  estrecho  de  Magallanes,  ó  hicieron  daños  en  el  mar 
del  Sur,  y  corrieion  las  costas  del  Peni  y  de  la  Nueva  España  sin  parar 
haíta  Filipinas  y  las  islas  Molucas. 


—244— 
gos  veinte  y  seis  días,  temiendo  yo  que  me  llevarían  á  Ho- 
landa. 

Al  cabo  de  ellos,  á  mí  y  mis  dos  compañeros  nos  echaron  en 
la  costa  de  Payta,  cosa  de  cien  leguas  de  Lima,  de  donde  unos 
dias  después  y  pasados  muchos  trabajos,  un  buen  hombre,  que 
compadecido  de  nuestra  desnudez  nos  vistió,  encaminó  y  avió 
á  Lima,  (i)  estúveme  en  Lima  unos  siete  meses  ing-eniándo- 
me  allí  lo  mejor  que  pude:  compré  un  caballo  que  me  salió 
bueno  y  no  caro,  andúveme  en  él  unos  pocos  dias  tratando  de 
partir  para  el  Cuzco.  Estando  de  partida,  pasé  un  dia  por  la 
plaza,  vino  á  mí  un  alguacil  y  me  dijo  que  me  llamaba  el  se- 
ñor Alcalde  D.  Juan  de  Espinosa,  caballero  del  orden  de  San- 
tiago: llegué  á  su  merced,  estaban  allí  dos  soldados,  y  así  que 
llegué  dijeron:  este  es,  señor,  este  caballo  es  nuestro,  nos  ha 
faltado,  y  de  ello  daremos  luego  bastante  información.  Eodeá- 
ronme  ministros,  y  dijo  el  alcalde:  ¿qué  hemos  de  hacer  en  es- 
to! Yo  cogida  de  repente  no  sabia  qué  decir,  vacilante  y  con- 
fusa, que  parecería  delincuente:  cuando  ocúrreme  derrepente 
quitarme  la  capa,  y  tapóle  con  ella  la  cabeza  del  caballo  y  di- 
go: señor,  suplico  á  vuestra  merced  que  estos  caballeros  digan 
¿cuál  de  los  ojos  le  falta  á  este  caballo?  si  el  derecho  ó  si  el  iz- 
quierdo, que  puede  ser  otro  y  equivocarse  estos  caballeros. 
Dijo  el  alcalde:  dice  bien:  digan  ustedes  á  un  tiempo,  ¿de  cuál 
ojo  es  tuerto  ese  caballo?  ellos  se  quedaron  confusos.  Dijo  el 
alcalde:  digan  ustedes  á  un  tienjpo.  Dijo  el  uno,  del  izquierdo. 
Dijo  el  otro  del  derecho,  digo  del  izquierdo:  á  lo  que  dijo  el  al- 
calde, mala  razón  han  dado  ustedes  y  mal  concordante.  Vol- 
vieron ellos  juntos  á  decir:  del  izquierdo,  del  izquierdo  deci- 
mos ambos,  y  no  es  mucho  eípiivocarse.  Dije  yo,  señor,  aquí 
no  hay  prueba,  porque  uno  dice  el  uno  y  el  otro  el  otro.  Dijo 
uno:  no  decimos  sino  una  misma  cosa,  que  es  tuerto  del  ojo  iz- 
quierdo, y  eso  iba  á  decir  y  me  equivoqué  sin  querer,  pero  lue- 
go me  enmendé,  y  digo  que  del  izquierdo.  Paróse  el  alcalde 
y  dije  yo:  señor,  ¿qué  manda  vuestra  merced?  dijo  el  alcalde: 
que  si  no  hay  mas  jjrueba  se  vaya  usted  con  Dios  á  su  viaje: 
entonces  tiré  de  mi  capa  y  dije:  pues  vea  vuestra  merced  co- 


(1)  Pai'ece  estraíio  que  al  eiiumenar  sus  servicios  al  rcj  Felipe  IV,  omi- 
tiese el  liaberse  liallado  en  este  combate  tsaval;  y  mas  estraño  todavia  que 
uo  haga  uiencion  aquí  de  haberse  hallado  también  en  el  mismo  combate  su 
hermano  Francisco:  máxime  cuando  en  apoyo  de  sus  méritos  interpone  en 
el  memorial  que  presentó  á  aquel  rao  a'ca,  el  año  de  1625,  los  servicios  del 
capitán  Miguel  íra.isosu  padr(i,  del  altV  rez  Miguel  ¡de  Erauso,  ile  Frrn cis- 
co de  Erauso  q  le  tirvió  en  Ja  armada  de  Urna  con  Don  Bodrigo  de  Mendo- 
sa, y  Domingo  de  Erauso,  que  se  fué  <;on  la  armada  quesalió  para  el  Bra- 
sil;  y  volviendo'  de  allá  fué  u:io  de  los  que  perecieron  enla  xiltíilranta  de 
las  cuatro  villas  o,ue  se  quei.uó,  que  todos  tres^  añade  fueron  hermáTio& 
suyos. 


—245-^ 
mo  ni  uno  ni  otro  están  en  el  caso,  que  mi  caballo  no  es  tuer- 
to sino  sano?  El  alcalde  se  levantó,  llegó  al  caballo,  lo  miró  y 
dijo:  monte  usted  vayase  con  Dios,  volviéndose  á  ellos  los  pren- 
dió. Yo  monté  y  me  fui,  no  supe  en  lo  que  paró  aquello,  j)or- 
que  me  partí  para  el  Cuzco. 

XVIII. 

Volví  me  á  pasar  al  Cuzco,  liospedéme  en  casa  del  tesorero 
Don  Lope  de  Alcedo,  y  allí  me  estuve  nnos  dias,  entré  un  dia 
en  casa  de  un  amigo  á  jugar;  sentémonos  dos  amigos,  fué  cor- 
riendo el  juego:  arrimóse  á  mi  el  nuevo  Cid,  que  era  un  hom- 
bre moreno,  belloso,  muy  alto,  que  con  la  presencia  espantaba, 
y  le  llamaban  el  nuevo  Cid.  Proseguí  mi  juego,  gané  una  ma- 
no, y  entró  la  mano  en  mi  dinero,  sacóme  unos  reales  de  á 
ocho,  y  fuese.  De  allí  á  un  rato  volvió  á  entrar:  volvió  á  entrar 
la  mano,  sacó  otro  puñado  y  piisoseme  detrás:  previne  la  daga: 
proseguí  el  juego:  volvióme  á  entrar  la  mano  al  dinero:  lo  sentí 
venir,  y  con  la  daga  le  clavé  la  mano  contra  la  mesa.  Levan- 
tóme, saqué  la  espada,  sacáronla  los  presentes,  acudieron  otros 
amigos  del  Cid,  apretáronuie  mucho  y  me  dieron  tres  heridas: 
salí  á  la  calle  y  tuve  ventura,  que  sino  me  hacen  pedazos  salió 
el  primero  tras  de  mi  el  Cid:  le  tiré  una  estocada,  estaba  ar- 
mado con  un  relox:  (1)  salieron  otros  y  me  fueron  apretsindo. 
Acertaron  á  este  tiempo  venturosamente  á  pasar  dos  Vizcaí- 
nos, acudieron  luego  al  ruido,  se  pusieron  ánii  lado  viéndome 
solo  y  contra  cinco,  llevábamos  los  tres  lo  peor,  retirándonos 
toda  una  calle  hasta  salir  á  lo  ancho:  llegando  cerca  de  San 
Francisco  me  dio  el  Cid  por  detras  con  la  daga  una  puííalada, 
que  me  pasó  la  espalda  por  el  lado  izquierdo  de  parte  á  parte: 
otro  me  entró  un  palmo  de  espada  por  el  lado  izquierdo,  y  caí 
en  tierra  echando  un  mar  de  sangre. 

Con  esto,  unos  y  otros  se  fueron:  me  levantó  con  ansias  de 
muerte,  y  vi  al  Cid  á  la  puerta  de  la  Iglesia:  fuíme  á  él:  y  él 
se  vino  á  mi  diciendo:  perro  ¿todavía  vives?  me  tiró  una  esto- 
cada y  la  aparte  con  la  daga,  y  yo  le  tiré  otra  con  tal  suerte, 
que  se  la  entré  por  la  boca  del  estómago  atravesándole,  y  cayó 
pidiendo  confesión:  yo  caí  también:  en  el  ruido  acudió  gente, 
y  algunos  frailes,  con  el  corregidor  Don  Pedro  de  Córdova, 
del  hábito  de  Santiago;  el  cual  viendo  asirme  á  los  ministros 
]  ,'S  dijo:  aquí  iqm)  huy  cpie  hacer  sino  confesarlo?  El  otro  es- 
lÁvó  luego.  Lleváronme  caritativos  á  casa  del  tesorero,  donde 


(1)  Sin  duda  quiere  decir  Doña  Catalina  que  el  tal  Cid  venia  armado  con 
peto,  cotamalla,  ó  cosa  semejante,  por  lo  que  no  le  -pxido  introducir  la  puu- 
ta  de  la  espada  en  el  cuerpo. 


—246— 
yo  posaba:  acostáronme:  no  se  atrevicS  im  cirujano  á  curarme 
hasta  que  confesara,  x)or  recelo  de  que  espirase.  Vino  el  padre 
fray  Luis  Ferrer  de  Valencia,  sararí  su.2:éto,  y  me  confesó;  vién- 
dome yo  morir,  declaré  mi  estado  (1).  El  se  admiró,  me  absol- 
vió, y  me  procuró  esforzar  y  consolar.  Vino  el  viático  y  lo  re- 
cibí, desde  allí  me  pareció  sentir  esfuerzo. 

Entró  la  curación,  y  la  sentí  mucbo,  con  los  dolores  y  el 
desangre  perdí  el  sentido,  estuve  así  por  catorce  horas,  y  en 
todo  aquel  tiempo,  aquel  santo  padre  no  se  apartó  de  mí:  Dios 
se  lo  pague.  Volví  en  mí  llamando  á  San  José:  tuve  para  todo 
grandes  asistencias,  que  provee  Dios  en  la  necesidad:  fuóronse 
pasando  los  tres  dias:  luego  á  los  cinco  concibiéronse  esperan- 
zas. Luego  me  pasaron  una  noche  á  San  Francisco  á  la  celda 
del  padre  fray  Martin  de  Aróstegui,  pariente  de  mi  amigo  Al- 
cedo, por  recelo  de  la  justicia:  y  allí  estuve  cuatro  meses  que 
me  duró  la  enfermedad.  Lo  cual  sabido  por  el  corregidor  bra- 
beó,  puso  guardas  en  los  contornos,  y  previno  los  caminos. 
Ya  mejor  y  con  certidumbre  de  que  en  el  Cuzco  no  podia  que- 
dar, determiné,  con  ayuda  y  consejo  de  amigos,- mudar  de  tier- 
ra, recelando  el  encono  de  ciertos  amigos  del  muerto.  Dióme 
el  capitán  Don  Gaspar  de  Carranza  mil  pesos:  el  dicho  tesorero 
Don  Lope  de  Alcedo  tres  muías  y  armas:  Don  Francisco  de 
Arzaga  tres  esclavos:  con  lo  cual,  y  dos  amigos  vizcaínos  de 
satisíaccion,  partí  del  Cuzco  una  noche  la  vuelta  de  Guamanga. 

XIX. 

Partido  del  Cuzco  como  digo,  llegué  al  puente  de  Apuri- 
raac  (2)  donde  topé  á  la  justicia,  con  amigos  del  muerto  Cid 
que  me  estaban  esperando.  Dijo  el  ministro  sea  usted  preso, 
y  fuénie  á  echar  mano  asistido  de  otros  ocho:  desenvolvimo- 
nos  nosotros  cinco,  y  trabóse  de  unos  á  otros  una  fiera  con- 
tienda: cayó  de  los  mios  a  breve  rato  un  negro:  quejóse  de  ella 
otro,  y  á  breve  rato  otro:  cayó  el  otro  negro,  derribé  de  un  pis- 


(1)  Como  esta  declaración  la  hizo  en  confesión,  no  llegó  á  divulgarse  ni 
causar  la  admiración  que  causó  después  en  Guamíinga,  cuando  reveló  este 
secreto  tan  bien  guardado  por  tantos  años  el  obispo  de  aquella  diócesis. 

{2J  El  mauu^scrito  dice  Ajjiserria,,  pero  debe  entenderse  Apürimac.  Lla- 
mase así  un  rio  caudaloso  del  Perú,  que  viene  á  unirse  con  el  Marañou,  y 
traviesa  el  camino  real  que  vá  desde  el  Cuzco  á  Liima,  el  cual  tiene  un  puen- 
te colgado  de  cuerdas  de  unas  ochenta  varas  de  largo  y  tres  de  ancho,  que 
toma  su  nombre,  i^or  donde  pasan  líis  personas  y  caballerías  cargadas.  Es 
tal  vez  el  que  lia  servido  de  modelo  j)ara  los  puentes  suspendidos  (lue  ve- 
mos construir  actualmente  en  Europa,,  á  diferencia  qvie  est!>s  son  de  fierro, 
y  aquel  de  sogas  hechas  de  bejuco.  Otro  igual,  aunque  no  tan  grande,  hay 
en  Andahuaylas,  y  otro  en  Cañete,  á  veinte  y  tres  leguas  de  Lima,  en  la 
costa  del  Sui-. 


—247— 
toletazo  al  ministro:  hallábanse  otros  de  sa  parte  heridos,  y 
reconociendo  armas  de  fuego  cesaron,  dejándose  allí  tres  ten- 
didos, á  donde  volverían  después.  Hasta  el  dicho  puente  dice 
que  llega  la  jurisdicción  del  Cuzco,  y  que  no  pasa  de  allí,  por 
esto  hasta  allí  me  acompañaron  aquellos  mis  camaradas.  De 
allí  se  volvieron  y  proseguí  mi  camino.  Llegué  á  Andahuailas: 
tópeme  luego  con  el  corregidor,  el  cual  muy  afable  y  muy  cor- 
tez  se  me  ofreció  con  su  casa  y  me  convidó  á  comer,  yo  no 
acepté,  porque  me  dio  recelo  de  tanto  comedimiento,  y  partí. 

Llegué  á  la  ciudad  de  Huancavelica,  apéeme  en  un  mesón, 
estiiveme  un  par  de  dias  viendo  el  lugar:  me  llegué  á  una  pla- 
zuela que  está  junto  al  cerro  del  azogue  (1):  estaba  allí  el  doc- 
tor Solorzano,  alcalde  de  corte  de  Lima,  tomando  residencia 
al  gobernador  Don  Pedro  Osorio.  Vi  que  llegó  á  él  un  algua- 
cil, que  supe  después  llamarse  Pedro  Juárez,  y  él  volvió  el 
rostro  y  me  miró,  sacó  un  papel  lo  miró,  y  volvióme  á  mirar, 
y  vi  luego  partir  el  alguacil  y  un  negro  hacia  á  mí:  yo  me  quité 
de  allí  como  sin  cuidado,  y  con  mucho:  cuando  á  poco  andado 
pasa  adelante  el  alguacil  y  me  quita  er sombrero  y  yo  á  él, 
llega  el  negro  por  detras  y  áseme  de  la  capa:  yo  la  suelto,  saco 
la  espada  y  una  pistola,  y  me  embistemlos  dos  con  espadas: 
decerrajo  y  derribo  al  alguacil:  le  tiro  al  negro,  y  en  breve  cae 
de  estocadas:  {)arto  y  encuentro  á  un  Indio  que  traia  de  dies- 
tro un  caballo,  que  supe  después  ser  del  alcalde,  le  quitó,  mon- 
tó, y  luego  parto  de  allí  á  Guamanga,  distante  catorce  leguas. 

Pasado  el  rio  de  Balsas  me  desmonté  á  descansar  un  poco 
el  caballo,  y  estando  así  veo  llegar  al  rio  tres  hombres  á  caba- 
llo, que  lo  vadean  hasta  la  mitad:  no  sé  que  me  dio  el  corazón, 
y  les  pregunté:  ¿á  donde  se  dirigen  ustedes  caballeros?  Dice 
Aino:  señor  capitán  á  prender  á  usted:  saqué  mis  armas,  previ- 
ne dos  i)istolas,  y  dije:  prenderme  vivo  no  podrá  ser:  primero 
me  han  de  matar  y  luego  prenderme,  y  me  acerqué  á  la  orilla. 
Dijo  otro:  señor  capitán  somos  mandados,  y  no  podemos  escu- 
sar  en  venir,  pero  con  usted  no  queremos  mas  que  servirle:  y 
esto  parados  en  el  medio  del  rio:  yo  les  estimé  el  buen  termi- 
no, les  puse  sobre  una  piedra  tres  doblones,  y  monté,  y  con 
muchas  cortesías  partí  á  mi  camino  para  Guamanga  (2). 


(1^  Llámase  así  por  su  famoso  mineral  de  este  metal,  vLiiico  en  toda  aque- 
lla América:  el  cual  se  ha  explotado  durante  algunos  años  por  cuenta  del 
gobierno,  sin  que  sus  productos  hayan  respondido  á  las  lisonjeras  esperan- 
zas que  en  diferentes  épocas  seliabian  concebido,  dando  kigar  á  causas  rui- 
dosísimas contra  los  manipulantes,  que  mas  de  xma  vez  han  abusado  de  la 
confianza  piíblica  depositada  en  ellos. 

[2]  No  se  comprende  porqué,  para  ir  del  Cuzco  á  Huamanga,  fué  prime- 
ro á  Huancavilica,  para  volver  á  desandar  mas  de  veinte  y  cinco  leguas  de 
caminO;  á  no  ser  que  huyendo  del  camino  real,  por  temor  de  no  ser  perse- 


—248— 

XX. 

Entré  en  Guamanga,  me  fui  á  una  posada:  hallé  allí  un  sol- 
dado pasagero  que  se  aficionó  al  caballo,  y  lo  vendi  por  dos- 
cientos pesos.  Salí  á  ver  la  ciudad,  me  pareció  bien,  y  buenos 
edificios,  los  mejores  que  vi  en  el  Perú:  vi  tres  conventos,  de 
franciscos,  mercenarios,  y  dominicos:  un  convento  de  monjas, 
un  hospital:  muchísimos  vecinos  Indios,  y  muchos  Españoles: 
bello  temple  de  tierra,  fundada  en  un  llano,  sin  frió  ni  calor: 
de  grande  cosecha  de  trigo,  vino,  frutas  y  semillas:  buena 
iglesia,  con  tres  dignidades  y  dos  canónigos,  un  santo  obispo 
fraile  agustino,  Don  fray  Agustín  de  Carvajal  (1)  que  fué  mi 
remedio,  aunque  faltó  muriendo  de  repente  el  año  veinte:  y 
decian  que  lo  babia  sido  allí  desde  el  año  doce. 

Estuve  allí  unos  dias,  y  quiso  mi  desgracia  que  me  entré 
unas  vece^  en  una  casa  de  juego,  donde  estando  un  dia  entró 
el  corregidor  Don  Baltasar  de  Quiñones,  y  mirándome,  me 
preguntó  de  donde  era:  dije  que  vizcaíno.  Dijo:  ¿de  donde  vie- 
ne ahora?  Dije  del  Cuzco.  Se  suspendió  un  poco  mirándome, 
y  dijo:  sea  preso  (2),  Dije  de  buena  gana,  saqué  la  espada 
retirándome  á  la  i>uerta:  él  dio  voces  pidiendo  favor  al  rey: 
halló  á  la  puerta  tal  resistencia,  que  no  pude  salir,  saqué  una 
pistola  de  tres  bocas  y  salí,  me  desaparecí  entrándome  en  casa 
de  un  amigo,  que  ya  me  habla  hallado.  Partió  el  corregidor, 
y  me  embargó  la  muía  y  otras  cosillas  que  tenia  en  la  posada. 
Éstúveme  allí  unos  dias,  habiendo  descubierto  que  aquel  ami- 
go era  vizcaíno:  y  entre  tanto  no  sonaba  ruido  del  caso,  ni  se 
sentía  que  la  justicia  tratase  de  ello:  pero  todavía  nos  pareció 
ser  forzoso  mudar  de  tierra,  pues  tenia  alli  lo  mismo  que  en 
otra  parte.  Ilesuelto  en  ello,  sali  un  dia  por  la  noche,  y  á  bre- 
ve rato  quiere  mi  desgracia  que  tope  con  dos  alguaciles:  me 
preguntaron  ¿qué  gente?  y  respondo,  amigos.  Me  piden  el 
nombre,  y  digo:  el  diablo,  que  no  debí  decir:  me  van  á  echar 
mano,  saco  la  espada,  y  se  arma  un  gran  ruido:  ellos  dan  vo- 
ces diciendo,  favor  á  la  justicia:  vá  acudiendo  gente:  sale  el 
corregidor  que  estaba  en  casa  del   obispo,  me  abanzan  mas 

guidü  de  la  justicia,  diese  este  rodeo  por  Cangallo  y  la  provincia  de  Anga- 
raes,  en  cuyo  caso  tuvo  que  hacer  doble  camino  mas  del  que  hemos  notado. 
(1)  Don  Fray  Agustín  de  Carbajal,  del  orden  de  Sau  Agustín,  natural  de 
Cáceles  en  Estremadura,   había  sido  Prior  de  su  convento  cu  Valladolid  y 
asistente  general  de  su  orden.  Fué  promovido  de  la  iglesia  de  Panamá  á  la 
de  Guanianga  en  el  año  de  ItíU,  y  l'alleció  en  ella  en  el  de  1620. 
Alcedo,  Diccionario  Geográttco  de  América. 
,  (2)  Sin  duda  seria  porque  tendría  contra  la  ilíonja  Alférez,  que  hasta  en- 
tonces  era  conocida  bajo  el   nombre  del  Alférez   Alonso  Díaz  Ramírez   de 
Guzman,   alguna  requisitoria  de  la  justicia  del  Cuzco,  á  consecuencia  de 
haber  sabido  su  fuga. 


—249— 
ministros:  hallóme  afligido,  disparo  ima  pistola,  y  derribo  á 
uno:  crece  mas  el  empeño,  me  hallo  al  lado  aquel  vizcaíno  mi 
amigo  y  otros  j)aisanos  con  él:  daba  voces  el  coi-regidor,  que 
me  mataseü:  sonaron  muchos  traquidos  de  ambas  partes:  sa- 
lió el  obispo  con  cuatro  hachas  encendidas,  y  se  entró  por  el 
medio,  lo  encaminó  hacia  mí  su  secretario  D.  Juan  Bautista 
de  Arteaga,  llegó  y  me  dijo:  señor  Alférez,  déme  usted  las  ar- 
mas: dije  yo,  señor,  hay  aqui  muchos  contrarios:  dijo,  déme- 
las, que  seguro  está  conmigo,  y  le  doy  palabra  de  sacarle  á 
salvo  aunque  me  cueste  cuanto  soy;  dije,  señor  ilustrísimo,  en 
estando  en  la  iglesia  besaré  los  pies  áU.  S.  I.  En  esto  me  aco- 
meten cuatro  esclavos  del  corregidor,  y  me  aprietan  'tirándo- 
me ferozmente  sin  respeto  á  la  presencia  de  su  Ilustrísima, 
de  modo  que  defendiéndome,  hube  de  entrar  la  mano  y  derri- 
bar á  uno:  acudió  el  secretario  del  señor  obispo  con  espada  y 
broquel,  con  otros  de  la  familia  dando  muchas  voces,  ponde- 
rando el  desacato  en  presencia  de  su  ilustrísima,  y  cesó  algo 
la  broma.  Asióme  su  ilustrísima  jíor  el  brazo,  me  quitó  las  ar- 
mas, y  poniéndome  á  su  lado,  me  llevó  consigo,  y  me  entró 
en  su  casa:  hizome  luego  curar  una  pequeña  herida  que  lleva- 
ba, mandó  darme  de  cenar  y  recoger,  cerrándome  con  llave  que 
se  llevó.  Vino  luego  el  corregidor,  y  hubo  con  su  ilustrísima 
larga  conversación  y  alteraciones  sobre  esto  con  él,  lo  cual 
después  por  mayor  entendí. 

Ala  mañana,  como  á  las  diez,  su  ilustrísima  me  hizo  lle- 
var á  su  presencia,  me  preguntó  quién  era,  y  de  dónde,  hijo 
de  quién,  y  todo  el  curso  de  mi  vida,  causas  y  caminos  por 
donde  vine  á  parar  alli,  fue  en  esto  desmenuzando  tanto,  mez- 
clando buenos  consejos,  los  riesgos  de  la  vida,  y  espantos  de 
la  muerte,  contingencias  de  ella,  y  el  asombro  de  la  otra  si  no 
me  cogía  bien  apercibido,  procurándome  sosegar  y  reducir  á 
aquietarme,  y  arrodillarme  á  Dios,  que  yo  me  puse  tamañito: 
me  descubro  viendo  tan  santo  varón,  y  pareciendo  estar  yo 
en  la  presencia  de  Dios,  y  le  digo:  señor,  todo  esto  que  he  re- 
ferido á  U.  S.  I.  no  es  asi,  la  verdad  es  esta:  que  soy  una  mu- 
jer, que  naci  en  tal  parte,  hija  de  fulana  y  sutana:  que  me  en- 
traron en  tal  edad  en  tal  convento,  con  fulana  mi  tia:  que  allí 
me  crié:  que  tomé  el  hábito:  que  tuve  noviciado:  que  estando 
para  profesar,  por  tal  ocasión  me  sali:  que  me  fui  á  tal  ijarte, 
me  desnudé,  me  vesti,  me  corté  el  cabello:  parti  allí  y  acullá, 
me  embarqué,  aporté,  traginé,  maté  heri,  maleé,  correteé,  has- 
ta venir  á  parar  en  lo  presente,  y  á  los  pies  de  su  señoría  ilus- 
trísima. (1) 


(1;  Estos  últimos  pocos  renglones  de  la  Monja  Alférez,  escritos  coa  su- 
TOMO  vil.  LlTERATUEA— 32 


—250— 

El  santo  señor  entre  tanto  que  esta  relación  duró,  que  fué 
hasta  la  una,  se  estuvo  suspenso,  sin  hablar  ni  pestañear,  es- 
cuchándome; después  que  acabé,  se  quedó  también  sin  hablar, 
y  llorando  lágrima  viva.  Después  me  envió  á  descansar  y  a 
comer:  tocó  una  campanilla,  hizo  venir  á  un  caxiellan  auciano 
y  me  envía  á  su  oratorio,  allí  me  pusieron  la  mesa  y  un  tras- 
portín, me  encerraron,  me  acosté  y  dormi.  A  la  tarde,  como 
á  las  cuatro,  me  volvió  á  llamar  el  señor  obispo,  y  me  habló 
con  gran  bondad  de  espíritu,  conduciéndome  á  dar  muchas 
gracias  á  Dios  por  la  merced  usada  conmigo,  dándome  á  ver 
el  camino  perdido  que  llevaba  derecho  á  las  penas  eternas: 
exhortóme  á  recorrer  mí  vida,  y  hacer  una  buena  confesión, 
pues  ya  por  lo  mas  la  tenía  hecha,  y  me  sería  fácil,  y  después 
ayudaría  Dios  para  que  viésemos  lo  que  se  había  de  hacer; 
y  en  esto  y  en  cosas  ocurrentes  se  acabó  la  tarde.  Mo  retiré, 
dieron  me  bien  de  cenar  y  me  acosté. 

A  la  mañana  dijo  misa  el  señor  obispo,  yo  la  oí,  después 
dio  gracias:  se  retiró  á  un  desayuno,  y  me  llevó  consigo:  fué 
moviendo  y  siguiendo  su  discurso,  y  vino  á  decir  que  tenia  es- 
te por  el  caso  mas  notable  en  este  género  que  había  oido  en 
su  vida,  y  remató^fliciendo:  ¿en  fln  esto  es  así?  Dije  si  señor. 
Replicó:  no  se  espante  que  inquiete  la  credulidad  su  rareza. 
Dije,  señor,  es  así:  y  si  quiere  salir  de  duda  U.  S.  I.  por  espe- 
riencia  de  matronas,  yo  llana  estoy.  Dijo,  pues  vengo  en  ello, 
y  conténtame  oírlo,  me  retiré  por  ser  hora  del  despacho.  A 
medio  día  comí,  después  reposó  un  rato.  A  la  tarde,  como  á 
las  cuatro,  entraron  dos  matronas  me  miraron  y  se  satisfacie- 
ron,  declararon  después  ante  el  obispo  conjuramento,  haberme 
visto  y  reconocido  cuanto  fué  menester  para  certificarse  y  ha- 
berme hallado  virgen  intacta,  como  el  dia  en  que  naci.  Su 
ilustrísíma  se  enterneció,  y  despidió  á  las  comadres,  me  hizo 
comparecer  delante  del  capellán,  que  vino  conmigo,  me  abra- 
zó enternecido,  y  en  pié  me  dijo:  hija,  ahora  creo  sin  duda  lo 
que  me  dijisteis,  y  creeré  en  adelante  cuanto  me  diréis;  os  ve- 
nero como  una  de  las  personas  notables  de  este  mundo,  y 
os  prometo  asistiros  en  cuanto  pueda,  y  cuidar  de  vuestra  cbn- 
veniencia  y  del  servicio  de  Dios.  Me  mandó  poner  cuarto  de- 
cente j  estuve  en  él  con  comodidad  y  ajustando  mi  confesión 
la  cual  hize  en  cuanto  pude  bien,  y  después  Su  Ilustrísíma  me 
dio  la  comunión.  Parece  que  el  caso  se  divulgó,  y  era  inmen- 
so el  concurso  qué  allí  acudió,  sin  poder  escusar  la  entrada  á 
personages,  por  mas  que  yo  lo  sentía,  y  Su  Ilustrísíma  tam- 
bién. 


ma  fapilidad  y  gracia,  son  un  verdatlero  epílogo  de  su  vida,  reducido  á   la 
menor  expresión  posible. 


—251— 
En  fin,  pasados  seis  días  acordó  su  Ilustrísima  entrarme 
en  el  convento  de  monjas  de  Santa  Clara  de  Hnamanga,  que 
allí  de  religiosas  no  hay  otro  [1],  púsome  el  hábito:  salió  su 
Ilustrísima  de  casa  llevándome  á  su  lado  con  un  concurso  tan 
grande,  que  no  hubo  de  quedar  persona  alguna  en  la  ciudad 
que  no  viniese,  de  suerte  que  se  tardó  mucho  en  llegar  allá. 
Llegamos  finalmente  á  la  porteii'ia,  i3orque  á  la  iglesia,  donde 
pensaba  su  Ilustrísima  antes  entrar,  no  íué  posible,  porque 
entendido  así  se  liabia  llenado.  Estaba  allí  toda  la  comuni- 
dad con  velas  encendidas.  Otorgóse  alli  por  la  abadesa  y  an- 
cianas, una  escritura  en  que  prometía  la  comunidad  volverme 
á  entregar  á  su  Ilustrísima  ó  prelado  sucesor,  cada  vez  que  me 
pidiesen.  iVbrazóme  su  Ilustrísima,  me  echó  su  bendición  y 
entré.  Lleváronme  al  coro  en  procesión,  hice  oración  allí:  besé 
la  mano  á  la  señora  abadesa:  fui  abrazando  y  me  fueron  abra- 
zando las  monjas  y  me  llevaron  ¡i  un  locutorio  donde  su  Ilus- 
trísima me  estaba  esperando.  Allí  me  dio  buenos  consejos,  y 
exhortó  á  ser  buena  cristiana,  y  dar  gracias  á  nuestro  Señor, 
frecuentar  los  sacramentos,  ofreciéndose  su  Ilustrísima  á  ve- 
nir á  ello,  como  vino  muchas  veces,  me  ofreció  largamente 
todo  cuanto  hubiese  menester,  y  se  fué.  Corrió  la  noticia  de 
este  suceso  por  todas  partes,  y  los  que  antes  me  vieron,  y  los 
que  antes  y  después  supieron  mis  cosas,  se  maravillaron  en  to- 
das las  Indias.  Dentro  de  cinco  meses,  año  de  1620,  repenti- 
namente se  quedó  muerto  mi  santo  obispo,  que  me  hizo  gran 
falta. 

XXI. 

Muerto  el  Ilustrísimo  de  Huamanga,  luego  en  breve  en- 
vió por  mí  el  metropolitano  Arzobispo  de  Lima  el  Ilustrísimo 
señor  Don  Bartolomé  Lobo  Guerrero,  que  dice  lo  era  el  año 
de  1607,  y  murió  en  12  de  Enero  de  1622  [2].  Entregáronme 
las  monjas  con  mucho  sentimiento:  fui  en  una  litera,  acompa- 
ñándome seis  clérigos,  cuatro  religiosos  y  seis  hombres  de  es- 
pada. Entramos  en  Lima  ya  de  noche  y  sin  embargo  ya  no 
podíamos  valernos  de  tanta  gente  curiosa  que  venia  á  ver  á 


(1)  Posteriormente  á  esta  época  deben  haberse  aumentado  los  conven- 
tos, pues  después  de  enumerar  Alcedo  los  de  religiosos  de  Santo  Doiningo, 
San  Francisco,  San  Agustín,  laMerced,  San  Juan  de  Dios  y  el  colegio  que 
fué  de  los  jesuitas,  cuenta  dos  monasterios  de  monjas,  uno  de  Santa  Clara 
y  otro  de  Carmelitas. 

2j  Fué  este  señor  el  cuarto  arzobispo  de  Lima,  natural  de  la  ciudad  de 
Ronda  en  Andalucía,  Director  del  colegio  de  Santa  María  de  Sevilla,  salió 
para  Fiscal  é  inquisidor  de  Méjico,  pasó  á  arzobispo  de  Santa  Pé  del  nuevo 
reino  de  Granada,  y  fite  promovido  á  Lima  el  año  de  1609,  donde  gobernó 
doce  años  y  falleció  en  el  de  1622. — ALCEDO,  Diccionario  Geog.  de  Amer. 


-  252— 
la  Monja  Alférez.  Apeáronme  en  casa  del  señor  Arzobispo, 
viéndome  en  las  hieles  para  entrar.  Besé  la  mano  á  su  Ilus- 
trísima,  regalóme  mucho  y  me  hospedé  allí  aquella  noche.  La 
mañana  siguiente  me  llevaron  al  palacio  á  ver  el  Yirey  Don 
Francisco  de  Borja,  conde  de  Mayalde  jíríncipe  de  Esquilache, 
que  asistió  allí  desde  el  año  de  1615  hasta  el  de  1622,  y  comi 
aquel  día  en  su  casa.  A  la  noche  volví  á  la  del  señor  Arzo- 
bispo, donde  tuve  buena  cena  y  cuarto  acomodado. 

Me  dijo  su  Ilustrísima  el  dia  siguiente,  que  viese  y  eligie- 
se el  convento  donde  quisiese  estar:  yo  le  pedi  licencia  para 
verlos  todos  y  me  la  concedió,  fui  entrando  y  viéndolos  todos, 
estándome  cuatro  ó  cinco  dias  en  cada  uno:  finalmente  vine  á 
elegir  el  de  la  Santísima  Trinidad,  que  es  de  comendadoras 
de  San  Bernardo,  gran  convento  que  sustenta  cien  religiosas 
de  velo  negro,  cincuenta  de  velo  blanco,  diez  novicias,  diez 
donadas  y  diez  y  seis  criadas  (1).  Allí  me  estuve  cabales  dos 
años  y  cinco  meses  hasta  que  volvió  de  España  razón  bastante 
de  como  no  era  yo  ni  habia  sido  monja  profesa:  con  lo  cual  se 
me  prometió  salir  del  convento,  con  sentimiento  común  de  to- 
das las  monjas,  y  me  puse  en  camino  para  España. 

Partí  luego  á  Guamanga  á  ver  y  despedirme  de  aquellas 
señoras  del  convento  de  Santa  Clara,  las  cuales  me  detuvieron 
alli  ocho  dias  con  mucho  agrado,  regalos  y  sentimiento  en  la 
partida.  Proseguí  mi  viage  á  la  ciudad  de  Santa  Eé  de  Bogo- 
tá, en  el  nuevo  reino  de  Granada;  vi  al  señor  obispo  Don  Ju- 
lián de  Cortázar  (2),  el  cual  me  instó  mucho  á  que  me  queda- 
se allí  en  el  convento  de  mi  orden:  yo  le  dije  que  no  tenia  or- 
den ni  religión,  y  trataba  de  volverme  á  mi  patria,  donde  ha- 
ría lo  que  me  pareciese  mas  conveniente  para  mi  salvación:  y 
con  esto  y  un  buen  regalo  que  me  hizo,  me  despedí.  Pasé  á 
Zaragoza  por  el  rio  de  la  Magdalena  arriba:  caí  alli  enferma, 
y  me  pareció  mala  tierra  para  españoles,  llegue  á  punto  de 
muerte:  después  de  unos  dias  convaleciendo  algo,  antes  de  po- 


(1)  No  es  este,  a  pesar  del  mímero  de  religiosas  novicias,  donadas  y  cria- 
das que  se  refiere,  el  mayor-  de  los  de  su  clase,  entre  loe  catorce  de  dife- 
rentes órdenes  que  se  cuentan  hoy  en  aquella  ciudad.  Generalmente  den- 
tro de  una  gran  cerca  de  paredes  que  dan  á  cuatro  calles,  con  un  espacio- 
so jardin  en  el  centro,  al  rededor  del  cual  tiene  cada  monja  su  casita,  en 
la  que  vive  con  su  criada.  Tal  vez  el  temor  de  los  temTjlorec.  que  allí  son 
tan  comunes,  les  lia  hecho  adoptar  este  modo  de  vivir,  para  evitar  el  ries- 
go que  correrian  tantas  personas  juntas,   encerradas  en  un  solo  edificio. 

(2)  Este  Arzobispo  es  el  undécimo  que  se  cacnta  en  esta  metropolitana. 
Fxié  natural  de  Durango  en  España.  Ignoramos  el  año  que  fué  promovnid 
á  esta  silla,  porque  no  es  probable  lo  fuese  en  lti26,  como  supone  Alcedo 
de  su  Diccionario  Geográfico  de  América:  ni  que  tampoco  hubiese  eido  an- 
teSjComo  afirma,  obispo  del  Tucuman,en  cuya  lista  no  se  encuentra.  Solo 
sabemos  que  falleció  en  Santa  Fé  de  Bogotá  el  año  de  1630. 


-253— 
derme  tener,  me  hizo  nn  médico  partir,  sali  por  el  rio,  y  me 
íuí  á  Tenerife,  (1)  donde  en  breve  me  recobré. 

XXII. 

Allí  hallándose  la  armada  del  general  Don  Tamas  de  Lar- 
raspuru  de  partida  para  España  me  embarqué  en  su  Capitana, 
año  de  1624,  donde  me  recibió  con  mucho  agrado,  me  regaló 
y  sentó  á  su  mesa,  y  me  trató  asi  hasta  pasadas  doscientas 
leguas  mas  acá  del  canal  de  Bahama.  Allí  un  dia  en  el  juego, 
se  armó  una  reyerta,  en  que  hube  de  dar  á  uno  un  arachuelo 
(2)  en  la  cara  con  un  cuchillo  que  tenia  allí,  y  resultó  mucha 
inquietud;  el  general  se  vio  obligado  á  apartarme  de  allí,  y 
pasarme  á  la  Almiranta,  donde  yo  tenia  paisanos:  yo  de  eso 
no  guste,  y  le  pedi  paso  al  patache  San  Telmo,  capitán  Don 
Andrés  de  Otón,  qne  venia  por  Aviso  (3),  y  pasóme,  pero  pa- 
sóse trabajo,  porque  hacia  agua,  y  nos  vimos  en  peligro  de 
anegarnos. 

Gracias  á  Dios  llegamos  á  Cádiz  en  primero  de  í^oviembre 
de  1624:  desembarcamos  y  estuve  allí  ocho  dias:  me  hizo  mu- 
cha merced  el  señor  Don  Fadrique  de  Toledo,  general  de  la 
armada,  y  teniendo  en  su  servicio  dos  hermanos  mios,  que  co- 
nocí, y  le  di  á  conocer,  les  hizo  de  alli  á  delante  por  honrarme 
mucho  favor,  teniendo  el  uno  consigo  en  su  servicio  y  dándole 
una  bandera  al  otro. 

XXIII. 

De  Cádiz  me  fui  á  Sevilla,  y  estuve  allí  quince  dias,  escon- 
diéndome cuanto  pude,  huyendo  de  concurso  que  acudía  á  ver- 
me vestida  en  hábito  de  hombre.  De  allí  pasé  á  Madrid,  y  es- 
tuve veinte  dias  sin  descubrirme.  Allí  me  prendieron  por  man- 
dato del  vicario,  no  sé  por  qué,  me  hizo  luego  soltar  el  conde 
íle  Olivares.  Acomodóme  alli  con  el  conde  de  Javier,  que  par- 
tía para  Pamplona,  fui  y  le  asistí  cosa  de  dos  meses. 

De  Pamplona,  dejando  al  conde  de  Javier,  partí  á  Eoraa 
por  ser  el  año  santo  del  grande  jubileo.  Tomé  por  Francia  mi 


(1)  Villa  de  la  provincia  y  gobierno  de  Santa  Marta  eu  la  orilla  orieu- 
tal  del  rio  grande  de  la  Magdalena. 

(2)  Lo  propio  que  nisiíuño. 

(o)  Llamábanle  AA'it^)s  vn  la  cañera  de  Indias  las  embarcaciones  lige- 
ras destinadas  á  llevar  ó  traer  pliegos  del  real  servicio,  y  teníanlos  las  flo- 
tas que  venian  de  América,  para  despacharlos  al  gobierno  desde  cierta  al- 
tura, antes  de  llegar  á  las  costas  de  Europa,  á  efecto  de  avisar  su  prósima 
recalada,  por  si  gustaba  mandar  á  su  encuentro  fuerzas  navales  que  las 
protegieran. 


—254— 
camiDO,  y  pasé  grandes  trabajos,  porque  pasando  el  Piamonte, 
y  llegando  á  Tiirin,  achacándome  ser  espía  de  España,  me 
prendieron,  quitándome  el  poco  dinero  y  vestidos  que  llevaba, 
me  tuvieron  en  una  prisión  cincuenta  dias  (1),  al  cabo  de  los 
cuales,  hechas,  presumo  por  ellos,  sus  dili'íencias,  y  no  resul- 
tando cosa  contra  mi,  me  soltaron,  pero  no  me  dejaron  prose- 
guir mi  camino  que  llevaba,  mandándome  volver  atrás  x)ena 
(le  galeras:  con  que  hube  de  volverme  con  mucho  trabjo,  po- 
bre, á  pié  y  mendigando.  Llegué  á  Tolosa  de  Francia,  me  pre- 
senté ante  el  conde  de  Agramonte,  virey  de  Pau,  goí)ernador 
de  Bayona,  para  el  cnal  á  la  ida  yo  habia  traído  y  entregado 
cartas  de  España,  el  cual  buen  caballero  en  viéndome  se  con- 
dolió, me  mandó  vestir,  me  regaló,  y  me  (lió  inwa  el  camino 
cien  escudos,  un  caballo,  y  parti.  (2) 

Víneme  á  Madrid,  me  presenté  ante  S.  M,  suplicándole  me 
premiase  mis  servicios,  que  espresé  en  un  memorial  (pie  puse 
en  su  real  mano:  me  remitió  S.  M.  al  consejo  de  Indias:  allí 
acudí  y  presente  los  papeles  que  me  hablan  quedado  de  la 
derrota:  vieron  me  aquellos  señores,  y  favoreciéndome,  con 
consulta  de  S.  M.  me  señaló  ochocientos  escudos  de  renta  por 
mi  vida,  que  fueron  poco  menos  de  lo  que  yo  pedi.  Lo  cual 
faé  en  el  mes  de  Agosto  de  1625.  (3)  Me  sucedieron  entre  tan- 
to en  la  corte  algunas  cosas,  que  por  leves  aquí  omito.  Partió 
poco  después  S.  M.  para  las  cortes  de  Aragón,  y  llegó  á  Zara- 
goza a  los  principios  de  Enero  de  1626. 


XXIV. 

Páseme  en  camino  para  Barcelona  con  otros  tres  amigos 
que  partían  para  allá:  llegamos  á  Lérida:  reposamos  allí  un 
poco,  y  proseguimos  nuestro  camino  Jueves  Santo  por  la  tarde. 
Llegando  un  poco  antes  de  Vel puche,  como  á  las  cuatro  no  la 

( 1)  En  su  memoriaí  al  rey,  dice^catorce  dias.  Puede  tal  vez  ser  este  otro 
de  los  niuclios  errores  del  copista. 

(2)  Este  señor  tan  generoso  era  D.  Antonio  de  Aura,  conde  de  Gramont, 
dft  Guicheu  y  Lugvigni,  vizconde  de  Asté,  caballero  de  las  órdenes  de  Sau- 
t'>  Espíritu  y  de  tían  Miguel,  virey  de  Navarra,  y  gobernador  y  alcalde  per 
pétuo  por  juro  de  lietecíad,  de  la  ciudad  de  Bayona  de  Francia.  Fué  bijo 
de  Jbiliberto,  conde  de  Graniónt,  y  de  la  hermosa  Corizandra  de  Andoyns: 
hi  ci- ai  ti  ivo  COI,  elrey  Enrique  ÍV  amores  bastantes  decantados.  Dicho 
conde  Antonio  nació  luicia  (4  año  de  lü7()  y  fal.eció  en  Agosto  de  164ÍJ. 
Íjuvs  XIV  !c  agració  con  el  título  de  duque  y  par  de  Francia,  cu  tiempo  en 
<iue  esta  dignidad  era  mas  í'ara  que  al  presente,  y  reputada  en  esta  na 
ckiíi,  císmo  en  la  nucstrí^,  la  grandeza  de  Espaiáa  <Íe  primera  clase:  si  bien 
sieíj!prv.í  Ke  ha  considerado  eslji  última  una  dignidad  superior  á  aquella. 

(3)  En  el  expedienre  original  que  se  baila  en  el  arelüvo  de  Indias  de  Se- 
viliii,  promo'/ido  a  resaltas  del  memorial  que  aquí  expresa,  consta  que    el 


—255  - 
tarde,  bien  contentos  y  íigenos  de  azar,  de  una  vuelta  y  bre- 
ñal al  lado  derecho  del  camino,  nos  salen  de  repente  nueve 
hombres,  con  sns  escopetas,  los  gatillos  levantados,  nos  cercan 
y  mandan  apear:  no  pedimos  hacer  otra  cosa,  teniendo  á  mer- 
ced apearnos  vivos,  desmontamos,  nos  quitaron  las  armas  y 
los  caballos,  los  vestidos  y  cuanto  Uevíibámos,^in  deiamos 
mas  que  los  papeles,  que  les  pedimos  de  merced,  y  viéndolos 
nos  los  dieron  sin  dejar  otra  hilacha. 

Proseguimos  nuestro  camino  á  pie,  desnudos,  avergonza- 
dos, y  entramos  en  Barcelona  Sábado  Santo  de  1626  en  la  no- 
che, sin  saber,  á  lo  menos  yo,  que  hacer.  Mis  compañeros  tira- 
ron no  sé  por  donde,  á  buscar  su  remedio:  yo,  por  allí  de  casa 
en  casa  plageando  mi  robo,  adquirí  unos  malos  trabajos,  y  una 
mala  capilla  con  que  cubrirme.  Acogíme,  entrada  mas  la  no- 
che, debajo  de  un  portal,  donde  hallé  tendidos  otros  miserables, 
y  llegué  á  entender  que  estaba  el  rey  allí,  y  que  estaba  en  su 
servicio  el  marqués  de  Montes-Claros,  buen  caballero  y  cari- 
tativo, á  quien  conocí  y  hablé  en  Madrid.  (1)  A  la  mañana  mo 
fui  á  él,  y  le  conté  mis  desgracias,  se  dolió  de  verme,  y  luego 
me  mandó  vestir,  me  hizo  entrar  á  S.  M.  agenciándome  el  buen 
caballero  la  ocasión. 

Entré  y  referí  á  S.  M.  mi  suceso  como  me  pasó:  me  escuchó 
y  me  dijo:  pues  cómo  os  dejasties  robar?  Eespondi:  señor,  no 
pude  mas.  Me  preguntó:  ¿cuántos  eran?  dije  señor,  nueve  con 
escopetas,  altos  los  gatillos,  que  uos  cogieron  de  repente  al 
pasar  una  breña.  Mostró  S.  M.  con  la  mano  querer  el  memo- 
rial: le  besé,  y  lo  puse  en  ella,  y  dijo  S.  M.  yo  lo  veré.  Estaba 
entonces  S.  M.  en  pié,  y  se  fué.  Yo  me  sali,  y  en  breve  halló 
el  despacho,  en  que  mandaba  S.  M.  darme  cuatro  raciones  de 
alférez  reformado,  y  treinta  ducados  de  ayuda  de  costa.  Con 
lo  cual  me  despedí  del  marqués  de  Montes-Claros,  á  quien  tan- 
to debí:  y  me  embarqué  en  la  galera  San  Martin,  la  nueva  de 
Sicilia,  que  de  allí  partí  para  Genova. 

XXV. 

Partidos  de  Barcelona  en  la  galera,  llegamos  en  breve  á 
Genova,  donde  estuvimos  quince  dias.  En  ellos  una  mañana 


consejo  de  Indias  evacuó  su  consulta  á  S.  M.  en  19  de  Febrero  de  1626,  se- 
gún se  puede  ver  en  dicho  documento  que  se  halla  eu  el  apéndice.  Asi  que 
í)oña  Catalina  quisó  decir  aquí,  que  el  memorial  fué  ijresentado  al  rey  y 
remitido  por  S.  M.  al  consejo  en  Agosto  be  1625,  puesto  que  no  fué  despa- 
chado definitivamente  sino  en  el  mes  de  Febrero  del  aíjo  siguiente  de  1626. 
(1)  También  debió  haberle  conocido  en  Lima  de  Virey,  puesto  que  le 
nombra  en  otra  parte,  á  no  ser  que  hubiese  fallecido  ya,  y  fuese  este  su  su- 
cesor inmediato. 


—256— 
se  me  ofreció  ver  á  Don  Pedro  de  Oliavarría,  del  hábito  de  San- 
tiago, veedor  general,  y  fui  á  sn  casa.  Parece  que  era  tempra- 
no, y  no  habia  abierto:  anduve  por  alli  haciendo  hora:  me  sen- 
té en  una  peña  á  la  puerta  del  príncipe  Doria:  estando  alli, 
llegó  también  y  se  sentó  un  hombre  bien  vestido,  soldado  ga- 
lán con  una  gran  caballera,  que  conoci  en  el  hablar  ser  Italia- 
no. IS'os  saludamos  y  trabamos  conversación,  luego  me  dijo: 
usted  es  Español:  le  dije  que  sí:  me  dijo:  según  eso  será  usted 
soberbio,  que  los  españoles  lo  son,  arrogantes,  aunque  no  de 
tantas  manos  como  blazonan.  Dije:  yo  á  todos  los  veo  muy 
hombres  para  todo  cuanto  se  ofrece.  Digo:  yo  los  veo  á  todos 
que  son  una  merda.  Le  diji,  levantándome:  no  hable  usted  de 
ese  modo,  que  el  mas  triste  español  es  mejor  que  el  mejor  Ita- 
liano. Me  dijo:  ¿sustentará  usted  lo  que  dice?  si  haré.  Dijo:  pues 
sea  luego:  sea:  salimos  tras  unas  arcas  de  agua  alli  cerca,  y  él 
tras  de  mi:  sacamos  las  espadas  y  empezamos  á  tirar:  enesto 
veo  á  otro  que  se  pone  á  su  lado:  ambos  jugaron  de  ciichillada, 
yo  de  punta:  le  entré  al  Italiano  una  estocada,  de  que  cayó. 
Me  qubdaba  el  otro  y  lo  iba  retirando:  llegó  en  esto  un  hom- 
bre cojo  con  buen  brio  y  se  puso  á  su  lado,  que  debia  ser  su 
amigo,  y  me  ai)retaba.  Vino  otro  y  se  i)uso  á  mi  lado,  quiza 
por  verme  solo,  que  no  le  conoci:  acudieron  tantos,  que  se  hu- 
bo de  confundir  la  cosa,  de  suerte,  que  buenamente,  sin  que 
me  entendiese,  me  retiró,  me  fui  á  mi  galera  y  no  supe  mas 
del  caso.  Allí  me  curé  de  una  herida  leve  de  una  mano.  Es- 
taba entonces  en  Genova  el  marqués  de  Santa  Cruz  (1). 

Partí  de  Genova  á  Eoma:  besé  el  jíie  á  la  Santidad  de  Ur- 
bano VIII,  le  referí  en  breve,  y  lo  mejor  que  supe,  mi  vida  y 
correrías,  mi  sexo  y  virginidad:  mostró  su  Santidad  estrañar 
tal  caso,  y  con  afabilidad  me  concedió  licencia  para  proseguir 
mi  vida  en  hábito  de  liombre,  encargándomela  prosecusion 
honesta  en  adelante,  y  la  abstinencia  en  ofender  al  prójimo, 
teniendo  la  iilcion  (2)  de  Dios  sobre  su  mandamiento,  non  occides 
y  me  volví.  Se  hizo  alli  el  caso  notorio,  y  fué  notable  el  con- 
curso de  que  me  vi  cercado,  de  personajes,  príncipes,  obispos, 
cardenales,  y  el  lugar  que  me  hallé  abierto  donde  quería,  de 


(1)  Teniendo  el  duque  de  Saboya,  según  el  historiador  Sabau  y  Blan- 
00;  en  el  año  de  1625,  ya  conquistado  todo  el  estado  de  Genova,  no 
quedando  á  la  república  sino  la  capital  y  la  plaza  de  Savona:  no  hallando 
por  otra  izarte  el  senado  quien  le  prestase  dinero,  y  viendo  reducida  su 
cansa  en  un  estado  desesperado,  la  España,  por  impedir  el  engrandecimien- 
to de  este  príncipe,  resolvió  emplear  una  gran  parte  de  sus  fuerzas,  con  las 
cuales  y  muchos  socorros  entró  el  marqués  de  Santa  Cruz  en  Genova  con 
una  poderosa  escuadra,  con  la  cual  obligó  á  la  que  los  franceses  tenian  en 
aquel  puerto  a.  retirarse.  Es  con  este  motivo  que  se  hallaba  en  Genova  el 
año  de  1626,  cuando  la  Monja  Alférez  hace  mención  de  él. 

(2)  Voz  tomada  de  la  latina  ultio,  que  significa  venganza. 


—257— 

suerte  que  en  mes  y  medio  que  estuve  en  Roma,  fué  raro  el 
dia  en  que  no  fuese  convidado  y  regalado  de  príncipes;  y  espe- 
cialmente un  viernes  fui  con  v^idado  y  regalado  por  unos  caba- 
lleros, por  orden  particular  y  encargo  del  senado  romano,  y 
me  asentaron  en  un  libro  por  ciudadano  romano.  T  el  dia  de 
san  Pedro,  29  de  Julio  de  1G26,  me  entraron  en  la  capilla  de 
San  Pedro,  donde  vi  los  cardenales  con  las  ceremonias  que  se 
acostumbran  aquel  dia:  y  todos  ó  los  mas  me  mostraron  nota- 
ble agrado  y  >«^ricia,  rae  hablaron  muchos:  y  á  la  tarde  hallán- 
dome en  rueda  con  tres  cardenales,  me  dijo  uno  de  ellos,  que 
fué  el  cardenal  Magalon,  que  no  tenia  mas  falta  que  ser  Espa- 
ñol: á  lo  cual  le  dije:  á  mi  me  parece,  señor,  debajo  de  la  cor- 
rección de  vuestra  señoría  ilustrisima,  que  no  tengo  otra  cosa 
buena. 

XXVI. 

Pasado  mes  y  medio  que  estuve  en  Eoma,  me  partí  de  allí 
para  Ñapóles,  el  tila  5  de  Julio  de  1626:  nos  embarcamos  en 
Eipa.  En  Ñapóles  un  dia  paseándome  en  el  muelle,  reparé  en 
las  risadas  de  dos  damiselas  que  hablaban  con  dos  mozos,  y  me 
miraban,  y  mirándolas,  me  dijo  una:    Señora  Catalina  ¿donde 

es  el  camino?  Respoíidí:  señora  p. á  darles  á  ustedes  cien 

pescozadas,  y  cien  cuchilladas  á  quien  las  quieve  defender.  Ca- 
llaron y  se  fueron  de  allí. 


Oí^OMoyD.  Literatura — 33. 


KOTAS  FINALES  DEL  HANÜSCEITO 

POE 


ION  Candido  iM  ARIA 


l>ro  pasa  de  aqni  un  cuaderno  que  me  mostró  el  capitán  Don 
Domingo  de  Urbizu,  alguacil  mayor  de  la  contratación  de  Se- 
villa: y  otro  impreso  en  Madrid  año  de  1625,  queme  mostró 
el  veinte  y  cuatro  Don  Bartolomé  Pérez  Navarro:  de  suerte 
que  la  relación  hasta  aquí  escrita,  la  deja  en  Ñapóles  én  el  mes 
de  Julio  de  1626. 

Después  la  halló  en  Sevilla  en  4  y  21  de  Julio  de  1630,  y  en 
Indias,  en  la  Veracruz,  año  de  164o.  En  4  de  Julio,  en  un 
manuscrito  que  tengo  diario  de  cosas  de  Sevilla,  que  dice  en 
dicho  año  asi.  "  Jueves  4  de  Julio  estuvo  en  la  iglesia  mayor 
"  la  Monja  Alférez.  Esta  fué  monja  en  San  Sebastian,  huyóse 
"  y  pasó  á  Indias  en  hábito  de  hombre  año  de  1603,  Sirvió  de 
"  soldado  veinte  años,  tenida  por  capoü.  Volvió  á  España,  fué 
"  á  Eoma,  y  el  Papa  Urbano  VIII  la  disi)énsó  y  dio  licencia 
"  para  andar  en  hábito  varonil.  El  rey  le  dio  titulo  de  alférez, 
"  llamándola  el  alférez  T>^  Catalina  de  Erauso,  y  el  mi^mo 
"  nombre  traia  en  los  despachos  de  Roma.  El  capitán  D.  Mi- 
"  guel  de  Echazarreta  la  llevó  por  mozo  en  años  pasados  á 
"Indias,  y  ahora  vá  por  general  de  flota,  y  la  lleva  por  alfe- 
"  rez." 


—260— 
El  21  de  Julio,  en  una  certificación  que  me  dio  D.  Manuel 
Fernandez  Pardo,  contador  4le  la  audiencia  de  la  contratación 
de  las  Indias,  de  Sevilla,  de  ocho  de  Octubre  de  1693,  en  que 
dice:  "Que  en  el  libro  del  despacho  de  los  pasajeros  al  folio 
"  160  parece  que  en  la  flota  que  se  despachó  á  la  provincia  de 
"  Nueva  Esi)aña,  año  de  1630,  (1)  á  cargo  del  general  D  Mi- 
"  guel  de  Echazarreta,  en  21  de  Julio,  se  despachó  el  alférez 
"D^  Catalina  de  Eranso  á  la  provincia  de  Kueva  España,  y 
"  vino  de  las  provincias  del  Perú,  por  cédula  de  S.  M." 

En  Indias  en  la  Veracruz,  añq  de  1645,  en  una  relación  ver- 
bal hecha  en  10  de  Octubre  de  1693  en  el  convento  de  los  Ca- 
puchinos de  Sevilla  por  el  padre  Fray  Nicolás  de  Eentería, 
profeso  de  dicha  orden,  que  dictada  la  escribió  por  su  mano 
el  padre  Fray  Diego  de  Sevilla  del  mismo  orden,  dice: 

"Que  en  el  año  de  1645,  siendo  seglar,  fué  en  los  galeones 
"  del  general  D.  Pedro  de  Ursun:  y  que  en  la  Veracruz  halló 
"  diferentes  veces  á  la  Monja  Alférez  T>^  Catalina  de  Erauso 
"  [que  entonces  allí  se  llamaba  D.  Antonio  de  Erauso]  y  que 
"  tenia  una  recua  de  muías  en  que  conduela  con  unos  negros 
."  ropa  á  diferentes  partes:  y  que  en  ella  y  con  ellos,  le  traspor- 
"  tó  á  Méjico  la  ropa  que  llevaba:  y  que  era  §ujeto  allí  tenido 
"  por  de  mucho  corazón  y  destreza,  y  que  andaba  en  hábito 
"  de  hombre,,  que  traia  espada  y  daga  con  guarniciones  de 
"  plata:  y  le  parece  que  seria  entonces  como  de  cincuenta  años, 
"  que  era  de  buen  cuerpo,  no  pocas  carnes,  color  trigueño  con 
"  algunos  pelillos  por  bigote"  (2). 

Pedro  de  Lavalle  el  peregrino  en  su  tomo  39  de  su  viage  es- 
crito por  él  mismo  en  letras  familiares,  en  lengua  italiana  á 
su  amigo  Mario  Schipano,  impreso  en  Bolonia  en  1677,  en  la 
letra  ó  carta  16  de  Eoma  á  11  de  Julio  de  1626,  página  602 
ísT?  2,  dice  lo  siguiente: 

A  los  5  de  Julio  de  1626  vino  á  mi  casa  la  primera  vez  el 
alférez  Da.  Catalina  de  Erauso,  Vizcaína  venida  de  España, 
llegada  á  Roma  el  dia  antes. 

Era  esta  una  doncella  de  edad  ahora  como  de  treinta  y  ciu- 


(1)  En  este  año,  sin  duda  al  tiempo  de  embarcarse,  la  retra.tó  el  célebre 
pintor  Pacheco  según  resulta  por  la  fecha  que  está  escrita  en  dicho  retra- 
to. También  le  pone  á  un  lado  su  edad  de  .52  años,  en  lo  cual  se  equivocó 
indudablemente,  porque  habiendo  nacido,  como  se  ha  visto  el  año  de  1592, 
no  podia  tener  en  ]63U  sino  38  años:  pero  si  nació,  como  supone  la  Monja 
Alférez  en  1.585,  entonces  tendría  solo  45  años;  por  lo  que  en  ambos  casos 
le  echó  el  pintor  mas  años  de  los  que  tenia  á  no  ser  que  este  personaje  hu- 
biese nacido  realmeete  en  1578. 

(2)  Habiendo  nacido  la  Monja  Alférez,  según  sn  relación,  el  año  de  1585, 
debería  tener  á  esta  fecha  60  años  de  edadj  y  naciendo  en  1592  solamente 
53:  lo  cual  se  ajusta  mas  á  la  segunda  época  que  á  la  primera. 


—261— 
co  á  cuarenta  años:  (1)  la  cnal  desde  muy  niña  en  Vizcaya  su 
patria,  donde  era  bien  nacida,  se  habia  criado  en  un  monaste- 
rio, y  ya  grande  creo  que  vistió  el  hábito  de  monja;  ])ero  an- 
tes de  profesf.r,  disgustada  do  aíiuella  vida  encerrada,  y  anto- 
jándosele  vivir  como  hombre,  se  huyó  entrevestida  como  de 
casa  de  su  padre,  y  se  fué  á  la  corte  de  España,  doüde  en  há- 
bito de  muchaí  ho  se  acomodó  y  sirvió  unos  (lias  (le  pííje.  ^'í- 
nole  desj)ues  gana  de  irse  á  Sevilla  y  pasar  de  aílí  á  las  In- 
dias: y  con  ocasión  de  cierta  contienda  se  hubo  de  ausentar 
de  la  corte,  y  se  dio  á  la  vida  de  soldado,  inclinado  natural- 
mente á  las  armas  y  á  ver  mundo. 

Militó  n)ucho  en  aquellas  partes  hallándose  en  diversas  fac- 
ciones, en  que  dio  siempro  como  buen  .soldado  cuenta  (jue  ad- 
quirió fsnia  de  Yaleroí^;©:  y  como  no  le  asomaba  la  burba  lo  te- 
nían y  llamaban  capón. 

Hallóse  en  oirá  batalla  peligrosa,  en  que  sií^w^^o  desbaratft- 
dos  los  suyos  de  su  compañía,  y  llevándose  la  bandera  los 
contrarios,  con  su  valor  retiró  á  los  eneinigo.'?,  y  matando  al 
que  llevaba  la  bandera  la  recobró,  quedárido.se  por  alférez  de 
la  compañía,  no  por  gracia  sino  por  su  propio  valor. 

Finalmente,  comenzándose  á  sospechar  que  fuese  mugev,  se 
vino  á  declarar  en  una  grande  pendencia,  en  qne  después  de 
haber  ella  hecho  muclias  demostraciones  de  su  valor,  quedó 
mortalmente  herida,  y  por  salvarse  de  la  justicia  que  le  perse- 
guía se  vio  obligada  á  entregarse  al  obispo,  al  cual  confesó  lo 
que  le  pasaba  de  su  vida,  y  como  era  doncella:  y  qne  todo  lo 
que  había  echo  no  habia  sido  por  mal  fin,  sino  solo  por  natu- 
ral inclinación  con  que  se  hallaba  en  la  milicia:  y  para  que  le 
constase  ser  así  cierto,  le  suplicó  la  mandase  reconocer,  lo 
cual  fué  hecho  así;  y  íuó  reconocida  por  matronas  y  comadres 
y  fué  hallada  doncella. 

El  Obispo  la  puso  en  un  Monasterio,  y  porque  se  supo  ser 
monja,  y  se  dudó  si  profesa,  la  detuvo  allí  hasta  que  de  su 
país  vino  certeza  de  que  no  había  sido  profesa:  con  que  que- 
dando en  su  libertad,  y  no  queriendo  ser  monja  sino  perseve- 
rar en  su  vida  militar,  salió  con  licencia  del  monasterio  y  se 
vino  á  España. 

En  España  pidió  al  Rey  remuneración  de  sus  servicios,  vio- 


(l)  Si  como  se  ha  observado  ya  en  la  nota  anterior,  se  toma  su  edad  por 
la  que  dice  tener  ella  misma:  habiendo  nacido  en  1585  viene  perfecrameute 
con  los  40  años  que  aquí  se  le  dan  en  un  caso:  pero  en  el  de  atenernos  a  la 
partida  bautismal,  no  podia  tener  á  esta  fecha  sino  33  años,  y  ya  esto  era 
mucho  equivocarse»,  porque  es  muy  notable  la  diferencia  que  se  halla  entre 
lina  perdona  de  33  años  y  otra  de  40.  8in  embargo  de  esto,  es  necesario 
confesar  que  era  muy  difícil  echar  años  á  una  persona  de  fisonomía  tan 
equívoca  por  una  parte,  y  tan  maltratada  por  otra,  tantos  trabajos,  enfer- 
medades, heridas,  viages  por  tierra  y  por  mar,  y  padecimientoo  de  espíritu 


—262-- 
se  su  causa  en  el  consejo  en  justicia,  y  mandóle  dar  el  rey  al 
año  en  Indias  por  su  vida  de  entretenimiento  ochocientos  es- 
cudos, nombrándola  en  la  patente  con  título  de  alférez,  y  dán- 
dole permiso  para  andar  como  varón  en  hábito  militar,  y  man- 
dando que  en  todos  sus  estados  y  señoríos  nadie  la  molestase. 

Con  este  se  vino  á  Italia  corriendo  diferentes  fortunas  por 
los  caminos.  Vino  á  Roma  á  suplicar  á  su  Santidad  no  seque 
gracias  á  su  favor,  las  cuales  obtuvo  con  el  favor  de  muchos 
personajes. 

Yo  había  tenido  noticia  de  ella  hallándome  en  la  India 
Oriental,  y  de  muchas  cosas  suyas  y  de  su  fama,  y  á  la  vuelta 
deseaba  saber  de  ella  particularmente. 

Llegado  á  Roma,  el  padre  Rodrigo  de  San  Miguel,  agusti- 
no descalzo,  mi  amigo,  de  quien  muchas  veces  he  hecho  men- 
ción, que  sabia  mi  deseo,  y  habia  llegado  allí  por  Ven eci a  mu- 
cho antes  que  yo,  y  á  él  habia  recurrido  ella  luego  que  llegó, 
como  á  su  paisano,  luego  me  la  llevó  á  mi  casa,  allí  razonamos 
jicUtos  un  buen  rato:  contóme  diversas,  cosas  y  acaecimientos 
suyos  estraños,  de  los  cuales  he  referido  aquí  solamente  los 
mas  notables  y  ciertos,  como  de  persona  rara  de  nuestros  tiem- 
pos. 

Yo  después  en  Roma  la  he  dado  á  conocer  á  diferentes  da- 
mas y  señoras,  á  cuya  conversación  ella  es  mas  dada  que  de 
damas.  El  señor  D.  Francisco  Orecencio,  que  es  gran  pintor, 
la  ha  retratado  de  su  mano. 

Ella  es  de  estatura  grande  y  abultada  para  muger,  bien  que 
por  ella  no  parezca  no  ser  hombre.  íí^o  tiene  pechos:  que  des- 
de muy  muchacha  me  dijo  haber  hecho  no  sé  qué  remedio 
para  secarlos  y  quedar  llanos,  como  le  quedaron,  el  cual  fué  un 
euiplasto  que  le  dio  uu  italiano,  que  cuando  se  lo  puso  le  causó 
un  gran  dolor:  pero  después  sni  hacerle  otro  mal,  ni  mal  trata- 
miento salió  el  efecto. 

De  rostro  no  es  fea,  pero  no  hermosa,  y  se  le  reconoce  estar 
algún  tanto  maltratada,  pero  no  de  mucha  edad.  Los  cabellos 
son  negros  y  cortos  como  de  hombre  con  un  poco  de  melena 
como  hoy  se  usa.  En  efecte  mas  capón  que  muger.  Viste  de 
hombre  á  la  española:  trae  la  esj)ada  bien  ceñida,  y  así  la  vida: 
la  cabeza  un  poco  agobiada,  mas  de  soldado  valiente  que  de 
cortesano,  y  de  vida  amorosa.  Solo  en  las  manos  se  le  puede' 
conocer  que  es  muger,  porípie  las  tiene  abultadas  y  carnosas, 
robustas  y  tuertes,  bien  que  las  mueve  algo  como  muger. 

Copia  sacada  de  otra  que  en  un  tomo  en  49  de  papeles  varios 
tiene  Dox  Candido  María  Trlgubros. — Sevilla  24  de  Mayo 
de  1784.— Muñoz. 


PARTIDA  BAUTISMAL 


P 


DE 


ONA   UATALINA  DE 


J 


I\AUSO, 


Yo  el  Dr.  D.  Francisco  Javier  de  Marin,  vicario  perpetuo 
y  cura  propio  de  la  iglesia  parroquial  de  San  Vicente  levita  y 
mártir  de  esta  ciudad  de  San  Sebastian. 

Certifico;  que  en  el  libro  primero  de  bautizados  de  dicha 
parroquia,  alfolio  veinte  y  uno,partida  cuarta,  que  es  la  trigé- 
sima séptima  de  las  del  año  mil  quinientos  noventa  y  dos,  se 
halla  la  del  tenor  siguiente: 

''Bautizóse  Catalina  de  Erauso  en  diez  de  Febrero  de  di- 
cho año  hija  legítima  de  D.  Miguel  de  Erauso,  y  de  Da.  Ma- 
ría Pérez  de  Galarraga.  Padrinos  D.  Pedro  de  Galarraga,  y 
Da.  María  Velez  de  Aranalde.  Ministro  el  vicario  Alvisua. 

Conforma  esta  copia  con  el  original  que  obra  en  mi,  poder 
á  la  que  me  refiero.  San  Sebastian,  diez  de  Octubre  de  mil 
ochocientos  veinte  y  seis. 

Doctor  Don  Franciaco  Javier  de  Marin, 


—264— 
Expediente  rblatiyo  i.  los  méritos  y  servicios  de  doña 

CATALINA  de  ERAUSO,  QUE  SE  HALLA  EN  EL  ARCHIVO 
DE  INDIAS  DE  SEVILLA. 

Don  José  de  la  Higuera  y  Lara,  archivero  del  general  de 
Indias  en  esta  ciudad. 

Certifico:  que  entre  los  legajos  de  indiferentes  de  la  Secre- 
taría del  Perú,  se  baila  un  pedimento  acompañando  un  expe- 
diente con  varios  documentos  testimoniados,  cuyo  tenor,  de 
algunos  de  ellos,  dicen  así: 

PEDIMENTO. 

Señor: — El  Alférez  Doña  Catalina  de  Erauso,  vecina  y 
natural  de  la  villa  de  San  Sel)astiari,  provincia  de  Guipúzcoa: 
dice  que  en  tiempo  de  diez  y  nueve  años  á  esta  parte,  los  quin- 
ce ha  empleado  en  servicio  de  V.  M.  en  las  guerras  del  reino 
de  Chile  é  indios  del  Perú,  habiendo  pasado  á  aquellas  i)artes 
en  hábito  de  varón  por  particular  inclinación  que  tuvo  de 
ejercitar  las  armas  en  defenza  de  la  fé  católica,  y  em¡)learse 
en  servicio  de  V.  M.,  sin  que  el  dicho  reino  de  Ciiiie  todo  el 
tiempo  que  asistió  fuese  conocida  sino  por  hombre,  hasta  que 
algunos  años  después,  en  los  reinos  del  Pirú,  fué  descubierta 
ser  mujer,  forzada  de  un  acaecimiento  que  no  hace  á  proposi- 
to el  decir  aquí;  y  con  estar  en  compañía  del  Alférez  D.  Mi- 
guel de  Erauso,  su  hermano  legítimo,  en  el  reino  de  Chile  nun- 
ca se  descubrió  á  él  aunque  ella  le  conocía  por  tal  hermano,  y 
esto  hizo  por  no  ser  descubierta,  negando  la  afición  desangre; 
y  en  todo  el  tiempo  que  sirvió  en  la  guerra  y  en  la  compañía 
del  maestre  de  campo  D.  Diego  Bravo  de  Sarabia,  fué  con 
particular  valor  resistiendo  á  las  incomodidades  de  la  milicia, 
como  el  mas  fuerte  varón,  sin  que  en  acción  ninguna  fuese  co- 
nocida sino  por  tal,  y  por  sus  hechos  vino  á  merecer  tener 
bandera  de  V.  M.;  sirviendo  como  sirvió  de  Alférez  de  la  com- 
pañía de  infantería  del  capitán  D.  Gonzalo  Eodriguez,  con 
nombre  que  se  puso  llamándose  Alonso  Diaz  Ramírez  de  Guz- 
man,  y  en  el  dicho  tiempo  se  señaló  con  mucho  esfuerzo  y 
valor  r^ibiendo  heridas,  particularmente  en  la  batalla  de  Pu- 
ren;  y  habiendo  sido  reformado  pasó  á  la  compañía  del  capi- 
tán Don  Guillen  de  Casanova,  castellano  del  castillo  de  Arau- 
co,  y  fué  entresacado  de  ella  por  valiente  y  buen  solüado,  pa- 
ra salir  á  campear  al  enemigo;  como  todo  lo  cual  y  mas,  cons- 
ta por  las  certificaciones  y  fées  de  D.  Luis  de   Céspedes,  go- 


—265— 
bernador  y  capitán  general  de  Paraguay,  que  fué  de  infante- 
ría en  Chile,  de  D.  Juan  Cortés  de  Monroy,  gobernador  y  ca- 
pitán general  de  Veraguas,  que  también  fué  de  infantería  en 
Chile,  y  de  D.  Francisco  Pérez  de  Navarrete  asi  bien  de  ca- 
iñtan  de  infantería  en  el  dicho  reino  de  Chile,  y  en  el  del  Perñ, 
que  todos  tres  y  otros  caballeros  que  han  sido  sus  oficiales  y 
maestres  de  campo,  se  hallan  hoy  actualmente  en  esta  corte, 
y  le  conocen  muy  bien  por  haberle  visto  servir  á  V.  M.  Y  ade- 
mas de  lo  referido  no  queda  su  tragedia  en  lo  dicho,  pues  ha- 
biendo llegado  á  estos  reinos  de  Espaha  el  año  pasado  de 
1624,  trató  de  ir  en  el  de  1625  a  la  corte  romana  á  besar  el  i>ió 
á  Su  Santidad,  por  ser  el  año  Santo,  y  caminando  por  el  reino 
de  Francia  en  Píamente  encontró  con  una  tropa  de  caballería 
francesa,  y  como  ella  iba  á  caballo  con  un  criado  y  otros  pe- 
regrinos españoles  que  iban  en  su  compañía,  la  prendieroQ  á 
ella  como  quien  iba  señalado  entre  los  demás  en  hábito  de  pe- 
regrino, nombrándose  el  Alférez  Antonio  de  Erauso,  y  luego 
que  asieron  de  ella  la  tuvieron  i)or  espía  de  V.  M.  y  dijeron 
que  por  tal  la  prendían,  y  después  de  haberle  desbalijado  y 
quitado  doscientos  doblones  de  oro  que  llevaba  para  su  gasto, 
la  echaron  en  una  cárcel  donde  estuvo  catorce  dias  cargada 
de  cadenas;  y  porque  habiendo  oido  algunas  cosas  había  res- 
pondido en  decoro  de  Y.  M.  la  maltrataron  asi  de  palabras  co- 
mo de  manos,  y  si  acaso  la  hubieran  o«nocido  que  era  mujer, 
confirmaron  ser  espía,  con  la  cual  sin  duda  le  quitaran  la  vi- 
da, y  después  que  la  soltaron  no  la  quisieron  dar  paso  para 
Roma,  y  asi  ha  vuelto  á  esta  corte,  que  también  este  particu- 
lar parece  por  información  con  tres  testigos  contestes  sin  otros 
de  oidas.  Por  tanto  y  porque  asi  bien  interpone  los  servicios 
del  capitán  D.  Miguel  de  Erauso  su  padre,  y  del  dicho  Alfé- 
rez D.  Miguel  de  Erauso.  y  de  D.  Francisco  de  Erauso,  que 
sirvió  en  la  armada  de  Lima  con  Don  Rodrigo  de  Mendoza, 
y  D.  Domingo  de  Erauso  que  se  fué  en  la  armada  que  salió 
para  el  Brasil,  y  volviendo  de  allá  fué  uno  de  los  que  perecie- 
ron en  la  Almiranta  de  las  cuatro  villas  que  se  quemó,  que  to- 
dos tres  fueron  sus  hermanos. 

Suplica  á  V.  M.  se  sirva  mandar  premiar  sus  servicios  y 
largas  peregrinaciones,  y  hechos  valerosos,  mostrando  en  ella 
su  grandeza  asi  por  lo  que  tiene  merecido,  como  por  la  singu- 
laridad y  prodigio  que  viene  á  tener  su  discurso,  teniendo 
atención  á  que  es  hija  de  padres  nobles  hidalgos,  y  i)ersonas 
principales  en  la  villa  de  San  Sebastian;  y  mas  por  la  singu- 
laridad y  rara  limpieza  con  que  ha  vivido  y  vive,  el  testimo- 
nio de  lo  cual  se  puede  sacar  del  mismo  tiempo;  por  lo  cual 
recibirá  merced  de  que  se  le  dé  un  entretenimiento  de  seten- 
ToM.  VII  Literatura — 34. 


—266— 
ta  pesos  de  á  veintidós  quilates  al  mes  en  la  ciudad  de  Carta- 
gena de  las  Indias,  y  una  ayuda  de  costa  para  poderse  ir,  en 
que  conseguirá  la  que  V.  M.  y  su  grandeza  espera,  etc. 

Decreto: 

El  Consejo  en  19  de  Febrero  de  1626.  Cuenta  quinientos  pe- 
sos de  á  ocho  reales  en  pensión  de  encomienda,  y  remitir  á 
S.  M.  que  en  cuanto  al  mudar  hábito,  mande  lo  que  fuere  ser- 
vido. Está  rubricado. 

CEETIFIOACION  DE  DOÍÍ  FliAJiTCISCO  PEEEZ  DE 

NAVAERETE. 

Don  Francisco  Pérez  de  Kavarrete,  capitán  de  infantería 
española  que  ha  sido  por  S.  M.  y  cabo  de  compañías,  etc. 

Certifico  y  hago  fé,  que  conocí  á  Catalina  de  Erauso,  que 
asi  es  su  nombre  ahora,  en  el  reinó  de  Chile  en  hábito  de  sol- 
dado, servir  á  S.  M.  y  sirvió  de  Alférez  del  capitán  D.  Gonza- 
lo Eodriguez,  con  nombre  de  Alonso  Diaz  Eamirez  de  Guz- 
man,  y  cuando  llegué  al  reino  de  Chile  que  fué  el  año  de  mil 
seiscientos  ocho,  le  hallé  sirviendo  en  el  estado  de  Arauco  en 
la  compañía  del  capitán  D.  Guillen  de  Casanova,  con  nombre 
de  Alférez  reformado  por  haberlo  sido  del  capitán  D.  Gonzalo 
Eodriguez,  y  se  quedó  conmigo. en  el  castillo  de  Paicabí  que 
estuvo  á  cargo  del  maestre  de  campo  D.,  Alvaro  ífuñez  de  Pi- 
neda, siendo  yo  uno  de  los  cuatro  capitanes  que  quedaron 
aquella  invernada  para  la  defensa  del  dicho  castillo  que  era 
en  el  riñon  de  la  guerra,  y  siempre  le  vi  servir  como  buen 
soldado,  acudiendo  á  lo  que  le  era  ordenado  con  gran  puntua- 
lidad, y  fue  tenido  por  hombre  por  mostrar  siempre  valor,  y 
se  halló  en  muchas- ocasión  es  y  rencuentros  que  se  tuvieron 
con  el  enemigo,  salió  herido  en  la  batalla  que  tuvimos  en  Pu- 
ren:  siendo  yo  capitán  de  infantería  del  presidio  del  Callao  el 
año  i)asado  de  mil  seiscientos  veinte  y  tres,  la  vi  en  Lima, 
ciudad  de  los  Eeyes  que  es  dos  leguas  del  dicho  presidio,  en 
hábito  de  mujer,  que  se  habia  descubierto,  y  esto  fué  cosa  muy 
notoria  que  llamaban  la  monja  de  Chile,  y  vino  á  estos  reinos 
y  me  pidió  le  diese  fé  de  lo  referido;  y  de  su  pedimento  di  esta 
certificación,  que  es  fecha  en  esta  villa  de  Madrid,  corte  de 
S.  M.,  á  los  diez  y  siete  días  del  mes  de  Diciembre  de  mil  seis- 
cientos veinticuatro,  por  los  cuales  servicios  es  digna  y  mere- 
cedora á  que  S.  M.  le  haga  merced;  y  por  verdad  lo  firmé  de 
mi  nombre  y  sellé  con  el  sello  de  mis  armas,  y  me  consta  se 
le  perdieron  sus  papeles. 

D.  Francisco  Pérez  de  Navarrete, 


—267— 


OERTJ  Fie  ACIÓN  DE  DON  JUAN  CORTÉS  DE 

MONROY. 

Don  Juan  Cortés  de  Monroy,  gobernador  y  capitán  gene- 
ral que  al  presente  soy  de  la  provincia  de  Veraguas,  en  las 
Indias,  por  el  rey  N.  S-,  y  capitán  de  infantería  española  que 
Le  sido  en  el  ejército  del  reino  de  Chile,  etc. 

Certifico  á  S.  M.  que  conozco  á  Catalina  de  Erauso,  de  mas 
de  quince  años  á  esta  parte,  que  entró  en  hábito  de  hombre 
por  soldado  de  la  compañía  del  maestre  de  campo  D.  Diego 
Bravo  de  Sarabia,  con  nombre  de  Alonso  Diaz  Ramírez  de 
Guzman,  y  sirvió  mas  de  dos  años  en  la  dicha  compañía,  y  de 
ella  pasó  á  servir  á  la  del  capitán  D.  Gonzalo  Rodríguez  que 
lo  fué  en  el  reino  de  Chile,  donde  por  lo  bien  que  sirvió  y  se 
aventajó,  el  dicho  capitán  le  nombró  por  su  Alférez  y  se  halló 
en  todas  las  ocasiones  que  se  ofrecieron  con  la  dicha  su  compa- 
ñía y  habiéndola  reformado  pasó  á  servir  á  la  del  capitán  D. 
Guillen  de  Casanova,  castellano  del  castillo  de  Arauco,  y  la 
sjsodicha  fué  una  de  los  entresacados  de  ella  para  salir  á  cam- 
pear y  la  dejó  el  gobernador  en  el  castillo  de  Paicabí,  en  com- 
pañía de  algunos  capitanes  que  quedaron  á  la  orden  del  maes- 
tre de  campo  D.  Alvaro  Nuñez  de  Pineda,  y  de  allí  se  le  hi- 
cieron al  enemigo  salidas  en  que  recibió  mucho  daño;  y  se  ha- 
lló en  muchas  batallas  y  en  particular  en  la  de  Puren  donde 
recibió  algunas  heridas,  después  de  haber  servido  en  aquel  rei- 
no mas  de  catorce  años  continuos,  señalándose  en  las  ocasio- 
nes como  hombre  de  mucho  valor,  salió  con  licencia  del  gober- 
nador D.  Alonso  de  Rivera,  y  se  vino  al  reino  del  Pera  donde 
he  sabido  que  por  unas  heridas  de  muerte  que  tuvo,  ella  mis- 
7na  descubrió  ser  mujer;  y  al  presente  se  halla  en  esta  corte  con 
el  mismo  hábito  de  hombre  y  por  cuanto  me  consta  ser  verdad 
todo  lo  referido,  la  susodicha  es  digna  y  merecedora  de  cual- 
quier merced  que  S.  M.  fuese  servido  de  hacerla,  y  de  su  pedi- 
mento doy  esta  certificación,  firmada  de  mi  mano  y  sellada  con 
el  sello  de  mis  armas,  que  es  fecha  en  la  villa  de  Madrid,  corte 
del  rey  N.  S.,  á  veinticinco  días  del  mes  de  Enero  de  mil  seis- 
cientos veinticinco. 

DON  JÜAÍÍ   CORTÉS  DE   MONROY 

Aparece  en  el  mismo  expediente  que  fueron  ratificadas  res- 
I)ectivamente  las  anteriores  certificaciones  por  los  que  las  die- 
ron en  Madrid  á  15  y  17  de  Febrero  de  lp25. 


—268— 


HvTFOEMAGION. 

En  la  ciudad  de  Plampona  á  veinte  y  ocho  de  Julio  de  mil 
seiscientos  veinte  y  cinco,  ante  el  señor  I).  Nicolás  de  Plazaola 
alcalde  de  las  guardas  y  gente  de  guerra  de  infantería  y  ca- 
ballería de  este  reino  de  Navarra,  por  el  reyN.  S.  y  por  pre- 
sencia y  testimonio  de  mí  el  escribano  de  S.  M.  y  de  las  dichas 
guardas,  infrascrito,  pareció  en  persona  el  Alférez  D.  Anto- 
nio de  Erauso,  natural  que  dice  es  de  la  villa  de  San  Sebas- 
tian en  la  provincia  de  Guipúzcoa,  y  presentó  una  petición 
pidiendo  se  reciba  información  por  su  tenor,  la  cual  dicha  pe- 
tición é  información  y  los  demás  autos  en  razón  de  los  hechos, 
son  del  tenor  siguiente: 

PETICIÓN. 

Ilustre  Señor: — El  Alférez  D.  Antonio  de  Erauso,  natural 
de  la  villa  de  San  Sebastian,  y  residente  al  presente  en  esta 
ciudad  de  Pamplona,  dice  que  el  suplicante  partió  de  esta  ciu- 
dad para  la  de  Roma,  á  negocios  precisos  que  tenia  á  el  fin 
del  mes  de  Enero  de  este  presente  año,  por  tierra,  y  por  ha- 
ber tomado  esa  derrota  le  íué  forzoso  ir  por  la  Francia  por  ser 
el  camino  ordinario  páralos  que  van  j)or  tierra,  y  habiendo 
pasado  cerca  de  León  de  Francia,  en  el  Piamonte,  una  gente 
de  guarnición  que  habia  le  prendió  diciendo  que  era  espía,  y 
le  tuvieron  preso  mas  de  catorce  dias,  y  le  cogieron  los  dine- 
ros, vestidos  y  papeles  que  llevaba,  dejándole  en  camisa;  y  así 
forzado  de  la  necesidad  se  hubo  de  volver  á  España,  y  le  con- 
viene que  conste  de  lo  susodicho  á  tiempos  de  venir,  y  porque 
tiene  algunos  testigos  en  esta  ciudad. 

Suplica  á  V.  M.,  mande  que  se  reciba  información  de  todo 
lo  susodicho  por  ante  cualquier  escribano  real,  y  que  se  le  en- 
tregue á  el  suplicante  originalmente  para  en  conservación  de 
su  derecho  que  en  ello  recibirá  merced  con  justicia,  la  cual  pi- 
de él  licenciado  Aragón. 

Antonio  Erauso. 
Decreto: 

El  Alférez  D.  Antonio  de  Erauso  dé  la  información  que 
ofrece  ante  cualquier  escribano  real  á  quien  se  dá  comisión 
para  ello,  lo  cual  proveyó  y  mandó  el  señor  D.  Nicolás  de  Pla- 
zaola, alcalde  de  guardas  en  Plampona,  á  veinte  y  ocho  dia« 
del  mes  de  Julio  de  mil  seiscientos  veinte  y  cinco,  y  lo  señaló 
con  su  rúbrica. 

Ante  mí,  Uemiro  Luis  de  JEscdbar. 


—269— 


TESTIGO  PEIMEEO. 

Eü  la  ciudad  de  Pamplona  del  reino  de  Navarra,  á  prime- 
ro de  Julio  del  año  de  mil  seiscientos  veinte  y  cinco,  yo  el  es- 
cribano infrascrito,  en  virtud  de  la  comisión  precedente  á  mí 
dada  por  el  señor  alcalde  de  guardas  de  este  presidio,  recibí 
juramento  en  forma  de  derecho  sobre  una  señal  de  cruz  tal  co- 
mo está  t  en  que  puso  su  mano  derecha  y  palabras  de  los  san- 
tos cuatro  evan  o^elios  de  Pedro  del  Eio,  natural  que  dijo  ser 
de  la  villa  de  Marcilla  de  Navarra  susodicha  estante  al  presen- 
te en  esta  dicha  ciudad,  testigo  presentado  por  el  Alférez  Don 
Antonio  de  Erauso,  presentante,  para  en  prueba  y  averigua- 
ción de  lo  contenido  en  su  petición  presentada  en  esta  causa, 
de  edad  que  dijo  ser  de  veinte  y  ocho  años,  poco  mas  ó  menos, 
conoce  á  el  dicho  presentante,  y  no  es  deudo  de  él  ni  tampoco 
le  empecen  las  demás  preguntas  generales  de  la  ley:  habien- 
do sido  preguntado  por  el  tenor  de  la  dicha  petición,  dijo:  que 
lo  quede  ella  sabe  es  que  este  testigo  se  halló  presente  por  el 
mes  de  Enero  último  pasado  de  este  presente  año  en  Pianion- 
te  en  Francia,  cincuenta  leguas  poco  mas  ó  menos  de  León  de 
Francia,  que  cae  entre  Saboya  y  Francia,  en  compañía  del 
presentante  que  iba  con  él,  y  en  su  compañía  y  servicio  hasta 
Roma  por  ser  negocios  que  le  importaban  á  el  dicho  D.  Anto- 
nio de  Erauso,  presentante,  y  cerca  del  Piamonte  encontraron 
una  caballería  de  guarnición  francesa  que  iba  marchando,  y  en 
el  mismo  Piamonte  á  una  legua  poco  mas  ó  menos,  i)asada  la 
raya  del  reino  de  Francia,  un  capitán  de  la  dicha  caballería  lo 
cogió  presó  á  el  dicho  alférez,  y  le  díó  de  palos  y  lo  trató  muy 
mal  de  palabras  diciéndole  que  era  un  judío  i)erro  marrano  y 
lutero,  y  que  iba  por  espía  del  rey  de  España  IST.  S.;  y  en  orden 
de  esto  le  quitaron  en  presencia  de  este  testigo  doscientos  do- 
blones de  veinte  y  seis  á  el  dicho  alférez,  y  todos  los  papeles  y 
cartas  que  llevaba  se  las  abrieron  y  se  los  hicieron  pedazos,  y 
no  obstante  de  esto  lo  echaron  preso  en  el  mismo  Piamonte  en 
un  lugar  que  no  se  acuerda  de  su  nombre  donde  le  tuvieron  ca- 
torce dias  con  grillos  y  cadenas  padeciendo  mucho  trabajo,  y 
estando  en  ella  íilgunos  franceses  de  guarnición  habiendo  en- 
trado á  verle  le  dijeron  que  su  rey  era  un  mal  hombre  y  mal 
cristiano,  y  habiendo  vuelto  el  dicho  alférez,  como  era  razón, 
X)or  ser  su  rey  jun tíznente  con  este  testigo,  y  dicho  que  su  rey 
era  muy  fiel  y  católico  mas  que  lo  eran  ellos,  un  soldado  de 
ellos  le  sacudió  una  bofetada  de  tal  suerte  que  lo  derribó  en 
tierra,  y  porque  también  volvió  este  testigo  por  su  rey  y  amo 
le  dieron  con  un  tizón  en  la  garganta  diciéndole  que  le  habían 


—270— 
de  abrasar  como  á  traidor  bellaco,  y  le  dieron  junto  con  eso 
muchas  bofetadas  de  que  también  le  maltrataron,  de  que  final- 
mente después  que  le  reconocieron  los  dichos  papeles,  visto 
que  su  viaje  era  derecho  á  Eoma,  y  no  pudieron  hallar  ningu- 
na otra  cosa  para  su  propósito  lo  echaron  fuera  de  la  cárcel, 
dejándole  sin  dinero  ni  papeles,  y  después  que  se  vio  libre  de 
la  prisión  pidió  con  encarecimiento  á  el  dicho  capitán  con  los 
demás  que  allí  estaban,  en  que  fuesen  servidos  de  darle  lugar 
para  conseguir  su  jornada  á  Eoma,  por  cuanto  le  importaba 
en  extremo  grado  el  ir  allá,  yjamás  le  quisieron  dar  lugar,  di- 
cióndole  volviese  atrás  á  España,  y  diese  gracias  á  Dios  de 
enviarle  sin  detrimento  de  su  persona  pues  no  le  daban  un 
garrote,  y  entonces  fué  forzoso  volver  á  España,  como  entra- 
mos volvieron  con  trabajo  y  malos  tratos  que  en  sus  personas 
les  luciéronlos  dichos  franceses á este  testigo  y  á  el  dicho  al- 
férez presentante  hasta  que  entraron  dentro  del  reino  de  ISTa- 
varra,  y  esta  es  la  verdad  y  lo  que  pasó  por  el  juramento  que 
ha  hecho,  y  leídole  este  su  dicho  en  él  se  afirmó,  y  no  lo  firmó 
con  mí  el  dicho  escribano  porque  dijo  no  sabia,  y  en  su  pre- 
sencia firmó  yo  el  dicho  escribano. 

Ante  nií,  Fedro  de  Erdocain — Escribano. 


TESTIGO  SBGUKDO. 

En  el  día,  mes  y  año  y  ciudad,  susodicho  yo  el  dicho  escri- 
eribano  en  virtud  de  mi  dicha  comisión  y  para  la  causa  suso- 
dicha, recibí  juramento  in  verbo  sacerdotis  de  D.  Juan  Sanes 
de  Cillero,  Presbítero  de  la  dicha  ciudad,  y  absolviendo  de  él 
prometió  de  decir  verdad,  y  que  es  de  edad  de  treinta  y  seis 
años  J30C0  mas  ó  menos,  conoce  al  presentante,  no  es  deudo  de 
él  ni  tampoco  le  empecen  las  demás  generales  de  la  ley.  Sien- 
do preguntado  por  la  dicha  petición,  dijo:  que  lo  que  sabe  es 
que  este  testigo  que  conoce  á  el  xjresentante  de  estos  siete  me- 
ses de  tiempo  poco  masó  menos  de  vista,  trato  y  comunica- 
ción cotidiana  que  con  él  ha  tenido  y  tiene  por  haber  estado 
todo  este  tiempo  en  una  casa,  y  sabe  por  lo  que  el  dicho  alfé- 
rez presentau  te  le  tenia  comunicado,  sus  deseos  han  sido  de 
pasar  á  Eoma  por  negocios  que  le  importaban  eii  extremo  gra- 
do, y  pai'a  conseguir  su  jornada  x)artió  de  esta  ciudad  el  dicho 
i'lf-iez  eü  compaííía  <le  este  testigo  y  el  precedente  que  lo  lle- 
y:ú):i  por  su  criado  á  ios  primeros  del  mes  de  Febrero  de  este 
díCvio  y  presente  año,  y  fueron  juntos  desde  esta  dicha  ciudad 
'de  Pamplona  hasta  San  Juan  del  Pie  del  Puerto  del  reino  de 
Francia,  dos  leguas  y  mas  dentro  de  él  donde  lo  dejó  estetes- 


—271— 
tigo  con  su  diclio  criado,  para  couseguir  su  jornada  paralio- 
nia,  y  habiéndolos  dejado  allá  volvió  este  testigo  para  la  di- 
cha ciudad  de  Pamplona,  y  el  dicho  alférez  desde  que  salió  de 
esta  ciudad  siempre  fue  en  hábito  de  peregrino,  con  el  cual  lo 
dejó  en  el  dicho  San  Juan,  y  después  partieron  jjara  adehinto 
y  este  testigo  para  su  casa,  como  dicho  es,  y  á  los  fines  de  Mar- 
zo que  fué  víspera  de  Eamos,  volvió  el  dicho  alférez  á  la  di- 
cha ciudad  sin  poder  pasar  su  joruada  diciendo  que  le  habían 
tratado  muy  mal  algunos  soldados  que  estaban  de  guarnición 
en  el  Piamonte,  y  que  le  habian  quitado  el  dinero  que  llevaba, 
dándole  muchos  golpes  en  su  persona,  y  rompiéndole  los  pa- 
peles que  traia,  y  que  no  le  quisieron  dejar  pasar  adelante,  y 
que  forzado  de  ellos  volvió  atrás,  como  al  presente  está  en  la 
dicha  ciudad  de  lo  cual  sabe  este  testigo  que  el  dieho  alférez 
está  muy  sentido  y  con  alta  pena,  y  esto  es  lo  que  sabe  y  la 
verdad,  leídole  su  dicho  en  él  se  afirmó  y  lo  firmó. — D.  Juan 


Sanes  de  Cillero. 


Ante  mi,  Fedro  de  JErdocain,  escribano. 


TESTIGO  TEEOEEO. 

En  la  dicha  ciudad  de  Pamplona,  á  tres  diasdel  sobredicho 
mes  y  año,  yo  el  dicho  escribano  en  virtud  de  la  dicha  comi- 
sión, recibí  juramento  en  la  dicha  forma  de  Juan  de  Arriaga, 
soldado  de  la  cindadela  de  esta  ciudad  testigo  de  información, 
presentada  por  el  presentante,  para  en  prueba  de  la  causa  su- 
sodicha de  edad  que  dijo  ser  de  treinta  y  seis  años  poco  mas  ó 
menos,  conoce  al  dicho  presentante,  no  es  deudo  de  él  ni  tam- 
poco le  empecen  las  demás  generales  de  la  ley.  Preguntado 
por  la  dicha  i)eticion,  dijo:  que  ha  que  conoce  este  testigo  al 
presentante  de  mas  de  diez  y  seis  años  á  esta  parte,  y  asi  sabe 
como  persona  que  sirve  á  S.  M.  en  este  presidio  de  ISTavarra, 
que  á  los  últimos  de  Enero  último  pasado  de  este  presente 
año,  partió  de  esta  ciudad  para  la  de  Eoma,  el  dicho  alférez 
D.  Antonio  de  Erauso  á  negocios  forzosos  que  allí  tenia,  y  al- 
gunos de  ellos  se  los  tenia  comunicados,  y  este  testigo  le  vio 
partir  de  la  dicha  ciudad  en  comi)añía  de  D.  Juan  Sanes  de 
Cillero,  Presbítero,  y  Pedro  del  Eio,  y  sabe  que  habiendo  lle- 
gado muy  dentro  de  Francia  le  maltrataron  algunos  franceses 
dándole  muchos  golpes  en  su  persona,  quitándole  los  papeles 
que  llevaba  y  mas  de  doscientos  doblones  en  oro,  y  esto  lo  sa- 
be i3or  haberlo  oido  decir  á  personas  muy  fidedignas  de  mu- 
cha fé  y  crédito,  y  que  forzado  de  los  malos  tratos  que  le  ha- 


—272— 
cisn  y  no  le  daban  lugar  para  pasar  y  conseguir  su  jornada, 
volvió  desde  Francia  á  la  dicha  ciudad  de  Pamplona  y  hasta 
que  entró  en  el  dicho  reino  de  Navarra  siempre  lo  trataron 
muy  mal,  diciéndole  que  era  espía  del  rey  N.  S.,  le  tuvieron 
preso  y  le  molestaron  mucho,  y  que  habiéndole  reconocido  los 
dichos  papeles,  como  no  le  hallaron  cosa  de  consideración,  le 
soltaron,  con  que  como  dicho  hubo  de  volverse  atrás:  esto  es 
lo  que  sabe  y  la  verdad,  leídole  su  dicho  en  él  se  afirmó,  y  üv- 
mó.—Juan  de  Arriaga. 

Ante  mi,  Pedro  de  JSrdocain,  escribano. 


TESTIGO  OUAETO. 

En  la  dicha  ciudad  de  Pamplona  á  nueve  dias  del  mes  de 
Julio  del  año  susodicho,  yo  el  dicho  escribano  en  virtud  de  la 
dicha  comisión,  y  para  en  prueba  de  lo  contenido  en  la  dicha 
petición,  recibí  juramento  en  forma  de  derecho  de  Martm  Em- 
bica, criado  de  la  baronesa  de  Beonlegui,  residente  en  la  dicha 
ciudad,  de  edad  que  dijo  ser  de  veinte  años,  poco  mas  ó  menos, 
conoce  á  el  presentante,  no  es  deudo  de  él  ni  tampoco  le  em- 
pecen las  demás  generales  de  la  ley.  Preguntado  por  la 
dicha  petición,  dijo:  que  lo  que  sabe  cerca  de  ello  es  que  este 
testigo  le  ha  oido  decir  á  el  dicho  presentante  muchas  veces 
que  tenia  necesidad  de  hacer  una  jornada  á  Eoma,  y  que  en 
orden  á  esto  partió  de  esta  ciudad,  á  lo  que  parece,  á  los  últi- 
mos de  Enero  ó  principios  de  Febrero  último  pasado  dé  este 
presente  año,  y  que  después  que  asi  partió,  al  cabo  de  un  mes 
poco  mas  ó  menos,  volvió  á  esta  ciudad:  y  preguntándole  que 
en  tan  presto  habia  acabado  su  jornada  de  Eoma,  le  respondió, 
que  habia  vuelto  del  camino  á  causa  de  que  habiendo  llegado 
en  el  Piamonté,  pasado  León  de  Francia,  marchando  para  su 
jornada  se  topó  con  gente  de  á  caballo,  y  le  hablan  prendido 
tratándole  que  iba  por  espía  del  rey  IST.  S,  y  que  le  tuvieron 
preso  con  mucho  rigor  con  grillos  y  cadena  algunos  dias  y  le 
hablan  quitado  todo  lo  que  llevaba,  asi  de  dinero  como  de  pa- 
peles y  otros  recados  que  tenia,  tratándole  siempre  de  espía,  y 
que  su  rey  era  un  mal  hombre,  y  volviendo  él  por  S.  M.  como 
tenia  obligación,  que  uno  de  los  dichos  franceses  le  habia  da- 
do una  gran  bofetada,  y  á  un  criado  que  llevaba,  llamado  Pe- 
dro del  Eio,  le  quemaron  la  garganta  con  un  tizón  de  fuego 
que  le  dieron,  y  que  forzado  y  oprimido  de  las  muchas  veja- 
ciones y  malos  tratos  que  le  hacian  volvió  á  esta  dicha  ciudad 
de  Pamplona  donde  al  presente  está,  y  lo  mismo  he  oido  á  decir 


—273— 

á  algunos  franceses;  y  que  esta  es  la  verdad  y  lo  que  sabe  por  el 
juramento  que  ha  hecho,  leídole  este  su  dicho  en   él  se  afirmó, 
ratificó  y  firmó  con  mí  el  dicho  escribano: — Martin  Embica. 
Ante  mí,  Pedro  de  Erdocain^  Escribano. 


TESTIGO  QUINTO. 

En  la  dicha  ciudad  de  Pamplona,  á  diez  y  nueve  dias  del 
sobre  dicho  mes  y  año,  yo  el  escribano  en  virtud  de  la  dicha 
comisión,  recibí  juramento  en  forma  de  derecho  de  Juan  Pé- 
rez de  Liquendi,  vecino  de  esta  ciudad,  testigo  de  la  informa- 
ción presentado  por  el  dicho  presentante  para  en  prueba  de 
lo  contenido  en  su  petición,  de  edad  que  dijo  ser  de  treinta  y 
cuatro  años,  poco  mas  ó  menos,  conoce  á  el  dicho  presentan- 
te, no  es  deudo  de  ól  ni  tampoco  le  empecen  las  demás  gene- 
rales de  la  ley.  Habiendo  sido  preguntado  por  la  dicha  peti- 
ción, dijo:  que  lo  que  en  razón  de  él  sabe  es  que  éste  testigo 
iba  en  compañía  de  un  amigo  natural  de  Bilbao,  á  ganar  el  ju- 
bileo del  año  santo  á  üoma,  en  hábito  de  peregrino,  en  rome- 
ría por  Francia  á  los  principios  de  la  cuaresma  última  pasada, 
y  toparon  otro  peregrino  catalán,  entre  Tolosa  de  Francia  y 
Carcasona,  á  que  también  iba  el  mismo  camino  de  Roma,  y  así 
hicieron  camarada  entre  los  tres  prosiguiendo  su  viage  les  al- 
canzó el  dicho  D.  Antonio  de  Erauso,  presentante  que  iba  á 
caballo  con  un  criado;  en  la  misma  entrada  de  León  de  Fran- 
cia, y  pasado  adelante  junto  á  la  ciudad  de  Piu  de  Francia  (1) 
en  un  campo  raso  donde  andaba  una  gran  división  de  gente  á 
caballo  y  á  pié,  los  prendieron  asi  este  testigo  como  sus  com- 
pañeros, y  á  el  dicho  alférez  presentante  con  su  criado,  y  á 
todos  los  reconocieron  hasta  quitarles  los  vestidos  y  hábitos 
que  llevaban;  y  como  no  les  hubiesen  hallado  nada  á  este  tes- 
tigo y  á  sus  comi)añeros  les  dejaron  sueltos,  y  á  el  alférez  le 
quitaron  todo  el  dinero  que  llevaba;  habiéndole  desnudado,  y 
también  le  quitaron  todos  los  papeles  que  llevaba  y  le  metie- 
ron preso  en  la  misma  ciudad,  y  le  tuvieron  quince  dias  con 
lina  cadena,  diciéndole  que  era  espía  del  rey  K.  S.  Don  Feli- 
pe, y  le  maltrataron  de  palabras  como  de  obras  poniendo  ma- 
nos en  él,  y  fisgándose  ele  él  con  mucha  risa,  que  si  iba  como 
espía  á  reconocer  aquellas  tierras,  por  manera  que  este  testi- 


(1)  Sin  duda  está,  equivocado  el  nombre  de  esta  ciudad,  que  debe  ser  La 
Tour  clu  Fin,  siete  y  cuatro  postas  distante  de  León  en  el  camino  de  Cham- 
berí. 

ToM.  vil  Literatura — 35 


—274— 
go  anduvo  á  una  con  sus  compañeros  en  la  misma  ciudad 
buscando  salida  en  cosa  de  doce  dias  poco  mas  ó  menos,  y  co- 
mo no  le  quisieron  dejar  pasar  adelante  á  proseguir  su  jorna- 
da, volvieron  atrás,  dejando  á  el  alférez  preso;  y  fueron  á  el 
camino  de  ííuestra  Señora  de  Monserrate,  y  visitando  aquella 
santa  casa  volvieron  cada  uno  á  sus  casas:  y  sabe  este  testigo 
que  los  dineros  que  le  quitaron  los  franceses,  según  los  vio, 
era  cosa  de  doscientos  doblones,  sin  dejarle  cosa  ninguna,  di- 
ciendo muchos  males  del  rey  IsT.  S.;  y  esto  es  lo  que  sabe,  y  pa- 
só en  presencia  de  este  testigo  y  los  demás  sus  compañeros,  y 
la  verdad  por  el  juramento  que  ha  hecho,  leídole  este  su  dicho 
en  él  se  afirmó,  ratificó  y  firmó  á  una  con  mí  el  dicho  escriba- 
no.— Juan  Peres  de  Liquendi. 

Ante  mí,  Pedro  de  JErdocaw,  escribano. 


TESTIGO  SEXTO. 

En  la  dicha  ciudad  de  Pamplona,  á  veinte  y  cuatro  dias  del 
sobredicho  mes  y  año,  yo  el  dicho  escribano,  en  virtud  de  la 
dicha  comisión,  y  para  la  causa  susodicha,  recibí  juramento 
en  forma  de  derecho  de  Juan  de  Echavarría,  natural  que  dijo 
ser  del  lugar  de  Abadío,  de  la  provincia  de  Vizcaya,  testigo 
presentado  por  el  dicho  alférez  presentante,  de  edad  que  dijo 
ser  de  veintiocho  años  p'oco  masó  menos,  y  conoce  á  el  pre- 
sentante, no  es  deudo  de  él,  ni  le  empeceu  las  demás  pregun- 
tas generales  de  la  ley.  Preguntado  por  la  dicha  petición;  di- 
jo: que  lo  que  puede  decir  cerca  de  ello  es  que.  como  tiene  di- 
cho en  las  generales,  conoce  á  el  dicho  presentante  desde  los 
principios  de  la  cuaresma  última  x)asada  de  este  año  á  esta 
parte,  por  haberse  encontrado  con  él  en  la  ciudad  de  León  de 
Francia,  que  entraba  en  ella  con  un  criado,  y  este  testigo  iba 
con  otros  dos  compañeros  en  romería  jiara  Roma,  con  inten- 
tos de  ganar  el  santo  jubileo:  que  el  uno  era  de  esta  dicha  ciu- 
dad, llamado  Juan  Pérez,  y  el  otro  un  catalán  llamado  Miguel, 
que  éntrelos  tres  hicieron  compañía  de  que  irian  juntos  hasta 
Eoma,  y  después  que  hicieron  una  noche  en  la  dicha  ciudad 
de  León,  el  otro  dia  pasaron  adelante  prosiguiendo  su  jornada, 
y  caminando  para  la  ciudad  de  Piu,  en  un  campo  raso  que 
hay,  encontraron  una  gente  de  á  caballo  que  marchaba  por  el 
mismo  camino  que  este  testigo  y  sus  compañeros  iban,  y  al- 
gunos de  ellos  se  pararon  por  ver  que  gente  era  y  los  prendie- 
ron asi  á  este  testigo  como  á  sus  compañeros,  y  al  dicho  alfé- 
rez con  su  criado,  y  les  hicieron  muchas  vejaciones  tratándo- 
les mal  de  palabras,  y  en  particular  á  el  alférez  que  le  quita- 


—275— 
ron  todo  lo  que  tenia,  reconociendo  su  persona  hasta  hacerle 
desnudar  de  manera  que  le  quitaron  muchos  doblones  que  lle- 
vaba consigo  y  papeles  de  consideración,  segnn  decia  el  alfé- 
rez, por  cuanto  iba  á  la  ciudad  de  Roma  á  negocios  que  le  im- 
I)ortaban,  y  áfin  los  dejaron  sueltos  á  este  testigo  y  á  sus  com- 
pañeros, por  ver  que  no  llevaban  nada,  y  prendieron  á  el  al- 
férez y  lo  llevaron  i)reso  á  la  cárcel  con  cadenas,  diciéndole 
que  era  espía  del  rey  N.  S.,  y  que  como  á  tal  iba  á  ver  lo  que 
por  allá  pasaba  por  manera  que  en  esta  irrisión  estuvo  mas  de 
doce  dias,  durante  los  cuales  yendo  á  verle  este  testigo  y  sus 
compañeros  sabe  que  un  dia  un  francés  de  aquellos  diciendo 
que  era  espía  y  mal  hombre  le  dio  un  gran  bofetón  en  la  cara 
con  que  le  derribó  en  tierra,  volviendo  por  su  rey,  como  es  de 
obligación,  y  al  fin  como  tardaba  su  prisión  quisieron  pasar 
adelante  prosiguiendo  su  jornada  este  testigo  y  sus  compañe- 
ros, no  le  quisieron  dar  lugar  de  ninguna  manera,  y  asi  dejan- 
do á  él  preso  volvieron  atrás  y  tomaron  el  camino  de  Nuestra 
Señora  de  Monserrate,  y  con  esto  volvieron  y  fueron  cada  uno 
para  su  casa,  y  esto  es  lo  que  sabe  y  la  verdad,  leídole  este  su 
dicho  en  él  se  afirmó,  ratificó  y  firmó  con  mí  el  dicho  escriba- 
no:— Juan  de  Ecliavarria. 

Ante  mí,  Pedro  de  JErdocain,  escribano. 


CERTIFICACIÓN  DE  DON  JUAN  RECIO  DE  LEÓN. 

D.  Juan  Recio  de  León,  maestre  de  campo  y  teniente  de  go- 
bernador, capitán  general  y  justicia  mayor  de  las  provincias 
de  Tipoan  y  Chunchos  del  reino  de  Paitit  y  Dorado,  descubri- 
dor y  poblador  de  ellas,  que  son  las  Indias  del  Pirú  y  capiran 
de  infantería  española  que  he  sido  en  diferentes  provincias  del 
Pirú  por  S.  M.,  etc.  etc. 

Certifico  que  el  año  de  mil  seiscientos  veinte,  estando  en  los 
reinos  de  las  Indias  del  Pirú  en  Nuestra  Señora  de  Copacaba- 
na  y  las  provincias  circunvecinas  de  Chucuitos,  Macuyo  y 
otras,  con  cuatro  capitanes  agregando  y  conduciendo  gente 
para  la  entrada  y  población  de  ellas,  llegó  á  mí  el  alférez  Don 
Alonso  Diaz  Ramírez  de  Guzraan  deseoso  de  continuar  sus  ser- 
vicios pidiéndome  le  admitiese  en  mi  compañía,  y  por  ser  jus- 
ta su  proposición  le  asenté  plaza  en  ella,  y  en  el  tiempo  que  el 
príncipe  de  Esquilache,  conde  de  Mayalde,  virey  y  capitán  ge- 
neral de  los  dichos  reinos  de  Indias  del  Pirú,  me  envió  con  el 
situado  y  con  otras  comisiones  secretas  del  servicio  de  S.  M.  al 
reino  de  Chile,  le  conocí  al  dicho  alférez  en  las  guerras  de  Chi- 
le, haciendo  su  deber,  como  el  mas  valeroso  y  honrado  sóida- 


—276— 
do,  resistiendo  á  las  incomodidades  de  la  milicia  como  el  mas 
fuerte  varón,  y  con  estar  en  compañía  del  alférez  D.  Miguel 
de  Erauso,  su  hermano,  no  se  descubrió  con  él,  que  fué  otro 
acto  de  fortaleza  de  los  que  ha  usado  hacer  en  su  vida  prodi- 
giosa, y  el  dicho  año  de  mil  seiscientos  veinte,  luego  que  asen- 
tó plaza  en  mi  compañía  en  las  dichas  provincias  del  Pirú,  co- 
inociendo  su  industria  le  ocupó  en  la  conducción  de  juntar  gen- 
te de  servicio  para  la  dicha  población,  y  asi  mismo  acudió  á 
hacer  despachar  ganados  de  carga  con  bastimentos  de  comi- 
da para  la  gente  y  municiones,  herramientas  y  otros  pertre- 
chos para  la  facción  y  efecto  que  allí  era  menester,  en  lo  cual 
y  en  todo  lo  demás  acudió  como  soldado  honrado  á  mi  satis- 
facción; y  asi  habiendo  necesitado  de  enviar  persona  de  cuida- 
do á  Huancavelica  con  orden  mía  el  capitán  D.  Francisco  Ye- 
lez  de  Guevara  para  que  al  instante  marchase  con  su  compa- 
ñía á  las  dichas  provincias,  y  le  despaché  al  dicho  alférez  Don 
Alonso  Diaz  por  ser  uno  de  los  mas  confidentes  de  mi  compa- 
ñía, dándole  asi  bien  orden  de  que  acudiese  á  Otras  cosas  ne- 
cesarias al  servicio  de  S.  M.  que  conven  i  a  hacer  en  la  ciudad 
del  Cuzco,  y  habiendo  cumplido  con  todo  lo  que  se  le  ordenó 
á  mi  voluntad;  después  tuve  noticia  que  se  quedó  en  la  ciu- 
dad de  Huamanga,  donde  que  por  causas  que  á  ello  le  movie- 
ron descubrió  ser  mujer  al  obispo  de  la  dicha  ciudad  de  Hua- 
manga, y  que  se  llamaba  Da.  Oatalina  de  Erauso,  cosa  que 
hasta  entonces  jamás  á  mi  noticia  habla  venido,  de  que  en  mí 
y  en  todo  el  reino  causó  extraña  admiración,  particularmente 
por  haberle  visto  acudir  con  esfuerzo  varonil  á  todas  las  co- 
sas que  se  le  encargaban  en  la  milicia,  sufriendo  las  necesida- 
des de  ella,  y  haberle  conocido  con  mucha  virtud  y  limljieza, 
sin  haber  entendido  cosa  en  contrario;  por  todo  lo  cual  es  me- 
recedora que  S.  M.  le  haga  merced,  y  para  que  de  ello  conste, 
de  pedimento  de  la  dicha  Da.  Oatalina  de  Erauso,  que  al  pre- 
sente está  en  esta  Oórte,  di  la  presente  firmada  de  mi  mano, 
y  sellada  con  el  sello  de  mis  armas,  fecha  en  Madrid  á  cinco 
de  Setiembre  de  mil  seiscientos  veinticinco.  (1) 

Juan  Becio  de  León. 

Fué  ratificado  en  la  anterior  certificación  Madrid,  á  veinti- 
cinco de  Octubre  de  mil  seiscientos  veinticinco. 

Lo  relacionado  es  cierto,  y  lo  inserto  corresponde  con  los  do- 
cumentos referidos  á  que  me  remito,  y  para  que  conste  doy  es- 
ta á  virtud  de  real  orden. —José  íZe  la  Higuera  y  Lar  a. 


(])  Por  tenor  de  esta  certificación  se  descubre  que  no  fué  por  el  motivo 
que  «e  indicó  en  la  nota  de  la  página  104,  el  liab«;r  ido  de  Huancavelica  an- 
tes que  á  Huamanga,  sino  por  comisión  del  real  servicio,  de  la  que  la  Mon- 
ja Alférez  no  liace  mension  en  su  relación,  en  la  cual  omite  muchas  otras 
que  no  juzgó  dignas  del  conocimiento  de  sus  lectores. 


—277— 

En  el  manuscrito  titulado  Compendio  Histórico  de  la  pro- 
vincia de  Guipúzcoa,  escrito  en  el  año  de  1625  por  el  Doctor 
D.  López  Isasti,  clérigo  beneficiado  del  pueblo  de  Lezo,  en  el 
se  señalan  las  casas  ilustres  y  solariegas  de  aquel  país,  y  las 
personas  que  se  han  señalado  en  todas  carreras  de  letras,  ar- 
mas, navegación,  etc.  etc.,  en  la  lista  de  los  alférez,  se  lee  lo 
que  sigue: 

"Don  Alonso  Diaz  Eamirez  de  Guzmau  y  Erauso,  natural 
"  de  San  Sebastian,  alférez  en  el  ejército  del  maestre  de  cam- 
"  po  D.  Diego  Flores  de  León,  en  el  ejército  del  reino  de  Ohi- 
"  le,  á  diez  y  oclio  años  (I)  que  entró  por  soldado  en  la  cora- 
"  pañia  del  maestre  de  campo  D.  Diego  Bravo  de  Sarabia,  á 
"  donde  sirvió  á  S.  M.  algún  tiempo.  Pasó  después  en  la  com- 
"  pañia  del  capitán  D.  Gonzalo  Rodríguez,  en  el  reino  de  Ohi- 
"  le,  y  por  sus  honrados  y  aventajados  servicios,  fué  uombra- 
"  do  alférez  de  aquella  compañía,  y  habiéndose  reformado  la 
"  compañía  pasó  a  la  del  capitán  D.  Guillen  de  Oasanova,  cas- 
"  tellano  del  castillo  de  Arauco,  y  de  los  entresacados  di?  ella 
"  para  salir  á  campear  fué  uno  de  los  buenos  soldados,  y  le 
"  dejó  el  gobernador  entre  los  demás  que  quedaron  en  el  cas- 
"  tillo  de  Paicabí  con  el  maestre  de  campo  D.  Alvaro  Kuñez 
"  de  Pineda,  de  donde  le  hicieron  al  enemigo  salidas,  en  que 
"  recibió  mucho  daño,  y  el  gobernador  D.  Alonso  de  Eivera, 
"  que  succedió  en  aquel  reino,  visto  lo  bien  que  habia  servido 
"  á  S.  M.  mas  de  trece  años  continuos  eu  aquellos  ejércitos,  y 
"  se  habia  señalado  su  valor,  le  dio  licencia  para  venir  á  los 
"  reinos  del  Perú,  y  se  halló  en  la  batalla  de  Puren;  de  donde 
/  salió  mal  herida,  y  el  añ»  de  1625  llegó  á  la  Corte  de  Ma- 
"  drid,  sacó  las  certificaciones  de  sus  servicios  de  D.  Luis  de 
"  Céspedes  Xería,  gobernador  del  Paraguay  y  de  otros." 


Relación  de  algunos  documentos  relativos  á  solicitu- 
des HECHAS  AL  REY  POR  EL  ALMIRANTE  DON  TOMAS  DB 
LARRASPURU,  Y  DE  UNA  CARTA  SUYA  ESCRITA  EN  ALTA  MAR 
EN  11  DE  OCTUBRE  DE  1624,  VINIENDO  CON  LA  FLOTA  DESDE 
CARTAGENA  DE  INDIAS. 

El  almirante  D.  Tomás  de  Larraspuru,  con  fecha  en  Madrid, 
á  JO  de  Febrero  de  1015,  dirigió  un  memorial  al  rey  sobre  las 
discordias  que  habia  entre  los  generales   de  barlovento  y  flo~ 


( I )  Se  vé  claramente  que  el  historiador  Isasti  tuvo  presente  para  formar 
esta  relación,  el  memorial  que  Da.  Catalina  presentó  á  el  rey  D.  Feliije  IV 
en  Madrid,  en  el  año  J625,  ó  alguna  de  las  certiñcaciones  que  se  mencio- 
nan en  él. 


—278—  . 
tas,  lio  queriendo  reconocer  á  la  Almiranta  de  la  guarda  de 
líis  Indias  en  ausencia  de  su  capitán,  arbolando  cada  uno  de 
ellos  y  aun  sus  almirantes  el  estandarte  en  concurrencia  de  la 
dicha  Almiranta  de  la  armada  de  la  guarda  de  las  Indias,  pi- 
diendo á  S.  M,  se  dignase  declarar  sus  preeminencias,  asi  co- 
mo por  su  real  provisión  de  23  de  Octubre  de  1608,  lo  hizo  por 
lo  respectivo  á  la  Capitana  real  de  la  armada  del  mar  océano 
y  su  Almiranta,  etc.  etc. 

Memorial  qi^e  dio  al  rey  en  la  junta  de  guerra,  en  Madrid, 
á  26  de  Enero  de  1607,  el  capitán  D.  Tomás  de  Larraspuru  di- 
ciendo que  servia  nueve  años  hacia  de  soldado,  cabo  de  escua- 
dra, sargento,  alférez  y  cabo  de  la  gente  de  mar  y  guerra   de 
un  patax  de  la  armada,  y  capitán  de  infantería,  y  en  particu- 
lar el  año  de  1603,  siendo  sargento  reformado  con  seis  escudos 
de  ventaja,  fué  embarcado  en  el  navio  "Delíiu    de   Escosia," 
uno  de  los  de  la  armada  del  cai'go   de  D.  Luis  de  Silva,  y  pe- 
leando el  6  (le  Mayo  con  6  navios  ingleses  y  holandeses,  el  di- 
cho'uavío  abordó  con  la  Oax)itana  inglesa  y  la  rindió,  y  él  sa- 
lió herido  de  un  balazo  (pie  le  pasó  la  pierna   derecha  de  que 
padeció  muchos  meses.  Al  principio  de  1606,  estando  en   Ja- 
maica sirviendo  de  Alférez,  habiendo  llegado  allí  después  de 
la  torinenta  de  6  de  ííoviembre,  se  le  ordenó  que  haciendo  de- 
jación de  la  bandera  fuera,  como  fué,  por  cabo  de  la  gente  de 
mar  y  guerra  del  patax  ííUestra  Señora  de  la  Esperanza,  á  re- 
conocer los  bajos  de  la  Serrana,  Serranilla  y  Vívoras   donde 
habia  sido  la  tormenta,  para  que  si  alguno  de  los  galeones  que 
faltaban  estuviera  varado,  sacara  de  ellos  la  plata  y  oro,  y  lo 
llevara  á  la  Habana:  en  cuya  comisión  pasé  muchos  trabajos 
y  en  lo  mas  recio  del  invierno.  Desde  la  Habana  el   general 
D.  Francisco  del  Corral  lo  envió  dos  veces  con  su  patax  al  Ca- 
bo de  San  Antón  á  reconocer  aquella  costa,  y  ver  si  en   ella 
habia  enemigos.  Y  habiendo  salido  dicho  general  á  perseguir- 
los el  tres  de  Julio,  solo  él  alcanzó   con  su  patax  á  una   arca 
holandesa  que  la  batió,  la  desaparejó  y  muerta  mucha   gente 
la  dejó  sin  poderla  seguir  por  sobrevenir   la  noche,  desembo- 
cando el  canal  de  Bahama.  Trasbordó  después  de  capitán  de 
infantería  á  la  Capitana  para  disciplinar  la  gente,  y  que  supie- 
se defenderlos  caudales  reales  que  vinieron  el   año  anterior; 
solicitaba  se  le  hiciese  merced  de  una  compañía  para  la  arma- 
da de  la  guarda  de  las  Indias. 


—279- 


CaKTA  DEL  GENERAL  DON  TOMAS  DE  LAllRASPURU,  ESCRITA 
AL  REY  CON  FECHA  EN  SU  CAinTANA,  A  11  DE  OCTUBRE  DE 
1G24,  EN  ALTA  MAR,  TREINTA  LEGUAS  DISTANTE  DEL  CABO 
DE  SAN  VICENTE,  EN  QUE  DA  NOTICIA  MUY  CIRCUNSTANCIA- 
DA DEL  SUCESO  DE  SU  VIAJE,  CON  DOCE  GALEONES,  DOS  PA- 
TACHES DE  GUERRA  Y  DIEZ  Y  SEIS  BAJELES  MERCANTES  QUE 
TRATA  A  SU  CARGO;  Y  LO  QUE  EJECUTÓ  DESDE  SU  LLEGADA 
A  CARTAGENA  DE  INDIAS,  ASÍ  EN  EL  APRESTO  DE  DICHA 
ARMADA  COMO  EN  VARIAS  EACCIÓNES  DE  CORSARIOS,  ETC., 
QUE  SE  OFRECIERON  EN   A(¿UELLAS  PARTES.  (1) 

Importaba  el  tesoro  qne  traia,  12.831,501  pesos  poco  mas  ó 
meuos:  esperaba  asegurarle  presto  en  San  Lucar,  y  anticipa- 
ba á  S.  M.  este  aviso.  Quéjase  de  los  pocos  i)ertrechos  y  muni- 
cion(?s  que  traían  los  buques,  con  solo  mil  trescientos  cuaren- 
ta y  un  soldado  deinfanteria,  y  el  de  la  gente  de  mar,  inclusos 
los  artilleros,  mil  trescientos  cuarenta  y  tres. 

Se  aprestó  la  armada  en  Cartagena  de  Indias,  se  determinó 
ir  á  Portobelo  para  fin  de  Mayo,  pero  no  pudo  verificarse  has- 
ta el  15  de  Junio.  El  gobernador  de  Jamaica  le  avisó  haberse 
visto  cuatro  filibotes  y  tres  lanchas  enemigas.  Destacó  á  per- 
seguirlos cuatro  galeones  y  un  patache  á  cargo  del  almirante 
D.  Bernardino  de  Lugo,  para  que  Ínterin  Larraspuru  daba  la 
vuelta  á  la  Habana  con  el  tesoro,  buscase  á  los  enemigos,  y 
aunque  los  encontró  se  le  escaparon  por  su  ligereza.  Eeco- 
mienda  á  S.  M.  la  construcción  de  navios  ligeios.  Hubo  chis- 
mes de  que  los  galeones  no  estaban  en  buen  estado  cuando 
salieron  de  España;  y  el  general  Larraspuru  satisface  á  esto, 
exponiendo  además  las  precauciones  que  había  tomado  para 
que  estuviese  en  buen  estado  á  la  vuelta.  La  feria  de  Portobe- 
lo fué  la  i>eor  que  se  había  visto  por  tanta  abundancia  de  ro- 
pa que  ni  con  pérdida  de  las  costas  habia  quien  la  quisiera  i)or 
lo  que  los  cargadores  mas  gruesos  del  comercio  de  Sevilla  se 
quedaban  allí  para  ir  al  Perú.  Salió  de  Portobelo  á  9  de  Julio, 
llegó  á  Cartagena  el  19,  salió  para  la  Habana  el  24:  y  entró 
en  ella  el  9  de  Agosto.  Estando  para  salir  para  España  reci- 
bió avisos  de  la  pérdida  de  la  Almiranta  y  galeón  "Espíritu 
Santo;"  y  órdenes  del  rey  para  repartir  el  tesoro  en  cuatro  de 
los  buques  que  traía.  Hizo  junta  y  el  18  salió  con  30  y  dos  ve- 


(1)  Esta  carta  la  escribió  el  general  Larraspui'u  en  el  patache  '^San  Tel- 
mo,"  su  capitán  D.  Andrés  de  Otón,  que  venia  de  aviso,  y  llegó  á  Cádiz  en 
1?  de  Noviembre  de  1024,  en  cuyo  buque  venia  embarcada  Da.  Catalina  de 
Erauso. 


—280— 
las,  desembocó  el  canal,  y  una  fragata  se  separó  i)ara  Araya  y 
otra  para  Maracaibo,  el  9  de  Setiembre. 

Doce  navios  enemigos  parecieron  en  la  mar  del  surá  siete 
leguas  de  Lima,  y  luego  sobre  el  Callao,  tres  dias  después  de 
haber  partido  de  allí  la  armada  con  el  tesoro.  Avisó  el  virey 
que  no  babia  recibido  los  despachos  reales,  pero  sí  los  oficios 
de  Larraspuru  á  cuya  actividad  se  debió  el  salvamento  de  es- 
te tesoro.  Eeceló  el  presidente  de  Panamá  que  el  enemigo  ata- 
case aquel  puerto,  y  Larraspuru  le  envió  tropas  y  auxilios  pa- 
ra la  defensa.  Con  esta  seguridad  determinó  su  vuelta;  supo 
de  la  costa  del  Brasil  que  los  enemigos  se  hablan  apoderado  de 
la  ciudad  y  puerto  del  Espíritu  Santo,  y  que  meditaban  pasar 
á  Cartagena  y  esperar  la  plata.  Auxilió  también  á  Portobelo 
con  gente  y  municiones,  como  en  Araya,  Puerto-Rico,  Carta- 
gena y  Panamá;  y  pide  al  lej  le  mande  dar  luego  cuenta  de 
estos  auxilios  y  socorros,  que  los  dio  también  en  dinero.  Mien- 
tras estuvo  en  Cartagena  no  se  le  socorrió,  y  tuvo  que  buscar 
dinero  á  su  crédito  i)ara  mantener  la  gente.  Quejase  de  lia,  fal- 
ta que  allí  habia  de  pertrechos  y  municiones:  délas  pocas  per- 
las que  recogió;  de  los  muchos  enemigos  que  habia,  y  necesi- 
dad de  asegurar  las  notas  sucesivas:  que  el  oro  de  Quito  quedó 
en  Guayaquil;  recomienda  á  los  que  trabajaron  en  el  apresto 
de  la  armada:  dice  que  fabricó  en  la  Habana  con  licencia  de 
S.  M.  la  Capitana  que  traia,  que  era  fuerte  y  buena^  y  que  le 
tenia  empeñado  su  valor  que  era  mas  de  cuarenta  y  cinco  mil 
ducados:  hace  memoria  de  varios  sugetos  que  le  ayudaron: 
que  traia  su  salud  quebrantada  y  con  necesidad  de  repararla 
en  tierra;  y  i^ide  una  de  las  presidencias  de  Indias  y  una  en- 
comienda de  su  orden.  Sigue  una  razón  de  la  plata,  oro,  rea- 
les y  frutos  que  traia  de  S.  M.  particulares  de  ISTueva  España 
y  Tierra  Firme,  é  importaba  doce  millones  ochocientos  trein- 
ta y  un  mil  quinientos  y  un  peso  de  á  ocho  reales. 


-281- 


Relación  del  suceso  de  don  jüan  de  bena vides,  genebal 

DE  LA  flota  de  NUEVA  ESPAÑA,  DE  QUE  SE  APODERARON 
LOS  HOLANDESES  EN  EL  PUERTO  DE  MATANZAS,  EL  8  DE  SE- 
TIEMBRE DE  1628,  T  DE  SU  PRISIÓN  Y  MUERTE  EN  SEVILLA, 
QUE  SE  EJECUTÓ  EL  JUEVES  18  DE  MAYO  DE  1634.   (1) 

El  20  de  Mayo  de  1628,  salió  de  los  puertos  de  Holanda  nna 
escuadra  de  veinte  y  nueve  bajeles  de  guerra  para  las  Indias 
occidentales,  con  tres  mil  infantes,  en  busca  de  los  galeones 
de  España.  Por  allí  anduvo  cruzando  hasta  Setiembre,  y  dio 
vuc!ta,  hacia  la  Habana;  y  con  noticia  de  que  no  se  esperaba 
flota  de  Nueva  España  por  haber  enemigos,  se  retiraron  estos 
al  puerto  de  Matanzas.  Fué  tal  su  suerte  que  aquella  noche 
descubrieron  la  flota,  y  al  amanecer  se  hallaron  á  barlovento 
de  ella.  Los  buques  de  la  flota  llenos  de  pavor  vararon  desor- 
denadamente en  el  puerto  de  Matanzas  para  salvar  las  perso- 
nas; y  allí  desamparadas  las  naos,  los  Holandeses  se  aposen- 
taron de  cuanto  traían  (mas  de  tres  millones  en  plata  y  oro 
sin  las  mercaderías),  ciento  sesenta  y  cinco  piezas  de  artillería, 
cuatro  galeones  y  ocho  ó  diez  navios  mercantes:  sucedió  el  8 
de  Setiembre  de  1628. 

Vino  á  España  con  los  galeones  el  general  Benavides,  se  le 
puso  preso  en  Carmena:  se  le  formó  causa:  se  le  sentenció  á 
pena  capital,  y  se  ejecutó  en  la  plaza  de  San  Francisco  de  Se- 
villa, el  dia  18de  Mayo  de  1634. 


(1 )  Aunque  el  extracto  de  est«  documento  no  tiene  relación  directa  con 
la  historia  de  Da.  Catalina  de  Erauso,  como  la  flota  en  que  vino  con  el  ge- 
neral Larraspurn,  dependía  de  la  flota  de  Nueva  España  del  mando  del  ge- 
neral D.  Juan  de  Benavides,  se  ha  puesto  por  esta  razón  eu  el  apéndice: 
así  como  por  dar  noticia  de  paso  del  desastre  que  le  ocasionó  al  menciona- 
do general  la  pérdida  de  su  cabeza  en  un  patíbulo. 


ToM.  VII.  Literatura — 36 


RELACIONES 


DS 


ALGUNOS  AUTOS  DE  FE 


CELEBRADOS  POR 


LA  INQUISICIÓN  DE  LIMA. 


G^S^^^^^ 


Tan  curiosos  son  los  datos  que  encierran  las  pocas  Relaciones 
de  los  Autos  de  Fé  impresas  en  Lima,  que  atendiendo  á  que  hoy 
esas  publicaciones  son  una  rareza  hiMiogrdfica,  no  he  vacilado  en 
reimprimirlas.  El  proceso  de  Angela  Carranza,  sobre  todo,  dá 
una  completa  idea  del  fanatismo  que  dominaba  en  nuestras  clases 
sociales.   La  lectura  de  este  proceso  es  una  útilísima  enseñanza. 

.M.  de  O. 
Lima,  Octubre  15  ds  1875. 


Eelacion  sumaria  de  la  causa  de  Angela  Carran- 
za y  demás  reos,  que  salieron  en  el  Auto  de  la 
Fé  celebrado  en  la  ciudad  de  Lima,  Corte  del 
Perú,  a  20  de  Diciembre  de  1694,  cuya  rela- 
ción la  escribe  el  Dr.  D.  José  del  Hoyo,  Con- 
tador y  Abogado  de  presos. 


Concluidas  las  causas  de  los  reos,  y  especialmente  la  de  An- 
gela Carranza,  que  se  dilató  i)or  espacio  de  seis  años  desde  el 
dia  de  su  prisión  21  de  Diciembre  de  1688,  hasta  20  del  mismo 
mes  de  1694,  (tanto  tuvo  que  vencer  en  su  vida  y  costumbres, 
y  mas  en  sus  escritos,  en  que  ella  trabajó  y  deliró  15  años!) 
Determinó  el  señor  Inquisidor  Dr.  D.  Francisco  Valera,  solo 
en  el  Tribunal  por  falta  de  los  dos  señores  Inquisidores,  que 
hablan  pasado  á  mejor  vida,  (pie  en  público  se  celebrase  Auto 
particular  en  la  iglesia  del  Glorioso  Patriarca  Santo  Domin- 
go, capaz  como  segura,  en  que  dos  años  antes  se  celebró  Auto 
de  la  Fe,  que  se  relatará  por  apéndice  de  este.  Determinación 
de  que  dio  parte  al  Excmo.  señor  Don  Melchor  Portocarrero 
Lazo  de  la  Vega,  conde  de  la  Monclova,  virey  de  estos  reinos, 
el  cual  con  su  innata  piedad  y  celo  de  la  honra  de  Dios,  esti- 
mación y  afecto  que  ha  mostrado  siempre  al  Santo  Tribunal 
de  la  Fé,  se  ofreció  luego  á  asistir  con  toda  su  familia  á  fun- 
ción tan  sagrada.  El  mismo  ánimo  y  voluntad  mostraron  los 
señores  de  la  Eeal  Au^liencia;  y  asi  se  le  previno  á  S.  E.  un 
tablado  á  modo  de  tribuna  con  sus  celosías  en  la  capilla  de 
Nuestra  Señora  del  Rosario.  Y  en  la  inmediata  de  San  Juan 


—288— 
de  Letran  se  levantó  otro  tablado  con  sus  rejas  también  para 
los  señores  de  la  Audiencia  Eeal;  teniendo  de  frente  el  prime- 
ro otro  tercero  tablado  en  la  capilla  de  Santo  Domingo,  que 
es  al  lado  siniestro  del  crucero,  en  que  sobre  gradas  eminen 
tes,  como  en  aparador  para  ser  vistos,  se  sentaron  los  reos, 
que  salieron  de  uno  en  uno  al  medio  del  teatro  á  oir  en  eleva- 
do sitio  sus  causas  y  méritos  de  ellas,  oyéndolas  innumerable 
pueblo  en  escaños  ó  bancos  que  ocupaban  todo  el  cuerpo  ó  ca- 
ñón bien  anchuroso  de  la  iglesia,  desocupado  en  medio  un  ei- 
trecbo  espacio,  porque  de  cara  se  viesen  correr  á  un  lado,  y 
otro  las  dos  primeras  líneas  de  escaños;  la  del  lado  derecho 
para  los  ministros  asalariados  del  Santo  Tribunal,  y  consecu- 
tivamente para  los  familiares  todos  con  sus  insignias  de  há- 
bitos, y  veneras:  y  la  del  siniestro  para  los  calificadores,  y  su- 
periores de  las  sagradas  religiones,  también  con  sus  insignias. 

Dada  esta  voz,  y  prevenido  este  teatro,  se  hizo  saber  por  el 
señor  Inquisidor  á  la  primera  nobleza  de  la  ciudad,  títulos  ca- 
balleros cruzados,  y  familiares  del  Santo  Oñcio,  que  el  lunes 
20  se  sirviesen  de  asistir  á  la  procesión  de  los  reos,  á  que  con 
prontitud  y  alborozo  madrugaron  á  las  casas  de  la  santa  in- 
quisición, á  conducir  con  su  respeto  los  reos  de  la  mayor  ma- 
licia, ya  confesa  y  penitente.  Salióla  procesión  de  los  reos  de 
sus  cárceles  en  público  a  las  siete  de  la  mañana,  guarnecida 
con  las  compañías  de  soldados  para  su  defensa  y  seguridad 
entre  el  innumerable  concurso  de  ciudadanos  y  forasteros,  que 
vinieron  atraidos  de  la  curiosidad  á  ver,  y  saber  el  secreto  ya 
IDÚblico  y  tan  deseado  de  todos  en  el  éxito  de  la  principal  cau- 
sa de  este  Auto,  que  era  Angela  Carranza,  beata  de  San 
Agustin. 

Siguió  la  procesión  de  reos  el  séquito  del  Santo  Tribunal  en 
sus  ministros,  secretarios  y  familiares  que  ocuparon  muchas 
calezas,  y  la  carroza  última  el  señor  inquisidor  Dr.  D.  Francis- 
co Valera;  para  el  cual  se  previno  en  la  iglesia,  y  altar  may-or 
al  lado  del  Evangelio  docel,  silla  y  cojin  de  terciopelo  negro, 
y  pendiente  de  aquel  una  hechura  de  Cristo  crucificado,  y  de- 
lante una  mesa  con  otro  Santo  Crucifijo  de  bronce  dorado, 
tinteros  y  campanilla  de  i)lata,  y  un  cofre  guarnecido  de  la 
misma,  en  que  venían  las  causas  y  sentencias,  y  de  donde  las 
sacaba  el  señor  inquisidor  para  darlas  á  los  ministros  y  califi- 
cadores que  las  habían  de  leer,  los  cuales  se  sentaron  al  lado 
de  la  ej)ístola  con  mesa  delante,  precediéndoles  los  secretarios 
del  secreto,  para  acudir  prontos  á  las  órdenes  del  señor  Inqui- 
sidor. 

Asi  dispuesto  todo,  ocuparon  sus  tribunas  el  señor  virrey, 
la  señora  vireyna,  y  demás  señoras  principales  que  la  acompa- 
ñaron con  el  resto  de  su  familia,  como  también  la  que  se  les 


—289— 
previno  en  la  capilla  inmediata  algunos  señores  de  la  Eeal 
Audiencia.  Ocupó  su  silla  el  señor  Inquisidor,  contribuyén- 
dole todos  el  respeto,  que  su  dignidad  y  persona  merece,  que 
aunque  es  de  tanta  veneración,  temyjlada  pnipero  la  seriedad 
con  el  agrado  cortés  de  su  gran  discreción,  este  dia¡parece  que 
se  excedió  asi  mismo,  y  asi  se  llevó  los  ojos  como  los  afectos 
de  la  ciudad  toda.  Dio  principio  á  la  Misa  un  religioso  grave, 
y  maestro  por  su  religión  de  predicadores,  calificador  del  San- 
to Oficio,  habiéndose  colocado  en  medio  del  altar  la  cruz  ver- 
de, que  es  arma  y  timbre  principalísimo  del  Tribunal  de  la  Fé; 
y  es  cruz  verde  la  que  se  coloca  en  el  altar  del  teatro  este  di  a, 
porque  desde  allí  con  el  color  de  la  esperanza,  esté  alentando 
á  los  reos  para  esperar  de  la  Divina  misericordia,  que  abra- 
zándose con  la  cruz,  producirán  dignos  frutos   de  j)enitencia. 

Heclio  silencio,  subió  el  primero  al  púlpi<"0  D.  Miguel  Eo- 
man  de  Aulestia,  secretario  mas  antiguo  del  tribunal,  y  recitó 
en  voz  alta  el  juramento  del  pueblo,  que  repetían  todos,  con- 
cluyendo con  la  palabra,  Amen.  Luego  intimó  el  edicto  de  cen- 
suras, y  descomunión  fulminadas  contra  los  incendiarios  del 
tesoro,  cuarto  mas  retirado,  y  asegurado  de  las  casas  dé  la  In- 
quisición, y  contra  los  que  noticiosos  de  cualquiera  que  hubie- 
se sido  actor,  ó  cómplice,  no  lo  delatase.  Siguióse  á  lo  dicho 
subir  á  la  cátedra  á  relatar  la  causa  de  Angela  Carranza  el 
Dr.  D.  José  del  Hoyo,  secretario  del  secreto,  abogado  de  los 
l>resos,  y  contador  del  Santo  Oficio.  Y  dando  principio  por  la 
acusación,  y  demanda  del  fiscal  contra  esta  rea,  la  cual  duró 
algunas  horas,  que  continuada  con  su  confesión,  méritos  y 
deméritos  para  la  sentencia,  pasó  de  seis  horas  de  lectura;  fué 
preciso  alternarse  esta  entre  cuatro,  el  mismo  secretario,  y 
otros  calificadores  religiosos  ijor  sus  antigüedades. 

Mas  dejando  para  los  procesos  el  estilo  legal,  con  que  se  re- 
lató la  causa,  en  este  escrito  solo  se  pretende  dar  á  conocer 
en  la  sustancia  por  algunos  singulares  auténticos,  como  bien 
probados,  la  vida,  y  costumbres,  mañas  y  ardides  de  hipócrita 
embustera  contrarias  del  todo  á  la  santidad,  revelaciones  y  mi- 
lagros, que  fingía  Angela  (indigna  de  este  nombre^  y  antece- 
dentemente relatar  'con  puntualidad  y  legalidad  las  proposicio- 
nes calificadas  con  graves  censuras  teológicas,  que  tiene  escri- 
tas en  multitud  de  cuadernos,  que  se  axjrehen dieron  por  el 
Tribunal  el  mismo  dia  de  su  prisión.  Estas  irán  apuntadas  al 
margen  con  algunas  señales,  que  digan  ser  palabras  suyas,  en- 
tresacadas de  sus  papeles,  parte  escritos  de  su  letra,  y  los  mas 
dictados  por  ella  y  reconocidos  todos  por  suyos  como  también 
por  los  escribientes  á  quienes  les  dictó,  y  es  en  relación  la  cau- 
sa como  se  sigue: 

Toi^.  VII.  Literatura— 37 


—290— 

Angela  Carranza,  soltera,  natural  de  la  ciudad  de  Oórdova 
del  Tucuman,  al  presente  de  mas  de  cincuenta  años,  habien- 
do pasado  el  de  1665  á  la  ciudad  de  Liraa:  á  pocos  dias  que 
frecuentaba  los  templos  y  santos  sacramentes,  picada  de  la 
vanidad  y  arrastrada  de  la  ambición  y  codicia  de  tener,  y  ser 
estimada,  comenzó  á  publicar  tenia  revelaciones,  y  recibía  fa- 
vores del  cielo  tan  extraordinarios,  que  se  llevaba  tras  sí  la 
curiosidad  ó  simplicidad  del  vulgo  novelero,  y  aun  de  perso- 
nas de  letras  y  autoridad;  por  concebir  y  creer  era  santa,  y  fa- 
vorecida verdaderamente  de  Dios.  Asi  corrió  algunos  años 
hasta  que  el  del  1673  comenzó  á  escribir  y  dictar  los  favores  y 
revelaciones,que  decia  habia  recibido  é  iba  recibiendo  de  Dios. 
En  lo  que  asentó  la  basa  de  su  santidad  fing-iday  aparente,faé 
decir:  que  se  le  habia  revelado  que  estaba  confirmada  en  gra- 
cia y  santificada  como  San  Juan  Bautista,  y  que  asi  no  podia 
pecar;  y  que  se  hallaba  en  la  inocencia  y  candidez  de  niña  de 
tres  años;  sjendo  asi  que  algunas  personas  que  en  el  Tucuman 
la  conocieron,  sal>ian  y  decían,  que  no  era  tan  inocente,  y  que 
pedia  pecar. 

Quiso  como  niña  bautizarse  con  nuevo  nombre,  y  asi  afir- 
maba que  se  le  habia  aparecido  Dios  üíí^uestro  Señor,  y  díchole, 
que  le  desagradaba  ia  llamasen  Doña  Angela  Carranza,  sino 
Angela  de  Dios,  por  la  singular  semejanza  que  tenia  con  Su 
Magestad,  estando  como  si  fuera  inmensa  en  todas  partes,  y 
asistiendo  en  todo  el  mundo  para  hacer  por  todo  él  en  lo  que 
le  importase. 

Mejorada  de  nombre  xjresumió  acompañarse  con  el  Ángel 
de  Guarda  de  mas  alta  esfera  y  singulares  prerogativas;  y  asi 
afirmó,  que  el  Señor  le  habia  señalado  al  mismo  Ángel  de 
Guarda  que  tuvo  el  santo  rey  David,  cuyo  nombre  era  Laurel 
Áureo;  siendo  así,  que  es  corriente  opinión  de  santos  y  docto- 
res no  repetir  los  Angeles  la  Guarda  y  custodia  de  los  hom- 
bres, pasando  de  unos  á  otros,  ]>ues  para  cada  hombre  criado 
hasta  el  día  de  juicio  sobran  mas  de  diez  ángeles  de  guarda, 
como  se  le  reveló  á  Santa  Brígida.  Y  no  contenta  Angela  con 
el  Ángel  Laurel  de  Oro,  que  la  guardase  de  todo  riesgo;  pasó 
íí  afirmar,  que  la  asistían  especialmente  el  Espíritu  Santo,  la 
Santísima  Virgen,  San  Miguel,  San  Eafael  y  otros  muchos 
Angeles,  los  Apóstoles,  los  Patriarcas,  Santa  Eosa,  Santa  Úr- 
sula, y  i>udo  añadir  que  todas  las  once  mil  Vírgenes;  como  que 
asi  despoblase  el  cielo  una  ])obre  mujer  desvanecida,  para  su 
mayor  crédito,  y  vanísima  autoridad  de  Santa,  mayor  que  cuan- 
tas conocemos  y  v<meramos  por  los  anales  sagrados.  Y  en  con 
secuencia  de  esto  decir,  que  el  Señor  la  habia  prometido  hacer 
cuantos  favores  habia  hecho  á  todos  los  Santos,  y  que  se  los 
iba  haciendo  por  haberla  elegido  para  que  escribiese  sobre  el 


—291  — 
Misterio  de  la  Ooncopcion  PurísÍDia  de  la  Santísima  Vírgea 
María  y  que  por  sus  escritos  había  de  declarar  la  Sede  Apos- 
tólica por  de  Fé  el  Misterio  de  la  Concepción.  Como  que  hasta 
ahora  no  se  hubiese  escrito  cosa  de  importancia  para  el  caso, 
y  ella  sola  importase  mas  que  librerías  enteras  de  santos,  doc- 
tores y  padres  que  han  escrito  sapientísimamente  sobre  este 
Misterio  en  orden  á  su  creencia  y  última  diñnicíon. 

A  lugar  mas  alto  aspiró  la  soberanía  de  esta  mujer,  pues  no 
satisfecha  con  preferirse  á  la  sabiduría  y  santidad  de  la  mayor 
parte  de  la  ij^lesia  en  este  punto,  quiso  ladearse  con  los  ánge- 
les y  competir  con  los  de  mas  alta  genirquía;  y  asi  afirmaba, 
que  como  en  la  Isla  de  Patmos  se  le  había  aparecido  á  San 
Juan  un  Ángel,  que  le  anunció  lo  futuro  hasta  el  día  de  jui- 
cio, ella  era  el  mejor  ángel  del  Apocalipsis,  que  apareciéndose 
en  Eoma  seria  medio  para  que  se  definiese  el  Misterio  de  la 
Concepción;  siendo  precursora  de  María  Santísima,  como  lo 
fué  San  Juan  Bautista  de  Cristo  Nuestro  Señor;  y  no  lo  decia 
tan  de  paz,  ni  al  aire,  como  dicen,  que  sus  crédulos  oyentes  no 
pasasen  á  hacer  pintar  en  láminas  y  lienzos  y  de  buena  mano 
algunas  de  estas  revelaciones  como  singularmente  pareció 
ante  el  Tribunal  del  Sant(»  Oficio  entre  otras  esta  última  del 
Ángel  del  Apocalipsis  retratada  dicha  Angela,  como  si  lo  fue- 
ra con  dos  alas  esteudidas  al  aire,  y  á  sus  pies  el  Dragón  de 
la  culpa  original  hollado,  y  vencido  con  un  báculo  obispal, 
que  empuña  en  la  mano;  que  ella  escribió  le  habia  dado  San 
Agustín. 

Ya  con  esto  no  so  estrañara,  que  le  nombrase  de  palabra  y 
por  escrito  doctora  y  maestra  de  los  doctores,  á  quien  para  es- 
cribir habían  asistido  la  Tres  Divinas  personas,  dictándole  las 
palabras,  razones  y  discursos  la  Santísima  Virgen,  San  José, 
los  Profetas,  los  Apostóles,  los  Patriarcas  de  las  religiones  y 
los  doctores  de  la  Iglesia;  y  con  efecto  sin  esta  asistencia  sino 
con  la  de  algún  espíritu  infernal  escribió  quinientos  y  cuaren- 
ta y  tres  cuadernos,  que  se  componen  de  mas  de  siete  mil  y 
quinientas  fojas  en  forma  de  diario,  que  corre  desde  el  año  de 
mil  seiscientos  setenta  y  tres,  hasta  Diciembre  del  año  de  1688 
que  fue  presa  por  el  Santo  Oficio,  y  con  ella  aprehendidos  di- 
chos cuadernos,  escritos  muchos  de  ellos  de  su  letra  y  mano; 
y  ios  mas  dictados  por  ella  y  de  letra  de  sus  confesores  ó  pa- 
dres espirituales  que  ha  reconocido  y  confesado  ser  suyos,  en 
los  cuales  como  instrumento  de  Satanás  (por  mas  que  dig^a, 
que  no  supo  ni  entendió  lo  que  dictaba)  brotó  el  veneno  que 
tenia  oculto  en  su  pecho,  y  manifestó  el  mal  espíritu  que  la 
regia,  y  de  quien  se  dejaba  engañar;  haciéndose  autora  de 
nuevas,  y  no  imaginadas  heregías,  con  otros  muchos  errores  y 
multitud  de  revelaciones  diabélicas  ó  ridiculas,  que  las  mas 


—292— 
nacian  de  soberbia  y  ambición  de  su  mayor  lioura  para  con 
los  hombres;  indignas  muclias  de  la  Magestad  de  Dios  nues- 
tro Señor,  de  la  Santísima  Virgen  María,  de  sus  santísimos 
Padres  San  Joaquín  y  Señora  Santa  Ana,  de  los  Angeles  y 
demás  Santos,  que  dice  se  le  aparecieron  á  revelárselas. 

Y  siendo  el  asunto  á  que  procuró  enderezar  tan  dilatada 
obra,  probar  el  Misterio  de  la  Concepción  libra  de  la  culpa 
original,  se  empeñó  en  colocar  en  grado  tan  alto  de  santidad 
y  pureza  á  los  dos  santos  Joaquín  y  Ana,  que  dice  de  ellos, 
salieron  del  paren tezco  de  Adán  y  Eva  y  gozaron  regalías  de 
divinos,  como  iguales  á  la  Santísima  Trinidad;  y  que  en  este 
estado  de  pureza  y  justicia  original,  bebieron  del  agua  del  rio 
Jordán  y  comieron  del  fruto  del  ár))ol  de  la  vida,  traído  del 
Paraíso  en  que  se  contenía  Jesucristo  definitivamente,  como 
está  en  el  Santísimo  Sacramento.  Y  que  de  la  sustancia  del 
dicho  fruto  se  formó  en  San  Joaquín  y  Señora  Santa  Ana  la 
materia  seminal  toda  pura,  de  que  fueron  concebidos  en  el 
vientre  de  Señora  Santa  Ana  por  obra  de  San  Joaquín  Cristo 
Señor  íí"uestro,  y  María  Santísima,  la  cual  por  provenir  de  tan 
puros  padres,  que  estaban  ya  fuera  del  paren  tezco  de  Adán, 
y  ser  formada  de  una  materia  que  era  el  mismo  Jesucristo, 
procedió,  pura  y  limpia  de  toda  culpa,  aun  del  debito  de 
contraería:  Y  aunque  dichas  proi;)osiciones  y  otras  seme- 
jantes no  se  hallan  seguidas  en  los  cuadernos  sino  esparci- 
das en  diferentes  partes  y  mezcladas  con  otros  puntos  y  ma- 
terias muy  diversas,  y  algunas  afectadamente  espirituales  y 
devotas,  para  disimular,  y  encubrir  el  veneno  de  los  errores, 
que  los  trascienden  y  apestan,  se  manifestará  claramente  la 
mala  doctrina  contenida  en  todos  ellos,  que  en  sustancia  se 
reduce  á  lo  siguiente;  advirtiendo  al  lector,  que  las  líneas  se- 
ñaladas dentro  y  al  margen,  son  trasladadas  de  verbo  ad  ver- 
T)um  de  los  cuadernos  y  escritos  de  la  tal  Angela. 

Pinta  pues  así,  para  introducirse  ásu  quimérica  historia  á  Se- 
ñora Santa  Ana,  diciendo:  fué  muy  hermosa,  ni  muy  alta  ni  pe- 
queña, algo  metidaen  carnes,elrostroredondo,la  tez  muy  blan- 
ca y  lustrosa  sin  arrugas  {contradiciéndose, ])ues  en  otra  parte  dice: 
que  fué  trigueña,  mas  como  ciega  ó  deslumhrada,  mal  podía  juz- 
gar de  colores),  la  nariz  proporcionada,  las  cejas  tendidas  y 
crespas,  del  color  del  cabello  que  era  taheño,  befa  de  labios, 
las  manos  muy  blancas  y  aderezadas  con  sortijas,  y  andaba 
siempre  bien  vestida,  porque  era  rica,  teniendo  en  su  casa  mu- 
cha abundancia,  y  gran  gobierno.  Su  edad  no  era  mucha;  con 
que  se  adornaba  con  perlas  y  otros  ricos  ornatos  y  también  se 
rociaba,  y  lababa  con  aguas  olorosas,  gobernando  sus  criadas 
que  eran  honestas  y  virtuosas,  y  todo  esto  no  lo  hacia  por  mal 
fin,  porque  nunca  tuvo  mal  pensamiento,  que  como  deseaba 


—293— 
casarse,  se  aliñaba;  y  era  muy  casera  no  admitiendo  visitas  de 
■  mujeres,  ni  de  hombres,  y  vivia  con  alffunas  parieutas  (jue  te- 
nia de  las  puertas  á  dentro.  Y  naturalmente  se  inclinaba  á 
San  Joaquin,  y  dicho  santo  era  alto,  robusto,  rostro  lleno,  na- 
riz o'rande,  boca  befa,  rosado,  tosco  de  facciones,  con  quien 
casó  Señora  Santa  Ana.  Y  aunque  era  viejo  San  Joaquin  no 
le  tuvo  asco  porque  era  aseado  y  se  vestia  bien,  y  se  miraban 
como  padre  é  hija,  teniendo  la  cama  aparte, con  irecueute  ora- 
ción, creciendo  los  deseos  de  tener  un  hijo,  y  no  lo  conse^íuiíin. 

Prosigue  la  beata  su  quimérica  historia  fraguada  en  su  ían- 
tasía,  y  asi  llena  de  disparates,  como  se  irá  viendo,  dice:  pues, 
que  habiendo  sido  San  Joaquin  y  mi  Señora  Santa  Ana  arro- 
jados del  templo  con  desprecio  y  afrenta  por  estériles,  se  con- 
formaron con  la  voluntad  de  Dios,  y  llevaron  su  trabajo  con 
tanta  paciencia,  que  obligaron  á  Dios  á  que  enviase  un  ángel 
después  de  un  año  y  tres  meses,  que  fueron  desterrados  del 
templo,  el  cual  consoló  á  Señora  Santa  Ana  y  le  anunció  que 
tendría  una  hija,  que  sería  Madre  de  Dios,  y  con  este  favor  se 
abrazó  tan  estrechamente  con  Dios,  que  bajó  el  Espíritu  Santo, 
y  á  ella  y  á  San  Joaquin  los  purificó  del  pecado  original,  y  de 
su  débito;  del  pecado  original  á  el  pronunciar  el  Ángel  el 
nombre  de  María,  y  del  débito  al  deeir,  que  sería  Madre  de 
Dios;  poniéndolos  en  suma  pureza;  y  no  solo  los  sacó  del  es- 
tado de  la  culpa,  sino  que  también  los  puso  en  el  estado  de  la 
inocencia,  y  justicia  original,  de  que  cayeron  nuestros  prime- 
ros padres,  haciendo  á  San  Joaquin  segundo  Adán  y  á  Seño- 
ra Santa  Ana,  segunda  Eva;  para  reparar  la  ruina  de  los  pri-, 
meros;  y  juntamente  los  sacó  del  parentezco  de  Adán,  y  los 
formó  de  nuevo;  y  solo  una  cosa  les  quedó  á  San  Joaquin  y 
é  Señora  Santa  Ana  del  parentezco  de  Adán;  y  fué  el  nombre. 

Y  (lá  la  razón  (le  la  escritora  anticanónica  jmr  estas  palal}ras: 
Si  Dios  puede  criar  las  semillas,  con  que  nacen  las  flores, 
y  árboles;  por  qué  no  podría  criar  de  nuevo  á  San  Joaquin,  y  á 
Santa  Ana,  y  sacarlos  de  la  semilla  de  Adán,  bolviéndolos  á 
criar  nuevamente,  como  crió  al  mismo  Adán  y  Ev^a.  ¿TTo  hacen 
injertos  de  un  árbol,  en  otros?  pues  así  sacó  á  Joaquin  y  Ana 
del  árbol  y  parentezco  de  Adán,  y  los  injertó  en  el  árbol  de  la 
vida:  con  que  los  purificó,  limiñó  y  adornó  del  parentezco.  con 
Dios,  para  que  concibiesen  á  Cristo  y  á  María;  y  así  quedaron 
Cabeza  del  linaje  humano;  título  que  perdió  Adán  por  el  pe- 
cado, y  en  demostración  de  esto  un  Ángel  los  llevó  al  Paraíso, 
y  los  árboles  les  dieron  la  obediencia,  y  el  Ángel  dijo  á  Enoc, 
y  Elias  que  les  diesen  la  obetliencia,  como  á  Cabeza  del  linaje 
humano:  y  señora  Santa  Ana,  fué  también  cabeza  de  los  An- 
geles. 

Fraguó  mas  en  su  deslumbrada  idea  la  arrogante  mujer  que 


—294— 
limpia  señora  Santa  Ana  deí  pecado  original  y  de  sn  débito  la 
vistió  el  Espíritu  Santo  con  las  luces  de  la  Divinidad,  y  esta 
fué  la  vestidura  primera:  y  pasados  treinta  y  tres  dias  después 
de  la  embajada  del  Anjifel,  les  emvió  Dios  al  Arcángel  San 
Miguel  con  la  fruta  deí  árbol  de  la  vida  traida  del  Paraíso  en 
una  salvilla  de  Oro  (que  era  á  manera  de  durazno,  ó  alberchi- 
go,  ó  como  prisco),  y  el  Arcángel  San  Gabriel  con  un  vaso,  de 
cristal  con  agua  del  rio  Jordán  de  que  comieron,  y  bebieron, 
mitad  San  Joaquín  y  mitad  señora  Santa  Ana,  dividiéndole 
el  Espíritu  Santo  y  amazadolo  con  la  maza  de  ambos  á  la  ma- 
nera que  el  huevo  se  amaza  con  la  maza  x)ara  hacer  pan  rega- 
lado y  fué  incorporado  el  íruto  del  árbol  de  la  vida,  que  fué  la 
sustancia  de  Jesucristo  con  la  maza,  que  fué  San  Joaquín  y 
señora  Santa  Ana  y  fuera  de  la  fruta  mencionada  le  trajeron 
los  Angeles  de  uno  de  los  árboles  del  Paraíso  otra  á  manera 
de  huevo  blanca  y  blanda  que  tenia  virtud  de  excitar,  y  de 
hecho  excitó  á  la  generación  á  San  Joaquin  y  á  Señora  Santa 
Ana  habiéndola  con»ido  locual  todo  se  ejecutó  en  los  humbrales 
del  cielo  y  se  vistieron  los  dos  de  la  divinidad  y  de  los  ropages 
que  el  Verbo  Divino  tenia  prevenidos  para  su  Eucarnaciou  y 
esta  fué  la  segunda  vestidura. 

Explicase  mas  en  materia  tan  ardua  como  increiNe  y  üice: 
Que  dicho  fruto  del  árbol  de  la  vida  era  la  carne  y  sangre 
de  Jesucristo;  era  el  mismo  Jesucristo  y  así  se  dice  fruta  de 
la  vida  {esto  es  por  contener  en  si  á  Jesucristo  que  es  vida). 

Que  todo  Jesucristo  con  presencia  definitiva  {esto  es  todo  en 
todo  el  fruto  y  todo  en  cualquiera  parte  del  fruto)  estuvo  en  el 
fruto  del  árbol  de  la  vida  con  toda  su  carne,  sangre,  huesos, ner- 
vios, corazón  y  demás  armazón  humana,  como  está  en  el  San- 
tísimo Sacramento  con  esta  sola  diferencia,  que  en  el  Santí- 
simo Sacramento  está  debajo  de  accidentes  de  pan  y  en  esta 
fruta  estuvo  debajo  de  accidentes  de  alverchigo,  ó  prisco:  y 
así  fué  este  fruto  como  la  Hostia  consagrada,  en  la  cual  aun- 
que la  dividan  en  muchas  mitades,  solos  los  accidentes  son  los 
que  se  parten  y  dividen,  no  la  sustancia  del  cuerpo  de  Jesu- 
cristo que  enteramente  queda  en  cualquier  particula:  y  co- 
miendo San  Joaquin  y  Santa  Ana  esta  fruta,  comulgaron  al 
mismo  Jesucristo,  á  quien  comulgaróu  los  Apostóles,  y  cuando 
este  ñuto  estaba  en  el  Paraíso,  eu  él  se  contenia  el  Santisínao 
Sacramento  y  allí  le  estaban  los  Aiigeles  adorando  y  en  di- 
cliii  fruta  estaba  la  sustancia  de  Jesucristo  amazada  y  mezcla- 
da con  la  Divinidad. 

Aimpasa  la.  heata  á  escrevir  los  elogios  quiméricos  que  soñó  en 
recomendación  á  su  parecer  de  los  Sííjiíos  Patriacas  Joaqnin  y 
Ana  y  dice:  quepov  medio  de  esta  fruta  del  Paraíso  y  agua  del 
rio  Jordán  consiguieron  los  bienes  siguientes: 


—295— 

B I  primero  qmaxxíxmlo  comió  Señora  Santa  A u a  esta  ímta, 
la  redimió  Cristo  Nuestro  Señor. 

El  segimdo  que  entonces  el  Espirita  Santo  consagró  á  Se- 
ñora Santa  Ana  en  vaso,  en  cáliz  (en  que  San  Joaquín  habia  de 
celebrar)  y  en  Custodia  y  así  qnedó  Señora  Santa  Ana  para  el 
sacrificio  del  aoi'dévo  {que  después  habia  de  celebrar  San  Joaquin) 
vaso  consagrado,  cáliz  y  custodia. 

El  tercero  que  luego  (jue  San  Joaquin  y  Señora  Santa  Ana 
comieron  esta  fruta*  se  pusieron  en  la  ley  de  gracia  y  dieron 
principio  á  ella  y  por  medio  de  esta  fruta  quedaron  vírgenes, 
y  así  quedaron  después  que  consumieron  á  Cristo  y  á  María. 
Esto  es  después  que  fueron  Goncebidos  Cristo  y  María  en  el  vien- 
tre de  Señora  Santa  Ana,  según  la  fuer sa  de  esta  rea). 

El  cuarto  que  San  Joaquin  fué  ordenado  de  Sacerdote  (en 
los  umbrales  del  cielo  donde  celebraron  órdenes)  por  medio  del 
fi'uto  de  la  vida  que  de  mano  del  Espíritu  Santo  comió,  (porque 
darle  á  comer  el  Espíritu  Santo  del  fruto  de  la  -vida,  fué  orde- 
nado) para  que  como  Sacerdote  hiciere  el  orden  en  que  Jesu- 
cisto  quedó  hecho  Sacerdote  concebido  con  María.  Y  se  explica 
mas  diciendo:  que  San  Joaquin, cuando  comió  el  fruto  fué  orde- 
nado de  Sacerdote  y  consagrado  como  los  demás  Sacerdotes 
de  la  ley  de  gracia  porque  era  Jesucristo  el  que  comió  en  el 
fruto  y  también  lo  consagró  el  Espíritu  Santo,  Obispo  y  pastor, 
cuyas  ovejas  eran  Ana,  Cristo  y  María. 

El  quinto  que  San  Joaquin  y  Santa  Ana  fueron  bautizados 
con  el  agua  del  rio  Jordán,  bebiéndola  y  el  padrino  fué  el  Es- 
l)irítu  Santo,  y  Jesucristo  los  confirmó  con  el  fruto  que  fueron 
los  santos  óleos  {contradiciéndolela  Escritura,  pues  en  otra  par- 
te dice,  que  fueron  ba^itizados  con  el  fruto  que  tenia  agua  por  ser 
aguanoso)  y  aplicando  este  mismo  bautismo  á  Jesucristo,  dice  que 
para  que  Jesucristo  fuese  bautizado  bebió  Señora  Santa  Ana 
el  agua  del  Jordán  y  este  fué  el  bautismo  del  Señor,  y  el  segun- 
do bautismo,  con  que  fué  bautizado  públicamente  en  el  Jordán 
fué  confirmación  del  primero:  al  modo  que  cuando  los  niños 
son  bautizados  privadamente  y  después  los  traen  á  manifes- 
tar á  la  Iglesia  para  suplir  las  ceremonias,  que  faltaron  al  pri- 
mer bautismo;  y  así  el  bautismo  del  Jordán  fué  manifestación 
del  primero. 

Donde  es  muy  digno  de  reparo,  que  diga  esta  mujer  que  Cristo 
Nuestro  Señor  fué  iautisado  en  el  vientre  de  Santa  Aria  con  él  agua 
del  Jordán  siendo  asi  que  cuando  la  bebió  aun  no  tenia  ser  Jcsíí- 
cristo  en  su  vientre  y  en  el  primer  instante  en  que  le  tuvo,  ya  no 
hdbia  tal  agua,  pues  juntamente  con  el  fruto  de  la  vida  se  habla 
convertido  en  la  sustancia  seminal,  de  que  yué  concebido  Jesucris- 
to y  formado  su  sagrado  cuerpo  en  el  vientre  de  Santa  Ana  se- 
gún la  herética^  y  disparatada  doctrina  de  esta  rea.  De  donde  es 


_296— 
sigue  ó  que  admitía  'bautismo  de  un  sujeto^  cuando  no  tenia  ser;  ó 
que  cuando  lo  tuvo  fué  bautizado  con  la  misma  sustancia  de  su 
carne  y  sangre^  'porque  esta  Jiabia  sido  agua. 

El  sésto  que  como  los  adornos  de  la  gracia  y  justicia 
original  se  habían  recogido  en  la  fruta  del  árbol  de  la  vida,  co- 
miéndola la  Señora  Santa  Ana,  por  medio  de  ella  se  vistió  de 
aquella  hermosura,  que  j)erdieron  Adán  y  Eva;  y  hasta  enton- 
ces Joaquín  y  Ana  eran  maridos;  pero  al  comer  el  fruto  co- 
menzó el  desposorio,  en  que  obraron,  no  como  matrimonio, 
sino  con  suma  pureza,  como  el  desposorio  de  San  Joaquín 
con  la  Virgen  Santísima. 

El  séptimo  bien  fué  que  habiendo  la  gracia  purificado  á  San 
Joaquín  y  Santa  Ana,  ésta  los  alimentaba  y  no  lo  que  comían, 
que  eran  unas  yervas  con  agua  teniendo  cerradas  las  vías  para 
Bo  usar  de  la  facultad  escrementosa  como  Jesucristo  y  María: 
que  lo  impedia  el  amor  Divino  y  consumiéndose  en  ellos  el 
manjar,  respiraba  en  olores;  que  dice  despedían  de  fuerte,  que 
los  criados  de  su  casa  notaban  la  fragancia,  que  salían  de  ellos, 
á  la  luaaera  que  el  gato  de  algalia,  que  alimentado  de  manja- 
res nobles,  coresponde  con  la  algalia. 

Prosigue  la  novelera  con  su  historia  inaudita  y  no  inventa- 
da de  lierege  alguno^  de  cuantos  han  profanado  con  sus  dispa- 
rates los  misterios  de  nuestra  Santa  Fé,  dice:  pues,  en  sus  recón- 
ditos escritos: 

Que  luego  que  San  Joaquín  y  Santa  Ana  comieron  la  fruta 
del  árbol  de  la  vida  y  bebieron  (leí  agua  del  Jordán,  se  convir- 
tió instaneámeute  en  sangre  al  fuego  del  amor  Divino,  pasan- 
do al  corazón  aquella  porcíon,que  habían  de  ministrar  para  la 
Concepción  de  María  Santísima;  y  así  de  sola  esta  fruta  se  hi- 
zo la  materia  seminal  en  San  Joaquín  y  Santa  Ana  de  que 
habían  de  ser  concebidos  Cristo  y  María  en  su  vientre,  primero 
Cristo  y  después  María  y  los  dos  por  obra  de  varón,  que  lo  fué 
San  Joaquín  y  entonces  los  Angeles  adoraron  al  Verbo  Encar- 
nado, porque  vieron  que  ya  estaba  allí  el  que  se  les  represen- 
taba hecho  Hombre  en  los  cielos  y  así  no  recuriau  á  la  repre- 
sentación á  adorarlo  y  por  esto  entonces  hincaron  la  rodilla  á 
Jesucristo  y  adoraron  al  Verbo  Encarnado.  Hizo  Dios  á  Santa 
Ana  el  favor  de  darle  no  solo  hija  sino  también  hijo  y  dos  ve- 
ces hijo;  i)ues  no  no  solo  concibió  á  María  sino  á  Jesucristo 
primero,  que  á  María;  y  así  el  preñado  de  Santa  Ana  no  solo 
era  de  María,  sino  de  Jesucristo  también  asistiendo  desde  en- 
tonces en  Santa  Ana  Jesucristo  y  María,  no  imperfectamente 
según  la  carne  solamente,  sino  también  según  sus  almas:  y 
á  ambos,  esto  es  á  disto  y  á  María  los  concibió  Santa  Ana 
por  obra  de  San  Joaquín;  y  así  cuando  María  Santísima  con- 
cibió á  Cristo  ísTuestro -Señor  intervino  solo  el  Espíritu  Santo 


-^297— 
y  no  hubo  concurso  de  varoD,ni  necesidad  de  él  porque  en  Ana 
había  intervenido  y  á  concurso  de  varón  que  fué  San  Joaquin; 
y  el  nacer  Jesucristo  de  María  fué  para  que  naciese  en  público. 
ítem  dice:  que  en  estas  Concepciones  de  Cristo  y  María  hu- 
bo algunas  especialidades  dignas  de  notar. 

i¡/ít|jnmer«  (i'ite  en  los  mismos  brazos  de  Dios  y  manos  del 
Padi'e  Eterno  concibieron  Ana  y  Joaquin  á  Cristo  y  á  María. 
Santa  Ana  subió  ligerisima  al  cielo,  y  el  Padre  Eterno  le 
hecho  los  brazes,  y  asistiendo  á  esto  el  Espíritu  Santo,  se  per- 
feccionó esta  Concepción:  puesta  Santa  Ana  en  ia  cuna  de 
Dios,  y  meciéndola  en  ella  el  Espíritu  Santo,  concibió  á  Cris- 
to y  á  María. 

ha  segunda  fué  que  esta  Concepción  de  Cristo  y  Maria  en 
Santa  Ana  se  hizo  en  las  puertas  y  umbrales  del  cielo  en  gra- 
cia y  gloria  de  Dios,  y  viendo  entonces  los  Angeles  que  ya  es- 
taba allí  el  Verbo,  hincaron  la  rodilla  á  Jesucristo,  y  luego  que 
fué  concebida  Maria,  cantaron  el  Incaniotus  eat. 

La  tercera^  que  esta  junta  ó  generación  fué  sacrificio,  que  ce- 
lebraron y  consumieron  Joaquin  y  Ana  y  con  él  fueron  con- 
sumidos Cristo  y  Maria  en  gracia  y  gloria  de  Dios;  y  que  con- 
sumiendo ellos  el  sacrificio,  se  cerró  para  ellos  el  Testamento 
Viejo;  y  este  fué  el  sacrificio  del  Cordero  Inmaculado  Jesu- 
cristo, no  muerto  sino  vivo,  como  está  en  el  Santísimo  Sacra- 
mento. Y  la  primera  Misa  que  se  dijo,  fué  la  que  entonces  ce- 
lebró San  Joaquin,  x>orque  el  mismo  sacrificio  que  se  ofrece 
hoy  en  la  ley  de  gracia,  fué  el  que  Joaquin  ofreció,  y  con  la 
pureza  con  que  el  Sacerdote  llega  al  Altar,  con  esa  pureza  lle- 
gó Joaquín  á  la  mesa  de  Señora  Santa  Ana,  donde  ofreció, 
no  el  Cordero  Pascual  de  la  ley  antigua,  sino  á  Jesucristo, 
que  es  el  Cordero  que  se  sacrifica  en  la  ley  de  gracia,  siendo 
Jesucristo  lo  casulla  y  el  alba  Maria;  y  quedaron  en  esta  oca- 
sión en  señora  Santa  Ana  como  en  vaso  consagrado  ó  cáliz 
dorado  con  la  Divinidad,  la  Divinidad  de  Cristo  y  su  Huma- 
nidad. Y  como  habia  obrado  en  la  pureza  de  Ana  el  Esi)iritu 
Santo,  para  que  con  Joaquin  celebrase  el  sacrificio  en  que  fue- 
ron consumidos  Cristo  y  Maria,  asi  obrarla  Maria  la  Encarna- 
ción del  Verbo.  Y  esta  Concepción  fué  como  comunión,  y  en 
ella  celebró  Jesucristo  su  desposorio  con  Santa  Ana  y  apartó 
el  matrimonio  con  Joaquin. 

La  cuarta  fué  que  la  Concepción  de  Maria  (liahla  de  la  pasi- 
va en  el  vientre  de  Señora  Santa  Ana)  fué  orden  sacerdotal  de 
Jesucristo  {según  se  infiere  de  las  palabras  que  dice  inmediata- 
mente) San  Joaquin  comió  el  fruto,  para  que  como  sacerdote 
hiciese  el  orden,  en  que  Jesucristo  quedó  hecho  Sacerdote 
concebido  con  Maria: 

ToM.  VII.  Literatura — 38 


—298— 

La  quinta  que  cuando  Señora  Santa  Ana  celebró  este  sacri- 
ficio de  la  generación  en  las  i)uertas  del  cielo  y  en  las  manos 
del  Espíritu  Santo,  se  vio  en  todos  los  coros  de  los  Angeles; 
y  no  solo  en  el  cielo,  sino  en  la  tierra,  i)orque  todo  lo  ocupó. 

Dehe  advertirse,  que  esta  escritora  en  lo  que  lleva  dicho  supone 
producción  física  y  real  del  alma  de  María  Santísima,  antes  que 
se  formase  su  Santísimo  Cuerpo  en  el  vientre  de  Señora  Santa 
Ana:  y  en  otras  partes  de  sus  escritos,  dice:  que  fué  criada  ab 
seterno,  expresándolo  con  los  términos  de  jiroducida  y  traslada- 
da, y  que  el  alma  de  Maria  Santísima  antes  de  ser  concebida 
en  su  Madre  Ana,  miraba,  atendía  y  padecía  martirio;  y  asi  la 
supone  como  sujeto  ya  existente  antecedente  producto,  que  pueda 
ejercer  estas  acciones,  considerando  que  el  Alma  de  Maria  San- 
tísima fué  criada  en  el  cielo,  antes  que  su  cuerpo  se  formase. 

Concluye  que  del  preñado  de  Señora  Santa  Ana  nacieron 
Cristo  y  Maria;  pero  Cristo  como  cabeza  de  Maria;  y  cuando 
Cristo  nació  de  Señora  Santa  Auja,  renacieron  también  Joa- 
quín y  Ana;  y  cuando  Santa  Ana  alimentó  con  su  leche  á  la 
Virgen  Santísima,  Jesucristo  también  la  amamantaba,  y  de 
los  pechos  de  Santa  Ana  solamente  mamaron  Cristo  y  María; 
pero  quien  primero  mamó,  fué  Jesucristo. 

Prosigue,  y  dice  que  habiendo  nacido  Maria  Santísima,  y 
siendo  presentada  en  el  Templo,  muerto  San  Joaquín,  el  Es- 
píritu Santo  trasladó  á  Jesucristo  Señor  ISTuestro  del  corazón 
de  Santa  Ana  á  Maria  Santísima,  en  lo  cual  sintió  Santa  Ana 
mucho  dolor;  y  para  hacer  esta  traslación  el  sacristán  fué  el 
Espíritu  Santo  y  hubo  de  vestirse  de  la  forma  de  Santa  Ana 
para  que  se  entregase  Jesucristo;  y  en  lugar  de  Jesucristo,  en- 
tró el  Espíritu  Santo  en  Señora  Santa,  desjjosándose  con  ella 
con  una  sortija  verde. 

For  lo  dicho  claramente  niega  esta  rea  ser  María  Santísima 
Madre  de  Dios,  pues  supone  á  Jesucristo  antes  existente  concebi- 
.  da  por  Señora  Santa  Ana,  y  que  solamente  se  trasladó  de  Santa 
Aña  á  María  Santísima,  como  se  traslada  el  Santísimo  Sacra- 
mento de  una  custodia  á  otra  (términos  son  suyos).  Y  que  el 
nacer  Jesucristo  de  María,  fué  para  que  naciese  en  público. 
Por  lo  cual  no  concede  á  Maria  Santísima  concurso  alguno  en 
Jesucristo,  y  por  lo  consiguiente,  le.  niega  la  maternidad,  y  cuan- 
do asi  procura  probar  la  Concepción  inmaculada  de  Maria^  le 
quita  su  mayor  grandeza,  gloria  y  fundamento  único  en  que  es- 
triba la  pureza  de  su  Concepción.  . 

ítem  dice  que  el  dia  de  Pentecostés,  aunque  bajó  el  Espíritu 
Santo  sobre  los  Apostóles,  no  hizo  en  sus  cabezas  asiento,  ni 
entré  en  ellos;  sino  desde  fuera  los  ihistró  con  sus  rayos  y 
los  confirmó  en  gracia,  pero  que  en  Señora  Santa  Ana  entró  é 
hizo  habitación,  poniendo  en  ella  todos  sus  tesoros. 


—299-- 

A  estos  delirios  añade  errores,  que  claramente  denotan  aun  mas 
que  unión  hipostática  en  Señora  ^anta  Ana  y  i^an  Joaquín,  pues 
dice:  que  son  divinos,  y  unidos  al  mismo  Dios;  y  que  están  tras- 
formados  en  Dios,  y  Dios  en  ellos:  que  su  carne  y  sauf^re  se 
amazó  y  mezcló  con  la  Divinidad:  que  su  pureza  es  la  misma 
que  la  de  Jesucristo,  y  la  de  Dios:  que  puestos  en  una  balan- 
za pesan  tanto  como  la  Divinidad  puesta  en  otra  balanza:  que 
Señora  Santa  Ana  tiene  Divinidad  con  tal  modo  y  manera, 
que  la  hiciera  inmortal,  si  no  se  le  retirara  con  la  paridad  de 
Cristo  Señor  Nuestro,  de  que  usa  la  beata 

Afirma  mas:  que  Señora  Santa  Ana  reparte  en  el  cielo  co- 
mo dueño  las  sillas  á  los  santos  y  ángeles,  y  San  Joaquín  los 
confirma  en  la  propiedad;  y  que  á  San  Joaquín  y  Señora  San- 
ta Ana  debemos  mirar  como  á  Dios:  y  que  Señora  Santa  Ana 
es  señora,  y  dueño  de  todos  los  hombres  y  de  todo  lo  criado, 
porque  ella  con  un  doblón  lo  rescató,  y  reparó  todo:  y  que  el 
doblón  fué  Jesucristo..  JDe  que  evidentemente  se  sigue,  que  estos 
santos  tienen  divinidad  identificada  ó  por  lo  menos  unidad  Mpos- 
táticamente,  porque  aunque  de  algunas  cosas  de  las  referidas  en 
sus  escretos,  una  ú  otra  se  pudiera  salva/r  sin  diclia  identidad  ó 
unión  Mpostática,  pero  no  el  conjunto  de  lo  referido. 

Y  explicándose  esta  rea  en  elogios  quiméricos  y  verticales  de  San 
Joaquín  y  Señora  Santa  Ana  {como  síá  estos  gloriosos  santos  para 
ser  muy  grandes,  no  les  sobraran  excelencias  y  prerrogativas  ver- 
daderas) dice:  que  en  Señora  Santa  Ana  se  amazó  el  Sacra- 
mento y  que  de  la  misma  moza  do  Señora  Santa  Ana  se  labró 
el  pan  que  dejó  Jesucristo  eu  el  Sacramento;  y  últimamente  con- 
cluye diciendo  que  en  el  Santísimo  Sacramento  del  Altar  se  ha- 
llan María  Santísima  Señora  Santa  Ana  y  San  Joaquín:  por 
que  los  términos  y  voces  con  que  lo  explica  esta  rea  en  sus  escri- 
tos,sígnifican  las  personas  de  María  Santísima  Señora  Santa  Ana 
y  San  Joaquín  de  quienes  se  debe  entender  y  no  solo  de  la  sustan- 
cia príMogenía  que  fuese  pasando  desde  Señora  Santa  Ana  y  San 
Joaquín  hasta  Cristo  Señor  Nuestro  porque  no  solo  dice  que  en  el 
Sacramento  está  la  carne  y  sangre  de  María,  sino  también  dice, 
que  está  María  y  que  está  la  Yírgen  los  cuales  términos  no  deno- 
tan solamente  esta  carne  y  sangre  la  cual  después  de  comunicada 
á  Cristo  Nuestro  Señor  no  es  María  sino  parte  de  Jesucristo  y 
antes  lo  fué  de  María;  y  mucho  mas,  porque  dice,  que  en  el  San- 
tísimo Sacramento  está  Cristo  con  María:  que  en  él  tiene  la 
Virgen  la  misma  x)arte  que  Cristo:  y  tanta  parte  como  Cristo: 
y  que  está  de  la  misma  manera  que  Cristo:  que  está  como  está 
Cristo:  que  Jesús  y  María,  ambos  estaban  en  el  Sacramento. 
Las  cuales  voces  denotan  comparación  y  compañía  de  dos  sujetos 
distintos  Jesús  y  María,  de  quienes  dice  que  ambos  están  en  el 
Sacramento. 


—300— 
Y  de  la  Santísima  Virgen  pasa  á  Señora  Santa  Ana  y  San 
Joaqtán;  Imce  absolutamente:  en  el  Santísimo  Sacramento  se  ha- 
llan solos  Cristo,  María,  Joaqnin  y  Ana.  En  cualquiera  partí- 
cula de  la  Hostia  consagrada  se  halla  enteramente  Jesucristo 
y  por  lo  consiguiente  también  María,  Joaquín  y  Ana.  Si  en 
el  cielo  está  Dios  Padre,  Hijo  y  Espíritu  Santo,  también  ha- 
sisten  en  el  Sacramento  con  especialidad,  y  con  Jesucristo, 
Joaquín,  Ana  y  María.  Donde  si  hablara  esta  sustancia  primo- 
genia  que  desde  sms  gloriosos  ahílelos  hubiese  pasado  la  misma  á 
Jesucristo  no  se  dijera,  que  María,  Ana  y  Joaquín  están  en  el  Sa- 
cramento; con  especialidad,  ni  con  Jesucristo,  sino  en  Jesucristo, 
esto  es,  en  la  sustancia,  que  comunicaron  á  Jesucristo,  y  ya  es 
parte  de  Jesucristo:  porque  la  partícula  con  denota  compañia,  y 
distinción  y  así  para  sus  verificación  en  las  proporciones  referidas 
es  menester,  que  María,  Ana  y  Joaqnin  asistan  en  el  Sacramento 
según  aquello  en  que  son  distintos  de  Jesucristo,  y  no  según 
aquello,  en  que  son  el  mismo  Jesucristo  ó  parte  suya,  como  lo 
son  en  la  sustancia  primoyenia.  Y  de  lo  dicho  dd  razones  La 
primera  á  la  identidad,  que  todos  cuatro  tienen  en  una  misma 
carne  por  estas  palabras.  Así  como  las  Tres  Divinas  Personas 
se  unen  en  una  misma  naturaleza  de  suerte,  que  Padre,  Hijo, 
y  Espíritu  Santo  son  un  solo  Dios;  así  Joaquín,  Ana  María,  y 
Jesucristo  todos  cuatro  se  unen  en  una  misma  carne,  de  suerte,' 
que  Joaquín  y  Ana  por  ser  Abuelos  de  Dios,  y  María,  por  ser 
Madre  de  Dios,  todos  se  unen  y  paran  en  Dios  y  así  en  todos 
cuatro  es  una  misma  la  pureza; 7ft  segunda  razón  es  la  unión, 
que  esta  rea  pone  entre  la  Divinidad,  y  María  Santísima,  Señora 
Santa  Ana  y  San  Joaquín  por  estas  palabras.  En  el  hilo  de  la 
Divinidad  se  hallan  ensartadas  cuatro  perlas,  que  son  Cristo, 
María,  Joaquín  y  Ana;  así  están  en  el  Sacramento.  Donde  cla- 
ramente se  conoce  que  habla  de  las  mismas  personas  de  María,  Ana 
y  Joaquín  de  qiiienes  dice,  que  están  unidos  con  la  Divinidad, 
{pues  están  ensartados  en  la  Divinidad,  como  Cristo  Seíior  Nues- 
tro) y  que  están  en  el  Sacramento;  y  no  de  la  sustancia,  que  estos 
gloriosos  ascendientes  comunicaron  á  Cristo,  porque  esta  con  la  de- 
más sustancia  de  Cristo  hace  una  sola  perla,  no  cuatro  que  están 
en  el  Sacramento;  como  dice  esta  rea. 

Concluye,  que  esta  Señora  Santa  Ana  en  el  Santísimo  Sacra- 
mento, como  retablo,  como  custodia,  como  viril,  como  vaso, 
como  templo,  y  San  Joaquín  como  Pastor  y  Obispo,  Dondelos 
términos,  con  que  se  explica  hablan  de  las  personas.  Fuera  de  que 
siendo  este  modo  de  estar  en  el  Santísimo  Sacramento,  diverso  y 
disímil  eU'  estos  Santos  hadeser  porrazonde  sus  personas  diversas, 
y  disimiles;  y  no  por  razón  de  la  sustancia  comunicada  á  Cristo 
Señor  Nuestro  en  la  cual  no  tienen  diversidad,  ni  discimilitud. 
Siendo  asi,  que  es  de  Fé  católica,  que  en  el  Santísimo  Sacramento 


—301— 
sola^nente  están-  el  cuerpo  y  sangre  de  Jesucristo  Nuestro  Reden- 
tor y  Señor. 

Es  muy  reparaMe  en  los  escritos  de  esta  mujer,  que  las  alaban- 
zas que  dice  en  ellos  de  Sa;i  Joaquín  y  Seíiora  ^anta  Ana,  mas 
parecen  tema  de  su  locura,  que  piedad  y  devoción  para  con  estos 
santos  por  ser  conjuntos  con  Cristo^eñor  Nuestro,  y  María  San- 
tísima; por  que  si  tales  elogios  fueran  efectos  de  sii  devoción  por 
la  causa  dicha,  la  misma  causara  con  el  glorioso  Patriarca  San 
José  conjunto  con  la  Santísima  Virgen,  por  ser  su  Esposo;  y  con 
Cristo  Señor  Nuestro  por  ser  su  Padre  putativo  y  legal.  Y  están 
al  contrario,  que  antes  le  pretende  quitar  lo  mismo  que  la  Fé  ca- 
tólica le  concede:  pues  de  este  glorioso  santo,  dice  esta  impía  lo  si- 
guiente. 

Que  San  José  no  tocaba  á  la  clase  de  Señora  Santa  Ana,  y 
parentezco  de  Cristo,  porque  él  no  tuvo  parte  alguna  en  su 
dame  y  sangre;  y  solo  San  Joaquín  y  Señora  Santa  Ana  que 
comieron  el  fruto  del  árbol  de"  la  vida,  cuya  sustancia  le  comu- 
nicaron á  Cristo  por  medio  de  María,  tuvieron  parentezco  con 
Cristo  Nuestro  Señor.  Que  San  José  no  fué  marido  de  la  San- 
tísima Virgen,  sino  como  mayordomo,  como  acá  los  mayordo- 
mos dé  cofradías.  Y  que  para  que  hiciese  esto,  se  le  dio  título 
de  esposo.  Y  que  como  San  José  no  fue  limpio  de  la  culpa  ori-' 
ginal,  como  San  Joaquín  y  Señora  Santa  Ana,  viendo  el  em- 
barazo del  vientre  de  la  Virgen  tuvo  celos,  y  que  después  que 
fué  avisado  del  Ángel,  quedó  como  corrido  y  avergonzado,  y 
que  miraba  á  la  Virgen  Santísima  después  como  pecador  arre- 
pentido; como  San  Pedro:  Dando  á  entender  que  pecó  San  José 
mortalmente,  como  San  Pedro  en  negará  Cristo.  Que  mas  tué 
mayordomo  y  criado  de  María  que  esposo,  y  gHe  dispuso  Dios 
de  suerte  el  borrar  las  memorias  de  San  José,  que  solo  se  acor- 
daron de  que  Jesús  era  nieto  de  San  Joaquín  y  Señora  áanta 
Ana. 

"De  todo  lo  dicho  pretendió  esta  rea  probar  ser  María  San- 
"  tísima  concebida  sin  pecado  original,  ni  débito  de  contraerlo; 
"  porque  siendo  concebida  en  el  vientre  de  Señora  Santa  Ana, 
*' estay  San  Joaquín  se  hallaban  fuera  del  parentezco  de 
"  Ada  n,  y  su  carne  y  sangre  mezclada  y  unida  con  la  Diviní- 
"  dad  '  por  haber  comido  el  fruto  del  árbol  de  la  vida,  en  que 
"  estaba  contenido  el  mismo  Jesucristo,  el  cual  por  su  suma 
"  X)ureza  y  Santidad  inünita  había  de  impedir  la  contracción 
"  del  pecado,  á  quien  Sí  opone  y  excluye  esencial  é  indis- 
"  ]»ensab]emente  aun  mas  que  la  luz  á  las  tinieblas.'' 

"Todo  lo  cual  es  inútil  para  el  ñn  que  pretendió  esta  rea  con 
"  semejante  doctrina:  porque,  ó  la  Santísima  Virgen  es  hija  de 
''  Adaü  via  naturalis  &feminalis  generationis,  ó  nof  Esto  se- 
<'  gundo  no  se  puede  decir,  por  ser  heregía;  y  siendo  como  es, 


—302— 
"  verdad  católica  lo  primero,  queda  en  pié  la  dificultad,  que 
"  consiste,  en  que  siendo  Maria   Santísima  hija  de  Adán  vio, 
^^  natiiralis  genorationis  ex  femini  viri,  &  fceminaee^  no  contra- 
"  jese  la  culpa  ori.í]^¡nal,  ora  la  materia  de  que  se  formó,  fuese 
"  de  la  fruta  del  árbol  de  la  vida;  ora  no,  pues  la  dicha  contrac- 
"  cion  no  es  porque  la  sustancia  de  que  se  forma  el  cuerpo, 
"  sea  tierra  maldita,  sino  por  haber  estado  las  voluntades  de 
"  los  hijos  de  Adán  refusas  en  la  de  su  Padre  y  cabeza  Adán, 
"  en  la  cual  quisieron  lo  mismo,  que  ella  quiso,  cuando  que- 
"  brantó  el  precepto  Divino;  y  asi   como  pecó  Adán,  sin  ser 
"  maldita  la  tierra,  de  que  se  formó  su   cuerpo,  de  la  misma 
"  suerte,  queriendo  los  hijos  de  Adán  lo  mismo  que  él   quiso, 
"  pecaron  en  el  aun  cuando  no  hubiese  sido  maldita  la  tierra 
'*  de  que  se  formaron.  Si  se  recurre  á  que  la  Virgen  Santísima; 
"  no  contrajo  el  pecado  original,  porque  no  estuvo  inclusa  en 
"  el  pacto  de  Dios  con  Adán,  se  responderá  bien:  x>ero  esto  sg 
''  pudo  decir  sin  la  doctrina   de  esta  rea,  que  sobre  encerrar 
"  tantos  errores,  es  inútil  para  el  fin,  que   pretende,  como  di- 
"  j  irnos." 

"De  mas  de  las  heregías,  y  errores  referidos  se  hallan   en 

''  cuadernos  y  escritos  de  esta  rea  otros   muchos  n<^  menos 

. "  enormes  y  disparatados,  como  de  quien  afectó  errar  i)or  errar 

"  fingía,  ni  apariencia  aun  remota  en  razón,  y  son  los  siguien- 

"tes:'' 

Que  la  gracia  de  la  Santísima  Virgen  quitó  el  pecado  origi- 
nal á  Señora  Santa  Ana  y  á  San  Joaquín.  Que  San  Joaquín 
le  dijo  (i  ella:  no  supe,  ni  entendí  el  Misterio  de  la  Concepción 
de  María  Santísima,  ni  supe  si  llegué  á  Señora  Santa  Ana,  por 
que  estaba  arrobado,  cuando  esto  sucedió;  y  viéndola  preña- 
da juzgué  que  era  alguna  enfermedad,  y  la  dije,  que  llamase 
médicos  y  consultase  curanderas,  y  no  tuve  celos  como  San 
José;  y  viéndola  parida,  y  nacida  María  Santísima,  rae  admiré 
y  no  sabia  como  habia  sido  aquello. 

Prosigue  este  asunto  y  máquina  de  disparates  diciendo  que: 
Guando  se  hizo  la  revelación  á  Señora  Santa  Ana,  de  qué  ten- 
dría una  hija,  que  se  llamaría  María,  se  le  puso  precepto,  de 
que  no  se  lo  dijese  á  San  Joaquín;  porque  Señora  Santa  Ana 
era  del  Tribu  sacerdotal,  y  San  Joaquín  del  Tribu  de  David; 
como  también  porque  San  Joaquín  era  viejo  hablador,  y 
no  lo  hubiera  callado,  sino  contádolo  á  susamigos.  Que 
antes  que  hubiera  Ana  y  Joaquín,  no  habia  camino  para 
llegar  al  cielo.  Que  el  parentezco  en  que  estamos  con  Adán, 
hace  que  el  en  Sacramento  del  Altar  recibamos  duzxra 
algún  agrio,  y  no  con  aquella  que  le  recibieron  Señora  San- 
ta Ana  y  San  Joaquín  cuando  gustaron  del  íruto  del  árbol 
de  la  vida.  Que  la  dijo   el  ^eñor:  que  Señora  Santa  Ana  fué  el 


-303— 
tautem  de  la  Eedericion  del  género  humano,  y  el  Domine 
miserere  noMs,  Jesucristo.  Que  ningún  hombre  so  hubiera 
sentado  á  la  mesa  de  Dios  puro,  si  no  se  hubiera  vesti- 
do de  carne  Dios,  y  sola  Señora  Santa  Ana  convidada  del  Es- 
píritu Santo  se  sentó  á  la  mesa  de  Dios  puro.  Que  Señora  San- 
ta Ana  fué  la  primera,  por  quien  bajó  Dios  al  mundo.  Que  es 
una  misma  la  pureza  de  la  Concepción  de  Nuestra  Señora, 
que  la  de  Señora  Santa  Ana.  Que  Cristo  Nuestro  Señor  y  Se- 
ñora Santa  Ana  fundaron  la  Eeligion  cristiana. 

Adelanta  los  elogios  {á  su  parecer)  de  esta  gloriosa  SaHía,  mez- 
clándolos con  indecencias  indignas  de  las  revelaciones  divinas,  co- 
mo es  decir,  que  se  le  apareció  Señora  Santa  Ana  con  un  tra- 
po en  las  manos,  y  la  dijo:  que  á  los  que  dijeren,  fué  dos  veces 
casada,,  les  pusiese  aquel  trapo  en  la  cara;  y  que  en  otra  oca- 
sión se  le  apareció  un  ángel  y  la  dijo,  que  en  aquel  navio  es- 
taban el  azote,  y  la  justicia;  el  azote  serviría  para  que  la  jus- 
ticia diese  doscientos  azotes  á  los  que  dijesen,  que  Señora 
Santa  Ana  casó  segunda  vez,  y  la  justicia,  para  que  la  Inqui- 
sición quemase  á  los  que  negaren  que  Maria  Santísima  fué 
concebida  en  gracia  y  gloria  de  Dios.  Que  San  Joaquín  fué 
apasibilísimo  y  una  paloma  sin  hiél;  pero  que  Señora  Santa 
Ana  era  mujer  de  gobierno,  y  tenia  condición;  y  que  María 
Santísima  habia  sacado  la  condición  de  su  padre  San  Joaquín 
y  por  eso  es  tan  manía;  pero  que  Jesucristo  Nuestro  Señor, 
sacó  la  condición  de  su  abuelo  y  por  eso  cuando  en  el  Templo 
vendían,  cogió  el  azote,  y  echó  de  él  á  los  que  trataban,  y  con- 
trataban. Que  le  dijo  el  ^eñor  que  cuando  murió  Señora  Santa 
Ana,  se  despidió  el  Espíritu  Santo  del  cuerpo  al  tiempo  de  sa- 
lir el  alma  y  que  el  Espíritu  Santo  se  quedó  asistiendo  al  cuer- 
po difunto,  hasta  que  le  enterraron  é  hizo  el  duelo  todo  ese 
tiempo  hasta  la  sepultura,  y  los  ángeles  en  lugar  del  pósame, 
le  daban  la  enhorabuena,  y  luego  asistió  en  casa  de  Señora 
Santa  Ana  nueve  días  hasta  que  le  despendieron  los  bienes,  y 
después  de  los  nueve  días  se  fué  á  asistir  á  Maria  Santísima  á 
el  Templo.  Que  le  dijo  el  Señor,  que  cuando  resucitó,  resucita- 
ron también  San  Joaquín  v  Santa  Ana  en  cuerpo  y  alma,  y 
los  apostóles  el  día  de  la  Asencion  del  Señor  los  vieron  subir 
al  cíelo  resucitados  con  el  hábito  de  Cristo  á  los  pechos;  y  de 
esto  no  dudaron,  aunque  dudó  Santo  Tomás  de  la  Eesurrec- 
cion  de  Cristo;  y  que  subieron  con  la  virtud  de  Dios;  como 
propia  de  ellos. 

ítem  dice;  que  le  fué  revelado  que  María  Santísima  redimió 
el  género  humano,  como  primera  Eedentora.  Que  San  Juan 
Evangelista  quedó  en  el  calvario  con  la  Virgen,  para  dar  tes- 
timonio de  lo  que  allí  pasó;  porque,  si  sola  la  Virgen  hubiera 
estado,  y  el? a  sola  hubiera  dado  testimonio  de  lo  allí  sucedido 


-_304 — 
no  se  lo  creyeran.  Que  hahlando  con  Cristo  Señor  Nuestro  le  ha- 
lla dicho;  que  San  Juan  Evangelista  habia  confesado  á  la  Vir- 
gen kSantísima.  Qvlg  la  Virgen  Nuestra  Señora  estuvo  de  rodi- 
llas al  pió  de  la  Cruz  recogiendo  la  sangre  que  derramó  el  Se- 
ñora ^ue  al  pié  de  la  Cruz  murió  María  Santísima  {física  y 
realmente)  del  dolor  de  la  lanzada  y  que  en  virtud  de  la  co- 
munión que  recibió  la  noclie  de  \^  cena  se  volvió  á  unir  el  al 
ma  á  su  cuerpo. 

Que  si  Adán  no  hubiera  pecado,  no  hubiera  otros  hombres 
en  el  mundo,  porque  en  aquel  estado  de  inocencia  vivieran 
Adán  y  Eva  como  cuerpos  gloriosos,  sin  acordarse  de  engen- 
drar. Contradiciéndose  manifiestamente,  ijues  en  otra  parte  dice  y 
le  fué  revelado,  que  si  Adán  no  hubiera  pecado,  estuvieran  las 
almas  en  los  cuerpos  de  los  hombres  {ya  supone  que  las  hábia 
(^ít!  7iaZ/er),  como  los  pájaros  en  las  jaulas.  QueQ\m\  estado  de 
la  justicia  original  todos  habian  de  morir,  y  el  cuerpo  se  habia 
de  convertir  en  tierra.  Dice  mas  en  nomhre  de  Cristo  Nuestro 
Sefior,  haMando  de  Eva.  Ella  no  pecó,  sino  Adán.  Que  le  dijo 
el  Señor  los  que  heredaren  el  pecado  irán  al  infierno,  enten- 
diéndolo jwr  el  pecado  original,  y  el  infierno  de  los  condenados. 
Después,  de  haber  dicho  que  Adán  por  la  penitenció^  se  hahia  me- 
jorado. 

Prosigue:  porque  no  pasase  adelante  el  cáncer  de  la  culpa, 
cortó  Dios  la  espina  que  habia  atravezado  á  Adán,  y  lo  hizo 
por  María  y  los  predestinados;  y  así  los  que  estuvieron  mas 
cerca  como  Caín,  antes  que  atajase  el  cáncer,  fueron  reprobos 
y  los  demás,  predestinados.  Que  Snw  Juan  Evangelista,  San 
Juan  Bautista,  y  San  José  no  serán  juzgados  {liaMa  del  clia  de 
juicio)  por  que  no  tendrá  de  qué. 

Que  le  dijo  Cristo  Nuestro  Señor:  yo  soy  las  Tres  Personas, 
y  que  en  otra  ocasión  le  dijo  que  el  Padre  Eterno  no  se  enoja 
{hablando  de  los  pecados)  que  el  eno^o  le  toca  á  el  Hijo  como 
Juez.  Que  en  una  ocasión  tiró  una  flecha  al  Señor  y  el  Señor 
le  tiré  otra  y  ambos  cayeron  como  muertos;  y  que  el  Padre 
Eterno  y  el  Espíritu  Santo  se  quedaron  como  admirados  de 
verlos  así.  Que  le  dijo  el  Heñor,  que  de  los  tres  hermanos  ganó 
la  bendición  el  que  primero  madrugó,  hablando  de  Jacob  y 
JEsau. 

Añade  otras  revelaciones  indignas  de  platicarse  entre  gente  vul- 
gar, no  digo  religiosa  y  santa.  Dice  que  otra  ocasión  la  dijo  el 
Señor,  no  sé  cuantos  puntos  eran  los  que  calzaba  mi  Madre. 
Refiere  un  coloquio,  que  tuvo  con  Nuestro  Señor,  el  cual  la  dijo: 
No  sé  que  me  haga;  no  sé  que  regalo  darte:  y  en  otra  ocasión: 
No  puedo.  Angela  quitarte  las  impertecciones,  porque  nos  es- 
tá atildando  tu  Padre  confesor:  ??i.f¿s  le  dijo:  Por  pequeño  que 
sea  el  pecí^do  de  los  Sacerdotes,  los  pone  en  estos  puestos  (luí- 


—305— 
Mando  de  los  condenados  del  Infierno)  Y  los  Sacerdotes  que  re- 
jzan  divertidos  ó  que  no  rezan,  en  el  Purgatorio  solo  pag^an  la 
pena  de  no  haber  rezado,  y  en  el  cielo  lo  satisfacen  la  obliga- 
ción; y  hasta  que  la  satisfacen,  están  sin  gloria,  aunque  sin 
pena.  Buena  madre  se  muestra  la  heata  de  los  señores  Sacerdotes^ 
pues  cuida  deque  aun  estando  en  el  cielo,  cumplan  con  la  obliga- 
ción de  su  rezo;  y  hablando  el  Señor  con  ella,  le  dijo:  ¿No  sé  por 
qué  estás  triste?  no  sé  qué  haremos  para  tu  Padre:  [tratando 
de  su  Gonfesorl  estoy  mirando  y  pensando  lo  que  he  de  hacer: 
si  no  se  piensa  y  se  mira  irá  errado,  agora  estoy  viendo  que, 
y  lo  que  hede  hacer:  y  en  otra  acasion  la  dijo:  Yo  nunca  me 
meto  con  casadas,  ni  con  monjas,  y  que  es  rara  la  mujer  buena. 
Mas  dijo;  aunque  ordené  á  los  Apóstoles,  no  eran  muy  cató- 
licos. Y  hablando  de  San  Pedro:  que  para  que  íüesé  Cabeza  de 
la  Iglesia,  era  necesario  que  le  negase;  y  como  tuvo  mala  ca- 
beza; fué  crnciflcado  cabeza  abajo  y  los  pies  arriba. 

Hahla  en  materias  mas  serias,  aunque  envueltas  todas  en  erro- 
res y  heregías,  como  decir,  que  la  dija  el  Señor:  en  recibiéndome 
indignamente,  luego  salgo  del  Govaztni  de  los  que  me  reciben, 
y  me  aparto  cíe  ellos,  y  á  los  que  commgan  indignamente,  los 
Angeles  les  quitan  la  forma,  y  la  llevan  á  aquellos  cautivos, 
que  vienen  en  gracia  de  Dios.  Por  muy  indigna  se  debió  de  te- 
ner esta  beata,  pues  dice  en  sus  escritos,  qne  habiendo  omulgado 
im  Jueves  Santo,  le  sacó  un  ángel  la  hostia  del  pecho  para  llevar- 
la á  un  clérigo  anciano,  que  está  hd  en  Jerusalen,nombrado  Juan 
natural  de  la  ciudad  de  Toro.  Mas  dice  que  la  dijo  el  Señor, 
que  para  condenarse  una  alma,  han  de  ser  muchas  sus  culpas, 
y  que  cuaudo  dicen  á  un  enfermo,  que  peca  mortalmente,  por 
que  no  come  carne,  mienten;  que  mejor  es  ayunar.  En  otra 
ocasión  se  le  aparecieron  Cristo  Nuestro  Señor  y  la  Virgen,  la 
cual  le  dijo:  mi  Hijo  está  triste,  y  el  Señor  dijo  también;  triste 
estoy,  porque  Angela  está  triste  de  sus  pecados,  y  que  á  todo 
esto  estaban  llorando  el  Señor  y  la  Yírgen.  Y  Cristo  la  dijo: 
Hija,  no  estes  triste  de  tus  pecados,  y  quelepomlúsi  un  canda- 
do, porque  se  confesaba  pecadora,  y  que  no  le  diesen  cuidado 
las  imperfecciones.  Y  que  en  una  ocasión  estando  ella  con  el  Se- 
ñor, dijo:  no  sé  que  me  tengo,  que  respondió  el  Señor:  yo  tam- 
bién estoy  de  esta  suerte,  y  añadió:  no  has  de  ser  cansada;  ca- 
da rato  estáis,  mis  pecados,  mis  pecados.  Mas  enorme  es  loque 
escribe  ó  dicta  en  estas  palabras:  Que  estando  con  el  Señor,  le  di- 
jo, que  iria  al  Padre  Eterno  á  acusarlo:  y  el  Señor  le  respondió: 
habéis  de  decírselo  á  escondidas.  Pasa  á  hablar  indecente,  y  blas- 
fema de  algunos  santos,  y  dice:  que  el  amor,  que  Dios  tuvo  á  la 
Magdalena,  fué  mas  inclinación  y  gusto,  que  atención  á  sus 
méritos;  y  que  Santa  María  Egipciaca  por  muy  ataviada  tuvo 
ToM.  VII.  Literatura — 39 


—306— 
tanto  peso,  que  fue  necesario  que  los  Angeles  la  cargasen  para 
subir  los  muros  de  la  ciudad  (que  significaba  el  cielo,  y  el  ata- 
vío era  de  virtudes).  Dice  que  S«7i  Juan  Bautista  estaba  en  una 
ocasión  aliñándola  (habla  de  sí)  y  que  reparó  el  ^eñor  en  el  modo 
de  aliñarla,  y  dijo:  Mira  como  la  aliña?  cosa  de  Juan;  y  que 
entonces  dio  á  entender  la  Virgen  tantísima,  que  solo  las  mujeres 
saben  aliñar,  y  no  San  Juan. 

No  cesan  los  delirios  hereticales  de  esta  mujer,  que  esparce  por 
cuantas  materias  aprueba  y  confiesa  nuestra  Religión  Católica; 
pues  dice  y  escvibe:  Que  le  dice  el  Señor:  Ko  medistes  el  i3aso  de  la 
Coronación  de  espinas,  y  que  reprobó  su  Magestad  el  uso  de  la 
Iglesia  de  que  los  fieles  coman  carne  el  dia  del  íí^acimiento  del 
Señor;  y  que  se  apartaba  de  los  que  la  comian  aquel  dia.  Que 
tratando  el  Señor  de  la  solicitud  de  Santa  Marta  en  el  liospe- 
dage,  que  le  hizo  en  esta  vida,  le  habia  dicho,  que  no  era  de 
provecho.  Mas  la  dijo:  tu  estas  injerta  conmigo;  y  como  estamos  in- 
jertos, mis  palabras  salen  por  tu  boca.  Y  que  le  dijo,  con  el  amor 
que  te  tengo,  no  reparó  en  nada.  Y  confesándose  ella  pecadora  en 
una  ocasión,  la  dijeron  el  Señor  y  la  Santísima  Virgen:  calla 
no  digas  esto,  y  que  cuando  se  confesase  pecadora,  lo  dijese 
de  suerte  que  no  lo  oyesen  los  Angeles,  y  otra  ves  le  dijo  el 
Señor.  ÍTo  me  acuerdo,  si  habéis  pecado,  y  trato  de  sacarte  de 
esta  vida,  jjor  que  sino,  tienes  trása  de  agotar  el  purgatorio  de 
las  Almas  de  los  Sacerdotes:  añadiendo,  no  ves,  que  la  mar 
sino  tien®  pescado  no  es  bueno,  significando  por  el  mar  el  pur- 
gatorio; y  por  el  pescado  las  Almas.  Escribe  que  la  Virgen  San- 
tisima  la  dijo.  Es  mejor  tener  la  imagen  de  la  muerte,  que  las 
imágenes  mias,  y  las  de  mi  hijo  precioso:  y  que  Jesucristo  com- 
probó la  curiosidad  que  tienen  las  mujeres  de  saber,  con  el 
ejemplo  de  la  Magdalena;  que  le  fué  a  buscar  resucitado  y  que 
en  una  ocasión  le  dijo  el  Señor.  Tu  sois  mi  espejo;  yo  tu  espejo; 
tu  sois  mi  lunar  de  mi  cara,  yo  tu  lunar  de  tu  cara;  y  que  le  dijo 
también.  Es  posible,  que  me  tienes  loco?  Y  que  habiéndole  á  ella 
dado  un  desmayo,  se  levantaron  el  Señor,  y  la  Virgen  como  tur- 
bada, y  así  San  Pedro,  y  San  Pablo,  que  se  hallaron  presentes. 

Escribe  ya  como  Doctora  que  ella  se  llama  y  dice  Que  un  gen- 
til que  no  es  bautizado,  no  puede  bautizar;  porque  no  es  bien 
que  estando  fuera  de  la  ley  de  gracia  haga  el  bautismo,  y  que 
para  entrar  en  el  cielo  es  necesario  traer  el  hábito  de  Agustina. 

Vuelve  d  Santa  María  Magdalena  y  escribe,  que  la  dijo.  Yo  fui 
muy  inclinada  á  olores:  por  eso  los  recogí,  cuando  busqué  al 
Señor,  porque  no  podia  parecer  en  su  presencia  con  el  mal  olor 
de  mis  pecados,  y  así  que  sintió  el  Señor  el  olor,  me  dejó  entrar 
sin  reparar  en  mis  culpas.  Habla  ahora  de  sí.  Que  la  dijo  el 
Señor.  Tú  no  has  de  pescar  con  las  redes  de  los  Apostóles,  si 
no  con  las  de  Jesucristo.  Refiere  otra  revelación  en  qne  diee.  Vi 


—307— 
venir  dos  hombres,  imo  con  el  mismo  rostro  del  Señor  ves- 
tido con  túnica  morada;  el  otio  muy  feo  de  barchilón,  roto, con 
una  piedra  en  la  mano,  y  conocí,  qne  este  era  Jesucristo,  y 
el  otro  era  el  Demonio,  Añade  otra  diciendo.  El  Señor  me  pi- 
dió en  una  ocasión  la  forma,  que  habia  comulgado,  para  que 
nn  Ángel  la  llevase  á  un  hombre  moribundo,  y  negándosela 
el  Ángel  me  apretó  los  costados,  y  echó  por  la  boca  la  forma, 
que  habia  comulgado  el  dia  antes  ensangrentada;  y  que  mo 
dijo  el  Señor:  mira  lo  que  se  pega  á  tu  corazón  laforma;  y  quiero 
que  llebe  también  tu  sangre,  para  que  la  comulgue.  Y  en  otra 
ocasión  la  dijo  el  Señor,  l^o  basta  para  obrar  bien,  y  salvarse 
seguir  la  opinión  de  hombres  doctos,  y  sabios,  y  en  materia 
de  guardar  las  fiestas,  no  escusa  la  necesidad,  ni  la  parvidad 
de  materia.  Dice  que  Dios  condenó  la  acción  de  Sansón  como  des- 
pecho, y  temeridad,  y  que  la  dijo.  Admiran  los  hombres  la  for- 
taleza de  Sansón  en  derribar  el  Templo;  mas  que  valentía  fué 
matarse  i)or  vengarse?  Que  el  Espíritu  Santo  no  se  desposa  con 
las  almas  de  las  mujeres  casadas.  Dice  mas,  que  se  vio  en  un 
Paraíso  deleitosísimo  y  de  muchos  jardines,  y  amenidades,  1/ 
añade:  se  me  dio  á  entender,  que  íiquel  lugar  era  donde  pri- 
mero llegan  los  Bienaventurados  antes  de  entrar  en  el  cielo. 
Con  otras  muchas  heregías,  y  errores,  que  se  hallan  esparci- 
dos en  los  escritos  de  esta  rea,  que  por  escusar  prolijidad,  no 
se  refieren. 

La  cual  para  acreditar  su  finjida  virtud,  y  la  mala  dotrina, 
que  escribía,  decía  tener  en  la  oración  varios  sentimientos,  y 
revelaciones  singulares  de  Dios  con  los  sabores  esquísitos,  que 
decía  le  habia  x)rometído  comunicarle,  como  con  efecto  decía 
los  iba  recibiendo  todos  los  días  tan  frecuentes,  y  continuos, 
que  se  alcanzaban  los  unos  á  los  otros;  pues  no  hubo  dia,  en 
que  no  tubiese  dos  raptos,  uno  antes  de  comulgar,  y  otro  des- 
pués, y  muchas  veses  tres;  y  en  casi  todos  repite  una  misma 
cosa,  unos  mismos  favores,  unas  mismas  representaciones  con 
casi  las  mismas  palabras  hallándose  por  esto  sus  escritos  lle- 
nos do  luciferina  soberbia,  ambición  de  honras,  y  aplausos, 
blasonando  que  ella  era  la  Madre  de  los  Sacerdotes,  y  que  le 
habían  de  besar  las  plamas  de  las  manos,  como  á  ellos:  hablán- 
doles  de  til,  y  de  vos,  y  por  diminutivos.  Que  le  besó  el  Señor 
las  manos,  y  que  lo  mismo  hicieron  los  Apostóles,  y  otros  San- 
tos. Que  la  dijo  el  Señor  eres  parecida  á  Señora  Santa  Ana 
en  ser  del  Tribu  Sacerdotal,  porque  era  Madre  de  Sacerdotes; 
y  á  San  Joaquín,  que  era  del  Tribu  Eeal  de  David:  porque 
ella  por  la  sangre  que  tenia  de  Mudarra,  Castillo,  y  Carranza, 
era  de  sangre  Eeal.  Que  habiendo  subido  al  cielo  muchas  ve- 
ces, al  entrar  en  él,  la  recibieron  los  Apostóles  debajo  de  palio, 
y  que  el  Señor  la  dijo,  que  se  debía  sentar  en  la  silla  de  Dios. 


—308— 
Qne  enviándola  á  llamar  Dios  en  una  ocasión  con  un  Ángel, 
para  que  entrase  en  el  cielo,  le  respondió:  Dile  al  Señor,  que  me 
perdone  su  merced.  Esta  mujer  parece  que  no  solo  hacia  burla 
de  Dios  con  estilo  tan  bajo,  é  indigno  de  una  MagCvStad  infi- 
nita: sino  de  los  que  se  lo  oían,  para  escribirlo,  y  de  los  que 
habíamos  de  leerlo  en  sus  escritos. 

Prosigue  en  este  genero  de  revelaciones;  y  dice,  que  la  dijo: 
el  Señor,  que  ella  era  el  Sacramento,  con  que  se  sustentaban 
todos,  y  que  así  la  buscaban  para  sustentarle.  Y  que  ella  me- 
recía el  titulo  de  Oorredentora  de  los  Sacerdotes.  Que  unos 
Angeles  le  trajeron  una  silla,  y  la  dijeron:  J^sta  silla  es  en  la 
que  juzga  el  Seííor  las  almas,  siéntate  en  ella,  y  se  sentó.  Y  que 
después  la  dijo  el  Señor,  que  publicase  acá  en  el  mundo,  se 
había  sentado  en  su  silla.  Que  estando  arrebatada,  le  impri- 
mió San  Francisco  las  llagas;  y  en  otra  ocasión  Jesucristo  en 
forma  de  Serafín:  siendo  falso;  pues  tales  llagas  nunca  se  vie- 
ron, ni  se  hallan  en  su  cuerpo.  Qne  arrobada  yíó,  que  salía 
su  alma  de  su  cuerpo,  y  que  la  Virgen  Santísima  la  recibió,  y 
se  lá  oírecia  al, Señor,  y  que  entonces  el  Espíritu  Santo  acom- 
pañado de  Angeles  con  banderas,  entró  en  su  cuerpo.  Que  otra 
ves  subió  con  alas  como  Serafín  al  cielo,  teniendo  seis  alas, 
en  las  manos  unas,  y  otras  en  los  pies,  y  que  abrió  las  dos 
primeras  alas  tan  grandes  como  todo  el  mundo,  y  que  en  ellas 
estaban  el  Padre  Eterno,  y  Jesucristo  en  sus  tronos,  y  tam- 
bién la  Santísima  Virgen,  Seííora  Santa  Ana,  y  San  Joaquín; 
y  que  abrió  las  otras  cuatro  álas,y  en  ellas  estaban  los  Patriar- 
cas, y  los  Santos.  Qne  en  otra  ocasión  se  sentó  en  los  brazos 
de  Señora  Santa  Ana;  y  en  otra  subió  al  cielo  con  alas,  y  su 
Divina  Magestad  la  asentó  en  una  de  sus  manos. 

Bastará  lo  dicho  para  conocer  la  soberbia  jactanciosa  de  es- 
ta embustera,  é  hipócrita,  que  á  tantos  deshunbró;  pero  por- 
que mas,  y  mas  se  desengañen  los  deslumhrados,  oigan  otras 
revelaciones  semejantes,  y  aun  mas  enormes  que  las  j)asadas, 
como  es  decir  en  sus  escritos:  Que  en  muchas,  y  varias  ocasiones 
subió  al  cielo  y  la  llevaron  al  trono  de  la  Santísima  Trinidad, 
y  la  sentaron  en  medio,  subiendo  muchas  veces  en  enaguas,  y 
que  en  una  ocasión  que  subió  jjara  ser  colocada  en  medio  de 
la  Santísima  Trinidad,  salió  á  recebirla  San  Miguel,  y  la  salu- 
dó dicíendola;  muy  T)uenos  dias  tenga  usted.  Mas  dice,  que  es- 
tando en  un  jardín  San  Miguel,  San  Grabiel,  San  Eafael,  y  la 
Santa  Eosa,  hallaron  un  lienzo,  y  descnbriéndole  cada  uno  por 
su  esquina,  pareció  pintado  un  Niño  Jesús,  y  en  el  corazón  de 
el  niño  una  beata,  y  que  el  Espíritu  Santo  la  dio  á  entender  que 
la  beata  era  Angela  de  Dios.  Que  el  Señoría  dijo  tú  eres  la  Fas- 
tora  de  los  Sacerdotes, y  tamMenmia.  Que  era  el  retrato  de  Dios, 
en  que  se  miraba,  y  Dios  en  el  retrato  de  ella.  Que  habiéndole 


—309— 
instado  Jesucristo  que  llegase  á  mamar  de  los  iiechos  de  su  so- 
berana Madre,  llegó  á  mamar  y  que  en  mamando  un  poquito 
so  apartaba,  y  llegaba  su  Divina  Magostad,  y  mamaba,  y  de 
esta  suerte  se  alternaban  ambos  á  gozar  de  aquel  soberano 
néctar.  Que  la  djo  el  Señor:  que  cuando  se  quitase  sus  vestidos 
viejos,  no  los  hechase  por  allí,  porque  podian  servir  á  los  en- 
fermos, especialmente  las  enaguas  con  que  abrigó  al  Señor;  y 
que  las  hiciese  vendas,  y  las  aplicase  á  los  dolientes.  ^«6  Jesu- 
cristo se  valia  de  las  oraciones  de  ella,  y  que  le  daba  por  pre- 
mio á  el  Espíritu  Santo,  prometiéndola  sentarla  en  el  trono,  y 
silla  que  perdió  Lucifer  en  el  cielo,  y  que  con  efecto  la  senta- 
ron en  ella.  Que  la  reveló  Dios  que  si  San  Agustín  viniera  en 
el  mundo:  se  ocupara  todo  en  escrebir  las  alabanzas  de  ella. 

Prosigue  añadiendo  unos  disparates  á  otros;  Que  la  dijo  el 
Señor,  que  todas  las  Beatas  se  engañaban,  y  que  solo  ella  no 
se  engañaba,  que  ella,  y  Jesucristo  eran  una  misma  cosa;  y  que 
ella  premiaba  en  el  cielo,  y  castigaba  en  el  infierno  como  Cris- 
to. Que  todos  los  que  tuviesen  retrato  suyo,  ó  le  hiciesen  bien 
ó  la  mirasen  á  la  cara,  no  se  condenarían,  y  que  en  seguridad  de 
esto  levantó  el  Señor  el  dedo.  Que  en  una  ocasión  la  dijo  el  Se- 
ñor, que  en  un  temblor,  que  había  de  haber,  le  daría  un  cosco- 
ron  á  su  confesor  y  que  ella  le  dijo:  sí  la  libraba  por  su  linda 
cara:  mas  que  le  dijo  el  Señor  te  he  de  Jiacer  un  favor  de  refre- 
nar tus  pasiones,  para  que  en  adelante  no  te  hagan  guerra:  y  que 
llegando  sus  divinas  manos  le  dio  un  pellisquíto  en  el  hombro, 
diciendo:  Ya  quedan  moderadas  de  modo,  que  no  harán  movi- 
miento alguno.  Que  subiendo  al  cielo  en  una  ocasión  á  ver  áDios 
iban  á  sus  píes  muchos  Santos  como  asidos  de  ellos,  muchos 
Angeles,  y  Señor  San  Matías.  Que  se  le  mostraron  las  Tres 
Divinas  Personas,  la  Virgen  Santísima  San  Joaquín  y  Seño- 
ra Santa  Ana,  y  que  los  abrazó  á  todos  y  le  dijo  Dios,  mira  lo 
que  has  crecido',  y  que  el  Señor  le  cortó  de  los  cabellos  y  se  los 
dio  á  los  Angeles  para  que  con  ellos  sacasen  las  Almas  del 
purgatorio.  Que  la  dijo  el  Señor,  que  la  favorecía  tanto,  que  no 
le  dejaba  lugar  vacío  para  que  conociese  su  miseria.  Y  que  en 
otra  ocasión  le  dijo  el  Señor,  que  la  amaba  tanto  como  á  su 
misma  Madre.  Que  reprehendiéndole  los  Angeles  un  defecto, 
como  era  dar  topasaire  por  tabaco  á  algunas  personas  malicio- 
samente, por  verlas  estornudar,  salió  el  Señoreóme  enfadado, 
y  dijo:  ¿Quién  me  reprehende  á  la  Madre  de  los  Sacerdotes?  ¿quién 
tiene  autoridad  para  esof  sus  defectos  los  cura  mi  sangre.  Que  la 
dijo  el  Señor  seria  beatificada,  y  canonizada,  y  Patrona  de  es- 
ta ciudad.  Si  ha  de  ser  como  ella  merece,  ya  se  le  han  comen- 
zado á  hacer  en  vida  las  informaciones  por  el  Santo  Tribunal, 
que  tan  exacto  es,  en  cuanto  averigua.  Y  a  lo  de  ser  Patrona, 
replicó  ella  como  podía  serlo  de  esta  Ciudad,  si  lo  era  Santa 


—310— 
Isabel.  Y  que  el  Señor  la  respondió,  que  Santa  Isabel  es   pa- 
trona  por  elección  de  los  hombres,  y  que  ella  lo  será  por  elec- 
ción de  Dios. 

Y  blasonando  de  que  era  Maestra  y  Doctora  de  los  Docto- 
res, dice  que  lagradtiaron  de  Doctora  en  el  cielo;  y  queriéndo- 
le poner  lui  Ángel  la  borla  de  Santo  Tomás  dijo  la  Virgen;  no 
ha  de  ser  la  borla,  sino  el  Espíritu  Santo,  el  cual  se  le  sentó  so- 
bre su  cabeza.  Y  que  la  reveló  el  Señor,  que  los  mayores 
Doctores,  y  sabios  de  la  Iglesia  y  Obispos  no  hablan  merecido 
la  dicha  que  ella,  ni  con  su  sabiduría,  y  escritos  habían  llega- 
do á  ser  medio  de  la  difinicion  de  la  pureza  de  laVirgen;  y  que 
por  esto,  como  rendidos  todos,  se  postraban  á  sus  píes,  y  á  ella 
le  ponían  sus  insignias;  y  que  sus  escritos  habían  de  ser  la  luz, 
y  declaración  de  los  escritos  do  la  Monja  de  Agreda,  que  eran 
oscuros  y  teológicos,  y  los  suyos  claros  y  llanos;  y  que  habían 
de  oscurecer  todo  cuauto  se  había  escrito  hasta  ahora  de  la 
Concepción  de  la  Virgen:  y  que  como  Doctora  habla  de  ense- 
ñar á  los  mayores  Doctores;  porque  á  ella  la  había  escogido 
Dios,  y  no  á  Santo  Tomás,  y  á  Escoto,  para  que  enseñase  álos 
sabios,  y  que  ella  había  de  sobresalir  como  la  mayor  Doctora 
del  mundo:  y  llegado  el  tiempo  de  la  definición  del  Misterio, 
la  añadiría  la  Iglesia  á  los  cuatro  Doctores,  que  celebra,  Bien 
se  echa  de  ver  que  sabe  poco  de  iglesia,  pues  la  Latina  cele- 
bra á  Santo  Tomás  de  Aquino,  y  á  San  Buenaventura,  como 
á  los  cuatro  antiguos  santos  doctores  con  el  mismo  rito  y  so- 
lemnidad que  á  ellos. 

Dice  mas  de  sí,  remontándose  á  la  superior  esfera,  como  si 
pasara  de  humana  á  angélica:  que  aparecerá  en  Eoma  como 
Ángel  del  Apocalipsis  en  un  carro  triunfante,  asistida  de  sus 
confesores,  siendo  el  medio  para  que  por  sus  escritos  defina  el 
Pontífice  el  Misterio  de  la  Inmaculada  Concepción  de  la  Vir- 
gen Santísima.  Y  que  en  muchas  ocasiones  había  ido  á  Eoma 
á  dar  varías  noticias  al  Pontífice  sobre  sus  escritos.  Y  que  un 
Paraninfo  le  dio  una  pluma,  diciendo  era  de  las  alas  del  Es- 
píritu Santo;  para  qne  supiesen  los  que  la  escribían,  que  el 
Espíritu  Santo  les  asistió.  Bien  dijo  el  Apóstol,  que  la  letra 
süf\a,  matíi:  Littera  occidit.  Oiría  esta  mujer,  que  el  Espíritu 
Santo  se  apareció  en  figura  de  paloma  sobre  la  cabeza  de  Cris- 
to, al  bautizarse  en  el  Jordán;  y  aprendió  tan  deveras  que  era 
paloma  el  Espíritu  Santo,  que  de  sus  alas  pensaba  serle  en- 
viada esa  pluma  con  que  escribió  tantos  errores  y  disparates. 

Afirma,  que  como  la  escoba  recoje  la  basura,  ella  había  de 
barrer  todas  las  ignorancias  de  los  Doctores  y  sabios  que  han 
contradicho  el  Misterio  de  la  Concepción;  y  que  con  la  caña 
de  la  escoba  despertaría  al  Pontífice  y  Cardenales,  dándoles 
golpes  en  las  cabezas,  para  que  definiesen  el  Misterio;  y   que 


—311— 
ella  enseñaría  al  Pontífice  el  A,  B,  O.  Y  que  éste  y  los  sabios 
(le  la  tierra  tenían  llenos  los  ojos  de  cataratas  para  no  ver  la 
pureza  de  la  Virgen.  Y  que  como  en  liorna  está  el  Sol  de  la 
Fé,  está  ella  eu  el  Perú  como  Luna,  para  declarar  la  Fé  del 
Misterio  de  la  Concepción.  Gracias  al  Señor,  que  llegó  á  eclip- 
sarse; y  oscurecerse  del  todo  esta  Luna,  que  á  tantos  trajo  en 
en  la  noche  de  su  ignorancia,  ó  simplicidad  descaminados  y 
atónitos. 

Por  haberla  escogido  el  Señor  (como  ella  dice)  para  este  fin 
tan  alto,  y  constituídolaMadre  de  Sacerdotes,  le  concedió  el 
favor  de  conservarla  las  especies  sacramentales  de  una  comu- 
nión á  otra:  haciéndola  el  Señor  el  Espíritu  Santo  de  Maria, 
para  destroncar  presumidos  teólogos.  Y  que  le  dij«  el  Señor 
era  Madre  adoptiva  de  la  Madre  de  Dios;  y  que  apareciéndo- 
sele  su  Divina  Magestad  asistido  de  la  Virgen,  Señora  Santa 
Ana  y  Santa  Isabel,  dijo  el  Señor:  Aquí  están  las  cuatro  Madres, 
María  7ni  Madre,  Ana  Madre  de  María,  Isahel  Madre  del  Bau- 
tista, y  la  Madre  de  los  Sacerdotes.  En  otra  ocasión  dice:  que 
la  dijo  San  Agustín,  que  si  fuera  hombre,  la  diera  su  mitra;  y 
ya  que  no  se  la  pudo  entregar,  le  dio  su  báculo  para  que  die- 
se golpes  á  las  puertas  del  Pontífice,  para  que  definiese  el 
Misterio  de  la  Concepción.  Y  que  le  dijo  el  Santo,  que  si  es- 
tuviera en  el  mundo  de  una  palabra  que  la  oyera,  escribiría 
libros  enteros.  Que  agravió  á  este  Santo  Doctor,  pues  de  nin- 
guno pudo  estar  mas  remota  la  aprobación  de  tan  diabólico  y 
disparatado  espíritu,  que  de  la  perspicacísima  discreción  y 
ciencia  iluminada  del  que  íué  Águila  entre  los  Doctores. 

Jactase  de  que  Dios  le  dio  los  títulos  de  Doctora  del  mun- 
do, protectora  de  la  cristiandad,  confusión  de  los  sabios,  de- 
fensora y  protectora  de  la  Concepción  y  Abogada  de  los  mi- 
neros (miren  en  lo  que  vino  á  parar,  sin  duda  por  el  interés 
que  era  el  blanco  de  todas  sus  invenciones)  porque  los  mine- 
ros (dice)  han  de  contribuir  á  mí  canonización;  que  los  Pontí- 
fices y  Cardenales  pidei^l ata  para  la  canonización  de  los 
SantoSj,  de  que  proviene  estar  detenidas  algunas,  y  por  esto 
ha  de  correr  mi  canonización  por  los  mineros,  que  pueden  con- 
tribuir, 

Y  estaba  tan  satisfecha  de  su  santidad,  como  prevenida  pa- 
ra el  aplauso  y  culto  que  se  le  había  de  dar  en  los  tiempos  ve- 
nideros, que  dijo,  que  en  una  visión  de  parte  de  Dios,  le  ad- 
virtieron, que  se  hiciese  retratar  con  guirnalda  y  pluma  en  la 
mano.  Y  aun  añade,  que  el  Espíritu  Santo  se  le  ponía  al  hom- 
bro para  alumbrarla  y  enseñarla  por  el  oído;  compitiendo-  asi 
en  su  fantasía  con  San  Gregorio  el  Magno,  Doctor  de  la  Igle- 
sia. Y  porque  no  le  faltase  insignia  ni  i)rerrogativa  de  los  ma- 
yores santos,  dijo:  que  en  una  ocasión  oyó  al  Señor  aquel  amo- 


—sis- 
roso  iüvitatorio  veni  sponsa  mea,  y  que  estaba  el  Señor  en  su 
corazón,  y  todos  los  patriarcas  1©  ofrecieron  sus  insignias. 

Otras  mucbas  revelaciones  de  esta,  y  otras  calidades  y  es- 
pecies se  hallan  en  sus  cuadernos,  que  en  el  número  excede  á 
cuantas  revelaciones  se  cuentan  de  todos  los  santos  juntos;  y 
así,  si  se  hubieran  de  referir,  fuera  un  proceso  infinito.  Las 
dichas  claramente  manifiestan  haber  nacido  de  un  espíritu 
diabólico,  y  que  en  soberbia  y  ambición  pudo  competir  con 
Lucifer,  tan  loca  ella  como  él. 

Hasta  ahora  según  lo  referido,  engañó  esta  mujer  como  hi- 
pócrita disimulada  á  no  pocos  de  esta  populosa  ciudad,  y  des- 
vario soberbia,  y  jactanciosa,  en  sus  recónditos  escritos  comu- 
nicados á  pocos,  que  se  tenían  por  dichosos  y  muy  favoreci- 
dos con  la  participación  de  tan  altos  misterios;  pero  ninguno 
de  fé,  y  los  mas  contra  ella.  Comenzó  á  hacerse  célebre  con 
toda  la  ciudad  y  reino,  j  aun  con  las  mas  célebres  ciudades  de 
Europa  con  la  invención  ó  abuso  supersticioso  do  cuentas  y 
rosarios,  velas,  espadas,  campanillas,  romero,  cencerros,  que 
decia  se  bendecían  en  el  cielo  en  tales,  y  tales  festividades  del 
año  con  especiales  privilegios  y  prerrogativas,  concedidas  por 
ISTuestro  Señor,  para  que  todo  se  distribuyese  por  su  mano, 
mediante  la  de  sus  asistentes  y  afectos;  como  con  efecto  se 
han  repartido,  hasta  que  fue  piesa  por  el  Santo  Oficio,  en  esta 
ciudad  y  reynos  del  Perú,  y  comunicado  á  los  de  Europa,  en 
tanta  multitud,  especialmente  de  cuentas  y  rosarios  que  le  lle- 
vaban para  bendecir  canastas  y  costales  llenos,  que  hoy  reco- 
gidos con  las  demás  cosas  y  piezas  referidas,  ocupan  en  el  se- 
creto un  cuarto,  y  esto  tan  sin  encarecimiento  dicho,  que  ella 
misma  confiesa,  que  en  una  ocasión  de  bendiciones  por  ser 
tanta  la  multitud  de  cuentas  y  rosarios  que  le  llevaron  x)ara 
bendecir,  la  dijo  el  Señor  enojado:  esto  es  cosa  de  fruteras? 

Y  para  acreditar  mas  su  engaño  decia,  que  la  bendición  de 
cuentas  y  rosarios  no  se  hacia  frecuentemente,  sino  en  días  se- 
ñalados, y  festividades  de  ÍTuestrí^eñora  de  la  Virgen  María, 
y  de  algunos  Santos  y  que  según  los  días  de  su  bendición  eran 
las  gracias  y  prerrogativas  que  tenían,  diciendo:  que  las  cuen- 
tas benditas  en  dia  de  San  Gerónimo  tenían  virtud  para  con- 
vertir infieles,  las  de  San  Francisco  y  San  Juan  de  Dios,  para 
la  Providencia,  las  de  San  José,  para  guardar  castidad,  las  de 
San  Nicolás,  para  llagas  y  heridas,  las  de  Santa  Teresa,  para 
tener  oración,  las  de  San  Ignacio  de  Loyola,  para  ahuyentar 
al  Demonio,  las  de  San  Miguel,  para  que  no  entren  ladrones 
en  casa,  las  de  San  Juan,  contra  la  peste,  rayos,  gotacoral, 
mal  de  corazón,  y  para  mujeres  de  parto,  las  de  Señora  Santa 
Ana,  tenían  muchas  gracias  é  indulgencias  para  la  hora  de  la 
m  uerte,  las  de  San  Agustín,  para  tener  mucha  luz  y  fé,  las  de 


—313— 
de  San  Andrés  para  restaurar  el  juicio  perdido;  y  asi  de  otras 
festividades  de  santos. 

Anadia  mas  en  lo  que  escribía,  y  decia  que  algunas  de  las 
dichas  cuentas  benditas  tenían  indulgencia  plenaria  concedi- 
da por  el  Pontífice  á  quien  después  de  benditas  por  el  Señor, 
las  llevaba  á  Eoma  el  Arcángel  San  Miguel  para  que  el  Pon- 
tífice les  concediese  la  iudnlgencía  plenaria,  como  en  efecto 
refiere,  habérselas  concedido  ]S"uestro  Santísimo  Padre  Ino- 
cencio XI,  cuando  vivia;  y  que  sucedió  muchas  veces,  que 
tardando  San  Miguel  en  traer  las  cuentas  y  rosarios  que  lle- 
vaba á  Eoma,  preguntaba  4  el  Señor  la  causa  <le  la  tardanza, 
y  que  le  respondía:  que  por  estar  algunas  veces  durmiendo  el 
Papa  aguardada  á  que  despertase. 

Dice  mas:  que  las  cuentas  que  gozaban  del  privilegio  de  las 
indulgencias  plenarias  y  se  llevaban  á  Eoma,  eran  las  bendi- 
tas los  días  de  la  ííatividad  del  Señor,  fiestas  de  ííuestra  Se- 
ñora y  de  algunos  santos  del  año;  y  que  dichas  cuentas  tenían 
el  auxilio  eficaz  para  la  hora  de  la  muerte.  Y  que  le  había  re- 
velado el  Señor,  que  de  unas  cuentas  benditas  el  día  de  San 
Miguel  del  año  de  680,  que  tenían  el  auxilio  eficaz,  para  el 
que  muriese  con  una  de  ellas  en  la's  manos,  se  guardasen  dos, 
ó  tres  de  dichas  cuentas  en  el  Sagrario  de  San  Marcelo,  para 
que  en  adelante  se  tocasen  rosarios  á  ellas,  y  se  llevasen  á  los 
moribundos  para  que  lograsen  el  auxilio  eficaz.  Que  en  se- 
ñal de  la  promesa  que  el  Señor  le  hizo  de  que  sería  cierto  el 
auxilio  eficaz  concedido  á  sus  cuentas,  levantó  el  Señor  el 
dedo  en  alto,  diciendo:  Yo  te  empeñé  mi  palabra.  Se. 

Añade  mas  fiadores  á  la  autoridad  de  sus  cuentas,  en  que 
interesaba  tanto  su  crédito  y  estimación  con  los  crédulos  y 
piadosos  sin  discreción,  diciendo,  que  le  fué  revelado,  que  el 
que  no  estimase  sus  cuentas,  se  perderia  como  se  perdió  Judas,  y 
tendría  la  m,isma  pena.  Y  que  sus  rosarios  benditos  eran  como 
la  honda  de  David,  que  como  aquella  derribó  con  la  piedra  al 
Jigante,  con  las  cuentas  de  estos  rosarios  derriba  ella  á  peca- 
dores, y  los  convierte  á  penitencia.  Y  que  las  cuentas  benditas 
del  Jueves  Santo  á  los  que  estuvieren  en  gracia,  les  aprovechará, 
como  la  Hostia  consagrada,  y  á  los  que  las  recibieron  en  pecado 
les  liará  el  efecto  que  á  Judas.  Y  que  las  benditas  dia  de  San 
Gerónimo,  ])or  tciier  el  auxilio  eficaz  para  hacer  acto  de  con- 
trición en  la  hora  de  la  muerte,  á  el  que  las  tuviere,  no  le  hará 
falta  la  absolución;  caso  cpie  no  haya  copia  de  confesores,  y  que 
teniendo  una  de  estas  cuentas  un  hereje  ó  gentil,  les  concederá 
Dios  virtud  de  couvertirse. 

Mayor  absurdo,  por  lo  menos  mas  indecente,  es  el  que  se  si- 
gue, y  refiere  para  crédito  ó  descrédito  de  sus  bendiciones.  Que 

TOM.   \IL  LlTEKATUEA — 40 


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viendo  en  una  ocasión  descalza  á  la  Santísima  Virgen,  le  dio 
sus  zapatos,  y  que  se  los  puso  la  Virgen,  y  el  Señor  les  conce- 
dió las  mismas  gracias,  que  á  sus  rosarios.  A  la  cual  revela- 
ción dieron  sin  duda  crédito  cuantos  simplemente  piadosos 
recogían  los  zapatos,  que  se  quitaba  esta  insigne  embustera, 
y  los  guardaban  como  un  gran  tesoro,  que  finalmente  compe- 
lidos  del  Edicto  loromulgado  contra  estas  alhajas  benditas  en 
la  estimación  de  los  supersticiosos  y  malditas  en  la  verdad  y 
aprecio  de  los  cuerdos,  ban  manifestado  y  traido  al  Tribunal 
multitud  de  zapatos,  calzados  y  desechados  de  esta  mala  mu- 
jer, que  sin  duda  tomó  esta  traza,  para  calzarse  de  nuevo  á 
costa  del  que  llevase  el  calzado  viejo  por  bendito. 

Aun  pondera  mas  sus  bendiciones  y  procura  con.ellas  ganar- 
las para  sien  crédito  é  interés,  porque  dice:  que  como  Dios  es 
infinito  y  sin  fin,  así  no  le  tienen  las  gracias  ó  favores,  que 
tenian  los  rosarios  benditos  el  dia  de  la  Cruz.  Y  que  nadie  ba- 
bia  de  saber  las  gracias  secretas  que  tienen  estas  cuentas  has- 
ta el  dia  del  juicio.  Y  que  el  Señor  le  reveló,  que  los  que  tu- 
viesen las  cuentas  del  auxilio  eficaz  hurtaron  la  bendición  de 
Jacob,  y  que  serían  benditos  en  vida  y  en  nmerte,  y  el  Demo- 
nio nó  tendria  que  ver  con  ellos;  y  el  que  muriese  con  ellas 
tendría  gran  sosiego  y  paz,  y  moriría  sin  agonías. 

Suponiendo  virtud  Divina  en  dichas  cuentas  y  rosarios,  no 
solo  para  con  los  hombres,  sino  también  para  con  Dios;  pues 
dice  se  le  apareció  el  ISTiño  Jesús  y  le  mostró  una  llaga  en  una 
de  sus  piernecitas,  y  que  le  dijo:  Angela  de  Dios  me  has  de  cu- 
rar con  tma  cuenta  de  Sííji  Boque,  y  que  en  otra  ocasión  vio  á 
Cristo  ISTuestro  Señor  derramando  mucha  sangre  de  su  costa- 
do, y  que  le  dijo,  le  pusiese  una  cuenta  para  atajársela,  y  que 
lo  hizo  así;  y  luego  al  punto  se  estancó  la  sangre.  Y  que  tam- 
bién curó  á  un  ángel  de  una  llaga  que  le  mostró  en  una  pierna. 
Al  revés  se  ha  visto,  y  se  vé  en  los  bultos  é  imágenes  de  San 
Roque,  que  un  ángel  le  cura  una  llaga  que  tiene,  ó  muestra  en 
la  pierna  el  Santo.  Mas  esta  mujer  dio  en  trabucar  el  mundo 
y  hacer  de  la  tierra  cielo,  y  del  cielo  tierra;  fingiendo  á  los  án- 
geles llagados,  y  al  mismo  Jesucristo  médico  celestial  necesi- 
tado de  curarse  por  ella. 

Jactaba  ser  este  singular  favor  de  la  bendición  de  cuentas  ó 
rosarios,  para  que  mediante  los  muchos  milagros  que  harían 
se  acreditasen,y  confirmasen  ser  suyas  las  revelaciones  que  te- 
nia sobre  el  Misterio  de  la  Concepción.  Siendo  á  la  verdad  to- 
do lo  dicho  escandaloso  y  pernicioso,  y  que  ducit  Inviam  latini, 
en  cuanto  asegura  la  salvación  con  ía  nota  de  singular  favor, 
pues  con  el  seguro  de  esta  promesa,  se  dejarían  estar  los  pe- 
cadores obstinados  en  sus  culpas  y  vicios,  sin  confesarse  en 
toda  la  vida,  prometiéndose  con  toda  seguridad  el  auxilio  efi- 


—sis- 
caz  en  la  muerte;  pues  la  jjalabra  eficas  suena  absoluta  aseve- 
ración de  la  salutación,  como  se  verifica   de  levantar  Dios   el 
dedo  en  alto,  y  la  promesa.  Yo  te  empeño  mi  palahra. 

Y  para  confirmar  esta  mujer  su  engaño,  sucedió,  que  ha- 
biendo muerto  una  á  puñaladas,  como  otras  i)ersonas  repen- 
tinamente y  sin  sacramento  en  esta  ciudad,  preguntada  sobre 
el  estado  de  sus  almas  respondió;  que  se  habia  salvado,  porque 
hablan  tenido  una  de  sus  cuentas  del  auxilio  ó  eficaz,  y  que 
en  una  ocasión  se  estaba  muriendo  en  cierta  ciudad  una  mujer 
en  mal  estado,  sin  quererse  confesar,  y  fué  llevada  ésta  rea  de 
orden  de  Dios,  donde  estaba  la  mujer,  y  que  aplicándole  sus 
cuentas,  so  convirtió,  confesó  y  salvó  sin  resistencia. 

Y  prosiguiendo  con  su  engaño,  decia,  que  llevaba  al  cielo 
á  bendecir  cálices,  y  crisnejas,  anillos,  doblones,  reales,  cam- 
panillas, asegurando  estar  todas  estas  cosas,  como  también 
sortijas,  benditas  por  el  Señor,  y  así  los  dueños  las  han  guar- 
dado como  reliquias  muchos  años  hasta  ahora  que  sentenciada 
su  causa,  y  sacada  á  Auto  público,  como  embustera,  y  falsaria, 
desengañados  las  han  manifestado,  y  exhibido  al  Santo  Tri- 
bunal. También  hacia  agazajo,  y  regalo  de  algunas  frutas  á 
los  enfermos  de  su  devoción  que  visitaba,  y  les  aseguraba,  ser 
venidas  del  cielo,  y  benditas  de  la  mano  de  ííuestro  Señor. 

A  quien  también  atribula  la  bendición  de  espadas,  y  dagas 
diciendo  al  volverlas  á  siis  dueños;  que  las  habia  tenido  en  sus 
manos  el  Padre  Eterno,  y  entregándolas  al  Hijo;  y  de  este  pa- 
sado al  Espíritu  Santo,  y  luego  á  la  Madre  de  Dios,  asegurando 
después  de  tantas  bendiciones,  que  aquellas  espadas  quedaban 
con  valor  y  filos  penetrantes  para  defender  la  fé,  y  pelear  por 
la  Purísima  Concepción,  pero  no  para  ofender  á  nadie,  ni  aun 
á  los  enemigos  de  la  Fé,  sino  para  meter  paz,  y  rendir  los  áni- 
mos, y  que  así  lo  queria,  y  era  orden  de  Dios,  y  que  se  grabase 
en  ellas  el  nombre  de  María.  Dijo  al  dueño  de  una  de  estas 
espadas,  que  tenia  las  virtudes,  y  prerrogativas  de  las  cuentas 
benditas  el  dia  de  la  Concepción.  Que  liberal  era  de  lo  ageno, 
y  tan  precioso,  como  estas  bendiciones,  según  las  fingía,  ó  ven- 
día, á  algunas  personas  que  le  habían  entregado  sus  espadas 
para  bendecirlas,  al  recebirlas  la  pedían,  que  ella  se  las  ciñese, 
y  se  las  cenia  diciendo:  Yo  no  te  la  ciño,  la  Madre  de  Dios  es  quien 
te  la  ciñe,  y  yo  te  la  entrego  en  su  nombre. 

Quiso  resellar  este  engaño,  y  dar  á  sus  bendiciones  una  ca- 
pa honorífica,  con  que  pudiesen  parecer,  como  divinas  aun  á 
los  ojos  de  la  piedad  mas  escrupulosa.  Decia  pues  para  este 
fin,  que  el  Santo  Tribunal  de  la  Inquisición  la  habia  llamado, 
y  preguntado  sobre  sus  cuentas,  y  sus  gracias,  y  prerrogativas: 
y  queriendo  uno  de  los  Señores  Inquisidores  examinarlos  por 
sí,  y  de  la  experiencia  colejir  su  verdad,  y  virtud  oculta,  en- 


—316— 
cerró  en  una  cajita  con  llave  algunas  de  estas  cuentas,  púso- 
las sobre  el  Altar,  en  que  dijo  Misa,  y  desí)ues  de  alzar  hizo 
abrir  la  cajita,  y  no  se  hallaron  las  cuentas,  ceruose  como  an- 
tes, y  después  de  consumir,  se  volvió  á  abrir  y  se  hallaron  las 
cuentas,  que  allí  se  habian  depositado.  No  ])ud iera  ser  la  dili- 
gencia mas  apretada,  y  aun  segura:  si  todo  lo  dicho,  y  hecho 
no  fuera  mentira,  y  supuesto  por  esta  nuijer  ]}nra  crédito  de 
sus  fabulosas  bendiciones  diciéndolo  y  esciibiéndolo  así,  «d! 
perpetiimn  reimemoHam.  Pero  con  ningunos  ]_)udo  atestiguar 
menos  bien  para  acreditar  sus  engaños,  que  con  los  mismos 
jueces  que  habia  de  examinarla  y  condenarla  como  á  rea  fin- 
gente,  tramoyista,  y  falsaria  de  lo  divino  y  humano  de  que  no 
hacia  diferencia. 

IS'o  contenta  con  esta  prueba,que  tan  mal  le  ha  salido,  fitigió 
otra  haciendo  testigo  á  otro  Señor  Inciuisidor  de  la  eficacia,  y 
virtud  de  sus  cuentas,  con  que  no  tenia  Eé,  porque  fuera  fal- 
tar á  ella  quien  mas  la  habia  de  deten der.  Dice,  pues,  que  este 
señor  se  halló  apretadísimo  de  un  dolor  de  estomago,  y  de  ca- 
beza (cualquiera  de  los  dos  bastaba  para  ponerlo  en  el  último 
<X)nñicto)  tal,  que  le  obligó  á  pedir  una  cuenta  de  la  Madre  An- 
gela. Trajerónsela,  aplicóla  á  las  partes  doloridas,  y  que  al 
punto  se  quitó  uno  y  otro  dolor:  y  quedó  mas  acreditada  la 
virtud  délas  santísimas  cuentas  en  opinión  de  los  crédulos,  ó 
simples,  que  se  lo  oyeron.  Mas  este  caso,  como  el  referido 
cuetan  mal  fingido  entonces,  como  fácilmente  averiguado,  y 
falsificado  á  su  tiempo.  Por  que  merecía  esta  embustera,  que  los 
Señores  Inquisidores  le  cargaran  mas  la  mano  sobre  estas  ben- 
diciones, sino  obraran  con  la  benignidad  que  Dios  practica  con 
los  que  cada  día  de  palabra,  y  de  obra  le  pierden  el  respeto. 

Así  le  atribuía  esta  mujer  los  milagros,  ó  maravillas,  que  da- 
ba á  entender  pasaban  por  sus  manos,  no  siendo,  ni  milagros, 
ni  maravillas,  sino  acasos,  ó  contingencias,  ó  trampantojos 
del  padre  de  la  mentira,  que  cooperaba  con  ella,  aunque  mas 
lo  halla  negado.  Tiene  contra  sí  un  caso  en  gran  descrédito  de 
sus  cuentas,  y  rosarios,  que  á  la  verdad  califica  mas  el  daño, 
que  el  provecho  que  causaban. 

Sucedió  ijues,  que  estando  cierta  inujer  casada  disgustada 
gravemente  con  su  marido,  solicitó  dos  rosarios  de  los  bendi« 
tos  el  día  de  San  Joaquín,  que  decía  la  Beata  tenían  virtud 
para  la  conformidad,  y  unión  entre  casados;  y  habiéndose  pues- 
to uno  la  mujer,  y  dado  el  otro  á  su  marido,  desde  entonces  cre- 
ció de  tal  suerte  el  odio,  y  aborrecimiento  entre  los  dos  casa- 
dos, que  á  la  mujer  le  causó  novedad,  y  atribuyendo  este  mal 
efecto  á  las  cuentas  de  los  rosarios  de  la  Beata,  se  quitó  el 
que  traia,  y  con  maña  procuró  quitar  al  marido  el  que  habia 
dado,  y  traia  al  cuello,  poniéndole  en  su  lugar  otro  con  una 


—317  - 
medalla  de  nuestra  Señora,  con  lo  cual  desde  aquel  día  queda- 
ron marido  y  mujer  templados,  y  quietos  en  unión,  y  confor- 
midad de  voluntades,  que  prosi^^uió  por  virtud  de  los  Kosarios 
no  benditos  por  la  Beata,  y  santificados  con  la  medalla  de  nues- 
tra Señora,  que  es  Madre  del  hermoso  Amor,  y  Medianera  para 
toda  buena  paz,  y  concordia. 

Otro  caso  tiene  contra  sí  la  supersticiosa  ó  fingida  bendición 
de  las  cuentas,  y  rosarios  de  la  Beata,  porque  como  la  men- 
tira es  cosa  de  un  pié,  y  no  camina  á  derechas,  aunque  mas 
corra,  es  fácil  alcánzala,  y  al  fin  atrepellarla,  y  deshacerla  con 
sus  mismas  armas,  dichos,  y  palabras.  Y  es  el  caso,  que  ha- 
biendo corrido  en  esta  ciudad  el  año  de  1685,  noticia  de  que 
nuestra  Armada,  que  se  habia  despachado  contra  los  Piratas 
introducidos  en  este  mar  del  Sur,  los  habia  apresado,  y  des- 
truido, dijo  la  Beata,  que  el  Demonio  se  le  habia  aparecido,  y 
reñidola,  porque  habia  dado  aquellas  pelotas  al  general  de 
nuestra  Armada.  (Significó  así  las  cuentas  gordas,  benditas 
de  Angela )  que  mejor  fuera  las  hubiese  dado  á  los  muchachos, 
para  que  jugasen  á  las  bolas,  porque  con  ellas,  y  sus  oraciones 
hablan  alcanzado  los  nuestros  la  victoria.  Y  tal  victoria  no  al- 
canzamos, escapándose  el  enemigo  venturosamente  de  nues- 
tros tiros,  y  alcance  de  las  ISTaos.  Sino  que  ella  no  esperó  á  que 
llegase  la  noticia  verdadera,  y  quiso  ganar  las  albricias  por  la 
victoria  imaginada,  como  j3osible,  para  sus  cuentas  ó  pelotas 
disparadas  al  ayre. 

Mayor  disparate,  aunque  igual  mentira,  fué  la  que  esparció 
cuando  llegó  á  esta  ciudad  la  noticia  infausta,  cuanto  horroro- 
sa de  la  quema  de  nuestra  Capitana  con  mas  de  400  hombres 
que  tenia  dentro,  en  el  Puerto  de  Paita.  Dijo,  pues,  que  como 
aquella  gente,  y  buenos  soldados  hablan  peleado  con  valor,  y 
fervor  contra  los  enemigos  de  nuestra  Santa  Fé,  en  premio 
permitió  Dios,  que  muriesen  abrasados  y  que  así  habia  visto 
la  Capitana  en  el  cielo.  En  esta  invención  se  propasó  á  astró- 
loga la  Beata,  pues  colocó  en  el  cielo,  y  esfera  de  los  signos,  ó 
constelaciones  de  Estrellas  otra  Kao,  como  la  de  Argos,  sin 
mas  mérito,  ni  congruencia,  que  la  fingida  victoria  que  supuso. 
Y  es  cierto,  que  pudo  fingir  otro  premio  mas  acomodado,  y 
apacible  para  los  pobres  soldados,  que  abrasarse  allí  tan  lasti- 
mosamente. 

Tan  vulgar,  y  repetido  era  el  favor  que  decia  esta  mujer  te- 
ner del  Señor  para  la  bendición  de  las  cuentas  y  rosarios,  que 
cuando  á  ella  se  le  antojaba,  sin  mas  motivo  [aun  habiéndo- 
selo vedado  quien  con  superior  jurisdicción  podia]  tocaba  á 
recoger  rosarios  y  cuentas  para  remitirlas  al  cielo,  como  ella 
decia,  publicando,  que  allá  se  ponían  sobre  una  Ara  consagra- 
da, y  asistiendo  el  Ángel  de  su  guarda  con  una  hacha  encen- 


—318— 
dida,  el  Señor  les  echaba  su  bendición.  Y  si  el  rosario  era  de 
Sacerdote  lo  ponia  al  cuello. 

Añade,  que  otras  veces  el  Espíritu  Santo  en  forma  de  palo- 
ma, se  estaba  sobre  los  rosarios,  y  llovia  como  luia  lluvia  muy 
espesa  que  significaba  las  gracias  que  se  les  concedía,  y  que 
otras  veces  se  los  ponia  á  la  Virgen  al  cuello.  Y  al  ruido  que 
se  hacia  en  la  ciudad  con  la  bendición  de  los  rosarios,  dijo: 
que  había  dicho  el  Seíáor:  que  por  qué  se  admiraban?  Si  no 
era  mas  haberse  quedado  en  el  Santísimo  Sacramento?  Y  que 
si  su  Prelado  y  su  Padre  espíritul  le  podían  quitar  que  hiciese 
lo  que  quisiese?  Con  esta  ocasión,  y  ]3or  este  tiempo,  cierta 
persona  de  cariño  y  confidencia  de  esta  beata,  comunicando 
con  ella  sobre  dichas  bendiciones  de  rosarios,  y  el  alboroto  que 
ocasionaban  la  obligó  á  decir:  Yo  te  lie  de  haUar  la  verdad,  las 
cuentas  van  al  cielo,  i)ero  los  rosarios  nó.  Las  virtudes  que  llevan 
es  ir  muclios  menos,  y  muclios  quebrados:  la  devoción  de  la  gente 
es  la  que  las  trae,  y  'por  no  enviar  los  desconsolados,  digo,  que  van 
al  cielo.  Bien  pudo  y  debió  decir  esta  embustera  lo  mismo  de 
las  cuentas,  que  de  los  rosarios,  y  que  aquellas,  como  esos  no 
subían  al  cíelOj  y  dijera  verdad,  pues  no  habia  mas  razón  para 
los  unos  que  para  las  otras.  ¿Pero  cuando  supieron  de  conse- 
cuencia en  lo  que  afirman  los  mentirosos! 

Y  por  concluir  este  capítulo  de  la  soberbia  y  ambición  de- 
satinada de  esta  mujer,  de  ser  teníday  estimada  por  santa  (co- 
mo de  muchos  lo  conseguía)  presumiendo  pegar  su  santidad 
á  todas  sus  alhajas,  á  cuantos  de  cerca  y  de  lejos  la  tocaban, 
las  permitía,  y  repartía  liberal  á  irnos  y  á  otros,  y  mas  á  sus 
aficionados,  y  mas  á  los  que  mas  la  daban  y  regalaban;  y  así 
ha  constado  por  lo  que  se  ha  recogido  por  fuerza  riel  Edicto,  y 
su  descomunión  haberse  por  tanto  tiempo  guardado  como  re- 
liquias sus  zapatos,  sayas,  jubones,  mantos  viejos  de  añascóte, 
bancos  de  su  aposento,  sillas,  taburetes  y  aun  sillones  en  que 
tal  vez  salía  a  muía  al  campo,  convidada  á  alguna  huerta  ó 
casa  de  recreo,  donde  sus  aficionados  la  regalaban,  como  si, 
admitieran  por  huésped  á  un  Santo  canonizado,  y  ella  se  por- 
taba como  tal;  y  así  como  superior  á  todos  los  presentes,  en 
tanto  grado  que  sobre  mesa  pedia  las  tijeras  para  cortarse  las 
uñas,  y  las  que  despedía  las  guardaban  en  cajetillas  de  plata, 
haciendo  esta  demostración  de  culto  y  veneración  á  sus  ojos 
y  con  su  consentimiento;  dejando  asi  en  competencia  la  vana 
superstición  de  sus  creyentes  con  la  vanísima  ambición  y 
soberbia  de  la  beata. 

A  esta  clase  se  pueden  reducir  muchas  proposiciones  es- 
candalosas esparcidas  por  sus  escritos  y  cuadernos,  las  cuales 
quitan  ó  minoran  mucha  parte  del  temor  y  horror  con  que  la 
Sagrada  Escritura  y  Santos  Padres  i^onderan  las  penas  del  in- 


—319— 
fieruo;  pues  dice;  que  por  haberla  escogido  Dios  á  ella  para 
que  por  sus  escritos  y  revelaciones  se  definiese  el  Misterio  de 
la  Concepciou,  le  habia  hecho  favor  y  dado  licencia  para  que 
entrase  en  salvo,  y  con  sus  poderes  al  infierno  y  en  el  pusiese 
un  coro,  para  que  Lucifer  y  los  demonios  cantasen  los  Martes 
y  Sábados  alabanzas  á  la  Santísima  Virgen  y  Señora  Santa 
Ana;  y  que  con  efecto  lo  consiguió,  nombrando  im  demonio 
por  fiscal  para  que  se  ejecutase;  y  que  muchas  y  repetidas  ve- 
ces fué  al  infierno  los  Martes  y  Sábados  para  ver  si  los  demo- 
nios cantaban,  y  refiere  que  los  vio  cantar,  y  que  en  muchas 
ocasiones  los  vio  cantar  con  juicio  y  con  modestia;  y  que  canta- 
han  'con  mejor  canto,  y  algunos  con  hermosas  caras:  suponiendo 
hablan  de  alabar  á  Dios  los  demonios  y  á  la  Santísima  Virgen 
después  del  dia  del  Juicio  por  toda  la  eternidad,  con  total  ex- 
clusión de  las  blasfemias,  con  que  actualmente  se  enfurecen 
contra  el  mismo  Dios.  Y  que  entrando  una  vez  á  ver  el  coro 
de  los  demonios;  vio  que  estaban  cantando  y  llegando  á  ha- 
blar á  Lucifer,  le  respondió,  que  no  podia  hablarla  ni  interrum- 
I)ir  su  canto,  porque  no  era  como  los  frailes  que  se  salían  del 
coro  y  se  ponían  á  parlar  faltando  á  su  obligación,  y  que  ha- 
biendo estado  con  el  Señor  le  aprobó  esta  respuesta  de  Luci- 
fer, y  lo  cierto  es,  que  ni  Dios  ni  Lucifer  le  dijeron  esta  falta 
del  coro  de  los  religiosos,  sino  que  ella  asi  los  apoda,  baldona 
y  vitupera  en  sus  escritos  mas  desvergonzada,  insolente  y 
mordaz  que  Lucifer. 

También  desarma  al  infierno  de  su  mayor  horror  y  rigor  en 
su  clausura  ó  encierro  indispensable  sin  qué  se  haya  visto  has- 
ta hoy,  que  ninguno  entre  allá  condenado  por  sentencia  difi- 
nitiva  del  Supremo  Juez,  que  salga  absuelto  y  libre  de  aque- 
lla cárcel  y  pena  eterna.  Contra  verdad  tan  asentada  afirma 
esta  mujer  que  han  salido  y  salen  no  pocas  almas  del  infierno 
dando  por  razón  haberse  depositado  solamente  en  él.  Y  que  á 
estas  no  les  aprovechan  misas  y  sufragios,  sino  la  intersecion 
de  algunas  siervas  de  Dios,  á  quienes  hace  este  favor,  y  que 
por  habérsele  concedido  á  ella,  habia  sacado  muchas  al- 
mas del  infierno,  cuyos  nombres  expresa  eu  varios  lugares  de 
sus  cuadernos;  y  entre  ellas  muchas  de  personas  de  autoridad, 
y  puestos  en  esta  ciudad,  diciendo  los  graves  delitos  que  co- 
metieron porque  se  les  aplicase  semejante  pena  de  un  infier- 
no temporal.  Asi  hacia  chanza,  juego  y  fábula  del  infierno  y 
sus  penas,  esta  mala  hembra  que  por  ella  parece,  que  escribió 
un  ingenioso  jesuíta  amenazándola  con  la  misma  pena  de  que 
hace  burla.  Multi  de  inferno,  stigiaque  ])alu  de  locanitur;  sed- 
vereor  fiat,  ne  iocusiste  fociis. 

iío  sobresale  menos  la  malicia  de  esta  rea,  cuando  en  repe- 
tidas partes  de  sus  escritos  vende  por  revelaciones  muchas 


—320— 

proposiciones  injuriosas  y  denigrativas  de  los  prójimos  y  refi- 
riendo qne  Dios  le  revelaba  las  muclias  almas  que  se  han  con- 
denado de  todos  estados,  asi  de  esta  ciudad  como  de  otras 
partes  del  mundo,  expresando  sus  nombres  y  gravísimos  deli- 
tos que  cometieron,  infamándolos  no  una  sino  muchas  veces. 
Imputando  falsamente  defectos  gravísimos  á  diferentes  perso- 
nas de  autoridad  y  de  todos  estados,  sin  exceptuar  Pontífices, 
Rej^es,  Yireyes,  Tribunal  del  Santo  Oficio,  Reales  Audiencias, 
Arzobispos,  Obispos,  Cabildos,  Eclesiásticos,  Sagradas  Religio- 
nes, Monasterios  de  Monjas,  como  también  de  otras  personas 
particulares  de  esta  ciudad,  tratándolas  de  simoniacas;  des- 
honestas soberbia,  vengativas,  emvidiosas,  codiciosas,  con 
otros  oprobios  muy  injuriosos;  todo  soñado,  supuesto  y  fingi- 
do por  ella,  como  de  lo  mismo,  que  dice  ó  escribe  consta  con 
evidencia,  y  siendo  así,  hace  á  Dios  Autor  y  promotor  de  es- 
tas injurias,  oprobios  y  detracciones  gravísimas,  diciendo  que 
se  las  revelaba  Su  Magestad,  y  mandaba  que  las  escribiese  y 
I)ropasase:  estilo  tan  ageno  de  la  bondad  infinita  de  Dios,  co- 
mo tan  contrario  á  la  caridad,  que  nos  manda  tener  con  nues- 
tros prójimos,  y  á  las  cauciones  con  que  nos  previene  Cristo  en 
sus  Evangelios  para  no  sacar  en  público  los  defectos  ó  culpas 
graves  que  cometen  los  hombres  aun  contra  su  respeto  y  auto- 
ridad divina.  JSTo  se  refieren  casos  singulares,  que  expresa  en 
sus  escritos  la  beata  por  el  escándalo  y  ofensión  grave  que  de 
ellos  podia  resultar. 

Pasó  de  materia  tan  grave,  ardua  y  escabrosa  á  otras  por  el 
contrario  en  sí  bajas,  ridiculas,  disparatadas;  y  sobre  todo  in- 
creíbles, que  también  vende,  y  escribe  como  revelaciones  di- 
vinas, las  cuales  califican  bastantemente  su  ilusión  ó  deslum- 
bramiento y  aun  su  mucha  malicia  y  maldad,  pues  no  pudo 
dejar  de  tener  en  ellas  gran  parte  el  Demonio,  pues  tan  fami- 
liar y  continuo  le  era,  aunque  ella  diga  que  no  era  amistad  ni 
pacto  que  hubiese  entre  los  dos,  sino  de  su  parte  imperio  y 
potestad  que  le  daba  Dios  para  sugetarlo,  mandarlo  y  casti- 
garlo á  él  y  á  todo  el  infierno. 

Descendamos  en  particular  á  este  género  de  revelaciones 
contenidas  en  sus  escritos  y  constará  de  ellos  contra  ella  la 
monstruosidad  de  sus  invenciones  mentirosas.  Dice  pues,  que 
habiendo  por  mandado  de  Dios  bajado  á  los  infiernos  á  apri- 
sionar á  Lucifer,  en  el  camino  encontró  un  demonio  en  forma 
de  india  vieja,  que  la  dijo;  A  que  vienes  j)uta,  á  atormentamos! 
[Parece,  que  este  la  habia  conocido  en  Tucuman,  cuando  mo- 
za] Y  prosiguiendo  hasta  llegar  á  ver  á  Lucifer,  le  intimó  el 
orden  que  llevaba  de  Dios  y  le  echó  unos  grillos,  y  le  puso  por 
maza  un  demonio  gordo;  y  Lucifer  la  dijo  muchos  oprobios: 
cómo  una  mujercilla  como  tú,  simple  é  ignorante,  se  atreve  á 


—321— 
aprehenderme?  Si  fuera  un  Ministro  de  Justicia^  como  Juan 
Pascual  ú  otro  grave  y  autorizado,  vaya.  Y  con  efecto  lo  dejó 
preso.  Ha  quedíido  la  curiosidad  del  vul^o  con  deseo  de  sa- 
ber, que  pecado  especial  hizo  este  pobre  demonio,  porque  An- 
gela llevase  de  Dios  comisión  para  aprehenderlo,  y  en  el  in- 
fierno, que  es  la  cárcel  mas  cerrada  que  hay  en  el  mundo.  Mas 
ella  sabní  cual  fuese  para  esa  prisión  la  causa  ó  pecado  de  Lu- 
cifer, que  tanto  se  le  entendía  de  diablos,  que  acá  poco  nos 
importa  saberlo. 

Oomo  otro  chiste  ridiculísimo,  que  dice  le  pasó  en  visión, 
de  nn  piojo  que  le  cogió  al  Señor,  y  luego  lo  metió  en  un  co- 
frecito  y  cerrado  lo  entregó  á  los  diablos,  para  que  lo  lleva- 
sen al  infierno,  y  bajando  á  él  ya  descubierta,  se  le  llegó  un 
demonio,  y  la  dijo  muchos  oprobios  contra  su  confesor,  y  le 
dio  tres  puñados  de  piojos  para  uno  de  ellos  que  expresó,  di- 
ciéndola:  dile  á  fulano,  que  me  cure  esta  llaga,  y  le  mostró  una 
horrorosa  y  lasciva;  y  ella  y  los  ángeles  que  la  asistían  par- 
tieron á  correr.  Indignísima  visión  ó  revelación  para  ponerse 
en  cuadernos  y  escritos,  que  como  ella  dijo,  excedían  por  su 
claridad  y  llaneza  á  los  de  la  Monja  de  Agreda,  que  eran  os- 
curos y  teológicos.  Y  á  un  creyente  suyo  se  atrevió  á  decir, 
que  competían  con  los  de  la  Santa  Madre  Teresa  de  Jesús. 

Mas  dice,  que  estando  en  oración,  vio  en  la  Plaza  de  Lima 
\\n  chiste  dilatado,  que  pudiera  escusar  de  escribirlo  entre  sus 
revelaciones,  por  ser  toda  su  oración  sueño  profundo.  Dice, 
pues,  que  vio  en  la  Plaza  de  Lima  una  rueda  de  demonios  en 
figura  y  con  rostros  de  ciertos  religiosos  graves,  y  doctos  de 
esta  ciudad  (cuyos  nombres  expresa)  en  trage  de  mulatas  fru- 
teras; que  remedaban  ademanes,  y  defectos  de  dichos  religio- 
sos, representando  chistes  ridículos  é  infamatorios.  Asi  va  con- 
trapunteando y  explicando  lo  oscuro  y  teológico  de  los  escri- 
tos de  la  Monja  de  Agreda. 

Eeflere  otro  chiste  gracioso  á  su  entender,  que  le  hicieron 
los  diablos  contra  las  beatas;  y  que  á  ella  la  dijeron:  que  por 
jmerca  no  le  decian  los  hombres  chufletas.  Y  que  en  otra  ocasión 
mandó  á  un  demonio  hiciese  cierta  diligencia,  y  que  se  lo 
mandó  en  nombre  del  Muy  E.  P.  M.  Fray  Fulano  de  tal  (que 
nombra)  á  que  replicó  el  demonio,  que  por  donde  tenia  aquel 
sujeto  tantos  nombres  de  M.  E.  &c.,  si  no  habia  sido  Provin- 
cial? A  que  ella  le  respondió,  que  por  persona  de  autoridad  y 
Maestro  antiguo  de  su  religión.  Y  que  entonces  la  dijo  el  de- 
monio: no  fuerais  vos  heata,  y  no  subierais  todo  eso;  que  una 
heata  brincará  y  trepará  por  una  pared  derecha. 

íío  cesan  las  apariciones  ó  revelaciones  de  demonios,  y  lue- 
go dice,  que  no  tuvo  amistad  ui  conversación  con  ellos.  Dice, 
ToM.  VII  '  Literatura — 41. 


-^322— 
que  en  otra  ocasión  viéndose  en  un  campo,  halló  á  unos  de- 
monios y  le  parecieron  negros  simarrones,  los  cuales  le  presen- 
taron un  Memorial,  tratándola  de  Señorita,  y  pidiéndola  los 
llevase  al  infierno  y  apadrinase  con  Lucifer,  porque  estaba  dis- 
gustado con  ellos,  y  con  efecto  los  llevó  al  infierno  y  llegando 
á  la  puerta  de  él,  salió  un  demonio,  que  hacia  oficio  de  porte- 
ro y  la  trató  con  mucha  cortesía,  diciéndola,  que,  ¿qué  manda- 
ba su  reverencia?  Y  respondióle,  que  le  llamase  á  Lucifer.  Di- 
jo el  demonio  portero,  que  estaba  su  jyríncipe  con  una  pierna 
quebrada,  como  tamMen  impedido  por  la  masa,  que  ella  le  liaMa 
puesto.  Y  así  entró  en  el  infierno  {como  en  su  casa)  y  entregó 
los  demonios  huidos  á  Lucifer,  que  los  admitió  por  la  interce- 
sión de  ella,  aunque  de  mala  gana. 

Pagoselo  la  beata  á  Lucifer  con  un  obsequio  ó  convenien- 
cia grande  que  la  hizo,  y  es:  que  (refiere  ella  misma)  habién- 
dole levantado  los  demonios  la  obediencia  por  mentiroso  [co- 
mo sino  lo  hubiera  sido  siempre,  y  padre  de  la  mentira,  como 
todos  ellos]  la  envió  Dios  en  compañía  de  San  Miguel  á  que 
apaciguase  el  infierno;  y  habiendo  entrado  en  él,  lo  halló  re- 
velado con  grande  alboroto  y  contusión,  y  que  Jos  demonios 
arañaban  á  Lucifer,  el  cual  no  se  podia  defender  por  hallarse 
preso  con  la  maza  que  la  beata  le  habia  puesto,  y  asi  daba 
gritos,  diciendo  con  repetidas  voces:  Angela  de  Dios,  defiénde- 
me; y  que  quitándole  á  San  Miguel  la  espada,  envistió  á  esto- 
cadas con  los  demonios,  hasta  que  se  rindieron  y  se  sosegó  la 
rebelión. 

En  la  ocasión  que  esta  mujer  dice,  y  ya  referimos,  que  bajó 
al  infierno  á  poner  unos  grillos  á  Lucifer,  y  que  resistiéndose, 
peleó  con  él  hasta  que  se  los  puso  y  le  quebró  una  pierna. 
Añade,  que  trabando  conversación  con  otro  demonio  sobre  el 
misterio  de  la  Concepción,  se  llegó  á  oirlos  un  demonio  calvo, 
y  ella  enojada  á  palos  lo  ahuyentó  de  allí. 

Mas  es,  como  mas  increíble,  que  una  mujer  que  no  tenia 
oración,  ni  en  los  templos  ni  en  su  casa,  bajase  á  tenerla  al 
infierno.  Dice  pues,  que  una  vez  bajó  allá,  y  se  la  puso  á  te- 
ner muy  fervorosa;  dándose  de  bofetadas  y  golpes  en  los  pe- 
chos junto  el  calabozo  de  Lucifer,  el  cual  oyendo  el  ruido,  di- 
jo: Quién  está  allif  es  algún  puerco,  ó  alguna  beata?  ó  Angela  de 
Dios?  Y  que  habiéndola  conocido,  exclamó  Lucifer  diciendo: 
que  lo  que  ningún  Santo  ha  hecho  haga  esta  mujer  de  tener 
oración  en  el  infierno;  y  irritado  la  dijo  muchos  oprobios. 

Mas  pudo  admirarse  y  asombrarse  Lucifer,  como  todo  el 
infierno  del  caso  siguiente,  que  ella  cuenta  le  pasó  acá  en  el 
mundo,  y  sus  efectos  resultaron  allá  como  ecos  en  aquellas 
infernales  cavernas.  Escribe  pues,  que  poniéndose  una  vez  á 
orinar  en  tierra^  y  sería  en  público,  como  ella  solía,  faltando 


—323— 
á  la  modestia  de  mujer  blanca  y  beata,  hicieron  sus  aguas  un 
taladro  en  la  tierra  y  que  la  penetró  toda  hasta  el  centro  del 
infierno,  á  que  cayeron  esparcidas  como  lluvia,  que  rociando  á 
los  diablos,  se  alborotaron  de  suerte,  que  no  cabian  en  el  in- 
fierno, dando  saltos  y  brincos  de  unas  partes  á  otras  como  que 
aquel  aguacero  los  abrasase  mas  ó  sintiesen  ser  algún  asper- 
ges de  agua  bendita,  que  por  tal  dice  la  beata  se  estimaban 
sus  orines  en  el  infierno. 

Hasta  aquí  de  estas  revelaciones,  aunque  diabólicas,  ridicu- 
las, como  mentirosas,  demos  vista  á  otras  de  las  tejas  arriba, 
que  tienen  lo  que  basta  de  falsas  é  irrisorias  de  cosas  y  perso- 
nas santas  y  divinas,  que  después  volveremos  á  nuevas  par- 
las, locuciones,  consultas  y  pláticas  que  tuvo  con  los  demo- 
nios. 

Habiéndola  examinado  dos  religiosos  graves  y  doctos  so- 
bre su  espíritu,  pasados  algunos  dias  (dice  esta  rea  en  sus  cua- 
dernos) se  le  apareció  Nuestro  Señor  y  la  dijo:  Quién  le  ha  me- 
tido d  fulano  y  á  sutano  (expresando  los  nombres)  teologillos  de 
hurla  á  irse  á  examinarf  quieren  ellos  comprender  mis  secretosf 
No  me  espanto  de  tí,  que  eres  una  simple,  sino  de  esos  religiosos^ 
que  te  examinaron,  que  como  en  las  universidades  hay  grados  de 
Doctores,  Licenciados  y  Bachilleres,  ellos  lo  han  sido  en  esta  oca- 
sión. 

También  dice:  que  muchas  y  repetidas  veces  jugaba  á  las 
bolas  con  el  Mño  Jesús,  y  que  en  acabando  de  comulgar  solía 
ver  á  la  Santísima  Virgen  en  una  sala  muy  aderezada  acom- 
pañada de  Angeles,  que  bailaban  y  la  sacaban  á  ella  á  bailar; 
y  la  hacían  burla;  y  ella  corrida  se  iba,  y  se  echaba  en  las  fal- 
das de  la  Madre  de  Dios,  y  que  solía  decir:  estoy  muy  enojada. 
Y  que  los  Angeles  la  respondían:  ¿Hasta  cuando  hobaf  Y  que 
le  decía  ella  al  Señor:  Todos  me  llaman  tonta,   hazme  discreta. 

Que  en  otra  ocasión  se  le  apareció  el  Kiño  Jesús  y  la  Vir- 
gen Santísima  como  durmiendo,  y  que  el  niño  ponía  el  dedo 
en  la  boca,  diciéndola:  que  no  hiciese  ruido  porque  estaba  dur- 
miendo su  Madre,  y  entraban  y  sacaban  pan  y  miel,  y  se  po- 
nían á  comer  juntos  el  Mño  Jesús  y  ella.  Ya  se  vé  cuan  inde- 
centes, ridiculas  é  irrisorias  de  lo  divino,  y  superior  son  estas 
visiones  y  revelaciones  escritas  de  ella,  no  como  boba  que  ella 
se  llama,  sino  como  grandísima  bellaca,  que  las  fingía  para  en- 
gañar á  simples,  acreditándose  de  Santa  extravagante. 

De  esta  laya  son  las  que  se  siguen:  Que  se  vio  en  una  sala 
donde  estaba  el  Señor  sentado  en  una  silla,  y  una  mesa  delante 
acompañado  de  los  Apostoles,y  que  el  Señor  estaba  como  que 
quería  escribir,  y  decía:  cómo  le  diréf  Esposa?  Mas  no.  Hija  es 
mas  amoroso.  Y  que  llegándose  ella  al  Señor  le  dio  un  pellis- 
quito.  Y  que  dijo  el  Señor:  Jesús!  Y  dándole  otro  pellisquito» 


—324— 
volvió  el  Señor  á  decir:  Jesús  quién  es?  Y  volviendo  el  rostro 
el  Señor  la  dijo:  Tú  eres?   aqui  estciba  imra  escribirte. 

Que  estando  enfermo  de  peligro  cierto  Eeligioso  grave  de 
su  afecto,  dice  liabia  pedido  á  JSTuestro  Señor  por  su  vida,  y 
que  no  respondiéndole  su  Divina  Magostad,  á  las  instancias; 
que  ella  le  hacia,  dijo  á  el  Señor.  A  fé  Señor,  que  cuando  Lope 
quiere,  hace  versos.  A  que  dice,  le  respondió  el  Señor,sonriendo- 
se.  Angela  muy  letrada  vienes;  quién  te  lia  enseñado?  Y  que  ella 
respondió:  el  Espíritu  Santo  me  ha  inspirado. 

Y  entrando  tarde  en  una  Iglesia,  dijo  á  cierta  persona  la 
liabian  detenido  San  Augustin,  San  Pedro  ííolasco,  y  otros 
Santos,  y  que  loshabia  dejado,  diciéndoles:  No  me  vengan  aqui 
á  enfadar ,  vayanse  con  Dios;  y  yo  me  voy  en  husca  de  él,  que  mas 
me  importa  oir  Misa,  y  comulgar,  que  su  vista.  Y  replicándola 
dicha  cierta  persona,como  hablaba  asi  con  los  Santos?  Eespou- 
dió.  No  digo  Menf  Ellos  no  me  han  de  canonizar,  sino  mis  obras! 
Y  refiriendo  este  caso,  y  dichos  la  tal  persona  á  uno  de  sus  Pa- 
dres espirituales,  á  quien  tenia  engañado  con  sus  mentiras,  y 
devaneos,  dijo:  Ahí  veras  como  habla  con  los  Santos,  y  quieren 
otros,  que  les  hable  muy  cortés,  y  se  quejan  de  que  les  dice  patocha- 
das. Sábete,  que  cuando  Angela  entra  en  la  corte  del  cielo,  todos 
se  rien,  porque  las  mismas  patochadas  dice  á  los  Santos,  que  dice 
por  acá;  y  Dios  quiere  hacerla  Santa,  como  pudiera  hacer  á  un 
zapallo. 

Que  una  noche  de  Navidad  s&  vio  en  el  Portal  de  Belén,  y 
bailó  con  los  pastores,  y  que  fué  tanta  la  risa,  que  tenia  el  Se- 
ñor de  verla  haWskV,  que  perecía  de  risa.  Y  en  otra  ocasión  se 
le  apareció  la  Virgen  Santísima  con  el  Niño  Jesús,  y  San  Juan 
Bautista,  y  que  la  Virgen  le  dio  una  escudilla  de  leche  migada, 
diciéndole:  come  con  Manuelito  de  Jesús,  y  se  pusieron  á  comer 
los  tres.  Que  le  dijo  Cristo  Nuestro  Señor.  No  quiero  que  seas 
Monja  ni  Beata  en  coniiinidad, porque  en  comunidad  hay  cliismes. 
Este  es  un  agravio,  é  impostura  muy  grave  á  tantas  Santas 
Eeligiosas,  y  comunidades  ya  de  Monjas,  ya  de  Beatas  de  es- 
ta ciudad,  que  viven  como  unos  Angeles,  y  en  hermandad,  y 
caridad  mas  perfecta,  que  los  que  en  el  siglo  viven  libremente, 
y  de  por  sí,  hablando  en  común.  En  que  se  reconoce  ser  seme- 
jantes revelaciones  partos  de  un  celebro  mordaz,  presuntuoso, 
arrojado;  principalmente,  no  siendo  estos  dichos  proferidos  á 
caso,  y  de  paso,  sino  dictados,  y  escritos  de  pensado,  como 
doctrinas,que  la  daba  Dios  (como  ella  dice)  para  publicarlas  al 
mundo. 

Prosigue  las  revelaciones  tan  ridiculas  como  indignas  déla 
Magestad  de  Dios,  á  quien  incluye  en  ellas, como  pudiera  á  cual- 
quier criatura  vil.  Dice  pues,  que  en  una  ocasión  jugó  carnes- 
tolendas el  Señor  con  ella,  y  que  mojándola  corrió  á  grandes 


—325— 
risadas  á  el  cielo,  y  que  los  Angeles  ayudaban  á  hacerle  burla 
con  cintas,  y  pañuelos. 

Que  en  otra  ocasión  fué  al  cielo  deude  vio,  y  oyó  mucha 
música,  y  fiesta  de  Angeles,  y  Santos,  y  que  ella  salió  á  bailar 
y  luego  el  Señor  en  forma  de  Niño  Jesús  con  túnica  raoraíhi 
con  el  mundo  en  la  mano  la  acompañó  en  el  baile,  y  ([ue  le 
dijo:  Quién  si  no  es  Jesucristo  se  hahia  de  sacar  d  estefestejof 

ítem  refiere,  que  estando  en  una  ocasión  con  Dios,  y  dicho 
le  su  Divina  Magestad,  que  se  le  hubiera  retirado,  y  vuelto 
las  espaldas,  si  hubiera  hecho  cierta  cosa,  que  expresa,  le  res- 
pondió ella:  por  Dios  Sefior,  que  mas,  que  os  liuMerais  retirado. 

Ponderando  ella  misma  su  candides,  dice  que  el  Señor  gus- 
taba tanto  de  sus  candideces,  que  por  esto  mostraba  algunos 
descuidos  por  oiría.  Que  vio  en  una  ocasión  á  el  Señor,  y  á,  la 
Virgen,  y  á  muchos  Santos  sentados  en  sillas,  y  que  ella  se 
sentó  en  una,  que  estaba  vacia,  y  que  el  Señor  la  estuvo  ha- 
blando, y  que  ella  le  dijo:  Señor  hasta  ya  de  hahlar,  yo  quisiera 
danzar,  pero  reparo  que  es  Quaresma.  Y  que  la  respondió  el  Se- 
ñor; parecememuy  Men,  danza.  Y  que  los  Angeles  la  vistieron 
con  un  vestido  de  la  Virgen  de  color  aceituna  bordado,  y  se 
puso  á  bailar  con  los  Angeles,  y  se  volvió  á  sentar,  y  mientras 
templaban  los  instrumentos,  se  quedó  arrobada. 

Así  mezclaba  la  Beata  sus  arrobos,  y  éxtasis  con  danzas,  y 
bailes,  haciendo  llevadera  la  santidad  con  estos  saynetes.  Oh! 
hiprócrita  Insolente,  y  atrevida  sobre  cuantas  se  leen  en  las 
historias. 

También  dice,  que  padeciendo  unas  tribulaciones,  que  le 
causaron  su  Madre,  y  hermana,  la  respondió  el  Señor:  Que  estu- 
viese en  las  tribulaciones  como  un  Bernardo,  y  con  un  Rey  Dias 
refiere  haber  lieclio  el  Señor  una  larga  plática,  y  que  le  dijo  ella: 
Señor  tantas  cosas  me  decis,  que  no  las  entiendo,  con  que  no  las 
acerta/ré  á  decir  á  el  qae  me  escribe,  y  entonces  me  obligareis  á 
darme  alguna  calabazada.  A  que  dice  le  respondió  el  Señor: 
esto  es  de  tantos  que  por  dar  d  otro  se  descalabran  así  mismo.  Y 
que  lo  mismo  le  sucedia  á  cierto  religioso,  que  gobernaba  á 
una  hija  espiritual  suya,  mandándole  cosas  impertinentes,  mos- 
trándose dirigido  por  acreditarle  de  muy  espiritual:  y  añade, 
la  dijo  el  Señor:  lo  que  deben  hacer  todos,  y  té  también  Angela, 
es  dar  la  calabazada  en  la  cabeza  de  Jesucristo,  para  que  les 
alumbre  lo  que  deben  liacer  con  las  almas  qne  gobiernan. 

Dice  que  en  una  ocasión  fue  arrebatada  al  cielo,  y  en  el  ca- 
mino se  encontró  con  San  Pedro,  quien  le  dio  á  leer  un  papel 
y  que  le  respondió:  Santo  mió,  no  estoy  2>cira  esto,  que  busco  al 
Señor  y  d  quien  le  daré  el  billete,  para  que  lo  lea,  y  que  San  Pedro 
le  dijo:  Sea  en  hora  buena;  y  que  entrando  en  el  cielo  entregó 
el  papel  á  el  Señor,  y  leido  era  sobre  un  ruego,  que  San  Pedro 


—326— 
le  hacia  para  que  la  Beata  bendijese  rosarios  para  niños.  Co- 
mo á  niños  engañaba  esta  mujer  á  muchos  hombres  con  sus 
cuentas,  ó  rosarios,  que  tan  caras  les  han  costado,  pues  los  han 
perdido,  por  la  superstición  de  sus  bendiciones. 

Un  dia  de  San  Juan  (dice)  salieron  los  Angeles  á  danzar 
con  ella,  y  que  danzó  con  tanta  destreza,  que  en  cada  golpe, 
quedaba  con  los  pies  retumbaba  un  gran  trueno  en  el  infierno. 
En  otra  ocasión  se  le  apareció  el  Señor,  y  la  dijo  muchos  amo- 
res, y  que  para  él  era  la  mas  discreta  de  las  mujeres,  y  ella  le- 
respondió;  mirad  Señor,  que  soy  muy  necia,  y  nada  discreta,  y 
que  instó  el  Señor,  y  la  dijo:  apostemos,  que  eres  discreta,  y  apos- 
taron, y  en  fin  ganó  el  Señor.  Claro  está  que  habia  de  ganar, 
siendo  en  su  favor  el  título  de  discreta,  que  interesaba;  sino 
fuera  el  cuento,  como  la  apuesta  mentira,  y  testimonio  enor- 
me, que  levantaba  á  Dios,  que  sobre  saber,  que  no  era  distreta, 
la  habia  i^ermitido  loca,  y  desbaratada  en  cuanto  dijo,  escri- 
bió y  obró. 

Consultó  una  vez  al  Señor,  si  los  divorciados  estaban  en 
buena  conciencia?  Y  le  respondió  que  ni  ellos,  ni  los  testigos, 
que  juraban  lo  estaban;  porque  de  ordinario  se  desabrían  las 
mujeres  con  sus  maridos,  por  no  darles  galas,  que  era  el  dulce 
de  los  matrimonios,  y  así  cuando  se  las  daban  no  se  divorcia- 
ban; pero  si,  en  negándoselas,  como  en  las  ensaladas  en  qui- 
tándoles el  dulce  sobresale  el  vinagre. 

Pidiéndole  al  Señor,  por  la  salud  de  uno  de  sus  confesores, 
que  estaba  enfermo,  dice  la  respondió  el  Señor,  que  no  liábia 
de  sanar:  y  que  se  conformase  con  su  voluntad,  porque  lo  demás 
era  enriquecer  hoticarios.  Dice  mas,  vio  al  Señor  asistido  de  la 
Virgen,  Angeles,  y  muchas  mujeres,  que  le  pedian  mercedes, 
y  favores  por  intercesión  de  Angela,  y  que  el  Señor  respondía: 
mucho  la  quiero,  es  inclinaüion:  y  entonces,  dice,  se  llegó  ella 
por  un  lado,  haciendo  señal  á  los  circunstantes,  no  avisasen  al 
Señor:  y  por  detras  le  puso  una  Corona,  y  dijo  el  Señor:  Quién 
esf  Y  cuando  la  vio  se  sonrió,  y  que  ella  se  le  llegó  al  oído  á 
pedirle  mercedes  jjara  sus  próximos,  y  que  le  tapaba  el  un  oído 
al  Señor,  porque  no  se  le  fuese  por  el  otro  oido.  Bien  se  advir- 
tió, que  esta  mujer  trataba  á  Dios;  como  pudiera  á  la  criatura 
mas  vil:  mas  lo  cierto  es  que  no  le  trataba,  ni  lo  veia,  ni  conocía 
como  debiera  la  grandeza  de  su  Magostad. 

Otra  vez  dice  que  se  le  apareció  el  Señor  con  instrumentos 
de  carpintero,  y  la  dijo,  quería  hacer  una  casa  para  librarla  del 
dUnvio;  y  que  añ-dáió:  advierte  que  te  Jmscan  los  Angeles  para 
preguntarte  por  mí.  Si  lo  lucieren,  no  les  digas  donde  estoy,  sino 
riéte  á  las  preguntas;  y  que  asi  lo  hizo;  y  que  entonces  los  An- 
geles dijeron:  aprisionemos  á  esta  mujer  hasta  que  nos  diga, 
donde  está  el  Señor;  j  que  la  echaron  unos  grillos  y  dieron 


—327— 
con  ella  en  el  castillo  de  Eraaiis.  Asi  habia  de  haber  sido  en  la 
verdad,  y  se  hubiera  visto  Lima  muchos  años  á  libr  de  este 
monstruo  entre  las  mujeres;  afrenta  del  exso  mas  piadoso  ó 
inclinado  naturalmente  á  la  devoción  y  respeto  á  Dios  y  á  sus 
Santos. 

Vuélvese  contra  ellas  esta  mala  mujer,  á  quienes  con  des- 
den y  enfado  solía  oír  y  hablar,  sino  es  que  fuesen  nobles  y 
ricas  de  quienes  so  prometía  dádivas  y  regalos.  Dice  pues,  que 
tuvo  una  revelación  contra  las  viejas  que  se  casan,  y  que  Te 
dijo  el  Señor;  qite  erraban  si  se  cásala/)!,  y  no  eran  verdaderos 
sus  matrimonios.  Pero  viucho  mas  errahan  los  confesores,  que 
trataban  semejantes  casamientos,  porque  si  á  las  viejas  no  les  vie- 
ne el  mes,  y  no  imeden  parir,  para  qué  se  casan? 

Discurre  después  muy  largo  sobre  haberle  revelado  el  Se- 
ñor, que  cuando  estuvo  en  el  mundo  no  tuvo  superfluidades, 
y  lo  que  sobre  esto  la  preguntaron  sus  confesores  y  padres  es- 
pirituales; á  que  ella  repreguntó  al  Señor:  Señor,  si  no  tuvis- 
teis superfluidades,  como  dicen,  que  la  Virgen  labaJya  vuestros  pa- 
ñales en  la  fuente  de  Belén  cuando  nacisteis?  Y  que  la  respon- 
dió el  Señor:  eso  pregúntaselo  á  mi  Madre,  que  yo  era  entonces 
niño. 

Hacíase  ella  niña  también,  y  asi  cuenta,  que  entrando  un 
dia  en  la  Iglesia  del  Monasterio  de  la  Encarnación,  se  le  apa- 
reció la  Virgen  y  le  ofreció  sus  pechos,  y  que  habiendo  mama- 
do, reparó  que  la  leche  estaba  salada,  y  siu  sabor,  y  que  reco- 
nociéndolo la  Virgen,  la  dijo:  9omo  lia  estado  esta  leche  rebalsa- 
da esperándote,  por  eso  sale  salada.  Que  niñerías  tan  irreveren- 
tes, tan  indecentes,  y  aun  blasfemas,  como  indignas  de  Cristo 
Señor  Nuestro  y  de  la  Santísima  Virgen,  á  quienes  en  dichos 
y  hechos  las  atribuye. 

Quiere  acreditarse  mas  de  Santa  y  santísima,  y  dice:  que  se 
vio  en  una  ocasión  en  la  gloria,  gozando  varios  y  singulares 
favores,  y  que  dijo  al  Señor,  que  se  los  hacia:  ó  Señor,  si  los 
que  me  asisten  escribir  vieran  esto,  qué  dijeran?  Y  que  un  Án- 
gel respondió:  si  fueran  de  la  ciudad  de  Sonsonate  tus  asisten- 
tes, lo  vieran  también. 

Entró  el  Señor  en  su  aposento  (dice  ella)  acompañado  de  la 
Virgen,  Angeles  y  Santos  y  dijo  el  Señor:  Por  qué  no  me  po- 
néis silla?  Én  el  banco  donde  todos  se  sientan,  nos  hemos  de  sen- 
tar nosotros?  No  habéis  de  tener  respeto?  No  obstante  dispensare- 
mos. Y  el  Señor  y  la  Virgen  se  sentaron  en  el  banco.  De  aquí 
los  crédulos  apetecieron  y  guardaron  este  banco  como  reli- 
quia. 

Preguntó  una  vez  la  beata  al  Señor,  (que  era  muy  curiosa 
de  saber  lo  que  la  importaba  menos  ó  nada)  que  sobre  nom- 
bre tenia  en  el  mundo  la  Virgen,  y  si  se  llamaba  Da.  María? 


—328— 
Porque  pensaba  se  llamaba  Da.  María  de  Abralian.  Y  que  el 
Señor  se  sonrió,  y  le  dijo:  se  llamaba  Señora  María  Yirgein,  y 
que  el  Señor  se  llamaba  Manuel  de  Jesús.  Y  ni  uno  ni  otro  fué 
así:  porque  la  Virgen  Santísima  siendo  casada  con  el  glorioso 
San  José  y  Madre  de  Jesucristo,  y  la  estimación  común  como 
todas;  no  habia  de  apellidarse  Virgen,  aunque  lo  era,  ni  Cris- 
to anteponer  el  nombre  de  Manuel  al  de  Jesús,  que  fué  su 
uonibre  propio  y  principal:  vocaMs  nomen  eius  Jesum. 

Escribe,  que  estando  en  una  ocasión  con  el  Señor,  signifi- 
cándole el  mucho  amor,  que  le  tenia  le  dijo:  SeTior  tanto  os 
quiero,  como  Fulano  quiere  á  su  plata,  nombrando  la  persona. 
Y  que  preguntándole  al  Señor,  si  en  esta  comparación  habia 
cometido  imperfección?  dice  le  respsndió,  que  nó,  que  la  tal 
persona  quería  mas  á  su  plata  que  á  sus  hijos. 

Estando  otra  vez  con  el  Señor  la  dijo:  que  los  hombres  eran 
como  árboles  y  las  raices  los  cabellos:  y  que  ella  le  replicó, 
que  si  los  cabellos  eran  raices,  como  estaba  hacia  arriba  en  la 
cabeza,  y  que  entonces  la  riñó  el  Señor,  poniéndole  el  dedo 
en  la  boca,  diciéndola:  calla  filósofa.  Como  fingió  el  caso  pudo 
fingir  la  respuesta  del  Señor  á  su  réplica;  y  decir,  que  le  ha- 
bía dicho,  que  las  raices  del  hombre  como  árbol  eran  los  ca- 
bellos de  la  cabeza,  porque  mirasen  al  cielo  donde  debemos 
arraigar,  y  no  en  la  tierra,  en  que  vivimos  de  prestado;  y  si 
j)or  las  raices  seles  comunica  á  los  árboles  todo  el  huinor,  vi- 
gor y  vida  que  gozan;  del  cielo  le  ha  de  venir  al  hombre  la 
mejor  vida,  el  jugo  y  vigor  de  las  virtudes,  que  son  el  fruto 
que  lo  enriquece  y  hermosea  delante  de  Dios. 

ítem  dice,  que  se  le  apareció  la  Santa  Eosa  y  le  trajo  mu- 
chas guayabas  (fruta  es  criolla  y  de  las  Indias)  y  que  vinién- 
dola á  visitar  el  Señor,  y  viendo  las  guayabas,  se  enojó  con  la 
Santa  Eosa,  diciendo  enojado:  de  donde  viene  esto?  Sin  duda 
fingió  esta  tramoya  ó  guayaba,  que  asi  apoda  el  vulgo  las 
mentiras,  porque  los  que  entrando  á  su  cuarto  encontrasen  con 
alguna  fruta  ó  regalo  de  comer,  entendiesen,  que  se  lo  traían 
del  Paraíso  los  Angeles  ó  santos  sus  devotos. 

Vióse  en  una  ocasión  al  espejo  (que  no  debiera  á  título  de 
Santa,  pues  en  el  de  la  muerte  en  alguna  calavera  solo  se  de- 
biera mirar  y  contemplar)  y  reconoció  tener  algunas  canas  en 
el  pelo  de  la  cabeza,  y  habiendo  entendido  que  le  salían  por 
que  Dios  la  habia  constituido  Madre  de  Sacerdotes,  se  afligió 
mucho,  y  dijo:  quién  me  lia  metido  ámí  á  ser  Madre  de  Sacerdo- 
tes, que  me  veo  con  canas  y  vieja?  Y  no  era  niña  para  que  se  es- 
pantase de  tener  canas,  ni  menos  debía  sentir  tenerlas,  cuando 
no  trataba  de  casarse,  sino  como  ella  afectaba  servir  á  Dios 
en  traje  de  beata. 

iRídículo  é  indícente  es  el  caso  que  se  sigue,  aunque  no  se 


—329— 
extrañara,  cuando  tiene  tantos  semejantes,  y  es  que  dice  se  le 
apareció  el  Señor  acompañado  de  los  Apóstoles,  y  le  labó  los 
pies  y  que  por  tenerlos  puercos,  salia  el  agua  muy  sucia,  3»^ 
que  el  Señor  la  derramaba  de  suerte,  que  los  Apostóles  no  lo 
echasen  de  ver. 

No  pudo  llegará  mas  el  atrevimiento  y  desacato  de  esta 
mujer  á  Dios  y  á  sus  Santos.  Y  asi  j)uedo  decirle  atónito  co- 
mo airado  lo  que  un  escritor  grave  á  un  desvergonzado  here- 
je: Andes  hec  nomina inumro giitturef  aiulesillo  rinocerotis  nasof 
audes  impudeiiti  cálamo.  Mas  asi  la  esperó,  disimuló  y  sufrió 
Dios  tanto  tiempo. 

Aun  restan  otras  visiones,  ó  revelaciones,  que  aunque  no  se 
dicen  todas  las  que  ella  escribe,  estas  se  entresacan  de  ellas 
por  mas  irrisorias,  é  injuriosas  á  la  Magestad  Divina.  Dice 
pues  que  se  vio  en  un  campo  lleno  de  pajonales,  en  que  vio  á 
el  Señor  mano  á  mano  con  una  niña  en  traje  de  Beata  de  San 
Agustín,  de  que  tuvo  celos,  y  encendida  en  ellos,  pegó  fuego 
á  el  pajonal,  dejando  á  el  Señor  ardiendo  en  llamas;  y  admi- 
rados los  Angeles  dijeron:  Qué  mujer  es  esta,  que  hasta  á  el  mis- 
mo Dios  le 'pega  fuego?  Al  cual  volviéndose  le  dijo  vengativa, 
como  celosa:  Mieno  venís  Señor  empleado  en  otra  esposa  querida^ 
quedaos  con  ella  ardiendo,  y  abrazado;  que  yo  me  voi  al  purgato- 
rio d  sacar  almas,  y  desquitarme  asi  de  los  celos  que  me  dais,  y  he 
de  sacar  cuantas  pudiere  y  pasar  al  infierno  asacar  de  allí  las  que 
están  depositadas.  Y  que  con  efecto  bajó  al  purgatorio,  y  sacó 
muchísimas  almas,  y  que  otras  no  quisieion  salir,  y  una  de 
ellas  fué  la  de  su  Padre,  aquien  le  dijo:  salga  Padre  del  purga- 
torio, y  vayase  á  la  gloria,  y  dice  que  la  respondió,  no  es  tiem- 
po hasta  que  tu  mueras,  y  que  ella  le  replicó,  pues  esto  va  despa- 
cio, por  que  soy  moza. 

Atrevimienío  fué,  y  falta  grave  de  respeto  á  el  Niño  Dios  y 
á  la  Santísima  Virgen  decir,  ó  ñngir,  que  es  lo  mismo  en  ella, 
que  la  dijo  la  Señora,  estando  el  Niño  Jesús  mamando  de  sus 
pechos,  llégate  Angela,  y  quítale  á  mi  Hijo  el  pecho  por  fuerza 
y  gústale;  y  que  asi  lo  hizo,  apartando  la  boquita  del  Niño,  y 
poniéndose  ella  á  mamar.  Y  que  en  otra  ocasión  besó  á  la  San- 
tísima Virgen  en  un  carrillo,  y  que  el  Señor  la.  besó  á  ella  en 
otro. 

También  fué  falta  de  respeto  al  Señor,  á  quien  los  Angeles 
reverentes  adoran,  y  las  columnas  del  cielo  tiemblan  de  temor 
en  su  presencia;  decir  y  escribir,  que  oyendo  una  vez  misa  en 
la  igisia  de  San  Aguscin,  la  hMl)ló  el  Señor,  y  que  ella  le  dijo, 
como  que  se  lo  advertía:  mirad.  Señor,  que  estoy  oyendo  misa,  no 
halléis,  á  que  dice,  le  respondió  el  Señor:  todavía  está  el  Sacer- 
dote enla Epístola,  y  que  llegando  al  Evangelio  se  puso  el  Se- 

TOM.  YU.  LlTEKATUBA— 42 


—330— 
ñor  con  atención  á  oirlo.  Quiso  con  esta  ficción  acreditarse  de 
gran  moralista  la  beata,  llevando  por  opinión  que  desde  el 
Evangelio  comienza  á  obligar  la  misa,  cuando  es  de  precepto 
oiría. 

Desproporcionado  es  el  favor  que  finje  baber  recibido  de  la 
Santísima  Virgen  á  quien  tantas  veces  en  sus  visiones  ó  pro- 
posiciones ha  perdido  el  respeto.  Dice  pues,  que  en  una  oca- 
sión vio  que  unos  Angeles  defendian  á  unos  corderos  de  los 
demonios  con  hondazos;  y  que  la  Saní:Ii-.iínaVírgen  le  dio  una 
honda  tejida  de  sus  cabellos  que  eran  rubios,con  que  les  tiraba 
á  los  demonios  unas  piedreci tas  muy  labraditas,  que  eran  las 
buenas  obras.  Guijarros  fuera  mejor,  'que  les  tirase  é  hicie- 
ran mas  obra  en  tan  mala  canalla. 

Volvamos  al  trato  y  familiaridad  que  tuvo  con  el  demonio 
la  beata  en  repetidas  ocasiones,  consultas  y  pláticas  que  tu- 
vo con  él  acerca  de  Misterios  de  nuestra  Santa  Fó,  que  pudie- 
ra y  deberla  excusar  y  huir  para  no  hacerse  vehemente  sospe- 
chosa contra  ella,  como  por  estos  y  otros  casos  que  se  omiten 
por  la  prolijidad,  lo  fué. 

En  una  ocasión  la  dijo  el  Demonio  sácame  un  pique  y  te  de- 
clararé misterios  ocultos  de  Señora  Santa  Ana  y  de  la  Virgen,  y 
que  se  lo  prometió,  sacándole  con  efecto  el  pique  de  que  salle- 
ron  culebras  y  ponzoñas,  y  el  Demonio  le  declaró  los  misterios 
que  le  habia  prometido.  JSTo  puede  ser  cosa  mas  absurda  ni 
mas  diabólica. 

En  otra  ocasión  preguntó  á  los  demonios  que  le  dijesen,  co- 
mo se  transformaban  en  Angeles  de  luz,  y  que  les  instó  á  que 
se  lo  dijesen  y  explicasen  con  razones  y  algunos  similis. 

Viéndose  en  el  infierno  con  una  ro&a  en  la  mano  le  exj)licó 
el  Demonio  sin  preguntárselo  con  el  sipiil  de  la  rosa  el  Miste- 
rio de  la  Concepción  de  María  Santísima  con  la  misma  puri- 
dad y  términos  que  el  Señor  se  lo  habia  explicado  otras  veces. 
Mucho  favor  íué  este,  que  hizo  al  Demonio  indignísimo  de  él, 
y  luego  negaba  tuviese  con  él  alguna  amistad. 

Bajó  una  vez  al  infierno,  y  habló  con  Judas,  que  aunque  no 
fué  demonio,  se  lo  llamó  Jesucristo,  y  lo  merecía  por  sus  obras 
díjole  pues,  que  la  enviaba  el  Señor  á  que  le  explicase  el  Mis- 
terio de  la  Concepción,  y  que  suspendiéndose  sus  penas  se  lo 
explicó  muy  bien.  Con  tal  maestro,  qué  cosa  buena  i)udo  de- 
cir ni  discurrir  á  cerca  de  este  Misterio  la  beata! 

Estando  otra  vez  en  el  infierno  preguntó  al  Demonio  dos 
preguntas  acerca  de  Señora  Santa  Ana,  y  dice:  que  la  satisfi- 
zo; y  otra  vez  le  dijo  al  Demonio:  disputemos  el  Misterio  de  la 
Trinidad,  y  que  disputó  con  él.  Y  platicando  con  Lucifer  le 
preguntó  dos  cosas,  la  una  (Qpue  oomo  se  habia  entrado  en  el 
cuerpo  de  una  mulata?  A  que  respondió,  que  nó,  que  algún 


— 331r- 

demonio  de  poco  iraportancta  lo  haría.  La  otra  pregunta  fué, 
como  había  levantado  teslimóiiio  á  Señora  Santa  Ana,  dicien- 
do, que  había  sido  casada  otra  vez  y  que  había  tenido  mas  hi- 
jas? A  que  le  respondió  el  Demonio,  que  él  no  había  levanta- 
do tal,  que  los  autores  de  acá  hal)ian  fínjído  estos  disparates. 

Dice  que  fue  al  infierno  y  vio  en  él  á  todos  los  demonios 
vestidos  de  donados  de  Santo  Domingo,  que  estaban  alaban- 
do á  la  Virgen  Santísima,  que  la  dijo  el  Señor,  qu.e  escribiese, 
que  los  demonios  se  habían  vestido  de  dominicos,  porque  es- 
tos fueron  los  que  macularon  á  la  Santísima  Virgen  con  la 
culpa  original 

Prosigue  sus  pláticas  diabólicas  tan  frecrientesy  asentadas, 
como  si  el  Demonio  le  fuera  maestro  y  ella  su  díscípula,  dice 
pues,  que  habiéndole  explicado  el  Demonio  algunos  Misterios 
la  dijo;  que  de  la  raíz  de  el  árbol  que  fué  San  Joaquín,  salió  la 
vara,  y  que  la  primera  se  dio  al  Padre  Eterno,  y  fué  el  primer 
Alcalde,  y  que  la  segunda  vara  se  dio  al  Espíritu  Santo,  que 
fué  el  segundo  Alcalde,  y-que  luego  se  desapareció  el  Demo- 
nio, y  que  vio  á  el  Padre  y  al  Espíritu  Santo  con  sus  varas. 
Cosa  que  parece  entremés,  mas  no  para  reír,  sino  para  llorar 
la  ceguedad  de  esta  mujer  que  á  tales  desatinos  la  despeñó. 

En  un  día  del  año  de  ochenta  y  tres  (que  así  lo  señala)  se  le 
apareció  el  Demonio  con  otros  muchos  estando  en  arrobo,  y 
un  demonio  con  sotana  á  medía  pierna,  muy  ridículo,  con  cue- 
llo y  bonete  á  modo  de  las  gorras,  con  lana  de  carnero,  y  que 
subiéndose  en  un  monte  la  dijo:  ya  que  no  queréis  oír  sermones 
de  vuestros  predicadores,  Jiaheis  de  oir  sermones  de  los  diablos;  no 
venimos  á  engañaros,  porque  cuando  nosotros  quisiéramos  ocul- 
tarnos, el  Señor  os  dá  luz  para  conocernos,  oid  predicar:  y  refie- 
re la  beata  en  sus  cuadernos  muy  por  menor  el  sermón,  que 
entonces  le  predicó  el  Diablo,  satirizando  á  los  criollos  y  á  los 
de  España,  que  todo  se  reduce  á  cosas  muy  ridiculas,  dispara- 
tadas, fabulosas  y  llenas  de  errores:  porque  no  se  individúan 
en  esta  relación. 

Mas  dice,  que  estando  en  la  Iglesia  de  San  Agustín  vio  en 
él  claustro  una  danza  de  demonios  y  que  uno  de  ellos  se  dio 
una  calabazada  á  una  ventana  de  hierro,  que  le  causó  mucha 
risa,  y  mas  cuando  reparó  que  todos  los  demonios  que  danza- 
ban eran  ñatos,  que  por  ser  grandes  bellacos  aparecían  en  aque- 
lla forma. 

La  locución  que  se  sigue,  aunque  fué  diabólica  (como  ella 
dice)  solo  en  ella  habló  el  Demonio  verdad,  y  Dios  le  obligó  á 
decirla,  como  ha  constado  por  el  suceso.  Dijerónle  pues  los 
demonios  que  disparates  eran  los  que  escribía?  Y  que  las  co- 
sas que  manifestaba  á  sus  confesores  engañándolos,  todas  eran 
quimeras  que  sacaba  de  su  cabeza;  y  que  ellos  armarían  lazos 


—332— 

á  ella  y  á  sus  confesores,  qne  no  cupiesen  en  la  imaginación, 
y  darian  en  la  Inquisición  con  ellos,  y  que  habiéndolos  oido 
los  despidió,  diciéudoles  que  aquello  que  decían  eran  dispara- 
tes. Muy  templadamente  les  respondió  á  verdades  tan  amar- 
gas, que  si  ella  hubiera  creido  borrando  y  abominando  luego 
sus  escritos,  no  viera  cumplida  en  sí  la  profecía  del  Demonio; 
y  para  aquí  la  importara  el  refrán  que  dice:  del  enemigo  el  pri- 
mer consejo. 

En  una  ocasión  dice  haberse  visto  en  un  General,  donde  los 
demonios  en  forma  de  ciertos  religiosos  catedráticos  de  esta 
ciudad,  de  todas  las  Religiones  estaban  defendiendo  conclu- 
siones contra  el  Misterio  de  la  Concepción,  y  que  ella  se  sentó 
entre  los  replicantes,  y  replicó  en  favor  de  la  Concepción  de 
calidad,  que  quedaron  todos  los  demonios  circunstantes  admi- 
rados, y  volviéndose  contra  ella  la  dijeron  muchos  oprobios. 
Refiere  muy  por  menor  la  réplica  que  les  hizo,  que  toda  se  re- 
duce á  disparates  y  cosas  ridiculas. 

Ya  se  dijo  por  ella,  que  bajó  al  iiaflerno  y  peleó  con  Lucifer 
á  quien  le  puso  unos  grillos  y  un  demonio  por  maza,y  en  la  con- 
tienda le  quebró  una  pierna.  Sin  duda  quería  acreditarse  de 
mas  poderosa  y  valiente  que  todos  los  diablos,  pues  asi  sujeta- 
ba á  Lucifer.  Lo  cierto  es  que  en  la  malicia,  mentiras,  enga- 
ños y  errores,  podía  competir  con  los  mas  ladinos  del  infierno. 
En  conclusión  son  tantas  y   tan   repetidas  las   consultas  y 
pláticas  que  la  beata  f'segun  escribe)  tenia  con  el  Demonio 
acerca  de  Misterios  de  nuestra  Santa  Fé  y  sobre  otros  puntos 
que  fuera  muy  largo  el  referirlas  todas:  de  que  se  infiere  la  fa- 
miliaridad y  comercio  que  con  el  Demonio  tenia,  oyendo  y  so- 
licitando sus  locusiones  y  doctrinas,  tantas  veces,  y  tan  socia- 
ble, y  amigablemente  como  pudiera  un  amigo  con  otro  ó  un 
discípulo  con  su  maestro  que  niuestra  en  los  ascensos  y  creen- 
cias, que  le  daba  entreteniéndose  con  sus  donaires  y  cuentos, 
como  pudiera  con  otras  de  su  especie  y   sexo.  Y  no   creería, 
cuando  afirma  ahora  que  estas  demostraciones  de  obra  ó  de 
palabra  las  hacia  en  opresión  de  la  soberbia  y  altivez  del  De- 
monio, y  para  mayor  tormento  suyo,  antes  si  las  hizo  en  aplau- 
so de  su  sabiduria,  pues  le  oia  explicar  Misterios   de  nuestra 
Fé,  y  como  de  la  boca  de  un  '^ran  Maestro  los  atendía  y  creía, 
preguntábale  secretos  de  la  Sagrada  Escritura,  como  si  Dios 
no  tuviera  Maestros  y  Ministros  en  su  Iglesia,  por   quienes 
puedan  y  deban  instruirse  los  fieles  para  servirle  y  amarle  co- 
mo es  su  obligación,  y  asi  conseguir  el  fin  para   que  fueron 
criados,  que  es  la  salvación  eterna.  Por  todo  lo  cual  consta 
haber  incurrido  Angela  Carranza,  Beata  de  San  Agustín  el 
grave  delito  de  apostacía  contraía  fidelidad  prometida  á  Dios 
en  el  bautismo  con  pacto  expreso  é  implícito  con  el  Demonio- 


—333— 

Annque  por  sí  se  están  condenando  de  falsas,  supuestas,  y 
maliciosamente  maquinadas  las  revelaciones  todas  que  escri- 
bió y  dictó  en  sus  cuadernos  la  beata,  de  que  al^^unas  se  lian 
referido  en  esta  relación,  por  ser  imposible  todas:  restan  otras, 
que  por  mentirosas  y  contradictorias  es  bien  apuntarlas,  para 
que  conste  á  los  amantes  de  la  verdad,  cuan  reñida  estuvo 
siempre  con  ella,  ó  ya  dictase,  ó  ya  escribiese  mujer  tan  nove- 
lera, y  apócrifa,  indigna  en  todo,  y  por  todo  de  crédito. 

Mentira  fue  afectada  decir  que  se  le  habia  aparecido  Santo 
Tomás  de  Aquino,  quien  le  dijo,  que  él  habia  defendido  el  Mis- 
terio de  la  Concepción,  y  que  los  que  después  quisieron  defen- 
der lo  contrario,  borraron  sus  escritos,  y  falsearon  sus  libros  en 
aquella  parte,  en  que  descendía  la  opinión  piadosa;  siendo  en- 
gaño y  mentira  maniflesta,  por  ser  cierto  escribió  Santo  To- 
más lo  contrario;  y  asi  es  injuriosa  dicha  revelación  á  una  par- 
te muy  grave,  docta,  y  Santa  de  la  Iglesia,  y  denigrativa  del 
crédito,  que  en  todo  se  le  debe. 

Dice  otra,  afirmando,  que  le  fue  revelado,  que  ella  fué  la  pri- 
mera Aurora,  que  á  dicho,  y  defendido,  que  la  Santísima  Vir- 
gen no  incurrió  en  el  débito,  cuando  sapientísimos  Doctores 
Escolásticos  lo  han  defendido  antes. 

Mas,  que  el  Señor  hablando  de  su  confesor  la  dijo:  Quiero 
que  tu  confesor  sea  provincial,  y  no  lo  fué,  por  haber  muerto  sin 
verlo.  Que  también  la  di^o.  que  ella  moriria  jprimero,  que  uno 
de  sus  Confesores,  y  salió  falso,  porque  ha  muchos  años,  que 
murió  el  Confesor,  áz  quien  dice  tuvo  esta  revelación. 

Mayor  mentira  es,  y  de  peores  consecuencias:  que  la  dijo  el 
Señor;  que  por  quien  ella  pidiese  no  se  condenarla.  Y  se  con- 
tradice afirmando  en  muchas  revelaciones,  que  ha  pedido  por 
la  salvación  de  todos  los  hombres,  y  que  no  todos  se  salvan. 

ítem,  que  habiendo  ido  áEomacorporalmente  con  Jesucris- 
to, que  la  llevó  allá,  la  dijo  el  Señor;  mucho  ruido  liemos  dado  en 
Roma.  Siendo  manifiesta  mentira,  porque  tal  ruido  no  hubo; 
ni  se  ha  sabido,  como  consta  por  el  tiempo,  que  señala. 

Miente  mas,  y  á  vista  de  todo  este  nuevo  mundo,  cuando 
escribe,  la  dijo]N"uestro  Señor,  que  en  esta  vida  nadie  tuvo  por 
buena  á  la  Santa  Eosa,  ni  á  Santa  María  Magdalena,  de  quien 
el  mundo  antiguo  tanto  bueno  celebró  en  su  vida. 

Mas  dice;  por  mentir  mas,  que  la  dijo  el  Señor,  que  Maho- 
ma  fué  docto,  y  de  muchas  letras,  siendo  falso,  jíorque  no  fué 
docto,  sino  un  pobre  arriero  sin  letras. 

Qne  la  dijo  el  Señor:  cantar  no  es  l)ueno,  Milar  sí:  siendo 
mentira,  por  ser  mas  decente  cantar,  que  bailar. 

Que  le  fué  revelado,  que  nunca  oyeron  decir  á  la  Virgen 
Santísima,  que  fuese  Madre  de  Dios,  constando  lo  contrario  del 
Sagrado  Evangelio. 


Oita  á  San  Carlos  para  otra  mentira,  y  dice  que  la  dijo,  que 
los  bombies  por  un  poco  de  ciencia  que  tienen,  se  quieren  ha- 
cer inmortales,  como  lo  hizo  aquel,  que  se  mandó  picar,  y  que 
metido  en  una  redoma  lo  pusiesen  debajo  de  tierra  jjara  rena- 
cer; siendo  falsa  la  historia,  ó  cuento  de  viejas  del  marqués 
Villana,  á  que  alude. 

Oootradicese  en  lo  que  se  sigue,  y  escribe:  que  el  árbol  don- 
de pecó  Adán  luego  que  pecó  se  hundió:  y  en  otra  revelación 
dice,  que  este  árbol  fué  palma,  y  después  de  pecar  Adán  se 
convirtió  en  manzano,  y  que  hoy  permanece. 

La  mentira  de  esta  siguiente  revelación  constó  á  toda  Lima; 
porque  habiéndose  despachado  el  navio  San  Lorenzo  en  basca  * 
del  Pirata,  y  habiéndose  oido  á  pocas  horas,  después,  que  salió 
del  Puerto  del  Callao,  tiros  de  artillería,  dijo  la  beata,  habérse- 
le revelado,  que  nuestra  gente  encontró,  y  peleó  con  el  enemi- 
go, y  consiguió  la  victoria;  lo  cual  faé  falso,  pues  á  pocos  dias 
llegó  noticia  de  no  haber  visto,  ni  peleado  la  gente  de  San  Lo- 
renzo con  el  enemigo,  y  que  el  sonido  de  la  artillería  fué  que 
haciéndose  á  la  mar  los  nuestros,  probaron  y  limpiaron  las 
piezas  con  los  tiros. 

Dice,  que  le  reveló  el  Señor;  que  ni  ella,  ni  sus  cuentas  y  ro- 
sarios habían  de  entrar  jamás  en  la  Inquisición  ;cuando  la  expe- 
riencia ha  manifestado  lo  contrario,  y  verificándose  la  otra  re- 
velación, que  dice  la  hizo  el  Demonio  de  su  prisión  en  el  San- 
to Oficio,  y  fué  según  señala  en  su  diario  el  año  de  ochenta  y 
ocho,  antes  que  la  apresasen  á  ella,  y  á  sus  cuadernos. 

Consultóle  en  una  ocasión  un  Eclesiástico  seglar,  si  se  opon- 
dría á  Tina  Can()ngía  de  esta  Santa  Iglesia  de  Lima,  porque 
tenia  méritos,  y  la  gracia  de  los  Vocales?  Oyóle,  y  dijo,  que  lo 
encomendaría  á  Dios,  á  pocos  dias  le  respondió,  haberle  reve- 
lado Dios  no  se  opusiese,  porque  se  habia  de  condenar,  y  dejó 
de  oponerse;  y  preguntada  en  sus  audiencias,  negó  haber  teni- 
do tal  revelación,  siendo  asi  que  está  escrita  en  sus  cuadernos 
reconocidos  por  ella,  como  suyos,  además  de  haber  corrido  en 
la  ciudad  por  entonces  esta  consulta  del  Eclesiástico,  y  res- 
puesta de  la  Beata. 

De  la  misma  suerte  se  hallan  escritas,  ó  dictadas  por  ella 
otras  revelaciones,  como  el  decirla  dijo  el  Señor:  no  se  metía  con 
mujeres  casadas.  Que  era  rara  la  mujer  huena.  Que  la  Virgen  se 
confesada  con  San  Juan  evangelista:  y  otras,  y  en  sus  audien- 
cias })reguntada  negó,  haber  tenido  tales  revelaciones,  con  que 
se  mauiñesta  evidentemente  su  ánimo  mentiroso. 

Convencióle  de  tal  cierta  persona,  fingiendo  habérsele  muer- 
to un  hermano  fuera  de  esta  ciudad  en  el  reyno  de  Chile,  pidién- 
dole supiese  el  estado  de  su  alma,  á  fin  de  examinar  el  espíritu 
profético  de  esta  mujer:  la  <3ual  le  prometió  hacer  la  diligencia 


—335— 
que  le  pedia.  Volvió  á  verla  el  día  siguiente,  y  respondióle 
haberse  negociado  bien;  y  que  la  alma  de  su  hermano  estaría 
dos  años  en  el  purgatorio,  siendo  asi  como  se  á  dicho,  que  la 
tal  persona  no  tenia  hermano,  porque  lo  habia  fingido;  con  que 
conocida  la  íalsedad  de  la  revelación,  hi  publicó,  y  burló  con 
otros:  de  que  sabedora  ella,  y  que  la  hal)ian  cogido  en  mentira 
tan  clara,  dijo  á  los  suy^os,  que  habia  mentido,  porque  la  de- 
sestimasen. 

Semejante  es  la  que  se  sigue;  llegó  á  esta  ciudad  noticia  de 
haber  muerto  dos  religiosos  de  San  Agustín  uno  Sacerdote, 
y  otro  corista.  Pidiéndole  á  la  beata  los  enconmendase  á 
IS'uestío  Señor:  i)rometiolo,  y  respondió  después  haberle  reve- 
lado el  Señor,  que  se  hablan  salvado  ambos.  A  breves  dias  se 
recibió  carta  del  corista  que  quedaba  bueno,  aun(iue  el  Padre 
Sacerdote  habia  muerto.  lieconvenida  de  su  revelación  la  bea- 
ta, pues  cojeaba  por  una  parte,  y  asi  no  podia  ser  de  Dios,  res- 
pondió, que  consultarla  su  oráculo,  que  no  podia  faltar.  Díolo 
á  entender  así,  y  que  le  dijo  el  Señor:  anda  si  tú  {no  sabrás  pro- 
nunciar este  vocablo^  y  dique  yo  te  lo  previne)  si  tú  te  equivocaste 
en  tí  está  la  falta,  no  en  mí  que  soy  la  misma  verdad.  Dio  la  res- 
puesta, tropezando  en  la  palabra,  equivocaste,  i)orque  decia:  ti- 
hicasti,  infláronla  advirtiendo  en  que  estaba  lama  la  pronun- 
ciación, que  dijese:  Si  tú  te  equivocaste.  Y  tartamudeando  como 
niña,  una  y  otra  vez  pronunciaba:  Si  tú  tiMcasti,  y  de  aqiii  no 
la  pudieron  sacar,  diciendo,  que  el  Señor  se  lo  previno  así:  es- 
capándose á  su  parecer  con  esta  segunda  mentira  de  la  prime- 
ra; y  lo  peor  es,  que  se  la  creyeron,  v  que  ella  no  entendió  bien 
al  Señor,  y  se  equivocó  en  decir,  que  ambos,  se  salvaron  cuan- 
do uo  íué,  sino  uno  el  difunto,  que  se  salvó.  Consta  lo  dicho 
de  sus  escritos,  y  por  esta,  y  otras  podia  leer  Cátedra  de  excu- 
sandis  mendasis. 

Oontradícese,  como  es  propio  de  mentirosos,  cuando  dice  que 
le  reveló  el  Señor,  que  las  faltas  que  supiese  de  sus  prójimos, 
las  ocultase,  y  hablase  bien  de  ellos,  porque  era  pi'opio  de  los 
condenados  lastimarse  unos  á  otros;  y  en  varias  partes  de  sus 
cuadernos,  que  escribió,  y  dictó,  publica  y  esparse  def actos,  y 
aun  pecados  gravísimos  de  diferentes  personas,  condenando 
nombradamente  á  algunas,  que  han  pasado  de  esta  vida,  por- 
que merecen  sus  libros,  que  se  han  reducido  á  quince  tamos 
encuadernados,  el  nombre  ó  título;  de  Libelos  infamatorios  de 
vivos,  y  muertos. 

En  los  elogios  quiméricos,  que  soñó  de  los  Santos  Joaquín, 
y  Ana  padece  también  sus  contradiciones,pues  habiendo  dicho 
que  le  fué  revelado,  que  cuando  el  Ángel  les  anunció  la  hija, 
que  hablan  de  tener,  fueron  limpios  del  pecado  original,  y  de 
su  débito,  y  que  pasados  treinta  y  tres  dias,  comieron  el  fruto 


—336— 
de  el  árbol  de  la  vida.  Lo  contrario  refiere  eü  otra  parte  de  sus 
cuadernos  diciendo,  que  San  Joaquin,  y  Santa  Ana  fueron  li- 
bres del  pecado  original,  y  de  sn  débito,  cuando  comieron  di- 
cbo  ñato,  lo  cual  es  contradicion  manifiesta:  como  también 
decir,  que  cuando  el  Ans^el  anunció  á  vSan  Joaquin,  y  á  Santa 
Ana  la  hija  que  hablan  de  tener,  luego  al  jmnto  se  les  dio  á 
comer  el  fruto  del  árbol  de  la  vida;  siendo  así,  que  tenia  dicho 
que  de  la  embajada  del  Ángel  á  la  comida  de  la  fruta,  media- 
ron treinta  y  tres  dias. 

También  se  contradice  en  afirmar  que  Señora  Santa  Ana  la 
noche  antes  de  concebir  á  la  Virgen  Santísima  le  hizo  á  San 
Joaquin  un  espléndido  combite  en  que  comieron  ambos,  sien- 
do asi  que  tenia  dicho,  qu^  después  de  la  Anunciación  del 
Ángel,  treinta  y  tres  dias  antes  de  comer  el  fruto  del  árbol  de 
la  vida,  y  concebir  á  la  Virgen,  no  comieron  otra  cosa  San 
Joaquin  y  Santa  Ana  que  unas  pocas  yerbas  y  agua.  Asi  pe- 
lean unas  revelaciones  con  otras,  cuando  no  habla  verdad 
quien  las  profiere. 

La  última  de  esta  relación  sea,  y  es  muy  de  notar,  porque 
dice:  que  desde  el  dia  de  la  declaracioii  ó  definición  del  Mis- 
terio de  la  Concepción  Purísima,  pasará  hasta  el  dia  de  Jui- 
cio tanto  tiempo,  cuanto  pasó  desde  el  dia  de  los  celos  de  San 
José  hasta  el  dia  de  la  declaración  ó  definición  del  Misterio, 
contradiciéndole,  pues  tenia  dicho  como  revelación  que  se  le 
habia  heclio,  pasaría  tanto  tiempo  como  desde  la  creación  del 
mundo  hasta  la  declaración  del  Misterio,  siendo  todo  engaño 
y  quimera  su^^a,  nada  verosímil  por  la  independencia  que  tie- 
ne el  Misterio  de  la  Concepción  del  dia.  de  Juicio,  pues  el  se- 
ñalar y  determinar  este  dia  criatura  alguna,  es  contraía  Fé,  y 
opuesto  á  las  palabras  de  Cristo  Nuestro  Señor  en  su  Evan- 
gelio, cuando  dijo:  de  die  illa  nemo  scit. 

Hasta  aqui  de  los  dichos,  revelaciones,  profecías,  proposi- 
ciones y  doctrinas  que  se  hallan  en  los  cuadernos  y  escritos 
de  esta  beata,  esparcidas  por  todos  ellos,  sino  todas  las  que 
contienen,  que  sobre  ser  innumerables  por  semejantes  á  las  re- 
feridas ó  por  escandalosas  é  injuriosas  á  los  que  notan  y  bal- 
donan, se  han  omitido  y  quedan  en  sus  procesos.  Y  siendo 
como  son  y  han  sido  calificadas  con  varias  censuras  teológi- 
cas por  graves  y  doctos  calificadores  y  consultores  del  Santo 
Tribunal  respectivo,  ya  unas  ya  otras  por  heréticas,  erróneas, 
peligrosas,  blasfemas,  temerariss,  falsas,  escandalosas,  irreve- 
rentes, injuriosas  y  denigrativas  gravemente  de  los  prójimos: 
por  todas  ellas,  aun  á  juicio  del  vulgo  indocto  cuando  fuera  ó 
pareciera  muy  santa  en  sus  costumbres,  muy  circunspecta  y 
morfiücada,  muy  devota  y  dada  á  la  oración  hasta  arrobarse 
al  tercer  cielo,  é  hiciese  otras  maravillas  al  parecer  sobre  las 


—337— 
fuerzas  de  la  naturaleza;  todo  este  aparato  de  santidad  y  apa- 
riencia ó  perspectiva  de  virtudes  debia  ser  tenida  por  engaño- 
sa, falsa,  supuesta,  sarisaica,  hipócrita,  indigna  de  crédito  y 
estimación;  pues  según  el  Evangelio,  el  buen  árbol  no  puede 
dar  malos  ni  perniciosos  frutos,  como  los  lleva  y  dá  el  malo. 
Ni  debian  engañarse  tanto  tiempo  los  que  de  cerca  la  trata- 
ban, oian  y  atendían,  cuando  de  sus  palabras,  proposiciones  y 
doctrinas  podian  rastrear  y  colegir  todo  su  interior,  que  es 
también  Evangelio,  reprobando  como  á  dañado  y  perverso  el 
corazón  que  á  los  labios  arrojaba  tanta  ponzoña  é  inmundicia 
de  errores  ó  irreverencias  contra  Dios,  contra  sn  Madre  San- 
tísima, contra  los  Santos  del  cielo  y  prójimos  de  la  tierra. 

Pues  que  diremos,  cuando  esta  beata  no  tuvo  mas  que  el 
nombre  ó  el  traje  de  tal,  y  todas  sus  obras,  costumbres  y  ac- 
ciones no  mostraban  ni  liacian  prueba  alguna  de  verdadera 
virtud  y  menos  de  santidad  extraordinaria;  sino  por  el  con- 
trario su  vida  y  costumbres  la  arguian  de  relajada  y  viciosa; 
como  en  particular  se  irán  notando  algunos  de  sus  vicios  pro- 
pios de  una  mujer  extragada,  y  á  no  ser  ella  tan  disimulada 
escandalosa. 

La  abstinencia  es  el  A.  B.  O.  de  la  santidad,  ni  hay  santo 
ni  pecador  convertido,  que  no  comience  por  aqui  su  noviciado 
y'en  la  templanza  y  freno  de  un  sentido  en  que  tanto  conve- 
nimos con  los  brutos,  no  continué  y  persevere  toda  su  vida, 
abstinente  mucho  debia  ser  la  beata,  pues  queria  parecer  San- 
ta, y  se  ven  dia  por  tal.  Asi  procuró  engañosamente  darlo  á 
entender,  pero  no  fué  asi:  porque  comia,  bebia  y  se  regalaba, 
como  si  fuera  una  de  las  mas  ricas  y  sobradas  señoras  de  la 
ciudad.  Ella  decia  y  aun  publicaba  que  los  Miércoles  y  Vier- 
nes pasaba  solo  con  un  poco  de  hiél  amarga  al  gusto  por  mor- 
tificarse, para  que  tenia  colgada  en  una  tinajera  una  redoma 
con  este  licor,  que  renovaba  de  cuando  en  cuando  para  dar  á 
entender  que  la  servia,  constando  á  sus  domésticos  y  á  otros 
curiosos,  que  no  probaba  de  él  ni  una  gota.  Otros  dias  decia 
bastarle  la  sustancia  de  las  almendras;  querría  decir  alguna 
almendrada,  que  no  era  mal  sustento;  en  los  demás  dias  afec- 
taba un  continuo  ayuno  cuaresmal,  desdeñando  y  asqueando 
el  nombree  siquiera  de  carne.  Esto  daba  á  entender  y  comuni- 
caba con  sus  padres  espirituales;  y  la  verdad  era  que  á  solas 
en  su  aposento,  que  juntamente  le  era  oratorio,  comia  regala- 
da y  abundantemente.  Pues  ahora  de  medio  dia  le  traían  de 
cierta  casa  conocida  un  repuesto  cumplido  de  pescado  regala- 
do cocido  y  frito,  huevos  con  chiche,  que  es  una  salsa  criolla,  y 
conserva  de  la  mejor.  Otros  dias  se  multiplicaba  la  comida, 
recibiéndola  de  oti'as  casas  de  su  devoción  á  que  solía  admitir 
Tomo  vii.  Literatuba — 43 


—338— 
algún  convidado  de  los  que  esperaba  no  se  escandalizasen;  ó 
á  quienes  díiba  á  entender  que  por  aquella  vez  dispensaba  al- 
go en  su  abstinencia.  Por  esta  ra^oon  permitia  á  las  veces  la 
acompañasen  al  comer  su  madre  y  hermana,  que  como  tan  de 
casa  callarían  cualquier  exceso  de  regalo  en  la  beata  por  lo 
que  les  tocaba.  Para  abrir  puerta  á  estas  comidas  de  fuera, 
decía:  qUe  en  Su  casa  no  cocinaban  á  su  gusto,  tanto  cuidaba 
de  paladearlo  con  lo  mejor:  y  mas  abundante.  También  se  co- 
nocía cuanto  gustaba  de  buenos  bocados,  cuando  la -convida- 
ban á  alguna  liacienda  de  campo,  vecina  á  la  ciudad  ó  hacia 
oficio  de  madrina  en  algún  casamiento  ó  l)autismo,  que  no  era 
pocas  veces,  entonces  decia:  que  dispensaba  por  la  urbanidad 
y  gratitud  á  los  huéspedes  con  su  rigurosa  abstinencia,  y  co- 
mía de  todo  y  de  los  primeros  platos,  porque  se  sentaba  en 
cabecera,  lugar  que  en  su  estimación  ocupaba  por  Santa;  pues 
por  sobremesa,  como  ya  dijimos,  se  cortaba  las  uñas  de  las 
manos  y  permitia  las  recogiesen  y  las  guardasen  por  reliquias. 

Dejábase  también  regalar  sin  reservar  tiempo,  con  dulces  y 
frutas  de  sus  devotos  y  pretendientes  de  sus  oraciones,  é  in- 
tercesión con  Dios,  y  decia  ser  todo  para  pobres  enfermos  que 
visitaba,  y  nada  menos  porque  visitaba  á  raros,  y  estos  habían 
de  ser  ricos  j  nobles  de  quienes  esperaba  mas,  que  podia  dar- 
les ella.  Y  si  tal  vez  reparta  alguna  fruta  á  los  dolientes  de 
íúera,  decia  habérsela  traído  del  Paraíso  algún  Angeló  ser 
venida  del  cielo  de  mano  del  Señor  ó  la  Santísima  Virgen,  con 
quienes  afectaba  tener  tanta  familiaridad.  Pudiera  contentar- 
se con  lo  bien  quecomia  al  medio  día,  y  consta  que  de  noche 
cenaba  muy  bien:  trayéndole  de  las  casas  y  partes  referidas, 
sazonado  el  mejor  pescado,  como  pámpanos  ó  lenguados,  que 
acá  lo  es,  á  que  se  anadian  huevos  guisados  á  su  sabor,  y  dulce 
para  la  bebida.  Y  dando  á  entender  al  medio  día  y  á  la  noche 
que  en  levantándose  déla  mesa  se  retiraba  a  oración,  ponía- 
se en  cunclillas  acomodada  para  dormirse,  siendo  lo  mas  cier- 
to, que  lleno  el  vientre,  no  estaría  para  orar. 

No  podia  del  todo  ocultar  esta  su  vida  regalona  a  los  que  la 
comunicaban  mas  familiarmente;  y  asi  sucedió,que  admitiendo 
á  su  mesa  algunos  días  á  una  persona  que  la  regalaba  mucho 
y  estaba  muy  pagada  de  su  trato,  partía  con  ella  de  los  rega- 
los que  la  enviaban  á  medio  dia  y  á  la  noche^  y  entrando  la 
beata  en  escrúpulo,  que  dicha  persona  como  testigo  de  su  poca 
6  üinguna  abstinencia  lo  publicase  fuera,  la  dijo:  que  si  le 
preguntase  alguno  qué  comía  los  días  que  no  eran  de  absti- 
nencia para  ella.  Dijera  que  la  substancia  délas  almendras  so- 
lamente, y  que  los  demás  días  se  pasaba  sin  cometer  nada.  Lo 
cual  causó  novedad  y  risa  á  dicha  persona,  cuando  le  consta- 
ba lo  contrario,  como  también  la  renovación  que  hacia  del  po- 


-339— 
mito  de  yel,  dando  á  entender  que  la  liabia  gastado,  no  gusp 
tando  de  ella  una  gota,  y  á  esta  también  dijo,  como  si  1q  diep?i 
cuenta  de  su  conciencia:  qus  el  día  de  silicio  no  ayunaba^  y  el 
dia  de  disciplina  no  iisaha  de  silicio  ni  ayunaba^  porque  todo  jun- 
to era  muclio. 

Y  preguntada  de  otra  persona  sobre  sus  ejercicios  espiritua- 
les, dijo  con  arrogancia  nunca  vista,  ni  oida  de  persona  favo- 
recida de  Dios,  quemas  lahiiscahael  Señor  áella,  que  ella  al  Se- 
ñor; y  que  con  los  ejercicios  que  comensó  se  liabia  quedado;  y  que 
el  Seíior  la  mandó  comiesehien,  y  durmiese  bien,  y  asi  dor.yaia  sie- 
te horas. 

Luciasele  este  buen  trato  que  hacia  á  su  cuerpo,  pues  nun- 
ca en  él  se  vieron  las  señales  naturales  de  los  abstinentes,  que 
son  flaqueza,  debilidad  y  palidez;  antes  siempre  se  conservó 
buena,  gruesa  y  abultada;  y  aunque  de  muchos  Santos  se  lee 
que  cuando  mas  ayunos  y  penitencias  hacian  parecían  mas 
frescos,  sanos  y  enteros  como  San  Antonio  Abad  y  otros  san-i 
tos  hermitaños,  esto  era  por  gracia  y  favor  especial  de  Dios  y 
sobren atural  mente;  pero  á  esta  beata  bien  se  conoció  le  so- 
brevenía su  frescura  y  robustez  délo  mucho  que  comiay  se  re- 
galaba. Lo  cual  ha  constado  á  los  que  han  sido  testigos  de  su 
prisión  por  seis  años  en  las  cárceles  del  Santo  Oficio,  pues  no 
habiendo  jamás  pedido  ni  tenido  consigo  instrumento  de  pe- 
nitencia, como  disciplina  ó  cilicio,  ni  echo  otra  mortificación, 
cuando  por  ella  debía  recurrir  á  Dios  para  que  la  sacase  de  la 
tribulación  y  aprieto  en  que  se  hallaba,  y  mas  á  su  parecpr 
inocentes;  siempre  i3idió  con  instancia  y  quejas  el  almuerzo, 
la  comida  y  cena,  pareciendole  todo  menos  de  lo  que  necesi- 
taba y  deseando  lo  mas  sazonado  cuando  se  le  acudía  no  solo 
con  caridad  cristiana  como  á  los  demás  presos,  sino  con  mas 
blandura  y  benignidad,  como  mujer  hecha  al  regalo  y  que  de 
nada  se  contentaba  ministrándole  todos  los  dias  el  almuerzo, 
la  comida  y  la  cena. 

Una  mujer  bien  comida  y  mantenida,  qué  oración  podia  te- 
ner? Que  si  la  oración  es  un  vuelo  del  alma  á  Dios,  con  que 
al  parecer  saliendo  del  cuerpo  que  las  agrava,  se  remonta  á 
su  Creador,  por  quien  anhela  ¿qué  vuelos  j)odia  dar  á  Dios  la 
que  agravado  el  cuerpo  de  manjares  arrastrado  por  la  tierra, 
y  sus  delicias,  que  asi  apetecía?  Aun  á  las  aves  voladoras  que 
demasiadamente  ingurjican  en  los  cadáveres,  les  impide  el 
vuelo  la  carga  interior,  tanto,  que  las  matan  á  palos  los  mu- 
chachos. Burlarse  jjodia  el  Demonio  y  traer  á  su  mandar,  y 
tras  sí  arrastrada  á  esta  mujer,  sin  dejarla  levantar  á  Dios  ni 
el  corazón  ni  los  ojos,  cuando  la  veia  y  sentia  tan  pesada  y 
apegada  á  la  tierra  con  la  carga  de  lo  mucho  que  comiay  ce- 
naba; porque  como  ella  decia:  necesitaba  de  siete  horas  de  sue- 


—340— 
ño  si  los  ratos  que  entre  dia  hurtaba  á  la  comunicaciou  agena 
para  su  reposo  y  descanso. 

Cuando  tuviese  esta  mujer  oración,  no  se  sabe;  porque  cuan- 
do mas  podia  constar  era  en  la  iglesias  y  especialmente  en  la 
de  San  Agustin,  á  que  todos,  ó  los  mas  dias  asistia.  En  ellas 
se  veia  el  manto  siempre  caldo  sobre  los  hombros  y  descubier- 
to el  rostro  contra  el  consejo  del  Apóstol:  Omnis  aiitem  mulier 
orans  non  vélalo  ca/pite^  detur  pac  capiit  siium;  inquieta  la  cabe- 
za, volviéndola  continuamente  á  una  parte  y  á  otra,'  no  escu- 
sando  parlas  de  los  que  á  ella  se  llegaban  ó  llamaba  ella.  Si 
oia  misa  se  reparó  por  muchos,  que  no  continuaba  en  un  lu- 
gar oyéndola,  sino  que  dejando  una  comenzada  se  levantaba 
á  oir  otra,  que  comenzase  y  asi  estaba  en  continuó  movimien- 
to; que  aunque  parece  hacia  por  oir  y  gozar  de  muchas  misas 
á  un  tiempo,  también  parece  que  de  un  lugar  quieta  y  atenta 
podia  alcanzar  á  oirías  todas,  como  lo  hacen  personas  devotas. 
Ocupábase  para  mayor  divertimiento  en  señalar  á  los  Sacer- 
dotes que  sallan  á  decir  misa  en  el  altar,  en  que  la  dijesen,  con 
el  imperio,  de  tú,  y  vos,  que  usaba  con  todos;  y  guardando  el 
mismo  estilo  (que  los  suyos  llamaban  candidez  y  llaneza)  aun 
con  las  personas  mas  autorizadas  de  la  Eepública;  sucedió  en- 
trar una  de  puesto,  y  autoridad  á  la  Iglesia  á  oir  misa  y  hincan- 
do la  rodilla  á  una,  que  comenzaba  le  dijo  la  beata:  no  oigas 
esa,  que  es  larga,  oye  aquella,  que  es  l)reve,  señalándole  otra  dis- 
tante, que  comenzaba  también.  Asi  tenia  ella  oración,  como 
enseñaba  á  tenerla  á  otros,  pues  no  debiera  acortar  á  ningu- 
no el  tiempo  que  quería  dar  mas  á  Dios,  oyendo  misa  mas 
larga. 

Ki  hay  que  hacer  caso  de  los  arrobos,  que  afectaba  en  pú- 
blico; que  esos,  ni  eran  oración  ni  contemplación,  pues  para 
una  y  otra,  tampoco  se  disponia.  Era  si,  uno  de  sus  embustes 
y  tramoyas,  pues  los  sacaba  en  público,  donde  los  viesen  y 
aplaudiesen:  mejor  fuera  que  diese  ejemplo  á  los  que  la  veian 
comulgar,  hincándose  de  rodillas,  modesta  y  devota  á  la  reja 
ó  baranda  como  los  demás  y  no  como  ella  sola  lo  hacia  mu- 
chas veces,  recibiendo  en  pié  la  sagrada  forma  y  volviéndose 
á  su  lugar,  sin  obligarle  á  acto  accidente  ó  achaque  que  no 
tenia. 

Y  que  sus  arrobos  en  la  iglesia  fuesen  fingidos  se  prueba, 
con  que  en  su  casa  y  cuarto  enseñó  á  arrobarse  á  unindiezue- 
lo  ó  mesticillo  que  habia  criado  y  únicamente  la  asistia  de  las 
puertas  á  dentro,  y  en  arrobándose  según  las  lecciones  que  le 
habia  dado  llamaba  á  los  de  afuera,  que  le  viesen  arrobado, 
como  si  fuese  cosa  de  admiración  y  de  mucha  virtud,  y  estan- 
do ya  instruido,  que  ninguno  que  no  fuese  ella  respondiese, 
ni  volviese  eb  sí,  solo  á  su  llamamiento  respondía,  como  si  des- 


—341— 
pertase  de  aquel  éxtasis  ó  arrobo,  todo  fingido  y  supuesto;  j 
el  muchacho  que  ya  pasaba  de  doce  años  tan  malicioso  ó  cul- 
pado en  lo  que  hacia,  y  en  lo  demás,  que  se  sospechaba;  y  no 
sabemos;  luego  que  fué  presa  Angela,  se  desapareció  y  ausen- 
tó de  suerte  que  ha  costado  mucho  tiempo  y  diligencias  al  San- 
to Tribunal  el  aprehenderlo. 

Es  verdad  que  se  retiraba  esta  beata  á  su  aposento,  dando 
á  entender  que  á  orar  á  un  altar  ó  Imagen  de  nuestra  Señora 
que  allí  tenia  muy  bien  vestida  y  adornada  de  joyas  de  i)recio 
y  valor  que  pedia,  y  le  daban  sus  devotos:  pero  ese  retirarse 
mas  era  á  dormir  y  descansar,  porque  en  todas  partes,  en  su 
casa,  en  la  iglesia,  en  los  sermones,  y  aun  en  la  misma  prisión 
fué  muy  devota  de  los  siete  Durmientes,  aquí  nos  tendría  de- 
dicadas las  siete  horas  de  noche  y  los  ratos  perdidos  de  dia, 
logrados  por  ella  en  el  sueño.  Constó  á  los  Ministros  y  sirvien- 
tes que  en  la  prisión  de  los  seis  años  la  visitaban  ó  acudían 
para  lo  necesario,  siempre  la  hallaban  dormida  y  roncando,  y 
nunca  devota  ni  encomendándose  áDios,  ni  leyendo  en  algnvi 
libro  espiritual,  que  tenia;  ni  lo  había  pedido  jamás,  ijorque  si 
lo  pidiera,  se  le  hubiera  dado. 

Y  que  su  oración  fuese  de  ronquidos  lo  prueba  el  caso  siguien- 
te; que  habiéndole  consultado  cierta  persona  un  negocio  de 
importancia  en  la  Iglesia,  la  fué  después  á  visitar  á  su  casa,  y 
cuarto,  y  tratando  sobre  el  negocio,  de  que  ella  esperaba  tocar 
algo,  le  dijo  á  la  ^ferBonsk:  pongámonos  en  oración  por  el  buen  su- 
ceso, que  deseas;  ó  hincándose  la  persona  de  rodillas  al  altar  é 
Imagen  demuestra  Señora,  ella  se  metió  dentro  de  su  pabellón 
cerrado,  dando  á  entender  que  se  retiraba  á  orar,  pero  presto 
se  conoció  por  los  ronquidos  desmesurados,  que  daba,  que  no 
oraba,  sino  dormia.  Con  todo  la  tal  persona  esperó  casi  una 
hora,  pomo  inturrumpir  su  quietud;  mas  al  fin  la  despertó,  y 
llamó  diciendo:  Men  lo  habéis  dormido  Angela;  ¿qué  hay  en 
nuestro  negocio?  A  que  ella  con  su  desahogo  santo  respondió:  esta 
es  oración  de  unión  con  Dios  el  cual  me  á  dicho  lo  que  has  de  ha- 
cer en  lo  que  me  consultas.  Y  con  efecto  se  lo-  dijo,  j)rometién- 
dole  feliz  suceso.  A  pocos  dias  se  volvió  á  ver  la  beata  con  esta 
persona,  y  le  dijo  habia  sido  engaño  y  ficción  lo  que  le  habia 
dado  á  entender,  porque  tal  no  le  dijo  Dios  en  la  oración;  y 
es  sin  duda  que  reconoció,  ó  supo  que  el  suceso  no  habia  sido 
como  se  deseaba,  feliz,  como  lo  prometió:  así  ella  misma  bur- 
laba de  su  oración,  como  lo  podían,  y  debían  hacer  todos. 

Sin  oración,  ni  mortificación,  cómo  no  habia  de  ser  esta  mu- 
jer impaciente,  y  con  exceso?  IsTo  sufrió  agravio  alguno  por 
leve  que  fué  este,  diciendo  graves  injurias  á  los  que  no  le  con- 
cedía lo  que  les  pedia,  y  era  pedigüeña  sobre  manera:  llegán- 
dose á  las  tiendas  de  mercaderes  á  pedirles  este,  ó  aquel  gé- 


—342— 
ñerio,  qué  unos  le  concedían  y  otros  le  negaban:  pidiendo  á  las 
fruteras  de  la  plaza  la  fruta,  que  se  le  antojaba,  que  algunas 
se  tenian  por  dichosas  en  concedérsela:  y  según  era  antojadiza 
tal  vez  se  puso  en  la  plaza  á  comer  de  un  potaje  caliente  de 
los  que  allí  se  guisan  y  venden,  escandalizándole  los  que  la 
vieron  en  acción  tan  contra  el  punto,  y  descendía  de  su  estado 
y  opinión,  y  por  la  mañana  en  tiempo  de  cuaresma.  Y  no  con- 
tenta con  pedir  ni fieri as  pasaba  á  pedir  joyas  de  valor  para  la 
Imagen  que  tenia  en  su  oratorio.  En  estas  peticiones  siempre 
baldonó  con  enojo,  é  impaciencia  á  los  que  no  se  las  concedían, 
tratándolos  de  mezquinos,  amenazándolos  con  malos  sucesos. . 

Escandaloso  fué  el  caso  que  en  una  Iglesia  Parroquial  de 
esta  ciudad  se  vio;  porque  pidiendo  á  los  curas  que  allí  asis- 
tían que  rebajasen  los  derechos,  del  entierro  de  un  conocido 
suyo,  que  importaban,  según  la  tasa,  cuarenta  pesos;  y  dejando 
á  su  voluntad  cortéf^es  los  curas,  que  ofreciese  lo  que  quisiese 
prometió  catorce  pesos.  Efectuóse  el  entierro,  y  enviáronle  á 
cobrar  la  cantidad  que  ella  voluntariamente  habia  ofrecido. 
Viendo  la  demanda,  montó  en  cólera,  y  se  fué  á  la  Iglesia,  y 
entró  diciendo  á  uno  de  los  curas,  que  él  y  los  demás  eran 
unos  ladrones,  y  peores  que  los  ingleses  piratas,  que  para  qué 
buscaban  otras  razones,  porque  Dios  nos  castigase,  cuando 
hasta  los  mismos  curas  y  pastores  de  almas,  eran  ladrones?  Y 
que  habia  de  ir  á  acusarlos  al  Señor  Virrey,  zahiriendo  á  otro 
Sacerdote,  que  nombró,  por  i)arecerle  lenia  parte  en  aquellos 
derechos;  de  lo  cual  escandalizado  el  cura,  que  se  halló  presen- 
te, la  reprehendió  como  debia,  y  que  no  hablase  así  de  Secer- 
dotes  y  personas  sagradas,  que  bien  se  echaba  de  ver  que  toda 
su  virtud  (esa  que  publicaban  de  ella)  era  una  patarata.  A 
que  respondió  mas  templada  en  las  voces:  Yo  no  lo  digopor  ti, 
sino  por  los  otros.  En  que  se  conoce  la  malicia  con  que  obraba, 
y  que  su  sentimiento  nacia  de  pura  soberbia  y  elación  en  que 
el  vulgo  la  habia  puesto  de  Santa,  y  no  de  otro  motivo,  ni  ra- 
zón, aunque  aparente. 

Este  ijoco  respeto  que  tenia  á  los  Sacerdotes,  de  quienes  de- 
cía ser  Madre,  nacido  de  su  impaciencia  colérica  se  mostró 
otra  vez,  que  ijidiendo  á  cierto  eclesiástico  de  autoridad  y  le- 
tras una  cosa  que  le  negó;  porque  pudo  negarla,  le  dijo  era  un 
mezquino  miserable,  y  sabiendo  después  que  se  habia  opuesto 
á  una  canongía,  al  encontrarle  le  preguntó:  qué  hay  f  cómo  va? 
sacasteis  lugar  m  la  canongíaf  y  respondiéndole  que  nó,  con- 
desabrimiento y  desprecio  le  dijo  en  voz  alta,  que  oyeron 
otros  que  se  hallaron  presentes:  muy  Men  heclio  está,  vos  mere- 
céisnada  de  eso,  que  sois  un  mezquino:  áque  calló  el  Sacerdote 
mortificado  por  lo  que  pudieron  entender  los  x>resentes  contra 
el  crédito  de  liberal  que  todos  desean  tener.  Pasados  tres  ó 


—343— 
cuatro  dias,  habiéndola  encontrado  en  la  calle  la  dijo:  Madre 
Angela,  en  la  santidad  cabe  la  bnmildad  y  la  caridad  con  el 
prójimo,  que  no  mostró  el  otro  dia;  lí  qne  respondió:  «juZarf, 
andad,  que  me  han  mandado  que  no  íiahle  con  clérigos.  Después 
de  lo  cual  dicho  Sacerdote  refiriendo  este  caso,  y  palabras  de 
Angela  á  un  confesor  suyo,  le  respondió  éste:  no  hiciese  caso  de 
ella,  que  era  una  loca.  Muy  buen  crédito  de  santidad  tenia  ga- 
uado  con  los  que  mejor  la  conocían,  pues  le  negaban  la  pru- 
dencia, que  es  la  primicia  del  coro  de  las  virtudes  morales. 

Aun  hay  otros  singulares  de  falta  de  respeto  á  elesiásticos 
impelida  de  su  natural  impaciente  y  soberbio.  Escandalizado 
cierto  Sacerdote  constituidoendignidad,  y  muy  respetado  por 
su  persona  de  la  imblicidad,  con  que  esta  mujer  repartía  cuen- 
tas y  rosarios,  como  benditos  en  el  cielo,  se  llegó  á  hablarla, 
proponiéndola  los  inconvenientes  que  se  le  ofrecian  y  la  difi- 
cultad que  tenia  en  persuadirse  á  la  certidumbre  de  estas  ben- 
diciones y  asi  pretendía  desengañarla  con  razones,  y  autorida- 
des de  la  Sagrada  Escritura  y  Santos,  (i  que  ella  le  respondió: 
"  {Tanquamimtestatemhaheus;)  parece  que  queréis  probarme  el 
*'  espíritu;  Dios  os  castigará,  que  á  un  prelado  mió  le  dio  do- 
"  lor  de  muelas,  porque  me  quiso  examinar  y  probar  el  espiri- 
"  tu.  Y  que  de  él  y  los  demás  hacia  chanza,  porque  nadie  ha- 
"  bia  de  examinarla  áella,  ¿qué  á  los  Apostóles  quién  los  habla 
"  examinado!  Por  qué  esas  cosas  que  ella  decia  y  obraba  las 
"  concedía  Dios  á  quien  era  servido."  Respuesta  en  que  no 
mostró  suma  arrogancia  sobre  colérica  impaciencia. 

Tal  la  tuvo  en  otra  ocasión  con  una  señora  anciana  de  vir- 
tud y  estimación  en  esta  ciudad,  la  cual  visitando  á  esta  bea- 
ta comenzó  á  hablar  cosas  de  espíritu,  tocantes  á  la  virtud  y 
santidad,  que  juzgaba  tener  la  beata  con  quien  hablaba,  la 
cual  impaciente  ía  despidió  en  breve,  como  que  tuviese  algu- 
na ocupación  precisa,  y  en  yéndose  la  señora  dijo  á  otras  que 
le  asistían:  miren  la  puerca,  queria  que  yo  la  halñase  de  espíritu, 
y  examinarme  el  miof  como  ella  era  puerca,  la  traté  de  manteca, 
longanizas  y  jamones. 

Mas  grave  fué  la  impaciencia,  y  palabradas  con  que  trató  á 
una  mujer  casada  por  un  disgusto  leve  que  tuvieron  las  dos, 
pues  fué  á  casa  de  dicha  mujer  muy  colérica,  y  la  dijo  á  vo- 
ces que  oyeron  algunos:  que  era  una  putilla,  y  que  estaba  aman- 
cebada con  un  cajonerillo:  que  era.una  escandalosa  y  que  haría  la 
desterrasen,  que  fuera  hacer  vida  con  su  marido.  Escandalizó 
mucho  esta  tropa  de  palabras  tan  indecentes  y  afrentosas. 
Corrió  la  voz,  y  el  hombre  á  quien  atribuyó  el  adulterio,  muy 
sentido  fué  á  dar  las  quejas  á  un  padre  espiritual  de  la  beata, 
el  cual  le  dijo:  no  hiciese  caso,  que  era  una  tonta,  y  que  serta  al- 


—344— 
guna  tentación  del  Demonio ^  que  le  puso  en  la  hoca  aquellas  i)a- 
Idbras. 

Llevada  de  esta  impaciencia  diabólica,  amenazó  á  muchos 
con  la  muerte  en  forma  no  solo  de  comminacion  sino  de  pro- 
fecía; y  así  estando  un  hombre  adinerado  y  principal  de  esta 
ciudad  en  una  iglesia  en  compañía  de  otros,  se  llegó  á  él,  y  le 
dijo:  este  que  anda  diciendo  mal  de  mi  en  los  almacenes,  póngase 
Mencon  Dios,  que  ireve  {ó  preso)  morirá.  Lo  cnal  oido  del  hom- 
bre., entró  en  grave  cuidado  por  arguirle  la  conciencia  de  al- 
gunas murmuraciones  que  había  tenido  con  otros  de  la  beata, 
tratándola  de  embustera  por  algunas  cosas  que  había  de  ella 
oido:  y  asi  solicitó  á  uno  de  los  padres  espirituales  suyo,  que 
la  preguntase  los  motivos  de  aquel  anuncio,  porque  era  cris- 
tiano y  quería  disponer  sus  cosas.  Prometió  hacerlo,  y  vol- 
viendo al  día  siguiente  por  la  respuesta,  le  dijo  el  padre  espi- 
ritual: Seíior  mío  esto  no  tiene  remedio;  v.  md.  se  vaya  con  Dios, 
y  luego  luego  disponga  sus  cosas,  que  pues  lo  dijo  Angela,  así  será. 
Be  allí  se  fué  el  hombre  á  confesar  como  para  morir,  y  reti- 
rándose á  su  casa  la  halló  alborotada  y  en  confusión  por  el 
desconsuelo  con  que  estaban  su  mujer  é  hijos.  Fué  ésta  á  ha- 
blar á  Angela,  y  rogarle  pidiese  á  iíuestro  Señor  la  vida  de 
su  marido  por  lo  que  importaba  á  su  casa  y  familia.  Ella  pro- 
metió hacerlo,  y  el  dia  siguiente  marido  y  mujer  fueron  á  vi- 
sitarla, llevando  él  cincuenta  pesos  para  que  los  hiciese  decir 
de  misas  por  la  salud  de  su  alma  y  vida  si  le  conviniese.  Con 
esta  oferta  y  visitas  mudó  de  semblante,  y  les  hizo  muchos 
agasajos,  diciendo:  que  no  tuviesen  cuidado,  y  se  asegurasen  de 
su  salud  y  vida,  porque  no  saMa  ni  luibia  dicho  nada  en  contra. 
Y  al  despedirse  le  dio  el  caballero  un  aguacate  de  esmeraldas 
para  una  Imagen  que  tenia  en  su  oratorio,  joya  que  ella  le  ha- 
bía pedido  muchos  di  as  antes,  y  él  uegádosela,  por  decir  que 
era  para  su  mujer  que  andaba  buscando  compañero  al  agua- 
cate. De  donde  sin  duda  prendió  el  enojo  y  amenaza  de  la  bea- 
ta, que  asi  se  vengaba  y  castigaba  á  los  que  le  negaban  algo. 
Consta  que  dicho  caballero  vive  hoy  aunque  ausente  con  su 
mujer  y  familia.  A  otra  hizo  semejante  amenaza,  y  la  tuvo 
afligida  por  algún  tiempo,  no  sucediendo  la  muerte  amena- 
zada. 

Aun  resta  otra,  á  un  eclesiástico  de  quien  estaba  muy  sen- 
tida, porque  no  le  apoyaba  y  aplaudía  su  espíritu.  Amenazóle 
pues,  que  le  habia  de  suceder  un  pesar  muy  grande,  y  deseoso 
de  saber  cual,  le  respondió:  Allá  lo  verás  después,  y  entonces  te 
acordarás  deprohar  espíritus,  cuando  te  veas  en  la  aflicción.  De- 
jóle con  gran  cuidado;  y  pasados  algunos  dias  la  volvió  á  ver 
pidiéndole  le  declarase  aquella  amenaza,  á  que  le  respondió 
con  misterio,  que  habia  de  morir  muy  presto,  añadiendo  estas 


—345— 
palabras:  que  entiendes,  que  has  de  decir  después  de  ese  viejo?  (di- 
ciéndolo  por  cierto  amigo  del  eclesiástico)  ¿mes,  tú  has  de  mo- 
rir primero  que  él, porque  tu  muerte  ha  de  ser  para  mucho  ejem- 
plo de  la  BepúMica.  Eres  mozo  de  muchas  esperanzas;  y  asi  han 
de  decir  ya  murió  aquel  mozo  de  huena  cara  y  de  tantas  esperanzas. 
Y  lo  peor  es,  que  siempre  que  lo  eiicontral)a  le  decia,  que  t)res- 
to  se  habia  de  uiorir;  y  que  donde  se  habia  de  enterrar  para 
ir  allí,  y  eacomeodarlo  á  Dios?  lo  cual  todo  fué  una  mera  men- 
tira y  engaño  manifestado  por  el  tiempo,  pues  el  viejo  murió, 
y  vive  hoy  el  eclesiástico  mozo,  á  quien  tanta  prisa  dal)a  para 
morir, 

Desta  calidad  le  sucedieron  muchos  singulares,  zaliiriendo 
con  palabras  injuriosas  y  baldones  pesados  á  las  personas,  que 
no  la  tenian  devoción  ó  no  la  regalaban:  estilo  agena  de  toda 
virtud  y  verdadera  santidad,  pues  no  solo  cedia  en  descrédito 
del  buen  nombre  y  opinión  de  los  que  baldonaba,  sino  tam- 
bién en  perjuicio  y  atrazo  de  las  conveniencias  ó  empleos,  á 
que  aspiraban  dichas  personas;  por  la  estimación  que  se  tenia 
ganada  la  beata  con  el  vulgo,  que  también  lo  hay  entre  doc- 
tos y  sabios,  los  cuales  atendían  sus  palabras,  como  oráculos  ó 
profecías  venidas  del  cielo. 

Sobre  lo  dicho,  que  bastaba  para  conocimiento  de  su  santi- 
dad fingida:  añadió  la  nota  de  codiciosa  é  interesable  en  sumo 
grado,  pues  con  las  revelaciones  que  le  ministraba  ó  el  Demo- 
nio ó  su  fantasía,  y  los  milagros  que  fingia  ó  daba  á  entender 
que  lo  eran,  se  armó  un  trato  cuantioso  de  dineros  y  regalos, 
j)ara  que  tenia  uno  como  cajero,  en  cuyo  poder  entraba  el  rpie 
recogía,  armada  cuenta  con  tinta  y  pluma  en  esta  casa  depar- 
tidas tanto,  de  calenturas  tanto,  del  milagro  de  las  barras  tan- 
to, y  así  de  otros;  hallándose  partidas  de  mil,  y  dos  mil  pesos, 
paliando  su  codicia,  con  decir  era  este  dinero  para  los  taber- 
náculos ó  altares  de  su  devoción,  á  que  aplicaba  alguno,  pero 
ni  uno  ni  otro  podia  ser  agradable  á  Dios,  cuando  portan  ma- 
los medios  se  adquiría. 

En  orden  á  esto  se  permitía  rogar,  y  ofrecía  sus  oraciones 
para  el  buen  éxito  y  suceso  de  negocios  graves  y  casos  difi- 
cultosos, dando  oídos  y  aun  audiencias  á  súplicas  y  rogativas, 
que  no  eran  pocas  las  que  llegaban  á  sus  puertas.  Y  con  el 
mismo  fin  hacia  algunas  visitas  á  personas  enfermas,  con  quie- 
nes tenia  tvabada  amistad  por  ricas  y  poderosas,  de  quienes 
había  recibido  y  esperaba  recibir,  como  si  fuera  el  mejor  mé- 
dico, que  les  trajese  ó  pronosticaba  la  salud.  En  que  proce- 
día, como  en  lo  demás  embustera  y  ardidosa,  porque  para  no 
errar  en  sus  pronósticos  ó  promesas  se  valía  con  cautela  y  di- 
simulo del  juicio  de  los  médicos,  que  asistían  á  sus  enfermo^ 
TOM,  vil  Literatura — 44 


—346— 
para  conforme  el  asegurarles  la  vida  ó  prevenirles  la  muerte; 
y  Quando  por  sí  no  lo  podia  conseguir,  se  valía  de  otra  perso- 
na confidente  suya,  para  que  con  discimulo  investigase  del  mé- 
dico el  estado  de  la  enfermedad,  y  con  esta  traza  pronostica- 
ba la  muerte  ó  la  vida  á  los  que  temían  una  ó  deseaban  otra; 
haciéndose  célebre  con  la  ciencia  de  los  médicos  ó  contingen- 
cia de  las  enfermedades. 

Con  todo  hubo  médico,  que  le  contraminó  este  malicioso  ar- 
did, y  la  dio  á  conocer  por  embustera  1  los  que  supieron  el 
caso,  y  fué;  que  preguntado  por  ella  fuera  de  la  visita  por  el 
estado  de  la  enfermedad  de  aquel  sujeto,  le  decía  lo  contrario 
de  su  sentimiento  y  dictamen,  con  el  discimulo  y  seriedad,  que 
bastaba  para  que  e'/la  lo  creyese,  y  así  llegó  á  errar  algunos 
anuncios,  especialmente  uno  de  muerte  á  un  enfermo,  que^ 
causó  grande  confusión  y  alboroto  en  su  familia,  como  triste- 
za y  caimiento  al  enfermo  persuadido,  á  que  se  moría,  porque 
se  lo  decía  la  beata;  sin  embargo  de  que  el  médico  daba  espe- 
ranzas de  su  vida,  y  aun  se  la  aseguraba.  La  cual  contienda  ó  en- 
gaño duró  hasta  que  sanó  el  enfermó,  y  se  levantó  de  la  cama. 

Consultándole  una  persona  un  negocio  grave,  y  declarán- 
dole el  fila  de  su  pretsnsion,  se  la  disuadió  la  beata,  dándole  á 
entender  sabia  por  luz  sobre  natural,  que  no  había  de  conse- 
fíniT  su  intento.  Instóle  la  persona  en  que  lo  encomendase  á 
Dios,  pasaron  algunos  días  en  que  j)udo  esta  informarse  sal- 
dría con  su  petición  el  hombre;  y  asi  lo  llamó,  y  dijo:  habia  en- 
conmendado  á  Dios  su  negocio,  y  que  tendría  buen  efecto, 
que  era  el  que  deseaba,  jjero  que  su  Magostad  le  multaba  en 
dos  mil  pesos  para  cierto  Tabernáculo  de  su  devoción,  ojue  con 
efecto  pagó  la  tal  persona,  en  consiguiendo  su  intento. 

Célebre  es  el  caso  siguiente  por  su  entidad  y  cuantidad:  ca- 
yerónsele  á  un  mercader  en  un  rio  caudaloso  y  de  mucho  fon- 
do unas  barras  de  plata,  que  no  pudo  sacar  luego,  por  no  ha- 
llarse fácilmente;  comunicó  á  la  beata  el  caso  y  pidió  lo  enco- 
mendase á  Dios,  que  le  hiciese  merced  de  parecer  sus  barras;  á 
que  le  respodió  le  ofreciese  alguna  limosna  para  la  imagen  de 
su  oratorio:  prometióle  el  dicho  cien  pesos  en  pareciendo  las 
barras.  Eeplicole,  que  era  muy  poco,  y  movido  de  sus  instan- 
cias, añadió  otros  ciento,  á  que  ella  inmediatamente  le  dijo: 
la  hiciese  un  papel  por  ellos;  y  extrañándolo  el  mercader  le 
replicó;  ¿para  esto  es  menester  papel?  A  lo  cual  dijo  la  beata, 
sí,  porque  muchas  personas  me  han  ofrecido  algunas  dádivas 
antes  de  conseguir,  y  después  no  lo  cumplen.  Hizo  el  hom- 
bre el  papel  ó  vale  de  los  doscientos  pesos,  y  se  lo  dio.  Pasa- 
dos algunos  meses  en  tiempo  de  seca,  bajó  el  rio  y  valiéndose 
de  muchos  indios  mitayos  y  otros  instrumentos  que  se  aplica- 
jron  con  gasto  de  mas  de  seis  mil  pesos  parecieron  las  barras, 


—347— 
y  se  pusieron  en  salvo.  Llegó  la  noticia  á  la  beata,  instó  éh  la 
cobranza  de  los  doscientos  pesos,  reconviniendo  con  el  vale  al 
hombre,  y  respondiéndole  qne  todavía  no  habían  llegado  las 
barras  á  esta  ciudad,  que  no  fuese  tan  ejecutiva;  respondió: 
que  le  habían  dicho  que  de  no  dárselos  luego,  pidiese  intere- 
ses: á  que  el  mercader  dijo:  vaya  Vm.  con  Dios,  que  yo  cum- 
pliré mi  palabra,  y  volviéndole  á  apurar  le  entregó  los  doscien- 
tos pesos. 

Asi  se  interesaba  en  las  consultas,  que  le  hacían  sobre  ca- 
samientos y  otros  negocios  de  importancia,  buenos  sucesos  de 
viajes,  salud  de  enfermos,  y  aun  del  buen  estado  de  las  almas, 
que  pasaban  á  la  otra  vida,  y  recibiendo  no  solo  lo  que  le  da- 
ban voluntariamente,  sino  loque  pedia,  y  sacaba  mucho  mas 
con  extracción  codiciosa,  zahiriendo  siempre  á  sus  bien  hecho- 
res de  miserables,  porque  le  daban  poco,  y  refiriendo  lo  que 
otros  la  daban,  si  era  mas,  ó  ella  fingía  que  lo  era.  Por  esto 
frecuentaba  las  casas  de  personas  ricas,  y  aun  los  palacios, 
dandooidosy  aun  solicitando  sus  aplausos  y  celebraciones;  y 
y  cuando  llegaba  á  su  casa  algún  hombre  ó  mujer  pobre  para 
hablarla,  informada  de  quien  era,  hacia  decir,  que  no  estaba  en 
casa  ó  que  estaba  ocupada,  pero  si  llegaban  personas  de  buen 
pelo  en  carrozas  ó  calezas,  y  sabia  que  tenían,  mandaba  que 
entrasen  y  les  daba  grata  audiencia. 

Habiendo  de  hablar  de  su  ambición  y  soberbia,  que  luó  co- 
mo la  hemos  apodado  luciferina,  es  preciso  recurrir  á  sus  es- 
critos que  están  llenos  de  ambición,  de  honra  y  aplauso  pro- 
pio, de  que  se  dirán  algunos  singulares,  que  no  se  han  tocado. 
Dice  que  se  le  apareció  San  Agustín  y  le  reveló  era  la  Cabera 
de  suEeligion  y  que  á  ella  en  muriendo  la  habían  de  recono- 
cer por  tal;  y  que  el  Señor  dijo  entonces,  hago  testigos  á  todos 
los  patriarcas.  Mas  dice  que  el  Señor  le  reveló  había  de  ser 
coronada  por  Eeyna  de  los  Angeles.  Mucho  escandalizó  á  la 
piedad  cristiana  proposición  tan  arrogante,  cuando  se  relató 
públicamente  en  la  causa,  pero  mucho  mas  asombró  á  todos 
los  oyentes  hasta  levantar  el  grito,  abominando  el  arrojo  mas 
temerario  de  esta  pobre  mnjer,  que  escribió  la  había  dicho  el 
Señor,  que  decía  el  Espíritu  Santo,  que  ella  era  hija  del  Padre^ 
Madre  del  Hijo,  Esposa  del  Espíritu  Santo,  y  Sagrario  de  la 
Santísima  Trinidad.  Que  por  ser  ella  Madre  de  los  Sacerdotes 
título  que  Dios  le  habia  dado,  el  Hijo  mayor  era  el  Sumo  Pon- 
tífice, y  que  estando  enfermo  Nuestro  Santísimo  Padre  Inocen- 
cio XI,  se  le  había  aparecido  ella  en  Roma,  que  el  Pontífice  la 
llamó  Madre  mia,  y  Madre  de  los  Sacerdotes,  lo  cual  dijo  es- 
taba en  secreto,  hasta  que  cierta  persona,  que  habia  pasado  á 
Roma  con  el  cuidado  de  averiguarlo  lo  publícase:  siendo  todo 
falso,  y  parto  de  su  vanidad  presuntuosa. 


—348— 

Como  también  el  haber  dicho,  qne  habia  ido  á  Roma  con 
su  Divina  Magestad  á  hablar  al  Sumo  Pontífice,  á  quien  ha- 
lló asistido -de  mucha  gente  dando  audiencia  pública,  y  que 
apartándose  á  un  lado  Nuestro  Señor,  el  Eomano  Pontifica 
la  habia  preguntado,  qué  de  donde  era?  Y  que  le  respondió: 
que  residía  en  esta  ciudad  de  Lima;  y  su  Santidad  le  mandó 
rogase  á  Dios  por  el  Rey  de  España  y  por  la  Iglesia,  y  cono- 
ciendo Su  Santidad,  estaba  allí  visible  Nuestro  Señor,  se  le- 
vantó de  la  silla  en  señal  de  acatamiento;  y  que  el  sacristán 
mayor  del  Papa,  que  era  un  fraile  de  Santo  Domingo,  tomó 
la  razón  del  nombre  de  Angela  Carranza,  &c,  siendo  todo  em- 
buste y  tramoya,  pues  la  sacristía  de  la  capilla  de  Su  Santi- 
dad corre  por  cuenta  de  los  religiosos  Agustinos;  y  asi  debie- 
ron sus  escribientes  haberla  advertido  este  yerro,  y  aun  borra- 
do revelación  tan  apócrifa. 

No  lo  es  menos  la  que  se  finge,  en  que  dice  fué  á  Jerusa- 
lem  acompañándole  Nuestro  Señor  en  forma  de  peregrino,  y 
que  su  Divina  Magestad  le  dijo  misa  en  el  convento  de  San 
Francisco  y  le  dióla  comunión,  y  que  el  Guardian  de  dicho 
convento  les  daba  priesa  para  que  saliesen  y  no  los  viesen  los 
moros,  y  que  en  el  libro  de  los  peregrinos  habia  el  Guardian 
tomado  la  razón,  sentando  por  partida  el  nombre  de  Manuel 
de  Jesús,  y  el  de  Angela  de  Dios  residente  en  Lima,  y  que  en 
esta  ciudad  habia  quedado  en  su  forma  el  Ángel  de  su  guarda, 
que  como  se  ha  referido  dice  se  llamaba  laurel  áureo,  el  mis- 
mo que  guardó  al  Santo  Rey  David. 

Escribe  que  en  muchas  ocasiones  se  halló  en  Roma,  en  Tur- 
quía, entre  moros,  y  en  sinagogas  de  indios,  donde  les  predi- 
caba, y  que  todos  la  hacían  muchos  agazajos  j  la  respetaban; 
mas  no  dice,  si  convertía  á  algunos,  refiere  sí  por  menor  los 
sermones  que  les  predicaba,  que  se  reducen  á  cosas  ridiculas, 
sin  fundamento. 

Dice  asi  mismo  haber  sido  llevada  á  favorecer  á  los  que  pa- 
decían tormentas  en  la  mar.  En  Lima  repartía  unas  piedre- 
zuelas  para  escapar  de  los  naufragios,  y  hubo  quien  teniendo 
una  que  trajo  mucho  tiempo  en  la  boca,  padeció  naufragio  á 
vista  del  puerto  y  tuvo  á  milagro  escapar  con  vida,  ya  desen- 
gañado de  que  no  la  debió  á  la  piedrezuela.  Escíibe,  que  en 
una  ocasión  de  estas  favoreciendo  por  los  aires  á  unos  nave- 
gantes, que  padecían  tormenta,  reconoció  que  eran  turcos,  y 
les  empezó  á  predicar  y  que  no  queriendo  oírla  el  sermón,  en 
medio  del  mar  predicó  á  los  peces,  y  que  salió  una  gran  mul- 
titud sobre  las  aguas  á  oírla.  Habría  oído  el  sermón  que  el 
glorioso  San  Antonio  de  Padua  Tumaturgo,  portugués,  hizo 
álos  peces,  no  queriendo  oírle  los  hombres;  y  quiso  competir- 
le la  maravilla  la  embustera  tucumana. 


—349— 

Pasa  á  decir,  qne  se  le  reveló,  que  se  habían  de  fundar  tres 
conventos  de  religiosas  de  sn  advocación  en  Madrid,  Turquía 
y  Lima,  que  se  habían  de  sustentar  de  la  providencia  y  admi- 
nistrarse por  religiosos  Agustinos.  Mas  dice  que  el  Señor  la 
reveló,  que  como  carbunco  alumbraría  todo  el  mundo,  y  que 
le  habían  dado  al  Espíritu  Santo,  para  que  ilustrada  de  él,  lo 
alumbrase,  y  que  por  s'^r  ella  el  Espíritu  Santo  de  María  Siin- 
tísima  destroncaría  á  los  presumidos  teólogos;  y  que  ella  co- 
mo San  Vicente  Ferrer,  que  andaba  la  cara  descubierta  vcon 
desenfado.  Asi  quería  santificar  su  inmodestia  ypo''0  recato, 
comparándose  desatinadamente  á  quien  en  nada  se   parecía. 

En  una  ocasión  dice,  que  le  dijo  Santa  Rosa,  que  viviendo 
en  esta  ciudad  predijo  á  su  confesor  que  en  tiempos  futuros 
vendría  á  Lima  una  mujer  que  sería  defensora  de  la  Concep- 
ción y  llenaría  el  mundo  de  azucenas,  (diciéndolo  por  Angela) 
como  Santa  Rosa  de  Rosas:  la  cual  profecía  ó  revelación,  si 
hubiera,  sucedido  y  constado  al  confesor,  sin  duda  se  hubiera 
puesto  en  alguna  de  las  vidas  que  se  han  escrito  de  la  Santa 
Rosa  por  varones  doctos  y  eruditos;  y  es  cierto,  que  no  se  ha- 
llará en  ninguna  de  ellas. 

Quiso  también  competir  con  su  Padre  San  Agustín;  y  asi 
dice,  que  Dios  la  alumbraba  á  ella  con  las  luces  del  Santo  doc- 
tor; y  que  lo  que  se  hallara  en  sus  escritos  no  se  hallara  en 
otros  cuadernos  de  hombres  doctos.  Y  dijo  bien,  porque  tnles 
disparates,  mentiras  y  tramoyas  en  ningún  hombr-e  docto,  y 
cuando  se  hallarán,  si  Dios  como  á  ella  no  lo  hubiera  dejado 
de  su  mano. 

Pasa  á  hacer  punta  á  San  Pedro,  vicario  de  Cristo  y  prínci- 
pe de  los  Apostóles,  diciendo:  que  franqueándosele  por  Dios 
muchas  gracias  y  privilegios  á  unos  rosarios  que  se  bendije- 
ron día  de  San  Andrés,  le  dijo  San  Pedro  á  el  Señor;  que  no 
faltaba  mas  que  darle  á  Angela  las  llaves  del  cíelo,  y  qu3  el 
Señor  diciendo  y  haciendo,  quitó  las  llaves  á  San  Pedro,  y  se 
las  dio  á  ella,  di  cíen  dolé  que  las  guardase. 

A  mas  subió  su  arrogancia,  compitiendo  ó  excediendo  á  la 
de  Lucifer,  pues  dice,  que  se  vio  en  el  cíelo  en  presencia  de 
la  Santísima  Trinidad,  y  que  le  dijo  el  Hijo,  siéntate  en  mi  si- 
lla porque  quiero  que  hagas  la  Trinidad  con  mi  Padre,  y  el 
Espíritu  Santo;  y  que  se  sentó  en  ella,  y  el  Hijo  se  puso  entre 
su  Madre  y  San  José. 

Ya  no  es  mucho  que  blasonase,  que  el  Señor  la  hizo  favor 
de  que  en  ella  se  aunasen,  ó  aglomerasen  todos  los  favores  y 
prerogat'ivas  concedidas  á  los  mayores  Santos  de  la  Iglesia  ya 
conocidas;  y  vá  indíviduáudolas  eu  sus  escritos,  como  la  vara 
de  Moyses,  para  que  obrase  maravillas,  el  báculo  florido  de 
San  José,  para  que  se  acreditase  pura  y  virgen,  las  llagas  de 


—350— 
San  Francisco,  el  dardo  ardiente  de  Santa  Teresa,  la  leche  de 
María  instilada  á  sus  labios,  como  á  los  de  San  Bernardo,  la 
postestad  sobre  los  demonios  de  San  Ignacio  de  Loyola,  la 
bendición  de  los  panes  de  San  Nicolás  de  Tolentino,  la  predi- 
cación á  los  peces  de  San  Antonio  de  Padna,  la  x)aloma  que 
inspiró  al  oido  á  San  Gregorio  Magno,  la  pluma  de  doctora 
del  JJoctor  Angélico,  la  borla  con  que  se  graduaron  de  Maes- 
tros del  mundo  los  Apostóles,  que  fué  el  Espíritu  Santo,  el  Pa- 
tronato de  esta  ciudad  contra  los  temblores,  de  Santa  Isabel  en 
su  Visitación;  y  asi  de  otros,  que  apunta  en  varias  partes  de 
sus  escritos,  como  si  la  dijera  Dios  toma,  recibe,  adórnate  de 
estas  insignias,  Ut  que  divisa  leatus  effictunt,  colecta  tencas.  Y 
á  la  verdad  era  una  pobre  mujer  desnada  de  las  virtudes  he- 
roicas, porque  esos  y  otros  Santos  merecieron  tan  singulares 
prerogativas  y  favores  de  Dios. 

Hízole  también  favor  (como  ella  dice)  de  conocer  los  que 
estaban  en  gracia  ó  en  pecado;  y  lo  conocía,  en  que  cuando  le 
hablaban  los  que  estaban  en  gracia  se  inclinaba  su  afecto  á 
ellos;  y  á  los  que  estaban  en  pecado,  sentía  repugnancia  en 
verlos  ó  oírlos,  y  la  pobre,  ni  se  conocía,  ni  menos  sabía  el  es- 
tado en  que  estaba  su  alma;  que  pudiera  temer  con  mucho 
fundamento  no  ser  bueno  ni  del  agrado  de  Dios,  .5  quien  con 
tantas  ñcciones,  marañas,  desacatos  y  malas  obras  ofendía. 

Y  solicitando  por  todos  caminos  sn  estimación  y  fama,  re- 
fiere en  sus  escritos  una  larga  historia,  de  que  fué  llevada  á 
una  célebre  ciudad  de  Europa,  donde  fué  conocida  por  las  no- 
ticias, que  de  su  persona  y  ficciones  habían  dado  enííoma  al- 
gunas personas,  que  de  estos  reinos  pasaron  á  aquella  Curia, 
y  que  las  vendedoras  de  la  plaza  de  aquella  célebre  ciudad  la 
regalaron  con  rábanos,  nabos  y  coles.  En  esto  i)aró  la  celebri- 
dad y  aplauso  de  su  santidad  que  pudo  ella  misma  haber  acre- 
ditado con  la  ofrenda  ó  agazago  de  otras  frutas  mas  preciosas 
y  regaladas  de  aquella  gran  ciudad. 

Con  estos  dichos  ó  visiones  se  manifiesta  bastantemente  la 
ambición  diabólica  de  ser  tenida  y  venerada  por  santa  mujer 
tan  mala;  añadiendo  que  la  favorecía  Dios  tanto,  que  no  le  de- 
jaba lugar  para  que  conociese  su  miseria,  y  que  le  había  des- 
posado con  ella  muchas  veces,  poniéndole  sortijas  en  los  de- 
dos. Y  lo  que  mas  arguye  su  astucia  y  malicia  mas  que  de 
mujer,  y  con  vehemente  sospecha  de  tener  en  ella  mucha  parte 
el  demonio,  es  haber  engañado  con  sus  disparates  y  errores, 
visionciS  y  revelaciones  por  tantos  años,  á  gran  parte  de  esta 
populosa  ciudad  de  Lima,  y  no  del  vulgo  solo,  sino  de  la  no- 
bleza y  personas  de  autoridad,  y  puestos  superiores  y  lo  que 
es  mas,  de  eclesiásticos  y  religiosos  doctos  y  santos,  ios  cuales 
la  miraban  y  respetaban  como  á  una  de  las  mayores  Santas  y 


— 35T— 
Santos,  que  veuera  la  Iglesia  en  tanto  grado,  qne  nna  perso- 
na rica  tenia  ofrecí  dos  tres  mil  pesos  para  la  im^u'csion  de  sus 
escritos,  juzgando  ser  una  cosa  grande,  nunca  vista,  ni  oida, 
porque  lo  decia  ella.  Tanta  era  esta  estimación,  que  se  tenia 
de  sus  escritos,  como  lo  dirá  el  caso  siguienie: 

En  una  inundación  que  se  temió  en  esta  ciudad  después  del 
temblor  grande  del  año  de  87,  siendo  repentina;  y  ya  muy  de 
noche  la  voz  que  corrió,  que  el  n)ar  venia  inundando  toda  la 
tierra,  huyendo  los  mas  y  todos  los  que  podian  á  los  montes  ó 
cerros  vecinos,  una  jjersona  que  tenia  en  su  poder  en  una  pe- 
taca los  papeles  ó  cuadernos  de  la  Madre  Angela,  dijo  a  otra 
que  le  asistía,  no  tema,  súbase  aquí  sobre  esta  'petaca,  en  que  es- 
tán los  papeles  de  aquel  Ángel  ie  Anc/ela,  y  no  peligrará,  aunque 
inunde  el  mar  toda  la  tierra.  Y  ambos  se  pusieron  de  pies  so- 
bre le  petaca,  hasta  que  cesó  el  miedo  y  susto,  con  el  desenga- 
ño que  se  tuvo  de  ser  fingida  la  voz  de  la  inundación.  Muy 
buena  arca  de  Noe  le  habia  ofrecido  para  salvarse  del  diluvio, 
cuando  á  su  mismo  dueño  los  papeles  de  la  petaca  han  sido  su 
mayor  condenación,  como  su  mas  enorme  delito,  porque  ella 
y  otros  han  padecido  naufragio. 

Guardaban  muchos  por  reliquias  sus  muelas  podridas,  las 
uñas  de  sus  dedos,  sus  piojos  y  enaguas,  y  mojaban  en  su  san- 
gre cuando  la  picaban  la  vena.,  vendas  y  pañuelos;  otros  te- 
nían retratos  suyos  y  lienzos  de  sus  revelaciones  que  se  han 
hallado  y  recogido.  Otras  firmas  de  su  nombre,  que  ella  mis- 
ma repartía,  guardándolas  como  prendas  de  la  salvación  ase- 
gurada por  el  Señor  á  los  que  tubieseu  su  retrata  ó  cosas  su- 
yas, ó  la  mirasen  á  la  cara,  ó  la  tuviesen  afecto  y  devoción;  y 
afirmaba  á  unos  y  á  otros  que  en  señal  de  esto  habia  levanta- 
do el  Señor  el  dedo,  como  asegurándolo  infalible  de  la  prome- 
sa de  que  ya  se  ha  dicho. 

Sin  embargo  de  los  defectos  graves  y  escándalos  que  se  han 
referido  de  esta  beata,  aun  restan  otros,  que  se  oponen  de 
frente  á  su  santidad,  si  alguna  en  ella  se  presumiese.  Fué  de- 
satenta é  imprudente  en  sus  palabras  y  trato  con  los  prójimos, 
con  todo  ella  alegaba  ser  una  simple,  y  los  suyos  atribulan  á 
candor  de  ánimo,  cuanto  erraba  en  esta  ])arte.  Habiendo  las- 
timado el  crédito  de  cierta  persona,  que  ofendida  gravemen- 
te de  la  beata,  dio  las  quejas  á  su  padre  espiritual;  y  el  dia 
siguiente  ella  viendo  le  dijo;  ya  fuisteis  con  el  soplof  á  que  la 
respondió:  que  mejor  fueía  no  haber  faltado  á  la  caridad,  le- 
vantándole un  testimonio;  ella  entonces:  veis  allí  por  que  no 
quiero  yo  chancear,  lo  que  dije  fué  chanceando,  y  explicándole  la 
persona  ofendida,  que  no  cumplía  con  su  conciencia,  sino  le 
pedia  perdón;  respondió;  que  si  la  habia  ofendido,  la  perdonase, 
'pero  que  supiese  que  en  su  vida  no  habia  cometido  pecado  mortal. 


—352— 
En  que  se  roconoce,  que  ciegamente  vivia,  pues  á  el  tiempo, 
que  ofendia  gravemente  á  el  próximo,  se  justificaba  de  im- 
pecal'le.  Lo  cual  por  otros  términos  solía  explicar,  diciendo: 
la  tenia  Diosen  la  inocencia  de  una  niña  de  tres  años;  y  esto  ha- 
bia  barbados  que  lo  creyesen  y  se  fuesen  tras  ella,  besando 
sus  huellas,  como  de  una  santa  canonizada. 

Dijo  esta  inocenta  en  una  ocasión  á  un  religioso,  que  era  un 
'bor radio,  y  poco  después  á  un  mercader,  c[ue  era  un  ladrón:  y 
amonestada  ó  reprehendida  por  haber  dicho  estos  dos  opro- 
bios, respondió:  si  no  era  verdad,  que  el  uno  era  'borracho  de 
agua,  y  el  otro  ladrón  de  tiempol  Y  asi  paliaba  ó  escusaba  otras 
palabras  pesadas  si  la  hacian  cargo  de  ellas,  aunque  como  di- 
jimos, sus  creyentes  latenian  por  simple  y  candida,  y  que  asi 
no  pecaba  en  nada  de  lo  que  decía,  siendo  asi  que  era  sobre 
manera  astuta,  advertida,  viva,  entendida,  maliciosa  y  sagaz, 
como  se  reconoció  en  las  audiencias,  que  con  ella  tuvo  el  San- 
to Tribunal,  á  quien  respondió  siempre  con  astucia,  intrepi- 
dez y  desahogo. 

Este  monstruo,  cuando  libre,  tan  inmodesta  y  aun  desho- 
nestamente, que  llegó  á  escandalizar  con  sus  dichos  y  echos 
á  muchos,  que  ó  no  la  conocían  ó  dudaban  de  la  santidad,  que 
aíectiiba.  En  su  cuarto  donde  podia  verla  su  familia,  aunque 
corta  á  la  noche  al  acostarse,  y  ala  mañana  al  levantarse,  ha- 
biéndose quitado  toda  la  ropa  se  andaba  de  unas  partes  á 
otras,  como  Eva  en  el  Paraíso  antes  del  pecado,  y  asi  á  los 
temblores  salia  como  Dios  la  crió  y  en  pelo,  á  vista  de  los  de- 
mas,  que  ann  en  tan  gran  siisto  siempre  procuran  cubrirse. 

Mas,  que  si  necesitaba  de  bañarse  el  cuerpo,  se  salia  al  cam- 
po, á  alguna  acequia  ó  remanzo  de  agua  corriente,  paso  co- 
man á  los  viandantes,  que  allí  la  encontraban  en  cueros  vivos 
como  dicen;  y  conociendo  quien  era,  se  admiraban  del  desaho- 
go grande  de  la  beata.  Otras  veces  se  bañaba  en  estanques  ó 
albercas  de  casas  principales  sin  recatarse  de  que  los  domés- 
ticos la  viesen  totalmente  desnuda.  Y  sucedía  entrar  á  un  ba- 
ño de  estos  acompañada  de  alguna  conocida  suya,  que  en- 
trando ai  agua  modestamente  cubierta,  como  lo  pide  el  mu- 
geril  recato,  ella  hacia  gala  de  la  despudez,  y  advertida  ó  re- 
prehendida de  los  cuerdos  en  este  caso,  respondía:  Que  ellos 
tenían  la  culpa  en  asomarse  á  verla,  que  se  fuesen  en  hora  mala. 
Lo  peor  es  el  pretesto  ó  color  que  daba  á  sus  repetidos  baños; 
que  era  por  el  mucho  ardor  en  que  se  abrasaba  originado  del 
amor  grande  que  tenia  á  Dios.  Y  añadía,  que  el  agua  de  cier- 
ta aceqnia  ó  arroyo,  á  que  fuera  de  la  ciudad  salía  mas  fre- 
cuentemente abañarse,  tendría  en  la  posteridad  virtud,  para 
sanar  de  varias  enfermedades,  y  en  especial  de  calenturas  pe- 
gadas. Así  se  la  pegaba  ella  á  los  simples,  qué  la  creían j  y  lo 


—353— 
teüian  muy  creído  las  de  su  casa,  hablando  con  misterio  del 
agua  en  que  se  bañaba  Angela,  que  no  la  liarán  limpia,  cuan- 
tos en  acreditar  la  de  santa  se  empeñaban. 

Impura  é  indecente  procedía  en  estos  baños,  y  no  menos  lo 
era  en  el  descarte  natural  de  las  superfluidades,  qne  del  co- 
mer y  beber  naturalmente  se  originan  en  la  calle,  en  la  jjlaza, 
en  donde  quiera  que  la  cojia  la  forzosa,  sola  ó  acompañada  se 
ponía  en  cuclillas,  levantando  mas  de  lo  necesario  las  faldas 
y  escandalizando  asi  á  los  que  acaso  la  veían  y  conocían;  y 
sí  alguno  la  motejaba  acción  tan  desordenada,  respondía  con 
la  licencia  que  le  daba  su  desahogo:  Para  qué  me  dio  Dios  el  talf 

Sucedió  entrar  á  verla  una  vez,  como  otras,  un  mancebo 
lionrado  y  virtuoso  que  estos  eran  los  que  mas  ñicil mente  la 
daban  crédito,  y  como  á  Santa  la  buscaban;  y  á  este  le  pidió 
que  la  sacase  un  pique,  sí  sabia?  Respondió  que  sí,  y  humi- 
llóse á  sacárselo  de  un  dedo  del  pié:  mas  ello  no  contentándo- 
se con  descubrir  lo  que  bastaba,  que  era  el  pié  solo,  levantó 
las  faldas  y  descubrió  cuanto  no  debiera,  y  motivó  al  mance- 
bo á  avergonzarle  y  escandalizarse  de  tan  poco  recato  en  mu- 
jer que  se  tenia  por  santa.  Contó  el  caso  á  su  confesor  [del 
mismo  mancebo]  que  le  respondió  enojado:  no  vaya  mas  á  ver- 
la ni  visitarla,  ni  crea  qUe  esa  mujeres  santa,  aunque  le  di- 
gan que  es  una  Santa  Catalina.  Saludable  consejo,  como  per- 
nicioso el  desahogo  de  la  beata. 

Tal,  que  un  lugar  sagrado  intentó  ó  amagó  tocar  ó  mano- 
cear  á  un  hombre  con  quien  hablaba  en  partes  que  no  podia 
tocar  ó  manocear  sin  culpa:  diciéndoselo  juntamente  con  tér- 
minos tan  inhonestos,  que  aun  solo  de  insinuarlos  tiembla  la 
pluma  y  se  pone  la  tinta  colorada. 

Ya  no  hay  que  admirar,  que  una  ocasión  estando  en  la  pla- 
za mayor  de  esta  ciudad  comprando  ó  pidiendo  frutas  á  las 
que  la  vendían,  y  pasando  por  allí  unos  religiosos,  pidió  auno 
de  ellos,  que  la  convidase  á  fruta,  y  excusándose  que  era  reli- 
gioso, y  como  tal  pobre,  le  dijo:  A  fé  que  si  fuera  una  moza  'bo- 
nita., que  vos  se  lacomiwareis. 

En  otra  ocasión  comunicándole  una  persona  las  tentacio- 
nes de  carne  que  padecía,  le  dijo:  Yo  también  las  padesco;  sá- 
bete que  muchas  veces  estando  durmiendo,  sueño  que  estoy 
con  un  hombre  en  grandes  gustos,  complaciéndome  en  ellos. 
Y  añadió  que  el  demonio  durmiendo  la  puso  á  parir  y  que  pu- 
jando paria  perritos,  y  la  decía  la  partera  infernal,  mira  quien 
eres,  que  aun  no  pares  criaturas,  sino  perros.  ¿Qué  pensaba 
esta  mujer  entre  día,  que  asi  soñaba  de  noche?  y  cuando  so- 
ñase asi;  porque  á  ley  de  virtuosa  y  recatada  no  había  de  ca- 
llarlo? 

ToM.  vn.  Literatura — 45 


—354— 

Kefiere  mas,  como  si  quisiese  acreditarse  mujer  del  mundo 
y  que  se  le  entendía  el  vocabulario  verde  de  las  públicas  ra- 
meras, que  un  dia yendo  por  la  calle  de  San  Agustín  á  su  ca- 
sa, el  demonio  en  figura  de  un  pulpero,  que  viv^ia  en  la  esqui- 
na, la  habia  enamorado,  diciéndola:  Angela  no  tendremos  algu- 
nos motivos?  que  yo  te  regalaré  mucho  con  vino  y  hiscocliuelos:  y 
que  habiéndolo  mirado  bien  y  conocido  que  era  demonio,  le 
respondió:  No  os  pusierais  maslyonito i^ara  enamorarnwf  Y  que 
con  esto  se  fué  corrido  el  demonio  del  pulpero.  Y  asi  dice  ella 
que  veiicia  las  tentaciones  del  demonio  burlándose  de  él,  y 
no  las  decia  á  nadie,  porque  no  eran  pecado,  y  porque  no  en- 
tendiese persona  alguna  que  el  demonio  se  le  atrevía.  Mala 
doctrina  contra  lo  que  los  Santos  y  doctores  euseüan,  que  se 
manifiesten  al  padre  espiritual  las  tentaciones,  aunque  no  sea 
pecado  para  humillarse  y  correr  al  demonio  viéndose  descu- 
bierto, pues  con  emboscadas  y  celadas  alcanza  él  sus  mayo- 
res victorias. 

Asi  procuró  encubrir  ésta  mujer  las  caldas  que  tuvo  en  ma- 
teria grave  contra  la  castidad  en  sus  primeros  años,  aun  sien- 
do notorias  á  no  pocos  sus  conterráneos.  Daba  pues  á  enten- 
der á  los  que  no  la  conocían,  que  no  habia  perdido  la  gracia 
bautismal,  y  que  su  pureza  y  candor  era  tan  grande,  que  ig- 
noraba todo  lo  que  fuese  contra  la  castidad,  diciendo  le  pare- 
cía que  con  solo  dar  las  manos  una  mujer  á  un  hombre  conce- 
bía, ó  que  con  el  viento  se  hacían  preñadas,  á  la  manera  que 
algunas  gallinas  (toda  esta  es  doctrina  y  estilo  suyo  en  sus 
escritos)  ponían  huevos  del  aire  sin  el  concurso  del  gallo  Y 
en  suma  que  no  sabia,  que  cosa  era  pecado,  siendo  asi  que 
cuando  moza  lo  cometió  mortal,  y  de  obra  contra  el  sexto 
mandamiento,  que  convencida  últimamente  ha  confesado  en 
sus  audiencias. 

Su  dssen voltura  y  liviandad  mujeril  pasó  á  ser  sacrilega  y 
blasfema  en  los  casos  siguientes,  que  ella  refiere:  ó  por  mejor 
decir,  finge  que  una  vez  se  le  apareció  Cristo  Señor  ísTuestro 
en  forma  de  un  hermoso  mancebo,  y  la  recostó  en  sus  brazos, 
y  queriéndola  besar,  ella  se  resistió,  y  que  el  Señor  la  dijo:  ya 
que  no  quieres  besarme,  te  tengo  de  decir  amores;  y  que  se  los 
dijo  muy  cariñosos,  asegurando  la  queria  tanto,  cuanto  que- 
ría á  su  Madre.  ¡Qué  descaro!  ¡qué  blasfemia! 

Prosigue  otra:  Que  vio  intuitivamente  a  Dios,  Y  que  la  di- 
jo el  Señor:  que  ella  era  Madre  de  Jesús  y  que  nadie  la  habia 
de  besar,  porque  la  defenderla  con  armas.  Y  que  en  otra  oca- 
sión le  dio  el  Señor  á  beber  con  sus  mismos  labios,  y  que  vien- 
do los  Angeles  que  con  su  misma  boca  le  daba  el  Señor  á  be- 
ber el  agua,  cantaron  diciendo:  jpor  darle  un  ósculo  fingió,  que 
la  dala  d  leier:  Enamorado  está,  aunque  mas  lo  discimula,  Ki 


—355— 
aun  los  diablos  se  atrevieran  á  entonar  tan   indecente  y  sacri- 
lego cántico;  y  se  atrevió  á  fingirlo  y  dejarlo  escrito  esta  dia- 
bólica mujer. 

'No  merece  menos  calificación  el  caso  siguiente,  aunque  tie- 
ne mas  de  tramoya  y  ficción  csquisita.  Hallóse  (dice)  en  el  rio 
Jordán,  (que  no  se  contentaba  con  el  rio  y  baños  de  Lima,  por 
contaminarlo  todo)  en  el  cual  se  echó  á  nadar  con  el  ííiño  Je- 
sús, que  sería  como  de  seis  años,  y  desnudos  hasta  la  cintura, 
estuvieron  los  dos  retozando  y  luchando  a  brazo  partido;  y 
que  San  Juan  Bautista  (sería  de  poco  más  de  seis  años)  esta- 
ba á  la  orilla,  señalando  con  el  dedo,  diciendo:  allí  está  el  Cor- 
dero de  Dios;  allí  está  Angela  de  Dios.  Y  que  llegó  la  Virgen 
Santísima  y  los  puso  en  paz,  dándoles  sus  pechos,  y  se  pusie- 
ron los  dos  á  mamar.  Qiiis  audivit  talia  liorrihüia^.  Dijera  aquí 
el  Profeta  Jeremías.  Y  pudiéramos  llorar  con  ella  que  desa- 
tinos despeñó  el  Demonio  á  una  mujer  cristiana,  y  que  vivia 
entre  católicos. 

Sea  el  último  desatino  en  este  género  el  que  asi  fingió;  que 
un  día  de  Pascua  de  Eeyes,  so  halló  en  el  Portal  de  Belén, 
donde  estaba  elMño  Jesús  sin  la  Santísima  Virgen,  y  que 
preguntando  á  el  Señor  donde  estaba  su  Madre:  dice,  le  res- 
pondió, que  ella  había  de  ocupar  el  lugar  de  su  Madre,  pues 
era  Virgen  y  Madre  de  Sacerdotes,  y  que  hizo  el  oficio  de  la 
Santísima,  Virgen  teniendo  en  sus  brazos  al  Mño  Jesús.  Sa- 
biendo la  indigna  como  atrevida  y  blasfema,  que  ni  era  Vir- 
gen, ni  aun  mujer  honesta,  y  que  lo  sabían  otros,  y  había  de 
divulgarse  mas  algún  día  por  estos  sus  escritos  que  compo- 
nían y  dictaba  para  todos. 

Hasta  aquí  de  liviandades,  blasfemas  y  sacrilegas  de  esta 
mujer,  fingidas  solo  por  acreditarse  de  Santa,  y  muy  querida 
y  favorecida  de  Dios  sobre  todos  los  Santos,  cuando  ni  era  de 
Dios,  ni  parecía  estar  en  su  gracia,  no  solo  por  lo  hasta  ahora 
dicho  de  sü  Vida  y  costumbres,  sino  aun  mas  por  esto  último 
que  diré;  con  que  se  cierra  la  relación  de  sus  mas  graves  de- 
fectos; y  es  que  ni  oía  ni  gustaba  de  oír  sermones,  cuando  el, 
oírlos  como  palabra  de  Dios,  califica  á  los  fieles  de  suyos  y 
aun  de  ser  predestinados,  conforme  la  sentencia  de  Jesucris- 
to: Qiii  ex  Deo  est,  verbd  Dei  audit.  Aunque  es  verdad,  que 
asistía  frecuentemente  en  los  templos  y  en  algunas  fiestas 
principales,  y  casi  todos  los  dias  en  el  de  San  Agustín,  con  el 
desahogo  é  inquietud  que  hemos  notado,  no  era  su  fin  entrar 
á  ellos  á  oír  sermón,  y  asi  ella  misma  contestaba,  que  no  los 
oía,  antes  al  comenzar  el  predicador,  ó  poco  antes  se  salía  de 
la  Iglesia,  ó  á  su  casa  ó  á  otra  izarte,  porque  decía  á  quien  se 
lo  preguntaba,  por  qué  se  iba  y  no  oía  sermón?  Qué  para  qué 
se  había  de  quedar  á  oirle,  si  se  dormía  en  él,  y  que  aunqu» 


—356— 

pusiese  cuidado  en  atenderle,  no  entendia  nada  de  lo  que   el 
predicador  decia. 

Y  mas  se  explicó  preguntada  de  persona  de  su  confianza  la 
causa  de  no  asistir  á  oiría  palabra  de  Dios  como  buena  cris- 
tiana, Eespondia  que  se  sentía  totalmente  cerrada  en  orden  á 
entender  lo  que  predicaban.  Siendo  muy  digno  de  reparo, 
que  preciándose  esta  beata  de  insigne  escritora  y  escrituraria, 
y  que  en  sus  cuadernos  trataba  materias  muy  delicadas  de  la 
teología,  y  ninguna  hasta  hoy  de  otro  discurrida  ni  manifes- 
tada al  mundo,  se  hallase  tan  torpe  é  incapaz  para  entender 
los  sermones  en  que  se  predica  la  palabra  de  Dios  ya  recibida 
en  la  Iglesia,  y  creida  de  los  fieles,  ó  en  sus  misterios  princi- 
pales y  alabanzas  de  los  Santos,  ó  en  la  doctrina  saludable 
para  seguir  la  virtud  y  huir  del  vicio;  cuando  ella  misma  se 
mostraba  tan  perspicaz  y  atenta  en  oir  los  sermones  ridículos, 
denigrativos  y  torpes  que  le  predicaba  el  Demonio,  percibién- 
dolos con  memoria  tan  tenaz,  que  los  repite  muy  por  menor 
en  muchas  partes  de  sus  cuadernos.  Lo  cual  no  pudo  ser,  sino 
por  hallarse  muy  adicta  á  él  y  crédula  á  sus  engaños.  Y  ya  que 
no  oia  la  palabra  de  Dios  en  las  Iglesias,  como  se  ha  dicho,  es 
muy  de  ponderar,  que  ni  en  su  retiro  ó  cuarto  se  disj)usíese  á 
oiría  por  algún  libro  devoto,  porque  habla  Dios  al  corazón  de 
los  que  le  buscan:  pues  consta,  que  tales  libros  no  tenia,  y  pre- 
guntada, ¿cuáles  habia  leido  en  su  mocedad?  Eespondió  que  á 
Don  Quijote,  y  otro  intitulado  Esi)ejo  de  discretos.  De  que 
aprendió  sin  duda  ser  tan  grande  invencionera  y  tramoyista, 
sin  nada  de  discreta. 

Puede  ser  haya  sido  castigo  de  Dios  á  esta  mujer  por  desa- 
fecta á  oir  su  palabra  en  libros  devotos  y  sermones,  la  sorde- 
ra que  dice  ahora  últimamente  padece,  sino  la  finge,  como  lo 
demás,  aunque  añade  para  ir  consiguiente  en  sus  ideas  fan- 
tásticas que  su  sordera  no  es  achaque  natural;  sino  ocasionada 
de  la  armonía  ó  susurro  de  las  músicas  celestiales,  que  fre- 
cuentemente oye.  Podémosla  explicar,  aunque  mienta,  con  la 
-  sentencia  de  algunos  filósofos  antiguos,  que  dijeron  ser  tanta 
la  armonía  y  consonancia  ruidosa,  que  hacen  los  cielos  al  dar 
vuelta  con  sus  continuos  movimientos,  que  nos  tiene  sordos  á 
los  de  acá  abajo,  para  que  no  la  oigamos  ni  percibamos  si- 
quiera. 

De  todo  lo  referido  en  esta  relación  que  consta  haber  dicho 
escrito  y  cometido  Angela,  beata  de  San  Agustín  hasta  el  día 
de  su  prisión,  probado  y  comprobado  de  sus  cuadernos,  escri- 
bientes y  testigos  de  oidas  y  vistas,  se  puede  y  debe  inferir  ser 
todas  sus  revelaciones  asi  de  ps^rie  de  elh),  como  de  las  cosas 
reveladas,  diabólicas,  falsas  y  qaimóricas,  su;  o. tiendo  las  de- 
mas  censuras  teológicas  con  que  se  han  caüficado,  do  i)arte 


—357— 
del  sujeto,  que  es  Angela,  porque  abunda  de  soberbia  y  pre- 
sunción luciferina,  arrogante  y  jactanciosa  en  sumo  grado, 
anteponiendo  fé  á  Santos,  á  Doctores  y  sabios  teólogos,  y  aun 
al  mismo  Sumo  Pontífice,  Cabeza  de  la  Iglesia,  pretendiendo 
ella  quedar  siempre  superior  á  todos  en  doctrina,  en  constan- 
cia y  virtud,  no  menos  abunda  de  codicia  y  ambición  de  hon- 
ra y  de  interés;  pues  según  ha  constado  se  enderezaban  sus 
revelaciones  á  captar  benevolencia  y  estimación  de  todos  para 
utilidad  y  conveniencia  propia:  estando  por  otra  parte  falta 
de  caridad,  como  se  colige  de  tantas  proposiciones  injuriosas 
que  escribe,  como  reveladas,  diciendo  algunas  en  nombre  del 
Demonio  como  si  fuera  su  agente  y  tuviera  sus  poderes;  age- 
na  del  todo  del  amor  de  Dios  y  del  prójimo,  que  no  le  permi- 
tiera ni  decir,  ni  escribir  defectos  tan  graves,  y  si  se  publica- 
ran escandalosos  aunque  á  la  verdad  fingidos  é  impuestos  á 
las  personas  de  quienes  los  afirma.  Sus  costumbres  han  sido 
tales,  que  de  ellas  no  se  pueden  presumir  los  favores  que  re- 
fiere haberle  hecho  Dios,  siendo  verdaderamente  falta  de  to- 
das las  virtudes  de  que  consta  la  verdadera  santidad,  y  so- 
brada de  todos  los  vicios,  de  que  una  vida  estragada  se  com- 
pone. 

De  parte  de  las  cosas  reveladas  hay  mucha  mas  malicia  por 
contener  tan  repetidas  proposiciones  heréticas  y  de  las  demás 
calidades  teológicas,  que  son  contra  la  Sagrada  Escritura  y  lo 
que  enseña  nuestra  Santa  Fé;  las  cuales  repite  varias  veces  en 
sus  escritos  con  tan  firme  adeccion  á  ellas  que  pudit^ra  tener- 
se por  Hereciarca  famosa,  autora  de  pestilentes  doctrinas,  y 
dogmaticante,  pues  las  ha  enseñado  y  dicho  á  otros  de  pala- 
bra y  por  escrito;  cuya  pía  afición  á  creerlas  ha  procurado 
captar  con  los  favores  que  mezclaba  haber  recibido  del  cielo, 
y  santidad  que  afectaba  en  algunas  acciones,  porque  tenia  el 
séquito  y  aplauso  de  muchos,  que  ignoraban  su  interior  y  no 
penetraban  la  disonancia  ó  veneno  de  sus  errores,  de  que  ella 
tuvo  toda  ó  la  mayor  culpa,  como  autora  y  escritora  primera 
y  principal,  que  casi  compelió  ó  por  mejor  decir,  deslumhró 
con  la  máscara  de  Santa  á  que  otros  aplaudiesen  y  oyesen 
con  respeto  su  doctrina  en  lo  que  juzgaban  no  ser  manifista- 
mente  contra  las  verdades  católicas. 

Consta  lo  dicho  por  los  fundamentos  siguientes:  Primero, 
por  haber  declarado  en  sus  audiencias,  que  todo  lo  que  le  pa- 
saba con  Dios,  con  la  Virgen  Santísima,  Angeles  y  Santos;  y 
con  el  mismo  Demonio  lo  escribía  ó  mandaba  escribir,  y  que 
en  lo  que  distinguía  ser  doctrina  de  Dios  la  que  le  inspiraba 
el  oráculo  (es  vocablo  suyo  qno  repito  muchas  veces  y  con 
que  equivoca  á  Dios  y  al  Diablo)  esquela  doctrina  de  Dios  le 
parecía  buena,  y  que  la  asentía  en  su  interior,  y  cou  esta  cía- 


—358— 
ridad  y  seguridad  la  escribía:  pero  que  lo  que  le  dictaba  el 
Demonio  no  le  asentaba  bien  en  su  corazón,  y  asi  no  se  con- 
formaba con  su  doctrina,  y  mas  apareciánsele  muchas  veces 
en  formas  horribles,  feas  y  deshonestas.  En  lo  cual  se  debe 
notar,  que  siendo  casi  todas  las  heregías  y  errores  de  sus  es- 
critos revelados  por  el  oráculo,  que  no  podia  ser  otro  que  el 
Demonio  á  esas  revelaciones  (como  dice  ella  misma)  asentía 
luego,  creia  y  tenia  por  buenas,  ciertas  y  verdaderas  todas  las 
proposiciones  heréticas  que  ha  escrito,  siendo  hereje  malicio- 
sa, pues  Diosííuestro  Señor,  la  Virgen  Santísima  y  los  San- 
tos no  podían  inspirarle,  ni  enseñarle  tan  malas  doctrinas  que 
sin  duda  eran  del  Demonio,  engañada  é  ilusa  activamente  de 
él,  á  quien  voluntariamente  tenia  y  reconocía  por  su  Señor, 
Director  y  Maestro,  y  verdaderamente  por  su  único  oráculo. 

Lo  segundo:  con  que  se  comprueba  el  ascenso  que  daba,  á 
todo  cuanto  le  revelaba  ó  sugería  el  Demonio,  es  jactarse  ella 
misma,  que  en  la  oración  recibía  de  Dios  cuantas  respuestas 
daba  á  casos  particulares  de  consultas  que  le  hacían;  y  que  en 
ella  también  se  le  manifestaban  las  almas  de  la  otra  vida  ó 
condenadas  en  el  infierno,  ó  detenidas  en  el  i)argatorío.  Seme- 
jantemente deciaá  unos,  y  otros  venirles  del  cielo  las  bendi- 
ciones con  los  rosarios  ó  cuentas  que  allá  enviaba,  la  salud 
para  los  enfermos  y  cumplimiento  d'e  otras  pretensiones:  lo 
cual  todo  indica  el  ascenso  voluntario  que  daba  á  cuanto  es- 
cribía ó  dictaba,  sin  que  se  le  pueda  recibir  por  escusa  que 
otros  la  obligaban  á  ello  y  que  ella  nada  creia. 

Lo  tercero,  que  aun  sin  ser  inducida  ni  preguntada,  decía 
estar  escribiendo  cosas  muy  altas  sobre  la  Concepción,  y  en- 
señando una  pluma  acierta  persona  la  dijo:  con  esta  pluma  go- 
'bierno  desde  el  Fontífice  á  toda  la  Iglesia^  'porgue  escribo  doctri- 
nas para  todos  y  nada  de  esto  es  mió.  Y  dando  á  leer  á  dicha 
persona  como  una  hoja  de  papel  que  habia  escrito,  le  dijo:  le 
hacia  en  esto  mucho  favor,  y  volviendo  el  rostro  á  otra  parte 
comenzó  á  escribir  sin  mirar  lo  que  escribía,  sin  mover  ojos, 
ni  boca,  solo  le  dijo  que  estuviese  atento,  que  otro  le  llevaba 
la  mano  para  escribir,  y  quién  podia  ser  sino  el  Demonio  su 
infernal  oráculo,  que  la  impelía  la  mano  á  escribir  tan  disíbr- 
mes  errores. 

Lo  cuarto  se  comprueba  e]  ascenso  de  esta  beata  á  todo 
cuanto  escribió  ó  dictó  por  hallase  en  sus  cuadernos  en  varias 
partes  grandes  a})recios  y  estimaciones  que  hacia  de  todo  lo 
que  escribía,  i)ues  dice  en  una,  que  las  revelaciones  que  su  Di- 
vina Magestad  le  tiene  hechas  y  hace  son  las  ciertas,  porque 
en  ellas  le  habla  Jesucristo  y  dicta  el  Espíritu  Santo.  Mas 
afirma  que  le  dijo  el  Señor,  que  lo  que  ella  enseñaba  es  lo  ver- 
dadero y  no  los  que  los  teólogos  enseñan:  y  que   sus  cuader- 


—359— 
'  DOS  son  el  árbol  de  la  Palma  que  resguarda  y  defiende  á  esta 
ciudad,  á  cuya  sombra  está,  y  por  sus. escritos  ha  de  definir  la 
Santa  Sede  Apostólica  el  Misterio  do  la  Concepción.  De  que 
se  infiere  lia  tenido  por  ciertas  y  verdaderas  cuantas  proposi- 
ciones heréticas,  erróneas  y  temerarias  tiene  escritas  sobre  es- 
te Misterio,  para  cuya  definición  afirmaba  haberle  escogido 
Dios  por  principal  instrumento,  que  es  lo  que  deslumhró  al- 
gunos devotos  de  este  Misterio  para  creerla  y  estimarla  por 
Santa. 

Y  vivia  tan  pagada  de  su  dictamen  y  del  mal  espíritu  que 
la  regia,  que  afirmaba  haberle  dicho  su  oráculo,  que  no  tuvie- 
se confesor,  sino  que  se  gobernase  por  su  luz,  y  que  escribie- 
se lo  que  le  decia,  que  él  mismo  se  lo  declararla;  ijorqueasi  co- 
mo Señora  Santa  Ana  no  tuvo  coníesor  que  la  mandase,  que 
ella  tampoco  tenia  necesidad  de  él,  y  que  asi  se  gobernase  asi 
misma:  persuadiéndoselo  con  el  simil,  de  quien  aprende  un 
oficio  ó  una  facultad  con  dirección  de  maestro,  que  hallándose 
aprovechado,  deja  al  maestro  y  obra  por  sí;  concluyendo  el 
oráculo  con  que  ya  ella  estaba  aprovechada.  Quién  sino  el 
demonio  podía  persuadir  que  una  alma  cristiana  no  necesitaba 
de  confesor,  siendo  el  Demonio  el  que  años  há  asi  lo  persuadió 
y  consiguió  de  Lutero  y  sus  secuaces.  Y  es  cierto  que  para  dar 
por  buenas  ó  malas  sus  revelaciones  y  doctrinas  no  necg^ita- 
ba  de  confesor  ó  padre  espiritual  que  las  aprobase  ó  repróba- 
se, pues  todas  ó  las  mas  son  contrarias  manifiestamente  á  los 
principales  artículos  de  niiestra  Santa  Fé,  que  todos  uniforme- 
mente deben  creer  y  creen  como  cristianos,  cuya  ignorancia 
no  puede  escusar  al  mas  rudo  é  ignora  nte  y  mas  á  esta  beata, 
que  era  tan  avisada  y  resabida  y  criada  entre  católicos  y  de 
padres  cristianos,  y  por  lo  que  ella  pensaba  de  sí  Doctora  de 
Doctores  y  Maestra  de  sus  padres  de  espíritu  á  quienes  podia 
enseñar  el  A.  B.  C. 

Lo  quinto,  se  comprueba  el  ascenso  á  sus  revelaciones  y 
doctrinas  por  lo  que  vivió  siempre  pagada  de  ellas  y  estima 
grande  que  hizo  de  sus  escritos,  pues  aun  estando  ya  ella  y 
ellos  en  las  cárceles  del  Santo  Oficio,  dijo:  que  el  oráculo  (en- 
tendiéndolo por  el  Señor)  la  había  consolado  diciendo,  que- 
darían avergonzados  los  que  lá  habían  denunciado,  como  tam- 
bién los  que  despreciaban  y  sentían  mal  de  sus  escritos.  Y 
aunque  una  vez  estando  libre  había  amagado  á  quemarlos  en- 
fadada ó  cansada  de  tanto  escribir  ó  dictar,  ó  por  mejor  decir 
fingir  y  maquinar  errores  y  disparates,  no  lo  ejecutó,  antes 
permitió  (sin  duda  con  bellaquería)  que  un  padre  espiritual 
suyo  los  sacase  de  su  poder  y  los  asegurase  y  guardase,  para 
que  asi  últimamente  parasen  ilesos  y  enteros  en  manos  de  los 
jueces  que  la  habían  de  sentenciar  y  condenar  por  lo  que  hizo 


-360— 

y  escribió,  y  con  esto  pudieron  también  salir  en  público  sus 
escritos,  como  reos  condenados  al  teatro  acompañando  á  su 
autora  encuadernados  en  quince  libros,  de  buen  tomo,  que  á 
no  ser  la  letra  muy  pequeña  y  metida,  hubieran  ocupado  mas. 

Lo  sexto,  por  donde  últimamente  se  comprueba  la  fé  y  cré- 
dito que  daba  esta  mujer  á  las  visiones  y  revelaciones  que  el 
Demonio  le  sugeria  ó  su  mismo  genio  fantástico  y  embustero 
le  inspiraba,  es  el  desahogo  con  que  en  la  misma  prisión  y 
audiencias  que  le  dieron  relataba  al  principio  lo  que  encerrada 
en  su  aposento  soñaba,  cuando  tanto  dormia  ó  deliraba  como 
falta  de  juicio,  aunque  no  de  libertad  y  entendimieuto:  atajo- 
sele  con  graves  amenazas  esta  relación  ó  cuenta  que  daba  de 
sus  disparatadas  como  falsas  revelaciones;  y  asi  cesó  de  rela- 
tarlas ó  fingirlas,  como  se  conocerá  haberlo  sido  por  las  si- 
guientes: 

En  el  primer  año  de  su  prisión  dijo  en  una  audiencia,  que 
á  hora  de  las  cuatro  de  la  mañana  el  Jueves  Santo  estando 
con  deseo  de  comulgar  se  le  apareció  el  Señor,  y  le  dijo,  que 
la  llevaría  á  la  Iglesia  Catedral  de  esta  ciudad  y  le  ¿aria  la 
comunión;  á  que  ella  respondió,  que  cómo  estando  presa  ha- 
bla de  salir?  Que  la  podian  hechar  menos  y  la  tendrían  por  bru- 
ja: y  (pe  entonces  el  Señor  se  sonrió  y  la  mandó  se  pusiese 
la  saya  y  el  manto;  y  que  lo  hizo  así,  y  la  mandó  se  pusiese 
en  oración;  y  habiéndose  puesto,  se  halló  en  la  Iglesia  Cate- 
dral, y  puesta  de  rodillas  en  el  Altar  Mayor,  salió  San  Pedro 
con  estola  y  el  vaso  de  formas  consagradas,  y  la  mandó  dijese 
el  acto  de  contrición,  y  la  comulgó,  sintiendo  ella  en  las  espe- 
cies sacramentales  lo  mismo  que  cuando  comulgaba  de  algún 
sacerdote  de  acá,  y  quedándose  un  poco  en  oración  se  halló, 
de  repente,  en  su  prisión,  aposento  y  cama  vestida  y  con  su 
manto.  Aunque  se  oyó  y  escribió  esta  revelación  como  la  di- 
jo, bien  se  conoció  y  entendió  ser  toda  fingida  y  ahormada  en 
el  mismo  molde  que  las  demás,  que  tenia  fingidas  y  escritas  en 
sus  cuadernos.  Y  baste  para  prueba  de  su  fingimiento  y  nin- 
gún deseo  que  tenia  de  llegarse  á  los  Santos  Sacramentos  de 
la  confesión  y  comunión,  el  que  en  los  cinco  años  siguientes, 
que  estubo  en  la  cárcel,  ni  se  acordó,  ni  pidió,  ni  tomó  en  la 
boca  se  le  concediese  algún  Sacerdote  que  la  oyese  de  confe- 
sión, sin  que  fuese  menester  bajase  San  Pedro  del  cielo  á 
oiría. 

Otra  revelación,  tan  increíble  como  la  pasada,  refirió  en  au- 
diencia que  se  le  dio  el  último  año,  leyéndosele  el  escrito  de 
acusación  y  conclusión,  en  que  el  Señor  Fiscal  pedia  la  pu- 
siesen á  cuestión  de  tormento  por  negativa  en  la  creencia  de 
cuanto  habia  escrito  y  dictado,  y  demás  negado  siempre  ha- 
ber tenido  familiaridad,  amistad,  ni  pacto  explícito,  ó  implíci- 


—sex- 
to con  el  Bemonio,  de  que  estaba  tan  vehemente  sospechosa 
por  sus  mismas  revelaciones  y  acciones  diabólicas.  Dijo,  pues, 
que  oída  la  demanda  del  Señor  Fiscal,  retirada  á  su  cárcel  tu- 
vo grande  sentimiento  y  pena,  derramando  muchas  lágrimas - 
por  el  tormento  que  la  amenazaba,  y  hallándose  en  esta  aflic- 
ción, sintió  que  entraba  como  aire  en  su  aposento,  y  se  la 
apareció  la  Virgen  con  el  Niño  Jesús  desnudo,  y  se  lo  puso 
en  las  manos,  que  sería  de  estatura  de  mas  de  media  vara,  y 
como  los  niños  que  comienzan  á  sentarse;  y  le  tuvo  en  sus 
manos  mas  de  una  hora,  tocándole  sus  carnes,  que  eran  sua- 
vísimas, mas  que  la  fina  seda,  y  especialmente  le  tocaba  por 
las  nalguitas  y  el  dedo  pulgar  de  la  mano,  sintiendo  tenia  en 
él  huesos,  y  que  el  rostro  tenia  muy  blanco  y  el  pelo  rubio, 
aunque  muy  corto,  y  los  dientes  pequeños  y  muy  blancos,  y 
no  le  hablaron  palabra  Madre  ni  Hijo,  y  quedó  con  una  ale- 
gría interior  muy  grande,  y  por  algún  tiempo,  como  deseando 
elevarse  el  espíritu  á  modo  del  humo,  sintiendo  en  su  cuerpo, 
como  á  quien  le  hormiguea,  ó  hace  cosquillas,  y  que  se  hallaba 
como  media  borracha,  con,  deseos  de  cantar  y  bailar.  Que  en 
esto  paraban  las  altísimas  revelaciones  de  esta  Beata  con  las 
demás  circunstancias,  que  las  hacen  increíbles  y  aun  ridicu- 
las. 

Como  lo  es  la  siguiente  que  dijo  en  otra  ocasión  haber  te- 
nido estando  en  su  cárcel  afligida  por  la  amenaza  del  tormen- 
to; que  se  le  apareció  nuestro  Señor  y  la  Virgen,  y  le  dijo: 
por  revelaciones,  ni  visiones  no  se  da  tormento  á  nadie,  y  las 
personas  que  han  denunciado  de  tí,  y  los  que  obran  contra  ti 
yo  los  tengo  muy  en  mi  memoria,  y  poniendo  la  mano  sobre 
el  pecho,  dijo:  allá  nos  veremos,  y  me  verán  la  cara;  y  mani- 
festaré todas  las  revelaciones  que  habéis  tenido,  y  que  abrién- 
dole el  pecho,  al  modo  que  se  puede  abrir  una  concha,  enseñó 
mucha  riqueza  y  hermosura  de  piedras  preciosas;  á  que  aña- 
dió el  decirla:  quedarían  corridos  y  avergonzados  los  que  la 
habían  denunciado  al  Santo  Oficio,  y  los  que  despreciaban  y 
sentían  mal  de  sus  escritos  y  de  sus  cuentas  y  rosarios;  y 
que  era  envidia  de  muchos,  como  la  que  habían  tenido  los 
hermanos  de  José,  que  llevados  de  ella  le  despreciaron,  abor- 
recieron y  vendieron,  y  que  al  cabo  de  mucho  tiempo  le  sacó 
Dios,  por  su  inocencia,  acreditado  y  victorioso  en  presencia  y 
á  vista  de  sus  mismos  hermanos;  y  que  sus  cuentas  y  rosarios 
no  habían  derribado  edificios,  ni  envenenado  á  nadie,  ni  he- 
cho mal;  que  el  veneno  estaba  en  el  pecado,  y  el  pecado  en 
aquellos  que  murmuraban  de  sus  cuentas,  rosarios  y  escritos; 
y  que  ella  era  como  la  vid  ó  sarmiento  que  se  extiende  y  hace 
parral  con  muchos  racimos,  y  que  sus  escritos  eran  los  racimos 
ToM.  vn  Literatura — 46. 


—362— 
6  fruto,  con  que  habían  de  conocór  todos  que  Joaquín  y  Ana 
futeron  puros,  y  María  concebida  en  gracia  y  gloria  de  Dios. 

Bien  se  conoce  por  esta  revelación  ó  ficción  cuan  ladina  y 
astuta  era  esta  mujer,  como  también  cuan  aferrada  y  adicta 
estaba  á  cuanto  habia  escrito  y  dictado,  y  con  todo  negaba 
haber  dado  ascenso,  ni  creído  cosa  alguna  de  aquellas  que  se 
le  hacían  cargo  por  sus  mismos  papeles  reconocidos  de  ella 
por  suyos;  á  que  en  una  audiencia  dijo,  que  ella  no  había  es- 
tudiado teología,  ni  sabia  explicarse  bien,  y  que  solo  lo  que 
dictó  en  sus  cuadernos  fué  lo  que  habia  oído  y  entendido  en 
sus  arrobos  y  éxtasis,  y  que  era  como  un  negrito,  que  no  ha- 
cía, ni  ponia  mas  de  su  parte,  que  recebir  el  recado  y  darle  en 
la  mejor  forma  que  le  habia  entendido;  y  así  lo  hacia,  mani- 
festándolo á  las  personas  que  solia  consultar,  y  que  cuando  le 
pasaban  y  tenia  algunas  revelaciones  ó  visiones  sentía  mucho 
gozo  y  alegría,  y  en  pasando  la  visión  se  quedaba  como  antes 
y  se  le  olvidaba;  pero  cuando  llegaba  á  sus  confesores  les  de- 
cía todo  lo  que  le  habia  pasado,  soltándosele  como  sí  fuera 
una  carretilla;  y  después  no  se  acordaba  mas,  quedándose  co- 
mo borracha  y  sintiendo  en  el  cuerpo  como  cosquillas  que  le 
causaban  sumo  gOzo  y  alegría,  dice  ella;  y  pudiéramos  decir 
que  era  el  Demonio  el  que  la  causaba  estos  sentimientos,  y 
ademanes  de  embriaguez  y  alegría  juglar,  cuando  las  revela- 
ciones ó  visiones  que  tienen  de  Dios  los  santos  se  terminan 
en  paz  y  sosiego  del  alma,  humildad  y  conocimiento  propio, 
amor  de  Dios  y  del  prójimo,  como  lo  manda  su  santa  ley. 
'  Finalmente,  siendo  esta  beata,  como  ella  dice,  visitada  y 
regalada  de  l!í^.  S.  con  las  visiones  y  revelaciones  dichas,  y 
otras  que  no  se  le  permitió  decir  en  su  retiro  involuntario,  y 
allí  por  sus  peticiones  y  quejas  alimentada  especialmente  de 
la  mañana  á  la  noche  con  el  almuerzo,  comida  y  cena,  á  que 
juntaba  el  reposo  del  sueño  casi  continuo  por  espacio  de  seis 
años  ocupados  en  su  causa  y  de  otros  reos  que  la  precedie- 
ron en  el  auto  de  ahora  dos  años,  y  la  acompañaron  en  este, 
no  tenia  masque  desear  en  el  estado  de  rea  acusada  de  tan- 
tos dichos  y  hechos,  de  que  siempre  se  descargó  con  intrepi- 
dez y  desahogo,  ó  negando  haber  creído  lo  mismo  que  escri- 
bió y  dictó,  ó  echando  la  culpa  á  sus  consultores,  hombres 
doctos  y  virtuosos,  queriendo  así  deslumhrar  á  los  jueces,  co- 
mo los  engañó  á  ellos.  Y  á  la  verdad  esta  mujer  fué  toda 
compuesta  y  amasada  de  embustes  y  marañas,  como  aquellos 
hipócritas  á  quienes  maldijo  Cristo  Señor  ISTuestro,  comparán- 
dolos á  los  sepulcros  ó  mausoleos,  en  lo  exterior  blancos  y  lus- 
trosos, guarnecidos  con  listas  de  oro  y  otros  esmaltes  y  labo- 
res superficiales,  cuando  en  lo  interior  están  atestados  de  hue- 
sos y  podredumbres,  ascos  é  inmundicia:    Ve  'vóhis  M;pocrite, 


—363— 
quia  símiles  estis  sepulcris  de  albatíSj  que  aforis  parembominibus 
speciosa,  intus  vero  plena  suntossihusmortuorumj  &  omnispurci- 
tia. 

Mas,  como  Dios  no  quiere  la  muerte  del  pecador  sino  que 
se  convierta  y  viva,  parece  que  tocó  y  alumbró  á  esta  mujer, 
I>ara  que  después  de  tantas  diligencias,  moniciones  y  amena- 
zas del  Santo  Tribunal  para  reducirla  al  camino  de  la  verdad, 
reconocimiento  y  penitencia  de  sus  pecados,  con  menos  fruto 
del  que  se  deseaba;  últimamente  movida  á  lo  que  se  puede 
creer  eficazmente  de  !íf.  S.  volvió  en  sí,  se  reconoció  y  pidió 
audiencia  en  dos  de  Junio  de  mil  seiscientos  noventa  y  cuatro 
en  que  se  consumó  su  causa.  Dijo,  pues,  en  la  audiencia  que 
se  le  dio,  que  por  medio  de  este  Santo  Tribunal,  á  quien  Dios 
da  luz,  se  la  ha  dado  Dios  á  ella,  para  detestar  las  doctrinas 
y  proposiciones  que  ha  escrito,  porque  ha  llegado  á  entender 
que  ha/  muchas  heréticas,  blasfemas  é  infamatorias,  y  que 
así  pedia  perdón,  y  que  en  ella  no  hubo  engaño  de  su  parte 
en  cuanto  á  las  visiones,  porque  las  visiones  y  sueños  se  los 
referia  á  aquellas  personas  que  podian  aconsejarla,  y  ella  fiar- 
se de  ellas  por  su  virtud  y  doctrina,  y  refiriéndoles  todo  lo 
que  veia  ó  se  le  revelaba,  no  lo  creia,  dejándolo  al  juicio  age- 
no;  y  que  también  ella  no  se  determinó  á  escribir  lo  que  escri- 
bió y  dictó  en  sus  cuadernos,  sino  que  fué  aconsejada  para 
ello  de  una  de  las  dichas  personas  que  nombró,  á  quien  daba 
cuenta  de  lo  demás,  y  por  ella  proseguía  escribiendo;  y  aun- 
que tal  vez  lo  repugnó  por  decir  que  no  era  leída,  ni  sabia  es- 
cribir bien,  le  respondió  este  su  director  que  escribiese,  que  él 
le  adivinaría  lo  que  quería  decir,  y  que  así  fué  escribiendo  la 
parte  que  en  los  cuadernos  ^consta  ser  de  su  letra;  y  que  ha- 
biéndole faltado  dicho  director,  pasaron  los  escritos  á  otros  de 
la  misma  calidad  que  la  asistieron  y  escribían  lo  que  ella  les 
dictaba  y  comunicaba,  y  que  ellos  fueron  los  que  se  engaña- 
ron, porque  ella  no  retuvo  en  su  poder,  ni  volvía  á  verlospíi- 
peles,  antes  los  quiso  quemar  y  se  lo  prohibieron.  Mas,  dijo 
que  cuando  se  le  aparecía  el  Diablo  lo  procuraba  atuyentar; 
y  en  cuanto  á  haber  creído  las  revelaciones  y  visiones  que  tuvo, 
estaba  como  suspensa  é  indiferente,  y  de  modo  que  no  sabe 
explicarse,  considerando  que  sus  directores  ó  personas  doctas 
á  quienes  consultaba,  no  le  declaraban  que  aquello  era  malo, 
y  ahora  que  se  le  había  dicho  por  este  Santo  Tribunal  que  lo 
era,  pide  perdón  á  Dios  IsTuestro  Señor  y  á  sus  jueces  y  minis- 
tros, porque  conoce  haber  estado  engañada,  y  que  lo  que  ha 
dicho  es  de  corazón  y  no  de  miedo. 

Hasta  aquí  la  causa  de  Angela  Carranza,  Beata  de  San 
Agustín,  sumariamente  relatada  en  el  auto  público,  menos 
algunos  reparos  ó  ponderaciones  que  se  hacen  á  tan  extaror- 


-^364— 
dinarios  y  monstruosos  sucesos,  ó  por  mejor  decir  ficciones,  y 
en  la  sustancia  y  palabras  suyas  fielmente  sacada  de  sus  es- 
critos y  cuadernos,  y  de  lo  que  se  delató  y  probó  contra  ella, 
aunque  no  todo  por  no  ser  posible  sino  antes  un  proceso  infi- 
nito, y  lo  dicho  baste  para  el  conocimiento  de  esta  rea  y  la 
gravedad  de  sus  delitos  á  que  se  dio  la  sentencia  que  se  sigue 
con  los  mismos  términos  ó  palabras  que  la  formó  el  Santo 
Tribunal. 

Fué  condenada  á  que  saliese  en  auto  público  de  Fó  en  for- 
ma de  penitente,  vela  verde  en  las  manos,  soga  á  la  garganta 
y  le  fuese  leida  su  sentencia  con  méritos,  que  abjurase  de  ve- 
bementi  y  estubiese  reclusa  en  un  monasterio  ó  recogimiento 
que  se  le  señálase  por  tiempo  y  espacio  de  cuatro  años,  y  que 
el  primero  ayune  los  Viernes,  y  confiese  y  comulgue  las  tres 
pascuas  del  año  y  las  festividades  de  la  Santísima  Yírgen,  y 
si  quisiese  confesar  y  comulgar  cada  mes,  se  le  permite,  y  que 
no  traiga  hábito  de  beata,  ni  use  del  nombre  de  Angela  de 
Dios,  sino  solo  el  que  tiene  por  sus  padres,  y  se  le  prohibió 
las  penas  que  en  sí  reservó  el  Santo  Tribunal,  el  trato  y  co- 
municación con  persona  alguna  de  revelaciones  por  escrito, 
ni  de  palabra,  privándola  de  papel,  tinta  y  plumas  para  escri- 
bir, y  que  las  materias  de  su  espíritu  las  comunique  solo  con 
los  sacerdotes  que  el  Tribunal  le  señalare.  Y  que  por  edictos 
públicos,  en  la  forma  acostumbrada,  se  recojan  y  prohiban  en 
todo  el  distrito  de  esta  Inquisición  las  cuentas,  rosarios,  cru- 
ces, medallas,  campanillas,  velas,  cencerros,  espadas,  dagas, 
retratos,  firmas,  pañuelos,  vendas  mojadas  en  su  sangre,  mue- 
las, uñas  y  todas  las  demás  cosas  suyas,  que  como  reliquias  ó 
por  devoción  ó  por  otra  causa  que  se  guardan  y  retienen,  y 
así  mismo  los  traslados  que  hubiere  en  el  todo  ó  en  parte  de 
sus  escritos  y  cuadernos;  y  que  los  quinientos  y  cuarenta  y 
tres  cuadernos  borradores  y  apuntamientos  que  escribió  y 
dictó,  que  se  aprendieron,  se  quemen  juntamente  con  sus  re- 
tratos, y  que  fuese  desterrada  de  la  corte  de  Madrid  y  ciudad 
de  Córdova  del  Tucuman  por  diez  años,  cincuenta  leguas  en 
contorno,  y  que  lo  cumpla  so  pena  de  impenitente  relapsa. 


Cktncluida  la  causa  y  oída  la  sentencia  de  la  principal  rea  de  este 
auto,  se  relataron  las  siguientes  á  seis  reos,  que  reducidas  ú 
suma  ylen  sustancia  son: 

^   I. 
Juan  Dávila  y  Mendoza,  mestizo  de  26  años,  de  ofiqlo  al- 


—365— 
bañil,  natural  de  Jauja  y  residente  en  esta  ciudad  de  Lima, 
salió  al  auto  en  forma  de  penitente  con  corosa  é  insidias  de 
casado  dos  veces,  abjuró  de  levi  y  que  saliese  en  público  á  la 
vergüenza,  y  desterrado  de  esta  ciudad  por  seis  años  cincuen- 
ta leguas  en  contorno,  y  los  dos  primeros  sirva  con  su  oficio 
de  albañil  en  el  presidio  del  Callao  en  las  obras  de  la  Mages- 
tad. 

^  11. 

Juan  García  Muñoz,  español  de  edad  de  48  años,  de  oficio 
arriero,  natural  de  Oaylloma  y  vecino  de  Oochabamba,  salió 
al  auto  en  forma  de  penitente  con  corosa  é  insignias  de  casa> 
do  dos  veces,  fué  condenado  á  cien  azotes  por  las  calles  públi- 
cas, desterrado  por  diez  años  de  la  villa  de  Oochabamba,  y  lo» 
cuatro  primeros,  que  esté  recluso  en  el  Hospital  de  San  Juan 
de  Dios  de  la  ciudad  del  Cuzco,  donde  sirva  á  los  enfermos  de 
suerte  que  merezca  la  comida,  y  no  lo  quebrante  pena  de 
cumplirlo  doblado. 

^  III. 

Alonso  de  Medina,  mestizo  natural  del  pueblo  de  Vilcas- 
guaraan.  Obispado  de  Ouamanga,  y  vecino  de  Pampas,  de 
edad  de  cincuenta  años,  de  ofició  labrador,  salió  al  auto  en 
forma  de  penitente  con  corosa  é  insignias  de  casado  dos  ve- 
ces, abjuró  de  levi,  y  el  dia  siguiente  se  le  dieron  doscientos 
azotes  por  las  calles  públicas,  y  desterrado  del  pueblo  de  Pam- 
pas por  diez  años,  y  los  cuatro  primeros  esté  recluso  en  el 
Hospital  de  San  Juan  de  Dios  de  la  ciudad  de  Guamanga, 
donde  sirva  á  los  enfermos,  de  suerte  que  merezca  la  comida, 
y  que  no  lo  quebrante  pena  de  cumplirlo  doblado. 

§  IV. 

Benito  de  la  Peña,  natural  de  la  ciudad  del  Cuzco  y  vecino 
del  presidio  de  Valdivia,  de  edad  de  32  años,  salió  al  auto  en 
forma  de  penitente  con  corosa  ó  insignias  de  casado  dos  ve- 
ces, abjuró  de  levi,  y  por  la  inducción  de  testigos  falsos  para 
contraer  el  segundo  matrimonio,  se  le  mandaron  dar  doscien- 
tos azotes  por  las  calles  públicas,  y  desterrado  del  presidio  de 
Valdivia  y  que  sirva  cuatro  años  en  uno  de  los  hospitales  de 
esta  ciudad,  el  que  le  fuere  señalado,  de  suerte  que  merezca 
la  comida,  y  que  no  lo  quebrante  pena  de  cumplirlo  doblado. 


—366. 


^  V.       ■ 

José  de  Erivera,  mestizo,  natural  de  Santiago  de  Viñas  en 
la  provincia  de  Yauyos,  de  edad  de  26  años,  de  oficio  arriero, 
vecino  de  Valdivia,  salió  al  auto  en  forma  de  penitente  por 
testigo  falso  en  la  información  que  dio  de  viudo  Benito  de  la 
Peña  para  contraer  el  segundo  matrimonio  en  el  presidio  de 
Valdivia,  teniendo  viva  su  primer  mujer,  diéronsele  doscien- 
tos azotes  por  las  calles  públicas,  y  desterrado  de  Valdivia 
por  cuatro  años  cincuenta  leguas  en  contorno. 

^  VI. 

Antonio  Oataño,  mestizo,  natural  del  pueblo  de  San  Geróni- 
mo del  vallé  de  Jauja,  vecino  de  Valdivia,  de  edad  de  26  años, 
dé"  oficio  cerrajero,  salió  al  auto  en  fornia  dé  penitente  por  tes- 
tigo falso  en  la  información  que  dio  de  viudo  Benito  de  Peña 
para  contraer  el  segundo  matrimonio  en  el  presidió  dé  Valdivia, 
teniendo  viva  su  primera  mujer,  diéronle  doscientos  azotes 
por  las  calles  públicas,  y  desterrado  de  Valdivia  por  cuatro 
años  cincuenta  leguas  en  contorno. 

Leidas  las  causas  con  los  méritos  y  sentencias  de  los  reos 
fueron  reconciliados,  habiendo  adjurado  los  que  debieron  por 
su  sentencia;  y  así  á  dos  horas  después  de  medio  dia,  se  oon- 
dujeron  á  la  reclusión  del  Santo  Oficio  para  dar  cobro  de  sus 
personas  con  la  última  ejecución  de  lo  que  se  les  mandó  en 
penitencia:  solo  se  retuvo  la  beata  en  el  convento  de  Santo 
Domingo  para  llevarse  encubierta  a  media  tarde  á  su  prisión 
por  el  riesgo  que  corría,  si  fuese  en  público,  la  apedrease  el 
vulgo  y  aun  la  llegasen  á  herir  y  matar,  según  estaban  todos 
escandalizados  y  escandecidos  contra  ella  por  sus  engaños, 
embustes  y  trapazas,  con  que  tanto  tiempo  tuvo  deslumbrada 
ó  ciega  gran  parte  de  esta  ciudad  caución,  y  orden  del  Santo 
Tribunal,  que  el  suceso  acreditó  de  muy  prudente,  pues  sa- 
cándola por  puerta  retirada,  muy  en  secreto,  y  entrándola  en 
una  caleza  cerrada  con  dos  personas  de  toda  autoridad. y  res- 
peto, una  religiosa  y  otra  secular,  sospechando  ó  brujuleando 
ir  en  la  caleza  la  beata,  se  juntó  instantáneamente  una  cua- 
drilla de  muchachos  que  á  pedradas  tiraban  á  deshacer  la  ca- 
leza y  matar  á  la  rea,  como  lo  decian  á  voces  con  los  apodos 
ó  dicterios  que  merecian  sus  delitos.  Acudió  guardia  de  sol- 
dados á  defenderla  y  no  bastó,  sino  que  creció  á  mas  y  mas 
el  batallón  de  pedreros  de  todas  edades,  que  perseguían  con 
sus  tiros  la  caleza,  sin  que  bastase  sacar  el  rostro  las  dos  per- 


—367— 
sonas  de  respeto  que  iban  en  ella,  antes  maltratando  é  hirien- 
do á  la  una  repetidamente,  de  suerte  que  necesitó  después  de 
hacer  cama  y  san^^rarle.  Así  llegó  á  la  Inquisición  la  rea,  de- 
fendida como  se  pudo  y  viva  de  milagro,  porque  hasta  allí  la 
siguió  el  vulgo  furioso,  aunque  con  la  capa  ó  pretexto  de  ce- 
lo por  vengar  y  castigar  á  la  que  á  Dios,  á  su  Madre  Santísi- 
ma, y  Santos  del  Cielo,  tanto  habia  agraviado  y  ofendido,  co- 
mo les  manifestó  su  causa. 

Este  suceso,  pues,  tan  ruidoso  y  peligroso,  dio  la  razón  por 
que  no  fué  sacada  esta  rea  con  los  demás  por  las  calles  públi- 
cas, de  las  cárceles  de  la  Inquisición  á  la  iglesia  de  Santo  Do- 
mingo, sino  que  antes  de  amanecer,  dos  horas,  fué  traída  en 
caleza  y  acompañada  al  convento  á  esperar  la  hora  que  llega- 
ron los  demás;  y  entonces  salir  como  salió  en  público,  y  ocupó 
su  lugar  en  las  gradas,  y  ftié  la  primera  que  oyó  su  causa,  que 
á  traerse  como  todos  en  la  procesión,  hubiera  no  solo  inquie- 
tado, sino  concitado  al  vulgo  á  hacerle  alguna  vejación  ó  da- 
ño notable,  que  embarazase  el  fin  para  que  era  llevada  al  pú- 
blico teatro. 

Y  por  la  misma  razón  y  caución  prudente  del  Santo  Tribu- 
nal, se  detuvo  casi  un  mes  dicha  rea  en  su  primera^  eárcel, 
aunque  con  mas  desahogo  por  defenderle  así  la  peísona  y  la 
vida  de  la  plebe  concitada,  que  en  cualquiera  otra  parte  le 
buscara  y  acometiera  con  furor  y  celo,  aunque  indiscreto. 
El  cual  desahogó  la  inocencia  de  los  muchachos  en  los  autos 
fingidos  que  hicieron  por  todos  los  barrios  en  diferentes  días, 
sacando  en  procesión  la  estatua  de  esta  mujer,  pregonando 
sus  errores  y  delitos,  condenándola  á  azotes  y  al  bracero  que 
la  daban,  y  últimamente  quemaban.  La  cual  acción  ó  repre- 
sentación duró  muchos  días,  y  estando,  dispuso  el  Santo  Tri- 
bunal el  depósito  ó  reclusión  de  la  rea  en  un  beaterío,  segura 
de  todo  riesgo  y  con  las  precauciones  que  para  bien  de  su  al- 
ma y  salvación  se  podían  desear,  y  mandó  su  sentencia. 


AUTO  DE  FE 

Que  se  celebró  en  la  ciudad  de  Lima  é  iglesia  de  Santo 
Domingo,  el  Lunes  Santo,  a  diez  y  seis  de  Marzo  de 
mil  seiscientos  noventa  y  tres,  cuya  relación  la  escri- 
be el  Doctor  Don  José  del  Hoyo,  Salieron  al  teatro  los 
reos  siguientes,  de  cuyos  méritos  y  sentencias  se  hace 
breve  sumario. 


^1, 

Matías  de  Aibar,  alias  Don  Pedro  de  Oaravajal  Sotomayor, 
alias  Don  Pedro  Matías  de  Salazar,  alias  Don  Pedro  ÍTavar- 
rete  de  Oaravajal,  español,  de  edad  de  30  años,  de  oficio  cha- 
lan de  muías,  vecino  de  Castrovirreina  y  natural  de  Lima,  sa- 
lió al  auto  en  forma  de  penitente,  con  corosa  é  insignias  de 
casado  cinco  veces,  con  mordaza  por  blasfemo,  que  invocó  al 
Demonio,  pidiéndole  favor  y  ayuda,  ofreciéndole  el  alma  con 
repetidas  blasfemias,  haciendo  irrisión  del  Santo  Sacramento 
del  orden,  usando  el  traje  sacerdotal  y  poniéndose  á  confesar, 
siendo  secular  y  casado  cinco  veces;  abjuró  de  vehementi,  fué 
reprendido,  advertido  y  conminado,  y  el  dia  siguiente  se  le 
dieron  doscientos  azotes  por  las  calles  públicas,  y  desterrado 
de  Madrid  y  de  Lima,  y  que  sirva  á  su  Magestad  en  el  presi- 
dio de  Valdivia  por  diez  años,  y  cumplidos,  el  resto  de  su  vi- 
da sirva  en  un  hospital,  el  que  le  señalare  el  Santo  Tribunal. 


—369— 


§  II. 

Angela  de  Olivitos  y  Esquivel,  alias  la  Hermana  Angela  de 
Cristo,  natural  de  Lima,  española,  de  oficio  costurera,  de  edad 
de  28  años,  salió  al  auto  en  forma  de  penitente,  con  corosa  de 
hipócrita  embustera,  afirmando  proposiciones  erróneas,  siguien- 
do la  secta  de  los  alumbrados  quietistas,  estando  ilusa  y  deján- 
dose engañar  del  Demonio  por  vanidad,  y  hecho  muchas  ce- 
remonias, arrobos,  transportaciones  y  embustes  no  usados,  fin- 
giendo revelaciones  vistas  de  Dios  IST.  S.,  Angeles  y  Santos, 
revelando  muchas  cosas  ocultas  y  procurando  la  tuviesen  por 
santa,  para  que  la  regalasen  y  visitasen,  j  valiéndose  de  la 
santidad,  que  flngia  para  conseguir  sus  fines  torpes  y  desho- 
nestos, hasta  llegar  á  ijarir  de  un  hombre,  á  quien  engañó,  y 
para  dar  mayor  crédito  ti  sus  engaños,  comulgaba  todos  los 
dias,  viviendo  vida  tan  relajada;  abjuró  de  levi  y  fué  adverti- 
da, reprendida,  y  conminada  y  desengañada.  Y  que  esté  re- 
clusa  en  la  parte  y  lugar  que  le  pareciere  al  Tribunal,  por 
tiempo  de  cinco  años,  y  que  no  comulgue  mas  que  una  vez  ca- 
da quince  dias  si  quisiere  el  primer  año,  y  que  no  trate,  ni  es- 
criba, ni  hable  con  persona  alguna  de  revelaciones;  con  aper- 
cebimiento,  que  si  se  le  jorobare  haber  hablado  de  ellas  se  le 
castigará  como  á  rea  que  no  ha  cumplido  su  sentencia. 

§  in. 

Juan  de  la  Eosa  Urquizu,  mulato,  natural  de  esta  ciudad,  es- 
clavo, de  20  años,  de  oficio  sastre  y  espadero,  salió  al  auto  en 
forma  de  penitente,  con  corosa  é  insignias  de  blasfemo  y  mor- 
daza por  haber  prorrumpido  en  excecrables  blasfemias  contra 
nuestro  padre  Adán  y  Eva;  y  empeñándose  en  ellas,  dijo  tan 
horrendas  y  no  imaginables  blasfemias  contra  Dios  íí".  S.  y  su 
Santísima  Madre,  que  no  se  expresan  por  no  escandalizar  los 
piadosos  y  católicos  oidos  de  los  fieles;  abjuró  de  levi,  fué  re- 
prendido, advertido  y  conminado,  y  se  le  dieron  cien  azotes  por 
las  calles  públicas  el  día  siguiente,  y  que  por  tiempo  de  dos 
años  sirva  en  uno  de  los  hospitales  ó  conventos  de  esta  ciudad. 

§  lY. 

Nicolás  Benito  Oampuzano,  alias  Feliz  de  Campos  Oampu- 
zano,  natural  del  pueblo  de  Santiago  de  los  Chombos,  provin- 

TOM.   VII.  .-         LlTEEATÜRA — 47 


—370— 
cia  de  Jauja,  vecino  del  pueblo  de  Guarí,  provincia  de  Oon- 
chucos,  salió  al  auto  con  cerosa  é  insignias  de  casado  dos  ve- 
ces, y  confesó  haberse  casado  segunda  vez,  por  haberle  dicho 
un  hombre,  que  pasados  siete  años  del  primer  matrimonio,  se 
pbdia  casar  con  otra  mujer,  como  lo  ejecutó,  teniendo  viva  la 
primera;  abjuró  de  levi,  y  el  dia  siguiente  salió  por  las  calles 
públicas  á  la  vergüenza,  desnudo  de  medio  cuerpo  arriba,  y 
fué  desterrado  de  esta  ciudad,  y  villa  de  Madrid  y  provincia 
de  Jauja  y  Oonchucos  por  cinco  años,  y  los  dos  de  ellos  sirva 
á  su  Magestad  en  el  presidio  ele  Valdivia,  y  en  el  ínter  que 
haya  embarcación,  esté  en  la  cárcel  de  corte,  y  que  no  lo  que- 
brante, pena  de  cumplirlo  doblado. 

^  V. 

María  Eosa  de  Massa,  alias  María  Josefa  de  Campos,  y  por 
otro  nombre  María  Manteca,  natural  de  Huánuco,  de  edad  de 
20  años,  salió  al  auto  en  forma  de  penitente,  con  corosa  é  in- 
signias de  casada  dos  veces;  abjuró  de  levi,  y  que  por  seis 
años  sea  reclusa  en  uno  de  los  conventos  ú  hospitales  de  mu- 
jeres de  esta  ciudad,  donde  esté  asegurada  para  que  no  haga 
fuga,  y  que  no  lo  quebrante,  pena  de  cumplirlo  doblado. 

§  VI. 

Don  Antonio  Fernandez  Velarde,  español,  natural  de  la  vi- 
lla de  Torre! aguna,  arzobispado  de  Burgos,  de  edad  de  32 
años,  soldado  y  vecino  de  la  Concepción  de  Chile,  salió  al  au- 
to en  forma  de  penitente,  con  corosa  é  insignias  de  casado 
dos  veces;  abjuró  de  levi,  y  fué  desterrado  de  esta  ciudad  y 
villa  de  Madrid  y  de  la  Concepción  de  Chile,  y  que  sirva  á  su 
Magestad  dos  años  en  un  presidio,  á  arbitrio  del  Tribunal,  y 
multado  en  doscientos  pesos  (que  no  tuvo)  para  sus  gastos,  y 
que  no  lo  quebrante,  pena  de  cumplirlo  doblado. 

§  VIL 

Pedro  Martin  de  Oreyana  y  Alarcou,  español  de  Lima,  de 
edad  de  treita  y  cinco  años,  vecino  de  la  ciudad  de  Puerto 
viejo,  de  oficio  pulpero,  salió  al  auto  en  forma  de  penitente, 
con  corosa  é  insignias  de  casado  dos  veces;  abjuró  de  levi,  y 
el  dia  siguiente  salió  por  las  calles  públicas  á  la  vergüenza, 
desnudo  de  medio  cuerpo  arriba,  y  faé  desterrado  de  esta  ciu- 
dad y  villa  de  Madrid,  y  villa  de  Puerto  viejo  por  seis  años, 


—Sil- 
los cuales  cumpla  en  el  presidio  de  Valdi^yia,  y  que  no  lo  que- 
brante, pena  de  cumplirlo  doblado. 

§  VIH. 

Francisca  Andrea  de  Benavides,  alias  Pancha  Tobar,  mula- 
ta libre,  natiu'al  de  Lima,  de  mas  de  sesenta  años  de  edad,  de 
oficio  cocinera,  salió  al  auto  en  forma  de  penitente,  con  corosa 
é  insignias  de  embustera  superticiosa,  por  haber  cometido  mu- ' 
chos  y  diversos  sortilegios,  y  haber  sido  relapsa  superticiosa, 
y  hecho  muchos  y  diversos  conjuros  con  la  coca,  dando  y  ofre- 
ciendo remedios  para  que  las  mujeres  tengan  ventura  y  dicha 
con  los  hombres,  en  orden  á  sus  torpezas,  y  los  pulperos  ga- 
nancias en  sus  tratos,  como  lo  ejecutó  varias  y  repetidas  ve- 
ces, buscándola  y  consultándola  muchas  moznelas  perdidas; 
abjuró  de  levi,  fué  reprendida,  advertida  y  conminada,  y  el 
dia  siguiente  le  dieron  doscientos  azotes  por  las  calles  públi- 
cas, y  que  fuese  reclusa  perpetuamente  en  el  presidio  de  Val- 
divia, donde  sirva  por  toda  su  vida  á  los  enfermos. 

§  IX. 

María  Castro  Barretoy  ISTavarrete,  zamba  libre,  natural  de 
Guayaquil,  vecina  del  puerto  del  Callao,  de  edad  de  36  años, 
de  oficio  cocinera  y  vender  nieve,  salió  al  auto  en  forma  de 
penitente,  con  insignias  de  hechicera,  siendo  superticiosa,  te- 
niendo pacto  con  el  Demonio,  y  sacrilega  heretical,  invocán- 
dole j  llamándole  con  los  conjuros  repetidos  que  obró  y  usó 
con  el  fin  y  motivo  de  que  algunas  mujeres  fuesen  queridas, 
buscadas  y  regaladas  de  sus  amigos,  correspondiendo  muchas 
veces  el  Demonio  á  las  señas  ó  señales  que  pedia  para  asegu- 
rar el  efecto,  y  otras  veces  usaba  con  el  mismo  fin  otros  con- 
juros, mascando  coca,  haciendo  varias  y  diversas  ceremonias, 
y  hablando  con  ella  decia:  mama  coca,  mama  querida,  linda 
mia  yo  no  te  tomo  por  vicio,  ni  por  hacer  mal  á  nadie,  sino 
por  que  me  des  suerte  y  ventura,  y  te  conjuro  por  el  Diablo 
de  los  escribanos,  i)or  el  Diablo  de  los  ropavejeros,  por  el  de 
los  mercaderes,  y  por  el  Diablo  de  las  buenas  noches,  por  el 
de  los  sombrereros,  por  el  de  los  plateros,  por  el  de  los  pulpe- 
ros, por  el  de  los  sastres,  por  el  de  los  bodegueros,  por  el  de 
los  carpinteros,  por  el  de  los  albañiles,  por  el  Diablo  de  Poto- 
sí, por  el  de  Huancavelica,  por  los  Diablos  de  Trujillo,  por  el 
Diablo  de  las  pecadoras,  por  el  Diablo  de  los  presos  de  la  cár- 
cel, por  el  de  las  gallineras,  por  el  de  los  herreros,  por  el  de 
las  regatonas,  por  el  de  los  marineros,  y  por  el  Diablo  cojue- 


—372— 
lo,  y  por  todos  estos  Diablos  te  pido,  coca  mia,  (y  aquí  decía 
una  excecrable  blasfemia  heretical  contra  Cristo  IsTuestro  Se- 
ñor) traigas  arrodillado  á  los  pies  de  la  mujer  por  quien  ha- 
cia el  conjuro,  su  amigo  que  solicitaba;  y  luego  proseguía,  que 
así  se  ejecutase  por  aquella  alma  mas  aburrida  y  desesx)erada, 
que  anda  de  huaca  en  huaca,  de  cerro  en  cerro;  y  que  así  vi- 
niese el  galán  en  busca  de  la  dama  con  los  ojos  vendados  y 
las  manos  abiertas,  dándole  cuanto  tuviere,  y  muriéndose  por 
ella;  y  á  este  conjuro  y  á  otros  que  fabricó,  y  en  forma  de  leta- 
nía y  oración  invocaba  á  los  Demonios,  y  que  repetía  y  ense- 
ñaba á  diferentes  personas,  mascando  la  coca  con  diferentes 
ingredientes,  en  orden  á  estos  malos  fines,  decía,  hacia  y  acon- 
sejaba cosas  tan  torpes  y  asquerosas,  que  se  omiten,  no  con- 
tentándose con  ser  mala  para  sí,  sino  haciéndose  maestra  y 
dogmatízadora  de  tan  malas  artes,  con  ruina  espiritual  de  mu- 
chas personas,  y  con  vehemente  sospechas  de  haber  muerto  y 
privado  de  juicio  algunas  personas  con  sus  maleficios  y  en- 
cantos, etc.;  abjuró  de  levi,  fué  reprendida,  advertida  y  con- 
minada, y  el  día  siguiente  se  le  dieron  doscientos  azotes  por 
las  calles  públicas,  y  que  fuese  desterrada  de  esta  ciudad  y 
villa  de  Madrid,  y  puerto  del  Callao  por  tiempo  de  veinte  años, 
los  cuales  sirva  en  el  presidio  de  Valdivia,  donde  el  Comisa- 
rio de  la  Inquisición  esté  á  la  mira  como  procede,  y  cumplido, 
no  salga  sin  licencia  expresa  del  Santo  Tribunal. 


RELAOIOK 

Del  auto  particular  de  fe  que  se  celebró  en  esta  regia 
ciudad  de  Lima,  corte  del  reino  del  Perú,  en  once  de 
Noviembre  del  año  de  mil  setecientos  y  treinta  y  siete, 
cuya  relación  la  escribe  Don  Pedro  José  Bermudez  de 
la  Torre  y  Solier,  Decano  en  ambos  derechos,  Alguacil 
Mayor  de  la  Real  Audiencia  y  Consultor  del  Santo 
Oficio  de  la  Inquisición  en  estos  reinos. 

Blasón  heroico  es  de  la-  justicia  repetir  con  ajustada  y  fiel 
correspondencia  la  igualdad  de  las  penas  proporcionadas  á  la 
semejanza  de  las  culpas,  teniendo  siempre  á  la  vista  la  obli- 
l^acion  de  castigar  los  delitos  para  satisfacer  á  los  agravios,  y 
dejar  provechosos  los  ejemplos;  pues,  como  advierte  el  sen- 
tencioso Lirico,  si  la  culpa  no  quedase  castigada,  no  sirviera 
la  queja  repetida.  Y  con  igual  discreción  y  elegancia  cantó  un 
cisne  de  Astrea  que,  después  de  dorar  las  espumas  del  delicio- 
so Tormes,  ilustró  las  riberas  de  nuestro  claro  Riraac,  habien- 
do celebrado  el  acierto  de  continuarse  la  severidad  de  los  cas- 
tigos en  la  repetición  de  los  excesos,  que  los  crueles  monstruos 
que  introducen  horror  con  la  amenaza  es  justo  que  no  vaguen 
sin  padecer  la  merecida  pena. 

En  atención  á  estos  rectos  dictámenes  determinó  la  justifi- 
cada providencia  del  Santo  Tribunal  de  la  Inquisición  de  este 
reino,  que  en  el  mismo  año  de  1737,  en  que  se  imprimió  la  re- 
lación del  auto  público  de  fé  celebrado  en  el  antecedente  de 
1736,  se  repitiese  otro  particular  el  dia  11  de  Jüíoviembre  en  la 


—374— 
iglesia  del  convento  grande  del  Eosario  del  Orden  de  Predi- 
cadores, en  cuyo  espacioso  ámbito  se  erigió  capaz  teatro  au- 
torizado del  magnífico  aspecto  del  mismo  Sacro  Tribunal,  y 
se  formó  en  el  plauo  de  la  capilla  de  ííuestra  Señora  del  Eo- 
sario sobre  eminentes  gradas  portátil.  Tribuna  cercada  de 
curiosas  celosías  para  que  en  ella  asistiese  sin  las  formalida- 
des de  la  publicidad  el  Excmo,  Señor  Yirey,  á  cuya  entrada 
se  siguió  con  veloz  prontitud  el  principio  de  la  función,  su- 
biendo al  sublime  sujeto  con  la  insignia  de  Calificador  del 
Santo  Oficio,  el  M.  E.  P.  M.  Fray  José  del  Castillo  y  Bolívar, 
del  Orden  del  Seráfico  Padre  San  Francisco,  Lector  jubilado, 
Doctor  en  Sagrada  Teología  y  Catedrático  de  Prima,  de  la  del 
sutil  Doctor  Escoto  en  la  Eeal  Universidad  de  San  Marcos  de 
esta  ciudad,  Examinador  Sinodal  de  este  Arzobispado  y  Pa- 
dre de  la  provincia  de  los  Doce  Apóstoles  de  esteEeino,  cuyo 
elevado  ingenio  y  vigilante  estudio,  esmaltado  de  dujce,  ame- 
na, hermosa  y  sagrada  elocuencia,  le  acreditan  universal 
Alaestro  en  todas  letras,  manifestando  que  le  confiesan  dueño, 
así  las  que  en  el  pulpito  j)«rsuaden,  como  las  que  en  la  cáte- 
dra resuelven.  Leyó,  pues,  con  agradable  voz  en  aquel  supe- 
rior lugar  el  juramento  del  pueblo,  siendo  este  el  mismo  que 
se  escribió  en  la  relación  del  auto  antecedente,  y  después  la 
Constitución  de  San  Pió  Quinto,  á  que  precede  el  auto  de  in- 
timación expedido  por  el  Santo  Tribunal;  que  uno  y  otro  son 
del  tenor  y  contexto  siguiente: 

Nos  los  inquisidores  contra  la  herética  pravedad  y  apostasía  en 
la.  ciudad  y  Arzobispado  de  los  Reyes,  con  los  Obispados  de  Quiio^ 
del  Guzeo  y  Guamanga,  ArzoMspado  de  los  Glia/rcas,  y  Rio  de  la 
Plata,  y  Obispados  del  Tuciiman,  Concepción  y  Santiago  de  Chi- 
le, Paraguay,  Arequipa  y  Trujillo,  Santa  Cruz  de  la  Sierra,  la 
Paz,  y  en  todos  los  Reinos,  Estados  y  Señoríos  de  las  provincias 
del  Perú,  su  Yireinato,  gobernación  y  distrito  de  las  Audiencias 
Reales,  que  en  las  diclias  ciudades,  reinos  y  provincias  residen, 
por  autoridad  apostólica  y  ordinaria,  etc. 

Hacemos  saher  al  muy  Excelente  8r.  Yirey  y  Capitán  General, 
de  dichos  reinos  y  provincias,  y  á  los  reverendísimos  Señor-es.  Ar- 
zobispos y  Obispos  de  ellas,  y  á  los  muy  ilustres  Señores  Presi- 
sidentes  y  Oidores  de  las  Audiencias 'Reales,  y  á  los  mu^y  magní- 
ficos Señores  Corregidores,  Alcaldes  Mayores  y  Ordinarios  de  to- 
das las  ciudades,  villas  y  lugares  délos  dichos  reinos  y  provincias, 
y  d  todos  los  vecinos  y  moradores  estantes  y  habitantes  de  las  di- 
chas ciudades,  villas  y  lugares,  y  á  cada  uno  y  á  cualquiera  de 
ellos,  á  quien  lo  desuso  toca  y  atañe,  en  cualquiera  manera:  como 
N.  M.  Santo  Padre  San  Pió  Y  de  felice  recordación,  con  €l  celo 
que  tnvo  al  servicio  de  Dios  Nuestro  Soñor,.  y  aumento  y  fionser- 


—375— 
vaoion  de  nuestra  Santa  Fé  Católica  y  Religión  Cristiana^  con 
acuerdo  de  los  reverendísimos  Cardenales  sus  hermanos,  estableció 
Mna  Constitución  en  favor  del  Santo  Oficio,  Oficiales  y  Ministros 
de  él;  su  tenor  de  la  cual  en  nuestro  vulgar  castellano  es  el  si- 
guiente: 

CONSTITUOIOI^ 

De  nuestro  muy  Santo  Padee  Papa  Pío  V  contra  los  que 

OFENDEN    EL   ESTADO,    NEGOCIOS    Y  PERSONAS   DEL    SaNTO 

Oficio  de  la  Inquisición  contra  la  herética  prave- 
dad. 

"  Si  cada  di  a  con  diligencia  tenemos  cuidado  de  amparar 
"  Jos  Ministros  de  la  Iglesia,  los  cuales  ISTuestro  Señor  Dios 
''  nos  ha  encomendado,  y  ííos  los  habernos, recibido  debajo  de 
"  nuestra  fé  y  amparo;  cuanto  mayor  cuidado  y  solicitud  nos 
"  es  necesario  poner  en  los  que  se  ocupan  en  el  Santo  Oficio 
"  de  la  Inquision  contra  la  herética  pravedad,  para  que,  sien- 
"  do  libres  de  todo  peligro  debajo  del  amparo  de  la  inviolable 
"  autoridad  de  ííuestra  Sede  Apostólica,  pongan  en  ejecución 
"  cualesquiera  cosas  tocantes  á  su  oficio,  para  exaltación  de  la 
"  fé  católica?  Así  que  como  cada  dia  se  aumente  mas  la  mul- 
"  titud  de  hereges,  que  por  todas  vi  as  y  artes  procuran  des- 
"  truir  el  Santo  Oficio,  y  molestar  y  ofender  á  los  Ministros 
"  de  él,  nos  ha  traido  la  necesidad  á  tal  término,  que  nos  es 
"  necesario  reprimir  tan  maldito  y  nefario  atrevimiento  con 
"cruel  azote  de  castigo.  Por  tanto,  con  consentimiento  y 
"  acuerdo  de  los  Cardenales  nuestros  hermanos,  establecemos 
"  y  mandamos,  por  esta  general  Constitución,  que  cualquiera 
"  persona,  ahora  sea  particular,  ó  privada,  ó  ciudad,  ó  pueblo, 
"  ó  señor,  conde,  marques,  ó  duque,  ó  de  otro  cualquiera  mas 
"  alto,  y  mejor  título,  que  matare,  ó  hiriere,  ó  violentamente 
"  tocare,  y  ofendiere,©  con  amenazas,  conminaciones,  y  temo- 
"  res,  ó  en  otra  cualquiera  manera,  impidiere  á  cualquiera  de 
"los  Inquisidores,  ó  sus  Oficiales,  Fiscales,  Promotores,  jSTo- 
*'  tarios,  ó  á  otros  cualesquiera  Ministros  del  Santo  Oficio  de 
"la  Inquisición,  ó  á  los  Obispos,  que  ejercitan  el  tal  oficio  en 
"  sus  Obispados,  ó  provincias,  ó  al  acusador,  denunciador  ó 
"  testigo,  traido  ó  llamado,  como  quiera  que  sea,  para  fé  y 
"  testimonio  de  la  tal  causa;  y  el  que  combatiere,  ó  acometie- 
"  re,  quemare,  ó  saqueare  las  iglesias,  casas,  ú  otra  cualquie- 
"  ra  cosa  pública  ó  privada  del  Santo  Oficio,  ó  cualquiera  que 
"  quemare,  hurtare,  ó  llevare  cualesquiera  libros,  ó  procesos, 
"  protocolos,  escrituras,  trasuntos,  ú  otros  cualesquiera  instru- 
"  mentos,  ó  privilegios,  donde  quiera  que  estén  puestos,  ó 


—376— 
"  cualquiera  que  llevare  las  tales  escrituras,  ó  alguna  de  ellas, 
"  de  tal  íuego  saco,  ó  robo,  en  cualquiera  manera,  ó  cualquie- 
"  ra  persona  que  se  hallare  en  tal  combate,  fuego,  ó  saco, 
"  aunque  esté  sin  armas,  ó  fuere  causa,  dando  consejo,  favor 
"  y  ayuda,  en  cualquiera  manera  que  sea,  de  combatir,  sa- 
"  quear,  ó  quemar  las  dichas  cosas  tocantes  y  pertenecientes 
"  al  Santo  Oficio;  en  cualquiera  manera  que  sea,  ó  prohibiere, 
"  que  algunas  cosas,  ó  personas  del  Santo  Oficio,' no  sean  guar- 
"  dadas,  ó  defendidas;  y  cualquiera  persona  que  quebrantare 
"  cárcel  pública,  ó  particular,  ó  sacare  y  echare  fuera  de  la  tal 
"  cárcel  algún  preso,  ó  prohibiere,  que  no  le  prendan,  ó  le  re- 
"  ceptare,  ó  encubriere,  ó  diere,  ó  mandare,  que  le  den  facul- 
"  tad  y  ayuda  ó  favor,  para  huir  y  ausentarse;  ó  el  que,  para 
"  hacer  y  cometer  alguna  de  las  dichas  cosas,  ó  parte  de  ellas, 
"  hiciere  junta  ó  cuadrilla,  ó  apercibiere  y  previniere  á  algu- 
"  ñas  personas,  ó  de  otra  cualquiera  manera  en  cualquiera  co- 
"  sa  de  las  sobre  dichas  de  industria,  diere  ayuda,  consejo,  ó 
"  favor,  piíblica  ó  secretamente,  aunque  ninguno  sea  muerto, 
''  ni  herido,  ni  sacado,  ó  echado,  ni  librado  de  tal  cárcel;  y 
"  aunque  ninguna  cosa  sea  combatida,  quebrantada,  quema- 
"  da,  ni  saqueada;  finalmente,  aunque  ningún  daño  en  efecto 
"  se  haya  seguido,  con  todo  esto  el  tal  delincuente  sea  exco- 
"  mulgado  y  anatematizado,  y  sea  reo  lese  mayestatis,  y  quede 
"  privado  de  cualquiera  señorío,  dignidad,  honra,  feudo,  y  de 
"  todo  otro,  cualquiera  beneficio  temporal  ó  perpetuo;  y  que  el 
"juez  lo  castigue  con  aquellas  penas,  que  por  Constituciones 
"  legítimas  son  dadas  á  los  condenados  por  el  primer  capítulo 
"  de  la  dicha  ley;  quedando  aplicados  todos  sus  bienes  y  ha- 
"  cieuda  al  Fisco,  así  como  también  está  constituido  por  de- 
"  rechos  y  sanciones  canónicas  contra  los  herejes  condena- 
"  dos;  y  los  hijps  de  los  tales  delincuentes  queden  y  sean  su- 
"  jetos  á  la  infamia  de  sus  padres,  y  del  todo  queden  sin  parte 
"  de  toda  y  cualquiera  herencia,  sucesión,  donación,  manda 
"  de  parientes  ó  extraños,ni  tengan  ningunas  dignidades;  y 
"  ninguno  pueda  tener  disculpa  algnna,  ni  poner  ni  pretender 
"  algún  color  ó  causa,  para  que  sea  creido  no  haber  cometido 
"  tan  gran  delito  en  menosprecio  y  odio  del  Santo  Oficio,  si 
*'  no  mostrare  por  claras  y  uianifiestas  probanzas  haber  hecho 
"  lo  contrario.    Y  lo  que  sobre  los  susodichos  delincuentes  y 
"  sus  hijos  hemos  estatuido  y  mandado,  eso  mismo  queremos 
"  y  ordenamos  que  se  entienda  y  ejecute  en  los  clérigos  y 
"  presbíteros  seculares  y  regulares,  de  cualquiera  Orden  que 
"  sean,  aunque  sean  exentos,  y  en  los  Obispos  y  otras  perso- 
"  ñas  de  mas  dignidad,  no  obstante  cualquiera  privilegio,  que 
"  cualquiera  persona  tenga;  de  manera  que  los  tales  por  auto- 
"  ridad  de  las  presentes  Letras,  siendo  privados  de  sus  benefi- 


—377— 
"  cios  y  (le  todos  los  Oficios  Eclesiásticos,  sean  degradados  por 
"  Juez  Eclesiástico,  como  heredes;  y  asi  raidas  sus  órdenes, 
"  sean  entrenzados  al  Juez  y  brazo  sepí^lar,  y  como  legos,  sean 
"  sujetos  á  las  sobredichas  pcujis.  Pero  queremos,  que  las 
"  causas  de  los  prelados  sean  reservadas  á  Nos,  ó  á  nuestros 
"  sucesores,  para  que  inquirido  y  examinado  su  negocio,  pro- 
''  cedamos  contra  ellos  para  deponerlos  y  darles  las  sobredi- 
"  chas  penas,  conforme  y  como  lo  quiere  la  atrocidad  de  su  de- 
"  lito.  Y  cualesquiera  que  procuraren  pedir  perdón  para  los 
"  tales;  ó  interceder  de  cualquiera  otra  manera  por  ellos,  se- 
"  pan  que  han  incurrido  ijjsofacto  en  las  mismas  penas  que 
''  las  sagradas  constituciones  ponen  contra  los  favorecedores  y 
"  encubridores  de  hereges.  Pero  si  algunos,  siendo  eu  mucho 
"  ó  en  poco  culpados  en  los  tales  delitos,  movidos  ó  por  celo 
"  de  la  Religión  cristiana,  ó  por  arreijeutimiento  de  su  pecado, 
''  descubrieren  su  delito,  antes  que  sea  declarado  ó  denuncia- 
"  do,  sea  libre  de  el  tal  castigo;  pero  en  lo  que  toca  á  todas  y 
"  á  cualesquiera  absoluciones  de  los  tales  delitos  y  las  habili- 
"  taciones  y  restituciones  de  fama  y  honra,  deseamos  quede 
"  aqui  adelante  se  tenga  y  guarde  en  esta  forma.  Que  nues- 
"  tros  sucesores  no  concedan  ningunas,  si  no  fuere  después  de 
"  haber  pasado  por  lo  menos  seis  meses  de  sus  pontificados,  y 
"  habiendo  sido  primero  sus  peticiones  verificadas  y  conoci- 
"  das  por  verdaderas  por  el  Supremo  Oficio  üe  la  Inquisición. 
"  Y  asi  estarvimos  y  ordenamos,  que  todas  y  cualesquiera  ab- 
"  soluciones,  habilitaciones  y  restituciones  de  esta  manera, 
"  que  de  aqui  adelante  se  hicieren  no  aprovechen  á  nadie,  si 
"  primero  no  fueren  verificados  sus  ruegos  y  peticiones.  Y 
"  queremos  y  mandamos  que  esta  nuestra  constitución  por 
"  ninguna  via  ni  parte  sea  derogada,  sino  siendo  todo  el  tenor 
"  de  esta  nuestra  Constitución  inserto  en  la  tal  revocación, 
"  palabra  por  palabra.  Y  mas  queremos,  que  la  tal  gracia  y 
"  revocación  sea  hecha  por  cierta  ciencia  del  Eomano  Pontífl- 
"  ce,  y  sellada  con  su  propia  mano:  y  si  aconteciere  que  por 
"  liviana  causa  se  hiciere  la  tal  revocación  y  derogación,  que- 
"  remos  que  las  tales  derogaciones  y  revocaciones  no  tengan 
"  ninguna  fuerza  ni  valor.  ítem  mandamos,  que  todos  y  cua- 
'  lesquiera  Patriarcas,  Primados,  Arzobispos,  Obispos  y  los 
"  demás  Prelados  de  las  Iglesias,  constituidos  por  todo  el  Or- 
"  be,  procuren  por  sí  propios  ó  por  otras  personas,  publicar  so- 
"  leinnemente  en  sus  Provincias,  Ciudades  y  Obispados  esta 
"  isuestra  Constitución,  ó  el  traslado  de  ella,  y  cuanto  en  sí 
"  fuere,  hacerlas  guardar,  apremiando  y  compeliendo  á  cua- 
''  lesquiera  contradictores  por  censaras  y  penas  eclesiásticas, 
"  pospuesta  toda  apelación;  agravando  las  censuras  y  penas, 
Tomo  vil  Literatura — 48. 


—378 
"  cuantas  veces  bien  visto  les  fuere;  invocando  para  ello  si 
"  fuere  menester,  el  auxilio  del  brazo  seglar:  no  obstante  cua- 
"  lesquiera  Constituciones,  Ordenaciones  Apostólicas  y  cua- 
"  lesquiera  cosas  que  parecieren  ser  contrarias.  Y  queremos, 
"  que  los  traslados  de  estas  nuestras  Letras  sean  impresos  y 
"  publicados  y  sellados  por  mano  del  Notario  público  ó  con  el 
"  sello  de  otro  cualquiera  de  la  Curia  Eclesiástica  ó  de  algún 
"  Prelado:  y  los  tales  traslados  queremos,  que  en  cualquier 
"  parte  y  lugar  que  fueren  publicados,  hagan  tan  entera  fé  y 
"  testimonio,  como  si  el  propio  original  faera  leido  y  publica- 
"  do.  ítem  rogamos  y  amonestamos  á  todos  los  Príncipes  de 
"  todo  el  Orbe,  á  los  cuales  es  permitida  la  potestad  del  gladio 
"  seglar  para  venganza  de  los  malos,  y  les  pedimos,  en  virtud 
"déla  Santa  Fé  Católica,  que  prometieron  guardar,  que  de- 
"  fiendan  y  pongan  todo  su  poderío  en  dar  ayuda  y  socorro  á 
"  los  dichos  Ministros  en  la  punición  y  castigo  de  los  dichos 
"  delitos  después  de  la  sentencia  de  la  Iglesia,  de  manera  que 
"  los  tales  Ministros  con  el  precidio  y  amparo  de  ellos,  feliz- 
"  mente  ejecuten  el  cargo  de  tan  grande  Oficio  para  gloria  del 
"  Eterno  Dios,  y  aumento  de  la  Religión  Cristiana;  porque  asi 
"  recibirán  el  incomparable  inmenso  premio,  que  tiene  apare- 
"  jado  en  la  compañía  de  la  eterna  beatitud,  para  los  que  de- 
"  tienden  nuestra  Santa  Fé  Católica.  Y  mandamos,  que  á  nin- 
"  guno  sea  lícito  rasgar  ó  contradecir  con  atrevimiento  teme- 
"  rario  esta  escritura  de  nuestra  Sanción,  Legación,  Estatuto, 
"  Jusion,  Ostentación  y  Voluntad.  Y  si  alguno  presumiere  ó 
"  intentare  lo  contrario,  sepa,  que  ha  incurrido  en  la  indigna- 
''  cion  de  Dios  todo  poderoso,  y  de  los  Bienaventurados  San 
"  Pedro  y  San  Pablo.  Dada  en  Eoma  en  San  Pedro,  á  primero 
"  dia  del  mes  de  Abril  del  año  de  la  Encarnación  del  Señor, 
"  mil  quinientos  y  sesenta  y  nueve  en  el  año  cuarto  de  nues- 
"  tro  Pontificado. 

For  ende  exhortamos  y  requerimos  al  diclio  señor  Tirey,  y  se- 
ñores A'rsoMs])osy  Obispos ,  y  señores  Presidentes  y  Oidores  de 
las  dichas  Audiencias  Reales,  y  á  vos  las  dichas  personas,  y  á 
cada  una  de  vos,  mandamos  en  virtud  de  santa  obediencia,  que 
guardéis  y  cumpláis  y  hagáis  guardar  y  cumplir  la  dicha  Cons- 
titución, y  denunciéis  y  hagáis  denunciar  ante  Nos,  ó  ante  niies- 
tros  Comisarios;  lo  que  supieredes,  6  hubieredes  oido  decir  cerca 
de  lo  en  ella  declarado:  y  contra  el  tenor  y  forma  de  ella  no  vais, 
ni  paséis,  ni  consintáis  ir,  ni  pasar,  solas  penas  en  la  dicha  Cons- 
titución contenidas.  JE n  testimonio  de  lo  cual,  dimos  la  presente 
firmada  de  nuestros  nomhres,  sellada,  con  el  sello  del  Santo  Oficio, 
y  refrendada  del  Secretario  del  ¡Secreto  de  él.  Dada  en  la  Inqui- 
sición de  los  Reyes  del  Perú  en  diez  y  nueve  de  Octubre  de  mil  se- 
tecientos y  treinta  y  siete  años. 


—379— 

Doctor  D.  Cristóbal  Sánchez  Calderón.  Licenciado  D.  Die- 
go de  Unda.  For  mandado  del  Santo  Oficio  de  la  Inquisición, 
D.  José  Toribio  Eoman  de  Aulestia. 

Habiéndose  acabado  la  lectura  de  la  Constitución  y  auto 
que  se  han  referido,  empezó  la  de  las  causas  de  los  reos  y  sus 
sentencias,  que  fueron  leidas  por  los  Secretarios  del  vSocreto, 
y  por  otros  Ministros  del  Santo  Tribunal;  y  ahora  reducidas 
á  mas  breve  compendio,  se  refieren  en  la  forma  siguiente: 

I. 

ISTicolasade  Cuadros,  alias  de  Mancilla,  mestiza,  natural  del 
pueblo  de  Guasta  en  la  Provincia  de  Cajatambo  de  este  Ar- 
zobispado, residente  en  esta  ciudad  de  Lima,  de  edad,  al  pare- 
cer de  cincuenta  años,  de  oficio  costurera  y  de  estado  soltera. 
Salió  al  auto  en  forma  de  penitente  con  Sambenito  de  media 
aspa,  coroza  de  supersticiosa,  soga  gruesa  al  cuello  y  vela  ver- 
de en  las  manos,  por  delito  de  superstición,  maleficio  y  sorti- 
legio, pacto  expreso  y  repetidas  invocaciones  del  Demonio 
para  tratos  ilícitos  y  otros  hechos,  que  la  constituian  en  vehe- 
mente sospecha  heretical.  Fué  sentenciada  á  que  saliese  al 
Auto  en  la  forma  expresada  y  que,  leida  su  sentencia  con  mé- 
ritos, abjurarse  de  vehementi,  fuese  absuelta  ad  cautelam,  gra- 
vemente advertida,  reprehendida  y  comminada,  reclusa  por 
tiempo  de  diez  años  á  servir  en  el  Beaterío  de  Nuestra  Seño- 
ra de  Copacabana,  de  Indias  doncellas,  consagradas  á  Dios 
con  ejercicios  de  ejemplar  virtud,  y  asi  mismo  á  que  en  el 
tiempo  referido  cumpliese  otras  penitencias  saludables  y  edi- 
ficativas,  y  el  dia  siguiente  al  Auto  le  fuesen  dados  doscien- 
tos azotes  por  las  calles  públicas  y  acostumbradas  de  esta 
ciudad;  y  se  declaró  haber  incurrido  en  perdimiento  de  la  mi- 
tad de  sus  bienes  aplicados  en  la  forma  ordinaria;  y  que  todo 
lo  expresado  se  ejecutase  sin  embargo  de  suplicación,  y  con 
la  impuesta  pena  de  ser  declarada  por  impenitente  relapsa. 

n. 

María  de  Silva,  zamba  esclava,  natural  de  la  ciudad  de  San- 
tiago del  reino  de  Chile,  de  edad  de  cincuenta  años,  de  oficio 
cocinera  y  de  estado  casada.  Salió  al  Auto  en  la  forma  que  la 
rea  antecedente,  por  iguales  delitos  de  supersticiones,  sortile- 
gios y  maleficios  amatorios  j  hostiles,  ejecutados  en  fuerza 
de  expreso  pacto  con  el  Demonio,  á  quien  para  estos  perni- 
ciosos efectos  invocaba.  Fue  sentenciada  a  que  saliese  en  el 
modo  y  aspecto  referido,  y  que,  leida  su  sentencia  con  méri- 
tos, abjurarse  (Ze  veliementi,  fuese  absuelta  ad  cautelam,  dester- 


—380— 
rada  al  presidio  de  Valdivia,  por  tiempo  de  diez  años,  en  que 
actuase  y  cumpliese  otras  espirituales  penitencias,  y  que  el 
día  siguiente  al  Auto  se  le  diesen  doscientos  azotes:  y  se  de- 
claró haber  incurrido  en  perdimiento  de  la  mitad  de  su  pecu- 
lio: todo  lo  cual  se  ejecutase  sin  embargo  de  suplicación,  y 
con  la  pena  de  ser  declarada  por  impenitente  relapsa. 

III. 

Silvestra  Molero,  alias  la  china  Silvestra,  cuarterona  de  mu- 
lato, natural  de  esta  ciudad,  de  edad  de  veinte  y  siete  años, 
de  estado  casada  y  de  ejercicio  costurera.  Salió  al  Auto  en  la 
forma  que  las  antecedentes,  i)or  continuados  sortilogios  y  ex- 
preso pacto  con  el  Demonio  para  efecto  de  ejecutar  varios 
maleficios  amatorios  y  hostiles,  enseñándolos  á  otras  mujeres, 
y  recibiendo  de  un  cómplice  en  iguales  delitos  diferentes  es- 
pecies para  los  usos  y  hechos  referidos,  y  para  el  continuo  gas- 
to de  otras  supersticiones,  cuya  expresión  se  omite,  porque 
hacerla  de  toda  la  historia  de  esta  rea,  fuera  hablar  en  la  Chi- 
na, que  en  parecidas  sombras  de  engaño  y  ceguedad,  con  asis- 
tencia y  dirección  del  mencionado  cómplice,  dio  adoración  y 
culto  al  tenebroso  ídolo  y  rindió  vasallaje  al  feroz  Tártaro, 
constituyéndose  por  tan  bárbara  acción  en  vehemente,  sospe- 
chosa, heretical.  Fué  condenada  á  que  saliese  como  las  prime- 
ras, y  que,  leyéndose  su  sentencia  con  méritos,  abjurase  de 
vehementi,  faese  absuelta  ad  cautelam,  y  desterrada  por  tiem- 
po de  ocho  años  á  la  ciudad  de  Guayaquil,  donde  cumpliese 
otras  penitencias  instructivas  y  saludables,  y  que  el  dia  si- 
guiente al  Auto  se  le  diesen  doscientos  azotes  por  las  calles 
públicas  y  acostumbradas  de  esta  ciudad;  y  se  declaró  haber 
incurrido  en  perdimiento  de  la  mitad  de  sus  bienes,  aplicados 
en  la  forma  ordinaria  á  la  cámara  y  fisco  de  Su  Magestad,  y  en 
su  nombre  al  Eeceptor  general  del  Santo  Oficio;  y  asi  mismo 
se  mandó  que  todo  lo  expresado  se  cumpliese  y  ejecutase  sin 
embargo  de  suplicación,  y  con  la  pena  referida  de  ser  declara- 
da por  impenitente  relapsa. 

lY. 

Catalina  de  Cifuentes,  alias  Bohorques,  meztiza,  natural  de 
esta  ciudad,  de  edad  de  diez  y  ocho  años,  de  estado  soltera  y 
de  ejercicio  lavandera.  Salió  con  las  mismas  insignias  que  las 
otras  por  los  delitos  de  superstición,  sacrilegio  y  blasfemia  he- 
retical, tedio  y  aborrecimiento  á  Dios  ÍTuestro  Señor  y  á  lá 
Santísima  Virgen,  dando  x)or  causa  y  principio  de  su  cegue- 
dad haber  nacido  tuerta  de  un  ojo,  y  que  por  vengarse  de  Dios 


—381  - 
que  la  habia  eriado  con  aquel  defecto,  y  sin  él  á  una  compe- 
tidora suya;  deseaba  que  todos  le  ofendiesen  faltando  al  cum- 
plimiento de  su  Santa  Ley,  como  ella  lo  ejecutaba  haciendo 
confesiones  sacrilegas  á  fin  de  escusarle  á  su  Divina  Majes- 
tad el  gozo  que  tuviera  de  su  salvación;  reflexiones  diabólicas, 
por  cuya  horrible  atrocidad  que  la  hacia  gravemente  sospe- 
chosa en  la  Fe,  fué  seutenciada  á  que  saliese  al  Auto  en  la 
forma  referida,  abjurase  de  vehementi,  fuese  absuelta  ad  cau- 
telam,  y  reclusa  por  tiempo  de  dos  años  en  un  recogimiento, 
donde  cumpliese  otras  señaladas  penitencias,  y  fuese  instrui- 
da en  los  Misterios  de  nuestra  Santa  Fó  Católica,  y  que  el  dia 
siguiente  se  le  diesen  doscientos  azotes;  todo  lo  cual  se  ejecu- 
tase sin  embargo  de  suplicación,  y  con  pena  de  ser  declarada 
por  impenitente  relapsa:  y  por  justos  motivos  se  le  relevó  de  la 
de  azotes  que  le  habia  sido  impuesta;  y  se  declaró  haber  in- 
currido en  perdimiento  de  la  mitad  de  sus  bienes,  aplicados 
en  la  f orín  a  ordinaria. 

V. 

María  Antonia  de  Suazo,  negra  esclava,  criolla  de  esta  ciu- 
dad, de  edad  de  veinte  años  y  de  estado  soltera.  Salió  en  la 
forma  que  las  primeras  y  antecedentes  reas,  i)or  haberlo  sido 
de  las  mismas  culpas  de  superstición,  sortilegio,  maleficio  y 
expreso  pacto  con  el  Demonio;  y  por  ellas  fué  sentenciada  á 
que  saliese  como  las  demás,  y  que,  leyéndole  su  sentencia  con 
méritos,  abjurase  de  vehe^nenti,  fuese  absuelta  ad  oautelam, 
gravemente  advsrtida,  reprehendida  y  conminada,  desterra- 
da por  tiempo  de  cinco  años  al  valle  de  la  lí^asca,  y  en  jíerdi- 
miento  de  la  mitad  de  su  peculio,  que  se  aplicase  en  la  forma 
ordinaria,  y  que  el  dia  siguiente  al  Auto  se  le  diesen  doscien- 
tos azotes  i)or  las  calles  públicas  y  acostumbradas  de  esta  ciu- 
dad, y  todo  lo  expresado  se  ejecutase  sin  embargo  de  supli- 
cación, y  con  la  impuesta  pena  de  ser  declarada  por  impeni- 
tente relapsa. 

VI. 

Feliciano  Canelas,  alias  Ayanque,  cuarterón  de  mulato,  na- 
tural y  vecino  de  esta  ciudad,  de  condición  libre,  de  estado 
viudo,  de  oficio  tintorero  y  de  edad  de  sesenta  y  tres  años;  es- 
pacio y  tiempo,  que  intituló  el  Príncipe  de  los  poetas  líricos 
dé  España: 

Climatérico  lustro  de  la  vida, 

JEn  cuya  presurosa,  fatigada  carrera 

Todo  mal  afirmado  pié  es  caída, 

Toda  fácil  caida  es  precipicio. 


—382— 

Pero  la  torpe  ceguedad  de  este  reo  la  pasaba  con  ímpetu 
violento  corriendo  mas  fatal  peligro,  como  cantaba  el  mismo 
Cisne  del  undoso  Betis. 

En  seguir  sombras,  y  cibrazar  engaños;  pues,  habiendo  sido 
otras  dos  veces  penitenciado  por  este  mismo  Santo  Tribunal 
volvió  6'  continuar  en  los  graves  delitos  de  superstición,  pac- 
to y  maleficio,  en  cuyo  arte  diabólico  se  tenia  por  Maestro, 
ejecutando  varios  hechos  inductivos  de  vehemente  sospecha 
heretical;  y  en  atención  á  ella  fue  sentenciado  a  que  saliese  á 
este  Auto  en  forma  de  penitente  con  Sambenito  de  media  as- 
X)a,  coroza  de  sortilegio,  soga  gruesa  y  vela  verde,  y  que  des- 
pués de  leida  su  sentencia  con  méritos,  abjurarse  de  veliementi, 
fuese  absuelto  ad  cautelam,  y  recluso  por  tiempo  de  diez  años 
en  el  hospital  del  Eefugio  de  Incurables  de  esta  ciudad,  don- 
de fuese  obligado  á  cumplir  otras  espirituales  penitencias,  y  á 
instruirse  en  los  Misterios  de  laFé,  y  que  al  siguiente  dia  se  le 
diesen  por  las  calles  públicas  y  acostumbradas  doscientos  azo- 
tes, de  cuya  pena  se  le  relevó  por  justos  motivos,  declarando 
haber  incurrido  en  la  del  perdimiento  de  la  mitad  de  sus  bie- 
nes, y  (en  virtud  de  la  nueva  abjuración)  a  que  cumpliese  to- 
das las  impuestas,  ó  fuese  declarado  i)or  impenitente  relapso 
en  los  delitos  á  que  no  pudieron  dar  color  los  tintes  de  que 
usaba  en  su  antiguo  y  público  ejercicio. 

YII. 

José  Calvo,  alias  el  Chico,  negro  esclavo,  natural  del  puer- 
to del  Callao,  de  estado  soltero,  de  edad  de  mas  de  cincuenta 
años  y  de  ejercicio  carretonero.  Salió  al  Auto  en  la  forma  que 
el  reo  antecedente,  por  ser  tan  parecidas  las  culpas  de  uno  y 
otro,  que,  dejándolos  ellas  semejantes  al  carretón  que  el  pre- 
sente penitenciado  conducía,  y  arrastrándolos  por  lo  que  los 
tiraban,  se  hacian  siempre  a  la  carga  de  cuanto  en  sus  delitos 
era  gravedad,  pero  nunca  se  hallaban  cargados  de  razón,  cau- 
sando su  defecto  que  fuesen  de  vacio.  Ambos  por  semejantes, 
eran  amigos;  pero  aun  corriendo  bien,  andaban  mal,  y  asi  vi- 
nieron á  parar  en  que  este  como  el  otro  fue  sentenciado  por 
sus  sortilegios,  supersticiones,  maleficios  y  expreso  pacto  con 
el  Demonio,  á  quien,  acompañado  de  otra  cómplice,  dio  va- 
rias veces  culto  y  adoración,  á  que  abjurase  de  veliement%  fue- 
se absuelto  ad  caatelam,  gravemente  advertido,  reprehendido 
y  conminado,  y  después  desterrado  por  tiempo  de  diez  años  á 
la  isla  vecina  al  puerto  del  Callao  á  cortar  piedra,  sirviendo  al 
Eey  Nuestro  Señor  á  ración  y  sin  sueldo:  y  porque  entre  ans 
penas  no  padeciese  la  de  haber  perdido  en  el  tiempo  de  su 
trabajosa  ociosidad  el  azote  de  que  usaba  al  tirar  el  carretón, 


—383— 
se  le  dieron  doscientos  por  mano  del  verdugo  el  dia  siguiente 
al  Auto  por  las  calles  públicas  por  donde  le  tiraba,  y  se  decla- 
ró en  su  sentencia  (en  que  se  le  mandaron  imponer  otras  pe- 
nitencias saludables)  haber  incurrido  en  perdimiento  de  la 
mitad  de  su  peculio,  que  se  mandó  aplicar  en  la  forma  ordina- 
ria, y  que  todo  lo  referido  se  ejecutase  con  las  expresiones 
contenidas  en  la  relación  sumaria  de  la  causa  del  antece- 
dente. 

YIII. 

Juan  Bautista  Yera,  alias  de  Villavicencio:  alias  Fernan- 
dez de  Guzraan,  natural  de  la  ciudad  y  puerto  de  Santa  María, 
de  edad  de  treinta  y  siete  años,  de  estado  casado  y  de  ejerci- 
cio tratante  en  mercancia.  Salió  en  forma  de  penitente  con 
coroza,  en  cuya  redondez  se  representaban  simbólicas  seííales 
de  casado  dos  veces,  y  asi  mismo  soga  y  vela  verde,  por  ha- 
berse probado;  que  habiendo  contraido  matrimonio  en  la  ciu- 
dad de  Jerez  de  la  Frontera,  y  teniendo  en  su  legítima  y  pri- 
mera mujer  dos  hijos,  volvió  á  casarse  segunda  vez  en  esta  de 
Lima,  valiéndose  para  este  efecto  de  él  prevenido  y  cautelo- 
so engaño  de  los  supuestos  apellidos  que  al  principio  queda- 
ron insinuados.  Fue  sentenciado  á  que  saliese  al  Auto  en  la 
forma  referida,  abjurase  de  levi,  y  el  dia  siguiente  se  le  diesen 
doscientos  azotes  por  las  calles  públicas  y  acostumbradas  de 
de  esta  ciudad,  y  fuese  desterrado  de  ella  por  tiempo  de  cinco 
años  al  castillo  de  Ohagre,  donde  sirviese  á  Su  Magestad  por 
el  tiempo  referido  á  ración  y  sin  sueldo,  y  después  fuese  con- 
ducido á  la  dicha  ciudad  de  Jerez  de  la  Frontera.  Y  en  cuan- 
to al  vínculo  del  matrimonio  se  remitió  al  Juez  Ordinario  Ecle- 
siástico, que  de  la  causa  pudiese  y  debiese  conocer.  Y  asi  mis- 
mo se  mandó  que  todo  lo  expresado  se  cumpliese  sin  embar- 
go de  suplicación. 

IX. 

Juan  Antonio  Pereira,  natural  de  la  villa  de  Aponte  en  la 
provincia  de  Abeyro  del  Eeyno  de  Portugal,  en  el  Obispado 
de  Lamego,  de  edad  de  cuarenta  y  cuatro  años,  de  estado  sol- 
tero y  de  ejercicio  corredor  de  compras  y  ventas  mercantiles. 
Salió  al  viuto  en  forma  de  penitente  con  Sambenito  de  media 
aspa,  coroza,  soga  y  vela  verde,  por  haber  proferido  varias 
proposiciones  judaicas,  blasfemas,  irrisorias  y  heréticas,  que  le 
constituían  en  vehemente  sospecha  en  la  Fé;  pues,  censuran- 
do con  irreverente  desahogo  el  recto  proceder  del  Santo  Ofi- 
cio contra  los  judaizantes,  se  habia  mostrado  observante  déla 
Ley  de  Moyses  empeñándose  en  persuadir  ser  la  verdadera,  y 
la  Pasión  de  Cristo  Señor  Nuestro  fabulosa,  juntando  á  ésta 


—384— 
otras  proposiciones  que  le  man  ií  estaban  formal  judaizante,  y 
por  ellas  fue  sentenciado  á  que  saliese   á  este  Auto  en  la  for- 
ma expresada,  y  leidasu  sentencia,  abjurase  de  veliementi,  fue- 
se absuelto  ad  cautelam^  gravemente  advertido  y  comminado, 
y  que  el  dia  siguiente  se  le  diesen  por  las  calles  publicas  y 
acostumbradas  de  esta  ciudad  á  voz  de  pregonero,  que  fuese 
publicando  su  delito,  doscientos  azotes,  y  que  después  saliese 
desterrado  por  tiempo  de  diez  años   al  presidio  de  Valdivia, 
donde  sirviese  á  Su  Magestad  á  ración  y  sin  sueldo,  y  cum- 
pliese otras  penitencias  instructivas  de  los  Misterios  de  nues- 
tra Santa  Fó,  y  conducentes  á  su  corrección;  y  se  declaró  ha- 
ber incurrido  en  perdimiento  de  la  mitad  desús  bienes  aplica- 
dos en  la  forma  ordinaria  á  la  cámara  y  fisco  de  su  Magestad, 
y  en  su  nombre  al  Eeceptor  general   del  Santo  Oficio,  y  .«e 
mandó  cumpliese  este  reo  todo  lo  referido  sin  embargo  de  su- 
plicación, y  con  pena  de  ser  declarado  por  impenitente   re- 
lapso. 

Oh!  quiera  Dios  por  su  misericordia,  que  ostentándose  en 
todos  estos  reos  verdadera  y  fiel  la  Penitencia,  se  corone  con 
la  perseverancia,  para  causar  al  ciclo  aquella  nueva  y  célebre 
alegrí^^  que  excede  á  la  que  en  él  infunde  la  inocencia!  En  cu- 
ya atención,  preguntando  el  doctísimo  Padre  Andrés  Pinto 
en  su  admirable,  discreta  y  elegante  Philallelia  cual  fuese  mas 
hermoso  y  agradable  espectáculo  á  los  ojos  de  Dios,  Adán 
inocente  ó  penitente,  resuelve  con  eficaces  y  sólidas  razones 
á  favor  de  la  penitencia,  siendo  esta  ilustre  virtud  la  que  no 
solo  vuelve  á  una  alma  al  primer  estado  de  la  inocencia  en 
que  se  hallaba  antes  de  la  culpa,  sino  que  la  eleva  á  otro  me- 
jor, restituyéndola  aquella  gracia  que  perdió  por  el  delito,  y 
aumentando  la  otra  nueva  y  superior  por  el  mérito  del  arre- 
pentimiento. 

Omnia  siib  cerrectioni  Sanctce  Romance  JEcclesicB. 


RELACIÓN 

Del  auto  particular  de  fe,  que  el  Santo  Oficio  de  la  In- 
quisición de  esta  corte  celebró  en  la  iglesia  de  Nuestro 
Padre  Santo  Domingo,  el  dia  diez  y  nueve  de  Octubre 
de  mil  setecientos  cuarenta  y  nueve,  y  breve  noticia  de 
la  ruina  y  estrago  que  padecieron  la  capilla  y  casas 
del  Santo  Tribunal,  el  dia  veintiocho  de  Octubre  de 
mil  setecientos  cuarenta  y  seis,  con  el  grande  terre- 
moto, que  á  las  diez  y  media  déla  noche  experimentó 
esta  ciudad  de  Lima,  corte  del  Perú,  que  escribe  Don 
José  Ensebio  de  Llano  y  Zapata. 

Eodem  ordine,  quo  Deusopntra  primos' 
patentes  processit,  juridicé  etiam  proee- 
dunt  Inquisidores  contra  liceresis  labe  in- 
fectos.   Param.  lib.  I,  tít.  2,  cap.  2,  u.  1. 


Así  esta  como  todas  las  demás  funciones  que  el  Santo  Tri- 
bunal celebra,  han  sido  siempre  unos  hechos  en  que  se  vincu- 
lan á  la  posteridad  el  celo  y  el  ejemplo,  y  unos  actos  en  que 
la  misma  fé  que  le  exalta  se  hace  el  triunfo  de  la  religión  que 
le  guarda.  Sin  ella,  es  cierto,  sería  cadáver  de  profesión  la 
creencia,  y  quedaría  sin  carácter  la  vitalidad  del  concepto.  Y 
aun  el  ascenso  del  entendimiento,  en  velz  de  ilustrarse  con  la 
luz  de  la  verdad,  se  oscurecerla  con  las  tinieblas  del  error,  con 
que  á  instancins  de  la  malicia,  ó  á  violencias  de  la  ceguedad 
se  aparta  de  la  obligación  de  la  ley;  sin  advertir  que  delira  la 
Tomo  vii.  Literatura — 49 


—386— 
razón  cuando  está  discorde  con  el  juicio,  y  que  la  voluntad 
anda  violenta,  cuando  no  se  sujeta  á  la  facultad  que  le  dirige, 
precipitándose  á  un  abismo  de  malicias  la  memoria,  que  de- 
posita las  ideas,  y  el  discurso,  que  investiga  las  verdades. 

Por  estas  sagradas  preeminencias,  que  se  formaron  como 
atributos  al  candor  y  decoro  de  Ja  fé,  y  como  una  clara  exce- 
lencia de  su  virtud  y  su  pureza,  se  han  hecho  sus  celosos  Mi- 
nistros el  mas  venerado  simulacro  del  respeto  en  la  actuación 
de  su  empleo,  y  la  mas  viva  imagen  del  cuidado  en  el  desem- 
peño de  su  cargo.  Constante  prueba  de  esta  verdad  fué  la  he- 
roica resolución  con  que  la  ncche  28  de  Octubre  de  746,  cuan- 
do esta  ciudad,  á  ías  diez  y  media,  hecha  padrón  de  la  lásti- 
ma, y  monumento  de  la  tragedia,  perdió  sus  suntuosos  edifi- 
cios y  crecido  número  de  sus  habitantes  á  causa  del  grande 
terremoto  que  la  destruyó,  uno  de  sus  mas  vigilantes  jueces 
atropellando  todo  linaje  de  peligros,  por  medio  de  rninas  y 
desmontes  entró  á  las  cárceles  secretas,  inundadas  ya  con  la 
reventazón  de  una  acequia,  que  inmediata  á  ellas  corria.  Y 
sacando  de  sus  calabozos  á  los  reos,  que  libres  del  estrago  que 
ocasionó  el  terremoto  en  sus  encierros,  casi  naufragaban  con 
aquella  casual  inundación,  los  entregó  á  los  Secretarios  y  Mi- 
nistros, para  que  los  depositasen  en  los  lugares  que  por  la  fa- 
talidad del  tiempo  les  destinaba  su  prudencia,  que  constante 
en  el  mayor  conflicto  hizo  de  los  peligros  advertencias,  y  de 
las  confusiones  reparos. 

El  dia  siguiente,  que  fué  el  29,  recelándose  justamente  no 
acabase  al  continuo  movimiento  de  arruinarse  la  capilla  del 
Santo  Tribunal,  y  quedase  entre  sus  desmontes  sepultado  el 
Tabernáculo,  en  que  se  veneraba  el  augusto  Sacramento  del 
Altar;  mandó  el  Señor  Visitador  romper  las  cerraduras  del 
Sagrario,  para  que  extraída  la  Custodia  y  vaso  con  las  sagra- 
das Formas  se  colocasen  en  lugar  donde  fuese  mas  reparable 
el  peligro  y  menos  inminente  la  ocasión.  Como  así  se  ejecutó, 
haciéndose  la  traslación  al  patio  de  la  casa  primera  del  Tri- 
bunal, sitio  que  se  tuvo  por  el  mas  decente  en  aquella  gene- 
ral consternación.  A  poco  rato  el  mismo  Señor  Visitador  re- 
vestido de  sobrepelliz,  capa  de  coro  y  estola,  tomó  en  las  ma- 
nos (después  de  haber  besado  de  rodillas  la  tierra(  el  venera- 
ble Sacramento.  T  alternando  himnos  y  salmos  con  el  ejem- 
plar clero  del  Oratorio  de  San  Felipe  ISTeri,  que  con  sobrepelli- 
ces y  luces  en  las  manos  le  acompañaba  en  acto  tan  tatólico, 
traslado  á  todo  un  Dios  Sacramentado  á  la  iglesia  de  San 
Pedro,  donde  hasta  hoy  se  guardan  en  depósito  la  Custodia  y 
vaso. 

Quedaron  tan  aniquiladas  sus  tres  suntuosas  casas  y  mag- 
nífica capilla,  que  mas  será  su  descripción  objeto  de  la  lásti- 


—387— 
ma,  que  asunto  de  la  historia  su  noticia.  La  casa  primera,  cu- 
ya portada  era  de  piedra  con  columnas  de  mas  de  cuatro  va- 
ras de  alto,  de  una  pieza  á  la  toscana,  que  se  dividieron  en 
varias  partes,  destrozados  sus  pedestales,  chapiteles  y  corni- 
sas, perdió  su  hermosura,  haciéndose  despojo  de  lamina.  El 
arco  de  la  primera  entrada,  sin  desprenderse  de  su  clave,  se 
íibrió  de  una  columna  á  otra  de  sus  basas,  formáudose  de  uno, 
dos.  Las  columnas  de  madera  y  las  de  cal  y  ladrillo,  que  sos- 
tenían los  cubiertos  y  galerías  de  las  viviendas  altas  de  este 
edificio,  cortándoles  las  unas  y  perdiendo  su  perpendículo  las 
otras,  se  inclinaron  hacia  la  tierra;  y  hoy  se  ven  casi  fuera  de 
sus  basas.  La  escalera  principal  padeció  total  ruina  con  el  pe- 
so de  una  pared  de  vara  de  grueso  y  doce  de  alto,  que  desde 
la  casa  de  en  medio,  viniendo  sobre  ella,  desbarató  su  curiosa 
y  bien  ordenada  fábrica.  La  grande  pila  de  piedra,  que  her- 
moseaba el  medio  de  su  espacioso  cuadrado  patio  se  destrozó, 
de  modo  que  sacudiéndose  la  taza  superior  de  la  pilastra  en 
que  se  mantenía,  se  embutió  en  una  de  las  estrias  de  la  infe- 
rior. 

La  casa  de  en  medio  y  las  columnas  de  piedra  de  una  piesa 
con  mas  de  cinco  varas  de  alto  y  una  y  media  de  grueso,  so- 
bre que  se  mantenían  los  entresuelos  de  los  corredores  de  sus 
habitaciones  altas,  con  la  singular  escalera  de  piedra  labrada 
por  donde  se  subia  á  ellas,  se  aniquiló,  demoliéndose  lo  mas 
hermoso  de  sus  fábricas,  que  componían  la  portería,  sala  de 
audiencia,  cámara  del  secreto,  archivo,  cárceles  secretas,  pie- 
sa de  libros  prohibidos,  contaduría  y  receptoría. 

Parte  de  la  cerca  de  la  magnífica  capilla  se  rompió  por  su 
grueso,  descoronándose  la  portada.  Pero,  por  la  cabecera  con 
fuertes  cuerdas  se  ha  sujetado  el  curioso  retablo  de  delicada 
escultura  de  cedro  (en  que  estaba  colocado,  y  quedó  sin  lesión 
alguna  el  primoroso  bulto  de  San  Pedro  Mártir,  titular  de  la 
capilla  y  patrón  de  el  Santo  Oficio)  para  que  no  acabase  á  las 
injurias  del  tiempo,  el  que  habia  empezado  á  destruirse  á  vio- 
lencias del  terremoto. 

La  tercera  casa,  que  era  de  acomodadas  viviendas,  alta  y 
baja,  y  que  con  todas  sus  oficinas  y  espaciosos  salones,  com- 
petía en  la  grandeza  á  las  dos  anteriores,  se  destruyó  con  tan 
violenta  y  repentina  confusión,  que  apenas  pudo  escapar  del 
último  peligro  de  la  vida  (1)  uno  de  los  señores  Inquisidores, 
que  vivia  en  ella,  aunque  quedó  bastantemente  maltratado 
entre  sus  desmontes  con  varios  familiares  suyos,  que  después 
se  desenterraron  vivos;  habiendo  perecido  uno  entre  las  rui- 
nas, como  efecto  del  estrago. 


[1]     El  Inquisidor  D.  Mateo  de  Amusquibar. 


—388— 

Ija  casa  del  Alcaide,  que  siendo  colateral  á  las  del  Santo 
Oficio,  ocultamente  se  comunica  con  las  cárceles  secretas,  se 
demolió  del  todo,  quedando  sus  viviendas  por  los  suelos,  y  ca- 
si sepultados  los  que  ocupaban  las  habitaciones.  Los  demon- 
tes y  ruinas  de  estos  edificios  por  partes  igualaban  las  cejas 
de  sus  mas  elevadas  cercas,  y  por  partes  casi  cubrían  sus  mas 
altas  ventanas,  sosteniendo  la  máquina  de  lo  arruinado  lo  dé- 
bil de  lo  ruinoso. 

Los  balcones,  que  servían  de  un  hermosísimo  prospecto  y 
magestuosa  vista  á  los  salones,  que  terminaban  á  la  calle,  vo- 
laron deshechos  á  la  bellísima  plazuela,  que  además  de  her- 
mosearse con  la  costosa  y  lucida  fábrica  de  la  Eeal  Universi- 
dad y  otros  considerables  edificios,  tenia  como  una  de  sus 
mayores  grandezas  las  tres  opulentas  casas  y  manífica  capilla 
del  Santo  Tribunal,  cuyos  cubiertos,  alquitrabes,  jjuertas,  ga- 
lerías, ventanas  y  primoroso  menaje  se  destrozaron  de  modo, 
que  no  fué  posible  sacar  alguna  pieza  libre  del  estrago.  Y  aun 
no  habi a  convalecido  de  los  notables  daños  y  perjuicios,  que 
con  el  temblor  de  687  esperimentaron  sus  edificios  (habiéndo- 
se aumentado  cada  dia  con  la  esterilidad  la  diminución  de  sus 
rentas  en  sus  posesiones,  fincas  y  canongías)  cuando  renova- 
do el  mal  y  casi  insanable  con  la  presente  ruina,  se  ha  consti- 
tuido en  sistema  tan  lastimoso,  que  ya  no  se  haya  en  disposi- 
ción de  poder  satisfacerlos  salarios  de  los  que  sirven  sus  pre- 
cisas plazas.  Circunstancias,  que  hacen  como  imposible  su  re- 
posición á  otros  hombros  menos  fuertes,  que  los  del  Rey  ISTues- 
tro  Señor  (que  Dios  guarde)  su  patrón,  respecto  de  necesitarse 
de  un  millón  de  pesos  para  la  reparación  de  rentas  y  edificios, 
suprimidas  las  viviendas  altas,  por  no  permitirlas  un  país  tan 
sugeto  á  la  continua  plaga  de  temblores.  Y  siendo  preciso, 
que  las  cárceles  secretas  de  niugun  modo  estén  expuestas  á 
contingencias  de  la  curiosidad,  ni  á  malicia  de  la  astucia,  será 
indispensable  formar  nuevo  plan  muy  diverso  del  antiguo. 

Los  señores  Consejero,  Visitador  é  Inquisidor  comprehen- 
didos  como  los  demás  habitantes  de  Lima,  en  igual  tragedia 
se  retiraron  á  la  Huerta  del  Real  y  mayor  colegio  de  San  Fe- 
lipe: donde  experimentando  las  incomodidades  que  el  calami- 
toso tiempo  ofrecía,  pasaron  entre  barracas  y  toldos  de  cam- 
paña la  mayor  parte  de  la  ardiente  estación  del  año,  hasta 
que  en  sus  patios,  donde  hoy  se  mantienen,  pudieron  formar- 
se unas  cortas  viviendas  de  cañas  y  madera,  que  estrechamen- 
te habitan. 

Y  para  que  los  negocios  del  Tribunal  continuasen  y  no  se 
retardase  el  mas  pronto  expediente  de  los  despachos,  con  ha- 
berse demolido  las  salas  de  sus  audiencias;  de  la  Cámara  del 
Secreto,  se  hizo  sala  de  audiencia  publicaj  y  del  archivo,  Cá- 


—aso- 
mara del  Secreto,  con  la  eutrarla  por  el  jardin,  donde  salen  los 
señores  y  ministros,  cnando  á  tiempo  de  Tribunal  repiten  las 
concusiones,  que  la  tierra  en  este  país  padece  tíin  continuadas. 
En  el  sitio  en  que  antes  estal)a  la  Salita  de  Audiencia,  don- 
de concurrían  separados  los  reos  á  sus  confesiones,  se  han  te- 
jido de  cañas  y  madera  unas  pequeñas  habitaciones,  que  ocu- 
pan dos  Secretarios,  que  para  respeto  del  lugar  residen,  como 
custodios  de  las  casas,  habiéndose  gastado  i3ara  ello  crecida 
cantidad  de  pesos  en  rebajar  las  paredes  ruinosas  y  desemba- 
razarlas entradas  y  patios  de  los  montes  de  tierra,  destroza- 
dos maderos  y  demolidas  columnas,  que  impedían  el  ])aso  á 
los  Ministros,  cuando  en  los  dias  que  son  de  Audiencia  asis- 
ten al  Tribunal. 

Eepuestos,  pues,  algunos  calabozos,  quo  en  las  cárceles  se- 
cretas se  demolieron  con  el  terremoto,  se  restituyeron  á  sus 
tenebrosos  encierros  los  reos,  que  en  otros  lugares  se  guarda- 
ban en  depósito.  Y  concluidos  los  procesos  de  sus  méritos  y 
causas  (habiéndose  antes  por  el  carácter  de  sus  personas  y  na- 
turaleza de  sus  delitos,  penitenciado  secretamente  siete  reos) 
determinaron  los  señores  celebrar  con  ellos  el  dia  19  de  octu- 
bre Auto  particular  de  fé  en  la  Iglesia  de  Santo  Domingo.  Y 
para  que  la  función  se  practicase  con  la  mayor  solemnidad  quo 
se  deseaba,  el  señor  Inquisidor  menos  antiguo  pasó  el  dia  14 
al  palacio  del  Excmo.  señor  Ooude  de  Super-Unda,  Virey  de 
estos  Eeynos,  quien  informado  de  lo  que  se  trataba  ejecutar 
con  los  apóstatas  y  enemigos  de  nr.estra  Santa  Fé  Católica, 
mandó  que  sus  soldados  y  guardias  estuviesen  á  las  órdenes 
de  los  señores  del  Santo  Tribunal. 

El  siguiente  dia,  que  fué  el  15,  Don  José  de  Arezcurenaga, 
Secretario  mas  antiguo  del  Secreto  puso  en  noticia  del  E.P.  F. 
Bernardo  Dávila,  Prior  del  Convento  Grande  de  Predicadores, 
la  comisión  que  llevaba  de  los  señores  Inquisidores  para  la  ce- 
lebridad del  Auto  particular  de  Fé,  que  hablan  determinado 
hacer  en  su  Iglesia  de  ISTuestro  Padre  Santo  Domingo,  como 
era  de  costumbre.  Y  al  punto  con  la  orden,  que  para  ello  dio 
el  R.  P.  Prior  se  previno  el  magestuoso  templo  de  los  apara- 
tos necesarios  para  el  cumplimiento  de  la  función  que  se  es- 
peraba. 

El  dia  16  Don  Andrés  de  Muguruza,  IS^uució  y  Alcaide  del 
Santo  Tribunal,  vestido  de  terciopelo  negro  á  lo  militar,  con 
costosa  venera  y  hábito  del  Santo  Oficio,  y  montado  en  un  ge- 
neroso bruto  vistosamente  enjaezado,  hizo  publicar  por  las 
esquinas  y  calles  que  hablan  de  ser  tránsito  preciso  á  la  pro- 
cesión de  reos,  el  pregón  siguiente:  que  decia  así  en  voz  del 
pregonero. 

Manda  el  Santo  Oficio  de  la  Inquisición^  que  todos  los  vecinos 


-390— 
y  habitadores  de  las  casas,  y  tiendas  de  las  calles,  que  corren  des- 
de dicho  Santo  Oficio  hasta  la  Iglesia  de  Santo  Domingo,  las  lini- 
2)ien  y  barran  para  el  Domingo  19  del  presente  mes  de  Octubre, 
en  que  ha  de  ser  la  Procesión  del  Auto  particular:  pena  de  diez 
pesos,  y  otras  arbitrarias. 

En  este  mismo  día  el  Licenciado  Don  Bernardino  Fernan- 
dez Quijano,  Presbítero,  portero  del  Santo  Oficio,  hizo  el  con- 
vite de  parte  de  los  señores  á  toda  la  nobleza  de  esta  ciudad, 
para  que  precediendo  la  solemnidad  del  juramento,  que  en  se- 
mejantes ocasiones  se  acostumbra,  viniesen  con  insignias  de 
Ministros  y  Familiares  á  autorizar  la  función  cori  sus  perso- 
nas, como  lo  ejecutaron  todos  los  mas  calificados  y  distingui- 
dos sujetos,  acreditando  con  su  asistencia  el  zelo  de  la  Reli- 
gión y  el  culto  que  se  debe  al  Santo  Tribunal  de  la  Fé  en  ve- 
nir con  las  órdenes  de  sus  sagrados  y  venerables  jueces  y  mi- 
nistros. 

El  dia  18  Don  Andrés  de  Muguruza  con  las  mismas  insig- 
nias, y  tren,  que  se  acabó  de  expresar,  publicó  á  voz  del  pre- 
gonero en  todas  las  calles  acostumbradas  el  pregón,  que  es 
del  tenor  que  se  sigue: 

Manda  el  Santo  Oficio  de  la  Inquisición,  que  ninguna  persona 
de  cualquier  estado,  calidad  ó  condición  que  sea,  pueda  detenerse 
en  coche,  calesa,  ni  caballería,  ni  que  embarase  con  mesas,  ni  es- 
caños el  centro  de  las  calles,  que  corren  desde  la  Inquisición  d  la 
Iglesia  de  Santo  Domingo,  ni  atraviese  la  Procesión  en  parte  al- 
guna á  laida,  ni  d  la  vuelta,  mañana  19  del  corriente,  en  que  ha 
de  celebrar  Auto  particular  de  Fé.  Y  también  que  ni  en  dicho 
dia,  ni  en  el  de  los  azotes  sea  osado  alguno  á  tirar  á  los  reos  man- 
zanas, piedras,  naranjas,  ni  otra  cosa  alguna:  pena  de  cien  pesos 
ensayados,  siendo  español,  el  que  contraviniere;  y  de  diez  pesos,  y 
cuatro  días  de  cárcel,  con  las  demás,  que  tuviere  ]>or  convenientes, 
siendo  de  otra  casta. 

Cumplidas  estas  prevenciones  con  la  formalidad  y  circuns- 
pección con  que  el  Santo  Tribunal  solemniza  sus  hechos,  lle- 
gó el  dia  19  que  se  destinó  para  la  celebridad  del  Auto.  La 
curiosidad,  que  siempre  madruga,  en  esta  ocasión  parece,  que 
veló.  íío  había  calle  donde  antes  del  amanecer  no  se  viese  el 
numeroso  concurso  de  las  gentes,  que  se  encaminaban  á  la 
Iglesia  de  Santo  Domingo,  Plaza  mayor  y  casas  del  Tribunal. 
En  las  cercanías  de  los  vecinos  pueblos  también  fué  grande 
la  tropelía  de  ios  que  atraídos  de  la  novedad  se  condujeron  a 
esta  corte.  En  menos  de  tres  horas  ocuparon  las  calles,  por 
donde  se  había  de  encaminar  la  procesión,  mas  de  trinta  mil 
personas  de  todo  sexo.  Y  á  no  haber  los  soldados  que  guar- 
daban las  boca-calles,  observado  puntualmente  el  orden,  que 
se  les  dio,  para  desembarazar  el  paso,  se  hubiera  hecho  inac- 


—sol- 
cesible  el  tránsito  á  causa  de  la  confusión  de  los  que  entraban 
y  salían. 

Serían  ya  como  las  siete  y  media  de  la  mañana,  cuando  los 
Títulos,  Mayorazf^os,  y  Caballeros  de  las  Ordenes  Militares 
vestidos  todos  de  gala  y  honrosamente  decorados  con  las  in- 
signias de  Vener,  y  hábito  del  Santo  Oflcio  ocurrieron  á  la 
casa  de  enmedio  del  Tribunal,  para  acompañar  en  la  proce- 
sión á  los  señores  Inquisidores,  como  sus  ministros  y  familia- 
res. Luego  que  se  juntaron  todos  los  Oficiales,  Secretarios  y 
Ministros,  Don  Andrés  de  Muguruza,  alcaide.de  las  cárceles 
secretas  comenzó  á  sacar  de  los  calabozos  á  los  reos,  llaman- 
do á  cada  uno  por  su  nombre,  según  la  lista,  que  de  ellos  te- 
nia: de  los  que  con  otra  nómina,  que  también  los  expresaba, 
se  hizo  entrego  el  Alguacil"  mayor,  quien  los  dio  á  los  caba- 
lleros, familiares  y  ministros,  que  les  habían  <le  apadrinar  en 
la  procesión,  que  ordenada  en  los  i^atios  del  Tribunal  princi- 
pió, teniendo  el  cuidado  de  dirigirla,  y  ordenarla  los  Minis- 
tros Familiares,  que  se  siguen: 

Don  Ventura  Jiménez  Lobaton. 

Don  José  Sánchez  de  Orellana. 

Don  Juan  Bautista  de  Arieta. 

Don  Felipe  Barba  y  Cabrera. 

Don  Juan  de  Acha  y  Ulibarri. 
Iba  por  delante  el  portero  del  Santo  Oficio,  á  quien  después 
seguían  con  las  infames  insignias  de  sus  méritos  los  reos  con- 
ducidos del  Alcaide.  Y  a  cada  uno  de  ellos  le  apadrinaron  dos 
Familiares,  guarneciéndoles  el  lucido  trozo  de  caballería,  que 
en  dos  alas  con  espada  en  mano  marchaba  al  compás  de  la 
procesión. 

A  poca  distancia  dos  lacayos,  vestidos  de  costosa  librea, 
cargaban  una  estatua,  que  trayendo  al  pecho  un  rótulo  gra- 
bado en  una  lámina  de  plata  de  delicado  buril,  expresaba  el 
nombre  y  apellidos  del  inocente  D.  Juan  de  Loyola,  que  fal- 
samente calumniado  de  los  abominables  delitos  de  lierege  y 
judio  judaizante  murió  por  los  años  de  745  preso  por  este  San- 
to Tribunal,  aunque  poco  antes  de  su  fallecimiento  ya  habia 
empezado  á  descubrirse  la  inicua  conspiración  de  los  falsos 
calumniantes.  Era  el  vestido,  que  llevaba  áelama  Manca:  co- 
lor, que  simbolizaba  su  inocencia,  guarnecido  de  tinisimos  so- 
brepuestos de  oro  de  Milán^  con  botonadura  de  diamantes,  y 
salpicado  de  varias  joyas  de  cuantioso  precio,  que  hermosea- 
ban toda  la  tela.  En  la  una  mano  traía  la  palma,  insignia  de 
su  triunfo,  y  en  la  otra  un  bastón  de  puño  de  oro  con  riquísi- 
ma pedrería,  por  haber  obtenido  en  la  ciudad  de  lea,  donde 
era  nativo  (siendo  originario  déla  ilustrísima  casa  de  Loyola 
en  el  lugar  de  Aspeytia  de  la  provincia  de   Guipúzcoa)  los 


—392— 
honrosos  y  distinguidos  cargos  de  Maestre  de  Campo  de  la 
caballería  y  varias  veces  el  de  Alcalde  Ordinario. 

Inmediatamente  Don  Luis  de  los  Eios  y  Miranda,  Eector, 
que  fué  del  Eeal  y  Mayor  Colegio  de  San  Felipe,' y  I).  Tadeo 
Zavala  y  Vasquez,  colegial  del  Eeal  de  San  Martin,  traian  de 
unas  argollas  de  plata  pendiente  la  cajuela,  en  que  se  incluian 
los  procesos  y  sentencias  de  los  reos,  que  después  habian  de 
leer  en  público  los  Ministros  á  quienes  se  cometió  el  cargo  de 
este  negocio. 

Continuaban  después  los  notarios,  familiares,  ministros,  ca- 
lificadores, consultores  y  comisarios,  que  se  componían  de  lo 
mas  ilustre  del  ejemplar  clero,  de  lo  mas  sabio  de  los  Docto- 
res y  catedráticos  de  la  Eeal  Universidad,  con  los  tres  Eeales 
colegios,  y  de  lo  mas  venerable  y  docto  de  los  Maestros  y  Pre- 
lados de  las  esclarecidas  Eeligioues,  que  haciendo  un  cuerpo 
con  la  nobleza  que  asistió,  iban  todos  mezclados  sin  preferen- 
cia de  lugar.  Sobresalía  por  la  grandeza  del  vestido  y  costo- 
sísima gala,  que  para  tan  plausible  dia  dispuso,  Don  Ignacio 
de  Loyola  y  Haro,  á  quien  el  Santo  Tribunal  en  remunera- 
ción de  la  expresada  calumnia  que  padeció  su  bermano  Don 
Juan  de  Loyola,  liabia  honrado  con  el  decoroso  empleo  de  su 
Alguacil  mayor  en  la  ciudad  de  lea,  su  patria:  dando  asi  mis- 
mo título  de  Familiares,  y  Ministros  á  sus  sobrinos,  Don  San- 
cho de  Loyola,  Presbítero,  y  los  Eeverendos  Padres  Fray 
Francisco  de  Loyola,  y  Fray  Marcelo  de  Loyola,  del  Orden 
Seráfico,  que  iban  los  últimos  de  tan  lustroso  acompaña- 
miento. 

Seguíase  el  Oficio  del  Santo  Tribunal  en  la  forma  que  se 
expresa: 

Don  Manuel  Eoman  de  Aulestia,  Marqués  de  Monte- Ale- 
gre; que  haciendo  el  oficio  de  Alguacil  mayor  por  enfermedad 
del  propietario,  que  lo  es  D.  Ignacio  de  Irazabal,  traia  el  Es- 
tandarte de  la  Fé.  Llevaba  la  borla  de  la  mano  derecha  el  Co- 
ronel de  infantería  española,  D.  Melchor  Malo  de  Molina, 
Marqués  de  Monte-Eico,  Conde  del  Puerto,  y  Hiunanes,  Cor- 
reo mayor  de  las  Indias;  y  la  siniestra  el  Maestre  de  Campo 
D.  Miguel  de  Mudarra  y  Eoldan,  Marqués  de  Santa-María. 
Era  el  Estandarte  de  terciopelo  negro,  con  fina  flecadura  de 
oro  y  borlas  de  lo  mismo.  Tenia  en  el  medio  bordadas  de  oro 
de  realze  en  campo  verde  la  oliva,  cruz  y  espada:  armas  del 
Santo  Oficio  y  por  orla  las  siguientes  palabras  del  Psalm.  73. 
JExsvrge  Domine^  etjuílica  causam  tuam. 

Procedían  en  fila  á  la  mano  derecha  de  los  señores  inquisi- 
dores. 

Don  Manuel  Castellanos,  Secretario  jubilado. 

D.  Ignacio  Altube^  Secretario  del  Secreto. 


—sos- 
Doctor  Don  Bartolomé  López   Grillo,  colegial  del  Eeál  y 
Mayor  de  San  Felipe,  Secretario  Fiscal. 

Doctor  Don  Miguel   de  Valdivieso  y  Torrejon,  Catedrático 
de  vísperas,  de  íeyes  y  Abogado  del  Eeal  Fisco. 
Por  la  izquierda  guardando  la  iijisma  orden: 
Don  José  Arezcurenaga,  Secretario  mas  antiguo  del   Se- 
creto. 

Don  Juan  Bautista  Gaviria,  Presbítero,  Secretario  de  visi- 
ta y  del  Secreto. 

Don  Gaspar  de  Orué,  Secretario  del  Secreto. 
Don  Juan  dé  Ugalde,  Contador   Ordenador,  y   del   Santo 
Oficio. 

Venían  cubiertos  délos  chapóos  ó  sombreros  de  ceremonia, 
propios  de  su  Dignidad  y^OelegáciouPontiñcia,  los  muy  ilus- 
tres señores  Dr.  D.  Pedro  Antonio  de  Arenaza  y  Gárate  del 
Consejo  de  S.  M.  en  el  Supremo  de  la  Santa  General  Inquisi- 
ción de  España,  Visitador  general.  Juez  de  bienes  confisca- 
dos y  Superintendente  general  del  Eeal  Fisco  de  esta  de  los 
Eeynos  del  Perú,  y  Dr.  D.  Mateo  de  Amusquibar,  Inquisidor 
Apostólico,  que  sobresaliendo  como  athalantes,  que  sostienen 
el  firmamento  de  la  Fé,  ó  como  antorcbas,  que  ilustran  la  es- 
fera de  la  Religión,  precidian  colocados  en  el  medio  de  tan  ve- 
nerable y  supremo  Tribunal.  Parece,  que  en  cada  uno  de  es- 
tos señores  se  hacia  admirar  lo  respetoso  del  semblante  no- 
blemente unido  con  la  autoridad  de  las  acciones.  El  cielo 
cuando  destina  á  los  sujetos  para  los  emi^leos,  proporciona  á 
sus  espíritus  el  caráctes  de  los  accidentes,  para  que  no  dege- 
neren de  la  dignidad  que  representan  los  ministerios  que  ejer- 
citan. 

Seguíanle  luego  por  atrás  sus  familiares,  que  procedían  con 
los  capellanes  del  Santo  Tribunal  en  la  forma  que  se  expresa. 

Don  Juan  Cabrera  Barba. 
Don  Pablo  Eojas. 
Don  Francisco  del  Castillo. 
Don  Francisco  Eivagaray. 
Don  Melchor  Bravo  de  Eueda. 
Don  Juan  Pedro  de  Guraya. 

Cerraba  este  magestuoso  Cuerpo  del  Tribunal,  y   lucido 
acompañamiento  de  ministros,  y  nobleza  otro  trozo  de  caba- 
llería, que  marchando  de  retaguardia,  embarazaba  el  bullicio  ' 
y  tropelía  de  la  nuuierosa  plebe  que  atraída  de  la  curiosidad 
sobrevenía  á  la  proposición. 

Asi  se  encaminaba  desde  las  casas  del  Tribunal  hacia  la 
Iglesia  de  Santo  Domingo,  formada  la  procesión,  cuando  lle- 

ToM.  VII.  Literatura — 50 


—394— 
gó  á  la  Plaza  mayor,  donde  miran  las  galerías  del  Palacio,  en 
que  ya  el  Excelentísimo  señor  Yirey,  que  por  el  justo  recelo 
de  los  temblores,  que  aun  hasta  hoy  se  repiten,  no  asistió  con 
algunos  señores  de  la  Eeal  Audiencia,  que  le  acompañaban, 
mientras  pasó  el  Santo  Tribunal  de  lá  Fé,  estuvo  en  pié,  aca- 
tándole con  el  mas  debido  rendimiento,  que  inspiraron  á  su 
ánimo  católico  el  celo,  la  piedad  y  la  religión;  y  los  señores 
del  le  correspondieron,  guardando  las  ceremonias  y  etiquetas 
de  su  dignidad  y  empleo. 

Luego  que  se  acercó  este  admirable  espectáculo  á  la  pla- 
zuela del  referido/ Templo,  la  infantería  que  guardaba  su  ce- 
menterio y  ijuertas,  se  puso  en  dos  filas,  estando  á  la  derecha 
su  capitán,  el  Teniente  coronel  D.  Manuel  Agustín  de  Oay- 
coeg.ui  y  Aguiñiga,  Caballero  de  la  Orden  de  Santiago,  para 
que  por  el  medio  del  centro  que  ocupaba,  xjasasela  procesión 
á  toDiar  las  puertas:  donde  el  E.  P.  Prior,  con  toda  la  venera- 
ble Comunidad  de  Predicadores,  recibió  y  ministró  el  agua 
bendita  á  los  señores  inquisidores,  que  al  entrar  deponiendo 
los  chapeos,  tomaron  los  botones.  Y  asi  acompañados  de  la 
Eeligiosa  comunidad  subieron  hasta  el  presbiterio,  de  donde 
después  de  hecha  oración  al  Agusto  Sacramento  del  Altar, 
pasaron  á  ocupar  las  dos  filas,  que  con  igual  número  de  al- 
mohadas á  los  pies  de  terciopelo  verde  estaban  al  lado  del 
Evangelio  puestas  bajo  de  un  docel  del  mismo  género.  En  cu- 
yo medio  se  veían  de  realce,  y  briscados  de  oro  bordadas  las 
armas  del  Santo  Tribunal  y  por  delante  un  bufete  cubierto  de 
rico  terciopelo  verde,  con.  su  flecadura  y  alamares  en  que  es- 
taban una  Imagen  de  Cristo  Crucificado  sobre  el  Libro  de  los 
cuatro  Evangelios,  unos  tinteros,  con  su  campanilla  y  la  ca- 
juela con  las  causas  y  sentencias  de  los  reos.  En  la  misma  lí- 
nea, en  que  se  puso  el  docel,  se  colocó  también  el  Estandarte 
de  la  Fé,  que  en  la  procesión  trajo  el  Alguacil  mayor  del  Tri- 
bunal. 

Después  fuera  del  presbiterio  al  mismo  lado  del  Evan- 
gelio seguían  cuatro  bancas  cubiertas  que  ocuparon  con  su 
antigüedad  el  Alguacil  mayor,  Secretarios  y  Oficiales  del  San- 
to Tribunal.  En  frente  al  lado  de  la  epístola  sobre  el  mismo 
presbiterio  estaban  en  asientos  distinguidos  los  Ministros,  que 
se  habían  nombrado,  x)ara  leer  las  causas  y  sentencias  de  los 
reos,  que  ya  habían  subido  al  tablado  ó  teatro,  que  cubierto 
de  paños  negros  se  erigió  de  competente  altura,  con  cuatro 
gradas  para  la  subida:  cuya  frente  ocupaba  todo  el  espacio, 
que  hay  desde  la  pilastra  del  pulpito  hasta  la  capilla  mayor 
igual  al  diámetro  desde  la  cúpula  en  el  crucero.  Allí  cerca  en 
taburete  raso,  con  bastón  negro  de  puño  de  plata,  insignia  de 
su  cargo  estaba  el  Alcaide  que  habla  de  sacar  y  poner  los  reos 


—305— 
en  la  Jaula  ó  Amhóm^  cuaüdo  cada  uno  de  ellos,  leído  el  pro- 
ceso de  su  causa,  hubiese  de  oir  la  sentencia,  que  le  daban  en 
vista  de  sus  méritos. 

Desde  la  pilastra  del  pulpito,  dejando  en  medio  el  tablado, 
en  cuyas  gradas  se  hablan  sentado  los  reos,  seguían  unos  es- 
caños, que  se  destinaron  para  asientos  de  los  consultores,  ca- 
lificadores, comisarios  y  familiares  que  concurrieron  á  la  pro- 
cesión, mezclados  con  la  nobleza  que  asistió.  Entre  quienes 
acompañada  por  uno  y  otro  lado  délos  distinguidos  sujetos, 
que  le  apadrinaron,  se  colocó  la  estatua  de  D.  Juan  de  Loyola, 
sncediéndole  inmediatamente  en  la  misma  orden  de  asientos 
su  hermano  y  sobrinos. 

De  esta  suerte  se  habia  todo  ejecutado,  quedando  compe- 
tente guarnición  de  soldados,  así  en  las  puertas  reglares  del 
convento  como  en  las  de  afuera  de  la  Iglesia,  para  contener 
el  inmenso  concurso  de  los  que  pretendían  atrepellar  la  en- 
trada, no  siendo  posible  cupiese  mayor  número  de  concurren- 
tes en  el  magnífico  Templo,  que  el  de  mas"  de  diez  mil  perso- 
nas, que  ya  ocupaban  su  recinto. 

No  habia  pasado  mucho,  cuando  haciendo  el  señor  Visita- 
dor señal  con  una  campanilla,  salió  la  Misa  que  en  el  Altar 
mayor  cubierto  de  un  velo  morado,  principió  el  E.  P.  M.  F. 
Miguel  Oampanón,  Prior  del  convento  de  la  Magdalena,  y  co- 
misario del  Santo  Oficio,  quien  acabada  la  Epístola,  suspen- 
dió el  Sagrado  Sacrificio  y  tomó  asiento  en  una  silla  de  ter- 
ciopelo violado,  que  estaba  en  el  presbiterio  al  lado  de  la  epís- 
tola de  cara  hacia  los  señores  inquisidores.  Y  heclia  con  la 
companilla  segunda  señal,  subió  al  pulpito  D.  José  de  Arez- 
curenaga,  que  volviéndose  al  pueblo,  dijo:  alzad  todos  las  ma- 
nos, y  cada'  uno  de  los  circunstantes  haga  el  siguiente  juramento: 


JURAMENTO  DEL  PUEBLO. 

Juro  á  Dios,  y  á  Santa  María,  y  d  la  señal  de  la  Gruz,  y  d 
las  'palabras  de  los  Sa7itos  Evangelios,  que  seré  en  favor^  desen- 
sion  y  ayuda  de  la  Santa  Fé  Católica,  y  de  la  Santa  Inquisición, 
Oficiales,  y  Ministros  de  ella,  y  de  manifestar,  y  descubrir  todos, 
y  cualesquiera  hereges,  fautores,  defensores,  y  encubridores  de 
ellos^  2)erturbadores,  é  impedidores  del  dicho  Santo  Oficio;  y  que 
no  les  daré  favor,  ni  ayuda,  ni  los  encubriré:  mas  luego  que  lo 
sepa,  lo  revelaré,  y  declararé  d  los  señores  Inquisidores.  Y  si  lo 
contrario  hiciere.  Dios  me  lo  .demande,  como  d  aquél,  ó  d  aque- 
llos, que  d  sabiendas  se  perjuran.  Dijo  luego  el  Legente:  digan 
toño:'  Amen. 


—396— 

Después  siguió  leyendo  el  Edicto,  que  de  motu  propio  ex- 
pidió San  Pió  V,  á  que  precedió  el  Auto  de  intimación  si- 
guiente: 

Nos  el  Dr.  D.  Pedro  Antonio  de  Arenosa  y  Gárate,  del  Con- 
sejo de  S.  M.  en  el  Supremo  de  la  Santa  General  Inquisición  de 
JSspaña,  Visitador  General;  Juez  de  bienes  confiscados,  Super- 
intendente General  del  Real  Fisco  de  esta  de  los  Rey  nos  del  Perú 
y  los  Inquisidores  Apostólicos  contra  la  Herética  Pravedad,  y 
Apostasía  en  la  Ciudad,  y  Arzobispado  délos  Reyes,  con  los  Obis- 
padas de  Quito,  del  Cuzco  y  Guamanga,  Arzobispado  de  los  Char- 
cas, y  Rio  de  la  Plata,  y  Obispados  del  Tucumán,  Concepción, 
Santiago  de  Chile,  Paraguay,  Arequipa,  y  Trujillo,  Santa  Cruz 
de  la  Sierra,  la  Paz,  y  en  todos  los  Pistados,  y  señoríos  de  las 
J^rovincias  del  Perú,  su  ,Yir&y nato,  Gobernación,  y  distrito  de 
Jas  Audiencias  Reales,  que  en  las  dichas  Ciudades,  Reynos,  y  Pro- 
.  mncias  residen;  por  autoridad  Apostólica  y  Ordinaria  Sea.  Sá- 
cenlos saber  al  Muy  Excelente  Señor  Virey,  y  Capitán  General 
de  dichos  Reynos,  y  Provincias,  y  d  los  Reverendísimos  señores 
Arzobispos,  y  Obispos  de  ellas,  y  á  los  Muy  Ilustres  señores  Pre- 
^sidentes,  y  Oidores  de  las  Audiencias  Reales,  y  á  los  Muy  Mag- 
n^yicos  Corregidores,  Alcaldes  mayores,  y  Ordinarios  de  todas  las 
d/iídades.  Tillas,  y  Lugares  délos  dichos  Reynos,  y  Provincias, 
y  á  todos  los  vecinos,  y  moradores  estantes,  y  habitantes  de  las 
diohas  Ciudades,  Tillas,  y  Lugares,  y  á  cada  uno,  y  á  cualquie- 
ra de  ellos,  á  quien  lo  de  suso  toca,  y  atañe  en  cualquiera  mane- 
ra: como  N.  M.  S.  Padre  San  Pió  T,  de  felice  recordación,  con 
el  zelo  que  tuvo  al  servicio  de  Dios  Nuestro  Señor,  y  aumento  y 
fioiiservacion  de  Nuestr<i  Santa  Fé  Católica,  y  Religión  Cristia- 
7iá,  con  amierdo  de  los  ■Reverendísimos  Cardenales,  sus  herma- 
nos, estableció  una  Constitución  en  favor  del  Santo  Oficio,  Oflcia- 
tes,  y  Ministros  del:  su  tenor  de  la  cual  en  nuestro  vulgar  caste- 
llano es  el  siguiente: 

CONSTITFCIOíí  DE  ÍÍUESTBO  MUY  SANTO  PADEE  PAPA  PIÓ  V, 
CONTBA  LOS  QUE  OFENDEN  EL  ESTADO,  NEGOCIOS  Y  PERSO- 
NAS DBIi  SANTO  OFICIO  DE  ÍLA  INQUISICIÓN  CONTKA  LA  HE- 
RÉTICA PRAVEDAD. 

Si  cada  dia  con  diligencia  tenemos  cuidado  de  amparar  los 
Ministros  de  la  Iglesia,  los  cuales  jS"uestro  Señor  Dios  nos  ha 
encomendado,  y  ^os  los  habemos  recibido  bajo  de  nuestra  Fé 
y  amparo,  cuanto  mayor  cuidado  y  solicitud  nos  es  necesario 
poner  en  los  que  se  ocupan  en  el  wSanto  Oficio  de  la  Inquisi- 
ción contra  la  herética  pravedad,  para  que  siendo  libres  de 
tddos  peligros,  deba-jo  del  amparo  de  la  inviolable  autoridad 
de  nuestra  Serie  Apostólica,  pongan  en  ejecución  cualesquiera 


—307— 
cosas  tocantes  á  su  Oficio,  para  exaltación  de  la  ¥é  Católica? 
Asi  como  cada  dia  se  anmeiita  mas  la  multitud  doliereges  que 
por  todas  vias  y  artes  procuran  destruir  el  Santo  Oficio,  y  mo- 
lestar y  ofender  á  los  Ministros  del,  ha  nos  traido  la  necesidad 
á  tal  término,  que  nos  es  necesario  reprirnir  tan  maldito  y  ue- 
sario  atrevimiento  con  cruel  azote  de  castigo.  Por  tanto,  con 
consentimiento  y  acuerdo  de  los  Cardenales,  nuestros  berma- 
nos  establecemos  y  mandamos  por  esta  general  Constitución, 
que  cualquiera  persona,  ahora  sea  particular  ó  privada  ó  ciu- 
dad ó  pueblo  ó  Señor,  Conde,  Marqués,  ó  Duque,  ó  de  otro 
cualquiera  mas  alto  y  mejor  título,  que  matare,  ó  hiriere  ó 
violentamente  tocare,  y  ofendiere,  ó  con  amenazas,  conmina- 
ciones, y  temores,  ó  en  otra  cuahpiiera  manera  impidiere  á 
cualquiera  de  los  Inquisidores,  ó  á  sus  Oficiales,  Fiscales,  Pro- 
motores, Notarios,  ó  á  otros  cualesquiera  Ministros  del  Santo 
Oficio  de  la  Inquisición,  (5  á  los  Obispos,  que  ejercitan  el  tal 
Oficio  en  sus  Obispados,  6  Provincias,  ó  al  acusador,  denun- 
ciador, ó  testigo  traido,  ó  llamado,  como  quiera,  que  sea  jjara 
fé,  y  testimonio  de  la  tal  cansa:  y  el  que  combatiere,  ó  aco- 
metiere, quemare,  ó  saqueare  las  Iglesias,  casas,  ú  otra  cual- 
quiera cosa  pública,  ó  privada  del  Santo  Oficio,  ó  cualquiera, 
que  quemare,  hurtare,  ó  llevare  cualesquiera  libros,  ó  proce- 
sos, protocolos,  escrituras,  trasuntos,  ú  otros  cualesquiera  ins- 
trumentos, ó  privilegios,  donde  quiera  que  estén  puestos,  ó 
cualquiera  que  llevare  las  tales  escrituras,  ó  alguna  de  ellas, 
de  tal  fuego,  saco,  ó  robo,  aunque  este  sin  armas,  ó  fuere  can- 
sa, dando  consejo,  íavor,  y  ayuda  en  cualquiera  manera,  que 
sea  de  combatir,  saquear,  ó  quemar  las  dichas  cosas  tocantes, 
y  pertenecientes  al  Santo  Oficio,  en  cualquiera  manera,  que 
sea;  ó  prohibiere,  que  algunas  cosas,  ó  personas  del  Santo 
Oficio,  no  sean  guardadas,  y  defendidas:  y  cualquiera  perso- 
na, que  quebrantare  cárcel  pública,  ó  particular,  ó  sacare,  y 
echare  fuera  de  la  tal  cárcel  algún  preso;  ó  prohibiere,  que  no 
le  prebendan,  ó  le  receptare,  ó  encubriere,  ó  diere,  ó  mandare 
que  le  den  facultad,  ayuda  ó  favor,  para  huir  y  ausentarse,  ó 
el  que,  para  hacer  y  cometer  alguna  de  las  dichas  cosas,  ó  par- 
te de  ellas,  hiciere  junta  ó  cuadrilla,  ó  apercibiere  y  previnie- 
re á  algunas  personas,  ó  de  otra  cualquier  manera,  en  cual- 
quiera cosa  de  las  sobredichas,  de  industria  diere  ayuda,  con- 
sejo ó  favor  pública  ó  secretamente,  aunque  ninguno  sea 
muerto  ó  herido,  ni  sacado  ó  echado,  ni  librado  de  tal  cárcel; 
y  aunque  ninguna  casa  sea  combatida,  quebrantada,  quema- 
da ni  saqueada;  finalmente,  aunque  ningún  daño  en  efecto  se 
haya  seguido:  con  todo  eso  el  tal  delicuente  sea  excomulgado 
anatematizado,  y  sea  reo  lescB  majestatis,  y  quede  privado  de 
ciialquiera  señorío,  dignidad,  honra,  feudo,  y  (iu  todo  otro  cual- 


—398— 
quiera  beneficio  temporal  ó  perpetuo;  y  que  el  juez  lo  casti- 
gue con  aquellas  penas  que  por  constituciones  legitimas  son 
dadas  á  los  condenados  por  el  primer  capítulo  de  la  dicha  Ley, 
quedando  aplicados  todos  sus  bienes  y  hacienda  al  Fisco,  asi 
como  también  está  constituido  por  derechos  y  sanciones   ca- 
nónicas contra  los  hereges  condenados.  Y  los  hijos  de  los  ta- 
les delincuentes  queden  y  sean  sujetos  á  la  infamia  de  sus  pa- 
dres, y  del  todo  queden  sin  parte  de  toda  y  cualquiera  heren- 
cia, sucesión,  donación,  manda  de  X3arientes   ó   extraños,  ni 
tengan  algunas  dignidades.  Y  ninguno  pueda  tener  disculpa 
alguna,  ni  poder  ni  pretender  algún  color  ó  causa,  para  que 
sea  creido  no  haber  cometido  tan  gran  delito  en  menosprecio  y 
odio  del  Santo  Oficio,  sino  mostrare  por  claras  y  manifiestas 
probanzas  haber  hecho  lo  contrario.  Y  lo  que  sobre  los  suso- 
dichos delicuentes  y  sus  hijos  hemos  estatuido  y  mandado,  eso 
mismo  queremos  y  ordenamos,  que  se  entienda  y  ejecute  en 
los  clérigos  y  presbíteros  seculares  y  reglares   de  cualquiera 
orden  que  sean,  aunque  sean  esentos,  y  en  los  Obispos  y  otras 
personas  de  mas  dignidad,  no  obstante  cualquiera  privilegio 
que  cualquiera  ijersoua  tenga:  de  manera  que  los  tales   por 
autoridad  de  las,  presentes  Letras,  siendo  privados  de  sus  be- 
neficios y  de  todos  los  oficios   eclesiásticos^  sean  degradados 
por  Juez  Elesiástico,  como  herejes.  Y  así  raídas  sus  órdenes, 
sean  entre-Ji'ados  al  Juez  y  brazo  seglar  y  como  legos  sean  su- 
^etos  á  las  sobredichas  penas.  Pero  queremos  que  las  causas 
de  los  Prelados  sean  reservadas  á  Nos  ó  á  nuestros  sucesores 
para  que  inquerido  y  examinado  su  negocio,  procedamos  con- 
tra ellos,  ¡jara  deponerlos  y  darles  las  sobredichas  penas,  con- 
forme y  como  lo  requiere  la  atrocidad  de  su  delito.  Y  cuales- 
quiera que  procuraren  pedir  perdón  para  los  tales  ó  interce- 
der de  cualquiera  otra  manera 'por  ellos,  sepan  que   han  in- 
currido ipsofacto  en  las  mismas  penas,  que  las  sagradas  cons- 
tituciones ponen  contra  los  favorecedores  y  encuÍ)ridores  de 
hereges.  Pero  si  algunos,  siendo  en  mucho  ó  en  poco   culpa- 
dos en  los  tales  delitos,  movidos  ó  por  zelo  de  la  Religión  cris- 
tiana ó  por  arrepentimiento  de  su  pecado  descubrieren  su  de- 
lito, antes  que  sea  declarado  ó   denunciado,  sea  libre  del   tal 
castigo.  Pero  en  lo  que  toca  á  todas  y  cualesquiera  absolucio- 
nes de  los  tales  delitos,  y  las  habilitaciones  y  restituciones  de 
fama  y  honra,  deseamos  que  de  aquí  adelante  se  tenga  y  guar- 
de esta  forma.  Que  nuestros  sucesores  no  concedan  ningunas, 
si  no  fuere  después  de  haber  pasado  por  lo  menos  seis  meses 
de  sus  pontificados;  y  habiendo  sido  primero  sus  peticiones  y 
suplicaciones  verificadas  y  conocidas  por  verdaderas  por  el 
supremo  oficio  déla  Inquisición.  Y  así  estatuimos  y  ordena- 
mos, que  todas  y   cualesiiuiera  absoluciones,  habilitaciones  y 


—399— 
restituciones  de  esta  manera  que  de  aquí  adelante  se  hicieren 
no  aprovechen  á  nadie  si  primero   no   fueren  verificados  sus 
ruegos  y  peticiones.  Y  queremos  y  mandamos  que  esta  nues- 
tra Constitución  por  ninguna  via  ni  parte  sea  derogada  ni  re- 
vocada, ni  se  pueda  juzgar  haber  sido  revocada  ni  derogada, 
sino  siendo  todo  el  tenor  de  esta  nuestra  Constitución,  inserto 
en  la  tal  revocación,  palabra  por  palabra.  Y  mas  queremos, 
que  la  tal  gracia  y  revocación  sea  hecha  por  cierta   ciencia 
del  Romano  Powíijfíce,  y  sellada  con  su  propia  mano.  Y  si  acon- 
teciere, que  por  liviana  causa  se  hiciere  la  tal  revocación   y 
derogación,  queremos,  que  las  tales  derogaciones  y  revocacio- 
nes no  tengan  ninguna  fuerza  ni  valor,  ítem  mandamos,  que 
todos.y  cualesquiera  patriarcas,  primados,  arzoi)ispos,  obis- 
pos y  los  demás  prelados  de  las  Iglesias  constituidos  por  todo 
el  Orbe  procuren  por  sí  propios  ó  por  otras  personas  publicar 
solemnemente  en  sus   provincias^  ciudades  y  obispados   esta 
nuestra  Constitución,  ó  el  traslado  de  ella;  y  cuanto  en  sí  fue- 
re, hacerlas  guardar,  apremiando  y  compeliendo á  cualesquie- 
ra contradictores  por  censuras  y  penas  eclesiásticas,  pospues- 
ta toda  apelación;  agravando  las  censuras  y   penas,  cuantas 
veces  bien  visto  les  fuere;  invocando  para  ello  si  fuere  menes- 
ter el  auxilio  del  brazo  seglar:  no  obstante  cualesquiera  Cons- 
tituciones y  ordenaciones   apostólicas,  y   cualesquiera  cosas 
que  parecieren  ser  contrarias.  Y  queremos  que  los   traslados 
de  estas  nuestras  Letras  sean  impresos,  y  publicados  y  sella- 
dos por  mano  del  Notario  público,  ó  con  el  sello  de  otro  cual- 
quiera de  la  Curia  Eclesiástica,  ó  de  algún  Prelado;  y  los  ta- 
les traslados  queremos,  que  en  cualquiera  parte  y  lugar  que 
fueren  publicados,  hagan  tan  entera  fé  y  testimonio,  como   si 
propio  original  fuera  leido  y  publicado.  ítem  rogamos  y  amo- 
nestamos á  todos  los  príncipes  de  todo  el  Orbe  á  los  cuales  es 
permitida  la  potestad  del  gladio  seglar  i)ara  venganza  de  los 
malos;  y  les  pedimos,  en  virtud  de  la  Santa  Fé  Católica,  que 
prometieron  guardar,  que  defiendan  y  pongan  todo  su  pode- 
río eu  dar  ayuda  y  socorro  á  los  dichos  Ministros  en  la  puni- 
ción y  castigo  de  los  dichos  delitos  después  de  la  sentencia  de 
la  Iglesia,  de  manera  que  los  tales  Ministros  con  el  presidio, 
y  amparo  de  ellos  felicemente  ejecuten  el  cargo  de  tan  gran- 
de oficio  para  gloria  del  Eterno  Dios,  y  aumento  de  la  Eeli- 
gion  cristiana;  porque  asi  recibirán  el  incomparable  é  inmen- 
so premio,  que  tiene  aparejado  en  la  compaiíía  de  la  eterna 
beatitud  para  los  que  defienden  nuestra  Santa  Fé  Católica.  Y 
mandamos,  que  á  ninguno  sea  lícito  rasgar  ó  contradecir  con 
atrevimiento  temerario  esta  escritura  de  nuestra  sanción,  le- 
gación, estatuto,  decreto,  jusion,  obtestación  y  voluntad.  Y 
si  alguno  presumieró  ó  atentare  lo  contrario,  sepa  que  ha  de 


—400- 
incurrir  en  la  indisrnacion  de  Dios  Todopoderoso  y  de  losbie 
naventurados  San  Pedro  y  San  Pablo.  Dada  en  Eoma  en  San 
Pedro  á  19  dia  del  mes  de  Abril  del  aiío  de  la  Encamación 
del  Señor  mil  quiuientos  y  sesenta  y  nueve,  en  el  año  IV  de 
nuestro  í*ontificado. 

Por  inde  exlwrtamos  y  requerimos  al  diclio  señor  Yirey  y  se- 
ñores Arzol)is2)os  y  Odispos,  y  señores  Presidentes  y  Oidores  de 
Jas  diclias  Audiencias  Peales,  y  á  vos  las  diclias personas,  é acu- 
da una  de  vos  mandamos  en  virtud  de  santa  obediencia,  que  guar- 
déis y  cumpláis  y  liagais  (juardar  y  cumplirla  diclia  Constitu- 
ción, y  denuncies  y  liagais  denunciar  ante  Xos,  ó  ante  nuestros 
commisarios,  lo  que  sapieredes,  ó  huMeredes  oido  decir  cerca  de  lo 
en  ella  declarado:  y  contra  el  tenor  y  forma  de  ella  no  vais.ñi 
pasáis,  ni  consintáis  ir,  nipasar,  so  las  penas  enla  dicha  Cons- 
titución contenidas.  PJn  testimonio  de  lo  cual  dimos  la  presente 
firmada  de  nuestros  nombres,  sellada  con  el  sello  del  Santo  Ofioio, 
y  refrendada  del  Secretario  del  Secreto  del,  Dada  en  la  Inquisi- 
ción de  los  Peyes  del  Perú  en  12  de  Octutfre  de  1749  «?Tos.— Doc- 
tor D.  Pedro  Antonio  de  Areuaza  y  Gárate. — Doctor  D.  Ma- 
teo de  Amusqnibar. 

Por  mandado  del  Santo  Oficio  déla  Inquisición. 

D.  José  de  Arezcurexaga. 

Concluida  la  lectura  de  la  expresada  Constitución,  que  es 
contra  los  que  XJreteuden  embarazar,  é  intentau  impedir  la  ju- 
risdicción del  Santo  Tribunal:  cuyo  original  latino  comienza 
con  las  sinoulares  ijalabras:  Sí  de  protegendis:  se  procedió  á 
la  lectura  de  las  causas  y  sentencias  que  en  el  pulpito  los  Mi- 
nistros que  se  habían  deputado  i^ara  este  fin,  leyeron,  guar- 
dando la  orden,  que  se  sigue: 


CAUSA  PRIMEEA. 

LEYÓ   ESTA   DOX   IGXACIO   DE   ALTUBE  SECRETARIO   DEL     SE- 
CRETO,   LA  CUAL  PERTENECIÓ  AL    SIGUIEXTE  REO. 

Fué  este  Bernabé  Morillo,  alias  Otárola,  negro,  nativo  del 
puerto  del  Callao,  dos  leguas  de  Lima,  de  cuarenta  años  de 
edad,  de  estado  soltero,  de  ejercicio  grumete,  que  por  los  de- 
litos de  superstición  y  apostacía  ya  habia  sido  penitenciado 
por  este  Santo  Tribunal  eu  el  Auto  general  de  íe,  que  por  los 
años  de  1736  celebró  á  23  de  Diciembre  en  la  Plaza  mayor. 
Salió  al  Auto  con  hábito  penitencial  de  media  aspa,  por  he- 
rege,  idólatra  y  apóstata.  Y  estando  eu  forma  de  penitente, 


—401— 
confeso  y  contrito,  se  le  leyó  su  sentencia  con  méritos:  abjuró 
áeveJiementi.  Y  siendo  absuelto  ad  cautelanij  gruvemente  re- 
prehendido, conminado  y  particularmente  advertido  de  sus 
errores,  fué  condenado  á  cárcel  perpetua,  y  á  que  el  dia  si- 
guiente desnudo  de  medio  cuerpo  saliese  en  muía  de  albarda, 
y  se  le  diesen  doscientos  azotes  por  las  calles  públicas  y  acos- 
tumbradas. Fueron  sus  padrinos  D.  José  Bravo  de  Castilla  y 
D.  Felipe  Colmenares. 

CAUSA  SEGUNDA. 

Leyóla  el  doctor  don  melchor  de  aragok  y  s alazos  r, 
abogado  de  esta  real  audieítoia  de  presos  y  relator 
del  santo  oficio. 

Fué  éste  Juan  José  Meneses,  esclavo,  de  casta  zambo,  na- 
tural de  Lima,  de  edad  de  veinte  años,  de  estado  solte\'o  y  de 
oficio  ollero  y  entintador  de  imprentas,  salió  al  Auto  con  in- 
signias de  sortilegio,  supersticioso  y  blasfemo.  Y  estando  en 
forma  de  penitente  y  con  soga  de  dos  nudos  al  cuello,  se  le  le- 
yó su  sentencia  con  méritos:  abjuró  de  lev%  fué  absuelto  ad 
cautelam,  y  condenado,  á  que  el  dia  siguiente  al  Auto  le  die- 
sen doscientos  azotes  por  las  calles  públicas  y  acostumbradas 
y  á  destierro  de  esta  ciudad,  villa  de  Madrid,  corte  de  ^.  M. 
al  presidio  de  Valdivia,  donde  sirviese  cinco  años  á  ración  y 
sin  sueldo,  cumpliendo  con  las  saludables  penitencias  de  co- 
mulgar tres  veces  por  espacio  de  dos  años,  en  los  dias  de  Pas- 
cua de  Navidad,  Eesurreccion  y  Asunción  de  Nuestra  Señora; 
y  que  por  este  tiempo  rezare  todos  los  viernes  un  tercio  del 
Eosario  á  María  Santísima  Señora  Nuestra.  Fueron  sus  pa- 
drinos el  Dr.  D.  Isidro  Tello  de  Guzman,  Eector  que  ha  sido 
de  la  Eeal  Universidad  de  San  Marcos,  y  D.  Gaspar  de  Mora- 
les y  Eios. 

CAUSA  TEECEEA. 

Leyó  después  el  doctor  don  aítdres  perez  de  hervías, 
presbítero,  ex-catedrático  del  maestro  de  las  sen- 
tencias en  la  real  universidad  de  san  marcos,  cura  y 
vicario  de  atabillos  bajos  en  la  provincia  de  canta, 
y  calificador  del  santo  oficio,  la  tercera  causa  y  su 
sentencia,  que  fué  la  del  siguiente  reo. 

Fué  este  Don  José  Ventura  de  Acosta  y  Montero,  español, 

natural  de  la  isla  de  Tenerife  en  las  Canarias,  y  residente  en 

el  puerto  del  Callao,  de  ejercicio  piloto,  soltero,  de  edad  de 

cincuenta  y  tres  años,  salió  al  Auto  con  Sambenito  de  media 

ToM.  vn  Literatura — 51 


—402— 
aspa  por  proposiciones  heréticas  y  escandalosas.  Y  estando 
en  forma  de  penitente,  confeso  y  contrito,  se  le  leyó  su  sen- 
tencia con  méritos:  abjuró  de  veliementi;  fue  absuelto  ad  cau- 
telam,  y  condenado  á  destierro  de  esta  ciudad  de  Lima,  y  Vi- 
lla de  Madrid,  corte  de  S.  M.  por  espacio  de  ocho  años,  y  trein- 
ta leguas,  en  contorno;  y  que  todos  los  sábados  del  expresado 
tiempo  reze  una  parte  de  Eosario  á  María  Santísima;  y  en  con- 
fiscación de  la  mitad  de  sus  bienes,  aplicados  á  la  Cámara  y 
Fisco  de  S.  M.  y  en  su  nombre  al  Receptor  general  del  Santo 
Oficio.  Fueron  sus  padrinos  D.  Lorenzo  de  Zarate,  y  D.  José 
de  Salazar  y  Solorzano. 

CAUSA  CUAETA. 

Leyó  luego  la  cuaeta  causa,  y  su  sentencia  el  expkesado 
doctor  don  andrés  pérez  de  heryias,  que  fue  la  de  la 
siguiente  rea. 

Fué  esta  Juana  Mcolasa  Crespo,  negra  esclava,  natural  de 
Lima,  de  estado  soltera,  de  ejercicio  lavandera,  y  de  cuarenta 
años  de  edad,  salió  al  Auto  con  insignias  de  blasfema  hereti- 
cal, y  con  soga  de  dos  nudos  al  cuello  y  mordaza.  Y  estando 
en  forma  de  penitente,  se  le  leyó  su  sentencia:  abjuró  de  levi; 
fué  condenada  á  que  el  dia  siguiente  al  Auto,  desnuda  de  la 
cinta  arriba,  se  le  diesen  doscientos  azotes  por  las  calles  pú- 
blicas y  acostumbradas;  y  que  recl  usa  por  espacio  de  cuatro 
años  en  el  hospital  de  la  Caridad  de  esta  corte,  confiese  y  co- 
mulgue tres  veces  los  dos  primeros  años,  en  la  Pascua  de  Ee- 
surreccion,  dia  de  la  Santísima  Trinidad,  y  Asunción  de  Jüíues- 
tra  Señora;  con  tal  que  en  ellos  reze  todos  los  viernes  y  sába- 
dos de  rodillas  un  tercio  de  Eosario  á  María  Santísima.  Fue- 
ron sus  padrinos  D.  Gaspar  de  Zeballos,  y  D.  Francisco  de  los 
Eios  y  Taniayo,  marqués  de  Villa-Hermosa. 

y  CAUSA  QUIÍÍTA. 

Sucedió  á  esta  la  quinta  causa  y  sentencia  que  leyó  el 
r.  p.  f.  miguel  lozano,  del  real  y  militar  orden  de 
nuestra  señora  de  las  mercedes,  cura  de  lampian  en  la 
provincia  de  canta,  y  calificador  del  santo  oficio,  la 
cual  perteneció  al  siguiente  reo. 

Fué  este  Juan  Esteban  Flores,  alias  de  Andrade,  meztizo, 
natural  de  la  ciudad  de  San  Francisco  del  Quito,  y  residente 
en  la  de  Cuenca  del  mismo  Obispado,  de  oficio  zapatero,  y  de 
edad  de  treinta  años,  por  dos  veces  casado,  salió  al  Auto  con 


—403— 
insignias  de  polígamo.  Yestíljido  en  forma  de  penitente,  se 
ieleyó  su  sentencia  con  méritos:  abjuró  delevi;  y  tuó  conde- 
nado á  doscientos  azotes  por  las  calles  públicas  y  acostumbra- 
das, y  á  destierro  de  esta  ciudad  de  Lima,  de  la  del  Quito,  y 
villa  de  Madrid,  corte  de  S.  M.  por  tiempo  de  cuatro  años  que 
cumplirá  en  el  presidio  de  Valdivia;  y  que  en  los  dos  prime-' 
ros  años  confiese  y  comulgue  en  cada  uno  tres  veces,  las  Pas- 
cuas de  navidad,  Resurrección  y  Espíritu  Santo;  y  que  los  sá- 
bados durante  su  destierro,  reze  un  tercio  de  Eosario  á  María 
Santísima,  Y  en  cuanto  al  vínculo  del  matrimonio  se  remitió 
al  Ordinario  Eclesiástico,  que  de  la  causa  debe  conocer.  Fue- 
ron sus  padrinos  D.  Kicolás  de  Salazar,  y  D.  Luis  de  Bej ara- 
no  y  Bravo,  conde  de  Tilla-Señor. 

CAXJSA  SEXTA. 

Leyó  el  r.  p.  ignacio  de  velasco,  de  la  compañía  de  jesús, 
calificador  del  santo  oficio,  y  rector  del  colegio  de 
guamanga  la  sexta  causa,  que  pertenece  al  siguiente 

REO.  » 

Fué  este  Juan  José  Graciano  de  Santa  Clara,  alias  Juan  dé 
Mata,  pardo  esclavo,  natural  de  la  ciudad  de  Trujillo,  de  es- 
tado casado,  de  oficio  al  bañil,  y  de  mas  de  trintaaños  de  edad, 
por  dos  veces  casado;  salió  al  Auto  con  insignias  de  polígamo. 
Y  estando  en  forma  de  penitente,  se  le  leyó  su  sentencia  con 
méritos:  abjuró yZe  ZeíJÍ;  y  fue  condenado  á  doscientos  azotes 
por  las  calles  públicas  y  acostumbradas,  y  á  destierro  de  esta 
ciudad  y  villa  de  Madrid,  corte  de  S.  M.  por  tiempo  de  cuatro 
años  á  las  ciudades  dé  lea,  Pisco  ó  ÍÑTasca;  y  que  por  espacio 
de  dos  años  confiese  y  comulgue  las  Pascuas  de  IS'avidad,  Ee- 
surreccion,  yFjspiritu  Santo;  y  que  los  sábados  del  expresado 
tiempo  reze  un  tercio  de  Eosario  á  María  Santísima.  Y  en 
cuanto  al  vínculo  del  matrimonio  se  remitió  al  Ordinario  Ecle- 
siástico, que  de  la  causa  debe  enten'der.  Fueron  sus  padrinos 
I).  Francisco  de  la  Fuente  é  Ixar,  marqués  de  San  Miguel,  y 
el  Dr.  D.  Fernando  Eoman  de  Aulestia,  colegial  del  Eeal  y 
Mayor  de  San  Felipe. 

CAUSA  SÉPTIMA. 

Leyó  la  séptima  causa  y  sentencia  el  r.  p.  m.  f.  tomas  ve- 
lasco  DEL  ORDEN  DE  PREDICADORES,  CURA  DE  HUANCAY0  EN 
LA  PROVINCIA  DE  JAUJA,  Y  CALIFICADOR  DEL  SANTO  OFICIO,  QUE 
PERTENECE  AL  SIGUIENTE  REO. 

Fué  este  Joaquín  de  Eivera,  alias  D.  Antonio  de  Ormaza, 
alias  Joaquín  Pasmino,,  español,  natural  de  la  ciudad  de  San 
Francisco  del  Quito,  de  estado  casado,  de  ejercicio  pintor,  y 


—404— 
después  boticario  de  edad  de  mas  de  25  años.  Salió  al  Auto 
con  insignias  de  polígamo,  por  haberse  casado  tres  veces,  vi- 
viendo su  primera  legítima  mujer.  Y  estando  en  forma  de  pe- 
nitente con  soga  de  dos  nudos  al  cuello,  se  le  leyó  su  senten- 
'  cía  con  méritos:  abjuró  de  levi;  j  fué  condenado  á  doscientos 
azotes  por  las  calles  públicas,  y  costumbradas,  y  á  destierro 
de  esta  ciudad,  de  la  del  Quito  y  villa  de  Madrid,  corte  de 
S.  M.  por  espacio  de  seis  años,  que  cumplirá  en  la  ciudad  de 
Guayaquil:  y  que  por  tiempo  de  dos  años  confiese  y  comulgue 
tres  veces  en  cada  uno  por  las  Pascuas  de  IsTatividad,  Eesur- 
reccion  y  Espíritu  Santo,  y  durante  el  destierro,  reze  todos  los 
sábados  un  tercio  de  Eosario  á  María  Santísima.  Y  en  cuanto 
al  vículo"  del  matrimonio  se  remitió  al  Juez  Eclesiástico,  que 
de  la  causa  pueda  y  deba  conocer,  Fueron  sus  padrinos  Don 
Francisco  Arias  Saavedra,  marqués  de  Moscoso,  y  D.  Diego 
Santa-Cruz  y  Centeno. 

CAUSA  OCTAVA. 

Leyó  la  octava  causa  el  doctoe  lon  migüel  saíns  de  val- 
divieso Y  TORREJON,  CATEDRÁTICO  DE  VÍSPERAS  DE  LEYES  EN 
ESTA  REAL  UNIVERSIDAD,  ASESOR  DEL  CABILDO,  Y  REGIMIEN- 
TO DE  ESTA  CIUDAD,  Y  ABOGADO  DEL  REAL  FISCO  DEL  SANTO 
TRIBUNAL,  QUE  PERTENECE  AL  SIGUIENTE  REO. 

Fué  este  José  Pantaleon,  pardo  esclavo,  natural  de  la  ciu- 
dad de  lea  de  este  Arzobispado,  de  estado  soltero  y  sin  ejer- 
cicio, de  edad  (al  parecer)  de  cuarenta  años.  Salió  al  Auto 
con  insignias  de  testigo  íalso,  siendo  inventor,  promovedor, 
director  y  cabeza  de  la  conspiración  que  principió,  y  fomentó 
contra  el  inocente  Don  Juan  de  Loyola  y  Haro,  imputándole 
ser  judio  judaizante  con  muy  execrables  delitos  de  palabras  y 
obras,  y  pretendiendo  afirmar  la  falsedad  del  hecho  y  calum- 
nia con  apariciones,  y  locuciones  sobrenaturales,  é  injuriosas 
á  í^uestro  Señor  Jesucristo  y  á  su  Madre  Santísima,  fingidas 
por  el  depravado  ánimo  de  este  reo.  Y  estando  en  forma  de 
penitente,  se  le  leyó  su  sentencia  con  méritos,  y  fue  conde- 
nado á  doscientos  azotes,  y  á  que  sirva  á  S.  M.  á  ración  y  sin 
sueldo  perpetuamente  en  el  presidio  de  Valdivia;  y  que  todos 
los  viernes  reze  una  parte  de  Eosario  á  María  Santísima:  y 
por  particular  misericordia  del  Santo  Tribunal  no  se  le  relajó 
al  brazo  secular.  Fueron  sus  padrinos  D.  Juan  Bautista  Oasa- 
bona,  mayordomo  del  Excmo.  señor  Virey,  y  D.  José  de  Eo- 
S9,s,  gentil  hombre. 


-405- 


OAUSA  -NOYBNA. 

Leyó  esta  causa  el  expbesado  doctor  don  miguel  ee  val- 
divieso, QUE  pertenece  AL  SIGUIENTE  REO. 

Fué  este  Francisco  del  Eosario,  alias  el  chileno,  de  casta 
zambo  esclavo,  natural  de  la  ciudad  de  Santiao:o  del  reyno  de 
Chile,  de  estado  soltero  y  sin  oficio,  de  edad  de  mas  treinta 
años.  Salió  al  Auto  con  insignias  de  testigo  falso,  por  haber  si- 
do inventor,  promovedor  y  director  de  la  falsa  calumniado  ju- 
dio judaizante,  que  padeció  la  inocencia  de  su  amo  D.  Juan  de 
Loyola,  con  muy  execrables  delitos  de  palabras,  y  obras.  Y 
estando  en  forma  de  penitente,  se  le  leyó  su  sentencia  con  mé- 
ritos, y  fué  condenado  á  doscientos  azotes,  y  á  que  sirva  á  S.M. 
á  ración  y  sin  sueldo  perpetuamente  en  el  presidio  de  Valdi- 
via: y  que  todos  los  viernes  reze  una  parte  de  Eosario  á  Ma- 
ría Santísima,  no  habiéndosele  relajado  al  brazo  secular  por 
conmiseración  particular,  que  tuvo  con  este  reo  el  Santo  Tri- 
bunal. Fueron  sus  padrinos  D.  José  Miguel  de  Ovalle,  y  D. 
Martin  de  Tejada,  gentiles  hombres  del  Excmo.  señor  Virey. 

CAUSA  DÉCIMA. 

Leyóla  el  mismo  ministro,  que  la  antecedente  y  pertene- 
ce AL  siguiente  reo,  QUE  SALIÓ  EN  ESTATUA. 

Fué  este  Juan  de  Hermosilla,  negro  esclavo,  natural  de 
Lima,  de  estado  soltero  de  oficio  botijero,  y  al  parecer  de  trein- 
ta años  de  edad,  que  murió  preso  por  es^e  Santo  oficio.  Salió 
al  Auto  en  estatua  con  insignias  de  testigo  falso  por  la  falsa 
calumnia  de  judio  judaizante,  que  imputó  á  su  amo  D.  Juan 
de  Loyola.  Y  estando  en  forma  de  i)enitente,  se  le  leyó  su 
sentencia  con  méritos.  Fueron  sus  padrinos  D.  José  Cayeta- 
no Hurtado,  caballero  del  orden  de  Santiago,  y  el  coronel  D. 
Diego  Chavez  y  Mesia,  Maestre  de  Campo  del  batallón  de  es- 
ta ciudad. 

CAUSA  UÍTDÉCIMA. 

Continuó  leyendo  esta  causa  el  legente  anterior,  que  i;s 

DE  la  SIGUIENTE  REA. 

Fué  esta  Catharina,  alias  Catha  de  Vera,  zamba  de  indio, 
libre,  de  ejercicio  cocinera  y  lavandera,  natural  de  la  ciudad 
del  Cuzco,  de  cincuenta  años  de  edad  y  de  estado  viuda.  Salió 


—406- 
al  Auto  con  insignias  de  testigo  falso,  por  haber  inventado  y 
promovido  la  falsa  calumnia  de  judio  judaizante  contra  el 
inocente  D.  Juan  de  Loyola,  en  cuya  casa  sirvió  de  criada, 
desde  sus  primeros  años.  Y  estado  en  forma  de  penitente,  se 
le  leyó  su  sentencia  con  méritos,  y  fué  condenada  á  doscieá- 
tos  azotes  por  las  calles  públicas  y  acostumbradas;  y  á  que 
por  tiempo  de  diez  años  sirva  en  el  hospital  de  la  Caridad  ó 
en  otro  de  esta  corte,  según  dispusiese  el  Santo  Tribunal;  y  á 
que  todos  los  viernes  reze  una  parte  de  Eosario  á  María  San- 
tísima. Fueron  sus  padrinos  D.  Antonio  Bansi,  gentil  hom- 
bre del  Excmo.  señor  Yirey,  y  D.  Justino  Solorzado. 

SENTENCIA,  ABSOLUTOEIA. 

El  MISMO  LEGENTE  CONTINUÓ  LEYENDO  LA  SENTENCIA  ABSOLU-, 
TORIA,  QUE  PERTENECE  AL  INOCENTE,  QUE  SE  SIGUE. 

Fué  este  D.  Juan  de  Loyola  Haro  de  Molina,  natural  de  la 
ciudad  de  lea,  donde  obtuvo  los  honrosos  empleos  de  Maestre 
de  campo  del  Batallón,  y  varias  veces  el  de  Alcalde   ordina- 
rio, siendo  de  primer  voto  en  su  ilustre  cabildo  y  regimiento 
de  poco  mas  de  sesenta  años  de  edad,  de  estado  soltero,  que 
preso  por  este  Santo  Oficio,  murió.  Salió  al  Auto  en  estatua; 
y  estando  en  forma  de  inocente  con  palma  en  las  manos  y  ves- 
tido de  blanco,  se  le  leyó   su  sentencia  absolutoria,  dándole' 
por  libre  de  los  delitos  de  heregía  judaismo,  que  por  malicio- 
sa conspiración  y  falsa  calumnia  se  le  imputaron.  Eestituido, 
pues,  al  buen  nombre,  opinión  y  fama  que  antes  de  su  prisión 
gozaba,  se  mandó:  saliese  en   el  acompañamiento   entre   dos 
sujetos  distinguidos,  que  el  Santo  Tribunal  señaló  para  que  le 
apadrinasen  en  la  procesión  de  reos;  y  que  al  tiempo  de  ac- 
tuarse la  función  en  la  Iglesia,  se  colocase  la  estatua  en  me- 
dio de  lo  mas  calificado  del   concurso:  que  levantados  cuales- 
quiera secuestros  y  embargos  hechos  en  sus  fincas  y  bienes  se 
entregasen  del  todo,  según  el  inventario  que  de  ellos  se  hizo, 
cuando  se  secuestraron:  que  si  su  hermano,  Sobrinos  y  parien- 
tes quisiesen  pasear  la  estatua  por  las  calles  públicas  y  acos- 
tumbradas, puesta  en  un  caballo  blanco  hermosamente  enjae- 
zado, lo  ejecutasen  el  dia  siguiente  al  Auto,  en  que  los  Minis- 
tros del  Santo  Tribunal  habían  de  hacer  cumplir  la  pena  de 
azotes,  que  se  impuso  á  cada  reo.  Y  quü  en  atención  á  haber- 
se de  orden  del  Santo  Tribunal  sepultado  secretamente  su  ca- 
dáver en  una  capilla  de  la  Iglesia  de  Santa  María  Magdalena, 
Eecoleccion  de  Santo  Domingo,  pudiesen  exhumarlo  para  ha- 
eeríe  públicas  exequias,  trasladándole  al  lugar  que  por  su  úl- 


—407— 
tima  voluntad  señaló  para  so  entierro;  y  que  á  su  hermano  y 
parientes  se  despachasen  testimonios  de  este  hecho,  para  que 
en  ningún  tiempo  la  padecida  calumníales  sea  embarazo  á 
obtener  los  mas  sobresalientes  empleos  asi  políticos  como  car- 
gos del  Santo  Oficio,  honrándoles  el  Tribunal  con  las  gracias 
que  juzgare  proporcionadas,  para  comprobar  la  inocencia  del 
expresado  D.  Juan  de  Loyola,  difunto.  Fueron  sus  padrinos 
D.  Fermin  deCarbajal,  conde  del  Castillejo,  y  Don  Diego  de 
Hesles  Campero,  Brigadier  de  los  Eeales  Ejércitos  de  S.  M.  y 
Secretíirio  de  Cámara  del  Excmo.  señor  conde  de  Super-Unda, 
Yirey  de  Lima. 

Fenecida  la  lectura  de  las  causas  y  sentencias  bajaron  del 
pavoroso  cadalso  dos  de  los  reos  que  tenian  el  hábito  peniten- 
cial con  media  aspa:  y  puestos  de  rodillas  cerca  de  la  mesa,  que 
estaba  junto  á  las  dos  sillas  que  bajo  del  docel  servían  de  res- 
petoso asiento  a  los  señores  inquisidores,  tocaron  con  las  ma- 
nos la  Cruz  y  Libro  de  los  Evangelios,  haciendo  la  abjuración 
de  vehementi^  que  les  repetía  D.  José  de  Arezcurenaga,  Secre- 
tario del  Santo  Tribunal.  Puesto  entonces  en  pié  el  señor  Vi- 
sitador Dr.  D.  Pedro  Antonio  de  Arenaza  y  Gárate  con  estola 
morada  al  cuello  recitó  en  el  Manual  Eomano  las  oraciones 
prevenidas  para  casos  semejantes:  á  que  acompañando  el  him- 
no Yeni  Creator  Spiritus,  devotamente  entonado  por  la  reli- 
giosa Comunidad,  hizo  á  los  reos  postrados  en  su  presencia  las 
preguntas  de  estilo,  prevenidas  en  el  ceremonial.  Y  repitien- 
do después  la  misma  Comunidad  el  Salmo  del  Miserere,  desti- 
nado á  la  penitente  ceremonia;  seis  religiosos  sacerdotes  re- 
vestidos con  sobrepellices  hirieron  con  unas  varas  las  espaldas 
de  los  reos.  Acabado,  pues,  el  último  versículo  del  expresado 
Salmo,  les  absolvió  el  Señor  Yisitador  según  la  fórmula  del 
mismo  Manual  y  sagrada  costumbre  que  se  observa  en  igua- 
les ocasiones.  Terminada  esta  ceremonia,  condujo  el  Alcaide 
cuatro  reos  que  en  presencia  de  los  señores,  arrodillados,  co- 
mo los  otros,  pronunciaron  la  abjuración  de  lev%  que  les  leyó 
el  mismo  Secretario.  Y  asi  reconciliados  con  la  Iglesia  por 
medio  de  la  absolución  y  arrepentimiento,  prosiguió  la  Misa, 
que  el  celebrante  habia  suspendido,  mientras  hicieron  la  de- 
testación y  abjuración  de  sus  delitos,  conforme  la  naturaleza 
de  ellos;  y  llegando  al  Santus,  encendieron  las  velas  verdes  que 
tenian  en  las  manos.  Después  postrados  delante  la  peaña  del 
Altar  las  ofrecieron  al  Sacerdote  besándole  la  mano,  luego 
que  terminó  con  toda  la  acción  del  Templo  el  Sacro-santo 
Sacrificio  de  la  Misa. 

Concluidas  estas  sagradas  demostraciones  en  la  Iglesia,  que 
recibe  á  su  gremio  á  los  apostatas  de  la  fé;  cuando  reconcilia- 
dos por  mano  de  la  penitencia  se  reúnen  á  ella,  volvió  á  for- 


—408— 
marse  la  procesión  con  aquella  orden  que  habia  entrado.  Y 
procediendo  otra  vez  por  la  Plaza  mayor,  el  Excmo.  Señor 
Virey,  que  también  le  esperaba  á  la  vuelta  en  la  galería  del 
Palacio,  en  que  antes  se  habia  dejado  ver,  repitió  con  el  Tri- 
bunal Santo  de  la  Fé  las  mismas  católicas  demostraciones,  que 
á  la  ida  le  hablan  dictado  su  religioso  zelo  y  fervorosa  cris- 
tiandad. 

Continuando,  pues,  el  ilustre  acompañamiento,  siguió  la 
procesión,  basta  restituirse  al  Tribunal,  donde  terminó  aquel 
admirable  espectáculo  de  la  fé  con  las  atenciones  de  urbani- 
dad y  cortesanía  que  actuaron  los  señores  inquisidores  con  la 
nobleza  que  asistió  á  apadrinar  los  reos,  que  entregados  al 
Alcaide  los  volvió  á  sus  calabozos,  para  que  el  dia  21  saliendo 
en  muías  de  albardapor  las  calles  públicas  á  la  vergüenza,  se 
ejecutase  en  ellos  á  voz  de  pregonero,  la  sentencia  de  azotes, 
que  se  practicó  asi. 

Yenian  los  primeros  á  caballo,  el  Alcaide  y  portero  del  San- 
to Tribunal.  Conducíanse  luego  en  muías  de  al  barda  los  reos 
desnudos  de  la  cinta  arriba  con  las  afrentosas  insignias  de  co- 
roza á  la  cabeza  y  soga  gruesa  al  cuello.  Y  en  cada  esquina  de 
las  calles  públicas  y  acostumbradas,  el  fiel  ejecutor  á  voz  de 
pregonero,  que  publicaba  sus  delitos,  les  heria  con  una  penca 
las  espaldas;  para  que  cumpliéndose  asi  la  sentencia  de  azo- 
tes que  en  vista  de  sus  méritos  se  les  impuso,  pagasen  con  es- 
te linage  de  castigo,  y  otras  penas  de  cárcel  y  destierro  las 
abominables  culpas  quo  cometieron  contra  el  candor  y  pure- 
za de  la  Ley. 

Después  cuatro  lacayos  costosamente  adornados  de  libreas 
de  paño  azul  fino  con  botonaduras,  alamares  y  franjas  de  pla- 
ta, conducían  de  unos  cordones  de  seda  el  generoso  blanco 
bruto  que  con  riquísimos  encintados  de  tisú  de  oro,  silla  de 
terciopelo  carmesí  bordada  de  plata  de  realze  con  artificiosos 
lucientes  briscados,  estribos  y  hevillajes  de  oro  de  martillo  car- 
gaba la  estatua  de  D.  Juan  de  Loyola,  que  ostentando  con  la 
palma  que  llevaba,  el  triunfo  de  la  calumnia,  se  hizo  símbolo 
de  la  inocencia.  Acompañábanle  por  uno  y  otro  lado  con  igual 
grandeza,  asi  en  los  jaezes  de  los  caballos  como  en  la  riqueza 
de  los  vestidos,  los  dos  calificados  sujetos  que  le  hablan  apa- 
drinado en  la  procesión  de  reos  y  celebridad  del  Auto.  Seguía- 
se á  pocos  pasos  vestido  de  terciopelo  negro  con  hábito  y  ve- 
nera del  Santo  Oficio,  y  vara  alta,  insignia  de  su  honroso  car- 
go, el  Alguacil  mayor  del  Santo  Tribunal,  marqués  de  Monte 
Alegre  en  un  brioso  bruto  que  airosamente  manejaba.  Iba 
con  igual  lucimiento  á  su  lado  siniestro  D.  Gaspar  de  Orue, 
Secretnrio  del  Secreto,  acompañándoles  de  retaguardia  un 
trozo  de  caballería,  resto  de  todo  el  cuerpo  militar,  que  con  es- 


—409— 
pada  eo  mano  guarnecian  por  frente  y  costados  el  mísero  y 
abominable  espectáculo  de  reos. 

Asi  pasearon  veintidós  calles  habiendo  subido  hasta  la  pla- 
zuela de  Santa  Ana;  y  de  aquí  descendiendo  por  la  Real  Casa 
de  Moneda,  y  colegio  de  Santo  Tomas,  se  restituyeron  al  Tri- 
bunal donde  el  Alguacil  mayor  volvió  los  castigados  reos  al 
Alcaide,  para  que  puestos  otra  vez  en  sus  encierros  saliesen 
el  señalado  dia  á  cumplir  sus  cárceles,  depósitos  y  destierros. 
Y  para  que  en  cumpliento  de  los  mandatos  del  Santo  Tribu- 
nal ^o  quedase  orden  sin  ejecutarse  el  dia  6  de  Noviembre  en 
la  Iglesia  del  colegio  máximo  de  San  Pablo  con  la  insistencia 
de  la  mayor  parte  de  la  nobleza  de  esta  ciudad,  convidada  por 
los  dichos  calificados  padrinos,  se  hicieron  públicas  exequias 
á  D.  Juan  Loyola:  cuyos  huesos  exhumanos  de  la  bóveda  en 
que  secretamente  se  habian  sepultado,  en  una  capilla  de  la 
Iglesia  de  Santa  María  Magdalena,  se  trasladaron  á  este  Tem- 
plo, donde  se  les  señaló  sitio  para  su  depósito  y  entierro,  en 
que  yacen  en  cerrado  cajón,  debido  honor  á  su  inocencia. 

De  este  modo  se  cumplieron  todos  los  órdenes  del  Santo 
Tribunal,  reconociéndose  en  lo  mas  arduo  indeficiente  el  zelo 
del  señor  consejero  visitador,  y  señores  inquisidores;  pues  en 
medio  de  una  general  desolación,  continuada  plaga  de  tem- 
blores, repetidas  epidemias  y  otras  calamidades  que  bastaban 
á  perturbar  el  ánimo  mas  constante,  siempre  se  ha  experimen- 
tado vigoroso  su  espíritu  para  atender  á  lo  económico  y  civil 
del  Tribunal.  De  manera,  que  aunque  se  deshizo  lo  material 
de  sus  fábricas,  se  mantuvo  en  perfección  lo  formal  de  su  go- 
bierno á  espensas  del  desvelo  y  cuidado  de  tan  celosos  Minis- 
tros, que  aun  á  peligro  de  sus  propias  vidas  (como  se  vio  el 
hecho  de  la  página  2),  desempeñaron  la  obligación  de  su  car- 
go. Y  se  espera  en  la  bondad  divina,  que  pues  los  previno  pa- 
ra defensa  de  tanto  riesgo  los  continuara  para  reparo  de  tan- 
to mal,  interesando  la  cristiandad  en  este  Nuevo  Mundo,  con 
la  actividad  de  su  infatigable  zelo,  muchas  medras  en  la  pu- 
reza de  la  Religión. 


Tomo  vii.  Liteeatuba— 5íi 


RELACIÓN 


Del  auto  particular  de  fe,  celebrado  por  el  Tribunal  del 
Santo  Oficio  de  la  Inquisición  de  Lima,  el  dia  6  de 
Abril  de  1761. 

Habiendo  los  señores  Inquisidores  despachado  algunas  cau- 
sas secretamente  por  el  carácter  de  los  reos  y  naturaleza  de 
sus  delitos;  y  teniendo  conclusas  y  votadas  otras  seis,  cuya  no- 
ticia podia  salir  al  público:  determinaron  celebrar  Auto  parti- 
cular de  fé  el  dia  6  de  Abril  de  1761.  Pasó  á  uoticiarlo  al 
Excmo.  Sr.Yirey  de  estos  Eeynos  el  Sr.  Inquisidor  Fiscal,  y  su 
Exea,  con  el  innato  amor  que  profesa  al  Santo  Oficio  y  al 
bien  público,  que  tanto  depende  de  la  conservación  de  la  pu- 
reza de  uuestra  sagrada  Eeligion,  lo  celebró  con  atentas  es- 
presiones de  obsequio  al  Santo  Tribunal,  ofreciendo  de  la  tro- 
pa de  infantería  y  caballería  la  que  fuese  menester  y  todo  lo 
demás  que  pudiese  conducir  al  mas  autorizado  lucimiento  y 
decencia  de  la  función. 

La  estación  del  tiempo,  todavía  ardiente  y  otros  justos  mo- 
tivos, movieron  á  los  señores  Inquisidores,  á  que  por  la  ruina 
de  la  capilla,  tuviesen  el  Auto  en  la  Sala  de  Audiencia,  á 
puerta  abierta.  Mandaron  citar  á  todos  los  Ministros  del  San- 
to Oficio,  oficiales,  consultores,  calificadores,  comisarios,  va- 
rones honestos  y  caballeros  familiares,  que  compusieron  un 
respetuoso  concurso,  á  que  se  agregaron  otras  muchas  perso- 
nas de  la  mas  distinguida  calidad,  á  quienes  convidó  el  celo  á 


—411— 
las  cosas  de  nuestra  Santa  Fé  Católica;  y  fuera  de  dicha  Sala 
concurrió  innumerable  gente  de  todas  clases,  sin  que  hubiese 
habido  desorden  por  las  premeditadas  disposiciones  de  los  se- 
ñores Inquisidores,  cuya  diligencia  previno  todos  los  medios 
de  evitarle, 

A  la  hora  señalada,  que  fué  la  de  las  ocho  de  la  mañana  de 
dicho  dia  6  de  Abril,  se  empezaron  á  leer  las  reciones  de  las  la 
caucas,  por  el  orden  siguiente; 


PEIMERA  CAUSA. 


Dióse  principio  por  la  de  Diego  Pacheco,  español,  natural 
de  la  ciudad  del  Cuzco,  de  edad  de  treinta  y  ocho  á  cuarenta 
años,  corista  profeso  y  expulso  del  orden  de  San  Francisco  de 
la  provineia  de  San  Antonio  de  los  Charcas;  el  cual  no  tenien- 
do órdenes  algunos,  y  fingiéndose  Sacerdote  de  dicho  Orden 
Seráfico,  ya  con  el  propio  nombre  de  Fray  Diego  Pacheco,  ya 
con  el  fingido  de  Fray  Diego  Zegarra,  y  dejando  el  hábito  y 
poniéndose  en  trage  de  eclesiástico  secular,  llamándose  en 
unas  partes  D-  Antonio  Sánchez,  en  otras  D.  Antonio  de  Por- 
tugal, y  en  otras  D.  Ambrosio  de  Mendoza,  en  el  largo  espa- 
cio de  diez  y  siete  años  cumplidos  estuvo  celebrando  misas  en 
presencia  de  todos  los  vecinos,  ó  los  mas  de  los  muchos  pue- 
blos en  que  residió  de  las  provincias  de  la  Paz,  Lampa,  Azán- 
garo,  Huanta,  Jauja,  Parinachas,  Cotabamba,  Chumbibilcas, 
Andahuaylas  y  Cangallo,  haciendo  ya  de  Ayudante  de  Cura, 
ya  de  Cuaresmero,  y  ya  de  ínter,  confesando,  predicando,  ad- 
ministrando el  Sacramento  del  bautismo  solemnemente^  asis- 
tiendo de  Párroco  á  los  matrimonios  y  velaciones,  confesan- 
do á  los  moribundos  administrándoles  el  viático  y  extremau- 
cion,  y  cometiendo  otros  excesos  escandalosos  en  el  ejercicio 
de  confesor. 

En  cuanto  á  los  bautismos,  tanto  solemnes  como  privados 
en  caso  de  necesidad,  declaró  haber  tenido  intención  de  con- 
ferir el  Sacramento  en  todos  y  administrádole  con  la  materia 
y  forma,  que  le  hace  válido. 

Los  pueblos  donde  perpetro  los  sobredichos  crímenes  res- 
pectivamente, son  Santa  Eosade  Lampa,  Llagua,  Alca,  Char- 
caua,  Guayan  a.  Cachi,  Guancaray,  Payco,  Colíao,  Lampa,  Pu- 
cará, Umachiri,  Yali,  Ayavirí,  Quiñota,  San  Gerónimo,  Yi- 
chongo.  Coica,  Zancos,  Zargua,Totos,Vilcaucho,  Paca,  Chum- 
be, Guancaroma,  Sicsecas,minerales  del  pueblo  de  Pullo,  Cu- 
raguasi,  Chuquibamba,  Chuquinga,  Toraya,  Tambillo,  Poma- 
cocha^  Orurillo  ó  Urubillo,  Turpay,  Mamara,   Guancarama, 


—412— 
Oarbaja,  Oapacmarca,  Limatambo,  Ohalvanca,  Pampamarca, 
Ohucchi,  íí^omanga,  Chagua. 

Salió  este  reo  al  Auto,  con  Sambenito  de  media  aspa,  coro- 
za, soga  al  cuello,  y  una  vela  de  cera  verde  en  las  manos,  se- 
gún lo  prevenido  en  la  sentencia,  que  se  le  leyó  con  méritos; 
y  en  ella  se  mandó,  que  abjurase  de  vehement%  fuese  absuelto 
ad  caiUelam,  desterrado  perpetuamente  al  puerto,  y  presidio 
de  las  islas  de  Juan  Fernandez  á  ración  y  sin  sueldo,  y  con- 
denado en  confiscación  de  la  mitad  des,  su  peculio;  que  el  dia 
siguiente  al  Auto,  saliese  á  la  vergüenza  pública  con  las  mis- 
mas insignias,  en  bestia  de  albarda,  por  las  calles  acostum- 
bradas á  voz  de  pregonero,  que  publicase  su  delito;  que  con- 
fiese y  comulgue^  una  vez  cada  mes  y  reze  una  parte  de  Eosa- 
rio  á  INIaría  Santísima  todos  los  sábados  y  un  Credo  los  vier- 
nes en  todo  el  tiempo  de  $u  destierro,  que  es  el  de  toda  su 
vida, 

SEGUííDA  CAUSA. 


Siguióse  la  causa  deD.  Francisco  Moyén,  natural  de  la  ciu- 
dad de  París,  en  el  reino  de  Francia^  soltero,  de  edad  de  42 
años,  de  ejercicio  músico  violinista  y  dibujante;  el  cual  salió 
al  Auto  con  Sambenito  de  media  aspa,  coroza,  soga  al  cuello, 
mordaza,  y  una  vela  de  cera  verde  en  sus  manos.  Fué  retiñ- 
cado  de  haber  proferido  desde  Buenos  Ayres  á  Potosí,  43  pro- 
posiciones, casi  todas  formalmente  heréticas,  luteranas,  calvi- 
nistas, ubiclefianas,  Quesnelianas  y  de  otras  sectas,  y  algunas 
blasfemas,  injuriosas  al  Sumo  Pontífice,  al  Estado  eclesiásti- 
co y  al  Santo  Oficio. 

La  sentencia  pronunciada  contra  dicho  reo,  que  se  le  leyó 
con  méritos,  fué  que  saliese  al  Auto  en  la  forma  dicha,  y  por 
la  vehemente  sospecha  que  resultaba  contra  él  de  su  proceso, 
abjurase  públicamente  de  vehementi  los  errores  de  que  estaba 
acusado  y  gravemente  sospechoso  en  la  Fé,  y  fuese  absuelto 
ad  caiitelam,  y  condenado  en  confiscación  de  la  mitad  de  sus 
bienes^  desterrado  de  ambas  Américas  é  Islas  adyacentes  su- 
jetas á  la  corona  de  España,  perpetuamente,  y  de  la  Yilla  de 
Madrid,  Corte  de  S.  M.  por  10  años,  los  cuales  cumpla  en  uno 
de  los  presidios  de  África,  Oran,  Ceuta  ó  Melilla  ó  en  la  casa 
de  Penitencia  del  Tribunal  del  Santo  Oficio  de  la  Inquisición 
de  Sevilla,  á  arbitrio  del  Illmo.  Señor  Inquisidor  General  y 
señores  del  Supremo  Consejo  de  la  Santa  General  Inquisición 
ácuya  disposición  fuese  remitido  en  partida  de  registro;  y  por 
espacio  de  dichos  10  años  confiese  y  comulgue  en  tres  Pas- 
cuas de  cada  año,  y  todos  los  sábados  del  niismo  tiempo  reze 


—413— 
una  parte  de  Rosario  á  María  Santísima;  y  que  el  dia  siguien- 
te á  dicho  Auto,  saliese  á  la  vergüenza  por  las  calles  públicas 
y  acostumbradas,  con  las  mismas  insignias,  en  bestia  de  albar- 
da  á  voz  de  pregonero  que  publicase  su  delito;  y  aunque  se  le 
condenó  en  doscientos  azotes,  se  mandó  que  no  se  le  diesen, 
por  el  accidente  que  padece  de  gotacoral;  y  que  se  ejecutase 
todo  sin  embargo  de  suplicación.  (*) 


TERCERA  CAUSA. 

Esta  fué  la  de  Matias  Ponce  do  León,  áliás  José  Zegarra, 
natural  de  la  ciudad  de  Córdova  del  Tiicuman,  de  edad  de 
24  á  25  años,  novicio  lego  que  dijo  haber  sido  del  convento  de 
San  Agustín  de  la  ciudad  de  Guamanga;  de  donde  salió  sin- 
haber  profesado,  y  abriéndose  cerquillo  y  fingiéndose  sacer- 
dote de  dicho  Orden,  dijo  dos  misas,  una  en  el  pueblo  de  Chin- 
chero del  Obispado  de  Guamanga,  y  otra  en  el  pueblo  de  Aban- 
cay  del  Obispado  del  Cuzco,  sin  saber  leer  ni  escribir;  y  en 
esta  segunda  habiéndole  notado  el  indio  sacristán,  que  no  sa- 
bia las  ceremonias,  y  expresádole  qué  misa  habia  dicho, 
que  no  estaba  buena;  le  respondió  este  reo,  dándole  un  revés, 
y  diciéndole:  calla  bruto  que  esta  misa  es  chamberí  que  se  usa 
en  Lima. 

Salió  al  Auto  con  coroza,  soga  al  cuello,  y  ima  vela  de  cera 
verde  en  las  manos,  y  se  le  leyó  la  sentencia  con  méritos;  en 
la  cual  se  mandó,  que  abjurase  de  levi,  y  fuese  desterrado  de 
esta  ciudad  y  Villa  de  Madrid,  Corte  de  S.  M.  por  espacio  de 
10  años,  que  ha  de  cumplir  en  el  presidio  de  Valdivia  á  ración 
y  sin  sueldo;  que  confiese  y  comulgue  tres  veces  al  año  en  di- 
cho tiempo,  es  á)  saber,  en  las  pascuas  de  ÍTavidad,  Resurrec- 
ción y  Espíritu  Santo,  y  reze  una  parte  de  Rosario  á  ISTuestra 
Señora  todos  los  sábados  de  dicho  tiempo;  que  el  dia  siguien- 
te al  Auto  saliese  con  las  mismas  insignias  por  las  calles  pú- 
blicas y  acostumbradas,  en  bestia  de  albarda,  desnudo  de  la 
cinta  arriba  y  le  fuesen  dados  doscientos  azotes  á  voz  de  pre- 
gonero que  publicase  su  delito;  y  todo  se  ejecutase  sin  embar- 
go de  suplicación. 


(*)  El  proceso  original  de  Moyén,  existe  en  esta  Biblioteca  Nacional — 
El  erudito  señor  Vicuña  Mackenna  j)ublicó  el  año  de  1868,  en  Valparaíso, 
eñ  un  folleto  de  155  páginas  ea  4°,  el  estracto  de  esta  célebre  causa,  que  le- 
yéndola obliga  al  mas  ignorante  á  maldecir  á  ese  infernal,  y  no  Santo  Tri- 
bunal, como  se  nombraba,  que  tantas  víctimas  sacrificó  á  su  avaricia  y  ti- 
ranía.—Dicho  folleto  lo  conservo  en  mi  colección  particular, 

M.de  O, 


—414- 


CUARTA  CAUSA. 

Esta  fué  la  de  D.  Eafael  de  Pascual  y  Sedaño,  natural  de  la 
ciudad  de  Cádiz  en  los  reinos  de  España;  de  edad  de  trinta  y 
dos  años,  de  ejercicio  comerciante;  el  cual  siendo  casado  en  la 
ciudad  de  Santiago  de  Chile  con  María  Eugenia  de  Arze,  es- 
pañola, y  hecho  vida  maridable  con  ella,  viviendo  esta  se  vol- 
vió á  casar  en  la  ciudad  de  Santiago  del  Estero,  del  Obispado 
de  Córdova  del  Tucuman. 

Salió  al  Auto  con  coroza,  que  con  vivos  coloridos  manifes- 
taba su  delito  según  estilo,  soga  al  cuello,  y  una  vela  de  cera 
verde  en  las  manos.  Leyósele  su  sentencia  con  méritos,  y  en 
ella  se  mandó  que  abjurase  de  levi,  y  fuese  desterrado  de  esta 
ciudad  y  Villa  de  Madrid,  Corte  de  S.  M.  por  espacio  de  siete 
años,  computados  derde  el  di  a  en  que  fué  preso  por  dicho  de- 
lito en  la  Villa  de  Potosí,  y  que  cumpla  su  destierro  en  el 
puerto  y  presidio  de  las  islas  de  Juan  Fernandez  y  en  dicho 
tiempo  confiese  y  comulgue  las  tres  Pascuas  de  cada  año,  y 
una  vez  cada  mes,  y  reze  un  tercio  de  Eosario  á  María  San- 
tísima todos  los  sábados;  y  en  cuanto  al  vínculo  del  matrimo- 
nio se  remitió  al  Ordinario  eclesiástico  que  de  la  causa  pueda 
y  deba  conocer;  y  que  todo  se  ejecutase  sin  embargo  de  su- 
plicación. 

QUIIíTA  CAUSA. 

El  reo  de  ella  fué  Francisco  de  Toro  Verero,  hombre  blanco, 
natural  de  la  Villa  de  Cajamarca  del  Obispado  de  Trujillo;  de 
edad  de  36  años,  de  ejercicio  labrador  y  mayordomo  de  ha- 
ciendas; el  cual  teniendo  contraído  matrimonio  en  el  pueblo 
de  San  Marcos  de  la  provincia  de  Cajamarca  con  Mcolasa 
Bardales,  española,  con  quien  vivió  maridablemente  cerca  de 
dos  años,  y  viviendo  esta,  se  caso  segunda  vez  en  el  Valle  de 
Guayabamba,  jurisdicción  de  la  ciudad  de  Chachapoyas  del 
Obispado  de  Trujillo. 

Salió  al  Auto  con  las  mismas  insignias  que  el  reo  antece- 
dente, conforme  á  la  sentencia  que  se  le  leyó  con  méritos;  y 
en  ella  se  mandó,  que  abjurase  de  levi,  y  fuese  desterrado  de 
esta  ciudad  y  Villa  de  Madrid,  Corte  de  S.  M.  por  espacio  de 
cuatro  años,  computados  desde  el  dia  en  que  se  votó  su  pri- 
sión, cuyo  destierro  cumplirá  en  la  ciudad  de  Guayaquil,  ó  en 
la  de  Panamá  á  arbitrio  de  este  Santo  Oficio;  y  que  en  dicho 
tiempo  confiese  y  comulgue  las  tres  pascuas  de  cada  año  y 


íe^6  titia  parte  de  Eosario  á  Nuestra  Señora  todos  los  Sábados^ 
y  que  el  dia  si^íuieiite  al  Auto,  saliese  con  dichas  insignias  de 
polígamo  por  las  calles  públicas  y  acostumbradas,  en  bestia 
de  albarda,  desnudo  de  la  cinta  arriba,  á  voz  de  pregonero 
que  publicase  su  delito,  y  por  justos  motivos  no  le  fuesen  da- 
dos los  doscientos  azotes  en  que  se  le  condenaba;  y  en  cuanto 
al  vínculo  del  matrimonio  se  remitió  al  Ordinario  eclesiástico, 
que  de  la  causa  pueda  y  deba  conocer;  y  que  todo  se  ejecuta- 
se sin  embargo  de  suplicación. 


SEXTA  CAUSA. 

Esta  fué  la  de  D.  Juan  Salas,  mestizo,  natural  del  pueblo  de 
Santa  Fé  de  Atunjauja,  en  el  Valle  de  Jauja  de  este  Arzobis- 
pado, de  edad  de  52  años,  de  oficio  sastre,  el  cual  siendo  casa- 
do en  esta  ciudad  de  Lima  eu  la  parroquia  de  Santa  Ana,  con 
Eosa  de  Orihuela,  mestiza,  con  quien  hizo  vida  maridable;  vi- 
viendo ella,  se  volvió  á  casar  en  el  pueblo  de  Pacaráos  de  la 
provincia  de  Canta  de  este  Arzobispado. 

Salió  al  Auto  con  coroza,  que  significase  su  delito,  soga  al 
cuello,  una  vela  de  cera  verde  en  las  manos  según  lo  ordena- 
do en  la  sentencia  que  se  le  leyó  con  méritos;  en  la  cual  se 
mandó,  que  abjurase  de  levi,  y  fuese  desterrado  de  esta  ciudad 
y  Villa  de  Madrid,  Corte  de  S.  M.  por  espacio  de  cinco  años, 
computados  desde  el  dia  de  su  reclusión  en  las  cárceles  de  es- 
te Santo  Oficio,  y  que  cumpla  dicho  destierro  en  el  puerto  y 
presidio  de  las  islas  de  Juan  Fernandez  á  ración  y  sin  sueldo, 
en  cuyo  tiempo  confiese  y  comulgue  en  las  tres  Pascuas  de  ca- 
da año,  y  reze  una  parte  de  Eosario  á  María  Santísima  todos 
los  sábados;  y  que  el  dia  siguiente  al  Auto  saliese  con  las  mis- 
mas insignias  de  polígamo  por  las  calles  públicas  y  acostum- 
bradas, desnudo  de  la  cinta  arriba,  en  bestia  de  albarda,  y  le 
fuesen  dados  doscientos  azotes  á  voz  de  pregonero,  que  publi- 
case su  delito;  y  en  cuanto  al  vínculo  del  matrimoaio  se  re- 
mitió al  Ordinario  eclesiástico  que  de  la  causa  pueda  y  deba 
conocer;  y  que  todo  se  ejecutase  sin  embargo  de  suplicación. 

Concluida  la  lectura  de  las  causas,  los  dos  primeros  reos  hi- 
cieron la  abjuración  de  vehementi,  y  fueron  absueltos  de  la  ex- 
comunión ad  cautelam  por  el  señor  Inquisidor  mas  antiguo  en 
la  íorma  consueta;  y  los  otros  cuatro  reos  abjuraron  de  levi: 
con  lo  que  terminó  la  función  de  este  dia. 

Y  el  siguiente  salieron  por  'las  calles  públicas  y  acostumbra- 
das los  reos  Diego  Pacheco,  D.  Francisco  Moyén,  Matías  Pon- 
ce  de  León,  Francisco  Toro  Verero  y  Juan  de  Salas,  con  las 
mismas  insignias  que  sacaron  al  Auto,  á  excepción  de  la  vela 


—416— 
de  cera  verde,  yendo  por  delante  el  Kuncio  y  portero  de  este 
Santo  Oficio,  y  cerrando  el  paseo  el  Alguacil  mayor,  y  Secre- 
tario menos  antiguo  del  secreto  de  esta  Inquisición,  escolta- 
dos de  la  tropa  de  caballería  de  la  guardia  de  S.  Exc,  es- 
pectáculo que  atrajo  á  innumerable  concurso,  que  ocupaban 
las  plazas  y  calles  del  tránsito,  balcones,  ventanas  y  azoteas 
de  las  casas;  y  los  reos  condenados  á  azotes,  padecieron  esta 
pena,  con  la  del  rubor  y  confusión  de  la  voz  del  pregonero, 
que  publicaba  sus  delitos  y  los  de  los  otros  reos  no  azotados, 
alternando  los  baldones  é  improperios  del  vulgo,  empeñado 
en  afrentarlos  según  su  merecido. 

En  audiencias  de  los  dias  10,  14,  15  y  16  del  mismo  repitie- 
ron los  expresados  reos  ante  los  señores  Inquisidores  las  abju- 
raciones respectivas,  y  fueron  gravemente  advertidos,reprehen- 
didos  y  conminados,  como  estaba  mandado  en  sus  sentencias; 
y  en  cumplimiento  de  la  de  D.  Francisco  Moyén,  fué  este  des- 
pachado bajo  de  partida  de  registro  en  el  ISTavio  de  permiso 
nombrado  San  Juan  Bautista,  que  se  hizo  á  la  vela  del  puerto 
del  Callao  para  el  de  Oí^diz  el  dia  11  de  dicho  mes  de  Abril;  y 
los  dichos  Diego  Pacheco,  Matias  Ponce  de  León  y  Juan  de 
Salas,  fueron  entregados  en  la  cárcel  de  Corte,  á  fin  de  que  en 
las  primeras  ocasiones  sean  remitidos  á  sus  destinos;  y  para 
el  mismo  efecto  están  en  otras  reclusiones  los  otros  reos. 


BREVE  NOTICIA  HISTÓRICA 

Sobre  el  Vireinato  de  Buenos- Aires,  escrita  en  el  año 
de  1803  por  Don  Diego  de  la  Vega,  Visitador  Gene- 
ral de  la  Real  Hacienda.- 


ISTo  quedaba  duda  á  los  españoles  desde  que  ocuparon  la 
tierra  firme,  que  en  lo  interior  del  país  hacia  el  Sur,  habia  un 
grande  imperio  en  que  el  oro  y  la  plata  eran  metales  comu- 
nes. Este  conocimiento  dirigía  todas  sus  miras  hasta  aquel 
punto,  que  presentaban  conio  impenetrables  esí)esos  bosques, 
pantanosos  esteros  y  escarpadas  montañas.  ¿  Pero  qué  podia 
espantar  á  los  españoles  del  siglo  XVÍ  ?  Mientras  los  del  Da- 
rien  tentaban  todos  los  recursos  para  abanzarse  al  Poniente 
de  la  América,  la  Corte  trataba  de  continuar  el  descubrimien- 
to por  el  Naciente.  Con  esta  mira  por  los  años  de  1500  se  en- 
golfaron en  incógnitos  mares  los  célebres  Pinzones  hasta  tro- 
pezar con  el  Brasil,  donde  dejaron  noticia  de  su  arribo  en  las 
cortezas  de  los  árboles. 

El  reconocimiento  de  aquel  terreno  y  su  demarcación,  no 
satisfacía  la  idea  favorita  de  penetrar  á  la  patria  del  oro,  pe- 
ro pudiendo  á  mayor  altura  hallarse  entrada,  pasó  á  su  reco- 
nocimiento el  año  de  1508  Vicente  Yañez  Pinzón,  acompaña- 
do del  insigne  cosmógrafo  Jnan  Diaz  de  Solis.  Continuando 
la  costa  llegaron  hasta  los  40  grados  Sur,  y  advirtieudo  que 
aun  se  dilataba  hacia  el  Polo  meridional,  volvieron  á  España 
con  estas  observaciones  en  el  año  de  1513. 

ToM.  VII  Literatura — 53. 


—418— 

Después  de  esto  los  del  Darien  venciendo  dificultades,  que 
hoy  son  para  nosotros  inseparables,  penetraron  hasta  la  costa 
occidental  por  donde  se  les  figuraba  ya  franco  el  j>aso  al  Asia, 
y  en  donde  tuvieron  mas  próximas  noticias  de  la  vecindad  del 
Imperio  de  los  Incas.  Hízose  con  esto  tan  plausible  su  descu- 
brimiento, que  el  esforzado  Basco  ÍTuñez  de  Balboa  tomó  po- 
sesión de  aquellos  mares,  entrándose  en  el  agua  hasta  la  cin- 
tura. Heno  de  una  hinchazón  semejante  á  la  de  Jerjes  cuando 
azotó  el  mar  de  Grecia. 

Mientras  estos  incomparables  aventureros  se  aproximaban 
al  Perú  por  el  Occidente,  la  Corte  trataba  de  ocupar  las  en- 
tradas que  pudiese  tener  por  el  Levante,  Los  pilotos  Pinzón 
y  Solis  no  podian  dar  razón  si  la  gran  boca  que  se  habria  en- 
tre los  cabos  de  Santa  María  y  San  Antonio  era  solo  una  en- 
senada, como  debieron  presumir.  La  calidad  del  agua  salada, 
la  sonda  y  la  convergencia  de  la  costa  lo  indicaban  así;  pero 
no  era  cosa  de  descansar  en  presunciones,  por  fundadas  que 
fuesen.  Para  rectificar,  pues,  este  reconocimiento  zarpó  del 
puerto  de  Lepe  á  3  de  Octubre  de  1515  el  mismo  Juan  Diaz 
de  Solis,  siguiendo  su  primera  derrota  hasta  el  cabo  de  Santa 
María:  dobíó  éste,  y  continuó  la  costa  por  su  rumbo.  Parece 
que  desde  entonces  quedó  con  el  nombre  de  arroyo  de  Solis 
el  primero  con  que  tropezó.  Al  llegar  á  la  punta  de  Santa 
Lucía  halló  agua  dulce  contra  todo  lo  que  podía  prometerse, 
y  prosiguiendo  aguas  arriba,  vino  á  dar  con  la  inhospital  na- 
ción de  los  Charrúas. 

Era  entonces  esta  nación  muy  numerosa,  y  se  extendía  por 
gran  parte  de  la  costa  oriental  del  Uruguay  y  Paraná,  y  ha 
sido  de  carácter  tan  insociable,  que  en  200  años  no  se  ha  podi- 
do conseguir  su  civilización,  permitiendo  mas  bien  acabarse, 
hasta  reducirse  al  n amero  de  200  ó  300  familias  que  hoy  exis- 
ten todavía  independientes,  y  enemigas  nuestras.  Suceso  ra- 
ro, que  muestra  hasta  donde  puede  llegar  el  entusiasmo  de 
los  hombres,  y  prueba  la  humanidad  de  los  españoles,  que  por 
espacio  de  (ios  siglos  los  toleramos,  sin  embargo  de  estar  si- 
tuados en  medio  de  nosotros,  y  pudiendo  por  tanto  consumir- 
los con  una  seña.  Solis  desprevenido  entró  á  tratar  con  esta 
pérfida  gente,  y  pagó  con  la  vida  su  confianza.  AíÓDÍta  la 
Europa  con  los  progresos  de  los  españoles,  llegó  á  temer  que 
una  nación  guerrera,  sostenida  por  los  tesoros  de  las  Indias 
aspirase  a  la  monarquía  universal.  Esta  emulación  suscitó  á 
Carlos  I  de  Castilla  tantas  guerras,  que  no  pudiendo  atender 
á  todo,  se  olvidó  el  gran  rio  de  Solis  por  algún  tiempo.  Entre 
tanto  los  portugueses,  a})rovecliándose  de  las  circnnstancias, 
se  posesionaron  del  Brasil,  y  esta  vecindad  llamó  la  atención 
de  la  Corte;  que  armando  una  formal  expedición,  la  puso  á 


—419— 
cargo  de  Diego  García,  que  dio  la  vela  á  15  de  Agosto  del 
año  de  1526. 

En  IV  de  Abril  del  mismo  año  habia  partido  de  Sevilla  Se- 
bastian Gabot,  de  nación  veneciano,  i)iloto  de  nombre  en  Eu- 
ropa, con  el  encargo  de  seguir  las  huellas  del  inmortal  Maga- 
llanes para  doblar  la  América,  y  pasar  al  Oriente  en  solicitud 
de  los  países  de  Ofir  y  Tarsis,  de  donde  pudo  Salomón  acopiar 
I)rodigiosas  riquezas.  El  vulgo  se  enfatuaba  con  estas  ideas  y 
se  arrojaba  así  á  peligros  espantosos;  pero  la  Corte  llevaba  en 
ello  las  miras  de  anticiparse  en  el  Asia  á  otras  naciones  em- 
prendedoras. La  escojida  tripulación  de  Gabot  al  hallarse  en 
la  inmediación  del  rio  de  Solis,  no  pudo  menos  de  comparar 
la  asombrosa  imagen  de  su  empresa,  con  la  facilidad  de  tomar 
tierra  en  breve,  y  hallar  acaso  un  tránsito  mas  inmediato  ala 
felicidad,  y  pasando  de  la  murmuración  á  la  turbulencia,  obli- 
gó al  prudente  Gabot  á  confoiinarse  con  este  plan.  A  conse- 
cuencia, para  conducirse  por  el  derrotero  de  Solis,  arribó  al 
puerto  de  Patos  en  altura  de  32  grados  8  ms.  Desde  allí  vino 
á  reconocer  el  cabo  de  Santa  María,  y  doblándola  se  introdu- 
jo aguas  arriba  con  mas  precaución  que  el  primer  descubridor, 
hasta  Ta  confluencia  de  un  rio  que  entra  en  el  Uruguay,  y  lla- 
mó San  Salvador,  nombre  que  dio  también  á  un  fortin  que 
allí  construyó.  Desde  aquí  volviendo  aguas  abajo,  atravesó  á 
la  costa  del  Sur,  y  siguiendo  por  ella  rio  arriba,  entró  por  un 
canalizo,  que  ahora  llamamos  de  la  Cruz  Colorada,  y  él  uom- 
bró  del  Espíritu  Santo,  que  saliendo  al  canal  de  las  Palmas, 
le  condujo  hasta  la  confluencia  de  otro  rio,  que  los  naturales 
llamaban  Cara-cara-aña,  y  nosotros  por  corrupción  el  Oarca- 
rañal.  Allí  fundó  un  fuerte,  a  quien  dio  también  el  nombre 
que  habia  puesto  al  rio,  titulándole  Sancti  Sjpiritus.  Desde 
aquí  aun  siguió  viaje  por  el  Paraná  hasta  el  arrecife  inmedia- 
to á  la  isla  Apuype;  pero  en  estas  andanzas  no  hallando  mas 
que  maravillas,  por  entonces  estériles,  como  incapaces  de  cos- 
tear una  expedición  numerosa,  volvió  á  la  confluencia  que 
habia  reconocido  de  los  rios  Paragurry  y  Paraná,  y  subiendo 
por  el  priuiero  se  abanzó  hasta  lo  que  hoy  se  llama  la  Villeta, 
poco  mas  abajo  de  donde  se  situó  la  ciudad  de  la  Asunción. 
Aquí  vio  Gabot  <le  lo  que  anhelaba.  Los  naturales  poseían  al- 
hajas de  plata  que  rescató  por  l)ugerias,  cuyo  brillo  llenó  de 
admiración  á  los  bárbaros.  Se  informó  de  que  aquella  plata 
venia  de  mas  al  ISTorte,  y  considerando  que  los  indios  pobla- 
dos á  las  costas  de  los  rios,  por  el  goce  de  la  pesca  y  comodi- 
dad de  los  bosques  se  comunicarían  hasta  el  Perú,  de  donde 
al  parecer  bajaban  los  rios,  halló  lo  bastante  para  dar  á  su 
descubrimiento  un  aire  de  importancia,  capaz  de  disculpar  su 
resolución.    A  este  tiempo  arribó  Diego  García;  pero  Gabot 


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con  mas  y  mejor  gente  supo  sostener  su  derecho  y  someter  á 
García,  con  lo  que  poniendo  orden  á  todo  volvió  á  la  Penín- 
sula el  año  de  1530.  Las  muestras  de  plata  ie  sirvieron  de 
descargo  en  el  proceso  que  se  le  fulminó,  y  sus  importantes 
trabajos  fueron  premiados  con  el  empleo  de  piloto  mayor  del 
Keino. 

Gabot  en  los  descargos  de  su  proceso  vistió  de  tal  ai)arato 
el  descubrimiento  de  este  rio,  que  le  mereció  el  nombre  del 
Eio  de  la  Plata,  y  provocó  )a  codicia  de  gran  número  de  pre- 
tendientes. Fué  preciso  todo  el  influjo  de  Don  Francisco  de 
Cobos,  Secretario  del  Emperador,  i)ara  que  lograse  la  prefe- 
rencia su  deudo  Don  Pedro  de  Mendoza,  Caballero  Mayoraz- 
go de  GuadÍ3í,  Oficial  acreditado  en  las  guerras  de  Italia  al 
mando  del  Condestable  Borbon.  Diósele  el  nombramiento  de 
Adelantado  del  Eio  de  la  Plata  en  virtud  de  capitulaciones 
fechas  á  21  de  Mayo  de  1534.  El  crédito  del  Adelantado,  el 
favor  del  Secretario  Cobos,  las  ponderaciones  de  Gabot  y  el 
cese  de  las  guerras  de  Italia  y  Flandes  acumularon  tantos 
aventureros,  que  Mendoza  tuvo  en  que  escoger,  y  se  halló 
prontamente  surtido.  Jamás  se  ha  hecho  á  la  América  una 
expedición  de  tanto  número  de  españoles,  de  tanta  calidad,  ni 
de  tanta  fuerza,  como  la  que  á  cargo  de  Don  Pedro  Mendoza 
partió  de  San  Lúcar  á  19  de  Setiembre  de  1534.  Esta  expedi- 
ción siguió  los  derroteros  de  Solis  y  Gabot,  que  apesar  de  su 
imperfección,  continuaron  en  crédito  á  falta  de  otros,  hasta 
poco  tiempo  ha  en  que  aun  venian  los  barcos  á  recalar  á  la 
ensenada  de  Castillos.  Siguiendo  la  costa  llegó  á  la  isla  de 
San  Gabriel,  desde  donde  mandó  Mendoza  á  reconocer  la  del 
Sur,  en  que  debia  situarse  para  continuar  el  descubrimiento 
hasta  los,  términos  del  Adelantazgo  de  Diego  de  Almagro. 
Eligiese  con  acierto  que  debe  admirar  el  paraje  en  que  se  si- 
túa la  capital  de  Buenos- Aires  fundada  por  Mendoza)  en  el 
año  de  1535  en  cumplimiento  de  sus  capitulaciones. 

Debia  contar  Mendoza  con  los  progresos  de  los  pobladores 
que  habia  dejado  Gabot;  pero  á  la  sazón  hablan  sido  derrota- 
dos y  dispersos  por  los  naturales  del  país,  que  hablan  traslu- 
cido las  ideas  de  los  españoles.  Una  de  bis  principales  circuns- 
tancias que  escandalizaban  á  los  salvajes  en  el  trato  de  estos, 
era  la  de  que  á  sti  entender  parecía  voracidad  insaciable. 
Acostumbrados  los  bárbaros  á  vivir  principalmente  de  la  caza 
y  pesca,  el  trabajo  de  hallar  el  alimento  los  enseña  á  una  par- 
quedad extrema,  mientras  la  abundancia  hace  voraces  las  na- 
ciones cultas.  Un  español  necesitaba  el  alimento  de  diez  in- 
dios, y  poco  prácticos  en  el  ejercicio  de  la  caza,  era  preciso 
que  estos  les  buscasen  la  couiida,  multiplicando  su  fatiga  ex- 
tremadamente.   No  es  necesario  mas  motivo  que  este,  para 


—421— 
que  loa  Querandis,  pueblo  numeroso,  que  habitaba  esta  ense- 
nada rica  en  caza  y  pesca,  se  asonibi-asen  y  tuviesen  por  per- 
didos al  ver  desembarcar  una  expedición  de  íi,000  hombres 
de  armas,  sus  mujeres  é  hijos,  fuera  de  la  tripulación  de  once 
naos,  y  mas  viéndolos  llegar  exhaustos  de  víveres.  Estos  co- 
nocimientos aseguraban  á  los  Quer.andis  la  victoria,  uo  pu- 
diendo  ser  socorridos  los  españoles,  y  aunque  á  la  primera  en- 
trada estos  los  derrotaron  y  apoderaron  de  su  principal  pue- 
blo, pronto  se  reunieron  aquellos,  y  después  de  muchos  en- 
cuentros, manteniendo  un  constante  asedio,  redujeron  á  esta 
ciudad  de  Buenos-Aires  á  la  situación  y  á  los  horrores  en  que 
se  vio  Jerusalen  cercada  por  Vespasiano. 

Sin  embargo  estos  españoles  que  parecian  hombres  de  una 
especie  singular,  se  mantuvieron  apesar  de  la  hambre  y  délos 
esfuerzvts  de  los  Querandis:  en  vano  estos  bárbaros  ¡m])ertér- 
ritos  despreciaron  la  ventaja  de  nuestras  armas,  hasta  térmi- 
nos de  asaltar  y  quemar  tres  de  los  bergantines  que  estaban 
en  el  riachuelo,  marchando  de  frente  á  su  artillería:  en  vano 
estrechaban  el  cerco  para  impedir  la  busca  de  víveres:  los  es- 
pañoles perdiendo  mucha  gente,  no  perdían  el  ánimo,  y  unos 
pescaban  mientras  peleaban  los  demás.  El  Adelantado  despa- 
chó á  los  capitanes  Juan  de  Oyólas  y  Domingo  de  Irala  por 
el  rio  en  busca  de  víveres:  tardaron  en  volver,  crecieron  las 
penurias,  el  mismo  Adelantado  se  embarcó  con  este  objeto; 
pero  conociendo  lo  infructuoso  de  sus  diligencias,  resolvió  pa- 
sar á  España,  dejando  el  mando  al  citado  Oyólas.  Se  retiró 
en  efecto  el  año  de  1537  y  murió  en  la  navegación. 

El  capitán  Oyólas  seguia  la  fatigosa  empresa,  y  en  ella  fa- 
lleció también,  recayendo  el  mando,  ó  sabiendo  apropiárselo 
el  capitán  Domingo  Martínez  de  Irala,  hombre  de  extraordi- 
narios conocimientos  políticos  y  militares,  de  un  valor  á  toda 
prueba;  pero  de  una  ambición  que  no  perdonaba  medio  como 
viniese  bien  á  sus  intentos.  Este  hombre  activo,  en  medio  de 
tantos  obstáculos  y  de  la  inmensa  distancia,  no  solo  mantenía 
la  población  de  Buenos- Aires,  sino  la  colonia  ataanzada  en  la 
Asunción  del  Paraguay,  hallándose  á  tiempo  en  todas  partes. 
Así  entretuvo  la  conquista  hasta  el  año  de  1539  en  que  arribó 
á  esta  ciudad  el  Veedor  Alonso  Cabrera  con  algunos  socor- 
ros. Eespiraron  los  españoles,  y  se  fortalecieron  tanto,  que 
faltando  ya  la  necesidad  que  los  reunía  empezó  á  reinar  la 
discordia,  y  en  ella  se  desplegó  la  ambición  de  Irala,  que  á 
este  ídolo  sacrificó  muchas  víctimas.  Pensando  el  Veedor  si- 
tuarse en  la  Asunción,  receló  Irala  que  este  pensamiento  po- 
dría menoscabar  su  autoridad,  y  resolvió  acompañarle  con  la 
mayor  parte  de  la  gente,  que  á  precio  de  licencias  tenia  com- 
I)rada.  Hicieron  lo  así,  dejando  en  Buenos- Aires  bien  atrin- 


—422— 
cherado  al  capitán  Juan  Romero  con  160  hombres  escogidos. 
Los  demás  se  pasaron  al  Paraguay,  en  donde  Cabrera  fué  en- 
vuelto en  las  artes  de  Traía. 

Juan  Romero  el  año  siguiente  de  541  despachó  á  España 
una  caravela,  que  arribando  á  Santa  Catalina  encontró  en  es- 
ta isla  al  nuevo  Adelantado  Alvar  Nuñez  Cabeza  de  Baca, 
que  en  virtud  de  cai^itulaciones  fechas  en  18  de  Marzo  de  1540. 
Salió  de  San  Lúcar  á  2  de  Noviembre  del  mismo  año.  Este 
varón  famoso  en  la  conquista  de  la  Florida,  vecino  de  Sevilla, 
natural  de  Jerez,  nieto  del  Adelantado  Pedro  de  Vera,  funda- 
dor de  la  gran  Canaria,  impuesto  de  la  situación  de  las  cosas, 
y  atendiendo  á  la  conservación  del  ganado  vacuno  que  con- 
duela, prefirió  para  de  pronto  la  situación  pacífica  del  Para- 
guay, á  la  tumultuaria  de  Buenos-Aires,  y  emprendió  el  ex- 
traño viaje  de  atravesar  desde  Santa  Catalina  á  la  Asunción. 
Los  de  Buenos- Aires  con  esta  noticia,  y  por  instrucción  de 
Irala,  abandonando  yeguas  y  caballos  la  desampararon  para 
ir  a  la  Asunción  á  incorporarse  con  el  resto  de  españoles  que 
allí  se  hallaron  juntos  el  10  de  Marzo  de  1542  en  que  entró 
Alvar  ÍTuñez  después  de  un  penoso  viaje,  para  el  que  no  qui- 
so Irala  enviarle  auxilio  alguno. 

La  austeridad  de  este  jiersonaje  un  poco  fuera  de  sazón, 
empezó  á  disgustar  á  los  pobladores  y  mantener  la  adhesión 
al  partido  de  Irala.  Acaso  por  no  desmembrarse,  aparentó  el 
capitán  Gonzalo  de  Mendoza  no  haberse  podido  mantener  en 
el  sitio  de  Buenos- Aires,  á  donde  fué  enviado  por  Alvar  Nu- 
ñez,  que  no  perdió  de  vista  la  mejor  situación  de  la  capital  de 
estas  provincias.  Por  último,  Irala  se  descubrió,  y  los  conquis- 
tadores procesaron  al  Adelantado  en  vi  án  dolo  preso  á  España, 
con  lo  que  aquel  hombre  astuto  volvió  á  tomar  el  mando  y 
hacer  en  él  cosas  dignas  de  un  legítimo  jefe. 

En  lugar  de  Alvar  Nuñez  nombró  la  Corte  á  Jayme  Res- 
quin,  el  que  habiendo  salido,  volvió  de  arribada,  y  se  desva- 
neció su  expedición. 

Con  este  motivo  se  nombró  á  Juan  de  Sanabria  por  capitu- 
laciones firmadas  en  22  de  Junio  de  547,  pero  habiendo  muer- 
to, se  propuso  á  su  hijo  Diego  de  Sanabria,  que  fué  detenido 
I)or  litis-pendencias,  y  nombró  en  su  lugar  al  capitán  Juan 
Salazar  de  Espinosa.  Este  lugarteniente  partió  de  San  Lúcar 
el  año  552;  pero  dando  á  conocer  su  ineptitud  en  la  navega- 
ción, fué  depuesto  por  los  compañeros  y  reconocido  en  su  lu- 
gar Hernando  de  Trejo,  que  siendo  echado  en  la  costa  por  los 
malos  tiempos,  fundó  en  las  islas  de  Canaiiea  y  Santa  Catali- 
na una  ciudad,  que  llamó  de  San  Francisco.  No  pudo  Trejo 
sostener  su  población  por  falta  de  víveres,  por  lo  que  la  aban- 
donó y  se  trasladó  al  Paraguay,  en  donde  debia  representar 


_423— 
por  el  Adelantado  Die^o  de  Sanabria,  si  Domingo  de  Traía 
hubiera  sido  de  humor  de  someterse  á  sus  sostitiitos.  Formóle 
cargo  j)or  el  abandono  de  la  ciudad  de  San  Francisco  y  lo  pu- 
so en  prisión,  hasta  que  el  Rey  lo  declaró  liíjre. 

El  último  asiento  celebrado  por  esta  conquista  y  fundación 
fué  el  de  Juan  Ortiz  de  Zarate,  Caballero  del  Orden  de  San- 
tiago, con  el  Sr.  J).  Felipe  II,  en  22  de  Julio  de  1509.  En  su 
Anrtud  partió  de  San  Lúcar  á  17  de  Octubre  de  1572,  y  des- 
pués de  muchos  contratiempos  llegó  al  Paraguay  á  fines  de 
74.  Este  adelantado  corrió  aun  mas  triste  suerte  que  los  otros, 
miu'iendo  de  un  tósigo  el  año  siguiente  de  575.  Dejó  por  al- 
baceas  á  los  capitanes  Juan  de  Garay  y  Martin  Duré,  y  fue- 
ron sus  herederos  Eodrigo  Ortiz  de  Zarate,  D.  Gonzalo  Mar- 
tel  de  Gu/man  su  yerno,  y  Da.  Juana  Ortiz  de  Zarate,  niña 
soltera.  No  pudo  ser  mas  acertada  la  elección  de  albacea  y 
tutor,  que  la  que  hizo  en  el  capitán  Garay.  Este  hombre  acti- 
vo, prudente  y  emprendedor  pasó  á  Charcas  y  negoció  parala 
ilustre  pupila  el  casamiento  con  el  Oidor  Juan  Torres  de  Ve- 
ra y  Aragón,  que  podia  sufragar  la  costa  de  la  fundación.  En 
este  caballero  recayó  el  efectivo  Adelantazgo:  los  otros  hijos 
conservaron  por  honor  el  título,  y  se  les  contentó  con  tierras. 
Entre  los  indios  de  esta  debieron  suscitarse  algunas  discordias, 
que  supo  aprovechar  Garay,  y  partiendo  de  la  Asunción  con 
poderes  del  Adelantado,  se  trasladó  á  este  puerto  con  solos  60 
hombres,  entre  ellos  los  hijos  de  Ortiz  de  Zarate.  Inmediata- 
mente trató  de  reedificar  la  ciudad,  y  alzó  pendones  un  dia 
Miércoles  11  de  Junio  de  1580.  Atrájose  Garay  varias  i^arcia- 
lidades  de  indios^  que  x>or  entóuces  puso  en  encomienda,  y 
que  luego  los  generosos  pobladores  dejaron  en  libertad.  Fué 
tal  su  actividad,  que  cuando  los  Querandis  pudieren  reunirse 
para  acometerlo,  sin  embargo  de  no  contar  aun  dos  años  de 
población,  le  hallaron  tan  apercibido,  que  hizo  en  ellos  tal 
mortandad,  que  ha  dejado  hasta  ahora  el  nombre  de  la  Ma- 
tanza al  campo  de  la  batalla. 

Estas  buenas  disposiciones  fueron  respetadas  por  aquellos 
tiempos  del  corsario  inglés  Eduardo  Fontano. 

Otro  tanto  sucedió  por  los  años  de  1587  al  terrible  pirata 
Tomas  Oandich. 

Lo  mismo  acaeció  en  1628  á  los  holandeses  que  situados  en 
en  el  Brasil  trataban  de  seducir  nuestros  bravos  fundado- 
res. 

Entre  las  vastas  empresas  de  Luis  el  Grande  fué  una  equi- 
par tres  barcos  para  apoderarse  de  esta  capital  en  1658:  con- 
dújolas  su  general  Timoteo  de  Osíuar,  conocido  por  el  caba- 
llero de  la  Fotén;  pero  le  salió  muy  adverso  su  designio,  por 
habérsele  apresado  la  capitana  con  pérdida  de  mucha  gente  y 


de  dicho  generálj  y  las  otras  dos  regresaron  á  í^rancía  bastaíi- 
te  maltratadas. 

Al  cumplir  un  siglo  esta  población  estuvo  ya  en  estado  de 
atravesar  el  rio  para  desalojarj  como  desalojó  á  los  portugue- 
ses de  la  colonia. 

Los  franceses  se  asomaron  en  1698:  los  dinamarqueses  al 
año  siguiente;  udos  y  otros  desistieron  de  su  empresa. 

En  1705  pasó  este  vecindario,  auxiliado  de  pocas  tropas  de 
línea,  al  sitio  de  la  colonia  que  rindieron. 

En  el  de  1717  intentaron  los  frauceses  establecerse  en  las 
inmediaciones  del  cabo  de  Santa  María  á  ocho  leguas  de  Cas- 
tillos; pero  fueron  al  instante  desalojados  con  pérdida  de  mu- 
cha gente,  y  de  su  principal  jefe  Estévan  Moreau. 

Los  portugueses  en  el  de  1724  proyectaron  establecerse  en 
Montevideo;  pero  inmediatamente  fuérou  desalojados. 

La  misma  colonia  tuvo  igual  suerte  en  el  de  1762  que  la  re- 
ferida ^n  el  de  1705. 

La  guerra  con  los  infieles  ha  sido  continua,  sosteniéndola  el 
vecindario  con  sus  personas,  hasta  que  creciendo  en  haberes 
ha  podido  confiar  su  defensa  á  dus  cuerpos  de  caballería,  y 
otras  compañías  sueltas,  que  se  pagan  perpetuamente  de  ar- 
bitrios municipales,  cosa  de  que  no  puede  gloriarse  otra  pro- 
vincia de  toda  la  monarquía,  ni  acaso  tiene  ejemplar  en  el  or- 
be, si  se  compara  este  costo  con  el  número  y  rentas. del  vecin- 
dario. 

Al  mismo  tiempo  que  ha  sido  tan  enérgica  y  belicosa  esta 
capital  del  Eio  de  la  Plata,  es  muy  notable,  que  jamás  se  ha- 
ya en  ella  sentido,  desde  su  fundación,  el  mas  leve  rumor  de 
tumulto  ni  alboroto  público,  quedes  otra  no  pequeña  gloria. 

Estas  prendas  la  han  merecido  el  honroso  título  de  M.  íí.  y 
M.  L.  concedido  por  real  cédula  de  5  de  Octubre  de  1716  con 
otros  muchos  privilegios,  que  sería  extenderse  demasiado  pa- 
ra referirlos. 

Su  situación  en  un  clima  templado  á  los  34  grs.,  36  ms.  y 
43  grs.  de  latitud  meridional,  y  54  grs.,  58  ms.  25  seg.  de  lon- 
gitud occidental  del  meridiano  de  Madrid,  fértil  terreno,  y  á 
orillas  de  un  rio  caudaloso,  es  á  un  mismo  tiempo  la  mas 
oportuna  para  un  ventajoso  trauco.  Recibe  de  Europa  los 
efectos  comerciables  por  su  puerto,  y  los  trasmite  por  cami- 
nos llanos  hasta  la  inmediación  del  Perú  y  Chile.  Estas  pro- 
vincias le  son  naturalmente  tributarias  por  los  renglones  de 
muías  y  yerba  mate. 

Estas  ventajas  estuvieron  embotadas  por  haberse  prohibido 
la  internación  del  comercio  en  odio  del  tráfico  ilícito  que  de 
la  colonia  podia  hacerse;  pero  á  un  mismo  tiempo  se  destruyó 
esta,  se  estableció  el  comercio  libre  y  se  erigieron  estas  pro- 


—425— 
vincias  en  vireynato,  con  lo  que  la  capital  empezó  á  aprove- 
char rápidamente  de  sus  proporciones. 

Su  comercio  ceñido  40  años  há  á  500  ó  600  toneladas,  ocu- 
pa en  el  dia  sobro  5.  El  tráfico  de  negros  con  ambas  Améri- 
cas,  puede  ser  privativo  de  Buenos  Ayres  por  su  situación. 
Cincuenta  años  há  no  ascendía  la  importación  anual  de  Euro- 
pa á  un  millón  de  pesos:  actualmente  pasa  de  cinco.  Esta  pro- 
gresión ofrece  que  Buenos  iVyres  dentro  de  poco  podrá  pagar 
todo  lo  que  necesita,  y  andando  los  tiempos  ascenderá  á  la 
opulencia. 

Cerciorada  de  ella  nuestra  Corte,  ha  dotado  la  provincia  de 
todos  los  Tribunales,  Cuerpos  y  Empleos  conducentes  á  su  ad- 
ministración y  decoro,  cuya  enumeración  se  hace  para  instruc- 
ción y  guia  de  forasteros. 

CRCWOLOGIA  DE  LOS  SES^ORBS  GOBBRíí ADORES  QFE  HA  TENIDO 
ESTA  PROVIiíOIA  DEL  RIO  DE  LA  PLATA. 

Quedan  manifestados  en  el  discurso  antecedente  los  Ade- 
lantados que  hau  gobernado  estas  provincias,  por  lo  que  se- 
guirá la  serie  de  eííos  desde  el 

LicenGiado  Juan  Torres  de  Vera  y  Aragón,  natural  de  Anda- 
lucia,  de  cuya  nobilísima  propia  han  salido  muchos  ilustres 
héroes.  Fué  Adelantado,  Grobernador  y  Capitán  General  de 
estas  Provincias;  pero  no  vino  á  ellas  en  mucho  tiempo,  sino 
que  las  gobernó  por  Tenientes  Generales.  En  el  año  de  1587 
se  retiró  á  esta  gobernación,  en  cuyo  tiempo  se  fundaron  las 
ciudades  de  Villarrica,  Concepción  y  Corrientes.  Eenunció  el 
Adelantazgo  en  1591  con  el  ñn  de  restituirse  á  su  patria  Es- 
tepa, habiendo  antes  ^nombrado  por  su  Teniente  al  insigne 
Capitán 

Juan  de  (¡faray,  que  reedificó  estaM.  íí.  ciudad  en  11  de  Ju- 
nio de  1580  como  queda  referido,  y  gobernó  hasta  el  de  1584 
en  que  falleció,  succedióndple 

Alonso  de  Vera,  por  nombramiento  del  Adelantado  su  tío, 
cuyo  empleo  ejerció  hasta  el  añodel591  que  tuvo  por  sucesor  á 

Hernandarias  de  Saavedra,  natural  de  la  Asunción  del  Pa- 
raguay, de  noble  linage.  Entró  á  mandar  por  elección  de  los 
conquistadores  dicho  año  de  59  L  Sirvió  á  8-  M.  desde  su  tier- 
na edad  en  todas  las  funciones  que  se  ofrecieron  con  mucho 
valor,  de  modo,  que  fué  uno  de  los  héroes  mas  ilustres  que 
han  producido  las  ludias,  mereciendo  por  sus  heroicos  hechos 
se  colocase  su  retr-^to  entre  otros  varones  notables  del  nuevo 
mundo,  en  una  de  las  salas  de  la  casa  de  contratación  de  Se- 
villa. Sus  hazañas,  su  zelo,  su  cristiandad  y  su  prudencia  pue- 
ToM.  VII,  Literatura — 54 


—426— 
den  dar  copiosa  materia  á  una  historia  igual  á  la  de  muchos 
siglos.  Desempeñó  con  mucho  acierto  este  gobierno,  ponien- 
do particular  esmero  en  proteger  los  indefensos  indios,  y  en 
su  conversión,  hasta  que  por  nombramiento  del  Virey  de  Li- 
ma marqués  de  Cañete  le  succedió  en  1594 

D.  Fernando  de  Zarate,  Caballero  del  Orden  de  Santiago. 
Fué  el  que  confirmó  la  fundación  de  esta  ciudad  en  16  de  Fe- 
brero de  1594,  y  el  primero  que  principió  á  fortificar  este  puer- 
to, de  resultas  de  haber  despachado  la  Keyna  Ana  de  Ingla- 
terra tres  naos  con  el  fin  de  tomar  esta  ciudad,  las  que  dieron 
al  través  en  la  isla  de  Santa  Catalina.  Su  continuo  trabajo 
en  las  vastas  atenciones  que  tuvo  á  su  cargo,  le  acortaron  la 
vida  á  los  dos  años  de  su  mando,  por  cuyo  fallecimiento  en. 
1595  y  nombramiento  del  mismo  Yirey  marqués  de  Cañete  le 
succedió 

D.  Juan  JRamiresjlc  FeZasco,  primo  de  D.  Luis  de  Yelasco, 
marqués  de  Salinas,  Yirey  que  fué  de  Méjico  y  del  Perú,  y 
Presidente  del  Supremo  Consejo  de  Indias.  Antes  habia  sido 
Gobernador  del  Tucuman  y  Almirante  de  la  mar  del  sur.  Go- 
bernó con  acierto  y  vigilancia;  pero  le  vino  de  España  succe- 
sor  á  los  dos  años,  y  se  retiró  al  Tucuman  donde  estaba  casa- 
do, murió  dejando  una  larga,  y  noble  desendencia.  Fué  el  di- 
cho succesor 

D.  Diego  Yáldés  y  de  la  Banda,  ilustre  caballero  de  Salaman- 
ca, que  empezó  su  gobierno  en  1598  y  solo  le  duró  dos  años 
escasos,  á  los  cuales  murió  en  Santa  Fé,  hallándose  visitando 
su  provincia  y  le  succedió 

Hernandarias  de  Saavedra,  que  entró  á  gobernar  en  1600 
hasta  1609  en  que  cuyo  feliz  gobierno  hizo  personalmente  en- 
trada en  el  Estrecho  de  Magallanes,  descubriendo  mas  de  dos- 
cientas leguas  pobladas  de  indios  infieles;  ]}evo  juntándose 
multitud  de  estos,  cargaron  sobre  los  españoles,  y  los  cautiva- 
ron á  todos.  A  los  pocos  dias  tuvo  la  fortuna  nuestro  Gober- 
nador de  escaparse  del  cautiverio,  y  volvió  con  mayores  fuer- 
zas á  libertar  á  sus  soldados,  y  no  solo  lo  consiguió,  sino  que 
dejó  escarmentados  á  aquellos  bárbaros.  Emprendió  también 
el  descubrimiento  del  Chaco  con  el  fin  de  propagar  en  él  la 
Ley  Evangélica,  mostrándose  sumamente  solícito  en  este  re- 
comendable objeto  y  otros  importantes  que  le  debieron  la 
conservación  de  su  buen  nombre  para  con  el  soberano,  que  lo 
distinguió  con  la  gracia  de  encomendarle  tercera  vez  el  man- 
do de  estas  provincias  después  de  su  sucesor  que  medió 

Diego  Marthi  Negron,  que  enviado  por  S.  M.  empezó  á  go- 
bernar en  1609  siendo  memorable  su  zelo  y  cristiandad, 
discreción  y  valor.  Fué  no  solamente  gran  protector  de  los 
naturales,  cuya  libertad  defeudió  con   mucbo  empeño,  y  dio 


^427— 
gran  fomento  al  Visitador  general  Dr.  D.  Francisco  Alfaro, 
que  vino  á  extinguir  el  trabajo  personal,  dedicándose  también 
á  extender  los  términos  de  conquista  ó  introducir  el  Evange- 
lio en  las  poblaciones  infieles,  y  en  medio  de  tan  piadosas 
ocupaciones  pasó  á  mejor  vida  en  1615  dejando  por  sucesor 
interino  á 

El  General  Francisco  González  de  ^anta-Crus,  que  en  el  bre- 
ve espacio  de  poco  mas  de  dos  meses  consiguió  introducir  el 
Evangelio  en  las  dilatadas  provincias  del  Paraná,  encomen- 
dando esta  útil  empresa  á  su  hermano  el  venerable  P.  Fr.  Bo- 
que González  de  Santa  Cruz  con  amplia  facultad  i^ara  confe- 
rir empleos,  fundar  poblaciones  y  propagar  el  imperio  español 
como  lo  consiguió  felizmente,  debiéndose  esta  grande  obra 
al  zeloso  espíritu  de  este  General,  á  quien  succedió  tercera  vez 

Hernandarias  de  Saavedra,  que  entró  á  mandar  en  dos  de 
Mayo  de  1615  en  virtud  de  Eeal  cédula  de  7  de  Setiembre  del 
año  anterior,  con  general  aplauso  por  sus  conocidas  cualida- 
des, habiendo  estado  de  Protector  de  naturales  todo  el  tiem- 
po de  su  antecesor,  por  cuyo  motivo  puso  formal  empeño  en 
la  observancia  de  las  ordenanzas  del  señor  Alfaro  que  tanto 
les  protegían.  Continuó  con  invencible  espíritu  la  conquista 
del  Paraná,  y  pasando  al  Paraguay  le  pareció  oportuna  la  di- 
visión de  las  dos  provincias  lo  que  consiguió  de  S.  M.  me- 
diante las  justas  y  eficaces  razones  con  que  le  informó  por  me- 
dio de  un  Procurador  que  al  efecto  despachó  á  la  Corte,  con 
cuyo  feliz  suceso  concluyó  su  gobierno,  y  retirado  de  cuida- 
dos, vivió  ejemplarmente,  respetado  como  Padre  de  la  Patria. 
Murió  al  fin  en  Santa  Fé  en  1634,  y  divididas  las  provincias 
en  1620  entró  á  gobernar  en  esta 

Jj.  Diego  de  Góngora,  del  Orden  de  Santiago,  natural  del 
Eeyno  de  IsTavarra,  y  descendiente  de  los  condes  de  Benaven- 
te.  Fué  el  primero  que  mandó  esta  Provincia  en  1620.  En  el 
de  1622  á  ruego  de  algunos  caciques  del  Uruguay,  que  solici- 
taban unirse  á  la  Eeligion  Católica  encomendó  este  negocio  á 
los  jesuítas,  demostrando  su  amor  y  zelo  por  los  naturales. 
Gobernó  hasta  el  año  de  623  en  que  falleció  succediéndole 

D.  Alonso  Pérez  de  Salasar,  natural  de  Santa  Fó  de  Bogotá, 
que  de  oidor  de  la  Eeai  Audiencia  de  Charcas  pasó  por  Eeal 
comisión  á  establecer  las  Aduanas  del  Tucuman  y  Eio  de  la 
Plata,  y  sucediendo  la  muerte  del  Gobernador  Góngora,  se  le 
encargó  el  mando  de  esta  Provincia  interinamente  por  el  Vi- 
rey  de  Lima,  marqués  de  Guadal  cazar;  pero  al  año  de  su  go- 
bierno vino  de  España  el  sucesor,  y  regresándose  al  Perú  fué 
Presidente  de  las  Audiencias  de  Quito  y  Ohuquisaca,  y  en 
1624  entró  mandando 

D.  Francisco  de  Cés]}edes,  natural  de  Sevilla,  y  veinticuatro 


.  —428— 
de  ella,  quieu  habiendo  venido  por  la  ruta  de  Janeyro  á  tiem- 
po qne  los  holandeses  tomaron  la  bahía  de  todos  Santos,  se 
embarcó  inmediatamente  i)ara  este  destino  con  el  fin  de  ase- 
gurar esta  ciudad  de  cualquiera  invasión  qne  protestasen 
aquellos  enemigos,  convocando  al  efecto  gentes  del  Paraguay, 
Corrientes  y  Santa  Fé.  Manifestó  igual  empeño  en  la  conver- 
sión de  los  naturales,  encargando  esta  espiritual  conquista  á 
los  Padres  Franciscos,  de  cuyo  feliz  éxito  fundaron  varias  igle- 
sias y  entre  ellas  la.  de  Santo  Domingo  Soriano,  que  hasta  hoy 
se  conserva.  Después  de  siete  años  de  gobierno  entró  á  suc- 
cederle  en  1632 

D.  Tedro  JEstebmi  de  Avila,  del  Orden  de  Santiago,  herma- 
no del  marqués  de  las  IsTavas,  de  acreditado  valor  en  las  guer- 
ras de  Fl  andes,  y  no  menos  en  la  vigilante  defensa  de  este 
puerto  que  apetecían  y  rodeaban  los  holandeses.  ISTo  obstante 
en  el  primer  año  de  su  gobierno  tuvo  la  fatal  pérdida  de  la 
ciudad  de  la  Concepción  del  Eio  Bermejo,  muy  opulenta  asi 
por  su  comercio,  como  por  sus  apreciables  cosechas,  tomada 
por  los  comarcanos,  infieles  con  notable  destrozo  de  sus  habi- 
tantes, siendo  vanas  cuantas  tentativas  se  hicieron  para  su 
restauración,  pues  aun  hoy  se  címserva  en  poder  de  los  indios 
Abipones.  Después  de  seis  años  de  su  gobierno  fué  promovi- 
do al  de  Icatóta  donde  murió  después  de  muchos  disturbios 
con  el  Virey,  conde  de  Alva  del  Liste,  y  le  succedió  en  este 
gobierno 

D.  Mendo  de  la  Cueva  y  Benavide.s,  del  Orden  de  Santiago  y 
de  la  Exma.  casa  de  los  duques  de  Aburrfuerque.  Principió  á 
mandar  en  1638  después  de  haber  militado  en  las  guerras  de 
Flandes,  haciéndole  acreedor  sus  recomendables  servicios  ala 
gracia  de  Maestre  de  Campo.  Fué  su  mando  cruel  azote  de  los 
usurpadores  ínfleles,  que  en  aquella  época  cometían  horrendas 
atrocidades  con  los  españoles  en  los  distritos  de  Corrientes, 
hasta  dejarla  libre  de  sus  invasiones,  y  después  que  sugetó  su 
orgullo,  construyó  el  fuerte  de  Santa  Teresa  para  defensa  de 
Santa  Fé,  y  en  1640  partió  para  Corregidor  de  Oruro  por  ha- 
ber venido  á  succederle 

1).  Ventu7'a  Mojica,  á  quien  apenas  le  permitió  la  muerte 
mandar  cinco  meses.  Manifestó  en  tan  corto  tiempo  su  dis- 
creción, y  acierto  en  la  memorable  victoria  del  Mbororó  en  el 
Uruguay  en  donde  murieron  160  portugueses  y  muchos  Tupies 
enemigos,  sin  pérdida  considerable  de  españoles.  Succedién- 
dole  su  Teniente  General 

D.  Pedro  de  Mojas,  que  solo  gobernó  mientras  se  dio  cuenta 
á  la  Eeal  Audiencia  de  Charcas,  por  cuyo  nombramiento  en- 
tró en  su  lugar 

J>.  And/res  de  Smidoval,  cuyo  gobierno  fué  tan  breve,  que 


—429— 
recibiéndose  en  16  de  Julio  de  1641  acabó  antes  de  cuatro  me- 
ses, entrando  á  succederle 

i).  Gerónimo  Luis  de  Cabrera,  sobrino  del  insigne  Hernan- 
darias  de  Saavedra,  natural  de  Córdova  del  Tncuman,  y  nie- 
to de  su  desgraciado  fundador,  que  después  de  haber  manifes- 
tado su  valor  y  pericia  militar  en  diversas  campañas  de  estas 
provincias,  finalizó  con  la  paz  la  dura  guerra  con  los  Oalcba- 
quies,  hallándose  de  comandante  general  del  Tncuman,  por 
cuyo  premio  se  le  dio  el  mando  de  esta  provincia,  donde  tam- 
bién hizo  timidar  los  ánimos  de  los  portugueses,  que  i  tenta- 
ban abatirle;  pero  lo  hizo  ilusorio  con  sus  precausiones  y  des- 
pués de  cinco  años  de  gobierno,  murió  en  el  de  la  i)rovincia 
del  Tucuman,  año  de  1646  succediéudole  en  este 

D.  Jacinto  de  Lariz,  del  Orden  de  Santiago,  que  después  do 
haber  militado  en  Milán  de  Maestre  de  Campo,  no  gozó  de  un 
gobierno  totalmente  pacífico  á  causa  de  algunos  disturbios 
que  tuvo  con  el  Illmo.  señor  Obispo,  con  quien  después  se  re- 
concilió, succediéudole  posteriormente 

D.  Fedro  Ruiz  Baygorri,  del  Orden  de  Santiago,  y  uatu- 
ral  de  la  ciudad  de  Estela  en  IsTavarra,  que  después  de  sus 
acreditados  servicios  en  Flandes,  vino  á  mandar  en  1653.  Fué 
de  recomendables  prendas,  y  defendió  este  puerto  de  la  inva- 
sión de  los  franceses,  que  pretendieron  sorpmhenderle  con 
tres  navios  al  mando  de  Mr.  de  la  Fontaine,  Timoteo  de  Os- 
mat;  libertó  igualmente  á  la  ciudad  de  Santa  Fé  de  la  de  los 
Oalchaquies  con  general  destrozo:  amparó  los  derechos  de  los 
indios,  y  cesó  en  este  gobierno  año  de  1660  succediéudole 

D.  Alonso  de  Mercado  y  YlUacorta,  memorabJe  por  sus  le- 
tras, y  disposición  militar  que  acreditó  en  las  guerras  de  Ca- 
taluña, y  en  el  de  introducir  con  el  marqués  de  Legan és  so- 
corro en  Lérida,  sitiado  por  los  franceses,  de  donde  salió  he- 
rido. Pasó  después  al  gobierno  del  Tecuman,  y  por  cédula  de 
13  de  Abril  de  1618  al  de  esta  provincia.  Fortaleció  este  puer- 
to, y  mejoró  de  situación  á  la  ciudad  de  Santa  Fé,  y  después 
de  tres  años  de  gobierno,  pasó  otra  vez  al  del  Tucuman,  don- 
de aseguró  la  paz  con  los  infieles  de  aquella  provincia  ascen- 
diendo de  allí  á  la  Presidencia  de  Panamá,  donde  murió  en 
1681  con  el  título  de  marqués  de  Villacorta.  Succediole  en  el 
mando  de  esta  Provincia  el  Maestre  de  Campo 

D.  José  Martínez  de  ^alazar,  del  Orden  de  Santiago,  Go- 
bernador que  era  de  la  Puebla  de  Sanabria  y  Castillo  de  San 
Luis  Gonzaga,  y  estando  destinado  en  1662  para  la  campaña 
de  Portugal,  se  le  nombró  para  el  establecimiento  de  esta  Eeal 
Audiencia,  y  Presidente  de  ella.  Adelantó  las  fortifiáacioues 
de  esta  ciudad,  y  favoreció  en  extremo  a  los  Guaranis,  defen- 
diendo su  conservación  contra  las   continuas  irrupciones   de 


—430— 
los  infieles,  y  ?5  estos  iniertos  de  una  Armada  iTaocesa  que  in- 
tentó atacarlos.  A  los  nueve  años  fué  extinguida  la  Real  Au- 
diencia, quedando  después  el  señor   Salazar  de  Gobernador  y 
Capitán  general,  hasta  que  en  1674  entró  á  mandar 

i).  Andrés  de  Mobles,  del  Orden  de  Santiago,  natural  de  Bur- 
gos, que  habiendo  militado  en  Flandes,  lo  ejecutó  también 
contra  Portugal,  dando  principio  á  servir  en  la  Frontera  de 
Galicia  en  el  ejército  del  jnarqués  de  Viana,  en  la  campaña 
del  año  de  1658  con  plaza  de  capitán  de  caballos,  y  se  señaló 
mucho  en  la  derrota  que  á  17  de  Setiembre  se  dio  al  Ejército 
del  rebelde  junto  á  Valencia  del  Miño,  rubricando  las  proezas 
de  su  valor,  eon  la  sangre  que  derramó  en  aquel  glorioso  com- 
bate. Sano  de  las  heridas  volvió  á  la  campaña,  y  por  Diciem- 
bre del  mismo  año  fué  uno  de  los  que  con  mas  bizarría  acó 
metió  al  enemigo  junto  á  la  Villa  de  las  Chozas,  tomada  por 
nuestras  armas  con  un  rico  botin.  Hallóse  después  en  la  to- 
toma  de  Monzón,  y  recuperación  de  Salvatierra  año  de  1659 
por  cuyos  relevantes  méritos  ascendió  á  Maestre  de  Campo,  y 
se  le  confirió  el  gobierno  de  estas  provincias;  pero  feneciendo 
este  en  1678  pasó  á  la  presidencia  de  la  Isla  de  Santo  Domin- 
go, viniendo  á  succederle  en  el  mismo  año 

D.  José  de  Garro,  del  Orden  de  Santiago  y  natural  de  Gui- 
púzcoa. Sus  distinguidos  servicios  en  las  guerras  del  Portu- 
gal y  Cataluña  lo  elevaron  á  Maestre  de  Campo,  y  á  mandar 
la  Provincia  del  Tacuman,  que  sirvió  mas  de  cuatro  años,  y 
pasando  después  á  ésta,  hizo  abandonar  á  los  portugueses  el 
territorio  frente  de  las  Islas  de  San  Gabriel,  en  dónde  se  ha- 
blan poblado,  tomándoles  todo  el  tren  de  artillería,  municio- 
nes y  víveres,  y  en  recompensa  pasó  á  la  presidencia  de  Chile 
en  1682  que  gobernó  i)or  diez  años  y  volviendo  á  España  en 
1693  fue  provisto  Capitán  general  de  Guipúzcoa  en  1701,  en 
donde  murió  a  los  40  años  de  servicio.  Tuvo  por  sucesor  en 
Buenos  Ayres  á 

D.  José  H.  Herrera,  natural  de  Madrid.  Habla  militado 
muchos  años  en  las  campañas  de  Flandes,  Cataluña,  Extre- 
madura y  Portugal  con  los  empleos  de  Capitán  de  infantería, 
Ayudante  de  Sargento  general  de  batalla  y  capitán  de  cora- 
zas, hallándose  en  varios  asedios,  asaltos,  y  tres  batallas,  de 
que  sacó  pior  ejecutoria  de  su  valor  muchas  y  muy  peligrosas 
heridas,  que  mas  de  una  vez  le  colocaron  á  las  puertas  de  la 
muerte,  por  ser  el  primero  que  con  animosa  intrepidez  se  ex- 
paso siempre  á  los  mayores  riesgos,  sobre  lo  que  dieron  hono- 
ríficos testimonios  los  primeros  Generales  de  las  armas  espa- 
ñolas, los  Excmos.  señores  condes  de  Marchin  y  Salazar,  y 
marqués  de  Caracena  y  Leganés,  pasando  á  la  real  noticia  sus 
relevantes  méritos,  en  i^remio  de  los  cuales  se  le  confirió  el 


—431  - 
gobierno  de  Peñiscola;  luego  la  Comisaria  de  caballería  de  es- 
ta plaza  de  Buenos  Ayres,  y  después  su  gobierno,  que  manejó 
9  años  continuos  con  general  ax)lauso,  habiendo  entregado  la 
Colonia  á  los  portugueses  en  1683  por  estipulación  de  las  dos 
coronas,  y  volviendo  á  España,  obtuvo  el  gobierno  de  San 
Lucar  de  Barrameda  con  la  Superintendencia  de  reales  ren- 
tas; y  por  fin,  restituido  á  la  milicia  como  al  centro  de  su  ge- 
nio marcial,  se  le  confirió  el  grado  de  General  de  Artillería, 
en  cuyo  ejercicio  murió.  Vino  á  succederle 

D.  Agustín  de  Robles,  Caballero  del  Orden  de  Santiago,  quien 
después  de  las  sangrientas  guerras  de  Fl andes  pasó  de  Maes- 
tre de  Campo  á  la  Castellania  de  Fuente  rabia,  de  donde  vi- 
no á  este  gobierno  en  1691  que  sirvió  hasta  el  de  1700  defen- 
diendo valerosa  y  felizmente  este  puerto  de  una  escuadra  fran- 
cesa, y  restituido  á  España  se  le  honró  con  el  grado  de  Sar- 
gento General  de  Batalla.  Asistió  en  1703  al  sitio  de  Gibral- 
tar:  sirvió  la  presidencia  de  Canarias,  y  pasando  después  al 
gobierno  de  Cádiz,  murió  últimamente  de  Capitán  general  de 
Vizcaya.  Vino  á  succederle 

D.  Manuel  do  Prado  Maldouado,  veinticuatro  perpetuo  de 
Sevilla,  quien  después  de  una  penosa  navegación  de  dos  años, 
arribó  á  este  puerto  en  1700  con  notable  quebranto  de  su  salud, 
y  en  ocasión  de  estar  amenazada  esta  ciudad  por  una  Armada 
dinamarquesa,  que  á  esfuerzo  de  sus  precausiones  hizo  infruc- 
tuosos sus  designios;  pero  no  fueron  ilusorios  los  que  dirigió 
contra  los  infieles  que  se  habían  confederado  con  los  portugue- 
ses de  la  Colonia,  á  quienes  desbarató  completamente.  A  po- 
co mas  de  dos  años  pasó  al  Corregimiento  de  Oruro,  entrando 
á  succederle  en  1 703 

D.  Alonso  Juan  de  Valdez  Inclan,  soldado  de  gran  valor,  que 
quedó  ejecutoriado  en  las  guerras  de  Cataluña,  donde  sirvió 
hasta  obtener  el  empleo  de  Maestre  de  Campo.  Dedicó  toda  su 
industria  y  pericia  militar  en  asegurar  estas  fortificaciones  y 
plazas  á  que  aspiraba  la  codicia  Lusitana,  cuyos  reprobados 
intentos  castigó  juntamente  tomándoles  por  asaltóla  Colonia 
del  Sacramento  obligando  á  los  enemigos  á  una  vergonzosa  re- 
tirada al  Brasil.  Después  de  estos  memorables  sucesos  se  vio 
precisado  á  pasar  á  Charcas,  llamado  de  aquella  Real  Audien- 
cia, en  cuya  ciudad  falleció,  succediéndole  en  este  gobierno 
en  1708 

D.  Manuel  de  Yelasco,  del  Orden  de  Santiago,  que  habiendo 
ejercido  el  empleo  de  General  de  Galeones,  al  llegar  con  ellos 
á  Vigo  les  prendió  fuego  en  la  Eia  por  que  no  fuesen  presa  de 
la  Armada  inglesa,  escapando  á  tierra  en  un  Batel  con  gran- 
de riesgo  de  su  vida.  Empezó  su  gobierno  en  1708;  pero  se  le 
imputaron  tales  excesos  que  teniendo  de  ellos  noticia  el   Su- 


—432— 
premo  Ooüsejo,  despaclió  por  juez  de  pezquisa  al  señor  Don 
Juan  José  de  Motilna,  Ministro  de  aquel  Tribunal,  quien  en- 
trando secretamente  en  esta  ciudad  por  Marzo  de  1712  prendió 
aquella  noche  á  dicho  Gobernador,  le  secuestró  sus  bienes,  y 
sustanciándole  su  causa,  lo  remitió  presó  á  España  donde  se 
le  dio  el  correspondiente  castigo.  Por  su  deposición  entró  á 
gobernar 

D.  Alonso  de  Arce  y  Soria,  Coronel  de  los  Eeales  Ejércitos, 
que  venia  destinado  á  este  empleo  en  los  mismos  navios  en 
que  pasó  el  señor  Motilna,  y  á  quien  la  muerte  apenas  permi- 
tió gobernase  seis  meses  escasos;  y  después  de  varias  dispu- 
tas que  intervinieron  sobre  el  mando,  se  nombró  interinamen- 
te por  el  Virey  de  Lima  al  Coronel 

1>.  Baltasar  Garda  Bos,  que  restituyó  á  los  portugueses  por 
orden  de  S.  M.  la  Colonia  del  Sacramento,  y  habiendo  promo- 
vido la  guerra  defensiva  de  los  Guaranis  contra  los  bárbaros 
Charrúas,  Yaros,  y  Bohanes  que  infestaban  los  caminos  con 
atroces  insultos,  les  obligó  á  pedir  la  paz.  Fué  nombrado  para 
succederle 

-E"?  Marqués  de  Salinas,  gentil  hombre  de  Cámara  de  S.  M.; 
pero  nunca  tomó  j)osesion  x^or  habérsele  conferido  el  Corre- 
gimiento del  Cuzco,  y  plaza  de  contador  de  cuentas  en  Lima, 
y  en  su  lugar  se  eligió  al 

JExcmo.  Sr.  D.  Bruno  de  Zavala,  natural  de  la  Villa  de  Du- 
rango,  en  el  señorío  de  Vizcaya,  Caballero  de  la  Orden  de  Ca- 
latraba,  y  de  acreditado  valoren  las  campañas  de  Flandes, 
bombardeo  de  lí^amur,  sitio  de  Gibraltar,  ataque  de  San  Ma- 
teo, toma  de  Villareal,  y  sitió  de  Lérida,  donde  la  pérdida  de 
un  brazo  fué  la  mas  noble  ejecutoria  de  su  valor.  Fué  hecho 
prisionero  en  la  batalla  de  Zaragoza,  é  igualmente  lo  fue  en 
la  i)laza  de  Alcántara.  En  premio  de  sus  distinguidos '  méri- 
tos se  le  conñrió  el  grado  de  Mariscal  de  Campo,  y  este  Go- 
bierno, del  que  tomó  posesión  en  II  de  Julio  de  1717  en  cuyo 
tiempo  desalojó  á  los  íranceses,  que  al  mando  de  Mr.  Esteban 
Moreau  se  hablan  establecido  en  las  inmediaciones  del  Cabo 
de  Santa  María  á  8  leguas  de  Castillos,  uniéndose  con  los  in- 
fieles. Lo  mismo  jjracticó  con  los  portugueses  que  intentaron 
poblarse  en  Montevideo,  de  cuyas  resultas  fundó  i)or  orden  de 
S.  M.  aquella  ciudad  con  el  nombre  de  San  Felipe  y  Santiago, 
dando  principio  en  1726  con  algunas  familias  que  vinieron  de 
las  Islas  Canarias,  construyendo  el  Fuerte  con  los  indios  Gua- 
raníes, y  con  los  mismos  perfeccionó  el  de  esta  Plaza.  Fue 
muy  amante  de  la  tropa,  cuidando  de  que  tuviesen  corrientes 
sus  sueldos.  Zeló  con  grande  empeño  el  comercio  ilícito,  con 
cuyos  decomisos  enriqueció  el  Erario.  Finalmente  satisfecho 
^.  M.  de  la  conducta  de  este  gran  Ministro,  ae   sirvió  promo- 


—433— 
verle,  siendo  ya  Teuieute  General  á  la  presidencia  de  Chile, 
donde  hallándose  próximo  lá  caminar,  faé  comisionado  por  el 
Virey  de  Lima  para  ir  á  sujetar  la  rebelde  provincia  del  Para- 
guay, donde  entró  armado,  apesar  de  la  resistencia  de  su  ca- 
l)ildo,  y  sin  temer  la  secreta  conjuración  que  se  habia  fragua- 
<lo  contra  su  vida.  Obró  lo  que  se  dirá  cuando  se  trate  de  los 
gobernadores  de  dicha  provincia.  Su  sucesor  fué 

D.  Miguel  de  Salcedo,  del  Orden  de  Santiago  y  Brigadier  de 
los  Reales  Ejércitos,  que  se  recibió  en  23  de  Marzo  de  1734. 
Concluido  su  gobierno  pasó  á  España  sucediéndole 

D.  Domingo  Ortis  de  Bozas,  del  Orden  de  Santiago  y  Maris- 
cal de  Campo  de  los  Eeales  Ejércitos.  Tomó  posesión  en  21  de 
Junio  de  1742  y  cesó  en  el  de  1745  que  pasó  á  Presidente  de 
Chile,  en  donde  continuando  sus  servicios  le  dio  S.  M.  el  títu- 
lo de  Conde  de  Poblaciones.  Tuvo  por  sucesor  en  este  gobier- 
no á 

El  Excmo.  Sr.  D.  José  de  Andorumjiii,  Teniente  General  de 
los  Reales  Ejércitos.  En  su  tiempo  vino  de  España  el  Mar- 
ques dé  Val  delirios  con  los  comisarios- necesarios  para  el  esta- 
blecimiento de  la  línea  divisoria  con  la  corona  de  Portugal, 
en  virtud  del  tratado  de  límites  celebrado  el  año  de  750, 
de  cuyas  operaciones  resultó  haberse  revelado  siete  pueblos 
Oiiaranis  de  la  parte  oriental  del  rio  Uruguay,  por  cnyo  mo- 
tivo fué  necesario  pasase  á  contenerlos  el  Sr.  Andonaegui  en 
el  de  1755  con  un  ejército  de  1,500  hombres,  auxiliado  de  otro 
portugués  de  mil,  al  mando  del  Virey  del  Janeiro,  Conde  de 
Bobadela.  Los  rebeldes-  esperaron  ambos  ejércitos  en  las  Lo- 
nias  de  Caybáté,  donde  fueron  derrotados  con  pérdida  de 
2,500  hombres,  con  cuyo  feliz  éxito  se  hall  ano  el  paso  hasta, 
los  expresados  pueblos,  acuartelándose  las  tropas  portuguesas 
en  el  de  Santo  Ángel  y  las  españolas  en  el  de  San  Juan,  en 
donde  permaneció  el  Sr.  Andonaegui  hasta  que  vino  á  rele- 
varlo 

El  Exorno.  Sr.  D.  Fedro  de  Céballos,  Caballero  de  la  Orden 
de  San  Genaro,  Comendador  de  Sagra  y  Senet  en  la  de  San- 
tiago, gentil  hombre  de  Cámara  de  S.  M.  con  entrada  y  Te- 
niente General  de  sus  Reales  Ejércitos.  Empezó  á  servir  el 
año  de  1739  de  Capitán  en  el  regimiento  de  caballería  de  Or- 
denes: á  poco  tiempo  fué  ascendido  á  Coronel  del  de  infante- 
ría de  Aragón,  manifestando  desde  luego  tan  señaladamente 
su  espíritu  y  lerendas  militarer>  en  las  guerras  de  Italia,  que 
mereció  la;  confianza  de  sus  generales,  y  se  adquirió  el  amor  y 
respeto  de  la  tropa,  haciendo  ya  desde  entonces  memorable 
sn  nomln^e  aun  entre  los  enemigos.  Tomó  posesión  de  este 
gobierno  en  175G  donde  acreditó  mas  su  ardor  militar  con  mo- 
ToM.  VII  Literatura— 55 


—434— 
tivo  de  la  expedición  de  Misiones,  toma  de  la  colonia  del  Sa- 
cramento, Eio  Grande  de  San  Pedro,  fuertes  de  Santa  Teresa, 
Santa  Tecla  y  San  Miguel;  y  finalmente  en  la  premeditada 
sorpresa  por  el  orgulloso,  Capitán  inglés  Mannamara  que  con 
'  un  navio  y  dos  fragatas  pretendió  el  dia  6  de  Enero  de  1763 
recuperar  la  expresada  plaza  de  la  colonia,  quien  después  de 
dos  horas  y  media  de  un  vivo  y  continuado  fuego,  pagó  su  te- 
merario arrojo,  incendiándose  el  navio  nombrado  el  Lord  Eli- 
vCy  quedando  con  esta  acción  mas  gloriosas  las  armas  españo- 
las, debiéndose  esta  victoria  al  acierto,  valor  y  talento  del  Sr. 
Ceballos.  Por  último,  después  de  otros  recomendables  servi- 
cios entregó  el  mando  de  estas  provincias  á 

JEl  JExcmo.  8r.  D.  Francisco  de.  Paula  Bucareli  y  JJrsua,  Ca- 
ballero Comendador  de  Almendralejo  en  la  Orden  de  Santia- 
go, gentil  hombre  de  Cámara  de  S.  M.  con  entrada,  y  Tenien- 
te General  de  sus  Eeales  Ejércitos.  Tomó  ijosesion  en  15  de 
Agosto  de  1766,  ejecutándose  en  su  tiempo  el  extrañamiento 
de  los  jesuítas,  y  cesó  en  el  de  1770  que  dejó  el  gobierno  á 

Z>.  Juan  José  de  Tertiz^  Caballero  Comendador  de  Puerto 
Llano  en  la  Orden  de  Calatrava  y  Brigadier  de  los  Eeales 
Ejércitos.  Empezó  á  servir  en  el  Eeal  Cuerpo  de  Guardias  es- 
pañolas, en  el  cual  lo  ejecutó  también  en  las  guerras  de  Ita- 
lia. Pasó  después  á  militar  á  la  Eusia  con  el  fin  de  adquirir 
conocimientos  marciales  para  el  régimen  del  ejército.  Vino  á 
estas  provincias  con  la  sub-inspeccion  de  las  tropas  en  1769  y 
en  su  gobierno  ascendió  á  Mariscal  de  Campo;  fundó  en  el  de 
72  los  reales  estudios  en  el  colegio  de  los  regulares  expulsos, 
y  la  casa  de  Eecogidas  con  otras  disposiciones  en  orden  á  po- 
licía. En  su  tiempo  empezaron  los  insultos  de  los  portugueses 
por  la  banda  oriental  de  este  rio,  á  cuyo  destino  pasó  con  el 
objeto  de  contenerlos.  Fué  el  último  que  obtuvo  el  empleo  de 
gobernador,  por  haberse  erigido  esta  ciudad  por  capital  del 
vireinato,  como  adelante  se  demuestra. 


EXOMOS.  SESOKES  VIREYES   QTJB  HAN  GOBERNADO  ESTAS  PRO- 
VINCIAS DEL  RIO  DE  LA  PLATA. 


El  Excmo.  Sr.  I).  JPedro  de  Ceballos  Cortes  y  Calderón,  Caba- 
llero de  la  Eeal  Orden  de  San  Genaro,  Comendador  de  Sagra 
y  Senet  en  la  de  Santiago,  gentil  hombre  de  Cámara  de  S.  M. 
con  entrada,  Capitán  General  de  sus  Eeales  Ejércitos,  Co- 
mandante General  de  Madrid  y  su  distrito,  Consejero  y  Sub- 
Decano  del  Supremo  Consejo  de  Guerra.  Enterado  S.  M.  de 
los  repetidos  é  insufribles  excesos  que  cometían  los  portugue- 


—435— 
seB,  en  los  distritos  de  este  Eio  de  la  Plata,  acordó  para,  la  sa- 
tisfacción de  sus  insultos  eleg-ir  al  Excmo.  Sr.  Ceballos,  en  vir- 
tud de  sus  notorios  conocimientos,  valor  y  pericia  militar, 
nombrándole  por  primer  Vi  rey,  Gobernador  y  Capitán  Gene- 
ral de  estas  j)rovincias  con  todas  las  franquezas,  autoridades 
y  privilegios  singulares  que  constan  de  su  especial  cédula  de 
8  de  Agosto  de  1776  y  entregándole  todo  el  mando  de  la  es- 
cuadra que  se  aprestó  en  Cádiz  con  este  importante  objeto,  y 
de  cuyo  puerto  zarpó  en  12  de  Octubre  de  dicho  año;  verificó 
su  feliz  arribo  al  de  la  isla  de  Santa  Catalina  el  20  de  Febrero 
del  1777,  con  cuya  sola  vista  y  conocimiento  del  que  la  man- 
daba fué  suficiente  para  timidar  los  ánimos  lusitanos,  entre- 
gándole inmediatamenta  vsin  un  tiro  de  cañón  todas  sus  forta- 
lezas por  capitulaciones  celebradas  el  5  de  Marzo,  por  cuyas 
resultas  le  condecoró  S.  M.  con  el  grado  de  Capitán  General 
de  sus  Eeales  Ejércitos.  Evacuada  la  toma  de  Santa  Catalina, 
pasó  á  la  colonia  del  Sacramento  que  se  le  rindió  á  su  discre- 
ción, y  dirigiéndose  después  al  puerto  del  Eio  Grande,  ataja- 
ron su  éxito  los  pliegos  de  la  paz  que  recibió  en  el  camino,  por 
lo  que  se  restituyó  á  esta  capital,  donde  entró  con  universal 
aplauso  el  15  de  Octubre  de  dicho  año  de  77,  en  cuyo  mando 
cesó  el  26  de  Junio  de  78,  y  regresándose  á  España  murió  en 
26  de  Diciembre  del  mismo  en  el  convento  de  los  PP.  Capu- 
chinos de  Córdova  la  Llana.  El  distinguido  mérito  y  demás 
recomendables  circunstancias  que  adornaban  á  este  respetable 
jefe  hicieron  muy  sensible  su  pérdida  á  toda  la  nación;  suce^ 
dióle 

JSl  Excmo.  Sr.  D.  Juan  José  de  Vertís  y  Salcedo,  Caballero 
Comendador  de  Puerto  Llano  en  la  Orden  de  Calatrava  y  Te- 
niente General  de  los  Eeales  Ejércitos.  Fundó  el  colegio  de 
San  Carlos  y  casa  de  í^iños  Expósitos:  estableció  la  ilumina- 
ción de  esta  capital,  y  en  la  fatal  época  de  la  sublevación  del 
Perú  concurrió  con  sus  acertadas  providencias  á  la  pacifica- 
ción del  Eeino  con  desastre  general  de  los  rebeldes  Dámaso 
Catari,  Julián  Apasa  (alias  Tupa-Oatari)  y  sus  secuaces.  Pasó 
á  Montevideo  por  las  atenciones  de  la  guerra  con  los  ingle- 
ses, donde  se  mantuvo  hasta  la  paz,  y  entregando  después  el 
mando  á  su  sucesor  se  restituyó  á  España  en  donde  falleció  el 
año  de  1799.  Dicho  sucesor  fué 

El  Excmo.  Sr.  D.  Nicolás  del  Cam;pOj  Marques  de  Loreto, 
Mariscal  de  Campo  de  los  Eeales  Ejércitos  y  gentil  hombre 
de  Cámara  de  S.  M.  con  entrada.  Sirvió  en  las  guerras  de  Por- 
tugal y  sitio  de  Gibraltar.  Fué  un  jefe  recto,  desinterasado  y 
muy  caritativo.  Tomó  posesión  en  7  de  Marzo  de  1784  reu- 
niéndose en  su  tiempo  la  Superintendencia  de  Eeal  Hacienda 
al  Vireinato.  Se  nombró  para  sucederle  al 


—436— 

Excmo.  iSr.  I).  Juan  Vicente  de  Cfuemes  PacJieeo  de  Padilla^ 
Coudede  Eevilla  Gigedo;  pero  como  obtuviese  al  i)oco  tiem- 
po la  gracia  para  el  de  Méjico,  se  eligió  en  su  lugar  á 

JEl  Excmo.  Sr.  D.  Nicolás  de  Arredondo,  Teniente  General  de 
los  Eeales  Ejércitos,  que  se  posesionó  el  4  de  Diciembre  de 
1789.  Empezó  su  carrera  militar  en  el  real  cuerpo  de  Guardias 
españolas,  habiendo  servido  en  las  guerras  de  Italia,  y  poste- 
riormente de  Mayor  (General  en  el  ejército  del  Excmo.  Sr.  D. 
Victorio  de  ííaviíi,  que  en  el  año  de  1780  pasó  á  la  Habana  en 
la  escuadra  del  mando  del  jefe  de  ella  D.  José  Solano.  Obtu- 
vo el  gobierno  de  la  Isla  de  Guba,  del  que  fué  ascendido  á 
Presidente  de  Charcas,  y  al  de  este  Vireinato,  en  donde  ma- 
nifestó su  celo,  bondad  y  desinterés,  debiéndole  esta  capital 
el  particular  beneficio  del  empedrado  de  sus  calles,  que  prin- 
cipió dando  las  mas  suaves  y  exactas  dis]30SÍciones  para  este 
útil  objeto.  Cesó  en  el  mando  el  16  de  Marzo  de  1795,  y  diri- 
giéndose á  España,  premió  S.  M.  sus  servicios  con  la  Capita- 
nía General  del  Eeino  de  Valencia,  y  con  la  encomienda  de 
Puerto  Llano  en  la  Orden  de  Oalatrava.  Murió  en  Madrid  el 
año  de  1802.  Tuvo  por  sucesr  á 

El  Excmo.  Sr.  D.  Pedro  Meló  de  Portugal  y  Yillena,  Caballe- 
ro de  la  Orden  de  Santiago,  gentil  hombre  de  Cámara  de  S. 
M.  con  ejercicio,  primer  Caballerizo  de  la  Eeina  lí.  S.,  Te- 
niente General  de  los  Eeales  Ejércitos  y  descendiente  de  los 
serenísimos  Duques  de  Braganza.  Embarcado  de  Guardia  Ma- 
rina en  ia  fragata  Perla,  tuvo  esta  un  reñido  combate  con  un 
jabeque  moro,  de  cuyas  resultas  habiendo  perecido  toda  la 
oficialidad,  recayó  el  mando  en  el  Sr.  Meló,  el  cual  desempe- 
ñó con  tal  valor  y  actividad,  que  logró  rendir  la  soberbia  del 
moro,  haciéndolo  prisionero,  por  cuya  heroica  acción  le  con- 
decoró S.  M.  con  el  grado  de  Teniente  de  Fragata:  pasó  des- 
pués á  continuar  su  mérito  en  el  regimiento  de  Dragones  de 
Sagunto,  del  que  siendo  ya  Sargento  Mayor,  se  le  confirió  el 
gobierno  del  Paraguay  con  el  grado  de  Teniente  Coronel, 
(cuyos  hechos  se  referirán  cuando  se  hable  de  los  Gobernado-, 
res  de  dicha  provincia).  Posteriormente  este  Vireinato,  en 
donde  acreditó  su  celo,  liberalidad,  desinterés  y  amor  al  real 
servicio,  fundando  el  fuerte  del  Cerro  largo  en  las  fronteras 
del  Portugal,  y  expidiendo  las  mas  activas  providencias  con 
motivo  de  la  guerra  con  la  Gran  J3retaña,  para  resguardar  es- 
tos puertos  de  cualquier  insulto  de  esta  orgullosa  nación;  pa- 
sando después  á  reconocer  los  de  la  otra  banda  de  este  rio,  en 
cuya  honrosa  fatiga  le  asaltó  la  muerte  en  Montevideo  el  15 
de  Abril  de  97  y  siendo  trasladado  su  cadáyer  á  esta  capital, 
filé  sepultado  en  el  monasterio  de  monjas  Capuchinas,  según 
disposición  de  S.  E.  La  dulzura  de  su  trato,  su  magnanimidad 


—437— 
y  piadoso  corazón  eu  remediar  las  necewidadtís  públicas  y  se- 
cretas, y  eu  acudir  á  las  exigencias  de  los  monasterios,  pobres 
y  hospitales,  hicieron  sensible  su  muerte  en  la  gratitud  de  es- 
tos habitantes. 

ha  Real  Audiencia  gobernó  hasta  2  de  Mayo  en  (pie  tomó 
posesión 

El  JExcmo.  Sr.  D.  Antonio  Olafjuer  Feliu,  Caballero  de  la 
Keal  Orden  de  Carlos  III,  Mariscal  de  Campo  de  los  Eeales 
Ejércitos,  Sub-inspector  General  de  las  trojjas  de  este  Virei-- 
nato  y  Gobernador  que  habla  sido  de  Montevideo.  kSirvió  este 
empleo  en  virtud  de  real  despacho  de  29  de  Octubre  de  1794 
que  á  prevención  se  hallaba  depositado  en  esta  Ecal  Audien- 
cia para  el  caso  de  fallecimiento  del  Excmo.  Sr.  Meló.  Cesó  eu 
14  de  Marzo  de  1799  que  entró  á  sucederle 

El  Excmo.  Sr.  D.  Gabriel  de  Aviles  y  del  Fierro,  MíirrpHiS  d<.' 
Aviles,  Teniente  General  de  los  Reales  Ejércitos,  Sub-inspec- 
tor que  fué  de  las  tropas  del  Vireinato  del  Perú  y  Presidente 
de  Chile.  En  todos  destinos  dio  pruebas  auténticas  de  su  in- 
tegridad, desinterés  y  acreditado  celo  en  servicio  del  Eey. 
Pasó  después  á  servir  el  Vireinato  de  Lima,  cesando  en  el 
mando  de  este  el  20  de  Mayo  de  1801  en  que  le  sucedió 

El  Excmo.  Sr.  D.  Joáquin  del  Fino,  Mariscal  de  Campo  de 
los  Reales  Ejércitos,  Gobernador  (jue  fué  de  la  plaza  de  Mon- 
tevideo y  Presidente  de  las  Reales  Audiencias  de  Charcas  y 
Chile,  que  actualmente  gobierna. 


EEAL  AUDIENCIA. 


Por  real  cédula,  de  20  de  Junio  de  1661  expedida  por  el  Sr. 
13.  Felipe  IV  se  erigió  la  ])rimera  vez  en  esta  ciudad,  el  año 
de  1663,  este  regio  Tribunal,  siendo  su  Presidente  el  Maestre 
de  Campo  D.  José  Martínez  de  Salazar,  y  los  Señores  Minis- 
tros que  se  le  señalaron,  fueron  D.  Pedro  de  Oválle,  que  lo 
era  de  Charcas,  D.  Manuel  Muñoz  de  Cuellar,  Fiscal  de  Chile, 
D.  Juan  Jiménez  Lobaton  y  D.  Pedro  de  Rojas  y  Luna,  suge- 
tos  de  grandes  conocimientos  por  haber  servido  muchos  años 
con  varios  emiileos  eu  el  Reino  de  Ñapóles,  y  para  Fiscal  á 
D.  Diego  Portales.  Dicho  Tribunal  duró  solamente  hasta  26 
de  Octubre  de  1672  jíor  haber  dispuesto  su  extinción  la  Reina 
madre  Doña  María  de  Austria  en  real  cédula  de  31  de  Diciem- 
bre de  1671;  pero  por  otra  de  14  de  Abril  de  1783,  expedida 
por  el  Sr.  D,  Carlos  III,  se  estableció  de  nuevo  en  5  de  Agos- 
to de  1785  siendo  su  primer  Presidente  el  Excmo  Sr.  Marques 
de  Loreto. 

MUY  ILUSTÜE  AYUNTAMIENTO  DE  LA  MUY  NOBLE  Y  MUY  LEAL 
CIUDAD  DE  BUENOS- AIRES. 

Por  real  cédula  del  Sr.  D.  Felipe  V  dada  en  Buen  Retiro  á 
o  de  Octubre  de  1716  se  le  concedieron  los  expresados  títulos 
á  esta  muy  noble  ciudad;  y  además  de  los  muchos  privilegios 


\  —439— 

que  disfruta  por  sus  relevantes  servicios,  se  le  lian  concedido 
últimamente  por  otras  reales  cédulas  de  22  de  Marzo  y  28  de 
Julio  de  1802,  los  de  recibir  la  paz  y  cubrir  sus  asientos  en  las 
funciones  de  tabla  en  concurso  del  Excmo.  Sr.  Virey  y  Eeal 
Audiencia,  y  el  de  elegir  anualmente  basta  doce  Ee^^idores 
sin  excepción  de  los  empleados  en  el  Real  Consulado,  Comisa- 
ría de  Inquisición,  y  otros  por  privilegiados  que  sean.  Desde 
su  fundación  usa  por  armas  un  escudo  con  dos  navios  ancla- 
dos en  mar  espumoso  plateado,  con  una  paloma  volante  en 
medio,  en  campo  celeste,  que  sinboliza  al  Espíritu  Santo. 

ACADEMIA  DE  I^^AUTICA. 

Se  estableció  en  esta  capital  el  año  de  1790  por  este  real 
cuerpo,  con  permiso  del  Excmo.  Sr.  Virey. 

REAL  TRIBUNAL  DEL  PROTOMEDICATO. 

CON     JUECES    CON    IGUAL    AUTOEÍDAD    DE    FACULTADES, 

SEGÚN  LO  DISPUESTO  POR  S.  M. 

EN  KEAL   CÉDULA   DE   20    DE    MAEZO   DE    1802. 

Por  real  orden  de  18  de  Setiembre  de  1799,  aprobatoria  de 
este  Tribunal,  ordena  S.  M.  se  establezca  una  Cátedra  de  Me- 
dicina y  otra  de  Cirugía,  nombrando  para  la  primera  al  proto- 
médico  D.  Miguel  de  Gorman,  y  para  la  segunda  al  licencia- 
do D.  Agustín  Ensebio  Fabre. 

En  Marzo  de  1801  se  dio  principio  á  la  enseñanza  de  la 
Anatomía  con  nueve  alumnos  i)or  el  referido  Fabre,  por  ser 
preciso  preceda  esta  á  la  de  Medicina,  cuya  aula  por  este  mo- 
tivo se  abrió  en  1802  por  el  Dr.  Argericli,  sostituto  del  proto- 
médico,  con  catorce  alumnos,  en  virtud  de  orden  superior. 

INTENDENCIA  DEL  PARAGUAY. 

La  ciudad  de  la  Asunción  fué  fundada  el  año  de  1536  po? 
Juan  de  Salazar  y  Espinosa.  Está  situada  á  los  25  gr.  16  m. 
40  s.  de  latitud  austral,  y  en  59  gr.  59  m.  y  59  s.  de  longitud 
occidental  del  meridiano  de  Paris,  á  la  orilla  oriental  del  rio 
Paraguay.  Esta  provincia  se  extiende  x)or  el  Norte  y  orilla 
oriental  del  mismo  rio,  hasta  el  que  se  denomina  Corrientes^ 
que  vierte  en  -el  Paraguay  hasta  la  boca  del  Jauru  en  16  gr. 
■34  m.  22  s.  Por  el  Oriente  hasta  el  Brasil;  por  el  Sur  hasta  el 
rio  Paraná,  desde  su  confluencia  con  el  Paraguay  hasta  el  rio 


—440— 
Gnaziipiraro,  que  desagua  en  este  inmediato,  y  al  Oeste  del 
pueblo  de  Oaudelaria  sigue  por  este,  y  desde  su  vertiente  se 
dirige  la  raya  á  la  serranía  de  Santa  Ana,  quedando  en  aque- 
lla provincia  los  pueblos  de  Candelaria,  Santa  Ana,  Loreto, 
San  Ignacio,  Mini  y  Corpus,  que  están  al  Sur  del  Paraná.  , 

Usa  esta  ciudad  del  título  de  ilustre  desde  su  fundación  por 
los  importantes  servicios  que  hizo  en  niuchas  poblaciones  que 
fundó,  y  por  haber  sido  capital  de  ocho  ciudades,  como  se  re- 
fiere en  la  real  cédula  de  7  de  Junio  de  1618.  Tiene  por  ar- 
mas un  escudo  sobre  campo  azul:  en  el  primer  cuartel  está  co- 
locada íí^.  S.  de  la  Asunción:  en  el  segundo  el  Patrón  San  Blas: 
en  el  tercero  un  castillo;  y  en  el  cuarto  una  palma,  un  árbol 
frondoso  y  un  león,  que  le  concedió  el  Sr.  D.  Carlos  V.  Así 
debe  inferirse,  supuesto  que  la  mayor  parte  de  los  papeles  an- 
tiguos se  perdieron  en  el  incendio  que  padeció  esta  ciudad  el 
año  de  1543,  cuya  desgracia  es  regular  alcanzase  también  á 
la  real  cédula  en  que  S.  M.  le  concedió  el  i^rivilegio  de  tener 
yei  nti cuatro  Eegidores. 

mTENDEÍíCIA  DE  POTOSÍ. 

La  Imperial  Villa  de  Potosí  está  situada  á  los  19  gr.  28  m. 
de  latitud,  y  313  de  longitud  en  la  falda  del  célebre  cerro  de 
su  nombre  á  la  ])arte  del  i^orte,  casi  al  S.  O.,  á  distancia  de 
25  leguas  de  la  ciudad  de  la  Plata.  Todo  el  territorio  que 
cojn prebenden  los  seis  x>artidos  de  la  provincia,  nombrados 
Porco,  Cbayanta,  Chichas,  Lipes,  Atacama  y  Tarija,  boxea 
960  leguas  comunes,  y  leguas  cuadradas  1,440. 

Diclia  Villa  fué  dependiente  de  la  ciudad  de  la  Plata,  y  se 
eximió  de  ella  por  solemne  capitulación  que  hicieron  sus  veci- 
nos con  el  Sr.  Conde  de  Nieva,  y  los  Comisarios  Licenciado 
Bribiesca  de  Múñatenos,  Vargas  dé  Carbajaly  Ortega  deMel- 
gosa,  en  provisión  real,  fecha  en  Lima,  á  21  de  Noviembre  de 
1501  por  refrendación  de  Francisco  de  la  Cerna,  Procurador 
general  de  esta  Villa,  por  el  servicio  pecuniario  de  30,000  pe- 
sos de  plata  ensayada,  con  la  calidad  de  deberse  nombrar  la 
lmj)eria]  Villa  de  Potosí,  por  haber  sido  el  pueblo  de  mas  im- 
portancia que  se  fundó  en  el  reinado  del  Sr.  D.  Carlos  V;  y  en 
virtud  de  dichas  capitulaciones  tuvo  principio  su  ilustre  Ca- 
bildo en  19  de  Enero  de  1562. 

A  mas  de  los  muchos  y  muy  particulares  privilegios  que  go- 
za esta  Imperial  Villa,  ha  merecido  por  reales  órdenes  de  30 
de  Julio  (le  1781  y  23  de  Noviembre  del  mismo  año,  que  el  Bey 
hubiese  dado  á  su  Cabildo  gracias  muy  expresivas  por  la  fide- 
lidad y  pavíiculares  señales  de  su  amor. 


-441- 


RENTA  DE  TABACOS  EN  POTOSÍ 

Establecida  el  dia  19  de  Enero  de  1756  con  el  título  de  ad- 
ministración general,  teniendo  por  subalternas  las  Adminis- 
traciones particulares  que  coraprende  el  Arzobispado  de  Char- 
cas. En  el  año  de  1731  se  hizo  la  primera  visita  por  el  primer 
Director  de  la  Renta:  se  repitió  otra  en  el  mes  de  Maj^o  de 
1784,  desde  cuyo  tiempo  se  crió  el  Resíí nardo;  y  desde  19  de 
Junio  del  mismo  año  quedó  en  clase  de  Administración  prin- 
cipal la  de  Ohuquisaca  con  todos  los  partidos  de  su  Intenden- 
cia. 

REAL  BANCO  DE  RESCATES. 

Se  estableció  con  el  objeto  de  comprar  las  parstas  en  pinas, 
ó  tejos  que  vende  la  Azog-uería,  por  moneda  efectiva  y  corre 
por  cuenta  del  Rey  con  la  denominación  de  San  Carlos,  por 
incorporación  que  se  hizo  á  la  Corona,  como  adelante  se  ma- 
nifiesta. ' 

En  loFí  primeros  tiempos  de  Potosí,  después  de  establecida 
la  casa  de  Moneda,  se  labraba  en  ella  tan  poca  moneda,  que 
escaseando  aun  ijara  el  pago  de  los  jornales  y  mantenimien- 
tos, dispuso  el  señor  D.  Francisco  de  Toledo  por  dos  provi- 
siones fechas  en  Potosí  á  9  de  Enero,  y  23  de  Febrero  de  1775 
que  de  todas  las  barras  ensayadas  y  fundidas,  después  de  jua- 
gado el  quinto  y  demás  derechos,  entregasen  los  oficiales  rea- 
les la  cuarta  parte  de  ellas  al  tesorero  de  la  Moneda  para  la- 
brar en  reales  á  beneficio  de  los  dueííos  a  quienes  pertenecie- 
sen, á  causa  de  que  no  alcanzaban  los  10,000  marcos  que  se 
amonedaban  de  cuenta  ee  S.  M.  en  virtud  de  otro  Despacho 
anterior  de  26  de  Junio  de  1574. 

No  habiéndose  remediado  todos  los  males  con  estas  provi- 
dencias, el  mismo  señor  Toledo  mandó  en  14  de  x\-bril  de  1575 
que  se  rematase  por  asiento  imblico  el  rescate  de  platas;  (quci 
ya  fué  una  figura  del  Bs,nco  actual)  y  en  efecto  se  verificó 
por  tres  años  en  Juan  del  Castillo  con  la  obligación  de  meter 
en  la  casa  de  Moneda  en  cada  uiio  de  ellos  60,000  marcos  de 
plata  ensayada,  y  marcada  de  ley  de  11  dineros,  y  4  granos, 
para  que  de  ellos  se  hicieran  reales  en  cada  cuatro  meses  20,000 
marcos;  y  para  facilitar  ei  cambio  se  le  concedió  el  privilegio 
exclusivo  de  poner  tienda  pública  de  rescate  en  Potosí,  Chu- 
quisaca,  la  Paz,  y  en  todos  los  demás  lugares  del  distrito  de  la 
ToM.  VII.  Literatura —56 


—442— 
Eeal  Audiencia  de  Charcas,  señalándole  el  precio  del  rescate 
por  cada  peso  de  plata  ensayada  y  marcada  de  450  marcos,12  ^ 
reales,  y  el  peso  corriente  á  9  reales  á  vista  del  ensayador. 

Con  arreglo  á  este  modelo  siguieron  después  otros  rescata- 
dores  con  el  título  de  mercaderes  de  plata,  bajo  de  varias  pre- 
causiones  para  evitar  fraudes.  Este  negocio  era  vastísimo  pues 
por  un»  Provisión  del  señor  marqués  de  Guadalcazar  su  fe- 
cha en  Lima  á  14  de  Febrero  de  1620  se  mandó  sellar  de  cuen- 
ta de  S.  M.  hasta  500,000  pesos,  y  de  ahí  en  adelante  hasta  un 
millón  de  á  8  rs.  y  el  público  iutrodueia  tantas  pastas  por  me- 
dio de  dichos  mercaderes,  que  lleganflo  á  5  millones  anuales, 
les  dejaba  el  rescate  un  lucro  muy  considerable. 

El  gremio  de  Azognei-os,  quiso  atribuirse  estas  ganancias, 
proyectando  una  compañía  con  cuyo  fondo  pudiesen  fomen- 
tar la  Minería,  y  otras  precisas  habilitaciones  para  el  corrien- 
te de  los  Ingenios  y  Minas,  y  se  formalizó  por  Escritura  pú- 
blica, otorgada  á  15  de  Enem  de  1747^  ante  el  Escribano  An- 
tonio Martínez  Moreyra,  en  virtud  de  Junta  que  ¡jrecedió  el 
14  del  mismo  mes,  obligándose  á  dejar  en  poder  de  los  mer- 
caderes de  plata  el  pico  de  los  7  pesos  2  y  3  cuartillos  reales, 
en  que  se  estimaba  entonces  cada  marco  de  plata  en  pina  de 
azoguero,  percibiendo  cada  uno  solamente  7  j)esos   efectivos. 

El  señor  Yirey  conde  de  Sapernnda  aprobó  este  proyecto 
por  auto  acordado  en  Junta  de  Hacienda  de  17  de  Abril  de 
J747  librando  el  correspondiente  despacho;  en  cuya  virtud 
vendieron  los  azogueros  á  los  mei^caderes  de  plata  desde  el  1? 
de  Marzo  de  dicho  año  de  47  hasta  20  de  Febrero  de  52.  484,287 
marcos  una  onza,  dejando  en  poder  de  los  mercaderes  los  dos 
y  tres  cuartillos  reales  estipulados. 

Estos  productos  se  encerraban  en  una  caja  de  dos  llaves, 
manejadas  por  dos  azogueros  que  nombraba  el  Cuerpo  con  el 
Gobernador  protector  de  la  compañía;  pero  en  el  corto  térmi- 
no de  los  cuatro  años  referidos  quebró  en  175,207  pesos  o  ciuir- 
til  los  reales  sin  mas  recurso  que  haber  de  ijerseguir  a  los  mer- 
caderes de  plata,  sus  bienes  y  fiadores. 

En  remedio  de  estos  abusos  el  Gobernador  D.  Ventura  de 
San  tel  i  ees  trató  de  establecer  un  Banco  de  cuenta  de  la  Com- 
pañía, bajo  de  reglamentos  que  asegurasen  su  fiel  y  exacta 
administración,  que  se  adoptó  en  Junta  general  de  azogueros 
de  18  de  Enero  de  1752  y  fué  aprobada  por  dicho  Gobernador 
en  7  de  Febrero,  y  por  8.  M.  en  Real  cédula  de  12  de  Junio 
del  mismo  año  de  52  bajo  de  cuyo  pié  se  acrecpntó  el  fondo 
del  Banco,  hasta  priu(;ipiüs  de  Fel)rero  de  776  en  la  cantidad 
de  817,141  pesos  3  reales,  mediante  la  providencia  que  tomó  el 
dicho  Sautelicesde  aumentar  el  valor  de  cada  marco  á  7  pesos 
4  reales,  por  cuyo  medio,  en  lugar  de  los  2  y  3  cuartillos  rea- 


—443— 
les  de  antes,  se  acopiaban  4  reales  en  el  fondo  del  Banco  á  be- 
neficio de  la  Azogiieuia. 

A  pesar  de  estas  precauciones  se  exí>erinieutaron  varias  fa- 
llas, que  fueron  reponiendo  snccesiv^ainente;  de  nuxlo,  que  en 
el  g'obiern(»  del  Illmo.  Sr.  1).  Jorje  Escobedo  subió  el  caudal 
á  915,4(51  pesos  5  reales. 

En  este  estado  se  proyectó  la  incorporación  á  la  corona  en 
16  de  Abril  de  1779  y  se  consintió  por  la  Azogueria  en  dos 
Juntas  consecutivas,  de  lo  cual  inforniado  con  autos  el  señor 
Visitador  ¿eueral  del  Eryno  D.  José  Antonio  de  Areche  apro- 
bó la  incorporación  por  decreto  de  21  de  Junio  de  dicho  año 
de  79  y  en  su  virtud  tomó  posesión  del  Real  Banco  en  nom- 
bre de  8.  M.  en  9  de  Agosto  del  mismo  año  el  Illmo.  señor 
Escobedo,  el  cual  formó  después  á  principios  de  1780,  nn  Re- 
glamento económico  que  se  aprobó  por  Eeal  Orden  de  24  de 
Agosto  de  1782,  con  la  calidad  de  por  ahora,  que  posterior- 
mente se  confirmó  en  Et  al  cédala  de  1795  con  impresión  del 
nuevo  Código  que  hoy  rige. 

Al  tiempo  de  la  incorporación  se  encontraron  1.070,846  i>e- 
sos  7  reales  de  cuya  cantidínl  se  repartieron  á  beneficio  délos 
azogueros  272,463  pesos  4  y  ^  reales;  á  favor  de  la  Real  Ha- 
cienda 647,196  pesos  2  y  J  reales;  y  en  el  fondo  perdido  por 
imposibilidad  de  su  cobranza  151,187  pesos,  utilidades  todas 
procedentes  de  la  gruesa  de  3.579,892  marcos  7  onzas  que  se 
rescataron  por  cuenta  del  Banco  de  iVzogueros  desde  el  año 
de  1754  en  que  se  formalizó  su  fundación. 

Desde  la  incorporación  acá,  á  saber:  desde  el  mes  dé  Agos- 
to de  1779  hasta  fines  de  1800  se  han  vendido  al  Real  Banco 
por  la  Azogueria,  capchas,  trapicheros  y  mineros  de  afuera 
7.157,107  marcos  que  hacen  53.678,  302  pesos  y  han  rendido 
de  utilidad  por  razón  de  rescate  694,  394  y  á  beneficio  de  los 
Reales  Diezmos  7.848,589,  habiéndose  gastado  en  el  actual 
Real  Socabon  del  expresado  fondo  de  utilidades  389,535  pe- 
sos de  cuya  obra  es  Director  D.  Daniel  Webber,  .Geómetra 
Subterráneo  de  la  expedición  metálicadel  Barón  deNordemflik 
con  un  exijediente  de  la  misma  que  ha  quedado  bajo  de  sus 
órdenes. 

INTENDENCIA  DE  LA  PAZ. 

La  ciudad  de  la  Paz  fué  fundada  por  Alonso  de  Mendoza  el 
dia20  de  Octubre  de  1548  en  una  quebrada  de  los  Andes,  de- 
nominada antiguamente  por  los  indios  Cliuquiyapú,  y  por  cor- 
ruptela Oliuquiabo^  de  orden  del  Licenciado  Pedro  de  la  Gas- 
ea, Gobernador  del  Perú,  después  de  sosegados  los  alborotos 
de  Gonzalo  Pizarro,  y  sus  secuaces.  Por  esta  razón  la  deno- 


— 444 — 
minó  con  el  nombre  de  Nuestra  Señora  de  la  Paz,  y  se  halla 
situada  á  los  16  g.  50  f,  de  latitud  austral,  y  á  los  313  g.  30  f. 
de  longitud,  meridiano  de  Tenerife.  Confina  pov  el  Leste  con 
el  partido  de  Obulumaui:  por  el  Sueste  con  Sicasica:  por  el  Sur, 
Sudoeste,  hasta  el  Oeste  con  Pacages,  y  Omasuyos;  por  el 
I>rordeste  y  iíorte  con  Larecaja,  Apolobamba,  y  Misiones  in- 
teriores. Tiene  esta  ciudad  por  armas,  que  le  concedió  el  se- 
ñor D.  Carlos  Y,  un  escudo,  y  en  lo  mas  alto  de  él  un  morrión 
vuelto  sobre  la  mano  derecha,  y  uua  x^^i-loma  con  un  ramo  de 
oliva  en  el  pico:  en  el  centro  una  guiuarlda  de  flores,  en  que 
están  enlazadas  cuatro  culebras:  debajo  un  León  fronterizo  á 
un  cordero,  ambos  en  pié  á  la  ribera  de  un  rio  en  ademan  pa- 
cífico y  acorde,  todos  signos  alusivos  á  la  paz,  como  lo  expresa 
el  mote  de  la  orla  que  circunda  el  escudo,  y  dice  así: 

Los  discordes  en  concordia, 

Ed  paz  y  amor  se  juntaron,  '' 

Y  pueblo  de  PAZ  fundaron, 

Para  perpetua  memoria 

Usa  esta  ciudad  los  títulos  de  noble,  valerosa  y  fiel,  en  vir- 
tud de  Eeal  cédula  de  20  Mayo  de  ]  794  en  preuiio  de  su  valor 
y  lealtad,  con  que  sostuvo  los  ataques  sufridos  el  año  de  1781 
poi'  losreveldes. 

Anteriormente,  y  por  iguales  servicios  que  hizo  esta  ciu- 
dad, especialmente  contra  el  revelde  PiUnco,  gozaba  de 
otros  singulares  privilegios  por  concesión,  según  parece,  del 
Excmo.  señor  conde  de  Lemus,  Virey  que  fué  del  Perú,  y  man- 
tuvo por  mucho  tiempo  el  de  no  necesitar  de  superior  confir- 
mación en  sus  anuales  elecciones  de  Alcaldes,  quedando  apro- 
bados y  confirmados  por  el  mismo  Cuerpo  de  Ciudad;  y  aun- 
que parecía  que  por  el  nuevo  plan  de  gobierno  introducido 
con  la  erección  de  Intendencias,  y  publicación  de  la  Eeal  Or- 
denanza de  1782  habia  padecido  el  Cabildo  alguna  alteración 
en  el  goce  de  este  privilegio,  por  otra  real  disposición  de  20 
de  Mayo  de  1794,  se  aclaró  y  mantuvo  esta  Ciudad  en  la  po- 
sesión de  elegir  anualmente  dos  Alcaldes,  y  confirmarlos  en  el 
mismo  acto  de  Cabildo. 

Goza  también  del  privilegio  de  bancas  acolchadas  con  cu- 
biertas de  terlifes  de  damasco,  concesión  hecha  por  el  Excmo. 
señor  D.  Fr.  Diego  Morcillo,  Virey  que  fué  del  Perú,  en  28  de 
Noviembre  de  1719  y  confirmada  en  15  de  Diciembre  del  mis- 
mo año. 


-445- 


INTENUEÍÍOIA  DK  OOCHABAMBA. 

La  ciudad  de  Oropesa  en  el  valle  de  Cochabainba,  fué  fun- 
dada por  el  señor  D.  Francisco  de  Toledo,  Virey  qne  fué  del 
Perú,  en  el  año  de  1572  con  el  título  de  la  V^illa  de  Oropesa. 
comisionando  al  electo  al  capitán  Gerónimo  de  Osorio  y  nom- 
brándolo por  Corregidor.  En  28  de  Diciembre  de  1573,  se  hi- 
zo la  población,  eu  virtud  de  poder  y  facultad  que  dio  el  mis- 
mo señor  Toledo  en  7  del  referido  mes  á  Sebastian  Barba  de 
Padilla,  en  el  sitio  de  Oauata  jjor  su  buen  temperamento,  apa- 
cible clima,  y  lugar  abastecido  de  todo  lo  necesario  á  la  sub- 
sistencia del  hombre.  Confina  todo  el  distrito  de  ella  x^orelN. 
con  los  incógnitos  terrenos  entre  esta  Provincia  y  las  Misio- 
nes de  Mojos,  habitados  en  partes  de  indios  bárbaros,  de  na- 
ción Ráches,  Siríonos,  Solostros  y  Juracarees:  por  el  Sur  con 
el  Gobierno  é  Intendencia  de  la  Plata:  por  el  E.  con  el  rio 
Parapiti,  ó  de  San  Miguel  de  Chiquitos.  Se  halla  situada  la 
Ciudad  en  la  latitud  austral  de  17  g.  2  s.,  y  su  longitud  occi- 
dental es  de  68  g.  31  s.  del  Meridiano  de  París,  ó  í  horas;  y 
34  g.  en  tiempo.  Usa  por  armas  un  escudo  de  camx^oaziul:  en 
el  medio  un  León,  y  á  su  círculo  10  cabezas  degolladas,  y  son 
las  misnjas  de  los  condes  de  Oropesa,  de  cuya  casa  fué  dicho 
señor  Toledo,  quien  lo  concedió.  Usa  también  de  los  títu- 
los de  Leal  y  valerosa  Ciudad  por  los  distinguidos  y  lea- 
les servicios  que  hicieron  sus  vecinos  en  la  pasada  rebelión  de 
indios  de  este  Reyno,  los  que  se  dignó  concederle  el  señor  D. 
Carlos  III  en  Eeal  cédula  de  26  de  Mavo  de  1786. 


INTBNDEÍ^CIA  DE  CÓEDOYA. 

La  ciudad  de  Oórdova,  fué  fundada  el  dia  6  de  Julio  de 
1578  por  D.  Gerónimo  Luis  de  Cabrera  en  el  asiento  de  In- 
dios, que  en  su  idioma  llamaban  Quisquisacate,  cerca  del  rio 
Zuquia,  que  se  nombró  de  San  Juan,  por  haber  llegado  en  es- 
te dia  el  fundador,  y  á  las  tierras  de  su  jurisdicción  la  ísTueva 
Andalucía.  Está  situada  en  31  g.  15  m.  de  latitud  austral,  y 
314  de  longitud.  Tiene  por  armas  un  castillo  eu  un  escudo 
con  siete  banderas  que  aunque  en  la  explicación  que  dan  sus 
respectivos  libros,  se  dice  están  en  su  alto,  solo  una  se  enar- 
büla  en  el,  y  las  demás  salen  del  pié  de  los  tres  cuerpos  que 
forma  tres  de  cada  lado  entre  abiertas,  siendo  los  dos  prime- 
ros cuerpos  del  castillo  casi  iguales  y  pequeño  el  de  su  coro- 
nación, con  dos  ríos  caudalosos  á  su  pié. 


-446- 


INTENDENCIA  DE  SALTA. 

La  ciudad  de  Salta,  fué  fundada  el  dia  17  de  Abril  de  1580 
por  D.  Gonzalo  de  Abren  y  Figueroa  en  el  Valle  de  Si  ancas 
y  trasladada  al  lugar  en  que  lioy  se  halla  por  el  Gobernador 
Hernando  de  Lerraa.  Está  situada  á  los  24  g.  y  30  m.  íle  lati- 
tud, y  312  g.  y  30  m.  de  longitud,  según  el  meridiano  de  Te- 
nerife. Desde  tiempo  inmemorial  eligió  por  armas  un  escudo 
que  comprende  un  rio  que  la  ameniza,  un  cerro  que  la  forta- 
lece, unos  árboles  que  la  hermosean,  y  los  símbolos  del  valor 
y  de  la  fidelidad  que  la  distinguen.  No  tiene  tiste  escudo  espe- 
cífica real  aprobación;  pero  sí  el  tácito  real  consentimiento; 
porque  informado  S.  M.  lo  ha  tolerado,  y  por  consecuencia  se 
gravó  en  las  medallas  que  la  ciudad  suele  distribuir  para  so- 
lemniv;ar  las  reales  aclamaciones.  Hace  honrosa  ostentación 
del  título  de  Muy  Fiel,  y  por  prescripción  usa  el  de  Muy  Ilus- 
tre. Casi  desde  el  principio  de  la  población  de  la  Provincia,  es 
residencia  de  sus  Gobernadores,  i)orque  las  circunstancias  de 
la  Frontera  del  Chaco,  combinadas  con  las  del  comercio  asi  lo 
exigían.  Es  capital  declarada  de  la  Provincia  de  su  nombre 
porEoal  cédula  de  5  de  Agosto  de  1783. 


ARZOBISPADO  DE  CHARCAS. 

La  Santa  Iglesia  de  Charcas  fué  erigida  en  Sede  Episcopal, 
con  el  título  de  Santa  María,  por  Bula  del  señor  Julio  III,  ex- 
pedida en  Koma  á  27  de  Junio  de  1552,  siendo  su  primer  Obis- 
po el  Ilimo.  Sr.  Dr.  D.  Fray  Tomas  de  San  Martin  del  Orden 
de  predicadores.  En  20  de  Julio  de  1609  fué  elevada  á  Metro- 
politana por  Bula  del  señor  Paulo  V,  y  recibió  el  palio  de  Ar- 
zobispo en  2  de  Enero  do  1G21  el  Illmo.  señor  Dr.  D.  Alonso 
de  Peralta.  Se  ha  celebrado  en  esta  Metro]6olitana  un  solo 
Concilio  el  año  de  1774,  y  la  han  regido  los  Illmos.  Prelados 
que  aparecen  en  la  forma  siguiente: 

ILÜSTEÍSIMOS  SEÑORES  OBISPOS. 

1  — D.  Fray  Tomas  de  San  Martin;  formó  la  erección  de  esta 
Santa  Iglesia  Catedral,  conformándola  en  sus  ritos  y  cere- 
monias con  la  de  Sevilla,  por  la  expresada  Bula  de  27  de 
Junio  á  pedimento  del  señor  D.  Carlos  I,  gobernó  hasta  31 
de  Agosto  de  1555,  en  que  talleció. 


2 — D.  iFray  Domingo  de  Santo  Tomas  del  mismo  Orden  de 
Predicadores:  tomó  posesión  en  31  de  Diciembre  de  1563,  y 
falleció  en  28  de  Febrero  de  1570. 

3 — D.  Alonso  Granero  de  Avalos,  se  posesionó  en  fin  de  Di- 
ciembre de  1581,  y  murió  en  19  de  Noviembre  de  1585. 

4 — D.  Alonso  de  la  Cerda,  idem  en  13  de  Setiembre  de  1589, 
y  falleció  en  4  de  Marzo  de  1592. 

5 — D.  Alonso  Ramires  ríe  Vergara,  i(l>)m  en  16  de  Noviembre 
de  1506,  y  falleció  en  19  de  Noviembre  de  de  1802.  Fnó  el 
último  (le  los  señores  Obispos,  formó  la  Constitución  que  boy 

rige  en  esta  Santa  Iglesia  Metropolitana. 

ILÜSTUÍSIMOS  SEÑORES  ARZOBISPOS. 

1 — D.  Luis  López,  murió  sin  tomar  posesión. 

2 — D.  Alonso  de  Peralta,  recibió  el  palio  en  1?  de  Enero  de 
1611,  como  queda  referido,  y  falleció  en  3  de  Noviembre  de 
1614. 

3 — D.  Gerónimo  Méndez  de  Tiedra,  tomó  posesión  en  25  de 
Noviembre  de  1618,  y  falleció  en  22  de  Mayo  de  1622. 

4 — D.  Fernando  Adas  de  ligarte,  idem  en  24  de  Febrero  de 
1626,  y  gobernó  basta  22  de  Diciembre  de  1629  que  fue  pro- 
movido al  Arzobispado  de  Liuia. 

5 — D.  Fray  Francisco  de  Sotomayor,  murió  en  Potosí  sin  re- 
cibirse. 

6 — D.  Fray  Francisco  de  Borja,  tomó  posesión  en  18  de  Se- 
tiembre de  1636,  y  falleció  en  23  de  Junio  de  1644. 

7 — D.  Pedro  de  Oviedo,  idem  en  11  de  Febrero  de  1647  hasta 
19  de  Octubre  de  1649  que  falleció. 

8 — D.  Juan  Alonso  de  Ocon,  idem  en  28  de  Junio  de  1652 
hasta  29  de  Junio  de  1656  que  falleció. 

9 — 1).  Fray  Gaspar  de  V'illarroel,  idem  en  7  de  Junio  de  1660 
falleció  en  12  de  Octubre  de  1665. 

10 — D.  Melchor  de  Liñan  y  Cisneros,  idem  en  1672  y  gober- 
nó hasta  el  de  1678,  que  fué  promovido  al  Arzobispado  de 
Lima. 

11 — D.  Fernando  de  Izaguirre,  murió  antes  de  tomar  po- 
sesión. 

12 — D.  Fray  Alonso  de  la  Cerda,  idem. 

13 — D.  Cristóbal  de  Castilla  y  Zamora,  tomó  posesión  en  1680, 
y  falleció  en  8  de  Diciembre  de  1683. 

14 — D.  Bartolomé  González  Poveda,  idem  en  29  de  Setiem- 
bre de  1685,  y  falleció  en  26  de  Noviembre  de  1692. 

15 — D.  Juan  Queypo  Llano  y  Valdez,  idem  en  5  de  Abril  de 
1695,  y  falleció  en  29  de  Julio  de  1708. 

16 — D.  Pedro  Vasquez  de  Velasco,  murió  antes  <le   recibirse. 

17. — D.  Fray  Diego  Morcillo,  tomó  posesión  en  4  de  Octubre 


—448— 
de  1713,  y  gobernó  hasta  5  de  Agosto   de  1716  en  que  fué 
promovido  al  Arzobispado  de  Lima. 

18 — D.  Juan  de  Mcolalde,  no  tomó  posesión  por  su  falleci- 
miento. 

19 — D.  Luis  Francisco  Eomero,  tomó  posesión  en  1728;  y  mu- 
rió en  28  de  líoviembre  del  mismo  año. 

20 — T).  Alonso  del  Pozo  y  Silva,  idem  en  14  de  Agosto  de 
1731,  y  falleció  en  22  de  Febrero  d<^  1745. 

21 — T>.  Agustín  Hodriguez  Delgado,  en  de  de  y  fa- 
lleció en  21  de  Diciembre  de  1746. 

22 — D.  Gregorio  de  Mol  leda  y  Clerque,  idem  en  2  de  Setiem- 
bre basta  13  de  Abril  de  1756  que  falleció. 

23 — D.  Bernardo  de  Arbira  y  ligarte, murió  antes  de  recibirse. 

24 — D.  Cayetano  Marcellano  y  Agramont,  tomó  posesión  en 
15  de  Marzo  de  1759,  y  falleció  en  28  de  Setiembre  de  1760. 

25 — D.  Pedro  Miguel  de  Argandoña,  idem  en  2  de  Diciembre 
de  1762,  y  falleció  en  2  de  Agosts  de  1775. 

26— D.  Francisco  Ramón  de  Herboso,  idem  en  2  de  Febrero 
de  1777  basta  30  de  Abril  de  1782  que  falleció. 

27— El  Ilustrísiuio  y  Reverendísimo  Sr.  Dr.  D.  Fray  José  An- 
tonio de  San  Alberto  de  Carmelitas  Descalzos,  nació  en 
Fresno,  Diócesis  de  Tarazona,  en  17  de  Febrero  de  1727. 
Fné  Procurador  general  de  su  Orden,  Predicador  de  núme- 
ro del  señor  D.  Carlos  III,  y  Obispo  del  Tncuman,  Tomó 
posesión  de  esta  Iglesia  Metropolitana  en  26  de  Julio  de 
1785. 

CUERPOS  RELIGIOSOS. 

SANTO  DOMINGO. 

Se  fundó  el  año  de  1586  por  Bula  del  señor  Sixto  Y. 

SAN  FRANCISCO. 

Se  fundó  el  año  de  1540. 

KECOLBOCION  DE  LA  MISMA  ORDEN  COTS'  EL  TÍTULO  DE 

SANTA  ANA. 

Se  fondo  en  16  de  Setiembre  de  1599  por  Real  cédula  del 
señor  D.  Felipe  111. 

SAN    AGUSTÍN. 

Se  fundó  á  1°  de  J  ulio  de  1564  bajo  el  título  de  Nuestra  Se- 
ñora de  la  Gracia.  Su  iglesia  goza  privilegios  de  Capilla  Real 
y  se  solemnizan  en  ella  con  asistencia  de  la  Real  Audiencia 
los  cumple  años  de  nuestros  Soberanos, 


-449- 


NUESTRA  SEÑORA  DE  LAS  MERCEDES. 


Su  fundación  existe  en  el  convento  grande  del  Cuzco. 


SAN  JUAN  DE  DIOS.  , 

Este  convento  de  hospitalidad  es  de  muj'  antigua  fundación, 
y  se  les  dio  posesión  á  sus  religiosos  en  2  de  Junio  de  1664. 

Hay  cuatro  salas  para  enfermos,  tres  de  hombres  y  una  de 
mujeres  con  65  camas,  fuera  de  muchas  que  se  ponen  en  cu- 
jas sueltas. 

CONGREGACIÓN  DEL  ORATORIO  DE  SAN  FELIPE  NERI. 

Se  fundó  á  19  de  Marzo  de  1795  en  que  puso  la  piedra  fun- 
damental á  su  ediflci(>  su  Iltmo.  Fundador  el  Sr.  Dr.  D.  Fr. 
José  Antonio  de  San  Alberto,  dignísimo  Arzobispo  de  esta 
Metrópoli,  en  virtud  de  real  cédula  de  12  de  Marzo  de  1787. 
Los  PP.  fundadores  que  vinieron  de  Lima  á  este  útil  estable- 
cimiento, prepósito  D.  Manuel  de  la  Fuente  y  Zagarzurieta, 
Dr.  D.  Francisco  González,  D.  Jorge  Tambino,  y  los  berma- 
nos  legos  Mateo  Espinosa  y  Pedro  Pérez,  tomaron  posesión 
en  19  de  Marzo  de  96  en  la  casa  que  donó  para  este  destino  el 
Iltmo.  Sr.  D.  Manuel  üSTicolás  de  Eojas  y  Argandoña,  Obispo 
de  Santa  Oru'-í  de  la  Sierra,  siendo  Tesorero  de  esta  Iglesia 
Metropolitana. 

MOÍÍASTERIOS  DE  MONJAS. 

NUESTRA     SEÑORA     DE    LOS    REMEDIOS. 

Agustinas :  Fundaron  año  de  1567. 

SANTA   CLARA. 

Se  fundó  año  de  1639  en  virtud  de  real  cédula  de  17  de 
Marzo  de  1636. 

CARMELITAS   DESCALZAS. 

Se  fundó  por  el  Iltmo.  Sr.  D.  Fr.  Gaspar  de  Villarroel,  dig- 

TOMO  VII.  LlTEEATUBA — 57 


uisimo  Arzobispo  que  fué  de  esta  Metróx)oli  eu  5  de  Octubre 
de  1665  por  bula  del  Sr.  Alejandro  VII,  dada  en  Eoma  á  3  de 
Julio  de  1658  y  licencia  del  Sr.  D.  Felipe  III,  en  6  de  Marzo 
de  1603. 

RECOGIMIENTO  DE  NIÑAS   HUÉEFANAS,  BAJO  EL  TÍTULO 
DE  LA  PURÍSIMA  CONCEPCIÓN. 

Se  fundó  en  virtud  de  real  cédula  de  20  de  Julio  de  1674. 

COLEGIO  DE  SAN  JOSÉ  DE  NIÑAS  HUÉRFANAS. 

Se  fuüdó  por  el  Iltmo.  Sr.  actual  Arzobispo  en  virtud  de 
real  cédula  de  12  de  Marzo  de  1787  el  dia  19  de  igual  mes  de 
el  de  1792  para  educación  de  ni  ñas,  enseñanza  de  labor  y  ejer- 
cicios de  religión  y  piedad. 

Este  colegio  se  compone  de  una  rectora,  12  maestras,  40  ni- 
ñas de  número  y  otras  tantas  que  para  su  educación  las  po- 
nen sus  padres,  extendiéndose  este  beneficio  á  muchas  niñas 
de  la  ciudad  que  por  mañana  y  tarde  entran  á  aprender  á  leer, 
escribir  y  rezar  gratuitamente. 

CUERPOS  LITERARIOS. 

REAL  y  PONTIFICIA  UNIVERSIDAD  DE  SAN  FRANCISCO  JAVIER. 

Se  fundó  en  el  año  de  1623  en  virtud  de  bula  dada  en  Ro- 
ma á  8  de  Agosto  de  1621  por  el  Sr.  Gregorio  XY  y  real  cé- 
dula de  2  de  Febrero  de  1622  bajo  la  dirección  y  enseñanza 
de  los  jesuitas,  con  cuya  expatriación  quedaron  abolidos  los 
estatutos  y  constituciones  de  ella,  y  la  rigen  al  presente  inte- 
rinamente las  de  San  Marcos  de  Lima.  Últimamente  ha  con- 
decorado S.  M.  á  esta  Universidad,  concediéndole  los  privile- 
gios de  la  de  Salamanca  por  real  cédula  de  10  de  Abril  de 
1798. 

REAL  Y  PONTIFICIO  SEMINARIO  DE  SAN  CRISTÓBAL. 

Su  primordial  fundación  fué  hecha  por  el  Venerable  Dean 
y  Cabildo  de  esta  Santa,  Iglesia  Metropolitana  en  Sede  vacan- 
te en  el  año  de  1595,  bajo  la  advocación  y  título  de  Santa  Isa- 
bel Reina  de  üngría.  En  el  de  1681  fué  trasladado  por  el 


—451— 
Iltrao.  Sr.  Dr.  D.  Cristóbal  de  Castilla  y  Zamora  al  sitio  con- 
tiguo á  la  Iglesia  Catedral  y  Palacio  Arzobispal,  doude  se 
conserva  hasta  el  dia,  y  con  este  motivo  se  titula  de  San  Cris- 
tóbal, y  lo  reconocen  por  su  Patrón.  Ha  logrado  varias  reales 
cédulas  á  su  favor,  y  entre  ellas  dos  expedidas  por  los  años  de 
1756  y  57,  las  que  le  conceden  privilegios  de  antigüedad  y 
preferencia  al  Eeal  Colegio  de  San  Juan  Bautista  de  esta  ciu- 
dad. Los  fines  de  su  establecimiento  han  sido  los  mismos  que 
asigna  el  Concilio  de  Trento. 

REAL  COLEGIO  DE  SAN  JUAN  BAUTISTA. 

Se  fundó  el  año  de  1621  por  el  Excmo.  Sr.  Virey,  Príncipe 
de  Esquilache,  por  súplica  del  noble  vecidario  de  esta  ciudad, 
constituyendo  por  Patrón  al  Eey  Nuestro  Señor  y  á  los  demás 
Señores  Vireyes  sus  sucesores,  dándole  el  título  de  Colegio 
Eeal  en  uso  de  sus  facultades,  y  poniéndolo  á  discreción  de  los 
PP.  de  la  extinguida  Compañía,  para  la  enseñanza  y  educa- 
ción de  los  hijos  de  los  conquistadores  y  vecinos  honrados  de 
esta  ciudad.  Con  la  expatriación  deaípiellos  pasó  su  gobier- 
no al  de  el  clero  secular,  cuyo  celo  sostiene  los  fines  de  su  es- 
tablecimiento. 

Se  enseñan  las  mismas  facultades  que  en  el  de  San  Cristó- 
bal, y  no  hay  becas  de  número  por  hallarse  indotadas. 

Ocupa  este  colegio  el  de  los  expatriados  por  real  disposi- 
ción. 

OBISPADO  DEL  PAEAGUAY. 

La  Santa  Iglesia  del  Paraguay  fué  erigida  por  el  Papa  Pau- 
lo III  en  1547,  dedicándose  á  la  Asunción  de  l^uestra  Señora. 
Verificó  la  erección  el  lítmo.  Sr.  D.  Fr.  Juan  de  Barrios  en  10 
de  Enero  de  1548  en  Aranda  de  Duero,  en  el  Obispado  de  Os- 
ma;  pero  no  vino  á  este  por  haber  sido  promovido  al  de  Gna- 
dix,  del  que  tampoco  tomó  posesión  por  haber  fallecido  á  po- 
cos dias  de  recibir  la  cédula  de  merced  en  el  convento  de  San- 
ta Catalina,  mártir  de  Toledo. 

ILUSTRÍSIMOS    PRELADOS    QUE    HA   TENIDO    ESTA  SANTA    IGLESIA. 

1— D.  Fr.  Pedro  de  la  Torre,  religioso  franciscano  y  español 
de  nación:  fué  electo  Obispo  año  de  1552  y  cesó  en  el  de 
1573. 


—452— 

2 — D.  Fr.  Jnan  del  Campo,  del  mismo  Orden,  presentado  pa- 
ra esta  Iglesia  en  11  de  Febrero  de  1575:  murió  antes  de  re- 
cibir las  bulas. 

3 — ^D.  Fr.  Luis  López  de  Solis,  religioso  agustino:  promovido 
á  la  Iglesia  de  Quito  antes  de  tomar  posesión  de  esta. 

4 — ^D.  Fr.  Juan  de  Almaráz,  del  mismo  Orden,  electo  en  1576: 
murió  antes  de  recibir  las  bulas  en  el  convento  de  Truji- 
11o. 

5— D.  Fr.  Juan  Alonso  Guerra,  del  Orden  de  Predicadores, 
hecho  Obispo  en  27  de  Setiembre  de  1577  y  promovido  al 
Obispado  de  Mechoacan  en  1597. 

6 — D.  Tomás  Vázquez  de  Liano,  electo  en  el  mismo  año  de 
597:  falleció  en  Santa  Fé  antes  de  entrar  en  su  Iglesia  en 
1598. 

7— D.  Fr.  Baltasar  de  Covarrubias,  del  Orden  de  San  Agus- 
tín: promovido  al  Obispado  de  llueva  Oáceres  sin  tomar  po- 
sesión de  este. 

8 — D.  Fr.  Martin  Ignacio  de  Loyola,  sobrino  de  San  Ignacio 
de  Loyola,  del  Orden  de  San  Francisco,  electo  en  9  de  Oc- 
tubre de  1601:  murió  en  Buenos-Aires  en  1606. 

9--B.  Fr.  Eeginaldo  de  Lizarraga,  del  Orden  de  Predicado- 
res: trasladado  á  esta  Iglesia  de  la  Imperial  en  el  Eeino  de 
Chile  en  1607,  entró  en  esta  Iglesia  en  1609  y  falleció  á  los 
6  meses  en  1618. 

10 — J).  Fr.  Tomás  de  Torres,  del  Orden  de  Predicadores,  elec- 
to año  de  1619  y  trasladado  á  la  Iglesia  del  Tucuman  en 
1625.  En  tiempo  de  este  prelado  se  dividió  el  gobierno  es- 
piritual y  temporal  del  Paraguay  y  Buenos- Aires,  año  de 
1620. 

11 — D.  Fr.  Agustín  de  la  Vega,  del  mismo  Orden,  murió  an- 
tes de  recibir  las  bulas. 

12 — D.  Fr.  Leandro  de  Garfias,  de  la  misma  religión,  murió 
en  la  navegación. 

13 — D.  Fr.  Melchor  Prieto,  del  Orden  de  la  Merced,  renunció 
el  Obispado. 

14 — D.  Fri  Cristóbal  de  Aresti,  del  Orden  de  San  Benito,  fué 
electo  en  1628  y  trasladado  al  de  Buenos- Aires  én  1635, 

15 — D.  Fr.  Francisco  de  la  Serna,  del  orden  de  San  Agustín, 
pjresentado  para  esta  Iglesia  en  dicho  año  de  635  y  trasla- 
dado á  la  de  Popayan  en  1638. 

16 — D.  Fr.  Bernardino  de  Cárdenas,  del  Orden  de  San  Fran- 
cisco, electo  Obispo  de  esta  Iglesia  en  el  referido  año  de  638 
y  trasladado  al  de  Santa  Cruz  de  la  Sierra  en  1649. 

17 — D.  Fr.  Gabriel  de  Guillestegui,  del  njismo  Orden,  electo 
en  1666  y  promovido  á  la  Paz  en  1671, 


—453— 

18 — D.  Fernando  de  Balcazar,  olocto  en  1672:  murió  antes  de 
consagrarse, 

19 — D.  j>.  Faustino  de  las  Casas,  del  Orden  de  la  Merced, 
electo  en  1673,  falleció  en  1680. 

20 — D.  Fr.  Sebastian  de  Pastrana,  del  mismo  Orden,  electo  en 
1690,  murió  antes  de  posesioiiarse  de  su  Iglesia  en  1701. 

21 — D.  Pedro  Durana,  electo  en  1703,  y  falleció  sin  tomar  po- 
sesión. 

22 — D.  Martin  de  Sarri colea  y  Olea,  á  quien  encontró  ya 
muerto  la  gracia  de  S.  M. 

23 — D.  Fr.  José  de  Palos,  del  Orden  de  San  Francisco,  electo 
en  1721,  se  posesionó  en  1724,  y  falleció  en  1738. 

24 — D.  Fr.  José  Palavicini,  del  mismo  Orden,  electo  en  1740, 
y  promovido  á  Trujillo  en  1748. 

25 — D.  Fernando  Pérez  de  Oblitas,  electo  en  1748,  y  promo- 
vido á  Santa  Cruz  de  la  Sierra  en  1756. 

26 — U.  Manuel  Antonio  de  la  Torre,  electo  en  1757,  y  trasla- 
dado á  Buenos- Aires  en  1762. 

27 — D.  Manuel  López  de  Espinosa,  electo  en  dicho  año  de  62, 
murió  en  el  Perú  sin  venir,  eu  el  de  1770. 

28 — D.  Fr.  José  de  Priego,  del  Orden  de  Predicadores,  electo 
en  1772,  y  falleció  en  el  de  1778  en  la  ciudad  de  la  Plata* 

29 — D.  Fr.  Luis  de  Velasco,  del  Orden  de  San  Francisco,  elec- 
to en  1780,  murió  en  el  de  1792. 

30 — D.  Lorenzo  Suarez  de  Cantillana,  electo  en  1793,  murió 
antes  de  tomar  posesión  en  la  ciudad  de  Oórdova  del  Tucu- 
man  en  1799. 

31 — D.  José  de  Arquellada,  renunció. 


REAL  COLEGIO  SEMINARIO  CONCILIAR  DE  SAN  CARLOS. 

Erigido  el  año  de  1783  en  virtud  de  real  cédula  de  28  de 
Febrero  de  1780:  en  él  se  enseña  Latinidad  con  los  elementos 
de  Eetórica,  Filosofía,  Teología  Dogmática,  Moral  y  Escolás- 
tica. 

OBISPADO  DEL  TUOUMAT^. 

La  Santa  Iglesia  del  Tucuman  fué  erigida  en  Sede  Episco- 
pal, dedicándose  á  San  Pedro  y  San  Pablo,  por  bula  de  San 
Pío  V  de  14  de  Mayo  de  1570.  Se  estableció  primeramente  en 
la  ciudad  de  Santiago  del  Estero,  en  la  que  existió  basta  el 
año  de  1699  que  se  trasladó  á  la  de  Córdova  con  autoridad 
del  Sr.  Inocencio  XII.  Yerificóse  la  erección  por  el  Iltmo.  Sr. 


—454— 
B.  Fr.  Francisco  Victoria  en  18  de  Noviembre  de  1578  en  el 
convento  de  Predicadores  de  Sevilla  por  ante  el  Notario  ma- 
yor Dr.  D.  Juan  de  Lucio,  siendo  el  primer  Obispo  que  vino  á 
esta  Iglesia  por  renuncia  del  primero,  que  fué  el  Iltmo.  y  Ve- 
nerable Sr.  D.  Fr.  Gerónimo  de  Villacarrillo,  y  muerte  del  Sr. 
D.  Fr.  Gerónimo  de  Albornoz. 


ILUSTRÍSIMOS   PEELADOS    QUE    HA    TENIDO   ESTA    SANTA .  IGLESIA. 

1 — D.  Fr.  Francisco  Victoria,  del  Orden  de  Predicadores,  por- 
tugués de  nación,  hecbo  Obispo  por  el  año  de  1576.  y  murió 
en  Madrid  en  1592. 

2 — D.  Fr.  Fernando  de  Trejo  y  Sanabria,  natural  del  Para- 
guay, del  Orden  de  San  Francisco,  heclio  Obispo  en  dicho 
año  de  92,  falleció  en  1614. 

3— D.  Fr.  Alonso  Pachecbo,  natural  de  Lima,  del  Orden  de 
San  Agustín,  quien  no  aceptó  la  gracia,  y  por  su  renuncia 
se  nombró  al 

4— Dr.  D.  Julián  de  Cortázar,  natural  de  la  villa  de  Durango 
en  í  617,  y  en  1625  fué  promovido  al  Arzobispado  de  Santa 
Fé  de  Bogotá. 

5 — J).  Fr.  Tomás  de  Torres,  del  Orden  de  Predicadores,  natu- 
ral de  Madrid,  electo  el  mismo  año  de  1625,  y  murió  en 
1630. 

6 — I).  Fr.  Melchor  Maldonado,  del  Orden  de  San  Agustín,  na- 
tural de  Sevilla,  hecho  Obispo  en  1631,  falleció  en  1661. 

7— D.  Francisco  de  Borja,  natural  de  Santa  Fé  de  Bogotá,  y 
visnieto  de  San  Francisco  de  Borja,  electo  en  1665,  y  en  1678 
ascendió  al  Obispado  de  Trujillo. 

8—1).  Fr.  Meólas  Hurtado  de  XJlloa,  del  Orden  de  San  Agus- 
tín, natural  de  Lima:  consagrado  Obispo  en  1679,  falleció 
en  1686. 

9 — Dr.  D.  Juan  Dávila  y  Cartagena,  fué  electo  en  1687,  y  mu- 
rió en  1691. 

10 — D.  Fr.  Manuel  Mercadillo,  del  Orden  de  Santo  Domingo, 
natural  de  Daimiel  en  el  Arzobispado  de  Toledo;  electo  en 
1694,  murió  en  1704.  En  tiempo  de  este  Sr.  Obispo  se  tras- 
ladó la  Iglesia  Catedral  de  la  ciudad  de  Santiago  del  Este- 
ro, donde  se  estableció  desde  la  erección  de  este  Obispado,  á 
esta  ciudad  de  Cóidova  en  1699. 

11 — Dr.  D.  Manuel  González  Virtus,  quien  antes  de  embarcar- 
se murió  en  Sevilla  el  año  de  1710,  y  en  su  lugar  se  nom- 
bró al 

12---Dr.  D.  Juan  de  Layseca  Alvarado,  que  sin  tomar  pose- 
sión de  este  Obispado  fué  promovido  al  de  Popayan. 


—455— 

13 — Dr.  D.  Alonso  del  Pozo  y  Silva,  iiíitural  de  la  Concepción 
de  Chile,  elevado  en  1711,  y  ascendido  al  Obispado  de  San- 
tiago de  Chile  en  1723. 

14 — Dr,  B.  Juan  de  Sarricolea  y  Olea,  natural  de  Lima,  he- 
cho Obispo  en  1723,  y  promovido  en  1730  al  de  Santiago  de 
Chile. 

15 — Dr.  D.  Juan  Antonio  Gutiérrez  de  Zeballos,  natural  de 
Puenterriesgo  e)i  1.  s  Tr^ontañas  de  I^urgos  electo  en  1730,  y 
ascendido  al  Arzobispado  de  Lima  en  1740. 

16 — Dr.  D.  Fi*.  Feliciano  PalomaroH,  religioso  mercedario  de 
la  provincia  de  Andalucía,  que  juurió  antes  de  consagrarse. 

17— Dr.  D.  Fernando  de  la  Sota,  fué  nombrado  para  suceder- 
le,  pero  por  su  reiiuncia  se  couñrió  al 

18 — Dr,  D.  Pedro  Miguel  de  Argandoña,  natural  de  esta  ciu- 
dad de  Oórdova  en  1744,  y  fué  promovido  al  Arzobispado 
de  Charcas  en  17(U  sucediéndole 

19 — D.  Manuel  Abad  lilana,  natural  de  Castilla  la  Vieja,  del 
Orden  de  Premostratense,  electo  Obispo  en  17(>2,  y  promo- 
vido en  1770  á  la  Iglesia  de  Arequipa. 

20 — Dr.  D.  Manuel  Moscoso  y  Peralta,  natural  de  ArequiíJa, 
electo  en  1770,  y  pasado  al  Obispado  del  Cuzco  en  1778. 

21— D.  Fr.  José  Antonio  de  S.  Alberto,  natural  de  Fresno, 
diócesis  de  Tarazona,  hecho  Obispo  en  1778,  y  ascendido  al 
Arzobispado  de  Charcas  en  1784. 

22 — Dr.  D.  Mariano  Calvo  y  Antequera,  natural  de  Pomar, 
quien  murió  en  la  ciudad  de  la  Plata  antes  de  haber  recibi- 
do su  cédula. 

23 — El  Iltmo.  Sr.  Dr.  D.  lingel  Mariano  Moscoso  y  Pérez  na- 
ció en  Arequipa  en  2  de  Octubre  de  1735,  fué  Secretario  de 
Cámara  del  Iltmo.  Sr  Obispo  de  Santa  Cruz  de  lo  Sierra  D. 
Fernando  Pérez  Oblitas,  quien  lo  hizo  Cura  y  Vicario  del 
pueblo  de  San  Pedro  do  Tarata,  que  sirvió  por  espacio  de 
30  años,  á  igualmente  su  Provisor  en  1758;  y  habiendo  falle- 
cido este  pielado  en  ocasión  de  que  en  aquel  Coro  existia 
sino  un  solo  dignidad,  y  ese  causado,  fué  nombrado  Go- 
bernador del  Obispado  por  el  Metropolitano,  cuyo  cargo 
ejerció  hasta  la  llegada  del  sucesor  que  lo  fué  el  Iltmo.  Sr. 
D.  Francisco  Herboso:  bajo  e]  gobierno  de  éste,  y  el  de  los 
Señores  Reguera  y  Ocboa,  obtuvo  también  el  Provisorato. 
Fué  hecho  Obispo  de  esta  Iglesia  en  10  de  Marzo  de  1788, 
posesionándose  por  medio  de  apoderado  en  12  de  Marzo 
de  89. 


-456- 


EEAL   ÜJSrrVEESrDAD. 

Los  estudios  de  esta  Universidad  principiaron  años  antes 
de  su  erección  en  el  Colegio  Máximo  de  Ioíí  JebuiUs,  á  instan- 
cias del  lltmo.  D.  Fernando  de  Trejo  y  Sanabria.  El  año  de 
1622  se  erigieron  en  Universidad  en  virtud  de  bula  del  Sr. 
Gregorio  XV,  expedida  á  8  de  Agosto  de  1621  á  instancias 
del  Sr.  D.  Felipe  III,  en  la  que  Su  Santidad  concedió  facultad 
para  que  pudiesen  conferirse  los  grados  de  Bachiller,  Licen- 
ciado, Maestro  y  Doctor,  lo  que  aprobó  S.  M.  en  cádulas  de  2 
de  Febrero  y  26  de  Marzo  de  1622,  pero  como  esta  facultad  se 
limitase  á  10  años,  el  Sr.  D.  Felipe  IV  hizo  nueva  súplica  al 
Sr.  Urbano  VIII,  quien  hizo  perpetuo  este  x)rivilegio  por  bula 
de  29  de  Marzo  de  1634,  reconocida  y  admitida  en  el  Eeat  y 
Supremo  Consejo  de  Indias  en  8  de  Agosto  de  1639.  Desde  su 
fundación  estuvo  á  cargo  de  los  regulares  expulsos,  quienes 
regentaban  las  cátedras,  los  empleos  de  Eector  y  Cancelario: 
hoy  está  al  de  los  religiosos  de  San  Francisco  en  virtud  de 
haberla  encomendado  á  esta  Eeligion  el  Excmo.  Sr.  D.  Fran- 
cisco Bucareli,  Gobernador  de  Buenos- Aires. 

COLEGIO  DE  NUESTRA  SEÑORA  DE  MONSERRAT. 

Fundóse  el  10  de  Abril  de  1695  por  el  Dr.  D.  Ignacio  Duar  ^ 
te  y  Quirós,  natural  de  esta  ciudad,  dándole  para  su  subsis- 
tencia 30  mil  pesos,  en  virtud  de  reales  cédulas  de  15  de  Ju- 
nio de  1685  y  25  de  Octubre  de  1689  que  para  este  fin  obtuvo. 

COLEGIÓ  DE  NUESTRA  SEÑORA  DE  LORETO, 

Fundóse  el  año  de  1609. 

OBISPADO  DE  LA  PAZ. 

La  Santa  Iglesia  de  la  Paz  fue  erigida  en  Sede  Episcopal 
por  la  Santidad  de  Paulo,  V  en  1605,  dedicándose  á  la  Nativi- 
dad de  ííuestra  Señora.  Verificó  la  erección  el  lltmo.  señor  D. 
Fray  Domingo  de  Valderrama,  del  Orden  de  Predicadores,  en 
virtíid  de  real  cédula  de  1606  expedida  por  el  señor  D,  Feli- 
pe III. 


-457 


ILUSTRÍSIMOS  PRELADOS  QUE  HAN  GOBERNADO  ESTA  SANTA 

IGLESIA. 

El  primer  año  es  el  en  que  fueron  electos,  y  el  segundo  el  en  que 
cesaron. 

1 — Don  Fray  DomiDgo  de  Valderrama. 1606 — 1615. 

2— D.  Pedro  de  Valencia 1616—1631. 

3--D.  Feliciano  de  la  Vega 1639—1639. 

4 — D.  Alonso  Francisco  de  Luna .1640 — 1644. 

5 — D.  Francisco  de  la  Serna 1645 — 1645. 

6— D.  Antonio  de  Castro  y  Castillo 1648—1648. 

7 — D.  Fray  Francisco  de  Gamboa  renunció  el  mis- 
mo año  de  su  elección ,  1652. 

8— D.  Martin  de  Yelasco  y  Molina .1654—1665. 

9 — D.  Fray  Bernardino  de  Cárdenas 1666—1670. 

10— D.  Gabriel  de  Güillestegui. 1671—1675. 

11 — D.  Fray  Bernardo  Carrasco 1676. 

12— D.  Fray  Diego  Morcillo 1708—1711. 

13— D.  Mateo  Villasañe 1711. 

14 — D.  Agustin  Eodriguez  Delgado 1731. 

15— D.  Salvador  Bermudez 1746. 

16— D.  Fray  José  de  Peralta 1746—1747. 

17— D.  Matías  Ibañez 1748—1752. 

18— D.  Diego  Antonio  Parada 1752—1761. 

19 — D.  Gregorio  Francisco  de  Campos ...  „1762 — 1768. 

20— D.  Alejandro  José  de  Ochoa 1 791— 1796. 

21 — fíl  Illmo.  Sr.  Dr.  D.  Eemijio  de  la  Santa  y  Ortega,  natu- 
ral de  la  Yilla  de  Yecla,  reyno  de  Murcia,  Diócesis  de  Car- 
tagena, alumno  del  Seminario  conciliar  de  San  Fulgen- 
cio de  dicba  ciudad  de  Murcia,  y  del  Eeal  de  Teólogos  de 
San  Isidro  déla  misma;  Catedrático  de  Teología  del  de 
San  Miguel  de  Orihuela,  Canónigo  y  Capellán  de  S.  M. 
en  la  Eeal  Iglesia  de  San  Isidro  de  Madrid,  Obispo  de  Pa- 
namá, trasladado  á  este  de  la  Paz  en  24  de  Julio  de  1797 
y  posesionado  en  10  de  Febrero  de  1799. 

OBISPADO  DE  SATÑTTA  CEÜZ  DE  LA  SIEEEA. 

Fué  erigida  esta  Santa  Iglesia  en  Sede  Episcopal  por  el  Pa- 
pa Paulo  V,  en  5  de  Julio  de  1605,  dedicándose   al  invicto 
mártir  San  Lorenzo  con  la  denominación  de  Santa  Cruz  de  la 
Sierra,  por  haber  sido  trasladada  de  la  antigua  Santa  Cruz, 
ToM.  Yu  .  Literatura — 58. 


—458— 
que  en  la  Sierra  del  pueblo  de  San  José  de  la  Provincia  de 
Chiquitos  pobló  una  partida  de  españoles  qne  se  dividió  de  la 
otra  que  quedó  para  el  Paraguay.  Fué  demembracion  del  Ar- 
zobispado de  Charcas,  siendo  todavía  Obispado.  Yerificó  la 
erección  el  lUmo.  señor. 

ILUSTEÍSIMOS  PRELADOS  QUE  HAN  GOBERNADO  ESTA 
SANTA  IGLESIA. 

1 — D.  Antonio  Calderón,  natural  de  Yilches,  Dean  de  la  Santa 
Igesia  de  Santa  Fé,  Obispo  de  Puerto-Eico  y  Panamá:  en- 
tro por  primero  en  este  el  año  de  1605,  y  murió  de  mas  de 
cien  años. 

2 — T>.  Fray  Fernando  de  Ocampo,  natural  de  Madrid,  religio- 
so franciscano. 

3 — D.  Juan  Zapata  y  Figueroa,  natural  de  Velez  Málaga:  fué 
Provisor,  Canónigo  é  inquisidor  de  Sevilla,  presentado  para 
Obispo  el  año  de  1634. 

4 — D.  Fray  Juan  de  Arguinao,  Eeligioso  dominico,  natural 
de  Lima:  fué  Prior,  y  Provincial  de  su  Religión,  Catedrático 
de  Prima  de  Teología  y  Escritura  en  aquella  Universidad: 
presentado  para  Obispo,  año  de  1646,  y  promovido  al  Ar- 
zobi  simado  de  Santa  F6  en  1661. 

5  D.  Fray  Bernardino  de  Cárdenas,  natural  de  Lima  del  Or- 
den de  San  Francisco,  promovido  del  Paraguay  en  1649. 

6 — p.  Fray  Juan  de  Eibera,  del  Orden  de  San  Agustin,  natu- 
ral de  Pisco  en  el  Perú. 

7 — D.  Fray  Juan  de  Esturrizaga,  del  Orden  de  predicadores, 
natural  de  Lima. 

8 — D.  Pedro  de  Cárdenas,  natural  de  la  misma  ciudad  y  canó- 
nigo de  su  Santa  Iglesia. 

9 — D.  Fray  Juan  de  los  Eios  del  Orden  de  predicadores,  na- 
tural de  Lima,  Provincial  de  su  Eeligion  en  la  Provincia  de 
San  Juan  Bautista  del  Perú. 

10 — D.  Fray  Miguel  Alvarez  de  Toledo,  del  Orden  de  nues- 
tra Señora  de  la  Merced,  Comendador  de  su  convento  en 
Madrid,  electo,  año  de  1701. 

11 — D.  Fray  Jayme  Mimbela,  del  Orden  de  predicadores,  y 
de  ejemplares  virtudes:  pasó  promovido  á  la  Iglesia  de  Tru- 
jillo  en  1719. 

12 — ^D.  Juan  Cabero  y  Toledo,  natural  de  Trujillo,  Catedráti- 
co en  la  Universidad  de  San  Marcos  de  Lima,  Canónigo  pe- 
nitenciario de  su  Santa  Iglesia  y  promovido  á  Arequipa 
en  1724. 

13 — D.  Bernardino  Miguel  de  la  Fuente,  Dean  de  la  Santa 
Iglesia  de  Trujillo,  electo  en  1727. 


—459— 

14 — D.  Andrés  de  Vergara  y  Uribe,  electo  1744,  murió  el  si- 
guiente año. 

15 — D.  Juan  Pablo  de  Olmedo,  natural  del  Tucuman,  electo 
en  1745,  murió  en  1757. 

16 — D.  Fernando  Pérez  de  Oblitas,  natural  de  Lima;  electo  el 
referido  año:  murió  en  1760. 

17 — D.  Francisco  Eamon  de  Herb  oso,  natural  de  dicha  Ciu- 
dad, electo  en  1760,  y  promovido  al  Arzobispado  de  Char- 
cas el  de  1766. 

18 — D.  Juan  Domingo  González  de  la  Eeguera,  electo  el  refe- 
rido año;  y  promovido  al  de  Lima  en  1780. 

19 — D.  Alejandro  José  de  Ochoa,  electo  en  1782,  pasó  promo- 
vido á  la  Paz  en  1793. 

20 — D.  Ramón  José  de  Estrada,  que  falleció  al  poco  tiempo  de 
su  gobierno. 

21 — D.  Agustín  de  Salinas  y  Pino,  Dean  de  la  Santa  Iglesia 
de  le  Plata,  no  tomó  posesión  por  haber  renunciado. 

22 — El  lUmo.  señor  Dr.  D.  Manuel  Nicolás  de  Sojas  y  Argan- 
doña,  natural  de  la  Ciudad  de  la  Serena  en  el  Rey  no  de  Chi- 
le, donde  nació  el  19  de  Enero  de  1727.  Obtuvo  el  Curato 
Rectoral  de  la  Catedral  de  Córdeva  del  Tucuman,  San  Pe- 
dro de  Buena  Vista  y  Vicaría  de  Chayanta,  Examinador  Si- 
nodal de  dicho  Obispado  del  Tucuman  y  Arzobispado  de  la 
Plata  en  donde  fué  también  Visitador  general  y  Secretario 
del  Ilustrísimo  señor  Argandoña;  Comisario  de  Inquisición 
y  Cruzada,  Magistral,  Tesorero,  Chantre  y  Dean  electo  de 
la  misma  Metropolitana,  en  cuyo  estado  fué  ascendido  á 
esta  Iglesia  en  30  de  Mnrzo  de  1795,  y  tomó  posesión  de  su 
Obispado  en  5  de  Agosto  del  año  siguiente. 


OBISPADO  DE  BUENOS-AYRES. 

Las  dos  Iglesias  de  Buenos-Ayres  y  Paraguay,  que  hoy  son 
cabeza  de  dos  Obispados,  fueron  uno  solo  en  su  erección;  pero 
el  considerable  aumento  de  las  poblaciones  de  esta  Provincia 
y  la  larga  distancia  de  aquella  para  acudir  á  las  urgencias  es- 
pirituales, llamaron  la  atención  del  zelo  piadoso  de  nuestro 
cotólico  Monarca  el  señor  D.  Felipe  III  á  solicitar  de  la  San- 
tidad de  Paulo  V  la  Bula  de  fundación  de  este  Obispado  con- 
cedida en  1620.  Veriñcóse  la  erección  en  12  de  Mayo  de  1622 
por  su  primer  Obispo  el  señor  D.  Fray  Pedro  C  arranza. 


-460— 


ILUSTRISIMOS  PRELADOS  QUE  HAN  GOBERNADO 
ESTA  SANTA  IGLESIA. 

1 — Dr.  D.  Fray  Pedro  Carranza,  del  Orden  del  Carmen  Cal 
zado,  y  natural  de  Sevilla.  Electo  Obispo  en  1620.  Falleció 
en  1632. 

2'  D.  Fray  Cristóbal  de  Aresti,  del  Orden  de  San  Benito,  na- 
tural de  Yalladolid.  Trasladado  de  la  Iglesia  del  Paraguay 
á  esta  en  7  de  Agosto  de  1635.  Falleció  en  Potosí  en  1638. 

3 — D.  Fray  Cristóbal  de  la  Mancha  y  Velasco,  del  Orden  de 
predicadores,  y  natural  de  Lima.  Electo  Obispo  en  31  de 
Agosto  de  1641.  Falleció  en  7  de  Abril  de  1673. 

4 — Dr.  D.  Antonio  de  Azcona  Imberto,  natural  del  Eeyno  de 
ííavarra.  Electo  Obispo  en  17  de  Diciembre  de  1676.  Falle- 
ció en  19  de  Febrero  de  1700. 

5 — D.  Fray  Juan  Bautista  Sicardo,  del  Orden  de  Ermitaños 
de  San  Agustín,  y  natural  de  Cerdeña.  Se  ignoran  los  mo- 
tivos por  que  no  vino  á  este  Obispado. 

6 — D.  Fray  Pedro  Fajardo,  del  Orden  de  la  Santísima  Trini- 
dad, y  natural  de  Córdova  la  Llana.  Eenunció,  y  en  su  lu- 
gar se  nombró  á 

7 — D.  Fr.  Gabriel  de  Arregui,  del  Orden  de  San  Francisco  y 
natural  de  esta  ciudad  de  Buenos  Ayres.  Fué  electo  Obispo 
en  23  de  Junio  de  1712,  y  habiéndose  recibido  por  Apode- 
rado en  1714,  gobernó  poco  mas  de  dos  años,  únicamente 
como  Gobernador,  pues  su  Santidad  no  le  despachó  las 
Bulas,  y  en  este  estado  fué  promovido  á  la  Iglesia  del  Cuz- 
co, sucediéndole  en  esta. 

8 — D.  Fr.  Pedro  Fajardo  de  quien  se  ha  hablado  anteriormen- 
te. Tomó  posesión  por  Apoderado  en  30  de  Setiembre  de 
1716  y  falleció  en  6  de  Diciembre  de  1729. 

9 — D.  Fray  Juan  de  Arregui,  del  Orden  Seráfico,  y  hermano 
menor  del  Illmo.  señor  D.  Fray  Gabriel  su  antecesor,  vién- 
dose en  sus  Illmas.  lo  que  rara  vez  ha  sucedido  ser  dos  her- 
manos Obispos  en  su  propia  Patria.  Fue  electo  Obispo  el 
año  de  1730,  y  falleció  á  18  de  Diciembre  de  1736. 

10 — D.  Fr.  José  de  Peralta  del  Orden  de  predicadores,  y  na- 
tural de  Lima.  Fué  electo  Obispo  en  17  de  Abril  de  Í738, 
y  mnrió  á  17  de  I^oviembre  de  1746  estando  promovido  á  la 
Iglesia  de  la  Paz. 

11 — D.  Cayetano  Pacheco  de  Cárdenas.  Murió  antes  de  reci- 
birse. 

12— Dr.  D.  Cayetano  Marcellano  y  Agramont,  natural  de  la^ 


—461— 

Paz,  electo  Obispo  en  1748  y  promovido  al  Arzobispado  de 

Charcas  en  1759. 
13— Dr.  T>.  José  Antonio  Basurco,  natural  de  esta  ciudad  de 

Buenos  Ayres.  Fué  electo  Obispo  en  1757,  y  falleció  en  5 

de  Febrero  de  1761. 
14 — D.Manuel  Antonio  de  la  Torre,  natural  de  Falencia. 

Trasladado  de  la  Iglesia  del  Paraguay  en  1762.  Falleció  en 

Chuquisaca  en  20  de  Mayo  de  1776. 
15— D.  Fray  Sebastian  Malbar  y  Pinto,  del   Orden  do  San 

Francisco,  y  natural  de  San  Martin  de  Salcedo.  Fue  electo 

Obispo  en  1777,  y  ascendió  al  Arzobispado  de  Santiago  de 

Galicia  en  1783. 
16— ^D.  Manuel  de  Azamor  y  Eamirez,  natural  de  Villablanca 

en  el  Arzobispado  de  Sevilla.  Fue  hecho  Obispo  en  1785,  y 

falleció  en  1796  á  2  de  Octubre. 
17 — D.  Pedro  Inocencio  Bejarano,  natural  de  Granada;  electo 

Obispo  en  1797,  y  sin  venir  á  su  Iglesia  fué  trasladado  á  la 

de  Sigueza. 
IS—El  Illmo.  Sr.  D.  Benito  de  Lúe  y  Eiega,  Dean  de  la  Santa 

Iglesia  de  Lugo:  fue  electo  Obispo  en  28  de  Abril  de  1802, 

y  tomó  posesión  por  medio  de  Apoderado  en  14  de  ISToviem- 

bre  del  mismo. 

OUEEPOS  EELIGIOSOS. 

SANTO  DOMINGO. 

La  Provincia  de  Santo  Domingo  de  Buenos  Ayres  se  eri- 
gió el  año  de  1725  con  el  título  de  San  Agustín,  separándose 
de  la  de  Chile. 

CONTENTO  GRANDE  DE  SAN  PEDEO  TBLMO. 

Fundóse  año  de  1614. 

SAN  FRANCISCO. 

La  Provincia  de  San  Francisco  de  Buenos  Ayres  fué  erigi- 
da el  año  de  1612  con  el  título  de  ííuestra  Señora  de  la  Asuu- 
cion,  reuniéndose  para  formarla  las  dos  custodias  del  Para- 
guay y  Tucuman  dependientes  entonces  de  la  Provincia  de 
Charcas. 

CONVENTO  GRANDE  DE  LAS  ONCE  MIL  VÍRGENES. 

Fundóse  año  de  1604. 

RECOLECCIÓN  DE  NUESTRA  SEÑORA  DEL  PILAR. 

Fundóse  año  de  1722. 


—462— 


NUESTRA  SEÑORA  DE  LA  MERCED. 

La  Provincia  de  esta  Orden  se  erigió  en  esta  Capital  el  año 
de        con  el  título  de  Santa  Bárbara. 

.  BELETMITAS. 

Fundóse  año  de  1748. 

MOÍÍASTEEIOS  DE  MOIÑTJAS  DE  BUENOS  AYRES. 

SANTA  CATALINA. 

Dominicas:  fundaron  año  de  1744. 

CAPUCHINAS. 

Fundaron:  año  de  1749. 

COLEGIO  DE  SAN  MIGUEL  PARA  EDUCACIÓN  DE  NIÑAS 
HUÉRFANAS. 

Fundóse  año  de  1755  por  D.  Francisco  Alvarez  Campana. 

REAL  COLEGIO  DE  SAN  CARLOS. 

Fué  fundado  en  SÍToviembre  de  1783  por  el  Excmo.  señor 
D.  Juan  José  de  Yertiz,  en  virtud  de  Eeal  Orden  de  31  de  Di- 
ciembre de  1770.  Está  á  cargo  del  clero  secular,  y  en  todo  de- 
pendiente de  los  Excmos.  señores  Vireyes.  Hay  en  él  4  becas 
de  gracia  para  hijos  de  pobres  honrados,  y  dos  con  destino 
para  hijos  de  descendientes  de  militares.  Anteriormente  en  el 
de  1772  estableció  el  expresado  señor  Excmo.  en  virtud  de 
Keales  cédulas,  dos  cátedras  de  lengua  latina:  una  de  Poética 
y  propiedad  Latina,  y  otra  de  Sintaxis  y  Rudimentos.  En  el, 
de  73  dos  cátedras  de  Filosofía:  estas  no  son  regantadas  á  un 
mismo  tiempo,  sino  que  los  Profesores  dan  principio  á  la  en- 
señanza de  dos  en  dos  años.  En  el  de  7Q,  tres  cátedras  deTep-, 
logia;  dos  de  Escolástico  Dogmática  y  una  de  Moral.  Asi  es- 
tas como  la  de  Filosofía  se  proveen  por  oposición. 


(3^^^^:?^ 


INSTRTJGCION  Y  ORDEN 

Que  comunmente  han  de  guardar  los  Comisarios  y  No- 
tarios del  Santo  Oficio  de  la  Inquisición  del  Perú,  cer- 
ca de  procesar  en  las  causas  de  Fe,  y  criminales  de  Mi- 
nistros en  que  fueren  reos,  y  contra  el  honor  del  oficio, 
ó  informaciones  de  limpieza,  con  la  forma  de  publicar 
Edictos  generales  de  Fe  y  particulares;  en  conformidad 
de  lo  que  está  mandado  por  Cédulas  Eeales,  Instruc- 
ciones y  Cartas  acordadas  de  los  señores  del  Consejo 
de  Su  Magostad  de  la  Santa  General  Inquisición.  Re" 
copilada  por  D.  Miguel  Román  de  Aulestia,  Secretario 
del  Secreto  mas  antiguo  de  dicha  Inquisición. 

Como  lo  principal  del  cargo  de  los  Comisarios  del  Santo 
Oficio  de  la  Inquisición  consiste,  en  que  las  declaraciones  de 
los  testigos,  que  ante  ellos  se  hicieren  de  cualquier  materia  y 
en  especial  de  las  de  Fé,  ó  dependientes  de  ella,  vengan  dis- 
puestas en  la  forma  y  estilo  que  se  dirá  en  esta  instrucción 
y  orden  de  procesar,  sin  que  se  omita,  ni  deje  de  poner  algu- 
na de  las  circunstancias,  que  en  ella  se  expresarán;  será  muy 
conveniente  y  preciso  f'para  cumplir  con  la  obligación  los  co- 
misarios) que  la  vean,  y  reparen,  y  los  Edictos  generales  de 
Fé  con  particular  diligencia  y  cuidado,  siempre  que  hayan  de 
recibir  el  dicho  de  algún  testigo,  ó  conteste,  conforme  fuere 
el  caso,  y  lo  pidiere  la  diferencia  de  los  que  allí  irán  compren- 
didos; y  para  que  esto  ejecuten  con  mas  cumplimiento,  y  se 


—464— 
eviten  los  yerros  en  que  han  caido  ó  pueden  caer  por  ignoran- 
cia, duda  ó  equivocación,  ha  parecido  advertir,  para  mayor  in- 
teligencia de  dicha  instrucción,  lo  siguiente: 

NÜM.  1. 
Que  expliquen  el  tiempo,  lugar,  dicJios,  y  hechos,  y  los  contestes. 

Lo  primero,  que  todas  las  veces  que  se  hace  mención  de  las 
circunstancias  del  tiempo  y  lugar;  por  el  tiempo  se  ha  de  en- 
tender, que  diga  el  dia,  mes  y  año  en  que  sucedió  el  caso  que 
declara,  y  si  dijere  que  no  se  acuerda,  que  diga  los  dias  ó  los 
meses,  ó  los  años  que  habrá,  poco  mas  ó  menos.  Por  el  lugar 
han  de  entender,  no  solo  la  ciudad,  villa  ó  pueblo;  sino  la  par- 
te-ó  sitio  individual  de  la  tal  ciudad,  villa  ó  pueblo,  nombran- 
do la  que  fuere,  v.  q.  si  fué  en  tal  casa,  ó  en  tal  calle,  ó  en  la 
plaza,  ó  en  tal  Iglesia,  ó  convento  de  tal  ciudad,  villa,  ó  pue- 
blo, ó  en  el  campo  de  allí  cerca,  ó  en  alguna  estancia,  ó  cha- 
cra, con  especificación  de  el  hecho,  parte  y  personas  que  se 
hallaron  presentes,  que  lo  vieron  y  oyeron. 

NUM.  2. 

Que  al  testigo  se  le  oiga  antes  de  escribir  nadapresente  el  Notario 
para  ver  si  es  cosa  de  importancia,  escribirlo,  y  si  no  despedirlo. 

Si  el  testigo  viniere  de  su  voluntad  á  denunciar,  antes  que 
se  escriba  nada,  le  oirá  todo  lo  que  tuviere  que  deponer  (estan- 
do presente  el  ISTotario  del  Santo  Oficio)  muy  atento  á  si  deja 
de  decir  asi  (como  acontece  algunas  veces)  las  circunstancias 
del  tiempo,  hecho,  y  del  lugar,  y  las  personas  que  se  hallaron 
presentes,  ó  si  fuéá  solas  lo  que  denuncia,  que  no  hubo  nin- 
guna para  preguntársela  de  palabra,  y  también  el  modo  como 
lo  sabe,  si  de  vista,  ó  de  oidas,  y  siendo  cosa  que  toque  y  ten- 
ga fundamento,  escribirá  el  Í^Totario,  si  lo  hubiere  (y  si  no,  le 
nombrará  por  auto)  aquello  puntualmente  en  que  el  testigo 
hubiere  asentado,  ajustándose  en  todo  á  esta  instrucción,  pa- 
ra que  de  lo  bien  ordenado  y  escrito  de  la  declaración,  se  co- 
nozca que  no  se  faltó  á  ninguno  de  los  requisitos  necesarios 
por  descuido  de  los  comisarios,  y  no  siéndolo,  despedirlo  sin 
asentar  nada. 


—465— 


NUM. 


Que  al  testigo  conteste  se  esté  atento  á  ver  si  deja  de  referir 
alguna  circunstancia. 

Si  el  testigo  fuere  llamado  como  conteste,  desjjues  de  ha- 
berle hecho  la  pregunta,  de  si  sabe,  presume  ó  sospecha  la 
causa  por  que  ha  sido  llamado  etc.  (que  nunca  se  ha  de  excu- 
sar) y  puéstose  por  escrito,  si  dijere  que  la  sabe  ó  presume,  y 
fuere  la  misma  en  que  está  citado,  ú  otra  que  pertenezca  al 
Santo  Oficio  para  entonces,  le  oirá  de  palabra,  atendiendo  á 
si  deja  de  referir  alguna  de  las  circunstancias  del  tiempo  y 
de  el  lugar,  y  personas  que  se  hallaron  presentes  para  pregun- 
társelas, y  en  conformidad  de  lo  que  asentare,  se  escribirá  su 
dicho,  al  modo  y  en  la  manera  que  irá  advertido,  y  en  esta 
instrucción  se  formará.  Y  si  no  satisfíiciere  cumplidamente, 
faltando  en  todo  ó  en  izarte  de  lo  que  se  pretende  saber  de  él, 
y  en  que  fué  dado  por  conteste,  se  x>roseguirá  en  las  demás 
preguntas  y  monición,  según  lo  pida  el  caso,  sin  nombrarle  la 
persona  culpada,  ni  la  que  le  citó  por  conteste,  como  se  dirá 
en  esta  instrucción,  y  gobernándose  por  ella. 


■    ■      .      NUM.  4. 

Que  los  testigos  de  solicitación,  si  fueren  de  oidas,  declaren  por 
menor,  para  reconvenir  al  conteste  solicitado. 

En  los  casos  de  solicitación  de  amores  y  tercerías  en  la  con- 
fesión, ó  en  el  lugar  dedicado  para  ella,  ó  simulándola  en  otro, 
cualquiera,  no  hay  que  advertir,  que  por  lo  ordinario  es  excu- 
sado preguntar  ])ov  las  personas  que  se  hallaron  presentes, 
X)ues  ello  mismo  se  dice  por  ser  hecho,  que  de  ordinario  suele 
pasar  solamente  entre  la  persona  que  denuncia  y  la  denuncia- 
da; pero  si  la  denunciación  fuere  de  oidas,  y  quien  la  hace,  se 
descuidase  en  decir,  si  al  oir  lo  que  denuncia,  se  hallaron  pre- 
sentes algunas  personas,  ó  si  lo  oyó  á  diversas  en  diferentes 
tiempos  y  lugares,  procurará  que  lo  declare  todo  con  distin- 
ción por  lo  que  puede  importar  para  el  examen  del  testigo  ó 
testigos  cómplices,  y  principales  citados,  y  para  que  conste  de 
la  opinión  y  fama,  en  que  cerca  de  este  delito  está  la  persona 

TOM.  vil  LlTEBATUKA-^59 


—466— 
denunciada  y  culpada,  observando  en  lo  demás  lo  que  sobre 
estos  casos  se  advertirá. 


.     NÜM.  5. 
Que  se  explique  pormenor  lo  que  el  testigo  depusiere. 

Cuando  el  testigo  depusiere  de  cosas  diversas,  que  pueden 
haber  sucedido  en  diferente  lugar  y  tiempo  distinto  contra 
una  misma  persona,  habiéndole  oido  de  palabra,  y  examinán- 
dole cerca  de  las  circunstancias,  cuidará  de  que  se  escriba  ca- 
da cosa  aparte,  sin  que  se  deje  de  expecificar  en  cada  una  de 
por  sí  la  persona  denunciada,  el  tiempo  y  lugar,  y  los  que  se 
hallaron  presentes,  ó  si  fué  á  solas. 

]^ÍUM.  6. 

Que  no  se  pregunte  á  los  espontáneos  cosas  de  que  estuvieren 

denunciados. 

Y  porque  sucede  á  veces,  que  alguna  persona,  que  está  de- 
nunciada de  algún  delito,  cuyo  conocimiento  toque  ai  Santo 
Oficio,  venga  de  su  voluntad  á  declarar  como  testigo,  se  les 
previene,  que  no  la  pregunten  nada  de  lo  en  que  estuviere  de- 
nunciada, porque  seria  yerro  muy  torpe  y  de  grandes  incon- 
venientes. Lo  mismo  se  les  advierte  en  caso  que  la  persona 
denunciada  viniere  á  delatar  de  sí  misma  y  no  dijere  entera- 
mente el  delito  ó  delitos  de  que  estuviere  denunciada,  porque 
lo  que  en  uno  y  otro  caso  debe  hacer,  es  oiría,  y  si  no  explica- 
re bien  las  circunstancias  de  el  tiempo,  y  de  el  lugar,  y  de  las 
personas  que  se  hallaron  presentes,  preguntárselas,  para  que 
con  lo  que  asentare  en  ellas,  se  escriba  aquello  solo  que  de 
suyo  hubiere  dicho  Y  concluida  la  declaración,  y  antes  de 
firmarla,,  se  le  hará  la  pregunta  siguiente. 
.  Fuele  dicho,  que  para  que  se  le  tenga  por  verdadero  espon- 
táneo, y  que  goce  de  los  privilegios  de  tal,  le  conviene  mucho 
declare  clara  y  abiertamente  todo  aquello  de  que  se  sintiere 
culpado,  ó  supiere  de  otros  que  lo  sean,  y  de  los  motivos  que 
ha  tenido  para  hacer  esta  declaración  ahora,  y  no  haberla  he- 
cho antes  de  ahora. 

Dijo  etc.  y  concluir  la  declaración  en  la  forma  que  se  dice 
adelante. 


-467- 


jSTUM.  7.  ■ 

Qtie  no  se  llame  la  'persona  que  estuviere  deivanciada^  sino  en  caso 
que  esté  dado  por  conteste  contra  otro. 

También  estarán  advertidos  de  no  llamar  para  que  declare 
contra  síá  persona  alguna,  que  estuviere  denunciada,  y  solo 
podrá  examinarla,  cuando  contra  otra  y  otras  diferentes  esté 
dada  por  conteste,  y  el  delito  fuere  diverso  del  suyo,  pero  no 
la  llamará  para  recibir  de  ella  su  confesión,  porque  en  ello  ex- 
cederla muy  culpablemente,  y  sería  de  gravísimos  daños,  por 
tocar  esto  al  Tribunal.  Que  de  la  manera  que  se  advierte,  les 
será  fácil  examinar  los  testigos  con  la  dirección  y  tino  que  se 
requiere,  y  las  declaraciones  vendrán  ajustadas  sin  los  defec- 
tos que  de  ordinario  se  han  experimentado,  atendiendo  á  que 
por  un  solo  descuido  se  puede  perder  toda  una  causa,  que  en 
materias  tan  graves  é  importantes  les  sería  de  gran  culpa  y 
cargo  á  los  comisarios. 


.  NÜM.  8. 

Que  la  denunciación  se  reciba  con  juramento  ante  el  Notario. 

Cuando  alguna  persona  viniere  de  su  voluntad  á  denunciar 
al  Comisario  cosas  tocantes  al  Santo  Oficio,  y  de  las  expresa- 
das en  los  Edictos  Generales  de  la  Fé,  (que  tendrá  siempre 
presente  y  aun  en  la  memoria  para  saber  si  el  conocimiento 
del  caso  ó  delito  toca  al  Santo  Oficio)  recibirá  la  denunciación 
con  juramento  y  por  escrito,  por  ante  Notario  de  este  Santo 
Oficio;  y  por  su  muerte  ó  ausencia,  le  nombrará  para  en  aquel 
negocio,  poniendo  por  cabeza  el  auto  en  que  le  nombrare,  y 
también  el  intérprete,  y  siendo  necesario  intérprete,  nombrará 
dos,  recibiendo  de  todos  el  juramento  de  fidelidad  y  secreto 
que  en  tal  caso  se  acostumbra,  poniéndolo  por  escrito  al  pié 
de  dicho  auto  (estando  advertido  no  lo  puede  ser  el  Comisa- 
rio, ni  el  E"otario  aunque  sepan  la  lengua:)  y  la  dicha  denun- 
ciación ó  denunciaciones  recibirá  en  la  forma  siguiente. 


—468— 

NUM.  9. 
Forma  de  examinar  al  testigo. 

JEn  la  ciudad^  villa  ó  lugar  de  iY.,  provincia  de  tal,  á  tantos 
dias  de  tal  mes  y  año,  por  la.  mañana  ó  por  la  tarde,  ante  el  Sr. 
JSf.  Comisario  del  Santo  Oficio  de  la  Inquisición  de  la  dicha  ciu- 
dad y  provincia,  pareció,  sin  ser  llamado,  im  liomhre  ó  mujer,  es- 
pañol, mestizo,  indio  ó  negro,  del  que  estando  presente  fué  recibi- 
do juramento  por  Dios  Nuestro  Señor,  y  una  señal  de  crus  (y  si 
fuere  sacerdote,  in  verbo  sacerdotis  poniendo  la  mano  en  el  pedio, 
y  si  caballero  de  hábito,  por  la  Grus  de  su  hábito  poniendo  la  ma- 
no en  él.  Y  si  fuere  menester  intérprete,  dirá  por  boca  de  N.  y  N. 
intérpretes  nombrados  que  tienen  jurado  el  secreto)  de  que  dirá 
verdad  de  lo  que  viene  á  declarar  y  le  fuere  preguntado,  y  guar- 
dará secreto  de  ello,  y  dijo  llamarse: 

N.,  soltero  ó  casado,  natural  y  vecino  de  tal  lugar,  de  tal  oficio, 
de  edad  de  tantos  años,  el  cual  por  descargo  de  su  conciencia  dijo 
y  denuncia,  que  en  tal  dia,  mes  y  año  (y  si  do  se  acordare  bien 
coando  fué,  dirá  cuanto  tiempo  ha  poco  mas  ó  menos,)  estando 
en  tal  parte,  chmlad,' villa,  lugar  ó  haciendM,  tratándose  ó  hacién- 
dose tal  cosa,  vio  y  oyó,  si  vio  solamente  y  no  lo  oyó,  ó  lo  oyó  y  no 
lo  vio,  lo  declare,  que  N.,  español,  mestizo,  negro,  mulato,  de  tales 
señas  en  el  rostro  ó  cuerpo,  (porque  se  mudan  el  nombre)  dijo 
tales  palabras  ó  hizo  tal  cosa,  y  alo  cual  se  hallaron  presentes 
que  lo  vieron  y  oyeron,  N.  y  N.  estantes  en  tal  lugar. 

Declarará  el  denunciante  la  cosa  ó  palabras,  muy  particu- 
larmente si  lo  hizo  ó  dijo  mas  de  una  vez,  y  cuautas,  y  si  hu- 
bo corrección  ó  advertencia,  y  quien  la  hizo,  lo  que  á  ella  res- 
pondió el  denunciado,  y  si  estaba  ó  no  en  su  entero  juicio,  ó 
si  estaba  fuera  de  él,  se  declare  por  que,  diciendo  la  causa  por 
que  no  lo  estaba,  y  concluirá  diciendo.  Y  que  todo  lo  que  ha  di- 
cho es  verdad,  por  el  juramento  que  tiene  hecho,  y  siéndole  leído 
(leerásele  todo  lo  que  hubiere  dicho)  dijo,  que  estaba  bien  escri- 
to, y  que,  no  lo  hizo  por  odio,  ni  mala  voluntad  que  tenga  ó  haya 
tenido  al  denunciado,  sino  por  descargo  de  su  conciencia:  encar- 
gósele  el  secreto  prometido,  y  lo  firmó  con  el  dicho  Sr.  Comisario, 
(Fírmalo  el  testigo  y  el  Comisario,  y  luego  el  Notario  pone): 
Faso  ante  mi  N.  Notario  del  Santo  Oficio. 


—469— 

NÜM.  10. 

Blanco  imra  la  ratificación. 

Al  pié  de  cada  dicho  de  testigo  se  dejará  una  hoja  en  blan- 
co pava  escribir  la  ratificación  <ine  hará  ad  perpetuam  rei  me- 
moriam,  pasados  cuatro  dias,  en  la  forma  que  dirá  en  el  nú- 
mero 22  y  23. 

ÍÍÜM.  11. 
Forma  para  examinar  contestes. 


Los  contestes  que  hubiere  y  resultaren  de  la  dicha  denun- 
ciación ó  denuciaciones,  los  mandará  llamar  por  mano  del  al- 
guacil del  Santo  Oficio  (si  le  hubiere,  y  si  no  del  familiar)  á 
cada  uno  de  por  sí  y  en  secreto,  y  los  examinará  á  todos,  con 
los  demás  que  de  ellos  resultaren  en  la  forma  del  número  9, 
salvoj  que  en  lugar  de  lo  que  dice:  (pareció  sin  ser  llamado) 
dCiga:  pareció  siendo  llamado  N.,  natural  de  IsT.  y  vecino  de  IST., 
de  oficio  íí.  y  de  edad  de  tantos  años,  y  prosiga  diciendo  co- 
mo en  el  número  9. 


ÍÍÜM.  12. 
Pregunta  piara  todos  los  contestes  llamados. 

Preguntado  si  sabe  ó  presume  la  cansa  por  que  ha  sido  lla- 
mado, diciendo  que  la  sa!l)e  ó  la  presume,  y  siendo  la  misma 
que  se  pretende  saber  del,  ú  otra  que  toque  al  Santo  Oficio, 
se  escribirá  de  esta  manera. 

Dijo,  que  presume  será  para  saber  de  el  tal  cosa.  Declarará 
muy  distintamente  el  tiempo,  lugar,  contestes  y  lo  demás  que 
se  advierte  en  el  númeio  9. 

Si  con  lo  que  dijere,  no  satisfaciere  á  todo  aquello  en  que 
está  dado  por  conteste,  y  lo  que  quedare  (áque  no  haya  satis- 
fecho) pareciere  cosa  de  importancia,  y  que  im  preguntárselo 
no  hay  peligro  de  venir  á  noticia  de  el  denunciado,  ó  de  dis- 
famarla notablemente  con  el  testigo,  le  hará  por  escrito  la 
monición  siguiente. 


—470— 

ISTÜM.  13. 
Monición  á  los  contestes  que  no  dicen  enteramente. 

Fuele  dicho,  que  en  el  Santo  Oficio  hay  información  ó  rela- 
ción, que  el  dicho  lí.  fuera  de  lo  que  tiene  declarado,  dijo  ta- 
les palabras  ó  hizo  tal  cosa  en  el  mismo  tiempo  y  lugar  que 
lo  demás  que  acaba  de  decir;  que  por  reverencia  de  Dios  se  le 
pide  y  encarga  recorra  su  memoria,  y  diga  enteramente  la 
verdad;  si  diiere  que  se  le  acuerda  algo  mas,  se  escribirá  con 
toda  claridad;  y  de  cualquiera  manera  que  diga  algo  ó  no,  se 
cerrará  la  deposición  en  la  forma  que  se  dice  en  el  numero  9. 

Si  á  la  dicha  pregunta  de  si  sabe  ó  presume  la  causa  por 
que  ha  sido  llamado,  dijere  que  no;  se  escribirá  su  respuesta 
diciendo. 

Dijo  que  no  sabe,  ni  la  presume,  y  luego  se  le  hará  la  pre- 
gunta signieuta. 

I^ÜM.  14. 

Prtgunta  para  los  que  no  presumen  para  que  han  sido   ■ 
llamados. 

Preguntado  si  sabe  ó  ha  oído  decir,  que  alguna  persona  ó 
personas,  hayan  dicho  alguna  cosa  que  sea  ó  parezca  ser  con- 
tra nuestra  Santa  Fé  Católica,  Ley  Evangélica  que  tiene,  pre- 
dica, sigue  y  enseña  la  Santa  Madre  Iglesia  Católica  Romana, 
ó  c(mtra  el  recto  y  libre  ejercicio  del  Santo  Oficio  de  la  Inqui- 
sición. Diciendo  que  sabe  algo,  se  escribirá  y  se  advertirá  (si 
no  lo  dice)  todo  lo  que  se  nota  arríl)a  en  los  números  12  y  13, 
y  diciendo  que  no  sabe  nada,  se  escribirá  la  res^juesta  en  la 
forma  siguiente: 

Dijo,  que  no  sabe,  ni  ha  oido  cosa  alguna  de  las  que  se  le 
preguntan.  Y  luego  se  le  hará  la  pregunta  siguiente. 

MUM.  15. 

Pregunta  mas  particular  á  (os  dichos. 

Preguntado,  si  sabe  ó  ha  oido  decir  que  alguna  persona  ha- 
ya dicho  ó  Iiecho  tal  cosa.   Declarándole  por  escrito  aquello 


—471— 
mismo  en  que  está  dado  por  conteste,  sin  declararle  la  perso- 
na testificada  y  denunciada,  ni  la  que  le  da  por  conteste,  ni  el 
tiempo,  lugar  y  personas  que  se  hallaron  j)reseutes.  Y  si  toda- 
via  dijere  que  no  lo  ha  visto,  ni  oido  decir,  se  escribirá  su  res- 
puesta en  la  forma  siguiente: 

Dijo  que  no  sabe,  ni  ha  oido  decir  tal  cosa.    Y  luego  se  le 
hará  la  monición  siguiente. 


ís^üM.  16. 

Monición  á  los  dicJios. 

Fuele  dicho,  que  en  el  Santo  Oficio  hay  relación,  que  cierta 
persona  en  tal  tiempo  y  lugar  dijo  tales  palabras,  ó  hizo  tal 
cosa,  á  lo  cual  este  testigo  se  halló  presente:  que  por  reveren- 
cia de  Dios  se  le  amonesta  y  encarga,  recorra  bien  su  memo- 
ria y  en  todo  diga  verdad.  El  Comisario  declarará  al  testigo 
las  mismas  pahibras  ó  cosa  de  que  está  dado  por  conteste,  y  el 
tiempo  y  lugar  en  que  pasó,  en  x^resencia  de  cierta  persona  ó 
personas,  las  cuales  nunca  le  ha  de  nombrar.  Y  diciendo  algo, 
se  escribirá  con  Jas  circunstancias  que  se  advierten  en  el  nú- 
mero 9,  y  se  concluirá  la  deposición  como  allí  se  nota,  y  lo 
mismo  se  hará  aunque  no  declare  nada. 


ÍÍUM. .  17. 
Que  no  se  nonfore  la  persona  denunciada  al  testigo. 

Lo  de  nombrar  la  persona  denunciada  al  testigo,  se  dice  no 
se  haga  por  muchos  inconvenientes  que  pueden  y  suelen  re- 
sultar, y  así  no  lo  deben  hacer  los  comisarios  sin  orden  del 
Tribunal,  porque  se  podría  errar. 

NUM.'  18. 

Que  no  se  examinen  parientes^  ni  amigos  estrechos  del  denunciado. 

Si  algún  conteste  fuere  deudo,  criado  ó  muy  amigo  de  el 
denunciado,  de  quien  se  pueda  temer  que  no  dirá  verdad,  ó 
que  lo  descubrirá;  examinando  los  demás  contestes,  dejará  á 
aquel,  y  dirá  la  causa  ó  motivo  jjorque  no  lo  examinó,  cuando 
remita  la  sumaria  al  Tribunal. 


—472— 

KUM.  19. 

Casados  dos  ó  mas  veces,,  viviendo  la  i}rimera  imijer  6  marido. 

Si  la  denunciación  fuere  de  dúplici  matrimonio,  examinará 
eníjí-e  los  demás  testigos,  que  se  citaren,  á  la  mujer,  cura  ó 
clérigo  que  los  desposó  por  palabras  de  presente,  y  dijo  la  mi- 
sa nupcial,  y  á  los  testigos  que  se  hallaron  presentes  y  padri- 
nos; y  en  caso  de  no  ser  hallados,  dará  fé  de  ello  el  Notario, 
como  se  nota  en  el  número  24,  y  después  sacará  copia  autén- 
tica de  la  partida  ó  asiento  del  matrimonio  ó  matrimonios  de 
los  libros  de  la  parroquia,  pasando  á  examinar  á  las  personas 
que  los  han  visto  tratar  y  hacer  vida  maridable,  y  probando 
la  supervivencia  de  los  que  contrajeron  el  primer  matrimonio, 
j)orque  sin  estar  probado  si  vivia  la  iDrimera  mujer  ó  marido, 
cuando  casó  segunda  vez,  (y  si  hubiere  muerto,  sacando  la 
partida  del  entierro)  no  se  puede  proceder  contra  ellos  en  el 
Santo  Oficio. 

E'ÜM.  20. 

Méligiosos  profesos  ó  sacerdotes  que  se  lian  casado,  ó  casados  que 

se  han  ordenado. 

Si  fuere  la  denunciación  contra  religioso  profeso  ó  sacerdo- 
te, que  siéndolo  se  hiibiere  casado,  ó  siendo  casados  se  orde- 
naron de  sacerdotes  ó  profesaron  en  Religión;  de  mas  de  la 
información,  se  ha  de  copiar  la  jjartida  déla  entrada  en  la  Ee- 
ligion,  la  de  la  profesión  y  órdenes,  y  la  del  casamiento;  por- 
que de  otra  manera  no  basta  la  información  de  haberse  casa- 
do, ú  ordenado,  ó  i^rofesado;  y  no  pareciendo,  poner  certifica- 
ción de  haberse  buscado  y  no  haber  parecido,  j  probar  con 
información  de  testigos,  que  es,  y  ha  sido  reputado  por  tal  re- 
ligioso profeso,  vistiendo  el  hábito,  y  siguiendo  la  comunidad, 
y  sacerdote  (si  lo  fuere)  celebrando  y  actuando  los  ministerios 
de  sus  órdenes. 

NUM.  21. 

Solicitantes  en  la  confesión  y  confesionario ^  é  informe  que  han  de 
hacer  de  los  testigos  y  denunciados. 

Si  fuere  de  solicitación  de  amores  y  requiebros  ó  para  terce- 
ría? después  que  la  mujer  haya  hecho  su  declaración  (en  la 


—473— 
que  DO  se  le  lia  de  preguntar  sobre  si  consintió  á  la  solic  ita- 
cion,  ni  asentarse  aunque  ella  voluntariamente  lo  diga,  como 
ni  tampoco  se  ha  de  escribir  aquello  de  cuya  expresión  resul- 
te la  noticila  de  su  condescendencia  ó  consentimiento  á  la  so- 
licitación, por  no  ser  necesario  para  la  justificación  del  delito 
del  confesor  solicitante,  el  cual  consiste  en  haber  éste  induci- 
do y  provocado  á  la  solicitación,  haya  ó  no  consentido  en  ella 
la  mujer  solicitada)  si  resultare  haber  sido  solicitada  en  el  ac- 
to de  la  confesión,  ceícaá  él,  ó  después,  ó  eu  el  confesonario, 
ó  lugar  diputado  para  ello. 

Preguntada:  Si  cuando  dice  pasó  lo  que  tiene  dicho  con  el 
dicho  N.  estaban  en  parte  á  donde  pudieron  ser  vistos,  y  si  ha- 
ría habia  aquella  parte  y  lugar  alguna  persona  ó  personas  que 
lo  pudieron  ver  ó  entender,  y  las  conoció,  que  las  declaró.  Di- 
jo etc. 

Preg.  Si  sabe  que  el  dicho  N.  haya  cometido  con  otras  se- 
mejante delito  que  el  que  ha  declarado  ha  cometido  con  esta, 
solicitándolas  para  actos  deshonestos,  besando  ó  tocando  des  - 
honestamente  á  sus  hijas  de  confesión,  ó  teniendo  con  ellas 
parlas  deshonestas  y  provocativas  á  impureza,  estando  con- 
fesándolas donde  se  acostumbra  confesarlas.  Dijo,  etc. 

Preg.  De  qué  conoce  al  dicho  IST.  y  cuanto  tiempo  há  le 
trata  y  comunica,  y  cuantas  veces  se  ha  confesado  con  él,  y  si 
después  que  la  sucedió  lo  suso  dicho,  se  volvió  á  confesar  con 
él.  Dijo,  etc. 

Y  si  dice  se  volvió  á  confesar  con  el,  se  le  pregunte. 

Preg.  Cómo  habiéndole  sucedido  lo  que  tieue  declarado  con 
el  dicho  IST.  en  el  acto  de  la.  confesión,  se  volvió  á  confesar  con 
el  dicho  1:^.  Dijo,  etc. 

Preg.  Si  el  dicho  K.  cuando  la  solicitó  en  la  forma  que  ha 
declarado,  la  persuadió,  diciéndola,  que  no  era  pecado.  Di- 
jo, etc. 

Preg.  Si  ha  tratado  y  comunicado  con  alguna  persona  lo 
que  tieue  dicho,  le  sucedió  con  el  dicho  IST.  Dijo,  etc. 

Preg.  Si  lo  que  tiene  dicho,  lo  ha  dicho  por  odio  ó  por  mal 
querer,  ó  mala  voluntad  al  dicho  lí.  ó  por  descargo  de  su  con- 
ciencia. Dijo,  etc.  Y  cerrar  la  declaración  en  la  forma  que  las 
demás. 

Y  se  informará  el  Comisario  con  mucho  recato  y  secreto  (de 
palabra  sin  escribir  nada)  de  lo  que  ha  entendido  de  la  hones- 
tidad y  vida  de  la  mujer,  y  si  es  tal,  que  se  deba  dar  crédito  á 
lo  deposición  que  hubiere  hecho,  y  de  la  opinión  y  crédito  en 
que  está  el  confesor  solicitante,  y  lo  que  en  uno  y  otro  hallare, 
lo  escribirá  el  dicho  Comisario  de  su  mano  al  ñn  de  la  dicha 
información,  ó  á  la  margen  de  cada  testigo,  y  el  mismo  infor- 

TüM.  Vn.  LlTJERATUEA — 60 


_474— 
me  hará  en  las  demás  denunciaciones  que  se  ofrezcan,  dicien- 
do lo  que  siente  de  la  vida  y  costumbres  de  los  denunciados, 
y  de  la  fé  y  crédito  que  se  debe  dar  á  los   testigos,  que  depo- 
nen contra  ellos. 


NUM.  22. 

Forma  de  ratificar  los  testigos  ad  perpetuam  rei  memoriam. 

Heclio  el  examen  de  todos  los  testigos  y  contestes,  que  se 
ofrecieren  en  la  forma  que  vá  dicho,  pasados  cuatro  días  de 
la  deposición  de  cada  uno,  hará  llamar  el  Comisario  dos  perso- 
nas eclesiásticas,  que  sean  i^resbíteros,  cristianos  viejos,  de 
honesta  vida  y  costumbres,  (y  por  su  falta  á  dos  hombres  se- 
culares, solteros,  ancianos  y  honrados,  si  hubiere)  escusando, 
si  ser  pudiere,  el  que  sean  del  mismo  hábito  que  fueren  las 
personas  denunciadas,  porque  la  hermandad  no  sea  causa  de 
que  falten  al  secreto,  los  cuales  jurarán  de  guardar  secreto,  y 
en  su  presencia  leerá  el  ITotario  el  dicho,  ó  dichos  que  dijo,  y 
se  hará  la  ratificación,  escribiéudola  al  pié  de  la  denunciación 
de  el  testigo,  como  está  dicho. 

KAM.  23. 
Batificacion  ad  perpetuam. 

En  la  Ciudad,  Villa  ó  lugar  de  tal  parte  á  tantos  dias  de  tal 
mes  y  año,  ante  el  señor  ÍT.  Comisario  del  Santo  Oficio 
pareció,  siendo  llamado  un  hombre  ó  mujer  etc.  de  el  cual,  es- 
tando presentes  por  honestas  y  religiosas  personas  JSí.  y  N. 
Clérigos  ó  Religiosos,  Presbíteros,  que  tienen  jurado  el  secre- 
to, fue  recibido  juramento  en  forma  de  Derecho,  y  habiéndolo 
hecho,  prometió  decir  verdad  y  guardar  secreto,  y  dijo  lla- 
marse N.  natural,  y  vecino  de  tal  xDarte,  como  tiene  dicho,  y 
de  edad  de  etc. 

Preguntado,  si  se  acuerda  haber  depuesto  ante  algún  Juez 
contra  alguna  persona  ó  personas  alguna  cosa  sobre  cosas  to- 
cantes á  la  Fé. 

Dijo,  que  se  acuerda  haber  dicho  su  dicho  ante  el  señor  ÍT. 
Comisario,  y  N,  sn  íTotario  tocante  á  N.  (y  si  hubiere  mas  per- 
sonas,las  ha  de  nombrar)  Aqui  se  le  dirá,  que  diga  la  sustancia 
de  lo  que  allí  dijo,  y  habiéndola  dicho,  y  pedido  se  lea  su  de- 


—475— 
posición,  se  continuará  diciendo:  Y  refirió  en  substancia  lo  en 
él  contenido,  y  pidió  se  le  leyese. 

Fuéle  dicho,  que  se  le  hace  s;iber,  que  el  señor  Fiscal  del 
Santo  Oficio  le  presenta  por  testigo  ad  perpetuam  rei  memo- 
riam  en  una  causa,  que  pretende  tratar  contra  el  dicho  IS".  (y 
las  demás  personas  contra  quien  hubiere  dicho,  se  han  de 
nombrar)  que  esté  atento,  y  se  le  leerá  su  dicho,  y  si  en  él  hu- 
biere que  alterar,  añadir,  ó  enmendar,  lo  haga  de  manera,  que 
en  todo  diga  verdad,  y  se  afirme  y  ratifique  en  ella,  porque  lo 
que  ahora  dijere,  parará  perjuicio  al  dicho  N.  y  N.  etc.,  si  hu- 
biese mas. 

"Y  luego  le  fué  leyendo  al  dicho  N.  de  verbo  ad  verhum  el 
dicho  arriba  contenido."  Cuando  por  no  haber  espacio  al  pié 
de  la  testificación,  ó  denunciación  para  escribirse  la  ratifica- 
ción, se  escribiere  aparte,  en  este  caso  han  de  constar  en  ella 
el  dia,  mes  y  año,  y  Kotario  ante  quien  depuso:  y  en  lugar  de 
aquellas  palabras  el  dicJio  arriba  dicho:  ha  de  decir. 

"ün  dicho  que  dijo  ante  el  señor  Comisario  IsT.  y  N.  Notario 
en  tantos  dias  de  tal  mes  y  año,"  y  si  los  dichos  fueren  dos  ó 
mas,  se  le  leerán,  y  en  lugar  de  dichas  palabras  el  dicho  arriba 
contenido:  se  dirá:  "un  dicho  que  dijo  ante  íí.  Comisario,  y  N. 
Notario  en  tal  dia,  mes  y  año,  y  otro,  que  dijo  ante  N.  Comisa- 
rio, y  N.  Notario;"  y  si  fuere  el  mismo  dirá,  "en  tantos  dias  de 
tal  mes  y  tal  año,"  y  proseguirá  diciendo,  "y  siéndole  leido,  y 
habiendo  el  dicho  N.  dicho,  que  los  habia  oido,  y  entendido." 
"Dijo,  que  aquel  era  su  dicho,  ó  dichos,  y  el  lo  habia  dicho 
según  se  le  habia  leido,  y  estaba  bien  escrito,  y  asentado."  Y  si 
enmendare,  ó  añadiere  algo,  se  escribirá  lo  que  fuere,  y  mien- 
tras declarare  el  testigo,  y  se  escribiere  lo   que  añade,  no  han 
de  estar  presentes  las  honestas  personas;  las  cuales   acabado 
de  escribirlo  que  quita,  ó  añade  el  testigo,  han  de  volverá  en- 
trar, y  en  su  presencia  se  ha  de  leer  lo  añadido,  y  proseguir  la 
ratificación.  Si  añadiere  mas  contestes,  se  examinarán  en  la 
forma  que  se  nota  en  el  número  2?  y  siguientes,  y  también  se 
ratificarán  en  esta  forma.  Y  si  el  testigo  no  enmendare,  ó  aña- 
diere, se  continuará  corno  se  sigue:  "Y  no  habia  que  alterar, 
añadir,  ni  enmendar,. porque  como  estaba  escrito,  era  verdad, 
y  en  ello  se  afirmaba,  y  afirmó,  ratificaba,  y  ratificó  ad  per2)e- 
tuam  rei  memóriam,  y  si  necesario  era,  lo  decia  de  nuevo  con- 
tra el  dicho  N."  (y  los  demás   que  fueren  nombrados)  "no  por 
odio,  ni  mala  voluntad,  que  le  tenga,  sino  por  descargo  de  su 
conciencia:  encargósele  el  secreto  en  forma:  prometiólo,  y  lo 
flrrnó  juntamente  con  el  dicho  señor   Comisario,  y   personai^i 
honestas."  Pasó  ante  mí  N.  Notario  del  Santo  Oficio. 


—476— 

NÜM.  2  i. 
Fé  de  cuando  no  po/rece  el  conteste,  ó  testigo  para  ser  ratificado. 

Si  algim  testigo,  ó  couteste  no  se  pudiere  examinar,  ó  rati- 
ficar en  cualquiera  causa  que  se  ofrezca,  por  estar  ausente,  ó 
haberse  muerto;  el  Kotario  dá  fé  de  ello  al  margen  del  dicho, 
ó  al  pié  de  él  en  la  manera  siguiente: 

"Yo  N.  ÍTotario  de  el  Santo  OflciOj  doy  fé  como  habiéndose 
buscado  en  esta  Villa,  ó  Ciudad,  á  íí^.  testigo  citado,  ó  exami- 
nado en  esta  información  para  ratificarle  en  su  dicho  (o  exami- 
narle en  lo  que  está  dado  por  conteste)  no  ha  podido  ser  habi<lo 
por  estar  ausente  en  tal  parte,  ó  haber  muerto.  Y  para  que 
conste,  lo  pongo  por  diligencia  por  mandado  del  señor  Comi- 
sario. Fecho  en  tal  parte  á  tantos  dias  de  tal  mes,  y  tal  año." 
N.  Notario  del  Santo  Oficio. 

NUM.  25. 

Que  envíen  comisión  para  examinar  testigos  contestes,  ratifixiarlos 

adperpetuam. 

Y  cuando  está  ausente  el  testigo  de  la  parte  donde  reside  el 
Comisario,  pasando  de  distancia  de  ocho  leguas,  enviará  co- 
misión con  copia  del  testigo,  autorizada  del  üsTotario,  al  Ecle- 
siástico, que  le  pareciere  mas  de  su  satisfacción,  con  facultad 
de  que  nombre  Notario,  y  personas  honestas,  y  que  acex)ten,y 
juren  en  forma  de  fidelidad,  y  guardar  secreto,  para  que  exa- 
mine al  conteste,  ó  contestes,  ó  los  ratifique  en  sus  dichos,  sa- 
cando de  esta  instniccion  la  forma  en  que  los  hubiere  de  exa- 
minar, ó  ratificar  del  número  9,  y  siguientes,  para  que  no  omi- 
ta circunstancia  alguna:  y  que  hecho,  se  lo  remita  al  Comisa- 
rio, para  que  junto  con  lo  principal  lo  envié  al  Tribunal. 

NUM.  26. 
Memision  de  las  denunciaciones,  y  testificaciones. 

Recibidas  las  denunciaciones,  examinados  todos  los  contes- 
tes, que  resultaren  de  ellas,  y  ratificados  ad  perpetuam  rei  me- 
moriam  ,  en  la  forma  que  se  advierte  hasta  este  número  po- 


—477— 
niendo  el  informe  qne  se  diccjen  ol  iinmcro  21  las  remitirá  con 
carta  áél  Tribunal  orií^iualraente,  diciendo  contra  N.  por  tal 
delito  (sin  quedar  en  so  í)oder  copia  de  ella,  ni  traslado  algu- 
no) cerrada,  y  sellada  por  iú  Chasqui  (si  le  hubiere)  y  si  no 
por  persona  segura,  que  le  dará  recibo  de  ella,  y  lo  notará  en 
un  libro  que  tendrá  encuadernado  de  á  folio  sentado  en  él,  el 
dia,  mes,  y  año,  y  con  quien  lo  envió,  para  que  en  todo  tiem- 
po conste. 


ÍÍÜM.  27. 

Causas  que  toquen  al  Santo  Oficio  como  se  han  de  pedir. 

Cuando  algún  Jnez  secular,  ó  Eclesiástico  conociere,  ó  pre- 
tendiere  conocer  de  algún  delito,  6  negocio  de  los  comprehen- 
didos  en  los  Edictos  generales  de  Fé,  úotro,  cuyo  conocimien- 
to privativamente  tocare  al  Santo  Oficio:  luego  que  llegue  á 
noticia  del  Comisario,  procurará  examinar  testigos  que  depon- 
gan de  los  delitos,  y  de  que  procede  el  Juez  secular,  y  cons- 
tándole,  les  pedirá  la  causa  originalmente,  haciéndoles  para 
ello  el  exhortatorio  siguiente. 

NUM.  28. 

JBorma  de  exhortatorio  monitorio:  siendo  Presidente;  CaMldo 
eclesiástico,  ó  Beal,  se  le  dá  Señoría,  y  Obispo,  Ilustrísima,  y 
Corregidores,  y  Jueces  particulares,  merced,  y  á  todos  en  cua- 
lesquier  caiisas  que  se  ofrezcan;  les  han  de  hablar  los  Comisa- 
rios por  eochortatorios,  y  no  por  autos. 

El  Licenciado  íí.  Cura  y  Comisario  del  Santo  Oñcio  de  la 
Inquisición  por  los  muy  ilustres  señores  Inquisidores  Apostó- 
licos de  la  Ciudad  de  los  Eeyes.  Hago  saber  al  señor  íí^.  Pro- 
visor, Juez  de  Comisión,  Maestre  de  Campo,  Corregidor,  y 
Justicia  mayor  de  tal  parte,  «&a.,  que  á  mi  noticia  ha  llegado, 
qiie  Umd.  procede  de  oficio  de  la  real  justicia  contra  N.  espa- 
ñol ó  mestizo,  &a.  por  tal  delito;  y  porque  es  uno  de  los  expre- 
sados en  los  Edictos  generales  de  Fé,  ú  otro,  cuyo  conocimien- 
to privativamente  toca  al  Santo  Oficio  déla  luquision;  de  par- 
te del  dicho  Santo  Oficio  exhorto,  y  requiero  á  Umd.  y  de  la 
mia  ruego  y  encargo,  que  luego  que  con  este  Umd.  sea  reque- 
rido, alze  la  mano  de  la  dicha  causa,  y  me  la  remita  original- 


-478-  ", 

mente  sin  quedarse  con  c<Spia  de  ella,  dejando  Umd.  el  reo  si) 
estuviere  preso)  en  su  prisión  asegiirado  con  prisiones  hasta 
tanto  que  los  dichos  señores  Inquisidores  con  vista  de  los  au- 
tos provean  lo  que  fuere  de  justicia,  y  lo  cumpla  dentro  de 
veinticuatro  horas  de  la  notificación  (ó  del  tiempo  que  pare- 
ciere competente)  x>ena  de  excomunión  mayor  latee  sententia 
trina  canónica  monitione  próemissa,  y  de  1,000  pesos  para  gas- 
tos del  Santo  Oficio,  que  haciéndolo  asi  Umd.  cumplirá  con 
los  mandatos  del  Santo  Oficio,  Breves  Apostólicos,  y  Cédulas 
Eeaies,  en  virtud  de  las  cuales  les  compete  el  conocimiento 
privativo  de  dichas  causas.  Fecho  en  tal  parte,  á  tantos  dias, 
de  tal  mes,  y  tal  año. 


ÍÍUM.  29. 
Notificación. 

En  tal  lugar  ó  Villa,  á  tantos  dias  de  tal  mes,  y  tal  año.  Xo 
el  infrascrito  ISTotario  del  Santo  Oficio,  leí  y  notifiqué  el  ex- 
hortatorio de  esta  otra  parte  al  señor  N.  Juez,  &a.,  en  su  per- 
sona estando  en  las  casas  de  su  morada,  que  lo  oyó,  de  que 
doy  fé.  N.  íí otario  del  Santo  Oficio. 


NUM.  30. 

)Si  entrega  los  autos,  que  vuelva  d  examiaar  los  testigos  el  Comisa- 
rio, y  si  no,  otro  exJiorto  con  censuras,  declarándole  por  incur- 
so  en  ellas,  y  en  la  pena  de  1,000  pesos. 

Si  entregare  la  información  ó  autos  originales,  han  de  vol- 
ver los  Comisarios  á  examinar  los  testigos  y  contestes,  que  ba- 
bia  examinado  el  dicho  Juez  (por  no  haberlo  sido  competente 
para  ello)  en  la  forma  que  se  nota  en  el  número  9,  y  siguientes 
y  ratificarlos  ad  perpetiiam  rei  memoriam:  y  hecho  asi,  los  re- 
mitirán juntamente  con  los  originales,  que.  les  hubiere  entre- 
gado el  dicho  Juez.  Y  en  caso,  que  con  el  dicho  exhorto  no  los 
entregue,  le  hará  otro,  añadiendo,  que  no  inove,  ni  proceda  con- 
tra el  reo  en  el  ínter  que  dé  cuenta  al  Tribunal,  y  si  no  lo  hiciere, 
declararle  por  incurso  en  las  censuras,  y  pena  de  1,000  pesos, 
y  sin  pasar  á  mas  diligencia,  remitirá  los  autos  al  Tribunal, 
para  que  le  ordene  lo  que  ha  de  hacer. 


—479- 


NUM.  31. 

Que  no  se  contenten  con  referir  en  carta  el  delito,  sino  haciendo 

información. 

Y  porque  muclio:^  de  Igs  Comisarios  acof-itiimbran  dar  cuen- 
ta al  Tribunal  por  carta,  de  los  dichos,  ó  hechos  que  se  ofre- 
cen, cuyo  conocimiento  juz:>an  ijertenece  al  Santo  Oficio,  y 
porque  es  preciso,  para  tomar  resolución  en  dichos  casos,  re- 
ducirlos á  información,  estarán  advertidos  los  dichos  Comisa- 
rios de  aquí  adelante  de  averiguar  los  tales  dichos,  ó  hechos 
por  información  de  tres,  ó  cuatro  testigos,  reraitiéudola  al 
Tribunal,  guardando  en  esto  la  forma  de  el  derecho,  y  estilo 
rttferido  desde  el  núm.  9  hasta  el  26  de  esta  instrucción  según 
la  naturaleza  de  las  causas  que  se  ofrecieren. 


NüM.  32. 

^espontáneos:  la  forma  que  con  ellos  se  ha  de  guardar. 

Los  Comisarios  deben  estar  advertidos  de  que,  si  viniere  an- 
te ellos  alguna  persona  á  delatar  de  sí  misma  voluntariamen- 
te algunos  hechos,  ó  dichos  contra  nuestra  Santa  ^é  Católica, 
ó  contra  el  recto  y  libre  ejercicio  de  el  Santo  Oficio,  ó  de  ha- 
ber faltado  al  secreto  que  prometió  cuando  hizo  declaración 
en  el  Santo  Oficio,  ó  ante  el  Comisario,  le  recibirá  su  declara- 
ción en  la  forma  que  se  dice  en  el  número  9,  escribiendo  la  ho- 
ra en  que  viniere.  Y  si  en  el  dicho  dia  le  vinieren  á  testificar 
del  mismo  delito,  ó  de  otro,  le  recibirá  en  la  dicha  forma  y  ra- 
tificará adperpetnam,  como  está  dicho  en  el  número  23,  escri- 
biendo también  la  hora  de  él  dia  en  que  vino,  i)or  ser  muj'^  ne- 
cesario para  saber  si  es  verdadero  espontáneo,  ó  si  lo  hizo  te- 
miéndose de  que  le  hablan  de  testificar:  con  advertencia,  que 
estos  no  se  han  de  ratificar  en  lo  que  dijeren  de  sí  mismos,  sino 
en  caso,  que  digan  contra  otros  á  los  cuales  darán  cédulas  los 
Comisarios  firmadas  de  su  mano,  para  que  cualquiera  confe- 
sor aprobado  les  absuelva  por  lo  que  al  Santo  Oficio  toca.  Ex- 
cepto en  caso  que  el  delito  sea  de  heregía,  ajjostasía  ó  judais- 
mo, y  lo  mismo  se  entiende  con  los  hereges  nacionales,  que 
suelen  pasar  á  estos  reynos,  á  los  cuales  se  les  preguntará  sus 
padres  y  abuelos,  hermanos  de  padre  y  madre,  é  hijos:  dónde 
nacieron,  y  fueron  vecinos:  ePdiscurso  de  su  vida;  qué  secta 


—480— 
han  seguido,  y  de  qué  hereges:  qué  ceremonias  y  ritos  han  he- 
cho en  su  observancia:  en  compañía  de  quien,  y  en  qué  tierras 
y  tiempo:  y  sí  quieren  reconciliarse  con  la  Iglesia:  y  qué  mo- 
tivo tienen  para  hacerlo  ahora:  y  entonces  han  de  declarar  los 
cómplices:  y  concluida  la  declaración,  hacerles  la  pregunta 
que  se  advierte  á  número  6;  y  hecho  así,  han  de  remitir  las  de- 
claraciones al  Tribunal,  para  que  con  vista  de  ellas  se  les  diga 
k>  que  se  deba  hacer,  y  en  el  inter,  les  consolará,  y  dii'á  la  be- 
nignidad y  misericordia  que  acostumbra  usar  con  los  seme- 
jantes espontáneos  este  Tribunal. 


NÜM.  33. 
Forma  de  escribir  testigos  en  defensas. 

Cuando  el  Tribunal  remitiere  á  los  Comisarios  comisión,  é 
interrogatorio  para  examinar  testigos  para  la  defensa  de  algu- 
nos reos  que  estén  presos  en  el  Santo  Oficio  ó  procesados,  se 
examinan  los  que  van  notados  á  la  margen  de  los  capítulos  ó 
artículos  de  dicho  interrogatorio,  con  juramento,  haciendo  la 
misma  cabeza  que  en  los  demás  testigos  de  la  culpa,  como  se 
dice  en  el  número  9,  y  luego  se  dirá: 

Preguntado  si  sabe  ó  presume  la  causa  para  que  ha  sido  lla- 
mado, Escribiráse  su  respuesta,  y  diciendo  que  no  sabe,  se  ha- 
rá la  pregunta  siguiente: 

Preguntado  si  alguna  persona  le  ha  .hablado,  ó  prevenido 
para  que  diga  su  dicho  en  favor  de  alguno  que  esté  preso  en  el 
Santo  Oticio:  y  escrita  su  respuesta,  se  le  hará  otra. 

Preguntado  si  conoce  al  señor  Fiscal  del  Santo  Oficio,  y  N. 
reo  (declarándole  su  nombre)  y  sí  es  amigo,  ó  enemigo,  com- 
padre ó  pariente,  ó  si  ha  sido  dadivado,  ó  sobornado,  para  que 
diga  lo  contrario  á  la  verdad,  y  que  edad  tiene:  y  escrita  su 
respuesta,  se  dirá: 

Fuóle  dicho,  que  el  dicho  JSl.  reo  le  presenta  por  testigo  de 
defensa  en  una  causa,  que  el  dicho  señor  Fiscal  trata  en  el 
Santo  Olicio  contra  él:  que  esté  atento  alas  preguntas  del  in- 
terrogatorio, y  diga  en  todo  la  verdad. 

A  la  primera  pregunta  dijo,  etc.  Y  lo  mismo  en  todas  las 
demás  preguntas  para  que  fuere  nombrado  el  testigo  á  la 
margen,  y  acabará  la  deposición,  como  se  noía  en  el  dicho 
número  9  á  la  conclusión  de  la  denunciación,  con  adverten- 
cia que  estos  testigos  no  se  ratifican. 


—481- 


NUM.   34. 

Que  de  fé  el  Notario  cuando  no  parece  el  testigo^  y  se  envié 
comisión  para  examinarlo. 

Y  si  no  pudiere  ser  examinado  alguno  de  los  testigos  dará 
fé  de  ello  el  íí^otario,  como  se  nota  en  el  número  24,  y  estando 
ausente  á  mas  distancia  de  ocho  leguas,  enviarán  comisión 
para  que  sea  examinado  en  conformidad  de  la  facultad  que  se 
les  da  en  el  número  25,  y  para  ello  le  enviarán  comisión  en  la 
forma  siguiente: 

El  Lie.  íí,,  cura  y  vicario  de  tal  lugar,  y  Comisario  de  la 
Santa  Inquisición  de  tal  provincia  por  los  muy  ilustres  seño- 
res Inquisidores  Apostólicos  de  estos  reinos.  Hago  saber  al 
Sr.  jST.,  cura  ó  vicario,  ó  religioso,  etc.,  vecino  de  tal  lugar, 
que  en  esa  villa  ó  hacienda  cerca  de  ella  etc.,  reside  IS".  y  'E. 
etc.,  y  porque  está  dado  por  conteste  en  tales  hechos  ó  dichos, 
(que  le  declarará)  á  que  dicen  se  halló  presente  y  las  vio  ú 
oyó,  conveudrá  que  luego  que  Vmd.  reciba  esta,  y  sin  dilación 
alguna,  con  todo  recato  y  secreto,  por  ante  Notario  que  nom- 
brará, reciba  juramento  de  dicho  IS.  y  por  el  tenor  de  la  mi- 
nuta que  va  con  esta  (que  ha  de  ser  la  del  número  9  y  23.  Y 
siendo  en  defensas  la  del  número  33)  le  examinará  y  ratificará 
ad  perpetiiam,  y  á  los  contestes  que  diere:  (menos  en  defensas 
que  no  es  necesario  ratificar)  que  para  ello  y  lo  dependiente, 
y  para  nombrar  JvTotario  (si  no  lo  hubiere)  doy  á  Vmd.  comi- 
sión en  virtud  de  la  facultad  que  se  da  en  el  número  25  de  la 
instrucción  que  tengo  de  dichos  Srs.  Inquisidores,  la  cual  pon- 
drá Vmd.  x)or  cabeza  de  los  autos  que  en  su  virtud  hiciere,  y 
me  los  remitirá  en  la  primera  ocasión,  estando  Ymd.  adverti- 
do que  al  tiempo  de  aceptar  esta  comisión  ha  de  hacer  jura- 
mento de  fidelidad  y  secreto  en  tal  caso  acostumbrado,  y  el 
mismo  hará  el  ííotario,  y  de  haberse  hecho  así,  dará  fé  de  ello 
á  las  espaldas  de  dicha  comisión.  Fecha  en  tal  lugar,  tal  dia, 
mes  y  año.  Lie.  ]!íí^.  Por  mandado  del  Sr.  Comisario  del  Santo 
Oficio  N.,  ííotario  del  Santo  Oficio. 

ÍSTÜM.   35. 

Excusándose  los  testigos,  les  apremien  por  censuras. 

Que  en  caso  que  alguno  de  los  testigos,  que  fueren  llama- 
ToM.  VII.  Literatura— 61 


—482— 
dos  por  los  Comisarios  para  negocios  del  Santo  Oficio,  así  de 
Eé,  como  de  informaciones  de  limpieza  y  otros,  (no  estando  á 
mas  distancia  de  ocho  leguas)  se  excusaren  de  venir,  se  lo 
mandarán  por  mandamiento  por  escrito,  imponiéndole  pena 
de  excomunión  y  pecuniaria,  si  fuere  desobediente  y  contu- 
maz, lo  cual  se  entiende  no  estando  enfermo  ó  impedido,  por- 
que en  este  caso  han  de  ir  los  Comisarios  con  su  Notario  á  su 
posada  á  recibirle  la  declaración,  no  habiendo  inconveniente. 


NUM.  36. 

Presos  que  están  en  las  cárceles  reales  y  quieren  declarar  cosas 

tocantes  al  Santo  Oficio. 

Que  los  Comisarios  del  Santo  Oficio  deben  estar  advertidos 
de  que  algunas  personas  que  se  hallan  presas  en  las  cárceles 
reales  por  orden  de  los  jueces  seculares,  y  por  delitos  graves, 
suelen  fingir  y  suponer  que  tienen  que  hacer  denunciaciones 
ó  declaraciones  de  sí  mismos  de  delitos  que  han  cometido  con- 
tra nuestra  santa  Fé  ó  contra  otras  personas,  cuyo  conoci- 
miento toque  al  Santo  Oficio,  y  con  este  pretesto  pretenden 
ser  llevados,  y  sueltos  de  la  cárcel  á  casa  de  los  Comisarios, 
para  por  este  medio  poder  hacer  fuga  ó  ser  reos  del  Santo  Ofi- 
cio (en  perjuicio  de  el  castigo  que  justamente  merecen  por  sus 
delitos)  lo  cual  no  han  de  permitir  los  Comisarios,  porque  pa- 
ra que  descarguen  su  conciencia  (siendo  cierta  ó  no  la  decla- 
ración que  quieren  hacer)  irá  el  dicho  Comisario  y  í^otario  á 
la  cárcel  donde  estuviere  dicho  preso,  y  en  parte  secreta  y  re- 
tirada, le  recibirá  su  declaración  y  ratificación  en  la  forma  que 
se  advierte  en  el  número  9  y  23,  y  examinados  los  contestes 
que  diere,  sin  hacer  novedad  con  dicho  preso,  remitirá  los  au- 
tos al  Tribunal,  previniendo  que  el  juez  secular  no  proceda  á 
ejecución  de  pena  de  muerte  en  el  ínterin  que  el  Tribunal  ve 
los  autos  y  denunciación  del  reo,  y  avisa  de  lo  que  proveyere. 


IÑTUM.  37. 
Deniinciacior.es  contra  los  que  tienen  falta  de  limpieza. 

Que  los  Comisarios  estén  advertidos  que  acontece,  que  al- 
gunas personas,  movidas  mas  de  pasión  y  enemistades,  quede 
otro  algún  buen  celo,  denuncian  de  otras,  diciendo  que  son 


^483— 
confesos,  y  por  esto  inhábiles  i)ara  traer  sedas,  armas  y  andar 
á  caballo,  y  otras  cosas  que  les  son  prohibidas  por  leyes  y  pre- 
máticas  de  estos  reinos  é  instrucciones  del  Santo  Oficio,  como 
se  contiene  en  el  edicto  general:  en  este  caso  han  de  tener 
cuenta  de  no  recibirlas  tales  denunciaciones,  si  no  fueren  con- 
tra los  hijos  y  nietos  de  relajados,  ó  de  los  que  ellos  mismos 
fueron  reconciliados,  de  los  cuales  dos  géneros  de  personas  se 
ha  de  entender  lo  que  trata  el  edicto  en  el  capítulo  de  genea- 
logías. 


ISTUM.  38. 

Prisión,  que  no  se  haga  sin  orden  del  Tribunal,  salvo  en  caso  de 

fuga. 

Los  Comisarios  de  el  Santo  Oficio  no  pueden  prender  per- 
sona alguna  de  cualquier  grado  que  sea  por  cosas  de  Fó,  ni 
dependientes  de  ella,  ni  por  desacato  hecho  á  su  persona  ó  á 
otro  ministro  del  Santo  Oficio,  porque  será  grande  exceso  ha- 
cerlo, salvo  concurriendo  tres  cosas.  La  primera,  que  toque  el 
caso  muy  claramente  al  Santo  Oficio;  la  segunda,  que  haya 
bastante  información;  la  tercera,  que  se  tema  de  fuga:  para  lo 
cual  (porque  no  se  yerre,  atento  que  de  errarse  en  esto  se  po- 
drían seguir  muchos  inconvenientes)  se  les  advierte,  que  an- 
tes de  proceder  á  prisión,  miren  con  gran  cuidado  si  concur- 
ren todas  las  dichas  tres  cosas,  y  les  constare  x)or  información 
que  recibirán  primero  de  ellas;  tomando  parecer  del  Arzobis- 
po ú  Obispo  de  el  distrito,  y  por  su  falta  de  su  Provisor  ó  de 
la  Sede  vacante,  y  con  su  acuerdo  resolverán  laprisioa,  y  tam- 
bién lo  consultarán  con  otras  personas,  si  hubiere,  como  son 
los  que  sean  consultores  señalados  por  el  Santo  Oficio,  y  cali- 
ficador, si  hubiere,  y  si  no,  eligiendo  las  que  les  pareciere  le- 
trados de  mayor  literatura,  seguridad  y  cristiandad,  recibién- 
doles primero  el  juramento  de  fidelidad  y  secreto  acostumbra- 
do, la  podrán  mandar  prender  y  ro  de  otra  manera  (y  en  du- 
da, lo  mas  seguro  será  enviar  primero  la  información  al  Tri- 
bunal),   y  cuando  concurriendo  las  dichas  tres  cosas  prendie- 
ren  alguno,  será  sin  hacer  secteto  en  sus  bienes,  procurando 
no  se  oculten,  ni  haya  fraude  en  ellos;  el  cual  preso  pondrán 
en  la  cárcel  pública  encargándole  al  alguacil  mayor  y  alcaide, 
donde  le  retendrán  con  seguridad,  sin  comunicación  alguna, 
ni  tomarle  confesión,  remitiendo  con  la  brevedad  posible  la 
infoimacion  y  demás  autos  al  Tribunal,  x)ara  que  con  vista  de 
ellos  se  provea  lo  que  convenga  en  todo  y  se  le  avise. 


—484— 


NUM.  39. 
Presos  en  virtud  de  mandamiento  de  el  Tribunal. 

Los  Comisarios  en  orden  á  las  personas  mandadas  prender 
por  el  Tribunal,  en  virtud  de  mandamiento  que  se  lesenvia, 
guardarán  el  tenor  de  ellos  en  cuanto  á  su  ejecución,  con  ad- 
vertencia, que  siendo  sin  secreto,  les  embargarán  de  sus  bie- 
nes lo  que  pareciere  bastante  para  su  conducción  y  alimentos 
que  se  les  han  de  dar  en  las  cárceles  secretas;  y  no  hallando 
plata,  venderán  los  que  fueren  mas  fáciles  en  almoneda,  al 
mayor  ponedor,  para  remitir  su  procedido  con  dicho  preso;  y 
los  demás  depositarlos  en  la  persona  que  el  preso  eligiere, 
siendo  de  satisfacción  del  Comisario;  y  en  caso  de  no  tener 
bienes  y  ser  pobre,  dispondrán  los  Comisarios  su  remisión,  por 
via  de  limosna,  de  Comisario  en  Comisario,  ó  concertando  lo 
menos  que  se  i)ueda,  para  que  cuando  llegue  al  Tribunal  se 
pague,  y  siendo  el  mandamiento  con  secreto  de  bienes,  le  ha- 
rán, poniendo  por  inventario  ante  el  Notario  del  Santo  Oficio 
y  Alguacil  de  él,  si  le  hubiere,  y  si  no,  de  el  Familiar  mas  an- 
tiguo, y  de  una  persona  que  ha  de  nombrar  por  su  parte  el 
reo,  todos  los  bienes,  así  muebles  como  raíces,  deudas  y  pape- 
les, midiendo  lo  que  fuere  de  medida,  pesando  lo  que  fuere  de 
peso  y  contando  lo  que  fuere  de  contar,  y  hecho  en  esta  for- 
ma, los  depositarán  en'  persona  lega,  llana  y  abonada,  á  sa- 
tisfacción de  los  Comisarios,  que  otorgará  depósito  en  forma, 
y  de  que  no  los  entregará  á  persona  alguna,  hasta  que  le  sea 
mandado  por  el  Tribunal,  pena  de  pagarlo  doblado:  y  íirma- 
ránlo  todos,  sacando  dos  cox3Ías  de  dicho  inventario  y  depósi- 
to: la  una  para  remitir  á  este  Tribunal,  juntamente  con  los  pa- 
peles que  se  hallaren,  y  la  otra  para  entregar  á  dicho  deposi- 
tario, sacando  de  dichos  bienes  la  cantidad  necesaria,  cama 
para  el  reo  y  su  traída,  asentando  en  dicho  inventario  lo  que 
se  sacare. 


NUM.  40. 

Los  presos  estén  en  cárcel  segura  donde  no  se  comuniquen. 

Los  dichos  presos  por  causas  de  Fó,  harán  los  Comisarios  se 
pongan  en  cárcel  segura,  donde  ninguno  les  j)ueda  comuni- 
car, dándoles  la  comida  algún  ministro  de  el  Santo  Oficio  (va- 


—485— 
liándose  para  hacer  dicha  prisión  de  el  dicho  Alf^nacil  6  Fa- 
miliar mas  anticuo  de  el  Santo  Oficio,  y  en  caso  necesario  de 
la  justicia  real,  á  quien  pedirán  auxilio,  y  todo  con  mucho  re- 
cato y  secreto)  y  cuando  se  remitieren  al  Tribunal,  ordenará 
á  la  persona  que  le  trajere,  que  vengan  con  grillos  y  esposas, 
y  que  no  los  deje  comunicar  con  persona  alguna;  advirtiendo 
que  si  fueren  reos  de  xm  mismo  delito  y  complicidad,  se  apar- 
ten, saliendo  de  el  lugar  en  distintos  dias,  de  suerte  que  uno  de 
otro  no  sepa,  y  para  que  mejor  se  pueda  ejecutar,  se  x>renden 
á  una  misma  hora,  y  se  ponen  en  distintas  cárceles. 


Informaciones  de  limpieza. 

NUM,    41. 

Advertencias  para  los  testigos  de  informaciones  de  limpieza. 

En  las  informaciones  de  limpieza  para  ministros  de  la  Inqui- 
sición antes  de  examinar  los  testigos,  se  recibirá  de  cada  uno 
juramento  en  forma  de  derecho,  de  qíie  dirá  verdad,  y  guarda- 
rá secreto..  Y  para  que  en  todo  deponga  con  mayor  libertad, 
se  le  hará  notorio  al  testigo,  que  el  ilustrísimo  Sr.  Inquisidor 
general  y  Srs.  del  Consejo  de  8.  M.  de  la  Santa  General  In- 
quisición, han  mandado,  so  pena  de  excomunión  mayor  latee 
sententice  ipso  facto  inciirrenda  premisas  las  moniciones  en  de- 
recho necesarias  (cuya  absolución  está  reservada  á  su  señoría 
ilustrísima  y  dichos  Srs.  del  Consejo)  que  ningún  Sr.  Inquisi- 
dor, Fiscal,  Secretario,  Comisario,  JSTotario,  ni  otro  cualquier 
ministro  del  Santo  Oficio  directa  ó  indirectamente  manifieste 
cosa  alguna  de  lo  que  los  testigos  examinados  hubieren  de- 
puesto, ni  qué  personas  son  las  examinadas,  ó  que  han  testifica- 
do; la  cual  pena  se  entiende  fuera  de  las  demás  que  por  dere- 
cho, cartas  acordadas,  instrucciones  y  estilo  de  el  Santo  Oficio 
están  establecidas  contra  los  quebrantadores  de  el  secreto  que 
han  jurado.  Y  con  apercibimiento,  que  cada  uno  de  los  suso- 
dichos por  esta  culpa  sería  privado  de  su  oficio,  y  que  para  la 
prueba  de  ello  bastarán  testigos  singulares,  como  sean  tres. 
Y  de  esta  advertencia  hecha  á  los  testigos,  se  dará  fé  en  la  ca- 
beza de  cada  deposición,  y  les  harán  notorias  las  mismas  pe- 
nas y  censuras  (reservada  su  absolución  á  este  Tribunal)  en 
que  incurrirían  dichos  testigos,  faltando  al  secreto  que  han  ju- 
rado. 


-.486- 


lí-ÜM.   42. 

Forma  de  examinar  testigos  en  informaciones  de  limpieza^  los 
cuales  no  se  ratifican. 

En  la  ciudad  de  JS".,  en  tal  dia,,  mes  y  año,  por  la  mañana  ó 
tarde,  el  Sr.  l^T.  Comisario  del  Santo  Oficio  de  la  Inquisición 
en  ella  para  las  informaciones  de  la  calidad  y  limpieza  de  N"., 
que  pretende  ser  tal  cosa  (en  los  demás  testigos  se  dirá  para 
la  dicha  información)  hizo  parecer  ante  sí,  siendo  llamado,  á 
un  hombre  ó  mujer,  del  cual  estando  ijresente,  fué  recibido 
juramento  jjor  Dios  IST.  S,  y  una  cruz  en  forma  de  Derecho,  y 
habiéndole  hecho,  prometió  decir  verdad  y  guardar  secreto  de 
lo  que  supiere  y  le  fuere  preguntado:  y  para  que  con  mayor 
libertad  la  dijese,  se  le  hicieron  notorias  las  penas  y  censuras 
impuestas  álos  Srs.  Inquisidores  y  demás  ministros  del  Santo 
Oficio,  que  revelan  lo  que  los  testigos  dicen  (qae  les  harán  no- 
torias) y  dijo  llamarse: 

'N.,  natural  de  l!^.  y  vecino  de  IST.,  y  preguntado  por  el  tenor 
del  interrogatorio,  dijo  lo  siguiente: 

A  la  primera  pregunta  dijo,  etc. 

Y  proseguir  con  las  demás,  y  concluyendo  como  se  nota  en 
el  número  9  para  las  causas  de  fé. 


ÍTÜM.  43. 
Testigos  que  se  han  de  examinar  y  como. 

En  cada  una  de  dichas  informaciones  de  limpieza  se  recibi- 
rán hasta  doce  testigos  por  lo  menos  que  concluyan  de  los 
cuatro  abuelos  en  la  misma  naturaleza  de  los  abuelos,  ad vir- 
tiendo que  en  cada  naturaleza  (que  es  el  lugar  donde  han  na- 
cido) se  ha  de  examinar  por  lo  menos  dicho  número  de  doce 
testigos,  que  digan  de  su  limpieza  de  sangre  de  el  pretendien- 
te, y  que  sean  de  los  mas  ancianos  de  buena  opinión  y  cristia- 
nos viejos,  y  entre  ellos  los  familiares  y  ministros  qae  hubiere 
del  Santo  Oficio,  y  á  falta  de  varones,  hembras,  no  siendo  unos 
ni  otros  deudos  de  el  j)í'etendiente,  y  recudiéndolos  de  oficio, 
sin  que  la  parte  los  presente,  ni  lo  entienda,  interrogándolos  á 
cada  uno  de  por  si  con  todo  secreto,  con  advertencia  que  dí- 
chole  el  nombre  de  el  pretendiente,  no  se  le  ha  de  decir  el  de 


—487— 
los  padres,  ni  abuelos,  ni  sus  naturalezas,  sino  que  el  testigo 
ha  de  responder  luego  si  supo  ó  nó  quienes  fueron,  donde  fue- 
ron naturales  y  vecinos,  y  que  oficio  tuvieron,  y  diciendo  que 
no  lo  saben  ó  no  se  acuerdan,  y  que  si  les  dijera  sus  noftibres 
se  acordaran,  en  este  caso  se  les  dirán  en  la  forma  que  van 
puestos  en  el  interrogatorio,  y  de  suerte  que  cada  testigo  res- 
ponda puntual  y  precisamente  á  cada  miembro  y  artículo  de 
«•ada  preguntíi,  siii  contontarse  con  qtie  responda  generalmen- 
te sino  á  todas  como  en  ellas  se  contiene.  Y  en  la  parte  que 
con  dicho  número  de  doce  testigos  no  se  pruebe  bastantemen- 
te lo  que,  en  este  artículo  se  pretende,  engrosará  dicha  infor- 
mación con  el  número  de  testigos  competentes,  de  manera  que 
se  consiga  la  noticia  necesaria,  y  mas  alta  ascendencia  de 
el  pretendiente,  valiéndose  ]>ara  ello  de  testamentos,  capitu- 
laciones matrimoniales,  cartas  de  dote,  fees  de  bautismos  y 
velaciones  para  probar  por  instrumentos  lo  que  no  se  pudiere 
por  testigos,  excusando  la  dilación  que  se  seguirá  de  lo  con- 
trario. 


ÍÍUM.  44. 

Lo  que  se  lia  de  preguntar  en  caso  que  digan  contra  la  limiñeza. 

Y  demás  de  las  preguntas  de  el  dicho  interrogatorio,  ni  los 
testigos  ó  alguno  de  ellos  dijere  saber  ó  haber  oido  decir  al- 
guna cosa  contra  la  limpieza,  y  opinión  de  los  nombrados  en 
dicho  interrogatorio,  ó  de  alguno  de  ellos,  ó  de  sus  ascendien- 
tes; se  le  preguntará  como  lo  sabe,  y  á  que  personas  lo  oyó 
decir,  el  tiempo,  lugar  y  ocasión,  y  en  presencia  de  quien,  ha- 
ciendo las  demás  preguntas  y  repreguntas,  que  de  las  tales 
deposiciones  resultare  ser  necesarias,  y  examinando  los  con- 
testes que  los  testigos  citaren. 

NUM.   45. 

Calificar  él  apellido  cuando  no  se  halla  conocimiento  ó  noticia, 

Y  en  caso  que  no  se  hallare  conocimiento  ó  noticia  bastante 
de  alguno  de  los  abuelos  por  su  antigüedad,  ó  se  descubrieren 
nuevos  apellidos  de  los  contenidos  en  el  interrogatorio,  se  ha- 
rá información  de  la  calidad,  que  tuviere  el  tal  apellido  ó  ape- 
llidos, preguntando  (antes  de  llegar  á  la  quinta  pregunta  de 


—488— 
dicho  interrogatorio)  si  le  laay  ó  ha  habido  en  el  lugar  de  su 
naturaleza,  j  procurando  eslabonar  bien  si  las  personas  de  el 
tal  apellido  ó  apellidos  son  deudos  de  los  que  se  pretende  ave- 
riguar;* y  habiendo  mas  de  uno,  saber  de  cual  de  ellos  descien- 
de, examinando  dos  ó  tres  de  los  del  propio  apellido,  hasta 
que  conste  si  es  el  apellido  que  se  busca;  (a  los  tales  deudos 
no  se  ha  de  preguntar  mas  de  hasta  la  quinta  pregunta)  y  sa- 
biendo de  que  tranco  ó  casa  es  el  de  quien  se  trata,  se  hará 
información  de  el  dicho  apellido  con  testigos,  que  no  sean  deu- 
dos; y  no  sabiendo  de  que  trunco  es,  se  han  de  calificar  am- 
bos troncos  ó  apellidos,  ó  casas  del  lugar  de  donde  son  ó  fue- 
ron naturales,  y  antes  de  llegar  á  la  quinta  pregunta,  se  ha  de 
asentar  en  el  conocimiento  ó  noticia  por  oidas  de  las  personas 
por  quienes  se  pregunta,  y  no  la  habiendo,  se  hará  informa- 
ción de  la  calidad  del  apellido. 


IsTUM.   46. 

Que  /pase  la  información  ante  el  Notario  del  Santo  Oficio  no  ha- 
hiendo  inconveniente,  y  liaMéndolo,  nonibrará  otro,  y  remisión 
deella  con  su  parecer . 

La  dicha  información  pasará  ante  el  ISTotario  del  Santo  Ofi- 
cio, y  en  su  ausencia  ú  otro  algún  impedimento,  que  se  pueda 
ofrecer,  ante  otro  que  nombrará  (proveyendo  auto  para  ello 
antes  de  usar  de  la  comisión)  que  sea  cristiano  viejo,  fiel  y  le- 
gal en  sn  oficio,  recibiendo  primero  de  él  juramento  de  fideli- 
dad y  secreto  acostumbrado,  y  hecha  en  la  forma  dicha,  firma- 
da de  el  Comisario  y  refrendada  por  el  ííotario  ante  quien  pa- 
sare, poniendo  jjor  cabeza  de  ella  la  comisión  é  interrogatorio 
originalmente,  sin  quedar  en  poder  de  los  susodichos  ningún 
traslado,  cerrada  y  sellada,  con  carta  para  el  Tribunal,  la  en- 
viarán á  él  por  el  Chasqui,  si  le  hubiere,  y  si  no  con  persona 
segura,  y  al  pié  de  dicha  información  pondrán  los  Comisarios 
de  su  letra  y  firmado  su  parecer,  jurando  in  verT)o  sace^'dotis  lo 
que  han  sentido  de  la  limpieza,  quietud  y  buenas  costumbres 
de  el  pretendiente,  y  de  la  fé  y  crédito  que  se  puede  dar  á  los 
testigos,  declarando  así  mismo  la  causa  de  haber  mudado  de 
ííotario  en  caso  que  el  de  el  Santo  Oficio  se  haya  hallado  im- 
pedido en  la  forma  referida;  y  concluirá  su  parecer  avisando 
los  dias  que  el  Comisario  y  Notario  se  hubieren  ocupado,  pa- 
ra que  se  les  manden  pagar  sus  derechos,  estando  advertidos 
de  no  cobrarlos  de  la  parte  por  sí,  ni  por  interposita  persona 
^in  orden  de  el  Tribunal. 


-489- 


NUM.  47. 

Como  se  llaman  los  testigos,  y  que  no  se  admita  escusa  para 
dejar  de  examinarlos. 

Los  testigos  para  dichas  informaciones  de  limpieza  se  lla- 
man en  la  forma  que  para  las  de  fé,  cada  uno  de  por  sí  con 
mucho  secreto,  y  recato  por  mano  del  Alguacil  mayor,  habién- 
dole; y  en  caso,  que  no  le  haya  por  el  familiar  mas  antiguo,  no 
siendo  uno,  ni  otro  pariente  de  el  pretendiente  y  si  alguno  se 
escusare  de  jurar  como  suele  acontecer,  escondiéndose,  ó  fin- 
giéndose malo  no  le  admitirán  la  escusa,  antes  le  apremiarán 
á  ello  por  censuras,  y  pena  pecuniaria,  para  que  diga  lo  ^ue 
supiere  cerca  de  lo  que  fuere  preguntado. 


l^UM.  48. 

Que  no  hagan  mas  imformaciones  que  las  que  les  cometieren,  y  no 
digan  ante  Jues  alguno  lo  que  supieren  por  razón  de  ellas. 

Los  Comisarios  no  hagan  mas  informaciones  de  limpieza, 
que  las  que  les  fueren  cometidas  por  el  Tribunal,  y  porque 
suelen  ser  Vicarios,  y  como  á  tales  cometerles  sus  Obispos  al- 
gunas, las  harán  pero  no  se  valdrán  para  ellas  de  las  noticias 
que  hubieren  adquirido  como  tales  Comisarios,  ni  las  digan 
por  escrito,  ni  de  palabra  con  juramento,  ni  sin  él  ante  nin- 
gún Juez  [menos  precediendo  licencia  del  Tribunal]  porque 
de  ello  se  seguirían  muchos  inconvenientes,  y  se  faltarla  al 
secreto,  que  tan  necesario  es  en  los  negocios  tocantes  y  perte- 
necientes al  Santo  Oñcio. 

Causas  criminales  que  no  son  de  Fé,  y  tocaren  á  minis- 
tros siendo  reos. 

NÜM.  49. 
Causas  criminales,  que  son  de  Fé. 

Tendrán  mucho  cuidado  los  Comisarios,  y  cada  uno  en  su 
partido  de  inquirir  y  saber  si  algún  Ministro  de  el  Santo  Oficio 
ha  tenido  pendencia  de  obra  ó  de  palabra,  ó  si  vive  amance- 

TOMO  VH.  LlTERATUEA— 62 


—490— 
bado,  para  luego  que  llegue  á  su  noticia,  hacerle   cabeza  de 
proceso  de  el   hecho,  y  cuerpo   de  el  delito,  y  para  ello  exa- 
minar testigos,  previniendo  la  causa,  toque,  ó  no  toque  su  co- 
nocimiento al  Santo  Oficio,  por  si  fuere,  ó  no  el  delito  de   los 
exceptuados  en  la  concordia,  procurando  que  por  dicha  cabe- 
za de  proceso,  y  sumaria  conste  de  la  nulidad  de  el  delito,  y 
circunstancias  de  él,  porque  de  la  certeza  del  hecho  depende 
saber  si  es  ó  no  el  delito  de  los  exceptuados,  y  én  caso  que  el 
Ministro  sea  pariente  del  Comisario  en  grado  conocido,  hará 
antes  de  la  dicha  cabeza  de  proceso  auto  para  acompañarse 
con  algún  consultor,  ó  calificador  de  la  Inquisición,  ó  el  Prior 
de  Santo  Domingo,  Prebendado  lí  otro  Eclesiástico  docto  del 
Pueblo  ó  Ciudad  donde  residiere  el  Comisario  para  juntamen- 
te con  él  hacer  la  dicha  cabeza  de  proceso,  sumaria  y  demás 
autos.  Y  siendo  por  querella  de  parte,  se  examinarán  los  tes- 
tigos por  el  tenor  de  ella,  y  en  la  forma  que  se  dispone  para 
las  causas  de  Fé  en  el  número  9,  sin  que  entiendan  quien   la 
dio,  ni  se  ratificarán,  pero  lo  mas  acertado  es  hacerlo  de  ofi- 
cio, y  constando  de  el  delito,  señalar  al  reo   carcelería  en  la 
cárcel  Eeal,  ó  casa  de  Cabildo,  ó  en  su  casa  con  pena  de  cen- 
suras, dando  fianza   de   cárcel   segura  (excepto  si  fuere   de- 
lito grave,  y  de  calidad  que  corresponda  á  pena  corporal,  que 
en  tal  caso  es  necesario  asegurar  el  reo  con  prisiones,  embar- 
gándole sus  bienes);  y  luego   remitir   los  autos   al  Tribunal 
para  que  provea  lo  que  convenga  sin  pasar  á   tomarle   confe- 
sión, no  siendo  claro  el  que  toque  el  delito  al  Santo  Oficio,  y 
siéndolo,  le  tomará  la  confesión  con  día,  mes,  y  año,  si   sabe 
por  que  ha  sido  preso;  y  luego  las  pueg antas,  que  resultan  del 
hecho  probado  por  la  dicha  sumaria.  Después  se  le  poneacu- 
sacion:  responde  el  reo:  se  recibe  la  causa  á  prueba  con  todos 
cargos,  de  publicación,  conclusiou,  y   citación  para  sentencia: 
se  entregan  los  autos  al   Procurador  del  reo,  quien   articula 
defensas,  presentando  interrogatorio;  y  hechas,  si  hay  tachas, 
se  recibe  aprueba  con  la  mitad  del  término  de  las  defensas:  y 
conclusa  la  causa  para  sentencia  citadas  las  partes  para  que 
parezcan  en  el  Tribunal  con  poder  bastante,  remitirá  los  au- 
tos   originales,  dejando  copia  en  su  poder  con   concuerda 
puesto  por  el  notario  del  Santo  Oficio,  y  aguardará  la   resolu- 
ción y  sentencia  que  se  diere  en  dichos  autos  x)or  el  Tribunal. 


-491- 


NUM.  50. 

Cuando  las  Justicias  Reales  lian  prevenido  la  causa,  lo  que 

lian  de  hacer. 

Y  en  caso  que  dichas  Justicias  Keales  y  Ordinarias  hayan 
prevenido  la  causa,  y  preso  al  reo,  estarán  advertidos  el  reo 
de  declinar  jurisdicción,  protestando  la  nulidad  de  todo  lo  ac- 
tuado, y  que  se  actuare  por  falta  de  jurisdicción,  y  los  Comi- 
sarios de  hacer  también  su  cabeza  de  proceso,  y  sumaria  has- 
ta auto  de  prisión,  pero  no  darán  inhibiciones  contra  ellas  sin 
consultar  al  Tribunal:  pero  si  pareciere  que  hay  peligro  en  es- 
perar á  consultar  por  la  distancia,  ó  pasión  del  Juez,  podrán 
dar  las  primeras  letras  con  censuras  y  pena  de  1,000  pesos  en 
forma  de  monitorio,  mas  en  ninguna  manera  han  de  proceder 
á  declaración,  ni  ejecución  de  las  censuras  y  penas,  rogándo- 
les remitan  sus  autos,  que  el  Comisario  enviará  los  suyos,  para 
que  el  Tribunal  determine  á  quien  toca  la  causa,  y  que  en  el 
Ínter  no  innoven,  valiéndose  de  todos  los  medios  de  cortesa- 
nía y  urbanidad,  que  puedan  para  no  llegar  á  este  lance,  que 
es  por  donde  se  escusarán  las  competencias:  pero  en  caso,  que 
los  jueces  lleven  adelante  sus  diligencias,  procederá  el  Comi- 
sario á  declaración  de  dichas  censuras  y  j)enas,  pues  es  el  re- 
curso que  el  Santo  Oficio  tiene  en  tales  aceleraciones,  sin  em- 
bargo de  que  los  notifiquen  la  provisión  de  las  fuerzas,  porque 
esta  sola  habla  con  los  jueces  eclesiásticos,  y  no  con  el  Tribu- 
nal de  la  Santa  Inquisición,  á  quien  recurrirán  si  se  sintieren 
agraviados  de  los  Comisarios.  Y  cuando  se  les  remitiere  la  su- 
maria, tomarán  al  reo  la  confesión  de  oficio  (si  no  hubiere  par- 
te) haciéndole  cargo  de  todo  lo  que  resultare  contra  él,  ratifi- 
cando los  testigos,  y  lo  demás  como  se  advierte  en  el  número 
49  antes  de  este. 

NUM.  51. 

Que  el  Comisario  mas  cercano  conozca  de  la  causa,  y  descuidán- 
dose éste,  la  podrá  hacer  el  que  se  le  siguiere  en  la  cercanía. 

Entre  los  Comisarios  que  hay  en  cada  Obispado,  el  mas  cer- 
cano al  Ingar  donde  se  cometió  el  delito,  es  el  que  ha  de  ha- 
cer la  sumaria;  pero  descuidar dose  este,  ó  estando  impedido, 
la  podrá  hacer  el  otro  mas  cercano;  y  el  de  la  cabeza  del  Obis- 
pado concurre  con  los  demás  Comisarios  de  aquel  Obispado 


^492— 
cumulativamente;  conviene  á  saber,  que  el  que  previene,  ba 
de  proseguir  el  negocio,  y  después  de  haber  puesto  la  mano 
otro  Comisario,  no  se  puede  entrometer  el  de  la  cabeza. 


NUM.  52. 

Que  no  tienen  los  Comisarios  jurisdicción  unos  contra  otros. 

Los  Oomisarios  de  el  Santo  Oficio,  aunque  sean  de  cabeza 
de  Obispado,  no  tienen  jurisdicción  de  proceder  unos  contra 
otros,  y  cuando  alguno  delinquiere,  no  pueden  mas  que  hacer 
la  sumaria,  y  enviarla  al  Tribunal,  para  que  provea  lo  que 
fuere  de  justicia. 

ííUjVI.  53. 

El  fuero  que  gozan  los  Comisarios,  y  demás  Ministros. 

El  Comisario,  Algualcil,  ííotario,  y  Familiares  de  el  Santo 
Oficio,  que  estuvieren  nombrados  en  toda  forma  por  el  Tri- 
bunal, en  propiedad,  ó  en  inter,  y  los  Seculares  matriculados 
en  los  libros  de  Cabildo  de  la  Villa,  ó  lugar  donde  residen,  y 
los  Eclesiásticos  (que  no  sean  Religiosos)  gozan  de  el  fuero 
de  el  Santo  Oficio  en  las  causas  criminales,  que  tocaren  á  sus 
personas,  y  en  que  fueren  reos,  (excepto  en  las  de  crimen  IcBse 
ma/yestatis  JiumanoB,  crimen  naturce,  crimen  de  levantamien- 
to, ó  comocion  de  pueblo,  crimen  de  cartas  de  seguros  de  su 
Magostad,  de  rebelión,  é  inobediencia  a  los  mandamientos 
Beales,  y  en  alevosía,  fuerza  de  mujer,  ó  robo  ó  de  robador 
público,  ó  de  quebrador  de  casa,  ó  Iglesia,  ó  Monasterio,  ó  de 
quema  de  campo,  ó  de  casa  con  dolo,  y  en  otros  delitos  mayo- 
res que  estos.  ítem  en  resistencia,  ó  desacato  calificados  contra 
justicias  reales,  por  que  en  el  conocimiento  de  estos  ni  de  las 
causas  criminales,  en  que  fueren  actores  los  dichos  Familiares, 
ni  en  las  civiles,  en  que  fueren  actores  ó  reos,  no  se  han  de 
entrometer  los  dichos  Comisarios,  ni  tampoco  en  las  que  se 
hicieren  á  los  dichos  Familiares,  que  tuvieren  oficios  reales, 
ó  públicos  de  los  pueblos  ú  otros  cargos  seglares,  si  delinquie- 
ren en  cosas  tocantes  á  los  dichos  oficios,  y  cargos,  por  que 
han  de  ser  juzgados  por  las  dichas  justicias  Eeales,  conforme  á 
las  concordias  de  su  Magestad,  y  Consejo  de  Inquisición,  Tam- 
bién pueden  traer  armas  ofensivas  y  defensivas,  de  dia  y  de 
noche,  pública,  y  secretamente;  y  por  costumbre,  y  de  buena 


—493— 
corresi)ondeiicia,  que  saben  tener  con  las  justicias  reales,  están 
en  posesión  de  no  salir  á  los  alardes,  y  reseñas,  y  de  gozar  en 
otras  causas,  que  los  Comisarios  han  sabido  grangear  con  ma- 
ña, y  cortesanía,  que  han  tenido  con  dichas  justicias.  Y  el  Co- 
misario y  líotario  no  pueden  ser  excomulgados  por  ningún  juez 
Eclesiástico,  porque  fueran  impendientes  del  libre  y  recto 
ejercicio  del  Santo  Oficio,  y  en  caso  que  lo  sean,  no  les  ligará 
dicha  censura  conforme  á  la  Bula  del  Santo  Pió  Y. 


Orden  que  se  ha  de  observar  en  la  publicación  de  los 
Edictos  generales  de  Fe  j  anatema  que  se  deben  leer 
cada  tercer  año  en  los  lugares  del  distrito. 

NUM.  54. 

Los  Comisarios  de  el  Santo  Oficio  antes  de  Cuaresma  envia- 
rán recado  por  el  Alguacil  mayor,  si  le  hubiere,  y  si  no,  por  el 
familiar  mas  antiguo  al  Corregidor,  Cabildo  secular,  y  Alcal- 
des OrdinarioSjhaciéndoles  saber,  como  el  2°  Domingo,  y  49  de 
Cuaresma  tienen  dispuesto  el  publicar  los  lídictos  generales 
de  Fé,  y  Anatema,  según  el  orden  que  tiene  para  ello  del  Tri- 
bunal, de  que  les  dá  cuenta,  para  que  su  Señoría  se  sirva  de 
juntarse  en  su  posada  para  acompañarle  dichas  dos  Dominicas 
en  conformidad  de  lo  mandado  por  su  Magestad,  y  de  la  cos- 
tumbre de  haberse  asi  hecho:  y  en  caso  que  se  escusen,  les  ex- 
hortarán por  escrito,  lo  hagan,  porque  asi  conviene  á  la  autori- 
dady  respeto  del  Santo  Oficio,amonestándoles  que  de  otra  ma- 
nera será  gran  sentimiento  para  el  Tribunal,  que  procederá 
contra  ellos,  como  hallare  por  derecho;  y  si  por  último  no  qui- 
sieren (que  todas  las  respuestas  pondrá  por  fé  el  ISTotario)  ni  por 
eso  dejarán  de  publicar  dichos  Edictos  en  dichos  dos  dias. 


NUM.  55. 

Pregón  cuando  ha  de  ser,  y  los  que  han  de  asistir  á  él. 

La  publicación  y  pregón  ha  de  ser  el  Domingo  l?de  Cua- 
resma por  la  tarde,  para  lo  cual  (habiendo  dado  también  cuen- 
ta á, dicho  Corregidor,  que  lo  quiere  hacer  pregonai-)  se  han 
de  juntar  en  casa  del  Comisario  los  Familiares  y  Ministros  de 
la  Inquisición,  y  de  allí  han  de  salir  por  su  orden  todos  á  ca- 
ballo con  sus  hábitos,  y  veneras  del  Santo  Oficio,  y  á  lo  último 


—494— 
(por  sus  antigüedades)  los  Familiares,  acompañando  al  Comi- 
sario, que  ha  de  ir  entre  el  Alguacil  y  Notario,  y  no  habiendo 
Alguacil,  llevará  la  vara  el  Familiar  mas  antiguo  que  nom- 
brará el  Comisario,  y  con  clarines  y  cajas  y  atabales  irán  i>a- 
seando  por  las  calles  y  plazas  mas  ijúblicas  y  acostumbradas, 
y  se  darán  algunos  pregones  en  las  partes  mas  principales: 
para  lo  cual  el  ríotario  (haciendo  llegar  á  sí  al  pregonero)  que 
irá  á  pió  [y  llevándole  escrito  en  un  papel]  le  dictará  lo  si- 
guiente: 


ÍÍÜM.  56. 

Forma  de  pregón. 

"Mandan  los  señores  Inquisidores  Apostólicos  de  estos  Eey- 
lios  del  Peni,  que  residen  en  la  Ciudad  de  los  Beyes,  que  to- 
dos los  vecinos,  moradores,  estantes  y  residentes  en  esta  Vi- 
lla ó  Ciudad,  y  seis  leguas  en  contorno  vayan  el  Domingo  que 
viene,  segundo  de  esta  Cuaresma  á  la  Iglesia  Catedral  ó  Parro- 
quial de  ella,  á  oir  los  Edictos  generales  de  la  Fe,  que  se  han 
de  leer  y  publicar  después  de  el  primer  Evangelio  de  la  Misa 
mayor;  y  el  Domingo  4"  vuelvan  á  la  misma  hora  á  oir  el  Edic- 
to de  Anatema,  y  lleven  consigo  á  todos  los  de  su  casa  de 
diez  años  arriba,  lo  cual  cumx3lan  pena  de  excomunión  mayor 
y  so  la  misma  pena  mandan,  que  en  ninguna  otra  Iglesia  ni 
Monasterio  haya  sermón  en  dichas  dos  Dominicas:  mandase 
publicar  para  que  venga  á  noticia  de  todos." 


KÜM.  57. 

Autos  2'(ira  los  Curas,  Superiores,  y  Sermones. 

Los  Comisarios  proveen  luego  auto  en  que  encomiendan 
los  Sermones  á  dos  Eeligiosos  de  Santo  Domingo  fsi  los  hu- 
biere) y  si  no  á  otros,  que  sean  doctos,  y  que  declaren  á  los 
fieles  los  puntos  contenidos  en  los  dichos  Edictos,  y  la  obli- 
gación que  tienen  de  ir  luego  ante  el  dicho  Comisario  á  dela- 
tar lo  que  sujíieren,  ó  hubieren  visto,  y  oido  de  cualquier  per- 
sona que  hubiere  cometido  cualquiera  de  los  tales  delitos  ex- 
presados en  dichos  Edictos,  sin  reservar  mujer,  marido,  padres^ 
ni  otro  alguiío  por  cercano,  deud(.»,  ó  íntimo  amigo,  que  sea, 
y  las  gravisimas  censuras,  y  penas  en  que  incurrirán   si  no  lo 


—495— 
manifestareD  (con  todo  recato,  y  sin  comunicarlo  con  uaílie) 
al  dicho  Comisario,  ó  en  el  Santo  Oíicio,  viniendo  áLirua,  y 
en  que  mandan  á  los  Curas,  y  Superiores  de  las  If»lesias  y 
Monasterios,  que  en  las  dichas  dos  Dominicas  no  haya  fiestas 
ni  Sermón,  y  que  los  dichos  Curas  acudan  con  sus  Cruces 
cubiertas  cíe  luto  el  dia  de  la  Anatema,  dando  cuenta  á  los 
Deanes  de  la  que  fuere  Catedral,  y  á  los  Curas,  para  que  por 
su  parte  disx)ongan  lo  necesario  en  sus  Iglesias  para  dicha 
publicación,  y  el  Notario  va  á  notificarlo,  y  pone  i)or  escrito 
sus  respuestas. 


NUM.  58. 

Como  se  lian  de  juntar  en  casa  del  Comisario. 

El  dicho  Domingo  segundo  por  la  mañana  se  juntarán  en 
casa  del  Comisario  los  dichos  Ministros,  Corregidor,  Cabildo, 
y  Alcaldes  Ordinarios,  todos  con  sus  caballos,  y  sacarán,  y 
acompañarán  á  dicho  Comisario;  hasta  la  Iglesia  en  la  forma, 
que  el  dia  del  pregón  (llevando  dicho  Corregidor  á  su  mano 
derecha  al  Comisario)  y  lo  mismo  harán  dicho  Corregidor, 
Cabildo,  Justicia,  y  Familiares  el  dia  de  la  Anatema  hasta  vol- 
ver á  su  casa  á  dicho  Comisario,  y  al  entrar  en  dicha  Iglesia, 
le  darán  el  agua  bendita  los  Curas,  ó  Clérigos,  que  estarán  con 
sobrepellices,  y  después  pasará  el  Comisario  á  su  silla,  que  es- 
tar? con  alfombra,  y  cogin  al  lado  del  Evangelio,  y  el  Algua- 
cil, Notario,  y  demás  familiares  por  su  antigüedad  (que  se  re- 
gula por  las  fecbasde  los  juramentos,  y  como  se  dice  en  el 
número  que  trata  de  la  forma  de  asientos)  abajo  de  las  gra- 
das del  presbiterio  en  dicho  lado,  que  se  sentarán  en  banca 
cubierta  de  alguna  alfombra,  y  el  Cabildo  en  frente  de  sus  ban- 
cas, y  estando  todos  sentados  y  hechóse  las  cortesías  ordina- 
rias, saldrá  la  Misa,  que  la  dirá  el  Cura  ii  otuo  en  su  lugar,  por 
ser  asi  de  su  obligación. 


NÜM,  59. 
« 

Quien  lia  de  leer  los  dichos  JEdictos. 

La  persona  á  quien  toca  dicha  lectura,  es  el  Notario  del 
Santo  Oficio,  que  para  el  dicho  efecto  al  fin  del  Evangelio  ha 
de  ir  desde  su  asiento  al  pulpito,  acompañado  de  dos  Fami- 
liares, y  habiendo  subido  á  él,  ha  de    hacer  reverencia  al 


—496—. 
Santisirao  Sacramento,  luego  al  Comisario,  Ministros,  y  Ca- 
bildo Secular,  Clero,  y  demás,  que  se  acostumbra,  y  empezará 
á  leer  con  voz  alta,  y  clara:  y  acabando,  ha  de  hacer  las  mismas 
cortesías,  y  ba¡iando,  volver  á  su  asiento,  acompañado  de  los 
mismos  Familiares;  y  al  mismo  punto  ha  de  subir  el  Predica- 
dor (solo  le  advierte,  que  el  Domingo  de  la  Anatema  después 
de  leida  immediatamente,  y  antes  del  Sermón  se  ha  de  hacer 
las  ceremonias,  y  decir  las  oraciones  contenidas  en  el  orden 
que  se  dá  para  leerla.)  Y  estando  impedido  el  l^otario  por  en- 
fermedad,- ausencia,  ú  otra  causa,  se  podrá  encargar  dicha 
lectura  á  un  Familiar,  ú  otra  persona  Eclesiástica,  ó  seglar 
que  sea  de  calidad  y  suficiencia. 


NUM.  60. 
Orden  qxie  se  lia  de  gua/rdar  en  leer  la  Anatema. 

Saldrán  los  Clérigos  con  sobrepellices,  y  candelas  encendi- 
das en  las  manos,  y  el  Preste  con  capa  negra,  y  las  Cruzes  cu- 
biertas de  luto,  y  con  mangas  negras,  y  los  cirios  en  sus  ciria- 
les: irán  cantando  en  prosecion  en  tono  bajo  la  letanía  comen- 
zando. Kirie  eMson,ác.Y  asi  continuándola  lo  que  bastare  hass 
ta  ponerse  delante  del  Altar  mayor,  adonde  estarán  aguar- 
dando á  que  se  lea,  y  acabe  de  leer  la  Anatema:  acabada  es- 
ta, apagarán  los  cirios  y  candelas  en  el  acetre  del  agua  ben- 
dita diciendo:  asi  como  mueren  esos  cirios  y  candelas,  mueren  la- 
ánimas  de  los  tales  reieldes  y  contumaces,  y  sean  sepultados  en  los 
infiernos.  Y  harán  doblar  y  tañer  las  campanas:  luego  canta- 
rán en  tono  bajo  el  Salmo  que  comienza:  Deus  laudem  meam 
ne  ta  cueris,  sin  gloria  Patri  á  versos,  y  acabado  dirán  los  res- 
ponsorios;  verículos  y  oraciones  siguientes: 

NUM.  61. 

Media  vita  in  marte  sumus:  quem  qucerimus  adjutorem,  niji 
te  Domine,  qui  pro  peccatis  nostris  juste  irascerisf  Sánete 
Deus,  Sánete  Fortis,  Sánete,  ^  misericors  Salvator,  amarce 
morti  ne  iradas  nos.  ¥.  Ne  projicias  nos  in  tempore  senec- 
tutis:  Gum  dcfecerit  virtus  nostra,  ne  derelinquas  nos  Domi- 
ne. 8a7icte  Deus,  Sánete  Fortis,  Sánete,  cj-  misericors  Salva- 
tor,  amarce  morti  ne  iradas  nos. 


—497— 

Bevelalmnf  cceli  iniciuitatem  hidm,  (f*  térra  adversus  eurri 
consurget,  tf-  manifestum  eritpecoatwn  illius  in  die  fu/rori'i 
Dommi%  cimi  eis  qui  dixerunt  Doimno  Deo:  Beeede  á  nohi¡^: 
Scientiam  viarum  tuaruin  iiolumus. 

y.  jEt  in  diem.  perditionis  servahitiir^  (Sf  ad  diem,  uUionis 
ducetur  cum  eis  qui  dixerunt  Domino  Deo:  JRecede  á  nohis: 
Scientiam  via/rum  tuarmyi  nolum,uñ.  Kyrie  eleison^  Ohrisie 
eleison.  Kyrie  eleison.  Pater  noster. 

y.  JEt  ne  nos  inducas  in  teniationem. 

Ec.  ñed>  libera  nos  d  malo. 

¥.  JExurgat  Deiis,  é  dissipentur  inimici  eius. 

Ec.  JEtfugiqnt  qui  oderimt  eum  dfacie  eiUs. 

Y.  8alvmn  fac  popidwn  tuum  Domine^  Sf  benedic  heredi- 
tati  tuce. 

Éc.  Et  rege  eos,  (J-  cxiolle  illas  usque  in  ceternum. 

y.  Domine  exaudi  orationem  meam. 

Ec.  JEt  clamor  meas  ad  te  venial. 

Y .  Dominus  voMscum.. 

íi.  Et  cum  spiritu  tuo. 
Oreimis. 

OBATIO. 

Omnipotens  sempiteme  Deus,  qui  salvas  omnes,  Sf  neifiinen 
vis  perire:  Uespice  ad  animias  diabólica  fraude  deceptas:  ut 
omni  hceretica  pravitate  deposita,  errantium  corda  resifpis- 
cant:  Sf  ad  veritatis  tuce  redeant  unitatem. 

OEATIO. 

Eclesice  tuce,  qumsumus  Domine,  preces  placattis  admitte: 
ut  destructis  ad  versitatihus,  Sf  erroribus  imivei'sis,  secura  ti- 
hiserviat  libértate. 

OEATIO. 

Exaitdi,  quoBSumus  Domine,  supjMcimi  preces,  Sj'  confiten- 
tium  tibi parce peccatis:  ut pariternobis indidgentiam  trihuaa 
henignus,  Sf  pacem.  Per  CJiristum  Doniinwn  nostrurn. 
U.  Amen. 
Y  cou  esto  se  volverán: 
Tomo  vii.  Liteeatuea — 63. 


—498— 
Acabada  esta  función,  y  la  i^rimera  en  ia  forma  que  va  di- 
cho, volverán  á  acompañar  á  dicho  Comisario  hasta  dejarlo  en 
su  casa,  el  cual  tendrá  muy  particular  cuidado  en  despedir  á  to- 
dos dándoles  las  gracias  con  agazajo,  y  urbanidad;  de  suerte, 
que  con  ella  les  obligue  á  hacer  mayores  demostraciones:  y 
haciendo  de  todas  estas  tres  funciones  autos,  remitirá  copia 
auténtica  de  ellos  al  Tribunal,  para  que  conste  siempre. 


NUM.  62. 
Lectura  de  Edictos  particulares  para  recojer  libros  y  otras  cosas. 

Luego  que  los  Comisarios  reciban  algún  Edicto  particular 
para  recoger,  ó  prohibir  libros,  ú  otras  cosas,  dispondrán  que  el 
dia  primero  de  fiesta,  acabado  el  Evangelio  de  la  Misa  mayor, 
se  lea  [habiendo  dado  cuenta  x)rimero  de  que  hay  Edicto  de  la 
Santa  Inquisición,  que  leer,  al  Cura  de  la  Iglesia,  ó  Dean,  si 
fuere  Catedral,  porque  se  estila  asi,  sin  mostrárselo  hasta  ha- 
berle leido]  suba  el  líotario  del  Santo  Oficio  al  púlijito,  acom- 
pañándole hasta  él  dos  Familiares,  y  Alguacil,  que  se  volverán 
á  su  asiento  [que  estos  dias  será  en  banca  frente  de  la  del  Ca- 
bildo Secular,  ó  immediata  á  ella,  y  el  Comisario  no  necesita 
de  concurrir  á  esta  lectura,  aunque  en  muchas  partes  hay  cos- 
tumbre de  asistir  en  su  silla  en  el  inter  que  se  acaba  la  Misa; 
pero  en  este  caso  la  tendrá  al  lado  de  la  Epístola,  dejando  libre 
el  del  Evangelio,  j)orque  solo  goza  de  este  previlegio  los  dos 
dias  de  Edictos  generales  de  Fé,  por  representar  al  Tribunal] 
y  antes  de  empezar  hará  la  cortesía  el  Notario  en  la  forma  que 
en  los  generales,  y  concluida  la  lectura,  volverán  los  dichos 
Familiares  á  acompañarle,  y  acabada  esta  función, dejarán  fija- 
do el  dicho  Edicto  en  el  pilar  de  agua  bendita  de  dicha  Igle- 
sia, y  acompañarán  á  dicho  Comisario,  y  de  haberlo  así  ejecu- 
tado dará  razón  al  Tribunal. 


NUM.  63. 

Que  propongan  sujetos  para  Ministros  á  quienes  lian  de  ser. 

Cuando  los  Comisarios  se  hallaren  sin  Alguacil,  ó  Familia- 
res que  les  asistan  para  lo  que  se  ofrezca  tocante  al  Santo  Ofi- 
cio, por  muerte,  ó  ausencia,  darán  cuenta  de  ello  al  Tribunal, 
proponiendo  sujetos  casados  en   quien   concurran  calidad  de 


—499— 
limpieza,  lustre  y  buena  vida,  y  costumbres,  remitiendo  así 
mismo  la  Genealogía  y  meruoiia  de  sus  ])adies  y  abuelos  pater- 
nos y  maternos,  y  de  su  mujer  (siendo  casado)  y  con  los  pape- 
les que  cada  uno  tuviere  de  su  calidad  y  limpieza,  para  que  con 
vista  de  todo,  el  Tribunal  se  los  nombre,  y  la  diclia  memoria 
la  harán  en  la  manera  siguiente. 

"Genealogía  de  los  Padres,  y  Abuelos  paternos,  y  maternos 
de  ]Sr.  natural  de  tal  Ciudad,  Villa,  ó  Lugar  en  tal  Reino, 
donde  nació  por  tal  año,  y  se  bautizó  en  tal  Parroquia:  vecino 
de  tal  Ciudad,  Villa,  ó  Lugar,  que  pretende  ser  Familiar  de  la 
Santa  Inquisición,  ú  obtener  otro  Ministerio  de  ella,  expresan- 
do el  que  fuere." 

PADRES. 

'-'  N.  que  tuvo  tal  oficio,  y  N.  su  mujer:  ei  natural  de  tal  Lu- 
gar, donde  nació  por  tal  año,  y  se  bautizó  en  tal  Parroquia; 
y  ella  de  tal  Lugar,  bautizada  tal  año  en  tal  Parroquia,  y  ve- 
cinos de  tal  Lugar  en  tal  Eeyno;  ó  Provincia,  donde  casaron, 
vivos,  ó  difuntos:  testaron,  ó  no,  en  que  año,  y  ante  quién." 

ABUELOS    PATERNOS. 

"  ]Sr.  que  tuvo  tal  oficio,  y  X.  su  mujer:  él  natural  de  tal  par- 
te, donde  nació  por  tal  año,  y  se  bautizó  en  tal  Parroquia;  y 
ella  de  tal  Lugar,  donde  nació  por  tal  año,  y  se  bautizó  en  tal 
Parroquia,  y  vecinos  de  tal  Lugar  en  tal  Reyno,  donde  casa- 
ron, vivos,  ó  difuntos:  testaron,  ó  nó,  en  año,  y   ante  quién." 

ABUELOS   MATERNOS. 

"JS".  que  tuvo  tal  oficio,  y  N.  su  mujer:  él  natural  de  tal  par- 
te, donde  nació  por  tí.1  año,  y  se  bautizó  en  tal  Parroquia,  y 
ella  de  tal  Lugar,  donde  nació  por  tal  año,  y  se  bautizó  en 
tal  Parroquia,  y  vecinos  de  tal  Lugar  conde  casaron,  vivos,  ó 
difuntos:  testaron,  ó  n;>,  en  (pié  año,  y  ante  quién." 

"Y  juro  á  Dios,  y  esta  +  que  esta  Genealogía  es  cierta,  y  ver- 
dadera, y  todos  los  contenidos  en  ella  legítimos,  y  de  legítimo 
matrimonio,  sin  que  ninp,uno  de  ellos  haya  sido  esposo,,  ni  hijo 
de  Padres  inciertos,  y  lo  firmé  en  tantos  dias  de  tal  mes,  y 
año." 

Aquí  pone  le  firma. 


—500— 

"  En  la  misma  forma  dará  (si  fuere  casarlo)  la  GeDealog:ía  de 
su  mujer,  y  ésta  la  firmará  sabiendo,  y  si  no,  el  dicho  sn  ma- 
rido, con  diferencia,  de  que  dirá:  Genealogía  deN.  mujer  deN. 
que  pretende  serlST.  déla  Santa  Inquisición." 

Los  Comisarios  estarán  advertidos  de  prevenir  á  los  preten- 
dientes que  tuvieren  alguna,  ó  algunas  naturalezas  en  Lugar 
populoso  que  tenga  mas  de  una  Parroquia,  que  expresen  (si 
pudiere  ser  j  en  que  barrio  de  tal  Lugar  vivieron  sus  ascendien- 
tes, con  cuya  noticia  escusarán  muchos  gastos,  y  dificulta- 
des, que  de  lo  contrario  se  suelen  causar. 


NUM.  64. 

Forma  de  recibir  el  juramento  que  hacen  los  Comisarios  del  San- 
io Oficio  de  la  Inquisición,  Alguacil,  Notario,  y  Familiares  pa- 
ra ser  admitidos  al  ejercicio  de  sus  oficios. 

Estando  el  Comisario,  y  Notario,  y  los  demás  Ministros  to- 
dos sentarlos  en  la  parte  donde  acostumbra  hacer  las  cosas 
del  oficio  de  Comisario;  entrará  el  Ministro,  que  se  ha  de  reci- 
bir, y  dará  su  título  al  Notario,  que  le  leerá  en  alta  voz:  luego 
el  Comisario  le  tomará  en  sus  manos,  y  dirá,  que  le  obedece,  y 
que  en  su  cumplimiento  haga  el  juramento  acostumbrado,  que 
es  el  siguiente: 

"Que  jura  á  Dios,  y  á  la  Cruz,  que  corporalmente  toca,  que 
"  usará  bien  y  fielmente  con  todo  cuidado,  y  diligencia,  y  á 
"  su  leal  saber,  y  entender  el  oficio  y  cargo  de  N.  en  que  ha 
"  sido  nombrado,  y  guardará  secreto  de  todas  las  cosas  que  le 
"  íueren  comunicadas,  ó  encargadas  por  el  Santo  Oficio,  ó  de 
"  que  supiere  ó  entendiere,  de  que  se  deba  guardar,  y  no  las 
"  revelará  á  persona  alguna  por  escrito,  ni  de  palabra,  ni  por 
"semejas,  y  las  ayudará  y  defenderá  á  sus  Ministros  [y  sien- 
"  do  Comisario  ó  Notario,  que  tendrá  en  buena  custodia,  y 
"  guarda  los  papeles  que  estuvieren  en  su  poder,  y  á  su  cargo 
"  tocantes  al  Santo  Oficio]  y  que  dará  cuenta  y  manifestará 
"  en  el,  ó  á  su  Comisario  todo  lo  que  supiere  ó  entendiere, 
"  que  es  en  su  daño,  deshonor,  y  contra  su  autoridad:  si  asi  lo 
"  hiciere.  Dios  le  ayude,  y¡si  no,  se  lo\lemande. 

E.  Amen. 

Y  lo  firmará,  y  se  advertirá  lo  siguiente: 

Que  no  guardando  el  dicho  secreto,  ademas  de  que  caerá 
en  pena  de  perjuro  y  de  infidelidad  y  de  excomunión  mayor 
lat(^  sentencias  i/psofacto  incurrenda  premisas  las  moniciones  en 


—501— 
Derecho  necesarias,  cuya  alísolucion  está  r(3servada  al  Illmo 
Señor  General,  y  señores  del  Consejo  de  Inquisición,  si  direc. 
te  óindirecte  revelare  lo  que  los  testigos  dijeren  [para  Oomi- 
sarim  y  Notariofi]  siendo  convencido  i)or  indicios  ó  testigos, 
annqné  sean  singulares,  de  haber  ido  contra  el  dicho  juramen- 
to de  secreto,  por  lo  primera  vez  será  suspendido  de  su  oñcio 
por  un  año  irremisiblemente,  y  de  cincuenta  pesos  de  pena;  y 
por  segunda  vez,  privado  perpetuamente  del  oficio  que  tu- 
viere. 

NUM.  65. 

Que  tiene  oMigacion  de  denunciar  al  Ministro  que  faltare  al 

secreto. 

Y  asi  mismo  se  le  advierte  so  pena  de  Excomunión  mayor, 
y  de  la  dicha  pena  de  suspensión  ó  privación  de  oficio,  que  si 
supiere  ó  entendiere  que  cualquiera  persona  que  sirve  en  el 
Santo  Oficio,  quebrantare  en  cualquier  manera  el  dicho  secre- 
to directe  ó  mdirecte,  lo  manifestará  secretamente  áeste  Tri- 
bunal, porque  asi  conviene. 


líUM.  66. 

Que  no  ponga  nota  de  infección  en  ningún  linage. 

También  se  le  advierte,  y  apercibe,  que  no  ponga  nota  pú- 
blica, ni  secreta  en  ningún  linage,  ni  llame  á  ninguna  persona 
de  judio,  moro  ni  converso,  ni  descendiente  de  tales,  con  aper- 
cebimicrsto,  que  probándose  el  exceso  en  esta  materia  por 
querella  de  parte,  ó  de  oficio,  será  privado  perpetuamente  del 
suyo,  y  se  le  quitará  el  título  de  mas  de  las  otras  penas,  que 
conforme  á  Derecho  y  á  las  circunstancias  del  delito  se  le  de- 
biera poner. 


NÜM.  67. 
Que  sea  modesto  y  quieto,  y  especialmente  con  las  .Tusticias. 

También  se  le  encarga,  sea  muy  modesto  y  pacífico  con  to- 
dos, con  apercebi miento,  que  por  cualquiera  pendencia  ó  re- 
vuelta, en  que  fuere  culpado,  será  castigado  con  todo  rigor, 
teniendo  el  respeto  debido  á  las  .Justicias  Eclesiásticas,  y'se- 


—502— 
glares,  aunque  sea  esento  de  su  jurisdicion,  por  no  serlo  en 
todas  causas,  y  ser  conforme  á  razón,  y  derecho. 


ÍÍÜM.  68. 

Que  si  fuere  soltero,  ó  viudo,  no  se  case  sin  licencia  del    . 
Tribunal. 

ítem,  se  le  advierte  que  si  enviudare,  ó  siendo  soltero  trata- 
re de  casarse,  antes  de  hacerlo,  remita  la  Genealogía  de  la  que 
á  de  ser  su  mujer,  para  que  hechas  sus  informaciones,  y  da- 
das por  bastantes  (ó  por  lo  menos  vista  la  Genealogía  en  el 
Tribunal)  se  le  de  licencia  para  casarse,  porque  en  otra  ma- 
nera se  le  quitará  el  título  y  será  multado  á  arbitrio  del  Tri 
bunal. 


NÜM.  69. 

ios  que  se  han  de  hallar  presentes  á  dicho  juramento. 

El  cual  dicho  juramento  se  hará  presente  el  Comisario  (que 
le  irá  diciendo)  Alguacil,  Familiares,  y  el  iSTotario,  que  pon- 
drá fé  á  espaldas  de  el  título  de  haberlo  hecho  con  dia,  mes,  y 
año,  y  se  le  advertirá,  que  luego  se  presente  con  él  en  el  Ca- 
bildo del  lugar  donde  es  vecino,  para  que  le  asienten  en  los 
libros  del  ayuntamiento  por  tal  Ministro,  y  les  conste  de  ello. 

NÜM.  70, 

Que  dia  se  ponen  los  Ministros  el  hábito  de  San  Pedro 

Mártir. 

El  Comisario  y  demás  Ministros  de  la  Santa  Inquisición, 
que  tuvieren  título  y  nombramiento  de  este  Tribunal,  se  pon- 
drán el  habito  y  Venera  de  San  Pedro  Mártir  los  dias  de  pre- 
gón de  Edictos  generales  de  la  Fé,  el  de  su  publicación,  y 
anatema,  y  los  dias  de  Jueves  Santo,  San  Pedro  Mártir,  Cor- 
pus Cristi,  y  Santo  Domingo  y  sus  vísperas;  y  los  Ministros 
Eeligiosos  también  la  víspera  y  dia  del  Santo  Patriarca  de  su 
Orden,  que  es  en  conformidad  de  lo  mandado  por  su  Mages- 
tad  y  Consejo  de  la  Inquisición  y  no  otros. 


—503— 

NUM.  71. 

Asientos  en  los  actos  piihUcos  y  la  forma. 

En  las  conciTiTeiicias  de  los  actos  públicos,  que  tuvieren  eu 
forma  de  oficio  los  Comisarios  y  demás  Ministros,  guardarán 
en  los  asientos  la  orden  siguiente.  El  Comisario  se  pondrá  en 
su  silla  con  cojin  y  tapete  al  lado  del  Evangelio  siendo  dia  de 
Edictos  generales  deFé,  y  Anatema,  y  abajo  de  las  gradas  al 
mismo  lado  en  una  banca  cubierta  con  alfombra  el  Alguacil 
mayor,  ííotario,  Teniente  de  Eector,  y  Familiares,  regulándo- 
se por  las  fechas  de  la  posesión  del  juramento,  precediendo  los 
que  tuvieren  título  despachado  después  de  haberse  aprobado 
sus  informaciones,  á  los  que  le  tienen  en  inter,  con  declara- 
ción, que  cuaudo  faltare  Alguacil  mayor,  é  hiciere  oficio  de 
tal  el  Familiar  mas  antiguo,  ha  de  preferir  á  todos,  jDorque  se 
subroga  en  lugar  del  Alguacil  mayor  propietario;  y  habiendo 
calificadores  y  personas  honestas,  por  ser  eclesiásticas,  se  sen- 
tarán en  otro  coro,  esto  es  frejite  del  banco  del  Alguacil  ma- 
yor, y  familiares  seculares,  precediendo  siempre  los  calificado- 
res á  las  personas  honestas,  guardando  el  orden  y  antigüedad 
que  está  dada  en  los  Familiares  de  título  en  propiedad,  ó  en 
inter:  con  advertencia  que  si  hubiere  persona  honesta  con  tí- 
tulo é  informaciones  en  propiedad,  preferirá  en  la  clase  de  ho- 
nestos al  que  estuviere  en  inter,  pero  no  al  calificador  aunque 
sea  interinario;  y  en  la  clase  de  calificadores  se  observará  este 
aiibmo  órclcn.  Y  en  caso  do  concurrir  Familiares  de  otros  dis- 
tritos estraffos,  no  tendrán  prelacion  en  ol  resiento  á  los  Minis- 
tros de  aquel  partido;  y  si  quisieren  concurrir,  los  íulmidrán 
como  huéspedes  á  los  familiares  en  clase"  de  Familiares  des- 
pués del  mas  moderno;  y  á  los  Comisarios  en  la  clase  de  los 
Ministros  Eclesiásticos  después  del  menos  antiguo  de  los  ho- 
nestos. Y  si  concurriere  calificador  de  otra  Ijiquisicion,  se 
sentará  después  del  calificador  mas  moderno:  y  se  advierte, 
que  concurriendo  personas  honestas  regulares  con  calificado- 
res, y  que  los  honestos  sean  actualmente  Prelados  eu  sus  con- 
ventos, en  tal  caso  si  los  calificadores  quisieren  darles  el  pri- 
mer lugar  cediendo  su  derecho  por  cortesía  y  atención,  se  les 
permitirá  la  prelacion  á  las  personas  honestas.  Y  siendo  dia 
de  Edicto  particular,  se  sentará  el  Comisario,  y  dichos  Minis- 
tros seculares  al  lado  de  la  Epístola  [habiendo  costumbre  de 
asistir  á  estos,  porque  no  es  necesario  como  está  dicho]  dejan- 


—504- 
do  el  lado  del  Evangelio  para  el  Gorrejidor,  y  Cabildo,  que  es 
lo  que  está  mandado  por  el  señor Virey,  conde  de  Alba,  y  Real 
Acuerdo. 


íÑTUM.  72. 

Que  los  Comisarios  no  paguen  portes  de  los  pliegos  que 
tocaren  á  su  oficio. 

Los  Comisarios  del  Santo  Oficio  están  esentos  de  pagar 
portes  de  los  pliegos  y  cartas  que  fueren  tocantes  y  pertene- 
cientes á  despachos  y  negocios  del  Santo  Oficio,  y  remitieren 
á  esta  Inquisición:  los  cuales  enviarán  al  Chasqui  con  perso- 
na de  su  satisfacción;  anotando  en  su  libro  los  que  son,  y 
cuando  ios  remitieron  para  que  den  razón  de  ellos,  si  por  al- 
gún accidente  se  perdieren:  y  porque  algunos  se  han  valido 
de  este  pretesto  para  remitir  otros  ágenos,  que  no  tocan  al 
Santo  Oficio,  ni  sus  causas,  se  les  encarga  sobre  ello  las  con- 
ciencias, porque  lo  que  por  este  camino  quitaren  á  los  Chas- 
queros,  estarán  obligados  á  restituírselo. 


iíUM.  73. 

Que  escriban  carta  separada,  con  cada  despacho  y  la  cortesía^ 
que  han  <ie  poner  en  ella. 

Los  Comisarios  tendrán  mucho  cuidado  (como  está  dicho) 
de  escribir  con  cada  despacho  una  carta  á  este  Tribunal,  po- 
niendo encima:  M'uy  ilustres  señores:  y  dando  después  en  el 
discurso  de  ella  tratamiento  de  Señoría,  y  diciendo  los  autos 
que  remiten  tocantes  á  K.  por  tal  delito,  y  en  tantas  fojas  con 
fecha  del  lugar,  dia,  mes  y  año:  y  al  fin  M.  Ilustre  Señor  B.  L. 
de  U.  S.  su  Capellán  N.  Comisario  del  ^anto  OficiQ.  Y  el  sobre 
escrito  se  pondrá  en  esta  forma.  A  los  muy  ilustres  señores  In- 
quisidores Apostólicos  de  estos  Rey  nos  del  Perú,  guarde  Dios  mu- 
chos años. 

Comisario  de  tal  parte. 


—505— 


NÜM.  74. 


Secreto  en  todas  las  causas  y  nenocios. 

El  Comisario  y  Notario  del  Santo  Oficio  serán,  con  gran 
cuidado  y  recato,  observantes  del  secreto  en  todas  las  cosas 
que  ante  ellos  pasaren,  advirtiendo  el  juramento  que  liicieron 
cuando  fueron  admitidos  al  uso  y  ejercicio  de  sus  oficios;  se 
entiende  no  solo  en  los  negocios  de  fé,  sino  en  las  informacio- 
nes de  limpieza,  como  dicho  es,  y  demás  que  ante  ellos  se 
hacen,  aunque  sean  entre  partes  así  en  sumario,,  como  en  jui- 
cio plenario  hasta  estar  hecha  publicación  de  testigos,  y  en 
los  demás  negocios,  que  se  les  encomiendan  y  cometen: 
y  el  mismo  secreto  encomendará,  y  mandará  guardar  el  Co- 
misario á  las  personas  que  testificaren,  ó  llamaren  testigos,  ó 
entendieren  de  cualquier  manera  en  los  negocios,  poniéndolo 
así  por  fé  el  I^otario  en  todo  lo  que  actuare. 


ÍÍUM.   75. 

Que  el  desj^acho  esté  en  tma  piesa  aparte,  y  con  llave  los  papeles 

del  oficio. 

El  Comisario  ]3ara  mayor  recato  y  seguridad,  pondrá  su 
despacho  en  una  pieza  secreta  y  con  llave,  j  en  ella  tendrá 
con  buena  custodia  y  guarda  esta  instrucción,  y  los  papeles 
que  tocaren  y  pertenecieren  á  los  negocios  y  causas  del  Santo 
Oficio;  de  manera  que  solo  los  pueda  ver  su  persona  y  la  del 
IS'otario,  á  quien  los  entregará  en  caso  de  ausencia  ó  muerte, 
para  que  los  tenga  con  el  mismo  secreto  y  recato,  hasta  que 
este  Tribunal  ordene  á  quien  se  ha  de  entregar,  porque  de  no 
hacerse  así,  suelen  llegar  á  manos  de  personas  que  revelan  lo 
contenido  en  ellos,  de  que  se  siguen  graves  inconvenientes. 


NUM.   76. 

Que  pidan  el  poder  dejiies  ordinario. 

ítem,  se  advierte  á  los  Comisarios  que  residen  en  las  ciuda- 
des donde  hubiere  Iglesia  Catedral,  que  tengan  cuidado  de 
ToM.  VII.  Literatura-— 64 


—506— 
pedir  á  los  Srs.  Obispos  (luego  que  tomen  posesión)  den  poder  de 
ordinario  de  aquel  Obispado  á  los  Srs.  Inquisidores  del  Tribunal 
del  Santo  Oficio  de  la  Inquisición  del  Perú,  que  reside  en  la  ciu- 
dad de  Lima,  para  las  causas  de  los  reos  de  sus  diócesis  con- 
forme á  derecbo  (pues  no  pueden  asistir  á  ellas  personalmen- 
te) con  cláusula  desque  lo  puedan  substituir  en  la  persona  que 
les  pareciere  apropósito  para  el  oficio  de  ordinario,  ó  le  con- 
fieran al  que  egerce  como  tal  ordinario  por  nombramiento  del 
Sr.  Arzobispo  de  la  dicha  ciudad  de  Lima,  ó  del  Dean  y  Ca- 
bildo eclesiástico  de  ella  en  Sede  vacante;  ó  á  otra  persona 
eclesiástica  que  tenga  dadas  pruebas  de  su  limpieza  en  el  San- 
to Oficio,  y  en  quien  concurran  las  demás  calidades  que  se  re- 
quieren para  dicha  ocupación:  y  lo  mismo  harán  al  Cabildo 
eclesiástico,  cuando  gobernare  en  Sede  vacante,  por  ser  nece- 
sario para  la  expedición  de  las  causas  de  fé  tocantes  á  los  fe- 
ligreses del  Obispado.  Y  de  haberlo  así  ejecutado,  darán  cuen- 
ta al  Tribunal. 

Y  porque  puede  suceder,  que  así  el  Sr.  Obispo  nuevo,  como 
la  Sede  vacante  deseen  que  los  Comisarios  les  digan  en  que 
forma  darán  el  referido  poder;  se  pone  su  formulario,  x^ara 
que  se  puedan  valer  de  él  (mutatis  miitandisj  en  los  casos  que 
ocurrieren:  y  es  como  se  sigue: 

"  En  la  ciudad  de  ÍT.,  á  tantos  dias  de  tal  mes  y  tal  año,  an- 
te mí  el  Escribano  ó  ISTotario  público,  y  testigos  infrascritos, 
el  Iltmo.  Sr.  D.  ÍJ".  del  Consejo  de  S  M.,  Arzobispo  ú  Obispo 
de  ]Sr.  dijo,  que  por  cuanto  como  Prelado  y  Ordinario  del  di- 
cho Arzobispado  ú  Obispado,  le  pertenece  conforme  á  derecho 
hallarse  y  tener  voto  en  las  causas  que  en  el  Santo  Oficio  de  la 
Inquisición  de  estos  reinos  del  Perú  se  tratan  contra  personas 
del  distrito  del  citado  Arzobispado  ú  Obispado,  á  que  no  se 
puede  hallar  presente  por  la  obligación  de  la  asistencia  en  el 
dicho  Arzobispado  ú  Obispado,  y  conviene  nombrar  persona 
para  ello  (según  que  le  ha  sido  pedido:)  Por  tanto,  que  daba,  • 
y  dio  su  poder  cumplido,  y  todo  el  que  de  derecho  se  requiere, 
y  es  necesario  á  los  muy  ilustres  Srs.  Inquisidores  del  dicho 
Santo  Oficio,  que  al  presente  son,  y  en  adelante  fueren  simiil 
&  in  solidum-,  especialmente  para  que  en  su  nombre,  y  repre- 
sentando su  propia  persona,  asistan  á  las  causas  de  las  perso- 
nas reas  del  dicho  Arzobispado  ú  Obispado,  que  en  el  dicho 
Tribunal  del  Santo  Oficio  se  trataren  en  cualquier  estado  que 
estén,  comenzadas  y  ijendientes,  y  que  de  nuevo  se  comenza- 
ren, y  puedan  dar  su  voto  y  i)arecer  en  ellas,  así  i)ara  deter- 
minarlas y  sentenciarlas  definitivamente,  como  en  cualesquier 
autos  de  prisión  ó  tormento,  é  interlocutorios;  y  para  que  pue- 
dan substituir  los  dichos  Srs.  Inquisidores  ó  cualquiera  de  ellos 
este  dicho  poder  en  la  persona  ó  personas  que  mejor  les  pare- 


—507— 

ciere,  que  descargarán  su  conciencia  en  las  dichas  causas,  vo- 
tando en  ellas  en  los  dichos  casos  lo  que  les  pareciere  confor- 
me á  derecho,  y  les  dictare  su  conciencia  y  letras;  y  para  que 
á  los  dichos  substituto  ó  substitutos  puedan  revocar  el  dicho  po- 
der y  nombrar  otro  ú  otros  por  ausencia  ó  muerte,  ó  por  otra 
causa,  siempre  que  pareciere  convenir,  quedando  este  dicho 
poder  en  su  fuerza  y  vigor;  que  cuan  cumplido,  y  bastante  se 
requiere  para  lo  dicho,  ese  mismo  daba,  y  dio  á  los  dichos  Srs. 
Inquisidores  y  substituto  ó  substitutos  con  todas  susinsidencias 
y  def)endensias,  anexidades  y  conexidades  sin  exceptuar  cosa 
alguna,  y  con  libre  y  general  administración:  y  lo  firmó  de  su 
nombre,  siendo  testigos  N.,  N^.  y  IST.  —  El  Arzobispo  ú  Obispo 
de  tai  parte.  —  Ante  mí  IST.,  Escribano  público  ó  real,  ó  Nota- 
rio público. 


NÜM.  77. 

* 
Que  cuiden  de  saher  los  q^ue  otorgan  eseriUiras  á  favor  del  Santo 
Oficio  imponiéndose  'penas,  y  las  quebrantan. 

ítem,  se  advierte  á  dichos  Comisarios,  y  á  cada  uno  en  su 
provincia,  que  algunas  personas  con  ocasión  de  que  no  pue- 
den cobrar  lo  que  les  deben,  ó  de  haber  hecho  pérdidas  jugan- 
do á  los  naipes,  dados  ó  tablas,  ó  de  haber  fiado  sus  haciendas 
á  otras  personas  en  cantidad  de  pesos,  han  otorgado  escrituras 
de  donación  y  obligación  en  favor  del  Santo  Oficio  de  la  In- 
quision  y  sus  presos,  imponiéndose  voluntariamente  ciertas 
penas  de  plata,  que  pagarán  el  dia  que  las  quebrantaren:  se 
les  encarga,  inquieran  y  sepan  quienes  las  otorgan,  y  ante  que 
escribano,  para  sacar  testimonio  de  ellas:  y  si  llegare  el  caso 
de  quebrantarlas,  haciendo  ó  ejecutando  lo  que  se  hablan  obli- 
gado de  no  hacer,  examinarán  tres  ó  cuatro  testigos  de  vista, 
por  donde  constare  del  dicho  quebrantamiento,  y  lo  remitirán 
al  Tribunal,  para  que  visto  se  provea  lo  que  convenga. 

T  también  se  advierte  y  encarga  á  los  Comisarios,  y  á  cada 
.  uno  de  por  sí  en  sus  lugares  y  partidos,  pongan  particular  cui- 
dado en  el  breve  despacho  de  las  causas  que  por  el  Tribunal 
se  les  cometieren,  y  de  oficio  hicieren  por  denunciaciones:  y 
habiéndolo  así  cumplido,  y  guardado  la  forma  de  esta  instruc- 
ción en  todas,  según  la  calidad  de  cada  una  de  ellas,  procuren 
entregarlas  cerradas  y  selladas  en  los  Chasquis  (habiéndolos) 
y  si  no  á  personas  seguras,  tomando  recibo,  para  que  en  todo 
tiempo  que  les  sea  pedido,  den  razón  de  ellas. 


-508— 


NUM.   78. 


Que  de  las  causas  de  lieregía  ó  sosjyeoha  de  ella,  de  indios,  no 
conoce  el  Santo  Oficio. 

Aunque  los  mas  de  los  Comisarios  están  impuestos  en  que 
el  Santo  Oficio  no  procede  contra  indios  en  causas  de  lieregía 
ó  sospecha  de  ella;  no  obstante  por  cuauto  por  algunos  suele 
dudarse,  y  aun  faltarse  á  este  estatuleciraiento,  de  que  se  si- 
guen notables  inconvenientes:  estarán  todos  advertidos,  que 
este  Santo  Oficio  por  la  instrucción  del  Sr.  Inquisidor  General, 
Cardenal,  Obispo  de  Siguenza,  dada  para  su  fundación,  se  ha 
abstenido  siempre  de  proceder  contra  los  indios  en  cualesquier 
delitos  tocantes  á  nuestra  Santa  Fé  Católica;  cuya  exención 
se  cita  en  ia  Ley  1 7,  Tít.  19,  Lib.  1  de  las  Rocopiladas  de  este 
reino,  y  en  la  35,  Tít.  1,  Lib.  6,  según  la  cual  dejarán  á  los 
Ordinarios  eclesiásticos  ó  justicias  reales  respectivamente  en 
lo  que  les  toca,  el  inquirir  y  proceder  contra  indios. 


EL  IMPERIO 


DEL 


PIOJO  RECÜ 


POE 


D,  SBYSEINO  AMARO, 


J^ste  i^oemita  se  picUicó  en  Lima  en  1785.  Ignoramos  si 
vino  de  la  Metrópoli  ó  si  es  producción  de  algún  injenio  perua- 
no ó  de  español  residente  en  América. 


EL  TMPEEIO 


DEL 


PIOJO   RECUPERADO 


Que  canten  en  biienhora  los  genios  belicosos 
Sonoras  Epopeyas  de  varones  famosos: 
O  aventuras  de  Turnos,  Evandros,  y  Palantes: 
O  de  la  Griega  estirpe  los  sucesos  errantes: 
O  que  canten  x)roezas  del  robusto  Teseo: 
O  que  traigan  y  lleven  los  Manes  al  Leteo: 
De  las  hijas  de  Jobe  se  agotaron  caudales 
En  henchir  (como  dicen)  de  acciones  inmortales 
Eima  eterna,  y  pomposa,  á  gloria  que  comprada 
Fué  á  expensas  de  torrentes  de  sangre  derramada. 
Ya  sabemos  que  Aquiles  corria  como  el  viento. 
Que  sirvió  Troya  á  Paris  de  pira,  y  monumento. 
Que  de  un  guerrero  el  genio  dejó  inconstante  y  vago 
Por  velar,  y  tocada  la  Eeina  de  Oartago. 
Alaben  tales  hechos,  celebren  tales  nombres, 
Que  al  fin  solo  celebran  los  hombres  á  los  hombres. 
Guarden  encuadernados  dorados  pergaminos 
Militares,  estruendos,  rayos^  y  torbellinos. 
Yo  cantaré  las  armas,  y  el  campeón  primero 
Que  me  obligó  á  rascarme  debajo  del  sombrero, 
Que  siendo  vasto  empeño  á  sus  pies  arlequines 
De  un  pompón  á  la  moda  pasear  los  confines, 


—512— 

En  Oriente,  y  Ocaso  sobervio  señorea 
Desde  la  nueva  España  al  confín  de  Guinea: 
Del  Aquilón  al  Austro  su  poder  extendiendo 
Desde  el  Lapon  enano  al  Patagón  tremendo, 
Que  sutil,  y  fecundo  en  tretas  refinadas 
Se  i)asea  jjor  cima  de  Testas  coronadas; 
Eecupera  derechos  que  oscureció  el  olvido, 

Y  tanto  mas  impera  cuanto  mas  escondido. 
Dime  Musa,  ¿qué  influjos,  ó  qué  giros  secretos 
Pudieron  de  los  hados  alterar  los  decretos. 
Que  al  Caudillo  valiente  reducido  tenian 

A  cabanas,  y  establos  do  sus  Padres  lo  vian. 
Porque  caminos  vuelve,  raros,  y  extraviados 
Al  ex]3lendor  antiguo  de  sus  antepasados; 
Hasta  llegar  á  verlo  del  cuello,  y  del  colmillo 
Vencedor  altanero  aunque  chiquirritillo, 
Pasear  jactancioso,  audaz,  y  descocado 
Sobre  las  sutilezas  del  erguido  Letrado, 

Y  mirar  á  sus  i3l antas  con  el  mismo  desprecio 
Los  aciertos  del  sabio,  los  errores  del  necio? 
jOon  qué  derecho  en  todo  raro,  y  estra  vagan  te 
Obliga  del  Estado  la  i)arte  mas  brillante 

A  pagarle  tributos  de  la  flor  del  granero 

Del  cerdo  colmilludo,  y  del  pingue  carnero, 

Ai}areando  el  caso  del  petimetre  fino 

A  los  ejes  del  coche,  y  al  saco  del  molino; 

Cuando  á  este  tiempo  á  todos  el  chancero  bellaco 

Se  va  á  hacerles  cosquillas  debajo  del  sobaco! 

¡O  rara  criatura  enigma  que  no  entiendo 

Si  vive  siempre  oculto,  si  muere  con  estruendo! 

Mas  si  reducir  sabe  la  mágica  pintura 

Un  enorme  jigaute  á  mínima  estatura 

¿Por  que  al  Poeta  (digo)  se  imputará  á  delito 

Pintar  una  acción  grande  en  lo  mas  pequeñito? 

Tú  que  diste  á  BurguiTios,  Caliope  parlera 

Adornar  de  palabras  una  gran  friolera. 

Acércate  á  animarme  con  un  benigno  ceño, 

Y  no  tomes  á  risa  el  lance  de  mi  empeño. 
Tócame  i)ues  el  harpa,  la  cítara,  ó  bandurria. 
Que  el  espíritu  alegren,  y  sacudan  la  murria: 
ISTo  me  toques  viola,  violón,  ni  violines, 

M  obeos,  ni  flautas,  ni  trompas,  ni  clarines: 

Y  si  con  dulces  ecos  mi  mente  fecundizas. 
Procedan  de  las  uñas,  ó  propias,  ó  postizas. 
Ahora  bien,  pareciendo  racional,  y  decente 
Que  vaya  por  delante  de  mi  Héroe  valiente, 


—Sis- 
Una  justa  pintura  por  perfiles  y  vistas 
Según  se  nos  presenta  por  los  naturalistas, 
O  según  que  lo  ol>servn,n  Anatómicos  muclios 
Que  dan  noticia  de  este,  y  de  otros  averíiucbos; 
Oonii«nzo  desde  luego  en  buena  simetría 
Por  lo  que  llaman  planta  ó  bien  ignografía. 
Advertiré,  entre  comas,  que  el  pié  sobre  que  mido 
Es  el  pié  de  Píu-is,  que  es  el  mas  riicibido. 
No  me  tenga  quien  lea  por  hombre  impertinente 
Poniue  pinto  mi  Héroe  geométricamente. 
Que  espíritus  geómetras  se  hallan  á  montones 
Que  hasta  en  lo  metafísico  quieren  demostraciones. 
Mira  pues  un  galápago  en  aípiella  postura 
(A  saber  boca  abajo)  cual  lo  pnso  natura. 
Imagínate  ahora,  que  saca  la  cabeza: 
Imagínate  de  esta  la  natuial  grandeza 
Aumentada  dos  tercios  del  regular  guarismo, 

Y  déjate  la  concha  en  el  tamaño  mismo. 
Coloca  el  Sol  encima  perpendicularmente, 
Contornea  la  sombra  con  mano  diligente, 
Tal  como  si  la  sombra  quedara  allí  clavada, 
y  esta  es  la  Ignografía  casi  pintiparada. 
Agrégale  dos  cuernos,  ó  bien  sean  los  ojos 
En  figura  de  entenas,  ó  en  figuras  de  antojos 
Tres  patas  á  babor,  y  á  estribor  otras  tantas 
Con  que  la  Ignografía  pintiparada  plantas. 
Corta  bonitamente  por  un  plano  perfecto 
Llevado  de  alto  abajo,  pero  en  Ángulo  recto 

Y  en  dos  justas  mitades;  aseguro  á  fé  mía 
Que  si  miras  el  corte  veras  la  Ortografía. 
Besta  ahora  pintarlo  con  sus  mismos  colores 

Y  arreglarlo  á  medida  según  Historiadores. 
Es  rubio  terminado  de  obscuro  competente: 

Es  carmesí  en  el  centro,  y  á  la  luz  transparente; 
Cuerpo,  y  cabeza  en  largo  compondrán  los  dos  juntos 
Lo  que  es  raíz  cuadrada  de  veinte  y  cinco  ])untos. 
Patas,  y  entenas  dobla  por  varias  coyunturas 
Como  el  cangrejo,  y  otras  marinas  estructuras. 
Naturales  corazas  mas  de  dos  le  guarnecen: 
Seis  uñas,  que  seis  sables  en  el  furor  parecen: 
De  suerte  que  mi  Héroe  desde  que  vé  la  tierra 
Digan  lo  que  quisieren  nace  para  la  guerra. 
Un  cierto  movimiento  continuo,  y  i)eregriuo 
Le  notan  los  Filósofos  del  cuello  al  intestino, 
Cual  el  flujo  y  reflujo  del  Océano  al  Báltico 

TOM.    Vlí.  LlTÉRATUflA— 65 


^  —514— 
Que  será  el  moviiüiento,  que  llaman  Peristáltico. 

Y  si  alguien  tiene  duda,  arguye,  ó  dificulta 
Que  allá  á  Bufón,  si  quiere  le  i)ase  la  consulta. 

No  es  punto  menos  grave  el  dar  sus  nombres  todos 

Ya  según  le  ax)ellidan  los  nietos  de  los  Godos, 

Ya  según  lo  conocen  los  literatos  finos 

En  que  lu^^ar  sentado  merecen  los  Latinos. 

Según  el  ingles  Lice,  Laus  Alemán  sencillo, 

Fedioulnsla  llama  cualquiera  monacillo, 

El  Francés  Fou  le  dice  por  nombre  liso,  y  llano, 

Pidocchio  se  nomina  en  buen  Italiano, 

Mas  por  ahorrar  voces  (uo  lo  tengáis  á  enojo) 

En  Castellano  claróse  le  llama  Piojo. 

De  que  por  heclio  claro  concluyo  como  cierto 

(Y  ya  veis  que  en  el  caso  no  atestiguo  con  muerto) 

Que  es  mi  dichoso  Héroe  con  sus  puntos,  y  comas 

Volumen  traducido  en  todos  Idiomas. 

Parece  he  satisfecho  la  primer  circunstancia 

De  dar  á  su  persona  el  aire  ríe  importancia: 

Y  ha  de  serlo  sin  duda  pues  que  le  vi  severo 
Pasear  con  descaro,  de  través  el  sombrero, 
El  rapé  pellizcando  con  gran  desembarazo, 

Y  horizontal  poniendo  el  mollero  del  brazo, 

Sorber  del  polvo  un  tercio  con  estruendo,  y  con  prisa, 
Darle  el  otro  á  la  chupa,  y  el  otro  á  la  camisa; 
Síntomas  que  lo  anuncian  ser,  según  mi  gramática, 
Filósofo  tupido  de  ciencia  Diplomática. 
Toma  ya  tus  compases,  y  toma  Musa  mia 
Tu  regla,  y  tus  pinceles,  y  i3Ído  en  cortesía 
Que  la  pluma  me  dejes,  y  l)enigna,  y  atable 
Me  arrimes  un  soplico  de  viento  favorable. 

En  el  año Mas  guarda  que  la  dedicatoria 

Dejaba  en  el  tintero  de  mi  graciosa  Historia: 
Póngase  en  hora  buena  que  es  acto  ejecutorio 
También  á  mi  discurso  colgar  ese  avalorio. 
Vaya  pues;  y  propicia  reciba  mi  presente 
Insigne  Lain  calvo,  tu  calva  reluciente: 
Á  tí  Lain,  y  á  tus  barbas,  ó  gran  ISTuño  Easura 
(Si  es  que  de  pelo,  y  barbas  os  vendimió  natura) 
Disparo  mi  Poema  pues  con  razón  infiero 
No  egerció  en  vos  mi  Héroe  su  dominio  severo. 
Bajo  tales  auspicios  Mecen ado,  y  seguro 
Burlaré  los  peligros  en  este  lance  duro: 
Embotará  la  Crisis  sus  dientes  afilados 

Y  girará  mi  pluma  con  vuelos  elevados. 
Pero  ya  las  tijeras  he  de  meter  al  tema; 


—515— 
Y  pnes  que  no  es  (lócenlo  poner  á  mi  Poema 
De  león  la  onboza,  y  las  piornaR  do  js:rnlla, 
A  medida  del  Moní^e  cort.'iró  la.  oog'ulla. 
El  año  de  cincuenta  del  Siglo  que  va  andando, 
Cuando  iban  ya  las  Damas  el  pelo  remang'ando 
Saliendo  los  receses  de  sus  cuellos  erguidos 
De  las  sombras  romanas  en  que  estaban  sumidos: 
Guando  la  uiejor  parte,  la  noble  soldadesca, 
A  solas  se  gozaba  de  la  cabeza  fresca, 
T  casi  cada  trozo  de  la  tropa  brillante 
Su  peluca  llevaba  marchando  por  delante; 
El  Piqjal  Imperio  se  miraba  abatido 
Por  la  tijera,  el  piene  espeso,  y  repetido, 
Los  bucles,  sortijillas,  y  otros  varios  inventos, 
Que  le  eran  otros  tantos  venenos,  y  tormentos. 
Pero  con  el  decurso  de  años  veinte  cabíales 
La  flojera,  y  destreza  proporciones  iguales, 
La  primera  subiendo,  la  segunda  bajando. 
El  orden  de  las  cosas  siguieron  alterando: 
Hasta  que  finalmente  el  de  setenta  y  cinco 
Subió  á  diversos  grados  casi,  casi  de  un  brinco. 
Y  aunque  á  impulso  de  fuerzas  humanas,  no  divinas 
Pasó  por  mar  y  tierra  diversas  sarracinas. 
En  tal  época  meses,  ó  dias  mas,  ó  menos, 
Apesar  de  huracanes,  relámpagos,  y  truenos, 
Un  Piojo  Suizo  se  vino  de  camino 
Desde  Brabante  á  Francia  con  cierto  Peregrino, 
Por  cnya  profesión,  piadosamente  andante. 
Fué  llevado  sin  costas  de  Suiza  á  Brabante. 
Asi  bonitamente  á  León  se  vinieron 
Donde  él,  y  el  Peregrino  á  cenar  acudieron 
Cierta  noche  en  un  sitio  que  en  término  algo  charro 
Se  suele  por  el  vulgo  denominar  cotarro. 
Era  mi  Peregrino  zanqui-largo,  huesudo, 
De  edad  provecta,  seco,  y  algo  ceñudo, 
Blanca  guedeja  y  corta,  cejas  poco  pobladas 
Ojos  celestes  claros,  ojeras  replegadas. 
La  nariz  con  contera  de  color  almagrado. 
Barba  cana,  y  vigote;  con  aire  de  soldado. 
Supónese  lo  era  como  se  colegia 
Al  oir  de  su  suerte  la  genealogía, 
Desde  que  en  los  Grisones  político  discierne 
El  cuerpo  respetable  de  Zuric  y  de  Berne, 
Hasta  que  según  cuenta  con  método  discreto 
(Los  hechos  colocados  por  orden  de  Alfabeto) 
De  Wachtendonck  al  lado  entre  los  Genoveses 


—516— 
Saludaba  los  cor&os  con  tajos^  y  reveses; 

Y  entre  los  Aleinaues  con  siniestro  destino 
Corría  de  alto  abajo  Mirándola,  y  Pionibino. 
Por  abreviar  (en  cnanto  respectaba  al  i)elag"e) 
Diré  en  una  palabra  que  era  de  su  equipajaie 
Percha  que  va  de  marcha  con  humos  de  vestiglo 

Y  tabla  Cronológica  de  la  Historia  del  Siglo. 
Llegado,  como  digo,  de  su  parada  al  puesto 
Larga  el  bordón  á  un  lado,  se  sienta  y  rasca;  en  esto 
Sus  manos  lleva  al  i)echo,  y  asiendo  con  cachaza 
Dos  cabos  de  que  penden  mochila,  y  calabaza 
(Después  que  desenreda  dos  libras  bien  corridas 
De  Cruces,  y  Medallas  que  llevaba  prendidas) 
Depone  el  fardo,  y  luego  con  gentil  continente 
liorna  la  calabaza,  preséntasela  al  frente, 

Y  dale  un  largo  beso  los  carrillos  hinchados. 
Subiendo  hasta  ponerla  en  los  noventa  grados. 
Respira,  y  se  relame,  y  á  su  vigote  cano 

Le  pasa  por  encima  el  revés  de  la  mano. 
Después  de  saludados  con  buena  cortesía    s 
Los  demás  concurrentes  de  aquella  compañía 
El  lio  desenvuelve  con  orden  y  concierto 
(A  todo  esto  el  Piojo  callado  como  un  muerto) 
Saca  un  par  de  espejuelos,  en  su  nariz  los  monta, 

Y  luego  una  cartera  de  que  con  mano  i)ronta 
Presenta  cierto  libro  a  toda  la  Asamblea 
Que  por  pasar  el  tiempo  le  suplican  que  lea. 
Histoire  de  la  parure  estaba  intitulado 

Por  Mr.  de  Ohatouille  Peluquero  afamado, 

Y  él  á  la  compañía  que  impaciente  lo  espera 
Sin  gastar  mas  preámbulos  leyó  de  esta  manera. 
Sabemos  por  Historia  la  mas  autorizada 

Que  la  gran  Babilonia  miro  considerada 
En  el  grado  sublime  pov  Matronas  famosas 
El  Arte  encantadora  que  ayuda  á  ser  Esposas, 
ítem  que  el  gran  Homero  con  su  pluma  galante 
Adorna  sus  heroínas  en  manera  elegante. 

Y  que  allá  entre  los  Persas  la  Dama  Favorita 
Si  agregaba  la  maña  al  imán  de  bonita, 

De  rentas  de  Provincias,  por  cosa  muy  segura, 
Fundía  un  guarda  ro])a  con  la  mayor  linura. 
Que  alojaban  con  orden  en  varios  Gabinetes 
Ointurones  y  Lazos,  Joyas,  y  Brazaletes. 
Los  Medos  con  Tiaras  ropages  arrastraban 
De  mangas  anchurosas:  al  cuello  se  colgaban 
Cadenas  de  oro,  y  piedras;  y  no  tengo  por  cuento 


—517— 
Que  de  ágenos  cabellos  usaban  sniilemento. 
Se  pintaban  el  rostro,  las  cejas  se  teñían  . 
Si  esto  los  Medos  eran,  sus  Damas  qné  serian? 
Despejada  la  niebla  de  la  barbarie  anciana. 
La  i)ul¡da  Ateniense,  la  fina  Cortesana 
Qne  al  bello  Mundo  Griego  robaba  adoraciones. 
En  Botes  de  Pomada,  color,  y  confecciones, 
Opiatas,  y  Cosméticos,  segnn  la  Historia  indica, 
Al  Tocador  le  daba  honores  de  Botica. 
No  hablaré  de  snlama  de  los  tiempos  de  ahora 
M  las  Fisonomías  qne  la  costumbre  dora. 
Con  que  en  días  nupciales  para  honrar  los  festines 
Las  Kovias  Griegas  vuelve  estatuas  de  Jardines. 
Mas  referir  no  omito  qne  las  antecedentes 
Tocaron  las  ventajas  de  los  yerros  calientes: 
Que  el  cabello  ahuíícando  en  fanfarrones  rizos 
De  la  figura  hermosa  doblaban  los  hechizos. 

Gastaban  la  mañana (en  esto  ya  el  Piojo 

Con  atención  escucha  abriendo  tanto  ojo) 
Gastaban  la  mañana  las  romanas  beldades, 
En  oir  de  su  Espejo  alagüeíias  verdades. 
Volviendo  á  consultarle  por  mas  que  les  repita 
Una,  dos,  y  tres  veces,  ya  lie  dicho  que  'bonita. 
Pero  las  que  por  orden  de  la  naturaleza 
En  partición  no  hubieron  el  Don  de  la  belleza, 
Al  Espejo  apelaban  con  gestos,  y  guiñadas 
Estudiaban  mohines,  y  actitudes  forzadas: 

Y  la  verdad  que  hablaba  aquel  Censor  severo 
Al  revés  la  tomaban  con  Arte  lisongero. 

Y  (un  (1)  Poeta  responde  de  que  digo  verdades) 
De  la  Moza  acudían  á  las  habilidades 

Que  alguna  vez  pagaba  por  lo  poco  mañosa 
Todo  lo  que  á  su  Ama  faltaba  para  hermosa. 
No  hablo  de  las  esencias,  perfinnes,  y  pomadas. 
Opiatas,  y  otras  drogas  con  orden  colocadas 
En  tiendas  espaciosas  que  el  gusto  disponía; 
Do  el  femenil  achaque  de  la  frisomanía 
Hallaba  lenitivos  según  las  condiciones. 
Sincopando  bolsillos  de  los  ricos  Varones, 
Allí  Alfileres  de  oro  para  prender  los  rizos. 
Dientes  artificiales,  y  cabellos  postizos 
Que  en  Maximina  y  Lelia  un  (2)  Poeta  tunante 
Burlaba  algunas  veces  con  sátira  picante. 


(1)  Juveual  Sat.  6. 

(2)  Martial  1. 12,  Ep.  23,  1.  2,  Ep.  41, 


—518— 
Habia  frontispicios  de  Arquitectura  estraña 
Que  al  rostro  acomodaba  la  artificiosa  mafia. 
De  box,  y  marfil  Peines,  y  demás  que  no  explico; 
(Aqui  mi  buen  Piojo  torció  un  poco  el  hocico.) 
Formaban  con  barnices  de  mil  composiciones 
Varias  fisonomías  de  las  mismas  facciones. 
Los  Cosméticos  fueron,  y  baños  detergentes 
Ocupación  muy  seria  de  sus  primeras  Gentes: 
Sirva  de  autorizarme  para  quien  no  me  crea 
De  ISTerou  la  querida  que  llamaban  Popea; 
Dígalo  si  no  el  baño  en  que  se  repulía 
Que  de  quinientas  Burras  la  Leche  se  bebia. 
don  el  Eomano  Imperio  á  decaer  empieza 
De  tan  sublime  Estudio  la  primera  grandeza, 

Y  en  mil  altas,  y  bajas  entre  varias  íTaciones 
Siguió  siempre  el  tocado  dando  rail  tropezones. 
Dilatarme  sería,  como¡,  donde,  ni  cuando; 
Basta  para  mi  intento  decir,  que  barbeando 

El  Siglo  diez  y  seis  con  el  que  le  seguía 
Según  L'  Etoile  (tratando  de  la  frisomanía) 
Por  París  paseaban  las  Monjas,  y  no  locas, 
Que  de  Eizos,  y  Polvos  componían  las  Tocas.    ^ 
De  estos  en  nuestra  era  estraños  fenómenos 
Un  Siglo  deplorable  (aqui  no  pudo  menos 
De  mi  ilustre  Piojo  el  espíritu  ardiente 
Que  irse  pa.sito  á  paso  asomando  á  la  frente) 
Un  Siglo  deplorable  de  pera,  y  de  vigote 

Y  Cabellos  de  Damas  ligados  al  Cogote, 
De  la  bella  manera  de  la  antigua  finura 
Degeneró  en  la  necia  Quijota  compostura. 

O  tiempos,  ó  costumbres!  ¿mas  para  qué  vivimos 
Los  que  de  Patriotas  estímulos  sentimos? 
Toma  Lector  amado,  y  seas  el  que  seas 
Presenta  á  las  hermosas,  y  también  á  las  feas 
De  mis  tareas  fruto  ese  don  consumado 
Que  es  lo  que  saco  en  limiDÍo  de  todo  lo  ensartado: 

Y  aunque  es  fruto  que  tarde  se  logrará  maduro, 
Quizá  para  mi  gloria  verá  el  siglo  futuro 
Eeliquias  de  que  siempre  en  las  cultas  Ilaciones 
Abundaron  Patricios  de  buenas  intenciones. 
Ya  estas  últimas  frases  apenas  se  entendían. 
Envueltas  en  bostezos  que  las  interrumpían: 
La  Cena,  y  el  cansancio  efecto  del  camino 

A  descausar  llamaban  al  Lector  Peregrino, 
Tal  qiie  á  muy  poco  rato  quedó  sin  mas  enojos 
Dormido  con  su  libro,  y  con  sus  anteojos. 


—519— 
El  sueño  en  actitudes  ruras,  y  diferentes 
Fué  asimismo  fijando  los  demás  concarrentes; 
De  suerte  que  en  el  libro  se  nos  quedó  guardado 
El  curioso  fragmento  del  Arte  del  Tocado, 
Pero  el  Piojo  altivo,  dijo  detras  de  un  voto, 
A  fé  no  lo  has  echado  en  ningún  saco  roto. 
Paróse  un  tanto  cuanto,  y  sin  oír  mas  razones 
Fué  hinchando  poco  á  poco  sus  cóu(;avo.s  i)Uimones: 

Y  esforzando  el  torrente  de  viento  que  ha  cogido 
Prorrumpió  de  repente  en  un  fuerte  bramido. 

A  tal  novedad  corren  en  diversas  patrullas 
Los  Piojos,  cual  suelen  en  su  tiempo  Ins  Grullas. 
Fórmanse  pues  en  orden  los  fieros  Batallones, 
Inúndase  aquel  sitio  de  fuertes  Campeones,  • 

Atónitos  escuchan,  y  dijo  con  arrojo 
Desde  el  Trono  elevado  el  insigne  Piojo, 
¿Y  queréis  que  os  renuev^e  el  dolor  inetable 
Del  Reino  ya  perdido?  que  refiera,  que  hable 
De  sucesos  funestos  que  oscurecen  la  gloria 
De  los  célebres  fastos  de  nuestra  antigua  Historial 
Que  ojeé  en  pergaminos  de  Centurias  pasadas 
De  infamia,  y  vilipendio  las  pílgiuas  manchadas? 
¿La  piojal  progenie  que  en  siglos  anteriores 
Trató  familiarmente  con  Eeyes,  y  Señores 
Ye  humeando  (cadalso  de  muerte  anticipada) 
Con  su  sangre  el  recinto  que  coge  una  pulgada, 

Y  llevar  su  deshonra,  sin  haber  quien  lo  gruña 
El  rústico  Yillauo  en  la  punta  de  la  uña? 

Al  gran  Sgratiñani  Piojo  Italiano 
Eegistro  en  las  Historias  cuando  corria  en  vano 
Desterrado  sin  tiem}3o  de  las  lomas  Toscanas 
A  hallar  asilo  bajo  las  lunas  Otomanas; 
Cuando  el  rapado  Turco  "  no  ha  lugar  (le  decia) 
Que  por  mi  ley  me  lavo  siete  veces  al  dia." 
Ya  del  Piojo  rasqueta  Andaluz  Macareno, 
Cuarta,  ó  quinta  progenie  del  pardo  Sarraceno 
Los  i^enosios  rod($os,  con  dolor  imagino 
Cuando  á  China  llevado  por  rigor  del  destino, 
Al  fin  de  mil  afanes  se  mira  sin  amparo 
Sobre  el  Casco  lampiño  del  Mandarín  avaro. 
Leo  mas,  y  registro  á  derecho,  y  á  tuerto 
Al  Piojo  der,ongleg  Francés  vivo,  y  despierto 
Correr  á  la  inclemencia  la  tez  que  no  arrebola 
La  habitadora  inculta  de  la  remota  Angola. 
¿Quien  pues  miserias  tantas,  y  tales  refiriendo 
1^0  deja  ir  yin  tino  las  lágrimas  corriendo? 


—520— 
Al  ver  los  que  algiiu  tiempo  vivieron  alliagados 
Eli  cogí  Des  de  plumas  de  cortiuas  cerrados, 
Salir  el  duro  Euero  con  riesgo,  y  sin  abrigo 
Al  Sol  en  la  Camisa  del  infeliz  Mendigo; 

Y  verse  apellidados  de  Poetas  Pedantes 
Viles  diminutivos  de  los  entes  rapantes? 
Ah!  corramos  el  velo  á  casos  tan  odiosos, 
No  cabe  tolerarlos  en  pechos  generosos: 
A  recobrar  os  llamo  conocidos  derechos. 
Si  vive  todavía,  si  vive  en  vuestros  pechos 
Tal  cual  leve  centella  de  aquel  ardor  bizarro; 
Salgamos  ó  Piojos,  salgamos  del  Cotarro, 

Y  llevemos  la  Eoña,  y  llevemos  la  Tifia 
Extendiendo  el  asombro  por  la  vasta  Campiña. 
Dijo,  y  apenas  hubo  acabado  el  discurso 

La  conmoción  se  nota  en  todo  aquel  concurso: 
Con  rumor  sordo,  y  vago  que  á  niotin  amagaba 
De  aquella  vasta  nave  el  hueco  resonaba. 
Mas  cata  que  la  Tina  de  su  hermana  seguida 
Que  por  el  nombre  Roña  está  bien  conocida, 

Y  moraba  no  lejos  del  sitio  ya  nombrado. 
Quizá  por  un  Diablo  que  conchudo,  ó  taimado 
En  las  revoluciones  que  el  Piojo  tramaba 
Algún  grave  proyecto  también  interesaba; 
Eecibeu  el  aviso,  y  en  dicha  coyuntura 

A  los  mínimos  términos  reducen  su  Estatura. 

De  Becoquín  funesto  la  Tina  se  cubría 

Con  pasos  presurosos  la  Roña  la  seguía 

De  color  de  pajuela  vistiendo  un  largo  trage; 

Su  próxima  llegada  avisan  á  el  parage 

Por  viento  penetrante  de  Azufre,  y  de  Cerote, 

Que  al  Héroe  Piojo  tocando  en  el  Vigote 

Le  anuncia  algún  estraño  raro  acontecimiento: 

Preséntase  de  golpe,  y  en  el  fatal  momento 

Cuando  los  Camx)eones  de  la  Turba  esforzada 

Con  los  ojos  saltando,  la  faz  ensangretada, 

Fieros  echan  mirando  de  aspecto  centelleante 

Al  lí^orte,  al  Mediodía,  al  Poniente,  al  Levante; 

Viendo  aquellos  Espectros  entrar  desaguisados 

A  la  fuga  sin  tino  se  dan  precipitados: 

Cual  corre,  cual  tropieza:  por  mas  que  el  gran  Piojo 

Les  grita  reventando  de  cólera,  y  enojo: 

A  nada  dan  oídos  tal  que  con  desafuero 

Dos  grandes  Adalides  que  del  orden  primero 

Ocupaban  los  puestos  de  mas  categoría, 

Dando  frente  con  frente  sin  guardar  cortesía 


—521— 
De  tal  modo  se  avisan  su  necio  desatiento 
Que  recíi)roca  muerte  se  dan  en  el  momento. 
Pero  la  mayor  i)arte  con  gentil  entereza 
Del  cuerpo,  respectivo  se  tiene  á  la  Cabeza; 
ínterin  que  al  aspecto  del  lance  lastimoso 
Desprecia  los  cobardes  el  guerrero  famoso 

Y  luego  que  las  Damas  saluda  corteznjente, 
Veo  su  fuga,  les  dice,  y  me  ^s  indiferente. 
El  ver  vuestro  desaire  que  miro  como  mió 
Empeñara  en  el  lance  todo  mi  poderío. 
Vuestra  vista,  señores,  limpió  mis  Escuadrones 
De  aquella  vil  Canalla  de  inútiles  follones: 
Mas  estas  de  mis  huestes  porción  mas  aguerrida 
A  vengar  tal  agravio  briosa  se  convida. 

Será  vuestro  cui<lado  sondar  vuestro  alvedrio, 
Ejecutar  al  punto  será  el  empeño  mió. 
Generoso  mancebo,  la  Tina  le  responde, 
Basta  ya  pues  ni  ignoro,  ni  tampoco  se  esconde 
Al  mundo  entero  cuando  de  los  hados  impíos 
La  vuestra  causa,  y  nuestra  sufrieron  los  desvíos, 
Corriendo  casi  siempre  por  términos  iguales 
La  misma  alternativa  de  bienes,  y  de  males. 
A  daros  pues  auxilio,  y  á  pedirlo  venimos. 
Pues  que  tales  memorias  lloramos,  y  sentimos. 
Esta  que  me  acompaña  batiéndome  la  estrada 
Os  dice,  lo  que  digo;  con  no  deciros  nada: 
Pues  es  de  los  Eoñosos  antiguada  manía 
Ahorrar  las  razones  á  fuer  de  Economía. 
Por  premio  solo  exige  nuestra  benificencia 
Eespecto  á  vos,  y  vuestra  ilustre  descendencia 
El  vernos  al  esfuerzo  de  vuestro  ardor  valiente 
Colocadas  en  solio  mas  digno  y  eminente. 
Dicen,  y  se  retiran:  cuando  en  aquel  momento 
Atraviesa  el  espacio  del  sabido  aposento 
Con  paso  presuroso  un  feroz  personage 
Que  goza  puerta  franca  sin  anuncio  de  Page: 
De  los  de  tal  esfera  que  por  antigua  usanza 
Pasean  en  pelage  de  toda  confianza, 

Y  suelen  por  d<  recho  de  posesión  seguida 
Tratar  de  la  Eepública  la  Gente  mas  florida. 
Uno  digo  de  aquellos  que  comen  y  se  tapan 

De  lo  que  unos  desechan,  de  lo  que  otros  no  rapan: 
En  cuya  profesión  sus  mayores,  y  ellos 
A  la  par  van  creciendo  que  crecen  los  cabellos. 
A  este  le  cupo  en  suerte  correr  con  las  Cabezas 

TOM.  vil  LlTERATUBA — 66 


—522— 
De  unos  Músicos  entes  cuya  esfera  y  proezas 
Ascienden,  y  descienden  en  métrica  armonía 
Se^J^nn  de  los  Poetas  gira  la  fantasía. 
Unos  hablan  en  tonojorave,  profundo,  y  lleno, 
Otros  son  animales  del  género  Epiceno 
Que  alegran  del  Teatro  la  oyente  Comitiva 
Diciéndoles  las  solfas  octavas  mas  arriba: 
Otras  ya  como  Eeynas.  ya  como  Contadinas 
Escupen  de  la  rees,  y  tragan  Esterlinas, 
Pesos  duros,  Luises,  Kixdahllers,  y  Zequiues 
Los  bolsillos  barriendo  de  francos  y  ruines, 
Gages  bien  ordinarios  del  miserable  empleo 
De  los  que  no  renuncian  al  Demonio  Asraodeo. 
Aquel  que  espolvorea  la  ya  espresada  Gente 
Atiueca,  peina,  emplasta,  y  apresta  diligente, 
Pudiendo  bien  decirle  á  los  que  no  son  sordos 
Que  al  diapasón  le  i)e¡na  entrambos  tetracordos, 
Guardaba  en  su  revista  por  útiles  razones 
El  orden  de  ir  dando  fin  por  los  mas  poltrones. 
Acudió  de  mañana  este  tal  perdulario 
Al  susodicho  Hospicio,  en  donde  de  ordinario 
Al  Capellán  solía  peinarle  la  peluca: 
Llega,  toca  la  puerta,^  el  Adalid  lo  cuca, 
Ya  su  guerrera  Grey  con  un  denuedo  ardiente 
Este  razonamiento  dispara  de  repente. 
Llegó  la  fatal  hora  Pigmeas  criaturas 
En  que  al  ver  el  arranque  de  nuestras  travesn ras 
Diga  el  mundo  pensante  que  aun  se  ve  en  sus  distritos 
Nacer  Gigantes  casos  de  Padres  peqneñitos. 
Ya  nos  vernos  al  frente  de  la  Plaza  primera 
Que  ha  de  ser  digno  empeño  de  nuestra  saña  fiera, 
Hock,  Graiffer,  La  Pincete,  Brachini,  Garra  fuerte 
(1)  Vos  á  quienes  siguiendo  mis  tiendas,  una  suerte 
Una  salud;  y  cansa  plugo  abrazar  conmigo 
Y  morir  con  indómita  cerviz;  á  Vos  os  digo, 
Preparad  de  corage  los  pechos  cosqui.' losos 
A  proezas  enormes  y  trabajos  penosos: 
Séanme  compañeros  aquellos  que  conmigo 
Mis  riegos  correr  quieran  siéndoles  yo  testigo: 
Cuando  lo  hacer  así  con  espíritu  ardiente 
Juzgaron  por  heroico  Piojal  y  valiente: 
Mas  los  que  prefirieren  vivir  horas  poltronas 
Cual  viles  Malandrines  vayan  á  escardar  Monas: 
O  soldado,  ó  Caudillo  embestiré  á  Ser^jientes 


1)    Lucano  Pharsal,  1.  9. 


—523— 

Bíisiliscos,  y  Fieras  con  garras,  y  con  dientes: 
Que  para  el  esforzado  trabajos  y  rigores, 
Son  Mazapanes,  Natas,  Pestiños,  y  Alfajores. 
Dijo,  y  allí  al  instante  el  Congreso  severo 
Eesolviópor  asalto  tomar  al  Pelnqnero. 
Formada  la  columna  sale  la  tropa  al  frente, 

Y  luego  á  la  sordina  se  fué  bonitamente 
Escalando  las  piernas  con  i)aso  magestuoso 
Mientras  el  Peluquero  menea  presuroso 
Las  manos,  y  cabeza,  precisa  circunstancia 
Para  dar  al  peinado  donaire,  y  elegancia. 
Oonviniérale  en  lance  de  tal  naturaleza 
Mover  las  pautorrillas  mejor  que  la  cabeza; 
Mas  el  pobre  diablo  i)or  tristes  conclusiones 
Les  entregó  la  Plaza  sin  caj)itulaciones. 

Én  estas  circunstancias  el  Héroe  Piojo 
Sus  tropas  reconoce,  y  abrieudo  tanto  ojo 
Al  campeón  Horqueta  señala  con  un  cuerno, 

Y  al  punto  de  la  Plaza,  le  confiere  el  gobierno. 
Dale  sus  instrucciones,  y  se  vuelve  al  destino 
De  los  andantes  trapos  del  viejo  Peregrino. 
Mas  jjorque  los  lectores  no  tengan  á  manía 
Que  expresando  los  nombres  de  tanta  animalía 
Oculte  el  que  distingue  á  mi  ilustre  Piojo 
Allá  va:  fuera  á  fuera  direlo  con  arrojo. 
Hirnbokrend  se  llamaba:  en  Piojo  Suizo 
Apelativo  nombre,  y  propio,  no  postizo: 

Son  Germánicas  voces  que  interpreta  el  discreto 
JSl  que  taladra  el  Casco,  en  castellano  neto. 
Pero  yo  que  no  gusto  de  sangrar  apellidos 
Para  que  de  robustos  se  vuelvan  relamidos. 
Ni  sincopar  los  nombres  como  muchos  poetas 
Porque  á  la  rima  vengan  á,  modo  de  calcetas, 
He  omitido,  y  omito,  y  omitiré  adelante 
Del  esforzado  Vicho  el  nombre  retumbante, 
Por  ahorrar  angustias  á  los  oidos  tinos 
Si  mi  Pocuia  pasa  por  labios  femeninos. 
El  paréntisis  baste,  v  volveré  á  mi  asunto 
Puesto  que  está  zanjado  de  erudición  el  punto. 
Vuelto  á  su  gabinete,  como  diciendo  iba 
Dicen  los  refugia<los  quedito,  viva,  viva. 
Aquellos  que  en  aprietos  recientes,  y  pasados 
De  pánicos  terroi-es  huj^eron  acosados, 

Y  pasi  to  á  j )  as  i  to  se  fu  e  r<n  i  á  and  u  rri  ales 

En  donde  el  Sol  no  suele  dar  á  los  racionales. 
Óyelos,  y  al  momento  esforzando  el  torrente 


—524— 
De  su  aguda  elocuencia,  y  alen  tan  do  su  Gente 
Con  la  gloria  de  tanto  excomnnal  guerrero 
Que  arrostró  los  peligros  de  aquel  empeño  fiero 
Subiendo  cual  si  fuera  algún  albaricoque 
Sin  efusión  de  sangre,  ni  cosa  que  le  toque; 
Con  máximas  sutiles  los  exhorta  siquiera 
A  que  dieran  los  golpes  de  la  misma  manera. 

Y  á  coger  loa  contrarios  dormidos,  ó  maduros 

Que  son  siempre  en  la  guerra  los  lances  mas  seguros. 

íío  se  le  malograron  sus  sabias  intenciones 

Según  de  si  lo  dieron  mil  otras  ocasiones 

Del  Cotarro  alojados  en  la  Plebe  ambulante 

Como  el  Lector  curioso  verá  mas  adelante. 

A  mi  Héroe  dejemos,  y  á  los  otros  volvamos 

Que  allá  en  el  Peluquero  de  guarnición  dejamos. 

Salió  este  como  dije  (á  pobre  si  supieras 

Lo  que  va  maquinado  bajo  tus  faltriqueras!) 

Haciendo  por  su  turno  las  sólitas  visitas 

A  Barbados,  Lampiños,  á  feas  y  bonitas. 

Mas  no  se  ve,  ni  ba  visto,  ni  se  verá  de  estado 

Un  criminal  famoso  mejor  asegurado, 

A  la  tercer  visita  tal  furor  le  trabuca 

Que  salió  como  Toro  picado  de  la  cuca. 

Pero  el  lance  forzoso  en  tal  aprieto  era 

De  un  Tiple  Femenino  peinar  la  cabellera: 

Urgíanle  ios  picos  de  la  maldita  Grey, 

Y  entró  precipitado  diciendo  viva  el  Rey: 
Los  que  se  guarecian  bajo  de  la  camisa 
A  que  se  despachara  le  daban  tanta  prisa 
Mientras  escarmenaba  la  teatral  Princesa 

Que  empezó  en  el  Amable,  y  acabó  en  giga  Inglesa. 
De  Sebo,  Pelo,  y  Polvos,  por  recurso  sencillo 
Halló  en  la  tal  urgencia  formar  un  reboltillo: 

Y  por  lo  muy  poblada  de  nativa  espesura 
La  música  cabeza  de  dicha  criatura 
Eesultando  el  compuesto  de  escomunal  grandeza, 
Halló  por  conveniente  ponerle  en  la  cabeza 

En  vez  de  gasas  plumas,  ó  de  otro  suplemento 
Ser  de  moda  flamante  el  dicho  pensamiento. 
En  tal  tiempo  agitado  con  diversas  posturas 
Goteó  de  la  manga  vivientes  criaturas: 
Las  cuales  bien  cebadas  en  tiempo  limitado 
Del  lineal  guarismo  montaron  al  cuadrado. 
Al  proseguir  corriendo  aquel  pieza  famoso 
Su  turno  acostumbrado;  con  brazo  dadivoso 
Zizañafué  sembrando  de  camino  que  araña 


—525— 
Cráneos,  y  Pelucas  con  presurosa  mana. 
Mas  el  teatral  ente  de  solfas  espetera, 
Se  prepara  entretanto  cual  Cenobia  guerrera: 
De  marcial  uniforme  el  rostro  coloria 
Oou  Carmin,  y  Cerusa  Postas  del  claro  dia: 
Procediendo  actitudes,  raras  contorsione,; 
Pasa  de  las  Coípu^tas  á  tomar  las  lecciones 
Al  cris! aliño  Libro,  donde  gesticulando 
Del  corazón  estudian  por  conseguir  el  manilo. 
Se  observa,  y  aprehende  (pie  á  sus  ojos  le  dice 
Afectos  de  Ariadne,  de  Dido,  y  Berenice: 
Con  esto  se  derrite,  se  ensancha,  y  regodea,  " 

Y  tremola  las  Grímpolas  de  la  gran  chimenea: 
Sacúdese  la  falda,  sale,  y  en  silla  andante, 
Como  caja  de  azúcar,  la  llevan  á  que  cante. 
Llega  pues,  y  á  su  turno  le  presenta  en  la  Escena 
Al  alegre  concurso  la  pomposa  melena, 

Y  egerciendo  un  imperio  sobre  canoras  Tropas 
Tal  cual  sobre  los  naipes  egerce  el  Rey  de  Copas; 
Admira  al  bello  sexo:  sus  atenciones  roba; 

Tal  sonríe,  tal  tose,  tal  guiña,  tal  se  emboba. 
Al  ver  el  fenómeno  salen  los  que  ginetes 
De  las  narices  graves  sobre  los  caballetes 
En  personages  muchos  autoridad  indicau- 

Y  aliora  lleva  en  sus  brazos  del  ípsilon  que  aplican, 
Extranjeros  influios  de  modernas  estrellas, 

Por  bajo  de  los  ojos,  con  niñas,  ó  sin  ellas. 

A  otro  dia  los  Pages  salen  en  comisiones 

Para  emprender  de  Pelo  nrievas  expediciones. 

Tal  que  al  motor  afirman  le  salió  buenamente 

A  Luis  el  Piojo  por  cálculo  corriente. 

El  Capellán  que  dije,  se  hallaba  descuidado 

Cou  todos  los  perfiles  de  Abate  refinado 

Auna  l)eldad  leyendo  galantes  poesías: 

Cuando  un  harpista  diestro  le  toca  las  folias 

Por  bajo  la  peluca  en  sitio  retirado 

Donde  con  maña  astuta  se  hallaba  atrincherado. 

Ya  las  cejas  arquea,  ya  en  el  cuello  se  sume. 

Ya  en  houor  de  los  rizos,  se  aburre,  y  se  consume: 

Y  en  el  desasosiego  que  el  juicio  le  trabuca 
Renuncia  en  adelante  por  siempre  á  la  peluca. 
De  este  el  sistema  siguen  por  iguales  razones 
Otros  muchos  pelucas,  y  otros  mil  pelucones: 
Yá  las  damas  tan  solo  les  quedó  reservado 
El  tráfico  exclusivo  del  pelo  preparado, 

De  enharinados  entes  por  químicos  esmeros, 


—526— 
Para  bien  de  liospitales,  y  de  sepultureros. 
Al  punto  se  habilitan  diversos  postillones 
Que  en  Paris  se  fabrican  de  cartón,  y  girones, 

Y  luego  arrebolados  con  rostro  cristalino 
Llevan  nuevas  que  importan  al  sexo  femenino, 
A  la  Sueeia  tria,  á  la  Eusia  espaciosa, 

Y  al  extremo  templado  de  la  Betica  ociosa. 
Pero  al  ca])o  de  (lias,  y  diversos  a/ares 

Que  el  iiiconstaiite  mundo  produce  por  millares, 
A  Paris  se  volvieron  los  diclios  trampantojo^ 
Oseando  mosquitos,  y  abrigando  piojos. 
Diré  como  arreglado  á  verdad,  y  conciencia 
Si  el  lector  me  concede  un  poco  de  paciencia. 

líoten  que  á  mi  piojo  sus   medidas  prudentes 
Dieron  lugar  en  medio  délas  primeras  gentes: 

Y  que  logró  tenerlo  quedando  atrinclierado 
A  fuer  de  salchichones  de  pelo  preparado: 
Invención  desde  luego  entre  los  lugenieros 
ISruuca  vista,  ni  ahora,  ni  en  los  siglos  traseros, 
Pero  como  el  destino  al  Héroe  acrisola 
Como  el  Huevo  á  la  Azúcar  en  una  cacerola 
Del  fiero  rascamoño  el  moderno  expediente 
Con  el  proyecto  agudo  dio  en  tierra  brevemente. 
A  equivaler  viniendo  el  dicho  Tagarote 

A  Bombas,  á  Granadas,  Carcasas,  y  rebote. 

Eeducidas  las  cosas  á  tan  crítico  estado 

jSTuevo  sistema  entabla  un  Caudillo  taimado. 

Tenia  de  algún  tiempo  estrecha  confianza 

C(m  el  Viejo  meollo  de  una  que  por  usanza 

Solia  hacer  modesto  papel  de  centinela 

A  otra  de  quien  pudiera  tenerse  por  Abuela: 

Y  aunque  íle  agena  alcurnia,  generación,  ó  rama 

A  lo  teatral  suele  denominarse  Mama. 

Palabra  tan  usada,  como  clara,  y  sencilla 

Que  á  tales  avestruces  les  viene  de  i)erilla. 

Esta  pues  en  el  punto  en  que  á  tomar  consejo 

Pasaba  la  educanda  del  c<mfidente  espejo. 

Cuando  aun  nocturno  em])eño  las  Armas  prevenía 

Que  anuír,  el  gran  Diablo,  de  su  manejo  fia; 

Provista  acom[>aüaba  de  ciertos  peregiles 

Para  dar  al  tocado  los  últimos  perfiles. 

Al  tiempo  que  la  Joven  á  la  luz  examina 

De  la  faz  que  acicala  la  gracia  peregrina, 

A  bi  vieja  el  Piojo  dio  tal  aguijonazo 

Que  acudiendo  al  socorro  apresurado  el  brazo 


—527— 
Impelió  la  hngía  con  niafui  tan  lij^era 
Que  jíconietiendo  el  í'hoíí'o  la  lincea  OaSellera 
El  incendio  consumo  la  mitad  por  atajo 
De  mante(piilla,  Polvos,  Oabellos,  y  trabajo. 
Bepararel  desastre  con  prontitud,  urí^ia 
Porque  absolutamente  el  lance  lo  pedia. 
El  caso  de  contado  se  le  remite  al  ente 
A  que  en  tosca  no  llaman  il  fí(w<(lier  Henéente, 
Que  á  correr  se  destaca,  todos  los  vericiuítos 
Donde  para  cabezas  se  fabrican  coletos; 
Y  tardando  los  vivos  en  reparar  líi  quema 
Dispone  que  los  muertos  resuelvan  el  problema. 
p]l  caso  fue  (direlo  sin  afectar  mist(n'io) 
Que  á  pasar  acertando  por  cierto  Cementerio 
El  portero,  que  es  uno  de  aquellos  animales 
Que  viven  de  que  mueran  los  entes  racionales, 
Saliéndole  al  encuentro,  y  su  cuita  advirtiendo 
Le  franquea  los  senos  de  aquel  luííar  horrendo: 
La  moneda  inediante  con  que  el  siniestro  hado 
A  explorar  aquel  sitio  le  obliga  desusado. 
Allí,  mal  prevenido  por  tín  se  figuraba 
Entre  aquellos  despojos  hallar  lo  que  buscaba: 
Aunque  haber  de  dar  pasos  era  pesada  historia 
Por  sitios  quG  no  anda  la  juvenil  memoria. 
El  Perrito  faldero  seguía  diligente 
De  la  tal  Amarilis  al  jmlido  cliente, 
Que  provisto  desciende  de  su  enorme  Linterna 
A  registrar  el  hueco  de  la  oscura  Oaberna. 
La  íí^oche  que  al  espanto  los  pasos  apresura. 
Del  sitio  no  pisado  la  dilatada  anchura. 
De  la  luz  el  vislumbre  que  en  cóncavo  lejano 
Espectros  pinta  al  miedo  con  invisible  mano; 
Las  mohosas  paredes,  mil  insectos  errantes, 
El  silencio  profundo  de  aquellos  habitantes. 
Osamentas  que  impiden  las  trémulas  pisadas, 
Al'espíritu  apuran  las  fuerzas  reservadas. 
En  fin  cuando  ver  piensa  lo  que  al  azar  le  emijeña 
Una  árida  Cabeza  nota  que  le  hace  seña; 

Y  así  como  negándose  á  su  errada  porfía 
En  acción  silenciosa,  un  no  le  ])roferia. 

El  pelo  se  le  eriza,  tiembla  vacila,  y  yerto 
Casi,  casi  espiraba.  Mas  á  derecho,  ó  tuerto, 
El  perrillo  faldero  con  una  saña  fiera 
Envistió  derrepente  contra  la  calavera, 

Y  al  naoraento  acosado  con  paso  presuroso 
Salió  como  relámpago  el  santo  milagroso. 


— o2«— 
Recóbrase  el  mancebo,  pero  mas  descorrida 
El  ratoncillo  gana  del  sitio  la  salida. 
Huyó  pues  como  digo,  y  apresuradamente 
Se  volvió  sin  recurso  el  gallardo  valiente. 
Llegó,  x)intó  el  suceso  de  su  fuerte  aventura: 
El  caso  daba  prisa:  y  el  discurso  se  apura. 
Nemine  discrepante  vota  en  fin  el  Consejo 
Que  se  saquen  las  tripas  á  un  taburete  viejo. 
Al  punto  se  ejecuta,  y  aquel  vientre  cerdoso 
Celebra  matrimonio  con  el  cabello  hermoso. 
LleT.ió  el  hueco  en  efecto;  mas  no  era  ])astante 
Para  dar  al  conjunto  la  proporción  gigante. 
Apelase  por  tanto  al  arbitrio  sencillo 
De  transformar  en  tocas  cierto  hueco  arandillo. 
Aplaudióse  el  invento  con  que  se  envanecía, 
De  darle  nuevos  timbres  a  la  frisología. 
Por  guardar  proporciones,  y  perfiles  al  bulto 
Quid  pro  qi(o  de  cabellos  aquel  ponia  culto 
Con  confiones,  cal  eses,  y  cofias  decamino 
Que  observa  religioso  el  sexo  femenino. 
Sur  le  hoii  ton  á  Dama  de  mi  conocimiento 
Vi  correr  á  gran  vela  con  el  boreal  viento 
Que  no  hallando  á  la  cofia  calesín  suficiente 

Y  echándole  brabatas  al  helado  torrente 
Plegó  el  fuelle  á  la  espalda,  y  llegó  á  su  destino 
Hecha  sort)ete,  \)ero  con  cofia  de  camino: 
Mientras  elude  el  piojo  con  mañosos  intentos 
Del  feroz  Tascamoño  los  acontecimientos, 

T  logró  en  pocos  dias  con  los  empavesados 
Volver  en  piojosos  muchos  adinerados: 
Transformó  alguna  dama  de  peluda  en  lampiña; 

Y  erigió  de  su  casco  regio  solio  á  la  Tina: 
Pooeza  que  hará  época  en  los  sucesos  varios 
Que  de  la  bagatela  rezan  los  comentarios. 
Mas  al  cabo  de  dias  se  malogra  la  treta 
Dando  algunas  pulgadas  de  mas  á  la  saeta: 

Bien  que  la  Escabie  habita  de  asiento,  y  bien  despacio 
Allá  con  el  Piojo  iDartiendo  el  Yictiis  ratio. 
Este  pues  irritado,  con  denuedo  altanero 
Al  sentirse  alcanzado  del  aguijón  severo 
Renueva  los  esfuerzos,  apura  las  ideas 

Y  el  fin  consigue:  Cómo!  Verás  con  tal  que  leas. 
Si  pensar  corregirte  es  insigne  locura. 

De  tí  reiré  Mundo,  y  habrá  de  ser  cordura. 
Animales  tesalios,  que  á  cerebros  calientes 
El  ser  les  heis  debido  sin  ser  vuestros  parientes, 


—529  - 
¿Habrá  entre  vos  acaso  fantásticos  vesti¿jlos, 

Y  todavía  Mozas  al  fin  de  tautos  siglos 
Alguna  tan  ociosa  que  parta  sus  esmeros 

En  hacer  redecillas,  ó  en  guarnecer  sombreros 
Como  alguno  á  la  cuácara  que  á  nadie  se  le  quita 
E  iguala  ijor  encanto  la  fea,  y  la  bonita? 
Sino;  que  se  entretenga,  y  no  me  ponga  bocico 
En  pelar  Avestruces  ínterin  que  me  explico. 
O  sea  tan  política  que  al  tiempo  que  yo  ensarto 
El  sombrero  le  quite  al  Rey  Enrique  cuarto: 
O  que  á  Sully  le  pele  la  x^era,  y  las  mejillas; 
Pero  sea  con  tiento  dejando  las  patillas. 
Cual  ÍTave  que  gallarda  con  Velamen  altivo 
Se  escapa,  y  le  da  alcances  al  Viento  fugitivo, 

Y  rompiendo  veredas,  ó  surcos  pasageros 
A  las  regiones  líquidas  echar  parece  fieros 
Hasta  que  el  Cierzo  crudo  soplando  á  dos  cachetes 
Bifa  Estáis,  y  Gavias,  y  rinde  los  Juanetes: 

Una  Infanzoua  hermosa  de  un  Piojo  acosada 
Prefirió  al  sufrimiento  el  verse  desgreñada. 
Los  oídos  un  qtmlan  de  sus  adoradores 
Le  regala  al  mirarla  dicióndole  mil  flores. 
Ya  Danae  la  pinta  con  boca  lisonjera, 
Ya  Dafne,  ya  Diana,  ya  Deidad  deOithera: 
Haciéndola  que  pase  á  fuer  de  necedades 
Una  Metempsicosis  por  todas  las  Deidades. 
Mas  otra  antagonista  que  se  hallaba  en  el  rolde 
De  la  idea  pagada  sin  contar  con  el  molde, 
La  acompaña  al  concurso  por  modo  de  sufragio, 

Y  á  poca  diligencia  se  difunde  el  contagio. 
íío  volvió  satisfecha  de  la  tal  compañía 
Por  faltarle  la  gracia  de  la  fisonomía: 
Apurada  mirando  a  un  cuadro  que  no  pinto 
O  del  Cid,  ó  de  Alba,  ó  ya  de  Carlos  Quinto 
Para  suplir  del  rostro  el  atractivo,  infiero 
Que  lo  mejor  de  todo  le  pareció  el  sombrero. 
Vistiéndolo  de  plumas,  de  flores,  y  cintillo 

Ya  la  tez  con  carmines  poniendo  un  tabardillo 
A  lucir  se  despide  derecha  y  carienjuta 
Toldada  como  tienda  donde  se  vende  fruta. 
Espárcese  el  hallazgo  por  calles,  y  plazuelas 
Las  modistas  alegres  tocaban  castañuelas: 

Y  al  ver  lo  que  resulta  diréis  con  mil  razones 
Que  hace  sol,  ó  que  llueve  dentro  de  los  salones. 
Al  fin  mi  buen  Piojo  salió  con  el  x)artido 

Tomo  vii.  Literatura— 67 


—530— 
De  quedar  á  cubierto,  y  mejor  defendido: 
A  donde  el  Rascamoño  con  chanzas  importunas 
Nunca  le  dé  matraca,  teniéndolo  en  ayunas. 
En  estas,  y  en  esotras  llegó  por  fin  el  dia 
En  que  vino  llamado  desde  la  Andalucía 
El  célebre  operario  de  la  primera  treta 
Que  se  dejó  á  la  orden  del  Oamxjeon  Horqueta: 
Con  sueldo  moderado  de  un  mensual  careto 
Manos  libres,  y  mesa,  casa,  y  mas  que  no  meto, 
Viaje,  y  cien  doblones;  que  tanto  requería 
Un  hombre  en  el  estado  de  tal  categoría. 
Pareció  al  mismo  tiempo,  mas  por  otro  camino, 
El  Héroe  Piojo  sobre  su  peregrino. 
Oh  lector!  adivina  sus  primeras  razones 
Al  advertir  el  fruto  de  sus  expediciones: 
Viendo  unas  en  saraos  haciendo  cabriolas 
En  Heroínas  francesas,  flamencas  y  españolas: 
Tremolando  en  banderas  de  colas  los  fragmentos 
Que  pájaros  grandables  llevaron  por  los  vientos: 

Y  á  muchas  que  no  gozan  cabeza  lisa,  y  fresca 
Andar  en  actitudes  de  huracán,  ó  de  gresca. 
Al  ver  de  las  orejas  colgar  los  confidentes, 

y  entrarse  los  cabellos  á  saludar  los  dientes. 
Cuando  sobre  la  cumbre  levantada  divisa 
La  Eepiíblica  blanca  de  los  que  van  de  prisa; 

Y  allá  con  franca  mano  señoriles  honores 
Eeparte  entre  droguistas,  y  entre  perfumadores. 
Mas  al  Suizo  Andante  dó  el  Piojo  se  sienta 

Le  esperaba  fortuna  algo  mas  opulenta. 
Una  ciudad  fastuosa  lo  recibe  y  abriga, 
Un  tal  su  paisano  le  llena  la  barriga: 

Y  un  mostrador  en  breve  á  que  sea  lo  eleva 
Algo  mas  digno  trono  del  Príncipe  que  lleva. 
Una  Viuda  rica  le  cupo  en  casamiento: 

Y  al  fin  de  pocos  meses,  por  abreviar  el  cuento. 
Del  agradable  sexo  al  capricho  acomoda 

El  que  se  vea  electo  Licurgo  de  la  moda. 
Sus  armarios  encierran  detras  de  los  cristales 
De  perlas,  borlas,  talcos,  y  vistosos  metales 
Engalanados  grodes,  y  rasos,  y  espolines. 
Inglesas,  y  Francesas  de  varios  colorines: 
De  entrañas  apellidan  de  petimetre  unas. 
Hay  de  verde  pistacho,  y  hay  de  paje  en  ayunas; 
Hay  otras  de  peluza  debajo  de  la  cama. 
De  Isabela  dormida,  y  de  lo  que  se  llama 
Cabellos  de  la  reina,  remedios  conocidos 


•—531— 
Para  ganar  amantes,  y  divertir  maridos. 

Y  de  mil  otros  nombres,  qne  por  extraordinarios 
Kunca  de  la  pintura  vieron  los  Diccionarios. 
Del  Licurgo  moderno  la  divertida  mente 

ísTo  cabe  en  los  antiguos  Reinos  del  occidente, 

Y  vaga  por  el  globo  sin  término,  ni  coto 
Como  compás  qne  vaga  por  carta  de  piloto. 
A  Polonia  recurre,  á  Georgia,  y  Circasia, 
Al  Ponto  le  dá  vueltas,  y  términos  del  Asia. 
Vuelve  á  Oonstantinopla,  y  le  roba  al  Serrallo 
Ropas,  Turbantes,  Lunas,  y  lo  demás  que  callo; 
Después  que  miró  altivo  servir  á  sus  intentos 
De  los  Israelitas  sagrados  ornamentos. 
Hinchado  del  orgullo  con  un  torbo  semblante 
En  trono  á  la  Ducliesse,  Bufete  por  delante, 

Y  en  la  nariz  calados  aquellos  anteojos 
Con  que  leyó  los  fastos  al  Rey  de  los  Piojos, 
Para  nuevos  empeños  sus  planos  examina 
Con  que  a  los  cofres  fuertes  anatemas  fulmina. 
Allí  varias  estampas  roban  sus  atenciones 
Cotejando  los  trajes  de  todas  las  naciones 
Allí  observa,  critica,  compasea,  y  detalla, 
Calcula,  y  analiza,  por  fin  resuelve,  y  falla. 
Gozoso  del  hallazgo  en  que  se  complacía, 

Y  mucho  mas  del  útil  que  del  se  prometía, 
A  solas  expulsaba  de  los  internos  senos 
Aquestas  expresiones  palabras  mas,  ó  menos. 
O  tres,  y  cuatro  veces  mortal  afortunado, 
Que  sanidad  vertiendo,  robusto,  y  remozado 
De  Calabaza  subes  á  Taza,  y  Cafetera 

Y  déspote  gobiernas  en  Chipre,  y  en  Citera; 
Mira,  mira,  pendiente  de  tu  voz  decisiva 
Sin  desden,  y  sin  ceño,  la  beldad  atractiva: 
Oráculo  infalible  te  ve  la  bagatela, 

Y  el  ciego  Dios  te  cede  la  mitad  de  su  Escuela. 
Mudas  te  escuchan  ííinfas  que  tienen  afluentes 
Del  vital  movimiento  lo  mas  entre  los  dientes. 
Empuñando  absoluto  el  Cetro  del  Estrado 
Aplaudido  te  miras,  servido,  y  acatado; 

Al  tiempo  que  moviendo  la  imperiosa  tijera 
El  sistema  vacila  de  la  bella  manera. 
A  tu  mandato  sube  de  la  falda  el  cogido:         ^ 
A  tu  voz  va  colgando  ya  suelto  ya  prendido: 
Manejando  de  trages  las  mangas  y  faldones 
Tal  como  en  el  teatro  manejan  los  telones. 
Ya  dices  al  escote  que  salga,  ó  se  retire: 


—532— 
Ya  que  baje  el  sombrero,  ya  que  suba,  ó  que  gire. 
Ya  lo  emplumas,  lo  pelas,  ó  por  dentro,  ó  por  fuera, 
O  ya  talvez  lo  vuelves  jardín  en  primavera. 
Por  tu  influjo  colgaron  patillas,  y  mechones, 
Trencillas,  gazas,  lazos,  borlillas,  y  borlones, 
Y  vieron' elevarse  por  cima  de  la  frente 
Las  plumas  de  pavones  perpendicularmente. 
Cuando  muy  poco  antes  vimos  á  todas  luces 
Calvas  á  retaguardia  de  Cisnes,  y  Avestruces. 
Anda  dile  al  astrónomo  que  llena  los  infolios 
Con  problemas,  y  cálculos,  corolarios,  y  escolios 
Si  le  importa  á  su  vientre,  su  caja,  ó  su  bolsillo 
Qué  platero  á  Saturno  le  fabricó  el  anillo? 
O  si  hay  tablas  que  enseñen  á  llenar  las  gavetas 
Con  circunvoluciones,  y  barbas  de  cometas. 
Anda  dile  al  Letrado  si  hallará  en  el  Digesto, 
No  esquilmando  clientes  por  embrollar  el  texto, 
Un  fricando,  una  sopa,  un  pavipollo  asado, 
Unas  medias  de  seda,  ó  un  vestido  bordado, 
Cual  pro  oportunitate  sin  forenses  quimeras 
Producen  en  un  punto  mis  mágicas  tijeras. 
Que  diga  el  Alquimista  en  romance  sencillo 
Si  le  valdrá  su  piedra  mas  que  mi  jaboncillo. 
Vé  al  geómetra,  y  dile  si  podrán  sus  afanes 
Ganar  en  el  terreno  lo  que  en  mis  tafetanes. 
Y  pregunta  al  político  si  Grociole  ha  enseñado 
A  sacar  de  manías  dinero  de  contado. 
Vé  en  fin  dile  al  poeta  mas  loco  que  ninguno 
Tan  hinchado  de  versos  como  flaco,  y  ayuno, 
Si  allá  la  prensa,  cuando  por  cantármele  ha  dado. 
Le  ha  vuelto  á  su  cerebro  el  jugo  que  ha  gastado. 
En  el  crítico  punto  que  tanto  revolvía 
Oyese  por  la  puerta  sonar  algarabía 
Que  á  la  lid  emplazaba  (no  á  Madres  Abadesas) 
En  que  tocan  al  arma  contradanzas  inglesas. 
A  tal  nueva  de  gozo  en  lo  interior  del  pecho 
El  corazón  le  salta,  y  dice,  aquesto  es  hecho: 
La  nube  se  aproxima,  no  de  piedra,  ó  granizo. 
Mas  preñada  de  antojos  con  que  me  fertilizo. 
A  no  muy  largo  rato  se  van  llegando  á  pares 
A  oír  el  Catedrático  las  bellas  Escolares. 
Cércanlo  como  abejas,  que  cercan  la  colmena; 
Y  el  gran  Piojo  entonces,  mirando  el  aula  plena. 
La  vo2f  así  dirige  á  todas  las  cuadrillas 
Que  estaban  alojadas  bajo  de  las  mantillas. 
Ah  digo  de  vosotras  sutiles  alimañas 


—533— 
Líis  que  habitáis  ocultas  en  espesas  marañas, 
Y  ha  ríe  vosotras  cuantas  en  retirados  senos 
Vivis  dias  alegres,  tranquilos,  y  serenos; 
Sin  contar  con  aquellas  de  gusto  depravado 
Que  espontáneamente  á  vivir  han  pasado 
Allá  en  las  entretelas  délos  menesterosos 
En  antes  opulentos,  que  por  giros  fragosos, 
De  la  i3az  el  deseo,  de  ostentar  el  prurito 
De  amor  la  pasión  loca,  de  amor,  amor  maldito 
Transformaron  de  Cresos  en  Iros  indigentes 
Alquimistas,  Poetas,  voces  equivalentes: 
A  vos  repito  aquellas  que  entre  plumas,  y  flores 
Del  Palacio  de  Ointia  vivis  los  miradores. 
Ya  el  asador  volteado  en  varias  actitudes 
Del  destino  ensartadas  van  las  vicisitudes. 
O  bien  Viejas,  ó  Mozas,  ó  deformes,  ó  bellas 
Ya  vuelven  á  alhagaros  Oasndas,  y  Doncellas, 

Y  ya  por  fin  girando  con  ordenado  turno 
A  reparecer  vuelven  los  Eeinos  de  Saturno. 
Acordaos  de  cuando,  como  negro  celaje     , 
Que  destruyendo  pasa,  el  Piojal  linaje. 
Enralecer  se  veia  por  espeso  rastrillo 

Que  al  tremendo  elefante  sacaron  del  colmillo. 
A  poco  mas  faltaran  fuertes  batalladores 
Que  contaran  los  hechos  de  sus  progenitores. 
Oh!  Júpiter  que  estrago,  de  aquel  funesto  aseo. 
En  tus  hechuras  hizo  el  oficioso  empleo! 
Mas  ya  libres  á  influjo  de  mis  tretas,  y  mañas 
Mis  guerreros  esgrimen  cortadoras  guadañas: 
Ya  de  Adonis  pasean  matizados  vergeles. 
Ya  ninfas  los  arrullan  en  rosas  y  claveles, 

Y  en  los  dias  nupciales  atrevidos  los  veo 
Adelantar  sus  pasos  al  solio  de  himeneo. 

Y  ya  son  recibidos  sin  sustos  ni  peleas 
A  circos,  á  teatros,  y  grandes  asambleas. 
Asi  por  grados  iba  el  vuelo  remontando 
ínterin  que  las  turbas  estaban  escuchando; 
Que  por  grados  iguales  el  silencio  rompían 
En  repetidos  vivas  que  en  confuso  se  oian. 
Mientras  el  gran  Piojo  de  vanidad  hinchado 
Poco  á  poco  abultando  su  natural  estado, 
Yásu  espíritu  grande,  siendo  estrecha  cabida 
De  su  corporatura  la  estancia  reducida, 
Engurgitadas  voces  que  articular  intenta 
Aprieta,  esfuerza,  empuja,  cruje,  por  fin  revienta. 
Acabóse  el  Piojo,  y  acabóse  mi  oficio 


—534— 
Cual  suelen  acabarse  los  fuegos  de  artificio. 
TrouíS,  y  tronarán  muchos  Piojos  racionales 
Si  Dios  no  los  liberta  de  semejantes  males: 
Que  es  sequela  ordinaria  de  razonable  ley 
Que  reviente  la  rana  por  igualar  al  buey: 
Que  peligre  el  venado  por  su  penacho  erguido 
Que  ala  acémila  rica  dé  sustos  el  bandido. 
Y  que  á  la  cabra  en  suma,  por  su  errada  contienda 
Acarree  dichetes  su  barba  reverenda. 
Tu  lector  que  has  sufrido  mi  son  alejandrino 
En  que  cantó  hace  siglos  cierto  Benedictino, 
Dispensarás  si  acaso  vieres  que  llega  tarde 
Algo  del  contenido  con  que  este  candil  arde: 
Corren,  y  tan  aprisa  la  moda,  y  la  manía 
^ue  el  andarles  en  zaga  será  loca  porfía: 
A  menos  que  se  vuelvan  para  materias  tales 
Veletas  los  poemas,  ó  escenas  teatrales. 
Copia] o,  y  encuadérnalo  en  pergamino,  ó  pasta 
Cuida  de  preservarlo  de  la  polilla,  y  basta, 


&íSa5« 


INFOEME  SECRETO 
Del  Conde  de  Aranda  al  Rey  Carlos  III. 


Aliada  la  España  á  Francia,  influyó  abiertamente  para 
emancipar  de  Inglaterra  las  colonias  que  Loy  forman  la  im- 
portante Eepública  de  dos  Estados  Unidos  de  América.  M 
Conde  de  Aranda  que,  el  firmarse  la  paz  de  Paris,  se  hallaba  de 
embajador  en  Francia,  dirijió  entonces  a  Carlos  III  la  Memo- 
ria secreta  que  vamos  á  consignar  en  este  libro,  documento 
poco  conocido  á  pesar  de  su  indisputable  importancia.  Esta 
Memoria,  á  la  vez  que  prueba  la  gran  ciencia  política  y  el 
acierto  con  que  el  previsor  diplomático  leia  en  el  porvenir, 
merece  ser  apreciada  por  los  que  hoy  somos  independientes. 

Hé  aquí  la  Memoria  secreta: 
Senoe: 

"  El  amor  que  profeso  á  la  persona  de  V.  M,;  la  gratitud 
que  le  debo  por  tantas  bondades  con  que  há  tenido  á  bien  col- 
marme, y  el  efecto  con  que  miro  á  mi  país,  me  mueven  á  dar 
cueata  á  Y.  M.  de  una  idea  á  que  doy  la  mayor  importancia 
en  las  circunstancias  actuales. 

"Acabo  de  ajusfar  y  firmar,  en  virtud  de  órdenes  y  poderes 
que  se  ha  dignado  darme Y.M.  un  tratado  de  paz  con  Inglaterra. 
Esta  Negociación,  que  según  los  testimonios  lisonjeros  de  pa- 
labra y  por  escrito  de  Y.  M.  debo  creer  he  logrado  desempe- 
ñar conforme  á  sus  reales  intenciones,  há  dejado  en  mi  alma, 
debo  confesarlo  un  sentimiento  penoso. 


—536— 
"La  independencia  de  las  colonias  inglesas  queda  reconoci- 
da, y  este  es  para  mí  unmotivo  de  dolor  y  temor.  Francia  tie- 
ne pocas  posesiones  en  América;  pero  lia  debido  considerar  que 
España  su  íntima  aliada,  tiene  muchas,  y  que  desde  hoy  se 
halla  expuesta  á  las  mas  terribles  conmociones.  Desde  el  prin- 
cipio, ha  obrado  Francia  en  contra  de  sus  verdaderos  intereses, 
alentando,  y  apoyando  esta  independencia,  y  con  frecuencia 
lo  he  declarado  así  á  los  ministros  de  aquella  nación  ¿Qué  de 
mas  prósi)ero  podia  acontecerá  Francia  que  ver  como  se  des- 
truían mutuamente  los  ingleses  y  norte-americanos  en  una 
guerra  de  partido,  que  no  podia  menos  de  aumentar  su  poder 
favoreciendo  sus  intereses?  La  antipatía  que  reina  entre  Fran- 
cia é  Inglaterra,  cegó  al  gabinete  francés  que  se  olvidó  de  que 
su  interés  consistía  en  permanecer  tranquilo  espectador  de  es- 
ta lucha:  y  una  vez  lanzado  en  la  arena  nos  comx)rometió  por 
desdicha,  á  consecuencia  del  pacto  de  familia,  á  una  guerra 
completamente  contraria  á  nuestra  ijroijia  causa. 

"  ífo  es  este  lugar  de  examinar  la  opinión  de  algunos  hom- 
bres de  estado,  tanto  nacionales  como  estrangeros,  en  la  cual 
estoy  conforme  acerca  de  las  dificultades  de  conservar  nues- 
tro dominio  en  América.  Jamás  han  podido  conservarse  por 
mucho  tiempo  posesiones  tan  vastas,  colocadas  á  tan  gran 
distancia  de  la  metrópoli.  A  esta  causa  general  á  todas  las  co- 
lonias, hay  que  agregar  otras  especiales  á  las  ijosesiones  espa- 
ñolas, á  saber:  la  dificultad  de  enviar  socorros  necesarios;  las 
vejaciones  de  algunos  gobernadores  para  con  sus  desgracia- 
dos habitantes;  la  distancia  que  los  separa  de  la  autoridad  su- 
prema á  que  pueden  recurrir  pidiendo  el  desagravio  de  sus 
ofensas,  lo  cual  es  causa  de  que  á  veces  trascurran  años  sin 
que  se  atienda  á  sus  reclamaciones:  las  venganzas  á  que  per- 
manecen expuestos  mientras  tanto  por  parte  de  las  autoridades 
locales:  la  dificultad  de  conocer  bien  la  verdad  á  tan  gran  dis- 
tancia; y  finalmente,  los  medios  que  los  vireyes  y  gobernadores  . 
como  españoles,  no  pueden  dejar  de  tener  para  obtener  mani- 
festaciones favorables  á  España;  circunstancias  que  reunidas 
todas,  no  pueden  menos  de  descontentar  á  los  habitantes  de 
América,  moviéndolos  á  hacer  esfuerzos  á  fin  de  consegir  la 
independencia  tan  luego  como  la  ocasión  les  sea  propicia. 

"Así pues,  sin  entrar  en  ninguna  de  estas  consideraciones 
me  ceñiré  en  la  actualidad  á  la  que  nos  ocupa  relativamente 
al  temor  de  vernos  expuestos  á  serios  iDcligros  por  parte  de  la 
nUeva  potencia  que  acabamos  de  reconocer,  en  un  país  en  que 
no  existe  ninguna  otra  en  estado  de  cortar  su  vuelo.  Esta  Ee- 
pública  federal  nació  pigmea  por  decirlo  asi,  y  há  necesitado 
del  apoyo  y  fuerzas  de  dos  estados  tan  poderosos  como  España 
y  Francia  para  conseguir  la  independencia.  Llegará  un  dia  en 


— ari- 
que crezca  y  se  torue  gigiiute  y  auu  coloso  temible  eu  ac^ae- 
llas  regiones.  Entonces  olvidará  los  beneficios  que  ha  recibido 
de  las  dos  potencias,  y  solo  pensará  en  su  engrandecimiento. 
La  libertad  de  conciencia,  la  facilidad  de  establecer  una  pobla- 
ción nueva  en  terrenos  inmensos,  asi  como  las  ventajas  de  un 
gobierno  naciente,  les  atraerá  agricultores  y  artesanos  de  to- 
das las  naciones;  y  dentro  de  pocos  años  veremos  con  verda- 
dero dolor  la  existencia  tiránica  de  este  coloso  de  que  voy 
hablando. 

"  El  primer  paso  de  esta  potencia,  cuando  haya  logrado  en- 
grandecimiento, será  el  apoderarse  de  las  Floridas  á  fin  de 
dominar  el  golfo  de  Méjico.  Después  de  molestarnos  asi  y 
nuestras  relaciones  con  la  Nueva  España,  aspirará  á  la  con- 
quista de  este  vasto  imperio,  que  no  podremos  defender  con- 
tra una  potencia  formidable  establecida  en  el  mismo  conti- 
nente y  vecina  suya. 

"  Estos  temores  son  muy  fundados  señor;  y  deben  realizarse 
dentro  de  breves  años  si  no  presenciamos  antes  otras  conmo- 
ciones mas  funestas  en  nuestras  Amérrcas.  Justifica  este  modo 
de  pensar  lo  que  ha  acontecido  en  todos  los  siglos  y  en  todas 
las  naciones  que  han  empezado  á  engrandecerse.  Doquiera 
el  hombre  es  el  mismo;  la  diferencia  de  los  climas  no  cambió 
la  naturaleza  de  nuestros  sentimientos,  y  el  que  encuentra 
ocasión  de  adquirir  poder  y  elevarse  no  la  desperdicia  jamás. 
lOómo  podremos,  pues,  prometernos  que  los  norte-americanos 
respeten  al  reino  de  ISTueva  España,  cuando  tengan  medios 
de  apoderarse  de  aquel  rico  y  hermoso  país?  Una  política 
cuerda  nos  aconseja  que  tomemos  X->recauciones  contra  los  ma- 
les que  pueden  sobrevenir.  Este  pensamiento  ocupó  toda  mi 
atención  desde  que  como  ministro  plenipotenciario  de  V.  M. 
y  conforme  su  voluntad  real  é  instrucciones,  firmé  la  paz  de 
París,  estudiando  negocio  tan  importante  con  todo  cuidado  de 
que  soy  capaz:  y  después  de  muchas  reflexiones  que  me  han 
sugerido  los  conocimientos,  tanto  militares  como  políticos 
que  he  podido  adquirir  en  mi  larga  carrera,  creo  firmemente 
que  no  nos  queda  para  evitar  las  grandes  pérdidas  que  nos 
amenazan,  mas  que  el  recurso  que  voy  á  tener  la  honra  de  ea- 
póner  á  V.  M. 

"  Debe  V.  M.  deshacerse  de  todas  sus  posesiones  en  el  con- 
tinente de  ambas  Américas,  conservando  tan  solo  las  islas  de 
Cuba  y  Puerto  Rico,  en  la  parte  septentrional  y  alguna  otra 
que  pueda  convenir  en  la  parte  meridional,  con  objeto  de  que 
nos  sirvan  como  escala  ó  depósito  para  el  comercio  español. 

"  A  fin  de  realizar  este  gran  pensamiento  de  un  modo  que 
convenga  á  España,  deben  de  establecerse  tres  infantes  en 

TOM.  VIÍ.  LlTEEATUKA— 33 


—538— 
América,  uno  como  Eey  de  Méjico:  otro  como  rey  del  Perú,  y 
otro  como  rey  de  Costa  Firme,  tomando  V.  M.  el  título  de  em- 
perador. 

"  Las  concesiones  de  esta  inmensa  cesión  podrían  ser  que 
los  tres  nuevos  reyes  y  sus  sucesores,  reconociesen  á  Y.  M. 
y  á  los  príncipes  que  ocupen  el  trono  después  por  gefes  su- 
premos de  la  familia,  que  el  rey  de  Méjico  pagase  cada  año 
como  feudo  por  la  cesión  de  aquel  reyno,  una  contribución  en 
plata  de  un  número  determinado  de  marcos,  que  se  enviarían 
en  barras  para  acuñarlos  en  las  casas  de  Moneda  de  Madrid 
y  Sevilla.  Lo  mismo  haría  el  rey  del  Perú  pagando  en  oro  de 
sus  posesiones. 

"  El  de  la  Costa  Firme  reinitiria  cada  año  su  contribución  en 
géneros  coloniales,  sobre  todo  en  tabaco,  para  abastecer  los  es- 
tancos del  reino, 

"  Estos  soberanos  y  sus  hijos,  deberían  casarse  siempre  con 
infantas  de  España  ó  de  su  familia,  y  los  príncipes  españoles 
se  enlazarían  con  princesas  de  los  reynos  de  Ultramar.  De  es- 
te modo  se  establecería  una  unión  íntima  entre  las  cuatro  co- 
ronas, y  antes  de  sentarse  en  el  trono  cualquiera  de  estos  so- 
beranos debería  jurar  solemnemente  que  cumpliría  con  estas 
condiciones. 

"  El  comercio  habría  de  hacerse  bajo  el  pié  de  la  mas  es- 
tricta reciprocidad,  debiendo  considerarse  las  cuatro  naciones 
como  unidas  por  la  mas  estrecha  alianza  ofensiva  y  defensi- 
va para  su  conservación  y  prosperidad. 

"  íío  hallándose  nuestras  fábricas  en  estado  de  abastecer  á 
América  de  todos  los  objetos  manufacturados  de  que  pudiera 
tener  necesidad  sería  preciso  que  Francia  aliada  nuestra,  les 
suministrarse  todos  los  artículos  que  nos  viéramos  nosotros 
imposibilitados  de  enviar,  con  exclusión  absoluta  de  Ingla- 
terra. Para  este  fin,  los  tres  soberanos  al  sentarse  en  sus  tronos 
respectivos,  ajustarían  tratados  formales  de  comercio  con  Es- 
paña y  Francia,  cuidando  mucho  de  excluir  á  los  Ingleses.  Co- 
mo poseedores  de  nuevos  estados,  podrían  hacer  libremente  lo 
que  mas  les  conviniera. 

'■'  De  la  ejecución  de  semejante  plan  resultarían  las  ventajas 
siguientes:  la  contribución  de  los  tres  reinos  del  ]S"uevo  Mun- 
do seria  mucho  mas  provechosa  para  España  que  los  socorros 
en  dinero  que  en  la  T.ctualidad  envía  América:  la  población  au- 
mentaría cesando  la  emigración  continua  á  tan  lejanas  pose- 
siones: y  una  vez  estrechamente  unidos  los  tres  reinos  de  Amé- 
rica por  medio  de  las  obligaciones  propuestas,  no  hay  en  Euro- 
pa potencia  que  pudiera  ig  ualarse  á  su  poder  ni  al  de  España  y 
Francia  en  nuestro  continente.  Al  mismo  tiempo  habría  fuerza 
para  impedir  el  engrandecimiento  de  las  colonias  americanas, 


—539— 
<5  el  de  ciiíilqniera  otra  potencia  que  quisiera  establecerse  en 
aquella  parte  del  mundo.  Con  la  uuion  de  los  nuevos  reinos  y 
España,  el  comercio  español  cambiaría  los  productos  naciona- 
les por  los  géneros  coloniales  que  pudiéramos  necesitar  jjara 
rtnestro  consumo.  Por  este  medio  se  aumentarla  nuestra  mari- 
na mercante  y  la  militar  por  consiguiente  sería  respetada  en  to- 
dos los  mares.  Las  islas  que  arriba  he  citado,  administrándo- 
las bien  y  poniéndolas  en  buen  estado  de  defensa,  nos  basta- 
rían para  nuestro  comercio,  sin  necesidad  de  otras  posesiones, 
y  finalmente  difrutariamos  de  todas  las  ventajas  que  nos  da  la 
posesión  de  América  sin  ninguno  de  sus  inconvenientes. 

"  Tales  son  señor,  mis  ideas  relativas  á  este  punto  delica- 
do: si  logra  merecer  la  soberana  aprobación  de  Y.  M..  entraré 
en  mas  detalladas  aclaraciones,  explicando  el  medio  de  poner- 
las en  ejecución  con  el  sigilo  y  precauciones  que  conviene,  de 
modo  que  Inglaterra  no  lo  note  hasta  tanto  que  los  tres  infan- 
tes se  hallen  en  camino  y  mas  cerca  de  América  que  de  Euro- 
pa, no  pudiéndose  por  lo  tanto  ya  oponer.  Este  sería  un  golpe 
terrible  para  tan  orgulloso  rival;  i)ero  de  ante  mano  habría- 
mos de  preparar  las  medidas  que  ]mi3ortára  tomar  para  po- 
nernos á  cubierto  de  los  efectos  de  su  cólera. 

"Para  asegurar  la  ejecución  de  este  plan,  convendrá  jioner- 
se  de  acuerdo  con  Francia,  nuestra  íntima  aliada,  quien  se 
prestará  á  ello  sin  dificultad  al  ver  las  ventajas  que  habrá  de  re- 
portardel  establecimiento  desu  familia  entre  I  os  tronos  delNue- 
vo  Mundo,  así  como  de  la  protección  especial  que  se  dará  á  su 
comercio  en  todo  aquel  hemisferio,  excluyendo  á  Inglaterra 
su  implacable  rival.  Poco  hace  todavía  que  he  llegado  de  Pa- 
rís con  objeto  de  disfrutar  la  licencia  que  logré  para  asuntos 
personales.  Si  asi  lo  desea  V.  M.  regresaré  al  punto  á  mí  em- 
bajada diciendo  que  he  despachado  ya  mis  negocios.  En  aque- 
lla capital  gozo  de  consideración  plena,  hónranme  los  reyes 
con  su  benevolencia;  y  sus  ministros  me  ponen  buena  cara. 
No  sé  tú  me  engaño;  pero  abrigo  esperanzas  de  que  apruebe  el 
proyecto  de  que  se  trata,  como  asi  mismo  que  lo  llevaré  á  cabo 
con  el  secreto  y  prudencia  conveniente.  También  puede  V.  M. 
contar  conmigo  en  lo  futuro  para  los  detalles  interiores  de  tan 
vasto  proyecto,  del  modo  que  agrade  á  V.  M.  porque  el  que 
concibe  una  idea  se  haya  mas  que  otro  ninguno  en  estado  de 
ejecutarla.  Conocidos  son  á  V.  M.  mi  celo  y  fidelidad,  ningún 
negocio  de  cuantos  Y.  M.  ha  dignado  confiarme  ha  salido 
mal,  y  tengo  conflanza  de  que  este  se  lograrla  lo  mismo,  á 
juzgar  por  mi  deseo  inalterable  de  consagrar  mi  sosiego,  mis 
intereses  y  mi  vida  al  servicio  de  Y.  M.  Dios  &. 


índice 

DEL  SETIlVrO  TOMO. 


Las  tres  épocas  del  Perú  ó  compendio  de  su  Historia. 
Cuatro  palabras  del  Editor 


ÉPOCA  PRIMERA. 

Fundación  del  Imperio  de  los  Incas 7 

Manco-Capac- 12 

Sinchi-Eoca  II  Emperador 17 

Lloque-Yupanqui  III  Emperador —  17 

Maita-Oapac  IV  Emperador 18 

Capác-Yupanqiü  V  Emperador —  19 

Inca-Eoca  VI  Emperador 21 

Yahuar-Huaca  VII  Emperador 22 

Vira-Cocha  VIII  Emperador _ 23 

Pachacutec  IX  Emperador 24 

Inca-Yupauqui  X  Emperador - 26 

Tupa-Yupanqui  XI  Emperador 57 

Huaina-Capac  XII  Emperadoi - 28 

Huáscar  XIII  Emperador 29 

Atahualpa  XIV  Emperador 30 


—542— 

ÉPOCA  SEGÜNDl 

DINASTÍA  ULTRAMAEIKA. 

CABLOS  PBIMEEO  EMPERADOR  XV  DEL  PERÚ. 
I. 

FAGINAS. 

Don  Francisco  de  Pizarro,  marqués  de  los  Atavillos,  pri- 
mer Gobernador  y  Oapl  tan  General  del  Perú 31 

II. 

L.  Cristóbal  Baca  de  Oastro  del  Consejo  Eeal  de  Castilla, 
fué  nombrado  por  el  Emperador  en  1540  asesor  de 
Pizarro.. 35 

III. 

Blasco  ÍTuñez  Vela,  del  orden  de  Santiago  Capitán  de  las    . 
Guardias  del  Emperador,  fué  nombrado  primer  Virej 
del  Perú  y  Presidente  de  la  Eeal  Audiencia  que  iba  á 
establecerse 37 

IV. 

Licenciado  Pedro  de  la  Gasea,  del  Supremo  Consejo  de  1^ 
Inquisición 41 

V. 

Bon  Antonio  de  Mendoza,  hijo  segundo  del  Marqués  de 
Mondejar  y  Conde  de  Tendilla 44 

VI. 

Don  Andrés  Hurtado  de  Mendoza,  Marqués  de  Cañete, 
Guarda  mayor  de  la  ciudad  de  Cuenca  y  montero  ma- 
yor del  Eey 47 


—543— 
FELIPE  SBGÜJSTDO 

EMPEJSADOB  XVI  DEL  PERÚ, 
VII. 


PAGINAS: 


Don  Diego  López  de  Zuñiga  y  Velasco  conde  de  Nieva . ,     49 

VIIL 

Licenciado  Lope  Garcia  de  Castro  del  Consejo  Real  de  In- 
dias elegido  por  Presidente  de  la  Audiencia,  Goberna- 
dor y  Capitán  General  del  Perú.. 50 

IX. 

Don  Francisco  de  Toledo,  hijo  del  Conde  de  Oropesa, 
nombrado  Virey  del  Perú 52 

X. 

Don  Martin  Hnriquez,  hijo  del  Marqués  de  Alcañices 55 

XI. 

Don  Fernando  de  Torres  y  Portugal,  Conde  de  Villar  Don 
Pardo 56 

XII. 

Don  Garcia  Hurtado  de  Mendoza,  Marqués  de  Cañete, 
señor  de  las  Villas  de  Argete  y  su  partido 57 

XIII. 

Don  Luis  Velazco,  Marqués  de  Salinas,  Caballero  de  la 
orden  de  Santiago. 59 

FELIPE  TEECERO. 

BLMPERADOR   XVII  DEL    PERÚ 

XIV. 

Don  Gaspar  de  Zuñiga  y  Acebedo  y  Fouseea,  Conde  de 
Monterey 61 


—544— 
XV. 

PAGINA.S. 

Don  J  uau  de  Mendoza  y  Luna,  Marqués  de  Montesclaros .     62 

XYL 

Don  Francisco  de  Borja  y  Aragón,  Príncipe  de  Esquila- 
che,  Conde  de  Mavalde.  y  gentil  hombre  de  Camarra 
deS.M.  , 65 

FELIPE  CUARTO 

EMPERADOR  XIII   DEL  PERÚ. 
XVII. 

Don  Diego  Fernandez  de  Oordova,  Caballero  ilustre  de 
Oórdova  y  primer  Marqués  de  Guadálcazar 67 

XVIIL 

Don  Gerónimo  Fernandez  de  Cabrera,  Bobadilla  y  Men- 
doza, de  los  Consejos  de  Estado  y  Guerra 70 

XIX. 

Don  Pedro  de  Toledo  y  Leí  va,  Marqués  de  Mancera,  se- 
ñor de  las  cinco  Villas  y  su  jurisdicción.  Comendador 
de  Esparragal  en  el  orden  de  Alcántara  gentil  hombre 
de  Cámara  de  S.  M.  y  de  su  Consejo  de  Guerra. .....     78 

XX. 

Don  Garcia  Sarmiento  de  Sotomayor,  Conde  de  Salva- 
tierra, Marqués  de  Sabroso,  caudillo  mayor  del  reyno 
y  obispado  de  Jaén „ 76 

XXL 

Don  Luis  Enrique  de  Guzman,  conde  de  Alva  de  Liste  y 
Villaflor,  Virey  de  Méjico,  y  el  primer  grande  de  Es- 
paña que  pasó  al  Perú 78 


—545— 
XXII. 

PAGINAS. 

Don  Diego  Benavides  y  de  la  Cueva,  Conde  de  Santiste- 
van  del  Consejo  de  la  Guerra,  Virey  de  Navarra  de  don- 
de pasó  al  Perú 80 

CÁELOS  SEGUNDO 

EMPERADOR  xrx  DEL  PERÚ. 

xxni. 

Don  Pedro  Fernandez,  Castro  y  Andrade;  Conde  de  Le- 
mos,  Marqués  de  Sarria  y  de  Gatira,  Duque  de  Tauri- 

fanco  y  grande  de  España 84 

XXIV. 
Don  Baltazar  de  la  Cueva  Enrique  de  Saavedra,  Conde  de 
Castellar  Marqués  de  Malagon  del  Consejo  y  Cámara 

de  Indias 90 

XXV. 
Don  Melchor  de  Liñan  y  Cisneros,  Obispo  que  habia  sido 
de  Santa  Marta  y  Popayan,  capitán  general  del  reyno 
de  Santa  Fé  y  Arzobispo  de  Charcas;  sirviendo  el  de  Li- 
ma, se  hizo  cargo  del  Vireynato - . . .    91 

XXVI. 
Don  Melchor  de  Navarra.y  Rocafull,  Duque  de  la  Palata 
{lugar  en  el  reyno  de  'Eápoles)  Príncipe  de  Masa,  Mar- 
qués de  Tola,  de  los  Consejos  de  Estado  y  guerra ,     94 

XXVII. 
Don  Melchor  de  Portocarrero  Lazo  de  la  Vega  Conde  de 
la  Monclova,  Comendador  de  Zarza  en  la  orden  de  Al- 
cántara  97 

FELIPE  SEGUNDO 

EMPERADOR  XX  DEL  PERÚ. 
XXVIII. 

Don  Manuel  Omms  de  Santa  PauOlim  de  Sentmatat  y  de 
Lanuza,  Marqués  de  Castel  Dos  Eius,  Grande  de  Es- 
ña  y  Embajador  que  habia  sido  de  Lisboa  y  de  París .  101 

XXIX. 
Don  Diego  Ladrón  de  Guevara,  Obispo  de  Quito,  y  Presi- 
dente Gobernador  y  Capitán  general  que  habia  sido  de 

Tierra  Firme 103 

Tomo  yh.  Literatuea— 69 


—546- 

ÍAGINAS. 

XXX. 
Don  Fr.  Diego  Morcillo  Bubio  de  Auñon,  Arzobispo   de 

la  Iglesia  Metropolitana  de  la  Plata 10^ 

XXXI. 

Don  Carmine  Nicolás  Oaracciolo,  Príncipe  de  Santo  Buo- 
no,  Duque  de  Oastell  de  Sangro,  Marqués  de  Buquia- 
nico,  Conde  de  Esquiabí  de  Santobido  y  de  Capa- 
crota,  Señor  de  la  Ciudad  de  Auñon,  Barón  de  Monte- 
Ferrate,  Castillon,  Bel  monte,  Soca  Espinal  beti  Frai- 
nenefrica  Grandinarca  y  Castelnobo,  Grande  de  Espa- 
ña y  Embajador  que  habia  sido  á  la  República  de  Ve- 
necia 105 

XXXII. 

Don  Fray  Diego  Morcillo  Rubio  de  Auñon 107 

LUIS  PSIMERO 

EMPERADOR  XXI  DEL  PERÚ. 

xxxni. 

Don  José  Armendaris,  Marqués  de  Oastel-Fuerte,  Comen- 
dador de  Montinzon  y  Ohinclana  en  la  orden  de  Santia- 
go, Capitán  general  de  Ejército 108 

FELIPE  QUINTO 

EMPERADOR  XXII  DEL  PERÚ. 

XXXIY. 
Don  Antonio  Mendoza,  Cañauío  y  Sotomayor,  Marqués  de 
Yillagarcia,  Conde  de  Barrantes,  Señor  de  Vista  Ale- 
gre, Ruvianes,  Lamas  y  Billanasur,  Mayordomo  de  se- 
mana, y  Gentil  hombre  de  Cámara  de  S.  M 114 

XXXV. 
Don  José  Manso  de  Velazco,  Conde  de  Superunda,  sien- 
do Presidente  de  Chile  fué  ascendido  al  Vireynato  del 
Perú 117 

FERNANDO  SEXTO 

EMPERADOR  XXIII  DEL  PERÚ. 


CARLOS  III EMPERADOR  XXIV  DEL  PERÚ. 

XXXVI. 

Don  Manuel  de  Amat  y  Junient,  Caballero  de  la  orden  de 
San  Juan  y  de  San  Genaro,  Teniente  General  de  los 
Reales  Ejércitos,  estando  sirviendo  la  presidencia  de 

Chile  fué  nomTorado  Virey  del  Perú 122 


--547— 

?ACWAS. 

XXXVII. 

Don  Manuel  de  Gnirior,  Caballero  de  laórden  de  San  Juan, 
Gentil  hombre  de  Cámara  y  Teniente  General   de  la 

Real  Armada 126 

XXXVIII. 

Don  Agustín  de  Jauregui,  Caballero  de  la  orden  de  San- 
tiago, Teniente  General  de  los  Reales  Ejércitos.  De 
Presidente  de  Chile  pasó  á  servir  el  vireynato  del  Perú.  127 

XXXIX. 

Don  Teodoro  de  Croix,  Caballero  de  Croix  del  orden  Teu- 
tónico, Teniente  general  de  los  Reales  Ejércitos, . 129 

CARLOS  CUARTO 

EMPERADOR  XXY  DEL  PERÚ. 

Baylio  F.  Don  Francisco  Gil  Taboada  Lemus  y  Villama- 
rin.  Caballero  profeso  de  la  .Sagrada  Religión  de  San 
Juan,  Comendador  de  Puerto  Marin,  del  Consejo  Su- 
premo de  Guerra,  y  Teniente  General  de  la  Real  Ar- 
mada    132 

XLI. 
D.  Ambrosio  O'Higgins  y  Ballenar,  Marqués  de  Osor- 
no.  Barón  de  Ballenari,  Teniente  General  del  Ejérci- 
to. De  Presidente  de  Chile  pasó  al  Vireynato  del  Perú  134 

XLI  I. 

Don  Gabriel  de  Aviles  y  del  Fierro  Marqués  de  Aviles, 
Presidente  de  Chile,  Teniente  General  y  Virey  de  Bue- 
nos Ayres  de  donde  pasó  al  Perú 136 

XLIII. 

Don  José  Fernando  de  Abascal  y  Sonsa,  Marqués  de  la 
Concordia  Española  del  Perú,  Caballero  Gran  Cruz 
de  Carlos  III,  Gran  Cruz  Americana  de  Isabel  la  Cató- 
lica, y  de  la  militar  de  Santiago,  Teniente  General  de 

los  Reales  Ejércitos 138 

FERNANDO  SÉTIMO 

EMPERADOR  XXVI  DEL  PERÚ. 
XLIV. 

Don  Joaquín  déla  Pezuela  y  Sánchez,  Caballero  Gran 
Cruz  de  la  orden  Americana  de  Isabel  la  Católica,  Te- 
niente General  de  los  Reales  Ejércitos 144 

XLV. 

Don  José  La  Serna  é  Hinojosa,  Teniente  General,  Caba- 
llero de  la  Militar  orden  de  San  Ermenegildo,fué  pro- 
clamado Virey  por  el  Ejército 174 


—548— 

ÉPOCA  TERCERA. 

PERÚ  INDEPENDIENTE. 

PAGINAS. 

Don  José  de  San  Martin , 148 

HISTORIA  DE  LA  MONJA  ALFÉREZ 

(escrita  por  ella  misma.) 

Advertencia  del  Editor .....  209 

Principio  de  la  Historia , 213 

llíotas  finales  del  manuscrito. 259 

Partida  Bautismal  de  Doña  Catalina  de  Erauso 263 

Certificación  de  Don  Francisco  Pérez  de  ITavarrete 266 

Certificación  de  Don  Juan  Cortés  de  Monroy 267 

Información 268 

Certificación  de  Don  Juan  Eecio  de  León 275 

Eelacion  de  algunos  documentos  relativos  á  solicitudes  he- 
chas al  Eey  por  el  Almirante  D.  Tomas  Larraspurii  & .  277 
Eelacion  del  suceso  de  Don  Juan  de  Benavides  & 281 

RELACIONES  DE  AL&UNOS  AUTOS  DE  FE  CELEBRADOS  POR  LA  INQÜJSICIOIÍ  DE  LIMA. 

Advertencia  del  Editor 285 

Eelacion  Sumaria  de  la  causa  de  A,ngela  Carranza  y  de- 
mas  reos 287 

Auto  de  Eé  que  se  celebró  en  la  Ciudad  de  Lima  é  Igle- 
sia de  Santo  Domiugo,  el  Lunes  Santo,  diez  y  seis  de 
Marzo  de  1693 368 

Eelacion  del  Auto  particular  de  Fé  que  se  celebró  en  esta 
Ciudad  de  Lima  en  oüce  de  Noviembre  de  1737 373 

Eelacion  del  Auto  particular  de  Fé  que  se  celebró  en  la 
Iglesia  de  Sto.  Domingo  el  dia  19  de  Octubre  de  I74Í)  385 

Eelacion  del  auto  particular  de  Fé,  celebrado  el  6  de  Abril 
de  1761 410 

Breve  noticia  histórica  del  Yireynato  de  Buenos  Ayrres, 
escrita  en  el  año  de  1803  por  Don  Diego  de  la  Vega, 
Visitador  de  la  Eeal  Hacienda. 417 

Instrucciones  á  que  se  sujetaba  el  Santo  Oficio  de  la  In- 
quisición    463 

Elimperio  delPiojo  recuperado 509 

Importantísima  Memoria  del  Conde  de  Aranda  á  Car- 
los IIIj  sobre  independencia  déla  America » 535 


FIN   DEL   TOMO   SÉTIMO.