^^^ft:.
Síí^^í
..^
8UCH8INDEREI ^
ITIi.HAGER I
LEIPZIG I
DEL PERÚ
COLECTADOS Y AEREGLADOS
EL CORONEL DE CABALLERÍA DE EJERCITO FUNDADOR DE LA INDEPENDENCIA i'
DIRECTOR DE LA BIBLIOTECA NACIONAL,
MANIJEL DE ODniOSOLA.
TOMO SÉPTIMO.
lim:^.
IMPRENTA DEL ESTADO, CALLE DE LA KIFA NUM. 68.
■T,
"^V
m^. J^w
<^t
: : ",' V*"i •*
N'
GUATEO PALABRAS.
El señor D. José María Oórdova y Urnitia empleado que
fué en el Tribunal Mayor de Cuentas, publicó en 1839 dos vo-
lúmenes con el título de estadística de Lima; y en 1844 dio á
luz otro interesantísimo libro titulado i«s tres épocas del Perú.
Agotada la edición de este, y siendo generalmente buscado
por la juventud estudiosa, me he decidido á reimprimirlo re-
servando para después hacer otro tanto con la Estadística del
mismo autor.
Las tres épocas del Ferú es un libro curiosísimo y de gran
utilidad para consultar datos y fechas. El autor no ha escrito
una historia propiamente hablando, sino preparado apuntes
de positivo interés y que hacen de su libro un indispensable
ornato de toda biblioteca.
Oreo, por lo tanto, que será bien acogida del público la reim-
presión de la obra del modesto escritor limeño D. José Maria
de Oórdova y Urrutia.
Lima, 1875.
Manuel de Odeiozolá.
LAS
TRES ÉPOCAS
DEL I^ERU
COMPENDIO DE SU HISTORIA
POR
José María Círlo?a y ümitia.
Contador de segunda clase del Tribunal Mayor de Cuentas del Perú,
ÉPOCA PRIMERA.
FUNDACIÓN DEL IMPERIO DE LOS INCAS,
La historia de la primara gente que pobló este país extraor-
dinario está envuelta en la densidad de los tiempos. Empero,
es innegable que cuando la redención del género humano, ó lo
que es lo mismo, en el primer siglo de la era Cristiana, existía
habitado por descendientes do Noé. [1]
Una constante y confirmada tradición comprueba que los
Apóstoles Tomás y Bartolomé anunciaron el Evangelio en es-
tas regiones. Sin estar á lo que dice Teodoreto y otros de los
treinta pueblos que se extienden sobie los dos famosos rios de
Parama y Uruguay, que ocupa casi el espacio de cuatrocien-
tas leguas se conserva una radicada noticia trasmitida de pa-
dres á hijos que Santo Tomas, ó como ellos acostumbran limar-
lo Santo Tomé, pronunció en estas tierras el Evangelio y el
Dr. Xarque Dean de Albarracin en España que anduvo mu-
chos años por estos lugares, dá por segura y bien fundada es-
ta tradición. En el Paraguay y el Brasil existen como testimo-
nio de verdad, varias noticias ó instrumentos que comprueban
la venida de este Apóstol.
(1] Según el Dr. Rocha los indios tienen sn origen de Jafet hijo de Noé,
por su nieto Tn bal que pobló á España, y sus descendiente^ pasaron á Amé-
rica, para lo cual hace una comparación de la igualdad de nombres de pue-
blos, rios, etc, de España con los del Perú.
— 8—
Del mismo modo es irrefragable el descubrimiento que se
hizo al principio, de iiua gran Cruz que conservaban los In-
cas en el Cuzco. Entre el pueblo de Huaico j el de Carabuco
en la Provincia de Omasuyos se halla una capilla arruinada
dedicada á San Bartolomé, donde según tradición se apareció
el Santo a predicará los gentiles y en el altar mayor del tem-
plo del último pueblo hay una Cruz grande de madera muy
fuerte, cuyas astillas solicitan los Heles por decir que la dejó
allí el Santo Apóstol. También en el pueblo de Ayaviri, pro-
vincia de Yauyos en el Departamento de Lima, permanece
una piedra como una mesa en que han creido constantemente
los naturales que se recostaba en ella San Bartolomé para
descausar de las fatigas de la predicación: tenia esculpidos
ciertos caracteres que mandó borrar un visitador eclesiástico,
l)rivando á los curiosos el escudriñar é investigar su contenido.
Empero, como el grano que cae eu un terreno por feraz que
sea, si no encuentra quien lo culCive, necesariamente sucum-
be; así sucedió en nuestro Perú y solo permaneció hasta el fin
la creencia de un solo Dios, que adoraban interiormente con
el nombre de, Pacliacamac [1].
ISTo entraremos eu demostrar la vida errante de estos primi-
tivos moradores, pues baste decir vivían como los salvajes de
la Europa: sin religión y sin comunicación entre sí: los frutos
que uno cogía podía apoderarse otro de ellos sin contradicción,
lo mismo sucedia con la caza, con la cueva que servia de asi-
lo, y en una palabra, con los demás goces de la vida.
Es verdad que la existencia de una nación es siempre oscu-
ra, y esta suerte común de todos los pueblos, es la del Impe-
rio de los Incas, [2] no obstante, en toda la tierra se en-
(1) Los indios seguu Garcilazo conocían según la existencia de nn Su-
preuo Dios invisible, cnyo nombre reverenciaban sobre manera; se abste-
nian de pronnnciarlo, y cuando lo verificaban era después de infinitud de
acatamientos que hi^ician. Hé aquí la prueba de nu pueblo verdaderamente
devoto; pues no era como el Judaico, al cual no se le permitía saber ni oir
pronunciar Jebová, y cuando el Gran Sacerdote lo hacía una vez al año, era
deletreando, V mientras tanto se feímaba mucbo ruido, á fin de que la pa-
labra no fuese oída.
(2; La grau curiosidad de encontrar el origen de los Americanos, ñan
lieelio emitir opiniones extravagantes á Isac Peyrere, Tomas Burnet y
otros, pretendiendo que toda la raza liumana no desciende de Adán y Eva
y que la América fué poblada antes del descubrimiento de la Brújula. De
Iguales desproporciones abundan las historias, pues dice ''Bodino" en su
Teatro Filosófico, que los Egipcios se jactaban de haber hallado la serie de
mas de 18,000 anos. Los Caldeos según ^'Cicerón" decían que la encontra-
ban de 40 000, y los Chmos en íé de otros autores, afirman en el libro que
tienen de la creación del mando, que el liunge de los ''Tonhomme8,"que se-
gún ellos fueron los pnuieros hombres, sul)sistió mas de 90,000 añ¿s. Tam-
bién los indios contaban sus fábulas como que del sitio dé Paurcartampu
— 9—
cuentran vestigios de ideas originales que perfeccionaban el
género humano, que apesar del tiempo, incuria y revoluciones
de la conquista, contrastan las que admira el antiguo mundo.
¡Y cuántas mas nos asombraran si permanecieran sus Qui-
puanas! Una paleografía y logística no imaginada por nación
alguna liarían mas plausible el principio de su imperio, los
sucesos de su establecimiento, las empresas y sagacidad de
sus Incas para congregar la barbarie dispersa, civilizarla y
hacerla florecer en lo mas fino de varias artes y en lo mas re-
cóndito de algunas ciencias.
Se varían las reglas que tuvieron para el cultivo de la tier-
ra, los fundamentes de una agricultura que preparando las
faldas pendientes y cimas de los cerros áridos ofrecía á la na-
turaleza llanuras artiñcíales y la obligaban á fertilizar con
ventaja: formados de terraplenes, murados con pircas ó pare-
des de piedras ó gradas succesivamente según su elevación,
multiplicaban las superficies del mismo recinto y hacían que
la eflorecencia y fructificación de las plantas apareciesen pri-
mero en las partes bajas y después en las altas [1]. Para el fo-
mento de esta admirable economía se ven empleados con pe-
ricia oportuua los principios de la agricultura, hidráulica y
las condiciones de la nivelación observada coa toda exactitud.
Sacaban sus aguas de tomas [2] muy distantes, las conducían
por llanuras y eminencias de muchos niveles en acequias que
ganaban las laderas y cimas de los cerros. A mas de la fideli-
dad del nivel, se notan en ellas su cause dirijido á trechos por
escarpes casi á plomo de peña viva excavada sin el auxilio de
la pólvora ni el hierro, y varias especies de (ataguías) coloca-
das aun en los mayores precipicios.
Serian también manifiestos los secretos de varias artes en
cuyos movimientos no se penetra el artificio: las tablas de
granito y otras piedras grabadas de suerte que las figuras del
buril no engañan la tersura: los utensilios de varios metales
fundidos ó tirados de modo que siendo de oro la parte superior
de un vaso y la inferior de plata no se encuentra su íntima
salieron al principio del mundo, de unas ventanas que habiaen unas peñas,
cuatro hombres é igual número de mugeres, de los cuales el primero solla-
ma Manco-Capac, y la primera liembra Mama-OcUo,
(1) Los vestigios de está misma industria, dice el sabio D. Gabriel Mo-
reno, se notan en casi todas las montañas áridas y escarpadas de la Judea
y sirven para explicar la fertilidad de la tierra de Promisión que no tenien-
do mas de 70 leguas de largo y 30 de ancho, suMa tantos millones de habi-
tantes.
(2) Véanse los fragmentos de las grandes acequias de Lucanas y Conde-
suyos y las corrientes de otras muchas que subsisten como los grandes
acueductos de Nasca.
TOM. vil. LlTEEATURA — 2
_10_ ^-'^v- ^-^■m^
incorporación, pues primero se rompe el todo que manifestar-
se soldadura [1]. Son estos unos misterios para los intelijen-
tes del arte. Como lo son en la arquitectura los ajustes de las
piedras maestras de varias fortalezas, el camino subterráneo
que conduce á la del Cuzco y el gran retrato del Cacique
OUantay en la de Tambo, liecho sobre un lienzo perpendicu-
lar de peña dura en altura inaccesible por todas partes. Admi-
ra mas esto, cuanto que ellos no conocieron mas instrumentos
para labrar piedra que unos guijarros negros que llamaban
liilmana, ni otra maquinaria para levantar y conducir los pe-
ñascos que sus robustos brazos, ni mas arte para unirlas con
tan admirable trabasen que el discurso natural [2].
Nos seria también de grande utilidad, conocer las virtudes
de las yerbas, por lo que eran mirados con respeto los dedica-
dos á la hervorizacion, poseyendo el arte de administrar re-
medios para el alivio de las dolencias. Sus medicamentos per-
tenecían en su mayor parte al reino vegetal y las virtudes de
muchas plantas eran trasmitidas de padres á hijos. Aun hoy
se encuentran con frecuencia indios que viajan por toda la
América conduciendo especies medicinales que suelen admi-
nistrar con gran éxito.
En medio de la pérdida de sus memorias se ha podido ras-
trear la exactitud que tuvieron en medir el tiempo, las precau-
ciones que tomaron para obtener el día de los equinoccios y
solticlos y averiguar la cantidad ael año, que siendo lunar
compuesto de doce meses sabían añadir como los Egipcios los
dias pagómenos y no se empezaban á contar hasta la venida
del solsticio. Así es que, supieron como casi todas las nacio-
nes del universo dividir el año en doce meses que llamaban
"Huata" y comenzaban á contarlo desde Junio; [3] en el or-
den siguiente.
(1) Estas especies se hsn encontrado particularmente en la misión de
Cocabambilla. En el Museo de Lima se hallan varias figuras de hombres
de oro y plata j un vaso del primer metal labrado sin soldadura alguna.
(2) Por esto se idearon las grandes fábulas de los jigantes, de que se han
publicado muchas y variadas disertaciones. Garcilaso refiriéndose á Pedro
Ciesa de León, dice, que los jigantes desembarcaban en la punta de Santa
Elena, cerca de Puerto-viejo, y que por tradición se sabia que venían por
mar en botes de juncos hechos como unas barcas. Empero, D. Juan Kan -
king en sus investigaciones históricas, refiriendo la venida de los Mongo-
les á América, dice, que estos uinieron con elefantes de cuj'^os animales son
los huesos que se hallan en varias partes,
(S) Según el señor D. Mariano Eduardo de Rivero, el señor Dr. D, Ga-
briel Moreno dice, que en los tiempos antiguos se empezaba la cuenta por
el equinoccio de Marzo; pero el Inca Pachacutec la pasó en el Solsticio de
Diciembre desde cuyo mes comienza su cuenta, dando á los meses diver-
sos nombres de los que se copian.
—11—
Nombres que tenían Al que corresponde
los meses. del nuestro.
Aiicay-Oaxqiii. .corresijonde á Junio.
Oharguar-Vaiques Julio.
Oitua-quiz Agosto.
Puzcuay-quiz Setiembre.
Oautai^ay-quiz Octubre.
Layme-quiz Noviembre.
Oamay-quiz Diciembre.
Pura-Opiay-quiz Euero.
Oac-May-quiz Febrero.
Pauca-Éuaray-quiz Marzo.
Ariguar-quiz Abril.
Aymuray-quiz Mayo
Los astrónomos ó amantas que acompañaron al Inca Tupac
Yupanqui en su expedición hacia Quitu, fueron midiendo los
grados de latitud, plantando columnas: llegadas al Ecuador,
desde un punto de este, las dirigieron al mar para que su serie
demostrase la línea que en la tierra correspondía á la equino-
cial: [1] sabian por las ocho torres que construyeron al Orien-
te y Poniente de la ciudad del Cuzco, los solsticios de verano
é invierno y contaban sus meses por lunas, x)ero se regian pa-
ra sus sembríos por el año solar. Estos monumentos científi-
cos hubieran servido de mucha utilidad, á los sabios Parisien-
ses que en 1736 estuvieron en el país practicando sus opera-
ciones astronómicas. Empero, aquellos fueron destruidos por
el Gobernador Belalcázar y por la negligencia de los demás
conquistadores, abolida la memoria de sus constelaciones que
influían designadas con nombres de animales en diferentes
partes de la tierra.
¿Mas para qué apurar el discurso en demostrar el grado de
cultura á que llegaron los peruanos, sin los auxilios que tienen
otras naciones civilizadas, solo apoyados en sus propios ta-
lentos, cuando la falta de su quipografía nos privan de tan
bellas tareas? [2]. Por mas que se diga sobre este gran impe-
[1] El indicado Doctor Moreno en su Almanaque de 1800.
[2] En 1827 se anunció en Londres la impresión de la descifracion de
unos quipos que fueron descubiertos por Eosemberg Ventus en la familia
de un cacique de Chile, de la tribu de los Guanacus, que se asegui'aba ser
descendiente de los Incas que huyeron del Perú cuyos "quipus" se los com-
pró en Buenos Ayres Eoberto Baker que los llevó á Inglaterra, en donde se
tradujeron. La duda que nos ocurre, dando por cierto el caso dicho, si ha-
brá quien al cabo de 300 años sepa descifrar?
^0'>'>M\> —12—
rio, no se avftnzái'á mas de lo dicho por el inca Garcilaso y sus
contemporáneos, pues según el Padre Segura — "Las relacio-
"nes hechas por escritores coetáneos constituidos en lugar dis-
"tante, no es tanta la fé como la de otro coetáneo mas próxi-
"mo al suceso: que así en los coetáneos como en los distantes
"deben también preferirse los patricios ó nacionales á los ex-
"tranjeros porque aquellos pueden, con mayor facilidad estar
"mas instruidos de los cosas de su patria y país."
Sin embargo de lo dicho, permítasenos una pequeña digre-
sión en admirar el orden que tenían para conservar los acon-
tecimientos de su historia, ideando la formación de los Qui-
pos [l]que eran manojos de hilos ya de un color ó manchado de
diversos: para contar anudaban los hilos, á semejanza del cor-
don Franciscano, los que tenían cuentas de ellos, se llamaban
"Quipucamayu"y había en cada pueblo á proporción de los ve-
cinos que tenían unos mismos registros en donde se apuntaba
el tributo de cada año, los que nacían y moiian por meses,
expresando las familias, la gente que iba á la guerra y la que
moría en las batallas, embajadas, leyes, ritos y ceremonias. Los
Aumautas y Arálicas lo trasladaban en prosa ó en verso y lo
recitaban continuamente á los niños para que lo conservasen
en la memoria.
MANOO-OAPÁO,
En el siglo XI cuando legiones de bárbaros talaban todo el
Orbe, cuando ya no existían los grandes imperios de Persas,
Griegos, Egipcios y ni la orguUosa Eoma, fué destinado por
el Hacedor del Universo para crear un genio extraordinario
que sacase á estos vivientes de la incivilidad é ignorancia ej¿.
que yacían y les diese alguna noticia de la ley natural, de la
urbanidad y respeto que deben tenerse entre sí para hacerlos
capaces de razón.
fl] Esta cieucia desconocida en todo el orbe, es fuerte atgnmento para
los que opinan que el Perú fué poblado por los Mongoles, pues usándose
caracteres en el Asia,era razonable se hubiesen establecido en él, tanto mas
sienda Príncipe el que introdujo los ritos y ceremonias, el cual necesaria-
mente sabria escribir y hubiera enseñado á los demás. — No obstante "Court
de Gebelin,, dándole etimología á la palabra Quipos, dice, que se compo-
ne de Qui y de Pos; y que es muy notable que una escritura igual se llame
en la China, Cove, que significa en Oriental "Elemento," Po, en el mismo
idioma se dice, "la boca ó la palabra" y que por coasigniente Quipos
querrá decir "elementos del discurso,"
El Príncipe de Sant Severus en su obra, que publicó en Ñapóles, mani-
fiesta que los Quipos servían de alfabeto, lo que impuguó el Abate Pandu-
ro refiriéndose á Garcilaso.
—13—
Esta parte del globo sin contacto con el antiguo [1] no me-
recióle ninguna clase de ilustración, ni su legislador tuvo que
ir á aprenderla á las escuelas de aquellos Estados como Li-
curgo y Solón. Con justicia el publicista Francés, el Abate
Mabley coloca á Manco-Oapac en el primer rango de los le-
gisladores del mundo [2].
[1 J Algunos historiadores (Ulloa tomo IIT) por la estructura del suelo de
nuestras costas, liau querido ¡isegurar que los valles estuvieron ocu^jados
por los mares y que entonces formaría la Polinesia ó Archipiélago austral
un Continente con el Asia: que seria este sumergido al retirarse las aguas
de los llanos del Peni: que sus moradores ganarían las partes mas altas de
la tierra y que estas quizá forman las islas que se vea sembradas en este
vasto Océano; opinando Quiroz en sus viajes que toda isla habitada se es-
labona al Continente ó poruña serie de islaáó por una cordillera bajo del
agua. Este pensamiento lo apoyan mas con el idioma general que conser-
van aquellos isleños [Cooks: voyage towards the south Pole A^olúmen 2.°]
sin embargo de las grandes distancias á donde no podia conducirlo su na-
vegación, ceñida solo alo que alcanzaba la vista [viaje de Quiroz y Men-
daña] aunque Bongain-ville juzga que la navegación de los isleños se ex-
tendía á gran distancia.
No obstante aquellos, autores pasan por alto el tiempo en que sucedió
esta inundación y nosotros registrando la historia de las naciones venimos
en conocimiento de que por el año de 1150 antes la venida de Cristo y co-
mo 34 déla guerra Troyana, Hércules emprendió el trabajo de la apertura
del Estrecho de Gibralfcar que hacia á el Asia Contingente con la España,
poruña lengua de tierra que separaba al Océano del Mediterráneo, doman-
do al Jigante Ateo. En la Grecia también habia escabado un canal para di-
secar el famoso Valle de Tompe, que era inundado por el Peneo y por el
contrario habia semergido la Beocia conteniendo las aguas de un rio. No
es pues estraño, hubiese emprendido el trabajo de separar nuestro Conti-
nente, dando igualmente muerte á los jigantes que ocupaban estos paise^
(2)^ Mucho han trabajado los sabios sobre escudriñar el origen de los In-
cas; ó mejor diremos, en revestir sus obras con ficciones para hacerlas apre-
ciables: esto ha llegado al extremo de pi-ivarnos de la gloria de que Man-
co-Capac hubiese nacido cu el país, .persuadieudo vinieron de afuera: que
eran hombres semejantes á los europeos, ó á los descendientes de los Es-
candinabos que en el siglo onceno visitaron las costas de Groenlandia y
Terranova. El '^Baron de HumbokU" infiere que no fué del Norte de la
Europa de donde sacó el Inca el código de sus leyes sino mas bien del
Asía. "Ranking" en sus investigaciones históricas conjetura á Manco-Capac
hijo del Gran Khan-Kublay jefedeuna tribu délos Mongoles residentes á
las orillas del lago Baikal en la Siberia; y que cuando fué subyugado . el
Continente de Asia, puéstose la España en consternación, el Japón haber
sido invadido, por los efectos de un fuerte temporal, fueron arrojados á las
playas de América los jenerales y tropas que escaparon de esa poderosa
expedición y hallándola en una "completa ignorancia fundaron los dos
grandes imperios del Perú y Mélico.
Cuantas contradicciones envuelven en sí estos dichos; lo primero qu« se
nos viene á la vista es la época de la fundación del imperio de los Incas que
según los mas autores fué el siglo undécimo, mas según Ranking y los cál-
culos de Isac Newton que toman por norte la historia de la China datada
desde la invasión del Japón en 1283 hasta la muerte de Atahualpa en 1533
corrieron tínicamente 240 años; dos siglos menos: identificando asi á los
Mongoles con los Incas que es la principal idea de ellos. Mas, ¿qué si hi -
citrón estos Mongoles? — ^fue por cierto gran prodigio que solo escapas ^¡^
—14—
La fundación del imperio de los Incas, toda en sí es mará
\^illoso. Es verdad que su caudillo no fué sustentado por una
Loba como el de los Eomanos, ni escogido por Jehova como
él de los judíos, pero quien puede dudar de que ese Omni-
potente Dios le infundió luz sobre natural para que pudiese
educar á tanta diversidad de naciones como poblaban la tierra
á fin de que preparados en amor y caridad pudiesen algún dia
recibir su santa gracia.
Manco-Oapac [1] cual otro Abraham salió con su hermana y
mujer Mama Ocllo-Huaco [2] de una isleta de la laguna de
Titicaca [3] llevando el primero una varilla de oro, pues se le
comunicó que por dó quiera que fuese, al comer y al dormir
procurase hincar en el suelo la varilla y donde se hundiese de
un solo golpe dicha barrilla allí fundase la capital de su Cor-
te. En efecto dirigiéndose al septentrión y caminando como
ochenta leguas llegó con su mujer á un cerro que llaman
"Huanacanti" en cuyo paraje se hundió al primer golpe la
varilla sin haberla visto mas. Conociendo Manco-Oapac ser
del naufragio dos personas y que luego estas fuesen principes. Por otra
parte, como pudieron estos desgraciados náufragos acompañarse de enor-
mes Elefantes, pues según el indicado Ranking condujeron esos animales.
No hay duda pues, que todas estas obras son ideales.
[1] ülloa, Acosta y Sir W. Temple ponen Mango: de aqui sale otra con-
jetura por que se dice que Mango es nombre Mongol, el cual fué nieto de
Genghis Khan y hermano de Kublai; este fué proclamado Gran Khau en
1205 y murió en la China en el sitio de Ho-Chen por el año de 1257.
[2] Exponen algunos autores que era madre de Manco-Capac y que este
cometió incesto casándose con ella.
[3] Este misterioso lago, cuna del lináge peruano, se halla en la latitud
de J2,725 pies sobre el nivel del mar (su altura excede al Pico de Tenerife
y álpico mas elevado de los Pirineos, según observaciones hechas por M.
Penlandt) tiene de largo cincuenta y una legua noroeste sudeste y veinte
y seis de ancho por donde mas, haciendo una figura irregular de 1326 le-
guas cuadradas. En sus riberas hay pueblos de las provincias de Chucuito,
Pacages, Omasuyos, Paucarcolla, Lampa y Asángaro. Su fondo es bastan-
te para cualquier género de embarcación, pues no muy lijos de la orilla
hay cuatro y seis brazas de agua, y adentro hasta cincuenta, sin observár-
sele bajos; el desembarcadero, se halla eu la parte que divide el territorio
del de Bolivi a, que se llama el rio del Desaguadero, el cual corre acia N.
SE. y atravesando la provincia de Pacages, al S. Ó. de üruro se pierde y
sumerje en Popó, formando allí un nuevo lago que es de tres á cuatro le-
guas de largo y flós de ancho en que se crian unos peces llamados "Suches,"
á sus orillas está el pueblo de Ullages: por ser el rio caudaloso y mante-
nerse siempre la laguna en el mismo ser hizo sospechar que sus aguas te-
nian salida subterránea, y en efecto se ha observado que tiene un remolino,
pues arrojando algunas balsas viejas han desaparecido después de dar mu-
chas vueltas: se cree que el agua va á salir al mar por debajo de la Cordi-
llera hasta las i u mediación es del puerto de Iquique. El año de 1748 cre-
cieron mueho sus aguas, que aun se temió una gran inundación y volvien-
do después de algún tiempo á su altura ordinaria, se conjeturó que alguna
balsa grande habria impedido en parte su salida por haberse atravesado
en el sumidero hasta que el peso de la agua abrió el paso.
—15—
este el lugar donde debían parar, se manifestó á los habitan-
tes de los contornos y comenzó su misión. Enseñábales todo
lo que era conveniente y justo, y como verdadero apóstol, no
procuraba sino el bi;3n del x)ueblo: no buscaba oro, ni plata,
joyas ni vestidos, haciendas ni esclavos: al contrario despre-
ciaba estos géneros de riquezas, trabajaba en cultivar la tierra
para darles alimento. Mama Ocllo se afanaba en enseñar á
las mujeres á hilar y tejer para cubrir la desnudez de sus fa-
milias. El honor de las casadas y doncellas era respetado y
enseñado el deber de las esposas a sus maridos, y de los hijos
á los padres. Un magnánimo corazón, un carácter bondadoso,
reconocidos á la práctica de estos ejercicios, hacia creyesen
hombres y mujeres la que se les decía, y obedecían lo que se
les mandaba.
Sirvióse del respeto del cielo, para el suyo, divulgando ser
hijo del Sol y la barrera que la pretendida descendencia po-
nía entre él y el pueblo era impenetrable logrando así, man-
tener ilesos la prerrogativa de los que mandaban y los dere-
chos de los que obedecían. Hizo reconocer por Dios á aquel
planeta, no siendo mucho que el deseo de reducir bárbaros lo
indujese á publicar ser hijo del Sol, cuando el anhelo de en-
gañar políticos hizo á Alejandro exaltarse hijo de Júpiter.
Los primeros instruidos en las máximas indicadas, se inter-
naron por las sierras, montes y breñas, participando la nueva
de los beneficios recibidos: llamáronse unos á otros y logró
Manco-Oapac en poco tiempo ver una floreciente familia, es-
tableciendo mas de cien pueblos y denominando á su Capital,
Cozco que significa ombligo ó centro de los demás.
Con tan favorables disposiciones asumió Manco-Capac el
cognomento de Inca, que equivale á soberano y estableció un
gobierno monárquico hereditario. Señaló por insignias el
"Llautu', que era una cinta ó trensa del grueso del dedo auri-
cular que daba cuatro ó cinco vueltas en la cabeza y nn pur-
pureo fleco ó borla pendiente de la frente que llamaban "Mas-
capaycha" (los de la sangre real la tomaban amarilla) unas
planchas elípticas de oro que servían de orejeras, por manto,
una manta cuadrada de dos piernas finisímamente tejida que
llamaban "Yucolla," una bolsa conocida con el nombre de
"Chuspa', terciada sobre el hombro izquierdo pendiente de
una trensa muy larga de dos dedos de ancho en la que lleva-
ba la "Coca" destinada solo para los Incas y por cetro una se-
gur de oro ó de piedra.
La religión que enseñó á su pueblo era muy sencilla: un
Dios Supremo invisible, como Creador del Universo, el Sol
como su primer criatura y de naturaleza influirá ocupado en
fomentar el mundo en beneficio de los hombres, y el Inca co-
—16—
mo hijo de este planeta, pero mortal, enviado para instruirles
y hacerlos felices. Mandó fabricar en el Cuzco un templo con-
sagrado al Sol que llamaban "Coricancha," Instituyó Sumo
Sacerdote de la sangre real, se denominaba "Villacumu" y
siendo la imagen una naturaleza tan pura, solo vírgenes de-
bían de cuidar del templo y estas igualmente de pertenecer á
la sangre real, como emparentadas con el gran luminar. Co-
mo la generación en su mujer Mama-OcUo, no podia produ-
cir suficiente número de vestales, tomó otras mujeres de ran-
go inferior á la legítima, que llamaban ^'Mama-Cunas" dando
entender que eran mujeres solo para ser madres: asi logró es-
tablecer sus instituciones.
Para el gobierno civil nombró Curacas, elegidos no por in-
trigas ni capricho sino buscando la mayor honradez y aptitud
para el mando, y para que fuesen mas respetados les señaló el
señorío de los pueblos que gobernaban.
Todas líis leyes eran conformes á la natural, fundadas en
adorar al Sol, amándole como imagen de Dios y á sus próji-
mos como así mismo; imponiendo penas corporales proporcio-
nadas á los delitos, y capitales contra el adulterio, homicidio
y hurto.
Con leyes tan justas, ejemplo tan puro, gobierno tan pa-
triarcal y clima favorable^ en el corto reinado de medio siglo,
dejó Manco-Capac fundada una Capital, provincias bien ad-
ministradas, pueblos bien gobernados, y templos aunque idó-
latras, libres de barbarie, de sangrientas inmolaciones y de
groseras ceremonias. Cargado de años y próximo á morir, co-
noció estaba concluida su misión: hizo reunir á sus hijos y pa-
rientes y comunicándoles que su padre el Sol le llamaba á
descansar, encargóles que con todo celo y puntualidad guar-
dasen las leyes que les habia dado y obedeciesen á su primo-
génito Sinchi-Eoca que instituyó por heredero.
Tal fué la vida y fln de este extraordinario personaje que
merece con justicia un lugar muy distinguido entre los bien
hechores del genero humano. Murió en el año de 1107 llorado
de todos sus pueblos y embalsamado su cuerpo le honraron
con muchos sacrificios, venerándole como descendido del Cielo.
—17—
SmCHI-EOOA
11 EMPEEADOE.
Habiendo subido al trono este Príncipe, heredero de la sa-
í^acidad de su padre, deseó sustentarse en ijaz valiéndose del
Sol' [como Numa Pompilio de Egeria y como Settorio de
Diana] dedicándose en extender su adoración, estableciendo
fiestas cada luna, ó mes y ademas otras principales como la de
"Eaymi" en el cuarto mes, en reconocimiento de ser la Supre-
ma Deidad: la de "Ouzquey-rami" que se hacia cuando elmaiz
empezaba á brotar para precaverlo del yelo; y la titulada "Oi-
tua" que era como especie de expiación para desterrar las en-
fermedades, con muchos ritos. Por lo que respecta á lo políti-
co convocó á los i>rinci pales Curacas y después de exhortar-
los á observar y hacer observar las leyes que el Sol les había
comunicado por boca de su padre, les pidió que por medio de
promesas y buen trato, extendiesen su imperio, granjeándose
la voluntad de muchas tribus: extendió su dominación al Me-
dio-dia hasta Chucara, y por Levante hasta la orilla deV rio
CuUa-hualla: conociéndose por mas floreciente la nación de
los Canchis.
Gobernó este Inca solo 30 años, pero en la mayor tranqui-
lidad: tuvo en su muger Mama-Cora muchos hijos, murió el
año de 1136 dejando la dignidad regia á su primogénito.
LLOQUE-TUPANQUL
III EMPEEADOE.
La fortuna de este Inca, correspondió á su nombre, porque
Yupanqui significa "darás que contar'' y el sobre-nombre Llo-
que, dice "izquierdo" porque tenia esta íltaa.
Después de tomar el Inca posesión de sus dominios hizo
3:»ersonalmente una visita y se in-opuso extender sus límites.
Conoció que para esta empresa era necesario ir con mas poder
TOM. vil. LlTEEATUEA— 3
y autoridad qite sus antepasados, por lo cual mandó reunir de
seis á siete mil hombres y comenzó á formalizar ejército, ense-
ñándoles el manejo de las armas, que se componían de hachas,
picas y flechas, instituyendo capitanes y demás necesario al
buen orden; y así que estuvo todo dispuesto, salió á buscar
con quien medir sus fuerzas. IS'o se engañó, pues tuvo que
valerse de ellas para sujetai' á los Canas, luego á los Ayavires
que le hicieron alguna resistencia. En seguida continuó con
la conquista de los Pauca-Oolla, Atun-Oolla y demás pueblos
que se hallan hasta el Canal ó Desaguadero de la Laguna Ti-
ticaca. Para conservar la memoria de las victorias obtenidas
en esta expedición mandó construir una fortaleza llamada
Pucará y despidió su ejército.
Dedicóse á la enseñanza de los indios, asistiendo personal-
mente á todos los actos de ilustración: mas no pudiendo re-
primir su genio emprendedor, mandó nuevamente apercibir
diez mil hombres de guerra y distribuyéndolos en cuatro di-
visiones al mando de un hermano suyo, los despachó al Po-
niente para que redujesen á los naturales que hallasen hasta
la falda de la Cordillera, lo que consiguieron sin diñcultad.
Visitó varias veces el reino para enterarse de las necesidades
de sus subditos, lo que le hizo ser amado y querido de todos;
y después de haber gobernado cerca de 35 años, murió en el de
1171 dejando de su esposa Mama-Cava un solo hijo que fué el
sucesor.
MAYTÁ-OAPAC
lY EMPERADOE.
Subió este príncipe al trono, á la edad de 51 años, de un
ánimo valeroso como el de su i^adre; llamábanle "melancóli-
co" por cierto genio que snele ocultar en la profundidad del
pensamiento la alegría, no porque le abatiese la tristeza, pues
antes le sirvió de estímulo al valor con que triunfó en la guer-
ra. Visitó todo su reino para enterarse de las necesidades de
sus subditos y disponer lo necesario á su remedio. Después
mandó reunir doce mil hombres y sugetó la provincia dé Tia-
huanaco, donde hizo construir grandes edificios: fobligó su fa-
ma á que los pueblos Ooc-yáviriltí obedeciesen,, y con el^üj-
plo de estos, se sometieron los dé Casiquicúía, iraÚáhiáí, Huá-
—19—
ritííí, Cncliiiía, Lárícájá, Saucávaro y los Collas, después
de Mbér derrotado á sus naturales en uña saní^'rientá batalla
en el paraje líáiWado "Huáscuchu": de este modo dilató el im-
perio al Medío-dia basta la laguna de Paíria.
Eli sú segunda expedición, dirigió su ejército á ía costa y
después de alguna resistencia, ganó todos esos valles y esta-
blecieron los pueblos de Arequipay, Cuchaca y Mocpieliuay:
ios de íá segutida nación téilíán la perversa costumbre de en-
vert'enar por venganza á los que sospéclíaban enemigos^ y esta
iñaldiid fué castigada con mandar quemar vivos a todos los
qtie sé bailaban reos. ,,
En la cáñipáñá sigiiienteinteütó' extender sus domintiós p6r
el Occidente y mandó ñibricái^ un famoso puente coígar» te coüs-
triíidó de mimbres, eñ el rio dé Apu'rimac para qtie pasase su
ejército;' invención qué admiró' tanto á las naciones vecinas
que se rindieron gustosamente los de Obuiiipi-buillca, Ailca,Táu-
risma, Cota-huabu, Puma-tampuyí*arinácocbas. Luego tran-
sitó por el despoblado de Oáutisugu, basta bailar su marcba
interrumpida i!)br una formidable ciénaga^ y no bábiendo difi-
cultad qué le detuviese, empleó todo su ejército en traer iJie-
dras y bacer una calzada de tres leguas de largo, seis varas de
aiicbó y dos de alto, siendo esta obra lá admiración de la pos-
teridad: volvióse ái Cuzco lleno de triunfos, sobre los que com-
pusieron los *'Harábec" ó poetas mucbos versos.
Causado de la guerra sé dedicó á dictar leyes en beneficio
de los pobres, y murió él año de 1211 de 92 de edad: tuvo en
varias mugerés mas de ciücúentá íiijos, beredando el reino el
primogénito tenido en Mama-Cuca. De niodo qué puede de-
cir fué el Hércules Inca, no solo por sus gloriosos triimfos y
badianas, sino i^or la fecunda j>role que dejó.
eAf ÁC-YIJPAÑQIFI
V EMPEEADOE.
Luego que tomó la borla colorada, emprendió la visita de
todo el reino, en lo que empleó dos afioa. Formó un ejército
de 20,000 bombres y i)asó el Apurimac por otro puente que
mandó formar de bejucos: le dieron la obediencia los Yana-
buaros: y de allí pasó á los Aaymaraes y se rindieron ofre-
ciendo oro y plata; á ios de Umasuyu que quisieron hacer re-
—20—
sisteiicia los tomaron por soipresa, marchando toda una no
che con 8,000 hombres. Estas dos naciones tenían continuas
guerras sobre dehesas y pastos: el Inca arregló sus límites
con mojones, que fueron los primeros que se pusieron en el
reino. Volvióse al Cuzco é hizo su entrada en triunfo, siendo
el primero que usó esta ceremonia.
En la segunda expedición avasalló á los Quechuas, Cota-
pampa, Catanera, Chanca, Huanco-huallu, Huamampalpa,
Araquinca y todas las provincias que hay de un lado á otro
del rio Abancay. De este último punto, se dirigió á la costa y
redujo á Ubiña, Camaná, Carabillí, Picta y Quelca. Eegresó
al Cuzco y dirijióse hacia el Sur, continuó la conquista que
habia dejado pendiente su padre en la laguna de Paria: redu-
jo muchos x)ueblos, entre ellos los Pocoata, Murumuru, Cara-
cura y todos los que hay al Levante hasta la cordillera: ade-
mas todo el despoblado que llega á la provincia de Tapacarí
y Cochapampa, Chayanta, Charca,, Tutiora, Sipisipi, Chauqui
y Chamuru. De esta espedicion se volvió el Inca á su corte,
habiendo extendido su dominio hacia el Sur 180 leguas, al
Levante hasta el rio Paucartambo, 13 leguas S. E. 40 leguas
hasta Oochavalla. Mandó sacar muchas acequias, formar puen-
tes á los rios para hacer fácil la comunicación. Fué Eey muy
avaro y ostentoso, dispuso se trabajasen minas y que se for-
masen ídolos y estatuas de oro: impuso por ley que todos se
enterrasen con sus adornos y grandezas, haciendo los sepul-
cros unas segundas minas de la muerte, é imponiendo penas
al que los tomase. Instituyó ud a fiesta para armar caballeros
á los de la sangre real y á los nobles, con largas ceremonias.
Se ijreparaban con un riguroso ayuno y pasaban por exáme-
nes muy estrictos hasta conseguir la borla amarilla, insignia
de príncipe.
Siete años tuvo á sus vasallos disfrutando de los goces de
la paz; empero no pudiendo sugetar su genio emprendedor,
mandó aprestar un ejército de 20 mil hombres y remitió á su
hijo Inca-Éoca á su cabeza, el cual, pasado el Apurimac con-
quistó algunos pueblos que hablan por allí dispersos y toman-
do después á la izquierda de Abancay pasó el despoblado de
Cochacara y entró en la provincia de Surá, Apucará, Marca-
villa, Sansa y Llacsapallanca: de esta á la costa del mar pací-
fico, las de ÍÑTanasca, Acarí, Camaná, Ático, Ocáña, Atiquilpa.
Eegresándose al Cuzco, se halló en la muerte de su padre que
fué el año de 1252 después de haber reinado 41 años.
IKCA-EOCA
VI EMPEEADOE.
Este príncipe después de haber cumplido con honrar á su
padre, salió á la visita del reino, en cuyo viaje empleó tres
años. Ko fué menos valiente, ni menos Inclinado á mugeres
que su abuelo: excediéndole tanto en lo último que aseguran
autores, haber tenido seiscientos hijos que vivos todos le ser-
vían en el palacio y le acompañaban en la campaña. Fué su
primera empresa sujetar las naciones Tacmaras, Huiñualla y
Ourampa, con el país de Oochacasay Antahuayla, Urumarca,
Hancohuallo y Villca; de este último pueblo torció á la izquier-
da y conquistó dos grandes provincias de mas de 40,000 habi-
tantes nombradas Sulla y Otumsulla. En la segunda espedi-
cion bajo la conducta de su hijo Yahuar-huaca, se rindieron
los pueblos de Ohallampa, Pilleupata, Havisca y Tunú. La
tercera con un ejército de 30,000 hombres lo hizo dueño de
las provincias de Ohumcurí, Pucuna, Muyumuyu, Misque, Sa-
caca, Machacay Oaracara hasta Ghunquisaca, y dejando en ellos
[según lo hacían en todas] los ministros necesarios, regTesó
al Cuzco. Fué sabio hasta fundar escuelas públicas, en que
sus Amantas ó Filósofos enseñaban las ciencias, la inteligen-
cia de los Quipus que el Analista del imperio ó Quipucana
custodiaba en el templo del Sol, y la lengua general que se
había adoptado, que era la Quechua [pues los incas tenían
una particular que hablaban solamente los de la sangre real]
que todas las naciones conquistadas aprendían indispensable-
mente sin duda para que indentificados por el idioma se con-
siderasen miembros de una sola familia y se amasen recípro-
camente; perdiendo aquel odio que podían tenerse no enten-
diéndose y al mismo tiempo para que sus vasallos le hablasen
personalmiente y oyesen de boca del mismo rey las sentencias
y desiciones de sus causas, lío por esto permitían abandona-
sen su idioma particular, así es que, un sabio de nuestros
días (1) que teniendo una semejanza la tenga Malaya y de la
Aymará dice: "Acaso por aquel puerto [Arica] vendría la na-
ción de los Aymaraes, que supo situarse en medio de los Que-
chuas, y conservar iDor tantos siglos su lenguaje y costumbres
como si fuera uqa ní^cion aislada, y no estuviera^ rodeada por
«gntgSjgjCB
(1 j M P?i Unpttst m ú clima 4a Um\
—22—
todas partes de pueblos que hablan el idioma general del Pe-
ni.'' Tuvo reinado feliz de mas de ciucaenta años, falleciendo
en el de 1303. Dejó el imperio á su primojenito en Mama-Mi-
cav.
Yll EMPEÍJAI)PP^.
jEste nombrp gue quiere dpcir 'fel que ] Jora sangre", se |e dio
á éste príncipe, ppr haber nacido con ^na mancjia q goterón
jen los ojpsi Subió al trono de sus niayqros y d^sep su§te»t3.r-
^e en la prosperidad de sus autepasaidQs sin pretepder jiiieyas
c'onqpisfas. Einj^ezó á Jps 9 ó 10 añps, por jnostrarse pijsijáiii-
me y como fuese notado 4e cqbarde, aunque suíi(3Íente priiejba
de Ip contrarip habia ¡dado en el reinado (\.e su padre, mandó
fprinar un ejército cÍe2p,PQ0 hombres: él quisiera ir njahdáp-
dplo, pei^o los fatales prpnpsticps qiie babia» íiecljp ]ps agore-
ros por la circunstancia de la sangre le Jiizp elegir capjtap ge-
neral a su hermano ;á|aytfi, e} cua} conquisto toclp Ip q]ie hay
desde Áréf|uipáy jj^3|;a Atacoma/y ep ptra segppda esperJJ-
eipn empleó sus arínas a} Sur ep dpnde redujo Jag prQyincias
c|p Carafiga, Üjlaca, |^Upi, Chinchas y Áipbara.
" yáliuár-Huací|, sé contrajo ep la e4^í5acÍQP eje su Jiijo Ihca-
Eipac, el cuál aunucíalja desdp su infaupia, 1q que seria en
adelante. £u entendimíeptp apuque duro,* para comprender Ip
que se ]e enseñaba perp de paracter afaWf^ y cppjplaciente;
anpque era ferpz, cpando |iallaba ipcppstapcia; esto bacía que
juzgasen qpe no sería jaulas sipo pp tprpe y UP npcip, sip em-
bargó otros percif)|an en sp natpraleza una magnammidad
incomparable y pp valpv extraprcjiparip- Sii padre de un genJP
adusto por su ipisípá jijea, usalia ^^ a^P^feza, pprqiie era de
Ips de la prir|iera opipipu, y np pu^ippdo cpngeniarlo lo apar-
to dé sil conipapía, renptiéndplo'á una íieppiosa deliesa a cui-
dar el ganado del §oL É| príncipe obediente, estaba dedicadp
a este ejércicíp, donfle tuvo la fapiosa yiqion que ba dado tan-
to que hablar á los escritores [1] le anunció la retíelipp que
[IJ Este caso, el mas raro en la época de los Incas ha siclo ol7Ít]ado pol-
los grondes historiadores del Peni. Los qué liacéii á Manco-Cnpac descen-
diente dé los Mongoles no liaú puesto la consideración en que fa tiintasma
eixpuso ser su herniano Viracocjia: pudieran decirnos la analogía corrési)on
diente. Los primeros historiadores dicen fué fantasma diabólica, como si
a este espíritu le estuhiese conceílido anunciar lo, p,C|:^'veniv.. '
tenia» dispuesta ]as proyÍDcias de Chiuciía-suyii, avisóie quo
no tetuiese, pues él le asistiría, que era Viracocha-Inca her-
mano de Manco-Oapac. Participóle inmediatamente á su pa-
dre lo que acaecia, pero no fué creido, antes despedido como
vicionario. Como á los cuatro meses se realizó la noticia, pero
fué cuando las naciones reveladas, ya venian con 30,000 hom-
bres sobre la ciudad. El Inca se hallxS confuso con la venida
de los enemigaos, pues no lo habia creido, porque desde la fun-
dación del imperio nunca aconteció ningún levantamiento:
hallándose sin gente reunida no tuvo mas partido que tomar
que desamparar la capital y retirarse hacia el Sur donde se
prometia estar mas seguro.
El Príncipe que en esta época solo contaba 25 años^
luego que supo que su padre había desamparado el Cuzco,
i a sintió sobremanera, pero tomando ima decisión atrevida
cial otro Judas Macabeo, salió inmediatamente del destierro
y liQgando á la capital, reunió algunas tropas y tomó el cami-
no que traían los rebeldes, recibiendo en la marcha un socor-
ro numeroso de Aymaraes y Quechus con lo que atacó al ene-
migo, después d^ haber despreciado el perdón que les propu-
so. Trabóse el combate y después de ocho horas, quedo por el
príncipe la victoria: fué tan ruda la pelea que la sangre verti-
da corrió arroyos, de que es padrón el nombre del lugar, "Sa-
hur-Pampa" — Campo de sangre, con la cual pacificó el país.
ISTo abusó de la victoria, pues al momento pasó á donde su pa-
dre á darle cuenta de ella, el cual abdicó la Mascapaycha ó
Borla, después de haber gobernado el imperio 20 años, retiró-
se á hacer una vida privada en Muyna donde vivió siete aiáos
con su muger Mama-Chic-ya y murió á los 85 de edad.
VIEAOOOHA
YIII EMPEÉADOR.
Este Príncipe á su exaltación al trono permutó el nombre
de Inca-Eipac con el de Viracocha, por la visión que tuvo, á
la cual le hizo fabricar un templo en Oaccha distante 16 le-
guas del Cuzco al Sur. Conquistó con un ejército de 30,000
hombres las provincias de Huaytará, Pocorá, Arancaru, Par-
cu, Picuy y Acos. Dilató su imperio mas con la gran reputa-
ción que habia adquirido, que con las armas, siendo esta tal,
—24—
que recibía por ofrenda las provincias, como la del Tucuman
cuyos mensageros vinieron al Cuzco á darle la obediencia. 'No
despreciaba á los que se le rendían voluntarios, como Sesos-
tris en Egipto: ni menos se burlaba de los que le pedían cle-
mencia, como el Cónsul Paulo Emilio con Perseo rey de Ma-
cedonia, si no poseía un corazón magnánimo con todos, de-
mostrándolo así con los rebeldes Chancas á quienes perdonó
y dejó con el gobierno de sus pueblos. Visitó diferentes veces
sus estados para remediar las necesidades de sus súbditosi en
todas partes se emprendieron obras magníficas que perpetua-
sen su memoria: Mzo abrir ima acequia en lo mas alto de las
sierras de 10 á 12 píes de hueco y de 150 leguas de íí. á S.
que ser\ia solamente para regar los pastos en Otoño, que es-
caseaba la agua. Dictó muchas leyes sobre agricultura y en
beneficio de sus vasallos. Predijo la entrada de los españoles
y destrucción de su imperio: murió cargado de laureles el año
de 1373. Hubiera sido su reinado mas glorioso, si como dicen, co-
noció que el Dios verdadero era solo uno y quizo destruir la
idolatría; mas no lo ejecutó, por tener la razón embarazada de
las mugeres y las concubinas; dominio de la pasión que pose-
yó el corazón del mayor sabio. Dejó el trono á su hijo Inca-
Urco [1].
PACHAOUTEC
IX EMPERADOR.
Cuando nació este príncipe, se le puso por nombre Titu-
Manco-Capac, mas su padre en memoria de haber restableci-
do el imperio el año primero de su gobierno, á la usansa de
los antigaos patriarcas quiso que se llamase Pachacutéc, que
significa el que de nuevo dá ser al mundo, como quien dice
"éste será testigo; ó un testimonio de que yo he sido el rege-
nerador de este imperio que casi ya no existía." Dilató sus es-
tados con las conquistas de las provincias de Sansa, Tarma,
Pumpu, Aneará, y Ohucurpuyhuailas; de aquí se volvió con el
[1] Este i)rmcipe fué el primogéiiito de Viracocha tenido en su inu.í?ei'
Mama Runtu, y por lo tanto ocupó el trono de su padre; eia])e' o, no ]ni-
diendolos grandesy príncipes de la sangre real tolei-ar su e tolidoy;, lo tl«-
Í)usieroa i^ los once dias de haberse puesto la Mascapayclu^ y lAiii}U\ cuyas
ftsigttiaa müiú á su hermano Padiacuteo, y se retiró á|a vida privada. De
este ÍB0i5ii no haag'A nieuüioii nvichos Wst>v!ria4oros poji '^\ panagara tiontjjo
—25—
ejército al Oiizco donde fué recibido con grandes fiestas, y
concluidas, emprendió el Inca la visita del reino, en la que
empleo seis años, mandando edificar ricos templos para el Sol,
casas de Vírgenes y otras obras públicas. La segunda expe-
dición fué encomendada á su hermano Oapac-Ynpanqui quien
en consorcio del príncipe heredero, continuó la comenzada
expedición, y sojuzgó á Piuca, Huaráz, Pisco-pampa, Chun-
chucu, Huamucliucu, Gajamarca y al regreso el territorio de
Yauyu que habia quedado acia un lado: fueron solemnizados
estos triunfos con las mas grandes demostraciones de júbilo:
danzas, comedias y ofrendas hechas al Sol.
Después de cuatro años de descanso, no contentos con la
copia de tantas palmas, proyectó la conquista de los Valles,
pues solo tenia ganado hasta Nanasca; mas conio este territo-
rio tenia otra construcción política, pues se hallaba dividido
en grandes estados y ser el temperamento dañoso á los de la
sierra, se mandaron apercibir 60 mil hombres para poder re-
mudar el ejército cada dos meses. Provista la mitad, salió del
Cuzco, tio y sobrino y redujeron á lea y Pisco; mas no pudie-
ron pasar adelante pues hallaron en el Eey de Chincha, nom-
brado CHTJQUIMAÍíClJ resistencia capaz de marchitar las
pasadas glorias: si como era valiente hubiese sido este prínci-
pe sagaz. Se estuvieron algún tiempo en la empresa, hacien-
do remudas en el ejército; empero, abandonado, el pasó del rio,
penetraron hasta la población del Huarcu, rindiéndose el prin-
cipe que gobernaba los partidos de Chincha, Runahuanac,
Huarcu Malla y Ohillca. El Gran CUISMAKCU que ya tenia
previsto un ejército de 30 mil hombres para defender el trono
de «US mayores, fué respetado pues, antes de venir á las ma-
nos, el general Capac-Yupanqui le mandó un mensagero que
le dijese, "tuviese á bien no pelear hasta que hubiesen habla-
" do acerca de sus Dioses; y que pues los unos y los otros ado-
" raban un mismo Di(»s no era razón tuviesen guerra sino que
" fuesen amigos y hermanos. Y que los reyes Incas á mas de
" adorar al Pachacamac como Hacedor y sustentador del Uni-
" verso, tendrían en adelante como oráculo y cosa sagrada al
" Rimac que adoraba; con tal, que tuviesen por Dios al Sol."
Hecha pues con CUYSMANCTJ los respectivos tratados sobre
estas bases, se marcharon al Cuzco y se incorporó en la familia
real: regresó á gobernar sus estados que se componían de Pa-
chacamac, Rimac, Chancay, Huamau y Barranca. Pasados
seis años, mandó el Inca solo á su hijo Inca-Yupanqui con un
ejército de oO mil hombres, el cual remitió mensagero al Gran
CHIMU que dominaba los valles restantes hasta Trujillo, con
el cnal tuvo encuentros muy sangdeutos, al extremo de tener
Í'OJT, Vlíj LíTEaATtJBA««4
—26—
el príncipe que pedir 20 mil hombres mas de auxilio; llegado
éste, tuvo á bien el OHIMXJ rendirse, por la murmuración de
sus vasallos y fué admitido con el mayor agrado. A los dos
aííQS de estas conquistas mnrió el príncipe Pachacutec en 1423
de edad de 103 años, díÚ^i^^^^P ^^^ ^^^ mujer Mama-Huaras á
Ínca-Yupanqui y mas de 300 hijos en sus concubinas. Este
Inca merece el uombre de Máximo entre los descendientes de
Manco-Oapac: el extendió el imperio mas que todos y adqui-
rió no provincias incultas sino naciones bien regladas con Mo-
narcas velicosos, como Chimu, Oiiysmancu y Chuquimancu.
Gobernó su pueblo con la mayor economía, hizo nuevas le-
yes, estableció escuelas, fabricó grandes palacios, templos, ba-
ños acueductos etc. Ko obstante afirman algunos (Oialancha)
haber sido tan vicioso que pasó hasta el horrible exceso de
sodomista y otros f Garcilaso de la Vega) que no solo fué dig-
]io de fama por sus hazañas y sus prendas, sino por el castigo
4e aquel feo delito icoutradiccion notable] acusar del delito
al mismo que Ip castigó.
INOA-YUPAÍTQUI
X EMPEEADOE.
Este Inca siguió el ejemplo de sus mayores: y después de
haber visitado todos sus dominios, marchó con un ejército de
10 mil hombres á la conquista de los Moxos, sin embargo de
ser muy arriesgada por la aspereza de sus montañas y por los
distintos y caudalosos rios que los cruzan. Hallándose emba-
razado por una gran cordillera, ideó el bajar con su ejército
por el caudaloso rio Amarumayu en balzas, que mandó for-
mar para él y después de algunos' encuentros ganaron todo
aquel territorio. Sin perjuicio de esta expedición remitió otra
á la Provincia de Ohirigana al Levante de los Charcas, la que
no tuvo efecto, por la esterilidad de la tierra.
Después de estas mandó á su general Sinchiruca á la con-
quista del reino de Chile, el que atravesando el desierto de
Atacama redujo á Oopayapo, Coquimbo y todos los pueblos
hasta el rio Maule: aquí encontró una vigorosa resistencia en
los Perumaucas y Araucanos; dieróuse repetidas sangrientas
batallas, hasta por fin, fijar sus trincheras en la orilla izquier-
da regresó al Cuzco.
Este Inca gobernó con mucha prudencia: visitó repetidas
—27—
y^pj?s su rein.0, e.dífiAÓ y adoríió templos, formó fortalezas y
íír¡§iní¡le§ jacjiccUlC.tjQs, adquiriendo jel rjeuombre de "Piadoso."
Entre sus obras, se adyierte la maravillosa íbrtale/a 4el Cuz-
co, la jciial demuestra el p.oder y majestad de los Incas. (1).
Jj^^ piramite de lígipto no se Je sobrepondrán si sp atieníle
^ los ele^nentos con que ambas naciones contaban. Los indi-
gienas j)o txivieron lijerro, ni acero para cortar las piedras, ma-
r.oiníis para elevarlas á la gran altura en que se hallan coío-
cíjL,(Í^^; carros ni bueyes p^jra conducirlas y ni ios caniinos que
SjB)^|pij.enái^.quella ííapital jeran llanos: así es que, no siendo
CQrt^dí),s por regla y muy desiguales en el t/imaño, teniendo
]gip enl.^ce ^e> jncreible juntura y sin mezcla, es maravillosa la
¡ojírft. Murió el Inca el año de 1453 de 70 años t}.e edad, dejan-
(íp íle m juwj.er Mawja-iOhumpu Orno al siguiente:
TUPA-TUPANQUI
El nombre de este Jnp^, signi^ca resplandeciente, hizose
digno de él, pues su reinado fué el mas brillante de todos sus
predecesores. Después fje visitar el imperio cqmo era ya cos-
tumbre, dio principio a su cau)paña dirijiéndose al ÍTórte con
un ejército de 43 mil hombres, subyugó después de algunos
encuentros la nación Jluacrachucu : pasado el verano, conti-
nuó con la 4© Ohacíjapuya, donde encontraron mas resisten-
cia; pero el ejército imperial no desmayaba aunque sufria sus
pérdidas ; en uno de los abances, se le helaron trescientos hora-
bres que componían la vanguardia, en un sitio llamado Puer-
to DañosOjin^ósiguiendo con dificultades por desfiladeros y paij-
tanos ganando palmo á palmo á Oassamarquijla, Papainarpa
Eayum pampa, Süta y Llevantu quedando al fin Señor de aque-
lla provincia: también se entregaron las de Oascayuncaj Huan-
cápampa, Oassa, Áyahu^ca y Oallua, casi con iguales trabajos
por lo fragoso de sus caminos.
En la segunda campaña se dirijiq acia á Huánuco cuyos |ia-
(Ij De la construcción de esta obra lian q\ierido alganoB formar iiii pro-
blema de no difícil solución; porque siendo algunas de sus piedrfis dé un
B^oj:^§tn|pso tamañp qu^ no bastaban mil hombres para moyerlas dicen,
que ó les ayudó el dpmpniO;, ó gue otr^ n^^ciqu jigantézca ariteripr, <^e qu^
se'íiallíin yestigios de buesds eü Yarias partes fué sú constructora ó que íoS
iüdips sabían el arte de liac§r ó de fundir las piedras.
—28—
bitantes aunque numerosos, estaban desunidos, lo que coadyu-
vó á su pronta conquista, como con la de Oanaris y los de Hu-
mipampa. Como la ambición délos príncipes no reconoce lími-
tes cuando sus armas son victoriosas, á la manera de Alejan-
dro ó Napoleón, aspiraba á mayores triunfos pareciéndole poco
cuanto j)oseia, á si es que, acometió al floreciente reino de
Quitu, cuyo Señor se defendió valerosamente por cinco años.
Empero, el complemento de tan penosa campaña donó á su
bijo Huayna-Capac, por no dejar de instruir á sus pueblos
en los últimos dias de su vida, ya que todos los babia emplea-
do en la guerra; encargóle pues, del mando del ejército y so-
metió á Quitu, llevando sus armas victoriosas basta Pastu.
Habiendo llegado á este punto, suspendió la empresa, por ba-
ber recibido noticia de estar su padre cercano á la muerte:
partió á la capital y bailóse en ella el año de 1483, recibiendo
el imperio como primogénito tenido en Mama-Ocllo.
HUÁYNA-OAPAO
XII EMPERADOR.
Dieron á este Inca el nombre de Huayna-Oapac que signi-
fica Mozo-Rico, no con respecto á hacienda, sino rico en proe-
sas y virtudes. En el primer año de su reinado se bizo memo-
rable por la cadena de oro mandada fabricar para solemnizar
la fiesta de poner nombre á su primogénito tenido en Mama
Rava-Ocllo su esposa, cuya cadena tenia 350 pasos de largo
y del grueso de una muñeca. Unió al imperio todos los valles
é islas que intermedian entre Cbimu y Quitu, incluso la Puna.
En otra espedicion redujo á su obediendia las provincias de
Mauta, Apicbiqui, Pichunsi, Saba; Pecllansimiqui,Pompa-bua-
cbi, Saramissu, Passao y en los rebeldes Caranges bizo un
ejemplar castigó mandando degollar muchos miles en la lagu-
na que por esto se llamó Yaguar-cocha, que dice lago de san-
gre,
Tuvo que apaciguar algunas sublevaciones; como la que
efectuó Tumpallá, Curaca de la Puna que castigó con el ma-
yor rigor, sucedió lo misino con los de Ohacbapuya.
Estando Huayna-capac en su palacio de Tumipampa por el
año de 15X5 1© llegó noticia d© la aparición en la costa de gen-
fe ©stpaím \q (im 1§ pugp m mUhúQ^ movílmúQm cl@ la pre^
--29—
dicción del Inca Viracocha, creyendo tan firmemente que se
aproximaba el fin de su dinastía, que dejó mandado en su tes-
tamento que obedeciesen en todo á los enunciados estranje-
ros. Murió Huayna-Capac el año de 1523 en Quitu que habia
elejido para su residencia, pues estaba sumamente apasiona-
do de Scisi-bacha hija del rey de este lugar á la cual tomó por
concubina y tuvo en ella á Atahualpa. Fué casado legitima-
mente tres veces y solo tuvo por hijos en la segunda á Huás-
car que le sucedió en el trono y en la tercera á Manco-capac
que también gobernó: mandó depositaren dicha ciudad su
corazón y su cuerpo fué llevado al Cuzco.
HUÁSCAR
XIII EMPERADOE.
El propio nombre de este Inca era Inti-cusi-huallpa que sig-
nifica Sol de alegría, porque realmente su padre la tuvo en su
nacimiento, pero siempre le llamaron Huáscar en memoria de
la célebre cadena antes mencionada. Entró á la posecion del
imperio en los tiempos mas funestos porque Atahualpa aspiró
á la corona y cuasi proditoriamente invadió el imperio. Arre-
pentido Huáscar de haber consentido en enagenar la corona
de Quitu, para recobrar el señorío envió embajada á Atahual-
pa exijiendo su obediencia y el astuto rey, respondió que es-
taba pronto á hacerlo, tan luego como pasase al Cuzco á ha-
cer las exequias de su padre. Con este motivo juntó un pode-
roso ejército bajo el mando de Challcuchina y Quizquiz dos
generales de su mayor confianza y marcharon acia el Cuzco
con apariencia de acompañamiento. Cuando Huáscar advir-
tió la malicia de su hermano, no tiivo tiempo de juntar otro
ejército para contrarestar, sin embargo, no desmintiendo el
valor de sus predecesores partió con cuantos hombres pudo
reunir en la capital y á tres leguas de ella: en sitio llamado
Quipay-pan presentó una sangrienta batalla en que quedó des-
baratado su ejército y él prisionero. El sangriento vencedor
no mandó quitarle la vida por atorméntalo mas, haciéndolo
ver perecer á todos los de su familia y lo mantuvo preso mien-
tras que arreglaba su usurpación en Cajamarca. Eecelando
que los españoles que habían llegado al país volviesen á colo-
car en el trono, lo mandó degollar en el pueblo de Sausa en
1532 cuando habia llegado á los 31 año de edad.
—30—
ATAHtTALPA
XIV EMÍ^ÉRADOB.
Solo por liaber tomado la borla colorada después de téíier
prisionero á Huáscar Inca, |)uede ser considerado corno Em-
perador, pues no tuvo tiempo para gozar de una dignidad ob-
tenida i^or traición, ni de una usurpación consumada por Un
atroz rejicidio. En su tiempo desembarcó en la costa de Tum-
bes Francisco Pizarro el año de 1580. El cual habla estado
en este puerto en 152G á reconocer el lugar, en virtud de com-
pañía heclia i)ara el descubrimiento con D. í)iego Almagro y
el D. D. Fernando Luque cura vicario de Panamá. En su cou-
secueucia pasó Pizarro á España y celebró con el Emperador
Calos Y. inuí capitulación ; al mismo tiempo presentaron al
Dr. Luque para Obispo de Tumbes. Pizarro volvió á Panamá
con todos los despachos necesarios, cuando el Dr. Luque ha-
bla muerto; pero siguió la compañía con Almagro; sin embar-
go de varios disgustos que tUvo por no considerársele en las
provisiones: habilitó la espedicion y marchó Pizarro. La buena
acogida qire les dieron los naguales (pues tenían ese precep-
to de Huayna-capac) le animó para ponerse en marcha á Oaja-
marca donde habia hecho residencia Atáhualpa, el éuaí reci-
bió á los españoles con toda benignidad : la áimbicion de oro
deslumhró la conducta que debian observar en corresponden-
cia, así es que, comenzaron á trasar el plan dé desacerse de
él. Sabiendo que éste habia dado muerte á Hnascar se cons-
tituyeron jueces y lo pusieron en j)rision, á lo que se agregó,
la suposición de que quería matarlos, mandando secretamente
traer gente que lo defendiese, se le procesó y sentenció á muer-
te: injusto proceso, pero justa la sentencia si sé considera á
los españoles llegados al Perú como instrumentos del Altísimo
I)ara castigarlo por el crimen que acababa de cometer. Infor-
mado Atáhualpa de la fatal sentencia, llamó á Pizarro y le
ofreció cuanto oro pudiera por su rescate, sabiendo él astuto
prisionero que ese metal era el ídolo de aquellos aventureros;
es verdad que solo bnscaban oro pero todo el del Perú ño ijo-
dia saciar su ambición. Consumaron pues su temeraria dispo-
sición dando garrote á Atáhualpa secretamente en la cárcel,
en Biciembre de 1532 habiéndose ant«s convertido á la fé y
recibido el l)autismo de mano de Fr, Vicente Valverde ponién-
dosele el nombre de Juan. El vaticinio de Viracocha, los nían-
datos de los posteriores Incas, el Cometa que precedió a la
muerte de Atáhualpa y el horrible estrago que hizo el volcan
de Cotogasi, todo desarmó el valor de los naturales del Perú
y quedó enteramente sugeto á la dominación Española.
-SI-
ÉPOCA SEGUNDA.
DINASTÍA ULTRAMARINA.
El descubrimiento de esta parte del globo que habitamos,
ha sido considerado como el acontecimiento mas importante
en' la historia del género humano; j mucho mas grandioso ha-
briai sido, si su conquistador hubiese adoptado una i)Olítica
capaz de llevar al cabo el alto grado de civilización de que
eran suceptibles sus moradores. Empero, atropellada la bue-
na fé y la confianza pública por medio de escenas sangrientas
cayó este dilatado imperio bajo la dominación de los reyes de
España, cuyo trono ociq^aba en aquella época D. Carlos V
Emperador de Alemania.
Mientra insaciable avaricia destruía la obra de muchos si-
glos, unos cuantos ministros del Crucificado, aprovechándola
docilidad de los peruanos establecieron su religión Santa, re-
cuperando de esta manera, la pérdida que sufria Europa con
los sectarios de Lutero y Calbino, que ocasionaron la separa-
ción de la Inglaterra, por la apostada de Enrique VIII.
GARLOS I.
EMPEEADOR XY DEL PEEü.
B. Fkanoisco Pizareo marques de los atavillos, pimer
GOBEENADOR T CAPITÁN GENBRAIi DEL PERÚ.
Destruido el imperio de los Incas con la muerte de sus
Soberanos, los jenerales y demás principales que hablan
quedado, despavoridos, huyeron por no ser envueltos en
igual estrago: la imaginación se ofusca al contemplarla
suerte deparada á estos seres racionales ¿qué daño pues,
I>odiaii esperar de ellos, los españoles'? por esto sin rece-
ló cada día se fttultiplieábaQ: él único que pereció, fué el
—32—
cartulario Francisco Cuellar que en toda forma le die-
ron garrote, por habérsele visto presenciar la ejecución
de Atahualpa. Asi es que se apoderaron posecion de to-
do el país, dirigiéndose por la Sierra á lo interior de él.
1534 En Marzo del año inmediato de 534 llegó Pizarro y sus
compañeros al Cuzco y tomando posecion de ella: pres-
tó su consentimiento para que Manco-Oapac 29 de este
nombre, hermano del líltimo Emperador, ó hijo de la ter-
cera mujer de Huayna-Capac se coronase; medida que
juzgaron necesaria para atraerse á los indios, los que se
ofrecieron voluntariamente para las demás espediciones.
En efecto, Diego de Almagro salió á la conquista del ter-
ritorio de Chile: Juan Porcel niarchó al de Bracamuru:
Garcilazo de la Vega á la denominada Buenaventura y
Baltazar Yelalcazar á Quito. El P. Yalverde emprendió
. viage para España con cartas suplicatorias para que el
Emperador lo presentase Obispo, al Sumo Pontífice
Paulo III qué en este año habia sido electo. Los demás
españoles que quedaron recibieron grandes repartimien-
tos de indios, á la manera de lo establecido en la isla de
Santo Domingo el año de 1496.
1525 A principios de este año ya estaba todo arreglado, el
Marqués trató de fundar una ciudad, que fuese cabeza
de este vasto imperio, pues la establecida en el valle de
Jauja no prestaba las comodidades necesarias: al efecto,
nombráronse comisionados para reconocer la costa; y no
se encontró otro lugar mas aparente que el valle del Ei-
mac. Pizarro con estos informes se dirigió á dicho Valle
y en 18 de Enero expidió el auto de fundación denomi-
nándola Ciudad de los Eeyes, sin duda porque el 6, dia
de la Epifanía, se habia reconocido y echo el gran ha-
llazgo de encontrar un punto tan céntrico para todos los
negocios públicos. El Eey de España le dio por armas
tres coronas y una estrella. Esto hizo que Garcilazo en
sus comentarios cometiese la equivocación de poner la
fundación el 6 de Enero. También se fundó por Pizarro
en el valle del Chimu la ciudad de Trujillo en memoria
de su patria en Estremadura.
1536 Por el año de 36 se recibió la noticia de haber destrui-
do los indios la pequeña población de Guayaquil, y para
restablecerla se mandó al capitán Francisco Orellaua:
también se fundó por el Mariscal Alonso Alvarado la
ciudad de San Juan de la Frontera Capital de la Pro-
vincia de Chachapoyas. El Inca Manco-Capac, molesto
de esperar la devolución de su imperio; viendo á los es-
pañoles dispersos, juntó un ejército de 3,000 hombres y
—33—
atacó á los hermanos de Pizarro que ocupaban la ciu-
dad del Cuzco: mandó otro ejército sobre Lima á cargo
de Titu-Yupanqui y Cama-Oachi que pusieron en gran
cuidado al marqués, pues cortada enteramente la co-
municación con los suyos no sabia el estado de ellos.
Los indios se situaron al otro hido del rio liimac desde
donde tuvieron varios encuentros con los de la capital,
siéndoles todo adverso: y no pudiendo conseguir venta-
ja, sino antes por el contrario, el rio se hacia invadiable
para ellos ahogándose muchos en los ataques que hacian
tomaron el partido de abandonar el sitio.
1537 Los españoles tuvieron este suceso por milagroso y co-
mo los encuentros y victorias conseguidas fueron en la
ribera de una y otra parte del rio, cobraron particular
devoción á San Cristóbal cuyo nombre dieron al cerro
que está inmediato á la ciudad y labráronle capilla (i).
Pizarro mandó expreso á todas partes para que viniesen
en su ayuda; mas antes que esto sucediese, la tenaz re-
sistencia'de los que ocupaban la ciudad del Cuzco le
hizo al Inca desistir del intento, y retirarse con los su-
yos a las montañas de Villcapampa. Como 700 españo-
les de los que hablan venido al Perú murieron en esta
primera sublevación, librando la divina, providencia á
las dos ciudades dichas de ser envueltas en ruina.
1538 Habia comenzado el año de 38 cuando empezaron á lle-
gar los auxilios pedidos, que ocasionaron graves males,
como mas adelante se verá. D. Diego Almagro que ha-
bia regresado de Chile reclamó la ciudad del Cuzco, di-
ciendo pertenecer á su jurisdicción en la división man-
dada por el rey á lo cual se opuso Hernando Pizarro que
la ocupaba; de lo que resultó la prisión del último y la
sorpresa de Al varado que marchaba á Lima con 600 es-
pañoles. Orgulloso Almagro puso en marcha su ejército
con el objeto de venir á Lima y llegó hasta Chincha don-
de fundó con su nombre una ciudad, tuvo en dicho pun-
to su entrevista con Pizarro, empero nada se abanzó,
para contener la rivalidad de ambos, sirviendo de juezr
mediador el P. F. Francisco Bobadilla religioso de la
Merced. Hernando Pizarro que habia sido puesto en li-
bertad, tomó el mando del ejército de su hermano y
marchó acia el Cuzco, tras de Almagro con el objeto de
vengar sus injurias, en efecto cerca de dicha ciudad en
{i) Esta capilla mandó demoler en 1784 el lUmo. Señor Arzobispo La-
Reguera por los desórdenes que se cometían en ella, existe aun el arco.
TOM. Vil. LlTEilATÜKA — 5
—34—
el campo de las Salinas se encontraron ambos ejércitos,
©I sábado 6 de Abril que cayó en vísperas de Domingo
de Lázaro, donde fué tomado prisionero AlmagTO y de-
gollado en la plaza de aquella ciudad á los sesenta años
de edad, sin admitírsele apelación alguna; por cuyo ex-
ceso luego que pasó Hernando á España sufrió la dila-
tada Irrisión de 26 años en el Castillo de Medina del
Campó. A esta sazón Labia regresado ya de España,
consagrado, el P. Val verde y efectuó la erección de su
Iglesia Catedral en 4 de Setiembre. Después de la es-
candalosa batalla de las Salinas trataron de hacerse
nuevas conquistas para emplear la gente que habia ve-
nido al Perú.
1539 Comenzaron á salir á sus respectivos destinos: se fundó
por Pedro Anzures del Campo-Redondo la ciudad de
Huamanga al pié de la cordillera, fundó también la ciu-
dad de Arequipa y últimamente la de la Plata ó Chu-
quisaca. En este año los indios infieles Invadieron la
ciudad de Buenos- Ayres dando muerte al gobernador
Juan de Ayolas. Se emprendió la expedición de la pro-
vincia de la Canela por Gonzalo Pizarro la cual aban-
donó, después de infinidad de trabajos y del deserto de
Pedro Orel lana que atravezando el gran rioMarañon al
mar del Norte, pasó á España.
1540 En este año de 40 recibió el Cabildo de Lima el Linum
Oruci remitido por el Papa Paulo III y fundaron una
hermandad de solo Caballeros. En este año Hernán Pé-
rez de Quezada descubrió la provincia de Macao en el
reino de Quito: en sus montes se cria un animalito en
figura de escarabajo que se convierte en planta. Pedro
Valdivia que prosiguió en el descubrimiento del reino
de Chile fundó este año la ciudad de Santiago. Como en
esta expedición no fueron atendidos los partidarios de
Almagro que tanto trabajaron en la anterior, se queja-
ban amargamente del proceder de Pizarro, mas él se
1541 desentendía del estado miserable en que se hallaban, asi
es como cerca de 200 se reunieron en Lima atenidos á
la bolsa de Juan de Herrada los cuales ya desesperados
convinieron en el plan que les propuso este, de dar
muerte al marqués, como se efectuó el Domingo 26 de
Junio.
—35—
II
L. OETSTOVAL BACA DE CASTRO del consejo real
DE CASTILLA, fué noiübrado por el Emperador en 1540 asesor
de Pizarro.
Habiendo conseguido los partidarios del viejo Almagro
dar muerte á D. Francisco Pizarro, proclamaron al dia
siguiente 27 de Junio por Gobernador del Perú á su hijo
D. Diego de Almagro joven americano de un carácter
valeroso, el cual fué reconocido por el Cabildo y en su
virtud comenzó á i)roveer todos los destinos de guerra y
hacienda nombrando capitán general á Juan de Herrada
principal autor y director de la empresa: en poco tiempo
reunió un ejército de mas de ochocientos españoles.
Estos pormenores llegaron á noticia de Baca de Castro
que á la sazón se hallaba en Panamá y como traia cédu-
la para suceder á Pizarro en caso de fallecimiento, acele-
ró su viaje: empero, no fué tan próspero; los recios tem-
porales que sufrió la embarcación le hicieron arribar á
la bahia de S. Buenaventura ( está en la costa del Sur á
los 49 15 latit. austral ) y de allí se condujo por tierra,
sufriendo grandes trabajos hasta llegar á Quito, de don-
de escribió al Cabildo de Lima avisando su comisión.
La fogosidad del joven Almagro no le permitían estar-
se estacionario en Lima; de modo que no llegándole con
la brevedad que deseaba el reconocimiento del Cuzco, y
sabiendo por el contrario, se hacian preparativos contra
él, abandonó la capital por dirijise á dicha Ciudad del
Cuzco. Tuvo i)or primer desgracia la muerte de su gene-
ral Juan de Herrada: nombró por consejeros y ministros
de mas autoridad en el ejército á Cristoval de Sotelo y á
García de Alvaraao, los cuales entraron en el Cu'/.co sin
oposición alguna. El Obispo Valverde, que había aban-
donado la ciudad fué muerto á flechazos á pasar el rio
de Guayaquil.
En Lima, los capitulares se reunieron secretamente en
el convento de Santo Domingo y reconocieron por Gober-
nador del Perú al Licenciado Cristoval Baca de Castro
y por su teniente a Gerónimo de Aliaga hasta que llegó
á Lima el 19 en 7 de Agosto de este año.
1542! Oon esta noticia trató AlmagTo de reforsarse y en poco
tiempo, consiguió tener un lucido y brillante ejército (es-
ponieudo Zarate y Garcilazo de la Vega que no le tuvo
—36—
Pizarro, ni su Padre ) mandó fundir cañones y los demás
armamentos del caso, verificándose todo mejor de lo que
podia él desear. Empero, sucedióle un caso de los que la
discordia en todas partes procura sembrar, y esta fué la
emulación de los indicados jefes, que se desavenian en
toda cosa por pequeña que fuese, al estremo de haber
reñido en jmblico y dado muerte Alvarado á Sotelo de
lo que provino otras muchas desgracias en los amigos
de ambos, que solo la presencia de D. Diego pudo con-
tener. De resulta de esto, Alvarado quecíó receloso de
recibir algún castigo y para precaverse trató de matar al
Gobernador D. Diego, al cual no habiendo faltado quien
se lo comunicase, lo hizo llamar y en su casa mandólo
asesinar antes que consumiese su crimen.
Baca de Castro habia salido de Lima con su ejército y
situándose en Huamanga requirió hizo declarar jurídi-
camente á Almagro por traidor, condenándolo á muerte
y confiscación de los bienes de él y de los que le seguían.
Hizo publicar esta determinación en el ejército, mas el
joven Almagro no se intimidó, antes por el contrario
vino en su busca hasta un campo inmediato á Huaman-
ga nombrado "Chupa" donde el 16 de Setiembre se dio
la sangrienta batalla, que perdió por la traición cometida
por sus mismos partidarios. Pedro Candia primer espa-
ñol que pisó el Perú, que comandaba la artillería, hacia
todos sus fuegos á lo alto : notándolo Almagro arreme-
tió de él y á lanzasos le hizo pagar tal felonía: saltó del
caballo: subió de pió sobre una de las piezas, acia la boca
y con el peso del cuerpo, bajó el punto y mandó dar
fuego, estando encima. Sus principales jefes lo abando-
naron por gozar de los buenos repartimientos ofrecidos
y comunicaron sus planes : por último, él solo acudía á
todas partes y cansado de buscar la muerte pues la vic-
toria lo habia desamparado desde las nueve de la noche
de dicho dia; retirándose al Cuzco fué preso por el mis-
mo que habia dejado en su lugar.
Baca de Castro, pasó inmediatamente al Cuzco y sin
mas dilación que la necesaria para los actos religiosos,
hizo ejecutar la sentencia que habia dado; Almagro fué
degollado á los 20 años de edad, en público cadalzo, i^or
el mismo verdugo que habia actuado la de su Padre, en
la misma plaza y aun en la misma sepultm-a fué en-
terrado.
Para perpetuar esta victoria se trasladó la ciudad de
Huamanga al lugar donde hoy se halla, dándole el nom-
bre de S. Juan de la Victoria; se hicieron nuevos repar-
—37—
timieutos para agraciar á los l)uenos servidores é inten-
tároüse nuevas conquistas. Pedro Fuelles fundó la ciu-
dad de León de Huánuco con la ^ente principal que en
la guerra dicha siguió el partido del rey(para recordar la
patria del Gobernador que era , de León en España) en
un lugar que llaman Huáiuico-viejo.
1543 Se fundó tan bien por Juan de Salinas la cuidad de Loyola
ó Oumbinas en Jaén. La falta de oficina de amoneda-
ción, habia introducido en el país tanto cobre sellado,
que se x)royectó su circulación; empero, la resistencia de
los naturales que en menos de un año sepultaron en los
rios mas de un millón les hizo abandonar el pensamien-
to. En fines de Julio de este año, entró en Lima el Señor
Obispo D. F. Gerónimo Loayza que servia el de Carta-
gena y en 17 de Setiembre promulgó la forma auténtica
de su erección en virtud de letras Apostólicas de Paulo
III datadas en Eoma á 14 de Mayo de 1541. Salió á la
conquesta del territorio del Tucuman Diego de Eojas; en
cuya empresa fué muerto por los indios de los valles de
de Salta y Cal chaqui: también logró recuperarse la
ciudad de Buenos- Aires.
1544 En principios del año 44 se tuvo la noticia en el Cuzco
de el relevo del Gobernador Baca de Castro lo que fué
sentido sobremanera, tanto mas por saberse las estor-
ciones que venia haciendo el virey con el fin de estable-
cer las ordenanzas "acordadas en la corte para el buen
trato de los indios, así es, que -intentaron oponerse á su
recibimiento sino les hubiera ido á la mano el indicado
Gobernador Baca de Castro, el cual se dirijió á Lima y
entregó el mando en 15 de Mayo. Mas al otro dia fué
preso, por creérsele complicado con los discontentos del
Cuzco. Después fué mandado á bordo de un buque de
guerra, donde estuvo hasta que en Noviembre dio la vela
para Panamá y de allí á España: luego que llegó a la
Corte, también fué puesto en arresto i)ermaueciendo
como 4 años hasta que vindicado de las calumnias ful-
minadas fué restituido a sus honores y plaza.
III.
BLASCO NUÑEZ VELA, del orden de santiago capitán
DE LAS GUARDIAS DEL EMPERADOR, fué uombrado pri-
mer Yi rey dt^l Peni y Presidente de la Eeal Audiencia
que iba á establecerse.
La venida de este virey al Peni fué de disgusto gene-
ral á sus habitantes, tanto por ser su objeto plantificar
—38—
las ordenanzas qne se habían formado en la Corte para
el buen trato de los indios,íqne resultaban en pejuicio de
los encomenderos), cuanto por ser de genio áspero y duro,
que sin dar oido á reflecciones comenzó desde que pisó
el país á ordenar la ejecución de lo que mandaba. Entró
en Lima en 15 de Mayo de 1544 y á los pocos di as lo
Vitrificaron los Oidores Licenciados Cepeda, Lison de
Tejada, Zarate y Alvarez con el sello real; este se con-
ducía en una caja sobre un caballo, muy bien aderezado
cubierto con un paiío de tela de oro, debajo de un palio
de brocado llevando las varas los regidores de la ciudad
y conduciendo otro al caballo de diestro.
Asentada la Eeal Audiencia, comenzaron las desave-
nencias entre ella y el Yirey: éste porque se llevasen á
debido efecto las ordenanzas y aquella porque se hicie-
se presente al rey las dificultades que habían para plan-
tificarlas.
Con el terrorismo quería el Virey llevar adelante su
sistema, valiéndose de estorciones y arbitrariedades: ta-
les fueron, traer del pueblo de la Barranca á D. Antonio
Solar encomendero de ese lugar, por un mote que había
leído cuando pasó por allí (1) quiso ahorcarlo en su pro-
pia casa, y lo hubiera verificado, sino median súplicas
del Arzobispo y otras personas de respetabilidad: asesi-
nó con sus propias manos al Fator Illen Suarez de Cara-
bajal: mandó conducir preso á un buque á su antecesor
Baca de Castro, por creerlo complicado con los discon-
tentos del Cuzco y en una palabra, no podía sobrellevar-
se el rigor de sus providencias.
En estas circunstancias, Gonzalo Pizarro hermano del
Conquistador c}ue gozaba en los Charcas un cuantioso
repartimiento, que le prodticia mil pesos semanales, co-
mo las ordenanzas que trataba plantificar el Virey per-
judicaban sus intereses y la de los demás españoles, á
nombre del Procurador formó ejército, hizo capitanes y
púsowse en marcha para la capital de Lima, exponiendo
que para reclamar de las ordenanzas á una persona de
carácter tan duro como el del Virey, era necesario tal
apresto. La audiencia en estos conflictos, no tuvo mas
medio que deponer al Virey; para lo cual, en la mañana
del 23 de Setiembre formó tribunal en el Oementarío de
la Catedral y mandó prenderlo y entregarlo al oidor
Alvarez para que lo condujese á España. Dado este pri-
(1) El pasquín decía: — Al que me echare de mi casa y hacienda quitarle hé
la vida echándolo del mundo.
—39—
mer paso, remitió provisión á Pizarro para deshacer el
ejército, pues ya no existia el Virey y las ordenanzas
quedaban suspensas. Empero, Pizarro no convino en
ello, antes por el contrario, aumentó considerablemente
su fuerza y nombró Maese de Campo á Francisco Cara-
ba/jal, hombre de un genio sanguinario y cruel: este se
dirigió á la capital, cometió mil atrocidades, mandando
ahorcar y asesinar á los que juzgaba conveniente, para
conseguir atemorizar á los oidores, quienes debian ele-
gir de Gobernador á Pizarro, como lo consiguió. En su
censecuencia entró Gonzalo en Lima el 30 de Octubre:
prestó juramento ante la audiencia, y esta lo man rió re-
conocer por tal Gobernador del Perú, hasta que el Em-
perador otra cosa determinase. Se acordó remitir á Es-
paña dos procuradores, y aunque Oarabajal era de dic-
tamen se coronase Gonzalo, y que los arcabuces fuesen
los mejores procuradores, siempre salieron los comisio-
nados.
En este año de revueltas, datan los historiadores la lle-
gada de los pericotes, en el navio que mandó el obispo
de Placen cia, pues según dice Gareálazo solo hablan ra-
tas pequeñas.
1545 En principio de 45 se tuvo en Lima noticia del desem-
barco del Virey en Tumbes, pues el oidor á quien se en-
comendó su custodia, habia puesto el buque á su dispo-
sición: hizo llamamiento de gente y volvió el país á po-
nerse en guerra. Pizarro después de arreglar todo lo con-
cerniente á la gobernación se embarcó en el Callao, lie-'
vando consigo el sello real y al oidor Cepeda, y desem-
barcó en el puerto de Santa: pasó revista á su ejército y
comenzó á perseguir al Virey dia y noche hasta Quito;
por haberse acogido parando allí, en la ciudad de Po-
payan.
Pizarro recibió noticia de haberse sublevado en los Char-
cas Diego Centeno, á donde pasó su Maese de Campo:
por dó quiera que iba, no dejaba sino lamentos y aflixio-
nes á su costumbre, hasta lograr destruir á aquel. Detú-
vose algún tiempo en los Charcas por recoger dinero de
sus vecinos y del rico mineral de Potosí que en este año
descubrió el indio Huallpa, que perseguía á una vicu-
ña, con la rara casualidad de que al montar el salto de
una áspera subida, agarróse de una rama, que al peso
del cuerpo se le quedó en la mano y manifestóle la veta
que se ha estado beneficiando por tres siglos: el enco-
mendero Villarroel supo el secreto y se la apropió.
En este año llegó á Lima la noticia de haberse reunido
—40—
en Eoma el gran Concilio Tridentino. Lleg-aron también:
el nuevo Obispo del Cuzco D. F, Juan Solano y á con-
sagrarse el de Quito D. Garcia Diaz de Arias y el de San-
ta Fé de Bogotá D. F. Martin de Calatayud.
1546 El Yirey no esperando la reunión délos auxilios pedidos
á Popayan y demás lugares comarcanos, salió con cua-
trocientos hombres, creyendo se habia retirado el ene-
migo y cuando menos pensó, se halló obligado á dar ba-
talla en el valle de Aña-quito situado al IÑT. de la ciudad,
donde fué deshecho completamente el lo de Enero de
este año de 46; pues como tenia Pizarro, doble fuerza y
aventajado de armas, rodeándolo por todas partes, ma-
taron sus capitanes y aun á él mismo lo derribaron en
tierra, contribuyendo á su muerte el trage de indio que
llevaba en difraz, para escapar de ser perseguido: esto
hizo lo buscasen con empeño Pedro Puelles y el Licen-
ciado Oarbajal y al fin lo encontraron espirando; el últir
mo mandó á un negro criado le cortase la cabeza y la
pusiese en la picota de la plaza de Quito. Pizarro eno-
jado de este procedimiento mandó quitarla y unida con
el cuerpo se enterró en la parroquia de Santa Pisca.
Incontinenti comenzó Pizarro á distribuir premios y
recompensas: al capitán Alonso Mercadillo le encargó
el Gobierno de San Miguel de Piura, el cual fundó la
ciudad de Loja y á Pedro Puelles le dejó por su teniente
y capitán general de toda la costa.
ISTo habíase visto la ostentosa entrada que quiso hacer
Pizarro en Lima: además de colgaduras y áreos triunfa-
les que adornaban las calles, todo el ejército caminaba
pié á tierra, y demás corporaciones: solo él y los cuatro
Obispos ya referidos, venian cabalgados. A los pocos
días entró el Maesede Campo Carabajal y se duplica-
ron las fiestas. Mas, cuando se consideraba tranquilo,
llegaron los mensageros del Presidente Gasea que habia
arribado á Panamá: supo la. sublevación de su escuadra:
el abandono que hicieron de él, todos los capitanes que
tenia en el Norte y por último la reacción y toma del
Cuzco por Diego Centeno. No tuvo otro arbitrio que
pregonar guerra; alistar gente y darles paga y socorro.
Puso sobre las armas, largo de mil hombres, pero no le
quedaron ni trescientos, pues sus mas amigos le abando-
naron.
Salió pues de Lima con tan poca gente, dirigiéndose á
la sierra, tanto para rehacerse de ella, cuanto para aco-
meter á Centeno que le impidia el paso: tuvo el único
consuelo de derrotarlo.
AX—
IV.
LICBTÍOIADO PEDRO DE LA GASOA, del supremo
CONSEJO DE LA INQUISICIÓN, gozaba de gran crédito por
su literatura juicio é inteligencia mauitestada en la pa-
cificación de los alborotos de los moriscos en el reino de
Valencia, por lo que, no se tuvo que dudar que su elec-
ción causarla los mismos efectos en el Perú, para el cual
se le nombró Gobernador.
Llegó por Setiembre á Panamá, de allí mandó sus po-
deres al Prior de vSanto Domingo F. Martin de Santo
Tomás, y en su consecuencia se reunió el Cabildo secre-
tamente y reconoció por teniente al caballero Barrionue-
vo. Solo la noticia de su arribo fué suficiente para que
los partidarios de Pizarro cambiasen de sistema; tal es
la inconstancia de los hombres. De modo que se hizo de
la escuadra y del ejército que estaba en el ííorte.
1547 íío quiso hacer su entrada en , la capital, sino tomando
la Sierra pasó á situarse en el valle de Jauja, donde su-
po la destrucción del ejército de Centeno, en el x>unto de
Huarina lo que sintió sobremanera. (1) ISo obstante ofre-
ció á Pizarro y á sus partidarios perdón general de todo
lo pasado: y desengañado, que no eran bastante estas
promesas para reducirlo, levantó el ejército á un pié su-
perior y buscó á su enemigo en el campo de Sacsahuana
(2) donde habla acampado Pizarro contra el dictamen de
Caraba] al dando el plan de batalla el Licenciado Oepe-
da cuyos pormenores particioó á Gasea, pasándose.
Poco fué lo que se peleó, pues todos los capitanes y sol-
dados lo abandonaron y viéndose Pizarro solo, se dio
por vencido: Carabajal que observó esto se puso en fu-
ga, su suerte le hizo caer de la bestia y fué preso por sus
mismos soldados; x^resentado al Gobernador dispuso se
ahorcasen los dos caudillos en 10 de Abril.
1548 Pacificado el Perú, se contrajo el Virey á arreglar los re-
(1) Aquí fué la batalla del Inca- Viracocha y también fueron degollados
los Curacas, jenerales y parientes de Huáscar.
(2) Citareíaos aquí uucaso ocurrido en esta batalla para que se vea que
eH todo tiempo han habido hombres falsos é inconstantes. Hei'uando Ba-
chicao pertenecía al partido del Rey cuando* la guerra con Almagro, des-
pués se alistó con Gronzalo, hallándose en este encuentro se pasó al parti-
do de Centano y viéndolo perdido se volvió á Gronzalo: mas Carabajal que
había observado esto, mandó ajusiiciarlo.
ToM. vil. Literatura — 6
—42—
partimientos, principal móvil de las desavenencias de
los españoles, para lo cual llamó á su lado al Illmo. Sr.
Loayza: detúvose en el asiento de Huainarimac, donde
recibió los despachos de Arzobispo, y pasó al Guzco, en
cuya Catedral fué investido de la dignidad el 9 de Se-
tiembre. El Gobernador en memoria de haber tranquili-
zado el país, comisionó al capitán Alonso de Mendoza
para que en la llanura de Ohuquiabo fundase una ciu-
dad con la advocación de Nuestra Señora de la Paz y se
1549 dirigió á Lima, donde restauró en 549 la Seal Audien-
cia compuesta de los oidores Dr. Saravia, Licenciado Al-
tamirano; Licenciado, Santillana; y Licenciado, Merca-
do. (1) Los españoles fugitivos de las resultas de las
guerras civiles, fundaron en el territorio de Oarabaya
en este año, la villa de San Juan del Oro: el capitán Die-
go Palomino fundó la capital de la provincia de Jaén á
orillas del rio Ohinchipe: Juan Salinas, el pueblo de Ya-
lladolid en la misma i)rovincia: y Alonso Mercadillo las
ciudades de Samora y Saraura en el reino de Quito.
En este mismo año abrió los cimientos del hospital de
Santa Ana el Arzobispo Loayza para la curación de los
miserables indios que morian como bestias en los cam-
pos y en las calles. Cuando este ilustre prelado fabrica-
ba el lugar que habia de servirle de tumba, llegó la no-
ticia haber muerto en Eoma el Pontífice Paulo III fati-
gado de las desavenencias de Carlos Y. y Francisco I, y
del gran cisma de Enrique YIII que acababa de morir
en su depravado]!.
1550 El Yirey recibió orden para establecer el juzgado de
. Bienes de Difuntos, dando principio á su fundación en
550: en este año fundó Pedro Yaldivia la ciudad de Con-
cepción de Chile, y en el mismo J. ]l!íuñez del Prado sa-
lió á continuar la conquista del Tucuman, y fundó varios
pueblos (2). Julio III conocido por el Cardenal de el
(1) Cuando en Lima se hacia la restauración, se fundaba en Santa Fé,
la Real Audiencia y Cancillería del auevo reino de Granada, no fué esta
mas afortunada que la primera del Perú. El Licenciado Miguel Diaz de Ar-
mendaris su fundador tiavo la desgracia de ser separado y remitido preso
á España, por el Licenciado Montano comisionado para residenciarlo é
igualmente á los oidores. Empero ejecutó tales atrocidadades que tam-
bién fué remitido á España y degollado en la plaza de Valladolid.
(2) En esta expedición marchaba un español apellidado Aguirre, al que
mandó prender el Licenciado Esquibel alcalde y justicia mayor de Po-
tosí, porqiie llevaba indios de servidumbre y lo sentenció á doscientos azo-
tes; por que no tenia oro, ni plata para pagar la pena. Aguirre habiéndose-
le notificado la sentencia, buscó padrinos, los que no aprovecharon nada;
entóneos mandó suplicarle que en lugar de los azotes, lo ahorcasen. El Li-
cpjaciado dispuso <jue luego fuese el verdugo y se ejecutase lo mandado.
—43—
Monte eu este, que fué el primer año de su pontificado
dispuso la continuacioa del Ooncilio Tridentieo. En cu-
yo año el Señor Solano Obispo del Cuzco se marchó á
España á solicitar la división de sus Diócesis que tenia
mas di^ 300 leguas de extensión, dejando erigidas cinco
parroquias en la ciudad. Se elevó en Lima á parroquia
la iglesia del hospital de Santa Ana. El Gobernador
viéndose atosigado de las quejas y pretensiones de los
repartimientos de indios tomó el arbitrio de marcharse
á España, embarcándose en el puerto del Callao el 25
de Junio del presente año de 50 dejando el gobierno á
la Eeal Audiencia.
Nohabia el Gobernador salido del puerto cuando sesu-
pa el gran tesoro que conducía para el Emperador así
es, que, unos discontentos de Nicaragua nombrados Con-
treras, que se habían alzado con aquel país, en compañía
de Juan Bermejo, después de asesinar al Obispo D. F.
Antonio Valdivieso por que les manifestó el crimen que
cometían; armaron una espedícion y pasaron a Panamá
en busca del Lie. Gasea. Empero, este había tomado el
camino por tierra para Cartagena. Los sublevados asal-
taron por la noche la ciudad y en el saco tomaron dos
millones de pesos en oro y plata, fuera de perlerías y jo-
yas: toda esta suma de riqueza y prosperidad que la fortu-
na les dio con tanta abundancia y en tan breve tiemjio,
perdieron por locura. Depositaron el caudal y salieron
en persecución del Licenciado por vengar ágenos agra-
vios; é inmediatamente reunida la gente del campo, for-
maron reacción en la ciudad, recuperaron el dinero y
persiguiéndolos fueron víctimas de su ambición y teme-
rario proceder. El Lie. Gasea, siguió su viage y llegó á
España con prosperidad, donde fué recibido con alegría,
destinándosele al Obispado de Falencia y después al de
Sigüenza.
Los hombres principales de la Villa viendo la sin razón y capricho, acu-
dieron al juez y le suplicaron suspendiese Ja sentencia: accedió á la sus-
pensión pero por solo ocho dias, cuando llegaron con este recaudo á la cár-
cel,, hallaron á Aguirre desnudo y puesto en la cabalgaduraj el cual oido
que no se le hacia mas merced que detener la ejecución, dijo: ''ya que esta-
mos en el burro ejecútese la sentencia que yo lo consiento y ahorraremos
la pesadumbre y el cuidado que estos ocho di as habia de tener." Sufrió su
pena, pero juró dar mxierte al Licenciado; persiguiólo á cuantas partes fué
hasta que á los tres años efectuó su intento. Tal vez sea este el origen del
refran-^pitesío en el burro aguantar los azotes, como lo dice D. Ricardo Pal-
ma en una de sus Tradiciones M. O.
-44-
V.- .
D. ANTOlSriO DE MENDOZA, hijo segundo ebl mar-
ques DE MONDEJAR Y CONDE DE tendilIíA: baron Verda-
deramente religioso habia sido muchos años Virey de
Méjico: tuvo orden de pasar al Perú con el propio carác-
ter: entró en Lima el 23 de setiembre de 1551 que fué el
mismo en que se estableció la religión de S. A^ustin, á
lo que cooperó eficazmente. En este año se erijió el Obis-
pado de la Plata ó Ohuquisaca que se le confirió al P. F.
Tomas de San Martin religioso Dominico que babia re-
gresado de España trayendo licencia para fundar la Uni-
versidad de Lima que efectuó en su convento. La cons-
titución enfermisa de este Virey limitó el tiempo de su
gobierno á menos de un año, habiendo acaecido su muer-
te en 21 de Julio de 552: ocho dias antes, á las dos horas
de la noche se oyó un trueno muy espantoso con dos
relámpagos, cosa que en Lima no se habia observado
desde su fundación.
Sin embargo de tan limitado tiempo mandó á su hijo
D. Francisco, hacer la visita y descripción de estas pro-
vincias que fueron las primeras que tuvo el Consejo. Es-
tableció la guardia de Alavarderos: se fundaron por Pe-
dro Valdivia la ciudad de su nombre y la del Imperial.
1552 En 52 se reunió en Lima el primer Concilio provincial:
se establecieron hermandades para la curación de hom-
bres españoles y mugeres de la misma clase. Se erigió
la provincia de los Padres Franciscos. Se fundó colegio
para Mestizas hijas de conquistadores y se comenzó á
establecer los bienes de comunidad para el socorro de
los indios.
La Audiencia que aun antes de morir el Virey se ha-
bia hecho cargo del gobierno, siendo Decano el Dr. Sa-
ravia, ordenó se (piitase el servicio personal de los indios,
lo que quiso llevarse con tanto rigor, que ocasionó varias
tropelías y un motin capitaneado por Luis de Vargas
que fué degollado, resultando también comprendido el
general Pedro de Hinojosa; mas la audiencia disimuló y
nombrándolo Corregjílor y jusHcia mayor de los Char-
cas logró se contuviese á la dosenfienada solo'adez(5a.
1553 El cielo parece presagiaba los grandes atentados y cri-
mines que habia de cometerse en el Perú en este año de
553. El 13 de Enero á las siete de la mañana apareció
en el cielo ua cometa espantoso sobre el asiento mineral
de Porco, un círculo grande á la vista del grosor de un
palmo y como de media legua de diámetro, color blanco,
su circunferencia por un costado pasaba por el lado del
Sol, tenia este á sus colaterales otros dos soles; mas aba-
jo del mismo círculo a})arecian dos lunas, una frente de
la otra y en medio de ellos dos arcos iris en las extremi-
dades, uno terminaba junto á los soles y el otro frente á
las lunas, estos eran de dos listas azul y colorada y fue-
ra del círculo al poniente estaba una estrella grande con
una cola á manera de espada ancha que salia del centro
de la estrella. El sol natural era bermejo, tiraba á san-
gre y los colaterales totalmente sanguíneos y lanzaban
de sí tanto fuego que quitaba la vista al que los miraba:
las lunas fronteras eran blancas, pero tiraban algo á san-
guineas y la estrella toda una ascua resplandeciente.
Todo lo cual duró el espacio de tiempo en que pudo ser
visto de los del asiento y estancias inmediatas basta que
fué desapareciendo quedando solo el Sol natural.
El 19 de Junio de una a dos de la mañana se dejó ver
un gran metéoro luminoso que alumbró mas que la Lu-
na: cayó al oriente de la ciudad del Cuzco, y al aproxi-
marse atierra, como al alto de dos torres se desmenuzó
en centellas y cliispas de fuego, sin que se observase al
otro dia especie alguna de las arrojadas; sino cenizas de
1554 los pequeños pastoso especies incendiadas.
Parece que las electricidades atmosféricas habian con-
taminado á los habitantes de esos lugares, de cuya ve-
leidad resultaban continuas pendencias, puñadas, cuchi-
lladas y desafios entre jefes y soldados, artesanos y mer-
caderes, tomando parte aun las mujeres. En tal eíerves-
cencia los tenia la providencia dada por los oidores con
el objeto de quitar el servicio personal; hasta que reuni-
dos los mas atrevidos en el convento de Santo Domin-
g:o del Cuzco p)oyectaron sublevarse poniendo á la ca-
beza á D. Sebastian del Castillo hijo del conde de Go-
mara: descubrióse el plan, fugaron a los Charcas donde
contaban con la amistad del jeneral Hin ojosa; el cual,
aunque tuvo noticia de la conjuración, nunca creyó que
Castillo tnera capaz de tal infidencia, se confió en él y
la noche del Domingo 5 de Marzo, estalló el motin con
murte de ílinojosa y otras justicias. D. Sebastiran eligió
Maese de ca mpo á Baltazar Godines y teniente general
al Licenciado Hernández; mas viendo estos que nadase
abanzaba, á los pocos dias lo asesinaron, como igual -
mente á todos aquellos que podrían descubrirlos. El ob-
jeto pues, de estos alborotos no era otro, que conseguir
_4G—
repartimientos; la intriga y inalediscencia el único ser-
vicio que podian prestar. La Eeal Audiencia recibió la
noticia en 12 de Abril que se celebró con grandes fiestas
y comisionó para descubrir el origen de estos males al
Mariscal Alvarado: fueron tantos los cómplices, que
desde Junio hasta postrero de ííoviembre que llegó la
nueva del levantamiento del Cuzco, no cesó la peste y
la mortandad de aquellos soldados,que fué menester que
otra rebelión contuviese el castigo de la primera.
Francisco Hernández Girón que residía en el Cuzco, te-
meroso de ser comprendido en los castigos que se ha-
cían, no halló otro arbitrio que alzar el estanda-rte de la
sedición la noche del 13 de Noviembre, titulándose ca-
pitán general y justicia mayor del Eeino. Esta nueva
que llegó á Lima el 21 hizo desplegar al oidor Br. Bravo
de Saravia, ese genio suspicaz con el cual habia hasta
entonces podido sostener la autoridad de la audiencia.
Empero, todos los oidores y jefes aspiraron al mando del
ejército, y aun el Arzobispo quiso se. le nombrase jefe de
él. Mientras tanto Girón formó un ejército numeroso de
todos los descontentos y no encontrando resistencia
abanzó hasta Pachacamac. No entró á Lima porque
quiso la casualidad, que el Mariscal Alvarado viniese á
su retaguardia y tuvo que retroceder, y reforzando sus
filas con los negros de Nasca batió en el punto de Ohu-
quinga cuasi á orilla del rio Amancay al Mariscal que
completamente lo derrotó y siguió su camino á las pro-
vincias altas. La audiencia acordó salir personalmente,
nombrando sin embargo por jefe del ejército al jeneral
Pablo de Meueses: avanzaron hasta Pucará en cuyo lla-
no se situaron por haber tomado Girón por atrinchera-
miento una inespugnable altura. Allí se estuvieron, has-
ta que por Diciembre, después de haberle salido á Girón
infructuosas varias escaram usas que tuvo con el esjórcito
real, una noche, sin que nadie lo supiese, abandonó su
ejército: al otro dia, no encontrándole los suyos en su
tienda, hicieron infinitas diligencias por saber su para-
dero, mas fué infructuoso: todos abandonaron las armas
y se pusieron en dispersión. Asi concluyó esta revolu-
ción, y quedaron sosegadas las provincias altas: al cabo
d3 muchos dias y cuando ya se habia perdido la esperan-
za de encontrar á Girón, se supo andaba por la costa,
cotí dirección á Lima sin ninguna gente de arma, logró-
se aprehenderlo y conducido á la indicada ciudad, íué
sentenciado y decapitado en la plaza mayor el 9 de Di-
ciembre.
—47—
1555 La audiencia regresó á Lima después de haber perdo-
nado á algunos (le los culpados y volvieron á seguir los
asuntos su órdea natural.
VI.
DON ANDEES HUETADO DE MENDOZA, marques de
CAÑETE GUARDA MAYOR DE LA CIUDAD DK CUEXCA Y
MONTERO MAYOR. DEL REY: despues de haber servido al
Emperador en las jornadas de Alemania y Flandes ha-
llándose en la Oórte fué nombrado Virey del Perú por
escusa ((ue hicieron los condes de Palma y de OlivaL'es,
y con las provisiones necesarias se |)uso en marcha* y
desembarcó en Tierra Firme el año de 1555, hizo perse-
guir al negro Bailado que con un ejército de los de su
casta tenian atemorizado ese territorio titulándose Eey;
consignió batirlo y aprehenderlo: dirigióse al Perú, y
llegó á Lima en 6 de Julio de dicho año, Inmediata-
mente mandó ajusticiar á Juan Piedra Ira y Alonso
Diaz, con cuya medida se acabaron de sosegar los albo-
rotos que habia causado la reveliou de Girou. En este
tiempo, por Octubre, hizo la renuncia Carlos V, y se re-
tiró al Monasterio de San Justo. En este año murió en
Eoma el Pontífice Julio III, reemplazólo Marcelo 11; y
y habiendo fallecido á los 22 dias de su elevación fué
electo Paulo IV.
FELIPE ÍL
EMPEEADOE XVI DEL PEEÜJ.
1556 Después de hecha la proclamación de Felij)e en este año
556 se dedicó el Vlrey en el arreglo de la agricultura,
pues se experimentaba en el Perú gran carestía princi-
palmente de vino, teniendo la arroba el valor de 500
pesos fuertes. Con este motivo Francisco Carabantes
mandó traer Vid, y el comisionado por venir pronto la
tomó de las islas Canarias de uva prieta.
Se Dombró por juez, de aguas al regidor D. Martin Ya-
ñez de Estrada para que cuidase de repartir las aguas
entre los españoles y naturales. En seguida -dispuso la
fundación de la villa de Cañete eu memoria de si^ ca^-
—48—
sa, dando á D. Gerónimo de Znrbano las instrucciones
necesarias para la población y reparto de terreno. Ha-
biéndose traído del Cuzco los cadáveres de varios In-
cas, se mandaron enterrar en el hospital de San Andrés
que para la curación de hombres españoles estableció el
Virey. ,
1557 En el siguiente de 557 ordenó la fun"dacion de la ciudad
de Cuenca. Estableció para la custodia y séquito de los
virreyes una compañía de alabarderos de á caballo. Se
comenzó en este año el proyecto de desaguar la la-
guna de Orcos distante del Cuzco 6 leguas donde se dice
hecharon los indios la cadena de oío que Huayna-Capac
, mandó hacer para solemnizar el nacimiento de su pri-
mogénito, y habiendo comenzado el socahou, por la úni-
ca parte que permitió su locación, á los 50 pasos tocaron
con una peñapedernal, la que hechaba mas fuego que
piedra por lo que tuvieron que dejar la empresa. En Li-
ma formaron por este año los religiosos Agustinos un
Beaterío de Nuestra Señora de los Eemedios.
1558 En este año de' 558 se solemnizó con toda grandeza la
muerte del Emperador Carlos V, acaecida en 21 de Se-
tiembre.
Comenzaron ánsar de jurisdicción los Caciques, com-
probando, ante la audiencia ser descendientes de los que
obtenían estos cargos en la antigüedad.
1559 Se fundó en 559 la real audiencia de la Plata, siendo su
primer presidente el Licenciado Pedro Eaniirez de Qui-
ñones.
El hijo del virey qne gobernaba en Chile fundó en este
año la ciudad de Mendoza y la de Osorno.
Erigióse en este propio año el hospital de la Caridad.
Murió en Eoma el Pontífice Paulo IV, y fué electo Pió TV.
1560 En 5 de Enere de 560 entró en la ciudad el Inca Sayre-
Tupac que salió de la montaña de Villca-pampa y re-
. nuncio todos sus derechos al imperio por lo que hubo
grandes regocijos y el 7 se le convidó á comer en casa
del Arzobispo donde se dio la gracia que se le hacia, em-
pero, tomando él \ma hebra del fleco de la sobremesa,
dijo: todo este paño y guarnición era mia, y ahora me
dan este petito, calló, y haciendo su cortesía se levantó,
dejando admirados á todos; regresó al Cuzo donde fué
bautizado señalándole para su mantenimiento el territo-
rio que hoy compone la í)rovincia de Urnbamba.
Salió en este año Pedro de Ursua en busca de la célebre
laguna dé oro de Parrima y la villa de Manao del Í)ora-
—49—
do, el cual bajó el rio Huallaga donde fué muerto por
la traición de un soldado.
En este año, trajo y plantó en Lima el primer Olivo. (1)
También se esquilmo en Cañete el primer trigo que intro-
dujo Doña María Escobar.
1561 En el de 561 recibió el virey la noticia de haber desem-
barcado en Payta el sucesor de quien esperiinentó algu-
nos desaires, siendo uno de ellos la falta de correspon-
dencia en el tratamiento de que se melancolizó tanto que
terminó sus dias, aun antes que el gobierno, y fué en-
terrado en la Iglesia de San Francisco. (2)
Vil
DON DIEGO LÓPEZ DE ZÜÑIGA Y VELASOO, conde
DE NIEVA: entró en Lima en 13 de Abril de 561 fué el
primero que in+^rodujo la etiqueta de los asientos y trata-
mientos según la disposición de la pragmática.
En este año el Señor Arzobispo Loaiza, elevó el Bea-
terío Agustino, á Monasterio, titulándolo de la Encar-
nación también fundó la parroquia de San Sebastian.
El P. P. Manuel Esquibel fundó en lluamanga el con-
vento de Santo Dimingo é igualmente los curatos de San-
ta Ana y la Magdalena.
Se desmenbró del obispado del Cuzco, el territorio de
Chile: se erijieron de él, los obispados de Santiago, que
ocupó D. Rodrigo González Marmoleto y el del Imperial
que se dio á D. F. Antonio de S. Miguel.
1562 En este año de 562 fundó Francisco de Aguirre la ciudad
del Estero: él obispo del Cuzco Solano, renunció su Dióse-
sis y se embarcó para Boma, donde fundó el célebre cole-
gio de la Minerva.
En Lima estableció T>^ Ana Solorzano un colegio para
niñas pobres titulado de Nuestra Señora del Socorro.
1563 En el de 563 se estableció en Quito la real audiencia sien-
do su primer presidente el Licenciado Cañaveral.
En Lima fundó Antón Sánchez el hospital de S. Lázaro
para leprosos, en desagravio de la conducta que había
observado con su padre en España.
(1) Este virey se titulaba segundo Marqués de Cañete; algunos autores lo
llaman primero porque creen que el dictado corresponde á la Villa que
fundó
(2^ Este olivo dio lugar á una excomunión famosa. Véase la historia eu
las Tradiciones de Palma. M. O.
TOM. vil. TvITERATÜEA — 7
^ —50—
Ed este año ordenó el Yirey la ínndacion de la ciudad
de lea Dombrando por poblador á D, Cristo val Valverde;
también fundó á Síiña con el título de Villa, y la de Ar-
nedo, con el objeto de situar en ella la Universidad, para
que lajuventud lejos del bullicio de la ciudad se contra-
jese á sus tareas literarias.
1564 A mediado de Febrero de 564 fué muerto el virey. So-
bre la fecha, tiempo de su gobierno, clase do muerte
que tuvo, están discordes los autores: empero, todos con-
vienen en baber sido violenta. (1) Por lo que hace á la
primera se ha visto qne el último acuerdo que hay firma-
do del Coi.de, es, en 17 de Febrero en unión délos oido-
res Licenciado Saavedra, Ponce de León, Salazar de Villa-
sante, y Matienzo. La audiencia tomó el mando é inme-
diatamente intentó hacer las averiguaciones convenien-
tes; mas tuvo que suspenderlas, para evitar con el disi-
mulo los escándalos y alvorotos que se hubieran seguido.
En este año llegó la noticia haber aprobado Pió ÍV. las
actas de las sesiones del Concilio Tridentino el cual cerró
sus conferencias en 4 de Diciembre del año anterior.
YIIL
LICENCIADO LÓPEZ GAECIA DE CASTRO, del conse-
jo BEAL DE INDIAS, ELEGIDO POK PEESIDENTR DE LA
AUDIEI^CIA, GOBEIlNADOli Y CAPITÁN GENERAL DEL
PEKÚ, para que hiciese la averiguación de la muerte
del anterior virey y castigase á los delincuentes: entró
en Lima el 22 de Setiembre de 564 y aunque quiso inme-
diatamente poner en práctica su pezquisa informado del
hecho sigilosamente tuvo por preciso sobreseer en la in-
vestigación jurídica y dejar sepultado en el silencio, lo
(I) No conveüia en aquella época referir su trágiea muerte, por la alta
dignidad que ocupaba; las investigaciones que hemos hecho, manifiestan
haber sido en el orden siguiente.
El virey adquirió relaciones cmx una de las casas principales de Lima,
cual era la de los Stí.* la que frecueutaba uocturuamente y en disfraz: esto
causó sospechas y como el asunto según dice Alcedo, lastimaba el honor
de muchos; en una noche se reunieron los parientes del agraviado y toma-
ron la resolución de darle muerte. En efecto, habiendo salido en alta no-
che de la casa, le fueron asechando y así que estuvo cerca de la plazuela de
la Inquisición, en una calle sola, que actualmente se denomina de los Trapi-
tos, le descargaron fuertes costalasos de arena, que lo dejaron muerto. A la
bulla salieron de una casa, que se cree ser la de los SS. Zarates, donde reco-
gieron el cadáver y reconociendo ser el virey lo condujeron á palacio y se
divulgó habérsele encontrado muertQ en su cama: diósele sepultara en la
nadsoia iglesia que á su antecesor.
—51—
que en piíblico lastimaba el honor de muchos principales
de la ciudad: gobernó el reyno con la prudencia y acier-
to que se esperaban de su talento. En este año se estü-
bleció el Arzobispado de Santa Fé, á solicitud de su
Obispo D. F. Juan de Barrios, Beligioso Franciscano,
pero murió sin recibir las bulas. En este mismo año íun-
1565 dó Diego de Villaroel la ciudad del Tucuman.
Eu 565 el capitán Pérez Lescano, colocó y dotó con gran-
des rentas á una imagen deNtra. Señora de Guadalupe,
en un pueblo cerca de Lamhayeque, cediendo para la
fábrica de la iglesia y convento todo su candal. Tam-
bién invirtió su caudal el minero Don Antonio Oré en
el Monasterio de Santa Clara de Huamanga. En este
año se fundó en esta capital por primera vez la casa de
moneda.
Murió en Eoma Pió IV apesadumbrado de los grandes
estragos que hacian los hereciarcas, pnes nada se avan-
zó con el famoso coloquio de Poissy, qie reprobó el mis-
mo Oalvino que entonces vivia; tomando raices entre
los flamencos y todos los países bajos, donde se amoti-
naron contra sus príncipes, de modo que esta confusión
dio lugar al sitio de Malta. Fué electo Pió V. religioso
1566 de la orden de Santo Domingo.
Fn 566 se descubrió lamina de azogue de Huancavelica
por un indio llamado Na vicopa dependiente del enco-
mendero Amador Cabrera, á quien el rey se la compró
en 250 mil ducados. En este año entraron á la montaña
de Villcapampa á predicar el evangelio el P. Fray Mar-
cos Garcia, de la orden de San Agustín y después Fray
Diego Ortiz, los cuales fueron acariciados por el Inca
Cusititu-Yupanqui, mas de resulta de la muerte de este
¡príncipe eu el gobierno de su hermano Tupac-Amaru fué
martirizado el P. Ortiz. Reventó furiosamente el vol-
can de Pichincha en 17 de Octubre.
1567 En 567 se realizó la reunión del segundo Concilio Pro-
vincial que se celebró con toda magnificencia, con asis-
tencia personal de los Obispos de la Plata, Qaito y la
Imperial y los demás sufragáneos por procuradores.
1568 Se estableció en el Perú el derecho de Almosarifazgó de
los efectos que se introdujesen en sus [)uertos. En 568
entraron en esta capital los religiosos de la compañía de
Jesús los que in mediatamente fundaron su convento
Máximo de San Pablo. Se erigió la sala del crimen y en
el mismo año huho un gran temblor.
1569 En principio de este año de 569 se dividió el Perú por
provincias y para que sus habitantes encontrasen un
asilo inmediato se estableció en cada una de ellas corre-
gidores y terminó el gobierno de este presidente con la
llegada del virey en 26 de Koviembre del Indicado año,
y regresó á España.
IX.
D. FRANCISCO DE TOLEDO, hijo del conde de oeopbsa,
rUÉ BOMBEADO VIEEY DEL PEEÚ, Y ENTEÓ EÍT LIMA EL
26 DE NOVIEMBEB. Se empleó dos años en recorrer per-
sonalmente los pueblos, arreglando y estableciendo el
buen orden en los repartimientos y en especial, en la
Minería hizo ordenanzas tan exactas que no se ha ofreci-
do después duda que no esté prevenida en ellas por lo
cual lo llamaron el "Solón Peruano."
1570 En 9 de Enero de este, de 570 entraron en la capital los
individuos que debian componer el Tribunal de la In-
quisición presididos por el Licenciado Servan de Cere-
zuela; siendo notable este año por el gran terremoto que
hubo en Chile, que trastornó algunos cerros y asoló lu-
gares enteros. Én 18 de Febrero el señor Arzobispo ele-
vó la Iglesia de Santa Ana á Parroquia. Se erigió el
Obispado del Tucuman por su primer prelado D. F. Ge-
rónimo de Albornoz, é igualmente fué nombrado para
el Cuzco D. Sebastian Lartaun. Se estableció en Lima
el Tribunal del Protomedicato. La casa de Moneda que
existia en esta, se trasladó por disposición del virey á
la villa de Potosí.
1571 Este año de 71 dio fin la guerra de los Moros en Grana-
da con muerte de su rey Aben Aboo lo que se celebró
con grandes fiestas. Se expidió por el Sumo Pontífice
Pío V, la bula confirmatoria de la Universidad de San
Marcos. Pedro Fernandez deVelasco descubrió el secreto
de beneficiar la plata con azogue, lo que dio mucho real-
ce al mineral de Huancavelica al extremo de haberse
1572 mandado por el virey en 5 de Agosto de 572 que D. Fran-
cisco Ángulo tirase las medidas para la fundación de la
población titulándola "Villa rica de Oropesa" en memo-
ria de su casa. En Limase erigió la Doctrina del Cerca-
do al cargo de los Jesuítas donde fuudarou un Colegio
para la enseñanza de los in<lios.
Murió este año en Eoraa el Papa Pió Y, habiendo ins-
tituido la fiesta del Rosario y añadiendo en la letanía,
estas palabras "Auxilium christianorum" por la protec-
ción que habían recibido en la batalla contra los moros
♦ —53—
el primer Domingo de Octubre del año anterior de 71.
Expidió breve para que en los conventos Dominicos se
bendijesen las velas de Candelaria para la hora de la
muerte.
1673 Se fundó en Lima en este año de 73 el monasterio de la
Concepción y en el mismo los religiosos Agustinos to-
maron posesión del sitio que actualmente ocupan. Se
mandó poblar en este año, en la provincia de Cocha-
bamba la ciudad de Oropesa, sobre las ruinas de otra
que en 565 se habia establecido. También se fundó por
Gerónimo Cabrera la ciudad de Córdova y la Santa Fé
de Buenos Ayres por Juan de Garay. Se trasladó la
Audiencia de Chile á la ciudad de Santiago. El Domin-
go 15 de Noviembre de este año, celebró el tribunal
de la Inquisición el primer auto de fé en la plaza mayor,
en el que comparecieron seis reos y Mateo Salado de
nación francés que como hereje contumaz fué quemado.
1574 En 574 se erijió el tribunal de la Cruzada: mandó fun-
dar el virey, la villa de Tarija en el valle que tiempo há
habia descubierto Eran cisco Tarija en cuya memoria con-
servad nombre. También se estableció en este año laFe-
ria de Portobelo y la expedición de Galeones que hablan
de conducir de España los efectos de comercio y su re-
torno. Se verificó la apertura del Hospital de Naturales
ó del Espíritu Santo en el Cuzco, que se tenia proyecta-
do de 556.
1575 En el de 575 estableció el Yirey el trabajo de Mitas de
acuerdo con los caciques de los pueblos, tanto para el
laboreo de minas, cuanto para el de labranza de los
campos y crias de ganado; por Ja repugnancia que mos-
traban los indios á trabajar las tierras que se les señala-
ba: mas este repartimiento solo era obligatorio á la sép-
tima parte de los vecinos que hubiesen en cada pueblo.
En 5 de Octubre de este año murió el señor Arzobispo
Loayza, en una cobacha del hospital de Santa Ana, ha-
biendo gobernado 32 años. En 7 de Noviembre se le dio
por el Virey á la ciudad de Arequipa el título de Muy
Noble y Muy Leal.
1576 En virtud de Ijiaber determinado el rey por cédula del
anterior, que la Universidad de San Marcos quedase en
la ciudad de Lima, los doctores compraron la casa que
hoy ocupa donde se trasladaron en este año de 76.
1577 En el entrante de 577 fué electo Arzobispo de Lima Don
Diego Gómez de la Madrid, mas se detuvo en la Corte
por haberle llegado las bulas muy maltratadas. También
fué señalado para Obispo de Arequipa D. F. Antonio
—54—
Ervias, mas no llegó á efectuarse la dlvisioü, por la opo-
sición que hizo el del Cuzco. En este año entró en el
mar del Sur por el estrecho de Magallanes el primer pi-
rata inglés Francisco Dracke. (1)
Fué notable este año por las ruidosas competencias
que ocurrieron enPopayan entre el Gobernador D. San-
cho Garciade Espinal, con el Obispo U. F. Agustín de
la Ooruña, excomulgándooste á aquel. La Audiencia to-
njó parte en el asuntó mandó llevar preso al Obispo á
Quito, y fué detenido allí dos años, hasta que el Rey,
X>or este proceder, reprendió á los ministros ásperamen-
te y seles penó en costear una fiesta de iglesia en desa-
gravio del Obispo.
1578 En este año hubo un fuerte tcTremoto en Lima el 17 de
Junio. El señor La-Madritl fué nombrado Obispo de Ba-,
dajos y reemplazado con D. Toribio Alfonso Mogrovejo
á cuyo título se ordenó en Granada. Se tomaron en es-
te año informaciones á los mas antiguos conquistadores
de la entrada de Pedro Oandia á Tu nbes con una cruz
de madera, con la cual humilló al Tigre y á el León que
le echaron los indios según refiere Oieza, Garcilázo de
la Vega y otros, lo que resultó ser falso. Domingo 13 de
Abril, en la plaza mayor se celebró el segundo auto de
fé, en el que fueron sentenciados 16 personas y relajados
el P. Lector en teología F. Francisco de la Cruz, el P.
F. Alonso Gaseo de igual categoría, F. Pedro de Toro
[por haber muerto] salió en estatua como reconciliado
y el Dr. T>. Agustín Valenciano: á éste mandó el Conce-
jo después, se le restituyese su honor y hacienda. En 9
de Diciembre nació el B. Martin de Forres.
1579 En este año se fundó el Monasterio de la Trinidad, en el
local que hablan desocupado los PP. Agustinos, cuya
iglesia se había erigido en parroquia con el título de San
Marcelo, aunque no se puso en ejercicio hasta 585.
El Virey determinó sacar de las montañas de Villca-
pampa al Inca Tupac-Amaru que gobernaba en ella; al
efecto mandó al Licenciado Garci Rodríguez y á F.
Gabriel de Oviedo, mas habión<lose retirado al interior
y viendo que los halagos y oíertas no bastaban — dispu-
so que Martin García de Loyola entrase con tropas, á
quien se entregó voluntariamente y se condujo al Ouz-
(1) Por esta expedición se le conredió al na^no dejarlo envejecer cerca
del puerto de Detford, con una inscripción honovific;i en el árbol mayor,
otro tanto habían hectio los españoles con el navio "Victoria" en que des-
cubrió en 1519 diclio estrecho Hernando Magallanes, colocándolo en Sevi-
lla fuera de mar por expedición tan atrevida.
—55—
co en donde estaba el Vi rey. Imnediatainente lo pnso
preso, le hizo foi'iuar causa y lo nuujdó degollar: reeibió
la muerte con ( )n.stanc¡a, y antes, el bautismo llamán-
dose Felipe y terminó en él, la línea legítima de los
Incas.
1580 Los Jesuítas que se habían internado en lo interior, fun-
daron en este año de SO la ciudad de Jnjuí. Se fundó en
la ciudad de Arequipa el monasterio de Santa Catalina,
y en lea el convento de San Francisco.
1581 En 24 de Mayo de 581 entró en Lima el Ilustrísímo Ar-
zobispo D. Toribio Alfonso Mogrovejo. El gremio de
navieros estableció para la curación de marineros el
hospital del Espíritu Santo. El 23 de Setiembre entregó
el Virey el mando, embarcándose para España, donde
del áspero recibimiento que tuvo de la rectitud de Feli-
pe II, por la muerte que dio á Tupac-Amaru, le quitó la
vida en pocos días.
X,
DON MAETIK HENEIQUEZ, hijo del makquéh de alca-
lices, estaba sirviendo el vireynato de Méjico cuando
recibió orden de pasar con el mismo destino al Perú, á
donde llegó en 23 de Setiembre. Al mes siguiente quiso
la Inquisición obsequiarlo con un auto de íé, que se cele-
bró el Domingo 29 de Octubre en la plaza mayor, en el
que fueron sentenciados 20 personas y relajado Juan
Bernal, natural de Flandes por hereje luterano.
1582 El siguiente de 582 se fundó el C(degio de San Martin
bajo la dirección de los Jesuítas. Habiendo regresado
á Lima á principio de este, el lUmo. Santo Toribio y es-
tando reunidos los convocados para el Concilio, congre-
gó su primer sínodo diocesano el 10 de Marzo, y el 15
de Agosto comenzaron las secciones del Concilio que fué
el 39 límense. Se experimentaron fuertes terremotos en
Arequipa y Chile.
Se iVmdó por Pedro Sarmieuto dos poblaciones en el
estrecho de Magallanes, nombradas Filipópolis, y nom-
bre de Dios, pero los colonos y fundadores perecieron de
necesi'dad y le que<ló por apodo "Puerto del Hambre."
1583 En 15 de Marzo de 583 murió el Virey, y fué enterrado
en San Francisco haciéndose cargo del gobierno la Real
Audiencia, siendo Decano el Licenciado Antonio de
Cartagena. También murieron en ñnes de este año el
Obispo de Quito D. F. Pedro de la Peña y el del Cuzco
D. Sebastian Lartauu que se hallaban en Lima en ei
—56—
Concilio Proviueial, cuyas sesiones concluyeron el 15
de Octubre; ó el 5, pues debe tenerse presente que este
mes, se compuso de solo 21 dias, dando al cinco la de-
nominación de quince para el arreglo del. Calendario que
ruj.iin5, el irapa remauue ri anu anterior. '
1584 Desembarazado Santo Toribio de las funciones del Con-
cilio dicho, comenzó en este año de 84 la segunda visita
del Arzobispado. Se estableció en Lima la Caja de Cen-
sos de Indios, siendo su administrador D. Diego Gil de
A vis, pues desde 552 se babia mandado que en todos
los pueblos de indios se formase un fondo para ocurrir
á las necesidades de ellos.
1585 Se tuvo noticia babor en este año saqueado el pirata in-
glés Dracke á Portobelo y Cartagena. También se re-
cibió noticia haber muerto en Roma el Pontífice Grego-
rio XIII, después de aprobar las determinaciones del
Concilio Límense: fué electo Sixto V.
1586 En 20 de Abril de 586 nació en Lima Santa Eosa, en cu-
yo año el dia de la octava de la Visitación de ISTuestra
Señora, sufrió la ciudad el mas fuerte terremoto, por lo
cual, se juró Patrona de los temblores y se estableció
una fiesta anual. En este año, se hizo capital de provin-
cia á Lambayeque.
XI.
DOÍÍ FERNANDO DE TORRES Y PORTUGAL, conde db
VIILLAR DON PARDO, FUÉ ELECTO VIREY DEL PERtJ EN
1584, pero no llegó á Lima hasta el 30 de Noviembre de
86 recibiéndose en público en el inmediato mes.
1587 En el siguiente año de 587 descubrió el territorio del
Chocó, Juan Baños y entró á predicar el Evangelio á la
nación Matarene San Francisco Solano. En 12 de Agos-
to se verificó en Trujillo la fundación del monasterio de
Santa Clara, para lo cual habia salido del de Huaman-
ga la fundadora de él Sor Isabel Arias de Bobadilla, na-
tural del Cuzco. Dejóse ver en el Estrecho de Magállíl-
nes el corsario ingles Tomas Candisek, el cual habiendo
llegado á la isla de San Felipe la halló despoblada, en-
terrados los cañones y solo á un hombre nombrado Fer-
nando Gómez que pudo sobrevivir á cuatrocientos que
dejó de guarnición Pedro Sarmiento, que habían muer-
to de hambre. (1) El Virey armó toda la nobleza y de-
(1) Desde el ano de 519 que fué descubierto el Estrecho no se intentó
poblar, basta 582— es decir 63 años de&pues. En el dia (1848) álos 261 año
—Si-
mas gentfí de la capital, iiia« fué i,uoü(;io«(), jmí i el cor-
>sark), costeainlo ios inares de Chile y e\ Poní, n¡\\ hacer
el menor dafn», se retiró; apresaüdo solo una Nao de la
Chiua von un carííainento inr-erosante.
1588 ISIotándose la erecida mortandad (jue sufriau los indios,
se ordenó en este año de 588 que no se repai-tieseu á
provincias distantes de su domicilio, ni á temples nota-
blemente contrarios: que se les formase h<>spitalesy <pie
las justicias cuidasen la buena paga <le sus jornales. Por
Setien)bre se mandó reedilicar la ciinlad de Piura en el
sifio que hoy ocui)a nombi'ado "Chircal."
1589 En el siguiente de 589 se reclinó real orden para que los
negros y mulatos no habitasen en pueblos de indios, ni
qne se sirviesen de ellos que la clase de Yanacorui. Con-
cluyó el gobierno de este vi rey y legresó á Esi>aña.
Xíl.
1590 DÜÍÍ^GA^ROIA HURTADO DE MEííDOZA, marques
DE CAÑETE, SEÑOR DE LAS VILLAS DE ARGETE YSU PAR-
TIDO, Gobernador qne habia sido de Chile en el Virey-
nato de su padre, entró en Lima el 8 de Enero de 90, é
inmediatameijte dispuso qne saliese Alvaro de Mendaño
con tres buques á reconocer las islas de Salomón con
ánimo de doblar y se demarcaron seis, desde 6 g. hasta
14 de latit. al Sur, mas no surtió efecto; perdiéronse dos
buques, quedando solóla Oapitania a cuyo bordo murió
poco después el Adelantado Mendaño. Su esposa Doña
Isabel Barreto se hizo cargo de la dirección del l)uque y
tomó la ruta á las islas Filipinas, haciéndose célebre por
su varonil esjnritu. Hubo un gran terremoto en el Cuz-.
co y otro en la costa, dejándose sentir con fuerza en Ca-
maná donde salió el mar dos leguas fuera de sus límites,
represando igualmente el rio y ambas causaron la ruina
de la población.
En la ciudad del Cuzco se recibió de Obispo D. Fr. Gre-
gorio Montalvo, celebró las primeras sinodales y formó
el arancel de los curas.
A principio de este año murió en Eoma el Pontífice
Sixto V. del gran pesar que le causó el decaemieuto qiui
la Fú^pública de Chile el2l de Setiembre de 1843 ha tomado posesión del
tíivvitorio por medio del comandante de la goleta de guerra Ancud. D. J,
V^'ilku.
TOM. VII. LlTERATUBA— 8.
—58 —
snfria el catolicismo: fué reemplazado con Urbano Vil,
el cual solo ^oberuó doce dias: seeliojóá Gregorio XIV.
1591 Kii e.ste año de 591 el pirata Caiidisck cou el feliz pro-
greso que tuvo eii el anterior viage, volvió á armar en
Inglaterra cinco boques, con el designio de entrar por
el Estrecho de Magalíanjes, mas en esta segunda nave-
gación una desecha tormenta le arrojó é hizo naufragar.
En ec^te año Juan Ramírez de Velazco fundó la ciudad
de la Riqja, en la provincia del Tucuman. Se reunió en
Lima el 4? Concilio provincial y se fundó el colegio Se-
minario de Santo Tori'oio. Se realizó en este año la fun-
dación del hospital de San Diego de Alcalá [1] para con-
valecientes de San Andrés,
Murió en Roma en fines de este año Gregorio, que go-
bernó once meses y fué Hclamado Inocencio IX.
1592 En principio de 592 murió el Papa Inocencio, pues go-
bernó solo dos meses, y le sucedió Clemente VIH. Se
consagró en LiiM a de Arzobispo de Méjico D. Alonso
Fernandez Bonilla que se hallal)a de Visitador general
del Perú, y murió estando para marcharse á Quito á pa-
citícar el alboroto que se habia movido por el estableci-
miento del ramo de alcabala. En 5 de Abril Domingo de
Cuasimodo se celebró en la plaza mayor el 59 auto de fé,
en el que comparecieron 40 personas y de ellos fueron
relajados Enrique Axli, Dnarte, y Guater Tillet, herma-
nos. En este año dejóse ver en el mar del sur el pirata
1593 inglés "Ricardo Achines" contra el que salió en 593 un
armamento á cargo de D. Beltran de la Cueva y Castro
y en reñido combate naval, lo bizo prisionero que con-
1594 dujo al Callao: puesto a disposición de la Real Audiencia,
filé condenado á la pena capital, de la que se libró por
haberse rendido bajo de palabra de honor de conservar-
le la vida, lo que aprobó el Rey. Fué nombrado en este
año Obispo del Cuzco D. Antonio de la Raya.
1595 En el de 595 fundó Lorenzo Suarez de Figueroa la ciu-
dad de San Lorenzo de la Frontera que se hizo capital
de la provincia de Santa Cruz de la Sierra. En 17 de Di-
[]] Da. Maria Esquive!, inujer rica y virtuosa, habiendo enviudado en
586 de D. Cristóbal Sánchez de Bilbao, empleó todo su caudal en esta fun-
dación. íSig'uieudo al señor Dr. Uuanue eu sus guias' pusimos á fojas 67
déla E-itadística la entraila de los religiosos de San Juan de Dios en este
año, no habiendo realizado sino quince ai3os después, como se verá. Esta
misma equivocación han seguido otros y en especial las últimas guias de
forasteros. La relación pasada al 111 rao. señor Arzobispo tJarrueta ha lle-
gado á mi poder donde constan todos los pormenores acaecidos con dicha
señora que se irán puntualizando.
— 5y—
ciembre, Domingo, se celebró en la plaza itiayor el 69
auto de fe en el que comparecieron reos de los que fue-
ron relujados Juan Fernandez de las lleras, Jorje Nu-
ñez, Francisco Rodri^^uez y Pedi'o de Oontreras.
1596 Se estableció en el Perú en 596 el dereclio de Alcabala.
Se mandó que las encomiendas se fueran re<hiciendo á
poblaciones, y que hubiese para el sustento de las Doc-
trinas. En 24 de Julio co.ncluyó el gobierno de este vi-
' rey y se restituyó á España.
XIII.
DON LUIS DE VELAZi'O, makqubz de salinas, caballb-
EO DE LA ORDEN DE SANTIAGO, hallándose sirviendo el
vireiuato de Méjico tuvo orden de pasar al del Perú, co-
mo lo efectuó llegando á Lima en 24 de Julio <le 5J6: en
su tiempo sucedió el j)rodigio desudar copiosamente una
imagen de Nuestra Señora de Gopacabana, que se ve-
neraba en una hermita en el pueblo del Cercado, la qvu^
se trasladó á la iglesia Catedral y posteriormente abajo
del puente.
1597 En el de 597 llegó la noticia de haber muerto en Por-
tobelo el pirata Drak, en cuya ensenada lo arrojaron sus
compañeros, dándole en su muerte la ndsma tunjba que
fué cuna en su nacimiento. Tuvo principio en este año
" el establecimiento de la casa de huérfanos por LuisOje-
da. ó Pecador: también establecieron los Jesuítas novi-
ciado cori título de San Antonie Abad, para perpe-
tuar la memoria de su patrón D. Antonio Correa. En el
1598 año de 598 el señor Obisi)o D. Antonio de la Eaya fun-
dó en el Cuzco el Seminario Conciliar de San Antonio
Abad, rentando las Cátedras de Cánones y Leyes: cele-
bró las segundas sinodales y fundó en la ciudad deHna--
manga un colegio que corrió á cargo de la Compañía
de J -'SUS. La señora Esquí vel estableció unas casas pa-
ra recojimiento de mugeres jmblicas, con el título de
Santa Maria Magdalena, mas habiendo sido gran el nú-
mero de las que se retiraron, consumieríni la. renta y se
desistió el proyecto, formóse en el lugar iglesia, de lo.
que provino reñido pleito con el Monasterio de li Ba-
carnacion, pues alegaban molestarles el sonido de las
campanas, al estremo de mandarse demoler la torre. Por
este año los PP. Benedictinos que llegaron á Lima, qui-
sieron establecer la capilla de Ntra. Sra. d-^ Mouserraf ^ lo
—60—
que contradijo el Arzobispo, y tuvieron que ocurrir á Es-
})aña. Kn la capital de Lima el Lego F.Diego Corro,
fundí) la recolección de San Francisco. La clerecía fun-
dó el hospital de San Pedro. Bu 24 de Setiembre murió
Felipe II, de una penosa disentería.
FELIPE III.
EMPERADOE XVII DEL PEEU.
1599 Fué celebrada en Lima con la maj^or ostentación la co-
ronación de este rey, é igualmente su matrimonio con
Margarita de Austria. Se consagró Obispo de Popayan
el D. D. Juan de la Eoca en la Catedral de su patria
Lima, en donde era Canónigo Doctoral. Se permitió al
P. Sancbo la fábrica de la iglesia de Monserrat. En 24
de Noviembre se sublevaron los indios Araucanos des-
truyendo las ciudades de Valdivia, Imperial, Angol,
Santa Cruz, Osorno, Chillan y la Concepción, llevándose
cautivos á sus moradores, con muerte del Gobernador
„ D. García Oñes de Loyola que socorría el fuerte de Pu-
ren que tenían sitiado. En este año se hizo merced al
Cabildo del producto de los arcos de los portales.
1600 En 18 de Febrero de 1600 reventó con gran estrago el
volcan de Ubina, que cubrió de cenizas á todos esos lu-
gares y causó una lamentable ruina á Arequipa. Tam-
bién fueron infestados estos mares por los corsarios Oli-
vier de Nort, Simón de Cordes y el Almirante Veraxer;
émulos y secuases de Drak; con este motivo, se alarmó
el reino y para saber la gente disponible que había, se
numeraron los habitantes de Lima por la primera vez, y
se hallaron 14,262 personas de todas edades y sexos. Ño
por esto la justicia paralizaba sus labores, asi es que la
inquisición celebró su 79 auto de fé la segunda Domini-
ca de Adviento, 10 (Ut Diciembre, en e1 cual aparecieron
35 sentenciados: por blasfemos 4, por hechiceros 2, por
doble matrimonio 12, por voraz 1, ])or haber dicho misa
no siendo sacerdote 1, por sospecha de hereje luterano 1,
ídem de judío 2, reconciliados por herejes 10, y relaja-
—OÍ---
dos 2, Bíiltazíir Ro<lri<>n(íz de Lucona y Duavto IÑTiincz
Decea Portujariit-í^t^s [1].
1601 En el año siguiente de 60 í se celebró por Santo Tovil)io
el 5? Concilio provincial. En este año se trajeron de Ceu-
ta los linioneitos "Gentiles" ó vulü:arinente llamados /n-
tiles. Mediante los esfuerzos heeíios por los principales
de la ciudad, se armó y salió una e. cuadra en bus(ía de
1602 los corsarios. Enix)ero, en el entrante de 602 llci^ó al
Callao la noticia de haberse perdido la capitana y su ge-
neral D. Juan Velazco en los bajos de California. kSe
creó en este año la plaza de fiscal protector de indios.
En este hubieron reñidas controversias en el Convento
de San Agustín, pues habiendo sido nombrado F. Eoque
de S. Vicente Visitador del Convento, suspendió del ofi-
cio de Prior á F. Alonzo Pacheco, que tenia gran influen-
cia con los principales de la ciudad, por lo tanto, consi-
guió se remitiese al Convento, un Alcalde de Corte, el
cual fué insultado y estropeado; semejante proceder pu-
so su causa en peor estado; pues tomando parte el Vi-
rey y real Audiencia, en desagravio del Alcalde, dester-
1603 rose á F. Eoque á EspaJáa. Que tuvo el desconsuelo de
no ver la erección del Monasterio de las Descalzas que
se efectuó en 19 de Marzo de 603 por el que habia tra-
bajado tanto. Se fandó el tribunal de Cruzada. El mis-
mo Ojeda fundador de los huérfanos, formó un departa-
mento para hospital de lactantes. A fines del año le lle-
gó orden al Vi rey para que se restituyese al de Méjico,
y lo efectuó á principio del entrante.
XIV.
1604 DOíí GAZPAR DE ZÜNIGA, AOEVEDO Y FOISTSE-
OA, CONDE DE MONTERREY, ccsó en Méjícoy pasó al del
Pera, entrando en la capital de Lima el 18 de Enero de
1604. Se fabricó la iglesia de la Soledad por una her-
mandad del mismo título. En este año se fundó la ciu-
dad de Oruro por Diego de Padilla, quien la denominó
S. Felipe de Austria, por el que reinaba en aquella épo-
ca. Se le agració á la Municipalidad con el ramo de fie-
latura de pesos y medidas. En Arequipa hubo un fuerte
1605 teiüblor el 25 de Noviembre y en el entrante de 605 un
Jf:
fl] Véanselos Anales de la Inquisición de Lima, por Ricardo Palma-
—62—
terremoto arruinó Arica. En este mismo año, se erijie-
ron los Obispados de Santa Oruz de la Sierra, siendo su
primer Prelado D. Antonio Calderón, y el de la Paz por
3). F. Doniing-o de Valderrama. El Illrao. Santo Toribio
fnndó el Monasterio de Santa Clara de Lima. Pedro
Fernandez de Quiróz descubrió las tierras australes. En
lo de Marzo tercera Dominica de Cuaresma se celel>ró
en la plaza mayor el 89 auto de fé en el que fueron sen-
tenciados 40 personas: 2 por blasfemos, 8 í>or doble rqa-
trimonio, 1 por haber celebrado funciones de sacerdote,
18 portugueses reconciliados, [1] 8 relajados en estatua,
y 3 en persona nombrados Duarte Anrique, Diego López
de Vargas, Gregorio Diaz, portugueses. Murió este año
en Eoma eT Papa Clemente VIH, al mes León XI que
1606 le habia sucedido, por cuya causa fué electo Paulo V.
Murió en Lima el 16 de Marzo de 606 el Yirey, cuyo ca-
dáver fué sepultado en el Colegio Máximo de S. Pedro
y S. Pablo y se hizo cargo del Gobierno la Eeal Audien-
cia, siendo su presidente ti D. D. Miguel Nuñez de Sa-
nabria. A los siete dias, es decir, el 23 falleció en la Vi-
lla de Saña el Señor Arzobispo Santo Toribio y en el
Cuzco el Obispo Eaya. En este año y con permiso de la
Audiencia se fundaron los conventos recoletos de Belén,
de la Bendita Magdalena y el Colegio de San Ildefonso.
1607 En 14 de Febrero de 607 se veriíicó la erección del Tri-
bunal Mayor y Audiencia de Cuentas, siendo el Decano
el Licenciado Alonzo Martínez Pastrana.
XV.
BON JUAN DE MENDOZA Y LUNA, Márquez de mon-
tes CLAROS, SIENDO VTKEY DE MÉJICO, se le mandó pa-
sar á este, y entró en Lima el 21 de Diciembre.
1608 En el siguiente de 608 seelevó á Metropolitana el Obis-
pado de la Plata ó Chuquisaca, ejerciendo esta primera
investidura el D. D. Alonzo de Peralta, natural de Are-
quipa, pues los anteriores electos no tomaron posesión.
[1] En estos está consideiado Antonio Rodríguez, natural de Varvona,
que con motivo de su reclusión en la Merced, tonjó el hábito en dicha órdeu
donde hizo una vidu austerH, y se reconoce su arrepentimiento. Murió eu
olor de santidad, y en 3692 con el título Dios procUfjioso en el judío mas obs-
tinado, se publicó un libro abultado de mas de 700 pajinas, en el que se re-
lata, su vida y se consignan los milagros que hizo. Se inició eii Koma el ex-
pediente para su beatiñcacion y canonización. — M. O:
—63—
En Abril de este año se ordenó, que los beneficios cura-
dos se confiriesen á sugetos opuestos en concurso, y pro-
puestos por los Prelados. En 10 de Julio Domingo de la
Santísima Triuici.id se celebró en el cementtírio de la Ca-
tedral el 9? auto de fe, de 18 personas, en el que relaja-
ron al Bachiller Juan del Castillo natural de Lima, por
haber querido sostener con grandes argumentos, ser ver-
dadera la ley de Moisés. Los hermanos Juandedianos
Francisco López, Juan Anco y Gazpar Montero, que ha-
blan llegado á esta capital, tomaron posesión del hospi-
tal de San Diego, dándosela el Provisor Dr. Muniz, en
virtud de la formal renuncia que hizo del patronato, la
señora Esquivel.
1609 Se restauró en este año la Eeal Audiencia de Chile por
D. Alonzo Garcia Itoman. En 4 de Octubre entró en
Lima su Arzobispo D. Bartolomé Lobo Guerrero, que
wservia el del JSTuevo Reino de Granada; recibió en Quito
el palio de mano del Obispo D. F. Salvador Eívera, na-
tural de Lima, hijo del conquistador D. ISTicolas. Se con-
cluido el gran puente de Lima y el de Huaura dándole á
este pueblo título de Villa. Mandáronse erijir los Obis-
pados de Arequipa, Guamauga y Trujillo.
1610 Por rf^al cédula 21 de Mayo de 610 se aprobó el acuerdo
del Virey y Arzobispo, asignando la Episcopal de Hua-
manga para las apelaciones en 2? instancia de las sen-
tencias del Arzobispo y la de Trujillo en tercera.
El 14 de Julio murió en Lima el Bienaventurado San
Francisco Solano. En 7 de Diciembre del mismo deter-
minó la cabeza de la iglesia que los prelados presenta-
dos y confirmados para indias no sé consagrasen en Es-
paña sino en América y que el acto de su consagración
se pudiese hacer con un Obispo y dos prevendados [1]
1611 Posesionóse en este año de 611 del Obispado del Cuzco
Don Fernando Mendoza, religioso de la Compañía de
Jesús: é igualmente los religiosos Franciscos, de la her-
mita de Guadalupe que trasformaron en colegio, titulán-
dolo (le San Buenaventura. Se concluyó el arco alto del
X)uente y la alameda de los Descalzos, para cuya conser-
vación se estancó la Nieve, y Aloja.
1612 En este año murió .en Camaná pueblo de la Diosesis de
Arequipa, el Obispo electo D. Fr. Cristóbal Rodríguez,
¡1] El primero con quien se usó de es^la ceremonia fué con el Tilmo, se-
ñor D. Fernando Arias de ligarte, á quien coneagró Obispo de Quito de
613, el señor Lobo Guerrero, asistiendo con Mitras el Arcediano D. Juan
de Velasquez y D. Feliciano de la Vega.
—64—
Arzobispo de la isla de Saiito Domingo, antes de tomar
posesión; y antes de llegar al puerto «le Payta, murió
también D. G(>róninio de Cárcamo, Obispo pa,rsi Truji-
11o. En 17 de Junio Domingo de Trinidad, se celebró el
109 auto de fé, en la capilla de la Inquisición de nueve
indios, entre ellos el escribano real Hernando de jSTajera
Araus. Se celebró en 24 de Noviembre con magnífica
pompa las exequias de la Eeyna T>^ jMargarita de Aus-
tria, íjue habia muerto el 3 de Octubre del año antece-
dente. Debe señalarse este, por primer año en que hízose
grabado en Lima, y fué la lámina del túmulo, por F.
Francisco de Bejarano. iín 14 de Diciembre sufrieron
martirio en Chile en el Valle de Blicura, ordenado por
el casique Anganamon, los PP. Jesuítas Martin de Aran-
dn, Oracio Vecbi y Diego Montalvo. 8e sofocó en la vi-
lla de Potosí un alzamiento fraguado por un Alonzo Ya-
ñez y se castigaron los culpados.
1613 Celebróse este año en Lima, en los dias 27 y 28 de Oc-
tubre un Sínodo diosesauo; habiendo tenido lugar el
pleito del Arcediano D, Juan de Velasquez por haber
querido el Arzobispo tomase asiento en las secciones el
Provisor, antes que él. Se estableció en la caiútai el Tri-
bunal del Consulado. Se hicieron cargo los padres de
San Juan de Dios del hospital de Huancavelica.
1614 En este año se tuvo noticia haber en el otro mar pira-
tas; con este motivo se mandaron empadronar los habi-
tantes de Lima, y resultaron 25,454 personas y efectiva-
mente entró en el mar del Sur con 5 buques el pirata
ingles Jorje Spilberg.
1615 Este corsario ó pnata tuvo en este año su encuentro en
el puerto de Cañete con la escuadra real, la que perdió
dos buoues, y el cousario orgulloso entró al puerro del
Callao el 21 de Julio y siguió su derrota para la Nueva
España, saqueando y quemando á Hua,rmey; emi)ero,
cerca de las islas Filipinas se encontró con la escuadra
real que mandaba D. Juan Antonio Konquillo, (pie lo
puso en una vergozosa fuga. En 9 de Febrero de este
año nació en Lima el V. P.Francisco del Castillo. En 2
de Enero verificó la erección del 0})isi)ado de Huaman-
ga D. F. Agustín Carbajal, religioso Agustino que ser-
via la iglesia de Panamá. Se nombró para el de Arequi-
pa al Obispo de Guatemala D. F. Juan Caveros Altami-
rano, religioso Dominico, que murió sin pasar á su nue-
va Diócesis. En 18 de Diciembre cesó el Virey y se res-
tituyó á España.
—65—
XVI.
DON FEAISTOISCO DE BOEJA Y xlEAGON, principe de
ESQUILACHE, CONDE DE MAYALDE Y GENTIL HOMBRE DE
CÁMARA DE s. M., tomó el baston el 18 de Diciembre.
1616 En el inmediato de 616 se verificó la erección del Obis-
pado de Trojillo x)or D. Fr. Francisco Cabrera, Obispo
de Pnerto-Eico, Dominico é igualmente el de Arequipa
por D. F. Pedro Perea, Agustino. Unos soldados de la
ciudad de Santiago, de las montañas situadas en la parte
superior del célebre Pongo de Manseriche, arrebatados
casualmente de las corrientes, descubrieron la Ilación de
los Maynas. En este año se descubrió el estrecho de S.
Vicente y la isla de San Mauricio, por Jacobo Le-May-
re, Guillermo Schonten y otros interesados en el arma-
mento del navio la "Concordia''; jíor lo cual se le puso
al estrecho "Lemayre'', y la isla el nombre del Príncipe
de Orauge: registró las diferentes islas que están á la en-
trada y salida, y gobernando la derrota al rumbo de las
islas Malucas y Filipinas, volviéronse á Olanda.
1617 Con noticia que se tuvo de esta operación, pasó en 617
á reconocer el estrecho el náutico D. Juan Morel, y de-
sembarcó en una de las tierras que median entre los dos
estrechos. Murió en este año el Obispo del Cuzco Men-
doza, después de haber donado al Colegio de la Compa-
ñía mas de 300 mil pesos y al Monasterio de Santa Ca-
talina siete mil. En 24 de Agosto sufrió la ciudad de Li-
ma el gran dolor de perder á la Virgen Santa Eosa.
1618 En principio de este año de 18, pasaron á reconocer el
ya indicado estrecho, los hermanos Nodales: empero, por
el de Magallanes se introdujo en el mar del Sur, el pira-
ta inglés Guillermo Fzren, é igualmente Gualteii Eoga-
li, iiaciendo indecibles hostilidades en los países de la
Guayana. Se solicitó en este año la conquista del terri-
torio de Maynas por el general Diego Baca de Vega..
Fué trasladado á Panamá el Obispo de Huamanga, Ca^^
rabajal.
1619 En este año de 619 se fundó el asiento mineral de San
Antonio Esquilache, en la Provincia de Chucuito, que
ha dado inmensa riqueza, pues de solo la gente de él, to-
caba al Obispo de cuarta funeral 14 mil pesos: hubo un
minero que queriendo retirarse lleno de caudal, arrendq
ToM. vi Literatura — 9
—66—
la mina de la Fragua en 1,400 pesos diarios. Sucedió en
este año el terremoto que asoló las ciudades de Trujillo
y Piura en 14 de Febrero, por cuyo motivo el Obispo Ca-
brera quizo trasladar la silla Episcopal á Lambayeque;
donde murió en este mismo año. En 20 de Agosto entró
en el Cuzco su Obispo el D.D. Lorenzo Pérez del Grado.
1620 Erigióse en este año el Obispado de Buenos- Ayres sien-
do su primer Prelado D. F.Pedro Carranza, religioso Car-
melita. El Obispado del Imperial de Chile, se trasladó á
la ciudad de la Concepción. Se mandó fundar en esta
capital un colegio para los hijos de indios nobles: en la
ciudad del Cuzco otro titulado de S. Francisco de Borjas;
y el Convictorio de San Bernardo para los hijos de con-
quistadores. Murió el Dr. Carabajal Obispo de Huaraan-
ga. Se consagró en la Catedral de Lima el Obispo de Car-
tagena D. F. Pedro Torres Altamirano, religioso Fran-
cisco. En este año se llevó el rio Apurimac el puente de
cal y canto que este mismo Virey habia mandado fa-
bricar al ingeniero arquitecto mayor D. Bernabé Flori-
nes. Sufrió gran inundación el pueblo de Camaná. Se
confinó para Chile al Provincial de la religión de Santo
Domingo F. Salvador Eamirez, por asuntos de compe-
tencia entre religiosos.
1621 En 13 de Enero de 621 llegaron las bulas elevando á re-
ligión á la hermandad de San Juan de Dios, en su virtud
en Febrero hizo profesión áolemne Fr. Francisco López,
Prelado y otros: aunque hubo contradicción por algunos de
que se formaron grandesautos; concluyeron con la muerte
del principal opositor. [1] Se erigió el gobierno de
Buenos-Ayres, separándolo del de Paraguay, siendo
su primer gobernador D. Diego de Góngora. Tomó po-
sesión del Obispado de Trujillo D. Carlos Marcelo Corni,
natural de esa ciudad, hijo de un fundidor, así es que,
oyendo tocar las campanas cuando entraba, esclaraó:
"aquellas campanas que suenan, mas alegre Jas fundió
mi padre"; fué educado en el Colegio de San Martin de
Lima, Canónigo Magistral de su Catedral, donde se con-
sagró. Inmediatamente fundó un Seminario con el títu-
lo de sus Santos. También tomó posesión en este año
del Obispado de Huamanga D. Francisco Berdugo.
Murió en Eoma el Pontífice Paulo V, después de haber
(1). En 1633 se Mzo la separación de las provincias: erigiendo la del Perú
y Chile, con la advocación del Arcángel San Rafael, por el General F. Fer-
nando de Montaos, quedando esclarecido que en esta parte, las guías del
Sr. Dr. Unamie han sufrido equivocación, pues se pone la erección de la
Provincia en 1591— cuarenta y dos años antes.
—67—
caiiOD izado á San Carlos Borromeo: fué electo el Carde-
nal Alejandro Ludovico qne tomó el nombre de Grego-
rio XV. A fines del año llegó la noticia de haber falleci-
do en España Felipe III, á la edad de 43 años el 31 de-
Marzo, cuyo aviso le fué al Virey muy sensible, de rao-
do que el 31 de Diciembre sin esperar sucesor entregó el
mando á la Eeal Audiencia y se embarcó para la Penín-
sula.
1622 En 8 de Enero de 622 falleció en Lima el Arzobispo Lo-
bo-Guerrero. El Cabildo en el tiempo de la vacante se
esmeró en la pronta conclusión de la fábrica de la igle-
sia Catedral. Fué proclamado por*Rey su hijo Felipe IV
cuando solo contaba la edad de 16 años, y lo primero
que hizo proceder á proveer el Vireinato del Perú, que
• según se ha dicho quedó vacante y en gobierno de la
Eeal Audiencia hasta Julio.
FELIPE IV.
EMPERADOE XVIII DEL PERÚ.
XYII.
DOíí DIEGO FEEÍí^ANDEZ DE COEDOVA, caballeeo
ILUSTRE DE CÓRDOVA T PRIMER MÁRQUEZ DE GUADAL-
CAZAR, servia el Vireinato de Méjico, cuando se le man-
dó pasar al del Perú, y entró en su capital el 25 de Julio
de 622: fué el primer Virey que gozó de la dispensa de
pagar derechos de Alraozarifasgo y á quien se le señaló
12 mil pesos para recibimiento. Desde luego se aplicó á
la defensa del Eeyno amenazado por un armamento Ho-
landez que comandaba el pirata Jacobo Heremeti (ó el
hermitaño como dicen otros, por haber sido religioso)
que se tenia noticia haber pasado el estrecho de Le-May-
re. En este año entró en el Convento de la Eecoleta Do-
minica Fr. Juan Masias.
1623 En este año de 623 se descubrió el cerro mineral de
Huancapeti, el que fundó y pobló D. Francisco Fernandez
de Córdova, con el carácter de Gobernador y Adminis-
trador general. En el mismo año 8 de Julio, murió en
Eoma el Pontífice Gregorio XV, habiendo el año antes
promulgado la canonización de San Isidro, San Ignacio
—68—
de Loyola, San Francisco Javier, San Felipe IS'eri y San-
ta Teresa de Jesús, que celebraron los Jesuítas con grap.
pompa y magnificencia: también beatificó á San Pedro
Alcántara y San Luis Gonzaga. Este papa ordenó que
la elección de sus sucesores se hicieran en votos secre-
tos: fué electo el Cardenal Barberiño que tomó el nom-
bre de Urbano VIII.
1624 En este año de 624 murió en Lima el Obispo de Are-
quipa Perea, donde se hallaba con todo su cabildo en un
ruidoso pleito que sostenían ambos ante el Metropoli-
tano; reputando el,. Obispo á los canónigos intrusos y co-
mo á tales quería que devolviesen 40 mil pesos que ha-
bían percibido de renta, fundándose en que no hubo
Obispo que les diese institución canónica: el pleito duró
el tiempo de su gobierno y se concluyó con su muerte.
En 10 de Febrero se verificó la fundación del Monaste-
rio de Santa Catalina. Mandó fabricar el Yirey en el ar-
rabal de abajo del puente cuatro casas para alojamiento
de negros. En este mes llegó al cabezo de la isla del Ca-
llao la escuadra de Heremeti compuesta de once bajeles
y mas de mil hombres de desembarco, la cual no se atre-
vió echar en tierra por el valor con que se defendió el puer-
to, en los cinco meses que duró el sitio: en dos de Junio
hecho un brulot de fuego que la corriente arrojó á playa
de Bocanegra, donde reventó sin daño alguno, de cuyo
pesar murió: su cadáver se enterró en la isla y su segun-
dó abandonó el sitio y dejó estos mares volviéndose á
Amsterdan.
1625 La silla Metropolitana que se hallaba vacante fué ocu-
pada por el señor D. Gonzalo Ocampo, que consagrado
en la Capilla Real de Madrid, por D. Luis F. de Córdo-
va. Arzobispo dé Sevilla, á título de Obispo de Guadix,
fué electo Arzobispo de los Eeyes en 623 y se trasladó
al Perú y entró en Lima el 20 de Abril de este año de
625 cuando se hallaba concluida la fábrica de la iglesia
Catedral, la que consagró el 19 de Octubre con una so-
lemne función, que se cuenta comenzaron las ceremonias
á las seis de la mañana y acabó la misa cerca de la no-
che. En 21 de Diciembre se celebró en la plaza mayor
el 11? auto de fé, de 24 personas de ambos sexos por di-
ferentes delitos, en la que compareció la célebre Inés de
Castro [a] Voladora, y fneron relajados en persona los
portugueses Diego de Aranda y Juan de Acuña y lloro-
na: en estatua y huesos, Garci Méndez de Dueñas que
se habia ahorcado el anterior, y el Presbítero Manuel
JSTuñez A-lmeida que murió de hambre, pues con la ma-
—69--
yor intrepidez no quizo comer desde que se le puso pre-
so: después de quemados los dichos, lo ejecutaron con
los i)apeles y cuadernos de la indicada D^ Inés, que al
ver volar las cenizas izque decia, "echa flores" [1].
1626 Se fundó en el presente año de 26 el colegio de San Pe-
dro Nolasco, y reediticóse la Villa de Moquegua, deno-
minándola Santa Catalina de Guadalcázary de allí pasó
en clase de Gobernador y Capitán General de Chile D.
Luis Fernandez de Córdova. El Arzobispo Ocampo que
habla salido á la visita, murió en el pueblo de líecuay
el 19 de Diciembre con sospechas de veneno que se cree
le dio un indio por(]ue trató de desapartarlo de la vida
escandalosa que tenia, habiendo gobernado solo un año
ocho meses.
1627 Tuvo lugar en este año de 27 la fundación de la ciudad
de Santiago de Guadalcázar que realizó el capitán Mar-
tin Ledesma. En Setiembre murió el Obispo del Cuzco
Pérez. La religión de San Agustin recibió en este año
patentes para establecer la alternativa, nombrado de juez
ejecutor al M. E.ua; quizo oponerse el Vicario Provincial
F. Lucas de Mendoza, por lo que fué declarado por ex-
comulgado, de lo que provinieron algunas disenciones
llegando al extremo de que el Virey reuniese un congre-
so de teólogos para consultar la absolución, pues se ne-
gaba el Padre ejecutor, hasta que se le previno lo verifi-
case en Noviembre. El Licenciado Francisco de Palma
Fajar lo fundó en la feligresía de San Marcelo hacia el
camino del Callao, la capilla deííuestra Señora del Buen
4 Viage. Se prohibió en este año el establecer obrages sin
licencia previa de la misma Corte.
1628 El Sumo Pontífice Urbano VIII concedió al Eey de Es-
paña la mesada de los beneficios eclesiásticos al tiempo
de su presentación. También tuvieron lugar la publica-
ción de las leyes de Indias recopiladas por el Licenciado
D. Eodrigo de Aguilar y del Licenciado Antonio León
Pinelo, y satisfecho el Perú de la justificación del go-
bierno del Virey entregó el mando y se restituyó á Es-
paña.
[IJ Véanse los Anales de la Inquisición por Eicardo Palma.— Jf. O.
70
XIII.
DON GEEONIMO FERNANDEZ DE OABREEA BOSA-
DILLA Y MENDOZA, conde del chinchón de los
CONSEJOS de estado Y GUERRA. Entró en Lima y tomó
1629 posecion del vireiüato en 14 de Enero de 1629 cuando
todo él, se señoreaba de haberse sobrepuesto á las ma-
quinaciones de los piratas; empero, la complacencia no
fué duradera como se verá: Trujillo tuvo que lamentar
en la muerte del Obispo Oorni la pérdida de su bien-
hechor que habia despojádose de las casas en que nació,
para íormar colegio y establecido renta para dotar á don-
cellas que quisiesen tomar estado.
1630 Lima regocijándose por su nuevo Pastor el señor Don
Fernando Arias de ligarte, natural de Bogotá, oidor que
habia sido de Lima, Corregidor de Potosí y auditor de
guerra, que entró en ella el 14 de Febrero, concluyólos
con llanto, pues en la tarde del 27 de Noviembre estan-
do en encierro de toros, (1) sobrevino un terremoto que
habría asolado la capital, si la Virgen «Santísima no hu-
biera clamado por ella, á su Hijo Jesús, manifestándose
una imagen, colocada sobre el pórtico de la antigua por-
tería del convento de San Francisco, con afecto de mi-
rar al Sagrario, desde cuyo dia, tituláronla Nuestra Se-
ñora del Milagro. No esperimentaron las demás ciuda-
des del reino lesión alguna, asi es, que el Cuzco celebró
la recepción de su Obispo D. Fr. Fernando de Yera, pro-
movido del primado de las Indias á ella, donde continuó
el palio. Los PP. Agustinos realizaron la fundación del
convento de Guia. Se descubrió el mineral de Yaurico-
cocha por un indio pastor de ovejas llamado Huari-
Capcha, el cual habiendo formado una hoguera para ca-
lentarse, observó que las piedras del fogón y del fondo
se fundieron cuyo secreto participó á D. José ligarte ad-
ministrador de la estancia de Paria, que se la apropió.
1631 La Diócesis de Trujillo fué ocupada por D. F. Antonio
Vallejo que servia la de Popayan: mientras esto, las mi-
siones franciscanas, progresaban considerablemente lo-
grando este año la conversión á la íé de la nación de los
indios Panataguas que habitan un país confinante por el
N. y E. con Huánuco. Los Jesuítas al paso que sufrían
Cl) Encierro «e entiende en Lima, por una tarde de lidia, en que todos
los gastos y entradas se hace por la mitad del precio prefijado y con la cual
concluye la temporada.
—71—
iguales fatigas, también se esmeraban en descubrimien-
tos cientiíicos, alcanzando buen efecto, en unas tercianas
perniciosas que padecía la condesa del Chinchón la rece-
ta de la cascarilla que le suministraron, cuya virtud fé-
bribuga la descubrió el año precedente un indio, al corre-
jidor de la ciudad de Loja D. Pedro Ley va, de cuyo títu-
• lo coD alguna alteración la denominaron los botáuicos,
admirando como prodigiosa la cura: se empezó el uso de
la Quina en polvos llamados de la Condesa, y en Europa,
de los Jesuítas. (1) En fines de este año, es decir, el 3 de
Diciembre por real cédula, se ordenó la deducción de las
tercias decimales de las rentas vacantes de los Obispos,
para aplicarlas en beneficio de las obras pías de España.
En 27 de Febrero se celebró en la capilla de la Inquisi-
ción auto de fé, en que aparecieron 3 hombres y 4 muje-
res castigados por hechiceros y blasfemos.
1632 En 2 de Enero de este año, se erigió la Congregación ae
Nuestra Señora de la O. El obispado de Arequipa va-
cante y que según se ha manifestado, no habia disfruta-
do el rebaño que lo compone, de un Pastor que mirase
por él, fué conferido al Dr. D. Pedro Villagomez que te-
nia en Lima comisión de visitar la Audiencia y Tribuna-
les, y estando en esta operación le llegaron las bulas y
se consagró. Se comenzaron hacer fábricas abajo del
Puente.
1633 El 20 de Abril del año siguiente de 633 pasó el señor
Villagomez á tomar posecion y arreglar todos los asun-
tos concernientes á su grey. En este año sucedió el es-
candaloso suceso del monasterio ele la Encarnacicn, de
haber una monja muerto á otra á puñaladas; se consul-
tó á Roma el castigo que debia dársele, y se mandó fue-
se emparedada. (2)
1634 Observándose el gran consumó que en esta capital ha-
bia de nieve, trató de estancarse este artículo, como se
efectuó en el presente año de 634 que continúa hasta el
dia. Tuvo lugar en este año, una inundación de casi to-
do el arrabal de San Lázaro por haber salido el rio Ei-
mac de madre.
1635 En Enero de este año de 635 se celebró en Lima un sí-
nodo diocesano que fué aprobado.
El Obispado de Trujillo perdió al señor Vallejos, des-
pués de un corto gobierno y se trasladó el cuerpo á su
(1) Véase sobre el descubrimiento de la Quina las Tradiciones de Pal-
ma--Jí. O.
(2) Según la Bula debia ser la ejecución en una celda de cuatro paredes,
pues se le privaba de toda comunicación y de voz activa y pasiva.
—72—
patria Madrid, á cuyo convento había remitido 50 mil
pesos. La provincia de Maynas esperimenté en este año
una sublevación de sus naturales que arruinaron la ciu-
dad de San Fraucisco de Borjas, pero volvieron á paci-
ficarse á esfuerzos de los Jesuítas. En la noche del 11 de
Agosto se puso en gran alarma la ciudad con la prisión
de cerca de cien personas, acusadas ante la inquisición
como judíos, siendo los mas comerciantes: para desocu-
par los calabozos, se celebró el 17 de dicho mes auto de
fé en la capilla en que se sentenciaron 12 personas.
1636 Murió en Huamanga en este año, el Obispo D. Francis-
co Berdugo promovido al Arzobispado de Méjico, prela-
do limosnero y justo, después de haber visitado cinco
veces su diócesis: no fué menos D. F. Gabriel de Zarate
. que le sucedió, religioso dominico, natural de Lima, pero
su gobierno fué tan corto que murió el siguiente de 37
con gran sentimiento de los que le trataron, sin haber
llegado á estendérsele bulas. En este año se gastaron
de Oajas reales 12,500 pesos en la conducción á España
de cuarenta Aleones para la real Caza I olateria de S.M.
Se ordenó que el dinero de los Monasterios se llevase á
la Caja real. Se prohibió que los indios usasen armas
ofensivas.
1638 El comienzo del inmediato de 38 también fué bien ca-
lamitoso; en 27 de Enero sufrió Lima la pérdida de su
prelado D. Fernando Arias de ligarte varón austero y
penitente que gastó todo el tiempo de su gobierno en vi-
sitar su diócesis cuidando de celebrar misa todos los
dias. Fué señalado para remplazarlo el Obispo del Cuz-
co, Vera; pero el Todopoderoso determinó tuviesen igual
tiempo de gobierno ambos, recogiéndoselo para sí en ISTo-
viembre. La mitra de Trnjillo fué ocupada en el año de
que se habla, por D. Diego de Montoya Obispo de Po-
payan, insigne predicador que había conseguido la re-
ducción de los indios Ohocoes y I^oanamas: no fué me-
nos elocuente el Jesuíta Lucas de la Cueva, que logró
fundar el pueblo de Jeveros en Maynas. El comercio
que hasta aquí había caminado pacificamente, sufrió sus
molestias en este año, pues le acometió á la armada de
los galeones del general D. Carlos ] barra, el corsario
Holandés conocido por "Pie de Palo," mas tuvo la for-
tuna que después de un reñido combate de cinco horas
fué muerto el corsario y echados á pique siete de sus
buques.
1639 Domingo 23 ,de Enero de este año, se celebró en la Pla-
za mayor un auto de fé, de gran aparato y fué el 149j en
—73—
él aparecieron 80 reos: siete salieron con palmas y en ca-
ballos blancos, por habérseles declarado inocentes: 6 mu-
jeres por hechiceras: 50 reconciliados con San Benito y
doce relajados, que fueron quemados vivos en el Pedre-
gal por judíos: nombrados Manuel Bautista Pérez, co-
luercirnte de mucho crédito, estimado de eclesiásticos y
seglares, mayordomo del Santísimo de la Iglesia Cate-
dral, á quienes se le de<licaban en las Universidades ac-
tos literarios; teníanlo los de su nación por el oráculo de
la religión hebrea, llamándolo "Oapitan grande"— -Los
comerciantes Antonio Vega, Antonio Espinoza, Diego
López de Fonseca, Jnan Rodríguez Silva, el bachiller
Francisco Maldonado de Silva, cirujano natural delTu-
cuman é hijo de portugués, Juan Acevedo, Luis de Li-
nia [sus hermanos Juan y Tomas, fueron reconciliados]
* Eodrigo Vaez Pereira, Sebastian Duarte, Tomas Cua-
resma, cirujano: también fueron quemados los huesos
de Manuel Paz Estra vagan te por haberse ahorcado en
la cárcel.
Notóse como á las tres de la tarde, acabadas de leer
las sentencias, levantarse un fuerte huracán fenómeno
observado en Lima por la primera vez, rompió con toda
violencia la vela que hacia sombra al tablado, y miran-
do al cielo Maldonado, dijo: "esto lo ha dispuesto asi el
Dios de Israel para verme cara á cara desde el cielo." Al
otro dia salieron por las calles los condenados á la pena
de azotes. (1)
En 3 de ííoviembre perdió Lima al Beato Martin de
Porres, donado de la orden de predicadores y el 18 de
Diciembre entregó este virey el mando y se restituyó á
España.
XiX.
DOls^ PEDEO DE TOLEDO Y LEYV A, marques de man-
ceba, SEÑOR DE LAS CINCO VILLAS Y SU JURISDICCIÓN,
COMENDADOR DE ESPARRAGAL EN EL ORDEN DE ALCÁN-
TARA, GENTIL HOMBRE DE CÁMARA DE S. M. T DE SU
CONSEJO DE GUERRA. Fué uombrado Vircy del Perú y
entró en Lima el 18 de Diciembre de 639.
1640 Se empleó en guarnecer y amurallar la plaza del Callao
con copiosa artillería de bronce fundida en esta ciudad,
la que para igual efecto se condujo para el fuerte de
(1) Véase Anales déla Inquisición por Palma — M. O.
ToM. VII. Literatura — 10
—74—
Valparaíso y presidio de Valdivia, dando orden al maes-
tre de campo D. Martin de Valenseguy, corregidor de
Gnayaquil, fabricase para la defensa del mar bajeles de
importancia. En este año fué ascendido al obispado del
Cuzco, el de Trujillo Dr. Montoya, mas no tomó pose-
cion por haber muerto en el mismo año: también salió á
servir el obispado de la Paz el chantre D: Feliciano de
la Vega.
1641 En este año se introdujo el papel sellado. En 22 de Ma-
yo entró en Lima el Arzobispo Dr. D. Pedro de Villa-
gomez, dejando el obispado de Arequipa á D. Agustín
de ligarte y Sarabia, que obtenía el de Guatemala. En
este, ante el notario apostólico Fr. Diego de Oórdova se
recibió información jurídica del suceso de nuestra Seño-
ra del Milagro, acaecido en el terremoto de 630 que se
ha referido. Domingo 17 de l^ovíembre se celebró auto
de fé en la capilla de la Inquisición, en él comparecie-
ron 16 penitenciados — uno por matrimonio doble, cator-
ce portugueses por judaisantes y por hechicera Da. Ma-
ría de la Cerda y Badillo [a] la Tucumanesa; y el dia
siguiente fué el designado para los azotes de esta y de
tres judaisantes.
1642 Sucedieron en este año de 642 en el Paraguay las ruido-
sas competencias y disenciones entre el Obispo Cárde-
nas y los regulares de la Compañía, al extremo de echar
al Obispo de su Iglesia el gobernador D. Gregorio de
Hinestrosa. Salió á servir el Obispado de Hu^jaca, el Ar-
cediano de Lima D; Bartolomé Benavides. Se reforma-
ron las tasas de los tributos de indios que en algunos
pueblos se hallaban recargados.
1643 Se recibió noticia de haber ocupado los holandeses á
Valdivia mandados por Enrique Brant, lo cual puso en
gran confusión el reyno: el virey mandó se hiciesen no-
venarios en todas las iglesias, mientras tanto, meditaba
la advocación que había de tomar para protectora de las
armas. A esta sazón el P. M. Fr. Gaspar de Saldaña re-
ligioso dominico, ofreció el patronato del Dulcísimo nom-
bre de María: en tan bella oportunidad que cabalmente
llegó cédula real para que el virey designase la advoca-
ción y con tan prósperos principios se procedió á fijar el
18 de Octubre para el juramento, que se verificó con la
mas solemne función, saliendo cargando las andas de
los cinco ángeles, individuos que obtenían en el ejérci-
to el grado de capitán y la de Nuestra Señora del Eosa-
rio cuatro caballeros cruzados. — Con estos preparativos
salió para el punto ocupado por los holandeses una ar-
—75—
niada compuesta de 12 bajeles al mando de D. Antonio
de Toledo, hijo del virey, dando á la vela el Sábado 31
de Diciembre. En este mes llegaron de Tierra Firme las
monjas que fundaron el monasterio del Oarmen-Alto.
En el presente año de 644 tomó posesión del Obispado
del Cuzco el Dr. D. Juan Alonso Oeon, que servia el de
Yucatán. En este mismo año murió en Roma el Pontí-
fice Urbano VIII el 29 de Julio, después de haber caño-
niñeado á Santa Isabel Reyna de Portugal y á San An-
drés (Jorsino: beatificó á San Cayetano y á San Félix de
Cantalicio: también dio á los cardenales el dictado de
Eminencia. Los religiosos dominicos erigieron en este
año el colegio de Santo Tomas con los cuantiosos bie-
nes que dejó D. Andrés Cinteros.
En los meses de Febrero y Marzo de 645 hubieron en
Quito repetidos temblores y por Abril se asoló Eio-bam-
ba con uno formidable. Se reedificó y fortificó á Valdi-
via por el Maestre de Campo D. Alonso de Villanueva.
En este año se hizo cargo del Obispado de Huamanga
D. Fr. Antonio Conderino religioso agustino, mas ha-
biéndose puesto amenté al poco tiempo se nombró de
Coadjutor á D. Antonio de Castro que renunció. Entró
en el puerto del Callao de regreso la armada,Sábado 6 de
Mayo, no habiendo encontrado á los enemigos, que de-
socuparon de antemano á Valdivia: observóse en esta
expedición que dirijió el P. Francisco del Castillo como
confesor del General, que salió en Sábado del Callao,
llegó á Valdivia Sábado 4 de Febrero, arribó á Arica á
tomar el caudal de la real hacienda Sábado Santo 15, de
Abril, y últimamente ancló en Sábado. «f
En este año se publicó bando para que se presentasen
todos los portugueses residentes en la capital con las ar-
mas que tuviesen, y se reunieron seis mil, aunque se les
mandó salir, sin embargo de haber ofrecido 2000 duca-
dos, se quedaron, lo que se atribuyó á coecho y fué uno
de los puntos que se tuvo presente en la causa de resi-
dencia. Se fundó en el Cuzco el hospital de San Andrés
para la curación de mujeres, al que es anexo el colegio
del mismo nombre para educación de niñas españolas y
pobres. En este año íuó nombrado el Dean D. Andrés
Garcia Zurita, coadjutor del Obispo de Huamanga. Se
fundó en Lima por el Licenciado Francisco Gamarra,
Cura de San Sebastian, la hermandad de la '"Concordia
Clerical," la que confirmó Alejandro VIL Los Padres
Fr. Martin Valles y Fr. Francisco de Gamboa, religio-
sos de San Francisco de Paula, llegaron á Lima este año
—76—
y establecieron su hospicio en la hermita de Nuestra Se-
ñora del Buen-viaje que se había construido en 627 se-
gún se ha dicho. A la misma sazón Alón zo Eodrigüe/,
Juan Ocampo y el hermano Diego de las Casas, fabrica-
ron la iglesia á*^ l^uestra Señora del Socorro en la calle
de Malambo, con el ñn de establecer convento de reli-
giosos Capuchinos, mas habiendo solicitado licencia de
la Corte, se negó. Fué trasladado el Obispo de Arequipa
Dr. ligarte al de Quito.
1647 Hubo en este año de 47 un terremoto casi universal en
el Perú, el que arasó á Santiago de Chile en 13 de Mayo,
sepultando sus edificios mas de dos mil personas. Fué
nombrado en este año Obispo de Trujillo D. Fr. Luis de
Córdova y Eonquillo, que servia el de Cartagena, el que
habiendo muerto le reemplazó D. Pedro Oortega y So-
tomayor, natural de Lima, el cual luego que lo supo
abandonando el Arcedianato, se retiró al noviciado de
la Compañía, donde tomó la sotana; mas se le obligó á
dejarla, y consagrado pasó á su Diócesis. En este año
hubieron reñidas competencias en el convento de San
Francisco, por la elección de Vicario Provincial, pues el
P. Fr. Pedro Iramain que fué electo en el convento de
Pisco, murió á los siete meses en la visita.
1648 El Dr. Sotomayor fué ascendido al Obispado de Are-
quipa, y reemplazado con D. F. Marcos Salmerón que
murió antes de tomar posesión. Aconsecuencia del fo-
mento que se daba en una casita del Cercado á Nuestra
Señora del Carmen, donó en este año el capitán Juan
Becerra el sitio, donde con este título se formó un pe-
queño hospital para indios convalecientes. En 20 de Se-
tiembre concluyó el gobierno del Virey.
XX.
DON GABCIA SAEMIENTO DE SOTOMAYOR, conde de
SALVATIERRA, MARQUES DE SABROSO, CAUDILLO MAYOR
DEL REYííO Y OBISPADO DE JAÉN, hallábase sirvíeudo el
Vireinato de Méjico cuando fué trasladado al del Perú,
entrando en su capital el 20 de Setiembre de 1648.
1649 En el entrante de 649 se facilitó el establecimiento y
conversión de la Provincia de May ñas por los regulares
de la Oomi)añía, cuyos naturales se habían sublevado
anteriormente destruyendo todas las jjoblacíones.
Fué nombrado en este año Obispo de Trujillo D. Juan
—77—
de Zapata y Figueroa, que miirií) en el de Santa-Oruz
de la Sierra antes de recibir las bulas. En el pueblo de
Éten, correspondiente entonces á este Arzobispado, se
vio el repetido prodigio de un niño aparecido en la hos-
tia existente en la custodia de la iglesia en los dias 20 y
21 de Julio.
En 25 de Marzo se hicieron grandes rogativas por el
hurto de formas que se perpetró en la iglesia de monjas
de Santa Clara de la ciudad de Quito. En 8 de Diciem-
bre de este año recibió el señor Villagomez el Palio.
1650 Se fundió en este año de 50 la célebre fuente de bronce
que en la plaza mayor de Lima perpetúa la memoria de
este Virey. En 31 de Marzo experimentó la ciudad del
Cuzco un formidable terremoto que destruyó muchos de
sns edificios. El Obispo de Huamanga D. Andrés Gar-
cía de Zurita, fué traslado al de Trujillo y nombrado pa-
ra aquel D. Francisco Grodoy,T)ean de Lima y el tesore-
ro de dicha iglesia D.Juan Machado, salió Obispo de Po-
payan.
1651 En el año de 51 se facilitó la conversión de los indios
Mataguayos de la Provincia del Chocó, haciendo su en-
trada los Jesuítas Ignacio Medina y Andrés Luxan, guia-
dos por el casique líao; mas al poco tiempo se subleva-
ron.
1652 En este año de 652 fué ascendido el señor Ocon Obispo
del Cuzco al Arzobispado de Charcas, después de haber
dado á todas las iglesias de sus diócesis, cálices, lámpa-
ras de plata y demás ornamentos: aplicó parte de su ren-
ta para la reedificación de la iglesia Catedral, con la cual
se concluyó, como igualmente para la de Santa Catalina.
Murió el de Trujillo Dr. Garcia de Zurita.
1653 En 653 se nombró para el Obispado de Trujillo á D.
Diego del Castillo, mas antes de pasar á él, se le promo-
vió al Arzobispado de Santa Fé. En Julio de este año
se tumultuaron algunos religiosos de Santo Domingo,
negando la obediencia al Provincial Fr. Francisco de la
Cruz, con motivo de habérsele presentado para el Obis-
pado de Santa Marta, y aclamaron al Prior Vicario Ge-
neral. Fué er^ este año electo Obispo de Arequipa, D.
Fr. Gazpar de Yillaroel, religioso Agustino natural de
Lima que servia el de Santiago de Chile. Se perdió en
lof^ bajos de Chanduy, el navio la "Capitana" de la arma-
da del Comercio, lo/ rándose por las activas providencias
del Presidente de Quito sacar todo el tesoro que se re-
mitía á España.
1654 En este año se estableció la práctica de apartar de la
—78—
í?raesa de cada fundicioD, monedas para ensayar y cali-
ficar el peso, pues en este año se reconoció la moneda
doble de cobre con solo el peso de cuatro reales y descu-
l)ierto el fabricante D. Pedro Rocha, pagó su delito con
la pena ordinaria. Se mandó construir un puente en el
rio Pachacliaoa. En este año se hizo cargo del Obispado
de Arequipa D. Pedro Ortega de Sotomayor, En 8 de
Diciembre asistió el Virey y demás tribunales ala igle-
sia Catedral y en manos del 111 mo. señor Arzobispo ju-
raron defender la Concepción Santísima de Maria, con-
cebida sin pecado.
1655 En 7 de Enero de 655 fué acometido su Santidad el
Pontífice Inocencio X, de una furiosa disentería que mu-
rió Jueves. En 24 de Febrero entregó el mando el Virey
y se quedó en Lima.
XXI.
DON LUIS EXEIQÜE DE GUZMAN, conde de alva de
LISTE Y VILLAELOU, VIREY DE MÉJICO Y EL PRIMER
GRANDE DE ESRAÑA QUE PASÓ AL PERÚ; SC hÍZO CargO
del Vireinato en 24 de Febrero de 1655. Se formó en
Arequipa un Beaterío de terceras de San Francisco. En
este mismo año hubo un espantoso terremoto el 13 de
Noviembre, que al parecer tuvo oríjen del presidio del
Callao por la parte que mira al poniente, porque de su
espaciosa isla fué mayor el combate, arruinando la po-
blación. En este año, la armada de Galeones que mar-
chó á Tierra firme al cargo del Márquez de Villa-Rubia,
después de recios temporales perdió la almiranta en los
bajos de los Mimbres, con cinco millones y medio en oro y
plata, un registro muy considerable de frutos y seiscien-
tas personas,de las que solo escaparon cuarenta y cinco.
1656 En el siguiente de 656, otra armada de tres galeones
cargada de caudales, y en laque se conducía el Márquez
de Baydes, que concluyó su gobierno de Chile, se en-
contró con una escuadra inglesa de siete naves y atacán-
dose mutuamente después de un recio combate, acorda-
ron los primeros, morir antes que enriquecer con el te-
soro al inglés, y pegando fuego al i)eñol fuéronse á pi-
que sin salvar cosa alguna. También en este año, una
escuadra inglesa se apoderó de Jamaica, y nombraron
por su gobernador al coronel Doyley. Llegó á Lima el
breve de la Purísima Concepción, que celebró con toda
—79—
pompa la IJüiversidad de San Marcos, siendo su Rector
el D. D. Dieg;o de León Pinelo. En este año fué promo-
vido el Obispo de Huamanga D. Francisco Godoy á la
silla de Triijillo, mas murió antes de tomar posesión.
1657 En 15 de Marzo de 57 hubo un fuerte temblor en Chile
que causó muchos estragos. En este año se sublevaron
los indios del valle de Calchaqui en Tucuman, fomenta-
da por Pedro Bohorques, que se decia descender de los
incas. El Maese de campo José Salcedo que andaba en
estas expediciones, logró ir al lugar de Laycacocha (que
signiñca laguna encantada, ó como dicen otros laguna
infernal) y habiendo un indio descubiértole el secreto de
la mina que después se conoció con su nombre, comenzó
á trabajarla, de la cual se cuenta, haber sacado en una
noche, 93 bolas avaluadas en 1,000 pesos: también es
constante sacó de ella, una piedra de plata maciza que
después de desbastada mucho, por no caver por el cami-
no, pesó 7 arrobas, tan limpia y sin mezcla que se le pu-
so el cuño como á barra. En la Pascua de Espíritu San-
to de este año, estando el Yirey y Audiencia en Cate-
dral, promulgaron los inquisidores tres edictos, refirién-
dose uno de ellos á un papel publicado en Méjico por el
Holandez Guillermo Lombardo, que conservaba el Virey
y que en secreto lo manifestó á un inquisidor: de esto
resultaron grandes competencias, hasta que el Rey, re-
solvió se abstuviesen los inquisidores de semejante pro-
ceder; pero que el Virey entregase el papel.
1658 En 658 también se suscitaron ruidosas competencias
entre el Provisor del Arzobispado y la Real Audiencia,
por haber aquel excomulgado á los Alcaldes de Corte
que hablan puesto presos á dos notarios: fué necesario
reunir un congreso de Teólogos y se discutiese la mate-
ria, procediéndose después á absolver á dichos alcaldes.
En este año falleció en el Cuzco el Obispo Sotomayor,
después de haber adornado la Capilla de la Antigua,
gastando de su renta mas de 18 mil pesos.
1659 En 26 de Junio de 659 murió en Lima el Conde de Sava tier-
ra que se habia detenido por la guerra, cuyas exequias
se celebrarcm en el convento de San Francisco con toda
magnificencia. En Noviembre de este año salieron de
Cádiz los galeones del General D. Pablo Contreras, el
cual conduela al Yirey entrante: mas habiendo sufrido
un recio temporal la escuadra, naufragaron siete buques
sobre el bajo de las puercas, teniéndolos demás que vol-
ver á dar fondo en la bahia bien maltratados. Fué sus-
penso por real cédula el Obispo Cárdenas. En este año
—80—
D. Mateo Pastor y su esposa D? Francisca Velez Michel
cedieron todos sus bienes para la fundación del colegio
de Huérfanas.
1660 Reventó el volcan de Pichincha con espantosos terre-
motos y ruinas considerables en 12 de Octubre, llovien-
do piedras y ceniza que oscureció el dia. Pasó en esto
año el Obispo de Arequipa Villarroel a la Metropolita-
na de Chuquisaca, después de haber fabricado la iglesia
Catedral de aquel. En este año se introdujo un cisma en
la religión de Santo Domingo, porque habiendo muerto
el Provincial y el Prior del Convento grande con interva-
lo de 30 horas, ae levantaron dos Vicarios generales, el
P. Hyporri, Prior del Cuzco y el P. Torres de la Eecole-
ta, tales fueron los desórdenes, que vióse el Virey en la
precisión de mandar bajar al primero y ponerlo en un
buque: empero, no cesóla disputa hasta que vinieron pa-
tentes del Reverendísimo en que instituía por Vicario ge-
neral y visitador al P. Barbarán.
1661 En principio de 661 se recibió el breve de Alejandro VII,
sobre la Purísima Concepción de Maria, (pie faó celebra-
do con lucimiento. En 26 de Abril murió en Panamá el
Obispo del Cuzco D. Agustín Muñoz de Saiidoval que
habia remitido desde Portobelo sus bulas, y gobernó por
él su Provisor cinco meses. En 31 de Julio entregó el
Virey el mando y se embarcó para españa.
XXIL
DON DIEGO BENAVIDES Y DE LA CUEVA, conde de
SANTTSTEVAÍT DEL CONCEJO DE LA GUERRA, VIREY DE
NAVARRA, de donde fué trasladado al Perú y entró en
Lima el 31 de Julio de 1661, á cuya sazón hubo una su-
blevación en la provincia de Chuquiavo, siendo udos
mestizos los principales motores: con el castigo de ellos
logró cortarla el corregidor D. Francisco Herquiñigo.
En este mismo año, se hizo cargo del Obispado de Tru-
jilloD. Fr. Juan de Calle, religioso Mercedario, el cual
consagró su iglesia Catedral. También entró en Hua-
manga su Obispo D. Fr. Cipriano Medina, religioso Do-
minico natural de Lima, murió al poco tiempo, saliendo
á la visita.
1662 En este año fué acaecida la muerte del B, P. Fr. Bartolo-
mé Badillo, religioso Agustino, natural de Salta, princi-
pal promovedor de la fundación del hospital de morenos.
—81—
que como á tal, lo distinguieron con su nombre, sus so-
cios el Dean Cabrera y el P. Castillo. Se trasladó al lu-
gar donde se halla, el Teatro Cómico. Se exijió un do-
nativo para sosten de la guerra con la Francia.
1663 En 663 se erijió la real Audiencia de Buenos Ayres,
siendo Presidente de ella D. José Marañon de vSalazar
(jue no tuvo segundo por haberse conocido infructuosa
su fundación. Se trasladó la ciudad de Zamora al lugar
donde se halla. Entró en la ciudad del Cuzco de Obis-
po D. Bernardo Izaguirre, que servia el de Panamá: ha-
bía sid() antes Corregidor de Quispicanchi. Habiendo en-
contrado concluida la fábrica de la iglesia Catedral,
la consagró.
1664 Se celebró en 23 de Enero de este año de 664 en la Pla-
za mayor un auto de fé, entre los castigados fueron re-
lajados Manuel Henrique en persona, y Mencia de Luna
en estatua. Bu 12 de Mayo hubo un tuerte temblor en
lea, que asoló la ciudad, quedando sepultadas entre sus
ruinas mas de cuatrocientas personas: este incidente se
atribuyó á castigo del cielo, porque la tarde antece-
dente un hombre atrevido infirió á un sacerdote 17 pu-
ñaladas dejándolo muerto: también participó de sus es-
tragos Pisco y Lima. Fué nombrado Obispo de Hua-
mauga el Dr. D. Vasco de Contreras, Maestre-escuela de
su patria Lima, pero no llegó á tomar posesión de él.
La tomó del de Arequipa D. Fr. Juan de Almoguera,
religioso Trinitario.
1665 Unos españoles nombrados Salcedos que como se ha
. dicho descubrieron el rico mineral de Laycacota ó Lay-
cacocha, manejábanse con gran obstentacion, socorrien-
do y habilitando á cuantos se llegaban á sus puertas:
de este modo habían adquirido innumerables amigos, al
extremo de disponer á su arbitrio de los funcionarios
públicos de las poblaciones circunvecinas. El día 24 de
Junio se suscitó una pendencia entre los indios y la gen-
te de sus minas, con los de las otras, tomando tal incre-
mento que pusieron fuego á la Cancha de los contrarios
donde se habían encerrado algunos vascongados, de que
resultó haber muerto á balazos el P. Fr. Simón de Mi-
randa, comisario de Jerusalen y D. Juan Campos: el Go-
bernanor D. Andrés Flores de la Parra, hizo prender á
algunos y dio garrote al Alférez D. Francisco de Zara-
te, con lo que se sosegó. Al poco tiempo ocupó el Go-
. bierno D. Angelo de Peredo, que no era de la parciali-
dad de los Salcedos; se opusieron, haciendo un tu imito
TOM. Vn. LlTEKATÜKA— 11.
—82—
el 18 de Octubre, de que resultaron varias muertes, dan-
do voces de "Muera el mal gobierno, el Eey y el Papa"
continuando el desorden hasta que el Gobernador aban-
donó el pueblo y se retiró al de Tiquillaca donde hizo
publicar bando, para que se le incorporasen los vasallos
leales, para entrar en el asiento. Gaspar Salcedo como
era señalado se marchó al Cuzco, dejando á sus partida-
rios en el pueblo de Juliana de la provincia de Lampa
donde los sostenía de un todo, por mano del Corregidor
D. Juan Salazar, engrosaron hasta la fuerza de 800 hom-
bres. En Setiembre murió Felipe IV.
CARLOS 11.
EMPEEADOE XIX DEL PEEU.
1666 Fué proclamado Carlos II de edad de 4 años, bajo la tu-
tela de la Eeyna Madre Da., María Ana de Austria, que
fué gobernadora. En 16 de Febrero de este año se celcr
bró auto de fé en la Iglesia del hospital de la Caridad,
en él que comparecieron 7 reos por diversas causas. Con-
tinuaron los alborotos de Puno, pues en Marzo fué asal-
tado el indicado asiento de Laj^cacota, de que provinie-
ron muchas muertes y robos: dividiéronse en dos ban-
dos, y saliendo á campo, tuvieron sangrienta batalla, los
naturales de Burgos y Vizcaya, contra los andaluces y
y criollos, quedando vencidos los últimos, dejando por
muerto al Gobernador Peredo. Estos pesares ocasiona-
ron la muerte del Virey el 16 de Mayo: depositaron su
cadáver en el templo de Santo Domingo. La real
Audiencia se hizo cargo del gobierno, siendo su presi-
dente el Licenciado D. Bernardo de Iturricerra. En es-
te año también murió el Pontífice Alejandro VII que ca-
nonizó á Santo Tomás de Villanueva y á San Francisco
de Sales.
La real Audiepcia poniendo su primer cuidado en so-
segar los alborotos de Laycacota, expidió inmediatamen-
te un indulto, cuya ejecución se cometió al Obispo de
Arequipa Almoguera, mas no tuvo efecto, porque ba-
jando del Cuzco Gaspar Salcedo, continuaron los dis-
—83—
turbios y para conservación de los fcnmnltuantes perfec-
cionó un fuerte que estaba en obra: nombró ofíciales y
soldados de guarnición y también fundió dos piezas de
artillería.
Mientras esto sucedía en aquella parte del reino, en Li-
ma se reunió el Capítulo in'ovincial de San Francisco en
30 de Setiembre, en el cual, i)resentose el decreto y Bre-
ve de su Santidad, mandando introducir la Alternativa,
entre los religiosos europeos y criollos, de que se origi-
naron reñidas controversias; mas, el R. P. Fr. Miguel de
Molina comisario general con gran prudencia y sagaci-
dad cortó las disenciones admitiendo suplicación del
Difinitorio.
1667 No habiendo tenido efecto el indulto expedido á los dis-
contentos de Laycacota, marchó de Gobernador D.José
de Avellaneda, que trató de mediar y contener el desor-
den, mas no pudo verificarlo, porque llegó el caso de
ponerle guardias, por lo que tuvo que ausentarse dejan-
do nombrado por su teniente á José Salcedo. Parece
que la chispa de la licenciosidad prendía aun en el reti-1
ro religioso, pues, los de la orden de San Agustín de
convento del Cuzco, no contentos con la conducta que
quería observasen, su prelado Fr. Bartolomé de Ulloa, le
fulminaron escandalosa comunicación y le alzaron la
obediencia, dándosela al Suprior. Empero, habiendo
ocurrido al Obispo y Corregidor, se trató de sostenerlo,
mandando fuerza armada; los religiosos entonces, en-
cerrándose en sus claustros, hicieron desde la torre fuer-
te resistencia, saliendo en la refriega contusos algunos
militares: á estos no les era honorífico levantar el sitio y
asaltando el convento por diversos puntos, entraron á
los claustros donde tuvo lugar una reñida pelea. Túvo-
se pues por conveniente hacer una suspensión, hasta que
el séquito de la causa formada al Prelado vista en Difi-
nitorio el mes de Abril, declaró lil)re de todo cargo des-
terrando á los acusadores. En este fué sentenciado á
muerte D. Pedro Bohorques y ocho indios principales en
la conjuración indicada el año de 657 dándoles garrote
y sus cabezas se colocaron en el arco de la Puente de Li-
ma. En 8 de Octubre fué penitenciado D. César Nicolás
Wandier de nación francés que en clase de médico de
un virey, vino al Peni: por haberse descubierto ser he-
rege ateísta: entre sus crímenes se señala el de diaria-
mente blasfemar á dos imágenes de Cristo Crucificado
y de su Santísima Madre que tenía, con apariencia de
religión; las cuales en desagravio se condujeron á la Ca-
—84—
tedral y se les consagró tres clias de rogativa, con misas
solemnes y sermón, y designes se depositaron en el Pra-
do. Por Noviembre concluyó su gobierno la real Au-
diencia.
XXIII.
D. PEDEO FEENANBEZ, CASTEO Y AXDEADE, con-
de DE LEMOS, MARQUES DE SARRIA Y DE GATIRA, DUQUE
DE TAÜRIFAXCO Y GRANDE DE ESPAÑA: fué UOmbrado
virey del Perú y se hizo cargo de él en 21 de ííoviém-
bre de 667 estando en sumayor fuerza los alborotos.de
Laycacota, que no habiendo j)odido sosegar con sus pro-
videncias, trató pasar en persona á dicho asiento.
1668 Infatigable el P. Castillo en la predicación y fundaciones
piadosas, conociendo la gran devoción del virey á la Pu-
rísima Concepción de ííuestra Señora, trató que bajo su
patrocinio se pusiese en plántala formación de un reco-
gimiento de mujeres que quisiesen apartarse del mundo,
lo que consiguió; al efecto dispuso se comprase á Don
Fernando de Córdova unas posesiones y se comenzó la
fábrica. Se exijió un donativo para la guerra de Fran-
cia á que concurrió toda la ciudad: esto dispuesto se em-
barcó el virey en el Callao por Junio, desembarcó en
Arica, se dirigió al mineral y su presencia contuvo la
continuación de los alborotos: dispuso la prisión de mu-
chos, mandó ajusticiar á los mas culpables en la muer-
te del Corregidor, incluso José Salcedo, y envió preso á
Lima á Gaspar: mandó asolar la población de dicho
asiento que ss compon i a de mas de tres mil casas, y se-
ñaló por capital con título de villa al pueblo de Puno,
denominándola San Carlos de Austria, en memoria del
Eey gobernante. (1) La rica mina de los Salcedos, no la
disfrutó nadie aguándose de tal modo que no se pudo
volver á trabajar. Por Setiembre también s*e comenzó
la obra de la capilla del hospital del Carmen, la que cre-
ció con el fervor del presbítero D. Antonio Dávila que
empleó todo su caudal en ella.
(1) En la Guia de forasteros de 841 se dice que el asiento fué demolido
en 686 por el duque de la Palata, seguD razón remitida del departamento
de Puno: sin entrar en comentarios, diremos que aquellos papeles deben
haber sufrido algún trastorno: comprueban nuestro aserto la relación del
Dr. D. Cosme Bueno: ademas el panegirico del ür. D. Alonso Bravo de Pa-
redes pronunciado eala Catedral del Cuzco el 14 de Diciembre de ese año,
en celebridad de la Concepción de María, impresa en Lima el inmediato
de 669.
--85—
1669 Habiendo el Virey hecho todos los arre^^los necesarios,
regresó á Lima á agitar sus obras religiosas: reunió el
el foudo de 68 mil pesos y procedió á edificar el templo
de Nuestra Señora de los l3esami)arados por ser el anti-
guo muy reducido, y él mismo tomo la barreta i>ara ca-
bar los cimientos, cuya ceremouia se verificó en Junio
con asistencia del Señor Arzobispo y demás corporacio-
ues. No faltando nunca espíritus inquietos llamó la aten-
ción de las autoridades la elección de Provincial en el
convento de San Agustín que se verificaba en Julio. No
habia poder suficiente que pudiese destruir el valimento
de los PP. ürrutlas: el pequeño número de contrarios se
valió del influjo del Virey; y éste halló cavimeuto para
colocar al P. Lagunilla su j^aisano. Llegó el dia 20 y se
le mandó un recado al Prelado para que tocando á Di-
finitorio examinasen los que dsbian sufragar; á lo que se
negó por primera, segunda y tercera vez. No aguardó
mas el virey para llevar al cabo su jílan, pues mandan-
do como embajador de su persona un mandato firmado
del Real Acuerdo en que estrañaba de los rey nos al Pro-
vincial y con él un coche para (pie al punto saliese con
guardias para el puerto del Callao; llegó él al Convento
llenándolo de asombro y de soldados: lo primero que se
hizo fué ir desde la portería llamando por sus nombres
á todos los religiosos amigos de los Uricutias, y después
de haberlos hecho salir del convt?nto, cerradas todas las
puertas, se entró con la comitiva de oidores y religiosos
á la sala capitular ó hizo que el Diflnidor mas antiguo
Fr. Martin Belaustegui convocase á Difinitorio, el cual
habiendo reclamado de la violencia, íué mandado salir
del convento, ocupando su lugar el segundo que obede-
ció el mandato. Se excluyeron á los pocos contrarios
que quedaban, y síu embargo el virey no desamparó el
puesto, anocheciendo en el capítulo hasta haber sacado
al mencionado P. Lagunilla. En este año se hizo cargo
del Obispado de Huamanga D. Cristóbal de Castilla y
Zamora.
Habiendo llegado las bulas de la Beatificación de San-
Rosa, se designó el Miércoles 30 de Abril de este año,
para celebrarlas, que fueron con la mayor ostentación,
concurriendo las i .irroquias con sus cruces, las comuni-
dades con sus Santos Patriarcas y las cofradías con sus
insignias: la Santa iba en hombros de los alcaldes y los
demás Santos en la de cuatro religiosos, el Virey llevó
el guión sin soltarlo, y fué la divisa general de la noble-
za, costosas cadenas de oro y rosas de brillantes. En este
—86—
año el P. Fr. José Figueroa religioso agustino natural de
Huánuco fundó el Hospital de Incurables á que coope-
ró el capitán D. Domingo Cueto.
Murió en este año en Eoma el Pontífice Clemente IX,
en 9 de Diciembre, se infiere haber tenido mucha parte
la pesadumbre que tomó por la pérdida de Candía. Em-
pero, en cerca de dos años que gobernó, expidió á favor
de nuestra paisana Santa Rosa siete breves^ en 8 de Fe-
brero de 668 para que en todos los conventos de la orden
se célebre el primer añt> la octava solemne: en 12 del
mismo su Beatificación: en 16 de Abril jubileo plenísimo
para el dia de su general celebración: en 10 de Setiem-
bre otro de 15 dias: en 26 de Agosto asignó su fiesta en
Lima y conventos de Indias: en 14 de Noviembre se es-
tendió el oficio doble compuesto por el Cardenal Bou a y
la misa a todo el clero secular y regular de Indias: en 2
de Enero de 669 hizo de precepto la fiesta y la nombró
patrona principal de Lima y del Perú, dispensando la
Constitución de Urbano VIII que requería la calidad de
,. canonizada últimamente en 12 del mismo, mandó poner-
la en el martirologio romano. A su muerte no olvidó á
Nuestra Santa, pues le dejó un legado de cinco mil du-
cados para que en la ciudad de Pistoya su patria le fa-
bricasen una suntuosa capilla.
1670 En este año de 670 tomó y quemó el pirata Juan Mor-
gan á Panamá para donde salió del Callao una armada
de 18 bajeles con 3000 hombres de desembarcó. Entre
tanto el virey imploraba el auxilio divino, haciéndose
rogativas en todos los templos y una devota procesión
que salió de la capilla Real á la Catedral con la Vírgejí
de los Desamparados y el Señor del Auxilio que se ha-
llaban depositados en aquella. La expedición llegó sin
novedad y fué depuesto el Presidente D. Juan Pérez y
conducido preso á Lima, reemplazándolo Don Antonio
Fernandez de Córdova, con orden de trasladar la ciudad
á mejor paraje. También había entrado al mar del Sur
el corsario inglés Carlos Enrique Clerk, el cual hallán-
dose falto de bastimentos como de gente, consumidos
y derrotado fué apresado en las costas de Valdivia don-
de tocó, y remitido preso á Lima se le formó la respecti-
va causa.
En 19 de Marzo se estrenó con una magnífica y lujosa
prosecion el Beaterío de Amparadas saliendo la Mages-
tad y lo« Santos de la capilla Real: había mas de un mes,
que dedicado el sitio no le habitaba persona: las voces
de la ciudad corrían muy vivas condenando la obra por
—87—
inútil, burlando el zelo del virey y del Padre Oastillo, y
quiso la providencia se i)resentasen nueve arrepenti-
das, cuya recepción se hizo con gran solemnidad el 3 de
Mayo. Se siouió á esta, el estreno «de la capilla de la
Convalecencia del Carmen de que se ha hablado, colo-
cándose la Ma.gestad en 25 de Julio, que condujo el K.
Provincial déla Comprñía, C(m asistencia de las corpo-
raciones. Por Marzo murió en el Cuzco el Obispo Iza-
guirre, disponiendo su viage para el Arzobispado de la
Plata al que habia ascendido. También llegó en este
año la nueva de haberse fundado por el P. Jesuíta Lu-
cero el pueblo de Ji tipos en Maynas.
1671 No cesando el espíritu religioso de este Virey en derra-
mar bondades en esta ciudad y en todo el reyno, expi-
dió en este año muchas providencias para el buen trato
que debia tenerse con los indios. Eepartió limosnas á los
Jesuítas para ttl fomento de las misiones, solicitó la per-
manencia de los hermanos Bel etmos que habia insti-
tuido en Guatemala en 655. Pedro de Betancurt y que
hablan venido á recojer limosnas. También con acuerdo
del Arzobispo, dispuso que todos los días del año estu-
viese el Santísimo descubierto por turno en todas las
Iglesias. Fué electo Obispo del Paraguay el Tesorero
Capitular de Lima D. Fernando Valcazar y el canónigo
D. Cristóbal Bernardo de Quirós para Chapa. En 12 de
Mayo falleció el Illmo. Arzobispo Villagomez después
de haber promovido la fábrica de la parroquia del Sa-
grario y fomentado el Monas^^erio del Prado al que dejó
su corazón. (1)
1672 En 30 de Enero de 72 se bendijo por el Obispo Quirós,
el templo de los Desamparados con asistencia de todos
los Tribunales y Corporaciones y estando en la misa,
dioseal Virey la noticia de la canonización de su abue-
(1) Su largo gobierno y su abanzada edad le hizo solicitar varias veces
auxiliares y aun renunciar por último la mitra, lo que no consiguió, por
determinación de la providencia según se pasa á demostrar .
D. Blas de Agniinaga Fernandez de Córdova Maestre-escuela de Lima
fué el primer propuesto, se accedió denominándolo Obispo de Santa Pra-
jedis: señalado el dia de su congregación, murió repentiuamente.
D. Fr. Nicolás de Ulloa religioso Agustino se le despacharon bulas, pero
se consagró Obispo del Tucuman.
D. Fr. Antonio de Vigo, religioso de la Merced, pasó á Lima con bulas,
pe ro murió el mismo dia asignado para consagrarse.
D . Antonio Ascoua Imberto, cura de Potosí, pasó á Obispo de Buenos
Ayres, por haberle llegado primero las bulas de esta Diócesis.
Hizo su renuncia en 669 para lo cual remitió á Madrid al Dr. NegTon (^ue
espaes fué Dean de esta Catedral á la que no se dio providencia.
10 San Francisco de Borjas, Santa Eosa Patrón a del
Perú, San Gaetano, San Pelipe Benicio. San Luis Bel-
tran y Santa María MajS^dalena de Paxis. Preparáronse
grandes y costosas fiestas que comenzaron el 2 de Fe-
brero y én las que únicamente ha visto Lima su pavi-
mento formado de barras de plata, que con las demás
balajas que se hallaron colgadas en los altares, arcos y
paredes, se graduó su valor en ocho millones de pesos.
En 19 de Marzo, el Obispo Zamora consagró su iglesia
Catedral de Huamanga. Llegaron á Lima los Beletmi-
tas, hermano mayor Eodrigo de la Oritz, que fué primer
general, Andrés de San José, Alonso de la Encarnación
y José de Villela; y en 24 de Mayo se hicieron cargo del
hospital de convalecencia que les cedió el Presbítero
Antonio Dávila. Consiguió el Virrey del cabildo en sede
vacante, que en distribución perpetua á las nueve de la
noche, se hiciesen rogativas por lo^ que estaban en pe-
cado mortal. Murió la sierva de Uios Lsabel de Jesús,
Tercera de San Agustín, á cuyas e?;cequias concurrió el
Virey, y los oidores cargaron el ataúd. Preparábase S. E.
para solemnizar las fiestas de su abuelo, cuando se dig-
nó Dios llamarlo jjara sí,*muriendo el 7 de Diciembre, de
38 años de edad y como tan devoto de la Purísima Con-
cepción, dispuso que no dejasen de hacerse las fiestas de
Purísima con las solemnidades que había entablado, asi
es que, estaba tendido en el salón de recibimiento y to-
do el palacio iluminado^y repicándose en las iglesias: su
corazón se colocó en una caja al pié de ISTuestra Señora
de los Desamparados según había ordenado y sus exe-
quias que debían haberse celebrado en esta iglesia tu-
vieron que verificarse en el colegio Máximo por ser cor-
ta para la concurrencia de la gente que asistió en el no-
venario de misas que se le hizo. La Real Audiencia se
. encargó del gobierno por la muerte del conde, siendo su
presidente el Dr. D. Tomas Berson de Cauredes. Se dis-
puso en este año que délas cajas de Lima se remitie-
sen situados para los presidios de Panamá, Portobelo,
Chagre, y Chepo, que no bajaban de 8 millones de pe-
sos.
1673 En este año de 673 entró en la ciudad del Cuzco su Obis-
po Dr. D. Manuel de Mollinedo y Ángulo, habiendo an-
tes renunciado las mitras de Puerto-Rico y déla Haba-
na. Se fundó en él, el monasterio de Santa Teresa. El
11 de Abril de este año fué el mas desgraciado para Li-
ma pues falleció su bienhechor el V. Siervo de Dios
Francisco áú Castillo, conocido por el Apóstol de Lima
—so-
atacado de nna peste que en este mismo año apareció,
llamada cordellate por la aspereza y quebranto que cau-
saba en los cuerpos. El 16 de este mismo mes acaecieron
las tropelías de la Audiencia con el Vicario General de
Santo Domingo Fr. Martin Melendez, y es el caso que
no pudiendo los religiosos contenerse sabiendo que la
Audiencia retenia las x)atentes originales del Vicario Ge-
neral, lo que le impedia ejercer el cargo; sacaron trasla-
do y las liiciemn saber á todos los conventos de la Orden:
El P. Er. Bernardo Carrasco i)roviucial se opuso, y fué
absuelto del cargo; ocurrió á la Audiencia, y esta remi-
tió á la celda del P. Melendez un alcalde de corte que lo
sacó de ella y llevólo en carroza á depositar al convento
de San Francisco donde se le tuvo ocho dias; vencidos
estos se le condujo á palacio, obligósele á reponer al pro-
vincial, sin embargo de haber expuesto no tenia facul-
' tad para ello, se consiguió lo hiciese: lo devolvieron á su
depósito y de allí lo mandaron á la ciudad de Huánuco,
donde murió. Una señora nombrada Da. Ana Eobles
viu.da del capitán Diego Bedia renunciando al mundo y
siguiendo el espíritu de su director el P. Ayllon fundó
en este año el Beaterío de íí^eyras.
1674 En 12 de Mayo de este año de 674 entró en Lima nom-
brado de Arzobispo D. E. Juan Almoguera religioso
Trinitario que servia el Obispado de Arequipa: recibió
las bulas y palio en Octubre del inmediato: esta mitra
se confirió al de Trujillo D. Fr. Juan de la Calle, pero
murió en Lima de tránsito en su colegio de San Pedro
Kolasco. Dio licencia para que se formase una Congre-
gación de clérigos bajo la regla de San Felipe Neri, á
consecuencia de una Hermandad de la escuela de Cristo
que de antemano tenia sus ejercicios en la iglesia del
hospital de San Pedro; marchando á Eoma por la con-
firmación del instituto, su fundador y primer Prepósito
Licendiado Alonso Riero. El señor Castilla y Zamora
en este año, reuniendo á los curas de su Obispado de
Huamanga trató de formar un Seminario para la edu-
cación de la juventud que se quisiese dedicar á la carre-
ra del Sacerdocio por ser inmensos los gastos que se oca-
siona á los habitantes, el trasladarse á otros lugares.
En Agosto concluyó su gobierno la Eeal Audiencia.
TOM. vil. XilTEKATUBA — 12
—90—
XXIV.
D. BALTAZAE DE LA CUEVA ENEIQUE DE SAAVE-
DEA, CONDE DE CASTELLAE, MAEQUÉS DE MA]gAGOIf
DEL CONSEJO Y CAMAEA DE INDIAS: (lespues de haber re-
conocido y dispuesto la traslación de la ciudad de Pa-
namá, se dirijió á Lima y se liizo cargo del vireynato el
15 de Agosto.
1675 En este año se proyectó estancar el tabaco por empresa,
dándose al rey por el privilegio 10 mil pesos. Se manda-
ron fortificar los puertos de Valdivia, la Concepción y
Valparaíso, por la noticia qne participó. el presidente de
Chile de haber entrado por el Estrecho de Magallanes,
una escuadra inglesa que quedaban formando j)oblaciou
á la banda del sur. En 8 de Julio acaecieron en esta
ciudad tres temblores de alguna consideración y en el
puerto del Callao se observó en este mismo dia llanto
y sudor en la imagen de Kuestra Señora de Loreto, que
duró hasta el 6 de Agosto; de que se siguió iuformacion
jurídica en la que depusieran 215 testigos. En Lima se
mandó hacer un enrolamiento general presentándose el
16 de Diciembre en la pami^a frontera á la Calera Agus-
tina mas de seis mil hombres con armas.
1676 La noticia de los piratas se falsificó y fueron condena-
dos á la peua de azotes, cuatro indios que aseguraron
haber tratado con ellos, lo que se comunicó inmediata-
mente á Panamá, para desvanecer los recelos del co-
mercio que se hallaba en Tierra Firme al despacho de
los galeones del General D. IsTicolás de Córdova. En 2
de Marzo de este año murió el Illmo. Señor Arzobispo
Almoguera. La casa en que nació y vivió nuestra pai-
sana Santa Eosa que se habia formado santuario se ele-
vó á convento de religiosos. Por cédula de 20 de Mayo
se estableció fiesta de guarda el dia de San Fernando.
Se ordenó por real cédula de 12 de Agosto, que los pro-
visores fueran juristas. En 22 de Julio falleció el Ponti-
' fice Clemente X, ademas de la canonización de los san-
tos especificados, beatificó á Pió V Alberto Magno, Juan
de la Cruz y Estanislao de Koska.
1677 En este año murió el Dr, D. Alvaro de Ibarra, catedrá-
tico de prima de leyes, en la real Universidad de Lima
su patria, inquisidor Apostólico, Presidente de Quito y
Oidor de esta Audiencia; por su gran saber y juicio sien-
—oí-
do seglar, so le hizo merced del Obispado de Trujillo y
dado el fíat su Santidad: fué electo en su reemplazo D.
Antonio de León Obispo de Panamá que estaba desem-
peñando el puesto de Presidente y capitán general de
Tierra Firme, mas inmediatamente fué trasladado á la
de Arequipa y ocupó su lugar el del Tucuman D. Fran-
cisco de Borja. Se fundó por el Obispo Castilla la Uni-
versidad de Huamanga dándole su nombre de San Cris-
tóbal. El comercio del Peni experimentó en este año
considerables quiebras en la feria de los galeones, ijor-
que con la ocasión de haberse concedido permiso á dos
buques para hacer vi age á ISTueva España, abusaron de
él é inundaron de rojia el país, de que dio el Consulado
quejas al Consejo, culpando alVirey. En ISToviembre
murió el hermano Nicolás de Dios fundador del beate-
río de Jesús María. En este año llegó D. Elias de San
Juan, canónigo de Babilonia con el objeto de recojer li-
mosnas.
1678 En 14 de Febrero de este año entró el Arzobispo Don
Melchor de Liñan y Cisneros que servia el de las Char-
cas. En 17 de Junio experimentó esta ciudad un largo
temblor á las 7 f de la noche. En este mes se formó un
Beateriobajo el título de Santa Eosa. En 7 de Julio,
llegó la armada de galeones, trayendo pliegos alYirey
para que entregase el mando al Arzobispo, de resulta de
la qaeja dicha, ordenándosele salir para Payta, mas se
le permitió por sus enfermedades estarse en el pueblo
de Surco, mientras se concluyó la causa de residencia y
absuelto de los cargos se restituyó á España.
XXV.
DON MELCHOR DE LIÑAN Y CISNEROS, obispo que
había sido de santa maeta t popayan, capitax ge-
ÍÍEKAL del KEYjSTO DE SANTA FE, Y ARZOBISPO DE CHAR-
CAS, SIRVIENDO EL DE LIMA: se hizo cargo del vireyna-
to del Perú el 7 de Julio de 678: habiendo hallado ex-
hausto el tesoro público se dedicó en proveerlo de dine-
ro y encontró pronta la voluntad de los habitantes de la
capital pues ofreció el comercio de donativo voluntario
150 mil pesos, y los eclesiásticos 116 mil pesos.
1679 En el año siguiente de 79 tuvo noticia haberse introdu-
cido en el mar del Sur los piratas Juan Guarin, Bartolo-
mé Charpe y Eduardo Voolmen, auxiliados de los indios
—92 -
del Darien que les franquearon paso por aquel golfo ha-
cia la parte de Chepo: invadieron los puertos de Guaya-
quil, Chile y Arica. Empero, el virey envió contra ellos
dos bajeles artillados que los persiguió, hasta destruir-
los; muriendo los dos primeros en diversos encuentros,
y el último en Tumaco: los prisioneros se remitieron al
Callao.
En este año acontecieron en Quito los escandalosos al-
borotos de las monjas de Santa Catalina de Sena, suge-
tas á la religión de Santo Domingo, con ocasión de no
dejarlas el Provincial obrar con libertad en la elección
de Priora, por lo cual le alzaron la obediencia y sugeta-
rónse á la eclesiástica: de aqui provinieron reclamos á
la Audiencia, que amparó á los religiosos en la posesión,
contradíjola el Obispo; introdujeron se en los claustros
eclesiásticos armados y últimamente saliéronse las mon-
jas, refugiándose en casa de dicho Obispo. Cada dia to-
maba mas incremento el negocio, intentando las fami-
lias llevarse las religiosas á sus casas. La Divina Pro-
videncia puso de manifiesto que el fomentador era Don
Domingo Alonso de Laze á quien el Obispo habia nom-
brado por su Provisor, siendo seglar, mandado compa-
recer ante el real Acuerdo y temeroso de algún castigo
fugó para Méjico. En este año cesó en su gobierno el
Obispo de Huamanga Castilla y Zamora.
1680 En este año se dio á luz, el primer cuaderno de Efemé-
rides ó Calendario, por el presbítero Don Juan Eamon
Eocnig capellán de la real capilla, catedrática de mate-
máticas y segundo cosmógrafo, pues en 657 la fundó D.
Francisco Luis Lozano. Se publicó con gran solemnidad
el Código denominado "Leyes de Indias." La Colonia
del Sacramento que habia sido ocupada clandestinamen-
te por los portugueses, fué recuperada por medio de una
constante resistencia de la guarnición, unida con los in-
dios guaraníes, obteniéndose una completa victoria el 7
de Agosto de este año. Se levantó un donativo para so-
lemnizar el casamiento del Rey con su prima María Lui-
sa. Se fundó por los Padres Franciscos el Beaterío de
Santa Eosa de Viterbo. Llegó en este año, real cédula
multando y suspendiendo á los regidores de esta ciu-
dad, por haber salido á la defensa de la residencia del
anterior Virey. Se prohibió la fal)ricacion de aguardien-
te de caña,y que no pudieran venderse ni embarcarse con
pena de 4 mil pesos. Designada la ciudad del Cuzco para
la celebración del capítulo provincial de la religión de
San Francisco se promovieron algunas disenciones so-
—93—
bre establecer la alternativa, prevenida por real cédula,
es decir; nombrar un cuatrieuo prelado criollo y en otro
natural de España; por lo que fueron mandados bajar á
Lima loíí que se consideraban culpados: á la sazón ha-
bla llegado á la capital de comisario general el E. P. M.
Fr. Marcos Terán á quien se le encargó el negocio y anu-
ló los capítulos que se habían celebrado. Este hecho mo-
lestó algo á los religiosos y en la noche del 10 de Julio
entráronse en su celda tumultuoriamente y pidiéronle
con violencia nombrase por Comisario de Provincia al
P. Fr. Antonio de Oscrin, el Prelado los entretuvo para
lograr escapar refugiándose en el palacio del Virey. Al
dia siguiente, mandaron á los alcaldes del crimen: se
prendieron y desterraron á Chile al religioso Oscrin y á
otros que se creían ser los resortes de estas maquinacio-
nes, con lo cual pareció concluido el asunto: los religio-
sos pasaron á palacio y suplicaron al Comisorio se res-
tituyese al convento qué todos le obedecerían: el Prela-
do así lo verificó. Empero, en la noche del 23 de Di-
ciembre pegáronle fuego á la celda y las puertas y pa-
tíos resguardaban los religiosos mozos prevenidos de
piedras y otras armas, para lograr deshacerse de él.
Afortunadamente no estaba el Comisario en ella pero
un religioso que salió huyendo de las llamas, cayó en el
fuego de los contrarios: el indicado Comisario pasó á
palacio é informó al Virey, y remitió fuerza armada: in-
numerable gente ocupaba la plazuela que no la desalo-
jaron desde las 11 y media que sucedió el caso, hasta el
otro dia, haciendo gravísimo escándalo pov sus hijos y
deudos. Al dia inmediato pasaron al convento los Al-
caldes del crimen con fuerza armada á prender quince
religiosos: registráronse las celdas, los que viéndose ul-
trajados rompieron en el último desahogo maltratando
y estropeando á los soldados con notable arrojo, de cu-
yas resultas murió un fraile, y atropellando los demás
por medio de la justicia y guardias salieron á la calle,
• sacando á la plaza mayor el cadáver del difunto, y la
Magestad, clamando por el atropellamiento que se ha-
cia á su religión: el tumulto pasaba ya á la plebe, pues
estaban las calles llenas censurando al gobierno; hasta
que el Virey temeroso de que tomase otro incremento,
publicó bando para que todos se recogiesen á sus casas,
mandando que no anduviesen juntos de dos personas
para arriba, bajo pena de arresto. Ko habiendo ya me-
dio que tomar para corregir la desobediencia de estos
padres se acordó pasase el Comisario general á la Míe
—94—
va Granada donde estaba próximo el capítulo provin-
cial, como lo verificó embarcándose en los galeones que
iban para Panamá. Por ISTqviembre se hicieron las so-
lemnes fiestas de la Beatificación de Santo Toribio, á
cuya comisión habia ido á Eoma el Maestre-escuela Dr.
D. Juan Francisco Valladolid.
1681 En una Junta de guerra que se tuvo á principio de este
año de 681 sobre tomar medidas para la seguridad del
reyno, se presentó por D. Luis Venegas Osorio, Sargen-
to general de batalla, el plan de amurallar la ciudad de
Lima, cuyo proyecto pareciendo inverificable se dese-
chó. Por Octubre se dispuso que en los Monasterios de
Lima no pudiesen haber mas que 80 á 100 monjas de
velo negro y 50 del blanco. Se hizo cargo del Obispado
de Huamanga D. Sancho Pardo de Andrade, natural
de Lima que se hallaba sirviendo el de Panamá. En es-
te año un rayo derritió un peñazco de la cumbre del
cerro Illimani, que descubrió la gran riqueza, que con-
tenia pues, se sacó tanto oro, que la onza se vendió á 8
pesos. Se concedió licencia al indígena Sebastian Alon-
so, para fabricar templo á ííuestra Señora de Oocharcas,
que con el objeto de recojer limosnas, se traia á Lima,
estableciendo igualmente colegio para educar á desva-
lidas hijas de caciques. En 20 de ISÍoviembre concluyó
el mando político y militar del señor Liñan y continuó
en su dignidad, concediéndole el Eey por el buen desem-
peño el título de Castilla, de conde de la Puebla de los
Valles, que se verificó en su hermano: también presentó
á su sobrino Don Francisco Cisneros y Mendoza para
Auxiliar señalándole parte de su renta.
XXVI.
DON MELCHOR DE ÍÍAVARRA Y EOCAFULL, duque
DE LA PALATA (lugar en el reyno de Ñapóles) príncipe
DE MASA, MARQUÉS DE TOLA, DE LOS CONSEJOS DE ESTA-
DO Y GUERRA, entró nombrado de Virey, en Lima el 20
de Noviembre.
1682 Se dedicó con todo empeño en plantificar la casa de
Moneda de esta capital que por real cédula se mandaba
erijir, como se verificó en 682 no obstante la oposición
que ponia la de Potosí: no tuvo igual resultado la casa
de Moneda de oro que en dicha cédula se disponía formar
en el Cuzco en virtud de 25 mil pesos que ofrecía Don
—95—
Diego de N'avia, por haberse manifestado ser en aquel
punto innecesaria.
En 22 de Abril se puso en capilla al pirata Carlos
Clerque aprendido en 670 y con ocasión de habérsele
encontrado unos papeles en cifras, se suspendió la eje-
cución y se le puso á tormento para que dijese su con-
tenido; entonces expuso bajo juramento que era sacer-
dote profeso de S. Francisco, que habia tomado el hábi-
to en el convento del Cuzco con el nombre de Fr. José
Lizaraza. Esto paralizó la orden, mas después de algu-
nos trámites resolvió la Audiencia en 5 de Mayo se le
diese tormento; se ejecutó este y declaró ser todas astu-
cias para salvar la vida, pues como estaba preso largo
de dos años, le habia un religioso dado esa idea, por
otro de aquel nombre que no se sabia de su existencia.
Últimamente por Diciembre sufrió la pena capital de
garrote. Por este año llegó el permiso para que se ele-
vase á Monasterio de Trinitarias el Beaterío de lí^eyras
y se verificó la clausura en 11 de Mayo. Se fundaron en
Oajamarca el convento de San Francisco y el hospital
de Beletmitas.
1683 En este año de 683 se revio el plan de amurallar la ciu-
dad de Lima y después de allanar el Virey, los grandes
obstáculos que se oponían, mandó bajar de Saña á Don
Luis Yenegas que se hallaba sirviendo el destino de
Corregidor para la delincación, encargóse de dirígir la
fábrica y disposición de partes D. Juan Eamon Eoenig
y edificó tres mil varas el alarife Manuel Escobar que
sirvieron de norma para continuar el resto, que se con-
cluyó mendiante el gasto de 680 mil pesos: después con-
tinuaron con amurallar la ciudad de Trujillo la que im-
portó 84 mil Ilesos. Salieron para Huamanga tres mon-
jas Carmelitas. En este año fué aflijido el reino, con los
indesibles daños que hizo en la costa el pirata Eduardo
David, el que unido con los Filibusterres componían ima
flota de 10 embarcaciones para cuyo remedio dispuso el
Virey un armamento de siete bajeles en los queibati los
generales D. Tomas Palavisino, D. Pedro Pontejo y D.
Antonio Beas. Salió del Callao la expedición en 684. Se
proyectó estancar el papel blanco, con el objeto que hu-
biese un fondo seguro para la composición que necesita-
sen las murallas; mas fué desechado en la Corte. En es-
te murió en el convento de San Agustín el señor Conde-
rino, Obispo que habia sido de Huamanga, dond se ha-
llaba retirado.
1685 La escuadra dicha encontró con la de los corsarios y no
—Ge-
obstante la superioridad de estos, el gran entusiasmo
los obligó á combatir en 8 de Julio, que por uno de los
accidentes que regularmente sucede donde mandan mu-
chos, divergentes en opiniones, retiráronse al puerto de
Payta, donde se incendió la Capitana, que tenia la fuer-
za de 400 iiombres, sin que escapase, mas que el hijo del
general Pontejo, que despedido de el repentino incendio,
cayó en el mar y cogiendo una tabla salvó la vida. Los
piratas se dispersaron, pero volvieron á cometer infini-
tas, atrocidades en los puertos, los saqueaban y pasaban
á cuchillo á cuantos encontraban, tal sucedió en Santa,
Huaura etc.
1686 El comercio con licencia del Virey se vio en la presi-
cion de armar dos navios en guerra los que salieron á
perseguir los corsarios y consiguieron dejasen libre el
mar. Se fundó el Monasterio de Santa Teresa, saliendo
el 21 de Diciembre del Carmen- Alto las monjas.
1687 En Enero 28, Marzo 31, y 19 cíe Abril se sintieron recios
temblores: el 2 de Julio dia de la Visitación de ííuestra
Señora en la casa del Dr. Calvo de la Banda, se recono-
ció en una imagen pequeña de bulto de la Candelaria to-
do el rostro bañado en sudor y lágrimas á las 6 de la ma-
ñana, que asombró á toda la casa, concurrió áver el pro-
digio todo el pueblo, pues asi estuvo la Virgen por algu-
nos dias; preludio fueron estos del espantoso terremoto
del 20 de Octubre el que, trayendo sacudimientos á las 4 y
6 de la mañana no dejó edificio en i^ié, sintiéndose igua-
les estragos en Chancay, Cañete, Callao y Pisco, salién-
dose el mar en estos dos últimos puertos é inundando
sus poblaciones y destruyendo la última. En Lima ca-
yeron por tierra los mas templos y el palacio del Virey
que entonces tenia balconería á la plaza. Los temblores
se repitieron desde dicho dia, hasta el 2 de Diciembre,
que un fuerte aguacero acabó de derrumbar los que ha-
blan quedado maltratados y en ese intervalo, ademas de
habitar la gente en despoblados sufrían mil sustos, pues
se levantó una voz de que el mar venia sobre Lima. To-
dos los dias se desenterraban personas que hablan sido
oprimidas j)or las paredes y entre ellas sucedió el raro
caso de haber sacado á una señora a los dos dias del ter-
remoto con su hijo en los brazos apegada al pecho, ella
muerta y la criatura viva. En este año el Obispo de
Huamanga D. Sancho fué trasladado á Quito en clase
de auxiliar y reemplazado con D. Francisco Luis de Bru-
na, lo que ocasionó algunas competencias alegando el
primero no poder perder los derechos á su primera igle-
—97—
sia, empero se concluyó la disencion con la propiedad
que se dio al primero y muerte del segundo.
1688 En 20 de Febrero de 688 se despachó por el Virey, pro-
visión de 24 capítulos con el objeto de arreglar la con-
ducta de los curas, por las repetidas quejas que daban
los indios, y expresándose en uno de ellos que loa corre-
gidores tomasen informaciones de cualquiera infracción;
fué esta la piedra del escándalo y sobre ella se fabrica-
ron competencias con el Arzobispo, escribiéndose de am-
bas partes doctos papeles; no habiendo cesado esta desa-
venencia, ni con el fuerte temblor que en 10 de Octubre
de este año recordó al del anterior: por él muchas seño-
ras se recogieron á hacer una vida arreglada en clausu-
ra, estableciendo el Presbítero Yillagomez de su peculio
el Beaterío de ífuestra Señora del Patrocinio, al pié de
los cerros que se dirijen para los Descalzos.
1689 En este año á 10 de Agosto murió en Boma el Pontífi-
ce Inocencio XI, después de haber erigido la Congrega-
ción regular de Beletmitas, creando por primer general
á D. Eodrigo de la Cruz, el que pasó al Perú. También
falleció el Obispo D. Francisco de Borja. El Yirey en-
tregó el mando el 15 del mismo y se quedó en Lima á
sufrir el juicio de residencia.
XXVII.
DOK MELCHOR DE POETOOAERERO LAZO DE LA
YEGA, COÍTDEDBL AMONÓLO VA, COMENDADOR DE ZARZA
EN LA ORDEN DE ALCÁNTARA, (llamado brazo de plata
I)or tener de este metal el derecho que habia i)erdido en
una batalla). Estaba sirviendo el Yireinato de Méjico,
cuando fué ascendido al del Perú y entró en Lima el 15
de Agosto. Dedicóse con todo esmero en reedificar el
palacio, oficinas públicas y demás edificios de la ciudad
que se hallaban inhabitables á causa del terremoto últi-
mamente acaecido.
1690 En este año de 690 se fundó en Huamanga por el P.
Francisco Maza, el Monasterio de Carmelitas Descalzas,
con un legado que para el efecto dejó su hermano Don
Juan [1]. Fué electo para el Obispado de Trujillo D.
[1] En las guías del Dr. Unanue y en las actuales del Pi\ Carrasco se
pone la fundación en 1703. Empero según he visto en documentos origina-
les, las monjas salieron de Lima en 683 y en 90 entraron en clausura. El
Obispo Guevara les fabricó iglesia y convento, pero esto no supone funda-
ción.
TOM. VII Literatura — 13
. —98—
Fr. Pedro de la Serna, pero murió en Cádiz al embarcar-
se. También se trasladó en este año, la silla episcopal
del Tucuman, de la ciudad de Santiago del Estero, á la
Oórdova. Se concedió para la fábrica de esta iglesia Ca-
tedral la cuarta parte de las vacantes liasta 100 pesos.
1691 En 19 de Febrero de 91 murió en Eoma el Pontífice Ale-
jandro YIII, en su gobierno de trece meses puso en el
Catálogo de los Bienaventurados á San Juan de Dios,
San Juan de Sahagun, San Pascual Bailón, San Juan
Capistrano y San Lorenzo Justiniano. Concluida su re-
sidencia el Duque de la Plata, se embarcó con dirección
á España, á ejercer la Presidencia del Concejo de Ara-
gón á que habia sido ascendido, y en el arribo á Porto-
belo murió,, 13 de Abril. Fué electo Obispo de Huaman-
ga el D. D. Mateo Delgado.
1692 Mandóse á principio de 92 dos bajeles de guerra al car-
go del General D. Antonio Veas á reconocer las islas de
Juan Fernandez, distantes al O. E. de la costa de Chile;
la que se demarcaron con puntual observación. Llega-
ron en este real cédula y bula, elevando á Universidad
el colegio de San Antonio del Cuzco. Se efectuó en el
indicado año la erección del Beaterío de Copacabana á
exfuerzos del capitán D. Francisco Escobar [1].
1693 En el inmediato año de 93 se mandaron reedificar los
portales de la plaza mayor, y casas de cabildo. Lunes San-
to 16 de Marzo se celebró en el templo de Santo Domin-
go un auto de fé en el que fueron sentenciados catorce
personas por ilusas á varias penas.
1694 En 94 se fabricó un hermoso y costoso muelle en el puer-
to del Callao. En 21 de ISToviembre hubo un recio tem-
blor en Lima que atemorizó grandemente á sus habitan-
tes. En 20 de Diciembre se celebró en la misma iglesia
de Santo Domingo el auto de fé de Anjela Carranza,
beata agustina, por ilusa, en el que comparecieron á
mas seis reos por igual acusación.
1695 Cesó en este año en el Obispado de Huamanga el Dr.
Delgado. En este mismo año, tomó á Cartagena Mr. Du-
casses. Gobernador de Pítit-Huanco con crecido número
de embarcaciones francesas, y las saqueó sacando consi-
derable tesoro ele la ciudad y del comercio, regulándose
en 10 millones de pesos: mandóse pronto socorro, pero
fl j Con la muerte de Nicolás (Ayllon) de Dios, entraron las competen-
cias en el Beaterío que formó, entre blancas é indias, de modo que las últi-
mas salieron á la calle á mendigar el favor de la providencia hasta que con-
siguieron en este año la erección del Beaterio para las de su casta.
—99—
llegaron cuando los franceses habían evacuado la plaza.
1696 Para evitar las indicadas sorpresas y estar en estado
de defensa, mandó el Virey en este año de 606 fabricar
en Guayaquil tres navios, Se hicieron representaciones
de "títeres" ó muñecas grandes bajo la dirección de D*
Leonor de Goromar, española.
1697 En este año tomó posesión del Obispado de Trujillo el
Dr. D. Pedro Díaz de Oienfuegos, que servia el de Po-
payan. En 29 de Setiembre se experimentó en Lima un
fuerte temblor.
1698 A mediados del de 698 se arruinaron los pueblos de
Tacunga y Ambato de resultas de un fuerte terremoto,
pereciendo las dos tercias partes de sus vecinos, salien-
do un rio de lodo de los volcanes de Ootapacsi y Oarguai-
raco, que anegó toda la provincia siendo tal el destro-
so, que viendo los Jesuítas misioneros de Maynas bajar
por el Marañon tanto cadáver y ruina de edificios, se
presumieron era concluido el mundo, y comenzaron á pre-
pararse, eíicribiendo relaciones de lo que acaecía. En es-
te año murió en Lima, el siervo de Dios Fr. Francisco
Oamacho, religioso hospitalario de San Juan de Dios.
1699 En este año de 99 fué nombrado Virey del Perú D. Pe-
dro Luis Enriquez, Conde de Camillas, pero murió antes
de recibir los pliegos [1]. En 14 de Julio dejóse sentir
en Lima un fuerte temblor. Murió en el Cuzco el 26 de
Setiembre el Obispo MoUínedo, después de haber for-
mado las Constituciones del Beaterío de IsTazarenas [2],
Llegó en este año el breve de Inocencio XII, concedien-
do al Cabildo eclesiástico de Lima la gracia de ser in-
corporado con el de la iglesia de San Juan de Letran.
1700 Este primer año del siglo XYIII, fué el último de exis-
tencia de los principales príncipes de la iglesia y del im-
perio: !el Papa Inocencio falleció el 27 de Setiembre, y el
19 de noviembre murió Carlos II, última rama de la ca-
[IJ Este personage servia en 1625 el corregimiento de Potosí cuando fué
nombrado Presidente de Panamá, empero, cometió tales violencias con el
Marques de Mina, que aquella Audiencia lo habia depuesto y se hallaba pre-
so en el Castillo de Chagre: se le mandó de sucesor al Marques de Vi-
lla Rocha, pero supo congratularse tanto con la Corte que á los seis meses
le llegó la reposición con la orden de que pasase á desalojar á los Escose-
ses del Darien; él se desentendió y el Gobernador de Cartajena desempeñó
la comisión. No bien supo el feliz resultado del Grobernador, cuando inme-
diatamente hizo propio & la Corte avisando el suceso, sin decir quién lo
habia hecho, y le premió el Eey con el Vireinato, que no logró.
[2] En la Guía de este año, se pone la fundación en 746, pero en la me-
moria del Obispo, impresa en 797, se demuestra existía, pues dio constitu-
ciones
—100—
sá de Austria. Se hizo cargo del Obispado de Huaman-
ga. D. Diego Ladrón de Guevara que servia el de Pana-
má.
FELIPE V.
EMPERADOE XX DEL PERTJ.
1701 En principio de Febrero del año 701 fué jurado en Ma-
drid por Eey D. Felipe, Duque de Aujon, hijo segundo del
Delfín de Francia y nieto de su hermana la infanta de
España, Maria Teresa, lo que ocasionó grandes guerras,
pues solicitaba el trono el Archiduque Carlos de Austria.
En este año sufrió gran inundación Trujillo.
1702 Murió en el pueblo de Oatacaos el Obispo de Trujillo
Oienfuegos, haciendo la visita. Volvieron en este año los
portugueses á reedificar y poblar la colonia del Sacramen-
to. Comenzaron á entrar en el mar Sur navios franceses
de comercio.
1703 Hallándose en gran efervescencia la guerra de sucesión,
se numeraron los habitantes de Lima y se encontraron
37,234 personas. Por ííoviembre se consagró de Obispo
auxiliar de Lima D. Francisco Cisneros con título de
la Margarita.
1704 El P. D. Gregorio Ca vanas formó el proyecto de un Mo-
nasterio de San Cayetano, para lo cual compró todo el
sitio inmediato á la iglesia de N^uestra Señora del Socorro,
y mientras se conseguían las licencias de la Corte, re-
dujo el local á Beaterío en el que se congregaron 16 se-
ñoras, que vistieron sotana con cadena al cuello y un
corazón.
1705 Fué recuperada en este año la colonia del Sacramento
por los esfuerzos del sarjento mayor D. Baltazar García
Ross. En 22 de Setiembre de este año murió el Virey, y
después de sepultado en la Catedral, se encargó del go-
bierno la Eeal Audiencia, siendo su Presidente el Licen-
ciado D. Juan Peñaloza. También murió el siervo de
Dios Fr. José de Figueroa, religioso Agustino. Se tras-
ladó en este año á Quito al Obispo de Huamanga y ele-
—101—
gido para su reemplazo D. Francisco de la Puebla Gon-
zález que servia el de Santiago de Chile, donde murió.
1706 Tomó posesión en este año de 706 del Obisi>ado de
Trujillo I). Fr. Juan de Víctores de Velasco.
Concluyó el gobierno de la real Audiencia.
XXVIIL
BOÍT MAIsTUEL OMMS DE SANTA PAU OLIM DE SENT-
MANAT Y DE LA NUZA, marques de castel dos
RIUS, GRANDE DE ESPAÑA Y EMBAJADOR QUE HABÍA SI-
DO DE LISBOA Y DE PARÍS, fué uoiiibrado Yirey antes
que se supiese la muerte de su antecesor, detúvose hasta
la salida de los galeones del año de 706 y entró en Li-
ma el 27 de Julio del inmediato.
1707 En este año el 7 de Setiembre experimentó la Provin-
cia de Paruro un terremoto que asoló muchos pueblos y
sucedió el prodigio de haber pasado de una á otra parte
del rio Belille una hacienda pequeña del pueblo de Co-
yabamba con su casa, huerta y gente que la habitaba,
sin que estos advirtiesen nada por hallarse durmiendo
cuando sucedió la trasplantación. Se hicieron rogativas
por el feliz i)reñado de la reina. Entró en el Cuzco el 7
de ÍToviembre su Obispo D. Juan González de Santia-
go, Oidor que habia sido de la Audiencia de Lima; falle-
ció al mes.
1708 En 2 de Febrero de 708 se elevó á Monasterio el Bea-
terío de Santa Eosa, mediante los esfuerzos de D^ Elena
de Corte real, D^ Josefa Portocarrero y el P. Alonzo
Masia. El 28 de Junio murió en Lima el Arzobispo Li-
ñan y Cisneros, y en Arequipa el Obispo León, nombra-
dose en lugar de este á D. Fr. Juan de Arguelles, natu-
ral de Lima, pero habia muerto en su Obispado de Pa-
namá. En 8 de Junio la escuadra inglesa del Yice- Al-
mirante Wager, atacó á la armada de galeones que man-
daba el Conde de Casa Alegre, á la vista del puerto de
Cartagena á las 3 de la tarde, y después de una batalla
nocturna, naufragaron la capitana y dos buques mas,
logrando solo los ingleses la prisión de otro, donde en-
contraron cinco millones de pesos; habiéndose perdido la
gente y la cuantiosa copia de caudales que conducían
del Perú aquellos buques.
1709 En 709 entraron al mar del Sur los piratas ingleses
Dámpierre y Eoggers que saquearon á Guayaquil. Por
—102—
lo cual se hicieron grandes aprestos y empeños, toman-
do los fondos de Jerusalen y Cautivos, y alistándose has-
ta los estudiantes de los colegios: salió la armada á car-
go del General D. Pablo de Alzamora, el 16 de Julio. El
23 del mismo se trasladaron las monjas de Santa Rosa al
actual Monasterio. Enesteaiáo fué remitido á Panamá el
Alcalde del crimen D. Juan Bautista de Orueta é Irusta,
comisionado para procesar al Presidente de Tierrr-Fir-
me y Decano de la Audiencia, por los excesos que ha-
bia cometido, de donde resultó la extinción de dicho Tri-
bunal al poco tiempo. Fué electo Arzobispo de LimaD.
Pedro Francisco Le\'^to, quien por haberlo aprisionado
los ingleses al salir de España renunció y fué promovido
al Obispado de Badajos. En este año se verificaba el ca-
pítulo provincial de San Agustín en sugeto europeo:
empezaron á formarse diferentes artículos con el obieto
de disminuir el partido mayor, que era el del P. Fr. Pe-
dro Zavala, Yiscaino; por el contrario del P. Fr. Alejan-
dro de Paz, Sevillano: temiéndose pudieran haber dis-
turbios en la función capitular, estando los ánimos tan
disconformes, asistió la tarde del 20 de Julio toda laEeal
Audiencia: fueron tantos los memoriales y alegatos que
se presentaron, que no fué posible á los oidores desem-
barazarse de ellos en la mayor parte de la noche, y sien-
do ya las dos de la mañana, se acordó celebrar en la mis-
ma sala del Capítulo la misa de Espíritu Santo, con la
celeridad que requería el caso, y al rayar el alba se pu-
blicó por electo al P. Zavala. Poco fué el tiempo para
atraerse á los contrarios, pues habiendo salido á visítale
acometió la muerte subiendo los altos de Córdova cerca
de lea, donde fué enterrado sin haber gobernado un año.
Se fundó en Arequipa eí Monasterio de Carmelitas Des-
calzas [1].
1710 En 22 de Abril de 710 murió el Virey y después de he-
chas sus exequias se i)rocedió á abrir el pliego de pro-
vicion que se hallaba cerrado en el Acuerdo, y resulta-
ron muertos los dos j)rimeros que eran los Obispos del
Cuzco y Arequipa, llamándose al de Quito que ocupaba
el tercer lugar y entre tanto se encargó del gobierno la
Eeal Audiencia, siendo su Presidente el D. D. Miguel
ISTuñez Sanabria.
[1] En las presentes guías se pone la erección en 1580, fecha en que no
existían en el Perú; pues el Obispo de esa Diócesis Dr, Úgarte para el de
Lima, hizo traer á las fundadoras de Cartagena en 643, de este salieron á
Huanianga.
-103—
XXIX.
DON DIEGO LADEON DE GUEVAEA, obispo de quito
Y PRESIDENTE GOBERNADOR Y CAPITÁN GENERAL QUE
había SIDO DE TIERRA FIRME, entró CU Lima en 30 de
Agosto de 1710. Se recibieron despachos de la forma
que deben observar los Obispos auxiliares en la consa-
gración de óleos.
1711 En el siguiente de 711 se observó en aquel gobierno la
reunión en un dia de dos Presidentes: el Marques de Vi-
lla-Eocha que de orden de esa Audiencia estaba preso
en el fuerte de Chepo, como cuatro años, fué restituido
y tomó posesión á las doce del dia y á las cinco de la tar-
de entró D. José Hurtado de Amézaga [1]. El P. Jesui-
ta Lucas Caballero que habia entrado á las montañas á
predicar el evangelio fué muerto por los indios Puyzo-
cas que confinan conlosdeChiquitos,é igualmente veinte
y seis indios convertidos que le acompañaban. En este
año sucedió en Lima el hurto del copón con formas del
Sagrario de la Catedral, que habidas, mandó el Yirey fa-
bricar á su costa un templo dedicado á Santa Liberata
Mártir. El 21 de Octubre se trasladaron en procesión,
los religiosos Mínimos, al convento del Socorro, por ce-
sión que hicieron las beatas que lo ocupaban [2] y dio la
sede vacante por fundada la religión. Entró en Huaman-
ga de Obispo D. Francisco Deza y Ulloa de Méjico, y en
el Cuzco el 24 de Noviembre D. Melchor de Nava, Dean
de su patria Lima.
1712 En 712 se formó la primera iglesia de la Buenamuerte,
por el P. Golvadeo Carani que habia venido á solicitar
limosnas para la canonización de su S. Patriarca. El P.
Jesuita Juan Bautista Zea redujo al cristianismo á la
nación de Morotocos del Paraguay.
(1) El Marques de Villa Rocha octuvo la Presidencia de Tierra Firme en
1699, á los seis meses se le mandó dejarla. En .1708 obtnvo real despacho
para verificar la provisión de su empleo, y solo estuvo dias, pues fué sepa-
rado y preso por disposición de la Real Audiencia. Logró vindicarse en 711 y
solo tuvo el gobierno seis horas á título de honor. En 720 se puso en mar-
cha para el Perú, mas su mala estrella hizo lo aprisionasen unos piratas, y
lo echasen en las Islas Marianas donde al tiempo escapó, sin haber tenido
noticia de su existencia.
(2) Esta iglesia según se ha expuesto se erigió en 646 para religiosos Ca-
puchinos, no habiendo lugar, se quizo hacer Monasterio de Cayetanas tam-
poco se efectuó y sirvió para esta fundación^ destruyendo la de Buen Via-
ge después de 11 años de existencia.
—104—
1713 En 713 se erigió el Monasterio de Capuchinas de Jesns
Maria, cuyas fundadoras vinieron de Madrid. Se sufrie-
ron algunas inquietudes causadas por los negros suble-
vados en los montes de Huachipa. Se descubrió el mi-
neral de Veuntaya cerca del pueblo de Oarabaya, cuya
riqueza causó muchos alborotos, enemistades y muertes
que cesaron con haberse arruinado una noche el monte,
sin vastar caudal para volver á poner corriente la mina,
que daba 4,700 marcos por cajón: se sacó de ella un pe-
dazo macizo de plata, que produjo muchos miles. En 10
de Diciembre de este año murió en Trujillo su Obispo
Velasco.
1714 En 21 de Mayo de 714 entró en Lima el Arzobispo D.
D. Antonio Soluaga: en Arequipa de Obispo D. Juan
Otarola: en Trujillo D. Diego Montero de Águila, y en
el Cuzco murió aun sin consagrarse el Obispo ÍTava. Se
formó en Arequipa casa de Eecogidas. Se prohibió por
real cédala la fabricación de aguardiente de caña.
1715 En el año de 715 entraron dos piratas ingleses á infes-
tar estos mares, por lo cual hubieron grandes aprestos y
armamentos de los fuertes del Pacífico, en los que se dis-
tribuyeron 348613 quintales de pólvora: de dichos se apresó
uno en las costas del Perú y otro en la de IsTueva Espa-
ña. Hubo el 22 de Agosto de este año un formidable
terremoto en Moquegua y Arequipa.
1716 En 6 de Febrero de 716 hubo en Lima un fuerte temblor.
El 2 de Marzo entregó el Virey el mando á la Eeal Au-
diencia, siendo su Presidente el Licenciado D. Mateo de
Mata Ponce de León, por habérsele mandado cesase en
el empleo, al cual debia suceder interinamente el Arzo-
bispo de Charcas; y dándosele permiso para que pasase
á España. Empero el Virey no usó de él hasta haber da-
do residencia.
XXX.
DOX EE. DIEGO MOECILLO EUBIO DE AUÑOF, arzo-
bispo DE LA IGLESIA METROPOLITANA DE LA PLATA EN
VIRTUD DE LA PROVIDENCIA QUE LE COMUNICÓ LA AU-
DIENCIA, se puso en camino y llegó á Lima el 15 de Agos-
to de 1716, y su gobierno no duró sino solo cincuenta
dias por haber llegado el propietario.
—105—
XXXI.
DON CARMINE NICOLÁS CARACOIOLO, principe de
SANTO BUONO, DUQUE DE OASTELL DE SANGRO, MARQUES
DE BUQUIANICO, CONDE DE ESQUIABI DE SANTOBIDO Y
DE CAPRAOOTA, SEÑOR DE LA CIUDAD DE AUÑON, BARÓN
DE MONTE FEllRATE, CASTFLLON, BELMONTE, ROCA ESPI-
NALBETI, FRAINENEFRICA GRANDINARCA Y CASTELNO-
BO, GRANDE DE ESPAÑA Y EMBAJADOR QUE HABÍA SIDO
1 LA REPÚBLICA DE VENBCIA, entró de Virey en Lima
el 5 de Octubre de 1716.
En este mismo año vino de España una escuadra á de-
salojar del mar del Sur, á los franceses comerciantes, en
ocasión de que en las costas de lio se hablan confiscado
seis bajeles cargados de efectos.
1717 En 787 se procedió á la erección del Yireiuato de San-
ta Fé, para lo cual se remitió al Licenciado D. Antonio
de la Pedresa Guerrero, Ministro del Concejo de Indias,
poniendo en posecion por primer Yirey al Teniente Ge-
neral D. Jorge de Yillalonga, Conde de la Cueva, que se
hallaba sirviendo el destino de general de armas del Ca-
llao. En este año el pueblo de Quiquijana Provincia de
Quispicanchi, experimentó un gran terremoto, que si-
guieron repitiéndose por tres años consecutivos.
En la noche del 16 de Junio habiendo sido asesinado
en la cuadra del Milagro D. Alonzo de Esquivel mayor-
domo del Arzobispo Yirey, según las diligencias toma-
das resultó ser el hechor I). Juan Manuel Ballesteros,
que se refugió en los Descalzos. Los alcaldes ordinarios
procedieron á extraerlo con fuerza armada, no obstante
haberse asilado en la iglesia, y agarrándose de un Santo
Cristo. En el mismo dia 21, noticioso el Provisor de este
atentado, mandó notificar á los alcaldes que dentro de
una hora restituyesen al reo á la iglesia referida, mas
como los alcaldes se hallaban en lo interior de la cárcel
administrando justicia, mandó ponerse entre dicho ecle-
siástico el que se tocó en la forma ordinaria en todas las
iglesias: en la tarde se hizo presente que trataba de dar-
le tortura al reo, que pidió se hiciese la ceremonia de
anatema, la que se ejecutó en la noche procesionalmen-
te con cruz alta y acompañados de sobrepelliz, con hor-
ToM. VII. Literatura — 14
— 106-:
ror y estrépito nunca visto. Mientras esto, Ballesteros
sufrió su castigo, del cual murió esa misma tarde. El 22
se presentaron los alcaldes pidiendo se les alzase el en-
tredicho pues ellos no liabian sido notificados, resultaron
varias desavenencias, hasta que en la tarde del 23 se
reunió en el salón del palacio arzobispal un congreso
compuesto de los prelados y otros eclesiásticos que re-
solvió se absolviesen los alcaldes por el cura de la Cate-
dral D. D. Fernando de Beingolea. En 16 de Agosto se
encontró en la esquina de Ventosilla á espalda de San-
ta Catalina ahorcado á un balaustre de la ventana de sú
tienda, al chileno Juan Portales,y su testamento encima
de la mesa, en que hacia donación absoluta de su alma
al demonio como le concediese matará su mugeryama-
sio. A los cinco dias hallaron en un cuarto de un calle-
jón de la calle de San Bartolomé dos, cadáveres corrom-
pidos de una rauger y un religioso que habiaii sido muer-
tos á puñaladas.
1718 En 18 .de Marzo de 718 emprendió su vi age. para Espa-
ña el Obispo Virey Ladrón de Guevara, satisfecho en
extraordinario juicio de las acusaciones que se le hicie-
ron, mas habiendo llegado á Méjico murió en esa capi-
tal el 9 de ííoviembre. Tratóse en este año en la Corte
de Madrid, el que se cegase la mina de azogue de Huan-
cavelica, lo que no tuvo efecto ])ov las observaciones que
se hicieron de los males que podian sobrevenir á la tran-
quilidad pública. Murió en Saña el Obispo de Trujillo
Montero.
1719 Comenzó una peste en las provincias interiores del Pe-
rú en 719 que duró tres años, en que murieron innume-
rables indios, y al mismo tiempo se esterilizó tanto la
tierra en la costa que una anega de trigo ilegó á valer
en Lima 50 pesos; con este motivo se comenzó á traer
este grano de Chile. Hubo el 17 de Junio un fuerte tem-
l)lor en Huamanga. Se recibió en el Cuzco su Obispo D.
Fr. Gabriel Arregui, religioso Francisco natural deBue-
nos-Ayres: mandó fabricar á sus espensas el ISToviciado
de la Kecoleccion. Entró también en Trujillo D. Fr. Jai-
me de Mimbela, Dominico, que servia el Obispado de
Santa Cruz de la Sierra. En 12 de ííoviembre se bendijo
la actual iglesia de Beletmitas por D. Pedro de la Serna,
Cura de Santa Ana, y por la tarde interpolados los po-
bres con los religiosos pasaron á i^osesionarse de dicha
casa.
Concluyó el mando de este Virey y regresó á España.
-=Tm-
XXXII .
DON FRAY DIEGO MORCILLO RUBIO DE AUÑON,
volvió á hacerse cargo del Vireiiiatójy entró en Lima el
1720 él 26 de Enero de 720, en cuyo año murió en Arequipa
el Obispo Otárola. Infestó estos mares el pirata inglés
Juan Oliiperton que apresó al Marques de Villaroclia
cj^ue con su familia pasaba de Panamá al Perú; y se apli-
có el Virey con el mayor esmero en cuidar y defender
las costas de los estragos que liacia, logrando auyentar-
lo con un armamento que mandó formar y salió en su
persecución. En este mismo año sucedió una copiosa llu-
via en Saña que haciendo crecer extraordinariamente el
íio lo inundó y maltrató sus edificios.
172Í En el inmediato de 21 comenzaron los alborotos del Pa-
raguay contra él Gobernador D. Diego de los Reyes Bal-
maseda, acusándolo de parcialidad con los regulares de
la Compañía: la Audiencia de los Charcas para conte-
nerlas nombró ])or Gobernadora D.José Antequera y Cas-
tro, Caballero del orden de Alcántara, Fiscal Protector
de Indios de aquel distrito, que fué desaprobado y man-
dado restituir aqnel. Se estableció en Portobelo el pri-
mer navio inglés de permiso, nombrado el "Real Joije''
de 650 toneladas. El 17 de Marzo de este año, enfermó
gravemente el Pontífice Clemente XI, y murió el 29, dia
del Señor San José,cuyo oficio habia, compuesto, y á quien
tenia particular devoción, promoviendo su culto: propa-
gó la devoción del Rosario, ordenó se celebrase por dia
íéstivo y de precepto la Concepción Purísima de Maria,
canonizó á San Pió Y, San Andrés Avelino, San Félix
de Cantalicio y Santa Catalina de Bolonia, elevando á
religión la so'ciedad Beletmita. Fué electo el 8 de Mayo
Inocencio XIII. También murió en este año en Huaman-
ga el Obispo Deza.
1722 En 22 de Enero de este año, murió en Lima el Arzo-
bispo Zuloaga. Hubo en Chile un fuerte temblor por
Mayo. En Agosto del mismo, se presentó el perniiso pa-
ra elevar á Monasterio el Beaterío de Mercedarias. Tam-
bién se extinguió en este año elVireinato dé Santa Fé,
I)or las repetidas competencias sucitadas con el del Perú,
haciendo pasar á España al que obtenía el puesto y en-
—108—
cargóse de la Presidencia D. de Diego Córdova Lazo de
la Vega.
1723 En este año le vino al Virey la promoción al Arzobis-
pado de Lima, y por Obispo auxiliar su sobrino D. Pe-
dro Morcillo. En 9 de Marzo declararon la guerra los
Araucanos, masía vigilancia de D. Gabriel Cano de Apon-
te Gobernador de Chile, los obligó á pedir la paz y de-
volver los terrenos que habían tomado.
1724 En 15 de Enero de este año hizo la renuncia Felipe V.
También fué electo para el Obispado de Huamanga D.
Er. Alonzo López Roldan, y para Arequipa D. Juan Ca-
vero de Toledo, natural de Trujillo. En el mismo se es-
tablecieron las misiones de Ocopa, y fundó el Colegio
Er. Francisco de San José. En 7 de Marzo murió Ino-
cencio XIII, habiendo mandado se celebrase en la se-
gunda Dominica después de la Epifanía, el Santo íí^om-
bre de Jesús. Fué electo Benedicto XIII, el 29 de Ma-
yo. Se fundó en Trujillo el Monasterio del Carmen.
En este mismo mes el 14 entregó su ilustrísima el man-
do político, continuando en su dignidad.
LUIS I
EMPERADOR XXI DEL PERÚ.
XXXIII.
DON JOSÉ ARMENDARIS, marques de castbl fuerte,
COMENDADOR DE MONTINZON Y CHIITCLAÍíA EN LA ORDEN
DE SANTIAGO, CAPITÁN GENERAL DE EJÉRCITO, SO halla-
ba ejerciendo la Comandancia General de la Provincia
de Quipuscoa cuando se le nombró Virey del Perú.
Entró en Lima el 14 de Mayo de 1724, ¿inmediatamen-
te se preparó á hacer la proclamación de Luis I, como se
efectuó el 3 de Setiembre. Se observó que el dia 5 que
se hizo la primera corrida de toros, estando el Virey en
el balcón que mira al puente, pasó una muger y en voz
gruesa que todos la oyeron, dijo: "muy bien vá la cosa,
aquí están festejando á Luis, porque se hizo Rey estan-
do su padre vivo, y hoy lo están á él enterrando", mandó
—109—
el Virey le llevaran á la muger, mas no fué posible en-
contrarla, y á los seis meses se recibió la noticia de ha-
ber muerto de viruelas el 31 de Agosto; seis dias antes
del dicho de la muger, reasumió el gobierno Felipe V.
Murió en Roma Inocencio XIII.
FELIPE V.
EMPEBADOE XXII DEL PERÚ.
1725 En 6 de Enero de 25 hubo en Lima un fuerte terremo-
to cuya conmoción se dejó sentir en otros lugares: en la
Provincia de Huaylas se desplomó en dicho dia un cerro
de nieve que inundó y arruinó el pueblo de Ancachs,
pereciendo mas de 1,500 personas; iguales acaecieron en
Trujillo, en Arequipa, y en Chile otro el 27 de Marzo. En
este año se estableció la armada de guarda costas á car-
go del Conde Clavijo, para contener el abuso del navio
inglés de permiso, por cuyas diferencias remitieron los
ingleses á Portobelo en el año siguiente de 26 una es-
cuadra de 10 buques al cargo del almirante Hosier.
1726 Continuando los alborotos del Paraguay [de que hemos
hablado en el anterior gobierno] suscitados por el Obis-
po D. Fr. José de Palos y los regulares de la compañía,
á los que el Gobernador Antequera habia echado del co-
legio de la Asencion y opuéstose con fuerza armada á la
reposición del gobernador Reyes, al estremo de formar
tropas y derrotar á D. Baltazar García Ross en el paso
de Tivicuarí, con pérdida de mas de 600 individuos; mas
habiéndosele manifestado real desj^acho se retiró, í.fué
preso y remitido á Lima, donde llegó por Abril con D.
Juan de Mena. Se fundó en la Provincia de Quillota la
Villa de Concha, por su Gobernador Licenciado Marques
de Casa Concha. Se hizo un subsidio eclesiástico de dos
millones de pesos para la guerra contra los moros.
1727 Entraron en el mar del Sur tres navios Olandeses, contra
los que despachó el Virey en este año de 727 un arma-
mento, el cual destruyó aquella espedicion, importando
la presa 600 mil pesos, fuera de 400 mil encontrados en
dos buques apresados en el puerto de ISTasca. Con moti-
—no-
vo de la gran carestía de granos que sufría el Perú, se
hicieron rogativas públicas poniendo por intercesor á
San Marcelo, y el 23 de Mayo último de la ceremonia,
puesto el Arzobispo en el Cementerio de la Oaitedral de
Pontifical bendijo los campos. Las continuáis quejas que
daban los naturales sobre los excesos que cometían los
curas, ocasionó en el partido de Andaliuaylas un tumul-
to qiiC contuvo el Corregidor, empero se suscitaron rui-
dosas competencias, al estremo de haber excomulgado
el Obispo de Huamanga López Roldan á dicho Corregi-
dor, de que se expidió despacho por el Real Acuerdo pa-
ra que el Obispo se abstuviese de semejantes procedi-
mientos, haciendo bajar á la capital de Lima á los dos
curas que fomentaban las disputas. El Obispo por pro-
tejerlos, inmediatamente se puso en marcha con los man-
' dados comparecer: luego que se supo su expedición, se
le mandó volver haciéudole cargos por el abandono en
que dejaba su Diócesis y sin haber impetrado para ello
la respectiva licencia; mas el Obispo atropel lando porto-
do, continuó su marcha y estando cerca, de la ciudad,
solicitó la licencia, la cual no pudo negársele: entró en
Lima, se presentó, habló y emprendió su regreso, sin
mas fruto que el viaje.
1728 En este año de 728 fueron reñidísimos los capítulos de
los religiosos, causando mas alboroto el de la Merced, di-
vididos los vocales en distintas opiniones, no había mo-
dos de hacerlos ceder, tanto mas cuanto que eran, fomen-
tados por los dos prelados, Vicario general M,Fr. Anto-
nio Rodríguez y Provincial Fr. Gregorio Clavo,, hasta
que el Yirey se víó en la necesidad de mandar dos minis-
tros de la Real Audiencia para reducirlos al. orden, y se
consíouíó una elección tranquila. Se detalló el p,eso de
la moneda circulante.
1729 Llegó al Vírey en este año de 729 en la fragata "Geno-
veva'' el último grado militar de Capitán General, en pre-
mio de sus servicios. También se hizo gracia al Colegio
de Santo Toríbio para que sus colegiales pudiesen usar
corona en las vecas. Sucedieron las grandes competen-
cias entre los Tribunales de la Inquisición y de Cruzada
provenientes de que el cura de Quiquijaua decía misa
en una capilla que no tenia licencia. Én Julio de 729 se
experimentaron en la religión de San Agustín sus albo-
rotos; el Provincial Fr.Gazpar de Quiroz, que debía cesar,
formaba controversias sobre el modo de calificar á los
Priores, oponiéndose abrir el defluitorío, y aunque el
Virey había tenido sus conferencias y remitióle provisión
—ni-
cle mego y encaí^gó, el Provincial se desentendía de su
cumplimiento hasta que se tuvo que mandar al Alcalde
del crínien D. D. Francisco Javier Salazar. No fueron
menos ruidosos los alborotos del Monasterio de la En-
carnación, el mayor número de votantes reeligieren á la
prelada madre D? Maria de las Niev€is, y la otra parte
habia elegido á la madre D^ Eosa de la Cueva, ambas
dignas del puesto por sus virtudes y prendas. El Arzo-
bispo invalidó la reelección como repugnante al derecho
particular del convento y mandó que se diese la obedien-
cia á la elegida: reclamó la contraria y la negación formó
un cisma no solo con la separación formal de los ánimos,
sino en lo material de los lugares, manteniendo cada
partido la misma efervescencia: cerraron las puertas del
convento por muchos dias, aun para los alimentos nece-
sarios, volando por las cercas las viandas, ropas &. El
Arzobispo se vio en la necesidad de pedir auxilio de sol-
dados, de alabarderos, de caballería é infantería, para que
custodiase todo el recinto áfin de contener cualquier mo-
vimiento interior ó exterior que pudiera producir tiu*ba-
cion de parte de las sirvientas qué también hablan to-
mado parte. Al cabo resolvió el Arzobispo extraer del
Monasterio á la Madre Meves, juzgando que quitando
el objetó que parecía ser el resorte de la máquina, cesarla
sU ímpetu; en efecto, pasóla alas Descalzas del señor
San José en un coche encortinado y con dos prevenda-
dos y á otras se trasladaron á diferentes conventos. Se
creyó que con esta medida se aplacaría el alboroto; em-
pero, tomaron mas efervescencia, decididas por seguir
la suerte de sus hermanas: mas de tres años duraron las
rivalidades. En el reino de Chile tuvo igual éxito el ca-
pítulo proviucial de San Agustín, pues habiendo sido
electo Er. Francisco Aranivar, los religiosos que forma-
ron la oposición desertaron de su claustro, habiendo te-
nido el Presidente de aquel estado que pedir auxilio de
tropa armada para reducirlos al orden. Se i)idió por el
Eey un donativo por haberse incendiado su palacio de
Madrid y se dio un diez por ciento de las rentas. En es-
te se notó en el distrito de Payta un gran aguacero que
arruinó la mayor parte de la población.
1730 En 21 de Febrero murió eu Roma Benedicto XHI, fué
el primer Pontífice por quien se hicieron honras por man-
dato real y se verificaron el 5 de Diciembre en la iglesia
de Santo Domingo, á cuya religión pertenecía; agregó al
catálogo de los Santos á Santo Toribio, Arzobispo de Li-
ma, San Francisco Solano, San Jacobo Pinceno, Santa
—112—
Inés de Monte Policiano, Peregrino Lacioso, Juan de la
Cruz, Luis Gonza^a, Estanislao de Koska, Margarita de
Corteña y Juan Ñepomuceno: lo primero que hizo este
Pontífice cuando tomó el mando fué intimar al clero que
no usase cabellera postiza, pelo ageno ó peluca. Se efec-
tuó en este aí^ la clausura del Monasterio de íí^azarenas
de Lima. En 29 de ííoviembre tuvo lugar en Cochabam-
ba un tumulto de indios, capitaneados por un mestizo
platero Alejo de Calatayud, se sosegó con la decapita-
ción de él, y de veinte y ocho mas. Empezó á conocerse
en la costaría enfermedad del vómito negro, la que se
experimentó en los navios guarda costas, al mando del
general D. Domingo Justiniani. En este mismo año el
11 de Marzo murió el Arzobispo Moncillo, apesarado de
los alborotos religiosos que se tienen referidos. En 8 de
Julio se experimentó en Chile un espantoso terremoto,
padeciendo mas la ciudad de Concepción, pues en dos
salidas que hizo el mar, la inundó de tal manera que no
dejó edificio en pié, ni personas, sino las que pudieron
tomar los cerros, entre ellos se contó el Obispo Escanden,
que sin ropa alguna y haciendo pié sobre las mismas on-
das lo libró la Providencia para Arzobispo de Lima. Fa-
bricóse en el Astillero de Guayaquil la fragata de guerra
"San Fermin" en la que se gastaron 81,150 pesos 6 rea-
les ijuesta en el puerto del Callao.
1731 De resultado un imforme escrito por el Gobernador del
Paraguay D. Martin de Barua concerniente á los exesos
y usurpaciones atribuidos á los Jesuítas, se comenzaron
á alterar mas sus moradores, al extremo de haber reusado
admitir á D. Ignacio de Soroeta corregidor del Cuzco,
nombrado para reemplazarlo, resistiendo con las armas
y obligándolo á buscar en la fuga su seguridad. Todo
"esto se atribuyó coligación con Antequera, que perma-
necía en la cárcel de Lima, por fomentarla Don Bernar-
do Mompo, que estando preso en dicha cárcel, fugó para
ese punto: elVirey acordó llevar á efecto una real cédula
que le |)revenia se impusiese la iiltima pena á Anteque-
ra, aun cuando no estubiese concluida la causa: dispú-
sose para la ejecución el 5 de Julio, sin embargo del gran
interés que habia en todas las clases del estado, por sal-
varlo. En su consecuencia sacaron al cadalso á Ante-
quera y estando ya la comitiva en la plaza, subió hasta
la mitad de la escalera, un religioso francisco y en alta
voz repitió tres vecss "Perdón" lo que resonó por los por-
tales y demás ángulos de la plaza: á esto la tropa disparó
varios tiros sobre el reo para matarlo, de cuyas resultas
—lis-
fueron muertos dos religiosos, dos soldados, y heridas va-
rias personas en las barandas; un lego enfurecido descar-
gaba garrotazos á los oficiales y tropa. A tanto alboroto
salió el Virey á caballo y otros oficiales: encontráronse
" con la comunidad de dicha religión que con su guardián
y toda la pleve, venian á la plaza, por la cuadra del Arzo-
bispo, donde se formó un horrible choque de pedradas,
que muchas alcanzaron á la comitiva del Virey, sacando
un golpe el general Llanos, y de la parte de los religiosos;
murió un moreno que defendió la vida del Guardian, el
cual fué conducido y enterrado en S. Francisco con gran
pompa. Se apasiguó el tumulto, y fué sacado al patíbulo
D. Juan de Mena, compañero de Anlequera. Al dia si-
guiente se ordenó al Guardian imformase sobre el re-
ligioso cuasaute del desorden lo que reusó, y pasando á
presentarse al Venerable Cabildo pidió se declarase al Vi-
rey incurso en el canon y censuras prevenidas por dere-
cho contra los agresores á personas eclesiásticas, deque
se siguió un abultado proceso que finalizó con una cé-
dula real que desaprobó su formación.
1732 En 5 de Enero de 732 murió el Venerable P. Alonzo
Mesias de la Compañía de Jesús, dejando instituida la
devoción de las tres horas, que se ha estendido por todo
el orbe y elevada á casa profesa el convento de Desam-
parados. En 23 de Febrero entró en Lima nombrado Ar-
zobispo D. Francisco Antonio Escanden, cuya gran pru-
dencia puso término á las ya referidas rivalidades del
Monasterio de la Encarnación.
1733 Se tuvo noticia haber subido por el Marañen un arma-
mento de Portugueses con el designio de establecerse
en estos dominios, por lo cual se ofició á su gober-
nador D. Alonzo de Sonsa Fraire y se contuvo tal proce-
dimiento. Se puso al Sr. Arzobispo el palio por el Sr.
Armendaris Obispo de Quito. En 2 de Diciembre se ex-
perimentó en Lima un fuerte temblor que maltrató algu-
nos edificios. En este año murió en el Cuzco su Obispo
p. Fr. Bernardo Serrada que habia entrado á servirlo en
727: edificó la iglesia del Triunfo y rentó los demás.
1734 Semejante al anterior acaeció otro el 28 de Mayo de 734.
En este año se efectuó la clausura del Beaterío de Merce-
darias saliendo del Carmen las monjas fundadoras. Llegó
en Diciembre la armada del comercio á Lima, y con-
menzaron las competencias de los Diputados de Cádiz,
con el Consulado, pues querían formar otro tribunal.
1735 En el siguiente de 735 entró en el mar del Sur un navio
TOM. VII. LlTERATUEA — 15
holandés mercante, que no piidiendo vender la carga en
sus costas pasó á las Molucas. En 21 de Julio convocó
el P. Fr. Felipe Macbin un capítulo intermedio en su
convento de San Agustín con el objeto de proveer los
prioratos vacos; mas el Difinitorio, bajo el pretesto de
sostener con hábito, á un religioso expulso de la compa-
ñía, lo depusieron del puesto; de lo que se siguieron fuer-
tes disenciones, excomuniones &, que tubieron fin en
Setiembre. Llegaron á Lima en este año los primeros Dic-
cionarios, formados por la Academia Española que se
instaló en 713 por D. Juan Manuel Fernandez de Pare-
des, marqués de Villena,
Concluyó su mando el Yirey y se embarcó en el Callao
en el buque San Fermin que habia mandado construir
restituyéndose á España, donde en recompensa de sus
servicios se le condecoró con el Toisón de Oro.
XXXIY.
DOÍT AlsíTOXIO MENDOZA CAS^AMO Y SOTOMAYOE,
MAEQUES DE VILLAGAECIA, CONDE DE BABEANTES, SEÑOE
DE VISTA ALEGEE, EUVIANES, LAMAS Y VILLANASUE,
MAYOEDOMO DE SEMANA Y GENTIL HOMBEE DE OAMAEA
DE s. M. fué nombrado Yirey del Perú y entró en Lima
el 4 de Enero de 1736.
1736 Por Abril llegaron los célebres viageros Mr. Bonguer,
Mr. de la Condamine, Mr. Jússieu y Mr. Ceñergui Pro-
fesores de la Academia de Paris, con el objeto de prac-
ticar algunas observaciones astronómicas, uniéronse á
ellos D. Jorje Juan, D. Antonio Ulloa, y el Dr. Godin.
Se estableció en este año el derecho de Diezmos sobre
la plata, en lugar del quinto. En fines del año se hizo
cargo del Obispado del Cuzco el Dr. D. Juan de Zarri-
colea Canónigo Penitenciario de Lima, natural de la Ciu-
dad de Huánuco, que servia el Obispado de Tucuman.
Se elevó á curato la Yice-parroquia de San Lázaro. Se
celebró el 23 de Diciembre en la plaza mayor el auto de
fé de Madama Castro, que fué quemada por judaisante,
juntamente con las estatuas del P. Jesuíta ülloa, y del
discípulo Yelasco que habían muerto. (1)
1737 En 2 de Febrero de este año de 37 sucedió la primera
quema de la Cuidad de Panamá, y en Yaldivia el 24 de
(1) Para pormenores sobre los autos de fé véanse los Anales de la Inqui-
sición por Bicardo Palma — M. O.
—lis-
Diciembre hubo un gríiu terremoto, que en la duración
de un cuarto de hora, asoló los templos y los edificios inte-
riores del presidio. Se efectuó la fundación de la religión
de la Buenamuerte, con licencia del aúo anterior.
1738 En el siguiente de 38 se despobló el mineral de Potosí
por haberse obstruido sus ricas minas. Se colocó en la
cumbre del arco alto del puente de Lima la estatua ecues-
tre de Felipe V,obra del célebre artífice Baltasar Gavilán.
1739 En 24 de Marzo de este año de 39 se arruinó y desoló el
pueblo de Toro en la Provincia de Ohumbivilcas (ahora
de la Union), donde solo escapó el cura y un indio: bus-
cando al otro dia en el sitió del altar mayor el depósito
"del Santísimo, se hallaron debajo do la ara cuatro ídolos
de cobre de figura humana á lo cual se atribuyó la ruina.
Por Abril salió del Callao la última armada de Galeones
á Panamá,empero, por haber una Escuadra Inglesa en el
otro mar se hicieron las negociaciones y se llevó el tesoro
para Guayaquil. En 28 de mismo murió el Sr. Escandon,
dejando de Obispo auxiliar al D. D. Er. Francisco Gutiér-
rez Galiano, natural de Lima. En 4 de Julio murió tam-
bién en Trnjillo el Obispo Mimbela.
1740 Volvió en este aiío de 740 á erijirse el vireynato de Santa
Fé siendo su restaurador D. Sebastian de Eslaba; el cual
defendió la plaza de Cartagena con tanto valor cuanto
el terrible sitió que le pusieron en este año los Ingleses
con una escuadra y 1300 hombres de desembarco; y el
Eey por este servicio, lo condecoró con el último grado
militar de Capitán General y elYireynato del Perú, donde
no llegó á pasar. Fué arruinado Portovelo y el Castillo
de Chagres por una escuadra Inglesa comandada por el
Almirante Wernon, pasando su compañero el Vice- Al-
mirante Auson al mar del Sur para ayudarse mutua-
mente, mas elVirey dispuso una escuadra comandada por
D, José Pizarro, los cuales fueron los primeros que faci-
litaron el paso del Cabo de Hornos; padeciendo en él
terribles ^tempestades: el primero hostilizando las costas
del Perú y el 2° impidiéndolo; perecieron la mayor parte
de los buques de uno y otro. Llegó la noticia haber muer-
te en 5 de Febrero de este año en Roma el Pontífice Ole-
mente XII. habiendo canonizado á S. Vicente de Paulo.
S. Juan Francisco Regís, Santa Juliana deFalconeri y
Santa Catalina Elísea. Vacaron los Obispados del Cuzco
y Huamanga por muerte del Sr. Zarricolea y del señor
López Roldan.
1741 En este año de 41 con motivo de la guerra se estableció
en Lima un nuevo impuesto que ascendió á 2.157,221
—lie-
pesos: se hicieron enrolamientos, se mandaron formar
en Trujillo, Arequipa y Cuzco escuadrones de milicias y
por último se armaron los castillos y escuadra, lís^oobs-
t-ante de estos aprestos, se encomendó al Dr. D. Cosme
Bueno la formación de las descripciones de las provin-
cias del Perú, disponiéndose en real cédula de este año,
abonarse 500 i)esos para el trabajo de escritura. Murió
en este año en Arequipa su Obispo D. Juan Cavero y
Toledo, y se nombró para reemplazarlo á D. Fr. Igna-
cio Garrote que no tomó posesión. Se hi/o cargo del
Obispado de Trujillo D. Gregorio Molleda y Clerque,
natural de Lima. Se fundó por el presidente de Chile,
conde de Superunda la villa de San Fernando en la pro-
vincia de Colchagua y la villa de Santa Cruz de Triana
en la de Eancagua.
1742 En 23 de Junio y 9 de Diciembre de 742 reventó el vol-
can de Cotopacsi. En este año el Dr. D. Pedro Pardo de
Eigueroa de la orden de Mínimos, natural de Lima, tu-
vo el honor de elevar el Obispado de Guatemala á Metro-
politana; que no iludieron conseguir sus antepasados en
dos siglos de solicitud. En 10 de Setiembre entró en
Lima de Arzobispo D. José Antonio Zeballos el Caba-
llero, que servia el Obispado del Tucuman. Fué nombra-
do para el de Arequipa D. Juan Gonzales Melgarejo,
natural del Paraguay, Obispo de Santiago de Chile don-
de murió y fué electo D. Juan Bravo de Eivero, natural
de Lima, que habia entrado á servir el de Santiago de
Chile. Del mismo modo habia sido el<^cto para el de
Huamanga D. Miguel Bernardino de la Fuente, natural
de Lima, Obispo de Santa Cruz de la Sierra donde mu-
rió. Se fundó en Chile por el conde de Superunda la vi-
lla de Talca. A mediados de este año en Junio hubo una
sublevación de los indios chunchos, cuyos pueblos era
de moderna conversión en la provincia de Tarma acau-
dillados por Juan Santos Atahuallpa, destruyendo 28
pueblos, que eran los que componían las florecientes mi-
siones del Cerro de la Sal y Pajonal, haciendo destrozos,
pues llegó á tener un ejército de mas de tres mil hom-
bres, con el cual hacian varias salidas de la montaña,
llegando en sus correrías hasta la provincia de Canta.
1743 En el siguiente de 43 se apoderaron del fuerte de Quiri-
mi; que defendió hasta morir D. Fabricio de Bartholi,
retirándose después al interior de la montaña huyendo
de las fuerzas que conducía el General del Callao Don
José de Lamas marqués de Mena-hermosa, quien formó
otro fuerte y el pueblo de su título, consiguiendo la pa-
—117—
cificacion de la provincia. En este año fué el robo de la
rica custodia de la iglesia de San Agiistin por un sacri-
lego que expió su delito en la horca. Entró en el Cuzco
de Obispo D. Pedro Morcillo que servia el de .►Panamá.
Dejóse ver en dicha ciudad una Aurea-boreí¿í [ó Aus-
tral] en forma de un azote de cinco ramales^ de fuego,
que asustó los ánimos de esos habitantes creyendo que
llovia fuego, por lo cual se hicieron rogativas y i^rose-
ciones de penitencia.
1744 En este de 44 se vio en la indicada ciudad otro cometa
que daba mas luz que el anterior; sin duda fueron estos
presagios, del alzamiento de los indios Chunches del va-
de Anaybamba y Quillobamba de la Provincia de Calca
y Lares, con muerte de varios religiosos y muchos neo-
fitas. Eeventó con horrible estrago el volcan de Coto-
pacsi en Quito, y otro en el medio de una laguna nom-
brada Quirotoá, cuyas aguas son sulfúreas y betumino-
zas. Comenzóse este año á titular pueblo, la pesquería
de Huacho.
1745 En 16 de Enero de 45 murió el ArzobivSpo Zevallos. El
Beaterío de IsTazarenas del Cuzco se trasladó al lugar
donde al presente se halla. Se hizo el reconocimiento de
las costas Patagónicas por el capitán de navio D. Joa-
quín de Olivares. En 12 de Julio, entregó este Vir9.y el
mando embarcándose para España: después se tuvo no-
ticia de haber muerto el 15 de Diciembre del entrante
año de 46 en la altura de 339 habiendo pasado el Cabo.
XXXY.
DON JOSÉ MANSO DE VELAZOO, coítde de superunda
SIENDO PRESIDENTE DE CHILE, FüÉ ASCENDIDO AL VI-
EEYNATO DELPEETT, y entró CU Lima en 12 de Julio: en
fines de este año se presentó ])ara el Arzobispado de
los Eeyes al de Charcas Dr. D. Agustín Eodriguez Del-
gado, que no llegó á hacerse cargo por haber muerto.
1746 En este año de 746 fué ascendido al Obispado de Hua-
mangaD. Fr. Francisco Galeano auxiliar de la Metró-
poli de su patria Lima. Sucedió en 28 de Octubre el
terremoto que inundó y asoló la ciudad del Callao y des-
truyó todos los edificios de la capital, habiéndose nota-
do que al caer el arco aUo de piedra que hace entrada al
puente, vino por tierra la estatua ecuestre de Felipe V,
el mismo que según se supo después, había, muerto en
el palacio de Belsainel 9 de Julio de aplopegia. El ter-
—lis-
remoto dicho en su dirección O. á E. hizo grandes estra-
gos: en la quebrada mineral del Rio-biseca de la provin-
cia de Lucanas rompiéndose la tierra, abortó monstruo-
sa^ sabandijas que en su seno ocultaba: en la quebrada
de*jíotopo once leguas de Pativilca se partieron dos cer-
ros ([UG llaman Julcan y lo mismo sucedió en Huaylas:
en Ayapata (provincia de Oaraba^^a) se abrió la tierra y
saliendo agua cenegosa inficionó la de los rios é hizo pe-
recer mucha gente.
FEENANDO VI
EMPERADOE XXIII DEL PEEU.
1747 En 19 de Febrero de este año, á la una de la noche se
abrasó en casa del marqués de Salinas, la oficina donde
se guardaban los papeles, cédulas y demás útiles del ar-
chivo de gobierno. En 3 de Marzo, en Moquegua á la
una y media del dia, oscureció con gruesas nubes la cla-
ridad del cielo, y desfigurado el albor de la luz, á caer
■ * tanta agua qu-e inundaron sus campos. El 17 la provin-
cia de Abancay sufrió tan fuertes nracanes que se arran-
caron los arboles de raiz, destrozáronse las sementeras
y techados de las casas. También fueron amagados de
temblores, muchas pautes del Perú donde no se padece
esa plaga, como en la Paz, Mojos y Montaña de Acon^
por lo que se cree que los indios infieles Simirinches y
Conibos dieron muerte el 29 de dicho mes al P. Comisa-
rio Fr. Manuel Alvarez. En IV de Mayo con la plata
que se habla recogido en el Callao, se hicieron en la ra-
mada que en la plaza mayor servia de catedral, solem-
nes exequias por los que hablan muerto en la ruina, y el
dinero sobrante se repartió en limosnas. Se mandó fundar
á un cLiarto de legua del puerto distribuido, un pueblo
denominado Bellavista, pues la tiene muy hermosa de
toda la costa, según el ]3lan formado i3or Mr. Godin: en
en el indicado puerto, una real fortaleza, cuya primera
I)ied['a puso el Virey el 19 de Agosto, depositando en
una caja mouedas de importancia y una lápida de plata,
con la inscripción corres})ondiente á perpetuar la cere-
monia que se hacia. En 8 de este mes salieron de esta
ciudad para la villa de Oajamarca á fundar el convento
—lio-
de Concebidas cuatro religiosas capucliinas, haciendo
cabeza Sor María Juana, ó Doña Josefa de Hazaiia y
Llano, apreciada en Lima i^or su talento extraordinario
y poseedora de algunas ciencias. El de Setiembre fué
designado para la proclamación y jura de Fernando. En
28 de Octubre como cumple año de la desolación de es-
ta capital, la noche fué empleada por el pueblo en pro-
seciones de sangre que andaban á coros: no obstante es-
tos ejercicios devotos, sucedió el caso que un asesino
quitó la vida á un anciano oficial del tercio de granade-
ros del batallón de la ciudad. A fines murió en Trujillo
el Obispo MoUeda y Clerque. Se concedió á los virej-es,
por real cédula de este año, conocer en todos los ramos
de hacienda por i)rivilcgiados que fuesen.
1748 En el año inmediato de 748 falleció en el Cuzco el Obis-
po Morcillo y en Huamanga Gutiérrez Gaicano, ambos
hablan sido auxiliares del arzobispado de Lima. Tam-
bién se comenzó en este año á reedificar el palacio, la
iglesia Catedral y demás establecimientos.
1749 Se celebró el 19 de Octubre de 749 un auto de fé, en el
cual* salió vindicado D.Juan de Loyola, natural de lea
acusado de hereje; mas como habla muerto preso en la
cárcel, tuvieron que hacerse las ceremonias en estatua.
En 21 de Mayo de este año se consagró la iglesia de los
Descalzos i)or el Obispo D. Fr. José Cayetano Palavisi-
no, el cual se marchó en el mismo á su Diócesis de Tru-
jillo. Hubo un levantamiento en la Provincia de Hua-
rochirí junto con una conspiración de muchos indios de
Lima, que descubierta en tiemx)o, se disipó castigando á
los principales motores; para la dicha provincia salieron
tropas regladas y dos compañías de mulatos granaderos
á las órdenes del Brigadier Márquez de Monterrico que
con oportuna serenidad de ánimo lograron dividir á los
naturales, j)erseguirlos hasta lo mas áspero de esas sier-
ras, donde se retiraron los rebeldes, resultando la entre-
ga de unos y la aprensión de otros, quedando los mas
obstinados castigados en el campo de batalla y condu-
oidos á Lima los otros.
1750 En este año se hizo cargo del Obispado del Cuzco Don
Juan de Castañeda, natural de Huaura que servia el de
Panamá: del de Huamanga el Dr. D. Felipe Manrique
de Lara, Dean de Lima su patria, y en Trujillo murió el
Obispo Palavisino. Fueron ahorcados el 6 de Julio, dos
de los principales autores de la rebelión de Huarochirí.
Hubo una gran epidemia en la sierra que hizo terribles
—120—
íistragos y habiéudose conocido ser el aguardiente que
la hacia mortal se prohibió introducirlo en ella.
1751 En 25 de Mayo de 751 experimentó la ciudad de la Con-
cepción terremoto é inundación que la arruinó. El 26 de
Junio entró el Arzobispo D. Pedro Antonio Barrueta.
Cesó el privilegió de ser presentados los regulares á be-
neficios curados. En este mismo se extinguió la Audien-
cia de Panamá como único medio de establecer 'la paz
turbada j)or continuas competencias. D. Manuel Mavi-
la, médico de esta ciudad y boticario de la calle de Pala-
cio, fué preso y conducido á la Inquisición por haberse
burlado de los que se arrodillaban al toque de oración.
1752 Se reedificó el arco alto del Puente principal de Lima.
Dióse nueva forma al Tribunal de la Cruzada. Estable-
cióse también el estanco de tabacos. Mandóse construir
en Guayaquil un navio de guerra de 60 cañones. Se hi-
zo cargo del Obispado de Trujillo D. Bernardo de Arbi-
za y ligarte, natural del Cuzco que servia el de Cartage-
na; y murió el de Arequipa Bravo de Eivero. Se trató de
la nueva línea divisoria de las tierras de Portugal y Es-
paña en la América por comisionados énviadoj á este
fin. Se estableció en Lima por D^ María Fernandez de
Córdova una casa espiritual de mujeres.
1753 Se permitió en este año de 753 el que los corregidores
hiciesen repartimiento de géneros y otras especies, para
lo cual se formó el respectivo arancel y tarifa á cada
provincia y una junta de corregidores que conociese de
estos asuntos. Se mandó establecer en el hospital de San
Andrés el Anfiteatro anatómico. En este año se celebró
con el Papa, el gran concordato sobre patronato, que
dio término á las antiguas alteraciones entre ambas cor-
tes, dejando peri)etuamente ascenso á la corona. Se in-
corporó también la casa de Moneda y se fabricó.
1754 Se realizó en este de 54 la fundación de la ciudad de San
Felipe el Eeal de Aconcagua hecha por el Gobernador
conde de Poblaciones. Salieron del monasterio de San-
ta Eosa de Lima, tres religiosas á fundar él de Santiago
de Chile. Fueron á la Audiencia las competencias del
Arzobispo con su cabildo, sobre uso de palmatoria y
otras ceremonias eclesiásticas que quiso prohibir.
1755 Entró en este año en Arequipa el Obispo Don Jacinto
Aguado y Chacón, que servia el de Cartagena. El 30 de
Mayo se estrenó la mitad de la iglesia Catedral de Lima
con una solemne prosecion en la cual salieron en ricas
andas todos los Patriarcas. Se formó un censo general
de los habitantes de esta ciudad y resultaron haber 54
—121—
mil. Hubo en Quito el 21 de Abril un fuerte temblor y
otro formidable el 3 de Mayo.
1756 Sucedió el año de 756 la segunda quema de Panamá y
se mandaron redificar las fortalezas de Portobelo, para
lo cual se remitieron 25 mil pesos. Murió el Obispo de
Trujillo Arbiza. Tubieron en este año mas efervescen-
cia las competencias entre el Arzobispo y el Virey dis-
poniendo aquel se le tocase el órgano cuando entrase y
no al Virey y levantando quitasol en las procesiones cu-
yas quejas fueron á la Corte y se dispuso en contra de
lo dispuesto por el Arzobispo.
1757 En 22 de Febrero de 757 hubo un formidable temblor en
la Tacunga que la arruine. En 9 de Enero acaecieron en
, Tarma las escandalosas tropelías hechas al Gobernador
D. Pablo Sánz de Bustamante, por los curas D. Manuel
Artiga y D. José Gallardo, al extremo de estropearlo,
por haberles prohibido introdujesen en la cárcel á indios
por deudas, se les mandó bajar á la capital.
1758 En el siguiente año de 758 fué promovido el Arzobispo
Barrueta al de Granada, cesando la competencia que ha-
bía x3romovido. Entró en Trujillo de Obispo D. Francis-
co Javier de Luna- Victoria, natrral de Panamá. Murió
en 1? de Mayo el Pontífice Renedicto XIV. En este año
que fué el primero del Pontificado de Clemente XIII
elevó el convento de Ocopa á colegio de propaganda
fide. -
1759 En 19 de Abril de 759 se observó á las 12 del dia una
cruz junto al Sol. En 10 de Agosto murió Fernando VI.
Se mandó erigir la provincia de Huamachuco. En este
hemisferio se observó el famoso cometa de ííewton. Pa-
deció la ciudad de Trujillo un horrible temblor el 2 de
Setiembre de este año. Entró en Lima el Arzobispo D.
Diego del Corro que servia el Obispado de Popayan el
27 de noviembre. Don Manuel Pérez Bustamante des-
cubrió en el cerro de Chonta provincia de Huamalies un
mineral de azogue.
CÁELOS III.
EMPEEADOE XXVI DEL PEEU.
1760 En 21 de Agosto de 763 fué proclamado Carlos III por
Eey de España que reinaba en ííápoles, como hermano
del difunto: empero, cesaron las funciones por haber
TOM. vn. LlTERATüEA — 16
—122—
muerto en 5 de Octubre su esposa D^ María Amalia de
Sajonia. En este año se descubrió por D. Domingo Mon-
je, una mina de brea en el cerro de Condorcenca, juris-
dicción de Angaraes, y otra por D. Julián de la Eoca en
Ohupi, perteneciente á Parinacocha. En Febrero ha-
llándose el presbítero I)r. D. Antonio del Pozo, hijo del
marqués de Mozobamba confesando la gente de Puma-
chuco, fué provocado por el P. D. Diego del Pozo su
hermano natural, por sustraerle ganado de su hacienda
de que provino el asesinará aquel.
1761 En 21 de Enero de 761 murió en Jauja el Arzobispo
Corro, y el 22 falleció en el Cuzco el Obispo Castañeda.
En Marzo se apoderaron los portugueses del territorio
de Matagroso. En 7 de Abril se celebró un auto de fé
en el que fueron afrentados cinco individuos. La nueva
población de Santa sufrió gran inundación.
En 21 de Octubre entregó el Yirey el mando y se em-
barcó para España el 27 del mismo mes y año. (1)
XXXVI.
DON MAííüEL DE AMAT Y JUNIEííT, caballero de
LA ÓEDEÍT DE SAN JüAIí T DE SAÍT GENAEO, TENIENTE
GENERAL DE LOS REALES EJÉRCITOS: CStaudo sirVÍCndo
la Presidencia de Chile fué nonibrado Yirey del Perú,
entró en Lima el día indicado y recibióse en público el
21 de Diciembre del mismo.
1762 Con motivo do haberse declarado la guerra á la Ingla-
terra se dedicó en este año, en el arreglo y disciplina de
las milicias, creándose en todas las provincias cuerpos:
continuó con solidez la fábrica del Castillo del Callao y
estableció una real sala de armas, que fué plaza de gran
importancia pues D. Juan Manuel Mendiburo, dio en
en 796 por la capitanía 10 mil pesos. Se mandó á los al-
(1) Habiendo tocado en la Habana el buque que lo conducía para tras-
portarse á otro, se detuvo algún tiempo en la isla, mas quiso su desgracia,
fue'se sorprendida el 6 de Junio de 1762 por una armada inglesa mandada
por el Almirante Pocock, compuesta de treinta bajeles de guerra y mas de
doscientas embarcaciones que conduelan diez y oclio mil liombres á la or-
den del duque de Albemartey después de 65 dias de sitio, capituló el go-
bernador brigadier D. Juan de Prado. Restituidos á España el conde y de-
mas jefes, fueron causados en consejo de guerra, disculpándose todos con
el conde de Superunda, por lo cual sufrió una larga prisión y confiscación
de todos sus bienes; habiendo tenido de necesidad de poner escuela de pri-
meras letras psra mantenerse. Sobre este Virey lia escrito el señor Palma
una notable tradición. M. O.
—123—
caldes de Corte rondar de noche la ciudad, con la cali-
dad de que alas diez ocurriesen á ijalacio á dar cuenta;
mas los Alcaldes se resistieron y habiéndoseles impues-
to la multa de 500 pesos apelaron á España y se les alzó
la pena. En este año tuvo lu^ar la erección del circo de
gallos. Entró en Lima el 23 de ISToviembre el Arzobispo
D. Diego Antonio Parada y murió en xlrequipa el Obis-
po Aguado y Chacón habiendo formado una casa de
Ejercicios para mujeres, reemplazándolo D. Diego Sal-
guero de Cabrera quien mandó sus poderes y gobernó
por él, el Chantre D. Francisco Matienzo.
1763 Én este de 763 fueron desalojados los portugueses de la
Colonia del Sacramento por el Teniente General Gober-
nador de Buenos- Ayres D. Pedro Ceballos. En 15 de
Marzo se verificó la traslación de las reliquias del V. P.
Castillo de la Compañía de Jesús por haberse declarado
sus virtudes en grado heroico.
1764 Entró en el Cuzco el 01)ispo Dr. D. Manuel Gerónimo
de Eomani natural de Huamanga que servia el de Po-
payan. Tuvo lugar en Chucuito un alboroto popular que
fué sosegado por el corregidor D. Antonio Polier. Se
dispuso por real orden nombrasen sacerdotes ínteres en
Jos curatos, que tuviesen pueblos distante 4 legus. Se re-
formó el derecho de media anata.
1765 Murió en este año de 765 el Obispo de Huanjanga Dr.
Manrique de Lara. En este fué atacada la provincia de
Matagroso por el presidente de Charcas D. José Pesta-
ña, pero la fuerte resistencia de los contrarios le obligó
á desistir de la empresa.
1766 También sucedió en Quito un tumulto: para tranquili
zarlo marcharon de Lima en Mayo dos compañías del
príncipe de Asturias é igual número de pardos libres, y
de Presidente el teniente general D. José Antonio Ze-
laya que se hallaba sirviendo el gobierno de Guayaquil,
con cuyo auxilio logró extinguirse. Entró en Huaman-
ga de Obispo D. Fr. José Luis de Lila natural de Pa-
namá.
1767 En este año á principio del mes de Marzo se celebraron
exequias del siervo de Dios Er. Francisco Verastegui (a)
P. Pachi, y desde 20 de dicho mes, hasta el 11 de Julio
duraron los funerales de la Eeyna Madre Doña Isabel
Farnecio. En 9 de Setiembre se verificó en todo el rei-
no la prisión y expatriación de los padres Jesuítas á pe-
dimento real se añadió en la letanía de la Virgen el Yev-
sÍGÚlo ^^Muter InmaculataJ" Psiva el mejor servicio pú-
—124—
blico se distribuyó la ciudad por barrios y se nombraron
Alcaldes para ellos.
1768 En Marzo de 768 se mandó erijir la provincia de Tara-
pacá, separándola de la de Arica. En el Cuzco falleció
el Obispo Eomani después de haber establecido muchas
obras pías. Se erigió en Lima el oficio ó registro de hi-
potecas. Se estrenó la Plaza firme de toros que fabricó
con su dinero D. Hipólito Landáburu.
1769 En Febrero del siguiente año de 69 murió en Eoma el
Pontifice Clemente XIII, y en 19 de Marzo fué electo
Clemente XIV. En Hüamanga también falleció el Obis-
po Lila y el de Arequipa Salguero y Cabrera, servia á es-
te último de auxiliar D. Juan Manuel de Moscoso. En 1?
de Julio se incorporó á la corona la renta de correos.
1770 En este año de 70 se erigió el convictorio de San Carlos,
en el local que servia de Xo viciado á los jesuítas, reu-
niéndose en él, el colegio de San Martin, y el Mayor de
San Felipe. En Agosto se verificó la traslación del ca-
dáver del Señor Arzobispo Corro que se hallaba en Jau-
ja. Fué electo Obispo de Hüamanga el Dr. D. Miguel
Moreno de Oyos que servia el de su patria Panamá, y
para el Cuzco D. Agustín Gorrichátegui, natural del
mismo lugar que aquel, tesorero que era de esta Metro-
politana.
1771 Fué electo en este año de 771 Obispo de Arequipa Don
Manuel Abad y Llama. Formóse el primer café en la
calle de Santo Domingo. Tomaron posesión de la Igle-
sia de San Pablo y su Colegio Máximo, los Padres de la
Congregación del Oratorio. En Lima el 28 de Octubre
se consagró el señor Gorrichátegui con gran solemnidad,
con asistencia de cuatro Obispos que se hallaban reuni-
dos para el Concilio. En 30 de Julio se hizo la revista del
regimiento "Xobleza de Lima" siendo su coronel el Vi-
rey, que vino marchando á caballo desde la portada de
Barbones á la plaza. Se fundó la población de Pasco, en
tierras de la estancia de Llajáhuanca.
1772 En 12 de Enero se reunió en Lima el Concilio Provin-
cial con asistencia personal del Virey, Arzobispo y de
los Obispos de Santiago, déla Concepción, de Hüaman-
ga y Cuzco. Se descubrió el mineral de Hualgayoc por
Rodrigo de Ocaña. Se reconoció por el piloto Don José
Amich la isla de Otahiti. En 7 de Marzo se ajusticiaron
á bordo de los navios de guerra existentes en el Callao,
á varios marinos x)or amotinamiento. En dicho año se
concluyeron las dos columnas principales del paseo de
aguas.
—125-^
1773 En este año de 73 como el i)asa(lo, estuvo amagada la
capital de grandes robos, y aprendidos los hechores, de
ellos, fueron ahorcados el 13 de Agosto en la Plaza ma-
( yor, once; habiendo antes sido degradados los oficiales
Euda y Pulido deudos delVirey: afrentados dos mujeres,
y cinco hombres, y desterrados diez y seis: fueron los
primeros ajusticiados que no se velaron. (1) Se allanó la
Piedra Liza, para que pudieran pasar coches á Lurígau-
cho y se formó su alameda. Se estableció en Lima la real
Aduana, bajo el sistema de aforo. Llególe al Yirey la
banda de San Genaro lo que se celebró con magnificas
fiestas en la Plaza mayor; se formó de simulacro un
fuerte que fué atacado por las tropas regladas.
1774 Se concluyeron en este año de 74 las fábricas de los tor
reones, Gasas-matas y cuarteles para la tropa que asiste
al presidio. Salieron del Callao Fr. Gerónimo Olot y Fr.
ííarciso Gonzales, religiosos franciscos á predicar el
evangelio en la isla Otahiti en el mar del Sur, reco-
nocida el año pasado. Estrechado el Pontífice Clemente
XIV á determinar sobre la suerte de los Jesuítas, des-
pués de algunos años, dio en 21 de Julio de 73 el breve
de extinción de dicha religión; desde ella, agobiado de
trabajos, cuidados y temores, no hizo mas que debilitar-
se y murió el 22 de Setiembre.
1775 Concluyóse el año de 775 la fábrica del templo de las
íí^azarenas costeada del peculio del Yirey y de Doña
María Fernandez de Córdova. Héchose por tierra la
torre principal del convento de Santo Domingo que ha-
bla quedado maltratada en el terremoto de 46 á cuj^o
proyecto se oponían los alarifes manifertando no corria
peligro, y los religiosos que no tenían dinero, pues pe-
dían 4 mil pesos: el Yirey allanó la dificultad, haciendo
venir á los calafates y gente de mar y por 500 pesos vi-
no la torre á tierra y díó el diseño para la que había de
reemplazarla, en la que se gastaron 96 mil pesos sin in-
cluir el material de calería.
1776 En principio de 776 se ordenó poner en todas las calles
de la ciudad iluminación, la cual se comenzó en 2 de no-
viembre. Estando en estas obras vino su reemplazo, y
entregó el mando en 17 de Julio embarcándose para
España.
(1^ En las Tradiciones át-. Palma se hallan consignados curiosos porme-
noi'es sobre esta cansa — M. O.
—126—
XXXVII.
DON MANUEL DE GUIRIOR, caballero de la orden de
SAN JUAN, GENTIL HOMBRE DE CÁMARA Y TENIENTE GE-
NERAL DE LA REAL cámara; estaiido sirviendo el virey-
nato de Santa Fe, fué ascendido á este, entrando en Li-
ma en 17 de Julio, y se recibió en público el 3 de Di-
ciembre del mismo. En este intervalo tuvo lugar el auto
del Arzobispo Parada, asignando las iglesias que babian
de servir de asilo, para ambos sexos, lo que fué aproba-
do por el rey. Murió el Obispo del Cuzco Gorricliátagui
en el pueblo de Urubamba el 28 de Octubre á donde ha-
bla pasado á apasiguar un tumulto contra el corregidor.
1777 En 26 de Enero á las 3 de la mañana se sintió eü Lima
un terremoto tan repentino que atemorizó á sus morado-
res y después se continuaron repitiendo otros de ruido
subt/crráneo hasta el diez ó doce de Febrero: el primero
se sintió de 40 á 50 leguas á lo largo de la costa y de la
cordillera. En 12 de Junio se recibió en el real Acuerdo
D. Melchor Jacot de primer regente de la Audiencia y
en 14 D. José Antonio de Areche de Visitador general
de real hacienda y tribunales del Rej'-no. Se mandó eri-
gir el vireynato de Buenos- Ayres, siendo el primero que
tuvo este carácter el Mariscal de Campo D. Juan José
de Vértis.
1778 En este año de 778 llegó la espedicion destinada á in-
quirir las producciones vegetales del Perú, compuesta
(ie los botánicos M. Dombey, D. Hipólito Ruiz y D. José
Pavón; por dibujantes vinieron D. José Brunett y D. Isi-
dro Galvez. Tuvieron lugar las acaloradas eontrovercias
del P.M.Fr. Juan de la Raya, reformador de la orden de
San x^gustin con el P. provincial Fr. Francisco Ruiz de
la Plata, sobre la facultad de leer la convocatoria para
el próximo capítulo. Se prohibió hablar, escribir ó dis-
putar sobre la extinción de los jesuítas. Murió en Trü-
jillo el Obispo Luna- Victoria y le reemplazó D. Baltazar
Jayme Martínez Compañón, chantre de Lima, habiendo
salido para Misque con igual dignidad, el racionero D.
Domingo González de la Reguera.
1779 En el siguiente de 70 en 23 de Abril murió en Lima el
Arzobispo Parada. Entró en el Cuzco D. Juan Manuel
de Moscoso y Peralta, natural de Arequipa, que servia
el de Tucuman. Fué preso y remitido al Callao el Pa-
dre provincial de la Buenamuerte José Miguel Duran,
—127—
por haber extraído del palacio del Virey á el P. Manuel
Castellanos su capellán, sin su conocimiento. En 25 de
Setiembre se publicó en Lima la guerra contra la Ingla-
terra.
1780 En 1780 se bizo cargo del Obispado de Arequipa D. Ma-
nuel Abad y Llama y murió el de Huamanga, Moreno.
Se erigió la Contaduría de tributos y so estancó el ramo
de naipes. Sucedió la sublevación de la provincia de
Chayanta en los Charcas capitaneada por el casique Ju-
lián Apasa-Tupac Catari, siendo corregidor D. Joaquín
Alós. También se sofocó otra en el Cuzco, que aprendi-
dos los cómplices, fueron ejecutados siete, jjor el mes
de Abril y estando con estos cuidados llegó el sucesor
en Julio de dicho año y se embarcó para España en 7
de Octubre donde se vio rodeado de injustas calumnias
en las que [como dice Ulloa en sus viages] no tuvieron
parte los americanos, sino los europeos enemigos de la
razón y de lá justicia de cuyos pesares murió, mas su es-
posa Da. María Ventura Guirior continuó la causa has-
ta lograr su vindicación.
XXXVIII.
DOÍT AGUSTÍN DE JAUEEGÜI, oaballeeo de la obden
DE SANTIAGO, TENIENTE GENERAL DE LOS REALES EJÉR-
CITOS, DE PRESIDENTE DE CHILE, pasó á servir el virey
nato del Perú, entrando en la capital dé Lima en 21 de
Julio, dia en que se habia recibido en el real Acuerdo
D. José Antonio de Areche de Superintendente de real
Hacienda. En 20 de Agosto murió el Y. Fr. Eamon Ta-
gle de la orden de San Francisco. Eecibiose en público
el Yirey el 5 de Noviembre de este año, estallando en 10
del mismo mes, la sublevación de D. José Gabriel Con-
dorcanqui-Tupac-Amaru, casique del pueblo de Tunga-
zucca de la provincia de Tinta, eíectuada por las atroci-
dades que cometía el corregidor D. Antonio Arriaga, al
cual aprendió é hizo ahorcaren toda forma: inmediata-
mente el corregidor de la inmediata provincia de Quis-
picanchi D. Fernando Cabrera, el absuelto de Paucar-
tambo D. Tiburcío Lauda y el comandante de las parro-
quias del Cuzco D. José Sahuaraura Tito Atauchi, hi-
cieron gente en la ciudad para contener la revolución:
empero, habiéndose alojado en la iglesia del pueblo de
Sangarará, la noche del 18 fueron secretamente los re-
beldes coü muchos indios é incendiaron la iglesia y ro-
—128—
deándola al salir mataron á todos, librándose muy po-
cos de tan atroz proyecto. Con la noticia de todo esto,
salió de Lima el 27 iin cuerpo de ejército al mando del
coronel D. José Aviles. En 16 de Diciembre publicó el
Virey, bando quitando los repartimientos que hacian los
corregidores, los cuales babian dado lugar á la indica-
da sublevación.. El 20 salió para el Cuzco el inspector
D. José Antonio del Valle y Torres con tropas, y el 23
marchó el Visitador Areche con el Oidor D. Benito de
Mata-Linares en calidad de auditor de guerra, quedan-
do en Lima de subdelegado del primero D. José Eamos
de Eigueroa.
1781 En 6 de Enero del año inmediato, llegó Tupac-Aniaru
con su ejército á un cuarto de legua del Cuzco: envió á
requerir al señor Obispo y á los cabildos para que se
rindiesen, mas fué repelido, y se dirigió al Collao, don-
de cometió mil atrocidades, pues no solo los españoles
sino aun los mestizos eran víctima de su zana. Por este
tiempo, es decir en 13 de Marzo de este presente año,
Tupac-Catari puso sitio á la ciudad de la Paz, que sos-
tuvo basta Octubre, defendiéndola el coronel D. Sebas-
tian de Seguróla; murieron de sus moradores gran parte,
sufriendo por falta de víveres mucha hambre: comieron
gatos y perros, los cuales se sustentaban con carnes de
los muertos y algunos pobres con carne humana, como
también de muías, y cueros de petacas: escasearon tanto
los víveres, que cuando se levantó el sitio no quedaba
otra cosa que quinua á cuatro onzas por ración. De el
mal régimen que usó Tupac-Amaru, provino su prisión
por los mismos suyos, la cual se efectuó el 6 de Abril
en el pueblo de Lanqui, y el 14 entraron en el Cuzco 42
prisioneros entre ellos Tupac-Amaru, su mujer Micaela
Bastidas y dos hijos Hipólito y Fernando. Hizo ajusti-
ciar el visitador en el pueblo de Tinta, á sesenta y siete
indígenas, y el 15 de Mayo dio sentencia contra Tupac-
Amaru, su mujer, hijos, y la Casica de Acos de la Pro-
vincia de Quispicanchi, que mandó su gente para incen-
diar la iglesia de Sangarará; lo que se efectuó en el Cuz-
co el 16, descuartizóse á Tupac-Amaru, llevóse su cuer-
po á la Colina de Piccho por donde entró á sitiar la ca-
pital, quemóse, y sus cenizas esparciéronse al aire. (1).
1782 En virtud del bando de perdón promulgado por el Vi-
(1) Puesta en conocimiento del Eey, en real cédula de 788 fue desapro-
bada esta 8entencia:su hijo Fernando que habia ido á España fué puesto
en el colegio de Gretafe abonándose cada tercio 1973 reales 17 maravedises
—129—
rey, se entregó en 27 de Enero de este año Diego Cristó-
bal Tupac-Amaru en el pueblo de Sicuani ante el inspec-
tor general y el Obispo del Cuzco, quien le absolvió á
él y á los que le seguían, de la excomunión que habiaiju-
blicado contra su liermano. En 15 de Febrero de este
año entró en Lima de Arzobispo el D. D. José Domingo,
González de Larreguera. Fué nombrado Obispo de Hua-
manga D. Francisco López Sánchez, y para Arequipa
D. Fr. Miguel de González Pamplona, cai)ucliino. En
Lambayeque se fundó un hospital con el fondo de
diez mil pesos que para ello dio D. Carlos Vigil. En
Mayo de este mismo año acaeció en el asiento mineral
de Huallanca un tumulto, contra los mineros de la Pro-
vincia de Huam alies, que fué sosegada con la deposi-
ción del Corregidor D. Ignacio de Santiago y TJlloa, que
como x)erteneciente al gremio la babia fomentado. Se
estancó el papel sellado y breas de Santa Elena y Amo-
tape.
1783 En 19 de Julio de este año de 783 fué ajusticiado en la
plaza del Cuzco Diego Cristóbal Tupac-Amaru, su mu-
. ger y otros, por suponerse que meditaban otro levanta-
miento; ordenándose que los que perteneciesen á la fa-
milia fuesen remitidos á España: al pueblo de Paucar-
tambo se le dieron los dictados de Fiel y valeroso por
sus servicios. Por esta misma época se intentó en la
Provincia de Haarocbirí una sublevación de indios que
iba á efectuarse por Felipe Velasco Tupac-Inca, la cual
fué sofocada por el Corregidor D. Felipe Carrera, y ahor-
cados en Lima el 6 de Julio dos de los principales, pasan-
do por debajo de la horca á sus mugeres. Por este motivo
se mandó erigir este territorio en gobierno militar, obte-
niendo dicho empleo el indicado teniente coronel Carre-
ra. Se estancó la pólvora.
1784 En 6 de Abril de 784 entregó este virey el mando, y el
27 del mismo mes murió, en tanta miseria que no tuvo
su familia ni para costear el entierro que se efectuó en
la iglesia grande de Santo Domingo.
XXXIX.
DOK TEODORO DE CEOIX, cabalfero de ceoix del or-
den TEUTONICOjTEXIEÍTTB GENERAL DE LOS REALES EJÉR-
CITOS, habiendo sido nombrado Yirey del Perú llegó al
puerto del Callao,Domingo de Eamos 4 de Abril de 1784,
se alojó en Bellavista, entrando en Lima el 6 y no se
ToM. VIL Literatura — 17.
recibió en público basta el 25 de Agosto. En Jueves 13
de Mayo sufrió la ciudad [de Arequipa un formidable
terremoto. D. Jorje Escovedo que se hallaba de gober-
nador en la villa de Potosí, y visitador de sus minas,
sostituyó al visitador Areche en todas sus comisiones, (1)
nombrando por su teniente á D. Manuel del Valle. En
13 de Julio se erijió la Junta superior de real hacienda.
Se establecieron las intendencias, las que componian
cierto número de provincias, y en cada una de ellas un
sub-delegadOj que sustituyeron á los ' corregidores, y co-
menzó á regir las nuevas ordenanzas. El 5 de Setiem-
bre se celebró con gran solemnidad la beatificación de
la beata Maria Ana de Jesús de la orden de la Merced.
Se descubrió en el cerro de Paria y Guariguapo veta de
azogue por D. Pedro Veles y D. Domingo Miyan de
Acha.
1785 En 785 se estableció la compañía denominada de Fili-
pinas, y de cuenta de ella llegó el primer navio al Ca-
llao, á consignación del Conde de San Isidro. En este
año se cerró la visita del Vireinato. Se mandó bajo par-
tida de registro al P. Lector jubilado Fr. Juan Alcedo,
religioso Agustino, por haber personalmente entregado
y encomendado al Virey la lectura de un poema que hi-
zo, satirizando la conducta de los españoles en América.
1786 En 786 se crearon 40 vecas en el real Seniinario de líí'o-
bles de Madrid, para la educación de los caballeros ame-
ricanos. Se embarcaron para España el Obispo del Cuz-
co Moscoso, y el de Arequij)a González Pamplona, que
renunció. So estableció en esta ciudad el Juzgado de
Policía y la Contaduría de propios y arbitrios;. Se descu-
brió en el mineral de Santa Eosa una rica veta de plata
por D. Agustin Solís y sus hermanos, á la que pusieron
Nuestra Señora de Tarapacá. En 31 de Diciembre se
erigió el Tribunal de Minería para cuyo fomento se se-
ñaló un real en marco de plata. Se erigió el Obispado
de Cuenca, siendo su primer Prelado el D. D. Andrés
Quintian de Aponte. En 19 de Junio celebró la religión
Agustina exequias por el alma del E. P: M. Vicario Ge-
neral de su orden, (creado porel Pontífice Benedicto XIV,
y confirmado por el capítulo general celebrado en Bolo-
nia en 9 de Junio de 753) Fr. Francisco X. Vásquez, na-
(1) Fué llíimado Areclie á la Corte, donde sufrió largo juicio con confis-
cación de bienes j destierro perpetuo.
Véase el Diccionario Biográfico del General Mendiburu, para formar
completa idea de lo aciaga que fué para el Perú el visitador AreQlie.T-ilf. O.
—131—
tiirál de Cajamarca: en esta villa se hicieron también lu-
cidas, siendo cura el D. D. Pedro José Conde y Marin.
178T En este año de 787 se erigió la Sub-délegacion de Cho-
ta ó Guambos, desmembrando su territorio del de Caja-
marca, siendo su primer jefe el teniente de ejército D.
Domingo Noculle. El naturalista D. José Pavón descu-
brió la yerva del Paraguay en el pueblo de Santa Cruz
de Muña. Se erigió en esta ciudad el Monte de piedad á
favor de las ánimas, siendo su fundador el D. D. Fran-
cisco Javier de VilJalta, natural de Lima cura del i)ue"
blo de Bellavista.
1788 En 6 de Setiembre tomó posesión del Obispado de Are-
quipa D. Pedro José Chavez de la Rosa consagrado en
Lima en la iglesia de San Pedro, el 23 de Febrero. El
Obispo Compañón fué ascendido al Arzobispado de San-
ta Fé, reemplazándolo D. José Andrés de Anchurra. En
4 de Noviembre se abrió la Real Audiencia del Cuzco,
habiéndose hecho la solemne entrada de los sellos el dia
antes, por su primer regente y fundador D.José dé la Por-
tilla. Se eoncedió a D. Lucas Rodríguez de Molina un
escudo de armas en premio de la máquina que inventó
para labrar pólvora. En 14 de Diciembre murió D. Car-
los IIL
CARLOS IV.
EMPERADOR XXV DEL PERÚ.
1789 En 17 de Enero de este año de 789, se hizo la jura en
Madrid de la exaltación al trono de Carlos IV de este
nombre, y el 10 de Octubre en Lima, con costosas fun-
ciones, repetidas las del nacimiento de su hija la infanta
María Isabel. El Obispo del Cuzco D. Juan Manuel de
Moscoso que se hallaba en la Corte, fué ascendido al
Arzobispado de Granada en España, y electo para reem-
plazarlo D. Bartolomé María de las Heras, que también
se hallaba en ella refugiado, por competencias que tuvo
siendo Dean de Huamanga, con el Prelado Dr. López
Sánchez, el cual murió en fines de este año.
—132—
1790 En 790 se fabricó la casa para el estanco de tabaco y
se construyó un almacén de pólvora al oriente de la ciu-
dad. En 22 de Marzo se quemó la iglesia parroquial de
Santa Ana.
En 25 del mismo mes entregó el Yirey el m^ndo y se re-
tiró al convento de San Pedro hasta el 17 de Abril que se
embarcó para España, muriendo en Madrid el 8 de Abril
del año inmediato.
XL.
BATLIO E. D. EEAKOISOO GIL TABOADA LEMUS Y
VILLAMAEIJS", caballero profeso de la sagrada
RBLIGIOlSrDE SAÍT JUAN, COMEIíDADOR DE PUERTO MARIlí,
DEL CONSEJO SUPREMO DE GUERRA, Y TENIENTE GENE-
RAL DE LA REAL ARMADA, SO hallaba sirvicudo el Yirey-
nato de Santa Fé, cuando fué maridado pasar al del Perú;
entró en Lima el 25 de Marzo de 790 y recibióse en públi-
co en 27 de Mayo.
En el mismo año llegaron al puerto del Callao, las cor-
betas Descubridora y Atrevida al mando de D. Alejandro
Malaspina, destinadas á dar vuelta al mundo y ratificar
la posición geográfica de las posesiones españolas en las
dos indias. Se promovieron los descubrimientos al E, de
la Cordillera general internando el P. Er. JSTarciso Girbal
misionero de la orden Seráfica, en la Pampa del Sacra-
mento 70 leguas E. O. y 400 ísT. S. con un circuito de se-
tecientas leguas.
1791 Se experimentó en la jurisdicción de Lambayeque en los
tres primeros dias del mes de Marzo de 791 un copioso
aguacero, que saliendo los ríos de madre destruyeron
todos los edificios rústicos y urbanos. Extendiéndose el
gusto hacia las producciones literarias se vieron en este
año en Lima, cuatro periódicos: el Diario erudito y econó-
mico, el célebre Murcuri o Peruano, la Gaceta y las guías
del reino. Se mandó hacer un censo general de la Ciudad,
que dio el número de 52,666 habitantes sin incluir los
del servicio militar: y el de las siete intendencias subió
á 1.076,122 sin incluir la de Puno que se habi a segregado,
el cual se creyó diminuto. Plantificóse el laboratorio
Químico por el Barón de Nordenflic natural de Miltan en
la Curlandia para la enseñanza de la juventud que se dedi-
case á la mineralogía.
1792 En Enero de 792 se incendiaron los molinos de la fábrica
—133—
de pólvora, cuya violenta explosión conmovió fuerte-
mente los ánimos y causó diferentes daños; empero, mu-
cho mas la conmovió la inmoderada conducta de los pa-
dres de la Buenamuerte contra se Prelado, al estromo
de atumultuarse el 16 de Mayo, saliendo por las calles 10
sacerdotes y 14 legos, en unión de otros seglares se diri-
jieron al Palacio del Virey, con el objeto de que se qui-
tase al Prelado y Procurador; se trató de apasiguarlos,
mas ellos se dispersaron se refugiaron en otros conven-
tos, siendo necesario que el regente de la real Audiencia
en persona les impuciese el recogimiento á sus claustros.
Se dejó ver un jigantesco indio nombrado Basilio Guay-
las de mas de 7 pies y 2 pulgadas de alto. En este mis-
mo año se abrió en el hospital de S. Andrés el anfiteatro
anatómico. Se recibió en su Iglesia el Obispo de Huaman-
ga D. Bartolomé Bernardo Fabro Palacios. Se fundó en
Arequipa por el Obispo Chaves de la Eosa, una casa de
Expósitos, para lo cual se le entregó el Colegio de los
Jesuítas. Se estableció también la Sociedad Mineraló-
gica. Se fabricarou por el maestro mayor de obras públi-
cas Gómez, los cajones de Palacio.
1793 En 12 de Agosto de 93 se publicó la guerra á la IsTacion
Francesa. Se procedió por el Alferes de Fragata Don
José Moraleda al reconocimiento del archipiélago de los
Huaytecas ó de los Chonnos al S. del de Ohiloe y la Tier-
ra Firnae adyacente, que se hallaron incapaces de admitir
establecimientos. Se comenzaron á cercar de altas baluas-
tradas los cementerios de las Iglesias, en que se cometían
todo género de exesos.
1794 En este año de 794 se procedió á la apertura de la escuela
náutica, mandada establecer en esta Capital, siendo Di-
rector el Capitán de Fragata D. Agustín Mendoza y Ar-
guedas. Llegaron D. Cristóbal y D. Conrrado Heulande
encargados de reconocer las producciones del Perú en la
clasede animales,y demás concerniente á la historiaííatu-
ral, asociados á D. Javier de Molina. Hubo un notable
temblor el 26 de Marzo, y el 29 se observaron relámpa-
gos muy frecuentes desde las 7 á las 8 de la noche: en 7
de Setiembre se notó otro recio temblor, lo cual preci-
saron al gobierno á la reedificación de la caja real, reparo
de la Secretaría y demás del Palacio. Empezaron á fa-
bricar las torrres de la Catedral, y se concluyó el tercer
almacén de pólvora en una quebrada al N. de la de Aman-
caes.
1795 Murió en este mismo año el Obispo de Huamanga Fa-
bro Palacio. Se mandó en este año construir un puente
—134—
en el rio de Santa, dirigido por el ingeniero D. Francis-
co Garcia Miralles, el cual tíivo de costo 13 mil pesos.
Pasó el Presidente de Chile O'Higgins á tornar posesión
y poblar la ciudad de Osorno, y demás terrenos que le
cedieron los casiques Yñil y Taquiguala, por cuyo moti-
vo se le condecoró con el título de Marqués: mandó tam-
bién trabajar un camino carretero de Santiago a Valpa-
raíso, espacio de 30 leguas, en que median tres grandes
cuestas, y también se fabricaron las casillas de bóveda
en el tránsito de la cordillera de Santiago á Mendoza.
1796 Por cédula de 19 de Febrero de 796, se reincorporó al
Yireinato del Perú las provincias de Puno. Se bizo car-
go del Obispado de Huamanga el D. D. Francisco Ma-
tienzo, y en Trujillo murió el Obispo Minayo. Se permi-
tió por real cédula, que en toda la América donde se ela-
borase azúcar, se establecieran refinerías y que se extra-
gera libre de derechos, devolviéndose el diiiero que se
hubiese cobrado. También se ordenó en este aíio, el que
cualquiera que cultivase Lino ó Cáñamo, se le proporcio-
nase terrenos realengos y libre de todo derecho de ex-
tracción las primeras materias que se recogiesen. Se
crearon varios ramos para la amortización de vales reales.
Concluyó el gobierno de este Virey en 6 de Junio, el
cual se pudo tener como el mas dichoso del Perú, pues
se i)rotegieron todas las ciencias y se hicieron grandes
descubrimientos en favor del género humano. Restitu-
yóse pues á España, donde murió el año de 810 después
de haber hecho dimisión de todos sus empleos y honores.
XLI.
DOK AMBROSIO O'HIGGIÍÍS Y BALLEÍTAR, masques
DB OSORNO, BAKOX DE BALLENARI, TENIENTE GENERAL
DE EJÉRCITO, PRESIDENTE DE CHILE, pasÓ de YirCV al
Perú en la fraga de guerra "Pilar": entró en Lima el 6
Junio de 796, y recibióse en público el 24 del inmediato
Julio. Puso su conato en arreglar la policía, siendo una
de sus medidas el que no andasen personas por las ca-
lles desde las diez de la noche, penando álos infractores
en barrer las calles: en una de las noches que salia dis-
frazado á vijilar el cumplimiento de lo mandado, habién-
dose desviado el alabardero que lo acompañaba, la cor
misión de cai)a mandada por el capitán D. Juan Pedro
Lostaunau lo cercó y condujo á la cárcel.
—135—
En 4 de Febrero de 797 sucedió el horrible terremoto
que trastornó los partidos territoriales del reino de Qui-
to; inflamóse é hirvió i)or largo tiempo la laguna Quiro-
toa, vomitó torrentes de lodo el sitio de Moya,y el monte
Igualata, que corrió por el esijacio de 5 leguas y se pe-
trificó: derrumbáronse los cerros de Ohumaqui y el Ga-
lán, cubriendo' cuanto se hallaba á sus pies: los muertos
numerados en esta ruina fueron 32,563. En 30 de Junio
de este año, íüó el incendio en Lima de la casa panade-
ría de Bravo, en que perecieron miserablemente 19 hom-
bres. Se separó la Presidencia de Chile de la jurisdicción
de este Vireynato. Se publicó la paz con la Francia y la
guerra con la Inglaterra. Entró en Trujillo de Obispo el
señor D. José Oarrion Marfil."
En este año de 98 se procedió á la formación de una
acequia éh Hüancavelica, en el cerro que mira al N. y
circuncla la Villa, tuvo el costo de 22,115 pesos, dirijida
por el maestro de minas D. Federico Montes. Murió la
Venerable Tercera de San Francisco, Feliciana de San
Ignacio. Publicóse en 6 de Marzo en la Catedral la bula
declarando religión la de los Beletmitas. Fundóse en Pu-
no un hospital de indígenas por Fr. Ambrosio Carassa,
religioso de San Juan de Dios.
Sé estableció en este año de 799 el apostadero del Ca-
llao, siendo su lírimer Comandante el Brigadier de la
Eeal Armada p. Tomas de ligarte y Liaño. En 28 de
Octubre hubo un eclipse solar de II dígitos, y comenzó
á las 11 horas 20 minutos, y acabó á las 2 horas 2 minu-
tos: no es fácil descubrir la debilidad y palidez de la luz
en niedio de él, se veia claramente el planeta Venus, y
una que otra estrella de magnitud; la atmósfera enfrió
notablemente y las aves entonaron el canto vespertino.
Se extinguieron los depositarios generales,y se mandó se
verificasen en la caja real. Se concluyó el camino y por-
tada del Oallao. El 29 de Agosto murió en Eoma el Pon-
tífice Pío VI.
En 18 de Febrero de 800 se sacaron á la afrenta dos hom-
bres, por celebrar misa sin ser sacerdotes. Se concluye-
ron las torres de la Catedral, el empedrado de los por-
tales y el enlozado de las calles. En este año se dispuso
que los oficiales de ejército montasen guardia con espada,
pues lo hacían con un pequeño fusil. Se aprendieron va-
rios malhechores, mas sacado á la afrenta uno de ellos,
viendo que quedaba sin castigo, el de la casa del Sr. Man-
cilla Presidente de la Audiencia (a) aguacero, al flagelarlo
el verdugo,, pon Jas espreciones de "quien tal hace que
—136—
tal pague" dijo: sí, de ü. porque no tengo espalda, que si
tuviese me hubiera quedado adentro.
1801 Falleció el Yirey en 18 de Marzo y fué enterrado en la
bóveda de S. Pedro; haciéndose cargo del gobierno la real
Audiencia, siendo regente D. Manuel Arredondo. Se
comenzó la obra del Tajamar y se plantío la alameda
de Acho hasta su conclusión.
XLII.
DON GABRIEL DE AVILES Y DEL FIEEEO, maeques
DE AVILES, PRESIDENTE DE CHILE, TENIENTE GENERAI.- .
Y viRBT DE BUENOS-AIRES, de doude pasó al Perú, por la '
carrera de Potosí, entrando en Lima el 6 de ÍToviembre
y se recibió en público el 5 del inmediato Diciembre.
1802 En este año se ijublicó la i)az con la Inglaterra. En el
mismo año llegó á esta Ciudad el célebre viagero prusia-
no Barón de Humboldt, físico, naturalista y botánico,
acompañado de Mr. Bompland, después de haber recorri-
do la Nueva España y reino de Granada, de las que escri-
bió una completa estadística. Por real cédula de 15 de
Julio se reincorporó al Perú la comandancia general de
May ñas con los pueblos del gobierno de Quijos, Lamas
y Moyobamba. En Diciembre se erijió el Curato de Ce-
lendin, elevando la población al rango de Yilla y á Caja-
marca se le tituló Ciudad.
1803 En este año de 803 entró el ayuntamiento de la Capital
de Lima en el goce del tratamiento de Excelencia, que
se le concedió en remuneración de sus servicios. En la
noche del 19 de Abril se experimentó una tempestad con
ocho ó nueve truenos de los cuales el mas fuerte dejó
sentirse á las 11 ¿: lo insólito de semejante metéoro en
esta costa asustó mucho á sus habitantes,y en Noviembre
se repitieron, como igualmente algunos temblores. Estos
fueron precursores de un estío rígido, dednciéndose de
esto, que el calor, la electricidad y los vientos pueden
hacer una tempestad en parages donde nunca se han vis-
to. Se estableció la intendencia de Lima, siendo su presi-
dente D. Juan María Gal ves. En 27 de Agosto fueron
castigadas por hechiceras la Eivero y la S. Diego: en la
plaza de Huarás ahorcaron á Pedro Aldana, Martin Du-
ran y María Colonia por haber muerto al marido de la
última.
1804 Bajo este supuesto el año de 804 continuó con los mis-
—137—
mos fenómenos, habiéndose observado que á la entrada
del Otoño subió el termómetro á los 27 grados y se sin-
tieron cinco temblores, siendo el mas fuerte el de 22 de
Abril. Las avenidas fueron copiosas, una abundante
lluvia hizo rebozar un brazo del rio Jequetepeque é inun-
dar las tierras vecinas. En la quebrada de Matucana re-
ventaron tres volcanes de agua, que su ímpetu destruyó
los puentes de dicha quebrada y deshizo parte del paseo
militar de Lima. Llegó nuevamente la declaratoria de
guerra contra la Inglaterra y el Yirey se dedicó á este
ramo con todo empeño: se erigió el real cuerpo de arti-
llería, siendo su primer Sub-inspector el coronel D. Joa-
quín de la Pezuela. Con este motivo se reincorporó á es-
te vireinato el Gobierno de Guayaquil. Se erigió el Obis-
pado de Maynas, siendo su primer pastor D. Fr. Hipóli-
to Sánchez Eengel. En Lima se comenzaron á poner se-
renos en algunos barrios. Costeó el Yirey de su peculio
una casa hospicio para mugeres incurables. En este año
fueron sentenciadas á horca cuatro mugeres por diver-
sas muertes alevosas: se ejecutaron á Manuela Raymun-
do y Maria Eamos, á las otras dos se les conmutó la pe-
na por preñes.
En 8 de Marzo del año de 805 murió en esta capital el Ar-
zobispo D.Juan Domingo González de la Eeguera.En Are-
quipa Ohavez de la Eosa, y lo reemplazó el D. D. Luis de
laEnsina. Contribuyó el Yirey al reparo en It) material y
formal de los Beateríos de Amparadas y del Patrocinio.
D. José Gabriel Aguilar natural de Huánuco, después
de recorrer la Europa, inflamado de amor patrio pasó al
Cuzco, y i)oni endose de acuerdo con D. Manuel Ugalde
natural de Lima, asesor interino de ese gobierno, toma-
ron la arriesgada empresa de sacudir el yugo español,
mas estando todo preparado, fueron vendidos y decapi-
tados en la plaza de esa ciudad el 5 de Diciembre. En
Setiembre 10, auto de fé por blasfemo. En 18 de Octu-
bre fué ahorcado Agustín Guerrero ladrón afamado. En
23 del mismo, llegó á Lima el fluido vacuno, que en vi-
drios se remitió desde Buenos- Ayres á D. Pedro Belomo,
cirujano mayor del Apostadero, el que injerido á 36 ni-
ños prendió en uno, y de él cundió á toda la población,
lo que se celebró con solemne misa de gracias ilumina-
ción y repique general; asignando una pensión al prime-
ro que le pegó.
A principio del año de 1806 llegó al Callao D. José Sal-
vani, uno de los encargados de la comisión filantrópica
ToM. vil. Literatura — 18
—138—
para la propagación de dicho fluido. En la noche del 30
de Abril de este año habiendo sido acometido el puerto
de Arica por la fragata de guerra inglesa "Luisa", en el
choque que tuvo, vino á barar en esa playa, donde fué
aprisionada la tripulación. En 17 de Julio castigó la In-
quisición un individuo por sortilegio. En 26 concluyó el
Yirey y al restituirse á España murió en Yalparaiso.
XLUI.
DOK JOSÉ FEENANDO DE ABASCAL Y SOUSA, mar-
ques DE LA COKCOllDIA ESPAÑOLA DEL PERÚ, CABA-
LLERO GRAN CRUZ DE CARLOS IIT, GRAN CRUZ AMERICA-
NA DE ISABEL LA CATÓLICA Y DE LA MILITAR DE SAN-
TIAGO, TENIENTE GENERAL DE LOS REALES EJÉRCITOS,
nombrado Yirey del Perú.
Entró en Lima el 26 de Julio de 1806 y se recibió en
público en 20 del inmediato Agosto. Dio principio á sus
tareas creando la junta de conservación y propogacion
del benéfico fluido vacuno, reuniéndose los socios el 15
de Octubre: dia memorable por haberse recibido la noti-
cia de la reconquista de Buenos- Ayres por D. Santiago
Liniers el 12 de Agosto referido, quedando prisionero el
general inglés Guillermo Oarr Berresford que la habia
tomado de sorpresa. También entró en Lima su Arzo-
bispo D. Bartolomé Maria de las Heras el 18 de ISToTiem-
bre, dejando la silla del Guzco al electo D. José Pérez y
Armendaris, Arcediano de ella. Empero, i)rincipio tan
feliz que presagiaron un gobierno igualmente dichoso
quizo la Providencia manifestar habia de ser asivarado;
sufriéndose el 19 de Diciembre á las 6 de la tarde un fuer-
te terremoto que duró cerca de dos minutos, cuyo movi-
miento ondulatorio hizo oscilar las torres de la ciudad
por mucho tiempo, y estropeó algunos edificios: á las 8
de la noche salió el mar de límites, desamarró los buques
y arrastró cuanto habia en playa, levantando una ancla
de 30 quintales por encima de la casa del capitán del
, puerto para echarla á una laguna. En el mismo mes se
generalizó y sugetó, á reglamento el establecimiento de
serenos y se empezó á cubrir con puentes las acequias
en las bocas calles.
1807 La actividad y la vigilancia del gobierno se extendían
á todas partes, así es que, viendo la imperfección que
contenían las murallas de la capital, en las que los tem-
—139—
blores y el tiempo habiau hecho algunas ruinas, se pro-
puso en este año de 807 no descansar hasta ponerla en
estado de defensa: al efecto se invitaron á las corpora-
ciones de todos fueros, y reuniendo un fondo 150 mil pe-
sos, se procedió á reedificarla; se hizo nueva la portada
de Maravillas que tuvo de costo 8,500 pesos, siendo di-
rector de la obra el ingeniero D. Pedro Antonio de Mo-
lina. Se acresentó también el local de la escuela náuti-
ca. Estando en estas obras, llegó la noticia de haber si-
do vencido en Buenos- Ayres el 6 de Julio, el ejército in-
gles mandado por Withelock. En el mes de Octubre des-
pejando algoelcielosevióun cometa caudado que según
observaciones del Dr. Paredes, el 6 se hallaba en la Ser-
piente de Oflnco. En este año se experimentó por la pri-
mera vez en el Perú el mal de rabia: comenzó por el Es-
tío en los perros, y después se propagó á otros cuadrúpe-
dos, de la mordedura de aquellos se asistieron dos hom-
bres en el hospital de San Andrés, presentaban los sín-
tomas de la hidrofobia y no pudo salvarlos la prolija cu-
ración que se hizo en ellos.
FEMAÍTDO VIL
EMPERADOR XXVI DEL PERÚ.
1808 Pju este año de 808 tuvieron lugar las convulsiones de la
Península y en su consecuencia Carlos I Y abdicó la
corona en 19 de Marzo, en su hijo Fernando que empezó
á reinar: fué proclamado en Lima el 13 de Octubre, cuan-
do habia sido conducido preso á Bayona de Francia.
Mientras esto pasaba allá, en Lima el 8 de Abril se ins-
talaba solemnemente el ilustre Colegio de Abogados
según lo dispuesto en real cédula anterior, y el genio bené-
volo del Virey con los vivos é gualmente con los muer-
tos, aceleraba las obras en su beneficio: así es que, me-
diante el gasto de 106,908 pesos se extrenó en 19 de Junio
el Cementerio general á estramuro de la Ciudad, habién-
dose manifestado antes en él, la misma muerte en la
persona del carpintero Francisco Acosta que cayó y se
desnucó del techo de la Capilla, y aunque la muerte igua-
—140—
la á los vivientes, tuvo que extraerse el cadáver y enter-
rarse en la Parroquia de Santa Ana para que entrase
preferente el del Illmo. Sr. Arzobispo La-Eeguera. Lle-
gáronle al Virey despachos para que tuviese á la mira
que no desembarcasen en ningún puerto, los Eeyes Pa-
dres, cuidando en caso de que se verificase, el remitirlos
con seguridad á la Corte.
1809 íí"uevos cuidados llamaron la atención del Yirey cuales
fueron las alteraciones populares en diferentes puntos de
América, á consecuencia del cautiverio de Fernando. En
Mayo 25 los Señores Monteagudo, Alvarez y Eodriguez
proclamáronla independencia en Charcas, y el 15 de Ju-
lio se erigió una Junta Gubernativa en la Paz: para con-
tener sus progresos salieron tropas al mando del Brigadier
Don José Manuel de Goyeneche con los jefes Tristan,
Llano, Huizi, Pumacahua. En 10 de Agosto estalló el
movimiento de Quito para cuyo punto marcharon tam-
bién tropas y se consiguió en 25 de Octubre la reposición
del Presidente Conde Euiz de Castilla.
1810 En este año continuaron las demás secciones de América
pronunciándose: en Mayo se formó Junta Gubernativa
en Buenos- Ayres, en Julio en Bogotá, en Setiembre en
Méjico y en 22 del mismo se erigió nuevamente en Quito
la Junta Directiva. íTo obstante estos cuidados, en Lima
se estrenó el Colegio de Medicina y Cirujia con título de
San Fernando, mediante la cooperación del protomédico
Dr. D. Hipólito Unanue. Se tuvo le pérdida del Sabio
Don Gabriel Moreno que falleció, é igualmente en Hua-
manga su Obispo Dr. Aldunate. Por cédula de 21 de
Marzo se nombró para Virey del Pera al Jefe de Escua-
dra Don José Bustamante y Guerra que no llegó á pasar
á América. En este año se mató Mauro Cordato de resul-
tas de haber gravemente herido á una Señora, de la q4.ie
se hallaba prendado, que por su hermosura la distinguían
con el sobre nombre de la "Perla sin compañera."
1811 En 28 de Febrero de 811 se celebraron con toda pompa
la instalación de las Cortes en laisla de León, y en Marzo
se verificó la jura. En 30 de Mayo se instaló con gran
aparato el regimiento de infantería voluntarios distin-
guidos de la Concordia, refundiéndose en él los cuerpos
de ííobleza y Comercio, siendo Coronel el Virey. Este
mismo mes, salió el navio "San Pedro Alcántara" condu-
ciendo cerca de dos millones de pesos del Cabildo y Con-
sulado. Se dio la batalla en los campos de Huaqui y de
Machaca el 20 de Junio al mando del general Goyene-
che, cuya victoria se celebró en Julio, colocándose las
—141—
banderas el 16 en el Santuario de la Virgen Santa Rosa.
Eenovó el Arzobispo el Jubileo diario circular en las
Iglesias de esta Capital, que después aprobó el Papa Pió
Vil. Se reparó el Colegio de Casiques. En 6 de Noviem-
bre se dejó ver un cometa notable por su extraordinaria
duración de seis meses que asustó demasiado, lo mismo
que el temblor del dia 11 del mismo.
1812 En 13 de Febrero de 812 padeció la ciudad de Guaya-
quil un incendio cuya pérdida se reguló en mas de me-
dio millón de pesos. En este año resonó el grito de inde-
pendencia en la ciudad de Huánuco que contuvo inme-
diatamente el intendente de Tarma González Prada,
fusilando á los autores Eodriguez, Aros y Castilla, y pa-
sando á degüello en Hyancocba, imeblo de Ambo á mas
de cien personas, de ambos sexos y edades. Desde el 1?
de Marzo se observaron muchos reírlos, tercianas con
grande aparato, y disenterías; el 15 liabia en el hospital
120 de esta última: el 23 al salir la luna viento fuerte que
pasó á ser Uracan arrancó 3 sauces de raiz de la. alameda.
Fué electo Obispo de Huamanga el Dr. D. José Silva y
Olave. En 14 de Abril á las 3 hubo un temblor con dos
remezones bien fuertes, que repitió á las 4|. Se celebra-
ron con grandes demostraciones de alegría en los días 4,
5 y 6 de Julio la elección hecha de Consejero en la per-
sona del Sr. Baquíjano. En Julio fueron presos en esta
Capital varios individuos acusados de conspiración por
un Sub-brigada de Concordia nombrado Planas. En 30
del mismo se armó el Virey Caballero Gran Cruz de Car-
' los 39 vistiéndolo en la real Capilla, el Conde de Lurigau-
cho, con asistencia de los demás caballeros de otras órde-
nes, lo que se celebró con misa de gracia é igualmente el
título de Márquez de la Concordia. En 19 de Octubre se
juró en esta Capital con gran solemnidad la Constitución
Española por la que se hicieron seis dias de funciones
cívicas. En 8 de l^oviembre entró en Quito el General
Don Toribio Montes que habia salido de Lima, con 5 mil
hombres de Pardos y Morenos libres. El ejército real que
había abanzado hasta Jujuí y tomado prisionero á Don
Mariano Zamudio, se batió el 24 de Setiembre en Tucu-
man donde fueron vencidos por las tropas de Buenos-
Ayres al mando del General Belgrano. En 9 de Diciem-
bre se verificó la elección de regidores constitucionales
habiendo salido nombrado el presbítero Buendia lo que
ocacionó grandes disputas. En este murió en Madrid de
Presidente del Congreso General el Dr. D. Vicente Mo-
rales y D nares.
—142—
1813 En 30 de Mayo de 813 acaeció en lea un fuerte temblor
que causó en sus edificios una ruina lamentable. Se con-
cluyó la reedificación y acresentamiento del Seminario de
Santo Toribio. En 23 de Setiembre se publicó la extinción
del tribunal de la Inquisición, en cuyo local se cometie-
ron por la plebe alg-uuos desórdenes y el 24 murió el P.
Marimon. En 19 de Octubre se ganó por las tropas rea-
listas la batalla de Vilcapuquio y el 14 de JSToviembre la
de Aylloma, lo que se celebró con grandes iluminaciones.
En 31 de Diciembre zarpó del puerto del Callao para el
de Chile la expedición comandada por el G-eneral Gainza.
En 24 de Julio murió en Lima, el Dr. Qaintian Obispo
de Cuenca.
1814 En Febrero deesteañode 814 sintióse un recio temblor en
Piura que estropeó los edificios. Se tuvo noticia haber
entrado en Gerona el 24 de Marzo de este año el Rey
Fernando. En 24 de Abril llegaron al Callao 700 hom-
bres del regimiento de Talavera en el navio Asia-Casti-
lla y Yigarrera. Salieron diputados á Cortes. En 3 de
Agosto se verificó el pronunciamiento del Cuzco coman-
dada por el Brigadier Pamacahua: instalóse una Junta
de Gobierno, y tomó tal incremento la revolución, que
en pocos meses fueron ocupadas por ellos las intenden-
cias de Puno, Cuzco, Arequipa y Huamanga, Fué paci-
ficado Chile de resulta de la batalla de Eancagua gana-
da en 2 de Octubre por el Brigadier Don Mariano Osorio.
En 10 de ISToviembre fué batido en las inmediaciones de
Arequipa el Mariscal de Campo Picoaga, y tomado pri-
sionero por las tropas independientes del Cuzco. En 30
de Diciembre se extinguió la cc)nstitucion y se repusieron
las cosas al estado que tenian en 808.
1815 En Sábado 28 de Enero de 815 fué guillotinado en Li-
ma el cómico Sebada por haber asesinado en Agosto del
año anterior á la actriz Moreno. En este mes recupe-
ró á Arequipa el general Ramirez,y salió en persecución
de Pumacahua en Febrero, logrando el 11 de Marzo ba-
tirlo y derrotarlo en los márgenes del rio Cupi, á las in-
mediaciones del de TJmachiri: preso Pumacahua fué de-
capitado el 17 en el pueblo de Sicuani, y el 25 del pro-
pio mes entró Eamirez al Cuzco, fusilando al siguiente
dia á los tres hermanos Ángulos y otros. En 28 de Abril
para subvenir á las urgencias del erario, se impuso en
Lima una contribución que se estimó en 1.003,497 pesos
anuales. En 28 de ISToviembre fué atacado en las llanu-
ras de Wiluma el ejercito porteño mandado por Eon-
deau, y derrotado completamente por el general Pezue-
—143—
la. En 21 de Junio fué expuesta en la Parroquia de San
Sebastian ima criatura de 5 años, muerta á látigos por
su madre. En Julio fueron sentenciados á destierro va-
rios por amotinamiento. En 3 de Agosto llegaron los de
Estremadura. En Setiembre 2 fué preso el Eey del Mon-
te, negro cuatrero, y ahorcado en el entrante. El 25 del
mismo temblor fuerte á las 10 ^ de la noche y el 23 de
Octubre á las 6 de la tarde.
1816 A principios de este año se aparecieron frente á la isla
de San Lorenzo del puerto del Callao, una fragata corsa-
ria nombrada "Hércules", que habia salido de Montevi-
deo y después dejaron verse los demás buques que por
varios dias estuvieron entrando á la rada y tiroteándose
con los castillos. Para alistar un armamento que saliese
en persecución de dichos buques, se reunió en 20 de Ene-
ro una junta de comercio y acordaron armar seis buques
exhibiendo el consulado 300 mil pesos i^ara el efecto, y
el 13 de Febrero dio á la vela, al mando del capitán D.
Isidro Oanseyro. En 20 de Febrero llegó expreso del
Gobernador de Guayaquil comunicando de que Brown
comandante en jefe de los buques porteños, habiendo
forzado el rio y estando á tiro de cañón de la ciudad en
disposición de batirse, varó su bergantín y lo tomaron
pjisionero [1].
En Domingo 7 de Julio entregó el Virey el mando y
partió para España el 13 cuya ausencia fué universal-
mente sentida, por la afabilidad de su carácter y lo be-
néfico que fué al país: desplegó en todo el tiempo de su
mando los multiplicados y fecundos recursos que le su-
ministraban sus talentos políticos y militares, y unos des-
velos superiores á todo encarecimiento.
[11 Brown fué sentenciado á muerte, pero no se efectuó y estuvo preso
como un año, hasta que un cabo nombrado Alomi que habia sido hecho
prisionero en Colombia que lo escoltaba, le facilitó modo de fugar y asilar-
se ambos en un buque inglés que se hallaba en la rada del Callao nombra-
do la "Tine" al mando del capitán Falcon: empero, Alomi tuvo la desgra-
cia de que dicho capitán no quisiese darle hospitalidad haciéndolo volver á
tierra, donde fué tomado y sentenciado á ser pasado por las armas, mas se
le perdonó. Este hecho manifiesta un carácter humano en el Virey, y en el
capitán del buque lo contrario, pues además del asilo que prestó á Brown,
siguió una larga correspondencia apoyada su conducta en las leyes de la
hospitalidad.
—144—
XLIV.
BOIsT JOAQUÍN DÉLA PEZUELA Y SÁNCHEZ, caba-
llero GRAN CRUZ DE LA ORDEN AMELICAN A DE ISABEL
LA CATÓLICA, TEÍÍIENTE GENERAL DE LOS REALES EJÉR-
CITOS, se hallaba de general en jefe del ejército del Alto
Perú, cuando se le nombró Virey interino, é hizo su en-
trada en Lima el 7 de Julio de 816 y se recibió en pú-
blico el 17 de Agosto. El 25 de este empezó á operar una
de las cuatro bombas de vapor, traídas de Inglaterra con
el objeto del desagüe de las minas del Cerro de Pasco,
donde se conduieron con ingente gasto. En Setiembre
se estableció un Consejo de Guerra permanente para
juzgar á los salteadores que infestaban los caminos. Por
este mismo, llegó la noticia de haberse perdido todo el ter-
ritorio de Chile por la subdivisión que hizo de sus tropas
el Presidente Marcó del Pont. En 26 de Octubre murió
el Obispo de Huamanga Olave. A fines del año llegó al
Perú el Mariscal de campo D. José de la Serna, destina-
do á mandar en jefe el ejército que ocupaba entonces las
posiciones de Tupiza y Mojos, comenzando favorablemen-
te pues batiendo en Yavi la división que mandaba el Mar-
ques de Tojo, quedó este prisionero con la mayor parte
de la tropa de su mando.
1817 En este año de 817 habiendo arribado á Lima el primer
batallón Burgos, escuadrón lanceros del Eey, y una com-
pañía montada de artillería, se proyectó la formación de
una expedición destinada a la reconquista de Chile, en
efecto zarpó del Callao á fines del año, compuesta de
tres batallones, dos escuadrones y doce piezas de campa-
ña, al mando del Brigadier Osorio. Habiéndose notado
escasez de trigo por las circunstancias, se dispuso por
real acuerdo de 25 de Abril se repartiese el trigo exis-
tente. En Octubre se comenzó á labrar el hospicio de
pobres de la portada del Callao. En este año se erigie-
ron en el Obispado de Huamanga los curatos de Vinchos
y de Surcubamba.
1818 En principió de este año de 818 apareció en Lima una
epidemia que unos caracterizaban por vómito prieto,
otros de fiebre amarilla, pero en la realidad era un "ca-
tarral vi lioso" que no hubo persona se viese libre de él.
Desembarcó en Talcahuano, que conservaba el Briga-
dier Ordoñez la expedición, y reunidas ambas fuerzas se
—las-
internaron en el país, mandando al mismo tiempo blo-
quear el puerto de Valparaíso. Estas noticias se recibie-
ron con gran aplauso. Lo mismo sucedió con la ganada
del ejército en Oancbarrayada el 19 de Marzo; que fué
acivarada por la noticia de la derrota de Osorio el 5 de
Abril, en Maypú, pues llegaron á Lima con intervalos
de minutos. En 2 de Agosto se consagró en Lima, Obis-
po de Arequipa el Dr. I). José Sebastian de Goyeneche.
En Octubre arribó el brigadier Osorio al Callao; en cu-
yo mes tambieu salió de Chile la escuadra de Lord Co-
chrane, avistándose en el puerto del Callao el 30 del in-
dicado y dado un reconocimiento en la costa y recibi-
dos auxilios pecunarios de los patriotas regresó á Chile.
1819 En 2 de Enero fueron aborcados en la plaza mayor, Gó-
mez, Alcázar y Espejo por haber proyectado tomarse los
castillos del Callao y entregarlos á San Martin; la que
fué denunciada por Escobar. En 28 de Febrero apareció
la escuadra, lo que puso en algún cuidado á los españo-
les y después dealgunos dias de continuas molestias á las
diez de la noche del 22 de Marzo, echaron un brulot de
fuego con el designio de incendiar los buques de guerra,
mas el brulot encalló y se fué á pique, pegando algunos
barriles de pólvora que no Mzo mas daño que atemori-
zar á los habitantes de Lima con el estruendo. En Mar-
zo murió en el Cuzco el señor Armendaris. Fué electo
. para Huamanga el chantre Dr. D. Pedro Gutiérrez Coz.
La escuadra se dirijió al ISTorte y recorriendo todos sus
puertos logró hacerse de mas de 150 mil pesos, mucha
azúcar y demás víveres para el mantenimiento de su
gente: asi estuvo la mayor parte de este año teniendo al
país en una continua alarma. A ñnes de este año llegó
á Lima el general La-Serna que habia obtenido la dimi-
sión del mando del ejército del Alto-Perú, por haber re-
cibido la corte de España noticia ser del sistema Masó-
nico; empero, el Yirey trató de detenerlo por las cir-
cunstancias en que se hallaba el país tomando por su
cuenta embonarlo con la Corte.
1820 Llegó en estas agitaciones el año de 820 sin que se pen-
sase en formar una expedición, sino únicamente en de-
fender el país, mandando colocarse en escalones toda la
fuerza para acudir al punto mas necesario. Se extin-
guieron las mitas por real cédula de 27 de Abril de este
año. En 8 de Setiembre desembarcó el ejército de San
Martin en el puerto de Pisco: con este motivo, mandó
el Yirey un emisario invitándolo á tratados. El 19 de
ToM. vil. Literatura — 19
—146-.
este mes se juró la Constitución española con solemne
aparato, aunque no con el entusiasmo anterior. El 24
llegaron al pueblo de Miraflores los diputados del gene-
ral San Martin, coronel D. Tomás Guido y D. Juan Gar-
cía del Rio, y reunidos con los del Virey el conde de Vi-
llar de Fuente, teniente de navio D. Dionisio Capaz y
de secretario el Dr. D. Hipólito Unanue comenzaron al
dia inmediato sus sesiones, habiendo firmado un armis-
ticio y mas transaciones, en lo que se consumió todo el
mes, sin haberse abanzado sino dar tiempo al general
San Martin x>ara extender su plan de campaña. En Oc-
tubre se reembarcó el ejército de San Martin, habiéndo-
se internado por lea una división de 1084 hombres al
mando del mayor general Arenales que cruzó las pro-
vincias de la sierra, y el paso al norte donde supo el pro-
nunciamiento de Guayaquil el 9 de este mes. En la no-
che del 5 de Noviembre se sacaron en la bahia del Ca-
llao la fragata "Esmeralda" cargada para salir para Es-
paña con mas de dos millones de pesos. En 9 del mismo
verificó el general San Martin un formal desembarco en
Huacho y se situó en la banda contraria del rio de
Huaura. íJsta situacinn dio lugar á la pasada de muchos
oficiales realistas y paisanos sin que se contuviese, sin
embargo de haberse situado en Asnapuquio el campa-
mento real. El 3 de Diciembre se pasó al servicio de la
patria el batallón ISTumancia. El 6 de dicho mes fué ba-
tido en Pasco la división del general español 0-Relli
sin que escapase un hombre, en cuya expediciim habia
el coronel D. Andrés Santa-Cruz. El 29 el marqués de
Torre-Tagle pronunció la provincia de Trujillo. Fué
nombrado Obispo del Cuzco D. Fr. José Calixto de Ori-
buela.
1821 Estas repetidas convulsiones tenia en alarma el ejército,
cuando principió el año de 821: los gefes de él se deci-
dieron á deponer al Virey. Al efecto en la madrugada del
28 de Enero se reunieron en el campamento los princi-
pales gefes presididos por Canterac, y poniendo el ejér-
cito sobre las armas firmaron una representación á la
junta general de guerra, manifestando de necesidad que
el Virey en el término de 4 horas entregase el mando al
general La-Serna, cuyo pliego condujo á Lima el capi-
tán Placencia. Reunióse inmediatamente la Junta de
Guerra para tratar el asunto, en el cual manifestó el Vi-
rey que respecto á él, ninguna consideración tuviesen,
mediante á estar llano á conformarse con la resolución.
Entonces la junta acordó se contestase al ejército, que
—147 -
el Virey estaba pronto á entregar el todo de su mando.
Los jefes del ejército á pesar dé este oficio tan terminan-
te, estaban llenos de agitación y acordaron que se man-
dase cerca de la persona del Virey, y á nombre del ejér-
cito al coronel marqués deValle-Umbroso, y al Teniente
coronel Seoane con orden de no separarse de su lado,
hasta tanto verificase la entrega del mando: mas cuan-
do llegaron ya se habia verificado, y después de satisfe-
chos se marcharon al ejército á las dos y mas de la tar-
de, y se dio á reconocer por Virey y capitán general, al
General La-Serna. A la seis de la tarde salió para el
pueblo de la Magdalena D. Joaquín de la Pezuela.
XLV.
DON JOSÉ LA-SERNA É HmOJOS A, tejiente general,
CABALLERO DE LA MILITAR ORDEN DE SAN HERMENE-
GILDO, fué proclamado Virey por el ejército que se ha-
llaba en Asnapuquio y se recibió el 30 de Enero de 821.
En 3 de Febrero dispuso marchase sobre el valle de
Jauja el General Valdez con un batallón y un escuadrón,
reunióse con el Brigadier Ricafort en la banda oriental
del valle, consiguiendo algunas ventajas sobre los indios
como en Ataura que fueron derrotados; mas regresando
del Cerro de Pasco para Lima fué herido Eicafort por
las partidas de montoneras de Cauta el 2 de Mayo. '
En 31 de Marzo llegó á esta capital el capitán de fra-
gata D. Manuel Abren comisionado por elEey de Espa-
ña para promover la transacion de las diferencias que
existían en América, al efecto se invitó á San Martin á
una negociación por la Junta Pacificadora que se habia
establecido en Lima. En Abril y Mayo se tuvieron las
respectivas conferencias y el 2 de Junio tuvo el Virey
en el mismo Punchauca una entrevista con San Martin
y demás gefes principales de uno y otro ejército, presi-
diéndola la mas amigable franqueza.
Los diputados de ambos generales por la insalubridad
del clima de Punchauca se trasladaron al pueblo de Mi-
raflores y de esta ala fragata Cleopatra [a] Wellington
surta en el puerto del Callao. En toda esta negociación,
se acordó un armisticio ó suspensión de armas por 20 dias
que luego se prorrogó por 12 mas.
La carestía que sufría la ciudad de toda clase de basti-
mentos, y la deserción del ejército, obligaron al Virey á
—148—
evacuarla él 6 de Julio, dejando de Gobernador político
y militar de ella, al marqués de Montemira.
El Yirey La-Serna se retiró por la ruta de Jauja para
el Cuzco donde situó la capital de su vireynato (los su-
cesos ocurridos liasta 824 se trataran en la época de la
independencia^ estableció una imprenta y en principio
de 824 se erigió la casa de Moneda.
Concluyó el gobierno absoluto de este Virey, en la ba-
talla de Ayacucho el 9 de Diciembre de 824 donde fué
tomado prisionero, y por medio de la capitulación que se
se celebró, marchóse á España iiabiendo anotes obtenido
el título de conde de los Andes.
EPOGA TERCERA.
PERÚ IlíDEPElíDIElíTE-
La Independencia del Perú, biene de época muy anterior
á la prefijada por la común opinión de las gentes. Desde el
momento que la Corte de Madrid se adhirió al gabinete de
Versalles y reconoció en 1778 la emanciiíacion de las colonias
inglesas, adquirió el resentimiento de esta nación poderosa,
que no ha desperdiciado medio alguno para satisfacer su justa
venganza y resarcir sus quebrantos. De este modo cumplióse
por lo que respecta al Perú el ijronóstico que indica Garcilaso
de la Vega en sus comentarios, haberse encontrado en el tem-
plo del Sol, imes ala verdad la Gran Bretaña ha cooperado
eficazmente á la independencia.
Destruido el ejército español en los cami)os de Maypú, se
proyectó espedicionar sobre el Perú: sus habitantes clamaban
incesante este socorro, para poner en planta la emancipación
del país; ya que por sí, eran infructuosos sus esf aer>!;os: asi se
manifiesta en eLconvenio celebrado en 1819, por los gobier-
nos independientes de Buenos-Ayres y Chile. En su conse-
cuencia, el Senado del último, en 23 ^de Junio de 820, dio al
general San Martin las instrucciones de la conducta que de-
berla observar en la indicada espedicion. Comenzóse á disci-
plinar la gente que habia de venir, y embarcóse inmediata-
mente que llegó la Escuadra mandada i)or el Vice-Almirante
Lord-Cochran, que regresó del Perú con grandes auxilios, dan-
do á la vela por Agosto del mismo año.
—149—
La costa de Pisco fué destinada para el arribó de la Escua-
dra, y desembarco del ejército ya enunciado, el 8 de Setiem-
bre: ocupó en seguida á Pisco, Chincha, lea y sus valles, sin
la menor resistencia; provéese de cuanto el x)aís producía:
monta la caballería: aumenta considerablemente sus filas con
los esclavos de las haciendas: invádese á ISTasca, y derrota al
coronel Quimper: é igual suerte se hace sufrir á Loriga en
Cbincha. Entre tanto se abren negociaciones con el Virey
que tuvieron lugar el 24 del mismo en el pueblo de Miraflres.
En principio de Octubre, remitió San Martin al interior una
división con poco mas de mil hombres al mando del Mayor
general Arenales. Detalló en 21 de Octubre el color de la ban-
dera, que habia de distinguir á los habitantes del Perú y se
reembarcó viniéndose al ÍJ'orte de la capital. Cuando Arena-
les se internó para Huamanga, el Yirey fué instruido de su
marcha por el brigadier O'Eelly, que se hallaba en Cañete,
empero, Pezuela ocupándose de la nueva posición que al mis-
mo tiempo tomó el ejército Libertador en Ancón, no dio ente-
ro crédito á tan temeraria empresa, máxime, hallándose en
movimiento con dirección á esa provincia el brigadier Eica-
fort, con los batallones. Castro y 19 del Imperial Alejandro,
con los escuadrones granaderos de la guardia y dragones do
Arequipa, con el objeto de situarse en Jzcuchaca; marchando
O'-Eelly con un batallón y un escuadrón al Cerro de Pasco.
El resultado fué, que Arenales se dirijió por el j)uente de Ma-
yoc sobre la provincia de Tarma, mandando parte de sus fuer-
zas por Huancavelica: el Intendente de esta provincia, que
esperaba en su socorro la división enunciada, fué batido en
Jauja- y prisionero: O'-Eelly derrotado en Pasco y la división
Arenales bajó triunfante á la costa, dejando en movimiento
el interior del país.
En la noche del 5 de Noviembre se sacaron de la bahiadel
Callao la fragata Esmeralda próxima á salir pava España de
que provino mortandad de ingleses atribuyéndoles tal hecho
Eecibió San, Martin al brigadier Vivero que en clase de pri-
sionero fué remitido de Guayaquil cuyo territorio se declaró
independiente: el 9 se hizo un formal desembarco en Huacho:
comenzó á ordenar su ejército con los pasados y esclavos del
país. En 3 de Diciembre se puso al servicio de la patria el ba-
tallón líumancia. El 6 fué la victoria de Pasco y el 29 procla-
mó la independencia Torre-Tagle en Trujillo.
1821. — La causa del Eey habia perdido la opinión, el cré-
dito y la confianza pública y aunque el ejército fué reforzado
con tropas del Alto-Perú, el desaliento era general: comenzóse
á atribuir todos los trastornos á impericia delYirey Pezuela y
se trató de deponerlo del mando; como se A^erificó el 29 de
—150—
Enero. Reemplazándolo el Teniente General D. José de La-
Serna. Esta transformación fué triunfo para el general S. Mar-
tin y comenzó á dar forma al gobierno que hal)ia de erigir,
nombrando Secretarios para el despacho: demarcó el territorio
y estableció otras autoridades. Comenzaron á arreglarse cuer-
l)os con los jefes pasados y venidos de Casas-matas, de donde
lograron fugar por Mayo. En este intervalo llegó á Lima, el
comisionado regio Don Manuel Abreu y se estableció una jun-
ta con el título de pacificadora: se propuso á S. Martin una
negociación que tuvo lugar en Punchauca 5 leguas de la Ca-
pital, donde se tuvieron las conferencias y una entrevista el
Vi rey con S. Martin: este último propuso, que se declarase la
independencia del Perú: que se formase una Regencia presi-
dida por el Virey, y que gobernase hasta la venida de un Prín-
cipe de la familia real de España, con cuya j)eticiou él mismo
se embarcaría para la península, dejando las tropas de su man-
do á las órdenes de la indicada Regencia. Esta proposición fué
aprobada: pero el Yirey contestó, era asunto grave que nece-
sitaba examen: regresó á Lima, y fué desechada como otras
que se subrogaron sin abanzarse mas que 20 días de armisticio,
prolongáronse á doce.
Los patriotas en Lima, hacían crear cada diamas opinión
al general S. Martin; la cual pudo considerarse como la van-
guardia de su ejército: debilitaba diariamente con maniobras
secretas las fuerzar de La-Serna, le hacían mas escasos los re-
cursos, y mas deficil los medios de subsistencia, viéndose obli-
gados á abandonar la Capital temerosos de perder el interior
del país; pues una división al mando del general Arenales de
2,300 hombres de todas armas, se habían dirijido sobre Jauja
é ibánse estemlíendo hasta las inmediaciones de la de Huacá-
velica: el 25 de Julio salió de Lima, la división del General
Canterác por Lunahuana, sobre aquel punto, y el 6 de Julio el
Virey, después de guarnecer la plaza del Callao y proveerla de
víveres, dejando en hospitales cerca de mil enfermos, y el cui-
dado de la Ciudad al cargo del Marqués de Montemira.
San Martin se puso en comunicación franca con el Illustrí-
simo Arzobispo y demás autoridades de la capital para que se
procurase conservar el orden. El 8 se vinieron del Callao el
capitán de Burgos D. Juan Seguin con los soldados que guar-
necía el Castillo de San Rafael, por no haber tenido éxito el
plan trazado con los de su clase Anaya y Benavides de sor-
prender las fortalezas. El ejército Libertador entró en Lima,
la noche del 9 en medio del júbilo mas puro y de la aclama-
ción del pueblo que cubría las calles, y los aires de "viva la
Patria" "viva S. Martín." La división de Caballería que man-
daba el Coronel IS'ecochea, con las montoneras, de Vidal, Qui-
—151—
ros, Niiiavilca, Vivas, Cordero, Villar y Een teros, se dirijiron
tras de las tropas realistas y el resto del ejército con S. Martin
pasaron á sitiar los Castillos. El pueblo sin embargo del enco-
no que tenia á los Españoles, no mostró un desenírenamiento
liácia sus intereses, de modo que una ó dos tiendas liuicamante
fueron saqueadas en aquella noche.
En esto quedó el deseo de los primeros libertadores, se
expidieron varios decretos denominados de buen gobierno: se
repartió al coruercio nn empréstito de 150 mil pesos, otro de
30 mil al Cabildo, sin incluir las generosidades de los patricios
de la Ciudad, entre ellos aparece D. Francisco González cigar-
rero de la calle de la Merced que ofreció todo su capital de 25
mil pesos, 50 marcos de plata labrada de su uso, y cien pesos
mensuales: solo fueron aceptados estos últimos que después
aumentó á 500 pesos. Mandáronse retirar las divisiones del
Coronel Miller que se hallaba en Moquegua con la fuerza de
962 hombres ó hizose replegar á esta parte de la cordillera la
del general Arenales que habia subido á 4,384 hombres, y el
batallón ííumancia entró en la ciudad con la mayor alegría y
ostentación.
Tratóse de hacer la Jura solemne de la Independencia
para lo cual se hizo formar iiréviamente una acta del Cabildo
y padres de familia, reunido el 15 del mismo, con cuyo paso
se prefijó el Sábado 28 de Julio. En la mañana de este dia,
salió de Palacio el Exmo. General en Jefe D. José de San Mar-
tin en unión del teniente general Marques de Montemira go-
bernador político y mítitar, acompañado del Estado mayor y
demás generales del ejército: presidia una lucida y numerosa
comitiva, comiiuesta de la Universidad de S. Marcos, con sus
cuatro colegios: los prelados religiosos: los oidores y el Excmo.
Ayuntamiento, todos en briosos caballos ricamente enjaeza-
dos: marchaba por detras la guardia de Caballería y á los cola-
terales la de Alabarderos al mando de su capitán D. Ignacio
Córdova(l) los buzares, el batallón número 8 con las banderas
de Buenos- Ayres y Chile. En un espacioso tablado aseadamente
prevenido en medio de la plaza mayor y en otras plazuelas S. E.
enarbólaba el pendón Peruano recibiéndolo de mano del gober-
nador que lo llevaba desde palacio, pronunciando:
JEl , Ferú es desde este momento libre é independiente por la
voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que
Dios defiende. Batiéndolo después, repetía "viva la Patria" viva
la Libertad^' "viva la Independencia" expresiones que como
eco resonavan, entre el estrépito del cañón, el repique de to-
das las campanas de la ciudad y las efusiones de alborozo
(1) Concluyó esta guardia de los Vireycs á los 270 años de su erecciou.
—152—
universal que se maniíestaba de diversas maneras y especial-
mente con arrojar desde los tablados y los balcones no solo
medallas de plata con inscripciones que perpetuasen la memo-
ria de este dia, sino de otras clases. Concluida esta ceremonia
se sirvió en las salas capitulares un magnífico y exquisito de-
sert en donde se demostró el mayor entuciasmo. En el dia si-
guiente reunida en la Iglesia Catedral todas las corporaciones
y con asistencia del Excmo. é Ilustrísimo Sr. Arzobispo; ento-
nó la música él Te JDeiim y celebróse una misa solemne en
acción de gracias, y en ella pronunció la correspondiente ora-
ción el P. L. Fr. Jorje Bastante: prosiguió el juramento, fina-
lizando en la nocbe un magnífico baile en palacio. En este
mismo dia una partida de buzares del capitán Eoulet abanzó
basta cerca de los Castillos, donde se batieron y triunfaron,
tomándose algunos pasados, y al general Eicafor gravemente
berido.
DON JOSÉ DE SAN MARTIN
PEOTBOTOE DEL PEEÜ.
En 3 de Agosto de este año, reasumió San Martin el man-
do Supremo bajo el título de Pretector, y erigió los tres mi-
nistros del despacbOy por donde debia comunicar sus deter-
minaciones, la presidencia del Departamento encargó al coro-
nel D. José Eiva- Agüero, y otras autoridades: señalóse por
distintivo del Jefe Supremo la banda bicolor, y la faja para los
segundos. En 12 del mismo se dio la \ej^ sobre la libertad de
los vientres de los esclavos que naciesen en lo venidero.
En este mes se mandó erijir un cuerpo denominado "Le-
gión Peruana" y por Jefe el Coronel Don Guillermo Miller, en
él se alistó toda la juventud del país, que ba lucido en la revo-
lución en los primeros puestos. También sé dispuso la forma-
ción de una "Biblioteca Pública" donde debían reunirse los li-
bros de las librerías de los conventos y de otros estableci-
mientos literarios. Por Setiembre se anuncia la aproximación
del ejército español con los generales Canterac, Valdez y Car-
ratalá al mando del primero con la fuerza de 2,000 infantes y
800 caballos que salió de Jauja el 24 de Agosto, tomando por
Sisicaya á la rinconada.
vi'i.ii. —153—.
En Lima sé expidieron varios decretos y como medida pre-
cautoria, se ordenó qne los españoles residentes en la capital,
se presentasen en el convento de la Merced, dentro de seis
horas, bajo el supuesto de ser pasado por las armas el que
no lo verificase: se notó que el Arzobispo obedeciendo el
mandato se presentó en dicho punto, hasta que se le hizo sa-
ber, no comprenderle lo ordenado; entonces se dirigió á An-
cón y abandonó el país; dando fin á algunas disputas que se
habían sucitado con Monteagudo sobre insignias españolas:
otros marcharon al puerto de Ancón á los buques de guerraj
donde al igual se depositaron los caudales del Estado y parti-
culares. El 4 salió el general San Martin al campo, dejando
el Gobierno á los Ministros y situó su ejército en la chacra de
Mendoza donde habia formado un pequeño parapeto. Oante-
rac pasó por San Borja el 7, eludiendo toda clase de encuen-
tro, pues su objeto era ponerse en contacto con la plaza del
Callao. Mientras el entusiasmo del pueblo subió á la suma
del desenfreno: los hombres corrían armados á las murallas:
las mujeres las unas preparaban piedras y agua caliente so-
bre los techos, para arrojarla en caso necesario y las de me-
nor clase se armaban: las comunidades religiosas con sus guio-
nes andaban exhortando al pueblo al combate; en fin no que-
dó viviente que no tomase parte en la resistencia. íí^o hay co-
loridos con que presentarla unión que reinaba entre todos, no
lo hay, para describir los trasportes, al bacerse mutuamente
recuerdos de la conducta del gobierno español. Los ejércitos
á la vista maniobraron de un modo capaz de no empeñar un
combate; acampando el realista el 10 bajo los fuegos del real
Felipe y el patriota estableció su línea desde el pueblo de
Magdalena por Tambo de Mirones acia el rio Eimac. l^o ha-
biéndose conducido víveres suficientes para la plaza, se trató
en el Callao de auxiliar los castillos por mar, al efecto se jun-
taron 80 mil pesos. El ejército salió el 16, y para poderse man-
tener á la ligera inmediato á Lima dejaron los equipajes y
aparejos de las muías; mas habiendo amanecido en Oquendo,
los continuos fuegos que recibían del bergantin Araucano, los
obligó á levantar el campo y emprender su regreso á la sierra,
con cuyo movimiento dio principio la deserción mas escanda-
losa en oficiales y tropa, de modo que á los tres dias de jorna-
da quedaron en cuadro los cuerpos; persiguióseles por la que-
brada, de Puruchuco, molestados de las partidas de guerrilla.
El 18 se pusieron en libertad á los españoles de»la Merced y
regresaron los de Ancón; excepto la plata de 200 mil pecios y
mucha pasta de oro y plata que se habia depositado: comen-
záronse las conferencias para la. capitulación de los castillos,
TOM. vil Literatura — 20
—154—
que se ratificó el 19, flameando en ellos el estandarte perua-
no el 21: el general La-Mar quedó en el país, mediante la re-
nuncia que hizo de todos sus empleos anteriores. Los españo-
fes fijaron sus acantonamientos de Tarma á Huancayo por la
abundancia de esos lugares para toda clase de elementos y co-
menzaron la reorganización del ejército de un modo prodigio-
so: mandaron dos expediciones al Cerro para el recojo de fier-
ro y otros artículos necesarios al ejército: en él tuvieron lugar
pequeños encuentros y resistencia del pueblo; emx^ero, toman-
do el general Loriga sus precauciones consiguió deshacer la
alarma y tomar en retirada el 8 de Diciembre. En este mes se
marchó el Virey al Cuzco y estableció su residencia en dicha
ciudad.
El Gobierno de San Martin dedicábase exclusivamente en
instituciones políticas olvidándose de que tenia enemigos que
combatir,á lo que di sgiistó á algunos jefes tal como D.J.Gregorio
Herasque se marchó para Chile: tubieron principió las desave-
nencias de los jefes chilenos y porteños. Como las circunstan-
cias del país no dieron lugar á la fiesta de costumbre de Ktra.
Sra. de las Mercedes se dispuso hacer una rogativa, y el 3 de Oc-
tubre tuvo lugar nna prosecion en que salió la virgen del altar
mayor con todos los Santos Patriarcas, en magnificas andas
de plata. El 7 se instaló la alta Cámara de justicia y el 8 fué
destinado ¡jara la publicación y juramento del "Estatulo" A las
nueve de la mañanad Protector acompañado de todas lascor-
I)oraciones civiles y militares de la capital, se dirijió á la plaza
mayor donde se situó un magnífico tablado de 110 varas de
latitud. y 35 de longitud, leido en alta voz el mencionado códi-
go, y concluida esta, el General San Martin, puesta la mano
sobre los santos evangelios pronunció el juramento de guar-
darlo y sostenerlo, cuya ceremonia continuaron verificándo-
lo los Ministros de Estado y demás funcionarios públicos has-
ta que las descargas de artillería anunciaron haberse conclui-
do la gran ceremonia. Pasó luego toda la comitiva á la igle-
sia Catedral y se celebró con la misma solemnidad la misa de
gracias, pronunciando la oración el Dr. D. Mariano Arce. El
16 se abolió la pena aflictiva denominada azotes. D. José Ber-
nardo Tagle fué mandado bajar á la cai)ital considerándole el
dictado de "Marqués de Trujillo" por su buen comportamien-
to en esa intendencia y la extirx)aciou de los sublevados de
Ofusco.
En ISToviembre declaróse á la capital de Lima los dictados
de "Heroica *y esforzada ciudad de los libres." La Municipali-
dad en agradecimiento, propuso la construcción de nn navio:
la aceleración de la obra del óbalo de la alameda del Callao,
y que se distribuyese en el ejército 15 mil pesos. En este mes
—155—
también tuvo lugar declarar la libertad de los esclavos cuyoíS
amos se marchasen á la península: y el premiar á los habitan-
tes de los pueblos del interior que sostenían partidas do guer-
rilla para distraer á los españoles.
En 2 de Diciembre tuvo lugar la instalación del Consejo
de Estado que prevenía el "Estatuto Provisorio" y el Domin-
go 16 se hizo la gran función de la erección de la orden- del
Sol: el escuadrón de la Legión peruana y todas las compañías,
de preferencia del ejército, entraron á formar en la Plaza ma-
yor y callo de Santo Domiugo: seis piezas de campaña se pre-
pararon para hacer las salvas y las músicas se situaron en lo
interior de Palacio: á las diez de la mañana se reunieron en el
gran salón; elJProtector con todos los fundadores beneméritos
y asociados de la orden. El secretario del gran Consejo hizo
la alocución respectiva al caso y acto continuó, el Presidente
de la alta Cámara invistió con las decoraciones á los miem-
bros de él con estas palabras "Como primer Ministro de justi-
" cia y á nombre del pueblo peruano, yo os invisto con esta
" decoración, cuantas veces la llevéis, acordaos de los deberes
" que habéis jurado cumplir,'? finalizada la ceremonia y firma-
da la acta de juramento, se hizo, una gran salva de artilleria y
salió de Palacio la numerosa comitiva dirijiéndose al templo
de Santo Domingo, donde se colocó como á Patrona la Vir-
gen Santa Rosa, cantóse la misa por el señor Dean y se dijo
una oración análoga al caso: á las dos de la tarde volvió la
comitiva á Palacio. En el inmediato 17 fué pasado por las ar-
mas en la plaza del Callao el español Zenoglio; cabalmente
en este dia, llegando Carratalá hasta Putica, mandó quemar
el pueblo de Cangallo, y después ordenó el Virey que nadie
pudiese redificarlo: que en lo sucesivo el partido que llevaba
ese nombre se titulase de Vilcashuaman, siendo la capital el
pueblo de Pomabamba. (1) En este mes salió para Pisco una
división,' que se confió el mando de ella al general D. Domin-
go Tristan [persuadido el Protector cooperase mucho sus re-
laciones y el tener un hermano en el ejército realista) y de Je-
fe de E. M. al coronel D. Agustín Gamarra. Se creó el desti-
no de Gran Mariscal, condecoróse con él á D. Juan Gregorio
de las Heras, D. Juan Antonio Alvarez de Arenales, D. To-
ribio Luzuriaga, al marqués de Torre-Tagle y al de Montemi-
ra. En 27 se hizo la convocatoria á Congreso constituyente,
en el mismo dia se mandaron refrendar los títulos de Casti-
lla, y que se quitasen los escudos de armas reales de los fron-
tis de los edificios. El 29 se celebró el primer aniversario de
(1) El General San Martin lo mandó redificar con el dictano de Ciudad.
—156—
la independencia de Trujillo é igualmente se bendijeron las
banderas de los cuerpos civicos en la función de iglesia.
1822. — El principio de este año le llamó la atención á los
españoles la sublevación de Potosí verificada el 2 de Enero:
empero, se sofocó inmediatamente por el general Moroto, que
se hallaba en Ohuquisaca, ocupando la villa el 12, con 3Q0 in-
fantes y 100 caballos y el 13 las tropas de Tupiza y Oruro. En
Lima se propuso el plan del "papel moneda" bajo el pretesto
de estar ocupado los minerales por los españoles. El 10 se pre-
vino la erección de una reunión de literatos bajo el nombre de
•'Sociedad Patriótica" con el objeto de discutir toda cuestión
que tuviese inñuencia en materias políticas, económicas ó cien-
tificas siendo libre en sus opiniones los proponentes. Quedó
abolida la pena de horca, siendo los traidores puestos en ella
después de fusilados. (1) En 18 se permitió establecer a Don
Juan Thuaites casa denominada de "Martillo" para subastar
en ella efectos por lotes. Salió el señor García del Eio para
Chile en clase de enviado y lo reemplazó en el Ministerio D.
Tomas G-uido. La situación azarosa en que se habia puesto el
Protector con sus tropas, le hizo proyectar el verse con Bolí-
var para hacer juntos la campaña contra los . españoles. Al
efecto delegó el mando supremo en el marqués de Torre-tagle
que fué reconocido el 20 por todas las autoridades y corpora-
ciones de la capital; y verificó su marcha para Guayaquil. En
la tarde reunióse la "Sociedad Patriótica" para la elección de
oficios. En 25 se mandó salir del país á los españoles solteros,
dejando á beneficio de él la mitad de todos sus bienes; perdien-
do el todo en caso de ocultación: negábase á los casados que
quedasen, tener casa de abasto, pulperías ni fondas, al menos
que obtuviesen carta de ciudadanía; para llevar al cabo esta
medida, y evitar influjo, se ofreció que sin excepción de per-
sona se publicarla en la Gaceta el nombre de los que se empe-
ñasen por ellos. El 26 fué ejecutado el español Francisco Gon-
zález por habérsele sorprendido pasándose á los suyos des-
pués de jurar el "Estatuto." Se recibió parte deque el capitán
D. Felipe Bosell se dirigió desde Huancasancos acia el punto
de Ohuschi con una partida de doce hombres con los intrépi-
dos Morochucos que se le reunieron y atacó el 18 á una parti-
da de 150 hombres del imperial y caballería de San Carlos
que habia quedado de reserva; mientras que la división mar-
chaba sobre Sancos, logró apoderarse de la caballada y equi-
pajes. La resistencia de estos inieblos y los demás que ocupa-
ban las partidas de guerrillas, hacían tomar á los españoles el
(]) Esta solo lia tenido lugar en Berinfloaga y Terou en
dose que el primero, fué su autor, estando de oficial mayor <
826, exponiéu-
del Ministerio,
—167—
partido de quemarlos y saquearlos, como lo ejecutaron en
Huanhuay, Chacapalpa, Yullapampa, Pachamayo y otros; no
avanzando con esto, sino enardecer á sus habitantes. El 30
íuó fusilado un Mayor porteño nombrado Mendizabal qne ha-
bla sido traído de Chile, como autor de la insurrección del ba-
tallón 19 de los Andes, en la provincia de Cuyo, mostrandoen
su porte gran serenidad, pues no permitió se le vendase los
ojos. No habiéndose hecho cargo el general Arenales de la di-
visión auxiliar del Perú que debia marchar á Colombia, por
estar sirviendo la intendencia de Trujillo, lo verificó el coro-
nel D. Andrés Santa Cruz que se hallaba de gobernador y co-
mandante militar de Piura, cayos vecinos contribuyeron con
mas de cien mil pesos y marchó á fines de este mes.
En 19 de Febrero comenzó á circular el papel moneda, se-
. ñalándose penas al que lo rechazase. Al principio de este, un
sargento nombrado Cárdenas con algunos otros españoles, se
sublevaron en el pueblo de Putumayo, asesinando á vanos
oficiales que se hallaban de guarnición, y continuando a Mo-
yobamba, sorprendieron al Gobernador D. Domingo Alvari-
ño, que fué víctima de su zana; de este modo se hicieron due-
ños de toda la provincia donde se atrincheraron. Empero, sa-
lieron de Trujillo con sus diversas partidas los Tenientes co-
roneles D. José Maria Egusquiza y D. ííicolás Arrióla, que
persiguiéndolos por todas direcciones, lograran tomarlos en el
pueblo de la Rioja, donde fueron decapitados por Setiembre.
Cuasi otro tanto sucedió en el pueblo de Corongos de la pro-
vincia de Huaráz, pues nombrado Gobernador un tal Lostau-
nau que los hostigaba sobremanera, se sublevaron contra el,
teniendo el presidente general Rivadeneyra, que pasar a di-
cho pueblo, para reducirlos á la orden. En 12 del indicado
Febrero, asistieron el gobierno y corporaciones al local de la
Universidad de San Marcos, á 1 a instalación de la "Sociedad
Patriótica." El 16 se ordenó que los curas, no pudiesen salir de
la capital, sin llevar á sus doctrinas el ñuido vacuno. El 18 se
mandó amonedar cuartillos de cobre. Se depositaron en la
Merced algunos españoles de los mandados salir del país, quelf^
se condujeron al Callao en la mañana del 23. Una mujer que
se éscusó á recibir el papel moneda, y produjo varias obceni-
dadesen contra del sistema de independencia, fué expuesta
en un tablado en la Plaza mayor con una mordaza en la boca.
El 24 fué atacado en el lugar de Cangallo la división del gene-
ral Carratalá, por la del coronel Eosell unido con los indios
morochucos; empero, siendo doble las fuerzas de aquel, tuvo
Rosell que retirarse con alguna pérdida y los indios entregar-
se á los españoles. El Protector regresó desde el puerto de
Huanchaco, por haber recibido comunicaciones de Guayaquil
—158—
de que el Libertador de Colombia marcbaba sobre Juanambú.
El 27 se pasaron los presos de la cárcel de corte, á la de la
ciudad, para proceder á labrar en aquel local oficinas nacio-
nales.
El Domingo 10 de Marzo se reunieron en la alameda de
los Descalzos todos los negros esclavos residentes en la capi-
tal para ser alistados en la milicia de artillería. El 12 y 13 se
hicieron iluminaciones generales por la entrega en Guayaquil
de los buques españoles "Prueba" "Venganza" y "Alejandro."
El 16 se proyectó establecer un Museo nacional con el fin de
reunir los restos de las artes que poseían los subditos de los
incas. La división del general Tristan que ocupaba la provin-
cia de lea, iba cada dia aumentando sus fuerzas: temerosos los
españoles que invadiese la provincia de Huamanga y que se
cortase la comunicación con el ejército, meditaron operar de-
cididamente sobre ella: al efecto, desde Arequipa marchó el
general Valdéz sobre el territorio, para obrar de concierto con
la división que habia de salir de Huancayo. El general en jefe
se puso en marcha él 26 con 1,200 infantes, 600 caballos y tres
piezas de artillería. Mientras esto sucedía en el Sur, en la ca-
pital se celebraba la llegada de los indicados buques al puer-
to del Callao el 31 que, como tenemos dicho, capitularon en
Guayaquil, mediante los esfuerzos del general La-Mar y de la
junta de ese gobierno que los remitió, abonándoseles á los ofi-
ciales el adeudo que se les tenia.
En 1? de Abril se procedió á la nacionalización de los bu-
ques dichos: el supremo delegado y crecido número de jefes y
personas, pasaron al Callao á la ceremonia, verificándola el
comandante general de marina, que enarboló la bandera pe-
ruana en ellos, dándoles los nombres respectivos. Desde prin-
cipio de este, se establt3ció que todos los Domingos concurrie-
sen los niños de las escuelas ala plaza mayor á cantar cancio-
nes patrióticas. El 6 ocupó el general Canterac con su división
el pueblo del Carmen-alto, distante de lea tres leguas. [El ge-
neral Tristan se atrincheró en la ciudad en cuyas bocas-calles
habían construido parapetos] y en esa misma noehe movió su
campo para situarse en el camino real que conduce de lea á
Pisco; al llegar á la Macacona fué tomando algún ganado de
toda especie y por los conductores aprehendidos, supo Cante-
rac que la división de Tristan estaba en marcha en aquella di-
rección; en efecto á launa y cuarto de la noche chocaron las
tropas, pues las compañías "de cazadores que marcharon á van-
guardia con el coronel Gamarra apenas se acercó, rompió el
fuego, el contrario en toda dirección, y puso en confusión á
aquella tropa que replegándose sobre el resto, hizo común á
todos el desorden á pesar de la firmeza de algunos oficiales;
—159—
cosa que á las tres, el campo estaba lleno de cadáveres y he-
ridos, mil prisioneros y cuatro piezas de artillería con todo su
tren; Incontinenti Oanterac remitió hasta Yillacuri al escua-
drón Dragones del Perú que retrocedió sobre lea y al amane-
cer el 8 se encontró casualmente con el escuadrón Lanceros
del Perú que iba det]hincha á reforzar á Tristan, el cual su-
frió igual contraste. El 7 entró Oanterac en la ciudad de lea y
el general Loriga en Pisco, donde recojieron porción de arma-
mentos, municiones, y otros efectos que abandonaron los dis-
persos. La división de Yaldéz llegó á Huaytará al tiempo que
. la Vencedora regresaba: ambas se dirigieron al interior que-
dando Carratalá destinado á consolidar el orden y poner ex-
pedita la comunicación. Esta noticia se comunicó á Lima por
el mismo general Jjristan que el 10 se hallaba en Cañete, y se
procedió á tomar Mevos preparativos: el 13 proclamó el gene-
ral San Martin y el Delegado al pueblo y al ejército, manifes-
tando lo ocurrido. Se decretó que los españoles existentes en
la capital exhibiesen en clase de donativo forzoso ciento diez
mil pesos, que ingresaron en tesorería en menos de tres días,
y se mandó para Chile en clase de Ministro extrordinario al
Dr. D. José Cavero y Salazar por haber marchado á Londres
el señor García del Eio y el señor Parrosin. El 20 se prescri-
bió que ningún español pudiese salir á la calle de día, con ca-
pa ó capote; y después de las oraciones de ningua manera ba-
jo la pena de muerte, para lo cual se exigid una comisión de
vigilancia cuyo presidente era el Dr.D. Francisco Mariategui.
El 26 se sancionó en el Concejo de Estado el reglamento de
elecciones y en el inmediato se procedió á hacer la convocato-
ria á Congreso para el 28 de Julio. Se recibió el parte de la
victoria de Pichincha, efectuada el 24 del pasado, que se cele-
bró con entusiasmo.
El Domingo 5 de Mayo fué presentado al Gobierno, el Mi-
nistro extraordinario de Colombia D. Joaquín Mosquera cuyo
acto solemne entre naciones independientes se manifestaba
por primera vez en el Perú. El 16 el gobierno, el pueblo y el
ejército concurrieron al camino del Callao á solemnizar la ce-
remonia de poner la primera piedra del monumento que se
mandó erigir en el segundo óvalo: las calles del tránsito fue-
ron colgadas; llegando al sitio el Supremo Delegado, arengó
al puelo y depositó en una caja la medalla de oro de la inde-
pendencia cuyo ejemplo siguieron los ministros y autoridades:
se coloraron muchos documentos interesantes que formaba un
paquete con esta inscripción: "La primera generación inde-
pendiente del Perú á los siglos futuros." (1) El 25 el coronel
(1) Este depósito fué sacado por los españoles.
—160—
Baulet ocupó la ciudad de lea con 200 hombres de caballería;
mas Carratalá cargándolo en la misma plaza por diversas di-
reccciones, lo hubiera desecho, si su intrepidez, no le hace
abrirse paso por entre los fuegos dejando mas de ochenta hom-
bres en el campo.
San Martin antes de emprender nuevamente su viaje para
Guayaquil: quiso revisar el ejército y lo ejecutó el 4 de Junio;
desde la diez del dia marcharon todos los cuerpos al campo de
San Borjas, después de haber refrescado, á las tres de la tar-
de en medio de un gran concurso y con indecible aplauso de su
pericia afectuó varias evoluciones. El 10 se revistó en el cami-
no del Callao los cuerpos cívicos de las tres armas. El 16 zar-
pó del Callao la fragata de guerra "Protector" y otros bu-
ques para el Sur. El 17 se autorizó á los m|Jtiistros para el des-
pacho por pequeña indisposición del Delegado, y el 29 se pu-
so en circulación los billetes del Banco de moneda del valor
de dos y cuatro reales.
Comenzó el mes de Julio con la reunión de los habitanles
de otros departamentos, parala elección de diputados: el 5 lo
verificaron en el local de la Universidad los de Arequipa, y el
8 los, del Cuzco, Huamanga y Huancavelica: en las parroquias
lo realizaron los naturales de Lima. Concluyéronse los trata-
dos con Colombia. En la noche del 13 se incendió en el pala-
cio el local donde estaban situados los ministerios del despa-
cho [cabalmente este dia concluyó el gobierno provisorio de
Guayaquil, con la entrada de Bolívar en la ciudad consuijiien
do las llamas, todos los documentos antiguos del vireynato, ó
innumerables otras piezas de valor; muchos han atribuido es-
te accidente á obra meditada, para hacer desaparecer los do-
cumentos presentados por los primeros personajes del país.
Comenzó á circular la moneda de plata, con las armas provi-
sionales llevando en el reverso los bustos de la Justicia y de
la Paz, con una columna en el centro. El 14 embarcóse el ge-
neral San Martin para Guayaquil, remitiendo antes á La-
Serna proposiciones para terminar la guerra; manifestando la
capitulación del ejército español en Quito; fueron contestados
no depender de él sino de órdenes de la Corte. La ingeren-
cia que el ministro Monteagudo se propuso tener en las elec-
ciones populares, valiéndose de amenazas, persecuciones y
horribles medidas, dio lugar á que se meditase su expulsión,
asi es que comenzó á recogerse firmas en una representación
hech contra él, que se vio en cabildo la noche del 25, manifes-
tando sus medidas opresivas y la deliberación que quitaba al
pueblo: discutido el asunto con la atención que requería, se
acordó apoyar la solicitud y dirigirla al supremo Delegado,
para lo cual se nombró una comisión que recayó en los seño-
—161—
res alcaldes D. Francisco Carrillo y Mudarra, D. Felipe An-
tonio Alvarado y del Síndico D. Manuel Antonio Baldizan:
con todo, el pueblo no se retiró á sus casas, y pedia á voces la
deposición del Ministro. El Concejo de Estado se reunió con
igual objeto á esa misma hora, y admitió la renuncia que hi-
zo Monteagudo del ministerio que despachaba, lo que se con-
testó á la Municipalidad, por medio del Mayor de Plaza No-
voa: esto no llenólas ideas de los concurrentes y exijieron su
seguridad personal para las resultas del juicio de residencia,
mas habiéndose ofrecido por varios concejeros que se reti-
rasen, que á todo se proveería, asi se verificó á las diez y me-
dia de la noche. Al amanecer el dia siguiente, las calles se ha-
llaban llenas, pidiendo contra Monteagudo, y no hubo mas re-
medio que trasladarlo oculto al Callao, donde se embarcó para
el extranjero. Cabalmente el 2f) que sucedía en Lima lo que
dejamos copiado, en Guayaquil fué la entrevista de los gene-
rales San Martin y Bolívar. El 29 fué rechazada una partida
de españoles en el puente de Comas.
En la tarde del 2 de Agosto se reunió en palacio una jun-
ta de los principales funcionarios, é individuos del comercio,
para tratar el modo de extinguir el papel moneda, y el 1 3 se
dio decreto para que se admitiesen en la renta de tabaco y
Aduana. El 16 se reunieron en la sala de cabildo todos los
presidentes de elecciones, para nombrar los individuos que de-
bían componer la mesa de regulación. El 19 llegó al Callao
de regreso el Protector, ó ingresó en la capital en medio de un
graii concurso. Molesto del ningún efecto que habia causado
su plan propuesto á Bolívar, y disgustado del destierro de
Monteagudo que lo tuvo por debilidad de Torre-tagle, reasu-
mió el mando inmediatamente y se dedicó á expedir órdenes
para que el 20 del entrante se verificase la reunión del Con-
greso sin admitirlas observaciones que se le hacían. El 28 se
señaló alas personas que debían calificar las actas de los demás
diputados electos, que fueron D. Felipe Antonio Alvarado, D.
Tomas Porcada, I). Bafael Eamirez de Arellano, D. Nicolás
de Aranivar, y I). Francisco Herrera y Óricain. El Virey La-
Serna levantó en todo el territorio que ocupaba un empréstito
forzoso bajo la denominación de "Préstamo Patriótico" man-
dando reunir en todas las capitales una junta general de cor-
poraciones para que hiciese la acotación de 212,300 pesos con
la calidad, de que solo debía exijírse á personas y cuerpos pu-
dientes, cuyo capital excediese de dos mil pesos, y de ninguna
manera á pueblos y personas miserables; se comenzó á recau-
dar por este mes.
El 3 de Setiembre se ordenó se verificase la elección de los
ToM. Yu. Literatura — 21
—162—
representantes del departamento de Puno. El 8 se celebró en
la iglesia de Santo Domingo el aniversario del desembarco
del Ejército Libertador en Pisco y la instalación de la orden
del Sol. El 17 se hizo la apertura de la Biblioteca IsTaiCional:
el Protector fué recibido, por los tribunales y corporaciones y
tomando asiento toda la comitiva, rodeado de crecido número
de literatos y otras personas de distinción, el Ministro de Es-
tado Dr. D. Francisco Valdivieso pronunció el discurso aper-
torio, que continuó con otro el bibliotecario Dr. D. Mariano
Arce y siguieron los encargados por los colegios: retirándose
después. El 18 se público con toda j)ompa el bando señalando
el dia de la instalación del Congreso, iluminaciones y demás
muestras de regocijo que debían haber. El 19 en su mañana
hubo visita general de cárcel en esta capital, y en la tarde se
estrenó en el local del convento supreso de Santo Tomás, la
escuela de enseñanza mutua con asistencia del Protector: el
catedrático de retórica pronunció el discurso apertorio y los
niños délas escuelas que habian asistido, al toque de la músi-
ca entonaron marcha i>atriótica. Al rayar el alba del 20 fué
anunciada por el estruendo del cañón y comenzaron los ha-
bitantes de la ciudad á prepararse por la celebración de tan
augusta ceremonia: á las diez del dia ya se hallaba el palacio
cubierto de los diputados y corporaciones residentes en la ciu-
dad. En seguida se dirigieron á la Santa Iglesia Catedral y
después de la misa solemne de Espíritu Santo, y jurameín,to
que prestaron los diputados, pasaron al solón de la Universi-
dad destinado para la reunión del Congreso; allí el General
San Martin quitándose la banda que llevaba puesta y colocán-
dola en la mesa dijo: "Señores: Al deponer la insignia que ca-
" racteriza al Jefe Supremo del Perú, no hago sino cumplir
" con mis deberes, y con los votos de mi corazón. Si algo tie-
" nen que agradecérmelos peruanos, es el ejercicio del Supre-
" mo Poder que el imperio de las circunstancias me hizo ob-
" tener, hoy que felizmente lo dimito, yo pido al Ser Supremo
" que conceda á este Congreso, el acierto, luces y tino que ne-
" cesita para hacer la felicidad de sus rejirésentantes. ¡¡]Perua-
" nos: desdé este momento queda instalado el Congreso So-
".berano, y el pueblo reasume el Poder Supremo en todas sus
" partes."
Eetirose de la Sala, al pueblo de la Magdalena, un cuarto
de legua de la ciudad.
. —163—
CONGEESO CONSTITUYENTE.
SEÑORES DIPUTADOS.
Vor Arequipa
Don Nicolás Aranivar.
„ Mariano Arce.
„ Pedro Antonio Arguedas.
„ Bartolomé Bedoya
„ Javier Luna Pizarro.
Don Gregorio Luna Villanue
va. ,
„ Santiago Ofelan.
„ Francisco Pastor.
„ Manuel Pérez Tudela.
Por el de la Costa.
Don Toribio Dávalos. )Don Cayetano Eequena.
Por el del Cuzco.
Don Juan Ceballos.
„ Felipe Cuellar.
„ Manuel Ferreyros.
„ Juan José Muñoz.
„ Tíburcio Arce.
Don Tiburcio de la Hermosa.
„ José María Piélago.
„ José Larrea y Loredo.
„ Manuel Salazar y Vicuña.
„ Manuel Sal. y Baquijano.
Por el de Lima.
Don Felipe Antonio Alvarado.
„ Manuel Arias.
Tomas Forcada.
„ Francisco J. Mariategni.
Por el de Puiio.
Don Julián Morales.
„ Ignacio Ortiz Ceballos.
„ José Gregorio Paredes.
„ Toribio Rodríguez.
Don Ignacio Antonio Alcázar.
„ Mañano Navia Bolaños.
„ Estevan Navia Moscoso.
„ Joaquín Paredes.
„ Pedro Pedemonte.
Don José Pezet.
„ Rafael Ramírez de Arellano
„ Francisco Rodríguez.
„ Miguel Tafur.
„ Miguel Tenorio.
Por el de Iluemanga.
í)on Fran cisco Agustín Argote.lDon Tomas Méndez Lachica.
„ Alonso Cárdenas. „ José Mendoza.
„ Francisco Herrera Oricainl „ José Rafael Miranda.
D. José Bartolomé Zarate.
—164—
Por él de Huancavelica.
Don Toribio Alarco. IDon Eduardo Carrasco
D. Manuel Antonio Colmenares.
For el de Huaylas.
Don Manuel Echegoyen. IDon José Joaquín Olmedo.
José de Lámar.
Francisco Salazar.
D. Hipólito Unánue.
Por el de Tarma.
Don José Marte.
„ José Lago y Lemus
Don Mariano Carranza.
„ Eafael Garcia Mancebo
D. Miguel Otero.
Por el de TrujiUo.
Don Juan Antonio Andueza. Don Justo Figuerola
• „ Manuel J. Arrunategui.
„ José Correa Alcántara.
„ Alejandro Crespo.
„ Tomás Dieguez.
„ Francisco F. de Paredes
Martin Ostolaza.
Mariano Quezada.
Antonio Eodriguez.
José Sánchez Carrion.
Pedro José Soto. (1)
Eeunidos procedieron á la elección de presidente y secre-
tarios, siendo electo para el primer cargo el señor Dr. D. Fran-
cisco Javier de Luna Pizarro y para los segundos los Docto-
res Don José Sánchez Carrion, y Don Francisco Javier Ma-
riategui. Este Cuerpo soberano, después de declararse instala-
do, y admitir la dimisión que hizo el General San Martin del
mando Supremo, lo nombró Generalísimo de las armas del Perú
decretando una acción de gracias que condujo una comisión
de su seno, empero, ya se había embarcado en el bergantín
Belgrano llevándose como trofeo de sus glorías el estandarte
traído por Pizarro á la conquista, que conservaba el Cabildo.
El día siguiente reunido el Congreso reservó en sí provisional-
mente, el Poder Ejecutivo,nombrando para su ejercicio una Jun-
ta de tres individuos, Don José de La-Mar, Don Felipe Anto-
nio Alvarado, y el Conde de Vista Florida que se reconoció
por todas las autoridades el 24; determinación que manifestaba
el fuego de libertad que animaba á los representantes: mas en
las circunstancias que los rodeaba las facultades delegadas
debieron ser amplías, pues á cada pasó habían dificultades que
allanar. El 27 se autorizó á la Junta, para exijir del cormer-
(1) En 1872 vivían aun los señores Ferreyros, Colmenares y Mariategui.
Hoy (1875) solo existe el ixltimo. — M. O,
—165—
cío de la ciudad la contribución forzosa de 400 mil pesos, de la
que liabiendo reclamado, excitóse de tal modo el espíritu pa-
triótico de cada uno de los representantes, que inmediatamente
pidieron al Presidente, suscribirse al alcance de sus facultades:
exhibiendo dinero y alhajas, quitándose algunos aun las evi-
llas délos pies, cuyo ejemplo siguieron los encargados del Po-
der Ejecutivo, los ministros del despacho, gremios y demás
clases de la sociedad, que excedió la cantidad pedida: llegó esto
al extremo, que en la noche del 23 de Octubre se presentó en
la casa del Presidente de la junta, un indivduo disfrazado que
entregándole 114 onzas de oro, le espresó haber reunido esos
restos de su fortuna con el indicado fin. El Congreso á quien
se dio cuenta dispúsose investigase su nombre, y que se escul-
piese con letras de oro en la sala ele sesiones (1)
En este medio, llegó el auxilio de Colombia de mas de dos
mil hombres, al mando del General Paz del Castillo. Entonces
se puso en planta la expedición para intermedios bajo la direc-
ción del General Don Eudecindo Alvarado, y de segundo Don
E. A. Pinto quedando en Lima, organizándose otra, para ope-
rar simultáneamente por Jauja, llevando á su frente al Gene-
ral Arenales. Comenzó á embarcarse el 19 de Octubre, compor
niéndose de los regimientos Legión Peruana,y Eio de la Plata:
de los batallones números 4, 5, 11, y 2; y cuatro escuadrones
de granaderos montados de los Andes, con diez piezas de arti-
llería:,, se hizo á la vela en 3 divisiones los dias 10 15 y 17
del mismo.
En medio de un aparente avenimiento, se habia formado
una especie de estímulo, entre argentinos, chilenos, colombia-
nos y varios peruanos exsaltados que se presuadian, que siendo
casi todo el ejército del país, podían i)or sí hacer la guerra á los
españoles, máxime cuando los colombianos exijian la venida
del Libertador para que se pusiese á su frente: de cuya opinión
no siendo la del Congreso; se les hizo regresar á su país.
En 29 se estableció el Tribunal de seguridad pública, siendo
su presidente Don Mariano Pérez de 8arabia.
En 19 de IsTovíembre el Sargento Mayor Don Luís Sou-
langes de la división del Coronel Eaulet, tuvo su encuentro
en Caucato con la del General Rodil en el punto de la Yesera:
después de mucha mortandad, tomaron prisioneros á mas de
36 individuos que el precitado Soulange puso en libertad con-
duciendo únicamente á los oficiales. Parte de la tropo de Eo-
dil al mando del Comandante Barandalla se dirijíó al Cerro,
cometiendo grandes daños á los habitantes del tránsito; que-
mando varias Casas en ISTínacaca, Carguamayo y Eeyes. Los
(1) En 1825 se descabríó haber sido el Doctor Armas.
—166—
eiapañoles qué supieron los movimientos de Lima, de 7 á 9 éñ
virtud de órdenes del Virey, salió de Huaúcayo con destinó
al Cuzco el General Oanterác, con dos batallones y cuatro es-
cuadrones dejando el resto de las tropas en el valle de Jauja,
al mando del General Loriga. El 11 anclaron en Iquique las
primeras embarcaciones de la expedición dicha, habiendo des-
tacado algunas pequeñas fuerzas. Empero, el General Valdés
que se hallaba de antemano en la Provincia de Arequipa cOn
los batallones de Jerona y Castro y los escuadrones 39 de Dra-
gones y granaderos montados, dragones de Arequipa, y una
compañía de Zapadores, distribuyó su fuerza estén diéndolá
hasta el puerto de Arica. Al General Cantérác se le mandó mar-
char con su fuerza á situarse en Puno, y á Carratalá que bajase
sobre Arequipa con un escuadrón y un batallón á fin de poner
á cubierto esta ciudad de la fuerza que desembarcase en Quilca.
Estos movimientos, hizo lograr ventajas á las partidas de guer-
rilla situadas en Tarma y Castro- Vireyna.
En virtud de la multitud de malechores que infestaban
los caminos de la ciudad de Lima, por haber quedado como
era consiguiente falta de fuerza armada, se autorizó á los Co-
mandantes de las partidas denominadas de Preboste, para que
pasase por las armas donde sorprehen diese á aquellos, paralo
cual llevaban sacerdote. Se estableció también una Comisión
de Acordada compuesta del Teniente Coronel Don Miguel Var-
gas, Don José María Galdeano y Don Francisco Colmenares.
Él 6 de Diciembre declaró el Congreso estrañado perpétua-
mante del país á Don Bernardo Monteagudo; quedando fuera
de la protección de las Leyes en el momento de tocarlo, y res-
ponsable la autoridad ó persona que lo consintiese. Cabalmen-
te en este dia, se trasladó el General Alvarado al puerto dé
Arica y el 15 hallándose reunidos los buques, verificaron sil
desembarcó, que fué recibido con entusiasmo facilitándosele
recursos de toda especie sin ser necesario emplear medidas de
coacción para movilidad y subsistencia: se destacó a Tarapaca
al número 2 para que se completara: salió del puerto dicho, el
general Miller, que deseml>arcó en Quilca el 25 y ocupó el Va-
lle dé Siguas. El Jueves 19 pasó la junta de gobierno con to-
das las corporaciones al salón del Congreso á jurar las bases
de la Constitución Política de la República, que se había san-
cionado, lo que se celebró con entusiasmo de iluminaciones y
otros regocijos que continuaron por algunos dias. El 29 la van-
guardia del ejército de Alvarado ocupó á Tacna.
1823, —En 19 de Enero el geueral Valdéz. dirigiéndose á
Calaña, reconoció las fuerzas de que se componía el ejército
de Alvarado, el que en virtud de su superioridad emprendió
su marcha con algunas ventajas hasta Moquegua qué la OCu-
—1G7—
pó el IS, y al dia siguiente buscó á Valdéz en Torata. No ha-
biendo salido de Linja la División del centro que habia de
operar de consuno, los espaiáoles se replegaron con todas sus
fuerzas Jiácia el Sur, de modo que Yaldéz, seguro de la apro-
ximación de ellas, se propuso disputar el terreno con obstina-
ci9n: ál^s nueve y media de la mañana del indicado 19 se co-
menzaron á batir las tropas: cuando la acción estaba mas em-
peñada y ventajosa el de la Patria, es decir, á las cuatro de la
tarde, lle^ó Oanterác al campo, que á marehas redobladas ha-
bla sialido de Puno: dirijió su fuerza, y á las seis y mas de la
tarde cesó el fuego, habiendo sido rechazado el ejército de la
Patria con pérdida de mas de 700 muertos, inclusos 27 oficia-
les y 400 heridos. El 20 se incorporaron los cuerpos que con-
ducía dicho General en Jefe con los del General Monet y tra-
taron de perseguir al dia siguiente á Alvarado, cuyo ejército
desmoralizado y en divergencia de opiniones sus jefes, se ha-
llaban en los altos de Moquegua, donde en menos de una ho-
ra de combate fué desecho enteramente; dirigiéronse los dis-
persos unos á lio, otros á Iquique en busca de los trasportes:
los que ocurrieron á este último punto, fueron perseguidos por
Olañeta que tomó mas de 100 prisioneros, haciendo una bor-
rosa mortandad. Los que pudieron reunirse, condujo el Gene-
ral Martínez, y en la costa de Pisco so perdieron los traspor-
tes "Trujillana" y "Dardo." En fines del iries, es decir el 26, se
recibió en el Cuzco la noticia de la Victoria, que se celebró
con iluminaciones y premios á los que se hubieron portado
con valor: no obstante esto, se pidió un préstamo á los pudien-
tes de 40 mil pesos y otro en Hjuamanga á los propietarios de
predios.
El Martes 4 de Febrero llegó á Lima la noticia de la pér-
dida de la división referida: entonces el Congreso, amplió las
facultades de la Junta, por medio de lo cual, aumentó prodi-
giosamente el ejército, haciéndose reclutamientos, y tal era
el pelo de los encargados de la ejecución, que esta medida to-
mó el aspecto de desorden, pues las partidas mayores apresa-
ban las menores, llenando los cuarteles de todas clases de
gentes. Se acantonaron mas de 300 cívicos en Bellavista: se
decretó se sacase la plata de las andas de algunos santos, y
buscáronse recursos de armas y útiles de guerra para volver á
expe^iticionar. Nada de esto satisfizo ni pudo contener el vol-
can preparado, se i)retestó que la Juntado Gobierno como to-
do cuerpo colegiado, deliberaba con lentitud, y que se necesi-
taba que el Poder Ejecutivo se enconmendase á una sola per-
sona: asi es, que^ en la noche del Jueves 27 puesto el general
D. Andrés Santa-Cruz [2° del general Arenales] á la cabeza
del pj^rcitp) bajó con él á Lima de^de sus cantones y repre-
—168—
sentaron al Congreso, lo expuesto: se decretó que se retirara el
Ejército; que volviera la junta al seno de donde pertenecía, y
que se encargase del Poder Ejecutivo el Jefe de mayor gradua-
ción [resultó ser Torre-tagle.] Esta determinación fué dese-
chada, y protestó el Ejército no retirarse hasta que fuese elec-
to D. José de la Eiva-Agüero, como se realizó el 28 bajo el tí-
tulo de Presidente.
El Domingo 2 de Marzo Eiva-güero se dio á reconocer ál
ejército reunido en el Pino: el 4 se le nombró Gran Mariscal,
y el 5 salió el Vice- Almirante Guissecon la escuadra á blo-
quear los puertos de intermedios: este mismo dia se decretó la
residencia de la Junta Gubernativa. Se estableció una sus-
cripción voluntaria: se concedió facultades al Ejecutivo para
que amonedase 500 mil pesos de cobre con que amortizar el
papel moneda, y se gravaron los predios rústicos y urbanos: el
11 se remitió al Virey Laserna proposiciones para un armisti-
cio por dos meses, y un tratado de regularizacion de guerra.
Habiendo llegado noticia de la realización del empréstito de
Londres levantado por los SS. García y Parossien se aprobó
por el Congreso en 2. Todo esto levantó el crédito Peruano y
se solicitaron de Chile y Colombia su cooperación. El 15 fué
eiecutado el español Don Andrés Pineda, pues aunque habia
sido sentenciado á la pena capital, con Don Eamon Boceta por
haberlos sorprendido pasándose, este obtuvo perdón al llegar
á la portada del Callao. El general Portocarrero pasó á Gua-
yaquil con el objeto indicado, de obtener auxilio de tropas. En
todo el resto del mes, se contrajo el Gobierno en la requiza de
hombres y caballos, lo mismo que en la elavoracion de útiles
de guerra.
En principio de Abril comenzó á circular la moneda de
cobre, con supresión del papel moneda, haciéndose el cambio
en el Banco, El 2 se mandó hacer un enrolamiento generad,
parala guardia nacional, que hasta los esclavos se alistaron.
El Domingo 6 llegó una compañía del Batallón de Colombia
Yóltijeros que fué recibida por todo el ejército, formado en la
alameda y camino del Callao; colocándola en cabeza se dirijió
á la ciudad. El 7 se recibió en Palacio el Enviado Extraordi-
nario de Chile Don Joaquín Campino.
En Mayo hallábase el Ejército peruano listo para salir á
campaña, por cuyo motivo, pasóse revista de todo él. Llegó
la fuerza auxiliar de Colombia al mando del general Don An-
tonio Sucre, el que también investía el carácter de enviado
diplomático con el que fué recibido el 11. La expedición zarpó
del puerto del Callao el 23 á la orden del general Santa Cruz
compuesta de mas de 5000 hombres. El ejército realista reci-
bió orden de ocupar á Lima, y al efecto el 12 se hablan reu-
—169—
nido en el Cuzco en casa del Jefe Político, los comerciantes
para la exhibición de un empréstito voluntario de 20 mil pesos,
con empeño del derecho de Alcabala.
En 2 de Junio se movió el ejército real de sus cantones; lue-
go que se supo en Lima, se nombró por jefe del ejército unido
al general Sucre. El 14 se reunió consejo de guerra y acorda-
ron que las tropas salieran al campo de San Borjas, para ba-
tir al contrario en caso de iguales fuerzas: esto hizo que el Do-
mingo 15 se fijasen carteles para que nadie emigrara y que se
tendría por cobarde al que solicitase pasaporte. El 16 habién-
dose hecho reconocimiento de la fuerza española que era do-
ble, se reunieron en el inmediato en consejo los jefes del ejér-
cito unido, y opinaron como necesario, retirarse á la plaza del
Callao, y la caballería hacia Ohancay: lo mismo efectuó el co-
ronel Dupuy que habia quedado de Gobernador en Lima acae-
ciendo una dispersión general, de todas las autoridades y aun
de los diputados del Congreso, quedándose algunos en la ciu-
dad á discreción de sí misma, tuvo su Municipalidad que man-
dar parlamentario al ejército español. El 18 al anochecer en-
tró en Lima la división de caballería de Loriga, amenazando á
la población de quemarla, si no le entregaban 300 mil pesos,
paño, brin, &. El 19 hubo un temblor de tierra, anuncio de la
entrada de Canterac, situóse el ejercito en chácara de Concha.
Eü el Callao treinta y ocho diputados reunidos en el Arcenal
eligieron Presidente; en virtud de las circunstancias que
lo rodeaban, establecieron un alto poder militar en la per-
sona del general Sucre; y que cesase el mando del Presidente
en los puntos que sirviesen de teatro á la guerra. El 20 se pu-
sieron en marcha hacia el interior tres batallones y dos escua-
drones con el general Valdez, respecto á haber sabido el arri-
bo de la expedición peruana á intermedios, donde logró sor-
prender al escuadrón Dragones de Arequipa y tomar toda su
caballería. El 21 se encargó del mando supremo Sucre. El 23
fué exonerado del Gobierno El va- Agüero, ordenando se le
expidiese pasaporte para que pudiese retirarse del territorio
de la Eepública, de lo cual protestó, y se embarcó para Truji-
llo con todas las autoridades, en la fragata "Peruviana" y los
diputados en la "Vigía." Los diputados Carrion y Olmedo
marcharon para Guayaquil á solicitar la venida de Bolívar al
Perú. El 29 desembarcó en Huanchaco Eiva- Agüero y algu-
nos diputados.
En principio de Julio se mandó sacar de los templos la poca
plata que aun se conservaba en ellos: se extrageron de la casa
de Moneda las máquinas y se quemó lo que no podia condu-
cirse. Desde el 12 se comenzaron en el Callao á preparar los
TOM. Vn. LlTEEATUBA — ^22
~-170—
buques en que debía de marchar la expediciou de Sucre. Los
españoles que babian penetrado estos movimientos, al rayar
la aurora del 16, dejando rancho y demás pertrechos, abando-
naron el sitio, dirijiéndose al pueblo de Lurin; de allí se sub-
dividieron en tres partes: Oanterac tomó por la cordillera de
Turpo para Huancavelica, Monet por los altos de Oórdova, y
Loriga para Jauja. En el mismo di a entró en' Lima D. Tomas
Guido en clase de Gobernador. El 17 encargó el general Su-
cre el mando militar al general Torre-Tagle, y el 18 declaran-
do en estado de asamblea los departamentos del íí'orte, se em-
barcó para Quilca con tres batallones y otros tantos escuadro-
nes. En este mismo dia, en Trujillo se reunieron los diputa-
dos que allí existían, en casa de D. Pedro Urquiaga, y trata-
ron se llevase 4 efecto el nombramiento hecho en el Callao en
favor de Sucre, lo que sabido por el general Eiva-Aguero,
mandó el 19 suspendiesen las sesiones; que se prendiesen siete
de los indicados, y puestos en custodia del capitán Echaris, se
embarcaron en la goleta "Veloz Trnjillana'' con dirección á
intermedios. Eligió en seguida dentro de los mismos diputa-
dos, un senador conservador, y se expidieron órdenes para la
reunión de un nuevo congreso. El ejército que se hallaba hacia
esa banda, reconoció la autoridad de Eiva-Aguero, quien
nombró de general en jefe al general D. Eamon Herrera; los
diputados y demás emigrados se restituyeron á la ciudad de
Lima, y por ellos se supo lo que en aquella sucedía. El Yirey
La-Serna habia dejado la capital del Cuzco desde el 17 para
mandar personalmente las tropas que tenia á sus inmediacio-
nes, y situó su cuartel general en el pueblo de Sicuani. El ge-
neral Santa Cruz que no habia encontrado tropiezo alguno en
su desembarco, comenzó á verificar su marcha desde el 23 so-
bre el Alto-Perú, y el general Gamarra de Tacna á la Paz. A
fin de este mes el general Sucre ocupó el punto de Chala.
El 2 de Agosto se reunieron en consejo de guerra los gene-
rales y jefes que se hallaban en la ciudad de Trujillo, presidi-
dos por Eiva-Aguero: para su sostenimiento formaron una
acta que en copia dirijieron al general en jefe del ejército del
Sur D. Andrés Santa Cruz, previniéndole embarcase el ejérci-
to sean cual fuesen las ventajas que hubiese conseguido de los
españoles y recogiendo cuanto buque de trasporte hubiese
desde Arica á Pisco se dirijiese al ííorte: protestando retirarse
en caso necesario á la montaña hasta su llegada. El 4 se hizo
en Lima una representación á Torre-Tagle para que se reu-
niesen en Congreso los diputados que habían llegado á Lima,
y en su consecuencia el 6 se reinstaló. El 7 fué nombrado Ta-
gle Jefe Supremo, exonerándose nuevamente á Eiva-Aguero.
En este dia número, comenzó á entrar en la Paz la división
—171—
de Sant.1 Ornz, donde se juró la independencia el 10. El 11
sufrió una sorpresa en Pisco el escuadrón español Dragones
de Lima, fueron dispersos. El 12 se recibieron en la capital
los siete diputados que marcharon desterrados, con el motivo
de haber tocado el buque en Huacho. El 20 entró en Oruro la
división de Gamarra ó inmediatamente juraron la indepen-
dencia en esa ciudad y en la de Oochabamí)a: unióse con el co-
ronel Lanza y se propuso seguir al general 01 añéta, cuy a comu-
nicación con el Virey se hallaba cortada. Empero, habiéndose
sabido que el general Yaldez abanzaba con fuerzas dobles,
por haber salido desde Sicuani á tomar el mando de la van-
guardia, compuesta de dos batallones y tres escuadrones; el
ejército de la patria retrocedió, y el 23 tuvieron su tiroteo en
el puente del Desaguadero que no pasó de un cambio de ba-
las, hasta dirijirse al campo de Zepita. Valdéz entonces ocu-
pó los altos de Ohuachuani, de donde se le obligó á bajar al
llano, y el 25 con una columna de mil trescientos hombres fué
batido y dispersado por la caballería de Branzen y Soulange:
[muerto el capitán Morante y heridos el coronel Oerdeña y el
capitán Balerino] obligado el indicado Valdéz á replegarse en
la noche pop el camino de Puno, ruta que llevaba el Virey^ al
que logró reunirse en Pomata: este suceso comunicó el Virey
á (Janterac quien ya reunido en Puquio con Monet, se dirijie-
ron con toda rapidez al Cuzco y de allí á Puno. Él general
Santa Cruz, lejos de i)erseguir á su adversario, continuó su
marcha al Desaguadero por la parte del Sur, ordenando á Ga-
marra se le replegase en Pan duro y entraron juntos en Oru-
ro. En Lima se celebraron en los dias 25 á 27 con salvas é
iluminaciones la entrada de Santa Cruz en la Paz, y el en-
cuentro de Pardo-Zela en Qilca. En este último dia, Eiva-
Aguero abrió las negociaciones con el Virey Laserna, para lo
cual comisionó al coronel D. Eemigio Silva que pasó á Huá-
nuco, á fin de que tuviese efecto en el Perú los trados hechos
en Buenos Ayres con los comisionados de S. M. C, de este
modo pensó en hacer alianza ofensiva y defensiva contra Tor-
re-Tagle, y contener al ejército realista.
En 1? de Setiembre entró en Lima el Libertador Simón Bo-
lívar, y lo autorizó el Congreso para terminar lasi ocurrencias
de Riva- Agüero, al efecto se mandó de comisionados al gene-
ral TJrdaneta y á D. José María Galdeano. El mismo dia tam-
bién ocupó Sucre la ciudad de Arequipa, habiendo el anterior
desalojádola el intendente D. Juan BaustistaLavalle y demás
funcionarios públicos, y con la división pasaron á situarse en
Ocoruro. El 8 salió para Lampa el coronel Eaulet, por cuya
causa Canterac se dirijió á Puno para ponerse á cubierto del
riesgo que le amenazaba. El Virey había ocupado desde el 6
—172—
los altos de la Paz, donde permaneció á vista de Santa Cruz,
y de allí pasó á Viacha, con intento de abrir la comunicación
con el general Olañeta, obstruida por las fuerzas de Santa
Cruz; mas la reunión que liizo este general con Gamarra, Lan-
za y Blanco, [que hablan traido desde Oochabamba y Arqué
excelente caballada] dieron lugar para que el 14 lograse su
intento y el 15 estuvieron en Sorasora. En Lima el 10 se dio
á reconocer al Libertador, con las facultades que se le babian
conferido. El día antes habíase declarado á los individuos de
la junta gubernativa, libres de residencia. Se estableció en Li-
ma una contribución forzosa de 40 mil pesos. El general San-
ta Cruz tuvo consejo de guerra en el 16, y al rayar el dia in-
mediato comenzó su retirada, abandonando su tropa, el arma-
mento y los útiles de guerra: salváronse algunos soldados que
llegaron á Colamarca conducidos por Lanza, pues del resto
del ejército no alcanzaron á Moquegua 800 hombres juntos:
entre los buques que recibieron á los jefes y oficiales que se
embarcaren perdióse la "Maquena". Santa Oraz se embarcó
en el buque del vice-al miran te, después de haber mandado
degollar los 500 caballos que en tres partidas hablan llegado
de Chile. En 30 se dispuso la amortización de la moneda de
cobre.
Puesto el Virey en Lampa el 19 de Octubre, marchó sobre
Arequipa, llegando á Apo el 7, desde donde hizo marchar una
división con el brigadier Ferráz. El general Sucre, que tenia
internado su ejército como 50 leguas, tuvo presicion de reti-
rarlo tiroteándose en las goteras de ki misma ciudad, logran-
do embarcarse en Quilca con dirección al Callao. El general
Canterac unido con el Virey en Cangallo entraron en Arequi-
pa el 10, y Valdez al puerto indicado. Después de esto llegó á
las costas de Arica la expedición chilena de 2,500 hombres que
debían operar con el ejército de Santa Cruz, á ella se reunie-
ron algunos dispersos y lograron salvar. El 16 el general Ola-
ñeta batió á Lanza, y tomóle 500 prisioneros, inclusos 31 ofi-
ciales de los que se habían puesto á sus órdenes. El 28 hallán-
dose en Arica el general Santa Cruz supo la elección de Pre-
sidente en la persona de Tagle al cual reconoció.
En principio de JSToviembre se puso en marcha el Liberta-
dor para la costa del ííorte: el Virey volvió á situarse en el
Cuzco. El 11 arribó al Callao el general Sucre, cuando en la
capital se estaba solemnizando el bando que señalaba el dia en
que debía promulgarse la constitución. En dicho dia se sus-
pendieron algunos artículos incompatibles con las facultades
concedidas al Libertador. El 11 se reunieron en Pativilca los
comisionados de Eiva- Agüero con los del Libertador para que
aquel depusiese el mando; se decidía á hacerlo, siempre que
—173—
fuese disuelto el congreso y convocado otro por los pueblos.
El 12 suscribieron los diputados la constitución que Labia de
regir en la República, en su consecuencia el Jueves 13 i^asó
el gobierno al salón de sesiones acompañado de todas las cor-
poraciones á prestar el juramento respectivo, que verificó en
mano del Presidente del Congreso que Jo era 1). Manuel Sala-
xar y Baqníjano. El 18 se nombró Presidente de la Eex)iiblica
á D. José Bernardo Tagle y de Vice-Presi dente á D. Diego
Aliaga, que pasaron á jurar el cargo la noche del indicado dia.
El 20 se verificó la jura de la constitncion. El 24 salió Cante-
rae del Cuzco para el Valle. El 25 fueron presos en Trujillo
Eiva- Agüero, sus generales y ministros, que se hablan reuni-
do con el objeto dé celebrar un consejo de guerra para acor-
dar el último partido que debia tomarse.
El 19 de Diciembre se publicó en Lima la prisión de Riva-
Aguero, cuyo embarque se habla contratado para Chile en el
bergantín Norte Americano "Ch.atarwork", mas el congreso
desaprobó esta medida, y mandó que el Libertador y el Go-
bierno en sus respectivos casos procediesen contra ellos. Tor-
re-Tágue mandó incontinentemente que á las seis horas de
notificada esta determinación, fuesen fusilados en lugar secre-
to D. José de la Elva-Aguero, D. D. Manuel Pérez Tudela, D.
José María Novoa, D. Eamon Herrera, D. Manuel Anaya, D.
Toriblo Davales, D. José de la Torre Ugarte y D. Eamon íío-
voa. El Libertador determinó el destierro á Guayaquil que
fué lo que se etectuó. El general Canterac que como se ha di-
cho, habla regresado á su cuartel general, dispuso una expedi-
ción al Cerro Pasco, al mando de Loriga, que salló el 7 y lle-
gó al Cerro el 10, y otra sobre la costa, ocupando N^arvaez á
lea el 16,y Eodll á Pisco y Chincha el 18. Todo esto atemorizó
de tal manera á los habitantes de Lima, que hubo necesidad
de publicar por bando que hablan dádose exactas disposicio-
nes para instruirse del mas pequeño paso de los españoles, lo
cual se comunicaría; que entre tanto serla considerado como
enemigo de la tranquilidad pública y perturbador del orden,
todo el que manifestase estarla patria en peligro. Llegó el
Yi ce- Al mirante Guisse al puerto de Santa conduciendo á bor-
do de sus buques al general Santa Cruz y los restos de su ejér- .
cito, que comenzó á incorporarse en los demás que se estaban
levantando. Volvió á salir la indicada escuadra para puertos
intermedios, por disposición del Libertador que habla marcha-
do hasta Huanchaco, para disponer acelerasen la venida délas
tropas de Colombia, mandando un jefe comisionado para Gua-
yaquil.
Así es que, á fines de este año, la mayor parte del Perú se
hallaba por el ejército español, y el de la patria ocupaba la
—174—
provincia de Lima, hasta Yauyos y Cañete, de la de Tarma
hasta Eeyes, y todo el Departamento de Trujillo. Después de
la victoria, dicha que obtuvieron los españoles, volvieron á si-
tuar su cuartel general en Huancayo, y los cuerpos de que se
componía la división del íí^orte, se acantonaron de Tarma á
Huancavelica con una parte en lea: la división de reserva en
Huamanga. El ejército del Sur jniso su cuartel general en
Arequipa, y los cuerpos de que se componía guarnecian la
costa hasta Arica, y las provincias hasta Tupiza y Tarija: la di-
visión de reserva en Oruro. El ejército central residía con el
Virey en el Cuzco.
1824. — ^En 2 de Enero se celebró en Lima el regreso del Li-
bertador, pasando á felicitarlo una comisión del seno del Con-
greso. Se promulgó bando de indulto á desertores. Ko pudien-
do el General Bolívar abrir la campaña por falta de tropas,
indicó á Torre-Tagle propusiese negociaciones á los españo-
les para entretenerlos; al efecto, se remitió al Ministro de Guer-
ra gejieral D. Juan Berindoaga, el cual tomó de un modo se-
rio el asunto, haciendo efectiva instrucciones secretas que se le
confiaron: con las mismas marchó a lea D. José Teron, y por
conducto del general Eodil presentó las suyas, reducidas á
formar un gobierno, compuesto de Tagle, Aliaga y Laserna.
Esta idea nc» fué tan estéril, pues hizo concebir al Virey el X)lan
de separarse déla Península, y con instrucciones marchó á
España el coronel D. Manuel Bayona. Sustrajese por esta cau-
sa de su obediencia, el Alto-Perú. En fines de este mes, se
encargó el cuidado de la plaza del Callao á tropas arj entinas,
nombrándose de gobernador al general D.Eudecin do Al varado.
En 3 de Febrero regresó Berindoaga de Jauja, al momento
comenzó á tratarse del objeto de su misión. El 5 se subleva-
ron las tropas del Callao, capitaneadas por un sárjente mula-
to, Moyano: prendieron al gobernador y á los oficiales de la
guarnición, exponiendo ser esaresolucioo, consecuencia de no
I)agárseles sus haberes, ninguna medida se tomó á este res-
pecto; y viéndose los amotinados aislados, el 10 sacaron de
casasmatas á los realistas prisioneros, é hicieron tomar el man-
do al coronel Casariego, que enarboló el pabellón español. En
Lima este día el Congreso en la crítica circunstancia en que
se hallaba, erigió la dictadura, que confirió al general Bolí-
var: cesaron todas las autoridades y se puso el C/ongreso en re-
ceso.
—175—
SIMÓN bolívar
DICTADOR DEL PERÚ,
Kombró Gobernador de Lima al general Don Mariano
Necochea: dióse á reconocer el 19, pocos dias antes los Grana-
deros montados se pasaron á los Castillos, talando y robando
en los pueblos de Magdalena y Miraflores. Como el ejército
realista habia recibido orden de ocupar dicha Capital, en el
Cuzco se comisionó el 20 á Don Juan Ángel Bujanda para el
recojo del empréstito de 20 mil pesos que se asignó al comer-
cio. El 22 se acuartelaron en Lima los cuerpos cívicos, y en
la madrugada del 27 cuando menos se creia, retiráronse las
pocas fuer^'.as veteranas que babian; de modo qué, á las cinco
de la tarde, entraron en ella tropas del Callao: esta precipi-
tación y la quedada de Torre-Tagle, su Ministro,y otros íuncio-
narios, dio lugar á la sorpresa sufrida por gran número de com-
prometidos. El 29 Domingo de Carnabal llegó el ejército rea-
lista con los generales Bonet, Rodil y Garcia Camba, dirijié-
ronse á los Castillos.
En 19 de Marzo bajó á Lima Bonet, dejando posesionado
de las fortalezas á Rodil. El 2 declaró el general Bol i vara Tru-
jillo. Capital provicional de la República. El 3 hicieron los
españoles en la ciudad de Lima, su público recibimiento y
mandaron tropas hasta Chancay. El Domingo 7 se celebró en
la Iglesia Catedral la misa de gracia, que predicó en ella Fray
José Salazar. Regresó el 9 la tropa. El 10 fueron puestos en
prisión los Regidores, para que entregasen el estandarte Pe-
ruano, lo que se verificó al siguiente por mano de uíia muger.
El 12 se nombró gobernador déla capital al Marques de Fuen-
te González. El 15 marchó para el interior el general Bonet
con las tropas, conduciendo á los Jefes y oficiales que tenian
presos en Casa-matas; y habiendo fugado por la quebrada de
San Mateo el Coronel Estomba, y Luna, para contener álos de-
más mandaron fusilar á los capitanes Millen y Prudan. En el
Norte se habia nombrado comandante general de la costa al
coronel Don José Caparroz, que se hallaba en Chancay; y
uniéndose con Navajas Jefe del Escuadorn Lanceros, pasá-
ronse á los españoles trayéndose presos á cuantos emigrados
encontraban, entraron en Lima, el Viernes 19 de este mes. En
24 reunió él Libertador en uno, los Ministerios del despacho,
—176—
que encomendó al Dr. Sanches Carrion: estableció Corte Su-
perior de Justicia, y una Contaduría mayor de Cuentas.
En 19 de Abril se reunió en Trujillo una Junta de arbitrio
para proponer algunas entradas, y se estableció un impuesto
nombrado "Única Contribución" además de las que existían,
con el de Empréstito y Cupo forzoso se sacaron las alhajas y
plata labrada de todos los templos del Departamento, y mon-
taron en este año las rentas del tesoro de Trujillo mas de 3
millones de pesos. Mediante esto, comenzó á disciplinarse el
ejército, y el pequeño territorio que ocupaba era un taller ge-
neral.
En principio de Mayo el Libertador salió de Trujillo, y en
Huamachuco el 10 mandó erijir Universidad en aquella capi-
tal: i^asó á Caráz, donde se mandaron extinguir los fiscales
departamentales, y se dictó la ley de responsabilidad. En el
Cuzco se estableció la Casa de Moneda.
Junio fué empleado en aprestos militares: Huaráz sirvió
de concentración al ejército Libertador; y como 9 mil del rea-
lista á la orden de Canterác se bailaba en Huancayo, pues
Yaldéz como se tiene dicho, internado en el Alto-Perú contra
Olañeta, cabalmente en este mes, fué derrotado en Cotagaita
y Tarabuquillo.
En Julio determinó Bolivar que su ejército atravesara los
Andes: componíase de 3 divisiones de infantería, dos de tropas
Colombianas que mandaban los generales Lara y Córdova, y la
otra de tropas Peruanas ala orden del general La-Mar: la fuerza
de caballería dirijía el general ísTecochea. El 9 estuvo en Huá-
nuco y expidió el decreto borrando de la lista militará los gene-
rales jefes y oficiales que no emigraron de Lima. Canterác
determinó atacar al ejército i3atriota; operación que creyó eje-
cutar en detalle, cayendo sobre las diferentes divisiones á pro-
porción que fuesen saliendo de los desfiladeros; al efecto re-
unió sus fuerzas y se puso en marcha el 31 de este.
En 2 de Agosto revistó el General Bolivar su ejército en el
llano de Eancas y le proclamó en estos términos: — ¡soldados!
Vais á completar la obra mas grande que el cielo ha encarga-
do á los hombres, la de salvar un mundo entero de la esclavi-
tud, ¡soldados! Los enemigos que debéis destruir se jactan
de catorce años de triunfos: ellos, pues, serán dignos de me-
dir sus armas con las vuestras, que han brillado en mil com-
bates, ¡soldados! El Perú y la América toda, aguarda de vo-
sotros la paz hija de la victoria; y aun la Europa liberal os
contempla con encanto porque la Libertad del ííuevo Mundo
es la esperanza del Universo. ¿La burlareis? no! no! no! Vo-
sotros sois invencibles.
El ejército real que como tenemos dicho movióse de sus
—177—
cantones, llegó á Reyes la noche del 4. Noticioso de ello el Li-
bertador, aceleró su movimiento y el 5 que se dirigía i)or la
orilla oriental del gran lago, íi Conacaucha, por el oi)uesto
abanzó Oanterac á Oarliuamayo y su caballería á Pasco, em-
pero, sabiendo que aquel reunido abanzaba, temeroso de ser
cortado emprendió su retirada. Alas 4 ele la tarde del 6, no-
vecientos liombres montados tomaron la vanguardia,y conside-
rando Ganterác peligroso el proseguir retirándose, aprovechó
la situación del terreno, y colocándose á la cabeza de su caba-
llería, hizo desplegase en batalla y mandó cargar, mientras la
infantería seguía su marcha. El Ejército Libertador por un des-
filadero formado de terrenos pantanosos por un lado y una ñla
de montañas escarpadas del otro, le impedía desplegar con ra-
pidez y solo lo verificó el escuadrón que marchaba á la cabe-
za: asi es que, la parte que obedecía al general Miller, junto
con el ala derecha que mandaba ISTecochea, fueron acometidas;
el choque fué tremendo, en él, le infirieron 7 heridas á este úl-
timo general, que se llevaron prisionero; mas divididos los rea-
listas para perseguir á sus contrarios; el escuadrón peruano
que mandaba el Teniente coronel D. Isidoro Suarez, que no
había sido batido, marchando sin oposición ocupó el interva-
lo que dejaron, y hallándose á retaguardia comenzó á cargar-
los. Este oportuno socorro, facilitó á los escuadrones patrio-
tas dispersos ya, la posibilidad de reunirse y apoyando á Sua-
rez, lograron poner á los españoles en una total y vergonzosa
fuga, recuperándose al g-eneral ISTecochea que lo llevaba á an-
cas de su caballo un soldado realista. La acción duró tres
cuartos de hora. Fué tan intenso el frió de esa noche, que mu-
ñeron casi todos los heridos de uno y otro ejército. El gene-
ral Miller que reemplazó en el mando á JSTecochea, continuó
persiguiendo el grueso del ejército: el Libertador retiró el su-
yo á Beyes donde vivacó el 7. Después del descanso necesario
se dispuso la marcha, y ocupó á Tarma el 9, á Jauja el 11, á
Huancayo el 14, á Huantá el 22, y á Huamanga el 24. Aun-
que los realistas no iban estrechamente perseguidos en su re-
tirada, perdieron mucha gente; pues de nueve mil hombres,
llegaron con Oanterac á las inmediaciones del Cuzco menos
de cinco mil combatientes.
Mientras tenian lugar estas maniobras en el grueso de los
ejércitos, los habitantes de Lima, sufrían gran estorcion por
el Jefe español Eamirez, al estremo de establecer castigos, sin
distinguir sexos ni personas: también hizo fusilar algunos por
considerárseles insurgentes; entre ellos se numeró el comer-
ciante Gamboa. Uniase á esto, las alarmas que las montone-
ras patriotas daban diariamente en la ciudad; de su resulta fue-
TOM. Vn. LlTEEATUEA— 23
—178—
ron sorprendidos en el sitio de "Piedras Gordas" donde murie-
ron algunos de ellos.
En principio de Setiembre situó el Virey su cuartel gene-
ral en Limatambo é hizo reunión de toda su fuerza: mandó
igualmente se le replegase el general Valdez, que como se ha
dicho se hallaba en el Alto-Perú y habia tenido una cruel ac-
ción el 17 del pasado en Lava, diez leguas al Sur de Potosí.
Ko moviendo su ejército de dicho punto el Libertador hizo lo
verificase el suyo, y el 12 de este marchó la iiltima división de
Huamanga, donde quedó encargado de la Preíectuí a el gene-
ral Santa-Oruz, é hizo alto en Ohallancua, con cuyo motivo
reconoció la orilla izquierda del Apurimac. El 24 entraron en
el puerto del Callao el navio Asia y el bergantín Aquiles, de
la Escuadra española, habiéndose retirado la de la Patria.
El 3 de Octubre se separó el Libertador del ejército j)ara
atender al de la costa, que ocupaba hasta Cbancay al mando
del general Urdaneta. El 7 ancló el almirante Guisse al frente
de la isla de San Lorenzo, el 8 salió la Española y tuvieron
combate de seis ó siete horas sin ningún resultado, y el 20
marchó la última al Sur. El 16 estuvo Bolívar en Huamanga,
el 22 en Huancavelica, el 28 en Jauja y el 30 en Tarma don-
de declaró al pueblo de Eeyes el dictado de "Heroica Villa
deJunin."
La División del general Urdaneta luego que tuvo noticia
hallarse el grueso del ejército real al otro lado del Apurimac,
abanzó á Lima y entró en ella el 3 de ISToviembre: mientras la
fuerza armada marcha al camino del Callao, el general en jefe
entró al cabildo á recibir Iiodicd ajes, j^clescuidando de la fuer-
za, u^iií^ partida de caballería realista al mando de D. Pedro
Zavala, emboscada en la huerta de laYireyna le acometió por
retaguardia y por vanguardia Eamires y la puso en total dis-
persión, lanceando á cuanto i)aisano y militar encontraban.
Al otro dia, bajó á la dudadla tropa del Callao y se cometie-
ron con los cadáveres, indesibles obcenidades por unas muje-
res que seguían á aquel partido.
Habiendo tomado el Ejército realista la iniciativa, comen-
zó á operar ofensivamente desde Aecha el 5 donde habia con-
centrado sus fuerzas: con este motivo el Ejército Libertador
que se hallaba en Lanibrama comenzó el 7 su retirada y con-
tinuaron ambos do posición en posición, en tal extremo que el
20 las partidas descubiertas se encontraron en las alturas de
Bombón cerca de Chincheros; batiéronse en el Pampas donde
fueron cortados por el ejército real que quedó en Concepción
y aquel en Uripa. El 25 los realistas hicieron un movimiento
lateral sobre su izquierda en dirección de Vilcashuaman. El
general Sucre deseoso de restablecer su comunicación con Li-
—179—
maj-atravezó el vallodo Poiiuicocha sin ser molestado en los
desfiladeros hasta entrar en Ocros.
El 19 de Diciembre campó el Ejército en Matará: los espa-
ñoles al sentir este movimiento, repasaron rápidamente á la
izqnierda del Pampas y se situaron en el borde de la meseta,
por donde los patriotas habían bajado el dia anterior. En la
tarde del 3 habiéndose retirado los realistas sobre su izquierda;,
como para tomar el camino real de retaguardia, continuó el
general Sucre su retirada; empero; mientras desfilaba por el
valle de Oorpaguaico, fué atacada su retaguardia por una di-
visión de Valdéz que sin ser vista se habia adelantado aquella
mañana; dispersó al batallón Rifles y parte de Vargas, é hizo
una mortandad de mas de 300 hombres: perdióse todo el par-
que, una j)ieza de artillería, todas las muías y caballos de re-
puesto. El 4 los españoles engreidos, destacaron cinco batallo-
nes y seis escuadrones por las alturas de la izquierda á desca-
bezar la quebrada, y el Ejército unido que deseaba á cualquier
riezgo aventurar, la batalla, se situó en medio de la gran lla-
nura de Tambo Cangallo, la que no aceptada, en la noche se-
parándose del camino real que conduce á Huamanga, oblicua-
ron á la derecha, y atravezaron la profunda y escabrosa que-
brada de Acroco, y ala mañana del 5 estuvieron en el pue-
blo de Guanchao, continuando á Acos-Vinchos, los españoles
á Tambillo hallándose siempre á la vista. El 6 llegaron aque-
llos al pueblo de Quinua y los realistas se colocaron á la es-
palda en las alturas de Pacaycasa y siguieron el 7 por la im-
penetrable quebrada de Huamanguilla. El general Suere que
hasta la fecha habia dirigido la retirada con tino, conocía que
su ejército reducido en fuerzas por la deserción, no podía sal-
varlo de una completa derrota, sin un esfuerzo desesperado;
tanto mas cuanto que los españoles habían mandado inutili-
zar los desfiladeros y cortar los puentes: por lo que, el indica-
do general, con el general La-Mar se adelantaron á reconocer
el terreno, porque no quedaba otro medio que batirse. IsTo se
encontró otro mas aparente que el campo de xlyacucho situa-
do al occidente del pueblo de Quinua, es de forma casi madra-
da, de cerca de una legua de circunferencia, y flanqueado á
derecha é izquierda |)or barrancos profundos y escabrosos; á
retaguardia del llano ó parte occidental hay una bajada gra-
dual de dos leguas n\ camino j)ríncípal de Huamanga á Huan-
ta, la cual corre al pié de una montaña que se eleva perpendi-
cularmente, y sin salida conocida, el lado oriental del llano lo
forma, la inmensa y escabrosa montaña de Oondorcanqui que
corriendo K. á S. domina el campo referido. En la tarde del 8
la ocupó elYírey con todas sus fuerzas. El frescor de la aurora
del dia 9 parecía influir en el ánimo de las tropas, y el Sol vi-
—180—
vificante tendió sus rayos para fortificar á los que peleaban
por la libertad. La línea de la patria formaba en este orden: á
la derecha, la división del general Oórdova, á la izquierda la
del general La-Mar: al centro la caballería al mando del ge-
neral Miller, y en reserva la división del general Lara.
A las nueve de la mañana principió á descender de la mon-
taña la división de Villalobos, con el Yirey pié á tierra: la de
Monet comenzó igualmente á desfilar directamente al llano;
la caballería llevando de destro sus bestias hizo igual movi-
miento, y á proporción que llegaban formaban en columna.
Durante esta operación el general Sucre recorrió la línea y
animó la tropa con las lacónias -palabras "De los esfuerzos de
hoy, pende la suerte de la América del Sur" y mandó atacar
á Oórdova y dos regimientos de caballería: este bizarro gene-
ral se desmontó de su caballo, se colocó á unas quince varas
al frente de su división formada en dos columnas paralelas,
con la caballería en el claro; y levantando su sombrero dijo:
"Adelante paso de vencedores" y atacando todo fué uno. Los
españoles esperaron firmes y llenos de una visible confianza:
al Virey, Monet y Yillalobos se veian á la cabeza de las divi-
siones, presenciando y dirijiendo la formación de sus colum-
nas. Al fin pelearon por algún tiempo á la arma blanca, hasta
que cargando los escuadrones españoles, rompieron el fuego:
rechazados y desesperados por la caballería que mandaba el
coronel Silva, fué obra del momento, al extremo de caer este
jefe cubierto de heridas: los realistas perdieron terreno y fue-
ron arrojados á las alturas, por donde no mucho habían baja-
do intrépidos. Entre tanto, la división de vanguardia de Val-
déz que mandaba la derecha con cuatro piezas, cuatro bata-
llones y dos escuadrones bajando por las laderas del norte de
la montaña, i^enetró por la izquierda á tiro de fusil, en el mo-
mento importante del choque que acaba de describirse, rom-
pió un fuego vivísimo con sus piezas de artillería y un bata-
llón desplegado en guerrilla; pero llegando en oportunidad el
batallón Vargas al frente y ejecutando los Huzáres de Junin
la orden de cargar por los flancos, lo obligaron á replegarse al
otro lado de un barranco donde presentaban nueva resistencia;
pero reunidas las fuerzas, el coronel Plaza con su batallón fue
el primero que atravesó el barranco para apoyar á la caballe-
ría: el colnandante Moran con Vargas ejecutó igual movi-
miento por la derecha y los demás cuerpos atacaron con tal
resolución que arrollaron á los españoles: se apoderaron de su
artillería y fué completa la derrota. Esta acción memorable
no duró mas de una hora.
Desalojado el campo de la fuerza activa, el general Oór-
dova, trepando con un cuerpo las formidables alturas de Gun-
—181—
durcanqui, tomó prisionero al Virey ya herido, y el general
La-Mar, salvando en la persecución las difíciles quebradas de
su flanco, no dio lugar á los españoles para que reuniesen los
dispersos, pues se apoderó de la cumbre y antes de ponerse el
Sol, pidió Oanterác suspensión de armas, para entrar en ca-
pitulación. En efecto, bajó con Lámar á la tienda del general
Sucre, donde la acordaron quedando prisioneros de guerra los
generales Laserna, Oanterác, Yaldéz, OarrataJá, Monet, Villa-
lobos, Ferras, Bedoya, Somocurcio, Oaciio, Atero, Landazuri,
Garcia-Oamba, Pardo, Vi gil, y Tur, 16 coroneles, 68 tenientes
coroneles, 484 oficiales y 3,200 soldados, cabos y sargentos [el
resto se babia dispersado] inmensa cantidad de fusiles y cuun-
to elemento militar poseían. El campo quedó lleno de cadáve-
res y heridos, de los primeros se encontraron: de los españoles
1800 y de la patria 370: de los segundos 700: y 609.
ESTADO EN QUE SE DI VIDIAíí AMBOS EJÉECITOS
EX EL CAMPO DE BATALLA.
Ejército Beál.
General en Jefe, el Virey D. José La- Serna.
Jefe de E. M. G. Don José Oanterác.
1er. Ayudante General D. José Oarratalá.
DIVISIÓN MONET.
19 de Burgos
Batallón Guias.
19 y 29 Gerona
29 del Imperial.
19 del Imperial
Batallón del Oentro
29 del Eegimiento
Batallón Victoria.
DIVISIÓN VILLALOBOS.
19 del 1er. Eegimiento.
Batallón Fernandinos.
DIVISIÓN DE VALDEZ.
Batallón Oantabria.
Batallón de Oastro.
DIVISIÓN DE OABALLEEIA, FEKRAZ.
Granaderos de la Guardia.
Dragones de la Union.
Huzáres de Fernando VIL
Escuadra de San Oárlos.
Eecuadra de Alabarderos.
Tenia de fuerza disponible 9810 hombres.
-182-
EjérGÍto Unido.
General en Jefe, Antonio José de Sucre.
Jefe de Estado M. G. Agustín Gamarra.
1er. Ayudante G. Coronel O' Connor.
DIVISIOÍÍ DE OORDOVA.
Batallón Bogotá.
Voltijeros.
Bargas
Eifles.
Caracas.
Pichincha.
DIVISIOX DE LAEA.
Vencedores.
Legión Peruana.
Batallón Kámero 1?
DISISION DE LA -MAE.
Ídem 20.
ídem 39
DIYISION DE caballería, MILLER.
Húzares de Junin.
Granaderos de ídem.
Húzares de Colombia,
ídem de Buenos Ayres.
Tenia de fuerza disponible 5^780 hombres.
El Libertador habia ocuj3ado la capital de Lima desde el 6,
trayendo en su compañía á D. Bernardo Monteagudo: mandó
poner sitio á las fortalezas del Callao, donde se encerró Rodil:
habilitó por mayor el puerto de Chorrillos: restableció los mi-
nisterios del despacho, erigió la Corte Suprema y Superior, y
mandó convocar al Congreso para el 10 de Febrero próximo.
En la noche del 21 se recibió la confirmación de la batalla de
Ayacucho, que se celebró con el entusiasnao propio de un pue-
blo que habia estado largo tiempo oprimido, y en la noche del
25 se exhibió un magnífico baile en el local de la Universi-
dad, en el cual la Municipalidad gastó largo de ocho mil pe-
sos. El Teniente coronel D. Ramón Gascón encargado de pre-
sentar al Gobernador del Callao la capitulación, llegó á Lima
y se trató de que pasase al Callao: empero. Rodil negóse en-
teramente á tratar con persona alguna, al extremo de desco-
nocer al general Monet que también habia venido. El Ejérci-
to Unido continuó su marcha y en fin de este, ocupó hasta el
Desaguadero, pues las fuerzas que se hallaban distribuidas, se
sugetaron á la capitulación, verificándolo el 31 el generíil Don
Pío Tristan, que después de la indicada batalla, habia sido
nombrado por las autoridades del Cuzco Yirey interino.
En principio de 825, mientras el general Sucre continuaba
—183—
en el Alto-Perú, destruyendo las fuerzas de Olañeta que resis-
tía tenazmente: Bolívar en Lima llevaba al cabo los arreglos
del país, y el asedio puesto á los asilados en los castillos: el 7
de Enero se pasaron al servicio del Perú las lanchas que man-
daba el alférez de fragata San Julián, y^el 10 fondeó en el
puerto la Escuadra chilena, con lo que quedó cortada toda co-
municación. En la noche del 27 falleció en Lima el coronel
Soler, al cual estuvo auxiliando como paisano y compañero
Monteíigudo, y en la noohe inmediata 28 fué él asesinado por
unos morenos comisionados al efecto, al lado de la pileta de la
iglesia de San Juan de Dios, donde se depositó el cadáver, y á
donde pasó Bolívar inmediatamente que lo supo: ha sido un ar-
cano este suceso, lo cierto es que, el hechor principal puesto
preso mediante las medidas tomadas y sentenciado á muerte,
fué mandado poner en libertad por el Dictador y remitido á
Colombia.
El primero de Febrero se declararon establecidas las Cor-
tes Superiores del Cuzco y de Arequipa, y el 8 se hizo la aper-
tura del Tribunal Supremo de Justicia. El 10 se reunió el Con-
greso ante el cual depuso Bolívar el poder de que se hallaba
investido, y este Cuerpo soberano se lo devolvió, bajo el título
de "Libertador del Perú" con la calidad de que en el año inme-
diato se reuniese el que ordenaba la Constitución: también fijó
escudo de armas y bandera nacional,por ley de 24 de Febrero.
,E1, general Bolívar trató de emprender su viaje al Alto-Perú,
y delegó el poder en un consejo de Ministros que se instaló el
Domingo 3 de Abril; cabalmente en este dia fué muerto el
general Olañeta, con lo que terminó el dominio Español en
América. Rodil era el único que se sostenía en los fuertes del
Callao, sacrificando á los que, por capricho seguían su partido:
muriendo en este miserable recinto la nobleza aristocrática
del Perú, que representaba en el sistema republicano. El mar-
qués de Torre-Tagle, el Conde de Lurigancho, el Conde de
Fuente González, el de Castellón, Don Diego Aliaga, y otros
muchos. El Conde de San Donas que había querido asilarse
en la Escuadra chilena, fué tomado y fusilado en Lima, el 15
de Abril de 1826. En Enero de este año capituló Rodil.
El Dr. Don Hipólito ünánue estuvo presidiendo el Con-
sejo de Gobierno, por ausencia del general La-mar, y por la
muerte del Dr. Sánchez Carrion acaecida en Julio de 182^.
El general Don Andrés Santa-Cruz se liizo cargo de la
Presidencia el 3 de Julio de 1826.
Don Andrés Santa-Cruz continuó con el mando desde 28
—184—
de Enero al 10 de Julio de 827 que lo entregó á Don Manuel
Salazar y Baquijano como Vice-Presidente.
Don José La-Mar nombrado por el Congreso Presidente
de la Eepública, gobernó desde el 23 de Agosto dia en que
llegó de Guayaquil, al 11 de Julio de 828 que salió á la cam-
paría del Pórtete.
Don Manuel Salazar y Baquijano .como Vice-Presidente
de la Eepública por ausencia del general La-Mar.
Don Antonio Gutiérrez de la Fuente General de División,
tomó el mando con el título de "Jefe Supremo" el 6 de Junio
de 1829. ,
Don Agustín Gamarra Gran Mariscal, fué nombrado Pre-
sidente provisorio de la Eepública en 19 Setiembre y en 19 de
Diciembre proclamado por el Congreso.
Don Antonio Gutiérrez de la Fuente como Yice-Presidente
de la Eepública el 16 de Setiembre de 830 por ausencia del
General Gamarra á sosegar la revolución del Cuzco.
Don Andrés Eeyes como Presidente del Senado por ausen-
cia del Presidente y Yice-Presidente el 18 de Abril de 1831.
Dr. Don Manuel Telleria como Presidente del Senado por
enfermedad del general Gamarra desde el 28 de Setiembre al
31 de Octubre de 1832.
Don José Braulio de Campo-Eedondo desde el 25 de Julio
al 23Yle ííoviembre de 1833.
Don Agustin Gamarra volvió á tomar el mando en dicho
ííoviembre, y gobernó hasta el 19 de Diciembre que se cum-
plió el período Constitucional.
Don Luis José Orbegoso general de Brigada, fué nombra-
do por la Convención ííacional Presidente i)rovisorio: gobernó
desde el 20 de Diciembre hasta el 5 de Enero de 834 que se
retiró al Callao.
Don Pedro Bermudes tomó el mando con el título de Jefe
Supremo hasta el 28 de dicho Enero.
Don Luis José Orbegoso volvió á tomar el mando el 5 de
Febrero hasta el 28 de Marzo que salió para el interior.
Don Manuel Salazar y Baquijano quedó en el Gobierno
como Presidente del Senado hasta el 6 de Marzo que regresó
Orbegoso. Volvió 12 de I^Toviembre á tomarlo hasta el 24 de
Febrero de 835.
Don Felipe Santiago Salavery General de Brigada, que
servia el Gobierno del Callao tomó el mando Supremo el 24
de Febrero, hizo su salida al Korte dejando al Coronel Espi-
nar y al Coronel Bujanda.
D. Juan Salas General de Brigada, como Vice-Presidente
del Consejo de Estado formado por el General Salavery que-
—185—
dó con el Gobierno el 27 de Setiembre que salió estp , ,qou, el»
ejército para el Sur. í .,'> '.xtnU f.r»
D. Juan Bautista Lavalle se hizo cargo del gobierno el 14
de Octubre, por liaberlo así dispuesto el general Salaverry
desde Pisco.
D. Luis José Orbegoso entró en Lima y se hizo cargo del
mando supremo, el 8 de Enero de 1836, habiendo salido para
Trujillo, quedó encargado del gobierno el Prefecto Dr. D.
Francisco Eodriguez Piedra.
D. Andrés Santa Cruz tomó el mando supremo en 17 de
Agosto, bajo el título de Protector de la Coníederacion, que-
dando dividido el país en dos Estados. D. Pío Tristan como
Presidente de Ministros se encargó del mando en Febrero de
837 hasta Mayo que volvió el general Santa Cruz.
D. Luis José Orbegoso quedó gobernando con el título de
Presidente del Korte, desde Agosto de 837 á 28 de Julio de
838. Eeasumió el de toda laEepáblica.
El General D. Agustín Gamarra fué electo Presidente en
22 de Agosto, hasta que marchó al Norte en ííoviembre.
D. José de la Eiva-Aguero nombrado Presidente del Estado
Ííor-Peruano, entró en Lima con Santa Cruz en JSToviembre
14 de 838, y gobernó hasta fin de Enero de 1839 que se emr
barco en el Callao.
D. Antonio Yigil, como Jete Superior quedó en la capital
hasta el 15 de Febrero de 1839.
D. Antonio Gutiérrez de La-Fuente ocupó la capital el 16
de Febrero, y habilitó para el comercio el puerto de Chorri-
llos.
D. Agustín Gamarra hizo su entrada el 24.
El general La-Fuente quedó encargado idel mando, por ha-
ber salido el anterior el 23 de Marzo.
En 5 de Diciembre entró en Lima el general Gamarra.
El Gran Mariscal D. Agustín Gamarra fué proclamado Pre-
sidente de la Eepública por el Congreso, el 7 de Julio de 1840.
D. Manuel Menendez como Presidente del Consejo, se hizo
cargo del gobierno el 16 de Marzo de 841 en que marchó el
general Gamarra al Sur á sosegar el movimiento de Yivanco,
hasta el 28 de Junio. El 13 de Julio volvió á encargarse del
mando, por la salida del indicado Presidente Gamarra al Sur,
y murió en Inga vi el . . de ISToviembre.
El general í). Juan Crisóstomo Torrico se proclamó Jefe
de la ísTacion en 16 de Agosto de 1842.
El general D. Francisco Vidal 29 Vice-Presidente del Con-
sejo de Estado, se hallaba en el Cuzco donde tomó el mando
supremo el 28 de Julio; entró en Lima el 18 de Octubre. Aun-
TOM. VII. LlTEBATÜEA — ^24
—186—
que entregó el mando al Vice-Presi dente Dr. Figuerola el 15
de Marzo de 1843, solo duró este cinco dias, pues el ejército
no se convino.
El general D. Manuel Ignacio Vivanco proclamado Supre-
mo Director desde principio de este año de 1843, entró én Li-
ma el 8 de Abril. Salió el 30 delÑToviembre.
D. Domingo Elias Prefecto del Departamento, lo encargó
el Director de la Administración desde el 7 de Noviembre,, y
gobernó bajo su sistema, hasta el 17 de Junio de 1844 que
proclamó la conciliación.
Junta Suprema de Gobierno: se erigió en líoviembre des-
pués del triunfo de San Antonio; gobernó todo el Sur hasta
el 10 de Diciembre de .1844.
D. Manuel Menendez se hizo cargo del gobierno el 10 de
Agosto, el cual lo pasó al Yi ce-Presiden te D. D. Justo Fi-
güerolapor hallarse enfermo: lo reasumió el 5 de Octubre.
D. Ramón Castilla general de división, fué proclamado por
el Congreso Presidente de la Eepública en 19 de Abril de 1845.
DOCUMENTOS IIÍTERESANTES.
TKATÁDO E^iPECIÁL ENTRE LOS ESTADOS DE BUEIfOS-AYKES
T CHILE.
El Excmo. Director Supremo de las Provincias Unidas del
Eio de la Plata, y eíExcmo. Director Süpreino del Estado de
Chile, en uso de los poderes quei les están conferidos por la
Constitución provisional de los Estados respectivos; deseando
poner fin á la dominación tiránica del gobierno español en el
Perú, y procurar á sus habitantes la libertad é independencia
de que se hallan tan injustamente privados, ya efecto de dis-
pensar el auxilio, que los liabitantes de Lima lían solicitado
de ambos Estados contratantes, han resuelto concluir el pí^é-
sente tratado.
A este efecto, las partes contratantes han nonlbrado por
sus Plenipotenciarios, á saber: de parte del Excmo, Director
Supremo de las Provincias Unidas del Eió de la Plata, á D.
Gregorio Tagle, Ministro de Estado para los Departálnentos
de Gobierno y de líegocios Extrangeros, y de parte del Di-
rector Supremo del Estado de Chile, al coronel D. Antonio
José de Irrizarri, Oficial de la legión de mérito y Ministro de
Estado. Los cuales después de haber canjeado sui^ {)lenós po-
deres, y Hallándolos en buena y debida forma, se han conve-
nido en los artículos siguientes:
Artículo 19 Las dos partes contratantes condescendiendo
al deseo manifestado por los babitantes del Perú, y mayor-
mente por los de su capital de Lima, de que ellas les procuren
una fuerza armada para expeler al gobierno español, y esta-
blecer otro, que sea análogo á su constitución física y moral,
las dos dichas partes se comprometen á emprender una expe-
dición que á este efecto se baila pronta ya en Chile.
—188—
Art. 29 El ejército combinado de las Provincias Unidas y
de Chile dirigido contra las autoridades actuales de Lima, y
á la ayuda de aquellos habitantes, cesará de permanecer en
aquel país, desde el momento en que baya establecido un go-
bierno conforme á la libre voluntad de los habitantes, á no
ser que pida este gobierno, y convenga á las circunstancias,
así de las dos partes contratantes, como á los tres Estados de
Chile, Provincias Unidas y Lima, que este ejército subsista
sobre aquel territorio por cierto tiempo. En este caso los ge-
nerales revestidos de poderes ú los otros Ministros de Chile,
Provincias Unidas y Lima, deberán tratar sobre este punto
con el gobierno que quede establecido' en Lima, mediante á
que la ejecución de dichos tratados, estará siempre sujeta á la
ratificación respectiva de las autoridades supremas de Chile y
de las Provincias Unidas.
Art. 39 A fin de evitar toda causado discordia éntrelos
dos estados contratantes, y el nuevo gobierno que se forme en
el Perú, respecto al pago de los gastos de la expedición libe-
ratriz, y deseando remover para lo futuro todo protesto que
pudieran alegar todos los enemigos de la América, para atri-
buir á esta expedición algunos motivos interesados, que se ha-
yan muy ajenos de ella, las dos partes contratantes se convie-
nen, en no tratar del reintegro de sus expensas hasta que pue-
dan arreglarse con el gobierno independiente de Lima. El
ejército combinado observará hasta entonces y después, una
conducta conforme á su objeto que es de protejer, y no de obrar
hostilmente contra los habitantes, y respecto á todos estos
puntos, los gobiernos darán órdenes expresas á sus generales
respectivos.
Art. 49 El estado de los gastos causados por la expedición
liberatriz,y de la escuadra de Chile que la conduce, luego que
pase al mar Pacífico, á este objeto, será presentado por los mi-
nistros ó agentes de los gobiernos de Chile y Provincias Uni-
das, al gobierno independiente de Lima, arreglando amigable-
mente con él todas las medidas en cuanto al importe, época y
modo de los pagamentos.
Art. 59 Las dos partes contratantes garantizan mutuamen-
te la independencia del Estado que se forme en el Perú, cuan-
do la capital estuviese libre.
Art. 69 El presente tratado será ratificado por el Excmo.
Director Supremo de las Provincias Unidas del Eió de la Pla-
ta, y por el Excmo. Director Supremo del Estado de Chile en
el, término de sesenta dias.
Dado y firmado en la ciudad de Buenos- Ayres, el 5 de Fe-
brero de 1819. — Antoííto José de Ireizakri. — Gregorio
Taglb.
—189-
INSTKUCCION QUIi DEBE OBSERVAR EL EJERCITO LIBERTADOR
DEL PERÚ.
En la ciudad de Santiago de Chile á 23 días del mes de Ju"
nio de 182Q, estando el Exorno. Senado en su sala de acuerdo
y en sesiones ordinarias, resolvió S. E. que siendo el objeto
del Estado de Chile, y el espíritu que anima al ejército desti-
nado á la expedición del Perú, sacar de la esclavitud y domi-
nación del Eey de España, á los habitantes de aquellas vastas
provincias; uniformar el sistema de la libertad civil y nacio-
nal en toda la América meridional, acabar con los serviles
partidarios de Fernando VII, que acantonados en aquellos
puntos sostienen con su acostumbrada obstinación una guerra
destructora, y constituir unos nuevos estados independientes,
que unidos para la defensa de la causa común, con los demás
que ya han conseguido su libertad, nos hagan impenetrables
á los ulteriores ambiciosos proyectos de los españoles, debia
aun fijarse las reglas que debe observar el Excmo. General en
Jefe de la expedición, y acordadas por S. E. quedcS decidido,
que estas debian limitarse á las instrucciones que deben cum-
plirse inviolablemente y han de correr bajo los siguientes:
Artículo 19 En los pueblos á que arribe no usará de la fuer-
za, sino cuando después de haber convidado á sus habitantes
con la paz, encuentre una obstinada resistencia.
Art. 29 Los pueblos y provincias que voluntariamente se
entregaren, serán tratados como hermanos en común, y en
particular no se insultarán ni ofenderán las personas, ni los
intereses, y aun aquellos que no sean adictos á nuestra causa,
se procurará ganarles con el bien y buen trato, haciéndoles
entender que el sistema de nuestra libertad civil tiene por ob-
jeto inseparable, el espíritu de beneficencia y amor á la hu-
manidad.
Art. o9 Cuidará que todos los individuos del ejército, obser-
ven escrupulosamente lo prevenido en el artículo anterior,
castigando con severidad á los transgresores, y haciéndoles
conocer que mayores y mas estables conquistas y victorias, se
consiguen con la buena opinión y fuerza moral, que con el ca-
ñón y bayonetas.
Art. 4^ Luego que haga su entrada en algún pueblo, hará
que juntándose las corporaciones y principales vecinos, hagan
elección de teniente gobernador ó de gobernador, si fuere ca-
becera de provincia; de cabildo y demás funcionarios públicos
en el caso que los antedichos sean contrarios á la causa de lá
América, consultando en estas elecciones el orden y tranqui-
lidad pública, y la seguridad de lo que se fuere conquistando.
—190—
Art. 59 Que á los gobernadores ó tenientes, y cabildos ele-
gidos en la forma dicha, pedirá comedidamente cuarteles para
el ejército, para oficiales, víveres y demás auxilios que se ne-
cesitasen, de modo que sin ofender en lo menor el justo dere-
cho de sus propiedades, conozcan todos que son sus lejítimos
dueños de aquellos territorios, y nuestro ejército no exije de
ellos, sino los derechos de la hospitalidad, y las justas atencio-
nes y remuneraciones de unos hermanos que á costa de gran-
des sacrificios aspiran á sacarles de la esclavitud, y ponerles
en el goce del precioso don de la libertad civil.
Art. 6? Hará que todos los pueblos y provincias que volun-
tariamente se ofrezcan á nuestra amistad, se arreglen los go-
biernos en la forma que se ha dicho en el artículo 49, y que se
jure y publique solemnemente la independencia delanacioui
española, para cuyo efecto, mandará comisionados de repre-
sentación y probidad que observen una conducta irreprensible,
y conforme á lo que se previene en los artículos anteriores.
Art. 79 Que si la capital del Perú y algunos otros pueblos
se negasen á nueszras reconvenciones de j)az, y fuese preciso
■ usar ele la fuerza para tomarlos, se eviten en cuanto sea posi-
ble los saqueos, violencias y demás excesos que ofenden á la
religión y humanidad.
Art. 89 Cuidará que en los pueblos tomados por las armas,
sareunan los patriotas que en ellos hubiesen, para que hagan la
elección de seis mandatarios como se previene en el artículo
49 Pero de ningún modo admitirá algún empleo político para
sí ni para los oficiales.
Art. 99 En la ciudad de Lima, capital del Perú, se elegirá
conforme á lo prevenido en dicho artículo 49 un director ó jun-
ta suprema como agradase á los vocales, que con pleno poder,
gobierne todas aquellas provincias, separando de los empleos
políticos y militares á todos los que sean notoriamente contra-
rios á nuestra causa, subrogando líatriotas de probidad é idó-
neos para el buen servicio del estado.
Art. 109 Que solicite de la suprema autoridad constituida
en la capital, se forme un proyecto de constitución provisoria,
que siendo voluntariamente suscrita ijor las corporaciones y
vecinos de todo el estado, se jure solemnemente su observan-
cia en la metrópoli y en todos los pueblos.
Art. 119 Para la formación de la constitución se tendrá
mucha consideración en cuanto lo jjermita el sistema de nues-
tra libertad, á las antiguas costumbres de aquel Estado, qu«
no podrán ser alteradas sin pesadumbres y notables senti-
mientos de sus habitantes, y cuya extirpación debe ser obra
de la prudencia y del tiempo.
Art. 129 Por este mismo i^rincij^io en los pueblos que se fue-
—191—
ren uniendo á nuestra amistad,no hará la menor novedad en el
orden gérárquico de los nobles, caballeros, cruzados, títulos &.
Se. y á cada uno tratará y liará tratar con aquellas distinciones
que su actual rango exije.
Art. 139 Cuidará que en ninguna parte de aquel Estado se
hagan secuestraciones de bienes, sino de aquellos que han fu-
gado para reunirse con los enemigos do nuestra causa, y de
las propiedades de los habitantes en la península; pero todo
estose practicará por las comisiones que para el efecto se nom-
brarán, por las justicias territoriales á quienes corresponde su
ejecución y aplicación, de los caudales que de ellos resultasen,
para el pago del eiército expedicionario y de la escuadra.
Art. 14® A todos los naturales de aquellas provincias que
hayan sido contrarios á nuestra libertad, y quieran quedarse
con nosotros, conformándose con el actual sistema, se les reci-
birá benignamente, y se les distinguirá á proporción de los
compromisos que hicieren por nuestra causa.
Art. 15? Lo mismo se practicará con los habitantes españo-
les en aquel Estado, bien que en lo interior con aquella caute-
la que exije la prudencia; pues nunca conviene ceder al ene-
migo, á no ser que baya dado prácticamente incontestables
pruebas de su compromiso y conversión, y solo en este caso, se
• podrá echar mano de los criollos y peninsulares para los em-
pleos del Estado.
Art. 169 En las contribuciones mensuales que aquellos go-
biernos impongan á sus vecinos para los gastos del ejercito,
escuadra, &. &., encargará á las autoridades para el efecto
constituidas, alivie á los patriotas en cuanto sea posible, y se
cargará la mano en primer lugar á los españoles criollos, ter-
* eos y obstinados, y en segundo á los indiferentes.
Art. 179 Si considerase ser necesario á la seguridad pública
desterrar á algunos individuos, oficiará sobre ellos á las auto-
ridades constituidas, ó tratará verbalmente con ellas, á fin de
que lo hagan con la cordura y moderacion,?que las circunstan-
cias ocurrentes exigieren.
Art. 189 Si algunos eclesiásticos constituidos empleos pú-
blicos, por ser muy Qontrarios al sistema de nuestra libertad,
fuese preciso removerlos; se hará por las autoridades consti-
tuidas, y con aquella consideración que pide su carácter y dig-
nidad.
Art. 199 Las iglesias y sus bienes serán en todas sus cir-
cunstancias inviolables; de modo que, aun tomando algunos
pueblos por la fuerza, nunca permitirá que se ponga la mano
en el santuario ni en sus ministros; ordenándolo así al ejército,
castigando ejemplarmente á los transgresores.
Art. 209 Cuidará con el mayor celo que la Eeligion Santa
—192—
de Jesucristo sea respetada del ejército, y castigará con se-
veridad á los iDsolentes que hablaren contra las verdades de
la fé, y stis adorables misterios, escarmentando á los que con
una conducta inmoral, escandalicen aquellos pueblos.
Art. 21? Solicitará que los indios sean tratados con lenidad,
y aliviados en cuanto sea posible, de las graves pensiones con
que los oj)rimia el pesado yugo español, y que entren al goce
de la libertad civil, en los mismos términos que los demás in-
dividuos de aquellas pro 7incias.
Art. 22? Si fuese preciso levantar algunos cuerpos milita-
res de los naturales de aquellas i)rovincias cuidará que en
ellos no se confundan las castas entre quienes siempre se ob-
servan ciertos principios de rivalidades ofensivas á la naciOD y
disciplina militar; h^á que de Jos individuos de cada especie
se formen los cuerpos ó compañías auxiliares.
Art. 23" ISTo hará novedad alguna sobre la libertad de es-
clavos, pues esto debe ser privativo de las autoridades que se
constituyeren, y cuya resolución se debe tratar con mucha cir-
cunspección; poro sí recibirá en su ejército á todos los negros
y mulatos esclavos, que voluntariamente se le presentaren sin
darse por entendido de su libertad, á no ser que concurran
gravísimas circunstancias que lo exijan.
Art. 24? En el caso que los esclavos que se le presenten
sean tantos que su ejército no necesite de todos, y antes bien
puedan serles perjudiciales, deberá remitir á este Estado el
número que compongan dos ó mas batallones, salvo en el caso
de este y el anterior artículo, el derecho de propiedad de los
amos deberá respetarse para el cubierto proporcional que se
acuerde por los estados á quienes sean aplicados.
Art. 25? Cuidará de comunicar cualesquiera resultados ó,
providencias que tomare el Supremo Gobierno y Senado de
este Estado, Ínterin se acuerda la remisión de un diputado que
deberá elejirse con la autoridad é instrucciones necesarias, y
con quien solo podrán acordarse los asuntos y negociaciones
diplomáticas y comerciales de ambos Estados; y mandando
comunicar esta resolución al Excmo. señor Supremo Director,
ordenó S. E, se le manifestase que si en el cumplimiento de
los artículos citados se interesa el honor del gobierno, el ma-
yor aprecio del sistema, y el crédito de laííacion, sería útil que
SI fuera posible, marchara con la expedición el diputado de
que habla el presente artículo, y ejecutado firmaron los seño-
res con el infrascrito secvetíxvio José Ignaeio Cienfuegos. — Fran-
cisco B. Fontecüla.—Francisco Antonio Ferez.—Juan A. Alcal-
de.—José Maria déla Bosa.— José María Villarreal, Secretario.
—193—
DESTIEERO DE MONTE AGUDO.'
En la heroica y esforzada ciudad de los Libres del Perú en
25 de Julio de 1822, reunidos en esta Sala Municipal á las siete
de la npclie los señores capitulares que abajo suscriben, con
objeto de deliberar sobre el contenido de una representación
suscrita por un número crecido de ciudadanos, la que sebabia
puesto en manos del señor alcalde Don Erancisco Carrillo y
Madurra,para que se elevase por conducto de esta corporación
ál Excmo. Señor Supremo Delegado, cuyo tenor era contraído
á la remoción del H. Señor Ministro de gobierno Don Bernar-
do Monteagudo por haberse hecho el objeto del disgusto gene-
ral del pueblo, con sus tiránicas, opresivas y arbitrarias pro-
videncias, quitando de consiguiente á este benemérito vecin-
dario la libertad que con la mayor decisión habia jurado. Dis-
cutida la materia con la atención que requería la gravedad
del asunto, se acordó apoyarla solicitud y dirigirla con la nota
respectiva, por medio de una comisión que recayó en los seño-
res alcaldes Don Francisco Carrillo y Mudarra, y Don Eelipe
Antonio Alvarado, y el señor síndico interino Don Manuel
Antonio Baldizan, los que aseguraron á la Municipalidad y
demás ciudadanos, hallarse reunido el Excmo. Consejo de Es-
tado con el mismo objeto de esta Municipalidad; y que estando
concluida la comisión que les fué conferida, podían retirarse
los ciudadanos que esperaban ansiosos el resultado; los que
no satisfechos con esta contestación protestaron no meverse
de la Sala Capitular mientras no supiesen la decisión última,
lo que habiéndose hecho presente al Excmo. Señor Supremo
Delegado por medio de los señores vocales Don Manuel An-
tonio Baldizan, y Don Juan Mancebo contestaron con la reso-
lución de dicho Excmo. Consejo reducida á que continuase el
cabildo Ínterin se respondía á su nota: con igual contestación
se presenció en esta sesión el señor Presidente del Departa-
mento y de esta Municipalidad Don José de la Eiva- Agüero.
Y habiéndose acto continuó recibido del Excmo. Señor Supre-
mo Delegado por conducto del Señor Coronel mayor de plaza
Don José María Kovoa, la nota en que se expresaba haberse
admitido la renuncia, enterado el concurso de ciudadanos de
ella, y no llenando sus ideas exigió ala corporación enérgica-
mente oficíase á S. E. pidiendo la seguridad personal del expre-
sado señor Ministro, por las resultas del juicio de residencia
que debe formársele con arreglo al Estatuto provisorio, y ai
TOM. Vn. LlTERATUBA -25.
-194—
mismo tiempo la seguridad individual de los que habian suscri-
to. El cabildo conforme siempre con los sentimientos del vecin-
dario que representa, pasó á S. E. una nota en esos términos.
En este acto se presentaron los limos. SS. Consejeros de Esta-
do Don Antonio Alvarez de Arenales,y Conde de Torre-Velar-
de, ofreciendo á nombre del Supremo Gobierno y del Excmo.
Consejo, que aldia siguiente se proveerla sobre todos los pun-
tos á que se contrae la representación del pueblo: este no obstan-
te el acaloramiento y eficacia que manifestaba por recobrar la
libertad que conceptuaba perdida, bajo la administración del
señor Monteagudo, se retiró sereno, concluyéndose así el Con-
greso á las diez y media de la noche, manifestándose los no-
bles y uniformes sentimientos que animan á los heroicos habi-
tantes de esta Capital, que efectúan con la mayor tranquilidad
y sosiego transformaciones que en otros países menos, virtuo-
sos, serian causa de torrentes de sangre. — José de la Eiva —
Agüero, Presidente — Felipe Antonio Alvarado. — Francisco
Carrillo y Mudarra. — Mariano Tramarria. — Pablo Bocanegra.
— Agustín Vivanco. — Toribio Alarco. — José Luiz Menacho. —
Anacleto Limo. — José Freiré. — Juan José García Mancebo.
. — Pedro Manuel Escobar. — Mariana Carranza. — Tomás For-
cada. Síndico procurador general. — Manuel Antonio Baldizan,
Síndico procurador general interino. — ^Manuel Muelle, secre-
tario.
SEPARACIOíir DEL ARZOBISPO LAS HERAS.
He visto con detenida atención el oficio de US. de 27 de
Agosto en el me participa de orden del Excmo. señor Protec-
tor del Perú, que S. E. ha advertido con dolor, que se resiste
á dar cumplimiento á su orden, de qu^ se cierren las casas de
ejercicios. (1) Ko es lo mismo resistir, que representar sumi-
samente: lo 19 se ejecuta de mano armada y con violencia; y
lo 29 con veneración y respeto se exponen los inconvenientes
que se encuentran; y en este modo está concebido mi oficio.
Aun me asistía otra razón para manejarme así: y es que la bon-
dad y religiosidad de S. E. había convenido conmigo, que en
asuntos eclesiásticos y puntos de religión, acordaría con mi
dictamen, á fin de no disponer alguna cosa, que violase las
reglas de la Iglesia. Creo que las indicadas reflexiones me sal-
(1) Este motivó, el que se suspendiese de las licencias de confesar y pre-
dicar á varios sacerdotes, y otras causales se promovieron al Ilustrísimo
Pastorj á lo que se opuso vigorosamente; por lo que, se le ordenó salir del
país en término de 24 horas.
—ios-
varán de la fea nota de resistir á las órdenes del Gobierno, y
por consiguiente que ya np se mire con dolor lo contenido en
mi oficio.
Mas no puedo omitir en significar que me deja en suma
angustia, y nadando en amargura mi corazón, la prevención
que US. me hace deque ese Gobierno tiene muchas órdenes
que dar, y si yo he de oponer á ellas escrúpulos de concien-
cia, me decida por el partido que debo tomar: en la inteligencia
de que los decretos que se den, son irrevocables. Esta preven-
ción tiene un espíritu y sentido mui elevado. Supongamos que
las órdenes que se han de comunicar, versaran sobre materias
religiosas ó eclesiásticas, pues en las civ.iles y gubernativas no
me he significado, sino con mi pronta obediencia-
?Y cuáles serán estos mandatos? ¿Violarán en algún modo
á la Iglesia, ó su vijente disciplina? ¿Perjudicarán alguna cosa
la moral? ¿O tendrán oposición á las máximas del evangelio
de Jesucristo? pues entonces Dios ha constituido á los Obis-
pos para que como Pastores y Guardas del rebaño, que él mis
mo ha adquirido con su sangre, levanten la voz, silven y repre-
senten el extravío. Les amonesta que no se acobarden á Vista
de las mayores potestades de la tierra, y que si es preciso
pierdan la vida y derramen su sangre por un^, causa justa.
Amenazándolos por el contrario de ser tenidos por perros mu-
dos, que no ladraron, ni representaron, cuando se perjudicaba
la salud espiritual de las ovejas.
Hó aquí que una de las principales obligaciones de los
Obispos, es defender con vigor el depósito de la fó y de la
doctrina, que se les ha confiado: y si el perjuicio viene de algu-
na de las grandes potestades, representarle con respeto y su-
misión para no hacerse cómplice y participante en él por una
cobarde condescendencia: de este modo lo practicó con los Em-
peradores del Oriente San Juan Orisóstomo, y con los del Occi-
dente San Ambrosio, y con los Pro-cónsules del África San
Agustín. Eran aquellos los grandes Señores de la Tierra, y
sin embargo los representaban los Obispos, cuando manda-
ban alguna cosa, que podia dañar á las máximas de la reli-
gión ó de su iglesia.
¿Y será posible, que el Supremo Gobierno de esta ciudad
prevenga al Arzobispo, que obedezca ciegamente, y aun se
haga el ejecutor de los decretos que salgan en asuntos religio-
sos y eclesiásticos, por mas que turben su conciencia, y le pa-
rezcan opuestos á la doctrina sana y ortodoxa, porque sus de-
cretos han de ser irrevocables?
¡Ah! ¡decretos irrevocables! espresion que me parece muy
fuerte, y poco adoptada de los Juristas y Teólogos, cierto
estoy que toda autoridad , humana, por grande que sea, y por
—196—
bastos y profundos conocimientos que haya adquirido; jama»
^ liega al grado de infalible en sus decisiones. Siempre es ca-
paz de ser engañada ó engañarse: por consiguiente nunca sus
resoluciones deberán ser irrevocables: este privilegio solo tiene
el Ser Supremo: por eso el señor Fenelon y otros políticos,
aseguran que es mas glorioso, y acredita tener una alma mas
elevada aquel Monarca ó Gobierno, que convencido de haber
algún error contra la religión, la razón ó la justicia, en sus de-
cretos, los revoca; que aquel que jamás ha errado. En efecto
querer llevar adelante una orden, porque solo se mandó á pe-
sar de que se representan inconvenientes, y obstáculos en su
cumplimiento, opuestos á la moral, á la doctrina evangélica ó
á las disposiciones de la Iglesia, es nn yugo bien pesado. Pbr
lo que á mí toca, puedo asegurar que he representado muchas
veces, y aun he reclamado de las providencias dadas por las
superiores potestades, las que persuadidas de mis justos fun-
damentos, las han revocado ó variado. Cuando un Prelado de
la Iglesia habla en puntos espirituales ó eclesiásticos, es acre-
edor á que se le oiga, y se atiendan sus razones; pues el mi»- '
mo Dios nos amonesta por el Evangelista San Mateo, que
quien los oye á la misma divininad oye; y quien los despre-
cia, desprecia al mismo Ser Supremo. ^
Ka obstante la referida doctrina, TJS. me dice en su oficio,
que sino he de obedecer sin réplica, ni representar contra los
decretos de Gobierno que son invariables, elija el partido que
me convenga tomar. Ya tengo deliberado este partido, desde
el 24 de Julio último, desde esta fecha puse mi escrito de re-
nuncia de esta dignidad Arzobispal en manos de S. E. pidién-
dole la. admitiese por los justos motivos que le expongo,
y me diese pasaporte para Panamá; pues mi edad de 80 años
y mi debilidad, no me permitía tolerar la dureza de los mares
del Cabo: S. E. condescendió con mi solicitud, y aun me ofre-
ció me proporcionaría barco para el citado paraje. Si enton-
ces formalicé mi renuncia por los motivos que expuse, ahora
la repito de nuevo, agregando á aquellas causas, la de no aco-
modarme existir en país donde se fuerza al Prelado á que cierre
su boca, y que ahogue los mas fuertes sentimientos de su con-
ciencia: sin que le sea permitido dejar de obrar contra ellos.
ISTací para ciudadano de la patria celestial: este es mi único fin,
y todo lo que se le oponga me disgusta. Espero, que á la ma-
yor brevedad se me admita la renuncia, para que quede ali-
viado de una carga, que ya se me hace insoportable.
Nuestro Señor guarde la vida de US. muchos años. Lima
Setiembre 19 de IS21- Bartolomé, Arzobispo de Lima -Al H.
Señor Ministro de Estado.
—197—
SOBEEAKO PAEA EL PERÜ.
EXCMO. Señoe:
No obstante de lo insinuado á V. E. en mi anterior nota
sobre los puntos que debe comprender las instrucciones que
lleven los señores Garcia y Parrosien encargados de levantar
el empréstito en Londres. S. E. el Protector me ba prevenido
diga á V. E., que el Excmo. Concejo no hecbe en olvido co-
mo punto esencial, el autorizarlos para que soliciten de una
de las casas reinantes, un príncipe de aptitud y prepotencia
que rija los destinos del Perúj pues está altamente penetrado
que el gobierno mas conducente á su felicidad es el monárqui-
co constitucional, sistema que S. E. sostendrá en caso necesa-
rio con toda su fuerza física y moral.
Dios guarde á V. E. mucbos años.-^Lima Abril 2 de 1822.
— B. Monteagtído (i).
Al Excmo. Señor Presidente del Consejo de Estado.
AGREGACIÓN DE GUAYAQUIL.
JUNTA DE GOBIERNO.
Guayaquil, Junio 24: de 1822. — Reservado.
Excmo. Señor:
La victoria de Picbincba debida á las tropas del Perú apre-
suró la entrada en Quito del Libertador de Colombia. El Go-
bierno fió al señor Mariscal Lámar la honrosa comisión de pa-
sar á felicitarle á su nombre. La felicitación, los varios obje-
tos que comprendía, y el personage á quien era dirigida, exi-
gieron la elección de un sugeto del mérito y reputación del se-
ñor Mariscal.
En el momento mismo de su partida hemos recibido comu-
nicación de ese Supremo Gobierno fecha 7 del presente por la
cual nos participa el nombramiento que' ha hecho en el mis-
mo de Jefe del E. M. G. del Perú, y la orden que se le habia
(1) No se ha podido encontrar los demás antecedentes concernientes á
este asunto, pero es constante llevaron los agentes dichos, el encargo, por
cuyo motivo el primer CongresOj declaró insubsistentes los poderes conferí
dos por resolución de 22 de Noviembre de 822.
—198—
dirigido para que saliese inmediatamente á servir su destino.
Esta ocurrencia inesperada, nos hizo entrar en un serio acuer-
do; y pesando por una y otra parte los inconvenientes, las
ventajas, y las críticas circunstancias de esta provincia, no he-
mos podido menos que exigir del señor Mariscal su partida á
Quito. Esperamos que V. E. no desaprobará esta necesaria
resolución teniendo presentes los poderosos motivos que nos
han impulsado. *
V. E. debe recordar las intimaciones del Libertador á este
gobierno, sobre la agregación de esta Provincia á la Eepúbli-
ca: y su derecho parecerá mas fuerte, sostenido hoy por tres
mil bayonetas. Los jefes, oficiales y parciales que se han reu-
nido en Quito y sitian á S. E. le han dado los informes mas si-
niestros de este gobierno, y las noticias mas equivocadas de la
situación, espíritu y opinión de este pueblo. Se le ha hecho
creer (y S. E. no se ha desdeñado de descender á dar crédito
á pueriles imposturas), que toda la Provincia está decidida
por la Eepública, y que solo el gobierno se opone, oprimiendo
y violentando la \7oluntad general. Era pues forzoso que se re-
mitiese á S. E. un sugeto de respeto, de crédito y con toda pre-
sunción de imparcialidad, que después de cumplimentarle,
aprovechase la mejor oportunidad de informarle de la verda-
dera situación de esta provincia, de la libertad sin límite que
sin degenerar en licencia, le permite el gobierno en materia
de opinión; que le impusiese de la honradez y liberalidad de
nuestros principios, y de las artes que han puesto en obra los
enemigos del orden. Todo con el fin de descubrir los i)lanes
que se hubiese propuesto el Libertador sobre este pueblo, y
de suspenderlos ó neutralizarlos si fuese posible.
Tenemos sospechas, y no leves, de que los jefes de la Eepú-
blica persuadidos de que el gobierno del Perú, ha puesto to-
dos los medios de disolver el batallón de ííumancia, proyec-
tan hacer lo mismo con la división de Santa-Oruz, y que ya
han empezado á pretestar demoras para su regreso. El señor
Lámar hará desvanecer los. inconvenientes, apresurará su sa-
lida, y aun esperamos que á mas de la fuerza propia de la di-
visión peruana, traiga mil hombres mas de la Eepública para
que todos se embarquen en este puerto, y vayan con su coope-
ración á apresurar el dia de gloria que nos prepara V. E. Para
este efecto es indispensable que V. E. remita transportes; si la
escuadra no estuviese ocupada en algún otro objeto podría ve-
nir; y entonces la conducion de las tropas al Callao seria mas
fácil, mas cómoda y menos costosa. Pero si la división baja
de la Sierra á ese punto, y no llegan los transportes, entonces
echaremos mano de los buques de esta bahía, y haremos los
mayores esfuerzos para aprestar su marcha. V. E. conocerá
—199—
fácilmente que ningún otro que el señor Lámar podia prepa-
rar, facilitar y ejecutar estas operaciones complicadas y sobre
manera importante al Estado del Perú.
Desde que recibimos la mencionada intimación del Liber-
tador el gobierno ha creido iniciada la agresión de esta Pro-
vincia, y que era inevitable un compromiso entre el Perú y
Colombia; pues ni esta podría desistir de su intento, en que ha
cifrado la parte principal de su prosperidad; ni aquel podría
ver pasivamente el ultraje de un pueblo puesto bajo su pro-
tección.
En conclusión, salvar la división del Perú; aumentar su
fuerza, hacerla útil en la próxima campaña; precaver diferen-
cias desagradables entre los dos Estados, (cuyor resultados
podrían ser una guerra civil que aumentando la desolación de
América, nos desconceptuase y envileciese á los^ ojos de la
Europa); desimpresionar al Libertador de las absurdas y de-
testables ideas que se le han sugerido contra este gobierno;
y en fin evitar que los horrores de la discordia sean el fruto
de los sacrificios de este pueblo por su libertad, por la de las
provincias comarcanas, y por lia causa americana; tales han
sido los motivos poderosos que nos han obligado á creer que
el señor Mariscal Lámar haría un servicio mas importante á
la Patria, y al Perú particularmente, partiendo á Quito antes
de ir á servir el destino con que acaba de honrarle su gobierno.
Dios guarde á Y. E. muchos años. — José de Olmedo, — Exce-
lentísimo señor, Supremo Delegado del Perú.
MINISTERIO DE ESTADO.
Todos los gobiernos conocen la necesidad de emplear el
premio y el castigo para dirigir á los pueblos según el plan
que cada uno se propone: la gran diferencia consiste en los
medios que adoptan, y en los objetos sobre que se versa el
ejercicio del poder distributivo. Alguna vez la virtud sufre, y se
remunera el crimen, y estos ejemplos se repiten cuando se vé
con indolencia la suerte pública, ó se desea con Ínteres su em-
peoramiento y ruina. lííada tenia antes que esperar el hom-
bre de mérito, el genio emprendedor, el artesano industrioso,
en fin ningún individuo llamado á gozar entre sus semejantes,
un grado de prosperidad igual á sus ventajas y aptitudes. El
talento era un don funesto de la naturaleza, porque á mas de
excitar aversión hacia convencer mejor la gravedad del ultra-
je que infería la fuerza á la razón. Pero ya está resuelto el
-^200—
problema: existe hoy en el mundo un poder más fuerte que el
de los tiranos: la filosofía habla en todas partes, y no son me-
nos rápidos sus progresos donde encuentra resistencia, que
donde su voz es oida con admiración. Para remover entre no-
sotros los obstáculos que oponia la política del gobierno anti-
guo al fomento de las lucesj se ha calculado entre otros medios
en el decreto siguiente:
EL SUPEEMO DELEGADO
JSe acordado y decreto:
19 En la semana en que se celebre el Aniversario de la In-
dependencia del Perú, se distribuirán en las capitales de to-
dos los departamentos libres 20 lotes de remuneración y 3 me-
dallas cívicas (1) á los que las hayan merecido, según el tenor
de este decreto:
29 El valor de los lotes de remuneración, será el que sigue
en esta capital: dos de á 500 pesos, dos de á 400: dos de á 300:
tres de á 200: ocho de á 100 y tres de á 65: en las capitales de
los demás departamentos, el valor de los lotes será la mitad
de estos, siendo el mas alto dé 250 pesos, y el último de 32 y ¿.
39 Las medallas serán de oro, conforme al modelo que se
dará por el ministerio de Estado.
49 Los lotes de remuneración y las medallas, las dará el
Supremo Gobierno en esta capital, y fuera de ella los presi-
dentes de los departamentos:
59 Se prohibe toda solicitud que tenga por objeto estos
premios, pues ellos deben darse, sin previa demanda, en rigo-
roso ejercicio de lajusticia distributiva:
69 Los lotes de remuneración se distribuirán indistinta-
mente á todo profesor que haya desplegado mas talento y
aplicación, cualquiera que sea la ciencia ó arte en que se ejer-
cite, recomendándose especialmente á aquellos que tienen
mas influencia en el bien común, en el decoro público, y en la
forma de las costumbres: los comerciantes, hacendados, y has-
ta los menestrales que tuviesen la opinión pública en favor de
su mayor dedicación, método y buena fó en todos sus empe-
ños: los que hubiesen mostrado mas interés por el fomento de
algún ramo industrial propio del país ó introducido en él otros
que no eran conocidos: en ñn, todos los que en cada año ha-
yan contribuido notablemente á aumentar la prosperidad del
Perú, en cualquier ramo de los de que ella depende;
7? Las medallas cívicas se distribuirán á. los funcionarios
(l^ Estas se repartieron por el Congreso á los generales Tagle, Santa-
Cruz y Eiva-Aguero.
—201—
públicos, que aunque iguales á los demás en sus intenciones,
hayan tenido la oportunidad de acreditar mejor la eficacia de
su celo y su carácter incorruptible: los ciudadanos que por ac-
tos eminentes de virtud, generosidad y patriotismo, hayan me-
recido el aplauso y reconocimiento público:
89 Las calificaciones para ambos premios se harán en las
municipalidades de las capitales, con intervención del Fiscal
departamental, y á ellas remitirán las subalternas una «lista
de las personas mas dignas:
99 El gobierno expedirá á favor de los que considere mas
dignos los títulos de remuneración, y los remitirá á la misma
Municipalidad, para que en un acto público y solemne, los dis-
tribuya á los interesados, y en su virtud reciban el lote ó me-
dalla que les corresponda.
El Ministro de Estado queda especialmente encargado de la
ejecución de este decreto, y de presentarlo al Congreso gene-
ral constituyente, para que en memoria del gran dia del Perú,
y á beneficio de su prosperidad, se sancione para siempre.
Dado en Lima á 29 de Abril de lS22.—Torre-Tagle—P. O.
de S. JE. — B. Monteagudo.
SOSTENIMIENTO DE EIVA-AGÜEEO.
"Beunidos en el gabinete de S. E. el Presidente de la Eepú-
blica, los señores: General de Brigada D. Antonio Pedro Bor-
goño. Jefe del Estado Mayor; coroneles D. Antonio Gutiérrez
de la Fuente del regimiento de Húsares de laUnion: D. Eamon
Yasquez de Novoa, del batallón de infantería Trujillo; Don
José Luis de Orbegoso, comandante de los Cazadores de la
Escolta, teniendo á la vista las comunicaciones oficiales diri-
gida^ por el Gran Mariscal D. José Bernardo Tagle, y los de-
cretos impresos del General de División de Colombia Anto-
nio José de Sucre; y deseando cumplir con los juramentos sa-
grados y su honor militar, uniformemente resolvieron: soste-
ner á costa de su propia vida, la independencia del Perú de
toda nación extranjera, y hacer respetar los derechos de la
Eepública peruana, atrozmente ultrajados: del mismo modo
que evitar oportunamente la anarquía que asoma al Perú, sos-
tenida por personas extrañas del territorio de la Eepública.
En su consecuencia unánimemente se decidieron á no recono-
cer otra autoridad civil ni militar, que la del Presidente de la
Eepública Gran Mariscal D. José de la Eiva-Agüero, como
ToM* vu. Literatura — ^26
—202—
única legítima, emanada por la voluntad general de los pue-
blos libres, y proclamada por los ejércitos del Perú: que para
llevar adelante el plan de operaciones militares, que ponga
término á la guerra civil, y asegure la independencia del Esta-
do, se dirija un tanto de esta acta al General en Jefe del Ejér-
cito del Sar el de División D. Andrés de Santa-Cruz, para que
en el mismo momento que llegue á sus manos, reembarque to-
do su ejército, y recojiendo cuanto buque de transporte hubie-
se desde Arica á Pisco, se dirija á los puertos del ]!^orte de
Lima el referido General Santa-Cruz, escoltando con todos
los buques de guerra que componen la Escuadra que manda
el Vice- Almirante D. Jorge Guisse, en donde pueda entablar
comunicaciones con el legítimo Gobierno del Perú y el Ejérci-
to que se halla bajo sus órdenes. Que, si poruña medida mili-
tar se viese éste obligado á retirarse á la Sierra ó montaña,
para conservarse hasta la llegada del General Santa-Cruz con
su Ejército, cuide este de ponerse en comunicación en cual-
quiera punto que se halle situado el Pi'esidente de la Eepúbli-
ca y Ejército peruano, i)ara de ese modo combinar las opera-
ciones que deben salvar el Perú, y poner término a los furo-
res de la anarquía, que de otro modo haria precisamente su-
cumbir al Perú. Esta medida se espera del acendrado patrio-
tismo del General Santa-Cruz, que será exacta y puntualmen-
te cumplida por parte del referido Genera], sean cual fueren
las ventajas que hubiesen conseguido en las provincias del Sur,
como que todas ellas serian efímeras ó insubsistentes, hallán-
dose como se halla el Perú, en la mas completa anarquía, y
no pudiendo x^or consiguiente contarse con los auxilios de los
aliados para sostener j)or mas tiempo la lucha contra los espa-
ñoles. Por esta razón, se repite, espera la Junta de jefes que el
General Santa-Cruz bajo la mayor reserva se embarque sin
pérdida de instante, sin que nadie del ejercito ni de aquellos
pueblos sea sabedor de su resolución; y si, lo que no se presu-
me la junta, omitiese este x^íiso el referido General Santa-
Cruz, desde ahora se le hace responsable á la pérdida del Perú,
como que se vuelve á decir, sin la conservación del orden in-
terior, y obediencia á la suprema autoridad del Estado, no es
absolutamente i)osible el que el ejército del Perú -pueda con-
servar las ventajas que haya adquirido, ni aun existir p(¿r mu-
cho tiempo; y por el contrario, reuniéndose por la parte del
norte de Lima con el ejército de reserva, podrán ambos ejér-
citos peruanos unidos, conseguir afirmativamente ventajas so-
bre la división española situada en Jauja, al tiempo mismo
que la mayoi? parte de fuerzas españolas se hallan sobre Are-
quipa y Cuzco; mayormente cuando la división auxiliar que
manda en el Sur el general Alvarado, en vista de la conducta
—203—
que se ha observado en las tropas auxiliares, debe cooperar, al
mismo tiempo que el ejército español, á la destrucción de nues-
tro ejército del Sur. Por consecuencia de todo, es de parecer la
junta, que S. E. el Presidente de la República oficie con testi-
mouio de la acta al mencionado señor General D. Andrés de
Santa-Cruz, para que luego, se embarque con todo su ejér-
cito, y venga con la Escuadra en los términos que van expre-
sados, procurando venir en convoy riguroso con la escolta de
todos los buques de guerra, á fin de que no sufra algún desvio
ó estorcion por hostilidad. Igualmente se le previene, que si
hubiese llegado allí la División de Ohile, le deje las instruc-
ciones competentes al tiempo de darse á vela, i)ara que no su-
fra algún descalabro por la separación del ejército del Perú; y
á los pueblos y gobernadores las que corresponden, haciéndo-
les entender que se vé en la presicion de dar un golpe á los
enemigos, separándose ]3or algún tiempo de eseterritorio, que
jamás abandonará; pero de ninguna manera les diga el objeto
ni el punto á donde se dirige con sus tropas, pues de ello re-
sultarían graves y funestas consecuencias, como que en el se-
creto consiste el éxito de la empresa. Finalmente, si como
cree la junta, el general Santa-Oruz parte con la celeridad del
rayo á dar la libertad al Perú, este ejército titulado de reser-
va, se sostendrá á todo trance; pero si faltase el apoyo del que
manda el general Santa-Oruz, desde ahora se protesta, de que
su pérdida, que dentro de dos meses es infalible si permanece
aislado, será debida, no á la falta de esfuerzo de sus jefes y
tropa, sino al abandono en que los deje el General que manda
el del Sur. Del mismo modo ha dispuesto la junta que se pre-
venga al general Santa-Oruz, tenga la mayor vigilancia en
sus tropas, respecto de que hay indicios seguros de que por
los disidentes hay tramados planes contra su vida y disolución
délas tropas. Sobre todo, no duda la junta de que en un to-
do cumpla el general Santa-Oruz con las prevenciones que se
le hacen para su pronto reembarque; y así, solamente calcula
la junta sobre el tiempo en que debe llegar esa división á es-
tas costas, á donde dirigirá sus comunicaciones, bajo las pre-
cauciones mas oportunas, á fin de que no sean interceptadas,
tanto en la mar como en tierra, valiéndose de personas de to-
da su confianza. Todo lo que firmaron en la ciudad de Truji-
11o á 2 de Agosto de 1823.— José de la Riva-Agüero — Pedro
Antonio Borgoño. — Antonio Gutiérrez de la Fuente. — Hamon
Novoa. — Luis José Orhegoso.
-204—
PEOCLAMA.
Pernanos: El Congreso constituyente del Perú me acaba de
honrar con su ilimitada confianza. Al terminar sus sesiones
me ha conferido su poder supremo dictatorial.
Peruanos: Las circunstancias son horribles para nuestra
. Patria: vosotros lo sabéis; pero no desesperéis de la Eepública.
Ella está espirando pero no ha muerto aún. El ejército de Co-
lombia está todavía intacto, y es invencible, Esperamos ade-
más diez mil bravos que vienen de la Patria de los Héroes de
Colombia. |,Quereis mas esperanza?
Peruanos: En cinco meses hemos esperimentado cinco trai-
ciones ó defecciones; pero os quedan contra millón y medio de
enemigos catorce millones de americanos que nos cubrirán con
el escudo de sus armas. La Plata, Chile, Méjico, y Colombia
están por vosotros. La justicia también os favorece, y cuando
se combate por ella, el cielo no deja de conceder la victoria.
Peruanos: Sed pacientes, y esperadlo todo de vuestros in-
victos hermanos de armas, porque ellos no cuentan con una
ciega fortuna como los españoles, sino con sus pechos genero-
sos. El campo de batalla dirá' á quien pertenece el Perú si á
los hijos del acaso ó á los hijos de la gloria.
Cuartel General en Pativilca á 13 de Febrero de 1824.
Bolívar,
PEOCLAMA A LOS SOLDADOS DEL EJEECITO
VENCEDOR EN AYA CUCHO.
Soldados: habéis dado la libertad á la América Meridional
y una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra
gloria. ¿Donde no habéis vencido?
La América del Sur está cubierta de trofeos de vuestro va-
lor; pero Ayacucho, semejante al Chimborazo, levanta su ca-
beza erguida sobre todos.
Soldados: Colombia os debe la gloria que nuevamente le .
dais: el Perú vida, libertad, y paz. La Plata y Chile tambieu
os son deudores de inmensas ventajas. La buena causa: la
causa de los derechos del hombre, ha ganado con vuestras ar-
mas su terrible contienda contra los opresores. Oomtemplad
—205—
pues, el bien que habéis hecho á la humanidad, con vuestros
heroicos sacrificios;
Soldados: recibid la ilimitada gratitud que os tributó á
nombre del Perú. Yo os oíVesco igualmente, que seréis recom-
pensados, como merecéis, antes de volveros á vuestra hermo-
sa patria. Mas no,jamas seréis recompensados dignamente:
vuestros servicios no tienen precio.
Soldados peruanos: vuestra patria os contará siempre en-
tre los primeros salvadores del Perú.
Soldados Colombianos: centenares de victorias alargan
vuestra vida hasta el término del mundo— Cuartel general en
Lima, á 25 de Diciembre de 1824. — boltvak.
HISTORIA.
BE
LA ION JA- ALFÉREZ
ESCRITA POR ELLA MISMA.
G^s^^^?r^
ADVERTENCIA.
Libro escasísimo es la Historia de la Monja-Alferez Da- Ga
talina de Arauso, escrita por ella misma, y cediendo á las jns
tancias de muclias personas, Le creído conveniente reimpri
mirlo. Las aventuras de esta mujer-hombre ofrece gran inte-
rés histórico, y acaso darán luz sobre algunos sucesos que se
relacionan con el Perú.
"Quisiera yo, en verdad, dice el prologuista de este curioso
''libro, que mi heroína hubiese merecido este nombre por sus
"virtudes; que hubiera utilizado las grandes calidades de que
"la dotó la naturaleza; que de su claro entendimiento, de aque-
"llas disposiciones felices con que en las variadas situaciones
"de su vida mostró toda la extencion de su capacidad, hubiese
"hecho un uso acertado y noble, ilustrando su sexo por la su-
"perioridad de su razón; que su ánimo exforzado y varonil
'^exenta de las manchas de los delitos, renunciando á la triste
"celebridad de jaques, espadachines y perdonavidas, se hubie-
"ra exclusivamente empleado sobre el campo del honor en
"añadir nuevos timbres á las glorias de su patria. Mas por des-
"gracia la D^ Catalina de Erauso está muy distante de ser un
"modelo de imitación. Mezcla extraña de grandeza y de fu-
"nestas inclinaciones, su valor es las mas veces irrascibilidad
"ciega y feroz su ingenio travesura, y sin merecer el nombre
"de grande tiene que contentarse con el de muger extraordi-
"naria y peregrina, y no puede reclamar aquella admiración,
"aquella especie de culto que las generaciones reconocidas
ToM. VII Literatura — 27
—210—
"tributan solo al empleo útil de los talentos, al uso justo y be-
"neficio de la fuerza, al heroísmo de la virtud.
"Sin embargo, yo be creido que su historia debe ser publi-
"cada; su memoria trasmitida á la posteridad, como un nuevo
"ejemplar que aumenta la colección de estos fenómenos raros,
"que así merecen exitar la curiosidad del fisiólogo y del filóso-
"fo, como la del hombre público. Al notar por ejemplo que en
"esta muger asambrosa la fuerza de sus músculos, la rigidez y
"dureza de su organización, sus calidades varoniles llevan
"consigo la extinción absoluta de las pasiones y deseos pro-
"pios de su sexo [1] el primero podrá examinar, si estos en la
"economía animal están vinculados á la conformación exter-
"na ó interna de ciertos órganos; si en ellos debe localizarse
"su acción, ó si teniendo en otro su residencia x)rimitiva, los
"estímulos que por lo común en aquellos aparecen y sentimos,
"son puramente simpáticos, en términos que, por decirlo así,
"un individuo de la especie humana, con todas las apariencias
" esteriores de su sexo, pueda real y verdaderamente ijertene-
"cer á otro; mientras que el filósofo observando que esta mu-
"ger extraordinaria no solo se olvida del suyo en las acciones
"comunes á los dos, sino en aquellas en qne esencialmente
"consiste la diferencia de entrambos, y que llega hasta adqui-
"rir, y sentir las inclinaciones y deseos del sexo opuesto, [2]
"deducirá de este fenómeno ideológico y moral, hasta qué
"punto la influencia de nuestros juicios habituales, y por con-
"secuencía la acción de la educación, es decir, la de los ejem-
"plos y hechos repetidos son capaces de modificarnos, de alte-
"rar y trastornar los movimientos menos dependientes al pa-
"recer de nuestra voluntad, las leyes mas mecánicas de nues-
"tra organización: deponiendo entrambos en el santuario del
"legislador el fruto de tales y tan interesantes observaciones,
"que de justicia reclaman su primera atención. ¡Qué de virtu-
"des malogradas en la sociedad, qué de crímenes no deshon-
"ran la historia de lii humanidad por los viciosos sistemas, ó
"el abandono de la educación! El heroísmo y la atrocidad no
"son acaso en su origen sino una disposición á todo lo que es
"grande y desmesurado; un problema que la educación resuel-
"ve en un sentido ó en otro. ¡Cuántos de aquellos que ejerci-
[IJ Su castidad es eu mi dictamen el punto mas incontestable de su his-
toria, y sin embargo, no es creiblc que la que tan constantemente observó,
fué por respeto á los preceptos del Decálogo. ¿Cómo por principios de mo-
ralidad podia respetar el que la i)roscribe, quien con tan poco escrúpulo in-
fringía los que le siguen y preceden? No liabia nacido Catalina de Erauso
para refi'euar sus pasiones. La que no pareció fué porque no la tuvo.
[2] Eesulta de la vida que le gustaba no los hombres sino las mugeres,
y entre estas las boaitas y no las feas.
—211—
"taron á su funesta sagacidad ea corromper la moral pública,
"en violar las leyes á fuerza de dolosa disimulación, de rate-
aras trampas y ardides, y que hubo de estigmatizar al fin el
"hierro de la infamia, dirigido su ingenio por una buena edu-
"cacion habrían servido con sus talentos al triunfo de la jus-
"ticia y del orden, al bien de la humanidad!''
Espero que esta reimpresión sea bien acojida por los lecto-
res americanos á quienes he consagrado mis tareas de compi-
lador.
Lima, Setiembre de 1875.
Manuel de Odriozola.
HISTORIA
DE
LA MONJA ALFÉREZ.
Nací yo D? Catalina de Eraiiso en la villa de San Sebastian
de Guipuscoa, en el año de 1585 [1] hija del capitán D. Mi-
guel de Erauso y de D^ María Pérez de Galagarraga y Arce,
naturales y vecinos de dicha villa [2]. Criáronme mis padres
[1] Consta por su partida bautismal que uació en el de l.')92. Después de
recibido este docmuento, uotando una diferencia de siete años, que el ma-
nuscrito se lleva adelante en todas las citaciones hasta el año de 1603, tia-
té de salir de la sospecha que llegó á causarme, si estíiria dicha partida
equivocada, haciéndola reconocer de nuevo en el libro primero de bautiza-
dos de la Parroquia de San Vicente Mártir de la ciudad do San Sebastian,
que se halla al folio 21; y habitíndose encontrado que es en efecto la trigé-
sima séptima de dicho año de 1592, es visto que no hay cojiformidad entre
la relación de la Monja Alférez y este documento auténtico; que aparece
sin enmienda ni testadura alguna que autorice la duda. Por el reconoci-
miento escrupuloso que se hizo esta segunda vez del referido lilu'o, que sien-
do el primero de bantizados,desdequese erigió dicha Parroquia, dio princi-
pio en el año de 1588; resulta que fueron bautizados en ello, en 1590, Jua-
"nes de Erauso, en 1591, Isabel de Kraiiso, y en 1502, Catalina de Erauso:
todos hijos de Miguel de Erauso y do Maria Pérez de Galarraga, su muger,
y de consiguiente hermanos carnales. No aparecen en él las partidas de
otros hermanos que tuvo Da. Catalina, y señaladamente Maria Juana y Ja-
cinta de Eraxiso; de cuya existencia no se puede dudar, sin embargo, por
constar en el libro de profesiones y asientos del Convento del Antiguo; sin
duda porque fueron bautizados en otra pila, como sucedió con su hermano
Miguel.
[2] La ciudad actual de San Sebastian se tituló villa desde tiempo inme-
morial, hasta que el año de 1660 pasó á ella el señor D. Felipe IV con su
—214—
en su casa con otros mis hermanos hasta tener cuatro años.
En 1589 me entraron en el Convento de San Sebastian el An-
tiguo de dicha villa; [1] que es de monjas dominicas, con mi
tia T>^ Úrsula de Unza y Sarasti, prima hermana de mi madre,
Priora de aquel convento, [2] donde me crié hasta tener quin-
ce años, y entonces se trató de mi profesión. Estando en el
año de noviciado ya cerca del fin se me ofreció una reyerta
con unamonjaprofesallamadaD^OatalinadeAliri, [3] que viu-
da entró y profesó, la cual era robusta, y yo muchacha, me
maltrató de manos, y yo lo sentí. A la noche del 18 de Marzo
de 1600, [4] víspera de San José, levantándose la comunidad
á media noche á maitines, entre en el coro, y halló allí arrodi-
llada á mi tia, la cual me llamó, y dándome la llave de su
celda, me mandó traerle el Breviario. Yo fui por él, abrí y to-
mólo, vi allí en un clavo colgadas las llaves del convento: de-
jeme la celda abierta, y volvíle á mi tia la llave y el Breviario.
Estando las monjas en el coro y comenzados ya los maitines
con solemnidad, á la primera lección llegué á mi tia y le pedí
licencia porque estaba mala. Mi tia, tocándome con la mano
hija Da. María Teresa de Austria, con motivo de los desposorios que se
iban á celebrar entre ella j D. Liüs XIV de Francia, después de la paz del
Pirineo, y agradecido el monarca á los mnclios obsequios que recibió del
vecindario, de motn propio la honró con el título de ciudafl. Sin embargo,
no fué hasta 7 de Marzo de 1662 que expidió el diploma correspondiente.
[1] Este convento, que se halla unido á la Parroquia de San Sebastian
el Antiguo, como se dirá mas adelante, se llama así por ser tradición en
aquel país, que allí fué el sitio donde estuvo la primera población de este
nombre.
[2] En el manuscrito se llama esta monja Da. Ui'sula de Sarauste, en cu-
yo apellido, así como en haber sido Priora, hay precisamente equivocación.
La única monja de este nombre que se encuentra en los libros y asientos
de este convento, es Da. Úrsula de Unza y Sarasti, que profesó en el año de
1581: pero no consta quejamás hubiese sido Priora. Lo que pudo suceder
es, que en el tiempo que la cita Da. Cataliua, estuviese tal vez siendo pre-
sidenta, por ausencia ó enfermedad de la Priora y Supriora, á causa de al-
guna enfermedad que reinase, como sucedió en el año de 1603, en que por
esta causa salieron fuera del convento muchas religiosas.
[3] En el manuscrito se llama esta monja Da. Cataliua Alizi: pero esto
es un error conocido del copista, no habiendo duda de que su apellido era
Aliri, según resulta del libro de profesiones del convento. Profesó esta mon-
ja en el año de 1605 y falleció en 1657, habiendo sido Priora quince años,
como se puede ver en el documento número 2 del Apéndice.
(4] Una vez establecido el año del nacimiento de la Monja- Alférez en
1585, era preciso que toda la relación se llevase adelante este "error, como
sucede en el caso presente: pero habiendo nacido indudablemente nuestra
lieroina en 1592, no tenia en la fecha á que se refiere este suceso mas que
ocho años, cuando por otra parte nos asegura la misma Da. Catalina que
tenia quince, y que estaba cercana á profesar. Ademas de esto, tenemoa un
documento incontestable en el libro de caja del convento, en el que consta
su existencia en él hasta Marzo de 1607, según puede verse en el número
2 del Apéndice.
—215—
en la cabeza, me dijo: anda acuéstate. Salí del coro, tomó una
luz, fuíme á la celda de mi tia, y allí cojí unas tijeras, hilo y
una aguja: tomó unos reales de á ocho que allí estaban, las lla-
ves del convento y salí, faí abriendo puertas y emparejándo-
las, y en la última que fué la de la calle, dejé mi escapulario
y me salí á la calle sin haberla visto ni saber por donde echar,
ni á donde irme: tiró no sé por donde, y luí á dar en un casta-
ñar que está fuera, y cerca á las espaldas del convento, y aco-
jíme allí, estuve tres dias trazando, acomodándome y cortan-
do de vestir. Cortó ó hice de una basquina de paño azul con
que me hallaba, ,uuos calzones de ini fandallin verde de per-
petúan que traia debajo, una ropilla y polainas: el hábito me
lo dejé por allí, por no ver que hacer de él. Cortóme el cabe-
llo y lo tiré por allí, par^í la tercera noche y eché no sé por
donde, y fui calando caminos y pasando lugares por alejarme
y vine á dar a Victoria, que dista de San Sebastian cerca de
veinte leguas, á pié y cansada, sin haber comido mas que yer-
bas que toijaba por el camino.
Entró en Victoria sin saber á donde acogerme: á pocos dias
me halló con el doctor Don Francisco de Corral tacatredático
de allí, el cual me recibió íácilmente sin conocerme y me vis-
tió: era casado con una prima hermana de mi madre, según
luego entendí, pero no me di á conocer. Estuve con él cosa de
tres meses, en los cuales él vióndome leer bien el ]atin,se me
inclinó mas, y me quiso dar estudio; viéndome reusarlo me por-
fió, y me instaba hasta ponerme las manos. Yo con esto deter-
minó dejarle, y lo hice así: cogí le algunos cuartos, y concer-
tándome con un arriero que partía i)aia Valladolid en doce
reales, partí cou él, que dista cuarenta y cinco leguas.
Entrando en Valladolid, donde estaba entonces la corte, me
acomodé en breve porx)age de Don Juan de Idiaquez, Secre-
tario del Eey el cual, rae vistió luego bien, y llamóme allí Eran-
cisco Loyola, estuve allí bien hallado siete meses. Al cabo de
ellos estando una noche á la puerta con otro page compañero,
llegó mi padre y nos preguntó si estaba en casa el señor Don
Juan; respondió mi compañero que sí: dijo mi padre que le
avisase que estaba allí: subió el page, quedándome yo con mi
padre sin hablarnos palabra, ni el conocerme. Volvió el page
diciendo que subiese, y subió yendo yo detras de él: salió Don
Juan á la escalera, y abrazándolo dijo: señor capitán ¡que bue-
na venida es esta! Mi padre habló de modo que él le conoció
que traia disgusto, entró y despidió una visita con que estaba,
y volvió y sentáronse, le preguntó qué había de nuevo, y mi
padre dijo, como se le habia ido del convento aquella mucha-
cha, y eso lo traia ijor los contornos en su busca. Don Juan
mostró sentirlo mucho por el disgusto de mi padre, y porque á
—216—
mí me quería mnclio, y por la parte de aquel convento, de don-
de era él patrono por fundación de sus pasados (1), y por parte
de aquel lugar de donde era él natural. Yo qne oí la conver-
sación y sentimientos de mi padre, salime atrás y faíme á mi
aposento, cogí mi ropa y me salí, llevándome cosa de ocho do-
blones con que me hallaba, y fuíme á un mesón donde dormí
aquella noche, y donde entendí de un arriero, que partía por
la mañana para Bilbao; y aj listándome con él partimos á la
mañana, sin saberme yo que hacer ni adond^ir, sino dejarme
llevar del viento como una pluma.
Pasado un largo camino, me parece como de cuarenta le
guas, entré en Bilbao donde no hallé albergue ni comodidad,
ni sabia que hacerme. Diéuonme allí entre tanto unos mucha-
chos en reparar y cercarme hasta verme fastidiado, hube de
hallar unas piedras y tirarlas, y hubo á uno do lastimar, no sé
donde por que no lo vi, prendiérome y me tuvieron en la cár-
cel un largo mes hasta que él hubo de sanar y me soltaron,
quedándoseme por allá unos cuartos, sin mi gasto preciso. De
allí luego salí, y níe pasé á Estella de íí'avarra, que distará
unas veinte leguas á lo que me parece. Entró en Estella don-
de me acomodé por page de Don Carlos de Arellano, del há-
bito de Santiago, en cuya casa y servicio estuve dos años bien
tratado y vestido. Pasado este tiempo, sin mas causa que mi
^'usto, dejé aquella comodidad y me pasé á San Sebastian mi
I>atria, diez leguas distante de allí, y me estuve sin ser de nadie
conocido, bien vestido y galán; un (lia oí misa en mi convento,
la cual oyó también mi madre, y vi que me miraba y no me
conoció, acabada la misa unas monjas me llamaron al coro, y
yo no dándotiie x)or entendido, les hice muchas cortesías y lue-
go me fui. Era esto entrado ya el año de 1603 (2). Pasóme de
allí en el jíuerto del Pasaje que dista una legua: me alié allí
el capitán Miguel de Borroiz, de partida con un navio suyo
IJara Sevilla: le pedí que ine llevase y ajustóme con él por cua-
renta reales, me embarqué y partimos, bien en breve llegamos
á San Lucar: desembarcado en San Lucar partí á ver á Sevi-
lla, y aunque me convidaba á detenerme, estuve allí solo dos
dias, y luego rae volví á San Lucar. Hallé allí al capitán Mi-
guel de Bchazarreta, naturalde mi tierra, que lo era de un pa-
(1) Este convento de monjas Domíuicíis que está miido á la Parroquia
de Sau Sebastian el Antiguo, le fimdaron en el año de ]546 D. Alonso de
Idiaquez del Consejo d(! Estado y Secretario del Emi)erador Carlos V, Co-
mendador do Estremadura del óvdeu de Santiago, y su muger Da. Engra-
cia de Olazábal. Ambos yacen sepultados en un lado del altar mayor.
(2) El manuscrito dice 1602, pero debe ser T603, puesto que según la re-
lación de la Monja- Alférez, van corridos tres años desde que salió del con-
vento, según se ijuede ver en el cómputo del Apéndice.
—217—
tache de galeones de que era general D. Luis Fernandez de
Oórdova, y de la armada D. Luis Fajardo, año de 1603, (1) que
partia para la punta de Araya. Sentó plaza de grumete en un
galeón del capitán Estevan Eguiño, tío mió, primo hermano
de mi madre, que vive hoy en San Sebastian, me embarqué y
partimos de San Lucar, Lunes Santo, año de 1603.
11.
Pasó algunos trabajos en el camino por^er nuevo en el ofi-
cio. Inclinóse mi tio sin conocerme y hacíame agasajos, oído
de donde era y los nombres supuestos de mis padres que yo
di, no me conoció y tuve en ól algún arrimo. Llegamos á la
Punta Araya, hallamos una armadilla enemiga íbrtiñcada en
tierra, y nuestra armada la echó de allí (2). Llegamos final-
mente en Cartagena de las Indias, y estuvimos allí ocho días.
Híceme allí borrar la plaza de grumete y pasé á servir al di-
cho capitán Eguiño mi tio; pasamos á líombre de Dios y estu-
vimos allí nueve dias, muñéndosenos en ellos mucha gente:
10 cual hizo dar mucha prisa á partir.
Estando ya embarcada la plata y aprestado todo para par-
tir la vuelta de España, yo le hice un tiro cuantioso á mi tio
cogiéndole quinientos peses, á las diez de la noche cuando él es-
taba durmiendo, salí y dije a los guardas que me enviaba el ca-
pitana un negocio á tierra: dejáronme llanamente pasar como
me conocían; salté en tierra y nunca me vieron mas. De allí á
una hora dispararon pieza de leva y zarparon echos á la vela.
Allí, levada ya la armada, me acomodé con el capitán Juan
Ibarra, factor délas cajas reales de Panamá, que hoy vive. De
allíá cuatro ó seis dias nos partimos para Panamá donde él
vivia. Estuve con él cosa de tres meses: hacíame poca como-
didad que era escaso, y hube allí de gastar cuanto de mi tio
habia traído, hasta no quedarme un cuarto, con lo cual rae hu-
be de despedir para buscar por otra parte mi remedio. Hacien-
do mi diligencia descubrí á Juan de Urquiza mercader de Tru-
(1) Don Luis Fajardo, uno de los mas célebres capitanes de su tiempo,
hizo en el año de 1605 una expedición á las Salinas de Araya, y quemó diez
y nueve navios holandeses que robaban la sal,y tenian en consternación to-
do aquel país, y pasó á cuchillo toda su guarnición.
Sabau y Blanco, Tab. cron. de la Hist. de España.
(2) Araya. Punta de tierra en la costa de la Nueva Andalucía gobierno
de Cumaná. En el tiempo que se hizo esta expedición existían allí unas fa-
mosas salinas, para cuyo resg-uardo y defensa se construyó un castillo que
desjjues se mandó destruir por haberse cubierto de agua las referidas sali-
nas.
TOM. VII. . LlTEKATUEA — ^28
—218—
jillo y acomódeme con él, y me fué muy bien, estuvimos allí
en Panamá tres meses.
III.
De Panamá partí con mi amo Juan deUrquiza en una fra-
gata para el puerto de Payta, donde él tenia una gran car-
gazón. (1) Llegando al puerto de Manta nos cargó un tiempo
tan fuerte que dimos al través, y los que supimos nadar como
yo, mi amo y otros salimos atierra, y los demás perecieron. (2)
En el dicho puerto de Manta nos volvimos á embarcar en un
galeón del Eey que allí hallamos, y nos costó dinero, en él
partimos de allí, y llegamos al dicho puerto de Payta. Allí
iialló mi amo toda su hacienda como esperaba, cargada en una
nao del capitán Alonso Gerrato: y dándome á mi orden de que
toda por sus números la fuese descargando, y toda por sus nú-
meros se le fuese aUá remitido, partió. Yo puse luego por
obra lo que me mandó; fui descargando la hacienda por sus
números: fuíla por ellas remitiendo: mi amo en Saña por ellos
íué recibiendo, la cual villa de Saña dista de Payta unas se-
senta leguas, y á lo último con las últimas cargas, yo parti de
Payta y llegué á Saña. (3) Llegado, me recibió mi amo con
gran cariño, mostrándome contento de lo bien que lo había
hecho: hízome luego al punto dos vestidos muy buenos, uno
negro y otro de color, con todo buen trato. Púsome en una
tienda suya entregándome por géneros y por cuenta mucha
hacienda, que importó mas de ciento treinta mil pesos, i)onién-
dome por escrito en un libro los precios á como habia de ven-
der cada cosa: dejóme dos esclavos que me sirviesen, y una ne-
(1) La pequeña ciudad y puerto de Paita situado liácia los ciuco grados
sur en la costa del Perú, es el mas frecuentado i)or los buques costeros del
tráfico. Dista de Lima por tierra como unas doscientas leguas. Es país en
que nunca llueve, lo propio qne en Lima y sus costas inmediatas: pero ha-
biendo sucedido el fenómeno raro de faltar á esta regla el año de 1728, no
estando sus edificios preparados para defenderse de las aguas del cielo se
arruinó la mayor parte de la ciudad.
(2) Este es un puerto del mar del sur situado liácia un grado latitud, que
toma este nombre por la abundancia que hay de mantas. Pez fiero que tie-
ne la figura de una manta redonda de tres ó cuatro varas de largo, dos de
auclio y una cuarta de alto, tan enemigo del hombre, que al instante
que este cae al agua le cubre y ciñe de tal manera que le mata, sin dejarle
valer de sus pies ni de sus manos para salvarse.
(3) Saña, villa del Perú situada á la orilla de la costa hacia los 7 grados
de latitud sur, en un territorio fértil y ameno. El i)irata Eduardo David la
saqueó en el año do 1685, y desde entonces pasó á establecerse la mayor
parte del vecindario al pueblo de Lambayeque. La provincia de Saña es
abundante de ganado, granos, fruta?; y tabaco, del cual se surten el Perú
y Chile.
—219—
gra que guisase; y tres pesos señalados para el gasto de cada
dia: hecho esto, cargó él con la demás hacienda, y se fué con
ella de allí á la ciudad de Trujillo, distanto unas treinta y dos
leguas.
^ Dejóme también escrito en el dicho libro, y advertido de
las personas a quienes podía fiar la hacienda que pudiesen y
quisiesen llevar, por ser de su satisfacción y seguras, pero con
cuenta y razoo, y asentado cada partida en el libro. Y espe-
cialmente me advirtió esto para en cuanto á mi señora Doña
Beatriz de Cárdenas, persona de toda su satisfacción y obliga-
ción, y se fué á Trujillo. Yo me quedé en Saña con mi tien-
da: fui vendiendo conforme á la pauta qué me quedó: fui co-
brando y asentando en mi libro, con dia, mes y año, género,
varas, nombre de compradores y precios; y de la misma suer-
te lo fiado. Comenzó mi señora Da. Beatriz de Cárdenas asa-
car ropa: prosiguió y fué sacando tan largamente, que yo lle-
gué á dudar: y sin dárselo á ella á entender, se lo escribí todo
por extenso á mi amo en Trujillo. Respondióme: que estaba
muy bien todo, y que en este particular de esta señora, si to-
da la tienda entera me la pidiese, se la podia entregar: con lo
cual, y guardando yo esta carta proseguí.
¡Quien me dijera quc esta serenidad me durasen tan poco,
y que i)resto de ella habia de pasar á grandes trabajos! Está-
bame un dia de fiesta en la comedia en mi asiento que habia
tomado, y sin mas atención, un fulano llamado Reyes, vino y
me puso otro tan delante y tan arrimado que me impedia la
vista. Pedíle que lo apartase un poco, respondió desabrida-
mente, y yo á él: y díjome que me fuese de allí, que me corta-
ría la cara. Yo me hallé sin armas mas que una daga, salíme
de allá con sentimiento: entendido por unos amigos me siguie-
ron y sosegaron. El Lunes por la mañana siguiente, estando
yo en mi tienda vendiendo, pasó por la puerta el Reyes y vol-
vió á pasar. Yo reparé en ello, cerré mi tienda, tomé un cu-
chillo, fuíme á un barbero é hícele amolar y picar el filo como
una sierra: púseme una espada, que fué la primera que ceñí;
vide á Reyes delante de la Iglesia paseándose con otro, fuíme
á él por detras, y le dije ¡ah señor Reyes! Volvió él y dijo:
¿Qué quiere? Dije yo: esta es la cara que se corta, y díle con
el cuchillo un refilón de que le dieron diez puntos (1) él acudió
con las manos á su herida: su amigo sacó la espada y vínose
á mí, yo á él con la mia: tiramos los dos, y yo le entré una
[IJ Esta clase de heridas que los jaques y rufianes llaman cortar ó rayar
la cara, y los marineros pintar un javeque, se tiene entre ellos por afrento-
sas. Lo propio sucede en algunas otras naciones de Europa, donde en vez
de cncMllo de sierra como el que usó en este caso la Monja- Alférez, se sir-
ve la gente baja de una moneda de cobre afilada.
—220—
punta por el lado izquierdo, que lo pasó y cayó. Yo al punto
me entré en la Iglesia que estaba allí. Luego entró el Corre-
gidor Don Mendo de Quiñones, del hábito de Alcántara, y me
sacó arrastrando, me llevó á la cárcel, la primera que tuve,
(1) me echó grillos, y me metió en nn cepo.
Yo avisé á mi amo Juan de Urqniza que. estaba en Trujillo,
treinta y dos leguas de Saña. Vino al punto, habló al corregi-
dor, hizo otras buenas diligencias, con que alca*nzó el alivio de
las prisiones. Fué siguiendo la causa: fui restituido á la igle-
sia de donde ful sacado después de tres meses de pleito y pro-
cedimiento del señor Obispo (2). Estando esto en este estado
dijo mi amo, que discurría para salir de este conflicto y no
perder la tierra y salir del sobresalto de que me matasen, ha-
bla pensado una cosa conveniente, que era que me casase yo
con D^ Beatriz de Cárdenas, con cuya sobrina era casado aquel
fulano Eeyes á quien corté la cara, y que con eso se sosegaría
todo. Es de saber que esta D^ Beatriz de Cárdenas, era dama
de mi amo, y él miraba á tenernos seguros, á mí para servicio
y á ella para gusto, parece que este tratado entre los dos lo
acordaron, porque después que fui á la iglesia restituido, sa-
lla de noche, iba á casa de dicha señora, y ella me acariciaba
mucho, y con son de temor de la justicia me pedia que no vol-
viese á la iglesia de noche y me quedase allá; una noche me
encerró y se declaró en que á pesar del diancho habia de dor-
mir con ella, y me apretó á esto tanto que hube de alargar la
mano y salirme: dije luego á mi amo, que de tal casaniiento
no habia de tratar, porque por todo el mundo yo no lo haria,
á lo cual él porñó, y me prometió montes de oro, representán-
dome la bermosura y prendas de la dama, y la salida de aqnel
negocio pesado y otras conveniencias: sin embargo do lo cual
persistí en lo dicho. Visto esto trató mi amo de pasarme á
Trujillo con la misma tienda y comodidad, y convine en ello.
IV.
Pasé á la cindad de Trujillo, obispado suñ'agáneo de Li-
ma á donde me tenia tienda mi amo: entré en ella, fui despa-
chando en la misma conformidad que en Sañ^, y con otro li-
li] En este país: porque en Bilbao liabia estado antes presa xm largo
mes, según refiere en el capítulo primero.
[2] Sin duda reclamaría inmunidad eclesiástica por medio del Obispo.
Mas adelante la vei-emos valerse de ella en otros lances apretados. Esta
inmunidad que en aquellos tiempos era ilimitada en España y América, ha
sido reducida á mas justos límites desde el memorable reinado de nuestro
buen monarca Carlos III, de este verdadero padve de la patria que tantos
bienes hizo á la nación española.
—221—
bro como el pasado, con razón del modo de precios, y fiados.
Serian pasados dos meses, cuando una mañana, como á las
ocho, pagando yo en mi tienda una libranza de mi amo de
unos veinticuatro mil pesos, entró un negro y me dijo: que es-
taban en la puerta unos hombres que parecian traer broque-
les: dióme cuidado; despaché al cobrador tomada carta de pa-
go: envié á llamar á Francisco Zeraln que vino luego, y reco-
noció al entrar á tres hombres que allí estaban, que eran Se-
yes y aquel su amigo, á quien en Saña derribé de una estoca-
da, y otro. Salimos á la calle, encargado el negro en cerrar la
puerta, y luego al punto se nos arrojaron: recibímoslo y fui-
mos bregando, á poco rato quiso mi mala suerte que al amigo
de Reyes le entré una punta, no sé por donde y cayó: fuimos
batallando dos á dos con sangre de ambas partes.
A este tiempo llegó el corregidor D. Ordeño de Aguirre con
dos ministroí^ y echóme mano: Francisco Zerain se valió de
los pies y entró en sagrado. Llevándome él propio á la cárcel,
que los ministros se ocuparon de los otros, íbame preguntando
quién era y de dónde; y oído que era Vizcaíno (1) me dijo en
vascuence: que al pasar por la iglesia mayor le soltase la pre-
tina por do me llevaba asido y me cogiese: yo tuve buen cui-
dado é hícelo así: entróme en la iglesia mayor y él quedó bra-
beando. Acogido allí avisó á mi amo que estaba en Saña: él
vino en breve, fué tratando de mi despacho y no se halló ca-
mino, porque al homicidio agregaron no sé qué cosa, con que
hubo de resolverse en que pasase en Lima. Di mis cuentas:
hízome dos vestidos, diórae dos mil seiscientos pesos, carta de
recomendación y partí.
y.
Partido de Trujillo y andadas mas de ochenta leguas, entró
en la ciudad de Lima, cabeza del opulento reyno del Perú,
que comprende ciento y dos ciudades de Españoles sin muchas
villas, veinte y ocho obispados y arzobispados, ciento treinta
y seis corregidores, las audiencias reales de Valladolid, Gra-
nada, Charcas, Quito, Chile y la Paz: tiene obiso, iglesia cate-
dral, parecida á la de Sevilla, aunque no tan grande, con cinco
dignidades, diez canónigos, seis raciones enteras, y seis medias
medias; cuatro curas, siete parroquias, doce conventos de frai-
[J ] En América llaman generalmente Vizcaínos, así como en algunas
provincias de España, á todos los naturales de las tres provincias exentas
y Navarra, en razón de que todos ellos hablan en vascuence, idioma que
les es comitD, asi como á los Labortanos y Navarros franceses, y por esta
razón suelen pasar por nacionales, cuando les acomoda en España é Indias,
les, y de monjas ocho hospitales, una hermita [inquisición y otra
en Cartagena] y universidad: tiene virrey y audiencia real que
gobierna el resto del Perú, y otras grandiosidades (1). Di mi
carta á Diego Solarte mercader muy rico, que es ahora cónsul
mayor de Lima, a quien me remitió mi amo Juan de Urquiza:
el cual luego me recibió en su casa con mucho agrado y afabi-
lidad, y á pocos dias me entregó su tienda, y me señaló seis-
cientos pesos al año: y allí lo f ai haciendo muy á su agrado y
contento.
Al cabo de nueve meses me dijo que buscase mi vida en otra
parte, y fué la causa que tenia en casa dos doncellas herma-
nas de su muger, con las cuales y sobre todo con una que mas
se me inclinó, solia yo mas jugar y triscar: un dia estando en
el estrado peinándome acostado en sus faldas, y andándole en
las piernas, (2) llegó acaso á una reja por donde nos vio y oyó
á ellfk que me decia que fuese al Potosí y bascase dinero y nos
castaríamos. Eetiróse, de allí á poco me llamó, me pidió cuen-
tas, despidióme y me ñií.
Hallábame desacomodado y muy remoto de favor. Estában-
se allí entonces levantando seis compañías para Chile; yo me
llegué á una, senté plaza de soldado y recibí luego doscientos
ochenta pesos que me dieron de sueldo. Mi ano Diego de So-
larte que lo supo lo sintió mucho, que parece no lo decia por
tanto. Ofrecióme hacer diligencias con los oficiales para que
me borrasen la plaza y volver el dinero que recibí, y no vine
en ello, diciendo era mi inclinación á andar y ver mundo. En
fin, asentada la plaza en la compañía del capitán Gonzalo Eo-
driguez, partí de Lima en tropa de mil seiscientos hombres,
de que iba por maestre de campo Diego Bravo de Sarabia, pa-
ra la ciudad de la Concepción, que dista de Lima unas qui-
nientas cuarenta leguas.
VI.
Llegamos al puerto de la Concepción en veinte dias que se
tardó en el camino: es ciudad razonable, con título de nohle y
leal, tiene obispo. Fuimos bien recibidos por la falta de gente
(1) Este gran vireinato, que en aquel tiemi>o era tal cual le describe aquí,
la Monja- Alférez, se dhádió después en tres vireinatos y una presidencia
indeiJendientc. Los vireiuatos son el del Perú, Santa Fé, y Buenos Ayres,
y la presidencia la del reyuo de Cbile, que tarabie» seMzo mas tarde inde-
peudiente del gobierno de Lima, á excepción de la plaza de Valdivia é Is-
las de Cliiloó y Joan Feruaudez que recibían en la última época de la de-
nominación espaiiola socorros y situados de Lima.
(2) No es como se verá mas adelante, la líltima vez en (pie esta muger
tan singular tiene el capriclio de enamorar doncellas, soaso porque llegó
hacerse ilusión que era hombre, ó ya sea que se valía de este ardid para
recatar mas á las gentes su verdadero sexo.
—223—
que habia en Chile. Llegó luego orden del gobernador Alonso
de Rivera (1) para desembarcarnos, trájola su secretario el ca-
pitán Miguel de Erauso. Luego que oí su nombre me alegré,
y YÍ que era mi hermano: porque aun no lo conocía ni habia
visto, porque partió de San k^ebastian para estas i)artes siendo
yo de dos años, tenia noticia de él y no de su residencia. To-
mó la lista de la gente, fué pasando y preguntando á cada uno
su nombre y patria; llegando á mí y oyendo mi nombre y pa-
tria, soltó la pluma y me abrazó, me fué haciendo preguntas
por su padre, madre, hermanas y por su hermanita Catalina
la monja: fui á todo respondiendo como i)odia sin descubrirme
ni caer él en ello. Fué prosiguiendo la lista, y acabando me
llevó íi comer á su casa y me senté á comer. Díjome que aquel
presidio que yo llevaba de Paicabí, era de mala pasadla de
soldados: (2) que él hablaría al gobernador para que me liuu-
dase la plaza. Subió al gobernador en comiendo llevándome
consigo: le dio cuenta de la gente que venia, y pidióle por mer-
ced que mudase á su compañía á un maucebito que venia allí
de su tierra, que no habia visto otro de allá desde que salió.
Mandóme entrar el gobernador, y viéndome, no sé por qué,
dijo que no me podia mudar. Mi hermano lo sintió y salióse.
De allí á un rato llamó á mi hermano el gobernador y le dijo
que fuese como i)edia.
Así yéndose las compañías, quedé yo con mi hermano por
su soldado, comiendo á su mesa casi tres años sin haber dado
en ello. Fui con él algunas veces á casa de una dama que allí
fl] Este célebre gobernador era, como aseguran, Ovallc, Funes j oti'os
historiadores de América, un soldado valiente, aguerrido y experimentado
en las guerras de Flaudes y de Italia, por cuyas relevantes prendas fué
mandado desde España á gobernar el reino de Cliile,en las apuradas circuns-
tancias en que se hallaba, hacia el año de 1605 en que llegó, mas habiéndo-
se casado sin real licencia en aquel país con una señora Aguilern.,fué desti-
tuido de su empleo y mandado á gobernar lainovincia de Tucuman, suce
diéndole en el g(íbierno de Chile su antecesor D. Alonso Garcia Remon.
Mantúvose Rivera en el Tucuman hasta 1611. Dejó fundada la ciudad
de San Juan de la Rivera en el valle de Londres, é incorporada la de Ma-
drid de las Juntas á la de Estcco, que tt-asladó á mas ventajoso sitio. Este
grande hombre fué también el que abolió en el Tucuman el servicio perso-
nal de los indios, y el que fundó el colegio conciliar de Loreto, primer esta-
blecimiento literario que tuvo aquel país, cuyo mando dejó con general sen-
timiento de sus naturales, i)or el tino, acierto y justificación con que los go-
bernó. No fué hasta el año de 1612 /jue tomó por segunda vez las riendas,
del gobierno de Chile, que mantuvo hasta su muerte. íso se sabe á cual de
estas dos épocas de Rivera se refiere aquí la Monja Alférez, pero es de creer
que sea á la de 1605, por ciianto veremos mas adelanto citar al gobernador
Grarcia Remon, el cual, como se ha diclio, gobernó también dos veces en
Chile: una antes que Rivera y otra después del primer gobierno de este.
[2] Pueblo de indios situado en la costa de la boca del rio Tucapel, cerca
de donde dieron muerte los Araucanos á Pedro de Valdivia conquistador
del r^ino de Chile,
—224—
tenia, y de ahí algunas otras veces me faí sin él: él alcanzó á
saberlo y concebió mal, díjome que allí no entrase: asechóm e
y me cogió otra vez: esperóme, al salir me embistió á cintara^
zos y me hirió en una mano: íuéme forzoso defenderme, y al
ruido acudió el capitán D. Francisco Ayllon y metió paz; pero
yo me hube de entrar en San Francisco por temor del gober-
nador que era fuerte, y lo estuvo en esto, aunque mas mi her-
mano intercedió, hasta que vino á desterrarme en Paicabí y
estuve allí tres años.
Hube de salir á Paicabí, y pasar allí algunos trabajos, por
tres años, habiendo antes vivido alegremente: estábamos siem-
pre con las armas en la mano, por la gran invacion de los In-
dios que allí hay, vino finalmente el gobernador Alonso de
Sarabia (1) con todas las compañías de Chile: juntamos otros
cuantos con él y alojamonos en los llanos de Valdivia, en cam-
paña rasa, cinco mil hombres, con harta incomodidad. Toma-
ron y asolaron los Indios la dicha Valdivia: salimos a ellos, y
batallamos tres ó cuatro veces maltratándolos siempre y des-
trozando: pero llegadoles la vez última socorro, nos fué, mal,
nos mataron mucíia gente, capitanes, y á mi alférez, y se lle-
varon la bandera. Viéndola llevar partimos tras ella yo y dos
soldados de á caballo i)or medio de la gran multitud, atrope-
llando, matando, y recibiendo daño: en breve cayó muerto uno
de los tres: i)roseguimos los dos: llegamos á la bandera, cayo
de un bote de lanza mi compañero: yo recibí un mal golpe en
una pierna, maté al cacique que la llevaba y quítesela, apre-
tando con mi caballo, atrepellando, matando, é hiriendo á una
infinidad, pero mal herido, pasado de tres flechas y de una lan-
za al hombro izquierdo, que sentía mucho. En fin llegué á mu- •
cha gente, y caí luego del caballo: acudieron algunos y entre
ellos mi hermano á quien no había visto, y me fué de consuelo.
Curáronme, y quedamos allí alojados nueve meses. Al cabo "
de ellos mi hermano me sacó del gobernador la bandera que
yo gané, y quedé Alférez de la compañia de Don Alonso Mo-
reno, la cual poco tiempo después se dio al capitán Gonzalo
Eodriguez, primero capitán que yo conocí y holgué mucho.
Fui alférez cinco años (2) hálleme en la batalla de Puren,
(1 ) No consta este gobernador en ia lista que pone Alcedo en su Diccio-
nario Geográflco de América, ni sueri a, iDor este tiempo en la historia de
Chile de O valle. Es pues de suponer que esté equivocado el nombre, y sea
Alonso García Remon, á quien hallaremos nombrado mas adelante en esta
historia.
(2) Don José de Sabau y Blanco, en la continuación de las tablas crono-
lógicas de la historia de Esj)aña, llegando al año de 1608, dice lo siguiente:
"Los Araircanos se revelaron de nuevo en el reyno de Chile, y después de
muchas batallas, al fin fueron reducidos; la principal de ellas se dio en el
valle de Puren, en la cual los indios mandados por Caupolican [el Segundo]
—225—
donde murió el dicho mi capitán, y quedé yo con la compañía
cosa de seis meses, teniendo en ellos varios encuentros con los
enemigos, con varias heridas de flechas; en uno de los cuales
me topé con un capitán de Indios, ya cristiano, llamado Don
Francisco Quispiguancha, hombre rico que nos traia bien in-
quietos con varias alarmas que nos tocó, y batallando con él
lo derribé del caballo, y se me rindió, lo hice al punto colgar
de un árbol, cosa que después sintió mucho el gobernador que
deseaba haberlo visto vivo, y dijo que por esto no me dio la
compañia, y la dejó al capitán Casadevante, reformándome,
y prometiéndomela para la ]3rimera ocasión. De allí se retiró
la gente, cada compañia á su presidio y yo pasé al IS: acimiento,
bueno solo en el nombre, y en lo demás una muerte, con las
armas á toda hora en la mano (1).
Allí estuve pocos dias, ijorque vino luego el maestre de
campo Don Alvaro Nuñez de Pineda, con orden del goberna-
dor, y sacó de allí y de otros i)residios hasta ochocientos hom-
bres de á caballo para el valle de Puren, entre los cuales fui
yo, con otros oficiales y capitanes; á donde fuimos é hicimos
muchos daños, talas y quemas en sembrados, en seis meses.
Después el gobernador Don Alonso de Rivera me dio licencia
para volver á la Concepción, y volví con mi plaza en la com-
pañia de Don Francisco Í^Tavarrete, y allí estuve.
Jugaba conmigo la fortima las dichas en azares. Estábame
quieto en la Concepción y hallándome un dia en el cuerpo de
guardia, entróme con otro amigo alférez en una casa de juego
allí junto: pusímonos á jugar, fué corriendo el juego, y en una
" acometieron con tanto brio á los españoles que los hicieron retroceder y
*' mataron muchos de ellos, hasta que animados por Francisco Pérez Na-
" varrete, capitán de mucho valor, quitó la vida de una lanzada al general
" de los enemigos, y les arancó la victoria de entro las manos poniéndolos
'* en huida, y dejando el campo sembrado de muertos. Eu todas estas ba-
" tallas se íialló Catalina de Erauso natural de San Sebastian en la provin-
" cia de Guipúzcoa, la cual militaba vestida de soldado, y llegó al grado de
" Alférez, y después volvió á Madrid á pedir el grado de Capitán. Por tes-
" timonio desús jefes justificó haberse hallado siempre en los primeros
" encuentros, y haber acometido al enemigo con la mayor intrepidez y va-
" lor. Las heridas que tenia en todo su cuerpo justificaban plenamente es-
" relaciones-" Resulta de aqui que esta batalla fué, á lo que se cree, en el
año de 1608, lo cual está de acuerdo con el orden cíonológico que se sigue
desde el principio en el manuscrito de esta historia, si bien no lo está con
la fé del bautismo y documentos del convento de monjas del Antiguo de la
ciudad de San Sebastian, donde, como se ha dicho ya, entró á la edad de
cuatro años, y no salió de él hasta los quince.
(1) El 1311 eblo y fortaleza del Nacimiento, situado ala otra parte del rio
Biobio, fué quemado y destruido por los indios Araucanos en el año de
1601. Solo existían en el tiempo que habla la Monja Alférez algunas barra-
cas para la tropa defendidas de un foso con una estacada.
ToM. VII. Literatura — 29
—226—
diferencia que se ofreció, x)resentes muchos alrededor, me dijo
que mentía como un cornudo: yo saque la espada y éntresela
por el pecho: cargaron tantos sobre mi, y tantos que entraron
al ruido, que no pude moverme: teníame en particular asido
un ayudante: entró el auditor general Don Francisco de Per-
raga y asióme también fuertemente, y zamarreábame hacién-
dome no sé qué preguntas; y yo decia que delante del gober-
nador declararía: entró en esto mi hermano, y dijome en vas-
cuence, que procurase salvar la vida: el auditor me cogió ^ov
el cuello de la ropilla, yo cou la daga en la mano le dije que
me soltase: zamarreóme: tiróle un goliie, y le atravesé los car-
rillos: témame aun: tiróle otro, y me soltó; saqué la espada,
cargaron muchos sobre mi, me retiré acia la puerta, habia al-
gún embarazo, y salí, entróme en San Francisco que es allí,
cerca, y supe que quedaron muertos el alférez y el auditor.
Acudió luego el gobernador Don Alonso Garcia Eemon (i):
cercó la Iglesia con soldados, y así la tuvo seis meses. Echó
bando prometiendo premio a quien me diese preso, y que en
ningún puerto se me diese embarcación, y avisó á los presidios
y x>lazas, é hizo otras diligencias: hasta que con el tiempo que
lo cara todo, fué templándose este rigor, fueron arrimándose
intercesiones, y se quitáronlas guardias, fué cesando el sobre-
salto, y fué quedándome mas que desahogado, me fui hallan-
do amigos que me visitaron, se fué cayendo en la urgente pro-
vocación desde el princii3Ío, y el aprieto encadenado del lance.
A este tiempo, y entre otros, vino un dia Don Juan de Sil-
va mi amigo, alférez vivo, y me dijo que habia tenido unas
palabras con Don Francisco de Eojas, del hábito de Santiago,
y lo habia desafiado para aquella noche á las once, llevando
cada uno á un amigo, y que él no tenia otro para eso sino á
mí: yo quedé un poco suspenso, recelando si habría allí forja-
do alguna treta para prenderme. El que lo advirtió, me dijo:
si no os parece, no sea: yo me iré solo, que á otro yo no he de
fiar mi lado: yo dije ¿que en qué reparaba? y acepté.
En dando la oración, salí del convento y me fui á su casa:
cenamos y hablamos hasta las diez, y en oyéndolas tomamos
las espadas y capas, salimos luego al puesto señalado. Era la
oscuridad tan suma, que no nos veíamos las manos: y advir-
tiéndolo yo hice con mi amigo, que para no desconocernos en
lo que se pudiese ofrecer, nos pusiésemos cada uno en el bra-
zo atado su lenzuelo.
Llegaron los dos, y dijo el uno, conocido en la voz por D.
{]) Esta segunda cita del gobernador D. Alonso Garcia Remon, que co-
mo se ha expresado ya succedió á Ribera, prueba que la primera vez que
nombró á este, la Monja Alférez, se referia á la época de su primer go-
bierno.
—227—
Francisco de Eojas, ¡Don Juan de Silva! D. Juan Eespondió:
aquí estoy. Metieron ambos mano á las espadas, y se embis-
tieron, mientras estábamos parados el otro y yo: fueron bre-
bando, y á poco rato sentí que se sintió mi amigo de punta
que le había entrado: puseme luego á su lado, y al punto el
otro al lado de D. Francisco: tiramos dos á dos, y á breve ra-
to cayeron D. Francisco y D. Juan. Proseguimos yo y mi con-
trario batallando; éntrele yo una punta por abajo, según pare-
ció de la tetilla izquierda, pasándole según sentí coleto de dos
antes, y cayó. ¡Ab traidor, dijo, que me has muerto! Yo qui-
se reconocer el habla de quien yo no conocía; le pregunté quien
era; dijo: el capitán Miguel de Arauso: yo me quedó atónito.
Pedia á voces confesión, y pedíanla los otros, fui corriendo á
San Francisco, y envié dos religiosos: los confesaron á todos:
los dos espiraron luego. A mi hermano lo llevaron á casa del
gobernador, de quien era secretario de guerra: acudieron un
médico y cirujano á la curación, hicieron cuanto alcanzaron:
en breve hízose la judicial ijreguntándole el homicida: él cla-
maba por un poco de vino, el Dr. Eobledo se k» negaba, di-
ciendo que no con venia, él porfió: el Dr. negó: dijo él: mas
cruel anda usted conmigo que el alférez Días, y de ahí un ra-
to espiró.
Acudió en esto el gobernador á cercar el convento, y arro-
jóse adentro con su guardia: resistierojí los frailes con su Pro-
vincial Fray Francisco de Otárola,, que hoy vive en Lima: al-
tercóse mucho sobre esto, hasta decirles resueltos unos frailes,
que mirase bien, que si entraba, no habia de volver á salir,
con lo cual se reportó y retiró, dejando las guardias. Muerto
el dicho capitán Miguel de Erauso, lo enterraron en el dicho
convento de San Francisco, viéndolo yo desde el coro ¡sabe
Dios con que dolor! Estúbeme allí ocho meses, siguiéndose
entre tanto la causa en yebeldia, no dándome lugar el nogo-
cio para presentarme. Hallóme ocasión con el amparo de Don
Juan Ponce de León, que me dio caballo y armas, y avió para
salir de la Concepción, partí á Valdivia y á Tucuman.
VII.
Comencé á caminar i^or toda la costa del mar, pasando
grandes trabajos y falta de agua, que no halló en todo aque-
llo por allí, topóme en el camino con otros dos soldados de mal
.«^dar (1), y seguimos los tres el camino, determinados á mo-
rir antes que dejarnos prender. Llevábamos nuestros caballos,
(1) Esto es, fugitivos como ella por alguna fechoría de mano pesada.
—228—
armas blancas, y de fuego, y la alta Providencia de Dios. Se-
guimos la cordillera arriba por subida mas de treinta leguas,
sin topar en ellas ni en otras trescientas que anduvimos, un
bocado de pan, y rara vez agua, algunas yerbezuelas y ani-
malejos, alguna raizuela de que nos mantener, y tal ó cual in-
dio que huia (1). Hubimos de matar uno de nuestros caballos
y hacerlo tasajos, pero hallémosle solo huesos y pellejo: de la
misma suerte poco á poco caminando, fuimos haciendo lo
mismo de los otros, quedándonos á pié y sin podernos tener.
Entramos en una tierra fria, tanto que nos helábamos: topa-
mos dos hombres arrimados en una peña, y nos alegramos:
fuimos á ellos saludándolos antes de llegar, y preguntándoles
qué hacian allí, no respondieron: llegamos allá; y estaban
muertos, helados, las bocas abiertas como riendo, y nos causó
eso pavor (2).
Pasamos adelante, y la noche tercera arrimándonos á una
peña, el uno de nosotros no pudo mas, y espiró. Seguimos los
dos, y el dia siguiente, como á las cuatro de la tarde, mi com-
pañero llorando se dejó caer sin poder mas andar, y espiró.
Le hallé en la faltriquera ocho pesos, y proseguí mi camino
sin ver á donde, cargado del arcabuz y del pedazo del tasajo
que me quedaba, esperando lo mismo que vi en mis compañe-
ros: ya se vé mi aflicción, cansada, descalzada, y lastimada de
los pies. Arrimóme á un árbol, lloré pienso fué la primera vez:
rezé el rosario, encomendándome á la Santísima Virgen, y al
glorioso San José su esposo: descansé un i)oco: volvime á le-
vantar y á caminar, parece salí del reino de Chile, y entré en
el de Tucuman, según el temple reconocí. (3).
Fui caminando, y la mañana siguiente rendida en aquel
suelo del cansancio y hambre, vi venir dos hombres á caballo:
ni supe si afligirme, ó si alegrarme, no sabiendo si eran cari-
(1) Ea la cordillera de los Audes, una délas mas altas y ásperas de la
tierra, y de consiguiente cubierta en su mayor parte de tíieve eterna, no so-
lamente no se halla señal de vejetacion, pero ni animales, excepto algunos
guanacos y zorros.
(2) Cuando se hacia el tráfico de negros en esta parte de América, era
Buenos-Aires quien surtía de ellos á Chile del Perú, haciéndolos pasar por
la cordillera de los Andes. Algunos de los que morían en esta penosa jorna-
da, quedaban de un año para otro en la posición que describe á estos dos
muertos Doña Catalina, como yo mismo he TÍsto algunos, eu el año de 1809,
en que hice por tierra el viage de Bueaos-Aires á Chile para pasar á Lima.
(3; Tan luego como llegó al paraje donde habia árboles, debió sentir
una diferencia notable en el temple, puesto que liabia ya atravesado la
cordillera: pero andando algo mas desde este paraje h acia el llano, notaría
no solamente buen temple, sino también calor, que e,s lo que aquí quiere
dar á entender. En las faldas de las cordilleras de A mérica, se encuentran
en muy corta distancia tres ó cuatro temperamentos,, distintos, conio suce-
de en las inmediaciones del célebre cerro de Potosí.
—229—
bes, 6 si (le paz: prevení mi arcabuz sin poder con él. Licita-
ron, y me preguntaron á donde iba por allí tan apartado. Co-
nocíles cristianos, y vi el cielo abierto. Díjeles que iba perdi-
do, y lio sabia donde estaba, y que me hallaba rendido y muer-
to de hambre, y sin fuerzas para levantarme. Doliéronse de
verme, y apeáronse, dieronme de comer lo que llevaban: me
subieron en un caballo, y me llevaron á una heredad tres le-
guas de allí, donde dijeron estaba su señora, y llegamos como
á las cinco de la tarde.
Era la señora una mestiza, hija de español y de india, viu-
da, buena mujer, que viéndome y oyendo mi derrota y desam-
paro, se condolió y me recibió bien, compadecida me hizo lue-
go acostar en razonable cama, me dio bien de cenar, me dejó
reposar y dormir, con loque me restauré. La mañana siguien-
te me dio bien de almozar, y me dio un vestido razonable de
l)año viéndome totalmente ifalto, fué asi tratándome muy bien
y regalándome mucho. Era bien acomodada, y tenia muchas
bestias y ganados; y como parece que aportan por allí pocos
españoles, parece que me apeteció para una hija.
Al cabo de ocho dias que allí estuve, me dijo la buena mu-
jer, que me quedase allí para gobernar su casa. Yo mostré
grande estimación déla merced que me hacia en mi descarrío,
y ofrecime á servirla cuanto bien yo alcanzase. A pocos mas
dias, me dio á entonder que tendría á bien que rae casase con
su hija, que allí consigo tenia, la cual era muy negra y fea co-
mo un diablo, muy contraria de mi gusto, que fue siempre de
buenas caras (1). Mostróle grande alegría de tanto bien sin
merecerlo yo, ofreciéndome á sus pies para que dispusiese de
mí; como de cosa suya adquirida en derrota. Fui sirviéndola
lo mejor que supe: vistióme muy galán, y entregóme franca-
mente su casa y hacienda. Pasados dos meses, nos fuimos al
Tucuman, para efectuar el casamiento: y allí estuve otros dos
meses, dilatando el efecto con varios pretestos, hasta que no
pude mas, y tomando una muía me partí, y no me han visto
mas.
Sucedióme en este tiempo en Tucuman otro caso á esta
manera: y fué, que en aquellos dos meses que allí estuve en-
treteniendo á mi india, me amisté casualmente con el secreta-
rio del Obispo, el cual me festejó y llevó á su casa varias ve-
ces, y allí jugamos, y vine á introducirme allí también con D.
Antonio de Cervantes, canónigo de aquella iglesia, y provi-
sor del Obispo, el cual también se me incliné, me convidó va-
(1) Ya en etra nota se ha manifestado esta inclinación singular de esta
rara mujer, que aun hablando de buena fé con sus lectores, parece quiere
llevar adelante su manía de pasar por hombre, afectaado una pasión deci-
dida por el bello seso.
—230—
rias veces á comer, y vino finalmente á declararse, diciéndo-
me, que tenia nna sobrina en casa, mocita de mi edad, de muy
relevantes prendas, y con buen dote, y que le habia parecido
bien desposarla conmigo, que también le habia agradado. Yo
me mostré muy rendido al favor y á su voluntad: vi á la mo-
za, y parecióme bien, me envió un vestido de terciopelo bue-
no, doce camisas, seis pares de calzones de rúan, unos cuellos
de holanda, una docena de lenzuelos, y doscientos pesos en
una fuente, esto de regalo y galantería, no entendiéndose na-
da de dote. Yo lo recibí con muclio agrado y estimación, com-
puse la respuesta lo mejor que supe, remitiéndome á la ida á
besarle la mano, y ¡ponerme á sus pies. Oculté lo que pude á
la india, y en lo demasíe di á entender que era para solemni-
zar el casamiento con su hija, de que aquel caballero habia
sabido, y estimaba mucho habiéndoseme inclinado. Y hasta
aqui llegaba esto, cuando monté el cabo, y me desaparecí: no
he sabido como se hubieron después la negra, y la provisora.
VIII.
Partido de Tucaman, como dije, enderesé acia el Potosí
qne dista de allí como unas quinientas cincuenta leguas, en
que tardé mas de tres meses, caminando por tierra íiia, despo-
blada por lo mas. Topé, á poco andado, im soldado que tiraba
acia allá, y me alegré, y nos fuimos juntos. De allí á poco, de
unos baños que estaban en el camino, nos salieron tres hom-
bres con monteras y escopetas, pidiendo lo que llevábamos;
no hubo modo de detenerlos; ni de hacerles creer que no llevá-
bamos nada que dar: hubimos de apear y hacerles cara, tirá-
monos unos á otros: ellos erraron, y cayeron los dos, y el otro
partió huyendo: volvimos á montar á caballo y proseguimos
nuestro camino.
Finalmente andando mucho, y pasados varios afanes, lle-
gamos pasados mas de tres meses al Potosí, entramos sin cono-
cer á nadie, y cada uno echó por su lado haciendo su diligen-
cia. Yo me topé con Don Juan López de Arquijo, natural de
la ciudad de la Plata, provincia de los Charcas, acomódeme
con él por camarero, que es como mayordomo, con salario que
él me señaló de novecientos pesos-al año, y entregóme doce
mil carneros de carga de la tierra, y ochenta indios, con ellos
partí para las Charcas, y fuese allí también mi amo. A poco
de llegados, se, le ofreció á mi amo disgusto y ciertas contien-
das con unos hombres, en que hubo reyertas, prisiones y em-
bargos, con que yo hube de despedirme, y volverme.
Vuelto al Potosí, aconteció allí poco después el alzamiento
—231—
de Don Alonso Ibañez, siendo corregidor Don Rafael Ortiz,
del hábito de San Juan, el cual juntó gente para contra los
alzados (que eran mas de ciento) entre la cual fui yo, y salien-
do á ellos los encontramos en la calle de Santo Domingo una
noche: x>i'eguntándoles el corregidor en voz alta ¡qiiién vivel
no respondieron, y se retiraban: volvió á preguntar lo mismo:
y respondieron algunos: La Libertad: dijo el corregidor, y
muchos otros con él, Viva el Bey, y avanzó á ellos, siguién-
dole nosotros á cuchilladas y balazos, defendiéndose ellos, al
mismo tiemj)o: fuímoslos apretando en una calle, cogidas las
espaldas por la otra boca, y cargárnoslos de manera, que se
rindieron: y escapados algunos prendimos treinta y seis y en-
tre ellos el Iliañez: hallamos muertos de ellos siete, y de los
nuestros dos: heridos muchos de ambas partes. Dióse tormen-
to á algunos de los aprehendidos, y confesaron pretender al-
zarse con la ciudad aquella noche. Levantáronse luego tres
comi)añias de gente vizcaína, y de las montañas, para guarda
de la ciudad: pasados unos quince dias se dio horca á todos
ellos, y quedó quieta la ciudad.
De aquí por algo que acaso hube de hacer, ó acaso j)or al-
go antes hecho, se me dio el oficio de ayudante de sargento
mayor, que estuve sirviendo por dos años. Allí en el Potosí
estando sirviendo, dio orden el gobernador Don Pedro de Le-
gui, del hábito de Santiago, para levantar gente para los
Chuncos y el Dorado, población de Ilidios de guerra, quinien-
tas leguas del Potosí, tierra rica de oro y de pedrería. (1) Era
(1) No es fácil atinar cual sea la tierra ni el rio Dorado de qiae aqiü ha-
bla. De contado no parece tratar del país de Manna ó Compa de la Nueva
Estremadura, á cuyas riquezas imaginarias dieron nombre entro nacionales
y extranjeros, las fábulas sacadas do las relaciones imaginarias de Don
Juan Martínez y las imposturas del supuesto inca Boorgucs. Los Chuncos
deben ser los Cliuuchos, nación bárbara de la provincia de Tarma en el
Perú, situada en el seno que forman los lios Apurimac y Paucartambo; y
el Dorado, el rio de San Juan del Oro, en la provincia de Carabaya en el
Perú. En estas inmediaciones fundaron los españoles fugitivos de los parti-
dos de Pizarro y de Almagro, una villa de este nombre, donde habiendo
hallado abundantes lavaderos de oro, se hicieron ricos, y después de con-
seguir un indulto de virey D. Antonio de Meu'loza, en 1553, pasaron algu-
nos á España, donde obtuvieron honores y mercedes del Emperador Car-
los V: pero abusando de ellos, volvieron á formar bandos y partidos con
que se destruyeron; y la floreciente Adlla que contaba mas de tres mil ha-
bitantes, quedó reducida á la nada. Su posición geográñca debe ser hacia
los 14 grados latitud sur, y 63 grados longitud occidental de Cádiz. Las in-
mediaciones de este rio han producido mucho oro en todos tiempos, y ea
uno de sus lavaderos se halló la famosa y mayor pepita de oro que tal vez
ha producido !?« naturaleza; la cual se envió á España en el reinado de
Callos V, y pesó cuatro arrobas y libras. Todo parece que inclina á ereer,
que esta sea la tierra á que se dirigió la expedición que refiere Da. Catali-
na. Solo en la distancia hay alguna equivocación, la cual podrá pertenecer
al copista, poco escrupuloso en eso de cantidades y nombres propios.
—232—
maestro de campo Don Bartolomé de Alba, puso en ejecución
el apresto y la partida, y aviado todo nos partimos del Potosí
á los veinte dias.
IX.
Partidos del Potosí á los Chuncos, llegamos á un pueblo
llamado Arzaga, que era de indios de paz, donde estuvimos
Qcbo dias; tomamos guias para el camino, y nos perdimos sin
embargo, y nos vimos en harta confusión sobre unas lajas, de
donde se despeñaron cincuenta muías cargadas de bastimen-
tos y municiones, con doce hombres.
Pasando ala tierra adentro descubrimos unos llanos, lle-
nos de una infinidad de almendros como los de España, de oli-
vares y frutas. Queria el gobernador sembrar allí para suplir
la falta que llevábamos de bastimentos, y no vino la infante-
ría en ello, diciendo que allí no íbamos á sembrar; sino á con-
quistar y cojer oro, y que el sustento lo buscaríamos. Pasa-
mos adelante, y al tercer dia descubrimos un j)ueblo de in-
dios, los cuales luego se pusieron en arma: llegamos, y sin-
tiendo ellos el arcabuz huyeron desatinados, quedando muer-
tos algunos. Entramos en el lugar sin haber podido cojer un
indio de quien saber el camino.
Al salir, el maestre de campo D. Bartolomé de Alba, fati-
gado de la celada, se la quitó para limpiarse el sudor, y un
demonio de muchacho, como de doce años, que estaba en fren-
te á la salida encaramado en un árbol, le disparó una flecha,
y se la eurró por un ojo, y lo derribó, lastimado del tal suer-
te, que espiró al tercer dia. Hicimos al muchacho diez mil
añicos.
Habíanse eatre tanto los i adiós vuelto al lugar en número de
mas de diez mil: volvimos á ellos con tal coraje, é hicimos tal
extrago, que corría por la plaza abajo un arroyo de sangre
como un rio, fuímoslo siguiendo y matando hasta pasar el rio
Dorado. Aquí nos mandó el gobernador retirar, é hicímoslo
de mala gana, jíorque en las casas del lugar se hablan halla-
do unos, mas de sesenta mil pesos en polvo de oro; y en la
orilla del rio hallaron otros infinito, llenaron los sombreros, y
supimos después que la menguante suele dejarlo allí en mas
de tres dedos (1): por lo cual, después muchos pedimos licen-
cia al gobernador para conquistar aquella tierra, y como él.
1) Hay alguna exageración eu esto de que dejaba la menguante tres
dedos de alto de oro en polvo i)or aquel suelo; pero todo conspira á hacer
creer que se cogía en gran cantidad por aquellos tiempos, según las rela-
ciones fidedignas que se conservan en los archivos del Perú.
—233—
por razones que tendría, no la diese, muchos, y 'yo con ellos,
nos salimos de noche y nos fuimos, llegados á poblado de cris-
tianos, fuimos tirando cada uno por su cabo. Yo me fui á
Oenhiago, [1] y de allí á la provincia de las Charcas con al-
gunos realejos, que poco á poco y en breve vine á perder [2],
X.
Pasé á la ciudad de la Plata y acomódeme con el capitán
Don Francisco de Aganumen, vizcaíno minero muy rico, con
quien estuve algunos días, y desacomódeme i)or cierto disgusto
que con otro vizcaino amigo del amo se me ofreció; acogime,
entre tanto que me aviaba á casa de una señora viuda, llama-
da Doña Catalina de Chavez, la mas principal y calificada,
según decian, que habia por allí, la cual, por medio de un su
criado con quien acaso me amisté, me prometió acogerme en-
tre tanto allí. Sucedió pues que el Jueves Santo yendo á las
estaciones esta señora, se topó en San Francisco con Doña
Francisca Marmolejo, mujer de Don Pedro de Andrade, so-
brino del Conde de Lemos, y sobre lugares, [3] se trabaron de
palabras, y pasó Doña Francisca á darle á Doña Catalina con
un chapín, levantándose de aquí un raido y agolpamiento de
gente. Fuese Doña Catalina á su casa, y allí acudieron pa-
rientes y conocidos, y se trató ferozmente del caso. La otra
señora se quedó en la Iglesia con el mismo concurso de los su-
yos sin atreverse á salir, hasta que vino Don Pedro su marido
ya entrada la noche, acompañado de Don Eafael Ortiz do So-
tomayor, corregidor [que hoy está en Madrid], caballero de
Malta, y de los alcaldes ordinarios, ministros con hachas en-
cendidas, y la sacaron para su casa.
Al ir por la calle que va de San Francisco á la plaza, sonó
un ruido de cuchilladas, al cual el corregidor partió, los al-
caldes y ministros, quedando sola la señora con su marido. A
este tiempo pasó corriendo un indio hacia el ruido de cuchi-
lladas, y al pasar por junto á la señora Da. Francisca Marmo-
lejo le tiró un golpe á la cara con cuchillo ó navaja, se le cor-
tó de parte á parte, y prosiguió corriendo: lo cual fué tan re-
pentino, que el marido D. Pedro por luego que no lo entendió.
[l] Puede ser Santiago, pueblo de la provincia de Cliucuitos, por donde
viniendo del rio de Oro, tenia que pasar caminando liácia la Plata.
[2J Sin duda que perdió estos realejos que dice al juego, á que Da. Ca-
talina fué siempre apasionada, como lo manifiesta ella misma en el curso
de esta relación histórica de su vida.
[3] Quiere decir, sobro lugares de preferencia en la Iglesia.
ToM. VII. Literatura — 30
—234—
Enteudido, fué grande el alboroto, el ruido, la confusión, el con-
curso, las cuchilladas de nuevo, las prisiones, y todo sin en-
tenderse.
Entre tanto fué el indio á la casa de la señora Da. Catali-
na, y dijo á su merced al entrar: ya . está hecho. Fué prosi-
guiendo la inquietud, y los temores de grandes daños: hubo de
las diligencias de resultar algo, y al tercer dia el corregidor
se entró en casa de Da. Catalina, la halló sentada en su estra-
do: recibióle juramento, y le preguntó si sabia quien era el que
habia cortado la cara a Da. Francisca Marmolejo, y respondió
que sí. Preguntóle quien fué: respondió, una navaja y una
mano: y con esto se salió dejándola guardias.
Fué examinando á la gente de la casa: llegó á un indio,
atemorizóle con el potro, y el menguado declaró que me vio
salir de casa con aquel vestido y caballera de indio que me
dio su señora, y que la navaja la trajo Francisco Ciguren, bar-
bero vizcaíno, y que me vio volver, y oyó decir, ya está he-
cho. Pasó, me prendió á mí, y al barbero, nos cargó de prisio-
nes, bien separados y retirados. Asi pasaron algunos di as,
cuando una noche un alcalde de la real audiencia, que habia
recogido la causa, y preso á ministros, no sé por qué, entró en
la cárcel y dio tormento al barbero, en el cual él luego decla-
ró lo suyo y lo ageno, con esto el alcalde pasó á mí, y me re-
cibió confesión: yo negué totalmente saber del caso: luego pa-
só á mandarme desnudar y poner en el potro, entró un procu-
rador alegando ser yo vizcaíno, y no haber lugar por tanto á
darme tormento, por razón de privilegio. El alcalde no hizo
caso, y prosiguió. [1] Empezaron las vueltas: yo estuve firme
como un roble: iban prosiguiendo las preguntas y vueltas,
cuando le entran un paijel, según entendí después, de Da. Ca-
talina de Chavez, que se le dio en su mano, le abrió y leyó, es-
tuvo después mirándome parado un rato, y dijo: quítese ese
mozo de ahí. Quitáronme: y me volvieron á mi prisión, y él
se volvió á su casa.
El pleito se fué siguiendo, no sabré decir cómo, hasta que
salí sentenciado en diez años de Chile sin sueldo, y el barbero
en doscientos azotes y seis años á las galeras. De eso apela-
[1] Que un alcalde ordinario lego, de malas entrañas, y sin asesorarse,
cometiera un atentado semejante, pase: pero que nn juez togado atrepella-
se de nn modo tan violento, condenando á la bárbara prueba de la tortura
:i dos personas exceptuadas por la ley, i)or razón de privilegio de nobleza,
no ee comprende fácilruonte, sin suponer un interés poco digno de un ma-
gistrado recto. Que esto no le era, lo prueba ciertamente la relación de la
Monja Alférez: pues pudo mas con él uua esquela de Da, Catalina de Cha-
vez que iría acompañada de alguna fuerte dádiva, que la ley faA^orecia en
esta j)arte á los reos.
..^235—
mos agenciando paisanos, y se fué siguiendo, no sabré decir
como, hasta que salió un dia sentencia en la real audiencia,
en que me dieron por libre, y á la señora Da. Francisca con-
denaron en costas, y salió también el barbero: que estos mi-
lagros sueíen acontecer en estos conflictos, y mas en indias,
gracias á la helld industria.
XI.
Salido de este aprieto no pude menos que ausentarme de
a Plata: pasóme á las Charcas [1] distante diez y seis leguas
de allí. Volvime á hallar allí al ya dicho D. Juan López de
Arquijo, entregóme diez mil cabezas de carneros de la tierra
[2J para con ellos, trajinar con ciento y tantos indios. Entre-
góme una gran partida de dinero para que fuese á los llanos
de Oochabamba y comprase trigo, y moliéndolo lo llevase al
Potosí á vender, donde habia falta. Fui y compré ocho mil
fanegas á cuatro pesos: cargúelas en los carneros: víneme á
los molinos de Guilcomayo: moli tres mil quinientas, y parti
con ellas al Potosí, vendilas luego allí á panaderos á quince
pesos y medio: volvime álos molinos: halló allí molido parte
del resto, y compradores i)ara todo: ven di lo todo á diez pesos,
y volvime con el dinero en contado á las Charcas á mi amo:
el cual, vista la buena ganancia, me volvió á mandar á lo mis-
mo á Cochabamba.
Entretanto á las Charcas un dia domingo no teniendo que
hacer, me entregué á jugar eu una casa de D. Antonio Cal-
derón, sobrino del Obispo. Estaban allí el provisor, el arce-
diano y un mercader de Sevilla alli casado; sentóme á jugar
con el mercader, fue corriendo el juego, y á una mano dijo el
mercader que estaba ya picado — envido: dije yo — ¿qué envida?
— volvió á decir — envido: volvile á decir — ¿qué envida! Dio
un golpe con un doblón diciendo — envido un cuerno: digo
yo — quiero y reviro el otro que le queda — arrojó los nai-
[] J La ptovincia de Chayauta que se llama también de Charcas, es uu
conegimiento del Alto Perú que confina por el norte con la provincia de
Cochabamba, por el noroeste con el corregimiento de Oruro, por el este
con la provincia de Yamparaez, por el sueste y sur con la de Porco, y por
el oeste con la de Paria. Su capital, que también se llama Chayauta, dista
unas diez y seis leguas de la ciudad de la Plata.
_ [2] El carnero de la tierra es la llatnd, cuadrúpedo indígeno de la Amé-
rica meridional, muy parecido al camello, aunque mucho menor, cubierto
el cuerpo con una especie de lana muy larga. Es auimal de carga miiy man-
so, y el linico que los naturales del Perú hablan domesticado antes de la
conquista. La aspereza de las sierras del Perú y la falta de pastos, hacen á
este animal sufrido y frugal, necesario para los trasportes, á pesar de que
apenas carga mas que tres arrobas de peso, y de que hace jornadas muy
cortas é irregulares.
—236—
jpes y sacó la daga, yo la mia: asiéronnos los presentes y
nos apartaron. Fué mudando de conversación hasta bien
entrada la noche, sali para irme á casa, j 4 poco andado, al
volver una esquina, doy con él, que saca la espada, y se vie-
ne á mí: yo saqué la mia, y nos embestimos: tiramonos un
poco, y á poco rato le entré una punta, y cayó. Acudió gente
al ruido, acudió justicia que me quiso prender, yo resistime,
recibí dos heridas, y retirándome vine á coger iglesia, la ma-
yor. Alli me estuve unos dias, advertido de mi amo que me
guardase, hasta que una noche, bien reconocida la razón y el
camino, me parti para Piscobamba.
XIL
Llegado á Piscobamba (1) me acogí en casa de un amigo,
Juan Torrizo de Zaragoza, donde estuve unos pocos dias; una
noche en cenando, se armó juego con unos amigos que entra-
ron: sentóme con un protugués, Fernando de Acosta, que para-
ba largo: paró una mano á catorce pasos cada pinta: eché diez
y seis pintas contra él: y viéndolas, se dio una bofetada en la
cara; diciendo— -¡válgame la encarnación del diablo! Yo dije:—
¿hasta ahora qué ha perdido usted para desatinarse? — Alargó
las manos hasta cerca de mis barbas,y dijo:— he perdido los cuer-
nos de mi padre,~Tirélela baraja á las suyas,y saqué la espada:
él la suya: acudieron los presentes y nos detuvieron, se com-
puso todo, celebrando y riendo los piques del juego: él pagó,
y fuese al parecer bien tranquilo. De allí á tres noches vinién-
dome para casa, como á las once, en una esquina divisé un
hombre parado: tercié la capa, saqué la espada, y proseguí mi
camino acia él: llegando cerca se me arrojó tirándome, y di-
ciendo ¡picaro cornudo! conocido en la voz, fuimos tirando, á
poco rato le entré una punta y cayó muerto.
Quedóme un poco pensando qué baria: miré jjor allí y no
senti quien nos hubiese visto: fuime á casa de mi amigo Zara-
goza callando mi boca, y acostóme. A la mañana vino el corre-
gidor Don Pedro de Meneses bien temprano, me hizo levan-
f l] Hay dos pueblos de este mismo nombre en el Perú. El primero está
en el corregimiento de Andahuaylas, y el segundo en el de Conchucos. No
parece probable que sea ninguno de estos dos que se trata aquí, mediante
á que la distancia que marca de la ciudad de la Plata es de doce leguas,
cuando el primero de aquellos bay mas de doscientas. Lo natural es que
el pueblo que nombraba la Monja Alférez sea Pomabamba, capital de la
provincia y corregimiento de este nombre, que linda con los indios chiri-
euanos, y que dista unas veinte leguas de la Plata, debiendo creerse que el
copista ha equivocado su nombre que parece compuesto áepuma y pampa f
que en lengua quichua, cuyo alfabeto carece de la letra &, quiere decir cam-
po del león.
—237—
tar y se me llevó. Entré en la cárcel y me echaron prisiones.
A cosa de una hora, volvió con nn escribano y me recibió de-
claración: yo negué saber tal cosa: después me recibieron con-
fesión, y negué. Púsose acusación, recibióse á prueba, hice mi
probanza: hecha publicación, vi testigos que no conocí. Salió
sentencia de muerte: apelé y mandóse ejecutar sin embargo.
Hálleme afligida, entró un fraile á confesarme: yo me resistí:
él porfió: yo fuerte: fueron lloviendo frailes que me hundían:
yo hecho un Lutero: vistiéronme con un hábito de tafetán, y
me subieron en un caballo, porque el corregidor se resolvió,
respondiendo á los frailes que le instaban, que si yo quería
irme al infierno, eso á él no le tocaba. Sacáronme de la cár-
cel, llev.^ndome por calles no conocidas ni acostumbradas por
recelo de los frailes: llegué á la horca: quitáronme los frailes
el juicio á gritos y á rempujones: hicíéronme subir cuatro es-
calones, y el que mas me afligía era un dominico, Fr. Andrés
de San Pablo, á quien habrá un año vi, y hablé en Madrid en
el colegio de Atocha. Hube de subir mas arriba: echáronme
el boletín, que es el cordel delgado con que ahorcan, el cual
el verdugo no me ponía bien, y le dije — borracho pónmelo
bien, ó quítamelo que estos padres bastan.
Estando en este caso entra corriendo un posta de la ciu-
dad de la Plata despachado por el secretario, por mandato del
presidente D. Diego de Portugal, [1] á instancia de Martin
de Mendíola, vizcaíno, que supo el pleito en que yo estaba, y
entregó en su mano al corregidor un pliego ante un escriba-
no, en que le mandaba la audiencia suspender la ejecución de
la justicia, y remitir al preso y los autos á la real audiencia,
que dista doce leguas de allí. La causa de esto fué rara, y ma-
nifiesta misericordia de Dios. Parece que aquellos testigos
que depusieron de vista contra mí en el homicidio del portu-
gués, cayeron en manos déla justicia de la Plata por no sé
qué delitos, y fueron condenados á horca: y estando en ella al
pié,' declararon, sin saber el estado mío, que inducidos y pa
gados sin conocerme, que habían jurado falso contra mí en
aquel homicidio: y por esto la audiencia instando Martin de
Mendíola, se conmovió y remitió. Llegado este despacho á tal
punto, fué grande la alegría del pueblo compasivo. Mandóme
el corregidor quitar de la horca y llevar á la cárcel, y remitió-
me con guardias á la Plata. Llegado allí y visto el proceso,
ñiiulado por aquellos hombres al pié de la horca, y no resul
taudo por tanto otra coía Cí)ntra mí, fui mandado soltar á los
veinte y cuatro días, y estúveme allí otro poco.
[IJ Este es el sexto presidente que tiivo la real audiencia de Charcas, y
por lo tanto parece probable que este suceso hubiese tenido lugar hacia el
año de 1613 ó 1614.
—238—
XIII.
De la Platíi me pasé á la ciudad de Oocliabamba, á fene-
cer allí unas cuentas del dicho D. Jnan López de Arqnijo, con
D. Pedro de Chavarria, natural de Navarra, alli residente,
casado con Doña María Dávalos, hija del Capitán Don Juan
Dávaloá ya difunto, y de Doña Maria de Ulloa, monja de la
Plata, en convento que ella allí fundó. Ajustámoslas y resultó
alcance de mil pesos contra el dicho Oha-s^arria, á favor del di-
cho Arquijo mi amo, los cnales Inego me entregó con mucha
bondad y agrado, rae convidó á comer y me hospedó dos dias;
luego me despedí y partí, yendo encargado de su mujer de visi-
tar de su i>arte á su madre monja en la Plata, y darles muchos
recaudos (1).
Partido de allí, hiibeme de detener en cosillas que se me
ofrecieron, hasta ya el cabo de la tarde, con amigos: en fin
partí, y hube de volver á pasar para mi camino jjor la puerta
del dicho Chavarria: al pasar, vi gente en el zaguán, y sona-
ba ruido dentro: paróme entender que fuese, y en esto rae di-
ce Da. María Dávalos desde la ventana: señor capitán lléve-
me usted consigo, que quiere matarme mi marido: y diciendo
esto, se arroja abajo: á esto llegaron dos frailes, y me dijeron:
llévela usted, que la halló su marido cou Don Antonio Calde-
rón, sobrino del obispo; y lo ha muerto, áella la quiere matar
y la tiene encerrada; diciendo esto me la pusieron á las ancas,
y yo partí en mi muía que llevaba.
No paré hasta que á las doce de la noche llegué al rio de
la Plata. Habia topado en el camino á un criado del dicho
Chavarria qu venia de la Plata, y nos hubo de conocer por
mas que yo rae procuré retirar y encubrir, que avisó á su
amo según la cuenta. Llegado al rio me afligí, porque iba
grande, y me pareció imposible de vadear; dijo ella: adelante,
pasar, que no hay otro remedio, y ayude Dios: apeóme, pro-
curé descubrir vado, y resol vi me al que me pareció: voí vi á
montar con mi affigida á las ancas, y entró: fuimos entrando:
ayudó Dios, y pasamos. Llegué á una venta que topé allí cer-
ca: desperté al ventero, que se espautó de vernos á tal hora,
y pasado el río: cuidé de mi muía que descansase; dióuos unos
huevos, pan y frutas: procuramos torcer y esprimír la ropa,
volvimos á partir y andar, y al romper el alba, á cosa de cin-
co legus descubrimos la ciudad de la Plata.
íbamos de ello algo consolados, cuando derrepente Doña
María se hace mas fuerte de mí diciendo: ¡ay señor! mi mari-
do: volví y lo vi que venía en un caballo, al parecer cansado.
(1) Voz anticuada que equivale á mensaje ó recado.
—239—
No sé, y me admira, como pudo ser esto: porque yo parti de
Oochabamba primero, quedando él dentro de su casa, y sin
detenerme un punto, anduve hasta el rio: lo pasé y llegué á la
venta, me <letuve allí conjo una hora, y volví á partir. Fuera
de eso, aquel criado que topé en el camino se lo hubo de de-
cir, algo tardó eu llegar, y algo tardó él en montar á caballo
y partir. ¿Pues cómo él en el camino me salió al encuentro?
No sé cómo: si no sea que traje yo mas rodeos no sabiendo el
camino, y él menos. En fin, desde como treinta pasos nos dis-
paró una escopeta, y nos erró, pasando las balas tan cerca,
que las oimos silvar. Yo apreté á mi muía, y bajé un cerro
embreñado sin verlo mas: que á la cuenta su caballo se le hu-
bo de rendir. Corridas como cuatro leguas largas desde aqui,
llegué ala Plata bien fatigado y cansado: fuime al convento
de San Agustín á la porteria y entregué alli á Da. Maria Dá-
valos á su madre.
Volvime á tomar mi mnla, cuando topé con Pedro Oha-
varria, que con la espada en la mano se arrojó á mí, sin dar
lugar á razones: dióme gran cuidado verle, por el repente, y el
cansancio con que me cogió, y la compasión al engaño con
que me tenia por ofensor: saqué mi espada, y hube de procu-
rar la defensa: entramónos en la iglesia con la brega: allí me
entró dos puntas en los pechos sin haberlo yo herido, que ha-
bía de ser mas diestro: sentirae, apreté, y fuílo retirando has-
ta el altar: tiróme allí un gran golpe á la cabeza, lo reparé con
la daga, y éntrele un palmo de espada por las costillas. Acu
dio ya tanta gente, que no pudo mas: acudió la justicia, y que-
ríanos sacar de la iglesia: en esto dos. fiailes de San Francis-
co, que es allí en frente, me pasaron y entraron allá ayudado
á ello disimuladamente D. Pedro Beltran, alguacil mayor, cu-
ñado de mi amo Juan López de Arquíjo. En San Francisco
recogido con caridad, y asistido en la curación por aquellos
santos padres, estuve retraído cinco meses.
Ohavarria se estuvo también curando de su herida muchos
dias: clamando siempre sobre que le entregasen su mujer, so-
bre lo cual se hicieron autos y diligencias, resistiéndose ella
con el manifiesto riesgo de la vida. Aquí acudieron el Arzo-
bispo y el presidente con otros señores, y ajustaron que am-
bos entrasen en religión y profesasen: ella donde estaba y él
donde quisiese.
Quedaba mi particular, y querella dada: vino mi amo Juan
López de Arquíjo, é informó al Arzobispo D. Alonso de Pe-
ralta, (1) al presidente y señores, en la verdad y casualidad
(1) Don Alonso de Peralta fué el duodécimo arzobispo de Charcas, natu-
ral de Arequipa, arcediano é inquisidor de Méjico. Murió en aquella ciu-
dad, no se sabe á punto fljo en que año, pero se presume que era el de 1616.
—240—
sana sin malicia con que obré en el caso, tan diferente de lo
entendido por aquel hombre, y que no habla mas que habeí
socorrido repentinamente á aquella mujer que se me arrojó
huyendo de la muerte, pasándola al convento de su madre,
como ella lo pidió. Lo cual verificado y reconocido se satisfi-
zo y cesó la querella, prosiguió la entrada en religión de los
dos. Salí de la reclusión, ajusté mis cuentas, visité muchas ve-
ces á mi monja, á su madre, y á otras señoras de allí, las cua-
les agradecidas me regalaron mucho.
XIV.
Trató de buscar alguna ocupación en que entender. Mi se-i
ñora Da. María de Ulloa afecta por lo que la serví, me alcan-
zó del presidente y audiencia una comisión jjara Piscobamba
(1), y los llanos de Mizque para la averiguación y castigo de
ciertos delitos de allí denunciados: i)ara lo cual me señalaron
escribano, alguacil, y, salimos. Fui á Piscobamba, escribí y
prendí al alférez Francisco de Escobar, residente allí y casa-
do, contra quien resultó haber muerto á dos indios alevosa-
mente por robarlos, y enterrarlos dentro de su casa en una
cantera, donde hice cavar y los hallé. Fui sustanciando la cau-
sa por todos sus términos hasta teuer estado; conclusa y cita-
das las partes, di sentencia condenando al reo á muerte: él
apeló: otorgúele la apelación, fué el proceso á la audiencia de
la Plata, con el reo: allí se confirmó, y lo ahorcaron (2). Pasó
á los llanos de Mizque, ajusté á lo que iba (3) volví á la Pla-
ta, di razón de lo obrado entregando los autos de Mizque, y
me estuve después allí algunos dias.
(I], Nos hallamos aqui otra vez con Piscobamba, provincia y pueblo que
dista mucho de los llauos de Mizque, que están cerca de la ciudad de la
Plata. Esto nos hace sospechar de que está equivado en uno y otro caso el
nombre de este pueblo en el manuscrito, confundiéndole tal vez con el de
Pomabamba lí otros pueblos de los varios que terminan en hambay pueden
hallarse en un radio de diez y seis á veinte leguas de la Plata, y mas cerca
de Mizque, el cual se halla á igual distancia de su capital.
(2) No debe estrañarse esta delegación, si se tiene presente que de aqire-
llos paises son indispensables en ciertos casos, particularmente teniéndose
que formar una causa criminal de esta naturaleza á uii Español en un pue-
blo de Indios, como seria este, cuyo alcalde ordinario se consideraría inca-
I)az de llevarla á cabo. Lo único que admira es la disposición é inteligencia
de esta muger estraordiuaria, para representar con tanta propiedad, tantos
y tan diferentes papeles en el mundo.
[3) Es de presumir que la comisión de los llanos de Mizque seria alguna
risita de recuento de Indios, lí otra relativa á la real hacienda, las cuales
.solian ser muy lucrativas para los comisionados, y por lo tanto se daban á
personas á quienes los magistrados deseaban favorecer.
241—
XV.
Páseme á la Paz, donde me estuve quieto algunos dias: bien
ageno de disgusto me paré un dia á la puerta de D. Antonio
Barraza, corregidor para hablar con un criado suyo, y aven-
tando la bra?;a el diablo, vino á ello á parar en desmentirme
y darme con el sombrero en la cara: yo saqué la daga y allí
cayó muerto. Cargaron sobre mí tantos, que herido me pren-
dieron y entraron en la cárcel. Fuéronme curando y siguien-
do la causa al mismo paso, la cual sustanciada y en estado,
acumuladas otrns, me condenó el corregidor á muerte. Apelé
y mandóse sin embargo ejecutar.
Estuve dos dias confesando: el siguiente se dijo misa en la
cárcel, y el santo clérigo, habiendo consumido, volvió, me co-
mulgó y volvióse á su altar: yo al punto volví la forma que
tenia en la boca, y recibíla en la palma de la mano derecha,
dando voces: iglesia me llamo ^ iglesia me llamo. Alborotóse to-
do, diciéndome todos hereje. Volvió el sacerdote al ruido, y
mandó que nadie llegase á mí. Acabó su misa, y á esto entró
el señor Obispo D. Fray Domingo de Valderrama, dominico,
con el gobernador: (1) juntáronse clérigos y mucha gente, en-
cendiéronse luces, trajeron palio y me llevaron en i)rocesiorí:
lleg'ados al sagrario, todos arrodillados, me cogió un clérigo
revestido la forma de la mano y la entró en el Sagrario: no re-
paró en qué la puso, después me rayaron la mano, rae la lava-
ron diferentes veces, y me la enjugaron, <lespejando luego la
iglesia y los señores principales, me quedé allí; esta adverten-
cia me la dio un santo religioso francisco, que en la cárcel ha-
bla, dándome consejos, y últimamente me confesó. Oerca de
un mes tuvo el gobernador cercada aquella iglesia, y yo allí
guarecido: al cabo del cual quitó las guardas, un santo clérigo
de allí según yo presumí, por orden del señor obispo, recono-
cido el alr»^dedor j el camino, me dio una muía y dineros, y
partí al Cuzco.
XVI.
Llegué al Cuzco, ciudad que no reconoce ventaja á Lima
fl] Don Fray Domingo de Valderrama, del órdeu de Santo Domingo,
natural de Quito, fué célebre predicador y catedrático de la Universidad de
Lima, Obispo de la Paz eu el año de 1606, y i)romovido al Arzobispado de
Santo Domingo en 1620.
TOM. VII. LlTEKATÜRA-31
—242—
en vecinos ni riquezas, cabeza de obispado, dedicada su cate-
dral á la Asunción de íí'uestra Señora, servida por cinco dig-
nidades, ocho canónigos, ocho parroquias, cuatro conventos
de religiosos: franciscos, dominicos, mercenarios, agustinos;
cuatro colegios, dos conventos de monjas y tres hospitales.
Allí estando, me sucedió á pocos días otro fracaso bien pe-
sado, en realidad y verdad no merecido, porque me halló age-
no totalmente de culpa, si bien mal opinado, y sucedió allí
una noche imj)ensadaniente la muerte de D. Luis de Godoy,
corregidor del Cuzco, caballero de grandes prendas, y de lo
mas calificado de por allí. Lo mató según se descubrió des-
pués, un fulano Carranza, por ciertos piques largos de contai";
y como por luego no se descubriese, me lo echaron á mí, y me
prendió el corregidor D. Fernando deGuzraan, y me tuvo pre-
so cinco meses, bien afligido hasta que quiso Dios, pasado ese
tiempo, que se descubriese la verdad y mi total inocencia en
ello, con que salí libre y partí de allí.
XVII.
Páseme á Lima en el tiempo en que era virrey del Perú D.
Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montes-Claros. (1) Es-
taba entonces el Holandés batiendo á Lima con ocho baje-
les de guerra que allí tenia, y la ciudad estaba en arma (2).
[1| Don Juan de Mendoza, y Luna, tercer marqués de Montes Claros,
décimo quinto virrey del Peni, pasó del virreinato de Nueva Españ.-i al
del Perú el año de 1607. Fué el que estableció el Tribnnal del Consulado
del comercio de Lima, libertó á los indios del servicio personal y mandó
constniiv sobre el Rimac el gi'an jíuente de piedra que comunica la ciudad
con el arrabal de San Lázaro. Duró su acertado gobierno hasta el año de
1615, en que le entregó á su sucesor el príncipe de Esquiladle.
[2] Así dice el manuscrito: pero estando la ciudad de Lima dos leguas
distante del x>uerto, mal pudo decir Da. Catalina que la. escuadra holande-
sa batia aquella capital. Lo mas cierto será que el original diría batiendo
el Callao de Lima, i^iierto de mar principal, y ciudad fuerte rica y poblada
de treinta mil habitantes que estaba situada á la orilla del mar, el cual ha-
biéndose retirado mucho, horas antes del terremoto del año de 1746, vol-
viendo repentinamente, se lo tragó con todos sus habitantes, sin que esca-
pase casi ninguno. La ola que hizo este horrible estrago era tan grande y
A'^enia con tanta fuerza, que antes de llegar á la ciudad chocó con la isla de
San Lorenzo, que es bastante alta y de una extensión de dos leguas, y la
dividió en dos partes hacia el tercio de un lado de tierra, en donde quedó y
se conserva desde entonces, un canalizo, por el cual pueden pasar hoy bu-
(lues muy grandes.
A una legua de Lima, eu el camino del Callao, se halla frente una capi-
lla una cruz, qne se llama de la legua, en conmemoración de haber arrojado
el golpe de mar hasta allí, navios de ochocientas toneladas, que se hallaban
fondeados eu el puerto del Callao. Sobre parte de las ruinas de la antigua
—2^3—
Salimos contra 61 del puerto del Callao con cinco bajeles, y
embestírnosle, por nn ií>Tan rato nos iba bien, pero cargó sobre
nuestra Almiranta de forma, que la echó á pique, sin que pu-
diesen escapar mas que tres hombres, que nadando nos aco-
¡njimOs á un navio enemigo que nos recogió: éramos yó, un
fraile francisco descalzo y un soldado, á los cuales ellos nos
hicieron mal tratamiento con burlas y desprecios: toda la de-
más gente de la Almiranta pereció (1).
A la mañana, vueltas al puerto del Callao nuestras cuatro
Tuives, de que era general D. Rodrigo de Mendoza, se hallaron
menos novecientos hombres, entre los cuales me contaron á
mí que iba en la Almiranta. Estuve en poder de los enemi-
ciudad de este nombre que se conocen todavía perfectamente, está lioy si-
tuada la fortaleza del Callao, que es un pentágono irregular que defiende
aquel magnífico puerto.
[IJ Habiéndose dado este combate naval en tiempo que gobernaba el
Marques de Montes Claros, por el orden que van narrados hasta aquí dife-
rentes sucesos, era preciso que hubiera tenido lugar hacia el fin de su go-
bierno, esto es en 1615. Y con efecto, en la Historia general de viages del
abate Prevost, nueva edición de la Haya, del año de 1757, bajo la dirección
de J. Vander Scheley, discípulo distinguido del célebre Picart el Romano,
tomo 15, se halla un extracto del viage de Jorje Spilberg, en 1614, á las
Molucas, por el estrecho de Magallanes, que dice así: "Después de haber
" entrado dichosamente en el mar del Sur, Spilberg se hizo en él terrible
^\ por mucho tiempo á los Españoles. Allí batió una flota real comandada
'.' por D. Rodrigo de Mendoza^ y no habiendo cesado de esparcir el espanto
'* por todas las costas de Chile y del Perii^ no se apartó de ellas hasta el 26
" de Diciembre, pai-a trasladarse á las Mohicas por las islas Marianas y Fi-
'* lipinas. De allí se hizo á la vela para la isla de Java, de donde habiendo
" partido el 14 de Diciembre de 1616, entró en el Tejel el 1.° de Julio de
'' 1617." El redactor añade una nota sobre el referido combate cuyo tenor
es el siguiente: ''Este combate que se dio en 18 de Julio de 161 5, fué muy
" vivo. La flota real comjjuesta de ocho bajeles y montada por tres ó cua-
'• tro mil hombres, de equipaje, fué muy mal tratada, y perdió tres navios
'' y mas de la mitad de la tropa." Nuestros navios, según la Monja Alférez,
eran cinco, de los que habiendo ido á pique la Almiranta, volvieron cuatro
al puerto del Callao, y por consiguiente el autor de esta nota exageró nues-
tra pérdida con el oíijeto de ensalzar mas la gloria del almirante holandés
Spilberg.
En comprobación de este suceso hallamos que el historiador de las islas
Filipinas, Fray Joaquín Martínez de Zúñiga, un tomo en 4°. impreso en
Sampaoc en el año de 1803, por Fray Pedro Arguelles, de la Concepción,
religioso francisco, capítulo 14, fol. 221, hace mención de una flota holan-
desa recien venida de Europa por el estrecho de Magallanes, compuesta de
cuatro navios y dos pataches, que en 1616 se presentó á la boca de Marive-
les. No se puede dudar por la coincidencia del tiempo que esta escuadra
fuese la misma de Spilberg que se batió frente el Callao de Lima con la de
D. Rodiigo de Mendoza; y también nua de las varias de aquella nación de
que habla el padr .'. Mariana en su sumario de la Historia de España en el
añr) de 1617, cuan lo asegura que años atrás fueron varios los bajeles holan-
deses á la India p )r el estrecho de Magallanes, ó hicieron daños en el mar
del Sur, y corrieion las costas del Peni y de la Nueva España sin parar
haíta Filipinas y las islas Molucas.
—244—
gos veinte y seis días, temiendo yo que me llevarían á Ho-
landa.
Al cabo de ellos, á mí y mis dos compañeros nos echaron en
la costa de Payta, cosa de cien leguas de Lima, de donde unos
dias después y pasados muchos trabajos, un buen hombre, que
compadecido de nuestra desnudez nos vistió, encaminó y avió
á Lima, (i) estúveme en Lima unos siete meses ing-eniándo-
me allí lo mejor que pude: compré un caballo que me salió
bueno y no caro, andúveme en él unos pocos dias tratando de
partir para el Cuzco. Estando de partida, pasé un dia por la
plaza, vino á mí un alguacil y me dijo que me llamaba el se-
ñor Alcalde D. Juan de Espinosa, caballero del orden de San-
tiago: llegué á su merced, estaban allí dos soldados, y así que
llegué dijeron: este es, señor, este caballo es nuestro, nos ha
faltado, y de ello daremos luego bastante información. Eodeá-
ronme ministros, y dijo el alcalde: ¿qué hemos de hacer en es-
to! Yo cogida de repente no sabia qué decir, vacilante y con-
fusa, que parecería delincuente: cuando ocúrreme derrepente
quitarme la capa, y tapóle con ella la cabeza del caballo y di-
go: señor, suplico á vuestra merced que estos caballeros digan
¿cuál de los ojos le falta á este caballo? si el derecho ó si el iz-
quierdo, que puede ser otro y equivocarse estos caballeros.
Dijo el alcalde: dice bien: digan ustedes á un tiempo, ¿de cuál
ojo es tuerto ese caballo? ellos se quedaron confusos. Dijo el
alcalde: digan ustedes á un tienjpo. Dijo el uno, del izquierdo.
Dijo el otro del derecho, digo del izquierdo: á lo que dijo el al-
calde, mala razón han dado ustedes y mal concordante. Vol-
vieron ellos juntos á decir: del izquierdo, del izquierdo deci-
mos ambos, y no es mucho eípiivocarse. Dije yo, señor, aquí
no hay prueba, porque uno dice el uno y el otro el otro. Dijo
uno: no decimos sino una misma cosa, que es tuerto del ojo iz-
quierdo, y eso iba á decir y me equivoqué sin querer, pero lue-
go me enmendé, y digo que del izquierdo. Paróse el alcalde
y dije yo: señor, ¿qué manda vuestra merced? dijo el alcalde:
que si no hay mas jjrueba se vaya usted con Dios á su viaje:
entonces tiré de mi capa y dije: pues vea vuestra merced co-
(1) Pai'ece estraíio que al eiiumenar sus servicios al rcj Felipe IV, omi-
tiese el liaberse liallado en este combate tsaval; y mas estraño todavia que
uo haga uiencion aquí de haberse hallado también en el mismo combate su
hermano Francisco: máxime cuando en apoyo de sus méritos interpone en
el memorial que presentó á aquel rao a'ca, el año de 1625, los servicios del
capitán Miguel íra.isosu padr(i, del altV rez Miguel ¡de Erauso, ile Frrn cis-
co de Erauso q le tirvió en Ja armada de Urna con Don Bodrigo de Mendo-
sa, y Domingo de Erauso, que se fué <;on la armada quesalió para el Bra-
sil; y volviendo' de allá fué u:io de los que perecieron enla xiltíilranta de
las cuatro villas o,ue se quei.uó, que todos tres^ añade fueron hermáTio&
suyos.
—245-^
mo ni uno ni otro están en el caso, que mi caballo no es tuer-
to sino sano? El alcalde se levantó, llegó al caballo, lo miró y
dijo: monte usted vayase con Dios, volviéndose á ellos los pren-
dió. Yo monté y me fui, no supe en lo que paró aquello, j)or-
que me partí para el Cuzco.
XVIII.
Volví me á pasar al Cuzco, liospedéme en casa del tesorero
Don Lope de Alcedo, y allí me estuve nnos dias, entré un dia
en casa de un amigo á jugar; sentémonos dos amigos, fué cor-
riendo el juego: arrimóse á mi el nuevo Cid, que era un hom-
bre moreno, belloso, muy alto, que con la presencia espantaba,
y le llamaban el nuevo Cid. Proseguí mi juego, gané una ma-
no, y entró la mano en mi dinero, sacóme unos reales de á
ocho, y fuese. De allí á un rato volvió á entrar: volvió á entrar
la mano, sacó otro puñado y piisoseme detrás: previne la daga:
proseguí el juego: volvióme á entrar la mano al dinero: lo sentí
venir, y con la daga le clavé la mano contra la mesa. Levan-
tóme, saqué la espada, sacáronla los presentes, acudieron otros
amigos del Cid, apretáronuie mucho y me dieron tres heridas:
salí á la calle y tuve ventura, que sino me hacen pedazos salió
el primero tras de mi el Cid: le tiré una estocada, estaba ar-
mado con un relox: (1) salieron otros y me fueron apretsindo.
Acertaron á este tiempo venturosamente á pasar dos Vizcaí-
nos, acudieron luego al ruido, se pusieron ánii lado viéndome
solo y contra cinco, llevábamos los tres lo peor, retirándonos
toda una calle hasta salir á lo ancho: llegando cerca de San
Francisco me dio el Cid por detras con la daga una puííalada,
que me pasó la espalda por el lado izquierdo de parte á parte:
otro me entró un palmo de espada por el lado izquierdo, y caí
en tierra echando un mar de sangre.
Con esto, unos y otros se fueron: me levantó con ansias de
muerte, y vi al Cid á la puerta de la Iglesia: fuíme á él: y él
se vino á mi diciendo: perro ¿todavía vives? me tiró una esto-
cada y la aparte con la daga, y yo le tiré otra con tal suerte,
que se la entré por la boca del estómago atravesándole, y cayó
pidiendo confesión: yo caí también: en el ruido acudió gente,
y algunos frailes, con el corregidor Don Pedro de Córdova,
del hábito de Santiago; el cual viendo asirme á los ministros
] ,'S dijo: aquí iqm) huy cpie hacer sino confesarlo? El otro es-
lÁvó luego. Lleváronme caritativos á casa del tesorero, donde
(1) Sin duda quiere decir Doña Catalina que el tal Cid venia armado con
peto, cotamalla, ó cosa semejante, por lo que no le -pxido introducir la puu-
ta de la espada en el cuerpo.
—246—
yo posaba: acostáronme: no se atrevicS im cirujano á curarme
hasta que confesara, x)or recelo de que espirase. Vino el padre
fray Luis Ferrer de Valencia, sararí su.2:éto, y me confesó; vién-
dome yo morir, declaré mi estado (1). El se admiró, me absol-
vió, y me procuró esforzar y consolar. Vino el viático y lo re-
cibí, desde allí me pareció sentir esfuerzo.
Entró la curación, y la sentí mucbo, con los dolores y el
desangre perdí el sentido, estuve así por catorce horas, y en
todo aquel tiempo, aquel santo padre no se apartó de mí: Dios
se lo pague. Volví en mí llamando á San José: tuve para todo
grandes asistencias, que provee Dios en la necesidad: fuóronse
pasando los tres dias: luego á los cinco concibiéronse esperan-
zas. Luego me pasaron una noche á San Francisco á la celda
del padre fray Martin de Aróstegui, pariente de mi amigo Al-
cedo, por recelo de la justicia: y allí estuve cuatro meses que
me duró la enfermedad. Lo cual sabido por el corregidor bra-
beó, puso guardas en los contornos, y previno los caminos.
Ya mejor y con certidumbre de que en el Cuzco no podia que-
dar, determiné, con ayuda y consejo de amigos,- mudar de tier-
ra, recelando el encono de ciertos amigos del muerto. Dióme
el capitán Don Gaspar de Carranza mil pesos: el dicho tesorero
Don Lope de Alcedo tres muías y armas: Don Francisco de
Arzaga tres esclavos: con lo cual, y dos amigos vizcaínos de
satisíaccion, partí del Cuzco una noche la vuelta de Guamanga.
XIX.
Partido del Cuzco como digo, llegué al puente de Apuri-
raac (2) donde topé á la justicia, con amigos del muerto Cid
que me estaban esperando. Dijo el ministro sea usted preso,
y fuénie á echar mano asistido de otros ocho: desenvolvimo-
nos nosotros cinco, y trabóse de unos á otros una fiera con-
tienda: cayó de los mios a breve rato un negro: quejóse de ella
otro, y á breve rato otro: cayó el otro negro, derribé de un pis-
(1) Como esta declaración la hizo en confesión, no llegó á divulgarse ni
causar la admiración que causó después en Guamíinga, cuando reveló este
secreto tan bien guardado por tantos años el obispo de aquella diócesis.
{2J El mauu^scrito dice Ajjiserria,, pero debe entenderse Apürimac. Lla-
mase así un rio caudaloso del Perú, que viene á unirse con el Marañou, y
traviesa el camino real que vá desde el Cuzco á Liima, el cual tiene un puen-
te colgado de cuerdas de unas ochenta varas de largo y tres de ancho, que
toma su nombre, i^or donde pasan líis personas y caballerías cargadas. Es
tal vez el que lia servido de modelo j)ara los puentes suspendidos (lue ve-
mos construir actualmente en Europa,, á diferencia qvie est!>s son de fierro,
y aquel de sogas hechas de bejuco. Otro igual, aunque no tan grande, hay
en Andahuaylas, y otro en Cañete, á veinte y tres leguas de Lima, en la
costa del Sui-.
—247—
toletazo al ministro: hallábanse otros de sa parte heridos, y
reconociendo armas de fuego cesaron, dejándose allí tres ten-
didos, á donde volverían después. Hasta el dicho puente dice
que llega la jurisdicción del Cuzco, y que no pasa de allí, por
esto hasta allí me acompañaron aquellos mis camaradas. De
allí se volvieron y proseguí mi camino. Llegué á Andahuailas:
tópeme luego con el corregidor, el cual muy afable y muy cor-
tez se me ofreció con su casa y me convidó á comer, yo no
acepté, porque me dio recelo de tanto comedimiento, y partí.
Llegué á la ciudad de Huancavelica, apéeme en un mesón,
estiiveme un par de dias viendo el lugar: me llegué á una pla-
zuela que está junto al cerro del azogue (1): estaba allí el doc-
tor Solorzano, alcalde de corte de Lima, tomando residencia
al gobernador Don Pedro Osorio. Vi que llegó á él un algua-
cil, que supe después llamarse Pedro Juárez, y él volvió el
rostro y me miró, sacó un papel lo miró, y volvióme á mirar,
y vi luego partir el alguacil y un negro hacia á mí: yo me quité
de allí como sin cuidado, y con mucho: cuando á poco andado
pasa adelante el alguacil y me quita er sombrero y yo á él,
llega el negro por detras y áseme de la capa: yo la suelto, saco
la espada y una pistola, y me embistemlos dos con espadas:
decerrajo y derribo al alguacil: le tiro al negro, y en breve cae
de estocadas: {)arto y encuentro á un Indio que traia de dies-
tro un caballo, que supe después ser del alcalde, le quitó, mon-
tó, y luego parto de allí á Guamanga, distante catorce leguas.
Pasado el rio de Balsas me desmonté á descansar un poco
el caballo, y estando así veo llegar al rio tres hombres á caba-
llo, que lo vadean hasta la mitad: no sé que me dio el corazón,
y les pregunté: ¿á donde se dirigen ustedes caballeros? Dice
Aino: señor capitán á prender á usted: saqué mis armas, previ-
ne dos i)istolas, y dije: prenderme vivo no podrá ser: primero
me han de matar y luego prenderme, y me acerqué á la orilla.
Dijo otro: señor capitán somos mandados, y no podemos escu-
sar en venir, pero con usted no queremos mas que servirle: y
esto parados en el medio del rio: yo les estimé el buen termi-
no, les puse sobre una piedra tres doblones, y monté, y con
muchas cortesías partí á mi camino para Guamanga (2).
(1^ Llámase así por su famoso mineral de este metal, vLiiico en toda aque-
lla América: el cual se ha explotado durante algunos años por cuenta del
gobierno, sin que sus productos hayan respondido á las lisonjeras esperan-
zas que en diferentes épocas seliabian concebido, dando kigar á causas rui-
dosísimas contra los manipulantes, que mas de xma vez han abusado de la
confianza piíblica depositada en ellos.
[2] No se comprende porqué, para ir del Cuzco á Huamanga, fué prime-
ro á Huancavilica, para volver á desandar mas de veinte y cinco leguas de
caminO; á no ser que huyendo del camino real, por temor de no ser perse-
—248—
XX.
Entré en Guamanga, me fui á una posada: hallé allí un sol-
dado pasagero que se aficionó al caballo, y lo vendi por dos-
cientos pesos. Salí á ver la ciudad, me pareció bien, y buenos
edificios, los mejores que vi en el Perú: vi tres conventos, de
franciscos, mercenarios, y dominicos: un convento de monjas,
un hospital: muchísimos vecinos Indios, y muchos Españoles:
bello temple de tierra, fundada en un llano, sin frió ni calor:
de grande cosecha de trigo, vino, frutas y semillas: buena
iglesia, con tres dignidades y dos canónigos, un santo obispo
fraile agustino, Don fray Agustín de Carvajal (1) que fué mi
remedio, aunque faltó muriendo de repente el año veinte: y
decian que lo babia sido allí desde el año doce.
Estuve allí unos dias, y quiso mi desgracia que me entré
unas vece^ en una casa de juego, donde estando un dia entró
el corregidor Don Baltasar de Quiñones, y mirándome, me
preguntó de donde era: dije que vizcaíno. Dijo: ¿de donde vie-
ne ahora? Dije del Cuzco. Se suspendió un poco mirándome,
y dijo: sea preso (2), Dije de buena gana, saqué la espada
retirándome á la i>uerta: él dio voces pidiendo favor al rey:
halló á la puerta tal resistencia, que no pude salir, saqué una
pistola de tres bocas y salí, me desaparecí entrándome en casa
de un amigo, que ya me habla hallado. Partió el corregidor,
y me embargó la muía y otras cosillas que tenia en la posada.
Éstúveme allí unos dias, habiendo descubierto que aquel ami-
go era vizcaíno: y entre tanto no sonaba ruido del caso, ni se
sentía que la justicia tratase de ello: pero todavía nos pareció
ser forzoso mudar de tierra, pues tenia alli lo mismo que en
otra parte. Ilesuelto en ello, sali un dia por la noche, y á bre-
ve rato quiere mi desgracia que tope con dos alguaciles: me
preguntaron ¿qué gente? y respondo, amigos. Me piden el
nombre, y digo: el diablo, que no debí decir: me van á echar
mano, saco la espada, y se arma un gran ruido: ellos dan vo-
ces diciendo, favor á la justicia: vá acudiendo gente: sale el
corregidor que estaba en casa del obispo, me abanzan mas
guidü de la justicia, diese este rodeo por Cangallo y la provincia de Anga-
raes, en cuyo caso tuvo que hacer doble camino mas del que hemos notado.
(1) Don Fray Agustín de Carbajal, del orden de Sau Agustín, natural de
Cáceles en Estremadura, había sido Prior de su convento cu Valladolid y
asistente general de su orden. Fué promovido de la iglesia de Panamá á la
de Guanianga en el año de ItíU, y l'alleció en ella en el de 1620.
Alcedo, Diccionario Geográttco de América.
, (2) Sin duda seria porque tendría contra la ilíonja Alférez, que hasta en-
tonces era conocida bajo el nombre del Alférez Alonso Díaz Ramírez de
Guzman, alguna requisitoria de la justicia del Cuzco, á consecuencia de
haber sabido su fuga.
—249—
ministros: hallóme afligido, disparo ima pistola, y derribo á
uno: crece mas el empeño, me hallo al lado aquel vizcaíno mi
amigo y otros j)aisanos con él: daba voces el coi-regidor, que
me mataseü: sonaron muchos traquidos de ambas partes: sa-
lió el obispo con cuatro hachas encendidas, y se entró por el
medio, lo encaminó hacia mí su secretario D. Juan Bautista
de Arteaga, llegó y me dijo: señor Alférez, déme usted las ar-
mas: dije yo, señor, hay aqui muchos contrarios: dijo, déme-
las, que seguro está conmigo, y le doy palabra de sacarle á
salvo aunque me cueste cuanto soy; dije, señor ilustrísimo, en
estando en la iglesia besaré los pies áU. S. I. En esto me aco-
meten cuatro esclavos del corregidor, y me aprietan 'tirándo-
me ferozmente sin respeto á la presencia de su Ilustrísima,
de modo que defendiéndome, hube de entrar la mano y derri-
bar á uno: acudió el secretario del señor obispo con espada y
broquel, con otros de la familia dando muchas voces, ponde-
rando el desacato en presencia de su ilustrísima, y cesó algo
la broma. Asióme su ilustrísima jíor el brazo, me quitó las ar-
mas, y poniéndome á su lado, me llevó consigo, y me entró
en su casa: hizome luego curar una pequeña herida que lleva-
ba, mandó darme de cenar y recoger, cerrándome con llave que
se llevó. Vino luego el corregidor, y hubo con su ilustrísima
larga conversación y alteraciones sobre esto con él, lo cual
después por mayor entendí.
Ala mañana, como á las diez, su ilustrísima me hizo lle-
var á su presencia, me preguntó quién era, y de dónde, hijo
de quién, y todo el curso de mi vida, causas y caminos por
donde vine á parar alli, fue en esto desmenuzando tanto, mez-
clando buenos consejos, los riesgos de la vida, y espantos de
la muerte, contingencias de ella, y el asombro de la otra si no
me cogía bien apercibido, procurándome sosegar y reducir á
aquietarme, y arrodillarme á Dios, que yo me puse tamañito:
me descubro viendo tan santo varón, y pareciendo estar yo
en la presencia de Dios, y le digo: señor, todo esto que he re-
ferido á U. S. I. no es asi, la verdad es esta: que soy una mu-
jer, que naci en tal parte, hija de fulana y sutana: que me en-
traron en tal edad en tal convento, con fulana mi tia: que allí
me crié: que tomé el hábito: que tuve noviciado: que estando
para profesar, por tal ocasión me sali: que me fui á tal ijarte,
me desnudé, me vesti, me corté el cabello: parti allí y acullá,
me embarqué, aporté, traginé, maté heri, maleé, correteé, has-
ta venir á parar en lo presente, y á los pies de su señoría ilus-
trísima. (1)
(1; Estos últimos pocos renglones de la Monja Alférez, escritos coa su-
TOMO vil. LlTERATUEA— 32
—250—
El santo señor entre tanto que esta relación duró, que fué
hasta la una, se estuvo suspenso, sin hablar ni pestañear, es-
cuchándome; después que acabé, se quedó también sin hablar,
y llorando lágrima viva. Después me envió á descansar y a
comer: tocó una campanilla, hizo venir á un caxiellan auciano
y me envía á su oratorio, allí me pusieron la mesa y un tras-
portín, me encerraron, me acosté y dormi. A la tarde, como
á las cuatro, me volvió á llamar el señor obispo, y me habló
con gran bondad de espíritu, conduciéndome á dar muchas
gracias á Dios por la merced usada conmigo, dándome á ver
el camino perdido que llevaba derecho á las penas eternas:
exhortóme á recorrer mí vida, y hacer una buena confesión,
pues ya por lo mas la tenía hecha, y me sería fácil, y después
ayudaría Dios para que viésemos lo que se había de hacer;
y en esto y en cosas ocurrentes se acabó la tarde. Mo retiré,
dieron me bien de cenar y me acosté.
A la mañana dijo misa el señor obispo, yo la oí, después
dio gracias: se retiró á un desayuno, y me llevó consigo: fué
moviendo y siguiendo su discurso, y vino á decir que tenia es-
te por el caso mas notable en este género que había oido en
su vida, y remató^fliciendo: ¿en fln esto es así? Dije si señor.
Replicó: no se espante que inquiete la credulidad su rareza.
Dije, señor, es así: y si quiere salir de duda U. S. I. por espe-
riencia de matronas, yo llana estoy. Dijo, pues vengo en ello,
y conténtame oírlo, me retiré por ser hora del despacho. A
medio día comí, después reposó un rato. A la tarde, como á
las cuatro, entraron dos matronas me miraron y se satisfacie-
ron, declararon después ante el obispo conjuramento, haberme
visto y reconocido cuanto fué menester para certificarse y ha-
berme hallado virgen intacta, como el dia en que naci. Su
ilustrísíma se enterneció, y despidió á las comadres, me hizo
comparecer delante del capellán, que vino conmigo, me abra-
zó enternecido, y en pié me dijo: hija, ahora creo sin duda lo
que me dijisteis, y creeré en adelante cuanto me diréis; os ve-
nero como una de las personas notables de este mundo, y
os prometo asistiros en cuanto pueda, y cuidar de vuestra cbn-
veniencia y del servicio de Dios. Me mandó poner cuarto de-
cente j estuve en él con comodidad y ajustando mi confesión
la cual hize en cuanto pude bien, y después Su Ilustrísíma me
dio la comunión. Parece que el caso se divulgó, y era inmen-
so el concurso qué allí acudió, sin poder escusar la entrada á
personages, por mas que yo lo sentía, y Su Ilustrísíma tam-
bién.
ma fapilidad y gracia, son un verdatlero epílogo de su vida, reducido á la
menor expresión posible.
—251—
En fin, pasados seis días acordó su Ilustrísima entrarme
en el convento de monjas de Santa Clara de Hnamanga, que
allí de religiosas no hay otro [1], púsome el hábito: salió su
Ilustrísima de casa llevándome á su lado con un concurso tan
grande, que no hubo de quedar persona alguna en la ciudad
que no viniese, de suerte que se tardó mucho en llegar allá.
Llegamos finalmente á la porteii'ia, i3orque á la iglesia, donde
pensaba su Ilustrísima antes entrar, no íué posible, porque
entendido así se liabia llenado. Estaba allí toda la comuni-
dad con velas encendidas. Otorgóse alli por la abadesa y an-
cianas, una escritura en que prometía la comunidad volverme
á entregar á su Ilustrísima ó prelado sucesor, cada vez que me
pidiesen. iVbrazóme su Ilustrísima, me echó su bendición y
entré. Lleváronme al coro en procesión, hice oración allí: besé
la mano á la señora abadesa: fui abrazando y me fueron abra-
zando las monjas y me llevaron ¡i un locutorio donde su Ilus-
trísima me estaba esperando. Allí me dio buenos consejos, y
exhortó á ser buena cristiana, y dar gracias á nuestro Señor,
frecuentar los sacramentos, ofreciéndose su Ilustrísima á ve-
nir á ello, como vino muchas veces, me ofreció largamente
todo cuanto hubiese menester, y se fué. Corrió la noticia de
este suceso por todas partes, y los que antes me vieron, y los
que antes y después supieron mis cosas, se maravillaron en to-
das las Indias. Dentro de cinco meses, año de 1620, repenti-
namente se quedó muerto mi santo obispo, que me hizo gran
falta.
XXI.
Muerto el Ilustrísimo de Huamanga, luego en breve en-
vió por mí el metropolitano Arzobispo de Lima el Ilustrísimo
señor Don Bartolomé Lobo Guerrero, que dice lo era el año
de 1607, y murió en 12 de Enero de 1622 [2]. Entregáronme
las monjas con mucho sentimiento: fui en una litera, acompa-
ñándome seis clérigos, cuatro religiosos y seis hombres de es-
pada. Entramos en Lima ya de noche y sin embargo ya no
podíamos valernos de tanta gente curiosa que venia á ver á
(1) Posteriormente á esta época deben haberse aumentado los conven-
tos, pues después de enumerar Alcedo los de religiosos de Santo Doiningo,
San Francisco, San Agustín, laMerced, San Juan de Dios y el colegio que
fué de los jesuitas, cuenta dos monasterios de monjas, uno de Santa Clara
y otro de Carmelitas.
2j Fué este señor el cuarto arzobispo de Lima, natural de la ciudad de
Ronda en Andalucía, Director del colegio de Santa María de Sevilla, salió
para Fiscal é inquisidor de Méjico, pasó á arzobispo de Santa Pé del nuevo
reino de Granada, y fite promovido á Lima el año de 1609, donde gobernó
doce años y falleció en el de 1622. — ALCEDO, Diccionario Geog. de Amer.
- 252—
la Monja Alférez. Apeáronme en casa del señor Arzobispo,
viéndome en las hieles para entrar. Besé la mano á su Ilus-
trísima, regalóme mucho y me hospedé allí aquella noche. La
mañana siguiente me llevaron al palacio á ver el Yirey Don
Francisco de Borja, conde de Mayalde jíríncipe de Esquilache,
que asistió allí desde el año de 1615 hasta el de 1622, y comi
aquel día en su casa. A la noche volví á la del señor Arzo-
bispo, donde tuve buena cena y cuarto acomodado.
Me dijo su Ilustrísima el dia siguiente, que viese y eligie-
se el convento donde quisiese estar: yo le pedi licencia para
verlos todos y me la concedió, fui entrando y viéndolos todos,
estándome cuatro ó cinco dias en cada uno: finalmente vine á
elegir el de la Santísima Trinidad, que es de comendadoras
de San Bernardo, gran convento que sustenta cien religiosas
de velo negro, cincuenta de velo blanco, diez novicias, diez
donadas y diez y seis criadas (1). Allí me estuve cabales dos
años y cinco meses hasta que volvió de España razón bastante
de como no era yo ni habia sido monja profesa: con lo cual se
me prometió salir del convento, con sentimiento común de to-
das las monjas, y me puse en camino para España.
Partí luego á Guamanga á ver y despedirme de aquellas
señoras del convento de Santa Clara, las cuales me detuvieron
alli ocho dias con mucho agrado, regalos y sentimiento en la
partida. Proseguí mi viage á la ciudad de Santa Eé de Bogo-
tá, en el nuevo reino de Granada; vi al señor obispo Don Ju-
lián de Cortázar (2), el cual me instó mucho á que me queda-
se allí en el convento de mi orden: yo le dije que no tenia or-
den ni religión, y trataba de volverme á mi patria, donde ha-
ría lo que me pareciese mas conveniente para mi salvación: y
con esto y un buen regalo que me hizo, me despedí. Pasé á
Zaragoza por el rio de la Magdalena arriba: caí alli enferma,
y me pareció mala tierra para españoles, llegue á punto de
muerte: después de unos dias convaleciendo algo, antes de po-
(1) No es este, a pesar del mímero de religiosas novicias, donadas y cria-
das que se refiere, el mayor- de los de su clase, entre loe catorce de dife-
rentes órdenes que se cuentan hoy en aquella ciudad. Generalmente den-
tro de una gran cerca de paredes que dan á cuatro calles, con un espacio-
so jardin en el centro, al rededor del cual tiene cada monja su casita, en
la que vive con su criada. Tal vez el temor de los temTjlorec. que allí son
tan comunes, les lia hecho adoptar este modo de vivir, para evitar el ries-
go que correrian tantas personas juntas, encerradas en un solo edificio.
(2) Este Arzobispo es el undécimo que se cacnta en esta metropolitana.
Fxié natural de Durango en España. Ignoramos el año que fué promovnid
á esta silla, porque no es probable lo fuese en lti26, como supone Alcedo
de su Diccionario Geográfico de América: ni que tampoco hubiese eido an-
teSjComo afirma, obispo del Tucuman,en cuya lista no se encuentra. Solo
sabemos que falleció en Santa Fé de Bogotá el año de 1630.
-253—
derme tener, me hizo nn médico partir, sali por el rio, y me
íuí á Tenerife, (1) donde en breve me recobré.
XXII.
Allí hallándose la armada del general Don Tamas de Lar-
raspuru de partida para España me embarqué en su Capitana,
año de 1624, donde me recibió con mucho agrado, me regaló
y sentó á su mesa, y me trató asi hasta pasadas doscientas
leguas mas acá del canal de Bahama. Allí un dia en el juego,
se armó una reyerta, en que hube de dar á uno un arachuelo
(2) en la cara con un cuchillo que tenia allí, y resultó mucha
inquietud; el general se vio obligado á apartarme de allí, y
pasarme á la Almiranta, donde yo tenia paisanos: yo de eso
no guste, y le pedi paso al patache San Telmo, capitán Don
Andrés de Otón, qne venia por Aviso (3), y pasóme, pero pa-
sóse trabajo, porque hacia agua, y nos vimos en peligro de
anegarnos.
Gracias á Dios llegamos á Cádiz en primero de í^oviembre
de 1624: desembarcamos y estuve allí ocho dias: me hizo mu-
cha merced el señor Don Fadrique de Toledo, general de la
armada, y teniendo en su servicio dos hermanos mios, que co-
nocí, y le di á conocer, les hizo de alli á delante por honrarme
mucho favor, teniendo el uno consigo en su servicio y dándole
una bandera al otro.
XXIII.
De Cádiz me fui á Sevilla, y estuve allí quince dias, escon-
diéndome cuanto pude, huyendo de concurso que acudía á ver-
me vestida en hábito de hombre. De allí pasé á Madrid, y es-
tuve veinte dias sin descubrirme. Allí me prendieron por man-
dato del vicario, no sé por qué, me hizo luego soltar el conde
íle Olivares. Acomodóme alli con el conde de Javier, que par-
tía para Pamplona, fui y le asistí cosa de dos meses.
De Pamplona, dejando al conde de Javier, partí á Eoraa
por ser el año santo del grande jubileo. Tomé por Francia mi
(1) Villa de la provincia y gobierno de Santa Marta eu la orilla orieu-
tal del rio grande de la Magdalena.
(2) Lo propio que nisiíuño.
(o) Llamábanle AA'it^)s vn la cañera de Indias las embarcaciones lige-
ras destinadas á llevar ó traer pliegos del real servicio, y teníanlos las flo-
tas que venian de América, para despacharlos al gobierno desde cierta al-
tura, antes de llegar á las costas de Europa, á efecto de avisar su prósima
recalada, por si gustaba mandar á su encuentro fuerzas navales que las
protegieran.
—254—
camiDO, y pasé grandes trabajos, porque pasando el Piamonte,
y llegando á Tiirin, achacándome ser espía de España, me
prendieron, quitándome el poco dinero y vestidos que llevaba,
me tuvieron en una prisión cincuenta dias (1), al cabo de los
cuales, hechas, presumo por ellos, sus dili'íencias, y no resul-
tando cosa contra mi, me soltaron, pero no me dejaron prose-
guir mi camino que llevaba, mandándome volver atrás x)ena
(le galeras: con que hube de volverme con mucho trabjo, po-
bre, á pié y mendigando. Llegué á Tolosa de Francia, me pre-
senté ante el conde de Agramonte, virey de Pau, goí)ernador
de Bayona, para el cnal á la ida yo habia traído y entregado
cartas de España, el cual buen caballero en viéndome se con-
dolió, me mandó vestir, me regaló, y me (lió inwa el camino
cien escudos, un caballo, y parti. (2)
Víneme á Madrid, me presenté ante S. M, suplicándole me
premiase mis servicios, que espresé en un memorial (pie puse
en su real mano: me remitió S. M. al consejo de Indias: allí
acudí y presente los papeles que me hablan quedado de la
derrota: vieron me aquellos señores, y favoreciéndome, con
consulta de S. M. me señaló ochocientos escudos de renta por
mi vida, que fueron poco menos de lo que yo pedi. Lo cual
faé en el mes de Agosto de 1625. (3) Me sucedieron entre tan-
to en la corte algunas cosas, que por leves aquí omito. Partió
poco después S. M. para las cortes de Aragón, y llegó á Zara-
goza a los principios de Enero de 1626.
XXIV.
Páseme en camino para Barcelona con otros tres amigos
que partían para allá: llegamos á Lérida: reposamos allí un
poco, y proseguimos nuestro camino Jueves Santo por la tarde.
Llegando un poco antes de Vel puche, como á las cuatro no la
( 1) En su memoriaí al rey, dice^catorce dias. Puede tal vez ser este otro
de los niuclios errores del copista.
(2) Este señor tan generoso era D. Antonio de Aura, conde de Gramont,
dft Guicheu y Lugvigni, vizconde de Asté, caballero de las órdenes de Sau-
t'> Espíritu y de tían Miguel, virey de Navarra, y gobernador y alcalde per
pétuo por juro de lietecíad, de la ciudad de Bayona de Francia. Fué bijo
de Jbiliberto, conde de Graniónt, y de la hermosa Corizandra de Andoyns:
hi ci- ai ti ivo COI, elrey Enrique ÍV amores bastantes decantados. Dicho
conde Antonio nació luicia (4 año de lü7() y fal.eció en Agosto de 164ÍJ.
Íjuvs XIV !c agració con el título de duque y par de Francia, cu tiempo en
<iue esta dignidad era mas í'ara que al presente, y reputada en esta na
ckiíi, císmo en la nucstrí^, la grandeza de Espaiáa <Íe primera clase: si bien
sieíj!prv.í Ke ha considerado eslji última una dignidad superior á aquella.
(3) En el expedienre original que se baila en el arelüvo de Indias de Se-
viliii, promo'/ido a resaltas del memorial que aquí expresa, consta que el
—255 -
tarde, bien contentos y íigenos de azar, de una vuelta y bre-
ñal al lado derecho del camino, nos salen de repente nueve
hombres, con sns escopetas, los gatillos levantados, nos cercan
y mandan apear: no pedimos hacer otra cosa, teniendo á mer-
ced apearnos vivos, desmontamos, nos quitaron las armas y
los caballos, los vestidos y cuanto Uevíibámos,^in deiamos
mas que los papeles, que les pedimos de merced, y viéndolos
nos los dieron sin dejar otra hilacha.
Proseguimos nuestro camino á pie, desnudos, avergonza-
dos, y entramos en Barcelona Sábado Santo de 1626 en la no-
che, sin saber, á lo menos yo, que hacer. Mis compañeros tira-
ron no sé por donde, á buscar su remedio: yo, por allí de casa
en casa plageando mi robo, adquirí unos malos trabajos, y una
mala capilla con que cubrirme. Acogíme, entrada mas la no-
che, debajo de un portal, donde hallé tendidos otros miserables,
y llegué á entender que estaba el rey allí, y que estaba en su
servicio el marqués de Montes-Claros, buen caballero y cari-
tativo, á quien conocí y hablé en Madrid. (1) A la mañana mo
fui á él, y le conté mis desgracias, se dolió de verme, y luego
me mandó vestir, me hizo entrar á S. M. agenciándome el buen
caballero la ocasión.
Entré y referí á S. M. mi suceso como me pasó: me escuchó
y me dijo: pues cómo os dejasties robar? Eespondi: señor, no
pude mas. Me preguntó: ¿cuántos eran? dije señor, nueve con
escopetas, altos los gatillos, que uos cogieron de repente al
pasar una breña. Mostró S. M. con la mano querer el memo-
rial: le besé, y lo puse en ella, y dijo S. M. yo lo veré. Estaba
entonces S. M. en pié, y se fué. Yo me sali, y en breve halló
el despacho, en que mandaba S. M. darme cuatro raciones de
alférez reformado, y treinta ducados de ayuda de costa. Con
lo cual me despedí del marqués de Montes-Claros, á quien tan-
to debí: y me embarqué en la galera San Martin, la nueva de
Sicilia, que de allí partí para Genova.
XXV.
Partidos de Barcelona en la galera, llegamos en breve á
Genova, donde estuvimos quince dias. En ellos una mañana
consejo de Indias evacuó su consulta á S. M. en 19 de Febrero de 1626, se-
gún se puede ver en dicho documento que se halla eu el apéndice. Asi que
í)oña Catalina quisó decir aquí, que el memorial fué ijresentado al rey y
remitido por S. M. al consejo en Agosto be 1625, puesto que no fué despa-
chado definitivamente sino en el mes de Febrero del aíjo siguiente de 1626.
(1) También debió haberle conocido en Lima de Virey, puesto que le
nombra en otra parte, á no ser que hubiese fallecido ya, y fuese este su su-
cesor inmediato.
—256—
se me ofreció ver á Don Pedro de Oliavarría, del hábito de San-
tiago, veedor general, y fui á sn casa. Parece que era tempra-
no, y no habia abierto: anduve por alli haciendo hora: me sen-
té en una peña á la puerta del príncipe Doria: estando alli,
llegó también y se sentó un hombre bien vestido, soldado ga-
lán con una gran caballera, que conoci en el hablar ser Italia-
no. IS'os saludamos y trabamos conversación, luego me dijo:
usted es Español: le dije que sí: me dijo: según eso será usted
soberbio, que los españoles lo son, arrogantes, aunque no de
tantas manos como blazonan. Dije: yo á todos los veo muy
hombres para todo cuanto se ofrece. Digo: yo los veo á todos
que son una merda. Le diji, levantándome: no hable usted de
ese modo, que el mas triste español es mejor que el mejor Ita-
liano. Me dijo: ¿sustentará usted lo que dice? si haré. Dijo: pues
sea luego: sea: salimos tras unas arcas de agua alli cerca, y él
tras de mi: sacamos las espadas y empezamos á tirar: enesto
veo á otro que se pone á su lado: ambos jugaron de ciichillada,
yo de punta: le entré al Italiano una estocada, de que cayó.
Me qubdaba el otro y lo iba retirando: llegó en esto un hom-
bre cojo con buen brio y se puso á su lado, que debia ser su
amigo, y me ai)retaba. Vino otro y se i)uso á mi lado, quiza
por verme solo, que no le conoci: acudieron tantos, que se hu-
bo de confundir la cosa, de suerte, que buenamente, sin que
me entendiese, me retiró, me fui á mi galera y no supe mas
del caso. Allí me curé de una herida leve de una mano. Es-
taba entonces en Genova el marqués de Santa Cruz (1).
Partí de Genova á Eoma: besé el jíie á la Santidad de Ur-
bano VIII, le referí en breve, y lo mejor que supe, mi vida y
correrías, mi sexo y virginidad: mostró su Santidad estrañar
tal caso, y con afabilidad me concedió licencia para proseguir
mi vida en hábito de liombre, encargándomela prosecusion
honesta en adelante, y la abstinencia en ofender al prójimo,
teniendo la iilcion (2) de Dios sobre su mandamiento, non occides
y me volví. Se hizo alli el caso notorio, y fué notable el con-
curso de que me vi cercado, de personajes, príncipes, obispos,
cardenales, y el lugar que me hallé abierto donde quería, de
(1) Teniendo el duque de Saboya, según el historiador Sabau y Blan-
00; en el año de 1625, ya conquistado todo el estado de Genova, no
quedando á la república sino la capital y la plaza de Savona: no hallando
por otra izarte el senado quien le prestase dinero, y viendo reducida su
cansa en un estado desesperado, la España, por impedir el engrandecimien-
to de este príncipe, resolvió emplear una gran parte de sus fuerzas, con las
cuales y muchos socorros entró el marqués de Santa Cruz en Genova con
una poderosa escuadra, con la cual obligó á la que los franceses tenian en
aquel puerto a. retirarse. Es con este motivo que se hallaba en Genova el
año de 1626, cuando la Monja Alférez hace mención de él.
(2) Voz tomada de la latina ultio, que significa venganza.
—257—
suerte que en mes y medio que estuve en Roma, fué raro el
dia en que no fuese convidado y regalado de príncipes; y espe-
cialmente un viernes fui con v^idado y regalado por unos caba-
lleros, por orden particular y encargo del senado romano, y
me asentaron en un libro por ciudadano romano. T el dia de
san Pedro, 29 de Julio de 1G26, me entraron en la capilla de
San Pedro, donde vi los cardenales con las ceremonias que se
acostumbran aquel dia: y todos ó los mas me mostraron nota-
ble agrado y >«^ricia, rae hablaron muchos: y á la tarde hallán-
dome en rueda con tres cardenales, me dijo uno de ellos, que
fué el cardenal Magalon, que no tenia mas falta que ser Espa-
ñol: á lo cual le dije: á mi me parece, señor, debajo de la cor-
rección de vuestra señoría ilustrisima, que no tengo otra cosa
buena.
XXVI.
Pasado mes y medio que estuve en Eoma, me partí de allí
para Ñapóles, el tila 5 de Julio de 1626: nos embarcamos en
Eipa. En Ñapóles un dia paseándome en el muelle, reparé en
las risadas de dos damiselas que hablaban con dos mozos, y me
miraban, y mirándolas, me dijo una: Señora Catalina ¿donde
es el camino? Respoíidí: señora p. á darles á ustedes cien
pescozadas, y cien cuchilladas á quien las quieve defender. Ca-
llaron y se fueron de allí.
Oí^OMoyD. Literatura — 33.
KOTAS FINALES DEL HANÜSCEITO
POE
ION Candido iM ARIA
l>ro pasa de aqni un cuaderno que me mostró el capitán Don
Domingo de Urbizu, alguacil mayor de la contratación de Se-
villa: y otro impreso en Madrid año de 1625, queme mostró
el veinte y cuatro Don Bartolomé Pérez Navarro: de suerte
que la relación hasta aquí escrita, la deja en Ñapóles én el mes
de Julio de 1626.
Después la halló en Sevilla en 4 y 21 de Julio de 1630, y en
Indias, en la Veracruz, año de 164o. En 4 de Julio, en un
manuscrito que tengo diario de cosas de Sevilla, que dice en
dicho año asi. " Jueves 4 de Julio estuvo en la iglesia mayor
" la Monja Alférez. Esta fué monja en San Sebastian, huyóse
" y pasó á Indias en hábito de hombre año de 1603, Sirvió de
" soldado veinte años, tenida por capoü. Volvió á España, fué
" á Eoma, y el Papa Urbano VIII la disi)énsó y dio licencia
" para andar en hábito varonil. El rey le dio titulo de alférez,
" llamándola el alférez T>^ Catalina de Erauso, y el mi^mo
" nombre traia en los despachos de Roma. El capitán D. Mi-
" guel de Echazarreta la llevó por mozo en años pasados á
"Indias, y ahora vá por general de flota, y la lleva por alfe-
" rez."
—260—
El 21 de Julio, en una certificación que me dio D. Manuel
Fernandez Pardo, contador 4le la audiencia de la contratación
de las Indias, de Sevilla, de ocho de Octubre de 1693, en que
dice: "Que en el libro del despacho de los pasajeros al folio
" 160 parece que en la flota que se despachó á la provincia de
" Nueva Esi)aña, año de 1630, (1) á cargo del general D Mi-
" guel de Echazarreta, en 21 de Julio, se despachó el alférez
"D^ Catalina de Eranso á la provincia de Kueva España, y
" vino de las provincias del Perú, por cédula de S. M."
En Indias en la Veracruz, añq de 1645, en una relación ver-
bal hecha en 10 de Octubre de 1693 en el convento de los Ca-
puchinos de Sevilla por el padre Fray Nicolás de Eentería,
profeso de dicha orden, que dictada la escribió por su mano
el padre Fray Diego de Sevilla del mismo orden, dice:
"Que en el año de 1645, siendo seglar, fué en los galeones
" del general D. Pedro de Ursun: y que en la Veracruz halló
" diferentes veces á la Monja Alférez T>^ Catalina de Erauso
" [que entonces allí se llamaba D. Antonio de Erauso] y que
" tenia una recua de muías en que conduela con unos negros
." ropa á diferentes partes: y que en ella y con ellos, le traspor-
" tó á Méjico la ropa que llevaba: y que era §ujeto allí tenido
" por de mucho corazón y destreza, y que andaba en hábito
" de hombre,, que traia espada y daga con guarniciones de
" plata: y le parece que seria entonces como de cincuenta años,
" que era de buen cuerpo, no pocas carnes, color trigueño con
" algunos pelillos por bigote" (2).
Pedro de Lavalle el peregrino en su tomo 39 de su viage es-
crito por él mismo en letras familiares, en lengua italiana á
su amigo Mario Schipano, impreso en Bolonia en 1677, en la
letra ó carta 16 de Eoma á 11 de Julio de 1626, página 602
ísT? 2, dice lo siguiente:
A los 5 de Julio de 1626 vino á mi casa la primera vez el
alférez Da. Catalina de Erauso, Vizcaína venida de España,
llegada á Roma el dia antes.
Era esta una doncella de edad ahora como de treinta y ciu-
(1) En este año, sin duda al tiempo de embarcarse, la retra.tó el célebre
pintor Pacheco según resulta por la fecha que está escrita en dicho retra-
to. También le pone á un lado su edad de .52 años, en lo cual se equivocó
indudablemente, porque habiendo nacido, como se ha visto el año de 1592,
no podia tener en ]63U sino 38 años: pero si nació, como supone la Monja
Alférez en 1.585, entonces tendría solo 45 años; por lo que en ambos casos
le echó el pintor mas años de los que tenia á no ser que este personaje hu-
biese nacido realmeete en 1578.
(2) Habiendo nacido la Monja Alférez, según sn relación, el año de 1585,
debería tener á esta fecha 60 años de edadj y naciendo en 1592 solamente
53: lo cual se ajusta mas á la segunda época que á la primera.
—261—
co á cuarenta años: (1) la cnal desde muy niña en Vizcaya su
patria, donde era bien nacida, se habia criado en un monaste-
rio, y ya grande creo que vistió el hábito de monja; ])ero an-
tes de profesf.r, disgustada do aíiuella vida encerrada, y anto-
jándosele vivir como hombre, se huyó entrevestida como de
casa de su padre, y se fué á la corte de España, doüde en há-
bito de muchaí ho se acomodó y sirvió unos (lias (le pííje. ^'í-
nole desj)ues gana de irse á Sevilla y pasar de aílí á las In-
dias: y con ocasión de cierta contienda se hubo de ausentar
de la corte, y se dio á la vida de soldado, inclinado natural-
mente á las armas y á ver mundo.
Militó n)ucho en aquellas partes hallándose en diversas fac-
ciones, en que dio siempro como buen .soldado cuenta (jue ad-
quirió fsnia de Yaleroí^;©: y como no le asomaba la burba lo te-
nían y llamaban capón.
Hallóse en oirá batalla peligrosa, en que sií^w^^o desbaratft-
dos los suyos de su compañía, y llevándose la bandera los
contrarios, con su valor retiró á los eneinigo.'?, y matando al
que llevaba la bandera la recobró, quedárido.se por alférez de
la compañía, no por gracia sino por su propio valor.
Finalmente, comenzándose á sospechar que fuese mugev, se
vino á declarar en una grande pendencia, en qne después de
haber ella hecho muclias demostraciones de su valor, quedó
mortalmente herida, y por salvarse de la justicia que le perse-
guía se vio obligada á entregarse al obispo, al cual confesó lo
que le pasaba de su vida, y como era doncella: y qne todo lo
que había echo no habia sido por mal fin, sino solo por natu-
ral inclinación con que se hallaba en la milicia: y para que le
constase ser así cierto, le suplicó la mandase reconocer, lo
cual fué hecho así; y íuó reconocida por matronas y comadres
y fué hallada doncella.
El Obispo la puso en un Monasterio, y porque se supo ser
monja, y se dudó si profesa, la detuvo allí hasta que de su
país vino certeza de que no había sido profesa: con que que-
dando en su libertad, y no queriendo ser monja sino perseve-
rar en su vida militar, salió con licencia del monasterio y se
vino á España.
En España pidió al Rey remuneración de sus servicios, vio-
(l) Si como se ha observado ya en la nota anterior, se toma su edad por
la que dice tener ella misma: habiendo nacido en 1585 viene perfecrameute
con los 40 años que aquí se le dan en un caso: pero en el de atenernos a la
partida bautismal, no podia tener á esta fecha sino 33 años, y ya esto era
mucho equivocarse», porque es muy notable la diferencia que se halla entre
lina perdona de 33 años y otra de 40. 8in embargo de esto, es necesario
confesar que era muy difícil echar años á una persona de fisonomía tan
equívoca por una parte, y tan maltratada por otra, tantos trabajos, enfer-
medades, heridas, viages por tierra y por mar, y padecimientoo de espíritu
—262--
se su causa en el consejo en justicia, y mandóle dar el rey al
año en Indias por su vida de entretenimiento ochocientos es-
cudos, nombrándola en la patente con título de alférez, y dán-
dole permiso para andar como varón en hábito militar, y man-
dando que en todos sus estados y señoríos nadie la molestase.
Con este se vino á Italia corriendo diferentes fortunas por
los caminos. Vino á Roma á suplicar á su Santidad no seque
gracias á su favor, las cuales obtuvo con el favor de muchos
personajes.
Yo había tenido noticia de ella hallándome en la India
Oriental, y de muchas cosas suyas y de su fama, y á la vuelta
deseaba saber de ella particularmente.
Llegado á Roma, el padre Rodrigo de San Miguel, agusti-
no descalzo, mi amigo, de quien muchas veces he hecho men-
ción, que sabia mi deseo, y habia llegado allí por Ven eci a mu-
cho antes que yo, y á él habia recurrido ella luego que llegó,
como á su paisano, luego me la llevó á mi casa, allí razonamos
jicUtos un buen rato: contóme diversas, cosas y acaecimientos
suyos estraños, de los cuales he referido aquí solamente los
mas notables y ciertos, como de persona rara de nuestros tiem-
pos.
Yo después en Roma la he dado á conocer á diferentes da-
mas y señoras, á cuya conversación ella es mas dada que de
damas. El señor D. Francisco Orecencio, que es gran pintor,
la ha retratado de su mano.
Ella es de estatura grande y abultada para muger, bien que
por ella no parezca no ser hombre. íí^o tiene pechos: que des-
de muy muchacha me dijo haber hecho no sé qué remedio
para secarlos y quedar llanos, como le quedaron, el cual fué un
euiplasto que le dio uu italiano, que cuando se lo puso le causó
un gran dolor: pero después sni hacerle otro mal, ni mal trata-
miento salió el efecto.
De rostro no es fea, pero no hermosa, y se le reconoce estar
algún tanto maltratada, pero no de mucha edad. Los cabellos
son negros y cortos como de hombre con un poco de melena
como hoy se usa. En efecte mas capón que muger. Viste de
hombre á la española: trae la esj)ada bien ceñida, y así la vida:
la cabeza un poco agobiada, mas de soldado valiente que de
cortesano, y de vida amorosa. Solo en las manos se le puede'
conocer que es muger, porípie las tiene abultadas y carnosas,
robustas y tuertes, bien que las mueve algo como muger.
Copia sacada de otra que en un tomo en 49 de papeles varios
tiene Dox Candido María Trlgubros. — Sevilla 24 de Mayo
de 1784.— Muñoz.
PARTIDA BAUTISMAL
P
DE
ONA UATALINA DE
J
I\AUSO,
Yo el Dr. D. Francisco Javier de Marin, vicario perpetuo
y cura propio de la iglesia parroquial de San Vicente levita y
mártir de esta ciudad de San Sebastian.
Certifico; que en el libro primero de bautizados de dicha
parroquia, alfolio veinte y uno,partida cuarta, que es la trigé-
sima séptima de las del año mil quinientos noventa y dos, se
halla la del tenor siguiente:
''Bautizóse Catalina de Erauso en diez de Febrero de di-
cho año hija legítima de D. Miguel de Erauso, y de Da. Ma-
ría Pérez de Galarraga. Padrinos D. Pedro de Galarraga, y
Da. María Velez de Aranalde. Ministro el vicario Alvisua.
Conforma esta copia con el original que obra en mi, poder
á la que me refiero. San Sebastian, diez de Octubre de mil
ochocientos veinte y seis.
Doctor Don Franciaco Javier de Marin,
—264—
Expediente rblatiyo i. los méritos y servicios de doña
CATALINA de ERAUSO, QUE SE HALLA EN EL ARCHIVO
DE INDIAS DE SEVILLA.
Don José de la Higuera y Lara, archivero del general de
Indias en esta ciudad.
Certifico: que entre los legajos de indiferentes de la Secre-
taría del Perú, se baila un pedimento acompañando un expe-
diente con varios documentos testimoniados, cuyo tenor, de
algunos de ellos, dicen así:
PEDIMENTO.
Señor: — El Alférez Doña Catalina de Erauso, vecina y
natural de la villa de San Sel)astiari, provincia de Guipúzcoa:
dice que en tiempo de diez y nueve años á esta parte, los quin-
ce ha empleado en servicio de V. M. en las guerras del reino
de Chile é indios del Perú, habiendo pasado á aquellas i)artes
en hábito de varón por particular inclinación que tuvo de
ejercitar las armas en defenza de la fé católica, y em¡)learse
en servicio de V. M., sin que el dicho reino de Ciiiie todo el
tiempo que asistió fuese conocida sino por hombre, hasta que
algunos años después, en los reinos del Pirú, fué descubierta
ser mujer, forzada de un acaecimiento que no hace á proposi-
to el decir aquí; y con estar en compañía del Alférez D. Mi-
guel de Erauso, su hermano legítimo, en el reino de Chile nun-
ca se descubrió á él aunque ella le conocía por tal hermano, y
esto hizo por no ser descubierta, negando la afición desangre;
y en todo el tiempo que sirvió en la guerra y en la compañía
del maestre de campo D. Diego Bravo de Sarabia, fué con
particular valor resistiendo á las incomodidades de la milicia,
como el mas fuerte varón, sin que en acción ninguna fuese co-
nocida sino por tal, y por sus hechos vino á merecer tener
bandera de V. M.; sirviendo como sirvió de Alférez de la com-
pañía de infantería del capitán D. Gonzalo Eodriguez, con
nombre que se puso llamándose Alonso Diaz Ramírez de Guz-
man, y en el dicho tiempo se señaló con mucho esfuerzo y
valor r^ibiendo heridas, particularmente en la batalla de Pu-
ren; y habiendo sido reformado pasó á la compañía del capi-
tán Don Guillen de Casanova, castellano del castillo de Arau-
co, y fué entresacado de ella por valiente y buen solüado, pa-
ra salir á campear al enemigo; como todo lo cual y mas, cons-
ta por las certificaciones y fées de D. Luis de Céspedes, go-
—265—
bernador y capitán general de Paraguay, que fué de infante-
ría en Chile, de D. Juan Cortés de Monroy, gobernador y ca-
pitán general de Veraguas, que también fué de infantería en
Chile, y de D. Francisco Pérez de Navarrete asi bien de ca-
iñtan de infantería en el dicho reino de Chile, y en el del Perñ,
que todos tres y otros caballeros que han sido sus oficiales y
maestres de campo, se hallan hoy actualmente en esta corte,
y le conocen muy bien por haberle visto servir á V. M. Y ade-
mas de lo referido no queda su tragedia en lo dicho, pues ha-
biendo llegado á estos reinos de Espaha el año pasado de
1624, trató de ir en el de 1625 a la corte romana á besar el i>ió
á Su Santidad, por ser el año Santo, y caminando por el reino
de Francia en Píamente encontró con una tropa de caballería
francesa, y como ella iba á caballo con un criado y otros pe-
regrinos españoles que iban en su compañía, la prendieroQ á
ella como quien iba señalado entre los demás en hábito de pe-
regrino, nombrándose el Alférez Antonio de Erauso, y luego
que asieron de ella la tuvieron i)or espía de V. M. y dijeron
que por tal la prendían, y después de haberle desbalijado y
quitado doscientos doblones de oro que llevaba para su gasto,
la echaron en una cárcel donde estuvo catorce dias cargada
de cadenas; y porque habiendo oido algunas cosas había res-
pondido en decoro de Y. M. la maltrataron asi de palabras co-
mo de manos, y si acaso la hubieran o«nocido que era mujer,
confirmaron ser espía, con la cual sin duda le quitaran la vi-
da, y después que la soltaron no la quisieron dar paso para
Roma, y asi ha vuelto á esta corte, que también este particu-
lar parece por información con tres testigos contestes sin otros
de oidas. Por tanto y porque asi bien interpone los servicios
del capitán D. Miguel de Erauso su padre, y del dicho Alfé-
rez D. Miguel de Erauso. y de D. Francisco de Erauso, que
sirvió en la armada de Lima con Don Rodrigo de Mendoza,
y D. Domingo de Erauso que se fué en la armada que salió
para el Brasil, y volviendo de allá fué uno de los que perecie-
ron en la Almiranta de las cuatro villas que se quemó, que to-
dos tres fueron sus hermanos.
Suplica á V. M. se sirva mandar premiar sus servicios y
largas peregrinaciones, y hechos valerosos, mostrando en ella
su grandeza asi por lo que tiene merecido, como por la singu-
laridad y prodigio que viene á tener su discurso, teniendo
atención á que es hija de padres nobles hidalgos, y i)ersonas
principales en la villa de San Sebastian; y mas por la singu-
laridad y rara limpieza con que ha vivido y vive, el testimo-
nio de lo cual se puede sacar del mismo tiempo; por lo cual
recibirá merced de que se le dé un entretenimiento de seten-
ToM. VII Literatura — 34.
—266—
ta pesos de á veintidós quilates al mes en la ciudad de Carta-
gena de las Indias, y una ayuda de costa para poderse ir, en
que conseguirá la que V. M. y su grandeza espera, etc.
Decreto:
El Consejo en 19 de Febrero de 1626. Cuenta quinientos pe-
sos de á ocho reales en pensión de encomienda, y remitir á
S. M. que en cuanto al mudar hábito, mande lo que fuere ser-
vido. Está rubricado.
CEETIFIOACION DE DOÍÍ FliAJiTCISCO PEEEZ DE
NAVAERETE.
Don Francisco Pérez de Kavarrete, capitán de infantería
española que ha sido por S. M. y cabo de compañías, etc.
Certifico y hago fé, que conocí á Catalina de Erauso, que
asi es su nombre ahora, en el reinó de Chile en hábito de sol-
dado, servir á S. M. y sirvió de Alférez del capitán D. Gonza-
lo Eodriguez, con nombre de Alonso Diaz Eamirez de Guz-
man, y cuando llegué al reino de Chile que fué el año de mil
seiscientos ocho, le hallé sirviendo en el estado de Arauco en
la compañía del capitán D. Guillen de Casanova, con nombre
de Alférez reformado por haberlo sido del capitán D. Gonzalo
Eodriguez, y se quedó conmigo. en el castillo de Paicabí que
estuvo á cargo del maestre de campo D., Alvaro ífuñez de Pi-
neda, siendo yo uno de los cuatro capitanes que quedaron
aquella invernada para la defensa del dicho castillo que era
en el riñon de la guerra, y siempre le vi servir como buen
soldado, acudiendo á lo que le era ordenado con gran puntua-
lidad, y fue tenido por hombre por mostrar siempre valor, y
se halló en muchas- ocasión es y rencuentros que se tuvieron
con el enemigo, salió herido en la batalla que tuvimos en Pu-
ren: siendo yo capitán de infantería del presidio del Callao el
año i)asado de mil seiscientos veinte y tres, la vi en Lima,
ciudad de los Eeyes que es dos leguas del dicho presidio, en
hábito de mujer, que se habia descubierto, y esto fué cosa muy
notoria que llamaban la monja de Chile, y vino á estos reinos
y me pidió le diese fé de lo referido; y de su pedimento di esta
certificación, que es fecha en esta villa de Madrid, corte de
S. M., á los diez y siete días del mes de Diciembre de mil seis-
cientos veinticuatro, por los cuales servicios es digna y mere-
cedora á que S. M. le haga merced; y por verdad lo firmé de
mi nombre y sellé con el sello de mis armas, y me consta se
le perdieron sus papeles.
D. Francisco Pérez de Navarrete,
—267—
OERTJ Fie ACIÓN DE DON JUAN CORTÉS DE
MONROY.
Don Juan Cortés de Monroy, gobernador y capitán gene-
ral que al presente soy de la provincia de Veraguas, en las
Indias, por el rey N. S-, y capitán de infantería española que
Le sido en el ejército del reino de Chile, etc.
Certifico á S. M. que conozco á Catalina de Erauso, de mas
de quince años á esta parte, que entró en hábito de hombre
por soldado de la compañía del maestre de campo D. Diego
Bravo de Sarabia, con nombre de Alonso Diaz Ramírez de
Guzman, y sirvió mas de dos años en la dicha compañía, y de
ella pasó á servir á la del capitán D. Gonzalo Rodríguez que
lo fué en el reino de Chile, donde por lo bien que sirvió y se
aventajó, el dicho capitán le nombró por su Alférez y se halló
en todas las ocasiones que se ofrecieron con la dicha su compa-
ñía y habiéndola reformado pasó á servir á la del capitán D.
Guillen de Casanova, castellano del castillo de Arauco, y la
sjsodicha fué una de los entresacados de ella para salir á cam-
pear y la dejó el gobernador en el castillo de Paicabí, en com-
pañía de algunos capitanes que quedaron á la orden del maes-
tre de campo D. Alvaro Nuñez de Pineda, y de allí se le hi-
cieron al enemigo salidas en que recibió mucho daño; y se ha-
lló en muchas batallas y en particular en la de Puren donde
recibió algunas heridas, después de haber servido en aquel rei-
no mas de catorce años continuos, señalándose en las ocasio-
nes como hombre de mucho valor, salió con licencia del gober-
nador D. Alonso de Rivera, y se vino al reino del Pera donde
he sabido que por unas heridas de muerte que tuvo, ella mis-
7na descubrió ser mujer; y al presente se halla en esta corte con
el mismo hábito de hombre y por cuanto me consta ser verdad
todo lo referido, la susodicha es digna y merecedora de cual-
quier merced que S. M. fuese servido de hacerla, y de su pedi-
mento doy esta certificación, firmada de mi mano y sellada con
el sello de mis armas, que es fecha en la villa de Madrid, corte
del rey N. S., á veinticinco días del mes de Enero de mil seis-
cientos veinticinco.
DON JÜAÍÍ CORTÉS DE MONROY
Aparece en el mismo expediente que fueron ratificadas res-
I)ectivamente las anteriores certificaciones por los que las die-
ron en Madrid á 15 y 17 de Febrero de lp25.
—268—
HvTFOEMAGION.
En la ciudad de Plampona á veinte y ocho de Julio de mil
seiscientos veinte y cinco, ante el señor I). Nicolás de Plazaola
alcalde de las guardas y gente de guerra de infantería y ca-
ballería de este reino de Navarra, por el reyN. S. y por pre-
sencia y testimonio de mí el escribano de S. M. y de las dichas
guardas, infrascrito, pareció en persona el Alférez D. Anto-
nio de Erauso, natural que dice es de la villa de San Sebas-
tian en la provincia de Guipúzcoa, y presentó una petición
pidiendo se reciba información por su tenor, la cual dicha pe-
tición é información y los demás autos en razón de los hechos,
son del tenor siguiente:
PETICIÓN.
Ilustre Señor: — El Alférez D. Antonio de Erauso, natural
de la villa de San Sebastian, y residente al presente en esta
ciudad de Pamplona, dice que el suplicante partió de esta ciu-
dad para la de Roma, á negocios precisos que tenia á el fin
del mes de Enero de este presente año, por tierra, y por ha-
ber tomado esa derrota le íué forzoso ir por la Francia por ser
el camino ordinario páralos que van j)or tierra, y habiendo
pasado cerca de León de Francia, en el Piamonte, una gente
de guarnición que habia le prendió diciendo que era espía, y
le tuvieron preso mas de catorce dias, y le cogieron los dine-
ros, vestidos y papeles que llevaba, dejándole en camisa; y así
forzado de la necesidad se hubo de volver á España, y le con-
viene que conste de lo susodicho á tiempos de venir, y porque
tiene algunos testigos en esta ciudad.
Suplica á V. M., mande que se reciba información de todo
lo susodicho por ante cualquier escribano real, y que se le en-
tregue á el suplicante originalmente para en conservación de
su derecho que en ello recibirá merced con justicia, la cual pi-
de él licenciado Aragón.
Antonio Erauso.
Decreto:
El Alférez D. Antonio de Erauso dé la información que
ofrece ante cualquier escribano real á quien se dá comisión
para ello, lo cual proveyó y mandó el señor D. Nicolás de Pla-
zaola, alcalde de guardas en Plampona, á veinte y ocho dia«
del mes de Julio de mil seiscientos veinte y cinco, y lo señaló
con su rúbrica.
Ante mí, Uemiro Luis de JEscdbar.
—269—
TESTIGO PEIMEEO.
Eü la ciudad de Pamplona del reino de Navarra, á prime-
ro de Julio del año de mil seiscientos veinte y cinco, yo el es-
cribano infrascrito, en virtud de la comisión precedente á mí
dada por el señor alcalde de guardas de este presidio, recibí
juramento en forma de derecho sobre una señal de cruz tal co-
mo está t en que puso su mano derecha y palabras de los san-
tos cuatro evan o^elios de Pedro del Eio, natural que dijo ser
de la villa de Marcilla de Navarra susodicha estante al presen-
te en esta dicha ciudad, testigo presentado por el Alférez Don
Antonio de Erauso, presentante, para en prueba y averigua-
ción de lo contenido en su petición presentada en esta causa,
de edad que dijo ser de veinte y ocho años, poco mas ó menos,
conoce á el dicho presentante, y no es deudo de él ni tampoco
le empecen las demás preguntas generales de la ley: habien-
do sido preguntado por el tenor de la dicha petición, dijo: que
lo quede ella sabe es que este testigo se halló presente por el
mes de Enero último pasado de este presente año en Pianion-
te en Francia, cincuenta leguas poco mas ó menos de León de
Francia, que cae entre Saboya y Francia, en compañía del
presentante que iba con él, y en su compañía y servicio hasta
Roma por ser negocios que le importaban á el dicho D. Anto-
nio de Erauso, presentante, y cerca del Piamonte encontraron
una caballería de guarnición francesa que iba marchando, y en
el mismo Piamonte á una legua poco mas ó menos, i)asada la
raya del reino de Francia, un capitán de la dicha caballería lo
cogió presó á el dicho alférez, y le díó de palos y lo trató muy
mal de palabras diciéndole que era un judío i)erro marrano y
lutero, y que iba por espía del rey de España IST. S.; y en orden
de esto le quitaron en presencia de este testigo doscientos do-
blones de veinte y seis á el dicho alférez, y todos los papeles y
cartas que llevaba se las abrieron y se los hicieron pedazos, y
no obstante de esto lo echaron preso en el mismo Piamonte en
un lugar que no se acuerda de su nombre donde le tuvieron ca-
torce dias con grillos y cadenas padeciendo mucho trabajo, y
estando en ella íilgunos franceses de guarnición habiendo en-
trado á verle le dijeron que su rey era un mal hombre y mal
cristiano, y habiendo vuelto el dicho alférez, como era razón,
X)or ser su rey jun tíznente con este testigo, y dicho que su rey
era muy fiel y católico mas que lo eran ellos, un soldado de
ellos le sacudió una bofetada de tal suerte que lo derribó en
tierra, y porque también volvió este testigo por su rey y amo
le dieron con un tizón en la garganta diciéndole que le habían
—270—
de abrasar como á traidor bellaco, y le dieron junto con eso
muchas bofetadas de que también le maltrataron, de que final-
mente después que le reconocieron los dichos papeles, visto
que su viaje era derecho á Eoma, y no pudieron hallar ningu-
na otra cosa para su propósito lo echaron fuera de la cárcel,
dejándole sin dinero ni papeles, y después que se vio libre de
la prisión pidió con encarecimiento á el dicho capitán con los
demás que allí estaban, en que fuesen servidos de darle lugar
para conseguir su jornada á Eoma, por cuanto le importaba
en extremo grado el ir allá, yjamás le quisieron dar lugar, di-
cióndole volviese atrás á España, y diese gracias á Dios de
enviarle sin detrimento de su persona pues no le daban un
garrote, y entonces fué forzoso volver á España, como entra-
mos volvieron con trabajo y malos tratos que en sus personas
les luciéronlos dichos franceses á este testigo y á el dicho al-
férez presentante hasta que entraron dentro del reino de ISTa-
varra, y esta es la verdad y lo que pasó por el juramento que
ha hecho, y leídole este su dicho en él se afirmó, y no lo firmó
con mí el dicho escribano porque dijo no sabia, y en su pre-
sencia firmó yo el dicho escribano.
Ante nií, Fedro de Erdocain — Escribano.
TESTIGO SBGUKDO.
En el día, mes y año y ciudad, susodicho yo el dicho escri-
eribano en virtud de mi dicha comisión y para la causa suso-
dicha, recibí juramento in verbo sacerdotis de D. Juan Sanes
de Cillero, Presbítero de la dicha ciudad, y absolviendo de él
prometió de decir verdad, y que es de edad de treinta y seis
años J30C0 mas ó menos, conoce al presentante, no es deudo de
él ni tampoco le empecen las demás generales de la ley. Sien-
do preguntado por la dicha petición, dijo: que lo que sabe es
que este testigo que conoce á el xjresentante de estos siete me-
ses de tiempo poco masó menos de vista, trato y comunica-
ción cotidiana que con él ha tenido y tiene por haber estado
todo este tiempo en una casa, y sabe por lo que el dicho alfé-
rez presentau te le tenia comunicado, sus deseos han sido de
pasar á Eoma por negocios que le importaban eii extremo gra-
do, y pai'a conseguir su jornada x)artió de esta ciudad el dicho
i'lf-iez eü compaííía <le este testigo y el precedente que lo lle-
y:ú):i por su criado á ios primeros del mes de Febrero de este
díCvio y presente año, y fueron juntos desde esta dicha ciudad
'de Pamplona hasta San Juan del Pie del Puerto del reino de
Francia, dos leguas y mas dentro de él donde lo dejó estetes-
—271—
tigo con su diclio criado, para couseguir su jornada paralio-
nia, y habiéndolos dejado allá volvió este testigo para la di-
cha ciudad de Pamplona, y el dicho alférez desde que salió de
esta ciudad siempre fue en hábito de peregrino, con el cual lo
dejó en el dicho San Juan, y después partieron jjara adehinto
y este testigo para su casa, como dicho es, y á los fines de Mar-
zo que fué víspera de Eamos, volvió el dicho alférez á la di-
cha ciudad sin poder pasar su joruada diciendo que le habían
tratado muy mal algunos soldados que estaban de guarnición
en el Piamonte, y que le habian quitado el dinero que llevaba,
dándole muchos golpes en su persona, y rompiéndole los pa-
peles que traia, y que no le quisieron dejar pasar adelante, y
que forzado de ellos volvió atrás, como al presente está en la
dicha ciudad de lo cual sabe este testigo que el dieho alférez
está muy sentido y con alta pena, y esto es lo que sabe y la
verdad, leídole su dicho en él se afirmó y lo firmó. — D. Juan
Sanes de Cillero.
Ante mi, Fedro de JErdocain, escribano.
TESTIGO TEEOEEO.
En la dicha ciudad de Pamplona, á tres diasdel sobredicho
mes y año, yo el dicho escribano en virtud de la dicha comi-
sión, recibí juramento en la dicha forma de Juan de Arriaga,
soldado de la cindadela de esta ciudad testigo de información,
presentada por el presentante, para en prueba de la causa su-
sodicha de edad que dijo ser de treinta y seis años poco mas ó
menos, conoce al dicho presentante, no es deudo de él ni tam-
poco le empecen las demás generales de la ley. Preguntado
por la dicha i)eticion, dijo: que ha que conoce este testigo al
presentante de mas de diez y seis años á esta parte, y asi sabe
como persona que sirve á S. M. en este presidio de ISTavarra,
que á los últimos de Enero último pasado de este presente
año, partió de esta ciudad para la de Eoma, el dicho alférez
D. Antonio de Erauso á negocios forzosos que allí tenia, y al-
gunos de ellos se los tenia comunicados, y este testigo le vio
partir de la dicha ciudad en comi)añía de D. Juan Sanes de
Cillero, Presbítero, y Pedro del Eio, y sabe que habiendo lle-
gado muy dentro de Francia le maltrataron algunos franceses
dándole muchos golpes en su persona, quitándole los papeles
que llevaba y mas de doscientos doblones en oro, y esto lo sa-
be i3or haberlo oido decir á personas muy fidedignas de mu-
cha fé y crédito, y que forzado de los malos tratos que le ha-
—272—
cisn y no le daban lugar para pasar y conseguir su jornada,
volvió desde Francia á la dicha ciudad de Pamplona y hasta
que entró en el dicho reino de Navarra siempre lo trataron
muy mal, diciéndole que era espía del rey N. S., le tuvieron
preso y le molestaron mucho, y que habiéndole reconocido los
dichos papeles, como no le hallaron cosa de consideración, le
soltaron, con que como dicho hubo de volverse atrás: esto es
lo que sabe y la verdad, leídole su dicho en él se afirmó, y üv-
mó.—Juan de Arriaga.
Ante mi, Pedro de JSrdocain, escribano.
TESTIGO OUAETO.
En la dicha ciudad de Pamplona á nueve dias del mes de
Julio del año susodicho, yo el dicho escribano en virtud de la
dicha comisión, y para en prueba de lo contenido en la dicha
petición, recibí juramento en forma de derecho de Martm Em-
bica, criado de la baronesa de Beonlegui, residente en la dicha
ciudad, de edad que dijo ser de veinte años, poco mas ó menos,
conoce á el presentante, no es deudo de él ni tampoco le em-
pecen las demás generales de la ley. Preguntado por la
dicha petición, dijo: que lo que sabe cerca de ello es que este
testigo le ha oido decir á el dicho presentante muchas veces
que tenia necesidad de hacer una jornada á Eoma, y que en
orden á esto partió de esta ciudad, á lo que parece, á los últi-
mos de Enero ó principios de Febrero último pasado dé este
presente año, y que después que asi partió, al cabo de un mes
poco mas ó menos, volvió á esta ciudad: y preguntándole que
en tan presto habia acabado su jornada de Eoma, le respondió,
que habia vuelto del camino á causa de que habiendo llegado
en el Piamonté, pasado León de Francia, marchando para su
jornada se topó con gente de á caballo, y le hablan prendido
tratándole que iba por espía del rey IST. S, y que le tuvieron
preso con mucho rigor con grillos y cadena algunos dias y le
hablan quitado todo lo que llevaba, asi de dinero como de pa-
peles y otros recados que tenia, tratándole siempre de espía, y
que su rey era un mal hombre, y volviendo él por S. M. como
tenia obligación, que uno de los dichos franceses le habia da-
do una gran bofetada, y á un criado que llevaba, llamado Pe-
dro del Eio, le quemaron la garganta con un tizón de fuego
que le dieron, y que forzado y oprimido de las muchas veja-
ciones y malos tratos que le hacian volvió á esta dicha ciudad
de Pamplona donde al presente está, y lo mismo he oido á decir
—273—
á algunos franceses; y que esta es la verdad y lo que sabe por el
juramento que ha hecho, leídole este su dicho en él se afirmó,
ratificó y firmó con mí el dicho escribano: — Martin Embica.
Ante mí, Pedro de Erdocain^ Escribano.
TESTIGO QUINTO.
En la dicha ciudad de Pamplona, á diez y nueve dias del
sobre dicho mes y año, yo el escribano en virtud de la dicha
comisión, recibí juramento en forma de derecho de Juan Pé-
rez de Liquendi, vecino de esta ciudad, testigo de la informa-
ción presentado por el dicho presentante para en prueba de
lo contenido en su petición, de edad que dijo ser de treinta y
cuatro años, poco mas ó menos, conoce á el dicho presentan-
te, no es deudo de ól ni tampoco le empecen las demás gene-
rales de la ley. Habiendo sido preguntado por la dicha peti-
ción, dijo: que lo que en razón de él sabe es que éste testigo
iba en compañía de un amigo natural de Bilbao, á ganar el ju-
bileo del año santo á üoma, en hábito de peregrino, en rome-
ría por Francia á los principios de la cuaresma última pasada,
y toparon otro peregrino catalán, entre Tolosa de Francia y
Carcasona, á que también iba el mismo camino de Roma, y así
hicieron camarada entre los tres prosiguiendo su viage les al-
canzó el dicho D. Antonio de Erauso, presentante que iba á
caballo con un criado; en la misma entrada de León de Fran-
cia, y pasado adelante junto á la ciudad de Piu de Francia (1)
en un campo raso donde andaba una gran división de gente á
caballo y á pié, los prendieron asi este testigo como sus com-
pañeros, y á el dicho alférez presentante con su criado, y á
todos los reconocieron hasta quitarles los vestidos y hábitos
que llevaban; y como no les hubiesen hallado nada á este tes-
tigo y á sus comi)añeros les dejaron sueltos, y á el alférez le
quitaron todo el dinero que llevaba; habiéndole desnudado, y
también le quitaron todos los papeles que llevaba y le metie-
ron preso en la misma ciudad, y le tuvieron quince dias con
lina cadena, diciéndole que era espía del rey K. S. Don Feli-
pe, y le maltrataron de palabras como de obras poniendo ma-
nos en él, y fisgándose ele él con mucha risa, que si iba como
espía á reconocer aquellas tierras, por manera que este testi-
(1) Sin duda está, equivocado el nombre de esta ciudad, que debe ser La
Tour clu Fin, siete y cuatro postas distante de León en el camino de Cham-
berí.
ToM. vil Literatura — 35
—274—
go anduvo á una con sus compañeros en la misma ciudad
buscando salida en cosa de doce dias poco mas ó menos, y co-
mo no le quisieron dejar pasar adelante á proseguir su jorna-
da, volvieron atrás, dejando á el alférez preso; y fueron á el
camino de ííuestra Señora de Monserrate, y visitando aquella
santa casa volvieron cada uno á sus casas: y sabe este testigo
que los dineros que le quitaron los franceses, según los vio,
era cosa de doscientos doblones, sin dejarle cosa ninguna, di-
ciendo muchos males del rey IsT. S.; y esto es lo que sabe, y pa-
só en presencia de este testigo y los demás sus compañeros, y
la verdad por el juramento que ha hecho, leídole este su dicho
en él se afirmó, ratificó y firmó á una con mí el dicho escriba-
no.— Juan Peres de Liquendi.
Ante mí, Pedro de JErdocaw, escribano.
TESTIGO SEXTO.
En la dicha ciudad de Pamplona, á veinte y cuatro dias del
sobredicho mes y año, yo el dicho escribano, en virtud de la
dicha comisión, y para la causa susodicha, recibí juramento
en forma de derecho de Juan de Echavarría, natural que dijo
ser del lugar de Abadío, de la provincia de Vizcaya, testigo
presentado por el dicho alférez presentante, de edad que dijo
ser de veintiocho años p'oco masó menos, y conoce á el pre-
sentante, no es deudo de él, ni le empeceu las demás pregun-
tas generales de la ley. Preguntado por la dicha petición; di-
jo: que lo que puede decir cerca de ello es que. como tiene di-
cho en las generales, conoce á el dicho presentante desde los
principios de la cuaresma última x)asada de este año á esta
parte, por haberse encontrado con él en la ciudad de León de
Francia, que entraba en ella con un criado, y este testigo iba
con otros dos compañeros en romería jiara Roma, con inten-
tos de ganar el santo jubileo: que el uno era de esta dicha ciu-
dad, llamado Juan Pérez, y el otro un catalán llamado Miguel,
que éntrelos tres hicieron compañía de que irian juntos hasta
Eoma, y después que hicieron una noche en la dicha ciudad
de León, el otro dia pasaron adelante prosiguiendo su jornada,
y caminando para la ciudad de Piu, en un campo raso que
hay, encontraron una gente de á caballo que marchaba por el
mismo camino que este testigo y sus compañeros iban, y al-
gunos de ellos se pararon por ver que gente era y los prendie-
ron asi á este testigo como á sus compañeros, y al dicho alfé-
rez con su criado, y les hicieron muchas vejaciones tratándo-
les mal de palabras, y en particular á el alférez que le quita-
—275—
ron todo lo que tenia, reconociendo su persona hasta hacerle
desnudar de manera que le quitaron muchos doblones que lle-
vaba consigo y papeles de consideración, segnn decia el alfé-
rez, por cuanto iba á la ciudad de Roma á negocios que le im-
I)ortaban, y áfin los dejaron sueltos á este testigo y á sus com-
pañeros, por ver que no llevaban nada, y prendieron á el al-
férez y lo llevaron i)reso á la cárcel con cadenas, diciéndole
que era espía del rey N. S., y que como á tal iba á ver lo que
por allá pasaba por manera que en esta irrisión estuvo mas de
doce dias, durante los cuales yendo á verle este testigo y sus
compañeros sabe que un dia un francés de aquellos diciendo
que era espía y mal hombre le dio un gran bofetón en la cara
con que le derribó en tierra, volviendo por su rey, como es de
obligación, y al fin como tardaba su prisión quisieron pasar
adelante prosiguiendo su jornada este testigo y sus compañe-
ros, no le quisieron dar lugar de ninguna manera, y asi dejan-
do á él preso volvieron atrás y tomaron el camino de Nuestra
Señora de Monserrate, y con esto volvieron y fueron cada uno
para su casa, y esto es lo que sabe y la verdad, leídole este su
dicho en él se afirmó, ratificó y firmó con mí el dicho escriba-
no:— Juan de Ecliavarria.
Ante mí, Pedro de JErdocain, escribano.
CERTIFICACIÓN DE DON JUAN RECIO DE LEÓN.
D. Juan Recio de León, maestre de campo y teniente de go-
bernador, capitán general y justicia mayor de las provincias
de Tipoan y Chunchos del reino de Paitit y Dorado, descubri-
dor y poblador de ellas, que son las Indias del Pirú y capiran
de infantería española que he sido en diferentes provincias del
Pirú por S. M., etc. etc.
Certifico que el año de mil seiscientos veinte, estando en los
reinos de las Indias del Pirú en Nuestra Señora de Copacaba-
na y las provincias circunvecinas de Chucuitos, Macuyo y
otras, con cuatro capitanes agregando y conduciendo gente
para la entrada y población de ellas, llegó á mí el alférez Don
Alonso Diaz Ramírez de Guzraan deseoso de continuar sus ser-
vicios pidiéndome le admitiese en mi compañía, y por ser jus-
ta su proposición le asenté plaza en ella, y en el tiempo que el
príncipe de Esquilache, conde de Mayalde, virey y capitán ge-
neral de los dichos reinos de Indias del Pirú, me envió con el
situado y con otras comisiones secretas del servicio de S. M. al
reino de Chile, le conocí al dicho alférez en las guerras de Chi-
le, haciendo su deber, como el mas valeroso y honrado sóida-
—276—
do, resistiendo á las incomodidades de la milicia como el mas
fuerte varón, y con estar en compañía del alférez D. Miguel
de Erauso, su hermano, no se descubrió con él, que fué otro
acto de fortaleza de los que ha usado hacer en su vida prodi-
giosa, y el dicho año de mil seiscientos veinte, luego que asen-
tó plaza en mi compañía en las dichas provincias del Pirú, co-
inociendo su industria le ocupó en la conducción de juntar gen-
te de servicio para la dicha población, y asi mismo acudió á
hacer despachar ganados de carga con bastimentos de comi-
da para la gente y municiones, herramientas y otros pertre-
chos para la facción y efecto que allí era menester, en lo cual
y en todo lo demás acudió como soldado honrado á mi satis-
facción; y asi habiendo necesitado de enviar persona de cuida-
do á Huancavelica con orden mía el capitán D. Francisco Ye-
lez de Guevara para que al instante marchase con su compa-
ñía á las dichas provincias, y le despaché al dicho alférez Don
Alonso Diaz por ser uno de los mas confidentes de mi compa-
ñía, dándole asi bien orden de que acudiese á Otras cosas ne-
cesarias al servicio de S. M. que conven i a hacer en la ciudad
del Cuzco, y habiendo cumplido con todo lo que se le ordenó
á mi voluntad; después tuve noticia que se quedó en la ciu-
dad de Huamanga, donde que por causas que á ello le movie-
ron descubrió ser mujer al obispo de la dicha ciudad de Hua-
manga, y que se llamaba Da. Oatalina de Erauso, cosa que
hasta entonces jamás á mi noticia habla venido, de que en mí
y en todo el reino causó extraña admiración, particularmente
por haberle visto acudir con esfuerzo varonil á todas las co-
sas que se le encargaban en la milicia, sufriendo las necesida-
des de ella, y haberle conocido con mucha virtud y limljieza,
sin haber entendido cosa en contrario; por todo lo cual es me-
recedora que S. M. le haga merced, y para que de ello conste,
de pedimento de la dicha Da. Oatalina de Erauso, que al pre-
sente está en esta Oórte, di la presente firmada de mi mano,
y sellada con el sello de mis armas, fecha en Madrid á cinco
de Setiembre de mil seiscientos veinticinco. (1)
Juan Becio de León.
Fué ratificado en la anterior certificación Madrid, á veinti-
cinco de Octubre de mil seiscientos veinticinco.
Lo relacionado es cierto, y lo inserto corresponde con los do-
cumentos referidos á que me remito, y para que conste doy es-
ta á virtud de real orden. —José íZe la Higuera y Lar a.
(]) Por tenor de esta certificación se descubre que no fué por el motivo
que «e indicó en la nota de la página 104, el liab«;r ido de Huancavelica an-
tes que á Huamanga, sino por comisión del real servicio, de la que la Mon-
ja Alférez no liace mension en su relación, en la cual omite muchas otras
que no juzgó dignas del conocimiento de sus lectores.
—277—
En el manuscrito titulado Compendio Histórico de la pro-
vincia de Guipúzcoa, escrito en el año de 1625 por el Doctor
D. López Isasti, clérigo beneficiado del pueblo de Lezo, en el
se señalan las casas ilustres y solariegas de aquel país, y las
personas que se han señalado en todas carreras de letras, ar-
mas, navegación, etc. etc., en la lista de los alférez, se lee lo
que sigue:
"Don Alonso Diaz Eamirez de Guzmau y Erauso, natural
" de San Sebastian, alférez en el ejército del maestre de cam-
" po D. Diego Flores de León, en el ejército del reino de Ohi-
" le, á diez y oclio años (I) que entró por soldado en la cora-
" pañia del maestre de campo D. Diego Bravo de Sarabia, á
" donde sirvió á S. M. algún tiempo. Pasó después en la com-
" pañia del capitán D. Gonzalo Rodríguez, en el reino de Ohi-
" le, y por sus honrados y aventajados servicios, fué uombra-
" do alférez de aquella compañía, y habiéndose reformado la
" compañía pasó a la del capitán D. Guillen de Oasanova, cas-
" tellano del castillo de Arauco, y de los entresacados di? ella
" para salir á campear fué uno de los buenos soldados, y le
" dejó el gobernador entre los demás que quedaron en el cas-
" tillo de Paicabí con el maestre de campo D. Alvaro Kuñez
" de Pineda, de donde le hicieron al enemigo salidas, en que
" recibió mucho daño, y el gobernador D. Alonso de Eivera,
" que succedió en aquel reino, visto lo bien que habia servido
" á S. M. mas de trece años continuos eu aquellos ejércitos, y
" se habia señalado su valor, le dio licencia para venir á los
" reinos del Perú, y se halló en la batalla de Puren; de donde
/ salió mal herida, y el añ» de 1625 llegó á la Corte de Ma-
" drid, sacó las certificaciones de sus servicios de D. Luis de
" Céspedes Xería, gobernador del Paraguay y de otros."
Relación de algunos documentos relativos á solicitu-
des HECHAS AL REY POR EL ALMIRANTE DON TOMAS DB
LARRASPURU, Y DE UNA CARTA SUYA ESCRITA EN ALTA MAR
EN 11 DE OCTUBRE DE 1624, VINIENDO CON LA FLOTA DESDE
CARTAGENA DE INDIAS.
El almirante D. Tomás de Larraspuru, con fecha en Madrid,
á JO de Febrero de 1015, dirigió un memorial al rey sobre las
discordias que habia entre los generales de barlovento y flo~
( I ) Se vé claramente que el historiador Isasti tuvo presente para formar
esta relación, el memorial que Da. Catalina presentó á el rey D. Feliije IV
en Madrid, en el año J625, ó alguna de las certiñcaciones que se mencio-
nan en él.
—278— .
tas, lio queriendo reconocer á la Almiranta de la guarda de
líis Indias en ausencia de su capitán, arbolando cada uno de
ellos y aun sus almirantes el estandarte en concurrencia de la
dicha Almiranta de la armada de la guarda de las Indias, pi-
diendo á S. M, se dignase declarar sus preeminencias, asi co-
mo por su real provisión de 23 de Octubre de 1608, lo hizo por
lo respectivo á la Capitana real de la armada del mar océano
y su Almiranta, etc. etc.
Memorial qi^e dio al rey en la junta de guerra, en Madrid,
á 26 de Enero de 1607, el capitán D. Tomás de Larraspuru di-
ciendo que servia nueve años hacia de soldado, cabo de escua-
dra, sargento, alférez y cabo de la gente de mar y guerra de
un patax de la armada, y capitán de infantería, y en particu-
lar el año de 1603, siendo sargento reformado con seis escudos
de ventaja, fué embarcado en el navio "Delíiu de Escosia,"
uno de los de la armada del cai'go de D. Luis de Silva, y pe-
leando el 6 (le Mayo con 6 navios ingleses y holandeses, el di-
cho'uavío abordó con la Oax)itana inglesa y la rindió, y él sa-
lió herido de un balazo (pie le pasó la pierna derecha de que
padeció muchos meses. Al principio de 1606, estando en Ja-
maica sirviendo de Alférez, habiendo llegado allí después de
la torinenta de 6 de ííoviembre, se le ordenó que haciendo de-
jación de la bandera fuera, como fué, por cabo de la gente de
mar y guerra del patax ííUestra Señora de la Esperanza, á re-
conocer los bajos de la Serrana, Serranilla y Vívoras donde
habia sido la tormenta, para que si alguno de los galeones que
faltaban estuviera varado, sacara de ellos la plata y oro, y lo
llevara á la Habana: en cuya comisión pasé muchos trabajos
y en lo mas recio del invierno. Desde la Habana el general
D. Francisco del Corral lo envió dos veces con su patax al Ca-
bo de San Antón á reconocer aquella costa, y ver si en ella
habia enemigos. Y habiendo salido dicho general á perseguir-
los el tres de Julio, solo él alcanzó con su patax á una arca
holandesa que la batió, la desaparejó y muerta mucha gente
la dejó sin poderla seguir por sobrevenir la noche, desembo-
cando el canal de Bahama. Trasbordó después de capitán de
infantería á la Capitana para disciplinar la gente, y que supie-
se defenderlos caudales reales que vinieron el año anterior;
solicitaba se le hiciese merced de una compañía para la arma-
da de la guarda de las Indias.
—279-
CaKTA DEL GENERAL DON TOMAS DE LAllRASPURU, ESCRITA
AL REY CON FECHA EN SU CAinTANA, A 11 DE OCTUBRE DE
1G24, EN ALTA MAR, TREINTA LEGUAS DISTANTE DEL CABO
DE SAN VICENTE, EN QUE DA NOTICIA MUY CIRCUNSTANCIA-
DA DEL SUCESO DE SU VIAJE, CON DOCE GALEONES, DOS PA-
TACHES DE GUERRA Y DIEZ Y SEIS BAJELES MERCANTES QUE
TRATA A SU CARGO; Y LO QUE EJECUTÓ DESDE SU LLEGADA
A CARTAGENA DE INDIAS, ASÍ EN EL APRESTO DE DICHA
ARMADA COMO EN VARIAS EACCIÓNES DE CORSARIOS, ETC.,
QUE SE OFRECIERON EN A(¿UELLAS PARTES. (1)
Importaba el tesoro qne traia, 12.831,501 pesos poco mas ó
meuos: esperaba asegurarle presto en San Lucar, y anticipa-
ba á S. M. este aviso. Quéjase de los pocos i)ertrechos y muni-
cion(?s que traían los buques, con solo mil trescientos cuaren-
ta y un soldado deinfanteria, y el de la gente de mar, inclusos
los artilleros, mil trescientos cuarenta y tres.
Se aprestó la armada en Cartagena de Indias, se determinó
ir á Portobelo para fin de Mayo, pero no pudo verificarse has-
ta el 15 de Junio. El gobernador de Jamaica le avisó haberse
visto cuatro filibotes y tres lanchas enemigas. Destacó á per-
seguirlos cuatro galeones y un patache á cargo del almirante
D. Bernardino de Lugo, para que Ínterin Larraspuru daba la
vuelta á la Habana con el tesoro, buscase á los enemigos, y
aunque los encontró se le escaparon por su ligereza. Eeco-
mienda á S. M. la construcción de navios ligeios. Hubo chis-
mes de que los galeones no estaban en buen estado cuando
salieron de España; y el general Larraspuru satisface á esto,
exponiendo además las precauciones que había tomado para
que estuviese en buen estado á la vuelta. La feria de Portobe-
lo fué la i>eor que se había visto por tanta abundancia de ro-
pa que ni con pérdida de las costas habia quien la quisiera i)or
lo que los cargadores mas gruesos del comercio de Sevilla se
quedaban allí para ir al Perú. Salió de Portobelo á 9 de Julio,
llegó á Cartagena el 19, salió para la Habana el 24: y entró
en ella el 9 de Agosto. Estando para salir para España reci-
bió avisos de la pérdida de la Almiranta y galeón "Espíritu
Santo;" y órdenes del rey para repartir el tesoro en cuatro de
los buques que traía. Hizo junta y el 18 salió con 30 y dos ve-
(1) Esta carta la escribió el general Larraspui'u en el patache '^San Tel-
mo," su capitán D. Andrés de Otón, que venia de aviso, y llegó á Cádiz en
1? de Noviembre de 1024, en cuyo buque venia embarcada Da. Catalina de
Erauso.
—280—
las, desembocó el canal, y una fragata se separó i)ara Araya y
otra para Maracaibo, el 9 de Setiembre.
Doce navios enemigos parecieron en la mar del surá siete
leguas de Lima, y luego sobre el Callao, tres dias después de
haber partido de allí la armada con el tesoro. Avisó el virey
que no babia recibido los despachos reales, pero sí los oficios
de Larraspuru á cuya actividad se debió el salvamento de es-
te tesoro. Eeceló el presidente de Panamá que el enemigo ata-
case aquel puerto, y Larraspuru le envió tropas y auxilios pa-
ra la defensa. Con esta seguridad determinó su vuelta; supo
de la costa del Brasil que los enemigos se hablan apoderado de
la ciudad y puerto del Espíritu Santo, y que meditaban pasar
á Cartagena y esperar la plata. Auxilió también á Portobelo
con gente y municiones, como en Araya, Puerto-Rico, Carta-
gena y Panamá; y pide al lej le mande dar luego cuenta de
estos auxilios y socorros, que los dio también en dinero. Mien-
tras estuvo en Cartagena no se le socorrió, y tuvo que buscar
dinero á su crédito i)ara mantener la gente. Quejase de lia, fal-
ta que allí habia de pertrechos y municiones: délas pocas per-
las que recogió; de los muchos enemigos que habia, y necesi-
dad de asegurar las notas sucesivas: que el oro de Quito quedó
en Guayaquil; recomienda á los que trabajaron en el apresto
de la armada: dice que fabricó en la Habana con licencia de
S. M. la Capitana que traia, que era fuerte y buena^ y que le
tenia empeñado su valor que era mas de cuarenta y cinco mil
ducados: hace memoria de varios sugetos que le ayudaron:
que traia su salud quebrantada y con necesidad de repararla
en tierra; y i^ide una de las presidencias de Indias y una en-
comienda de su orden. Sigue una razón de la plata, oro, rea-
les y frutos que traia de S. M. particulares de ISTueva España
y Tierra Firme, é importaba doce millones ochocientos trein-
ta y un mil quinientos y un peso de á ocho reales.
-281-
Relación del suceso de don jüan de bena vides, genebal
DE LA flota de NUEVA ESPAÑA, DE QUE SE APODERARON
LOS HOLANDESES EN EL PUERTO DE MATANZAS, EL 8 DE SE-
TIEMBRE DE 1628, T DE SU PRISIÓN Y MUERTE EN SEVILLA,
QUE SE EJECUTÓ EL JUEVES 18 DE MAYO DE 1634. (1)
El 20 de Mayo de 1628, salió de los puertos de Holanda nna
escuadra de veinte y nueve bajeles de guerra para las Indias
occidentales, con tres mil infantes, en busca de los galeones
de España. Por allí anduvo cruzando hasta Setiembre, y dio
vuc!ta, hacia la Habana; y con noticia de que no se esperaba
flota de Nueva España por haber enemigos, se retiraron estos
al puerto de Matanzas. Fué tal su suerte que aquella noche
descubrieron la flota, y al amanecer se hallaron á barlovento
de ella. Los buques de la flota llenos de pavor vararon desor-
denadamente en el puerto de Matanzas para salvar las perso-
nas; y allí desamparadas las naos, los Holandeses se aposen-
taron de cuanto traían (mas de tres millones en plata y oro
sin las mercaderías), ciento sesenta y cinco piezas de artillería,
cuatro galeones y ocho ó diez navios mercantes: sucedió el 8
de Setiembre de 1628.
Vino á España con los galeones el general Benavides, se le
puso preso en Carmena: se le formó causa: se le sentenció á
pena capital, y se ejecutó en la plaza de San Francisco de Se-
villa, el dia 18de Mayo de 1634.
(1 ) Aunque el extracto de est« documento no tiene relación directa con
la historia de Da. Catalina de Erauso, como la flota en que vino con el ge-
neral Larraspurn, dependía de la flota de Nueva España del mando del ge-
neral D. Juan de Benavides, se ha puesto por esta razón eu el apéndice:
así como por dar noticia de paso del desastre que le ocasionó al menciona-
do general la pérdida de su cabeza en un patíbulo.
ToM. VII. Literatura — 36
RELACIONES
DS
ALGUNOS AUTOS DE FE
CELEBRADOS POR
LA INQUISICIÓN DE LIMA.
G^S^^^^^
Tan curiosos son los datos que encierran las pocas Relaciones
de los Autos de Fé impresas en Lima, que atendiendo á que hoy
esas publicaciones son una rareza hiMiogrdfica, no he vacilado en
reimprimirlas. El proceso de Angela Carranza, sobre todo, dá
una completa idea del fanatismo que dominaba en nuestras clases
sociales. La lectura de este proceso es una útilísima enseñanza.
.M. de O.
Lima, Octubre 15 ds 1875.
Eelacion sumaria de la causa de Angela Carran-
za y demás reos, que salieron en el Auto de la
Fé celebrado en la ciudad de Lima, Corte del
Perú, a 20 de Diciembre de 1694, cuya rela-
ción la escribe el Dr. D. José del Hoyo, Con-
tador y Abogado de presos.
Concluidas las causas de los reos, y especialmente la de An-
gela Carranza, que se dilató i)or espacio de seis años desde el
dia de su prisión 21 de Diciembre de 1688, hasta 20 del mismo
mes de 1694, (tanto tuvo que vencer en su vida y costumbres,
y mas en sus escritos, en que ella trabajó y deliró 15 años!)
Determinó el señor Inquisidor Dr. D. Francisco Valera, solo
en el Tribunal por falta de los dos señores Inquisidores, que
hablan pasado á mejor vida, (pie en público se celebrase Auto
particular en la iglesia del Glorioso Patriarca Santo Domin-
go, capaz como segura, en que dos años antes se celebró Auto
de la Fe, que se relatará por apéndice de este. Determinación
de que dio parte al Excmo. señor Don Melchor Portocarrero
Lazo de la Vega, conde de la Monclova, virey de estos reinos,
el cual con su innata piedad y celo de la honra de Dios, esti-
mación y afecto que ha mostrado siempre al Santo Tribunal
de la Fé, se ofreció luego á asistir con toda su familia á fun-
ción tan sagrada. El mismo ánimo y voluntad mostraron los
señores de la Eeal Au^liencia; y asi se le previno á S. E. un
tablado á modo de tribuna con sus celosías en la capilla de
Nuestra Señora del Rosario. Y en la inmediata de San Juan
—288—
de Letran se levantó otro tablado con sus rejas también para
los señores de la Audiencia Eeal; teniendo de frente el prime-
ro otro tercero tablado en la capilla de Santo Domingo, que
es al lado siniestro del crucero, en que sobre gradas eminen
tes, como en aparador para ser vistos, se sentaron los reos,
que salieron de uno en uno al medio del teatro á oir en eleva-
do sitio sus causas y méritos de ellas, oyéndolas innumerable
pueblo en escaños ó bancos que ocupaban todo el cuerpo ó ca-
ñón bien anchuroso de la iglesia, desocupado en medio un ei-
trecbo espacio, porque de cara se viesen correr á un lado, y
otro las dos primeras líneas de escaños; la del lado derecho
para los ministros asalariados del Santo Tribunal, y consecu-
tivamente para los familiares todos con sus insignias de há-
bitos, y veneras: y la del siniestro para los calificadores, y su-
periores de las sagradas religiones, también con sus insignias.
Dada esta voz, y prevenido este teatro, se hizo saber por el
señor Inquisidor á la primera nobleza de la ciudad, títulos ca-
balleros cruzados, y familiares del Santo Oñcio, que el lunes
20 se sirviesen de asistir á la procesión de los reos, á que con
prontitud y alborozo madrugaron á las casas de la santa in-
quisición, á conducir con su respeto los reos de la mayor ma-
licia, ya confesa y penitente. Salióla procesión de los reos de
sus cárceles en público a las siete de la mañana, guarnecida
con las compañías de soldados para su defensa y seguridad
entre el innumerable concurso de ciudadanos y forasteros, que
vinieron atraidos de la curiosidad á ver, y saber el secreto ya
IDÚblico y tan deseado de todos en el éxito de la principal cau-
sa de este Auto, que era Angela Carranza, beata de San
Agustin.
Siguió la procesión de reos el séquito del Santo Tribunal en
sus ministros, secretarios y familiares que ocuparon muchas
calezas, y la carroza última el señor inquisidor Dr. D. Francis-
co Valera; para el cual se previno en la iglesia, y altar may-or
al lado del Evangelio docel, silla y cojin de terciopelo negro,
y pendiente de aquel una hechura de Cristo crucificado, y de-
lante una mesa con otro Santo Crucifijo de bronce dorado,
tinteros y campanilla de i)lata, y un cofre guarnecido de la
misma, en que venían las causas y sentencias, y de donde las
sacaba el señor inquisidor para darlas á los ministros y califi-
cadores que las habían de leer, los cuales se sentaron al lado
de la ej)ístola con mesa delante, precediéndoles los secretarios
del secreto, para acudir prontos á las órdenes del señor Inqui-
sidor.
Asi dispuesto todo, ocuparon sus tribunas el señor virrey,
la señora vireyna, y demás señoras principales que la acompa-
ñaron con el resto de su familia, como también la que se les
—289—
previno en la capilla inmediata algunos señores de la Eeal
Audiencia. Ocupó su silla el señor Inquisidor, contribuyén-
dole todos el respeto, que su dignidad y persona merece, que
aunque es de tanta veneración, temyjlada pnipero la seriedad
con el agrado cortés de su gran discreción, este dia¡parece que
se excedió asi mismo, y asi se llevó los ojos como los afectos
de la ciudad toda. Dio principio á la Misa un religioso grave,
y maestro por su religión de predicadores, calificador del San-
to Oficio, habiéndose colocado en medio del altar la cruz ver-
de, que es arma y timbre principalísimo del Tribunal de la Fé;
y es cruz verde la que se coloca en el altar del teatro este di a,
porque desde allí con el color de la esperanza, esté alentando
á los reos para esperar de la Divina misericordia, que abra-
zándose con la cruz, producirán dignos frutos de j)enitencia.
Heclio silencio, subió el primero al púlpi<"0 D. Miguel Eo-
man de Aulestia, secretario mas antiguo del tribunal, y recitó
en voz alta el juramento del pueblo, que repetían todos, con-
cluyendo con la palabra, Amen. Luego intimó el edicto de cen-
suras, y descomunión fulminadas contra los incendiarios del
tesoro, cuarto mas retirado, y asegurado de las casas dé la In-
quisición, y contra los que noticiosos de cualquiera que hubie-
se sido actor, ó cómplice, no lo delatase. Siguióse á lo dicho
subir á la cátedra á relatar la causa de Angela Carranza el
Dr. D. José del Hoyo, secretario del secreto, abogado de los
l>resos, y contador del Santo Oficio. Y dando principio por la
acusación, y demanda del fiscal contra esta rea, la cual duró
algunas horas, que continuada con su confesión, méritos y
deméritos para la sentencia, pasó de seis horas de lectura; fué
preciso alternarse esta entre cuatro, el mismo secretario, y
otros calificadores religiosos ijor sus antigüedades.
Mas dejando para los procesos el estilo legal, con que se re-
lató la causa, en este escrito solo se pretende dar á conocer
en la sustancia por algunos singulares auténticos, como bien
probados, la vida, y costumbres, mañas y ardides de hipócrita
embustera contrarias del todo á la santidad, revelaciones y mi-
lagros, que fingía Angela (indigna de este nombre^ y antece-
dentemente relatar 'con puntualidad y legalidad las proposicio-
nes calificadas con graves censuras teológicas, que tiene escri-
tas en multitud de cuadernos, que se axjrehen dieron por el
Tribunal el mismo dia de su prisión. Estas irán apuntadas al
margen con algunas señales, que digan ser palabras suyas, en-
tresacadas de sus papeles, parte escritos de su letra, y los mas
dictados por ella y reconocidos todos por suyos como también
por los escribientes á quienes les dictó, y es en relación la cau-
sa como se sigue:
Toi^. VII. Literatura— 37
—290—
Angela Carranza, soltera, natural de la ciudad de Oórdova
del Tucuman, al presente de mas de cincuenta años, habien-
do pasado el de 1665 á la ciudad de Liraa: á pocos dias que
frecuentaba los templos y santos sacramentes, picada de la
vanidad y arrastrada de la ambición y codicia de tener, y ser
estimada, comenzó á publicar tenia revelaciones, y recibía fa-
vores del cielo tan extraordinarios, que se llevaba tras sí la
curiosidad ó simplicidad del vulgo novelero, y aun de perso-
nas de letras y autoridad; por concebir y creer era santa, y fa-
vorecida verdaderamente de Dios. Asi corrió algunos años
hasta que el del 1673 comenzó á escribir y dictar los favores y
revelaciones,que decia habia recibido é iba recibiendo de Dios.
En lo que asentó la basa de su santidad fing-iday aparente,faé
decir: que se le habia revelado que estaba confirmada en gra-
cia y santificada como San Juan Bautista, y que asi no podia
pecar; y que se hallaba en la inocencia y candidez de niña de
tres años; sjendo asi que algunas personas que en el Tucuman
la conocieron, sal>ian y decían, que no era tan inocente, y que
pedia pecar.
Quiso como niña bautizarse con nuevo nombre, y asi afir-
maba que se le habia aparecido Dios üíí^uestro Señor, y díchole,
que le desagradaba ia llamasen Doña Angela Carranza, sino
Angela de Dios, por la singular semejanza que tenia con Su
Magestad, estando como si fuera inmensa en todas partes, y
asistiendo en todo el mundo para hacer por todo él en lo que
le importase.
Mejorada de nombre xjresumió acompañarse con el Ángel
de Guarda de mas alta esfera y singulares prerogativas; y asi
afirmó, que el Señor le habia señalado al mismo Ángel de
Guarda que tuvo el santo rey David, cuyo nombre era Laurel
Áureo; siendo así, que es corriente opinión de santos y docto-
res no repetir los Angeles la Guarda y custodia de los hom-
bres, pasando de unos á otros, ]>ues para cada hombre criado
hasta el día de juicio sobran mas de diez ángeles de guarda,
como se le reveló á Santa Brígida. Y no contenta Angela con
el Ángel Laurel de Oro, que la guardase de todo riesgo; pasó
íí afirmar, que la asistían especialmente el Espíritu Santo, la
Santísima Virgen, San Miguel, San Eafael y otros muchos
Angeles, los Apóstoles, los Patriarcas, Santa Eosa, Santa Úr-
sula, y i>udo añadir que todas las once mil Vírgenes; como que
asi despoblase el cielo una ])obre mujer desvanecida, para su
mayor crédito, y vanísima autoridad de Santa, mayor que cuan-
tas conocemos y v<meramos por los anales sagrados. Y en con
secuencia de esto decir, que el Señor la habia prometido hacer
cuantos favores habia hecho á todos los Santos, y que se los
iba haciendo por haberla elegido para que escribiese sobre el
—291 —
Misterio de la Ooncopcion PurísÍDia de la Santísima Vírgea
María y que por sus escritos había de declarar la Sede Apos-
tólica por de Fé el Misterio de la Concepción. Como que hasta
ahora no se hubiese escrito cosa de importancia para el caso,
y ella sola importase mas que librerías enteras de santos, doc-
tores y padres que han escrito sapientísimamente sobre este
Misterio en orden á su creencia y última diñnicíon.
A lugar mas alto aspiró la soberanía de esta mujer, pues no
satisfecha con preferirse á la sabiduría y santidad de la mayor
parte de la ij^lesia en este punto, quiso ladearse con los ánge-
les y competir con los de mas alta genirquía; y asi afirmaba,
que como en la Isla de Patmos se le había aparecido á San
Juan un Ángel, que le anunció lo futuro hasta el día de jui-
cio, ella era el mejor ángel del Apocalipsis, que apareciéndose
en Eoma seria medio para que se definiese el Misterio de la
Concepción; siendo precursora de María Santísima, como lo
fué San Juan Bautista de Cristo Nuestro Señor; y no lo decia
tan de paz, ni al aire, como dicen, que sus crédulos oyentes no
pasasen á hacer pintar en láminas y lienzos y de buena mano
algunas de estas revelaciones como singularmente pareció
ante el Tribunal del Sant(» Oficio entre otras esta última del
Ángel del Apocalipsis retratada dicha Angela, como si lo fue-
ra con dos alas esteudidas al aire, y á sus pies el Dragón de
la culpa original hollado, y vencido con un báculo obispal,
que empuña en la mano; que ella escribió le habia dado San
Agustín.
Ya con esto no so estrañara, que le nombrase de palabra y
por escrito doctora y maestra de los doctores, á quien para es-
cribir habían asistido la Tres Divinas personas, dictándole las
palabras, razones y discursos la Santísima Virgen, San José,
los Profetas, los Apostóles, los Patriarcas de las religiones y
los doctores de la Iglesia; y con efecto sin esta asistencia sino
con la de algún espíritu infernal escribió quinientos y cuaren-
ta y tres cuadernos, que se componen de mas de siete mil y
quinientas fojas en forma de diario, que corre desde el año de
mil seiscientos setenta y tres, hasta Diciembre del año de 1688
que fue presa por el Santo Oficio, y con ella aprehendidos di-
chos cuadernos, escritos muchos de ellos de su letra y mano;
y ios mas dictados por ella y de letra de sus confesores ó pa-
dres espirituales que ha reconocido y confesado ser suyos, en
los cuales como instrumento de Satanás (por mas que dig^a,
que no supo ni entendió lo que dictaba) brotó el veneno que
tenia oculto en su pecho, y manifestó el mal espíritu que la
regia, y de quien se dejaba engañar; haciéndose autora de
nuevas, y no imaginadas heregías, con otros muchos errores y
multitud de revelaciones diabélicas ó ridiculas, que las mas
—292—
nacian de soberbia y ambición de su mayor lioura para con
los hombres; indignas muclias de la Magestad de Dios nues-
tro Señor, de la Santísima Virgen María, de sus santísimos
Padres San Joaquín y Señora Santa Ana, de los Angeles y
demás Santos, que dice se le aparecieron á revelárselas.
Y siendo el asunto á que procuró enderezar tan dilatada
obra, probar el Misterio de la Concepción libra de la culpa
original, se empeñó en colocar en grado tan alto de santidad
y pureza á los dos santos Joaquín y Ana, que dice de ellos,
salieron del paren tezco de Adán y Eva y gozaron regalías de
divinos, como iguales á la Santísima Trinidad; y que en este
estado de pureza y justicia original, bebieron del agua del rio
Jordán y comieron del fruto del ár))ol de la vida, traído del
Paraíso en que se contenía Jesucristo definitivamente, como
está en el Santísimo Sacramento. Y que de la sustancia del
dicho fruto se formó en San Joaquín y Señora Santa Ana la
materia seminal toda pura, de que fueron concebidos en el
vientre de Señora Santa Ana por obra de San Joaquín Cristo
Señor íí"uestro, y María Santísima, la cual por provenir de tan
puros padres, que estaban ya fuera del paren tezco de Adán,
y ser formada de una materia que era el mismo Jesucristo,
procedió, pura y limpia de toda culpa, aun del debito de
contraería: Y aunque dichas proi;)osiciones y otras seme-
jantes no se hallan seguidas en los cuadernos sino esparci-
das en diferentes partes y mezcladas con otros puntos y ma-
terias muy diversas, y algunas afectadamente espirituales y
devotas, para disimular, y encubrir el veneno de los errores,
que los trascienden y apestan, se manifestará claramente la
mala doctrina contenida en todos ellos, que en sustancia se
reduce á lo siguiente; advirtiendo al lector, que las líneas se-
ñaladas dentro y al margen, son trasladadas de verbo ad ver-
T)um de los cuadernos y escritos de la tal Angela.
Pinta pues así, para introducirse ásu quimérica historia á Se-
ñora Santa Ana, diciendo: fué muy hermosa, ni muy alta ni pe-
queña, algo metidaen carnes,elrostroredondo,la tez muy blan-
ca y lustrosa sin arrugas {contradiciéndose, ])ues en otra parte dice:
que fué trigueña, mas como ciega ó deslumhrada, mal podía juz-
gar de colores), la nariz proporcionada, las cejas tendidas y
crespas, del color del cabello que era taheño, befa de labios,
las manos muy blancas y aderezadas con sortijas, y andaba
siempre bien vestida, porque era rica, teniendo en su casa mu-
cha abundancia, y gran gobierno. Su edad no era mucha; con
que se adornaba con perlas y otros ricos ornatos y también se
rociaba, y lababa con aguas olorosas, gobernando sus criadas
que eran honestas y virtuosas, y todo esto no lo hacia por mal
fin, porque nunca tuvo mal pensamiento, que como deseaba
—293—
casarse, se aliñaba; y era muy casera no admitiendo visitas de
■ mujeres, ni de hombres, y vivia con alffunas parieutas (jue te-
nia de las puertas á dentro. Y naturalmente se inclinaba á
San Joaquin, y dicho santo era alto, robusto, rostro lleno, na-
riz o'rande, boca befa, rosado, tosco de facciones, con quien
casó Señora Santa Ana. Y aunque era viejo San Joaquin no
le tuvo asco porque era aseado y se vestia bien, y se miraban
como padre é hija, teniendo la cama aparte, con irecueute ora-
ción, creciendo los deseos de tener un hijo, y no lo conse^íuiíin.
Prosigue la beata su quimérica historia fraguada en su ían-
tasía, y asi llena de disparates, como se irá viendo, dice: pues,
que habiendo sido San Joaquin y mi Señora Santa Ana arro-
jados del templo con desprecio y afrenta por estériles, se con-
formaron con la voluntad de Dios, y llevaron su trabajo con
tanta paciencia, que obligaron á Dios á que enviase un ángel
después de un año y tres meses, que fueron desterrados del
templo, el cual consoló á Señora Santa Ana y le anunció que
tendría una hija, que sería Madre de Dios, y con este favor se
abrazó tan estrechamente con Dios, que bajó el Espíritu Santo,
y á ella y á San Joaquin los purificó del pecado original, y de
su débito; del pecado original á el pronunciar el Ángel el
nombre de María, y del débito al deeir, que sería Madre de
Dios; poniéndolos en suma pureza; y no solo los sacó del es-
tado de la culpa, sino que también los puso en el estado de la
inocencia, y justicia original, de que cayeron nuestros prime-
ros padres, haciendo á San Joaquin segundo Adán y á Seño-
ra Santa Ana, segunda Eva; para reparar la ruina de los pri-,
meros; y juntamente los sacó del parentezco de Adán, y los
formó de nuevo; y solo una cosa les quedó á San Joaquin y
é Señora Santa Ana del parentezco de Adán; y fué el nombre.
Y (lá la razón (le la escritora anticanónica jmr estas palal}ras:
Si Dios puede criar las semillas, con que nacen las flores,
y árboles; por qué no podría criar de nuevo á San Joaquin, y á
Santa Ana, y sacarlos de la semilla de Adán, bolviéndolos á
criar nuevamente, como crió al mismo Adán y Ev^a. ¿TTo hacen
injertos de un árbol, en otros? pues así sacó á Joaquin y Ana
del árbol y parentezco de Adán, y los injertó en el árbol de la
vida: con que los purificó, limiñó y adornó del parentezco. con
Dios, para que concibiesen á Cristo y á María; y así quedaron
Cabeza del linaje humano; título que perdió Adán por el pe-
cado, y en demostración de esto un Ángel los llevó al Paraíso,
y los árboles les dieron la obediencia, y el Ángel dijo á Enoc,
y Elias que les diesen la obetliencia, como á Cabeza del linaje
humano: y señora Santa Ana, fué también cabeza de los An-
geles.
Fraguó mas en su deslumbrada idea la arrogante mujer que
—294—
limpia señora Santa Ana deí pecado original y de sn débito la
vistió el Espíritu Santo con las luces de la Divinidad, y esta
fué la vestidura primera: y pasados treinta y tres dias después
de la embajada del Anjifel, les emvió Dios al Arcángel San
Miguel con la fruta deí árbol de la vida traida del Paraíso en
una salvilla de Oro (que era á manera de durazno, ó alberchi-
go, ó como prisco), y el Arcángel San Gabriel con un vaso, de
cristal con agua del rio Jordán de que comieron, y bebieron,
mitad San Joaquín y mitad señora Santa Ana, dividiéndole
el Espíritu Santo y amazadolo con la maza de ambos á la ma-
nera que el huevo se amaza con la maza x)ara hacer pan rega-
lado y fué incorporado el íruto del árbol de la vida, que fué la
sustancia de Jesucristo con la maza, que fué San Joaquín y
señora Santa Ana y fuera de la fruta mencionada le trajeron
los Angeles de uno de los árboles del Paraíso otra á manera
de huevo blanca y blanda que tenia virtud de excitar, y de
hecho excitó á la generación á San Joaquin y á Señora Santa
Ana habiéndola con»ido locual todo se ejecutó en los humbrales
del cielo y se vistieron los dos de la divinidad y de los ropages
que el Verbo Divino tenia prevenidos para su Eucarnaciou y
esta fué la segunda vestidura.
Explicase mas en materia tan ardua como increiNe y üice:
Que dicho fruto del árbol de la vida era la carne y sangre
de Jesucristo; era el mismo Jesucristo y así se dice fruta de
la vida {esto es por contener en si á Jesucristo que es vida).
Que todo Jesucristo con presencia definitiva {esto es todo en
todo el fruto y todo en cualquiera parte del fruto) estuvo en el
fruto del árbol de la vida con toda su carne, sangre, huesos, ner-
vios, corazón y demás armazón humana, como está en el San-
tísimo Sacramento con esta sola diferencia, que en el Santí-
simo Sacramento está debajo de accidentes de pan y en esta
fruta estuvo debajo de accidentes de alverchigo, ó prisco: y
así fué este fruto como la Hostia consagrada, en la cual aun-
que la dividan en muchas mitades, solos los accidentes son los
que se parten y dividen, no la sustancia del cuerpo de Jesu-
cristo que enteramente queda en cualquier particula: y co-
miendo San Joaquin y Santa Ana esta fruta, comulgaron al
mismo Jesucristo, á quien comulgaróu los Apostóles, y cuando
este ñuto estaba en el Paraíso, eu él se contenia el Santisínao
Sacramento y allí le estaban los Aiigeles adorando y en di-
cliii fruta estaba la sustancia de Jesucristo amazada y mezcla-
da con la Divinidad.
Aimpasa la. heata á escrevir los elogios quiméricos que soñó en
recomendación á su parecer de los Sííjiíos Patriacas Joaqnin y
Ana y dice: quepov medio de esta fruta del Paraíso y agua del
rio Jordán consiguieron los bienes siguientes:
—295—
B I primero qmaxxíxmlo comió Señora Santa A u a esta ímta,
la redimió Cristo Nuestro Señor.
El segimdo que entonces el Espirita Santo consagró á Se-
ñora Santa Ana en vaso, en cáliz (en que San Joaquín habia de
celebrar) y en Custodia y así qnedó Señora Santa Ana para el
sacrificio del aoi'dévo {que después habia de celebrar San Joaquin)
vaso consagrado, cáliz y custodia.
El tercero que luego (jue San Joaquin y Señora Santa Ana
comieron esta fruta* se pusieron en la ley de gracia y dieron
principio á ella y por medio de esta fruta quedaron vírgenes,
y así quedaron después que consumieron á Cristo y á María.
Esto es después que fueron Goncebidos Cristo y María en el vien-
tre de Señora Santa Ana, según la fuer sa de esta rea).
El cuarto que San Joaquin fué ordenado de Sacerdote (en
los umbrales del cielo donde celebraron órdenes) por medio del
fi'uto de la vida que de mano del Espíritu Santo comió, (porque
darle á comer el Espíritu Santo del fruto de la -vida, fué orde-
nado) para que como Sacerdote hiciere el orden en que Jesu-
cisto quedó hecho Sacerdote concebido con María. Y se explica
mas diciendo: que San Joaquin, cuando comió el fruto fué orde-
nado de Sacerdote y consagrado como los demás Sacerdotes
de la ley de gracia porque era Jesucristo el que comió en el
fruto y también lo consagró el Espíritu Santo, Obispo y pastor,
cuyas ovejas eran Ana, Cristo y María.
El quinto que San Joaquin y Santa Ana fueron bautizados
con el agua del rio Jordán, bebiéndola y el padrino fué el Es-
l)irítu Santo, y Jesucristo los confirmó con el fruto que fueron
los santos óleos {contradiciéndolela Escritura, pues en otra par-
te dice, que fueron ba^itizados con el fruto que tenia agua por ser
aguanoso) y aplicando este mismo bautismo á Jesucristo, dice que
para que Jesucristo fuese bautizado bebió Señora Santa Ana
el agua del Jordán y este fué el bautismo del Señor, y el segun-
do bautismo, con que fué bautizado públicamente en el Jordán
fué confirmación del primero: al modo que cuando los niños
son bautizados privadamente y después los traen á manifes-
tar á la Iglesia para suplir las ceremonias, que faltaron al pri-
mer bautismo; y así el bautismo del Jordán fué manifestación
del primero.
Donde es muy digno de reparo, que diga esta mujer que Cristo
Nuestro Señor fué iautisado en el vientre de Santa Aria con él agua
del Jordán siendo asi que cuando la bebió aun no tenia ser Jcsíí-
cristo en su vientre y en el primer instante en que le tuvo, ya no
hdbia tal agua, pues juntamente con el fruto de la vida se habla
convertido en la sustancia seminal, de que yué concebido Jesucris-
to y formado su sagrado cuerpo en el vientre de Santa Ana se-
gún la herética^ y disparatada doctrina de esta rea. De donde es
_296—
sigue ó que admitía 'bautismo de un sujeto^ cuando no tenia ser; ó
que cuando lo tuvo fué bautizado con la misma sustancia de su
carne y sangre^ 'porque esta Jiabia sido agua.
El sésto que como los adornos de la gracia y justicia
original se habían recogido en la fruta del árbol de la vida, co-
miéndola la Señora Santa Ana, por medio de ella se vistió de
aquella hermosura, que j)erdieron Adán y Eva; y hasta enton-
ces Joaquín y Ana eran maridos; pero al comer el fruto co-
menzó el desposorio, en que obraron, no como matrimonio,
sino con suma pureza, como el desposorio de San Joaquín
con la Virgen Santísima.
El séptimo bien fué que habiendo la gracia purificado á San
Joaquín y Santa Ana, ésta los alimentaba y no lo que comían,
que eran unas yervas con agua teniendo cerradas las vías para
Bo usar de la facultad escrementosa como Jesucristo y María:
que lo impedia el amor Divino y consumiéndose en ellos el
manjar, respiraba en olores; que dice despedían de fuerte, que
los criados de su casa notaban la fragancia, que salían de ellos,
á la luaaera que el gato de algalia, que alimentado de manja-
res nobles, coresponde con la algalia.
Prosigue la novelera con su historia inaudita y no inventa-
da de lierege alguno^ de cuantos han profanado con sus dispa-
rates los misterios de nuestra Santa Fé, dice: pues, en sus recón-
ditos escritos:
Que luego que San Joaquín y Santa Ana comieron la fruta
del árbol de la vida y bebieron (leí agua del Jordán, se convir-
tió instaneámeute en sangre al fuego del amor Divino, pasan-
do al corazón aquella porcíon,que habían de ministrar para la
Concepción de María Santísima; y así de sola esta fruta se hi-
zo la materia seminal en San Joaquín y Santa Ana de que
habían de ser concebidos Cristo y María en su vientre, primero
Cristo y después María y los dos por obra de varón, que lo fué
San Joaquín y entonces los Angeles adoraron al Verbo Encar-
nado, porque vieron que ya estaba allí el que se les represen-
taba hecho Hombre en los cielos y así no recuriau á la repre-
sentación á adorarlo y por esto entonces hincaron la rodilla á
Jesucristo y adoraron al Verbo Encarnado. Hizo Dios á Santa
Ana el favor de darle no solo hija sino también hijo y dos ve-
ces hijo; i)ues no no solo concibió á María sino á Jesucristo
primero, que á María; y así el preñado de Santa Ana no solo
era de María, sino de Jesucristo también asistiendo desde en-
tonces en Santa Ana Jesucristo y María, no imperfectamente
según la carne solamente, sino también según sus almas: y
á ambos, esto es á disto y á María los concibió Santa Ana
por obra de San Joaquín; y así cuando María Santísima con-
cibió á Cristo ísTuestro -Señor intervino solo el Espíritu Santo
-^297—
y no hubo concurso de varoD,ni necesidad de él porque en Ana
había intervenido y á concurso de varón que fué San Joaquin;
y el nacer Jesucristo de María fué para que naciese en público.
ítem dice: que en estas Concepciones de Cristo y María hu-
bo algunas especialidades dignas de notar.
i¡/ít|jnmer« (i'ite en los mismos brazos de Dios y manos del
Padi'e Eterno concibieron Ana y Joaquin á Cristo y á María.
Santa Ana subió ligerisima al cielo, y el Padre Eterno le
hecho los brazes, y asistiendo á esto el Espíritu Santo, se per-
feccionó esta Concepción: puesta Santa Ana en ia cuna de
Dios, y meciéndola en ella el Espíritu Santo, concibió á Cris-
to y á María.
ha segunda fué que esta Concepción de Cristo y Maria en
Santa Ana se hizo en las puertas y umbrales del cielo en gra-
cia y gloria de Dios, y viendo entonces los Angeles que ya es-
taba allí el Verbo, hincaron la rodilla á Jesucristo, y luego que
fué concebida Maria, cantaron el Incaniotus eat.
La tercera^ que esta junta ó generación fué sacrificio, que ce-
lebraron y consumieron Joaquin y Ana y con él fueron con-
sumidos Cristo y Maria en gracia y gloria de Dios; y que con-
sumiendo ellos el sacrificio, se cerró para ellos el Testamento
Viejo; y este fué el sacrificio del Cordero Inmaculado Jesu-
cristo, no muerto sino vivo, como está en el Santísimo Sacra-
mento. Y la primera Misa que se dijo, fué la que entonces ce-
lebró San Joaquin, x>orque el mismo sacrificio que se ofrece
hoy en la ley de gracia, fué el que Joaquin ofreció, y con la
pureza con que el Sacerdote llega al Altar, con esa pureza lle-
gó Joaquín á la mesa de Señora Santa Ana, donde ofreció,
no el Cordero Pascual de la ley antigua, sino á Jesucristo,
que es el Cordero que se sacrifica en la ley de gracia, siendo
Jesucristo lo casulla y el alba Maria; y quedaron en esta oca-
sión en señora Santa Ana como en vaso consagrado ó cáliz
dorado con la Divinidad, la Divinidad de Cristo y su Huma-
nidad. Y como habia obrado en la pureza de Ana el Esi)iritu
Santo, para que con Joaquin celebrase el sacrificio en que fue-
ron consumidos Cristo y Maria, asi obrarla Maria la Encarna-
ción del Verbo. Y esta Concepción fué como comunión, y en
ella celebró Jesucristo su desposorio con Santa Ana y apartó
el matrimonio con Joaquin.
La cuarta fué que la Concepción de Maria (liahla de la pasi-
va en el vientre de Señora Santa Ana) fué orden sacerdotal de
Jesucristo {según se infiere de las palabras que dice inmediata-
mente) San Joaquin comió el fruto, para que como sacerdote
hiciese el orden, en que Jesucristo quedó hecho Sacerdote
concebido con Maria:
ToM. VII. Literatura — 38
—298—
La quinta que cuando Señora Santa Ana celebró este sacri-
ficio de la generación en las i)uertas del cielo y en las manos
del Espíritu Santo, se vio en todos los coros de los Angeles;
y no solo en el cielo, sino en la tierra, i)orque todo lo ocupó.
Dehe advertirse, que esta escritora en lo que lleva dicho supone
producción física y real del alma de María Santísima, antes que
se formase su Santísimo Cuerpo en el vientre de Señora Santa
Ana: y en otras partes de sus escritos, dice: que fué criada ab
seterno, expresándolo con los términos de jiroducida y traslada-
da, y que el alma de Maria Santísima antes de ser concebida
en su Madre Ana, miraba, atendía y padecía martirio; y asi la
supone como sujeto ya existente antecedente producto, que pueda
ejercer estas acciones, considerando que el Alma de Maria San-
tísima fué criada en el cielo, antes que su cuerpo se formase.
Concluye que del preñado de Señora Santa Ana nacieron
Cristo y Maria; pero Cristo como cabeza de Maria; y cuando
Cristo nació de Señora Santa Auja, renacieron también Joa-
quín y Ana; y cuando Santa Ana alimentó con su leche á la
Virgen Santísima, Jesucristo también la amamantaba, y de
los pechos de Santa Ana solamente mamaron Cristo y María;
pero quien primero mamó, fué Jesucristo.
Prosigue, y dice que habiendo nacido Maria Santísima, y
siendo presentada en el Templo, muerto San Joaquín, el Es-
píritu Santo trasladó á Jesucristo Señor ISTuestro del corazón
de Santa Ana á Maria Santísima, en lo cual sintió Santa Ana
mucho dolor; y para hacer esta traslación el sacristán fué el
Espíritu Santo y hubo de vestirse de la forma de Santa Ana
para que se entregase Jesucristo; y en lugar de Jesucristo, en-
tró el Espíritu Santo en Señora Santa, desjjosándose con ella
con una sortija verde.
For lo dicho claramente niega esta rea ser María Santísima
Madre de Dios, pues supone á Jesucristo antes existente concebi-
. da por Señora Santa Ana, y que solamente se trasladó de Santa
Aña á María Santísima, como se traslada el Santísimo Sacra-
mento de una custodia á otra (términos son suyos). Y que el
nacer Jesucristo de María, fué para que naciese en público.
Por lo cual no concede á Maria Santísima concurso alguno en
Jesucristo, y por lo consiguiente, le. niega la maternidad, y cuan-
do asi procura probar la Concepción inmaculada de Maria^ le
quita su mayor grandeza, gloria y fundamento único en que es-
triba la pureza de su Concepción. .
ítem dice que el dia de Pentecostés, aunque bajó el Espíritu
Santo sobre los Apostóles, no hizo en sus cabezas asiento, ni
entré en ellos; sino desde fuera los ihistró con sus rayos y
los confirmó en gracia, pero que en Señora Santa Ana entró é
hizo habitación, poniendo en ella todos sus tesoros.
—299--
A estos delirios añade errores, que claramente denotan aun mas
que unión hipostática en Señora ^anta Ana y i^an Joaquín, pues
dice: que son divinos, y unidos al mismo Dios; y que están tras-
formados en Dios, y Dios en ellos: que su carne y sauf^re se
amazó y mezcló con la Divinidad: que su pureza es la misma
que la de Jesucristo, y la de Dios: que puestos en una balan-
za pesan tanto como la Divinidad puesta en otra balanza: que
Señora Santa Ana tiene Divinidad con tal modo y manera,
que la hiciera inmortal, si no se le retirara con la paridad de
Cristo Señor Nuestro, de que usa la beata
Afirma mas: que Señora Santa Ana reparte en el cielo co-
mo dueño las sillas á los santos y ángeles, y San Joaquín los
confirma en la propiedad; y que á San Joaquín y Señora San-
ta Ana debemos mirar como á Dios: y que Señora Santa Ana
es señora, y dueño de todos los hombres y de todo lo criado,
porque ella con un doblón lo rescató, y reparó todo: y que el
doblón fué Jesucristo.. JDe que evidentemente se sigue, que estos
santos tienen divinidad identificada ó por lo menos unidad Mpos-
táticamente, porque aunque de algunas cosas de las referidas en
sus escretos, una ú otra se pudiera salva/r sin diclia identidad ó
unión Mpostática, pero no el conjunto de lo referido.
Y explicándose esta rea en elogios quiméricos y verticales de San
Joaquín y Señora Santa Ana {como síá estos gloriosos santos para
ser muy grandes, no les sobraran excelencias y prerrogativas ver-
daderas) dice: que en Señora Santa Ana se amazó el Sacra-
mento y que de la misma moza do Señora Santa Ana se labró
el pan que dejó Jesucristo eu el Sacramento; y últimamente con-
cluye diciendo que en el Santísimo Sacramento del Altar se ha-
llan María Santísima Señora Santa Ana y San Joaquín: por
que los términos y voces con que lo explica esta rea en sus escri-
tos,sígnifican las personas de María Santísima Señora Santa Ana
y San Joaquín de quienes se debe entender y no solo de la sustan-
cia príMogenía que fuese pasando desde Señora Santa Ana y San
Joaquín hasta Cristo Señor Nuestro porque no solo dice que en el
Sacramento está la carne y sangre de María, sino también dice,
que está María y que está la Yírgen los cuales términos no deno-
tan solamente esta carne y sangre la cual después de comunicada
á Cristo Nuestro Señor no es María sino parte de Jesucristo y
antes lo fué de María; y mucho mas, porque dice, que en el San-
tísimo Sacramento está Cristo con María: que en él tiene la
Virgen la misma x)arte que Cristo: y tanta parte como Cristo:
y que está de la misma manera que Cristo: que está como está
Cristo: que Jesús y María, ambos estaban en el Sacramento.
Las cuales voces denotan comparación y compañía de dos sujetos
distintos Jesús y María, de quienes dice que ambos están en el
Sacramento.
—300—
Y de la Santísima Virgen pasa á Señora Santa Ana y San
Joaqtán; Imce absolutamente: en el Santísimo Sacramento se ha-
llan solos Cristo, María, Joaqnin y Ana. En cualquiera partí-
cula de la Hostia consagrada se halla enteramente Jesucristo
y por lo consiguiente también María, Joaquín y Ana. Si en
el cielo está Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, también ha-
sisten en el Sacramento con especialidad, y con Jesucristo,
Joaquín, Ana y María. Donde si hablara esta sustancia primo-
genia que desde sms gloriosos ahílelos hubiese pasado la misma á
Jesucristo no se dijera, que María, Ana y Joaquín están en el Sa-
cramento; con especialidad, ni con Jesucristo, sino en Jesucristo,
esto es, en la sustancia, que comunicaron á Jesucristo, y ya es
parte de Jesucristo: porque la partícula con denota compañia, y
distinción y así para sus verificación en las proporciones referidas
es menester, que María, Ana y Joaqnin asistan en el Sacramento
según aquello en que son distintos de Jesucristo, y no según
aquello, en que son el mismo Jesucristo ó parte suya, como lo
son en la sustancia primoyenia. Y de lo dicho dd razones La
primera á la identidad, que todos cuatro tienen en una misma
carne por estas palabras. Así como las Tres Divinas Personas
se unen en una misma naturaleza de suerte, que Padre, Hijo,
y Espíritu Santo son un solo Dios; así Joaquín, Ana María, y
Jesucristo todos cuatro se unen en una misma carne, de suerte,'
que Joaquín y Ana por ser Abuelos de Dios, y María, por ser
Madre de Dios, todos se unen y paran en Dios y así en todos
cuatro es una misma la pureza; 7ft segunda razón es la unión,
que esta rea pone entre la Divinidad, y María Santísima, Señora
Santa Ana y San Joaquín por estas palabras. En el hilo de la
Divinidad se hallan ensartadas cuatro perlas, que son Cristo,
María, Joaquín y Ana; así están en el Sacramento. Donde cla-
ramente se conoce que habla de las mismas personas de María, Ana
y Joaquín de qiiienes dice, que están unidos con la Divinidad,
{pues están ensartados en la Divinidad, como Cristo Seíior Nues-
tro) y que están en el Sacramento; y no de la sustancia, que estos
gloriosos ascendientes comunicaron á Cristo, porque esta con la de-
más sustancia de Cristo hace una sola perla, no cuatro que están
en el Sacramento; como dice esta rea.
Concluye, que esta Señora Santa Ana en el Santísimo Sacra-
mento, como retablo, como custodia, como viril, como vaso,
como templo, y San Joaquín como Pastor y Obispo, Dondelos
términos, con que se explica hablan de las personas. Fuera de que
siendo este modo de estar en el Santísimo Sacramento, diverso y
disímil eU' estos Santos hadeser porrazonde sus personas diversas,
y disimiles; y no por razón de la sustancia comunicada á Cristo
Señor Nuestro en la cual no tienen diversidad, ni discimilitud.
Siendo asi, que es de Fé católica, que en el Santísimo Sacramento
—301—
sola^nente están- el cuerpo y sangre de Jesucristo Nuestro Reden-
tor y Señor.
Es muy reparaMe en los escritos de esta mujer, que las alaban-
zas que dice en ellos de Sa;i Joaquín y Seíiora ^anta Ana, mas
parecen tema de su locura, que piedad y devoción para con estos
santos por ser conjuntos con Cristo^eñor Nuestro, y María San-
tísima; por que si tales elogios fueran efectos de sii devoción por
la causa dicha, la misma causara con el glorioso Patriarca San
José conjunto con la Santísima Virgen, por ser su Esposo; y con
Cristo Señor Nuestro por ser su Padre putativo y legal. Y están
al contrario, que antes le pretende quitar lo mismo que la Fé ca-
tólica le concede: pues de este glorioso santo, dice esta impía lo si-
guiente.
Que San José no tocaba á la clase de Señora Santa Ana, y
parentezco de Cristo, porque él no tuvo parte alguna en su
dame y sangre; y solo San Joaquín y Señora Santa Ana que
comieron el fruto del árbol de" la vida, cuya sustancia le comu-
nicaron á Cristo por medio de María, tuvieron parentezco con
Cristo Nuestro Señor. Que San José no fué marido de la San-
tísima Virgen, sino como mayordomo, como acá los mayordo-
mos dé cofradías. Y que para que hiciese esto, se le dio título
de esposo. Y que como San José no fue limpio de la culpa ori-'
ginal, como San Joaquín y Señora Santa Ana, viendo el em-
barazo del vientre de la Virgen tuvo celos, y que después que
fué avisado del Ángel, quedó como corrido y avergonzado, y
que miraba á la Virgen Santísima después como pecador arre-
pentido; como San Pedro: Dando á entender que pecó San José
mortalmente, como San Pedro en negará Cristo. Que mas tué
mayordomo y criado de María que esposo, y gHe dispuso Dios
de suerte el borrar las memorias de San José, que solo se acor-
daron de que Jesús era nieto de San Joaquín y Señora áanta
Ana.
"De todo lo dicho pretendió esta rea probar ser María San-
" tísima concebida sin pecado original, ni débito de contraerlo;
" porque siendo concebida en el vientre de Señora Santa Ana,
*' estay San Joaquín se hallaban fuera del parentezco de
" Ada n, y su carne y sangre mezclada y unida con la Diviní-
" dad ' por haber comido el fruto del árbol de la vida, en que
" estaba contenido el mismo Jesucristo, el cual por su suma
" X)ureza y Santidad inünita había de impedir la contracción
" del pecado, á quien Sí opone y excluye esencial é indis-
" ]»ensab]emente aun mas que la luz á las tinieblas.''
"Todo lo cual es inútil para el ñn que pretendió esta rea con
" semejante doctrina: porque, ó la Santísima Virgen es hija de
'' Adaü via naturalis &feminalis generationis, ó nof Esto se-
<' gundo no se puede decir, por ser heregía; y siendo como es,
—302—
" verdad católica lo primero, queda en pié la dificultad, que
" consiste, en que siendo Maria Santísima hija de Adán vio,
^^ natiiralis genorationis ex femini viri, & fceminaee^ no contra-
" jese la culpa ori.í]^¡nal, ora la materia de que se formó, fuese
" de la fruta del árbol de la vida; ora no, pues la dicha contrac-
" cion no es porque la sustancia de que se forma el cuerpo,
" sea tierra maldita, sino por haber estado las voluntades de
" los hijos de Adán refusas en la de su Padre y cabeza Adán,
" en la cual quisieron lo mismo, que ella quiso, cuando que-
" brantó el precepto Divino; y asi como pecó Adán, sin ser
" maldita la tierra, de que se formó su cuerpo, de la misma
" suerte, queriendo los hijos de Adán lo mismo que él quiso,
" pecaron en el aun cuando no hubiese sido maldita la tierra
'* de que se formaron. Si se recurre á que la Virgen Santísima;
" no contrajo el pecado original, porque no estuvo inclusa en
" el pacto de Dios con Adán, se responderá bien: x>ero esto sg
'' pudo decir sin la doctrina de esta rea, que sobre encerrar
" tantos errores, es inútil para el fin, que pretende, como di-
" j irnos."
"De mas de las heregías, y errores referidos se hallan en
'' cuadernos y escritos de esta rea otros muchos n<^ menos
. " enormes y disparatados, como de quien afectó errar i)or errar
" fingía, ni apariencia aun remota en razón, y son los siguien-
"tes:''
Que la gracia de la Santísima Virgen quitó el pecado origi-
nal á Señora Santa Ana y á San Joaquín. Que San Joaquín
le dijo (i ella: no supe, ni entendí el Misterio de la Concepción
de María Santísima, ni supe si llegué á Señora Santa Ana, por
que estaba arrobado, cuando esto sucedió; y viéndola preña-
da juzgué que era alguna enfermedad, y la dije, que llamase
médicos y consultase curanderas, y no tuve celos como San
José; y viéndola parida, y nacida María Santísima, rae admiré
y no sabia como habia sido aquello.
Prosigue este asunto y máquina de disparates diciendo que:
Guando se hizo la revelación á Señora Santa Ana, de qué ten-
dría una hija, que se llamaría María, se le puso precepto, de
que no se lo dijese á San Joaquín; porque Señora Santa Ana
era del Tribu sacerdotal, y San Joaquín del Tribu de David;
como también porque San Joaquín era viejo hablador, y
no lo hubiera callado, sino contádolo á susamigos. Que
antes que hubiera Ana y Joaquín, no habia camino para
llegar al cielo. Que el parentezco en que estamos con Adán,
hace que el en Sacramento del Altar recibamos duzxra
algún agrio, y no con aquella que le recibieron Señora San-
ta Ana y San Joaquín cuando gustaron del íruto del árbol
de la vida. Que la dijo el ^eñor: que Señora Santa Ana fué el
-303—
tautem de la Eedericion del género humano, y el Domine
miserere noMs, Jesucristo. Que ningún hombre so hubiera
sentado á la mesa de Dios puro, si no se hubiera vesti-
do de carne Dios, y sola Señora Santa Ana convidada del Es-
píritu Santo se sentó á la mesa de Dios puro. Que Señora San-
ta Ana fué la primera, por quien bajó Dios al mundo. Que es
una misma la pureza de la Concepción de Nuestra Señora,
que la de Señora Santa Ana. Que Cristo Nuestro Señor y Se-
ñora Santa Ana fundaron la Eeligion cristiana.
Adelanta los elogios {á su parecer) de esta gloriosa SaHía, mez-
clándolos con indecencias indignas de las revelaciones divinas, co-
mo es decir, que se le apareció Señora Santa Ana con un tra-
po en las manos, y la dijo: que á los que dijeren, fué dos veces
casada,, les pusiese aquel trapo en la cara; y que en otra oca-
sión se le apareció un ángel y la dijo, que en aquel navio es-
taban el azote, y la justicia; el azote serviría para que la jus-
ticia diese doscientos azotes á los que dijesen, que Señora
Santa Ana casó segunda vez, y la justicia, para que la Inqui-
sición quemase á los que negaren que Maria Santísima fué
concebida en gracia y gloria de Dios. Que San Joaquín fué
apasibilísimo y una paloma sin hiél; pero que Señora Santa
Ana era mujer de gobierno, y tenia condición; y que María
Santísima habia sacado la condición de su padre San Joaquín
y por eso es tan manía; pero que Jesucristo Nuestro Señor,
sacó la condición de su abuelo y por eso cuando en el Templo
vendían, cogió el azote, y echó de él á los que trataban, y con-
trataban. Que le dijo el ^eñor que cuando murió Señora Santa
Ana, se despidió el Espíritu Santo del cuerpo al tiempo de sa-
lir el alma y que el Espíritu Santo se quedó asistiendo al cuer-
po difunto, hasta que le enterraron é hizo el duelo todo ese
tiempo hasta la sepultura, y los ángeles en lugar del pósame,
le daban la enhorabuena, y luego asistió en casa de Señora
Santa Ana nueve días hasta que le despendieron los bienes, y
después de los nueve días se fué á asistir á Maria Santísima á
el Templo. Que le dijo el Señor, que cuando resucitó, resucita-
ron también San Joaquín v Santa Ana en cuerpo y alma, y
los apostóles el día de la Asencion del Señor los vieron subir
al cíelo resucitados con el hábito de Cristo á los pechos; y de
esto no dudaron, aunque dudó Santo Tomás de la Eesurrec-
cion de Cristo; y que subieron con la virtud de Dios; como
propia de ellos.
ítem dice; que le fué revelado que María Santísima redimió
el género humano, como primera Eedentora. Que San Juan
Evangelista quedó en el calvario con la Virgen, para dar tes-
timonio de lo que allí pasó; porque, si sola la Virgen hubiera
estado, y el? a sola hubiera dado testimonio de lo allí sucedido
-_304 —
no se lo creyeran. Que hahlando con Cristo Señor Nuestro le ha-
lla dicho; que San Juan Evangelista habia confesado á la Vir-
gen kSantísima. Qvlg la Virgen Nuestra Señora estuvo de rodi-
llas al pió de la Cruz recogiendo la sangre que derramó el Se-
ñora ^ue al pié de la Cruz murió María Santísima {física y
realmente) del dolor de la lanzada y que en virtud de la co-
munión que recibió la noclie de \^ cena se volvió á unir el al
ma á su cuerpo.
Que si Adán no hubiera pecado, no hubiera otros hombres
en el mundo, porque en aquel estado de inocencia vivieran
Adán y Eva como cuerpos gloriosos, sin acordarse de engen-
drar. Contradiciéndose manifiestamente, ijues en otra parte dice y
le fué revelado, que si Adán no hubiera pecado, estuvieran las
almas en los cuerpos de los hombres {ya supone que las hábia
(^ít! 7iaZ/er), como los pájaros en las jaulas. QueQ\m\ estado de
la justicia original todos habian de morir, y el cuerpo se habia
de convertir en tierra. Dice mas en nomhre de Cristo Nuestro
Sefior, haMando de Eva. Ella no pecó, sino Adán. Que le dijo
el Señor los que heredaren el pecado irán al infierno, enten-
diéndolo jwr el pecado original, y el infierno de los condenados.
Después, de haber dicho que Adán por la penitenció^ se hahia me-
jorado.
Prosigue: porque no pasase adelante el cáncer de la culpa,
cortó Dios la espina que habia atravezado á Adán, y lo hizo
por María y los predestinados; y así los que estuvieron mas
cerca como Caín, antes que atajase el cáncer, fueron reprobos
y los demás, predestinados. Que Snw Juan Evangelista, San
Juan Bautista, y San José no serán juzgados {liaMa del clia de
juicio) por que no tendrá de qué.
Que le dijo Cristo Nuestro Señor: yo soy las Tres Personas,
y que en otra ocasión le dijo que el Padre Eterno no se enoja
{hablando de los pecados) que el eno^o le toca á el Hijo como
Juez. Que en una ocasión tiró una flecha al Señor y el Señor
le tiré otra y ambos cayeron como muertos; y que el Padre
Eterno y el Espíritu Santo se quedaron como admirados de
verlos así. Que le dijo el Heñor, que de los tres hermanos ganó
la bendición el que primero madrugó, hablando de Jacob y
JEsau.
Añade otras revelaciones indignas de platicarse entre gente vul-
gar, no digo religiosa y santa. Dice que otra ocasión la dijo el
Señor, no sé cuantos puntos eran los que calzaba mi Madre.
Refiere un coloquio, que tuvo con Nuestro Señor, el cual la dijo:
No sé que me haga; no sé que regalo darte: y en otra ocasión:
No puedo. Angela quitarte las impertecciones, porque nos es-
tá atildando tu Padre confesor: ??i.f¿s le dijo: Por pequeño que
sea el pecí^do de los Sacerdotes, los pone en estos puestos (luí-
—305—
Mando de los condenados del Infierno) Y los Sacerdotes que re-
jzan divertidos ó que no rezan, en el Purgatorio solo pag^an la
pena de no haber rezado, y en el cielo lo satisfacen la obliga-
ción; y hasta que la satisfacen, están sin gloria, aunque sin
pena. Buena madre se muestra la heata de los señores Sacerdotes^
pues cuida deque aun estando en el cielo, cumplan con la obliga-
ción de su rezo; y hablando el Señor con ella, le dijo: ¿No sé por
qué estás triste? no sé qué haremos para tu Padre: [tratando
de su Gonfesorl estoy mirando y pensando lo que he de hacer:
si no se piensa y se mira irá errado, agora estoy viendo que,
y lo que hede hacer: y en otra acasion la dijo: Yo nunca me
meto con casadas, ni con monjas, y que es rara la mujer buena.
Mas dijo; aunque ordené á los Apóstoles, no eran muy cató-
licos. Y hablando de San Pedro: que para que íüesé Cabeza de
la Iglesia, era necesario que le negase; y como tuvo mala ca-
beza; fué crnciflcado cabeza abajo y los pies arriba.
Hahla en materias mas serias, aunque envueltas todas en erro-
res y heregías, como decir, que la dija el Señor: en recibiéndome
indignamente, luego salgo del Govaztni de los que me reciben,
y me aparto cíe ellos, y á los que commgan indignamente, los
Angeles les quitan la forma, y la llevan á aquellos cautivos,
que vienen en gracia de Dios. Por muy indigna se debió de te-
ner esta beata, pues dice en sus escritos, qne habiendo omulgado
im Jueves Santo, le sacó un ángel la hostia del pecho para llevar-
la á un clérigo anciano, que está hd en Jerusalen,nombrado Juan
natural de la ciudad de Toro. Mas dice que la dijo el Señor,
que para condenarse una alma, han de ser muchas sus culpas,
y que cuaudo dicen á un enfermo, que peca mortalmente, por
que no come carne, mienten; que mejor es ayunar. En otra
ocasión se le aparecieron Cristo Nuestro Señor y la Virgen, la
cual le dijo: mi Hijo está triste, y el Señor dijo también; triste
estoy, porque Angela está triste de sus pecados, y que á todo
esto estaban llorando el Señor y la Yírgen. Y Cristo la dijo:
Hija, no estes triste de tus pecados, y quelepomlúsi un canda-
do, porque se confesaba pecadora, y que no le diesen cuidado
las imperfecciones. Y que en una ocasión estando ella con el Se-
ñor, dijo: no sé que me tengo, que respondió el Señor: yo tam-
bién estoy de esta suerte, y añadió: no has de ser cansada; ca-
da rato estáis, mis pecados, mis pecados. Mas enorme es loque
escribe ó dicta en estas palabras: Que estando con el Señor, le di-
jo, que iria al Padre Eterno á acusarlo: y el Señor le respondió:
habéis de decírselo á escondidas. Pasa á hablar indecente, y blas-
fema de algunos santos, y dice: que el amor, que Dios tuvo á la
Magdalena, fué mas inclinación y gusto, que atención á sus
méritos; y que Santa María Egipciaca por muy ataviada tuvo
ToM. VII. Literatura — 39
—306—
tanto peso, que fue necesario que los Angeles la cargasen para
subir los muros de la ciudad (que significaba el cielo, y el ata-
vío era de virtudes). Dice que S«7i Juan Bautista estaba en una
ocasión aliñándola (habla de sí) y que reparó el ^eñor en el modo
de aliñarla, y dijo: Mira como la aliña? cosa de Juan; y que
entonces dio á entender la Virgen tantísima, que solo las mujeres
saben aliñar, y no San Juan.
No cesan los delirios hereticales de esta mujer, que esparce por
cuantas materias aprueba y confiesa nuestra Religión Católica;
pues dice y escvibe: Que le dice el Señor: Ko medistes el i3aso de la
Coronación de espinas, y que reprobó su Magestad el uso de la
Iglesia de que los fieles coman carne el dia del íí^acimiento del
Señor; y que se apartaba de los que la comian aquel dia. Que
tratando el Señor de la solicitud de Santa Marta en el liospe-
dage, que le hizo en esta vida, le habia dicho, que no era de
provecho. Mas la dijo: tu estas injerta conmigo; y como estamos in-
jertos, mis palabras salen por tu boca. Y que le dijo, con el amor
que te tengo, no reparó en nada. Y confesándose ella pecadora en
una ocasión, la dijeron el Señor y la Santísima Virgen: calla
no digas esto, y que cuando se confesase pecadora, lo dijese
de suerte que no lo oyesen los Angeles, y otra ves le dijo el
Señor. ÍTo me acuerdo, si habéis pecado, y trato de sacarte de
esta vida, jjor que sino, tienes trása de agotar el purgatorio de
las Almas de los Sacerdotes: añadiendo, no ves, que la mar
sino tien® pescado no es bueno, significando por el mar el pur-
gatorio; y por el pescado las Almas. Escribe que la Virgen San-
tisima la dijo. Es mejor tener la imagen de la muerte, que las
imágenes mias, y las de mi hijo precioso: y que Jesucristo com-
probó la curiosidad que tienen las mujeres de saber, con el
ejemplo de la Magdalena; que le fué a buscar resucitado y que
en una ocasión le dijo el Señor. Tu sois mi espejo; yo tu espejo;
tu sois mi lunar de mi cara, yo tu lunar de tu cara; y que le dijo
también. Es posible, que me tienes loco? Y que habiéndole á ella
dado un desmayo, se levantaron el Señor, y la Virgen como tur-
bada, y así San Pedro, y San Pablo, que se hallaron presentes.
Escribe ya como Doctora que ella se llama y dice Que un gen-
til que no es bautizado, no puede bautizar; porque no es bien
que estando fuera de la ley de gracia haga el bautismo, y que
para entrar en el cielo es necesario traer el hábito de Agustina.
Vuelve d Santa María Magdalena y escribe, que la dijo. Yo fui
muy inclinada á olores: por eso los recogí, cuando busqué al
Señor, porque no podia parecer en su presencia con el mal olor
de mis pecados, y así que sintió el Señor el olor, me dejó entrar
sin reparar en mis culpas. Habla ahora de sí. Que la dijo el
Señor. Tú no has de pescar con las redes de los Apostóles, si
no con las de Jesucristo. Refiere otra revelación en qne diee. Vi
—307—
venir dos hombres, imo con el mismo rostro del Señor ves-
tido con túnica morada; el otio muy feo de barchilón, roto, con
una piedra en la mano, y conocí, qne este era Jesucristo, y
el otro era el Demonio, Añade otra diciendo. El Señor me pi-
dió en una ocasión la forma, que habia comulgado, para que
nn Ángel la llevase á un hombre moribundo, y negándosela
el Ángel me apretó los costados, y echó por la boca la forma,
que habia comulgado el dia antes ensangrentada; y que mo
dijo el Señor: mira lo que se pega á tu corazón laforma; y quiero
que llebe también tu sangre, para que la comulgue. Y en otra
ocasión la dijo el Señor, l^o basta para obrar bien, y salvarse
seguir la opinión de hombres doctos, y sabios, y en materia
de guardar las fiestas, no escusa la necesidad, ni la parvidad
de materia. Dice que Dios condenó la acción de Sansón como des-
pecho, y temeridad, y que la dijo. Admiran los hombres la for-
taleza de Sansón en derribar el Templo; mas que valentía fué
matarse i)or vengarse? Que el Espíritu Santo no se desposa con
las almas de las mujeres casadas. Dice mas, que se vio en un
Paraíso deleitosísimo y de muchos jardines, y amenidades, 1/
añade: se me dio á entender, que íiquel lugar era donde pri-
mero llegan los Bienaventurados antes de entrar en el cielo.
Con otras muchas heregías, y errores, que se hallan esparci-
dos en los escritos de esta rea, que por escusar prolijidad, no
se refieren.
La cual para acreditar su finjida virtud, y la mala dotrina,
que escribía, decía tener en la oración varios sentimientos, y
revelaciones singulares de Dios con los sabores esquísitos, que
decía le habia x)rometído comunicarle, como con efecto decía
los iba recibiendo todos los días tan frecuentes, y continuos,
que se alcanzaban los unos á los otros; pues no hubo dia, en
que no tubiese dos raptos, uno antes de comulgar, y otro des-
pués, y muchas veses tres; y en casi todos repite una misma
cosa, unos mismos favores, unas mismas representaciones con
casi las mismas palabras hallándose por esto sus escritos lle-
nos do luciferina soberbia, ambición de honras, y aplausos,
blasonando que ella era la Madre de los Sacerdotes, y que le
habían de besar las plamas de las manos, como á ellos: hablán-
doles de til, y de vos, y por diminutivos. Que le besó el Señor
las manos, y que lo mismo hicieron los Apostóles, y otros San-
tos. Que la dijo el Señor eres parecida á Señora Santa Ana
en ser del Tribu Sacerdotal, porque era Madre de Sacerdotes;
y á San Joaquín, que era del Tribu Eeal de David: porque
ella por la sangre que tenia de Mudarra, Castillo, y Carranza,
era de sangre Eeal. Que habiendo subido al cielo muchas ve-
ces, al entrar en él, la recibieron los Apostóles debajo de palio,
y que el Señor la dijo, que se debía sentar en la silla de Dios.
—308—
Qne enviándola á llamar Dios en una ocasión con un Ángel,
para que entrase en el cielo, le respondió: Dile al Señor, que me
perdone su merced. Esta mujer parece que no solo hacia burla
de Dios con estilo tan bajo, é indigno de una MagCvStad infi-
nita: sino de los que se lo oían, para escribirlo, y de los que
habíamos de leerlo en sus escritos.
Prosigue en este genero de revelaciones; y dice, que la dijo:
el Señor, que ella era el Sacramento, con que se sustentaban
todos, y que así la buscaban para sustentarle. Y que ella me-
recía el titulo de Oorredentora de los Sacerdotes. Que unos
Angeles le trajeron una silla, y la dijeron: J^sta silla es en la
que juzga el Seííor las almas, siéntate en ella, y se sentó. Y que
después la dijo el Señor, que publicase acá en el mundo, se
había sentado en su silla. Que estando arrebatada, le impri-
mió San Francisco las llagas; y en otra ocasión Jesucristo en
forma de Serafín: siendo falso; pues tales llagas nunca se vie-
ron, ni se hallan en su cuerpo. Qne arrobada yíó, que salía
su alma de su cuerpo, y que la Virgen Santísima la recibió, y
se lá oírecia al, Señor, y que entonces el Espíritu Santo acom-
pañado de Angeles con banderas, entró en su cuerpo. Que otra
ves subió con alas como Serafín al cielo, teniendo seis alas,
en las manos unas, y otras en los pies, y que abrió las dos
primeras alas tan grandes como todo el mundo, y que en ellas
estaban el Padre Eterno, y Jesucristo en sus tronos, y tam-
bién la Santísima Virgen, Seííora Santa Ana, y San Joaquín;
y que abrió las otras cuatro álas,y en ellas estaban los Patriar-
cas, y los Santos. Qne en otra ocasión se sentó en los brazos
de Señora Santa Ana; y en otra subió al cielo con alas, y su
Divina Magestad la asentó en una de sus manos.
Bastará lo dicho para conocer la soberbia jactanciosa de es-
ta embustera, é hipócrita, que á tantos deshunbró; pero por-
que mas, y mas se desengañen los deslumhrados, oigan otras
revelaciones semejantes, y aun mas enormes que las j)asadas,
como es decir en sus escritos: Que en muchas, y varias ocasiones
subió al cielo y la llevaron al trono de la Santísima Trinidad,
y la sentaron en medio, subiendo muchas veces en enaguas, y
que en una ocasión que subió jjara ser colocada en medio de
la Santísima Trinidad, salió á recebirla San Miguel, y la salu-
dó dicíendola; muy T)uenos dias tenga usted. Mas dice, que es-
tando en un jardín San Miguel, San Grabiel, San Eafael, y la
Santa Eosa, hallaron un lienzo, y descnbriéndole cada uno por
su esquina, pareció pintado un Niño Jesús, y en el corazón de
el niño una beata, y que el Espíritu Santo la dio á entender que
la beata era Angela de Dios. Que el Señoría dijo tú eres la Fas-
tora de los Sacerdotes, y tamMenmia. Que era el retrato de Dios,
en que se miraba, y Dios en el retrato de ella. Que habiéndole
—309—
instado Jesucristo que llegase á mamar de los iiechos de su so-
berana Madre, llegó á mamar y que en mamando un poquito
so apartaba, y llegaba su Divina Magostad, y mamaba, y de
esta suerte se alternaban ambos á gozar de aquel soberano
néctar. Que la djo el Señor: que cuando se quitase sus vestidos
viejos, no los hechase por allí, porque podian servir á los en-
fermos, especialmente las enaguas con que abrigó al Señor; y
que las hiciese vendas, y las aplicase á los dolientes. ^«6 Jesu-
cristo se valia de las oraciones de ella, y que le daba por pre-
mio á el Espíritu Santo, prometiéndola sentarla en el trono, y
silla que perdió Lucifer en el cielo, y que con efecto la senta-
ron en ella. Que la reveló Dios que si San Agustín viniera en
el mundo: se ocupara todo en escrebir las alabanzas de ella.
Prosigue añadiendo unos disparates á otros; Que la dijo el
Señor, que todas las Beatas se engañaban, y que solo ella no
se engañaba, que ella, y Jesucristo eran una misma cosa; y que
ella premiaba en el cielo, y castigaba en el infierno como Cris-
to. Que todos los que tuviesen retrato suyo, ó le hiciesen bien
ó la mirasen á la cara, no se condenarían, y que en seguridad de
esto levantó el Señor el dedo. Que en una ocasión la dijo el Se-
ñor, que en un temblor, que había de haber, le daría un cosco-
ron á su confesor y que ella le dijo: sí la libraba por su linda
cara: mas que le dijo el Señor te he de Jiacer un favor de refre-
nar tus pasiones, para que en adelante no te hagan guerra: y que
llegando sus divinas manos le dio un pellisquíto en el hombro,
diciendo: Ya quedan moderadas de modo, que no harán movi-
miento alguno. Que subiendo al cielo en una ocasión á ver áDios
iban á sus píes muchos Santos como asidos de ellos, muchos
Angeles, y Señor San Matías. Que se le mostraron las Tres
Divinas Personas, la Virgen Santísima San Joaquín y Seño-
ra Santa Ana, y que los abrazó á todos y le dijo Dios, mira lo
que has crecido', y que el Señor le cortó de los cabellos y se los
dio á los Angeles para que con ellos sacasen las Almas del
purgatorio. Que la dijo el Señor, que la favorecía tanto, que no
le dejaba lugar vacío para que conociese su miseria. Y que en
otra ocasión le dijo el Señor, que la amaba tanto como á su
misma Madre. Que reprehendiéndole los Angeles un defecto,
como era dar topasaire por tabaco á algunas personas malicio-
samente, por verlas estornudar, salió el Señoreóme enfadado,
y dijo: ¿Quién me reprehende á la Madre de los Sacerdotes? ¿quién
tiene autoridad para esof sus defectos los cura mi sangre. Que la
dijo el Señor seria beatificada, y canonizada, y Patrona de es-
ta ciudad. Si ha de ser como ella merece, ya se le han comen-
zado á hacer en vida las informaciones por el Santo Tribunal,
que tan exacto es, en cuanto averigua. Y a lo de ser Patrona,
replicó ella como podía serlo de esta Ciudad, si lo era Santa
—310—
Isabel. Y que el Señor la respondió, que Santa Isabel es pa-
trona por elección de los hombres, y que ella lo será por elec-
ción de Dios.
Y blasonando de que era Maestra y Doctora de los Docto-
res, dice que lagradtiaron de Doctora en el cielo; y queriéndo-
le poner lui Ángel la borla de Santo Tomás dijo la Virgen; no
ha de ser la borla, sino el Espíritu Santo, el cual se le sentó so-
bre su cabeza. Y que la reveló el Señor, que los mayores
Doctores, y sabios de la Iglesia y Obispos no hablan merecido
la dicha que ella, ni con su sabiduría, y escritos habían llega-
do á ser medio de la difinicion de la pureza de laVirgen; y que
por esto, como rendidos todos, se postraban á sus píes, y á ella
le ponían sus insignias; y que sus escritos habían de ser la luz,
y declaración de los escritos do la Monja de Agreda, que eran
oscuros y teológicos, y los suyos claros y llanos; y que habían
de oscurecer todo cuauto se había escrito hasta ahora de la
Concepción de la Virgen: y que como Doctora habla de ense-
ñar á los mayores Doctores; porque á ella la había escogido
Dios, y no á Santo Tomás, y á Escoto, para que enseñase álos
sabios, y que ella había de sobresalir como la mayor Doctora
del mundo: y llegado el tiempo de la definición del Misterio,
la añadiría la Iglesia á los cuatro Doctores, que celebra, Bien
se echa de ver que sabe poco de iglesia, pues la Latina cele-
bra á Santo Tomás de Aquino, y á San Buenaventura, como
á los cuatro antiguos santos doctores con el mismo rito y so-
lemnidad que á ellos.
Dice mas de sí, remontándose á la superior esfera, como si
pasara de humana á angélica: que aparecerá en Eoma como
Ángel del Apocalipsis en un carro triunfante, asistida de sus
confesores, siendo el medio para que por sus escritos defina el
Pontífice el Misterio de la Inmaculada Concepción de la Vir-
gen Santísima. Y que en muchas ocasiones había ido á Eoma
á dar varías noticias al Pontífice sobre sus escritos. Y que un
Paraninfo le dio una pluma, diciendo era de las alas del Es-
píritu Santo; para qne supiesen los que la escribían, que el
Espíritu Santo les asistió. Bien dijo el Apóstol, que la letra
süf\a, matíi: Littera occidit. Oiría esta mujer, que el Espíritu
Santo se apareció en figura de paloma sobre la cabeza de Cris-
to, al bautizarse en el Jordán; y aprendió tan deveras que era
paloma el Espíritu Santo, que de sus alas pensaba serle en-
viada esa pluma con que escribió tantos errores y disparates.
Afirma, que como la escoba recoje la basura, ella había de
barrer todas las ignorancias de los Doctores y sabios que han
contradicho el Misterio de la Concepción; y que con la caña
de la escoba despertaría al Pontífice y Cardenales, dándoles
golpes en las cabezas, para que definiesen el Misterio; y que
—311—
ella enseñaría al Pontífice el A, B, O. Y que éste y los sabios
(le la tierra tenían llenos los ojos de cataratas para no ver la
pureza de la Virgen. Y que como en liorna está el Sol de la
Fé, está ella eu el Perú como Luna, para declarar la Fé del
Misterio de la Concepción. Gracias al Señor, que llegó á eclip-
sarse; y oscurecerse del todo esta Luna, que á tantos trajo en
en la noche de su ignorancia, ó simplicidad descaminados y
atónitos.
Por haberla escogido el Señor (como ella dice) para este fin
tan alto, y constituídolaMadre de Sacerdotes, le concedió el
favor de conservarla las especies sacramentales de una comu-
nión á otra: haciéndola el Señor el Espíritu Santo de Maria,
para destroncar presumidos teólogos. Y que le dij« el Señor
era Madre adoptiva de la Madre de Dios; y que apareciéndo-
sele su Divina Magestad asistido de la Virgen, Señora Santa
Ana y Santa Isabel, dijo el Señor: Aquí están las cuatro Madres,
María 7ni Madre, Ana Madre de María, Isahel Madre del Bau-
tista, y la Madre de los Sacerdotes. En otra ocasión dice: que
la dijo San Agustín, que si fuera hombre, la diera su mitra; y
ya que no se la pudo entregar, le dio su báculo para que die-
se golpes á las puertas del Pontífice, para que definiese el
Misterio de la Concepción. Y que le dijo el Santo, que si es-
tuviera en el mundo de una palabra que la oyera, escribiría
libros enteros. Que agravió á este Santo Doctor, pues de nin-
guno pudo estar mas remota la aprobación de tan diabólico y
disparatado espíritu, que de la perspicacísima discreción y
ciencia iluminada del que íué Águila entre los Doctores.
Jactase de que Dios le dio los títulos de Doctora del mun-
do, protectora de la cristiandad, confusión de los sabios, de-
fensora y protectora de la Concepción y Abogada de los mi-
neros (miren en lo que vino á parar, sin duda por el interés
que era el blanco de todas sus invenciones) porque los mine-
ros (dice) han de contribuir á mí canonización; que los Pontí-
fices y Cardenales pidei^l ata para la canonización de los
SantoSj, de que proviene estar detenidas algunas, y por esto
ha de correr mi canonización por los mineros, que pueden con-
tribuir,
Y estaba tan satisfecha de su santidad, como prevenida pa-
ra el aplauso y culto que se le había de dar en los tiempos ve-
nideros, que dijo, que en una visión de parte de Dios, le ad-
virtieron, que se hiciese retratar con guirnalda y pluma en la
mano. Y aun añade, que el Espíritu Santo se le ponía al hom-
bro para alumbrarla y enseñarla por el oído; compitiendo- asi
en su fantasía con San Gregorio el Magno, Doctor de la Igle-
sia. Y porque no le faltase insignia ni i)rerrogativa de los ma-
yores santos, dijo: que en una ocasión oyó al Señor aquel amo-
—sis-
roso iüvitatorio veni sponsa mea, y que estaba el Señor en su
corazón, y todos los patriarcas 1© ofrecieron sus insignias.
Otras mucbas revelaciones de esta, y otras calidades y es-
pecies se hallan en sus cuadernos, que en el número excede á
cuantas revelaciones se cuentan de todos los santos juntos; y
así, si se hubieran de referir, fuera un proceso infinito. Las
dichas claramente manifiestan haber nacido de un espíritu
diabólico, y que en soberbia y ambición pudo competir con
Lucifer, tan loca ella como él.
Hasta ahora según lo referido, engañó esta mujer como hi-
pócrita disimulada á no pocos de esta populosa ciudad, y des-
vario soberbia, y jactanciosa, en sus recónditos escritos comu-
nicados á pocos, que se tenían por dichosos y muy favoreci-
dos con la participación de tan altos misterios; pero ninguno
de fé, y los mas contra ella. Comenzó á hacerse célebre con
toda la ciudad y reino, j aun con las mas célebres ciudades de
Europa con la invención ó abuso supersticioso do cuentas y
rosarios, velas, espadas, campanillas, romero, cencerros, que
decia se bendecían en el cielo en tales, y tales festividades del
año con especiales privilegios y prerrogativas, concedidas por
ISTuestro Señor, para que todo se distribuyese por su mano,
mediante la de sus asistentes y afectos; como con efecto se
han repartido, hasta que fue piesa por el Santo Oficio, en esta
ciudad y reynos del Perú, y comunicado á los de Europa, en
tanta multitud, especialmente de cuentas y rosarios que le lle-
vaban para bendecir canastas y costales llenos, que hoy reco-
gidos con las demás cosas y piezas referidas, ocupan en el se-
creto un cuarto, y esto tan sin encarecimiento dicho, que ella
misma confiesa, que en una ocasión de bendiciones por ser
tanta la multitud de cuentas y rosarios que le llevaron x)ara
bendecir, la dijo el Señor enojado: esto es cosa de fruteras?
Y para acreditar mas su engaño decia, que la bendición de
cuentas y rosarios no se hacia frecuentemente, sino en días se-
ñalados, y festividades de ÍTuestrí^eñora de la Virgen María,
y de algunos Santos y que según los días de su bendición eran
las gracias y prerrogativas que tenían, diciendo: que las cuen-
tas benditas en dia de San Gerónimo tenían virtud para con-
vertir infieles, las de San Francisco y San Juan de Dios, para
la Providencia, las de San José, para guardar castidad, las de
San Nicolás, para llagas y heridas, las de Santa Teresa, para
tener oración, las de San Ignacio de Loyola, para ahuyentar
al Demonio, las de San Miguel, para que no entren ladrones
en casa, las de San Juan, contra la peste, rayos, gotacoral,
mal de corazón, y para mujeres de parto, las de Señora Santa
Ana, tenían muchas gracias é indulgencias para la hora de la
m uerte, las de San Agustín, para tener mucha luz y fé, las de
—313—
de San Andrés para restaurar el juicio perdido; y asi de otras
festividades de santos.
Anadia mas en lo que escribía, y decia que algunas de las
dichas cuentas benditas tenían indulgencia plenaria concedi-
da por el Pontífice á quien después de benditas por el Señor,
las llevaba á Eoma el Arcángel San Miguel para que el Pon-
tífice les concediese la iudnlgencía plenaria, como en efecto
refiere, habérselas concedido ]S"uestro Santísimo Padre Ino-
cencio XI, cuando vivia; y que sucedió muchas veces, que
tardando San Miguel en traer las cuentas y rosarios que lle-
vaba á Eoma, preguntaba 4 el Señor la causa <le la tardanza,
y que le respondía: que por estar algunas veces durmiendo el
Papa aguardada á que despertase.
Dice mas: que las cuentas que gozaban del privilegio de las
indulgencias plenarias y se llevaban á Eoma, eran las bendi-
tas los días de la ííatividad del Señor, fiestas de ííuestra Se-
ñora y de algunos santos del año; y que dichas cuentas tenían
el auxilio eficaz para la hora de la muerte. Y que le había re-
velado el Señor, que de unas cuentas benditas el día de San
Miguel del año de 680, que tenían el auxilio eficaz, para el
que muriese con una de ellas en la's manos, se guardasen dos,
ó tres de dichas cuentas en el Sagrario de San Marcelo, para
que en adelante se tocasen rosarios á ellas, y se llevasen á los
moribundos para que lograsen el auxilio eficaz. Que en se-
ñal de la promesa que el Señor le hizo de que sería cierto el
auxilio eficaz concedido á sus cuentas, levantó el Señor el
dedo en alto, diciendo: Yo te empeñé mi palabra. Se.
Añade mas fiadores á la autoridad de sus cuentas, en que
interesaba tanto su crédito y estimación con los crédulos y
piadosos sin discreción, diciendo, que le fué revelado, que el
que no estimase sus cuentas, se perderia como se perdió Judas, y
tendría la m,isma pena. Y que sus rosarios benditos eran como
la honda de David, que como aquella derribó con la piedra al
Jigante, con las cuentas de estos rosarios derriba ella á peca-
dores, y los convierte á penitencia. Y que las cuentas benditas
del Jueves Santo á los que estuvieren en gracia, les aprovechará,
como la Hostia consagrada, y á los que las recibieron en pecado
les liará el efecto que á Judas. Y que las benditas dia de San
Gerónimo, ])or tciier el auxilio eficaz para hacer acto de con-
trición en la hora de la muerte, á el que las tuviere, no le hará
falta la absolución; caso cpie no haya copia de confesores, y que
teniendo una de estas cuentas un hereje ó gentil, les concederá
Dios virtud de couvertirse.
Mayor absurdo, por lo menos mas indecente, es el que se si-
gue, y refiere para crédito ó descrédito de sus bendiciones. Que
TOM. \IL LlTEKATUEA — 40
—314—
viendo en una ocasión descalza á la Santísima Virgen, le dio
sus zapatos, y que se los puso la Virgen, y el Señor les conce-
dió las mismas gracias, que á sus rosarios. A la cual revela-
ción dieron sin duda crédito cuantos simplemente piadosos
recogían los zapatos, que se quitaba esta insigne embustera,
y los guardaban como un gran tesoro, que finalmente compe-
lidos del Edicto loromulgado contra estas alhajas benditas en
la estimación de los supersticiosos y malditas en la verdad y
aprecio de los cuerdos, ban manifestado y traido al Tribunal
multitud de zapatos, calzados y desechados de esta mala mu-
jer, que sin duda tomó esta traza, para calzarse de nuevo á
costa del que llevase el calzado viejo por bendito.
Aun pondera mas sus bendiciones y procura con.ellas ganar-
las para sien crédito é interés, porque dice: que como Dios es
infinito y sin fin, así no le tienen las gracias ó favores, que
tenian los rosarios benditos el dia de la Cruz. Y que nadie ba-
bia de saber las gracias secretas que tienen estas cuentas has-
ta el dia del juicio. Y que el Señor le reveló, que los que tu-
viesen las cuentas del auxilio eficaz hurtaron la bendición de
Jacob, y que serían benditos en vida y en nmerte, y el Demo-
nio nó tendria que ver con ellos; y el que muriese con ellas
tendría gran sosiego y paz, y moriría sin agonías.
Suponiendo virtud Divina en dichas cuentas y rosarios, no
solo para con los hombres, sino también para con Dios; pues
dice se le apareció el ISTiño Jesús y le mostró una llaga en una
de sus piernecitas, y que le dijo: Angela de Dios me has de cu-
rar con tma cuenta de Sííji Boque, y que en otra ocasión vio á
Cristo ISTuestro Señor derramando mucha sangre de su costa-
do, y que le dijo, le pusiese una cuenta para atajársela, y que
lo hizo así; y luego al punto se estancó la sangre. Y que tam-
bién curó á un ángel de una llaga que le mostró en una pierna.
Al revés se ha visto, y se vé en los bultos é imágenes de San
Roque, que un ángel le cura una llaga que tiene, ó muestra en
la pierna el Santo. Mas esta mujer dio en trabucar el mundo
y hacer de la tierra cielo, y del cielo tierra; fingiendo á los án-
geles llagados, y al mismo Jesucristo médico celestial necesi-
tado de curarse por ella.
Jactaba ser este singular favor de la bendición de cuentas ó
rosarios, para que mediante los muchos milagros que harían
se acreditasen,y confirmasen ser suyas las revelaciones que te-
nia sobre el Misterio de la Concepción. Siendo á la verdad to-
do lo dicho escandaloso y pernicioso, y que ducit Inviam latini,
en cuanto asegura la salvación con ía nota de singular favor,
pues con el seguro de esta promesa, se dejarían estar los pe-
cadores obstinados en sus culpas y vicios, sin confesarse en
toda la vida, prometiéndose con toda seguridad el auxilio efi-
—sis-
caz en la muerte; pues la jjalabra eficas suena absoluta aseve-
ración de la salutación, como se verifica de levantar Dios el
dedo en alto, y la promesa. Yo te empeño mi palahra.
Y para confirmar esta mujer su engaño, sucedió, que ha-
biendo muerto una á puñaladas, como otras i)ersonas repen-
tinamente y sin sacramento en esta ciudad, preguntada sobre
el estado de sus almas respondió; que se habia salvado, porque
hablan tenido una de sus cuentas del auxilio ó eficaz, y que
en una ocasión se estaba muriendo en cierta ciudad una mujer
en mal estado, sin quererse confesar, y fué llevada ésta rea de
orden de Dios, donde estaba la mujer, y que aplicándole sus
cuentas, so convirtió, confesó y salvó sin resistencia.
Y prosiguiendo con su engaño, decia, que llevaba al cielo
á bendecir cálices, y crisnejas, anillos, doblones, reales, cam-
panillas, asegurando estar todas estas cosas, como también
sortijas, benditas por el Señor, y así los dueños las han guar-
dado como reliquias muchos años hasta ahora que sentenciada
su causa, y sacada á Auto público, como embustera, y falsaria,
desengañados las han manifestado, y exhibido al Santo Tri-
bunal. También hacia agazajo, y regalo de algunas frutas á
los enfermos de su devoción que visitaba, y les aseguraba, ser
venidas del cielo, y benditas de la mano de ííuestro Señor.
A quien también atribula la bendición de espadas, y dagas
diciendo al volverlas á siis dueños; que las habia tenido en sus
manos el Padre Eterno, y entregándolas al Hijo; y de este pa-
sado al Espíritu Santo, y luego á la Madre de Dios, asegurando
después de tantas bendiciones, que aquellas espadas quedaban
con valor y filos penetrantes para defender la fé, y pelear por
la Purísima Concepción, pero no para ofender á nadie, ni aun
á los enemigos de la Fé, sino para meter paz, y rendir los áni-
mos, y que así lo queria, y era orden de Dios, y que se grabase
en ellas el nombre de María. Dijo al dueño de una de estas
espadas, que tenia las virtudes, y prerrogativas de las cuentas
benditas el dia de la Concepción. Que liberal era de lo ageno,
y tan precioso, como estas bendiciones, según las fingía, ó ven-
día, á algunas personas que le habían entregado sus espadas
para bendecirlas, al recebirlas la pedían, que ella se las ciñese,
y se las cenia diciendo: Yo no te la ciño, la Madre de Dios es quien
te la ciñe, y yo te la entrego en su nombre.
Quiso resellar este engaño, y dar á sus bendiciones una ca-
pa honorífica, con que pudiesen parecer, como divinas aun á
los ojos de la piedad mas escrupulosa. Decia pues para este
fin, que el Santo Tribunal de la Inquisición la habia llamado,
y preguntado sobre sus cuentas, y sus gracias, y prerrogativas:
y queriendo uno de los Señores Inquisidores examinarlos por
sí, y de la experiencia colejir su verdad, y virtud oculta, en-
—316—
cerró en una cajita con llave algunas de estas cuentas, púso-
las sobre el Altar, en que dijo Misa, y desí)ues de alzar hizo
abrir la cajita, y no se hallaron las cuentas, ceruose como an-
tes, y después de consumir, se volvió á abrir y se hallaron las
cuentas, que allí se habian depositado. No ])ud iera ser la dili-
gencia mas apretada, y aun segura: si todo lo dicho, y hecho
no fuera mentira, y supuesto por esta nuijer ]}nra crédito de
sus fabulosas bendiciones diciéndolo y esciibiéndolo así, «d!
perpetiimn reimemoHam. Pero con ningunos ]_)udo atestiguar
menos bien para acreditar sus engaños, que con los mismos
jueces que habia de examinarla y condenarla como á rea fin-
gente, tramoyista, y falsaria de lo divino y humano de que no
hacia diferencia.
IS'o contenta con esta prueba,que tan mal le ha salido, fitigió
otra haciendo testigo á otro Señor Inciuisidor de la eficacia, y
virtud de sus cuentas, con que no tenia Eé, porque fuera fal-
tar á ella quien mas la habia de deten der. Dice, pues, que este
señor se halló apretadísimo de un dolor de estomago, y de ca-
beza (cualquiera de los dos bastaba para ponerlo en el último
<X)nñicto) tal, que le obligó á pedir una cuenta de la Madre An-
gela. Trajerónsela, aplicóla á las partes doloridas, y que al
punto se quitó uno y otro dolor: y quedó mas acreditada la
virtud délas santísimas cuentas en opinión de los crédulos, ó
simples, que se lo oyeron. Mas este caso, como el referido
cuetan mal fingido entonces, como fácilmente averiguado, y
falsificado á su tiempo. Por que merecía esta embustera, que los
Señores Inquisidores le cargaran mas la mano sobre estas ben-
diciones, sino obraran con la benignidad que Dios practica con
los que cada día de palabra, y de obra le pierden el respeto.
Así le atribuía esta mujer los milagros, ó maravillas, que da-
ba á entender pasaban por sus manos, no siendo, ni milagros,
ni maravillas, sino acasos, ó contingencias, ó trampantojos
del padre de la mentira, que cooperaba con ella, aunque mas
lo halla negado. Tiene contra sí un caso en gran descrédito de
sus cuentas, y rosarios, que á la verdad califica mas el daño,
que el provecho que causaban.
Sucedió ijues, que estando cierta inujer casada disgustada
gravemente con su marido, solicitó dos rosarios de los bendi«
tos el día de San Joaquín, que decía la Beata tenían virtud
para la conformidad, y unión entre casados; y habiéndose pues-
to uno la mujer, y dado el otro á su marido, desde entonces cre-
ció de tal suerte el odio, y aborrecimiento entre los dos casa-
dos, que á la mujer le causó novedad, y atribuyendo este mal
efecto á las cuentas de los rosarios de la Beata, se quitó el
que traia, y con maña procuró quitar al marido el que habia
dado, y traia al cuello, poniéndole en su lugar otro con una
—317 -
medalla de nuestra Señora, con lo cual desde aquel día queda-
ron marido y mujer templados, y quietos en unión, y confor-
midad de voluntades, que prosi^^uió por virtud de los Kosarios
no benditos por la Beata, y santificados con la medalla de nues-
tra Señora, que es Madre del hermoso Amor, y Medianera para
toda buena paz, y concordia.
Otro caso tiene contra sí la supersticiosa ó fingida bendición
de las cuentas, y rosarios de la Beata, porque como la men-
tira es cosa de un pié, y no camina á derechas, aunque mas
corra, es fácil alcánzala, y al fin atrepellarla, y deshacerla con
sus mismas armas, dichos, y palabras. Y es el caso, que ha-
biendo corrido en esta ciudad el año de 1685, noticia de que
nuestra Armada, que se habia despachado contra los Piratas
introducidos en este mar del Sur, los habia apresado, y des-
truido, dijo la Beata, que el Demonio se le habia aparecido, y
reñidola, porque habia dado aquellas pelotas al general de
nuestra Armada. (Significó así las cuentas gordas, benditas
de Angela ) que mejor fuera las hubiese dado á los muchachos,
para que jugasen á las bolas, porque con ellas, y sus oraciones
hablan alcanzado los nuestros la victoria. Y tal victoria no al-
canzamos, escapándose el enemigo venturosamente de nues-
tros tiros, y alcance de las ISTaos. Sino que ella no esperó á que
llegase la noticia verdadera, y quiso ganar las albricias por la
victoria imaginada, como j3osible, para sus cuentas ó pelotas
disparadas al ayre.
Mayor disparate, aunque igual mentira, fué la que esparció
cuando llegó á esta ciudad la noticia infausta, cuanto horroro-
sa de la quema de nuestra Capitana con mas de 400 hombres
que tenia dentro, en el Puerto de Paita. Dijo, pues, que como
aquella gente, y buenos soldados hablan peleado con valor, y
fervor contra los enemigos de nuestra Santa Fé, en premio
permitió Dios, que muriesen abrasados y que así habia visto
la Capitana en el cielo. En esta invención se propasó á astró-
loga la Beata, pues colocó en el cielo, y esfera de los signos, ó
constelaciones de Estrellas otra Kao, como la de Argos, sin
mas mérito, ni congruencia, que la fingida victoria que supuso.
Y es cierto, que pudo fingir otro premio mas acomodado, y
apacible para los pobres soldados, que abrasarse allí tan lasti-
mosamente.
Tan vulgar, y repetido era el favor que decia esta mujer te-
ner del Señor para la bendición de las cuentas y rosarios, que
cuando á ella se le antojaba, sin mas motivo [aun habiéndo-
selo vedado quien con superior jurisdicción podia] tocaba á
recoger rosarios y cuentas para remitirlas al cielo, como ella
decia, publicando, que allá se ponían sobre una Ara consagra-
da, y asistiendo el Ángel de su guarda con una hacha encen-
—318—
dida, el Señor les echaba su bendición. Y si el rosario era de
Sacerdote lo ponia al cuello.
Añade, que otras veces el Espíritu Santo en forma de palo-
ma, se estaba sobre los rosarios, y llovia como luia lluvia muy
espesa que significaba las gracias que se les concedía, y que
otras veces se los ponia á la Virgen al cuello. Y al ruido que
se hacia en la ciudad con la bendición de los rosarios, dijo:
que había dicho el Seíáor: que por qué se admiraban? Si no
era mas haberse quedado en el Santísimo Sacramento? Y que
si su Prelado y su Padre espíritul le podían quitar que hiciese
lo que quisiese? Con esta ocasión, y ]3or este tiempo, cierta
persona de cariño y confidencia de esta beata, comunicando
con ella sobre dichas bendiciones de rosarios, y el alboroto que
ocasionaban la obligó á decir: Yo te lie de haUar la verdad, las
cuentas van al cielo, i)ero los rosarios nó. Las virtudes que llevan
es ir muclios menos, y muclios quebrados: la devoción de la gente
es la que las trae, y 'por no enviar los desconsolados, digo, que van
al cielo. Bien pudo y debió decir esta embustera lo mismo de
las cuentas, que de los rosarios, y que aquellas, como esos no
subían al cíelOj y dijera verdad, pues no habia mas razón para
los unos que para las otras. ¿Pero cuando supieron de conse-
cuencia en lo que afirman los mentirosos!
Y por concluir este capítulo de la soberbia y ambición de-
satinada de esta mujer, de ser teníday estimada por santa (co-
mo de muchos lo conseguía) presumiendo pegar su santidad
á todas sus alhajas, á cuantos de cerca y de lejos la tocaban,
las permitía, y repartía liberal á irnos y á otros, y mas á sus
aficionados, y mas á los que mas la daban y regalaban; y así
ha constado por lo que se ha recogido por fuerza riel Edicto, y
su descomunión haberse por tanto tiempo guardado como re-
liquias sus zapatos, sayas, jubones, mantos viejos de añascóte,
bancos de su aposento, sillas, taburetes y aun sillones en que
tal vez salía a muía al campo, convidada á alguna huerta ó
casa de recreo, donde sus aficionados la regalaban, como si,
admitieran por huésped á un Santo canonizado, y ella se por-
taba como tal; y así como superior á todos los presentes, en
tanto grado que sobre mesa pedia las tijeras para cortarse las
uñas, y las que despedía las guardaban en cajetillas de plata,
haciendo esta demostración de culto y veneración á sus ojos
y con su consentimiento; dejando asi en competencia la vana
superstición de sus creyentes con la vanísima ambición y
soberbia de la beata.
A esta clase se pueden reducir muchas proposiciones es-
candalosas esparcidas por sus escritos y cuadernos, las cuales
quitan ó minoran mucha parte del temor y horror con que la
Sagrada Escritura y Santos Padres i^onderan las penas del in-
—319—
fieruo; pues dice; que por haberla escogido Dios á ella para
que por sus escritos y revelaciones se definiese el Misterio de
la Concepciou, le habia hecho favor y dado licencia para que
entrase en salvo, y con sus poderes al infierno y en el pusiese
un coro, para que Lucifer y los demonios cantasen los Martes
y Sábados alabanzas á la Santísima Virgen y Señora Santa
Ana; y que con efecto lo consiguió, nombrando im demonio
por fiscal para que se ejecutase; y que muchas y repetidas ve-
ces fué al infierno los Martes y Sábados para ver si los demo-
nios cantaban, y refiere que los vio cantar, y que en muchas
ocasiones los vio cantar con juicio y con modestia; y que canta-
han 'con mejor canto, y algunos con hermosas caras: suponiendo
hablan de alabar á Dios los demonios y á la Santísima Virgen
después del dia del Juicio por toda la eternidad, con total ex-
clusión de las blasfemias, con que actualmente se enfurecen
contra el mismo Dios. Y que entrando una vez á ver el coro
de los demonios; vio que estaban cantando y llegando á ha-
blar á Lucifer, le respondió, que no podia hablarla ni interrum-
I)ir su canto, porque no era como los frailes que se salían del
coro y se ponían á parlar faltando á su obligación, y que ha-
biendo estado con el Señor le aprobó esta respuesta de Luci-
fer, y lo cierto es, que ni Dios ni Lucifer le dijeron esta falta
del coro de los religiosos, sino que ella asi los apoda, baldona
y vitupera en sus escritos mas desvergonzada, insolente y
mordaz que Lucifer.
También desarma al infierno de su mayor horror y rigor en
su clausura ó encierro indispensable sin qué se haya visto has-
ta hoy, que ninguno entre allá condenado por sentencia difi-
nitiva del Supremo Juez, que salga absuelto y libre de aque-
lla cárcel y pena eterna. Contra verdad tan asentada afirma
esta mujer que han salido y salen no pocas almas del infierno
dando por razón haberse depositado solamente en él. Y que á
estas no les aprovechan misas y sufragios, sino la intersecion
de algunas siervas de Dios, á quienes hace este favor, y que
por habérsele concedido á ella, habia sacado muchas al-
mas del infierno, cuyos nombres expresa eu varios lugares de
sus cuadernos; y entre ellas muchas de personas de autoridad,
y puestos en esta ciudad, diciendo los graves delitos que co-
metieron porque se les aplicase semejante pena de un infier-
no temporal. Asi hacia chanza, juego y fábula del infierno y
sus penas, esta mala hembra que por ella parece, que escribió
un ingenioso jesuíta amenazándola con la misma pena de que
hace burla. Multi de inferno, stigiaque ])alu de locanitur; sed-
vereor fiat, ne iocusiste fociis.
iío sobresale menos la malicia de esta rea, cuando en repe-
tidas partes de sus escritos vende por revelaciones muchas
—320—
proposiciones injuriosas y denigrativas de los prójimos y refi-
riendo qne Dios le revelaba las muclias almas que se han con-
denado de todos estados, asi de esta ciudad como de otras
partes del mundo, expresando sus nombres y gravísimos deli-
tos que cometieron, infamándolos no una sino muchas veces.
Imputando falsamente defectos gravísimos á diferentes perso-
nas de autoridad y de todos estados, sin exceptuar Pontífices,
Rej^es, Yireyes, Tribunal del Santo Oficio, Reales Audiencias,
Arzobispos, Obispos, Cabildos, Eclesiásticos, Sagradas Religio-
nes, Monasterios de Monjas, como también de otras personas
particulares de esta ciudad, tratándolas de simoniacas; des-
honestas soberbia, vengativas, emvidiosas, codiciosas, con
otros oprobios muy injuriosos; todo soñado, supuesto y fingi-
do por ella, como de lo mismo, que dice ó escribe consta con
evidencia, y siendo así, hace á Dios Autor y promotor de es-
tas injurias, oprobios y detracciones gravísimas, diciendo que
se las revelaba Su Magestad, y mandaba que las escribiese y
I)ropasase: estilo tan ageno de la bondad infinita de Dios, co-
mo tan contrario á la caridad, que nos manda tener con nues-
tros prójimos, y á las cauciones con que nos previene Cristo en
sus Evangelios para no sacar en público los defectos ó culpas
graves que cometen los hombres aun contra su respeto y auto-
ridad divina. JSTo se refieren casos singulares, que expresa en
sus escritos la beata por el escándalo y ofensión grave que de
ellos podia resultar.
Pasó de materia tan grave, ardua y escabrosa á otras por el
contrario en sí bajas, ridiculas, disparatadas; y sobre todo in-
creíbles, que también vende, y escribe como revelaciones di-
vinas, las cuales califican bastantemente su ilusión ó deslum-
bramiento y aun su mucha malicia y maldad, pues no pudo
dejar de tener en ellas gran parte el Demonio, pues tan fami-
liar y continuo le era, aunque ella diga que no era amistad ni
pacto que hubiese entre los dos, sino de su parte imperio y
potestad que le daba Dios para sugetarlo, mandarlo y casti-
garlo á él y á todo el infierno.
Descendamos en particular á este género de revelaciones
contenidas en sus escritos y constará de ellos contra ella la
monstruosidad de sus invenciones mentirosas. Dice pues, que
habiendo por mandado de Dios bajado á los infiernos á apri-
sionar á Lucifer, en el camino encontró un demonio en forma
de india vieja, que la dijo; A que vienes j)uta, á atormentamos!
[Parece, que este la habia conocido en Tucuman, cuando mo-
za] Y prosiguiendo hasta llegar á ver á Lucifer, le intimó el
orden que llevaba de Dios y le echó unos grillos, y le puso por
maza un demonio gordo; y Lucifer la dijo muchos oprobios:
cómo una mujercilla como tú, simple é ignorante, se atreve á
—321—
aprehenderme? Si fuera un Ministro de Justicia^ como Juan
Pascual ú otro grave y autorizado, vaya. Y con efecto lo dejó
preso. Ha quedíido la curiosidad del vul^o con deseo de sa-
ber, que pecado especial hizo este pobre demonio, porque An-
gela llevase de Dios comisión para aprehenderlo, y en el in-
fierno, que es la cárcel mas cerrada que hay en el mundo. Mas
ella sabní cual fuese para esa prisión la causa ó pecado de Lu-
cifer, que tanto se le entendía de diablos, que acá poco nos
importa saberlo.
Oomo otro chiste ridiculísimo, que dice le pasó en visión,
de nn piojo que le cogió al Señor, y luego lo metió en un co-
frecito y cerrado lo entregó á los diablos, para que lo lleva-
sen al infierno, y bajando á él ya descubierta, se le llegó un
demonio, y la dijo muchos oprobios contra su confesor, y le
dio tres puñados de piojos para uno de ellos que expresó, di-
ciéndola: dile á fulano, que me cure esta llaga, y le mostró una
horrorosa y lasciva; y ella y los ángeles que la asistían par-
tieron á correr. Indignísima visión ó revelación para ponerse
en cuadernos y escritos, que como ella dijo, excedían por su
claridad y llaneza á los de la Monja de Agreda, que eran os-
curos y teológicos. Y á un creyente suyo se atrevió á decir,
que competían con los de la Santa Madre Teresa de Jesús.
Mas dice, que estando en oración, vio en la Plaza de Lima
\\n chiste dilatado, que pudiera escusar de escribirlo entre sus
revelaciones, por ser toda su oración sueño profundo. Dice,
pues, que vio en la Plaza de Lima una rueda de demonios en
figura y con rostros de ciertos religiosos graves, y doctos de
esta ciudad (cuyos nombres expresa) en trage de mulatas fru-
teras; que remedaban ademanes, y defectos de dichos religio-
sos, representando chistes ridículos é infamatorios. Asi va con-
trapunteando y explicando lo oscuro y teológico de los escri-
tos de la Monja de Agreda.
Eeflere otro chiste gracioso á su entender, que le hicieron
los diablos contra las beatas; y que á ella la dijeron: que por
jmerca no le decian los hombres chufletas. Y que en otra ocasión
mandó á un demonio hiciese cierta diligencia, y que se lo
mandó en nombre del Muy E. P. M. Fray Fulano de tal (que
nombra) á que replicó el demonio, que por donde tenia aquel
sujeto tantos nombres de M. E. &c., si no habia sido Provin-
cial? A que ella le respondió, que por persona de autoridad y
Maestro antiguo de su religión. Y que entonces la dijo el de-
monio: no fuerais vos heata, y no subierais todo eso; que una
heata brincará y trepará por una pared derecha.
íío cesan las apariciones ó revelaciones de demonios, y lue-
go dice, que no tuvo amistad ui conversación con ellos. Dice,
ToM. VII ' Literatura — 41.
-^322—
que en otra ocasión viéndose en un campo, halló á unos de-
monios y le parecieron negros simarrones, los cuales le presen-
taron un Memorial, tratándola de Señorita, y pidiéndola los
llevase al infierno y apadrinase con Lucifer, porque estaba dis-
gustado con ellos, y con efecto los llevó al infierno y llegando
á la puerta de él, salió un demonio, que hacia oficio de porte-
ro y la trató con mucha cortesía, diciéndola, que, ¿qué manda-
ba su reverencia? Y respondióle, que le llamase á Lucifer. Di-
jo el demonio portero, que estaba su jyríncipe con una pierna
quebrada, como tamMen impedido por la masa, que ella le liaMa
puesto. Y así entró en el infierno {como en su casa) y entregó
los demonios huidos á Lucifer, que los admitió por la interce-
sión de ella, aunque de mala gana.
Pagoselo la beata á Lucifer con un obsequio ó convenien-
cia grande que la hizo, y es: que (refiere ella misma) habién-
dole levantado los demonios la obediencia por mentiroso [co-
mo sino lo hubiera sido siempre, y padre de la mentira, como
todos ellos] la envió Dios en compañía de San Miguel á que
apaciguase el infierno; y habiendo entrado en él, lo halló re-
velado con grande alboroto y contusión, y que Jos demonios
arañaban á Lucifer, el cual no se podia defender por hallarse
preso con la maza que la beata le habia puesto, y asi daba
gritos, diciendo con repetidas voces: Angela de Dios, defiénde-
me; y que quitándole á San Miguel la espada, envistió á esto-
cadas con los demonios, hasta que se rindieron y se sosegó la
rebelión.
En la ocasión que esta mujer dice, y ya referimos, que bajó
al infierno á poner unos grillos á Lucifer, y que resistiéndose,
peleó con él hasta que se los puso y le quebró una pierna.
Añade, que trabando conversación con otro demonio sobre el
misterio de la Concepción, se llegó á oirlos un demonio calvo,
y ella enojada á palos lo ahuyentó de allí.
Mas es, como mas increíble, que una mujer que no tenia
oración, ni en los templos ni en su casa, bajase á tenerla al
infierno. Dice pues, que una vez bajó allá, y se la puso á te-
ner muy fervorosa; dándose de bofetadas y golpes en los pe-
chos junto el calabozo de Lucifer, el cual oyendo el ruido, di-
jo: Quién está allif es algún puerco, ó alguna beata? ó Angela de
Dios? Y que habiéndola conocido, exclamó Lucifer diciendo:
que lo que ningún Santo ha hecho haga esta mujer de tener
oración en el infierno; y irritado la dijo muchos oprobios.
Mas pudo admirarse y asombrarse Lucifer, como todo el
infierno del caso siguiente, que ella cuenta le pasó acá en el
mundo, y sus efectos resultaron allá como ecos en aquellas
infernales cavernas. Escribe pues, que poniéndose una vez á
orinar en tierra^ y sería en público, como ella solía, faltando
—323—
á la modestia de mujer blanca y beata, hicieron sus aguas un
taladro en la tierra y que la penetró toda hasta el centro del
infierno, á que cayeron esparcidas como lluvia, que rociando á
los diablos, se alborotaron de suerte, que no cabian en el in-
fierno, dando saltos y brincos de unas partes á otras como que
aquel aguacero los abrasase mas ó sintiesen ser algún asper-
ges de agua bendita, que por tal dice la beata se estimaban
sus orines en el infierno.
Hasta aquí de estas revelaciones, aunque diabólicas, ridicu-
las, como mentirosas, demos vista á otras de las tejas arriba,
que tienen lo que basta de falsas é irrisorias de cosas y perso-
nas santas y divinas, que después volveremos á nuevas par-
las, locuciones, consultas y pláticas que tuvo con los demo-
nios.
Habiéndola examinado dos religiosos graves y doctos so-
bre su espíritu, pasados algunos dias (dice esta rea en sus cua-
dernos) se le apareció Nuestro Señor y la dijo: Quién le ha me-
tido d fulano y á sutano (expresando los nombres) teologillos de
hurla á irse á examinarf quieren ellos comprender mis secretosf
No me espanto de tí, que eres una simple, sino de esos religiosos^
que te examinaron, que como en las universidades hay grados de
Doctores, Licenciados y Bachilleres, ellos lo han sido en esta oca-
sión.
También dice: que muchas y repetidas veces jugaba á las
bolas con el Mño Jesús, y que en acabando de comulgar solía
ver á la Santísima Virgen en una sala muy aderezada acom-
pañada de Angeles, que bailaban y la sacaban á ella á bailar;
y la hacían burla; y ella corrida se iba, y se echaba en las fal-
das de la Madre de Dios, y que solía decir: estoy muy enojada.
Y que los Angeles la respondían: ¿Hasta cuando hobaf Y que
le decía ella al Señor: Todos me llaman tonta, hazme discreta.
Que en otra ocasión se le apareció el Kiño Jesús y la Vir-
gen Santísima como durmiendo, y que el niño ponía el dedo
en la boca, diciéndola: que no hiciese ruido porque estaba dur-
miendo su Madre, y entraban y sacaban pan y miel, y se po-
nían á comer juntos el Mño Jesús y ella. Ya se vé cuan inde-
centes, ridiculas é irrisorias de lo divino, y superior son estas
visiones y revelaciones escritas de ella, no como boba que ella
se llama, sino como grandísima bellaca, que las fingía para en-
gañar á simples, acreditándose de Santa extravagante.
De esta laya son las que se siguen: Que se vio en una sala
donde estaba el Señor sentado en una silla, y una mesa delante
acompañado de los Apostoles,y que el Señor estaba como que
quería escribir, y decía: cómo le diréf Esposa? Mas no. Hija es
mas amoroso. Y que llegándose ella al Señor le dio un pellis-
quito. Y que dijo el Señor: Jesús! Y dándole otro pellisquito»
—324—
volvió el Señor á decir: Jesús quién es? Y volviendo el rostro
el Señor la dijo: Tú eres? aqui estciba imra escribirte.
Que estando enfermo de peligro cierto Eeligioso grave de
su afecto, dice liabia pedido á JSTuestro Señor por su vida, y
que no respondiéndole su Divina Magostad, á las instancias;
que ella le hacia, dijo á el Señor. A fé Señor, que cuando Lope
quiere, hace versos. A que dice, le respondió el Señor,sonriendo-
se. Angela muy letrada vienes; quién te lia enseñado? Y que ella
respondió: el Espíritu Santo me ha inspirado.
Y entrando tarde en una Iglesia, dijo á cierta persona la
liabian detenido San Augustin, San Pedro ííolasco, y otros
Santos, y que loshabia dejado, diciéndoles: No me vengan aqui
á enfadar , vayanse con Dios; y yo me voy en husca de él, que mas
me importa oir Misa, y comulgar, que su vista. Y replicándola
dicha cierta persona,como hablaba asi con los Santos? Eespou-
dió. No digo Menf Ellos no me han de canonizar, sino mis obras!
Y refiriendo este caso, y dichos la tal persona á uno de sus Pa-
dres espirituales, á quien tenia engañado con sus mentiras, y
devaneos, dijo: Ahí veras como habla con los Santos, y quieren
otros, que les hable muy cortés, y se quejan de que les dice patocha-
das. Sábete, que cuando Angela entra en la corte del cielo, todos
se rien, porque las mismas patochadas dice á los Santos, que dice
por acá; y Dios quiere hacerla Santa, como pudiera hacer á un
zapallo.
Que una noche de Navidad s& vio en el Portal de Belén, y
bailó con los pastores, y que fué tanta la risa, que tenia el Se-
ñor de verla haWskV, que perecía de risa. Y en otra ocasión se
le apareció la Virgen Santísima con el Niño Jesús, y San Juan
Bautista, y que la Virgen le dio una escudilla de leche migada,
diciéndole: come con Manuelito de Jesús, y se pusieron á comer
los tres. Que le dijo Cristo Nuestro Señor. No quiero que seas
Monja ni Beata en coniiinidad, porque en comunidad hay cliismes.
Este es un agravio, é impostura muy grave á tantas Santas
Eeligiosas, y comunidades ya de Monjas, ya de Beatas de es-
ta ciudad, que viven como unos Angeles, y en hermandad, y
caridad mas perfecta, que los que en el siglo viven libremente,
y de por sí, hablando en común. En que se reconoce ser seme-
jantes revelaciones partos de un celebro mordaz, presuntuoso,
arrojado; principalmente, no siendo estos dichos proferidos á
caso, y de paso, sino dictados, y escritos de pensado, como
doctrinas,que la daba Dios (como ella dice) para publicarlas al
mundo.
Prosigue las revelaciones tan ridiculas como indignas déla
Magestad de Dios, á quien incluye en ellas, como pudiera á cual-
quier criatura vil. Dice pues, que en una ocasión jugó carnes-
tolendas el Señor con ella, y que mojándola corrió á grandes
—325—
risadas á el cielo, y que los Angeles ayudaban á hacerle burla
con cintas, y pañuelos.
Que en otra ocasión fué al cielo deude vio, y oyó mucha
música, y fiesta de Angeles, y Santos, y que ella salió á bailar
y luego el Señor en forma de Niño Jesús con túnica raoraíhi
con el mundo en la mano la acompañó en el baile, y ([ue le
dijo: Quién si no es Jesucristo se hahia de sacar d estefestejof
ítem refiere, que estando en una ocasión con Dios, y dicho
le su Divina Magestad, que se le hubiera retirado, y vuelto
las espaldas, si hubiera hecho cierta cosa, que expresa, le res-
pondió ella: por Dios Sefior, que mas, que os liuMerais retirado.
Ponderando ella misma su candides, dice que el Señor gus-
taba tanto de sus candideces, que por esto mostraba algunos
descuidos por oiría. Que vio en una ocasión á el Señor, y á, la
Virgen, y á muchos Santos sentados en sillas, y que ella se
sentó en una, que estaba vacia, y que el Señor la estuvo ha-
blando, y que ella le dijo: Señor hasta ya de hahlar, yo quisiera
danzar, pero reparo que es Quaresma. Y que la respondió el Se-
ñor; parecememuy Men, danza. Y que los Angeles la vistieron
con un vestido de la Virgen de color aceituna bordado, y se
puso á bailar con los Angeles, y se volvió á sentar, y mientras
templaban los instrumentos, se quedó arrobada.
Así mezclaba la Beata sus arrobos, y éxtasis con danzas, y
bailes, haciendo llevadera la santidad con estos saynetes. Oh!
hiprócrita Insolente, y atrevida sobre cuantas se leen en las
historias.
También dice, que padeciendo unas tribulaciones, que le
causaron su Madre, y hermana, la respondió el Señor: Que estu-
viese en las tribulaciones como un Bernardo, y con un Rey Dias
refiere haber lieclio el Señor una larga plática, y que le dijo ella:
Señor tantas cosas me decis, que no las entiendo, con que no las
acerta/ré á decir á el qae me escribe, y entonces me obligareis á
darme alguna calabazada. A que dice le respondió el Señor:
esto es de tantos que por dar d otro se descalabran así mismo. Y
que lo mismo le sucedia á cierto religioso, que gobernaba á
una hija espiritual suya, mandándole cosas impertinentes, mos-
trándose dirigido por acreditarle de muy espiritual: y añade,
la dijo el Señor: lo que deben hacer todos, y té también Angela,
es dar la calabazada en la cabeza de Jesucristo, para que les
alumbre lo que deben liacer con las almas qne gobiernan.
Dice que en una ocasión fue arrebatada al cielo, y en el ca-
mino se encontró con San Pedro, quien le dio á leer un papel
y que le respondió: Santo mió, no estoy 2>cira esto, que busco al
Señor y d quien le daré el billete, para que lo lea, y que San Pedro
le dijo: Sea en hora buena; y que entrando en el cielo entregó
el papel á el Señor, y leido era sobre un ruego, que San Pedro
—326—
le hacia para que la Beata bendijese rosarios para niños. Co-
mo á niños engañaba esta mujer á muchos hombres con sus
cuentas, ó rosarios, que tan caras les han costado, pues los han
perdido, por la superstición de sus bendiciones.
Un dia de San Juan (dice) salieron los Angeles á danzar
con ella, y que danzó con tanta destreza, que en cada golpe,
quedaba con los pies retumbaba un gran trueno en el infierno.
En otra ocasión se le apareció el Señor, y la dijo muchos amo-
res, y que para él era la mas discreta de las mujeres, y ella le-
respondió; mirad Señor, que soy muy necia, y nada discreta, y
que instó el Señor, y la dijo: apostemos, que eres discreta, y apos-
taron, y en fin ganó el Señor. Claro está que habia de ganar,
siendo en su favor el título de discreta, que interesaba; sino
fuera el cuento, como la apuesta mentira, y testimonio enor-
me, que levantaba á Dios, que sobre saber, que no era distreta,
la habia i^ermitido loca, y desbaratada en cuanto dijo, escri-
bió y obró.
Consultó una vez al Señor, si los divorciados estaban en
buena conciencia? Y le respondió que ni ellos, ni los testigos,
que juraban lo estaban; porque de ordinario se desabrían las
mujeres con sus maridos, por no darles galas, que era el dulce
de los matrimonios, y así cuando se las daban no se divorcia-
ban; pero si, en negándoselas, como en las ensaladas en qui-
tándoles el dulce sobresale el vinagre.
Pidiéndole al Señor, por la salud de uno de sus confesores,
que estaba enfermo, dice la respondió el Señor, que no liábia
de sanar: y que se conformase con su voluntad, porque lo demás
era enriquecer hoticarios. Dice mas, vio al Señor asistido de la
Virgen, Angeles, y muchas mujeres, que le pedian mercedes,
y favores por intercesión de Angela, y que el Señor respondía:
mucho la quiero, es inclinaüion: y entonces, dice, se llegó ella
por un lado, haciendo señal á los circunstantes, no avisasen al
Señor: y por detras le puso una Corona, y dijo el Señor: Quién
esf Y cuando la vio se sonrió, y que ella se le llegó al oído á
pedirle mercedes jjara sus próximos, y que le tapaba el un oído
al Señor, porque no se le fuese por el otro oido. Bien se advir-
tió, que esta mujer trataba á Dios; como pudiera á la criatura
mas vil: mas lo cierto es que no le trataba, ni lo veia, ni conocía
como debiera la grandeza de su Magostad.
Otra vez dice que se le apareció el Señor con instrumentos
de carpintero, y la dijo, quería hacer una casa para librarla del
dUnvio; y que añ-dáió: advierte que te Jmscan los Angeles para
preguntarte por mí. Si lo lucieren, no les digas donde estoy, sino
riéte á las preguntas; y que asi lo hizo; y que entonces los An-
geles dijeron: aprisionemos á esta mujer hasta que nos diga,
donde está el Señor; j que la echaron unos grillos y dieron
—327—
con ella en el castillo de Eraaiis. Asi habia de haber sido en la
verdad, y se hubiera visto Lima muchos años á libr de este
monstruo entre las mujeres; afrenta del exso mas piadoso ó
inclinado naturalmente á la devoción y respeto á Dios y á sus
Santos.
Vuélvese contra ellas esta mala mujer, á quienes con des-
den y enfado solía oír y hablar, sino es que fuesen nobles y
ricas de quienes so prometía dádivas y regalos. Dice pues, que
tuvo una revelación contra las viejas que se casan, y que Te
dijo el Señor; qite erraban si se cásala/)!, y no eran verdaderos
sus matrimonios. Pero viucho mas errahan los confesores, que
trataban semejantes casamientos, porque si á las viejas no les vie-
ne el mes, y no imeden parir, para qué se casan?
Discurre después muy largo sobre haberle revelado el Se-
ñor, que cuando estuvo en el mundo no tuvo superfluidades,
y lo que sobre esto la preguntaron sus confesores y padres es-
pirituales; á que ella repreguntó al Señor: Señor, si no tuvis-
teis superfluidades, como dicen, que la Virgen labaJya vuestros pa-
ñales en la fuente de Belén cuando nacisteis? Y que la respon-
dió el Señor: eso pregúntaselo á mi Madre, que yo era entonces
niño.
Hacíase ella niña también, y asi cuenta, que entrando un
dia en la Iglesia del Monasterio de la Encarnación, se le apa-
reció la Virgen y le ofreció sus pechos, y que habiendo mama-
do, reparó que la leche estaba salada, y siu sabor, y que reco-
nociéndolo la Virgen, la dijo: 9omo lia estado esta leche rebalsa-
da esperándote, por eso sale salada. Que niñerías tan irreveren-
tes, tan indecentes, y aun blasfemas, como indignas de Cristo
Señor Nuestro y de la Santísima Virgen, á quienes en dichos
y hechos las atribuye.
Quiere acreditarse mas de Santa y santísima, y dice: que se
vio en una ocasión en la gloria, gozando varios y singulares
favores, y que dijo al Señor, que se los hacia: ó Señor, si los
que me asisten escribir vieran esto, qué dijeran? Y que un Án-
gel respondió: si fueran de la ciudad de Sonsonate tus asisten-
tes, lo vieran también.
Entró el Señor en su aposento (dice ella) acompañado de la
Virgen, Angeles y Santos y dijo el Señor: Por qué no me po-
néis silla? Én el banco donde todos se sientan, nos hemos de sen-
tar nosotros? No habéis de tener respeto? No obstante dispensare-
mos. Y el Señor y la Virgen se sentaron en el banco. De aquí
los crédulos apetecieron y guardaron este banco como reli-
quia.
Preguntó una vez la beata al Señor, (que era muy curiosa
de saber lo que la importaba menos ó nada) que sobre nom-
bre tenia en el mundo la Virgen, y si se llamaba Da. María?
—328—
Porque pensaba se llamaba Da. María de Abralian. Y que el
Señor se sonrió, y le dijo: se llamaba Señora María Yirgein, y
que el Señor se llamaba Manuel de Jesús. Y ni uno ni otro fué
así: porque la Virgen Santísima siendo casada con el glorioso
San José y Madre de Jesucristo, y la estimación común como
todas; no habia de apellidarse Virgen, aunque lo era, ni Cris-
to anteponer el nombre de Manuel al de Jesús, que fué su
uonibre propio y principal: vocaMs nomen eius Jesum.
Escribe, que estando en una ocasión con el Señor, signifi-
cándole el mucho amor, que le tenia le dijo: SeTior tanto os
quiero, como Fulano quiere á su plata, nombrando la persona.
Y que preguntándole al Señor, si en esta comparación habia
cometido imperfección? dice le respsndió, que nó, que la tal
persona quería mas á su plata que á sus hijos.
Estando otra vez con el Señor la dijo: que los hombres eran
como árboles y las raices los cabellos: y que ella le replicó,
que si los cabellos eran raices, como estaba hacia arriba en la
cabeza, y que entonces la riñó el Señor, poniéndole el dedo
en la boca, diciéndola: calla filósofa. Como fingió el caso pudo
fingir la respuesta del Señor á su réplica; y decir, que le ha-
bía dicho, que las raices del hombre como árbol eran los ca-
bellos de la cabeza, porque mirasen al cielo donde debemos
arraigar, y no en la tierra, en que vivimos de prestado; y si
j)or las raices seles comunica á los árboles todo el huinor, vi-
gor y vida que gozan; del cielo le ha de venir al hombre la
mejor vida, el jugo y vigor de las virtudes, que son el fruto
que lo enriquece y hermosea delante de Dios.
ítem dice, que se le apareció la Santa Eosa y le trajo mu-
chas guayabas (fruta es criolla y de las Indias) y que vinién-
dola á visitar el Señor, y viendo las guayabas, se enojó con la
Santa Eosa, diciendo enojado: de donde viene esto? Sin duda
fingió esta tramoya ó guayaba, que asi apoda el vulgo las
mentiras, porque los que entrando á su cuarto encontrasen con
alguna fruta ó regalo de comer, entendiesen, que se lo traían
del Paraíso los Angeles ó santos sus devotos.
Vióse en una ocasión al espejo (que no debiera á título de
Santa, pues en el de la muerte en alguna calavera solo se de-
biera mirar y contemplar) y reconoció tener algunas canas en
el pelo de la cabeza, y habiendo entendido que le salían por
que Dios la habia constituido Madre de Sacerdotes, se afligió
mucho, y dijo: quién me lia metido ámí á ser Madre de Sacerdo-
tes, que me veo con canas y vieja? Y no era niña para que se es-
pantase de tener canas, ni menos debía sentir tenerlas, cuando
no trataba de casarse, sino como ella afectaba servir á Dios
en traje de beata.
iRídículo é indícente es el caso que se sigue, aunque no se
—329—
extrañara, cuando tiene tantos semejantes, y es que dice se le
apareció el Señor acompañado de los Apóstoles, y le labó los
pies y que por tenerlos puercos, salia el agua muy sucia, 3»^
que el Señor la derramaba de suerte, que los Apostóles no lo
echasen de ver.
No pudo llegará mas el atrevimiento y desacato de esta
mujer á Dios y á sus Santos. Y asi j)uedo decirle atónito co-
mo airado lo que un escritor grave á un desvergonzado here-
je: Andes hec nomina inumro giitturef aiulesillo rinocerotis nasof
audes impudeiiti cálamo. Mas asi la esperó, disimuló y sufrió
Dios tanto tiempo.
Aun restan otras visiones, ó revelaciones, que aunque no se
dicen todas las que ella escribe, estas se entresacan de ellas
por mas irrisorias, é injuriosas á la Magestad Divina. Dice
pues que se vio en un campo lleno de pajonales, en que vio á
el Señor mano á mano con una niña en traje de Beata de San
Agustín, de que tuvo celos, y encendida en ellos, pegó fuego
á el pajonal, dejando á el Señor ardiendo en llamas; y admi-
rados los Angeles dijeron: Qué mujer es esta, que hasta á el mis-
mo Dios le 'pega fuego? Al cual volviéndose le dijo vengativa,
como celosa: Mieno venís Señor empleado en otra esposa querida^
quedaos con ella ardiendo, y abrazado; que yo me voi al purgato-
rio d sacar almas, y desquitarme asi de los celos que me dais, y he
de sacar cuantas pudiere y pasar al infierno asacar de allí las que
están depositadas. Y que con efecto bajó al purgatorio, y sacó
muchísimas almas, y que otras no quisieion salir, y una de
ellas fué la de su Padre, aquien le dijo: salga Padre del purga-
torio, y vayase á la gloria, y dice que la respondió, no es tiem-
po hasta que tu mueras, y que ella le replicó, pues esto va despa-
cio, por que soy moza.
Atrevimienío fué, y falta grave de respeto á el Niño Dios y
á la Santísima Virgen decir, ó ñngir, que es lo mismo en ella,
que la dijo la Señora, estando el Niño Jesús mamando de sus
pechos, llégate Angela, y quítale á mi Hijo el pecho por fuerza
y gústale; y que asi lo hizo, apartando la boquita del Niño, y
poniéndose ella á mamar. Y que en otra ocasión besó á la San-
tísima Virgen en un carrillo, y que el Señor la. besó á ella en
otro.
También fué falta de respeto al Señor, á quien los Angeles
reverentes adoran, y las columnas del cielo tiemblan de temor
en su presencia; decir y escribir, que oyendo una vez misa en
la igisia de San Aguscin, la hMl)ló el Señor, y que ella le dijo,
como que se lo advertía: mirad. Señor, que estoy oyendo misa, no
halléis, á que dice, le respondió el Señor: todavía está el Sacer-
dote enla Epístola, y que llegando al Evangelio se puso el Se-
TOM. YU. LlTEKATUBA— 42
—330—
ñor con atención á oirlo. Quiso con esta ficción acreditarse de
gran moralista la beata, llevando por opinión que desde el
Evangelio comienza á obligar la misa, cuando es de precepto
oiría.
Desproporcionado es el favor que finje baber recibido de la
Santísima Virgen á quien tantas veces en sus visiones ó pro-
posiciones ha perdido el respeto. Dice pues, que en una oca-
sión vio que unos Angeles defendian á unos corderos de los
demonios con hondazos; y que la Saní:Ii-.iínaVírgen le dio una
honda tejida de sus cabellos que eran rubios,con que les tiraba
á los demonios unas piedreci tas muy labraditas, que eran las
buenas obras. Guijarros fuera mejor, 'que les tirase é hicie-
ran mas obra en tan mala canalla.
Volvamos al trato y familiaridad que tuvo con el demonio
la beata en repetidas ocasiones, consultas y pláticas que tu-
vo con él acerca de Misterios de nuestra Santa Fó, que pudie-
ra y deberla excusar y huir para no hacerse vehemente sospe-
chosa contra ella, como por estos y otros casos que se omiten
por la prolijidad, lo fué.
En una ocasión la dijo el Demonio sácame un pique y te de-
clararé misterios ocultos de Señora Santa Ana y de la Virgen, y
que se lo prometió, sacándole con efecto el pique de que salle-
ron culebras y ponzoñas, y el Demonio le declaró los misterios
que le habia prometido. JSTo puede ser cosa mas absurda ni
mas diabólica.
En otra ocasión preguntó á los demonios que le dijesen, co-
mo se transformaban en Angeles de luz, y que les instó á que
se lo dijesen y explicasen con razones y algunos similis.
Viéndose en el infierno con una ro&a en la mano le exj)licó
el Demonio sin preguntárselo con el sipiil de la rosa el Miste-
rio de la Concepción de María Santísima con la misma puri-
dad y términos que el Señor se lo habia explicado otras veces.
Mucho favor íué este, que hizo al Demonio indignísimo de él,
y luego negaba tuviese con él alguna amistad.
Bajó una vez al infierno, y habló con Judas, que aunque no
fué demonio, se lo llamó Jesucristo, y lo merecía por sus obras
díjole pues, que la enviaba el Señor á que le explicase el Mis-
terio de la Concepción, y que suspendiéndose sus penas se lo
explicó muy bien. Con tal maestro, qué cosa buena i)udo de-
cir ni discurrir á cerca de este Misterio la beata!
Estando otra vez en el infierno preguntó al Demonio dos
preguntas acerca de Señora Santa Ana, y dice: que la satisfi-
zo; y otra vez le dijo al Demonio: disputemos el Misterio de la
Trinidad, y que disputó con él. Y platicando con Lucifer le
preguntó dos cosas, la una (Qpue oomo se habia entrado en el
cuerpo de una mulata? A que respondió, que nó, que algún
— 331r-
demonio de poco iraportancta lo haría. La otra pregunta fué,
como había levantado teslimóiiio á Señora Santa Ana, dicien-
do, que había sido casada otra vez y que había tenido mas hi-
jas? A que le respondió el Demonio, que él no había levanta-
do tal, que los autores de acá hal)ian fínjído estos disparates.
Dice que fue al infierno y vio en él á todos los demonios
vestidos de donados de Santo Domingo, que estaban alaban-
do á la Virgen Santísima, que la dijo el Señor, qu.e escribiese,
que los demonios se habían vestido de dominicos, porque es-
tos fueron los que macularon á la Santísima Virgen con la
culpa original
Prosigue sus pláticas diabólicas tan frecrientesy asentadas,
como si el Demonio le fuera maestro y ella su díscípula, dice
pues, que habiéndole explicado el Demonio algunos Misterios
la dijo; que de la raíz de el árbol que fué San Joaquín, salió la
vara, y que la primera se dio al Padre Eterno, y fué el primer
Alcalde, y que la segunda vara se dio al Espíritu Santo, que
fué el segundo Alcalde, y-que luego se desapareció el Demo-
nio, y que vio á el Padre y al Espíritu Santo con sus varas.
Cosa que parece entremés, mas no para reír, sino para llorar
la ceguedad de esta mujer que á tales desatinos la despeñó.
En un día del año de ochenta y tres (que así lo señala) se le
apareció el Demonio con otros muchos estando en arrobo, y
un demonio con sotana á medía pierna, muy ridículo, con cue-
llo y bonete á modo de las gorras, con lana de carnero, y que
subiéndose en un monte la dijo: ya que no queréis oír sermones
de vuestros predicadores, Jiaheis de oir sermones de los diablos; no
venimos á engañaros, porque cuando nosotros quisiéramos ocul-
tarnos, el Señor os dá luz para conocernos, oid predicar: y refie-
re la beata en sus cuadernos muy por menor el sermón, que
entonces le predicó el Diablo, satirizando á los criollos y á los
de España, que todo se reduce á cosas muy ridiculas, dispara-
tadas, fabulosas y llenas de errores: porque no se individúan
en esta relación.
Mas dice, que estando en la Iglesia de San Agustín vio en
él claustro una danza de demonios y que uno de ellos se dio
una calabazada á una ventana de hierro, que le causó mucha
risa, y mas cuando reparó que todos los demonios que danza-
ban eran ñatos, que por ser grandes bellacos aparecían en aque-
lla forma.
La locución que se sigue, aunque fué diabólica (como ella
dice) solo en ella habló el Demonio verdad, y Dios le obligó á
decirla, como ha constado por el suceso. Dijerónle pues los
demonios que disparates eran los que escribía? Y que las co-
sas que manifestaba á sus confesores engañándolos, todas eran
quimeras que sacaba de su cabeza; y que ellos armarían lazos
—332—
á ella y á sus confesores, qne no cupiesen en la imaginación,
y darian en la Inquisición con ellos, y que habiéndolos oido
los despidió, diciéudoles que aquello que decían eran dispara-
tes. Muy templadamente les respondió á verdades tan amar-
gas, que si ella hubiera creido borrando y abominando luego
sus escritos, no viera cumplida en sí la profecía del Demonio;
y para aquí la importara el refrán que dice: del enemigo el pri-
mer consejo.
En una ocasión dice haberse visto en un General, donde los
demonios en forma de ciertos religiosos catedráticos de esta
ciudad, de todas las Religiones estaban defendiendo conclu-
siones contra el Misterio de la Concepción, y que ella se sentó
entre los replicantes, y replicó en favor de la Concepción de
calidad, que quedaron todos los demonios circunstantes admi-
rados, y volviéndose contra ella la dijeron muchos oprobios.
Refiere muy por menor la réplica que les hizo, que toda se re-
duce á disparates y cosas ridiculas.
Ya se dijo por ella, que bajó al iiaflerno y peleó con Lucifer
á quien le puso unos grillos y un demonio por maza,y en la con-
tienda le quebró una pierna. Sin duda quería acreditarse de
mas poderosa y valiente que todos los diablos, pues asi sujeta-
ba á Lucifer. Lo cierto es que en la malicia, mentiras, enga-
ños y errores, podía competir con los mas ladinos del infierno.
En conclusión son tantas y tan repetidas las consultas y
pláticas que la beata f'segun escribe) tenia con el Demonio
acerca de Misterios de nuestra Santa Fé y sobre otros puntos
que fuera muy largo el referirlas todas: de que se infiere la fa-
miliaridad y comercio que con el Demonio tenia, oyendo y so-
licitando sus locusiones y doctrinas, tantas veces, y tan socia-
ble, y amigablemente como pudiera un amigo con otro ó un
discípulo con su maestro que niuestra en los ascensos y creen-
cias, que le daba entreteniéndose con sus donaires y cuentos,
como pudiera con otras de su especie y sexo. Y no creería,
cuando afirma ahora que estas demostraciones de obra ó de
palabra las hacia en opresión de la soberbia y altivez del De-
monio, y para mayor tormento suyo, antes si las hizo en aplau-
so de su sabiduria, pues le oia explicar Misterios de nuestra
Fé, y como de la boca de un '^ran Maestro los atendía y creía,
preguntábale secretos de la Sagrada Escritura, como si Dios
no tuviera Maestros y Ministros en su Iglesia, por quienes
puedan y deban instruirse los fieles para servirle y amarle co-
mo es su obligación, y asi conseguir el fin para que fueron
criados, que es la salvación eterna. Por todo lo cual consta
haber incurrido Angela Carranza, Beata de San Agustín el
grave delito de apostacía contraía fidelidad prometida á Dios
en el bautismo con pacto expreso é implícito con el Demonio-
—333—
Annque por sí se están condenando de falsas, supuestas, y
maliciosamente maquinadas las revelaciones todas que escri-
bió y dictó en sus cuadernos la beata, de que al^^unas se lian
referido en esta relación, por ser imposible todas: restan otras,
que por mentirosas y contradictorias es bien apuntarlas, para
que conste á los amantes de la verdad, cuan reñida estuvo
siempre con ella, ó ya dictase, ó ya escribiese mujer tan nove-
lera, y apócrifa, indigna en todo, y por todo de crédito.
Mentira fue afectada decir que se le habia aparecido Santo
Tomás de Aquino, quien le dijo, que él habia defendido el Mis-
terio de la Concepción, y que los que después quisieron defen-
der lo contrario, borraron sus escritos, y falsearon sus libros en
aquella parte, en que descendía la opinión piadosa; siendo en-
gaño y mentira maniflesta, por ser cierto escribió Santo To-
más lo contrario; y asi es injuriosa dicha revelación á una par-
te muy grave, docta, y Santa de la Iglesia, y denigrativa del
crédito, que en todo se le debe.
Dice otra, afirmando, que le fue revelado, que ella fué la pri-
mera Aurora, que á dicho, y defendido, que la Santísima Vir-
gen no incurrió en el débito, cuando sapientísimos Doctores
Escolásticos lo han defendido antes.
Mas, que el Señor hablando de su confesor la dijo: Quiero
que tu confesor sea provincial, y no lo fué, por haber muerto sin
verlo. Que también la di^o. que ella moriria jprimero, que uno
de sus Confesores, y salió falso, porque ha muchos años, que
murió el Confesor, áz quien dice tuvo esta revelación.
Mayor mentira es, y de peores consecuencias: que la dijo el
Señor; que por quien ella pidiese no se condenarla. Y se con-
tradice afirmando en muchas revelaciones, que ha pedido por
la salvación de todos los hombres, y que no todos se salvan.
ítem, que habiendo ido áEomacorporalmente con Jesucris-
to, que la llevó allá, la dijo el Señor; mucho ruido liemos dado en
Roma. Siendo manifiesta mentira, porque tal ruido no hubo;
ni se ha sabido, como consta por el tiempo, que señala.
Miente mas, y á vista de todo este nuevo mundo, cuando
escribe, la dijo]N"uestro Señor, que en esta vida nadie tuvo por
buena á la Santa Eosa, ni á Santa María Magdalena, de quien
el mundo antiguo tanto bueno celebró en su vida.
Mas dice; por mentir mas, que la dijo el Señor, que Maho-
ma fué docto, y de muchas letras, siendo falso, jíorque no fué
docto, sino un pobre arriero sin letras.
Qne la dijo el Señor: cantar no es l)ueno, Milar sí: siendo
mentira, por ser mas decente cantar, que bailar.
Que le fué revelado, que nunca oyeron decir á la Virgen
Santísima, que fuese Madre de Dios, constando lo contrario del
Sagrado Evangelio.
Oita á San Carlos para otra mentira, y dice que la dijo, que
los bombies por un poco de ciencia que tienen, se quieren ha-
cer inmortales, como lo hizo aquel, que se mandó picar, y que
metido en una redoma lo pusiesen debajo de tierra jjara rena-
cer; siendo falsa la historia, ó cuento de viejas del marqués
Villana, á que alude.
Oootradicese en lo que se sigue, y escribe: que el árbol don-
de pecó Adán luego que pecó se hundió: y en otra revelación
dice, que este árbol fué palma, y después de pecar Adán se
convirtió en manzano, y que hoy permanece.
La mentira de esta siguiente revelación constó á toda Lima;
porque habiéndose despachado el navio San Lorenzo en basca *
del Pirata, y habiéndose oido á pocas horas, después, que salió
del Puerto del Callao, tiros de artillería, dijo la beata, habérse-
le revelado, que nuestra gente encontró, y peleó con el enemi-
go, y consiguió la victoria; lo cual faé falso, pues á pocos dias
llegó noticia de no haber visto, ni peleado la gente de San Lo-
renzo con el enemigo, y que el sonido de la artillería fué que
haciéndose á la mar los nuestros, probaron y limpiaron las
piezas con los tiros.
Dice, que le reveló el Señor; que ni ella, ni sus cuentas y ro-
sarios habían de entrar jamás en la Inquisición ;cuando la expe-
riencia ha manifestado lo contrario, y verificándose la otra re-
velación, que dice la hizo el Demonio de su prisión en el San-
to Oficio, y fué según señala en su diario el año de ochenta y
ocho, antes que la apresasen á ella, y á sus cuadernos.
Consultóle en una ocasión un Eclesiástico seglar, si se opon-
dría á Tina Can()ngía de esta Santa Iglesia de Lima, porque
tenia méritos, y la gracia de los Vocales? Oyóle, y dijo, que lo
encomendaría á Dios, á pocos dias le respondió, haberle reve-
lado Dios no se opusiese, porque se habia de condenar, y dejó
de oponerse; y preguntada en sus audiencias, negó haber teni-
do tal revelación, siendo asi que está escrita en sus cuadernos
reconocidos por ella, como suyos, además de haber corrido en
la ciudad por entonces esta consulta del Eclesiástico, y res-
puesta de la Beata.
De la misma suerte se hallan escritas, ó dictadas por ella
otras revelaciones, como el decirla dijo el Señor: no se metía con
mujeres casadas. Que era rara la mujer huena. Que la Virgen se
confesada con San Juan evangelista: y otras, y en sus audien-
cias })reguntada negó, haber tenido tales revelaciones, con que
se mauiñesta evidentemente su ánimo mentiroso.
Convencióle de tal cierta persona, fingiendo habérsele muer-
to un hermano fuera de esta ciudad en el reyno de Chile, pidién-
dole supiese el estado de su alma, á fin de examinar el espíritu
profético de esta mujer: la <3ual le prometió hacer la diligencia
—335—
que le pedia. Volvió á verla el día siguiente, y respondióle
haberse negociado bien; y que la alma de su hermano estaría
dos años en el purgatorio, siendo asi como se á dicho, que la
tal persona no tenia hermano, porque lo habia fingido; con que
conocida la íalsedad de la revelación, hi publicó, y burló con
otros: de que sabedora ella, y que la hal)ian cogido en mentira
tan clara, dijo á los suy^os, que habia mentido, porque la de-
sestimasen.
Semejante es la que se sigue; llegó á esta ciudad noticia de
haber muerto dos religiosos de San Agustín uno Sacerdote,
y otro corista. Pidiéndole á la beata los enconmendase á
IS'uestío Señor: i)rometiolo, y respondió después haberle reve-
lado el Señor, que se hablan salvado ambos. A breves dias se
recibió carta del corista que quedaba bueno, aun(iue el Padre
Sacerdote habia muerto. lieconvenida de su revelación la bea-
ta, pues cojeaba por una parte, y asi no podia ser de Dios, res-
pondió, que consultarla su oráculo, que no podia faltar. Díolo
á entender así, y que le dijo el Señor: anda si tú {no sabrás pro-
nunciar este vocablo^ y dique yo te lo previne) si tú te equivocaste
en tí está la falta, no en mí que soy la misma verdad. Dio la res-
puesta, tropezando en la palabra, equivocaste, i)orque decia: ti-
hicasti, infláronla advirtiendo en que estaba lama la pronun-
ciación, que dijese: Si tú te equivocaste. Y tartamudeando como
niña, una y otra vez pronunciaba: Si tú tiMcasti, y de aqiii no
la pudieron sacar, diciendo, que el Señor se lo previno así: es-
capándose á su parecer con esta segunda mentira de la prime-
ra; y lo peor es, que se la creyeron, v que ella no entendió bien
al Señor, y se equivocó en decir, que ambos, se salvaron cuan-
do uo íué, sino uno el difunto, que se salvó. Consta lo dicho
de sus escritos, y por esta, y otras podia leer Cátedra de excu-
sandis mendasis.
Oontradícese, como es propio de mentirosos, cuando dice que
le reveló el Señor, que las faltas que supiese de sus prójimos,
las ocultase, y hablase bien de ellos, porque era pi'opio de los
condenados lastimarse unos á otros; y en varias partes de sus
cuadernos, que escribió, y dictó, publica y esparse def actos, y
aun pecados gravísimos de diferentes personas, condenando
nombradamente á algunas, que han pasado de esta vida, por-
que merecen sus libros, que se han reducido á quince tamos
encuadernados, el nombre ó título; de Libelos infamatorios de
vivos, y muertos.
En los elogios quiméricos, que soñó de los Santos Joaquín,
y Ana padece también sus contradiciones,pues habiendo dicho
que le fué revelado, que cuando el Ángel les anunció la hija,
que hablan de tener, fueron limpios del pecado original, y de
su débito, y que pasados treinta y tres dias, comieron el fruto
—336—
de el árbol de la vida. Lo contrario refiere eü otra parte de sus
cuadernos diciendo, que San Joaquin, y Santa Ana fueron li-
bres del pecado original, y de sn débito, cuando comieron di-
cbo ñato, lo cual es contradicion manifiesta: como también
decir, que cuando el Ans^el anunció á vSan Joaquin, y á Santa
Ana la hija que hablan de tener, luego al jmnto se les dio á
comer el fruto del árbol de la vida; siendo así, que tenia dicho
que de la embajada del Ángel á la comida de la fruta, media-
ron treinta y tres dias.
También se contradice en afirmar que Señora Santa Ana la
noche antes de concebir á la Virgen Santísima le hizo á San
Joaquin un espléndido combite en que comieron ambos, sien-
do asi que tenia dicho, qu^ después de la Anunciación del
Ángel, treinta y tres dias antes de comer el fruto del árbol de
la vida, y concebir á la Virgen, no comieron otra cosa San
Joaquin y Santa Ana que unas pocas yerbas y agua. Asi pe-
lean unas revelaciones con otras, cuando no habla verdad
quien las profiere.
La última de esta relación sea, y es muy de notar, porque
dice: que desde el dia de la declaracioii ó definición del Mis-
terio de la Concepción Purísima, pasará hasta el dia de Jui-
cio tanto tiempo, cuanto pasó desde el dia de los celos de San
José hasta el dia de la declaración ó definición del Misterio,
contradiciéndole, pues tenia dicho como revelación que se le
habia heclio, pasaría tanto tiempo como desde la creación del
mundo hasta la declaración del Misterio, siendo todo engaño
y quimera su^^a, nada verosímil por la independencia que tie-
ne el Misterio de la Concepción del dia. de Juicio, pues el se-
ñalar y determinar este dia criatura alguna, es contraía Fé, y
opuesto á las palabras de Cristo Nuestro Señor en su Evan-
gelio, cuando dijo: de die illa nemo scit.
Hasta aqui de los dichos, revelaciones, profecías, proposi-
ciones y doctrinas que se hallan en los cuadernos y escritos
de esta beata, esparcidas por todos ellos, sino todas las que
contienen, que sobre ser innumerables por semejantes á las re-
feridas ó por escandalosas é injuriosas á los que notan y bal-
donan, se han omitido y quedan en sus procesos. Y siendo
como son y han sido calificadas con varias censuras teológi-
cas por graves y doctos calificadores y consultores del Santo
Tribunal respectivo, ya unas ya otras por heréticas, erróneas,
peligrosas, blasfemas, temerariss, falsas, escandalosas, irreve-
rentes, injuriosas y denigrativas gravemente de los prójimos:
por todas ellas, aun á juicio del vulgo indocto cuando fuera ó
pareciera muy santa en sus costumbres, muy circunspecta y
morfiücada, muy devota y dada á la oración hasta arrobarse
al tercer cielo, é hiciese otras maravillas al parecer sobre las
—337—
fuerzas de la naturaleza; todo este aparato de santidad y apa-
riencia ó perspectiva de virtudes debia ser tenida por engaño-
sa, falsa, supuesta, sarisaica, hipócrita, indigna de crédito y
estimación; pues según el Evangelio, el buen árbol no puede
dar malos ni perniciosos frutos, como los lleva y dá el malo.
Ni debian engañarse tanto tiempo los que de cerca la trata-
ban, oian y atendían, cuando de sus palabras, proposiciones y
doctrinas podian rastrear y colegir todo su interior, que es
también Evangelio, reprobando como á dañado y perverso el
corazón que á los labios arrojaba tanta ponzoña é inmundicia
de errores ó irreverencias contra Dios, contra sn Madre San-
tísima, contra los Santos del cielo y prójimos de la tierra.
Pues que diremos, cuando esta beata no tuvo mas que el
nombre ó el traje de tal, y todas sus obras, costumbres y ac-
ciones no mostraban ni liacian prueba alguna de verdadera
virtud y menos de santidad extraordinaria; sino por el con-
trario su vida y costumbres la arguian de relajada y viciosa;
como en particular se irán notando algunos de sus vicios pro-
pios de una mujer extragada, y á no ser ella tan disimulada
escandalosa.
La abstinencia es el A. B. O. de la santidad, ni hay santo
ni pecador convertido, que no comience por aqui su noviciado
y'en la templanza y freno de un sentido en que tanto conve-
nimos con los brutos, no continué y persevere toda su vida,
abstinente mucho debia ser la beata, pues queria parecer San-
ta, y se ven dia por tal. Asi procuró engañosamente darlo á
entender, pero no fué asi: porque comia, bebia y se regalaba,
como si fuera una de las mas ricas y sobradas señoras de la
ciudad. Ella decia y aun publicaba que los Miércoles y Vier-
nes pasaba solo con un poco de hiél amarga al gusto por mor-
tificarse, para que tenia colgada en una tinajera una redoma
con este licor, que renovaba de cuando en cuando para dar á
entender que la servia, constando á sus domésticos y á otros
curiosos, que no probaba de él ni una gota. Otros dias decia
bastarle la sustancia de las almendras; querría decir alguna
almendrada, que no era mal sustento; en los demás dias afec-
taba un continuo ayuno cuaresmal, desdeñando y asqueando
el nombree siquiera de carne. Esto daba á entender y comuni-
caba con sus padres espirituales; y la verdad era que á solas
en su aposento, que juntamente le era oratorio, comia regala-
da y abundantemente. Pues ahora de medio dia le traían de
cierta casa conocida un repuesto cumplido de pescado regala-
do cocido y frito, huevos con chiche, que es una salsa criolla, y
conserva de la mejor. Otros dias se multiplicaba la comida,
recibiéndola de oti'as casas de su devoción á que solía admitir
Tomo vii. Literatuba — 43
—338—
algún convidado de los que esperaba no se escandalizasen; ó
á quienes díiba á entender que por aquella vez dispensaba al-
go en su abstinencia. Por esta ra^oon permitia á las veces la
acompañasen al comer su madre y hermana, que como tan de
casa callarían cualquier exceso de regalo en la beata por lo
que les tocaba. Para abrir puerta á estas comidas de fuera,
decía: qUe en Su casa no cocinaban á su gusto, tanto cuidaba
de paladearlo con lo mejor: y mas abundante. También se co-
nocía cuanto gustaba de buenos bocados, cuando la -convida-
ban á alguna liacienda de campo, vecina á la ciudad ó hacia
oficio de madrina en algún casamiento ó l)autismo, que no era
pocas veces, entonces decia: que dispensaba por la urbanidad
y gratitud á los huéspedes con su rigurosa abstinencia, y co-
mía de todo y de los primeros platos, porque se sentaba en
cabecera, lugar que en su estimación ocupaba por Santa; pues
por sobremesa, como ya dijimos, se cortaba las uñas de las
manos y permitia las recogiesen y las guardasen por reliquias.
Dejábase también regalar sin reservar tiempo, con dulces y
frutas de sus devotos y pretendientes de sus oraciones, é in-
tercesión con Dios, y decia ser todo para pobres enfermos que
visitaba, y nada menos porque visitaba á raros, y estos habían
de ser ricos j nobles de quienes esperaba mas, que podia dar-
les ella. Y si tal vez reparta alguna fruta á los dolientes de
íúera, decia habérsela traído del Paraíso algún Angeló ser
venida del cielo de mano del Señor ó la Santísima Virgen, con
quienes afectaba tener tanta familiaridad. Pudiera contentar-
se con lo bien quecomia al medio día, y consta que de noche
cenaba muy bien: trayéndole de las casas y partes referidas,
sazonado el mejor pescado, como pámpanos ó lenguados, que
acá lo es, á que se anadian huevos guisados á su sabor, y dulce
para la bebida. Y dando á entender al medio día y á la noche
que en levantándose déla mesa se retiraba a oración, ponía-
se en cunclillas acomodada para dormirse, siendo lo mas cier-
to, que lleno el vientre, no estaría para orar.
No podia del todo ocultar esta su vida regalona a los que la
comunicaban mas familiarmente; y asi sucedió,que admitiendo
á su mesa algunos días á una persona que la regalaba mucho
y estaba muy pagada de su trato, partía con ella de los rega-
los que la enviaban á medio dia y á la noche^ y entrando la
beata en escrúpulo, que dicha persona como testigo de su poca
6 üinguna abstinencia lo publicase fuera, la dijo: que si le
preguntase alguno qué comía los días que no eran de absti-
nencia para ella. Dijera que la substancia délas almendras so-
lamente, y que los demás días se pasaba sin cometer nada. Lo
cual causó novedad y risa á dicha persona, cuando le consta-
ba lo contrario, como también la renovación que hacia del po-
-339—
mito de yel, dando á entender que la liabia gastado, no gusp
tando de ella una gota, y á esta también dijo, como si 1q diep?i
cuenta de su conciencia: qus el día de silicio no ayunaba^ y el
dia de disciplina no iisaha de silicio ni ayunaba^ porque todo jun-
to era muclio.
Y preguntada de otra persona sobre sus ejercicios espiritua-
les, dijo con arrogancia nunca vista, ni oida de persona favo-
recida de Dios, quemas lahiiscahael Señor áella, que ella al Se-
ñor; y que con los ejercicios que comensó se liabia quedado; y que
el Seíior la mandó comiesehien, y durmiese bien, y asi dor.yaia sie-
te horas.
Luciasele este buen trato que hacia á su cuerpo, pues nun-
ca en él se vieron las señales naturales de los abstinentes, que
son flaqueza, debilidad y palidez; antes siempre se conservó
buena, gruesa y abultada; y aunque de muchos Santos se lee
que cuando mas ayunos y penitencias hacian parecían mas
frescos, sanos y enteros como San Antonio Abad y otros san-i
tos hermitaños, esto era por gracia y favor especial de Dios y
sobren atural mente; pero á esta beata bien se conoció le so-
brevenía su frescura y robustez délo mucho que comiay se re-
galaba. Lo cual ha constado á los que han sido testigos de su
prisión por seis años en las cárceles del Santo Oficio, pues no
habiendo jamás pedido ni tenido consigo instrumento de pe-
nitencia, como disciplina ó cilicio, ni echo otra mortificación,
cuando por ella debía recurrir á Dios para que la sacase de la
tribulación y aprieto en que se hallaba, y mas á su parecpr
inocentes; siempre i3idió con instancia y quejas el almuerzo,
la comida y cena, pareciendole todo menos de lo que necesi-
taba y deseando lo mas sazonado cuando se le acudía no solo
con caridad cristiana como á los demás presos, sino con mas
blandura y benignidad, como mujer hecha al regalo y que de
nada se contentaba ministrándole todos los dias el almuerzo,
la comida y la cena.
Una mujer bien comida y mantenida, qué oración podia te-
ner? Que si la oración es un vuelo del alma á Dios, con que
al parecer saliendo del cuerpo que las agrava, se remonta á
su Creador, por quien anhela ¿qué vuelos j)odia dar á Dios la
que agravado el cuerpo de manjares arrastrado por la tierra,
y sus delicias, que asi apetecía? Aun á las aves voladoras que
demasiadamente ingurjican en los cadáveres, les impide el
vuelo la carga interior, tanto, que las matan á palos los mu-
chachos. Burlarse jjodia el Demonio y traer á su mandar, y
tras sí arrastrada á esta mujer, sin dejarla levantar á Dios ni
el corazón ni los ojos, cuando la veia y sentia tan pesada y
apegada á la tierra con la carga de lo mucho que comiay ce-
naba; porque como ella decia: necesitaba de siete horas de sue-
—340—
ño si los ratos que entre dia hurtaba á la comunicaciou agena
para su reposo y descanso.
Cuando tuviese esta mujer oración, no se sabe; porque cuan-
do mas podia constar era en la iglesias y especialmente en la
de San Agustin, á que todos, ó los mas dias asistia. En ellas
se veia el manto siempre caldo sobre los hombros y descubier-
to el rostro contra el consejo del Apóstol: Omnis aiitem mulier
orans non vélalo ca/pite^ detur pac capiit siium; inquieta la cabe-
za, volviéndola continuamente á una parte y á otra,' no escu-
sando parlas de los que á ella se llegaban ó llamaba ella. Si
oia misa se reparó por muchos, que no continuaba en un lu-
gar oyéndola, sino que dejando una comenzada se levantaba
á oir otra, que comenzase y asi estaba en continuó movimien-
to; que aunque parece hacia por oir y gozar de muchas misas
á un tiempo, también parece que de un lugar quieta y atenta
podia alcanzar á oirías todas, como lo hacen personas devotas.
Ocupábase para mayor divertimiento en señalar á los Sacer-
dotes que sallan á decir misa en el altar, en que la dijesen, con
el imperio, de tú, y vos, que usaba con todos; y guardando el
mismo estilo (que los suyos llamaban candidez y llaneza) aun
con las personas mas autorizadas de la Eepública; sucedió en-
trar una de puesto, y autoridad á la Iglesia á oir misa y hincan-
do la rodilla á una, que comenzaba le dijo la beata: no oigas
esa, que es larga, oye aquella, que es l)reve, señalándole otra dis-
tante, que comenzaba también. Asi tenia ella oración, como
enseñaba á tenerla á otros, pues no debiera acortar á ningu-
no el tiempo que quería dar mas á Dios, oyendo misa mas
larga.
Ki hay que hacer caso de los arrobos, que afectaba en pú-
blico; que esos, ni eran oración ni contemplación, pues para
una y otra, tampoco se disponia. Era si, uno de sus embustes
y tramoyas, pues los sacaba en público, donde los viesen y
aplaudiesen: mejor fuera que diese ejemplo á los que la veian
comulgar, hincándose de rodillas, modesta y devota á la reja
ó baranda como los demás y no como ella sola lo hacia mu-
chas veces, recibiendo en pié la sagrada forma y volviéndose
á su lugar, sin obligarle á acto accidente ó achaque que no
tenia.
Y que sus arrobos en la iglesia fuesen fingidos se prueba,
con que en su casa y cuarto enseñó á arrobarse á unindiezue-
lo ó mesticillo que habia criado y únicamente la asistia de las
puertas á dentro, y en arrobándose según las lecciones que le
habia dado llamaba á los de afuera, que le viesen arrobado,
como si fuese cosa de admiración y de mucha virtud, y estan-
do ya instruido, que ninguno que no fuese ella respondiese,
ni volviese eb sí, solo á su llamamiento respondía, como si des-
—341—
pertase de aquel éxtasis ó arrobo, todo fingido y supuesto; j
el muchacho que ya pasaba de doce años tan malicioso ó cul-
pado en lo que hacia, y en lo demás, que se sospechaba; y no
sabemos; luego que fué presa Angela, se desapareció y ausen-
tó de suerte que ha costado mucho tiempo y diligencias al San-
to Tribunal el aprehenderlo.
Es verdad que se retiraba esta beata á su aposento, dando
á entender que á orar á un altar ó Imagen de nuestra Señora
que allí tenia muy bien vestida y adornada de joyas de i)recio
y valor que pedia, y le daban sus devotos: pero ese retirarse
mas era á dormir y descansar, porque en todas partes, en su
casa, en la iglesia, en los sermones, y aun en la misma prisión
fué muy devota de los siete Durmientes, aquí nos tendría de-
dicadas las siete horas de noche y los ratos perdidos de dia,
logrados por ella en el sueño. Constó á los Ministros y sirvien-
tes que en la prisión de los seis años la visitaban ó acudían
para lo necesario, siempre la hallaban dormida y roncando, y
nunca devota ni encomendándose áDios, ni leyendo en algnvi
libro espiritual, que tenia; ni lo había pedido jamás, ijorque si
lo pidiera, se le hubiera dado.
Y que su oración fuese de ronquidos lo prueba el caso siguien-
te; que habiéndole consultado cierta persona un negocio de
importancia en la Iglesia, la fué después á visitar á su casa, y
cuarto, y tratando sobre el negocio, de que ella esperaba tocar
algo, le dijo á la ^ferBonsk: pongámonos en oración por el buen su-
ceso, que deseas; ó hincándose la persona de rodillas al altar é
Imagen demuestra Señora, ella se metió dentro de su pabellón
cerrado, dando á entender que se retiraba á orar, pero presto
se conoció por los ronquidos desmesurados, que daba, que no
oraba, sino dormia. Con todo la tal persona esperó casi una
hora, pomo inturrumpir su quietud; mas al fin la despertó, y
llamó diciendo: Men lo habéis dormido Angela; ¿qué hay en
nuestro negocio? A que ella con su desahogo santo respondió: esta
es oración de unión con Dios el cual me á dicho lo que has de ha-
cer en lo que me consultas. Y con efecto se lo- dijo, j)rometién-
dole feliz suceso. A pocos dias se volvió á ver la beata con esta
persona, y le dijo habia sido engaño y ficción lo que le habia
dado á entender, porque tal no le dijo Dios en la oración; y
es sin duda que reconoció, ó supo que el suceso no habia sido
como se deseaba, feliz, como lo prometió: así ella misma bur-
laba de su oración, como lo podían, y debían hacer todos.
Sin oración, ni mortificación, cómo no habia de ser esta mu-
jer impaciente, y con exceso? IsTo sufrió agravio alguno por
leve que fué este, diciendo graves injurias á los que no le con-
cedía lo que les pedia, y era pedigüeña sobre manera: llegán-
dose á las tiendas de mercaderes á pedirles este, ó aquel gé-
—342—
ñerio, qué unos le concedían y otros le negaban: pidiendo á las
fruteras de la plaza la fruta, que se le antojaba, que algunas
se tenian por dichosas en concedérsela: y según era antojadiza
tal vez se puso en la plaza á comer de un potaje caliente de
los que allí se guisan y venden, escandalizándole los que la
vieron en acción tan contra el punto, y descendía de su estado
y opinión, y por la mañana en tiempo de cuaresma. Y no con-
tenta con pedir ni fieri as pasaba á pedir joyas de valor para la
Imagen que tenia en su oratorio. En estas peticiones siempre
baldonó con enojo, é impaciencia á los que no se las concedían,
tratándolos de mezquinos, amenazándolos con malos sucesos. .
Escandaloso fué el caso que en una Iglesia Parroquial de
esta ciudad se vio; porque pidiendo á los curas que allí asis-
tían que rebajasen los derechos, del entierro de un conocido
suyo, que importaban, según la tasa, cuarenta pesos; y dejando
á su voluntad cortéf^es los curas, que ofreciese lo que quisiese
prometió catorce pesos. Efectuóse el entierro, y enviáronle á
cobrar la cantidad que ella voluntariamente habia ofrecido.
Viendo la demanda, montó en cólera, y se fué á la Iglesia, y
entró diciendo á uno de los curas, que él y los demás eran
unos ladrones, y peores que los ingleses piratas, que para qué
buscaban otras razones, porque Dios nos castigase, cuando
hasta los mismos curas y pastores de almas, eran ladrones? Y
que habia de ir á acusarlos al Señor Virrey, zahiriendo á otro
Sacerdote, que nombró, por i)arecerle lenia parte en aquellos
derechos; de lo cual escandalizado el cura, que se halló presen-
te, la reprehendió como debia, y que no hablase así de Secer-
dotes y personas sagradas, que bien se echaba de ver que toda
su virtud (esa que publicaban de ella) era una patarata. A
que respondió mas templada en las voces: Yo no lo digopor ti,
sino por los otros. En que se conoce la malicia con que obraba,
y que su sentimiento nacia de pura soberbia y elación en que
el vulgo la habia puesto de Santa, y no de otro motivo, ni ra-
zón, aunque aparente.
Este ijoco respeto que tenia á los Sacerdotes, de quienes de-
cía ser Madre, nacido de su impaciencia colérica se mostró
otra vez, que ijidiendo á cierto eclesiástico de autoridad y le-
tras una cosa que le negó; porque pudo negarla, le dijo era un
mezquino miserable, y sabiendo después que se habia opuesto
á una canongía, al encontrarle le preguntó: qué hay f cómo va?
sacasteis lugar m la canongíaf y respondiéndole que nó, con-
desabrimiento y desprecio le dijo en voz alta, que oyeron
otros que se hallaron presentes: muy Men heclio está, vos mere-
céisnada de eso, que sois un mezquino: áque calló el Sacerdote
mortificado por lo que pudieron entender los x>resentes contra
el crédito de liberal que todos desean tener. Pasados tres ó
—343—
cuatro dias, habiéndola encontrado en la calle la dijo: Madre
Angela, en la santidad cabe la bnmildad y la caridad con el
prójimo, que no mostró el otro dia; lí qne respondió: «juZarf,
andad, que me han mandado que no íiahle con clérigos. Después
de lo cual dicho Sacerdote refiriendo este caso, y palabras de
Angela á un confesor suyo, le respondió éste: no hiciese caso de
ella, que era una loca. Muy buen crédito de santidad tenia ga-
uado con los que mejor la conocían, pues le negaban la pru-
dencia, que es la primicia del coro de las virtudes morales.
Aun hay otros singulares de falta de respeto á elesiásticos
impelida de su natural impaciente y soberbio. Escandalizado
cierto Sacerdote constituidoendignidad, y muy respetado por
su persona de la imblicidad, con que esta mujer repartía cuen-
tas y rosarios, como benditos en el cielo, se llegó á hablarla,
proponiéndola los inconvenientes que se le ofrecian y la difi-
cultad que tenia en persuadirse á la certidumbre de estas ben-
diciones y asi pretendía desengañarla con razones, y autorida-
des de la Sagrada Escritura y Santos, (i que ella le respondió:
" {Tanquamimtestatemhaheus;) parece que queréis probarme el
*' espíritu; Dios os castigará, que á un prelado mió le dio do-
" lor de muelas, porque me quiso examinar y probar el espiri-
" tu. Y que de él y los demás hacia chanza, porque nadie ha-
" bia de examinarla áella, ¿qué á los Apostóles quién los habla
" examinado! Por qué esas cosas que ella decia y obraba las
" concedía Dios á quien era servido." Respuesta en que no
mostró suma arrogancia sobre colérica impaciencia.
Tal la tuvo en otra ocasión con una señora anciana de vir-
tud y estimación en esta ciudad, la cual visitando á esta bea-
ta comenzó á hablar cosas de espíritu, tocantes á la virtud y
santidad, que juzgaba tener la beata con quien hablaba, la
cual impaciente ía despidió en breve, como que tuviese algu-
na ocupación precisa, y en yéndose la señora dijo á otras que
le asistían: miren la puerca, queria que yo la halñase de espíritu,
y examinarme el miof como ella era puerca, la traté de manteca,
longanizas y jamones.
Mas grave fué la impaciencia, y palabradas con que trató á
una mujer casada por un disgusto leve que tuvieron las dos,
pues fué á casa de dicha mujer muy colérica, y la dijo á vo-
ces que oyeron algunos: que era una putilla, y que estaba aman-
cebada con un cajonerillo: que era.una escandalosa y que haría la
desterrasen, que fuera hacer vida con su marido. Escandalizó
mucho esta tropa de palabras tan indecentes y afrentosas.
Corrió la voz, y el hombre á quien atribuyó el adulterio, muy
sentido fué á dar las quejas á un padre espiritual de la beata,
el cual le dijo: no hiciese caso, que era una tonta, y que serta al-
—344—
guna tentación del Demonio ^ que le puso en la hoca aquellas i)a-
Idbras.
Llevada de esta impaciencia diabólica, amenazó á muchos
con la muerte en forma no solo de comminacion sino de pro-
fecía; y así estando un hombre adinerado y principal de esta
ciudad en una iglesia en compañía de otros, se llegó á él, y le
dijo: este que anda diciendo mal de mi en los almacenes, póngase
Mencon Dios, que ireve {ó preso) morirá. Lo cnal oido del hom-
bre., entró en grave cuidado por arguirle la conciencia de al-
gunas murmuraciones que había tenido con otros de la beata,
tratándola de embustera por algunas cosas que había de ella
oido: y asi solicitó á uno de los padres espirituales suyo, que
la preguntase los motivos de aquel anuncio, porque era cris-
tiano y quería disponer sus cosas. Prometió hacerlo, y vol-
viendo al día siguiente por la respuesta, le dijo el padre espi-
ritual: Seíior mío esto no tiene remedio; v. md. se vaya con Dios,
y luego luego disponga sus cosas, que pues lo dijo Angela, así será.
Be allí se fué el hombre á confesar como para morir, y reti-
rándose á su casa la halló alborotada y en confusión por el
desconsuelo con que estaban su mujer é hijos. Fué ésta á ha-
blar á Angela, y rogarle pidiese á iíuestro Señor la vida de
su marido por lo que importaba á su casa y familia. Ella pro-
metió hacerlo, y el dia siguiente marido y mujer fueron á vi-
sitarla, llevando él cincuenta pesos para que los hiciese decir
de misas por la salud de su alma y vida si le conviniese. Con
esta oferta y visitas mudó de semblante, y les hizo muchos
agasajos, diciendo: que no tuviesen cuidado, y se asegurasen de
su salud y vida, porque no saMa ni luibia dicho nada en contra.
Y al despedirse le dio el caballero un aguacate de esmeraldas
para una Imagen que tenia en su oratorio, joya que ella le ha-
bía pedido muchos di as antes, y él uegádosela, por decir que
era para su mujer que andaba buscando compañero al agua-
cate. De donde sin duda prendió el enojo y amenaza de la bea-
ta, que asi se vengaba y castigaba á los que le negaban algo.
Consta que dicho caballero vive hoy aunque ausente con su
mujer y familia. A otra hizo semejante amenaza, y la tuvo
afligida por algún tiempo, no sucediendo la muerte amena-
zada.
Aun resta otra, á un eclesiástico de quien estaba muy sen-
tida, porque no le apoyaba y aplaudía su espíritu. Amenazóle
pues, que le habia de suceder un pesar muy grande, y deseoso
de saber cual, le respondió: Allá lo verás después, y entonces te
acordarás deprohar espíritus, cuando te veas en la aflicción. De-
jóle con gran cuidado; y pasados algunos dias la volvió á ver
pidiéndole le declarase aquella amenaza, á que le respondió
con misterio, que habia de morir muy presto, añadiendo estas
—345—
palabras: que entiendes, que has de decir después de ese viejo? (di-
ciéndolo por cierto amigo del eclesiástico) ¿mes, tú has de mo-
rir primero que él, porque tu muerte ha de ser para mucho ejem-
plo de la BepúMica. Eres mozo de muchas esperanzas; y asi han
de decir ya murió aquel mozo de huena cara y de tantas esperanzas.
Y lo peor es, que siempre que lo eiicontral)a le decia, que t)res-
to se habia de uiorir; y que donde se habia de enterrar para
ir allí, y eacomeodarlo á Dios? lo cual todo fué una mera men-
tira y engaño manifestado por el tiempo, pues el viejo murió,
y vive hoy el eclesiástico mozo, á quien tanta prisa dal)a para
morir,
Desta calidad le sucedieron muchos singulares, zaliiriendo
con palabras injuriosas y baldones pesados á las personas, que
no la tenian devoción ó no la regalaban: estilo agena de toda
virtud y verdadera santidad, pues no solo cedia en descrédito
del buen nombre y opinión de los que baldonaba, sino tam-
bién en perjuicio y atrazo de las conveniencias ó empleos, á
que aspiraban dichas personas; por la estimación que se tenia
ganada la beata con el vulgo, que también lo hay entre doc-
tos y sabios, los cuales atendían sus palabras, como oráculos ó
profecías venidas del cielo.
Sobre lo dicho, que bastaba para conocimiento de su santi-
dad fingida: añadió la nota de codiciosa é interesable en sumo
grado, pues con las revelaciones que le ministraba ó el Demo-
nio ó su fantasía, y los milagros que fingia ó daba á entender
que lo eran, se armó un trato cuantioso de dineros y regalos,
j)ara que tenia uno como cajero, en cuyo poder entraba el rpie
recogía, armada cuenta con tinta y pluma en esta casa depar-
tidas tanto, de calenturas tanto, del milagro de las barras tan-
to, y así de otros; hallándose partidas de mil, y dos mil pesos,
paliando su codicia, con decir era este dinero para los taber-
náculos ó altares de su devoción, á que aplicaba alguno, pero
ni uno ni otro podia ser agradable á Dios, cuando portan ma-
los medios se adquiría.
En orden á esto se permitía rogar, y ofrecía sus oraciones
para el buen éxito y suceso de negocios graves y casos difi-
cultosos, dando oídos y aun audiencias á súplicas y rogativas,
que no eran pocas las que llegaban á sus puertas. Y con el
mismo fin hacia algunas visitas á personas enfermas, con quie-
nes tenia tvabada amistad por ricas y poderosas, de quienes
había recibido y esperaba recibir, como si fuera el mejor mé-
dico, que les trajese ó pronosticaba la salud. En que proce-
día, como en lo demás embustera y ardidosa, porque para no
errar en sus pronósticos ó promesas se valía con cautela y di-
simulo del juicio de los médicos, que asistían á sus enfermo^
TOM, vil Literatura — 44
—346—
para conforme el asegurarles la vida ó prevenirles la muerte;
y Quando por sí no lo podia conseguir, se valía de otra perso-
na confidente suya, para que con discimulo investigase del mé-
dico el estado de la enfermedad, y con esta traza pronostica-
ba la muerte ó la vida á los que temían una ó deseaban otra;
haciéndose célebre con la ciencia de los médicos ó contingen-
cia de las enfermedades.
Con todo hubo médico, que le contraminó este malicioso ar-
did, y la dio á conocer por embustera 1 los que supieron el
caso, y fué; que preguntado por ella fuera de la visita por el
estado de la enfermedad de aquel sujeto, le decía lo contrario
de su sentimiento y dictamen, con el discimulo y seriedad, que
bastaba para que e'/la lo creyese, y así llegó á errar algunos
anuncios, especialmente uno de muerte á un enfermo, que^
causó grande confusión y alboroto en su familia, como triste-
za y caimiento al enfermo persuadido, á que se moría, porque
se lo decía la beata; sin embargo de que el médico daba espe-
ranzas de su vida, y aun se la aseguraba. La cual contienda ó en-
gaño duró hasta que sanó el enfermó, y se levantó de la cama.
Consultándole una persona un negocio grave, y declarán-
dole el fila de su pretsnsion, se la disuadió la beata, dándole á
entender sabia por luz sobre natural, que no había de conse-
fíniT su intento. Instóle la persona en que lo encomendase á
Dios, pasaron algunos días en que j)udo esta informarse sal-
dría con su petición el hombre; y asi lo llamó, y dijo: habia en-
conmendado á Dios su negocio, y que tendría buen efecto,
que era el que deseaba, jjero que su Magostad le multaba en
dos mil pesos para cierto Tabernáculo de su devoción, ojue con
efecto pagó la tal persona, en consiguiendo su intento.
Célebre es el caso siguiente por su entidad y cuantidad: ca-
yerónsele á un mercader en un rio caudaloso y de mucho fon-
do unas barras de plata, que no pudo sacar luego, por no ha-
llarse fácilmente; comunicó á la beata el caso y pidió lo enco-
mendase á Dios, que le hiciese merced de parecer sus barras; á
que le respodió le ofreciese alguna limosna para la imagen de
su oratorio: prometióle el dicho cien pesos en pareciendo las
barras. Eeplicole, que era muy poco, y movido de sus instan-
cias, añadió otros ciento, á que ella inmediatamente le dijo:
la hiciese un papel por ellos; y extrañándolo el mercader le
replicó; ¿para esto es menester papel? A lo cual dijo la beata,
sí, porque muchas personas me han ofrecido algunas dádivas
antes de conseguir, y después no lo cumplen. Hizo el hom-
bre el papel ó vale de los doscientos pesos, y se lo dio. Pasa-
dos algunos meses en tiempo de seca, bajó el rio y valiéndose
de muchos indios mitayos y otros instrumentos que se aplica-
jron con gasto de mas de seis mil pesos parecieron las barras,
—347—
y se pusieron en salvo. Llegó la noticia á la beata, instó éh la
cobranza de los doscientos pesos, reconviniendo con el vale al
hombre, y respondiéndole qne todavía no habían llegado las
barras á esta ciudad, que no fuese tan ejecutiva; respondió:
que le habían dicho que de no dárselos luego, pidiese intere-
ses: á que el mercader dijo: vaya Vm. con Dios, que yo cum-
pliré mi palabra, y volviéndole á apurar le entregó los doscien-
tos pesos.
Asi se interesaba en las consultas, que le hacían sobre ca-
samientos y otros negocios de importancia, buenos sucesos de
viajes, salud de enfermos, y aun del buen estado de las almas,
que pasaban á la otra vida, y recibiendo no solo lo que le da-
ban voluntariamente, sino loque pedia, y sacaba mucho mas
con extracción codiciosa, zahiriendo siempre á sus bien hecho-
res de miserables, porque le daban poco, y refiriendo lo que
otros la daban, si era mas, ó ella fingía que lo era. Por esto
frecuentaba las casas de personas ricas, y aun los palacios,
dandooidosy aun solicitando sus aplausos y celebraciones; y
y cuando llegaba á su casa algún hombre ó mujer pobre para
hablarla, informada de quien era, hacia decir, que no estaba en
casa ó que estaba ocupada, pero si llegaban personas de buen
pelo en carrozas ó calezas, y sabia que tenían, mandaba que
entrasen y les daba grata audiencia.
Habiendo de hablar de su ambición y soberbia, que luó co-
mo la hemos apodado luciferina, es preciso recurrir á sus es-
critos que están llenos de ambición, de honra y aplauso pro-
pio, de que se dirán algunos singulares, que no se han tocado.
Dice que se le apareció San Agustín y le reveló era la Cabera
de suEeligion y que á ella en muriendo la habían de recono-
cer por tal; y que el Señor dijo entonces, hago testigos á todos
los patriarcas. Mas dice que el Señor le reveló había de ser
coronada por Eeyna de los Angeles. Mucho escandalizó á la
piedad cristiana proposición tan arrogante, cuando se relató
públicamente en la causa, pero mucho mas asombró á todos
los oyentes hasta levantar el grito, abominando el arrojo mas
temerario de esta pobre mnjer, que escribió la había dicho el
Señor, que decía el Espíritu Santo, que ella era hija del Padre^
Madre del Hijo, Esposa del Espíritu Santo, y Sagrario de la
Santísima Trinidad. Que por ser ella Madre de los Sacerdotes
título que Dios le habia dado, el Hijo mayor era el Sumo Pon-
tífice, y que estando enfermo Nuestro Santísimo Padre Inocen-
cio XI, se le había aparecido ella en Roma, que el Pontífice la
llamó Madre mia, y Madre de los Sacerdotes, lo cual dijo es-
taba en secreto, hasta que cierta persona, que habia pasado á
Roma con el cuidado de averiguarlo lo publícase: siendo todo
falso, y parto de su vanidad presuntuosa.
—348—
Como también el haber dicho, qne habia ido á Roma con
su Divina Magestad á hablar al Sumo Pontífice, á quien ha-
lló asistido -de mucha gente dando audiencia pública, y que
apartándose á un lado Nuestro Señor, el Eomano Pontifica
la habia preguntado, qué de donde era? Y que le respondió:
que residía en esta ciudad de Lima; y su Santidad le mandó
rogase á Dios por el Rey de España y por la Iglesia, y cono-
ciendo Su Santidad, estaba allí visible Nuestro Señor, se le-
vantó de la silla en señal de acatamiento; y que el sacristán
mayor del Papa, que era un fraile de Santo Domingo, tomó
la razón del nombre de Angela Carranza, &c, siendo todo em-
buste y tramoya, pues la sacristía de la capilla de Su Santi-
dad corre por cuenta de los religiosos Agustinos; y asi debie-
ron sus escribientes haberla advertido este yerro, y aun borra-
do revelación tan apócrifa.
No lo es menos la que se finge, en que dice fué á Jerusa-
lem acompañándole Nuestro Señor en forma de peregrino, y
que su Divina Magestad le dijo misa en el convento de San
Francisco y le dióla comunión, y que el Guardian de dicho
convento les daba priesa para que saliesen y no los viesen los
moros, y que en el libro de los peregrinos habia el Guardian
tomado la razón, sentando por partida el nombre de Manuel
de Jesús, y el de Angela de Dios residente en Lima, y que en
esta ciudad habia quedado en su forma el Ángel de su guarda,
que como se ha referido dice se llamaba laurel áureo, el mis-
mo que guardó al Santo Rey David.
Escribe que en muchas ocasiones se halló en Roma, en Tur-
quía, entre moros, y en sinagogas de indios, donde les predi-
caba, y que todos la hacían muchos agazajos j la respetaban;
mas no dice, si convertía á algunos, refiere sí por menor los
sermones que les predicaba, que se reducen á cosas ridiculas,
sin fundamento.
Dice asi mismo haber sido llevada á favorecer á los que pa-
decían tormentas en la mar. En Lima repartía unas piedre-
zuelas para escapar de los naufragios, y hubo quien teniendo
una que trajo mucho tiempo en la boca, padeció naufragio á
vista del puerto y tuvo á milagro escapar con vida, ya desen-
gañado de que no la debió á la piedrezuela. Escíibe, que en
una ocasión de estas favoreciendo por los aires á unos nave-
gantes, que padecían tormenta, reconoció que eran turcos, y
les empezó á predicar y que no queriendo oírla el sermón, en
medio del mar predicó á los peces, y que salió una gran mul-
titud sobre las aguas á oírla. Habría oído el sermón que el
glorioso San Antonio de Padua Tumaturgo, portugués, hizo
álos peces, no queriendo oírle los hombres; y quiso competir-
le la maravilla la embustera tucumana.
—349—
Pasa á decir, qne se le reveló, que se habían de fundar tres
conventos de religiosas de sn advocación en Madrid, Turquía
y Lima, que se habían de sustentar de la providencia y admi-
nistrarse por religiosos Agustinos. Mas dice que el Señor la
reveló, que como carbunco alumbraría todo el mundo, y que
le habían dado al Espíritu Santo, para que ilustrada de él, lo
alumbrase, y que por s'^r ella el Espíritu Santo de María Siin-
tísima destroncaría á los presumidos teólogos; y que ella co-
mo San Vicente Ferrer, que andaba la cara descubierta vcon
desenfado. Asi quería santificar su inmodestia ypo''0 recato,
comparándose desatinadamente á quien en nada se parecía.
En una ocasión dice, que le dijo Santa Rosa, que viviendo
en esta ciudad predijo á su confesor que en tiempos futuros
vendría á Lima una mujer que sería defensora de la Concep-
ción y llenaría el mundo de azucenas, (diciéndolo por Angela)
como Santa Rosa de Rosas: la cual profecía ó revelación, si
hubiera, sucedido y constado al confesor, sin duda se hubiera
puesto en alguna de las vidas que se han escrito de la Santa
Rosa por varones doctos y eruditos; y es cierto, que no se ha-
llará en ninguna de ellas.
Quiso también competir con su Padre San Agustín; y asi
dice, que Dios la alumbraba á ella con las luces del Santo doc-
tor; y que lo que se hallara en sus escritos no se hallara en
otros cuadernos de hombres doctos. Y dijo bien, porque tnles
disparates, mentiras y tramoyas en ningún hombr-e docto, y
cuando se hallarán, si Dios como á ella no lo hubiera dejado
de su mano.
Pasa á hacer punta á San Pedro, vicario de Cristo y prínci-
pe de los Apostóles, diciendo: que franqueándosele por Dios
muchas gracias y privilegios á unos rosarios que se bendije-
ron día de San Andrés, le dijo San Pedro á el Señor; que no
faltaba mas que darle á Angela las llaves del cíelo, y qu3 el
Señor diciendo y haciendo, quitó las llaves á San Pedro, y se
las dio á ella, di cíen dolé que las guardase.
A mas subió su arrogancia, compitiendo ó excediendo á la
de Lucifer, pues dice, que se vio en el cíelo en presencia de
la Santísima Trinidad, y que le dijo el Hijo, siéntate en mi si-
lla porque quiero que hagas la Trinidad con mi Padre, y el
Espíritu Santo; y que se sentó en ella, y el Hijo se puso entre
su Madre y San José.
Ya no es mucho que blasonase, que el Señor la hizo favor
de que en ella se aunasen, ó aglomerasen todos los favores y
prerogat'ivas concedidas á los mayores Santos de la Iglesia ya
conocidas; y vá indíviduáudolas eu sus escritos, como la vara
de Moyses, para que obrase maravillas, el báculo florido de
San José, para que se acreditase pura y virgen, las llagas de
—350—
San Francisco, el dardo ardiente de Santa Teresa, la leche de
María instilada á sus labios, como á los de San Bernardo, la
postestad sobre los demonios de San Ignacio de Loyola, la
bendición de los panes de San Nicolás de Tolentino, la predi-
cación á los peces de San Antonio de Padna, la x)aloma que
inspiró al oido á San Gregorio Magno, la pluma de doctora
del JJoctor Angélico, la borla con que se graduaron de Maes-
tros del mundo los Apostóles, que fué el Espíritu Santo, el Pa-
tronato de esta ciudad contra los temblores, de Santa Isabel en
su Visitación; y asi de otros, que apunta en varias partes de
sus escritos, como si la dijera Dios toma, recibe, adórnate de
estas insignias, Ut que divisa leatus effictunt, colecta tencas. Y
á la verdad era una pobre mujer desnada de las virtudes he-
roicas, porque esos y otros Santos merecieron tan singulares
prerogativas y favores de Dios.
Hízole también favor (como ella dice) de conocer los que
estaban en gracia ó en pecado; y lo conocía, en que cuando le
hablaban los que estaban en gracia se inclinaba su afecto á
ellos; y á los que estaban en pecado, sentía repugnancia en
verlos ó oírlos, y la pobre, ni se conocía, ni menos sabía el es-
tado en que estaba su alma; que pudiera temer con mucho
fundamento no ser bueno ni del agrado de Dios, .5 quien con
tantas ñcciones, marañas, desacatos y malas obras ofendía.
Y solicitando por todos caminos sn estimación y fama, re-
fiere en sus escritos una larga historia, de que fué llevada á
una célebre ciudad de Europa, donde fué conocida por las no-
ticias, que de su persona y ficciones habían dado enííoma al-
gunas personas, que de estos reinos pasaron á aquella Curia,
y que las vendedoras de la plaza de aquella célebre ciudad la
regalaron con rábanos, nabos y coles. En esto i)aró la celebri-
dad y aplauso de su santidad que pudo ella misma haber acre-
ditado con la ofrenda ó agazago de otras frutas mas preciosas
y regaladas de aquella gran ciudad.
Con estos dichos ó visiones se manifiesta bastantemente la
ambición diabólica de ser tenida y venerada por santa mujer
tan mala; añadiendo que la favorecía Dios tanto, que no le de-
jaba lugar para que conociese su miseria, y que le había des-
posado con ella muchas veces, poniéndole sortijas en los de-
dos. Y lo que mas arguye su astucia y malicia mas que de
mujer, y con vehemente sospecha de tener en ella mucha parte
el demonio, es haber engañado con sus disparates y errores,
visionciS y revelaciones por tantos años, á gran parte de esta
populosa ciudad de Lima, y no del vulgo solo, sino de la no-
bleza y personas de autoridad, y puestos superiores y lo que
es mas, de eclesiásticos y religiosos doctos y santos, ios cuales
la miraban y respetaban como á una de las mayores Santas y
— 35T—
Santos, que veuera la Iglesia en tanto grado, qne nna perso-
na rica tenia ofrecí dos tres mil pesos para la im^u'csion de sus
escritos, juzgando ser una cosa grande, nunca vista, ni oida,
porque lo decia ella. Tanta era esta estimación, que se tenia
de sus escritos, como lo dirá el caso siguienie:
En una inundación que se temió en esta ciudad después del
temblor grande del año de 87, siendo repentina; y ya muy de
noche la voz que corrió, que el n)ar venia inundando toda la
tierra, huyendo los mas y todos los que podian á los montes ó
cerros vecinos, una jjersona que tenia en su poder en una pe-
taca los papeles ó cuadernos de la Madre Angela, dijo a otra
que le asistía, no tema, súbase aquí sobre esta 'petaca, en que es-
tán los papeles de aquel Ángel ie Anc/ela, y no peligrará, aunque
inunde el mar toda la tierra. Y ambos se pusieron de pies so-
bre le petaca, hasta que cesó el miedo y susto, con el desenga-
ño que se tuvo de ser fingida la voz de la inundación. Muy
buena arca de Noe le habia ofrecido para salvarse del diluvio,
cuando á su mismo dueño los papeles de la petaca han sido su
mayor condenación, como su mas enorme delito, porque ella
y otros han padecido naufragio.
Guardaban muchos por reliquias sus muelas podridas, las
uñas de sus dedos, sus piojos y enaguas, y mojaban en su san-
gre cuando la picaban la vena., vendas y pañuelos; otros te-
nían retratos suyos y lienzos de sus revelaciones que se han
hallado y recogido. Otras firmas de su nombre, que ella mis-
ma repartía, guardándolas como prendas de la salvación ase-
gurada por el Señor á los que tubieseu su retrata ó cosas su-
yas, ó la mirasen á la cara, ó la tuviesen afecto y devoción; y
afirmaba á unos y á otros que en señal de esto habia levanta-
do el Señor el dedo, como asegurándolo infalible de la prome-
sa de que ya se ha dicho.
Sin embargo de los defectos graves y escándalos que se han
referido de esta beata, aun restan otros, que se oponen de
frente á su santidad, si alguna en ella se presumiese. Fué de-
satenta é imprudente en sus palabras y trato con los prójimos,
con todo ella alegaba ser una simple, y los suyos atribulan á
candor de ánimo, cuanto erraba en esta ])arte. Habiendo las-
timado el crédito de cierta persona, que ofendida gravemen-
te de la beata, dio las quejas á su padre espiritual; y el dia
siguiente ella viendo le dijo; ya fuisteis con el soplof á que la
respondió: que mejor fueía no haber faltado á la caridad, le-
vantándole un testimonio; ella entonces: veis allí por que no
quiero yo chancear, lo que dije fué chanceando, y explicándole la
persona ofendida, que no cumplía con su conciencia, sino le
pedia perdón; respondió; que si la habia ofendido, la perdonase,
'pero que supiese que en su vida no habia cometido pecado mortal.
—352—
En que se roconoce, que ciegamente vivia, pues á el tiempo,
que ofendia gravemente á el próximo, se justificaba de im-
pecal'le. Lo cual por otros términos solía explicar, diciendo:
la tenia Diosen la inocencia de una niña de tres años; y esto ha-
bia barbados que lo creyesen y se fuesen tras ella, besando
sus huellas, como de una santa canonizada.
Dijo esta inocenta en una ocasión á un religioso, que era un
'bor radio, y poco después á un mercader, c[ue era un ladrón: y
amonestada ó reprehendida por haber dicho estos dos opro-
bios, respondió: si no era verdad, que el uno era 'borracho de
agua, y el otro ladrón de tiempol Y asi paliaba ó escusaba otras
palabras pesadas si la hacian cargo de ellas, aunque como di-
jimos, sus creyentes latenian por simple y candida, y que asi
no pecaba en nada de lo que decía, siendo asi que era sobre
manera astuta, advertida, viva, entendida, maliciosa y sagaz,
como se reconoció en las audiencias, que con ella tuvo el San-
to Tribunal, á quien respondió siempre con astucia, intrepi-
dez y desahogo.
Este monstruo, cuando libre, tan inmodesta y aun desho-
nestamente, que llegó á escandalizar con sus dichos y echos
á muchos, que ó no la conocían ó dudaban de la santidad, que
aíectiiba. En su cuarto donde podia verla su familia, aunque
corta á la noche al acostarse, y ala mañana al levantarse, ha-
biéndose quitado toda la ropa se andaba de unas partes á
otras, como Eva en el Paraíso antes del pecado, y asi á los
temblores salia como Dios la crió y en pelo, á vista de los de-
mas, que ann en tan gran siisto siempre procuran cubrirse.
Mas, que si necesitaba de bañarse el cuerpo, se salia al cam-
po, á alguna acequia ó remanzo de agua corriente, paso co-
man á los viandantes, que allí la encontraban en cueros vivos
como dicen; y conociendo quien era, se admiraban del desaho-
go grande de la beata. Otras veces se bañaba en estanques ó
albercas de casas principales sin recatarse de que los domés-
ticos la viesen totalmente desnuda. Y sucedía entrar á un ba-
ño de estos acompañada de alguna conocida suya, que en-
trando ai agua modestamente cubierta, como lo pide el mu-
geril recato, ella hacia gala de la despudez, y advertida ó re-
prehendida de los cuerdos en este caso, respondía: Que ellos
tenían la culpa en asomarse á verla, que se fuesen en hora mala.
Lo peor es el pretesto ó color que daba á sus repetidos baños;
que era por el mucho ardor en que se abrasaba originado del
amor grande que tenia á Dios. Y añadía, que el agua de cier-
ta aceqnia ó arroyo, á que fuera de la ciudad salía mas fre-
cuentemente abañarse, tendría en la posteridad virtud, para
sanar de varias enfermedades, y en especial de calenturas pe-
gadas. Así se la pegaba ella á los simples, qué la creían j y lo
—353—
teüian muy creído las de su casa, hablando con misterio del
agua en que se bañaba Angela, que no la liarán limpia, cuan-
tos en acreditar la de santa se empeñaban.
Impura é indecente procedía en estos baños, y no menos lo
era en el descarte natural de las superfluidades, qne del co-
mer y beber naturalmente se originan en la calle, en la jjlaza,
en donde quiera que la cojia la forzosa, sola ó acompañada se
ponía en cuclillas, levantando mas de lo necesario las faldas
y escandalizando asi á los que acaso la veían y conocían; y
sí alguno la motejaba acción tan desordenada, respondía con
la licencia que le daba su desahogo: Para qué me dio Dios el talf
Sucedió entrar á verla una vez, como otras, un mancebo
lionrado y virtuoso que estos eran los que mas ñicil mente la
daban crédito, y como á Santa la buscaban; y á este le pidió
que la sacase un pique, sí sabia? Respondió que sí, y humi-
llóse á sacárselo de un dedo del pié: mas ello no contentándo-
se con descubrir lo que bastaba, que era el pié solo, levantó
las faldas y descubrió cuanto no debiera, y motivó al mance-
bo á avergonzarle y escandalizarse de tan poco recato en mu-
jer que se tenia por santa. Contó el caso á su confesor [del
mismo mancebo] que le respondió enojado: no vaya mas á ver-
la ni visitarla, ni crea qUe esa mujeres santa, aunque le di-
gan que es una Santa Catalina. Saludable consejo, como per-
nicioso el desahogo de la beata.
Tal, que un lugar sagrado intentó ó amagó tocar ó mano-
cear á un hombre con quien hablaba en partes que no podia
tocar ó manocear sin culpa: diciéndoselo juntamente con tér-
minos tan inhonestos, que aun solo de insinuarlos tiembla la
pluma y se pone la tinta colorada.
Ya no hay que admirar, que una ocasión estando en la pla-
za mayor de esta ciudad comprando ó pidiendo frutas á las
que la vendían, y pasando por allí unos religiosos, pidió auno
de ellos, que la convidase á fruta, y excusándose que era reli-
gioso, y como tal pobre, le dijo: A fé que si fuera una moza 'bo-
nita., que vos se lacomiwareis.
En otra ocasión comunicándole una persona las tentacio-
nes de carne que padecía, le dijo: Yo también las padesco; sá-
bete que muchas veces estando durmiendo, sueño que estoy
con un hombre en grandes gustos, complaciéndome en ellos.
Y añadió que el demonio durmiendo la puso á parir y que pu-
jando paria perritos, y la decía la partera infernal, mira quien
eres, que aun no pares criaturas, sino perros. ¿Qué pensaba
esta mujer entre día, que asi soñaba de noche? y cuando so-
ñase asi; porque á ley de virtuosa y recatada no había de ca-
llarlo?
ToM. vn. Literatura — 45
—354—
Kefiere mas, como si quisiese acreditarse mujer del mundo
y que se le entendía el vocabulario verde de las públicas ra-
meras, que un dia yendo por la calle de San Agustín á su ca-
sa, el demonio en figura de un pulpero, que viv^ia en la esqui-
na, la habia enamorado, diciéndola: Angela no tendremos algu-
nos motivos? que yo te regalaré mucho con vino y hiscocliuelos: y
que habiéndolo mirado bien y conocido que era demonio, le
respondió: No os pusierais maslyonito i^ara enamorarnwf Y que
con esto se fué corrido el demonio del pulpero. Y asi dice ella
que veiicia las tentaciones del demonio burlándose de él, y
no las decia á nadie, porque no eran pecado, y porque no en-
tendiese persona alguna que el demonio se le atrevía. Mala
doctrina contra lo que los Santos y doctores euseüan, que se
manifiesten al padre espiritual las tentaciones, aunque no sea
pecado para humillarse y correr al demonio viéndose descu-
bierto, pues con emboscadas y celadas alcanza él sus mayo-
res victorias.
Asi procuró encubrir ésta mujer las caldas que tuvo en ma-
teria grave contra la castidad en sus primeros años, aun sien-
do notorias á no pocos sus conterráneos. Daba pues á enten-
der á los que no la conocían, que no habia perdido la gracia
bautismal, y que su pureza y candor era tan grande, que ig-
noraba todo lo que fuese contra la castidad, diciendo le pare-
cía que con solo dar las manos una mujer á un hombre conce-
bía, ó que con el viento se hacían preñadas, á la manera que
algunas gallinas (toda esta es doctrina y estilo suyo en sus
escritos) ponían huevos del aire sin el concurso del gallo Y
en suma que no sabia, que cosa era pecado, siendo asi que
cuando moza lo cometió mortal, y de obra contra el sexto
mandamiento, que convencida últimamente ha confesado en
sus audiencias.
Su dssen voltura y liviandad mujeril pasó á ser sacrilega y
blasfema en los casos siguientes, que ella refiere: ó por mejor
decir, finge que una vez se le apareció Cristo Señor ísTuestro
en forma de un hermoso mancebo, y la recostó en sus brazos,
y queriéndola besar, ella se resistió, y que el Señor la dijo: ya
que no quieres besarme, te tengo de decir amores; y que se los
dijo muy cariñosos, asegurando la queria tanto, cuanto que-
ría á su Madre. ¡Qué descaro! ¡qué blasfemia!
Prosigue otra: Que vio intuitivamente a Dios, Y que la di-
jo el Señor: que ella era Madre de Jesús y que nadie la habia
de besar, porque la defenderla con armas. Y que en otra oca-
sión le dio el Señor á beber con sus mismos labios, y que vien-
do los Angeles que con su misma boca le daba el Señor á be-
ber el agua, cantaron diciendo: jpor darle un ósculo fingió, que
la dala d leier: Enamorado está, aunque mas lo discimula, Ki
—355—
aun los diablos se atrevieran á entonar tan indecente y sacri-
lego cántico; y se atrevió á fingirlo y dejarlo escrito esta dia-
bólica mujer.
'No merece menos calificación el caso siguiente, aunque tie-
ne mas de tramoya y ficción csquisita. Hallóse (dice) en el rio
Jordán, (que no se contentaba con el rio y baños de Lima, por
contaminarlo todo) en el cual se echó á nadar con el ííiño Je-
sús, que sería como de seis años, y desnudos hasta la cintura,
estuvieron los dos retozando y luchando a brazo partido; y
que San Juan Bautista (sería de poco más de seis años) esta-
ba á la orilla, señalando con el dedo, diciendo: allí está el Cor-
dero de Dios; allí está Angela de Dios. Y que llegó la Virgen
Santísima y los puso en paz, dándoles sus pechos, y se pusie-
ron los dos á mamar. Qiiis audivit talia liorrihüia^. Dijera aquí
el Profeta Jeremías. Y pudiéramos llorar con ella que desa-
tinos despeñó el Demonio á una mujer cristiana, y que vivia
entre católicos.
Sea el último desatino en este género el que asi fingió; que
un día de Pascua de Eeyes, so halló en el Portal de Belén,
donde estaba elMño Jesús sin la Santísima Virgen, y que
preguntando á el Señor donde estaba su Madre: dice, le res-
pondió, que ella había de ocupar el lugar de su Madre, pues
era Virgen y Madre de Sacerdotes, y que hizo el oficio de la
Santísima, Virgen teniendo en sus brazos al Mño Jesús. Sa-
biendo la indigna como atrevida y blasfema, que ni era Vir-
gen, ni aun mujer honesta, y que lo sabían otros, y había de
divulgarse mas algún día por estos sus escritos que compo-
nían y dictaba para todos.
Hasta aquí de liviandades, blasfemas y sacrilegas de esta
mujer, fingidas solo por acreditarse de Santa, y muy querida
y favorecida de Dios sobre todos los Santos, cuando ni era de
Dios, ni parecía estar en su gracia, no solo por lo hasta ahora
dicho de sü Vida y costumbres, sino aun mas por esto último
que diré; con que se cierra la relación de sus mas graves de-
fectos; y es que ni oía ni gustaba de oír sermones, cuando el,
oírlos como palabra de Dios, califica á los fieles de suyos y
aun de ser predestinados, conforme la sentencia de Jesucris-
to: Qiii ex Deo est, verbd Dei audit. Aunque es verdad, que
asistía frecuentemente en los templos y en algunas fiestas
principales, y casi todos los dias en el de San Agustín, con el
desahogo é inquietud que hemos notado, no era su fin entrar
á ellos á oír sermón, y asi ella misma contestaba, que no los
oía, antes al comenzar el predicador, ó poco antes se salía de
la Iglesia, ó á su casa ó á otra izarte, porque decía á quien se
lo preguntaba, por qué se iba y no oía sermón? Qué para qué
se había de quedar á oirle, si se dormía en él, y que aunqu»
—356—
pusiese cuidado en atenderle, no entendia nada de lo que el
predicador decia.
Y mas se explicó preguntada de persona de su confianza la
causa de no asistir á oiría palabra de Dios como buena cris-
tiana, Eespondia que se sentía totalmente cerrada en orden á
entender lo que predicaban. Siendo muy digno de reparo,
que preciándose esta beata de insigne escritora y escrituraria,
y que en sus cuadernos trataba materias muy delicadas de la
teología, y ninguna hasta hoy de otro discurrida ni manifes-
tada al mundo, se hallase tan torpe é incapaz para entender
los sermones en que se predica la palabra de Dios ya recibida
en la Iglesia, y creida de los fieles, ó en sus misterios princi-
pales y alabanzas de los Santos, ó en la doctrina saludable
para seguir la virtud y huir del vicio; cuando ella misma se
mostraba tan perspicaz y atenta en oir los sermones ridículos,
denigrativos y torpes que le predicaba el Demonio, percibién-
dolos con memoria tan tenaz, que los repite muy por menor
en muchas partes de sus cuadernos. Lo cual no pudo ser, sino
por hallarse muy adicta á él y crédula á sus engaños. Y ya que
no oia la palabra de Dios en las Iglesias, como se ha dicho, es
muy de ponderar, que ni en su retiro ó cuarto se disj)usíese á
oiría por algún libro devoto, porque habla Dios al corazón de
los que le buscan: pues consta, que tales libros no tenia, y pre-
guntada, ¿cuáles habia leido en su mocedad? Eespondió que á
Don Quijote, y otro intitulado Esi)ejo de discretos. De que
aprendió sin duda ser tan grande invencionera y tramoyista,
sin nada de discreta.
Puede ser haya sido castigo de Dios á esta mujer por desa-
fecta á oir su palabra en libros devotos y sermones, la sorde-
ra que dice ahora últimamente padece, sino la finge, como lo
demás, aunque añade para ir consiguiente en sus ideas fan-
tásticas que su sordera no es achaque natural; sino ocasionada
de la armonía ó susurro de las músicas celestiales, que fre-
cuentemente oye. Podémosla explicar, aunque mienta, con la
- sentencia de algunos filósofos antiguos, que dijeron ser tanta
la armonía y consonancia ruidosa, que hacen los cielos al dar
vuelta con sus continuos movimientos, que nos tiene sordos á
los de acá abajo, para que no la oigamos ni percibamos si-
quiera.
De todo lo referido en esta relación que consta haber dicho
escrito y cometido Angela, beata de San Agustín hasta el día
de su prisión, probado y comprobado de sus cuadernos, escri-
bientes y testigos de oidas y vistas, se puede y debe inferir ser
todas sus revelaciones asi de ps^rie de elh), como de las cosas
reveladas, diabólicas, falsas y qaimóricas, su; o. tiendo las de-
mas censuras teológicas con que se han caüficado, do i)arte
—357—
del sujeto, que es Angela, porque abunda de soberbia y pre-
sunción luciferina, arrogante y jactanciosa en sumo grado,
anteponiendo fé á Santos, á Doctores y sabios teólogos, y aun
al mismo Sumo Pontífice, Cabeza de la Iglesia, pretendiendo
ella quedar siempre superior á todos en doctrina, en constan-
cia y virtud, no menos abunda de codicia y ambición de hon-
ra y de interés; pues según ha constado se enderezaban sus
revelaciones á captar benevolencia y estimación de todos para
utilidad y conveniencia propia: estando por otra parte falta
de caridad, como se colige de tantas proposiciones injuriosas
que escribe, como reveladas, diciendo algunas en nombre del
Demonio como si fuera su agente y tuviera sus poderes; age-
na del todo del amor de Dios y del prójimo, que no le permi-
tiera ni decir, ni escribir defectos tan graves, y si se publica-
ran escandalosos aunque á la verdad fingidos é impuestos á
las personas de quienes los afirma. Sus costumbres han sido
tales, que de ellas no se pueden presumir los favores que re-
fiere haberle hecho Dios, siendo verdaderamente falta de to-
das las virtudes de que consta la verdadera santidad, y so-
brada de todos los vicios, de que una vida estragada se com-
pone.
De parte de las cosas reveladas hay mucha mas malicia por
contener tan repetidas proposiciones heréticas y de las demás
calidades teológicas, que son contra la Sagrada Escritura y lo
que enseña nuestra Santa Fé; las cuales repite varias veces en
sus escritos con tan firme adeccion á ellas que pudit^ra tener-
se por Hereciarca famosa, autora de pestilentes doctrinas, y
dogmaticante, pues las ha enseñado y dicho á otros de pala-
bra y por escrito; cuya pía afición á creerlas ha procurado
captar con los favores que mezclaba haber recibido del cielo,
y santidad que afectaba en algunas acciones, porque tenia el
séquito y aplauso de muchos, que ignoraban su interior y no
penetraban la disonancia ó veneno de sus errores, de que ella
tuvo toda ó la mayor culpa, como autora y escritora primera
y principal, que casi compelió ó por mejor decir, deslumhró
con la máscara de Santa á que otros aplaudiesen y oyesen
con respeto su doctrina en lo que juzgaban no ser manifista-
mente contra las verdades católicas.
Consta lo dicho por los fundamentos siguientes: Primero,
por haber declarado en sus audiencias, que todo lo que le pa-
saba con Dios, con la Virgen Santísima, Angeles y Santos; y
con el mismo Demonio lo escribía ó mandaba escribir, y que
en lo que distinguía ser doctrina de Dios la que le inspiraba
el oráculo (es vocablo suyo qno repito muchas veces y con
que equivoca á Dios y al Diablo) esquela doctrina de Dios le
parecía buena, y que la asentía en su interior, y cou esta cía-
—358—
ridad y seguridad la escribía: pero que lo que le dictaba el
Demonio no le asentaba bien en su corazón, y asi no se con-
formaba con su doctrina, y mas apareciánsele muchas veces
en formas horribles, feas y deshonestas. En lo cual se debe
notar, que siendo casi todas las heregías y errores de sus es-
critos revelados por el oráculo, que no podia ser otro que el
Demonio á esas revelaciones (como dice ella misma) asentía
luego, creia y tenia por buenas, ciertas y verdaderas todas las
proposiciones heréticas que ha escrito, siendo hereje malicio-
sa, pues Diosííuestro Señor, la Virgen Santísima y los San-
tos no podían inspirarle, ni enseñarle tan malas doctrinas que
sin duda eran del Demonio, engañada é ilusa activamente de
él, á quien voluntariamente tenia y reconocía por su Señor,
Director y Maestro, y verdaderamente por su único oráculo.
Lo segundo: con que se comprueba el ascenso que daba, á
todo cuanto le revelaba ó sugería el Demonio, es jactarse ella
misma, que en la oración recibía de Dios cuantas respuestas
daba á casos particulares de consultas que le hacían; y que en
ella también se le manifestaban las almas de la otra vida ó
condenadas en el infierno, ó detenidas en el i)argatorío. Seme-
jantemente deciaá unos, y otros venirles del cielo las bendi-
ciones con los rosarios ó cuentas que allá enviaba, la salud
para los enfermos y cumplimiento d'e otras pretensiones: lo
cual todo indica el ascenso voluntario que daba á cuanto es-
cribía ó dictaba, sin que se le pueda recibir por escusa que
otros la obligaban á ello y que ella nada creia.
Lo tercero, que aun sin ser inducida ni preguntada, decía
estar escribiendo cosas muy altas sobre la Concepción, y en-
señando una pluma acierta persona la dijo: con esta pluma go-
'bierno desde el Fontífice á toda la Iglesia^ 'porgue escribo doctri-
nas para todos y nada de esto es mió. Y dando á leer á dicha
persona como una hoja de papel que habia escrito, le dijo: le
hacia en esto mucho favor, y volviendo el rostro á otra parte
comenzó á escribir sin mirar lo que escribía, sin mover ojos,
ni boca, solo le dijo que estuviese atento, que otro le llevaba
la mano para escribir, y quién podia ser sino el Demonio su
infernal oráculo, que la impelía la mano á escribir tan disíbr-
mes errores.
Lo cuarto se comprueba e] ascenso de esta beata á todo
cuanto escribió ó dictó por hallase en sus cuadernos en varias
partes grandes a})recios y estimaciones que hacia de todo lo
que escribía, i)ues dice en una, que las revelaciones que su Di-
vina Magestad le tiene hechas y hace son las ciertas, porque
en ellas le habla Jesucristo y dicta el Espíritu Santo. Mas
afirma que le dijo el Señor, que lo que ella enseñaba es lo ver-
dadero y no los que los teólogos enseñan: y que sus cuader-
—359—
' DOS son el árbol de la Palma que resguarda y defiende á esta
ciudad, á cuya sombra está, y por sus. escritos ha de definir la
Santa Sede Apostólica el Misterio do la Concepción. De que
se infiere lia tenido por ciertas y verdaderas cuantas proposi-
ciones heréticas, erróneas y temerarias tiene escritas sobre es-
te Misterio, para cuya definición afirmaba haberle escogido
Dios por principal instrumento, que es lo que deslumhró al-
gunos devotos de este Misterio para creerla y estimarla por
Santa.
Y vivia tan pagada de su dictamen y del mal espíritu que
la regia, que afirmaba haberle dicho su oráculo, que no tuvie-
se confesor, sino que se gobernase por su luz, y que escribie-
se lo que le decia, que él mismo se lo declararla; ijorqueasi co-
mo Señora Santa Ana no tuvo coníesor que la mandase, que
ella tampoco tenia necesidad de él, y que asi se gobernase asi
misma: persuadiéndoselo con el simil, de quien aprende un
oficio ó una facultad con dirección de maestro, que hallándose
aprovechado, deja al maestro y obra por sí; concluyendo el
oráculo con que ya ella estaba aprovechada. Quién sino el
demonio podía persuadir que una alma cristiana no necesitaba
de confesor, siendo el Demonio el que años há asi lo persuadió
y consiguió de Lutero y sus secuaces. Y es cierto que para dar
por buenas ó malas sus revelaciones y doctrinas no necg^ita-
ba de confesor ó padre espiritual que las aprobase ó repróba-
se, pues todas ó las mas son contrarias manifiestamente á los
principales artículos de niiestra Santa Fé, que todos uniforme-
mente deben creer y creen como cristianos, cuya ignorancia
no puede escusar al mas rudo é ignora nte y mas á esta beata,
que era tan avisada y resabida y criada entre católicos y de
padres cristianos, y por lo que ella pensaba de sí Doctora de
Doctores y Maestra de sus padres de espíritu á quienes podia
enseñar el A. B. C.
Lo quinto, se comprueba el ascenso á sus revelaciones y
doctrinas por lo que vivió siempre pagada de ellas y estima
grande que hizo de sus escritos, pues aun estando ya ella y
ellos en las cárceles del Santo Oficio, dijo: que el oráculo (en-
tendiéndolo por el Señor) la había consolado diciendo, que-
darían avergonzados los que lá habían denunciado, como tam-
bién los que despreciaban y sentían mal de sus escritos. Y
aunque una vez estando libre había amagado á quemarlos en-
fadada ó cansada de tanto escribir ó dictar, ó por mejor decir
fingir y maquinar errores y disparates, no lo ejecutó, antes
permitió (sin duda con bellaquería) que un padre espiritual
suyo los sacase de su poder y los asegurase y guardase, para
que asi últimamente parasen ilesos y enteros en manos de los
jueces que la habían de sentenciar y condenar por lo que hizo
-360—
y escribió, y con esto pudieron también salir en público sus
escritos, como reos condenados al teatro acompañando á su
autora encuadernados en quince libros, de buen tomo, que á
no ser la letra muy pequeña y metida, hubieran ocupado mas.
Lo sexto, por donde últimamente se comprueba la fé y cré-
dito que daba esta mujer á las visiones y revelaciones que el
Demonio le sugeria ó su mismo genio fantástico y embustero
le inspiraba, es el desahogo con que en la misma prisión y
audiencias que le dieron relataba al principio lo que encerrada
en su aposento soñaba, cuando tanto dormia ó deliraba como
falta de juicio, aunque no de libertad y entendimieuto: atajo-
sele con graves amenazas esta relación ó cuenta que daba de
sus disparatadas como falsas revelaciones; y asi cesó de rela-
tarlas ó fingirlas, como se conocerá haberlo sido por las si-
guientes:
En el primer año de su prisión dijo en una audiencia, que
á hora de las cuatro de la mañana el Jueves Santo estando
con deseo de comulgar se le apareció el Señor, y le dijo, que
la llevaría á la Iglesia Catedral de esta ciudad y le ¿aria la
comunión; á que ella respondió, que cómo estando presa ha-
bla de salir? Que la podian hechar menos y la tendrían por bru-
ja: y (pe entonces el Señor se sonrió y la mandó se pusiese
la saya y el manto; y que lo hizo así, y la mandó se pusiese
en oración; y habiéndose puesto, se halló en la Iglesia Cate-
dral, y puesta de rodillas en el Altar Mayor, salió San Pedro
con estola y el vaso de formas consagradas, y la mandó dijese
el acto de contrición, y la comulgó, sintiendo ella en las espe-
cies sacramentales lo mismo que cuando comulgaba de algún
sacerdote de acá, y quedándose un poco en oración se halló,
de repente, en su prisión, aposento y cama vestida y con su
manto. Aunque se oyó y escribió esta revelación como la di-
jo, bien se conoció y entendió ser toda fingida y ahormada en
el mismo molde que las demás, que tenia fingidas y escritas en
sus cuadernos. Y baste para prueba de su fingimiento y nin-
gún deseo que tenia de llegarse á los Santos Sacramentos de
la confesión y comunión, el que en los cinco años siguientes,
que estubo en la cárcel, ni se acordó, ni pidió, ni tomó en la
boca se le concediese algún Sacerdote que la oyese de confe-
sión, sin que fuese menester bajase San Pedro del cielo á
oiría.
Otra revelación, tan increíble como la pasada, refirió en au-
diencia que se le dio el último año, leyéndosele el escrito de
acusación y conclusión, en que el Señor Fiscal pedia la pu-
siesen á cuestión de tormento por negativa en la creencia de
cuanto habia escrito y dictado, y demás negado siempre ha-
ber tenido familiaridad, amistad, ni pacto explícito, ó implíci-
—sex-
to con el Bemonio, de que estaba tan vehemente sospechosa
por sus mismas revelaciones y acciones diabólicas. Dijo, pues,
que oída la demanda del Señor Fiscal, retirada á su cárcel tu-
vo grande sentimiento y pena, derramando muchas lágrimas -
por el tormento que la amenazaba, y hallándose en esta aflic-
ción, sintió que entraba como aire en su aposento, y se la
apareció la Virgen con el Niño Jesús desnudo, y se lo puso
en las manos, que sería de estatura de mas de media vara, y
como los niños que comienzan á sentarse; y le tuvo en sus
manos mas de una hora, tocándole sus carnes, que eran sua-
vísimas, mas que la fina seda, y especialmente le tocaba por
las nalguitas y el dedo pulgar de la mano, sintiendo tenia en
él huesos, y que el rostro tenia muy blanco y el pelo rubio,
aunque muy corto, y los dientes pequeños y muy blancos, y
no le hablaron palabra Madre ni Hijo, y quedó con una ale-
gría interior muy grande, y por algún tiempo, como deseando
elevarse el espíritu á modo del humo, sintiendo en su cuerpo,
como á quien le hormiguea, ó hace cosquillas, y que se hallaba
como media borracha, con, deseos de cantar y bailar. Que en
esto paraban las altísimas revelaciones de esta Beata con las
demás circunstancias, que las hacen increíbles y aun ridicu-
las.
Como lo es la siguiente que dijo en otra ocasión haber te-
nido estando en su cárcel afligida por la amenaza del tormen-
to; que se le apareció nuestro Señor y la Virgen, y le dijo:
por revelaciones, ni visiones no se da tormento á nadie, y las
personas que han denunciado de tí, y los que obran contra ti
yo los tengo muy en mi memoria, y poniendo la mano sobre
el pecho, dijo: allá nos veremos, y me verán la cara; y mani-
festaré todas las revelaciones que habéis tenido, y que abrién-
dole el pecho, al modo que se puede abrir una concha, enseñó
mucha riqueza y hermosura de piedras preciosas; á que aña-
dió el decirla: quedarían corridos y avergonzados los que la
habían denunciado al Santo Oficio, y los que despreciaban y
sentían mal de sus escritos y de sus cuentas y rosarios; y
que era envidia de muchos, como la que habían tenido los
hermanos de José, que llevados de ella le despreciaron, abor-
recieron y vendieron, y que al cabo de mucho tiempo le sacó
Dios, por su inocencia, acreditado y victorioso en presencia y
á vista de sus mismos hermanos; y que sus cuentas y rosarios
no habían derribado edificios, ni envenenado á nadie, ni he-
cho mal; que el veneno estaba en el pecado, y el pecado en
aquellos que murmuraban de sus cuentas, rosarios y escritos;
y que ella era como la vid ó sarmiento que se extiende y hace
parral con muchos racimos, y que sus escritos eran los racimos
ToM. vn Literatura — 46.
—362—
6 fruto, con que habían de conocór todos que Joaquín y Ana
futeron puros, y María concebida en gracia y gloria de Dios.
Bien se conoce por esta revelación ó ficción cuan ladina y
astuta era esta mujer, como también cuan aferrada y adicta
estaba á cuanto habia escrito y dictado, y con todo negaba
haber dado ascenso, ni creído cosa alguna de aquellas que se
le hacían cargo por sus mismos papeles reconocidos de ella
por suyos; á que en una audiencia dijo, que ella no había es-
tudiado teología, ni sabia explicarse bien, y que solo lo que
dictó en sus cuadernos fué lo que habia oído y entendido en
sus arrobos y éxtasis, y que era como un negrito, que no ha-
cía, ni ponia mas de su parte, que recebir el recado y darle en
la mejor forma que le habia entendido; y así lo hacia, mani-
festándolo á las personas que solia consultar, y que cuando le
pasaban y tenia algunas revelaciones ó visiones sentía mucho
gozo y alegría, y en pasando la visión se quedaba como antes
y se le olvidaba; pero cuando llegaba á sus confesores les de-
cía todo lo que le habia pasado, soltándosele como sí fuera
una carretilla; y después no se acordaba mas, quedándose co-
mo borracha y sintiendo en el cuerpo como cosquillas que le
causaban sumo gOzo y alegría, dice ella; y pudiéramos decir
que era el Demonio el que la causaba estos sentimientos, y
ademanes de embriaguez y alegría juglar, cuando las revela-
ciones ó visiones que tienen de Dios los santos se terminan
en paz y sosiego del alma, humildad y conocimiento propio,
amor de Dios y del prójimo, como lo manda su santa ley.
' Finalmente, siendo esta beata, como ella dice, visitada y
regalada de l!í^. S. con las visiones y revelaciones dichas, y
otras que no se le permitió decir en su retiro involuntario, y
allí por sus peticiones y quejas alimentada especialmente de
la mañana á la noche con el almuerzo, comida y cena, á que
juntaba el reposo del sueño casi continuo por espacio de seis
años ocupados en su causa y de otros reos que la precedie-
ron en el auto de ahora dos años, y la acompañaron en este,
no tenia masque desear en el estado de rea acusada de tan-
tos dichos y hechos, de que siempre se descargó con intrepi-
dez y desahogo, ó negando haber creído lo mismo que escri-
bió y dictó, ó echando la culpa á sus consultores, hombres
doctos y virtuosos, queriendo así deslumhrar á los jueces, co-
mo los engañó á ellos. Y á la verdad esta mujer fué toda
compuesta y amasada de embustes y marañas, como aquellos
hipócritas á quienes maldijo Cristo Señor ISTuestro, comparán-
dolos á los sepulcros ó mausoleos, en lo exterior blancos y lus-
trosos, guarnecidos con listas de oro y otros esmaltes y labo-
res superficiales, cuando en lo interior están atestados de hue-
sos y podredumbres, ascos é inmundicia: Ve 'vóhis M;pocrite,
—363—
quia símiles estis sepulcris de albatíSj que aforis parembominibus
speciosa, intus vero plena suntossihusmortuorumj & omnispurci-
tia.
Mas, como Dios no quiere la muerte del pecador sino que
se convierta y viva, parece que tocó y alumbró á esta mujer,
I>ara que después de tantas diligencias, moniciones y amena-
zas del Santo Tribunal para reducirla al camino de la verdad,
reconocimiento y penitencia de sus pecados, con menos fruto
del que se deseaba; últimamente movida á lo que se puede
creer eficazmente de !íf. S. volvió en sí, se reconoció y pidió
audiencia en dos de Junio de mil seiscientos noventa y cuatro
en que se consumó su causa. Dijo, pues, en la audiencia que
se le dio, que por medio de este Santo Tribunal, á quien Dios
da luz, se la ha dado Dios á ella, para detestar las doctrinas
y proposiciones que ha escrito, porque ha llegado á entender
que ha/ muchas heréticas, blasfemas é infamatorias, y que
así pedia perdón, y que en ella no hubo engaño de su parte
en cuanto á las visiones, porque las visiones y sueños se los
referia á aquellas personas que podian aconsejarla, y ella fiar-
se de ellas por su virtud y doctrina, y refiriéndoles todo lo
que veia ó se le revelaba, no lo creia, dejándolo al juicio age-
no; y que también ella no se determinó á escribir lo que escri-
bió y dictó en sus cuadernos, sino que fué aconsejada para
ello de una de las dichas personas que nombró, á quien daba
cuenta de lo demás, y por ella proseguía escribiendo; y aun-
que tal vez lo repugnó por decir que no era leída, ni sabia es-
cribir bien, le respondió este su director que escribiese, que él
le adivinaría lo que quería decir, y que así fué escribiendo la
parte que en los cuadernos ^consta ser de su letra; y que ha-
biéndole faltado dicho director, pasaron los escritos á otros de
la misma calidad que la asistieron y escribían lo que ella les
dictaba y comunicaba, y que ellos fueron los que se engaña-
ron, porque ella no retuvo en su poder, ni volvía á verlospíi-
peles, antes los quiso quemar y se lo prohibieron. Mas, dijo
que cuando se le aparecía el Diablo lo procuraba atuyentar;
y en cuanto á haber creído las revelaciones y visiones que tuvo,
estaba como suspensa é indiferente, y de modo que no sabe
explicarse, considerando que sus directores ó personas doctas
á quienes consultaba, no le declaraban que aquello era malo,
y ahora que se le había dicho por este Santo Tribunal que lo
era, pide perdón á Dios IsTuestro Señor y á sus jueces y minis-
tros, porque conoce haber estado engañada, y que lo que ha
dicho es de corazón y no de miedo.
Hasta aquí la causa de Angela Carranza, Beata de San
Agustín, sumariamente relatada en el auto público, menos
algunos reparos ó ponderaciones que se hacen á tan extaror-
-^364—
dinarios y monstruosos sucesos, ó por mejor decir ficciones, y
en la sustancia y palabras suyas fielmente sacada de sus es-
critos y cuadernos, y de lo que se delató y probó contra ella,
aunque no todo por no ser posible sino antes un proceso infi-
nito, y lo dicho baste para el conocimiento de esta rea y la
gravedad de sus delitos á que se dio la sentencia que se sigue
con los mismos términos ó palabras que la formó el Santo
Tribunal.
Fué condenada á que saliese en auto público de Fó en for-
ma de penitente, vela verde en las manos, soga á la garganta
y le fuese leida su sentencia con méritos, que abjurase de ve-
bementi y estubiese reclusa en un monasterio ó recogimiento
que se le señálase por tiempo y espacio de cuatro años, y que
el primero ayune los Viernes, y confiese y comulgue las tres
pascuas del año y las festividades de la Santísima Yírgen, y
si quisiese confesar y comulgar cada mes, se le permite, y que
no traiga hábito de beata, ni use del nombre de Angela de
Dios, sino solo el que tiene por sus padres, y se le prohibió
las penas que en sí reservó el Santo Tribunal, el trato y co-
municación con persona alguna de revelaciones por escrito,
ni de palabra, privándola de papel, tinta y plumas para escri-
bir, y que las materias de su espíritu las comunique solo con
los sacerdotes que el Tribunal le señalare. Y que por edictos
públicos, en la forma acostumbrada, se recojan y prohiban en
todo el distrito de esta Inquisición las cuentas, rosarios, cru-
ces, medallas, campanillas, velas, cencerros, espadas, dagas,
retratos, firmas, pañuelos, vendas mojadas en su sangre, mue-
las, uñas y todas las demás cosas suyas, que como reliquias ó
por devoción ó por otra causa que se guardan y retienen, y
así mismo los traslados que hubiere en el todo ó en parte de
sus escritos y cuadernos; y que los quinientos y cuarenta y
tres cuadernos borradores y apuntamientos que escribió y
dictó, que se aprendieron, se quemen juntamente con sus re-
tratos, y que fuese desterrada de la corte de Madrid y ciudad
de Córdova del Tucuman por diez años, cincuenta leguas en
contorno, y que lo cumpla so pena de impenitente relapsa.
Cktncluida la causa y oída la sentencia de la principal rea de este
auto, se relataron las siguientes á seis reos, que reducidas ú
suma ylen sustancia son:
^ I.
Juan Dávila y Mendoza, mestizo de 26 años, de ofiqlo al-
—365—
bañil, natural de Jauja y residente en esta ciudad de Lima,
salió al auto en forma de penitente con corosa é insidias de
casado dos veces, abjuró de levi y que saliese en público á la
vergüenza, y desterrado de esta ciudad por seis años cincuen-
ta leguas en contorno, y los dos primeros sirva con su oficio
de albañil en el presidio del Callao en las obras de la Mages-
tad.
^ 11.
Juan García Muñoz, español de edad de 48 años, de oficio
arriero, natural de Oaylloma y vecino de Oochabamba, salió
al auto en forma de penitente con corosa é insignias de casa>
do dos veces, fué condenado á cien azotes por las calles públi-
cas, desterrado por diez años de la villa de Oochabamba, y lo»
cuatro primeros, que esté recluso en el Hospital de San Juan
de Dios de la ciudad del Cuzco, donde sirva á los enfermos de
suerte que merezca la comida, y no lo quebrante pena de
cumplirlo doblado.
^ III.
Alonso de Medina, mestizo natural del pueblo de Vilcas-
guaraan. Obispado de Ouamanga, y vecino de Pampas, de
edad de cincuenta años, de ofició labrador, salió al auto en
forma de penitente con corosa é insignias de casado dos ve-
ces, abjuró de levi, y el dia siguiente se le dieron doscientos
azotes por las calles públicas, y desterrado del pueblo de Pam-
pas por diez años, y los cuatro primeros esté recluso en el
Hospital de San Juan de Dios de la ciudad de Guamanga,
donde sirva á los enfermos, de suerte que merezca la comida,
y que no lo quebrante pena de cumplirlo doblado.
§ IV.
Benito de la Peña, natural de la ciudad del Cuzco y vecino
del presidio de Valdivia, de edad de 32 años, salió al auto en
forma de penitente con corosa ó insignias de casado dos ve-
ces, abjuró de levi, y por la inducción de testigos falsos para
contraer el segundo matrimonio, se le mandaron dar doscien-
tos azotes por las calles públicas, y desterrado del presidio de
Valdivia y que sirva cuatro años en uno de los hospitales de
esta ciudad, el que le fuere señalado, de suerte que merezca
la comida, y que no lo quebrante pena de cumplirlo doblado.
—366.
^ V. ■
José de Erivera, mestizo, natural de Santiago de Viñas en
la provincia de Yauyos, de edad de 26 años, de oficio arriero,
vecino de Valdivia, salió al auto en forma de penitente por
testigo falso en la información que dio de viudo Benito de la
Peña para contraer el segundo matrimonio en el presidio de
Valdivia, teniendo viva su primer mujer, diéronsele doscien-
tos azotes por las calles públicas, y desterrado de Valdivia
por cuatro años cincuenta leguas en contorno.
^ VI.
Antonio Oataño, mestizo, natural del pueblo de San Geróni-
mo del vallé de Jauja, vecino de Valdivia, de edad de 26 años,
dé" oficio cerrajero, salió al auto en fornia dé penitente por tes-
tigo falso en la información que dio de viudo Benito de Peña
para contraer el segundo matrimonio en el presidió dé Valdivia,
teniendo viva su primera mujer, diéronle doscientos azotes
por las calles públicas, y desterrado de Valdivia por cuatro
años cincuenta leguas en contorno.
Leidas las causas con los méritos y sentencias de los reos
fueron reconciliados, habiendo adjurado los que debieron por
su sentencia; y así á dos horas después de medio dia, se oon-
dujeron á la reclusión del Santo Oficio para dar cobro de sus
personas con la última ejecución de lo que se les mandó en
penitencia: solo se retuvo la beata en el convento de Santo
Domingo para llevarse encubierta a media tarde á su prisión
por el riesgo que corría, si fuese en público, la apedrease el
vulgo y aun la llegasen á herir y matar, según estaban todos
escandalizados y escandecidos contra ella por sus engaños,
embustes y trapazas, con que tanto tiempo tuvo deslumbrada
ó ciega gran parte de esta ciudad caución, y orden del Santo
Tribunal, que el suceso acreditó de muy prudente, pues sa-
cándola por puerta retirada, muy en secreto, y entrándola en
una caleza cerrada con dos personas de toda autoridad. y res-
peto, una religiosa y otra secular, sospechando ó brujuleando
ir en la caleza la beata, se juntó instantáneamente una cua-
drilla de muchachos que á pedradas tiraban á deshacer la ca-
leza y matar á la rea, como lo decian á voces con los apodos
ó dicterios que merecian sus delitos. Acudió guardia de sol-
dados á defenderla y no bastó, sino que creció á mas y mas
el batallón de pedreros de todas edades, que perseguían con
sus tiros la caleza, sin que bastase sacar el rostro las dos per-
—367—
sonas de respeto que iban en ella, antes maltratando é hirien-
do á la una repetidamente, de suerte que necesitó después de
hacer cama y san^^rarle. Así llegó á la Inquisición la rea, de-
fendida como se pudo y viva de milagro, porque hasta allí la
siguió el vulgo furioso, aunque con la capa ó pretexto de ce-
lo por vengar y castigar á la que á Dios, á su Madre Santísi-
ma, y Santos del Cielo, tanto habia agraviado y ofendido, co-
mo les manifestó su causa.
Este suceso, pues, tan ruidoso y peligroso, dio la razón por
que no fué sacada esta rea con los demás por las calles públi-
cas, de las cárceles de la Inquisición á la iglesia de Santo Do-
mingo, sino que antes de amanecer, dos horas, fué traída en
caleza y acompañada al convento á esperar la hora que llega-
ron los demás; y entonces salir como salió en público, y ocupó
su lugar en las gradas, y ftié la primera que oyó su causa, que
á traerse como todos en la procesión, hubiera no solo inquie-
tado, sino concitado al vulgo á hacerle alguna vejación ó da-
ño notable, que embarazase el fin para que era llevada al pú-
blico teatro.
Y por la misma razón y caución prudente del Santo Tribu-
nal, se detuvo casi un mes dicha rea en su primera^ eárcel,
aunque con mas desahogo por defenderle así la peísona y la
vida de la plebe concitada, que en cualquiera otra parte le
buscara y acometiera con furor y celo, aunque indiscreto.
El cual desahogó la inocencia de los muchachos en los autos
fingidos que hicieron por todos los barrios en diferentes días,
sacando en procesión la estatua de esta mujer, pregonando
sus errores y delitos, condenándola á azotes y al bracero que
la daban, y últimamente quemaban. La cual acción ó repre-
sentación duró muchos días, y estando, dispuso el Santo Tri-
bunal el depósito ó reclusión de la rea en un beaterío, segura
de todo riesgo y con las precauciones que para bien de su al-
ma y salvación se podían desear, y mandó su sentencia.
AUTO DE FE
Que se celebró en la ciudad de Lima é iglesia de Santo
Domingo, el Lunes Santo, a diez y seis de Marzo de
mil seiscientos noventa y tres, cuya relación la escri-
be el Doctor Don José del Hoyo, Salieron al teatro los
reos siguientes, de cuyos méritos y sentencias se hace
breve sumario.
^1,
Matías de Aibar, alias Don Pedro de Oaravajal Sotomayor,
alias Don Pedro Matías de Salazar, alias Don Pedro ÍTavar-
rete de Oaravajal, español, de edad de 30 años, de oficio cha-
lan de muías, vecino de Castrovirreina y natural de Lima, sa-
lió al auto en forma de penitente, con corosa é insignias de
casado cinco veces, con mordaza por blasfemo, que invocó al
Demonio, pidiéndole favor y ayuda, ofreciéndole el alma con
repetidas blasfemias, haciendo irrisión del Santo Sacramento
del orden, usando el traje sacerdotal y poniéndose á confesar,
siendo secular y casado cinco veces; abjuró de vehementi, fué
reprendido, advertido y conminado, y el dia siguiente se le
dieron doscientos azotes por las calles públicas, y desterrado
de Madrid y de Lima, y que sirva á su Magestad en el presi-
dio de Valdivia por diez años, y cumplidos, el resto de su vi-
da sirva en un hospital, el que le señalare el Santo Tribunal.
—369—
§ II.
Angela de Olivitos y Esquivel, alias la Hermana Angela de
Cristo, natural de Lima, española, de oficio costurera, de edad
de 28 años, salió al auto en forma de penitente, con corosa de
hipócrita embustera, afirmando proposiciones erróneas, siguien-
do la secta de los alumbrados quietistas, estando ilusa y deján-
dose engañar del Demonio por vanidad, y hecho muchas ce-
remonias, arrobos, transportaciones y embustes no usados, fin-
giendo revelaciones vistas de Dios IST. S., Angeles y Santos,
revelando muchas cosas ocultas y procurando la tuviesen por
santa, para que la regalasen y visitasen, j valiéndose de la
santidad, que flngia para conseguir sus fines torpes y desho-
nestos, hasta llegar á ijarir de un hombre, á quien engañó, y
para dar mayor crédito ti sus engaños, comulgaba todos los
dias, viviendo vida tan relajada; abjuró de levi y fué adverti-
da, reprendida, y conminada y desengañada. Y que esté re-
clusa en la parte y lugar que le pareciere al Tribunal, por
tiempo de cinco años, y que no comulgue mas que una vez ca-
da quince dias si quisiere el primer año, y que no trate, ni es-
criba, ni hable con persona alguna de revelaciones; con aper-
cebimiento, que si se le jorobare haber hablado de ellas se le
castigará como á rea que no ha cumplido su sentencia.
§ in.
Juan de la Eosa Urquizu, mulato, natural de esta ciudad, es-
clavo, de 20 años, de oficio sastre y espadero, salió al auto en
forma de penitente, con corosa é insignias de blasfemo y mor-
daza por haber prorrumpido en excecrables blasfemias contra
nuestro padre Adán y Eva; y empeñándose en ellas, dijo tan
horrendas y no imaginables blasfemias contra Dios íí". S. y su
Santísima Madre, que no se expresan por no escandalizar los
piadosos y católicos oidos de los fieles; abjuró de levi, fué re-
prendido, advertido y conminado, y se le dieron cien azotes por
las calles públicas el día siguiente, y que por tiempo de dos
años sirva en uno de los hospitales ó conventos de esta ciudad.
§ lY.
Nicolás Benito Oampuzano, alias Feliz de Campos Oampu-
zano, natural del pueblo de Santiago de los Chombos, provin-
TOM. VII. .- LlTEEATÜRA — 47
—370—
cia de Jauja, vecino del pueblo de Guarí, provincia de Oon-
chucos, salió al auto con cerosa é insignias de casado dos ve-
ces, y confesó haberse casado segunda vez, por haberle dicho
un hombre, que pasados siete años del primer matrimonio, se
pbdia casar con otra mujer, como lo ejecutó, teniendo viva la
primera; abjuró de levi, y el dia siguiente salió por las calles
públicas á la vergüenza, desnudo de medio cuerpo arriba, y
fué desterrado de esta ciudad, y villa de Madrid y provincia
de Jauja y Oonchucos por cinco años, y los dos de ellos sirva
á su Magestad en el presidio ele Valdivia, y en el ínter que
haya embarcación, esté en la cárcel de corte, y que no lo que-
brante, pena de cumplirlo doblado.
^ V.
María Eosa de Massa, alias María Josefa de Campos, y por
otro nombre María Manteca, natural de Huánuco, de edad de
20 años, salió al auto en forma de penitente, con corosa é in-
signias de casada dos veces; abjuró de levi, y que por seis
años sea reclusa en uno de los conventos ú hospitales de mu-
jeres de esta ciudad, donde esté asegurada para que no haga
fuga, y que no lo quebrante, pena de cumplirlo doblado.
§ VI.
Don Antonio Fernandez Velarde, español, natural de la vi-
lla de Torre! aguna, arzobispado de Burgos, de edad de 32
años, soldado y vecino de la Concepción de Chile, salió al au-
to en forma de penitente, con corosa é insignias de casado
dos veces; abjuró de levi, y fué desterrado de esta ciudad y
villa de Madrid y de la Concepción de Chile, y que sirva á su
Magestad dos años en un presidio, á arbitrio del Tribunal, y
multado en doscientos pesos (que no tuvo) para sus gastos, y
que no lo quebrante, pena de cumplirlo doblado.
§ VIL
Pedro Martin de Oreyana y Alarcou, español de Lima, de
edad de treita y cinco años, vecino de la ciudad de Puerto
viejo, de oficio pulpero, salió al auto en forma de penitente,
con corosa é insignias de casado dos veces; abjuró de levi, y
el dia siguiente salió por las calles públicas á la vergüenza,
desnudo de medio cuerpo arriba, y faé desterrado de esta ciu-
dad y villa de Madrid, y villa de Puerto viejo por seis años,
—Sil-
los cuales cumpla en el presidio de Valdi^yia, y que no lo que-
brante, pena de cumplirlo doblado.
§ VIH.
Francisca Andrea de Benavides, alias Pancha Tobar, mula-
ta libre, natiu'al de Lima, de mas de sesenta años de edad, de
oficio cocinera, salió al auto en forma de penitente, con corosa
é insignias de embustera superticiosa, por haber cometido mu- '
chos y diversos sortilegios, y haber sido relapsa superticiosa,
y hecho muchos y diversos conjuros con la coca, dando y ofre-
ciendo remedios para que las mujeres tengan ventura y dicha
con los hombres, en orden á sus torpezas, y los pulperos ga-
nancias en sus tratos, como lo ejecutó varias y repetidas ve-
ces, buscándola y consultándola muchas moznelas perdidas;
abjuró de levi, fué reprendida, advertida y conminada, y el
dia siguiente le dieron doscientos azotes por las calles públi-
cas, y que fuese reclusa perpetuamente en el presidio de Val-
divia, donde sirva por toda su vida á los enfermos.
§ IX.
María Castro Barretoy ISTavarrete, zamba libre, natural de
Guayaquil, vecina del puerto del Callao, de edad de 36 años,
de oficio cocinera y vender nieve, salió al auto en forma de
penitente, con insignias de hechicera, siendo superticiosa, te-
niendo pacto con el Demonio, y sacrilega heretical, invocán-
dole j llamándole con los conjuros repetidos que obró y usó
con el fin y motivo de que algunas mujeres fuesen queridas,
buscadas y regaladas de sus amigos, correspondiendo muchas
veces el Demonio á las señas ó señales que pedia para asegu-
rar el efecto, y otras veces usaba con el mismo fin otros con-
juros, mascando coca, haciendo varias y diversas ceremonias,
y hablando con ella decia: mama coca, mama querida, linda
mia yo no te tomo por vicio, ni por hacer mal á nadie, sino
por que me des suerte y ventura, y te conjuro por el Diablo
de los escribanos, i)or el Diablo de los ropavejeros, por el de
los mercaderes, y por el Diablo de las buenas noches, por el
de los sombrereros, por el de los plateros, por el de los pulpe-
ros, por el de los sastres, por el de los bodegueros, por el de
los carpinteros, por el de los albañiles, por el Diablo de Poto-
sí, por el de Huancavelica, por los Diablos de Trujillo, por el
Diablo de las pecadoras, por el Diablo de los presos de la cár-
cel, por el de las gallineras, por el de los herreros, por el de
las regatonas, por el de los marineros, y por el Diablo cojue-
—372—
lo, y por todos estos Diablos te pido, coca mia, (y aquí decía
una excecrable blasfemia heretical contra Cristo IsTuestro Se-
ñor) traigas arrodillado á los pies de la mujer por quien ha-
cia el conjuro, su amigo que solicitaba; y luego proseguía, que
así se ejecutase por aquella alma mas aburrida y desesx)erada,
que anda de huaca en huaca, de cerro en cerro; y que así vi-
niese el galán en busca de la dama con los ojos vendados y
las manos abiertas, dándole cuanto tuviere, y muriéndose por
ella; y á este conjuro y á otros que fabricó, y en forma de leta-
nía y oración invocaba á los Demonios, y que repetía y ense-
ñaba á diferentes personas, mascando la coca con diferentes
ingredientes, en orden á estos malos fines, decía, hacia y acon-
sejaba cosas tan torpes y asquerosas, que se omiten, no con-
tentándose con ser mala para sí, sino haciéndose maestra y
dogmatízadora de tan malas artes, con ruina espiritual de mu-
chas personas, y con vehemente sospechas de haber muerto y
privado de juicio algunas personas con sus maleficios y en-
cantos, etc.; abjuró de levi, fué reprendida, advertida y con-
minada, y el día siguiente se le dieron doscientos azotes por
las calles públicas, y que fuese desterrada de esta ciudad y
villa de Madrid, y puerto del Callao por tiempo de veinte años,
los cuales sirva en el presidio de Valdivia, donde el Comisa-
rio de la Inquisición esté á la mira como procede, y cumplido,
no salga sin licencia expresa del Santo Tribunal.
RELAOIOK
Del auto particular de fe que se celebró en esta regia
ciudad de Lima, corte del reino del Perú, en once de
Noviembre del año de mil setecientos y treinta y siete,
cuya relación la escribe Don Pedro José Bermudez de
la Torre y Solier, Decano en ambos derechos, Alguacil
Mayor de la Real Audiencia y Consultor del Santo
Oficio de la Inquisición en estos reinos.
Blasón heroico es de la- justicia repetir con ajustada y fiel
correspondencia la igualdad de las penas proporcionadas á la
semejanza de las culpas, teniendo siempre á la vista la obli-
l^acion de castigar los delitos para satisfacer á los agravios, y
dejar provechosos los ejemplos; pues, como advierte el sen-
tencioso Lirico, si la culpa no quedase castigada, no sirviera
la queja repetida. Y con igual discreción y elegancia cantó un
cisne de Astrea que, después de dorar las espumas del delicio-
so Tormes, ilustró las riberas de nuestro claro Riraac, habien-
do celebrado el acierto de continuarse la severidad de los cas-
tigos en la repetición de los excesos, que los crueles monstruos
que introducen horror con la amenaza es justo que no vaguen
sin padecer la merecida pena.
En atención á estos rectos dictámenes determinó la justifi-
cada providencia del Santo Tribunal de la Inquisición de este
reino, que en el mismo año de 1737, en que se imprimió la re-
lación del auto público de fé celebrado en el antecedente de
1736, se repitiese otro particular el dia 11 de Jüíoviembre en la
—374—
iglesia del convento grande del Eosario del Orden de Predi-
cadores, en cuyo espacioso ámbito se erigió capaz teatro au-
torizado del magnífico aspecto del mismo Sacro Tribunal, y
se formó en el plauo de la capilla de ííuestra Señora del Eo-
sario sobre eminentes gradas portátil. Tribuna cercada de
curiosas celosías para que en ella asistiese sin las formalida-
des de la publicidad el Excmo, Señor Yirey, á cuya entrada
se siguió con veloz prontitud el principio de la función, su-
biendo al sublime sujeto con la insignia de Calificador del
Santo Oficio, el M. E. P. M. Fray José del Castillo y Bolívar,
del Orden del Seráfico Padre San Francisco, Lector jubilado,
Doctor en Sagrada Teología y Catedrático de Prima, de la del
sutil Doctor Escoto en la Eeal Universidad de San Marcos de
esta ciudad, Examinador Sinodal de este Arzobispado y Pa-
dre de la provincia de los Doce Apóstoles de esteEeino, cuyo
elevado ingenio y vigilante estudio, esmaltado de dujce, ame-
na, hermosa y sagrada elocuencia, le acreditan universal
Alaestro en todas letras, manifestando que le confiesan dueño,
así las que en el pulpito j)«rsuaden, como las que en la cáte-
dra resuelven. Leyó, pues, con agradable voz en aquel supe-
rior lugar el juramento del pueblo, siendo este el mismo que
se escribió en la relación del auto antecedente, y después la
Constitución de San Pió Quinto, á que precede el auto de in-
timación expedido por el Santo Tribunal; que uno y otro son
del tenor y contexto siguiente:
Nos los inquisidores contra la herética pravedad y apostasía en
la. ciudad y Arzobispado de los Reyes, con los Obispados de Quiio^
del Guzeo y Guamanga, ArzoMspado de los Glia/rcas, y Rio de la
Plata, y Obispados del Tuciiman, Concepción y Santiago de Chi-
le, Paraguay, Arequipa y Trujillo, Santa Cruz de la Sierra, la
Paz, y en todos los Reinos, Estados y Señoríos de las provincias
del Perú, su Yireinato, gobernación y distrito de las Audiencias
Reales, que en las diclias ciudades, reinos y provincias residen,
por autoridad apostólica y ordinaria, etc.
Hacemos saher al muy Excelente 8r. Yirey y Capitán General,
de dichos reinos y provincias, y á los reverendísimos Señor-es. Ar-
zobispos y Obispos de ellas, y á los muy ilustres Señores Presi-
sidentes y Oidores de las Audiencias 'Reales, y á los mu^y magní-
ficos Señores Corregidores, Alcaldes Mayores y Ordinarios de to-
das las ciudades, villas y lugares délos dichos reinos y provincias,
y d todos los vecinos y moradores estantes y habitantes de las di-
chas ciudades, villas y lugares, y á cada uno y á cualquiera de
ellos, á quien lo desuso toca y atañe, en cualquiera manera: como
N. M. Santo Padre San Pió Y de felice recordación, con €l celo
que tnvo al servicio de Dios Nuestro Soñor,. y aumento y fionser-
—375—
vaoion de nuestra Santa Fé Católica y Religión Cristiana^ con
acuerdo de los reverendísimos Cardenales sus hermanos, estableció
Mna Constitución en favor del Santo Oficio, Oficiales y Ministros
de él; su tenor de la cual en nuestro vulgar castellano es el si-
guiente:
CONSTITUOIOI^
De nuestro muy Santo Padee Papa Pío V contra los que
OFENDEN EL ESTADO, NEGOCIOS Y PERSONAS DEL SaNTO
Oficio de la Inquisición contra la herética prave-
dad.
" Si cada di a con diligencia tenemos cuidado de amparar
" Jos Ministros de la Iglesia, los cuales ISTuestro Señor Dios
'' nos ha encomendado, y ííos los habernos, recibido debajo de
" nuestra fé y amparo; cuanto mayor cuidado y solicitud nos
" es necesario poner en los que se ocupan en el Santo Oficio
" de la Inquision contra la herética pravedad, para que, sien-
" do libres de todo peligro debajo del amparo de la inviolable
" autoridad de ííuestra Sede Apostólica, pongan en ejecución
" cualesquiera cosas tocantes á su oficio, para exaltación de la
" fé católica? Así que como cada dia se aumente mas la mul-
" titud de hereges, que por todas vi as y artes procuran des-
" truir el Santo Oficio, y molestar y ofender á los Ministros
" de él, nos ha traido la necesidad á tal término, que nos es
" necesario reprimir tan maldito y nefario atrevimiento con
"cruel azote de castigo. Por tanto, con consentimiento y
" acuerdo de los Cardenales nuestros hermanos, establecemos
" y mandamos, por esta general Constitución, que cualquiera
" persona, ahora sea particular, ó privada, ó ciudad, ó pueblo,
" ó señor, conde, marques, ó duque, ó de otro cualquiera mas
" alto, y mejor título, que matare, ó hiriere, ó violentamente
" tocare, y ofendiere,© con amenazas, conminaciones, y temo-
" res, ó en otra cualquiera manera, impidiere á cualquiera de
"los Inquisidores, ó sus Oficiales, Fiscales, Promotores, jSTo-
*' tarios, ó á otros cualesquiera Ministros del Santo Oficio de
"la Inquisición, ó á los Obispos, que ejercitan el tal oficio en
" sus Obispados, ó provincias, ó al acusador, denunciador ó
" testigo, traido ó llamado, como quiera que sea, para fé y
" testimonio de la tal causa; y el que combatiere, ó acometie-
" re, quemare, ó saqueare las iglesias, casas, ú otra cualquie-
" ra cosa pública ó privada del Santo Oficio, ó cualquiera que
" quemare, hurtare, ó llevare cualesquiera libros, ó procesos,
" protocolos, escrituras, trasuntos, ú otros cualesquiera instru-
" mentos, ó privilegios, donde quiera que estén puestos, ó
—376—
" cualquiera que llevare las tales escrituras, ó alguna de ellas,
" de tal íuego saco, ó robo, en cualquiera manera, ó cualquie-
" ra persona que se hallare en tal combate, fuego, ó saco,
" aunque esté sin armas, ó fuere causa, dando consejo, favor
" y ayuda, en cualquiera manera que sea, de combatir, sa-
" quear, ó quemar las dichas cosas tocantes y pertenecientes
" al Santo Oficio; en cualquiera manera que sea, ó prohibiere,
" que algunas cosas, ó personas del Santo Oficio,' no sean guar-
" dadas, ó defendidas; y cualquiera persona que quebrantare
" cárcel pública, ó particular, ó sacare y echare fuera de la tal
" cárcel algún preso, ó prohibiere, que no le prendan, ó le re-
" ceptare, ó encubriere, ó diere, ó mandare, que le den facul-
" tad y ayuda ó favor, para huir y ausentarse; ó el que, para
" hacer y cometer alguna de las dichas cosas, ó parte de ellas,
" hiciere junta ó cuadrilla, ó apercibiere y previniere á algu-
" ñas personas, ó de otra cualquiera manera en cualquiera co-
" sa de las sobre dichas de industria, diere ayuda, consejo, ó
" favor, piíblica ó secretamente, aunque ninguno sea muerto,
'' ni herido, ni sacado, ó echado, ni librado de tal cárcel; y
" aunque ninguna cosa sea combatida, quebrantada, quema-
" da, ni saqueada; finalmente, aunque ningún daño en efecto
" se haya seguido, con todo esto el tal delincuente sea exco-
" mulgado y anatematizado, y sea reo lese mayestatis, y quede
" privado de cualquiera señorío, dignidad, honra, feudo, y de
" todo otro, cualquiera beneficio temporal ó perpetuo; y que el
"juez lo castigue con aquellas penas, que por Constituciones
" legítimas son dadas á los condenados por el primer capítulo
" de la dicha ley; quedando aplicados todos sus bienes y ha-
" cieuda al Fisco, así como también está constituido por de-
" rechos y sanciones canónicas contra los herejes condena-
" dos; y los hijps de los tales delincuentes queden y sean su-
" jetos á la infamia de sus padres, y del todo queden sin parte
" de toda y cualquiera herencia, sucesión, donación, manda
" de parientes ó extraños,ni tengan ningunas dignidades; y
" ninguno pueda tener disculpa algnna, ni poner ni pretender
" algún color ó causa, para que sea creido no haber cometido
" tan gran delito en menosprecio y odio del Santo Oficio, si
*' no mostrare por claras y uianifiestas probanzas haber hecho
" lo contrario. Y lo que sobre los susodichos delincuentes y
" sus hijos hemos estatuido y mandado, eso mismo queremos
" y ordenamos que se entienda y ejecute en los clérigos y
" presbíteros seculares y regulares, de cualquiera Orden que
" sean, aunque sean exentos, y en los Obispos y otras perso-
" ñas de mas dignidad, no obstante cualquiera privilegio, que
" cualquiera persona tenga; de manera que los tales por auto-
" ridad de las presentes Letras, siendo privados de sus benefi-
—377—
" cios y (le todos los Oficios Eclesiásticos, sean degradados por
" Juez Eclesiástico, como heredes; y asi raidas sus órdenes,
" sean entrenzados al Juez y brazo sepí^lar, y como legos, sean
" sujetos á las sobredichas pcujis. Pero queremos, que las
" causas de los prelados sean reservadas á Nos, ó á nuestros
" sucesores, para que inquirido y examinado su negocio, pro-
'' cedamos contra ellos para deponerlos y darles las sobredi-
" chas penas, conforme y como lo quiere la atrocidad de su de-
" lito. Y cualesquiera que procuraren pedir perdón para los
" tales; ó interceder de cualquiera otra manera por ellos, se-
" pan que han incurrido ijjsofacto en las mismas penas que
'' las sagradas constituciones ponen contra los favorecedores y
" encubridores de hereges. Pero si algunos, siendo eu mucho
" ó en poco culpados en los tales delitos, movidos ó por celo
" de la Religión cristiana, ó por arreijeutimiento de su pecado,
'' descubrieren su delito, antes que sea declarado ó denuncia-
" do, sea libre de el tal castigo; pero en lo que toca á todas y
" á cualesquiera absoluciones de los tales delitos y las habili-
" taciones y restituciones de fama y honra, deseamos quede
" aqui adelante se tenga y guarde en esta forma. Que nues-
" tros sucesores no concedan ningunas, si no fuere después de
" haber pasado por lo menos seis meses de sus pontificados, y
" habiendo sido primero sus peticiones verificadas y conoci-
" das por verdaderas por el Supremo Oficio üe la Inquisición.
" Y asi estarvimos y ordenamos, que todas y cualesquiera ab-
" soluciones, habilitaciones y restituciones de esta manera,
" que de aqui adelante se hicieren no aprovechen á nadie, si
" primero no fueren verificados sus ruegos y peticiones. Y
" queremos y mandamos que esta nuestra constitución por
" ninguna via ni parte sea derogada, sino siendo todo el tenor
" de esta nuestra Constitución inserto en la tal revocación,
" palabra por palabra. Y mas queremos, que la tal gracia y
" revocación sea hecha por cierta ciencia del Eomano Pontífl-
" ce, y sellada con su propia mano: y si aconteciere que por
" liviana causa se hiciere la tal revocación y derogación, que-
" remos que las tales derogaciones y revocaciones no tengan
" ninguna fuerza ni valor. ítem mandamos, que todos y cua-
' lesquiera Patriarcas, Primados, Arzobispos, Obispos y los
" demás Prelados de las Iglesias, constituidos por todo el Or-
" be, procuren por sí propios ó por otras personas, publicar so-
" leinnemente en sus Provincias, Ciudades y Obispados esta
" isuestra Constitución, ó el traslado de ella, y cuanto en sí
" fuere, hacerlas guardar, apremiando y compeliendo á cua-
'' lesquiera contradictores por censaras y penas eclesiásticas,
" pospuesta toda apelación; agravando las censuras y penas,
Tomo vil Literatura — 48.
—378
" cuantas veces bien visto les fuere; invocando para ello si
" fuere menester, el auxilio del brazo seglar: no obstante cua-
" lesquiera Constituciones, Ordenaciones Apostólicas y cua-
" lesquiera cosas que parecieren ser contrarias. Y queremos,
" que los traslados de estas nuestras Letras sean impresos y
" publicados y sellados por mano del Notario público ó con el
" sello de otro cualquiera de la Curia Eclesiástica ó de algún
" Prelado: y los tales traslados queremos, que en cualquier
" parte y lugar que fueren publicados, hagan tan entera fé y
" testimonio, como si el propio original faera leido y publica-
" do. ítem rogamos y amonestamos á todos los Príncipes de
" todo el Orbe, á los cuales es permitida la potestad del gladio
" seglar para venganza de los malos, y les pedimos, en virtud
"déla Santa Fé Católica, que prometieron guardar, que de-
" fiendan y pongan todo su poderío en dar ayuda y socorro á
" los dichos Ministros en la punición y castigo de los dichos
" delitos después de la sentencia de la Iglesia, de manera que
" los tales Ministros con el precidio y amparo de ellos, feliz-
" mente ejecuten el cargo de tan grande Oficio para gloria del
" Eterno Dios, y aumento de la Religión Cristiana; porque asi
" recibirán el incomparable inmenso premio, que tiene apare-
" jado en la compañía de la eterna beatitud, para los que de-
" tienden nuestra Santa Fé Católica. Y mandamos, que á nin-
" guno sea lícito rasgar ó contradecir con atrevimiento teme-
" rario esta escritura de nuestra Sanción, Legación, Estatuto,
" Jusion, Ostentación y Voluntad. Y si alguno presumiere ó
" intentare lo contrario, sepa, que ha incurrido en la indigna-
'' cion de Dios todo poderoso, y de los Bienaventurados San
" Pedro y San Pablo. Dada en Eoma en San Pedro, á primero
" dia del mes de Abril del año de la Encarnación del Señor,
" mil quinientos y sesenta y nueve en el año cuarto de nues-
" tro Pontificado.
For ende exhortamos y requerimos al diclio señor Tirey, y se-
ñores A'rsoMs])osy Obispos , y señores Presidentes y Oidores de
las dichas Audiencias Reales, y á vos las dichas personas, y á
cada una de vos, mandamos en virtud de santa obediencia, que
guardéis y cumpláis y hagáis guardar y cumplir la dicha Cons-
titución, y denunciéis y hagáis denunciar ante Nos, ó ante niies-
tros Comisarios; lo que supieredes, 6 hubieredes oido decir cerca
de lo en ella declarado: y contra el tenor y forma de ella no vais,
ni paséis, ni consintáis ir, ni pasar, solas penas en la dicha Cons-
titución contenidas. JE n testimonio de lo cual, dimos la presente
firmada de nuestros nomhres, sellada, con el sello del Santo Oficio,
y refrendada del Secretario del ¡Secreto de él. Dada en la Inqui-
sición de los Reyes del Perú en diez y nueve de Octubre de mil se-
tecientos y treinta y siete años.
—379—
Doctor D. Cristóbal Sánchez Calderón. Licenciado D. Die-
go de Unda. For mandado del Santo Oficio de la Inquisición,
D. José Toribio Eoman de Aulestia.
Habiéndose acabado la lectura de la Constitución y auto
que se han referido, empezó la de las causas de los reos y sus
sentencias, que fueron leidas por los Secretarios del vSocreto,
y por otros Ministros del Santo Tribunal; y ahora reducidas
á mas breve compendio, se refieren en la forma siguiente:
I.
ISTicolasade Cuadros, alias de Mancilla, mestiza, natural del
pueblo de Guasta en la Provincia de Cajatambo de este Ar-
zobispado, residente en esta ciudad de Lima, de edad, al pare-
cer de cincuenta años, de oficio costurera y de estado soltera.
Salió al auto en forma de penitente con Sambenito de media
aspa, coroza de supersticiosa, soga gruesa al cuello y vela ver-
de en las manos, por delito de superstición, maleficio y sorti-
legio, pacto expreso y repetidas invocaciones del Demonio
para tratos ilícitos y otros hechos, que la constituian en vehe-
mente sospecha heretical. Fué sentenciada á que saliese al
Auto en la forma expresada y que, leida su sentencia con mé-
ritos, abjurarse de vehementi, fuese absuelta ad cautelam, gra-
vemente advertida, reprehendida y comminada, reclusa por
tiempo de diez años á servir en el Beaterío de Nuestra Seño-
ra de Copacabana, de Indias doncellas, consagradas á Dios
con ejercicios de ejemplar virtud, y asi mismo á que en el
tiempo referido cumpliese otras penitencias saludables y edi-
ficativas, y el dia siguiente al Auto le fuesen dados doscien-
tos azotes por las calles públicas y acostumbradas de esta
ciudad; y se declaró haber incurrido en perdimiento de la mi-
tad de sus bienes aplicados en la forma ordinaria; y que todo
lo expresado se ejecutase sin embargo de suplicación, y con
la impuesta pena de ser declarada por impenitente relapsa.
n.
María de Silva, zamba esclava, natural de la ciudad de San-
tiago del reino de Chile, de edad de cincuenta años, de oficio
cocinera y de estado casada. Salió al Auto en la forma que la
rea antecedente, por iguales delitos de supersticiones, sortile-
gios y maleficios amatorios j hostiles, ejecutados en fuerza
de expreso pacto con el Demonio, á quien para estos perni-
ciosos efectos invocaba. Fue sentenciada a que saliese en el
modo y aspecto referido, y que, leida su sentencia con méri-
tos, abjurarse (Ze veliementi, fuese absuelta ad cautelam, dester-
—380—
rada al presidio de Valdivia, por tiempo de diez años, en que
actuase y cumpliese otras espirituales penitencias, y que el
día siguiente al Auto se le diesen doscientos azotes: y se de-
claró haber incurrido en perdimiento de la mitad de su pecu-
lio: todo lo cual se ejecutase sin embargo de suplicación, y
con la pena de ser declarada por impenitente relapsa.
III.
Silvestra Molero, alias la china Silvestra, cuarterona de mu-
lato, natural de esta ciudad, de edad de veinte y siete años,
de estado casada y de ejercicio costurera. Salió al Auto en la
forma que las antecedentes, i)or continuados sortilogios y ex-
preso pacto con el Demonio para efecto de ejecutar varios
maleficios amatorios y hostiles, enseñándolos á otras mujeres,
y recibiendo de un cómplice en iguales delitos diferentes es-
pecies para los usos y hechos referidos, y para el continuo gas-
to de otras supersticiones, cuya expresión se omite, porque
hacerla de toda la historia de esta rea, fuera hablar en la Chi-
na, que en parecidas sombras de engaño y ceguedad, con asis-
tencia y dirección del mencionado cómplice, dio adoración y
culto al tenebroso ídolo y rindió vasallaje al feroz Tártaro,
constituyéndose por tan bárbara acción en vehemente, sospe-
chosa, heretical. Fué condenada á que saliese como las prime-
ras, y que, leyéndose su sentencia con méritos, abjurase de
vehementi, faese absuelta ad cautelam, y desterrada por tiem-
po de ocho años á la ciudad de Guayaquil, donde cumpliese
otras penitencias instructivas y saludables, y que el dia si-
guiente al Auto se le diesen doscientos azotes por las calles
públicas y acostumbradas de esta ciudad; y se declaró haber
incurrido en perdimiento de la mitad de sus bienes, aplicados
en la forma ordinaria á la cámara y fisco de Su Magestad, y en
su nombre al Eeceptor general del Santo Oficio; y asi mismo
se mandó que todo lo expresado se cumpliese y ejecutase sin
embargo de suplicación, y con la pena referida de ser declara-
da por impenitente relapsa.
lY.
Catalina de Cifuentes, alias Bohorques, meztiza, natural de
esta ciudad, de edad de diez y ocho años, de estado soltera y
de ejercicio lavandera. Salió con las mismas insignias que las
otras por los delitos de superstición, sacrilegio y blasfemia he-
retical, tedio y aborrecimiento á Dios ÍTuestro Señor y á lá
Santísima Virgen, dando x)or causa y principio de su cegue-
dad haber nacido tuerta de un ojo, y que por vengarse de Dios
—381 -
que la habia eriado con aquel defecto, y sin él á una compe-
tidora suya; deseaba que todos le ofendiesen faltando al cum-
plimiento de su Santa Ley, como ella lo ejecutaba haciendo
confesiones sacrilegas á fin de escusarle á su Divina Majes-
tad el gozo que tuviera de su salvación; reflexiones diabólicas,
por cuya horrible atrocidad que la hacia gravemente sospe-
chosa en la Fe, fué seutenciada á que saliese al Auto en la
forma referida, abjurase de vehementi, fuese absuelta ad cau-
telam, y reclusa por tiempo de dos años en un recogimiento,
donde cumpliese otras señaladas penitencias, y fuese instrui-
da en los Misterios de nuestra Santa Fó Católica, y que el dia
siguiente se le diesen doscientos azotes; todo lo cual se ejecu-
tase sin embargo de suplicación, y con pena de ser declarada
por impenitente relapsa: y por justos motivos se le relevó de la
de azotes que le habia sido impuesta; y se declaró haber in-
currido en perdimiento de la mitad de sus bienes, aplicados
en la f orín a ordinaria.
V.
María Antonia de Suazo, negra esclava, criolla de esta ciu-
dad, de edad de veinte años y de estado soltera. Salió en la
forma que las primeras y antecedentes reas, i)or haberlo sido
de las mismas culpas de superstición, sortilegio, maleficio y
expreso pacto con el Demonio; y por ellas fué sentenciada á
que saliese como las demás, y que, leyéndole su sentencia con
méritos, abjurase de vehe^nenti, fuese absuelta ad oautelam,
gravemente advsrtida, reprehendida y conminada, desterra-
da por tiempo de cinco años al valle de la lí^asca, y en jíerdi-
miento de la mitad de su peculio, que se aplicase en la forma
ordinaria, y que el dia siguiente al Auto se le diesen doscien-
tos azotes i)or las calles públicas y acostumbradas de esta ciu-
dad, y todo lo expresado se ejecutase sin embargo de supli-
cación, y con la impuesta pena de ser declarada por impeni-
tente relapsa.
VI.
Feliciano Canelas, alias Ayanque, cuarterón de mulato, na-
tural y vecino de esta ciudad, de condición libre, de estado
viudo, de oficio tintorero y de edad de sesenta y tres años; es-
pacio y tiempo, que intituló el Príncipe de los poetas líricos
dé España:
Climatérico lustro de la vida,
JEn cuya presurosa, fatigada carrera
Todo mal afirmado pié es caída,
Toda fácil caida es precipicio.
—382—
Pero la torpe ceguedad de este reo la pasaba con ímpetu
violento corriendo mas fatal peligro, como cantaba el mismo
Cisne del undoso Betis.
En seguir sombras, y cibrazar engaños; pues, habiendo sido
otras dos veces penitenciado por este mismo Santo Tribunal
volvió 6' continuar en los graves delitos de superstición, pac-
to y maleficio, en cuyo arte diabólico se tenia por Maestro,
ejecutando varios hechos inductivos de vehemente sospecha
heretical; y en atención á ella fue sentenciado a que saliese á
este Auto en forma de penitente con Sambenito de media as-
X)a, coroza de sortilegio, soga gruesa y vela verde, y que des-
pués de leida su sentencia con méritos, abjurarse de veliementi,
fuese absuelto ad cautelam, y recluso por tiempo de diez años
en el hospital del Eefugio de Incurables de esta ciudad, don-
de fuese obligado á cumplir otras espirituales penitencias, y á
instruirse en los Misterios de laFé, y que al siguiente dia se le
diesen por las calles públicas y acostumbradas doscientos azo-
tes, de cuya pena se le relevó por justos motivos, declarando
haber incurrido en la del perdimiento de la mitad de sus bie-
nes, y (en virtud de la nueva abjuración) a que cumpliese to-
das las impuestas, ó fuese declarado i)or impenitente relapso
en los delitos á que no pudieron dar color los tintes de que
usaba en su antiguo y público ejercicio.
YII.
José Calvo, alias el Chico, negro esclavo, natural del puer-
to del Callao, de estado soltero, de edad de mas de cincuenta
años y de ejercicio carretonero. Salió al Auto en la forma que
el reo antecedente, por ser tan parecidas las culpas de uno y
otro, que, dejándolos ellas semejantes al carretón que el pre-
sente penitenciado conducía, y arrastrándolos por lo que los
tiraban, se hacian siempre a la carga de cuanto en sus delitos
era gravedad, pero nunca se hallaban cargados de razón, cau-
sando su defecto que fuesen de vacio. Ambos por semejantes,
eran amigos; pero aun corriendo bien, andaban mal, y asi vi-
nieron á parar en que este como el otro fue sentenciado por
sus sortilegios, supersticiones, maleficios y expreso pacto con
el Demonio, á quien, acompañado de otra cómplice, dio va-
rias veces culto y adoración, á que abjurase de veliement% fue-
se absuelto ad caatelam, gravemente advertido, reprehendido
y conminado, y después desterrado por tiempo de diez años á
la isla vecina al puerto del Callao á cortar piedra, sirviendo al
Eey Nuestro Señor á ración y sin sueldo: y porque entre ans
penas no padeciese la de haber perdido en el tiempo de su
trabajosa ociosidad el azote de que usaba al tirar el carretón,
—383—
se le dieron doscientos por mano del verdugo el dia siguiente
al Auto por las calles públicas por donde le tiraba, y se decla-
ró en su sentencia (en que se le mandaron imponer otras pe-
nitencias saludables) haber incurrido en perdimiento de la
mitad de su peculio, que se mandó aplicar en la forma ordina-
ria, y que todo lo referido se ejecutase con las expresiones
contenidas en la relación sumaria de la causa del antece-
dente.
YIII.
Juan Bautista Yera, alias de Villavicencio: alias Fernan-
dez de Guzraan, natural de la ciudad y puerto de Santa María,
de edad de treinta y siete años, de estado casado y de ejerci-
cio tratante en mercancia. Salió en forma de penitente con
coroza, en cuya redondez se representaban simbólicas seííales
de casado dos veces, y asi mismo soga y vela verde, por ha-
berse probado; que habiendo contraido matrimonio en la ciu-
dad de Jerez de la Frontera, y teniendo en su legítima y pri-
mera mujer dos hijos, volvió á casarse segunda vez en esta de
Lima, valiéndose para este efecto de él prevenido y cautelo-
so engaño de los supuestos apellidos que al principio queda-
ron insinuados. Fue sentenciado á que saliese al Auto en la
forma referida, abjurase de levi, y el dia siguiente se le diesen
doscientos azotes por las calles públicas y acostumbradas de
de esta ciudad, y fuese desterrado de ella por tiempo de cinco
años al castillo de Ohagre, donde sirviese á Su Magestad por
el tiempo referido á ración y sin sueldo, y después fuese con-
ducido á la dicha ciudad de Jerez de la Frontera. Y en cuan-
to al vínculo del matrimonio se remitió al Juez Ordinario Ecle-
siástico, que de la causa pudiese y debiese conocer. Y asi mis-
mo se mandó que todo lo expresado se cumpliese sin embar-
go de suplicación.
IX.
Juan Antonio Pereira, natural de la villa de Aponte en la
provincia de Abeyro del Eeyno de Portugal, en el Obispado
de Lamego, de edad de cuarenta y cuatro años, de estado sol-
tero y de ejercicio corredor de compras y ventas mercantiles.
Salió al viuto en forma de penitente con Sambenito de media
aspa, coroza, soga y vela verde, por haber proferido varias
proposiciones judaicas, blasfemas, irrisorias y heréticas, que le
constituían en vehemente sospecha en la Fé; pues, censuran-
do con irreverente desahogo el recto proceder del Santo Ofi-
cio contra los judaizantes, se habia mostrado observante déla
Ley de Moyses empeñándose en persuadir ser la verdadera, y
la Pasión de Cristo Señor Nuestro fabulosa, juntando á ésta
—384—
otras proposiciones que le man ií estaban formal judaizante, y
por ellas fue sentenciado á que saliese á este Auto en la for-
ma expresada, y leidasu sentencia, abjurase de veliementi, fue-
se absuelto ad cautelam^ gravemente advertido y comminado,
y que el dia siguiente se le diesen por las calles publicas y
acostumbradas de esta ciudad á voz de pregonero, que fuese
publicando su delito, doscientos azotes, y que después saliese
desterrado por tiempo de diez años al presidio de Valdivia,
donde sirviese á Su Magestad á ración y sin sueldo, y cum-
pliese otras penitencias instructivas de los Misterios de nues-
tra Santa Fó, y conducentes á su corrección; y se declaró ha-
ber incurrido en perdimiento de la mitad desús bienes aplica-
dos en la forma ordinaria á la cámara y fisco de su Magestad,
y en su nombre al Eeceptor general del Santo Oficio, y .«e
mandó cumpliese este reo todo lo referido sin embargo de su-
plicación, y con pena de ser declarado por impenitente re-
lapso.
Oh! quiera Dios por su misericordia, que ostentándose en
todos estos reos verdadera y fiel la Penitencia, se corone con
la perseverancia, para causar al ciclo aquella nueva y célebre
alegrí^^ que excede á la que en él infunde la inocencia! En cu-
ya atención, preguntando el doctísimo Padre Andrés Pinto
en su admirable, discreta y elegante Philallelia cual fuese mas
hermoso y agradable espectáculo á los ojos de Dios, Adán
inocente ó penitente, resuelve con eficaces y sólidas razones
á favor de la penitencia, siendo esta ilustre virtud la que no
solo vuelve á una alma al primer estado de la inocencia en
que se hallaba antes de la culpa, sino que la eleva á otro me-
jor, restituyéndola aquella gracia que perdió por el delito, y
aumentando la otra nueva y superior por el mérito del arre-
pentimiento.
Omnia siib cerrectioni Sanctce Romance JEcclesicB.
RELACIÓN
Del auto particular de fe, que el Santo Oficio de la In-
quisición de esta corte celebró en la iglesia de Nuestro
Padre Santo Domingo, el dia diez y nueve de Octubre
de mil setecientos cuarenta y nueve, y breve noticia de
la ruina y estrago que padecieron la capilla y casas
del Santo Tribunal, el dia veintiocho de Octubre de
mil setecientos cuarenta y seis, con el grande terre-
moto, que á las diez y media déla noche experimentó
esta ciudad de Lima, corte del Perú, que escribe Don
José Ensebio de Llano y Zapata.
Eodem ordine, quo Deusopntra primos'
patentes processit, juridicé etiam proee-
dunt Inquisidores contra liceresis labe in-
fectos. Param. lib. I, tít. 2, cap. 2, u. 1.
Así esta como todas las demás funciones que el Santo Tri-
bunal celebra, han sido siempre unos hechos en que se vincu-
lan á la posteridad el celo y el ejemplo, y unos actos en que
la misma fé que le exalta se hace el triunfo de la religión que
le guarda. Sin ella, es cierto, sería cadáver de profesión la
creencia, y quedaría sin carácter la vitalidad del concepto. Y
aun el ascenso del entendimiento, en velz de ilustrarse con la
luz de la verdad, se oscurecerla con las tinieblas del error, con
que á instancins de la malicia, ó á violencias de la ceguedad
se aparta de la obligación de la ley; sin advertir que delira la
Tomo vii. Literatura — 49
—386—
razón cuando está discorde con el juicio, y que la voluntad
anda violenta, cuando no se sujeta á la facultad que le dirige,
precipitándose á un abismo de malicias la memoria, que de-
posita las ideas, y el discurso, que investiga las verdades.
Por estas sagradas preeminencias, que se formaron como
atributos al candor y decoro de Ja fé, y como una clara exce-
lencia de su virtud y su pureza, se han hecho sus celosos Mi-
nistros el mas venerado simulacro del respeto en la actuación
de su empleo, y la mas viva imagen del cuidado en el desem-
peño de su cargo. Constante prueba de esta verdad fué la he-
roica resolución con que la ncche 28 de Octubre de 746, cuan-
do esta ciudad, á ías diez y media, hecha padrón de la lásti-
ma, y monumento de la tragedia, perdió sus suntuosos edifi-
cios y crecido número de sus habitantes á causa del grande
terremoto que la destruyó, uno de sus mas vigilantes jueces
atropellando todo linaje de peligros, por medio de rninas y
desmontes entró á las cárceles secretas, inundadas ya con la
reventazón de una acequia, que inmediata á ellas corria. Y
sacando de sus calabozos á los reos, que libres del estrago que
ocasionó el terremoto en sus encierros, casi naufragaban con
aquella casual inundación, los entregó á los Secretarios y Mi-
nistros, para que los depositasen en los lugares que por la fa-
talidad del tiempo les destinaba su prudencia, que constante
en el mayor conflicto hizo de los peligros advertencias, y de
las confusiones reparos.
El dia siguiente, que fué el 29, recelándose justamente no
acabase al continuo movimiento de arruinarse la capilla del
Santo Tribunal, y quedase entre sus desmontes sepultado el
Tabernáculo, en que se veneraba el augusto Sacramento del
Altar; mandó el Señor Visitador romper las cerraduras del
Sagrario, para que extraída la Custodia y vaso con las sagra-
das Formas se colocasen en lugar donde fuese mas reparable
el peligro y menos inminente la ocasión. Como así se ejecutó,
haciéndose la traslación al patio de la casa primera del Tri-
bunal, sitio que se tuvo por el mas decente en aquella gene-
ral consternación. A poco rato el mismo Señor Visitador re-
vestido de sobrepelliz, capa de coro y estola, tomó en las ma-
nos (después de haber besado de rodillas la tierra( el venera-
ble Sacramento. T alternando himnos y salmos con el ejem-
plar clero del Oratorio de San Felipe ISTeri, que con sobrepelli-
ces y luces en las manos le acompañaba en acto tan tatólico,
traslado á todo un Dios Sacramentado á la iglesia de San
Pedro, donde hasta hoy se guardan en depósito la Custodia y
vaso.
Quedaron tan aniquiladas sus tres suntuosas casas y mag-
nífica capilla, que mas será su descripción objeto de la lásti-
—387—
ma, que asunto de la historia su noticia. La casa primera, cu-
ya portada era de piedra con columnas de mas de cuatro va-
ras de alto, de una pieza á la toscana, que se dividieron en
varias partes, destrozados sus pedestales, chapiteles y corni-
sas, perdió su hermosura, haciéndose despojo de lamina. El
arco de la primera entrada, sin desprenderse de su clave, se
íibrió de una columna á otra de sus basas, formáudose de uno,
dos. Las columnas de madera y las de cal y ladrillo, que sos-
tenían los cubiertos y galerías de las viviendas altas de este
edificio, cortándoles las unas y perdiendo su perpendículo las
otras, se inclinaron hacia la tierra; y hoy se ven casi fuera de
sus basas. La escalera principal padeció total ruina con el pe-
so de una pared de vara de grueso y doce de alto, que desde
la casa de en medio, viniendo sobre ella, desbarató su curiosa
y bien ordenada fábrica. La grande pila de piedra, que her-
moseaba el medio de su espacioso cuadrado patio se destrozó,
de modo que sacudiéndose la taza superior de la pilastra en
que se mantenía, se embutió en una de las estrias de la infe-
rior.
La casa de en medio y las columnas de piedra de una piesa
con mas de cinco varas de alto y una y media de grueso, so-
bre que se mantenían los entresuelos de los corredores de sus
habitaciones altas, con la singular escalera de piedra labrada
por donde se subia á ellas, se aniquiló, demoliéndose lo mas
hermoso de sus fábricas, que componían la portería, sala de
audiencia, cámara del secreto, archivo, cárceles secretas, pie-
sa de libros prohibidos, contaduría y receptoría.
Parte de la cerca de la magnífica capilla se rompió por su
grueso, descoronándose la portada. Pero, por la cabecera con
fuertes cuerdas se ha sujetado el curioso retablo de delicada
escultura de cedro (en que estaba colocado, y quedó sin lesión
alguna el primoroso bulto de San Pedro Mártir, titular de la
capilla y patrón de el Santo Oficio) para que no acabase á las
injurias del tiempo, el que habia empezado á destruirse á vio-
lencias del terremoto.
La tercera casa, que era de acomodadas viviendas, alta y
baja, y que con todas sus oficinas y espaciosos salones, com-
petía en la grandeza á las dos anteriores, se destruyó con tan
violenta y repentina confusión, que apenas pudo escapar del
último peligro de la vida (1) uno de los señores Inquisidores,
que vivia en ella, aunque quedó bastantemente maltratado
entre sus desmontes con varios familiares suyos, que después
se desenterraron vivos; habiendo perecido uno entre las rui-
nas, como efecto del estrago.
[1] El Inquisidor D. Mateo de Amusquibar.
—388—
Ija casa del Alcaide, que siendo colateral á las del Santo
Oficio, ocultamente se comunica con las cárceles secretas, se
demolió del todo, quedando sus viviendas por los suelos, y ca-
si sepultados los que ocupaban las habitaciones. Los demon-
tes y ruinas de estos edificios por partes igualaban las cejas
de sus mas elevadas cercas, y por partes casi cubrían sus mas
altas ventanas, sosteniendo la máquina de lo arruinado lo dé-
bil de lo ruinoso.
Los balcones, que servían de un hermosísimo prospecto y
magestuosa vista á los salones, que terminaban á la calle, vo-
laron deshechos á la bellísima plazuela, que además de her-
mosearse con la costosa y lucida fábrica de la Eeal Universi-
dad y otros considerables edificios, tenia como una de sus
mayores grandezas las tres opulentas casas y manífica capilla
del Santo Tribunal, cuyos cubiertos, alquitrabes, jjuertas, ga-
lerías, ventanas y primoroso menaje se destrozaron de modo,
que no fué posible sacar alguna pieza libre del estrago. Y aun
no habi a convalecido de los notables daños y perjuicios, que
con el temblor de 687 esperimentaron sus edificios (habiéndo-
se aumentado cada dia con la esterilidad la diminución de sus
rentas en sus posesiones, fincas y canongías) cuando renova-
do el mal y casi insanable con la presente ruina, se ha consti-
tuido en sistema tan lastimoso, que ya no se haya en disposi-
ción de poder satisfacerlos salarios de los que sirven sus pre-
cisas plazas. Circunstancias, que hacen como imposible su re-
posición á otros hombros menos fuertes, que los del Rey ISTues-
tro Señor (que Dios guarde) su patrón, respecto de necesitarse
de un millón de pesos para la reparación de rentas y edificios,
suprimidas las viviendas altas, por no permitirlas un país tan
sugeto á la continua plaga de temblores. Y siendo preciso,
que las cárceles secretas de niugun modo estén expuestas á
contingencias de la curiosidad, ni á malicia de la astucia, será
indispensable formar nuevo plan muy diverso del antiguo.
Los señores Consejero, Visitador é Inquisidor comprehen-
didos como los demás habitantes de Lima, en igual tragedia
se retiraron á la Huerta del Real y mayor colegio de San Fe-
lipe: donde experimentando las incomodidades que el calami-
toso tiempo ofrecía, pasaron entre barracas y toldos de cam-
paña la mayor parte de la ardiente estación del año, hasta
que en sus patios, donde hoy se mantienen, pudieron formar-
se unas cortas viviendas de cañas y madera, que estrechamen-
te habitan.
Y para que los negocios del Tribunal continuasen y no se
retardase el mas pronto expediente de los despachos, con ha-
berse demolido las salas de sus audiencias; de la Cámara del
Secreto, se hizo sala de audiencia publicaj y del archivo, Cá-
—aso-
mara del Secreto, con la eutrarla por el jardin, donde salen los
señores y ministros, cnando á tiempo de Tribunal repiten las
concusiones, que la tierra en este país padece tíin continuadas.
En el sitio en que antes estal)a la Salita de Audiencia, don-
de concurrían separados los reos á sus confesiones, se han te-
jido de cañas y madera unas pequeñas habitaciones, que ocu-
pan dos Secretarios, que para respeto del lugar residen, como
custodios de las casas, habiéndose gastado i3ara ello crecida
cantidad de pesos en rebajar las paredes ruinosas y desemba-
razarlas entradas y patios de los montes de tierra, destroza-
dos maderos y demolidas columnas, que impedían el ])aso á
los Ministros, cuando en los dias que son de Audiencia asis-
ten al Tribunal.
Eepuestos, pues, algunos calabozos, quo en las cárceles se-
cretas se demolieron con el terremoto, se restituyeron á sus
tenebrosos encierros los reos, que en otros lugares se guarda-
ban en depósito. Y concluidos los procesos de sus méritos y
causas (habiéndose antes por el carácter de sus personas y na-
turaleza de sus delitos, penitenciado secretamente siete reos)
determinaron los señores celebrar con ellos el dia 19 de octu-
bre Auto particular de fé en la Iglesia de Santo Domingo. Y
para que la función se practicase con la mayor solemnidad quo
se deseaba, el señor Inquisidor menos antiguo pasó el dia 14
al palacio del Excmo. señor Ooude de Super-Unda, Virey de
estos Eeynos, quien informado de lo que se trataba ejecutar
con los apóstatas y enemigos de nr.estra Santa Fé Católica,
mandó que sus soldados y guardias estuviesen á las órdenes
de los señores del Santo Tribunal.
El siguiente dia, que fué el 15, Don José de Arezcurenaga,
Secretario mas antiguo del Secreto puso en noticia del E.P. F.
Bernardo Dávila, Prior del Convento Grande de Predicadores,
la comisión que llevaba de los señores Inquisidores para la ce-
lebridad del Auto particular de Fé, que hablan determinado
hacer en su Iglesia de ISTuestro Padre Santo Domingo, como
era de costumbre. Y al punto con la orden, que para ello dio
el R. P. Prior se previno el magestuoso templo de los apara-
tos necesarios para el cumplimiento de la función que se es-
peraba.
El dia 16 Don Andrés de Muguruza, IS^uució y Alcaide del
Santo Tribunal, vestido de terciopelo negro á lo militar, con
costosa venera y hábito del Santo Oficio, y montado en un ge-
neroso bruto vistosamente enjaezado, hizo publicar por las
esquinas y calles que hablan de ser tránsito preciso á la pro-
cesión de reos, el pregón siguiente: que decia así en voz del
pregonero.
Manda el Santo Oficio de la Inquisición^ que todos los vecinos
-390—
y habitadores de las casas, y tiendas de las calles, que corren des-
de dicho Santo Oficio hasta la Iglesia de Santo Domingo, las lini-
2)ien y barran para el Domingo 19 del presente mes de Octubre,
en que ha de ser la Procesión del Auto particular: pena de diez
pesos, y otras arbitrarias.
En este mismo día el Licenciado Don Bernardino Fernan-
dez Quijano, Presbítero, portero del Santo Oficio, hizo el con-
vite de parte de los señores á toda la nobleza de esta ciudad,
para que precediendo la solemnidad del juramento, que en se-
mejantes ocasiones se acostumbra, viniesen con insignias de
Ministros y Familiares á autorizar la función cori sus perso-
nas, como lo ejecutaron todos los mas calificados y distingui-
dos sujetos, acreditando con su asistencia el zelo de la Reli-
gión y el culto que se debe al Santo Tribunal de la Fé en ve-
nir con las órdenes de sus sagrados y venerables jueces y mi-
nistros.
El dia 18 Don Andrés de Muguruza con las mismas insig-
nias, y tren, que se acabó de expresar, publicó á voz del pre-
gonero en todas las calles acostumbradas el pregón, que es
del tenor que se sigue:
Manda el Santo Oficio de la Inquisición, que ninguna persona
de cualquier estado, calidad ó condición que sea, pueda detenerse
en coche, calesa, ni caballería, ni que embarase con mesas, ni es-
caños el centro de las calles, que corren desde la Inquisición d la
Iglesia de Santo Domingo, ni atraviese la Procesión en parte al-
guna á laida, ni d la vuelta, mañana 19 del corriente, en que ha
de celebrar Auto particular de Fé. Y también que ni en dicho
dia, ni en el de los azotes sea osado alguno á tirar á los reos man-
zanas, piedras, naranjas, ni otra cosa alguna: pena de cien pesos
ensayados, siendo español, el que contraviniere; y de diez pesos, y
cuatro días de cárcel, con las demás, que tuviere ]>or convenientes,
siendo de otra casta.
Cumplidas estas prevenciones con la formalidad y circuns-
pección con que el Santo Tribunal solemniza sus hechos, lle-
gó el dia 19 que se destinó para la celebridad del Auto. La
curiosidad, que siempre madruga, en esta ocasión parece, que
veló. íío había calle donde antes del amanecer no se viese el
numeroso concurso de las gentes, que se encaminaban á la
Iglesia de Santo Domingo, Plaza mayor y casas del Tribunal.
En las cercanías de los vecinos pueblos también fué grande
la tropelía de ios que atraídos de la novedad se condujeron a
esta corte. En menos de tres horas ocuparon las calles, por
donde se había de encaminar la procesión, mas de trinta mil
personas de todo sexo. Y á no haber los soldados que guar-
daban las boca-calles, observado puntualmente el orden, que
se les dio, para desembarazar el paso, se hubiera hecho inac-
—sol-
cesible el tránsito á causa de la confusión de los que entraban
y salían.
Serían ya como las siete y media de la mañana, cuando los
Títulos, Mayorazf^os, y Caballeros de las Ordenes Militares
vestidos todos de gala y honrosamente decorados con las in-
signias de Vener, y hábito del Santo Oflcio ocurrieron á la
casa de enmedio del Tribunal, para acompañar en la proce-
sión á los señores Inquisidores, como sus ministros y familia-
res. Luego que se juntaron todos los Oficiales, Secretarios y
Ministros, Don Andrés de Muguruza, alcaide.de las cárceles
secretas comenzó á sacar de los calabozos á los reos, llaman-
do á cada uno por su nombre, según la lista, que de ellos te-
nia: de los que con otra nómina, que también los expresaba,
se hizo entrego el Alguacil" mayor, quien los dio á los caba-
lleros, familiares y ministros, que les habían <le apadrinar en
la procesión, que ordenada en los i^atios del Tribunal princi-
pió, teniendo el cuidado de dirigirla, y ordenarla los Minis-
tros Familiares, que se siguen:
Don Ventura Jiménez Lobaton.
Don José Sánchez de Orellana.
Don Juan Bautista de Arieta.
Don Felipe Barba y Cabrera.
Don Juan de Acha y Ulibarri.
Iba por delante el portero del Santo Oficio, á quien después
seguían con las infames insignias de sus méritos los reos con-
ducidos del Alcaide. Y a cada uno de ellos le apadrinaron dos
Familiares, guarneciéndoles el lucido trozo de caballería, que
en dos alas con espada en mano marchaba al compás de la
procesión.
A poca distancia dos lacayos, vestidos de costosa librea,
cargaban una estatua, que trayendo al pecho un rótulo gra-
bado en una lámina de plata de delicado buril, expresaba el
nombre y apellidos del inocente D. Juan de Loyola, que fal-
samente calumniado de los abominables delitos de lierege y
judio judaizante murió por los años de 745 preso por este San-
to Tribunal, aunque poco antes de su fallecimiento ya habia
empezado á descubrirse la inicua conspiración de los falsos
calumniantes. Era el vestido, que llevaba áelama Manca: co-
lor, que simbolizaba su inocencia, guarnecido de tinisimos so-
brepuestos de oro de Milán^ con botonadura de diamantes, y
salpicado de varias joyas de cuantioso precio, que hermosea-
ban toda la tela. En la una mano traía la palma, insignia de
su triunfo, y en la otra un bastón de puño de oro con riquísi-
ma pedrería, por haber obtenido en la ciudad de lea, donde
era nativo (siendo originario déla ilustrísima casa de Loyola
en el lugar de Aspeytia de la provincia de Guipúzcoa) los
—392—
honrosos y distinguidos cargos de Maestre de Campo de la
caballería y varias veces el de Alcalde Ordinario.
Inmediatamente Don Luis de los Eios y Miranda, Eector,
que fué del Eeal y Mayor Colegio de San Felipe,' y I). Tadeo
Zavala y Vasquez, colegial del Eeal de San Martin, traian de
unas argollas de plata pendiente la cajuela, en que se incluian
los procesos y sentencias de los reos, que después habian de
leer en público los Ministros á quienes se cometió el cargo de
este negocio.
Continuaban después los notarios, familiares, ministros, ca-
lificadores, consultores y comisarios, que se componían de lo
mas ilustre del ejemplar clero, de lo mas sabio de los Docto-
res y catedráticos de la Eeal Universidad, con los tres Eeales
colegios, y de lo mas venerable y docto de los Maestros y Pre-
lados de las esclarecidas Eeligioues, que haciendo un cuerpo
con la nobleza que asistió, iban todos mezclados sin preferen-
cia de lugar. Sobresalía por la grandeza del vestido y costo-
sísima gala, que para tan plausible dia dispuso, Don Ignacio
de Loyola y Haro, á quien el Santo Tribunal en remunera-
ción de la expresada calumnia que padeció su bermano Don
Juan de Loyola, liabia honrado con el decoroso empleo de su
Alguacil mayor en la ciudad de lea, su patria: dando asi mis-
mo título de Familiares, y Ministros á sus sobrinos, Don San-
cho de Loyola, Presbítero, y los Eeverendos Padres Fray
Francisco de Loyola, y Fray Marcelo de Loyola, del Orden
Seráfico, que iban los últimos de tan lustroso acompaña-
miento.
Seguíase el Oficio del Santo Tribunal en la forma que se
expresa:
Don Manuel Eoman de Aulestia, Marqués de Monte- Ale-
gre; que haciendo el oficio de Alguacil mayor por enfermedad
del propietario, que lo es D. Ignacio de Irazabal, traia el Es-
tandarte de la Fé. Llevaba la borla de la mano derecha el Co-
ronel de infantería española, D. Melchor Malo de Molina,
Marqués de Monte-Eico, Conde del Puerto, y Hiunanes, Cor-
reo mayor de las Indias; y la siniestra el Maestre de Campo
D. Miguel de Mudarra y Eoldan, Marqués de Santa-María.
Era el Estandarte de terciopelo negro, con fina flecadura de
oro y borlas de lo mismo. Tenia en el medio bordadas de oro
de realze en campo verde la oliva, cruz y espada: armas del
Santo Oficio y por orla las siguientes palabras del Psalm. 73.
JExsvrge Domine^ etjuílica causam tuam.
Procedían en fila á la mano derecha de los señores inquisi-
dores.
Don Manuel Castellanos, Secretario jubilado.
D. Ignacio Altube^ Secretario del Secreto.
—sos-
Doctor Don Bartolomé López Grillo, colegial del Eeál y
Mayor de San Felipe, Secretario Fiscal.
Doctor Don Miguel de Valdivieso y Torrejon, Catedrático
de vísperas, de íeyes y Abogado del Eeal Fisco.
Por la izquierda guardando la iijisma orden:
Don José Arezcurenaga, Secretario mas antiguo del Se-
creto.
Don Juan Bautista Gaviria, Presbítero, Secretario de visi-
ta y del Secreto.
Don Gaspar de Orué, Secretario del Secreto.
Don Juan dé Ugalde, Contador Ordenador, y del Santo
Oficio.
Venían cubiertos délos chapóos ó sombreros de ceremonia,
propios de su Dignidad y^OelegáciouPontiñcia, los muy ilus-
tres señores Dr. D. Pedro Antonio de Arenaza y Gárate del
Consejo de S. M. en el Supremo de la Santa General Inquisi-
ción de España, Visitador general. Juez de bienes confisca-
dos y Superintendente general del Eeal Fisco de esta de los
Eeynos del Perú, y Dr. D. Mateo de Amusquibar, Inquisidor
Apostólico, que sobresaliendo como athalantes, que sostienen
el firmamento de la Fé, ó como antorcbas, que ilustran la es-
fera de la Religión, precidian colocados en el medio de tan ve-
nerable y supremo Tribunal. Parece, que en cada uno de es-
tos señores se hacia admirar lo respetoso del semblante no-
blemente unido con la autoridad de las acciones. El cielo
cuando destina á los sujetos para los emi^leos, proporciona á
sus espíritus el caráctes de los accidentes, para que no dege-
neren de la dignidad que representan los ministerios que ejer-
citan.
Seguíanle luego por atrás sus familiares, que procedían con
los capellanes del Santo Tribunal en la forma que se expresa.
Don Juan Cabrera Barba.
Don Pablo Eojas.
Don Francisco del Castillo.
Don Francisco Eivagaray.
Don Melchor Bravo de Eueda.
Don Juan Pedro de Guraya.
Cerraba este magestuoso Cuerpo del Tribunal, y lucido
acompañamiento de ministros, y nobleza otro trozo de caba-
llería, que marchando de retaguardia, embarazaba el bullicio '
y tropelía de la nuuierosa plebe que atraída de la curiosidad
sobrevenía á la proposición.
Asi se encaminaba desde las casas del Tribunal hacia la
Iglesia de Santo Domingo, formada la procesión, cuando lle-
ToM. VII. Literatura — 50
—394—
gó á la Plaza mayor, donde miran las galerías del Palacio, en
que ya el Excelentísimo señor Yirey, que por el justo recelo
de los temblores, que aun hasta hoy se repiten, no asistió con
algunos señores de la Eeal Audiencia, que le acompañaban,
mientras pasó el Santo Tribunal de lá Fé, estuvo en pié, aca-
tándole con el mas debido rendimiento, que inspiraron á su
ánimo católico el celo, la piedad y la religión; y los señores
del le correspondieron, guardando las ceremonias y etiquetas
de su dignidad y empleo.
Luego que se acercó este admirable espectáculo á la pla-
zuela del referido/ Templo, la infantería que guardaba su ce-
menterio y ijuertas, se puso en dos filas, estando á la derecha
su capitán, el Teniente coronel D. Manuel Agustín de Oay-
coeg.ui y Aguiñiga, Caballero de la Orden de Santiago, para
que por el medio del centro que ocupaba, xjasasela procesión
á toDiar las puertas: donde el E. P. Prior, con toda la venera-
ble Comunidad de Predicadores, recibió y ministró el agua
bendita á los señores inquisidores, que al entrar deponiendo
los chapeos, tomaron los botones. Y asi acompañados de la
Eeligiosa comunidad subieron hasta el presbiterio, de donde
después de hecha oración al Agusto Sacramento del Altar,
pasaron á ocupar las dos filas, que con igual número de al-
mohadas á los pies de terciopelo verde estaban al lado del
Evangelio puestas bajo de un docel del mismo género. En cu-
yo medio se veían de realce, y briscados de oro bordadas las
armas del Santo Tribunal y por delante un bufete cubierto de
rico terciopelo verde, con. su flecadura y alamares en que es-
taban una Imagen de Cristo Crucificado sobre el Libro de los
cuatro Evangelios, unos tinteros, con su campanilla y la ca-
juela con las causas y sentencias de los reos. En la misma lí-
nea, en que se puso el docel, se colocó también el Estandarte
de la Fé, que en la procesión trajo el Alguacil mayor del Tri-
bunal.
Después fuera del presbiterio al mismo lado del Evan-
gelio seguían cuatro bancas cubiertas que ocuparon con su
antigüedad el Alguacil mayor, Secretarios y Oficiales del San-
to Tribunal. En frente al lado de la epístola sobre el mismo
presbiterio estaban en asientos distinguidos los Ministros, que
se habían nombrado, x)ara leer las causas y sentencias de los
reos, que ya habían subido al tablado ó teatro, que cubierto
de paños negros se erigió de competente altura, con cuatro
gradas para la subida: cuya frente ocupaba todo el espacio,
que hay desde la pilastra del pulpito hasta la capilla mayor
igual al diámetro desde la cúpula en el crucero. Allí cerca en
taburete raso, con bastón negro de puño de plata, insignia de
su cargo estaba el Alcaide que habla de sacar y poner los reos
—305—
en la Jaula ó Amhóm^ cuaüdo cada uno de ellos, leído el pro-
ceso de su causa, hubiese de oir la sentencia, que le daban en
vista de sus méritos.
Desde la pilastra del pulpito, dejando en medio el tablado,
en cuyas gradas se hablan sentado los reos, seguían unos es-
caños, que se destinaron para asientos de los consultores, ca-
lificadores, comisarios y familiares que concurrieron á la pro-
cesión, mezclados con la nobleza que asistió. Entre quienes
acompañada por uno y otro lado délos distinguidos sujetos,
que le apadrinaron, se colocó la estatua de D. Juan de Loyola,
sncediéndole inmediatamente en la misma orden de asientos
su hermano y sobrinos.
De esta suerte se habia todo ejecutado, quedando compe-
tente guarnición de soldados, así en las puertas reglares del
convento como en las de afuera de la Iglesia, para contener
el inmenso concurso de los que pretendían atrepellar la en-
trada, no siendo posible cupiese mayor número de concurren-
tes en el magnífico Templo, que el de mas" de diez mil perso-
nas, que ya ocupaban su recinto.
No habia pasado mucho, cuando haciendo el señor Visita-
dor señal con una campanilla, salió la Misa que en el Altar
mayor cubierto de un velo morado, principió el E. P. M. F.
Miguel Oampanón, Prior del convento de la Magdalena, y co-
misario del Santo Oficio, quien acabada la Epístola, suspen-
dió el Sagrado Sacrificio y tomó asiento en una silla de ter-
ciopelo violado, que estaba en el presbiterio al lado de la epís-
tola de cara hacia los señores inquisidores. Y heclia con la
companilla segunda señal, subió al pulpito D. José de Arez-
curenaga, que volviéndose al pueblo, dijo: alzad todos las ma-
nos, y cada' uno de los circunstantes haga el siguiente juramento:
JURAMENTO DEL PUEBLO.
Juro á Dios, y á Santa María, y d la señal de la Gruz, y d
las 'palabras de los Sa7itos Evangelios, que seré en favor^ desen-
sion y ayuda de la Santa Fé Católica, y de la Santa Inquisición,
Oficiales, y Ministros de ella, y de manifestar, y descubrir todos,
y cualesquiera hereges, fautores, defensores, y encubridores de
ellos^ 2)erturbadores, é impedidores del dicho Santo Oficio; y que
no les daré favor, ni ayuda, ni los encubriré: mas luego que lo
sepa, lo revelaré, y declararé d los señores Inquisidores. Y si lo
contrario hiciere. Dios me lo .demande, como d aquél, ó d aque-
llos, que d sabiendas se perjuran. Dijo luego el Legente: digan
toño:' Amen.
—396—
Después siguió leyendo el Edicto, que de motu propio ex-
pidió San Pió V, á que precedió el Auto de intimación si-
guiente:
Nos el Dr. D. Pedro Antonio de Arenosa y Gárate, del Con-
sejo de S. M. en el Supremo de la Santa General Inquisición de
JSspaña, Visitador General; Juez de bienes confiscados, Super-
intendente General del Real Fisco de esta de los Rey nos del Perú
y los Inquisidores Apostólicos contra la Herética Pravedad, y
Apostasía en la Ciudad, y Arzobispado délos Reyes, con los Obis-
padas de Quito, del Cuzco y Guamanga, Arzobispado de los Char-
cas, y Rio de la Plata, y Obispados del Tucumán, Concepción,
Santiago de Chile, Paraguay, Arequipa, y Trujillo, Santa Cruz
de la Sierra, la Paz, y en todos los Pistados, y señoríos de las
J^rovincias del Perú, su ,Yir&y nato, Gobernación, y distrito de
Jas Audiencias Reales, que en las dichas Ciudades, Reynos, y Pro-
. mncias residen; por autoridad Apostólica y Ordinaria Sea. Sá-
cenlos saber al Muy Excelente Señor Virey, y Capitán General
de dichos Reynos, y Provincias, y d los Reverendísimos señores
Arzobispos, y Obispos de ellas, y á los Muy Ilustres señores Pre-
^sidentes, y Oidores de las Audiencias Reales, y á los Muy Mag-
n^yicos Corregidores, Alcaldes mayores, y Ordinarios de todas las
d/iídades. Tillas, y Lugares délos dichos Reynos, y Provincias,
y á todos los vecinos, y moradores estantes, y habitantes de las
diohas Ciudades, Tillas, y Lugares, y á cada uno, y á cualquie-
ra de ellos, á quien lo de suso toca, y atañe en cualquiera mane-
ra: como N. M. S. Padre San Pió T, de felice recordación, con
el zelo que tuvo al servicio de Dios Nuestro Señor, y aumento y
fioiiservacion de Nuestr<i Santa Fé Católica, y Religión Cristia-
7iá, con amierdo de los ■Reverendísimos Cardenales, sus herma-
nos, estableció una Constitución en favor del Santo Oficio, Oflcia-
tes, y Ministros del: su tenor de la cual en nuestro vulgar caste-
llano es el siguiente:
CONSTITFCIOíí DE ÍÍUESTBO MUY SANTO PADEE PAPA PIÓ V,
CONTBA LOS QUE OFENDEN EL ESTADO, NEGOCIOS Y PERSO-
NAS DBIi SANTO OFICIO DE ÍLA INQUISICIÓN CONTKA LA HE-
RÉTICA PRAVEDAD.
Si cada dia con diligencia tenemos cuidado de amparar los
Ministros de la Iglesia, los cuales jS"uestro Señor Dios nos ha
encomendado, y ^os los habemos recibido bajo de nuestra Fé
y amparo, cuanto mayor cuidado y solicitud nos es necesario
poner en los que se ocupan en el wSanto Oficio de la Inquisi-
ción contra la herética pravedad, para que siendo libres de
tddos peligros, deba-jo del amparo de la inviolable autoridad
de nuestra Serie Apostólica, pongan en ejecución cualesquiera
—307—
cosas tocantes á su Oficio, para exaltación de la ¥é Católica?
Asi como cada dia se anmeiita mas la multitud doliereges que
por todas vias y artes procuran destruir el Santo Oficio, y mo-
lestar y ofender á los Ministros del, ha nos traido la necesidad
á tal término, que nos es necesario reprirnir tan maldito y ue-
sario atrevimiento con cruel azote de castigo. Por tanto, con
consentimiento y acuerdo de los Cardenales, nuestros berma-
nos establecemos y mandamos por esta general Constitución,
que cualquiera persona, ahora sea particular ó privada ó ciu-
dad ó pueblo ó Señor, Conde, Marqués, ó Duque, ó de otro
cualquiera mas alto y mejor título, que matare, ó hiriere ó
violentamente tocare, y ofendiere, ó con amenazas, conmina-
ciones, y temores, ó en otra cuahpiiera manera impidiere á
cualquiera de los Inquisidores, ó á sus Oficiales, Fiscales, Pro-
motores, Notarios, ó á otros cualesquiera Ministros del Santo
Oficio de la Inquisición, (5 á los Obispos, que ejercitan el tal
Oficio en sus Obispados, 6 Provincias, ó al acusador, denun-
ciador, ó testigo traido, ó llamado, como quiera, que sea jjara
fé, y testimonio de la tal cansa: y el que combatiere, ó aco-
metiere, quemare, ó saqueare las Iglesias, casas, ú otra cual-
quiera cosa pública, ó privada del Santo Oficio, ó cualquiera,
que quemare, hurtare, ó llevare cualesquiera libros, ó proce-
sos, protocolos, escrituras, trasuntos, ú otros cualesquiera ins-
trumentos, ó privilegios, donde quiera que estén puestos, ó
cualquiera que llevare las tales escrituras, ó alguna de ellas,
de tal fuego, saco, ó robo, aunque este sin armas, ó fuere can-
sa, dando consejo, íavor, y ayuda en cualquiera manera, que
sea de combatir, saquear, ó quemar las dichas cosas tocantes,
y pertenecientes al Santo Oficio, en cualquiera manera, que
sea; ó prohibiere, que algunas cosas, ó personas del Santo
Oficio, no sean guardadas, y defendidas: y cualquiera perso-
na, que quebrantare cárcel pública, ó particular, ó sacare, y
echare fuera de la tal cárcel algún preso; ó prohibiere, que no
le prebendan, ó le receptare, ó encubriere, ó diere, ó mandare
que le den facultad, ayuda ó favor, para huir y ausentarse, ó
el que, para hacer y cometer alguna de las dichas cosas, ó par-
te de ellas, hiciere junta ó cuadrilla, ó apercibiere y previnie-
re á algunas personas, ó de otra cualquier manera, en cual-
quiera cosa de las sobredichas, de industria diere ayuda, con-
sejo ó favor pública ó secretamente, aunque ninguno sea
muerto ó herido, ni sacado ó echado, ni librado de tal cárcel;
y aunque ninguna casa sea combatida, quebrantada, quema-
da ni saqueada; finalmente, aunque ningún daño en efecto se
haya seguido: con todo eso el tal delicuente sea excomulgado
anatematizado, y sea reo lescB majestatis, y quede privado de
ciialquiera señorío, dignidad, honra, feudo, y (iu todo otro cual-
—398—
quiera beneficio temporal ó perpetuo; y que el juez lo casti-
gue con aquellas penas que por constituciones legitimas son
dadas á los condenados por el primer capítulo de la dicha Ley,
quedando aplicados todos sus bienes y hacienda al Fisco, asi
como también está constituido por derechos y sanciones ca-
nónicas contra los hereges condenados. Y los hijos de los ta-
les delincuentes queden y sean sujetos á la infamia de sus pa-
dres, y del todo queden sin parte de toda y cualquiera heren-
cia, sucesión, donación, manda de X3arientes ó extraños, ni
tengan algunas dignidades. Y ninguno pueda tener disculpa
alguna, ni poder ni pretender algún color ó causa, para que
sea creido no haber cometido tan gran delito en menosprecio y
odio del Santo Oficio, sino mostrare por claras y manifiestas
probanzas haber hecho lo contrario. Y lo que sobre los suso-
dichos delicuentes y sus hijos hemos estatuido y mandado, eso
mismo queremos y ordenamos, que se entienda y ejecute en
los clérigos y presbíteros seculares y reglares de cualquiera
orden que sean, aunque sean esentos, y en los Obispos y otras
personas de mas dignidad, no obstante cualquiera privilegio
que cualquiera ijersoua tenga: de manera que los tales por
autoridad de las, presentes Letras, siendo privados de sus be-
neficios y de todos los oficios eclesiásticos^ sean degradados
por Juez Elesiástico, como herejes. Y así raídas sus órdenes,
sean entre-Ji'ados al Juez y brazo seglar y como legos sean su-
^etos á las sobredichas penas. Pero queremos que las causas
de los Prelados sean reservadas á Nos ó á nuestros sucesores
para que inquerido y examinado su negocio, procedamos con-
tra ellos, ¡jara deponerlos y darles las sobredichas penas, con-
forme y como lo requiere la atrocidad de su delito. Y cuales-
quiera que procuraren pedir perdón para los tales ó interce-
der de cualquiera otra manera 'por ellos, sepan que han in-
currido ipsofacto en las mismas penas, que las sagradas cons-
tituciones ponen contra los favorecedores y encuÍ)ridores de
hereges. Pero si algunos, siendo en mucho ó en poco culpa-
dos en los tales delitos, movidos ó por zelo de la Religión cris-
tiana ó por arrepentimiento de su pecado descubrieren su de-
lito, antes que sea declarado ó denunciado, sea libre del tal
castigo. Pero en lo que toca á todas y cualesquiera absolucio-
nes de los tales delitos, y las habilitaciones y restituciones de
fama y honra, deseamos que de aquí adelante se tenga y guar-
de esta forma. Que nuestros sucesores no concedan ningunas,
si no fuere después de haber pasado por lo menos seis meses
de sus pontificados; y habiendo sido primero sus peticiones y
suplicaciones verificadas y conocidas por verdaderas por el
supremo oficio déla Inquisición. Y así estatuimos y ordena-
mos, que todas y cualesiiuiera absoluciones, habilitaciones y
—399—
restituciones de esta manera que de aquí adelante se hicieren
no aprovechen á nadie si primero no fueren verificados sus
ruegos y peticiones. Y queremos y mandamos que esta nues-
tra Constitución por ninguna via ni parte sea derogada ni re-
vocada, ni se pueda juzgar haber sido revocada ni derogada,
sino siendo todo el tenor de esta nuestra Constitución, inserto
en la tal revocación, palabra por palabra. Y mas queremos,
que la tal gracia y revocación sea hecha por cierta ciencia
del Romano Powíijfíce, y sellada con su propia mano. Y si acon-
teciere, que por liviana causa se hiciere la tal revocación y
derogación, queremos, que las tales derogaciones y revocacio-
nes no tengan ninguna fuerza ni valor, ítem mandamos, que
todos.y cualesquiera patriarcas, primados, arzoi)ispos, obis-
pos y los demás prelados de las Iglesias constituidos por todo
el Orbe procuren por sí propios ó por otras personas publicar
solemnemente en sus provincias^ ciudades y obispados esta
nuestra Constitución, ó el traslado de ella; y cuanto en sí fue-
re, hacerlas guardar, apremiando y compeliendo á cualesquie-
ra contradictores por censuras y penas eclesiásticas, pospues-
ta toda apelación; agravando las censuras y penas, cuantas
veces bien visto les fuere; invocando para ello si fuere menes-
ter el auxilio del brazo seglar: no obstante cualesquiera Cons-
tituciones y ordenaciones apostólicas, y cualesquiera cosas
que parecieren ser contrarias. Y queremos que los traslados
de estas nuestras Letras sean impresos, y publicados y sella-
dos por mano del Notario público, ó con el sello de otro cual-
quiera de la Curia Eclesiástica, ó de algún Prelado; y los ta-
les traslados queremos, que en cualquiera parte y lugar que
fueren publicados, hagan tan entera fé y testimonio, como si
propio original fuera leido y publicado. ítem rogamos y amo-
nestamos á todos los príncipes de todo el Orbe á los cuales es
permitida la potestad del gladio seglar i)ara venganza de los
malos; y les pedimos, en virtud de la Santa Fé Católica, que
prometieron guardar, que defiendan y pongan todo su pode-
río eu dar ayuda y socorro á los dichos Ministros en la puni-
ción y castigo de los dichos delitos después de la sentencia de
la Iglesia, de manera que los tales Ministros con el presidio,
y amparo de ellos felicemente ejecuten el cargo de tan gran-
de oficio para gloria del Eterno Dios, y aumento de la Eeli-
gion cristiana; porque asi recibirán el incomparable é inmen-
so premio, que tiene aparejado en la compaiíía de la eterna
beatitud para los que defienden nuestra Santa Fé Católica. Y
mandamos, que á ninguno sea lícito rasgar ó contradecir con
atrevimiento temerario esta escritura de nuestra sanción, le-
gación, estatuto, decreto, jusion, obtestación y voluntad. Y
si alguno presumieró ó atentare lo contrario, sepa que ha de
—400-
incurrir en la indisrnacion de Dios Todopoderoso y de losbie
naventurados San Pedro y San Pablo. Dada en Eoma en San
Pedro á 19 dia del mes de Abril del aiío de la Encamación
del Señor mil quiuientos y sesenta y nueve, en el año IV de
nuestro í*ontificado.
Por inde exlwrtamos y requerimos al diclio señor Yirey y se-
ñores Arzol)is2)os y Odispos, y señores Presidentes y Oidores de
Jas diclias Audiencias Peales, y á vos las diclias personas, é acu-
da una de vos mandamos en virtud de santa obediencia, que guar-
déis y cumpláis y liagais (juardar y cumplirla diclia Constitu-
ción, y denuncies y liagais denunciar ante Xos, ó ante nuestros
commisarios, lo que sapieredes, ó huMeredes oido decir cerca de lo
en ella declarado: y contra el tenor y forma de ella no vais.ñi
pasáis, ni consintáis ir, nipasar, so las penas enla dicha Cons-
titución contenidas. PJn testimonio de lo cual dimos la presente
firmada de nuestros nombres, sellada con el sello del Santo Ofioio,
y refrendada del Secretario del Secreto del, Dada en la Inquisi-
ción de los Peyes del Perú en 12 de Octutfre de 1749 «?Tos.— Doc-
tor D. Pedro Antonio de Areuaza y Gárate. — Doctor D. Ma-
teo de Amusqnibar.
Por mandado del Santo Oficio déla Inquisición.
D. José de Arezcurexaga.
Concluida la lectura de la expresada Constitución, que es
contra los que XJreteuden embarazar, é intentau impedir la ju-
risdicción del Santo Tribunal: cuyo original latino comienza
con las sinoulares ijalabras: Sí de protegendis: se procedió á
la lectura de las causas y sentencias que en el pulpito los Mi-
nistros que se habían deputado i^ara este fin, leyeron, guar-
dando la orden, que se sigue:
CAUSA PRIMEEA.
LEYÓ ESTA DOX IGXACIO DE ALTUBE SECRETARIO DEL SE-
CRETO, LA CUAL PERTENECIÓ AL SIGUIEXTE REO.
Fué este Bernabé Morillo, alias Otárola, negro, nativo del
puerto del Callao, dos leguas de Lima, de cuarenta años de
edad, de estado soltero, de ejercicio grumete, que por los de-
litos de superstición y apostacía ya habia sido penitenciado
por este Santo Tribunal eu el Auto general de íe, que por los
años de 1736 celebró á 23 de Diciembre en la Plaza mayor.
Salió al Auto con hábito penitencial de media aspa, por he-
rege, idólatra y apóstata. Y estando eu forma de penitente,
—401—
confeso y contrito, se le leyó su sentencia con méritos: abjuró
áeveJiementi. Y siendo absuelto ad cautelanij gruvemente re-
prehendido, conminado y particularmente advertido de sus
errores, fué condenado á cárcel perpetua, y á que el dia si-
guiente desnudo de medio cuerpo saliese en muía de albarda,
y se le diesen doscientos azotes por las calles públicas y acos-
tumbradas. Fueron sus padrinos D. José Bravo de Castilla y
D. Felipe Colmenares.
CAUSA SEGUNDA.
Leyóla el doctor don melchor de aragok y s alazos r,
abogado de esta real audieítoia de presos y relator
del santo oficio.
Fué éste Juan José Meneses, esclavo, de casta zambo, na-
tural de Lima, de edad de veinte años, de estado solte\'o y de
oficio ollero y entintador de imprentas, salió al Auto con in-
signias de sortilegio, supersticioso y blasfemo. Y estando en
forma de penitente y con soga de dos nudos al cuello, se le le-
yó su sentencia con méritos: abjuró de lev% fué absuelto ad
cautelam, y condenado, á que el dia siguiente al Auto le die-
sen doscientos azotes por las calles públicas y acostumbradas
y á destierro de esta ciudad, villa de Madrid, corte de ^. M.
al presidio de Valdivia, donde sirviese cinco años á ración y
sin sueldo, cumpliendo con las saludables penitencias de co-
mulgar tres veces por espacio de dos años, en los dias de Pas-
cua de Navidad, Eesurreccion y Asunción de Nuestra Señora;
y que por este tiempo rezare todos los viernes un tercio del
Eosario á María Santísima Señora Nuestra. Fueron sus pa-
drinos el Dr. D. Isidro Tello de Guzman, Eector que ha sido
de la Eeal Universidad de San Marcos, y D. Gaspar de Mora-
les y Eios.
CAUSA TEECEEA.
Leyó después el doctor don aítdres perez de hervías,
presbítero, ex-catedrático del maestro de las sen-
tencias en la real universidad de san marcos, cura y
vicario de atabillos bajos en la provincia de canta,
y calificador del santo oficio, la tercera causa y su
sentencia, que fué la del siguiente reo.
Fué este Don José Ventura de Acosta y Montero, español,
natural de la isla de Tenerife en las Canarias, y residente en
el puerto del Callao, de ejercicio piloto, soltero, de edad de
cincuenta y tres años, salió al Auto con Sambenito de media
ToM. vn Literatura — 51
—402—
aspa por proposiciones heréticas y escandalosas. Y estando
en forma de penitente, confeso y contrito, se le leyó su sen-
tencia con méritos: abjuró de veliementi; fue absuelto ad cau-
telam, y condenado á destierro de esta ciudad de Lima, y Vi-
lla de Madrid, corte de S. M. por espacio de ocho años, y trein-
ta leguas, en contorno; y que todos los sábados del expresado
tiempo reze una parte de Eosario á María Santísima; y en con-
fiscación de la mitad de sus bienes, aplicados á la Cámara y
Fisco de S. M. y en su nombre al Receptor general del Santo
Oficio. Fueron sus padrinos D. Lorenzo de Zarate, y D. José
de Salazar y Solorzano.
CAUSA CUAETA.
Leyó luego la cuaeta causa, y su sentencia el expkesado
doctor don andrés pérez de heryias, que fue la de la
siguiente rea.
Fué esta Juana Mcolasa Crespo, negra esclava, natural de
Lima, de estado soltera, de ejercicio lavandera, y de cuarenta
años de edad, salió al Auto con insignias de blasfema hereti-
cal, y con soga de dos nudos al cuello y mordaza. Y estando
en forma de penitente, se le leyó su sentencia: abjuró de levi;
fué condenada á que el dia siguiente al Auto, desnuda de la
cinta arriba, se le diesen doscientos azotes por las calles pú-
blicas y acostumbradas; y que recl usa por espacio de cuatro
años en el hospital de la Caridad de esta corte, confiese y co-
mulgue tres veces los dos primeros años, en la Pascua de Ee-
surreccion, dia de la Santísima Trinidad, y Asunción de Jüíues-
tra Señora; con tal que en ellos reze todos los viernes y sába-
dos de rodillas un tercio de Eosario á María Santísima. Fue-
ron sus padrinos D. Gaspar de Zeballos, y D. Francisco de los
Eios y Taniayo, marqués de Villa-Hermosa.
y CAUSA QUIÍÍTA.
Sucedió á esta la quinta causa y sentencia que leyó el
r. p. f. miguel lozano, del real y militar orden de
nuestra señora de las mercedes, cura de lampian en la
provincia de canta, y calificador del santo oficio, la
cual perteneció al siguiente reo.
Fué este Juan Esteban Flores, alias de Andrade, meztizo,
natural de la ciudad de San Francisco del Quito, y residente
en la de Cuenca del mismo Obispado, de oficio zapatero, y de
edad de treinta años, por dos veces casado, salió al Auto con
—403—
insignias de polígamo. Yestíljido en forma de penitente, se
ieleyó su sentencia con méritos: abjuró delevi; y tuó conde-
nado á doscientos azotes por las calles públicas y acostumbra-
das, y á destierro de esta ciudad de Lima, de la del Quito, y
villa de Madrid, corte de S. M. por tiempo de cuatro años que
cumplirá en el presidio de Valdivia; y que en los dos prime-'
ros años confiese y comulgue en cada uno tres veces, las Pas-
cuas de navidad, Resurrección y Espíritu Santo; y que los sá-
bados durante su destierro, reze un tercio de Eosario á María
Santísima, Y en cuanto al vínculo del matrimonio se remitió
al Ordinario Eclesiástico, que de la causa debe conocer. Fue-
ron sus padrinos D. Kicolás de Salazar, y D. Luis de Bej ara-
no y Bravo, conde de Tilla-Señor.
CAXJSA SEXTA.
Leyó el r. p. ignacio de velasco, de la compañía de jesús,
calificador del santo oficio, y rector del colegio de
guamanga la sexta causa, que pertenece al siguiente
REO. »
Fué este Juan José Graciano de Santa Clara, alias Juan dé
Mata, pardo esclavo, natural de la ciudad de Trujillo, de es-
tado casado, de oficio al bañil, y de mas de trintaaños de edad,
por dos veces casado; salió al Auto con insignias de polígamo.
Y estando en forma de penitente, se le leyó su sentencia con
méritos: abjuró yZe ZeíJÍ; y fue condenado á doscientos azotes
por las calles públicas y acostumbradas, y á destierro de esta
ciudad y villa de Madrid, corte de S. M. por tiempo de cuatro
años á las ciudades dé lea, Pisco ó ÍÑTasca; y que por espacio
de dos años confiese y comulgue las Pascuas de IS'avidad, Ee-
surreccion, yFjspiritu Santo; y que los sábados del expresado
tiempo reze un tercio de Eosario á María Santísima. Y en
cuanto al vínculo del matrimonio se remitió al Ordinario Ecle-
siástico, que de la causa debe enten'der. Fueron sus padrinos
I). Francisco de la Fuente é Ixar, marqués de San Miguel, y
el Dr. D. Fernando Eoman de Aulestia, colegial del Eeal y
Mayor de San Felipe.
CAUSA SÉPTIMA.
Leyó la séptima causa y sentencia el r. p. m. f. tomas ve-
lasco DEL ORDEN DE PREDICADORES, CURA DE HUANCAY0 EN
LA PROVINCIA DE JAUJA, Y CALIFICADOR DEL SANTO OFICIO, QUE
PERTENECE AL SIGUIENTE REO.
Fué este Joaquín de Eivera, alias D. Antonio de Ormaza,
alias Joaquín Pasmino,, español, natural de la ciudad de San
Francisco del Quito, de estado casado, de ejercicio pintor, y
—404—
después boticario de edad de mas de 25 años. Salió al Auto
con insignias de polígamo, por haberse casado tres veces, vi-
viendo su primera legítima mujer. Y estando en forma de pe-
nitente con soga de dos nudos al cuello, se le leyó su senten-
' cía con méritos: abjuró de levi; j fué condenado á doscientos
azotes por las calles públicas, y costumbradas, y á destierro
de esta ciudad, de la del Quito y villa de Madrid, corte de
S. M. por espacio de seis años, que cumplirá en la ciudad de
Guayaquil: y que por tiempo de dos años confiese y comulgue
tres veces en cada uno por las Pascuas de IsTatividad, Eesur-
reccion y Espíritu Santo, y durante el destierro, reze todos los
sábados un tercio de Eosario á María Santísima. Y en cuanto
al vículo" del matrimonio se remitió al Juez Eclesiástico, que
de la causa pueda y deba conocer, Fueron sus padrinos Don
Francisco Arias Saavedra, marqués de Moscoso, y D. Diego
Santa-Cruz y Centeno.
CAUSA OCTAVA.
Leyó la octava causa el doctoe lon migüel saíns de val-
divieso Y TORREJON, CATEDRÁTICO DE VÍSPERAS DE LEYES EN
ESTA REAL UNIVERSIDAD, ASESOR DEL CABILDO, Y REGIMIEN-
TO DE ESTA CIUDAD, Y ABOGADO DEL REAL FISCO DEL SANTO
TRIBUNAL, QUE PERTENECE AL SIGUIENTE REO.
Fué este José Pantaleon, pardo esclavo, natural de la ciu-
dad de lea de este Arzobispado, de estado soltero y sin ejer-
cicio, de edad (al parecer) de cuarenta años. Salió al Auto
con insignias de testigo íalso, siendo inventor, promovedor,
director y cabeza de la conspiración que principió, y fomentó
contra el inocente Don Juan de Loyola y Haro, imputándole
ser judio judaizante con muy execrables delitos de palabras y
obras, y pretendiendo afirmar la falsedad del hecho y calum-
nia con apariciones, y locuciones sobrenaturales, é injuriosas
á í^uestro Señor Jesucristo y á su Madre Santísima, fingidas
por el depravado ánimo de este reo. Y estando en forma de
penitente, se le leyó su sentencia con méritos, y fue conde-
nado á doscientos azotes, y á que sirva á S. M. á ración y sin
sueldo perpetuamente en el presidio de Valdivia; y que todos
los viernes reze una parte de Eosario á María Santísima: y
por particular misericordia del Santo Tribunal no se le relajó
al brazo secular. Fueron sus padrinos D. Juan Bautista Oasa-
bona, mayordomo del Excmo. señor Virey, y D. José de Eo-
S9,s, gentil hombre.
-405-
OAUSA -NOYBNA.
Leyó esta causa el expbesado doctor don miguel ee val-
divieso, QUE pertenece AL SIGUIENTE REO.
Fué este Francisco del Eosario, alias el chileno, de casta
zambo esclavo, natural de la ciudad de Santiao:o del reyno de
Chile, de estado soltero y sin oficio, de edad de mas treinta
años. Salió al Auto con insignias de testigo falso, por haber si-
do inventor, promovedor y director de la falsa calumniado ju-
dio judaizante, que padeció la inocencia de su amo D. Juan de
Loyola, con muy execrables delitos de palabras, y obras. Y
estando en forma de penitente, se le leyó su sentencia con mé-
ritos, y fué condenado á doscientos azotes, y á que sirva á S.M.
á ración y sin sueldo perpetuamente en el presidio de Valdi-
via: y que todos los viernes reze una parte de Eosario á Ma-
ría Santísima, no habiéndosele relajado al brazo secular por
conmiseración particular, que tuvo con este reo el Santo Tri-
bunal. Fueron sus padrinos D. José Miguel de Ovalle, y D.
Martin de Tejada, gentiles hombres del Excmo. señor Virey.
CAUSA DÉCIMA.
Leyóla el mismo ministro, que la antecedente y pertene-
ce AL siguiente reo, QUE SALIÓ EN ESTATUA.
Fué este Juan de Hermosilla, negro esclavo, natural de
Lima, de estado soltero de oficio botijero, y al parecer de trein-
ta años de edad, que murió preso por es^e Santo oficio. Salió
al Auto en estatua con insignias de testigo falso por la falsa
calumnia de judio judaizante, que imputó á su amo D. Juan
de Loyola. Y estando en forma de i)enitente, se le leyó su
sentencia con méritos. Fueron sus padrinos D. José Cayeta-
no Hurtado, caballero del orden de Santiago, y el coronel D.
Diego Chavez y Mesia, Maestre de Campo del batallón de es-
ta ciudad.
CAUSA UÍTDÉCIMA.
Continuó leyendo esta causa el legente anterior, que i;s
DE la SIGUIENTE REA.
Fué esta Catharina, alias Catha de Vera, zamba de indio,
libre, de ejercicio cocinera y lavandera, natural de la ciudad
del Cuzco, de cincuenta años de edad y de estado viuda. Salió
—406-
al Auto con insignias de testigo falso, por haber inventado y
promovido la falsa calumnia de judio judaizante contra el
inocente D. Juan de Loyola, en cuya casa sirvió de criada,
desde sus primeros años. Y estado en forma de penitente, se
le leyó su sentencia con méritos, y fué condenada á doscieá-
tos azotes por las calles públicas y acostumbradas; y á que
por tiempo de diez años sirva en el hospital de la Caridad ó
en otro de esta corte, según dispusiese el Santo Tribunal; y á
que todos los viernes reze una parte de Eosario á María San-
tísima. Fueron sus padrinos D. Antonio Bansi, gentil hom-
bre del Excmo. señor Yirey, y D. Justino Solorzado.
SENTENCIA, ABSOLUTOEIA.
El MISMO LEGENTE CONTINUÓ LEYENDO LA SENTENCIA ABSOLU-,
TORIA, QUE PERTENECE AL INOCENTE, QUE SE SIGUE.
Fué este D. Juan de Loyola Haro de Molina, natural de la
ciudad de lea, donde obtuvo los honrosos empleos de Maestre
de campo del Batallón, y varias veces el de Alcalde ordina-
rio, siendo de primer voto en su ilustre cabildo y regimiento
de poco mas de sesenta años de edad, de estado soltero, que
preso por este Santo Oficio, murió. Salió al Auto en estatua;
y estando en forma de inocente con palma en las manos y ves-
tido de blanco, se le leyó su sentencia absolutoria, dándole'
por libre de los delitos de heregía judaismo, que por malicio-
sa conspiración y falsa calumnia se le imputaron. Eestituido,
pues, al buen nombre, opinión y fama que antes de su prisión
gozaba, se mandó: saliese en el acompañamiento entre dos
sujetos distinguidos, que el Santo Tribunal señaló para que le
apadrinasen en la procesión de reos; y que al tiempo de ac-
tuarse la función en la Iglesia, se colocase la estatua en me-
dio de lo mas calificado del concurso: que levantados cuales-
quiera secuestros y embargos hechos en sus fincas y bienes se
entregasen del todo, según el inventario que de ellos se hizo,
cuando se secuestraron: que si su hermano, Sobrinos y parien-
tes quisiesen pasear la estatua por las calles públicas y acos-
tumbradas, puesta en un caballo blanco hermosamente enjae-
zado, lo ejecutasen el dia siguiente al Auto, en que los Minis-
tros del Santo Tribunal habían de hacer cumplir la pena de
azotes, que se impuso á cada reo. Y quü en atención á haber-
se de orden del Santo Tribunal sepultado secretamente su ca-
dáver en una capilla de la Iglesia de Santa María Magdalena,
Eecoleccion de Santo Domingo, pudiesen exhumarlo para ha-
eeríe públicas exequias, trasladándole al lugar que por su úl-
—407—
tima voluntad señaló para so entierro; y que á su hermano y
parientes se despachasen testimonios de este hecho, para que
en ningún tiempo la padecida calumníales sea embarazo á
obtener los mas sobresalientes empleos asi políticos como car-
gos del Santo Oficio, honrándoles el Tribunal con las gracias
que juzgare proporcionadas, para comprobar la inocencia del
expresado D. Juan de Loyola, difunto. Fueron sus padrinos
D. Fermin deCarbajal, conde del Castillejo, y Don Diego de
Hesles Campero, Brigadier de los Eeales Ejércitos de S. M. y
Secretíirio de Cámara del Excmo. señor conde de Super-Unda,
Yirey de Lima.
Fenecida la lectura de las causas y sentencias bajaron del
pavoroso cadalso dos de los reos que tenian el hábito peniten-
cial con media aspa: y puestos de rodillas cerca de la mesa, que
estaba junto á las dos sillas que bajo del docel servían de res-
petoso asiento a los señores inquisidores, tocaron con las ma-
nos la Cruz y Libro de los Evangelios, haciendo la abjuración
de vehementi^ que les repetía D. José de Arezcurenaga, Secre-
tario del Santo Tribunal. Puesto entonces en pié el señor Vi-
sitador Dr. D. Pedro Antonio de Arenaza y Gárate con estola
morada al cuello recitó en el Manual Eomano las oraciones
prevenidas para casos semejantes: á que acompañando el him-
no Yeni Creator Spiritus, devotamente entonado por la reli-
giosa Comunidad, hizo á los reos postrados en su presencia las
preguntas de estilo, prevenidas en el ceremonial. Y repitien-
do después la misma Comunidad el Salmo del Miserere, desti-
nado á la penitente ceremonia; seis religiosos sacerdotes re-
vestidos con sobrepellices hirieron con unas varas las espaldas
de los reos. Acabado, pues, el último versículo del expresado
Salmo, les absolvió el Señor Yisitador según la fórmula del
mismo Manual y sagrada costumbre que se observa en igua-
les ocasiones. Terminada esta ceremonia, condujo el Alcaide
cuatro reos que en presencia de los señores, arrodillados, co-
mo los otros, pronunciaron la abjuración de lev% que les leyó
el mismo Secretario. Y asi reconciliados con la Iglesia por
medio de la absolución y arrepentimiento, prosiguió la Misa,
que el celebrante habia suspendido, mientras hicieron la de-
testación y abjuración de sus delitos, conforme la naturaleza
de ellos; y llegando al Santus, encendieron las velas verdes que
tenian en las manos. Después postrados delante la peaña del
Altar las ofrecieron al Sacerdote besándole la mano, luego
que terminó con toda la acción del Templo el Sacro-santo
Sacrificio de la Misa.
Concluidas estas sagradas demostraciones en la Iglesia, que
recibe á su gremio á los apostatas de la fé; cuando reconcilia-
dos por mano de la penitencia se reúnen á ella, volvió á for-
—408—
marse la procesión con aquella orden que habia entrado. Y
procediendo otra vez por la Plaza mayor, el Excmo. Señor
Virey, que también le esperaba á la vuelta en la galería del
Palacio, en que antes se habia dejado ver, repitió con el Tri-
bunal Santo de la Fé las mismas católicas demostraciones, que
á la ida le hablan dictado su religioso zelo y fervorosa cris-
tiandad.
Continuando, pues, el ilustre acompañamiento, siguió la
procesión, basta restituirse al Tribunal, donde terminó aquel
admirable espectáculo de la fé con las atenciones de urbani-
dad y cortesanía que actuaron los señores inquisidores con la
nobleza que asistió á apadrinar los reos, que entregados al
Alcaide los volvió á sus calabozos, para que el dia 21 saliendo
en muías de albardapor las calles públicas á la vergüenza, se
ejecutase en ellos á voz de pregonero, la sentencia de azotes,
que se practicó asi.
Yenian los primeros á caballo, el Alcaide y portero del San-
to Tribunal. Conducíanse luego en muías de al barda los reos
desnudos de la cinta arriba con las afrentosas insignias de co-
roza á la cabeza y soga gruesa al cuello. Y en cada esquina de
las calles públicas y acostumbradas, el fiel ejecutor á voz de
pregonero, que publicaba sus delitos, les heria con una penca
las espaldas; para que cumpliéndose asi la sentencia de azo-
tes que en vista de sus méritos se les impuso, pagasen con es-
te linage de castigo, y otras penas de cárcel y destierro las
abominables culpas quo cometieron contra el candor y pure-
za de la Ley.
Después cuatro lacayos costosamente adornados de libreas
de paño azul fino con botonaduras, alamares y franjas de pla-
ta, conducían de unos cordones de seda el generoso blanco
bruto que con riquísimos encintados de tisú de oro, silla de
terciopelo carmesí bordada de plata de realze con artificiosos
lucientes briscados, estribos y hevillajes de oro de martillo car-
gaba la estatua de D. Juan de Loyola, que ostentando con la
palma que llevaba, el triunfo de la calumnia, se hizo símbolo
de la inocencia. Acompañábanle por uno y otro lado con igual
grandeza, asi en los jaezes de los caballos como en la riqueza
de los vestidos, los dos calificados sujetos que le hablan apa-
drinado en la procesión de reos y celebridad del Auto. Seguía-
se á pocos pasos vestido de terciopelo negro con hábito y ve-
nera del Santo Oficio, y vara alta, insignia de su honroso car-
go, el Alguacil mayor del Santo Tribunal, marqués de Monte
Alegre en un brioso bruto que airosamente manejaba. Iba
con igual lucimiento á su lado siniestro D. Gaspar de Orue,
Secretnrio del Secreto, acompañándoles de retaguardia un
trozo de caballería, resto de todo el cuerpo militar, que con es-
—409—
pada eo mano guarnecian por frente y costados el mísero y
abominable espectáculo de reos.
Asi pasearon veintidós calles habiendo subido hasta la pla-
zuela de Santa Ana; y de aquí descendiendo por la Real Casa
de Moneda, y colegio de Santo Tomas, se restituyeron al Tri-
bunal donde el Alguacil mayor volvió los castigados reos al
Alcaide, para que puestos otra vez en sus encierros saliesen
el señalado dia á cumplir sus cárceles, depósitos y destierros.
Y para que en cumpliento de los mandatos del Santo Tribu-
nal ^o quedase orden sin ejecutarse el dia 6 de Noviembre en
la Iglesia del colegio máximo de San Pablo con la insistencia
de la mayor parte de la nobleza de esta ciudad, convidada por
los dichos calificados padrinos, se hicieron públicas exequias
á D. Juan Loyola: cuyos huesos exhumanos de la bóveda en
que secretamente se habian sepultado, en una capilla de la
Iglesia de Santa María Magdalena, se trasladaron á este Tem-
plo, donde se les señaló sitio para su depósito y entierro, en
que yacen en cerrado cajón, debido honor á su inocencia.
De este modo se cumplieron todos los órdenes del Santo
Tribunal, reconociéndose en lo mas arduo indeficiente el zelo
del señor consejero visitador, y señores inquisidores; pues en
medio de una general desolación, continuada plaga de tem-
blores, repetidas epidemias y otras calamidades que bastaban
á perturbar el ánimo mas constante, siempre se ha experimen-
tado vigoroso su espíritu para atender á lo económico y civil
del Tribunal. De manera, que aunque se deshizo lo material
de sus fábricas, se mantuvo en perfección lo formal de su go-
bierno á espensas del desvelo y cuidado de tan celosos Minis-
tros, que aun á peligro de sus propias vidas (como se vio el
hecho de la página 2), desempeñaron la obligación de su car-
go. Y se espera en la bondad divina, que pues los previno pa-
ra defensa de tanto riesgo los continuara para reparo de tan-
to mal, interesando la cristiandad en este Nuevo Mundo, con
la actividad de su infatigable zelo, muchas medras en la pu-
reza de la Religión.
Tomo vii. Liteeatuba— 5íi
RELACIÓN
Del auto particular de fe, celebrado por el Tribunal del
Santo Oficio de la Inquisición de Lima, el dia 6 de
Abril de 1761.
Habiendo los señores Inquisidores despachado algunas cau-
sas secretamente por el carácter de los reos y naturaleza de
sus delitos; y teniendo conclusas y votadas otras seis, cuya no-
ticia podia salir al público: determinaron celebrar Auto parti-
cular de fé el dia 6 de Abril de 1761. Pasó á uoticiarlo al
Excmo. Sr.Yirey de estos Eeynos el Sr. Inquisidor Fiscal, y su
Exea, con el innato amor que profesa al Santo Oficio y al
bien público, que tanto depende de la conservación de la pu-
reza de uuestra sagrada Eeligion, lo celebró con atentas es-
presiones de obsequio al Santo Tribunal, ofreciendo de la tro-
pa de infantería y caballería la que fuese menester y todo lo
demás que pudiese conducir al mas autorizado lucimiento y
decencia de la función.
La estación del tiempo, todavía ardiente y otros justos mo-
tivos, movieron á los señores Inquisidores, á que por la ruina
de la capilla, tuviesen el Auto en la Sala de Audiencia, á
puerta abierta. Mandaron citar á todos los Ministros del San-
to Oficio, oficiales, consultores, calificadores, comisarios, va-
rones honestos y caballeros familiares, que compusieron un
respetuoso concurso, á que se agregaron otras muchas perso-
nas de la mas distinguida calidad, á quienes convidó el celo á
—411—
las cosas de nuestra Santa Fé Católica; y fuera de dicha Sala
concurrió innumerable gente de todas clases, sin que hubiese
habido desorden por las premeditadas disposiciones de los se-
ñores Inquisidores, cuya diligencia previno todos los medios
de evitarle,
A la hora señalada, que fué la de las ocho de la mañana de
dicho dia 6 de Abril, se empezaron á leer las reciones de las la
caucas, por el orden siguiente;
PEIMERA CAUSA.
Dióse principio por la de Diego Pacheco, español, natural
de la ciudad del Cuzco, de edad de treinta y ocho á cuarenta
años, corista profeso y expulso del orden de San Francisco de
la provineia de San Antonio de los Charcas; el cual no tenien-
do órdenes algunos, y fingiéndose Sacerdote de dicho Orden
Seráfico, ya con el propio nombre de Fray Diego Pacheco, ya
con el fingido de Fray Diego Zegarra, y dejando el hábito y
poniéndose en trage de eclesiástico secular, llamándose en
unas partes D- Antonio Sánchez, en otras D. Antonio de Por-
tugal, y en otras D. Ambrosio de Mendoza, en el largo espa-
cio de diez y siete años cumplidos estuvo celebrando misas en
presencia de todos los vecinos, ó los mas de los muchos pue-
blos en que residió de las provincias de la Paz, Lampa, Azán-
garo, Huanta, Jauja, Parinachas, Cotabamba, Chumbibilcas,
Andahuaylas y Cangallo, haciendo ya de Ayudante de Cura,
ya de Cuaresmero, y ya de ínter, confesando, predicando, ad-
ministrando el Sacramento del bautismo solemnemente^ asis-
tiendo de Párroco á los matrimonios y velaciones, confesan-
do á los moribundos administrándoles el viático y extremau-
cion, y cometiendo otros excesos escandalosos en el ejercicio
de confesor.
En cuanto á los bautismos, tanto solemnes como privados
en caso de necesidad, declaró haber tenido intención de con-
ferir el Sacramento en todos y administrádole con la materia
y forma, que le hace válido.
Los pueblos donde perpetro los sobredichos crímenes res-
pectivamente, son Santa Eosade Lampa, Llagua, Alca, Char-
caua, Guayan a. Cachi, Guancaray, Payco, Colíao, Lampa, Pu-
cará, Umachiri, Yali, Ayavirí, Quiñota, San Gerónimo, Yi-
chongo. Coica, Zancos, Zargua,Totos,Vilcaucho, Paca, Chum-
be, Guancaroma, Sicsecas,minerales del pueblo de Pullo, Cu-
raguasi, Chuquibamba, Chuquinga, Toraya, Tambillo, Poma-
cocha^ Orurillo ó Urubillo, Turpay, Mamara, Guancarama,
—412—
Oarbaja, Oapacmarca, Limatambo, Ohalvanca, Pampamarca,
Ohucchi, íí^omanga, Chagua.
Salió este reo al Auto, con Sambenito de media aspa, coro-
za, soga al cuello, y una vela de cera verde en las manos, se-
gún lo prevenido en la sentencia, que se le leyó con méritos;
y en ella se mandó, que abjurase de vehement% fuese absuelto
ad caiUelam, desterrado perpetuamente al puerto, y presidio
de las islas de Juan Fernandez á ración y sin sueldo, y con-
denado en confiscación de la mitad des, su peculio; que el dia
siguiente al Auto, saliese á la vergüenza pública con las mis-
mas insignias, en bestia de albarda, por las calles acostum-
bradas á voz de pregonero, que publicase su delito; que con-
fiese y comulgue^ una vez cada mes y reze una parte de Eosa-
rio á INIaría Santísima todos los sábados y un Credo los vier-
nes en todo el tiempo de $u destierro, que es el de toda su
vida,
SEGUííDA CAUSA.
Siguióse la causa deD. Francisco Moyén, natural de la ciu-
dad de París, en el reino de Francia^ soltero, de edad de 42
años, de ejercicio músico violinista y dibujante; el cual salió
al Auto con Sambenito de media aspa, coroza, soga al cuello,
mordaza, y una vela de cera verde en sus manos. Fué retiñ-
cado de haber proferido desde Buenos Ayres á Potosí, 43 pro-
posiciones, casi todas formalmente heréticas, luteranas, calvi-
nistas, ubiclefianas, Quesnelianas y de otras sectas, y algunas
blasfemas, injuriosas al Sumo Pontífice, al Estado eclesiásti-
co y al Santo Oficio.
La sentencia pronunciada contra dicho reo, que se le leyó
con méritos, fué que saliese al Auto en la forma dicha, y por
la vehemente sospecha que resultaba contra él de su proceso,
abjurase públicamente de vehementi los errores de que estaba
acusado y gravemente sospechoso en la Fé, y fuese absuelto
ad caiitelam, y condenado en confiscación de la mitad de sus
bienes^ desterrado de ambas Américas é Islas adyacentes su-
jetas á la corona de España, perpetuamente, y de la Yilla de
Madrid, Corte de S. M. por 10 años, los cuales cumpla en uno
de los presidios de África, Oran, Ceuta ó Melilla ó en la casa
de Penitencia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición
de Sevilla, á arbitrio del Illmo. Señor Inquisidor General y
señores del Supremo Consejo de la Santa General Inquisición
ácuya disposición fuese remitido en partida de registro; y por
espacio de dichos 10 años confiese y comulgue en tres Pas-
cuas de cada año, y todos los sábados del niismo tiempo reze
—413—
una parte de Rosario á María Santísima; y que el dia siguien-
te á dicho Auto, saliese á la vergüenza por las calles públicas
y acostumbradas, con las mismas insignias, en bestia de albar-
da á voz de pregonero que publicase su delito; y aunque se le
condenó en doscientos azotes, se mandó que no se le diesen,
por el accidente que padece de gotacoral; y que se ejecutase
todo sin embargo de suplicación. (*)
TERCERA CAUSA.
Esta fué la de Matias Ponce do León, áliás José Zegarra,
natural de la ciudad de Córdova del Tiicuman, de edad de
24 á 25 años, novicio lego que dijo haber sido del convento de
San Agustín de la ciudad de Guamanga; de donde salió sin-
haber profesado, y abriéndose cerquillo y fingiéndose sacer-
dote de dicho Orden, dijo dos misas, una en el pueblo de Chin-
chero del Obispado de Guamanga, y otra en el pueblo de Aban-
cay del Obispado del Cuzco, sin saber leer ni escribir; y en
esta segunda habiéndole notado el indio sacristán, que no sa-
bia las ceremonias, y expresádole qué misa habia dicho,
que no estaba buena; le respondió este reo, dándole un revés,
y diciéndole: calla bruto que esta misa es chamberí que se usa
en Lima.
Salió al Auto con coroza, soga al cuello, y ima vela de cera
verde en las manos, y se le leyó la sentencia con méritos; en
la cual se mandó, que abjurase de levi, y fuese desterrado de
esta ciudad y Villa de Madrid, Corte de S. M. por espacio de
10 años, que ha de cumplir en el presidio de Valdivia á ración
y sin sueldo; que confiese y comulgue tres veces al año en di-
cho tiempo, es á) saber, en las pascuas de ÍTavidad, Resurrec-
ción y Espíritu Santo, y reze una parte de Rosario á ISTuestra
Señora todos los sábados de dicho tiempo; que el dia siguien-
te al Auto saliese con las mismas insignias por las calles pú-
blicas y acostumbradas, en bestia de albarda, desnudo de la
cinta arriba y le fuesen dados doscientos azotes á voz de pre-
gonero que publicase su delito; y todo se ejecutase sin embar-
go de suplicación.
(*) El proceso original de Moyén, existe en esta Biblioteca Nacional —
El erudito señor Vicuña Mackenna j)ublicó el año de 1868, en Valparaíso,
eñ un folleto de 155 páginas ea 4°, el estracto de esta célebre causa, que le-
yéndola obliga al mas ignorante á maldecir á ese infernal, y no Santo Tri-
bunal, como se nombraba, que tantas víctimas sacrificó á su avaricia y ti-
ranía.—Dicho folleto lo conservo en mi colección particular,
M.de O,
—414-
CUARTA CAUSA.
Esta fué la de D. Eafael de Pascual y Sedaño, natural de la
ciudad de Cádiz en los reinos de España; de edad de trinta y
dos años, de ejercicio comerciante; el cual siendo casado en la
ciudad de Santiago de Chile con María Eugenia de Arze, es-
pañola, y hecho vida maridable con ella, viviendo esta se vol-
vió á casar en la ciudad de Santiago del Estero, del Obispado
de Córdova del Tucuman.
Salió al Auto con coroza, que con vivos coloridos manifes-
taba su delito según estilo, soga al cuello, y una vela de cera
verde en las manos. Leyósele su sentencia con méritos, y en
ella se mandó que abjurase de levi, y fuese desterrado de esta
ciudad y Villa de Madrid, Corte de S. M. por espacio de siete
años, computados derde el di a en que fué preso por dicho de-
lito en la Villa de Potosí, y que cumpla su destierro en el
puerto y presidio de las islas de Juan Fernandez y en dicho
tiempo confiese y comulgue las tres Pascuas de cada año, y
una vez cada mes, y reze un tercio de Eosario á María San-
tísima todos los sábados; y en cuanto al vínculo del matrimo-
nio se remitió al Ordinario eclesiástico que de la causa pueda
y deba conocer; y que todo se ejecutase sin embargo de su-
plicación.
QUIIíTA CAUSA.
El reo de ella fué Francisco de Toro Verero, hombre blanco,
natural de la Villa de Cajamarca del Obispado de Trujillo; de
edad de 36 años, de ejercicio labrador y mayordomo de ha-
ciendas; el cual teniendo contraído matrimonio en el pueblo
de San Marcos de la provincia de Cajamarca con Mcolasa
Bardales, española, con quien vivió maridablemente cerca de
dos años, y viviendo esta, se caso segunda vez en el Valle de
Guayabamba, jurisdicción de la ciudad de Chachapoyas del
Obispado de Trujillo.
Salió al Auto con las mismas insignias que el reo antece-
dente, conforme á la sentencia que se le leyó con méritos; y
en ella se mandó, que abjurase de levi, y fuese desterrado de
esta ciudad y Villa de Madrid, Corte de S. M. por espacio de
cuatro años, computados desde el dia en que se votó su pri-
sión, cuyo destierro cumplirá en la ciudad de Guayaquil, ó en
la de Panamá á arbitrio de este Santo Oficio; y que en dicho
tiempo confiese y comulgue las tres pascuas de cada año y
íe^6 titia parte de Eosario á Nuestra Señora todos los Sábados^
y que el dia si^íuieiite al Auto, saliese con dichas insignias de
polígamo por las calles públicas y acostumbradas, en bestia
de albarda, desnudo de la cinta arriba, á voz de pregonero
que publicase su delito, y por justos motivos no le fuesen da-
dos los doscientos azotes en que se le condenaba; y en cuanto
al vínculo del matrimonio se remitió al Ordinario eclesiástico,
que de la causa pueda y deba conocer; y que todo se ejecuta-
se sin embargo de suplicación.
SEXTA CAUSA.
Esta fué la de D. Juan Salas, mestizo, natural del pueblo de
Santa Fé de Atunjauja, en el Valle de Jauja de este Arzobis-
pado, de edad de 52 años, de oficio sastre, el cual siendo casa-
do en esta ciudad de Lima eu la parroquia de Santa Ana, con
Eosa de Orihuela, mestiza, con quien hizo vida maridable; vi-
viendo ella, se volvió á casar en el pueblo de Pacaráos de la
provincia de Canta de este Arzobispado.
Salió al Auto con coroza, que significase su delito, soga al
cuello, una vela de cera verde en las manos según lo ordena-
do en la sentencia que se le leyó con méritos; en la cual se
mandó, que abjurase de levi, y fuese desterrado de esta ciudad
y Villa de Madrid, Corte de S. M. por espacio de cinco años,
computados desde el dia de su reclusión en las cárceles de es-
te Santo Oficio, y que cumpla dicho destierro en el puerto y
presidio de las islas de Juan Fernandez á ración y sin sueldo,
en cuyo tiempo confiese y comulgue en las tres Pascuas de ca-
da año, y reze una parte de Eosario á María Santísima todos
los sábados; y que el dia siguiente al Auto saliese con las mis-
mas insignias de polígamo por las calles públicas y acostum-
bradas, desnudo de la cinta arriba, en bestia de albarda, y le
fuesen dados doscientos azotes á voz de pregonero, que publi-
case su delito; y en cuanto al vínculo del matrimoaio se re-
mitió al Ordinario eclesiástico que de la causa pueda y deba
conocer; y que todo se ejecutase sin embargo de suplicación.
Concluida la lectura de las causas, los dos primeros reos hi-
cieron la abjuración de vehementi, y fueron absueltos de la ex-
comunión ad cautelam por el señor Inquisidor mas antiguo en
la íorma consueta; y los otros cuatro reos abjuraron de levi:
con lo que terminó la función de este dia.
Y el siguiente salieron por 'las calles públicas y acostumbra-
das los reos Diego Pacheco, D. Francisco Moyén, Matías Pon-
ce de León, Francisco Toro Verero y Juan de Salas, con las
mismas insignias que sacaron al Auto, á excepción de la vela
—416—
de cera verde, yendo por delante el Kuncio y portero de este
Santo Oficio, y cerrando el paseo el Alguacil mayor, y Secre-
tario menos antiguo del secreto de esta Inquisición, escolta-
dos de la tropa de caballería de la guardia de S. Exc, es-
pectáculo que atrajo á innumerable concurso, que ocupaban
las plazas y calles del tránsito, balcones, ventanas y azoteas
de las casas; y los reos condenados á azotes, padecieron esta
pena, con la del rubor y confusión de la voz del pregonero,
que publicaba sus delitos y los de los otros reos no azotados,
alternando los baldones é improperios del vulgo, empeñado
en afrentarlos según su merecido.
En audiencias de los dias 10, 14, 15 y 16 del mismo repitie-
ron los expresados reos ante los señores Inquisidores las abju-
raciones respectivas, y fueron gravemente advertidos,reprehen-
didos y conminados, como estaba mandado en sus sentencias;
y en cumplimiento de la de D. Francisco Moyén, fué este des-
pachado bajo de partida de registro en el ISTavio de permiso
nombrado San Juan Bautista, que se hizo á la vela del puerto
del Callao para el de Oí^diz el dia 11 de dicho mes de Abril; y
los dichos Diego Pacheco, Matias Ponce de León y Juan de
Salas, fueron entregados en la cárcel de Corte, á fin de que en
las primeras ocasiones sean remitidos á sus destinos; y para
el mismo efecto están en otras reclusiones los otros reos.
BREVE NOTICIA HISTÓRICA
Sobre el Vireinato de Buenos- Aires, escrita en el año
de 1803 por Don Diego de la Vega, Visitador Gene-
ral de la Real Hacienda.-
ISTo quedaba duda á los españoles desde que ocuparon la
tierra firme, que en lo interior del país hacia el Sur, habia un
grande imperio en que el oro y la plata eran metales comu-
nes. Este conocimiento dirigía todas sus miras hasta aquel
punto, que presentaban conio impenetrables esí)esos bosques,
pantanosos esteros y escarpadas montañas. ¿ Pero qué podia
espantar á los españoles del siglo XVÍ ? Mientras los del Da-
rien tentaban todos los recursos para abanzarse al Poniente
de la América, la Corte trataba de continuar el descubrimien-
to por el Naciente. Con esta mira por los años de 1500 se en-
golfaron en incógnitos mares los célebres Pinzones hasta tro-
pezar con el Brasil, donde dejaron noticia de su arribo en las
cortezas de los árboles.
El reconocimiento de aquel terreno y su demarcación, no
satisfacía la idea favorita de penetrar á la patria del oro, pe-
ro pudiendo á mayor altura hallarse entrada, pasó á su reco-
nocimiento el año de 1508 Vicente Yañez Pinzón, acompaña-
do del insigne cosmógrafo Jnan Diaz de Solis. Continuando
la costa llegaron hasta los 40 grados Sur, y advirtieudo que
aun se dilataba hacia el Polo meridional, volvieron á España
con estas observaciones en el año de 1513.
ToM. VII Literatura — 53.
—418—
Después de esto los del Darien venciendo dificultades, que
hoy son para nosotros inseparables, penetraron hasta la costa
occidental por donde se les figuraba ya franco el j>aso al Asia,
y en donde tuvieron mas próximas noticias de la vecindad del
Imperio de los Incas. Hízose con esto tan plausible su descu-
brimiento, que el esforzado Basco ÍTuñez de Balboa tomó po-
sesión de aquellos mares, entrándose en el agua hasta la cin-
tura. Heno de una hinchazón semejante á la de Jerjes cuando
azotó el mar de Grecia.
Mientras estos incomparables aventureros se aproximaban
al Perú por el Occidente, la Corte trataba de ocupar las en-
tradas que pudiese tener por el Levante, Los pilotos Pinzón
y Solis no podian dar razón si la gran boca que se habria en-
tre los cabos de Santa María y San Antonio era solo una en-
senada, como debieron presumir. La calidad del agua salada,
la sonda y la convergencia de la costa lo indicaban así; pero
no era cosa de descansar en presunciones, por fundadas que
fuesen. Para rectificar, pues, este reconocimiento zarpó del
puerto de Lepe á 3 de Octubre de 1515 el mismo Juan Diaz
de Solis, siguiendo su primera derrota hasta el cabo de Santa
María: dobíó éste, y continuó la costa por su rumbo. Parece
que desde entonces quedó con el nombre de arroyo de Solis
el primero con que tropezó. Al llegar á la punta de Santa
Lucía halló agua dulce contra todo lo que podía prometerse,
y prosiguiendo aguas arriba, vino á dar con la inhospital na-
ción de los Charrúas.
Era entonces esta nación muy numerosa, y se extendía por
gran parte de la costa oriental del Uruguay y Paraná, y ha
sido de carácter tan insociable, que en 200 años no se ha podi-
do conseguir su civilización, permitiendo mas bien acabarse,
hasta reducirse al n amero de 200 ó 300 familias que hoy exis-
ten todavía independientes, y enemigas nuestras. Suceso ra-
ro, que muestra hasta donde puede llegar el entusiasmo de
los hombres, y prueba la humanidad de los españoles, que por
espacio de (ios siglos los toleramos, sin embargo de estar si-
tuados en medio de nosotros, y pudiendo por tanto consumir-
los con una seña. Solis desprevenido entró á tratar con esta
pérfida gente, y pagó con la vida su confianza. AíÓDÍta la
Europa con los progresos de los españoles, llegó á temer que
una nación guerrera, sostenida por los tesoros de las Indias
aspirase a la monarquía universal. Esta emulación suscitó á
Carlos I de Castilla tantas guerras, que no pudiendo atender
á todo, se olvidó el gran rio de Solis por algún tiempo. Entre
tanto los portugueses, a})rovecliándose de las circnnstancias,
se posesionaron del Brasil, y esta vecindad llamó la atención
de la Corte; que armando una formal expedición, la puso á
—419—
cargo de Diego García, que dio la vela á 15 de Agosto del
año de 1526.
En IV de Abril del mismo año habia partido de Sevilla Se-
bastian Gabot, de nación veneciano, i)iloto de nombre en Eu-
ropa, con el encargo de seguir las huellas del inmortal Maga-
llanes para doblar la América, y pasar al Oriente en solicitud
de los países de Ofir y Tarsis, de donde pudo Salomón acopiar
I)rodigiosas riquezas. El vulgo se enfatuaba con estas ideas y
se arrojaba así á peligros espantosos; pero la Corte llevaba en
ello las miras de anticiparse en el Asia á otras naciones em-
prendedoras. La escojida tripulación de Gabot al hallarse en
la inmediación del rio de Solis, no pudo menos de comparar
la asombrosa imagen de su empresa, con la facilidad de tomar
tierra en breve, y hallar acaso un tránsito mas inmediato ala
felicidad, y pasando de la murmuración á la turbulencia, obli-
gó al prudente Gabot á confoiinarse con este plan. A conse-
cuencia, para conducirse por el derrotero de Solis, arribó al
puerto de Patos en altura de 32 grados 8 ms. Desde allí vino
á reconocer el cabo de Santa María, y doblándola se introdu-
jo aguas arriba con mas precaución que el primer descubridor,
hasta Ta confluencia de un rio que entra en el Uruguay, y lla-
mó San Salvador, nombre que dio también á un fortin que
allí construyó. Desde aquí volviendo aguas abajo, atravesó á
la costa del Sur, y siguiendo por ella rio arriba, entró por un
canalizo, que ahora llamamos de la Cruz Colorada, y él uom-
bró del Espíritu Santo, que saliendo al canal de las Palmas,
le condujo hasta la confluencia de otro rio, que los naturales
llamaban Cara-cara-aña, y nosotros por corrupción el Oarca-
rañal. Allí fundó un fuerte, a quien dio también el nombre
que habia puesto al rio, titulándole Sancti Sjpiritus. Desde
aquí aun siguió viaje por el Paraná hasta el arrecife inmedia-
to á la isla Apuype; pero en estas andanzas no hallando mas
que maravillas, por entonces estériles, como incapaces de cos-
tear una expedición numerosa, volvió á la confluencia que
habia reconocido de los rios Paragurry y Paraná, y subiendo
por el priuiero se abanzó hasta lo que hoy se llama la Villeta,
poco mas abajo de donde se situó la ciudad de la Asunción.
Aquí vio Gabot <le lo que anhelaba. Los naturales poseían al-
hajas de plata que rescató por l)ugerias, cuyo brillo llenó de
admiración á los bárbaros. Se informó de que aquella plata
venia de mas al ISTorte, y considerando que los indios pobla-
dos á las costas de los rios, por el goce de la pesca y comodi-
dad de los bosques se comunicarían hasta el Perú, de donde
al parecer bajaban los rios, halló lo bastante para dar á su
descubrimiento un aire de importancia, capaz de disculpar su
resolución. A este tiempo arribó Diego García; pero Gabot
—420—
con mas y mejor gente supo sostener su derecho y someter á
García, con lo que poniendo orden á todo volvió á la Penín-
sula el año de 1530. Las muestras de plata ie sirvieron de
descargo en el proceso que se le fulminó, y sus importantes
trabajos fueron premiados con el empleo de piloto mayor del
Keino.
Gabot en los descargos de su proceso vistió de tal ai)arato
el descubrimiento de este rio, que le mereció el nombre del
Eio de la Plata, y provocó )a codicia de gran número de pre-
tendientes. Fué preciso todo el influjo de Don Francisco de
Cobos, Secretario del Emperador, i)ara que lograse la prefe-
rencia su deudo Don Pedro de Mendoza, Caballero Mayoraz-
go de GuadÍ3í, Oficial acreditado en las guerras de Italia al
mando del Condestable Borbon. Diósele el nombramiento de
Adelantado del Eio de la Plata en virtud de capitulaciones
fechas á 21 de Mayo de 1534. El crédito del Adelantado, el
favor del Secretario Cobos, las ponderaciones de Gabot y el
cese de las guerras de Italia y Flandes acumularon tantos
aventureros, que Mendoza tuvo en que escoger, y se halló
prontamente surtido. Jamás se ha hecho á la América una
expedición de tanto número de españoles, de tanta calidad, ni
de tanta fuerza, como la que á cargo de Don Pedro Mendoza
partió de San Lúcar á 19 de Setiembre de 1534. Esta expedi-
ción siguió los derroteros de Solis y Gabot, que apesar de su
imperfección, continuaron en crédito á falta de otros, hasta
poco tiempo ha en que aun venian los barcos á recalar á la
ensenada de Castillos. Siguiendo la costa llegó á la isla de
San Gabriel, desde donde mandó Mendoza á reconocer la del
Sur, en que debia situarse para continuar el descubrimiento
hasta los, términos del Adelantazgo de Diego de Almagro.
Eligiese con acierto que debe admirar el paraje en que se si-
túa la capital de Buenos- Aires fundada por Mendoza) en el
año de 1535 en cumplimiento de sus capitulaciones.
Debia contar Mendoza con los progresos de los pobladores
que habia dejado Gabot; pero á la sazón hablan sido derrota-
dos y dispersos por los naturales del país, que hablan traslu-
cido las ideas de los españoles. Una de bis principales circuns-
tancias que escandalizaban á los salvajes en el trato de estos,
era la de que á sti entender parecía voracidad insaciable.
Acostumbrados los bárbaros á vivir principalmente de la caza
y pesca, el trabajo de hallar el alimento los enseña á una par-
quedad extrema, mientras la abundancia hace voraces las na-
ciones cultas. Un español necesitaba el alimento de diez in-
dios, y poco prácticos en el ejercicio de la caza, era preciso
que estos les buscasen la couiida, multiplicando su fatiga ex-
tremadamente. No es necesario mas motivo que este, para
—421—
que loa Querandis, pueblo numeroso, que habitaba esta ense-
nada rica en caza y pesca, se asonibi-asen y tuviesen por per-
didos al ver desembarcar una expedición de íi,000 hombres
de armas, sus mujeres é hijos, fuera de la tripulación de once
naos, y mas viéndolos llegar exhaustos de víveres. Estos co-
nocimientos aseguraban á los Quer.andis la victoria, uo pu-
diendo ser socorridos los españoles, y aunque á la primera en-
trada estos los derrotaron y apoderaron de su principal pue-
blo, pronto se reunieron aquellos, y después de muchos en-
cuentros, manteniendo un constante asedio, redujeron á esta
ciudad de Buenos-Aires á la situación y á los horrores en que
se vio Jerusalen cercada por Vespasiano.
Sin embargo estos españoles que parecian hombres de una
especie singular, se mantuvieron apesar de la hambre y délos
esfuerzvts de los Querandis: en vano estos bárbaros ¡m])ertér-
ritos despreciaron la ventaja de nuestras armas, hasta térmi-
nos de asaltar y quemar tres de los bergantines que estaban
en el riachuelo, marchando de frente á su artillería: en vano
estrechaban el cerco para impedir la busca de víveres: los es-
pañoles perdiendo mucha gente, no perdían el ánimo, y unos
pescaban mientras peleaban los demás. El Adelantado despa-
chó á los capitanes Juan de Oyólas y Domingo de Irala por
el rio en busca de víveres: tardaron en volver, crecieron las
penurias, el mismo Adelantado se embarcó con este objeto;
pero conociendo lo infructuoso de sus diligencias, resolvió pa-
sar á España, dejando el mando al citado Oyólas. Se retiró
en efecto el año de 1537 y murió en la navegación.
El capitán Oyólas seguia la fatigosa empresa, y en ella fa-
lleció también, recayendo el mando, ó sabiendo apropiárselo
el capitán Domingo Martínez de Irala, hombre de extraordi-
narios conocimientos políticos y militares, de un valor á toda
prueba; pero de una ambición que no perdonaba medio como
viniese bien á sus intentos. Este hombre activo, en medio de
tantos obstáculos y de la inmensa distancia, no solo mantenía
la población de Buenos- Aires, sino la colonia ataanzada en la
Asunción del Paraguay, hallándose á tiempo en todas partes.
Así entretuvo la conquista hasta el año de 1539 en que arribó
á esta ciudad el Veedor Alonso Cabrera con algunos socor-
ros. Eespiraron los españoles, y se fortalecieron tanto, que
faltando ya la necesidad que los reunía empezó á reinar la
discordia, y en ella se desplegó la ambición de Irala, que á
este ídolo sacrificó muchas víctimas. Pensando el Veedor si-
tuarse en la Asunción, receló Irala que este pensamiento po-
dría menoscabar su autoridad, y resolvió acompañarle con la
mayor parte de la gente, que á precio de licencias tenia com-
I)rada. Hicieron lo así, dejando en Buenos- Aires bien atrin-
—422—
cherado al capitán Juan Romero con 160 hombres escogidos.
Los demás se pasaron al Paraguay, en donde Cabrera fué en-
vuelto en las artes de Traía.
Juan Romero el año siguiente de 541 despachó á España
una caravela, que arribando á Santa Catalina encontró en es-
ta isla al nuevo Adelantado Alvar Nuñez Cabeza de Baca,
que en virtud de cai^itulaciones fechas en 18 de Marzo de 1540.
Salió de San Lúcar á 2 de Noviembre del mismo año. Este
varón famoso en la conquista de la Florida, vecino de Sevilla,
natural de Jerez, nieto del Adelantado Pedro de Vera, funda-
dor de la gran Canaria, impuesto de la situación de las cosas,
y atendiendo á la conservación del ganado vacuno que con-
duela, prefirió para de pronto la situación pacífica del Para-
guay, á la tumultuaria de Buenos-Aires, y emprendió el ex-
traño viaje de atravesar desde Santa Catalina á la Asunción.
Los de Buenos- Aires con esta noticia, y por instrucción de
Irala, abandonando yeguas y caballos la desampararon para
ir a la Asunción á incorporarse con el resto de españoles que
allí se hallaron juntos el 10 de Marzo de 1542 en que entró
Alvar ÍTuñez después de un penoso viaje, para el que no qui-
so Irala enviarle auxilio alguno.
La austeridad de este jiersonaje un poco fuera de sazón,
empezó á disgustar á los pobladores y mantener la adhesión
al partido de Irala. Acaso por no desmembrarse, aparentó el
capitán Gonzalo de Mendoza no haberse podido mantener en
el sitio de Buenos- Aires, á donde fué enviado por Alvar Nu-
ñez, que no perdió de vista la mejor situación de la capital de
estas provincias. Por último, Irala se descubrió, y los conquis-
tadores procesaron al Adelantado en vi án dolo preso á España,
con lo que aquel hombre astuto volvió á tomar el mando y
hacer en él cosas dignas de un legítimo jefe.
En lugar de Alvar Nuñez nombró la Corte á Jayme Res-
quin, el que habiendo salido, volvió de arribada, y se desva-
neció su expedición.
Con este motivo se nombró á Juan de Sanabria por capitu-
laciones firmadas en 22 de Junio de 547, pero habiendo muer-
to, se propuso á su hijo Diego de Sanabria, que fué detenido
I)or litis-pendencias, y nombró en su lugar al capitán Juan
Salazar de Espinosa. Este lugarteniente partió de San Lúcar
el año 552; pero dando á conocer su ineptitud en la navega-
ción, fué depuesto por los compañeros y reconocido en su lu-
gar Hernando de Trejo, que siendo echado en la costa por los
malos tiempos, fundó en las islas de Canaiiea y Santa Catali-
na una ciudad, que llamó de San Francisco. No pudo Trejo
sostener su población por falta de víveres, por lo que la aban-
donó y se trasladó al Paraguay, en donde debia representar
_423—
por el Adelantado Die^o de Sanabria, si Domingo de Traía
hubiera sido de humor de someterse á sus sostitiitos. Formóle
cargo j)or el abandono de la ciudad de San Francisco y lo pu-
so en prisión, hasta que el Rey lo declaró liíjre.
El último asiento celebrado por esta conquista y fundación
fué el de Juan Ortiz de Zarate, Caballero del Orden de San-
tiago, con el Sr. J). Felipe II, en 22 de Julio de 1509. En su
Anrtud partió de San Lúcar á 17 de Octubre de 1572, y des-
pués de muchos contratiempos llegó al Paraguay á fines de
74. Este adelantado corrió aun mas triste suerte que los otros,
miu'iendo de un tósigo el año siguiente de 575. Dejó por al-
baceas á los capitanes Juan de Garay y Martin Duré, y fue-
ron sus herederos Eodrigo Ortiz de Zarate, D. Gonzalo Mar-
tel de Gu/man su yerno, y Da. Juana Ortiz de Zarate, niña
soltera. No pudo ser mas acertada la elección de albacea y
tutor, que la que hizo en el capitán Garay. Este hombre acti-
vo, prudente y emprendedor pasó á Charcas y negoció parala
ilustre pupila el casamiento con el Oidor Juan Torres de Ve-
ra y Aragón, que podia sufragar la costa de la fundación. En
este caballero recayó el efectivo Adelantazgo: los otros hijos
conservaron por honor el título, y se les contentó con tierras.
Entre los indios de esta debieron suscitarse algunas discordias,
que supo aprovechar Garay, y partiendo de la Asunción con
poderes del Adelantado, se trasladó á este puerto con solos 60
hombres, entre ellos los hijos de Ortiz de Zarate. Inmediata-
mente trató de reedificar la ciudad, y alzó pendones un dia
Miércoles 11 de Junio de 1580. Atrájose Garay varias i^arcia-
lidades de indios^ que x>or entóuces puso en encomienda, y
que luego los generosos pobladores dejaron en libertad. Fué
tal su actividad, que cuando los Querandis pudieren reunirse
para acometerlo, sin embargo de no contar aun dos años de
población, le hallaron tan apercibido, que hizo en ellos tal
mortandad, que ha dejado hasta ahora el nombre de la Ma-
tanza al campo de la batalla.
Estas buenas disposiciones fueron respetadas por aquellos
tiempos del corsario inglés Eduardo Fontano.
Otro tanto sucedió por los años de 1587 al terrible pirata
Tomas Oandich.
Lo mismo acaeció en 1628 á los holandeses que situados en
en el Brasil trataban de seducir nuestros bravos fundado-
res.
Entre las vastas empresas de Luis el Grande fué una equi-
par tres barcos para apoderarse de esta capital en 1658: con-
dújolas su general Timoteo de Osíuar, conocido por el caba-
llero de la Fotén; pero le salió muy adverso su designio, por
habérsele apresado la capitana con pérdida de mucha gente y
de dicho generálj y las otras dos regresaron á í^rancía bastaíi-
te maltratadas.
Al cumplir un siglo esta población estuvo ya en estado de
atravesar el rio para desalojarj como desalojó á los portugue-
ses de la colonia.
Los franceses se asomaron en 1698: los dinamarqueses al
año siguiente; udos y otros desistieron de su empresa.
En 1705 pasó este vecindario, auxiliado de pocas tropas de
línea, al sitio de la colonia que rindieron.
En el de 1717 intentaron los frauceses establecerse en las
inmediaciones del cabo de Santa María á ocho leguas de Cas-
tillos; pero fueron al instante desalojados con pérdida de mu-
cha gente, y de su principal jefe Estévan Moreau.
Los portugueses en el de 1724 proyectaron establecerse en
Montevideo; pero inmediatamente fuérou desalojados.
La misma colonia tuvo igual suerte en el de 1762 que la re-
ferida ^n el de 1705.
La guerra con los infieles ha sido continua, sosteniéndola el
vecindario con sus personas, hasta que creciendo en haberes
ha podido confiar su defensa á dus cuerpos de caballería, y
otras compañías sueltas, que se pagan perpetuamente de ar-
bitrios municipales, cosa de que no puede gloriarse otra pro-
vincia de toda la monarquía, ni acaso tiene ejemplar en el or-
be, si se compara este costo con el número y rentas. del vecin-
dario.
Al mismo tiempo que ha sido tan enérgica y belicosa esta
capital del Eio de la Plata, es muy notable, que jamás se ha-
ya en ella sentido, desde su fundación, el mas leve rumor de
tumulto ni alboroto público, quedes otra no pequeña gloria.
Estas prendas la han merecido el honroso título de M. íí. y
M. L. concedido por real cédula de 5 de Octubre de 1716 con
otros muchos privilegios, que sería extenderse demasiado pa-
ra referirlos.
Su situación en un clima templado á los 34 grs., 36 ms. y
43 grs. de latitud meridional, y 54 grs., 58 ms. 25 seg. de lon-
gitud occidental del meridiano de Madrid, fértil terreno, y á
orillas de un rio caudaloso, es á un mismo tiempo la mas
oportuna para un ventajoso trauco. Recibe de Europa los
efectos comerciables por su puerto, y los trasmite por cami-
nos llanos hasta la inmediación del Perú y Chile. Estas pro-
vincias le son naturalmente tributarias por los renglones de
muías y yerba mate.
Estas ventajas estuvieron embotadas por haberse prohibido
la internación del comercio en odio del tráfico ilícito que de
la colonia podia hacerse; pero á un mismo tiempo se destruyó
esta, se estableció el comercio libre y se erigieron estas pro-
—425—
vincias en vireynato, con lo que la capital empezó á aprove-
char rápidamente de sus proporciones.
Su comercio ceñido 40 años há á 500 ó 600 toneladas, ocu-
pa en el dia sobro 5. El tráfico de negros con ambas Améri-
cas, puede ser privativo de Buenos Ayres por su situación.
Cincuenta años há no ascendía la importación anual de Euro-
pa á un millón de pesos: actualmente pasa de cinco. Esta pro-
gresión ofrece que Buenos iVyres dentro de poco podrá pagar
todo lo que necesita, y andando los tiempos ascenderá á la
opulencia.
Cerciorada de ella nuestra Corte, ha dotado la provincia de
todos los Tribunales, Cuerpos y Empleos conducentes á su ad-
ministración y decoro, cuya enumeración se hace para instruc-
ción y guia de forasteros.
CRCWOLOGIA DE LOS SES^ORBS GOBBRíí ADORES QFE HA TENIDO
ESTA PROVIiíOIA DEL RIO DE LA PLATA.
Quedan manifestados en el discurso antecedente los Ade-
lantados que hau gobernado estas provincias, por lo que se-
guirá la serie de eííos desde el
LicenGiado Juan Torres de Vera y Aragón, natural de Anda-
lucia, de cuya nobilísima propia han salido muchos ilustres
héroes. Fué Adelantado, Grobernador y Capitán General de
estas Provincias; pero no vino á ellas en mucho tiempo, sino
que las gobernó por Tenientes Generales. En el año de 1587
se retiró á esta gobernación, en cuyo tiempo se fundaron las
ciudades de Villarrica, Concepción y Corrientes. Eenunció el
Adelantazgo en 1591 con el ñn de restituirse á su patria Es-
tepa, habiendo antes ^nombrado por su Teniente al insigne
Capitán
Juan de (¡faray, que reedificó estaM. íí. ciudad en 11 de Ju-
nio de 1580 como queda referido, y gobernó hasta el de 1584
en que falleció, succedióndple
Alonso de Vera, por nombramiento del Adelantado su tío,
cuyo empleo ejerció hasta el añodel591 que tuvo por sucesor á
Hernandarias de Saavedra, natural de la Asunción del Pa-
raguay, de noble linage. Entró á mandar por elección de los
conquistadores dicho año de 59 L Sirvió á 8- M. desde su tier-
na edad en todas las funciones que se ofrecieron con mucho
valor, de modo, que fué uno de los héroes mas ilustres que
han producido las ludias, mereciendo por sus heroicos hechos
se colocase su retr-^to entre otros varones notables del nuevo
mundo, en una de las salas de la casa de contratación de Se-
villa. Sus hazañas, su zelo, su cristiandad y su prudencia pue-
ToM. VII, Literatura — 54
—426—
den dar copiosa materia á una historia igual á la de muchos
siglos. Desempeñó con mucho acierto este gobierno, ponien-
do particular esmero en proteger los indefensos indios, y en
su conversión, hasta que por nombramiento del Virey de Li-
ma marqués de Cañete le succedió en 1594
D. Fernando de Zarate, Caballero del Orden de Santiago.
Fué el que confirmó la fundación de esta ciudad en 16 de Fe-
brero de 1594, y el primero que principió á fortificar este puer-
to, de resultas de haber despachado la Keyna Ana de Ingla-
terra tres naos con el fin de tomar esta ciudad, las que dieron
al través en la isla de Santa Catalina. Su continuo trabajo
en las vastas atenciones que tuvo á su cargo, le acortaron la
vida á los dos años de su mando, por cuyo fallecimiento en.
1595 y nombramiento del mismo Yirey marqués de Cañete le
succedió
D. Juan JRamiresjlc FeZasco, primo de D. Luis de Yelasco,
marqués de Salinas, Yirey que fué de Méjico y del Perú, y
Presidente del Supremo Consejo de Indias. Antes habia sido
Gobernador del Tucuman y Almirante de la mar del sur. Go-
bernó con acierto y vigilancia; pero le vino de España succe-
sor á los dos años, y se retiró al Tucuman donde estaba casa-
do, murió dejando una larga, y noble desendencia. Fué el di-
cho succesor
D. Diego Yáldés y de la Banda, ilustre caballero de Salaman-
ca, que empezó su gobierno en 1598 y solo le duró dos años
escasos, á los cuales murió en Santa Fé, hallándose visitando
su provincia y le succedió
Hernandarias de Saavedra, que entró á gobernar en 1600
hasta 1609 en que cuyo feliz gobierno hizo personalmente en-
trada en el Estrecho de Magallanes, descubriendo mas de dos-
cientas leguas pobladas de indios infieles; ]}evo juntándose
multitud de estos, cargaron sobre los españoles, y los cautiva-
ron á todos. A los pocos dias tuvo la fortuna nuestro Gober-
nador de escaparse del cautiverio, y volvió con mayores fuer-
zas á libertar á sus soldados, y no solo lo consiguió, sino que
dejó escarmentados á aquellos bárbaros. Emprendió también
el descubrimiento del Chaco con el fin de propagar en él la
Ley Evangélica, mostrándose sumamente solícito en este re-
comendable objeto y otros importantes que le debieron la
conservación de su buen nombre para con el soberano, que lo
distinguió con la gracia de encomendarle tercera vez el man-
do de estas provincias después de su sucesor que medió
Diego Marthi Negron, que enviado por S. M. empezó á go-
bernar en 1609 siendo memorable su zelo y cristiandad,
discreción y valor. Fué no solamente gran protector de los
naturales, cuya libertad defeudió con mucbo empeño, y dio
^427—
gran fomento al Visitador general Dr. D. Francisco Alfaro,
que vino á extinguir el trabajo personal, dedicándose también
á extender los términos de conquista ó introducir el Evange-
lio en las poblaciones infieles, y en medio de tan piadosas
ocupaciones pasó á mejor vida en 1615 dejando por sucesor
interino á
El General Francisco González de ^anta-Crus, que en el bre-
ve espacio de poco mas de dos meses consiguió introducir el
Evangelio en las dilatadas provincias del Paraná, encomen-
dando esta útil empresa á su hermano el venerable P. Fr. Bo-
que González de Santa Cruz con amplia facultad i^ara confe-
rir empleos, fundar poblaciones y propagar el imperio español
como lo consiguió felizmente, debiéndose esta grande obra
al zeloso espíritu de este General, á quien succedió tercera vez
Hernandarias de Saavedra, que entró á mandar en dos de
Mayo de 1615 en virtud de Eeal cédula de 7 de Setiembre del
año anterior, con general aplauso por sus conocidas cualida-
des, habiendo estado de Protector de naturales todo el tiem-
po de su antecesor, por cuyo motivo puso formal empeño en
la observancia de las ordenanzas del señor Alfaro que tanto
les protegían. Continuó con invencible espíritu la conquista
del Paraná, y pasando al Paraguay le pareció oportuna la di-
visión de las dos provincias lo que consiguió de S. M. me-
diante las justas y eficaces razones con que le informó por me-
dio de un Procurador que al efecto despachó á la Corte, con
cuyo feliz suceso concluyó su gobierno, y retirado de cuida-
dos, vivió ejemplarmente, respetado como Padre de la Patria.
Murió al fin en Santa Fé en 1634, y divididas las provincias
en 1620 entró á gobernar en esta
Jj. Diego de Góngora, del Orden de Santiago, natural del
Eeyno de IsTavarra, y descendiente de los condes de Benaven-
te. Fué el primero que mandó esta Provincia en 1620. En el
de 1622 á ruego de algunos caciques del Uruguay, que solici-
taban unirse á la Eeligion Católica encomendó este negocio á
los jesuítas, demostrando su amor y zelo por los naturales.
Gobernó hasta el año de 623 en que falleció succediéndole
D. Alonso Pérez de Salasar, natural de Santa Fó de Bogotá,
que de oidor de la Eeai Audiencia de Charcas pasó por Eeal
comisión á establecer las Aduanas del Tucuman y Eio de la
Plata, y sucediendo la muerte del Gobernador Góngora, se le
encargó el mando de esta Provincia interinamente por el Vi-
rey de Lima, marqués de Guadal cazar; pero al año de su go-
bierno vino de España el sucesor, y regresándose al Perú fué
Presidente de las Audiencias de Quito y Ohuquisaca, y en
1624 entró mandando
D. Francisco de Cés]}edes, natural de Sevilla, y veinticuatro
. —428—
de ella, quieu habiendo venido por la ruta de Janeyro á tiem-
po qne los holandeses tomaron la bahía de todos Santos, se
embarcó inmediatamente i)ara este destino con el fin de ase-
gurar esta ciudad de cualquiera invasión qne protestasen
aquellos enemigos, convocando al efecto gentes del Paraguay,
Corrientes y Santa Fé. Manifestó igual empeño en la conver-
sión de los naturales, encargando esta espiritual conquista á
los Padres Franciscos, de cuyo feliz éxito fundaron varias igle-
sias y entre ellas la. de Santo Domingo Soriano, que hasta hoy
se conserva. Después de siete años de gobierno entró á suc-
cederle en 1632
D. Tedro JEstebmi de Avila, del Orden de Santiago, herma-
no del marqués de las IsTavas, de acreditado valor en las guer-
ras de Fl andes, y no menos en la vigilante defensa de este
puerto que apetecían y rodeaban los holandeses. ISTo obstante
en el primer año de su gobierno tuvo la fatal pérdida de la
ciudad de la Concepción del Eio Bermejo, muy opulenta asi
por su comercio, como por sus apreciables cosechas, tomada
por los comarcanos, infieles con notable destrozo de sus habi-
tantes, siendo vanas cuantas tentativas se hicieron para su
restauración, pues aun hoy se címserva en poder de los indios
Abipones. Después de seis años de su gobierno fué promovi-
do al de Icatóta donde murió después de muchos disturbios
con el Virey, conde de Alva del Liste, y le succedió en este
gobierno
D. Mendo de la Cueva y Benavide.s, del Orden de Santiago y
de la Exma. casa de los duques de Aburrfuerque. Principió á
mandar en 1638 después de haber militado en las guerras de
Flandes, haciéndole acreedor sus recomendables servicios ala
gracia de Maestre de Campo. Fué su mando cruel azote de los
usurpadores ínfleles, que en aquella época cometían horrendas
atrocidades con los españoles en los distritos de Corrientes,
hasta dejarla libre de sus invasiones, y después que sugetó su
orgullo, construyó el fuerte de Santa Teresa para defensa de
Santa Fé, y en 1640 partió para Corregidor de Oruro por ha-
ber venido á succederle
1). Ventu7'a Mojica, á quien apenas le permitió la muerte
mandar cinco meses. Manifestó en tan corto tiempo su dis-
creción, y acierto en la memorable victoria del Mbororó en el
Uruguay en donde murieron 160 portugueses y muchos Tupies
enemigos, sin pérdida considerable de españoles. Succedién-
dole su Teniente General
D. Pedro de Mojas, que solo gobernó mientras se dio cuenta
á la Eeal Audiencia de Charcas, por cuyo nombramiento en-
tró en su lugar
J>. And/res de Smidoval, cuyo gobierno fué tan breve, que
—429—
recibiéndose en 16 de Julio de 1641 acabó antes de cuatro me-
ses, entrando á succederle
i). Gerónimo Luis de Cabrera, sobrino del insigne Hernan-
darias de Saavedra, natural de Córdova del Tncuman, y nie-
to de su desgraciado fundador, que después de haber manifes-
tado su valor y pericia militar en diversas campañas de estas
provincias, finalizó con la paz la dura guerra con los Oalcba-
quies, hallándose de comandante general del Tncuman, por
cuyo premio se le dio el mando de esta provincia, donde tam-
bién hizo timidar los ánimos de los portugueses, que i tenta-
ban abatirle; pero lo hizo ilusorio con sus precausiones y des-
pués de cinco años de gobierno, murió en el de la i)rovincia
del Tucuman, año de 1646 succediéudole en este
D. Jacinto de Lariz, del Orden de Santiago, que después do
haber militado en Milán de Maestre de Campo, no gozó de un
gobierno totalmente pacífico á causa de algunos disturbios
que tuvo con el Illmo. señor Obispo, con quien después se re-
concilió, succediéudole posteriormente
D. Fedro Ruiz Baygorri, del Orden de Santiago, y uatu-
ral de la ciudad de Estela en IsTavarra, que después de sus
acreditados servicios en Flandes, vino á mandar en 1653. Fué
de recomendables prendas, y defendió este puerto de la inva-
sión de los franceses, que pretendieron sorpmhenderle con
tres navios al mando de Mr. de la Fontaine, Timoteo de Os-
mat; libertó igualmente á la ciudad de Santa Fé de la de los
Oalchaquies con general destrozo: amparó los derechos de los
indios, y cesó en este gobierno año de 1660 succediéudole
D. Alonso de Mercado y YlUacorta, memorabJe por sus le-
tras, y disposición militar que acreditó en las guerras de Ca-
taluña, y en el de introducir con el marqués de Legan és so-
corro en Lérida, sitiado por los franceses, de donde salió he-
rido. Pasó después al gobierno del Tecuman, y por cédula de
13 de Abril de 1618 al de esta provincia. Fortaleció este puer-
to, y mejoró de situación á la ciudad de Santa Fé, y después
de tres años de gobierno, pasó otra vez al del Tucuman, don-
de aseguró la paz con los infieles de aquella provincia ascen-
diendo de allí á la Presidencia de Panamá, donde murió en
1681 con el título de marqués de Villacorta. Succediole en el
mando de esta Provincia el Maestre de Campo
D. José Martínez de ^alazar, del Orden de Santiago, Go-
bernador que era de la Puebla de Sanabria y Castillo de San
Luis Gonzaga, y estando destinado en 1662 para la campaña
de Portugal, se le nombró para el establecimiento de esta Eeal
Audiencia, y Presidente de ella. Adelantó las fortifiáacioues
de esta ciudad, y favoreció en extremo a los Guaranis, defen-
diendo su conservación contra las continuas irrupciones de
—430—
los infieles, y ?5 estos iniertos de una Armada iTaocesa que in-
tentó atacarlos. A los nueve años fué extinguida la Real Au-
diencia, quedando después el señor Salazar de Gobernador y
Capitán general, hasta que en 1674 entró á mandar
i). Andrés de Mobles, del Orden de Santiago, natural de Bur-
gos, que habiendo militado en Flandes, lo ejecutó también
contra Portugal, dando principio á servir en la Frontera de
Galicia en el ejército del jnarqués de Viana, en la campaña
del año de 1658 con plaza de capitán de caballos, y se señaló
mucho en la derrota que á 17 de Setiembre se dio al Ejército
del rebelde junto á Valencia del Miño, rubricando las proezas
de su valor, eon la sangre que derramó en aquel glorioso com-
bate. Sano de las heridas volvió á la campaña, y por Diciem-
bre del mismo año fué uno de los que con mas bizarría acó
metió al enemigo junto á la Villa de las Chozas, tomada por
nuestras armas con un rico botin. Hallóse después en la to-
toma de Monzón, y recuperación de Salvatierra año de 1659
por cuyos relevantes méritos ascendió á Maestre de Campo, y
se le confirió el gobierno de estas provincias; pero feneciendo
este en 1678 pasó á la presidencia de la Isla de Santo Domin-
go, viniendo á succederle en el mismo año
D. José de Garro, del Orden de Santiago y natural de Gui-
púzcoa. Sus distinguidos servicios en las guerras del Portu-
gal y Cataluña lo elevaron á Maestre de Campo, y á mandar
la Provincia del Tacuman, que sirvió mas de cuatro años, y
pasando después á ésta, hizo abandonar á los portugueses el
territorio frente de las Islas de San Gabriel, en dónde se ha-
blan poblado, tomándoles todo el tren de artillería, municio-
nes y víveres, y en recompensa pasó á la presidencia de Chile
en 1682 que gobernó i)or diez años y volviendo á España en
1693 fue provisto Capitán general de Guipúzcoa en 1701, en
donde murió a los 40 años de servicio. Tuvo por sucesor en
Buenos Ayres á
D. José H. Herrera, natural de Madrid. Habla militado
muchos años en las campañas de Flandes, Cataluña, Extre-
madura y Portugal con los empleos de Capitán de infantería,
Ayudante de Sargento general de batalla y capitán de cora-
zas, hallándose en varios asedios, asaltos, y tres batallas, de
que sacó pior ejecutoria de su valor muchas y muy peligrosas
heridas, que mas de una vez le colocaron á las puertas de la
muerte, por ser el primero que con animosa intrepidez se ex-
paso siempre á los mayores riesgos, sobre lo que dieron hono-
ríficos testimonios los primeros Generales de las armas espa-
ñolas, los Excmos. señores condes de Marchin y Salazar, y
marqués de Caracena y Leganés, pasando á la real noticia sus
relevantes méritos, en i^remio de los cuales se le confirió el
—431 -
gobierno de Peñiscola; luego la Comisaria de caballería de es-
ta plaza de Buenos Ayres, y después su gobierno, que manejó
9 años continuos con general ax)lauso, habiendo entregado la
Colonia á los portugueses en 1683 por estipulación de las dos
coronas, y volviendo á España, obtuvo el gobierno de San
Lucar de Barrameda con la Superintendencia de reales ren-
tas; y por fin, restituido á la milicia como al centro de su ge-
nio marcial, se le confirió el grado de General de Artillería,
en cuyo ejercicio murió. Vino á succederle
D. Agustín de Robles, Caballero del Orden de Santiago, quien
después de las sangrientas guerras de Fl andes pasó de Maes-
tre de Campo á la Castellania de Fuente rabia, de donde vi-
no á este gobierno en 1691 que sirvió hasta el de 1700 defen-
diendo valerosa y felizmente este puerto de una escuadra fran-
cesa, y restituido á España se le honró con el grado de Sar-
gento General de Batalla. Asistió en 1703 al sitio de Gibral-
tar: sirvió la presidencia de Canarias, y pasando después al
gobierno de Cádiz, murió últimamente de Capitán general de
Vizcaya. Vino á succederle
D. Manuel do Prado Maldouado, veinticuatro perpetuo de
Sevilla, quien después de una penosa navegación de dos años,
arribó á este puerto en 1700 con notable quebranto de su salud,
y en ocasión de estar amenazada esta ciudad por una Armada
dinamarquesa, que á esfuerzo de sus precausiones hizo infruc-
tuosos sus designios; pero no fueron ilusorios los que dirigió
contra los infieles que se habían confederado con los portugue-
ses de la Colonia, á quienes desbarató completamente. A po-
co mas de dos años pasó al Corregimiento de Oruro, entrando
á succederle en 1 703
D. Alonso Juan de Valdez Inclan, soldado de gran valor, que
quedó ejecutoriado en las guerras de Cataluña, donde sirvió
hasta obtener el empleo de Maestre de Campo. Dedicó toda su
industria y pericia militar en asegurar estas fortificaciones y
plazas á que aspiraba la codicia Lusitana, cuyos reprobados
intentos castigó juntamente tomándoles por asaltóla Colonia
del Sacramento obligando á los enemigos á una vergonzosa re-
tirada al Brasil. Después de estos memorables sucesos se vio
precisado á pasar á Charcas, llamado de aquella Real Audien-
cia, en cuya ciudad falleció, succediéndole en este gobierno
en 1708
D. Manuel de Yelasco, del Orden de Santiago, que habiendo
ejercido el empleo de General de Galeones, al llegar con ellos
á Vigo les prendió fuego en la Eia por que no fuesen presa de
la Armada inglesa, escapando á tierra en un Batel con gran-
de riesgo de su vida. Empezó su gobierno en 1708; pero se le
imputaron tales excesos que teniendo de ellos noticia el Su-
—432—
premo Ooüsejo, despaclió por juez de pezquisa al señor Don
Juan José de Motilna, Ministro de aquel Tribunal, quien en-
trando secretamente en esta ciudad por Marzo de 1712 prendió
aquella noche á dicho Gobernador, le secuestró sus bienes, y
sustanciándole su causa, lo remitió presó á España donde se
le dio el correspondiente castigo. Por su deposición entró á
gobernar
D. Alonso de Arce y Soria, Coronel de los Eeales Ejércitos,
que venia destinado á este empleo en los mismos navios en
que pasó el señor Motilna, y á quien la muerte apenas permi-
tió gobernase seis meses escasos; y después de varias dispu-
tas que intervinieron sobre el mando, se nombró interinamen-
te por el Virey de Lima al Coronel
1>. Baltasar Garda Bos, que restituyó á los portugueses por
orden de S. M. la Colonia del Sacramento, y habiendo promo-
vido la guerra defensiva de los Guaranis contra los bárbaros
Charrúas, Yaros, y Bohanes que infestaban los caminos con
atroces insultos, les obligó á pedir la paz. Fué nombrado para
succederle
-E"? Marqués de Salinas, gentil hombre de Cámara de S. M.;
pero nunca tomó j)osesion x^or habérsele conferido el Corre-
gimiento del Cuzco, y plaza de contador de cuentas en Lima,
y en su lugar se eligió al
JExcmo. Sr. D. Bruno de Zavala, natural de la Villa de Du-
rango, en el señorío de Vizcaya, Caballero de la Orden de Ca-
latraba, y de acreditado valoren las campañas de Flandes,
bombardeo de lí^amur, sitio de Gibraltar, ataque de San Ma-
teo, toma de Villareal, y sitió de Lérida, donde la pérdida de
un brazo fué la mas noble ejecutoria de su valor. Fué hecho
prisionero en la batalla de Zaragoza, é igualmente lo fue en
la i)laza de Alcántara. En premio de sus distinguidos ' méri-
tos se le conñrió el grado de Mariscal de Campo, y este Go-
bierno, del que tomó posesión en II de Julio de 1717 en cuyo
tiempo desalojó á los íranceses, que al mando de Mr. Esteban
Moreau se hablan establecido en las inmediaciones del Cabo
de Santa María á 8 leguas de Castillos, uniéndose con los in-
fieles. Lo mismo jjracticó con los portugueses que intentaron
poblarse en Montevideo, de cuyas resultas fundó i)or orden de
S. M. aquella ciudad con el nombre de San Felipe y Santiago,
dando principio en 1726 con algunas familias que vinieron de
las Islas Canarias, construyendo el Fuerte con los indios Gua-
raníes, y con los mismos perfeccionó el de esta Plaza. Fue
muy amante de la tropa, cuidando de que tuviesen corrientes
sus sueldos. Zeló con grande empeño el comercio ilícito, con
cuyos decomisos enriqueció el Erario. Finalmente satisfecho
^. M. de la conducta de este gran Ministro, ae sirvió promo-
—433—
verle, siendo ya Teuieute General á la presidencia de Chile,
donde hallándose próximo lá caminar, faé comisionado por el
Virey de Lima para ir á sujetar la rebelde provincia del Para-
guay, donde entró armado, apesar de la resistencia de su ca-
l)ildo, y sin temer la secreta conjuración que se habia fragua-
<lo contra su vida. Obró lo que se dirá cuando se trate de los
gobernadores de dicha provincia. Su sucesor fué
D. Miguel de Salcedo, del Orden de Santiago y Brigadier de
los Reales Ejércitos, que se recibió en 23 de Marzo de 1734.
Concluido su gobierno pasó á España sucediéndole
D. Domingo Ortis de Bozas, del Orden de Santiago y Maris-
cal de Campo de los Eeales Ejércitos. Tomó posesión en 21 de
Junio de 1742 y cesó en el de 1745 que pasó á Presidente de
Chile, en donde continuando sus servicios le dio S. M. el títu-
lo de Conde de Poblaciones. Tuvo por sucesor en este gobier-
no á
El Excmo. Sr. D. José de Andorumjiii, Teniente General de
los Reales Ejércitos. En su tiempo vino de España el Mar-
ques dé Val delirios con los comisarios- necesarios para el esta-
blecimiento de la línea divisoria con la corona de Portugal,
en virtud del tratado de límites celebrado el año de 750,
de cuyas operaciones resultó haberse revelado siete pueblos
Oiiaranis de la parte oriental del rio Uruguay, por cnyo mo-
tivo fué necesario pasase á contenerlos el Sr. Andonaegui en
el de 1755 con un ejército de 1,500 hombres, auxiliado de otro
portugués de mil, al mando del Virey del Janeiro, Conde de
Bobadela. Los rebeldes- esperaron ambos ejércitos en las Lo-
nias de Caybáté, donde fueron derrotados con pérdida de
2,500 hombres, con cuyo feliz éxito se hall ano el paso hasta,
los expresados pueblos, acuartelándose las tropas portuguesas
en el de Santo Ángel y las españolas en el de San Juan, en
donde permaneció el Sr. Andonaegui hasta que vino á rele-
varlo
El Exorno. Sr. D. Fedro de Céballos, Caballero de la Orden
de San Genaro, Comendador de Sagra y Senet en la de San-
tiago, gentil hombre de Cámara de S. M. con entrada y Te-
niente General de sus Reales Ejércitos. Empezó á servir el
año de 1739 de Capitán en el regimiento de caballería de Or-
denes: á poco tiempo fué ascendido á Coronel del de infante-
ría de Aragón, manifestando desde luego tan señaladamente
su espíritu y lerendas militarer> en las guerras de Italia, que
mereció la; confianza de sus generales, y se adquirió el amor y
respeto de la tropa, haciendo ya desde entonces memorable
sn nomln^e aun entre los enemigos. Tomó posesión de este
gobierno en 175G donde acreditó mas su ardor militar con mo-
ToM. VII Literatura— 55
—434—
tivo de la expedición de Misiones, toma de la colonia del Sa-
cramento, Eio Grande de San Pedro, fuertes de Santa Teresa,
Santa Tecla y San Miguel; y finalmente en la premeditada
sorpresa por el orgulloso, Capitán inglés Mannamara que con
' un navio y dos fragatas pretendió el dia 6 de Enero de 1763
recuperar la expresada plaza de la colonia, quien después de
dos horas y media de un vivo y continuado fuego, pagó su te-
merario arrojo, incendiándose el navio nombrado el Lord Eli-
vCy quedando con esta acción mas gloriosas las armas españo-
las, debiéndose esta victoria al acierto, valor y talento del Sr.
Ceballos. Por último, después de otros recomendables servi-
cios entregó el mando de estas provincias á
JEl JExcmo. 8r. D. Francisco de. Paula Bucareli y JJrsua, Ca-
ballero Comendador de Almendralejo en la Orden de Santia-
go, gentil hombre de Cámara de S. M. con entrada, y Tenien-
te General de sus Eeales Ejércitos. Tomó ijosesion en 15 de
Agosto de 1766, ejecutándose en su tiempo el extrañamiento
de los jesuítas, y cesó en el de 1770 que dejó el gobierno á
Z>. Juan José de Tertiz^ Caballero Comendador de Puerto
Llano en la Orden de Calatrava y Brigadier de los Eeales
Ejércitos. Empezó á servir en el Eeal Cuerpo de Guardias es-
pañolas, en el cual lo ejecutó también en las guerras de Ita-
lia. Pasó después á militar á la Eusia con el fin de adquirir
conocimientos marciales para el régimen del ejército. Vino á
estas provincias con la sub-inspeccion de las tropas en 1769 y
en su gobierno ascendió á Mariscal de Campo; fundó en el de
72 los reales estudios en el colegio de los regulares expulsos,
y la casa de Eecogidas con otras disposiciones en orden á po-
licía. En su tiempo empezaron los insultos de los portugueses
por la banda oriental de este rio, á cuyo destino pasó con el
objeto de contenerlos. Fué el último que obtuvo el empleo de
gobernador, por haberse erigido esta ciudad por capital del
vireinato, como adelante se demuestra.
EXOMOS. SESOKES VIREYES QTJB HAN GOBERNADO ESTAS PRO-
VINCIAS DEL RIO DE LA PLATA.
El Excmo. Sr. I). JPedro de Ceballos Cortes y Calderón, Caba-
llero de la Eeal Orden de San Genaro, Comendador de Sagra
y Senet en la de Santiago, gentil hombre de Cámara de S. M.
con entrada, Capitán General de sus Eeales Ejércitos, Co-
mandante General de Madrid y su distrito, Consejero y Sub-
Decano del Supremo Consejo de Guerra. Enterado S. M. de
los repetidos é insufribles excesos que cometían los portugue-
—435—
seB, en los distritos de este Eio de la Plata, acordó para, la sa-
tisfacción de sus insultos eleg-ir al Excmo. Sr. Ceballos, en vir-
tud de sus notorios conocimientos, valor y pericia militar,
nombrándole por primer Vi rey, Gobernador y Capitán Gene-
ral de estas j)rovincias con todas las franquezas, autoridades
y privilegios singulares que constan de su especial cédula de
8 de Agosto de 1776 y entregándole todo el mando de la es-
cuadra que se aprestó en Cádiz con este importante objeto, y
de cuyo puerto zarpó en 12 de Octubre de dicho año; verificó
su feliz arribo al de la isla de Santa Catalina el 20 de Febrero
del 1777, con cuya sola vista y conocimiento del que la man-
daba fué suficiente para timidar los ánimos lusitanos, entre-
gándole inmediatamenta vsin un tiro de cañón todas sus forta-
lezas por capitulaciones celebradas el 5 de Marzo, por cuyas
resultas le condecoró S. M. con el grado de Capitán General
de sus Eeales Ejércitos. Evacuada la toma de Santa Catalina,
pasó á la colonia del Sacramento que se le rindió á su discre-
ción, y dirigiéndose después al puerto del Eio Grande, ataja-
ron su éxito los pliegos de la paz que recibió en el camino, por
lo que se restituyó á esta capital, donde entró con universal
aplauso el 15 de Octubre de dicho año de 77, en cuyo mando
cesó el 26 de Junio de 78, y regresándose á España murió en
26 de Diciembre del mismo en el convento de los PP. Capu-
chinos de Córdova la Llana. El distinguido mérito y demás
recomendables circunstancias que adornaban á este respetable
jefe hicieron muy sensible su pérdida á toda la nación; suce^
dióle
JSl Excmo. Sr. D. Juan José de Vertís y Salcedo, Caballero
Comendador de Puerto Llano en la Orden de Calatrava y Te-
niente General de los Eeales Ejércitos. Fundó el colegio de
San Carlos y casa de í^iños Expósitos: estableció la ilumina-
ción de esta capital, y en la fatal época de la sublevación del
Perú concurrió con sus acertadas providencias á la pacifica-
ción del Eeino con desastre general de los rebeldes Dámaso
Catari, Julián Apasa (alias Tupa-Oatari) y sus secuaces. Pasó
á Montevideo por las atenciones de la guerra con los ingle-
ses, donde se mantuvo hasta la paz, y entregando después el
mando á su sucesor se restituyó á España en donde falleció el
año de 1799. Dicho sucesor fué
El Excmo. Sr. D. Nicolás del Cam;pOj Marques de Loreto,
Mariscal de Campo de los Eeales Ejércitos y gentil hombre
de Cámara de S. M. con entrada. Sirvió en las guerras de Por-
tugal y sitio de Gibraltar. Fué un jefe recto, desinterasado y
muy caritativo. Tomó posesión en 7 de Marzo de 1784 reu-
niéndose en su tiempo la Superintendencia de Eeal Hacienda
al Vireinato. Se nombró para sucederle al
—436—
Excmo. iSr. I). Juan Vicente de Cfuemes PacJieeo de Padilla^
Coudede Eevilla Gigedo; pero como obtuviese al i)oco tiem-
po la gracia para el de Méjico, se eligió en su lugar á
JEl Excmo. Sr. D. Nicolás de Arredondo, Teniente General de
los Eeales Ejércitos, que se posesionó el 4 de Diciembre de
1789. Empezó su carrera militar en el real cuerpo de Guardias
españolas, habiendo servido en las guerras de Italia, y poste-
riormente de Mayor (General en el ejército del Excmo. Sr. D.
Victorio de ííaviíi, que en el año de 1780 pasó á la Habana en
la escuadra del mando del jefe de ella D. José Solano. Obtu-
vo el gobierno de la Isla de Guba, del que fué ascendido á
Presidente de Charcas, y al de este Vireinato, en donde ma-
nifestó su celo, bondad y desinterés, debiéndole esta capital
el particular beneficio del empedrado de sus calles, que prin-
cipió dando las mas suaves y exactas dis]30SÍciones para este
útil objeto. Cesó en el mando el 16 de Marzo de 1795, y diri-
giéndose á España, premió S. M. sus servicios con la Capita-
nía General del Eeino de Valencia, y con la encomienda de
Puerto Llano en la Orden de Oalatrava. Murió en Madrid el
año de 1802. Tuvo por sucesr á
El Excmo. Sr. D. Pedro Meló de Portugal y Yillena, Caballe-
ro de la Orden de Santiago, gentil hombre de Cámara de S.
M. con ejercicio, primer Caballerizo de la Eeina lí. S., Te-
niente General de los Eeales Ejércitos y descendiente de los
serenísimos Duques de Braganza. Embarcado de Guardia Ma-
rina en ia fragata Perla, tuvo esta un reñido combate con un
jabeque moro, de cuyas resultas habiendo perecido toda la
oficialidad, recayó el mando en el Sr. Meló, el cual desempe-
ñó con tal valor y actividad, que logró rendir la soberbia del
moro, haciéndolo prisionero, por cuya heroica acción le con-
decoró S. M. con el grado de Teniente de Fragata: pasó des-
pués á continuar su mérito en el regimiento de Dragones de
Sagunto, del que siendo ya Sargento Mayor, se le confirió el
gobierno del Paraguay con el grado de Teniente Coronel,
(cuyos hechos se referirán cuando se hable de los Gobernado-,
res de dicha provincia). Posteriormente este Vireinato, en
donde acreditó su celo, liberalidad, desinterés y amor al real
servicio, fundando el fuerte del Cerro largo en las fronteras
del Portugal, y expidiendo las mas activas providencias con
motivo de la guerra con la Gran J3retaña, para resguardar es-
tos puertos de cualquier insulto de esta orgullosa nación; pa-
sando después á reconocer los de la otra banda de este rio, en
cuya honrosa fatiga le asaltó la muerte en Montevideo el 15
de Abril de 97 y siendo trasladado su cadáyer á esta capital,
filé sepultado en el monasterio de monjas Capuchinas, según
disposición de S. E. La dulzura de su trato, su magnanimidad
—437—
y piadoso corazón eu remediar las necewidadtís públicas y se-
cretas, y eu acudir á las exigencias de los monasterios, pobres
y hospitales, hicieron sensible su muerte en la gratitud de es-
tos habitantes.
ha Real Audiencia gobernó hasta 2 de Mayo en (pie tomó
posesión
El JExcmo. Sr. D. Antonio Olafjuer Feliu, Caballero de la
Keal Orden de Carlos III, Mariscal de Campo de los Eeales
Ejércitos, Sub-inspector General de las trojjas de este Virei--
nato y Gobernador que habla sido de Montevideo. kSirvió este
empleo en virtud de real despacho de 29 de Octubre de 1794
que á prevención se hallaba depositado en esta Ecal Audien-
cia para el caso de fallecimiento del Excmo. Sr. Meló. Cesó eu
14 de Marzo de 1799 que entró á sucederle
El Excmo. Sr. D. Gabriel de Aviles y del Fierro, MíirrpHiS d<.'
Aviles, Teniente General de los Reales Ejércitos, Sub-inspec-
tor que fué de las tropas del Vireinato del Perú y Presidente
de Chile. En todos destinos dio pruebas auténticas de su in-
tegridad, desinterés y acreditado celo en servicio del Eey.
Pasó después á servir el Vireinato de Lima, cesando en el
mando de este el 20 de Mayo de 1801 en que le sucedió
El Excmo. Sr. D. Joáquin del Fino, Mariscal de Campo de
los Reales Ejércitos, Gobernador (jue fué de la plaza de Mon-
tevideo y Presidente de las Reales Audiencias de Charcas y
Chile, que actualmente gobierna.
EEAL AUDIENCIA.
Por real cédula, de 20 de Junio de 1661 expedida por el Sr.
13. Felipe IV se erigió la ])rimera vez en esta ciudad, el año
de 1663, este regio Tribunal, siendo su Presidente el Maestre
de Campo D. José Martínez de Salazar, y los Señores Minis-
tros que se le señalaron, fueron D. Pedro de Oválle, que lo
era de Charcas, D. Manuel Muñoz de Cuellar, Fiscal de Chile,
D. Juan Jiménez Lobaton y D. Pedro de Rojas y Luna, suge-
tos de grandes conocimientos por haber servido muchos años
con varios emiileos eu el Reino de Ñapóles, y para Fiscal á
D. Diego Portales. Dicho Tribunal duró solamente hasta 26
de Octubre de 1672 jíor haber dispuesto su extinción la Reina
madre Doña María de Austria en real cédula de 31 de Diciem-
bre de 1671; pero por otra de 14 de Abril de 1783, expedida
por el Sr. D, Carlos III, se estableció de nuevo en 5 de Agos-
to de 1785 siendo su primer Presidente el Excmo Sr. Marques
de Loreto.
MUY ILUSTÜE AYUNTAMIENTO DE LA MUY NOBLE Y MUY LEAL
CIUDAD DE BUENOS- AIRES.
Por real cédula del Sr. D. Felipe V dada en Buen Retiro á
o de Octubre de 1716 se le concedieron los expresados títulos
á esta muy noble ciudad; y además de los muchos privilegios
\ —439—
que disfruta por sus relevantes servicios, se le lian concedido
últimamente por otras reales cédulas de 22 de Marzo y 28 de
Julio de 1802, los de recibir la paz y cubrir sus asientos en las
funciones de tabla en concurso del Excmo. Sr. Virey y Eeal
Audiencia, y el de elegir anualmente basta doce Ee^^idores
sin excepción de los empleados en el Real Consulado, Comisa-
ría de Inquisición, y otros por privilegiados que sean. Desde
su fundación usa por armas un escudo con dos navios ancla-
dos en mar espumoso plateado, con una paloma volante en
medio, en campo celeste, que sinboliza al Espíritu Santo.
ACADEMIA DE I^^AUTICA.
Se estableció en esta capital el año de 1790 por este real
cuerpo, con permiso del Excmo. Sr. Virey.
REAL TRIBUNAL DEL PROTOMEDICATO.
CON JUECES CON IGUAL AUTOEÍDAD DE FACULTADES,
SEGÚN LO DISPUESTO POR S. M.
EN KEAL CÉDULA DE 20 DE MAEZO DE 1802.
Por real orden de 18 de Setiembre de 1799, aprobatoria de
este Tribunal, ordena S. M. se establezca una Cátedra de Me-
dicina y otra de Cirugía, nombrando para la primera al proto-
médico D. Miguel de Gorman, y para la segunda al licencia-
do D. Agustín Ensebio Fabre.
En Marzo de 1801 se dio principio á la enseñanza de la
Anatomía con nueve alumnos i)or el referido Fabre, por ser
preciso preceda esta á la de Medicina, cuya aula por este mo-
tivo se abrió en 1802 por el Dr. Argericli, sostituto del proto-
médico, con catorce alumnos, en virtud de orden superior.
INTENDENCIA DEL PARAGUAY.
La ciudad de la Asunción fué fundada el año de 1536 po?
Juan de Salazar y Espinosa. Está situada á los 25 gr. 16 m.
40 s. de latitud austral, y en 59 gr. 59 m. y 59 s. de longitud
occidental del meridiano de Paris, á la orilla oriental del rio
Paraguay. Esta provincia se extiende x)or el Norte y orilla
oriental del mismo rio, hasta el que se denomina Corrientes^
que vierte en -el Paraguay hasta la boca del Jauru en 16 gr.
■34 m. 22 s. Por el Oriente hasta el Brasil; por el Sur hasta el
rio Paraná, desde su confluencia con el Paraguay hasta el rio
—440—
Gnaziipiraro, que desagua en este inmediato, y al Oeste del
pueblo de Oaudelaria sigue por este, y desde su vertiente se
dirige la raya á la serranía de Santa Ana, quedando en aque-
lla provincia los pueblos de Candelaria, Santa Ana, Loreto,
San Ignacio, Mini y Corpus, que están al Sur del Paraná. ,
Usa esta ciudad del título de ilustre desde su fundación por
los importantes servicios que hizo en niuchas poblaciones que
fundó, y por haber sido capital de ocho ciudades, como se re-
fiere en la real cédula de 7 de Junio de 1618. Tiene por ar-
mas un escudo sobre campo azul: en el primer cuartel está co-
locada íí^. S. de la Asunción: en el segundo el Patrón San Blas:
en el tercero un castillo; y en el cuarto una palma, un árbol
frondoso y un león, que le concedió el Sr. D. Carlos V. Así
debe inferirse, supuesto que la mayor parte de los papeles an-
tiguos se perdieron en el incendio que padeció esta ciudad el
año de 1543, cuya desgracia es regular alcanzase también á
la real cédula en que S. M. le concedió el i^rivilegio de tener
yei nti cuatro Eegidores.
mTENDEÍíCIA DE POTOSÍ.
La Imperial Villa de Potosí está situada á los 19 gr. 28 m.
de latitud, y 313 de longitud en la falda del célebre cerro de
su nombre á la ])arte del i^orte, casi al S. O., á distancia de
25 leguas de la ciudad de la Plata. Todo el territorio que
cojn prebenden los seis x>artidos de la provincia, nombrados
Porco, Cbayanta, Chichas, Lipes, Atacama y Tarija, boxea
960 leguas comunes, y leguas cuadradas 1,440.
Diclia Villa fué dependiente de la ciudad de la Plata, y se
eximió de ella por solemne capitulación que hicieron sus veci-
nos con el Sr. Conde de Nieva, y los Comisarios Licenciado
Bribiesca de Múñatenos, Vargas dé Carbajaly Ortega deMel-
gosa, en provisión real, fecha en Lima, á 21 de Noviembre de
1501 por refrendación de Francisco de la Cerna, Procurador
general de esta Villa, por el servicio pecuniario de 30,000 pe-
sos de plata ensayada, con la calidad de deberse nombrar la
lmj)eria] Villa de Potosí, por haber sido el pueblo de mas im-
portancia que se fundó en el reinado del Sr. D. Carlos V; y en
virtud de dichas capitulaciones tuvo principio su ilustre Ca-
bildo en 19 de Enero de 1562.
A mas de los muchos y muy particulares privilegios que go-
za esta Imperial Villa, ha merecido por reales órdenes de 30
de Julio (le 1781 y 23 de Noviembre del mismo año, que el Bey
hubiese dado á su Cabildo gracias muy expresivas por la fide-
lidad y pavíiculares señales de su amor.
-441-
RENTA DE TABACOS EN POTOSÍ
Establecida el dia 19 de Enero de 1756 con el título de ad-
ministración general, teniendo por subalternas las Adminis-
traciones particulares que coraprende el Arzobispado de Char-
cas. En el año de 1731 se hizo la primera visita por el primer
Director de la Renta: se repitió otra en el mes de Maj^o de
1784, desde cuyo tiempo se crió el Resíí nardo; y desde 19 de
Junio del mismo año quedó en clase de Administración prin-
cipal la de Ohuquisaca con todos los partidos de su Intenden-
cia.
REAL BANCO DE RESCATES.
Se estableció con el objeto de comprar las parstas en pinas,
ó tejos que vende la Azog-uería, por moneda efectiva y corre
por cuenta del Rey con la denominación de San Carlos, por
incorporación que se hizo á la Corona, como adelante se ma-
nifiesta. '
En loFí primeros tiempos de Potosí, después de establecida
la casa de Moneda, se labraba en ella tan poca moneda, que
escaseando aun ijara el pago de los jornales y mantenimien-
tos, dispuso el señor D. Francisco de Toledo por dos provi-
siones fechas en Potosí á 9 de Enero, y 23 de Febrero de 1775
que de todas las barras ensayadas y fundidas, después de jua-
gado el quinto y demás derechos, entregasen los oficiales rea-
les la cuarta parte de ellas al tesorero de la Moneda para la-
brar en reales á beneficio de los dueííos a quienes pertenecie-
sen, á causa de que no alcanzaban los 10,000 marcos que se
amonedaban de cuenta ee S. M. en virtud de otro Despacho
anterior de 26 de Junio de 1574.
No habiéndose remediado todos los males con estas provi-
dencias, el mismo señor Toledo mandó en 14 de x\-bril de 1575
que se rematase por asiento imblico el rescate de platas; (quci
ya fué una figura del Bs,nco actual) y en efecto se verificó
por tres años en Juan del Castillo con la obligación de meter
en la casa de Moneda en cada uiio de ellos 60,000 marcos de
plata ensayada, y marcada de ley de 11 dineros, y 4 granos,
para que de ellos se hicieran reales en cada cuatro meses 20,000
marcos; y para facilitar ei cambio se le concedió el privilegio
exclusivo de poner tienda pública de rescate en Potosí, Chu-
quisaca, la Paz, y en todos los demás lugares del distrito de la
ToM. VII. Literatura —56
—442—
Eeal Audiencia de Charcas, señalándole el precio del rescate
por cada peso de plata ensayada y marcada de 450 marcos,12 ^
reales, y el peso corriente á 9 reales á vista del ensayador.
Con arreglo á este modelo siguieron después otros rescata-
dores con el título de mercaderes de plata, bajo de varias pre-
causiones para evitar fraudes. Este negocio era vastísimo pues
por un» Provisión del señor marqués de Guadalcazar su fe-
cha en Lima á 14 de Febrero de 1620 se mandó sellar de cuen-
ta de S. M. hasta 500,000 pesos, y de ahí en adelante hasta un
millón de á 8 rs. y el público iutrodueia tantas pastas por me-
dio de dichos mercaderes, que lleganflo á 5 millones anuales,
les dejaba el rescate un lucro muy considerable.
El gremio de Azognei-os, quiso atribuirse estas ganancias,
proyectando una compañía con cuyo fondo pudiesen fomen-
tar la Minería, y otras precisas habilitaciones para el corrien-
te de los Ingenios y Minas, y se formalizó por Escritura pú-
blica, otorgada á 15 de Enem de 1747^ ante el Escribano An-
tonio Martínez Moreyra, en virtud de Junta que ¡jrecedió el
14 del mismo mes, obligándose á dejar en poder de los mer-
caderes de plata el pico de los 7 pesos 2 y 3 cuartillos reales,
en que se estimaba entonces cada marco de plata en pina de
azoguero, percibiendo cada uno solamente 7 j)esos efectivos.
El señor Yirey conde de Sapernnda aprobó este proyecto
por auto acordado en Junta de Hacienda de 17 de Abril de
J747 librando el correspondiente despacho; en cuya virtud
vendieron los azogueros á los mei^caderes de plata desde el 1?
de Marzo de dicho año de 47 hasta 20 de Febrero de 52. 484,287
marcos una onza, dejando en poder de los mercaderes los dos
y tres cuartillos reales estipulados.
Estos productos se encerraban en una caja de dos llaves,
manejadas por dos azogueros que nombraba el Cuerpo con el
Gobernador protector de la compañía; pero en el corto térmi-
no de los cuatro años referidos quebró en 175,207 pesos o ciuir-
til los reales sin mas recurso que haber de ijerseguir a los mer-
caderes de plata, sus bienes y fiadores.
En remedio de estos abusos el Gobernador D. Ventura de
San tel i ees trató de establecer un Banco de cuenta de la Com-
pañía, bajo de reglamentos que asegurasen su fiel y exacta
administración, que se adoptó en Junta general de azogueros
de 18 de Enero de 1752 y fué aprobada por dicho Gobernador
en 7 de Febrero, y por 8. M. en Real cédula de 12 de Junio
del mismo año de 52 bajo de cuyo pié se acrecpntó el fondo
del Banco, hasta priu(;ipiüs de Fel)rero de 776 en la cantidad
de 817,141 pesos 3 reales, mediante la providencia que tomó el
dicho Sautelicesde aumentar el valor de cada marco á 7 pesos
4 reales, por cuyo medio, en lugar de los 2 y 3 cuartillos rea-
—443—
les de antes, se acopiaban 4 reales en el fondo del Banco á be-
neficio de la Azogiieuia.
A pesar de estas precauciones se exí>erinieutaron varias fa-
llas, que fueron reponiendo snccesiv^ainente; de nuxlo, que en
el g'obiern(» del Illmo. Sr. 1). Jorje Escobedo subió el caudal
á 915,4(51 pesos 5 reales.
En este estado se proyectó la incorporación á la corona en
16 de Abril de 1779 y se consintió por la Azogueria en dos
Juntas consecutivas, de lo cual inforniado con autos el señor
Visitador ¿eueral del Eryno D. José Antonio de Areche apro-
bó la incorporación por decreto de 21 de Junio de dicho año
de 79 y en su virtud tomó posesión del Real Banco en nom-
bre de 8. M. en 9 de Agosto del mismo año el Illmo. señor
Escobedo, el cual formó después á principios de 1780, nn Re-
glamento económico que se aprobó por Eeal Orden de 24 de
Agosto de 1782, con la calidad de por ahora, que posterior-
mente se confirmó en Et al cédala de 1795 con impresión del
nuevo Código que hoy rige.
Al tiempo de la incorporación se encontraron 1.070,846 i>e-
sos 7 reales de cuya cantidínl se repartieron á beneficio délos
azogueros 272,463 pesos 4 y ^ reales; á favor de la Real Ha-
cienda 647,196 pesos 2 y J reales; y en el fondo perdido por
imposibilidad de su cobranza 151,187 pesos, utilidades todas
procedentes de la gruesa de 3.579,892 marcos 7 onzas que se
rescataron por cuenta del Banco de iVzogueros desde el año
de 1754 en que se formalizó su fundación.
Desde la incorporación acá, á saber: desde el mes dé Agos-
to de 1779 hasta fines de 1800 se han vendido al Real Banco
por la Azogueria, capchas, trapicheros y mineros de afuera
7.157,107 marcos que hacen 53.678, 302 pesos y han rendido
de utilidad por razón de rescate 694, 394 y á beneficio de los
Reales Diezmos 7.848,589, habiéndose gastado en el actual
Real Socabon del expresado fondo de utilidades 389,535 pe-
sos de cuya obra es Director D. Daniel Webber, .Geómetra
Subterráneo de la expedición metálicadel Barón deNordemflik
con un exijediente de la misma que ha quedado bajo de sus
órdenes.
INTENDENCIA DE LA PAZ.
La ciudad de la Paz fué fundada por Alonso de Mendoza el
dia20 de Octubre de 1548 en una quebrada de los Andes, de-
nominada antiguamente por los indios Cliuquiyapú, y por cor-
ruptela Oliuquiabo^ de orden del Licenciado Pedro de la Gas-
ea, Gobernador del Perú, después de sosegados los alborotos
de Gonzalo Pizarro, y sus secuaces. Por esta razón la deno-
— 444 —
minó con el nombre de Nuestra Señora de la Paz, y se halla
situada á los 16 g. 50 f, de latitud austral, y á los 313 g. 30 f.
de longitud, meridiano de Tenerife. Confina pov el Leste con
el partido de Obulumaui: por el Sueste con Sicasica: por el Sur,
Sudoeste, hasta el Oeste con Pacages, y Omasuyos; por el
I>rordeste y iíorte con Larecaja, Apolobamba, y Misiones in-
teriores. Tiene esta ciudad por armas, que le concedió el se-
ñor D. Carlos Y, un escudo, y en lo mas alto de él un morrión
vuelto sobre la mano derecha, y uua x^^i-loma con un ramo de
oliva en el pico: en el centro una guiuarlda de flores, en que
están enlazadas cuatro culebras: debajo un León fronterizo á
un cordero, ambos en pié á la ribera de un rio en ademan pa-
cífico y acorde, todos signos alusivos á la paz, como lo expresa
el mote de la orla que circunda el escudo, y dice así:
Los discordes en concordia,
Ed paz y amor se juntaron, ''
Y pueblo de PAZ fundaron,
Para perpetua memoria
Usa esta ciudad los títulos de noble, valerosa y fiel, en vir-
tud de Eeal cédula de 20 Mayo de ] 794 en preuiio de su valor
y lealtad, con que sostuvo los ataques sufridos el año de 1781
poi' losreveldes.
Anteriormente, y por iguales servicios que hizo esta ciu-
dad, especialmente contra el revelde PiUnco, gozaba de
otros singulares privilegios por concesión, según parece, del
Excmo. señor conde de Lemus, Virey que fué del Perú, y man-
tuvo por mucho tiempo el de no necesitar de superior confir-
mación en sus anuales elecciones de Alcaldes, quedando apro-
bados y confirmados por el mismo Cuerpo de Ciudad; y aun-
que parecía que por el nuevo plan de gobierno introducido
con la erección de Intendencias, y publicación de la Eeal Or-
denanza de 1782 habia padecido el Cabildo alguna alteración
en el goce de este privilegio, por otra real disposición de 20
de Mayo de 1794, se aclaró y mantuvo esta Ciudad en la po-
sesión de elegir anualmente dos Alcaldes, y confirmarlos en el
mismo acto de Cabildo.
Goza también del privilegio de bancas acolchadas con cu-
biertas de terlifes de damasco, concesión hecha por el Excmo.
señor D. Fr. Diego Morcillo, Virey que fué del Perú, en 28 de
Noviembre de 1719 y confirmada en 15 de Diciembre del mis-
mo año.
-445-
INTENUEÍÍOIA DK OOCHABAMBA.
La ciudad de Oropesa en el valle de Cochabainba, fué fun-
dada por el señor D. Francisco de Toledo, Virey qne fué del
Perú, en el año de 1572 con el título de la V^illa de Oropesa.
comisionando al electo al capitán Gerónimo de Osorio y nom-
brándolo por Corregidor. En 28 de Diciembre de 1573, se hi-
zo la población, eu virtud de poder y facultad que dio el mis-
mo señor Toledo en 7 del referido mes á Sebastian Barba de
Padilla, en el sitio de Oauata jjor su buen temperamento, apa-
cible clima, y lugar abastecido de todo lo necesario á la sub-
sistencia del hombre. Confina todo el distrito de ella x^orelN.
con los incógnitos terrenos entre esta Provincia y las Misio-
nes de Mojos, habitados en partes de indios bárbaros, de na-
ción Ráches, Siríonos, Solostros y Juracarees: por el Sur con
el Gobierno é Intendencia de la Plata: por el E. con el rio
Parapiti, ó de San Miguel de Chiquitos. Se halla situada la
Ciudad en la latitud austral de 17 g. 2 s., y su longitud occi-
dental es de 68 g. 31 s. del Meridiano de París, ó í horas; y
34 g. en tiempo. Usa por armas un escudo de camx^oaziul: en
el medio un León, y á su círculo 10 cabezas degolladas, y son
las misnjas de los condes de Oropesa, de cuya casa fué dicho
señor Toledo, quien lo concedió. Usa también de los títu-
los de Leal y valerosa Ciudad por los distinguidos y lea-
les servicios que hicieron sus vecinos en la pasada rebelión de
indios de este Reyno, los que se dignó concederle el señor D.
Carlos III en Eeal cédula de 26 de Mavo de 1786.
INTBNDEÍ^CIA DE CÓEDOYA.
La ciudad de Oórdova, fué fundada el dia 6 de Julio de
1578 por D. Gerónimo Luis de Cabrera en el asiento de In-
dios, que en su idioma llamaban Quisquisacate, cerca del rio
Zuquia, que se nombró de San Juan, por haber llegado en es-
te dia el fundador, y á las tierras de su jurisdicción la ísTueva
Andalucía. Está situada en 31 g. 15 m. de latitud austral, y
314 de longitud. Tiene por armas un castillo eu un escudo
con siete banderas que aunque en la explicación que dan sus
respectivos libros, se dice están en su alto, solo una se enar-
büla en el, y las demás salen del pié de los tres cuerpos que
forma tres de cada lado entre abiertas, siendo los dos prime-
ros cuerpos del castillo casi iguales y pequeño el de su coro-
nación, con dos ríos caudalosos á su pié.
-446-
INTENDENCIA DE SALTA.
La ciudad de Salta, fué fundada el dia 17 de Abril de 1580
por D. Gonzalo de Abren y Figueroa en el Valle de Si ancas
y trasladada al lugar en que lioy se halla por el Gobernador
Hernando de Lerraa. Está situada á los 24 g. y 30 m. íle lati-
tud, y 312 g. y 30 m. de longitud, según el meridiano de Te-
nerife. Desde tiempo inmemorial eligió por armas un escudo
que comprende un rio que la ameniza, un cerro que la forta-
lece, unos árboles que la hermosean, y los símbolos del valor
y de la fidelidad que la distinguen. No tiene tiste escudo espe-
cífica real aprobación; pero sí el tácito real consentimiento;
porque informado S. M. lo ha tolerado, y por consecuencia se
gravó en las medallas que la ciudad suele distribuir para so-
lemniv;ar las reales aclamaciones. Hace honrosa ostentación
del título de Muy Fiel, y por prescripción usa el de Muy Ilus-
tre. Casi desde el principio de la población de la Provincia, es
residencia de sus Gobernadores, i)orque las circunstancias de
la Frontera del Chaco, combinadas con las del comercio asi lo
exigían. Es capital declarada de la Provincia de su nombre
porEoal cédula de 5 de Agosto de 1783.
ARZOBISPADO DE CHARCAS.
La Santa Iglesia de Charcas fué erigida en Sede Episcopal,
con el título de Santa María, por Bula del señor Julio III, ex-
pedida en Koma á 27 de Junio de 1552, siendo su primer Obis-
po el Ilimo. Sr. Dr. D. Fray Tomas de San Martin del Orden
de predicadores. En 20 de Julio de 1609 fué elevada á Metro-
politana por Bula del señor Paulo V, y recibió el palio de Ar-
zobispo en 2 de Enero do 1G21 el Illmo. señor Dr. D. Alonso
de Peralta. Se ha celebrado en esta Metro]6olitana un solo
Concilio el año de 1774, y la han regido los Illmos. Prelados
que aparecen en la forma siguiente:
ILÜSTEÍSIMOS SEÑORES OBISPOS.
1 — D. Fray Tomas de San Martin; formó la erección de esta
Santa Iglesia Catedral, conformándola en sus ritos y cere-
monias con la de Sevilla, por la expresada Bula de 27 de
Junio á pedimento del señor D. Carlos I, gobernó hasta 31
de Agosto de 1555, en que talleció.
2 — D. iFray Domingo de Santo Tomas del mismo Orden de
Predicadores: tomó posesión en 31 de Diciembre de 1563, y
falleció en 28 de Febrero de 1570.
3 — D. Alonso Granero de Avalos, se posesionó en fin de Di-
ciembre de 1581, y murió en 19 de Noviembre de 1585.
4 — D. Alonso de la Cerda, idem en 13 de Setiembre de 1589,
y falleció en 4 de Marzo de 1592.
5 — D. Alonso Ramires ríe Vergara, i(l>)m en 16 de Noviembre
de 1506, y falleció en 19 de Noviembre de de 1802. Fnó el
último (le los señores Obispos, formó la Constitución que boy
rige en esta Santa Iglesia Metropolitana.
ILÜSTUÍSIMOS SEÑORES ARZOBISPOS.
1 — D. Luis López, murió sin tomar posesión.
2 — D. Alonso de Peralta, recibió el palio en 1? de Enero de
1611, como queda referido, y falleció en 3 de Noviembre de
1614.
3 — D. Gerónimo Méndez de Tiedra, tomó posesión en 25 de
Noviembre de 1618, y falleció en 22 de Mayo de 1622.
4 — D. Fernando Adas de ligarte, idem en 24 de Febrero de
1626, y gobernó basta 22 de Diciembre de 1629 que fue pro-
movido al Arzobispado de Liuia.
5 — D. Fray Francisco de Sotomayor, murió en Potosí sin re-
cibirse.
6 — D. Fray Francisco de Borja, tomó posesión en 18 de Se-
tiembre de 1636, y falleció en 23 de Junio de 1644.
7 — D. Pedro de Oviedo, idem en 11 de Febrero de 1647 hasta
19 de Octubre de 1649 que falleció.
8 — D. Juan Alonso de Ocon, idem en 28 de Junio de 1652
hasta 29 de Junio de 1656 que falleció.
9 — 1). Fray Gaspar de V'illarroel, idem en 7 de Junio de 1660
falleció en 12 de Octubre de 1665.
10 — D. Melchor de Liñan y Cisneros, idem en 1672 y gober-
nó hasta el de 1678, que fué promovido al Arzobispado de
Lima.
11 — D. Fernando de Izaguirre, murió antes de tomar po-
sesión.
12 — D. Fray Alonso de la Cerda, idem.
13 — D. Cristóbal de Castilla y Zamora, tomó posesión en 1680,
y falleció en 8 de Diciembre de 1683.
14 — D. Bartolomé González Poveda, idem en 29 de Setiem-
bre de 1685, y falleció en 26 de Noviembre de 1692.
15 — D. Juan Queypo Llano y Valdez, idem en 5 de Abril de
1695, y falleció en 29 de Julio de 1708.
16 — D. Pedro Vasquez de Velasco, murió antes <le recibirse.
17. — D. Fray Diego Morcillo, tomó posesión en 4 de Octubre
—448—
de 1713, y gobernó hasta 5 de Agosto de 1716 en que fué
promovido al Arzobispado de Lima.
18 — D. Juan de Mcolalde, no tomó posesión por su falleci-
miento.
19 — D. Luis Francisco Eomero, tomó posesión en 1728; y mu-
rió en 28 de líoviembre del mismo año.
20 — T). Alonso del Pozo y Silva, idem en 14 de Agosto de
1731, y falleció en 22 de Febrero d<^ 1745.
21 — T>. Agustín Hodriguez Delgado, en de de y fa-
lleció en 21 de Diciembre de 1746.
22 — D. Gregorio de Mol leda y Clerque, idem en 2 de Setiem-
bre basta 13 de Abril de 1756 que falleció.
23 — D. Bernardo de Arbira y ligarte, murió antes de recibirse.
24 — D. Cayetano Marcellano y Agramont, tomó posesión en
15 de Marzo de 1759, y falleció en 28 de Setiembre de 1760.
25 — D. Pedro Miguel de Argandoña, idem en 2 de Diciembre
de 1762, y falleció en 2 de Agosts de 1775.
26— D. Francisco Ramón de Herboso, idem en 2 de Febrero
de 1777 basta 30 de Abril de 1782 que falleció.
27— El Ilustrísiuio y Reverendísimo Sr. Dr. D. Fray José An-
tonio de San Alberto de Carmelitas Descalzos, nació en
Fresno, Diócesis de Tarazona, en 17 de Febrero de 1727.
Fné Procurador general de su Orden, Predicador de núme-
ro del señor D. Carlos III, y Obispo del Tncuman, Tomó
posesión de esta Iglesia Metropolitana en 26 de Julio de
1785.
CUERPOS RELIGIOSOS.
SANTO DOMINGO.
Se fundó el año de 1586 por Bula del señor Sixto Y.
SAN FRANCISCO.
Se fundó el año de 1540.
KECOLBOCION DE LA MISMA ORDEN COTS' EL TÍTULO DE
SANTA ANA.
Se fondo en 16 de Setiembre de 1599 por Real cédula del
señor D. Felipe 111.
SAN AGUSTÍN.
Se fundó á 1° de J ulio de 1564 bajo el título de Nuestra Se-
ñora de la Gracia. Su iglesia goza privilegios de Capilla Real
y se solemnizan en ella con asistencia de la Real Audiencia
los cumple años de nuestros Soberanos,
-449-
NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES.
Su fundación existe en el convento grande del Cuzco.
SAN JUAN DE DIOS. ,
Este convento de hospitalidad es de muj' antigua fundación,
y se les dio posesión á sus religiosos en 2 de Junio de 1664.
Hay cuatro salas para enfermos, tres de hombres y una de
mujeres con 65 camas, fuera de muchas que se ponen en cu-
jas sueltas.
CONGREGACIÓN DEL ORATORIO DE SAN FELIPE NERI.
Se fundó á 19 de Marzo de 1795 en que puso la piedra fun-
damental á su ediflci(> su Iltmo. Fundador el Sr. Dr. D. Fr.
José Antonio de San Alberto, dignísimo Arzobispo de esta
Metrópoli, en virtud de real cédula de 12 de Marzo de 1787.
Los PP. fundadores que vinieron de Lima á este útil estable-
cimiento, prepósito D. Manuel de la Fuente y Zagarzurieta,
Dr. D. Francisco González, D. Jorge Tambino, y los berma-
nos legos Mateo Espinosa y Pedro Pérez, tomaron posesión
en 19 de Marzo de 96 en la casa que donó para este destino el
Iltmo. Sr. D. Manuel üSTicolás de Eojas y Argandoña, Obispo
de Santa Oru'-í de la Sierra, siendo Tesorero de esta Iglesia
Metropolitana.
MOÍÍASTERIOS DE MONJAS.
NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS.
Agustinas : Fundaron año de 1567.
SANTA CLARA.
Se fundó año de 1639 en virtud de real cédula de 17 de
Marzo de 1636.
CARMELITAS DESCALZAS.
Se fundó por el Iltmo. Sr. D. Fr. Gaspar de Villarroel, dig-
TOMO VII. LlTEEATUBA — 57
uisimo Arzobispo que fué de esta Metróx)oli eu 5 de Octubre
de 1665 por bula del Sr. Alejandro VII, dada en Eoma á 3 de
Julio de 1658 y licencia del Sr. D. Felipe III, en 6 de Marzo
de 1603.
RECOGIMIENTO DE NIÑAS HUÉEFANAS, BAJO EL TÍTULO
DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN.
Se fundó en virtud de real cédula de 20 de Julio de 1674.
COLEGIO DE SAN JOSÉ DE NIÑAS HUÉRFANAS.
Se fuüdó por el Iltmo. Sr. actual Arzobispo en virtud de
real cédula de 12 de Marzo de 1787 el dia 19 de igual mes de
el de 1792 para educación de ni ñas, enseñanza de labor y ejer-
cicios de religión y piedad.
Este colegio se compone de una rectora, 12 maestras, 40 ni-
ñas de número y otras tantas que para su educación las po-
nen sus padres, extendiéndose este beneficio á muchas niñas
de la ciudad que por mañana y tarde entran á aprender á leer,
escribir y rezar gratuitamente.
CUERPOS LITERARIOS.
REAL y PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SAN FRANCISCO JAVIER.
Se fundó en el año de 1623 en virtud de bula dada en Ro-
ma á 8 de Agosto de 1621 por el Sr. Gregorio XY y real cé-
dula de 2 de Febrero de 1622 bajo la dirección y enseñanza
de los jesuitas, con cuya expatriación quedaron abolidos los
estatutos y constituciones de ella, y la rigen al presente inte-
rinamente las de San Marcos de Lima. Últimamente ha con-
decorado S. M. á esta Universidad, concediéndole los privile-
gios de la de Salamanca por real cédula de 10 de Abril de
1798.
REAL Y PONTIFICIO SEMINARIO DE SAN CRISTÓBAL.
Su primordial fundación fué hecha por el Venerable Dean
y Cabildo de esta Santa, Iglesia Metropolitana en Sede vacan-
te en el año de 1595, bajo la advocación y título de Santa Isa-
bel Reina de üngría. En el de 1681 fué trasladado por el
—451—
Iltrao. Sr. Dr. D. Cristóbal de Castilla y Zamora al sitio con-
tiguo á la Iglesia Catedral y Palacio Arzobispal, doude se
conserva hasta el dia, y con este motivo se titula de San Cris-
tóbal, y lo reconocen por su Patrón. Ha logrado varias reales
cédulas á su favor, y entre ellas dos expedidas por los años de
1756 y 57, las que le conceden privilegios de antigüedad y
preferencia al Eeal Colegio de San Juan Bautista de esta ciu-
dad. Los fines de su establecimiento han sido los mismos que
asigna el Concilio de Trento.
REAL COLEGIO DE SAN JUAN BAUTISTA.
Se fundó el año de 1621 por el Excmo. Sr. Virey, Príncipe
de Esquilache, por súplica del noble vecidario de esta ciudad,
constituyendo por Patrón al Eey Nuestro Señor y á los demás
Señores Vireyes sus sucesores, dándole el título de Colegio
Eeal en uso de sus facultades, y poniéndolo á discreción de los
PP. de la extinguida Compañía, para la enseñanza y educa-
ción de los hijos de los conquistadores y vecinos honrados de
esta ciudad. Con la expatriación deaípiellos pasó su gobier-
no al de el clero secular, cuyo celo sostiene los fines de su es-
tablecimiento.
Se enseñan las mismas facultades que en el de San Cristó-
bal, y no hay becas de número por hallarse indotadas.
Ocupa este colegio el de los expatriados por real disposi-
ción.
OBISPADO DEL PAEAGUAY.
La Santa Iglesia del Paraguay fué erigida por el Papa Pau-
lo III en 1547, dedicándose á la Asunción de l^uestra Señora.
Verificó la erección el lítmo. Sr. D. Fr. Juan de Barrios en 10
de Enero de 1548 en Aranda de Duero, en el Obispado de Os-
ma; pero no vino á este por haber sido promovido al de Gna-
dix, del que tampoco tomó posesión por haber fallecido á po-
cos dias de recibir la cédula de merced en el convento de San-
ta Catalina, mártir de Toledo.
ILUSTRÍSIMOS PRELADOS QUE HA TENIDO ESTA SANTA IGLESIA.
1— D. Fr. Pedro de la Torre, religioso franciscano y español
de nación: fué electo Obispo año de 1552 y cesó en el de
1573.
—452—
2 — D. Fr. Jnan del Campo, del mismo Orden, presentado pa-
ra esta Iglesia en 11 de Febrero de 1575: murió antes de re-
cibir las bulas.
3 — ^D. Fr. Luis López de Solis, religioso agustino: promovido
á la Iglesia de Quito antes de tomar posesión de esta.
4 — ^D. Fr. Juan de Almaráz, del mismo Orden, electo en 1576:
murió antes de recibir las bulas en el convento de Truji-
11o.
5— D. Fr. Juan Alonso Guerra, del Orden de Predicadores,
hecho Obispo en 27 de Setiembre de 1577 y promovido al
Obispado de Mechoacan en 1597.
6 — D. Tomás Vázquez de Liano, electo en el mismo año de
597: falleció en Santa Fé antes de entrar en su Iglesia en
1598.
7— D. Fr. Baltasar de Covarrubias, del Orden de San Agus-
tín: promovido al Obispado de llueva Oáceres sin tomar po-
sesión de este.
8 — D. Fr. Martin Ignacio de Loyola, sobrino de San Ignacio
de Loyola, del Orden de San Francisco, electo en 9 de Oc-
tubre de 1601: murió en Buenos-Aires en 1606.
9--B. Fr. Eeginaldo de Lizarraga, del Orden de Predicado-
res: trasladado á esta Iglesia de la Imperial en el Eeino de
Chile en 1607, entró en esta Iglesia en 1609 y falleció á los
6 meses en 1618.
10 — J). Fr. Tomás de Torres, del Orden de Predicadores, elec-
to año de 1619 y trasladado á la Iglesia del Tucuman en
1625. En tiempo de este prelado se dividió el gobierno es-
piritual y temporal del Paraguay y Buenos- Aires, año de
1620.
11 — D. Fr. Agustín de la Vega, del mismo Orden, murió an-
tes de recibir las bulas.
12 — D. Fr. Leandro de Garfias, de la misma religión, murió
en la navegación.
13 — D. Fr. Melchor Prieto, del Orden de la Merced, renunció
el Obispado.
14 — D. Fri Cristóbal de Aresti, del Orden de San Benito, fué
electo en 1628 y trasladado al de Buenos- Aires én 1635,
15 — D. Fr. Francisco de la Serna, del orden de San Agustín,
pjresentado para esta Iglesia en dicho año de 635 y trasla-
dado á la de Popayan en 1638.
16 — D. Fr. Bernardino de Cárdenas, del Orden de San Fran-
cisco, electo Obispo de esta Iglesia en el referido año de 638
y trasladado al de Santa Cruz de la Sierra en 1649.
17 — D. Fr. Gabriel de Guillestegui, del njismo Orden, electo
en 1666 y promovido á la Paz en 1671,
—453—
18 — D. Fernando de Balcazar, olocto en 1672: murió antes de
consagrarse,
19 — D. j>. Faustino de las Casas, del Orden de la Merced,
electo en 1673, falleció en 1680.
20 — D. Fr. Sebastian de Pastrana, del mismo Orden, electo en
1690, murió antes de posesioiiarse de su Iglesia en 1701.
21 — D. Pedro Durana, electo en 1703, y falleció sin tomar po-
sesión.
22 — D. Martin de Sarri colea y Olea, á quien encontró ya
muerto la gracia de S. M.
23 — D. Fr. José de Palos, del Orden de San Francisco, electo
en 1721, se posesionó en 1724, y falleció en 1738.
24 — D. Fr. José Palavicini, del mismo Orden, electo en 1740,
y promovido á Trujillo en 1748.
25 — D. Fernando Pérez de Oblitas, electo en 1748, y promo-
vido á Santa Cruz de la Sierra en 1756.
26 — U. Manuel Antonio de la Torre, electo en 1757, y trasla-
dado á Buenos- Aires en 1762.
27 — D. Manuel López de Espinosa, electo en dicho año de 62,
murió en el Perú sin venir, eu el de 1770.
28 — D. Fr. José de Priego, del Orden de Predicadores, electo
en 1772, y falleció en el de 1778 en la ciudad de la Plata*
29 — D. Fr. Luis de Velasco, del Orden de San Francisco, elec-
to en 1780, murió en el de 1792.
30 — D. Lorenzo Suarez de Cantillana, electo en 1793, murió
antes de tomar posesión en la ciudad de Oórdova del Tucu-
man en 1799.
31 — D. José de Arquellada, renunció.
REAL COLEGIO SEMINARIO CONCILIAR DE SAN CARLOS.
Erigido el año de 1783 en virtud de real cédula de 28 de
Febrero de 1780: en él se enseña Latinidad con los elementos
de Eetórica, Filosofía, Teología Dogmática, Moral y Escolás-
tica.
OBISPADO DEL TUOUMAT^.
La Santa Iglesia del Tucuman fué erigida en Sede Episco-
pal, dedicándose á San Pedro y San Pablo, por bula de San
Pío V de 14 de Mayo de 1570. Se estableció primeramente en
la ciudad de Santiago del Estero, en la que existió basta el
año de 1699 que se trasladó á la de Córdova con autoridad
del Sr. Inocencio XII. Yerificóse la erección por el Iltmo. Sr.
—454—
B. Fr. Francisco Victoria en 18 de Noviembre de 1578 en el
convento de Predicadores de Sevilla por ante el Notario ma-
yor Dr. D. Juan de Lucio, siendo el primer Obispo que vino á
esta Iglesia por renuncia del primero, que fué el Iltmo. y Ve-
nerable Sr. D. Fr. Gerónimo de Villacarrillo, y muerte del Sr.
D. Fr. Gerónimo de Albornoz.
ILUSTRÍSIMOS PEELADOS QUE HA TENIDO ESTA SANTA . IGLESIA.
1 — D. Fr. Francisco Victoria, del Orden de Predicadores, por-
tugués de nación, hecbo Obispo por el año de 1576. y murió
en Madrid en 1592.
2 — D. Fr. Fernando de Trejo y Sanabria, natural del Para-
guay, del Orden de San Francisco, heclio Obispo en dicho
año de 92, falleció en 1614.
3— D. Fr. Alonso Pachecbo, natural de Lima, del Orden de
San Agustín, quien no aceptó la gracia, y por su renuncia
se nombró al
4— Dr. D. Julián de Cortázar, natural de la villa de Durango
en í 617, y en 1625 fué promovido al Arzobispado de Santa
Fé de Bogotá.
5 — J). Fr. Tomás de Torres, del Orden de Predicadores, natu-
ral de Madrid, electo el mismo año de 1625, y murió en
1630.
6 — I). Fr. Melchor Maldonado, del Orden de San Agustín, na-
tural de Sevilla, hecho Obispo en 1631, falleció en 1661.
7— D. Francisco de Borja, natural de Santa Fé de Bogotá, y
visnieto de San Francisco de Borja, electo en 1665, y en 1678
ascendió al Obispado de Trujillo.
8—1). Fr. Meólas Hurtado de XJlloa, del Orden de San Agus-
tín, natural de Lima: consagrado Obispo en 1679, falleció
en 1686.
9 — Dr. D. Juan Dávila y Cartagena, fué electo en 1687, y mu-
rió en 1691.
10 — D. Fr. Manuel Mercadillo, del Orden de Santo Domingo,
natural de Daimiel en el Arzobispado de Toledo; electo en
1694, murió en 1704. En tiempo de este Sr. Obispo se tras-
ladó la Iglesia Catedral de la ciudad de Santiago del Este-
ro, donde se estableció desde la erección de este Obispado, á
esta ciudad de Cóidova en 1699.
11 — Dr. D. Manuel González Virtus, quien antes de embarcar-
se murió en Sevilla el año de 1710, y en su lugar se nom-
bró al
12---Dr. D. Juan de Layseca Alvarado, que sin tomar pose-
sión de este Obispado fué promovido al de Popayan.
—455—
13 — Dr. D. Alonso del Pozo y Silva, iiíitural de la Concepción
de Chile, elevado en 1711, y ascendido al Obispado de San-
tiago de Chile en 1723.
14 — Dr, B. Juan de Sarricolea y Olea, natural de Lima, he-
cho Obispo en 1723, y promovido en 1730 al de Santiago de
Chile.
15 — Dr. D. Juan Antonio Gutiérrez de Zeballos, natural de
Puenterriesgo e)i 1. s Tr^ontañas de I^urgos electo en 1730, y
ascendido al Arzobispado de Lima en 1740.
16 — Dr. D. Fi*. Feliciano PalomaroH, religioso mercedario de
la provincia de Andalucía, que juurió antes de consagrarse.
17— Dr. D. Fernando de la Sota, fué nombrado para suceder-
le, pero por su reiiuncia se couñrió al
18 — Dr, D. Pedro Miguel de Argandoña, natural de esta ciu-
dad de Oórdova en 1744, y fué promovido al Arzobispado
de Charcas en 17(U sucediéndole
19 — D. Manuel Abad lilana, natural de Castilla la Vieja, del
Orden de Premostratense, electo Obispo en 17(>2, y promo-
vido en 1770 á la Iglesia de Arequipa.
20 — Dr. D. Manuel Moscoso y Peralta, natural de ArequiíJa,
electo en 1770, y pasado al Obispado del Cuzco en 1778.
21— D. Fr. José Antonio de S. Alberto, natural de Fresno,
diócesis de Tarazona, hecho Obispo en 1778, y ascendido al
Arzobispado de Charcas en 1784.
22 — Dr. D. Mariano Calvo y Antequera, natural de Pomar,
quien murió en la ciudad de la Plata antes de haber recibi-
do su cédula.
23 — El Iltmo. Sr. Dr. D. lingel Mariano Moscoso y Pérez na-
ció en Arequipa en 2 de Octubre de 1735, fué Secretario de
Cámara del Iltmo. Sr Obispo de Santa Cruz de lo Sierra D.
Fernando Pérez Oblitas, quien lo hizo Cura y Vicario del
pueblo de San Pedro do Tarata, que sirvió por espacio de
30 años, á igualmente su Provisor en 1758; y habiendo falle-
cido este pielado en ocasión de que en aquel Coro existia
sino un solo dignidad, y ese causado, fué nombrado Go-
bernador del Obispado por el Metropolitano, cuyo cargo
ejerció hasta la llegada del sucesor que lo fué el Iltmo. Sr.
D. Francisco Herboso: bajo e] gobierno de éste, y el de los
Señores Reguera y Ocboa, obtuvo también el Provisorato.
Fué hecho Obispo de esta Iglesia en 10 de Marzo de 1788,
posesionándose por medio de apoderado en 12 de Marzo
de 89.
-456-
EEAL ÜJSrrVEESrDAD.
Los estudios de esta Universidad principiaron años antes
de su erección en el Colegio Máximo de Ioíí JebuiUs, á instan-
cias del lltmo. D. Fernando de Trejo y Sanabria. El año de
1622 se erigieron en Universidad en virtud de bula del Sr.
Gregorio XV, expedida á 8 de Agosto de 1621 á instancias
del Sr. D. Felipe III, en la que Su Santidad concedió facultad
para que pudiesen conferirse los grados de Bachiller, Licen-
ciado, Maestro y Doctor, lo que aprobó S. M. en cádulas de 2
de Febrero y 26 de Marzo de 1622, pero como esta facultad se
limitase á 10 años, el Sr. D. Felipe IV hizo nueva súplica al
Sr. Urbano VIII, quien hizo perpetuo este x)rivilegio por bula
de 29 de Marzo de 1634, reconocida y admitida en el Eeat y
Supremo Consejo de Indias en 8 de Agosto de 1639. Desde su
fundación estuvo á cargo de los regulares expulsos, quienes
regentaban las cátedras, los empleos de Eector y Cancelario:
hoy está al de los religiosos de San Francisco en virtud de
haberla encomendado á esta Eeligion el Excmo. Sr. D. Fran-
cisco Bucareli, Gobernador de Buenos- Aires.
COLEGIO DE NUESTRA SEÑORA DE MONSERRAT.
Fundóse el 10 de Abril de 1695 por el Dr. D. Ignacio Duar ^
te y Quirós, natural de esta ciudad, dándole para su subsis-
tencia 30 mil pesos, en virtud de reales cédulas de 15 de Ju-
nio de 1685 y 25 de Octubre de 1689 que para este fin obtuvo.
COLEGIÓ DE NUESTRA SEÑORA DE LORETO,
Fundóse el año de 1609.
OBISPADO DE LA PAZ.
La Santa Iglesia de la Paz fue erigida en Sede Episcopal
por la Santidad de Paulo, V en 1605, dedicándose á la Nativi-
dad de ííuestra Señora. Verificó la erección el lltmo. señor D.
Fray Domingo de Valderrama, del Orden de Predicadores, en
virtíid de real cédula de 1606 expedida por el señor D, Feli-
pe III.
-457
ILUSTRÍSIMOS PRELADOS QUE HAN GOBERNADO ESTA SANTA
IGLESIA.
El primer año es el en que fueron electos, y el segundo el en que
cesaron.
1 — Don Fray DomiDgo de Valderrama. 1606 — 1615.
2— D. Pedro de Valencia 1616—1631.
3--D. Feliciano de la Vega 1639—1639.
4 — D. Alonso Francisco de Luna .1640 — 1644.
5 — D. Francisco de la Serna 1645 — 1645.
6— D. Antonio de Castro y Castillo 1648—1648.
7 — D. Fray Francisco de Gamboa renunció el mis-
mo año de su elección , 1652.
8— D. Martin de Yelasco y Molina .1654—1665.
9 — D. Fray Bernardino de Cárdenas 1666—1670.
10— D. Gabriel de Güillestegui. 1671—1675.
11 — D. Fray Bernardo Carrasco 1676.
12— D. Fray Diego Morcillo 1708—1711.
13— D. Mateo Villasañe 1711.
14 — D. Agustin Eodriguez Delgado 1731.
15— D. Salvador Bermudez 1746.
16— D. Fray José de Peralta 1746—1747.
17— D. Matías Ibañez 1748—1752.
18— D. Diego Antonio Parada 1752—1761.
19 — D. Gregorio Francisco de Campos ... „1762 — 1768.
20— D. Alejandro José de Ochoa 1 791— 1796.
21 — fíl Illmo. Sr. Dr. D. Eemijio de la Santa y Ortega, natu-
ral de la Yilla de Yecla, reyno de Murcia, Diócesis de Car-
tagena, alumno del Seminario conciliar de San Fulgen-
cio de dicba ciudad de Murcia, y del Eeal de Teólogos de
San Isidro déla misma; Catedrático de Teología del de
San Miguel de Orihuela, Canónigo y Capellán de S. M.
en la Eeal Iglesia de San Isidro de Madrid, Obispo de Pa-
namá, trasladado á este de la Paz en 24 de Julio de 1797
y posesionado en 10 de Febrero de 1799.
OBISPADO DE SATÑTTA CEÜZ DE LA SIEEEA.
Fué erigida esta Santa Iglesia en Sede Episcopal por el Pa-
pa Paulo V, en 5 de Julio de 1605, dedicándose al invicto
mártir San Lorenzo con la denominación de Santa Cruz de la
Sierra, por haber sido trasladada de la antigua Santa Cruz,
ToM. Yu . Literatura — 58.
—458—
que en la Sierra del pueblo de San José de la Provincia de
Chiquitos pobló una partida de españoles qne se dividió de la
otra que quedó para el Paraguay. Fué demembracion del Ar-
zobispado de Charcas, siendo todavía Obispado. Yerificó la
erección el lUmo. señor.
ILUSTEÍSIMOS PRELADOS QUE HAN GOBERNADO ESTA
SANTA IGLESIA.
1 — D. Antonio Calderón, natural de Yilches, Dean de la Santa
Igesia de Santa Fé, Obispo de Puerto-Eico y Panamá: en-
tro por primero en este el año de 1605, y murió de mas de
cien años.
2 — T>. Fray Fernando de Ocampo, natural de Madrid, religio-
so franciscano.
3 — D. Juan Zapata y Figueroa, natural de Velez Málaga: fué
Provisor, Canónigo é inquisidor de Sevilla, presentado para
Obispo el año de 1634.
4 — D. Fray Juan de Arguinao, Eeligioso dominico, natural
de Lima: fué Prior, y Provincial de su Religión, Catedrático
de Prima de Teología y Escritura en aquella Universidad:
presentado para Obispo, año de 1646, y promovido al Ar-
zobi simado de Santa F6 en 1661.
5 D. Fray Bernardino de Cárdenas, natural de Lima del Or-
den de San Francisco, promovido del Paraguay en 1649.
6 — p. Fray Juan de Eibera, del Orden de San Agustin, natu-
ral de Pisco en el Perú.
7 — D. Fray Juan de Esturrizaga, del Orden de predicadores,
natural de Lima.
8 — D. Pedro de Cárdenas, natural de la misma ciudad y canó-
nigo de su Santa Iglesia.
9 — D. Fray Juan de los Eios del Orden de predicadores, na-
tural de Lima, Provincial de su Eeligion en la Provincia de
San Juan Bautista del Perú.
10 — D. Fray Miguel Alvarez de Toledo, del Orden de nues-
tra Señora de la Merced, Comendador de su convento en
Madrid, electo, año de 1701.
11 — D. Fray Jayme Mimbela, del Orden de predicadores, y
de ejemplares virtudes: pasó promovido á la Iglesia de Tru-
jillo en 1719.
12 — ^D. Juan Cabero y Toledo, natural de Trujillo, Catedráti-
co en la Universidad de San Marcos de Lima, Canónigo pe-
nitenciario de su Santa Iglesia y promovido á Arequipa
en 1724.
13 — D. Bernardino Miguel de la Fuente, Dean de la Santa
Iglesia de Trujillo, electo en 1727.
—459—
14 — D. Andrés de Vergara y Uribe, electo 1744, murió el si-
guiente año.
15 — D. Juan Pablo de Olmedo, natural del Tucuman, electo
en 1745, murió en 1757.
16 — D. Fernando Pérez de Oblitas, natural de Lima; electo el
referido año: murió en 1760.
17 — D. Francisco Eamon de Herb oso, natural de dicha Ciu-
dad, electo en 1760, y promovido al Arzobispado de Char-
cas el de 1766.
18 — D. Juan Domingo González de la Eeguera, electo el refe-
rido año; y promovido al de Lima en 1780.
19 — D. Alejandro José de Ochoa, electo en 1782, pasó promo-
vido á la Paz en 1793.
20 — D. Ramón José de Estrada, que falleció al poco tiempo de
su gobierno.
21 — D. Agustín de Salinas y Pino, Dean de la Santa Iglesia
de le Plata, no tomó posesión por haber renunciado.
22 — El lUmo. señor Dr. D. Manuel Nicolás de Sojas y Argan-
doña, natural de la Ciudad de la Serena en el Rey no de Chi-
le, donde nació el 19 de Enero de 1727. Obtuvo el Curato
Rectoral de la Catedral de Córdeva del Tucuman, San Pe-
dro de Buena Vista y Vicaría de Chayanta, Examinador Si-
nodal de dicho Obispado del Tucuman y Arzobispado de la
Plata en donde fué también Visitador general y Secretario
del Ilustrísimo señor Argandoña; Comisario de Inquisición
y Cruzada, Magistral, Tesorero, Chantre y Dean electo de
la misma Metropolitana, en cuyo estado fué ascendido á
esta Iglesia en 30 de Mnrzo de 1795, y tomó posesión de su
Obispado en 5 de Agosto del año siguiente.
OBISPADO DE BUENOS-AYRES.
Las dos Iglesias de Buenos-Ayres y Paraguay, que hoy son
cabeza de dos Obispados, fueron uno solo en su erección; pero
el considerable aumento de las poblaciones de esta Provincia
y la larga distancia de aquella para acudir á las urgencias es-
pirituales, llamaron la atención del zelo piadoso de nuestro
cotólico Monarca el señor D. Felipe III á solicitar de la San-
tidad de Paulo V la Bula de fundación de este Obispado con-
cedida en 1620. Veriñcóse la erección en 12 de Mayo de 1622
por su primer Obispo el señor D. Fray Pedro C arranza.
-460—
ILUSTRISIMOS PRELADOS QUE HAN GOBERNADO
ESTA SANTA IGLESIA.
1 — Dr. D. Fray Pedro Carranza, del Orden del Carmen Cal
zado, y natural de Sevilla. Electo Obispo en 1620. Falleció
en 1632.
2' D. Fray Cristóbal de Aresti, del Orden de San Benito, na-
tural de Yalladolid. Trasladado de la Iglesia del Paraguay
á esta en 7 de Agosto de 1635. Falleció en Potosí en 1638.
3 — D. Fray Cristóbal de la Mancha y Velasco, del Orden de
predicadores, y natural de Lima. Electo Obispo en 31 de
Agosto de 1641. Falleció en 7 de Abril de 1673.
4 — Dr. D. Antonio de Azcona Imberto, natural del Eeyno de
ííavarra. Electo Obispo en 17 de Diciembre de 1676. Falle-
ció en 19 de Febrero de 1700.
5 — D. Fray Juan Bautista Sicardo, del Orden de Ermitaños
de San Agustín, y natural de Cerdeña. Se ignoran los mo-
tivos por que no vino á este Obispado.
6 — D. Fray Pedro Fajardo, del Orden de la Santísima Trini-
dad, y natural de Córdova la Llana. Eenunció, y en su lu-
gar se nombró á
7 — D. Fr. Gabriel de Arregui, del Orden de San Francisco y
natural de esta ciudad de Buenos Ayres. Fué electo Obispo
en 23 de Junio de 1712, y habiéndose recibido por Apode-
rado en 1714, gobernó poco mas de dos años, únicamente
como Gobernador, pues su Santidad no le despachó las
Bulas, y en este estado fué promovido á la Iglesia del Cuz-
co, sucediéndole en esta.
8 — D. Fr. Pedro Fajardo de quien se ha hablado anteriormen-
te. Tomó posesión por Apoderado en 30 de Setiembre de
1716 y falleció en 6 de Diciembre de 1729.
9 — D. Fray Juan de Arregui, del Orden Seráfico, y hermano
menor del Illmo. señor D. Fray Gabriel su antecesor, vién-
dose en sus Illmas. lo que rara vez ha sucedido ser dos her-
manos Obispos en su propia Patria. Fue electo Obispo el
año de 1730, y falleció á 18 de Diciembre de 1736.
10 — D. Fr. José de Peralta del Orden de predicadores, y na-
tural de Lima. Fué electo Obispo en 17 de Abril de Í738,
y mnrió á 17 de I^oviembre de 1746 estando promovido á la
Iglesia de la Paz.
11 — D. Cayetano Pacheco de Cárdenas. Murió antes de reci-
birse.
12— Dr. D. Cayetano Marcellano y Agramont, natural de la^
—461—
Paz, electo Obispo en 1748 y promovido al Arzobispado de
Charcas en 1759.
13— Dr. T>. José Antonio Basurco, natural de esta ciudad de
Buenos Ayres. Fué electo Obispo en 1757, y falleció en 5
de Febrero de 1761.
14 — D.Manuel Antonio de la Torre, natural de Falencia.
Trasladado de la Iglesia del Paraguay en 1762. Falleció en
Chuquisaca en 20 de Mayo de 1776.
15— D. Fray Sebastian Malbar y Pinto, del Orden do San
Francisco, y natural de San Martin de Salcedo. Fue electo
Obispo en 1777, y ascendió al Arzobispado de Santiago de
Galicia en 1783.
16— ^D. Manuel de Azamor y Eamirez, natural de Villablanca
en el Arzobispado de Sevilla. Fue hecho Obispo en 1785, y
falleció en 1796 á 2 de Octubre.
17 — D. Pedro Inocencio Bejarano, natural de Granada; electo
Obispo en 1797, y sin venir á su Iglesia fué trasladado á la
de Sigueza.
IS—El Illmo. Sr. D. Benito de Lúe y Eiega, Dean de la Santa
Iglesia de Lugo: fue electo Obispo en 28 de Abril de 1802,
y tomó posesión por medio de Apoderado en 14 de ISToviem-
bre del mismo.
OUEEPOS EELIGIOSOS.
SANTO DOMINGO.
La Provincia de Santo Domingo de Buenos Ayres se eri-
gió el año de 1725 con el título de San Agustín, separándose
de la de Chile.
CONTENTO GRANDE DE SAN PEDEO TBLMO.
Fundóse año de 1614.
SAN FRANCISCO.
La Provincia de San Francisco de Buenos Ayres fué erigi-
da el año de 1612 con el título de ííuestra Señora de la Asuu-
cion, reuniéndose para formarla las dos custodias del Para-
guay y Tucuman dependientes entonces de la Provincia de
Charcas.
CONVENTO GRANDE DE LAS ONCE MIL VÍRGENES.
Fundóse año de 1604.
RECOLECCIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR.
Fundóse año de 1722.
—462—
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED.
La Provincia de esta Orden se erigió en esta Capital el año
de con el título de Santa Bárbara.
. BELETMITAS.
Fundóse año de 1748.
MOÍÍASTEEIOS DE MOIÑTJAS DE BUENOS AYRES.
SANTA CATALINA.
Dominicas: fundaron año de 1744.
CAPUCHINAS.
Fundaron: año de 1749.
COLEGIO DE SAN MIGUEL PARA EDUCACIÓN DE NIÑAS
HUÉRFANAS.
Fundóse año de 1755 por D. Francisco Alvarez Campana.
REAL COLEGIO DE SAN CARLOS.
Fué fundado en SÍToviembre de 1783 por el Excmo. señor
D. Juan José de Yertiz, en virtud de Eeal Orden de 31 de Di-
ciembre de 1770. Está á cargo del clero secular, y en todo de-
pendiente de los Excmos. señores Vireyes. Hay en él 4 becas
de gracia para hijos de pobres honrados, y dos con destino
para hijos de descendientes de militares. Anteriormente en el
de 1772 estableció el expresado señor Excmo. en virtud de
Keales cédulas, dos cátedras de lengua latina: una de Poética
y propiedad Latina, y otra de Sintaxis y Rudimentos. En el,
de 73 dos cátedras de Filosofía: estas no son regantadas á un
mismo tiempo, sino que los Profesores dan principio á la en-
señanza de dos en dos años. En el de 7Q, tres cátedras deTep-,
logia; dos de Escolástico Dogmática y una de Moral. Asi es-
tas como la de Filosofía se proveen por oposición.
(3^^^^:?^
INSTRTJGCION Y ORDEN
Que comunmente han de guardar los Comisarios y No-
tarios del Santo Oficio de la Inquisición del Perú, cer-
ca de procesar en las causas de Fe, y criminales de Mi-
nistros en que fueren reos, y contra el honor del oficio,
ó informaciones de limpieza, con la forma de publicar
Edictos generales de Fe y particulares; en conformidad
de lo que está mandado por Cédulas Eeales, Instruc-
ciones y Cartas acordadas de los señores del Consejo
de Su Magostad de la Santa General Inquisición. Re"
copilada por D. Miguel Román de Aulestia, Secretario
del Secreto mas antiguo de dicha Inquisición.
Como lo principal del cargo de los Comisarios del Santo
Oficio de la Inquisición consiste, en que las declaraciones de
los testigos, que ante ellos se hicieren de cualquier materia y
en especial de las de Fé, ó dependientes de ella, vengan dis-
puestas en la forma y estilo que se dirá en esta instrucción
y orden de procesar, sin que se omita, ni deje de poner algu-
na de las circunstancias, que en ella se expresarán; será muy
conveniente y preciso f'para cumplir con la obligación los co-
misarios) que la vean, y reparen, y los Edictos generales de
Fé con particular diligencia y cuidado, siempre que hayan de
recibir el dicho de algún testigo, ó conteste, conforme fuere
el caso, y lo pidiere la diferencia de los que allí irán compren-
didos; y para que esto ejecuten con mas cumplimiento, y se
—464—
eviten los yerros en que han caido ó pueden caer por ignoran-
cia, duda ó equivocación, ha parecido advertir, para mayor in-
teligencia de dicha instrucción, lo siguiente:
NÜM. 1.
Que expliquen el tiempo, lugar, dicJios, y hechos, y los contestes.
Lo primero, que todas las veces que se hace mención de las
circunstancias del tiempo y lugar; por el tiempo se ha de en-
tender, que diga el dia, mes y año en que sucedió el caso que
declara, y si dijere que no se acuerda, que diga los dias ó los
meses, ó los años que habrá, poco mas ó menos. Por el lugar
han de entender, no solo la ciudad, villa ó pueblo; sino la par-
te-ó sitio individual de la tal ciudad, villa ó pueblo, nombran-
do la que fuere, v. q. si fué en tal casa, ó en tal calle, ó en la
plaza, ó en tal Iglesia, ó convento de tal ciudad, villa, ó pue-
blo, ó en el campo de allí cerca, ó en alguna estancia, ó cha-
cra, con especificación de el hecho, parte y personas que se
hallaron presentes, que lo vieron y oyeron.
NUM. 2.
Que al testigo se le oiga antes de escribir nadapresente el Notario
para ver si es cosa de importancia, escribirlo, y si no despedirlo.
Si el testigo viniere de su voluntad á denunciar, antes que
se escriba nada, le oirá todo lo que tuviere que deponer (estan-
do presente el ISTotario del Santo Oficio) muy atento á si deja
de decir asi (como acontece algunas veces) las circunstancias
del tiempo, hecho, y del lugar, y las personas que se hallaron
presentes, ó si fuéá solas lo que denuncia, que no hubo nin-
guna para preguntársela de palabra, y también el modo como
lo sabe, si de vista, ó de oidas, y siendo cosa que toque y ten-
ga fundamento, escribirá el Í^Totario, si lo hubiere (y si no, le
nombrará por auto) aquello puntualmente en que el testigo
hubiere asentado, ajustándose en todo á esta instrucción, pa-
ra que de lo bien ordenado y escrito de la declaración, se co-
nozca que no se faltó á ninguno de los requisitos necesarios
por descuido de los comisarios, y no siéndolo, despedirlo sin
asentar nada.
—465—
NUM.
Que al testigo conteste se esté atento á ver si deja de referir
alguna circunstancia.
Si el testigo fuere llamado como conteste, desjjues de ha-
berle hecho la pregunta, de si sabe, presume ó sospecha la
causa por que ha sido llamado etc. (que nunca se ha de excu-
sar) y puéstose por escrito, si dijere que la sabe ó presume, y
fuere la misma en que está citado, ú otra que pertenezca al
Santo Oficio para entonces, le oirá de palabra, atendiendo á
si deja de referir alguna de las circunstancias del tiempo y
de el lugar, y personas que se hallaron presentes para pregun-
társelas, y en conformidad de lo que asentare, se escribirá su
dicho, al modo y en la manera que irá advertido, y en esta
instrucción se formará. Y si no satisfíiciere cumplidamente,
faltando en todo ó en izarte de lo que se pretende saber de él,
y en que fué dado por conteste, se x>roseguirá en las demás
preguntas y monición, según lo pida el caso, sin nombrarle la
persona culpada, ni la que le citó por conteste, como se dirá
en esta instrucción, y gobernándose por ella.
■ ■ . NUM. 4.
Que los testigos de solicitación, si fueren de oidas, declaren por
menor, para reconvenir al conteste solicitado.
En los casos de solicitación de amores y tercerías en la con-
fesión, ó en el lugar dedicado para ella, ó simulándola en otro,
cualquiera, no hay que advertir, que por lo ordinario es excu-
sado preguntar ])ov las personas que se hallaron presentes,
X)ues ello mismo se dice por ser hecho, que de ordinario suele
pasar solamente entre la persona que denuncia y la denuncia-
da; pero si la denunciación fuere de oidas, y quien la hace, se
descuidase en decir, si al oir lo que denuncia, se hallaron pre-
sentes algunas personas, ó si lo oyó á diversas en diferentes
tiempos y lugares, procurará que lo declare todo con distin-
ción por lo que puede importar para el examen del testigo ó
testigos cómplices, y principales citados, y para que conste de
la opinión y fama, en que cerca de este delito está la persona
TOM. vil LlTEBATUKA-^59
—466—
denunciada y culpada, observando en lo demás lo que sobre
estos casos se advertirá.
. NÜM. 5.
Que se explique pormenor lo que el testigo depusiere.
Cuando el testigo depusiere de cosas diversas, que pueden
haber sucedido en diferente lugar y tiempo distinto contra
una misma persona, habiéndole oido de palabra, y examinán-
dole cerca de las circunstancias, cuidará de que se escriba ca-
da cosa aparte, sin que se deje de expecificar en cada una de
por sí la persona denunciada, el tiempo y lugar, y los que se
hallaron presentes, ó si fué á solas.
]^ÍUM. 6.
Que no se pregunte á los espontáneos cosas de que estuvieren
denunciados.
Y porque sucede á veces, que alguna persona, que está de-
nunciada de algún delito, cuyo conocimiento toque ai Santo
Oficio, venga de su voluntad á declarar como testigo, se les
previene, que no la pregunten nada de lo en que estuviere de-
nunciada, porque seria yerro muy torpe y de grandes incon-
venientes. Lo mismo se les advierte en caso que la persona
denunciada viniere á delatar de sí misma y no dijere entera-
mente el delito ó delitos de que estuviere denunciada, porque
lo que en uno y otro caso debe hacer, es oiría, y si no explica-
re bien las circunstancias de el tiempo, y de el lugar, y de las
personas que se hallaron presentes, preguntárselas, para que
con lo que asentare en ellas, se escriba aquello solo que de
suyo hubiere dicho Y concluida la declaración, y antes de
firmarla,, se le hará la pregunta siguiente.
. Fuele dicho, que para que se le tenga por verdadero espon-
táneo, y que goce de los privilegios de tal, le conviene mucho
declare clara y abiertamente todo aquello de que se sintiere
culpado, ó supiere de otros que lo sean, y de los motivos que
ha tenido para hacer esta declaración ahora, y no haberla he-
cho antes de ahora.
Dijo etc. y concluir la declaración en la forma que se dice
adelante.
-467-
jSTUM. 7. ■
Qtie no se llame la 'persona que estuviere deivanciada^ sino en caso
que esté dado por conteste contra otro.
También estarán advertidos de no llamar para que declare
contra síá persona alguna, que estuviere denunciada, y solo
podrá examinarla, cuando contra otra y otras diferentes esté
dada por conteste, y el delito fuere diverso del suyo, pero no
la llamará para recibir de ella su confesión, porque en ello ex-
cederla muy culpablemente, y sería de gravísimos daños, por
tocar esto al Tribunal. Que de la manera que se advierte, les
será fácil examinar los testigos con la dirección y tino que se
requiere, y las declaraciones vendrán ajustadas sin los defec-
tos que de ordinario se han experimentado, atendiendo á que
por un solo descuido se puede perder toda una causa, que en
materias tan graves é importantes les sería de gran culpa y
cargo á los comisarios.
. NÜM. 8.
Que la denunciación se reciba con juramento ante el Notario.
Cuando alguna persona viniere de su voluntad á denunciar
al Comisario cosas tocantes al Santo Oficio, y de las expresa-
das en los Edictos Generales de la Fé, (que tendrá siempre
presente y aun en la memoria para saber si el conocimiento
del caso ó delito toca al Santo Oficio) recibirá la denunciación
con juramento y por escrito, por ante Notario de este Santo
Oficio; y por su muerte ó ausencia, le nombrará para en aquel
negocio, poniendo por cabeza el auto en que le nombrare, y
también el intérprete, y siendo necesario intérprete, nombrará
dos, recibiendo de todos el juramento de fidelidad y secreto
que en tal caso se acostumbra, poniéndolo por escrito al pié
de dicho auto (estando advertido no lo puede ser el Comisa-
rio, ni el E"otario aunque sepan la lengua:) y la dicha denun-
ciación ó denunciaciones recibirá en la forma siguiente.
—468—
NUM. 9.
Forma de examinar al testigo.
JEn la ciudad^ villa ó lugar de iY., provincia de tal, á tantos
dias de tal mes y año, por la. mañana ó por la tarde, ante el Sr.
JSf. Comisario del Santo Oficio de la Inquisición de la dicha ciu-
dad y provincia, pareció, sin ser llamado, im liomhre ó mujer, es-
pañol, mestizo, indio ó negro, del que estando presente fué recibi-
do juramento por Dios Nuestro Señor, y una señal de crus (y si
fuere sacerdote, in verbo sacerdotis poniendo la mano en el pedio,
y si caballero de hábito, por la Grus de su hábito poniendo la ma-
no en él. Y si fuere menester intérprete, dirá por boca de N. y N.
intérpretes nombrados que tienen jurado el secreto) de que dirá
verdad de lo que viene á declarar y le fuere preguntado, y guar-
dará secreto de ello, y dijo llamarse:
N., soltero ó casado, natural y vecino de tal lugar, de tal oficio,
de edad de tantos años, el cual por descargo de su conciencia dijo
y denuncia, que en tal dia, mes y año (y si do se acordare bien
coando fué, dirá cuanto tiempo ha poco mas ó menos,) estando
en tal parte, chmlad,' villa, lugar ó haciendM, tratándose ó hacién-
dose tal cosa, vio y oyó, si vio solamente y no lo oyó, ó lo oyó y no
lo vio, lo declare, que N., español, mestizo, negro, mulato, de tales
señas en el rostro ó cuerpo, (porque se mudan el nombre) dijo
tales palabras ó hizo tal cosa, y alo cual se hallaron presentes
que lo vieron y oyeron, N. y N. estantes en tal lugar.
Declarará el denunciante la cosa ó palabras, muy particu-
larmente si lo hizo ó dijo mas de una vez, y cuautas, y si hu-
bo corrección ó advertencia, y quien la hizo, lo que á ella res-
pondió el denunciado, y si estaba ó no en su entero juicio, ó
si estaba fuera de él, se declare por que, diciendo la causa por
que no lo estaba, y concluirá diciendo. Y que todo lo que ha di-
cho es verdad, por el juramento que tiene hecho, y siéndole leído
(leerásele todo lo que hubiere dicho) dijo, que estaba bien escri-
to, y que, no lo hizo por odio, ni mala voluntad que tenga ó haya
tenido al denunciado, sino por descargo de su conciencia: encar-
gósele el secreto prometido, y lo firmó con el dicho Sr. Comisario,
(Fírmalo el testigo y el Comisario, y luego el Notario pone):
Faso ante mi N. Notario del Santo Oficio.
—469—
NÜM. 10.
Blanco imra la ratificación.
Al pié de cada dicho de testigo se dejará una hoja en blan-
co pava escribir la ratificación <ine hará ad perpetuam rei me-
moriam, pasados cuatro dias, en la forma que dirá en el nú-
mero 22 y 23.
ÍÍÜM. 11.
Forma para examinar contestes.
Los contestes que hubiere y resultaren de la dicha denun-
ciación ó denuciaciones, los mandará llamar por mano del al-
guacil del Santo Oficio (si le hubiere, y si no del familiar) á
cada uno de por sí y en secreto, y los examinará á todos, con
los demás que de ellos resultaren en la forma del número 9,
salvoj que en lugar de lo que dice: (pareció sin ser llamado)
dCiga: pareció siendo llamado N., natural de IsT. y vecino de IST.,
de oficio íí. y de edad de tantos años, y prosiga diciendo co-
mo en el número 9.
ÍÍÜM. 12.
Pregunta piara todos los contestes llamados.
Preguntado si sabe ó presume la cansa por que ha sido lla-
mado, diciendo que la sa!l)e ó la presume, y siendo la misma
que se pretende saber del, ú otra que toque al Santo Oficio,
se escribirá de esta manera.
Dijo, que presume será para saber de el tal cosa. Declarará
muy distintamente el tiempo, lugar, contestes y lo demás que
se advierte en el númeio 9.
Si con lo que dijere, no satisfaciere á todo aquello en que
está dado por conteste, y lo que quedare (áque no haya satis-
fecho) pareciere cosa de importancia, y que im preguntárselo
no hay peligro de venir á noticia de el denunciado, ó de dis-
famarla notablemente con el testigo, le hará por escrito la
monición siguiente.
—470—
ISTÜM. 13.
Monición á los contestes que no dicen enteramente.
Fuele dicho, que en el Santo Oficio hay información ó rela-
ción, que el dicho lí. fuera de lo que tiene declarado, dijo ta-
les palabras ó hizo tal cosa en el mismo tiempo y lugar que
lo demás que acaba de decir; que por reverencia de Dios se le
pide y encarga recorra su memoria, y diga enteramente la
verdad; si diiere que se le acuerda algo mas, se escribirá con
toda claridad; y de cualquiera manera que diga algo ó no, se
cerrará la deposición en la forma que se dice en el numero 9.
Si á la dicha pregunta de si sabe ó presume la causa por
que ha sido llamado, dijere que no; se escribirá su respuesta
diciendo.
Dijo que no sabe, ni la presume, y luego se le hará la pre-
gunta signieuta.
I^ÜM. 14.
Prtgunta para los que no presumen para que han sido ■
llamados.
Preguntado si sabe ó ha oído decir, que alguna persona ó
personas, hayan dicho alguna cosa que sea ó parezca ser con-
tra nuestra Santa Fé Católica, Ley Evangélica que tiene, pre-
dica, sigue y enseña la Santa Madre Iglesia Católica Romana,
ó c(mtra el recto y libre ejercicio del Santo Oficio de la Inqui-
sición. Diciendo que sabe algo, se escribirá y se advertirá (si
no lo dice) todo lo que se nota arríl)a en los números 12 y 13,
y diciendo que no sabe nada, se escribirá la res^juesta en la
forma siguiente:
Dijo, que no sabe, ni ha oido cosa alguna de las que se le
preguntan. Y luego se le hará la pregunta siguiente.
MUM. 15.
Pregunta mas particular á (os dichos.
Preguntado, si sabe ó ha oido decir que alguna persona ha-
ya dicho ó Iiecho tal cosa. Declarándole por escrito aquello
—471—
mismo en que está dado por conteste, sin declararle la perso-
na testificada y denunciada, ni la que le da por conteste, ni el
tiempo, lugar y personas que se hallaron j)reseutes. Y si toda-
via dijere que no lo ha visto, ni oido decir, se escribirá su res-
puesta en la forma siguiente:
Dijo que no sabe, ni ha oido decir tal cosa. Y luego se le
hará la monición siguiente.
ís^üM. 16.
Monición á los dicJios.
Fuele dicho, que en el Santo Oficio hay relación, que cierta
persona en tal tiempo y lugar dijo tales palabras, ó hizo tal
cosa, á lo cual este testigo se halló presente: que por reveren-
cia de Dios se le amonesta y encarga, recorra bien su memo-
ria y en todo diga verdad. El Comisario declarará al testigo
las mismas pahibras ó cosa de que está dado por conteste, y el
tiempo y lugar en que pasó, en x^resencia de cierta persona ó
personas, las cuales nunca le ha de nombrar. Y diciendo algo,
se escribirá con Jas circunstancias que se advierten en el nú-
mero 9, y se concluirá la deposición como allí se nota, y lo
mismo se hará aunque no declare nada.
ÍÍUM. . 17.
Que no se nonfore la persona denunciada al testigo.
Lo de nombrar la persona denunciada al testigo, se dice no
se haga por muchos inconvenientes que pueden y suelen re-
sultar, y así no lo deben hacer los comisarios sin orden del
Tribunal, porque se podría errar.
NUM.' 18.
Que no se examinen parientes^ ni amigos estrechos del denunciado.
Si algún conteste fuere deudo, criado ó muy amigo de el
denunciado, de quien se pueda temer que no dirá verdad, ó
que lo descubrirá; examinando los demás contestes, dejará á
aquel, y dirá la causa ó motivo jjorque no lo examinó, cuando
remita la sumaria al Tribunal.
—472—
KUM. 19.
Casados dos ó mas veces,, viviendo la i}rimera imijer 6 marido.
Si la denunciación fuere de dúplici matrimonio, examinará
eníjí-e los demás testigos, que se citaren, á la mujer, cura ó
clérigo que los desposó por palabras de presente, y dijo la mi-
sa nupcial, y á los testigos que se hallaron presentes y padri-
nos; y en caso de no ser hallados, dará fé de ello el Notario,
como se nota en el número 24, y después sacará copia autén-
tica de la partida ó asiento del matrimonio ó matrimonios de
los libros de la parroquia, pasando á examinar á las personas
que los han visto tratar y hacer vida maridable, y probando
la supervivencia de los que contrajeron el primer matrimonio,
j)orque sin estar probado si vivia la iDrimera mujer ó marido,
cuando casó segunda vez, (y si hubiere muerto, sacando la
partida del entierro) no se puede proceder contra ellos en el
Santo Oficio.
E'ÜM. 20.
Méligiosos profesos ó sacerdotes que se lian casado, ó casados que
se han ordenado.
Si fuere la denunciación contra religioso profeso ó sacerdo-
te, que siéndolo se hiibiere casado, ó siendo casados se orde-
naron de sacerdotes ó profesaron en Religión; de mas de la
información, se ha de copiar la jjartida déla entrada en la Ee-
ligion, la de la profesión y órdenes, y la del casamiento; por-
que de otra manera no basta la información de haberse casa-
do, ú ordenado, ó i^rofesado; y no pareciendo, poner certifica-
ción de haberse buscado y no haber parecido, j probar con
información de testigos, que es, y ha sido reputado por tal re-
ligioso profeso, vistiendo el hábito, y siguiendo la comunidad,
y sacerdote (si lo fuere) celebrando y actuando los ministerios
de sus órdenes.
NUM. 21.
Solicitantes en la confesión y confesionario ^ é informe que han de
hacer de los testigos y denunciados.
Si fuere de solicitación de amores y requiebros ó para terce-
ría? después que la mujer haya hecho su declaración (en la
—473—
que DO se le lia de preguntar sobre si consintió á la solic ita-
cion, ni asentarse aunque ella voluntariamente lo diga, como
ni tampoco se ha de escribir aquello de cuya expresión resul-
te la noticila de su condescendencia ó consentimiento á la so-
licitación, por no ser necesario para la justificación del delito
del confesor solicitante, el cual consiste en haber éste induci-
do y provocado á la solicitación, haya ó no consentido en ella
la mujer solicitada) si resultare haber sido solicitada en el ac-
to de la confesión, ceícaá él, ó después, ó eu el confesonario,
ó lugar diputado para ello.
Preguntada: Si cuando dice pasó lo que tiene dicho con el
dicho N. estaban en parte á donde pudieron ser vistos, y si ha-
ría habia aquella parte y lugar alguna persona ó personas que
lo pudieron ver ó entender, y las conoció, que las declaró. Di-
jo etc.
Preg. Si sabe que el dicho N. haya cometido con otras se-
mejante delito que el que ha declarado ha cometido con esta,
solicitándolas para actos deshonestos, besando ó tocando des -
honestamente á sus hijas de confesión, ó teniendo con ellas
parlas deshonestas y provocativas á impureza, estando con-
fesándolas donde se acostumbra confesarlas. Dijo, etc.
Preg. De qué conoce al dicho IST. y cuanto tiempo há le
trata y comunica, y cuantas veces se ha confesado con él, y si
después que la sucedió lo suso dicho, se volvió á confesar con
él. Dijo, etc.
Y si dice se volvió á confesar con el, se le pregunte.
Preg. Cómo habiéndole sucedido lo que tieue declarado con
el dicho IST. en el acto de la. confesión, se volvió á confesar con
el dicho 1:^. Dijo, etc.
Preg. Si el dicho K. cuando la solicitó en la forma que ha
declarado, la persuadió, diciéndola, que no era pecado. Di-
jo, etc.
Preg. Si ha tratado y comunicado con alguna persona lo
que tieue dicho, le sucedió con el dicho IST. Dijo, etc.
Preg. Si lo que tiene dicho, lo ha dicho por odio ó por mal
querer, ó mala voluntad al dicho lí. ó por descargo de su con-
ciencia. Dijo, etc. Y cerrar la declaración en la forma que las
demás.
Y se informará el Comisario con mucho recato y secreto (de
palabra sin escribir nada) de lo que ha entendido de la hones-
tidad y vida de la mujer, y si es tal, que se deba dar crédito á
lo deposición que hubiere hecho, y de la opinión y crédito en
que está el confesor solicitante, y lo que en uno y otro hallare,
lo escribirá el dicho Comisario de su mano al ñn de la dicha
información, ó á la margen de cada testigo, y el mismo infor-
TüM. Vn. LlTJERATUEA — 60
_474—
me hará en las demás denunciaciones que se ofrezcan, dicien-
do lo que siente de la vida y costumbres de los denunciados,
y de la fé y crédito que se debe dar á los testigos, que depo-
nen contra ellos.
NUM. 22.
Forma de ratificar los testigos ad perpetuam rei memoriam.
Heclio el examen de todos los testigos y contestes, que se
ofrecieren en la forma que vá dicho, pasados cuatro días de
la deposición de cada uno, hará llamar el Comisario dos perso-
nas eclesiásticas, que sean i^resbíteros, cristianos viejos, de
honesta vida y costumbres, (y por su falta á dos hombres se-
culares, solteros, ancianos y honrados, si hubiere) escusando,
si ser pudiere, el que sean del mismo hábito que fueren las
personas denunciadas, porque la hermandad no sea causa de
que falten al secreto, los cuales jurarán de guardar secreto, y
en su presencia leerá el ITotario el dicho, ó dichos que dijo, y
se hará la ratificación, escribiéudola al pié de la denunciación
de el testigo, como está dicho.
KAM. 23.
Batificacion ad perpetuam.
En la Ciudad, Villa ó lugar de tal parte á tantos dias de tal
mes y año, ante el señor ÍT. Comisario del Santo Oficio
pareció, siendo llamado un hombre ó mujer etc. de el cual, es-
tando presentes por honestas y religiosas personas JSí. y N.
Clérigos ó Religiosos, Presbíteros, que tienen jurado el secre-
to, fue recibido juramento en forma de Derecho, y habiéndolo
hecho, prometió decir verdad y guardar secreto, y dijo lla-
marse N. natural, y vecino de tal xDarte, como tiene dicho, y
de edad de etc.
Preguntado, si se acuerda haber depuesto ante algún Juez
contra alguna persona ó personas alguna cosa sobre cosas to-
cantes á la Fé.
Dijo, que se acuerda haber dicho su dicho ante el señor ÍT.
Comisario, y N, sn íTotario tocante á N. (y si hubiere mas per-
sonas,las ha de nombrar) Aqui se le dirá, que diga la sustancia
de lo que allí dijo, y habiéndola dicho, y pedido se lea su de-
—475—
posición, se continuará diciendo: Y refirió en substancia lo en
él contenido, y pidió se le leyese.
Fuéle dicho, que se le hace s;iber, que el señor Fiscal del
Santo Oficio le presenta por testigo ad perpetuam rei memo-
riam en una causa, que pretende tratar contra el dicho IS". (y
las demás personas contra quien hubiere dicho, se han de
nombrar) que esté atento, y se le leerá su dicho, y si en él hu-
biere que alterar, añadir, ó enmendar, lo haga de manera, que
en todo diga verdad, y se afirme y ratifique en ella, porque lo
que ahora dijere, parará perjuicio al dicho N. y N. etc., si hu-
biese mas.
"Y luego le fué leyendo al dicho N. de verbo ad verhum el
dicho arriba contenido." Cuando por no haber espacio al pié
de la testificación, ó denunciación para escribirse la ratifica-
ción, se escribiere aparte, en este caso han de constar en ella
el dia, mes y año, y Kotario ante quien depuso: y en lugar de
aquellas palabras el dicJio arriba dicho: ha de decir.
"ün dicho que dijo ante el señor Comisario IsT. y N. Notario
en tantos dias de tal mes y año," y si los dichos fueren dos ó
mas, se le leerán, y en lugar de dichas palabras el dicho arriba
contenido: se dirá: "un dicho que dijo ante íí. Comisario, y N.
Notario en tal dia, mes y año, y otro, que dijo ante N. Comisa-
rio, y N. Notario;" y si fuere el mismo dirá, "en tantos dias de
tal mes y tal año," y proseguirá diciendo, "y siéndole leido, y
habiendo el dicho N. dicho, que los habia oido, y entendido."
"Dijo, que aquel era su dicho, ó dichos, y el lo habia dicho
según se le habia leido, y estaba bien escrito, y asentado." Y si
enmendare, ó añadiere algo, se escribirá lo que fuere, y mien-
tras declarare el testigo, y se escribiere lo que añade, no han
de estar presentes las honestas personas; las cuales acabado
de escribirlo que quita, ó añade el testigo, han de volverá en-
trar, y en su presencia se ha de leer lo añadido, y proseguir la
ratificación. Si añadiere mas contestes, se examinarán en la
forma que se nota en el número 2? y siguientes, y también se
ratificarán en esta forma. Y si el testigo no enmendare, ó aña-
diere, se continuará corno se sigue: "Y no habia que alterar,
añadir, ni enmendar,. porque como estaba escrito, era verdad,
y en ello se afirmaba, y afirmó, ratificaba, y ratificó ad per2)e-
tuam rei memóriam, y si necesario era, lo decia de nuevo con-
tra el dicho N." (y los demás que fueren nombrados) "no por
odio, ni mala voluntad, que le tenga, sino por descargo de su
conciencia: encargósele el secreto en forma: prometiólo, y lo
flrrnó juntamente con el dicho señor Comisario, y personai^i
honestas." Pasó ante mí N. Notario del Santo Oficio.
—476—
NÜM. 2 i.
Fé de cuando no po/rece el conteste, ó testigo para ser ratificado.
Si algim testigo, ó couteste no se pudiere examinar, ó rati-
ficar en cualquiera causa que se ofrezca, por estar ausente, ó
haberse muerto; el Kotario dá fé de ello al margen del dicho,
ó al pié de él en la manera siguiente:
"Yo N. ÍTotario de el Santo OflciOj doy fé como habiéndose
buscado en esta Villa, ó Ciudad, á íí^. testigo citado, ó exami-
nado en esta información para ratificarle en su dicho (o exami-
narle en lo que está dado por conteste) no ha podido ser habi<lo
por estar ausente en tal parte, ó haber muerto. Y para que
conste, lo pongo por diligencia por mandado del señor Comi-
sario. Fecho en tal parte á tantos dias de tal mes, y tal año."
N. Notario del Santo Oficio.
NUM. 25.
Que envíen comisión para examinar testigos contestes, ratifixiarlos
adperpetuam.
Y cuando está ausente el testigo de la parte donde reside el
Comisario, pasando de distancia de ocho leguas, enviará co-
misión con copia del testigo, autorizada del üsTotario, al Ecle-
siástico, que le pareciere mas de su satisfacción, con facultad
de que nombre Notario, y personas honestas, y que acex)ten,y
juren en forma de fidelidad, y guardar secreto, para que exa-
mine al conteste, ó contestes, ó los ratifique en sus dichos, sa-
cando de esta instniccion la forma en que los hubiere de exa-
minar, ó ratificar del número 9, y siguientes, para que no omi-
ta circunstancia alguna: y que hecho, se lo remita al Comisa-
rio, para que junto con lo principal lo envié al Tribunal.
NUM. 26.
Memision de las denunciaciones, y testificaciones.
Recibidas las denunciaciones, examinados todos los contes-
tes, que resultaren de ellas, y ratificados ad perpetuam rei me-
moriam , en la forma que se advierte hasta este número po-
—477—
niendo el informe qne se diccjen ol iinmcro 21 las remitirá con
carta áél Tribunal orií^iualraente, diciendo contra N. por tal
delito (sin quedar en so í)oder copia de ella, ni traslado algu-
no) cerrada, y sellada por iú Chasqui (si le hubiere) y si no
por persona segura, que le dará recibo de ella, y lo notará en
un libro que tendrá encuadernado de á folio sentado en él, el
dia, mes, y año, y con quien lo envió, para que en todo tiem-
po conste.
ÍÍÜM. 27.
Causas que toquen al Santo Oficio como se han de pedir.
Cuando algún Jnez secular, ó Eclesiástico conociere, ó pre-
tendiere conocer de algún delito, 6 negocio de los comprehen-
didos en los Edictos generales de Fé, úotro, cuyo conocimien-
to privativamente tocare al Santo Oficio: luego que llegue á
noticia del Comisario, procurará examinar testigos que depon-
gan de los delitos, y de que procede el Juez secular, y cons-
tándole, les pedirá la causa originalmente, haciéndoles para
ello el exhortatorio siguiente.
NUM. 28.
JBorma de exhortatorio monitorio: siendo Presidente; CaMldo
eclesiástico, ó Beal, se le dá Señoría, y Obispo, Ilustrísima, y
Corregidores, y Jueces particulares, merced, y á todos en cua-
lesquier caiisas que se ofrezcan; les han de hablar los Comisa-
rios por eochortatorios, y no por autos.
El Licenciado íí. Cura y Comisario del Santo Oñcio de la
Inquisición por los muy ilustres señores Inquisidores Apostó-
licos de la Ciudad de los Eeyes. Hago saber al señor íí^. Pro-
visor, Juez de Comisión, Maestre de Campo, Corregidor, y
Justicia mayor de tal parte, «&a., que á mi noticia ha llegado,
qiie Umd. procede de oficio de la real justicia contra N. espa-
ñol ó mestizo, &a. por tal delito; y porque es uno de los expre-
sados en los Edictos generales de Fé, ú otro, cuyo conocimien-
to privativamente toca al Santo Oficio déla luquision; de par-
te del dicho Santo Oficio exhorto, y requiero á Umd. y de la
mia ruego y encargo, que luego que con este Umd. sea reque-
rido, alze la mano de la dicha causa, y me la remita original-
-478- ",
mente sin quedarse con c<Spia de ella, dejando Umd. el reo si)
estuviere preso) en su prisión asegiirado con prisiones hasta
tanto que los dichos señores Inquisidores con vista de los au-
tos provean lo que fuere de justicia, y lo cumpla dentro de
veinticuatro horas de la notificación (ó del tiempo que pare-
ciere competente) x>ena de excomunión mayor latee sententia
trina canónica monitione próemissa, y de 1,000 pesos para gas-
tos del Santo Oficio, que haciéndolo asi Umd. cumplirá con
los mandatos del Santo Oficio, Breves Apostólicos, y Cédulas
Eeaies, en virtud de las cuales les compete el conocimiento
privativo de dichas causas. Fecho en tal parte, á tantos dias,
de tal mes, y tal año.
ÍÍUM. 29.
Notificación.
En tal lugar ó Villa, á tantos dias de tal mes, y tal año. Xo
el infrascrito ISTotario del Santo Oficio, leí y notifiqué el ex-
hortatorio de esta otra parte al señor N. Juez, &a., en su per-
sona estando en las casas de su morada, que lo oyó, de que
doy fé. N. íí otario del Santo Oficio.
NUM. 30.
)Si entrega los autos, que vuelva d examiaar los testigos el Comisa-
rio, y si no, otro exJiorto con censuras, declarándole por incur-
so en ellas, y en la pena de 1,000 pesos.
Si entregare la información ó autos originales, han de vol-
ver los Comisarios á examinar los testigos y contestes, que ba-
bia examinado el dicho Juez (por no haberlo sido competente
para ello) en la forma que se nota en el número 9, y siguientes
y ratificarlos ad perpetiiam rei memoriam: y hecho asi, los re-
mitirán juntamente con los originales, que. les hubiere entre-
gado el dicho Juez. Y en caso, que con el dicho exhorto no los
entregue, le hará otro, añadiendo, que no inove, ni proceda con-
tra el reo en el ínter que dé cuenta al Tribunal, y si no lo hiciere,
declararle por incurso en las censuras, y pena de 1,000 pesos,
y sin pasar á mas diligencia, remitirá los autos al Tribunal,
para que le ordene lo que ha de hacer.
—479-
NUM. 31.
Que no se contenten con referir en carta el delito, sino haciendo
información.
Y porque muclio:^ de Igs Comisarios acof-itiimbran dar cuen-
ta al Tribunal por carta, de los dichos, ó hechos que se ofre-
cen, cuyo conocimiento juz:>an ijertenece al Santo Oficio, y
porque es preciso, para tomar resolución en dichos casos, re-
ducirlos á información, estarán advertidos los dichos Comisa-
rios de aquí adelante de averiguar los tales dichos, ó hechos
por información de tres, ó cuatro testigos, reraitiéudola al
Tribunal, guardando en esto la forma de el derecho, y estilo
rttferido desde el núm. 9 hasta el 26 de esta instrucción según
la naturaleza de las causas que se ofrecieren.
NüM. 32.
^espontáneos: la forma que con ellos se ha de guardar.
Los Comisarios deben estar advertidos de que, si viniere an-
te ellos alguna persona á delatar de sí misma voluntariamen-
te algunos hechos, ó dichos contra nuestra Santa ^é Católica,
ó contra el recto y libre ejercicio de el Santo Oficio, ó de ha-
ber faltado al secreto que prometió cuando hizo declaración
en el Santo Oficio, ó ante el Comisario, le recibirá su declara-
ción en la forma que se dice en el número 9, escribiendo la ho-
ra en que viniere. Y si en el dicho dia le vinieren á testificar
del mismo delito, ó de otro, le recibirá en la dicha forma y ra-
tificará adperpetnam, como está dicho en el número 23, escri-
biendo también la hora de él dia en que vino, i)or ser muj'^ ne-
cesario para saber si es verdadero espontáneo, ó si lo hizo te-
miéndose de que le hablan de testificar: con advertencia, que
estos no se han de ratificar en lo que dijeren de sí mismos, sino
en caso, que digan contra otros á los cuales darán cédulas los
Comisarios firmadas de su mano, para que cualquiera confe-
sor aprobado les absuelva por lo que al Santo Oficio toca. Ex-
cepto en caso que el delito sea de heregía, ajjostasía ó judais-
mo, y lo mismo se entiende con los hereges nacionales, que
suelen pasar á estos reynos, á los cuales se les preguntará sus
padres y abuelos, hermanos de padre y madre, é hijos: dónde
nacieron, y fueron vecinos: ePdiscurso de su vida; qué secta
—480—
han seguido, y de qué hereges: qué ceremonias y ritos han he-
cho en su observancia: en compañía de quien, y en qué tierras
y tiempo: y sí quieren reconciliarse con la Iglesia: y qué mo-
tivo tienen para hacerlo ahora: y entonces han de declarar los
cómplices: y concluida la declaración, hacerles la pregunta
que se advierte á número 6; y hecho así, han de remitir las de-
claraciones al Tribunal, para que con vista de ellas se les diga
k> que se deba hacer, y en el inter, les consolará, y dii'á la be-
nignidad y misericordia que acostumbra usar con los seme-
jantes espontáneos este Tribunal.
NÜM. 33.
Forma de escribir testigos en defensas.
Cuando el Tribunal remitiere á los Comisarios comisión, é
interrogatorio para examinar testigos para la defensa de algu-
nos reos que estén presos en el Santo Oficio ó procesados, se
examinan los que van notados á la margen de los capítulos ó
artículos de dicho interrogatorio, con juramento, haciendo la
misma cabeza que en los demás testigos de la culpa, como se
dice en el número 9, y luego se dirá:
Preguntado si sabe ó presume la causa para que ha sido lla-
mado, Escribiráse su respuesta, y diciendo que no sabe, se ha-
rá la pregunta siguiente:
Preguntado si alguna persona le ha .hablado, ó prevenido
para que diga su dicho en favor de alguno que esté preso en el
Santo Oticio: y escrita su respuesta, se le hará otra.
Preguntado si conoce al señor Fiscal del Santo Oficio, y N.
reo (declarándole su nombre) y sí es amigo, ó enemigo, com-
padre ó pariente, ó si ha sido dadivado, ó sobornado, para que
diga lo contrario á la verdad, y que edad tiene: y escrita su
respuesta, se dirá:
Fuóle dicho, que el dicho JSl. reo le presenta por testigo de
defensa en una causa, que el dicho señor Fiscal trata en el
Santo Olicio contra él: que esté atento alas preguntas del in-
terrogatorio, y diga en todo la verdad.
A la primera pregunta dijo, etc. Y lo mismo en todas las
demás preguntas para que fuere nombrado el testigo á la
margen, y acabará la deposición, como se noía en el dicho
número 9 á la conclusión de la denunciación, con adverten-
cia que estos testigos no se ratifican.
—481-
NUM. 34.
Que de fé el Notario cuando no parece el testigo^ y se envié
comisión para examinarlo.
Y si no pudiere ser examinado alguno de los testigos dará
fé de ello el íí^otario, como se nota en el número 24, y estando
ausente á mas distancia de ocho leguas, enviarán comisión
para que sea examinado en conformidad de la facultad que se
les da en el número 25, y para ello le enviarán comisión en la
forma siguiente:
El Lie. íí,, cura y vicario de tal lugar, y Comisario de la
Santa Inquisición de tal provincia por los muy ilustres seño-
res Inquisidores Apostólicos de estos reinos. Hago saber al
Sr. jST., cura ó vicario, ó religioso, etc., vecino de tal lugar,
que en esa villa ó hacienda cerca de ella etc., reside IS". y 'E.
etc., y porque está dado por conteste en tales hechos ó dichos,
(que le declarará) á que dicen se halló presente y las vio ú
oyó, conveudrá que luego que Vmd. reciba esta, y sin dilación
alguna, con todo recato y secreto, por ante Notario que nom-
brará, reciba juramento de dicho IS. y por el tenor de la mi-
nuta que va con esta (que ha de ser la del número 9 y 23. Y
siendo en defensas la del número 33) le examinará y ratificará
ad perpetiiam, y á los contestes que diere: (menos en defensas
que no es necesario ratificar) que para ello y lo dependiente,
y para nombrar JvTotario (si no lo hubiere) doy á Vmd. comi-
sión en virtud de la facultad que se da en el número 25 de la
instrucción que tengo de dichos Srs. Inquisidores, la cual pon-
drá Vmd. x)or cabeza de los autos que en su virtud hiciere, y
me los remitirá en la primera ocasión, estando Ymd. adverti-
do que al tiempo de aceptar esta comisión ha de hacer jura-
mento de fidelidad y secreto en tal caso acostumbrado, y el
mismo hará el ííotario, y de haberse hecho así, dará fé de ello
á las espaldas de dicha comisión. Fecha en tal lugar, tal dia,
mes y año. Lie. ]!íí^. Por mandado del Sr. Comisario del Santo
Oficio N., ííotario del Santo Oficio.
ÍSTÜM. 35.
Excusándose los testigos, les apremien por censuras.
Que en caso que alguno de los testigos, que fueren llama-
ToM. VII. Literatura— 61
—482—
dos por los Comisarios para negocios del Santo Oficio, así de
Eé, como de informaciones de limpieza y otros, (no estando á
mas distancia de ocho leguas) se excusaren de venir, se lo
mandarán por mandamiento por escrito, imponiéndole pena
de excomunión y pecuniaria, si fuere desobediente y contu-
maz, lo cual se entiende no estando enfermo ó impedido, por-
que en este caso han de ir los Comisarios con su Notario á su
posada á recibirle la declaración, no habiendo inconveniente.
NUM. 36.
Presos que están en las cárceles reales y quieren declarar cosas
tocantes al Santo Oficio.
Que los Comisarios del Santo Oficio deben estar advertidos
de que algunas personas que se hallan presas en las cárceles
reales por orden de los jueces seculares, y por delitos graves,
suelen fingir y suponer que tienen que hacer denunciaciones
ó declaraciones de sí mismos de delitos que han cometido con-
tra nuestra santa Fé ó contra otras personas, cuyo conoci-
miento toque al Santo Oficio, y con este pretesto pretenden
ser llevados, y sueltos de la cárcel á casa de los Comisarios,
para por este medio poder hacer fuga ó ser reos del Santo Ofi-
cio (en perjuicio de el castigo que justamente merecen por sus
delitos) lo cual no han de permitir los Comisarios, porque pa-
ra que descarguen su conciencia (siendo cierta ó no la decla-
ración que quieren hacer) irá el dicho Comisario y í^otario á
la cárcel donde estuviere dicho preso, y en parte secreta y re-
tirada, le recibirá su declaración y ratificación en la forma que
se advierte en el número 9 y 23, y examinados los contestes
que diere, sin hacer novedad con dicho preso, remitirá los au-
tos al Tribunal, previniendo que el juez secular no proceda á
ejecución de pena de muerte en el ínterin que el Tribunal ve
los autos y denunciación del reo, y avisa de lo que proveyere.
IÑTUM. 37.
Deniinciacior.es contra los que tienen falta de limpieza.
Que los Comisarios estén advertidos que acontece, que al-
gunas personas, movidas mas de pasión y enemistades, quede
otro algún buen celo, denuncian de otras, diciendo que son
^483—
confesos, y por esto inhábiles i)ara traer sedas, armas y andar
á caballo, y otras cosas que les son prohibidas por leyes y pre-
máticas de estos reinos é instrucciones del Santo Oficio, como
se contiene en el edicto general: en este caso han de tener
cuenta de no recibirlas tales denunciaciones, si no fueren con-
tra los hijos y nietos de relajados, ó de los que ellos mismos
fueron reconciliados, de los cuales dos géneros de personas se
ha de entender lo que trata el edicto en el capítulo de genea-
logías.
ISTUM. 38.
Prisión, que no se haga sin orden del Tribunal, salvo en caso de
fuga.
Los Comisarios de el Santo Oficio no pueden prender per-
sona alguna de cualquier grado que sea por cosas de Fó, ni
dependientes de ella, ni por desacato hecho á su persona ó á
otro ministro del Santo Oficio, porque será grande exceso ha-
cerlo, salvo concurriendo tres cosas. La primera, que toque el
caso muy claramente al Santo Oficio; la segunda, que haya
bastante información; la tercera, que se tema de fuga: para lo
cual (porque no se yerre, atento que de errarse en esto se po-
drían seguir muchos inconvenientes) se les advierte, que an-
tes de proceder á prisión, miren con gran cuidado si concur-
ren todas las dichas tres cosas, y les constare x)or información
que recibirán primero de ellas; tomando parecer del Arzobis-
po ú Obispo de el distrito, y por su falta de su Provisor ó de
la Sede vacante, y con su acuerdo resolverán laprisioa, y tam-
bién lo consultarán con otras personas, si hubiere, como son
los que sean consultores señalados por el Santo Oficio, y cali-
ficador, si hubiere, y si no, eligiendo las que les pareciere le-
trados de mayor literatura, seguridad y cristiandad, recibién-
doles primero el juramento de fidelidad y secreto acostumbra-
do, la podrán mandar prender y ro de otra manera (y en du-
da, lo mas seguro será enviar primero la información al Tri-
bunal), y cuando concurriendo las dichas tres cosas prendie-
ren alguno, será sin hacer secteto en sus bienes, procurando
no se oculten, ni haya fraude en ellos; el cual preso pondrán
en la cárcel pública encargándole al alguacil mayor y alcaide,
donde le retendrán con seguridad, sin comunicación alguna,
ni tomarle confesión, remitiendo con la brevedad posible la
infoimacion y demás autos al Tribunal, x)ara que con vista de
ellos se provea lo que convenga en todo y se le avise.
—484—
NUM. 39.
Presos en virtud de mandamiento de el Tribunal.
Los Comisarios en orden á las personas mandadas prender
por el Tribunal, en virtud de mandamiento que se lesenvia,
guardarán el tenor de ellos en cuanto á su ejecución, con ad-
vertencia, que siendo sin secreto, les embargarán de sus bie-
nes lo que pareciere bastante para su conducción y alimentos
que se les han de dar en las cárceles secretas; y no hallando
plata, venderán los que fueren mas fáciles en almoneda, al
mayor ponedor, para remitir su procedido con dicho preso; y
los demás depositarlos en la persona que el preso eligiere,
siendo de satisfacción del Comisario; y en caso de no tener
bienes y ser pobre, dispondrán los Comisarios su remisión, por
via de limosna, de Comisario en Comisario, ó concertando lo
menos que se i)ueda, para que cuando llegue al Tribunal se
pague, y siendo el mandamiento con secreto de bienes, le ha-
rán, poniendo por inventario ante el Notario del Santo Oficio
y Alguacil de él, si le hubiere, y si no, de el Familiar mas an-
tiguo, y de una persona que ha de nombrar por su parte el
reo, todos los bienes, así muebles como raíces, deudas y pape-
les, midiendo lo que fuere de medida, pesando lo que fuere de
peso y contando lo que fuere de contar, y hecho en esta for-
ma, los depositarán en' persona lega, llana y abonada, á sa-
tisfacción de los Comisarios, que otorgará depósito en forma,
y de que no los entregará á persona alguna, hasta que le sea
mandado por el Tribunal, pena de pagarlo doblado: y íirma-
ránlo todos, sacando dos cox3Ías de dicho inventario y depósi-
to: la una para remitir á este Tribunal, juntamente con los pa-
peles que se hallaren, y la otra para entregar á dicho deposi-
tario, sacando de dichos bienes la cantidad necesaria, cama
para el reo y su traída, asentando en dicho inventario lo que
se sacare.
NUM. 40.
Los presos estén en cárcel segura donde no se comuniquen.
Los dichos presos por causas de Fó, harán los Comisarios se
pongan en cárcel segura, donde ninguno les j)ueda comuni-
car, dándoles la comida algún ministro de el Santo Oficio (va-
—485—
liándose para hacer dicha prisión de el dicho Alf^nacil 6 Fa-
miliar mas anticuo de el Santo Oficio, y en caso necesario de
la justicia real, á quien pedirán auxilio, y todo con mucho re-
cato y secreto) y cuando se remitieren al Tribunal, ordenará
á la persona que le trajere, que vengan con grillos y esposas,
y que no los deje comunicar con persona alguna; advirtiendo
que si fueren reos de xm mismo delito y complicidad, se apar-
ten, saliendo de el lugar en distintos dias, de suerte que uno de
otro no sepa, y para que mejor se pueda ejecutar, se x>renden
á una misma hora, y se ponen en distintas cárceles.
Informaciones de limpieza.
NUM, 41.
Advertencias para los testigos de informaciones de limpieza.
En las informaciones de limpieza para ministros de la Inqui-
sición antes de examinar los testigos, se recibirá de cada uno
juramento en forma de derecho, de qíie dirá verdad, y guarda-
rá secreto.. Y para que en todo deponga con mayor libertad,
se le hará notorio al testigo, que el ilustrísimo Sr. Inquisidor
general y Srs. del Consejo de 8. M. de la Santa General In-
quisición, han mandado, so pena de excomunión mayor latee
sententice ipso facto inciirrenda premisas las moniciones en de-
recho necesarias (cuya absolución está reservada á su señoría
ilustrísima y dichos Srs. del Consejo) que ningún Sr. Inquisi-
dor, Fiscal, Secretario, Comisario, JSTotario, ni otro cualquier
ministro del Santo Oficio directa ó indirectamente manifieste
cosa alguna de lo que los testigos examinados hubieren de-
puesto, ni qué personas son las examinadas, ó que han testifica-
do; la cual pena se entiende fuera de las demás que por dere-
cho, cartas acordadas, instrucciones y estilo de el Santo Oficio
están establecidas contra los quebrantadores de el secreto que
han jurado. Y con apercibimiento, que cada uno de los suso-
dichos por esta culpa sería privado de su oficio, y que para la
prueba de ello bastarán testigos singulares, como sean tres.
Y de esta advertencia hecha á los testigos, se dará fé en la ca-
beza de cada deposición, y les harán notorias las mismas pe-
nas y censuras (reservada su absolución á este Tribunal) en
que incurrirían dichos testigos, faltando al secreto que han ju-
rado.
-.486-
lí-ÜM. 42.
Forma de examinar testigos en informaciones de limpieza^ los
cuales no se ratifican.
En la ciudad de JS"., en tal dia,, mes y año, por la mañana ó
tarde, el Sr. l^T. Comisario del Santo Oficio de la Inquisición
en ella para las informaciones de la calidad y limpieza de N".,
que pretende ser tal cosa (en los demás testigos se dirá para
la dicha información) hizo parecer ante sí, siendo llamado, á
un hombre ó mujer, del cual estando ijresente, fué recibido
juramento jjor Dios IST. S, y una cruz en forma de Derecho, y
habiéndole hecho, prometió decir verdad y guardar secreto de
lo que supiere y le fuere preguntado: y para que con mayor
libertad la dijese, se le hicieron notorias las penas y censuras
impuestas álos Srs. Inquisidores y demás ministros del Santo
Oficio, que revelan lo que los testigos dicen (qae les harán no-
torias) y dijo llamarse:
'N., natural de l!^. y vecino de IST., y preguntado por el tenor
del interrogatorio, dijo lo siguiente:
A la primera pregunta dijo, etc.
Y proseguir con las demás, y concluyendo como se nota en
el número 9 para las causas de fé.
ÍTÜM. 43.
Testigos que se han de examinar y como.
En cada una de dichas informaciones de limpieza se recibi-
rán hasta doce testigos por lo menos que concluyan de los
cuatro abuelos en la misma naturaleza de los abuelos, ad vir-
tiendo que en cada naturaleza (que es el lugar donde han na-
cido) se ha de examinar por lo menos dicho número de doce
testigos, que digan de su limpieza de sangre de el pretendien-
te, y que sean de los mas ancianos de buena opinión y cristia-
nos viejos, y entre ellos los familiares y ministros qae hubiere
del Santo Oficio, y á falta de varones, hembras, no siendo unos
ni otros deudos de el j)í'etendiente, y recudiéndolos de oficio,
sin que la parte los presente, ni lo entienda, interrogándolos á
cada uno de por si con todo secreto, con advertencia que dí-
chole el nombre de el pretendiente, no se le ha de decir el de
—487—
los padres, ni abuelos, ni sus naturalezas, sino que el testigo
ha de responder luego si supo ó nó quienes fueron, donde fue-
ron naturales y vecinos, y que oficio tuvieron, y diciendo que
no lo saben ó no se acuerdan, y que si les dijera sus noftibres
se acordaran, en este caso se les dirán en la forma que van
puestos en el interrogatorio, y de suerte que cada testigo res-
ponda puntual y precisamente á cada miembro y artículo de
«•ada preguntíi, siii contontarse con qtie responda generalmen-
te sino á todas como en ellas se contiene. Y en la parte que
con dicho número de doce testigos no se pruebe bastantemen-
te lo que, en este artículo se pretende, engrosará dicha infor-
mación con el número de testigos competentes, de manera que
se consiga la noticia necesaria, y mas alta ascendencia de
el pretendiente, valiéndose ]>ara ello de testamentos, capitu-
laciones matrimoniales, cartas de dote, fees de bautismos y
velaciones para probar por instrumentos lo que no se pudiere
por testigos, excusando la dilación que se seguirá de lo con-
trario.
ÍÍUM. 44.
Lo que se lia de preguntar en caso que digan contra la limiñeza.
Y demás de las preguntas de el dicho interrogatorio, ni los
testigos ó alguno de ellos dijere saber ó haber oido decir al-
guna cosa contra la limpieza, y opinión de los nombrados en
dicho interrogatorio, ó de alguno de ellos, ó de sus ascendien-
tes; se le preguntará como lo sabe, y á que personas lo oyó
decir, el tiempo, lugar y ocasión, y en presencia de quien, ha-
ciendo las demás preguntas y repreguntas, que de las tales
deposiciones resultare ser necesarias, y examinando los con-
testes que los testigos citaren.
NUM. 45.
Calificar él apellido cuando no se halla conocimiento ó noticia,
Y en caso que no se hallare conocimiento ó noticia bastante
de alguno de los abuelos por su antigüedad, ó se descubrieren
nuevos apellidos de los contenidos en el interrogatorio, se ha-
rá información de la calidad, que tuviere el tal apellido ó ape-
llidos, preguntando (antes de llegar á la quinta pregunta de
—488—
dicho interrogatorio) si le laay ó ha habido en el lugar de su
naturaleza, j procurando eslabonar bien si las personas de el
tal apellido ó apellidos son deudos de los que se pretende ave-
riguar;* y habiendo mas de uno, saber de cual de ellos descien-
de, examinando dos ó tres de los del propio apellido, hasta
que conste si es el apellido que se busca; (a los tales deudos
no se ha de preguntar mas de hasta la quinta pregunta) y sa-
biendo de que tranco ó casa es el de quien se trata, se hará
información de el dicho apellido con testigos, que no sean deu-
dos; y no sabiendo de que trunco es, se han de calificar am-
bos troncos ó apellidos, ó casas del lugar de donde son ó fue-
ron naturales, y antes de llegar á la quinta pregunta, se ha de
asentar en el conocimiento ó noticia por oidas de las personas
por quienes se pregunta, y no la habiendo, se hará informa-
ción de la calidad del apellido.
IsTUM. 46.
Que /pase la información ante el Notario del Santo Oficio no ha-
hiendo inconveniente, y liaMéndolo, nonibrará otro, y remisión
deella con su parecer .
La dicha información pasará ante el ISTotario del Santo Ofi-
cio, y en su ausencia ú otro algún impedimento, que se pueda
ofrecer, ante otro que nombrará (proveyendo auto para ello
antes de usar de la comisión) que sea cristiano viejo, fiel y le-
gal en sn oficio, recibiendo primero de él juramento de fideli-
dad y secreto acostumbrado, y hecha en la forma dicha, firma-
da de el Comisario y refrendada por el ííotario ante quien pa-
sare, poniendo jjor cabeza de ella la comisión é interrogatorio
originalmente, sin quedar en poder de los susodichos ningún
traslado, cerrada y sellada, con carta para el Tribunal, la en-
viarán á él por el Chasqui, si le hubiere, y si no con persona
segura, y al pié de dicha información pondrán los Comisarios
de su letra y firmado su parecer, jurando in verT)o sace^'dotis lo
que han sentido de la limpieza, quietud y buenas costumbres
de el pretendiente, y de la fé y crédito que se puede dar á los
testigos, declarando así mismo la causa de haber mudado de
ííotario en caso que el de el Santo Oficio se haya hallado im-
pedido en la forma referida; y concluirá su parecer avisando
los dias que el Comisario y Notario se hubieren ocupado, pa-
ra que se les manden pagar sus derechos, estando advertidos
de no cobrarlos de la parte por sí, ni por interposita persona
^in orden de el Tribunal.
-489-
NUM. 47.
Como se llaman los testigos, y que no se admita escusa para
dejar de examinarlos.
Los testigos para dichas informaciones de limpieza se lla-
man en la forma que para las de fé, cada uno de por sí con
mucho secreto, y recato por mano del Alguacil mayor, habién-
dole; y en caso, que no le haya por el familiar mas antiguo, no
siendo uno, ni otro pariente de el pretendiente y si alguno se
escusare de jurar como suele acontecer, escondiéndose, ó fin-
giéndose malo no le admitirán la escusa, antes le apremiarán
á ello por censuras, y pena pecuniaria, para que diga lo ^ue
supiere cerca de lo que fuere preguntado.
l^UM. 48.
Que no hagan mas imformaciones que las que les cometieren, y no
digan ante Jues alguno lo que supieren por razón de ellas.
Los Comisarios no hagan mas informaciones de limpieza,
que las que les fueren cometidas por el Tribunal, y porque
suelen ser Vicarios, y como á tales cometerles sus Obispos al-
gunas, las harán pero no se valdrán para ellas de las noticias
que hubieren adquirido como tales Comisarios, ni las digan
por escrito, ni de palabra con juramento, ni sin él ante nin-
gún Juez [menos precediendo licencia del Tribunal] porque
de ello se seguirían muchos inconvenientes, y se faltarla al
secreto, que tan necesario es en los negocios tocantes y perte-
necientes al Santo Oñcio.
Causas criminales que no son de Fé, y tocaren á minis-
tros siendo reos.
NÜM. 49.
Causas criminales, que son de Fé.
Tendrán mucho cuidado los Comisarios, y cada uno en su
partido de inquirir y saber si algún Ministro de el Santo Oficio
ha tenido pendencia de obra ó de palabra, ó si vive amance-
TOMO VH. LlTERATUEA— 62
—490—
bado, para luego que llegue á su noticia, hacerle cabeza de
proceso de el hecho, y cuerpo de el delito, y para ello exa-
minar testigos, previniendo la causa, toque, ó no toque su co-
nocimiento al Santo Oficio, por si fuere, ó no el delito de los
exceptuados en la concordia, procurando que por dicha cabe-
za de proceso, y sumaria conste de la nulidad de el delito, y
circunstancias de él, porque de la certeza del hecho depende
saber si es ó no el delito de los exceptuados, y én caso que el
Ministro sea pariente del Comisario en grado conocido, hará
antes de la dicha cabeza de proceso auto para acompañarse
con algún consultor, ó calificador de la Inquisición, ó el Prior
de Santo Domingo, Prebendado lí otro Eclesiástico docto del
Pueblo ó Ciudad donde residiere el Comisario para juntamen-
te con él hacer la dicha cabeza de proceso, sumaria y demás
autos. Y siendo por querella de parte, se examinarán los tes-
tigos por el tenor de ella, y en la forma que se dispone para
las causas de Fé en el número 9, sin que entiendan quien la
dio, ni se ratificarán, pero lo mas acertado es hacerlo de ofi-
cio, y constando de el delito, señalar al reo carcelería en la
cárcel Eeal, ó casa de Cabildo, ó en su casa con pena de cen-
suras, dando fianza de cárcel segura (excepto si fuere de-
lito grave, y de calidad que corresponda á pena corporal, que
en tal caso es necesario asegurar el reo con prisiones, embar-
gándole sus bienes); y luego remitir los autos al Tribunal
para que provea lo que convenga sin pasar á tomarle confe-
sión, no siendo claro el que toque el delito al Santo Oficio, y
siéndolo, le tomará la confesión con día, mes, y año, si sabe
por que ha sido preso; y luego las pueg antas, que resultan del
hecho probado por la dicha sumaria. Después se le poneacu-
sacion: responde el reo: se recibe la causa á prueba con todos
cargos, de publicación, conclusiou, y citación para sentencia:
se entregan los autos al Procurador del reo, quien articula
defensas, presentando interrogatorio; y hechas, si hay tachas,
se recibe aprueba con la mitad del término de las defensas: y
conclusa la causa para sentencia citadas las partes para que
parezcan en el Tribunal con poder bastante, remitirá los au-
tos originales, dejando copia en su poder con concuerda
puesto por el notario del Santo Oficio, y aguardará la resolu-
ción y sentencia que se diere en dichos autos x)or el Tribunal.
-491-
NUM. 50.
Cuando las Justicias Reales lian prevenido la causa, lo que
lian de hacer.
Y en caso que dichas Justicias Keales y Ordinarias hayan
prevenido la causa, y preso al reo, estarán advertidos el reo
de declinar jurisdicción, protestando la nulidad de todo lo ac-
tuado, y que se actuare por falta de jurisdicción, y los Comi-
sarios de hacer también su cabeza de proceso, y sumaria has-
ta auto de prisión, pero no darán inhibiciones contra ellas sin
consultar al Tribunal: pero si pareciere que hay peligro en es-
perar á consultar por la distancia, ó pasión del Juez, podrán
dar las primeras letras con censuras y pena de 1,000 pesos en
forma de monitorio, mas en ninguna manera han de proceder
á declaración, ni ejecución de las censuras y penas, rogándo-
les remitan sus autos, que el Comisario enviará los suyos, para
que el Tribunal determine á quien toca la causa, y que en el
Ínter no innoven, valiéndose de todos los medios de cortesa-
nía y urbanidad, que puedan para no llegar á este lance, que
es por donde se escusarán las competencias: pero en caso, que
los jueces lleven adelante sus diligencias, procederá el Comi-
sario á declaración de dichas censuras y j)enas, pues es el re-
curso que el Santo Oficio tiene en tales aceleraciones, sin em-
bargo de que los notifiquen la provisión de las fuerzas, porque
esta sola habla con los jueces eclesiásticos, y no con el Tribu-
nal de la Santa Inquisición, á quien recurrirán si se sintieren
agraviados de los Comisarios. Y cuando se les remitiere la su-
maria, tomarán al reo la confesión de oficio (si no hubiere par-
te) haciéndole cargo de todo lo que resultare contra él, ratifi-
cando los testigos, y lo demás como se advierte en el número
49 antes de este.
NUM. 51.
Que el Comisario mas cercano conozca de la causa, y descuidán-
dose éste, la podrá hacer el que se le siguiere en la cercanía.
Entre los Comisarios que hay en cada Obispado, el mas cer-
cano al Ingar donde se cometió el delito, es el que ha de ha-
cer la sumaria; pero descuidar dose este, ó estando impedido,
la podrá hacer el otro mas cercano; y el de la cabeza del Obis-
pado concurre con los demás Comisarios de aquel Obispado
^492—
cumulativamente; conviene á saber, que el que previene, ba
de proseguir el negocio, y después de haber puesto la mano
otro Comisario, no se puede entrometer el de la cabeza.
NUM. 52.
Que no tienen los Comisarios jurisdicción unos contra otros.
Los Oomisarios de el Santo Oficio, aunque sean de cabeza
de Obispado, no tienen jurisdicción de proceder unos contra
otros, y cuando alguno delinquiere, no pueden mas que hacer
la sumaria, y enviarla al Tribunal, para que provea lo que
fuere de justicia.
ííUjVI. 53.
El fuero que gozan los Comisarios, y demás Ministros.
El Comisario, Algualcil, ííotario, y Familiares de el Santo
Oficio, que estuvieren nombrados en toda forma por el Tri-
bunal, en propiedad, ó en inter, y los Seculares matriculados
en los libros de Cabildo de la Villa, ó lugar donde residen, y
los Eclesiásticos (que no sean Religiosos) gozan de el fuero
de el Santo Oficio en las causas criminales, que tocaren á sus
personas, y en que fueren reos, (excepto en las de crimen IcBse
ma/yestatis JiumanoB, crimen naturce, crimen de levantamien-
to, ó comocion de pueblo, crimen de cartas de seguros de su
Magostad, de rebelión, é inobediencia a los mandamientos
Beales, y en alevosía, fuerza de mujer, ó robo ó de robador
público, ó de quebrador de casa, ó Iglesia, ó Monasterio, ó de
quema de campo, ó de casa con dolo, y en otros delitos mayo-
res que estos. ítem en resistencia, ó desacato calificados contra
justicias reales, por que en el conocimiento de estos ni de las
causas criminales, en que fueren actores los dichos Familiares,
ni en las civiles, en que fueren actores ó reos, no se han de
entrometer los dichos Comisarios, ni tampoco en las que se
hicieren á los dichos Familiares, que tuvieren oficios reales,
ó públicos de los pueblos ú otros cargos seglares, si delinquie-
ren en cosas tocantes á los dichos oficios, y cargos, por que
han de ser juzgados por las dichas justicias Eeales, conforme á
las concordias de su Magestad, y Consejo de Inquisición, Tam-
bién pueden traer armas ofensivas y defensivas, de dia y de
noche, pública, y secretamente; y por costumbre, y de buena
—493—
corresi)ondeiicia, que saben tener con las justicias reales, están
en posesión de no salir á los alardes, y reseñas, y de gozar en
otras causas, que los Comisarios han sabido grangear con ma-
ña, y cortesanía, que han tenido con dichas justicias. Y el Co-
misario y líotario no pueden ser excomulgados por ningún juez
Eclesiástico, porque fueran impendientes del libre y recto
ejercicio del Santo Oficio, y en caso que lo sean, no les ligará
dicha censura conforme á la Bula del Santo Pió Y.
Orden que se ha de observar en la publicación de los
Edictos generales de Fe j anatema que se deben leer
cada tercer año en los lugares del distrito.
NUM. 54.
Los Comisarios de el Santo Oficio antes de Cuaresma envia-
rán recado por el Alguacil mayor, si le hubiere, y si no, por el
familiar mas antiguo al Corregidor, Cabildo secular, y Alcal-
des OrdinarioSjhaciéndoles saber, como el 2° Domingo, y 49 de
Cuaresma tienen dispuesto el publicar los lídictos generales
de Fé, y Anatema, según el orden que tiene para ello del Tri-
bunal, de que les dá cuenta, para que su Señoría se sirva de
juntarse en su posada para acompañarle dichas dos Dominicas
en conformidad de lo mandado por su Magestad, y de la cos-
tumbre de haberse asi hecho: y en caso que se escusen, les ex-
hortarán por escrito, lo hagan, porque asi conviene á la autori-
dady respeto del Santo Oficio,amonestándoles que de otra ma-
nera será gran sentimiento para el Tribunal, que procederá
contra ellos, como hallare por derecho; y si por último no qui-
sieren (que todas las respuestas pondrá por fé el ISTotario) ni por
eso dejarán de publicar dichos Edictos en dichos dos dias.
NUM. 55.
Pregón cuando ha de ser, y los que han de asistir á él.
La publicación y pregón ha de ser el Domingo l?de Cua-
resma por la tarde, para lo cual (habiendo dado también cuen-
ta á, dicho Corregidor, que lo quiere hacer pregonai-) se han
de juntar en casa del Comisario los Familiares y Ministros de
la Inquisición, y de allí han de salir por su orden todos á ca-
ballo con sus hábitos, y veneras del Santo Oficio, y á lo último
—494—
(por sus antigüedades) los Familiares, acompañando al Comi-
sario, que ha de ir entre el Alguacil y Notario, y no habiendo
Alguacil, llevará la vara el Familiar mas antiguo que nom-
brará el Comisario, y con clarines y cajas y atabales irán i>a-
seando por las calles y plazas mas ijúblicas y acostumbradas,
y se darán algunos pregones en las partes mas principales:
para lo cual el ríotario (haciendo llegar á sí al pregonero) que
irá á pió [y llevándole escrito en un papel] le dictará lo si-
guiente:
ÍÍÜM. 56.
Forma de pregón.
"Mandan los señores Inquisidores Apostólicos de estos Eey-
lios del Peni, que residen en la Ciudad de los Beyes, que to-
dos los vecinos, moradores, estantes y residentes en esta Vi-
lla ó Ciudad, y seis leguas en contorno vayan el Domingo que
viene, segundo de esta Cuaresma á la Iglesia Catedral ó Parro-
quial de ella, á oir los Edictos generales de la Fe, que se han
de leer y publicar después de el primer Evangelio de la Misa
mayor; y el Domingo 4" vuelvan á la misma hora á oir el Edic-
to de Anatema, y lleven consigo á todos los de su casa de
diez años arriba, lo cual cumx3lan pena de excomunión mayor
y so la misma pena mandan, que en ninguna otra Iglesia ni
Monasterio haya sermón en dichas dos Dominicas: mandase
publicar para que venga á noticia de todos."
KÜM. 57.
Autos 2'(ira los Curas, Superiores, y Sermones.
Los Comisarios proveen luego auto en que encomiendan
los Sermones á dos Eeligiosos de Santo Domingo fsi los hu-
biere) y si no á otros, que sean doctos, y que declaren á los
fieles los puntos contenidos en los dichos Edictos, y la obli-
gación que tienen de ir luego ante el dicho Comisario á dela-
tar lo que sujíieren, ó hubieren visto, y oido de cualquier per-
sona que hubiere cometido cualquiera de los tales delitos ex-
presados en dichos Edictos, sin reservar mujer, marido, padres^
ni otro alguiío por cercano, deud(.», ó íntimo amigo, que sea,
y las gravisimas censuras, y penas en que incurrirán si no lo
—495—
manifestareD (con todo recato, y sin comunicarlo con uaílie)
al dicho Comisario, ó en el Santo Oíicio, viniendo áLirua, y
en que mandan á los Curas, y Superiores de las If»lesias y
Monasterios, que en las dichas dos Dominicas no haya fiestas
ni Sermón, y que los dichos Curas acudan con sus Cruces
cubiertas cíe luto el dia de la Anatema, dando cuenta á los
Deanes de la que fuere Catedral, y á los Curas, para que por
su parte disx)ongan lo necesario en sus Iglesias para dicha
publicación, y el Notario va á notificarlo, y pone i)or escrito
sus respuestas.
NUM. 58.
Como se lian de juntar en casa del Comisario.
El dicho Domingo segundo por la mañana se juntarán en
casa del Comisario los dichos Ministros, Corregidor, Cabildo,
y Alcaldes Ordinarios, todos con sus caballos, y sacarán, y
acompañarán á dicho Comisario; hasta la Iglesia en la forma,
que el dia del pregón (llevando dicho Corregidor á su mano
derecha al Comisario) y lo mismo harán dicho Corregidor,
Cabildo, Justicia, y Familiares el dia de la Anatema hasta vol-
ver á su casa á dicho Comisario, y al entrar en dicha Iglesia,
le darán el agua bendita los Curas, ó Clérigos, que estarán con
sobrepellices, y después pasará el Comisario á su silla, que es-
tar? con alfombra, y cogin al lado del Evangelio, y el Algua-
cil, Notario, y demás familiares por su antigüedad (que se re-
gula por las fecbasde los juramentos, y como se dice en el
número que trata de la forma de asientos) abajo de las gra-
das del presbiterio en dicho lado, que se sentarán en banca
cubierta de alguna alfombra, y el Cabildo en frente de sus ban-
cas, y estando todos sentados y hechóse las cortesías ordina-
rias, saldrá la Misa, que la dirá el Cura ii otuo en su lugar, por
ser asi de su obligación.
NÜM, 59.
«
Quien lia de leer los dichos JEdictos.
La persona á quien toca dicha lectura, es el Notario del
Santo Oficio, que para el dicho efecto al fin del Evangelio ha
de ir desde su asiento al pulpito, acompañado de dos Fami-
liares, y habiendo subido á él, ha de hacer reverencia al
—496—.
Santisirao Sacramento, luego al Comisario, Ministros, y Ca-
bildo Secular, Clero, y demás, que se acostumbra, y empezará
á leer con voz alta, y clara: y acabando, ha de hacer las mismas
cortesías, y ba¡iando, volver á su asiento, acompañado de los
mismos Familiares; y al mismo punto ha de subir el Predica-
dor (solo le advierte, que el Domingo de la Anatema después
de leida immediatamente, y antes del Sermón se ha de hacer
las ceremonias, y decir las oraciones contenidas en el orden
que se dá para leerla.) Y estando impedido el l^otario por en-
fermedad,- ausencia, ú otra causa, se podrá encargar dicha
lectura á un Familiar, ú otra persona Eclesiástica, ó seglar
que sea de calidad y suficiencia.
NUM. 60.
Orden qxie se lia de gua/rdar en leer la Anatema.
Saldrán los Clérigos con sobrepellices, y candelas encendi-
das en las manos, y el Preste con capa negra, y las Cruzes cu-
biertas de luto, y con mangas negras, y los cirios en sus ciria-
les: irán cantando en prosecion en tono bajo la letanía comen-
zando. Kirie eMson,ác.Y asi continuándola lo que bastare hass
ta ponerse delante del Altar mayor, adonde estarán aguar-
dando á que se lea, y acabe de leer la Anatema: acabada es-
ta, apagarán los cirios y candelas en el acetre del agua ben-
dita diciendo: asi como mueren esos cirios y candelas, mueren la-
ánimas de los tales reieldes y contumaces, y sean sepultados en los
infiernos. Y harán doblar y tañer las campanas: luego canta-
rán en tono bajo el Salmo que comienza: Deus laudem meam
ne ta cueris, sin gloria Patri á versos, y acabado dirán los res-
ponsorios; verículos y oraciones siguientes:
NUM. 61.
Media vita in marte sumus: quem qucerimus adjutorem, niji
te Domine, qui pro peccatis nostris juste irascerisf Sánete
Deus, Sánete Fortis, Sánete, ^ misericors Salvator, amarce
morti ne iradas nos. ¥. Ne projicias nos in tempore senec-
tutis: Gum dcfecerit virtus nostra, ne derelinquas nos Domi-
ne. 8a7icte Deus, Sánete Fortis, Sánete, cj- misericors Salva-
tor, amarce morti ne iradas nos.
—497—
Bevelalmnf cceli iniciuitatem hidm, (f* térra adversus eurri
consurget, tf- manifestum eritpecoatwn illius in die fu/rori'i
Dommi% cimi eis qui dixerunt Doimno Deo: Beeede á nohi¡^:
Scientiam viarum tuaruin iiolumus.
y. jEt in diem. perditionis servahitiir^ (Sf ad diem, uUionis
ducetur cum eis qui dixerunt Domino Deo: JRecede á nohis:
Scientiam via/rum tuarmyi nolum,uñ. Kyrie eleison^ Ohrisie
eleison. Kyrie eleison. Pater noster.
y. JEt ne nos inducas in teniationem.
Ec. ñed> libera nos d malo.
¥. JExurgat Deiis, é dissipentur inimici eius.
Ec. JEtfugiqnt qui oderimt eum dfacie eiUs.
Y. 8alvmn fac popidwn tuum Domine^ Sf benedic heredi-
tati tuce.
Éc. Et rege eos, (J- cxiolle illas usque in ceternum.
y. Domine exaudi orationem meam.
Ec. JEt clamor meas ad te venial.
Y . Dominus voMscum..
íi. Et cum spiritu tuo.
Oreimis.
OBATIO.
Omnipotens sempiteme Deus, qui salvas omnes, Sf neifiinen
vis perire: Uespice ad animias diabólica fraude deceptas: ut
omni hceretica pravitate deposita, errantium corda resifpis-
cant: Sf ad veritatis tuce redeant unitatem.
OEATIO.
Eclesice tuce, qumsumus Domine, preces placattis admitte:
ut destructis ad versitatihus, Sf erroribus imivei'sis, secura ti-
hiserviat libértate.
OEATIO.
Exaitdi, quoBSumus Domine, supjMcimi preces, Sj' confiten-
tium tibi parce peccatis: ut pariternobis indidgentiam trihuaa
henignus, Sf pacem. Per CJiristum Doniinwn nostrurn.
U. Amen.
Y cou esto se volverán:
Tomo vii. Liteeatuea — 63.
—498—
Acabada esta función, y la i^rimera en ia forma que va di-
cho, volverán á acompañar á dicho Comisario hasta dejarlo en
su casa, el cual tendrá muy particular cuidado en despedir á to-
dos dándoles las gracias con agazajo, y urbanidad; de suerte,
que con ella les obligue á hacer mayores demostraciones: y
haciendo de todas estas tres funciones autos, remitirá copia
auténtica de ellos al Tribunal, para que conste siempre.
NUM. 62.
Lectura de Edictos particulares para recojer libros y otras cosas.
Luego que los Comisarios reciban algún Edicto particular
para recoger, ó prohibir libros, ú otras cosas, dispondrán que el
dia primero de fiesta, acabado el Evangelio de la Misa mayor,
se lea [habiendo dado cuenta x)rimero de que hay Edicto de la
Santa Inquisición, que leer, al Cura de la Iglesia, ó Dean, si
fuere Catedral, porque se estila asi, sin mostrárselo hasta ha-
berle leido] suba el líotario del Santo Oficio al púlijito, acom-
pañándole hasta él dos Familiares, y Alguacil, que se volverán
á su asiento [que estos dias será en banca frente de la del Ca-
bildo Secular, ó immediata á ella, y el Comisario no necesita
de concurrir á esta lectura, aunque en muchas partes hay cos-
tumbre de asistir en su silla en el inter que se acaba la Misa;
pero en este caso la tendrá al lado de la Epístola, dejando libre
el del Evangelio, j)orque solo goza de este previlegio los dos
dias de Edictos generales de Fé, por representar al Tribunal]
y antes de empezar hará la cortesía el Notario en la forma que
en los generales, y concluida la lectura, volverán los dichos
Familiares á acompañarle, y acabada esta función, dejarán fija-
do el dicho Edicto en el pilar de agua bendita de dicha Igle-
sia, y acompañarán á dicho Comisario, y de haberlo así ejecu-
tado dará razón al Tribunal.
NUM. 63.
Que propongan sujetos para Ministros á quienes lian de ser.
Cuando los Comisarios se hallaren sin Alguacil, ó Familia-
res que les asistan para lo que se ofrezca tocante al Santo Ofi-
cio, por muerte, ó ausencia, darán cuenta de ello al Tribunal,
proponiendo sujetos casados en quien concurran calidad de
—499—
limpieza, lustre y buena vida, y costumbres, remitiendo así
mismo la Genealogía y meruoiia de sus ])adies y abuelos pater-
nos y maternos, y de su mujer (siendo casado) y con los pape-
les que cada uno tuviere de su calidad y limpieza, para que con
vista de todo, el Tribunal se los nombre, y la diclia memoria
la harán en la manera siguiente.
"Genealogía de los Padres, y Abuelos paternos, y maternos
de ]Sr. natural de tal Ciudad, Villa, ó Lugar en tal Reino,
donde nació por tal año, y se bautizó en tal Parroquia: vecino
de tal Ciudad, Villa, ó Lugar, que pretende ser Familiar de la
Santa Inquisición, ú obtener otro Ministerio de ella, expresan-
do el que fuere."
PADRES.
'-' N. que tuvo tal oficio, y N. su mujer: ei natural de tal Lu-
gar, donde nació por tal año, y se bautizó en tal Parroquia;
y ella de tal Lugar, bautizada tal año en tal Parroquia, y ve-
cinos de tal Lugar en tal Eeyno; ó Provincia, donde casaron,
vivos, ó difuntos: testaron, ó no, en que año, y ante quién."
ABUELOS PATERNOS.
" ]Sr. que tuvo tal oficio, y X. su mujer: él natural de tal par-
te, donde nació por tal año, y se bautizó en tal Parroquia; y
ella de tal Lugar, donde nació por tal año, y se bautizó en tal
Parroquia, y vecinos de tal Lugar en tal Reyno, donde casa-
ron, vivos, ó difuntos: testaron, ó nó, en año, y ante quién."
ABUELOS MATERNOS.
"JS". que tuvo tal oficio, y N. su mujer: él natural de tal par-
te, donde nació por tí.1 año, y se bautizó en tal Parroquia, y
ella de tal Lugar, donde nació por tal año, y se bautizó en
tal Parroquia, y vecinos de tal Lugar conde casaron, vivos, ó
difuntos: testaron, ó n;>, en (pié año, y ante quién."
"Y juro á Dios, y esta + que esta Genealogía es cierta, y ver-
dadera, y todos los contenidos en ella legítimos, y de legítimo
matrimonio, sin que ninp,uno de ellos haya sido esposo,, ni hijo
de Padres inciertos, y lo firmé en tantos dias de tal mes, y
año."
Aquí pone le firma.
—500—
" En la misma forma dará (si fuere casarlo) la GeDealog:ía de
su mujer, y ésta la firmará sabiendo, y si no, el dicho sn ma-
rido, con diferencia, de que dirá: Genealogía deN. mujer deN.
que pretende serlST. déla Santa Inquisición."
Los Comisarios estarán advertidos de prevenir á los preten-
dientes que tuvieren alguna, ó algunas naturalezas en Lugar
populoso que tenga mas de una Parroquia, que expresen (si
pudiere ser j en que barrio de tal Lugar vivieron sus ascendien-
tes, con cuya noticia escusarán muchos gastos, y dificulta-
des, que de lo contrario se suelen causar.
NUM. 64.
Forma de recibir el juramento que hacen los Comisarios del San-
io Oficio de la Inquisición, Alguacil, Notario, y Familiares pa-
ra ser admitidos al ejercicio de sus oficios.
Estando el Comisario, y Notario, y los demás Ministros to-
dos sentarlos en la parte donde acostumbra hacer las cosas
del oficio de Comisario; entrará el Ministro, que se ha de reci-
bir, y dará su título al Notario, que le leerá en alta voz: luego
el Comisario le tomará en sus manos, y dirá, que le obedece, y
que en su cumplimiento haga el juramento acostumbrado, que
es el siguiente:
"Que jura á Dios, y á la Cruz, que corporalmente toca, que
" usará bien y fielmente con todo cuidado, y diligencia, y á
" su leal saber, y entender el oficio y cargo de N. en que ha
" sido nombrado, y guardará secreto de todas las cosas que le
" íueren comunicadas, ó encargadas por el Santo Oficio, ó de
" que supiere ó entendiere, de que se deba guardar, y no las
" revelará á persona alguna por escrito, ni de palabra, ni por
"semejas, y las ayudará y defenderá á sus Ministros [y sien-
" do Comisario ó Notario, que tendrá en buena custodia, y
" guarda los papeles que estuvieren en su poder, y á su cargo
" tocantes al Santo Oficio] y que dará cuenta y manifestará
" en el, ó á su Comisario todo lo que supiere ó entendiere,
" que es en su daño, deshonor, y contra su autoridad: si asi lo
" hiciere. Dios le ayude, y¡si no, se lo\lemande.
E. Amen.
Y lo firmará, y se advertirá lo siguiente:
Que no guardando el dicho secreto, ademas de que caerá
en pena de perjuro y de infidelidad y de excomunión mayor
lat(^ sentencias i/psofacto incurrenda premisas las moniciones en
—501—
Derecho necesarias, cuya alísolucion está r(3servada al Illmo
Señor General, y señores del Consejo de Inquisición, si direc.
te óindirecte revelare lo que los testigos dijeren [para Oomi-
sarim y Notariofi] siendo convencido i)or indicios ó testigos,
annqné sean singulares, de haber ido contra el dicho juramen-
to de secreto, por lo primera vez será suspendido de su oñcio
por un año irremisiblemente, y de cincuenta pesos de pena; y
por segunda vez, privado perpetuamente del oficio que tu-
viere.
NUM. 65.
Que tiene oMigacion de denunciar al Ministro que faltare al
secreto.
Y asi mismo se le advierte so pena de Excomunión mayor,
y de la dicha pena de suspensión ó privación de oficio, que si
supiere ó entendiere que cualquiera persona que sirve en el
Santo Oficio, quebrantare en cualquier manera el dicho secre-
to directe ó mdirecte, lo manifestará secretamente áeste Tri-
bunal, porque asi conviene.
líUM. 66.
Que no ponga nota de infección en ningún linage.
También se le advierte, y apercibe, que no ponga nota pú-
blica, ni secreta en ningún linage, ni llame á ninguna persona
de judio, moro ni converso, ni descendiente de tales, con aper-
cebimicrsto, que probándose el exceso en esta materia por
querella de parte, ó de oficio, será privado perpetuamente del
suyo, y se le quitará el título de mas de las otras penas, que
conforme á Derecho y á las circunstancias del delito se le de-
biera poner.
NÜM. 67.
Que sea modesto y quieto, y especialmente con las .Tusticias.
También se le encarga, sea muy modesto y pacífico con to-
dos, con apercebi miento, que por cualquiera pendencia ó re-
vuelta, en que fuere culpado, será castigado con todo rigor,
teniendo el respeto debido á las .Justicias Eclesiásticas, y'se-
—502—
glares, aunque sea esento de su jurisdicion, por no serlo en
todas causas, y ser conforme á razón, y derecho.
ÍÍÜM. 68.
Que si fuere soltero, ó viudo, no se case sin licencia del .
Tribunal.
ítem, se le advierte que si enviudare, ó siendo soltero trata-
re de casarse, antes de hacerlo, remita la Genealogía de la que
á de ser su mujer, para que hechas sus informaciones, y da-
das por bastantes (ó por lo menos vista la Genealogía en el
Tribunal) se le de licencia para casarse, porque en otra ma-
nera se le quitará el título y será multado á arbitrio del Tri
bunal.
NÜM. 69.
ios que se han de hallar presentes á dicho juramento.
El cual dicho juramento se hará presente el Comisario (que
le irá diciendo) Alguacil, Familiares, y el iSTotario, que pon-
drá fé á espaldas de el título de haberlo hecho con dia, mes, y
año, y se le advertirá, que luego se presente con él en el Ca-
bildo del lugar donde es vecino, para que le asienten en los
libros del ayuntamiento por tal Ministro, y les conste de ello.
NÜM. 70,
Que dia se ponen los Ministros el hábito de San Pedro
Mártir.
El Comisario y demás Ministros de la Santa Inquisición,
que tuvieren título y nombramiento de este Tribunal, se pon-
drán el habito y Venera de San Pedro Mártir los dias de pre-
gón de Edictos generales de la Fé, el de su publicación, y
anatema, y los dias de Jueves Santo, San Pedro Mártir, Cor-
pus Cristi, y Santo Domingo y sus vísperas; y los Ministros
Eeligiosos también la víspera y dia del Santo Patriarca de su
Orden, que es en conformidad de lo mandado por su Mages-
tad y Consejo de la Inquisición y no otros.
—503—
NUM. 71.
Asientos en los actos piihUcos y la forma.
En las conciTiTeiicias de los actos públicos, que tuvieren eu
forma de oficio los Comisarios y demás Ministros, guardarán
en los asientos la orden siguiente. El Comisario se pondrá en
su silla con cojin y tapete al lado del Evangelio siendo dia de
Edictos generales deFé, y Anatema, y abajo de las gradas al
mismo lado en una banca cubierta con alfombra el Alguacil
mayor, ííotario, Teniente de Eector, y Familiares, regulándo-
se por las fechas de la posesión del juramento, precediendo los
que tuvieren título despachado después de haberse aprobado
sus informaciones, á los que le tienen en inter, con declara-
ción, que cuaudo faltare Alguacil mayor, é hiciere oficio de
tal el Familiar mas antiguo, ha de preferir á todos, jDorque se
subroga en lugar del Alguacil mayor propietario; y habiendo
calificadores y personas honestas, por ser eclesiásticas, se sen-
tarán en otro coro, esto es frejite del banco del Alguacil ma-
yor, y familiares seculares, precediendo siempre los calificado-
res á las personas honestas, guardando el orden y antigüedad
que está dada en los Familiares de título en propiedad, ó en
inter: con advertencia que si hubiere persona honesta con tí-
tulo é informaciones en propiedad, preferirá en la clase de ho-
nestos al que estuviere en inter, pero no al calificador aunque
sea interinario; y en la clase de calificadores se observará este
aiibmo órclcn. Y en caso do concurrir Familiares de otros dis-
tritos estraffos, no tendrán prelacion en ol resiento á los Minis-
tros de aquel partido; y si quisieren concurrir, los íulmidrán
como huéspedes á los familiares en clase" de Familiares des-
pués del mas moderno; y á los Comisarios en la clase de los
Ministros Eclesiásticos después del menos antiguo de los ho-
nestos. Y si concurriere calificador de otra Ijiquisicion, se
sentará después del calificador mas moderno: y se advierte,
que concurriendo personas honestas regulares con calificado-
res, y que los honestos sean actualmente Prelados eu sus con-
ventos, en tal caso si los calificadores quisieren darles el pri-
mer lugar cediendo su derecho por cortesía y atención, se les
permitirá la prelacion á las personas honestas. Y siendo dia
de Edicto particular, se sentará el Comisario, y dichos Minis-
tros seculares al lado de la Epístola [habiendo costumbre de
asistir á estos, porque no es necesario como está dicho] dejan-
—504-
do el lado del Evangelio para el Gorrejidor, y Cabildo, que es
lo que está mandado por el señor Virey, conde de Alba, y Real
Acuerdo.
íÑTUM. 72.
Que los Comisarios no paguen portes de los pliegos que
tocaren á su oficio.
Los Comisarios del Santo Oficio están esentos de pagar
portes de los pliegos y cartas que fueren tocantes y pertene-
cientes á despachos y negocios del Santo Oficio, y remitieren
á esta Inquisición: los cuales enviarán al Chasqui con perso-
na de su satisfacción; anotando en su libro los que son, y
cuando ios remitieron para que den razón de ellos, si por al-
gún accidente se perdieren: y porque algunos se han valido
de este pretesto para remitir otros ágenos, que no tocan al
Santo Oficio, ni sus causas, se les encarga sobre ello las con-
ciencias, porque lo que por este camino quitaren á los Chas-
queros, estarán obligados á restituírselo.
iíUM. 73.
Que escriban carta separada, con cada despacho y la cortesía^
que han <ie poner en ella.
Los Comisarios tendrán mucho cuidado (como está dicho)
de escribir con cada despacho una carta á este Tribunal, po-
niendo encima: M'uy ilustres señores: y dando después en el
discurso de ella tratamiento de Señoría, y diciendo los autos
que remiten tocantes á K. por tal delito, y en tantas fojas con
fecha del lugar, dia, mes y año: y al fin M. Ilustre Señor B. L.
de U. S. su Capellán N. Comisario del ^anto OficiQ. Y el sobre
escrito se pondrá en esta forma. A los muy ilustres señores In-
quisidores Apostólicos de estos Rey nos del Perú, guarde Dios mu-
chos años.
Comisario de tal parte.
—505—
NÜM. 74.
Secreto en todas las causas y nenocios.
El Comisario y Notario del Santo Oficio serán, con gran
cuidado y recato, observantes del secreto en todas las cosas
que ante ellos pasaren, advirtiendo el juramento que liicieron
cuando fueron admitidos al uso y ejercicio de sus oficios; se
entiende no solo en los negocios de fé, sino en las informacio-
nes de limpieza, como dicho es, y demás que ante ellos se
hacen, aunque sean entre partes así en sumario,, como en jui-
cio plenario hasta estar hecha publicación de testigos, y en
los demás negocios, que se les encomiendan y cometen:
y el mismo secreto encomendará, y mandará guardar el Co-
misario á las personas que testificaren, ó llamaren testigos, ó
entendieren de cualquier manera en los negocios, poniéndolo
así por fé el I^otario en todo lo que actuare.
ÍÍUM. 75.
Que el desj^acho esté en tma piesa aparte, y con llave los papeles
del oficio.
El Comisario ]3ara mayor recato y seguridad, pondrá su
despacho en una pieza secreta y con llave, j en ella tendrá
con buena custodia y guarda esta instrucción, y los papeles
que tocaren y pertenecieren á los negocios y causas del Santo
Oficio; de manera que solo los pueda ver su persona y la del
IS'otario, á quien los entregará en caso de ausencia ó muerte,
para que los tenga con el mismo secreto y recato, hasta que
este Tribunal ordene á quien se ha de entregar, porque de no
hacerse así, suelen llegar á manos de personas que revelan lo
contenido en ellos, de que se siguen graves inconvenientes.
NUM. 76.
Que pidan el poder dejiies ordinario.
ítem, se advierte á los Comisarios que residen en las ciuda-
des donde hubiere Iglesia Catedral, que tengan cuidado de
ToM. VII. Literatura-— 64
—506—
pedir á los Srs. Obispos (luego que tomen posesión) den poder de
ordinario de aquel Obispado á los Srs. Inquisidores del Tribunal
del Santo Oficio de la Inquisición del Perú, que reside en la ciu-
dad de Lima, para las causas de los reos de sus diócesis con-
forme á derecbo (pues no pueden asistir á ellas personalmen-
te) con cláusula desque lo puedan substituir en la persona que
les pareciere apropósito para el oficio de ordinario, ó le con-
fieran al que egerce como tal ordinario por nombramiento del
Sr. Arzobispo de la dicha ciudad de Lima, ó del Dean y Ca-
bildo eclesiástico de ella en Sede vacante; ó á otra persona
eclesiástica que tenga dadas pruebas de su limpieza en el San-
to Oficio, y en quien concurran las demás calidades que se re-
quieren para dicha ocupación: y lo mismo harán al Cabildo
eclesiástico, cuando gobernare en Sede vacante, por ser nece-
sario para la expedición de las causas de fé tocantes á los fe-
ligreses del Obispado. Y de haberlo así ejecutado, darán cuen-
ta al Tribunal.
Y porque puede suceder, que así el Sr. Obispo nuevo, como
la Sede vacante deseen que los Comisarios les digan en que
forma darán el referido poder; se pone su formulario, x^ara
que se puedan valer de él (mutatis miitandisj en los casos que
ocurrieren: y es como se sigue:
" En la ciudad de ÍT., á tantos dias de tal mes y tal año, an-
te mí el Escribano ó ISTotario público, y testigos infrascritos,
el Iltmo. Sr. D. ÍJ". del Consejo de S M., Arzobispo ú Obispo
de ]Sr. dijo, que por cuanto como Prelado y Ordinario del di-
cho Arzobispado ú Obispado, le pertenece conforme á derecho
hallarse y tener voto en las causas que en el Santo Oficio de la
Inquisición de estos reinos del Perú se tratan contra personas
del distrito del citado Arzobispado ú Obispado, á que no se
puede hallar presente por la obligación de la asistencia en el
dicho Arzobispado ú Obispado, y conviene nombrar persona
para ello (según que le ha sido pedido:) Por tanto, que daba, •
y dio su poder cumplido, y todo el que de derecho se requiere,
y es necesario á los muy ilustres Srs. Inquisidores del dicho
Santo Oficio, que al presente son, y en adelante fueren simiil
& in solidum-, especialmente para que en su nombre, y repre-
sentando su propia persona, asistan á las causas de las perso-
nas reas del dicho Arzobispado ú Obispado, que en el dicho
Tribunal del Santo Oficio se trataren en cualquier estado que
estén, comenzadas y ijendientes, y que de nuevo se comenza-
ren, y puedan dar su voto y i)arecer en ellas, así i)ara deter-
minarlas y sentenciarlas definitivamente, como en cualesquier
autos de prisión ó tormento, é interlocutorios; y para que pue-
dan substituir los dichos Srs. Inquisidores ó cualquiera de ellos
este dicho poder en la persona ó personas que mejor les pare-
—507—
ciere, que descargarán su conciencia en las dichas causas, vo-
tando en ellas en los dichos casos lo que les pareciere confor-
me á derecho, y les dictare su conciencia y letras; y para que
á los dichos substituto ó substitutos puedan revocar el dicho po-
der y nombrar otro ú otros por ausencia ó muerte, ó por otra
causa, siempre que pareciere convenir, quedando este dicho
poder en su fuerza y vigor; que cuan cumplido, y bastante se
requiere para lo dicho, ese mismo daba, y dio á los dichos Srs.
Inquisidores y substituto ó substitutos con todas susinsidencias
y def)endensias, anexidades y conexidades sin exceptuar cosa
alguna, y con libre y general administración: y lo firmó de su
nombre, siendo testigos N., N^. y IST. — El Arzobispo ú Obispo
de tai parte. — Ante mí IST., Escribano público ó real, ó Nota-
rio público.
NÜM. 77.
*
Que cuiden de saher los q^ue otorgan eseriUiras á favor del Santo
Oficio imponiéndose 'penas, y las quebrantan.
ítem, se advierte á dichos Comisarios, y á cada uno en su
provincia, que algunas personas con ocasión de que no pue-
den cobrar lo que les deben, ó de haber hecho pérdidas jugan-
do á los naipes, dados ó tablas, ó de haber fiado sus haciendas
á otras personas en cantidad de pesos, han otorgado escrituras
de donación y obligación en favor del Santo Oficio de la In-
quision y sus presos, imponiéndose voluntariamente ciertas
penas de plata, que pagarán el dia que las quebrantaren: se
les encarga, inquieran y sepan quienes las otorgan, y ante que
escribano, para sacar testimonio de ellas: y si llegare el caso
de quebrantarlas, haciendo ó ejecutando lo que se hablan obli-
gado de no hacer, examinarán tres ó cuatro testigos de vista,
por donde constare del dicho quebrantamiento, y lo remitirán
al Tribunal, para que visto se provea lo que convenga.
T también se advierte y encarga á los Comisarios, y á cada
. uno de por sí en sus lugares y partidos, pongan particular cui-
dado en el breve despacho de las causas que por el Tribunal
se les cometieren, y de oficio hicieren por denunciaciones: y
habiéndolo así cumplido, y guardado la forma de esta instruc-
ción en todas, según la calidad de cada una de ellas, procuren
entregarlas cerradas y selladas en los Chasquis (habiéndolos)
y si no á personas seguras, tomando recibo, para que en todo
tiempo que les sea pedido, den razón de ellas.
-508—
NUM. 78.
Que de las causas de lieregía ó sosjyeoha de ella, de indios, no
conoce el Santo Oficio.
Aunque los mas de los Comisarios están impuestos en que
el Santo Oficio no procede contra indios en causas de lieregía
ó sospecha de ella; no obstante por cuauto por algunos suele
dudarse, y aun faltarse á este estatuleciraiento, de que se si-
guen notables inconvenientes: estarán todos advertidos, que
este Santo Oficio por la instrucción del Sr. Inquisidor General,
Cardenal, Obispo de Siguenza, dada para su fundación, se ha
abstenido siempre de proceder contra los indios en cualesquier
delitos tocantes á nuestra Santa Fé Católica; cuya exención
se cita en ia Ley 1 7, Tít. 19, Lib. 1 de las Rocopiladas de este
reino, y en la 35, Tít. 1, Lib. 6, según la cual dejarán á los
Ordinarios eclesiásticos ó justicias reales respectivamente en
lo que les toca, el inquirir y proceder contra indios.
EL IMPERIO
DEL
PIOJO RECÜ
POE
D, SBYSEINO AMARO,
J^ste i^oemita se picUicó en Lima en 1785. Ignoramos si
vino de la Metrópoli ó si es producción de algún injenio perua-
no ó de español residente en América.
EL TMPEEIO
DEL
PIOJO RECUPERADO
Que canten en biienhora los genios belicosos
Sonoras Epopeyas de varones famosos:
O aventuras de Turnos, Evandros, y Palantes:
O de la Griega estirpe los sucesos errantes:
O que canten x)roezas del robusto Teseo:
O que traigan y lleven los Manes al Leteo:
De las hijas de Jobe se agotaron caudales
En henchir (como dicen) de acciones inmortales
Eima eterna, y pomposa, á gloria que comprada
Fué á expensas de torrentes de sangre derramada.
Ya sabemos que Aquiles corria como el viento.
Que sirvió Troya á Paris de pira, y monumento.
Que de un guerrero el genio dejó inconstante y vago
Por velar, y tocada la Eeina de Oartago.
Alaben tales hechos, celebren tales nombres,
Que al fin solo celebran los hombres á los hombres.
Guarden encuadernados dorados pergaminos
Militares, estruendos, rayos^ y torbellinos.
Yo cantaré las armas, y el campeón primero
Que me obligó á rascarme debajo del sombrero,
Que siendo vasto empeño á sus pies arlequines
De un pompón á la moda pasear los confines,
—512—
En Oriente, y Ocaso sobervio señorea
Desde la nueva España al confín de Guinea:
Del Aquilón al Austro su poder extendiendo
Desde el Lapon enano al Patagón tremendo,
Que sutil, y fecundo en tretas refinadas
Se i)asea jjor cima de Testas coronadas;
Eecupera derechos que oscureció el olvido,
Y tanto mas impera cuanto mas escondido.
Dime Musa, ¿qué influjos, ó qué giros secretos
Pudieron de los hados alterar los decretos.
Que al Caudillo valiente reducido tenian
A cabanas, y establos do sus Padres lo vian.
Porque caminos vuelve, raros, y extraviados
Al ex]3lendor antiguo de sus antepasados;
Hasta llegar á verlo del cuello, y del colmillo
Vencedor altanero aunque chiquirritillo,
Pasear jactancioso, audaz, y descocado
Sobre las sutilezas del erguido Letrado,
Y mirar á sus i3l antas con el mismo desprecio
Los aciertos del sabio, los errores del necio?
jOon qué derecho en todo raro, y estra vagan te
Obliga del Estado la i)arte mas brillante
A pagarle tributos de la flor del granero
Del cerdo colmilludo, y del pingue carnero,
Ai}areando el caso del petimetre fino
A los ejes del coche, y al saco del molino;
Cuando á este tiempo á todos el chancero bellaco
Se va á hacerles cosquillas debajo del sobaco!
¡O rara criatura enigma que no entiendo
Si vive siempre oculto, si muere con estruendo!
Mas si reducir sabe la mágica pintura
Un enorme jigaute á mínima estatura
¿Por que al Poeta (digo) se imputará á delito
Pintar una acción grande en lo mas pequeñito?
Tú que diste á BurguiTios, Caliope parlera
Adornar de palabras una gran friolera.
Acércate á animarme con un benigno ceño,
Y no tomes á risa el lance de mi empeño.
Tócame i)ues el harpa, la cítara, ó bandurria.
Que el espíritu alegren, y sacudan la murria:
ISTo me toques viola, violón, ni violines,
M obeos, ni flautas, ni trompas, ni clarines:
Y si con dulces ecos mi mente fecundizas.
Procedan de las uñas, ó propias, ó postizas.
Ahora bien, pareciendo racional, y decente
Que vaya por delante de mi Héroe valiente,
—Sis-
Una justa pintura por perfiles y vistas
Según se nos presenta por los naturalistas,
O según que lo ol>servn,n Anatómicos muclios
Que dan noticia de este, y de otros averíiucbos;
Oonii«nzo desde luego en buena simetría
Por lo que llaman planta ó bien ignografía.
Advertiré, entre comas, que el pié sobre que mido
Es el pié de Píu-is, que es el mas riicibido.
No me tenga quien lea por hombre impertinente
Poniue pinto mi Héroe geométricamente.
Que espíritus geómetras se hallan á montones
Que hasta en lo metafísico quieren demostraciones.
Mira pues un galápago en aípiella postura
(A saber boca abajo) cual lo pnso natura.
Imagínate ahora, que saca la cabeza:
Imagínate de esta la natuial grandeza
Aumentada dos tercios del regular guarismo,
Y déjate la concha en el tamaño mismo.
Coloca el Sol encima perpendicularmente,
Contornea la sombra con mano diligente,
Tal como si la sombra quedara allí clavada,
y esta es la Ignografía casi pintiparada.
Agrégale dos cuernos, ó bien sean los ojos
En figura de entenas, ó en figuras de antojos
Tres patas á babor, y á estribor otras tantas
Con que la Ignografía pintiparada plantas.
Corta bonitamente por un plano perfecto
Llevado de alto abajo, pero en Ángulo recto
Y en dos justas mitades; aseguro á fé mía
Que si miras el corte veras la Ortografía.
Besta ahora pintarlo con sus mismos colores
Y arreglarlo á medida según Historiadores.
Es rubio terminado de obscuro competente:
Es carmesí en el centro, y á la luz transparente;
Cuerpo, y cabeza en largo compondrán los dos juntos
Lo que es raíz cuadrada de veinte y cinco ])untos.
Patas, y entenas dobla por varias coyunturas
Como el cangrejo, y otras marinas estructuras.
Naturales corazas mas de dos le guarnecen:
Seis uñas, que seis sables en el furor parecen:
De suerte que mi Héroe desde que vé la tierra
Digan lo que quisieren nace para la guerra.
Un cierto movimiento continuo, y i)eregriuo
Le notan los Filósofos del cuello al intestino,
Cual el flujo y reflujo del Océano al Báltico
TOM. Vlí. LlTÉRATUflA— 65
^ —514—
Que será el moviiüiento, que llaman Peristáltico.
Y si alguien tiene duda, arguye, ó dificulta
Que allá á Bufón, si quiere le i)ase la consulta.
No es punto menos grave el dar sus nombres todos
Ya según le ax)ellidan los nietos de los Godos,
Ya según lo conocen los literatos finos
En que lu^^ar sentado merecen los Latinos.
Según el ingles Lice, Laus Alemán sencillo,
Fedioulnsla llama cualquiera monacillo,
El Francés Fou le dice por nombre liso, y llano,
Pidocchio se nomina en buen Italiano,
Mas por ahorrar voces (uo lo tengáis á enojo)
En Castellano claróse le llama Piojo.
De que por heclio claro concluyo como cierto
(Y ya veis que en el caso no atestiguo con muerto)
Que es mi dichoso Héroe con sus puntos, y comas
Volumen traducido en todos Idiomas.
Parece he satisfecho la primer circunstancia
De dar á su persona el aire ríe importancia:
Y ha de serlo sin duda pues que le vi severo
Pasear con descaro, de través el sombrero,
El rapé pellizcando con gran desembarazo,
Y horizontal poniendo el mollero del brazo,
Sorber del polvo un tercio con estruendo, y con prisa,
Darle el otro á la chupa, y el otro á la camisa;
Síntomas que lo anuncian ser, según mi gramática,
Filósofo tupido de ciencia Diplomática.
Toma ya tus compases, y toma Musa mia
Tu regla, y tus pinceles, y i3Ído en cortesía
Que la pluma me dejes, y l)enigna, y atable
Me arrimes un soplico de viento favorable.
En el año Mas guarda que la dedicatoria
Dejaba en el tintero de mi graciosa Historia:
Póngase en hora buena que es acto ejecutorio
También á mi discurso colgar ese avalorio.
Vaya pues; y propicia reciba mi presente
Insigne Lain calvo, tu calva reluciente:
Á tí Lain, y á tus barbas, ó gran ISTuño Easura
(Si es que de pelo, y barbas os vendimió natura)
Disparo mi Poema pues con razón infiero
No egerció en vos mi Héroe su dominio severo.
Bajo tales auspicios Mecen ado, y seguro
Burlaré los peligros en este lance duro:
Embotará la Crisis sus dientes afilados
Y girará mi pluma con vuelos elevados.
Pero ya las tijeras he de meter al tema;
—515—
Y pnes que no es (lócenlo poner á mi Poema
De león la onboza, y las piornaR do js:rnlla,
A medida del Moní^e cort.'iró la. oog'ulla.
El año de cincuenta del Siglo que va andando,
Cuando iban ya las Damas el pelo remang'ando
Saliendo los receses de sus cuellos erguidos
De las sombras romanas en que estaban sumidos:
Guando la uiejor parte, la noble soldadesca,
A solas se gozaba de la cabeza fresca,
T casi cada trozo de la tropa brillante
Su peluca llevaba marchando por delante;
El Piqjal Imperio se miraba abatido
Por la tijera, el piene espeso, y repetido,
Los bucles, sortijillas, y otros varios inventos,
Que le eran otros tantos venenos, y tormentos.
Pero con el decurso de años veinte cabíales
La flojera, y destreza proporciones iguales,
La primera subiendo, la segunda bajando.
El orden de las cosas siguieron alterando:
Hasta que finalmente el de setenta y cinco
Subió á diversos grados casi, casi de un brinco.
Y aunque á impulso de fuerzas humanas, no divinas
Pasó por mar y tierra diversas sarracinas.
En tal época meses, ó dias mas, ó menos,
Apesar de huracanes, relámpagos, y truenos,
Un Piojo Suizo se vino de camino
Desde Brabante á Francia con cierto Peregrino,
Por cnya profesión, piadosamente andante.
Fué llevado sin costas de Suiza á Brabante.
Asi bonitamente á León se vinieron
Donde él, y el Peregrino á cenar acudieron
Cierta noche en un sitio que en término algo charro
Se suele por el vulgo denominar cotarro.
Era mi Peregrino zanqui-largo, huesudo,
De edad provecta, seco, y algo ceñudo,
Blanca guedeja y corta, cejas poco pobladas
Ojos celestes claros, ojeras replegadas.
La nariz con contera de color almagrado.
Barba cana, y vigote; con aire de soldado.
Supónese lo era como se colegia
Al oir de su suerte la genealogía,
Desde que en los Grisones político discierne
El cuerpo respetable de Zuric y de Berne,
Hasta que según cuenta con método discreto
(Los hechos colocados por orden de Alfabeto)
De Wachtendonck al lado entre los Genoveses
—516—
Saludaba los cor&os con tajos^ y reveses;
Y entre los Aleinaues con siniestro destino
Corría de alto abajo Mirándola, y Pionibino.
Por abreviar (en cnanto respectaba al i)elag"e)
Diré en una palabra que era de su equipajaie
Percha que va de marcha con humos de vestiglo
Y tabla Cronológica de la Historia del Siglo.
Llegado, como digo, de su parada al puesto
Larga el bordón á un lado, se sienta y rasca; en esto
Sus manos lleva al i)echo, y asiendo con cachaza
Dos cabos de que penden mochila, y calabaza
(Después que desenreda dos libras bien corridas
De Cruces, y Medallas que llevaba prendidas)
Depone el fardo, y luego con gentil continente
liorna la calabaza, preséntasela al frente,
Y dale un largo beso los carrillos hinchados.
Subiendo hasta ponerla en los noventa grados.
Respira, y se relame, y á su vigote cano
Le pasa por encima el revés de la mano.
Después de saludados con buena cortesía s
Los demás concurrentes de aquella compañía
El lio desenvuelve con orden y concierto
(A todo esto el Piojo callado como un muerto)
Saca un par de espejuelos, en su nariz los monta,
Y luego una cartera de que con mano i)ronta
Presenta cierto libro a toda la Asamblea
Que por pasar el tiempo le suplican que lea.
Histoire de la parure estaba intitulado
Por Mr. de Ohatouille Peluquero afamado,
Y él á la compañía que impaciente lo espera
Sin gastar mas preámbulos leyó de esta manera.
Sabemos por Historia la mas autorizada
Que la gran Babilonia miro considerada
En el grado sublime pov Matronas famosas
El Arte encantadora que ayuda á ser Esposas,
ítem que el gran Homero con su pluma galante
Adorna sus heroínas en manera elegante.
Y que allá entre los Persas la Dama Favorita
Si agregaba la maña al imán de bonita,
De rentas de Provincias, por cosa muy segura,
Fundía un guarda ro])a con la mayor linura.
Que alojaban con orden en varios Gabinetes
Ointurones y Lazos, Joyas, y Brazaletes.
Los Medos con Tiaras ropages arrastraban
De mangas anchurosas: al cuello se colgaban
Cadenas de oro, y piedras; y no tengo por cuento
—517—
Que de ágenos cabellos usaban sniilemento.
Se pintaban el rostro, las cejas se teñían .
Si esto los Medos eran, sus Damas qné serian?
Despejada la niebla de la barbarie anciana.
La i)ul¡da Ateniense, la fina Cortesana
Qne al bello Mundo Griego robaba adoraciones.
En Botes de Pomada, color, y confecciones,
Opiatas, y Cosméticos, segnn la Historia indica,
Al Tocador le daba honores de Botica.
No hablaré de snlama de los tiempos de ahora
M las Fisonomías qne la costumbre dora.
Con que en días nupciales para honrar los festines
Las Kovias Griegas vuelve estatuas de Jardines.
Mas referir no omito qne las antecedentes
Tocaron las ventajas de los yerros calientes:
Que el cabello ahuíícando en fanfarrones rizos
De la figura hermosa doblaban los hechizos.
Gastaban la mañana (en esto ya el Piojo
Con atención escucha abriendo tanto ojo)
Gastaban la mañana las romanas beldades,
En oir de su Espejo alagüeíias verdades.
Volviendo á consultarle por mas que les repita
Una, dos, y tres veces, ya lie dicho que 'bonita.
Pero las que por orden de la naturaleza
En partición no hubieron el Don de la belleza,
Al Espejo apelaban con gestos, y guiñadas
Estudiaban mohines, y actitudes forzadas:
Y la verdad que hablaba aquel Censor severo
Al revés la tomaban con Arte lisongero.
Y (un (1) Poeta responde de que digo verdades)
De la Moza acudían á las habilidades
Que alguna vez pagaba por lo poco mañosa
Todo lo que á su Ama faltaba para hermosa.
No hablo de las esencias, perfinnes, y pomadas.
Opiatas, y otras drogas con orden colocadas
En tiendas espaciosas que el gusto disponía;
Do el femenil achaque de la frisomanía
Hallaba lenitivos según las condiciones.
Sincopando bolsillos de los ricos Varones,
Allí Alfileres de oro para prender los rizos.
Dientes artificiales, y cabellos postizos
Que en Maximina y Lelia un (2) Poeta tunante
Burlaba algunas veces con sátira picante.
(1) Juveual Sat. 6.
(2) Martial 1. 12, Ep. 23, 1. 2, Ep. 41,
—518—
Habia frontispicios de Arquitectura estraña
Que al rostro acomodaba la artificiosa mafia.
De box, y marfil Peines, y demás que no explico;
(Aqui mi buen Piojo torció un poco el hocico.)
Formaban con barnices de mil composiciones
Varias fisonomías de las mismas facciones.
Los Cosméticos fueron, y baños detergentes
Ocupación muy seria de sus primeras Gentes:
Sirva de autorizarme para quien no me crea
De ISTerou la querida que llamaban Popea;
Dígalo si no el baño en que se repulía
Que de quinientas Burras la Leche se bebia.
don el Eomano Imperio á decaer empieza
De tan sublime Estudio la primera grandeza,
Y en mil altas, y bajas entre varias íTaciones
Siguió siempre el tocado dando rail tropezones.
Dilatarme sería, como¡, donde, ni cuando;
Basta para mi intento decir, que barbeando
El Siglo diez y seis con el que le seguía
Según L' Etoile (tratando de la frisomanía)
Por París paseaban las Monjas, y no locas,
Que de Eizos, y Polvos componían las Tocas. ^
De estos en nuestra era estraños fenómenos
Un Siglo deplorable (aqui no pudo menos
De mi ilustre Piojo el espíritu ardiente
Que irse pa.sito á paso asomando á la frente)
Un Siglo deplorable de pera, y de vigote
Y Cabellos de Damas ligados al Cogote,
De la bella manera de la antigua finura
Degeneró en la necia Quijota compostura.
O tiempos, ó costumbres! ¿mas para qué vivimos
Los que de Patriotas estímulos sentimos?
Toma Lector amado, y seas el que seas
Presenta á las hermosas, y también á las feas
De mis tareas fruto ese don consumado
Que es lo que saco en limiDÍo de todo lo ensartado:
Y aunque es fruto que tarde se logrará maduro,
Quizá para mi gloria verá el siglo futuro
Eeliquias de que siempre en las cultas Ilaciones
Abundaron Patricios de buenas intenciones.
Ya estas últimas frases apenas se entendían.
Envueltas en bostezos que las interrumpían:
La Cena, y el cansancio efecto del camino
A descausar llamaban al Lector Peregrino,
Tal qiie á muy poco rato quedó sin mas enojos
Dormido con su libro, y con sus anteojos.
—519—
El sueño en actitudes ruras, y diferentes
Fué asimismo fijando los demás concarrentes;
De suerte que en el libro se nos quedó guardado
El curioso fragmento del Arte del Tocado,
Pero el Piojo altivo, dijo detras de un voto,
A fé no lo has echado en ningún saco roto.
Paróse un tanto cuanto, y sin oír mas razones
Fué hinchando poco á poco sus cóu(;avo.s i)Uimones:
Y esforzando el torrente de viento que ha cogido
Prorrumpió de repente en un fuerte bramido.
A tal novedad corren en diversas patrullas
Los Piojos, cual suelen en su tiempo Ins Grullas.
Fórmanse pues en orden los fieros Batallones,
Inúndase aquel sitio de fuertes Campeones, •
Atónitos escuchan, y dijo con arrojo
Desde el Trono elevado el insigne Piojo,
¿Y queréis que os renuev^e el dolor inetable
Del Reino ya perdido? que refiera, que hable
De sucesos funestos que oscurecen la gloria
De los célebres fastos de nuestra antigua Historial
Que ojeé en pergaminos de Centurias pasadas
De infamia, y vilipendio las pílgiuas manchadas?
¿La piojal progenie que en siglos anteriores
Trató familiarmente con Eeyes, y Señores
Ye humeando (cadalso de muerte anticipada)
Con su sangre el recinto que coge una pulgada,
Y llevar su deshonra, sin haber quien lo gruña
El rústico Yillauo en la punta de la uña?
Al gran Sgratiñani Piojo Italiano
Eegistro en las Historias cuando corria en vano
Desterrado sin tiem}3o de las lomas Toscanas
A hallar asilo bajo las lunas Otomanas;
Cuando el rapado Turco " no ha lugar (le decia)
Que por mi ley me lavo siete veces al dia."
Ya del Piojo rasqueta Andaluz Macareno,
Cuarta, ó quinta progenie del pardo Sarraceno
Los i^enosios rod($os, con dolor imagino
Cuando á China llevado por rigor del destino,
Al fin de mil afanes se mira sin amparo
Sobre el Casco lampiño del Mandarín avaro.
Leo mas, y registro á derecho, y á tuerto
Al Piojo der,ongleg Francés vivo, y despierto
Correr á la inclemencia la tez que no arrebola
La habitadora inculta de la remota Angola.
¿Quien pues miserias tantas, y tales refiriendo
1^0 deja ir yin tino las lágrimas corriendo?
—520—
Al ver los que algiiu tiempo vivieron alliagados
Eli cogí Des de plumas de cortiuas cerrados,
Salir el duro Euero con riesgo, y sin abrigo
Al Sol en la Camisa del infeliz Mendigo;
Y verse apellidados de Poetas Pedantes
Viles diminutivos de los entes rapantes?
Ah! corramos el velo á casos tan odiosos,
No cabe tolerarlos en pechos generosos:
A recobrar os llamo conocidos derechos.
Si vive todavía, si vive en vuestros pechos
Tal cual leve centella de aquel ardor bizarro;
Salgamos ó Piojos, salgamos del Cotarro,
Y llevemos la Eoña, y llevemos la Tifia
Extendiendo el asombro por la vasta Campiña.
Dijo, y apenas hubo acabado el discurso
La conmoción se nota en todo aquel concurso:
Con rumor sordo, y vago que á niotin amagaba
De aquella vasta nave el hueco resonaba.
Mas cata que la Tina de su hermana seguida
Que por el nombre Roña está bien conocida,
Y moraba no lejos del sitio ya nombrado.
Quizá por un Diablo que conchudo, ó taimado
En las revoluciones que el Piojo tramaba
Algún grave proyecto también interesaba;
Eecibeu el aviso, y en dicha coyuntura
A los mínimos términos reducen su Estatura.
De Becoquín funesto la Tina se cubría
Con pasos presurosos la Roña la seguía
De color de pajuela vistiendo un largo trage;
Su próxima llegada avisan á el parage
Por viento penetrante de Azufre, y de Cerote,
Que al Héroe Piojo tocando en el Vigote
Le anuncia algún estraño raro acontecimiento:
Preséntase de golpe, y en el fatal momento
Cuando los Camx)eones de la Turba esforzada
Con los ojos saltando, la faz ensangretada,
Fieros echan mirando de aspecto centelleante
Al lí^orte, al Mediodía, al Poniente, al Levante;
Viendo aquellos Espectros entrar desaguisados
A la fuga sin tino se dan precipitados:
Cual corre, cual tropieza: por mas que el gran Piojo
Les grita reventando de cólera, y enojo:
A nada dan oídos tal que con desafuero
Dos grandes Adalides que del orden primero
Ocupaban los puestos de mas categoría,
Dando frente con frente sin guardar cortesía
—521—
De tal modo se avisan su necio desatiento
Que recíi)roca muerte se dan en el momento.
Pero la mayor i)arte con gentil entereza
Del cuerpo, respectivo se tiene á la Cabeza;
ínterin que al aspecto del lance lastimoso
Desprecia los cobardes el guerrero famoso
Y luego que las Damas saluda corteznjente,
Veo su fuga, les dice, y me ^s indiferente.
El ver vuestro desaire que miro como mió
Empeñara en el lance todo mi poderío.
Vuestra vista, señores, limpió mis Escuadrones
De aquella vil Canalla de inútiles follones:
Mas estas de mis huestes porción mas aguerrida
A vengar tal agravio briosa se convida.
Será vuestro cui<lado sondar vuestro alvedrio,
Ejecutar al punto será el empeño mió.
Generoso mancebo, la Tina le responde,
Basta ya pues ni ignoro, ni tampoco se esconde
Al mundo entero cuando de los hados impíos
La vuestra causa, y nuestra sufrieron los desvíos,
Corriendo casi siempre por términos iguales
La misma alternativa de bienes, y de males.
A daros pues auxilio, y á pedirlo venimos.
Pues que tales memorias lloramos, y sentimos.
Esta que me acompaña batiéndome la estrada
Os dice, lo que digo; con no deciros nada:
Pues es de los Eoñosos antiguada manía
Ahorrar las razones á fuer de Economía.
Por premio solo exige nuestra benificencia
Eespecto á vos, y vuestra ilustre descendencia
El vernos al esfuerzo de vuestro ardor valiente
Colocadas en solio mas digno y eminente.
Dicen, y se retiran: cuando en aquel momento
Atraviesa el espacio del sabido aposento
Con paso presuroso un feroz personage
Que goza puerta franca sin anuncio de Page:
De los de tal esfera que por antigua usanza
Pasean en pelage de toda confianza,
Y suelen por d< recho de posesión seguida
Tratar de la Eepública la Gente mas florida.
Uno digo de aquellos que comen y se tapan
De lo que unos desechan, de lo que otros no rapan:
En cuya profesión sus mayores, y ellos
A la par van creciendo que crecen los cabellos.
A este le cupo en suerte correr con las Cabezas
TOM. vil LlTERATUBA — 66
—522—
De unos Músicos entes cuya esfera y proezas
Ascienden, y descienden en métrica armonía
Se^J^nn de los Poetas gira la fantasía.
Unos hablan en tonojorave, profundo, y lleno,
Otros son animales del género Epiceno
Que alegran del Teatro la oyente Comitiva
Diciéndoles las solfas octavas mas arriba:
Otras ya como Eeynas. ya como Contadinas
Escupen de la rees, y tragan Esterlinas,
Pesos duros, Luises, Kixdahllers, y Zequiues
Los bolsillos barriendo de francos y ruines,
Gages bien ordinarios del miserable empleo
De los que no renuncian al Demonio Asraodeo.
Aquel que espolvorea la ya espresada Gente
Atiueca, peina, emplasta, y apresta diligente,
Pudiendo bien decirle á los que no son sordos
Que al diapasón le i)e¡na entrambos tetracordos,
Guardaba en su revista por útiles razones
El orden de ir dando fin por los mas poltrones.
Acudió de mañana este tal perdulario
Al susodicho Hospicio, en donde de ordinario
Al Capellán solía peinarle la peluca:
Llega, toca la puerta,^ el Adalid lo cuca,
Ya su guerrera Grey con un denuedo ardiente
Este razonamiento dispara de repente.
Llegó la fatal hora Pigmeas criaturas
En que al ver el arranque de nuestras travesn ras
Diga el mundo pensante que aun se ve en sus distritos
Nacer Gigantes casos de Padres peqneñitos.
Ya nos vernos al frente de la Plaza primera
Que ha de ser digno empeño de nuestra saña fiera,
Hock, Graiffer, La Pincete, Brachini, Garra fuerte
(1) Vos á quienes siguiendo mis tiendas, una suerte
Una salud; y cansa plugo abrazar conmigo
Y morir con indómita cerviz; á Vos os digo,
Preparad de corage los pechos cosqui.' losos
A proezas enormes y trabajos penosos:
Séanme compañeros aquellos que conmigo
Mis riegos correr quieran siéndoles yo testigo:
Cuando lo hacer así con espíritu ardiente
Juzgaron por heroico Piojal y valiente:
Mas los que prefirieren vivir horas poltronas
Cual viles Malandrines vayan á escardar Monas:
O soldado, ó Caudillo embestiré á Ser^jientes
1) Lucano Pharsal, 1. 9.
—523—
Bíisiliscos, y Fieras con garras, y con dientes:
Que para el esforzado trabajos y rigores,
Son Mazapanes, Natas, Pestiños, y Alfajores.
Dijo, y allí al instante el Congreso severo
Eesolviópor asalto tomar al Pelnqnero.
Formada la columna sale la tropa al frente,
Y luego á la sordina se fué bonitamente
Escalando las piernas con i)aso magestuoso
Mientras el Peluquero menea presuroso
Las manos, y cabeza, precisa circunstancia
Para dar al peinado donaire, y elegancia.
Oonviniérale en lance de tal naturaleza
Mover las pautorrillas mejor que la cabeza;
Mas el pobre diablo i)or tristes conclusiones
Les entregó la Plaza sin caj)itulaciones.
Én estas circunstancias el Héroe Piojo
Sus tropas reconoce, y abrieudo tanto ojo
Al campeón Horqueta señala con un cuerno,
Y al punto de la Plaza, le confiere el gobierno.
Dale sus instrucciones, y se vuelve al destino
De los andantes trapos del viejo Peregrino.
Mas jjorque los lectores no tengan á manía
Que expresando los nombres de tanta animalía
Oculte el que distingue á mi ilustre Piojo
Allá va: fuera á fuera direlo con arrojo.
Hirnbokrend se llamaba: en Piojo Suizo
Apelativo nombre, y propio, no postizo:
Son Germánicas voces que interpreta el discreto
JSl que taladra el Casco, en castellano neto.
Pero yo que no gusto de sangrar apellidos
Para que de robustos se vuelvan relamidos.
Ni sincopar los nombres como muchos poetas
Porque á la rima vengan á, modo de calcetas,
He omitido, y omito, y omitiré adelante
Del esforzado Vicho el nombre retumbante,
Por ahorrar angustias á los oidos tinos
Si mi Pocuia pasa por labios femeninos.
El paréntisis baste, v volveré á mi asunto
Puesto que está zanjado de erudición el punto.
Vuelto á su gabinete, como diciendo iba
Dicen los refugia<los quedito, viva, viva.
Aquellos que en aprietos recientes, y pasados
De pánicos terroi-es huj^eron acosados,
Y pasi to á j ) as i to se fu e r<n i á and u rri ales
En donde el Sol no suele dar á los racionales.
Óyelos, y al momento esforzando el torrente
—524—
De su aguda elocuencia, y alen tan do su Gente
Con la gloria de tanto excomnnal guerrero
Que arrostró los peligros de aquel empeño fiero
Subiendo cual si fuera algún albaricoque
Sin efusión de sangre, ni cosa que le toque;
Con máximas sutiles los exhorta siquiera
A que dieran los golpes de la misma manera.
Y á coger loa contrarios dormidos, ó maduros
Que son siempre en la guerra los lances mas seguros.
íío se le malograron sus sabias intenciones
Según de si lo dieron mil otras ocasiones
Del Cotarro alojados en la Plebe ambulante
Como el Lector curioso verá mas adelante.
A mi Héroe dejemos, y á los otros volvamos
Que allá en el Peluquero de guarnición dejamos.
Salió este como dije (á pobre si supieras
Lo que va maquinado bajo tus faltriqueras!)
Haciendo por su turno las sólitas visitas
A Barbados, Lampiños, á feas y bonitas.
Mas no se ve, ni ba visto, ni se verá de estado
Un criminal famoso mejor asegurado,
A la tercer visita tal furor le trabuca
Que salió como Toro picado de la cuca.
Pero el lance forzoso en tal aprieto era
De un Tiple Femenino peinar la cabellera:
Urgíanle ios picos de la maldita Grey,
Y entró precipitado diciendo viva el Rey:
Los que se guarecian bajo de la camisa
A que se despachara le daban tanta prisa
Mientras escarmenaba la teatral Princesa
Que empezó en el Amable, y acabó en giga Inglesa.
De Sebo, Pelo, y Polvos, por recurso sencillo
Halló en la tal urgencia formar un reboltillo:
Y por lo muy poblada de nativa espesura
La música cabeza de dicha criatura
Eesultando el compuesto de escomunal grandeza,
Halló por conveniente ponerle en la cabeza
En vez de gasas plumas, ó de otro suplemento
Ser de moda flamante el dicho pensamiento.
En tal tiempo agitado con diversas posturas
Goteó de la manga vivientes criaturas:
Las cuales bien cebadas en tiempo limitado
Del lineal guarismo montaron al cuadrado.
Al proseguir corriendo aquel pieza famoso
Su turno acostumbrado; con brazo dadivoso
Zizañafué sembrando de camino que araña
—525—
Cráneos, y Pelucas con presurosa mana.
Mas el teatral ente de solfas espetera,
Se prepara entretanto cual Cenobia guerrera:
De marcial uniforme el rostro coloria
Oou Carmin, y Cerusa Postas del claro dia:
Procediendo actitudes, raras contorsione,;
Pasa de las Coípu^tas á tomar las lecciones
Al cris! aliño Libro, donde gesticulando
Del corazón estudian por conseguir el manilo.
Se observa, y aprehende (pie á sus ojos le dice
Afectos de Ariadne, de Dido, y Berenice:
Con esto se derrite, se ensancha, y regodea, "
Y tremola las Grímpolas de la gran chimenea:
Sacúdese la falda, sale, y en silla andante,
Como caja de azúcar, la llevan á que cante.
Llega pues, y á su turno le presenta en la Escena
Al alegre concurso la pomposa melena,
Y egerciendo un imperio sobre canoras Tropas
Tal cual sobre los naipes egerce el Rey de Copas;
Admira al bello sexo: sus atenciones roba;
Tal sonríe, tal tose, tal guiña, tal se emboba.
Al ver el fenómeno salen los que ginetes
De las narices graves sobre los caballetes
En personages muchos autoridad indicau-
Y aliora lleva en sus brazos del ípsilon que aplican,
Extranjeros influios de modernas estrellas,
Por bajo de los ojos, con niñas, ó sin ellas.
A otro dia los Pages salen en comisiones
Para emprender de Pelo nrievas expediciones.
Tal que al motor afirman le salió buenamente
A Luis el Piojo por cálculo corriente.
El Capellán que dije, se hallaba descuidado
Cou todos los perfiles de Abate refinado
Auna l)eldad leyendo galantes poesías:
Cuando un harpista diestro le toca las folias
Por bajo la peluca en sitio retirado
Donde con maña astuta se hallaba atrincherado.
Ya las cejas arquea, ya en el cuello se sume.
Ya en houor de los rizos, se aburre, y se consume:
Y en el desasosiego que el juicio le trabuca
Renuncia en adelante por siempre á la peluca.
De este el sistema siguen por iguales razones
Otros muchos pelucas, y otros mil pelucones:
Yá las damas tan solo les quedó reservado
El tráfico exclusivo del pelo preparado,
De enharinados entes por químicos esmeros,
—526—
Para bien de liospitales, y de sepultureros.
Al punto se habilitan diversos postillones
Que en Paris se fabrican de cartón, y girones,
Y luego arrebolados con rostro cristalino
Llevan nuevas que importan al sexo femenino,
A la Sueeia tria, á la Eusia espaciosa,
Y al extremo templado de la Betica ociosa.
Pero al ca])o de (lias, y diversos a/ares
Que el iiiconstaiite mundo produce por millares,
A Paris se volvieron los diclios trampantojo^
Oseando mosquitos, y abrigando piojos.
Diré como arreglado á verdad, y conciencia
Si el lector me concede un poco de paciencia.
líoten que á mi piojo sus medidas prudentes
Dieron lugar en medio délas primeras gentes:
Y que logró tenerlo quedando atrinclierado
A fuer de salchichones de pelo preparado:
Invención desde luego entre los lugenieros
ISruuca vista, ni ahora, ni en los siglos traseros,
Pero como el destino al Héroe acrisola
Como el Huevo á la Azúcar en una cacerola
Del fiero rascamoño el moderno expediente
Con el proyecto agudo dio en tierra brevemente.
A equivaler viniendo el dicho Tagarote
A Bombas, á Granadas, Carcasas, y rebote.
Eeducidas las cosas á tan crítico estado
jSTuevo sistema entabla un Caudillo taimado.
Tenia de algún tiempo estrecha confianza
C(m el Viejo meollo de una que por usanza
Solia hacer modesto papel de centinela
A otra de quien pudiera tenerse por Abuela:
Y aunque íle agena alcurnia, generación, ó rama
A lo teatral suele denominarse Mama.
Palabra tan usada, como clara, y sencilla
Que á tales avestruces les viene de i)erilla.
Esta pues en el punto en que á tomar consejo
Pasaba la educanda del c<mfidente espejo.
Cuando aun nocturno em])eño las Armas prevenía
Que anuír, el gran Diablo, de su manejo fia;
Provista acom[>aüaba de ciertos peregiles
Para dar al tocado los últimos perfiles.
Al tiempo que la Joven á la luz examina
De la faz que acicala la gracia peregrina,
A bi vieja el Piojo dio tal aguijonazo
Que acudiendo al socorro apresurado el brazo
—527—
Impelió la hngía con niafui tan lij^era
Que jíconietiendo el í'hoíí'o la lincea OaSellera
El incendio consumo la mitad por atajo
De mante(piilla, Polvos, Oabellos, y trabajo.
Bepararel desastre con prontitud, urí^ia
Porque absolutamente el lance lo pedia.
El caso de contado se le remite al ente
A que en tosca no llaman il fí(w<(lier Henéente,
Que á correr se destaca, todos los vericiuítos
Donde para cabezas se fabrican coletos;
Y tardando los vivos en reparar líi quema
Dispone que los muertos resuelvan el problema.
p]l caso fue (direlo sin afectar mist(n'io)
Que á pasar acertando por cierto Cementerio
El portero, que es uno de aquellos animales
Que viven de que mueran los entes racionales,
Saliéndole al encuentro, y su cuita advirtiendo
Le franquea los senos de aquel luííar horrendo:
La moneda inediante con que el siniestro hado
A explorar aquel sitio le obliga desusado.
Allí, mal prevenido por tín se figuraba
Entre aquellos despojos hallar lo que buscaba:
Aunque haber de dar pasos era pesada historia
Por sitios quG no anda la juvenil memoria.
El Perrito faldero seguía diligente
De la tal Amarilis al jmlido cliente,
Que provisto desciende de su enorme Linterna
A registrar el hueco de la oscura Oaberna.
La íí^oche que al espanto los pasos apresura.
Del sitio no pisado la dilatada anchura.
De la luz el vislumbre que en cóncavo lejano
Espectros pinta al miedo con invisible mano;
Las mohosas paredes, mil insectos errantes,
El silencio profundo de aquellos habitantes.
Osamentas que impiden las trémulas pisadas,
Al'espíritu apuran las fuerzas reservadas.
En fin cuando ver piensa lo que al azar le emijeña
Una árida Cabeza nota que le hace seña;
Y así como negándose á su errada porfía
En acción silenciosa, un no le ])roferia.
El pelo se le eriza, tiembla vacila, y yerto
Casi, casi espiraba. Mas á derecho, ó tuerto,
El perrillo faldero con una saña fiera
Envistió derrepente contra la calavera,
Y al naoraento acosado con paso presuroso
Salió como relámpago el santo milagroso.
— o2«—
Recóbrase el mancebo, pero mas descorrida
El ratoncillo gana del sitio la salida.
Huyó pues como digo, y apresuradamente
Se volvió sin recurso el gallardo valiente.
Llegó, x)intó el suceso de su fuerte aventura:
El caso daba prisa: y el discurso se apura.
Nemine discrepante vota en fin el Consejo
Que se saquen las tripas á un taburete viejo.
Al punto se ejecuta, y aquel vientre cerdoso
Celebra matrimonio con el cabello hermoso.
LleT.ió el hueco en efecto; mas no era ])astante
Para dar al conjunto la proporción gigante.
Apelase por tanto al arbitrio sencillo
De transformar en tocas cierto hueco arandillo.
Aplaudióse el invento con que se envanecía,
De darle nuevos timbres a la frisología.
Por guardar proporciones, y perfiles al bulto
Quid pro qi(o de cabellos aquel ponia culto
Con confiones, cal eses, y cofias decamino
Que observa religioso el sexo femenino.
Sur le hoii ton á Dama de mi conocimiento
Vi correr á gran vela con el boreal viento
Que no hallando á la cofia calesín suficiente
Y echándole brabatas al helado torrente
Plegó el fuelle á la espalda, y llegó á su destino
Hecha sort)ete, \)ero con cofia de camino:
Mientras elude el piojo con mañosos intentos
Del feroz Tascamoño los acontecimientos,
T logró en pocos dias con los empavesados
Volver en piojosos muchos adinerados:
Transformó alguna dama de peluda en lampiña;
Y erigió de su casco regio solio á la Tina:
Pooeza que hará época en los sucesos varios
Que de la bagatela rezan los comentarios.
Mas al cabo de dias se malogra la treta
Dando algunas pulgadas de mas á la saeta:
Bien que la Escabie habita de asiento, y bien despacio
Allá con el Piojo iDartiendo el Yictiis ratio.
Este pues irritado, con denuedo altanero
Al sentirse alcanzado del aguijón severo
Renueva los esfuerzos, apura las ideas
Y el fin consigue: Cómo! Verás con tal que leas.
Si pensar corregirte es insigne locura.
De tí reiré Mundo, y habrá de ser cordura.
Animales tesalios, que á cerebros calientes
El ser les heis debido sin ser vuestros parientes,
—529 -
¿Habrá entre vos acaso fantásticos vesti¿jlos,
Y todavía Mozas al fin de tautos siglos
Alguna tan ociosa que parta sus esmeros
En hacer redecillas, ó en guarnecer sombreros
Como alguno á la cuácara que á nadie se le quita
E iguala ijor encanto la fea, y la bonita?
Sino; que se entretenga, y no me ponga bocico
En pelar Avestruces ínterin que me explico.
O sea tan política que al tiempo que yo ensarto
El sombrero le quite al Rey Enrique cuarto:
O que á Sully le pele la x^era, y las mejillas;
Pero sea con tiento dejando las patillas.
Cual ÍTave que gallarda con Velamen altivo
Se escapa, y le da alcances al Viento fugitivo,
Y rompiendo veredas, ó surcos pasageros
A las regiones líquidas echar parece fieros
Hasta que el Cierzo crudo soplando á dos cachetes
Bifa Estáis, y Gavias, y rinde los Juanetes:
Una Infanzoua hermosa de un Piojo acosada
Prefirió al sufrimiento el verse desgreñada.
Los oídos un qtmlan de sus adoradores
Le regala al mirarla dicióndole mil flores.
Ya Danae la pinta con boca lisonjera,
Ya Dafne, ya Diana, ya Deidad deOithera:
Haciéndola que pase á fuer de necedades
Una Metempsicosis por todas las Deidades.
Mas otra antagonista que se hallaba en el rolde
De la idea pagada sin contar con el molde,
La acompaña al concurso por modo de sufragio,
Y á poca diligencia se difunde el contagio.
íío volvió satisfecha de la tal compañía
Por faltarle la gracia de la fisonomía:
Apurada mirando a un cuadro que no pinto
O del Cid, ó de Alba, ó ya de Carlos Quinto
Para suplir del rostro el atractivo, infiero
Que lo mejor de todo le pareció el sombrero.
Vistiéndolo de plumas, de flores, y cintillo
Ya la tez con carmines poniendo un tabardillo
A lucir se despide derecha y carienjuta
Toldada como tienda donde se vende fruta.
Espárcese el hallazgo por calles, y plazuelas
Las modistas alegres tocaban castañuelas:
Y al ver lo que resulta diréis con mil razones
Que hace sol, ó que llueve dentro de los salones.
Al fin mi buen Piojo salió con el x)artido
Tomo vii. Literatura— 67
—530—
De quedar á cubierto, y mejor defendido:
A donde el Rascamoño con chanzas importunas
Nunca le dé matraca, teniéndolo en ayunas.
En estas, y en esotras llegó por fin el dia
En que vino llamado desde la Andalucía
El célebre operario de la primera treta
Que se dejó á la orden del Oamxjeon Horqueta:
Con sueldo moderado de un mensual careto
Manos libres, y mesa, casa, y mas que no meto,
Viaje, y cien doblones; que tanto requería
Un hombre en el estado de tal categoría.
Pareció al mismo tiempo, mas por otro camino,
El Héroe Piojo sobre su peregrino.
Oh lector! adivina sus primeras razones
Al advertir el fruto de sus expediciones:
Viendo unas en saraos haciendo cabriolas
En Heroínas francesas, flamencas y españolas:
Tremolando en banderas de colas los fragmentos
Que pájaros grandables llevaron por los vientos:
Y á muchas que no gozan cabeza lisa, y fresca
Andar en actitudes de huracán, ó de gresca.
Al ver de las orejas colgar los confidentes,
y entrarse los cabellos á saludar los dientes.
Cuando sobre la cumbre levantada divisa
La Eepiíblica blanca de los que van de prisa;
Y allá con franca mano señoriles honores
Eeparte entre droguistas, y entre perfumadores.
Mas al Suizo Andante dó el Piojo se sienta
Le esperaba fortuna algo mas opulenta.
Una ciudad fastuosa lo recibe y abriga,
Un tal su paisano le llena la barriga:
Y un mostrador en breve á que sea lo eleva
Algo mas digno trono del Príncipe que lleva.
Una Viuda rica le cupo en casamiento:
Y al fin de pocos meses, por abreviar el cuento.
Del agradable sexo al capricho acomoda
El que se vea electo Licurgo de la moda.
Sus armarios encierran detras de los cristales
De perlas, borlas, talcos, y vistosos metales
Engalanados grodes, y rasos, y espolines.
Inglesas, y Francesas de varios colorines:
De entrañas apellidan de petimetre unas.
Hay de verde pistacho, y hay de paje en ayunas;
Hay otras de peluza debajo de la cama.
De Isabela dormida, y de lo que se llama
Cabellos de la reina, remedios conocidos
•—531—
Para ganar amantes, y divertir maridos.
Y de mil otros nombres, qne por extraordinarios
Kunca de la pintura vieron los Diccionarios.
Del Licurgo moderno la divertida mente
ísTo cabe en los antiguos Reinos del occidente,
Y vaga por el globo sin término, ni coto
Como compás qne vaga por carta de piloto.
A Polonia recurre, á Georgia, y Circasia,
Al Ponto le dá vueltas, y términos del Asia.
Vuelve á Oonstantinopla, y le roba al Serrallo
Ropas, Turbantes, Lunas, y lo demás que callo;
Después que miró altivo servir á sus intentos
De los Israelitas sagrados ornamentos.
Hinchado del orgullo con un torbo semblante
En trono á la Ducliesse, Bufete por delante,
Y en la nariz calados aquellos anteojos
Con que leyó los fastos al Rey de los Piojos,
Para nuevos empeños sus planos examina
Con que a los cofres fuertes anatemas fulmina.
Allí varias estampas roban sus atenciones
Cotejando los trajes de todas las naciones
Allí observa, critica, compasea, y detalla,
Calcula, y analiza, por fin resuelve, y falla.
Gozoso del hallazgo en que se complacía,
Y mucho mas del útil que del se prometía,
A solas expulsaba de los internos senos
Aquestas expresiones palabras mas, ó menos.
O tres, y cuatro veces mortal afortunado,
Que sanidad vertiendo, robusto, y remozado
De Calabaza subes á Taza, y Cafetera
Y déspote gobiernas en Chipre, y en Citera;
Mira, mira, pendiente de tu voz decisiva
Sin desden, y sin ceño, la beldad atractiva:
Oráculo infalible te ve la bagatela,
Y el ciego Dios te cede la mitad de su Escuela.
Mudas te escuchan ííinfas que tienen afluentes
Del vital movimiento lo mas entre los dientes.
Empuñando absoluto el Cetro del Estrado
Aplaudido te miras, servido, y acatado;
Al tiempo que moviendo la imperiosa tijera
El sistema vacila de la bella manera.
A tu mandato sube de la falda el cogido: ^
A tu voz va colgando ya suelto ya prendido:
Manejando de trages las mangas y faldones
Tal como en el teatro manejan los telones.
Ya dices al escote que salga, ó se retire:
—532—
Ya que baje el sombrero, ya que suba, ó que gire.
Ya lo emplumas, lo pelas, ó por dentro, ó por fuera,
O ya talvez lo vuelves jardín en primavera.
Por tu influjo colgaron patillas, y mechones,
Trencillas, gazas, lazos, borlillas, y borlones,
Y vieron' elevarse por cima de la frente
Las plumas de pavones perpendicularmente.
Cuando muy poco antes vimos á todas luces
Calvas á retaguardia de Cisnes, y Avestruces.
Anda dile al astrónomo que llena los infolios
Con problemas, y cálculos, corolarios, y escolios
Si le importa á su vientre, su caja, ó su bolsillo
Qué platero á Saturno le fabricó el anillo?
O si hay tablas que enseñen á llenar las gavetas
Con circunvoluciones, y barbas de cometas.
Anda dile al Letrado si hallará en el Digesto,
No esquilmando clientes por embrollar el texto,
Un fricando, una sopa, un pavipollo asado,
Unas medias de seda, ó un vestido bordado,
Cual pro oportunitate sin forenses quimeras
Producen en un punto mis mágicas tijeras.
Que diga el Alquimista en romance sencillo
Si le valdrá su piedra mas que mi jaboncillo.
Vé al geómetra, y dile si podrán sus afanes
Ganar en el terreno lo que en mis tafetanes.
Y pregunta al político si Grociole ha enseñado
A sacar de manías dinero de contado.
Vé en fin dile al poeta mas loco que ninguno
Tan hinchado de versos como flaco, y ayuno,
Si allá la prensa, cuando por cantármele ha dado.
Le ha vuelto á su cerebro el jugo que ha gastado.
En el crítico punto que tanto revolvía
Oyese por la puerta sonar algarabía
Que á la lid emplazaba (no á Madres Abadesas)
En que tocan al arma contradanzas inglesas.
A tal nueva de gozo en lo interior del pecho
El corazón le salta, y dice, aquesto es hecho:
La nube se aproxima, no de piedra, ó granizo.
Mas preñada de antojos con que me fertilizo.
A no muy largo rato se van llegando á pares
A oír el Catedrático las bellas Escolares.
Cércanlo como abejas, que cercan la colmena;
Y el gran Piojo entonces, mirando el aula plena.
La vo2f así dirige á todas las cuadrillas
Que estaban alojadas bajo de las mantillas.
Ah digo de vosotras sutiles alimañas
—533—
Líis que habitáis ocultas en espesas marañas,
Y ha ríe vosotras cuantas en retirados senos
Vivis dias alegres, tranquilos, y serenos;
Sin contar con aquellas de gusto depravado
Que espontáneamente á vivir han pasado
Allá en las entretelas délos menesterosos
En antes opulentos, que por giros fragosos,
De la i3az el deseo, de ostentar el prurito
De amor la pasión loca, de amor, amor maldito
Transformaron de Cresos en Iros indigentes
Alquimistas, Poetas, voces equivalentes:
A vos repito aquellas que entre plumas, y flores
Del Palacio de Ointia vivis los miradores.
Ya el asador volteado en varias actitudes
Del destino ensartadas van las vicisitudes.
O bien Viejas, ó Mozas, ó deformes, ó bellas
Ya vuelven á alhagaros Oasndas, y Doncellas,
Y ya por fin girando con ordenado turno
A reparecer vuelven los Eeinos de Saturno.
Acordaos de cuando, como negro celaje ,
Que destruyendo pasa, el Piojal linaje.
Enralecer se veia por espeso rastrillo
Que al tremendo elefante sacaron del colmillo.
A poco mas faltaran fuertes batalladores
Que contaran los hechos de sus progenitores.
Oh! Júpiter que estrago, de aquel funesto aseo.
En tus hechuras hizo el oficioso empleo!
Mas ya libres á influjo de mis tretas, y mañas
Mis guerreros esgrimen cortadoras guadañas:
Ya de Adonis pasean matizados vergeles.
Ya ninfas los arrullan en rosas y claveles,
Y en los dias nupciales atrevidos los veo
Adelantar sus pasos al solio de himeneo.
Y ya son recibidos sin sustos ni peleas
A circos, á teatros, y grandes asambleas.
Asi por grados iba el vuelo remontando
ínterin que las turbas estaban escuchando;
Que por grados iguales el silencio rompían
En repetidos vivas que en confuso se oian.
Mientras el gran Piojo de vanidad hinchado
Poco á poco abultando su natural estado,
Yásu espíritu grande, siendo estrecha cabida
De su corporatura la estancia reducida,
Engurgitadas voces que articular intenta
Aprieta, esfuerza, empuja, cruje, por fin revienta.
Acabóse el Piojo, y acabóse mi oficio
—534—
Cual suelen acabarse los fuegos de artificio.
TrouíS, y tronarán muchos Piojos racionales
Si Dios no los liberta de semejantes males:
Que es sequela ordinaria de razonable ley
Que reviente la rana por igualar al buey:
Que peligre el venado por su penacho erguido
Que ala acémila rica dé sustos el bandido.
Y que á la cabra en suma, por su errada contienda
Acarree dichetes su barba reverenda.
Tu lector que has sufrido mi son alejandrino
En que cantó hace siglos cierto Benedictino,
Dispensarás si acaso vieres que llega tarde
Algo del contenido con que este candil arde:
Corren, y tan aprisa la moda, y la manía
^ue el andarles en zaga será loca porfía:
A menos que se vuelvan para materias tales
Veletas los poemas, ó escenas teatrales.
Copia] o, y encuadérnalo en pergamino, ó pasta
Cuida de preservarlo de la polilla, y basta,
&íSa5«
INFOEME SECRETO
Del Conde de Aranda al Rey Carlos III.
Aliada la España á Francia, influyó abiertamente para
emancipar de Inglaterra las colonias que Loy forman la im-
portante Eepública de dos Estados Unidos de América. M
Conde de Aranda que, el firmarse la paz de Paris, se hallaba de
embajador en Francia, dirijió entonces a Carlos III la Memo-
ria secreta que vamos á consignar en este libro, documento
poco conocido á pesar de su indisputable importancia. Esta
Memoria, á la vez que prueba la gran ciencia política y el
acierto con que el previsor diplomático leia en el porvenir,
merece ser apreciada por los que hoy somos independientes.
Hé aquí la Memoria secreta:
Senoe:
" El amor que profeso á la persona de V. M,; la gratitud
que le debo por tantas bondades con que há tenido á bien col-
marme, y el efecto con que miro á mi país, me mueven á dar
cueata á Y. M. de una idea á que doy la mayor importancia
en las circunstancias actuales.
"Acabo de ajusfar y firmar, en virtud de órdenes y poderes
que se ha dignado darme Y.M. un tratado de paz con Inglaterra.
Esta Negociación, que según los testimonios lisonjeros de pa-
labra y por escrito de Y. M. debo creer he logrado desempe-
ñar conforme á sus reales intenciones, há dejado en mi alma,
debo confesarlo un sentimiento penoso.
—536—
"La independencia de las colonias inglesas queda reconoci-
da, y este es para mí unmotivo de dolor y temor. Francia tie-
ne pocas posesiones en América; pero lia debido considerar que
España su íntima aliada, tiene muchas, y que desde hoy se
halla expuesta á las mas terribles conmociones. Desde el prin-
cipio, ha obrado Francia en contra de sus verdaderos intereses,
alentando, y apoyando esta independencia, y con frecuencia
lo he declarado así á los ministros de aquella nación ¿Qué de
mas prósi)ero podia acontecerá Francia que ver como se des-
truían mutuamente los ingleses y norte-americanos en una
guerra de partido, que no podia menos de aumentar su poder
favoreciendo sus intereses? La antipatía que reina entre Fran-
cia é Inglaterra, cegó al gabinete francés que se olvidó de que
su interés consistía en permanecer tranquilo espectador de es-
ta lucha: y una vez lanzado en la arena nos comx)rometió por
desdicha, á consecuencia del pacto de familia, á una guerra
completamente contraria á nuestra ijroijia causa.
" ífo es este lugar de examinar la opinión de algunos hom-
bres de estado, tanto nacionales como estrangeros, en la cual
estoy conforme acerca de las dificultades de conservar nues-
tro dominio en América. Jamás han podido conservarse por
mucho tiempo posesiones tan vastas, colocadas á tan gran
distancia de la metrópoli. A esta causa general á todas las co-
lonias, hay que agregar otras especiales á las ijosesiones espa-
ñolas, á saber: la dificultad de enviar socorros necesarios; las
vejaciones de algunos gobernadores para con sus desgracia-
dos habitantes; la distancia que los separa de la autoridad su-
prema á que pueden recurrir pidiendo el desagravio de sus
ofensas, lo cual es causa de que á veces trascurran años sin
que se atienda á sus reclamaciones: las venganzas á que per-
manecen expuestos mientras tanto por parte de las autoridades
locales: la dificultad de conocer bien la verdad á tan gran dis-
tancia; y finalmente, los medios que los vireyes y gobernadores .
como españoles, no pueden dejar de tener para obtener mani-
festaciones favorables á España; circunstancias que reunidas
todas, no pueden menos de descontentar á los habitantes de
América, moviéndolos á hacer esfuerzos á fin de consegir la
independencia tan luego como la ocasión les sea propicia.
"Así pues, sin entrar en ninguna de estas consideraciones
me ceñiré en la actualidad á la que nos ocupa relativamente
al temor de vernos expuestos á serios iDcligros por parte de la
nUeva potencia que acabamos de reconocer, en un país en que
no existe ninguna otra en estado de cortar su vuelo. Esta Ee-
pública federal nació pigmea por decirlo asi, y há necesitado
del apoyo y fuerzas de dos estados tan poderosos como España
y Francia para conseguir la independencia. Llegará un dia en
— ari-
que crezca y se torue gigiiute y auu coloso temible eu ac^ae-
llas regiones. Entonces olvidará los beneficios que ha recibido
de las dos potencias, y solo pensará en su engrandecimiento.
La libertad de conciencia, la facilidad de establecer una pobla-
ción nueva en terrenos inmensos, asi como las ventajas de un
gobierno naciente, les atraerá agricultores y artesanos de to-
das las naciones; y dentro de pocos años veremos con verda-
dero dolor la existencia tiránica de este coloso de que voy
hablando.
" El primer paso de esta potencia, cuando haya logrado en-
grandecimiento, será el apoderarse de las Floridas á fin de
dominar el golfo de Méjico. Después de molestarnos asi y
nuestras relaciones con la Nueva España, aspirará á la con-
quista de este vasto imperio, que no podremos defender con-
tra una potencia formidable establecida en el mismo conti-
nente y vecina suya.
" Estos temores son muy fundados señor; y deben realizarse
dentro de breves años si no presenciamos antes otras conmo-
ciones mas funestas en nuestras Amérrcas. Justifica este modo
de pensar lo que ha acontecido en todos los siglos y en todas
las naciones que han empezado á engrandecerse. Doquiera
el hombre es el mismo; la diferencia de los climas no cambió
la naturaleza de nuestros sentimientos, y el que encuentra
ocasión de adquirir poder y elevarse no la desperdicia jamás.
lOómo podremos, pues, prometernos que los norte-americanos
respeten al reino de ISTueva España, cuando tengan medios
de apoderarse de aquel rico y hermoso país? Una política
cuerda nos aconseja que tomemos X->recauciones contra los ma-
les que pueden sobrevenir. Este pensamiento ocupó toda mi
atención desde que como ministro plenipotenciario de V. M.
y conforme su voluntad real é instrucciones, firmé la paz de
París, estudiando negocio tan importante con todo cuidado de
que soy capaz: y después de muchas reflexiones que me han
sugerido los conocimientos, tanto militares como políticos
que he podido adquirir en mi larga carrera, creo firmemente
que no nos queda para evitar las grandes pérdidas que nos
amenazan, mas que el recurso que voy á tener la honra de ea-
póner á V. M.
" Debe V. M. deshacerse de todas sus posesiones en el con-
tinente de ambas Américas, conservando tan solo las islas de
Cuba y Puerto Rico, en la parte septentrional y alguna otra
que pueda convenir en la parte meridional, con objeto de que
nos sirvan como escala ó depósito para el comercio español.
" A fin de realizar este gran pensamiento de un modo que
convenga á España, deben de establecerse tres infantes en
TOM. VIÍ. LlTEEATUKA— 33
—538—
América, uno como Eey de Méjico: otro como rey del Perú, y
otro como rey de Costa Firme, tomando V. M. el título de em-
perador.
" Las concesiones de esta inmensa cesión podrían ser que
los tres nuevos reyes y sus sucesores, reconociesen á Y. M.
y á los príncipes que ocupen el trono después por gefes su-
premos de la familia, que el rey de Méjico pagase cada año
como feudo por la cesión de aquel reyno, una contribución en
plata de un número determinado de marcos, que se enviarían
en barras para acuñarlos en las casas de Moneda de Madrid
y Sevilla. Lo mismo haría el rey del Perú pagando en oro de
sus posesiones.
" El de la Costa Firme reinitiria cada año su contribución en
géneros coloniales, sobre todo en tabaco, para abastecer los es-
tancos del reino,
" Estos soberanos y sus hijos, deberían casarse siempre con
infantas de España ó de su familia, y los príncipes españoles
se enlazarían con princesas de los reynos de Ultramar. De es-
te modo se establecería una unión íntima entre las cuatro co-
ronas, y antes de sentarse en el trono cualquiera de estos so-
beranos debería jurar solemnemente que cumpliría con estas
condiciones.
" El comercio habría de hacerse bajo el pié de la mas es-
tricta reciprocidad, debiendo considerarse las cuatro naciones
como unidas por la mas estrecha alianza ofensiva y defensi-
va para su conservación y prosperidad.
" íío hallándose nuestras fábricas en estado de abastecer á
América de todos los objetos manufacturados de que pudiera
tener necesidad sería preciso que Francia aliada nuestra, les
suministrarse todos los artículos que nos viéramos nosotros
imposibilitados de enviar, con exclusión absoluta de Ingla-
terra. Para este fin, los tres soberanos al sentarse en sus tronos
respectivos, ajustarían tratados formales de comercio con Es-
paña y Francia, cuidando mucho de excluir á los Ingleses. Co-
mo poseedores de nuevos estados, podrían hacer libremente lo
que mas les conviniera.
'■' De la ejecución de semejante plan resultarían las ventajas
siguientes: la contribución de los tres reinos del ]S"uevo Mun-
do seria mucho mas provechosa para España que los socorros
en dinero que en la T.ctualidad envía América: la población au-
mentaría cesando la emigración continua á tan lejanas pose-
siones: y una vez estrechamente unidos los tres reinos de Amé-
rica por medio de las obligaciones propuestas, no hay en Euro-
pa potencia que pudiera ig ualarse á su poder ni al de España y
Francia en nuestro continente. Al mismo tiempo habría fuerza
para impedir el engrandecimiento de las colonias americanas,
—539—
<5 el de ciiíilqniera otra potencia que quisiera establecerse en
aquella parte del mundo. Con la uuion de los nuevos reinos y
España, el comercio español cambiaría los productos naciona-
les por los géneros coloniales que pudiéramos necesitar jjara
rtnestro consumo. Por este medio se aumentarla nuestra mari-
na mercante y la militar por consiguiente sería respetada en to-
dos los mares. Las islas que arriba he citado, administrándo-
las bien y poniéndolas en buen estado de defensa, nos basta-
rían para nuestro comercio, sin necesidad de otras posesiones,
y finalmente difrutariamos de todas las ventajas que nos da la
posesión de América sin ninguno de sus inconvenientes.
" Tales son señor, mis ideas relativas á este punto delica-
do: si logra merecer la soberana aprobación de Y. M.. entraré
en mas detalladas aclaraciones, explicando el medio de poner-
las en ejecución con el sigilo y precauciones que conviene, de
modo que Inglaterra no lo note hasta tanto que los tres infan-
tes se hallen en camino y mas cerca de América que de Euro-
pa, no pudiéndose por lo tanto ya oponer. Este sería un golpe
terrible para tan orgulloso rival; i)ero de ante mano habría-
mos de preparar las medidas que ]mi3ortára tomar para po-
nernos á cubierto de los efectos de su cólera.
"Para asegurar la ejecución de este plan, convendrá jioner-
se de acuerdo con Francia, nuestra íntima aliada, quien se
prestará á ello sin dificultad al ver las ventajas que habrá de re-
portardel establecimiento desu familia entre I os tronos delNue-
vo Mundo, así como de la protección especial que se dará á su
comercio en todo aquel hemisferio, excluyendo á Inglaterra
su implacable rival. Poco hace todavía que he llegado de Pa-
rís con objeto de disfrutar la licencia que logré para asuntos
personales. Si asi lo desea V. M. regresaré al punto á mí em-
bajada diciendo que he despachado ya mis negocios. En aque-
lla capital gozo de consideración plena, hónranme los reyes
con su benevolencia; y sus ministros me ponen buena cara.
No sé tú me engaño; pero abrigo esperanzas de que apruebe el
proyecto de que se trata, como asi mismo que lo llevaré á cabo
con el secreto y prudencia conveniente. También puede V. M.
contar conmigo en lo futuro para los detalles interiores de tan
vasto proyecto, del modo que agrade á V. M. porque el que
concibe una idea se haya mas que otro ninguno en estado de
ejecutarla. Conocidos son á V. M. mi celo y fidelidad, ningún
negocio de cuantos Y. M. ha dignado confiarme ha salido
mal, y tengo conflanza de que este se lograrla lo mismo, á
juzgar por mi deseo inalterable de consagrar mi sosiego, mis
intereses y mi vida al servicio de Y. M. Dios &.
índice
DEL SETIlVrO TOMO.
Las tres épocas del Perú ó compendio de su Historia.
Cuatro palabras del Editor
ÉPOCA PRIMERA.
Fundación del Imperio de los Incas 7
Manco-Capac- 12
Sinchi-Eoca II Emperador 17
Lloque-Yupanqui III Emperador — 17
Maita-Oapac IV Emperador 18
Capác-Yupanqiü V Emperador — 19
Inca-Eoca VI Emperador 21
Yahuar-Huaca VII Emperador 22
Vira-Cocha VIII Emperador _ 23
Pachacutec IX Emperador 24
Inca-Yupauqui X Emperador - 26
Tupa-Yupanqui XI Emperador 57
Huaina-Capac XII Emperadoi - 28
Huáscar XIII Emperador 29
Atahualpa XIV Emperador 30
—542—
ÉPOCA SEGÜNDl
DINASTÍA ULTRAMAEIKA.
CABLOS PBIMEEO EMPERADOR XV DEL PERÚ.
I.
FAGINAS.
Don Francisco de Pizarro, marqués de los Atavillos, pri-
mer Gobernador y Oapl tan General del Perú 31
II.
L. Cristóbal Baca de Oastro del Consejo Eeal de Castilla,
fué nombrado por el Emperador en 1540 asesor de
Pizarro.. 35
III.
Blasco ÍTuñez Vela, del orden de Santiago Capitán de las .
Guardias del Emperador, fué nombrado primer Virej
del Perú y Presidente de la Eeal Audiencia que iba á
establecerse 37
IV.
Licenciado Pedro de la Gasea, del Supremo Consejo de 1^
Inquisición 41
V.
Bon Antonio de Mendoza, hijo segundo del Marqués de
Mondejar y Conde de Tendilla 44
VI.
Don Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete,
Guarda mayor de la ciudad de Cuenca y montero ma-
yor del Eey 47
—543—
FELIPE SBGÜJSTDO
EMPEJSADOB XVI DEL PERÚ,
VII.
PAGINAS:
Don Diego López de Zuñiga y Velasco conde de Nieva . , 49
VIIL
Licenciado Lope Garcia de Castro del Consejo Real de In-
dias elegido por Presidente de la Audiencia, Goberna-
dor y Capitán General del Perú.. 50
IX.
Don Francisco de Toledo, hijo del Conde de Oropesa,
nombrado Virey del Perú 52
X.
Don Martin Hnriquez, hijo del Marqués de Alcañices 55
XI.
Don Fernando de Torres y Portugal, Conde de Villar Don
Pardo 56
XII.
Don Garcia Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete,
señor de las Villas de Argete y su partido 57
XIII.
Don Luis Velazco, Marqués de Salinas, Caballero de la
orden de Santiago. 59
FELIPE TEECERO.
BLMPERADOR XVII DEL PERÚ
XIV.
Don Gaspar de Zuñiga y Acebedo y Fouseea, Conde de
Monterey 61
—544—
XV.
PAGINA.S.
Don J uau de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros . 62
XYL
Don Francisco de Borja y Aragón, Príncipe de Esquila-
che, Conde de Mavalde. y gentil hombre de Camarra
deS.M. , 65
FELIPE CUARTO
EMPERADOR XIII DEL PERÚ.
XVII.
Don Diego Fernandez de Oordova, Caballero ilustre de
Oórdova y primer Marqués de Guadálcazar 67
XVIIL
Don Gerónimo Fernandez de Cabrera, Bobadilla y Men-
doza, de los Consejos de Estado y Guerra 70
XIX.
Don Pedro de Toledo y Leí va, Marqués de Mancera, se-
ñor de las cinco Villas y su jurisdicción. Comendador
de Esparragal en el orden de Alcántara gentil hombre
de Cámara de S. M. y de su Consejo de Guerra. ..... 78
XX.
Don Garcia Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salva-
tierra, Marqués de Sabroso, caudillo mayor del reyno
y obispado de Jaén „ 76
XXL
Don Luis Enrique de Guzman, conde de Alva de Liste y
Villaflor, Virey de Méjico, y el primer grande de Es-
paña que pasó al Perú 78
—545—
XXII.
PAGINAS.
Don Diego Benavides y de la Cueva, Conde de Santiste-
van del Consejo de la Guerra, Virey de Navarra de don-
de pasó al Perú 80
CÁELOS SEGUNDO
EMPERADOR xrx DEL PERÚ.
xxni.
Don Pedro Fernandez, Castro y Andrade; Conde de Le-
mos, Marqués de Sarria y de Gatira, Duque de Tauri-
fanco y grande de España 84
XXIV.
Don Baltazar de la Cueva Enrique de Saavedra, Conde de
Castellar Marqués de Malagon del Consejo y Cámara
de Indias 90
XXV.
Don Melchor de Liñan y Cisneros, Obispo que habia sido
de Santa Marta y Popayan, capitán general del reyno
de Santa Fé y Arzobispo de Charcas; sirviendo el de Li-
ma, se hizo cargo del Vireynato - . . . 91
XXVI.
Don Melchor de Navarra.y Rocafull, Duque de la Palata
{lugar en el reyno de 'Eápoles) Príncipe de Masa, Mar-
qués de Tola, de los Consejos de Estado y guerra , 94
XXVII.
Don Melchor de Portocarrero Lazo de la Vega Conde de
la Monclova, Comendador de Zarza en la orden de Al-
cántara 97
FELIPE SEGUNDO
EMPERADOR XX DEL PERÚ.
XXVIII.
Don Manuel Omms de Santa PauOlim de Sentmatat y de
Lanuza, Marqués de Castel Dos Eius, Grande de Es-
ña y Embajador que habia sido de Lisboa y de París . 101
XXIX.
Don Diego Ladrón de Guevara, Obispo de Quito, y Presi-
dente Gobernador y Capitán general que habia sido de
Tierra Firme 103
Tomo yh. Literatuea— 69
—546-
ÍAGINAS.
XXX.
Don Fr. Diego Morcillo Bubio de Auñon, Arzobispo de
la Iglesia Metropolitana de la Plata 10^
XXXI.
Don Carmine Nicolás Oaracciolo, Príncipe de Santo Buo-
no, Duque de Oastell de Sangro, Marqués de Buquia-
nico, Conde de Esquiabí de Santobido y de Capa-
crota, Señor de la Ciudad de Auñon, Barón de Monte-
Ferrate, Castillon, Bel monte, Soca Espinal beti Frai-
nenefrica Grandinarca y Castelnobo, Grande de Espa-
ña y Embajador que habia sido á la República de Ve-
necia 105
XXXII.
Don Fray Diego Morcillo Rubio de Auñon 107
LUIS PSIMERO
EMPERADOR XXI DEL PERÚ.
xxxni.
Don José Armendaris, Marqués de Oastel-Fuerte, Comen-
dador de Montinzon y Ohinclana en la orden de Santia-
go, Capitán general de Ejército 108
FELIPE QUINTO
EMPERADOR XXII DEL PERÚ.
XXXIY.
Don Antonio Mendoza, Cañauío y Sotomayor, Marqués de
Yillagarcia, Conde de Barrantes, Señor de Vista Ale-
gre, Ruvianes, Lamas y Billanasur, Mayordomo de se-
mana, y Gentil hombre de Cámara de S. M 114
XXXV.
Don José Manso de Velazco, Conde de Superunda, sien-
do Presidente de Chile fué ascendido al Vireynato del
Perú 117
FERNANDO SEXTO
EMPERADOR XXIII DEL PERÚ.
CARLOS III EMPERADOR XXIV DEL PERÚ.
XXXVI.
Don Manuel de Amat y Junient, Caballero de la orden de
San Juan y de San Genaro, Teniente General de los
Reales Ejércitos, estando sirviendo la presidencia de
Chile fué nomTorado Virey del Perú 122
--547—
?ACWAS.
XXXVII.
Don Manuel de Gnirior, Caballero de laórden de San Juan,
Gentil hombre de Cámara y Teniente General de la
Real Armada 126
XXXVIII.
Don Agustín de Jauregui, Caballero de la orden de San-
tiago, Teniente General de los Reales Ejércitos. De
Presidente de Chile pasó á servir el vireynato del Perú. 127
XXXIX.
Don Teodoro de Croix, Caballero de Croix del orden Teu-
tónico, Teniente general de los Reales Ejércitos, . 129
CARLOS CUARTO
EMPERADOR XXY DEL PERÚ.
Baylio F. Don Francisco Gil Taboada Lemus y Villama-
rin. Caballero profeso de la .Sagrada Religión de San
Juan, Comendador de Puerto Marin, del Consejo Su-
premo de Guerra, y Teniente General de la Real Ar-
mada 132
XLI.
D. Ambrosio O'Higgins y Ballenar, Marqués de Osor-
no. Barón de Ballenari, Teniente General del Ejérci-
to. De Presidente de Chile pasó al Vireynato del Perú 134
XLI I.
Don Gabriel de Aviles y del Fierro Marqués de Aviles,
Presidente de Chile, Teniente General y Virey de Bue-
nos Ayres de donde pasó al Perú 136
XLIII.
Don José Fernando de Abascal y Sonsa, Marqués de la
Concordia Española del Perú, Caballero Gran Cruz
de Carlos III, Gran Cruz Americana de Isabel la Cató-
lica, y de la militar de Santiago, Teniente General de
los Reales Ejércitos 138
FERNANDO SÉTIMO
EMPERADOR XXVI DEL PERÚ.
XLIV.
Don Joaquín déla Pezuela y Sánchez, Caballero Gran
Cruz de la orden Americana de Isabel la Católica, Te-
niente General de los Reales Ejércitos 144
XLV.
Don José La Serna é Hinojosa, Teniente General, Caba-
llero de la Militar orden de San Ermenegildo,fué pro-
clamado Virey por el Ejército 174
—548—
ÉPOCA TERCERA.
PERÚ INDEPENDIENTE.
PAGINAS.
Don José de San Martin , 148
HISTORIA DE LA MONJA ALFÉREZ
(escrita por ella misma.)
Advertencia del Editor ..... 209
Principio de la Historia , 213
llíotas finales del manuscrito. 259
Partida Bautismal de Doña Catalina de Erauso 263
Certificación de Don Francisco Pérez de ITavarrete 266
Certificación de Don Juan Cortés de Monroy 267
Información 268
Certificación de Don Juan Eecio de León 275
Eelacion de algunos documentos relativos á solicitudes he-
chas al Eey por el Almirante D. Tomas Larraspurii & . 277
Eelacion del suceso de Don Juan de Benavides & 281
RELACIONES DE AL&UNOS AUTOS DE FE CELEBRADOS POR LA INQÜJSICIOIÍ DE LIMA.
Advertencia del Editor 285
Eelacion Sumaria de la causa de A,ngela Carranza y de-
mas reos 287
Auto de Eé que se celebró en la Ciudad de Lima é Igle-
sia de Santo Domiugo, el Lunes Santo, diez y seis de
Marzo de 1693 368
Eelacion del Auto particular de Fé que se celebró en esta
Ciudad de Lima en oüce de Noviembre de 1737 373
Eelacion del Auto particular de Fé que se celebró en la
Iglesia de Sto. Domingo el dia 19 de Octubre de I74Í) 385
Eelacion del auto particular de Fé, celebrado el 6 de Abril
de 1761 410
Breve noticia histórica del Yireynato de Buenos Ayrres,
escrita en el año de 1803 por Don Diego de la Vega,
Visitador de la Eeal Hacienda. 417
Instrucciones á que se sujetaba el Santo Oficio de la In-
quisición 463
Elimperio delPiojo recuperado 509
Importantísima Memoria del Conde de Aranda á Car-
los IIIj sobre independencia déla America » 535
FIN DEL TOMO SÉTIMO.